Cambios y alianzas : la política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214): La política regia en la frontera ... de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) 8400086821, 9788400086824

Durante el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214), se consolidó de forma definitiva la vinculación de la zona d

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ÍNDICE
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
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Cambios y alianzas : la política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214): La política regia en la frontera ... de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214)
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cubierta cambios y alianzas

18/07/08 10:01

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55. 1635. Historia de una polémica y semblanza de una generación. José M.ª Jover. 56. Moneda y Arbitrios. Consideraciones del siglo XVII. Elena María García Guerra. 57. España y Estados Unidos en el siglo XX. Lorenzo Delgado y M.ª Dolores Elizalde (Editores). 58. Gremios y artesanos en Madrid, 1550-1650. Juan Carlos Zofío Llorente. 59. La política exterior de España: Tomo 1. Una política mediterránea, occidental y de paz (1899-1905). Tomo 2. Junto a las naciones occidentales (19051914). Cristóbal Robles Muñoz. 60. Comerciando con el enemigo: El tráfico mercantil entre Inglaterra y España (1700-1765). Nélida García Fernández. 61. Rumbo al Sur. Francia y la España del desarrollo, 1958-1969. Esther M. Sánchez Sánchez. 62. Rafael María de Labra. Cuba, Puerto Rico, Las Filipinas, Europa y Marruecos, en la España del Sexenio Democrático y la Restauración (18711918). María Dolores Domingo Acebrón. 63. Literatura de viajes y Canarias. Tenerife en los relatos de viajeros franceses del siglo XVIII. Cristina González de Uriarte Marrón. 64. Poder y movilidad social. Cortesanos, religiosos y oligarquías en la Península Ibérica (siglos XVXIX). F. Chacón Jiménez, Nuno G. Monteiro (Editores). 65. Failure of catalanist opposition to Franco (19391950). Casilda Güell Ampuero. 66. Cambios y alianzas. La política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). Ignacio Álvarez Borge.

Durante el reinado de Alfonso VIII (1158-1214) de Castilla se consolidó de forma definitiva la vinculación de la zona de la frontera del Ebro (a grandes rasgos, la actual Rioja) a los dominios del rey castellano. Este libro pretende analizar con cierto detalle la política regia sobre esa zona en ese contexto. En primer lugar, se repasan brevemente los principales acontecimientos poniéndolos en relación con la documentación regia conservada. En segundo lugar, se analiza la posición del rey con los principales agentes políticos: las instituciones eclesiásticas más destacadas, las villas y ciudades y la nobleza. Esto supone una revisión, entre otras cosas, de la política foral de la monarquía y de las concesiones regias. En tercer y último lugar, se estudia la administración territorial de la zona: la evolución de las tenencias y los tenentes, así como la formación del sistema de merindades. Todo ello nos permite obtener un cuadro bastante completo de la política de Alfonso VIII en la zona que, tal y como se señala en el título, fue, fundamentalmente, el resultado de la combinación de dos

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE

CAMBIOS Y ALIANZAS LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

componentes: la alianza con los poderosos y los cambios para intentar reajustar los equilibrios de fuerzas y reforzar la posición de rey. En el fondo de ambas líneas de actuación subyace la que considero realidad dominante en la zona, el alto grado de desarrollo de los poderes señoriales, especialmente de algunos sectores de la alta nobleza y de algunas instituciones eclesiásticas. Eso era, en mi opinión, lo que realmente condicionaba la vida en la frontera del Ebro en estos años.

CAMBIOS Y ALIANZAS

49. España e Italia en la Europa contemporánea: desde finales del siglo XIX a las dictaduras. Fernando García Sanz. 50. La política cultural de Alemania en España en el período de entreguerra. Jesús de la Hera Martínez. 51. Irlanda y la monarquía hispánica: Kinsale 16012001. Guerra, política, exilio y religión. Enrique García Hernán, Miguel Ángel de Bunes, Óscar Recio Morales y Bernardo J. García García (Editores). 52. Las relaciones entre España y Filipinas. Siglos XVI-XX. M.ª Dolores Elizalde Pérez-Grueso (Editora). 53. El motín de Esquilache, América y Europa. José Andrés-Gallego. 54. Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de la Mancha (11501250). Francisco Ruiz Gómez.

LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

Colección Biblioteca de HISTORIA: Últimos títulos publicados:

BIBLIOTECA DE HISTORIA

ISBN 978-84-00-08682-4 MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS 9 788400 086824

CSIC

Ignacio Álvarez Borge es profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de La Rioja y autor, entre otros, de los siguientes libros: Monarquía feudal y organización territorial. Alfoces y merindades en Castilla (siglos X-XIV) (CSIC, 1993), Poder y relaciones sociales en Castilla en la Edad Media (Junta de Castilla y León, 1996), Comunidades locales y transformaciones sociales en la Alta Edad Media (Universidad de La Rioja, 1999) y La Plena Edad Media. Siglos XII-XIII (Síntesis, 2003). Asimismo, ha coordinado Comunidades locales y poderes feudales en la Edad Media (Universidad de La Rioja, 2001)

Ilustración de cubierta: Fragmento de la cabecera del sepulcro de Alfonso VIII representando el emblema del rey, conservado en el monasterio de Las Huelgas de Burgos. Tomado de: M. J. HERRERO SANZ, «Los sepulcros del panteón real de Las Huelgas», en Reales Sitios, 105 (1990), p. 20.

CAMBIOS Y ALIANZAS. LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

BIBLIOTECA DE HISTORIA: 66

Director Carlos Estepa Díez, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Secretario Francisco Fernández Izquierdo, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Comité Editorial Alfredo Alvar Ezquerra, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Carlos Ayala Martínez, Universidad Autónoma de Madrid (Madrid) Manuel Espadas Burgos, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Eduardo Manzano Moreno, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Octavio Ruiz Manjón-Cabeza, Universidad Complutense (Madrid) José Ignacio Ruiz Rodríguez, Universidad de Alcalá (Madrid) José Ramón Urquijo Goitía, Instituto de Historia. CSIC (Madrid) Consejo Asesor Antonio Fernández García, Universidad Complutense (Madrid) Antonio Furió Diego, Universidad de Valencia (Valencia) José Ángel García de Cortázar y Ruiz de Aguirre, Universidad de Cantabria (Cantabria) Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, Universidad Complutense (Madrid) María Victoria López-Cordón Cortezo, Universidad Complutense (Madrid) Pascual Martínez Sopena, Universidad de Valladolid (Valladolid) María de los Ángeles Pérez Samper, Universidad de Barcelona (Barcelona) Guido Pescosolido, Universidad de Roma La Sapienza (Italia) Ofelia Rey Castelao, Universidad de Santiago de Compostela (La Coruña) Luis Ribot García, UNED (Madrid) Pedro Ruiz Torres, Universidad de Valencia (Valencia) Manuel Sánchez Martínez, Institución Milá y Fontanals, CSIC (Barcelona)

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE

CAMBIOS Y ALIANZAS. LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 2008

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, asertos y opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.

Catálogo general de publicaciones oficiales: http://www.060.es

© CSIC © Ignacio Álvarez Borge NIPO: 653-08-059-5 ISBN: 978-84-00-08682-4 Depósito legal: M. 34.772-2008 Impreso en España. Printed in Spain R.B. Servicios Editoriales, S.A.

ÍNDICE PRÓLOGO ...........................................................................................

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INTRODUCCIÓN ................................................................................

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PRIMERA PARTE Capítulo I LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS ...........................................................................

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SEGUNDA PARTE EL REY Y LOS AGENTES POLÍTICOS Capítulo II LA IGLESIA ........................................................................................ II.1. Monasterio de Nájera ........................................................... II.2. Catedral de Calahorra ........................................................... II.3. Monasterio de San Millán .................................................... II.4. Monasterio de Fitero ............................................................. II.5. Monasterio de Monte Laturce .............................................. II.6. Monasterio de Oña ............................................................... II.7. Monasterio de Bujedo de Candepajares ............................... II.8. Monasterio de Herrera .......................................................... II.9. Monasterio de Obarenes ....................................................... II.10. Abadía de Santo Domingo de La Calzada ............................ II.11. Monasterio de Albelda .......................................................... II.12. Otras instituciones eclesiásticas ........................................... II.13. Recapitulación ......................................................................

63 65 74 83 91 100 105 109 112 114 117 119 121 128

Capítulo III LOS CONCEJOS ................................................................................. III.1. Política regia, concejos rurales y señores ..............................

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CAMBIOS Y ALIANZAS

III.2. Las villas reales ..................................................................... III.2.1. Últimos años del reinado de Alfonso VII (1145-1157) .. III.2.2. Sancho III ....................................................................... III.2.3. Alfonso VIII ................................................................... III.2.3.1. La intensidad de la política regia. El testamento de 1204 ................................................................... III.2.3.2. Las villas ya existentes .......................................... III.2.3.3. Nuevas villas reales ................................................ III.2.4. Enrique I y primeros años del reinado de Fernando III ..... III.3. Concejos, frontera y política regia ........................................ III.4. Recapitulación ....................................................................... Capítulo IV LA NOBLEZA ..................................................................................... IV.1. Alta nobleza ........................................................................... IV.1.1. Los Azagra ..................................................................... IV.1.2. Los Haro ......................................................................... IV.1.3. Los Cameros ................................................................... IV.1.4. Los Lara ......................................................................... IV.2. Media y baja nobleza ............................................................. IV.2.1. Últimos años del reinado de Alfonso VII (1145-1157) .. IV.2.2. Sancho III ....................................................................... IV.2.3. Alfonso VIII ................................................................... IV.2.3.1. Los Pardo ............................................................... IV.3. Oficiales regios, ciudadanos y otros ...................................... IV.4. Recapitulación .......................................................................

137 140 144 147 147 149 159 175 178 189 191 195 197 203 207 213 215 215 218 220 227 231 237

TERCERA PARTE LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL Capítulo V TENENCIAS Y TENENTES ............................................................... V.1. Cuestiones previas sobre las fuentes y la identificación de los tenentes ......................................................................... V.2. Algunos tipos de tenencias y de tenentes. Jerarquía y diversidad ............................................................................. V.3. Tenencias «territoriales» o mayores y tenencias menores ...... V.4. Fortificaciones y tenencias ...................................................... V.5. La condición social de los tenentes ........................................ V.6. Evolución cronológica ............................................................ V.6.1. 1145-1158 ........................................................................

241 243 250 256 269 280 284 285

ÍNDICE

V.6.2. 1159-1170 ........................................................................ V.6.3. 1171-1179 ........................................................................ V.6.4. 1180-1200 ........................................................................ V.6.5. 1201-1214 ........................................................................ V.6.6. 1215-1220 ........................................................................ V.7. Tendencias de patrimonialización: las tenencias y la sucesión hereditaria en las principales familias ............. V.8. Subtenentes y alcaides .......................................................... V.9. Datos sobre el ejercicio del oficio de tenente ....................... V.10. Recapitulación ...................................................................... Capítulo VI MERINDADES Y MERINOS ............................................................. VI.1. Merindades y merinos mayores ............................................ VI.2. Merindades y merinos menores ............................................ VI.3. Datos sobre el ejercicio del cargo y articulación de las funciones de tenentes y merinos ................................. VI.4. Recapitulación ...................................................................... Capítulo VII CONCLUSIONES. CAMBIOS Y ALIANZAS EN LA POLÍTICA REGIA ..................................................................................................

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289 291 296 301 304 305 317 335 345 347 348 353 377 386

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ANEXOS ANEXO 1 TENENCIAS EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220 ...................................................................................

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ANEXO 2 TENENTES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220 ..

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ANEXO 3 TENENCIAS DONDE SE DOCUMENTAN SUBTENENTES O ALCAIDES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220 ............................................................................................

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ANEXO 4 SUBTENENTES Y ALCAIDES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220 .....................................................................

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA ............................................................ Fuentes ........................................................................................... Bibliografía ....................................................................................

481 481 484

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CAMBIOS Y ALIANZAS

ÍNDICE DE CUADROS Y DE MAPAS ..............................................

499

ÍNDICE DE PERSONAS .....................................................................

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ÍNDICE DE LUGARES .......................................................................

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PRÓLOGO

El largo reinado de Alfonso VIII (1158-1214) fue un período en el que sin duda hubo importantes transformaciones en el conjunto de territorios que configuran lo que para poco tiempo después los historiadores ya llamamos Corona de Castilla, transformaciones que afectaron a la organización administrativa y a la fiscalidad regia, por no decir otros tan sustanciales aspectos como las relaciones de las noblezas con el poder real, el sobresaliente papel político desempeñado, al menos en algunas regiones, por los concejos y las Ordenes Militares, o un auténtico salto cualitativo en las relaciones de la realeza castellana con las realezas no hispánicas como se hace patente respecto a personajes como el rey Enrique II de Inglaterra o el emperador Federico I. Casi cincuenta años después de su publicación (1960) seguimos siendo deudores de la enorme información contenida en la muy meritoria obra de Julio González sobre este reinado, pero no solamente la documentación, sobre todo particular, que se ha publicado desde entonces sino sobre todo los nuevos enfoques y planteamientos metodológicos que han permitido desarrollar de otra manera los viejos temas cuando no establecer otros nuevos, convierten la citada obra en un punto de partida pronto superable. Un libro como el presente es un buen ejemplo de estas nuevas perspectivas historiográficas. Ignacio Álvarez Borge ha centrado su análisis en la llamada Frontera del Ebro, un espacio que presenció durante este período la consolidación del reino de Castilla en una zona tradicionalmente en disputa con el reino de Navarra. Se trata ciertamente en este sentido del espacio riojano, pero el estudio de esta Frontera es más amplio, sobre todo si queremos atender al amplio conjunto de fuerzas que intervienen en ella, de forma que es un amplio valle del Ebro el susceptible de análisis, que puede llevar a incluir la propia Castela Uetula al norte del gran río, ya que la Frontera aquí estudiada no es sólo la frontera política entre los reinos de Castilla y Navarra sino un espacio político en el extremo nordoriental del reino de Castilla en los decenios

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CAMBIOS Y ALIANZAS

en que se va definiendo en su integración al reino del monarca Alfonso VIII. Espacio político o gran Frontera del Ebro cuyo estudio ha de ser el de las fuerzas o agentes políticos y sociales ahí actuantes y el de las instituciones que expresan la administración de estos territorios. Es lo que se ha propuesto y ha logrado el autor mediante esta importante monografía. Y el hilo conductor es el poder real, la política regia tal como se expone de manera muy clara en el propio título de la obra. Las vicisitudes del poder político monárquico castellano tuvieron un especial punto de referencia en la frontera riojano-navarra, sobre todo durante la minoría de Alfonso VIII (hasta 1169) y en los años setenta del siglo XII, con los correspondientes cambios en las posiciones de fuerza de los poderes regios navarro y castellano. Una situación de “frontera” que tendrá un hito decisivo hacia 1200 con la incorporación de Álava y Guipúzcoa al reino de Castilla. Pero los problemas en torno al control de los territorios trascienden esos momentos y las propias campañas militares. Lo más interesante es desgranar los diferentes elementos que componen las bases a partir de las cuales y sobre las cuales se ejerció el poder real del monarca castellano. Cómo el monarca mediante las concesiones y los privilegios conseguía los apoyos de nobles, instituciones eclesiásticas o concejos. Surge así un cuadro dinámico en el que se dan alianzas y cambios en las mismas, donde el poder del Rey no se entiende sin la existencia de unas fuerzas diversas, poderes que interactúan con el poder real y dan como resultado una compleja trama política de la que es necesario observar todas sus piezas. El estudio que hace Álvarez Borge de los distintos agentes políticos, esto es la iglesia episcopal de Calahorra, los monasterios, los concejos, la alta y baja nobleza, y de las instituciones de la administración territorial, concretada en los tenentes y en los merinos, es llevada a cabo mediante un minucioso análisis documental, en si mismo expresión del propio poder real como una especie de ‘política de cancillería’, y teniendo siempre presente el condicionamiento mutuo que se dio entre el poder real y los otros poderes, así como trazando una evolución reflejada en las distintas fases en las que es posible dividir este amplio período. Nobles como los Haro, Cameros o Azagra, monasterios como San Millán, Fitero, o Albelda, o concejos como Logroño, Nájera o Navarrete aparecen entre otros como protagonistas a lo largo de estas páginas, mostrándose de manera dinámica su papel en la política real y la más o menos estrecha vinculación e integración en el reino de Castilla. Debo poner de relieve la importancia que tiene estudiar y analizar las tenencias y sus tenentes o las merindades y sus merinos. Sobre lo primero basta decir que el sistema de tenencias no sólo es importante para comprender la administración de los territorios del reino y la delegación de las fun-

PRÓLOGO

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ciones regias, sino que forma parte del propio poder señorial de los nobles, en cuanto una forma de ejercicio del poder, que si bien no es un señorío sí comporta funciones señoriales y por ende es un apartado ciertamente muy relevante del poder que tenían los nobles. Mediante las tenencias comprendemos en buena medida el poder de muchos nobles precisamente en sus relaciones con el Rey, en el juego de cambios, alianzas y estrategias en el ejercicio del poder. Por otra parte, el estudio de las merindades, que aquí tiene como telón de fondo la existencia de una merindad mayor de la Rioja y su definitiva incorporación a la Merindad Mayor de Castilla es un aspecto muy importante en la práctica del ejercicio del poder de la monarquía mediante las nuevas grandes circunscripciones y los oficiales a cargo de las mismas. El poder de los distintos tenentes a cargo de sus distritos y la acción de los merinos en sus ámbitos territoriales tienen una dimensión muy especial en cuanto atendemos a la integración de estos territorios en lo que será la Corona de Castilla. Al estar acostumbrados al hecho de que la aquí estudiada Frontera del Ebro perteneciera al rey de Castilla durante siglos podemos tender a olvidar que esto fue un producto de la evolución histórica, que precisamente en la época aquí estudiada se dio la definitiva integración de la región al reino de Castilla, pero que antes los juegos de fuerzas fueron variados y los hitos que identificamos con las fechas de 1076, 1109, 1134 ó 1158 nos muestran realidades diversas en cuanto a la adscripción de estos espacios políticos a una u otra monarquía. Ahora bien, que en el largo reinado de Alfonso VIII se produjeran cambios hacia la plena incorporación de la Frontera del Ebro a su reino no me parece casual sino más bien resultado, no sólo de una eficaz acción de la monarquía castellana, sino de un sustrato con relativa estabilidad en las relaciones sociales y políticas, sustrato formado y configurado por agentes políticos diversos que son los protagonistas de este libro. Al prologar este libro no puedo sino mostrar mi satisfacción pues nuevamente tengo ante mis manos una obra de Ignacio Álvarez Borge, a quien he tenido el gusto de introducir su obra en anteriores prólogos, ya desde el primer libro, publicado en León hace veinte años. Como en anteriores ocasiones, en la presente se trata de un libro merecedor de elogios, de una monografía que da luz a relevantes cuestiones. Por otra parte, en todos los libros nos hemos movido en torno a los ricos y sugestivos problemas del feudalismo y de la sociedad feudal castellana; si en otras ocasiones la Castilla objeto de estudio era una Castilla más central y ahora es algo, digamos, más “periférica”, tanto él como yo la vemos dentro de una misma realidad histórica y de una misma secuencia de fenómenos e instituciones, de hecho tenentes y merinos ya han aparecido otras veces en sus obras, y un estudio sobre la Frontera del Ebro y en este importante período como es el reinado de

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Alfonso VIII se halla inserto en unas preocupaciones más generales que nos ocupan sobre la sociedad feudal castellana. Finalmente, la satisfacción se hace en esta ocasión mayor, al tratarse de la primera monografía que ve la luz dentro de las investigaciones de nuestro Proyecto de Investigación “Los fundamentos de la Corona de Castilla: la extensión del poder real en el reinado de Alfonso VIII (1158-1214)” (HUM2005-03424) y de ser la primera obra que se publica siendo yo director del Comité Editorial de la Colección Biblioteca de Historia de las Publicaciones del CSIC. Su publicación en la misma creo que es un serio logro dado que la calidad de esta obra ha sido merecedora de figurar en esta prestigiosa serie bibliográfica. Carlos Estepa Díez CSIC, Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Instituto de Historia, Madrid

INTRODUCCIÓN

El largo reinado de Alfonso VIII supuso un momento especialmente significativo en la historia del reino de Castilla. No creo que sea necesario insistir aquí con detalle en las razones de ese argumento; razones que pasan, entre otras, por la política de organización territorial de la monarquía, la política fiscal o la política militar, que tuvo como colofón el cambio definitivo en la relación de fuerzas con la España musulmana tras la batalla de Las Navas. Dentro de ese largo reinado (1158-1214), que a efectos históricos podríamos extender entre c. 1150 y c. 1220, uno de los aspectos más importantes fueron las guerras con Navarra y los cambios territoriales que causaron. A lo largo de las próximas páginas me propongo repasar y analizar la política del rey en relación con la frontera con Navarra, centrándome en la zona del Ebro. Por supuesto, la política regia en la frontera del Ebro no puede aislarse de la que se llevó a cabo en otras zonas de la frontera nororiental, en tierras alavesas, vizcaínas o guipuzcoanas, puesto que todo forma parte de lo mismo, la frontera con Navarra; por lo tanto, las referencias a esas otras zonas serán frecuentes. Pero también hay que tener en cuenta que son territorios que tienen características históricas diferenciadoras y en los que el dominio político del rey castellano se asentó sobre bases parcialmente diferentes1.

1 Sobre Álava véase G. MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, Vitoria, 1974, 2 vols; y específicamente en este período J. GONZÁLEZ, «Alfonso VIII en Álava», en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 239-251. Sobre Vizcaya J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, «El Señorío de Vizcaya: personalidad y terrorialidad en la estructura institucional de un señorío bajomedieval», en Poderes públicos en la Europa medieval: principados, reinos y coronas, Pamplona, 1997, pp. 117-148; o G. MONREAL, Las instituciones públicas del Señorío de Vizcaya (hasta el siglo XVIII), Bilbao, 1974. Sobre Guipúzcoa E. BARRENA, La formación histórica de Guipúzcoa, San Sebastián, 1989. Véase también P. BARRUSO y J. A. LEMA (coords.), Historia del País Vasco. Edad Media (siglos V-XV), San Sebastián, 2004, especialmente el capítulo de J. A. LEMA, «Evolución política de los territorios históricos: Álava, Guipúzcoa y Vizcaya en la Edad Media», pp. 111-154.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Analizaré la política de Alfonso VIII en la frontera del Ebro centrándome en varios aspectos que formarán otros tantos capítulos de este libro. En primer lugar, haré un breve repaso de los principales acontecimientos poniéndolos en relación con la documentación regia conservada. En segundo lugar, analizaré la posición del rey con los principales agentes políticos: las instituciones eclesiásticas más destacadas, las villas y ciudades y la nobleza. Esto supondrá una revisión, entre otras cosas, de la política foral de la monarquía y de las concesiones regias. En tercer y último lugar, estudiaré la administración territorial de la zona, la evolución de las tenencias y los tenentes y la formación del sistema de merindades. Todo ello debería permitirnos obtener un cuadro bastante completo de la política regia en esta zona y, al mismo tiempo, contrastar hasta qué punto la situación fronteriza determinó las condiciones de vida de la gente de la zona. Tal y como se señala en el título y se intentará mostrar con detalle en las páginas siguientes, la política de Alfonso VIII en la frontera del Ebro fue, fundamentalmente, el resultado de la combinación de dos componentes: la alianza con los poderosos de la zona y los cambios para intentar reforzar la posición regia. ***** El reinado de Alfonso VIII de Castilla se conoce bastante bien, en términos generales, gracias al estudio que realizó en su día J. González2. Se trata de una obra publicada hace más de 40 años y es evidente que es necesaria una revisión. Sin embargo, sigue siendo el principal punto de referencia, puesto que la historiografía castellana posterior no ha avanzado sustancialmente, aunque sí ha habido algunas aportaciones concretas que conviene tener en cuenta3. Por lo que se refiere a la historiografía navarra, los reinados de Sancho VI el Sabio (1150-1194) y de Sancho VII el Fuerte (1194-1234) han sido objeto de monografías más recientes, aunque la Historia de J. GONZÁLEZ, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, 1960, 3 vols. G. MARTÍNEZ DÍEZ, Alfonso VIII rey de Castilla y de Toledo, Burgos, 1995, corresponde al vol. XXI de la serie de biografías de reyes de la colección Corona de España; es una obra útil, bien ordenada, pero que no avanza sustancialmente sobre la obra anterior de J. González. También puede verse VV. AA., Alfonso VIII y su época. II Curso de cultura medieval, Madrid, 1992. Una síntesis breve pero útil puede verse en V. A. ÁLVAREZ PALENZUELA, «Problemas internos de Castilla en torno al año 1200», en C. ANIZ IRIARTE y L. V. DÍAZ MARTÍN (eds.), Santo Domingo de Caleruega en su contexto socio-político, 1170-1221. Jornadas de Estudios Medievales, Caleruega 1992-1993, Salamanca, 1994, pp. 24-45. En cuanto a las obras locales o regionales sobre La Rioja, a ellas me iré refiriendo a lo largo de las páginas siguientes. 2 3

INTRODUCCIÓN

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Navarra de Lacarra de comienzos de los setenta sigue siendo un referente imprescindible4. La evolución de los acontecimientos en la frontera con Navarra ha quedado recogida en las crónicas que se refieren con mayor detalle al reinado de Alfonso VIII: la Historia de los hechos de España de Rodrigo Jiménez de Rada y la Crónica latina de los reyes de Castilla de autor anónimo, aunque atribuible al canciller regio, el obispo Juan. Ambas se compusieron algunos años después de la muerte de Alfonso VIII, pero son nuestras principales fuentes historiográficas, aunque las narraciones que incluyen sobre estos acontecimientos son bastante breves5. En su día J. González estudió los relatos de las crónicas sobre el reinado de Alfonso VIII y no hay mucho más que añadir a lo dicho entonces por ese autor6. Las crónicas posteriores, en lo que se refiere a las guerras con Navarra, tomaron como fuente casi siempre a las dos citadas, especialmente la obra de Jiménez de Rada. En cuanto a la historiografía navarra, es más tardía y escasa que la castellana e igualmente, por lo que se refiere a este período, estuvo influida por la obra del arzobispo Jiménez de Rada; aunque hay que tener en cuenta los breves relatos contenidos en el Libro de las Generaciones, que también se incluyeron en las crónicas bajomedie-

4 J. F. ELIZARI, Sancho VI el Sabio, Pamplona, 2003; L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, Sancho VII el Fuerte (1194-1234), Pamplona, 1987, ambas obras corresponden a sendos volúmenes de la colección Reyes de Navarra; J. M. LACARRA, Historia política del reino de Navarra, Pamplona, 1972-1973, 3 vols., vol. 2, 1972, pp. 37 y ss. Una visión general también del reinado de Sancho VI en A. J. MARTÍN DUQUE, «Sancho VI y el fuero de Vitoria», en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 281-295. Igualmente puede verse L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, «La quiebra de la soberanía navarra en Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado (1199-1200)», en Revista Internacional de Estudios Vascos, 45-2 (2000), pp. 439-494, un trabajo amplio que, aunque centrado en explicar los acontecimientos que le dan título, constituye una revisión de la historia política de la relación entre los reinos de Navarra y Castilla entre c. 1134-c. 1234. 5 Véase R. JIMÉNEZ DE RADA, Historia de los hechos de España, ed. y trad. de J. FERNÁNDEZ VALVERDE, Madrid, 1989, Libro VII, Capítulos XXVI y XXXII-XXXIIII; y L. CHARLO BREA (ed. y trad.), Crónica latina de los reyes de Castilla, Madrid, 1999, Capítulos 10 y 14-16. Algunas referencias breves pueden verse también en el Chronicon Mundi de Lucas de Tuy; véase E. FALQUE (ed.), Lucae Tudensis Chronicon Mundi, Turnhout, 2003, Libro IV, Capítulos 83 y 84. También en la Crónica de Veinte Reyes; véase VV. AA., Crónica de Veinte Reyes, Burgos, 1991, Libro XIII. E igualmente algunos datos en el Cronicón Burgense y en los llamados Anales Compostelanos y Anales Toledanos I y II; véase la edición de los textos en E. FLÓREZ, España Sagrada, T. XXIII, Continuación de las memorias de la Santa Iglesia de Tuy y colección de los Chronicones pequeños publicados, è ineditos, de la Historia de España Madrid, 1767, pp. 305-310, 317-328, 381-400 y 401-409; aunque he utilizado también J. PORRES, Los Anales Toledanos I y II, Toledo, 1993. 6 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 9-26.

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vales7. Más tarde, autores como Zurita en Aragón o Moret para Navarra volvieron a narrar los acontecimientos desde distintas perspectivas e incluyeron algunos aspectos novedosos8. En conjunto, como ya he señalado, las referencias de las fuentes historiográficas no son muy abundantes, sobre todo si se compara con otros episodios del reinado de Alfonso VIII que quedaron recogidos con más detalle. Además, no siempre nos ofrecen la precisión cronológica que desearíamos. Por ello es necesario completar su información con otras noticias históricas. Destacan en ese sentido los tratados y acuerdos entre los reyes; textos que, en general, son bien conocidos. Por otro lado, también resultan valiosos otros documentos, en cuyos escatocolos frecuentemente aparecen noticias incluidas en la data histórica de los textos. Así pues, completaré la información con los documentos conservados de la época; tanto los documentos regios, editados en su gran mayoría por J. González9, como los documentos privados, relativamente abundantes y también frecuentemente editados, aunque todavía permanecen algunos bloques inéditos. La referencia a todos ellos con detalle puede verse en el capítulo de Fuentes. ***** Este libro está dedicado a la memoria de Ángel Barrios. Unos meses antes de que su enfermedad se hiciera terminal me pidió, como a otros colegas, que escribiera unas páginas para un seminario que preparaba donde quería reunir diversos trabajos sobre la frontera. Algunos trabajos encargados entonces han sido publicados en la revista Studia Histórica, que tantos años dirigió Ángel. Pero lo que iba a ser un artículo breve fue creciendo y lógicamente ya no tenía cabida en la revista, hasta que finalmente se ha convertido

7 Puede verse A. WARD (ed.) Crónica d’Espayña de García de Eugui, Pamplona, 1999, pp. 353-354 y 389-391; o C. ORCÁSTEGUI (ed.), La crónica de los reyes de Navarra del Príncipe de Viana, Pamplona, 1978, Libro II, Capítulos XIII, XIIII y XVIII, y Apéndice Capítulo XIIII. Véase también J. FERRANDIS MARTÍNEZ (ed), Libro de las Generaciones, Valencia, 1968, p. 60. 8 Véase G. ZURITA, Anales de la Corona de Aragón, Libro II, ed. de A. UBIETO y de M. D. PÉREZ SOLER, Zaragoza, 1967, Capítulos, 38, 53 y 55; y J. de MORET, Anales del reino de Navarra, ed. de S. HERREROS LOPETEGUI, T. V, Pamplona 1997, Libro XIX, Capítulos I a VIII; y Libro XX, Capítulos I a IV. 9 Además de la edición en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, Ts. 2 y 3, puede verse una relación de los documentos regios en J. MATEU IBARS, «Notas para el estudio del itinerario de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214)», en VV. AA., La formación de Álava. 650 Aniversario del Pacto de Arriaga, T. 2, Comunicaciones, Vitoria, 1985, pp. 655-754.

INTRODUCCIÓN

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en una monografía. Un libro que, si no hubiera sido por Ángel, seguramente yo no hubiera escrito nunca. Debo expresar también mi agradecimiento a C. Estepa y J. M. Santamarta que han leído el borrador del libro y aportado diversas sugerencias que han contribuido a mejorarlo sustancialmente. ***** Este libro se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigación Los fundamentos de la Corona de Castilla: la extensión del poder real en el reinado de Alfonso VIII (1158-1214), financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (HUM2005-03424/HIST) y dirigido por C. Estepa.

PRIMERA PARTE

Capítulo I LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

A partir de las fuentes disponibles –crónicas, tratados y documentos– J. González realizó un amplio y documentado repaso de la evolución de los acontecimientos, de manera que no es necesario repetir lo ya apuntado por ese autor1. Sin embargo, creo que puede ser interesante resumir lo fundamental de la evolución política e intentar poner en relación los principales acontecimientos con la documentación regia conservada. Los cambios en la frontera estuvieron determinados en gran medida por campañas militares, tanto de los reyes navarros como de los castellanos. Pero esas campañas fueron relativamente rápidas, las conquistas, en uno y otro caso, aparentemente fáciles por lo general y, excepto en algún momento concreto, no parece que fueran llevadas a cabo por grandes ejércitos movilizados por los respectivos reyes. De manera que podemos decir que hubo mucha política detrás de los cambios en la frontera, mucho tejer y destejer alianzas con los principales agentes políticos de la zona. Su contenido lo analizaré en los siguientes capítulos, pero ahora me interesa señalar que uno de los principales vehículos de esas alianzas, y el único que se ha conservado como tal, fueron los documentos regios. Podemos decir que, además de estrategias militares, hay una política de cancillería cuyo análisis es necesario, tanto o más que las anteriores, para comprender la política regia y los cambios fronterizos. Me propongo, por lo tanto, poner ambas en relación. Para ello tomaré como referencia los Cuadros 1, 2, 3 y 4 donde resumo la realización de documentos regios entre 1145 y 1220 comparando, a partir de los documentos conservados, el 1 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 761-877. También LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 55-58, 66-78 y 91-98; ELIZARI, Sancho VI, pp. 112-189; FORTÚN, Sancho VII, pp. 140-164 y FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...».

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volumen total de documentos expedidos por las cancillerías regias con los documentos referidos a la zona del Ebro2. Lo principal de los acontecimientos es bien conocido: durante la minoría de Alfonso VIII en 1162-1163 Sancho VI de Navarra ocupó algunas plazas castellanas que, en parte, fueron recuperadas por el rey de Castilla en la década siguiente; en 1176 se recurre al arbitraje de Enrique II de Inglaterra para intentar resolver el conflicto y en 1179 Alfonso VIII recupera mediante un tratado las plazas en litigio; finalmente, en 1199 y 1200 Alfonso VIII ocupará las zonas de Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado, estableciendo una frontera que ya habría de perdurar en lo sucesivo, aunque aún sufriría algunos cambios menores. Eso es, muy brevemente, lo que sucedió pero para entenderlo hay que retroceder a los últimos años del reinado de Alfonso VII (1126-1157), al menos hasta 1150 aproximadamente. La política de Alfonso VII con Navarra puede parecer confusa o contradictoria; una mezcla de alianzas y amenazas cuya coherencia a veces se nos escapa. Probablemente eso es así porque no había por su parte ninguna lógica de política nacional o de reino –que es lo que frecuentemente buscan, aun inconscientemente, los historiadores–, sólo un política personal orientada a garantizar una dominación política también personal, expresada mediante el vasallaje y el reconocimiento de la autoridad superior del emperador hispánico3. Desde 1150 habrá nuevos elementos 2 Al carecer de registros de cancillería no sabemos realmente cuántos documentos fueron expedidos, sólo conocemos los que se han conservado. Por esa y otras circunstancias las cifras que ofrezco sólo tienen un valor relativo. Pero se ha conservado un número suficiente de documentos como para que, aunque relativas, las cifras resulten significativas. Por otro lado, he sido muy flexible al considerar qué documentos se refieren a la frontera del Ebro, zona a la que por brevedad podemos denominar Rioja. No es correcto utilizar ese nombre para toda la zona en esta época (por entonces comenzará a utilizarse para parte de la zona que hoy denominamos Rioja Alta) pero cuando lo utilice en este trabajo será con un sentido meramente indicativo y como alternativa a la expresión frontera del Ebro. No he seguido un criterio geográfico estricto a la hora de agrupar los documentos referidos a esa zona, puesto que no hay ninguno aplicable ni de geografía física ni administrativa (mucho menos los límites de la actual comunidad autónoma). En las notas que acompañan a los cuadros explico algunos criterios; en general he intentado recoger los documentos que, de una u otra forma, creo que están claramente relacionados con la política en la frontera porque se refieren a la zona, o a zonas claramente relacionadas con ella, o a personajes e instituciones que jugaron un papel fundamental. Todo ello es discutible, pero creo que el resultado de la discusión no alteraría sustancialmente la visión que pretendo ofrecer. Por ejemplo, la donación al monasterio de Oña de un lugar en La Bureba no tiene porqué estar en relación con nuestros acontecimientos, pero sí lo están el fuero de Frías o las concesiones forales al concejo de Pancorbo. 3 Sobre el gobierno de Alfonso VII puede verse M. RECUERO, Alfonso VII, emperador. El imperio hispánico en el siglo XII, León, 1979; y, del mismo autor, Alfonso VII (1126-1157), Burgos, 2003, vol. XIX de la colección Corona de España; también B. F. REILLY, The

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importantes en el juego político. A finales de noviembre de ese año murió el rey García Ramírez de Navarra, siendo sucedido por su hijo Sancho VI el Sabio (1150-1194). Ahora, además, el nuevo rey navarro ya no tendrá enfrente a un único interlocutor sino a dos. Por entonces uno de los dos hijos varones del emperador, Sancho, el futuro Sancho III, actuaba en Castilla como rey, mientras que el otro hijo, Fernando, lo hacía en León, y ambos reconocían la autoridad superior del emperador. De manera que frente al nuevo rey navarro se encontraban los intereses y las aspiraciones del emperador Alfonso VII y de su hijo el rey Sancho III; intereses y aspiraciones que no siempre serán coincidentes4.

Kingdom of León-Castilla under King Alfonso VII (1126-1157), Filadelfia, 1998. Sobre su contemporáneo en Navarra García Ramírez E. DOMÍNGUEZ y M. LARRAMBERERE, García Ramírez el Restaurador (1134-1150), Pamplona, 1986, vol. VIII-1 de la colección Reyes de Navarra. 4 En relación con el gobierno de Sancho III en Castilla en los últimos años de la vida de su padre algunos autores han hablado, a mi modo de ver, en ocasiones quizás de una forma poco apropiada de un reino de Nájera. La base documental procede de un documento de 27 de febrero de 1149 en el que Sancho menciona que su padre le había dado el Regnum Naiare; se trata de una confirmación al monasterio de Nájera de la donación que había hecho Alfonso VII del diezmo del portazgo de Logroño y a la que Sancho añade también el diezmo del portazgo de Nájera; en el documento señala que hace la confirmación cuando el emperador le dio el reino de Nájera y el portazgo de Logroño y cuando murió su madre la emperatriz. Pero lo cierto es que el documento contiene algunos aspectos llamativos que nos pueden llevar a considerarlo sospechoso: ...ego, rex Sancius, Adefonsi imperatoris filius, cum consensu patris mei imperatoris et eius auctoritate, facio cartam et textum firmitatis necnon roborationis et confirmationis, eo tempore que pater meus imperator dedit mihi Regnum Naiare cum portaticu Ogronii eodemque matre mea imperatrice mortua, de decimo de portaticu de Ogronii et Naiare, Deo et Sante Marie de Naiara..., do et concedo supradictum portaticum, scilicet decimam partem, sicut iam dedit pater meus et concessit per cartam donationis et confirmationis; puede verse la edición del texto en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 3. El texto que se conserva no procede de un documento original sino de la copia realizada en un cartulario y creo que la parte que se refiere al reino de Nájera y la muerte de la emperatriz es una interpolación realizada por el monje copista. Así, la expresión que se refiere a la muerte de la emperatriz –que, en efecto, murió en los primeros meses de 1149– no es correcta. En cuanto a la donación del portazgo, unas líneas más abajo el texto se refiere a la donación del portazgo que el emperador había hecho al monasterio; conservamos ese documento realizado unos días antes, y se refiere sólo al portazgo de Logroño, no menciona en absoluto el de Nájera. En definitiva, creo que la mención al reino de Nájera procede de un texto interpolado. REILLY va más allá y considera que el texto es falso en base, entre otras cosas, a la presencia del arzobispo Bernardo de Toledo en la lista de confirmantes, cuando había muerto en 1125; The Kingdom..., p. 105 y doc. 607. En cuanto al texto de la donación de Alfonso VII, puede verse en M. CANTERA MONTENEGRO, Santa María la Real de Nájera, Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1987 (= CANTERA, Nájera), T. 2, doc. 54. Lo cierto es que en los documentos expedidos por su cancillería Sancho III se tituló rey pero sin expresar ninguna referencia territorial concreta. En cuanto a los documentos particulares, hay una mayor diversidad aunque lo más frecuente es no ofrecer tampoco una indica-

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CAMBIOS Y ALIANZAS

No conocemos cuándo comenzó a gobernar Sancho III como rey en la zona oriental de los territorios controlados por su padre, es decir en Castición territorial, señalando sólo los territorios gobernados por su padre; cuando aparece esa indicación, no siempre es la misma y hay distintas variantes. Podemos ver algunos ejemplos de la diversidad que señalo: un documento de Sahagún de 1155 dice en su escatocolo Regnante imperator Adefonsus in Legione et in Toleto et in Baecia. Filius eius rex Sancius in Soria; en otro documento de Fitero de 1155 se dice regnante rege Sancio filio Imperatoris in Soria, in Almacan, in Calaforra et in toto suo regno; mientras que en otro de Calahorra de 1156 leemos Regnante domino nostro Ihesu Xristo (sic) in celo et in terra. Sub eo rex Adefonsius imperator in Toleto et in Leone et in Nazara et in Calagorra. Rex Sancius imperans de Pisuerga usque Saracoza; véase J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Colección diplomática del monasterio de Sahagún (857-1300), vol. IV, (1110-1190), León, 1991, doc. 1323; C. MONTERDE ALBIAC, El monasterio de Santa María de Fitero. Siglos XII-XIII, Zaragoza, 1978 (= MONTERDE, Fitero), doc. 55; e I. RODRÍGUEZ R. DE LAMA, Colección diplomática medieval de La Rioja, Logroño, 1976-1989 (= LAMA, CDMR), T. 2, doc. 163. La expresión reino de Nájera o reinante en Nájera se encuentra en los escatocolos de tres textos del monasterio de San Millán, tres copias conservadas en los cartularios del monasterio: Regnante rege Adefonso imperatore in tota Yspania, et in regno Naiare regnante rege Sancio, imperatoris filio, según un documento de 1153; Rege imperatore Alfonso in omni Ispania, sub eius gratia regnante in Nazara eius filio rege Sancio, quizás en 1155; y Regnante rege imperatore Alfonso in omni Ispania. Rege Sancio eius filio in Naiera, en 1156; véase M. L. LEDESMA, Cartulario de San Millán de la Cogolla (1076-1200), Zaragoza, 1989 (= LEDESMA, San Millán), docs. 392, 396 y 397. Sin embargo, como señalan E. PEÑA y E. ÁLVAREZ, el Reino de Nájera es, ante todo, una creación historiográfica; véase «El territorio y el ‘Reino de Nájera’ en la Alta Edad Media», en B. ARÍZAGA y J. A. SOLÓRZANO (eds.), El espacio urbano en la Europa medieval, Logroño, 2006, pp. 541-586. Para situar en su contexto esas referencias, conviene recordar también las expresiones de los cronistas: El número binario de los hijos del emperador a su reino y fue causa de las muchas matanzas y muchos males que en las Españas tuvieron lugar. Pues dividió su reino, permitiéndolo Dios por los pecados de los hombres, entre sus dos hijos a instancias del conde de Galicia, Fernando. A Sancho, su primogénito legó Castilla y Ávila y Segovia y otras villas cercanas en Extremadura, y Toledo y toda la Transierra hacia aquellas partes, también la Tierra de Campos hasta Sahagún y Asturias de Santillana. El resto de su reino hacia León, y Galicia, Toro y Zamora y Salamanca con otras villas cercanas las legó a Fernando, su hijo menor. Crónica latina..., Capítulo 7. Seguidamente, a instigación de los condes Manrique de Lara y Fernando de Trastámara, que pretendían sembrar la semilla de la discordia, dividió el reino entre sus dos hijos Sancho y Fernando; a Sancho, el primogénito, le entregó Castilla hasta Sahagún y Moral de la Reina, Tordehumos, Urueña, Cubillas, Medina, y toda la parte de Ávila, y desde allí los límites quedaron en la calzada que se llama de Guinea y en la orilla del Deva por la parte de Asturias. El resto, hasta el mar, incluida Portugal, lo dio a Fernando, que era el menor. Historia de los hechos de España, Libro VII, Capítulo VII. Las frases de los cronistas son sin duda muy sugerentes y mueven a varias reflexiones (por ejemplo, la cita del conde Manrique de Lara como uno de los nobles que provocaron la división de los reinos en la Historia de los hechos de España y su exclusión en la Crónica latina), pero que se alejan de los objetivos de este trabajo.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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lla5. El primer documento conservado que expidió con el título de rey es de 1145 y se refiere precisamente a la zona que estudiamos aquí. Se trata de la donación de un solar a la catedral de Calahorra realizada a petición del que era su ayo, Gutierre Fernández de Castro, que por entonces era, precisamente, tenente de Calahorra6. No conservamos más documentos suyos hasta 5 Las crónicas no ofrecen una fecha concreta. La Crónica latina sitúa la división de los reinos inmediatamente antes de la muerte de Alfonso VII (en 1157) y la Historia de los hechos de España inmediatamente después del matrimonio de la hija del emperador con el rey Sancho VI de Navarra (en 1153); véanse los textos citados en la nota anterior. GONZÁLEZ en Alfonso VIII, T. 1, p. 139, alude a dos documentos de 1139 en que Sancho ya figuraría como rey. Se trata de dos documentos procedentes del monasterio castellano de San Salvador de El Moral y relativos a su refundación por el magnate Gutierre Fernández de Castro; ambos documentos están fechados el 5 de abril de 1139. En el primero el obispo Simeón de Burgos da el monasterio a Gutierre Fernández de Castro y su mujer a cambio de lo que éstos poseían en Hormaza; en el segundo el noble y su esposa hacen una amplia donación al monasterio y lo declaran exento de su patronato familiar o de cualquier noble laico. Ambos textos presentan largas nóminas de confirmantes, entre los cuales figuran el emperador Alfonso, la emperatriz Berenguela y su hijo Sancho que se titula rex. Pueden verse los dos documentos en L. SERRANO, Colección diplomática de San Salvador de El Moral, Valladolid, 1906 (= SERRANO, El Moral), docs. VII y VIII. La cuestión merece algunas reflexiones. En primer lugar, como ya indicara, J. González, Sancho pudo utilizar el título regio en tanto que heredero, antes de la división del reino y sin que tuviera ninguna referencia territorial. Por otro lado, esta referencia tan temprana no deja de ser sorprendente. Ambos textos proceden del mismo contexto, como ya he indicado. Estuvieron protagonizados por Gutierre Fernández de Castro, que era el ayo de Sancho. Corresponden a lo que podemos considerar la refundación del monasterio de El Moral por este noble y su esposa y, aunque hasta el momento no se ha cuestionado su completa fiabilidad –es cierto que se trata de pergaminos aparentemente originales, aunque bien puede tratarse de copias imitativas–, cabe dudar que no presenten algunas interpolaciones; por ejemplo en las fórmulas que recogen la exención del patronato nobiliario y quizás en algunos otros fragmentos. No sería raro que se hubiera introducido también algún añadido en la lista de confirmantes, para dar más fuerza a unos documentos con un significado tan especial para el monasterio como estos. 6 ...ego rex Sancius, mea sponte propria et ex ammonitione ac preceptione patris mei imperatoris Adefonsi simulque genitricis meae ymperatricis Berengarie, necnon pia suasione nutritorum meorum, uidelicet, dompni Guterri et uxoris eius dompne Tote, dono et concedo omnipotenti Deo et aecclesie beate Marie sanctorumque martirum Emeterii et Celedonii, quoddam meum solare quod est in illa alfondega, ad opus albergarie seu confratrie uel etiam ad omne quod opus fuerit aecclesiae; dono autem illud cum suo amplio introitu et exitu uersus septentrionem, quodque solare circumdatur ab oriente singulis domibus... y más adelante señala que realiza el documento en presencia de varios testigos, entre ellos, ...prefatis nutritoribus meis dompno Guterro et dompna Tota, ad hoc opus me quam maxime incitantibus...; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 1. Otro documento privado de 1145 y también de Calahorra menciona a Sancho como rey, pero sin expresión territorial alguna. Se trata de la donación de una viña en Calahorra realizada por doña Mayor, hija del conde García y la condesa Urraca, a favor del monasterio de Nájera. En el escatocolo del documento se dice: Imperante uenerabile Dei cultore Adefonso imperatore cum sua uxore Berengaria, prudentissima imperatrice, eorumque filio rege Santio, adhuc puero, fere in tota Hispania; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 138.

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unos años más tarde, en 1149, y a partir de 1151 ya se conservan documentos de una manera regular; lo que indica que es por entonces, 1149-1150, cuando el joven rey comenzó a actuar como tal7. Cuadro 1 Documentos de Alfonso VII (1145-1157) y Sancho III (1145-1158) Año

Docs. Docs. A. VII frontera

1145 14 1146 21 1147 24 (a) 1148 22 1149 23 (b) 1150 39 (c) 1151 27 1152 42 (d) 1153 29 1154 36 1155 37 1156 29 1157 17 (e) 1158 TOTAL 360

1 1 3 3 4 0 5 3 1 1 1 0 0 23

%

Docs. Docs. S. III frontera

7,14 1 4,76 0 12,50 0 13,64 0 17,39 2 0,00 0 18,52 1 7,14 4 3,45 4 (f) 2,78 4 2,70 8 0,00 2 0,00 8 15 6,39 49

1 0 0 0 1 0 0 1 3 1 5 2 7 2 23

% 100,00 0,00 0,00 0,00 50,00 0,00 0,00 25,00 75,00 25,00 62,50 100,00 87,50 13,33 46,94

Total docs. regios 15 21 24 22 25 39 28 46 33 40 45 31 25 15 409

Total docs. frontera 2 1 3 3 5 0 5 4 4 2 6 2 7 2 46

% 13,33 4,76 12,50 13,64 20,00 0,00 17,86 8,70 12,12 5,00 13,33 6,45 28,00 13,33 11,25

(a) Incluye una noticia recogida en un documento posterior pero datable en 1147. (b) Incluye un documento fechado entre 1135 y 1149. (c) Incluye cuatro documentos fechados entre 1150 y 1157. (d) Incluye un documento fechado entre 1150 y 1152. (e) Incluye dos documentos fechados entre 1126 y 1157. (f) Son tres documentos publicados por J. González y otro más. Fuente: Elaboración propia a partir del «Regesto documental» de Alfonso VII publicado por M. LUCAS ÁLVAREZ, Las cancillerías reales (1109-1230), León, 1993, pp. 215-314; B.F. REILLY, «An annotated guide to the documents of Alfonso VII and his dinasty, 1107-1157», en The Kingdom..., pp. 323-398; y J. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, para Sancho III; y completado con la documentación conservada de la zona. En las columnas «Docs. frontera» incluyo todos los referidos o relacionados con la zona dados a monasterios, concejos, nobles o particulares de la zona o zonas próximas; también concesiones en otras zonas a nobles poderosos de la zona del Ebro (Haro o Cameros). No incluyo los documentos del monasterio de Oña; pero sí algunos fueros de la Bureba y de Castilla Vieja. Sancho III murió el 31 de julio de 1158 cuando tenía 25 años de edad (MARTÍNEZ DÍEZ, Alfonso VIII, p. 16); así pues, habría nacido hacia 1133 y en 1149-1150 tendría 16 ó 17 años. 7

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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El Cuadro 1 recoge los documentos conservados expedidos por las cancillerías de Alfonso VII y Sancho III entre 1145 y 1157/8. Nos muestra como la actividad de Sancho III es constante ya desde 1151 y la de Alfonso VII disminuye en estas zonas en la misma medida en que aumenta la de su hijo. Por otro lado, vemos cómo el rey Sancho III concentró su actividad en las zonas de la frontera del Ebro. Aproximadamente la mitad de los documentos que expidió se refieren a estas zonas. Parece claro que la perspectiva de la separación de Castilla y de León cuando muriera su padre le llevó a plantearse reforzar su posición en la zona mas oriental, probablemente como preludio de una posterior conquista de Navarra. Lógicamente esto último sólo lo planteo como una hipótesis, puesto que Sancho murió antes de poder llevarlo a cabo, pero me parece que hay bases suficientes para sostenerlo. En primer lugar, la conquista de Navarra en alianza con Aragón era una posibilidad que estaba ahí desde que en 1140 lo acordaron Alfonso VII y Ramón Berenguer IV. Precisamente ahora, en 1151, el acuerdo del reparto de Navarra se renueva en el tratado de Tudején, alcanzado apenas dos meses después de la muerte del rey García Ramírez de Navarra8. Tampoco ahora Alfonso VII cumplió sus compromisos prefiriendo otra solución: el vasallaje del nuevo rey navarro, Sancho VI, y el matrimonio de su hijo Sancho III con Blanca, hija de García Ramírez de Navarra9. Sin embargo, no está claro que esa solución fuera también la preferida por su hijo Sancho III. Un documento de mediados de 1152 señala que entonces existía una guerra entre Sancho III y Sancho VI y que el rey de Castilla se enfrentaba a su cuñado con magno exercitu; probablemente esa es una expresión retórica pero no deja dudas de la existencia de un enfrentamiento militar10. Esta Por otro lado, conviene señalar que REILLY considera el documento de Calahorra citado en la nota anterior como una clara falsificación. Según este autor, Sancho no recibió el gobierno del territorio oriental del reino de su padre hasta que fue armado caballero en 1152; véase The Kingdom..., pp. 116 ó 144 y doc. 487. De hecho, Reilly considera falsos todos los documentos conservados de Sancho III anteriores a marzo de 1152. 8 Véase ZURITA, Anales, Libro II, Capítulo X. 9 Los enlaces matrimoniales entre ambas familias son múltiples y pueden considerarse un reflejo de esa oscilante política de alianzas y amenazas que he mencionado. Además del citado matrimonio de Sancho III con Blanca, hay que recordar que el propio rey García Ramírez de Navarra (padre de Blanca) se había casado en su segundo matrimonio en 1144 con un hija ilegítima del emperador Alfonso VII llamada Urraca. Años después, en 1153, Sancho VI de Navarra se casó también con Sancha, otra hija de Alfonso VII. 10 Se trata de un documento que recoge un convenio entre Nicolás de Azagra y su mujer doña Amunna (Muña), por el que el primero devuelve a su mujer unas heredades en Calahorra que ella le había cedido previamente, excepto las que ambos habían dado a la Catedral de Calahorra; a cambio su mujer le entrega un mulo, una mula y 20 maravedís. En el escatocolo del documento se dice: Rego Sancio cum magno exercitu tunc Calgurrimis (sic) existente

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CAMBIOS Y ALIANZAS

guerra entre ambos Sanchos, cuya intensidad desconocemos, no duró mucho. Hacia mayo o junio de 1153 el rey de Navarra se casaba con una hija del emperador y era armado caballero por Alfonso VII. Los acontecimientos fueron recordados en los escatocolos de algunos documentos y uno de ellos señala que por entonces Alfonso VII hizo la paz con él (Sancho VI)11. Podría ser una expresión retórica también, pero no lo creo; creo que esta paz, que pudo plasmarse en un auténtico tratado de paz como señalan algunos autores12, fue el fin de la guerra entre Sancho III y Sancho VI. Creo, además, que en aquella guerra Sancho III actuó por su cuenta, sin el concurso de su padre, ocupado por entonces de la defensa de las plazas ganadas en Andalucía frente al creciente empuje de los almohades. Sancho III mostraba una clara orientación a ampliar sus dominios a consta de los de su cuñado y la paz de 1153 no supuso en absoluto el fin de esa política. Como muestra el Cuadro 1, en los años siguientes se intensifica su actuación en la zona de la frontera del Ebro; 14 de los 18 documentos expedidos por el rey en 1155, 1156 y 1157 tienen como objetivo esa zona, mientras que sólo hay uno de Alfonso VII. Además, Sancho III obtuvo también el control de algunas plazas en el interior de Navarra. Se trata de Artajona, Larraga y Cebror, y después también Miranda de Arga y Olite. Las tres primeras corresponden a la dote de la segunda esposa del rey García Ramírez de Navarra, Urraca, hija ilegítima de Alfonso VII y hermanastra de Sancho III. Documentos navarros de 1153 la sitúan como señora de esos tres lugares que poco después figuran bajo el control de Sancho III, probablemente por cesión de Urraca a su hermanastro cuando la reina viuda se trasladó a Asturias, de donde era originaria su familia materna. Lo cierto es que Sancontra cognatum suum pugnaturo... Imperante Adefonso imperatore predicti Sancii genitore...; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 163. 11 El primer documento que recoge la noticia del matrimonio y la ceremonia de caballería lleva la fecha de 2 de junio de 1153 y por eso se suele datar también ese día el matrimonio, que bien pudo celebrarse unos días antes. Ese documento recoge también la paz entre el emperador y su yerno. Se trata de una donación de Alfonso VII al monasterio de Santa María de Castellón (luego Fitero) del lugar de Niencebas, el realengo de Anagora y una serna situada junto a los baños de Tudején; en la data se señala que el documento fue realizado quando Imperator fecit militem regem Sancium Nauarre et dedit ei filiam suam in coniugem et fecit pacem cum eo. Véase MONTERDE, Fitero, doc. 27. El documento lleva la fecha de era MCLXI que correspondería al año 1123; pero ya Moret señaló en su día que se trata de un error del copista del Cartulario de Fitero –donde se conserva el documento– que no copió correctamente la fecha, que debía ser MCLXLI; véase MORET, Anales de Navarra, T. V, Libro XIX, Capítulo I-14 a 18. Sobre estos acontecimientos puede verse también ELIZARI, Sancho VI, pp. 57-58; RECUERO, Alfonso VII, p. 287 nota 458, donde se cita también este texto según una edición anterior; y LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, p. 40. 12 Véase el «Regesto documental» de Alfonso VII en M. LUCAS ÁLVAREZ, Las cancillerías reales (1109-1230), León, 1993 (= «Regesto documental de Alfonso VII»), doc. 624.

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cho III se hizo con el control de esos lugares a los que añadió Miranda de Arga y Olite; estos últimos probablemente mediante alianzas con los principales nobles tenentes de la zona13. Sea como fuere, la política de expansión hacia Navarra es clara en esos años de mediados de los años 50. Una buena expresión de esa política ha quedado reflejada en un documento de 1155 por el que Sancho III de Castilla concede al concejo de Olite la exención de la mitad de las caloñas regias14. La culminación de esa política llegó en mayo de 1157, cuando un tratado suscrito en Lérida entre Alfonso VII con sus hijos Sancho y Fernando y el conde Ramón Berenguer IV renovaba el tratado de Tudején y el proyecto de conquista y reparto de Navarra15. En ese contexto tiene lugar la muerte del emperador Alfonso VII a finales de agosto de 1157. Como he señalado, había llevado a cabo una política de amenazas y alianzas con García Ramírez y después con Sancho VI pero, en última instancia, siempre había frenado la conquista de Navarra. Una conquista que, sin embargo, creo que sí anhelaba Sancho III. La muerte de Alfonso VII despejaba el camino de esa conquista; pero las cosas habrían de ser muy distintas. 13 Véase ELIZARI, Sancho VI, pp. 60-63, destacando los cambios en la fidelidad de los nobles. 14 ...ego rex Sancius, illustrissimi Adefonsi imperatoris filius, ..., facio cartam firmitatis et absolutionis, omnes homines de Oliti. Absoluo uos medietatem de calumniis que ibi contigerunt ad regie parti...; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 16; interesa señalar también que Sancho III hizo esta donación por el alma de su madre y la del rey don García; es decir que proclama su vínculo con el anterior rey de Navarra –recordemos que estaba casado con una hija del rey García Ramírez– y, de alguna manera, se declara su heredero. En un sentido similar al documento de Olite hay que considerar también otro de 1156 en el que Sancho III concede heredades al monasterio de Tulebras; Ibíd., doc. 26; y también los textos dirigidos al monasterio de Fitero (entonces todavía Santa María de Castellón) en 1156 y 1157, orientado a garantizar un apoyo firme en la zona, algo que también intentó el rey de Navarra; véase Ibíd., docs. 24 y 28; o MONTERDE, Fitero, docs. 50, 91 y 92. (Téngase en cuenta que GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 24 y MONTERDE, Fitero, doc. 50 son el mismo documento dirigido, en realidad, al monasterio de Santa María de Castellón, no al de Veruela como indica J. González en el regesto. La diferencia en la fecha entre ambos autores, puesto que J. González propone 29 de julio de 1156 y Monterde propone 2 de agosto de 1156, deriva de la dificultad de interpretación de la data del documento, que incluye la expresión IIII nonas kalendarum augusti). 15 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, p. 780; y ZURITA, Anales, Libro II, Capítulo XVII. Zurita expresó bien esa cambiante política de amenazas y alianzas del emperador que hemos mencionado. Sobre el tratado de Lérida dice: «Mas entendiose que el Emperador [Alfonso VII] no proseguía lo que tocaba a la guerra de Navarra con el ánimo y firme propósito que entre sí tenían tratado; y que de secreto daba favor al rey don Sancho [el Sabio] porque no recibiese daño de la parte del reino de Aragón; pues de otra suerte, si el Emperador quisiera con llaneza hacer la guerra y proseguirla con su poder, no fuera bastante el rey de Navarra para defenderse»; Ibíd.

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Sancho VI de Navarra reaccionó enseguida ante una situación política sustancialmente distinta y renovó a Sancho III de Castilla el vasallaje que su padre García Ramírez y él mismo habían prestado a Alfonso VII. Poco después recuperó Artajona y las otras villas, quizás como compensación del vasallaje a Sancho III, aunque no parece que pueda descartarse alguna acción militar16. Lo cierto es que, tal y como nos muestra el Cuadro 1 en la entrada correspondiente al año 1158, la orientación política de Sancho III cambió sustancialmente tras la muerte de su padre. El porcentaje de documentos referido a la zona de la frontera del Ebro se reduce sustancialmente. El vasallaje de su cuñado debió ser suficiente para que el rey de Castilla dedicara la mayor parte de sus esfuerzos a otra zona de frontera recién establecida, la frontera con León en Tierra de Campos, donde los conflictos con su hermano Fernando II de León surgieron muy pronto17. Es probable que si Sancho III hubiera tenido un reinado más largo y hubiera estabilizado la frontera con León –algo realmente difícil a la luz de los acontecimientos que se sucedieron en la zona en las décadas siguientes– hubiera vuelto a orientar su política hacia la conquista de Navarra; pero la temprana muerte del rey de Castilla en julio de 1158 hizo que, de nuevo, el escenario político cambiara sustancialmente. El nuevo rey, Alfonso VIII (1158-1214), era un niño que aún no tenía tres años y los primeros años de su reinado no pudieron ser más problemáticos: conflictos entre los principales grupos nobiliarios por hacerse con la tutoría del rey y la regencia del reino e intervención de su tío el rey de León. En ese contexto intervino también Sancho VI de Navarra ocupando algunas zonas del noreste de Castilla. Con frecuencia se ha argumentado que el rey de Navarra buscó sacar provecho de la situación de debilidad en que se encontraba su sobrino Alfonso VIII, y es probable que fuera así. Sin embargo, como he intentado mostrar al resumir la política de Sancho III, creo que la invasión de Sancho VI tenía también un componente defensivo. Sancho III había mostrado una clara intención de hacerse con el control de Navarra y no podía esperarse otra cosa de Alfonso VIII si lograba consolidar su posición en el reino. Lo mejor, y casi lo único, que podía hacer Sancho VI era intentar obtener una posición ventajosa que le permitiera más adelante, llegado el caso, negociar desde una posición de fuerza18. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 781-782; y ELIZARI, Sancho VI, pp. 79-80. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 668-670. 18 Por otro lado, en la minoría del Alfonso VIII habría que situar otro episodio referido a ataques de tropas aragonesas en Calahorra. El episodio fue narrado por el conde Pedro de Barcelós en su Livro de Linhagens al referirse a Gutierre Fernández de Castro y después fue recogido por Zurita y tras él por otros autores. En tiempo de las minorías de Alfonso VIII de Castilla (1158-1169) y de Alfonso II de Aragón (1162-1173), las tropas del rey de Aragón 16 17

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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La invasión comenzó en otoño de 1162 y parece que en pocos meses Sancho VI se hizo con el control de un cierto número de lugares al sur del Ebro, en la actual Rioja, y se adentró hacia Burgos ocupando quizás incluso zonas de la Bureba; aunque lo cierto es que la información sobre estas campañas es tardía y menos precisa de lo que desearíamos. Una de nuestras principales fuentes de información es el arzobispo Jiménez de Rada, que enumera las plazas que ocupó Sancho VI en 1162-1163 cuando fueron recuperadas por Alfonso VIII unos años más tarde. Así, nos dice que Más adelante, el noble rey Alfonso guerreó contra su tío materno el rey Sancho de Navarra y le arrebató Logroño, Navarrete, Entrena, Grañón, Cerezo y Brihuesca (sic) y casi todo lo que hay hasta Burgos, todo lo cual había ocupado su tío materno durante su infancia19. Por habrían atacado Calahorra que habría sido defendida con éxito por el magnate castellano Gutierre Fernández de Castro, quien incluso obtendría en la batalla los emblemas del rey de Aragón y los depositaría en el monasterio de San Cristóbal de Ibeas, cerca de Burgos, del que era patrono. Véase J. MATTOSO (ed.), Livro de Linhagens del conde d. Pedro, en Portugaliae Monumenta Historica. Nova Serie, Lisboa, 1980, T. II-1, p. 164; y ZURITA, Anales, Libro II, Capítulo XXVIII. Pero las referencias cronológicas que proporciona el conde don Pedro y asumió Zurita resultan imposibles. Las minorías de ambos reyes coincidieron en el período entre 1162 y 1169, pero para entonces Gutierre Fernández ya no estaba en condiciones de liderar las tropas del rey de Castilla, cuya tutoría le había confiado, en efecto, Sancho III, pero pasó casi inmediatamente a manos de los Lara, opuestos al bando nobiliario liderado por los Castro. Como veremos en su momento, Gutierre Fernández de Castro había disfrutado de varias tenencias en La Rioja Baja –entre ellas Calahorra hasta 1152– y es posible que sea entonces cuando quizás se produjera algún acontecimiento que pudiera haber servido de base al relato del conde don Pedro; un acontecimiento relativo no a Alfonso II en su minoría, sino a Ramón Berenguer IV. Por otra parte, en los primeros años de la minoría de Alfonso VIII sí constan alianzas de Ramón Berenguer IV con Fernando II de León y Sancho VI de Navarra en 1159 y 1160; puede que en ese contexto hubiera algún ataque de tropas aragonesas a Calahorra y quizás pudiera actuar todavía Gutierre Fernández de Castro, puesto que se ha dicho que debió morir hacia 1166 –aunque me parece un tanto dudoso y habría que revisar en detalle la validez de los últimos documentos en que se le menciona– (véase SERRANO, El Moral, pp. XI-XXIX, donde traza una biografía del magnate por su relación con el monasterio, y la referencia a su muerte en p. XXII). En fin, otra posibilidad sería, como sugiere J. GONZÁLEZ, que el conde don Pedro, atribuyera por error esos acontecimientos a un ataque de tropas del rey de Aragón cuando en realidad pudiera tratarse de un ataque de Sancho VI de Navarra en 1163; véase Alfonso VIII, T. 1, p. 788 nota 13. 19 Historia de los hechos de España, Libro VII, Capítulo XXVI. El editor señala en nota la fecha de 1173 para estos acontecimientos; Jiménez de Rada los sitúa antes de la conquista de Cuenca (1177). Las campañas de Sancho VI tienen lugar en un contexto en que el rey navarro procuraba desarrollar y consolidar su posición política, tanto en el interior del reino como en el contexto internacional, un cambio que se expresa y resume en su intitulación como rex Navarre, abandonando la tradicional de rex Pampilonensium. Véase A. J. MARTÍN DUQUE, «Singularidades de la realeza medieval navarra», en VV. AA., Poderes públicos en la Europa medieval: principados, reinos y coronas, Pamplona, 1197, pp. 299-346, especialmente pp. 323-324; o A. J. MARTÍN DUQUE y J. CARRASCO PÉREZ, «Navarra, reino medieval de las Españas», en J. VALDEÓN (coord.), Las Españas medievales, Valladolid, 1999, pp. 43-82, especialmente pp. 75-76.

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otro lado, en 1177 el rey de Navarra reclamaba, entre otras, las plazas de Quel, Ocón, Pazuengos, Grañón, Cerezo, Valluércanes, Treviana, Ameyugo, Miranda, Santa Gadea, Salinas de Añana o Portilla, señalando que las había conquistado recientemente Alfonso VIII; es decir, que antes estuvieron en manos de Sancho VI20. Estas informaciones nos hablarían de una gran invasión de Sancho VI en la Castilla oriental y así ha sido señalado por algunos historiadores navarros21. Sin embargo, hay que introducir algunas matizaciones y algunas dudas. En primer lugar, la rapidez con que Alfonso VIII recuperó estos lugares en los años 70 parece mostrar que el rey de Navarra no dispuso de un dominio muy sólido, al menos en algunos de los lugares supuestamente conquistados en 1162-1163. No hay que olvidar que los lugares incluidos en la lista de 1177 lo son en un contexto de reclamación del rey de Navarra, y puede tratarse más de un recurso en la negociación que de un reflejo fiel de sus conquistas anteriores. Por otro lado, el arzobispo de Toledo bien pudo exagerar un tanto las conquistas de Sancho VI para destacar más la reconquista de Alfonso VIII. Por ejemplo, aunque su ejército llegara hasta las cercanías de Burgos, cabe dudar de que Sancho VI obtuviera un control efectivo de la Bureba que, por el contrario, estará en manos de tenentes castellanos y nominalmente al servicio del rey de Castilla en los años siguientes. Volveré sobre estos argumentos con más detalle al analizar la evolución de las tenencias pero, en mi opinión, conviene limitar el alcance 20 Se trata de peticiones de los embajadores navarros ante Enrique II de Inglaterra, en quien Sancho VI y Alfonso VIII confiaron en 1177 para que dictara una sentencia arbitral para solucionar el conflicto. Volveremos mas tarde sobre el arbitraje del rey inglés. Esta lista de lugares se refiere a plazas que, según los argumentos de los embajadores navarros, había conquistado Sancho VI en 1162-1163, después habían sido ganadas por Alfonso VIII y ahora, en 1177, son reclamadas de nuevo por Sancho VI. Véase el texto en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 278. 21 Por ejemplo, LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 57-58. Puede verse también el relato de las campañas que realizó en su día MORET, aunque las atribuye a la primavera de 1160, no al otoño-invierno de 1162-1163, como en realidad sucedieron: Con este designio, habiendo hecho llamamiento de las fuerzas de su reino, en abriendo la primavera del año 1160, se entró con buen ejército por La Rioja y ganó a Logroño. Y por la comodidad del tránsito del Ebro, la fortificó y presidió más de propósito. De allí entró por toda la tierra de Ocón, que ganó también, con Ausejo, y luego a Entrena con muchos pueblos. Y habiendo atravesado toda La Rioja se entró por la Bureba y ganó a Cerezo. Y pasando más adelante, se apoderó de Briviesca, que en lo antiguo se contaba entre los pueblos autrigones. Y en esta jornada se recobró el rey casi todas las tierras que pertenecían a sus mayores, hasta Montes de Oca, y que poseyó también don Alfonso el Batallador por el título de Pamplona, aun después de muerta la reina doña Urraca, su mujer, menos lo que en lo antiguo llamaban Castilla la Vieja. Que a esa región tan interior no parece penetró el rey en esta jornada ni se descubre en las memorias, aunque la pretensión a todo era y el derecho el mismo; Anales de Navarra, Libro XIX, Capítulo IV.

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de las conquistas de Sancho VI. Probablemente, fue en las zonas al sur del Ebro donde su dominio fue más efectivo y, aun así, se limitó a algunas zonas de lo que hoy denominamos Rioja Media y Rioja Baja22. Controló Logroño, Navarrete y Entrena con seguridad y también Ausejo o Autol. Pero no alcanzó algunos de los puntos más importantes de la zona, como Nájera y Santo Domingo de La Calzada al oeste, ni tampoco Calahorra al este. Por otro lado, sus conquistas se mantenían en una situación de una cierta precariedad, intercaladas con o muy próximas a otras plazas no dominadas por él. Así, Sancho VI controlaba Logroño, pero no otros puntos importantes unos kilómetros más al sur, como Clavijo o Viguera. Algo parecido puede decirse de Ausejo o Autol, situadas cerca de Calahorra o Arnedo bajo tenentes castellanos.

22 Pueden verse los mapas publicados por A. UBIETO, «Las fronteras de Navarra», en Príncipe de Viana, 14 (1953), pp. 61-96, especialmente pp. 78-81 y el apéndice de mapas; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T.1, p. 802; LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, p. 76; MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, p. 124; o M. A. LADERO QUESADA, «Sobre la evolución de las fronteras medievales hispánicas (siglos XI a XIV)», en C. AYALA, P. BURESI y Ph. JOSSERAND (eds.), Identidad y representación de la frontera en la España medieval (siglos XI-XIV), Madrid, 2001, pp. 5-49, especialmente pp. 15-99 y mapas en pp. 14 y 16-19. Resulta significativo que en la intitulación de Sancho VI sólo se mencione Logroño y en muy pocas ocasiones. Así, en la documentación regia conservada en el Archivo General de Navarra se conservan un total de 22 documentos de Sancho VI con alguna forma de intitulación para el período entre 1162 y 1179 y de ellos sólo en dos casos se menciona su reinado en Logroño con la siguiente fórmula: reinando en Pamplona, en Estella, en Logroño y en Tudela; véase VV. AA., Archivo General de Navarra (1134-1194), San Sebastián, 1997 (= VV. AA., AGN (1134-1194); docs. 23 de 1162, enero; y doc. 31 de 1164. La fórmula más frecuente será expresar su reinado en Navarra, en toda Navarra o en su reino de Navarra; como en doc. 31 de 1164, mayo, 25; doc. 42 de 1171; doc. 46 de 1172, enero; doc. 47 de 1173; doc. 50 de 1173, diciembre; doc. 52 de 1174, abril; doc. 54 de 1174, noviembre; doc. 59 de 1176, abril; doc. 62 de 1176, octubre; doc. 63 de 1176, noviembre; o doc. 68 de 1177: No faltan expresiones con referencia a distintas zonas del reino como Pamplona, Estella y Tudela (acompañando o no a la referencia a Navarra), como en doc. 27 de 1163, enero; doc. 34 de 1166, marzo; doc. 39 de 1170, julio; doc. 48 de 1173, febrero. Entre esas zonas, Álava sólo se menciona en otras dos ocasiones, en doc. 66 de 1177, abril; y en doc. 69 de 1178, diciembre. Véase también S. GARCÍA LARRAGUETA e I. OSTOLAZA, «Estudios de diplomática sobre fuentes de la época de Sancho el Sabio», en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 115-215, especialmente 143-145. La referencia al reinado de Sancho VI en Logroño aparece también en los escatocolos de documentos privados; por ejemplo, puede verse MONTERDE, Fitero, doc. 133 de 1164, abril, 1; doc. 135 de 1165, mayo, 12; o doc. 137 de 1169, septiembre.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Mapa 1 Tenencias por el rey de Navarra al sur del Ebro entre c. 1160 y c. 1180 Tenencias por el rey de Navarra al sur del Ebro entre c. 1160 y c. 1180 Lugares recuperados por Alfonso VIII según tratado de 1179

R. Ebro

Logroño Grañón

Navarrete Entrena

Ausejo

Resa

Autol

R. Alhama

R. Cidacos

R. Leza

R. Iregua

R. Oja

Ocón

R. Najerilla

R. Tirón

Pazuengos

Da la impresión de que las campañas de Sancho VI en 1162-1163 no contaron con una gran oposición. Era el momento en que los Lara y los Castro se disputaban la regencia de Castilla en el contexto también de la intervención del rey de León. Pero, si no tuvo una gran oposición, tampoco parece que puedan considerarse un gran éxito puesto que, como he señalado, las conquistas no eran muy sólidas. Creo que la explicación es que Sancho VI no contó con la oposición abierta de los principales poderes y agentes políticos de la zona, sobre todo de los tenentes y de los concejos, pero tampoco creo que lograra establecer una red muy amplia de alianzas sólidas. En mi opinión, sería más bien lo que podemos llamar una guerra de tenentes, en la que los éxitos o los fracasos dependerán más de maniobras tácticas de establecimiento de alianzas, que de autenticas campañas militares. Como hicimos para el reinado de Sancho III, podemos ver la evolución de la política de Alfonso VIII en relación con los documentos conservados expedidos por la cancillería regia. El Cuadro 2 muestra esa relación y nos permite observar que hasta 1165 los documentos regios son muy escasos y ninguno referido a la zona de la frontera del Ebro. El vacío documental

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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refleja el vacío de poder que intentó llenar Sancho VI. En 1167 se alcanzó la llamada tregua de Fitero entre los reyes de Navarra y de Castilla que estabilizó un tanto la situación23. Se pactó una tregua durante diez años, pero el acuerdo no fue respetado por el rey castellano. En los últimos años sesenta la posición de Alfonso VIII, controlado todavía por el regente don Nuño Pérez de Lara, comenzó a hacerse un poco más sólida. Vemos también como aumentó entonces la expedición de documentos. Su posición se consolidará más a finales de 1169, cuando alcance la mayoría de edad (14 años), y en 1170 con su matrimonio con Leonor, hija del rey de Inglaterra Enrique II. Las arras que entregó Alfonso VIII a su esposa comprendían un buen número de lugares en la frontera del Ebro, incluyendo algunos que por entonces todavía estaban en manos del rey de Navarra24. Además, ese año de 1170 se renovó la alianza con Aragón, gobernado por Alfonso II. Alfonso VIII puso cinco lugares fortificados (castra) de la frontera del Ebro en garantía del cumplimiento de la alianza con el rey de Aragón. Se trataba de Nájera, Viguera, Clavijo, Ocón y Ágreda; los tenentes que tenían esos castillos por el rey de Castilla habrían de prestar homenaje por ellos al de Aragón25. Esa relación de castillos, antes del comienzo de la ofensiva militar castellana en la zona, nos da una muestra de que, a pesar de todo, Alfonso VIII conservaba una posición sólida y que las conquistas de Sancho VI eran un tanto débiles. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 99. No es posible determinar con exactitud qué lugares entregó Alfonso VIII a Leonor porque se conservan dos referencias que no coinciden plenamente. El documento que recoge las arras en 1170 incluye, entre otros lugares: Tudela, Calahorra, Arnedo, Viguera, Meltria, el castillo y la villa de Nájera, Logroño, Grañón, Belorado, Pancorbo, Piedralada, Poza y Monasterio. Sin embargo, en 1188 Alfonso VIII y el emperador Federico I acordaron el matrimonio de sus hijos Berenguela y Conrado que serían los herederos del reino de Castilla pero debiendo respetar los bienes que tenía la reina Leonor que le fueron entregados en arras por Alfonso VIII, que son, entre otros: Nájera, Tobía, Grañón, Cerezo, Pazuengos, Cellorigo, Haro, Pancorbo, Monasterio, Belorado, Villafranca y Alba de Montes de Oca. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, p. 192 (lámina), y T. 2, doc. 499. 25 ...ego Adefonsus, rex Castelle, pono in fidelitate hec castra, scilicet: Nagera, Vechera, Claville, Ochon, Agreda, cum omnibus pertinenciis quas hodie habent..., si ego rex Adefonsus Castelle hoc quod supra scriptum est non attendero, ex tunc sim periurus, fide mentitus, proditor, et aleuosus, et amittam predicta castella, ita quod ueniant in potestate regis Idefonsi Aragonensium, in potestate eius, per bonam fidem, sine malo ingenio. Et, si hoc facere noluerint, ex tunc sint periuri et proditores. Et illi mei vasalli qui tenent predicta castella per me faciant hominium Ildefonso, regi Aragonensium, comes Nun de Nagera, Petrus Xemenez, de Vechera, de Clavillo et de Ochon, Gonzalbo Portoles, de Agreda, quod si ego Adefonsus, rex Castelle, conuencionem supradictam non obseruavero, irati et pachati, per bonam fidem, sine malo ingenio dent illa castella Ildefonso, regi Aragonensium vel quibus ipse mandauerit. En correspondencia y de manera similar, el rey de Aragón ponía en fidelidad los castillos de Ariza, Daroca, Aranda, Épila y Borja; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147; ZURITA, Anales, Libro II, Capítulo XXVIII. 23

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Cuadro 2 Documentos de Alfonso VIII (1158-1214) Año 1158 1159 1160 1161 1162 1163 1164 1165 1166 1167 1168 1169 1170 1171 1172 1173 1174 1175 1176 1177 1178 1179 1180 1181 1182 1183 1184 1185 1186 1187

Total docs. 0 1 1 1 3 2 7 13 (a) 19 6 10 17 25 10 9 20 23 (b) 27 31 (c) 18 21 (d) 16 (e) 23 29 15 16 17 (f) 17 15 26 (g)

Docs. frontera 0 0 0 0 0 0 0 3 1 1 1 2 5 3 2 6 4 4 7 2 2 4 3 2 0 0 5 0 0 5

% 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 23,08 5,26 16,67 10,00 11,76 20,00 30,00 22,22 30,00 17,39 14,81 22,58 11,11 9,52 20,00 13,04 6,90 0,00 0,00 29,41 0,00 0,00 19,23

(a) Son 12 documentos publicados por J. González y otro más. (b) Son 21 documentos publicados por J. González y 2 más. (c) Son 30 documentos publicados por J. González y uno más. (d) Son 19 documentos publicados por J. González y 2 más. (e) Son 15 documentos publicados por J. González y una noticia posterior. (f) Son 15 documentos publicados por J. González y 2 más. (g) Son 25 documentos publicados por J. González y otro más.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

Año 1188 1189 1190 1191 1192 1193 1194 1195 1196 1197 1198 1199 1200 1201 1202 1203 1204 1205 1206 1207 1208 1209 1210 1211 1212 1213 1214 s.a TOTAL

Total docs. 26 25 (h) 27 17 29 11 13 (i) 17 10 4 10 (j) 10 11 18 19 24 13 (k) 11 11 22 17 22 20 13 12 9 15 36 (l) 910

Docs. frontera 1 8 1 1 5 1 3 6 1 2 2 2 0 1 4 4 1 1 0 2 0 4 1 0 2 1 2 5 121

39

% 3,85 32,00 3,70 5,88 17,24 9,09 23,08 35,29 10,00 50,00 20,00 20,00 0,00 5,56 21,05 16,67 7,69 9,09 0,00 9,09 0,00 18,18 5,00 0,00 16,67 11,11 13,33 13,89 13,29

(h) Son 24 documentos publicados por J. González y otro más. (i) Son 12 documentos publicados por J. González y otro más. (j) Son 9 documentos publicados por J. González y otro más. (k) Son 12 documentos publicados por J. González y otro más. (l) Son 35 documentos publicados por J. González y otro más. Fuente: Elaboración propia a partir de J. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2 y 3, completado con la documentación conservada de la zona. Incluyo todos los documentos publicados por J. González pero excluyo los que no son donaciones o confirmaciones: tratados de paz, cartas de arras, testamentos, etc. Incluyo en su año correspondiente los documentos que J. González publicó como «Adición». Excluyo el documento 929, sin fecha, puesto que en realidad corresponde a Fernando III en 1222 (Véase LAMA, CDMR, T. 3, doc. 484). Sobre los criterios para elaborar la columna «Docs. frontera» véase lo dicho en el Cuadro 1.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Por supuesto, Sancho VI intentó consolidar su posición en la zona, Así hay que entender el intento de obtener o consolidar, según los casos, el apoyo de algunos monasterios mediante donaciones. En 1164 Sancho VI concedió al monasterio de Fitero exención del pago de lezdas y emendas en Logroño y en todo su reino con el fin de reforzar el apoyo del monasterio y de aumentar sus vínculos con la zona recién conquistada26. Años después, en 1168, el rey de Navarra tomó bajo su protección al monasterio de Rute y le dio privilegios de pasto en todo su reino27. Este monasterio, que después se trasladará a Monte Laturce, estaba vinculado a una de las familias nobles más poderosas de la zona, los que conocemos como Cameros, a los que, sin duda, intentaba atraerse el rey de Navarra mediante esta donación28. También en 1168 concedió Sancho VI al monasterio de Santo Domingo de la Calzada una iglesia con la advocación de San Miguel situada en el término de la villa navarra de Laguardia29. Otra vez trataba el rey de buscar aliados y de reforzar vínculos entre las zonas que controlaba, atrayendo ahora al monasterio de Santo Domingo a zonas navarras en la otra orilla del Ebro. Además de establecer o consolidar apoyos entre los poderosos de la zona, Sancho VI también intentó reforzar su posición en esos años mediante el desarrollo de los concejos de la zona. Así hay que entender la ampliación del fuero de Estella en 1164. Ese mismo año y más cerca de la frontera el rey de Navarra también concedió fuero a Laguardia, para promover el desarrollo de la que llegará a ser una importante villa fronteriza fortificada. A diferencia del de Estella, que derivaba del de Jaca, el fuero de Laguardia procedía del de Logroño; aunque con algunas diferencias, como una política fiscal más favorable. Más tarde, modificó en parte su política promoviendo el desarrollo 26 MONTERDE, Fitero, doc. 134. Sobre la documentación conservada de Sancho VI para esos años puede verse S. GARCÍA LARRAGUETA e I. OSTOLAZA, «Estudios de diplomática...», pp. 121-126; y M. ÁLVAREZ URCELAY, «Documentación de Sancho el Sabio», en El fuero de San Sebastián y su época, San Sebastián, 1982, pp. 469-487, aunque es una relación menos completa que incluye los regestos de 82 documentos; además de VV. AA., AGN (1134-1194). 27 F. J. GARCÍA TURZA, Documentación medieval del monasterio de San Prudencio de Monte Laturce (siglos X-XV), Logroño, 1992 (= TURZA, Monte Laturce), doc. 34. 28 Conviene recordar que el monasterio de Rute había sido fundado unos años antes por Pedro Jiménez y sus hermanos y que ese personaje era cuñado de Lope de Mendoza. Véase TURZA, Monte Laturce, doc., 27. Y sobre los Cameros también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 317-321; J. DE LEZA, Los López Díaz de Haro, señores de Vizcaya, y los señores de Cameros en el gobierno de La Rioja durante la Edad Media (1016-1334), Logroño, 1954; S. DE MOXÓ, «De la nobleza vieja a la nobleza nueva. La transformación nobiliaria castellana en la Baja Edad Media», en Cuadernos de Historia (Anexos de la revista Hispania), 3 (1969), pp. 1-120, especialmente pp. 53-59; J. M. CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN, «La casa de Cameros en Castilla y León durante el siglo XII», en Archivos leoneses, 97-98 (1995), pp. 147-158. 29 A. UBIETO, Cartularios (I, II y III) de Santo Domingo de la Calzada, Zaragoza, 1978 (= UBIETO, Cartularios de Santo Domingo), doc. 44.

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de otra importante villa en la zona, San Vicente de la Sonsierra, a la que concedió el fuero de Laguardia en 117230. También intervino en el propio concejo de Logroño, al que confirmó su fuero en 1168 y señaló nuevos límites a la comparecencia judicial de sus vecinos (corseras) ajustados a la situación de integración de la ciudad en esos años en el reino de Navarra31. Pero, a pesar de todo, la posición de Sancho VI siguió siendo relativamente débil. Por los años 1169 y 1170 el volumen de documentos regios conservados expedidos por Alfonso VIII de Castilla y referidos a la zona de la frontera del Ebro alcanza proporciones notables. Y ello es señal inequívoca de que esa zona se situaba ya en el centro de la política regia. Se han conservado un total de 145 documentos expedidos por la cancillería de Alfonso VIII entre 1170 y 1176, y 31 de ellos se refieren a esta zona; es decir, el 21,38%, frente al 13,29% de media en todo el reinado, y con porcentajes que alcanzan el 30% en algunos años como 1171 ó 1173. Esos textos están directamente relacionados con las campañas militares de 1173 a 1176, campañas en las que, como hemos apuntado, Alfonso VIII recuperó una parte sustancial de los territorios perdidos diez años antes, e incluso obtuvo algunas plazas fuertes en el interior de Navarra, como el castillo de Leguín conquistado en 1176. Los escatocolos de los documentos regios y algunos particulares recuerdan los éxitos de las campañas militares de Alfonso VIII en esos años32. 30 Sobre el fuero de Estella véase J. M. LACARRA y A. J. MARTÍN DUQUE, Fueros de Navarra. I. Fueros derivados de Jaca, 1. Estella-San Sebastián, Pamplona, 1969. Sobre los de Laguardia y San Vicente, MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, pp. 144-148 y 219-222. También J. GAUTIER DALCHE, «Formation et developpement du reseau urbain medieval en Alava»; y J. M. LACARRA, «En torno a los fueros municipales navarros en la segunda mitad del siglo XII», ambos en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 217-237 (especialmente pp. 223-227), y 253-261 respectivamente. Igualmente C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, «Los fueros de las villas medievales de La Rioja alavesa: su contexto histórico», en E. GARCÍA FERNÁNDEZ (coord.), Actas de las Primeras Jornadas de Estudios Históricos de La Rioja Alavesa. Espacio, sociedad y economía, Vitoria, 2002, pp. 119-134. Sobre el fuero de San Vicente, G. MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», en Anuario de Historia del Derecho Español, 49 (1979), pp. 327-454, especialmente pp. 367-369 y doc. XVI en pp. 422-425. Sobre la extensión del fuero de Logroño, A. M. BARRERO, «Los textos relacionados con el fuero de Logroño», en J.A. SESMA (coord.), Historia de la ciudad de Logroño, T. 2, Edad Media, Logroño, 1995, pp. 195-233. 31 La confirmación de 1168 de Sancho VI de Navarra figura en la copia disponible del fuero de Logroño; MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», p. 355 y doc. X (aunque por error en su edición del texto –no en los comentarios del mismo– atribuye esta actuación al tenente Pedro Jiménez; véase una edición actualizada del texto en A. M. BARRERO, «Fuero de Logroño», en A. J. SESMA (coord.), Historia de la ciudad de Logroño, T. 2, Edad Media, Logroño, 1995, pp. 187-193. 32 Por ejemplo: cum redire de expeditione que feci super Nauarros; en documento de 1173; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 185; quando rex Aldefonsus venit cum graui

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CAMBIOS Y ALIANZAS

En 1176 los reyes de Castilla y de Navarra acordaron someterse al arbitraje de Enrique II de Inglaterra. Quizás fuera la única solución posible para Sancho VI, acosado por la creciente presión militar de Alfonso VIII. Quizás Alfonso VIII pensaba que, dado su parentesco, el rey de Inglaterra había de dictar una sentencia favorable a sus intereses; o quizás prefería abrir un paréntesis en la guerra con Navarra para orientar sus campañas contra al-Andalus (conquista de Cuenca en 1177). Lo cierto es que ambos reyes acordaron someterse al arbitraje del rey inglés, poniendo castillos en garantía del cumplimiento de la sentencia. Alfonso VIII dio los castillos de los cristianos y de los judíos de Nájera, el castillo de los cristianos de Arnedo y el de los judíos de Cellorigo; Sancho VI Funes y Marañón y el castillo de los judíos de Estella y el que en ese lugar tenía Pedro Rodríguez. Además acordaron una tregua por siete años y también establecieron garantías de su cumplimiento: Calahorra por Alfonso VIII y Yerga por Sancho VI33. Ambos reyes enviaron sus embajadores a la corte inglesa para presentar sus alegaciones y finalmente Enrique II dictó su sentencia en 1177. Una sentencia que, en términos generales, retrotraía la situación a la muerte de Sancho III de Castilla. El rey de Navarra debía devolver al de Castilla las plazas de Logroño, Navarrete, Entrena, Autol y Auexercitu super Navarros; en documento de 1173; Ibíd., doc. 188; tunc temporis serenissimus rex Ildefonsus Nauarrorum regem deuicit et Pampilonam usque peruenit; también en documentos de 1173; Ibíd., doc. 189, 190; y de 1174, docs. 192, 195, 196, 197,198, 199, 200, 202 y 211; in anno quo rex Aldefonsus equitavit super Nafarram et deuicit regem Nafarre et obtinuit victoriam, et gratia Dei precurrente obsedit eum in castello Legin duobus diebus et uix furtim in nocte euasit manus eius; también en documento de 1174; Ibíd., doc. 209; cum esset rex in expeditione; en documento de 1176; Ibíd., doc. 263; in redditu expeditionis Nafarre, quando Leguin captus fuit; también en documentos de 1176; Ibíd., doc. 265, 266, 268, 269, 270, 271. Los documentos de 1175 no recogen noticias de este tipo probablemente porque ese año no hubo campañas contra Navarra o porque no se obtuvieron resultados significativos; Ibíd., T. 1, p. 801. Los Anales Toledanos II, compuestos a mediados del siglo XIII, recogieron la noticia de la toma del castillo de Leguín, aunque datándola en 1175: El Rey D. Alfonso, nieto del Emperador, è el Rey de Aragon entraron con sus Fonsados en Navarra, è desgastaronla toda, è prisieron el Castilla de Leguin, Era MCCXIII; FLÓREZ, España Sagrada, T. XXIII, p. 404; y PORRES, Los Anales Toledanos, p. 146. Por otro lado, se conserva la noticia de un documento de la catedral de Calahorra hoy desaparecido en cuyo escatocolo se decía: Facto libro in era Mª CCª XIª, quando rez Adelfonsus castelanus obsedit Gronio et cepit eum fame de manu regis Nauarre. Aluaro Uegio tenente; LAMA, CDMR, T. III, doc. 252. La fecha correspondería a 1173 pero es la única referencia a una posible toma, aunque fuera temporal, de Logroño en esa fecha. Tampoco la referencia del tenente nos ayuda a solucionar los problemas, porque Álvaro Viejo no está documentado como tenente de Logroño en esos años. Por entonces el tenente documentado era García Vermúdez; mientras que Álvaro Muñoz el Viejo sí figura como tenente de Laguardia en 1180-1183 y de Treviño en 11811186; véase FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 464 y 467. 33 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 267.

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sejo, lo único que le quedaba ya de sus conquistas de 1162-1163; mientras que Alfonso VIII había de renunciar a sus conquistas recientes en Navarra: Leguín, Portilla y el castillo de don Godín34 (véase Mapa 1). Seguramente la sentencia de Enrique II no era satisfactoria para ninguna de las partes, pero los acontecimientos posteriores mostraron que no estaba tan lejos de ser el único acuerdo posible en esos años. De hecho, los dos reyes alcanzaron un acuerdo similar poco después. Cuando Enrique II dictó la sentencia arbitral Alfonso VIII se encontraba en el cerco de Cuenca y la guerra con Navarra le impedía dedicar plenamente sus recursos a las campañas contra los almohades, mucho más prometedoras en términos de botín y de conquistas territoriales, pero también más exigentes desde el punto de vista militar. En cuanto a Sancho VI, era evidente su inferioridad frente a Alfonso VIII; mucho más si el rey de Castilla actuaba en alianza con el de Aragón, tal y como venía sucediendo. Esa alianza entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón se renovó en 1177 y en 1179 ambos reyes suscribieron el tratado de Cazola donde, de nuevo, entre otras cosas, se renovaba el acuerdo de reparto de Navarra35. Inmediatamente después, Sancho VI y Alfonso VIII llegaron a un acuerdo que, como ya he apuntado, en líneas generales suponía el cumplimiento de la sentencia arbitral de Enrique II. Alfonso VIII entregó Leguín, Portilla y el castillo de don Godín. Sancho VI, por su parte, entregó Logroño, Entrena, Navarrete, Ausejo, Autol y Resa; es decir, volvían a manos del rey de Castilla todas las plazas al sur del Ebro. Se establecieron cláusulas detalladas que fijaban las condiciones en que los futuros tenentes habrían de tener esos lugares, condiciones que, de hecho, venían a suponer un largo período de transición para que el rey de Castilla pudiera disponer libremente de esos lugares, aunque ahora ya, al menos nominalmente, le pertenecían. Por otro lado, se establecía que la mayor parte de Álava permanecería bajo dominio de Sancho VI y se fijaba la frontera en esa zona36. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 279. Tanto o más interesante que la sentencia son las alegaciones de unos y otros remontándose a situaciones históricas pasadas; pueden verse también en Ibíd., docs. 277 y 278. Tanto la sentencia como las alegaciones son bien conocidas y han sido comentadas con detalle por otros autores; véase Ibíd., T. 1, pp. 802-811; LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 69-74; ELIZARI, Sancho VI, pp. 156-165; FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 451-452; o F. LUIS CORRAL, «Alfonso VIII of Castile’s Judicial Process at the Court of Henry II of England: an effective and valid arbitration», Nottingham Medieval Studies, L (2006), pp. 22-42. En cuanto a la ubicación del castillo de don Godín, en el último trabajo mencionado, p. 451 nota 34, se propone La Rioja Alavesa, en la margen izquierda del Ebro a partir de las Conchas de Haro. 35 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 319 y 320; y ZURITA, Anales, Libro II, Capítulos XXXV y XXXVII. 36 Puede verse el texto del tratado en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321, y los comentarios en Ibíd., T. 1, pp. 816-820; LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 74-78; 34

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En líneas generales, este acuerdo fue efectivo hasta los años finales del siglo XII. Durante los años 80 y buena parte de los noventa la frontera del Ebro no sufrió nuevas alteraciones. Alfonso VIII concentró sus esfuerzos en la frontera leonesa y en al-Andalus. En correspondencia con esa situación, el número de documentos referidos a la zona de la frontera del Ebro se redujo sustancialmente hasta mediados de los años noventa. Esa tónica sólo se rompe de manera aislada algunos años, como en 1184 y en 1189, en que de nuevo los textos referidos a esta zona alcanzaron proporciones significativas, pero sin que ese aumento se corresponda con una variación sustancial de la situación37.

ELIZARI, Sancho VI, pp. 173-177; y FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 454-457. Ya MORET tradujo y comentó el texto de este acuerdo; Anales de Navarra, Libro XIX, Capítulo VII. En cuanto a la situación de Álava en esos momentos, MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, pp. 122-124. La adquisición de Logroño por Alfonso VIII fue recordada en documentos de ese año y del siguiente, tanto públicos como privados. Así, en un documento de la catedral de Calahorra de 1179 se dirá que fue realizado in anno quo rex Nauarre reddidit Lucronium cum ceteris castellis Adefonso, regi Castelle; LAMA, CDMR, T. III, doc. 270. Y otros documentos regios de 1180 recuerdan que fueron hechos anno secundo ex quo A. rex prefatus serenissimus Lucronium a rege Nauarre acquisiuit; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T.2, docs. 344 y 346. 37 Es posible que el mayor número de documentos de 1184 se relacione con la adquisición de Ariza, en Aragón, por Alfonso VIII. Ese hecho y la cuestión de Albarracín movieron algunos conflictos con Alfonso II de Aragón que desembocaron en enfrentamientos en 1191. Pero fueron breves y no tuvieron consecuencias territoriales destacables. Por otra parte, GONZÁLEZ afirma que en 1187 los de Logroño se rebelaron contra su señor, en Alfonso VIII, T. 1, p. 825. Para sostenerlo se basa en L. SERRANO, Cartulario de San Millán de la Cogolla, Madrid, 1930, p. LXXXVI, donde, sobre un texto de 1187, afirma: «Como acontecimiento particular nota este documento el de estar la ciudad de Logroño rebelada contra el rey, pues de hecho se había entregado al monarca navarro». El fundamento es un documento de esa fecha en cuyo escatocolo se señala Lucronio in fidelitate tunc existente; véase LEDESMA, San Millán, doc. 454. Creo que Serrano interpretó mal esa expresión y ello motivó la equivocación de J. González. Esa expresión hace referencia a la situación de Logroño en esos años que, en efecto, tras el tratado de paz de 1179 permanecía in fidelitate durante 10 años, tal y como he apuntado más arriba. En el tratado se estipulaba que Logroño y las otras plazas las tendría por el rey de Castilla Pedro Rodríguez de Azagra o Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo; los tres eran entonces vasallos del rey de Castilla y entre ellos el rey de Navarra elegiría a uno de ellos como tenente; pasados 10 años sería el rey de Castilla el que elegiría al tenente que debería prestar homenaje al rey de Navarra; si en ese plazo hubieran muerto los tres candidatos propuestos inicialmente, el rey de Navarra podría elegir tenente entre los naturales de Navarra que fueran vasallos del rey de Castilla. Pueden verse las condiciones detalladas en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321. Lo cierto es que en 1182 figura como tenente de Logroño por el rey de Castilla Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra (llamado de Sagrero en el documento); en 1183 el mismo Pedro Ruiz por el rey de Navarra; y en 1185 Ramiro de Varea señalando que tiene el lugar por ambos reyes. Volveré sobre ello más adelante; véase TURZA, Monte Laturce, doc. 47; LAMA, CDMR, T. III, doc. 285; y LEDESMA, San Millán, doc. 445.

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Sancho VI no permaneció inactivo en los años ochenta; por el contrario, intentó reforzar y consolidar su frontera occidental. Sin embargo, ahora ya no se centrará en la zona del Ebro como, sobre todo, en los territorios alaveses por donde, en efecto, vendrán los problemas más adelante. Ya no será una política de donaciones, buscando atraerse el apoyo de nobles o instituciones eclesiásticas, sino una intensa política foral destinada a favorecer el desarrollo de villas. En relación con la frontera del Ebro habría que considerar el fuero de Los Arcos de 1176 o la potenciación de un nuevo burgo en Estella en 1187; pero donde su política fue más significativa fue en reforzar su posición en Guipúzcoa con el fuero de San Sebastián de 1180, en Vizcaya con el de Durango de ese mismo año y, sobre todo, en Álava con los fueros de Vitoria de 1181 y de Antoñana y Bernedo en 1182. Además, el rey de Navarra modificó el régimen de tenencias en Álava, promoviendo una fragmentación para limitar la influencia de los Vela, que se habían situado en la órbita castellana38. A comienzos de los años 90 hubo un cambio de alianzas que llevó al establecimiento de un pacto entre Sancho VI de Navarra y Alfonso II de Aragón39. La consecuencia fue el comienzo de hostilidades en 1191. Vemos la respuesta a esa nueva situación por Alfonso VIII cuando en 1192, 1194 ó 1195 la cancillería regia de nuevo expide un buen número de documentos 38 En general, ELIZARI, Sancho VI, pp. 179-208; también MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, pp. 125-132, 148-157 y 223-234; MARTÍN DUQUE, «Sancho VI de Navarra...»; GAUTIER, «Formation et developpement...»; LACARRA, «En torno a los fueros...». Sobre el fuero de Vitoria también J.M. AREZANA URRUTIA, «Comentarios al fuero de Vitoria», en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 353-367. Sobre el fuero de San Sebastián, en general VV. AA., El fuero de San Sebastián y su época, San Sebastián, 1982, y específicamente A. J. MARTÍN DUQUE, «El fuero de San Sebastián. Tradición manuscrita y edición crítica»; y J. L. ORELLA, «Estudio jurídico comparativo de los fueros de San Sebastián, Estella, Vitoria y Logroño», en pp. 3-25 y 255-300 respectivamente. Algunos autores sostienen que Sancho VI otorgó también, quizás por entonces, un fuero a Treviño, aunque resulta dudoso; véase F. LÓPEZ, «El fuero de Treviño de Sancho VI», en Príncipe de Viana, Anejo 8 (1988), Primer Congreso General de Historia de Navarra, T. 3, Comunicaciones Edad Media, Pamplona, 1988, pp. 85-97. Se ha dicho que la política desarrollada por Sancho VI en esos años, sobre todo por lo que se refiere al desarrollo de villas reales y a la reorganización del régimen de tenencias, ocasionó que posteriormente la nobleza, sobre todo la alavesa, abandonara al rey de Navarra y aceptara el vasallaje de Alfonso VIII. Además de varios de los trabajos citados, véase FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 462-470. 39 En 1186 se había renovado la alianza entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón en el tratado de Berdejo; sin embargo, en 1190 Alfonso II estableció un alianza con Sancho VI de Navarra, el tratado de Borja, comprometiéndose ambos reyes a defenderse mutuamente contra el rey de Castilla. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T.2, doc. 460; y ZURITA, Anales, Libro II, capítulo XLIII.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

referidos a la frontera del Ebro. La situación de esos años no dará lugar a cambios territoriales, pero sí a una cierta inestabilidad que se refleja en la política de la cancillería. Son momentos de cambios e incertidumbres. Alfonso VIII sufre en 1195 la gran derrota de Alarcos a manos de los almohades; un año antes muere el rey de Navarra Sancho VI y su sucesor Sancho VII el Fuerte (1194-1234) reinicia una política de ataques en la frontera dirigidos directamente contra Logroño 40; mientras la inestabilidad se extiende también a la frontera con León, cuyo rey actuaba en alianza con los almohades. Quizás por iniciativa del rey de Aragón, en marzo de 1196 hubo una reunión de los reyes de Aragón, Navarra y Castilla, las llamadas vistas de Tarazona, con el fin de acordar la paz entre ellos y orientar los ataques contra los almohades.41 Poco después murió Alfonso II de Aragón. Su sucesor Pedro II restableció la alianza con Castilla en perjuicio de Navarra; alianza que se plasmó en el tratado de Calatayud de 1198 en el que se acordó un nuevo reparto de Navarra entre los reyes de Aragón y de Castilla. También se había restablecido la paz con León en 1197 mediante el matrimonio de Berenguela, hija de Alfonso VIII, con Alfonso IX de León. Estos acontecimientos de 1197 y 1998 serán el preludio de la gran campaña de Alfonso VIII de 1199-120042. 40 Por aquél mismo tiempo (el cronista sitúa estos hechos tras la batalla de Alarcos) el rey de Navarra, Sancho, que emparentaba con el rey de Castilla en segundo grado de consanguinidad por una y otra parte, edificó cierto castillo junto a las viñas de Logroño, al que llamó Corvo, y comenzó a devastar el reino de Castilla por aquella parte, ya que creía tener causa justa para la guerra; Crónica latina..., Capítulo 14. 41 Lo recoge un texto de marzo de 1196 en el que el vizconde de Tartas presta homenaje a Sancho VII de Navarra cuando idem rex Nauarre et rex Castelle et rex Aragonie habuerunt colloquium inter Agredam et Tirasonam; J. M. JIMENO y R. JIMENO, Archivo General de Navarra (1194-1234), San Sebastián, 1998 (= JIMENO, AGN (1194-1234), doc. 10. 42 De nuevo ambos reyes situaron castillos en garantía del cumplimiento del acuerdo; esta vez Alfonso VIII puso en fidelidad los castillos de Ágreda, Autol, Arnedo, Aguilar y Cervera; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 667. Es posible que, tal como recogen autores castellanos como J. González, siguiendo la Historia de los hechos de España o la Crónica latina, las campañas de Alfonso VIII fueran una respuesta y no una agresión, puesto que Sancho VII habría roto previamente las treguas, lo que le habría costado la excomunión por el papa Celestino III; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 842-844; y los textos de las crónicas en Historia de los hechos de España, Libro VII, Capítulo XXXII; y Crónica latina..., Capítulo 16. La versión que posteriormente se incluyo en la Crónica de los Reyes de Navarra del Príncipe de Viana, fue que Alfonso VIII aprovechó una enfermedad del rey de Navarra, entonces en Tremecén aliado del califa almohade contra el sultán de Tunez, para invadir su reino; véase el Libro III, Capítulo XIII. Sin embargo, es más probable que Sancho VII pasase al territorio almohade precisamente como consecuencia de las campañas de Alfonso VIII y no antes, tal y como indica la Crónica de España de García de Eugui; véase WARD (ed.), Crónica d’Espayna, pp. 353 y 390. Sobre todo ello véase FORTÚN, Sancho VII, pp. 149-152 y 165-174.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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El Cuadro 2 indica un aumento notable del volumen de documentos regios referidos a la frontera del Ebro en esos años de inestabilidad previos a la campaña de 1199. Es posible que ambos hechos estén relacionados, como hemos visto en otras ocasiones, pero hay que tener en cuenta que el número total de documentos regios conservados para esos años es escaso, lo que puede hacer que las cifras aparezcan un tanto distorsionadas. Hay que tener en cuenta también que las campañas de Alfonso VIII se van a dirigir a las zonas alavesas, vizcaínas y guipuzcoanas, no directamente a la zona del Ebro donde la frontera no sufrirá modificaciones. En la primavera de 1199 Alfonso VIII se dirigió con su ejército contra Navarra y en pocos meses conquistó Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado, la parte de Vizcaya que aún pertenecía a Navarra. El hito militar más destacado fue la conquista de Vitoria, que resistió varios meses el cerco del ejército castellano, hasta los últimos días de 1199 o los primeros de 120043.

43 Son episodios que han sido analizados con detalle por los historiadores, tanto navarros como castellanos, y que quedaron reflejados en las crónicas con cierto detalle; por ello recogemos únicamente lo dicho por Jiménez de Rada en la Historia de los hechos de España, Libro VII, Capítulo XXXII: Seguidamente, el noble rey Alfonso, con el propósito de vengar las afrentas del rey de Navarra, armó un ejército con el concurso de su fiel amigo el rey de los aragoneses, a fin de atacar Navarra; y conquistaron Ruconia y Aibar, que pasaron a manos del rey de Aragón. Conquistaron también Inzura y Miranda, que fueron para el noble rey. Y de esta forma ambos reyes, tras llevar a cabo diversas operaciones de castigo, regresaron a sus tierras. Por su parte, el noble rey Alfonso de Castilla volvió a atacar el condado de Treviño y Álava y, después de un largo asedio, inició el asalto de Vitoria. Mientras tanto, el rey Sancho de Navarra, hombre de probado valor y fortaleza pero obcecado de por sí, dejando el reino al azar, se marchó junto a los árabes acompañado en su viaje por unos cuantos nobles, y permaneció allí algún tiempo esperando el regreso de unos mensajeros que había enviado al Miramamolín del otro lado del mar. Una vez que volvieron éstos cargados de dineros y regalos, el rey seguía por aquellas tierras yendo de una ciudad a otra de los árabes con la única intención de allegar fondos. Mientras tanto, los asediados de Vitoria, extenuados por el combate y el esfuerzo y enflaquecidos por la falta de provisiones, afrontaron el riesgo de la rendición. Pero García, el venerable obispo de Pamplona, persona de enorme generosidad, en cuanto vio el peligro que comportaba el hambre, corrió a las tierras de los árabes en busca del rey Sancho, acompañado de uno de los asediados; y una vez expuesta la verdad de la situación, consiguió del rey la autorización para entregar Vitoria al rey de Castilla. Y regresando en el plazo establecido junto con el caballero que los asediados de Vitoria le habían proporcionado, dio a conocer el encargo del rey Sancho de entregar Vitoria al rey de Castilla. Y de esta forma conquistó el noble rey Alfonso Vitoria, el condado de Treviño, Álava y Guipúzcoa con las fortalezas y castillos de estas tierras, salvo Treviño, que la obtuvo más tarde a cambio de Inzura; en otro trueque también dio Miranda a cambio de Portilla. Conquistó San Sebastián, Fuenterrabía, Belascoaga, Zaitegui, Aizcorroz, Arlucea, Arzorocia, Victoriano, Marañón, Auza, Ataun, Irurita y San Vicente. Por su parte el rey de Navarra regresó provisto de presentes del agareno, pero desprovisto de todo lo reseñado y de la gloria.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Como consecuencia de esta campaña, el rey de Navarra perdió definitivamente una parte importante de los territorios que controlaba hasta entonces. La frontera entre Castilla y Navarra se modificó sustancialmente, pero no hubo cambios en la zona del Ebro. Alfonso VIII obtenía nuevas tierras y lograba unir Castilla con los territorios de la Gascuña en el sur de Francia que reclamaba por la dote de su esposa y que, en efecto, logrará controlar poco después aunque de una manera efímera. Probablemente esta campaña castellana de 1199-1200 sí fue una importante campaña militar realizada por un ejército numeroso44. Sin embargo las conquistas, excepción hecha de Vitoria, fueron relativamente rápidas y no hubo una reacción navarra posterior significativa. Da la impresión de que Alfonso VIII no tuvo grandes dificultades en hacerse con un control efectivo y eso tuvo que deberse a la alianza con los sectores más destacados de la nobleza de la zona. Nobles que veían en la corte y la política castellanas posibilidades más claras de enriquecimiento y ascenso social que en la corte y la política de Sancho VII de Navarra45. Unas posibilidades de enriquecimiento 44 Un reflejo de la magnitud de la campaña y de la actuación del ejército castellano nos lo ofrece un texto datado en agosto de 1200 en el que Alfonso VIII concede al monasterio de Iranzu, cerca de Estella, libertad de pastos en todo su reino con exención de montazgos y herbazgos, y exención también del pago de pedagium y de requariam en todo el reino por el pan y las otras cosas que llevaran al monasterio. Esta concesión se hace para compensar al monasterio por los daños causados por el ejército regio, que tomó el pan del monasterio y otras cosas más: ...Notum uobis facio quod monachi de Irancio panem suum et alia quamplurima de rebus suis pro meo exercitu amiserunt. Ideoque, pro dampno eis illato, toto corde volo et firmiter precipio quod omnes sui ganati per totum regnum meum eant et redeant ac pascant secure. Nec aliquis sit ausus ganatos suos seu res suas in aliquo impedire seu contrariare, vel montaticum de eis accipere seu herbaticum, nec aliquam violenciam eis inferre. Addo preterea, ad restitutionem illius dampni quod predicti monachi pro meo exercitu receperunt, quod de pane et de propriis rebus suis omnibus quas ad opus monasterii sui detulerunt nullam in aliqua regni mei parte pedagium vel requariam tribuant. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 690. Sin embargo, conviene tener en cuenta que este texto se conserva sólo en una copia del siglo XVIII de una confirmación por Fernando III y me parece muy probable que esté, cuando menos, interpolado, puesto que las fórmulas diplomáticas no corresponden con las de la cancillería de Alfonso VIII. Sobre las cuestiones militares y la composición del ejército, puede verse lo dicho por F. GARCÍA FITZ en Las Navas de Tolosa, Madrid, 2005, pp. 155-240. 45 Probablemente no fue sólo una reacción contra el rey de Navarra causada por su política de los años 80 y 90, como han señalado algunos autores (FORTÚN, «La quiebra se la soberanía...»), sino también una reacción a favor de Alfonso VIII o, mejor dicho, de las posibilidades que ofrecía el vasallaje al rey castellano. Las conquistas de Alfonso VIII, su contexto y condiciones, han sido objeto de reflexión reciente al hilo de la conmemoración de su aniversario. Así la Revista Internacional de Estudios Vascos, 45-2 (2000), publicó un «Dossier» titulado «800 Aniversario de la conquista de Álava, Gipúzcoa y el Duranguesado», donde, además del artículo ya citado de FORTÚN, «La

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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y promoción que entonces estaban claramente en la guerra contra los musulmanes y la expectativa de botín y de conquistas. Sólo la oposición de la nobleza de la zona podía hacer peligrar las conquistas y esa posibilidad pareció abrirse camino en 1202. Tras la campaña de 1199-1200, quizás tras la rendición de Vitoria, se estableció una tregua que consolidaba las conquistas de Alfonso VIII. Sin embargo, a finales de 1201 Diego López de Haro se desnaturó, renunció a sus lazos con el rey de Castilla y pasó a Navarra. Era uno de los nobles más poderosos del reino y el centro de su poder era, precisamente, la frontera oriental de Castilla y, significativamente, la zona de la frontera del Ebro. Aunque más tarde se trasladó a León, en un primer momento Diego López de Haro pasó a Navarra y desde Estella se enfrentó a su antiguo señor el rey de Castilla46. En ese contexto, la quiebra de la soberanía...», se incluyen otras contribuciones de interés: J. A. FERNÁNDEZ DE LARREA, «La conquista castellana de Álava, Guipúzcoa y Durango (1199-1200)», en pp. 425-438; y M. RAMOS AGUIRRE, «La frontera occidental del reino de Navarra en 1200: la perspectiva arqueológica», en pp. 495-538. También merece la pena considerar M. LARRAÑAGA ZULUETA, «La incorporación de Álva, Vizcaya y Guipúzcoa a la corona de Castilla», en Anuario de la Universidad Internacional SEK, 9 (2004), pp. 65-76. El debate gira en torno a lo que podríamos definir como el «grado de colaboración de los conquistados con el rey conquistador» y no está exento de un contenido político contemporáneo pero, fuera de la política regional, tiene un grado de trascendencia bastante menor. Ha resumido las principales opiniones LEMA en «Evolución política...», p. 116. Un ejemplo de posiciones ahistóricas defendidas por eruditos locales en T. URZAINKI, La ‘voluntaria’ conquista. 800 Aniversario del sitio de Gasteiz, Vitoria, 2000. 46 Sobre la ruptura de Diego López de Haro y su enfrentamiento en Estella con el rey, da algunas noticias la Historia de los hechos de España, Libro VII, Capítulo XXXIII: Una vez concluido todo esto, Diego López, señor de Vizcaya, que era considerado el principal de todos los nobles de España, se enajenó la voluntad del noble rey rompiendo su amistad. Por ello, tras hacer entrega de los feudos que ocupaba, se marchó junto al rey de los navarros; y desde allí ocasionó graves daños a los castellanos mediante continuos asaltos y correrías. Pero el noble rey Alfonso, que no toleraba una afrenta, luego de convocar a su yerno el rey de León irrumpió en las tierras de los navarros. Y habiendo puesto sitio con gran ardor a Estella, el más noble enclave de los navarros, Diego López de Vizcaya, que se hallaba dentro de la ciudad con muchos nobles, aguantó con vehemencia los ataques de los castellanos, y entre los plantones de las viñas se sucedieron las muertes y los lances del combate. Pero como la ciudad embotaba las fuerzas de los atacantes por la solidez de su muralla y la esperanza de la victoria comenzaba a debilitarse, los reyes levantaron el asedio de la ciudad, y después de arrasar los alrededores con gran perjuicio para los de allí, los reyes regresaron a sus tierras. Seguidamente se estableció una tregua por algún tiempo entre el rey de Castilla, el rey de Navarra y el rey de León... Probablemente entonces tomó Vizcaya también Alfonso VIII, tal y como se señala un documento de 1202 del monasterio de Cañas, realizado in illo anno quod rex Alfonsus intravit in Navarra cum illo rex de Leon et ganavit Bizchaia; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 6. (Por error, GONZÁLEZ atribuyó este documento y estos hechos al año 1203, en Alfonso VIII, T. 1, p. 862, nota 94).

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CAMBIOS Y ALIANZAS

zona del Ebro pasa a ocupar de nuevo un lugar central en la política de Alfonso VIII y, como vemos en el Cuadro 2, los documentos referidos a esta zona vuelven a alcanzar porcentajes significativos. Especialmente en 1202, cuando podemos fechar las hostilidades de Diego López de Haro desde Estella, y en menor medida en 1203. Es posible que por entonces Alfonso VIII considerara que había llevado sus conquistas navarras demasiado lejos. Al menos así parece reflejarse en un testamento elaborado a finales de 1204 en el que ordena que se devuelvan al rey de Navarra algunos lugares que había ganado unos años antes47. Ese testamento nos da también alguna pista sobre las razones del desnaturamiento de Diego López de Haro, al menos sobre algunas

Sobre la reconciliación posterior, ya en 1206, la Crónica latina..., capítulo 17: Al volver de Gascuña (Alfonso VIII) firmó la paz y perdonó a don Diego López, que había estado desterrado ya mucho tiempo. El desnaturamiento del magnate, uno de los principales apoyos del rey hasta entonces, debió ser un acontecimiento de primera magnitud en el reino. Tanto que las condiciones en que se desarrolló quedaron recogidas en una fazaña que se convirtió en ley del derecho nobiliario castellano: Este es fuero de Castilla: Que quando el rrey hecha a algund rrico-ome de la tierra, a le dar treinta días de plazo por fuero e después nueve días y después terçero día y dévele el rrey dar un cavallo y todos los rricos-omes que fincan en la tierra dévenle dar sendos cavallos. Y si algund rrico-ome non ge lo quisiere dar, si él lo presiere en façienda después, si no quisier, no le dexará de la presión, pues que no le dio el cavallo. Esto fizo don Diego, el Bueno, quando salió de la tierra y preso muchos rricosomes, a aquellos que le non quisieron dar los cavallos. Fuero de los Fijosdalgo y las fazañas del Fuero de Castilla, 18; Pseudo Ordenamiento de León, 18; y Fuero Viejo de Castilla, Libro I, Título IIII, Ley II. Los tres textos según las ediciones de J. ALVARADO y G. OLIVA, Los Fueros de Castilla, Madrid, 2004, pp. 424, 456 y 512. El exilio y los enfrentamientos con el rey quedaron también recogidos en el escatocolo de un documento que señala ...tunc erat inquietacio magna inter ipsem (Alfonso VIII) et regem Nauarrie quia Diag Lopez de Faro discesserat a regno cum omnibus quos poterat et erat aduersarius regno et regi Castelle. Se trata de un documento copiado en el Cartulario de Rioseco que lleva la fecha de 1193 (era Mª.CCª.XXXIª), pero sin duda se trata de un error de copia y el documento debe fecharse en 1203. Así se puede entender la referencia a Alfonso VIII reinando en Álava, o las menciones de Gutierre Díaz de Sandoval (merino mayor entre 1198 y 1205), el mayordomo Gonzalo Ruiz de Campos (que lo fue entre 1198 y 1206) o el alférez conde Fernando (entre 1201 y 1205). Véase I. CADIÑANOS, El monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco. Valle de Manzanedo-Villarcayo. Historia y cartulario, Villarcayo, 2002 (= CADIÑANOS, Rioseco), doc. 60. 47 El rey de Castilla prometía devolver al de Navarra lo que había ganado desde el puente de Arano (en el Urumea) hasta Fuenterrabía y los castillos de Buradón, San Vicente de Arana, Marañón, Alcázar y Santa Cruz de Campezo, la villa de Antoñana y los castillos de Atauri y de Portilla de Corres; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769; y para la identificación de los lugares MARTÍNEZ DÍEZ, Alfonso VIII, p. 96; también FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 486-487.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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de ellas. Se trata del desarrollo de Miranda de Ebro tras el fuero de 1177, que atraía pobladores de lugares cercanos que se despoblaban, como Bardauri, lugar de Diego López de Haro48. No era el único caso, puesto que mandaba también el rey que se destruyeran varias populationes quas de nouo feceram... pro quibus multa dampna euenerunt militibus et ordinibus, ordenando que sus pobladores volvieran a sus lugares de origen. Esas poblaciones eran Nájera, Baños, Grañón, Ibrillos, Sajazarra y Frías, situadas en la zona de la frontera del Ebro o en sus proximidades, y Carranza, más al norte en Vizcaya. Alude el rey, como sucedía en Miranda, a

48 El rey ordena también devolver a Diego López de Haro Vizacaya y todas las heredades que le había dado a cambio de Cameth, es decir los lugares que había perdido el magnate tras su desnaturamiento en 1201: ...Mando etiam quod dompno Didaco Lupi reddatur absolute Bizcaya et omnes alie hereditates quas quondam ei dederam pro concambio de Cameth, sine altera pleytesia. ... Et etiam homines de Bardahuri qui ad Miranda populari uenerunt ex quo dompnus Didacus Lupi a me recessit, pocius sponte sua quam precepto meo, ad sua loca reuertantur, et Deo promitto quod si uixero eos reverti faciam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769. J. González señala que probablemente Alfonso VIII había dado Vizcaya a Diego López en 1171, aunque la ocupación de Vizcaya no se produjo seguramente hasta 1175. Más problemas plantea identificar a qué lugar o zona se refiere el topónimo Cameth; no creo que haga referencia a los Cameros, que por entonces estaban en manos de Pedro Jiménez o de su hermano Diego Jiménez; tampoco creo que se refiera a Cameno, cerca de Briviesca. Un documento de 1187 publicado en LEDESMA, San Millán, doc. 454, dice en el escatocolo Regnante rege Aldefonso cum uxore sua regina domna Alienor in Castella, in Toleto, in Placencia, in Conca, in Canneth, in tota Strematura, in Burgis, in Naiara et in Calagura. Ese Canneth es Cañete en Cuenca y me inclino a pensar que el Cameth del testamento de Alfonso VIII se refiere al mismo lugar, conquistado un poco antes que Cuenca y que habría sido dado a Diego López de Haro y después recuperado por el rey a cambio de Vizcaya. No me consta que los Haro tuvieran el señorío de Cañete, pero sí tuvieron el señorío de otro lugar de la zona llamado precisamente Haro que, según J. González, fue dotado con algunas aldeas y repoblado con el fuero de Cuenca. Véase GONZÁLEZ, «Repoblación de las tierras de Cuenca», en Anuario de Estudios Medievales, 12 (1982), pp. 183-204, especialmente 194-197; también J. CANOREA HUETE, «Las tierras de Cuenca a finales del siglo XII. Nobleza y organización del espacio», en R. IZQUIERDO y F. RUIZ (coords.), Alarcos 1195. Actas del Congreso Internacional conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos, Cuenca, 1996, pp. 415-431, especialmente p. 423. Por su parte, C. VILLAR ha sostenido que Cañete debió ser conquistado por Pedro Ruiz de Azagra desde Albarracín y que después entregó la villa al rey, en cuyas manos consta ya en 1187; véase «Evolución constructiva del castillo de Cañete y su recinto amurallado», en VV. AA., El legado de Cañete. Jornadas medievales en honor a D. Álvaro de Luna, Condestable de Castilla, nacido en esta villa, Cuenca, 2002, pp. 199-256, especialmente pp. 211-212. Pero lo cierto es que se trata de una hipótesis no documentada y, en cualquier caso, pudo Pedro Ruiz de Azagra ceder Cañete a Diego López de Haro y ser éste quien se la diera después al rey a cambio de Vizcaya.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

repoblaciones interiores, a la política de potenciación de villas para reforzar su posición en la zona49. Ni las pueblas fueron destruidas, ni tampoco el rey de Navarra recuperó los lugares señalados. Al contrario, las conquistas de Alfonso VIII se consolidaron en una tregua firmada con Sancho VII en 1207. De nuevo se dieron garantías de su cumplimiento poniendo castillos en fidelidad. En este caso Alfonso VIII puso los de Clavijo, Jubera y Ausejo, que pasarían a manos de un rico hombre designado por él pero entre cuatro posibles elegidos por el rey de Navarra50. Ya no hubo más cambios territoriales, sólo algunas modificaciones en la frontera alavesa que permitieron al rey de Navarra recuperar algunos lugares, que fueron entregados por Alfonso VIII en el contexto de la participación de Sancho VII en la batalla de las Navas en 121251. El Cuadro 2 muestra como la expedición de documentos por la cancillería regia referidos a esta zona se mantiene ya en números relativamente bajos durante los últimos años del reinado de Alfonso VIII. En algunos años, como 1209, los porcentajes son algo más elevados, pero no existe ya una relación directa entre ese ligero aumento y problemas fronterizos. Por último, los Cuadros 3 y 4 muestran los documentos regios del reinado de Enrique I (1214-1217) y de los primeros años del de Fernando III (hasta 1220). La cancillería de Enrique I expidió pocos documentos durante su breve reinado –o, al menos, po49 ...Promisi etiam in manu domini Toletani et promitto Deo et beate Marie ut populationes quas de nouo feceram, scilicet, de Nagera, de Bannos, de Grannon, de Libriellos, de Saayazaarra, de Fridas, de Carrancas, ex quibus et pro quibus multa dampna euenerunt militibus et ordinibus, destruam, et populatores qui ad eas uenerunt ad loca sua reuerti faciam. Si uero me prius mori contigerit, mando quod regina uxor mea et filius meus dominus F. destruant eas, et faciant populatores redire ad loca illa unde uenerunt. Et etiam homines de Bardahuri.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769. Volveremos más adelante con detalle sobre esta política. La bibliografía sobre las repoblaciones interiores es ya abundante; remito ahora sólo a la obra específica de P. MARTÍNEZ SOPENA sobre las villas riojanas: «Logroño y las villas riojanas entre los siglos XII y XIV», en J.A. SESMA (coord.), Historia de la ciudad de Logroño, T. II, Edad Media, Logroño, 1995, pp. 279-322, y los mapas en p. 291. 50 Como es habitual, se establecen condiciones detalladas sobre la tenencia de los castillos; en este caso, además, se establece que seis ricos hombres castellanos harán homenaje al rey de Navarra y que, si el de Castilla rompe la tregua, pasarán al servicio del rey de Navarra con sus tropas (militibus et hominibus) y le ayudarán en la guerra contra Castilla. Las mismas obligaciones se establecen también para seis ricos hombres navarros; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T, 3, doc. 813. 51 Lo señala la Crónica latina..., Capítulo 25, sin especificar los lugares (Entonces el rey glorioso restituyó al rey de los navarros, que había venido en su ayuda, aunque con pocos, ciertos castillos que el mismo rey noble había tomado del reino de Navarra), que S. HERREROS en «La génesis de la frontera navarra ante Álava», en Vitoria en la Edad Media, Vitoria, 1982, pp. 603-610, ha identificado en la frontera alavesa; véase el mapa en p. 604; también FORTÚN, «La quiebra de la soberanía...», pp. 488-489.

LOS ACONTECIMIENTOS Y LOS DOCUMENTOS REGIOS CONSERVADOS

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cos son los que se han conservado– y las cifras más elevadas referidas a la zona del Ebro –como en el año 1216– corresponden mayoritariamente a confirmaciones de textos anteriores. Tampoco las cifras de los primeros años del reinado de Fernando III son significativas mostrando, de nuevo, que la frontera del Ebro ya no era un elemento primordial en la política regia como lo había sido en las décadas anteriores52.

Cuadro 3 Documentos de Enrique I (1214-1217) Año 1214 1215 1216 1217 TOTAL

Total docs. 10 19 16 7 52

Docs. frontera 0 0 3 1 4

% 0,00 0,00 18,75 14,29 7,69

Fuente: Elaboración propia a partir de J. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, completado con la documentación conservada de la zona. Véanse los comentarios en los Cuadros 1 y 2.

Cuadro 4 Documentos de Fernando III (1217-1220) Año

Total docs.

Docs. frontera

%

1217 1218 1219 1220 TOTAL

12 41 45 26 124

2 5 2 1 10

16,67 12,20 4,44 3,85 8,06

Fuente: Elaboración propia a partir de J. GONZÁLEZ, Reinado y diplomas de Fernando III, T. 2, Córdoba, 1983, completado con la documentación conservada de la zona. Véanse los comentarios en los Cuadros 1 y 2.

52 Sobre evolución en las primeras décadas del siglo XIII , véase A. RODRÍGUEZ LÓPEZ, La consolidación territorial de la monarquía feudal castellana. Expansión y fronteras durante el reinado de Fernando III, Madrid, 1994, pp. 219-232; y L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, «De la tempestad al sosiego. Navarra y Castilla en la primera mitad del siglo XIII», en VV. AA., Fernando III y su tiempo (1201-1252), Ávila, 2003 (= FORTÚN, «Tempestad»), pp. 259-303.

SEGUNDA PARTE EL REY Y LOS AGENTES POLÍTICOS

Una vez que hemos repasado la evolución de los acontecimientos en relación con los documentos conservados, conviene analizar con un cierto detalle el contenido de la política regia expresado en esos documentos. Repasaremos ahora la política del rey hacia los principales agentes políticos de la zona: las instituciones eclesiásticas, los concejos y los nobles. El Cuadro 5 resume las cifras globales en relación con cada uno de los agentes mencionados en los sucesivos reinados durante el período entre 1145 y 1220. Los Cuadros 6, 7, 8, 9 y 10 detallan esos mismos datos en su evolución anual.

Cuadro 5 Documentos regios entre 1145-1220. Cifras totales por reinados Reinado

Alfonso VII (1145-1157) Sancho III (1145-1158) Alfonso VIII (1158-1214) Enrique I (1214-1217) Fernando III (1217-1220) TOTAL

Iglesia

A

B

Nobles y particulares

12

52,17 12,50

6

17

73,91 17,71

2

64

52,89 66,67

28

2 1 96

50,00

2,08

1

10,00 1,04 53,04 100,00

3 40

A

C

Concejos

A

D

Total

E

5

21,74

11,11

23

12,71

5,00

4

17,39

8,89

23

12,71

23,14 70,00

29

23,97

64,44 121

66,85

2,50

1

25,00

30,00 7,50 22,10 100,00

6 45

26,09 15,00 8,70

25,00

2,22

4

2,21

60,00 13,33 10 5,52 24,86 100,00 181 100,00

Columna A: % sobre el total de documentos de cada reinado. Columna B: % sobre el total de documentos a favor de instituciones eclesiásticas Columna C: % sobre el total de documentos a favor de nobles y particulares Columna D: % sobre el total de documentos a favor de concejos Columna E: % sobre el total de documentos Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios a los Cuadros 1, 2, 3 y 4.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Cuadro 6 Donaciones regias de Alfonso VII (1145-1157). Cifras anuales Año

Iglesia

1145 1146 1147 1148 1149 1150 1151 1152 1153 1154 1155 1156 1157 Total

1 1 0 1 2 0 1 3 1 1 1 0 0 12

Nobles y particulares 0 0 2 1 0 0 3 0 0 0 0 0 0 6

Concejos

Total

0 0 1 1 2 0 1 0 0 0 0 0 0 5

1 1 3 3 4 0 5 3 1 1 1 0 0 23

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios al Cuadro 1.

Cuadro 7 Donaciones regias de Sancho III (1157-1158). Cifras anuales Año

Iglesia

1145 1146 1147 1148 1149 1150 1151 1152 1153 1154 1155 1156 1157 1158 Total

1 0 0 0 1 0 0 1 3 0 4 2 4 1 17

Nobles y particulares 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 2

Concejos

Total

0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 2 0 4

1 0 0 0 1 0 0 1 3 1 5 2 7 2 23

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios al Cuadro 1.

EL REY Y LOS AGENTES POLÍTICOS

59

Cuadro 8 Donaciones regias de Alfonso VIII (1158-1214). Cifras anuales Año

Iglesia

s.a 1158 1159 1160 1161 1162 1163 1164 1165 1166 1167 1168 1169 1170 1171 1172 1173 1174 1175 1176 1177 1178 1179 1180 1181 1182 1183 1184 1185 1186 1187 1188 1189 1190 1191 1192

3 0 0 0 0 0 0 0 2 0 1 1 2 5 3 2 2 1 4 3 1 0 2 2 0 0 0 2 0 0 2 0 7 0 0 4

Nobles y particulares 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 4 0 0 3 0 1 1 0 1 0 0 2 0 0 1 1 0 1 0 1

Concejos

Total

2 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 1 1 1 0 1 1 0 0 1 0 0 2 0 1 0 1 0

5 0 0 0 0 0 0 0 3 1 1 1 2 5 3 2 6 4 4 7 2 2 3 3 2 0 0 5 0 0 5 1 8 1 1 5

60

CAMBIOS Y ALIANZAS

Año 1193 1194 1195 1196 1197 1198 1199 1200 1201 1202 1203 1204 1205 1206 1207 1208 1209 1210 1211 1212 1213 1214 Total

Iglesia 0 1 3 0 2 0 1 0 0 1 3 0 0 0 0 0 1 0 0 1 1 1 64

Nobles y particulares 0 0 0 1 0 2 1 0 1 1 0 0 1 0 0 0 1 1 0 1 0 1 28

Concejos 1 2 3 0 0 0 0 0 0 2 1 1 0 0 2 0 2 0 0 0 0 0 29

Total 1 3 6 1 2 2 2 0 1 4 4 1 1 0 2 0 4 1 0 2 1 2 121

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios al Cuadro 2.

Cuadro 9 Donaciones regias de Enrique I (1214-1217). Cifras anuales. Año

Iglesia

1214 1215 1216 1217 Total

0 0 2 0 2

Nobles y particulares 0 0 0 1 1

Concejos

Total

0 0 1 0 1

0 0 3 1 4

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios al Cuadro 3.

EL REY Y LOS AGENTES POLÍTICOS

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Cuadro 10 Donaciones regias de Fernando III (1217-1220). Cifras anuales Año

Iglesia

1217 1218 1219 1220 Total

0 0 0 1 1

Nobles y particulares 0 3 0 0 3

Concejos

Total

2 2 2 0 6

2 5 2 1 10

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios al Cuadro 4.

Con la flexibilidad que ya se ha señalado páginas más arriba, podemos considerar un total de 181 documentos regios expedidos entre 1145 y 1220. Una primera observación general que debemos realizar es que disponemos de un número considerable de documentos. Es imposible saber los que faltan; probablemente muy pocos o casi ninguno en relación con las instituciones eclesiásticas; algunos, pero quizás no muchos, dirigidos a concejos; y es imposible saber cuántos en relación con la nobleza. Pero la cifra es suficientemente alta como para que la consideremos significativa. Así pues, con los textos disponibles es posible reconstruir las líneas generales de la política regia en esta zona y en este período. Las cifras globales (véase el Cuadro 5) nos deparan pocas sorpresas. Las instituciones eclesiásticas acaparan algo más de la mitad de los documentos conservados. Esa situación se explica en primer lugar, lógicamente, por las circunstancias de la conservación de los documentos; aunque es posible que si se hubiesen conservado todos los documentos regios expedidos en ese período también hubieramos obtenido cifras más favorables para las instituciones eclesiásticas que para el resto de los agentes políticos. En cualquier caso, con los textos conservados, los concejos y los nobles y particulares se reparten alrededor de la cuarta parte cada uno. Lógicamente, la cifra más elevada corresponde al reinado de Alfonso VIII (121 documentos), que ocupa también la mayor parte del marco temporal considerado y forma el centro de este trabajo. Los documentos de Alfonso VIII expresan bien las proporciones generales que hemos mencionado, igual que los de Alfonso VII. Entre los documentos de este último, los dirigidos a nobles y particulares se concentran en momentos muy concretos, en 1147 y 1148 y en 1151, cuando se otorgaron los seis documentos recogidos en este grupo. Entre los documentos de Sancho III se da la mayor proporción de documentos eclesiásticos y la menor de documentos diri-

62

CAMBIOS Y ALIANZAS

gidos a nobles. Es significativo, además, que más de la mitad de los documentos dirigidos a instituciones eclesiásticas, 10 sobre 17, se concentren en dos núcleos: la catedral de Calahorra y el monasterio de Nájera. El breve reinado de Enrique I nos ofrece muy pocos textos y en cuanto a los primeros años del reinado de Fernando III, entre 1217 y 1220, merece la pena destacar la mayor proporción de documentos dirigidos a concejos (el 60%); aunque hay que señalar que, en la mayor parte de los casos, se trata de confirmaciones de fueros o de privilegios anteriores.

Capítulo II LA IGLESIA

Dado que los documentos referidos a las instituciones eclesiásticas son mayoría, conviene que comencemos por ellos el análisis más detallado. Además, como ya he apuntado, mi impresión es que, en este caso, los documentos conservados sí son casi todos los que se expidieron en el período considerado. Para este análisis tomaremos como referencia el Cuadro 11, donde se recogen los documentos regios dirigidos a las instituciones eclesiásticas agrupados por las instituciones beneficiarias. Cuadro 11 Donaciones regias a las instituciones eclesiásticas (1145-1220) Iglesia A. VII Monasterio de Nájera 5 Catedral de Calahorra 1 Monasterio de San Millán 0 Monasterio de Fitero (y Niencebas) 3 Monasterio de Oña 0 Monasterio de Monte Laturce (y Rute) 2 Monasterio de Bujedo 0 Monasterio de Herrera 0 Monasterio de Obarenes 0 Monasterio de La Calzada 0 Monasterio de Albelda 0 Alberguería de Río Peros 0 Antolino y sus sociis 0 Arcediano de Calahorra 0 Canónigo de Calahorra 0

S. III 4 6 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

A. VIII 8 6 12 3 5 3 4 4 4 2 2 1 1 1 1

E.I 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

F. III 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

Total 18 13 12 9 5 5 4 4 4 2 2 1 1 1 1

64

CAMBIOS Y ALIANZAS

Iglesia Clérigos de Logroño Clérigos de Grañón Monasterio de Cluny Iglesia de la Redonda de Logroño Iglesia de la Valcuerna de Logroño Monasterio de Cañas Monasterio de Valvanera Monasterio de Tulebras Monjas (Alcanadre) Orden de Calatrava Orden del Temple Obispo de Burgos Obispo de Calahorra Templario TOTAL

A. VII 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 12

S. III 1 1 0 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 1 17

A. VIII 0 0 1 0 1 1 1 0 0 1 0 1 1 0 64

E.I 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2

F. III 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1

Total 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 96

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios a los Cuadros 1, 2, 3 y 4.

Entre individuos eclesiásticos e instituciones encontramos un total de 29 beneficiarios eclesiásticos distintos de donaciones y privilegios regios. En el Mapa 2 señalo la localización de las principales instituciones. Es una cifra elevada que merece algunos comentarios. La gran mayoría recibieron uno o a lo sumo dos documentos; sólo 6 instituciones recibieron 5 ó más documentos, y 3 recibieron más de 10. Es decir, por encima de ese gran número de instituciones, hay que tener en cuenta que la política regia se concentró en beneficiar a unas pocas instituciones: la catedral de Calahorra y los principales monasterios de la zona, algunos con una larga trayectoria anterior, como Nájera, San Millán u Oña, y otros de fundación o refundación en este período, como Fitero, o San Prudencio de Monte Laturce. Si hacemos una revisión cronológica (véanse los Cuadros 6, 7, 8, 9 y 10) podemos ver cómo las donaciones a las instituciones eclesiásticas se extienden a lo largo de todo el período estudiado, pero son más numerosas las realizadas por Sancho III entre 1155 y 1157, o las realizadas por Alfonso VIII entre 1170 y 1176. Sin embargo, van a ser muy escasas en la minoría de Alfonso VIII entre 1158 y 1169 o con posterioridad a 1204. Las razones de esos ritmos temporales ya se han ido explicando en el capítulo anterior.

LA IGLESIA

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Mapa 2 Principales instituciones eclesiásticas en la frontera del Ebro R. Ebro M. Oña M. Obarenes M. Bujedo

M. Herrera

Logroño: (Valcuerna y Redonda) M. Santo Domingo M. Nájera R. Tirón

M. Cañas M. Albelda

R. Oja

M. San Millán

Cat. Calahorra M. Monte Laturce

R. Cidacos

M. Fitero M. Tulebras R. Alhama

R. Leza

R. Iregua

R. Najerilla

M. Valvanera

II.1. Monasterio de Nájera Según la documentación conservada, la política regia en la zona entre 1145 y 1220 se dirigió en primer lugar a favorecer al monasterio cluniacense de Santa María la Real de Nájera, que recibió un total de 18 documentos. La mitad corresponde a donaciones o confirmaciones realizadas por Alfonso VII y Sancho III entre 1149 y 1158, y 6 de los 8 documentos de Alfonso VIII fueron expedidos entre 1165 y 1180; de manera que la política de donaciones y confirmaciones regias al monasterio de Nájera se corresponde, en líneas generales, con momentos de fuerte inestabilidad en la frontera en relación con Navarra1. El monasterio de Nájera había sido fundado a mediados del siglo XI por el rey García Sánchez III de Navarra, quien lo había convertido en panteón real. Más tarde Alfonso VI lo entregó al monasterio de Cluny, convirtiéndolo en priorato cluniacense. Desde la fundación fue haciéndose con un importante dominio territorial; por otro 1 Puede verse un resumen de la política de Alfonso VIII con el monasterio de Nájera en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 483-493.

66

CAMBIOS Y ALIANZAS

lado, por ser panteón de la casa real de Navarra tenía una posición simbólica muy importante. Los años de las últimas décadas del siglo XII se caracterizaron por los conflictos con los obispos de Calahorra sobre la jurisdicción eclesiástica, conflictos no exentos de algunos episodios violentos. Hay que tener en cuenta que, en sus orígenes, el monasterio surgió como sede episcopal para el obispo de la diócesis de Calahorra; más tarde perdió ese carácter al pasar a depender de Cluny, pero siguió habiendo obispos residentes en Nájera durante un tiempo. No es raro, por lo tanto que después los obispos de Calahorra intenten recuperar los derechos eclesiásticos adscritos en sus orígenes al monasterio y que perdieron al vincularse a Cluny2. En 1149 Alfonso VII dio al monasterio el diezmo del portazgo de Logroño y unos días más tarde esa donación fue confirmada por Sancho III quien quizás añadió también el diezmo del portazgo de Nájera3. En los años siguientes el monasterio obtuvo importantes confirmaciones de bienes recibidos en la época de la fundación. Alfonso VII confirmó en 1151 las posesiones que tenía el monasterio en la villa de Nájera y en sus alrededores y concedió exención de los tributos regios para esas heredades4. El año siguiente el emperador confirmó también los lugares de Cuevacardiel, Villalmondar y el monasterio de San Pelayo, en la zona de Oca, que habían sido dados por García Sánchez III; concedió también el privilegio de exención y fijó las prestaciones de sus habitantes5. Unos meses más tarde, en diciembre de 1152 confirmó igualmente la donación de la villa de Atayo, en el valle del Iregua cerca de Entrena, que había dado al monasterio doña Mayor, hija del rey García Sánchez de Navarra, en 1077. Por ese mismo texto, incluía también el emperador la donación de una mina en Torrecilla de Cameros, villa perteneciente al monasterio, y el derecho de poder establecer nuevas minas Sobre la historia del monasterio en general CANTERA, Nájera, T. 1. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 3; y CANTERA, Nájera, T, 2, docs. 54 y 55. Véase lo dicho sobre estos textos más arriba en la nota 4 del Capítulo I. 4...facio cartam donationis..., de domibus et molendinis et terris, cultis vel incultis, quas in villa Naiarensi vel circa ipsam usque ad hanc diem habuistis; scilicet, in barrio de Ferraria, et in barrio Sancti Michaelis, et a porta de currali monachorum usque ad portam ecclesie, et in barrio Sancti Michel iuxta palacium regis, et de domibus novis in barrio de ponte, et iuxta portam curralis domum Ruderici, et domum Garsie Muniz, et de suso domum Iohannis Sancii et domum Bernardi que est ante molendinum Sancte Marie. Et hoc facio ut ab hac die omnes domus iste sint liberi et absolute ab omni voce regis.... LAMA, CDMR, T. 2, doc. 158; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 56. 5 CANTERA, Nájera, doc. 58. La data que lleva el documento es la era MªCªLXXXVª; que corresponde al año 1147; pero según M. Cantera de los confirmantes puede deducirse que es un error, olvidando el copista del cartulario escribir un X, lo que daría el año 1157. Sin embargo ella propone fechar el documento en 1152. 2 3

LA IGLESIA

67

allí6. La donación de Atayo fue confirmada de nuevo por Sancho III el año siguiente, en 1153, así como otras villas y posesiones que habían dado en su día el fundador García Sánchez III y Alfonso VII7. Las confirmaciones de bienes y derechos del monasterio continuaron en 1155, cuando el emperador le confirmó todas las iglesias y clérigos de la villa de Nájera y los diezmos de pan y vino correspondientes a una larga lista de iglesias que había recibido el monasterio desde su fundación8. Hasta aquí vemos una política sistemática de confirmaciones, acompañada de algunas donaciones, sobre todo de privilegios de exención, además de la mitad de la mina de Torrecilla; confirmaciones dirigidas a asegurar los derechos del monasterio en un contexto de vinculación al dominio político de la monarquía castellano-leonesa. El monasterio se aseguraba que los bienes y derechos obtenidos de los reyes de Navarra seguían vigentes, reforzándolos, bajo la monarquía castellano-leonesa. El emperador y su hijo se garantizaban el mantenimiento de los vínculos de la monarquía con una de las instituciones eclesiásticas más importantes de la zona, dotada además con un importante valor simbólico al ser sede de la memoria de los antepasados de la monarquía navarra. El dominio que los reyes de Navarra habían ejercido sobre toda esa zona del valle del Ebro se resumía en los sepulcros custodiados en el monasterio de Nájera. Ese era el vínculo al que querían sumarse el emperador y creo que sobre todo su hijo Sancho III. Ese vínculo se reforzó más aún en 1156 cuando murió Blanca, esposa de Sancho III e hija de García Ramírez de Navarra. Blanca fue enterrada, como sus antepasados, en el monasterio de Nájera en un acto que proclamaba la actitud política de Sancho III de declararse heredero de los reyes de Navarra. De esa forma hacía derivar su dominio político sobre esta zona de la frontera del Ebro no solo de la herencia de Alfonso VII, sino también de la herencia de los reyes de Navarra. En ese contexto Sancho III confirmó a Nájera en ese año de 1156 el monasterio de Santa María de Puerto, en Santoña en Trasmiera, que le había sido entregado también por García Sánchez III. ...facio cartam donationis... de illa meneira que invenistis in termino ville vestre que vocatur Turrezela, dono et concedo vobis medietatem de ipsa meneira... Et si aliqui in ipsa villa vel in termino eius propter eandem menariam populaverint vestri sint cum omni suo foro.... LAMA, CDMR, T. 2, doc. 166; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 59. No es posible determinar a qué tipo de mina se refiere el rey, puesto que no aparece expresado en el documento, pero con toda probabilidad debía tratarse de una mina de hierro; véase CANTERA, Nájera, T. 1, pp. 415-416. En cuanto a la donación de Atayo por doña Mayor véase Ibíd., T. 2, doc. 21. 7 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 10; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 172; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 60. 8 LAMA, CDMR, T. 2, doc. 186; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 62. 6

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CAMBIOS Y ALIANZAS

En este caso, parece que la confirmación tiene un mayor alcance, puesto que debió suponer para el monasterio de Nájera recuperar el dominio sobre ese monasterio que seguramente había perdido. Hay que tener en cuenta que Santa María de Puerto era un monasterio que disponía por sí mismo de un dominio considerable, lo que lo convertía en una de las posesiones más importantes de Nájera, si no la más importante9. Tanto Sancho III como su hijo Alfonso VIII volverán a recordar el vínculo que les unía con el monasterio de Nájera al ser la sede de la sepultura de su esposa y de su madre, respectivamente. Muy poco antes de morir, el 30 de julio de 1158 aún hizo Sancho III una última donación a Nájera entregándole ahora la villa de Nestares, situada muy cerca de Torrecilla de Cameros, villa también perteneciente a Nájera tal y como se recuerda en el propio documento. La donación se hace de nuevo por el alma de la reina Blanca y para la celebración de un aniversario por el rey que, en efecto, murió muy poco después, tal vez al día siguiente como han señalado varios autores10. Sancho III no fue sepultado en Nájera sino en Toledo, pero su hijo Alfonso VIII procuró mantener el vínculo con el monasterio de Nájera. En 1165, siendo aún menor de edad y aconsejado por algunos de los nobles mas poderosos de la zona como el conde Lope Díaz (Haro), Pedro Jiménez (Cameros) o Álvar Pérez (Lara), dio a Nájera y a su monasterio dependiente de 9 ...facio cartam donationis et textum scripture firmitatis et confirmationis,..., de ecclesia sancte Marie de Portu, quam ego ab antecessore meo rege Garsia in scriptis suis ecclesie Naigarensis fuisse traditam comperi, et postea inde sublatam regali iuro meo commissam inveni,... Et hoc facio pro remedio anime mee et mulieris mee, venerabilis regine domine Blanche, quam in Naigarensi ecclesia sepeleri feci, ut sit in eius memorie et in remedio anime sue.... Prior qui tenuerit ecclesiam Sancte Marie de Portu mando quod illuminet semper sepulcrum uxoris mee regine.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 25; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 64. También Ibíd., T. 1, pp. 167-174 y el mapa de las iglesias dependientes de Santa María de Puerto en p. 169. Sobre este monasterio también J. ABAD BARRASÚS, El monasterio de Santa María de Puerto (Santoña), 863-1210, Santander, 1985; y M. I. LORING GARCÍA, «La restauración de Santa María de Puerto y el rey García de Nájera: un caso de encomendación monástica», en En la España Medieval, IV (1984), Estudios dedicados al profesor D. Ángel Ferrari Núñez, T. I, pp. 537-564. Entre las donaciones recibidas por el monasterio de Nájera no he contabilizado las que fueron dirigidas al monasterio de Santa María de Puerto; como Ambrosero, dada por Alfonso VIII en 1165; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 72; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 69. 10 ...facio cartam donationis..., de villa que dicitur Genestares, que est iuxta villam vestram que vocatur Torriella de Cambero, ut ab hac die habeatis predictam villam et possideatis vos et successores vestri tam presentes quam futuri iure hereditario in perpetuum. Ita namque do et concedo vobis eam cum terris, vineis et montibus, rivis, piscariis ac fontibus, defesis, pratis et pascuis, ingressibus et regressibus, et cum terminis et directuris eidem ville pertinentibus ubicumque fuerint, ut serviant ecclesie Naiarensis...; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 50; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 205; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 65.

LA IGLESIA

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Santa María de Priato una serna cerca de ese monasterio11. Eran los años del mayor dominio de Sancho VI de Navarra sobre la zona y hay que entender esta donación como un paso en la búsqueda de aliados políticos por el rey de Castilla –o, más bien, por sus consejeros, como se señala en el propio texto–. Así, la donación se hace por el alma de la reina Blanca, madre de Alfonso VIII, que estaba sepultada, se vuelve a recordar, en Nájera. Con un sentido similar hay que entender la donación a Nájera en 1169 de la villa de Pedroso en el valle del Najerilla12. Por la zona se extendían los intereses de otros señores, como el monasterio de Valvanera, y es probable que la donación de Pedroso a Najera alterara los equilibrios existentes en la zona, sobre todo en lo que se refiere a derechos de pastos. Sea como fuere, el año siguiente, en 1170, Alfonso VIII hizo a favor del monasterio de Nájera y del concejo de Pedroso una confirmación detallada de los términos de Pedroso; en el texto se señalan las multas que habrían de pagar quienes entraran en esos términos para laborare aut montaticum accipere, multas muy elevadas, de mil maravedís, que se pagarían al tenente de Nájera y que serían la mitad para el rey y la mitad para el monasterio13. 11 ...do,..., illam sernam quam uocant de los Oliuos, ecclesie beate Marie de Naiara et ecclesie Sancte Marie de Priado,... Do, inquam, supradictam sernam cum arboribus et fructetis, cum terminis suis et apendiciis atque omnibus suis partibus, ut habeatis et possideatis iure hereditario vos et succesores vestri, in perpetuum, quantum ibi habeo uel habere debeo, ut faciatis de illa serna quicquid uobis placuerit, uendendo, subpignorando, dando uel concambiando... Et est suprdicta serna prope monasterium quod uocatur Sancte Marie de Preado... Et hoc facio cum consilio et uoluntate domni Lupi comitis et Pedri Semeniz et Albari Petri. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 74; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 221; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 70. El monasterio de Santa María de Priato había sido dado a Nájera en su fundación y estaba situado cerca de Nalda y de Viguera en el valle del Iregua; Ibíd., T. 1, pp. 196-196. 12 ...dono et concedo..., villa que vocatur Petroso, que est sita inter villas, ex una parte que dicitur Anguidanos, ex alia vero parte Villanova, atque ex alia Ledesma, in superiori vero parte monasterium quod vocatur Sancta Maria de Castejhon, cum omnibus suis terminis, cum terris, vineis, montibus, vallibus, cum cultis et incultis, cum ingressibus et regressibus atque cum suis omnibus pertinentiis iure hereditario habere in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 112; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 71; y F. J. GARCÍA TURZA, Documentación medieval del monasterio de Valvanera (siglos XI a XIII), Zaragoza, 1985 (= TURZA, Valvanera), doc. 223. También recuerda el rey que su madre estaba sepultada en Nájera. 13 ...dono et concedo Deo et Nagarensi beate Marie monasterio,..., et toti concilio de Petroso presenti atque futuro,..., omnes terminos quos iam dicta villa Petroso habuit antiquitus eosque ita determino, scilicet,...; nunc vero mando quod infra terminos istos nullus, exceptis illis de Pedroso, laborare nec montanare accipere amodo sit ausus. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 149; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 242; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 74; y TURZA, Valvanera, doc, 224. No acabaron aquí los problemas por los términos de Pedroso, años más tarde el rey volvió a confirmar los términos tras un conflicto entre los concejos de

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Sin embargo, ese período de los años 1169 y 1170 era un momento de inestabilidad acusada en el monasterio. Hacía tiempo que disputaba con los obispos de Calahorra por la jurisdicción eclesiástica, pero hasta ahora no se había producido una decidida intervención regia en ese conflicto en favor de una u otra de las partes. Pero ahora, entre enero de 1169 y noviembre de 1170, Alfonso VIII depone al prior de Nájera Raimundo y le expulsa del reino acusándole de simonía14. Por entonces el obispo de Calahorra Rodrigo mantenía una relación muy próxima con el rey15. Por otro lado, como hemos visto en el apartado anterior, estos son los años en los que, con la llegada a la mayoría de edad del rey y su matrimonio con la reina Leonor, cambia la política regia iniciándose un política ofensiva en la frontera con Navarra. No puedo señalar con exactitud cuál es la relación entre esa nueva política y la expulsión del prior Raimundo, pero no me cabe duda de que ambos hechos están relacionados de alguna manera. En los años siguientes Alfonso VIII utilizó al monasterio de Nájera y su patrimonio para cimentar alianzas en ese nuevo contexto de ofensiva militar contra Navarra. En esa nueva política era imprescindible el apoyo, entre otros, de Pedro y Diego Jiménez. Más adelante veremos cuál fue el papel de ambos hermanos en el control de importantes tenencias de la zona, entre ellas la de Cameros. Ahora nos interesa destacar que Diego Jiménez Pedroso y de Anguiano, Matute, Villanueva y Tobía. Sin embargo entonces, 1202 ó 1207, el rey no se dirigirá, como hace ahora, al monasterio de Nájera, por eso no me referiré a ese texto aquí sino mas adelante, al hablar de los concejos. Pero es evidente que esa nueva confirmación de términos beneficiaba también al señor de Pedroso; es decir, al monasterio de Nájera. 14 La expulsión es un episodio del largo pleito con los obispos, que puede seguirse en CANTERA, Nájera, T. 1, pp. 102-103 y 233-252; P. DÍAZ BODEGAS, La diócesis de Calahorra y La Calzada en el siglo XIII, Logroño, 1995, pp. 89-117; y P. DÍAZ BODEGAS, «La disputa cluniacense-obispado de Calahorra por la posesión de Santa María la Real de Nájera (1079-1224)», en Berceo, 126 (1994), pp. 89-119. La expulsión del prior Raimundo se produce tras una carta de Alejando III en la que ordena al arzobispo de Santiago y a sus sufragáneos que reprendan al prior y ordenen su reclusión en el claustro; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 72. Las acusaciones contra el prior eran muy graves; entre ellas, falsificación de cartas del arzobispo de Tarragona e intervención en el monasterio de San Millán y expulsión de su abad legítimo. El texto de Alfonso VIII en Ibíd., doc. 73; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 937. El texto que se conserva no lleva fecha pero puede datarse entre comienzos de 1169, en que todavía seguía siendo prior Raimundo, y finales de 1170, en que ya figura su sustituto Humberto. Véase también Ag. UBIETO, «Documentos reales del archivo catedralicio de Calahorra (siglos XI y XII)», en Berceo, 83 (1972), pp. 195-262 (= UBIETO, «Documentos reales de Calahorra»), doc. 18, aunque este último propone fechar el documento en c. 1158-1159. 15 No en vano en una donación de febrero de 1170 el rey se dirige al obispo Rodrigo llamándole patri meo spirituali; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 133; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 139.

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aumentó considerablemente su posición en la corte castellana en los años setenta, especialmente a partir de 1173-1174. Para fraguar esa alianza, Alfonso VIII intervino para que Diego Jiménez obtuviera las villas de Torrecilla de Cameros y Treguajantes que pertenecían al monasterio. La información nos la proporcionan una serie de 4 documentos de 1175 y 1179, aunque es el último, de 13 de octubre de 1179, el que nos permite una visión global y nos ayuda a interpretar el conjunto. Por ese texto, el rey devuelve al monasterio de Nájera ambos lugares mencionados y anula los cambios que se habían hecho a favor de Diego Jiménez señalando que habían sido realizados sin consentimiento del monasterio16. Pero todo había empezado unos años antes. Un documento de 1175 contiene la confirmación de Alfonso VIII al monasterio de la villa de Nestares, situada junto a Torrecilla, villa que, como ya hemos señalado, había donado Sancho III en 115817. El texto no nos indica porqué se produjo la confirmación, cuando había pasado tan poco tiempo desde la donación original. Pero otro documento de ese mismo año nos informa de que, en realidad, el rey había tomado Nestares, desposeyendo al monasterio que ahora, en 1175, recupera el lugar gracias a la intermediación de Diego Jiménez. Así pues, la confirmación de Alfonso VIII sería más bien una devolución. Según el documento, en recompensa por su ayuda, el monasterio entregó a Diego Jiménez la villa de Treguajantes18. Pero, en reali16 ...concambium de Torrezella quod cum Didaco Semeniz quondam uasallo meo priori Naiarensi non consentiente et uniuerso eiusdem capitulo palam contradicente feceram, in irritu penitus reduco. Similiter donationem de Treguoiantes de Camero ueteri, quam priori Hugo non dandam Didaco Semeniz preter rationen dederat, ad nichilum reuoco et cassandam prorsus adiudicio... Has itaque prefatas uillas, uidelicet, Turrezellam et Treguoiantes..., dono et concedo Deo et monasterio Sancte Marie de Naiara.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 329; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 271; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 81. 17 ...facio cartam donationis et textum scripture firmitatis et confirmationis,..., de uilla que dicitur Genestares, que est iuxta uillam uestram que uocatur Torrezella de Camberos, ut ab hac die habeatis predictam uillam et possideatis uos et successores uestri, tam presentes quam fututi, iure hereditario in perpetuum. Ita namque dono et concedo uobis eam cum terris, uineis et montibus, piscariis ac fontibus, defesis, pratis ac pascuis, ingressibus et regressibus, et cum terminis et directuris eidem uille pertinentibus, ubicumque fuerint, ut seruiant predicte ecclesie Naiarensi.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 229; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 76. Se vuelve a recordar que la reina Blanca estaba sepultada en Nájera y se establece un aniversario por su alma y la de Sancho III. 18 ...Haec est carta donationis et testamentum confirmationis quod ego donus Hugo, prior..., facio vobis domno Didago Siminiz. Damus vobis propter adiutorium quod nobis decisti apud regem Aldefonsum et laborem et bonam voluntatem quam habuistis ut nos haberemus et recuperaremus Ienestares, illam villam quae vocatur Trigichantes, que est in kambero, cum collaciis, terris, vineis, pratis, defesis, aquis, pascuis, cum ingresibus et regresibus et cum totis suis directuris...; exceptis ecclessis quas in ipsa villa iam dicta habemus, quas ecclesias nobis et succesoribus nostris retinimus cum decimis, oblationibus, primitiis et

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dad, según sabemos por el documento posterior de 1179 citado más arriba, todo esto se hacía a costa de los intereses del monasterio, que después recuperará Treguajantes. Algo parecido sucedió con Torrecilla de Cameros. También hay un documento que recoge un cambio aparentemente voluntario con el rey. Según ese documento, en abril de 1179 el rey daba al monasterio la villa de Valluércanes, en la Bureba, para la que concedía privilegio de exención e inmunidad, a cambio de Torrecilla, aunque el monasterio conservaría las iglesias y los derechos eclesiásticos en Torrecilla19. Sabemos, sin embargo, que era un cambio forzado para beneficiar a Diego Jiménez, que recibiría Torrecilla; un cambio que aparentemente fue anulado poco después, como hemos mencionado. Pero probablemente el documento de 1179 que anulaba los cambios que se habían hecho en favor de Diego Jiménez tampoco fue plenamente efectivo. Otro documento de 1197, el último que expidió la cancillería de Alfonso VIII a favor de Nájera, contiene la concesión del privilegio de exención y de inmunidad para la villa de Torrecilla de Cameros en favor del monasterio20. El documento contiene una larga exposición de motivos en la que se explica porqué se hace esa concesión. Se narran acontecimientos que ya conocemos y se añaden también algunos datos más. El rey, actuando ilícitamente, había dado la villa de Torrecilla a Diego Jiménez y a su mujer Guiomar, como ya sabemos. Sin embargo, a pesar de lo que se contenía en el documento de anulación de los cambios de 1179, la villa siguió en manos del magnate. Reconociendo que había actuado incorrectamente y teniendo inmisionibus et erectionibus clericorum, sicut modo habemus, in perpetuum sine fraude et diminutione possideamus. Veruntamen si ad hoc devenerit quod ipsa villa depopuletur de omni labore, quod in ipso territorio vel termino supradicte ville factum fuerit, decimas fideliter et sine dolo ecclesie beate Marie de Priado vel seniori qui ipsam iam dictam villam tenuerit reddatur ecclesiam. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 77; y TURZA, Monte Laturce, doc. 41. 19 ...dono et concedo..., uillam meam que vocatur Valorcanos, que est in Boroua, inter Trapianam et Quintanellam de Sancto Garsie, et inter Sanctum Emilianum de Eguola de Artable, totam ex integro, sicut eam habeo uel habere debeo..., et ab omni regali seruitio alioque grauamine emancipata sine fine possidendam... Mando praeterea et firmiter defendo ut nullus merinus, nullus saion, nullusque alius homo in prefatam uillam aut infra terminos eius per uim intrare uel inde aliquid uiolenter extrahere de cetero presumat. Hanc itaque prenominatam uillam dono et concedo... pro uilla uestra Torrezella de Cambero, quam accepi a uobis in concambium, reseruatis uobis eiusdem uille de Torrecella ecclesiis et retentis cum omni iure earum ecclesiarum prout eas prius habeatis liberas et possideatis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 323; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 80. 20 ...absoluo sepedictam uillam Torrezillam... ab omni manposta et manpostario, ab omni homicio et calumpnia, fonsado, fonsadera, pecto, posta, facendera et ab omni prorsus regio tributo et grauamine in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 661; MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XXII; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 373; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 101.

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en cuenta que su madre estaba enterrada en el monasterio, a la muerte de Diego Jiménez el rey compró la villa a su viuda doña Guiomar para devolvérsela al monasterio. Por lo tanto, el monasterio de Nájera no recuperó la villa hasta después de 1188, fecha de la muerte de Diego Jiménez. En la compra el rey utilizó 2.000 áureos, mil de los cuales se los dio el monasterio. En compensación de esos mil áureos que le había dado el monasterio para recuperar el lugar y deshacer un acto injusto del rey, ahora, en 1197, el rey concede los privilegios mencionados a la villa de Torrecilla21. Ese fue el último texto de Alfonso VIII al monasterio. Quizás se trataba de solucionar un acto injusto, como dice el documento, quizás primara recomponer una alianza en un momento en que se avecinaban nuevos e importantes cambios en la política hacia Navarra. En cualquier caso, esa donación hay que unirla a otra realizada unos meses antes, en la que Alfonso VIII dio al monasterio toda su heredad en Torrentes, en la zona de Oca, entre Cuevacardiel, villa del monasterio, y Cerratón22. Las donaciones regias a Nájera en el período estudiado se cierran en 1216, cuando Enrique I confirma al monasterio la villa de Torrecilla, junto a Alesanco, cerca de Najera, que le había dado el año anterior doña Toda, viuda de Diego López de Haro, y además le concede el privilegio de inmunidad23. 21 ...ego Aldefonsus, Dei gratia rex Castelle et Toleti, quondam illicite accepi a monasterio beate Marie de Naiara quandam uillam nomine Torrezillam, quam dedi Didaco Xemeniz et uxori sue dompne Guiomar. Processu uero temporis, defuncto iam eodem Didaco Xemeniz, recognoscens in hoc erga Deum eiusque Genitricem me grauiter deliquisse, penitencia ductus, proponens illud quod minus licite ac presumptuose egeram, ad condignam emendationem et congruam satisfactionem deducere, emi a predicta dompna Guiomar pro duobus milibus aureorum prenominatam uillam Torrezillam, et reddidi eam supradicto «monasterio» beate Marie Naierensi, et dompno Semeno, eiusdem instanti priori totique conuentui presenti et futuro... Sed quoniam prefatus prior Naiarensi ecclesie et conuentus eiusdem loci ex predictis duobus milibus aureorum mille dederunt, et pro illis etiam redditibus et seruiciis que a prememorata uilla tanto tempore amiserunt quanto ab eorum iure alienata et ab aliis detenta et possessa... Véanse las referencias de la nota anterior. 22 ...dono et concedo..., omnem illam hereditatem quam habeo in Torrentes, que est inter Covam Cardel et Cerraton, iure hereditario libere et sine contradictione aliqua in perpetuo habendam et irreuocabiliter possidendam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 685; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 100. J. González propone fechar el documento en 1200, puesto que los confirmantes corresponderían mejor con esa fecha, señalando que el monje copista del cartulario de Nájera –donde se conservaría el documento– habría olvidado añadir tres unidades a la era. Sin embargo, M. Cantera, última editora del texto, conserva la data del documento que corresponde a 1197. 23 ...Concedo inquam uobis et successoribus uestris villam illam super Lesanco que Torrezella dicitur, quitam et inmunem, sicut domna Tota, uxor domni Didaci Lupi de Faro, comendabilis memorie, et filii eorum, uobis pro remedio animarum suarum et parentum suorum ad opus coquine monacorum statuerunt et dederunt. Concedo, inquam, uobis et confirmo predictam uillam ut illam habeatis quitam et inmunem ab omni pecto, et fonsado, et fonsa-

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Sancho III había procurado vincularse al monasterio de Nájera en tanto que sede de la memoria del dominio navarro en esta zona del Ebro. Alfonso VIII mantuvo también esa línea pero después, en los años setenta, en el contexto de los pleitos entre el monasterio y el obispo de Calahorra, utilizó el patrimonio del monasterio para reforzar su alianza con algunos de los nobles más poderosos de la zona, cuando necesitaba del apoyo de esos nobles en sus campañas contra Navarra. De esos mismos años, 1175, data también un documento por el que Alfonso VIII confirmaba al monasterio de Cluny el de Santa María de Nájera con todas sus propiedades. El texto que se conserva es una clara flasificación realizada por los monjes y orientada a sustentar la posición del monasterio en unos momentos complicados, mediante la reafirmación de su vinculación a Cluny24.

II.2. Catedral de Calahorra La política regia en relación con el monasterio de Nájera estuvo, como hemos visto, parcialmente condicionada por los conflictos del monasterio con el obispo de Calahorra. Será la catedral de Calahorra, precisamente, la segunda institución eclesiástica más beneficiada en la zona por las donaciones regias en este período. No puede sorprendernos dada la importancia de la institución y la extensión de los límites diocesanos por las tierras disputadas entre Navarra y Castilla en estos años, no sólo por la zona de la frontera del Ebro sino por buena parte de los territorios conquistados por Alfonso VIII en 1199-120025. La relación entre el rey y el obispo y el cabildo era dera, et moneta, et homicidio, et manposta, et manposteria, et calumpnia, et ab omni grauamine merini regis et sachonis (sic), et ab omni prorsus regio pecto et grauamine im perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 999; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 39; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 116. La exención, como puede verse, incluye la moneda, algo sumamente excepcional que podría indicarnos una interpolación, aunque no hay ningún otro argumento para sospechar del documento. En cuanto a la donación de doña Toda en 1215, véase CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 114. 24 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 221; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 262; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 75. Entre otras cosas, se señala que el alférez regio era Martín González, cuando quien ocupaba el cargo era Gonzalo de Marañón. Algunos autores, como M. Cantera, piensan que la falsificación se hizo sobre la base de un documento que contenía una confirmación auténtica, sin embargo creo que es dudoso. 25 Sobre los límites diocesanos véase G. MANSILLA, Geografía eclesiástica de España. Estudio histórico-geográfico de las diócesis, Madrid, 1994, T. 2, p. 197; y P. DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 45-56 y mapa en pp. 48-49. Y una visión global de la política de Alfonso VIII hacia las sedes episcopales en C. DE AYALA MARTÍNEZ, «Los obispos de Alfonso VIII», en VV. AA., Carreiras eclesiásticas no Ocidente cristão (séc XII-XIV), Lisboa, 2007, pp. 153-187.

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fundamental en la evolución política y así se refleja en los documentos regios. En el Cuadro 11 he señalado que la catedral de Calahorra recibió 13 documentos regios en el período entre 1145 y 1220. De ellos, uno corresponde a Alfonso VII y los otros 12 se reparten por mitades entre Sancho III y Alfonso VIII. Además de esos textos hay que tener en cuenta que en el cuadro figuran también otros beneficiarios de donaciones regias relacionados con la catedral, pero que he contabilizado aparte: el arcediano García en 1170, el canónigo Franco en 1173 y el obispo García en 1194. La separación de los dos primeros no ofrece ningún problema, puesto que Alfonso VIII les hizo sus respectivas donaciones a título particular. Al arcediano García le entregó en 1170, pro multis seruiciis et deuotissimo animo quod erga me actenus exhibuistis, el lugar de Belusano en el término de Cerezo con todo el realengo que le pertenece entre Cerezo y Rehoyo26. Al canónigo Franco le entregó en 1173 un horno y una casa que el rey tenía en Calahorra junto a la puerta de Tudela27. Más discutible resulta distinguir en estos años las donaciones dirigidas al obispo de las dirigidas a la catedral. Hasta qué punto estaban ya claramente divididas las mesas episcopal y capitular en esta época, es algo que no podemos responder con seguridad. La asignación de bienes al cabildo se estaba produciendo en los años de finales del siglo XII y de comienzos del XIII y, en la diócesis de Calahorra como en otras, es fruto de un proceso que se va desarrollando en el tiempo28. Los documentos regios incluyen diversas fórmulas que no nos permiten resolver plenamente el problema. Unos –en 1145 y en un documento sin fecha– se dirigen únicamente a la iglesia de Santa María y de los santos mártires Emeterio y Celedonio, es decir a la catedral; otros –en 1149, 1155, 1170, 1192 y 1214– se dirigen a la catedral y al obispo; otros –en 1152, dos do26 ...dono et concedo uobis, domino Garsie, Kalagurritano archidiacono, pro multis seruiciis et deuotissimo animo quod erga actenus exibuistis, Belussano, cum omni rengalengo eidem Belussano pertinente, ubicumque inueneri potuerint, in termino de Cerasio et inter ipsum Cerasio et Reoio sitam, totam ex integro, cum terris, uineis, pratis,..., et cum omnibus terminis et pertinenciis et directuris suis..., ut deinceps eam liberam et quietam habeatis et iure hereditario in perpetuum possideratis.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 150; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 243; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 23. 27 ...dono et concedo uobis, Franco, beate Marie de Calgurra canonico, illum meum fornum de Calagurra, qui est ad portam que dicitur porta Tutele, cum sua casa et cum tota pertinentia sua, ut habeatis et possideatis ullum iure hereditario in perpetuum.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 185; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 260. 28 Para el contexto general véase J. L. MARTÍN MARTÍN, «Cabildos catedralicios del occidente español hasta mediados del siglo XIII», en Homenaje a Fray Justo Pérez de Urbel, T. 2, Santo Domingo de Silos, 1977, pp. 125-136. No es este el lugar para analizar con detalle ese proceso en la diócesis de Calahorra; pueden verse algunos datos en E. SÁINZ RIPA, Sedes episcopales de La Rioja, T. 1, Siglos IV-XIII, Logroño, 1994; pp. 344, 366-367, 410, 416, 422 ó 444; o P. DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 146-148 y 235-248; o acudir directamente a los documentos más significativos, como LAMA, CDMR, T. 3, docs. 395, 431 y 464.

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cumentos de 1155, y otros de 1157 y 1170– se dirigen a la catedral, el obispo y los canónigos; y otro –en 1194– sólo al obispo29. En el cuadro he seguido el criterio de atribuir a la catedral todos los documentos en los que se menciona esa Merece la pena ver con detalle las fórmulas que se utilizan. Donaciones dirigidas sólo a la catedral: ...dono et concedo omnipotenti Deo et aecclesie beate Marie sanctorumque martirum Emeterii et Celedonii...; en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, doc. 1 de 1145, abril, 22; ...facio hanc cartam donationis domino Deo et ecclesie Calagorrensis sedis, que est hedificata in honore gloriosissime uirginis Marie sanctorumque martirum Christi Emeterii et Celedonii «quorum reliquie» ibidem requiescunt...; en Ibíd., T. 3, doc. 961, s.a. Donaciones dirigidas a la catedral y al obispo: ... sciens Calagurritanam eclesiam pontificalem, sub nomine Beate Marie Uirginis fundatam, non multum in diuicis nec in hereditatum possessionibus habundare, ipsi ecclesie et eiusdem episcopo domno Roderico successoribusque eius in perpetuum,..., dono; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 151 de 1149, marzo, 25; ...facio textum scripture et cartam firmitatis et confirmationis, Deo et ecclesie sancte Marie de Calagurre et uobis, domno Roderico, eiusdem ecclesie episcopo, et omnibus successoribus uestris...; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 19 en 1155 [julio, 23]; ...dono et concedo ecclesie Kalagurritane, et tibi dompno Roderico, eiusdem episcopo, et omnibus successoribus tuis...; Ibíd., T. 2, doc. 13 de 1170, marzo, 10; ...dono et concedo Deo et ecclesie beate Marie de Calagurra et sanctis martiribus Emeterio et Celedonio, et uobis domno Garsie, eiusdem ecclesie instanti episcopo, uestrisque successoribus...; Ibíd., T. 3, doc. 586 de 1192, marzo 18; ...Deo et ecclesie catedrali Sancte Marie de Calafurra, et beatorum martirum Emeterii et Celedonii, et uobis donno Iohanni Garsie, eiusdem ecclesie instanti episcopo, et uestris successoribus...; Ibíd., T. 3, doc. 918 de 1214, abril, 27. Donaciones dirigidas a la catedral, el obispo y los canónigos: ...facio cartam donationis et confirmationis, Deo et ecclesie Sancte Marie Calagurre, et domino Ruderico, eiusdem ecclesie episcopo, et canonicis ibidem Deo et Sancte Marie et martiribuis suis Emeterio et Celedonio seruientibus...; Ibíd., T. 2, doc. 5 de 1152, enero, 18; ...facio cartam donationis et confirmationis, ecclesie sancte Marie de Calagurra, et uobis domno Roderico, Calagurrensi episcopo, et canonicis eiusdem ecclesie ibi Deo seruientibus...; Ibíd., T. 2, doc. 18 de 1155, junio, 18; ...facio cartam firmitatis et textum donationis et confirmationis, Deo et ecclesie sancte Marie de Calagurra, et eius episcopo domno Roderico, et omnibus successoribus suis, necnon et canonicis eiusdem ecclesie ibi Deo seruientibus...; Ibíd., T. 2, doc. 22 de 1155, septiembre, 18; ...facio cartam firmitartis et confirmationis..., ad honorem Dei et beate Marie ecclesie Calagurrensi, et uobis domno Ruderico, eiusdem ecclesie instanti episcopo, et omnibus canonicis ibi Deo et beate Marie et sanctis martiribuis suis Emeterio et Celedonio seruientibus...; Ibíd., T. 2, doc. 29 de 1157, abril, 29; ...dono et concedo ecclesie Kalagurritane, que in honore celorum regine Marie semper virginis et sanctorum militum Christi Emeterii et Celedonii fabricata est, et uobis, patri meo spirituali dompno Ruderico, eiusdem episcopo, cum clericis ibidem Deo seruientibus...; Ibíd., T. 2, doc. 133 de 1170, febrero, 27. Y donaciones dirigidas sólo al obispo: ...dono et concedo Deo et uobis domino Garsie, Calagurrensis ecclesie instanti episcopo, uestrisque successoribus...; Ibíd., doc. 623 de 1194, abril, 24. 29

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institución, aunque se mencione también al obispo, y separar el documento de 1194 dirigido exclusivamente al obispo. Es un criterio discutible, como lo hubiera sido también atribuir todos los textos al obispo. En cualquier caso, sea cual sea el criterio que se considere más acertado, las conclusiones, por lo que se refiere a la política regia, no son sustancialmente distintas. En el período estudiado sólo nos consta una donación de Alfonso VII en 1149 por la que entrega a la catedral una serna en el territorio de Nájera, entre Santa María de los Arcos y Tricio, y también derechos de riego en la laguna de Nájera. El rey poseía derechos de riego durante cuatro días al mes y ahora da los derechos de un día con su noche a la catedral. Según indica el rey, hace esa donación atendiendo a que los bienes de la catedral eran escasos30. El emperador realizó esa donación con el acuerdo de sus hijos Sancho y Fernando. En ese texto Sancho no figura como rey, pero ya en 1145 había realizado una donación a la catedral y el texto que se conserva es el primero en que actúa con el título regio. En ese año, aconsejado por sus ayos, el magnate Gutierre Fernández de Castro y su esposa Toda, dio a la catedral un solar en la alhóndiga para el establecimiento de un hospital o una cofradía31. En los años cincuenta las donaciones de Sancho III se hicieron más frecuentes. En 1152 dio a la catedral las heredades que un judío llamado Iuzef Arraiosu había comprado y después había dado al concejo de Calahorra, y que incluían una serna junto al camino de Villanueva32. En 1155 Sancho III realizó tres donaciones a la catedral entre junio y septiembre, en un momento, como hemos visto, de auge de la política expansionista de Sancho III hacia Navarra. Parece claro que el rey procuraba fortalecer una alianza con el obispo y el cabildo para llevar a cabo esa política. En junio de ese año dio el monasterio de Santa María de Castejón en Nieva, en la zona de Cameros entre Ortigosa y Anguiano33. En julio entregó el puente de 30 ...illam meam sernam totam que est inter Sanctam Mariam de Archos et uillam que dicitur Tricio, in territorio Naiarensi, ..., dono. Dono insuper..., quartum diem cum sua nocte in illis quattuor diebus, quos in unoquoque mense habeo in illa aqua de illa Lacuna de Naiara, pro suis rigandis hereditatibus, tribus mihi retentis diebus; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 151; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 13. 31 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 1; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 14, aunque este último autor fecha el documento en c. 1149. Véanse las notas 6 y 7 del Capítulo I y el texto a que se refieren. 32 ...facio cartam donationis et confirmationis..., de illa serna que est iuxta uiam de Villanoua, quam habuerat Iuzef Arraiosu, et de omnibus aliis hereditatibus quae ipse comparau[erat et quas ei] concilium de Calagorra dederat; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 5; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 160. 33 ...facio cartam donationis et confirmationis..., de quodam monasterio quod uocitant Sanctam Mariam de Casteihon, et iacet in termino de Nieua, inter uillam Ortigosa et inter uillam Anguidanos, ut habeatis et possideatis eam uos et omnes succesores uestri iure ereditario im perpetuum, cum suis deganis et hereditatibus, terris et uineis, pratis ac pascuis, montibus

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Miranda de Ebro, concediento también exención de portazgo34. Y en septiembre dio dos tierras situadas entre Quel y Autol y el diezmo del portazgo de Arnedo35. Por último, se conserva otro documento fechado ya en 1157 que contiene una donación dirigida fundamentalmente a los canónigos; en ella Sancho III concede y confirma a la catedral de Calahorra los mismos derechos y privilegios que tenía la de Burgos36. Se trata de un texto amplio que contiene la concesión de un buen número de prerrogativas muy favorables para los canónigos: que puedan tener libremente casas y heredades en Calahorra o en cualquier ciudad del reino; que ante cualquier demanda sean juzgados únicamente por el obispo o el prior; se les equipara a los infanzones en cuanto a derechos judiciales; se les concede exención de tributos regios para sus dependientes; se confirma a la catedral todos los monasterios, iglesias, villas y heredades dados por los reyes anteriores; se da licencia de pastos en todos los montes y dehesas del rey; se da permiso para que puedan coger piedra por toda la diócesis para edificar sus iglesias o sus casas; y se concede permiso para pescar en todos los piélagos regios y para hacer canaet fontibus et molendinis, et cum omnibus directuris eidem ecclesie pertinentibus. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 18; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 181. 34 ...facio cartam firmitatis et confirmationis..., de illo ponte de Miranda, ut fabricetis et faciatis eum, et abeatis super eum meam regiam potestatem; et absoluo eum uobis ab omni portaticu. Ita do et concedo eum uobis, cum quanto boni et religiosi homines dederint et dederunt, et cum quanto eidem ponti pertinet; et amplius portaticus non requiratur. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 19; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 182; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 15. A pesar de lo que dice el texto, la donación no se hace para la construcción del puente en sentido estricto, puesto que ya existía y fue clave en el desarrollo de la villa, sino, más bien, para su reparación o ampliación en beneficio de la catedral. Ya aparecen referencias al puente de Miranda en su fuero de 1177; véase L. VÁZQUEZ DE PARGA, J. M. LACARRA y J. URÍA, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, T. 2, Madrid, 1949, p. 454; y el fuero en G. MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros locales en el territorio de la provincia de Burgos, Burgos, 1982, pp. 59-62 y doc. XXIII, con referencias al puente en los epígrafes 33, 35 y 38. 35 ...facio cartam firmitatis et textum donationis y confirmationis,..., de duabus pezis de terra que iacent inter Quel et Abtol; una est iuxta uiam que tendit ad molendinos, inter ortum Dominici Vazolo et corrales Vincencii et riuum de Canderola, et altera iuxta uiam que uadit ad Abtol, inter podium Iohannis et agrum Sancti Antonini et rigaderum, ut habeatis et possideatis eas iure hereditario in perpetuum, et liberam potestatem habeatis faciendi quidquid uolueritis libere et absolute. Do etiam uobis, ut prediximus, et concedo, illud decimum de portaticu Arneti peremniter possidendum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 22; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 184; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 16. 36 ...facio cartam firmitatis et confirmationis..., ut deinceps uos et omnes successores uestri habeatis eamdem libertatem, securitatem, mancipationem et eosdem foros quos anteccessores mei, pro remedio animarum suarum et peccatorum suorum remissione, ecclesie Burgensi dederunt, scilicet:.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 29; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 198; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 17.

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les y molinos donde quisieran. Semejante concesión sin duda habría servido para garantizar importantes apoyos a Sancho III en la zona oriental de la frontera con Navarra. Sin embargo, una concesión tan amplia despierta también algunas sospechas. En ese sentido, hay que tener en cuenta que el texto más antiguo que se conserva de este documento es una copia imitativa –copia facsímil la denomina J. González–; no tenemos, por lo tanto, el documento original. En mi opinión, es muy probable que estemos ante una falsificación, quizás –aunque es imposible afirmarlo con seguridad– realizada a partir de una donación más reducida. Es posible que en los tormentosos años de las primeras décadas del siglo XIII, en los que, entre otras cosas, se trasladó temporalmente la sede episcopal a Santo Domingo de La Calzada, se elaborara un documento falso para reforzar sustancialmente la posición del cabildo calagurritano37. Del reinado de Alfonso VIII se conservan otros 6 documentos en favor de la catedral de Calahorra (7 si contamos también el dirigido al obispo). Comenzaremos reseñando dos de esos documentos que no llevan fecha. Uno de ellos contiene la donación a la catedral de un horno del rey cuyo humo molestaba a los clérigos. El rey les da ese horno para que lo destruyan, pero a cambio debían construir uno nuevo en otro lugar conveniente. El texto que se conserva, procedente de un cartulario, no nos permite apurar más la datación, sólo que corresponde al reinado de Alfonso VIII38. En el otro documento sin fecha el rey dispone que los judíos de Calahorra paguen los diezmos de las tierras y las viñas que los pagaban en tiempo de su padre y del emperador; es decir, que paguen los diezmos por las heredades que hubieran adquirido a los cristianos. El 37 Sobre los conflictos en la diócesis en esos años véase P. DIAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 149 y ss; y E. SÁINZ RIPA, Sedes episcopales..., T. 1, pp. 451 y ss. 38 ...dono et concedo... unum meum fornum qui est ante altarem ipsius ecclesie, ad destruendum eum propter fumum qui inde exit cotidie et aduersatur ministris ecclesiasticis. Qua pro causa placuit clericis illius ecclesie ut faciant mihi alium talem fornum per ad meum seruicium in locum quem elegerint mei fideles, et quando abuerint ipsum fornum factum et perfectum quod semper destruant hunc meum supra scriptum qui est eis contrarius, et iam amplius non ibi restauretur.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 961; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 391. Hay, al menos, otras dos referencias a hornos regios en Calahorra. El documento de Sancho III de 1145 que contiene la donación a la catedral de un solar en la alhóndiga señala con precisión los límites de ese solar, entre ellos a septentrione domum Garsie Anderi et callis regia cum furno. Después, ya en 1173, hemos mencionado también como el rey dio al canónigo Franco un horno en Calahorra junto a la puerta de Tudela; véase la nota 27 de este capítulo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 1 y 185 ¿Era este último el horno que habían levantado los canónigos a cambio del que les había dado el rey en el documento sin fecha? Es imposible saberlo con seguridad. De ser así, el documento que comentamos tendría que ser anterior a 1173. De lo contrario habría que considerar que en la ciudad había un buen número de hornos regios: al menos el que dio en 1145, el que dio en 1173 y el que molestaba a los canónigos.

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documento no está formalmente dirigido a la catedral, sino al concejo de los cristianos y de los judíos de Calahorra, pero es evidente que beneficiaba directamente a la catedral y por ello creo que se debe incluir entre los textos dados en su beneficio. En el documento se dice que esta disposición se toma para resolver los conflictos entre los clérigos de Calahorra y los judíos y que fue tomada con el conde Nuño y con los barones del rey39. El conde Nuño es Nuño Pérez de Lara, regente del reino tras la muerte de su hermano Manrique en 1164, nominalmente hasta la mayoría de edad de Alfonso VIII a finales de 1169, aunque continuó dirigiendo en gran medida los destinos del reino hasta su muerte en 1177. Así pues, habría que datar el documento entre 1164 y 1177, y quizás incluso se pudiera plantear la fecha de finales de 116940. De ser cierta esa fecha de finales de 1169, habría que relacionar ese documento con otros dos de comienzos de 1170, formando un importante bloque de donaciones en favor de la catedral. Estos textos estarían dirigidos al establecimiento de sólidas alianzas para dar apoyo al cambio de la política regia en la zona tras la mayoría de edad del rey y el posterior inicio de la ofensiva contra Navarra . Los dos documentos de Alfonso VIII en 1170 están fechados a finales de febrero y comienzos de marzo, respectivamente, y ambos contienen importantes donaciones. El primero corresponde a la donación de la villa de Arnedillo con su castillo y en él el rey se dirigió al obispo Rodrigo como patri meo spirituali, tal y como ya he señalado41. Quedaba bien clara la estrecha 39 ...toti concilio christianorum et iudeorum de Calafurra. Ego non intellexeram bene illam racionem que erat inter clericos Calagurrenses et iudeos super decimis. Modo uidi bene cum comite Nunno et cum baronibus meis quod non debet perdere ecclesia Calagurrensis illa que concessa sunt a bonis regibus ei antiquitus. Mando igitur uobis iudeis Calagurrensibus firmiter, quod persoluatis decimas fideliter episcopo de omnibus uineis et terris unde ecclesia Calagurrensis recepit decimas temporibus imperatoris et patris mei. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 943; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 206; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 25. Sin embargo, a pesar de lo dispuesto en este mandato, el conflicto entre los judíos y los canónigos por el pago de los diezmos continuará mucho tiempo después y, según señala E. CANTERA, seguía vigente a mediados del siglo XIV; véase de ese autor, Las juderías de la diócesis de Calahorra en la Baja Edad Media, Logroño, 1987, pp. 524-525. 40 La referencia a los baronibus meis podría interpretarse como un referencia a que la decisión se tomó en la curia del rey, en una de las que se suelen considerar curias extraordinarias, en las que el rey se reune con los magnates y los principales eclesiásticos del reino. En el período considerado, según G. MARTÍNEZ DÍEZ sólo se celebró una reunión de esas características en noviembre de 1169, precisamente para proclamar la mayoría de edad legal del rey; véase de ese autor, «Curia y Cortes en el reino de Castilla», en Las Cortes de Castilla y León en la Edad Media, T. 1, Valladolid, 1988, pp. 105-151, especialmente 133-137. 41 ...dono et concedo ecclesie Kalagurritane,..., et uobis, patri meo spirituali dompno Ruderico, eiusdem episcopo,..., uillam illam que dicitur Arnediello, cum suo castello quod ei

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relación entre el rey y el obispo, que se ve correspondida con esta importante donación. El segundo documento contiene la donación del diezmo de las monedas que se acuñasen en el obispado42, un privilegio excepcional que igualmente resulta muy expresivo de la voluntad del rey de establecer lazos muy sólidos con la catedral y el obispo. Como he indicado, estas importantes donaciones deben entenderse en el contexto del cambio en la situación y en la política regia de esos momentos. También fue por entonces cuando el rey intervino en el pleito entre el obispo y el monasterio de Nájera, apoyando decididamente al primero y ordenando la expulsión del reino del prior Raimundo, tal y como he señalado más arriba43. A partir de esos años las donaciones regias a la catedral se hacen más esporádicas. En 1192 el rey da el monasterio de San Clemente de Harvieta en Orduña44 y en 1194 tiene lugar la donación que he registrado dirigida sólo al obispo. Se trata de la alberguería de La Morcuera, situada en el alfoz de Miranda, que el rey entrega al obispo para atender a la obra del puente de Miranda; esto es, a su mantenimiento, como ya he apuntado más arriba45. Y ya no habrá más donaciones hasta 1214, cuando el rey entregue a la catedral las sernas de Viero, entre Navarrete y Entrena, de manera que en adelante no sigan pagando el diezmo al monasterio de Nájera, que hasta entonces venía percibiéndolo. A cambio de ello, en el documento se señala que el rey recibe de la catedral la importante suma de 2.000 áureos46. Parece una cantidad demasiado imminet lomiella, cum terris, uineis, pratis, pascuis, et ortis, riuis et molendinis, introitibus et exitibus, et cum omnibus terminis et apendiciis suis eremis et populatis, ut habeatis et possideatis iure hereditario.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 133; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 239; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 21. 42 ...dono et concedo..., decimam omnium monetarum, quecumque regum arbitrio in episcopatu tuo in sempiternum fabricate fuerint, ut habeas et possideas iure hereditario in secula. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 137; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 240; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 22. 43 Véase la nota 14 de este capítulo y el texto a que se refiere. 44 ...dono et concedo... illud monasterium beati Clementis quod dicitur de Haruireta, quod situm est in Ordunia Furiguren, cum omni iure suo et omnibus directuris et pertinentiis suis, tam heremis quam populatis, que ad iam dictum monasterium pertinent uel pertinere debent, iure hereditario im perpetuum habendum et irreuocabiliter possidendum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 586; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 322. 45 ...dono et concedo..., ad opus pontis de Miranda, albergueriam illam que uocatur la Morcuera, in alfoz de Miranda sitam, integre cum molendinis suis et omnibus hereditate ad eam spectante, et cum omnibus directuris et pertinenciis suis, iure hereditario im perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 623; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 352. 46 ...Dono itaque uobis et concedo sernas meas illas de Viero que sunt in termino de Nauarret et de Antelena, et uineam cum omnibus pertinenciis suis, ingressibus et egressibus, aquis, riuis, fontibus, pratis, nemoribus, montibus, pascuis et cum omni iure quod ego ibi

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elevada por unas sernas, por muy valiosas que éstas pudieran ser. Y quizás la clave esté en la referencia a los diezmos que se apunta en el documento. Sabemos que el monasterio de Nájera renunció el 20 de mayo de ese mismo año -es decir, unos días más tarde de la donación/venta a la catedral, que es del 27 de abril– a los diezmos de las sernas regias en Navarrete, Entrena y Fuenmayor, por disposición regia y a cambio de 60 áureos47. Es muy probable que los 2.000 áureos que pagó la catedral al rey fueran el precio que tuvo que pagar para lograr la intervención regia y quizás también para comprar el apoyo de Diego López de Haro, tradicional aliado del monasterio en el pleito con el obispo. Poco después, a finales de 1216 moría el obispo Juan García de Agoncillo y la sede entraba en una grave crisis, derivada de la falta de acuerdo en la elección de su sucesor y del traslado a Santo Domingo de La Calzada. Son acontecimientos muy importantes en la historia de la diócesis pero que se escapan cronológicamente a los límites fijados en este trabajo. Mientras tanto, en el período estudiado aquí se sucedieron cuatro obispos al frente de la diócesis: Rodrigo de Cascante (1147-1190), García Fernández (1190-1195), Juan de Prejano (1196-1205) y Juan García de Agoncillo (1206-1216)48. Poco sabemos de sus respectivas elecciones, quizás algunas también fueran un tanto conflictivas puesto que tardaron un tiempo en producirse, pero no parece que hubiera una intervención regia significativa o, si la hubo, no han quedado rastros documentales. Rodrigo de Cascante fue, como ya hemos señalado, un firme aliado de Alfonso VIII, y en su episcopado tuvieron lugar algunos de los acontecimientos políticos y militares más significativos, como la ocupación de parte de la zona por Sancho VI de Navarra y la posterior recuperación por Alfonso VIII. Su sucesor García Fernández había sido antes arcediano de Calahorra y gobernó la sede poco tiempo, puesto que en 1195 pasó a ocupar la sede de Pamplona, desde donde apoyó en ocasiones importantes a Sancho VII de Navarra a cambio de obtener notables privilehabebam uel habere debebam, iure hereditario in eternum habendas et irreuocabiliter omni contradictione remota possidendas perpetuo, pacifice et quiete, ita quod de cetero decimam de eis non teneamini persoluere monasterio Naiarensi, pro quibus tamen me confiteor recipisse a uobis in seruicium duo milia aureorum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 918; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 460. 47 ...ego, prior Alanus, et totus conventus Naiarensis, utilitati ecclesie Naiarensis in vigilantes, domni regis Castelle voluntate et domini Didaci Lupi, specialis amici nostri, consilio et assensu, renunciamus decime quam debemus habere de sernis regis que sunt in termino de Navarreth et de Antelena et de Fonte Maiori propter valentiam redditus sexaginta aureorum quam accepimus a Iohanne Garsiez, episcopo Calgurritano; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 112; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 461. Conviene señalar que, en cualquier caso, el pleito entre el monasterio y el obispo continuó con intensidad en los años siguientes; P. DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 159-174; y CANTERA, Nájera, T. 1, pp. 242-254. 48 Sobre ellos, E. SÁINZ RIPA, Sedes episcopales..., T. 1, pp. 325 y ss.

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gios49. Le sucedió Juan de Prejano, hasta entonces prior de Calahorra. En su episcopado tuvo lugar la importante campaña de Alfonso VIII en 1199-1200 que se saldó con importantes conquistas de territorios que pertenecían a la diócesis y que hasta entonces estuvieron bajo dominio navarro. Por último, a Juan de Prejano le sucedió Juan García de Agoncillo entre 1206 y 1216. Pertencía a una destacada familia de la nobleza de la zona, algunos de cuyos miembros, los hermanos del obispo, tuvieron un papel relevante en los acontecimientos de la época; apoyaron al rey de Castilla en ocasiones y con más frecuencia e intensidad al de Navarra, como veremos más adelante. Llama la atención la elección de este obispo en 1206, mientras sus hermanos Pedro y Gómez García de Agoncillo ocupaban importantes tenencias en Navarra. Ha de interpretarse como un síntoma de que para entonces, muy poco después de las grandes conquistas de Alfonso VIII, la frontera con Navarra ya no era un problema sustancial; de lo contrario es difícil que el rey de Castilla hubiera aceptado la elección de un personaje con lazos tan estrechos con sectores destacados de la nobleza vinculada al rey de Navarra.

II.3. Monasterio de San Millán Tras el monasterio de Nájera y la catedral de Calahorra, la siguiente institución eclesiastica mas beneficiada por las donaciones regias fue el monasterio de San Millán de la Cogolla. La trayectoria histórica y el peso político y económico del monasterio de San Millán en la zona son bien conocidos desde el estudio, ya clásico, de García de Cortázar50. Según la interpretación de este autor, el período de las últimas décadas del siglo XII y las primeras décadas del XIII constituye un momento de expansión y también de reorganización del dominio de San Millán51. El número considerable de documen49 Ocupó la sede de Pamplona hasta su muerte en 1205; puede verse una revisión de su episcopado pamplonés en J. GOÑI GAZTAMBIDE, Historia de los obispos de Pamplona, T. 1, Siglos IV-XIII, Pamplona, 1979, pp. 509-526. Por su parte, C. DE AYALA, ha hablado de un «enfriamiento» de las relaciones entre el rey y los obispos desde 1195; véase «Los obispos…», p. 165. 50 J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, El dominio del monasterio de San Millán de la Cogolla (siglos X al XIII). Introducción a la historia rural de Castilla altomedieval, Salamanca, 1969; por lo que se refiere al período que nos ocupa aquí, véase especialmente pp. 324-333. 51 «Entre 1163, fecha en que el obispo de Calahorra cede a San Millán las tercias de una serie de iglesias diocesanas dependientes del monasterio ó 1166, en que se celebra la transacción entre el de Osma y el abad emilianense, y 1226, en que surge de nuevo con violencia el conflicto de jurisdicciones con los obispados, la comunidad riojana vive un período de optimismo. Bases del mismo son no sólo los éxitos que acompañan a las medidas de defensa del patrimonio, tomadas durante los treinta años anteriores, sino también la mejoría de las condi-

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tos regios en el périodo que estudiamos, un total de 12, vendría a confirmar la opinión de este autor de una visión básicamente optimista en la evolución del dominio en esta época. Pero conviene tener en cuenta que también en estos momentos se plantearon algunos problemas importantes. En 1163 se había cerrado temporalmente el conflicto con los obispos de Burgos y de Calahorra sobre diezmos y jurisdicción eclesiástica y en 1166 se dictó la sentencia que cerraba también el pleito con el obispo de Osma, aunque la disputa con la sede calagurritana volverá a resurgir en los años veinte del siglo XIII. Pero en los años anteriores a 1170 el monasterio vivió una situación compleja por la intervención del prior Raimundo de Nájera que, ayudado por el conde Lope Díaz de Haro, invadió y se hizo con el control del monasterio de San Millán y de sus posesiones. Este y otros hechos finalmente se saldaron con la expulsion del reino del prior cluniacense tras la intervención de Alfonso VIII, pero necesariamente supusieron un grave riesgo para el dominio de San Millán, puesto que el prior actuaba, como he indicado, con el apoyo de Lope Díaz de Haro, el magnate más poderoso en la zona52. Los 12 documentos regios expedidos en favor del monasterio de San Millán en el período que estudiamos, entre 1145 y 1220, corresponden al reinado de Alfonso VIII. No hubo documentos de Alfonso VII en esos años, ni tampoco de Sancho III, tan activos en relación con el monasterio de Nájera o la catedral de Calahorra como hemos visto. Un buen número de los 12 documentos expedidos por la cancillería de Alfonso VIII en favor del monasterio, ciones generales de existencia del reino castellano que vive, bajo Alfonso VIII, una etapa de eufórico imperialismo. A partir de esa doble serie de factores, San Millán verá, desde los mismos fundamentos que el dominio posee hace más de un siglo, un engrandecimiento general de su patrimonio, pero, a la par, con la consciencia cobrada en los años pasados de inquietud, pondrá las manos a la obra de reorganización del señorío, a fin de obtener de él la mayor rentabilidad posible. Si bien ambas series de hechos pueden estimarse simultaneas, tampoco es difícil ver en ellas un cierto carácter sucesivo, siendo el año 1200, más o menos, el que señalaría el paso de una a otra actitud». GARCÍA DE CORTÁZAR, El dominio de San Millán..., pp. 324-325. 52 Sobre estos hechos y el enfrentamiento coetáneo del prior con el obispo, véase la nota 14 de este capítulo y el texto a que se refiere. La información de la intervención del prior en el monasterio de San Millán también procede de la carta del papa Alejandro III en agosto de 1169 o de 1170, en la que ordena la reclusión del prior en el claustro. Véase CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 72; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 237. La carta del papa no se conserva en el documento original, sino en una copia de la época y no lleva fecha, pero según sus editores puede datarse en 1169 ó 1170; por lo tanto, los hechos a que se refiere son anteriores a esa fecha. Sin embargo, la documentación conservada del monasterio en los años anteriores no nos permite precisar más los acontecimientos que narra el papa en su carta, ni la cronología. A juzgar por la documentación conservada, en esos años el monasterio estuvo gobernado por el abad García (1155-1173), sin que de los textos se desprenda ningún episodio tan crítico como el descrito por el papa. Pueden verse los textos en LEDESMA, San Millán.

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cinco documentos, se concentran, como veremos, en la década de los años 70. Parece claro que hay que relacionarlos con las campañas del rey para la recuperación de parte de los territorios conquistados en la década anterior por Sancho VI de Navarra. Por otro lado, 9 de los 12 documentos regios se expidieron durante el gobierno del monasterio por el abad Fernando, entre 1173 y 1194. A partir de ahí podemos pensar que probablemente el abad Fernando fue un sólido apoyo de Alfonso VIII en el desarrollo de su política sobre la zona. La serie de documentos regios a favor de San Millán en estos años comienza en 1167, cuando Alfonso VIII le da la aldea de El Embid, en el término de Huete (Cuenca)53. Era un bien alejado del núcleo del dominio del monasterio, pero esta donación le permitía ampliar su ámbito de actuación, seguramente en beneficio de sus intereses ganaderos. Por otra parte, involucraba el rey al monasterio en la tarea de repoblar y reorganizar zonas de frontera. Por el contrario, Villadolquit era un lugar muy próximo a la sede monástica. Había sido dado al monasterio por el emperador Alfonso VII y fue confirmada por Alfonso VIII en 117154. Esa confirmación inicia una serie de donaciones hasta 1180 que, como he señalado, deben relacionarse con los apoyos que el rey necesitaba en sus campañas contra Navarra. En 1173 el monasterio recibió el lugar de Hiemnes, cuya localización exacta desconozco, en un texto en el que al final se añadió también una confirmación de los derechos de pastos que los reyes anteriores habían dado al monasterio en todo el reino55. A pesar de que el 53 ...dono et concedo..., unam aldeam que uocatur Embit; et est in termino de Opte, et terminum istius aldee sic diuiditur: de los Collados in antea et cum illa ualle que Succar decurrit, et de Serra ad Serram, cum terris, pascuis, pratis, riuis, molendinis, piscariis, montibus, fontibus, usque ad pontem de Conca, cum ingressibus et cum omnibus pertinentiis suis, iure hereditario habere in perpetuum. Dono inquam et libenter concedo suprascriptam aldeam, cum omnibus sibi pertinentibus, uobis, predicto abbati, uestrisque successoribus, tali modo, ut eam cum cunctis iam dictis terminis uos atque successores uestri a modo liberam et absolutam habeatis et in perpetuum possideatis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 96; y LEDESMA, San Millán, doc. 408. 54 ...donationem de Villadolquit,..., laudo et confirmo et in perpetuum ratam esse mando. Et insuper..., de eadem uilla cum omnibus sibi pertinentibus cartam confirmationis et donationis semper ualituram facio, eamque ex integro uobis habendam iure hereditario concedo, cum terris, uineis, pratis, pascuis, riuis, molendinis, cum casis et collazis, cum montibus et fontibus, cum arboribus et uacarizis et defesis, cum cultis et incultis, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis et pertinentiis suis habendam et possidendam, ut dictum est, in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 163; y LEDESMA, San Millán, doc. 416. 55 ...dono et concedo..., locum illum Hiemnes publice nominatum, cum omni termino suo atque diuisis, cum cultis, scilicet, et incultis, cum ingresibus et egresibus, cum pascuis et montibus, cum riuis et molendinis, omnibusque suis pertinentiis, ut habeatis et posideatis iure hereditario in perpetuum... Simili modo donationem pascendi armenta, quam predeccessores mei [monasterio Sancti Emi]liani per uniuersum regnum nostrum concesserunt, sigilo meo munio (sic) et confirmo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 191; y LEDESMA, San Millán, doc. 421.

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texto conservado es supuestamente un original, considero probable que la referencia a los derechos de pasto en ese documento corresponda a una interpolación. Sin embargo, la concesión de derechos de pastos a lo largo del reino sí creo que quedó recogida en otro documento de 117556. Como estamos viendo, en estos años mediante algunas donaciones regias se reforzaron los intereses ganaderos del monasterio. Este desarrollo de la ganadería señorial monástica en este período no es en absoluto exclusivo del monasterio de San Millán, sino un fenómeno más amplio protagonizado por los principales monasterios de los reinos de Castilla y León y ha sido estudiado con detalle por R. Pastor57. Por lo tanto, Alfonso VIII apoyó la ampliación del dominio en función de los intereses ganaderos del monasterio, pero también lo que García de Cortázar llamó «la concentración defensiva del dominio»58. Esa política se plasmó de diversas maneras; una de ellas, reorganizando los asentamientos campesinos, promoviendo su concentración en ciertos lugares y/o favoreciendo la puesta en cultivo -o su intensificación, según los casos– de algunas zonas. Así, en 1176 el rey concede permiso para que los campesinos dependientes del monasterio –collazos, dice el texto– en Barrio, Tisonzo, Bachicavo y Lantarón, lugares situados no lejos de Miranda, al norte del Ebro, entre ese río y el Omecillo, puideran acudir a poblar la serna del monasterio en Puñonrostro pagando las mismas rentas que pagaban hasta entonces59. Se trataba, por lo tanto, de concentrar los campesinos dependientes en un lugar 56 ...ut universum prefati monasterii ganado per totum regnum meum secure et absolute pascat, ita, scilicet, quod nemo sit ausus illorum ganado uel suis hominibus iniuriam inferre neque usitata cuiuslibet terre mee contradicere pascua, quod si aliquis quoquo modo mandatum meum infringere teptauerit, siue eorum cabannas uiolenta manu ruperit uel male traxerit, sciat se regie parti VI M. solidos in coto persoluere, et insuper meam habere huiusmodi uero calumniam, si forte euenerit, domino illius terre in qua acciderit pro ea pignorare penitus precipio, quod si non fecerit ex propio sine dubio credat persoluere. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 226; y LEDESMA, San Millán, doc. 425. 57 R. PASTOR, «La lana en Castilla y León antes de la organización de la Mesta», en Conflictos sociales y estancamiento económico en la España medieval, Barcelona, 1973, pp. 133-172. 58 J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, El dominio de San Millán..., pp. 327-333. 59 ...mando et uolo ut omnes sui collacii de Barrio, et de Tisonzo, et de Vagicauo, et de Lantaron, et de ceteris locis suis, si forte aliqui ibi uenerint ad Punrostro populatum, ueniant et in serna Sancti Emiliani que ibi habetur populacionem suam faciant, et omnia iura et seruicia quecumque in uillis et locis suis monasterio prefato ex more facere solebant eidem monasterio, sicilicet, Sancti Emiliani, et uobis domino Fernando, eiusdem abbati et sucessoribus uestris, et monachis ibi degentibus presentibus atque futuris, in perpetuum faciant et persoluant, et ibi uestri sint collacii et uassalli absque ullo alio domino per secula cuncta uelut antea erant. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 264; y LEDESMA, San Millán, doc. 427.

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más favorable a los intereses del monasterio. Otra forma de plasmar esa política defensiva y de reorganización del dominio consistía en la ampliación de los derechos exclusivos del monasterio en zonas próximas a la sede monástica; es decir, la ampliación del coto. Así, en 1180 el rey acota y adehesa en favor del monasterio un tramo del río Cárdenas entre el monasterio y Cogolla, cuyo aprovechamiento sería exclusivo de San Millán. Se establecen fuertes multas para los que violaran ese coto y pescaran en ese tramo del río, tanto si fueran collazos del monasterio, como cualquier otro; en el primer caso, las multas serían integramente para el monasterio y en el segundo se repartirían entre el rey y el monasterio60. Este privilegio termina la serie de donaciones que considero más directamente relacionadas con la ofensiva regia en la frontera del Ebro en los años ochenta. Las donaciones, como veremos enseguida, se reanudarán con intensidad a comienzos de los noventa. Sin embargo antes, en 1184, Alfonso VIII concedió otro importante privilegio a San Millán con un sentido un tanto distinto. Se trata de la confirmación de la asignación de bienes para el convento de los monjes hecha por el abad; es decir, la distribución de los bienes entre la mesa abacial y la mesa conventual. Lamentablemente el texto que se conserva es poco explícito y no menciona ni las razones de la división ni los bienes que se asignaron a cada mesa61. La distribución de las mesas en 60 Facio itaque et statuo deffesam totum illum spacium riui quod est inter monasterium Sancti Emiliani et Cogollam, cautans et penitus deffendens quod nullus de toto regno meo nobilis siue ignobilis sit ausus in prefato spacio riui piscari nec facere piscari, nec herbas siue calem ad occidentum pisces ibi die aut nocte, clam uel palam, aliquo ausu proicere umquam presumat. Si quis uero clam uel palam ibi piscari presumpserit et deprehensus uel conuictus super hoc fuerit, si fuerit collacius prefati monasterii pectet sexaginta solidos abbati eiusdem, si uero alius quislibet de toto regno meo hoc commiserit pectet sexaginta solidos, qui inter regem et abbatem predicti monasterii per medium diuidantur. Similiter si aliquis herbas uel calcem in toto prefato spacio ad occidendum pisces clam uel palam proicere presumpserit et super hac re deprehensus uel conuictus fuerit, si fuerit collacius Sancti Emiliiani pectet abbati monasterii eiusdem quingentos solidos, si uero alius quislibet de toto regno meo hoc commiserit, pectet totidem solidos, quorum altera medietas regi, altera abbati Sancti Emiliani persoluatur. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 343; LEDESMA, San Millán, doc. 434; y J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, El dominio de San Millán..., p. 331. Como vemos, no sólo se prohibe la pesca, sino también el envenenamiento de los peces con cal o hierbas, lo que denota un actitud hostil contra el monasterio. ¿Era esa una forma de resistencia de los campesinos de la zona, que privaban al monasterio de un recurso alimenticio importante, imprescindible incluso en ciertas épocas del año según la liturgia cristiana? 61 ...confirmo uobis uniuerso monachorum Sancti Emiliani..., omnes illas possessiones quas idem abbas F. uobis ad usum cothidianum in uictualibus habendas concessit, sicut ipse eas uobis iuste et canonine assignauit et in scripto quod uobis condidit continetur, ultra panem et uinum quod uobis de communi butheca monasterii uestri regulariter ministratur. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 428; y LEDESMA, San Millán, doc. 441. Este docu-

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los monasterios con la asignación detallada de bienes y rentas a los distintos oficios monásticos es, como sucedía con las mesas episcopales y capitulares en las sedes diocesanas, resultado de un proceso que tiene lugar con distintos ritmos en los diferentes monasterios y que, por otro lado, dio lugar frecuentemente a cambios y reajustes posteriores. En este caso no sabemos exáctamente cuándo se realizó, porque lo que hace el rey es confirmar la asignación realizada por el abad según constaba en un documento más detallado –in scripto quod uobis condidit continetur–, que el documento regio menciona, pero cuyo contenido detallado desconocemos. Tampoco se nos informa de los motivos de la distribución, pero no habían de ser muy distintos de los que llevaron a la separación de las mesas de otros monasterio cercanos. En ese sentido, se suele aludir a toda una serie de motivos en relación con el desarrollo de los monasterios y de los patrimonios monásticos o el papel de los abades, pero conviene destacar que los documentos señalan con frecuencia que esas distribuciones se realizaron en contextos conflictivos en el interior de los monasterios. Sabemos que los conflictos y las disputas internas están en la base de las distribuciones de bienes en otros monasterios y sabemos que también se sucedieron en el monasterio de San Millán en el siglo XIII, cuando tuvieron lugar cambios y reajustes en la distribución de bienes y rentas62. Por otro lado, aunque no se señala expresamente en el documento está claramente relacionado con otro que no lleva fecha -pero que por su relación con éste podría datarse también hacia 1184–, que contiene la asignación de los productos que cada decanía dependiente de San Millán debía aportar a la mesa del monasterio en las festividades señaladas; LEDESMA, San Millán, doc. 443. Sin embargo, no creo que ese otro texto –que sólo se conserva en una copia del siglo XIV– sea el scripto realizado por el abad Fernando que contenía la división en mesas, según indicaba el rey en su documento confirmatorio de 1184. 62 En monasterios similares a San Millán la distribución en mesas se dio en diversos momentos en los siglos XII y XIII. En el también benedictino de Santo Domingo de Silos se hizo una distribución en 1158 precisamente para evitar discordias entre la comunidad, una distribución que era más bien un reajuste de una distribución anterior. Sin embargo, los conflictos internos volvieron a surgir con intensidad en el monasterio en el siglo XIII, lo que originó nuevos cambios y reajustes que se sucedieron en la segunda mitad del siglo XIII y en las primeraas décadas del XIV. En el también benedictino monasterio de Arlanza la distribución de bienes en mesas consta a mediados del siglo XIII y también en un contexto de disputas y conflictos internos. Otro ejemplo será la abadía de canónigos regulares de Covarrubias, donde las mesas abacial y canonical ya estaban establecidas también a mediados del siglo XIII, aunque algunos datos quizás nos permitirían retrotraer la división a la segunda mitad del siglo XII. También aquí sabemos de los conflictos internos en la primera mitad del siglo XIV. Sobre estos casos puede verse I. ÁLVAREZ BORGE, Estructura social y organización territorial en Castilla la Vieja meridional. Los territorios entre el Arlanzón y el Duero en los siglos X al XIV, Tesis Doctoral, Universidad de León, 199, T. 1, pp. 488, 505-506 y 524-525; y T. 2, pp. 1132-1133, 1144 y 1152-1153, donde se da la referencia de los

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mento, el hecho de que la distribución de bienes de San Millán fuera confirmada por el rey probablemente nos esté indicando que también aquí se trataba de un proceso conflictivo. La única razón para una confirmación regia de un texto otorgado por el abad sobre este asunto era darle una mayor firmeza y eso adquiere pleno sentido si pensamos que la decisión del abad era discutida o fue tomada en un contexto conflictivo. Los monasterios, y el de San Millán no era una excepción, no eran exclusivamente centros de oración y de trabajo al servicio de Dios; también constituían ámbitos de pugna por las rentas entre sus integrantes. Falta mucho para conocer en detalle la vida en los claustros pero la visión idílica de la vida monástica medieval, que tantas veces se ha expuesto, dista mucho de reflejar en su conjunto el papel y la posición social de los monasterios. Frente a ello, hay que considerar a los monasterios también como señores feudales, a veces sumamente poderosos, y en su interior se daba una clara lucha por la renta, como se daba entre todos los sectores de la clase dominante feudal. Las donaciones regias se reanudaron en 1192 y con gran intensidad, puesto que entre febrero y mayo de ese año el rey realizó tres concesiones importantes. Un documento de mediados de febrero recoge la donación de un solar yermo y heredades regias y de dos iglesias en Sajazarra. En conjunto, según el texto, la donación regia correspondía a una heredad suficiente para ser trabajada por un yugo de bueyes con el sistema de año y vez63. El 24 de mayo el rey hace una importante donación, al entregar al monasterio la cercana villa de Pazuengos con su castillo64. Y al día siguiente un nuevo documento regio contiene un privilegio por el que se exime a los co-

documentos correspondientes. En el monasterio cluniacense de Santa María de Nájera la separación de las mesas consta expresamente a comienzos del siglo XIII, aunque sin duda era anterior; véase CANTERA, Nájera, T. 1, p. 131. En cuanto a la evolución posterior en San Millán, los conflictos y los cambios en la distribución de bienes en el siglo XIII, especialmente en la segunda mitad, C. GARCÍA TURZA y J. GARCÍA TURZA, Una nueva visión de la lengua de Berceo a la luz de la documentación emilianense del siglo XIII, Logroño, 1996 (= TURZA, San Millán), pp. 17-26. 63 ...dono et concedo..., solare heremum quod habeo in uilla que dicitur Sagia, et hereditatem quam in eadem uilla habeo, et hereditatem duarum ecclesiarum Sancti Iohannis maioris et minoris, tantum siquidem hereditatis uobis in predictis locis assigno iure hereditario habendam et perpetuo possidendam quantum uni iugo boum sufficiat ad anni uicem in agricultura. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 584; LEDESMA, San Millán, doc. 466; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 320. 64 ...dono et concedo..., uillam que dicitur Pazlongos, cum suo castello, cum collaciis et solaribus, cum terris, uineis, pratis, pascuis, aquis, nemoribus et defesis, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus directuris, terminis, pertinenciis suis, integre iure hereditario in perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 592; LEDESMA, San Millán, doc. 467; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 321.

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llazos del monasterio en el alfoz de Nájera de la realización de tareas de vigilancia en el castillo de Nájera65. No podemos asegurar a qué obedece esta serie de donaciones concentradas en 1192 y que formaban un conjunto importante. Quizás estaba el rey recompensando el apoyo que había recibido del monasterio. Quizás intentaba volver a asegurarse ese apoyo en el contexto del reinicio de las hostilidades por Sancho VI en 1191, como mencionamos páginas atrás. Lo cierto es que el monasterio fue objeto de numerosas e importantes donaciones regias durante el abadiato de Fernando. A la serie que ya hemos comentado habría que unir además otro documento sin fecha, pero dado también siendo abad Fernando, por lo tanto entre 1173 y 1194. El documento se conserva sólo en la copia realizada en el cartulario de San Millán, el llamado Becerro Galicano, y carece de confirmantes u otros datos que nos permitan ajustar más la fecha. En él se recoge un cambio entre el rey y el monasterio por el que el rey da toda la heredad y solares que tiene en Grisaleña y a cambio recibe la serna que el monasterio tenía en Valluércanes66. Ambas villas estaban en La Bureba, próximas entre sí y no lejos de Pancorbo. El texto que se conserva indica con detalle los solares que cedió el rey en Grisaleña, que eran un total de nueve, así como su ubicación y el nombre de los solariegos, los campesinos que los ocupaban. Indica también las heredades que entrega el rey que, debemos suponer, eran trabajadas por los campesinos mencionados, y que ascendían a un total de 27 tierras, tres herrenes y dos viñas distribuidas en los distintos pagos del término de Grisaleña. En realidad, el texto que se conserva copiado en el Becerro no corresponde a una copia fiel del documento original, sino que seguramente es el resultado de la refundición de, al menos, dos documentos: un privilegio regio que contendría el cambio y un apeo de las heredades y solares de Grisaleña quizás realizado posteriormente67. ...absoluo collacios solariegos monasterii Sancti Emiliani que sunt in alfoz de Naiara, presentes et futuros, ab omni uigilia castelli de Naiara im perpetuum, quia non habent pro foro ut uigilent illud castellum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 593; LEDESMA, San Millán, doc. 468. 66 Ego igitur rex A(defonsus)..., facio concambium tecum Ferrande abbas et cum monachis... Dono itaque et privilegio regio monasterio Sancti Emiliani corroboro omnem hereditatem, solares, terras et quicquid ad ius regale in Ecclesia Sindenia pertinuit unquam vel pertinere dinoscitur ab omni integritate, pro illa serna quam habebatis iuxta villam Vallorcanos, in qua villae habitatores habeant suas areas et suos ortos. Regie autem hereditatis in supradicta villa Sindenia habite pro concambio serne prefate date numerus qui ad presens sciri potest iste est. Sunt videlicet VIIII solares,.... LEDESMA, San Millán, doc. 473. 67 Conviene tener en cuenta también que no es el único documento regio de estos años en relación con Valluércanes. Como hemos visto, un documento de 1179 recoge la donación al monasterio de Nájera de Valluércanes a cambio de Torrecilla de Cameros; véase GONZÁLEZ, 65

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El último privilegio expedido por la cancillería de Alfonso VIII a favor del monasterio de San Millán data ya de 1212. Se trata de una confirmación general de todas las donaciones recibidas con anterioridad por el monasterio68.

II.4. Monasterio de Fitero En la frontera entre Navarra y Castilla, al sur del Ebro, se estableció una de las primeras comunidades cistercienses de la península. Una comunidad que terminó por asentarse en Fitero tras pasar por otras localizaciones cercanas, como el monte Yerga o el lugar de Niencebas69. A diferencia de otras fundaciones cistercienses de la época, el monasterio de Fitero no fue una fundación regia ni nobiliaria. Surgió por la iniciativa de la comunidad monastica asentada primero en Yerga y es consecuencia de su desarrollo. Sin embargo, sin ser una fundación regia, no tardó en recibir el apoyo tanto de los reyes de Castilla como de Navarra. Ese apoyo, que iremos detallando a continuación, no puede sorprendernos si consideramos la ubicación estratégica del monasterio entre los dos reinos, y también en el límite de las diócesis de Calahorra y Tarazona. Había, por lo tanto, un claro interés político estratégico en atraerse al monasterio por unos y otros reyes. Pero el apoyo político también tenía un sólido fundamento religioso. Me refiero al gran prestigio religioso alcanzado por los cistercienses, que ya era bien patente en la península, como en gran parte de Europa, apenas unas décadas después del establecimiento de la orden70. El mejor ejemplo es la fundación del moAlfonso VIII, T. 2, doc. 323; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 80. Por otro lado, ya en 1172 el rey hizo una donación a la abadía de Santo Domingo de la Calzada de heredades y derechos en Valluércanes, incluyendo las sernas regias, que hemos de pensar eran distintas de las que adquirió después el rey del monasterio de San Millán; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 170; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 149; y C. LÓPEZ DE SILANES y E. SÁINZ RIPA, Colección diplomática calceatense. Archivo catedral (1125-1397) (= LÓPEZ y SÁINZ, Catedral calceatense), Logroño, 1985, doc. 6. 68 .…Concedo itaque uobis et confirmo quicquid uobis in helemosinam datum fuit, siue a regibus siue comitibus, militibus, episcopis, dominabus, laboratoribus, illud, scilicet, quod in pace hodie possidetis, ut illud in eternum habeatis cum totis illis quibus uobis fuerit erogatum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 902; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 31. 69 Véase MONTERDE, Fitero, donde se ofrece una reconstrucción minuciosa de la trayectoria del monasterio en sus primeras décadas, incluyendo la discusión sobre la posible fundación por monjes procedentes del monasterio francés de Scala Dei, la ubicación precisa de las primeras sedes monásticas en Yerga, Niencebas o Santa María de Castellón hasta el asentamiento definitivo en Santa María de Fitero, etc. 70 Sobre la expansión de la orden y la fundación de monasterios masculinos en Castilla véase, V. A. ÁLVAREZ PALENZUELA, Monasterios cistercienses en Castilla (siglos XIIXIII), Valladolid, 1978; y J. PÉREZ EMBID, El Cister en Castilla y León. Monacato y domi-

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nasterio femenino de Santa María la Real de las Huelgas de Burgos que Alfonso VIII convirtió en panteón real71. Ese prestigio en la época se basaba, en parte, en un cierto fanatismo religioso y en la defensa de una actitud abiertamente hostil contra el islám. Prestigio religioso y hostilidad al islám se combinan en la personalidad del que quizás fue el principal responsable de la expansión de la orden, Bernardo de Claraval. Y, a una escala menor, son elementos que encontramos también en uno de los primeros abades de Fitero, Raimundo que, como su modelo francés, también fue elevado a los altares. El abad Raimundo gobernó el monasterio entre 1141 y 1161, tras el traslado de los monjes del monte Yerga a Niencebas y después tanto en Santa María de Castellón como en la sede definitiva de Santa María de Fitero72. Su fanatismo religioso en la lucha contra los musulmanes alcanzó plena expresión cuando en enero de 1158, en plena expansión almohade, Sancho III le entregó la fortaleza de Calatrava, al sur de Tajo, que había sido conquistada unos años antes por Alfonso VII. La donación fue consecuencia de la renuncia de los templarios a defender el lugar ante la intensidad de la ofensiva almohade. La donación de la fortaleza al abad Raimundo de Fitero y a la orden cisterciense es, como es bien conocido, el origen de la orden militar de Calatrava, que se estableció como tal unos años después, en 1164, poco después de la muerte del abad Raimundo73. nios rurales, Valladolid, 1986. Sobre los monasterios femeninos tambien J. PÉREZ EMBID, «El cister femenino en Castilla y León. La formación de los dominios», en En la España Medieval, V (1986), Estudios en memoria del profesor D. Claudio Sánchez-Albornoz, T. 2, pp. 761-796. 71 Sobre el apoyo de Alfonso VIII al monacato cisterciense GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 510-540. Sobre la fundación del monasterio de Las Huelgas y su vecino Hospital del Rey J. M. LIZOAIN GARRIDO y J. J. GARCÍA GONZÁLEZ, El monasterio de Las Huelgas de Burgos. Historia de un señorío cisterciense burgalés (siglos XII y XIII), Burgos, 1987; y L. MARTÍNEZ GARCÍA, El hospital del Rey de Burgos. Un señorío medieval en la expansión y en la crisis (siglos XIII y XIV), Burgos, 1986. 72 El primer abad documentado en el monasterio del monte Yerga es Durando, quizás de origen francés, al que sucedió Raimundo. Sobre estos aspectos MONTERDE, Fitero, pp. 221 y ss. Por su parte, S. OLCOZ en «Nienciebas (Alfaro): primitiva sede del primer monasterio cisterciense de la Península Ibérica – El monasterio de Fitero», en Graccurris, 15 (2004), pp. 131-169, señala que la primera comunidad se estableció directamente en Niencebas, negando su procedencia de la comunidad asentada en el monte Yerga. 73 Véase MONTERDE, Fitero, pp. 298-303, y el documento en Ibíd., doc. 106; o en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 35. Sobre la fundación de la orden de Calatrava también, entre la obras más recientes, F. RUIZ GÓMEZ, «Los hijos de Marta, las órdenes militares y las tierras de La Mancha en el siglo XII», en Hispania, 210 (2002), pp. 9-40; F. RUIZ GÓMEZ, Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de La Mancha (1150-1250), Madrid, 2003, pp. 126-156; y C. de AYALA MARTÍNEZ, Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (siglos XII-XV), Madrid, 2003, pp. 67-80.

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El apoyo de los reyes de Castilla al monasterio de Fitero en el período que estudiamos se concreta en un total de nueve donaciones, de las que, como se indica en el Cuadro 11, tres corresponden a Alfonso VII, dos a Sancho III, tres a Alfonso VIII y una a Fernando III74. Además hay que considerar otras dos donaciones de Sancho VI de Navarra y una más de Sancho VII. Como iremos viendo, el ritmo de las donaciones y la evolución de los acontecimientos políticos discurren acompasados en la mayor parte de los casos. Las donaciones de Alfonso VII y de Sancho III entre 1145 y 1158 –cinco de las nueve conservadas– se sitúan en un contexto de supremacía castellana y de amenaza, larvada en ocasiones, abierta en otras, contra Navarra. En esa fluctuante política de alianzas y amenazas en relación con Navarra, a la que hemos aludido, Alfonso VII figura como el primer benefactor importante del monasterio y, si no podemos considerarle su fundador, su apoyo fue claro desde el principio. Por lo que se refiere al período que estudiamos, el primer documento del emperador en favor del monasterio, data de 1146, cuando le concede una serna en Cervera de Río Alhama y las propiedades regias en los Baños de Tudején75. Entonces estaba el monasterio asentado en Niencebas, lugar que unos años antes, en 1140, el propio emperador había dado a la primera comunidad monástica del monte Yerga76. Las primeras donaciones regias se dirigieron a apoyar el asentamiento de la comunidad en el valle del río Alhama en las proximidades de Tudején y de Fitero, donde acabaría instalándose la comunidad, siguiendo la propia política patrimonial del monasterio. A las donaciones mencionadas les sucedieron otras en 1148 y 1153. Por la primera el emperador entregó el monas74 No he incluido la donación del castillo de Calatrava en mi recuento de documentos regios a favor del monasterio de Fitero porque, aunque la orden de Calatrava se afilió al Cister, ni el castillo de Calatrava ni la orden quedaron posteriormente vinculados directamente al monasterio de Fitero. Lógicamente, tampoco he incluido la confirmación de esta donación por Alfonso VIII en 1161; véase MONTERDE, Fitero, doc. 129. 75 ...totam illam meam sernam de Ceruera et mee que est supra illa balnea de Tudeion... dono. Dono inquam illam, cum eius ingressibus et egressibus et cum suis aquis et aqueductibus et cum omnibus rebus ad eam quecumque sint pertinentibus. Eo uero modo prenominato loco et abbati et fratribus Deo in perpetuum ibi seruientibus, predictam meam sernam dono quatenus eam omni tempore libere et quiete possideant et sine omnium hominum contradicto faciant inde, pro utilitate sue ecclesie quicquid uoluerint, uendant, uidelicet et cambient. MONTERDE, Fitero, doc. 7. 76 ...dono iure hereditario..., ilam uillulam desertam et locum que dicunt Nezebas cum omnibus eiusdem loci terminis, intratibus et exitibus montibus, et uallibus, terris, aquis, pascuis, ortis et solaribus et cum omnibus aliis suis pertinentibus, quecumque loco sint. MONTERDE, Fitero, doc. 1. Es este el primer texto conservado del que acabaría siendo el monasterio de Santa María de Fitero aunque, como bien ha destacado Monterde, nada se dice de a qué orden pertenecía esta primera comunidad monástica in monte quem dicunt Erga fundate, puesto que en el documento no se menciona al Cister.

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terio –monasteriolo lo califica el documento– de San Bartolomé de Anaguera –posteriomente llamado San Bartolomé de Noguera, entre Tudelilla y El Villar de Arnedo, no lejos de Calahorra– con todas sus posesiones, incluyendo los diezmos y primicias adscritos al monasterio77. Por la segunda donación el emperador confirmó al monasterio las donaciones que le había realizado antes: el lugar de Niencebas entregado en 1140, el realengo de Anaguera, en referencia al monasterio de San Bartolomé de 1148, y la serna regia junto a los Baños de Tudején de 114678. Los dos documentos de Sancho III a favor del monasterio de Fitero datan de 1156 y 1157, cuando todavía gobernaba su padre Alfonso VII y cuando el rey Sancho desarrollaba al máximo su política de expansión hacia Navarra. Ambos documentos, en mi opinión, han de entenderse en ese contexto, considerando que el rey Sancho buscaba contar con el apoyo del monasterio, estratégicamente situado entre ambos reinos. Un monasterio que, además, ya había alcanzado una cierta proyección en la zona, gracias a las donaciones del emperador que hemos mencionado y gracias también a una intensa política de compras de bienes desarrollada por el abad Raimundo. Un documento fechado a comienzos de agosto de 1156 contiene un privilegio del rey Sancho por el que toma bajo su protección al monasterio amparando sus posesiones; también concede libertad de pastos en todo el reino para el ganado del monasterio, permite que puedan recuperar el ganado perdido sin aportar pruebas ni juramentos y exime igualmente al monasterio del pago de lezdas y otros tributos79. El documento que se conserva no es un ori77 ...monasteriolum meum Sancti Bartolomei de Anaguera, et in eius terminis, quecumque sint,..., dono et omni tempore libere et quiete posidenda concedo. Dono inquam eis dictum monasteriolum cum decimis et premiciis, terras, montes, valles, ingressus et egressus, aquas, nemora, pascua et omnes alias res que ibi sint michi iure regio pertinentes quecumque loco eas poterint inuenire. Et dono eis et concedo liberam habere potestatem inde quidquid voluerint ad utilitatem sue ecclesie huic vero mee donacioni sit suis in posterum. MONTERDE, Fitero, doc. 13, y para la localización del lugar, pp. 157-158. 78 ...loco de Nesceuas cum omnibus suis terminis et pertinentiis et cum omnibus suis directuris et de omni regalengo quod habeo in Anegora et de tota illa serna quam habeo super balneos de Tudegun. Dono inquam uobis et concedo hec omnia supradicta, ut ab hac die habeatis et possideatis uos et omnes successores uestri iure hereditario in perpetuum.... MONTERDE, Fitero, doc. 27. 79 ...facio cartam et textum scipture firmitatis et confirmationis.. ut ab hac die nullus homo sit ausus casas uestras uel grangias uel cabannas quas modo in toto regno meo habetis uel habituri estis uiolenter intrare, frangere uel diripere, uel inde homines uel ganatum, uel aliquid aliud ausu temerario per uim abstrahere. Ita inquam cauto eas uobis uel quicumque contra hanc uoluntatem meam et iussionem ire presumpserit, pectet mihi sex milia solidos, tanquam de inuasione mee propie domus, et uobis abbate et fratribus uestris quantum de uestro acceperit in pace restituat. Si uero ganatum uestrum cum alio extraneo mixtum fuerit et hac de causa eum uobis dare noluerit, mando ut in sola fide uestra absque alio iuramento det

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ginal, es una copia imitativa y contiene con toda probabilidad algunas interpolaciones, si es que no se trata de una completa falsificación80. Este texto de Sancho III de Castilla hay que relacionarlo con otro del rey Sancho VI de Navarra fechado unos meses más tarde, en enero de 1157, con un contenido muy similar81. Varios párrafos de ambos documentos son idénticos o muy parecidos. Por ejemplo, los que se refieren al amparo regio de las posesiones del monasterio, al ganado perdido o a los privilegios de pastos. Es probable que el documento del rey de Navarra también esté interpolado82. Sería necesario un estudio paleográfico y diplomático detallado, pero mi hipótesis considera que el documento de Sancho III de Castilla es una falsificación posterior al documento de Sancho VI de Navarra, quizás sobre la base de un privilegio de Sancho III bastante más breve, conteniendo sólo el amparo a las posesiones del monasterio. Los monjes intentaron garantizarse el apoyo uobis quanto dixeritis esse uestrum. Preterea statuo et mando quod de uestris propriis rebus lezdam uel usaticum uel ussum aliud censum non detis nec aliquis de terra mea hoc exigat. Ganatum uero uestrum similiter cauto et mando ut pascat secure per totam terram imperatoris et meam et nullus sit ausus ei pascua prohibere tamquam meo proprio. MONTERDE, Fitero, doc. 50; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 24. En su edición J. González atribuyó por error este texto al monasterio de Veruela, fechando el documento el 29 de julio y no el 2 de agosto como propone Monterde. 80 Facsímil lo califica J. González y pseudoriginal Monterde. De hecho, tal y como indica J. González, la exención de lezdas aparece escrita por una mano diferente sobre un raspado. Véase también MONTERDE, Fitero, pp. 289-290. Volveré sobre esto más adelante. 81 ...dono uobis et concedo ut ab hac die in antea nullus homo sit ausus casas uestras uel grangias uel cabanas, quas modo in toto meo regno habetis uel habituri estis, uiolenter intrare, frangere uel diripere, uel inde homines uel ganatum, uel aliquid aliud ausu temerario per uim extraere. Ita inquam principio, ut quicumque contra hanc meam uoluntatem et iussionem ire presumpserit, perdat meum amore et pectabit mihi mille solidos, et habebo inde querimoniam tanquam de inuasione proprie mee domus, et quantum de uestro acceperit uobis, in pace restituat. Si uero ganatum uestro cum alio extraneo mixtum fuerit et hac de causa eum uobis dare noluerit, mando ut in sola fide uestra uel ex uno de fratribus uestris absque alio iuramento, donet uobis quantum dixeritis esse uestrum. Et si quis pro aliqua re uel calumpnia uos inquietauerit et ad iudicium protraxerit pro magna uel pro parua re similiter mando in toto meo regno ut pro sola ueritate unius monachi uel fratris uestris ordinis, absque ullo iuramento et sine ullis aliis testibus, uestra causa et uestrum iudicium definiatur. Ganatum uero uestrum similiter mando ut secure pascat in tota mea terra, et nullus sit ausus ei pascua proibere tamquam meo proprio; hoc idem dono uobis et concedo in montibus et in aquis qui sunt in tota mea terra. ... Insuper dono uobis et concedo quod neque uos neque uestri neque uestra posteritas non donetis non donetis (sic) passatico in illo nauigio de Miraclo in mea parte in eundo uel in redeundo per secula cuncta. MONTERDE, Fitero, doc. 91. 82 Véase MONTERDE, Fitero, pp. 158-159 y 289-290.

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y el amparo de los dos reyes en unos momentos de inestabilidad y en una situación comprometida por la posición del monasterio entre ambos reinos. Buscaron ese amparo bien mediante la obtención de privilegios auténticos, bien mediante falsificaciones. Tampoco puedo descartar que ambos sean auténticos o, más probablemente, que fueran construidos a partir de otros textos auténticos que desconocemos. En ese caso veríamos como ambos reyes buscaron también el apoyo del monasterio, uno para llevar a cabo su proyecto de expansión sobre Navarra, otro para defenderse de esa expansión. Si el texto de Sancho III de Castilla es una falsificación, es muy probable que, como he apuntado, se construyera a partir de un documento original. En todo caso, el apoyo del rey Sancho III al monasterio de Fitero se constata poco después, cuando, en abril de 1157, le concede el castillo –castro dice el documento– de Tudején, lugar muy próximo a la sede monástica83. Que el rey de Castilla mantenía una magnífica relación con el abad Raimundo es evidente porque a comienzos del año siguiente le concedió el castillo de Calatrava, como ya hemos mencionado. Durante la minoría de Alfonso VIII se producen las conquistas de Sancho VI de Navarra. Ya vimos como el rey de Navarra trató, con escaso éxito, de consolidar esas conquistas mediante la concesión de algunos privilegios. Así, en 1164 concedió al monasterio de Fitero la exención de tasas comerciales, lezdas y emendas, en Logroño y en todo su reino84. Pero si Sancho VI de Navarra necesitaba el apoyo del monasterio, también era necesario para Alfonso VIII de Castilla. Así, en 1168 éste le confirmó las donaciones de Tudején que habían hecho su abuelo el emperador y su padre Sancho III, y añadió también Añamaza, Castellón y la acequia de Tudején con amplios 83 ...facio cartam donationis..., de castro quod uocitant Tudegun, ut habeatis eum pro hereditate deinceps in perpetuum. Ita inquam dono uobis eum cum suis terminis et pertinentiis, scilicet terris, montibus et uallibus, pratis, pascuis, ingressibus et regressibus, aquis, riuis et fontibus, arboribus et uineis, et insuper cum omnibus aliis causis, si que sint ad eum pertinentibus, quecumque sint, uel ubicumque eas inuenire poteritis, eo modo et tenore, ut habeatis et possideatis eum iure hereditario uos et omnes succesores uestri in perpetuum, et omnia iura et pertinentia ut diximus que ad regiam spectant maiestatem. MONTERDE, Fitero, doc. 92; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 28. 84 ...facio hanc cartam donationis,..., dono uobis in foro quod non donetis lezdas neque emendas in Logroino, neque in tota mea terra. Hoc donatium dono uobis..., quod habe «a» tis illum et possideatis saluum et liberum et francum per infinita secula seculorum amen. MONTERDE, Fitero, doc. 134. Este documento no ofrece dudas sobre su autenticidad. La exención de lezdas se concede ahora en 1164 por Sancho VI de Navarra, aparece también en el privilegio de Sancho III de 1156, pero no está en el de Sancho VI de 1157; eso podría indicar que, en efecto, el privilegio atribuido a Sancho III de 1156 es una construcción posterior, tomando como referencia los dos de Sancho VI de Navarra de 1157 y 1164.

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derechos de riego85. Años más tarde, en junio de 1176, en el contexto de su ofensiva contra Navarra, Alfonso VIII entregó al monasterio la heredad que tenía en Esteras, excepto la que había dado al monasterio premonstratense burgalés de Santa María de La Vid y la que había dado también a Pedro Jiménez (Cameros). Se trata de un lugar situado entre Ágreda y Soria y lo sustancial de esa donación era, probablemente, el aprovechamiento de las salinas de la zona86. El último documento de Alfonso VIII en favor del monasterio data de 1189. En él confirma lo que califica como un priuilegium autenticum de su padre Sancho III. En realidad se trata de la falsificación atribuida a Sancho III en 1156, puesto que contiene las mismas cláusulas: amparo de las propiedades del monasterio, derecho a recuperar el ganado del monasterio sin aportar pruebas ni juramentos, exención de lezdas y libertad de pastos87. Aparente-

85 ...donatium illum de Tudegon..., laudo et confirmo. Et ego similiter dono et concedo..., prefatum Tudegen cum Anamaza et cum Castellon, cum omnibus pertinentiis suis, uidelicet cum terris, uineis, pratis, pascuis, cum uallibus et montibus, cum ingressibus et eggressibus, et cum uniuerssis aquis que iuxta Tudegen decurrunt, ut in qualicumque ora rigare uoluerint monachi et sui, tam in die quam in nocte, liberam rigandi cum aquis iam dictis habeant potestatem iure hereditario et pro foro hec omnia habere in perpetuum. MONTERDE, Fitero, doc. 136; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 108. Posteriormente, un texto que contiene la copia de un documento de Alfonso X en 1254 recoge la noticia de un amojonamiento o apeo de los términos de Tudején y de Niencebas que se habría realizado en 1168 por orden de Alfonso VIII, apeo que sería confirmado por Alfonso X en 1254. Sin embargo, tengo muchas dudas de que el texto que se conserva corresponda fielmente a una confirmación de Alfonso X, y más aún sobre la fiabilidad de la noticia del apeo ordenado por Alfonso VIII. Tengo la impresión de que el texto pudo ser elaborado posteriormente –no hay nuevas confirmaciones regias de ese texto y la siguiente copia que se conserva fue realizada ya en el siglo XVI– en el contexto de los pleitos por términos entre el monasterio y las villas vecinas. En cualquier caso, sí creo probable que cuando se realizó el texto se tomara como referencia la donación de Alfonso VIII de 1168 que recojo más arriba. Véase el texto atribuido a Alfonso X en MONTERDE, Fitero, Addenda, doc. 7 de 1254; y sobre los términos S. OLCOZ, «El coto redondo del monasterio de Fitero», en Graccurris, 15 (2004), pp. 265-301. 86 Dono, ..., totam hereditatem quam habeo uel habere debeo in Steras, preter illam quam Sancte Marie de Uite dedi, et preter duas iugadas ad anni uicem quas Petro Semeni contuli, cum salinis, cultis et incultis, cum pratis, pascuis et deffesis, cum montibus et fontibus, cum riuis et molendinis, cum uineis, cum terris cultis et incultis, et cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus sibi pertinentibus iure hereditario libere et quiete omni tempore habendam et possidendam. MONTERDE, Fitero, doc. 149 y pp. 317-318; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 259. 87 ...ego ALDEFONSUS, DEI GRATIA REX Castelle et Toleti, ...., autenticum priuilegium illustris memorie genitoris mei regis Sancii, quod ipse olim monasterio de Casteion, quod nunc dicitur de Fitero, condidit, presentis pagine innouatione restituo et confirmo. ...

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mente este documento es auténtico y considero probable que la falsificación de Sancho III -el texto que aquí se denomina priuilegium autenticum– fuera realizada precisamente para obtener esta confirmación. Este privilegio, a su vez, fue confirmado por Fernando III en 1220, expresando la protección regia a las propiedades del monasterio, pero sin incluir ya las otras cláusulas sobre el ganado o las lezdas88. Mientras tanto, Sancho VII de Navarra había otorgado otro documento al monasterio de Fitero en 1211, en el que le entregaba Tudején y el lugar deshabitado –villola deserta– de Mezana89.

In primis statuo et districte inhibeo nec quisquam in aliqua parte domini mei temere presumat domos uestras, uel grangias, uel cabannas, quas in toto regno meo habetis uel quas habituri estis, uiolenter intrare, frangere uel diripere, uel inde homines uestros uel ganatum uel aliquid aliud ausu temerario per uim abstrahere. Ita inquam cauto eas uobis ut quicumque contra hanc uoluntatem [me]am et iussionem ire presumpserit, pectet milia solidos tanquam de inuassione mee proprie domus, et uobis abbati et fratribus uestris quantum de uestro acceperit in pace restituat. Si uero gantum uestrum cum alio extraneo mixtum fuerit, et de hac causa ablatum uobis dare noluerit, mando ut in sola fide uestra absque alio iuramento det uobis quantum dixeritis esse uestrum. Preterea statuo et mando quod de uestris propriis rebus lezdam uel usaticum uel aliud censum non detis, nec aliquis de terra mea hec exigat. Ganatum uestrum similiter ca[uto] et mando ut pascat secure per totam terram meam, et nullus sit ausus ei pascua prohibere tanquam meo propio. MONTERDE, Fitero, doc. 210 y pp. 157-158 y 331-332; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 537. 88 ...Concedo itaque vobis, roboro et confirmo illud authenticum priuilegium, quod ab illustrissimo avo meo domno Aldefonso rege felicissime recordationis, super incautatione domorum, grangiarum, cabannarum, ganatorum vestrumque in regno Castelle habetis et super aliis libertatibus impetrastis, ut ea omnia que in eodem privilegio continetur, irrevocabiliter et illibata perpetuo conservetur. MONTERDE, Fitero, Addenda, doc. 4; y GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 114. En esta confirmación se habla de nuevo de un authenticum priuilegium en referencia ahora al documento de 1189 de Alfonso VIII. Esta confirmación está inserta en otra posterior de Alfonso X de 1258. 89 Sólo conozco este documento a través de la copia incluida en la Colección de documentos para la Historia de la Rioja, copiados directamente de los originales existentes en el Archivo Histórico Naciona, Bilioteca Naciona, Real Academia de la Historia y en otros archivos y bibliotecas oficiales y particulares por el presbítero don Narciso Hergueta y Martín, Capellán de Altar y Coro de la Real Capilla de su Magestad en Madrid, en el año 1900 (= Colección Hergueta), custodiada en la bilioteca del Instituto de Estudios Riojanos en Logroño, T. III, s.f., s.nº, donde se afirma que procede de la Academia de la Historia, Colección Velázquez, T. II, nº 336, pero no he consultado el texto de la Academia. No figura este texto ni entre los documentos de Fitero, ni en las colecciones diplomáticas de Sancho VII que he consultado (C. MARICHALAR, Colección diplomatica del rey Don Sancho VIII (el Fuerte) de Navarra, Pamplona, 1934; o VV. AA., AGN (1194-1234). De hecho, este sería el único documento que conozco de Sancho VII de Navarra a favor del monasterio de Fitero.

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Por último, podemos tener en cuenta otro documento que no recoge una donación regia pero sí una actuación del rey en asuntos del monasterio. Se trata de un texto que, curiosamente, no se conserva en el cartulario de Fitero, ni entre los pergaminos de este monasterio, sino en una traducción realizada en el siglo XVIII por un monje del monasterio de Monte Laturce junto a otras copias de documentos de ese monasterio. El texto que conocemos nos informa de un pleito entre el monasterio de Fitero y el concejo de Alfaro –los hombres de Alfaro– y su señor Lope de Alfaro. El pleito fue librado por el rey Alfonso VIII al que acudieron el abad y algunos monjes cuando el rey estaba en Préjano al volver de una entrevista con el rey de Navarra que, según señala el texto, se había celebrado entre Calahorra y San Adrián. El pleito entre el monasterio y el concejo y su señor era sobre el aprovechamiento de las aguas de Tudején. Dado que don Lope de Alfaro se negó a aceptar una solución de compromiso, el rey decidió que el asunto fuera librado por su curia –los principales de su corte, dice la traducción del texto–. La curia dictó entonces que el rey nombrase un pesquisidor que determinara si el señor o el concejo de Alfaro habían impedido al monasterio aprovechar las aguas de Tudején90. En definitiva, el desarrollo del monasterio y de sus propiedades y derechos fue cuestionado por otros poderes de la zona, como el concejo de Alfaro y, específicamente, su señor, don Lope de Alfaro. No 90 Memoria del juicio que dio el rey Alfonso sobre las aguas de Tudelion, en Prexano, despues de las muchas molestias y diversas vexaciones que los hombres de Alfaro descortesmente hicieron. Ultimamente yo, Guillelmo, abbad de Fitero, con mis hermanos: Gaufrido, cantor, y Diego Velazquez y Lope de Mendoza, llegamos a la presencia de Aldefonsso, rey de Castilla, que volvia de la junta que tubo con don Sancho, su tio, rey de Navarra, entre Calahorra y San Adrian; hallabasse en Prexano donde lo hospedo don Gonzalo Copelin. Alli el sobredicho rey, aviendo oydo los privilegios y razones de una y otra parte, quisso que se tratasse de composicion y por si ajustarla. Oyendo esto don Lope de Alfaro, que era el señor de los dichos hombres, y se hallaba alli por si y por todos ellos, dijo con voz libre que no recibiria ni admitiria composicion alguna. Entonces el rey, llevando a mal esta tal respuesta, del sobredicho, llamando los principales de su corte, esto es, el conde Sancho Perez, el conde Gomez y Pedro Rodriguez de Nagera y Rodrigo, su mayordomo, y Pedro Rodriguez, su hermano, y don Gonzalo Copelin, les mando que diessen sentencia y hiciesssen justicia a ambas partes. Y ellos dieron esta: que el rey proveyese y pussiesse un hombre leal y habil que con fidelidad, solicitud y diligencia inquisiese si el dicho don Lope o los hombres de Alfaro han quitado con violencia suya las aguas de Tudellen; y que si esto se probare ser verdad, dando nosotros fiadores sobre nuestras aguas, restituyan estos enteramente quanto han damnificado y quitado y en adelante no se atrevan a inquietarnos. Pero si el tal hombre no hallare que es assi, entonzes el rey ponga un peon por otro sobre las aguas de Tudellen. TURZA, Monte Laturce, doc. 44. El texto conservado no nos dice cuál fue la resolución del pequisidor regio. Dado que este texto no recoge una donación regia no lo he incluido en el recuento de documentos regios.

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fue este el único pleito a que tuvo que enfrentarse el monasterio, pero sí el único que fue librado por el rey. El texto que se ha conservado no lleva fecha pero su editor propone datarlo hacia 117791.

II.5. Monasterio de Monte Laturce La expansión de la orden cisterciense en la zona de la frontera del Ebro en estos años fue muy notable y al monasterio de Fitero hay que unir, entre otros, algunos monasterios de existencia anterior que se refundaron ahora y adquirireron un nuevo impulso, como el de San Prudencio de Monte Laturce y el de Santa María de Herrera. En 1181 los propietarios del monasterio de San Prudencio de Monte Laturce, el tenente de Cameros y su esposa Guiomar, lo entregaron al monaste-

91 Entre los datos internos del documento que nos pueden ayudar a situarlo cronológicamente podemos tener en cuenta que se menciona al abad Guillermo de Fitero, que lo fue entre 1161 y 1182; entre los miembros de la curia regia encontramos al mayordomo Rodrigo Gutiérrez, que lo fue entre 1173 y 1193, Pedro Rodríguez de Nájera, activo en los años 70, o Gonzalo Copelín, activo a finales de los años 70 y en los años 80. Lo mismo cabe decir de Lope de Alfaro que también se documenta en la primera mitad de los 80. Con esos datos podríamos pensar en algún momento entre 1173, comienzo de la mayordomía de Rodrigo Gutiérrez, y 1182, fin del abadiato de Guillermo; y, con más precisión, hacia finales de los 70 o principios de los 80. El texto plantea el problema de la identificación del conde Sancho Pérez, que se menciona como un miembro de la curia de Alfonso VIII. No hay níngún conde con ese nombre en su reinado, lo que obliga a pensar que se trata de un error de quien copió y tradujo el documento. Podría tratarse del conde Nuño Pérez (de Lara) quien, según los Anales Toledanos I, murió en junio de 1177 (FLÓREZ, España Sagrada, T. XXIII, p. 392; y PORRES, Los Anales Toledanos, p.146). Por otro lado, en el texto se alude a una entrevista entre Alfonso VIII de Castilla y Sancho VI de Navarra que habría tenido lugar entre Calahorra y San Adrián, un dato que no coincide con ninguno de los conocidos para las entrevistas entre ambos reyes. Están documentadas tres entrevistas de los dos reyes: en 1167 en el monasterio de Fitero, donde se estableció una tregua; en 1176 inter Nararas (sic) et Lucronium, cuando acordaron elegir juez árbitro a Enrique II de Inglaterra; y en 1179 tambien inter Nazaram et Lucronium, cuando acordaron cumplir la sentencia dictada por el rey de Inglaterra. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 99, 267 y 321. Por lo tanto, ninguna de las entrevistas conocidas se realizó donde se señala en este documento. Pero no creo que se trate de una nueva entrevista entre los dos reyes, desconocida hasta ahora, sino que el texto de Fitero estaría haciendo referencia, en mi opinión –y si es correcta la identificación del llamado conde Sancho Pérez con Nuño Pérez de Lara–, al pacto de 1176, por lo que el documento probablemente deba fecharse en ese año. Este pleito no es la única ocasión en la que Lope de Alfaro aparece en un contexto de oposición al monasterio de Fitero. Hacia 1182 fue fiador de Lope Arceiz (sic, creo que debe entenderse Garcéiz) y su mujer Toda cuando ambos se retiraron de una querella que tenían con el monasterio sobre una heredad en Niencebas; MONTERDE, Fitero, doc. 173.

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rio de Santa María de Rute y a la orden cisterciense. El monasterio de Rute también pertenecía a los señores de Cameros; había sido establecido como monasterio cisterciense unos años antes, en 1162, por Pedro Jiménez, su hermano Diego Jiménez y su hermana Teresa y el marido de ésta Lope de Mendoza. Pero la donación de 1181 incluía también la condición de que los monjes de Rute se trasladaran a Monte Laturce. Allí, en efecto, se estableció la sede monastica en adelante, iniciándose una nueva etapa en la trayectoria histórica del monasterio, ahora como comunidad cisterciense92. Por lo tanto, el monasterio de Monte Laturce, cuyos orígenes son muy anteriores, fue refundado en 1181 como monasterio cisterciense por sus propietarios, los señores de Cameros, a partir de otra fundación cisterciense anterior en Rute. Pedro y su hermano Diego Jiménez eran magnates cuya posición política fue fundamental en la evolución de la zona en los momentos de disputa con Navarra. A ellos y a su control de la Rioja Media y Baja me referiré más adelante, pero ahora conviene tenerlo en cuenta, para entender las razones del apoyo regio al monasterio. En realidad hay que subrayar el apoyo regio a los monasterios, en plural, puesto que Alfonso VII y Alfonso VIII beneficiaron tanto al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce como al de Santa María de Rute. No hay duda de que, en estos casos, las concesiones regias son un reflejo directo de la relación de los reyes con los señores de Cameros. En conjunto, de ambos monasterios se conservan un total de cinco documentos que recogen concesiones regias en el período que estudiamos: dos de Alfonso VII y tres de Alfonso VIII; cuatro de ellos dirigidos al monasterio de Monte Laturce y uno al de Rute. Pero, además de las donaciones de los reyes de Castilla, hay que tener en cuenta que también Sancho VI de Navarra apoyó al monasterio de Rute. El emperador Alfonso VII expresó su apoyo al monasterio de San Prudencio y a sus propietarios mediante dos documentos cuyas noticias se han conservado. En 1145 hizo un cambio con el monasterio, al que entregó la villa de Lagunilla de Jubera, recibiendo las heredades que tenía el monasterio en Logroño desde el puente hasta Santa María Munilla de los Huertos y en Valdegrúa93. Unos años más tarde, seguramente en 1154, el emperador hizo 92 Puede verse la trayectoria de ambos monasterios en TURZA, Monte Laturce, pp. 1423; y los textos de la fundación de Santa María de Rute en 1162 y la refundación de San Prudencio en 1181 en Ibíd., docs. 27 y 45. 93 ...quandam villam meam nomine Lagunellam cum suis terminis et pertinentiis, cum vasallis, populatis et deppopulatis canbio vobis... pro hereditatibus quas habetis a ponte Lugronii, ubi castellum quoddam situm est, usque ad Sanctam Mariam de Munella de hos huertos (sic), et etiam pro hereditatibus quas habetis in pago de Valdegrua; ita inquam cancambio cum omnibus suis terminis sicut partitur cum Murello, et cum Leza, et cum Villa nova et cum La Santa, et cum Robres et cum Ocon, et cum Santo Martino de Barvazana et cum omnibus

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otra donación al monasterio de San Prudencio en la que le entregó varias propiedades en Logroño y su entorno: la iglesia de San Vicente de Yangüela, situada en el término de Logroño junto a Villamediana, una heredad en Varea y un canal junto al puente de Logroño94. Poco después, en 1162, Pedro Jiménez estableció con sus hermanos el monasterio de Santa María de Rute como filial del de Santa María de Sacramenia95. El documento que recoge la fundación de Rute esta fechado en abril y pocos meses después Sancho VI de Navarra lanzó su campaña que le llevó a ocupar algunos territorios al sur del Ebro. Ni el monasterio de San Prudencio, situado cerca de Clavijo, ni el de Rute, cerca del de San Prudencio, en Ventas Blancas, quedaron en territorio ocupado por el rey de Navarra, pero sí en el límite. En ese contexto, el apoyo de los monasterios y, sobre todo, de la familia de los propietarios y fundadores, los poderosos Pedro y Diego Jiménez, era un objetivo estratégico de la mayor importancia, tanto para el rey de Castilla como para el de Navarra. Así, un texto fechado en 1165 recoge como Alfonso VIII de Castilla concedió al monasterio de Rute tres sernas en Ocón96, no lejos del monasterio. Según otro texto, esa misma donación fue repetida por el mismo rey unos años más tarde, en 1184, ahora rebus ad eam pertinentibus videlicet nemoribus, terris, vineis, montibus et vallibus ingressibus et regressibus, solaribus, aquis, molinis, pratis, pascuis, et cum aliis omnibus causis si quae sint quod ad eam pertineant quocumque loco poterint inveniri. Et vassalli vestri possint rumpere, emere, concambiare libere absque pecto. TURZA, Monte Laturce, doc. 24. 94 ...dono... ecclesiam Sancti Vincencii de Yanguela cum dezimis et primiciis, que est in terminis Lucronii prope Villam Medianam, et firmiter do et concedo hereditatem de Barea et vnum Canal iuxta Pontem Lucronii. Hay alguna discrepancia sobre la fecha de este documento. TURZA en Monte Laturce, doc. 25, y LÓPEZ y SÁINZ, Catedral Calcatense, doc. 4, fechan el doc. en 1147, señalando que el texto que editan procede de un pleito posterior entre el monasterio de Monte Laturce y el cabildo de La Calzada. Sin embargo, Lucas Álvarez en «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 653, fecha el doc. en 1154, atendiendo a la data histórica del documento (Facta carta... quarto anno quo Imperator pugnauit cum illis Musmutis super Cordubam et divicit eos...) que se refiere a la segunda campaña de Alfonso VII contra Córdoba en 1150-1151. Es probable que quien copió el documento leyera o transcribiera mal la data cronológica contenida en la era (era millessima, centessima, octuagessima quinta, que corresponde, en efecto, al año 1147) y creo más acertado fecharlo en 1154. 95 Se ha discutido por los estudiosos de la historia del monasterio la razón de esta filiación del monasterio de Sacramenia (en Segovia) en vez de otras fundaciones cistercienses más cercanas, como podría ser Fitero. Se ha dicho que probablemente no quería el fundador que el monasterio pudiera situarse bajo la órbita navarra en un momento en que las conquistas de Sancho VI debían parecer inminentes; TURZA, Monte Laturce, p. 20. 96 ...doy ... tres sernas en el termino de Ocon: la serna de Obrea, que es por donde la termina y parte el camino de San Martin de Barbarana y acaba en aquella serna de Lumbier y en el rio de la Matanza; la otra serna es la de Tenderot, debajo de los majuelos de Flano, assi como va el camino de San Valerio y termina en el camino que va a Coressa, donde esta la Fuente Pudia; la otra serna es la de San Justo, que esta cerca del camino que va a Ausejo.

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en favor del monasterio de San Prudencio. Es posible que se trate de una confirmación de bienes donados durante la minoría, como consta que hizo Alfonso VIII en otros casos; es posible que se considerara conveniente confirmar esos bienes una vez que ambos monasterios se habían fusionado y la comunidad de Rute se había trasladado a San Prudencio. Pero la repetición de la donación arroja también algunas dudas sobre la validez de los textos conservados. Lamentablemente, la documentación conservada es bastante defectuosa, puesto que en su mayoría consiste en copias y traducciones del latín al castellano realizadas por un monje de San Prudencio en el siglo XVIII97; de manera que cualquier aproximación a la validez de las noticias contenidas en los textos conservados es sólo hipotética. El documento fechado en 1184 repite la concesión de las mismas sernas con los mismos terminos que el de 1165, pero además añade la concesión de exención de todos los tributos regios para esas sernas y para las heredades que el monasterio tenía en Flaño, cerca de Ausejo98. Sea como fuere, no sólo Alfonso VIII buscó el apoyo del monasterio de Rute y, a través de él, de sus fundadores. También lo hizo Sancho VI de Navarra, tal y como queda recogido en un texto fechado en 1168. Según ese texto, el rey de Navarra toma bajo su protección al monasterio y sus bienes y le concede importantes privilegios: que puedan recuperar el ganado perdido sólo con su palabra, sin necesidad de aportar otras pruebas o juramentos; privilegios judiciales para los monjes; y libertad de pastos y exención de portazgo en todo el reino99. El contenido de esta amplia donación recuerda Estas tres sernas ya nombradas, con sus aguas que las deben regar como es de fuero, las doy yo.... TURZA, Monte Laturce, doc. 30. 97 De los 166 documentos que publica García Turza, 148 proceden de la Historia del Real Monasterio de San Prudencio compuesta por Gaspar Coronel en 1726. Véase TURZA, Monte Laturce, p. 12. 98 ...doy ... tres sernas en el termino de Ocon: la serna de Oblea, como se termina con el camino que va a San Martin de Berbarana y se acaba en la serna de Lumberre y en el rio de la Matanza; la otra serna es la de Ter de Roth, debajo de los majuelos de Flaño, asi como va el camino de San Valerio, y acava en el camino que va a Corresa, donde esta la Fuente Pudia; y la tercera serna es la de San Justo, cerca del camino que va a Ausejo. Estas tres sernas sobredichas, con las aguas que deben regarlas como es de fuero,. doy yo, Alfonos rey,... Y además os las hago libres y exemptas de todo pecho, pedido, posta, hacendera, fosado, fosadera y de todo real gravamen y tributo y todas las otras heredades que teneis en Flaño en mi realengo y [pudieredes] tener, con sus aguas de regadío y con todos sus derechos. La qual granja, con especial licencia mia, fabricaron el abbad Raymundo y los monjes de Ruete. TURZA, Monte Laturce, doc. 50. 99 ...dono y concedo que desde este dia en adelante ningun hombre sea ossado a entrar, quebrantrar o romper violentamente vuestras cassas, granjas o cabañas que teneis aora o en adelante tubieredes, ni tomar ni sacar por fuerza vuestros hombres ni vuestros hombres ni vuestros ganados ni otra cosa vuestra.

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mucho a la que se contenía en otro documento del rey de Navarra al monasterio de Fitero de 1157 y, como aquél, también es probable que el documento de Sancho VI amparando a Rute también fuera elaborado o, al menos, retocado, por los monjes100. Concesiones casi idénticas a las contenidas en el texto de Sancho VI de 1168 se encuentran también en otro documento de Alfonso VIII de 1203 dirigido ahora a San Prudencio. Señala el rey que recibe la encomienda y el amparo –in comienda et emparanza– del monasterio de manos de Rodrigo Díaz de Cameros (hijo de Diego Jiménez), amparo que se extiende a todas las granjas, villas y heredades del monasterio, que se enumeran detalladamente. Como en el documento anterior de Sancho VI de Navarra, también se concede exención de todos los tributos regios, ahora para todas las heredades que pudiera tener el monasterio en el realengo en cualquier parte del reino, y se da también libertad de pastos y exención de portazgos, montazgos y lezdas101. Por las razones que he señalado más arriba, es muy difícil ... Y si vuestros ganados se mezclaren con otros y por esta causa no os lo quisieren dar, mando que por sola vuestra fe y palabra o de alguno de vuestros hermanos sin otro algun juramento ni testimonio, se os devuelva quanto dixeredes ser vuestro. Y si alguna persona por alguna cosa, negocio o calumnia os inquietare o os pusiere pleyto, si la causa fuera grave y de mucha importancia, mando que mis jueces la determinen por solo lo que el abad dixere; y si fuere mediana o pequeña, quiero que vuestra causa y pleyto se difina por sola la verdad de un monge o de un frayle de vuestra orden sin otro juramento y sin otros testigos. Assimismo mando que vuestros ganados pazgan seguramente en toda mi tierra, de suerte que nadie se atreva a prohibirles los pastos, assi como a los mios propios. Y tambien os dono y concedo que ni por los montes ni las selvas ni por las aguas que esten en toda mi tierra, ni vosotros ni alguno de los vuestros, por causa que lo sea, no pagueis portazgos ni otros algunos ussos de todo mi reyno. Y sobre todo recivo a vosotros, vuestras cassas, vuestros ganados y toda vuestra hacienda debajo de mi amparo, en mi [gradonatico] y defensa como causa mia propia. TURZA, Monte Laturce, doc. 34. 100 Es probable que los monjes de San Prudencio elaboraran este documento posteriormente teniendo a la vista la falsificación compuesta por los monjes de Fitero. De hecho entre los documentos de Monte Laturce figuran otros documentos de Fitero; véase por ejemplo TURZA, Monte Laturce, doc. 26 de 1148, doc. 43 de 1177, y doc. 44 de c. 1177. 101 ...recipio de manu domini Roderici Didaci de Camberis sub protectione et defensione mea et in comenda et emparanza monasterium Sancti Prudentii et omnes haereditates et posessiones quas habet in toto regno meo, scilicet: ... Et si quas hereditates a modo comparaverit vel cambiaverit vel ganaverit, recipio inquam omnia que supra memorabimus in protectione et defenssione et comanda et emparanza mea cum omnibus pertinentiis suis... Et insuper..., facio cartam libertatis et absolutionis, concessionis , confirmationis et stabilitatis... absolvo itaque vobis et immunes facio ab omni pecto, pedido, posta, facendera, fonsado, fosadera ab omni regio gravamine et tributo, omnes haereditates et posessiones quas habetis in meo regalengo et in regno, cum aquis suis [irriguis] et cum omni jure suo.

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pronunciarse sobre la validez de éste y los otros textos, pero también creo muy probable que este texto sea una falsificación, quizás realizada a partir de un texto auténtico más sencillo.

II.6. Monasterio de Oña El monasterio benedictino burgalés de San Salvador de Oña también contaba con una larga trayectoria anterior y a estas alturas de finales del siglo XII disponía ya de un amplísimo dominio, en parte gracias a la dotación que recibió cuando fue fundado, a comienzos del siglo XI, en parte gracias a adquisiciones posteriores102. El monasterio estaba situado en La Bureba, no lejos del Ebro, y su vinculación con la zona que estudiamos es más lejana e indirecta. De la misma manera, la repercusión de la evolución de la frontera en la evolución del monasterio también es menor; lo mismo que la posición del monasterio –es decir, de sus abades– fue probablemente menos decisiva. Por todo ello podría discutirse su inclusión en este capítulo. Sin embargo, también hay algunos argumentos favorables. La zona de La Bureba estaba muy estrechamente relacionada con la zona de la frontera del Ebro. El propio curso del río determina una clara unidad. Pero, además, La Bureba y lo que hoy conocemos como Rioja Alta (la Rioja originaria) formaron una unidad administrativa al configurar unidas una merindad menor. A esos aspectos me referiré más adelante, pero conviene señalar que los Haro extendían su poder e influencia por ambas zonas. No hay que olvidar tampoco que, según algunas noticias, Sancho VI habría llegado a ocupar La Bureba en los años sesenta, aunque ya he señalado mis dudas sobre la efectividad de esa ocupación. Otra dificultad a la hora de considerar el monasterio de Oña y su relación con la política regia en la frontera del Ebro es el elevado número de privilegios y donaciones que recibió. Datados entre 1145 y 1220 se conserva

Et ganatum vestrum similiter mando ut secure pascat in tota mea terra ut nullus sit ausus ei pascua prohibere tamquam meis proprio. Hoc quidem dono vobis concedo in montibus et in silvis et in aquis quod vos neque ullo vestro habere non [detis] portaticos neque leddas neque montaticum neque ullos alios usus in tota mea terra. TURZA, Monte Laturce, doc. 58; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 415; y una edición parcial del texto en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 744. 102 Véase M. BONAUDO, «El monasterio de San Salvador de Oña. Economía agraria, sociedead rural», en Cuadernos de Historia de España, LI-LII (1970), pp. 42-122; y S. OLMEDO BERNAL, Una abadía castellana en el siglo XI. San Salvador de Oña (1011-1109), Madrid, 1987. El monasterio fue fundado por el conde Sancho García en 1011, originariamente para su hija Trigidia de manera similar a una fundación de infantado, y lo dotó esplendidamente.

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noticia nada menos que de 41 documentos regios expedidos en favor del monasterio: 8 de Alfonso VII y 33 de Alfonso VIII103. Algunos de ellos son falsificaciones y otros contienen interpolaciones, pero es una cifra muy alta, mucho más alta que cualquier otra de las instituciones eclesiásticas estudiadas104. Recordemos que el monasterio de Nájera, la institución de la zona mas beneficiada por la política regia en este período en cuanto al número de donaciones y privilegios, había recibido 18 documentos regios. ¿Cuantos de esos 41 documentos regios de Oña estaban en relación con la frontera del Ebro? No puedo dar una respuesta concluyente a esa pregunta. Probablemente todos de una manera indirecta; pero en mi estudio he seleccionado sólo cinco, aquellos que tienen que ver con el monasterio y la política regia en relación con determinadas villas reales de la zona. Es un criterio discutible porque, evidentemente, todo estaba relacionado con todo, pero creo que los textos que he seleccionado sí son los más relacionados con la evolución de la frontera. En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que el volumen total de documentos regios en esta época en favor del monasterio de Oña fue muy superior. Con las limitaciones y las condiciones que he señalado, el primer texto que podemos tener en cuenta es la donación al monasterio por Alfonso VIII en 1177 del diezmo del portazgo del mercado y de todas las rentas regias de Pancorbo105. En relación con este texto conviene señalar dos cuestiones. En primer lugar, esta donación se produce en un contexto, el de las campañas militares de Alfonso VIII contra Navarra, en que las donaciones a Oña fueron numerosas. Nada menos que 10 de las 33 donaciones de Alfonso VIII al monasterio se realizaron entre 1170 y 1177. En segundo lugar, hay un política regia de desarrollo de Pancorbo que se expresa en toda una serie de concesiones forales, como veremos más adelante; y una parte importante del 103 Véase J. del ÁLAMO, Colección Diplomática de San Salvador de Oña (822-1284), Madrid, 1950 (= ÁLAMO, Oña); e I. OCEJA GONZALO, Documentación del monasterio de San Salvador de Oña (1032-1284), Burgos, 1983 (= OCEJA, Oña). En el recuento incluyo un documento de Alfonso VII sin fecha publicado en ÁLAMO, Oña, doc. 223. 104 Y más alta también que otros importantes monasterios castellanos. Por ejemplo, el monasterio de Sahagún recibió en ese período un total de 31 documentos de los reyes de Castilla y 6 de los de León: 7 de Alfonso VII, uno de Sancho III, 19 de Alfonso VIII, uno de Enrique I, 3 de Fernando III, 3 de Fernando II de León y otros 3 de Alfonso IX de León. Por su parte, el monasterio de Las Huelgas, fundado por Alfonso VIII y elegido como panteón regio, recibió 28 documentos regios en este período: 22 de Alfonso VIII y 6 de Fernando III. Un último ejemplo puede ser el monasterio de Silos, que recibió 20 documentos de este tipo en esos años: 7 de Alfonso VII, 1 de Sancho III, 10 de Alfonso VIII y 2 de Fernando III. 105 ...dono et concedo..., omnem decimam totius portatici mercati et redditus Pontiscurui, prout ad regale ius spectat iure hereditario imperpetuum. ÁLAMO, Oña, doc. 258; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 285.

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desarrollo de la villa pasaba por el desarrollo de su mercado, algo en lo que intervino el rey reordenando los mercados que se celebraban en la zona. Eso también afectaba al monasterio, puesto que algunos de esos mercados se celebraban en villas que le pertenecían106. La donación del diezmo del portazgo del mercado y de las otras rentas regias de Pancorbo, junto a otras donaciones realizadas en esos años, fue confirmada por el rey en 1187. Se trata de un texto muy interesante en el que el rey señala que confirma ahora (en 1187) las donaciones realizadas al monasterio en su infancia y en su adolescencia. Así, confirma el rey un total de 9 donaciones realizadas entre 1170 y 1183107. Por los datos que aportan sus editores parece tratarse de un documento auténtico, pero merece la pena señalar que no se incluyen todas las donaciones de las que hay noticia en ese período en la documentación del monasterio y que de alguna de las donaciones confirmadas no se conserva otro documento, sólo la noticia en el privilegio de 1187. La política regia de desarrollo de Pancorbo afectó al monasterio, como hemos visto, y también lo hará en los años siguientes la política regia en relación con Mijangos y Frías. A ambos casos me referiré más adelante al hablar de los concejos. Ahora me interesa señalar solamente cómo afectaron a Oña, tal y como se refleja en los documentos conservados. En 1195 el rey hizo un cambio con el monasterio al que entregó la heredad que tenía en Arroyuelo, al norte del Ebro cerca de Trespaderne, cuyos términos señala; y recibió a cambio Villamagrín, también situado en la zona, ad opus popula106 El análisis detallado de esa política de reorganización de mercados excede los objetivos de estas páginas. En 1175 y de nuevo en 1176 el rey ordena que el mercado que se celebraba en Lebrana de Bureba vuelva a celebrarse en Cornudilla, villa del monasterio donde se realizaba el mercado desde antiguo; ÁLAMO, Oña, docs. 246 y 255. No se conoce cuándo se había trasladado el mercado originario de Cornudilla a Lebrana (ambas villas estaban muy próximas entre sí), pero se documenta en Lebrana ya en 1085; Ibíd., doc. 95. Mientras tanto se va produciendo el desarrollo de villas como Pancorbo o la propia Oña y el rey acabará finalmente suprimiendo en 1203 todos los mercados de La Bureba excepto los de Pancorbo, Oña y Frías; Ibíd., doc. 350. 107 ...Ea propter ego Aldefonsus Dei gratia rex Castelle et Toleti, donationes et helemosinas quasdam, quas primo in puericia, postmodum in adholescencia, nunc demum in iuuentute, Oniensi monasterio sparsim contuleram, in autenticum mee confirmationis priuilegium, una cum uxore mea Alienor Regina, ita ut presentis pagina lectoribus et auditoribus helemosinarum quas hucusque prefato monasterio erogaui, si non tamen omnium partis saltem occurat memoria et mee auctoritatis roboratio, consequenter accedat. ... Era Mª CCª XVª obtuli et tradidi omnem decimam tocius portatici de mercato et redditu Pontiscurui sicut ad me spectabat, Oniensi monasterio et predicto I(ohanni) eidem abbati et eius monasterii, monachis perpetuo percipiendam et eis huius cartam donationis exhibui. ÁLAMO, Oña, doc. 276; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 480.

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tionis mee de Messangos. Es decir, el rey adquiría Villamagrín del monasterio para entregárselo a Mijangos, que intentaba potenciar como villa real por esos años108. Poco después el rey cambió de estrategia en la zona y optó por potenciar Frías a costa de Mijangos. Así, en 1202 entregó Mijangos y otras heredades al monasterio de Oña a cambio de toda una serie de lugares y heredades que recibió del monasterio para dárselos al concejo de Frías. Asímismo, para proteger los derechos del monasterio en Mijangos frente a las villas reales de la zona, como Frías o Medina de Pomar, prohibió que los habitantes de Mijangos acudieran a poblar ambas villas109. Un sentido similar tiene otro texto de 1209 por el que rey dio al monasterio la villa de Quintanaopio, en La Bureba cerca del monasterio, a cambio de heredades en el alfoz de Piedralada, al norte del Ebro, entre Zangandez y Barcina de los Montes, heredades que había tomado el rey al monasterio también para dárselas al concejo de Frías110. 108 ...dono et concedo..., hereditatem meam quam habeo in Arriolo sicut incipit a moionibus de Pozolos quos posuerunt pesquisitores et itur arriba ad summam ualeiam, et descendit per iusum ad riuum qui dicitur Serea, et de alia parte quomodo stant predicti moiones et exit in directum ad carreran de Uilladeueo et intrat ad carreram de Trespadierno, et carrera directa de Trespadierno usque ad Seream. Omnem siquidem hereditatem que infra predictos moiones includitur, dono uobis et concedo habendam imperpetuum et irreuocabiliter possidendam in concambium pro Uillamagrin quam a uobis recipio ad opus populationis mee de Messangos. ÁLAMO, Oña, doc. 310; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 639. 109 ...dono in concambium..., uillam illam quam dicunt Messangos in Castella Ueteri, sitam in alfoz de Tudeia, et omnem hereditatem quam habeo in Valle cum collaciis, aquis, riuis, molendinis, piscariis, terris, uineis, pratis, pascuis, fontibus, montibus, nemoribus et defesis, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus directuris terminis et pertinenciis suis, ad pretaxatam uillam et hereditatem pertinentibus preter illud solare quod dedi Petro Roberti de Medina de Pumario et hereditatem ad idem solarem pertinentem. Hec omnia predicta uobis in concambium dono, iure hereditario imperpetuum habenda, et irreuocabiliter possidendam, pro illis uillis et hereditatibus uestris quas a uobis accepi easque dedi populacioni mee de Fridas cum ipsam uillam de Nouo populaui, videlicet: Villanoua; Quintanasicca, Monteio et pro eo quod habetis in Touero et in Ranera et in Sagandex. Addo etiam et districte precipio quatinus ab hac die in antea, nullus homo de predicta uilla de Messangos ad populacionem meam de Fridas uel ad Medinam de Pumario ire audeat populare, nec ibi causa populandi recipiatur. ÁLAMO, Oña, doc. 343; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 725. 110 ...Dono itaque et concedo uobis quantum ego habeo in villa illa que dicitur Quintanaopio, in concambium illius hereditatis quam habebatis in alfoz de Petralada inter Çangandeis et Barzina, quam uobis prendidi et dedi concilio de Fridas. Dono inquam uobis illud quod habeo in predicta uilla que dicitur Quintanaopi(o) cum ingressibus et egressibus, cum terris, uineis, molendinis, aquis, riuis, fontibus, montibus, solaribus, populatis et populandis, et cum omnibus pertinenciis et directuris que ibi ad n(os) pertinent, ut illud iure hereditario in perpetuum habeatis, et irreuocabiliter sine contradictione aliqua perhenniter possideatis. ÁLAMO, Oña, doc. 377; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 848.

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Los textos que contienen donaciones regias y cambios relativos a la política de desarrollo de las villas reales son quizás los más relacionados con la política regia en la frontera del Ebro, pero hay que insistir en que forman una pequeña parte del conjunto de donaciones regias a favor del monasterio de Oña que, como se ha señalado, son mucho más numerosas. El monasterio de Oña se encontraba, podríamos decir, en el límite del sector occidental de la frontera del Ebro. En esa misma zona occidental se encontraban otros tres monasterios, próximos entre sí, que también merecieron la atención del rey en este período, los monasterios de Bujedo, Herrera y Obarenes.

II.7. Monasterio de Bujedo de Candepajares En paralelo a la expansión cisterciense en la península se produce también la expansión de la orden premonstratense. La expansión en Castilla en la segunda mitad del siglo XII también se produjo con una intensidad notable, pero bastantes de esos monasterios alcanzaron luego un desarrollo limitado, excepción hecha de los grandes monasterios como Aguilar o La Vid111. En la zona del Ebro en los años 60 se estableció el monasterio de Santa María de Bujedo de Candepajares, situado cerca de Miranda de Ebro. La instalación de los premonstratenses en Bujedo fue iniciativa de la fundadora Sancha Díaz de Frías en 1168, mediante el traslado de monjes procedentes del monasterio de San Cristóbal de Ibeas de Juarros, que había sido refundado como monasterio premonstratense unos años antes por Gutierre Fernández de Castro y su esposa Toda Díaz, probablemente pariente cercana de la fundadora de Bujedo112. 111 Véase L. DAILLEZ, «Les Prémonstrés en Castille aux XIIe et XIIIe siècles», en Les Espagnes Medievales, aspects économiques et sociaux. Mélanges offerts à Jean Gautier Dalché, Niza, 1983, pp. 21-43; N. BACKMUND, «La orden premonstratense en España», en Hispania Sacra, 35 (1983), pp. 57-85; o más recientemente M. T. LÓPEZ DE GUEREÑO, Monasterios medievales premonstratenses. Reinos de Castilla y León, Valladolid, 1997, 2 vols. Véase también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 541-549. 112 Sobre la fundación y la fundadora de Bujedo puede verse S. RUIZ DE LOIZAGA, El libro Becerro de Santa María de Bujedo de Candepajares (1168-1240), Miranda de Ebro, 2000 (= LOIZAGA, Bujedo), pp. 16-19; también L. SERRANO, El obispado de Burgos y la Castilla primitiva desde el siglo V al XIII, Madrid, 1935, T. 2, pp. 328-331. Hay noticia de un texto anterior, en 1162, en el que la condesa Aldonza, esposa de Lope Díaz de Haro, daría al monasterio de Bujedo el de San Juan de la Peña, es decir Gaztelugache entre Baquio y Bermeo. De ser cierta esa noticia habría que considerar que, como en otros casos, el monasterio de Bujedo ya existiría antes de 1168 y en esa fecha no sería fundado, sino refundado como premonstratense; véase LOIZAGA, Bujedo, p. 16. Tampoco está perfectamente clara la personalidad histórica de la fundadora, Sancha Díaz de Frías, seguramente vinculada con Toda Díaz, esposa del poderoso Gutierre Fernández de Castro, y probablemente emparentada también con los Haro.

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El apoyo regio no tardó en hacerse evidente. Tal y como hemos señalado en el Cuadro 11, hasta 1220 el monasterio recibió cuatro donaciones regias, todas ellas correspondientes a Alfonso VIII. Merece la pena señalar que tres de las cuatro donaciones están datadas en la década de los 70, en los años siguientes a la fundación del monasterio y en el contexto de la política ofensiva contra Navarra. Ya en 1170 el rey entrega San Juan de la Hoz de Muriel, situado en Foncea, cerca de Pancorbo y del propio Bujedo113. Pero las donaciones regias se intensifican en 1175 y 1176 en pleno auge de las campañas contra Navarra. Un texto fechado en agosto de 1175 recoge la donación por Alfonso VIII de la villa de Quintanilla, situada en las proximidades de la sede monástica, entre Bujedo y Ameyugo. Según ese texto, el rey dio también en ese momento libertad de pastos en todo el reino para los ganados del monasterio114. La libertad de pastos se contiene también en otro documento del año siguiente que incluye otras concesiones importantes: en primer lugar, el rey da al monasterio el privilegio de coto, aunque sin especificar los terminos concretos; en segundo lugar, como he indicado, libertad de pastos para los ganados del monasterio; en tercer lugar, concede que sólo les sean tomadas prendas por sus propias deudas; en cuarto lugar, exención de portazgo en todo el

La documentación conservada del monasterio no permite aclarar plenamente algunos aspectos oscuros, como los que he mencionado. Se conservan unos pocos pergaminos en el AHN (en la Sección de Clero, carpetas 174 y 175), pero el grueso de los textos conservados se conocen sólo a través de una copia que realizó Fermín de Ircio a comienzos del siglo XIX de un Becerro hoy perdido y que quizas se compuso en las últimas décadas del siglo XIII. Sobre el Becerro véase LOIZAGA, Bujedo; y F. CANTERA BURGOS, «El Libro Becerro de Bujedo de Candepajares», en Revista de la Universidad de Madrid, XIX-73 (1970), Homenaje a Menéndez Pidal, T. 3, pp. 107-129. En cuanto al monasterio de Ibeas, de donde procedían los monjes que se establecieron en Bujedo, puede verse I. ÁLVAREZ BORGE, «El dominio del monasterio de Ibeas (Burgos) en la Edad Media (c. 1100-c. 1350). Una aproximación», en G. DEL SER e I. MARTÍN (eds.), Espacios de poder y formas sociales en la Edad Media. Estudios dedicados a Ángel Barrios, Salmanca, 2007, pp. 19-48. 113 ...dono et concedo... Sanctum Johannem de la Foz[e] de Miriel, cum omnibus terminis et pertinentiis suis, ut amodo illum liberum et quietum iure hereditario habeatis et in perpetuum possideatis. LOIZAGA, Bujedo, doc. 4 y la localización del lugar en nota 16; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 138. 114 ...dono et concedo... uillam illam, quae Quintanilla uocatur, sitam inter ipsum Buxetum et Ameiugo, totam ex integro, cum terris, videlicet et uineis, pascuis, pratis, rivis, molendinis et cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis et pertinentiis suis jure hereditario habendam et posssidendam in perpetuum. Concedo etiam..., ut omnes vestri ganados per omne regnum meum secura, et absque omni inquietatione, exactione, et montatico libera habeant pascua. LOIZAGA, Bujedo, doc. 12; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 233.

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reino para sus mercancías; y en quinto y último lugar, privilegios también para obtener leña115. Como he indicado, estas donaciones coinciden con momentos de intensidad en las campañas contra Navarra y podrían expresar la búsqueda de apoyos por Alfonso VIII en momentos tan significativos. Sin embargo, también hay algunos elementos que nos hacen dudar de la plena validez de los documentos. Lo primero que llama la atención es la repetición de la concesión de libertad de pastos en ambos documentos; lo que nos podría llevar a pensar que su inclusión en el primer texto de 1175 obedezca a una interpolación posterior. Conviene tener en cuenta que ninguno de los dos textos conservados, ni el de 1175 ni el de 1176, corresponden a documentos originales. El primero se conoce sólo por la copia realizada en un cartulario, el Becerro de Bujedo; el segundo, sin embargo, no fue copiado en el Becerro y se conoce por una copia de la época. Por lo que he señalado, es posible que el texto de 1175 esté interpolado y también creo probable que el de 1176 sea una falsificación. El hecho de que no se copiara en el Becerro ya es un argumento a tener en cuenta. Además, como hemos visto, el texto, aunque breve, contiene una donación muy importante que resulta extraña de esa forma conjunta. Concesión de coto, libertad de pastos, exención de portazgo...; podría ser cierto, pero resulta excepcional encontrar todos esos privilegios agrupados en una donación conjunta. Por otro lado, el texto conservado señala que la donación regia habría sido aceptada y consentida por varios militibus terre, cuyos nombres se citan antes de los confirmantes habituales de los privilegios regios116. Me parece difícil que los nombres de esos nobles de la zona y su presencia o consentimiento en un acto de algún tipo que fue refrendado por el rey sea un completo invento de los monjes. Aparentemente se trata de miembros de la baja nobleza de la zona que en algún momento testificaron o asistieron a algún acto de confirmación de derechos del monasterio. Mi interpretación considera, entonces, que el documento de 1176

115 ...facio cartam donationis, absolutionis et cautationis in perpetuum valituram... In primis igitur cauto et contestor abbatiam prefate ecclesie, videlicet Sancte Marie de Buxeto, ita quod nullus de cetero ultra metas quos ego ibi possui violencia aliqua neque occassione intrare nec aliquit inde violenter extrahere sit ausus. Concedo etiam vobis et dono, ut vestri ganatos omnes per omne meum regnum secura absque omni inquietatione pascua et mansiones et sine omni montatico habeant in perpetuum, laboribus et deffensis exceptis, et nulla absolvatis pignora nisi pro debito proprio, et in toto regno meo de vestris rebus aut mercaturis nullum persolvatis portagium, et usibus vestris abscindatis ligna ubi affines vestri. LOIZAGA, Bujedo, doc. 184; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 269. 116 Militibus terre: L. Sanz, videlicet, et G. Ferrandiz, M. Gombaldi, M. Bravo, P. Garsie, R. Petri, F. Martini de la Villa cum fratribus suis et aliis quampluribus volentibus hoc et consententibus. LOIZAGA, Bujedo, doc. 184; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 269.

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sería una reelaboración a partir de alguna pesquisa, o un acto similar, en la que participaron miembros destacados de la sociedad local. En definitiva, ambos textos son dudosos. El primero probablemente fue retocado para incluir la libertad de pastos. El segundo seguramente es una completa reelaboración para incluir derechos y exenciones importantes. Sin embargo, creo que es muy posible que detrás de los textos que conocemos sí hubiera una o quizás más donaciones auténticas de Alfonso VIII. La donación de la villa de Quintanilla no creo que sea falsa y la referencia a los militibus terre me lleva a pensar en un acto auténtico en el que se reconocieron derechos del monasterio, aunque es bastante dudoso que el monasterio dispusiera realmente de esos derechos desde 1176. Unos años más tarde, en 1187, se documenta otra donación de Alfonso VIII al monasterio de Bujedo, la última de ese rey y la última también de todo el período estudiado. Se trata de la donación del monasterio de Santa Coloma de Aega y del lugar de Ossiniga en Álava117.

II.8. Monasterio de Herrera Entre Miranda de Ebro y Haro, en el límite de las actuales provincias de Burgos y La Rioja, cerca del Ebro se estableció el monasterio cisterciense de Santa María de Herrera. Sus orígenes, como en otros casos, se sitúan en la evolución de una comunidad benedictina anterior, que pasó por varios emplazamientos hasta el establecimiento en la sede definitiva de Herrera. 117 ...dono et concedo..., monasterium quod dicitur Sancta Columba de Aega, cum hereditatibus suis, cultis et incultis, cum ingressibus et regressibus, pratis, pascuis, rivis, molendinis, et locum que dicitur Ossinniga cum molendinis et cum omnibus directuris, terminis et pertinentiis suis, jure hereditario vobis habenda et irrevocabiliter perpetuo posidenda. LOIZAGA, Bujedo, doc. 52. Poco antes, en 1181, el rey había confirmado a Borrego y a su mujer María Pérez estos bienes y las viñas que tenían en Haro más allá del río Tirón; LOIZAGA, Bujedo, doc. 29. Me parece probable que Borrego y su mujer entregaran Santa Coloma y Osinaga al monasterio de Bujedo en algún momento entre septiembre de 1181 y abril de 1187 y que ahora el rey confirme esa entrega, haciéndolo en forma de donación regia. Borrego era un miembro de la baja nobleza de la zona al servicio del rey y de Diego López de Haro; a él me referiré más adelante al hablar de las donaciones regias a los nobles. En cuanto a la localización de los lugares, en el documento conocido como la Reja de San Millán de 1025 se cita la circunscripción alavesa de Ossingani, que incluye varias localidades que en la actualidad forman parte de la zona occidental de Álava, al norte del Ebro en el valle del río Bayas. Véase A. UBIETO, Cartulario de San Millán de la Cogolla (7591076), Valencia, 1976, doc. 180; también T. LÓPEZ MATA, Geografía del condado de Castilla a la muerte de Fernán González, Madrid, 1957, pp. 61-65 y mapa. Debo esta referencia a F.J. Goicolea.

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Alfonso VIII apoyó el establecimiento y desarrollo de la comunidad cisterciense y, en ese sentido, algunos autores le consideran el fundador aunque, como en el caso de Fitero, hay que considerar el desarrollo de la propia comunidad monastica anterior a la llegada de los cistercienses118. Hacia mediados del siglo XII existía un monasterio probablemente benedictino en Valdefuentes, en los Montes de Oca entre La Rioja y Burgos. A esa comunidad y a su prior Guillermo le entregó Alfonso VIII en 1169 la heredad que tenía en Sajazarra119. Poco después la comuidad de Valdefuentes se trasladó a Sajazarra, unos kilómetros más al norte, entre Haro y Pancorbo. Según señalan los estudiosos del monasterio, probablemente el traslado a Sajazarra supuso también la afiliación cisterciense de la comunidad. Aunque no hay datos definitivos, los cronistas de la orden sitúan ambos hechos, traslado y afiliación cisterciense, en 1171120. Sea como fuere, el monasterio estaba establecido en Sajazarra en otoño de 1172 y continuaba dirigido por Guillermo –que ahora ya es calificado como abad, no prior–, cuando Alfonso VIII le entregó los lugares de Herrera, Herreruela, Hormaz y Armiñón, en la zona del Ebro121. En los años siguientes la comunidad de Sajazarra se trasladó de nuevo, esta vez a Herrera, donde se estableció la que ya sería su sede definitiva. Hasta aquí hemos visto como Alfonso VIII apoyó el establecimiento de esta nueva comunidad cisterciense en una zona muy próxima a la frontera con Navarra y en unos momentos especialmente significativos en la evolución de esa frontera. Ambas cosas, establecimiento del monasterio cister118 Sobre la fundación (o refundación) del monasterio véase SERRANO, El obispado de Burgos..., T. 2, pp. 322-324; ÁLVAREZ PALENZUELA, Monasterios cistercienses..., pp. 100103; S. LÓPEZ CASTILLO, «El monasterio de Santa María de Herrera: colección diplomatica», en Cistercium, 168 (1985), pp. 181-240 (= LÓPEZ, «Herrera»), especialmente pp. 181182; o I. CADIÑANOS BARDECI, Monasterios mirandeses: Herrera y San Miguel del Monte, Miranda de Ebro, 1999 (= CADIÑANOS, Monasterios mirandeses. Herrera), pp. 9-11. 119 ...dono et concedo..., hereditatem illam que uocantur Saja zaharra, cum terris, uineis, pratis, pascuis, riuis, molendinis, piscariis, cum cultis et incultis, cum ingressibus et egressibus, et cum quantum ibi habeo et habere debeo, iure hereditario habere in perpetuum, mandans et concedens ut de prefata quicquid hereditate uobis placuerit absolute faciatis, donando, uendendo, subpignorando, concambiando. Iubeo itaque ut hec mea helemosina stabilis semper permaneat et rata. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 122; LÓPEZ, «Herrera», doc. 1; CADIÑANOS, Monasterios mirandeses. Herrera, doc. 1. 120 ÁLVAREZ PALENZUELA, Monasterios cistercienses..., pp. 100-101. 121 ...dono et concedo..., Ferreram et Ferrerolam, Formace et Arminon, cum salinis, terris, uineis, pratis, pascuis, riuis, molendinis, piscariis, montibus, fontibus, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis et pertinenciis suis iure hereditario habere et possidere im perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 171; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 251; y LÓPEZ, «Herrera», doc. 7 (que publica el texto de la confirmación de Fernando III en 1236, donde se inserta la donación de Alfonso VIII).

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ciense con el apoyo regio y evolución de la frontera, están, sin duda, relacionadas. Ningún texto lo declara explícitamente, pero no me parece dudoso que, mediante el apoyo a un nuevo monasterio, buscara el rey reforzar su posición en la zona contando con un nuevo e influyente aliado122. En 1203, después de las campañas que llevaron a la conquista de los territorios occidentales del reino de Navarra, Alfonso VIII reforzó de forma significativa la posición del monasterio –ya citado como Santa María de Herrera– mediante dos nuevas donaciones. Parece posible interpretar esas donaciones como una probable compensación por el apoyo que el monasterio hubiera prestado al rey de Castilla en sus importantes campañas de 11991200. Sea como fuere, un texto del 11 de mayo de 1203 contiene la donación al monasterio de las heredades regias en Bilibio –junto a Haro–, entre el castillo de Bilibio y Miranda123. Y otro texto de esa misma fecha recoge la concesión de exención del pago de portazgos para todos los bienes y mercancías pertenecientes al monasterio o a sus granjas; y también la exención del pago de montazgos y herbazgos para los ganados del monasterio hasta el Tajo124.

II.9. Monasterio de Obarenes Cerca de Herrera y de Bujedo se encontraba también el monasterio benedictino de Santa María de Obarenes, unos kilómetros al norte de Pancorbo. En los últimos años del siglo XII el monasterio recibió igualmente el apoyo del rey Alfonso VIII en forma de donaciones y privilegios125. Se conservan cuatro textos que contienen donaciones regias en estos años: dos datados en 1189, el 7 y el 19 de mayo, y otros dos en 1195, ambos el 27 de 122 Ha argumentado en este sentido ÁLVAREZ PALENZUELA en Monasterios cistercienses..., p. 103. 123 ...Dono namque uobis et concedo omnem illam meam hereditatem quam habeo in Belliuio, ab eodem, sicilicet, castello de Belliuio sursus uersus Mirandam, cum ingressibus et egressibus suis et cum omnibus directuris ad predictam hereditatem pertinentibus, iure hereditario im perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam. Et hec mee donacionis et concessionis pagina rata et stabilis omni tempore perseueret. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 740; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 414; y LÓPEZ, «Herrera», doc. 4. 124 ...absoluo monachos monasterii de Ferrera ab omni portatico, mandans ac firmiter precipiens quod de propriis rebus suis ad suum monasterium pertinentibus siue ad suas grangias nullum in aliqua parte mei regni persoluant portaticum. Mando insuper quod de ganatis predicti monasterii de Ferrera nullus audeat montaticum uel herbaticum accipere usque Tagum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 739; y LÓPEZ, «Herrera», doc. 5. 125 Sobre el monasterio de Obarenes puede verse SERRANO, El obispado de Burgos..., T. 2, pp. 286-288.

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enero. Lamentablemente los textos se han conservado en su mayoría sólo en copias muy posteriores y presentan claras muestras de interpolaciones; de manera que no es fácil determinar el auténtico alcance del apoyo regio al monasterio. Una copia realizada en el siglo XVIII contiene un documento de Alfonso XI que confirma otro de Fernando IV que, a su vez, confirma otro de Alfonso VIII fechado el 7 de mayo de 1189, por el que el rey concede al monasterio la villa de Baró en Losa –in patria Losa– con la iglesia y el monasterio de Baró, también el lugar –vico– y la iglesia de San Miguel cerca de Baró, y la iglesia y el lugar de San Miguel llamado Supra rupem. La concesión incluye el privilegio de exención de todos los tributos regios y también el privilegio de inmunidad de entrada de los oficiales regios. Literalmente, según se dice en el documento, se concede al abad la jurisdicción regia o la de los tenentes del rey en la villa de Baró y en el lugar de San Miguel. Ademas, en el texto se recogen de una forma muy detallada los términos de Baró126. Tanto esta última parte como las fórmulas que recogen la concesión de inmunidad son claras interpolaciones. El texto no corresponde, por tanto, con el que pudiera haber salido de la cancillería regia. Es posible que el texto interpolado fuera realizado a partir de una donación regia auténtica, pero no tenemos datos para poder sostener esa hipótesis. En ese mismo año, el 19 de mayo, se conserva otro texto que recoge otra donación de Alfonso VIII. Como en el caso anterior, es una copia del siglo XVIII de una confirmación posterior, ahora de Juan II. El texto conservado recoge la donación al monasterio de la villa de Vallartilla, entre Grisaleña y Vallarta en La Bureba. También en este texto se señalan con detalle los términos de Vallartilla y se conceden privilegios de exención y de inmu126 ...dono et concedo..., illam villam que dicitur Baro, que est in patria Losa, cum ecclesia et monasterio ibidem constitutis, et cum vico et ecclesia Sancti Michaelis prope Baro, et cum ecclesia et loco Sancti Michaelis qui dicitur Supra rupem, cum collatiis et vicinis populatis et populandis, et cum terris et defesis, cum nemoribus, montibus, fontibus et pascuis, molendinis, cum egresibus et regresibus, et cum omnibus terminis et directuris et pertinentiis suis, et quanto ibi habeo et habere debeo, ita quod illi qui ibi sunt populati vel populandi de cetero sint excussati ab omni pecto, posta, fosandera, fonsado et fosandera (sic), pedido, subsidio et portatico, et ab omni prorsus tributo et regio grabamine in perpetuum, ita que non faciant servitutem aliquod de cetero mihi nec aliqui subcesorum meorum nissi abbatti et conventui in prefato monasterio existentibus pereniter. Item concedo vobis abbati et monachis necnon eidem monasterio omnem meam iurisditionem, vel ipsorum nostrum tenentibus, in illa villa Baro et loci Santi Michaelis, itaque quod nullus iudex nec maiorinus aussus sit ibidem potestatem exercendi iustitie et iurisdictionis, nec ab ipsa villa et locis et terminis suis extrahere hominem vel mulierem propter homicidium nec propter reditum aliquo modo per premiam vel per violentiam. Item concedo... illam villam de Baro et loca supra dicta cum terminis.... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1024.

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nidad127. De manera similar, los términos que se señalan y las fórmulas de la exención y la inmunidad corresponden a interpolaciones. Tampoco aquí es posible determinar si hubo una donación regia auténtica que sirviera de base a la reelaboración realizada por los monjes. Además de los dos textos de 1189, se conservan otros dos fechados el 27 de enero de 1195 que contienen sendas donaciones de Alfonso VIII. Uno de ellos contiene la exención del pago de todos los tributos regios para los campesinos dependientes –collaciis– del monasterio en Molina de Obarenes; exención que se refiere sólo a las heredades que tuvieran en Molina, no se extiende a las que pudieran tener en otros lugares. Según señala J. González, el documento que se conserva es un pergamino original y las fórmulas que recogen la exención en este caso sí pueden considerarse propias de la cancillería Alfonso VIII128. El otro texto de la misma fecha contiene una donación de términos al monasterio, algo que podríamos equiparar a una donación de coto, aunque no se utilice esa expresión de forma explícita. Este texto también procede de una copia realizada en el siglo XVIII de una confirmación posterior de Fernando IV y también es probable que corresponda a una elaboración realizada por los monjes129. 127 ...dono et concedo..., illam villam quae dicitur Vallartilla, quae est inter Grisalenna et Vallarta, cum collatiis et populatoribus populatis et populandis, et cum terris, vineis et difesis, egidiis, cum nemoribus, montibus, fontibus, riuis, et molendinis, cum pascuis, pratis, cum ingressibus et egressibus, cum directuris et pertinentiis suis, et cum terminis qui incipiunt..., omnia supradicta iure hereditatis integre irrevocabiliter et libere posideant pacifice et quiete, el haec concesio sit in perpetuum. Concedo eis et facio cartam libertatis et absolutionis... de illis collatiis et populatoribus quos in illa mea villa de Vallartilla et in illa villa mea hereditate sunt vel fuerint populati vel populandi, quod sint ab omni pecto escusati, posta, facendera, fosado, fosadera, pedido, et ab omni prorsus tributo regio et grabamine in perpetuum, ita quod non faciant servitium aliquo de caetero, nec mihi, nec alicui domino terrae meae, nec alicui succesorum meorum, nisi monasterio de Ovarenes, et abbati et monachis pereniter. Item concedo de caetero ego, nec rex nec infans nec ullus succesorum meorum, nec ullus iudex vel maiorinus habeat potestatem exercendi nec faciendi iuditium nec iustitiam in aliquem vicinum de Vallartilla, nec aliquem hominem vel mulierem ex ipsa villa nec ex terminis suis audeat extrahere vi nec aliquo modo. Itaque omnis mea iurisdictio eisdem monasterio et abbati et suis iudicibus et maiorinis et in perpetuum devolvatur et ipsa gaudeat et utantur penitus. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1025. 128 ...facio cartam libertatis et absolutionis..., de illis collaciis quos habetis in Molina de Ouarenis super carreram et sub carrera, ita quod illi qui sunt populati uel de cetero populabuntur in illa hereditate que ad illam uillam de Molina pertinet, sed non in alia, sint excusati ab omni pecto, posta, facendera, fossado, fossadera, pedido et ab omni prorsus tributo regio et gruamine im perpetuum, ita quod non faciant seruicium aliquod de cetero nec mihi, nec alicui domino terre, nec alicui successorum meorum nisi monasterio de Ouarenis et abbati et monachis perhenniter. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 636. 129 ...facio cartam libertatis et donationis de terminos quos dono monasterio Sancte Marie Ovarenis,..., de illis terminis quorum habeatis in Molina de Ouarenis super carreram et

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En definitiva, cuatro donaciones regias nos hablarían de un apoyo regio destacable a este pequeño monasterio benedictino, situado entre los dos grandes monasterios de la zona, Oña y San Millán. Un apoyo que podría explicarse por su estratégica situación geográfica. Sin embargo, tres de los cuatro textos conservados son falsificaciones o, cuando menos, presentan claras interpolaciones, lo que nos impide valorar con mayor precisión el auténtico alcance de la política regia hacia este monasterio.

II.10. Abadía de Santo Domingo de La Calzada A partir del puente y el hospital que levantó Domingo, fue creciendo la villa de Santo Domingo de La Calzada a lo largo del siglo XII. El santo fundador estableció también una iglesia que igualmente fue creciendo y adquiriendo un dominio de cierta consideración. La iglesia se convirtió en colegiata integrada por canónigos y dependiente de la sede de Calahorra y en las últimas décadas del siglo XII era regida por un abad que figura a veces también como arcediano. Más tarde la colegiata se convertirá en catedral al trasladarse la sede episcopal de Calahorra, pero eso será ya en los años 30 del siglo XIII, fuera del período que estudiamos aquí130. Como he señalado, la abadía fue desarrollándose al mismo ritmo que lo hacía la villa, que se convertirá en un punto de referencia fundamental en la zona. Esto explica el interés regio, que se concreta en dos privilegios de Alfonso VIII en 1172 y 1199; curiosamente, ambos datados inmediatamente antes de las principales campañas militares contra Navarra de 1173-1176 y de 1199-1200. Pero esa misma importancia explica que también el rey Sancho VI de Navarra intentara atraerse el apoyo de la abadía. Así, en 1168 le concedió la iglesia de San Miguel, situada en el término de Laguardia, en tierras navarras al norte del Ebro, con todas sus propiedades131. Eran los años en que el rey de sub carrera, e cum gragera usque ad summum a pennas de Pauleras sicut curant acque, et cum tota Ologa, e cum tocta de Fossa de Santa Theodosia quae dicitur Faedo, et cum tocta valle que dicitur Ovarens usque a la dehesa que dicitur de Panticorbi, e cum tocta la sierra que dicitur el Aspa, e cum tota valle que dicitur de Santa Illana usque ad Penaalba, quod habeatis terminos super petum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 637. 130 VÁZQUEZ DE PARGA, LACARRA y URÍA, Las peregrinaciones..., T. 2, pp. 162169; E. SÁINZ RIPA, Sedes episcopales..., T. 1, pp. 342-343; y Ag. UBIETO, Notas sobre el patrimonio calceatense en los siglos XII y XIII, Logroño, 1978. 131 ...dono et concedo..., unam ecclesiam sancti Michaelis que est in illo termino de Illa Gardia, cum toto suo termino, heremo et populato, cum aquis, et herbis, et pascuis, et montibus, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus que ad predictam ecclesiam sancti Michaelis pertinet vel pertinere debet. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 44; UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 19; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 230.

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Navarra había ocupado algunas plazas riojanas y mediante esta donación intentaba reforzar su control en la zona, al mismo tiempo que vinculaba la abadía de Santo Domingo con los territorios navarros. Sin embargo, como hemos visto en el Capítulo I, la posición de Sancho VI al sur del Ebro no fue suficientemente sólida y cuando Alfonso VIII alcanzó la mayoría de edad y se consolidó en el trono de Castilla no tardó en iniciar una política orientada a recuperar los territorios ocupados por el rey de Navarra. Política que se plasmó en sucesivas campañas militares, pero cuyo éxito se cimentó también en el establecimiento de una tupida red de alianzas en la zona. En ese sentido debemos entender su donación en mayo de 1172 a la abadía de Santo Domingo. El texto que se conserva recoge una amplia donación en lugares en el curso del río Tirón, próximos a Cerezo (Arto, Sietefenestras), y también algo más al norte, entre Cerezo y Pancorbo (Valluércanes, Santa María de Población). Según este texto, el rey entregó las sernas regias en Valluércanes y en ese mismo lugar también la llamada ville inferiori para que el monasterio la poblara con privilegio de exención. También dio el rey las veces en los molinos y las heredades que poseía en Sietefenestras, cerca de Valluércanes, una viña situada en Arto, en Los Foios, y el monasterio de Santa María de Población, situado entre Valluércanes y San Millán de Yécora. Además, daba también el rey libertad de pastos para los ganados de la abadía y de tránsito para los collazos, con exención del pago de portazgos, y añadía el privilegio de que pudieran vendimiar sus viñas cuando quisieran132. Como vemos, se trata de una donación amplia de 132 ...dono et concedo..., totam illam meam hereditatem regalem uidelicet sernas quas habeo in Ualorcanos superiores et inferiores quas Petrus Fauerius per manum Fortunii Sanctii comendatas tenebat. Et in VIItem Fenestris omnes uices in molendinis quas ibi habeo cum tota illa hereditate que mihi pertinet in ibi. Concedo preterea suprascripte ecclesie illud uillar de inferiori Uallorcanos ut illud uillar populari faciatis si uolueritis et quicumque ibi popularii fuerunt numquam alicui nisi ecclesie Sancti Dominici seruiant et merinus neque saion in domos illorum populatorum non intret et uestrum ganado et de uestris collaciis per omne regnum meum secure ambulet et pascat et portaticum nec uos nec uestri nunquam tribuatis. Mando etiam quod uos et uestri quandocumque uolueritis uindemiare uiendemietis. Iterum dono supradicte ecclesie unam uineam in Arto et in Summis los Foios sitam et de postremis parietibus palacii regis usque ad molendinum de Belasco Dominico hinc et illinc et riuum per medium. Addo etiam illud monasterium Sancte Marie de Populatione quod meum est inter Uallorcanos et Sanctum Emilianum de Ecola cum pertinentiis suis.... LÓPEZ y SÁINZ, Catedral Calceatense, doc. 6; pueden verse también las ediciones de LAMA, CDMR, T. 3, doc. 249; y de GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 170, que presentan algunas variaciones. Por otra parte merece la pena señalar que este documento está dirigido a Deo et ecclesie Sancti Dominici de Calzada et uobis domino Rroderico calagurritano episcopo et successoribus uestris et Petro abbati et clericis ibidem seruientibus, siendo el único documento de la época que se dirige al obispo además del abad y el cabildo. Este dato también podría reforzar la idea de que el documento fue elaborado posteriomente, quizás tras el traslado de la sede episcopal a Santo Domingo.

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bienes y derechos y creo muy probable que el texto que se conserva fuera retocado o interpolado por los canónigos, quizás para reunir en un único texto y bajo la autoridad de Alfonso VIII bienes y derechos adquiridos de forma diversa. Resulta significativo que este documento no fuera incluido en los cartularios que se realizaron hacia mediados del siglo XIII, lo que vendría a sostener la interpretación de que el texto, tal y como lo conocemos, es fruto de una elaboración de los canónigos. Sin embargo, tampoco es un argumento totalmente concluyente y creo probable que, de tratarse de un texto interpolado, se realizara sobre la base de una donación regia auténtica más sencilla. La segunda y última donación de Alfonso VIII a la abadía de Santo Domingo de la Calzada se realizó en 1199 y contiene dos partes; por un lado, la donación del hospital de Santa Cruz de Carrasquedo, cerca de Santo Domingo, y, por otro lado, la confirmación regia de la donación que había hecho el maestro García –Garsioni–, constructor de la iglesia de Santo Domingo, de varias heredades en Grañón, también cerca de Santo Domingo133.

II.11. Monasterio de Albelda El monasterio de San Martín de Albelda contaba con una larga trayectoria desde su fundación en el siglo X y disponía de un dominio que llegó a al133 ...Dono itaque uobis et concedo illud hospitale Sancte Crucis de Carrasquedo rubeo cum omnibus hereditatibus directuris terminis et pertinenciis suis. Concedo etiam uobis et confirmo omnes illas hereditates quas olim dedi magistro Garsioni predicte ecclesie Sancti Dominici fabricatori sicut continetur in instrumento quod ei inde condidi quas ipse postea pro sue anime redemptione eidem ecclesie Sancti Dominici dedit et concessit, uidelicet medietatem arie que est in Grannone prope uiam Ceresi et aliam terram que est in uia Uillefauaris iuxta uinea Sancte Marie de Naiera et aliam terram que est in Castello Nouo in uinea Rregis, aliam uero in fundo de Campo et quendam ortum in ortale iuxte riuum. Predicta siquidem omnia uobis dono et concedo roboro pariter et confirmo iure hereditario libere sine contradictione aliqua imperpetuum habenda et irreuocabiliter possidenda. LÓPEZ y SÁINZ, Catedral Calceatense, doc. 7, que transcribe un pergamino; mientras que UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 76; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 679, transcriben el texto copiado en los cartularios que presenta algunas diferencias. Por ejemplo, en los cartularios no aparece la donación del hospital de Carrasquedo, sólo la confirmación de la donación de García. Podría interpretarse, entonces, que el texto conservado en el pergamino es una elaboración posterior en la que se incluyó la interpolación de la donación del hospital. También podría pensarse que los escribas que realizaron las copias en los cartularios olvidaron copiar la parte de la donación del hospital, pero lo considero menos probable porque la copia se conserva en dos cartularios, los llamados I y II. Conviene señalar que, siguiendo los comentarios de Ubieto, no parece que el Cartulario II fuera una copia literal del Cartulario I.

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canzar una cierta extensión134. En estos años del reinado de Alfonso VIII se produjo la integración definitiva del monasterio en las instituciones diocesanas, convirtiéndose en colegiata. Un proceso que, según señala P. Díaz, se consolidó entre 1167 y 1180135. Aunque no tenemos datos directos que lo confirmen, Alfonso VIII no debió ser ajeno a ese proceso siguiendo su política de apoyo a la diócesis y al obispo Rodrigo que la regía en esos años, como hemos visto páginas atrás. Pero, aunque no haya datos directos que muestren el apoyo regio a ese proceso, sí constan dos donaciones de Alfonso VIII, ambas de 1189, que probablemente haya que situar en ese contexto. La primera tiene lugar a finales de enero de 1189 y, aunque formalmente se presenta como una donación, es en realidad una confirmación. Alfonso VIII confirma al monasterio y a su prior Calvet la villa de Laguna de Cameros que le había sido entregada por el miles Rodrigo Velázquez. Se señala, además, que los habitantes de Laguna no habrían de pagar en adelante al monasterio más rentas –tributum vel pectum– de las que pagaban al señor anterior y se les concede exención de cualquier otro tributo136. Unos meses más tarde, a finales de abril de ese mismo año, el rey hizo otra donación al monasterio de Albelda, al que entregó toda la heredad de agricultura que tenía el concejo de Palacios, villa del rey, en el término de Clavijo, de modo que la siguiera teniendo el concejo de Palacios. También eximió el rey al concejo de Palacios de cualquier prestación –omni iugo et seruitite– debidas al señor o al concejo de Clavijo. Por último, también dio el rey al concejo de 134 Sobre la historia y el dominio del monasterio véase M. LÁZARO RUIZ, «El monasterio de San Martín de Albelda: estrategias en la ocupación del territorio y valoración socioeconómica (925-1094)», en J.I. DE LA IGLESIA (ed.), VII Semana de Estudios Medievales de Nájera, Logroño 1997, pp. 353-384. 135 DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 85-86. 136 ...facio cartam..., de libertate et absolutione cuisdam ville que dicitur Lacuna, sita in Camero, vobis im perpetuum valiturum. Statuo inquam quod predicte ville homines et eorum posteri usque in finem nulli teneantur a modo tributum vel pectum aliquod persolvere, nisi quod soluerunt tempore illo quo Rodericus Velasquez, miles, eam obtulit et dedit in helemosinam prefato Sancti Martini monasterio et omne ius suum transtulit in potestatem monasterii pariter et conventus; incole ergo predicti presentes et futuri et omnis eorum posteritas ab omni alia exactione et gravamine pecti inmunes et liberi perpetuo permaneant, et immutabiliter perseverent salvo et illeso iure suo in omnibus prenominato monasterio et priori et canonicorum capitulo. J. González no conoció este documento y no lo incluyó en su colección diplomática. El pergamino original se encuentra en el Archivo Municiapal de Laguna de Cameros. Yo he accedido a él por la amabilidad de P. PÉREZ CARAZO que me ha proporcionado copia de la transcripción que ha realizado para su Colección diplomática medieval del archivo municipal de Laguna de Cameros, en preparación. Agradezco al autor citado haberme permitido acceder a un documento para mi desconocido. Según señala este autor, en su día publicó este texto B. ALLONA Y CAÑAS en Ensayo de monografía histórica de Laguna de Cameros, Logroño, 1925, pp. 140-141.

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Palacios pastos comunes con el de Clavijo en aquellos términos y lugares donde los tenía en tiempos del emperador Alfonso VII137.

II.12. Otras instituciones eclesiásticas Las once instituciones eclesiásticas a que nos hemos referido hasta ahora recibieron un total de 78 donaciones regias y en relación con ellas podemos situar otras cuatro más –las otorgadas al arcediano, a un canónigo y al obispo de Calahorra en 1170, 1173 y 1194, respectivamente, y la concedida al monasterio de Cluny en 1175–, mientras que las 14 instituciones restantes recibieron una donación cada una. A ellas me referiré ahora de una manera más breve y por orden cronológico de las donaciones recibidas. De esas 14 donaciones, una fue otorgada por Alfonso VII, cinco por Sancho III, siete por Alfonso VIII y otra más por Enrique I. La donación de Alfonso VII se conserva en un texto datado en 1152 y se refiere a la entrega de las villas de Alcanadre y Aradón, entre Logroño y Calahorra, a un grupo de monjas para que establecieran un monasterio bajo la regla de San Benito138. Tal y como señala el editor del texto, es una donación un tanto sorprendente, puesto que no consta que llegara a haber un monasterio femenino en esos lugares que, sin embargo, como veremos, por entonces pertenecían a Rodrigo Pérez de Azagra y poco después pasarán a la orden del Temple. Por su parte, las donaciones de Sancho III se concentran entre 1153 y 1157, los años en los que, por lo demás, se desarrolla el grueso de su actividad en la zona, tal y como muestra el Cuadro 7. Datado en junio de 1153 se conserva un texto que contiene la concesión a los clérigos de Grañón de la exención de las 137 ...facio cartam donationis..., de omni hereditate agriculture quam hodie tenet concilium de Palacios, uilla nostra, in termino de Clavijo, tali modo ut eam possideat concilium de Palacios, presens et futurum et eorum posteri et successores. Eximo et libero predictum concilium de Palacios ab omni iugo et seruitute domini et concilii de Clavijo presentium et futurorum usque in finem. Statuo preterea et concedo concilio de Palacios presenti et futuro quod, in omnibus locis, terminis et pascuis de Clavijo, in quibus armenta et pecora de Palacios in diebus famosissimi aui mei imperatoris pascebant, pascantur amodo libere et secure. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 524. 138 ...uobis sanctimonialibus, que uultis facere monasterium religionis in Aradon et in Alcanadre, facio cartam donationis et textum firmitatis Deo et omnibus Deo uotis, qui in prefato loco, in regula beati Benedicti, ad Dei et beate Marie seruitium, monasterium edificare uultis, ut ab hac die habeatis has uillas, Aradon et Alcanadre, cum montibus et fontibus suis, cum pratis et pascuis, cum ingressibus et egressibus suis et cum omnibus suis terminis et pertinentiis antiquis et cum omnibus suis directuris iure hereditario in perpetuum. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 165.

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prestaciones regias de posta y facendera139. El texto conservado es una copia del siglo XVIII y no me parece descartable que contenga algunos elementos que no respondan fielmente al original, pero considero muy probable que fuera realizado sobre la base de un documento auténtico. Ese mismo año y quizá por las mismas fechas Sancho III donó a Pedro Martínez, caballero templario, un collazo en Calahorra llamado Domingo Zepa140. Por las expresiones del texto, no se trata de una donación a la orden del Temple, sino de manera particular al individuo citado pero, teniendo en cuenta su carácter eclesiástico, creo que conviene considerar esta donación en este apartado. La orden del Temple sí recibió las villas de Alcanadre y Aradón de manos de Rodrigo Pérez de Azagra, a quien se las había dado el emperador en 1147. Después, en 1155 confirmó Sancho III a la orden la donación de Alcanadre realizada por el noble141. 139 ...facio cartam donationis..., ut ab hac die sitis liberi et absoluti, et non detis aliquam postam cum vicinis vestris nec senioribus, et non faciatis ullam facenderam, sed tantummodo seruiatis Deo et episcopo vestro cum hereditate et familia vestra, sicuti in sancta continentur scriptura... Et amplius non faciatis illam facenderam in serbitio regali vel in servitio alterius senioris. Et hoc sit iure hereditario usque in sempiternum vobis concesum donum onestatis et sucesoribus vestris in cunctis serbiciis que ad regem pertinent vel ad eius vicarium. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 9; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 171; ambas ediciones proceden de distintas copias del documento (que no se conserva en el pergamino original) pero son idénticas. Sin embargo, Hergueta realizó otra copia que contiene algunas diferencias en las listas de confirmantes; véase Colección Hergueta, T. 2, s.f., s.nº. 140 ...facio cartam donationis... uobis Petro Martinç, militi Templi et omnibus... de quodam collaço meo qui moratur in Calahorra, nomine Dominico, cognomine Zepa, ut ab hac die seruiat uobis liber et absolutus ab omni regali seruitio et nullus homo habeat super eum potestatem, nisi uos; et quidquid seruitii mihi facere debebat, totum uobis faciat.... LAMA, CDMR, T. 2, doc. 169. 141 ...dono et concedo illam hereditatem de Alcanadre Deo et militibus Templi, que pater meus Aldefonsus imperator dederat pro hereditate Roderico de Azagra, pro bono et fideli servicio quod ei fecerat, per propriam cartam suam, et ipse Rudericus postea dedit eam pro remedio anime sue eisdem militibus Templi, ut faciatis de ea quidquid volueritis libere et quiete, et possideatis eam iure hereditario in perpetuum absque omnium hominum contradictione. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 21; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 183. Los textos que recogen la donación del emperador a Rodrigo Pérez de Azagra en 1147 y las posteriores donaciones de éste a la orden del Temple en 1155 y 1156, también en LAMA, CDMR, T. 2, docs. 146, 185 y 187. Es interesante señalar que cuando Rodrigo Pérez de Azagra donó la villa de Alcanadre a la orden del Temple en 1155 lo hizo en presencia de varios freires, entre ellos Pedro Martínez, aquél a quien el rey había dado un collazo en Calahorra dos años antes; Ibíd., docs. 169 y 185. Sobre la donación de Aradón hay algunas noticias más que fueron anotadas en el Cartulario del Temple, donde se copiaron los documentos a que hacemos referencia. Según esas noticas, Alfonso VII habría dado también Aradón a Rodrigo Pérez de Azagra pero después habría pasado a manos del rey Sancho quien la entregaría a Ramir García. Eso se hizo sin autorización del emperador, de forma que no fue válido y Rodrigo de Azagra entregó la villa a la orden del Temple; donación que fue confirmada posteriormente por el emperador y el rey Sancho a cambio de otras heredades que tenía la orden en Carrión. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 200.

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Entre las donaciones a instituciones eclesiasticas realizadas por Sancho III también podemos considerar una a favor del monasterio cisterciense femenino de Tulebras en Navarra. Se trata del primer monasterio cisterciense femenino de la península que había sido fundado originalmente en Tudela en 1149 y trasladado a Tulebras, entre Tudela y Tarazona no lejos de la frontera castellana, en 1157 por iniciativa del rey Sancho VI de Navarra. Según el texto, datado en marzo de 1157, Sancho III dio a las monjas su realengo de Salas, cerca de Ólvega en Soria, no lejos de Ágreda. El texto incluye también la concesión de privilegio de coto para el monasterio, sus granjas y decanías, y privilegios de pastos para sus ganados142. Es, por lo tanto, una donación amplia que iría dirigida a la búsqueda de aliados en la política del rey castellano de expansión hacia Navarra. Sin embargo, también conviene tener en cuenta que el texto no se conserva en un documento original, sino en una confirmación posterior de Alfonso X y la amplitud de la donación me hace dudar de su completa validez; sobre todo por lo que se refiere a los privilegios de coto y de pastos. El último documento de Sancho III que podemos considerar en este apartado no lleva fecha y se conserva sólo en otras confirmaciones regias posteriores. Se trata de la concesión a los clérigos de las iglesias de Logroño de exención de los tributos regios: fonsadera, posta, pecho –pectam– facendera y cualquier otro tributo debido al rey o al tenente de la villa143. Es un 142 ...facio cartam donationis... Deo et monasterio Sancte Marie Caritatis, quod antea uocabatur Tulouras,..., de toto illo meo regalengo de Salas que iacce circa aliam aldeiam que dicitur Oluega, ut habeatis et possideatis eum uos et omnes successores uestre deinceps iure hereditario in perpetuum, et faciatis inde quicquid uolueritis libere ac quiete. Simili modo dono et concedo uobis quantum in circuitu de hereditate alicuius christiani uel mauri poteritis acquirere uel comparare uel concambiare; et non tantum do uobis illud regalengum de Salas populatum, sed omnem totum heremum quantum pertinet ad Salas, cum terris et montibus, acquis, pratis ac pascuis, et cum ingressibus ac regressibus et cum omnibus pertinentiis eiusdem regalengi. Cauto etiam ipsum monasterium et contestor, et eius deganias uel grangias, et cabanas, ut quicumque eas per uim intrauerit uel inde ganatum uel alquid abstraxerit, uel aliquid incomodi contra uestram uoluntatem contrariauerit, tanquam de uiolatione mee proprie domus pectet mihi uel parti regie sex milia solidos, et quod acceperit restituat secundum quod dixerit una de dominabus uel de confratribus. Mando etiam ut uestrum ganatum secure ac quiete pascat tanquam meum proprium, et eundem forum et cautum habeat. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 26. Véase también G. M. COLOMBAS y M. L. AIZCORRE, Monasterio de Tulebras, Pamplona, 1987, pp. 65-67. 143 ...facio cartam firmitatis et textum confirmationis [et ro]borationis omnibus clericis qui [morantur in ecclesiis uille de Lucronio qui] domos et hereditates habent uel sunt habituri et in eiusdem uille ecclesiis portionem accipiunt uel acceperint, ut ab hac die in antea non dent fossadariam neque postam seu pectam, neque aliquam fac[enderam] faciant cum aliis laycis vicinis suis, et maneant leberi et quieti ab omni fisco regali et ab omni seruicio principum et dominorum eiusdem uille. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1017.

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documento similar al que Sancho III expidió en favor de los clérigos de Grañón en 1153, aunque con algunas pequeñas diferencias. Atendiendo al reinado de Sancho III, podría datarse en 1157 ó 1158 –y lo he recogido en los cuadros en la entrada de 1157–, pero también podría corresponder al período anterior y no sería descabellado atribuirle la fecha de 1153 en función de su similitud con el documento de los clérigos de Grañón. El texto conservado carece de otros datos que nos permitan ajustar más la datación. En cuanto a las donaciones de Alfonso VIII a este grupo de instituciones eclesiásticas, los primeros textos proceden de 1171. En febrero de ese año entregó la villa de Hormilla, cerca de Nájera, a la orden de Calatrava y a su hospital de Santa María de la Vallota, situado en el camino de Santiago también cerca de Nájera144. En ese mismo año, en junio, entregó a la catedral y al obispo de Burgos la iglesia de Santa María de Belén de Belorado con su hospital145.

144 ...dono et concedo Deo et fratribus Calatrave presentibus et futuris, et hospitali de Valeota in Iacobensis camino prope Naiera sito, ..., villa illa que Ormilla vocitant tota et integra, videlicet cum terris, vineis, pratis, pascuis, rivis et molendinis, collacibus et solaribus, cum montis et fontibus, et cum ingressibus et regressibus, et cum universis terminis et pertinentiis et directuris suis, amodo iam dictis fratres et prefato hospitali ea libera et quieta iure hereditario in perpetuum habeant in tali pactus ut de ea quidquid exierit pauperibus detur. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 156; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 246; y N. HERGUETA, «Noticias históricas del maestre Diego del Villar, médico de los reyes Alfonso VIII, doña Berenguela y san Fernando, de los hospitales y hospederías que hubo en la Rioja en los siglos XII y XIII, y de la villa de Villar de Torre», en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, X (1904), pp. 423-434, y XI (1904), pp. 126-132, especialmente pp. 126-128. El documento se conserva en copia del siglo XVII y lleva la fecha hera MCCVIII, que corresponde a 1170; pero J. González señala que el copista debió olvidarse una unidad, de manera que habría que fechar el documento en 1171 para que la data tópica –Molina– corresponda con el itinerario del rey. 145 ...dono et concedo..., ecclesiam Sancte Marie de Betleem, in Belliforamine sitam, cum suo hospitali et cum omnibus pertinentiis et directuris suis, cum quibuscumque in ipsa habeo et habere debeo, ut vos et successores uestri iure hereditario eam in perpetuum habeatis et quitam et liberam possideatis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 159. De forma similar a lo que sucedía con el monasterio de Oña, esta tampoco es en absoluto la única donación regia a la catedral y al obispo de Burgos entre 1145 y 1220, pero sí es la única a la que haremos referencia en este trabajo –y la única que está recogida en los cuadros– por considerarala vinculada de forma más directa con la evolución de la frontera del Ebro. En conjunto, en el período entre 1145 y 1220 la catedral y el obispo de Burgos recibieron un total de 28 documentos que recogen donaciones regias, dos corresponden a Alfonso VII, uno a Sancho III, 22 a Alfonso VIII y tres a Fernando III; pueden verse los textos en J. M. GARRIDO GARRIDO, Documentación de la Catedral de Burgos (804-1183), Burgos, 1983; y J. M. GARRIDO GARRIDO, Documentación de la Catedral de Burgos (1184-1222), Burgos, 1983. La evolución de la diócesis en este período puede seguirse en SERRANO, El obispado de Burgos..., T. 2, pp. 13-189.

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Un texto datado en agosto de 1174 recoge la donación del rey a domno Antolín y sus sociis Domingo y Gonzalo de la iglesia de Santa María Magdalena de Zabárrula con su heredad, cuyos términos se señalan146. Zabárrula, hoy despoblado, estaba cerca de Ezcaray pero más al oeste, en el límite de las actuales provincias de Burgos y La Rioja. En el texto que se conserva no se identifica a los beneficiarios de la donación expresamente como eclesiásticos, pero creo que se trata de una pequeña comunidad religiosa y la expresión sociis es bastante frecuente en ese contexto. En realidad, habría que considerar esta donación regia más bien como una confirmación, puesto que otro texto de idéntica fecha recoge la donación del conde Lope de la misma iglesia a los mismos beneficiarios. Parece tratarse, entonces, de una iglesia o pequeño monasterio familiar de los Haro que ahora es cedido probablemente a los religiosos que lo atendían, dirigidos por Antolín; o quizás se trataba de instalar una nueva comunidad. En cualquier caso, se trata de una cesión que fue confirmada por el rey. Pero la iglesia no dejó de estar controlada por los Haro y años más tarde, en 1194, Diego López de Haro la entregó, con los mismos términos que se señalan unos años antes, al monasterio de Santa María de Bujedo de Candepajares147. La siguiente donación regia que consideramos en este apartado procede ya de 1180. Según el texto que se ha conservado, el rey dispone que los collazos de la iglesia de Santa María de La Valcuerna de Logroño no paguen al rey o al tenente más que el resto de los vecinos de Logroño, y también les concede pastos y términos comunes con el concejo de Logroño148. El texto 146 ...dono et concedo vobis Antolino et sociis vestris, scilicet: Dominico et Gundisalvo tam presentibus quam futuris ecclesiam Sanctae Mariae Magdalenae de Zabarrula, cum ista nominata hereditate, de via que venit de Valgannon, inter Hoiacastro et Sancta Maria usque Otero qui stat super Val de Manio, et de alia parte de via quae est inter Cosme et Damiani et vadit ad villam Horceros usque ad Mercabello; et cum ingressibus et egresibus suis, cum aquis et pascuis, per montes ex utraque parte afines, ut vos, vestrisque succesores habeatis et posideatis, libere et absolute jure hereditario in perpetuum. Véase LOIZAGA, Becerro, doc. 10; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 208. J. González transcribe Çauarrusa –que luego interpreta como Cavarrosa– en vez de Zabárrula, pero ambos textos se refieren a la misma donación aunque proceden de copias distintas, lo que explica la diferencia en la transcripción. Loizaga publica el texto procedente del Becerro de Bujedo, mientras que J. González lo toma de un pergamino que contiene una confirmación de Fernando IV. 147 LOIZAGA, Becerro, docs. 11 y 92. 148 ...facio cartam donationis..., omnibus collaciis ecclesie Sancte Marie de Valcorna, que est in Lucronio, presentibus et futuris in perpetuum ualiturum. Dono itaque prefatis collaciis iam dicte ecclesie et iure hereditario habendum statuo ut nullus dominus uille, nec merinus regius, nec sayon, nec aliquis alius homo nisi fuerit de prefata ecclesia, a prefatis collaciis aliquid requirat nec aliquod grauamen uel uiolentiam eis faciat, nec aliquid unquam penitus regi uel dominio illi pectent, nisi cum uicinis uille secundum uicinitatem uille. Dono etiam eis et concedo ut herbas, pascua, montes, atque ingresus et egresus communes habeant

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se dirige a los collazos, pero la auténtica beneficiaria era la iglesia de La Valcuerna y probablemente su objetivo último –aunque no se indique expresamente en el texto– era fomentar la población del barrio logroñés donde se alzaba la iglesia; un barrio situado extramuros, en la salida del camino de Santiago de la ciudad. En realidad, la iglesia de Santa María de La Valcuerna, pertenecía al monasterio de Nájera y podría considerarse que él era el beneficiario en última instancia de la donación. Sin embargo, he preferido contabilizar esta donación de manera separada por su entidad y porque los derechos sobre esta iglesia, entre otras, fueron también objeto de pleitos y disputas con los obispos de Calahorra149. En 1189 se documentan otras dos donaciónes regia en este apartado. En abril Alfonso VIII concedió privilegio de exención y de inmunidad al hospital –albergueriam– de riuo de Peros y a sus fundadores García Pérez y su esposa María Sánchez150. Según se señala en el texto, este hospital estaba dirigido a la atención de los pobres y por esos mismos años sus fundadores lo donaron con sus propiedades al monasterio de San Millán. El texto que recoge la cesión al monasterio es bien significativo, porque se hace relación detallada de los bienes donados, siendo uno de los que nos permiten una aproximación a la dotación mobiliaria de un pequeño hospital de este tipo en estos años151. Por otro lado, en mayo de ese año de 1189 Alfonso VIII cum concilio Lucroniense omni tempore sine contraria et contradictione. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 345; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 276; MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVIII; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 82. 149 Véase CANTERA, Nájera, T. 1, pp. 189-191 y 254-255. 150 ...facio cartam libertatis et absolutionis Deo et alberguerie de riuo de Peros, et uobis Garsie Petri et uxori uestre Marie Sancii, eiusdem alberguerie fundatoribus, et omnibus successoribus uestris ad recipiendum pauperes ibidem constituendis, perpetuo ualituram. Absoluo itaque uos et predictam albergueriam, et omnes successores uestros qui ibi instituti fuerint ad recipiendos pauperes, et, pro facultate domos reficiendos, ab omni fossadera et pecto, et fossado, et facendera et omni seruicio et exactione tam regis quam alterius domini. Cauto etiam et prohibeo ut nullus merinus nec iudex, nec aliquis alius homo in ea per uim intrare, nec aliquid inde extrahere presumat. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 523; LEDESMA, San Millán, doc. 458; y HERGUETA, «Noticias históricas...», pp. 128-130. 151 ...offerimus..., illam alvergueriam que est latus rivo de Peros, cum omnibus pertinentiis suis, terris, vineis, cultis et incultis, arboribus tam fructuosis quam infructuosis cum exitu et regressu, ut posideatis eam iure hereditario... In supradicta domo duos boves et una equa et una asina, tres cubas et una tinea, V arcas, III alhamaras et un tapet, III fierros, VI marfegas, II licteros, tres colcedras de pluma, V capitales, VII sabanas, octo lenzuelos, manutergia X, duodecim cisos et una caldaria. Hoc totum serviat Deo et Sancto Emiliano per cuncta secula. LEDESMA, San Millán, doc. 451. Ledesma fecha este documento en 1186 atendiendo a la data que transcribe -era Mª.CCª.XXIIIIª–, lo que significaría que la donación al monasterio de San Millán sería anterior a la concesión regia de inmunidad y exención; algo que resulta sorprendente, puesto que la concesión regia se dirige todavía a los fundadores, no al monasterio de San Millán. Por su parte,

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vendío por 500 áureos al monasterio de Valvanera el lugar de Villanueva, entre Anguiano y Matute, señalando que continuaría disfrutando de derechos de pastos en los mismos lugares en los que venía haciéndolo hasta ahora152. Se trata de un monasterio benedictino establecido a finales del siglo X o comienzos del siglo XI en el curso alto del Najerilla y que disfrutaba de un dominio no muy amplio pero extendido con cierta intensidad en el valle del Najerilla. El monasterio ya tenía intereses con anterioridad en Villanueva, lugar que, como veremos, recibió un fuero en 1149 de Alfonso VII. Según he señalado, ésta y otras actuaciones regias en la zona deben entenderse en el contexto del desarrollo de los intereses ganaderos de los grandes propietarios; en este caso del monasterio de Valvanera153. La última concesión de Alfonso VIII a las instituciones eclesiásticas a las que nos estamos refiriendo ahora data ya de 1213 y contiene una confirmación de la compra de unas heredades en Logroño realizada por el monasterio de Cañas. Se trata de un monasterio cisterciense femenino situado cerca de Nájera que había sido fundado por Lope Díaz de Haro y su mujer Aldonza en 1169. El monasterio se consolidó con el apoyo de la poderosa familia de los fundadores, sin recibir donaciones regias hasta este momento, cuando Alfonso VIII les confirma la compra de una heredad en Logroño que había pertenecido en su día a Rodrigo González, merino del rey, a quien el rey se la había tomado dándosela a Fernando Sánchez, que la vendió a hombres de Logroño a quienes, a su vez, se la compró el monasterio de Cañas154. Hergueta, sin explicar sus razones, propuso fechar este documento en 1196; es decir, posteriomente a la concesión regia, lo que sí supone un proceso lógico. 152 ...dono et concedo..., Villam nouam que est sita inter Anguidanos et Matuth..., pro salute anime mee et pro quingentis aureis quos mihi in precium persoluistis, et obsequium, iure hereditario habendam et irreuocabiliter possidendam cum collaciis et solaribus, cum pratis, pascuis, aquis, nemoribus et defessis, cum montibus et fontibus, riuis, molendinis et eorum locis, et cum omnibus directuris, terminis et pertinentiis suis. Statuo preterea quod in omnibus locis et pascuis in quibus hucusque pascebantur armenta eorum et peccora predicte uille pascantur amodo libere et quiete. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 526; TURZA, Valvanera, doc. 226; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 304 153 Véase F. J. GARCÍA TURZA, El monasterio de Valvanera en la Edad Media (siglos XI-XV), Madrid, 1990. Al fuero de 1149 me referiré en el próximo capítulo. 154 ...Concedo itaque uobis et confirmo emptionem illam quam fecistis apud Lucronium de illa hereditate que fuit Roderici Gonçalui, quondam merini mei, quam ego eidem merino prendidi et Ferrando Sancii, homine meo, tribui, quam etiam eidem Ferrandus Sancii hominibus de Lucronio uendidit et de quibus uos eam emistis. Concedo inquam et confirmo ut illam iure hereditario perpetuo habeatis et irreuocabiliter sine contradictione aliqua possideatis, pacifice et quiete. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 906; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 456, y T. 4, doc. 32. Sobre el monasterio y su documentación véase C. JIMÉNEZ MARTÍNEZ, Santa María de Cañas (1169-1474), Memoria de Licenciatura, Universidad de Zaragoza, 1985 (= JIMÉNEZ, Cañas), y el texto a que me refiero en doc. 26.

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La heredad había sido objeto de confiscación por el rey y había pasado por varias manos antes de ser adquirida por el monasterio; por esa razón, seguramente, las monjas pidieron la confirmación regia de su compra, para evitar posteriores pleitos sobre esa heredad. Para finalizar tenemos que hacer referencia a un último texto, ya de 1216, correspondiente al rey Enrique I. De manera similar a lo que sucedía con los collazos de la iglesia de Santa María de La Valcuerna, este documento se concede a favor de unos vasallos de la iglesia de Santa María de La Redonda de Logroño en un arrabal de la ciudad, aunque la beneficiaria, en última instancia, era la propia iglesia. Esos vasallos –pobladores los llama el texto– habían sido establecidos en su heredad por don Bernardo de la Tenda con la condición de pagar dos solares de cada casa; y con esas mismas condiciones don Bernardo y su mujer se los habían dado a la iglesia de La Redonda. Pero, posteriormente, Diego López (de Haro) había impuesto a esos pobladores el pago de otros dos sueldos más por cada casa; ese pago es anulado ahora por el rey, declarando que sólo deben pagar los dos correspondientes a la iglesia155.

II.13. Recapitulación Las instituciones eclesiásticas controlaban una parte sustancial de los territorios de la frontera del Ebro y de las gentes que los habitaban. De esa manera, no es raro que ocupen un lugar central en la política regia en relación con la zona. Una política que se orienta, en primer lugar, a obtener su apoyo mediante donaciones. Es cierto que el número de textos interpolados o falsos es elevado, lo que dificulta un tanto el análisis, pero el conjunto de textos conservados es suficientemente amplio como para mostrar las líneas generales de la política regia en relación con ellas. El número de documentos también es un buen indicador de la posición relativa de cada institución 155 ...cognoscendo quod illos dos soldos de cada casa quos dompnus Didacus Lupi prendebat et miserat in costumbre de pectare illis populatoribus quos domnus Bernardus de la Tenda populauit in sua hereditate, in arraual de Lucronio, quod ad tortum et sine directo demandabat illos et in detrimento anime sue, tollo ego et quito illos eis, ita quod numquam de cetero michi nec alicui domino illos pectent, quia istud forcia fuit quam dompnus Didacus illus fecit, cum non debeant per suum forum pectare alios solidos nisi duos de cada casa quos debent dare annuatim Sancte Marie rotunde, ubi illos domnus Bernardus predictus et sua mulier domna Iordana, sua uxor, pro animarum suarum remedio dimiserunt. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1001; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 466; E. SÁINZ RIPA, Colección diplomática de las colegiatas de Albelda y Logroño (Tomo I: 924-1399), Logroño, 1981, (= RIPA, Albelda y Logroño), doc. 23.

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en la zona. Así, vemos como la política regia se dirige, en primer lugar, a obtener el apoyo de las instituciones más influyentes en la zona, los poderosos monasterios de Nájera y San Millán y la sede episcopal. El monasterio de Nájera era la sede de la memoria del poder de los reyes de Navarra en la zona, una herencia que fue reclamada también por Sancho III y Alfonso VIII de Castilla. El monasterio de San Millán era uno de los grandes monasterios de la península y su dominio territorial se centraba en buena medida en las zonas disputadas. Zonas que estaban sujetas a la jurisdicción de la diócesis de Calahorra. Por otro lado, los reyes favorecieron la instalación de nuevos monasterios, cistercienses sobre todo, aunque también premonstratenses. Detrás de su apoyo a las instituciones nuevas o que adquirían un nuevo impulso tras la refundación encontramos a veces el apoyo a la familia de los patronos o fundadores, como los señores de Cameros, pero también podemos percibir el interés por modificar, en parte, la relación de fuerzas en la zona, potenciando el desarrollo de nuevos poderes o nuevos centros de influencia. Esas dos son, en resumen, las dos grandes líneas de fuerza de la política regia en relación con las instituciones eclesiásticas de la zona: búsqueda de apoyos y modificación de la relación de fuerzas en ciertas zonas. Ambos aspectos los encontraremos también en la política regia dirigida a los otros agentes políticos principales, los nobles y los concejos de villas y ciudades, aunque en una proporción distinta.

Capítulo III LOS CONCEJOS

Entre 1145 y 1220 he registrado un total de 45 documentos regios dirigidos a concejos. Esos 45 documentos suponen algo menos de la mitad de los dirigidos a las instituciones eclesiásticas, de manera que los concejos fueron el segundo de los objetivos de la política regia en la zona en el período estudiado (Cuadro 5). El segundo en cuanto al volumen de documentos conservados, pero equiparable, cuando menos, a las instituciones eclesiásticas en cuanto a la intensidad de las actuaciones promovidas por la política regia. Tal y como se recoge en los Cuadros 5 a 10, esos 45 documentos se reparten de la siguiente manera: 5 corresponden a Alfonso VII, 4 a Sancho III, 29 a Alfonso VIII, uno a Enrique I y otros 6 a Fernando III. Dentro de ese conjunto podemos encontrar diversos tipos de documentos que, obviamente, corresponden a diferentes políticas regias o, más a menudo, a distintos matices en la política regia. Pero quizás la división más clara que puede establecerse es, por un lado, los documentos que responden a una intervención regia en concejos rurales, en apoyo de los intereses señoriales o para resolver conflictos entre concejos o entre señores; y, por otro lado, los textos que reflejan la política de desarrollo de las villas reales. Son dos tipos de textos claramente distintos y que sí responden a políticas bien diferentes, al margen de que en ambos casos podamos encontrar textos que suelen ser considerados por la historiografía como fueros. La división entre fueros y otros documentos, aunque relevante, no la considero fundamental en este caso, porque no nos permitiría apreciar de manera adecuada todos los matices de la política regia.

III.1. Política regia, concejos rurales y señores Entre los 45 documentos regios expedidos en favor de concejos en este período, una gran mayoría, 40, fueron realizados a favor de o en el contexto

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de la formación y desarrollo de las villas reales. Pero hay otros cinco textos que se realizaron al margen de ese contexto y se expidieron a favor de pequeños concejos rurales. A ellos nos vamos a referir ahora. Dentro de estos textos podemos encontrar, a su vez, dos tipos distintos que nos ilustran bien sobre los objetivos y los beneficiarios últimos de estas concesiones. Por un lado, encontramos fueros locales y concesiones de exenciónes, generales o parciales, cuyos beneficiarios directos son los habitantes de los concejos que las reciben, pero que indirectamente beneficiaban también a sus señores. Por otro lado, encontramos sentencias regias o confirmaciones regias de las sentencias y disposiciones adoptadas por oficiales regios en conflictos entre concejos, generalmente por términos. De nuevo se trata de textos que, de forma indirecta, también beneficiaban a los señores. Ese beneficio señorial debe tenerse muy en cuenta para entender la expedición de estos documentos regios. Por otro lado, han sido los archivos señoriales los que han conservado casi siempre este tipo de documentos. Antes de revisar estos textos con un cierto detalle conviene hacer una última observación previa. Estos documentos se expidieron con un ritmo cronológico que, en la mayoría de los casos, creo que no está relacionado directamente con la evolución de los acontecimientos políticos y con la política de la frontera. Entiéndase con la salvedad de que todos los procesos están relacionados entre sí, pero no creo que haya un vínculo directo y claro entre estas concesiones y la política regia en la frontera, como sí creo que lo hay en otros casos. Los cinco textos que consideramos en este apartado datan de 1149, 1184, 1207, 1209 y 1218, respectivamente, y fueron expedidos uno por Alfonso VII, tres por Alfonso VIII y otro por Fernando III. Hemos dicho que podemos distinguir concesiones de fueros y exenciones y confirmaciones de sentencias o disposiciones de oficiales. Los primeros son textos similares a otros que hemos visto ya, otorgados a favor de instituciones eclesiásticas en los que se conceden beneficios diversos para sus vasallos en un lugar o zona determinados; beneficios, en forma de exenciones, que favorecían también a los señores1. Ahora encontramos textos simi1 Por ejemplo, en 1180 Alfonso VIII concedió a los collazos que la iglesia de Santa María de La Valcuerna tenía en Logroño que pagaran en las rentas regias como los vecinos de Logroño y tuvieran derechos de pastos comunes con ellos; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 345. En 1192 otorgó que los collazos del monasterio de San Millán en el alfoz de Nájera no realizaran prestaciones de vigilancia en el castillo de Nájera; Ibíd., T. 3, doc. 593. En 1195 concedió exención de todos los tributos regios a los collazos que el monasterio de Obarenes tenía en Molina de Obarenes; Ibíd., T.3, doc. 636. En 1197 hizo una concesión similar, ahora para la villa de Torrecilla del monasterio de Nájera; Ibíd., T. 3, doc. 661. Ya en 1216 Enrique I anuló un pago de dos sueldos anuales que debían hacer los vasallos de la iglesia de La Redonda en un arrabal de Logroño; Ibíd., T. 3, doc. 1001.

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lares pero dirigidos expresamente a los concejos, no a los señores o a sus vasallos en un lugar determinado. En 1149 el emperador Alfonso VII concedió al concejo de Villanueva los mismos fueros que tenían los de Matute y derechos de pastos comunes2. Ambos lugares estaban en el valle del Najerilla muy próximos al monasterio de Valvanera y es muy probable que fueran los intereses de este monasterio, sobre todo sus intereses ganaderos, los que se beneficiaban con esta concesión. Fue en su archivo donde se guardó el documento correspondiente 3. Una concesión cuyo contenido concreto desconocemos más allá de los derechos de pastos, puesto que el texto no detalla el contenido del fuero que se concede. Hemos de suponer que se trataba de una equiparación de las rentas y prestaciones y de otros aspectos, como multas y nombramientos de oficiales, en ambos lugares, probablemente para fomentar el desarrollo y el aumento de la población de Villanueva. Alfonso VIII realizó una concesión similar a algunas otras que hemos visto en el capítulo anterior. En 1209 otorgó exención de todos los tributos regios a los habitantes de Santurde y de Barrionuevo4. Ambos lugares for2 ...sciens et cognoscens quia queque potestas sibi submissis tales debet foros et consuetudines quas sustinere possuit imponere vobis, concilio de Villanova, et omnibus filiis vestris et generationi, vestre venture propter amorem Dei et remissionem pecatorum meorum. Aufero omnis illos foros quos usque modo habuistis et dono vobis eos foros quos habent vestri vicini de Matutho, et concedo ut illos per omnia ab hac die in antea vos et vestri successores habeatis. Et ita afirmando corroboro ut comunem habeatis pastum et mansionem in montibus et pascuis, die noctuque, ponendo tentoria vestra, et incidendo arbores ad hoc quod vobis necesse fuerint cum supradictis vicinis de Matutho, et pascant pecora vestra cum pecoribus illorum in omnibus locis per cuncta secula. TURZA, Valvanera, doc. 220; y MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XIV, aunque G. Martínez fecha el documento por error el 24 de abril, en vez del 24 de marzo, como corresponde a la fecha correcta. 3 Según MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», pp. 363-364, cuando recibió el fuero, Villanueva pertenecía al monasterio de Valvanera. Los intereses del monasterio en Villanueva debían ser por entonces muy intensos, de hecho, en 1077 Alfonso VI había confirmado al monasterio la hereditate de Villanova; sin embargo probablemente en 1149 todavía no había pasado completamente al señorío del monasterio, puesto que, como se ha señalado más arriba, Villanueva fue vendida por Alfonso VIII al monasterio años más tarde, en 1189, por 500 áureos y con la cláusula de que los ganados de sus habitantes pudieran seguir pastando en los mismos lugares en que lo venían haciendo hasta ahora. Creo que el asunto de los derechos de pastos y el desarrollo de la cabaña ganadera del monasterio es el aspecto fundamental que subyace detrás de estos textos. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 526; TURZA, Valvanera, docs. 84 y 226; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 304; también J. GARCÍA TURZA, «Las aldeas de la Rioja medieval. El ejemplo de Villanueva», en VV. AA., II Semana de Estudios Medievales, Logroño, 2001 (1ª. ed. 1993), pp. 233-241. 4 ...facio cartam donationis,... uobis populatoribus de Sancto Georgio et de Barrio nouo presentibus et futuris, perpetuo ualituram. Alsoluo itaque uos qui modo ibi estis populati et illos qui uenturi sunt ad populandum ab omni pecto in perpetuum, ne mihi uel domino uilla-

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maban en realidad la villa que se iba desarrollando junto al monasterio de San Millán, del que dependían, aunque no se señala en el texto. En otros documentos son calificados como barrios, no como concejos, dependientes del monasterio5; de forma que el beneficiario último de esta concesión fue el monasterio de San Millán. Conclusiones similares podemos establecer a partir de otro texto, ya de 1218, otorgado por Fernando III en el que concede al concejo de Albelda, tanto a los cristianos como a los judíos, exención de fonsado y de marzazga. Señala el rey que realiza esta concesión tras averiguar mediante pesquisa que ya había otorgado esta exención su abuelo Alfonso VIII6. Lamentablemente no se conoce el texto de la pesquisa, ni tampoco la concesión original de Alfonso VIII. Como en el caso anterior, esta concesión beneficiaba al señor del lugar, la colegiata de Albelda y, a esas alturas ya, el obispo de Calahorra7. El otro tipo de textos que podemos incluir en este apartado recogen intervenciones regias, generalmente confirmaciones, para la resolución de conflictos entre concejos. Conflictos que giran en torno a los términos concejiles y a los derechos de pastos; y no será raro que detrás de esos conflictos podamos entrever también los intereses señoriales. En 1184 Alfonso VIII confirmó al concejo de Villagonzalo tres majadas que le disputaba el concejo de Madriz. Se trataba de tres majadas que tenían los de Madriz pero los de Villagonzalo afirmaban que las tenían sin derecho, sino por iniuria et uiolentia. El pleito llegó hasta la curia regia donde el rey, oídas las partes, ordenó que se resolviera mediante una ordalía, un duelo judicial entre luchadores –pedites, peónes, se los denomina– representantes de los concejos. Aquel concejo cuyo luchador resultara vencedor obtendría iure hereditario las majadas disputadas. Tal y como narra el texto, el duelo fue ganado por el rum aliquid pectetis pro illis que in his duabus uillis possederitis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 841. 5 Véase, por ejemplo, TURZA, San Millán, doc. 47 de 1237, y doc. 56 de 1257. 6 ...inueni per pesquisam quod famosissimus auus meus rex dominus Aldefonsus, bone memorie, absoluerat concilium de Aluelde de marçadga et de fonsado pro remedio anime sue, ad exemplum illius et facta eius uolens illessa et intemerata conseruare, ..., facio cartam absolutionis, confirmacionis et libertatis dicto concilio perpetuo ualituram. Absoluo itaque dictum concilium tam christianorum quam iudeorum de marçadga et de fonsado in perpetuum. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 37; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 24. No se conserva este texto en un documento original, sino en un traslado de 1285, aunque Ripa indica por error que el traslado se realizó en 1275. 7 Hasta que la villa de Albelda y otras posesiones de la colegiata fueron vendidas a Alfonso X en 1270. Un breve resumen de la trayectoria del monasterio de San Martín de Albelda y su evolución hasta convertirse en colegiata en la segunda mitad del siglo XII, en DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 85-86, y la evolución posterior en pp. 236-241, 321328 y 369-377.

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peón del concejo de Villagonzalo, de manera que ahora el rey le confirma la propiedad de las majadas8. Ambos lugares, Villagonzalo y Madriz, estaban en el valle del río Cárdenas muy próximos al monasterio de San Millán, y seguramente también estaban en juego los propios intereses ganaderos del monasterio9. La resolución de conflictos entre concejos mediante la ordalía del duelo judicial no era un procedimiento infrecuente. También se utilizó un poco más tarde, en 1207, para resolver otro conflicto entre concejos próximos e igualmente por cuestiones de términos. Esta vez se trataba de los concejos de Pedroso, por un lado, y los de Anguiano, Matute, Villanueva y Tobía, por otro. Son lugares situados en el valle del Najerilla y ya hemos visto como los derechos de pastos en la zona estaban siendo objeto de cambios y reajustes, tal y como se refleja en la extensión del fuero de Matute a Villanueva. Cambios que hay que poner en relación con el desarrollo de las cabañas ganaderas de los señores con intereses en la zona; en este caso, por lo que se refiere a monasterios, confluían en la zona sobre todo los intereses de los de Nájera y de Valvanera. El luchador de Pedroso venció al de los otros concejos, tal y como quedó demostrado en la pesquisa que realizaron por orden del rey el abad de San Millán y el arcediano Sancho de Cárdenas; tras lo cual el merino del rey, Oriol, procedió a fijar los términos que pertenecían al concejo de Pedroso. Narra todo ello un texto que contiene la confirmación de esos términos otorgada por el rey en los

8 ...Notum sit et manifestum presentibus et futuris quod ego Aldefonsus, Dei gratia rex Castelle et Toleti, iudicium quod subscriptum est inter Villam Gonzalui et Madriz in curia mea iudicari mandaui. Concilium de Villa Gunzalui et concilium de Madriz inter se contentionem habebant super tribus maiadis, scilicet, Pradiella et Cabannas nouas et Losiellas, et illi de Madrid erant tenentes, illi uero de Villa Gunzalui allegabant de iniuria et uilentia sibi illata. Auditis itaque in presentia mea hinc inde allegationibus utriusque partis, datum est illis pro iudicio ut alterutra pars daret unum peditem qui inter se dimicarent, et pars peditis uictoris predictas maiadas iure hereditario perhenniter haberet. Commisso ergo pedestri predio duello deuicit pedes datus a concilio Ville Gonzaluez peditem datum ab illis de Madriz. Inde est quod ego predictus rex Aldefonsus cum uxore mea Alienor regina, facio cartam concessionis et stabilitatis de predictis tribus maiadas uobis toti concilio de Villa Gunzaluez presenti et futuro iure hereditario, uobis habituris in perpetuum, ut in eis scindatis et ganati uestri pascant et ibi iaceant. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 429; y LEDESMA, San Millán, doc. 442. 9 Sobre Villagonzalo, posteriormente integrado en Badarán, véase J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, «Una aldea en la Rioja medieval: aproximación metodológica al caso de Badarán», en VV. AA., Segundo Coloquio de Historia de La Rioja, Logroño, 1986, T. 1, pp. 247256; y del mismo autor, «Aldea y comunidad aldeana en la Rioja Medieval: el caso de Villagonzalo (Badarán)», en Príncipe de Viana, XLVII (1986), Homenaje a José María Lacarra, Anejo 2, T. 1, pp. 191-211.

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primeros años del siglo XIII10. En este caso, la confirmación de términos de Pedroso beneficiaba a su señor, el monasterio de Nájera que había recibido la villa por donación regia en 1169. Una donación que había alterado los equilibrios ganaderos en la zona, puesto que ya inmediatamente, el año siguiente, el rey tuvo que expedir otro documento confirmando los términos de Pedroso en beneficio del monasterio de Nájera11. Eran equilibrios rotos a favor del monasterio de Nájera y en contra del monasterio de Valvanera, con quien consta que pleiteaba el del Nájera a finales del siglo XII12. 10 ...confirmo vobis concilio de Pedroso presenti et futuro subscriptum terminum cum subscriptis locis, pro quo peditem ad bellum tribuistis qui pugnaret cum pedite hominum de Anguidanos et de Matuh et de Villanova et de Tobia, eo quod vir pedes devicit alium sibi repugnantem, super illo termino, sicut per veram inveni pesquisiam ad abbate Sancti Emiliani, ab archidiacono Sancio de Cardenas mandato meo factam. Concedo, inquam, vobis terminum per subscripta loca, sicut Oriolo, quondam merinus meus, ipsum vobis, facto belo et a pedite viro devicto, determinavit, videlicet,.... Del documento se conservan dos copias distintas: una copia realizada en un cartulario en el monasterio de Nájera, cuyo texto publican GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 807; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 408; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 106; y dos pergaminos que contienen el mismo texto y se conservan en el archivo parroquial de Pedroso, cuyo texto publica TURZA, Valvanera, doc. 228. Todas las versiones contienen el mismo texto en lo fundamental, excepto en la fecha. El texto del cartulario de Nájera lleva la fecha de la era millessima ducentesima quadragesima, que correponde al año 1202; fecha que propone M. Cantera para el documento, aunque ya J. González advirtiera que no correspondía con la lista de confirmantes, proponiendo datar el texto en 1207. En efecto, esa es la fecha que aparece en los pergaminos del archivo parroquial de Pedroso, tal y como se recoge en la edición de García Turza. En cualquier caso, en mi opinión, el texto que se conserva en las distintas copias probablemente está interpolado o es falso; aunque eso no significa que la narración que contiene o la propia confirmación regia no se produjeran realmente. 11 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 112 y 149; CANTERA, Nájera, T. 2, docs. 71 y 74; TURZA, Valvanera, docs. 223 y 224; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 242. Véase lo dicho sobre estos textos en el apartado correspondiente al monasterio de Nájera en el capítulo anterior. 12 Da cuenta del pleito entre ambos monasterios una carta del cardenal Gregorio, legado apostólico, en la que absuelve al monasterio de Valvanera de la acusación de tenencia injusta de propiedades del monasterio de Nájera hecha por su prior. En la carta el cardenal indica que había encomendado averiguar la verdad –inquisitionem factam– sobre el asunto al abad del monasterio de San Millán y a Sancius Calagurritanus archidiaconus. Me pregunto si este arcediano Sancho de Calahorra no será el mismo personaje que en el texto de 1207 de Alfonso VIII era llamado archidiacono Sancio de Cardenas, a quien el rey había encomendado realizar pesquisa precisamente junto al abad de San Millán en el pleito de los términos de Pedroso. En beneficio de la identificación de ambos personajes estaría el hecho de que ninguno de los textos se conserva en originales y bien pudo haber una equivocación de copia o transcripción. De ser cierta esta hipótesis, resultaría claro que la confirmación regia de los términos de Pedroso no era sólo el resultado de un enfrentamiento del concejo de Pedroso con los concejos vecinos, sino también, como vengo sugiriendo, de los monasterios de Nájera y de Valvanera. El texto del cardenal Gregorio en 1196 puede verse en TURZA, Valvanera, doc. 222; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 365; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 99; aunque Turza fecha

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En definitiva, este grupo de textos nos muestran al rey interviniendo en los concejos rurales y la política regia que reflejan está dictada fundamentalmente por el desarrollo de la señorialización. Y es en ese contexto de desarrollo de los poderes señoriales como debemos interpretar estos textos y vincularlos a la política regia en la frontera. Por otro lado, podemos destacar que el desarrollo de los poderes señoriales que queda reflejado en estos textos se sustenta en dos aspectos principales: las exenciones de rentas y prestaciones regias y el desarrollo de las cabañas ganaderas.

III.2. Las villas reales De los 45 documentos regios dirigidos a concejos, cinco, como hemos visto, se enmarcan en un contexto de desarrollo de los poderes señoriales en concejos rurales. Otro puede considerarse excepcional, puesto que contiene la concesión de Sancho III al concejo de Olite, en Navarra, de la reducción a la mitad de las caloñas regias en 1155. Una concesión que se produce en un momento en que Sancho III se había hecho durante unos años con el control de varios núcleos importantes en el interior de Navarra13. Es un texto puntual que obedece a una situación excepcional. El resto, otros 39 documentos responden a una política de formación y desarrollo de concejos sujetos al realengo que se conocen como villas reales. Esta política obedece a varias razones complejas e interconectadas. Podrían resumirse en una modificación intencionada de las estructuras de poder en beneficio del rey. Pero tras ello encontramos motivaciones diversas, desde el aumento de los ingresos fiscales mediante el impulso del comercio, hasta la limitación del poder de los señores promoviendo el surgimiento o desarrollo, según los casos, de poderes concejiles. Si de lo que se trata, en cualquier caso es de reforzar el poder regio, esta política tendrá, lógicamente, una especial importancia en zonas conflictivas o potencialmente conflictivas como eran las fronteras. Cada iniciativa regia en cada villa real obedece a un combinación específica de causas, aunque también es posible intentar establecer generalizaciones para las distintas zonas. el texto en 1158, no en 1196, y lo mismo hizo Lucas Álvarez en la edición del Becerro de Valvanera que realizó en su día (M. LUCAS ÁLVAREZ, «Libro Becerro del monasterio de Valvanera», en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, IV (1951), pp. 451-647, doc. 211); probablemente la equivocación de ambos autores radica en interpretar la fecha del documento –anno Dominim MºCºXCVIº, año 1196– como si fuera la era hispánica. 13 Se trata de Artajona, Lárraga, Cebror, Miranda de Arga y Olite. Véanse las notas 13 y 14 del Capítulo I y el texto a que se refieren. La concesión de Sancho III a Olite en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T, 1, doc. 16; y VV. AA., A.G.N. (1134-1194), doc. 8.

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En la frontera del Ebro la política de desarrollo de las villas reales fue intensa y el argumento de la frontera es muy importante, pero no puede considerarse como exclusivo, ni aislado de la realidad social o de las estructuras de poder. En esta zona, además, el Camino de Santiago, auténtico eje articulador del territorio, supondrá también otro argumento de gran importancia en el desarrollo de las villas reales. En el Mapa 3 señalo la localización de las villas reales de la zona en el período estudiado.

Mapa 3 Villas reales en la frontera del Ebro (1145-1220) Mijangos

Vitoria

R. Ebro

Salinas de Añana La Puebla de Arganzón

Frías Miranda Pancorbo

Sajazarra Haro

Cerezo

Logroño

Santo Domingo Nájera

Navarrete Entrena

Baños

Calahorra

R. Cidacos

R. Iregua

R. Najerilla

R. Leza

R. Oja

Ocón

R. Alhama

R. Tirón

Belorado

Ibrillos Grañón

El proceso de formación de las villas reales y su significado histórico en los reinos de Castilla y León han sido objeto de una atención historiográfica considerable en los últimos años, tanto en los aspectos políticos, como en los sociales o en los de morfología urbana; aunque quizás menos en los aspectos específicamente económicos. De manera que este tema, o las conocidas tradicionalmente como repoblaciones interiores, dispone ya de una sólida base historiográfica14. También disponemos de estudios específicos 14 Puesto que las referencias bibliográficas son abundantes, me limitaré a señalar algunas de las obras recientes más relevantes donde, por otro lado, puede encontrarse una bibliografía

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sobre el desarrollo de las villas reales en la zona de la frontera del Ebro. De forma que muchos aspectos importantes, como los antecedentes de las villas de la zona, la morfología urbana, la composición de la población –con el peso muy considerable de la población franca–, los conflictos con los poderes señoriales del entorno, etc., son ya conocidos y no resulta necesario volver a incidir sobre ellos15. Por lo tanto, en las páginas siguientes me limitaré a analizar los ritmos y contenidos de la política regia en esta zona y a intentar ofrecer una explicación global. Antes de comenzar ese análisis más detallado conviene recordar, como ya ha sido señalado frecuentemente por los especialistas, que el desarrollo urbano y las villas reales son dos procesos históricos muy estrechamente inmás amplia. Puede verse, entre otros, P. MARTÍNEZ SOPENA, «Réorganisation de l’espace et conflicts de povouir: les ‘pueblas reales’ au nord du Duero», en A. RUCQUOI (dir.), Genese médiévale de l’Espagne moderne. Du refus a la revolte: les resistances, Niza, 1991, pp, 7-20; P. MARTÍNEZ SOPENA, «Repoblaciones interiores. Villas nuevas de los siglos XII y XIII», en VV. AA., Despoblación y colonización del valle del Duero. Siglos VIII-XX, Ávila, 1995, pp. 161-187; P. MARTÍNEZ SOPENA, «Le rôle des petites villes dans l’organisation de l’espace en Castille», en M. BOURIN y S. BOISSELLIER (dirs.), L’espace rural au Moyen Âge. Portugal, Espagne, France (XIIe-XIVe siècle. Mélanges en l’honneur de Robert Durand, Rennes, 2002, pp. 149-165. C. ESTEPA, «El realengo y el señorío jurisdiccional concejil...». J. I. RUIZ DE LA PEÑA, «Ciudades y sociedades urbanas en la frontera castellano-leonesa (1085-1250 circa)», en VV. AA., Las sociedades de frontera en la España medieval, Zaragoza, 1993, pp. 81-109. Entre los trabajos publicados en VV. AA., El Camino de Santiago y la articulación del espacio hispánico, Pamplona, 1994, interesan especialmente, J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, «El Camino de Santiago y la articulación del espacio en Castilla», pp. 157-183; J. PASSINI, «El espacio urbano a lo largo del Camino de Santiago», pp. 247-270; y J. I. RUIZ DE LA PEÑA, «Repoblación y sociedades urbanas en el Camino de Santiago», pp. 271-314. Son muy importantes también los trabajos de J.M. Monsalvo que, además, se han centrado en varias ocasiones en zonas burgalesas muy cercanas a las zonas que estudiamos aquí; véase J. M. MONSALVO ANTÓN, Los concejos de Castilla. Siglos XI-XIII, El Burgo de Osma, 1991; J. M. MONSALVO ANTÓN, «La formación del sistema concejil en la zona de Burgos (siglo X-mediados del siglo XIII)», en VV. AA., Burgos en la Plena Edad Media, Burgos, 1994, pp. 127-210; y J. M. MONSALVO ANTÓN, «Los territorios de las villas reales de la vieja Castilla, ss. XI-XIV: antecedentes, génesis y evolución. (Estudio a partir de una docena de sistemas concejiles entre el Arlanza y el Alto Ebro)», en Studia Histórica. Historia Medieval, 17 (1999), pp. 15-86. Véase también I. MARTÍN VISO, Poblamiento y estructuras sociales en el norte de la Península Ibérica. Siglos VI-XIII, Salamanca, 2000, pp. 291-302. 15 Véase MARTÍNEZ SOPENA, «Logroño y las villas...»; y J. I. RUIZ DE LA PEÑA, «La formación de la red urbana en el tramo riojano del Camino de Santiago y las colonizaciones francas (siglos XI-XIII)», en F. J. GARCÍA TURZA e I. MARTÍNEZ NAVAS (coords.), El fuero de Logroño y su época, Logroño, 1986, pp. 209-230. Otros estudios sobre villas y ciudades concretas se irán citando en su momento. Existe un cierto número de obras realizadas por eruditos locales y aficionados que en su mayoría son totalmente inútiles; pero hay algunas excepciones notables que también citaré en el lugar correspondiente.

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terrelacionados, pero no son lo mismo. Bastantes villas reales no llegaron a alcanzar un desarrollo propiamente urbano para convertirse en centros articuladores del territorio y continuaron siendo, en realidad, núcleos rurales. Pero las páginas que siguen no están orientadas a estudiar las ciudades de la zona, sino la política regia de promoción de villas reales. Por otra parte, conviene señalar también que el principal instrumento de la política regia en relación con estos aspectos serán los fueros, pero no fueron el único; ni tampoco, como ya hemos tenido ocasión de comprobar, todos los fueros tuvieron como objetivo la formación y desarrollo de las villas reales16. III.2.1. Últimos años del reinado de Alfonso VII (1145-1157) Los comienzos del proceso de formación de las villas reales de la zona se sitúan a finales del siglo XI, durante el reinado de Alfonso VI17, articulado entonces mediante los fueros de Nájera y de Logroño; pero fue en el siglo XII cuando alcanzó un pleno desarrollo. La política iniciada por Alfonso VI tuvo continuidad posteriormente cuando Alfonso I de Aragón obtuvo el control sobre esta zona. El rey de Aragón promovió el desarrollo de Belorado a la que concedió un fuero en 111618. Más adelante Alfonso VII continuó la política de desarrollo de las villas reales y, por lo que se refiere a la zona que estudiamos, hay que considerar cuatro actuaciones del emperador. Un documento fechado en 1147 contiene una concesión de fuero a Pancorbo, concesión que iniciará una serie de regulaciones sobre la villa en la segunda mitad del siglo XII y a comienzos del siglo XIII. El texto que se conserva contiene, en primer lugar, el reconocimiento de la autonomía concejil, al excluir la intervención del rey o del tenente en el nombramiento del juez y del merino, que antes eran oficiales regios y ahora serán oficiales concejiles. Es, en palabras de Monsalvo, el primer paso en la formación de un sistema político concejil19. También se conceden al concejo de Pancorbo unos térmi-

16 Sobre los fueros de la zona puede verse MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja» y Fueros de Burgos; y A. M. BARRERO y M. L. ALONSO, Textos de derecho local español en la Edad Media. Catálogo de fueros y costums municipales, Madrid, 1989. 17 Véase P. MARTÍNEZ SOPENA, «Fundavi Bonam Villam’. La urbanización de Castilla y León en tiempos de Alfonso VI», en F. J. GARCÍA TURZA e I. MARTÍNEZ NAVAS (coords.), El fuero de Logroño y su época, Logroño, 1986, pp. 167-187; también A. M. BARRERO, «La política foral de Alfonso VI», en VV. AA., Estudios sobre Alfonso VI y la reconquista de Toledo, Toledo, 1987, pp. 115-156. 18 MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, pp. 40-41 y doc. IX. 19 La definición de los requisitos para la formación de un sistema político concejil en MONSALVO, Los concejos de Castilla..., y «La formación del sistema concejil...». Sobre el fuero de Pancorbo, también de este autor «Los territorios de las villas reales...», pp. 35-36.

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nos cuyos límites se señalan –Dono et vobis dicto conçilio de Ponte corbo terminis qui incipiunt...–; términos que según Monsalvo podrían coincidir en buena medida con el alfoz regio preexistente20. Además de esos términos, se conceden también derechos de pastos y de leña en una zona hasta el Ebro, cuyo aprovechamiento se había logrado mediante acuerdos con los hominibus de Lantarón y de Tobalina a quienes, seguramente en compensación, se les exime del pago de portazgos en Pancorbo. Estas cláusulas nos hablan de una intervención más amplia en la zona, que no sólo afectaba a Pancorbo, sino a otros alfoces próximos. Una intervención sancionada por el emperador y probablemente impulsada por él, pero protagonizada, seguramente, por los propios poderes locales de las zonas afectadas. Los términos y, sobre todo, los derechos de pastos más amplios nos hablan, de nuevo, de la importancia del desarrollo de la ganadería, que hemos visto en relación con los monasterios y que constatamos también para los concejos. Por último, el fuero incluye también un impulso al crecimiento de la población de la villa, al permitir que acudan a poblar a Pancorbo los habitantes de los lugares y villas situadas en sus términos21. El texto, como sucede con mucha frecuencia con los fueros de la época, no se conserva en un documento original, sino en una copia y algunos autores han señalada que se trataría de un texto falso22. Ciertamente, hay expresiones en el texto que parece muy difícil que hubieran salido de la cancillería regia; por otro lado, ya he señalado como el propio texto nos habla de una actuación más amplia, que incluye acuerdos previos y compensaciones para otros concejos de la zona. Así pues, creo muy probable que el texto que se conserva sea una reelaboración en la que se reunieron varios documentos. No es fácil determinar si todo el contenido del fuero se puede atribuir a Alfonso VII en 1147 o si algún aspecto puede ser posterior. En mi opinión, lo que se refiere a los oficiales concejiles sí se podría atribuir al emperador, mientras que lo que se refiere a los términos y los derechos de pastos y leña me ofrece más dudas. Por los mismos años, en 1148, el emperador confirmó el fuero de Logroño, al que también añadió algunas cláusulas más. Dispuso que en adelante los vecinos no pagaran lezdas ni portazgos en Logroño ni en Nájera; que los fiadores que se dieran en las demandas hubieran de ser de Logroño (para que se pudieran ejecutar las garantías con más facilidad); y que el juramento de los vecinos se considerara prueba suficiente en las demandas que «Los territorios de las villas reales...», p. 35. El texto del fuero en MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XVIII, y comentarios en pp. 49-50; también en L. SERRANO, «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo (Burgos)», en Anuario de Historia del Derecho Español, X (1933), pp. 325-332. 22 REILLY, The Kingdom..., p. 290 y doc. 550. 20 21

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contra ellos interpusieran el tenente, el merino o el sayón. En definitiva, aunque apenas se resume en cuatro cláusulas, la breve concesión de Alfonso VII incluía importantes ventajas comerciales y procesales para los vecinos de Logroño23. Tampoco el texto que se conserva es un original; la copia más antigua procede de un traslado, realizado por entonces, del documento de confirmación de Alfonso VII. Con motivo de esta confirmación, o quizás del traslado, se compuso el texto del fuero de Logroño tal y como lo conocemos. Pero el traslado tampoco es una copia fiel de un documento de la cancillería de Alfonso VII. Está datado en la era MCLXXXIIII, es decir en el año 1146, que no se corresponde con los datos de la intitulación del emperador que se dice reinando en Córdoba y en Almería. Para subsanar esa contradicción, los especialistas proponen fechar el texto entre octubre de 1147 y noviembre de 1150, aunque suele darse como válido el año 114824. Es obvio, por lo tanto, que el texto que contiene la confirmación de Alfonso VII está manipulado, pero esa manipulación, a juicio de los especialistas, no afectaría al hecho de la confirmación ni a las cláusulas añadidas al fuero por el emperador, sino al propio texto que se confirma atribuido a Alfonso VI. También ofrece algunas dificultades de datación, aunque de otro tipo, el fuero de Entrena, cerca de Logroño. En 1218 Fernando III confirmó a Entrena el fuero que había dado Alfonso VII. El contenido del fuero se copió en la confirmación de 1218, pero no así su fecha, aunque los especialistas proponen un arco temporal entre 1135 y 1149, que incluso podría estrecharse más entre 1144 y 1149. Esas fechas corresponden a la coronación imperial de Alfonso VII (1135) o a la toma de control efectivo de Logroño por el emperador, que hasta 1144 estuvo en manos de García Ramírez de Navarra, y a la muerte de la reina Berenguela en 1149 y que todavía figura en el 23 Et ego rex imperator tocius hispaniae dono et concedo ad istos meos populatores de Logronio totos istos foros suprascriptos sicut constiuit rex Adefonsus de Castella meo avolo. Ut non donent lerda (sic) in Logronio neque in Nazera. Et nullus homo qui tenuerit sua casa uno anno et uno die, similiter non donet ei portatico in Logronio neque in Nazara. Et nullus homo qui inquirat judicium a nullo populator non donet fideiussores nisi de Logronio. Senior qui subiugaverit ista villa, neque merino, neque saione vel principi terre, si inquisierit nulla res a nullo populator, salvet se per suo foro, id est, per sua jura, et non amplius. BARRERO, «El fuero de Logroño», § 46-49; y MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. X, § 47-49. 24 Sobre estos aspectos A. M. BARRERO, «Estudio crítico y edición del fuero de Logroño», en J.A. SESMA (coord.), Historia de la ciudad de Logroño, T. 2, Edad Media, Logroño, 1995, pp. 179-193; y «Los enigmas del fuero de Logroño», en F. J. GARCÍA TURZA e I. MARTÍNEZ NAVAS (coords.), El fuero de Logroño y su época, Logroño, 1986, pp. 41-53.

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texto junto a Alfonso VII25. Tampoco la confirmación de Fernando III se conserva en un documento original, sino inserta en confirmaciones posteriores de las que se han conservado al menos dos copias. Ambas copias contienen versiones similares del fuero de Alfonso VII, aunque no son del todo idénticas26. El fuero dado por el emperador se dirige a los infanzonibus et villanis de Entrena y contiene varias cláusulas, además de una referencia genérica a que los villanis que pueblen en Entrena tengan el fuero de Logroño. Los preceptos concretos se dirigen a confirmar y asegurar la propiedad de casas y heredades de los habitantes de Entrena, a quienes se concede además una serna regia, la serna de soto castillero, para que la transformen en huertas; por último, se regula la prestación militar del apellido, tanto de los infanzones como de los villanos, que se reduce a un solo día27. Lamentablemente, la referencia al fuero de Logroño es, como he indicado, genérica, sin especificar su contenido concreto.

25 En los cuadros correspondientes he incluido este texto en las entradas de 1149. La datación entre 1135 y 1149 es la que propone, por ejemplo, MARTÍNEZ DÍEZ en «Fueros de La Rioja», p. 363; pero parece razonable pensar que este fuero fuera concedido una vez que el emperador obtuvo el control de Logroño. Según L. J. FORTÚN PÉREZ DE CIRIZA, ese hecho se produjo en 1144 por cesión de García Ramírez tras su matrimonio con Urraca, hija bastarda del emperador; véase «Del reino de Pamplona al reino de Navarra (1134-1217)», en M. A. LADERO (coord.), La Reconquista y el proceso de diferenciación política (10351217), vol. IX de J. M. JOVER (dir.), Historia de España Menéndez Pídal, Madrid, 1998, pp. 607-660, y este asunto en p. 620. No he constatado que la cesión de Logroño fuera con ocasión de la boda mencionada, pero sí el control de García Ramírez sobre Logroño en 1143, cuando estaba gobernada por el tenente Martín Sanz por el rey de Navarra, o cuando el rey García Ramírez incluye a Logroño en su intitulación; véase J. M. LACARRA, Documentos para el estudio de la reconquista y repoblación del valle del Ebro, Zaragoza, 1982-1985, T. 1, doc. 319; y T. 2, doc. 320. 26 Una copia procede del Archivo de Simancas y es la que ha venido conociéndose publicada, entre otros, por MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XIII. La otra copia se conserva en el Archivo Histórico Provincial de La Rioja, inserta en un pergamino que contiene una confirmación de Juan II en 1408 que incluye varias confirmaciones anteriores hasta la de Fernando III en 1218; ha sido publicada por P. A. PORRAS ARBOLEDAS, «Algunos documentos medievales riojanos», en Espacio, Tiempo y Forma. Historia Medieval, 14 (2001), pp. 219-240, doc. 2. 27 En la copia custodiada en el Archivo Histórico Provincial de La Rioja, según la edición de Porras, falta una cláusula contenida en la copia de Simancas, relativa a la confirmación de las heredades: Dono etiam illis qui sunt in Antrena habitaturi et habent haereditares in Antrena et in terminis suis, quod sint etiam exenti et liberi sicut illi qui habitant in Antrena. Esta es la principal diferencia entre ambas copias, que contienen otras atribuibles seguramente a problemas de transcripción de los copistas. Por ejemplo, en la concesión de la serna regia, la copia de Simancas dice: Dono itaque illa serra (sic) de soto castillero ubi erat Arcos. Mientras que la copia del Archivo de La Rioja señala: Dono itaque vobis illa serna de Soto Castillero ubi facitis ortos. Véanse las ediciones citadas en la nota anterior.

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La última actuación de Alfonso VII se refiere a Cerezo de Río Tirón. Un documento datado en 1151 contiene la concesión de fuero de Cerezo; un fuero que se concreta en determinar las aldeas del alfoz –nada menos que 134– en las que el concejo de Cerezo tendría iureditione et iustitia civili et criminali; en regular ciertos aspectos sobre las caloñas; y en la concesión de una amplia exención de rentas regias: portaticum, pedagium, passagium, recoagium, rondam, castelleriam, emendas, lezdas, posturas. Por la fecha y por los evidentes anacronismos y falsedades, está muy claro que el texto que se conserva es una falsificación28. No merecería mayor comentario de no existir un texto posterior en el que Alfonso VIII confirma en 1165 al concejo de Cerezo un privilegio concedido por su abuelo el emperador y por su padre Sancho III en el que exime a los de Cerezo del pago de homicidios y caloñas excepto en los casos en que actuaran como fiadores de quienes cometieron los delitos29. Este documento de Alfonso VIII nos habla de un texto previo de Alfonso VII; un texto que seguramente sólo se refería a las caloñas y homicidios y que pudo tomarse posteriormente como referencia para realizar la falsificación que hoy conocemos. En el texto falso, en efecto, figura un precepto relativo a las caloñas y los homicidios, similar al que se contiene en la confirmación de Alfonso VIII aunque con algunas diferencias30. III.2.2. Sancho III Sancho III también continuó la política de desarrollo de las villas reales, tanto antes de la muerte de su padre como después. Una política que extendió a las zonas que controlaba en el interior de Navarra, como ya hemos visto al referirnos a la concesión de reducción a la mitad de las caloñas re-

28 Las referencias a la justicia civil y criminal, la amplia exención de rentas regias, el amplísimo alfoz que no se corresponde en absoluto con el que pudo tener Cerezo... La falsificación es bastante burda y evidente. Además, la fecha cronológica del texto no se corresponde con la data histórica. El documento lleva la fecha de la era millesssima centesima octuagesima quarta, que corresponde al año 1146, pero fue realizado anno quo imperator pugnavit cum illis Muzmitis et devicit eos y además indica que el emperador reinaba en Almería; por todo ello MARTÍNEZ DÍEZ propone fechar el texto en 1151; véase su edición del texto en Fueros de Burgos, doc. XX, y los comentarios en pp. 50-51. 29 ...confirmo libertatem illam quam dedit auus meus imperator, et in sequenti pater meus, rex Sancius, Ceresio, in suo alfoz, quatinus ex ac die nullus audeat presumere homicidium uel aliquam calompniam per manus fidelium nisi per fidiaturam, et huiusmodi forum habent per totum regnum meum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 73. 30 Et ex hac die in dicta villa et sua alfoz nullus audeat presumere omicidium, neque aliquas calumnias recipere per manus fidelium, neque per fidiaturam; MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XX, § 1, y la interpretación en p. 51.

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gias al concejo de Olite en 115531. Referidos a la zona de la frontera del Ebro se conservan tres documentos que recogen la política de Sancho III en relación con las villas reales, uno en 1154 y dos en 1157. En 1154 concede y confirma al concejo de Nájera sus términos y ejidos. Unos términos que no se especifican, de manera que no es posible determinar si se trata del alfoz de Nájera o de los más reducidos términos concejiles en sentido estricto32. Una vez muerto Alfonso VII, Sancho III añadió alguna cláusula al fuero de Logroño y confirmó el de Miranda de Ebro. Los dos textos que se conservan están fechados el 11 de noviembre de 1157, lo que nos trasmite la idea de una confirmación de alcance más general, aunque sólo se han conservado estos dos ejemplos y, como veremos, ofrecen algunas dudas. La ampliación del fuero de Logroño está incluida en el texto que contiene el traslado del supuesto documento de Alfonso VII en que éste, a su vez, habría confirmado el fuero de Alfonso VI. Un texto en el que se incluye también otra confirmación posterior de Sancho VI de Navarra en 1168. Tanto la ampliación de Sancho III como la de Sancho VI fueron añadidas posteriormente en el documento del traslado de Alfonso VII y por una mano y con una tinta diferentes. En 1157 Sancho III da el primer paso en el desarrollo de la autonomía concejil al determinar que en adelante el alcalde, que había de ser nombrado anualmente, lo fuera por el concejo y por el tenente. Hasta entonces, tanto el merino, como el alcalde, como el sayón eran nombrados por el tenente, aunque debía elegirlos entre los vecinos de Logroño. El rey indica, además, que hace esta concesión por indicación del tenente, que entonces era Pedro Jiménez (Cameros)33. En realidad, hay que entender GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T, 1, doc. 16; y VV. AA., A.G.N. (1134-1194), doc. 8. ...facio cartam ac textum firmitatis ac confirmationis, vobis hominibus de Naigara..., de omnibus exitibus ac terminis ville vestre, ut ab hac die habeatis et possideatis uos eos, et omnis generario vestra, iure hereditario in perpetuo. Do ipsos exitus et terminos uobis tan in ortis, de uineis, azeniis et callibus, riuis, montibus et fontibus que in omnis locis, in quibus eos habere poteritis, ac nec ego nec alius homo uice mea eos uobis receptare presumat. Ita do et concedo eos uobis ut prediximus, quod habeatis et posideatis illos libere ac uere, uos ac omnis generario vestra, propria hereditate in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, doc. 14. Sobre Nájera y su alfoz F. J. GARCÍA TURZA, «Ciudades y aldeas: Nájera», en J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR (ed.), Del Cantábrico al Duero. Trece estudios sobre organización social del espacio en los siglo VIII a XIII, Santander, 1999, pp. 229-261, especialmente pp. 244-248; y E. PEÑA y E. ÁLVAREZ, «El territorio y el ‘Reino’...», pp. 580-586. 33 Ego Sancius rex, filius Imperator, pro anima patris et matris mee et Petro Xemeno, meo milite, qui me multum rogavi, dono et concedo ad bonos homines de Logronio foro: Quod semel in anno mittet archalt per sua manu et manu senione (sic) qui dominavit illa villa. ... 31 32

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que Sancho III, además de añadir un nuevo precepto, confirma implícitamente de manera global el fuero de Logroño. La actuación relativa a Miranda es similar y presenta también problemas parecidos de transmisión documental. Al mismo tiempo que Sancho III ampliaba la autonomía concejil de Logroño, hacía lo mismo en Miranda, aunque aquí con un sentido más extenso, puesto que de su precepto se deduce que la mayor parte de los oficiales –allcaldes et fideles et notarios, sayones– sean nombrados por el concejo, sin que aparentemente intervenga el tenente, al que quizás se reservaba el nombramiento del merino. Además de añadir esta cláusula, Sancho III declara también que concede y confirma el fuero dado por su padre el emperador34. Ese fuero de Alfonso VII no se conoce, excepto por la referencia proporcionada por Sancho III. En cuanto a la concesión de Sancho III, se conserva en una confirmación posterior de Alfonso VIII de 1177 y que incluye también el texto amplio del fuero atribuido a Alfonso VI en 1099, un fuero que supone la extensión a Miranda del fuero de Logroño. Volveré enseguida sobre el fuero de Miranda al analizar la política de Alfonso VIII; por ahora interesa señalar que se discute la autenticidad tanto del fuero atribuido a Alfonso VI como de la confirmación de Sancho III. En relación con esta última, es evidente que algunas expresiones, como la referida a los notarios, no pueden corresponder a 1157 y han de obedecer bien a una interpolación, bien a una completa falsificación del texto. Hay, por lo tanto, muchos problemas de transmisión documental pero, a pesar de esos problemas, creo que sí puede sostenerse la existencia de una política de confirmación de fueros y derechos concejiles, posiblemente incluso más amplia que la que se deriva estrictamente de los casos documentados; y también una política de ampliación de la autonomía concejil. Ambos elementos podrían interpretarse en el contexto de la búsqueda de aliados y apoyos políticos por Sancho III tras la muerte del emperador.

Et ego Petro Xemeno, qui sum dominus de illa villa, autorgo propter amorem Dei. BARRERO, «El fuero de Logroño», § 50; MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. X; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 32. Hasta entonces el fuero atribuido a Alfonso VI disponía que Senior qui subiugaverit ipsa villa et mandaverit omnes homines non mittat alio merino nisi populator istius ville. Similiter mittat alcaldes. Similiter saione; véase § 22 en la edición de A.M. Barrero, o § 25 en la de G. Martínez. 34 ...concedo hoc forum quomodo pater meus imperator dedit concilio de Miranda. Et qui ipsum fregerit sit maledictus et excomunicatus. Et pro animabus patris et matris mee, do et concedo forum concilio de Miranda quod semel in anno ponat allcaldes et fideles et notarios, sayones, populatores de villa que habeant vineas et casas et hereditates. Et qui hoc fregerit sit cum Iuda traditore intus inferno, amen. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 31; MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXIII, § 42-44.

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III.2.3. Alfonso VIII Pero, si Alfonso VII y Sancho III llevaron a cabo una política de apoyo al desarrollo de las villas reales, esa política recibirá un impulso muy notable durante el reinado de su sucesor Alfonso VIII. Una política que ha quedado recogida en 26 documentos que afectaron al menos a 16 concejos de la zona, además de otros tres para los que tenemos noticia de la iniciativa regia pero no constancia documental. En total, Alfonso VIII impulsó la formación o el desarrollo de unas 19 villas reales en la zona, una cifra muy elevada que nos da cuenta de la intensidad de esa política: Arganzón, Baños, Belorado, Calahorra, Cerezo, Frías, Grañón, Haro, Ibrillos, Logroño, Mijangos, Miranda, Nájera, Navarrete, Ocón, Pancorbo, Sajazarra, Salinas de Añana y Santo Domingo de La Calzada (véase el Mapa 3). No todas tuvieron el mismo éxito y muchas no llegaron a adquirir un desarrollo propiamente urbano. Tampoco todas fueron creadas por Alfonso VIII, puesto que varias habían sido establecidas por sus antecesores. Pero la intensidad de la política de Alfonso VIII es indudable35. III.2.3.1. La intensidad de la política regia. El testamento de 1204 Un reflejo muy expresivo, aunque parcial, de esa intensidad se contiene en el testamento dictado por el rey en 1204. En él dispone que se destruyan las pueblas nuevas que había ordenado levantar –populationes quas de nouo feceram– en Nájera, Baños, Grañón, Ibrillos, Sajazarra y Frías (y fuera de la zona que estudiamos Carrancas, seguramente Carranza en Vizcaya), puesto que causaban graves daños a los nobles y a las instituciones eclesiásticas. La razón más detallada la expone el propio rey al referirse a otro caso concreto, puesto que también ordena que los hombres de Bardauri que habían acudido a poblar Miranda regresen a su lugar de origen, tal y como reclamaba Diego López de Haro que, suponemos, era el señor de Bardauri y por esa causa había abandonado el servicio del rey de Castilla pasándose a Navarra36. 35 Para una visión general, además de MARTÍNEZ SOPENA, «Logroño y las villas...», puede verse GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 90-96. Es una política que contrasta claramente con la llevada a cabo en la frontera con León; puede verse C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, «Fueros palentinos en la época de Alfonso VIII: frontera y libertad», en Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 67 (1996), pp. 59-76. Sobre las zonas sorianas M. DIAGO HERNANDO, «Alfonso VIII y el concejo de Soria», en VV. AA., Alfonso VIII y su época. II Curso de Cultura Medieval, Aguilar de Campoo, 1992, pp. 355-360. 36 Promisi etiam in manu domini Toletani et promitto Deo et beate Marie ut populationes quas de nouo feceram, scilicet de Nagera, de Bannos, de Grannon, de Libriellos, de Saayazaarra, de Fridas, de Carrancas, ex quibus et pro quibus multa dampna euenerunt militibus et ordinibus, destruam, et populatores que ad eas uenerunt ad loca sua reuerti faciam. Si uero

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Es un buen ejemplo de cómo la política regia de impulso de las villas reales afectaba a los señores del entorno, que veían despoblarse sus lugares dependientes en favor de las villas reales. En alguna medida, podría considerarse que esa política era una política antiseñorial; cabe preguntarse si fue planteada de esa manera por los reyes pero, en cualquier caso, así fue percibida en muchas ocasiones por los señores. El testamento de Alfonso VIII contiene uno de los primeros testimonios de un rechazo generalizado a esa política, pero lo veremos repetirse a lo largo del siglo XIII37. La nómina de lugares que se citan en el testamento también merece algunos comentarios. El primero sería que todas las pueblas cuya destrucción se ordena se encuentran en la zona de la frontera del Ebro, excepto Carranza; lo que nos muestra bien claramente que fue en esta zona donde la política regia fue más intensa. En cuatro de los siete lugares mencionados (Baños, Sajazarra, Grañón y Carranza) no tenemos otras noticias sobre la intervención regia, en forma de fueros o privilegios, más allá de la noticia que proporciona el testamento. ¿Hubo otras iniciativas regias de las que tampoco tengamos datos documentales y que no se incluyeron en el testamento? No lo sabemos, pero no hay duda de que se refuerza la idea de la intensidad de la política regia. Una intensidad que debemos valorar además teniendo en cuenta que se extiende por un espacio reducido, puesto que hay una clara concentración espacial de las villas reales. Valoraremos con más detenimiento estos aspectos después de analizar los perfiles de la política regia a partir de los textos conservados. Antes, sin embargo, conviene insistir en una reflexión que ya se ha apuntado. Es evidente que todas esas nuevas pueblas que impulsó el rey no llegaron a convertirse en auténticas villas, no llegaron a adquirir un auténtico desarrollo urbano. Baños, Grañón, Ibrillos o Sajazarra no pasaron de ser aldeas; en ese sentido podemos decir que fueron villas reales fracasadas, y como ellas

me prius mori contigerit, mando quod regina uxor mea et filius meus dominus F., destruant eas, et faciant populatores redire ad loca illa unde uenerunt. Et etiam homines de Bardahuri que ad Mirandam populari uenerunt ex quo dompnus Didacus Lupi a me recessit, pocius sponte sua quam precepto meo, ad sua loca reuertantur, et Deo promitto quod si uixero eos reuerti faciam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769. 37 No es lugar para referirse con detalle a esos aspectos. Con carácter general puede verse MARTÍNEZ SOPENA, «Réorganisation de l’espace et conflicts de pouvoir...»; y MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», pp. 57 y ss; y para la zona que estudiamos, MARTÍNEZ SOPENA, «Logroño y las villas...». El caso de Miranda ofrece abundante documentación y ha sido estudiado recientemente por I. MARTÍN VISO, «Miranda de Ebro y su comarca en la Plena Edad Media (siglos XI-XIII): formación, desarrollo y consolidación de la villa», en F. J. PEÑA PÉREZ (coord.), Miranda de Ebro en la Edad Media, Miranda de Ebro, 2002, pp. 127-155.

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otras más. Pero, aunque no llegaran a alcanzar tal desarrollo, Alfonso VIII sí intentó convertirlas en villas reales. III.2.3.2. Las villas ya existentes Como he señalado, se han conservado 26 documentos expedidos por la cancillería de Alfonso VIII que dan cuenta de esta política en la zona que estudiamos. Bastantes de ellos son fueros, pero también hay que tener en cuenta otros privilegios y exenciones. Podemos comenzar viendo el contenido de esos documentos en relación con las villas que ya habían recibido el impulso de los reyes anteriores para después ver los otros casos. Por lo que se refiere a Logroño, ya mencionamos que había recibido un fuero de Alfonso VI y vimos cómo Alfonso VII probablemente en 1148 y Sancho III en 1157 habían confirmado ese fuero y habían añadido también algunas disposiciones. Tras ellos, Sancho VI de Navarra en 1168, en los años que controlaba algunas zonas al sur del Ebro, confirmó de nuevo el fuero de Logroño e introdujo también alguna modificación al señalar las corseras, los límites de la comparecencia judicial de los vecinos, que se ajustaron a la situación de dominación navarra38. Posteriormente, Alfonso VIII concedió nuevos privilegios en 1189, 1195 y 1204 que reforzaban las condiciones favorables para los vecinos que se contenían en el fuero. Así, en 1189 concedió al concilio de Lucronio libertad de pastos y de leña y madera en todo el reino39. Unos años más tarde, en 1195, reforzó la posición de Logroño como mercado comarcal o regional al conceder exención de emendas –tasas sobre las transacciones comerciales– para los que acudieran de fuera 38 Ego rex Sancius de Navarra dono et concedo toto concilio de Logronio tam presentibus quam futuris. Corseras per foro: de Stella en aqua et sicut vala de Stella usque ad Ebro en aqua, et Donem en aqua, et de Maraignon et de Lagardia en aqua. BARRERO, «El fuero de Logroño», § 51; y MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. X, p. 417, con algún error de transcripción que atribuye esta disposición al tenente Pedro Jiménez en vez de al rey de Navarra. Esta confirmación y disposición, como la de Sancho III de 1157, fueron añadidas posteriormente al documento del traslado de Alfonso VII en 1148. 39 ...facio cartam donacionis, concessionis et stabilitatis, uobis toti concilio de Lucronio... Dono itaque uobis et concedo quod armenta et peccora uestra libera habeant pascua in omnibus nemoribus et montibus et pascuis regni mei absque omni impedimento et herbatico, et in omnibus nemoribus meis liceat uobis scindere ligna, trabes et maderiam et ad construendas domos uestras et cetera edificia et ad omnes usus uestros defferre. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 525; y S. ANDRÉS VALERO, «Documentación medieval del archivo municipal de Logroño», en Cuadernos de Investigación (Historia), V (1979), pp. 105-133 (= VALERO, «Logroño»), doc. 12. El documento se conserva en una confirmación de Alfonso X de 1270.

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de la ciudad a vender algo a la villa. La exención se refería a las compraventas realizadas diariamente, no a las que se realizaban el día del mercado semanal40. La concesión de 1195 favorecía la presencia de comerciantes foráneos en Logroño. Poco después, en 1204, Alfonso VIII reforzó la posición de los propios comerciantes de la villa al conceder a los vecinos de Logroño exención del pago de portazgos en todo el reino salvo en Toledo41. En definitiva, vemos como, una vez obtenido el control de la villa en 1179, Alfonso VIII reforzó su posición mediante privilegios y exenciones que favorecían el desarrollo ganadero y el mercado; ambos aspectos tuvieron, sin duda, como principales beneficiarios a los grupos más destacados de la ciudad que por entonces, como en otros casos conocidos, comenzarían a formar ya una incipiente oligarquía. Es muy probable que la política del rey en este caso estuviera dirigida a obtener la fidelidad y el apoyo de esos grupos para asegurar el control de la ciudad que, no lo olvidemos, había permanecido bajo el control del rey de Navarra primero hasta 1144 y después entre 1162 y 1179. También hemos visto como Sancho III había favorecido al concejo de Nájera mediante la concesión de sus términos y ejidos. Se trataba de una villa realenga, aunque la posición del monasterio cluniacense de Santa María era muy importante. Alfonso VIII también concedió privilegios para reforzar a los principales comerciantes najerinos. Se conservan dos documentos, ambos fechados en 1174; uno de ellos contiene la concesión de exención para los vecinos de Nájera del pago de portazgos en Soria, en toda Extremadura y en todo el reino; el otro contiene esa misma exención pero aplicada a Burgos, a toda Castilla y a todo el reino. Ambos textos se conservan en pergaminos aparentemente originales, aunque al menos uno de ellos podría ser una copia posterior. No creo probable que el rey hiciera dos concesiones tan similares en la misma fecha. Por lo tanto, o bien hubo una única concesión y 40 ...facio cartam absolutionis uobis toti concilio de Lucronio... Absoluo itaque et quito uobis omnes illas emendas que in Lucronio solent recipi ad opus mei de consuetudine singulis diebus ad hominibus de foris ad Lucronium affluentibus cum rebus uenalibus, ex quibus solent solui emende ille, preter eas tantummodo emendas que in die mercati una tantum die in ebdomada mihi de more antiquo et moderno soluuntur. Et hec mee absolutionis pagina rata et stabilis omni tempore perseueretur. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 635; y VALERO, «Logroño», doc. 3. En 1188 Alfonso VIII había cedido a Ferracuto de Busto las emendas de las transacciones diarias de Logroño; si el apellido de Busto hace referencia a Busto de Bureba, estamos probablemente ante un indicio de la intensidad de los intercambios de tipo regional entre La Bureba y La Rioja; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 493; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 296. Por otro lado, recordemos que ya en 1164 Sancho VI de Navarra había concedido al monasterio de Fitero exención de lezdas y emendas en Logroño; MONTERDE, Fitero, doc. 134; y VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 31. 41 VALERO, «Logroño», doc. 7. El texto sólo se conserva en un traslado de 1265, cuando se añadió también la exención en Sevilla y en Murcia.

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después una falsificación ampliando esa concesión originaria; o bien se realizaron dos concesiones en tiempos distintos pero, ante la pérdida o el deterioro de uno de los originales, se realizó una copia imitativa interpolando la data del otro documento para atribuir ambos a la misma fecha42. Por otro lado, aunque no nos ha quedado constancia documental, el testamento de Alfonso VIII nos informa que el rey reforzó la población de Nájera mediante medidas que desconocemos –recordemos que el testamento habla de pueblas nuevas que ordenó levantar el rey–43. En Cerezo de Río Tirón también hemos mencionado como es, precisamente, la confirmación en 1165 de Alfonso VIII de un privilegio sobre caloñas y homicidios la que nos permite considerar que hubo una concesión anterior de Alfonso VII, quizás en 115144. Al norte de Cerezo se encuentra Pancorbo, donde también hemos visto como Alfonso VII otorgaba un fuero en 1147. Además de una concesión de términos y de derechos de pastos, que quizás no correspondiera a Alfonso VII, el texto del fuero que se conserva contiene también disposiciones sobre el nombramiento de los oficiales concejiles que marcan los inicios de la autonomía municipal45. Posteriormente Alfonso VIII debió considerar especialmente importante el desarrollo de la villa de Pancorbo, sobre todo su desarrollo desde el punto de vista político, aunque también económico, puesto que expidió otros cuatro documentos entre 1176 y 1203 que contenían diversas concesiones favorables para la villa. Un claro apoyo que repitió también Fernando III en 1219. En 1176 Alfonso VIII confirmó los foros quos antiquitus habuistis, modificó la forma de pago de la fonsadera y concedió privilegios a los clérigos de la villa. La fonsadera antes se pagaba en marzo y desde ahora se pagará en San Miguel, quedando fijado su importe en la cantidad de dos sueldos. En cuanto a los clérigos, se les concede que puedan 42 La concesión en Soria y Extremadura en J. G. MOYA VALGAÑÓN, «Documentos medievales del archivo municipal de Nájera», en Cuadernos de Investigación (Historia), VII (1981), pp. 55-71 (= MOYA, «Nájera»), doc.2, quien dice que puede tratarse de una copia posterior. La concesión en Burgos y en Castilla en MOYA, «Nájera», doc. 1, tomando como referencia un pergamino original; también en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 207, a partir de una confirmación de Alfonso X de 1252, que incluye otra de Fernando III de 1231. También publica los documentos, considerando ambos auténticos, y comenta estas concesiones C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, «Notas sobre la exención de portazgo de Nájera», en Cuadernos de Investigación. Historia, IX-2 (1983), I Coloquio sobre historia de La Rioja, pp. 39-46. 43 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769. Véase lo dicho más arriba sobre estas disposiciones del testamento. 44 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 73; y MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XX. Véase más arriba lo dicho sobre el fuero de Cerezo de 1151. 45 MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XVIII y pp. 49-50. Véase también lo dicho más arriba sobre este fuero.

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disponer libremente de sus bienes y, específicamente, que puedan donarlos a quien quisieran46. Pancorbo, junto con Miranda, eran puntos muy importantes que garantizaban el acceso al Ebro y a las tierras alavesas. En correspondencia con su importancia, en estos años estuvo gobernada por poderosos tenentes . Pertenecía a la reina Leonor por sus arras y entre los tenentes figuran el conde Gonzalo Rodríguez o Diego López de Haro y muy probablemente los tenentes obstaculizaron el ejercicio de la autonomía municipal expresada en el nombramiento de los oficiales. Da la impresión de que hubo conflictos y tensiones entre el concejo y los tenentes en torno a ese asunto en esta época. Recordemos que en el fuero de Alfonso VII se incluía que el juez y el merino fueran nombrados por el concejo, al disponer que no fueran nombrados por el emperador, el rey o el tenente pro foro nec pro premiam nec per violentiam47. Pues bien, esta misma disposición se repite de nuevo por Alfonso VIII en 118048 y, una vez más, Fernando III tendrá que insistir en 1219 en que los alcaldes sean nombrados anualmente sine contradictione del tenente o del prestamero49. Los fueros de Pancorbo fueron confirmados a su uniuerso concilio, militum, clericorum et laicorum por Alfonso VIII en 1195, haciendo referencia a

46 ...uobis concilio de Pontecorvo tam presenti quam futuro, dono iure hereditario et vobis in perpetuum habendum concedo, ut fossadera, quam in Marcio dare solebatis, ad festum sancti Michaelis de cetero in unoquoque anno semper donetis, duos, videlicet, solidos de moneta regis. Dono etiam omnibus clericis Pontiscurbi, tam presentibus quam futuris, sibique iure hereditario in perpetuum habendum concedo, ut de cetero licentiam habeant faciendi et donandi de omnibus rebus suis quantascumque habuerint, quidquid voluerint, tam infirmi quam sani, et, in qualibet hora bona sua dederint cuicumque placuerit donatio quam dederint et fecerit, sit stabilis et firmis. Insuper autem omnes foros quos antiquitus habuistis vobis habendos concedo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 270. Este texto y los otros relativos a concesiones forales fueron publicados por SERRANO en «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo», a partir de las copias que hizo de ellos Liciniano Sáez en el siglo XVIII y que se conservan en el archivo del monasterio de Silos. Son copias de pergaminos originales o de textos insertos en confirmaciones de reyes posteriores que se conservaban en Pancorbo. 47 MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XVIII, §1. 48 ...facio cartam donationis, absolutionis et libertatis uobis toti concilio de Pontecurbo presenti et futuro im perpetuum ualituram. Dono itaque uobis pro foro et in perpetuum iure hereditario habendum concedo ut numquam de cetero rex nec dominus uille in Pontecurbo ponat nec ponere debeat iudicem pro foro nec per premiam nec per uiolentiam. Et hoc forum ratum et firmum omni tempore perseueret. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 346; y SERRANO, «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo», pp. 328-329. 49 ...Concedo itaque quod liceat uobis mutare secundum uestrum forum alcaldes uestros singulis annis sine conntradictione cuiuslibet domini qui uillam de me in honorem tenuerit uel prestamarii sui. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 81; y SERRANO, «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo», pp. 330-331.

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los fueros que habían otorgado su abuelo el emperador (en 1147) y que había confirmado su padre Sancho III (en fecha desconocida). Además, el rey incluyó también la confirmación del cambio de un solar en la villa que había realizado Diego López de Haro, que por entonces era tenente del lugar, señalando expresamente que el cambio se había realizado con el consentimiento del concejo y de los jueces de Pancorbo50. Si hasta ahora estamos viendo como Alfonso VIII apoyó el desarrollo político del concejo, unos años más tarde aseguró también la posición económica de la villa en su entorno comarcal, al disponer en 1203 que fuera uno de los tres lugares de La Bureba, junto con Oña y Frías, donde podía celebrarse un mercado semanal, que en el caso de Pancorbo tendría lugar los lunes51. El último privilegio regio al concejo de Pancorbo en el período que estudiamos fue expedido en 1219 por la cancillería de Fernando III. Ya hemos mencionado como en él se corroboraba el nombramiento anual de los alcaldes por el concejo, sin intervención del tenente o del prestamero. Además, se concede también que el concejo pueda disponer libremente de los prados y ejidos de la villa y se dispone que no se divida la vía pública, de manera que no se perjudique a ningún vecino52. Nos hemos referido también ya con anterioridad al caso de Miranda de Ebro y conviene que volvamos sobre él. Hemos mencionado cómo Sancho III pudo haber confirmado en 1157, el mismo día que confirmaba también el fuero de Logroño, un fuero de Miranda atribuido a Alfonso VI en 1099. Ese fuero era básicamente una extensión del de Logroño con algunas 50 ...concedo et confirmo uobis uniuerso concilio de Pancorbo militum, clericorum et laicorum, presenti et futuro, omnes consuetudines et foros quos auus meus illustris memorie A. imperator et pater meus felicis memorie dompnus S. uobis concessit, et quos ego dedi uobis et in diebus meis habuistis, iure hereditario in perpetuum habendos et irreuocabiliter possidendos. Preterea concedo pariter et confirmo illud concambium quod fecit dompnus Didacus Lupi de Faro cum dompna Eluira et parentibus suis de commutatione illorum solarium in Pancoruo, com consensu concilii et iudicum eiusdem uille, pro illo quod dederunt ei in Prato de Vivar, ut sit perhenniter ratum et stabile. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 640; y SERRANO, «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo», pp. 329-330. 51 ...mando et firmiter tenendum statuo ne alicubi fiat de nouo mercatum in Buroua, nisi in Pancoruo et in Onia et in Fridas. Ista siquidem mercata debent in unaqueque istarum uillarum his diebus subscriptis perpetuo celebrari: in Pancoruo die Lune, in Onia die Iouis, in Fridas die Sabbati. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 753; ÁLAMO, Oña, doc. 350. 52 ...Concedo etiam quod de exitibus et pratis ville uestre ad utilitatem concilii uestri possitis facere quod uolueritis, dare, uendere et partiri, ita tamen quod inter uicinos fiat quicquid super hoc fuerit faciendum, et quod uie publice non diuidantur, nec in hoc aliquis uicinorum uel circumadiacentium iniuriam seu detrimentum indebitum paciatur. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 81; MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, p. 98; y SERRANO, «Fueros y privilegios del concejo de Pancorbo», pp. 330-331, con algunas diferencias respecto a la edición de J. González, seguramente debidas a errores de transcripción.

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variaciones –et magis habeant in omnibus forum de Lucronium, § 36–. Además de los paralelismos de contenido con el fuero de Logroño, también hay algunas coincidencias formales, puesto que tanto el fuero de Alfonso VI como la confirmación de Sancho III se conocen sólo porque fueron copiadas en otro texto posterior datado en 1177. En ese texto, Alfonso VIII confirmaba todo ello y añadía también una donación al concejo de Miranda. Los especialistas han discutido sobre la validez y el alcance de estos textos y no faltan quienes, como G. Martínez, consideran que el fuero atribuido a Alfonso VI es un completo invento compuesto, así como la confirmación de Sancho III, poco antes de 1177 y precisamente para obtener la confirmación de Alfonso VIII. Según este autor, el traslado de Alfonso VII que contiene el fuero de Logroño habría servido como modelo para realizar la falsificación del de Miranda. No es mi objetivo realizar aquí un estudio detallado del fuero de Alfonso VI, que corresponde a los especialistas, pero es evidente que ni el contenido, en bastantes casos, ni las expresiones, en otros, corresponden a la fecha que se propone en el texto. Otra cosa es considerar, desde el punto de vista contrario, que todo el texto del fuero puede corresponder en realidad a la época de Alfonso VIII. Pero también esa posibilidad me ofrece algunas dudas. Conviene tener en cuenta que la confirmación de Alfonso VIII en 1177 tampoco se conserva en un documento original, sino en una confirmación posterior de Fernando IV en 1298, momento en el que están muy bien documentados los conflictos del concejo sobre todo con los oficiales regios de la administración territorial. Creo probable que algunas expresiones del fuero puedan corresponder a interpolaciones del texto de Alfonso VIII que confirmó Fernando IV. En definitiva, cabe plantearse muchas dudas sobre el texto del fuero de Miranda y queda para los especialistas determinar qué preceptos pueden atribuirse a Alfonso VI, a Sancho III, a Alfonso VIII y cuáles, si es que mi hipótesis es acertada, fueron modificados incluso posteriormente53.

53 Sobre el fuero de Miranda, F. CANTERA BURGOS, Fuero de Miranda de Ebro, Miranda de Ebro, 1998 (1ª ed. 1945); MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXIII y pp. 59-62; la concesión de Alfonso VIII en 1177 también en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 293; la confirmación de Fernando IV con los textos anteriores insertos en F. CANTERA y J. ANDRÍO, Historia medieval de Miranda de Ebro, Miranda de Ebro, 1991, doc. 58. Entre los estudios más recientes, R. SÁNCHEZ DOMINGO, «El fuero de Miranda de Ebro. Estudio jurídico-institucional», en F. J. PEÑA PÉREZ (coord.), Miranda de Ebro en la Edad Media, Burgos, 2002, pp. 185-228, donde, por ejemplo, se recogen las opiniones de los autores que han estudiado el fuero con anterioridad; BARRERO, «El fuero de Logroño», pp. 196198; MARTÍN VISO, «Miranda de Ebro y su comarca en la Plena Edad Media»; MONSALVO, «La formación del sistema concejil...», pp. 164-169; y MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», pp. 47-49.

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Sea como fuere, aunque no corresponda con la literalidad del texto conservado, sí me parece muy probable que hubiera una concesión inicial de Alfonso VI, probablemente confirmada por Sancho III y casi con toda seguridad confirmada también por Alfonso VIII. De la misma manera, creo que puede sostenerse que la actuación que pretendía llevarse a cabo en Miranda fuera muy similar a la que se pretendía en Logroño y que, por lo tanto, se realizara una extensión del fuero de Logroño. Pero, si hay que considerar un proceso de formación del fuero de Miranda, también hay que considerarlo para el fuero de Logroño. Ni el fuero de Logroño era hacia 1095 lo que hoy conocemos como tal, ni tampoco, lógicamente, el fuero de Miranda hacia 1099. El texto que se conserva atribuido a Alfonso VIII es un texto amplio que incluye varias disposiciones, además de la referencia genérica ya citada al fuero de Logroño. Varias de esas disposiciones son, además, paralelas a otras del fuero de Logroño, aunque también se dan diversas variaciones54. Según la propuesta de análisis de Sánchez Domingo, las normas contenidas en el fuero podrían agruparse «en tres categorías: las que se refieren a la regulación de los delitos y las penas, las que regulan las actividades económicas locales y las que inciden en diversos aspectos institucionales, tanto jurídico-públicos (esencialmente la organización gubernativa y judicial) como jurídico-privados»55. Pero quizás uno de los aspectos más relevantes, junto al impulso económico para el desarrollo de la villa, sea la formación de un alfoz de Miranda que modificaba la organización territorial anterior. Un alfoz concejil formado por la donación regia de villas, iglesias, solares, heredades o derechos de pastos y que suponía, en palabras de Monsalvo, un «reagrupamiento del realengo de la comarca». Un alfoz compuesto por bienes y derechos de diversa entidad y que no se extiende de forma homogénea sobre un territorio compacto, sino que contiene en su interior derechos de otros grandes propietarios56. El texto de la confirmación de Alfonso VIII recoge la Puede verse el análisis y la tabla de concordancias en BARRERO, «El fuero de Logroño», pp. 201-221. Su análisis ha llevado a esta autora a concluir lo siguiente: «No mucho después de realizarse la carta foral de Logroño probablemente con anterioridad a 1157 se llevó a cabo una copia de la misma –redacción L1– que no obstante su fidelidad al modelo es posible identificar por el cambio sistemático del indefinido negativo por la forma positiva así como por otra serie de diferencias formales que en ocasiones inciden en el contenido normativo manifiestas a través de las coincidencias que ofrecen los fueros de Miranda y BalmasedaLanestosa. Esta recensión fue sin duda conocida en Miranda y utilizada en la formación de su carta de fuero...», Ibíd., p. 220. 55 «El fuero de Miranda...», pp. 226-228, y la cita en p. 226. 56 MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», pp. 47-48, y la cita en p. 47. Este autor ha descrito con detalle las pautas formativas del alfoz de Miranda: «El caso de Miranda es muy revelador de como se ha formado –seguramente en un proceso, no súbitamente– un alfoz concejil a partir de la reestructuración del dominio del rey en un área bastante grande 54

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descripción de ese amplio alfoz que, supuestamente, habría sido concedido por Alfonso VI en 1099. Un alfoz al que Alfonso VIII también añadió en ese mismo texto la donación de la villa de Inharraça o Inurraca, el monasterio de San Martín de Teja y las iglesias de Santa María y Santa Cristina57. Ya hemos visto como el desarrollo de Miranda afectó a los grandes propietarios de la zona y quedó reflejado en el testamento de Alfonso VIII de 1204. Allí se señala que los habitantes de Bardauri habían acudido a poblar a Miranda perjudicando a su señor, Diego López de Haro, diciéndose incluso que por esa razón el magnate había abandonado el servicio del rey de Castilla58. Otra villa cuya desarrollo fue favorecido por Alfonso VIII fue Belorado. Ya hemos mencionando como Alfonso el Batallador otorgó un fuero en 1116, en un momento en que la zona estaba bajo el control del rey de Aragón tras su matrimonio con la reina Urraca de Castilla. Es un texto bien conocido porque incluye, entre otras cosas, la primera concesión conocida para la zona, o sea para lo que solía ser habitual en estas tierras del norte, poco proclives a la formación de espacios concejiles: 1) Miranda presumiblemente no había tenido un papel administrativo previo importante, siendo los centros territorial-administrativos más destacados de esa comarca o subcomarca los de Bilibio y Cellorigo, en tierras hoy riojanas, y al oeste Pancorbo; 2) el rey otorgaba a los pobladores uillas, ecclesias et loca..., que constituían todo lo que aún conservaba el rey no enajenado y que formaban en el dominio real un área geográfica considerable a ambos lados del Ebro; 3) entre los términos concedidos estaban los de los alfoces de Cellorigo y Bilibio, pero no estos núcleos en sí; 4) se delimitaban con gran precisión unos contornos de lo que era prácticamente un alfoz concejil de Miranda: todo indica que éste se ha formado a partir del reagrupamiento del realengo de la comarca con independencia de las circunscripciones territorial-administrativas allí previamente existentes; 5) el contenido se concretaba en una disponibilidad plena patrimonial y de aprovechamiento de los recursos naturales, pero que también podía contener elementos de una jurisdicción concejil transferida desde el realengo; 6) dado que dentro del contorno del alfoz concejil concedido existían otros grandes propietarios y herederos privilegiados, se respetaban sus derechos y, como ocurría también en los casos de Cellorigo y Bilibio se establecía para sus hombres una comunidad de pastos con los habitantes de Miranda; 7) el fuero establecía también un área económica del alfoz a partir del mercado celebrado en Miranda, lo cual estaba en consonancia con el papel que este tipo de núcleos desempeñaba en la zona». «La formación del sistema concejil...», pp. 168-169. Véase también MARTÍN VISO, «Miranda de Ebro y su comarca en la Plena Edad Media», pp. 130-133, y mapa en p. 131; y CANTERA y ANDRÍO, Historia medieval de Miranda..., pp. 204-208. 57 ...Et ego dominus Aldefonsus rex, uolens beneffacere bonum et mercedem et pro seruicio quod fecerunt michi, do et concedo concilio de miranda uillam de inharraça et monasterium sancti martini de tega et e[cc]lesiam sancte marie et sancte christine que sunt ibi, com solaribus et hereditatibus et cum deffesis, montibus et fontibus, et cum ingressibus et sali[d]is et terminis et cum omnibus aliis pertinenciis que ad dicta loca pertinent, quod habeant ea, et sint sua et illorum qui de posteritate sua uenerint nunc, semper et perpetua. MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXIII, § 45; y también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 293, con algunas diferencias, como el propio lugar que se dona, aquí llamado Inurraca. 58 Véase lo dicho más arriba sobre el testamento del rey.

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para la realización de una feria anual en Castilla59. Ni Alfonso VII, ni Sancho III modificaron la regulación foral de Belorado; o, al menos, no ha quedado constancia documental de que lo hicieran. Pero sí lo hizo Alfonso VIII en el contexto de la amplísima política que estamos viendo, a través de dos concesiones en 1178 y en 1202. En ambas ocasiones se trata de concesiones de privilegios procesales y judiciales. El texto de 1178 contiene una modificación del fuero, de manera que nulli alcaldes predicte ville ullum hominem de ista villa pro livore aliquo unquam ad pretientur» (sic). El texto no es del todo claro y su editora ha ofrecido dos interpretaciones diferentes: que los alcaldes no tuvieran que atender a ningún forastero por heridas ocasionadas, o que no se encarcele a nadie por delito alguno60. Probablemente ninguna de esas dos interpretaciones sea correcta. En mi opinión, el significado del texto de 1178 alcanza mayor claridad a la luz de la concesión de 1202 en la que Alfonso VIII concede al concejo de Belorado el fuero de Burgos en lo referente a los homicidios61. Las caloñas por homicidio habían sido reguladas con detalle en Burgos en una serie de concesiones en 1167, 1178, 1181 y 1185, y varias de esas concesiones incluyen también preceptos relativos a la apreciación de las heridas, que habían de dar lugar a las sanciones correspondientes62. En mi opinión, a eso se refiere también la concesión de Alfonso VIII a Belorado en 1178 –recordemos, la misma fecha que una de las concesiones a Burgos–, a la apreciación o valoración de las heridas por los alcaldes; una fase del proceso judicial de la que, según mi interpretación, quedarían exentos los habitantes de la villa, siendo suficiente con su testimonio. En Álava el emperador Alfonso VII había dado un fuero a Salinas de Añana en 1140, siendo el texto que se conserva el primero que contiene un 59 Texto y comentarios, entre otros, en MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, pp. 40-41 y doc. IX. 60 ...vobis toti concilio Belliforaminis presenti atque futuro et vobis alcaldibus idem presentibus et futuris dono et vobis semper habendum concedo tale forum quod nulli alcaldes predicte ville ullum hominem de ista villa pro livore aliquo unquam ad pretientur. F. BLANCO GARCÍA, Belorado en la Edad Media. Catalogación de documentos medievales de la Rioja burgalesa, Burgos, 1973 (= BLANCO, Belorado), doc. I y p. 53. 61 ...facio cartam donationis, concessionis et stabilitatis vobis concedo (sic) concilio de Belliforato, presenti et futuro perhenniam duraturam. Dono itaque vobis et concedo ut ab hac die in antea cum ab aliquo super homicidio concivium (sic) vel aliquis vestrum requisiti fueritis eorumdem illud homicidium pectetis et respondeatis per eo sicuti pectatur et respondetur pro homicidio in Burgis nec utriusque liceat alicui aliter vos super homicidio inquietare. Blanco, Belorado, doc. II; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 724, con algunas variaciones porque J. González publica un texto procedente de una copia del siglo XVIII custodiada en el monasterio de Silos, mientras que Blanco transcribe el documento original del Archivo Municipal de Belorado. 62 MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, pp. 92-95.

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fuero local en Álava, aunque en el texto se declara expresamente que se confirmaba un fuero anterior otorgado por Alfonso I de Aragón, fuero que no se ha conservado. El fuero del emperador en 1140 es bastante breve y, a diferencia de los fueros posteriores de la zona, no deriva del de Logroño. Sus cláusulas no contienen todavía disposiciones relativas a la autonomía concejil, ni siquiera de una forma incipiente, pero sí hay una clara política de desarrollo de la villa, a la que se dota de mercado semanal y se regula la llegada de nuevos pobladores, en clara competencia con los principales señoríos monásticos de la zona, aunque el fuero procura respetar los derechos de los monasterios63. Años más tarde, Alfonso VIII también promovió el desarrollo de la villa. Se conservan dos documentos datados en noviembre de 1194, los días 27 y 28, que contienen sendas concesiones regias. En el primero de ellos el rey concede al concejo de Salinas la villa de Atiega con su monasterio. En realidad se trata de una confirmación, puesto que el rey declara que ya había realizado esta concesión durante su minoría –in puericia mea–64. Hemos visto otro caso similar en relación con el monasterio de Oña, al que el rey también confirmó después donaciones que había realizado durante su minoría. El día siguiente, otro privilegio del rey contiene algunas modificaciones y mejoras en las rentas que los habitantes del ualle Salinarum debían pagar tanto al rey como al tenente. El fuero del emperador de 1140 eximía del pago de fonsadera a los que tuvieran caballo o potro, mientras que los demás vecinos permanecían sujetos al pago de esa renta, una renta que ahora, en 1194, se regula en dos sueldos anuales por cada vecino y uno para las viudas. También se exime a los vecinos de Salinas del pago de otras rentas debidas a cualquier otro señor: mantelas, forteras y uasa, que en adelante no deberían pagarse ni por fuero ni por imposición del señor65. 63 Sobre el fuero de Salinas de Añana de 1140, MARTÍNEZ DÍEZ, Álava Medieval, T. 1, pp. 141-144 y doc. I; GAUTIER DALCHE, «Formation et developpement...», pp. 221-223; y C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, «Los fueros de Salinas de Añana», en VV. AA., 850 Aniversario del fuero de población de Salinas de Añana, Vitoria, 1992, pp. 73-94, especialmente pp. 8385 y 91-94. 64 ...dono et concedo uobis toti concilio de Salinis presenti et futuro, uillam illam que dicitur Atiega cum suo monasterio, quam olim in puericia mea uobis dederam et concesseram, sed tamen priuilegio meo non confirmaueram; cum solaribus, hereditatibus, terris, pratis, pscuis, nemoribus, et defesis, et cum omnibus directuris, terminis, et pertinentiis suis, iure hereditario in perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam. S. LÓPEZ CASTILLO, Diplomatario de Salinas de Añana, San Sebastián, 1984 (= LÓPEZ, Salinas de Añana), doc. 1; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 630 65 ...facio cartam concessionis, absolutionis et stabilitatis uobis toti concilio de Salinis presenti et futuro perpetuo ualituram. Concedo itaque uobis statuo ut habeatis forum de ualle Salinarum et illi qui debent pectare fossaderam pectet unusquisque duos solidos pro fossa-

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También Calahorra disponía de un fuero que, igualmente, fue modificado por Alfonso VIII en lo que al pago de rentas se refiere. Es probable que Calahorra recibiera un fuero después de su conquista a mediados del siglo XI, aunque no se ha conservado y su contenido resulta desconocido. También es probable que Alfonso VII, como hiciera con otros lugares según hemos ido mencionando, otorgara un nuevo fuero o, más probablemente, confirmara el existente e introdujera algunas modificaciones. Hay alguna noticia en ese sentido, pero tampoco hoy se conserva el texto correspondiente. En todo caso, Alfonso VIII en 1181 otorgó una mejora del fuero de Calahorra –facio cartam donationis, absolutionis de meliorate fororum–. Esta mejora se concreta en la regulación de algunas rentas y en la exención de otras. Así, en adelante por la fonsadera se pagará un maravedí por cada cuatro pecheros –cassatos se dice en el texto– y las viudas quedarán exentas; el pedido consistirá en 50 cahices de pan, mitad trigo y mitad cebada, y 20 cocas de mosto pagados conjuntamente por todo el concejo. Se indica también que las rentas serán pagadas por quienes las pagaban en tiempos del emperador; una referencia, creo, a los judíos y a las heredades adquiridas por ellos, para indicar que debían pechar por ellas como lo hacían sus antiguos propietarios cristianos. Es una referencia que también nos podría indicar una intervención del emperador regulando aspectos que hoy nos resultan desconocidos. Por último, se concede un importante beneficio a los mercaderes de la villa a eximir a sus habitantes del pago de portazgo en todo el reino66. III.2.3.3. Nuevas villas reales Así pues, Alfonso VIII favoreció el desarrollo de villas reales que ya habían sido establecidas con anterioridad y habían recibido el apoyo de Aldera et non amplius et uidue pectent singulos solidos pro fossadera. Absoluo etiam uos ut de cetero non detis neque ministretis nec queratis alicui domno uestro mantelas neque forteras neque uasa aliqua per forum, neque uiolentiam aliquo modo in perpetuum. López, Salinas de Añana, doc. 2; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 631. Según señala C. ESTEPA, esta disposición, que muestra la existencia de otras realidades señoriales en el realengo, estaría encaminada a frenar su desarrollo y a conservar el lugar como realengo, sin permitir su derivación hacia la encartación; véase Las behetrías castellanas, Valladolid, 2003, T. 1, p. 228. 66 Dono et concedo uobis quod nunquam pectetis de cetero pro fonssadera nisi inter quatuor cassatos unum morabetinum, et uiduas non pectent fonsaderam. Et pectet totum concilium pro pedido quinquaginta kaffices de pan, medietatem tritici, medietatem ordei, et uiginti cocas de musto et non amplius. Et illos qui pectabant in tempore imperatoris mey auui quod pectent, et illos qui tunc temporis non pectabant, modo nec de cetero non pectent. Et moratores de Calaforra non dent portaticum in toto meo regno. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 371; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 279. Sobre el asunto de los pechos de los judíos también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 943; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 206.

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fonso VII o de Sancho III; villas como Belorado, Calahorra, Cerezo, Logroño, Miranda, Nájera, Pancorbo o Salinas de Añana. Pero no se limitó sólo a eso sino que también impulsó otras más y eso es, en mi opinión, lo más significativo de su política en relación con los concejos. Arganzón, Baños, Frías, Grañón, Haro, Ibrillos, Mijangos, Navarrete, Ocón, Sajazarra o Santo Domingo de La Calzada fueron otros lugares que Alfonso VIII también intentó desarrollar en uno u otro momento y con un éxito diverso (véase el Mapa 3). Al menos para todos esos lugares se conservan noticias en ese sentido. Noticias muy diversas, tanto en la cantidad de información que proporcionan como en su calidad diplomática. Para los casos de Baños, Grañón y Sajazarra apenas tenemos más datos que los que proporciona el testamento del rey en 1204, cuando indica que son pueblas regias nuevas y ordena que se destruyan para evitar los daños que causaban a los nobles y a los monasterios67. En el caso de Baños, el testamento habla de Bannos y la identificación más probable sería Baños de Río Tobía, en el valle del Najerilla al sur de Nájera. Pero es la única noticia conservada. Carecemos de cualquier otro texto conteniendo un fuero o cualquier tipo de privilegio o concesión regia que nos informe del contenido de la actuación regia o de su fecha. Sea como fuere, si la identificación es correcta, en algún momento Alfonso VIII pretendió actuar en la zona del Najerilla promoviendo el desarrollo de una villa real, sin duda para compensar el creciente poder de los monasterios de la zona como Nájera o Valvanera, aunque más tarde rectificaría su política. Grañón era un lugar destacado en la organización territorial de la zona desde mucho tiempo atrás, pero su importancia radicaba más en la política que en la economía, porque era la sede de una tenencia documentada desde mediados del siglo XI pero no parece que tuviera un desarrollo poblacional paralelo a su posición política. O, si lo tuvo en algún momento, seguramente lo estaba perdiendo ya por estas fechas. A la tenencia de Grañón me referiré más adelante; en cuanto a su desarrollo como villa real, es claro que Alfonso VIII intentó fomentar ese desarrollo pero no lo consiguió, quizás porque se arrepintiera, como indica el testamento, quizás porque Grañón no podía competir con los otros núcleos cercanos que sí estaban alcanzando un desarrollo considerable en esos años de finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII. Me refiero especialmente a Santo Domingo de La Calzada y a Belorado; ambos lugares apenas distan 10 o 15 km al este y al oeste de Grañón respectivamente. La tenencia de Grañón está bien documentada en esos años, pero desconozco qué instrumentos, en forma de fueros, exenciones o privilegios, utilizó el rey para promover su desarrollo 67

GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769.

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como villa real68. En cualquier caso, fue un desarrollo frustrado y ya en 1217 el castillo de Grañón fue donado por Enrique I al conde Gonzalo Núñez de Lara69; unos años más tarde, en 1256, Grañón fue entregado como aldea al concejo de Santo Domingo de La Calzada, una vez que esta villa había pasado a manos del rey en 125070. Tampoco ha quedado constancia documental de cuándo y cómo procuró Alfonso VIII favorecer el desarrollo de Sajazarra para convertirla en villa real. De cualquier manera, también fue un desarrollo frustrado y seguramente también por la cercanía de otros núcleos que sí alcanzaron un desarrollo notable como Pancorbo, Miranda o Haro71. Como vemos, a veces la información disponible es muy escasa y otras veces, aunque existen documentos, han sido manipulados y la información que transmiten ha de ser considerada desde un punto de vista crítico. De manera que no faltan falsificaciones e inventos. Uno de los más notables es el texto que atribuye a Alfonso VIII la concesión de un fuero a Arganzón, entre Vitoria y Miranda, en 1191. Es un texto que se conserva en una confirmación de Felipe II en 1565 y contiene la concesión a Arganzón del fuero de Logroño a través de un fuero de Treviño que, en realidad, remite a la versión del fuero de Logroño dada a Laguardia por Sancho VI de Navarra en 1164. El texto ha sido bien estudiado por Gonzalo Martínez y creo que pueden seguirse sus conclusiones. Tanto por las incoherencias históricas –en ese momento Arganzón todavía pertenecía a Navarra–, como diplomáticas –la más llamativa de ellas es la intitulación de Alfonso VIII como rey de Castilla y de León–, como la identidad del contenido con el fuero dado unos años antes por el rey de Navarra a Antoñana y Bernedo, el autor mencionado considera que el fuero de Arganzón debió ser otorgado realmente por Sancho VI de Navarra y posteriormente fue atribuido a Alfonso VIII de Castilla para darle mayor validez, una vez que la zona pasó a

68 Podríamos recordar en este punto la exención que concedió Sancho III en 1153 a los clérigos de Grañón de la realización de posta y facendera; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 9; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 171. Podría interpretarse como un síntoma de que ya Sancho III tomó medidas para promover el desarrollo de Grañón, pero no dejaría de ser un argumento un tanto débil, porque la concesión se dirige excusivamente a los clérigos del lugar. 69 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1.014; y LAMA, CDMR, T. 4, doc. 43. 70 Puede verse MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», p. 372. 71 Como hemos visto en el Capítulo II en relación con el monasterio de Herrera, hacia 1169-1172 se instaló por iniciativa regia una comunidad cisterciense en Sajazarra que después se trasladará a Herrera, donde alzará su sede definitiva. Se ha sugerido que el traslado de los monjes de Sajazarra a Herrera pudo estar relacionado con la iniciativa regia de desarrollar Sajazarra como villa real; MARTÍNEZ SOPENA, «Logroño y las villas riojanas...», nota 9 en p. 311.

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control del rey castellano72. De manera que Alfonso VIII no concedió el fuero de Arganzón en 1191, pero no puede descartarse que sí lo confirmara posteriomente y que, sobre la base de esa confirmación, se compusiera el texto que hoy se conoce. En el testamento de 1204 también ordenaba el rey destruir la puebla nueva de Frías pero, al contrario que Baños, Grañón o Sajazarra, Frías sí se consolidó como una villa real; de hecho, pocos años después del testamento, el rey continuaba reforzando la posición de Frías en la zona. En este caso sí conocemos cuándo y cómo inició el rey el desarrollo de Frías. El primer paso fue la adquisición a finales de 1201 de la villa y el castillo de Frías que pertenecían a don Armengol, a quien el rey entregó otros lugares y heredades a cambio de Frías73. Unos meses más tarde, en abril de 1202 procedió el rey a otorgar a Frías el fuero de Logroño. Se conservan dos textos que contienen la concesión del fuero a Frías. Uno es un texto breve fechado el 8 de abril de 1202 que incluye una referencia general a la concesión a Frías del fuero de Logroño –dono et concedo vobis concilio de Fridas presenti et futuro forum de Lucronio in perpetuum habendum– y también un número reducido de normas específicas para Frías. Parte de esas normas se refieren a los habitantes de la Muela, la parte más alta en la cima de la colina en la que se encarama la villa. Al rey le interesaba que se mantuviera o se potenciara la población en esa zona de la villa, seguramente para garantizar su defensa en caso de conflicto, y por ello otorga algunas ventajas a sus pobladores, reconociendo el esfuerzo que suponía subir y bajar la colina –pro maxima labore quem ibi substinent ascendendo et descendendo cum rebus suis–. Por ello les concede exención de la mitad de las rentas secundum forum de Lucronio y exención total de fonsado y apellido. Las otras disposi72 Véase MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, pp. 157-163; y la edición del texto del fuero en Ibíd., doc. VI; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 579; o LAMA, CDMR, T.3, doc. 316. 73 ...ego Aldefonsus, Dei gratia rex..., vendo et dono in concambium uobis domno Armengoth et filiis et filiabus vestris et posteris et omni successioni uestre, pro illo uestro castello de Fridas, quod uos michi uenditis, et in concambium datis cum sua villa et cum omni iure eidem castro pertinente, has meas villas subscriptas, videlicet, Formestam, Ferrerolam, Rouecedo et Ecclesiam, et quicquid habeo in Sancto Felice de Pernia, cum ingressibus et egressibus, cum terminis, pratis, pascuis, riuis, molendinis, montibus et fontibus, nemoribus et deffesis, et cum omnibus directuris mihi ibidem pertinentibus, integre, sine diminucioni aliqua, ut hec omnia predicta iure hereditario im perpetuum habeatis et irreuocabiliter possideatis, et de eis tanquam de uestra propria hereditate quicquid uolueritis faciatis, dando, vendendo, concambiando, impignorando, uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 712. Descendiente del conde Pedro Ansúrez y de los condes de Urgell, Armengol era hijo de María Almenara (hija del conde Armengol VI de Urgell) y de Lope López (hijo del conde Lope Díaz de Haro); algunos datos sobre él en Ibíd., pp. 343-344.

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ciones contenidas en este privilegio se refieren a todos los habitantes de Frías y suponen importantes ventajas: el homicidio será pagado por el causante de la muerte, no por todo el concejo; el tenente deberá nombrar al merino de entre los vecinos de la villa, no pudiendo nombrar a alguien de fuera; la población de la villa recibía un importante estímulo puesto que los pobladores de Frías no pagarían en adelante ningún tipo de renta por las casas y heredades que tuvieran en otros lugares. Esto es sumamente importante, porque alentaba a los habitantes de otros lugares a trasladarse a Frías conservando sus propiedades en esos lugares, pero que ahora quedaban exentas. Es algo que perjudicaba enormemente a los poderes señoriales de la zona; el más destacado de ellos era el monasterio de Oña y, en efecto, habrá importantes pleitos entre Oña y Frías a lo largo del siglo XIII. Otras cláusulas regulan las actividades comerciales y suponen también importantes ventajas. Así, se concede exención de portazgo en todo el reino y se regula la celebración de un mercado permanente, el azogue, en la Muela y también un mercado semanal en el Collado que tendría lugar los sábados74. Esta disposición coincide con otra norma dictada poco después, en octubre de 1203, por el rey, en la que se regulan los mercados semanales en La Bureba. Como ya hemos señalado, entonces dispone el rey que en La Bureba sólo haya tres

74 Las disposiciones del fuero son lo suficientemente breve como para que podamos citarlas completas: ...dono el concedo vobis concilio de Fridas presenti et futuro forum de Lucronio in perpetuum habendum. Illi vero qui sursum in Mola populati fuerint pectent medietatem illius fori quod debent pectare secundum forum de Lucronio, reliqui vero pectent suum forum completum. Et illi qui sursum in Mola populati fuerint nunquam eant in fonsadum vel in apellidum pro necessitate aliqua que [mihi] vel alicui successorum meorum eveniat; has siquidem absolutiones facio ego illis populatoribus de la Mola pro maximo labore quem ibi substinent ascendendo et descendendo cum rebus suis. Mando etiam quod quicumque populati fuerint in Fridas et domos ibi habuerit ibique morabuntur, non pectet in aliqua parte regni mei pro domibus vel hereditatibus que ibi habeant. Et homines de Fridas non persolvant portaticum in regno meo de propriis rebus suis. Mando etiam quod in Fridas non pectet homicidium nisi ille qui hominem occiderit. Insuper mando quod illud mercatum quod vocant azog sit sursum in la Mola et aliud mercatum fiet unaquaque die sabbati in collado. Et dominus ille qui Fridas tenuerit, quicumque sit, non ponat merinum in Fridas nisi illum qui sit vicinus eiusdem ville. MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXVI; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 716. Véase también MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», pp. 49-50. Algunos datos sobre la evolución de la villa, acompañados también de la edición de los textos de los fueros, en I. CADIÑANOS BARDECI, Frías, ciudad en Castilla, Frías, 1991; o en su obra anterior Frías y Medina de Pomar. Historia y arte, Burgos, 1978.

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mercados semanales: uno en Pancorbo, otro en Oña y otro en Frías y el mercado de Frías se celebrará, en efecto, los sábados75. Como sucede tantas veces, el texto que contiene el fuero de Frías no es un original, sino una copia realizada tiempo después a partir de otra copia inserta en confirmaciones de reyes posteriores. El asunto merece un análisis detallado, pero por ahora me limito a expresar algunas dudas sobre la completa validez de este texto. Mis dudas se centran, fundamentalmente, en el asunto de los mercados semanales y también en la exención para las heredades que los pobladores de Frías tuvieran en sus lugares de origen, algo que, como ya he mencionado, está en el núcleo de importantes conflictos. Las disposiciones contenidas en el texto breve del fuero de Frías de 1202 se repiten literalmente en otra concesión de Fernando III de 1217. Fernando III señala que otorga esas disposicones tal y como las concediera su abuelo Alfonso VIII76. Por lo tanto se trata de una confirmación, aunque formalmente el documento se presenta como una concesión. Así pues, parece que se le presentó al nuevo rey un texto que contenía las concesiones de Alfonso VIII y es posible que entonces se procediera a la interpolación del texto original de Alfonso VIII, añadiendo o modificando algunas cláusulas. Si esta interpretación es correcta, pudo haber una donación de fuero por Alfonso VIII, que probablemente no se corresponde exactamente con el texto que hoy conocemos porque fue interpolada más tarde, quizás cuando esa concesión se presentó a Fernando III para su confirmación. Sea como fuere, también hay que tener en cuenta que el texto de Fernando III tampoco se conserva en un original, sino también en copias más tardías de confirmaciones de reyes posteriores, lo que contribuye a dificultar una valoración más precisa. Además de ese texto relativamente breve, que hace una referencia genérica al fuero de Logroño, se conserva otro también atribuido a Alfonso VIII pero mucho más largo, en el que se copió el fuero de Logroño adaptado a Frías con algunos pequeños cambios y adiciones. Este segundo texto de Alfonso VIII no lleva fecha pero, lógicamente, se ha datado también en 1202. G. Martínez considera que se trata de un documento seguramente elaborado por el propio concejo, aunque puesto en palabras del rey, para dar contenido concreto y explícito a la referencia genérica al fuero de Logroño contenido en el privilegio regio77. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 753; ÁLAMO, Oña, doc. 350. Omnia autem ista suprascripta uobis dono et concedo sicut avus meus dominus Alfonsus illustris, recordartionis felicissime, regis et ducum Cartaginis victor inlitus, vobis dedit et concessit, et suo sigilli sui munimine communito privilegio confirmavit. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 9. 77 MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXVII; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 950. 75 76

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Como digo, este texto contiene el fuero de Logroño con pequeños cambios y adaptaciones a la situación de Frías. Una de esas adaptaciones se refiere a los términos que se conceden a Frías, un espacio relativamente amplio, de unos 300 Km2 según cálculos de Monsalvo, en el que el rey cede al concejo todo lo que le pertenece para formar el alfoz concejil. Pero se trata de un alfoz concejil que incluye dentro de sus límites importantes intereses señoriales que, como ya he indicado, darán lugar a pleitos muy intensos y, afortunadamente, bien documentados78. Además de los términos concedidos probablemente cuando se otorgó el fuero, el concejo de Frías recibió también otras concesiones de términos y aldeas por el propio Alfonso VIII. Así, el mismo año de 1202 pero en agosto, el rey hizo un cambio con el monasterio de Oña al que entregó Mijangos a cambio de lo que el monasterio había entregado al rey y que éste había dado a Frías: los lugares de Villanueva, Quintanaseca y Montejo y lo que el monasterio tenía en Tobera, Ranera y Zangandez79. Es un cambio importante que refleja además, como veremos más adelante, una variación en la política regia en la zona, al renunciar el rey a desarrollar Mijangos como villa real en beneficio de Frías. La posición económica de Frías se reforzó también 78 Los términos que se conceden son los siguientes, según la expresión contenida en el documento: Ego Aldefonsus, Dei gracia rex Castelle et Toleti, dono et concedo et confirmo uobis meos populatores de Frias istos terminos: per nomen de Serea usque ad fondon de Toualina, et de Villafria usque ad Petralada, et de monte Cabeças usque ad summum Couiella. Et dono uobis meos populatores de Frias infra terminos istos supra scriptos terras, vineas, ortos, molinos, cannares et totum quantum potueritis invenire que ad meam regali personam pertinet uel pertinere debet. Insuper dono uobis meos populatores de Frias illos montes qui uocatur de Arzena, per pascere et per tajare, siue ad faciendas domos uel omnia vasa, siue ad ligna per ad cremare uel ad qualicumque re uobis necesse fuerit uel opus habueritis, ut possideatis et habeatis hoc meum donatium firmiter absque ulla occasione, vos et filii vestri et omnis generacio uel posteritas vestra. MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXVII, § 37; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 950, p. 644. Sobre la formación del alfoz de Frías, su extensión y los conflictos posteriores, véase MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», pp. 49-50, 63-70 y mapa 5 en p. 84. Muchos de los habitantes del alfoz se mantenían en una situación de «dualidad estatutaria», en palabras de Monsalvo, dependiendo del monasterio de Oña y del concejo de Frías simultaneamente; una dependencia doble que, según este autor, constituye «una prueba más del amalgamamiento del poder y del dominio en el feudalismo y prueba de que el sistema concejil –es decir, una escala determinada de poder–, en este caso formando parte del realengo transferido, podía incluir en su seno otras dominaciones señoriales particulares, más circunscritas a derechos de raíz dominical y a menudo preexistentes a la formación del sistema concejil», Ibíd., pp. 67-68. Sobre los conflictos también I. ALFONSO y C. JULAR, «Oña contra Frías o el pleito de los cien testigos: una pesquisa en la Castilla del siglo XIII», en Edad Media. Revista de Historia, 3 (2000), pp. 61-88. 79 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 725; y ÁLAMO, Oña, doc. 343.

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en 1203 con la regulación de los mercados semanales de La Bureba, a la que ya hemos aludido; regulación que reducía los mercados a tres villas y garantizaba que uno de ellos se celebrara en Frías80. El caso de Frías, como también el de Miranda y otros, permite apreciar adecuadamente la gran capacidad que tenía la política regia para transformar el equilibrio de poderes en los ámbitos locales y comarcales. Una transformación que podía, como es el caso, perjudicar gravemente los intereses señoriales, aquí sobre todo del monasterio de Oña. Así podemos valorar mejor las disposiciones del testamento del rey, porque precisamente Frías era una de las pueblas que el rey ordenó entonces destruir. Los perjuicios que las villas reales causaban a los nobles y los monasterios, como indica el rey en su testamento, son bien claros en el caso de Frías. Pero las circunstancias que motivaron la declaración regia en el testamento se modificaron poco después y la puebla de Frías, no sólo no se destruyó, sino que se reforzó más aún poco tiempo después. Un documento de 1209 nos informa de que el rey daba, de nuevo, al monasterio de Oña la villa de Quintanaopio a cambio de la heredad en el alfoz de Piedralada, entre Zangandez y Barcina de los Montes, que el rey había tomado al monasterio para dársela al concejo de Frías81. Lo cierto es que los textos nos muestran sólo la superficie de un proceso cuyos detalles se nos escapan; solamente podemos entreverlos. Sin duda, el rey podía llegar a actuar con contundencia en defensa de su política de desarrollo de las villas reales, pero ¿qué negociaciones se realizaban con los poderosos de las zonas afectadas? ¿Cómo se realizaban esas negociaciones? ¿Qué juegos de amenazas y compensaciones se llevaban a cabo? Todos los detalles permanecen oscuros y sólo se iluminan parcialmente en ocasiones, como cuando tenemos noticia de la rebelión de Diego López de Haro por los perjuicios que le causaba la puebla de Miranda. Los cambios con el monasterio de Oña en 1202 y 1209 nos informan de compensaciones al monasterio de Oña a cambio de villas y heredades entregadas a Frías. Compensaciones que eran sustanciosas. Por ejemplo, cuando Mijangos fue entregado a Oña en 1202 se estimó que contaba con 200 pobladores, una cifra sustancial que lo convertía en uno de los lugares más importantes del dominio de Oña82. El GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 753; y ÁLAMO, Oña, doc. 350. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 848; y ÁLAMO, Oña, doc. 377. Sobre los cambios de 1202 y 1209 véase también lo dicho en el apartado relativo al monasterio de Oña en el Capítulo II. 82 Años después se estimó que esa cifra era un tanto exagerada y, tras un pleito entre el monasterio y el concejo de Mijangos, se redujo a 175. Recoge ese episodio MONSALVO en «Los territorios de las villas reales...», pp. 49-50, n. 111, donde también da algunas cifras que permiten comparar la importancia relativa de Mijangos. 80 81

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propio lenguaje de los textos también es revelador. Los dos textos que contienen compensaciones a Oña por Frías indican que las compensaciones fueron posteriores a la actuación regia; primero el rey dio a Frías bienes que eran de Oña y después compensó al monasterio. Pero nada de eso pudo suceder de repente, sin conocimiento del monasterio y sin negociaciones de algún tipo. También las circunstancias cambiaban y en poco tiempo podían variar sustancialmente. En el documento de 1202 la actuación regia tomando bienes al monasterio, previamente a las compensaciones, se indica mediante el verbo accipere, mientras que en 1209 una actuación similar se indica con el verbo prendere. Un matiz diferente que indica también un grado distinto de aceptación y de consenso por parte del monasterio. Tampoco la situación política era la misma. Si en agosto de 1202 se asistía a la rebelión y desnaturamiento del magnate Diego López de Haro, precisamente debido a la política regia de desarrollo de villas reales, en 1209 nada se oponía a la voluntad regia. Como hemos visto, el desarrollo de Frías se hizo, en parte, a costa de Mijangos, de manera que, aunque Mijangos ya está algo más alejado de la zona de la frontera, merece la pena que nos detengamos brevemente también en este caso. Hay alguna información que nos indica que Alfonso VIII también promovió el desarrollo de Mijangos como villa real. La más fiable procede de un documento, al que ya hemos hecho referencia, que contiene un cambio entre el rey y el monasterio de Oña realizado en 1195. En ese cambio el rey daba al monasterio la heredad que tenía en Arroyuelo y a cambio recibía Villamagrín. En el documento se señala explícitamente que el rey quería obtener Villamagrín para entregárselo a Mijangos –ad opus populationis mee de Messangos–83. Esta referencia constituye un dato suficientemente claro y explícito sobre la puebla de Mijangos por Alfonso VIII. Hay noticias también de la concesión de un fuero probablemente en 1193, fuero que habría sido el instrumento jurídico utilizado por el rey para llevar a cabo su política en este lugar. Sería un fuero concedido conjuntamente a Mijangos y a Criales, ambos en Castilla Vieja. En él se otorgaba a los dos lugares el fuero de Logroño en lo referido a las caloñas y los homicidios, se señalaba que sus habitantes pagarían dos sueldos en Pentecostes y dos almudes de pan de la medida de Burgos en agosto, se concedía exención de facendera y también de peajes –peagem– en todo el reino84. Pero no se ha conservado 83 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 639. En relación con Mijangos véase también lo dicho en el Capítulo II a propósito del monasterio de Oña. 84 ...dono perenniter et concedo meis populatoribus de Castella Veteri, donec sunt nominati Mejangos et Criales, ut in calumniis et homicidiis forum Lucronii ipsi possideant. Et in unamquamque Pentecostem eorum quilibet duos pectent solidos, et in Augusto duos almudes

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el documento original del privilegio, sino copias posteriores y el texto que se conserva ofrece muchas dudas, tanto sobre el contenido como sobre la fecha de concesión85. de Burgos, unum de hordeo, alterum de frumento. Et in toto regno meo nec pectent peagem. Hec omnia annuatim ipsi teneantur persoluere, et nulli pectent aliam facenderam. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 840. Cito el contenido del fuero a través de la edición más difundida de J. González aunque, como mencionaré a continuación, la fecha de la copia utilizada por este autor no es admisible. 85 Conozco tres ediciones del texto realizadas a partir de distintas copias, ninguna de ellas correspondiente al original. El cuerpo del documento, que contiene lo sustancial del privilegio regio, es similar en las tres, pero no así otros elementos del documento, especialmente la data. La edición más difundida, citada en la nota anterior, es la realizada por GONZÁLEZ en Alfonso VIII, T. 3, doc. 840, que procede de una copia realizada en 1563 custodiada en el Archivo de Simancas en una confirmación de Felipe II, una copia que carece de confirmantes y que fue editada en su día por T. ÁLVAREZ en su Colección de privilegios, franquezas, exenciones y fueros, Madrid, 1830, T. V, pp. 131-132, de donde la tomó J. González. Esta copia lleva la fecha de 1 de abril de 1209 –era MCCXLVII, kalendas Aprilis– y contine diversos elementos de falsedad, tal y como fue reconocido por J. González. Uno de ellos el propio hecho de la concesión del fuero en fecha posterior a la donación a Oña; otro, que la data tópica sitúa la expedición del documento en Zamora. Otra copia fue realizada en 1560 a petición del alcalde de Mijangos en el contexto de un pleito del concejo con el Condestable y fue autorizada por el escribano de Medina de Pomar. Esta copia lleva la fecha de 25 de marzo de 1193 –era M.CC.XXXI, VIII kal. Aprilis–. Parece que la copia de 1563 se realizó a partir de esta de 1560. En este caso, tanto la data tópica –Carrión en vez de Zamora– como la fecha pueden ser aceptados pero, por su estructura diplomática, el texto no puede corresponder a una copia fiel de un documento de la cancillería de Alfonso VIII. Este texto ha sido editado recientemente por N. LÓPEZ MARTÍNEZ en «Notas sobre la historia de Mijangos», en Boletín de la Institución Fernán González, 220 (2000), pp. 7-42, doc. 1 en pp. 34-35 y también pp. 19-20. De hecho, tal y como indica N. López, la copia de 1560 tampoco procede de un documento original sino de otra copia que se habría realizado, a su vez, en 1238. Esta copia de 1238 se contendría en un pergamino, hoy perdido, custodiado en el archivo municipal de Mijangos que contendría un texto datado también en Carrión el 26 de marzo de 1193 –era Mª.CCª.XXXI. VII. Kalendas aprilis–. Esta versión fue publicada por I. CADIÑANOS BARDECI en La merindad de Cuesta Urría, Burgos, 1995, doc. I, p. 209 («Este nuevo texto y datación del Fuero de Mijangos está tomado de cierto pergamino del archivo local perteneciente al año 1238»; Ibíd., nota 1). Lo cierto es que esta versión tampoco coincide plenamente con la publicada por N. López, que lleva una lista de confirmantes que, en efecto, corresponden al año 1193, mientras que la de I. Cadiñanos carece de dicha lista y presenta otras diferencias en su estructura diplomática, ademas de otras variantes en el texto; estas últimas no modifican su significado y habría que atribuirlas a errores en las sucesivas transcripciones y copias. Conviene señalar también que MARTÍNEZ DÍEZ no editó ni estudió este texto en su colección de fueros de Burgos, aunque sí lo comentó brevemente aceptando la fecha de 1209 según la edición de J. González; véase Fueros de Burgos, p. 77. Por lo tanto, no conocemos el documento original, si es que existió alguna vez. El documento más antiguo sería una copia de 1238, supuestamente editado por Cadiñanos y hoy desaparecido; un documento realizado, conviene tenerlo en cuenta, en un momento de pleitos entre el concejo de Mijangos y su señor, el monasterio de Oña. El resto de las copias proceden del siglo XVI.

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Al margen del fuero, la política regia de desarrollar Mijangos como villa real queda bien atestiguada en el documento que recoge el cambio con el monasterio de Oña en 1195. Sin embargo, poco después, como ya hemos señalado, el rey cambió su estrategia en la zona y optó por favorecer el desarrollo de Frías, situada algo mas al sureste en el curso del Ebro. Quizás Mijangos estaba demasiado cerca de otra villa real como era Medina de Pomar, a la que Alfonso VIII había otorgado un fuero en 118186. Mijangos equidista unos 15 km de Medina (al noroeste) y de Frías (al sureste) de manera que las razones geoestratégicas seguramente explican los cambios en la orientación de la política regia. Sea como fuere, Mijangos fue entregado a Oña en 1202 a cambio de varios lugares que el rey entregó a Frías. La competencia entre las villas queda clara cuando el rey ademas prohibe que en el futuro los habitantes de Mijangos abandonen el lugar para trasladarse a Frías o a Medina de Pomar –Addo etiam et districte precipio quatinus ab hac die in antea, nullus homo de predicta uilla de Messangos ad populacionem meam de Fridas uel ad Medinam de Pumario ire audeat populare, nec ibi causa populandi recipiatur–87. De esta manera se interrumpió el desarrollo de Mijangos como villa real para integrarse en el dominio del monasterio de Oña. Otra villa real a cuyo desarrollo contribuyó de manera muy significativa Alfonso VIII fue Haro, villa de realengo aunque ya por entonces daba nombre a una de las familias nobiliarias más poderosas del reino. Haro había sido una aldea del alfoz de Bilibio pero fue desarrollándose y desplazando a Bilibio como centro del alfoz y sede de la tenencia en el siglo XII88. A finales del siglo XII probablemente ya había alcanzado un cierto desarrollo, al que sin duda no había sido ajena la familia de magnates que tomaron su nombre como apellido de referencia. Un desarrollo que fue sancionado por el rey mediante el otorgamiento de dos fueros: en 1187 concedió un fuero al concejo de Haro –vobis omnibus populatoribus de Faro– y en fecha desconocida concedió otro especifico para los judíos de la villa –uobis toti aliame judeorum de Faro–. 86 Sobre el fuero de Medina, MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, pp. 62-63 y doc. XXIV. Para el contexto de la política regia en la zona, MONSALVO, «La formación del sistema concejil...», pp. 164-172; y «Los territorios de las villas reales...», pp. 44-52. 87 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 725. 88 Véase F. J. GOICOLEA, «Poblamiento y organización político-administrativa de las comunidades medievales del término de Haro en los siglos X-XII», en Berceo, 125 (1993), pp. 77-90. Este autor señala: «he podido entresacar una serie de datos puntuales bastante significativos que me llevan a plantear la hipótesis del progresivo crecimiento y aumento de importancia de Haro en el contexto del valle del Oja, que iría unido a su vez a una evolución económica, social e institucional de la villa cada vez más compleja. Este fortalecimiento de Haro conllevaría paralelamente a la progresiva pérdida de importancia de la tenencia de Bilibio, hasta su desintegración definitiva a principios del siglo XII» (Ibíd., p. 87).

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El fuero de Haro de 1187 sin duda contribuyó de manera importante al desarrollo posterior de la villa, pero varias de sus cláusulas reflejan también que se trata de un lugar que ya había alcanzado una cierta entidad. A diferencia de otros casos, en los que el instrumento jurídico que utiliza el rey es el fuero de Logroño, el fuero de Haro es original, aunque en su última cláusula se indica que los habitantes de Haro habrían de acudir a Logroño a finalizar sus litigios; algo que interpreto en el sentido de que los asuntos no recogidos en este fuero habrían de resolverse conforme el de Logroño –§ 39–. En mi opinión, el carácter original del fuero de Haro puede reflejar bien las propias características de la villa en el momento en que se concede el fuero. No se trataba de potenciar un pequeño núcleo rural fomentando las actividades mercantiles y el asentamiento de población franca, sino de regular y favorecer el desarrollo de un lugar que ya ha alcanzado una cierta entidad. Así, en el fuero de Haro no se menciona a los posibles pobladores francos y las cláusulas relativas a las compraventas o el mercado son escasas, aunque suficientes para mostrar su existencia –por ejemplo, § 18; o la exención de portazgos en Burgos, Nájera y Logroño en § 13–. Sin embargo, el fuero de Haro llama la atención por el alto grado de autonomía municipal que se reconoce, puesto que todos los oficiales, alcaldes, adelantado –equivalente al merino en otras zonas– y sayón eran nombrados por el concejo sin intervención del señor –Et alcaldes et adelantado et sayon non sint nisi per unum annum et per manum totius concilii constituti et non aliter, § 23–. Es algo tanto más significativo cuanto que Haro será la tenencia nuclear de la familia de magnates más poderosa en la zona, pues los Haro, tenentes de la villa, apenas intervenían en el gobierno municipal. Además de reconocer ese amplio grado de autonomía concejil, el fuero también regula con cierto detalle las actividades de los oficiales –§ 23, 24, 26, 31, 36, 37 ó 38–. Otro aspecto que resulta llamativo, frente a otras villas que se regirán mayoritariamente por el fuero de Logroño, es que en el fuero de Haro varios preceptos se dirigen a la población noble de la villa, los milites, lo que es un indicador de su importancia; sus privilegios se reconocen en ocasiones –§ 1, 2–, aunque en ciertos aspectos los labradores tendrán el mismo fuero que los milites –§14, 26–. Uno de los aspectos más significativos es que los milites de Haro no tendrán que acudir al fonsado a menos de que reciban una compensación –stipendio; §1–. Un aspecto común a otros lugares es la reducción de las multas judiciales y la regulación beneficiosa de los homicidios –§ 7, 8, 30, 33–. Como en otros casos, también el fuero incluye el reconocimiento de los términos de Haro, aunque en este caso se trata de unos términos reducidos. El rey entrega a Haro las heredades regias en el alfoz de Bilibio y Haro, los montes de Bilibio y de Haro y el monte y la heredad de Valpierre. Además, el rey facilita también el crecimiento de la población de la villa con la atrac-

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ción de nuevos pobladores que podrán conservar sus propiedades originarias exentas –§ 11, 39–. No es lugar para hacer un estudio detallado del fuero de 1187, pero sí conviene tener en cuenta que, una vez más, no se conserva el texto original, sino copias posteriores89. Quienes han estudiado el texto no han dudado de su validez hasta el momento, pero hay algunos aspectos que considero merecerían alguna reflexión. La referencia a Logroño como lugar de las alzadas, incluida en la última disposición, me parece llamativa en un momento tan temprano tal y como está formulada. También me parece sorprendente la regulación detallada de los enterramientos incluida en la cláusula 35, donde se dispone que los habitantes de Haro deben enterrarse en las parroquias de la villa, no en los monasteriis monialium, so pena de una multa elevada, disposición que no es extensiva a los clerigos y a los nobles. Quizás sea una disposición que indirectamente venga a reconocer el peso de algunos monasterios existentes en los términos de Haro, como el Santa María de la Vega y otros; pero llama la atención el reconocimiento de la existencia de pleitos y conflictos por los enterramientos en fechas tan tempranas y de suficiente entidad como para ser recogidos en el fuero, puesto que es un fenómeno característico de épocas más tardías. En definitiva, creo que el texto que se conserva merece un estudio detenido y crítico por los especialistas, algo de lo que hoy carecemos. La validez que se le viene otorgando debe matizarse a falta de ese estudio. Además de este fuero, otro texto contiene otro fuero otorgado a la aljama de los judíos. El texto conservado no lleva fecha, pero no parece descabellado relacionarlo también con la concesión de 1187. En primer lugar, el rey concede a la aljama de los judíos el castillo de Haro para que se establezcan en él señalando sus términos –dono et concedo castrum de Faro uobis toti aliame judeorum de Faro ad inhabitandum, cum ingressibus et egressibus, et cum omni hereditate qui est de uia que itur de Faro ad Biliuio ad juso usque ad Ebro, et de Brinnas et de Torrenteio usque ad pedem castelli de Faro, uobis et omnis posteris uestri iure hereditario habenda et possidenda–. El establecimiento de los judíos en los castillos no era infrecuente y sabemos que por entonces también ocurría en Nájera, en Cellorigo o en Arnedo, por ejemplo. Según los especialistas, se trataba tanto de ofrecer protección a los judíos como de garantizar la defensa de las fortificaciones. En 89 MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», pp. 373-374 y doc. XX-1; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 470; tambien MONSALVO, «Los territorios de las villas reales...», p. 51. Puede verse también D. HERGUETA Y MARTÍN, Noticias históricas de la muy noble y muy leal ciudad de Haro, Logroño, 1979 (1ª ed. de 1906), pp. 114-129. El texto más antiguo conservado que contiene el fuero es un traslado hecho en 1418 de una confirmación de Alfonso X de 1254 del texto de Alfonso VIII de 1187.

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cualquier caso, ademas, se concedían también fueros a los judíos de Haro. Se trata de un fuero no muy amplio, con 22 disposiciones, que regula aspectos diversos. Uno de ellos, por ejemplo, el abastecimiento del castillo y su defensa –§ 3, 5–; también se regulan las caloñas y los homicidios y se remite al fuero de los judíos de Nájera para todas las caloñas no reguladas en este fuero –§ 1, 2, 13, 15, 16, 17 ó 18–; se conceden importantes privilegios, como la exención de portazgos y emendas en todo el reino –§ 6–; también se regulan los préstamos a los cristianos y se incluyen varias disposicones detalladas sobre las deudas –§ 4, 7, 8, 9 y 10–90. Este fuero es buena muestra de la importancia de la aljama que, a su vez, es un indicador del desarrollo y la entidad de Haro ya a finales del siglo XII. El testamento de Alfonso VIII también menciona a Ibrillos, situado muy cerca de Grañón. Entre ambos, Grañón e Ibrillos, hay varios paralelismos: ambos se documentan como sedes de tenencias en el siglo XI, el rey ordenó en su testamento que se destruyeran ambas pueblas y ninguno de los dos lugares llegó a alcanzar un auténtico desarrollo como una villa real. Como en Grañón, en Ibrillos la competencia de otras villas cercanas, como Santo Domingo de La Calzada o Belorado, era demasiado fuerte. Pero, a diferencia de Grañón, en Ibrillos sí conocemos el instrumento que utilizó el rey para su desarrollo. Se conserva un documento que contiene la copia de un fuero de Ibrillos otorgado por Alfonso VIII. El texto no lleva fecha pero algunas expresiones permiten datarlo, a juicio de los especialistas, en 1199. El fuero de Ibrillos habría sido otorgado por el rey junto con el conde Nuño, que ha sido identificado, no con Nuño Pérez de Lara, como quizás cabría esperar, sino con el aragonés Nuño Sánchez. El contenido de este fuero es muy similar al de Haro de 1187 –por eso, entre otras cosas, se data en fecha posterior al de Haro– con algunos cambios y adaptaciones; pero en lo fundamental repite el modelo de Haro, por lo que no lo describiremos con detalle91. En cualquier caso, el texto que hoy se conserva tampoco es un original, es una copia posterior y muchas de sus disposiciones están romanceadas. A falta de un estudio especializado y detallado, es muy probable que el texto conocido contenga interpolaciones; de hecho, considero probable que se trate de una refundición de varios documentos expedidos a lo largo del tiempo, en un proceso quizás más amplio 90 MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XX-2; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 962; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 512. Sobre la judería de Haro véase CANTERA, Las juderías de la diócesis de Calahorra..., pp. 343 y ss, con comentarios y traducción del fuero en pp. 353-357. 91 Sobre el fuero de Ibrillos, su fecha, la identidad del conde Nuño, etc. MARTÍNEZ DÍEZ, Fuero de Burgos, pp. 69-71 y doc. XXVIII; y el texto también en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 952.

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que el propio reinado de Alfonso VIII. Uno de esos textos sí pudo ser una concesión foral de Alfonso VIII, pero probablemente más breve de la que hoy se conoce y se le atribuye. Pero el instrumento jurídico más utilizado por Alfonso VIII para el desarrollo de las villas reales fue el fuero de Logroño. Además de los casos que hemos visto ya, Alfonso VIII extendió el fuero de Logroño también a Navarrete y a Santo Domingo de La Calzada. La concesión a Navarrete se realizó en 1195 y en ella el rey otorgó al concejo el fuero de francos –Concedo itaque pro foro habendo statuo ut ad forum de francos se manuteneant–; un fuero de francos que consiste en el fuero de Logroño que se transmite de manera practicamente literal, con muy pocos cambios y las adaptaciones necesarias a las características de Navarrete, en cuanto a sus términos, etc92. Interesa referirse también al caso de Santo Domingo de La Calzada porque, aunque en estos momentos no era una villa de realengo, sino señorío del abad y del cabildo de la villa y del obispo de Calahorra, Alfonso VIII llevó a cabo en ella una política similar a otras villas reales y porque, finalmente, pasaría a realengo unos años más tarde, en 1250, por cesión de los señores al rey Fernando III. Por lo tanto, ahora, en la segunda mitad del siglo XII y a comienzos del siglo XIII, Santo Domingo de La Calzada es una villa señorial, situada en el Camino de Santiago y que ha ido creciendo durante el siglo XII en buena medida por el establecimiento de población franca. Como en otros casos, Alfonso VIII promoverá su desarrollo fomentando las actividades comerciales y alentando el asentamiento de pobladores francos. Para todo ello, el rey concedió dos fueros a la villa, uno en 1187 y otro unos años despues en 1207. La fecha del primer fuero coincide con la del de Haro, lo que nos habla de una actuación regia de una cierta intensidad. Se trata de un texto breve que contiene la confirmación de privilegios anteriores y la concesión de otros más, referidos estos últimos al comercio. Así, Alfonso VIII confirma los términos que en su día habían dado Alfonso VII y Sancho III; concede y confirma que los habitantes de los lugares próximos no puedan prendar los collazos ni los ganados del monasterio de Santo Domingo; y confirma también la libertad de construir y utilizar sus propios hornos que les había otorgado el obispo Rodrigo unos años antes. Pero, además de estas disposiciones, que pueden considerarse equivalentes a otras en favor de otras instituciones eclesiásticas de la zona, como hemos visto, el rey incluye también dos cláusulas –las primeras del fuero– que suponen impor92 MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», pp. 374-375 y doc. XX1; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 633.

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tantes ventajas para el desarrollo del comercio en la villa y para sus habitantes mercaderes. Concede exención de portazgos en las principales villas de la zona: Villafranca Montes de Oca, Belorado, Cerezo, Pancorbo, Grañón, Haro, Nájera y Logroño, lo que facilitaba y promovía las actividades de los mercaderes de Santo Domingo en el ámbito regional. Y concede también protección en relación con algunos aspectos para los que acudieran con mercancías a la villa93. Veinte años más tarde, en 1207, Alfonso VIII concede un nuevo fuero a Santo Domingo de La Calzada; esta vez se trata del fuero de Logroño: dono et concedo vobis conceio de Sancto Dominico de la Calzada presenti et futuro, forum de Lucronio in perpetuum habendum. El texto que se conserva supone una transmisión fiel del fuero logroñés, excepto con algunas variaciones lógicas para adaptarlo a Santo Domino y con algunas mejoras referidas a la mayor autonomía en el nombramiento de los oficiales y la supresión del monopolio del horno señorial94. La política de Alfonso VIII de desarrollo de las villas reales se concentró de manera muy destacada en lo que podríamos denominar la zona occidental de la frontera: zonas de Castilla Vieja, La Rioja burgalesa y La Rioja Alta y Media, pero apenas se extendió por La Rioja Baja. Hemos mencionado el caso de Calahorra y hay que añadir también el de Ocón, que recibió un fuero en 1174. Se trata así mismo de un fuero original, no muy extenso, Transcibo sólo los privilegios relacionados con el comercio: ...dono et concedo, pro amore diuino et beatissimi confessoris Dominici, omnibus hominibus in uilla prefati monasterii habitantibus, tam presentibus quam futuris: Ut in Villafranca, et in Beloforamine, et in Cereso et in Pancoruo et in Grannone et in Faro, et in Nagera, et in Lucronio non dent portaticum de omnibus rebus quascumque secum portauerint emptis uel non emptis, sed sint liberi et absoluti in supranominatis uillis et castellis, tam ipsi quam sucessores eorum, ab omni portatico usque in perpetuum. Super hoc dono et concedo eis ut, si aliquis nobilis uel ignobilis hominibus ad uillam Sancti Dominici cum mercaturis suis uenientibus a sumitate pontis usque ad domum leprosorum iniuriam seu contrariam inferre uoluerit, eos, omni timore et calumpnia remota, proculdubio defendant...». MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», pp. 370-371 y doc. XIX-1; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 469; LÓPEZ y SÁINZ, Concejo calceatense, Apéndice, doc. I; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 294. 94 Así lo ha destacado MARTÍNEZ DÍEZ en «Fueros de La Rioja», pp. 371-372, quien publica el texto en doc. XIX-2. Véase también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 800; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 16; y LÓPEZ y SÁINZ, Concejo calceatense, doc. 1. Sobre el desarrollo urbano de la villa en esta época véase E. AZOFRA AGUSTÍN, «Desarrollo urbano de Santo Domingo de La Calzada en los tiempos medievales. Nuevas aportaciones históricas», en J. I. DE LA IGLESIA (coord.), III Semana de Estudios Medievales. Nájera, del 3 al 7 de agosto de 1992, Logroño, 1993, pp. 243-256; y del mismo autor «Santo Domingo de la Calzada: de ciudad-camino a ciudad bastida», en Fayuela. Revista de Estudio Calceatenses, 1 (2005), pp. 7-38. 93

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que contiene 28 cláusulas o disposiciones. A diferencia de otros, la mayor parte de esas disposiciones no contienen medidas favorables al desarrollo del comercio, sino que el grueso del texto se dedica a regular con detalle las caloñas y homicidios y cuestiones procesales, prestando especial atención a las heridas. También se regula el pago de algunas rentas: 18 dineros de cada vecino en Navidad, 30 cahices anualmente por el pedido, etc. El texto que se conserva procede aparentemente de un documento original, pero tras la data se añaden otras dos disposiones más y ambas contienen sendas exenciones importantes, la exención de facendera para los clérigos y la exención general de portazgo en todo el reino para los homines de Ocone. La transcripción que se ha publicado del texto es bastante defectuosa y para poder valorar el texto adecuadamente sería necesario esperar a disponer de una transcripción más adecuada y de un estudio paleográfico y diplomático; mientras tanto, las dos cláusulas finales situadas tras la data me parecen sospechosas, especialmente la referida a la exención de portazgo95. III.2.4. Enrique I y primeros años años del reinado de Fernando III (1214-1220) Conviene por último referirse también a la política llevada a cabo por Enrique I durante su breve reinado (1214-1217) y en los primeros años del de Fernando III (1217-1220) en relación con las villas reales, aunque ya hemos aludido a algunas de sus actuaciones. Ni Enrique I ni Fernando III establecieron ninguna nueva villa real en el período estudiado y se limitaron, básicamente, a confirmar fueros y privilegios anteriores. De Enrique I sólo conservamos un documento dirigido a un concejo en la zona que estudiamos. En 1216 confirmó al concejo de Vitoria la exención para sus habitantes del pago de portazgos en todo el reino. Vitoria había re95 Comentarios y edición del texto en MARTÍNEZ DÍEZ en «Fueros de La Rioja», pp. 369-370 y doc. XVII, quien lo toma de O.-A. SÁENZ BARRIO, «El fuero de Ocón», en Berceo, 63 (1962), pp. 209-215. Este autor describe de la siguiente manera el documento que se conservaba en el Archivo Parroquial de Ocón: «El Fuero está otorgado en un pergamino de 65x51 cm, y escrito a línea tirada en una caja de 54x45 cm con caracteres gruesos y líneas espaciadas; su letra es de tipo francesa sin adornos, es decir, perteneciente a los primeros tiempos de su importación, y su lectura no ofrece grandes dificultades... El diploma no está firmado por el rey, sino expedido por su cancillería, confirmado por el mayordomo de la curia regia y avalado con el sello rodado del rey y un sello de cera o plomo, que se ha perdido, y del que queda la tira de cuero a la que iba sujeto al final del documento» (Ibíd., p. 210). Aunque en 1962, según señala Saénz Barrio, el documento se guardaba en el Archivo Parroquial de Ocón, hoy está desaparecido. La documentación parroquial se trasladó en su día a Logroño para integrarse en el Archivo Diocesano, pero este documento –ni otros de la época medieval igualmente referidos a Ocón– no se encuentra hoy en ese archivo.

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cibido el fuero de Logroño otorgado por Sancho VI de Navarra en 1181 y, como hemos visto en el Capitulo I, fue conquistada por Alfonso VIII en la campaña de 1199-1200. No se han conservado documentos que contengan donaciones o concesiones otorgadas por el rey castellano después de la conquista, pero las hubo. El documento de Enrique I en 1216 nos habla de una de ellas y, como veremos, hubo algunas otras. En el documento de 1216 Enrique I declara expresamente que confirma la concesión otorgada por su padre (Alfonso VIII), tal y como se contiene en su carta plomada, una carta que, como decimos, no se ha conservado96. Se trata, en cualquier caso, de una concesión importante que mejora de manera sustancial el fuero y que debemos interpretar como un instrumento para vincular el concejo de Vitoria de manera mas sólida al reino de Castilla. Fernando III volvió a confirmar la exención de portazgo a los habitantes de Vitoria el año siguiente, en 1217. De nuevo recuerda que confirma este privilegio tal y como lo habían otorgado su abuelo Alfonso VIII y su tío Enrique I97. Las dos confirmaciones sucesivas de este privilegio nos dan una idea de la importancia que tenía en el contexto político de la época. Ese documento es uno de los seis que he registrado otorgados por Fernando III a los concejos de la frontera del Ebro entre 1217 y 1220 (Cuadros 5 y 10). De esos seis documentos son cinco los que se refieren a la política de desarrollo de las villas reales98 y todos ellos contienen confirmaciones de fueros o de privilegios otorgados por sus antecesores. En 1217 Fernando III confirma, como vemos, la exención de portazgo a Vitoria. Ese mismo año confirma también el fuero de Frías, momento en el que quizás se interpoló 96 ...facio cartam concessionis, confirmacionis et stabilitatis vobis concilio de Bitoria, presenti et futuro, perpetuo ualituram. Concedo, inquam uobis donacionem illam quam pater meus dominus Aldefonsus, felicissime memorie, uobis dedit et plumbate carte munime roborauit, uidelicet, quod numquam vicinus uel morator de Bitoria det portaticum in toto meo regno de suis mercaturis et rebus propriis, nec ullus sit ausus illud ab eis accipere, nec illis super hoc aliquam inferre uiolenciam, iniuriam uel grauamen. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1002. 97 ...atendens uos ab auo meo domino A., felicissime recordationis, libertatem portatici inpetrase, quam postmodum filius eius, auunculus meus, rex Henrricus uobis conceserit et donarit, ex asensu, benepacito et mandato domine regine genitricis mee, facio cartam libertatis, absolutionis et concessionis, confirmationis et stabilitatis, uobis, concilio de Vitoria, presenti et futuro perheniter ualituram. Absoluo itaque uos et libero ab omni portatico persoluendo de vestris propriis rebus per omnes partes regni mei intendentes, sic quod nullus sit ausus in toto regno meo a uiano uel mercatore aliquo de Vitoria de suis propriis rebus uel mercaturis portaticum aliquod exigere, ne super hoc molestiam eis inferre aliquam uel grauamen. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 3. 98 El otro texto contiene la exención de fonsado y marzazga al concejo de Albelda; GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 37. Véase lo dicho más arriba en la nota 6 de este capítulo y en el texto que le corresponde.

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o modificó la concesión originaria de Alfonso VIII, tal y como hemos comentado páginas atrás99. El año siguiente, en 1218, confirmó también el fuero de Entrena que había otorgado Alfonso VII, y gracias a esta confirmación de Fernando III concemos el texto del fuero dado por el emperador que no se ha conservado en ningún documento original 100. En 1219 hizo también una confirmación general del fuero de Vitoria. En el documento se alude al fuero dado por el rey Sancho VI de Navarra y a las concesiones otorgadas por Alfonso VIII. Ya conocemos en parte a qué se refiere, puesto que hemos visto a Fernando III confirmar en 1217 la exención de portazgo que había sido concedida por Alfonso VIII. Ahora, en este documento de 1219 se va un poco más lejos y Fernando III confirma una exención general de pedido, portazgo y moneda –omnimoda absolutione pecti, portatici et monete– que habría sido otorgada también por su antecesor101. Una concesión extraordinaria que nos hablaría de la política llevada a cabo por Alfonso VIII para garantizar la fidelidad del concejo de Vitoria tras la conquista mediante privilegios excepcionales. Sobre todo por lo que se refiere a la exención del pago de moneda, un tributo nuevo que se imponía por entonces con carácter generalizado y del que se conocen muy pocas exenciones que, por lo tanto, han de ser vistas como algo realmente excepcional. Una de esas excepciones fue el monasterio de Las Huelgas de Burgos, pero se trataba de la sede del panteón regio levantado por Alfonso VIII. Parece que Vitoria también gozó de esa importante exención. Al menos eso es lo que indica este texto, que se conserva en un documento original y cuya validez no ha sido puesta en duda hasta ahora por los especialistas102. Por último, ese mismo año de 1219, Fernando III volvió a insistir en reforzar la autonomía municipal de Pancorbo en el nombramiento de los oficiales 99 GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 9. Véase más arriba la nota 76 de este capítulo y el texto a que se refiere. 100 GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 38. Véanse más arriba las notas 25 a 27 de este capítulo y el texto a que se refieren. 101 ...facio cartam concessionis, confirmationis, roborationis et stabilitatis uobis, concilio de Bitoria, presenti et futuro, perpetuo ualituram. Concedo itaque uobis, roboro et confirmo omnes foros siue consuetudines ad quos domnus Sancius, illustris rex Nauarrorum, villam uestram populauit, et auus meus dominus Alfonsus, rex Castelle felicis recordationis, qui postmodum illam acquisiuit, uobis aut uestris predecessoribus obseruauit, cum omnimoda absolutione pecti, portatici et monete, sicut eam eorum tempore habuistis, quod sic illam perpetuo uos et uestri posteri habeatis et irreuocabiliter possideatis pacifice et quiete. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 95; y C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, «Privilegios fiscales de Vitoria en la Edad Media: la fonsadera», en Hispania, 130 (1975), pp. 433-490, especialmente pp. 445-446 y doc. I en pp. 464-465. 102 Sobre el tributo de moneda véase M. A. LADERO QUESADA, Fiscalidad y poder real en Castilla (1252-1369), Madrid, 1993, pp. 54-56.

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concejiles y otorgó también algunas disposiciones sobre los prados y ejidos y el mantenimiento de la vía pública103. Por lo tanto, la política de Fernando III en relación con las villas reales en la zona de la frontera en los primeros años de su reinado está marcada por las confirmaciones de fueros y privilegios otorgados por sus antecesores. Los textos que se conservan son importantes por que a veces son ellos las únicas fuentes que nos ofrecen noticias de esos fueros y privilegios anteriores, como es el caso del fuero de Entrena o de las exenciones de Alfonso VIII a Vitoria. Sin embargo, el breve reinado de Enrique I y los primeros años del de Fernando III no nos ofrecen novedades en lo que respecta a la política regia sobre las villas reales de la zona.

III.3. Concejos, frontera y política regia Las características de la política regia en relación con los concejos pueden resumirse en tres aspectos principales: intensidad, concentración espacial y extensión del fuero de Logroño. Intensidad, en primer lugar, porque, como hemos visto a lo largo de las páginas anteriores, la política de Alfonso VIII de desarrollo de villas reales en la zona fue continuada a lo largo del tiempo y afectó a un elevado número de lugares. No hay que insistir más en ello, las disposiciones de su testamento de 1204, que hemos citado repetidas veces, arrepintiéndose esa política, al menos aparente o temporalmente, son un magnífico testimonio. La segunda característica es la concentración espacial, porque la política regia de desarrollo de las villas reales se concentró claramente en la zona oriental de Castilla Vieja y La Bureba y en La Rioja burgalesa, La Rioja Alta y La Rioja Media. Tan solo Ocón y Calahorra se encuentran al este del río Iregua en La Rioja Baja (véase el Mapa 3). Y, en tercer lugar, hemos ido viendo también con detalle cuáles fueron los instrumentos jurídicos de los que se sirvió el rey para desarrollar esa política en forma de fueros y privilegios. Sin duda, el más destacado de esos instrumentos jurídicos fue el fuero de Logroño. Uno de los ejes de la política regia en esta zona fue su extensión a un buen número de lugares. La política que llevó a cabo Alfonso VIII fue paralela a la desarrollada también por los reyes de Navarra, sobre todo por Sancho VI. Ya hemos mencionado los hitos más relevantes, pero conviene que los repasemos: 1164 confirmación y ampliación del fuero de Estella y fuero de Laguardia, 1168 103 GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 81. Véanse las notas 49 y 52 de este capítulo y el texto a que se refieren.

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confirmación del fuero de Logroño, 1172 fuero de San Vicente de La Sonsierra, 1176 fuero de Los Arcos, 1181 fuero de Vitoria, 1182 fueros de Antoñana y Bernedo, 1191 probablemente fuero de Arganzón y 1196, reinando ya Sancho VII, fuero de Labraza. También la política de Sancho VI puede considerarse intensa y también el rey navarro tomó como punto de referencia para llevarla a cabo el fuero de Logroño, aunque en este caso a través del fuero de Laguardia que, aunque basado en el de Logroño, incorpora algunos aspectos nuevos104. Recientes estudios en el contexto de la conmemoración de su pretendida concesión en 1095 han puesto al día nuestros conocimientos sobre el fuero de Logroño, desde los aspectos diplomáticos del texto conservado, hasta su contenido y significado. Y se ha analizado también su proceso de extensión por un buen número de lugares y la trascendencia histórica de ese proceso105. De manera que no será necesario insistir aquí con detalle en aspectos que son bien conocidos. Ahora me interesa resaltar que el fuero de Logroño no es un fuero militar, es un fuero fundamentalmente mercantil. Su objetivo es promover el asentamiento de pobladores en las villas concediéndoles un estatuto jurídico favorable –el fuero de francos–, tanto pobladores francos como pobladores procedentes de las aldeas del entorno; y también favorecer el desarrollo de actividades comerciales. Esto me lleva a insistir en un aspecto que ya ha sido mencionado, puesto que la política de desarrollo de las villas reales no obedece a una única causa, sino a un conjunto de ellas, y en ese conjunto el desarrollo del comercio a lo largo del Camino de Santiago ocupa un lugar muy relevante. Sin embargo, el rey disponía de varios modelos de desarrollo de villas y optó por uno claramente no militar. ¿Por qué? ¿Cómo se relaciona ese modelo con la política regia en la frontera? Resulta llamativa la escasa atención que se presta a las actividades militares en los fueros de la zona. Hemos dicho que es una característica propia del fuero de Logroño, pero se extiende también a otros casos, excepto en los fueros de Haro y de Ibrillos. En primer lugar, apenas hay referencias a la población noble o al grupo de los guerreros y, cuando se los menciona, pocas veces es para reconocer sus privilegios y en bastantes ocasiones se equipara su situación jurídica a la del resto de los habitantes de las villas, sobre todo en los aspectos judiciales y procesales. Así, el fuero de Miranda atribuido a 104 Sobre la política de desarrollo de las villas reales de los reyes de Navarra y las concesiones de fueros en esta época véanse las notas 30, 31 y 38 del Capítulo I, el texto a que se refieren y los trabajos citados en ellas. 105 Véase, sobre todo, BARRERO, «El fuero de Logroño», y los artículos recopilados en F. J. GARCÍA TURZA e I. MARTÍNEZ, El fuero de Logroño y su época... A mi juicio sigue siendo interesante consultar también J. M. RAMOS LOSCERTALES, «El derecho de los francos de Logroño en 1095», en Berceo, 4 (1947), pp. 347-377.

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Alfonso VI en 1099 y confirmado por Alfonso VIII en 1177 estipula que todos los pobladores, tanto generosi (nobles), como peones, moros o judíos, tengan el mismo fuero y que en lo no recogido en él tengan el fuero de Logroño (§ 36). El fuero de Entrena de entre 1144 y 1149 reconoce la existencia de infanzones en la villa, puesto que el fuero se dirige a vobis infanzonibus et villanis, y entre sus normas, que, recordemos, remiten al fuero de Logroño, se recoge una misma regulación para la prestación militar del apellido tanto para los infanzones como para los villanos, que se reduce a la distancia que pudiera recorrerse en un día. También en el fuero de Arganzón de 1191 se recoge la existencia de infanzones en la villa, que conservarán su condición libre e ingenua. Igualmente, la confirmación del fuero de Pancorbo en 1195 se dirige a los milites, los clérigos y los laicos106. En resumen, pocas referencias para, simplemente, señalar su existencia (Pancorbo), equiparar su situación a los demás en todos o algunos aspectos (Miranda o Entrena) o reconocer sus privilegios (Arganzón). Sólo el fuero de Haro de 1187 y su derivado de Ibrillos quizás hacia 1199 contemplan de una forma más amplia la existencia de milites en la villa y recogen también sus privilegios. Así, los milites de estos lugares no estarán obligados a participar en las expediciones militares –fonsado– a menos que reciban soldadas y, en el caso de Ibrillos, también quedaban eximidos del pago de nuncio. Estos fueros se refieren a las soldadas que, suponemos, habría de pagar su señor, el rey o el tenente de la villa (§ 1). Esa disposición determina un importante privilegio para los nobles de estas villas y es quizás la mayor expresión de sus privilegios contenida en estos fueros, porque otras disposiciones equiparan su situación a la del resto de los pobladores en otros aspectos. Así, los milites y los labradores se juzgarán por el mismo fuero si hubiera pelea o disputa entre ellos (§ 14) y, unos y otros, en el caso de caso de que tuvieran que entregar prendas judiciales para responder de alguna acusación lo harán en su casa y al sayón del concejo (§ 26). También se reconoce la exención de la fonsadera para los dependienes –collazos, ¿criados domésticos en este contexto?– que pudieran tener en sus solares tanto los milites, como los clérigos, como los laicos o villanos (§ 2). Por lo tanto, las referencias contenidas en los fueros de Haro e Ibrillos nos dan a entender que existía una población noble (milites en la terminología del fuero de

106 Para éstas y las siguientes referencias, véanse las ediciones de los fueros mencionados en MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos y «Fueros de La Rioja». El fuero de Pancorbo de 1195 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 640. Conviene recordar que el fuero de Arganzón de 1191 que hoy conocemos seguramente responde a una concesión de Sancho VI de Navarra, no de Alfonso VIII de Castilla, aunque quizás hubo una confirmación posterior del rey castellano.

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Haro, caballeros e infanzones en la romanceada de Ibrillos) de una cierta importancia; nobles cuyos privilegios se recogen en ocasiones, aunque más frecuentemente se equiparan las condiciones de los demás habitantes a las suyas. Y, junto a los nobles, estos fueros también reconocen la existencia de otro grupo militar, son los hombres que tuvieran caballo, distintos de los milites, caballeros o infanzones, que hay que interpretar como caballeros villanos, habitantes no nobles de origen pero que pueden desarrollar una función militar como caballeros. También a ellos se les conceden ciertos privilegios, como la exención de fonsadera, común a ambos fueros (§ 3), o la exención de posada que figura sólo en el el de Ibrillos (§ 4). Si las referencias a los nobles o a los guerreros no son muy abundantes en los fueros y pocas veces se reconocen o fomentan sus privilegios, tampoco son muy numerosas las referencias a las prestaciones o actividades militares de los habitantes de las villas. De manera similar, cuando los fueros las mencionan, tampoco transmiten la impresión de que esas actividades o prestaciones fueran especialmente intensas. Mas bien todo lo contrario. La fonsadera, tributo derivado de una anterior prestación militar, es la renta o prestación de este tipo que más a menudo se refleja en los fueros. El fuero de Logroño y sus derivados reconocen exención general del pago de la fonsadera para todos los habitantes de las villas, y así lo vemos en los fueros de Miranda de 1099/1177, Navarrete de 1195, Frías de 1202 y Santo Domingo de 1207, además de, lógicamente, en el fuero de Logroño (todos ellos § 3). Otros fueros reconocen exenciones parciales, siendo la más frecuente de ellas la referida a los oficiales concejiles, tanto a los oficiales principales como a los oficiales menores. Así, el fuero de Ocón de 1174 recoge la exención para el juez y probablemente también para el sayón (§ 17 y 18) y la amplía tambien a otros oficiales menores como el binnator, el messeguero y el andador (§ 16)107; algo similar a lo que encontramos en el fuero de Haro de 1187 y de Ibrillos de c. 1199 donde también quedan exentos los que custodian las mieses y las viñas o los rebaños de vacas y de cerdos (§ 34), aunque el fuero de Ibrillos –no así el de Haro– recoge igualmente la exención para el adelantado del concejo (§ 45). Estos últimos fueros de Haro y de Ibrillos recogen otras exenciones importantes del pago de la fonsadera que se extienden también a los que tuvieran caballos –caballeros villanos– (§ 3) y a los clérigos (§ 5)108; ade-

107 La referencia a la exención para el sayón no es clara, puesto que lo que dice el texto del fuero que conocemos es, precisamente, lo contrario: Saioon (sic) det fonssateram (§ 18), pero es un texto muy deficiente y creo que se trata de un error de copia o de transcripción; véase la edición en MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVII. 108 La referencia en el fuero de Ibrillos es clara: Tot clerigo qui ullum gradum habuerit, habens dominium in domo, non pectet fossadera et non faciat ulla facendera. Sin embargo, la

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más se establece que ni los nobles ni los clérigos ni los villanos paguen fonsadera por los collazos que tuvieran en sus solares (§ 2), una expresión que, como he apuntado, creo que podría referirse a sus criados domésticos. Junto a las exenciones parciales, también se estipula en varios casos la cantidad a pagar por la fonsadera, siendo la tasa más frecuente el pago de dos sueldos. Conviene recordar que esa era también la cantidad que se fijaba como censo a pagar por cada vecino en el fuero de Logroño y en muchos de sus derivados. Así pues, los fueros recogen una fonsadera equivalente al censo que probablemente podríamos considerar como la infurción regia de los habitantes de las villas reales. El fuero de Pancorbo de 1176 señala que la fonsadera, que antes se pagaba en marzo, desde ahora se pague en San Miguel (septiembre) consistiendo en dos sueldos. También los fueros de Haro e Ibrillos señalan que cada vecino debería pagar dos sueldos, excepto los clérigos, como hemos mencionado, y los viudos y viudas, aunque sólo en el caso de que no tuvieran hijos aptos para trabajar, en cuyo caso pagarían un sueldo (§ 6). Aunque hay algunas diferencias y matices entre ambos fueros y el de Ibrillos concede también exención de fonsadera durante un año a todos los que acudieran a poblar la villa. Dos sueldos, sin especificar la fecha de pago, es también la cantidad establecida en el fuero de Salinas de Añana de 1194; mientras que el de Ocón de 1174 establece un pago estándar en Navidad de 18 dineros y, a partir de ahí, la mitad o la cuarta parte (§ 14). El fuero de Calahorra de 1181 ofece otras variantes más sustanciales, pues fija el pago de un maravedí por cada cuatro casatos y recoge tambien la exención para las viudas109. La fonsadera correspondía al pago de una renta cuyo origen era la conmutación de la participación en el ejército, el fonsado. De todas formas el fonsado también aparecce mencionado en algunos fueros. El de Frías de 1202 y su confirmación de 1217 recogen la exención del fonsado para los que viven en la parte alta de la villa, llamada la Muela. Los fueros de Miranda de 1099/1177 y de Haro de 1187, quizás de una forma más retórica que real incluyen al fonsado junto a la exención de la fonsadera. Pero quizás fonsadera de Ibrillos aparece como posadera (sic) en la edición que manejamos del fuero de Haro: Similiter omnis clericus qui in aliquo gradu ordinatus fuerit non det posada nec posaderam nec ullam facenderam faciat. Ambos textos en MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos, doc. XXVIII, y MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XX. 109 Las referencias a los fueros citados en MARTÍNEZ DÍEZ, Fueros de Burgos y «Fueros de La Rioja». El fuero de Pancorbo de 1176 y el de Calahorra de 1181 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 270 y 371. Sobre la evolución de este tipo de rentas para convertirse en cargas simbólicas, véase C. ESTEPA, «Le Libro Becerro de la Behetrías de Castilla (1352). Structures seigneuriales, fiscalité et charges symboliques», en M. BOURIN y P. MARTÍNEZ SOPENA (eds.), Pour une antropologie du prélèvement seigneurial dans les campagnes de l’Occident médiéval. Les mots, les temps, les lieux, París, 2007, pp. 457-496.

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la referencia más significativa sea la contenida en los fueros de Haro e Ibrillos. Ambos eran, recordemos, los que incluían más referencias a los nobles y ambos comienzan concediéndoles un importante privilegio, pues se les exime de acudir al fonsado a menos de que recibieran soldada –stipendio– (§ 1). Por último, en relación al fonsado, conviene recordar también la exención concedida por Fernando III en 1218 al concejo de Albelda110. El fonsado corresponde a la convocatoria del ejército regio y se viene considerando como el correspondiente a las campañas ofensivas, mientras que el apellido correspondería a la guerra defensiva frente a la presencia del enemigo en el interior del reino. También los fueros de la zona recogen algunas referencias al apellido, aunque muy escasas. Los habitantes de la Muela de Frías, que estaban exentos de fonsado, estarán exentos también de apellido. Pero sólo el fuero de Entrena de 1135-1149 recoge una regulación con un cierto detalle, al determinar que tanto infanzones como villanos verán limitada la prestación del apellido a la distancia que pudieran recorrer en un día, de manera que pudieran regresar a sus casas el día siguiente. Junto a la fonsadera, el fonsado y el apellido, también encontramos algunas referencias en los fueros a algunas otras rentas o prestaciones militares. La más numerosa es la anubda, que se refiere a tareas de vigilancia, de la que se concede exención general, como sucedía con la fonsadera, en el fuero de Logroño y sus derivados de Miranda, Arganzón, Navarrete, Frías y Santo Domingo. Por su parte, el texto del fuero de Cerezo fechado en 1151 contiene también la concesión de la exención de ronda –tareas de vigilancia– y castellería –mantenimiento y reparación del castillo– junto a otras rentas y prestaciones diversas; pero ya mencionamos en su momento que se trata de una completa falsificación apenas aprovechable. También merece la pena recordar la exención concedida en 1192 a los dependientes que el monasterio de San Millán tenía en el alfoz de Nájera de las tareas de vigilancia en el castillo de Nájera111. En resumen, los fueros y los privilegios regios a los concejos de la zona ofrecen escasas referencias a la población noble o a los guerreros en general y, de manera similar, las rentas y prestaciones militares parecen tener un peso escaso en la regulación de las tasas y obligaciones de los pobladores de las villas. Ambos aspectos son características del fuero de Logroño y se extienden a través de sus derivados. No olvidemos que el fuero de Logroño fue el principal instrumento jurídico empleado por Alfonso VIII en su política sobre los concejos de la zona. Pero también son características que están 110 Véanse los fueros en las ediciones mencionadas. El privilegio a Albelda en GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 37. 111 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 593; y LEDESMA, San Millán, doc. 468.

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presentes en los otros fueros de la zona. Sólo los fueros de Haro y de Ibrillos mencionan privilegios para los caballeros villanos, los pobladores no nobles capaces de cumplir una función militar como caballeros. Eso no significa necesariamente, claro está, que no hubiera caballeros villanos en otros concejos, pero los fueros no recogen ningún privilegio para ellos; de forma que no vemos, fuera de esos dos casos, una política regia favorable a los caballeros villanos o que procurara desarrollar y ampliar ese grupo social y militar. El fuero de Haro y su derivado de Ibrillos son también los únicos que incluyen algunas referencias más abundantes tanto a los nobles como a las rentas o prestaciones militares. Pero el panorama general es muy distinto al que nos ofrecen los concejos de frontera en las Extremaduras históricas, entre el Duero y el Sistema Central, y en el valle del Tajo donde Alfonso VIII llevaba a cabo un programa totalmente distinto expresado, por ejemplo, en el fuero de Cuenca112. En consecuencia, cuando Alfonso VIII llevó a cabo una política muy intensa de formación y desarrollo de villas reales en la frontera del Ebro no buscó convertir a los concejos en una fuerza militar de primer orden. Esa política no estaba dictada por la preocupación por la defensa militar de la frontera. Obviamente eso no excluye que tal preocupación existiera y que las villas reales formaran parte de ella en algún grado. Pero no era ese el núcleo de los problemas que se ventilaban en la política concejil en la zona. Antes de responder a cuáles eran esos problemas hay que considerar la geografía de la política regia. Ya nos hemos referido a ello, pero conviene retomarlo ahora. La política regia se concentró en las zonas al oeste del río Iregua: en La Rioja Media en Logroño, Navarrete o Entrena; en La Rioja Alta en Nájera, Baños, Haro, Santo Domingo, Grañón o Sajazarra; en La Rioja burgalesa en Ibrillos, Cerezo o Belorado; y en las zonas más orientales de La Bureba y Castilla Vieja en Pancorbo, Miranda o Frías. La política de desarrollo de las villas reales es mucho más intensa en estas zonas que en La Rioja Baja, donde sólo encontramos dos actuaciones en Ocón y en Calahorra (véase el Mapa 3). La concentración geográfica de la política regia es otro indicador de que esa política no estaba dictada por la necesidad de la defensa militar de la frontera. No tendría sentido una concentración de esLa bibliografía sobre el desarrollo de los concejos al sur del Duero es muy abundante y no tiene sentido recogerla aquí. La mejor interpretación, a mi modo de ver, se encuentra en J. M. MONSALVO, «Frontera pionera, monarquía en expansión y formación de los concejos de villa y tierra. Relaciones de poder en el realengo concejil entre el Duero y el Tajo (c. 1072-c. 1222)», en Arqueología y territorio medieval, 10-2 (2003), pp. 45-126, un trabajo reciente y amplio donde se recoge la bibliografía más relevante –integrada por obras del propio autor, de J. M. Mínguez, A. Barrios, C. Estepa, etc.– y se discuten las interpretaciones de otros autores. 112

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fuerzos tan notable en una única zona, dejando parcialmente desasistida otra zona relativamente amplia e igualmente expuesta. Hay que preguntarse entonces qué diferenciaba ambas zonas. Por lo tanto, mi interpretación es que la política regia en relación con los concejos de la zona de la frontera del Ebro no es una política orientada a garantizar la defensa militar del territorio. Pero eso no significa que la dinámica de la frontera y el control del territorio no fueran uno de los aspectos centrales que guiaban esa política. Al contrario, en mi opinión sí lo eran. Ya hemos señalado que la política de desarrollo de las villas reales obedece a un conjunto de causas diversas y complementarias: reorganización del realengo, promoción del comercio y de la vida urbana, aumento de los ingresos de la monarquía, consolidación o defensa de las fronteras, etc. Y cada uno de esos factores tiene un peso específico en cada zona. Hay que insistir en que el Camino de Santiago y el desarrollo de la vida urbana a su paso tienen una incidencia muy notable en la zona que estudiamos. Pero también la consolidación del poder regio en una zona de frontera, solo que para garantizar esa consolidación no era necesario –o no tan necesario como en otras zonas– llevar a cabo una reorganización dictada por necesidades militares. Al repasar la evolución de los acontecimientos en el Capítulo I hemos apuntado que, a pesar de la retórica de los escatocolos de algunos documentos y quizás también de las crónicas, la evolución política de la frontera, los cambios de manos, se desenvolvieron en campañas militares, pero probablemente no supusieron una actividad militar muy notable; excepto, quizás, la campaña de Alfonso VIII en 1199-1200. Mi impresión es que lo que determinó las sucesivas conquistas y ocupación de territorios por Sancho VI de Navarra y después por Alfonso VIII de Castilla no fueron tanto las victorias militares como los apoyos y alianzas con los poderes locales y regionales: los monasterios e instituciones eclesiásticas y, sobre todo, los nobles; porque a las alturas de los años años 60 y 70 del siglo XII los concejos urbanos todavía tenían un escaso desarrollo, sólo algo más notable en unos pocos casos. De forma que, aunque los concejos también jugaron su papel, fue claramente secundario respecto al de los nobles, los abades de los principales monasterios o el obispo de Calahorra. Creo que esta interpretación es válida no sólo para explicar la evolución política en las zonas riojanas, sino también para entender las campañas de 1199-1200, que se saldaron con la incorporación a los dominios del rey castellano de la zona occidental de los territorios controlados por el rey de Navarra, buena parte del actual País Vasco. Otros autores, como ya se ha reflejado oportunamente, lo han puesto de manifiesto. El cerco de Vitoria por Alfonso VIII en 1199 pudo suponer una operación militar de primera magnitud, pero las conquistas territoriales no se

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entienden sin el apoyo de una parte sustancial de la nobleza alavesa. Similares conclusiones habría que obtener de las campañas de Sancho VI de Navarra en 1162-1163 y de Alfonso VIII de Castilla en 1173-1174. Guerras sin combates, podríamos decir, o, siendo más precisos, guerras donde la actividad militar ocupa un lugar secundario. La combinación de guerra y diplomacia, amenaza militar y entretejer de pactos y alianzas, es característica de todas las guerras y forma parte de los elementos que determinan la evolución de todas las fronteras, pero en cada caso esa combinación se realiza en proporciones específicas. Aquí la diplomacia, los pactos con los poderes de la zona, ocupa un lugar, a mi modo de ver, predominante. Sería interesante analizar cómo evolucionó la combinación de ambos elementos históricamente y en relación con otras fronteras de los dominios regios, pero es un planteamiento que escapa a los objetivos de este trabajo, mucho más limitados espacial y cronológicamente. En ese contexto y teniendo en cuenta que la actividad militar ocupó un papel secundario en la evolución de la frontera del Ebro en el período estudiado, la política concejil de Alfonso VIII estuvo orientada por otras causas. La fidelidad de los poderosos de la zona, nobles y eclesiásticos, era y había sido históricamente inestable, de manera que Alfonso VIII intentó desarrollar nuevos poderes, poderes intermedios como se les ha denominado, que le permitieran aumentar de una manera eficaz el control sobre la zona. Poderes concejiles cuyos beneficiarios eran las incipientes oligarquías de mercaderes formadas y desarrolladas al paso del Camino Francés, del Camino de Santiago. Unas oligarquías cuya fidelidad al rey de Castilla estaba en buena medida garantizada por sus propios intereses económicos, que tenían un marco más adecuado para su desarrollo en el reino de Castilla que en el reino de Navarra, mucho más limitado geográfica y demográficamente. Se trataba de crear y desarrollar un «realengo transferido», como lo denomina Monsalvo113, en beneficio no de los caballeros villanos, como en las Extremaduras y en el Tajo, sino de los comerciantes asentados en las villas reales, muchos de ellos de origen franco. Pero en esta zona la transferencia de poder a los concejos y sus oligarquías tuvo un alcance limitado desde el punto de vista espacial. Las villas reales como sucedía en otras zonas del norte de Castilla, se extendían por zonas de señorialización alta o muy alta. En algunas zonas, como Miranda o Frías, el rey pretendió otorgar a las villas territorios relativamente amplios, pero eran territorios en cuyo interior existían otros poderes señoriales, de manera que la proyección territorial de las 113 Véanse de MONSALVO, «La formación del sistema concejil...»; Los concejos de Castilla...; «Los territorios de las villas reales...»; o «Frontera pionera, monarquía en expansión y formación de los concejos...».

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villas, los territorios concejiles, fue fruto de un proceso largo y muy conflictivo. Sin embargo, en la mayor parte de los casos en la frontera del Ebro el rey no dotó a las villas reales de amplios territorios. Probablemente porque no pudo, dado el alto grado de señorialización de la zona. Las villas reales surgieron y se desarrollaron en esta época con territorios limitados y tuvieron que llevar a cabo después, a lo largo del siglo XIII e incluso posteriormente, una política de ampliación de los territorios concejiles, adquiriendo términos y aldeas bien con el apoyo regio, bien por iniciativa concejil114. Por lo tanto, la política de Alfonso VIII en la zona no supone la formación de grandes alfoces concejiles, excepto en los casos y con las características señaladas. Recuérdese, por ejemplo, que los monasterios de San Millán, Nájera, Valvanera y la abadía de Santo Domingo, apenas distantes unas decenas de km entre sí, nucleaban sus dominios en los valles del Oja y del Najerilla, y que a ellos se sumó también el monasterio cisterciense femenino de Santa María de Cañas, fundado en estos mismos años por Lope Díaz de Haro. Era imposible establecer un territorio concejil amplio en la zona. De hecho, por ejemplo, la antigua sede regia navarra, Nájera, contaba con un alfoz reducido y en cuyo interior se extendían también varias jurisdicciones señoriales115. La dificultad para formar amplios alfoces concejiles nos podría explicar la intensidad de la política regia de formación y desarrollo de villas reales. Para dar contenido al proyecto de creación y potenciación de poderes intermedios, Alfonso VIII no podía agrupar territorios extensos de realengo más o menos compacto para dotar a las villas, pero sí podía crear muchas villas reales, y eso fue lo que hizo. Era una alternativa a la política llevada a cabo en Miranda o en Frías que el rey puso en práctica en La Rioja burgalesa, Alta y Media. La política regia en relación a los concejos tenía unos claros perjudicados, como eran los poderes señoriales: la nobleza y las instituciones eclesiásticas. No tanto porque vieran reducida la extensión territorial de sus dominios y señoríos, algo que no sucedió todavía ahora, tal y como hemos señalado, sino por la atracción de pobladores que suponían las villas reales. Eso es claramente lo que se refleja en el testamento de Alfonso VIII de 1204, MARTÍNEZ SOPENA, «Logroño y las villas riojanas...», pp. 297-300; y F. J. GOICOLEA, «La expansión territorial de los núcleos urbanos y la articulación de las relaciones con sus aldeas en La Rioja Alta medieval», en Anuario de Estudios Medievales, 32-1 (2002), pp. 293-331. 115 GARCÍA TURZA, «Ciudades y aldeas: Nájera», pp. 244-248. Y una visión global del desarrollo de los poderes señoriales en toda la zona, de este mismo autor, «Los espacios de poder en La Rioja medieval», en J. I. DE LA IGLESIA (coord.), Los espacios de poder en la España medieval, Logroño, 2002, pp. 483-509. 114

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al que hemos aludido repetidas veces. Por otro lado, los nobles y los principales eclesiásticos de la zona también resultaban perjudicados al perder peso específico e influencia de una manera global. En adelante el destino de la frontera del Ebro no iba a depender de una forma tan clara de los principales nobles y eclesiásticos de la zona, porque habría nuevos agentes políticos capaces de desarrollar también una acción protagonista: los concejos de las villas reales que lograron consolidarse como tales; concejos, conviene insistir, controlados enseguida por grupos oligárquicos de comerciantes. La disminución del poder e influencia de los nobles e instituciones eclesiásticas nos explica también las peculiares características de la geografía de la política regia. ¿Por qué, simplificando, La Rioja Alta y no La Rioja Baja? ¿Qué diferenciaba a ambas zonas, como decíamos atrás, que hiciera que no fuera necesario intervenir de una forma tan intensa en La Rioja Baja? La respuesta seguramente está en la diferente estructura social de ambas zonas, en el peso muy distinto de los poderes señoriales. En la segunda mitad del siglo XII La Rioja Baja es una zona que cuenta con un desarrollo considerablemente menor de los poderes señoriales. Entre las instituciones eclesiásticas destacan el cabildo y el obispo de Calahorra, pero a ellos apenas cabría añadir el recién fundado monasterio de Fitero en el límite de la frontera con Navarra. Instituciones eclesiásticas menos numerosas, por lo tanto, y cuyos dominios no podían compararse a los de los grandes monasterios altoriojanos. De manera similar, también La Rioja Baja era el campo de acción de importantes familias nobles; podríamos decir que, si La Rioja Alta era la tierra de los Haro, La Rioja Media y Baja era la de los Cameros. Pero, a falta de una evaluación más precisa, mi impresión es que los poderes nobiliarios en La Rioja Baja en este período estaban menos desarrollados, sobre todo en los estratos de la nobleza media e inferior y, en cualquier caso, tanto en la alta nobleza de los Cameros como en los otros sectores, eran menos autónomos y estaban más vinculados a la monarquía. Resumiendo diría que su poder era más tenencial que dominical. Así, en La Rioja Baja el realengo directo, por ejemplo, parece mucho más abundante que en La Rioja Alta. Las razones de esta situación diferente entre las dos grandes zonas están en su propia evolución histórica. La Rioja Baja había permanecido en manos musulmanas hasta hacía poco más de cien años y el dominio efectivo del valle medio del Ebro apenas contaba con unas décadas, mientras que La Rioja Alta se había integrado en los dominios de los reyes pamploneses en las primeras décadas del siglo X y desde entonces, al menos, se habían ido desarrollando los poderes señoriales. Así pues, el rey intervino decididamente en La Rioja Alta porque necesitaba contar con nuevos aliados y limitar el poder y la influencia de la nobleza y las instituciones eclesiásticas para garantizarse el control sobre la

LOS CONCEJOS

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zona. No lo hizo sobre La Rioja Baja seguramente porque no lo necesitaba, puesto que disponía de un mayor grado de control directo sobre el territorio.

III.4. Recapitulación El impulso a las villas reales, creando nuevas villas y favoreciendo el desarrollo de las existentes, fue uno de los elementos más importantes de la política regia en la zona de la frontera del Ebro en la segunda mitad del siglo XII y las primeras décadas del siglo XII. Alfonso VII desde 1145 favoreció el desarrollo de Pancorbo, Logroño, Entrena y Cerezo. Sancho III de Nájera, Logroño y Miranda. Alfonso VIII de Arganzón, Baños, Belorado, Calahorra, Cerezo, Frías, Grañón, Haro, Ibrillos, Logroño, Mijangos, Miranda, Nájera, Navarrete, Ocón, Pancorbo, Sajazarra, Salinas de Añana y Santo Domingo de La Calzada. Enrique I de Vitoria en su breve reinado. Y Fernando III de Vitoria, Frías, Entrena y Pancorbo entre 1217 y 1220. Esta relación muestra cómo, aunque todos los reyes practicaron esa política, durante el reinado de Alfonso VIII alcanzó unos niveles muy destacados por comparación tanto con otras épocas como con otras zonas. Probablementer el texto que mejor lo refleja sea el testamento de 1204, al que se ha aludido con frecuencia a lo largo de este capítulo. Muestra la intensidad de la política regia, pero también las dificultadas y conflictos que generaba. Conflictos que reflejan los cambios que perseguía el rey en los delicados equilibrios de poderes en la zona. Más arriba se ha apuntado que la política de creación y desarrollo de las villas reales obedece a diversas causas y que una de las que deben subrayarse es el desarrollo del Camino de Santiago o Camino Francés en su doble vertiente como vía comercial y de peregrinación. Pero el principal impulso a esa política en la zona que estudiamos fue la intención regia de modificar la relación de fuerzas en la zona, creando nuevos poderes que contrapesaran, al menos en parte, el enorme poder alcanzado por algunos sectores de la nobleza y algunas instituciones eclesiásticas. En ese sentido hay que entender también la distribución geográfica de la política regia, centrada en la zona más occidental de la frontera del Ebro. También se ha destacado que el principal instrumento jurídico para llevar a cabo la política regia en relación con las villas reales fue el fuero de Logroño. Un fuero orientado a favorecer el asentamiento de población en las villas y el desarrollo del comercio. Y un fuero en el que las actividades y servicios militares tienen un papel secundario y en el que, en correspondencia, la caballería villana en absoluto aparece con un papel preponderante. Este hecho refuerza la idea de que en la zona no había un problema militar, sino un problema de apoyos y alianzas, aunque pudiera plasmarse en ocasiones como un conflicto militar.

Capítulo IV LA NOBLEZA

Entre 1145 y 1220 se conservan un total de 40 documentos que contienen donaciones dirigidas a nobles o a particulares en la zona de la frontera del Ebro o relacionados con esta zona. Como ya señalé en su momento, he recogido tanto donaciones relativas a la zona de la frontera del Ebro como otras en lugares alejados pero cuyos beneficiarios están claramente relacionados con la zona que estudio y pueden considerarse actores importantes en su evolución política. Esos 40 documentos suponen el 22,10% de todas las donaciones regias estudiadas. Como cabría esperar, es la cifra más baja por comparación con las relativas a los otros agentes políticos, la Iglesia y los concejos. Eso no obedece, por supuesto, a una menor importancia de la nobleza en la evolución política de la zona; muy al contrario, era el principal agente político y su posición fue determinante en la evolución de la frontera. El menor número de documentos dirigidos a este sector ha de atribuirse, en primer lugar, a las condiciones de conservación de la documentación. Son circunstancias bien conocidas en las que no parece necesario insistir mucho. No se conservan archivos nobiliarios propiamente dichos en esta época. Casi todos los documentos dirigidos a los nobles que se conservan para este período lo fueron en archivos eclesiásticos y casi siempre por la vinculación posterior a esas instituciones de los bienes referidos en los documentos. Cierto que algunos monasterios conservaron un mayor número de textos relativos a un noble o a una familia nobiliaria, generalmente los fundadores del monasterio, y ese conjunto forma en ocasiones algo parecido a un archivo nobiliario, pero en la zona que estudiamos y en el período que nos interesa eso se produce en pocos casos –por ejemplo en el monasterio de Monte Laturce para los Cameros o en el de Cañas para los Haro– y el número de documentos conservados por los monasterios no es muy numeroso.

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Por lo tanto, en primer lugar, los avatares de la conservación documental condicionan nuestra visión del papel de la nobleza en la zona. Pero creo que habría que considerar también otros factores. Probablemente los textos escritos jugaban un papel distinto en la relación entre el rey y los nobles que el que tenían en la relación con las instituciones eclesiásticas y también con los concejos. Era muy conveniente que las donaciones de tierras o las concesiones de privilegios se recogieran en textos escritos, pero no sucedía lo mismo con otros elementos muy importantes en la relación entre el rey y los nobles: la distribución de cargos y oficios, los pagos de soldadas o la concesión y revocación de las tenencias. Dedicaremos un capítulo específico a estudiar las tenencias en esta época y su evolución, capítulo que será fundamental para entender la política regia hacia la nobleza; una política en la que las donaciones regias forman una parte, pero sólo una parte. De hecho, este capítulo puede considerarse complementario del relativo a las tenencias, que necesariamente será más denso. La claridad en la exposición me aconseja referirme aquí a las donaciones nobiliarias, por coherencia con las dirigidas a las instituciones eclesiásticas y a los concejos, pero el lector debe saber que, para obtener una visión más completa de la relación entre los reyes y los nobles, debe acudir también al capítulo relativo a las tenencias y los tenentes. Así pues, ahora ofreceremos una visión parcial de esa relación. Pero, en mi opinión, está justificado ofrecerla de forma separada, no sólo por la documentación conservada o por la coherencia expositiva, sino también porque donar unas tierras o una aldea y ceder una tenencia son cosas distintas que tienen significados y contenidos diferentes, aunque formen parte de un marco de relaciones más global y coherente. En los 40 documentos que consideramos en este apartado he incluido todos los referidos a individuos laicos. La gran mayoría de ellos eran nobles, pero también hay un pequeño grupo de individuos que no lo eran; por eso en los cuadros figuran como donaciones dirigidas a «nobles y particulares». No siempre resulta fácil determinar la condición social de las personas en esta época, porque generalmente los textos son muy parcos en sus referencias. Los nobles más importantes son relativamente bien conocidos, al menos en sus nombres y en sus vínculos familiares básicos, no así en otros aspectos como sus bienes patrimoniales. Pero, fuera de esos casos, frecuentemente nos moveremos en un campo lleno de incertidumbres, donde las hipótesis abundan más que las certezas. Sin embargo, en los Cuadros 12 y 13 he intentado hacer una aproximación a la condición social de los beneficiarios de estas donaciones regias. En el Cuadro 12 ordeno los datos agrupándolos por reinados y en el Cuadro 13 por períodos quinquenales.

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Cuadro 12 Donaciones regias a nobles y particulares Datos por reinados

2

Baja y media nobleza 3

0

2

0

0

0

2

10

11

2

3

2

28

1

0

0

0

0

1

1

1

1

0

0

3

14

17

3

4

2

40

Alta nobleza Alfonso VII (1145-1157) Sancho III (1157-1158) Alfonso VIII (1158-1214) Enrique I (1214-1217) Fernando III (1217-1220) TOTAL

Oficiales del rey

Ciudadanos

Otros

TOTAL

0

1

0

6

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios a los Cuadros 1, 2, 3 y 4.

Cuadro 13 Donaciones regias a nobles y particulares Datos por períodos quinquenales Alta nobleza 1147-1150 1151-1155 1156-1160 1161-1165 1166-1170 1171-1175 1176-1180 1181-1185 1186-1190 1191-1195 1196-1200 1201-1205 1206-1210 1211-1215 1216-1220 TOTAL

Baja y media nobleza

Oficiales del rey

2

Ciudadanos

Otros

1 3 2

1 1 3 2 1 1

1 2 14

3 2 1 1 2 2

1 17

1 1 1 1 1 1 3

1 1 4

2

Fuente: Elaboración propia. Véanse los comentarios a los Cuadros 1, 2, 3 y 4.

TOTAL 3 3 2 0 1 4 5 3 3 1 4 3 2 2 4 40

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Pueden distinguirse cinco tipos de beneficiarios, aunque con un peso muy distinto, como se muestra en los cuadros: alta nobleza, baja y media nobleza, oficiales del rey, ciudadanos y otros particulares. La adscripción de los individuos a unos u otros grupos no siempre es sencilla y debe considerarse como hipotética en algunos casos. Hay individuos que podrían ser miembros de la baja nobleza de la zona o quizás ciudadanos destacados; otros podrían ser oficiales del rey o bajos nobles. De hecho, estas dos últimas categorías, como otras de las utilizadas, no son excluyentes, evidentemente, pero hay algunos textos que se dirigen claramente a compensar los servicios de gentes que trabajaban al servicio del rey y que merece la pena considerar de forma específica. El sector de «otros particulares» también presenta características propias, pues se trata de cesiones de tierras hechas por el rey a colectivos, no a individuos. En fin, todos estos aspectos los iremos viendo con detalle en las páginas siguientes. Ahora me interesa ofrecer una visión general, teniendo muy en cuenta que no pretendo ofrecer cifras exactas sino indicadores de tendencias. Con las precauciones apuntadas, podemos decir que las donaciones a la alta y a la baja y media nobleza suman 31 de las 40 donaciones totales contabilizadas; es decir, el 77,5%, por lo tanto son claramente mayoritarias. Las cifras absolutas son bajas en todos los casos, por lo que los porcentajes no resultan muy significativos, pero el 54,83% de esas donaciones (17) se dirigen a la baja y media nobleza de la zona y el 45,16% (14) a la alta nobleza. Pero la preeminencia de los textos dirigidos a los sectores de la nobleza media e inferior es mayor en los últimos años del reinado de Alfonso VII y en el de Sancho III. Desde un punto de vista cronológico, las donaciones se extienden de una manera relativamente homogénea a lo largo de todo el período estudiado, tal y como muestra el Cuadro 13. Pero también hay algunos aspectos significativos que merece la pena comentar. En el quinquenio entre 1151 y 1155 he registrado tres donaciones a miembros de la baja nobleza, pero conviene señalar que las tres corresponden al emperador y fueron realizadas entre finales de enero y comienzos de febrero de 1151; fueron, además, las últimas donaciones a nobles realizadas por Alfonso VII en la zona. Es significativo que a partir de entonces comenzamos a ver actuar de una manera clara y continuada en la zona a su hijo Sancho III. El Cuadro 13 muestra también cifras significativas en los años 70 y 80 y en el período entre 1196 y 1205 pero, igualmente, conviene reducir un poco la escala del análisis para obtener conclusiones significativas. En la década de los 70 he contabilizado nueve donaciones regias, pero las nueve tienen lugar entre 1173 y 1179 y siete de ellas –quizás ocho, como veremos al estudiar los textos con mas detalle– entre 1173 y 1176; es decir, se reali-

LA NOBLEZA

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zan en el período de las campañas militares de Alfonso VIII destinadas a recuperar los territorios perdidos al sur del Ebro en los años 60; por otro lado, cinco de esas donaciones se dirigen a miembros de la baja y media nobleza y cuatro a altos nobles. En el período entre 1196 y 1205 se realizaron otras siete donaciones regias y cinco de ellas se concentran entre 1198 y 1202; otra vez en un período de máxima actividad política y militar y de cambios en la frontera, esta vez determinados por las importantes campañas de 1199-1200. Volvemos a encontrar cifras elevadas en el quinquenio 1216-1220, pero esta vez las cifras proceden en buena medida de la política de confirmación de privilegios de los comienzos del reinado de Fernando III. En definitiva, las donaciones a nobles y particulares siguen en buena medida, como cabría esperar, los ritmos de la evolución política y, de manera muy significativa, los ritmos de las campañas militares. Ya lo hemos visto también al hablar de las donaciones a las instituciones eclesiásticas y todo ello nos habla de la búsqueda de apoyos y de la recompensa de aliados por el rey; la política de cancillería que subyace a la evolución de la frontera del Ebro tal y como sosteníamos en el Capítulo I. Una vez que hemos visto las características generales de las donaciones regias a nobles y particulares podemos realizar un análisis más detallado de su contenido y sus beneficiarios. Lo haremos siguiendo los sectores o grupos que han quedado reflejados en los Cuadros 12 y 13.

IV.1. Alta nobleza Para el período estudiado se han conservado 14 documentos que recogen donaciones a favor de miembros de la alta nobleza o hacen referencia a donaciones realizadas con anterioridad. Eso supone alrededor del 35% de todas las donaciones dirigidas a nobles y particulares y el 45,16% de las dirigidas a los nobles estrictamente. En principio este es el sector más fácilmente identificable, porque los altos nobles y magnates son mejor conocidos al haber dejado un mayor rastro documental o haber protagonizado acontecimientos políticos que quedaron recogidos en las crónicas. Sin embargo, tampoco es un sector cerrado y sus límites no están perfectamente definidos. Más allá del título condal, del que disponían sólo unos pocos grandes magnates en esta época, los límites de la alta nobleza se difuminan hacia abajo en grupos de parientes más o menos amplios y cuya adscripción a la alta nobleza o a la nobleza media no siempre es fácil. También podemos encontrar a personajes que ejercieron una gran influencia en la corte en un momento dado pero que no pertenecían a las

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grandes familias del reino1. Por lo tanto, aunque casi todos los personajes a que me referiré en este apartado son perfectamente identificables como miembros de la alta nobleza, algunos, como veremos oportunamente, se podrían considerar a caballo ente la alta y la media nobleza. La distribución cronológica de estos textos, tal y como se muestra en los Cuadros 12 y 13, no ofrece muchas sorpresas. Lógicamente la mayoría corresponden al reinado de Alfonso VIII. Pero sí hay algún aspecto que merece la pena comentar. Así, en el período estudiado del reinado de Alfonso VII (1145-1157) sólo encontramos dos donaciónes de este tipo y fueron realizadas en un momento temprano, en 1147, ambas dirigidas al mismo beneficiario y realizadas en el mismo contexto. Por su parte, de Sancho III, tanto en los años de su gobierno aún en vida de su padre como después, no se conserva ningún documento conteniendo donaciones o concesiones dirigidas a ningún miembro de la alta nobleza. Los avatares de la conservación documental hacen que sea difícil obtener conclusiones firmes, pero convendrá tener en cuenta la tendencia que parecen apuntar estas cifras. Los nueve documentos expedidos por la cancillería de Alfonso VIII a favor de la alta nobleza de la zona se distribuyen a lo largo del reinado, sin que podamos percibir unas tendencias o características comunes. Algunas donaciones, como veremos, parecen claramente relacionadas con los principales acontecimientos que determinan la evolución política, pero otras no, sin que haya un patrón constante o dominante. Aunque también hay que tener en cuenta que, en cualquier caso, se trata de un número reducido de documentos. Los 14 documentos que estudiamos en este apartado se dirigen a un total de siete individuos que podemos agrupar en cuatro grupos familiares, son cifras bastante reducidas de las que se deriva una considerable concentración del poder. Como veremos, el análisis más detallado de los casos nos mostrará esa misma idea aún con más claridad.

1 Sobre la alta nobleza en esta época la principal obra de referencia es S. BARTON, The aristocracy in twelfth-century León and Castile, Cambridge, 1997, aunque más centrado en la primera mitad del siglo que en la segunda. Para el reinado de Alfonso VIII las páginas del estudio de GONZÁLEZ siguen siendo fundamentales; Alfonso VIII, T. 1, pp. 259-363. Para la definición de los distintos grupos nobiliarios S. de MOXO, «De la nobleza vieja a la nobleza nueva. La transformación nobiliaria castellana en la Baja Edad Media», en Cuadernos de Historia (Anexos de la revista Hispania), 3 (1969), pp. 1-210, aunque sus criterios a veces han servido para ofrecer una visión demasiado esquemática. Puede verse una revisión de estos aspectos en I. ÁLVAREZ BORGE, Poder y relaciones sociales en Castilla en la Edad Media, Valladolid, 1996, pp. 136-151. Un ejemplo de clasificación mucho más matizada que la propuesta por Moxó puede verse en C. ESTEPA, Las behetrías castellanas.

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IV.1.1. Los Azagra Desde el punto de vista cronológico, las primeras donaciones de este tipo en el período estudiado tuvieron lugar en 1147 y fueron realizadas por el emperador, siendo, además, las únicas que dirigió a un miembro de la alta nobleza en la zona en los últimos años de su reinado. En ese año de 1147 Alfonso VII dio a Rodrigo Pérez de Azagra las villas de Alcanadre y Aradón, entre Logroño y Calahorra, cerca de la propia villa navarra de Azagra donde debía situarse el núcleo de los dominios del noble y que está situada muy próxima a Calahorra en la orilla norte del Ebro. Rodrigo de Azagra era un miembro de la alta nobleza navarra, que controlaba las importantes tenencias de Estella y de Tudela y que participó en las campañas de Alfonso VII en al-Andalus acompañando al rey García Ramírez de Navarra y probablemente animado por las posibilidades de enriquecimiento que ofrecía la guerra contra los musulmanes. Así, en el propio documento de la donación de Alcanadre el emperador señala que le entrega la villa por la contribución realizada por el noble en la conquista de Baeza; de hecho el documento fue expedido in ripa de Gothalqueuir, iuxta Baeciam quando eam imperator acquisiuit2. La donación de Aradón, actualmente un despoblado en el término de Alcanadre, debió realizarse en el mismo momento. No se conserva un documento que recoja directamente esta donación, pero hay noticias posteriores que lo indican perfectamente. Unos años más tarde Rodrigo de Azagra entregó Alcanadre y Aradón a la orden del Temple. La donación de Alcanadre se realizó en 1155 y la de Aradón en 1156; en esta última el noble y su esposa indican que entregan la villa que a ellos les había dado el emperador: ...illa uilla de Aradon que nobis dedit illo imperator3. 2 ...uobis domno Roderico de Azagra, propter seruicium quod multociens mihi fecistis et maxime propter illud quod fecistis mihi in acquisicione Baecie ciuitatis, quandam meam hereditatem nomine Alcanadre iure hereditario dono. Dono inquam uobis eam cum omnibus suis pertinentiis, uidelicet terminis, terris, montibus et uallibus, pratis, pascuis, ingressibus et egressibuss, aquis, riuis et fontibus et arboribus et uineis, et insuper cum omnibus aliis causis, si que sint ad eam pertinentibus, quecumque sint et ubicumque eas inuenire poteritis. Eo uero modo et tenore dono prenominatam hereditatem uobis Roderico de Azagra, quatenus uos et filii uestri et omnis generatio uestra possideatis eam semper libere et quiete iure hereditario, sicut predictum est, et absque omnium hominum contradicto faciatis de illa quod uolueritis. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 146; la noticia también en LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 464; y REILLY, The Kingdom…, doc. 562. 3 LAMA, CDMR, T. 2, docs. 185 y 187. De la donación de Aradón se conserva también otra noticia. Se trata de una anotación en el Cartulario del Temple, donde se copiaron todos los documentos referidos a Alcanadre y Aradón. Según esa noticia Aradón habría sido entregado a Rodrigo de Azagra por el emperador –como digo, seguramente en el mismo momento y por la misma razón que Alcanadre–; posteriormente el rey Sancho –creo que el rey Sancho VI de Navarra, aunque no puedo descartar que la noticia se refiera a Sancho III de Castilla–

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Rodrigo de Azagra fue uno de los nobles que actuaron al servicio del rey de Navarra o del de Castilla, alternativa o simultáneamente –otros nobles de la zona añadieron además al rey de Aragón–, y que desarrollaron un juego de relaciones vasalláticas que les permitió aumentar su poder o, en el peor de los casos, conservar su posición política y social en el complejo mundo de la competencia interseñorial. Otros casos destacados de nobles de origen navarro que desarrollaron un juego similar en esta época fueron, por ejemplo, Pedro de Arazuri –pariente de Rodrigo de Azagra, por cierto– o el conde Vela Ladrón4. También nobles castellanos jugaron un juego similar en ocasiones, entre ellos los Haro y los Cameros, aunque las mayores posibilidades de enriquecimiento tendían a mantenerlos más vinculados al rey de Castilla. Los hijos de Rodrigo de Azagra, especialmente Pedro Ruiz, destacaron en ese juego de compraventas de apoyos y lealtades y se desenvolvieron en un círculo todavía más amplio que incluía a los reyes de Castilla y de Navarra, claro está, pero también al de Aragón y al rey de la taifa musulmana de Murcia, Ibn Mardanish, el rey Lobo. Eso le llevó a hacerse con el control de Albarracín, donde llegó a establecer un estado señorial en la frontera entre Castilla, Aragón y el levante musulmán. Un señorío que controlaron Pedro Ruiz de Azagra y después sus sucesores –a través de su habría luchado con él y obtenido el castillo que habría entregado a Ramiro García. Pero esa entrega no fue válida puesto que se realizó sin permiso del emperador y el rey no podía dar el lugar a nadie sine consilio del emperador que la tierra tenia por el. De forma que la villa debía ser disputada entre Rodrigo de Azagra y Ramiro García y el primero la entregó a la orden del Temple. Finalmente el emperador y el rey confirmaron la donación a la orden a cambio de otras heredades de los templarios en Carrión. La noticia se conservó porque la orden tenía interés en señalar que Ramiro García nunca había tenido la villa de una manera legal, probablemente por pleitos posteriores con él o con sus descendientes. Véase LAMA, CDMR, T. 2, doc. 200. Véanse también las notas 138 y 141 del Capítulo II y el texto a que se refieren. 4 Esa situación ha desconcertado a algunos autores para quienes un noble de origen navarro debería permanecer fiel al rey de Navarra, uno castellano al de Castilla, etc. Lo contrario es visto de forma negativa como deslealtad, ánimo de enriquecimiento ilícito... La dificultad deriva de trasponer conceptos políticos posteriores a una época temprana y de otorgar a la nobleza un papel social y político distinto del que realmente tuvo en la época. El asunto tiene especial importancia en las zonas de frontera y en su evolución. Un ejemplo de la dificultad que señalo lo proporciona el propio Lacarra al juzgar a Pedro de Arazuri, de quien dice: «es, sin duda, el más hábl intrigante, que sabe ganarse a los reyes o hacerse el indispensable con artes y medios que nos son desconocidos. Se ha entrado en una fase en que se acepta como algo normal la pluralidad de vasallajes, todos ellos premiados con tenencias o concesiones en plena propiedad. La dificultad reside en servir lealmente a varios señores que no están bien avenidos entre sí. Los reyes, a su vez, tienen que defenderse tratando de que sus aliados no acojan a los vasallos desleales, juego éste que, pese a los tratados, debió ser en estos años harto frecuente». LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, p. 63.

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hermano Fernando Ruiz– durante unos cien años de una manera prácticamente independiente5. Se desconoce cuándo obtuvo exactamente Pedro Ruiz de Azagra el señorío de Albarracín, quizás entre 1166 y 1168 como sugirió Lacarra o en 1170 como han señalado otros autores6; pero, en cualquier caso, no le llevó a abandonar sus intereses en Navarra, donde continuó disfrutando de importantes tenencias como las de Estella (1157 a 1178) o Tudela (1171 a 1174) y otras, ni tampoco sus intereses castellanos7. Intereses navarros y castellanos que confluían en la zona de la frontera del Ebro donde le veremos disponer de importantes tenencias y jugar un papel político destacado y donde disponía también de intereses patrimoniales notables. Recordemos que la villa de Azagra, de la que tomaron el apellido, está situada en el curso del Ebro, en la orilla norte a muy pocos km de Calahorra. Ya vimos como su padre no había conservado la villa de Alcanadre, que recibió del emperador en 1147 y donó después a la orden del Temple en 1155. Pero Pedro Ruiz obtendrá otras villas en la zona de manos de Alfonso VIII. Un documento fechado en 1166 recoge la donación regia de las villas de Murillo de Calahorra y Resa, ambas muy cerca de Calahorra y de Azagra. En ese documento el rey se dirige al noble calificándolo como meo fideli milite8. Esta donación obedece, 5 Sobre los Azagra y el señorío de Albarracín en esta época puede verse M. ALMAGRO, El señorío soberano de Albarracín bajo los Azagra, vol. 3 de M. ALMAGRO (dir.), Historia de Albarracín y su sierra, Teruel, 1959, pp. 14-146. También GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 311-316; J. GONZÁLEZ, «Navarros y castellanos en el siglo XII», en VV. AA., XII Semana de Estudios Medievales de Estella 1974, Pamplona, 1976, pp. 121-152 (= GONZÁLEZ, «Navarros»), especialmente pp. 134 y 139-144; J. M. LACARRA, «El rey Lobo de Murcia y la formación del señorío de Albarracín», en Estudios dedicados a Aragón, Zaragoza, 1987, pp. 271-284 (1ª ed. 1952); J. M. LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 60 y ss.; o J. F. ELIZARI, Sancho VI, pp. 126-135. 6 J. M. LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, p. 64; o GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, p. 907; en su día LACARRA había discutido los orígenes del señorío de Albarracín, proponiendo situarlos en la aplicación del pacto de Vadoluengo entre Sancho VI de Navarra y Alfonso II de Aragón para repartirse las tierras del rey Lobo, y no en una concesión del rey Lobo al noble navarro como suele admitirse más frecuentemente; véase «El rey Lobo de Murcia…». 7 Las tenencias navarras en Ag. UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra en los siglos XI y XII, Valencia, 1973, p. 263. Su actuación en Castilla en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 311-316; según este autor, Pedro Ruiz de Azagra confirma en los privilegios de Alfonso VIII de 9-XI-1166 a 19-I-1168, el 1-II-1171 y de 17-I-1178 a 24-V-1184. 8 ...dono uobis domno Petro Roiz de Azafra, meo fideli militi, illas duas uillas que Murel et Resa uocantur. Dono inquam, cum terris et uineis, cum pratis et pascuis, cum molendinis et piscariis, cum montibus et fontibus, cum cultis et incultis, cum ingressibus et regressibus, et cum omnibus pertinenciis et terminis suis. Dono etiam uobis supra scriptas uillas et quantum ibi habeo et habere debeo, ut iure hereditario in perpetuum habeatis et libere possideatis, et faciatis de illis uillis quicquid uobis placuerit, donando, uendendo, subpignorando uel con

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sin duda, a la política de atracción de un noble con una posición estratégica en la frontera. Su vinculación al rey y al reino de Castilla se reforzó más aún ese mismo año al recibir apenas unas semanas después otras dos importantes donaciones por las que Alfonso VIII le entregaba propiedades en Toledo: unas casas en la ciudad y la aldea de Mocejón, en el territorio de Toledo junto a Villaseca9. Los intereses políticos y patrimoniales en la zona se reforzaron también mediante vínculos de parentesco a través de enlaces matrimoniales. Pedro Ruiz de Azagra se había casado con Toda Pérez, hija de Pedro de Arazuri, con quien tuvo una hija también llamada Toda Pérez (de Azagra) que se casó con Diego López de Haro. De manera que Pedro Ruiz de Azagra enlazó y estableció una alianza con la familia más poderosa de la Castilla oriental y, además, lo hizo directamente con el que habría de ser su miembro más poderoso.

Cuadro 14 Haro y Azagra a finales del siglo XII Rodrigo Pérez de Azagra

Lope Díaz de Haro (†1170) = Aldonza Otros

María Manrique 1º =

Pedro Ruiz de Azagra (†1184) = Toda Pérez de Arazuri

Diego López de Haro (†1214) = 2º Toda Pérez de Azagra

Lope Díaz de Haro (†1237) (hijo de María Manrique)

Otros

Los intereses patrimoniales de Pedro Ruiz de Azagra en la zona no han quedado reflejados directamente en otros documentos, pero sí indirectamente a través de textos referidos a familiares próximos. La villa de Murillo, que había recibido Pedro Ruiz de Azagra en 1166 del rey Alfonso VIII, pasó en herencia a su hija Toda Pérez. Ésta, acompañada de su marido Diego Ló-

cambiando. Has uidelicet uillas cum omnibus pertinentiis suis dono et concedo uobis Petro Roiz, pro multis seruiciis que mihi semper fecistis et cotidie facitis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 89; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 224; y UBIETO, «Documentos reales de Calahorra», doc. 20, aunque este último autor fecha el documento en 1169. 9 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 93 y 94.

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pez (de Haro) y de su hijo Pedro Díaz, vendió la villa a la catedral de Calahorra en 1193, excepto lo que su padre Pedro Ruiz había comprado a don García Ortiz, arcediano de Soria. La venta se hacía por un precio elevado, 2.400 maravedís más una renta de otros 100 maravedís que también había de pagar anualmente el obispo a Toda Pérez10. Toda Pérez (de Azagra) está bien documentada por su matrimonio con Diego López de Haro y los intereses patrimoniales de ambos también se reflejan con frecuencia en la documentación; sobre todo en La Rioja Alta a través de su relación con los monasterios de la zona, especialmente con el monasterio de Nájera. Pero los bienes a que hacen referencia esos textos nos hablan más del patrimonio de los Haro que del de los Azagra11. Un texto de 1211 quizás nos hable también de propiedades de Toda Pérez en Alfaro, aunque lo considero dudoso12. De forma que hay que esperar hasta 1219 10 ...Ego dona Toda, filia Petro Roderici de Açagra, cum assensu et uolumptate dompni Didaci Lupi mariti mei et filii mei Petri Didaci, dono Deo et ecclesie Beate Marie de Calagurra et beatis martyribus Emeterio et Celedonio et uobis dompno Garsie, eiusdem ecclesie episcopo, et omnibus canonicis ibidem Deo seruientibus, pro remedio anime mee et pro anima patris mei et omnium parentum meorum, illam uillam meam que dicitur Murello cum introitibus et exitibus et riuis et pascuis et cum omnibus terminis suis et cum omnibus suis pertinentiis, excepta tamen illa hereditate, quam pater meus Petrus Roderici comparauit a dompno Garsia Ortiz, archidiachono de Soria, ut habeatis et possideatis illam iure hereditario in perpetuum. Tali tamen conditione, quod episcopus ecclesie Calagurritane det mihi annuatim in tota uita mea C. morabetinos. Et accepi de uobis duo milia et CCCC. morabetinos pro predicta uilla, de quibus sum bene paccata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 332. Otro texto, también relativo a Murillo de Calahorra, nos puede informar de los intereses de Pedro Ruiz de Azagra, igualmente de forma indirecta. Así, un documento de 1183 recoge una donación realizada por una mujer llamada doña Toda a la catedral de Calahorra donde elije su sepultura. Doña Toda entrega a la catedral todas sus heredades en Calahorra y dispone que las de Murillo pasen a su sobrino Sancho y si este muriera sin hijos pasen después también a la Catedral. La donante entrega también a la catedral todo su ganado y sus bienes muebles con la condición de que los seniores de Calahorra (el cabildo) entreguen a sus confratres de Murillo 10 corderos o 10 ovejas. En el documento no se identifica a la donante, doña Toda, ni otros datos, como los confirmantes, nos permiten precisar más su filiación, pero creo muy probable que se trate de la esposa de Pedro Ruiz de Azagra, Toda Pérez de Arazuri. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 284. 11 Véase CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 102 de 1200, doc. 104 de 1201, doc. 113 de 1214, y doc. 114 de 1215. Los dominios de los Haro, especialmente del conde Lope y su esposa Aldonza, los padres de Diego López de Haro, han quedado también reflejados en la documentación de otros monasterios de la zona, especialmente en la del monasterio cisterciense femenino de Cañas, fundado por ambos y que en estos años funcionaba como monasterio familiar de los Haro, gobernado por mujeres de la familia. Sin embargo, no constan donaciones de Diego López y su mujer al monasterio de Cañas. Véase JIMÉNEZ, Cañas. 12 En este documento una mujer llamada Toda Pérez, identificada como hija de un Pedro Ruiz, cede unos solares de casas en Alfaro para que se pueblen a cambio de una renta anual de dos sueldos por cada quiñón, renta que debería pagarse en enero. En el texto se recogen el

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para que de nuevo veamos reflejado el patrimonio de Pedro Ruiz de Azagra en La Rioja Baja, ahora a través de su nieta Aldonza y del esposo de ésta, Rodrigo Díaz de Cameros. Toda Pérez de Azagra se había reservado una heredad en Murillo, que no había entregado a la catedral de Calahorra en 1193. Esa heredad, o parte de ella, pasó en herencia a su hija Aldonza, de forma que ésta con su marido mencionado entregaron en 1219 al cabildo de Calahorra la décima, tanto del pan como de los peces, de los molinos que tenían en Murillo y también unas viñas que habían comprado en Arnedillo. A cambio volvían a recibir esas mismas viñas en prestimonio durante su vida y el cabildo se comprometía a celebrar una misa anual el día de la Asunción y después de su muerte un aniversario; además el cabildo haría también un aniversario por el alma de las madres de los donantes, doña Guiomar y doña Toda Pérez (de Azagra)13. Pero las de Murillo no fueron las únicas heredades que, procedentes de los Azagra, acabaron en manos de los Cameros a través del matrimonio mencionado de Aldonza (hija de Diego López de Haro y Toda Pérez de Azagra) con Rodrigo Díaz de Cameros. También la villa de Resa –que, recordemos, había obtenido Pedro Rodríguez de Azagra junto a la de Murillo en 1166– estará después en manos de Rodrigo Díaz de Cameros y de su esposa Aldonza. Ambos cónyugues la vendieron con su castillo y cuevas al rey Sancho VII de Navarra hacia 1221 por 30.000 sueldos sanchetes14. nombre de los pobladores (12 familias en total) y el número de quiñones que ocuparía cada uno (1 ó 2, según los casos hasta un total de 15 quiñones). LAMA, CDMR, T. 3, doc. 452. No hay duda de la calidad de gran propietaria de la protagonista del documento y por la filiación propuesta podría tratarse de la hija de Pedro Ruiz de Azagra, de manera que seguramente estaríamos ante bienes que también fueron de su padre. Pero en el texto no se indica el apellido toponímico de su padre, sólo se dice que se trata de Pedro Ruiz y es un nombre bastante frecuente. Por otro lado, resulta un tanto raro que en este documento no se mencione al marido de Toda, Diego López de Haro, cuando lo normal sería que se le mencionara prestando su consentimiento al negocio jurídico realizado por su mujer. 13 ...Nos R[oderico] Didaci de Camberis et uxor mea dopna Aldoncia, damus... deçimam de molendinis quos habemus in Murello, tam de pane quam de piscibus in perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam. Insuper damus... totas illas uineas quam emimus et de cetero ememus in termino de Arnediello. Capitulum uero datur nobis predictas uineas in prestimonium omnibus diebus uite nostre; post mortem uero nostram quod remaneat predicte ecclesie et capitulo supradicto. Preterea capitulum saluti animarum nostrarum et corporum intendens, promisit et statuit celebrare missam unoquoque anno, in die Asssumptionis beate Marie omnibus diebus uite nostre. Post mortem uero nostram capitulum tenetur unicuique nostrorum adniuersarium facere in illa die qua quilibet nostrum contigerit uitales exitus consummare. Ueruntamen, diuine pietatis gratia, capitulum predictum promisit facere anniuersarium genitricibus nostris domine Guiomar et domine Tote patri (sic). LAMA, CDMR, T. 3, doc. 475. 14 ...ego don Rodrigo Diaz de los Camberos et uxor mea domna Alduença vendimus Re-

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Los Cameros también recibieron varias donaciones regias en estos años, como veremos más adelante, pero antes conviene referirse a las que recibieron los Haro. IV.1.2. Los Haro He registrado un total de cuatro donaciones regias a favor de los Haro en el período estudiado, tres a favor de Diego López de Haro y otra más a su hijo Lope Díaz de Haro. Como ya he apuntado, los Haro eran la familia más poderosa de la Castilla oriental. A nivel del reino sólo rivalizaban con los Lara y podemos decir que Diego López de Haro, aunque no tuvo el título condal, fue el magnate más importante en el reinado de Alfonso VIII en su conjunto. En correspondencia con ello, tanto su patrimonio como sus tenencias o sus vínculos familiares son relativamente bien conocidos. Más adelante hablaremos con detalle de las tenencias, pero la simple enumeración de la lista de territorios que Diego López de Haro controló en la zona en uno u otro momento, nos da una idea de la amplitud de su poder: Álava, Asturias de Santillana, Belorado, Bureba, Burgos, Calahorra, Castilla Vieja, Cerezo, Grañón, Guipúzcoa, Haro, Logroño, Marañón, Mena, Nájera, Pancorbo, Rioja, San Sebastián, Soria, Trasmiera y Valdegovia, además del señorío de Vizcaya. Una lista impresionante. A veces los copistas, para abreviar, decían que dominaba los territorios (como tenente) desde Soria hasta el mar; es decir, toda la castilla nororiental15. Una buena muestra de su proyección fue el sam totam ab integro, castellum et couas et uillam cum introitibus et exitibus suis heremis et populatis, et cum montibus suis et erbis et pascuis, et aquis et cum omnibus illis directis et pertinenciis que pertinent uel pertinere debent ad Resam, ad castellum, ad couas et ad uillam sicut Iberus diuidit uersus Nauarram. Vendimus eçiam, in simul cum isto superius dicto, totum illum terminum quod homines de Murello habent ultra Iberum uersus Nauarram, pro tali racione quod homines de Murello habeant suum terminum citra Iberum usque Castellam, et homines de Resa habeant suum terminum ultra Iberum uersus Nauarram. Totum istud vendimus uobis domino Sancio, Dei gratia illustri regi Nauarre, scilicet, per XXXta. milia solidos sanchetis. JIMENO, AGN (1194-1234), doc. 186. El texto se conserva copiado en uno de los Cartularios Reales custodiados en el Archivo General de Navarra y no lleva fecha. Sus editores adecuadamente proponen fecharlo c. 1221 atendiendo a la personalidad de los vendedores y a la presencia de uno de los testigos, Pedro Jiménez de Olleta, que se documenta en otros textos por entonces. Sin embargo, existe otra edición de este documento (VV. AA., AGN (11341194), doc. 72) donde, de manera equivocada, la editora propone fecharlo antes de 1179. 15 Véase LEDESMA, San Millán, doc. 464 de 1191. Sobre Diego López de Haro y su familia puede verse GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T, 1, pp. 300-317; S. DE MOXÓ, «De la nobleza...», pp. 46-54; J. DE LEZA, Los López Díaz de Haro... (una obrita breve y bastante menos útil de lo que su título da a entender); J. M. CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN, «La Casa de Haro en Léon y Castilla de 1150 a 1250. Cuestiones histórico-genealógicas en torno a cuatro nobles damas», en Archivos leoneses, 85-86 (1989), pp. 55-98; J. M. CANAL SÁNCHEZ-

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matrimonio de su hermana Urraca con el rey Fernando II de León. En buena medida, el núcleo del patrimonio familiar se encontraba en La Rioja Alta, donde está Haro, villa de la que tomaron su apellido. La primera donación regia que recibió Diego López de Haro que ha quedado registrada tuvo lugar en 1190 y se refiere a la villa de Torrecilla. En el documento se indica que la villa había pertenecido a un judío con anterioridad y que después volvió a pasar a manos del rey16. No se ofrece ningún otro elemento que nos permita identificar el lugar con seguridad, pero creo que se trata de Torrecilla, próximo a Nájera, que después es denominado en algunos textos Torrecilla sobre Alesanco. En ese lugar constan después las propiedades de Diego López de Haro y fue entregado por su viuda, Toda Pérez de Azagra, al monasterio de Nájera en 121517. Conviene señalar que el documento de la donación de 1190 se dirige a Diego López de Henar, no de Haro, y algunos autores han considerado que se trataba de un personaje diferente. Sin embargo, parece claro que se trata de la misma persona que era conocido también con el apellido de Henar18. La utilización de más de un apellido identificativo a lo largo de la PAGÍN, «La Casa de Haro en León y Castilla durante el siglo XII. Nuevas conclusiones», en Anuario de Historia Medieval, 25-1 (1995), pp. 3-38; y G. BAURY, «Diego Lopez ‘le Bon’, Diego López ‘le mauvais’. Comment s’est construite la mémoire d’un magnat du règne d’Alphonse VIII de Castille», en Berceo, 144 (2003), pp. 37-92. En cuanto a su patrimonio, como ya he señalado, ha quedado parcialmente registrado en las colecciones diplomáticas de los monasterios de la zona (véase más arriba la nota 11 de este capítulo). 16 ...dono et concedo uobis donno Didaco Lupi de Fenar et filiis et posteris uestris, et omni successioni uestre, terram de Torrecella, que quondam a quoddam iudeo fuit possessa et postea in ius meum est reuersa, integre, iure hereditario habendam et irreuocabiliter possidendam, ad faciendum de ea quicquid uobis placuerit, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 541. 17 Doña Toda entregó illam uillam que dicitur Turricella super Alesanco con todos sus términos y propiedades, con las sernas de ese lugar y los siervos que tiene en Alesanco y en Azofra (...sernis ipsius uille et cum seruis illis quos habeo in Alesanco et in Azofra, cum collaciis et hereditatibus...); a cambio se realizaría en el monasterio un anniuersarium integrum et plenarium sicut pro regibus, por el alma de su marido Diego López de Haro, y otro por el alma de doña Toda. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 465; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 114. Esta donación fue confirmada el año siguiente por el rey Enrique I quien, además, añadió los privilegios de exención y de inmunidad para la villa: ...Concedo, inquam, uobis et confirmo predictam uillam ut illam habeatis quitam et inmunem ab omni pecto, et fonsado, et fonsadera, et moneta, et homicidio, et manposta, et manposteria, et calumpnia, et ab omni grauamine merini regis et sachonis, et ab omni prorsus regio pecto et grauamine im perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 999; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 39; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 116. 18 Ya lo indicó así el conde Pedro de Barcelos en su Libro de Linajes, véase J. MATTOSO (ed.), Livro de Linhagens do conde D. Pedro, p. 141. Entre los autores actuales J. M. CANAL, «La Casa de Haro... Nuevas conclusiones», p. 27.

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vida de un individuo no es un fenómeno desconocido entre la nobleza castellana de la época. Las otras donaciones regias que he registrado a favor de este personaje se refieren a lugares situados en otras zonas, algunos incluso relativamente alejados, pero la importancia de Diego López de Haro en la frontera del Ebro aconseja también referirse a ellas. En 1198 el rey Alfonso VIII le entregó la heredad de Alcubelet en el término de Toledo, en la ribera del Tajo19. En 1212, tras la batalla de las Navas de Tolosa en cuya victoria don Diego jugó un papel protagonista, Alfonso VIII probablemente le entregó Durango, ampliando así el señorío de Vizcaya que había recibido unas décadas antes20. Además de estas donaciones, cuyo registro documental se ha conservado, hay noticia también de algunas otras. La más notable es, sin duda, el propio señorío de Vizcaya. No ha quedado constancia documental de cuándo y en qué contexto exacto entregó Alfonso VIII el señorío de Vizcaya a Diego López de Haro, quizás en 1171 como sugirió J. González, o más probablemente después de 1175, cuando el rey ocupó la comarca de las Encartaciones, como sugieren otros autores. Pero con toda probabilidad no se trataba –o no sólo– de recuperar derechos familiares, sino que intervinieron otros factores. La mejor información, aunque menos precisa de lo que desearíamos, procede del testamento de Alfonso VIII en 1204, cuando el rey ordena que se devuelvan a Diego López todas las heredades que en su día le había 19...dono et concedo uobis domno Didaco Lupi de Faro et uxori uestre domne Tote, et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni successioni uestre, omnem hereditatem illam que dicitur Alcubeleth, sitam in ripa Tagi, in termino Toleti, inter Vertenes et Bouadellam, cum terris, pratis, pascuis, aquis riuis, molendinis, nemoribus et defensis (sic), et cum omnibus directuris, terminis et pertinenciis suis, iure hereditario im perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam, ad faciendum de ea quicquid uolueritis, dando, uendendo, impignorando, concambiando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 672. Posteriormente don Diego entregó esta heredad a la catedral de Toledo; Ibíd., T. 1, p. 307. 20 ...pro multis et gratis seruitiis que michi tam in consilio quam in facto totis uiribus et uoluntate plenaria et perfecta semper impendere laborastis, et de die in diem ea augmentare intenditis toto posse, pro eo enim quod, quanto maiora michi seruitia exhibetis, tanto namque a me quicquam petere affectatis neque a me unquam aliquid postulastis, siue in necesitate siue in... (sic) nisi grata beneficia exhibendo. Unde ego... facio cartam donationis, ...uobis dompno Didaco Lupi et uxori uestre domne Tot[e] P[etri], et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni uestre sucessioni perpetue ualituram. Dono itaque uobis et concedo Durango cum omnibus monasteriis suis, cum terminis, pertinentiis, montibus, nemoribus, riuis, aquis... (sic), ingressibus et regressibuss et cum omni iure quod ego ibi habebam et habere debebam, ut illum iure hereditario in eternum habeatis et irreuocabiliter sine contradictione perpetuo possideatis, ad faciendum inde quicquid uolueritis... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 901. El documento de la donación, conocido sólo por copias posteriores, es bastante defectuoso y ya fue considerado en su día por J. González como dudoso. El papel de Diego López de Haro encabezando el ejército cristiano en la batalla de las Navas de Tolosa fue recogido por el arzobispo Jiménez de Rada; véase Historia de los hechos..., Libro VIII.

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dado a cambio de Cameth. La devolución es consecuencia de la confiscación tras el desnaturamiento del magnate unos años antes, pero es más significativa la información de que el rey había dado Vizcaya a Diego López a cambio de Cameth. Como ya he señalado, aunque algunos autores han propuesto identificar esa expresión con Cameros, creo, sin embargo, que corresponde a Cañete en Cuenca. Por lo tanto, en algún momento previo el magnate había obtenido heredades en Cuenca. Sus intereses en Cañete no se conocen, más allá de lo recogido en el testamento, pero sí constan en otras zonas próximas. Parte de esas heredades de Cuenca fueron devueltas al rey a cambio de obtener Vizcaya21. Diego López de Haro se casó en dos ocasiones; de su primer matrimonio con María Manrique nació Lope Díaz de Haro; del segundo matrimonio con Toda Pérez de Azagra nacieron Pedro Díaz, María, Urraca y Aldonza. Tras la muerte de Diego López en 1214 el mayor de sus hijos varones conservó en buena medida la posición tan destacada que había tenido su padre. Así, dentro del período que estudiamos aquí todavía veremos a Lope Díaz de Haro recibir otra donación regia en 1218. En ese año Fernando III les entregó a él y a su esposa Urraca Alfonso la villa de Pedroso de Río Tobía22. Merece la pena señalar que Urraca era hija bastarda del rey Alfonso IX de León y hermanastra, por tanto, de Fernando III. 21 ...Mando etiam quod dompno Didaco Lupi reddatur absolute Bizcaya et omnes alie hereditates quas quondam ei dederam pro concambio de Cameth, sine altera pleytesia... GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 769, que contiene el testamento del rey. Sobre esto véase la nota 48 del Capítulo I y el texto a que se refiere. Sobre el señorío de Vizcaya también varios trabajos de GARCÍA DE CORTÁZAR, «El señorío de Vizcaya: personalidad y territorialidad...»; La creación de los perfiles físicos e institucionales del Señorío de Vizcaya en el siglo XIII»; o «El Señorío de Vizcaya», ahora en Investigaciones sobre Historia Medieval del País Vasco (1965-2005), ed. de J. R. DÍAZ DE DURANA, Bilbao, 2005, pp. 363-376, 495524 y 525-554, donde se da cuenta también de las opiniones de otros autores sobre estos episodios. 22 ...pro multis et gratis seruiciis que michi et domine regine genitrici mee semper exhibuistis et cotidie exhibetis, facio cartam donationis, concessionis, confirmationis et stabilitatis, uobis domno Lupo Didaci de Faro et uxori uestre domine Urrace Alfonsi, sorori mee, filiis et filiabus uestris, totique uestre successioni perpetuo ualituram. Dono itaque uobis et concedo illam meam villam que uocatur Pedroso de rio Tovia, cum terminis, montibus, fontibus, riuis, pascuis, cum ingressibus et egressibus suis, et cum omnibus pertinenciis suis, et cum omni iure quod ibi habeo et habere debeo, ut illam iure hereditario in pepetuum habeatis et irreuocabiliter sine contradictione aliqua possideatis, ad faciendum inde quicquid uolueritis, dando uendendo, concambiando, impignorando, seu quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 53; y LAMA, CDMR, T. 4, doc. 46. Esta donación, sin embargo, no deja de ser un tanto sorprendente, puesto que Pedroso había sido entregado por Alfonso VIII al monasterio de Nájera en 1169; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T, 2, doc. 71. Pero esa donación se había producido en un contexto de disputas y conflictos entre los concejos y entre los señores de la zona; Ibíd., docs. 149 de 1170 y doc. 807 de 1207. Otras ediciones de esos textos en CANTERA, Nájera, T. 2, docs. 71, 74 y 106;

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IV.1.3. Los Cameros Otra de las principales familias de la nobleza de la zona son los Cameros. Si los Haro concentran su poder dentro de la frontera del Ebro en la zona occidental (La Rioja Alta), los Cameros lo harán en la zona oriental (La Rioja Media y Baja). Ya hemos visto, por otro lado, como ambas familias, Haro y Cameros, enlazaron a comienzos del siglo XIII mediante el matrimonio de Aldonza, hija de Diego López de Haro, con Rodrigo Díaz de Cameros, hijo de Diego Jiménez.

Cuadro 15 Cameros, Mendoza y Haro a finales del siglo XII Jimeno Íñiguez (†1147)

Diego Jiménez de Cameros (†1188) = Guiomar de Traba

Rodrígo Díaz de Cameros = Aldonza (hija de Diego López de Haro)

Pedro Jiménez

Teresa = Lope de Mendoza

Otros

Otros

En la segunda mitad del siglo XII los dos miembros más destacados de la familia son los hermanos Pedro Jiménez y Diego Jiménez, y nos interesa teTURZA, Valvanera, docs. 223, 224 y 228; o LAMA, CDMR, T. 3, docs. 242 y 408. Véase también lo dicho en el Capítulo II en relación con el monasterio de Nájera y en el Capítulo III con los concejos rurales. En el contexto de esos conflictos interseñoriales podemos entender esta donación al principal magnate de la zona. Unos conflictos que, por cierto, no acabaron ahí y que volvieron a reproducirse con intensidad en el siglo XIV; véase CANTERA, Najera, T. 1, pp. 272-276. En cuanto a los matrimonios de Diego López de Haro, quedaron recogidos por el conde Pedro de Barcelos en su Libro de Linajes, donde indica que María Manrique, su primera mujer, le abandonó por un herrero de Burgos, por lo que Diego López contrajo un segundo matrimonio con Toda Pérez de Azagra; MATTOSO (ed.), Livro de Linhagens, II-1, p. 142.

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ner en cuenta también a su hermana Teresa, casada con Lope de Mendoza. Eran hijos de Jimeno Iñiguez y seguramente el mayor entre los varones era Pedro Jiménez; al menos es el primero que figura con una actividad política, que ya tenía a mediados del siglo XII, mientras que su hermano Diego no aparece con una posición destacada hasta los años 70. Sin embargo, en el reinado de Alfonso VIII será Diego Jiménez el miembro de la familia que alcance una mayor proyección. Pedro, Diego y sus hermanos eran los propietarios de los monasterios de Rute y Monte Laturce y refundaron este último como monasterio cisterciense, tal y como hemos visto en el Capítulo II. De nuevo una lista de sus tenencias, que estudiaremos con más detalle en un próximo capítulo, nos puede dar una idea de la extensión de su poder. Entre 1148 y 1175 Pedro Jiménez de Cameros ocupó, en uno u otro momento, las tenencias de Cameros, Clavijo, Jubera, Logroño, Ocón y Viguera, todas ellas en La Rioja Media y Baja. Sin embargo, su hermano Diego Jiménez alcanzó mayor poder y la lista de sus tenencias es más amplia y alcanza una mayor extensión desde el punto de vista geográfico; entre 1170 y su muerte en 1188 ocupó las tenencias de Ágreda, Aguilar de Río Alhama, Almazán, Arnedo, Belorado, Bureba, Calahorra, Cameros, Cerezo, Cervera de Río Alhama, Cuenca, Huete, Miranda, Nájera, Ocón, Poza, Quel, Río Iregua y Soria23. Están documentadas cinco donaciones regias a favor de Diego Jiménez de Cameros, todas ellas otorgadas por Alfonso VIII en los años 70 y 80, y algunas contienen importantes cambios entre el rey y el magnate. Las primeras, en los años 70, podemos situarlas en el contexto del interés del rey por establecer o reforzar sus apoyos en la zona en los años de las campañas militares contra Navarra. Así, en 1173 el rey dio a Diego Jiménez y su mujer Guiomar la villa de Herce, en el valle de Arnedo, donde después descendientes suyos establecerán un monasterio cisterciense femenino24. Poco después, un texto fechado en 1176 recoge un importante cambio con el rey. Según este texto, Diego Jiménez entregó a Alfonso VIII varios castillos 23 Sobre los Cameros en este período puede verse GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 317-321; S. de MOXÓ, «De la nobleza vieja...», pp. 53-59; TURZA, Monte Laturce, pp. 17-22; LEZA, Los López Díaz de Haro..., pp. 29-30 y 35-37; J. M. CANAL SÁNCHEZPAGÍN, «La Casa de Cameros...». Véase también lo dicho sobre el monasterio de Monte Laturce en el Capítulo II. 24 ...dono et concedo uobis Didaco Xemenez et uxori uestre domina Giomar, et filiis et filiabus uestris et uniuerse successioni uestre, pro multis et magnis seruiciis que mihi actenus deuote ac fideliter exhibuistis et qotidie (sic) exhibitis, uillam illam que uocatur Erce, in ualle de Arnedo sitam, totam ex integro, uidelicet, cum collaciis, terris, uineis, pratis, pascuis, riuis, molendinis, piscariis, montibus, fontibus, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis et pertinenciis suis, ut de cetero eam iure hereditario im perpetuum habeatis, et de illa quicquid uobis placuerit absolute faciatis, donando, uendendo seu cambiando. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 180; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 259.

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(Portilla, Siero, Burón, Alcazaba, Peñalba, Alión, Aguilar, Entreoteros y Ordejón), varios de ellos situados en la montaña leonesa; y a cambio el rey le da Maqueda, Arlanzón, Bohigas, Huércanos y Orogola. Un cambio muy amplio que nos puede informar de la extensión de las propiedades patrimoniales del noble25. Sin embargo, surgen un buen número de dudas y de preguntas en torno a este cambio. La primera duda sería la propia validez del texto que se conserva, puesto que no existe el documento original y sólo se ha conservado una copia del siglo XVIII en la que se contiene el texto traducido al castellano, copia que ofrece un escaso grado de fiabilidad. Otro problema deriva de la fecha, puesto que el texto lleva la fecha de 1176, cuando algunos de sus confirmantes no pueden corresponder a ese año sino a fechas un poco posteriores –por ejemplo, el alférez regio Gómez García de Rueda (de Roa), que lo fue entre 1178 y 1182, pero no lo era en 1176–. Por lo tanto, en el texto puede haber algún error de lectura en la fecha, de manera que algunos autores han propuesto datarlo en 1181; o podemos estar ante la copia de un texto interpolado, o ante una completa falsificación. Otro aspecto llamativo del texto deriva de las zonas donde radican los lugares incluidos en el intercambio, especialmente los castillos situados en la zona de la montaña leonesa. La explicación vendría por el matrimonio de Diego Jiménez de Cameros con una noble gallega, Guiomar de Traba, y sus vínculos con la nobleza leonesa26. En definitiva, se trata de un texto muy dudoso que es necesario considerar con alguna dosis de escepticismo. Pero, si este texto fuera válido o contuviera alguna parte cierta, nos estaría mostrando que los dominios de Diego Jiménez y su mujer eran muy amplio, con una extensión importante en zonas alejadas del núcleo del poder patrimonial de los Cameros en La Rioja Media y Baja. Otros textos posteriores, como veremos enseguida, abundan también en esa idea, aunque referidos a zonas distintas. Antes, todavía en los años 70, ...yo Diego Ximenez, con promto animo y con voluntad libre, juntamente con mi mujer doña Guiomar, concedo y doy a vos, señor Alfonso, rey de Castilla, en mutuo cambio, los castillos siguientes: los dos castillos de Portela con sus alfozes; a Siero con su alfoz; a Buradon con su alfoz; Alcazava con su alfoz; Peña Alva con su alfoz; Alio con su alfoz; Aguilar con su alfoz; Entreoteros con su alfoz; y ademas Orzejon si yo, Diego Ximenez, lo puedo restaurar del rey don Fernando por via de juicio... Esto doy por Maqueda, Arlanzon, Bozigas, Huercanos y Orogola, que me dais in trueque del mismo modo con sus entradas y salidas y con todas sus derechuras y pertenencias. Y assi yo, Diego Ximenez, dono a vos, Alfonso, rey de Castilla, los sobredichos castillos que eran mios proprios, para que podais hacer de ellos lo que os agradare... TURZA, Monte Laturce, doc. 42. 26 Sobre este texto, incluyendo un mapa de la localización de los castillos leoneses, J. M. CANAL, «La Casa de Cameros...», pp. 154-155 y 158, aunque este autor se muestra partidario de aceptar la validez del documento, algo que yo considero bastante dudoso. 25

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hay que hacer referencia a otra donación recibida de Alfonso VIII. Se trata de la villa de Torrecilla de Cameros, ahora sí en la zona nuclear de sus dominios. La villa pertenecía al monasterio de Nájera, pero en los años 70 el rey Alfonso VIII la tomó al monasterio y la entregó a Diego Jiménez de Cameros. No se ha conservado un documento que recoja directamente la donación al noble, pero sí hay suficientes noticias en otros documentos. Ya me he referido a ellos al hablar de la política de Alfonso VIII en relación con el monasterio de Nájera (véase el Capítulo II), pero conviene que recordemos ahora lo fundamental de esos hechos. Como digo, la información se contiene en varios textos y, para obtener una visión coherente y completa, es necesario considerarlos de manera conjunta. De esa forma, sabemos que en los años 70 el rey utilizó varias villas del monasterio de Nájera (Nestares, Torrecilla de Cameros o Treguajantes) para reforzar su alianza con Diego Jiménez de Cameros. Algunos textos recogen la iniciativa regia enmascarándola en actuaciones del propio monasterio, al que el rey habría ofrecido algunas compensaciones (la confirmación de lugares como Nestares o la villa de Valluércanes en La Bureba), pero otros indican claramente que el rey actuó en contra de los intereses del monasterio. Quizás todo ello se explique teniendo en cuenta que en el claustro no debía haber unanimidad en esos agitados años. Por ejemplo, un documento de 1179 recoge un cambio entre el monasterio y el rey por el que el rey obtendría Torrecilla y daba a cambio al monasterio Valluércanes. Es el único que nos ofrece una fecha a la que podríamos atribuir la donación regia de Torrecilla a Diego Jiménez de Cameros y por esa razón en los cuadros he contabilizado la donación en el registro correspondiente a 1179. Pero es sólo orientativo porque, en mi opinión, el contexto muestra claramente que los acontecimientos, que incluyen la donación regia al noble, ya se venían desenvolviendo en los años anteriores. Por ello podemos tomar como referencia la fecha de 1179 a efectos de los cuadros pero, con toda probabilidad, la donación regia se produjo antes, seguramente en el contexto de las campañas contra Navarra de 1173-1176. El rey anuló la donación posteriormente, pero Diego Jiménez no entregó la villa. Para que el monasterio pudiera recuperarla tuvo el rey que comprársela a su viuda doña Guiomar años más tarde; una compra que, por cierto, se hizo parcialmente con dineros del propio monasterio27.

27 Véanse las notas 16 a 21 del Capítulo II y el texto a que se refieren, donde se expone con más detalle lo contenido en los documentos de referencia. Las ediciones de los textos en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 229, 323, 329, y T. 3, doc. 661; CANTERA, Nájera, T. 2, docs. 76, 77, 80, 81 y 101; LAMA, CDMR, T. 3, docs. 271 y 273; TURZA, Monte Laturce, doc. 41; y MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XXII. Sobre la evolución de Torrecilla de Cameros también CANTERA, Nájera, T. 1, pp. 358-359.

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En definitiva, en algún momento de los años 70 Diego Jiménez obtuvo Torrecilla de Cameros por la intervención del rey y, aunque el monasterio de Nájera tenía claros derechos sobre ella, continuó disfrutándola hasta su muerte en 1188, y después también su viuda hasta los años 90. Una donación que habría que situar en el mismo contexto que la de Herce y posiblemente también que el cambio fechado en 1176. Decíamos que aquél cambio fechado en 1176, en caso de ser válido total o parcialmente, podría mostrar la amplitud de los dominios de Diego Jiménez de Cameros. Unos dominios que no sólo se referían a las tierras del norte, sino que se extendían también a zonas recién incorporadas al reino, más al sur en la frontera con al-Andalus en la zona de Cuenca. Así, un texto de 1184 recoge la donación regia del castillo de Yémeda, diez yugadas de heredad en Zafra, aldea de Huete, y el valle del Manzano en Belvis28. El documento correspondiente está fechado el 9 de octubre y se conserva otro texto fechado ese mismo día que contiene otro cambio importante entre Diego Jiménez de Cameros y el rey Alfonso VIII. Según ese texto ahora daría el noble al rey alguna de las villas que había recibido en el cambio anterior fechado en 1176, en concreto Arlanzón y Bohigas, más todo lo que pertenecía a su esposa Guiomar en Villacid; a cambio el rey le entregaba Enciso29. Otra vez conviene tener en cuenta que la información sobre este cambio no procede de un texto original sino de una traducción realizada en el siglo XVIII y que, como en el caso del texto de 1176, también éste plantea 28 ...dono et concedo uobis domno Didaco Xemeniz et uxori uestre, et filiis uestris et omni successioni uestre, castellum quod uocatur Yemeda cum omnibus terminis, directuris, aquis, pratis, pascuis, riuis, montibus suis, cum ingressibus, egressibus et omnibus pertinentiis suis. Insuper dono uobis tantum terre in termino de Açafra, aldea de Opte, in las Canaleias, quantum decem iuga boum ad anni uicem sufficienter arare et colere poterunt, et in termino de Beluiso dono uobis uallem del Manzano totum integre. Hec omnia uobis domno Didaco Xemeniz et uxori uestre domne Guiomar, et filiis et posteris uestris, iure hereditario habenda et irreuocabiliter possidenda, ad faciendum de eis quicquid uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo perpetuo habenda concedo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 427. Véase también GONZÁLEZ, «Repoblación de las tierras de Cuenca», p. 193. 29 ...hago carta de concambio y de firmeza con vos, don Diego Ximenez, y vuestra muger doña Guyomar, que sea valedera para siempre entre nosotros y nuestros successores. Conviene a saber, que os doy y concedo a Encisso con su Castillo, villa y sus terminos, aguas, prados, pastos y montes, con sus entradas y salidas y con todas sus derechuras y pertinencias, para que lo tengais y poseais perpetuamente por derecho de herencia y hacer dello lo que quisieredes, dando vendiendo, trocando, empeñando o disponiendo dello de otro quialquier modo. Esto es, en trueque por Arlanzón y Bocigas y todo el heredamiento que en Villa Ciz toca a vos, don Diego Ximenez, por parte de vuestra muger. La qual recivo de vos para poseerla yo y mis sucessores para hacer dellos lo que quisieremos. TURZA, Monte Laturce, doc. 51.

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algunas dudas. En cualquier caso, de ser cierta la información contenida en el texto que se conserva, Diego Jiménez reforzaría su posición en la zona nuclear de sus dominios adquiriendo otra villa en la zona de la frontera del Ebro, a costa de otras propiedades más alejadas. Para valorar la posición política de Diego Jiménez de Cameros, además de los documentos que recogen donaciones regias directas, hay que tener en cuenta también los privilegios regios dirigidos en esos años a los monasterios de Rute y de Monte Laturce. Y conviene considerar igualmente la posición de otros miembros de su familia. Ya hemos hablado de Pedro Jiménez, pero la documentación de los monasterios familiares nos ofrece también algunos datos de los demás hermanos y hermanas30. De entre ellos merece la pena detenerse, aunque sea brevemente, en su hermana Teresa. Teresa se casó con Lope de Mendoza, miembro de una familia destacada de la nobleza alavesa, lo que nos da una idea de la proyección de los Cameros y de la intensidad de sus alianzas de parentesco en la zona de la frontera con Navarra. Se conserva también la noticia de una donación de Alfonso VIII a Lope de Mendoza en 1178 según la cual el rey le habría dado a él y al hospital de Ventosa una cueva en Nájera llamada Cueva del Rey; además daría al hospital privilegio de pastos y exención de portazgos en el reino31. Además de los documentos de Rute y Monte Laturce, otros documentos dan cuenta también de las propiedades de Lope de Mendoza y de sus parientes próximos en la zona32. TURZA, Monte Laturce, docs. 27, 32, 33, 36, 37, 38, 42, 45, 46, 47, 48, 51, 52 y 55. Tanto el original del texto como una confirmación posterior de Fernando III en 1237 se han perdido y sólo se conoce un extracto incluido en un inventario del archivo de la catedral de Calahorra. El extracto dice lo siguiente: El Sr. Rey don Fernando rey de Castilla y de Toledo confirmó un privilegio de su abuelo, rey don Alonso, en favor de Lope de Mendoza en que concede a él y al Hospital de Ventosa aquella Cueva en Nájera que se llama La Cueva del Rey, do fue la Torre Cayda, con todos los solares y sus pertenencias y que a su casa de Ventosa ninguno le pida cosa ni hombre le saquen de cosa por ocasión alguna violenta, ni de otra manera y que sus ganados pascan por todos los lugares que pacer quisseren y que ningún portazgo de sus propias cosas ni mercancias pague en todo el reino del dicho rey don Alonso. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 268. 32 Las relaciones de parentesco pueden seguirse a través de L. SALAZAR Y CASTRO, Historia genealógica de la Casa de Haro (señores de Llodio, Mendoza, Orozco y Ayala), Madrid, 1959 (ed. facsímil), especialmente pp. 26-27 y Tabla II; de quien las tomó MOXÓ, «De la nobleza vieja...», pp. 107-108. Según Salazar, Lope (Íñiguez) de Mendoza sería hijo de Íñigo López de Mendoza y sobrino de Lope López de Mendoza (hermano del anterior). Yo no he podido constatar las relaciones de parentesco, pero sí se documentan ya propiedades de Lope López de Mendoza en la zona, en Terrazos, que dio a Santo Domingo de La Calzada en 1157; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, docs. 32 y 139. Ese mismo Lope López había confirmado algunos documentos de Alfonso VII relativos a la zona y expedidos en Nájera en 1135; LAMA, CDMR, 30 31

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IV.1.4. Los Lara Los Haro, los Cameros y, en menor medida, los Azagra concentran la mayoría de las donaciones regias a miembros de la alta nobleza en la zona en estos años, tal y como hemos ido viendo. Pero también un Lara T. 2, docs. 107, 109 y 110. Su sobrino, el esposo de Teresa de Cameros, también confirma en una ocasión un documento de Alfonso VIII en 1176 referido al monasterio de Bujedo; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 269; y LOIZAGA, Bujedo, doc. 184. Entre 1160 y 1200 aproximadamente el nombre se repite con cierta frecuencia en la documentación de la zona, pero creo que corresponde, al menos, a dos personajes; uno el marido de Teresa de Cameros y otro un hijo de ambos con el mismo nombre. Al marido de Teresa de Cameros podemos identificarle con el Lope de Mendoza que dio unas heredades a Santo Domingo de La Calzada en Bañares de Suso hacia 1183 y con el que entregó al monasterio de Obarenes en 1184 las propiedades de Piedraluenga que a él le había dado su abuela Sancha Díaz de Frías; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 65; y SALAZAR, Casa de Haro, doc. X. Más difícil resulta identificar al Lope de Mendoza que a finales de los años 70 aparece vinculado al monasterio de Fitero. Puede tratarse de otro individuo, pero no descarto que sea el marido de Teresa de Cameros. En cualquier caso, un Lope de Mendoza se documenta como monje o familiar de Fitero hacia 1177 y figura como alcaide y subtenente de Tudején por el abad en esas fechas; TURZA, Monte Laturce, doc. 44; y MONTERDE, Fitero, docs. 142, 154 y 155. Cuadro 16 Mendoza c. 1150-c. 1210 Lope López de Mendoza

Íñigo López de Mendoza

Lope de Mendoza = Teresa de Cameros

Lope de Mendoza

Guillermo de Mendoza Íñígo López de Mendoza

Teresa de Cameros y Lope de Mendoza tuvieron varios hijos cuyas propiedades e intereses también se documentan en la zona. Lope de Mendoza, homónimo de su padre, tuvo propiedades en Rabanera que pasaron a manos del monasterio de Fitero en 1201; MONTERDE, Fitero, doc. 223. También figura como fiador de un Martín Sánchez en una venta realizada por éste y sus hermanos al monasterio de Bujedo en la zona de Losa en 1190; LOIZAGA, Bujedo, doc. 55. Este Lope de Mendoza está documentado como hermano de Guillermo de Mendoza y éste, a su vez, como hijo de Lope de Mendoza y de Teresa (de Cameros). Guillermo y su hermano Lope confirman una donación de su tía Sancha Jiménez al monasterio de Monte Laturce en 1189; TURZA, Monte Laturce, doc. 52. Guillermo también hizo una donación al mismo monasterio en 1198 de una heredad en La Santa; Ibíd., doc. 56. Pero la primera vez que se le documenta es ya en 1182 confirmando otra donación al monasterio, esta vez hecha por la condesa Aldonza (madre de Diego López de Haro); Ibíd., doc. 49. Sin embargo, como propietario sólo consta dando sus propiedades en Rabanera al monasterio de Fitero en 1199; MONTERDE, Fitero, doc. 221. Aunque otras propiedades suyas en un lugar desconocido se documentan en TURZA, Monte Laturce, doc. 64 de 1217.

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recibió una donación regia. Se trata del conde Gonzalo Núñez de Lara, a quien entregó Enrique I ya en mayo de 1217 el castillo de Grañón. La donación se produjo apenas unos días antes de la muerte del rey, que todavía era un niño y estaba en manos de Alvaro Núñez de Lara que actuaba como regente –custos regis– y era hermano del conde Gonzalo. Eran momentos de luchas entre la nobleza castellana polarizada en torno a los partidarios de la reina Berenguela y de los Lara y el texto de la donación refleja bien los estrechos lazos que unían entonces al joven rey y al conde Gonzalo33. En el Capítulo anterior vimos como el rey había intentado favorecer el desarrollo de Grañón como villa real. Grañón ya era un centro de poder importante desde tiempo atrás, pero no logró desarrollarse en esta época seguramente por la competencia de lugares próximos como Santo Domingo o Belorado. Quizás la donación del castillo a Gonzalo Núñez de Lara tampoco favoreció ese desarrollo.

Otro hijo de Lope de Mendoza y Teresa de Cameros fue Íñigo López de Mendoza que figura también como confirmante en documentos de la zona a finales del siglo XII y comienzos del XIII. En 1187 confirma otro documento de la condesa Aldonza; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293. Años más tarde debió apoyar las campañas de Alfonso VIII en 1199-1200 y así le vemos como confirmante en algunos documentos regios en 1202 y 1203; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, docs. 725, 737 y 740. Sin embargo, no estoy seguro de que otro Iñigo de Mendoza que se documenta en 1210 corresponda al mismo personaje (hijo de Lope de Mendoza y Teresa de Cameros) o, más bien, a un hijo suyo (nieto de los anteriores). Un Íñigo de Mendoza confirma una donación de Diego López de Haro al monasterio de Bujedo en Ameyugo en 1210, de manera que lo que veríamos es la continuidad de los fuertes vínculos con los Haro; pero ese mismo año Íñigo de Mendoza y sus hermanos Diego, Urraca, Emilia (Nulia) y María Íñiguez hacen también una donación a Bujedo en Cameno y creo que esos personajes ya pertenecen a una generación posterior; LOIZAGA, Bujedo, docs. 695 y 692. 33 ...pro multis et gratis seruiciis que mihi fideliter exhibuistis et cotidie exhibere non cesatis, et pro hominibus et rebus aliis que in seruicio meo amisistis, et quibusdam grauissimis destrutionibus quas in acquisitione regni mei, cum regnare ab aduersariis impediebar, pro me sustinuistis, facio cartam donacionis, concessionis, confirmationis et stabilitatis uobis comiti Gonçaluo et uxori uestre comitisse done Marie, filiis ac filiabius uestris et omni successioni uestre perpetuo ualiturum. Dono eciam uobis et concedo illud meum castellum quod Granon dicitur, prope Villam furado situm, cum omnibus terminis et pertinenciis suis, et cum omni iure quod ibi habeo uel habere debeo, ut illa uos et successores uestros habeatis et irreuocabiliter in perpetuum posideatis pacifice et quiete ad faciendum de illo quicquid uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando seu quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1014; y LAMA, CDMR, T. 4, doc. 43. Sobre los Lara, véase S. R. DOUBLEDAY, Los Lara. Nobleza y monarquía en la España medieval, Madrid, 2004, especialmente sobre los personajes mencionados aquí, pp. 55-70.

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IV.2. Media y Baja nobleza Tal y como señalo en los Cuadros 12 y 13, he recogido un total de 17 donaciones regias en el período estudiado dirigidas a individuos que creo que pueden considerarse miembros de la baja y media nobleza. Un total de 17 donaciones pero que se dirigen a 14 individuos distintos, puesto que algunos, como veremos, recibieron varios privilegios. Ya se han apuntado los problemas de identificación y de clasificación de muchos miembros de la nobleza, especialmente cuando abandonamos los estratos más altos de los principales magnates del reino y sus parientes más próximos. Estoy bastante seguro de que casi todos los individuos a que me voy a referir a continuación eran nobles; pero lo cierto es que para algunos de ellos mi certeza es menos firme. De algunos tengo suficientes datos que me permiten situarlos en un contexto local o comarcal –baja nobleza– o en un ámbito más amplio –nobleza media o nobleza regional–; pero de otros apenas puedo afirmar otra cosa que creo que eran nobles y que, no perteneciendo a las grandes familias nobiliarias, han de incluirse entre los grupos inferiores de la nobleza. Sirvan estas advertencias para subrayar las dificultades de los análisis sobre la nobleza, dificultades que se multiplican en cuanto el análisis abandona el campo mejor conocido –aunque, para este período, también lleno de incertidumbres– de la alta nobleza. Sirvan también para reclamar la importancia de esos análisis, aunque los planteamientos, como en este caso, tengan más de hipótesis que de conclusiones firmes. IV.2.1. Últimos años del reinado de Alfonso VII (1145-1157) Como se indica en los cuadros de referencia, tres de estas donaciones fueron realizadas por Alfonso VII, dentro del período de su reinado que estudiamos nosotros, y las tres se produjeron a finales de enero y comienzos de febrero de 1151. En mi opinión, no puede tratarse de una coincidencia y debe haber un hilo conductor que una las tres donaciones. Da la impresión de que, cuando el emperador cede el gobierno directo de esta zona a su hijo Sancho III, quiere recompensar a algunos que probablemente le habían servido fielmente. Por orden cronológico, la primera de estas donaciones tiene lugar el 21 de enero del año citado de 1151 y se dirige a Calvet, a quien el emperador califica como meo fideli uassallo, entregándole la villa de Sorzano en el alfoz de Viguera34. En las décadas de mediados del siglo XII hay varios docu34 ...uobis Caluet meo fideli uassallo et filiis uestris et omni gnatione (sic) uestre facio cartam donationis de illa uilla que uocatur Surzanu cum montibus et fontibus, cum pratis et pascuis, cum ingressibus et regressibus suis et cum omnibus suis terminis et pertinentiis

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mentos de la zona con referencias a indivuduos llamados Calvet que parecen tener una posición relevante en los ámbitos locales o que figuran como propietarios destacados. No es posible determinar con seguridad a quien de ellos corresponde el beneficiario de la donación regia. Con mucha probabilidad se trata del individuo llamado Calvet de Lardero que confirmó poco después, en 1154, una donación del emperador al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce en Logroño y en sus cercanías. Conviene tener en cuenta que Sorzano y Lardero están muy próximos entre sí y que son lugares cercanos a Logroño. También creo probable que se trate del alcaide de Nájera por el conde Lope de Haro que se documenta en 116935. Más allá de eso, otros propietarios en La Rioja Alta en la zona de Santo Domingo, o en La Rioja Baja en Calahorra e incluso en Tudején, podrían corresponder con este personaje36. quantum ego ibi habeo et iacet in alfuz de Bigeira circa Uilela de Rat. Dono atque concedo uobis ipsam uillam ut ab hac die habeatis eam liberam et quietam uos et filii uestri et omnis gnatio (sic) uestra iure hereditario in perpetuum et faciatis de ea quicquid uolueritis donando, uendendo uel concanbiando cuicumque uolueritis libere et quiete. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 15; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 157. 35 La donación del emperador al monasterio de Monte Laturce en LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 653; y en TURZA, Monte Laturce, doc, 25, este último fechando el texto en 1147. Sobre esta donación y las discrepancias en la fecha véase la nota 94 del Capítulo II. La referencia a Calvet como alcaide de Nájera en 1169 en LEDESMA, San Millán, doc. 411; y JIMÉNEZ, Cañas, docs. 6 y 7, donde figura también como confirmante Calvet de Bovadilla que probablemente era un individuo distinto al alcaide. 36 Por orden cronológico conviene señalar que ya en 1138 el rey García Ramírez de Navarra había dado a un Calvet de Yécora la villa de Bihurco, cerca de Yécora –no lejos de Logroño, al otro lado del Ebro, en Álava, entre Oyón y Bernedo–; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 120; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 14. En la zona de Calahorra un Calvet figura como confirmante en un documento de mandas del arcediano Pedro a la catedral de Calahorra sin fecha pero datable entre 1130 y 1150; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 124-i. Descendientes suyos debían ser Martín Calvet y su hermano Lázaro que testifican en ventas y cambios en Calahorra ya a comienzos del siglo XIII en 1203 y 1210; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 413 y 449. Antes, en 1185, figura un Calvet como sayón en Ocón; Ibíd., doc. 228 y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 19. En Tudején, Calvet de Tudején figura en bastantes documentos de la zona en relación con el monasterio de Fitero entre 1161 y 1182. Al monasterio le entregó también propiedades en Tudején en 1174; MONTERDE, Fitero, doc. 146. Su hijo Martín figura también como propietario en Tudején en 1189; Ibíd., docs. 209 y 215. Dada la identidad en el nombre de los hijos es bien probable que Calvet de la zona de Calahorra y el de Tudején sean el mismo individuo. En La Rioja Alta, cerca de Santo Domingo consta que Calvet había dado una viña al monasterio de Santo Domingo que después el monasterio cambió en 1192; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 73. Es muy probable que ese Calvet fuera el padre de un Rodrigo Calvet y un Martín Calvet documentados también en 1189; Ibíd., doc. 71. ¿Corresponden todos estos datos al mismo individuo? Además, conviene señalar que había también un Calvet sacristán y prior de Calahorra (1155-1171) y otro prior de Albelda (1196-1209).

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Unos días después de la donación a Calvet, el 1 de febrero de 1151, el emperador dio la villa de Préjano, cerca de Arnedo, a Martín Fernández de Calahorra a quien califica también como meo fideli uassallo37. En este caso disponemos de algunos datos más sobre el personaje que nos permiten situarlo en su contexto social y político. Martín Fernández de Calahorra figura en alguna ocasión entre los confirmantes de los privilegios regios; no es un confirmante habitual, por lo que no podemos considerarle un miembro de la alta nobleza, pero sí figura al menos en una ocasión en un documento de Sancho III de 1152 y en otros tres de Alfonso VIII de 116638. Su mayor presencia en la corte se dio ese año y es suficiente para que podamos considerarle un personaje de una cierta relevancia, quizás un miembro de la nobleza media o nobleza regional con una clara proyección en La Rioja Baja. En sus inicios su carrera política estuvo vinculada al magnate Gutierre Fernández de Castro, personaje muy próximo al emperador Alfonso VII y a su hijo Sancho III, lo que pudo facilitar el acceso de Martín Fernández a los círculos de la corte. Gutierre Fernández de Castro ocupó la tenencia de Calahorra entre 1139 y 1152 y durante todo ese tiempo su alcaide fue un Martín Fernández quien, en mi opinión, se puede identificar con el beneficiario de la donación regia de 1151. Un documento incluso le califica como tenente de la ciudad en 1148, pero se trata de un error puesto que en esa fecha era alcaide, siendo el tenente Gutierre Fernández de Castro. También se documenta a Martín Fernández como alcaide de Quel y subtenente de Arnedo,

37 ...Idcirco ego Adefonsus, Hispanie imperator..., vobis Martino Fernandez de Calafurra, meo fideli uassallo, et filius uestris et omni generationi uestre, facio cartam donationis de illa uilla que uocatur Precxamo (sic), cum montibus et fontibus, cum pratis et pascuis, cum ingressibus et regressibus, cum terris cultis et incultis et cum omnibus suis terminis et pertinentiis tam heremis quam populatis et cum omnibus suis directuris ubicumque inuenire potueritis. Et hoc facio pro seruitio quod mihi fecistis in partibus sarracenorum atque christianorum, ut ab hac die habeatis ipsam uillam sicuti iacet in ualle de Arenero (sic) iure hereditario in perpetuum. El documento procede la catedral de Pamplona y ha sido publicado por J. GOÑI GAZTAMBIDE, Colección diplomática de la Catedral de Pamplona, T. I, 829-1243, Pamplona, 1997, doc. 269. Véase también el regesto en LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 555; y en REILLY, The Kingdom..., doc. 687. 38 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 5, 88, 89 y 90. Su presencia en la corte en 1166 me lleva a pensar que se pueda identificar a Martín Fernández de Calahorra con el Martín Fernández que, sin otro apellido identificativo, confirma también en otros cinco privilegios regios de ese mismo año; Ibíd., docs. 77, 83, 84, 85 y 86. Aunque con más dudas, también es posible que sea el mismo que confirmó otros dos documentos de Sancho III fechados en 1145 y en 1151; Ibíd., docs. 1 y 4. Sin embargo, mantengo una cierta prudencia porque también aparece en la corte en ocasiones otro Martín Fernández de La Correia; ambos confirman en Ibíd., doc. 89 de 1166.

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también por Gutierre Fernández de Castro en ambos casos, en 1142 y 114539. Por último, el 10 de febrero de 1151 Alfonso VII dio un linar en Huércanos a doña Sancha40. Si muchas veces resulta complicado identificar socialmente a los hombres, con mucha frecuencia resulta aún más difícil situar en su contexto social a las mujeres por la falta de datos. Nada sabemos sobre doña Sancha, su familia, esposo o hijos; pero sí sabemos que no era ésta la primera donación que recibía del emperador, pues el mismo documento nos indica que ya antes le había dado un huerto que estaba próximo al linar que recibe ahora en 1151. Siendo así y habiendo recibido, al menos, dos donaciones de Alfonso VII considero que debía ser un personaje de cierta relevancia en la zona y creo que son datos suficientes para considerarla, probablemente, miembro de la baja o media nobleza. IV.2.2. Sancho III Durante el gobierno de Sancho III, tanto durante la vida de su padre como después en su breve reinado en solitario, tan solo he registrado dos donaciones a miembros de la nobleza media e inferior y fueron éstas, además, las únicas dirigidas a la nobleza en conjunto –frente a, recordemos, 17 donaciones dirigidas a instituciones eclesiásticas–. 39 Martín Fernández ya figura como alcaide de Calahorra por el conde Rodrigo Martínez en 1137 y continuó desempeñando el oficio al servicio de Gutierre Fernández de Castro en todo el período en que éste ocupó la tenencia. Los datos en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 113 de 1137, 122 de 1139, 123 de 1139, 126 de 1140, 130 bis de 1142, 132 de 1142, 138 de 1145, 145 de 1147, 153 de 1150, 155 de 1151 y doc 161 de 1152. También TURZA, Monte Laturce, doc. 26 de 1148. El alcaide de Calahorra ya figura también como confirmante en un documento de Alfonso VII de 1146; MONTERDE, Fitero, doc. 7. Como tenente de Calahorra Martín Fernández figura en MONTERDE, Fitero, doc. 15. Como alcaide de Quel por Gutierre Fernández de Castro en 1142 se documenta en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 131. Como subtenente de Arnedo por el mismo, en Ibíd., T. 2, doc. 138. Por lo demás, son muy escasos los datos conservados sobre sus vínculos familiares y sus bienes patrimoniales. Sabemos que tenía un hijo llamado Fernando Martínez que tenía heredades en Hontoria de Valdearados (al sur de Burgos, cerca de Aranda de Duero), solares, terras uineas, ortos et pratos, que dio al monasterio premonstratense de Nuestra Señora de La Vid en 1196; A.H.N., Clero, Pergaminos, carp. 379, nº 8; e Índice de los documentos procedentes de los monasterios y conventos suprimidos que se conservan en el archivo de la Real Academia de la Historia, T. 1, Madrid, 1861, pp. 142-143. (Agradezco esta referencia a C. Estepa) 40 ...uobis, dompne Sancie et filiis uestris et omni generationi uestre facio cartam donationis de illo linare, qui est in Orchanos, et iacet circa illud uestrum ortum quod ego uobis dedi et de illo pedazu de terra qui iacet circa illud ortum de Sancta Maria de Naiara et illam uiam de Urunola: et hoc facio, ut ab hac die habeatis eos liberos et quietos uos et filii uestri et omnis generatio uestra iure hereditario in perpetuum. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 159.

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Un documento fechado probablemente en abril de 1157 recoge una donación a Pedro Sanz de la llamada Cueva Mayor de Tudején, más unas viñas y unas tierras41. Posteriormente, Pedro Sanz y su mujer María entregaron esas heredades al monasterio de Fitero y el nombre de su esposa nos permite identificarle con el vendedor de otras tierras al monasterio de Castellón (luego Fitero) poco antes, en 115542. La abundante documentación del monasterio de Fitero en esos años recoge actuaciones de personajes llamados Pedro Sanz que se documentan como propietarios en la zona: Pedro Sanz de Barzusa, Pedro Sanz de Corella o Pedro Sanz de Funes, además de otros que no se acompañan de apellido identificador. Es muy probable que algunas de esas actuaciones correspondan al beneficiario de la donación regia de 1157 que, probablemente, era un miembro de la baja nobleza de la zona43. Disponemos de más datos sobre García Zapata, a quien el rey Sancho III dio en junio de 1158 toda la heredad y el realengo que tenía en Autol, excepto una viña y un huerto44. García Zapata era un miembro de la nobleza 41 ...facio cartam firmitatis et confirmationis uobis domino Petro Sanz, de illa coua maior de Totullen, et de illa uinea de Balneolo de Caracallo, et de unas pezas ace, et de ipsa peza que est secus Balneolo. Do uobis nominatas hereditates et concedo ut habeatis et possideatis uos et omnis generatio uestra iure hereditario, in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 27; y MONTERDE, Fitero, doc. 42. Hay algunas discrepancias en cuanto a la fecha de este documento. J. González publicó la copia del Tumbo de Fitero que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, que lleva la fecha era MCXCV (1195) que corresponde al año 1157. Monterde publicó la copia del Cartulario de Fitero del Archivo General de Navarra que lleva la fecha era .I.C.LXXXXª.III. (1193) que corresponde al año 1155. Por su parte, Reilly propone datarlo en 1155 destacando que en el documento aparece como confirmante la reina doña Blanca que murió en agosto de 1156; REILLY, The Kingdom..., doc. 881. Nosotros no nos atrevemos a proponer nada definitivo puesto que, tratándose de una copia de un cartulario, puede haber un error al copiar la fecha o la lista de confirmantes. Hay también algunas diferencias en el contenido del documento debidas seguramente a deficiencias de transcripción de los copistas. 42 MONTERDE, Fitero, docs. 100 y 43. 43 Pedro Sanz de Barzusa o Barchusa tenía propiedades en Tudején que vendió al monasterio de Fitero en 1156 y otras que limitaban con unas que adquirió el monasterio en 1157; MONTERDE, Fitero, docs. 61 y 95. Mientras tanto, Pedro Sanz de Corella no se documenta como propietario, pero sí como fiador y confirmante en compras y cambios hechos por el monasterio en Cascante, Cintruénigo o Tudején, Ibíd., doc. 17 de 1151, doc. 101 de 1157, y doc. 108 de 1158. Pedro Sanz de Funes también confirma un cambio hecho por el monasterio hacia 1161; Ibíd., doc. 131. Uno de ellos debe corresponder con Pedro Sanz que actúa como confirmante y fiador en adquisiciones en Fitero; Ibíd., doc. 53 de 1156, y doc. 111 de 1161. El mismo, quizás, que realizó un cambio con el cabildo de Calahorra en 1170; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 241. 44 ...facio cartam donationis et textum scripture firmitatis in perpetuum valiturum tibi Garsie Zapata, et filiis tuis, omnique generationi tue, de tota illa hereditate et regalengo quam ego habeo in Abtol, preter illam vineam et ortum, ut habeas eam et possideas pro here-

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comarcal de la zona de La Rioja Baja, conociéndose propiedades suyas en Autol, Calahorra, Fitero o Cintruénigo. Su patrimonio y su proyección política son bien conocidas –en la medida en que la documentación conservada, siempre escasa y fragmentaria, lo permite– gracias a un estudio reciente de T. Sáenz45. Su patrimonio se extendía por las vegas del Cidacos y del Alhama, donde además obtuvo el control de importantes fortificaciones al servicio de nobles más poderosos, Así, se documenta como alcaide de Calahorra por Fortún López en 1152-1153, por el conde Gómez González en 1167-1171 y por Diego Jiménez de Cameros también en 1171. También figura como alcaide de Arnedo en 1169 por el conde Gómez González en 1169. Pero su poder era aparentemente más extenso en los años 1156-1157, el momento inmediatamente anterior a la donación de Sancho III, cuando actúa como alcaide por Portolés en Ágreda, Cervera y Tudején46. Sin duda, la donación de Sancho III en 1158 estaba encaminada a reforzar los vínculos con un noble con una clara proyección en la zona y que se había constituido como una pieza importante en el engranaje del poder regio en la zona. García Zapata continuó ejerciendo ese papel y, en correspondencia, recibirá nuevas donaciones regias. IV.2.3. Alfonso VIII Aunque la proyección política de García Zapata es aparentemente más amplia a finales de los 50, continuó sirviendo a los tenentes regios en la zona durante los años 60 y 70, como hemos visto. De manera que Alfonso VIII le realizó una nueva donación; en 1173 le entregó una viña en Calahorra en el término de Benesat y una heredad también en Calahorra, en Perenzano, con una extensión de tres yugadas47. La donación tiene lugar en un ditate tu et omnis sucessio tua deinceps in perpetuum. Ita, inquam, dono et concedo tibi totam predictam hereditatem et regalengum, ut facias inde quicquid volueris, donando, vendendo vel concambiando cuicumque tibi placuerit libere et absolute. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 46; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 204. 45 T. SÁENZ DE HARO, «Los Zapata (1148-1340), un ejemplo de aristocracia local en La Rioja Baja durante la Edad Media», en J. I. DE LA IGLESIA (coord.), Los espacios de poder en la España medieval, Logroño, 2002, pp. 553-582, especialmente pp. 559-570. 46 Véase LAMA CDMR, T. 2, doc. 163 de 1152, 170 de 1153, 225 de 1167, 226 de 1167, 229 de 1168; y T. 3, doc. 231 de 1168, 234 de 1169, 235 de 1169 y doc. 248 de 1172; y MONTERDE, Fitero, docs. 82, 83, 85 y 87 de 1156. 47 El rey señala que si la heredad de Perenzano no alcanza esa extensión se añadan otras tierras de otras heredades regias en el lugar. ...dono et concedo uobis Garsie Zapata, filiis et filiabus uestris et omni subcessioni uestre, in Calaforra uineam de campo de Venesat, que est herema, et hereditatem de Pesenzano, et, si ipsa ad tria iuga boum pro anni uicem bene sufecerit, fiat, si uero non suffecerit, de alia hereditate regis detur sibi tanta cum ipsa de Pesenzano quanta ad tria iuga ad anni uicem suffeccerit, pro multis seruiciis que mihi actenus fe-

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momento especialmente significativo, inmediatamente antes de la ofensiva de Alfonso VIII contra Sancho VI de Navarra. No hay duda de que el rey castellano buscaba reforzar su posición en un momento delicado, consolidando sus vínculos con un miembro de una familia destacada de la zona. Importa subrayar la dimensión familiar, puesto que García Zapata no era el único miembro de su familia con una posición relevante en el ámbito comarcal. Su hijo Jimeno Zapata le sustituyó como alcaide de Calahorra en 1172, también al servicio de Diego Jiménez de Cameros, y en esa misma posición le vemos igualmente hacia 1184. Por su parte, Pedro Zapata, probablemente hermano de García, figura también como alcaide de Calahorra por Pedro de Arazuri en 117848. Más tarde, sus descendientes continuarán disfrutando de una posición destacada en la zona, tanto desde el punto de vista político como patrimonial49. La de García Zapata es una de las 11 donaciones que he registrado realizadas por Alfonso VIII a miembros de la baja y media nobleza en la zona de la frontera del Ebro. Es muy significativo que casi la mitad, 5 de las 11 donaciones consideradas, se concentren en un período muy concreto, los años 1173 a 1176, los años de la ofensiva contra navarra. También 4 de las 11 donaciones se concentran en dos beneficiarios, Fernando Pardo y su hijo Pedro Pardo, y se relacionan con el hospital de Valdefuentes en la zona de Oca. Esas donaciones forman un bloque coherente, por lo que me referiré a ellas más adelante en un apartado específico. En enero de 1173 el rey había dado a García Zapata la heredad de Calahorra en La Rioja Baja; en abril, como veremos, entregó a Fernando Pardo el hospital de Valdefuentes en los Montes de Oca; y en octubre entregó a don Bernardo una serna en Velasco o Velascuri, junto a Herramelluri, en la cuenca del Tirón, no lejos de Grañón o de Santo Domingo de La Calzada50. No es difícil ver en esas tres donaciones una clara relación con las campañas militares iniciadas ese año en la zona. La donación a don Bernardo no nos aporta más datos acerca de la identidad del beneficiario. Velasco será, como es bien conocido, el apellido de referencia de un importante grupo familiar cistis, ut amodo prefatam hereditatem liberam et quietam habeatis iure hereditario im perpetuum, et de ea quicquid uobis placuerit absolute faciatis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 174; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 258. 48 LAMA, CDMR, T. 3, docs. 248, 250, 267 y 307. 49 SÁENZ DE HARO, «Los Zapata...». 50 ...facio cartam donationis de illa mea serna in Velascor, ante Sanctum Mametem sita, uersus Ferramelor, de limite inferius usque uiam, uobis don Bernardo, in perpetuum ualituram; et dono eam uobis iure hereditario habendam tempore perpetuo et faciendum de illa quicquid uobis placuerit absolute. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 189; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 253; y LEDESMA, San Millán, doc. 419.

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de la nobleza castellana pleno y bajomedieval51. Por esas mismas fechas de las últimas décadas del siglo XII se documenta un Bernardo de Velasco o Bernardo Díaz de Velasco que, en mi opinión, se puede identificar con el beneficiario de la donación regia. De ser cierto este planteamiento, estaríamos ante uno de los primeros miembros identificables de ese grupo familiar, un grupo familiar que conocemos mejor a partir de las décadas siguientes y algunos de cuyos miembros alcanzaron posiciones muy destacadas entre la nobleza castellana en la Baja Edad Media. Ahora, a finales del siglo XII, los Velasco pertenecían a los sectores de la media o baja nobleza y estaban, al menos algunos de ellos, vinculados a los Haro52. 51 Véase, por ejemplo, C. JULAR PÉREZ-ALFARO, «Nobleza y clientelas: el ejemplo de los Velasco», en C. ESTEPA y C. JULAR (eds.), Los señoríos de behetría, Madrid, 2002, pp. 145-186, con referencia a la bibliografía más relevante sobre este grupo familiar, incluyendo otros trabajos de la propia autora. 52 La primera vez que se documenta a Bernardo de Velasco es en 1169, cuando confirma en un documento del monasterio de Cañas del conde Lope de Haro y su mujer la condesa Aldonza; JIMÉNEZ, Cañas, doc. 6. Sus propiedades en Velasco (Blasconi) se documentan en 1177; LEDESMA, San Millán, doc. 430. Poco después se documentan otras propiedades suyas en la zona de Santo Domingo, en Gallinero de Yuso, Corporales o Pino de Suso, que entregó al monasterio de Santo Domingo; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 53 de 1182, doc. 86 de 1203 y doc. 87 de 1182-1203. En esos textos se documentan también dos de sus hermanos, Sancha y Gil de Velasco. Bernardo y sus hermanos eran hijos de Diego Díaz de Velasco (Blashori o Blaschori = Velascuri), que se documenta en 1153 como confirmante de un privilegio de Sancho III en el que concede exenciones a los clérigos de Grañón; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 9; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 171. En 1165 Diego Díaz de Velasco entregó al monasterio de San Millán todas sus propiedades en Villaporquera (o Porquera), que incluían 4 collazos cuyos nombres se detallan, 3 solares yermos con sus divisas, 5 tierras y 3 viñas; el documento nos informa, además, del nombre de su mujer y de algunos sus hijos. LEDESMA, San Millán, doc. 406 Ya he mencionado a los hermanos de Bernardo, Gil Díaz de Velasco y Sancha; otros hermanos eran Gonzalo Díaz de Velasco, Sancho Díaz, Lope Díaz, Rama y Ocenda. En 1189 Gonzalo y Gil dieron al monasterio de Santo Domingo un solar y una divisa en Santurde por el alma de su hermano Bernardo. Con el acuerdo de su hermano Gil y de su sobrina Ocenda, Gonzalo dio también al monasterio unas casas y un solar en Pino de Suso entre 1181 y 1189. Gil, por su parte, dio o vendió igualmente al monasterio de Santo Domingo propiedades en Pino, Redecilla, Orceros y Corporales en 1209 y 1212. Véase UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, docs. 70 de 1189, 83 de 1181-1189, 96 de 1209 y 101 de 1212. Lope Díaz de Velasco o Lope de Velasco es el mejor documentado de los hermanos de Bernardo. Se documenta sobre todo como confirmante en documentos de los Haro y creo, por lo tanto, que era uno de sus vasallos nobles de la zona. Véase LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293 de 1187 y doc. 378 de 1198; y LOIZAGA, Bujedo, doc. 99 de 1188-1201, doc. 185 de 1193, y doc. 92 de 1198. Además, en 1192 figura también como tenente de Grañón, lugar próximo, como ya he señalado, al de Velasco que tomaron como apellido identificador y núcleo de su patrimonio; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 73.

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También en 1176 Alfonso VIII realizó varias donaciones a miembros de la baja y media nobleza en el contexto de las campañas contra Navarra. En septiembre hizo una nueva donación a Fernando Pardo y al hospital de Valdefuentes a la que me referiré más adelante. Pero interesa registrar ahora otra donación realizada en agosto a favor de Rodrigo Gustios. Alfonso VIII le entregó Cerezo y un prado en San Cebrián con privilegio de exención de entrada del sayón regio. Es probable que esta donación se refiera a Cerezo de Río Tirón y por ello la recojo en este trabajo, pero también tengo algunas dudas. En cualquier caso, lo que sí deja claro el documento es la condición social de Rodrigo Gustios y la relación de esta donación con las campañas militares contra Navarra. El rey señala que hace esta donación para recompensarle por un episodio que tuvo lugar en una de esas campañas, en la conquista del castillo de Leguín por el rey; entonces Rodrigo Gustios dio un caballo al rey, seguramente en algún lance de guerra. Así pues, Rodrigo Gustios era uno de los guerreros que acompañaron al rey en sus campañas, un noble, y esta donación recompensa su actuación en una de esas campañas53. Lope de Velasco tuvo un hijo llamado Diego López de Velasco que parece el individuo más destacado del grupo familiar en la siguiente generación, en las primeras décadas del siglo XIII. Diego López heredó de su padre una posición destacada en la zona y también los vínculos con los Haro. Ya en 1194 figura como confirmante en una venta al monasterio de Bujedo; LOIZAGA, Bujedo, doc. 67. En 1207 se documenta como tenente de Grañón, como ya lo había sido su padre unos años antes. Aunque el texto da a entender que el auténtico tenente por el rey podría ser Diego López de Haro, siendo Diego López de Velasco un subtenente por él; y eso me lleva a pensar que probablemente la posición de su padre en 1192 había sido la misma; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92. Cuando murió Diego López de Haro, Diego López de Velasco continuó al servicio de su hijo Lope Díaz de Haro. Así, se documenta también como subtenente por él (prestamero) en Frías en 1215; R. MENENDEZ PIDAL, Documentos lingüísticos de España, T. I, Reino de Castilla (= PIDAL, Documentos lingüísticos), Madrid, 1966, doc. 45. Cuadro 17 Velasco c. 1160-c. 1215 Diego Díaz Covo

Bernardo Díaz de V. Gil Díaz de V. Gonzalo Díaz de V. Sancho Díaz

Diego Díaz de Velasco = Enderquina Sancha Ocenda Rama Lope de Velasco = García García o = García García o = García García o Fernando González Fernando González Fernando González o Simeón García o Simeón García o Simeón García Diego López de Velasco

53 ...dono et concedo, ..., uobis Roderico Gustieç, et filiis uestris, et omni successioni uestre, Cereso totum ex integro cum terris, pratis, pascuis, riuis, molendinis, cum nemoribus, et cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis suis, et unum pratum et quantum habeo uel habere debeo in Sancto Cipriano, et saionem inde eicio, pro uno equo quem mihi

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Unos años más tarde, en 1181, Alfonso VIII confirmó a Borrego y a su mujer María Pérez las heredades que poseían en Santa Coloma (de Aega) y Oxenega y las viñas de Haro que tenían más allá del río Tirón54. El documento está redactado como si se tratara de una donación, pero en realidad se trata de una confirmación, puesto que el rey dona heredades que ya tienen los beneficiarios. Poco después, el rey donó al monasterio de Bujedo de Candepajares parte de esas mismas heredades que, suponemos, habrían sido entregadas con anterioridad por Borrego y su mujer al monasterio. En realidad, ambos documentos regios resultan, así, confirmaciones en favor de Borrego y, en última instancia, del monasterio de Bujedo55. Borrego se documenta en varias ocasiones en los años 80 y aparece vinculado a los Haro siendo, probablemente, un miembro de la baja nobleza, un merino regio vinculado también a Diego López de Haro56.

dedisti quando Leguin cepi, iure hereditario, hec omnia habenda in perpetuum ad faciendum de eis absolute quicquid uolueritis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 265. Mantengo algunas dudas sobre la localización de este Cerezo porque el documento se conserva entre los fondos del monasterio de Santa María de Aguilar de Campoo en el norte de Palencia. Por otro lado, Cerezo de Río Tirón siguió contando con tenentes regios en los años siguientes, aunque pudo, quizás, el rey dar la villa pero no el castillo. Por lo demás, no he encontrado otros datos referidos a este Rodrigo Gustios entre los documentos de la zona de la frontera del Ebro en estos años. También señala sus dudas sobre la localización de este lugar el último editor del texto, que indica que «posiblemente se refiera a Cerezo de Río Tirón»; véase J. L. RODRÍGUEZ DE DIEGO, Colección diplomática de Santa María de Aguilar de Campoo (852-1230), Valladolid, 2004, doc. 44. Este autor indica que el beneficiario puede ser un Rodrigo Góstioz de San Cebrián, documentado en la zona de San Cebrián de Mudá (norte de Palencia). Sobre ese personaje y sus descendientes véase también C. ESTEPA, Las behetrías castellanas, T. 2, pp. 44 y 46. 54 ...dono et concedo uobis Borrego et uxori uestre Marie Petri, et filiis et filiabus uestris et omni successioni uestre, totam hereditatem quam nunc tenetis in Sancta Columba et Oxenega, et omnes illas uineas del Faro quas tenetis ultra fluuium Tiron, et alias sernas et hereditates omnes quas nunc iuste habetis, iure hereditario libere et quiete im perpetuum habendas et irreuocabiliter possidendas, ita quod illis possitis quicquid uobis placuerit semper facere, donando, uendendo, impignorando, concambiando, uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 378; y LOIZAGA, Bujedo, doc. 29. 55 LOIZAGA, Bujedo, doc. 52; y véase la nota 117 del Capítulo II. 56 En 1186 aparece vinculado a Lope Sánchez de Mena –seguramente sobrino de Diego López de Haro–, por quien actúa como fiador en una donación al monasterio de Bujedo; LOIZAGA, Bujedo, doc. 49. Ese mismo año se documenta como merino del rey al confirmar en una pesquisa realizada por otro merino, don Oriol, en un pleito entre el monasterio de Bujedo y el concejo de Arce; LEDESMA, San Millán, doc. 449. Es muy interesante que ambos, Oriol y Borrego, se documentan poco después como merinos (praetoribus) en la honor de Diego López de Haro. Volveré sobre ello más adelante al tratar sobre la administración territorial y los merinos.

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En torno a las campañas militares de 1199-1200 también volvemos a encontrar donaciones regias a personajes que podemos considerar miembros de la baja o media nobleza. Lo más significativo es que ahora esas donaciones se dirigen a nobles originarios de Navarra o de Álava, a juzgar por sus apellidos. Así, en 1198 dio Alfonso VIII a Gil de Gusteiza (Igúzquiza, cerca de Estella en Navarra) y a su mujer Sancha López dos yugadas de heredad en las sernas regias de Calahorra57. Probablemente se trata de un miembro de la baja nobleza navarra, un miles que pasó al servicio de Alfonso VIII de Castilla instalándose en Calahorra, donde algunos documentos de comienzos del siglo XIII le muestran en una posición relevante en el ámbito local58. Se ha señalado que los éxitos de las campañas de 1199-1200 no pueden entenderse sin considerar la alianza con las noblezas de las zonas conquistadas, al menos con algunos sectores, especialmente por lo que se refiere a la nobleza alavesa. Un buen ejemplo de esa alianza lo encontramos en Pedro Martínez de Ocáriz (Ocáriz está en Álava, cerca de Salvatierra), a quien Alfonso VIII entregó en 1201 la villa y el castillo de Dos Barrios, cerca de Ocaña en Toledo59. No es difícil ver en esta donación una recom57 ...dono et concedo uobis Egidio de Gusteiza et uxori uestre Sancie Lopez, et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni successioni uestre, hereditatem sufficientem ad duo iuga boum ad anni uicem in sernis meis de Calahorra, iure hereditario in perpetuum habendam et irreuuocabiliter possidendam, ad faciendum de ea quicquid uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 663; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 375. 58 Véase GONZÁLEZ, «Navarros», p. 149; y FORTÚN, «Tempestad», p. 266. En 1196 Gil de Igúzquiza (Egidius de Igusquicia), hijo de Íñigo López de Igúzquiza y doña Benedictina, dio a la orden de San Juan una tierra (pezam) en Zufía, cerca de Estella; véase S. GARCÍA LARRAGUETA, El gran priorado de Navarra de la orden de San Juan de Jerusalén. Siglos XII-XIII, Pamplona, 1957 (= LARRAGUETA, Priorado), T. 2, doc. 81. En la documentación de la catedral de Calahorra se conservan dos referencias a este personaje en relación con otros miembros destacados de la sociedad local, como eran los descendientes de García Zapata. En 1208 los hijos de Jimeno Zapata subempeñaron a Íñigo López de Gamarra la mitad de una heredad que habían empeñado antes a Gil de Igúzquiza (Egidius de Guçquiça). Ese mismo año, uno de ellos, Gonzalo Zapata empeñó también a Íñigo López de Gamarra todo lo que tenía en Calahorra y Gil de Igúzquiza fue uno de los testigos que figuran en el documento. Véase LAMA, CDMR, T. 3, docs. 443-a y 444. Su condición de miles se recoge en otro documento sin fecha, datable según su editor entre 1190 y 1207, en el que Gil de Iguzquiça figura como uno de los testigos en la venta que hace a la catedral de Calahorra Blasco Romeu de las heredades que tiene en Calahorra, que son las que el rey Alfonso I de Aragón había dado a su abuelo Fortún Aznar. El precio de la venta, 600 maravedís, nos habla también de la importancia de la operación y de sus protagonistas; así pues, otra vez le vemos en relación con otros personajes destacados. Véase Ibíd., doc. 317. 59 ...pro multis et gratis obsequiis que mihi fideliter ac laudabiliter hactenus exhibuistis et assidue exhibetis, facio cartam donationis, concessionis et stabilitatis uobis Petro Martini de Ocariz, et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni successioni uestre, perpetuo duratu-

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pensa al apoyo del noble alavés al rey castellano en sus campañas de los años anteriores. Probablemente Pedro Martínez de Ocáriz pertenecía a lo que vengo denominando nobleza media. Así podemos entender que el rey le entregara bienes de una cierta entidad en zonas alejadas y también su presencia en la corte castellana, en la que lo encontramos incluso confirmando en ocasiones en los privilegios regios, como en los meses de finales de 119860. Esto último es también un buen ejemplo de la política de atracción de nobles alaveses por el rey castellano antes de las campañas de 1199-1200. Unos años más tarde, en 1205, Alfonso VIII entregó a Fernando de Alfaro un huerto en Ocón y una yugada de heredad en las sernas del rey en Los Molinos y Santa Lucía, lugares muy próximos a Ocón en La Rioja Baja61. El documento que se conserva nos aporta pocos datos sobre el beneficiario, a quien documentamos también en relación con otros personajes destacados de la zona62. Su apellido lo sitúa probablemente como miembro de la familia Alfaro, descendientes del poderoso Fortún López de Soria que había recibido la villa de Alfaro por donación de Alfonso VII en 113663. Sus descendientes, que se encuadran en los sectores de la nobleza media, continuaron ram. Dono, itaque, uobis et concedo uillam illam et castellum quod dicitur Duos Barrios, situm prope Ocaniam, cum collaciis et solaribus, cum terris, pratis, pascuis, aquis, nemoribus et defesis, cum ingressibus et egressibus, et cum omnis directuris, terminis et pertinenciis suis, iure hereditario in perpetuum..., tali tamen pacto et condicione quod, quicumque teneat et habeat uillam predictam et castrum de Duos Barrios, ego omnesque mei successores faciamus inde guerram et pacem ubicumque et quocienscumque et quandocumque uoluerimus sine contradictione aliqua. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 698. Aunque los bienes objeto de la donación están lejos de la zona que estudio, incluyo esta referencia por tratarse de un noble con una clara vinculación a la zona de la frontera del Ebro y porque la donación está, a mi modo de ver, estrechamente relacionada con la evolución de la frontera. 60 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, docs. 669, 670 y 671. Sobre este personaje también González, «Navarros», p. 144. 61 ...dono et concedo tibi Ferrando de Alfaro, et omni successioni et posteritati tue, ortum meum quem habeo in Ocon, et hereditatem usque ad unum iugum bouum in illis duabus meis sernis, scilicet in serna molendinorum et in serna Sancte Lucie, iure hereditario in perpetuum habenda et irreuocabiliter possidenda, ad faciendum inde quidquid uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 777; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 434. 62 En 1201 fue fiador de Rodrigo Fernández cuando éste confirmó la venta de una heredad hecha por su madre Urraca Jiménez a Lope de Mendoza y la donación que hizo después Guillermo de Mendoza, hijo de Lope, al monasterio de Fitero, MONTERDE, Fitero, doc. 223. 63 J. M. LACARRA, Documentos para el estudio de la reconquista y repoblación del valle del Ebro, T. 1, Zaragoza, 1982, doc. 268. Véase también C. ESTEPA, «Frontera, nobleza y señoríos en Castilla: El señorío de Molina (ss. XII-XIII)», en Studia Histórica. Historia Medieval, 24 (2006), pp. 25-86 (= Estepa, «Frontera»), p. 39.

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ejerciendo el señorío en Alfaro y bascularon en su fidelidad al rey de Castilla o al rey de Navarra64. IV.2.3.1. Los Pardo Según he señalado más arriba, 4 de las 11 donaciones realizadas por Alfonso VIII que he contabilizado en este apartado se dirigieron a Fernando Pardo (3) o a su hijo Pedro Pardo (1), y después, el hijo de éste, también llamado Fernando Pardo recibirá un nueva donación de Fernando III. Estas donaciones forman, por lo tanto, un bloque coherente y merecen una atención específica. El principal elemento característico es que se trata de donaciones relacionadas con un hospital, el hospital de Valdefuentes, en los Montes de Oca65. Esta serie de donaciones comienza en 1173 y 1176, fechas, como hemos mencionado repetidas veces, especialmente significativas en la evolución de la zona de la frontera del Ebro. Conviene señalar que en Valdefuentes existía un monasterio que en 1169 se trasladó a Sajazarra y después dio lugar al de Santa María de Herrera66. Tras el traslado de la comunidad a Sajazarra Alfonso VIII debió entregar el lugar a Fernando Pardo quién debió instalar allí un hospital. 64 A Fortún López de Soria debió sucederle un hijo llamado Lope (Fortún) y a éste otro llamado Lope (López) de Alfaro. Este Lope ocupó tenencias navarras como Tafalla en 11841187. Hijos suyos debían ser García y Gil López; el primero de ellos ocupó tambien las tenencias navarras de Ujué y Villafranca en 1201. Posiblemente Fernando de Alfaro era hermano suyo e hijo también de Lope de Alfaro. Véase Fortún, «Tempestad», pp. 268 y 292; TURZA, Monte Laturce, doc. 44 de 1177; VV. AA., A.G.N. (1134-1194), doc. 81 de 1180, doc. 90 de 1184, y docs. 96, 97 y 99 de 1187; MONTERDE, Fitero, docs. 170 y 173 de 1182; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 452 de 1211. 65 El hospital se ubicaba en el límite más oriental de lo que, con cierta flexibilidad, podemos considerar la zona de la frontera del Ebro, pasando ya Villafranca en el camino hacia Burgos. Por ello he dudado si incluir o no estos textos en mi estudio. Finalmente he optado por hacerlo atendiendo a su importancia y a la posición de los Pardo. Pero no he incluido en los recuentos todos los textos dirigidos al hospital, sino los dirigidos expresamente a los nobles (véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 342). Tampoco he incluido en este caso todos las donaciones regias a los Pardo, sino sólo las relacionadas con la zona (Ibíd., doc. 71). En cualquier caso, siguiendo uno u otro criterio, ni las cifras ni las conclusiones variarían sustancialmente. He estudiado con detalle la posición social y patrimonial y los vínculos de parentesco y clientelares de los Pardo en otro lugar (por su relación con los Rojas), por lo que me limitaré aquí a señalar los aspectos generales más destacables. Véase I. ÁLVAREZ, Los dominios de los Rojas, en preparación. Sobre los Pardo y el hospital de Valdefuentes véase también A. ANDRÉS, «Valdefuentes y la familia Pardo», en Boletín de la Institución Fernán González, 101 (1947), pp. 612-615, y 108 (1949), pp. 221-222, GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 609-610; SERRANO, El obispado de Burgos..., T. 2, pp. 232-233. 66 Véase lo dicho sobre ese monasterio en el Capítulo II.

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Lo que sabemos es que en 1173 ya poseía el hospital, un hospital que estaba estratégicamente situado para la atención a los viajeros y peregrinos que cruzaban los Montes de Oca siguiendo el Camino de Santiago. En 1173 Alfonso VIII dio a Fernando Pardo y al hospital la villa de Ribayaz, situada algo más al norte no lejos de Atapuerca67. Por entonces, Sancha Pardo, probablemente hermana de Fernando, poseía otro hospital en San Leonardo en Soria, que también pasaría después a manos de Fernando Pardo. Otro documento fechado en 1176 recoge una amplia donación regia a Fernando Pardo y a ambos hospitales de Valdefuentes y de San Leonardo, que aparecen controlados por él. El documento, como digo, se expresa formalmente como una donación, pero algunas de las heredades que se mencionan, como Ribayaz, ya pertenecían a uno u otro de los hospitales o a Fernando Pardo, por lo que más bien creo que se trata de una confirmación general de las propiedades de los hospitales en beneficio de Fernando Pardo. El documento muestra un dominio disperso con propiedades en la zona de Oca y otras próximas (Ribayaz o Terrazos), pero también otras más alejadas al este de Burgos (Espinosa de Río Francos) o al sur y sureste (Moncalvillo, Arganza o Cañicera). El documento incluye también importantes privilegios, como la libertad de pastos y la exención de portazgos en todo el reino y el privilegio de coto68. El texto que se conoce se conserva sólo en copias muy 67 ...dono et concedo domino et hospitalis Vallis Fontium, et uobis Ferrando Pardo, eiusdem patri et domino, Ribaias, cum pascuis et pratis, et cum montibus et fontibus, et aquis, cum ingressibus et egressibus, et cum omnibus terminis et pertinentiis suis, iure hereditario habendas in perpetuum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 181. Ya antes, en 1165, el rey había dado a Fernando Pardo la heredad de Sotopalacios; Ibíd., doc. 71. 68 ...dono et concedo Deo et domini nostri Ihesu pauperibus, et uobis, Ferrando Pardo, Vallesfoncium, et Monecam, et Dosiui, pro termino ambas illas mattas que sunt propriis iam dicte Vallisfoncium, et duo prata sicut continetur a prato de Terrazos usque a pratum Dominici Nafarri, cum suo orto iure hereditario habendum. Dono etiam ospitali prefati Vallisfoncium medietate de Espinosa, que enim riuo Francorum et hereditatem regalem de Riuara, ut et Montem Caluellum in alfoz de Lara situm, cum omnibus pertinenciis et directuris et terminis suis prout michi pertinet. Dono quoque dicto et uobis Ferdinando Pardo et, ut supradictum est, Christi pauperibus Sanctum Leonardum, et dono Sancto Leonardo Arguanzam et Cannezeiram cum omnibus pertinenciis et directuris et terminis suis prout mihi pertinent. Mando etiam et firmiter semper tenendum statuo quod omnes ganados Vallisfoncium et Sancti Leonardi per omnia loca per que meum ganadum pastum habuerit, libera et secura habeat velut meum proprium pascua. Mando quoque quod nullus Vallisfoncium nec Sancti Leonardi in toto regno meo de suis propriis rebus ullum persoluat portagium. Cauto etiam, contesto[r] predicta loca Vallisfoncium, scilicet, Sancti Leonardi, ut nullus eas violenter intrare presumat, et has domos rex Castelle semper defendat et manuteneat ad honorem Dei et pauperum Christi, unde omnes reges post me regnaturos atrenecus rogo et inchro, deprecor et moneo quatenus causa Dei et rogatu meo predicta loca adiuuet, defendat et bene faciat. Volo etiam et mando quod omnes successores Ferdinandi Pardi qui dominium in istis locis habituri fuerint eodem modo sicut ipse F. Pardi possesit possideant et ipse iure hereditario dum uixerit. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 271.

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posteriores y creo muy probable que sufriera interpolaciones, probablemente reuniendo en un único texto propiedades y derechos recibidos en diversos momentos y seguramente no todos procedentes de donaciones regias, y posiblemente también añadiendo algunos derechos nuevos. En 1187 Alfonso VIII expidió un nuevo privilegio en relación con Valdefuentes. Ahora, a ruegos de Fernando Pardo, otorgó un fuero a los pobladores de la villa en el que se reconocen y regulan algunos de los derechos del hospital y de su señor, el citado Fernando Pardo. En el fuero se reconoce el dominio del señor del hospital sobre la villa y se regula el pago por sus habitantes de cuatro dineros anuales por cada casa y, además, se regulan diversos aspectos relativos a los homicidios69. A Fernando Pardo le sucedió su hijo Pedro Pardo. En 1196 Alfonso VIII les concedió a él y a su mujer Teresa Díaz que pudieran tener Valdefuentes a la muerte de su padre70. Aunque no se menciona al hospital, probablemente estaba incluido también en esta donación. Pero no así el hospital de San Leonardo y sus propiedades, que el rey había entregado unos años antes al monasterio de Arlanza71. Es significativo que en esta donación se reconoce el derecho de Pedro Pardo a tener Valdefuentes por el rey –de manu mea– y de forma vitalicia, pero no es una concesión iure hereditario. Este documento es un original y esa expresión podría ser, a mi modo de ver, una prueba del carácter interpolado del texto anterior de la amplia donación de 1176, tal y como ya he indicado. 69 ...ad precum instantim quas dominus Ferrandus Pardi mihi deuotus obtulit, facio cartam consuetudinum et fororum uobis populatoribus de uilla que nuncupatur Vallis fontium, presentibus et futuris, perpetuo ualituram. Concedo itaque uobis in primis et dono hunc forum, ut nulli homini uiuenti seruitium aliquid faciatis nisi solummodo illi qui hospitalis Vallis fontium dominus fuerit. Si forte homicidium aliquo casu in uilla uestra acciderit, nulli homini uiuenti homicidium illud pectetis nisi tantummodo prefati hospitalis domino et ei per forum quinquaginta solidos pectare teniamini, nec alicui pro homicidio nisi supra nominati hospitalis domino umquam respondere cogamini. Preterea, si aliqui homines mortum aliquem oculte in termino uestro proiecerint, secundum forum uestrum forum liberet se concilium et sacramentuo saluet se cum quinque hominibus, et tunc sepeliatur mortuus, si concilio placuerit, et nihil pro eo pectent nec ab aliquo exigatur eis pectum. Insuper, unusquisque quatuor denarios sepedicto hospitali Vallis fontium de propria casa annuatim persoluat, et nichil amplius domino hospitalis per forum ab eis exigat in singulis annis. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 474. Antes, en 1180, el rey había dado también al hospital dos yugadas de heredad en Quintanavides, en La Bureba cerca de Monasterio de Rodilla; Ibíd., doc. 342. 70 ...facio cartam donationis et concessionis, uobis Petro Pardo et uxori uestre Tarasie Diaz, diebus uestris ualituram. Dono itaque uobis et concedo ut post obitum Ferrandi Pardi teneatis de manu mea et posideatis omnibus diebus uite uestre Vallem de fontibus, cum collaciis, solaribus, hereditatibus, pratis, pascuis, acquis, nemoribus et cum omnibus terminis et pertinentiis suis, libere et quiete. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 650. 71 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 613.

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A Pedro Pardo le sucedió su hijo llamado también Fernando Pardo, como su abuelo, a quien en 1218 Fernando III concedió igualmente que pudiera tener el hospital de Valdefuentes de forma vitalicia a la muerte de su madre Teresa Díaz72. Unos años más tarde el hospital de Valdefuentes pasó a manos del hospital del Rey de Burgos que había fundado Alfonso VIII como dependencia del monasterio de Las Huelgas73. Fernando Pardo I, su hijo Pedro Pardo y el hijo de éste Fernando Pardo II se incluían en los sectores de la nobleza media de la época. Además de su relación con el hospital, algunos otros textos muestran algunas de sus propiedades extendidas por zonas diversas. Conocemos también algunos de sus vínculos de parentesco y vasalláticos. Teresa Díáz, esposa de Pedro Pardo, era una Rojas, un grupo familiar originario de La Bureba pero cuyos miembros poseían tamibién intereses patrimoniales en zonas diversas. Como los Rojas, también los Pardo se vincularon a nobles más poderosos, significativamente los Lara, y muy probablemente ese vínculo fue un elemento fundamental que les permitió aumentar o consolidar su poder. He estudiado con más detalle estos aspectos en otro lugar; ahora me interesa destacar que Fernando Pardo I aparece en ocasiones en el entorno de los Haro, pero se documenta con más frecuencia en el círculo de vasallos del conde Pedro Manrique de Lara siendo, por ejemplo, uno de los confirmantes del testamento del conde en 1181. Un vínculo que ya tenía su padre, también llamado Pedro Pardo, de quien consta que tuvo propiedades en Molina obtenidas, sin duda, mediante su relación con el conde Pedro Manrique o con su padre el conde Manrique, ambos señores de Molina74. Otra muesta de su posición política es la estancia en la corte y la confirmación ocasional de privilegios regios. Así, encontramos a Fernando Pardo en documentos de 1166 y 117275. 72 ...facio cartam donacionis, concessionis, confirmacionis et stabilitatis, uobis Ferrando Pardo diebus vite vestre omnibus valituram. Dono itaque uobis et concedo ut, post obitum Teresie Didaci, matris vestre, cui Vallem de fontibus cum omnibus suis pertinenciis concedo tenendam diebus omnibus uite sue et pacifice possidendam, illam de manu mea teneatis et pacifice possideatis similiter omnibus diebus vite vestre cum colaciis (sic), solaribus, hereditatibus, pratis, pascuis, nemoribus, terminis, directuris, et cum omnibus directuris suis libere et quiete, tali tamen conditione, ut ibidem fieri faciatis pauperibus Christi elemosinam consuetam. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 16. 73 GONZÁLEZ, Fernando III, T. 3, doc. 589; y L. MARTÍNEZ GARCÍA, El hospital del Rey de Burgos. Un señorío medieval en la expansión y en la crisis (siglos XIII y XIV), Burgos, 1986, p. 141. 74 ESTEPA en «Frontera», ha expuesto con detalle los vínculos que unían a los Pardo con el conde Pedro Manrique. En cuanto a otras propiedades de los Pardo y sus vínculos con otros miembros de la nobleza media castellana (Rojas, Arenillas o Herrera), remito a la obra sobre los Rojas citada más arriba. Sobre los condes Manrique y Pedro Manrique de Lara véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 271-280; y DOUBLEDAY, Los Lara..., pp. 41-53. 75 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 87 y 172.

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IV.3. Oficiales regios, ciudadanos y otros En los Cuadros 12 y 13 he registrado otras donaciones regias dirigidas a personas que probablemente no eran nobles: 3 realizadas a favor de un oficial regio76, 4 dirigidas a individuos que considero ciudadanos o burgueses y otras 2 que he registrado bajo el epígrafe de «otros» y que consisten en donaciones colectivas. Repasaremos ahora brevemente estas donaciones teniendo en cuenta que en varias de ellas también podemos encontrar una relación directa con los acontecimientos que determinan la evolución de la frontera. Así lo podemos apreciar en las tres donaciones que he registrado en el epígrafe de «oficiales regios», que en realidad se dirigen a un único individuo: el médico del rey Diego de Villar. Las tres, además, señalan que se trata de recompensar los servicios prestados como médico. En 1202 Alfonso VIII les entrega a él y a su mujer el lugar de Villar de Torre, cerca de San Millán de la Cogolla, de donde probablemente era originario. El rey indica que realiza esta donación por la labor del médico in sanandis meis hominibus; parece evidente que hay que interpretar esa frase, como así se ha venido haciendo, en relación con la atención a las tropas del ejército regio en las campañas de 1199-120077. Uno años despues, en 1209, Alfonso VIII le concede exención de las rentas regias y privilegio de coto e inmunidad para sus casas. De nuevo señala el rey que lo hace para recompensarle por haber curado a sus caballeros y a los oficiales y personas más próximas al rey78. Y la 76 Ya he mencionado las dificultades que ofrecen las clasificaciones, a veces por falta de datos, a veces porque la realidad no se deja encasillar en nuestras categorías que siempre son, necesariamente, un tanto reduccionistas. En el apartado anterior hemos mencionado la donación de Alfonso VIII en 1181 a Borrego, que se documenta como merino del rey, por lo tanto como oficial regio; pero también vinculado a Diego López de Haro, de quien era, probablemente, vasallo. Cabría también haber considerado esa donación en este apartado. 77 ...pro grato obsequio quod in sanandis meis hominibus uulneratis mihi deuote exhibuistis, libenti animo et uoluntate spontanea dono et conceo uobis Didaco de Villari et uxori uestre Cara Anderazo, et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni successioni uestre, et omnem hereditatem et uineas quas habeo in Villari de Turre, iure hereditario im perpetuum habenda et irreuocabiliter possidenda, ad faciendum inde quicquid uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 722; y LAMA, CDMR, T. 4, doc. 3. Sobre el médico Diego de Villar véase también HERGUETA, «Noticias historicas...», donde además se publicaron también los documentos referidos a este personaje; y GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 252 y 625. 78 ...facio cartam donacionis, libertatis et absolutionis, et stabilitatis, uobis magistro Didaco, dilecto meo, et uxori uestre domne Marie, in perpetuum ualituram. Dono, namque, uobis et concedo, intuitu Dei et propter curationes uulnerum quas meis militibus et meis de creacione fecistis et facere promititis, ut nullam postam, nullam facenderam, nullam fossaderam, nullumque penitus pectum de cetero umquam persoluatis. Cauto insuper et contestor domos uestras, ut

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serie de privilegios al médico Diego de Villar termina en 1218, cuando Fernando III le confirma las donaciones que le había realizado Alfonso VIII. De nuevo se reconoce su labor como médico –sanandis plagis hominium facere procurastis– y se da a entender que en algún momento habría curado al rey Fernando III y a la reina Berenguela79. Poco después el médico vendió por 500 maravedís su heredad de Villar de Torre al monasterio de San Millán, donde se conservaron los documentos que nos permiten seguir en parte su trayectoria; una venta que fue confirmada en 1222 por Fernando III80. Diego de Villar era vecino de Nájera y como tal le veremos recibir otra donación regia junto a otros habitantes de Nájera en 1210. Se trata de una de las donaciones colectivas que he menciondo, pero antes conviene referirse a otras donaciones individuales en beneficio de gentes que, creo, podemos considerar ciudadanos o burgueses. La primera de ellas que he registrado data de 1148 y fue otorgada por Alfonso VII. En esa fecha el emperador entregó a Arnaldo Gaeto y a Giraldo Esperoner, que se habían establecido en Logroño –propter hoc quod in Gronio populare uenistis–, la mitad de dos molinos regios en la ciudad: el molino llamado de Pedro Ponce que estaba delante del castillo y el molino de don Mateo que estaba in media villa81. Se trata de dos pobladores francos, nullus merinus uel sayon, nullusque alius homo aliqua occasione eas per uim intrare nec aliquid inde uiolenter extrahere audeat. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 849. 79 ...pro multis et gratis obsequiis, que uos magister Didace de Villari, serenissimo auo meo domino Aldefonso recordationis felicissime, suorum sanandis plagis hominum facere procurastis, et adhuc eadem et pro posse meliora mihi et domine Berengarie regina genitrici mee totis uiribus anelastis, ex ipsius genitricis mee beneplacito et assensum, una cum fratre meo infante domno Alfonso, facio cartam concessionis, confirmationis, stabilitatis, uobis, totique uestre successioni, perpetuo ualituram. Concedo itaque uobis, roboro et confirmo donationem illam hereditatis et uinearum quam dictus serenissimus auus meus uobis dedit in Villari de Turre, iure hereditario in perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam, ad faciendum quicquid inde facere uolueritis, dando, uendendo, concambiando, impignorando, seu quidlibet aliud faciendo. Volo enim facta et statuta aui mei, que aprobationem omnium uiuentium non inmerito obtinuerunt, et a me et ab omnibus aliis plenarie et tam fideliter quam inuiolabiliter obseruari. GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 14. 80 GONZÁLEZ, Fernando III, T. 2, doc. 156. 81 ...uobis Arnaldo Gaeto et Giraldo Esperoner propter hoc quod in Gronio populare uenistis, nolens ut proper inopiam hereditatis et proper inopiam beneficii, quod uobis facere debeam, illam populatione deseratis, dono uobis iure hereditario et per uos filiis uestris et omni generationi uestre in perpetuum, medietatem molendini Petri Poncii qui est ante castellum in capite mercati, et medietatem molendini domini Mathei qui est in media uilla iuxta domum Martini Diez. Istas duas medietates prenominatorum molendinorum, que mee iure regio sunt, eo modo dono uobis, quatenus eas uos et filii uestri et omnis generatio uestra libere et quiete cum omni reditu qui inde exierit modo hereditario, sicut predictum est, in perpetuum possideatis et absque contradicto omnium hominum faciatis de illis quidquid uolueritis, uendatis et detis et cambietis. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 147.

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seguramente de una cierta relevancia, y el emperador, como señala expresamente en el texto, hace la donación para que se establezcan en la villa y no la abandonen. Conviene recordar que Alfonso VII había obtenido el control de Logroño apenas unos años antes, en 1144, puesto que en los años anteriores la villa estuvo en manos de García Ramírez de Navarra. Probablemente el emperador necesitaba reforzar sus vínculos con los habitantes de la ciudad y asegurar la fidelidad de algunos de sus vecinos destacados, y en ese sentido podemos interpretar esta donación. No encontramos nuevas donaciones regias a burgueses o ciudadanos hasta mucho tiempo después, avanzado ya el reinado de Alfonso VIII en 1188. Entonces dio el rey a Ferracuto, oriundo de Busto, las emendas del pan y de las otras mercancías que se vendían diariamente en Logroño, exceptuando las correspondientes a las ventas realizadas el día del mercado semanal82. Probablemente Ferracuto era un comerciante destacado de la ciudad y, como ya he apuntado más arriba, si Busto hace referencia a Busto de Bureba, estaríamos ante una muestra del alcance de los circuitos del comercio regional83. En cualquier caso, la donación era importante y seguramente se puede interpretar en un sentido similar a la que 40 años antes había hecho el emperador: búsqueda de aliados locales para reforzar el control de la ciudad. Recordemos que Alfonso VIII había recuperado Logroño en 1179, pero de una forma más nominal que real, porque en el tratado con Sancho VI se estipulaba que Logroño, como las demás villas que recuperaba el rey de Castilla, permanecerían durante 10 años gobernadas por tenentes navarros elegidos por el rey de Navarra. Ahora, en 1188, estaban a punto de cumplirse esos 10 años tras los que Alfonso VIII accedería a un pleno control de la ciudad84. 82 ...pro seruiciis que michi fecistis, dono et concedo tibi Ferracuto, oriundo de Busto, omnes illas emendas que dantur in Lucronio de pane et omnibus aliis mercaturis singulis diebus, preter illas que dantur in die mercati, tibi et omnibus posteris tuis iure hereditario habendas et in perpetuum percipiendas, ad faciendum de eis quicquid tibi placuerit, dando, uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 493; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 296. 83 En la zona que estudio se documentan varios Ferracuto o Ferragut en estos años, alguno de los cuales podría corresponder al beneficiario de la donación regia. En La Rioja Alta, en Nájera, se documentan varios vecinos con ese nombre, uno de ellos es calificado como miles; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, p. 127 nota 105; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 207 de 1159. Alguno de ellos podría corresponder con un Ferragut de Vizcaya que tenía propiedades en Naharruri y en Jubarte h. 1156; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, docs. 26 y 27. En La Rioja Baja, en Calahorra, se documentan también uno o varios Ferragut como propietarios a finales del siglo XII; LAMA, CDMR, T. 3, docs. 281 y 311. 84 El tratado de 1179 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; y en VV. AA., A.G.N. (1134-1194), doc. 74.

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También Bernardo de la Tenda era un vecino de Logroño de una cierta relevancia y probablemente también de origen franco. En este caso disponemos de algunos datos más sobre él y su familia que nos permiten considerarle miembro de las incipientes oligarquías urbanas de comerciantes, muchos de ellos de origen franco, que se van desarrollando en las villas de la zona. Unas oligarquías urbanas que, a juzgar por el caso de Bernardo, tenían una clara proyección rural ya a finales del siglo XII. Así, en 1192 Alfonso VIII le dio la villa de Muro de Cameros85. La localización de esa villa es significativa, puesto que Cameros es una zona a la que vemos claramente relacionado a Bernardo. Una relación cuyo contenido exacto desconocemos, pero que se constata al figurar como confirmante en importantes documentos de la zona relacionados con los monasterio de Rute y Monte Laturce y con la familia Cameros86. Es muy probable que Bernardo de la Tenda fuera pariente próximo, quizás hermano, de Arnaldo de la Tenda y Miguel de la Tenda; así lo dan a entender los apellidos y, además, los tres figuran como confirmantes en los mismos documentos. Esa relación confirma la pertenencia de Bernardo a la oligarquía logroñesa, puesto que Arnaldo fue alcalde de la ciudad en los últimos años del siglo XII87. En cualquier caso, Bernardo de la Tenda se documenta también como un propietario destacado en Logroño. Sabemos que dio heredades en la ciudad al monasterio de San Cebrián de Montes de Oca (luego Rioseco) que en 1189 le fueron confirmadas, entre otras, al monasterio88. Sus propiedades en la ciudad debían alcanzar una cierta importancia en un arraual, una zona extramuros, donde estableció pobladores. Lo conocemos porque entregó esas casas a la iglesia de Santa María de La Redonda de Logroño con una renta anual de dos sueldos por cada casa; más tarde

85 ...intuitu deuotionis uestre et obsequii quod mihi fideliter hucusque impendistis, dono et concedo uobis, Bernardo de la Tenda et uxori uestre Iordane et filiis et filiabus uestris, et posteris et omni successioni uestre, uillam que dicitur Muro, sitam in Camero, cum collaciis, solaribus, terminis populatis et heremis, et cum terris, pratis. pascuis, aquis, nemoribus et defesis, et cum omnibus directuris et pertinentiis suis, iure hereditario, im perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam, ad faciendum de ea quicquid uolueritis, dando uendendo, concambiando, impignorando uel quidlibet aliud faciendo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 594; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 330; y tambien Valero, «Logroño», doc. 4, aunque este último fecha el documento en 1196, junio, 1, al interpretar de manera diferente la data (era MªCCªXXXª IIIIº kalendas Iunii). 86 TURZA, Monte Laturce, docs. 45 de 1181 y 53 de 1196. 87 TURZA, Monte Laturce, doc. 53 de 1196; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 379 de 1199. Otro documento en que confirma Arnaldo, aunque todavía no como alcalde, en Ibíd., doc. 244 de 1171. 88 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 531.

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Diego López de Haro les impuso el pago de otros dos sueldos más, lo que fue anulado por Enrique I en 121689. La última donación regia que he registrado en este grupo de las dirigidas a ciudadanos tiene lugar en 1199 y tuvo como beneficiario a Pedro Albinel. Como en los otros casos, este personaje debía pertenecer también a los sectores destacados de Logroño, aunque en este caso contamos con menos documentos. Teniendo en cuenta que la donación se produce en febrero de 1199, es decir unos meses antes del comienzo de las importantes campañas militares contra Navarra que se iniciaron ese año, no parece aventurado pensar que el rey de Castilla estaba procurando reforzar su posición en la ciudad ante la inminencia del inicio de la guerra. En este caso no se trata de una donación en sentido estricto, sino de la confirmación de la compra de las casas, el horno y las viñas de Fernando Sánchez, que habían realizado Pedro Albinel y su mujer María. Una compra que habían hecho, según se dice en el texto, por orden del rey –mandato meo–. En el documento el rey califica a Fernando Sánchez como dilecto et fideli homino meo, así que no hay duda de que tras este texto hay una intervención regia más amplia que sólo conocemos parcialmente90. Unos años más tarde Pedro Albinel vendió esas heredades al monasterio de Cañas y Alfonso VIII confirmó la compra al monasterio en 1213, aclarando un poco más la trayectoria de esos bienes. Así, nos dice que habían pertenecido a Rodrigo González, merino del rey, a quien el rey se los había confiscado entregándoselos a Fernando Sánchez quien, a su vez, los había vendido a hombres de Logroño –Pedro Albinel y su esposa– quienes, por último, se los vendieron al monasterio de Cañas91. Pedro Albinel era hijo de Pedro Blasco y hermano de Raimundo Albinel; y se documentan sus propiedades en Logroño a finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII92. 89 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1001; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 466; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 23. Véase también lo dicho en el Capítulo II sobre la iglesia de Santa María de La Redonda. 90 ...concedo, roboro pariter et confirmo uobis Petro Albinel et uxori uestre dompne Marie domos illas, furnum et uineas quas mandato meo emistis in Lucronio a Ferrando Sancii, dilecto et fideli homine meo, quas ego quondam ei dederam pro bono et laudabili obsequio quo mihi multocies fideliter exhibuerat. Absoluo itaque ut uos et omnis successio uestra hec omnia predicta iure hereditario perhenniter habeatis et irreuocabiliter possideatis et faciatis inde quicquid uolueritis, dando, uendendo, impignorando, concambiando, uel quidlibet aliud faciendo. Et hec mee concessionis, roborationis, confirmationis pagina rata, stabilis atque inconcussa omni tempore perseueret. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 676; y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 13. 91 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 906; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 456, y T. 4, doc. 32; y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 26. En cuanto a Fernando Sánchez, fue reposterio del rey de quien recibió ésta y otras donaciones; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 250-251. 92 Ya en 1168 Pedro y su hermano Raimundo de Albinel recibieron unas tierras en Logroño del abad de Irache para que las plantaran de viña pagando un censo anual de 10 sueldos

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Por últmo, en los Cuadros 12 y 13 he incluido otras dos donaciones, ambas realizadas por Alfonso VIII, bajo el epígrafe de «otros». Algunos de sus beneficiarios también eran ciudadanos o burgueses, pero son donaciones un tanto peculiares porque no son individuales, sino colectivas, y porque se refieren a heredades agrarias y al menos una de ellas, la mejor documentada, puede considerarse, en realidad, como un contrato agrario. Los documentos que se conservan están fechados en 1210 y 1214 y no veo en ellos una relación directa con la evolución de la frontera. En 1210 el rey dio a un total de 11 hombres de Nájera –homines de Naxera– la viña llamada el Parral del Rey para que la trabajasen y la explotasen, pagando a cambio anualmente la mitad de los frutos al rey o a quien tuviera por él la honor, es decir al tenente. Para que puedan cultivar correctamente el parral, el rey les da también derechos de riego y derechos para recoger estacas en el soto regio de Villazudez. Es una cesión perpetua para los beneficiarios y sus herederos, unos beneficiarios entre los que figuran hombres destacados de Nájera, como el alcalde don Pardo o Diego de Villar, el médico regio a quien ya conocemos, y también dos judíos, Zachea y su hermano Alolaphic. Sin embargo, como ya he apuntado, este documento puede considerarse un contrato agrario93.

más el diezmo de las uvas. Las propiedades de Pedro Albinel se documentan también en 1202 al ser citadas entre los límites de otras que adquirió el prior de Calahorra. LAMA, CDMR, T. 3, docs. 233 y 409. Por otro lado, se documenta a Pedro Albinel como hijo de Pedro Blasco en una donación de heredades en Logroño al monasterio de Monte Laturce en 1196; Ibíd., doc. 366; y TURZA, Monte Laturce, doc. 53. A su vez, hijos de Pedro o de Raimundo de Albinel debían ser Bernardo de Albinel y su hermano Pedro López. Bernardo también figura en 1206 como tenente de heredades del monasterio de Irache en Logroño (qui tenet hereditatem de Turrillas per manum abbati Yraxensi), como lo habían sido su padre y su tío. Bernardo y su hermano figuran juntos como testigos en otro documento de Irache de 1215. Véase J. M. LACARRA, Colección diplomática de Irache, T. 1, (958-1222), Pamplona, 1965 (= LACARRA, Irache), docs. 240 de 1206 y 282 de 1215. 93 ...facio cartam donationis,... uobis hominibus de Naxera, scilicet, alcalde domno Pardo, domno Didaco de Villar, Bernardo Clementi, Iohanni de Alcaldessa, Martino Valleguarnico, Stephano Guillelmo Cosol, Pascasio de Soria, Lupo de Ponte, Zachea iudeo, Alolaphic fratri suo, et Sancho, et filiis et heredibus uestris... Dono itaque uobis uineam illam quam habeo in Nagera, que dicitur Parral Regis, iure hereditario, in perpetuum habendam et irreuocabiliter possidendam, tali, uidelicet, conditione, quod laboretis illam bene scilicet, quod scavetis eam et putetis, cavetis et vinetis, et quod detis michi vel illi qui de me honorem tenuerit medietatem fructuum et aliam medietatem habeatis vos, sed medietatem meam debetis michi adducere ad Nageram ad saraphiz de mea apoteca uel illius qui honorem tenuerit de me. Dono etiam vobis aquam per ad rigamdum vineam supradictam ut habeatis illam ad rigandum quomodo et quando illam habere debetis. Et dono uobis ut colligatis stacas de meo soto de Villazudez per ad supradictum parrale quantas opus habueritis secundum quod sti-

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Poco después, en 1214, el rey hace una cesión similar en relación con su serna de Cerezo, situada cerca de su palacio, permitiendo que quien quisiera pudiera plantar viñas o árboles. Lamentablemente el documento que se conserva es bastante defectuoso, porque se trata de una copia parcial. No sabemos las condiciones, pero sí que quienes labrasen la serna debían hacer fuero al rey, es decir pagar la renta correspondiente. En la versión del documento que conocemos, tampoco se señalan los nombres de los posibles beneficiarios94. Tanto en este caso como en el anterior parece que estas dos donaciones se dirigen a mejorar la explotación de las heredades regias y, en el caso de Cerezo, quizás también a atraer nuevos pobladores o mejorar las condiciones de los existentes95.

IV.4. Recapitulación Aunque las donaciones regias dirigidas a nobles en el período y la zona estudiadas son menos numerosas que las que tuvieron como beneficiarios a concejos, sin embargo se conservan en un número suficientemente elevado como para resultar bien significativas de la importancia del papel de la nobleza como agente político y reflejar, en parte, el contenido de la política regia hacia la nobleza. Una importancia que queda bien manifiesta cuando constatamos la relación de las donaciones regias con la evolución de los acontecimientos políticos y militares –la política de cancillería a la que vengo aludiendo–. Esa relación se expone de manera expresa en ocasiones en los documentos, aunque con mas frecuencia resulta implícita, pudiendo deducirse, como hemos ido viendo, por las fechas de las donaciones y la posición social y política de los beneficiarios. Entre los miembros de la alta nobleza no puede sorprendernos encontrar a los Haro y a los Cameros como los principales beneficiarios. Haro y Cameros en esta época eran, podemos decir, nobles de frontera, nobles cuya maverint boni homines de Nagera. Si quis uero de vobis supradictis obierit et non dimiserit filium vel filiam uel heredem qui ei debeat succedere uos supradicti qui remanserit detis partem suam cui uolueritis sub has suprascriptas conditiones. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 872; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 450. 94 ...facio chartam donationis, concessionis, confirmationis et stabilitatis illis hominibus qui sernam meam de Cereso, quae est circa mea palacia, voluerint prendere ad plantandum vineas et ponendum arbores perpetuo valituram (etc. y que estén obligados a labrallas bien y sino que pueda el rey mandar que se labren a costa dellos, y que puedan vender sus partes a quien quisieren con tal que hagan fuero al rey, etc.). (sic). GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1032. 95 Véase lo dicho en el Capítulo III sobre la política regia en relación con Cerezo.

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posición social y patrimonial se benefició en estos años de su situación estratégica en zonas disputadas. Ese mismo papel tuvieron también los Azagra y además lo jugaron a una escala más amplia. Tampoco podemos extrañarnos de encontrar a los todopoderosos Lara. Todos ellos estaban emparentados entre sí y con otras familias poderosas de la zona, como los Mendoza, aunque no siempre fueron aliados. Su influencia se extendía a través de un círculo de parientes y vasallos que hemos comenzado a vislumbrar y que volveremos a ver en los capítulos siguientes. Pero también a ellos, a ese círculo más amplio de miembros de la media y baja nobleza, se dirigió el rey. Podríamos decir que los vínculos con la alta nobleza no eran suficientes para asegurar la posición del rey en la zona y era necesario establecer también lazos con los sectores inferiores. Algunos eran, como digo, vasallos de los grandes nobles y hay que pensar en la influencia en la corte de sus señores y patronos. Otros, seguramente, estaban vinculados directamente al rey. Y otros, probablemente, a ambos, en una mezcla y superposición de intereses y fidelidades característica de la época, aquí como en otros lugares de Castilla, de los reinos peninsulares y de otros reinos de la Europa cristiana. Las dificultades del dominio regio se expresan también en las donaciones dirigidas a los burgueses y ciudadanos, miembros de las incipientes oligarquías concejiles. Ya hemos hablado en el capítulo anterior de la gran intensidad de la política regia en relación con los concejos; ahora vemos también al rey dirigirse directamente a algunos de los individuos más influyentes de las villas, especialmente en el caso de Logroño. Sin duda, como hemos visto, necesitaba el rey contar con aliados directos para consolidar su posición. Por lo tanto, las donaciones regias a nobles y particulares nos permiten valorar su papel como agentes políticos en la zona. En las páginas siguientes completaremos esa visión a través del análisis de la administración territorial, especialmente de las tenencias. Tenencias que eran, junto a los dominios y señoríos, otra fuente muy importante del poder nobiliario y un reflejo directo de la relación entre el rey y los nobles.

TERCERA PARTE LA ADMINISTRACIÓN TERRITORIAL

Capítulo V TENENCIAS Y TENENTES

Las distintas formas de administración territorial son los instrumentos directos de control y de gobierno del reino por el rey. En estos aspectos, durante el reinado de Alfonso VIII se asiste a un cambio muy importante, como es la formación de la merindad mayor de Castilla como un desarrollo de los anteriores merinos territoriales 1. Al mismo tiempo, se asiste también a los primeros pasos de las que podemos considerar merindades menores, los subdistritos en los que se dividirá la merindad mayor de Castilla2. Veremos como esos procesos se van a ir plasmando en la zona que estudiamos; sin embargo, los comienzos del nuevo sistema de administración territorial no suponen la desaparición automática del anterior. Bien al contrario, todavía las tenencias aparecen en la zona como el principal mecanismo de administración territorial. Las tenencias conviven con las primeras expresiones de las merindades, ambos sistemas se superponen y, en cierta medida, como veremos, se mezclan y confunden. Una mezcla que se hará en beneficio de los principales nobles que dominan la zona, especialmente de los Haro. 1 Sobre estos aspectos véase I. ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal y organización territorial. Alfoces y merindades en Castilla (siglos X-XIV), Madrid, 1993; y C. ESTEPA, «Sobre los orígenes de los merinos mayores en León y Castilla», en VV. AA., La península en la Edad Media treinta años después. Estudios dedicados a José Luis Martín, Salamanca, 2006, pp. 87-100; véase también GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 245-248; y R. PÉREZ BUSTAMANTE, El gobierno y la administración territorial de los reinos de la corona de Castilla (1230-1447), Madrid, 1976, T. 1, pp. 51-54. Y para los paralelismos con el reino de León C. JULAR PÉREZ-ALFARO, Los Adelantados y Merinos Mayores del reino de Léon (ss. XIIIXV), León, 1990. 2 He estudiado los primeros pasos de las merindades de Silos, Muñó y Castrojeriz en I. ÁLVAREZ BORGE, «Merindades y merinos menores de Silos, Muñó y Castrojeriz. Notas sobre la evolución de la monarquía feudal y la organización territorial en Castilla (12001350)», en VV. AA., Burgos en la Plena Edad Media, Burgos, 1994, pp. 655-675.

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Las tenencias no deben ser vistas sólo como un instrumento para el ejercicio del poder por el rey, que lo eran, sino también como un instrumento para el ejercicio del poder por los nobles. Son el ámbito donde se articulan las relaciones entre el poder central y los poderes locales; una relación compleja, conflictiva en no pocas ocasiones y que funciona como un mecanismo de retroalimentación. El poder central regio se refuerza mediante la delegación de poder en los poderes locales o regionales y viceversa. Las tenencias son concesiones temporales, no feudales en sentido técnico jurídico, pero el desenvolvimiento de las tenencias y los tenentes no depende sólo de la voluntad regia. El rey no puede ignorar las realidades locales y regionales, y mucho menos en las zonas conflictivas o disputadas como era la frontera del Ebro3. Y por eso mismo se desarrollan claras tendencias a la patrimonialización de las tenencias. En la zona y el período que estudiamos se documentan unas 60 sedes de tenencias y alrededor también de unos 70 tenentes. El Mapa 4 indica la localización de las tenencias. Esas cifras son muy elevadas por comparación con los datos disponibles para otras zonas y nos muestran bien a las claras la importancia del fenómeno a analizar, tanto por su extensión territorial, como por la implicación de un elevado número de nobles. Esto último, la elevada participación de la nobleza en el desarrollo de las tenencias, se hará todavía más notable si consideramos otro aspecto como es el control efectivo de las tenencias y las fortificaciones mediante subtenentes y alcaides. Analizaremos todos estos aspectos con detalle, pero antes es necesario detenerse en algunas cuestiones previas.

3 E. PEÑA BOCOS en «Alfoces y tenencias: La Rioja», en J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR (ed.), Del Cantábrico al Duero. Trece estudios sobre organización social del espacio en los s. VIII a XIII, Santander, 1999, pp. 375-411, ha estudiado las tenencias en la zona en el período hasta 1125 y ha resumido con detalle las principales aportaciones historiográficas, lo que hace innecesario volver a insistir aquí sobre ello. Entre las aportaciones posteriores, la más relevante se debe a C. ESTEPA, «Frontera», donde también se aportan abundantes datos sobre la zona que estudiamos aquí.

TENENCIAS Y TENENTES

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Mapa 4 Tenencias y fortificaciones en la frontera del Ebro (1145-1220)

CASTILLA VIEJA

Villalba de Losa Astúlez

Frías = Tenencias BUREBA = Tenencias territoriales SANTA GADEA = Otras fortificaciones

VALDEGOVÍA

R. Ebro

Salinas de Añana Frías SANTA GADEA AMEYUGO

Poza

Lantarón

Miranda Cellorigo BILIBIO Cihuri Treviana Briviesca RIOJA Cerezo Logroño Santo Domingo Navarrete AGONCILLO Ibrillos Grañón Villafranca Nájera HUÉRCANOS RÍO IREGUA Belorado Resa Entrena Albelda Alba Ausejo Madriz Murillo Calahorra PEDROSO Clavijo Ocón Pazuengos Tobía Viguera/ Jubera Arnedo Quel Meltria Arnedillo Autol Herce

BUREBA

Pancorbo

R. Leza

R. Oja

R. Tirón

VALLUÉRCANES

ENCISO

Yanguas

San Pedro Manrique R. Cidacos

R. Najerilla

R. Iregua

CAMEROS

¿VALLE DE ARNEDO?

Alfaro Corella Tudején Cintruénigo

Cervera Magaña

Aguilar

Cascante Ágreda

R. Alhama

V.1. Cuestiones previas sobre las fuentes y la identificación de los tenentes Al abordar el estudio de las tenencias y los tenentes el primer problema que nos encontramos es el de su propia identificación. ¿Qué expresiones en los documentos nos reflejan el fenómeno? La pregunta tiene una respuesta menos obvia de lo que quizás se podría pensar en un principio y es relevante, en mi opinión, para establecer comparaciones entre las distintas zonas. Un primer bloque de referencias a los tenentes y las tenencias de la zona lo encontramos en los tratados de paz o en las negociaciones previas, cuando los reyes solicitan que les sean devueltas unas u otras fortificaciones y posteriormente sitúan ciertos lugares en garantía del cumplimiento de los acuerdos alcanzados, lo que los textos denominan poner en fidelidad. Por ejemplo, en el tratado de 1170 entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón el primero situó como garantía del cumplimiento del acuerdo, puso en fidelidad, los castillos de Nájera, Viguera, Clavijo, Ocón y Ágreda, señalando sus respectivos tenentes, que habían de hacer homenaje al rey de Aragón. En correspondencia, el rey de Aragón hizo lo mismo también con otros

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castillos aragoneses. En el tratado de 1176 entre Alfonso VIII y Sancho VI de Navarra que puso fin a la guerra de los años anteriores, el rey de Castilla puso en fidelidad los castillos de Nájera, tanto el de los cristianos como el de los judíos, el castillo de los cristianos de Arnedo y el de los judíos de Cellorigo, estableciéndose quiénes habían de ser sus tenentes y en qué condiciones habían de tener las fortalezas. Las negociaciones posteriores para resolver el conflicto en la corte de Enrique II de Inglaterra giraron también en torno a determinados lugares y fortificaciones que podemos identificar como tenencias; entre ellas Ágreda, Ausejo, Autol, Belorado, Bilibio, Cellorigo, Cerezo, Clavijo, Grañón, Logroño, Meltria (Viguera), Nájera, Navarrete, Ocón, Pancorbo, Quel, etc. De manera similar, la sentencia arbitral del rey inglés en 1177 y el tratado posterior de 1179 se refieren a algunos de esos lugares y fortificaciones: Logroño, Navarrete, Entrena, Autol, Ausejo y Resa en la zona de la frontera del Ebro, además de otros en Álava y Navarra; y de nuevo se establecen las condiciones, ahora muy detalladas, en que los han de tener sus tenentes y el nombre de éstos. Más tarde, en el tratado entre Alfonso VIII y Alfonso II de Aragón de 1186 también el primero pone en fidelidad los castillos de Ágreda, Cervera y Aguilar de Río Alhama. Esos mismos más los de Autol y Arnedo figuran también en el tratado con Pedro II de Aragón en 1198. Por último, las treguas, ya definitivas, con Sancho VII de Navarra en 1207 supusieron la entrega en fidelidad de los castillos de Clavijo, Jubera y Ausejo4. Como digo, los tratados incluyen también cláusulas que regulan quiénes han de ser los tenentes mientras dura el período de la garantía o fidelidad y en qué condiciones han de tener esos lugares. Generalmente se trata de miembros de la alta nobleza y a veces las condiciones de la tenencia se regulan con mucho detalle. Por ejemplo en el tratado de paz de 1179 con Sancho VI de Navarra se estipula que Alfonso VIII obtendría, como he mencionado, Logroño, Entrena, Navarrete, Ausejo, Autol y Resa (véase más arriba el Mapa 1). Los tenentes de esos castra, pues así es como se los denomina en el texto, durante los 10 años siguientes habían de ser Pedro Rodríguez de Azagra, su hermano Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo. Eran vasallos del rey castellano, pero también tenían claros vínculos y eran de ascendencia navarra. En los 10 años siguientes a la firma del tratado uno de ellos tendría esos lugares, siendo elegido por el rey de Navarra y no pudiendo entregarlos al rey de Castilla. Después, en los siguientes 10 años, también sería el tenente uno de los tres nobles mencionados, pero ahora elegido por el rey de Castilla, aunque haciendo homenaje por esos castillos al 4 Véanse los textos en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 147, 267, 277, 278, 279, 321 y 460; y T. 3, docs. 667 y 813.

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rey de Navarra. En total, se fijaban las condiciones en un plazo futuro de veinte años. Era probable que alguno de los tres nobles muriera, incluso los tres, o que dejaran de ser vasallos del rey de Castilla. También se indicaba qué hacer en ese caso. Entonces el rey de Navarra elegiría un tenente entre nobles navarros que fueran vasallos del rey de Castilla, pero haciendo homenaje por los castillos al rey de Castilla. Por otro lado, si el rey de Castilla moría en los 10 primeros años sin descendientes legítimos los castillos pasarían al rey de Navarra5. En fin, cláusulas que, como en este caso, pueden llegar a ser muy detalladas, porque mucho era lo que estaba en juego, y que nos informan de algunos aspectos relevantes en la actuación de los tenentes y el desenvolvimiento del complejo entramado de relaciones feudovasalláticas. Los tratados conforman, por lo tanto, una primera fuente de información muy relevante, tanto por lo que se refiere a las tenencias, como a los tenentes, como a algunas de las condiciones en el desarrollo de unas y otros. Otro segundo bloque de informaciones son los documentos, tanto regios como particulares. En los privilegios regios castellanos de la cancillería de Alfonso VIII podemos encontrar en ocasiones referencias a tenentes en las listas de confirmantes, cuando el personaje que confirma acompaña su nombre con alguna indicación de sus tenencias. Pero, ciertamente, aunque no faltan ejemplos, no se trata de muchos casos. Tampoco figuran referencias a los tenentes en los escatocolos de los documentos de la cancillería regia castellana, y esto supone una diferencia muy notable respecto a los usos de la cancillería navarra, puesto que allí sí se incluyen listas amplias de tenentes tras la expresión del reinado y del episcopado de la sede de Pamplona6. Sin embargo, en los documentos privados sí encontraremos numerosas referencias a los tenentes en sus escatocolos y ésta será la fuente que nos proporcione el mayor número de referencias. Los usos diplomáticos de La Rioja Baja suelen incluir la referencia al tenente del lugar o de la zona, el subtenente o alcaide y los oficiales menores, adelantado –equivalente al meEl texto en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321. Comentarios en Ibíd., T. 1, pp. 816-819; LACARRA, Historia de Navarra, T. 2, pp. 76-78; o ELIZARI, Sancho VI, pp. 174175. En ocasiones, cláusulas como las que hemos mencionado daban lugar a una situación tan compleja que no debía ser del todo fácil de entender, de manera que los escribas locales la solucionaban señalando que un tenente poseía un lugar por los dos reyes, el de Castilla y el Navarra. Así sucede con Ramiro de Varea, a quien vemos ocupar las tenencias de Ausejo y de Logroño en 1185 y en un documento figura como dominante Lucronio et Aguseio per manum regis Alfonsi et regis Sancii Pampilonensi; LEDESMA, San Millán, doc. 445. 6 Véase GARCÍA LARRAGUETA y OSTOLAZA, «Estudios de diplomática...», pp. 142-151. 5

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rino concejil– y sayón; de manera que con mucha frecuencia vemos expresados todos los niveles de gobierno. En La Rioja Alta no faltan ejemplos similares, pero es más frecuente encontrar referencias a varios de los tenentes de las zonas próximas y menos detalle en lo que se refiere a los oficiales locales. En fin, podemos apreciar algunas pequeñas diferencias, pero dentro del uso generalizado de incluir a los tenentes en los escatocolos de los documentos privados tras la expresión del reinado correspondiente. En cualquier caso, ésta será nuestra principal fuente de información y gracias a ella conocemos un número tan elevado de tenencias y de tenentes en toda la zona. Estos usos diplomáticos son comunes a otras zonas de Castilla, pero no a todas; de forma que hay claros desequilibrios en la información disponible. Por ejemplo, los escribas que redactaban los documentos en los monasterios de la zona meridional de Castilla la Vieja no incluían esas expresiones en los escatocolos de sus documentos y nos privaron de una información muy relevante. Así, la documentación de la catedral de Burgos o de los monasterios de Silos, Arlanza, Covarrubias, etc. es mucho menos rica en informaciones de este tipo. De manera que disponemos de muchos menos datos sobre los tenentes y las tenencias de esas zonas. El caso más significativo quizás sea el de la propia ciudad de Burgos, cuyos tenentes apenas conocemos7. Las expresiones que con más frecuencia reflejan el disfrute de las tenencias por los nobles en los documentos de la zona que estudiamos son tenente o tenens; dominante, dominus, dominus terrae, dominus villae o dominator; y también senior in o simplemente in. Con menos frecuencia aparece también prestamero o los hipercultismos prefectus o praefectus; y de manera excepcional podemos encontrar mandante o mandans, rectore, procurante e incluso principe8. Por estos años de finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII comenzó a extenderse entre los nobles la utilización de apellidos de referencia que con mucha frecuencia corresponden a topónimos. Los nobles toman como 7 Véase ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal..., pp. 123-138, y Cuadro I en pp. 212213. La falta de datos pudiera reflejar también una menor extensión del fenómeno, algo que no puede descartarse completamente. Por otro lado, hay que considerar también que, por lo que se refiere a los textos conservados en cartularios, es posible que, en ocasiones, al hacer las copias se ignoraran estas fórmulas, lo que nos puede proporcionar una imagen deformada. 8 Prefectus o praefectus, por ejemplo, en LAMA, CDMR, T. 3, doc. 354 de 1194; o LOIZAGA, Bujedo, doc. 68 de 1195. Prestamero es más tardío y característico de las zonas riojanas más occidentales o de las burgalesas más orientales; por ejemplo en Ibíd., doc. 97 de 1200, o doc. 164 de 1216. Mandans en LEDESMA, San Millán, doc. 396 de 1155. Rectore en LAMA, CDMR, T. 2 doc. 208 de 1161. Procurante en LOIZAGA, Bujedo, doc. 43 de 1185. Y principe en UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 de 1210.

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apellido el nombre del lugar al que se asocian como núcleo y origen de su poder y de su patrimonio, su solar. No todos los apellidos de referencia son toponímicos, pero sí muchos de ellos. De manera que comenzamos a ver los apellidos de Lara, de Haro, de Guzmán, por citar sólo los más conocidos, y tantos otros más. En algunos casos los nobles que llevaban el apellido de un lugar disfrutan del señorío o ejercen la tenencia de ese lugar, pero en otros no. El conde Gonzalo Rodríguez llevó en ocasiones el apellido de Bureba, tenencia que, en efecto, disfrutó durante un período prolongado. Un documento de 1180 le menciona de esa manera, comes Gundisaluus de Buroua, entre los confirmantes de una donación regia; sin embargo sabemos que en ese momento el tenente de Bureba no era él sino Diego Jiménez (de Cameros)9. De manera similar, Pedro Jiménez (de Cameros) se documenta como Pedro Jiménez de Logroño en los años 50, cuando era tenente de ese lugar; sin embargo, unos años más tarde, en los años 70, aparece como Pedro Jiménez de Cameros cuando el tenente de Cameros ya no era él sino su hermano Diego Jiménez10. Aún podrían señalarse otros cuantos ejemplo más, pero los indicados son suficientes para mostrar que, en definitiva, la utilización de un apellido toponímico puede coincidir con el disfrute de la tenencia correspondiente, pero es un fenómeno más amplio y por sí mismo no puede considerarse indicativo de la tenencia. Por lo tanto, en los cuadros y listados no he incluido las referencias del tipo de + topónimo como expresiones de tenencias. También conviene tener en cuenta que, en ocasiones, fórmulas que generalmente se utilizan para expresar la tenencia, pueden referirse a situaciones de señorío. Es decir, que el señor de un lugar puede aparecer en algunos documentos como si fuera el tenente. Un caso claro es el de Alfaro, al que ya me he referido en el capítulo anterior. Como indiqué entonces, Alfaro fue entregado en señorío a Fortún López de Soria en 1136 y como tal lo conservaron después sus descendientes a finales del siglo XII y comienzos del si9 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 351. Sobre la antroponimia y su evolución en la Alta y la Plena Edad Media, P. MARTÍNEZ SOPENA (ed.), Antroponimia y sociedad. Sistemas de identificación hispano cristianos en los siglos IX a XIII, Valladolid, 1995, sobre todo el trabajo de J.A. GARCÍA DE CORTÁZAR, «Antroponimia en Navarra y Rioja en los siglos X a XII», en pp. 283-296. Y, específicamente sobre la antroponimia nobiliaria P. MARTÍNEZ SOPENA, «La evolución de la antroponimia de la nobleza castellana entre los siglos XII y XIV», en C. REGLERO (coord.), Poder y sociedad en la Baja Edad Media hispánica. Estudios en homenaje al profesor Luis Vicente Díaz Martín, Valladolid, 2002, T. 1, pp. 461-480. 10 Como Pedro Jiménez de Logroño confirma en documentos regios en 1154, 1155 y 1156; véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 14, 22 y 24; LAMA, CDMR, T. 2, docs. 173 y 184; o MONTERDE, Fitero, doc. 50. Como Pedro Jiménez de Cameros en 1173; en TURZA, Monte Laturce, doc. 38.

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glo XIII11; pero algunos textos se refieren a ellos como si fueran los tenentes del lugar. Así, Lope de Alfaro, que se documenta como señor de Alfaro en c. 1177 y c. 1182, figura también en el escatocolo de un documento navarro de 1182, tras la expresión del reinado de Sancho VI, como dominator en Alfaro junto a Pedro Pardo. Años después sus descendientes, los hijos de García López aparecen también en otro escatocolo como dominatores en Alfaro junto a García Pardo12. La villa de Yanguas pertenecía a los Cameros desde mediados del siglo XII; constan como señores del lugar Jimeno Íñiguez (llamado por error en el texto que se conserva Íñigo Jiménez) y María Beltran, otorgantes de un fuero datado en 1145, después figuran como señores Diego Jiménez y su mujer Guiomar y después lo sería su hijo Rodrigo Díaz. Sin embargo, en el escatocolo de un documento de 1197 este último figura como si fuera el tenente de Yanguas cuando, en realidad, era el señor13. Otros casos similares se refieren a lugares bajo el señorío del obispo de Calahorra, cuyo señor figura en algunos documentos como si fuera el tenente. Así sucede en Santo Domingo de La Calzada, lugar que pertenecía al obispo y al cabildo de Santo Domingo y donde, sin embargo, en 1180 el obispo figura como dominante y bajo él el arcediano Diego, también en el escatocolo de un documento tras la expresión del reinado de Alfonso VIII de Castilla14. Y algo parecido encontramos en Arnedillo, cuya villa y castillo fueron entregadas por Alfonso VIII al obispo y a la catedral de Calahorra en 1170; sin embargo, los escatocolos de varios documentos de 1194 y 1195 recogen fórmulas que llevarían a pensar que el obispo era el tenente, actuando bajo él el

Véanse las notas 63 y 64 del Capítulo IV y el texto a que se refieren. Lope de Alfaro se documenta como señor de Alfaro en los años indicados en TURZA, Monte Laturce, doc. 44; y MONTERDE, Fitero, doc. 173; y como dominator en Ibíd., doc. 170 de 1182 (...regnante rege Sancio in Pampilona, rege Adefonso in Castella, ...; dominator in Alfaro don Lop et don Pedro Pardo). Por entonces era precisamente tenente de Tafalla por Sancho VI de Navarra; VV. AA., A.G.N. (1134-1194), doc. 90 de 1184, y docs. 96, 97 y 99 de 1187. Los hijos de García López y García Pardo figuran como dominatores en 1211 en LAMA, CDMR, T. 3, doc. 452 (Dominatores in Alfaro filios de don Garcia Lopez, e don Garcia Pardo. Alcaide, don Sanz Garciez d’Almanara...) 13 El señorío de los Cameros sobre Yanguas se recoge en los textos del fuero de la villa y sus adiciones y renovaciones posteriores, textos publicados en su día por J. A. LLORENTE en Noticias históricas de las tres Provincias Vascongadas en que se procura investigar el estado civil antiguo de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y el origen de sus fueros, Madrid, 18061808, T. 4, doc. 120, pp. 81-95; y una edición mas moderna en M. C. DELGADO, Apuntes sobre la vida rural de la Villa y Tierra de Yanguas (Soria), s. XII-XVI, Soria, 1981, pp. 137147, y comentarios en pp. 29-41. La referencia a Rodrigo Díaz en 1197 como si fuera el tenente de Yanguas en TURZA, Monte Laturce, doc. 55. 14 Regnante in Castella rex Aldefonsus... Sub eo dominante in Sancto Dominico: Rodericus episcopus, et sub episcopo: Didacus archidiaconus. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 274. 11 12

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prior Juan de Préjano. Prior que también figura en algún documento como si fuera el tenente del lugar15. De manera similar, algunos documentos de hacia 1177 señalan que el senior in Tudején era el abad Guillermo del monasterio de Fitero, actuando bajo él como alcaide Lope de Mendoza16. La expresión senior in, tras la indicación del reinado de Alfonso VIII, nos estaría significando en otros casos una tenencia, pero en este caso creo que el abad Guillermo no era tenente por el rey sino señor de Tudején. Como indiqué en su momento en el Capítulo II al estudiar las donaciones regias al monasterio de Fitero, Alfonso VII entregó al monasterio heredades regias en Tudején en 1146, confirmándolas en 1153; más tarde, en 1157, Sancho III le dio el castillo –castro– de Tudején; y esas donaciones fueron confirmadas por Alfonso VIII en 116817. Los casos de Alfaro, Arnedillo o Tudején son bien conocidos porque constan las donaciones iniciales, y también el de Santo Domingo o el de Yanguas, pero estos casos y otros más que aún citaremos en las páginas siguientes, nos alertan de la posibilidad de que hubiera otros casos similares que desconocemos. Por otro lado, estos casos deben movernos a reflexionar. Evidentemente, la tenencia y el señorío no eran lo mismo pero en los ámbitos locales debían ser realidades bastante próximas18, más próximas de lo que se suele considerar cuando se estudian estos fenómenos con un enfoque institucional. Por último, podemos encontrar referencias a las tenencias en otros textos diversos. Los fueros, por ejemplo, raramente nos dicen los nombres de los tenentes, pero en ocasiones sí nos informan de algunas de sus atribuciones. También algunos pleitos judiciales nos hablan del ejercicio de sus funciones. No son textos muy numerosos, pero sí nos ofrecen información valiosa. Y también contamos para la zona que estudiamos con algunas fazañas que 15 Regnante rege Adeffonso... Dominante in Arnetello: G[arsia] calagorritano episcopo. Sub mano eius: I[ohannes] de Prexano, calagorritano priore. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 344; y ejemplos similares en docs. 346, 348 y 355; y el prior como tenente en doc. 356 (Regnante rege Adefonso... Dominante in Arnetello: I[ohanne] de Prexano, calagorritano priori. Sub eo I[ohanne] de Sant Pedro). 16 Regnante rege Aldefonso..., senior in Tudelen W[uillelmus], abbas de Fitero, sub manu eius, Lop de Mendoza; MONTERDE, Fitero, doc. 153; y muy similar en docs. 154 y 155 de la misma fecha. Por otro lado, Lope de Mendoza se documenta como alcaide de Tudején en un documento datable entre 1161 y 1169; Ibíd., doc. 142. Sobre Lope de Mendoza, que se documenta como fraile o familiar del monasterio por esas fechas, véase lo dicho más arriba en la nota 32 del Capítulo IV. 17 MONTERDE, Fitero, docs. 7, 27, 92 y 136; y véase lo dicho en el apartado correspondiente del Capítulo II. La donación de Tudején fue ratificada después por Sancho VII de Navarra en 1211, Colección Hergueta, T. III, s.f., s. nº. 18 Ha insistido recientemente en este argumento ESTEPA en «Frontera».

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recogen sentencias o actuaciones de tenentes, sobre todo en la zona más occidental. Esos textos nos servirán para reconstruir algunos aspectos del ejercicio del cargo de tenente y a ellos me referiré más adelante.

V.2. Algunos tipos de tenencias y de tenentes. Jerarquía y diversidad Antes de abordar el análisis de los listados de lugares y personajes, conviene todavía señalar algunos otros aspectos de carácter previo. Solemos considerar que una tenencia ha de estar ocupada por un tenente y que éste ha de ser, además, un varón. Ese es, en efecto, el modelo general más extendido, pero no es la única situación posible. Otras situaciones son más numerosas de lo que pudiera parecer y conviene también tenerlas en cuenta puesto que no son tan excepcionales. En primer lugar, conviene señalar que la tenencia es una realidad más amplia que abarca casi siempre a más de un individuo. Más adelante me referiré a la jerarquía de tenencias, puesto que hay datos que permiten pensar que existe una jerarquía derivada quizás del propio carácter de las tenencias en tanto que centros territoriales, unos principales y otros secundarios, y también probablemente de la posición de cada tenente en la jerarquía nobiliaria. Pero ahora me interesa centrarme en el nivel de cada tenencia para señalar que también es una realidad jerárquica y estratificada. Por debajo de los tenentes existen otros oficiales como los subtenentes y los alcaides de las fortalezas. En ocasiones se trata de un único nivel inferior, pero en otras ocasiones pueden distinguirse dos. En la zona que estudio hay datos disponibles sobre unos 75 individuos entre subtenentes y alcaides, que se refieren a 24 de las alrededor de 60 tenencias documentadas. Pero no hay duda de que es un fenómeno generalizado, que se documenta más o menos en función de los usos diplomáticos. La mayoría de los subtenentes y alcaides documentados lo son en la zona de La Rioja Baja por las peculiaridades diplomáticas que he apuntado más arriba. Las expresiones más frecuentes para expresar las subtenencias son sub eo, sub manu eius, sub illo u otras similares. Por ejemplo, Regnante Adefonsus... Gomiz Gonçaluez dominante Calgurri. Sub eo Garcia Zapata 19. El oficio de subtenente es, en la mayoría de los casos, equivalente al de alcaide, el oficial que está al frente de la fortaleza. Siguiendo con el ejemplo mencionado, García Zapata se documenta indistintamente como subtenente y como alcaide de Calahorra por Gómez González a finales de la década de los 60, y

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El ejemplo en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 229 de 1168.

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como su caso podrían señalarse bastantes más20. Sin embargo, también podemos encontrar algunos otros casos en los que por debajo del tenente hay dos niveles, un subtenente y un alcaide. Así, por ejemplo, en 1199 el tenente de Logroño era Diego López de Haro y actuaba por él como subtenente Pedro López de Alfaro y por debajo de él todavía como alcaide –alcaiat in turribus– Pedro López de Lardero21. Es posible que estos casos se den más en los lugares de mayor entidad o donde las fortificaciones tuvieran mayor peso o importancia estratégica. En el caso mencionado de Logroño la jerarquía está muy clara, pero también podemos encontrar dos subtenentes o dos niveles de subtenentes. En Calahorra en 1184 Jimeno Zapata y García eran subtenentes, aparentemente ambos en el mismo nivel jerárquico, por Diego Jiménez de Cameros22. Unos años después, a comienzos del siglo XIII el tenente era Gonzalo Ruiz y actuaba por él como subtenente Gil García y por debajo de éste todavía Jimeno de Uzama. Este último en algunas ocasiones es denominado alcaide23. De manera similar, pocos años después, el tenente era Diego López de Haro, el subtenente Guillermo González y el, diríamos, sub-subtenente Pedro Blázquez24. Aunque la jerarquía todavía se puede complicar un poco más y podemos encontrar que la sub-subtenencia es doble, ocupada por dos individuos: en Calahorra en 1210 el tenente era Diego López de Haro, el subtenente Guillermo González y por debajo de él, aparentemente de forma conjunta, el citado Pedro Blázquez y Lope Martínez25. En este caso la jerarquía de la tenencia se extiende hasta abarcar a cuatro individuos en tres niveles. En fin, la subtenencia puede, incluso, estar en manos de un colectivo y, así, en 1178 encontramos a la orden de Calatrava como alcaide de Murillo de Calahorra por Pedro Ruiz26. 20 Por ejemplo, como subtenente en 1168 en el documento citado en la nota anterior y en LAMA, CDMR, T. 3, doc. 231; y como alcaide en 1167 y 1169 en Ibíd., T. 2, doc. 225, y T. 3, doc. 234. 21 Regnante rege Aldefonso... et sub eius imperio, Didacus Lupi; et sub Didaco Lupi dominante in Lucronio P. Lopiz de Alpharo; et sub P. Lopiz de Alpharo, alcaiat in turribus, P. Lopiz de Lardero.... LAMA, CDMR, T. 3, doc. 379; y Pidal, Documentos lingüísticos, doc. 79. 22 Regnante Adefonso rege... Dominante Calagurre, Diag Xemenez. Sub eo seniores: Xemen Zabata, Garsia de... (ilegible). LAMA, CDMR, T. 3, doc. 307. 23 Regnante rege Ildefonso..., Dominante Calagurra, Gonçaluo Roiz. Sub eo: Gil Garceiç et sub eo Semen Duçama; LAMA, CDMR, T, 3, doc. 404 de 1202, y referencias similares en docs. 420, 421 y 422 de 1204. 24 Regnante rege Adefonso... Dominante Calagurra: Didacus Lupi. Sub eo Guilelmus Gonçalueç. Sub eo, Petrus Blaçqueç... LAMA, CDMR, T. 3, doc. 445 de 1208. 25 Regnante rege Adefonso... Dominante Calagurra: Didacus Lupi; per manum eius, Guilen Gonçalueç; sub eo, Petrus Blasqueç et Lope Martineç. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 449. 26 Regnante rege Adefonsus... Dominante Murello, Petro Roiz. Sub manu eius alcaides: fratres de Calatraua. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 265.

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Casi siempre los textos nos muestran con bastante claridad la posición jerárquica de los tenentes y los subtenentes o alcaides, pero en algunas ocasiones los documentos muestran una cierta confusión al señalar como tenentes a personajes que, en realidad, eran subtenentes. El asunto puede ser algo más complicado en la medida en que, como veremos más adelante, también habrá unas tenencias que dependan de otras; pero ahora me interesa mostrar únicamente que los escribas también se equivocaban en ocasiones –al menos aparentemente–, lo que puede llevarnos a una cierta confusión. Por ejemplo, he mencionado los casos de Gil García y de Guillermo González, que se documentan como subtenentes en Calahorra, el primero por Gonzalo Ruiz en 1202 y 1204 y el segundo por Diego López de Haro en 1208 y 1210. Pues bien, ambos se documentan también como tenentes en esos mismo años. La explicación puede ser que en ambos casos se detectan tres niveles: tenente, subtenente y sub-subtenente o alcaide; quizás en algún momento algún escriba pudo confundir los dos primeros, situando al subtenente en la posición del tenente27. También es posible que cuando el tenente era un miembro de la alta nobleza y un hombre poderoso, apenas se ocupara directamente de alguna de sus tenencias, puesto que, como veremos, es frecuente la acumulación de tenencias por los más poderosos. En ese contexto es posible que quien de hecho se ocupara del gobierno de la tenencia, es decir el subtenente, fuera percibido en ocasiones como si fuera el auténtico tenente. Así, Martín Fernández de Calahorra, a quien me he referido en el capítulo anterior, figura como tenente de Calahorra en un documento de 1148, cuando por otros documentos sabemos que por entonces el tenente era el magnate Gutierre Fernández de Castro, mientras que Martín Fernández era su alcaide28. 27 He citado ejemplos de Gil García como subtenente de Calahorra en 1202 y 1204 en la nota 23 de este capítulo. Como tenente, por ejemplo: Regnante Adefonso rege...; dominus in Calagurra per manum regis, Gil Garcez. Sub eo alcaith, Semen de Uzama; LAMA, CDMR, T. 3. doc. 417 de 1203; y otros ejemplos en Ibíd., doc. 407 de 1202, doc. 413 de 1203, doc. 419 de 1203, doc. 433 de 1205, y T. 4, doc. 1 de 1202. He citado ejemplos de Guillermo González como subtenente de Calahorra en 1208 y 1210 en las notas 24 y 25 de este capítulo; aunque su caso puede ser algo más complicado como veremos más adelante, puesto que también figurará como tenente de éste y otros lugares. Por ejemplo, como tenente de Calahorra también en 1208: Regnante... Dominante Calagurra, Guillelmo Gonzaluez; sub eo, Petro Belasquez; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 17-a. 28 Como tenente: Regnante Aldefonso imperatore..., et Petro Ferrandes in Ceruera, Fortui (sic) Lopes in Soria, Marti Ferrandes in Calaforra; MONTERDE, Fitero, doc. 15. Como alcaide: Guterrus Fernandez, tenens Calagurrim... Martinus Fernandez alcaldus de Calagurri; MONTERDE, Fitero, doc. 7 de 1146; u otros ejemplos en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 153 de 1150, doc. 155 de 1151, y doc. 161 de 1152. Véase también lo dicho más arriba en las notas 37 a 39 del Capítulo IV y el texto a que se refieren.

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Tampoco el nivel jerárquico superior de la tenencia responde siempre al modelo establecido. Igual que podíamos encontrar a dos subtenentes, también en ocasiones podemos encontrar a varios tenentes actuando sobre el mismo lugar al mismo tiempo. Un caso relevante, fuera de la zona de la frontera del Ebro, puede ser Burgos; en 1187 la mitad correspondía a Diego López de Haro sumándose a la amplia lista de tenencias que controlaba el magnate29. En la zona que estudio los casos de tenencias dobles se refieren siempre a individuos con lazos de parentesco muy estrechos: padre e hijo, madre e hijo o marido y mujer. El tenente de Calahorra en la primera mitad de la década de los 50 fue Fortún López de Soria, pero en un documento de 1154, el último que recoge su tenencia en ese lugar, aparece asociado a él su hijo Lope30. Este hecho puede deberse a varias causas. Es posible que el padre quisiera asociar a su hijo a las tenencias más importantes para facilitar que a su muerte ocupara una posición similar. También es posible que el padre quisiera ejercer una cierta tutela sobre las tenencias de su hijo. O, sin ser totalmente contradictorio con las hipótesis anteriores, también podríamos estar ante una jerarquía de tenentes coincidente con una jerarquía de parentesco. Es posible que el padre, el poderoso Fortún López de Soria, ocupara la tenencia en un nivel superior pero que quien la ejerciera de una forma efectiva, en un nivel inferior, fuera su hijo Lope. Unos años antes, en 1148, en Logroño encontramos una situación similar, pero en este caso no son padre e hijo, sino madre e hijo. La tenencia de la ciudad en esas fechas estaba en manos de María Beltrán y de su hijo Pedro Jiménez (de Cameros). Ambos eran viuda e hijo de Jimeno Íñiguez, que seguramente había muerto hacía poco tiempo, quizás en 1147 como sugieren algunos autores. Jimeno ocupó las tenencias de Ágreda y Calahorra y parece probable pensar que también pudo ocupar la de Logroño en los años inmediatamente anteriores a su muerte y que después ésta pasara a su hijo, ejerciendo su madre una cierta tutela31.

29 ...regnante rege Aldefonso... Sub eo dominante in Naiara, in Rivo de Ogia, in Borovia, in Castella Vetula, in Trasmera, in Asturiis et in medietate Burgensis urbis domno Didaco Lupiz. LEDESMA, San Millán, doc. 454; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293. 30 Imperante Adefonso imperatore... Dominante Calagorra, Fortun Lopez et don Lope filius eius. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 174. 31 La tenencia de María Beltrán y de su hijo en Logroño en 1148 en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 147; MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», doc. X, p. 355; o en BARRERO, «Fuero de Logroño», pp. 187-193. La tenencia de Jimeno Íñiguez en Ágreda y Calahorra en UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra..., p. 239. La fecha de su muerte hacia 1147 la sugiere CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN en «La Casa de Cameros...», p. 152. Sobre Jimeno Íñiguez también ESTEPA, «Frontera», pp. 36-37.

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Otro caso de una tenencia doble y en la que también participa una mujer se da en Calahorra a comienzos de los 60. Gómez González, que después recibiría el título condal, ocupó la tenencia de Calahorra entre 1158 y 1170, pero dos textos de 1162 señalan que actuaba con él su mujer doña Milia32. En este caso quizás haya que pensar que doña Milia actuaba como tenente posiblemente en ausencia de su marido quien, como es conocido, ocupó una posición destacada en la corte leonesa en ciertos momentos33. Los casos de María Beltrán y doña Milia ponen de manifiesto que las tenencias no sólo estaban reservadas a los varones, sino que también podían ser ocupadas por mujeres. No son los únicos casos y, aunque en conjunto no son muy numerosos, tampoco podemos considerar que se trata de situaciones completamente excepcionales34. Otras mujeres que se documentan como tenentes son María Almenar y doña Guiomar. María Almenar o Almenara era hija del conde Armengol VI de Urgell –bisnieta del poderoso Pedro Ansúrez– y fue esposa de Lope López hijo, a su vez, del conde Lope de Haro. Su posición social queda clara, por lo tanto, como miembro de la más alta nobleza, y figura como tenente de Miranda de Ebro en 118835. También Guiomar pertenecía a la alta nobleza, probablemente era hija del conde Rodrigo Pérez (de Traba) y fue esposa de Diego Jiménez (de Cameros) y un documento de 1200 la sitúa como tenente de Herce36. Sin embargo este es otro ejemplo en el que se confunden tenencia y señorío. Con toda probabilidad Guiomar, que por entonces ya era viuda, era señora de Herce, no tenente, puesto que el rey Alfonso VIII les había dado el lugar a ella y a su marido iure hereditario en 117337.

32 Regnante Adefonsus rex... Gomiz Gonçaluez cum sua mulier dompna Milia dominante Calagorrim. Sub eo, Petro Petriz de Areniellas... LAMA, CDMR, T. 2, docs. 209-a y b. Véase también ESTEPA, «Frontera», p. 54. 33 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, p. 337; o BARTON, The aristocracy..., pp. 252-253, para sus tenencia leonesas. Estepa en el trabajo citado en la nota anterior sugiere que la presencia de Milia en la tenencia debe enmarcarse en el contexto del poder de los Lara, puesto que era hermana del conde Manrique 34 Como ha señalado ESTEPA en «Frontera», p. 54 n. 308, las reinas se documentan también en ocasiones como tenentes. 35 ...regnante rege Aldefonso... Sub eo dominante Miranda, Maria Almenar. LEDESMA, San Millán, doc. 457. 36 Regnante rege Adefonso... Dominante in Erz, domna Guiomar. Sub ea, alcaid in castello de Erz, don Michael de Iuuera... LAMA, CDMR, T. 3, doc. 396. Su filiación la proporciona CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN en «La Casa de Cameros...», p. 153 siguiendo a J. SALAZAR ACHA en Los descendientes del conde Ero Fernández. Galicia en la Edad Media, Madrid, 1990, p. 77, aunque yo no he consultado esa última obra. 37 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 180; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 259.

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La presencia de las mujeres en las tenencias también se extiende al nivel de las subtenencias. En algunas ocasiones también se trata de casos en los que existe una relación de parentesco, el marido figura como tenente y la mujer como subtenente, lo que nos podría indicar una jerarquía ligada a la jerarquía de género, similar a otros casos de jerarquía de parentesco que hemos mencionado, o bien el control del lugar por la esposa en ausencia del marido, también de manera similar a otros ejemplos citados. Así, en Calahorra en 1194 se documenta como tenente un Juan García de Agoncillo y como subtenente su mujer también llamada Milia, aunque con toda probabilidad el texto que se conserva –una copia, no un original– contiene un error en el nombre del tenente, que por entonces era Pedro –y no Juan– García de Agoncillo38. Más tarde, en 1212, Guillermo González figura como tenente de Cervera de Río Alhama, siendo alcaide del castillo su mujer Urraca39. Pero en otros casos no vemos que exista una relación de parentesco entre el tenente y la mujer que ocupa la subtenencia o, al menos, no conocemos esa relación. Así, en la primera mitad de los años 50 se sucedieron en la tenencia de Tudején Gutierre Fernández de Castro entre 1151 y 1154 y don Álvaro entre 1154 y 1156 y ambos tuvieron como subtenente a una mujer llamada doña Godina40. Creo que es probable que se trate de la viuda del anterior alcaide, Fortún Garcés, que conservó el cargo que había tenido su marido; en cualquier caso, es evidente que su posición era sólida puesto que continuó ejerciendo la subtenencia a pesar del cambio de tenente41. Páginas arriba he mencionado algunos casos en los que los obispos Rodrigo y García de Calahorra o el prior Juan de Préjano –luego también obispo– aparecen como tenentes de Santo Domingo de La Calzada y de Arnedillo y también se documenta el abad Guillermo del monasterio de Fitero como tenente de Tudején. Pero hemos visto que se trataba de lugares sujetos a su señorío, no de tenencias regias, a pesar de lo que pudieran dar a entender los documentos. También hemos mencionado un caso en que la orden de

38 Regnante rege Aldefonso... Dominante Calagorra sub manu regis: Iohannes (sic) Garsia de Agoncello. Sub eo: Dompna Milia sua muliere... LAMA, CDMR, T. 3, doc. 345. Pedro García de Agoncillo se documenta como tenente en Calahorra entre 1191 y 1194 en Ibíd., docs. 314, 319, 349 y 350. 39 ...regnando el rei don Alfons...; sennor en Cerbera, Guillem Gonçalbez, tenedor del castiello por so mano, don Urraca, so mulier... MONTERDE, Fitero, Addenda, doc. 2º; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 30; y PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 113. 40 MONTERDE, Fitero, docs. 25, 26, 28, 29, 30, 35, 36, 38, 39, 43, 44 y 45. 41 Fortún Garceiz, alcaide, y su esposa doña Godina se documentan como testigos en un documento fechable en 1151; véase MONTERDE, Fitero, doc. 23. Por otro lado, algunos textos muestran que en Tudején por esos años había una serna de doña Godina, que bien puede hacer referencia a este personaje; Ibíd., docs. 62 y 90 de 1156.

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Calatrava figura como alcaide en Murillo de Calahorra y no parece extraño que una orden militar se ocupe de la tenencia de una fortaleza. Fuera de esos casos, la documentación conservada no muestra ningún otro caso de tenencias o subtenencias en manos de eclesiásticos.

V.3. Tenencias «territoriales» o mayores y tenencias menores Como he señalado más arriba, en la zona de la frontera del Ebro se documentan alrededor de unas sesenta tenencias en el período que estudiamos. Su distribución ha quedado reflejada en el Mapa 4. En esa cifra incluyo sólo las tenencias castellanas, pero tanto las que dependieron siempre, en todos estos años, del rey de Castilla, como las que fueron castellanas y después navarras o viceversa; es decir, no incluyo las tenencias que únicamente dependieron del rey de Navarra, tanto en tierras navarras como alavesas. El elevado número de tenencias nos da una muestra de la importancia del fenómeno y es algo que no puede sorprendernos dado el carácter disputado de la zona. Al señalar las tenencias en el mapa obtenemos una visión plana que, sin embargo, debemos matizar. El mapa pudiera darnos a entender que todas esas tenencias corresponden a centros territoriales y/o puntos fortificados equiparables. Pero la realidad es bien distinta; esa representación, que califico como plana, esconde una realidad más compleja, jerarquizada. Los datos son escasos pero suficientes para entrever esa jerarquía o algunas de sus manifestaciones. Como ya he apuntado, era probablemente una jerarquía de centros territoriales, pero también era una jerarquía social derivada de la posición de los distintos tenentes en los círculos nobiliarios. En el apartado anterior hemos visto como las tenencias, consideradas individualmente, encerraban una realidad jerárquica. Ahora esa jerarquía se extiende más allá en una proyección territorial. Podemos apreciar el fenómeno de dos maneras; de un lado, de forma directa a través de los datos que nos informan que un tenente tiene un lugar por otro tenente que tiene otro lugar y que se sitúa sobre él en esa jerarquía. Por otro lado, a través de las que llamaré tenencias territoriales. Los datos directos son, como digo, relativamente escasos y eso resulta llamativo si tenemos en cuenta que en conjunto se conserva un volumen de referencias nada despreciable. Así pues, podría pensarse que el fenómeno es poco significativo. Pero no lo creo, porque los datos indirectos amplían nuestras posibilidades de percepción del fenómeno. Más bien creo que es un problema diplomático, principalmente de la forma como los escribas reflejaban el fenómeno, no del fenómeno en sí.

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En el capítulo anterior hemos mencionado que Lope de Velasco en 1192 y su hijo Diego López de Velasco en 1207 fueron tenentes de Grañón y que el segundo y seguramente también el primero lo fueron por Diego López de Haro42. La información procede del escatocolo de un documento de 1207 en el que se señala lo siguiente: Petrus Aznarez, tenente per manum dompni Didaci Naieram, Martinus Gonzalvez, Haro; Didacus Lupi, filius Lupi de Velascori, Grannon43. Este texto puede interpretarse de varias maneras. Puede pensarse que los tenentes de Grañón y Haro eran Diego López de Velasco y Martín González, al mismo nivel que Diego López de Haro era tenente de Nájera, siendo su subtenente allí Pedro Aznar, de manera similar a otros casos que hemos visto en el apartado anterior44. Pero también puede interpretarse, y esta es la posibilidad por la que me inclino, que la dependencia respecto a Diego López de Haro no se refiere sólo a Pedro Aznar, sino que se extiende a los otros dos; de manera que los tres eran tenentes en sus respectivas tenencias –Nájera, Haro y Grañón–, pero los tres dependían de Diego López de Haro. En esos momentos el magnate se encontraba en la cima de su poder y por entonces se documenta como tenente –principe, en un documento que ya he mencionado de 1210– en Rioja, Bureba, Castilla Vieja, Nájera y Calahorra, además de Álava y Vizcaya45. Pocos años más tarde, en 1215, encontramos también a Diego López de Velasco y a Sancho López de Torres como prestameros –tenentes– en Frías. La expresión contenida en el documento correspondiente es la siguiente: dominante Castella Uetula et Alaua: Lupus Didaci; dominante Boroua: Aluar Nunez; prestameros en Frías: Sancho Lopez de Torres et Didaco Lopez de Uelascor46. De nuevo puede pensarse también que los citados eran tenentes de Frías al mismo nivel que Lope Díaz de Haro lo era de Castilla Vieja y Álava, o el conde Álvaro Núñez de Lara lo era de Bureba. Sin embargo, como en el caso anterior, creo que cabe otra interpretación en el sentido de que Diego López de Velasco y Sancho López de Torres eran tenentes de Frías pero dependientes, en un nivel jerárquico inferior, de Lope Díaz Véase la nota 52 del Capítulo IV. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92. 44 Pedro Aznar se documenta como alcaide tenente del castillo de Nájera por Diego López de Haro en 1201: Regnante... Sub rege dominante in Nagera domno Didago Lupiz de Faro. Alcaide tenente castellum de Nagera domno Petro Aznarez; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 103. 45 No daré ahora las referencias de los documentos con relación a las tenencias concretas, lo que alargaría enormemente las notas de este capítulo; remito para ello a los Anexos 1 y 2 con los listados de tenencias y tenentes. El documento en que se le califica como príncipe en UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99. 46 PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 45. 42 43

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de Haro que lo era de toda Castilla Vieja. Si mi interpretación es correcta, como ya he apuntado en el capítulo anterior, Lope de Velasco y después su hijo Diego López de Velasco habrían pertenecido al círculo de vasallos o clientes de Diego López de Haro y, a la muerte de éste, Diego López de Velasco habría continuado vinculado a su hijo, Lope Díaz de Haro. Vemos, por lo tanto, a dos generaciones sucederse en el mantenimiento de vínculos vasalláticos o clientelares expresados, en este caso, a través de las tenencias y sus jerarquías. Pero, si esos textos son interpretables y pueden plantear algunas dudas47, podemos observar más claramente una realidad similar a través de otros documentos referidos a una zona próxima como es La Bureba. En 1177 se documenta a García Rodríguez como tenente de Poza, pero actuando de manu, es decir bajo la dependencia, de Pedro Rodríguez que era tenente de Bureba. Idéntica situación encontramos unos años más adelante, en 1181, cuando el tenente de Poza era Pedro Gutiérrez que actuaba de manu de Diego Jiménez (de Cameros) que era tenente de Bureba48. Es decir, que en esos años hay una tenencia de Poza que se sitúa en un nivel jerárquico inferior a la tenencia más amplia de Bureba. Los tenentes de Poza dependían de los de La Bureba. Esa dependencia jerárquica se documenta en 1177 y en 1181 pero ¿puede extenderse de forma general a todos los tenentes de Poza en esta época? Lo cierto es que, además de los citados, sólo se documenta otro tenente de Poza en estos años en 1175. La referencia es la siguiente: Regnante rege Aldefonso... Comite Gundisaluo dominante Borouie. Munio Munioz tenente Poza49. Aparentemente ambos, Muño Muñoz en Poza y el conde Gonzalo en Bureba, eran tenentes al mismo nivel pero, a la luz de los otros casos, creo que la interpretación correcta sería considerar al tenente de Poza como dependiente del de Bureba, también en este caso. No es casual, por supuesto, que los tres tenentes de Bureba que he mencionado en estos ejemplos pertenezcan a la alta nobleza, mientras que los tres tenentes de Poza eran, probablemente, miembros de la baja nobleza –y, cabría añadir, vasallos o clientes de los anteriores–. El caso de Bureba nos lleva a considerar las que llamaré tenencias territoriales, que también nos permiten apreciar la organización jerárquica del Conviene, en cualquier caso, tener en cuenta que el documento de 1207 citado más arriba y que utilizo como punto inicial de mi argumentación procede de un cartulario, no se trata de un original. 48 Regnante rege Aldefonso... Petro Roderici dominante Borouia et Naggara. Garsea Ruderici Pozam tenente de manu eius; y Regnante rege Aldefonso... Didaco Semenez tenente Borouiam. Petrus Gutierreç tenente Poza de manu eius. Ambas referencias en ÁLAMO, Oña, doc. 252, un documento que contiene varias compras del monasterio entre 1175 y 1181. 49 ÁLAMO, Oña, doc. 252 en 1175. 47

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sistema de tenencias. Por supuesto, todas las tenencias se refieren a un territorio más o menos amplio y, en ese sentido, todas son territoriales. Pero me refiero a la formación de tenencias que se extienden sobre territorios de mayor extensión, abarcando varios distritos anteriores. Otros autores han hablado de tenencias mayores para referirse a una situación similar50. El caso de La Bureba resulta bien expresivo pues se constituyó englobando otros cuatro distritos anteriores, los alfoces de Briviesca, Monasterio de Rodilla, Pancorbo y Poza, que también se configuraron como tenencias51. En los años que estudiamos, La Bureba se documenta de manera consistente como tenencia y en manos siempre de miembros de la alta nobleza: el conde Gonzalo Rodríguez, los Haro, los Lara, etc. Pero, al mismo tiempo, se documentan también otras tenencias en la zona: Poza, Briviesca o Pancorbo. ¿Cuál era la relación de esas tenencias y sus tenentes con los tenentes de Bureba? Ya hemos visto como la tenencia de Poza se documenta en 1175, 1177 y 1181 y sus tenentes actuaban –probablemente en los tres casos, con toda seguridad en dos de ellos– bajo la dependencia de los de Bureba. La tenencia de Briviesca se documenta en 1171, cuando actuaba como senior in Birbisca Rodrigo Pérez, que confirma en una donación de Alfonso VIII al monasterio de Oña52. Por entonces el tenente de Bureba era el conde Gonzalo Rodríguez. No se cuál era el vínculo entre ambos, si es que existía. El hecho de figurar como confirmante en un documento regio nos llevaría a situarle en los niveles de la alta nobleza, pero no es un confirmante habitual, sino ocasional, de manera que, a partir de ahí, no podemos atribuirle con seguridad una posición social destacada. Por otro lado, el nombre y apellido son demasiado frecuentes como para establecer hipótesis sobre su procedencia familiar. Sin embargo, no descarto que también Rodrigo Pérez en Briviesca en 1171 fuera un tenente dependiente del tenente de Bureba, el conde Gonzalo Rodríguez. En cuanto a Pancorbo, se documentan en esos años dos tenentes: el conde Gonzalo en 1182 y Diego López de Haro en 1177, 1190 y 1200. Lo significativo es que ambos en esas mismas fechas eran también tenentes de La Bureba53; de manera que es 50 Para el reino de León véase JULAR, Los Adelantados y Merinos..., pp. 55-159. Por su parte, ESTEPA en «Frontera» ha utilizado también la expresión «tenencias subordinadas» para expresar el otro polo de la relación. 51 Pueden verse algunos datos en G. MARTÍNEZ DÍEZ, «La Bureba como distrito administrativo: la tenencia», en. M. J. PELÁEZ (ed.), Historia administrativa y ciencia de la administración comparada. Trabajos en homenaje a Ferrán Valls i Taberner, Málaga, 1990, vol. XV, pp. 4.277-4.290. 52 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 165, y ÁLAMO, Oña, doc. 239. 53 En 1177 se documentan como tenentes de Bureba Diego López de Haro y Pedro Rodríguez en dos textos que no llevan indicación de mes y día, mientras que el primero se documenta como tenente de Pancorbo en un documento de octubre de ese año. Para las citas concretas remito, como ya he señlado, a los anexos.

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claro que, en este caso, la tenencia mayor o territorial conllevaba también el control sobre la que llamaríamos tenencia menor. La Bureba no es la única tenencia territorial que se documenta en este período en la zona; encontramos también las tenencias de Castilla Vieja, Valdegovia, Rioja, Cameros o Río Iregua, citándolas de oeste a este. La tenencia de Castilla Vieja se documenta también abundantemente en estos años, también en manos de miembros de la alta nobleza –Haro, Manzanedo, Lara– y compartiendo tenentes con la de Bureba con frecuencia. La tenencia de Castilla Vieja debía englobar a varias tenencias menores de la zona que también se documentan por estos años. En varios casos también vemos como los tenentes de Castilla Vieja parecen situarse una posición jerárquica superior, aunque no es fácil determinar qué tenencias menores se vinculaban a la tenencia territorial. Ya he mencionado cómo en 1215 se documentan como prestameros en Frías Sancho López de Torres y Diego López de Velasco, a quienes considero dependientes del tenente de Castilla Vieja de esos años, Lope Díaz de Haro, hijo del poderoso Diego López que había muerto el año anterior. Diego López antecedió a su hijo en la tenencia de Castilla Vieja desde mediados de los 80 hasta su muerte, con la interrupción de su exilio en los primeros años del siglo XIII. Así pues, figura como tenente en 1195, año en que también se documenta como tenente de Mena, una de las tenencias de la zona que quizás quedó englobada en la de Castilla Vieja54. Otra tenencia de la zona era Miranda, pero en este caso no se si quedó también englobada en la de Castilla Vieja o permaneció independiente. En estos años se documentan dos tenentes de Miranda. En 1182 lo era Diego Jiménez de Cameros, mientras que en Castilla Vieja encontramos al conde Fernando de Lara y no creo que entre ambos hubiera una relación jerárquica; de manera que entonces ambas tenencias debían ser independientes. En 1188 quien figura en Miranda es, como ya hemos visto, María de Almenar, mientras que el tenente de Castilla Vieja era su cuñado Diego López de Haro –hermano de Lope López, esposo de María Almenar–. No puedo afirmarlo con seguridad, pero parece probable que la tenencia de María Almenar obedezca a la proyección de su marido, que quizás ya había muerto entonces, y es probable también que Lope López de Haro estuviera vinculado en una posición inferior respecto a su poderoso hermano Diego López. En estos años Lope Díaz y Lope Sánchez llevan el apellido de Mena sucesivamente. Es posible que algunos de ellos, o ambos, fueran tenentes de Mena, pero no los he documentado explícitamente como tales. Ambos eran parientes de los Haro. La tenencia de Diego López en Mena en 1195 se documenta en LOIZAGA, Bujedo, doc. 68 (Didacus Lupi sub rege praefectus in Burovia et in Mena). 54

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En el límite entre Álava y Castilla estaba Valdegovia, que se documenta como tenencia en 1184 y 1211, en ambas fechas en manos de Diego López de Haro. Es probable que algunas otras tenencias que se documentan en la zona dependieran jerárquicamente de la de Valdegovia. Así, en 1211, en el mismo documento que recoge la tenencia de Diego López de Haro en Salinas (de Añana), Valdegovia y toda Bureba, se indica que su hijo Lope Díaz era tenente de Astúlez y de Villalba (de Losa). Es probable que la tenencia de Villalba dependiera de la de Valdegovia, pero casi con toda seguridad eso sucedía con la de Astúlez. En otros casos, hemos visto que entre los tenentes de las tenencias territoriales o mayores y los de las menores o subordinadas había una relación jerárquica determinada por el vasallaje o la clientela; en este caso, esa jerarquía, como ya hemos visto en ocasiones en las relaciones entre tenentes y subtenentes, viene determinada por el parentesco. La tenencia de Rioja se documenta desde los años 80. Surge ahora, primero ocasionalmente en manos de Pedro García de Lerma y después, desde 1185, ya en manos de Diego López de Haro. Esta tenencia se extiende por zonas donde también se documentan otras tenencias menores, aunque no es fácil determinar cuál era la proyección territorial de la tenencia de Rioja en estos momentos. Es probable que se refiera exclusivamente al valle del río Oja, que le da nombre; quizás también se extienda por el valle del Tirón y la zona de Oca al oeste, aunque lo dudo; mientras que al este limitaría con el valle del Najerilla y las tenencias de esa zona, encabezadas por la de Nájera. Como digo, en esa zona se documentan otras tenencias; de oeste a este: Villafranca, Belorado, Cerezo, Ibrillos, Grañón, Treviana, Cellorigo, Cihuri, Haro o Pazuengos. Cada una de ellas presenta su propia serie de tenentes pero, a partir de mediados de los 80, cuando se documenta la tenencia de Rioja, el tenente de casi todas ellas era Diego López de Haro. Veamos, por ejemplo, las tenencias que creo que sí se englobaron en la de Rioja casi con toda seguridad. El tenente de Cellorigo en 1176 era Pedro Rodríguez y en 1181 el merino Oriol –que también se documenta vinculado a Diego López de Haro–, pero en 1186 y 1190 ya figura Diego López, que también era tenente de Rioja. La vecina Treviana se documenta sólo en 1162, pero también ya en manos de los Haro, en este caso de Sancho Díaz, tío de Diego López55. Haro estaba en manos del conde Lope de Haro en 1165 y después de su hijo Diego López, que se documenta como tenente en 1175, 1177, 1185 y 1207. Sin embargo, en 1188 aparece un Rodrigo Sánchez al frente de la tenencia. Algo parecido ocurre en Grañón, donde se do55 ESTEPA en «Frontera», p. 65 n. 399, ha puesto de manifiesto que se trata de una villa de behetría para destacar que este caso, como otros, pudiera reflejar una identificación entre el señorío superior de la behetría y la tenencia.

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cumentan varios tenentes en los años 60 y 70, en 1183 estaba al frente de la tenencia Pedro García de Lerma –que figura como tenente de Grañón y de toda Rioja– y en 1186 y 1207 aparece ya Diego López de Haro. Sin embargo, también aquí se documenta como tenente Rodrigo Sánchez en 1188, como en Haro, y Lope de Velasco en 1192. Ya hemos visto que Lope de Velasco era, muy probablemente un subtenente o un tenente dependiente de Diego López de Haro. Y es posible que Rodrigo Sánchez también lo fuera unos años antes. Los datos sobre él son escasos, puesto que sólo se le documenta en esos dos casos y en ese año de 1188. Pero con toda probabilidad también se trataba de un Haro, un hijo de Sancho Díaz de Haro, por lo tanto un primo de Diego López de Haro56. En cuanto a la tenencia de Pazuengos, en los años que estudio se documenta en 1155 y 1165 en manos de Rodrigo Muñoz y de Muño Muñoz, probablemente parientes a juzgar por sus apellidos, y en 1172 en manos de García Vermúdez por el rey de Navarra. A partir de entonces deja de documentarse como sede de una tenencia. Probablemente en un primer momento debió integrarse en la de Rioja, pero hay que tener en cuenta que en 1192 Alfonso VIII entregó al monasterio de San Millán la villa y el castillo de Pazuengos57. Como hemos visto más arriba, Muño Muñoz se documenta también en 1175 como tenente de Poza, seguramente dependiendo del conde Gonzalo que entonces era tenente de Bureba. Probablemente ni la tenencia de Villafranca Montes de Oca, ni la de Belorado, ni la de Cerezo formaban parte de la de Rioja, aunque no puedo afirmarlo con toda seguridad; pero, en cualquier caso, las tres estaban en manos de Diego López de Haro desde los años 80. La tenencia de Villafranca sólo se documenta en 1168 en manos, precisamente, del conde Lope, padre de Diego López. La de Belorado presenta una trayectoria algo mas compleja: en 1177 y 1178 está en manos de Pedro Rodríguez, en 1180 de Diego Jiménez de Cameros, y desde 1185 en adelante figura ya Diego López de Haro como tenente, pero en 1187 aparece puntualmente Ramiro de Varea, un noble vinculado al rey de Navarra y que ocupó por él algunas otras tenencias de la zona en esos años, como Logroño o Ausejo58. En cualquier caso, en los Entre finales de junio de 1187 y finales de septiembre de 1188 Diego López de Haro no estuvo en la corte castellana sino en la leonesa donde, no lo olvidemos, era reina su hermana Urraca. Por entonces abandonó, por ejemplo, su cargo de alférez regio de Castilla. En ese contexto es posible que perdiera la tenencia de Haro en favor de su pariente Rodrigo Sánchez, pero también se podría pensar que Rodrigo Sánchez fuera un tenente dependiente de Diego López y que figura como tenente precisamente cuando éste está ausente. 57 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 592; LEDESMA, San Millán, doc. 467; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 321. 58 Como en el caso de Rodrigo Sánchez en Grañón y en Haro, pudiera tratarse de un tenente dependiente de Diego López de Haro –aunque lo dudo– o, más bien, de su sustituto en la época de su ausencia de la corte castellana. Ramiro de Varea, figura en el tratado de paz en56

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años siguientes vuelve a documentarse a Diego López de Haro como tenente de Belorado. En cuanto a Cerezo, tiene una trayectoria similar: Pedro Rodríguez era tenente en 1177 y 1178, después Diego Jiménez de Cameros a comienzos de los 80, en 1182, y desde mediados de esa década, en 1187, Diego López de Haro. Sea cual se su extensión por el oeste, por el este la tenencia de Rioja limitaba con la de Nájera. Nájera era el centro más importante de toda la zona por entonces y se documenta como tenencia en todo el período y prácticamente siempre en manos de altos nobles, significativamente, aunque no sólo, los Haro. Sin embargo, aguas arriba del río Najerilla, en los valles de sus afluentes el Cárdenas y el Tobía, se documentan Madriz –junto a San Millán de la Cogolla– y Tobía como sedes de tenencias en los años 60 y 70. Sancho Díaz (de Haro) era tenente de Tobía en 1165, mientras su hermano el conde Lope lo era de Nájera. Es probable que esa relación nos esté señalando un vínculo jerárquico. Sin embargo, en el caso de Madriz tal vínculo no se aprecia. Figura como tenente el conde Pedro en 1174 y 1177, años en los que el tenente de Nájera era Pedro Rodríguez. El conde Pedro no puede

tre Alfonso VIII y Sancho VI de Navarra entre los testigos ex parte regis Sancii, lo que indica su proximidad al rey de Navarra. Un documento de 1185 señala que también era tenente de Logroño y de Ausejo per manum regis Alfonsi et regis Sancii Pampilonensi; es decir, por ambos reyes, sin duda como consecuencia del tratado de 1179; LEDESMA, San Millán, doc. 445. Pero después quizás se vinculó a la corte castellana y, así, le vemos confirmando algunos documentos de Alfonso VIII entre 1187 y 1191. No es un confirmante habitual, pero figura en un total de 11 documentos de esos años, tanto referidos a la zona de la frontera del Ebro como a otras zonas. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 474 de 1187, doc. 475 de 1187, doc. 493 de 1188, doc. 523 de 1189, doc. 524 de 1189, doc. 526 de 1189, doc. 531 de 1189, doc. 539 de 1190, doc. 551 de 1190, doc. 556 de 1190; y T. 3, doc. 658 de 1191. En algunos de esos documentos figura como Ramiro García de Varea, lo que podría llevarnos a identificarle con el García de Varea que se documenta como tenente de Viguera en 1167; sin embargo el tiempo transcurrido es amplio como para pensar que también pudiera tratarse de personajes diferentes, quizás padre e hijo. Ese García de Varea ha de ser el mismo que se documenta en 1162 en el entorno de los Cameros, testificando en la donación de Pedro Jiménez y sus hermanos del monasterio de Rute al de Sacramenia; véase LAMA, CDMR, T. 2, doc. 211-b. Por otro lado, conviene señalar que Lope de Varea, Pedro de Varea, Lope Díaz y Fernando García, hijos de García de Varea, vendieron en 1185 sus posesiones en Calahorra al arcediano García por 140 maravedís; Ibíd., T. 3, doc. 289. Todos estos personajes debían ser descendientes de un Ramiro García a quien el emperador Alfonso VII había dado la villa de Varea en 1135 en recompensa del papel que había jugado en la ceremonia de su primera coronación, donde había sostenido la tarja y en los festejos había matado un toro: ...facio tibi Remir Garçiez cartam donationis et confirmaçionis de uilla que dicitur Bareia, et est sub Grugnio, ubi cadit in Ebrum riuus de Eroga, cum montibus, fontibus, etc... (sic) dono et concedo tibi quia bene tenuisti illam targam in Curia mea quando prius coronatus fuit et quia audacter mactasti ibi taurum; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 107.

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ser otro que el conde Pedro Manrique de Lara, señor de Molina; mientras que Pedro Rodríguez, llamado de Nájera en algunos documentos, era hijo del conde Rodrigo González de Lara y yerno del conde Lope –cuñado de Diego López– al haberse casado con una de sus hijas, Aldonza o Elvira. Ambos tenentes eran, por lo tanto, parientes, primos segundos, pero no creo que pueda pensarse en una relación de inferioridad jerárquica del conde Pedro respecto a Pedro Rodríguez59. Siguiendo hacia el este encontramos también las tenencias territoriales de Río Iregua y de Cameros. La tenencia de Cameros o de ambos Cameros se documenta desde tiempo atrás como uno de los principales núcleos territoriales de la zona y en estos años siempre se documenta en manos de la familia que conocemos como los Cameros60. Pedro y Diego Jiménez de Cameros –sobre todo este último– controlaron también otras tenencias de la zona, pero no se aprecia claramente que hubiera una extensión de la tenencia de Cameros englobando las otras tenencias menores de los valles del Leza y del Iregua. Próximas a la zona, las tenencias de Entrena, Navarrete o Logroño van a mantener una trayectoria independiente, pero las de Albelda, Viguera o Clavijo me ofrecen algunas dudas. En 1180 en la zona se documenta la tenencia de Río Iregua; según mis datos, es la primera vez que surge esta tenencia en la documentación y la única que se documenta en este período. Hay que preguntarse cuál era su extensión y su relación con las otras tenencias de la zona. El hecho de que sólo se documente en una ocasión impide obtener conclusiones sólidas, pero sí podemos establecer algunas hipótesis a la luz de los datos, aunque estos sean escasos. El tenente de Río Iregua documentado en 1180 era Diego Jiménez de Cameros que, por supuesto, también era tenente de Cameros. Mi hipótesis considera que la tenencia de Río Iregua pudo englobar a las otras existentes en la zona con anterioridad, como las mencionadas de Viguera, Albelda y Clavijo. Las tres dejan de documentarse en 1170 y poco después surge la de Río Iregua; y el último de sus tenentes conocidos en dos de los tres casos es Pedro Jiménez de Cameros, el hermano de Diego Los vínculos de parentesco, por ejemplo, en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 262264 y 274-280. Pedro Ruiz o Rodríguez –pues de ambas formas aparece en los textos– se documenta como hijo del conde Rodrigo y tenente de Nájera en el tratado entre Alfonso VIII y Sancho VI de Navarra en 1176; y como yerno del conde Lope y tenente de Nájera en un documento de 1174. Véase Ibíd., T. 2, doc. 276; y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 11. 60 ESTEPA en «Frontera», p. 52 n. 287, señala que puede hablarse de una señorialización de esta tenencia en manos de los miembros de esta familia, en un proceso que presenta paralelismos con los señoríos de Vizcaya y de Molina. Un dato que avala este argumento es que sólo se documentan como tenentes a sucesivos miembros de la familia Cameros: Pedro Jiménez, Diego Jiménez y Rodrigo Díaz. Aunque hay que tener en cuenta que la documentación conservada es escasa. 59

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Jiménez, tenente de Río Iregua. Datos escasos, como vemos, pero suficientes en mi opinión como para plantear la hipótesis de la formación de una tenencia territorial en la zona que englobara las anteriores, en beneficio de los Cameros, especialmente de Diego Jiménez. En La Rioja Baja no encontramos claramente tenencias territoriales como las que hemos visto. Por supuesto había centros territoriales con mayor importancia, como Calahorra, Arnedo o Alfaro, y hay acumulación de tenencias en manos de los mismos tenentes en ciertos momentos, pero no vemos claramente que llegara a formarse una o varias unidades mayores. Sólo encontramos algo similar en el caso del valle de Arnedo. La tenencia de Arnedo está bien documentada en todo el período, pero dos textos de 1197 y 1214 parecen apuntar a que alcanzó una mayor extensión, puesto que mencionan una tenencia del Valle de Arnedo. Óbviamente esa tenencia –Valle Areneti– se refiere a la anterior tenencia de Arnedo y probablemente también a un territorio algo más amplio, difícil de determinar, pero en el que posiblemente se englobarían otras tenencias de la zona como Quel o Autol61. La tenencia de Quel sólo se documenta en estos años en una ocasión en 1177, en manos de Diego Jiménez de Cameros. Luego no vuelve a aparecer en la documentación. En cuanto a la de Autol, en 1179 estaba en manos de Pedro Rodríguez de Azagra y en 1198 en manos de Guillermo González, el tenente del Valle de Arnedo; después tampoco vuelve a aparecer en la documentación. Quizás la interpretación de estos datos sea que se forma una tenencia del Valle de Arnedo que engloba a las anteriores de la zona, como propongo62. 61 Regnante... Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 de 1197. ...reynando...; dominando en Logroño y en Calahorra y en Soria y en ambos Cameros, Rodrigo Diaz; en Jubera y en Val de Arnedo, Guillen Gonzalez. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 de 1214. La tenencia del Valle de Arnedo se documenta también en 1145 en manos de Gutierre Fernández de Castro: Imperante uenerabile Dei cultore Adefonso imperatore... Sub ipsis domnus Guterrius dominans Calagurra et Ualle Arneto. Sub istius dominio Martinus Ferrandez dominus. LAMA CDMR, T. 2, doc. 138. Pero desde entonces hasta 1197 sólo aparece como Arnedo. Con anterioridad se documenta en un texto de 1040 (dudoso por cierto; Ibíd., doc. 3), pero el resto de las referencias del siglo XI lo son a la tenencia de Arnedo, no al Valle de Arnedo. 62 Un documento de 1201 parece avalar esta idea. Se trata de la renuncia de los clérigos de las iglesias de San Andrés y San Cristóbal de Calahorra a la continuación de los pleitos que les enfrentaban con la catedral; en el documento figuran varios Testes et auditores de Ualle de Arneti, entre los que se encuentran clérigos de Arnedo, pero también de Quel y de Autol. Véase, LAMA, CDMR, T. 3, doc. 401. Otros documentos sitúan a lugares como Préjano o Herce en el valle de Arnedo, pero quizás no se trate de expresiones con un contenido

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También cabría considerar las referencias al valle de Arnedo de una manera algo más genérica, en el sentido de que Guillermo González era tenente de todas las tenencias del valle, pero sin que necesariamente tuviera que haber una única tenencia que englobara todo. Quizás ambas cosas no sean totalmente excluyentes, sino fases de un mismo proceso. Lo cierto es que, por esos años, Guillermo González aparece como un personaje poderoso en toda la zona, aunque desconozco su identidad exacta. Guillermo González concentró en sus manos un buen número de tenencias de La Rioja Baja en los últimos años del siglo XII y los primeros del siglo XIII. Además de las mencionadas de Arnedo y Autol, controló también las tenencias de Ágreda, Aguilar de Río Alhama, Calahorra, Cervera de Río Alhama, Jubera y San Pedro Manrique. Los documentos son más abundantes hacia 1197-1198 y 1207-1214, pero no puedo asegurar que en todos los casos fuera tenente durante todo ese tiempo (c. 1195-c. 1214) sin interrupciones. Cuando los documentos son más abundantes, como en el caso de Calahorra, sabemos que en ese período hubo también otros tenentes. En Calahorra, por ejemplo, se documentan otros tenentes entre 1202 y 1205, lo que resulta, como veremos, significativo. Así pues, Guillermo González aparece a nuestro ojos como un personaje que prácticamente domina La Rioja Baja en esos años. Sin embargo, también hay algunos datos que nos sorprenden y, así, en dos documentos de 1208 y 1210 se documenta en Calahorra, pero no como tenente, sino como subtenente por el magnate Diego López de Haro. Por otro lado, ambos figuran como tenentes en Calahorra en otros textos de esos años hacia 1208-1210. ¿Quién era el auténtico tenente? Si Guillermo González era, en realidad, un subtenente por Diego López en Calahorra ¿lo era también en las otras tenencias? ¿El considerable poder tenencial de Guillermo González en La Rioja Baja nos encubre la extensión del poder de Diego López de Haro? Si esto fuera así tendrían mayor sentido las precauciones que he expresado en relación con la cronología. Guillermo González se documenta en sus tenencias, como he señalado, en los últimos años del siglo XII y después desde 1204, aunque con más claridad desde 1207. Es decir, no aparece o aparece muy poco en los documentos entre 1201 y 1206, los años del exilio de Diego López de Haro. La referencia a la subtenencia de Calahorra por el de Haro nos corroboraría que esa cronología no es fruto de la casualidad. administrativo sino sólo geográfico. Así, cuando Alfonso VII dio Préjano a Martín Fernández de Calahorra en 1151 señaló que iacet in ualle de Arenero (sic); GOÑI, Catedral de Pamplona, doc. 269. O cuando en 1173 Alfonso VIII entregó Herce, in ualle de Arnedo sitam, a Diego Jiménez y su mujer Guiomar; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 259.

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Por lo tanto, es posible que Guillermo González actuara, en realidad, por Diego López de Haro. Sin embargo, también es cierto que existen otras evidencias que nos permiten considerarle un personaje destacado por sí mismo. Por ejemplo, tuvo una importancia notable en el tratado de Calatayud entre Alfonso VIII y Pedro II de Aragón en 1198. Entonces el rey de Castilla puso en fidelidad los castillos de Ágreda, Autol, Arnedo y Cervera, que entregó a Guillermo González para que los tuviera por el rey de Aragón siendo su vasallo –teneat per regem Arragonis, et deueniat inde suus uassallus–. Pero no recibe ahora esos castillos, sino que sabemos que era su tenente con anterioridad -en tres de los cuatro casos se documenta como tenente ya el año anterior, en 1197– y ahora el rey le otorga un papel importante en la garantía del cumplimiento del tratado. También jugó un papel destacado en el tratado de Cabreros entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León en 1206, donde figura entre los caualleros naturales del rey de Castella que deben tener una serie de castillos que el rey de León entrega al de Castilla; importa señalar que entre esos caballeros, junto a Guillermo González, figuran algunos poderosos magnates castellanos63. Ese tratado marcó también el fin del exilio de Diego López de Haro. Así pues, su presencia en importantes tratados nos estaría indicando una posición destacada de Guillermo González. Una idea que se corrobora si tenemos en cuenta que también figura con bastante frecuencia como confirmante de los privilegios regios de estos años. Comienza a aparecer en las listas de confirmantes en 1188, prácticamente al mismo tiempo que le vemos aparecer en las listas de tenentes, y desde entonces podemos encontrarle prácticamente en cualquier momento del reinado de Alfonso VIII, casi siempre cerrando la lista de los confirmantes nobles laicos. Pero también es cierto que su presencia en la corte ofrece ritmos distintos a lo largo del tiempo. Algo más esporádica al principio, se hace muy frecuente entre 1189 y 1202; entre 1202 y 1205 –años muy significativos, como hemos visto– también aparece en los privilegios regios, pero ocasionalmente; vuelve a ser muy frecuente entre 1206 y 1208, algo menos entre 1209 y 1213, y otra vez muy frecuente en los últimos meses del reinado de Alfonso VIII. Son datos suficientes para considerarle un noble destacado, pero realmente apenas sabemos quién era Guillermo González por lo que se refiere a sus orígenes familiares, sus vínculos de parentesco o sus propiedades patrimoniales. No recibió ninguna donación regia, ni tampoco se ha conservado ningún documento que recoja alguna donación o compraventa realizada por él en la zona de la frontera del Ebro. Tampoco se documenta como testigo en 63 Los tratados de 1198 y 1206 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, docs. 667 y 782; y comentarios en T. 1, pp. 738-739 y 844-845.

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documentos privados, ni conocemos que actuara como fiador de amigos o parientes. En definitiva, es un personaje importante pero, para mi, es un desconocido; aunque podemos establecer algunas hipótesis. A juzgar por su apellido, es probable –aunque no se puede considerar seguro– que el padre de Guillermo González se llamara Gonzalo. Si consideramos, como creo que así era, que el núcleo de su poder se situaba en La Rioja Baja, podríamos relacionarle Gonzalo Copelín, que también ocupó varias tenencias en la zona. Gonzalo Copelín se documenta como tenente a finales de los años 70 hasta 1185 y poco después comenzamos a ver a Guillermo González. Gonzalo Copelín figura como tenente en San Pedro Manrique, Arnedo, Jubera y Magaña. En el último lugar es el último tenente documentado en estos años, pero en los otros tres tras él quien aparece como tenente inmediatamente después es Guillermo González. También Gonzalo Copelín es un confirmante relativamente frecuente en los documentos regios, donde figura, con diferentes ritmos, desde la mayoría de edad del rey en 1170. Lo más significativo es que su presencia en la corte cesa a finales de 1187 –seguramente porque murió por entonces– y muy poco después, en mayo de 1188, comienza a aparecer Guillermo González64. Gonzalo Copelín había sido vasallo de Sancho VI de Navarra y fue tenente de varias e importantes tenencias navarras a finales de los años 50 y comienzos de los 60. Así, se documenta como tenente de Miranda (de Arga) en 1158 y de Estella en 116165, pero poco después, cuando Alfonso VIII alcanzó la mayoría de edad, aparece vinculado al rey de Castilla. La relación con el rey castellano queda bien expresa en un documento datable quizás hacia 1177, aunque puede que sea un poco anterior, que recoge un pleito entre el monasterio de Fitero y Lope de Alfaro, señor de ese lugar, por aprovechamiento de aguas. El pleito fue llevado ante el rey cuando se encontraba en Préjano –cerca de Arnedo– hospedado por Gonzalo Copelín al volver de una entrevista con el rey de Navarra. Gonzalo Copelín es mencionado, además, como un miembro de la curia regia, junto al conde Sancho Pérez, el conde Gómez, Pedro Rodríguez de Nájera, el mayordomo regio Rodrigo Gutiérrez (Girón) y su 64 Ni en el caso de Guillermo González ni en el de Gonzalo Copelín ofrece J. González los datos en sus índices, por lo que es necesario acudir a los textos. No ofrezco las referencias detalladas de los documentos por ser muy numerosas. Gonzalo Copelín confirma con frecuencia entre finales de 1170 y comienzos de 1171; desaparece de la corte hasta 1173, desde cuando vuelve a confirmar los documentos con cierta frecuencia hasta mediados de 1176. Desde entonces hasta 1181 apenas figura en un par de ocasiones, pero vuelve a ser bastante frecuente en 1181 y 1182. También será ocasional entre mediados de 1182 y mediados de 1187, pero desde entonces hasta finales de ese año vuelve a confirmar casi todos los documentos regios. 65 Véase VV.AA, A.G.N. (1134-1194), doc. 19 de 1158 y doc. 22 de 1161.

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hermano Pedro Rodríguez, a quienes encargó el rey que diesen sentencia66. En definitiva, no podemos decir que fuera un miembro de la más alta nobleza, pero sí hay elementos suficientes para sostener que Gonzalo Copelín tenía una posición claramente destacada en la zona, quizás un miembro de la nobleza media o regional con cierto ascendente en la corte. Una posición que incluso fue aumentada por su sucesor, si mi hipótesis es correcta, Guillermo González. El caso de Guillermo González y los otros que hemos mencionado nos muestran claramente que la formación de las tenencias territoriales se produjo en beneficio de los miembros de la alta nobleza y que es un fenómeno paralelo a la acumulación de tenencias. Los datos disponibles para esta zona no permiten señalar una relación causa-efecto entre ambos fenómenos. No podemos señalar claramente que la acumulación de tenencias derivara en la formación de tenencias territoriales. Pero no hay duda de que, si no de esa forma, ambos fenómenos están claramente relacionados. También la acumulación de tenencias benefició a los sectores más poderosos de la nobleza. Desarrollaremos esta idea enseguida, al analizar quiénes fueron los tenentes que ocuparon las tenencias de la zona en este período, pero antes aún conviene que reflexionemos sobre las tenencias y las fortificaciones.

V.4. Fortificaciones y tenencias Seguramente en este período todas las tenencias de la zona se nucleaban en torno a una fortificación –castrum o castellum son los términos de la documentación–. Probablemente también las tenencias territoriales o mayores tomaron como referente un punto fortificado, aunque esto es menos claro, porque no se trata de que una tenencia menor se imponga sobre las demás. Por ejemplo, en el caso de La Bureba no puede decirse, sin más, que las te66 TURZA, Monte Laturce, doc. 44. Véase lo dicho más arriba sobre este texto en el apartado correspondiente al monasterio de Fitero en el Capítulo II. Este texto podría llevar a pensar que Gonzalo Copelín era señor de Préjano, aunque hospedar al rey no significa necesariamente ser señor del lugar pero sí, al menos, tener propiedades notables incluyendo una residencia destacada. En relación con ello recordemos que Alfonso VII había dado la villa de Préjano en 1151 a Martín Fernández de Calahorra, subtenente o alcaide de Calahorra, Valle de Arnedo y Quel al servicio de Gutierre Fernández de Castro en los años 40 y comienzos de los 50, y personaje que figura también en algunas ocasiones como confirmante en privilegios regios. ¿Tenía alguna relación Gonzalo Copelín con Martín Fernández de Calahorra? Por otro lado, en 1177 el abad Viviano del monasterio de Irache hizo un cambio con Gonzalo Copeli y su mujer Elvira, dándoles un molino en Congosto de Mués y recibiendo a cambio una serna en Sorlada (ambos lugares en Navarra, entre Los Arcos y Estella). Es probable que se trate del mismo personaje. Véase LACARRA, Irache, doc. 193.

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nencias de Pancorbo o de Briviesca se impusieran sobre las otras de la zona. En esta época –no así más tarde– no creo que pueda hablarse claramente de sedes principales o de cabezas en varias de las tenencias territoriales. Siguiendo con el caso de La Bureba, quizás pensaríamos que habría de tratarse de Pancorbo o de Briviesca, pero en todo caso ¿cuál de ellas? Un criterio podría ser el de considerar sedes principales de las tenencias territoriales de estos años a las que serán cabezas de las merindades menores, pero no creo que pueda aplicarse mecánicamente. Por ejemplo, la sede de la merindad de Rioja será Santo Domingo de La Calzada, pero ahora, en estos años, todavía era un villa de señorío, de manera que difícilmente podríamos considerarla ya sede principal de la tenencia de Rioja. Como ya he señalado, la formación y desarrollo de las tenencias territoriales es más una cuestión de tenentes que de tenencias, de desarrollo del poder de ciertos miembros de la alta nobleza que de una dinámica de centros territoriales, aunque ambas cosas formen parte del proceso. En cualquier caso, al margen de la cuestión de las sedes de las tenencias territoriales, hay una clara vinculación de los lugares documentados como tenencias con fortificaciones o puntos fortificados. Esto no puede sorprendernos dado el carácter fronterizo y disputado de la zona, aunque quizás no pueda extenderse a otras zonas del reino sin otros matices. En algunos casos incluso se documentan varias fortificaciones en un mismo lugar. Es el caso, por ejemplo, de Nájera, donde se documentan dos castillos, el de los cristianos y el de los judíos –castellum christianorum et castellum iudeorum–67. Por lo tanto, podemos asumir –con la precaución de que pudiera haber alguna excepción que confirmara la regla– que las tenencias se corresponden con fortificaciones. Pero no al contrario, porque en estos años los documentos recogen la existencia de fortificaciones en lugares que no se documentan como sedes de tenencias. Los aspectos militares de las tenencias en relación con las fortificaciones han sido suficientemente expuestos por la historiografía que se ha ocupado del tema, destacando el trabajo realizado por Lacarra, que se ha convertido en un clásico68. Los textos de la zona para el período estudiado no permiten avanzar sustancialmente sobre lo expuesto por ese autor, aunque pueden destacarse algunos aspectos. Uno de esos aspectos, que está razona67 Ambos se documentan en el tratado de paz de Alfonso VIII con Sancho VI de Navarra en 1176 y en las peticiones que el año siguiente dirigió el rey de Navarra a Enrique II de Inglaterra –que había sido elegido juez árbitro por los dos reyes hispanos para resolver sus disputas territoriales–. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 267 y 278. 68 J. M. LACARRA, «Honores y tenencias en Aragón. Siglo XI». Cuadernos de Historia de España, XLV-XLVI (1967), pp. 151-190. Lo principal de sus aportaciones ha sido resumido desde un punto de vista crítico por PEÑA en «Alfoces y tenencias...», pp. 388-392.

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blemente documentado, es la figura de los alcaides y los subtenentes que controlan, de hecho, las fortalezas. Ya me he referido a ellos parcialmente y aún volveré a hacerlo más adelante en un apartado específico. Pero conviene recordar que la realidad jerárquica de las tenencias se sustentaba en un amplia red de relaciones vasalláticas, clientelares y de parentesco. Por lo demás, las prestaciones militares de los habitantes de la zona en beneficio de esas fortificaciones quedaron recogidas en los fueros. También me he referido a ellas más arriba y conviene recordar que, en cualquier caso, los fueros no nos ofrecen la imagen de una sociedad altamente militarizada; lo que nos debería llevar a ajustar un tanto el papel de las fortificaciones e incluso la función militar de las tenencias ya en estos años, frente al énfasis puesto en estos aspectos por algunos sectores de la historiografía tradicional. Sin duda la guerra en la zona se desarrolló en torno a las fortificaciones pero, como hemos visto, las acciones armadas no parecen el elemento determinante en la evolución política de la zona –sí fueron un elemento importante, pero quizás no el más importante–, excepto en algunos momentos. En correspondencia, no son raras las exenciones relativas a las prestaciones militares. Un buen ejemplo puede ser la concesión de exención de tareas de vigilancia –omni uigilia castelli– en el castillo de Nájera para los collazos que el monasterio de San Millán tenía en el alfoz de Nájera, realizada por Alfonso VIII en 119269. En relación con eso mismo, tampoco son raras las transferencias de castillos por el rey a los señores, como veremos enseguida. Pero, al lado de las fortificaciones que sirven como sede a las tenencias hay otras. En el Mapa 4 he reflejado varios de los lugares donde constan fortificaciones sin ser sedes de tenencias. Debe tenerse en cuenta que se documentan algunos otros castillos cuya localización desconozco y, por consiguiente, no figuran en el mapa70. Pero, en cualquier caso, la nómina de esas fortificaciones debía ser más amplia, puesto que yo sólo he registrado las que figuran en los documentos escritos de estos años, no las que puedan documentarse en textos de otros períodos anteriores o posteriores, ni las que puedan rastrearse a través del registro arqueológico o a través de la toponimia. Ester Peña en su estudio de las tenencias de la zona hasta 1125 aporta un mapa en el que recoge un buen número de fortificaciones en lugares que

GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 593; y LEDESMA, San Millán, doc. 468. Los castillos documentados pero que no he podido localizar son los de Miriel y Haiaga; ambos se incluyen en la lista de los que Sancho VI de Navarra pedía a Alfonso VIII de Castilla en 1177. Por el orden en que se citan creo que deben situarse en la zona del límite entre La Rioja Alta, La Bureba y Álava; el orden es el siguiente: ...Cerezo, Valluércanes, Treviana, Miriel, Ameyugo, Haiaga, Miranda, Santa Gadea... Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 278. 69

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no eran sedes de tenencias, mapa que complementa de manera adecuada el que yo propongo en este trabajo71. En relación con estas otras fortificaciones surgen un buen número de preguntas. ¿Tenían algún tipo de vinculación con la red de tenencias? ¿Participaban en el sistema defensivo, diríamos, público; esto es, controlado en última instancia y teóricamente por el rey? ¿Sus propietarios tenían algún tipo de obligación de mantenimiento y defensa? Algunas respuestas a esas y otras preguntas han sido propuestas recientemente por R. Vázquez 72. Interesa ahora destacar su planteamiento de que a lo largo del siglo XII las fortificaciones irán caracterizándose como centros de gestión de los grandes patrimonios señoriales. Los textos de la zona que estudio referidos a esas otras fortificaciones son escasos, pero permiten también algunas consideraciones. En primer lugar, algunas de esas fortificaciones se documentan únicamente con un valor de localización geográfica, al ser citadas como límites de otras propiedades o lugares, lo que nos proporciona muy poca información sobre ellas. Por ejemplo, en 1203 Alfonso VIII dio al monasterio de Santa María de Herrera toda la heredad que tenía en Bilibio, desde el castello de Bilibio hasta Miranda73. Y en 1207 el rey confirmó los términos del concejo de Pedroso, tal y como habían sido determinados por el merino regio Oriol, señalando entre esos términos «las cuevas que están antes de llegar al castillo, bajo la loma del Carrascal» –ilis caveis que sunt citra castellum ad iusum de illo lombello de Carrascal–74. Bilibio había sido la antigua sede del alfoz y de la tenencia que después se trasladó a Haro; por lo tanto había tenido las mismas funciones que las restantes fortificaciones sedes de tenencias, pero después las había perdido y es difícil precisar cuál pudiera ser su papel ya a finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII. Probablemente la fortaleza estaba vinculada a la tenencia de Haro y permanecía controlada por sus tenentes, 71 PEÑA, «Alfoces y tenencias...», pp. 403-404. Sin embargo, a falta de estudios arqueológicos mucho más detallados, no es posible determinar cuántas de las fortificaciones documentadas por la toponimia o el registro arqueológico tenían una función como tales fortificaciones en la segunda mitad del siglo XII y las primeras décadas del siglo XIII. Por el contrario, es más probable que las fortificaciones que se documentan en los textos escritos lo fueran de hecho. 72 R. VÁZQUEZ ÁLVAREZ, «Castros, castillos y torres en la organización social del espacio en Castilla: el espacio del Arlanza al Duero (siglos IX a XIII)», en J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR (ed.), Del Cantábrico al Duero. Trece estudios sobre organización social del espacio en los siglos VIII a XIII, Santander, 1999, pp. 351-373. 73 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 740; LÓPEZ, «Herrera», doc. 4; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 414. 74 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 807; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 106; TURZA, Valvanera, doc. 228; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 408.

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que seguramente nombrarían a los alcaides, aunque no podemos afirmarlo con seguridad porque carecemos de datos documentales. La donación al monasterio de Herrera en 1203 se refiere a las heredades regias de la zona, pero no creo que incluya el castillo que, como he señalado, sólo se menciona como límite de las heredades donadas. En cuanto a Pedroso, según hemos mencionado en su momento, la villa fue donada por Alfonso VIII al monasterio de Nájera en 1169, lo que dio lugar a toda una serie de disputas y conflictos, y más tarde Fernando III la entregó a Lope Díaz de Haro en 121875. Pero esa donación no se refiere al castillo, que sólo se menciona con un sentido de localización topográfica entre los términos de la villa en alguno de los documentos que recogen los pleitos mencionados, y no puedo asegurar que el castillo pasara a manos de los señores, el monasterio y después el magnate. Sin embargo otras fortificaciones sí fueron cedidas por el rey a los señores de la zona. La documentación conservada nos muestra especialmente donaciones a favor de instituciones eclesiásticas. Como hemos visto en los apartados correspondientes, en 1157 Sancho III dio al monasterio de Fitero el castillo de Tudején –castro quod uocitant Tudegun–, en 1170 Alfonso VIII dio al obispo de Calahorra la villa de Arnedillo con su castillo –uillam illam que dicitur Arnediello, cum suo castello– y en 1192 Alfonso VIII dio también al monasterio de San Millán la villa de Pazuengos con su castillo –uillam que dicitur Pazlongos, cum suo castello–76. Tudején se documenta como tenencia en los años 50, antes de la donación al monasterio, y después figura en alguna ocasión el abad como si fuera el tenente, aunque en realidad ya era el señor. Algo parecido sucede con Arnedillo, aunque no consta como tenencia antes de 1170, pero después también figuran en alguna ocasión el obispo García y el prior Juan de Préjano como tenentes. En cuanto a Pazuengos, no veremos al abad de San Millán expresado como tenente, pero sí conocemos el nombre de algunos de sus tenentes anteriores. Pero también los nobles laicos disponían de castillos en la zona no sujetos al control regio. Quizás uno de los ejemplos donde mejor se refleja el peso de los castillos en los dominios nobiliarios sea en el caso de Diego Jiménez de Cameros, en el cambio que hizo con el rey en 1176, por el que el noble entregaba al rey sus castillos en varios lugares de las montañas de León a cambio de otras villas y castillos en otras zonas. Se trata de un documento dudoso y se refiere a otras zonas, pero puede ser expresivo de la reali75 Véase el apartado relativo al monasterio de Nájera en el Capítulo II y el relativo a los Haro en el Capítulo IV. 76 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 28, 133 y 592; LAMA, CDMR, T. 3, docs. 239 y 321; MONTERDE, Fitero, doc. 92; y LEDESMA, San Millán, doc. 467.

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dad que tratamos de exponer. Además, poco después, en 1184, el noble hizo un nuevo cambio con el rey por el que obtenía la villa y el castillo de Enciso a cambio de algunos de los lugares recibidos en 117677. En 1173 Alfonso VIII le había dado también la villa de Herce. En el texto que recoge la donación no se hace referencia a ningún castillo, pero un documento posterior, de 1200, menciona el castello de Erz en manos de doña Guiomar, la viuda de Diego Jiménez de Cameros y señora de Herce en esos momentos78. Unos años más tarde, en 1217, Enrique I entregó al conde Gonzalo Núñez de Lara el castillo de Grañón79. Páginas atrás hemos visto también como hacia 1221 Rodrigo Díaz de Cameros y su esposa Aldonza vendieron la villa y el castillo de Resa al rey Sancho VII de Navarra por 30.000 sueldos sanchetes. Se trata de una venta que hay que situar en el contexto de la política de compras llevada a cabo por el rey de Navarra para reforzar su dominio en el reino; compras que, como se ha demostrado, fueron especialmente intensas en la zona de la Ribera navarra, en las proximidades a la frontera castellana y aragonesa80. En cualquier caso, el elevado precio pagado nos da una idea de la importancia de la operación, puesto que Resa se encontraba junto al Ebro cerca de Calahorra. Resa consta como tenencia en 1156 en manos del conde Vela de Álava y en 1166 fue entregada con la cercana Murillo a Pedro Ruiz de Azagra –de quien la obtuvo Rodrigo Díaz de Cameros por su matrimonio con Aldonza, nieta de Pedro Ruiz de Azagra–. Estaba muy próxima a la propia villa de Azagra y es probable que la donación de 1166 fuera más bien un intento de asegurarse el control de la zona por el rey de Castilla frente al de Navarra, a través de Pedro Ruiz de Azagra, en un momento muy complicado para los intereses del rey castellano en la zona. De hecho, es probable que Resa hubiera pasado a estar bajo el control del rey de Navarra, pues figura entre los lugares que demanda el rey de Castilla en 1177 y, en efecto, le es

77 TURZA, Monte Laturce, docs. 42 y 51. Véase también el apartado correspondiente a los Cameros en el capítulo anterior. 78 La donación regia en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 180; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 259. La referencia al castillo en Ibíd., doc. 396. 79 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1014; y LAMA, CDMR, T. 4, doc. 43. Véase también el apartado correspondiente a los Lara en el capítulo anterior. 80 JIMENO, AGN (1194-1234), doc. 186. Véase también el apartado correspondiente a los Azagra en el capítulo anterior. La venta de Resa ha de estar relacionada con otro texto que recoge la entrega en fidelidad de la villa de Los Fayos, en Aragón, realizada también por Rodrigo Díaz de Cameros y su hermano Álvaro Díaz a Sancho VII en 1221; Ibíd., doc. 185 Quizás, como se ha sugerido, de lo que se trataba era de financiar la rebelión de los Cameros contra Fernando III de Castilla. Véase L. J. FORTÚN, «De la tempestad al sosiego...», pp. 279-280.

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devuelta en el tratado posterior de 1179. Entonces se estipula que su tenente, como el de otros lugares, habría de ser elegido por el rey de Navarra entre Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo, aunque el primero de ellos había recibido la villa en la donación de Alfonso VIII unos años antes81. En definitiva, estamos ante la evolución compleja de una villa fronteriza. Una evolución que presenta rasgos aparentemente contradictorios por la inestabilidad de la zona en los años 60 y 70. Pero en ese contexto inestable lo que vemos es reforzarse el poder de la nobleza, en este caso de Pedro Rodríguez de Azagra. Finalmente será él quien controle la villa –y otras de la zona– y a través de él pasará a manos Rodrigo Díaz de Cameros y su esposa Aldonza. Pero quizás el hecho más destacable sea que este caso nos muestra cómo en el desarrollo del poder nobiliario confluían el poder señorial y las tenencias. ¿Qué era Pedro Rodríguez de Azagra en Resa en, digamos, 1180? ¿Señor por la donación de 1166 o tenente por el tratado de 1179? La respuesta ha de ser que ambas cosas, puesto que en el contexto del juego político de la época no eran estrictamente contradictorias. Asistimos al desarrollo del poder de la nobleza que es el proceso de fondo auténticamente importante. El elevado precio de la venta de Resa y su castillo nos muestra el valor estratégico que podían llegar a alcanzar las fortificaciones en manos de los nobles. Otro ejemplo de esa importancia estratégica quedó recogido en un texto de 1188 que contiene un acuerdo –pactum et conuenientia– del rey Alfonso VIII con Pedro García, su hermano Gómez García y sus otros hermanos y hermanas –que no se nombran–, hijos de García Vermúdez, sobre los castillos de Agoncillo y de Lodosa. Según se dice en el texto, ambos castillos habían sido dados por el emperador Alfonso VII a su abuelo y ahora, reconociendo que ambos están in empara de Castelle, se comprometen a que ni ellos ni sus sucesores harán ningún daño desde esos castillos al rey de Castilla. Si ellos o sus sucesores vendieran o empeñaran esos castillos, el nuevo dueño o posesor debería hacer homenaje –faciat homenium et pactum et conuenienciam– por ellos al rey de Castilla. Por último, cualquiera de ellos o de sus sucesores que no cumpliera este pacto sería alevoso y traidor. A cambio Alfonso VIII se compromete a no hacer ninguna fuerza ni daño a estos nobles por esos castillos82.

81 La tenencia del conde Vela en 1156 en LAMA, CDMR, T. 2, doc. 188. La donación de 1166 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 224; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 89. Y las referencias de las peticiones de 1177 y el tratado de 1179 en GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, docs. 277 y 321. 82 ...Hoc est pactum et conuenientia quam ego Petrus Garsie, filius Garsie Vermudi, et ego Gomez Garsie, frater eiusdem Petri Garsie, et alii fratres et sorores nostre, facimus uobis

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Se trata de un interesante acuerdo entre el rey de Castilla y nobles vinculados al rey de Navarra sobre los castillos que éstos tenían en territorio castellano. En efecto, tanto los signatarios de este acuerdo como su padre son relativamente bien conocidos y probablemente pueden ser considerados miembros de la alta nobleza navarra, aunque quizás desde la óptica castellana podríamos considerarles miembros de la nobleza media o regional. El padre, García Vermúdez ocupó diversas tenencias navarras al servicio de Sancho VI –Artajona, Baigorri, Falces, Lerín, Peralta o Valtierra– y también varias tenencias de la zona cuando algunas plazas fueron tomadas por el rey de Navarra83. Así, siempre al servicio de Sancho VI, fue tenente de Ausejo y de Entrena en los años 60 y de Logroño desde finales de los 60 y durante los 70, seguramente hasta el tratado de 1179 que devolvió esas plazas al rey de Castilla. También aparece como tenente de Grañón en 1172 y 1173 y de Pazuengos en 1172 por el rey de Navarra, aunque estas últimas referencias me ofrecen algunas dudas84. Sus hijos Pedro García y Gómez Gardomino nostro Aldefonso, regi Castelle, de castello quod uocant Aguncello et de castello quod dicitur Lodosa, quod castellum auus uester famosissimus A. imperator dedit olim auo nostro. In primis recognoscimus et fatemur quod amba ista castella Aguncello et Lodosa sunt in empara Castelle, et facimus uobis tale pactum et conuenientiam de illo quod nunquam malum fiat nec exeat uobis, nec filio uestro, nec nepoti uestro, nec alicui domino et heredi Castelle, de illo castello de cetero in perpetuum. Et, si in posterum contigerit quod nos uel posteri nostri, uel aliqui siue aliquis de genere nostro, uel qui dominus fuerit et heres istorum castellorum, aliquibus siue alicui alii predicta duo castella uel aliquid eorum, uelit uendere, uel impignorare, uel cambiare, ille qui emere, uel in cambium recipere, uel subpignore recipere uoluerit, predicta duo castella uel aliquid illorum, antequam, ad eius transferantur potestatem et dominium, faciat homenium et pactum et conuenienciam superius scripta domino Castelle, quicumque fuerit; et nec prius nec ad ipsius dominium transeant prenominata castella aliter ullo modo, et nec nos nec aliquis de genere nostro, siue alius, prememorata castella possit alio modo uendere, impignorare, uel cambiare, uel alienare; et hoc sit per bonam fidem sine omni fraude et malo ingenio. Quicumque uero nostrum uel de genere nostro siue alius predictorum castellorum dominus pretaxatum pactum et conuenientiam secundum prefactum tenore uobis domino Aldefonso, regi Castelle, et filio, et nepoti uestro, et cuilibet regi uel domino Castelle, non compleuerit, sit proinde aleuosus et traditor. Et ego Aldefonsus, rex Castelle, conuenio et concedo uobis quod nunquam sepedicta castella forcem uobis, nec auferam ego nec filius meus, nec qui Castellam hereditauerit, et quod amparemus ea de omnibus qui fecerint ibi malum, et hoc sit per bonam fidem et sine omni fraude et malo ingenio. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 495; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 297; y LEDESMA, San Millán, doc. 456. 83 Véase Ag. UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra..., p. 219. 84 No veo muy claro que ambas villas, Grañón y Pazuengos estuvieran sujetos de forma efectiva a Sancho VI en esas fechas. La referencia a las tenencias de Logroño, Grañón y Pazuengos de García Vermúdez en 1172 en LARRAGUETA, Priorado, doc. 42. Y como tenente de Grañón en 1173 en Ibíd., doc. 43; y en VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 48. Por otro lado, aparte de los castillos citados, sus propiedades patrimoniales apenas han dejado rastros en la documentación conservada. Sin embargo, sí se conocen propiedades de

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cía llevaron el apellido de Agoncillo y fueron vasallos tanto del rey de Castilla como del de Navarra, aunque finalmente se situaron al servicio de este último. Cuando establecieron el acuerdo con Alfonso VIII debían ser vasallos de Sancho VI y, así, el año anterior, en 1187, Pedro García de Agoncillo figura como tenente de Artajona por el rey de Navarra85. Pero enseguida cambiaron su fidelidad al rey de Castilla, es posible que como consecuencia del acuerdo de 1188; al menos Pedro García, que durante la primera mitad de los 90, entre 1191 y 1194 figura como tenente de Calahorra por Alfonso VIII. En 1194 figura también al frente de esa tenencia un Juan García de Agoncillo y como subtenente su mujer Milia pero, como ya he señalado más atrás, considero muy probable que esta referencia corresponda a un error del copista del documento, puesto que el texto procede de una copia, no de un original86. En cualquier caso, Pedro y Gómez García tenían otros hermanos, como se reconoce en el acuerdo con Alfonso VIII en 1188, y sabemos que uno de ellos se llamaba Juan, pero era eclesiástico y fue obispo de Calahorra entre 1206 y 1216. Otro de los hermanos puede ser un Sancho que se identifica en algunos documentos como miles de Agoncillo87. Sea como fuere, en esos años de la primera mitad de los 90 Pedro García de Agoncillo era vasallo del rey de Castilla y figura también como confirmante en algunos documentos regios en 1192 y 1194, lo que nos da una idea de su proximidad a la corte castellana por entonces88. Pero poco después cambió su fidelidad al rey de Navarra y como su vasallo le encontramos con su hermano Gómez García de Agoncillo ocupando diversas tenencias navarras desde 1195. Pedro García fue tenente por Sancho VI de Caseda (1195), Portilla (1195 y

García Vermúdez en Arnedo que limitan con otras que se venden en 1185. Se trata de la venta de una tierra –illam pezam– del prior de Calahorra a don Lope de Arnedo; una pieza que está situada junto al castillo –sub castello de Areneto– y que antes había pertenecido al conde Lope; esa tierra limita con otras de Sancho Díaz, hermano del conde, y con otra de García Vermúdez, dando la sensación de que las tres tierras, la vendida ahora y las otras dos con las que limita, formaron en su día un único bloque. Si eso es así García Vermúdez podría tener alguna vinculación con los Haro. Véase el texto de la venta de 1185 en LAMA, CDMR, T. 3, doc. 286. 85 VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 99. 86 LAMA, CDMR, T. 3, doc. 345. 87 Se documenta en textos relacionados con la zona de Ocón. En 1177 es testigo en una venta de una piezha en Matanza de Ocón al monasterio de San Millán hecha por Domingo Muñoz de Ocón y su esposa; LEDESMA, San Millán, doc. 428. En 1185 es fiador de Fortún de Villamediana y sus parientes en otra donación al monasterio de San Millán también en Ocón; Ibíd., doc. 445. Sobre el obispo Juan García de Agoncillo véase SÁINZ RIPA, Sedes episcopales..., pp. 429-449; y DÍAZ, La diócesis de Calahorra..., pp. 149-152. 88 Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, docs. 580, 581, 583, 586, 592, 594, 596, 600 y 605 de 1192; y docs. 623, 625 y 627 de 1194.

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1196), San Martín de Unx (1210) y Lerín (1208 a 1214); Gómez García fue tenente de Portilla (1194 y 1195), Dicastillo (1196-1198, 1205-1208), Inzura (1203) Mendavia (1204, 1206, 1208), Lerín (1208, 1210) y Los Arcos (1210-1214) y, además, fue alférez regio (1214)89. Aunque los datos conservados para esta zona son escasos, en principio podemos pensar que los castillos señoriales no se organizaban y administraban de una manera muy distinta a como lo hacían las fortificaciones vinculadas a las tenencias. Igual que los tenentes en las tenencias, los señores nombrarían alcaides que eran quienes realmente se ocupaban de las fortificaciones al frente de una guarnición cuya composición, número y características desconocemos. Hemos visto, por ejemplo, cómo Alfaro era una villa de señorío cuyos señores constan en ocasiones como tenentes; un documento de 1211 recoge también la existencia de un alcaide llamado Sancho García de Almenara. Lo mismo podemos decir de Herce, cuya señora en 1200 era doña Guiomar, viuda de Diego Jiménez de Cameros, que en un documento de ese año figura como si fuera la tenente, siendo el alcaide Miguel de Jubera90. Otros ejemplos en los que no se documentan alcaides sino subtenentes expresan una realidad similar. Sin embargo, el señorío y la tenencia no eran realidades totalmente distintas, según venimos señalando. El caso de Resa lo muestra con claridad. Otra expresión de ese fenómeno la encontramos cuando vemos tenentes o alcaides regios en fortalezas señoriales, lo que nos indica que, en ocasiones, las fortalezas señoriales podían permanecer vinculadas de una u otra forma al sistema de tenencias. En la zona y el período estudiado sólo encontramos un caso documentado, pero debemos interpretarlo como otro ejemplo que nos muestra la interrelación de los fenómenos. Albelda pertenecía al cabildo de ese lugar, heredero del antiguo monasterio de San Martín, y al obispo de Calahorra. Era, por lo tanto, una villa de señorío donde se documenta también una fortificación. En 1167 el obispo con el consenso del prior de Albelda dio al concejo de Albelda una tierra para compensar los esfuerzos del concejo en la defensa del castillo91. No sorprende el contenido de ese texto 89 Tomo las referencias de JIMENO, AGN (1194-1234), y de MARICHALAR, Colección diplomática. Los documentos son muy numerosos por lo que no ofrezco las citas concretas de los textos, que pueden comprobarse fácilmente. Sobre estos personajes véase también FORTÚN, «De la tempestad al sosiego...», p. 267, quien señala que «pertenecían a la alta nobleza castellana de La Rioja»; una expresión no muy afortunada. 90 Estos ejemplos en LAMA, CDMR, T. 3, docs. 396 y 452. Véase también lo dicho más arriba en el apartado 1 de este capítulo. 91 Ego R[odericus] Dei gratia calagurrensis episcopus cum consilio et assensu P. de la Isla priori et tocius capitulo albaydensis dono uobis toto conceio de Albelda illam terram que est in Pelauada... ut habeatis et possideatis iure hereditario uos et filii uestri et filii filio-

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si tenemos en cuenta que es un momento de inestabilidad tras la ocupación de parte de la zona por el rey de Navarra; en ese contexto hubo de actuar el concejo para defender el castillo, lo que es recompensado ahora por su señor. Pero el escatocolo del documento sí nos ofrece algunas sorpresas. La primera es que, ante la situación de inestabilidad mencionada, el escriba que redactó el documento no debía estar completamente seguro de a qué rey debía referirse, por lo que optó por señalar el reinado de Alfonso VIII de Castilla, Fernando II de León y Sancho VI de Navarra. A continuación procedió a señalar el nombre de los principales tenentes de la zona: el conde Lope en Nájera, Pedro Jiménez en Cameros y Gómez González en Calahorra. Y tras ellos el nombre de otros que pudieran ser alcaides o tenentes de tenencias menores: Fernando García, alcaide de Clavijo; García Sobrino en Albelda y García de Varea en Viguera92. La expresión García Sobrino en Albelda puede interpretarse como si tratara de un tenente o de un alcaide y carecemos de otros datos que nos permitan determinar si se trata de una cosa u otra93. Pero, sea como fuere, me parece bastante claro que actuaba por el rey, no por el obispo o el prior. De manera que al frente del castillo de Albelda se situaba un alcaide o un tenente que no dependía del señor del lugar sino del rey o de alguno de los grandes tenentes de la zona. De hecho, pocos años más tarde encontraremos a García Sobrino vinculado a los Haro como alcaide del castillo de Nájera94. rum uestrorum in perpetuum et nichil ex ea detis nisi tantum decimam Deo et beato Martino; nulli tamen dare, uendere, subpignorare licentiam habeatis, nisi propriis colonis beati Martini. Hoc siquidem datum prenominatum uobis ideo tribuo quia in illa taida de Albelda plurimum desudastis et eandem ad municionem castelli diligentissime preparastis. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16. 92 Rregnante Aldefonso rege in Toleto et in Castella et in Nagera. Fredinando rege in Gallecia. Sancio rege in Nafarra. Lupus comes in Nagera. Petrus Semenez in ambos Camberos. Gomez Gonzaluez in Calagurra. Dominantibus Fferran Garcez alcahet in clauigio, Garsias sobrino in Albelda. Garsias Barea in Becaria. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16. 93 Las dos ediciones del texto, basadas una en el original bastante deteriorado y otra en una copia, ofrecen algunas diferencias. Ripa considera que el término dominantibus se refiere a Fernando García, García Sobrino y García de Varea; mientras que Lama piensa que se refiere al conde Lope, Pedro Jiménez y Gómez González. La interpretación de Ripa llevaría a pensar que García Sobrino era tenente de Albelda y la de Lama a que era alcaide, pero no me parece concluyente. 94 Aunque alguno de los textos también resulta un poco confuso. En 1174 se documenta como alcaide del castillo siendo tenente Pedro Rodríguez, yerno del conde Lope y sucesor suyo en sus tenencias más importantes en estos años: Dominante Naiara, Petro Roiz, gener comitis Lupi; alcaat in illo Castello, Garcia Sobrino; JIMÉNEZ, Cañas, doc. 11. En 1183 figura como tenente del castillo por el rey: Regnante rege Aldefonso... Sub eo donnus Garcia Sobrino in Castello et in Naiara; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 83; me parece que no hay

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V.5. La condición social de los tenentes Según he señalado, entre 1145 y 1220 conocemos el nombre de unos 68 tenentes en la zona de la frontera del Ebro. Más arriba hemos hablado de algunas cuestiones relativas a los problemas para la identificación de los tenentes95. En los Anexos 1 y 2 puede verse la lista con los datos relativos a cada personaje y cada tenencia. El número es significativo, porque nos muestra la intensidad de la proyección nobiliaria sobre la zona. Pero es necesario destacar que, así como el número de tenencias –unas 60 sedes de tenencias documentadas en la zona– es también significativo pero no resulta suficiente para apreciar una realidad que era más compleja, tampoco la consideración del número de tenentes resulta suficiente. Asumo, como punto de partida, que todos los tenentes son nobles, pero entre los 68 tenentes de la zona había diferencias muy notables. Ya he mencionado los problemas para determinar la condición social de los individuos en esta época, sobre todo cuando abandonamos los niveles mejor conocidos de la más alta nobleza; pero haciendo una aproximación, aunque sea hipotética, podemos señalar que algo más de la mitad, unos 35 de esos 68 individuos, pertenecen a la alta nobleza; otros 15 (el 22%) podemos considerarlos miembros de los sectores intermedios de la nobleza o lo que vengo denominando nobleza regional; y otros 18 individuos (el 26%) serían miembros de la baja nobleza o nobleza local. Estos números deben tomarse con cautela, tanto la cifra total de 68 tenentes como las cifras parciales, por los problemas mencionados y porque algunos de los personajes que figuran como tenentes en los documentos podían, en realidad, ser subtenentes o tenentes dependientes, según hemos visto también páginas atrás. Esa situación puede darse en todos los grupos, porque la vinculación entre unos y otros no sólo depende de la jerarquía de poder, sino también, como hemos visto, de la jerarquía de parentesco y de dificultad en interpretar que, en realidad, seguía siendo alcaide, aunque es un momento en el que no se registra ningún otro tenente. Y en 1185 también figura en Nájera bajo el rey, pero en una expresión confusa cuyo sentido puede variar en función de la puntuación del texto: ...regnante rege Aldefonso... Subtus eorum domnus Garsia sobrino. Dominantem Nairam domnus Didacus filius comite Lupi, tenens castellum. Martin Martinez; CADIÑANOS, Rioseco, doc. 35; podríamos pensar que el tenente de la villa era García Sobrino y el tenente del castillo o alcaide Diego López de Haro, como se deduce del texto propuesto por el editor, pero me parece muy dudoso. 95 Merece la pena recordar que hay toda una serie de casos en los que los señores de los lugares figuran como si fueran sus tenentes y los problemas que plantean las expresiones nombre + apellido + de + topónimo (por ejemplo, Diego López de Haro). Ambos tipos de casos están excluidos de este recuento. Así como los tenentes de las tenencias navarras, tanto en Navarra como en Álava, aunque sí incluyo los de La Rioja.

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género. Pero no hay duda de que esa situación puede afectar más al tercer grupo, el de los tenentes pertenecientes a la baja nobleza, que a los otros. De manera que es probable que la cifra de 18 tenentes pertenecientes a los sectores inferiores de la nobleza pueda estar algo abultada, lo que aumentaría los porcentajes correspondientes a la alta y la media nobleza. En cualquier caso, con el carácter hipotético y provisional con que planteamos estas cifras, de ellas se pueden derivar, a mi juicio, dos conclusiones. Por un lado, la diversificación social que nos habla, como las tenencias, de una realidad fuertemente jerarquizada. Esos 68 individuos se documentan en alguna ocasión en el período estudiado como tenentes, pero poco tenía en común Diego López de Haro, uno de los magnates más poderosos del reino, con Pedruz, tenente de Cintruénigo en los 50 y comienzos de los 70. Por lo tanto, diversidad y jerarquía nobiliaria; pero, por otro lado, también un claro predominio de la alta nobleza, cuyos miembros suman algo más de la mitad de todos los tenentes documentados. Si a ellos les añadimos los que vengo considerando miembros de los sectores intermedios de la nobleza, tenemos que casi el 75% de todos los tenentes de la zona pertenecían a la nobleza alta o media. Así pues, en las sedes de las tenencias encontramos personajes diversos, pero preferentemente altos nobles o, al menos, nobles de una cierta relevancia. Otro indicador que nos puede ayudar a constatar la jerarquía entre los tenentes y el predominio altonobiliario sería el número de tenencias que ocupó cada tenente. Debe tomarse con muchas reservas, porque no podemos considerar datos simultáneos, para lo que a menudo carecemos de información, sino datos acumulados. Es decir, podemos saber que un determinado tenente ocupó, por ejemplo, cinco tenencias a lo largo de su vida o de su carrera política, pero es más difícil que podamos estar seguros de cuántas de ellas tenía en un momento dado. En algunos casos los datos son más compactos y las series cronológicas más densas, pero en otros no. De cualquier manera, el número de tenencias de cada tenente también resulta significativo y, con cierta prudencia, sirve para establecer algunas comparaciones. Lo he reflejado en el Cuadro 18. Sólo 30 de los 68 tenentes de la zona se documentan en dos o más tenencias a lo largo del período estudiado y casi todos, 27 de los 30, pertenecen a la alta y media nobleza. Únicamente 3 miembros de la baja nobleza ocuparon 2 tenencias. En el tramo entre 3 y 5 tenencias encontramos tanto a miembros de la nobleza media como de la alta nobleza. Y por encima sólo altos nobles, excepto en un caso; se trata de Guillermo González, personaje a quien ya me he referido. En los recuentos le he considerado miembro de la nobleza media, pero tengo muchas dudas sobre si debe ser incluido en ese sector o en el de la alta nobleza. Su caso, por tanto, tampoco rompe la tónica general.

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Cuadro 18 Acumulación de tenencias y jerarquía social de los tenentes Número de tenencias 18 14 13 8 7 6 5 4 3 2 TOTAL

Número de tenentes 1 1 1 1 5 1 4 3 3 10 30

Alta nobleza 1 1 1 5 1 2 2 6 19

Media nobleza 1 2 1 3 1 8

Baja nobleza 3 3

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos recogidos en los Anexos 1 y 2.

El cuadro nos muestra también cómo algunos tenentes destacan claramente por encima de todos los demás. No nos sorprenderá encontrarnos en esa posición preeminente a Diego López de Haro, su hijo Lope Díaz y Diego Jiménez de Cameros, acompañados del citado Guillermo González. Otro indicador de la distinta posición de los tenentes de la zona son las propias tenencias. Evidentemente no era lo mismo ser tenente de Bureba que de Poza, de Logroño que de Clavijo, de Rioja que de Treviana. Ya me he referido a ello. Ahora señalaré únicamente que en las tenencias territoriales o mayores –Bureba, Castilla Vieja, Valdegovia, Rioja, Cameros, Río Iregua– siempre encontramos a miembros de la alta nobleza. Por lo tanto, los nobles más poderosos acumulan más tenencias y, además, las más importantes o extensas. Entre los tenentes de la zona miembros de la alta nobleza encontraremos a los Haro, los Cameros, los Lara, los Manzanedo o los Castro. A continuación expongo los datos relativos a algunos de esos grupos familiares expresados, cuando es posible, en cuadros genealógicos, aunque para una exposición más detallada y completa de los datos remito a los anexos.

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Cuadro 19 Tenencias y tenentes de los Haro Diego López

SANCHO DÍAZ 1162-1165 Tobía, Treviana

CONDE LOPE DÍAZ 1148-1169 Castilla Vieja, Grañón, Nájera

Sancho López

DIEGO LÓPEZ 1175-1214 Álava, Belorado, Bureba, Calahorra, Castilla Vieja, Cellorigo, Cerezo, Grañón, Haro, Logroño, Nájera, Pancorbo, Rioja, Salinas, San Sebastián, Valdegovia, Vizcaya

LOPE SÁNCHEZ (¿DE MENA?) 1188-1204 Belorado, Castilla Vieja, Rioja, Salinas de Añana

Aldonza o Elvira = PEDRO RUIZ O RODRÍGUEZ DE NÁJERA 1170-1179 Belorado, Bureba, Castilla Vieja, Cellorigo, Cerezo, Grañón, Nájera

RODRIGO SÁNCHEZ 1188 Grañón, Haro

LOPE DÍAZ 1211-1220 Álava, Astúlez, Belorado, Bureba, Burgos, Castilla Vieja, Cerezo, Logroño, Miranda, Nájera, Pancorbo, Salinas de Añana, Villafranca, Villalba de Losa

Cuadro 20 Tenencias y tenentes de los Cameros Jimeno Íñiguez = MARÍA BELTRÁN 1148 Logroño

DIEGO JIMÉNEZ DE CAMEROS 1170-1185 Ágreda, Aguilar, Cervera, Arnedo, Belorado, Bureba, Calahorra, Cameros, Cerezo, Miranda, Nájera, Ocón, Quel, Río Iregua

RODRIGO DÍAZ DE CAMEROS 1188-1220 Calahorra, Cameros,Jubera, Logroño, Nájera, Yanguas

PEDRO JIMÉNEZ DE CAMEROS 1148-1175 Cameros, Clavijo, Jubera, Logroño, Ocón, Viguera

ÁLVARO DÍAZ DE CAMEROS 1220 Calahorra

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Cuadro 21 Tenencias y tenentes de los Lara Pedro González

García García de Aza

Rodrigo González

NUÑO PÉREZ 1170-1171 Nájera

PEDRO GARCÍA DE LERMA 1183 Grañón Rioja

ÁLVARO NÚÑEZ 1205-1217 Belorado, Bureba, Castilla Vieja, Cerezo, Nájera, Pancorbo, Villafranca

Manrique Pérez

FERNANDO NÚÑEZ 1182-1202 Bureba, Castilla Vieja

ÁLVARO PÉREZ 1171 Castilla Vieja

PEDRO RUIZ RODRÍGUEZ DE NÁJERA 1170-1179 Belorado, Bureba, Castilla Vieja, Cellorigo, Cerezo, Grañón, Nájera

PEDRO MANRIQUE 1174-1177 Madriz

Cuadro 22 Tenencias y tenentes de los Manzanedo Rodrigo Gómez

Gonzalo Gómez

GONZALO RODRÍGUEZ 1147-1204 Bureba, Pancorbo, Calahorra

GÓMEZ GONZÁLEZ 1155-1180 Alba, Arnedo, Calahorra, Castilla V., Villafranca = MILIA, 1162 Calahorra

GIL GÓMEZ 1187-1188 Ágreda, Aguilar, Castilla Vieja, Cervera

GÓMEZ GÓMEZ 1175 Lantarón

V.6. Evolución cronológica Creo que también puede resultar interesante analizar los aspectos más destacables de la evolución cronológica de los tenentes de la zona. ¿Hay una única política en todo el período? O, por el contrario, ¿se pueden apreciar cambios en relación con la evolución política? Para ello dividiremos todo el período estudiado en distintas fases:

TENENCIAS Y TENENTES

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— 1145-1158, los últimos años del reinado de Alfonso VII y el reinado de Sancho III; — 1159-1170, la minoría de Alfonso VIII y las conquistas navarras; — 1171-1179, las campañas de Alfonso VIII para la recuperación de las zonas perdidas en la década anterior; — 1180-1200, años de estabilidad tras el tratado de 1179, hasta las importantes campañas de 1199-1200 que llevaron a la conquista del sector occidental del reino de Navarra; — 1201-1214, el último período del reinado de Alfonso VIII tras las importantes campañas mencionadas; — y 1215-1220, breve reinado de Enrique I y primeros años del reinado de Fernando III. V.6.1. 1145-1158 Como digo, estos años corresponden al final del reinado de Alfonso VII y al gobierno y reinado de Sancho III. En este período se documentan de una manera claramente más abundante las tenencias y los tenentes de La Rioja Baja que los de las otras zonas. No creo que ese hecho tenga una especial significación histórica; más bien creo que se debe a una mayor abundancia relativa de la documentación de la zona tras el establecimiento del monasterio de Fitero –téngase en cuenta que el Cartulario de Fitero recoge más de 230 documentos para el período entre 1140 y 1210; de ellos, más de 100 corresponden a los años entre 1140 y 1158–. Uno de los aspectos más destacables que muestra la documentación conservada en relación con las tenencias y los tenentes sería la continuidad, en líneas generales, de la política de Alfonso VII seguida por su hijo Sancho III. No me refiero sólo al breve reinado de este último, un período demasiado reducido como para que pudieran esperarse cambios sustanciales–, sino a los años de su gobierno efectivo en la zona desde, más o menos, 1150. Por otro lado, también hay que destacar la sólida implantación de algunas familias de la alta nobleza en las tenencias más importantes. Se trata de un fenómeno que se extenderá durante todo el período, aunque con algunos cambios, pero que ya aparece claramente definido en estos años. Está claro, por tanto, que sus orígenes son anteriores y que tiene unas raíces sólidas y profundas. En la zona más occidental encontramos como tenente de Bureba al conde Gonzalo Rodríguez, quien sucedió a su padre, el conde Rodrigo Gómez, seguramente a la muerte de éste en 1146. El conde Gonzalo ocupó la tenencia de Bureba ininterrumpidamente en estos años y también en los siguientes hasta finales de los años 70 o comienzos de los 80, aunque en los

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últimos años veremos algunos cambios96. En estos años no se documentan tenencias menores, a diferencia de lo que sucedía antes y sucederá después, sólo la tenencia mayor o territorial de Bureba. Al norte de Bureba, también en el límite occidental de la zona que estudiamos, la tenencia de Castilla Vieja estará en manos del conde Lope Díaz de Haro, también en todos estos años y después hasta su muerte en 1170. A la tenencia de Castilla Vieja el conde Lope sumaba la también importante tenencia de Nájera. Sin embargo, un documento de 1153 recoge la tenencia de Nájera por Rodrigo Peláez. Es posible que hubiera una interrupción temporal de la tenencia del conde, pero lo dudo; más bien me inclino a pensar que se puede tratar de un subtenente o alcaide que figura en un documento, puesto que sólo se documenta en una ocasión, como si se tratara del tenente. Sea como fuere, no hay duda de que ambas importantes tenencias de Castilla Vieja y de Nájera daban al conde Lope un claro protagonismo en la zona occidental de la frontera del Ebro, como después tendrán, incluso aumentado, sus sucesores97. Por esos años en la zona occidental se documenta también la tenencia de Pazuengos en manos de Rodrigo Muñoz en 1155. También se documenta la tenencia de Grañón en manos del poderoso conde Ladrón de Álava en 1153. El conde Ladrón, como después su hijo el conde Vela y el hijo de éste Juan Vela, fluctuaron en su fidelidad a los reyes de Castilla o a los de Navarra, desarrollando un juego de alianzas con unos o con otros que les permitió consolidar su poder centrado, sobre todo, en Álava. Probablemente cuando Sancho III comenzó a gobernar de manera efectiva en la zona, y tras la muerte del rey navarro García Ramírez, los Vela se situaron en su entorno98. Así, al conde Ladrón le sucedió en la tenencia de Grañón su hijo el conde Vela, que figura como tenente en 1158 y que por esos años disfrutaba también de la tenencia de Salinas de Añana (1157) y de otras en La Rioja Baja como Murillo de Calahorra y Resa (1156). Los intereses de los Haro y de los Vela confluían en las mismas zonas, o en zonas limítrofes, de la frontera entre Castilla y Navarra y finalmente, con la definitiva adquisición de la zona por los reyes de Castilla, se impondrán los primeros. Mientras tanto, en la zona central o Rioja Media en estos años

96 Véase también MARTÍNEZ DÍEZ, «La Bureba como distrito...», pp. 4.288-4.289; y ESTEPA, «Frontera», p. 52. 97 Sobre ello ESTEPA, «Frontera», pp. 49-52. Véase también BARTON, The aristocracy..., p. 263 n. 10. 98 Sobre ellos, MARTÍNEZ DÍEZ, Álava medieval, T. 1, pp. 103 y ss.; también ESTEPA, «Frontera», p. 39. Sobre otras tenencias navarras, UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra..., pp. 242 y 280.

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sólo se documenta la tenencia de Logroño. En 1148 figura en manos de María Beltrán y de su hijo Pedro Jiménez (de Cameros), lo que con toda probabilidad nos está indicando que habían sucedido en la tenencia a su esposo y padre, Jimeno Íñiguez, muerto seguramente en 1147. Desde 1148 y durante los años 50 el tenente de Logroño continúa siendo Pedro Jiménez, seguramente hasta la ocupación de la zona por Sancho VI de Navarra en los años 60. Un texto navarro de 1157 señala la dependencia de Pedro Jiménez respecto de Sancho VI en tanto que tenente de Logroño, lo que nos podría indicar una cierta fluctuación en la fidelidad de Pedro Jiménez, pero lo dudo; no creo que ese dato refleje un cambio de la situación, sino más bien la expresión de un deseo, no una realidad, de proyección política o, incluso, un error del escriba. La posición de Pedro Jiménez en la zona central, sin duda heredada de su padre, era muy sólida al contar, además de con la tenencia de Logroño, con la tenencia de Cameros, tal y como se desprende de un texto de 115599, una tenencia que conservará en los años siguientes Por lo que se refiere a La Rioja Baja, sus tenencias son, como he indicado, las mejor documentadas en estos años. Ya he mencionado la proyección del conde Vela en la zona hacia 1156, pero durante la mayor parte de estos años el hombre fuerte de la zona fue Gutierre Fernández de Castro, uno de los principales magnates castellanos muy próximo a Alfonso VII y también a Sancho III, de quien fue su ayo. Gutierre Fernández de Castro figura como tenente de Calahorra en estos años hasta 1152, del Valle de Arnedo en 1145, de Cervera de Río Alhama en 1151 y de Tudején entre 1151 y 1154. Por lo tanto, a finales de los 40 y comienzos de los 50 acumuló un considerable poder en la zona. Hemos visto cómo algún documento de esos años menciona también como tenente de Calahorra a Martín Fernández, aunque sabemos que en realidad era el alcaide. En algunas de las tenencias que ocupó Gutierre Fernández de Castro figuran, antes o después que él, algunos tenentes que considero probable estuvieran vinculados al ayo regio; posiblemente se tratara de sus parientes. Así, si Gutierre Fernández de Castro fue tenente de Tudején hasta 1154, ese mismo año y hasta 1157 le sucedió un Álvaro. Creo que se trata de Álvaro Rodríguez, que también fue tenente de Cervera de Río Alhama –otra de las tenencias que habían sido del de Castro– en 1157. Creo que es probable que se trate de un sobrino de Gutierre Fernández de Castro quien, como es sabido, no Conviene, en este caso, señalar la referencia exacta. Se trata de la donación de Sancho III a la catedral de Calahorra del monasterio de Santa María de Castejón en el término de Nieva (de Cameros) entre Ortigosa y Anguiano; en el documento confirma Petrus Semenez, tenens ipsum honorem, expresión que interpreto referida a Cameros, donde se encontraba el monasterio. Véase GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 18; y LAMA, CDMR, T. 2, doc. 181. 99

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tuvo hijos. También en Cervera, pero en este caso antes, en 1148, se documenta un Pedro Fernández, ¿otro miembro del grupo familiar de los Castro? Igualmente llama la atención la presencia de un noble de origen leonés, Pedro Froílaz –P. Frolaz en el documento– como tenente de Arnedo en 1150, después del de Castro. Puede plantearse la hipótesis de que su presencia obedezca igualmente a una vinculación con Gutierre Fernández de Castro. La última vez que se documenta a Gutierre Fernández de Castro al frente de la importante tenencia de Calahorra es a finales de febrero de 1152, y por entonces debió dejar también las restantes tenencias de la zona, aunque todavía continuó un par de años al frente de la tenencia de Tudején. En Calahorra fue sucedido por Fortún López de Soria y su hijo Lope Fortún entre 1152 y 1154. En 1155 encontramos a García Almoravid y ya en 1158 al que será conde Gómez González (Manzanedo), pariente del que entonces era tenente de Bureba el conde Gonzalo Rodríguez, y que seguirá disfrutando de la tenencia en los años siguientes100. Fortún López de Soria dispuso también de la tenencia de Cervera de Río Alhama, que disfrutaba en 1157. En los años 50, tras el abandono de la zona por Gutierre Fernández de Castro y hasta la llegada de Gómez González, en la zona se documentan también, además de Fortún López de Soria y su hijo, un cierto número de tenentes que parecen más bien nobles locales o nobles regionales, algunos de los cuales podrían ser originarios de Navarra o de Aragón. En ese grupo creo que podemos incluir a Pedruz tenente de Cintruénigo en 1158, a Turpín tenente de Cascante también en 1158, o a Gilabert tenente de Corella entre 1151 y 1157101. Los tres casos nos muestran la proyección alcanzada por Sancho III en la frontera con Navarra en el sur del Ebro. Pero quizás los ejemplos más signifivativos sean el ya citado García Almoravid tenente de Calahorra en 1155 y Portolés tenente de Ágreda desde 1156 y de Cervera y Tudején en 1156 y 1157. García Almoravid ocupó importantes tenencias aragonesas pero se vinculó a Sancho III de Castilla a

100 Se ha dicho que el conde Gómez González sería hijo del conde Gonzalo Rodríguez –la sucesión de los apellidos así ha llevado a pensarlo–; sin embargo, como ha señalado ESTEPA, ambos personajes eran coetáneos y seguramente entre ambos había una estrecha relación de parentesco, pero no se trata de padre e hijo; véase Las behetrías..., pp. 280-283, especialmente p. 280 nota 63. También BARTON, The aristocracy..., pp. 252-253 y 260-261. Sobre los tenentes de Calahorra también Ag. UBIETO, «Notas sobre los tenentes de Calahorra en los siglos XI y XII», en Príncipe de Viana, 116-117 (1969), pp. 221-231; también ESTEPA, «Frontera», pp. 38-39 y 52-54. 101 A este último le vemos también confirmando algunos documentos de Sancho VI de Navarra en 1157; VV. AA., AGN (1134-1194), docs. 10 y 13.

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mediados de los años 50102. Y algo parecido podemos decir de Portolés, tenente de Tarazona, por ejemplo, a comienzos de los años 40 y que, además de ocupar las tenencias mencionadas por el rey de Castilla, confirma también algunos de sus privilegios entre 1155 y 1157103. V.6.2. 1159-1170 Tras la muerte de Sancho III, los años de la minoría de Alfonso VIII están marcados por la conquista y ocupación por Sancho VI de Navarra de algunas zonas al sur del Ebro. Así, el principal cambio que podemos apreciar en la década de los 60 es la presencia de tenentes en la zona por el rey de Navarra en lugares como Ausejo, Entrena o Logroño; pero, como veremos, las grandes familias de la nobleza arraigada en la zona (Haro, Cameros, Manzanedo) continúan solidamente asentadas y será su vinculación al rey castellano la que, en última instancia, marque el destino de la zona de la frontera del Ebro. En la parte más occidental, en las importantes tenencias de Bureba y de Castilla Vieja no hay cambios. El conde Gonzalo Rodríguez (Manzanedo) continúa al frente de la primera y el conde Lope Díaz (Haro) de la segunda. El conde Lope, además, tenía una posición muy sólida en La Rioja Alta en esos años. Además de la tenencia de Nájera, donde ya le hemos visto, ahora se documenta también al frente de otras importantes tenencias como Grañón en 1165 o la propia Haro en 1168. A la muerte del conde Lope en 1170 vere102 Confirma privilegios de Sancho III de Castilla en 1155 y 1157; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, docs. 21, 22 y 27. Sus tenencias aragonesas (Ejea, Jaca, etc.) en UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra..., p. 218. Una brevísima reseña delos Almoravid en A. C. SÁNCHEZ DELGADO, «El ocaso de una familia de ricoshombres: los Almoravid», en Príncipe de Viana, Anejo 8 (1988), Primer Congreso General de Historia de Navarra, vol. 3, Comunicaciones, Edad Media, pp. 203-205. 103 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, docs. 17, 24, 26 y 27. La tenencia de Tarazona y otras en UBIETO, Los tenentes en Aragón y Navarra..., p. 267. Según señala ZURITA, Portolés tenía Tarazona por el emperador cuando en 1144 tomó la ciudad Ramón Berenguer IV; Anales de Aragón, Libro II, Capítulo VI. Pero parece que Portolés inició y desarrolló en buena medida su carrera política al servicio del rey García Ramírez de Navarra, quien en 1147 le dio la villa y castillo de Vierlas, muy cerca de Tarazona; véase H. ARRECHEA, «Un vasallo del rey García Ramírez en la frontera argonesa», en Príncipe de Viana, Anejo 8 (1988), Primer Congreso General de Historia de Navarra, vol. 3, Comunicaciones, Edad Media, pp. 9-13. En 1192 Oria, mujer de Portolés, y sus hijos vendieron a María Roya una viña en el término de Calchetas (en Cascante, junto a Tudela); podría tratarse de la esposa del tenente que mencionamos ahora o, quizás, de su hijo García Portolés documentado en los años 70 y 80; en cualquier caso el dato permite constatar los intereses patrimoniales en la zona. Véase F. FUENTES, Catálogo de los archivos eclesiásticos de Tudela, Tudela, 1944, doc. 121, p. 35.

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mos cambios notables pero, por ahora, hay que destacar la sólida posición del conde y sus parientes en la zona durante la minoría del rey; porque, además de las tenencias del conde, hay que considerar las de su hermano Sancho Díaz, que también figura como tenente de Treviana en 1162 y de Tobía en 1165. En La Rioja Burgalesa también era sólida la posición de los Manzanedo, pues Gómez González ocupaba en 1168 las tenencias de Alba y Villafranca Montes de Oca. Mientras tanto, el cambio más importante en la zona en estos años de la década de los 60 es que el conde Vela, que había sido vasallo de Sancho III, ya no lo será de Alfonso VIII y volverá a situarse bajo el vasallaje de Sancho VI de Navarra. Desaparecen, por tanto, los Vela de la nómina de tenentes castellanos y abandonan sus tenencias, tanto en La Rioja Alta como en La Rioja Baja. En la primera de esas zonas en estos años se documentan también las tenencias de Cihuri y de Pazuengos, la primera en 1168 manos de Lope López de Villalobar104 y la segunda en manos de Muño Muñoz en 1165. En la zona central –Rioja Media– siguen teniendo una posición muy sólida los Cameros. El miembro más destacado de la familia en estos años siguió siendo Pedro Jiménez de Cameros, que tendrá una posición destacada hasta 1170. Después le sucederá su hermano Diego Jiménez quien incluso mejorará la posición que tuvo su hermano. Pero, por ahora, Pedro Jiménez es el más destacado y se mantuvo fiel a Alfonso VIII durante su minoría, lo que seguramente impidió que Sancho VI ocupara una zona más amplia al sur del Ebro y lo hiciera de una forma más consistente. En estos años figura como tenente de Cameros en 1165 y 1167, de Jubera en 1165 y 1170 y de Clavijo, Viguera y Ocón en 1170. En 1167 figuran también como tenentes de Albelda y de Viguera García Sobrino y García Varea, aunque es posible que fueran subtenentes y, quizás, dependientes del propio Pedro Jiménez105. En cualquier caso, las tenencias de Pedro Jiménez en la zona marcaron el límite de las conquistas de Sancho VI en estos años. Conquistas que se hi104 Tengo bastantes dudas sobre la tenencia de Cihuri que se documenta sólo en esta ocasión. Se trata del fuero de Cihuri y de Pauleja otorgado por su señor, el abad del monasterio de San Millán. La referencia al tenente figura en la lista de confirmantes, que es como sigue: Prior Ferrandus, ts. Lupus prepositus, ts. Prior Iulianus, ts. Lupus Lopez de Villa Houar, ts., dominans Zofiuri. Blasius sacrista, ts. Petrus refrictorarius, ts. Sancius comitis Lupi filius, ts. Stephanus camerarius, ts. Eximinus cellararius, ts. Es decir, la lista está integrada por monjes del monasterio excepto el hijo del conde Lope y el posible tenente de Cihuri. Por el apellido, Lope López de Villalobar pudiera ser un pariente secundario de los Haro. Pero me pregunto si la expresión del documento no hará referencia a que es el monje que domina en Cihuri por el monasterio, el que controla la casa del monasterio en el lugar, y no un auténtico tenente regio. 105 Véase lo dicho sobre ellos más arriba en las notas 92 y 93 de este capítulo y el texto a que se refieren.

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cieron efectivas en algunos lugares y, así, figuran ahora tenentes por el rey de Navarra en Logroño, Entrena o Ausejo. Un texto de enero de 1162 ya recoge la tenencia de Pedro de Arazuri en Logroño por Sancho VI, tenencia que ocupó hasta 1168 para, posteriormente, a partir de la mayoría de edad de Alfonso VIII, pasar a vincularse al rey castellano. En Logroño Pedro de Arazuri fue sucedido en 1168 por García Vermúdez, el que podríamos considerar hombre fuerte de Sancho VI en la zona en esos años, quien también figura como tenente de Entrena y de Ausejo en 1168 por el rey navarro106. En la zona más oriental, La Rioja Baja, el protagonismo corresponde en estos años al conde Gómez González quien, como Pedro Jiménez de Cameros, mantuvo su fidelidad al rey castellano. En estos años de la minoría de Alfonso VIII Gómez González continúa al frente de la tenencia de Calahorra hasta 1171 y figura también en Arnedo entre 1165 y 1169107. A su lado figura también en alguna ocasión su mujer Milia. Y en estos años continuaron también al servicio de Alfonso VIII algunos de los nobles locales o regionales que habían sido vasallos de su padre. Pedruz, que había sido tenente de Cintruénigo en los 50, volverá a documentarse como tal en 1174, de manera que es muy probable que lo fuera también durante todos los 60. En Ágreda se documenta un Gonzalo Portolés en 1170 y es probable que se corresponda con Portolés, que había sido tenente de ese lugar en los años 50, o quizás con su hijo García Portolés que lo sera en 1173 y a comienzos de los años 80. V.6.3. 1171-1179 El año 1170 trajo consigo importantes cambios políticos. El más importante, la mayoría de edad de Alfonso VIII desde finales de 1169, después su matrimonio con la reina Leonor y el inicio de una política ofensiva hacia Navarra que se desarrollará en los años siguientes. Pero también se produjo ese año la muerte del conde Lope Díaz de Haro, lo que supuso cambios muy significativos en la red de tenencias y de tenentes. Una característica de estos años es la inestabilidad de las tenencias, los cambios frecuentes de tenentes al frente de las principales tenencias. Un fenómeno que deriva de los dos factores de cambios políticos que acabo de 106

Véase también más arriba lo dicho sobre sus hijos Pedro y Gómez García de Agon-

cillo. 107 Un documento recoge la tenencia de Calahorra por Pedro de Arazuri en 1170, año en que también figura Gómez González. Cabría pensar que hubo una breve interrupción en la tenencia de este último, aunque más me inclino a pensar en algún error en el texto, que se conserva únicamente en una traducción al castellano realizada en el siglo XVIII. Véase TURZA, Monte Laturce, doc. 35.

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mencionar. La nueva política hacia Navarra con la mayoría del rey y las campañas militares supusieron cambios y reajustes frecuentes. Podríamos interpretarlo en el sentido de que el rey y sus consejeros tenían que renegociar de forma casi continuada los apoyos de los grupos nobiliarios más destacados. Una renegociación que se traducía en cambios y reajustes en las tenencias. Por otro lado, eso se producía en el contexto del reparto de la, digamos, herencia de poder e influencia en la zona del conde Lope; algo a lo que me referiré con más detalle más adelante, pero que es necesario tener en cuenta también ahora. La Bureba es uno de esos escenarios de cambios e inestabilidad, sobre todo en la segunda mitad de la década de los 70 y a comienzos de los 80. El conde Gonzalo Rodríguez era su tenente y lo siguió siendo al menos hasta 1175. Un documento de 1177 menciona a Diego López de Haro, hijo del conde Lope, aunque es una referencia que podría considerarse dudosa porque Diego López no accedió a tenencias importantes hasta los años 80 y porque ese mismo año figura también Pedro Ruiz o Rodríguez (de Lara), llamado en ocasiones de Nájera, yerno del conde Lope, que se documenta hasta 1179. Sin embargo, en 1177 Diego López figura también como tenente de Pancorbo, lo que podría validar el dato referido a Bureba. En cualquier caso, en 1180 se documentan otros dos tenentes de Bureba, el merino mayor Lope Díaz de Fitero y Diego Jiménez de Cameros. Este último figura en 1180 y 1181, pero en marzo de 1181 y en 1182 vuelve a aparecer el conde Gonzalo Rodríguez. Por lo tanto, en la tenencia de Bureba conviene adentrarse en el análisis hasta los primeros años 80 para apreciar los cambios frecuentes en sus tenentes desde finales de los 70. Entre 1179 y 1182, en cuatro años se sucedieron cuatro tenentes, recuperando finalmente la tenencia el conde Gonzalo; aunque brevemente, porque no tardará en volver a ser sustituido. Un aspecto significativo es que hay un alto grado de inestabilidad, pero siempre dentro de los círculos de la más alta nobleza, círculos cuyos miembros están unidos frecuentemente por lazos de parentesco. Un buen ejemplo es Pedro Rodríguez de Nájera, Lara por su ascendencia paterna y pariente de los Haro por su matrimonio con una hija del conde Lope de Haro. Otro elemento importante para entender la inestabilidad y los cambios, además de los mencionados al comenzar este epígrafe, es la tendencia a la sustitución de los Manzanedo por los Lara. En general, durante el reinado de Alfonso VIII, tal y como ha mostrado C. Estepa, hay una tendencia a que los Lara aumenten su poder a costa de los Manzanedo108. El caso de Bureba que hemos visto es un buen ejemplo. 108 Las behetrías castellanas..., T. 1, pp. 282-284. Sobre las tenencias de Bureba y de Castilla Vieja en estos años, de este mismo autor, «Frontera», n. 406.

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Por otro lado, en estos años de la década de los 70 se documentan, además de la tenencia mayor o territorial de Bureba, otras tenencias menores como la de Briviesca, en manos de Rodrigo Pérez en 1171, o la de Poza, en manos de Muño Muñoz en 1175 y de García Rodríguez en 1177. Tal y como he indicado más arriba, se trata de tenentes dependientes o vinculados a los tenentes principales de Bureba. También, como acabamos de ver, Diego López figura en un documento como tenente de Pancorbo en 1177. La tenencia de Castilla Vieja era una de las que había tenido el conde Lope Díaz de Haro y a su muerte en 1170 fue sucedido por su yerno Pedro Rodríguez de Nájera, aunque un documento de 1171 menciona también a Álvar Pérez de Lara –también casado con una hija del conde Lope–, que quizás sustituyó al anterior brevemente. Pedro Rodríguez ocupó esta tenencia y otras de su suegro durante los 70. En Castilla Vieja fue sucedido, a su vez, por el conde Gómez González (Manzanedo) en 1179 y 1180. Los Manzanedo fueron perdiendo poder, como hemos mencionado, pero no desaparecieron en absoluto del mapa político. Recordemos que el conde Gómez había sido tenente de Calahorra desde mediados de los años 50 y lo siguió siendo hasta 1171, y ahora figura en Castilla Vieja a finales de los 70, mientras que otro probable pariente, Gómez Gómez, era tenente de Lantarón en 1175. Más arriba hemos visto como el conde Lope Díaz de Haro dominaba también La Rioja Alta ocupando diversas tenencias; ahora vemos también en esa misma zona y en La Rioja Burgalesa a su yerno Pedro Rodríguez que se documenta como tenente de Cellorigo en 1176, de Belorado en 1177, de Cerezo en 1177 y 1178 y de Grañón también en 1178. En Grañón en 1172 y 1173 y en Pazuengos en 1172 se documenta también a García Vermúdez como tenente por el rey de Navarra. Ya lo hemos mencionado y veremos que continuaba al frente de la tenencia de Logroño en esos años. Pero la referencia a Grañón y Pazuengos no deja de ser sorprendente, porque no tenemos referencia a otros lugares de la zona que pasaran a manos de Sancho VI de Navarra. Además, si ambos lugares fueron conquistados por el rey de Navarra, tuvo que haber sido en las campañas de 1162 y 1163 pero, sin embargo, en 1165 figura como tenente el conde Lope quien, como sabemos, permaneció siempre vinculado al rey castellano. También en 1165 se documenta como tenente de Pazuengos por Alfonso VIII a Muño Muñoz. ¿Fueron Grañón y Pazuengos adquisiciones posteriores del tenente navarro García Vermúdez tras la muerte del conde Lope, quizás en algún episodio militar menor que no ha quedado documentado?. Pero el núcleo del poder del conde Lope en la zona era la tenencia de Nájera. A su muerte pasó brevemente a Nuño Pérez de Lara en 1170 y 1171 y después también a Pedro Rodríguez durante el resto de los 70. Así pues, vemos como Pedro Rodríguez, un Lara hijo de Rodrigo González de Lara,

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llamado frecuentemente de Nájera, sustituyó en los años 70 a su suegro el conde Lope, aunque después, en los 80, sus tenencias más importantes pasaron a manos de su cuñado Diego López de Haro. Por ahora éste sólo figura en las mencionadas tenencias de Bureba y de Pancorbo en 1177 y en la emblemática de Haro en 1175 y 1177, siendo esta última probablemente la única en la que sucedió de manera directa a su padre. Otro ejemplo de la influencia de los Lara en la zona tras la muerte del conde Lope es la tenencia de Madriz en manos del conde Pedro Manrique en 1174 y 1177. La Rioja Media, en torno a Logroño, era donde las conquistas de Sancho VI de Navarra habían sido más efectivas. Hemos visto tenentes navarros en los 60 y García Vermúdez continuó al frente de la tenencia de Logroño –quizás también, aunque lo desconozco, de Entrena y de Ausejo– probablemente hasta su recuperación por Alfonso VIII. Aunque un documento, del que se conserva sólo su escatocolo, parece dar a entender que cuando la ciudad volvió a manos del rey de Castilla su tenente era Álvaro Viejo, otro destacado tenente navarro que quizás había sustituido a García Vermúdez109. También entre 1172 y 1174 figuran tenentes navarros en Ocón; en 1172 Sancho Ramírez de Piédrola y en 1173 y 1174 Martín Ruiz o Rodríguez. El caso de Ocón, como el de Grañón o Pazuengos también plantea algunas dudas, porque de nuevo en los años anteriores se documentan tenentes por el rey de Castilla. En este caso, como hemos mencionado, figura Pedro Jiménez de Cameros en 1170, lo que hace difícil pensar que fuera conquistado por Sancho VI en los años 60. Sea como fuere, ya en 1174 Ocón volvió a manos de los Cameros y Diego Jiménez figura regularmente como tenente desde entonces hasta 1185. La zona sigue claramente controlada por los Cameros en estos años. Además de las tenencias mencionadas, Pedro Jiménez figura como tenente en Jubera en 1175 y al frente de la de Cameros se encuentra ya su hermano Diego Jiménez desde 1170 y permanecerá hasta su muerte en 1188. Lo mas significativo, sin embargo, es ese cambio en la posición de los hermanos. Pedro Jiménez era el mayor y su actividad política se documenta ya desde 1148, al frente entonces de la tenencia de Logroño. Es claro que permaneció fiel a Alfonso VIII durante su minoría, como hemos visto más arriba; sin embargo su figura política se oscurece desde los 70 con la mayoría de edad del rey. Desde 1171 sólo se documenta en una ocasión como tenente en Jubera en 1175. Mientras tanto, su hermano se hace con el control de la tenencia de Cameros desde 1170 y ocupa también a comienzos de los 70 la importante tenencia de Calahorra. Para explicar el oscurecimiento de Pedro 109

Véase lo dicho en la nota 32 del Capítulo I.

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Jiménez se ha hablado de una posible enfermedad, algo que evidentemente es posible pero, a la espera de nuevos datos, no convendría descartar también otras razones110. La sentencia arbitral de Enrique II de Inglaterra de 1177 y después el tratado de paz entre Alfonso VIII y Sancho VI de 1179 determinaron la devolución al rey castellano de los lugares de Logroño, Entrena, Navarrete, Ausejo, Autol y Resa. Sin embargo sus tenentes seguirían vinculados al rey de Navarra durante unos años, tal y como se acordó en el tratado. En concreto, el rey de Navarra elegiría a su tenente entre una terna compuesta por Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo. El elegido fue el primero de ellos, tal y como se recoge en un texto de 1179 y se atestigua en la documentación posterior, puesto que figura al frente de algunas de esas tenencias a comienzos de los 80 por el rey de Navarra. También en estos años podemos apreciar cambios notables en La Rioja Baja. El conde Gómez González (Manzanedo) pierde su influencia en la zona, puesto que deja de figurar en la tenencia de Calahorra en 1171 y, al contrario, vemos como se va extendiendo la influencia de Diego Jiménez de Cameros. La tenencia de Calahorra en la primera mitad de los 70 vive una situación de inestabilidad, similar a lo que hemos visto en La Bureba a finales de los 70 y comienzos de los 80. Veamos: en 1170 y 1171 se documenta todavía al conde Gómez, aunque un documento fechado en 1170 menciona ya a Pedro de Arazuri, pero no descarto que haya algún pequeño error en la fecha de la copia conservada; a finales de 1171 y durante 1172 el tenente fue Diego Jiménez de Cameros; y desde mediados de 1173 y durante el resto de

110 Hay una clara relación entre el ascenso de Diego Jiménez sustituyendo a su hermano y las donaciones regias a su favor en los años 70. Véase lo dicho en el apartado relativo a los Cameros en el capítulo anterior. En la colección de Decretales de Gregorio IX compuesta por Raimundo de Peñafort se conserva una interesante noticia relativa al pontificado de Alejando III (1159-1181) sobre Pedro Jiménez de Cameros, quien fue excomulgado por haberse casado con una monja del monasterio de Tulebras. Quizás la excomunión, acompañada del entredicho sobre sus bienes, explique su sustitución política por su hermano Diego Jiménez. La noticia narra que la esposa-monja del noble, llamada María de Oreja, había sido primero esposa de un noble aragonés llamado Aturelia –un personaje histórico del que, por ejemplo, constan sus tenencias en el período c. 1125-c. 1155–. Éste, descubriendo la infidelidad de su esposa, ordenó que fuera asesinada, pero los encargados del asesinato se arrepintieron a tiempo y le perdonaron la vida, pero la obligaron a profesar en el monasterio de Tulebras. Cuando murió su marido huyó del monasterio para casarse con Pedro Jiménez de Cameros, lo que dio lugar a la excomunión mencionada. La razón del pleito, que llegó hasta el Papa, fue que la mujer alegó que en realidad no llegó nunca a profesar voluntariamente como monja, sino que actuó por temor a la muerte. El Papa encomendó la resolución del pleito al obispo de Huesca y el prior de Santa María de Zaragoza. Véase G. M. COLOMBAS, Monasterio de Tulebras, pp. 84-86.

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la década ya sí figura Pedro de Arazuri. En resumen, en cuatro años entre 1170 y 1173 se sucedieron tres tenentes. Es evidente que, como en La Bureba, se debe relacionar esta situación de inestabilidad en la tenencia con el giro en la política regia hacia la zona. En este caso, ese giro acabó plasmándose en la presencia como tenente del navarro Pedro de Arazuri que había servido a Sancho VI, por ejemplo, como hemos visto, como tenente de Logroño entre 1162 y 1168, y ahora servirá a Alfonso VIII como tenente de Calahorra. La presencia de Diego Jiménez de Cameros en la zona en estos años no se reduce sólo a la tenencia de Calahorra –aunque volverá a recuperarla en los 80–. También se documenta como tenente de Arnedo entre 1176 y 1178 y como tenente de Quel en 1177. También continuaron presentes algunos tenentes de la nobleza local o de origen navarro o aragonés. Pedruz, a quien ya hemos mencionado, continúa en la tenencia de Cintruénigo en 1174. García Portolés, probablemente hijo de Portolés, que había sido tenente de Ágreda, Cervera y Tudején, figura en 1173 también en la tenencia de Ágreda. Mientras tanto, en esa zona de las montañas que separan las tierras sorianas del valle del Ebro, comienza a destacar Gonzalo Copelín al final de la década como tenente de San Pedro Manrique y de Magaña en 1179. V.6.4. 1180-1200 Las décadas de los 80 y los 90, tras el tratado de paz con Navarra de 1179, son una etapa de relativa estabilidad y de consolidación del dominio de Alfonso VIII en la zona. Consolidación del dominio regio que tiene lugar en paralelo también al desarrollo del poder de los principales magnates de la zona en esos años, Diego Jiménez de Cameros y Diego López de Haro. Me interesa señalarlo porque sin duda se trata de dos procesos que se alimentan uno a otro; la consolidación del poder de Alfonso VIII hizo que aumentara el de sus principales aliados en la zona y, viceversa, la posición de éstos mejoraba también la de aquél. Otro elemento importante, muy relacionado con ese desarrollo del poder de los principales magnates, especialmente del de Haro, es la configuración de una nueva e importante tenencia territorial, como es la de Rioja, desde mediados de los años 80. También merece la pena señalar en esta breve introducción al período que, como consecuencia del tratado de 1179, aún veremos los últimos tenentes navarros en la zona o tenentes castellanos que tienen sus plazas por el rey de Navarra. A diferencia de otros períodos, en estos años la documentación conservada sobre las tenencias de la frontera del Ebro es más rica para La Rioja Alta. En la zona más occidental hemos visto como en la tenencia de Bureba

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había una acusada inestabilidad a finales de los 70 y comienzos de los 80, años en los que se sucedieron el conde Gonzalo Rodríguez, Diego López de Haro –aunque lo considero una referencia dudosa–, Pedro Rodríguez de Nájera, Lope Díaz de Fitero, Diego Jiménez de Cameros y, de nuevo, en 1181 y 1182 el conde Gonzalo Rodríguez. Esa inestabilidad se saldará finalmente a favor de Diego López de Haro, que ocupará la tenencia desde, al menos, 1184 hasta su muerte en 1214, aunque con algunas breves interrupciones. Una de ellas, muy breve, tuvo lugar en 1187, puesto que un par de documentos de ese año reflejan la tenencia de Bureba por el conde Fernando de Lara, cuando el de Haro pasó brevemente a la corte leonesa donde, recordemos, era reina su hermana Urraca. Los Manzanedo no volverán a recuperar la tenencia de Bureba. El conde Gonzalo se documenta como tenente de Pancorbo en 1182, pero en 1188, 1190 y 1200 ya figura Diego López de Haro. Al norte de Bureba, en Castilla Vieja los 80 se inician con la tenencia de conde Gómez, pero en 1182 figura el conde Fernando de Lara y desde 1184, ya con regularidad hasta su muerte, Diego López de Haro. También aquí hay una breve interrupción en 1187 en que la tenencia pasa a otro Manzanedo, Gil Gómez, hijo del conde Gómez. Vemos como desde mediados de los años 80 Diego López de Haro va construyendo un imponente dominio sobre la zona nororiental de Castilla, aumentando incluso el poder que había disfrutado su padre, el conde Lope. Un paso importante en ese proceso será la formación de la tenencia de Rioja y su adquisición por Diego López desde 1185. Antes se documentan otros tenentes en la zona aunque, finalmente, la mayor parte de esas tenencias pasaron a manos de Diego López. En Cellorigo en 1181 se documenta como tenente a don Oriol, merino de Bureba y, a juzgar por algún documento, relacionado también con el de Haro; pero en 1186 y 1190 ya figura Diego López. En Grañón en 1183 se documenta como tenente a Pedro García de Lerma, pariente de los Lara y primer tenente de Rioja también en ese año; pero en 1186 ya figura Diego López. Después, en 1188 figura su primo Rodrigo Sánchez, quizás sustituyéndole, quizás en dependencia de Diego López. Otro tenente de Grañón dependiente suyo es Lope de Velasco en 1192. En cuanto a la tenencia de Haro, como he mencionado, estaba en manos de Diego López desde, al menos, 1175, aunque también en 1188 se documenta a Rodrigo Sánchez. El proceso es similar en la zona más occidental, en La Rioja Burgalesa: varios tenentes anteriores pero control de la zona por Diego López de Haro desde, más o menos, mediados de los 80. Belorado estaba en manos de Diego Jiménez de Cameros hacia 1180, pero desde 1185 ya figura Diego López, también con una breve interrupción en 1187, cuando pasó a Ramiro de Varea, un miembro de la nobleza media de la zona que se había vinculado

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a Sancho VI de Navarra en los 70, pero que ahora se sitúa al servicio de Alfonso VIII y que ocupó también las tenencias de Ausejo y de Logroño a mediados de los 80. En Cerezo, como en Belorado, encontramos a Diego Jiménez de Cameros en 1182 y a Diego López de Haro ya en 1187. Otras tenencias próximas también acabaron en sus manos, como Valdegovia donde ya figura como tenente en 1184; o Salinas de Añana donde era tenente en 1188 Lope Sánchez de Mena, en 1192 Martín Ruiz y ya a finales de los 90, en 1197, se documenta a Diego López de Haro. Por último, Miranda no consta directamente que pasase a sus manos, aunque sí es probable que la controlase indirectamente. En 1182 el tenente era, como en otros casos, Diego Jiménez de Cameros, pero en 1188 figura María Almenar, cuñada de Diego López de Haro, esposa de su hermano Lope López, y en 1191 se documenta a Gómez Martínez, un personaje secundario que quizás era un tenente dependiente del de Haro. Por último queda referirse a la tenencia de Nájera donde el proceso es similar: Diego Jiménez de Cameros figura como tenente a comienzos de los años 80 y después, a mediados, es sustituido por Diego López de Haro. Sin embargo, entre ambos en 1183 y 1185 figura García Sobrino y un par de documentos fechados en 1188 señalan como tenente a un Rodrigo Díaz, refiriéndose a Rodrigo Díaz de Cameros. Esta última es una referencia llamativa porque parece muy temprana para ese personaje que, en efecto, será tenente de Nájera pero a comienzos del siglo XIII. Por lo tanto, Diego López de Haro acumuló un formidable poder en la zona asumiendo un buen número de tenencias. A las mencionadas aún hay que añadir otras como Calahorra, donde figura en 1190 aunque no la conservara, o Logroño; y otras más fuera de la zona que estudio pero próximas, como Soria, Burgos, Mena, Asturias de Santillana o Trasmiera, a las que todavía hay que añadir el señorío de Vizcaya. Los territorios que controlaba formaban prácticamente un principado –aunque integrado por tenencias en gran medida– extendido por toda la zona nororiental del reino. No es raro que algún documento posterior le denomine principe o que un escriba, para abreviar la lista de sus tenencias, dijera que dominaba desde Soria hasta el mar111. Antes de continuar repasando la evolución de las tenencias en La Roja Media y Baja en estos años conviene todavía incluir algunas reflexiones más. En primer lugar, creo que hay que insistir en un aspecto que ya se ha mencionado. La gran acumulación de poder en toda la zona realizada por 111 UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 de 1210; o LEDESMA, San Millán, doc. 464 de 1191. Véase también G. BAURY, «Diego López...», pp. 44-47 y mapa de sus tenencias en p. 46.

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Diego López de Haro no minó la posición del rey, sino todo lo contrario. Alfonso VIII consolidó su control sobre la frontera del Ebro tras las guerrras con Sancho VI de los años 70 mediante el reforzamiento de la posición del magnate. Era un juego peligroso, sin duda, porque nada garantizaba la fidelidad de un magnate, excepto sus propios intereses económicos y de dominación social. Pero la posición de Alfonso VIII logró hacerse suficientemente fuerte como para resistir cualquier amenaza, por paradójico que parezca. Lo veremos enseguida, al analizar lo que sucedió en los primeros años del siglo XIII, cuando Diego López de Haro se desnaturó y se exilió primero en Navarra y después en León. Por otro lado, la acumulación de poder y de tenencias por Diego López data de mediados de los 80 y recordemos que su padre, el conde Lope, había muerto en 1170. Más adelante me referiré a las sucesiones familiares y a las tendencias a la patrimonialización, ahora me interesa destacar que en buena medida Diego López sucedió o sustituyó a otros nobles que también habían realizado un proceso de concentración o acumulación de tenencias: su padre el conde Lope en los años 50 y 60, Pedro Rodríguez de Nájera en los 70 o Diego Jiménez de Cameros a comienzos de los 80. Recordemos que en bastantes de las tenencias que acumuló el de Haro a mediados de los 70 sustituyó al de Cameros. De hecho, a comienzos de los 80 y durante unos pocos años el hombre fuerte de la zona no era Diego López de Haro, sino Diego Jiménez de Cameros. Pero después Diego Jiménez deja de estar presente en la zona occidental de la frontera del Ebro, aunque continúa en la central y en la oriental hasta su muerte en 1188. Es posible que el rey buscara un cierto equilibrio contrapesando el poder de uno y de otro en la zona de la frontera, aunque finalmente ese equilibrio se rompió a favor de Diego López. Es posible también que Diego Jiménez perdiera poder e influencia en esta zona pero lo ganara en otras, puesto que sabemos que ocupaba importantes tenencias en zonas de la frontera de al-Andalus, como Cuenca o Huete112. Sea como fuere, Diego Jiménez de Cameros tuvo una posición destacada en La Rioja Media y en La Rioja Baja, aunque las tenencias de la zona central están peor documentadas y no podemos reconstruir una serie tan completa de tenentes. Es muy significativo, por ejemplo, el caso de la propia tenencia de Cameros, donde en todos estos años entre 1180 y 1200 sólo se conservan dos documentos que nos informan del nombre de su tenente, ambos de 1182 y referidos, claro está, a Diego Jiménez. Sin embargo, no creo que haya duda al afirmar que conservó la tenencia de Cameros hasta su muerte. Más difícil resulta aventurar qué pasó después de 1188. Es posible De hecho, en 1184 recibió una importante donación regia y realizó también un cambio importante con el rey. Véase lo dicho en el capítulo anterior sobre los Cameros. 112

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que le sucediera su hijo Rodrigo Díaz pero conviene señalar que no se documenta como tal tenente de Cameros hasta mucho después, en 1214, aunque quizás sea un problema de falta de documentación. En la zona central Diego Jiménez se documenta también como tenente de Ocón en 1185 y ya me he referido a la formación de una nueva tenencia territorial en la zona, la de Río Iregua, cuyo tenente también era Diego Jiménez en 1180. Sin embargo, no parece que el de Cameros llegara a controlar la importante tenencia de Logroño. En cumplimiento del tratado de 1179 Logroño pasó a manos de Pedro Rodríguez de Azagra, que se documenta como tenente por el rey de Navarra desde esa fecha hasta 1183, aunque un documento de 1182 menciona a un Pedro Ruiz de Sagrero, pero es una traducción del siglo XVIII y creo que se trata de un error de lectura, confundiendo Sagrero por Azagra. En 1185 y 1188 el tenente era Ramiro de Varea, que también ocupaba entonces la tenencia de Ausejo. Y no hay nuevos datos hasta mediados de los 90, cuando aparece ya Diego López de Haro al frente también de la tenencia de Logroño. Mientras tanto, en la tenencia de Jubera figura Gonzalo Copelín en 1182, quien alcanzará una cierta relevancia en esos años en La Rioja Baja. Después, en 1188, le sucede Guillermo González en esa y otras tenencias. En esa zona Diego Jiménez ocupó también importantes tenencias en los 80, documentándose en Calahorra entre 1184 y 1188 y en Ágreda, Aguilar y Cervera en 1186. Forman un grupo de tenencias importantes que sitúan a Diego Jiménez en una posición destacada en la zona –más, si cabe, si tenemos en cuenta que por entonces, a mediados de los 80, ocupaba también la tenencia de Soria–. Diego Jiménez murió en 1188 y, en cumplimiento del tratado entre Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón de 1186, fue sustituido en 1188 por Gil Gómez (Manzanedo). Después, a finales de los 90, quien tendrá una posición hegemónica será Guillermo González, pero no será un trayectoria lineal. En Calahorra a comienzos de los 80 el tenente había sido García Portolés, que ocupaba también las tenencias de Ágreda y de Cervera y que probablemente era hijo de Portolés, que tuvo un papel destacado en la zona en los años 50. En esos tres lugares debió sustituirle Diego Jiménez de Cameros a mediados de los 80, como acabamos de ver. A la muerte de éste, en Calahorra debió sustituirle brevemente su hijo Rodrigo Díaz de Cameros en 1188, después Diego López de Haro en 1190 y a éste, a su vez, Pedro García de Agoncillo, que se documenta entre 1191 y 1194; y en 1194 figura también Almoravid, de origen navarro, probablemente hijo de García Almoravid que también había sido tenente de Calahorra a mediados de los años 50. En cuanto a Ágreda y Cervera, debieron seguir una trayectoria similar a Calahorra en estos años, porque desde la segunda mitad de los 90 las tres están en manos de Guillermo González. Ya me he referido a este personaje y a las

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dudas que plantea su filiación pero, en cualquier caso, aparece ahora como el hombre fuerte de la zona desde mediados de los 90, al acumular en sus manos las tenencias mencionadas de Ágreda, Cervera y Calahorra, más las de Aguilar, Arnedo, Autol, Magaña y San Pedro Manrique, y más adelante le veremos también como tenente de Jubera. Como he apuntado, considero probable que esté relacionado con Gonzalo Copelín, tenente de Magaña en 1179, de Jubera en 1182, de Arnedo en 1185 y de San Pedro Manrique entre 1179 y 1185. V.6.5. 1201-1214 Tras la consolidación del poder regio en los años 80 y 90 del siglo XII, el siglo XIII va a comenzar con importantes cambios. En primer lugar, las campañas militares de Alfonso VIII en 1199 y 1200 se van a saldar con importantísimas conquistas que le permitirán integrar a sus dominios casi todo el actual País Vasco. Por otro lado, en segundo lugar, muy poco tiempo después, en 1201, se produce el exilio de Diego López de Haro, lo que dará lugar a una muy importante reestructuración de las tenencias que había acumulado el magnate. Una reestructuración temporal, porque en 1206 Diego López se reconcilió con el rey y recuperó los territorios que disponía antes de su exilio. Como hemos visto en el apartado anterior, desde mediados de los años 80 Diego López de Haro se convierte en el magnate más poderoso de toda la zona nororiental de Castilla, lo que incluye a la frontera del Ebro. Hacia 1200 controlaba prácticamente todas las tenencias de la zona más occidental de la frontera del Ebro, incluyendo las de Bureba, Castilla Vieja, las de la zona de La Rioja Burgalesa y La Rioja Alta y también Logroño. Las campañas militares de Alfonso VIII no hicieron sino aumentar su posición, puesto que adquirió también el control de buena parte de los territorios conquistados y, así, le veremos como tenente de Álava en 1210 y de Marañón y San Sebastián en 1200. Pero seguramente el control de esas zonas y la política regia de desarrollo de las villas reales fueron causa de desacuerdos con el rey, que le llevaron a desnaturarse, salir del reino y exiliarse primero en Navarra, desde donde comenzó las hostilidades con su antiguo señor y aliado, y después en León. Con el desnaturamiento Diego López de Haro perdió todas sus tenencias en la zona que fueron distribuidas entre diversos nobles. Entre los beneficiarios figuran algunos Lara, Cameros y otros Haro, parientes de Diego López, que permanecieron fieles al rey de Castilla. En la tenencia de Bureba Diego López de Haro fue sustituido en primer lugar por el conde Fernando Núñez de Lara en 1201 y 1202; éste por Ro-

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drigo Rodríguez entre 1202 y 1204113; y éste, a su vez, fue sustituido por otro Lara, Álvaro Núñez en 1205 y 1206. En Castilla Vieja Diego López fue sustituido por su sobrino Lope Sánchez entre 1201 y 1204 y por Álvar Núñez de Lara en 1205 y 1206. De manera que en esos años, aunque fuera brevemente, el magnate de la casa de Lara alcanzó una posición muy notable en la zona, acumulando las importantes tenencias de Bureba y Castilla Vieja y, aunque no lo tenemos documentado, probablemente algunas más. Lope Sánchez también sustituyó a su tío Diego López en otras importantes tenencias, como Belorado o Rioja, donde se documenta en 1204. Es bien probable que estas tenencias tuvieran la misma evolución que la de Castilla Vieja, de manera que podemos plantear, al menos como hipótesis, que también pudieron pasar después, en 1205 y comienzos de 1206, a manos de Álvaro Núñez de Lara. Pero no todas las tenencias de Diego López de Haro acabaron en manos del de Lara. En Nájera y en Logroño quien figura como tenente entre 1202 y 1204 es Rodrigo Díaz de Cameros, el hijo de Diego Jiménez de Cameros. Por otro lado, no sabemos qué sucedió con otras importantes tenencias de Diego López, como Salinas de Añana, Valdegovia, Grañón o la propia Haro, donde no se conserva documentación que recoja el nombre de sus tenentes en esos años. En cualquier caso, todas ellas fueron recuperadas por Diego López de Haro tras la reconciliación con el rey hacia mediados de 1206 y, aunque no se ha conservado documentación suficiente para todas, retuvo muchas de ellas hasta su muerte en 1214. Así, vuelve a figurar como tenente de Bureba entre 1206 y 1214, de Castilla Vieja entre 1205 y 1211 ó 1214, de Grañón en 1207, de Haro en 1207, de Nájera entre 1207 y 1214, de Rioja entre 1210 y 1214, de Salinas de Añana entre 1211 y 1213, de Valdegovia en 1211 y de Logroño también en 1211; además de la ya mencionada tenencia de Álava en 1210 y de la recuperación de Vizcaya que también se documenta en esa fecha. En los últimos años de su vida, Diego López fue sustituido por su hijo Lope Díaz de Haro al frente de algunas importantes tenencias. En 1211 se documenta en algunas tenencias menores como Astúlez o Villalba de Losa, pero en esa misma fecha ya figura también sustituyendo a su padre en la tenencia de Castilla Vieja –aunque un documento de 1214 todavía vuelve a mencionar a Diego López– y en 1213 en la de Álava.

113 No puedo señalar con precisión quién era este personaje que en un documento de 1204 es citado como maiordomus regis et tenente Borouiam (ÁLAMO, Oña, doc. 354). Sin embargo, el mayordomo regio en ese momento era Gonzalo Rodríguez (Girón) quien sí sabemos que tenía un hermano llamado Rodrigo Rodríguez.

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En La Rioja Media Diego López de Haro había sido sustituido en la tenencia de Logroño por Rodrigo Díaz de Cameros, que consta como tal en 1202. Después vuelve a figurar Diego López en 1211 y seguramente ya hasta su muerte; pero mientras tanto en 1206 se documenta a Arcaldo al frente de la tenencia. Parece un personaje secundario y quizás fuera en realidad un subtenente o un tenente dependiente, aunque parece que también controló la tenencia de Navarrete quizás por esos mismos años114. Por lo que se refiere a las otras tenencias de la zona, tenemos muy pocos datos. Apenas se conservan datos que nos informan que Rodrigo Díaz era tenente de Cameros en 1214 –nada sabemos de esta importante tenencia en los años anteriores– y Guillermo González era tenente de Jubera también en esa fecha. Guillermo González fue, como se ha indicado, un personaje poderoso en La Rioja Baja ya desde los años finales del siglo XII, acumulando varias e importantes tenencias. Ahora continuamos viéndole como tenente de Arnedo en 1214, de Calahorra en 1208, 1211, 1212 y 1214, de Cervera de Río Alhama en 1212 y de San Pedro Manrique en 1204, 1207 y 1210, además de la mencionada de Jubera en 1214. En la mayoría de estas tenencias se documenta también a finales de los años 90 y es posible que en muchas de ellas fuera tenente de forma ininterrumpida hasta que deja de aparecer en las listas de tenentes de la zona en 1214. No podemos asegurarlo por falta de datos, pero así parece deducirse de algunas series como la de la tenencia de San Pedro Manrique. Pero no es posible generalizar esa hipótesis porque la evolución de la tenencia de Calahorra es bastante más compleja. En Calahorra también había sido tenente Guillermo González a finales de los 90. Después los datos disponibles en los primeros años del siglo XIII son algo más difíciles de interpretar, porque en los años del exilio de Diego López de Haro se documenta a Gonzalo Ruiz en 1202 y 1204 y a Gil García en 1202, 1203 y 1205; pero varios textos indican que este último era, en realidad, un subtenente, mientras que el auténtico tenente sería Gonzalo Ruiz. Un personaje del que tampoco puedo precisar su identidad. ¿Se trata del conde Gonzalo que había sido tenente de Bureba desde finales de los 40 hasta comienzos de los 80, y del que sabemos que aún vivía en los primeros años del siglo XIII, aunque prácticamente había desaparecido del panorama político? Recordemos que otro Manzanedo, el conde Gómez, había sido tenente de Calahorra en los años 60 y que su hijo Gil Gómez lo había sido de Ágreda, Aguilar y Cervera en 1188. En cualquier caso, en 1207, 1208, 1209 y 1211 se documenta como tenente a Diego López de Haro. Pero un texto de 114 La duda deriva de la expresión que se contiene en el escatocolo de una serie de documentos fechados en 1216 donde, tras señalar la tenencia de Logroño en esa fecha por Lope Díaz, se indica Arcaldus ille qui fuit de Nauarret; LAMA, CDMR, T. 4, docs. 36, 41 y 42.

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1208 menciona también a Guillermo González, quien vuelve a ocupar la tenencia desde noviembre de 1211 hasta abril de 1214, cuando ya se documenta a Rodrigo Díaz de Cameros. V.6.6. 1215-1220 A comienzos de octubre de 1214 moría el rey Alfonso VIII, apenas unos días más tarde que Diego López de Haro. En muy poco tiempo desaparecen, por lo tanto, el rey y el principal magnate de la zona. Enrique I sucede a su padre en el trono contando sólo con 11 años de edad y enseguida asumirá la tutoría el conde Álvaro Núñez de Lara con el apoyo de sus poderosos parientes y enfrentado a la reina Berenguela y a otros sectores de la nobleza. Pero el joven rey muere a comienzos de junio de 1217 y es sucedido por su hermana e inmediatamente por el hijo de ésta, Fernando III, cuyo reinado comenzara con la hostilidad de importantes miembros de la nobleza encabezados por los Lara. Así pues, el período entre 1215 y 1220, que cierra el límite temporal de este estudio, está marcado por los conflictos internos y la inestabilidad política. Conflictos e inestabilidad que afectaron a la nobleza con proyección en la zona de la frontera del Ebro, más aún cuando, como hemos visto, tiene lugar también la muerte del poderoso Diego López de Haro. Sin embargo, se trata de una situación política que se desenvuelve a nivel del reino, no es específica de la frontera del Ebro, porque esta zona vive una época de estabilidad tras las conquistas de Alfonso VIII de 1199 y 1200. En ese contexto –inestabilidad política en el reino y muerte y sucesión de Diego López de Haro– destacarán en estos años tres miembros de la alta nobleza que dispondrán de una proyección notable en la zona que estudiamos: Lope Díaz de Haro, hijo de Diego López de Haro, Rodrigo Díaz de Cameros, hijo de Diego Jiménez, y el conde Álvaro Núñez de Lara. El conde Álvaro de Lara fue custos regis, tutor y en la práctica regente durante el breve reinado de Enrique I y en ese período se hizo con el control de algunas importantes tenencias de la zona que antes habían estado en manos de Diego López de Haro. Conviene tener en cuenta que Álvaro Núñez de Lara era yerno de Diego López de Haro, pues estaba casado con su hija Urraca. La documentación conservada de estos años no es muy abundante y nuestras series son muy incompletas; pero, por ejemplo, el conde Álvaro se documenta como tenente de Bureba en 1215 –ya lo había sido en 1205 y 1206– y, lo que es más significativo, como tenente de Nájera en 1217. Obtuvo igualmente otras tenencias que seguramente también habían sido de Diego López. Así, cuando fue finalmente derrotado por la reina Berenguela y sus partidarios tuvo que entregar, entre otros, los castillos de Villafranca,

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Cerezo, Pancorbo, Belorado y Nájera, que pasaron a manos de Lope Díaz de Haro115. Lope Díaz militó en el bando opuesto a su cuñado el conde Álvaro y le sucedió en las tenencias citadas y en otras, como la Bureba donde se documenta desde 1218. Lope Díaz figura también en todos estos años como tenente de Castilla Vieja y de Álava, y se documenta también en 1216 como tenente de Salinas de Añana, de Miranda y de Logroño. Así pues, en un primer momento el conde Álvaro intenta hacerse con la, digamos, herencia de su suegro Diego López de Haro, aprovechando su posición como tutor y regente de hecho116. Pero la muerte temprana del rey supuso la victoria de sus oponentes, entre ellos su cuñado Lope Díaz de Haro que finalmente se hizo con la mayor parte de las tenencias de su padre. Por lo tanto, Lope Díaz figura tras Álvaro Núñez de Lara como el personaje más poderoso de la zona occidental de la frontera del Ebro en todos estos años. También ocupó la tenencia de Logroño en 1216, como he señalado, y en ella sustituyó a Rodrigo Díaz de Cameros que figura como tenente en 1214 y 1215. Rodrigo Díaz, por su parte, aparece como el personaje más destacado en la zona central y en La Rioja Baja. En la zona central o Rioja Media se documenta también como tenente de Cameros en 1214, 1217 y 1219, y de Jubera en 1217 y 1219. Mientras que en La Rioja Baja ocupó la tenencia de Calahorra tras la desaparición de la escena política de Guillermo González hacia mediados de 1214; y un texto de 1220 señala también a su hermano Álvaro Díaz como tenente del lugar. En definitiva, Lope Díaz de Haro y Rodrigo Díaz de Cameros dominan la región en los años 20 del siglo XIII, como años atrás lo habían hecho sus padres y antes aún sus abuelos. Pero la sucesión de unos a otros no había sido lineal en absoluto. Conviene que nos detengamos a analizarlo con un cierto detalle.

V.7. Tendencias de patrimonialización: las tenencias y la sucesión hereditaria en las principales familias En las páginas anteriores hemos ido viendo la evolución cronológica en las tenencias de la zona y hemos podido apreciar como, junto a momentos y situaciones de estabilidad en las que ciertos tenentes se mantienen al frente de sus tenencias durante largos períodos, también podemos apreciar moCrónica latina, cap. 38. En ese contexto tiene lugar también la donación regia del castillo de Grañón a su hermano Gonzalo Núñez, sin duda para reforzar su posición en la zona. Véase lo dicho sobre los Lara en el capítulo anterior. 115 116

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mentos de cambios muy frecuentes al frente de algunas tenencias. Recordemos, por ejemplo, la agitada evolución de la tenencia de Calahorra a comienzos de los años 70 o la de Bureba a finales de los 70 y comienzos de los 80. Conviene que mantengamos una cierta prudencia puesto que, como hemos ido viendo, individuos que se mencionan como tenentes pudieran ser, en realidad, subtenentes o tenentes dependientes; y también es probable que un mayor desarrollo de la crítica diplomática nos ayude a depurar las listas de tenentes y a mejorar las cronologías propuestas para algunos tenentes. Pero, en cualquier caso, la visión global no se modificará sustancialmente. Los momentos de cambios e inestabilidad en las tenencias nos hablan de la capacidad del rey para disponer de las tenencias y nombrar y destituir a los tenentes. Cambios que también vinculan a las tenencias y los tenentes con la evolución política, tanto del reino en general como de la zona en particular. Esa misma idea se aprecia al valorar el elevado número de tenentes que se suceden en la zona en estos años, nada menos que unos 70 personajes ejerciendo como tenentes en uno u otro momento y en uno u otro lugar del período estudiado. Sin embargo, también resulta perfectamente clara la continuidad en el poder de las principales familias, encabezadas por los Haro y los Cameros. No es una característica propia de esta zona y de estos años, sino que se extiende al conjunto del sistema de tenencias y a lo largo de su trayectoria histórica. Así lo ha señalado, por ejemplo, I. Beceiro quien ha hablado de un carácter casi hereditario de las tenencias117. También hemos visto más arriba cómo, a pesar de las cifras del número de tenentes, el sistema estaba claramente controlado por la alta nobleza. Por lo tanto, cuando algunos sectores de la historiografía destacan la libre capacidad de disposición por el rey de las tenencias y la revocabilidad de los tenentes, debe añadirse también que el rey no podía jugar fuera de las reglas del juego, reglas que, en la práctica, limitaban el campo de decisión en la mayoría de los casos a los miembros de la alta nobleza. Esa condición casi hereditaria de las tenencias, apuntada por I. Beceiro y que suscribo plenamente, estaba determinada y caracterizada por dos factores. Por un lado, la relación entre el rey y la alta nobleza que definía en

117 I. BECEIRO, «Parentesco y consolidación de la aristocracia en los inicios de la corona de Castilla (siglos XI-XIII)», en Meridies. 2 (1995), pp. 49-71, especialmente pp. 54-55. Véase también P. MARTÍNEZ SOPENA, «La nobleza de León y Castilla en los siglos XI y XII. Un estado de la cuestión», en Hispania, 185 (1993), pp. 801-822; y P. MARTÍNEZ SOPENA, «El conde Rodrigo de León y los suyos. Herencia y expectativa de poder entre los siglos X y XII», en R. PASTOR (comp.), Relaciones de poder, de producción y de parentesco en la Edad Media y Moderna, Madrid, 1990, pp. 51-84.

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gran medida el sistema político; y, por otro lado, las características del sistema de sucesiones hereditarias entre la nobleza en esta época. La relación entre el rey y la alta nobleza era una relación compleja, un difícil juego de equilibrios y contrapesos en el que el rey ejercía un papel de mediador y árbitro entre los distintos sectores y bandos nobiliarios. De hecho, mi impresión es que la imagen correcta no es la del rey frente a la nobleza –o vicecersa–, como viene siendo más frecuente en la historiografía, sino la de los distintos sectores, bandos, familias e incluso individuos de la nobleza, todos unos frente a otros y en el medio el rey, ejerciendo ese papel mediador o arbitral que he mencionado. Un conjunto de vectores dispares y heterogéneos ejerciendo su fuerza en diferentes direcciones. Si el rey jugaba con sabiduría el juego de equilibrios y contrapesos, o si las circunstancias le permitían hacerlo, ese conjunto de fuerzas podían dar como resultado un conjunto sólido y compacto. Hemos visto un buen ejemplo en la consolidación del poder regio, paralela al desarrollo del poder de Diego López de Haro desde los años 80. Si, por el contrario, el rey no era capaz de hacerlo, o no podía, el resultado era la inestabilidad, las sublevaciones y las luchas internas. No pensemos que ese poder mediador o arbitral que menciono significaba que en la práctica el rey disponía de un poder escaso o de un papel secundario. Al contrario, su posición era central e indispensable en el sistema político. Por eso, por ejemplo, las revueltas y sublevaciones, los desnaturamientos o exilios, como el que protagonizó Diego López de Haro a comienzos del siglo XIII, no iban dirigidos a acabar con la monarquía, sino a renegociar las posiciones con ella. En cualquier caso, un sistema político como este tenía un alto potencial de disgregación y para intentar reducirlo se dotó también de elementos aglutinadores. Más adelante, el principal de esos elementos será el reforzamiento del poder regio; ahora, en este período, se recurrirá al vasallaje con toda su retórica de lealtad mutua y el intercambio de servicio y beneficio. No tenemos en Castilla Libros de feudos ni se conservan textos, si es que llegaron a redactarse, que nos detallen las circunstancias y condiciones en la concesión o revocación de las tenencias. Evidentemente las tenencias no son feudos, puesto que no son vitalicias, pero su concesión se desenvolvía en la misma retórica del vasallaje. Lo conocemos sólo de forma indirecta, pero no menos clara, a través de las condiciones relativas a las tenencias en fidelidad contenidas en los pactos y tratados. Junto a la relación entre el rey y la nobleza, la alta nobleza básicamente, el otro factor para comprender el desenvolvimiento de las tenencias son los mecanismos que regulan las sucesiones hereditarias. Las tenencias no se heredan de padres a hijos varones primogénitos –puesto que no pueden heredarse, en cualquier caso–, pero sí hay una clara tendencia a que el grupo de

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CAMBIOS Y ALIANZAS

tenencias que determina el núcleo del poder de cada familia o grupo familiar se mantenga bajo el control de sucesivos miembros de esa familia durante generaciones. Para comprender ese proceso en toda su amplitud hay que situar la sucesión en las tenencias en el mismo contexto de la sucesión de los bienes patrimoniales. Un contexto en el que la sucesión no está determinada por la masculinidad y la primogenitura. Esos son los conceptos que estamos acostumbrados a manejar a la hora de considerar las sucesiones hereditarias entre la nobleza, pero se trata de un sistema de sucesión que se impondrá y generalizará posteriormente y que determinará una estructura de parentesco, la linajística, que no es propia de esta época sino posterior118. Ahora, en la etapa que estudiamos, la estructura de parentesco es bilinear, cognaticia no agnaticia, lo que significa que la posición de un individuo en su grupo familiar no se determina sólo por la vía paterna, sino también por la materna, y que la herencia se distribuye de manera equivalente entre todos los herederos, tanto los hijos como las hijas y, en su caso, los colaterales tanto masculinos como femeninos. Lo que significa que un individuo heredará y podrá reclamar heredar tanto bienes procedentes de la familia paterna como de la materna. Ese sistema se combina con la posibilidad de que uno de los herederos reciba una parte de los bienes mayor que sus coherederos a través de lo que es conocido como la mejora. Es frecuente que ese heredero más beneficiado sea el varón primogénito, pero no siempre será así y conocemos mal la aplicación práctica de la mejora. En cualquier caso, sí vemos cómo a menudo uno de los herederos va a destacar sobre los demás, tanto en la herencia patrimonial como en la herencia, digamos, política de cargos, influencia en la corte y tenencias. Además, en la sucesión en las tenencias todavía intervienen otros factores de tipo político, como la proximidad al rey o la participación en bandos nobiliarios, e incluso otros factores diversos como podía ser la aptitud militar en ciertos casos Todos estos ingredientes los podemos apreciar en las sucesiones y en los cambios en las tenencias de las principales familias nobiliarias de la zona en los años que estudiamos, los Haro y los Cameros, como veremos a continua118 De nuevo son los trabajos de I. Beceiro y de P. Martínez los que mejor han descrito las estructuras de parentesco entre la nobleza en esta época. Además de los citados en la nota anterior, véase I. BECEIRO y R. CÓRDOBA, Parentesco, poder y mentalidad. La nobleza castellana, siglos XII-XV, Madrid, 1990; y P. MARTÍNEZ SOPENA, «Parentesco y poder en León durante el siglo XI. La ‘casata’ de Alfonso Díaz», en Studia Histórica. Historia Medieval, V (1987), pp. 33-87. Véase también I. ÁLVAREZ BORGE, «La nobleza castellana en la Edad Media: familia, patrimonio y poder», en J. I. DE LA IGLESIA (coord.), La familia en la Edad Media, Logroño, 2001, pp. 221-252.

TENENCIAS Y TENENTES

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ción. En los Cuadros 23 y 24 he resumido la información disponible sobre la evolución de las principales tenencias ocupadas por miembros de ambas familias en la época que estudio. El rasgo más característico es, como vengo insistiendo, el mantenimiento del control de las principales tenencias por miembros de sucesivas generaciones de una misma familia. Pero, en función de lo señalado más arriba, no cabe esperar una sucesión lineal del padre al hijo varón primogénito, algo que también se dio, pero que no siempre fue así. Las tenencias de los Haro son las mejor documentadas en esta época y para algunas de ellas contamos con series de datos que, si no son totalmente completas, sí son bastante abundantes. Podemos fijarnos en varios momentos especialmente significativos: la sucesión del conde Lope Díaz de Haro a su muerte en 1170, los cambios en las tenencias de Diego López de Haro en sus salidas del reino en 1187 y 1201-1206 y la sucesión a la muerte de Diego López en 1214. Tal y como se recoge en el Cuadro 23 y se ha indicado más arriba, el conde Lope de Haro se documenta como tenente en Castilla Vieja, Grañón, Haro y Nájera. Es casi seguro que disfrutaba de estas tenencias en el momento de su muerte en 1170 y es muy probable que disfrutara también de algunas otras, aunque no ha quedado constancia documental. Unos 15 años más tarde el tenente de todas esas tenencias y algunas otras más era su hijo Diego López de Haro. Pero Diego López no era el varón primogénito de entre los hijos del conde Lope, ni tampoco sucedió automáticamente a su padre. El conde Lope se había casado en dos ocasiones y Diego López era hijo de su segundo matrimonio, teniendo otros hijos varones mayores habidos en su primer matrimonio –Lope López y Sancho López–. Sin embargo ninguno de sus hijos mayores le sucedió y no sabemos porqué; aunque, como veremos, sus descendientes sí mantuvieron expectativas. Tampoco Diego López era el mayor de los hijos varones habidos en el segundo matrimonio del conde, pero en este caso sus hermanos parece que debieron morir de forma prematura119. Sea como fuere, en 1170 al conde Lope no le sucede en sus tenencias directamente ninguno de sus hijos varones. En la importante tenencia de Castilla Vieja quien aparece es Álvaro Pérez de Lara en 1171, en la emblemática de Nájera Nuño Pérez de Lara en 1170 y 1171 y pronto en todas ellas se impondrá Pedro Rodríguez, llamado de Nájera, aunque también era un Lara. Quizás podría decirse que se trata de una clara infiltración de los Lara, que 119 En la reconstrucción familiar de los Haro sigo a CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN, «La Casa de Haro... durante el siglo XII», y «La Casa de Haro... de 1150 a 1250». Véanse también los Cuadros 14, 15 y 19. Para la trayectoria de Diego López véase también G. BAURY, «Diego López...».

Diego López de Haro 87

Diego López de Haro 86-90

Álvar Núñez de Lara 17 Lope Díaz de Haro 17

Diego Jiménez de Cameros 82

Oriol 81

Diego López de Haro 05-14 Lope Díaz de Haro 11-20

Pedro Rodríguez de Nájera 76

Pedro Rodríguez de Nájera 76

Pedro Rodríguez de Nájera 70 Álvaro Pérez de Lara 71 Pedro Rodríguez de Nájera 74-77 Gómez González 79-80 Fernando Núñez de Lara 82 Diego López de Haro 84-86 Gil Gómez 87 Diego López de Haro 87-01 Lope Sánchez 01-04 Álvaro Núñez de Lara 05-06

Cerezo

Álvar Núñez de Lara 17 Lope Díaz de Haro 17

Lope Sánchez 04

Diego López de Haro 85-86 Ramiro de Varea 87 Diego López de Haro 87-00

Diego Jiménez de Cameros 80

Pedro Rodríguez de Nájera 77-80

Belorado

Cellorigo

Lope Díaz de Haro 11

Astúlez

Castilla Lope de Haro 48-69

Lope Díaz de Haro 13-17

Diego Lopez de Haro 10

Álava

Cuadro 23 Evolución de las tenencias de los Haro c. 1145-c. 1220

Diego López de Haro 07

Pedro Rodríguez de Nájera 78 Pedro García de Lerma 83 Diego López de Haro 86 Rodrigo Sánchez 88 Lope de Velasco 92

García Vermúdez 72-73

Grañón Ladrón 53 Vela Ladrón 58 Lope de Haro 65

Bureba Gonzalo Rodríguez 47-77 Diego López Haro 77 Pedro Rodríguez de Nájera 77-79 Lope Díaz de Fitero 80 Diego Jiménez de Cameros 80-81 Gonzalo Rodríguez. 81-82 Diego López de Haro 84-87 Fernando Núñez de Lara 87 Diego López de Haro 87-00 Fernando Núñez de Lara 01-02 Rodrigo Rodríguez 02-04 Álvaro Núñez de Lara 05-06 Diego López de Haro 06-14 Álvaro Núñez de Lara 15 Lope Díaz de Haro 18-20

310 CAMBIOS Y ALIANZAS

Treviana Sancho Díaz 62

Miranda

Valdegovia

Álvar Núñez de Lara 17 Lope Díaz de Haro 17

Villafranca M. O. Gómez González 68

Lope Sánchez de Mena 88 Martín Ruiz 92 Diego López de Haro 97-13 Lope Díaz de Haro 16

Salinas de Añana Vela Ladrón 57

Lope Díaz de Haro 16

Diego Jiménez de Cameros 82 María Almenar 88 Gómez Martínez 92

Diego López de Haro 84, 14

Diego López de Haro 85-00 Lope Sánchez 04 Diego López de Haro 10-14

Pedro García de Lerma 83

Rioja

Ramiro de Varea 85 Diego López de Haro 96-99 Rodrigo Díaz de Cameros 02 Arcaldo 06 Diego López de Haro 11 Rodrigo Díaz de Cameros 14-15 Lope Díaz de Haro 16

Logroño María Beltrán 48 Pedro Jiménez de Cameros 48-56 Pedro de Arazuri 62-68 García Vermúdez 68-73 Álvaro Viejo 73 García Vermúdez 73-78 Pedro Rodríguez de Azagra 79-83

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos contenidos en los Anexos.

Tobía Sancho Díaz 65

Diego López de Haro 99-00 Álvar Núñez de Lara 17 Lope Díaz de Haro 17

Diego López de Haro 77 Gonzalo Rodríguez 82

Pancorbo

Diego López de Haro 07

Rodrigo Sánchez 88

Diego López de Haro 75-85

Lope de Haro 65

Haro

Lope Díaz de Haro 11

Villalba de Losa

Diego López de Haro 00

San Sebastián

Álvar Núñez de Lara 17 Lope Díaz de Haro 17

Diego Jiménez de Cameros 82 García Sobrino 83-85 Diego López de Haro 86-87 Rodrigo Díaz de Cameros 88 Diego López de Haro 88-01 Rodrigo Díaz de Cameros 02-04 Diego López de Haro 07-14

Rodrigo Peláez 53 Lope de Haro 54-70 Nuño Pérez de Lara 70-71 Pedro Rodríguez de Nájera 71-78

Nájera

TENENCIAS Y TENENTES 311

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CAMBIOS Y ALIANZAS

preconiza la pugna por la hegemonía entre la nobleza que protagonizarán ambas familias. Pero se trata de una sucesión menos sorprendente de lo que pudiera parecer a simple vista si se tiene en cuenta el parentesco por vía femenina. Tanto Álvaro Pérez de Lara como Pedro Rodríguez de Nájera estaban casados con hijas del conde Lope, eran sus yernos. De manera que lo que vemos es como la sucesión se dirige hacia los yernos a través de las hijas, algo frecuente en los sistemas cognaticios de parentesco. En este caso, esta sucesión se vio facilitada porque, aunque el rey ya había alcanzado la mayoría de edad a finales de 1169, el conde Nuño de Lara siguió ejerciendo un claro control sobre el rey y el reino –los documentos de esos años le califican como manente super negotia regni hasta su muerte en 1177–. Precisamente su presencia en la tenencia de Nájera en 1170 y 1171 es la única que se aleja del modelo de sucesión propuesto. Sin embargo, quizás en ese caso haya que tener en cuenta también que ambos, el conde Lope de Haro y el conde Nuño de Lara, tenían vínculos de parentesco por rama femenina con los Traba gallegos. No olvidemos que el conde Nuño era hijo de Eva Pérez de Traba y estaba casado con Teresa Fernández, también del grupo de los Traba; mientras que el conde Lope se casó en su segundo matrimonio con Aldonza que, según indican algunos genealogistas, sería hija de Gonzalo Fernández de Traba120. Al final Pedro Rodríguez de Nájera acabó haciéndose con las tenencias de su suegro y con algunas más de la zona en las que no consta su suegro en los años anteriores, y figura en ellas hasta 1178 ó 1179, año este último en que desaparece de la escena política. En varias de esas tenencias Pedro Rodríguez fue sucedido por Diego Jiménez de Cameros entre 1180 y 1182. Puede tratarse de una expansión del poder del de Cameros hacia zonas de los Haro. Por entonces Diego Jiménez parece alcanzar su máximo poder. Pero conviene tener en cuenta que también Diego Jiménez estaba emparentado, aunque en grado lejano, con los Haro y los Lara, puesto que también estaba casado con una mujer del grupo de los Traba, Guiomar hija, al parecer, de Rodrigo Pérez de Traba121. Además, era nieto de María González de Lara, por lo tanto era primo segundo de Álvaro y Nuño Pérez. Poco después, hacia 1184 ó 1185, Diego Lopez de Haro logró reunir el bloque de tenencias que habían tenido su padre el conde Lope y su cuñado 120 Una reconstrucción del grupo familiar de los Lara en BARTON, The aristocracy..., p. 305, y de los Traba en p. 306; y DOUBLEDAY, Los Lara..., pp. 46-50 y 231. En cuanto a la identidad de Aldonza, CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN, «La Casa de Haro... durante el siglo XII», pp. 12-16. 121 CANAL SÁNCHEZ-PAGÍN, «La Casa de Cameros...», p. 153.

TENENCIAS Y TENENTES

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Pedro Rodríguez. Reunió esas tenencias y las aumentó con otras, como hemos visto, hasta completar una formidable acumulación de poder en la zona, que mantuvo hasta su muerte en 1214. Pero hay dos momentos en que esa trayectoria se interrumpe: primero en 1187, cuando pasa a la corte leonesa donde era reina su hermana Urraca, y segundo entre 1201 y 1206, años en que se enfrentó a Alfonso VIII y salió del reino, refugiándose primero en Navarra y después en León. En 1187 y en 1188 en varias de sus tenencias fue sucedido por otros miembros de la alta nobleza: en Bureba le sustituyó Fernando Núñez de Lara, y en Castilla Vieja Gil Gómez (Manzanedo). Probablemente había relaciones de parentesco próximo con algunos de ellos, pero lo desconozco. En la tenencia de Nájera le sustituyó Rodrigo Díaz de Cameros, que será su yerno al casarse con su hija Aldonza, pero no se si el matrimonio ya se había celebrado para esa fecha que me parece un poco temprana. De ser así tendíamos otra vez una sucesión de suegro a yerno por vía femenina. En Belorado le sustituyó Ramiro de Varea y en otras tenencias le sustituyeron parientes: su primo Rodrigo Sánchez en Grañón y en Haro y su sobrino Lope Sánchez en Salinas de Añana. Es posible, como se ha apuntado más arriba, que alguno de ellos fuera en realidad un tenente dependiente de Diego López de Haro, pero también cabe pensar que su presencia ahora como tenentes obedezca al mantenimiento de la reivindicación de unos, digamos, derechos de sucesión que, si no se habían hecho efectivos, tampoco habían quedado olvidados. La propia presencia de Diego López en la tenencia de Bureba también merece algún comentario, puesto que no era una de las que había tenido su padre, pero sí la tuvieron tanto él como, antes, su cuñado Pedro Rodríguez. Podría pensarse que La Bureba era una zona de expansión natural para los Haro; pero también conviene tener en cuenta que el anterior tenente, el conde Gonzalo Rodríguez, que ocupó la tenencia de forma prolongada e ininterrumpida desde finales de los años 40 hasta finales de los 70, también era pariente de los Haro. Igualmente era yerno del conde Lope y cuñado de Diego López y de Pedro Rodríguez. Otra vez podríamos estar ante una línea de transmisión de derechos por vía femenina. Como vemos, siempre había un grupo relativamente amplio de parientes que podían reclamar potenciales derechos. Podemos decir que era entre ellos entre los que podría elegir el rey. Por supuesto hay excepciones, pero esas son las líneas generales en las que se desenvuelve la sucesión en las tenencias en muchos casos. Las reglas del juego que, como he dicho, debía respetar el rey si no quería provocar una crisis. Reglas que le daban un cierto margen de maniobra, pero que también limitaban sus posibilidades de actuación.

314

CAMBIOS Y ALIANZAS

Otro momento interesante es el que corresponde al desnaturamiento y exilio de Diego López de Haro en los primeros años del siglo XIII, entre septiembre de 1201 y abril de 1206. También ahora fue sustituido en todas sus tenencias, también por miembros de la alta nobleza y también casi siempre por sus parientes. Volvemos a encontrar a su sobrino Lope Sánchez, hijo de su hermano mayor Sancho López, que le sustituye ahora en las importantes tenencias de Castilla Vieja y de Rioja. Quedar fuera de la línea más poderosa no significaba renunciar a derechos. También dos yernos de Diego López se beneficiaron de su exilio: el ya mencionado Rodrigo Díaz de Cameros, casado con Aldonza Díaz de Haro, y Álvaro Núñez de Lara, casado con Urraca Díaz de Haro. La reconciliación con el rey supuso la recuperación de sus tenencias que conservó hasta su muerte en 1214. Un momento crítico, como hemos visto, por la muerte también en esas fechas del rey Alfonso VIII, pasando el reino a Enrique I, menor de edad bajo el control, precisamente, del conde Álvaro Núñez de Lara. En muchas de las tenencias que había tenido Diego López le sucedió después el mayor de sus hijos varones, Lope Díaz de Haro, que logró mantener la destacada posición que había tenido su padre. Pero tampoco fue una sucesión lineal, puesto que, antes que a Lope Díaz, en varias de las tenencias de Diego López, vemos a sus yernos ya mencionados: Álvaro Núñez de Lara (Bureba, Nájera y otras) o Rodrigo Díaz de Cameros (Logroño). Una sucesión determinada, especialmente en el caso del conde Álvaro, por la tutoría que éste ejercía sobre Enrique I. La muerte del joven rey poco después y el ascenso al trono de Fernando III marcarían la caída de Álvaro Núñez de Lara y el ascenso de su cuñado Lope Díaz de Haro122. I. Beceiro ha señalado la tendencia a una sucesión entre hermanos en las tenencias, tendencia que nosotros confirmamos pero ampliándola también a los cuñados, a la luz de los datos de la zona que estudiamos123. Precisamente la transmisión entre hermanos es uno de los aspectos más destacables que encontramos en el caso de los Cameros cuando Pedro Jiménez de Cameros es sustituido hacia 1170 en la mayoría de sus tenencias por su hermano Diego Jiménez. He resumido los datos de las tenencias de los Cameros en el Cuadro 24. 122 DOUBLEDAY, Los Lara..., p. 60 y 63-70. La amplitud de las tenencias de Lope Díaz también fue recogida por los escribas con diversas fórmulas. Recordemos que de su padre, Diego López se decía que era tenente de Soria usque ad mare (1191) o de Soria usque ad mare Bizcahie (1201) (LEDESMA, San Millán, doc. 464; y Colección Hergueta, s.f., s.nº); de manera similar, un documento de 1220 dirá de Lope Díaz de Haro que era prestamero del rey (tenente) de Burgos tro al mar; LOIZAGA, Bujedo, doc. 166. 123 «Parentesco y consolidación...», p. 55.

Calahorra Gutierre Fernández de Castro 45-52 Fortún López de Soria 52-54 Lope Fortún 54 García Almoravid 55 Gómez González 58-70 ¿Pedro de Arazuri? 70 Gómez González 71 Diego Jiménez de Cameros 71-72 Pedro de Arazuri 73-79 García Portolés 81-82 Diego Jiménez de Cameros 84-88 Rodrigo Díaz de Cameros 88 Diego López de Haro 90 Pedro García de Agoncillo 91-94 Juan García de Agoncillo 94 Almoravid 95 Guillermo González 96-99 Gonzalo Ruiz 02 Gil García 02-03

Guillermo González 97-98

Gonzalo Portolés 70 García Portolés 73-82 Diego Jiménez de Cameros 86 Gil Gómez 88

Portolés 56-57

Ágreda

Guillermo González 97-12

García Portolés 81-82 Diego Jiménez de Cameros 86 Gil Gómez 88

Cervera Pedro Fernández 48 Gutierre Fernández de Castro 51 Portolés 56-57 Álvaro Rodríguez 57 Fortún López de Soria 58

Diego Jiménez de Cameros 86 Gil Gómez 88 Guillermo González 97-98

Aguilar

Pedro Jiménez de Cameros 65-70

Pedro Jiménez de Cameros 70

Gonzalo Copelín 82

Jubera

Rodrigo Díaz de Cameros 14-19

Pedro Jiménez de Cameros 55-67 Diego Jiménez de Cameros 70-82

Cameros

Clavijo

Guillermo González 97-14

Diego Jiménez de Cameros 76-78 Gonzalo Copelín 85

Gómez González 65-69

Arnedo Gutierre Fernández de Castro 45 Pedro Froílaz 50

Cuadro 24 Evolución de las tenencias de los Cameros c. 1145-c. 1220

TENENCIAS Y TENENTES 315

Diego Jiménez de Cameros 77

Quel

Diego Jiménez de Cameros 80

Río Iregua

Véase también la evolución de las tenencias de Belorado, Bureba, Logroño, Miranda y Nájera en el Cuadro 24 Fuente. Elaboración propia a partir de los datos contenidos en los Anexos.

Ocón Pedro Jiménez de Cameros 70 Sancho Ramírez de Piédrola 72 Martín Ruiz 73-74 Diego Jiménez de Cameros 74-80

Gonzalo Ruiz 04 Gil García 05 Diego López de Haro 07-08 Guillermo González 08 Diego López de Haro 09-11 Guillermo González 11-12 Guillermo González 14 Rodrigo Díaz de Cameros 14-20 Álvaro Díaz de Cameros 20

Cuadro 24 (continuación)

Viguera García Varea 67 Pedro Jiménez de Cameros 70

Guillermo González 14 Rodrigo Díaz de Cameros 17-19

316 CAMBIOS Y ALIANZAS

TENENCIAS Y TENENTES

317

Como he señalado más arriba, desconozco las razones de la sustitución de Pedro Jiménez por su hermano; pueden ser puramente personales –edad, enfermedad– y/o biológicas –falta de hijos– o quizás la excomunión lanzada contra él y su esposa, a la que me he referido más arriba. En cualquier caso, Diego Jiménez de Cameros sucedió a su hermano y extendió su poder por La Rioja Media y La Rioja Baja a partir de la zona nuclear de sus dominios constituida en la tenencia de Cameros. Posteriormente encontraremos a su hijo Rodrigo Díaz en una posición similar. Pero tampoco se trata de una sucesión lineal. La muerte de Diego Jiménez se produjo en 1188 y su hijo Rodrigo Díaz tardará todavía unos cuantos años en obtener una posición claramente destacada como la que había tenido su padre. Lamentablemente las series de datos disponibles en algunas de sus tenencias más significativas, como la propia tenencia de Cameros, son muy incompletas. Y otras tenencias importantes como Logroño o Calahorra presentan una evolución más compleja, que no puede remitirse de una forma tan directa como otros casos al poder de una familia o grupo familiar. Aún así, el ejemplo de los Cameros corrobora también las ideas más significativas que quiero destacar: el mantenimiento de las principales tenencias dentro del grupo familiar en un contexto de sucesión bilinear, cognaticia, que no se limita a primar la masculinidad y la primogenitura aunque tampoco, lógicamente, la excluye.

V.8. Subtenentes y alcaides Como ya se ha señalado más arriba, la tenencia considerada individualmente era también una realidad jerárquica y por debajo de los tenentes existían otros niveles de subtenentes y alcaides. En el período y la zona que estudio se documentan unos 75 individuos actuando en ese nivel inferior en 24 tenencias, pero ya he indicado que lo considero una realidad generalizada. Páginas atrás he hecho algunas referencias a estos aspectos, pero conviene ahora, después de haber estudiado a los tenentes y las tenencias, detenerse con un poco más de detalle en los subtenentes y alcaides. Es necesario tomar las cifras que propongo como indicadores, no como cifras absolutas, porque hemos visto cómo en ocasiones hay una cierta confusión entre tenentes y subtenentes. Algunos individuos son citados en un mismo lugar a veces como tenentes y otras veces como subtenentes. Era el caso, según se ha indicado, por ejemplo, de Gil García que figura en ocasiones como tenente de Calahorra entre 1202 y 1205 y en otras ocasiones en esas mismas fechas como subtenente por Gonzalo Ruiz. También Martín Fernández en el mismo lugar unos años antes figura como subtenente por

318

CAMBIOS Y ALIANZAS

Gutierre Fernández de Castro entre 1145 y 1152, pero también es citado como tenente en 1148. Y como estos casos algunos otros que he ido mencionando. Por otro lado, la consideración jerárquica de las tenencias también nos mostraba a tenentes de tenencias menores o subordinadas dependiendo de los de las tenencias mayores o territoriales. Recordemos, por ejemplo a García Rodríguez que en 1177 tenía Poza de manu Pedro Rodríguez que era tenente de Bureba; o Pedro Gutiérrez en 1181 en el mismo lugar pero ahora de manu Diego Jiménez (Cameros). Y otros ejemplos que también he ido mencionando. En la práctica estos tenentes dependientes son equiparables a los subtenentes. Me referiré a los subtenentes y a los alcaides de forma conjunta, puesto que en muchos casos unos y otros corresponden al mismo nivel. Muchas veces por debajo de los tenentes y por encima de los oficiales locales –jueces, merinos o adelantados locales, sayones– hay un único nivel y quienes lo ocupan se documentan indistintamente como subtenentes o alcaides. Ya he señalado también algunos ejemplos, como García Zapata que a finales de los años 60 se documenta indistintamente como subtenente o como alcaide de Calahorra por Gómez González, que era el tenente por entonces. Igualmente el ya citado Martín Fernández se documenta tanto como alcaide como subtenente de Calahorra entre 1145 y 1152. O Pedro Aznar, subtenente de Nájera por Diego López de Haro en 1207, cuando en 1201 figura como alcaide tenente castellum por el mismo tenente. En fin, los ejemplos se pueden ampliar considerando asímismo los casos de individuos que figuran en algunas tenencias como alcaides y en otras como subtenentes. Pero también he señalado que junto a esta identidad hay otros casos en que el alcaide del castillo se sitúa en un nivel inferior al del subtenente. He mencionado más arriba un documento cuyo escatocolo refleja la situación de la tenencia de Logroño en 1199: Regnante rege Aldefonso in Toleto et in Castella et in Lucronio et sub eis imperio, Didacus Lupi; et sub Didaco Lupi dominante in Lucronio P. Lopiz de Alpharo; el sub P. Lopiz de Alpharo, alcaiat in turribus, P. Lopiz de Lardero124. Es decir, el alcaide de las torres, de la fortaleza, se sitúa jerárquicamente por debajo del subtenente y éste, lógicamente, por debajo del tenente. Algo parecido vemos en un texto un poco posterior, de 1204, referido a Calahorra, que nos indica que el tenente era Gonzalo Ruiz, por su mano actuaba –como subtenente– Gil García y, a su vez, sub eo el alcaide era Jimeno de Uzama. Los alcaides, por lo tanto, son equiparables a los subtenentes en unos casos; en otros, siendo distintos, no se aprecia una posición jerárquica; y en otros,

124

LAMA, CDMR, T. 3, doc. 379.

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como los últimos citados, dependen de los subtenentes. Como ya he apuntado, esa situación debía ser más frecuente en las tenencias más importantes o en aquellas en las que las fortificaciones o la actividad militar tuvieran un mayor peso específico, como debía ser el caso de Logroño y el de Calahorra. A la hora de analizar los subtenentes y alcaides creo que un aspecto relevante sería preguntarnos quiénes eran esos individuos desde el punto de vista social; cuál era su posición en la estructura social. Una pregunta para la que, sin embargo, no tenemos respuestas concluyentes; de un lado por la falta de documentación sobre muchos de ellos, lo que limita nuestras posibilidades de análisis; y de otro lado por la diversidad del grupo considerado. Así pues, no podemos dar respuestas concluyentes pero sí podemos establecer algunas hipótesis y vías de aproximación al problema. Un primer intento de respuesta, aunque en negativo, me lleva a señalar que no estoy seguro de que pueda afirmarse que todos estos personajes fueran nobles. Como he apuntado, forman un grupo diverso, pero no creo que pueda asumirse, de entrada, que todos ellos hubieran de ser de extracción nobiliaria. Ese era mi planteamiento referido a los tenentes –dejando al margen algunas posibles excepciones que vendrían a confirmar la norma general– pero no creo que pueda extenderse a los subtenentes y alcaides. Creo que la mayoría de ellos eran miembros de la baja nobleza, algunos incluso pertenecían a los sectores de la nobleza media o nobleza regional; pero algunos también podrían no ser nobles, procediendo quizás de sectores urbanos. En cualquier caso, los datos sobre varios de ellos son muy escasos y no podemos salir del terreno de las hipótesis. Por lo tanto, no sería acertado plantear que se trata de un grupo totalmente homogéneo sino diverso aunque, como veremos, sí presentan algunas características comunes. La diversidad es uno de los rasgos más destacables. Diversidad, por ejemplo, entre Lembot, que se documenta en una ocasión como alcaide de Calahorra en 1212, y Martín Fernández de Calahorra, alcaide y subtenente del mismo lugar unas décadas antes entre 1145 y 1152. El primero probablemente no era noble, parece de origen franco y quizás fuera un burgués; el segundo, como hemos visto, llegó a tener alguna presencia en la corte y a confirmar algunos documentos regios en 1152 y 1166. También Fortún Garcés, alcaide de Tudején en 1151, figura como confirmante en un documento regio de 1140. Su esposa Godina le sucedió como subtenente de Tudején entre 1153 y 1154125. 125 Véase más arriba lo dicho sobre doña Godina en las notas 40 y 41 de este capítulo y en el texto correspondiente. Fortun Garsias, alcaid, confirma en el documento de donación de Alfonso VII al monasterio de Santa María de Yerga de la villa de Niencebas en 1140 y precisamente figura detrás de Martín Fernández de Calahorra. MONTERDE, Fitero, doc. 1.

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Martín Fernández es uno de los que seguramente podemos considerar miembros de los sectores intermedios de la nobleza. Además de ser subtenente o alcaide de Calahorra en las fechas indicadas, se documenta también como subtenente de Arnedo en 1145 y como alcaide de Quel en 1142, siempre al servicio del poderoso magnate Gutierre Fernández de Castro. Incluso recibió una donación regia, puesto que Alfonso VII le entregó en 1151 la villa de Préjano. Pero no fue el único de los subtenentes o alcaides de la zona que recibió una donación regia en esos años, como hemos visto en el capítulo anterior126. Calvet, alcaide de Nájera en 1169, probablemente se corresponde con el individuo homónimo a quien el emperador dio en 1151 la villa de Sorzano. Aunque el caso más significativo es el de García Zapara, subtenente de Ágreda, Cervera y Tudején en 1156 y 1157, de Arnedo en 1169 y de Calahorra en varios momentos desde los años 50 hasta comienzos de los 70, y que recibió dos donaciones regias en 1158 y 1173. Por la primera Sancho III le entregó heredades en Autol y por la segunda Alfonso VIII le dio otras heredades en Calahorra. García Zapata es un destacado miembro de la nobleza de la zona de La Rioja Baja y otros parientes fueron también subtenentes en la zona en los años siguientes. Su hijo Jimeno Zapata lo fue en Arnedo en 1178 y en Calahorra en 1172 y 1184; su hermano –probablemente– Pedro Zapata en Calahorra en 1178; y también en Calahorra su nieto, llamado igualmente García Zapata, en 1219 y 1220. Como ya se ha reflejado en el capítulo anterior, los Zapata han dejado un rastro documental apreciable en La Rioja Baja y han sido objeto de un estudio reciente, de manera que son uno de los casos que mejor conocemos. En esa zona se radicaban el grueso de sus bienes patrimoniales que llegaron a alcanzar una cierta entidad, de forma que propiedades y proyección política se desarrollaban sobre las mismas zonas, repitiendo los comportamientos de los miembros de los niveles superiores de la nobleza en relación con las tenencias. Ya he insistido en las dificultades de clasificación de los miembros de los sectores medios e inferiores de la nobleza. Martín Fernández de Calahorra quizás pueda considerarse perteneciente a la nobleza media; los Zapata quizás no llegaran a tanto pero podrían situarse muy próximos, entre los sectores más elevados de la baja nobleza de la zona y quizás podríamos hablar para ellos de nobleza comarcal. En cualquier caso, eran miembros destacados de la sociedad local o comarcal en la que se desenvolvían y ocupaban cargos políticos como subtenentes o alcaides. Varios de ellos se documentan como propietarios en los mismos lugares en los que ejercen sus oficios o en otros próximos, o actúan como fiadores en transacciones de tierras, o figu126 Véase

bleza.

lo dicho en el Capítulo IV en el apartado correspondiente a la media y baja no-

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ran como testigos, lo que los sitúa en una relación muy próxima con los protagonistas de esas transacciones o con los lugares donde se sitúan esas tierras. De manera que la documentación nos ofrece una imagen de, como digo, miembros destacados de sus comunidades locales. No hay información disponible para todos ellos, pero sí para varios y considero que se trata de una característica generalizable, siendo este, en mi opinión, su rasgo definitorio. Podemos ver algunos otros ejemplos. Por las características de la documentación conservada y por los usos diplomáticos, la mayor parte de la información disponible se refiere a los subtenentes o alcaides de la zona de La Rioja Baja. Por ejemplo, Coronel –don Cornel– era alcaide de Ágreda siendo tenente García Portolés en 1173. El nombre no es muy frecuente, aunque tampoco sea totalmente excepcional, de manera que creo que se puede identificar a este personaje con Coronel, yerno de Español. Ambos, pero sobre todo el suegro, se documentan abundantemente en la zona en esos años. Dos textos sin fecha datables hacia 1161-1182 sitúan a Coronel como fiador en dos ventas de tierras al monasterio de Fitero en Tudején, y otro texto de 1182 indica que fue testigo en otra venta al mismo monasterio en Cubillo127. Fernando Blázquez, subtenente de San Pedro de Yanguas con Lope de Cintruénigo por Guillermo González en 1189, figura también como testigo en una venta de tierras al monasterio de Fitero igualmente en Tudején, fechable entre 1187 y 1189128. Ambos casos permiten, además, observar los vínculos entre la montaña y el valle, las zonas serranas y los ricos valles que conducen al Ebro, como el del río Alhama. En esa misma zona, Íñigo García figura como subtenente de Tudején por don Álvaro en 1156 y otros documentos de los años 60 y 70 recogen sus intereses en la zona. En 1170 figura como testigo en una venta al monasterio de Fitero en Tudején, donde también tenía propiedades –al menos un solar– que vendió al monasterio entre 1161 y 1181129. Aunque sólo se documenta como subtenente de Tudején en un texto de 1156 es probable que continuara teniendo un papel muy destacado en la villa. Recordemos que en abril de 1157 Sancho III entregó al monasterio de Fitero el castillo de Tudején y poco después se interrumpe la nómina de tenentes regios hasta los años 70 en que figura como tenente el abad y como subtenente Lope de Mendoza. Sin embargo, frente al desarrollo del poder del monasterio, que se reforzó con numerosas adquisiciones en la villa, Íñigo García seguía ejerciendo un 127 MONTERDE, Fitero, docs. 177, 179 y 172 respectivamente. En cuanto a su suegro Español, se documenta con mucha frecuencia en los documentos de Fitero de esos años. 128 MONTERDE, Fitero, doc. 214. 129 MONTERDE, Fitero, docs. 143 y 181.

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papel destacado en 1161. Un texto de esa fecha recoge un acuerdo entre el monasterio, por un lado, e Íñigo García y los vecinos de Tudején, por otro. Se trata de un acuerdo sobre la construcción de un molino, para lo cual el monasterio dio una tierra a Íñigo García y a los de Tudején para que levantaran el molino, que se dividiría por mitades entre el monasterio y los otros130. El texto del acuerdo no nos permite determinar en calidad de qué actuó Íñigo García en ese acuerdo. Es posible que fuera todavía tenente o subtenente, pero lo dudo según acabo de indicar. Tampoco creo que se le pueda considerar señor. En cualquier caso, a la espera de nuevos documentos que arrojen luz sobre el asunto, lo que sí aparece perfectamente claro, y es lo que me interesa subrayar ahora, es que Íñigo García era un personaje destacado en la zona. Los casos citados nos muestran, aunque con alguna imprecisión, la posición de los subtenentes y alcaides como miembros destacados de la sociedad local o comarcal. Pero quizás uno de los mejores ejemplos sea el de Lope de Cintruénigo, alcaide y subtenente de San Pedro Manrique entre 1179 y 1182 y de nuevo en 1189, y de Arnedo en 1185, primero al servicio de Gonzalo Copelín y después al de Guillermo González. Es muy probable que Lope de Cintruénigo fuera pariente de Pedro de Cintruénigo, que también fue subtenente de San Pedro en 1182 e igualmente por Gonzalo Copelín, y quizás también pariente de García Cintronec, alcaide de Magaña por el mismo en 1184. Estaríamos pues ante un grupo familiar de miembros de la baja nobleza de La Rioja Baja que desarrollaron sus carreras políticas al servicio de Gonzálo Copelín y de Guillermo González, quizás padre e hijo como he sugerido páginas atrás. Un caso similar a los Zapata, aunque probablemente en un posición algo inferior. También ellos nos muestran los vínculos entre el valle y la montaña, puesto que a sus tenencias serranas sumaban otras tenencias e interesas patrimoniales en los valles del Alhama y del Cidacos. Probablemente el subtenente Lope de Cintruénigo se corresponda con un personaje llamado Lope Íñiguez de Cintruénigo. Si esta identificación es correcta, la primera vez que se documenta es en 1169 cuando actúa como fiador de Pedro de Cintruénigo –¿su hermano?– cuando éste y su mujer vendieron unos prados al monasterio de Fitero en la ribera del río Alhama. Es 130 Hec est carta de conuenientia quod fecerunt inter Eneco Garciaz et illos uicinos de Tudellen cum dompnus Guilelmus, abbas de Fitero, et cum totos illos monacos de Fitero, tam presentibus quan futuris, super illa aqua de Murello... El monasterio utilizaría el molino y dispondría del agua de la presa los 15 primeros días de cada mes, y los 15 restantes lo harían Íñigo García y los vecinos. Si una de las partes no respetara el acuerdo y utilizara el agua en los días correspondientes a la otra parte pagaría un sueldo y un carnero. MONTERDE, Fitero, doc. 130.

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interesante que esos prados estuvieran contiguos a una tierra –illa peza– de García Zapata. Pero más interesante todavía es considerar el precio de la venta: un caballo valorado en 160 maravedís más otros 40 maravedís131. El precio de la venta nos informa sobre la posición social del vendedor y, por extensión, también sobre la de su fiador; aunque sobre este último disponemos de otros datos precisos. Pocos años después, en 1177, Pedro de Cintruénigo y su mujer volvieron a vender unas tierras al monasterio de Fitero y uno de los testigos que figuran en el documento es, de nuevo, Lope de Cintruénigo132. Son datos suficientes para corroborar una relación estrecha entre ambos subtenentes. Por cierto que ambos compartieron la subtenencia de San Pedro con otros individuos que, a su vez, también parecen emparentados entre sí: Pedro de Cintruénigo con Pedro Blázquez en 1182 y Lope de Cintruénigo con Fernando Blázquez en 1189. Otro texto de 1169 nos sitúa también ante otros parientes que igualmente tenían propiedades en la ribera del Alhama. En 1169 los hijos de Lope Sanz, que eran Juan López, Lope y Martín de Cintruénigo hicieron un cambio con el monasterio de Fitero por el que le entregaban todas sus propiedades en Tudején –casas, pezas, uineas, heremum et populatum– a cambio de la heredad que el monasterio tenía en Corella más 80 maravedís. Los protagonistas del cambio con el monasterio parecen miembros del grupo familiar, pero en esta ocasión Lope de Cintruénigo fue uno de los fiadores propuestos por el monasterio, mientras que entre los otros fiadores encontramos a Español, a quien ya hemos mencionado tangencialmente. Es significativo también que uno de los testigos sea Garsion de Centroneg a quien creo que podemos identificar con el alcaide de Magaña en 1184 y otro probable pariente de Lope133. Hasta aquí vemos a Lope de Cintruénigo inserto en una red de relaciones sociales –a través del parentesco– y políticas –a través del oficio de alcaide o subtenente–, pero no hemos constatado su posición patrimonial más que de una forma indirecta, al actuar como fiador. Pero también se documentan sus propiedades en la zona, aunque unos años más tarde, ya en los años 90. Un documento de 1197 cita propiedades suyas que probablemente hay que situar en Autol. Se trata de propiedades que limitan con otras que en 1197 donó María Pérez, hija de Pedro López de Autol, a la catedral de Calahorra. Se trata de una botecam que está situada sub camera de don Lope MONTERDE, Fitero, doc. 137. MONTERDE, Fitero, doc. 152. 133 MONTERDE, Fitero, doc. 138. Español también había sido testigo en la venta de Pedro de Cintruénigo de 1169. 131 132

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de Cintruénigo y de tres tierras, una de las cuales se encuentra iuxta domnum Lupum de Centronego134. Pero además de esta referencias parcial, se conservan otras referencias directas que nos permiten una visión global del patrimonio, el pequeño dominio, de Lope de Cintruénigo. La principal de esas referencias es su testamento realizado, según el editor del texto –puesto que el texto que se conserva no lleva fecha–, quizás en 1193135. El testamento nos ofrece datos de la familia de Lope de Cintruénigo, de sus vínculos con las instituciones eclesiásticas de la zona y también sobre su patrimonio. Veamos cuáles son las propiedades citadas en el texto y a quién fueron dirigidas: — En Corella tenía heredad que dejó a sus hijos Gonzalo y Sancha con ciertas condiciones. — En Tudela tenía casas que también dejó a sus hijos Gonzalo y Sancha e igualmente con ciertas condiciones. — En Autol tenía heredad que dejó a su hija Elvira. — En Arnedo tenía heredad que dejó a su hijo Fortún López. — En Cameros –sin especiificar lugar concreto– tenía también heredad que dejó igualmente a su hijo Fortún López. — En Azagra tenía heredad que dejó al cabildo de Calahorra. — En Cervera de Río Alhama tenía campesinos musulmanes dependientes, exáricos –asseriques se dice en el texto– que también dejó a la catedral de Calahorra pero especificando que esta donación era para fundar un aniversario. No sabemos el volumen de las propiedades en cada lugar –excepto en algún caso concreto, como veremos–, por lo que no podemos hacernos una idea completa de la extensión del dominio. Ni siquiera sabemos si las propiedades mencionadas en el testamento eran todas o había algunas otras más. Pero en conjunto el testamento nos ofrece la visión de un pequeño dominio extendido sobre un total de 7 lugares, casi todos en La Rioja Baja o en zonas bastante próximas y, por lo tanto, un dominio relativamente compacto en zonas muy ricas desde el punto de vista agrario. Un dominio probablemente similar al que tuvo García Zapata también en la misma zona y más o menos por esos mismos años136. El testamento incluye, como hemos visto, el reparto de la herencia entre los hijos y da la impresión de que Fortún López pudo ser algo más beneficiado que los demás, quizás como consecuencia de la aplicación de la mejora a su favor, pero no podemos determinarlo con seguridad. En cualquier LAMA, CDMR, T. 3, doc. 371. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 333, y sobre la datación del documento nota 1 en p. 118. 136 Sobre el dominio de García Zapata, T. SÁENZ, «Los Zapata...», y mapa en p. 563. 134 135

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caso, todos los bienes, tanto muebles como inmuebles, debían permanecer a disposición de su esposa Urraca mientras viviera. A ella se encarga también el cumplimiento de las disposiciones piadosas, que son muy elocuentes. — Cantar nada menos que mil misas. — Vestir a 12 pobres. — Dar de comer a otros 30 pobres. — A la mesa de los canónigos de Calahorra se han de dar 30 maravedís. — A la obra de la catedral 20 maravedís. — Al obispo 30 maravedís. — Al prior 20 maravedís. — Al sacristán 10 maravedís. — A los clérigos de Autol 4 maravedís. — A los clérigos de Arnedo 4 maravedís. — Y al monasterio de Fitero otros 5 maravedís. La red de vínculos eclesiásticos coincide bastante bien, como cabría esperar, con las zonas por donde se extiende el dominio. No sabemos dónde se mandó enterrar Lope de Cintruénigo, puesto que no incluyó esa disposición en su testamento, pero probablemente fuera en la catedral de Calahorra, la entidad más beneficiada en sus mandas pías y donde fundó su aniversario que, según se recoge en un obituario de la catedral, se celebrará el 6 de enero. En la catedral se celebraba también otro aniversario el 24 de diciembre por otro hijo de Lope de Cintruénigo, Lope López, a quien no se menciona en el testamento seguramente porque ya había muerto por entonces. La fundación de los aniversarios en la catedral de Calahorra que se dispone en el testamento queda recogida igualmente en otro texto que nos ofrece algunos detalles más. Se trata de un documento fechado en 1196 en el que se recoge la fundación de sendos aniversarios por él, su mujer y su hijo Lope López, dotados con dos exaricos en Cervera, tal y como se decía en el testamento. Ahora además se indica el nombre de los dos campesinos musulmanes que se dan a la catedral: Ferron de Algada y Ferron de Casteion. Pero la donación se haría efectiva a la muerte de los donantes, puesto que Lope de Cintruénigo y su mujer Urraca podrían seguir disponiendo de los exaricos more prestimonii in tota uita nostra pagando anualmente dos maravedís a la catedral por el aniversario de su hijo Lope López137. La información disponible nos permite dibujar con bastante precisión la proyección política de Lope de Cintruénigo y las bases patrimoniales sobre las que se asentaba. Ambas cosas, patrimonio y proyección política, se desarrollan a través de una red de relaciones familiares y vasalláticas o clientelares que también podemos apreciar en cierta medida, tanto en sentido hori137

LAMA, CDMR, T. 3, doc. 362.

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zontal como vertical. En relación con esto, la política matrimonial de Lope de Cintruénigo también le permitió enlazar y establecer alianzas con sectores superiores de la nobleza. Así, Urraca, su esposa, era hija de Gonzalo de Azagra y de María de Murieta. De esta última heredó con sus hermanos y cuñados la villa y el castillo de Murchante (próxima a Tudela) que, junto a Lope y los demás coherederos, vendieron por mitades a la orden de San Juan y a la iglesia de Santa María de Tudela en 1178 por 2.900 maravedís138. No conocemos que ninguno de los hijos de Lope de Cintruénigo disfrutara también de subtenencias o alcaidías en la zona. Quizás su estrella política se oscureció. Pero sí hemos mencionado a otros probables parientes como Pedro de Cintruénigo o García de Cintruénigo. En otros casos, como los Zapata, sí documentamos la sucesión de hermanos, hijos e incluso nietos. Un caso curioso y poco frecuente es cuando una mujer sucede a su marido como subtenente. Ya hemos mencionado el caso de doña Godina que sucedió a Fortún Garcés, que con toda probabilidad era su marido, como subtenente de Tudején. Fortún Garcés también era un personaje destacado en la zona de La Rioja Baja y su mayor proyección parece que fue en los años 40. Se documenta como alcaide de Tudején en un texto sin fecha pero datable, según su editoria, en 1151; pero es muy probable que ocupara el oficio a lo largo de los años 40, cuando se documenta en dos ocasiones, en 1140 y hacia 1148, como alcaide aunque sin expresar el lugar. Es muy probable que ambos casos se refieran también a Tudején, pero tengo algunas dudas –por ello no he incluido esas referencias en los Anexos– porque un documento de hacia 1148 parece situarlo como alcaide de Tudela, aunque la expresión –alcait de Tudelo– me parece dudosa139. En cualquier caso, Fortún Garcés era, como los otros que hemos ido viendo, un miembro destacado de la sociedad local o comarcal con un clara proyección en la ribera del Alhama. En 1140 figura como confirmante en el documento por el que Alfonso VII entrega al monasterio de Santa María en el monte Yerga la villa de Niencebas. Su presencia en el entorno regio en ese momento indica que el personaje alcanzó una 138 Véase LARRAGUETA, Priorado, doc. 48. Gonzalo de Azagra era hermano de Rodrigo Pérez de Azagra; sobre él y sus hijos ALMAGRO, El señorío soberano de Albarracín, pp. 33-35. Sobre los Azagra véase lo dicho más arriba en el Capítulo IV.1.1. 139 Fortun Garsias, alcaid, confirma en un documento regio de 1140 sobre el que volveré enseguida; Fortunio Garces alcait in Tudelo es fiador en un documento de hacia 1148 relativo a Fitero y Alfaro; Fortun Garcez alcaid es testigo en otro documento también de hacia 1148 relativo a los mismos lugares; Fortun Garceiz l’alcaid es testigo con su mujer Godina en otro texto referido a Tudején de hacia 1151. Las cuatro referencias en MONTERDE, Fitero, docs. 1, 15, 16 y 23. Conviene recordar que casi todas estas referencias se conservan sólo en las copias realizadas en el Cartulario de Fitero, no en documentos originales.

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cierta relevancia. Una vez que los monjes se instalaron en Niencebas Fortún Garcés les entregó todas sus heredades en ese lugar hacia 1141. Hacia 1148 fue fiador de doña María, esposa de Fortún Aznar de Berlanga, que acompañada de su yerno Pedro Fernández entregó al monasterio unas heredades en Fitero a cambio de otras en Alfaro y 80 maravedís, estableciéndose algunas otras condiciones. Como el abad no pudo entregar las heredes de Alfaro, hubo de renegociarse el acuerdo unos meses más tarde comprometiéndose a dar otros 40 maravedís. En ese acuerdo también actuó como fiador Fortún Garcés. Igualmente figura como testigo, acompañado de su mujer Godina, en otro documento de donación de heredades en Tudején al mismo monasterio hacia 1151. Por último, es posible que también se corresponda con el testigo de otro documento fechado ya en 1154 que también recoge una donación al monasterio de Niencebas en Fitero; aunque esta última referencia es dudosa140. Para entonces ya había dejado de ser alcaide de Tudején y comienza a figurar como subtenente de la villa doña Godina, que con toda probabilidad se corresponde con su esposa, siendo alcaide don Rodrigo, quien por entonces figura también como alcaide de Cervera. Ya he señalado cómo otros documentos mencionan otras propiedades de doña Godina en Tudején141. El caso de Fortún Garcés y doña Godina nos permite constatar de nuevo la posición social destacada de los subtenentes y alcaides y nos muestra otro ejemplo de sucesión familiar en el oficio, aunque un tanto peculiar. Otro caso que presenta algunas características interesantes es el de Ochoa, subtenente o alcaide de Calahorra por Guillermo González que se documenta entre 1196 y 1198. En alguna ocasión se identifica como yerno de Rodrigo López, quien habría sido también alcaide de Calahorra unos años antes, en 1182, por García Portolés. Así pues, en este caso la influencia política no se transmitió de padre a hijo, sino de suegro a yerno, según un proceso de sucesión frecuente en la época, como hemos visto al hablar de las tenencias y las sucesiones hereditarias. Seguramente hubo bastantes más líneas de suegro a yerno, pero las dificultades de identificación de los miembros de la baja y media nobleza nos impiden conocer las redes de parentesco con el detalle necesario. Como en los otros casos que hemos visto, también Ochoa era un personaje destacado en la sociedad local. Fue, por ejemplo, uno de los testigos del testamento de Lope de Cintruénigo citado más arriba, y un documento in140 Además de los textos citados en la nota anterior, véase también MONTERDE, Fitero, docs. 3 y 32. Del último documento mencionado se conservan dos redacciones copiadas ambas en el Cartulario de Fitero y Fortún Garcés sólo figura como testigo en una de ellas y de una forma un tanto confusa. 141 Véase más arriba la nota 41 de este capítulo.

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dica expresamente su condición de caballero –miles–. Se trata de un texto sin fecha pero datable entre 1190 y 1207, que recoge una importante venta a la catedral de Calahorra realizada por Blasco Romeu en la que vende por 600 maravedís las heredades que el rey Alfonso I de Aragón había dado a su abuelo. No hay duda de que tanto el vendedor como el objeto de la venta eran relevantes, como lo eran los testigos de la venta encabezados por Ochoa y por Gil de Igúzquiza, ambos milites. Este último también era un personaje destacado de origen navarro a quien el rey Alfonso VIII dio una heredad en Calahorra en 1198142. Los documentos conservados permiten conocer algunos de los vínculos de parentesco de don Ochoa. Además de yerno de Rodrigo López, sabemos que era hijo de Pedro García de Herce y que tenía un hermano o un hijo –o ambos– llamado Lopejón –Lopeion– que se hizo racionero de la catedral de Calahorra. Así pues, sus orígenes familiares se situaban en Herce, un lugar en el que sabemos que tenía propiedades y al que continuó vinculado. Herce, como hemos visto, era señorío de Diego Jiménez de Cameros por donación de Alfonso VIII en 1173. En 1202 su viuda doña Guiomar, señora de Herce, hizo una donación para dotar su aniversario en la catedral de Calahorra, en cuyo cabildo había sido recibida in societate... pro canonica et pro sorore sua; una donación relevante en la que figura como testigo Ochoa143. Pero, como digo, también se conocen propiedades en Herce suyas y de sus familiares más directos. En septiembre de 1201 Lopejón, diciéndose hijo de Pedro Gil de Herce, se entregó a sí mismo al cabildo de Calahorra haciéndole donación de toda la heredad que tenía en Herce, herema et populata, partida et por partir, uineas, peças, et ortos et molendinos..., excepto su parte en una casa que daba a un tal Domingo. A cambio el cabildo le proveería de alimentos y de vestido durante toda su vida. Un acuerdo que, sin embargo, tuvo que ser revisado un año después con la participación de Ochoa, sin duda porque algunas de las heredades entregadas por Lopejón el año anterior eran de propiedad compartida. El acuerdo fue aceptado por Ochoa, pero en realidad fue elaborado por varios personajes destacados de la zona –probos uiros, dice el documento–, el alcalde de Arnedo, el de Herce, algunos milites de la zona y otros más. Se establecían las heredades que se entregarían al cabildo según la donación de Lopejón señalándose con detalle –un molino, un huerto, varias tierras y parte de otras– que, sin embargo, se-

142 LAMA, CDMR, T. 3, doc. 317; y véase lo dicho sobre Gil de Igúzquiza en las notas 57 y 58 del capítulo anterior y el texto a que se refieren. 143 LAMA, CDMR, T. 3, doc. 411.

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guirían en manos de Ochoa, quien las tendría por el cabildo iure prestimonio durante su vida144. Sabemos poco acerca de los lazos que unían a los subtenentes y alcaides con los tenentes. Podemos suponer que los subtenentes eran vasallos de los tenentes y nombrados por ellos. La expresión sub o sub illo parece indicarlo. Pero, igual que no se conservan textos que recojan las condiciones de cesión de las tenencias, tampoco se conservan los que nos pudieran informar de los acuerdos relativos a las subtenencias o alcaidías145. Por lo tanto, apenas tenemos datos directos que nos informen de esa relación, pero sí disponemos de algunos datos indirectos. Así, varios documentos nos muestran a los subtenentes presentes en el entorno de los tenente o de sus familias al margen de su vínculo tenencial, lo que podemos interpretar en el sentido de la existencia de esa relación vasallática que he mencionado146.

144 LAMA, CDMR, T. 3, docs. 402 y 410. Los documentos no dejan perfectamente claras cuáles eran las relaciones de parentesco, quizás porque haya algún error en la redacción o en la transcripción. En 1201 Lopejón se dice filius Petri Garçez de Erz; en 1202 se habla de dompnum Ochoa, filium de Petri Garceiz de Erz, super hereditatem quam Lopeiç, filius de don Ochoa dedit...; pero más adelante se refiere a Lope como hermano de Ochoa y ese es el contexto en el que se puede entender el acuerdo de 1202, al tratarse de heredades indivisas procedentes de la herencia del padre de ambos, Pedro García de Herce. Conviene, en cualquier caso, recordar que Lope y Ochoa corresponden al mismo nombre en castellano y en vasco. 145 Algunos datos sobre el nombramiento de alcaides en el período plenomedieval, bien a partir de las Partidas o a través de algunos fueros de las Extremaduras, en M. C. QUINTANILLA RASO, «La tenencia de fortalezas en Castilla durante la Baja Edad Media», en En la España Medieval, 9 (1986), Estudios en memoria del profesor D. Claudio Sánchez-Albornoz, vol. II, pp. 861-895, especialmente pp. 864-868; y en M. C. CASTRILLO LLAMAS, «Fortificaciones, elementos defensivos y organización militar en los fueros castellanos y leoneses de la Edad Media (siglos XI-XIII)», en Anuario de Estudios Medievales, 25-1 (1995), pp. 3966, especialmente pp. 46-48. De esta autora también «Tenencias, alcaides y fortalezas en la sociedad castellana de la Baja Edad Media. Estado de la investigación y actualización bibliográfica», en Medievalismo, 8 (1998), pp. 154-202. Y en colaboración entre ambas autoras citadas «Tenencia de fortalezas en la Corona de Castilla (siglos XIII-XV). Formalización institucional, política regia y actitudes nobiliarias en la Castilla bajomedieval», en Revista de Historia Militar, 1 (2001), pp. 223-289. Únicamente centrado en el final de la Edad Media –a pesar de lo que sugiere su título– y por ello menos interesante para nosotros A. de CEBALLOS-ESCALERA, «El gobierno, defensa y guarde de la fortaleza medieval en Castilla y León: el alcaide», en VV. AA., La fortaleza medieval. Realidad y símbolo, Murcia, 1998, pp. 281-292. Por la misma razón, apenas resulta útil para los objetivos de este trabajo, de A. de CEBALLOS-ESCALERA e I. ÁLVAREZ GONZÁLEZ, «El castillo de Alfaro y sus alcaides», en Graccurris, 5 (1996), pp. 57-115. 146 Una reconstrucción del círculo de vasallos y clientes de los Manrique de Lara, señores de Molina, incluyendo datos relativos a alcaides y subtenentes, puede verse en ESTEPA, «Frontera».

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Sancho de Mazuelo y su hermano Pedro García de Villalobar eran ambos subtenentes de Belorado en 1185 por Diego López de Haro. Poco sabemos sobre ellos, pero la existencia de un vínculo estrecho con su señor se certifica cuando vemos al primero de ellos actuando como testigo en una donación de la condesa doña Aldonza, viuda del conde Lope y madre de Diego López en 1187; una donación a Lucas, otro vasallo de los Haro a quien me referiré enseguida147. La lista de testigos es muy significativa, está encabezada por Diego López y varias de sus hermanas, la condesa Mencía, doña Aldonza, la abadesa de Cañas doña Toda, su hermanastro Sancho López y después una lista amplia de personajes, hasta un total de 44 nombres, ordenados en función de su posición en la jerarquía social y de parentesco: algunos parientes en grado más lejano y otros cuantos más a quienes, sin riesgo a equivocarnos, podemos considerar vasallos o clientes de la rama principal de los Haro, concretada aquí en la condesa Aldonza y su hijo Diego López. Algunos de los integrantes de esa relación nos resultan conocidos; uno de ellos el subtenente de Belorado Sancho de Mazuelo; otro, Lope de Velasco, el tenente de Grañón de 1192 de quien dijimos que muy probablemente era un tenente dependiente de Diego López de Haro. Pedro Aznar figura en 1201 como alcaide tenente del castillo de Nájera y en 1207 como subtenente de Nájera, en ambos casos también por Diego López. Como en el caso de Sancho de Mazuelo, también figura como testigo en un documento de la condesa Aldonza y de Diego López en 1195. Se trata de la donación del hospital de Fuente-Cerezo, situado cerca de Santo Domingo de La Calzada, al monasterio de Bujedo148. En 1215 figuran como prestameros en Frías Sancho López de Torres y Diego López de Velasco y, como he indicado más arriba, creo que también se trata de tenentes dependientes, equiparables a subtenentes, de Lope Díaz de Haro. Ya me he referido a Diego López de Velasco y a su padre Lope de Velasco y a su vinculación con los Haro149. Ahora podemos añadir que Sancho López de Torres es testigo en otra donación de Diego López de Haro al monasterio de Bujedo en 1198 en la que le entrega la iglesia de Santa María de Zabárrula150. La lista de testigos, que también es amplia, está integrada por miembros de la clientela de Diego López, parientes y vasallos como Sancho López de Torres, Lope de Velasco o su mayordomo Martín Cornejo.

LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293; y LEDESMA, San Millán, doc. 454. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 360; y LOIZAGA, Bujedo, doc. 71 149 Véase lo dicho en las notas 42 a 46 de este capítulo y en la nota 52 del Capítulo IV y el texto a que se refieren. 150 LAMA, CDMR, T. 3, doc. 378; y LOIZAGA, Bujedo, doc. 92. Sobre los Torres véase ESTEPA, Las behetrías castellanas, T. 2, pp. 57-59. 147 148

TENENCIAS Y TENENTES

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En definitiva, constatamos los vínculos entre subtenentes y tenentes al ver a los primeros acompañando a sus señores en importantes negocios jurídicos. Pero el caso mejor documentado es el de Lucas, alcaide del castillo de Najera en 1184 y 1193. En este caso la vinculación a los Haro se recoge expresamente en un documento de 1187 en el que la condesa Aldonza le dona todas las heredades que tiene en Nalda. Las razones de la donación están explícitas en el texto, redactado al estilo de los de la cancillería regia, por el servicio que Lucas había prestado al conde Lope, a la condesa y a sus hijos, y además se recuerda el vínculo especial que había unido a Lucas con el conde Lope, seguramente por haber sido armado caballero por él: ...propter seruitium, quod marito meo domno Lupo comiti, qui uos ad militie dignitatem prouexit, mihique et filiis meis fecistis151. Lucas era hijo de Lope Oriol y éste debía ser pariente próximo de don Oriol, tenente de Cellorigo en 1181, merino de Bureba también en esos años y vinculado igualmente a Diego López de Haro, como veremos más adelante. No resulta sorprendente ver como los lazos vasalláticos y clientelares se transmiten de padres a hijos, tanto entre los vasallos como entre los señores. Varios miembros de una familia de la baja nobleza se suceden al servicio de varios miembros de una familia de la alta nobleza. Pero también podemos ver el caso contrario, cómo un subtenente o alcaide permanece en el oficio al servicio de varios tenentes distintos. Quizás el caso más significativo, por mejor documentado, sea el de García Zapata en Calahorra, donde figura como subtenente o alcaide en diversos momentos entre los años 50 y 70. En 1152 y 1153 al servicio de Fortún López de Soria, entre 1167 y 1168 al del conde Gómez González y en 1171 al de Diego Jiménez de Cameros. El año siguiente fue sustituido por su hijo Jimeno Zapata que fue alcaide por Diego Jiménez en 1172 y de nuevo hacia 1184. Mientras tanto la tenencia de Calahorra había pasado a Pedro de Arazuri, quien tenía como alcaide en 1178 a Pedro Zapata, seguramente hermano de García. Por lo tanto, los Zapata pueden considerarse un buen ejemplo de una sólida posición local o comarcal, que permanece al margen de los cambios en las tenencias. 151 ...do uobis domno Luca, filio domni Lupi Aureoli, omnem hereditatem cum propriis solaribus, quam habeo in quandam uilla, que dicitur Nalda, que sita est prope riuum, qui uulgo uocatur Iregua: que uidelicet hereditas me patrimonio iure contingit, tam in exitibus quam ingressibus, tam in riuis quam in pascuis, tam in montibus quam in siluis, tam in uineis quam in arboribus fructiferis et infructiferis, ubicumque eam tam cultam quam incultam predicte uille terminis potueritis inuenire, ut eam scilicet hereditatem habeatis libere, quiete, et pacifice uos, et omnis generatio uestra ad dandum, uel uendendum, uel ad uoluntatem uestram iure hereditario faciendum per infinita secula. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293; y LEDESMA, San Millán, doc. 454, aunque esta última edición contiene algunos errores de transcripción.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

También merece la pena considerar en relación con estos aspectos el caso de Fortún Garcés y doña Godina. Fortún Garcés era alcaide de Tudején en 1151 y posiblemente también lo había sido en los años 40. En 1151 el tenente era Gutierre Fernández de Castro; doña Godina sucedió a su marido al servicio del magnate en 1153 y 1154, y cuando éste dejó la tenencia continuó al servicio del nuevo tenente, don Álvaro. Ya he apuntado que creo que podría existir alguna relación de parentesco entre don Álvaro y Gutierre Fernández de Castro. Pero mientras doña Godina era subtenente existía también un alcaide de Tudején, don Rodrigo, quien permaneció como tal cuando doña Godina fue sucedida por García Zapata en la subtenencia y en la tenencia Portolés sustituyó a don Álvaro. En definitiva, don Rodrigo fue alcaide de Tudején entre 1153 y 1157 con dos subtenentes, doña Godina y García Zapata, y con tres tenentes sucesivos, Gutierre Fernández de Castro, don Álvaro y Portolés. La documentación conservada sobre los subtenentes y alcaides es más escasa y fragmentaria de lo que desearíamos. Pero en algunas tenencias conservamos listas relativamente amplias y consistentes, como en el caso de Nájera, donde conocemos 16 nombres de subtenentes y alcaides entre 1159 y 1217; o Tudején, con 5 nombres pero sólo entre 1151 y 1157. Aunque el caso más significativo es el de Calahorra, donde conocemos nada menos que 28 individuos a lo largo de todo el período estudiado entre 1145 y 1220, un período en el que se sucedieron 18 tenentes. La documentación conservada también nos permite conocer en ocasiones el nombre de varios de los subtenentes o alcaides que actuaron en uno u otro lugar al servicio de un determinado tenente. Por ese camino podemos acercarnos al estudio de la extensión de las redes vasalláticas y clientelares de los miembros de la alta nobleza. En este caso contamos con listas significativas para Guillermo González, de quien conocemos el nombre de 9 de sus subtenentes o alcaides en la zona, además de su propia esposa Urraca; o Diego Jiménez de Cameros, del que conocemos también el nombre de 9 de sus subtenentes o alcaides. Pero el caso más significativo es el de Diego López de Haro y no es sorprendente si recordamos la gran extensión de su poder en la zona donde, en uno u otro momento, consta como tenente de 18 tenencias. Conocemos el nombre de 14 de sus subtenentes o alcaides, una lista que llega a 18 si añadimos los que figuran al servicio de su padre el conde Lope y de su hijo Lope Díaz, y que aún podría ampliarse con el nombre de otros tenentes que ocupaban sedes de tenencias pero en situación de dependencia, tal y como hemos mencionado páginas atras. En el Cuadro 25 resumo los datos disponibles.

TENENCIAS Y TENENTES

Cuadro 25 Subtenentes y alcaides. Datos agrupados por tenentes Tenente Almoravid Álvaro

Álvaro Díaz de Cameros Álvaro Núñez de Lara Diego Jiménez de Cameros

Diego López de Haro

Fortún López de Soria García Portolés García Sobrino Gil García Gómez Gómez Gómez González

Gonzalo Copelín

Subtenentes o alcaides Jimeno de Torres Godina Iñigo García Rodrigo García Zapata Pedro Fernández Alavés Fortún de Villamediana García de ? García Rodríguez García Zapata Jimeno Zapata Martín Romero Pedro Gutiérrez Ruy Domínguez Diego López de Velasco Domino de Cellorigo Fernando Pérez Guillermo González Lope Martínez Lucas Martín de Rieta Martín González Martín Pérez Pedro Aznar Pedro Blázquez Pedro García de Villalobar Pedro López de Alfaro Pedro López de Lardero Sancho de Mazuelo García Zapata Coronel Rodrigo López Martín Martínez Jimeno de Uzama Fernán Peláez Álvaro Ruiz de Tosantos García Vermúdez García Zapata Pedro Pérez de Arenillas García Cintronec Lope de Cintruénigo Pedro Blazquez Pedro Cintruénigo

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Tenente Gonzalo Rodríguez

Guillermo González

Gutierre Fernández de Castro

Juan (sic) García de Agoncillo Lope de Haro, conde Lope Díaz de Haro Muño Muñoz Nuño Pérez de Lara Pedro de Arazuri Pedro García de Agoncillo Pedro Jiménez Pedro Rodríguez de Nájera

Portolés Rodrigo Díaz de Cameros

Vela, conde

CAMBIOS Y ALIANZAS

Subtenentes o alcaides Abril Gil García Jimeno de Uzama Muño Muñoz Fernando Blázquez Lembot Lope de Cintruénigo Lope Martínez Martín Romero Ochoa Pedro Blázquez Pedro Morielo Pedro Ramírez Urraca, mujer de Guillermo González Godina Martín Fernández de Calahorra Rodrigo Milia, mujer de Juan Gª de Agoncillo Calvet Lope Momez Diego López de Velasco Sancho López de Torres Pedro Ibáñez Diego Alfonso Pedro Zapata Sancho Vermúdez Gonzalo Díaz García López de Torrellas Pedro García de Morcuera Alvaro Guarza Garcia Rodríguez García Sobrino Pedro García García Zapata Rodrigo Bartolomé de Varillas García Zapata Miguel de Jubera Pedro Rodríguez Pedro Ruiz de Dio Pedro Jiménez de Góngora

Fuente. Elaboración propia a partir de los datos contenidos en los Anexos.

TENENCIAS Y TENENTES

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V.9. Datos sobre el ejercicio del oficio de tenente El tenente gobierna la tenencia y ejerce su oficio por delegación regia. Podemos decir que sustituye al rey, de manera que sus funciones y atribuciones son las del rey. También podemos considerarle como un señor, el señor de la tenencia; de hecho, así figura en algunos fueros con expresiones como senior qui sub potestate regia ipsa uilla mandauerit u otras similares. La diferencia con un señor radica básicamente en que los derechos del tenente no son perpetuos ni vitalicios, sino temporales; pero más arriba hemos insistido en que esa temporalidad no puede considerarse como un valor absoluto, sino que debe entenderse en un contexto determinado. También hemos aludido a que los dos planos, señorío y tenencia, no son siempre diferentes y paralelos sino que frecuentemente hay claras interferencias entre ellos. Las atribuciones y funciones de los tenentes son bien conocidas por los trabajos de los historiadores de las instituciones que han insistido bastante en esos aspectos152. Esas atribuciones pueden clasificarse en militares, fiscales, gubernativas y judiciales. Su contenido ha sido bien analizado por los especialistas –aunque quizás ofreciendo una perspectiva una tanto estática– y no me parece necesario repetirlo aquí. Sin embargo, para terminar este capítulo dedicado al estudio de las tenencias y los tenentes sí creo que puede resultar interesante ver cómo los textos conservados de la zona reflejan el ejercicio del oficio de tenente en la práctica. Para ello contamos básicamente con tres tipos de textos: los fueros, algunos documentos regios y particulares y varias fazañas recogidas básicamente en el Libro de los Fueros de Castilla. Insisto en que no se trata de repetir una visión normativa o institucionalista, sino de recoger algunos datos relativos al ejercicio del oficio en la práctica. Del conjunto de atribuciones que he citado más arriba, las militares son las que han dejado un eco menor en la documentación de la zona. Pero el control de las fortalezas sí aparece reflejado en ocasiones en las crónicas y, sobre todo, podemos apreciar su importancia y el papel de los tenentes a través de los tratados y acuerdos con los reyes de Navarra o de Aragón; aspectos a los que ya me he referido páginas atrás. Las atribuciones fiscales de los tenentes han quedado recogidas fundamentalmente en los fueros y también en algunos otros documentos. Los tenentes recaudaban todas o parte de las rentas regias, aunque algunos textos indican que ciertas rentas se dirigían al rey y otras al tenente. Es el caso del 152 Véase LACARRA, «Honores y tenencias»; y N. GUGLIELMI, «El ‘dominus villae’ en Castilla y León», en Cuadernos de Historia de España, XIX (1953), pp. 53-103.

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yantar que se pagaba de manera diferenciada al rey y al tenente. El fuero de Miranda (§ 27) establece el pago del yantar al rey anualmente si acudiera a la villa en 24 maravedís –30 si le acompañara la reina– concediendo exención para el yantar del tenente y del infante153. En otros casos lo que se regula no es el pago de la renta, sino la antigua obligación que la generó, el hospedaje, la obligación de alojar al tenente y ofrecerle sustento cuando acudiera a la villa. El fuero de Haro de 1187 regula las condiciones en las que los vecinos debían ofrecer hospedaje al tenente (§ 15), regulación que también se realiza en el texto dirigido a los judíos de la villa (§ 14). En el primer caso se limita la capacidad del señor para tomar o recibir hospedaje a su voluntad, puesto que los vecinos están obligados a ofrecérselo pero a través –pro manu, dice el texto– del sayón, oficial que, como los demás oficiales de la villa de Haro, era elegido por el concejo, no por el señor (§ 23). En el segundo caso se prohibe que el tenente tome hospedaje en casa de ningún judío per uiolentiam, es decir forzadamente y sin compensación. Hay que tener en cuenta que el hospedaje no se refería al tenente individualmente, sino que incluía a su comitiva y las monturas y animales de tiro o carga correspondientes. El fuero de Logroño y sus derivados determinan el pago de dos sueldos anuales como la principal renta que debían pagar los vecinos de las villas. Los fueros de Logroño (§ 20) y Navarrete (§ 23) establecen el pago de dos sueldos por cada vecino por Pentecostés. El de Frías (§ 23) establece la misma obligación y en la misma fecha, pero reduce el pago a la mitad para los vecinos de la parte alta de la villa, la Muela, a los que, como vimos en su momento, concedía diversos privilegios y mejoras para garantizar la continuidad de la población en el cerro. Por su parte, el fuero de Miranda confirmado en 1177 (§ 26) determina el pago en Pascua de Resurrección, no en Pentecostés como los otros, y señala un pago, diríamos, tipo o estándar de dos sueldos para el poblador que tuviera casas, tres sueldos para el que tuviera casas y heredades y un sueldo para el que tuviera heredad pero no casa. El cobro de esa renta dio lugar a algunos conflictos. Sabemos, por ejemplo, que cuando Diego López de Haro era tenente de Logroño, a fines del siglo XII y comienzos del XIII, impuso el pago de los dos sueldos a los vecinos de un arrabal de Logroño que no eran vasallos de realengo, sino de la iglesia de Santa María de La Redonda a la que se los había dado don Bernardo de la Tenda, quien los había establecido en su propia heredad. Don Diego les impuso ad tortum et sine directo el pago de dos sueldos para él, además de los otros dos que debían pagar a la iglesia de La Redonda. Muerto el magnate y el rey Alfonso VIII, el nuevo rey Enrique I eliminó ese 153

Véanse las ediciones de los fueros citadas en el Capítulo III.

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pago al tenente154. La yuxtaposición de jurisdicciones era potencialmente conflictiva y no debía ser raro que los tenentes intentaran extender sus derechos y sus rentas sobre dependientes de otros señores. Una situación de ese tipo se refleja también en un texto de 1180 en el que Alfonso VIII concede a los collazos de la iglesia de Santa María de la Valcuerna en Logroño que no paguen en las rentas regias ni al rey ni al tenente ni a los otros oficiales más que los vecinos de Logroño155. Los tenentes podían beneficiarse también de las heredades regias, las tierras que pertenecían directamente al rey. Por ejemplo, cuando en 1210 Alfonso VIII entregó –arrendó, podríamos decir– una viña a varios vecinos de Nájera, estableció que la renta correspondiente –la mitad de los frutos– debían entregarse al rey o al tenente –ille qui de me honore tenuerit–156. También los tenentes recaudaban todas o parte de las multas judiciales, las caloñas y homicidios, y este es otro de los aspectos que queda bien reflejado en los fueros; por ejemplo en los de Logroño (§ 19 y 29) y sus derivados de Navarrete o Frías (§ 21, 22 y 32). Por su parte, el de Miranda señala con detalle la distribución de las caloñas y homicidios (§ 35); se les concede exención de la mitad y la otra mitad se dividiría en tres partes: un tercio sería para el que recibió el daño o el agravio, otro para el tenente y otro para el concejo pro opere pontis et muris uille, mientras que los alcaldes recibirían la novena parte que, por lo que sabemos de otros casos, seguramente había de salir del tercio del tenente. El cobro de los homicidios por los tenentes ha quedado también recogido en algunas fazañas referidas a esta zona y a este período. En concreto en el Libro de los Fueros de Castilla se recogieron dos fazañas protagonizadas por Lope Díaz de Haro sobre este aspecto. Recordemos que muchas de las fazañas incluidas en ese texto se refieren a la zona de La Rioja burgalesa, en torno a Belorado o Cerezo de Río Tirón. Una de ellas señala que un escudero fue a moler trigo a una aceña en Quintanilla del Monte –cerca de Cerezo– pero se desplomó la aceña y un palomar que allí había matando al escudero. Lope Díaz de Haro, que tenia la tierra, demandó el homicidio correspondiente a los dueños del molino, pero los del concejo –seguramente

GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 1001; RIPA, Albelda y Logroño, doc. 23; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 466. Véanse también las notas 153 del Capítulo II y 89 del Capítulo IV y el texto correspondiente. 155 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 345; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 82; MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVIII; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 276. Véase también la nota 148 del Capítulo II y el texto a que se refiere. 156 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 872; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 450. Véase también la nota 93 del Capítulo IV y el texto correspondiente. 154

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refiriéndose a Cerezo– le mostraron cartas del rey de que no debían dar homicidio por esa razón; es decir, tenían exención de lo que se suele denominar homicidio casual157. Otra fazaña narra el cobro de 300 sueldos por Lope Díaz, que también tenia la tierra por el rey, por un homicidio cometido en la iglesia de San Miguel de la Viña. El homicidio se produjo en el contexto del enfrentamiento entre dos familias, una de ellas al menos de miembros de la baja nobleza, enfrentamiento que el redactor de la fazaña focaliza en torno a dos mujeres. Los parientes de una de ellas mataron a un pariente de la otra y después del asesinato, para evitar represalias, se refugiaron en la iglesia; pero eso no frenó a los parientes del muerto que asaltaron la iglesia y los mataron. Fueron condenados al pago de la multa indicada al tenente más otros 100 sueldos al obispo, además tuvieron que ir descalzos en peregrinación a Roma –excepto uno de ellos que fue perdonado por la intercesión de la reina Berenguela– e ayunaron muchas quaresmas158. 157 Para las recopilaciones legislativas como el Libro de los Fueros de Castilla, el Fuero Viejo de Castilla, etc., utilizo las ediciones publicadas por J. ALVARADO y G. OLIVA, Los Fueros de Castilla, Madrid, 2004 (en adelante citaré por el texto correspondiente seguido del número relativo al epígrafe de referencia; en este caso Libro de los Fueros de Castilla, 214). Asímismo, sigo las opiniones de esos autores en cuanto a la fecha de redacción y características de estos textos, aspectos bastante controvertidos, como es sabido. El texto de la fazaña es el siguiente: TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE DON DIAGO DE CUÉRÇEDES E PASQUOAL, SU HERMANO. Esto es por fazannia: Que don Diago de Quintaniella de Cuérçedes e don Pasqual, su hermano, avían una azenna de moler pan en Quintaniella de Çuerçeces e vino y a moler un escudero, nieto de Rui Corniello de Sant Pedro del Monte, et en aquella azenna avía un palombar. Et cayó el palombar e el azenna e mató al escudero. Et demandó don Lope Díaz de Faro, que tenía la tierra, el omezidio a don Diago e a don Pasqual, su hermano, cuya era la azenna e el palombar. Et el conçejo mostraron sus cartas a don Lope Díaz de Faro que tenía del rrey don Alfonso que non devía dar omezidio por tal rrazón. Et don Lope Díaz quitólos o non dieron omezidio nin pecharon nada. 158 TÍTULO DE UNA FAZZANIA DE DONNA URRACA E DE ‘LA CONDESA’. Esto es por fazannia: Que Urraca, fija de donna Mari Pérez, la pelegera, barajava con ‘la Condesa’, muger que fue del fijo de Johan de Soria, el ferrero; et Hurraca vínose querellar a su padre e a su tío Garçía Pérez, el cavallero; e mandó Garçi Pérez et Roi Ferrández e Ferrando, fijo de Gunçalo Andrés, que fuesen a casa de Johan de Soria et que firiesen a ‘la Condesa’. Et fueron e dieron salto los fijos de Johan de Soria et mataron a Ferrando, fijo de Gunçalo Andrés; et des que lo ovieron muerto, metiéronse todos tres en Sant Miguel de la Vinna. Et vino Garçi Pérez e Johan Abad e Ferrant Garçía e Gunçalo Andrés e sus parientes, et çercaron la iglesia. Et mandaron a Diago Ferrández e a Diago Giralte e a fijos de Johan Abat et a Furtún Sánchez e a otros omnes que entrasen en la iglesia e que los sacasen fuera; e quebrantaron la iglesia e sacáronlos fuera e matáronlos todos tres. Et pecharon a don Lope, que tenía la tierra por el rrey, trezientos sueldos; et pecharon al obispo más de çient sueldos; e ovieron de ir a Roma todos, pies descalços, quantos entraron en la iglesia e quantos firieron en ellos, et los otros que levaron y armas; e ayunaron muchas quaresmas, maguer que non firieron en ellos; que voluntad avían de ferir en ellos si pudieran. Et a Gunçalo Andrés quitaron de la ida de Roma por rruego del rreina, donna Beringuela. Libro de los Fueros de Castilla, 262.

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La recaudación de las caloñas es una derivación de las atribuciones gubernativas y judiciales de los tenentes. En relación con las primeras, los textos de la zona recogen su participación a la hora de establecer las normas mediante los fueros. Los fueros que se conservan de los lugares sedes de tenencias fueron otorgados por los reyes, pero en ocasiones los textos recogen una participación directa de los tenentes. El caso más claro es el de Logroño. El fuero de Alfonso VI ya fue concedido por la intervención del tenente de la zona en la época, el conde García Ordóñez, y cuando años después Sancho III confirmó el fuero y añadió algunas otras cláusulas en 1157 también lo hizo con la intervención del tenente, que entonces era Pedro Jiménez de Cameros –Petro Xemeno, meo milite, qui me multum rogaui...–. La capacidad gubernativa de los tenentes queda reflejada también en el nombramiento de los oficiales locales: jueces, alcaldes, merinos, sayones. Se trata de un aspecto frecuentemente regulado en los fueros, como ya vimos en el capítulo correspondiente, y que debió dar lugar a no pocas tensiones y conflictos a juzgar por la reiteración de las normas en algunas ocasiones. Los elementos centrales giran en torno a quién debe nombrar a los oficiales, el tenente o el concejo, o qué oficiales puede nombrar cada uno; y también en torno a que el nombramiento de los oficiales se haga entre vecinos de la villa. Lo primero, el nombramiento de los oficiales, reflejará el mayor o menor grado de autonomía alcanzada por los concejos frente al tenente y encontraremos situaciones diversas. El fuero de Logroño de Alfonso VI recogía que el nombramiento del merino, el alcalde y el sayón correspondía al tenente (§ 22), y así se recoge también en el fuero de Navarrete de 1195 (§ 25). Sin embargo, la confirmación del fuero de Logroño por Sancho III en 1157 modificó esa disposición introduciendo que el nombramiento del alcalde no correspondía plenamente al tenente, sino que debía hacerse conjuntamente con el concejo (§ 50). Esta modificación se recoge y se amplía en el fuero de Frías de 1202, donde se dispone que el alcalde será nombrado por el concejo (§ 26), aunque el tenente todavía nombrará al merino y al sayón (§ 25). Nombramiento del merino por el tenente que también queda recogido en el fuero de Miranda (§ 14). El caso de Pancorbo muestra un mayor grado de desarrollo de la autonomía concejil, puesto que en su fuero de 1147 otorgado por el emperador ya se recoge una clara limitación al nombramiento de los principales oficiales locales, el juez y el merino, por el tenente (§ 1). Limitación que se repite en una confirmación regia de Alfonso VIII en 1180 y en otra de Fernando III de 1219, referida ahora a los alcaldes. Es posible que alguno de estos textos, especialmente el primero citado, esté interpolado, pero la repetición de los privilegios concejiles refleja las tensiones

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con los tenentes de la villa en torno a un asunto tan importante159. Pero es el caso de Haro el que muestra un mayor desarrollo en estos aspectos al determinar, como he indicado, que el nombramiento de los alcaldes, el adelantado –equivalente al merino en otros lugares– y el sayón corresponda al concejo exclusivamente (§ 23). En correspondencia con sus atribuciones para nombrar a los oficiales locales está también la obligación de pagarles. Así, algunos fueros como el de Logroño (§ 23) y sus derivados de Navarrete o Frías (§ 26) recogen que sea el tenente el que pague su retribución, la novena, al alcalde y al sayón. Se trataba de que los oficiales no tomaran por sí mismos su retribución directamente de los vecinos para evitar abusos. Esa era una preocupación importante de los vecinos –lo que, indirectamente, nos indica que los abusos eran frecuentes– y en esa misma línea se establece con frecuencia otra disposición: que el tenente nombre a los oficiales que le corresponda entre los vecinos de la villa. Así lo encontramos en Logroño (§ 22), Navarrete o Frías (§ 25). Siendo el oficial elegido un vecino del lugar es más probable que no se atreviera a cometer abusos sobre sus propios convecinos y, en cualquier caso, sería más fácil hacerle responder con sus bienes de los posibles abusos o excesos en el cargo que pudiera cometer. Por otro lado, algún caso indica también que los tenentes debían elegir a los oficiales entre los vecinos que tuvieran una mejor posición económica. Así, en Miranda (§ 14) se señala que el tenente debe nombrar al merino entre los vecinos que tuvieran casas y heredades. Recordemos que a la hora de fijar el pago de la renta se establecían tres tipos –3, 2 y 1 sueldos– según los bienes que tuviera cada vecino: casa y heredad, sólo casa o sólo heredad. En definitiva, en la proyección que se hacía en la época, los que tenían casa y heredad correspondían al nivel superior de los vecinos de la villa, la incipiente oligarquía urbana, y entre ellos debía elegirse el merino. El último tipo de atribuciones de los tenentes son las judiciales, tanto por lo que se refiere al desarrollo de los procesos –pesquisas, inquisiciones...– como a las sentencias. Este es el aspecto mejor documentado de la actuación de los tenentes, tanto en los fueros, como en documentos, como en fazañas, y contamos con abundantes datos relativos a Diego López de Haro y a su hijo Lope Díaz. Los fueros nos ofrecen una visión normativa de las atribuciones judiciales de los tenentes, pero los documentos y las fazañas nos permiten ver su aplicación práctica. Como he indicado, podemos ver la implicación de los tenentes en los procesos judiciales. Por ejemplo, en 1156 el emperador Alfonso VII y Gonzalo Rodríguez, qui tunc temporis dominabatur Borouie (Bureba), nombraron pesquisidores que señalaran los límites de los términos entre Padrones de Bu159

Véanse los textos citados en el Capítulo IV y los comentarios a los mismos.

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reba y Poza de la Sal160. Años más tarde, en 1213, se recuerda como el rey y el tenente, ahora Alfonso VIII y Diego López de Haro, habían nombrado pesquisidores también en un pleito entre varios concejos por el aprovechamiento del monte de Cellorigo161. Pero unos años antes, en 1207, Diego López de Haro, sin duda en calidad de tenente y ahora sin ser acompañado por el rey, había nombrado igualmente pesquisidores para que determinaran las propiedades que correspondían al monasterio de San Millán en Alesanco162. El siguiente paso en el proceso consistía en dictar sentencia y también de ello tenemos numerosos ejemplos tanto en la documentación como en los fueros. A veces la sentencia no es dictada directamente por el tenente sino por los auténticos expertos judiciales, los jueces o alcaldes correspondientes, pero el tenente está presente físicamente –el pleito se libra ante él– para dar mayor fuerza a la sentencia. Así, en 1155 tuvo lugar un pleito entre los concejos de Villar de Torre y de Madriz que se disputaban una dehesa; el pleito fue librado por los alcaldes de Nájera y el adelantado regio y en presencia del conde Lope, el tenente de Nájera163. Pero otras veces los documentos sí muestran a los tenentes dictando sentencias directamente. En 1199 pleitearon la abadía de Santo Domingo de La Calzada y los hijos de Yagüe de Zarratón sobre un molino en Jubarte; moujeron pleito, e fueron ante don Diago (Diego López de Haro), quien juzgó que uno de los canónigos debía jurar sobre esto; pero el canónigo que debía jurar sobre los quatuor euangelia no se atrevió a hacerlo, de manera que se dio la razón a la otra parte164. Ese mismo año también libró otro pleito don Diego, esta vez entre los vecinos de Caicedo y el monasterio de Bujedo. La disputa giraba en torno a un solar que el monasterio tenía en Caicedo –entre Salinas de Añana y Miranda–; los vecinos del lugar pretendían que los solariegos de Bujedo pecharan con los demás, a lo que se negaba el monasterio. Una vez más, fueron a juicio a don Diago, quien determinó que si aquél solar había sido pechero en tiempos anteriores –en vida del conde don Lope y del conde don Vela– debía pechar con los demás vecinos y si no, no; y mandó a su merino para que lo averiguase165. ÁLAMO, Oña, doc. 222. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 905; LAMA, CDMR, T. III, doc. 455; y PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 43. 162 Colección Hergueta, s.f., s.nº. 163 Garcia quidem Salvatoris et Iohannes Sancii alcaldes Naiarensis et dompnus Petrus Fortunionis de Roiuela regis adelantado, in presencia Lupi comitis, audita utrisque partis voce et bene intellecta, iuducaverunt... El conde Lope se menciona en el escatocolo de ese mismo documento como dominante Naiara. LEDESMA, San Millán, doc. 395. 164 PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 80. 165 LOIZAGA, Bujedo, doc. 96. 160 161

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Otras sentencias de Diego López de Haro quedaron recogidas también en fazañas. Algunas, además, nos muestran que no siempre las sentencias eran consecuencia de un juicio formal, lo que también nos habla del poder de los tenentes y de la arbitariedad con que podían ejercer el cargo. Los bienes que se encontraban enterrados en el subsuelo eran propiedad del rey; quien los hallara debía hacerlo saber públicamente para ver si se encontraba a su dueño, si no era así podía quedarse con los bienes encontrados. Un escudero de don Diego perdió un ferramental que fue encontrado por un hombre que lo escondió sin decir públicamente que lo había encontrado. Descubierto, fue llevado ante Diego López de Haro que lo condenó por ladrón166. Otra fazaña nos muestra la brutalidad del magnate. Don Diego estaba cazando en Belorado y mandó matar a un muchacho que le había matado un azor cuando el ave cazó una gallina. Don Diego mandó que fuera atado en un madero –asparle– y que permaneciera al sol hasta que muriera167. Otras veces las sentencia derivan de un juicio formal. Una mujer fue gravemente herida de un pedrada en la cabeza estando fuera de su casa por la noche. El marido no quiso acogerla en su casa por miedo a que muriera y fuera acusado de asesinato, pero eso mismo lo convirtió en sospechoso a ojos de sus vecinos de haber sido él quien la hiriera. Uino el pleito ante don Diego Lopez de Faro que mandó ahorcar al marido y repartir sus bienes y los de su esposa entre sus parientes, no quieriendo tomar nada por razón de homicidio168. 166 TÍTULO DEL AVER QUE ES FALLADO SO TERRA. Esto es por fuero de todo aver que sea fallado so tierra: Deve ser del rrey, et dévelo mostrar aquel que lo fallare a los primeros omnes que fallare et en la primera villa. Et si fueren bestias o ganado, dévelo mandar pregonar. Et si paresçiere duenno, dévelo aver su duenno, así como fuero es. Et si duenno non paresçiere, dévelo aver aquel que lo falló. Et un escudero de don Diago levava un ferramental troxado, et quebraron las correas e cayó el ferramental en tierra; et fallólo un omne et abscondiólo e non quiso mostrar a omne ninguno. Et dende a pieça tornóse el escudero et sopo cómo aquel avía el ferramental et prisól e levólo ante don Diago. Et mandól don Diago enforçar por ladrón, pues que encubriera lo que falló e non lo mostró a omne ninguno. Libro de los Fueros de Castilla, 106. 167 TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE DON DIAGO DE FARO E DEL GASCÓN QUE MATÓ EL AZTOR. Esto es por fazannia de don Diago López de Faro. Andava a caçar en Bilforado e un aztor en Varrio de Vinna tomó una gallina. Et vino el gascón e mató el aztor, e mandól don Diago prender et asparle en un madero; e pusiéronle al sol aspado e que soviese y fasta que muriese. Libro de los Fueros de Castilla, 253. 168 TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE JOHAN NEGRIELLO E DE SU MUGER DONNA URRACA. Esto es por fazannia: Que Johan Negriello era casado con donna Urraca e levantóse donna Urraca de noche e fue andar por la villa e do andava diéronle una pedrada en la cabesça e vino a la casa del marido e el marido non la quiso coger en la casa e murió la muger fuera de su casa en otra casa de la villa. E algunos omnes tenía que la él matara porque non la quería coger en casa, e él non la osava coger en casa con miedo que morría. Et vino el pleito ante don Diago López de Faro e mandólo enforcar e enforcáronlo. Et todo lo suyo e

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También han quedado abundantes noticias de la actividad judicial del hijo de don Diego, Lope Díaz de Haro. Algunas están recogidas en fazañas que no llevan fecha y pueden referirse a los años inmediatamente posteriores al período que nos ocupa en este trabajo, pero podemos considerarlas igualmente porque ilustran el ejercicio de las atribuciones judiciales de los tenentes en un contexto cronológico próximo. Un documento fechado en 1216 recoge un pleito entre el monasterio de Bujedo y el concejo de Miranda, cuyo tenente era entonces Lope Díaz de Haro, por una heredad en Potancre que un vecino de Miranda había dado al monasterio. Pero desde hacía unos años las disposiciones de la Curia de Nájera de 1185 habían prohibido que las heredades pasaran de una forma de señorío a otra, en concreto por lo que se refiere al pleito, que las heredades de realengo pasaran a abadengo. El monasterio acudió a don Lope, que era prestamero a essa sazon, argumentando que habían obtenido la heredad antes de la Curia de Nájera, mientras que el concejo alegaba que había sido posteriormente. Don Lope dictaminó que debía jurarlo el abad, cosa que hizo, de forma que el monasterio pudo conservar la heredad disputada169. Las compraventas de heredades y sus condiciones eran un de los aspectos más controvertidos. A comienzos de los años 20 Lope Díaz de Haro dictó otra sentencia sobre compraventas de heredades estando en Bañares –cerca de Santo Domingo de La Calzada– y acompañado por los adelantados regios170. No es raro que los tenentes libren los pleitos o dicten las sende su muger ovieron sus parientes dél e della, fuera lo que dieron por sus almas, que don Diago non mandó tomar nada dello por rrazón de omezidio ni de calonnia; e ovieron los sus parientes todo lo suyo dellos. Libro de los Fueros de Castilla, 261. 169 LOIZAGA, Bujedo, doc. 164. Sobre la Curia de Nájera y sus disposiciones C. ESTEPA, «Estructuras de Poder en Castilla (siglos XII-XIII). El poder señorial en las Merindades Burgalesas», en VV. AA., Burgos en la Plena Edad Media, Burgos, 1994, pp. 245-294; e I. ÁLVAREZ BORGE, Poder y relaciones sociales en Castilla en la Edad Media. Los territorios entre el Arlanzón y el Duero en los siglos X al XIV, Valladolid, 1996, pp. 270-273, donde pueden verse otras referencias bibliográficas; la más reciente que conozco ALVARADO y OLIVA, Los Fueros de Castilla, pp. 74-76 y 172-175. 170 TÍTULO DE OMNE QUE VENDE HEREDAT A OTRO E NON GE LA PUEDE FAZER SANA. Esto es por fuero: Que si un omne vende una heredat a otro omne e después dize que non la puede sanar et que la vendió como a su amigo con quien avía amistad partida, et el otro la conosçe la amistad e él lo puede provar como es derecho con omnes buenos, deve el otro que la heredat compró provarle con çinco omnes buenos derechos que la puede sanar la heredat, e dígal verdat el otro como deve deçir amigo a amigo que non la puede sanar e dé lo que havía dado por la heredat e misión, si havía alguna fecho, e dégel. Et esto juzgó don Lope Díaz de Faro, estando en Bannares e estando Diego Martínez de Zarratón et don Nunno de Agilar, que eran adelantados del rrey, et otros cavalleros muchos que juzgaron que era fuero. Et eso fue juzgado por Giralte Andrés e don Bernalt Andrés, su hermano, que vendieron a don Gunçalo Martínez aquel soto de molinos de iuso la puente de

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tencias en presencia de otros o con su participación. En otro caso don Lope libró un pleito ante los obispos de Burgos y Calahorra, ante Diego de Mendoza e delante de otros muchos cavalleros e ante otros muchos omnes onrrados. Se trataba de una disputa porque las obras que se hacían en una heredad perjudicaban a otra heredad contigua preexistente; un propietario hacía arcas en su heredad lo que perjudicaba unos molinos que había en las inmediaciones. Don Lope dictó que ninguna heredad nueva non deve fazer mal a la heredat vieja171. Otra interesante sentencia de Lope Díaz se refería a la anchura que debían tener los caminos. La fazaña que la contiene incluye también otra sentencia de don Lope sobre las heredades abandonadas y labradas por otros campesinos sin consentimiento del dueño; si el dueño reclama la cosecha podrá obtenerla, pero dando al campesino que labró la tierra el tercio o el cuarto de la cosecha172. Por último, otra sentencia de Lope Varrio de Sant Iohan, e non ge lo podían sanar, que dizían que eran del rrey. Et don Gunçalo Martínez ovo de tornar sus dineros e su misión. Libro de los Fueros de Castilla, 149. La fecha de esta sentencia puede datarse a comienzos de los años 20, puesto que don Nuño de Aguilar, uno de los adelantados del rey lo fue –merino o adelantado menor de Bureba– en esos años. Véase I. ÁLVAREZ BORGE, Estructura social y organización territorial en Castilla la Vieja Meridional. Los territorios entre el Arlanzón y el Duero, siglos X al XIV, Tesis doctoral, Universidad de León, T. 1, p. 179. El interés de esta sentencia, que se refiere a los casos en que no se puede hacer efectiva la entrega de una heredad vendida bajo ciertas condiciones, explicaría que se transmitiera en diversos textos, además del Libro de los Fueros de Castilla, como el llamado Pseudo Ordenamiento II de Nájera, 10; el Fuero de los Fijosdalgo, 41; o el Fuero Viejo de Castilla, 4.2.3. 171 TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE MATEO FRANCO E DE MARI DÍAZ E DE MARÍA MÉNDEZ. Esto es por fuero de una fazannia: Que Gunçalo Franco e Mateo Franco e donna María Méndez e sus fijos e Johan de Sansón demandavan a don Rodrigo de Palençia que fazía arcas en la su heredat de la Puente de Canto et fazía mal a los sus molinos e levávalos el agua del calze del rrey e del obispo; e vinieron ante don Lope e ante el obispo don Mauriz e delante el obispo de Calahorra e delante don Diago de Mendoça e delante otros muchos cavalleros e ante otros muchos omnes onrrados. Et la heredat de don Andrés de Palençia era nueva e la otra heredat era vieja de la puebla de la villa; e juzgó don Lope e los adelantados que ninguna heredat nueva non deve fazer mal a la otra vieja. Et por esa rrazón pechó don Rodrigo çient maravedís. Et el juizio fue atal que ninguna heredat nueva non deve fazer mal a la heredat vieja, et si non, deve pechar çient maravedís et el danno doblado. Libro de los Fueros de Castilla, 150. 172 TÍTULO DE CARRERA DE PUENTE, DEVE SEER TAN ANCHA QUE DOS MUGERES VAYAN CON SUS ORÇOS EN PAR. Esto es por fazannia que juzgó don Lope: Que carrera que sale de villa para fuente de agua deve ser tan ancha que pasen dos mugeres de encontrada con sus orços. E carrera que va para otras heredades deve ser tan ancha que se encuentren dos bestias cargadas e que pasen. Et carrera de la vez del ganado deve seer tan ancha que se encuentren dos carros que pasen. Et juzgava don Lope que una tierra iazía aria e labrávala un labrador, e vinía a tiempo de coger el pan su duenno de la tierra e queríalo segar e levar el pan, deve el labrador levar

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Díaz de Haro determina que el dueño de un árbol será responsable del pago del homicidio correspondiente si alguien cae del árbol y muere; y señala también cómo se debe determinar el terreno alrededor de la planta que pertenece al dueño del árbol173.

V.10. Recapitulación Las páginas anteriores y los Anexos nos permiten constatar el desarrollo del sistema de tenencias en la zona de la frontera del Ebro en el período que estudiamos. Las tenencias son uno de los ejes, y uno de los más importantes, que articulan la relación entre el rey y los nobles. Sin embargo, aunque se conocen sus contenidos formales e institucionales, falta todavía bastante por conocer sobre esa relación y su evolución, tanto en marcos territoriales concretos como en contextos políticos determinados. Por ejemplo, todavía no podemos reconstruir la evolución del conjunto del sistema de tenencias durante el reinado de Alfonso VIII, pero las páginas precedentes muestran cómo funcionó en una zona importante en la trayectoria del reino, como fue la frontera del Ebro. En ese sentido merece la pena destacar algunos aspectos que se han ido señalando a lo largo de este capítulo. En primer lugar, hemos podido apreciar cómo la distribución de las tenencias refleja y se ajusta a la evolución de los acontecimientos políticos y militares. Pero, al mismo tiempo, se ha insistido también en que esa distribución no dependía exclusivamente de la voluntad regia. La política regia estaba condicionada y se desenvolvía en el contexto de un juego de fuerzas y equilibrios entre los sectores nobiliarios –a veces entre los individuos de una el pan et al duenno dar qual fuere la tierra, de terçio o de quarto, maguer non ge la mandó labrar su duenno. Libro de los Fueros de Castilla, 187. También en Pseudo Ordenamiento II de Nájera, 24; Fuero de los Fiojosdalgo, 6; Pseudo Ordenamiento de León, 6; Fuero Antiguo de Castilla, 2; y Fuero Viejo de Castilla, 5.3.16. 173 TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE DON LOPE DE FARO. Esto es por fazannia que juzgó don Lope Díaz de Faro: Que si un omne cahe de nozedo o de otro árbol e fuese leborado e muriese e el merino le testiguase, como es derecho, deve pechar el omezidio el duenno del árbol e de la heredat. Et deve el merino un omne mandar sovir en el árbol en somo et tomar una soga e tomar otro omne en tierra el cabo de la soga e andar aderedor del árbol; et non tanga la soga las çimas del árbol; mas en cabo de las çimas el omne con la soga aderredor del árbol en tierra que finque mojones. Et quando fuere de los mojones adentro sea todo del sennor. Et si ganado entrare de los mojones adentro será todo del sennor. Et si ganado entrare en aquella heredat de los mojones adentro, que peche tanto como en otra heredat de aquel sennor. Libro de los Fueros de Castilla, 211. También en Pseudo Ordenamiento II de Nájera, 47; Fuero de los Fiojosdalgo, 60; Fuero Antiguo de Castilla, 13; y Fuero Viejo de Castilla, 2.1.4.

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misma familia–, un juego que apenas conocemos pero que podemos entrever en ocasiones, como en la sucesión del conde Lope de Haro, y que se nos muestra como sumamente complejo. La habilidad del rey para desenvolverse en ese juego, manteniendo los equilibrios entre unos y otros o siendo capaz de soportar las tensiones que se generaban cuando se rompían, era fundamental para mantener la estabilidad del sistema político. Por otro lado, en ocasiones se presenta al sistema de tenencias como una realidad plana; el mapa del reino se distribuye en tenencias mas o menos homologables y con un contenido similar. Por el contrario, nosotros hemos insistido en que se trata de una realidad jerárquica, tanto cada tenencia considerada individualmente como el conjunto del sistema. Ni todas las tenencias ni todos los tenentes que se reflejan en la documentación eran iguales u homologables. Quizás el aspecto más llamativo de esa organización jerárquica sean las llamadas tenencias mayores o territoriales, entre las cuales destaca la aparición de la tenencia de Rioja. Por último, otro aspecto muy importante que es necesario destacar es que la evolución del sistema se hizo en beneficio de unos pocos magnates que acumularon un poder muy destacado en la zona. Ellos fueron los auténticos hombres fuertes en la frontera del Ebro en este período. Diego López de Haro y su hijo Lope Díaz, Pedro Jiménez de Cameros y, sobre todo, su hermano Diego Jiménez y otros a una escala algo menor, como Guillermo González, acumularon un buen número de tenencias. El rey permitió e incluso promovió esa acumulación y es que, bajo ciertas condiciones como las que se dieron durante el reinado de Alfonso VIII desde 1170, el reforzamiento del poder de los nobles no tenía porqué disminuir o debilitar la posición regia, sino todo lo contrario. El rey aseguró su control sobre la zona favoreciendo la importantísima acumulación de poder de magnates como Diego López de Haro, al que no en vano algunos documentos califican como príncipe174.

174 Regnante... Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra, dice un documento, ya citado, de 1210; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99.

Capítulo VI MERINDADES Y MERINOS

El reinado de Alfonso VIII ofrece importantes novedades desde el punto de vista de la administración territorial. Como hemos visto en el capítulo anterior, las tenencias siguen siendo el principal instrumento de gobierno territorial de la monarquía. De hecho, quizás sea ahora, entre 1150 y 1220 aproximadamente, cuando el sistema alcanza su máximo desarrollo. Pero en estos años también se avanza sustancialmente en la formación de otro sistema de administración territorial para las zonas al norte del Duero, las merindades, tanto por lo que se refiere a la merindad mayor de Castilla, como a los primeros pasos de las merindades menores. Las tenencias son, como hemos visto, un sistema de administración territorial de la monarquía, pero un sistema controlado de una forma muy estrecha por la nobleza, especialmente la alta nobleza. Al mismo tiempo, el desarrollo del dominio señorial, los señoríos nobiliarios y eclesiásticos, redujo el alcance del control de los tenentes a zonas cada vez más reducidas de las tenencias. Desde el reinado de Alfonso VI a finales del siglo XI comienza a perfilarse otro sistema de administración territorial a partir de merinos y merindades, un sistema paralelo y superpuesto al de las tenencias en sus primeros pasos, pero que con el tiempo terminará por sustituirlas. Los merinos expresan además contenidos del poder regio parcialmente distintos de los que correspondían a los tenentes. En trabajos anteriores he denominado dominio señorial regio al contenido del poder regio ejercido por los tenentes y señorío jurisdiccional regio al ejercido por los merinos. Una denominación diferente para marcar la evolución en las formas de ejercicio del poder de la monarquía y en su contenido concreto; una evolución determinada por los cambios en la fiscalidad y en la capacidad jurisdiccional de la monarquía a través de sus oficiales1. 1 Señorío jurisdiccional regio o lo que Estepa denomina también señorío del rey. Véase ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal...3; C. ESTEPA, «El realengo y el señorío jurisdic-

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Conviene insistir en que la formación de las merindades, tanto la mayor como las menores, es fruto de un proceso largo. Pero en ese proceso el reinado de Alfonso VIII supone un momento fundamental. Veamos ahora cómo se plasma en la zona que estudiamos viendo primero lo relativo a la merindad mayor y después a las merindades menores.

VI.1. Merindades y merinos mayores Como he señalado, desde el reinado de Alfonso VI en las últimas décadas del siglo XI observamos la existencia de los que se han denominado merinos territoriales, que serán los precedentes de los merinos mayores2. Son merinos que ejercen sus funciones en territorios amplios del reino, mucho más amplios que los alfoces donde actuaban, y seguirán actuando, otros merinos que se sitúan en otra escala. Por lo que nos interesa a nosotros ahora, desde entonces comienza a documentarse un merino de Castilla que también recibe el título de merino de Burgos, cuyo ámbito de actuación son los territorios del antiguo condado castellano, y que será paralelo a otros merinos equivalentes en otras zonas: merino de Carrión para las zonas entre el Cea y el Pisuerga, merino de León para el territorio legionense, etc. Tras la muerte de Alfonso VI en 1109, durante el reinado de Urraca y en los años en que buena parte de Castilla estuvo bajo el control de Alfonso I de Aragón, deja de documentarse este tipo de oficiales; pero volvemos a encontrarlos cuando Alfonso VII se hace con el dominio efectivo de toda la zona desde 1134. Además, durante el resto del reinado de Alfonso VII parece aumentar la posición de estos oficiales en la corte. Como he señalado, creo que el ámbito inicial de actuación de los merinos territoriales de Castilla remitía al antiguo condado; de manera que sus límites serían el mar Cantábrico al norte, el río Duero al sur y el Pisuerga al oeste, mientras que el límite oriental estuvo sujeto a sucesivos cambios por la evolución política de la zona. Cuando en 1076 Alfonso VI obtuvo el control de la actual Rioja, tras el asesinato de Sancho IV de Navarra, la zona inicional concejil en Castilla y León (siglos XII-XV)», en Concejos y ciudades en la Edad Media hispánica. II Congreso de Estudios Medievales, León, 1990, pp. 467-506; C. ESTEPA, «Sobre los orígenes de los merinos mayores...»; y C. ESTEPA, «El rey como señor, consideraciones sobre el poder regio en el feudalismo castellano», en F. SABATÉ y J. FARRÉ (coords.), El temps i l’espai del feudalisme. Reunió científica, VI Curs d’Estiu Comtat d’Urgell (Balaguer, 11, 12 i 13 de juliol de 2001), Lérida, 2004, pp. 407-419. 2 Sobre ellos ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal..., pp. 149-169; ESTEPA, «Sobre los orígenes...»; y para las zonas leonesas también JULAR, Los adelantados y merinos mayores...

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cialmente no pertenecía al ámbito de actuación de los merinos de BurgosCastilla; la fórmula de integración fue la concesión de tenencias en la zona en algunos momentos a algunos de estos merinos. Toda la zona oriental de Castilla estuvo después en manos de Alfonso I de Aragón y cuando Alfonso VII obtuvo el control, a la muerte del rey aragonés, de nuevo volvemos a encontrar merinos territoriales actuando como tenentes en la zona. Así, la zona riojana, la zona de la frontera del Ebro se integraba parcialmente en el ámbito de actuación del merino de Castilla convirtiendo al merino también en tenente de ciertos lugares, repitiendo lo mismo que había hecho Alfonso VI años atrás. El merino Miguel Felices figura también en 1138 como tenente de Nájera y García Ruiz se documenta como merino de Burgos y tenente de Nájera en 1143 y como merino de Burgos y de Nájera en 11483. Hay, pues, una extensión o ampliación del territorio donde ejerce sus funciones el merino de Castilla para englobar las zonas riojanas. Sin embargo, no es fácil determinar hasta qué punto esa política alcanzó sus objetivos. Después, durante el reinado de Alfonso VIII, en un primer momento se interrumpen las nóminas de merinos territoriales en los años de la minoría en la década de los 60, para recuperarse, ya sin interrupción, desde los años 70. Desde entonces los merinos de Castilla se suceden de manera continuada y comienzan a recibir en ocasiones el calificativo de maiores, de manera que la historiografía viene considerando que se consolida ya la figura de los merinos mayores y, por lo tanto también, la merindad mayor4. Durante el reinado de Alfonso VIII, el de Enrique I y los primeros años del de Fernando III se suceden los siguientes merinos de Castilla o merinos mayores5: Gutierre Peláez, 1170-1171 y 1174-1176. Lope Díaz de Fitero, 1171-1173 y 1176-1193. Diego López de Fitero, 1193-1195. Rodrigo Pérez Malavilla, 1195-1198. Gutierre Díaz de Sandoval, 1198-1205. García Ruiz Barba, 1205-1211. Pedro Fernández Moro, 1211-1215. Ordoño Martínez, 1215-1217. Gonzalo Pérez de Arenillas, 1217-1220. Sin embargo, como he apuntado, tengo algunas dudas del alcance de la actuación de los merinos mayores en la zona más oriental hasta finales del 3 Véanse los datos en las obras de I. Álvarez y C. Estepa citadas en la nota anterior; también ESTEPA, «Frontera...», pp. 49-50. 4 Además de los trabajos citados en las notas anteriores, véase también PÉREZ BUSTAMANTE, El gobierno y la administración territorial..., T. 1, pp. 51-55. 5 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 1, pp. 245-248; GONZÁLEZ, Fernando III, T. 1, p. 121; ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal..., pp. 169-172.

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siglo XII. Los datos son escasos y no puede ofrecerse una interpretación concluyente. Antes de exponerlos conviene, en cualquier caso, recordar el enorme poder alcanzado en la zona por algunos magnates, especialmente los Haro y los Cameros, y destacar que el proceso de formación y consolidación de las merindades, tanto la mayor como las menores, no se hizo de forma ajena al poder señorial. De hecho, como veremos, parece que en algún momento el nuevo sistema de administración territorial también se situó al servicio de los intereses de los magnates. Por otro lado, la idea de un territorio de una merindad mayor de Castilla claramente definido y subdividido en merindades menores también definidas con precisión, no es aplicable a estos años, cuando todo es todavía bastante impreciso. Con estas precauciones, una primera aproximación a la actuación de los merinos mayores en la zona nos lleva a destacar, en primer lugar, la escasez de los datos. No puede decirse que el conjunto de los documentos, tanto públicos como privados, relativos a la zona de la frontera del Ebro sea escaso en estos años y, sin embargo, se conservan muy pocas noticias, de cualquier tipo que sean y más allá de las fórmulas de los escatocolos, relativas a los merinos mayores; y, como he apuntado, sólo a partir de 1200 los documentos nos muestran claramente a los merinos mayores actuando en la zona en el ejercicio de sus funciones. De los merinos territoriales en los últimos años del reinado de Alfonso VII sólo se conserva una noticia, ya mencionada, a García Ruiz, quien en 1148 figura como merino de Burgos y de Nájera, mientras que unos años antes, en 1143, se documenta como tenente de Nájera6. Su personalidad, tanto social como política es poco clara. Parece evidente su papel como merino territorial pero se documenta de forma intermitente e intercalado con otro merino bien documentado, Miguel Felices; así pues, se ha dicho que García Ruiz pudiera ser un merino dependiente de Miguel Felices. Por otro lado, su presencia en Nájera, zona nuclear del poder del conde Lope de Haro, donde también figura como tenente Miguel Felices, ha llevado a pensar que ambos actuaron allí en dependencia o por delegación del conde Lope, el auténtico hombre fuerte de la zona. De manera que veríamos a merinos regios, en este caso merinos territoriales, actuando en vinculación a los grandes magnates, algo que volveremos a ver en los años siguientes7. Tampoco su personalidad social está muy clara, puesto que desconocemos sus vínculos de parentesco. Con toda probabilidad hay que identificarle con García Ruiz de Burgos, que figura como confirmante en algunos documentos regios a favor del monasteLAMA, CDMR, T. 2, docs. 133 y 147. ESTEPA, «Frontera», pp. 49-50; ESTEPA, «Sobre los orígenes...», n. 62 y el texto a que se refiere; y REILLY, The Kingdom..., p. 205. 6 7

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rio de Oña y también en donaciones al mismo monasterio realizadas por el conde Rodrigo Gómez (Manzanedo). Por ambas cosas he planteado como hipótesis que pudiera tratarse de un miembro del grupo familiar de los Manzanedo8. Ninguno de los merinos territoriales posteriores durante los reinados de Alfonso VII y Sancho III vuelve a documentarse en la zona que estudiamos, ni tampoco los primeros merinos mayores de Alfonso VIII hasta 1180. En ese año el merino mayor Lope Díaz de Fitero figura brevemente como tenente de Bureba9. Es muy probable que se trate de la misma lógica que había hecho que, décadas atrás, los merinos territoriales hubieran ocupado tenencias en la zona riojana, tal y como hemos visto. Es decir, reforzar la posición del merino en una zona que no controlaba, o controlaba muy poco, mediante la atribución de la tenencia. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la tenencia del merino mayor en Bureba fue muy breve y que se produce en un momento de alta inestabilidad en la tenencia de Bureba, tras la consolidación del control de Alfonso VIII en la zona de la frontera del Ebro y cuando, tras décadas de haber ocupado la tenencia ininterrumpidamente, fue apartado del cargo Gonzalo Ruiz o Rodríguez (Manzanedo)10. En cualquier caso, tengo dudas de que durante los años 70, 80 y 90 del siglo XII los merinos mayores de Castilla extendieran su ámbito de actuación por las zonas orientales del reino, La Bureba y las zonas riojanas. Enseguida veremos con detalle qué sucede en esas zonas, pero podemos avanzar que existen merinos, el más significado es Oriol que se titula en ocasiones merino mayor de Bureba –in tota Borouia per mandatum regis maiori merino–, quizás para expresar su autonomía respecto del merino mayor de Castilla, merinos que parecen depender tanto del rey como de Diego López de Haro. Poco después, en 1183 vuelve a documentarse tanto al merino mayor Lope Díaz de Fitero como a Oriol, pero no se trata de una actuación pública sino privada. Ambos personajes van a ser fiadores en una importante donación realizada al monasterio de Oña por el conde Fernando Núñez de Lara y sus hermanos Gonzalo Núñez, Álvaro Núñez y Leonor. Los Lara entregaron al monasterio todo lo que tenían en Castilla Vieja hasta Piedralada, es decir la heredad que tenían en Zangandez, Ranera, Santotis, Quintana, Villamezán y Bárcena, en compensación por las casas –domorum– de Valdivielso que ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal..., p. 165; y los documentos en ÁLAMO, Oña, docs. 177 de 1137, 179 de 1137, 184 de 1142, 195 de 1145, 198 de 1146, 201 de 1147 y 223 datable entre 1126-1157. 9 ÁLAMO, Oña, doc. 262. 10 Véase el Anexo 1 y lo dicho en el apartado 6.3 del Capítulo V. 8

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CAMBIOS Y ALIANZAS

tenía el conde Fernando11. Es significativo que para tan importante donación los Lara eligieran como fiadores a los dos citados. No parece que su papel como fiadores se explique en esta ocasión por vínculos de parentesco, algo que, aunque no puedo descartar por completo, considero muy poco probable. Más bien creo que los eligieron por su posición destacada como oficiales públicos, lo que reforzaba su posición como garantes de la operación. No hay ninguna otra referencia a los merinos mayores de Castilla ni en La Bureba ni en las zonas riojanas hasta 1200, cuando el merino mayor era Gutierre Díaz de Sandoval; salvo, lógicamente, las noticias de los escatocolos de los documentos privados y las confirmaciones de privilegios regios. En 1200 ya vemos que las atribuciones del merino mayor están claramente establecidas sobre la zona central de La Rioja y, por lo tanto, suponemos, sobre toda la zona de la frontera del Ebro. Así, se constata que hay un merino dependiente del merino mayor en Cameros, Logroño y Río Iregua, lo que nos informa también de la existencia de ese distrito, merindad menor, que documentamos por primera vez en 120012. Poco después, en 1202 volvemos a documentar al merino mayor Gutierre Díaz en la zona que estudiamos, en la zona de Nájera, pero en un acto privado no en el ejercicio de sus funciones públicas, puesto que figura como testigo en el documento que recoge la venta realizada por García Ordóñez al monasterio de Cañas de todas sus heredades y campesinos dependientes en ese lugar –domos scilicet et uineas, collacios et terras...– por 100 maravedís13. Pocos años después se vuelve a documentar la actuación del merino mayor en la zona; esta vez sobre La Bureba y Rioja, donde en 1211 actuaba el merino Pedro Díaz en dependencia del merino mayor de Castilla, que ahora era García Ruiz Barba. El documento también resulta claramente expresivo de que por entonces ambas zonas, Bureba y Rioja, estaban unidas administrativamente formando una única merindad menor14. Poco después, en 1216 se documenta otra actuación del merino mayor, que entonces era Ordoño Martínez, en la zona de Miranda. El tenente de Miranda, Lope Díaz de Haro, le comunica ÁLAMO, Oña, doc. 268. ...Regnante rege Aldefonso in Castella... Didaco Lupi, manus eius senniore in Soria et in Naiara et in Marannon et in Sancto Sebastiano. Merino in Castella Guterrio Didaci, et per manum eius Petro Gonsalvez merino in Camero et in Lucronio et in Rivo Iroce. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 399 (aunque con deficiencias en la transcripción); y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17. 13 LAMA, CDMR, T. 4, doc. 2; y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 19. 14 Regnante rege Alfonso in Toleto, et in Castella... Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra... Et existente maiorino regis in Castella, Garsia Roderici Barba, sub eo Petro Didaci, maiorino Borovia et Rivogia. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100. 11 12

MERINDADES Y MERINOS

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la resolución de un pleito entre el concejo de Miranda y el monasterio de Bujedo y le pide o le ordena –dixo es el verbo que utiliza el documento– que haga que se restituya al monasterio la heredad en discordia15. Este texto nos muestra también en parte la articulación entre las funciones de tenentes y merinos y por ello volveremos sobre él más adelante. De lo que no hay duda es que las atribuciones de los merinos mayores se extendían ya por toda la zona, como nos muestran también los otros textos desde 1200. Es posible que toda la zona de la frontera del Ebro estuviera sujeta a la actuación de los merinos mayores desde 1170, cuando podemos datar que se establece esa figura; pero, como he señalado más arriba, tengo bastantes dudas y los textos relativos a estos asuntos entre 1170 y 1200 son muy escasos y no resuelven los problemas. Buena parte de mis dudas obedecen a la actuación de los que podríamos llamar merinos menores de la zona en esos años.

VI.2. Merindades y merinos menores La merindad mayor de Castilla se subdividía en toda una serie de distritos más pequeños que solemos denominar merindades menores, a cuyo frente se situaban otros merinos –merinos menores– dependientes del merino mayor. Ese es el dibujo, a grandes rasgos, del sistema de organización territorial en merindades y parece relativamente simple, pero los detalles distan mucho de estar claros y de responder a esa imagen. ¿Cuándo se forman las merindades menores? ¿Qué merindades existieron? ¿Cómo se articularon con los territorios preexistentes? Son preguntas relevantes –esas y otras– cuyas respuestas conocemos peor de lo que desearíamos16.

LOIZAGA, Bujedo, doc. 164. Sobre este pleito véase la nota 169 del Capítulo V y el texto a que se refiere. 16 Sobre algunas merindades menores –las de Silos, Muñó y Castrojeriz– y su formación a finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII véase I. ÁLVAREZ BORGE, «Merindades y merinos menores de Silos, Muñó y Castrojeriz…». Sin embargo C. REGLERO no documenta otras merindades menores, como las de Infantado y Campos, hasta las últimas décadas del siglo XIII; véase Espacio y poder en la Castilla medieval. Los Montes de Torozos (siglos X-XIV), Valladolid, 1994, pp. 294-298. Por lo que se refiere a las zonas que estudiamos aquí, la merindad de Bureba y Rioja está excepcionalmente documentada, tanto en su trayectoria y evolución como en los oficiales que estuvieron a su cargo. Contamos con un trabajo específico de A. ANTOÑANZAS, La Merindad de Bureba y Rioja en la Edad Media, Memoria de Licenciatura, Universidad de La Rioja, 2006. Véase también G. MARTÍNEZ DÍEZ, «La merindad de Bureba», en Cuadernos Informativos de Derecho Histórico Público, Procesal y de la Navegación, 8 (1988), pp. 1591-1602. 15

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En la zona de la frontera del Ebro a comienzos del siglo XIII se documentan ya con una cierta claridad merinos menores dependientes del merino mayor en las zonas de Bureba y Rioja, por un lado, y de Cameros, Logroño y Río Iregua, por otro. Pero para llegar a esa situación el proceso había sido largo y complejo, al menos es la impresión que obtenemos a partir de la zona más occidental, la zona de Bureba y Rioja, la mejor documentada. Un proceso cuya evolución no es fácil conocer por los distintos planos y niveles de la administración territorial que se desenvuelven al mismo tiempo y en las mismas zonas. Antes y después de las merindades existieron territorios y distritos, frecuentemente llamados alfoces, que articulaban el poder regio en las distintas zonas. En esos alfoces existen merinos regios desde tiempo atrás. Algunos de esos alfoces se nucléan en torno a lugares que llegan a alcanzar un cierto desarrollo como villas o ciudades; pensemos, por ejemplo, en Nájera, que además se configura como sede regia. Como hemos visto más arriba en el Capítulo III, este período es un momento en que algunos concejos de esas villas y ciudades van alcanzando un cierto grado de autonomía, concretado en la elección y nombramiento de los oficiales concejiles. Así, algunos merinos pasan a ser oficiales concejiles, ya no regios, en cuanto a que su nombramiento ya no depende del rey, sino del concejo. A veces, por lo que sabemos de otras zonas, ese proceso puede quedar concretado en dos oficiales distintos, uno para la villa o ciudad y su término y otro para el alfoz más amplio, ambos con formas de nombramiento diferentes. Muchas de esas villas y ciudades son sedes de tenencias que se extienden, en principio, por los alfoces correspondientes. Y los tenentes también disponen o pueden disponer de sus merinos, que a veces coinciden con los anteriores y otras no. Por último, hemos visto que se forman también las que hemos llamado tenencias territoriales agrupando varios distritos anteriores –Bureba, Rioja, etc.–; sus tenentes pueden tener también sus merinos distintos de los merinos de los alfoces. Además, algunos nobles acumularon varias tenencias, como es el caso de Diego López de Haro y de su hijo Lope Díaz de Haro, y pueden tener merinos que actúan en varias de ellas. Hay que tener en cuenta también que en la zona se utiliza muy frecuentemente el término adelantado para referirse a estos oficiales, tanto a los locales, equiparables a los merinos concejiles, como a los territoriales o merinos menores; de manera que los términos merino y adelantado son equivalentes. El resultado es un panorama muy complejo en que resulta difícil desenvolverse porque a menudo las fuentes no nos indican con precisión qué tipo de merinos nos encontramos, de quién dependen o cuál es su ámbito territorial de actuación. En el siguiente cuadro –Cuadro 26– presento por orden cronológico los datos disponibles conservados que iremos analizando en las páginas siguientes.

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Cuadro 26 Merinos menores y sus precedentes en la zona de la frontera del Ebro c. 1145-c. 1220 Fecha 1155 1156 1170 1174

Nombre Pedro Fortún de Royuela Abril Oriol Giner Petáez (sic)

1178

Oriol

1178

Pedro germanus

1181

Oriol

1181 1183

Martín de la Follía Fortún García de Ayuela

1183

Gonzalo Belenguer

1185 1186 1186 1186 1188

Borrego Borrego Oriol Pardo de Valluércanes Borrego

1188 1188

Ochoa Oriol

1188 ó 1201 1191 1191 1192 1192 1192 1192 1193 1193 ó 1183 1199

Ochoa

1199 1200

Yagüe Pedro González

Lope Mogo Lope Mogo Oriol Gonzalo Pérez Oriol Oriol Yagüe Oriol Ochoa

Denominación regis adelantado merinum Gudisalui Ruderici. merino merinus regis

Fuente LEDESMA, San Millán, doc. 395 ÁLAMO, Oña, doc. 222 LEDESMA, San Millán, doc. 413 MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVII in tota Borovia per mandatum GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, regis maiori merino, doc. 294 LEDESMA, San Millán, doc. 433 merinus de Borovia GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 294 LEDESMA, San Millán, doc. 433 regis merino tenente castellum LEDESMA, San Millán, doc. 436 de Cellorigo Maiorinus in tota Borouia ÁLAMO, Oña, doc. 252 merino UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 61 adelantado UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 61 regis merinus LEDESMA, San Millán, doc. 447 merinus regis LEDESMA, San Millán, doc. 449 domno Oriolo Merino regis LEDESMA, San Millán, doc. 449 merinus dompni Orioli LEDESMA, San Millán, doc. 449 praetoribus honoris Didaci LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 Lupi pretor Didaci LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 praetoribus honoris Didaci LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 Lupi mio merino (de Diego López LOIZAGA, Bujedo, doc. 99 de Haro) merino de Rivo de Ogga LEDESMA, San Millán, doc. 464 merino in tota Rivogia. LEDESMA, San Millán, doc. 465 merino regis existente LEDESMA, San Millán, doc. 469 merinus Roderici Sancii LEDESMA, San Millán, doc. 470 regis merinus LEDESMA, San Millán, doc. 470 merino LEDESMA, San Millán, doc. 472 merino regis in Borouia. ÁLAMO, Oña, doc. 305 so merino (del rey) LOIZAGA, Bujedo, doc. 64 so merino (de Diego López de Haro) merino regio Merino in Castella Guterrio Didaci, et per manum eius Petro Gonsalvez merino in Camero et in Lucronio et in Rivo Iroce.

LOIZAGA, Bujedo, doc. 96 ÁLAMO, Oña, doc. 319 JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17 LAMA, CDMR, T. III, doc. 399

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Fecha 1204

Nombre Domingo Chico

1204

Serrano

1207

Oriol

1207

Diego Martínez

1209 1209 1210 1210

Lope Ochoa Lope Ochoa Lope Ochoa Pedro Díaz

1211

Pedro Díaz

1211 c.

Pedro Díaz

1214 1216

Mateo de Clavijo Lope Ochoa

1216

Lope Ochoa

1216

Ochoa

1217 c. 1220 c.

Sancho de San Román Diego Martínez de Zarratón

1224

Diego Martínez de Zarratón

1236

Diego Martínez de Zarratón

Denominación dominante in Borobia Rodericus Roiz et sub eo merinus Dominicus Chico Merino Regis

Fuente Colección Hergueta, T. III, s.f., s.nº.

Colección Hergueta, T. III, s.f., s.nº. quondam merinus meus (del GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, rey) doc. 807 CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 106 TURZA, Valvanera, doc. 228 LAMA, CDMR, T. III, doc. 408 adelantado dominum regis UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92 merinus Didacus Lupi LOIZAGA, Bujedo, doc. 131 merinus Didacus Lupi LOIZAGA, Bujedo, doc. 132 merinus Didacus Lupi de Faru LOIZAGA, Bujedo, doc. 134 merinus regis Petrus Didaci Colección Hergueta, T. III, s.f., in Naiera et in Borovia. s.nº. existente maiorino regis in UBIETO, Cartularios de Santo Castella, Garsia Roderici Domingo, doc. 100 Barba, sub eo Petro Didaci, maiorino Borovia et Rivogia. merino Libro de los Fueros de Castilla, 271 merino del rey TURZA, Monte Laturce, doc. 61 prestamero en la tierra don LOIZAGA, Bujedo, doc. 161 Lop. Diaz de Faro, he merino Lop Ochoa. Lop Diaz de Faro, prestame- LOIZAGA, Bujedo, doc. 162 ro en Salinas et en Alava; et merino Lop. Ochoa. So merino (de Lope Díaz de LOIZAGA, Bujedo, doc. 164 Haro) merino del señor rey TURZA, Monte Laturce, doc. 64 adelantados del rrey Libro de los Fueros de Castilla, 149 Pseudo Ordenamiento II de Nájera, 10 Fuero de los Fijosdalgo y fazañas, 41 Fuero Viejo de Castilla, Libro IV, Título II, Ley III adelantado de Rio Doia UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 134. adelantado de Rio Doia UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 138

Fuente: Elaboración propia a partir de las referencias señaladas en el cuadro.

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Desde un punto de vista formal o institucional conviene distinguir entre merinos locales, merinos de los alfoces y merinos menores; o entre merinos concejiles, de los tenentes y regios. Pero muchas veces los planos se entremezclan17, de manera que una visión puramente institucional no es suficiente. No hay que olvidar que este proceso es un proceso de organización y ejercicio del poder regio, pero el poder regio se apoya en el poder nobiliario, como hemos visto en los capítulos anteriores. En estos años todavía cabe hablar más de merinos que de merindades menores, entendidas en sentido estricto como distritos bien definidos; sin embargo, los merinos tenían un ámbito de actuación determinado, por más que éste fuera un tanto impreciso en ocasiones, y en ese sentido se puede, en mi opinión, hablar también de merindades menores, aunque éstas todavía no tengan el grado de formalización territorial que alcanzarán más tarde18. Según ha señalado Martínez Díez, La Bureba se articulaba desde la Alta Edad Media en varios alfoces: los de Oña, Briviesca, Pancorbo, Poza y Monasterio. Pero La Bureba se documenta también desde mediados del siglo XI, cuando es citada en 1042 como uno de los territorios sobre los que gobierna el rey García Sánchez de Navarra. Poco después, en 1061 se documenta un Flaíno Oriolez como merino in Borobia; y poco más tarde, en 1089 La Bureba es citada como una tenencia19. Estos serán los precedentes que llevarán a la formación de una merindad de Bureba en las últimas décadas del siglo XII, merindad que se unirá a la de Rioja –refiriéndose a la zona que actualmente conocemos como Rioja Alta, o quizás sólo al valle del río Oja y a La Rioja burgalesa–, para formar un único distrito de Bureba y Rioja a comienzos del siglo XIII. Como hemos visto en el capítulo anterior, La Bureba se documenta con regularidad como sede de una tenencia a lo largo de todo el período que estudiamos, desde los últimos años del reinado de Alfonso VII hasta los primeros del de Fernando III. Hay, por lo tanto un tenente de Bureba en todo

17 Y no sólo en estos años de formación del sistema, cuando la escasez de fuentes puede dificultar nuestras posibilidades de análisis. Véanse, por ejemplo, los conflictos que se darán mucho más adelante, en el siglo XV, en torno al nombramiento de los merinos de Muñó y sus atribuciones entre el concejo de Burgos, señor de Muñó, y los adelantados mayores de Castilla. J. A. BONACHIA HERNANDO, El señorío de Burgos durante la Baja Edad Media (1255-1508), Valladolid, 1988, pp. 141-148. 18 Una definición territorial más precisa de las merindades menores no se dará hasta que éstas se configuren como distritos para la recaudación de rentas regias como las monedas y los servicios, algo que se irá desarrollando a lo largo del siglo XIII. Sobre la definición territorial de las merindades menores véase ÁLVAREZ BORGE, Monarquía feudal..., pp. 179-184. 19 MARTINEZ DÍEZ, «La Bureba como distrito...».

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CAMBIOS Y ALIANZAS

ese tiempo, aunque en ocasiones se documentan también otras tenencias menores, como las de Poza, Briviesca o Pancorbo. Esos tenentes de Bureba disponen de sus propios merinos que, en ese sentido, son merinos de Bureba, aunque no podemos considerarlos merinos menores, merinos de la merindad, puesto que no dependen del rey o del merino mayor, sino del tenente. En los años que estudiamos se documentan varios de estos que podríamos llamar merinos de la tenencia: Abril en 1156 y Domingo Chico en 1204. Abril era merino del tenente de Bureba Gonzalo Rodríguez en 1156 cuando éste y el rey le encargaron que realizara una pesquisa junto a otros notables de la zona, para señalar los términos entre Padrones de Bureba y Poza de la Sal20. En cuanto a Domingo Chico, era merino del tenente de Bureba Rodrigo Ruiz en 1204; sólo disponemos de ese dato a través del escatocolo de un documento que nos informa de que por esos años también existía un merino regio llamado Serrano, al que podemos considerar un merino de la merindad o merino menor21. Es un caso interesante, porque nos permite ver bien la superposición de planos o niveles de la administración territorial y las dificultades para aplicar esquemas demasiado simples o demasiado rígidos desde el punto de vista institucional. La posición de Domingo Chico como merino del tenente se equipara a la de un subtenente. No conocemos ninguna otra actuación de este personaje en el ejercicio de su cargo, pero sí se documenta en un par de ocasiones como testigo en documentos que recogen donaciones o cambios a favor del monasterio de Oña en La Bureba, documentos que al menos una vez le sitúan en relación con otros personajes notables de la zona, como los Oriol22. Al lado de estos merinos de los tenentes había otros merinos regios que, como Serrano en 1204, son los que podemos considerar primeros merinos de la merindad o merinos menores, aunque con algunas reservas. Aquél Flaíno Oriólez u Oriol que se documentaba en 1061 fue el primero y no vuelven a documentarse otros hasta unos cien años después cuando el merino de Bureba es Oriol. Flaíno Oriol y Oriol son dos nombres que nos llevarían a pensar que entre ambos merinos, separados por unos cien años, pudo existir alguna relación de parentesco. Lo cierto es que no podemos afirmarlo porque nada se documenta más allá de los propios nombres, que son poco

ÁLAMO, Oña, doc. 222. Colección Hergueta. T. 3, s.f, s.nº. Procede de los fondos del monasterio de San Millán, Becerro Galicano, fol. 245 v; o Colección Minguella, doc. 498. 22 En 1204 fue testigo cuando Pedro Oriol entregó al monasterio lo que le había vendido en Navas; y en 1206 en un cambio de heredades en Solduengo entre el monasterio y Vicente. ÁLAMO, Oña, docs. 354 y 366. 20 21

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frecuentes en la zona. En cualquier caso, no sería descabellado suponer alguna relación entre ambos si tenemos en cuenta que, después, descendientes de Oriol se documentan como merinos menores de Bureba o en otras posiciones relevantes de la administración local y territorial de la zona en diversos momentos hasta el siglo XV al menos23. Oriol se documenta como merino, merino del rey o merino mayor en toda La Bureba desde 1170 hasta comienzos de los 90, aunque textos posteriores aún recordarán actuaciones suyas, pero es posible que no ejerciera el cargo de forma ininterrumpida a lo largo de todos esos años. El escatocolo de un documento de 1170 indica su posición como merino, citándolo a continuación del tenente de Bureba, Gonzalo Rodríguez24. Podría pensarse que se trata de otro merino del tenente, como los que hemos visto más arriba, pero la posición de Oriol queda más clara en otro documento de 1178. Se trata de la noticia de un pleito entre el concejo de Santa María de Ribarredonda y el monasterio de San Millán sobre aprovechamiento de aguas y sobre la iglesia parroquial del lugar. El pleito llegó hasta el rey quien ordenó a Oriol, tunc temporis in tota Borovia per mandatum regis maioris merino, y a Pedro González de Cerezo que averiguasen la verdad sobre el asunto –ut certam huius rei veritatem sollicite investigarent–. Ambos reunieron al concejo de Santa María de Ribarredonda –omne concilium in simul congregari iusserunt– e hicieron la pesquisa correspondiente en doce de los vecinos más notables –de melioribus concilii–, cuyos nombres recoge el texto. Éstos declararon quasi ex uno que la mitad de un prado junto al río, la mitad de las aguas que discurren por la villa y la mitad de la iglesia parroquial pertenecían al monasterio, lo que fue aceptado por todos los vecinos25. En este texto se define a Oriol como merino mayor en toda la Bureba por orden del rey y creo que no se trata de una expresión retórica. En mi opinión, esa expresión puede hacer referencia fundamentalmente a dos aspectos: por un lado, la posición superior de Oriol sobre otros merinos de la zona y, por otro lado, su vinculación directa al rey, no al merino mayor de Castilla. En relación con lo primero, hemos visto que en la zona existen otros merinos de los tenentes de Bureba, pueden existir otros merinos en los alfoces y tenencias menores dependientes de los concejos o de los tenentes de esas tenencias menores –Briviesca, Pancorbo...– y sabemos que también había otros merinos dependientes de Oriol. Así pues, calificar a Oriol como me23 Son los Martínez o Fernández de Soto, descendientes de Oriol por vía femenina. Véase ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja, especialmente Cuadro 3 en p. 134 y Cuadro 4 en pp. 191-194. 24 ...regnante rege Alfonso in tota Castella, sub eius gratia dominante Borovie Gonzalvo Roderici, Oriolo merino. LEDESMA, San Millán, doc. 413. 25 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 294; y LEDESMA, San Millán, doc. 433.

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rino mayor vendría a expresar su superioridad sobre los otros merinos, al menos sobre los otros merinos regios y concejiles y quizás también incluso sobre los merinos de los tenentes. Es muy significativo que en la lista de los testigos del documento, junto a los propios Oriol y Pedro González de Cerezo, además de otros personajes notables de la zona, encontramos a un Petrus Germanus merinus de Borovia. No se cuál es la interpretación correcta, puede tratarse de un personaje llamado Pedro y apellidado o apodado Germano, o puede que ese término haya que interpretarlo como hermano. De ser así podría tratarse de un hermano de Oriol, puesto que sabemos que, en efecto, tenía un hermano llamado Pedro Oriol. En cualquier caso, fuera su hermano o no, creo que se trata de un merino dependiente de Oriol y su calificación como merino de Bureba da contenido a la de Oriol como merino mayor de Bureba. Unos años más tarde, en 1186, encontramos a otro personaje llamado Pardo de Valluércanes calificado como merino de don Oriol, que figura como testigo en el documento que recoge una pesquisa realizada por Oriol, calificado entonces como merino del rey26. Por otro lado, la expresión merino mayor por orden del rey referida Oriol en 1178 creo que nos estaría indicando también su no vinculación al merino mayor de Castilla, Lope Díaz de Fitero, y su dependencia directa del rey o de otras instancias de la administración regia. Es un asunto sobre el que no podemos pronunciarnos con rotundidad, por falta de datos concluyentes, pero es significativo que ni en este caso ni en otros en los que Oriol actúa como merino lo haga por orden o bajo la indicación del merino mayor de Castilla a quien, como he señalado, no se documenta actuando como tal en la zona de la frontera del Ebro hasta unos años más tarde. En 1181 se vuelve a documentar a Oriol como regis merino y esta vez además como tenente del castillo de Cellorigo, entre Haro y Miranda27. De nuevo un merino refuerza su posición mediante una tenencia. Sin embargo, ese mismo año de 1181 se documenta tambien a Martín de la Follía como maiorinus in tota Borouia28. Caben varias interpretaciones; es posible que Martín de la Follía sustituyera a Oriol durante unos años29; también es posible que Martín de la Follía, en tanto que merino de Bureba, dependiera de Oriol que continuaría siendo merino mayor de Bureba, de manera similar a Pedro Germano o Pardo de Valluércanes unos años antes y después, respecLEDESMA, San Millán, doc. 449. Se trata de un escatocolo que dice: Dompno Oriolo regis merino tenente castellum de Cellorigo per manum regis Alfonsi; LEDESMA, San Millán, doc. 436. 28 De nuevo en el escatocolo de un documento; ÁLAMO, Oña, doc. 252, p. 300. 29 El texto referido a Oriol en 1181 está fechado en junio, el relativo a Martín de la Follía lleva el año pero no incluye la calendación. Nada impide pensar que el segundo fuera posterior al primero y que se hubiera producido la sustitución de Oriol. 26 27

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tivamente. Por último, también cabe pensar que hubiera cambiado el ámbito de actuación de Oriol, ampliándose quizás y dejando de estar referido exclusivamente a La Bureba, lo que explicaría que allí hubiera otro merino distinto. Hay algunas indicaciones en ese sentido, pero no son concluyentes ni fáciles de interpretar. Lo cierto es que Oriol continúa documentándose en los años 80 como merino, pero no volvemos a tener un expresión territorial y, aunque actúa preferentemente en La Bureba, también figura en otras zonas como el valle del Najerilla. Por otro lado, aparece vinculado tanto al rey como al principal magnate de la zona, Diego López de Haro. Y, por último, algún texto da a entender que actúa de forma conjunta o coordinada con otro merino llamado Borrego. Según he apuntado, en 1186 Oriol realizó otra pesquisa para averiguar los términos y derechos que pertenecían a los de Arce Mirapérez en el contexto de un pleito entre éstos y el monasterio de Bujedo30. Como en el texto de 1181, no estamos en La Bureba sino en la zona de Cellorigo y de Miranda y por lo tanto aquí no actúa Oriol como merino de Bureba; quizás como tenente de Cellorigo, aunque en el texto no se le califica como tal, sino como merino; o como merino pero con un ámbito de actuación más amplio, no referido exclusivamente a La Bureba. La lista de testigos que figuran en el documento que se conserva es muy significativa. Figuran varios notables de la zona, algunos de ellos calificados como milites; figura también el merino de Oriol, Pardo de Valluércanes; otro merino llamado Juan García de Ameyugo, que bien podría ser un merino local; pero el que encabeza la lista de los testigos y, por lo tanto, tiene una posición jerárquica destacada sobre los demás es Borrego, también llamado merinus regis. ¿Quién era este Borrego y cuál era su relación con Oriol? La primera vez que se documenta a Borrego como merino es el año anterior, cuando figura como testigo en el documento que recoge la venta de una viña realizada por el concejo de Haro, debiti necessitate urgente, al monasterio de San Millán. En el documento figura como regis merinus y no cabe pensar que fuera el merino local de Haro, puesto que a éste, Sancho Jiménez de Villalobar, se le menciona también en el texto con la denominación equivalente de adelantado de Faro31. Así pues, no sabemos cuál era el 30 Hec est carta inquisicionis quam fecit dompnus Oriolus super hereditates qui sunt in Foze inter fratres de Buixedo et homines de Arce, feria VI pro festum apostolorum Petri et Pauli, presente Sancio abbate de Buixedo et Ferrando abbate Sancti Emiliani, Dominicus Martinez de Cellorigo et Petrus Guerrero eiusdem cognatus de Cellorigo, Iohanne de Sagga de iuso et Martinus Beilaz de Fuentzea, isti quatuor coniurati a domno Oriolo merino regis... LEDESMA, San Millán, doc. 449. 31 LEDESMA, San Millán, doc. 447.

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ámbito de actuación de Borrego en 1185 pero, ciertamente, figura en la zona de Rioja. El asunto se aclara un poco más en otro texto de 1188. Contiene donaciones al monasterio de Bujedo realizadas por Lope (Sánchez) de Mena y Diego López (de Haro) y su escatocolo dice lo siguiente: ...regnante rege Aldefonso in Toleto et in Castella; Ferrando comite; Didaco Lupi signifero; Lupo [Didaci] de Fitero judice et majori merino Castellae; Auriolo et Borrego praetoribus honoris Didaci Lupi32. Por lo tanto, Borrego y Oriol eran pretores en la honor de Diego López de Haro. Pretores es un hipercultismo que hay que interpretar como merinos; se da a entender que ambos actuaban conjuntamente sobre el grupo de territorios, de tenencias, de Diego López de Haro. No se dice que fueran merinos del magnate, pero sí en sus territorios, lo que los sitúa en un clara vinculación con el de Haro. Antes y después figuran como merinos regios, pero no debía resultar contradictorio con la vinculación a Diego López de Haro, que no dejaba de ser un tenente regio aunque su poder fuera muy amplio. Por otro lado, ya no figuran como merinos de una u otra zona concreta, Bureba o Rioja, sino en los amplios –amplísimos– territorios gobernados por Diego López de Haro como tenente, lo que explica que podamos verlos actuando sobre varias zonas, especialmente a Oriol. Por otro lado, Diego López contaba también con sus propios merinos; uno de ellos era Ochoa, quien también figura como testigo en este documento calificado como pretor Didaci [Lupi]. Este texto de 1188 es el último en que se documenta a Borrego como merino –o pretor–. Otros documentos privados nos ayudan también a precisar algo más su posición social. Poco sabemos de su familia y sus parientes. Sólo conocemos un hermano llamado Diego, quien figura como testigo en una venta de un solar con divisa al monasterio de Bujedo en 117633. Como hemos visto más arriba, en 1181 el rey Alfonso VIII confirmó a Borrego y su mujer las heredades que tenían en Santa Coloma (de Aega), Oxenaga y las viñas de Haro pasado el río Tirón; propiedades que, al menos parcialmente, debieron entregar después al monasterio de Bujedo a quien se las volvió a confirmar el rey en 118734. La vinculación con los Haro se constata también en 1185, cuando Borrego actúa como fiador de Lope Sánchez de Mena –sobrino de Diego López de Haro– en la donación de sus heredades en Aostri al monasterio de Bujedo35. LOIZAGA, Bujedo, doc. 53. LOIZAGA, Bujedo, doc. 16. 34 LOIZAGA, Bujedo, docs. 29 y 52. Véase más arriba lo dicho en las notas 117 del Capítulo II y 54 a 56 del Capítulo IV y el texto a que se refieren. 35 LOIZAGA, Bujedo, doc. 49. 32 33

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Por lo tanto, Borrego es un oficial regio, un merino, pero claramente vinculado a los Haro. En estos momentos de formación de las merindades menores su ámbito de actuación no aparece perfectamente definido desde el punto de vista territorial y parece actuar en algunos momentos de forma conjunta con Oriol. A Oriol le vemos más vinculado a La Bureba y a Borrego a la zona de Rioja –La Rioja Alta–, pero ambos tenían un radio de acción más amplio, abarcando el conjunto del principado de Diego López de Haro, lo que explica que podamos encontrar otros merinos, seguramente dependientes suyos, en una u otra zona. Por otro lado, la vinculación de los merinos Oriol y Borrego a Diego López de Haro nos indica que el nuevo sistema de administración territorial en merindades no surge ajeno completamente a los intereses de los nobles. Al menos en la zona más oriental del reino, en la zona de la frontera del Ebro, donde la posición de Diego López de Haro era claramente hegemónica en esos años. Por su parte, Oriol continúa documentándose todavía unos años más. Figura en tres documentos de 1192 como merino o merino regis. Un documento de agosto de ese año menciona a Oriol como merino regis en el escatocolo tras señalar las tenencias de Diego López de Haro; el texto contiene una venta al monasterio de San Millán realizada por Gonzalo Álvarez de Hervías en Ciriñuela, cerca de Santo Domingo de La Calzada; es decir, en la zona de Rioja36. Oriol, calificado como regis merino, confirma en otro documento de septiembre de ese año que contiene una donación al mismo monasterio en Santa María de Ribarredonda, en La Bureba no lejos de Pancorbo37. Por último, en el escatocolo de otro documento fechado también en 1192, pero sin calendación, se menciona también a Oriol como merino; se trata de un documento relativo a Ameyugo en la zona de Miranda, aunque también cerca de Pancorbo38. Me interesa destacar de esas referencias que Oriol figura tanto en textos relativos a la zona de Bureba como a otras zonas, como Miranda o Rioja. Su presencia como confirmante puede no tener una significación especial en relación con su título de merino, simplemente podía estar presente por algún tipo de vinculación con los protagonistas del negocio jurídico que se recoge en el documento; o figurar en tanto que personalidad destacada en la zona o en sus proximidades. Pero la referencia en los escatocolos ha de tener un significado político concreto y, en ese sentido, creo que es muy significativo que se mencione a Oriol en el documento relativo a Ciriñuela, en la zona de Santo Domingo, porque nos podría indicar

LEDESMA, San Millán, doc. 469. LEDESMA, San Millán, doc. 370. 38 LEDESMA, San Millán, doc. 472. 36 37

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que el ámbito de actuación de Oriol se extendía por esas zonas, en la misma línea que lo que hemos visto un poco más arriba. Similares conclusiones podemos obtener de un texto posterior. Se trata de un documento fechado en 1207 que contiene la confirmación regia de los términos de Pedroso. El texto narra que la confirmación regia es consecuencia de un pleito entre el concejo de Pedroso, de un lado, y los de Anguiano, Matute, Villanueva y Tobía, de otro. El pleito fue resuelto tiempo atrás mediante un duelo judicial entre dos peones en representación de ambas partes. Venció el peón de Pedroso y el merino del rey, Oriol, procedió a señalar los términos que correspondían a Pedroso, lo que fue confirmado por el rey en 1207: Concedo, inquam, uobis terminum per subscripta loca, sicut Oriolo, quandam merinus meus, ipsum uobis, facto bello et a pedite uiro deuicto, determinauit...39. Por lo tanto, aunque el texto data de 1207 narra actuaciones llevadas a cabo por Oriol con anterioridad, en una fecha indeterminada. Pero lo más significativo es, de nuevo, la zona en la que actuó Oriol, puesto que los concejos que disputaban los términos se encuentran en el valle del Najerilla. Hasta ahora sabemos que Oriol fue merino al menos entre 1170 y 1192. Un último texto podría ampliar la fecha de su merinato hasta 1193, aunque no es seguro puesto que se trata de un documento de fecha discutida entre 1183 ó 1193. Además, como en el caso del texto anterior, también narra actuaciones de Oriol en pasado, aunque seguramente ahora más próximas a la fecha del documento. Se trata de un texto que narra como Sancha de Frías había dado al monasterio de Bujedo Terroves o Tresrobres, cerca de Frías, cuyos términos le fueron disputados después por los habitantes de las villas de los alrededores –las villas faceras: Cascajares, Miraveche, Covilla, Valderrama–. El abad se querelló al rey quien ordenó a so merino Don Orivelo que demandasse los conceios de las villas faceras de Troves et q[ue] los ficiesse venir, et numeró hi los conceios; aunque esta vez la pesquisa la realizaron los arcedianos Rodrigo de Salas y Sancho de Cárdenas40. En cuanto a la zona de actuación del merino Oriol, esta vez nos encontramos en el límite entre La Bureba y Castilla Vieja. Si aceptamos la fecha del documento en 1193, esa sería la última vez que documentamos a Oriol como merino. Aún sigue presente en la documentación posterior, pero ya sin el título de merino. No hay duda de que era un personaje bastante notable y así se refleja también en otros documentos par39 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 807; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 106; TURZA, Valvanera, doc. 228; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 408. Sobre este documento, su contexto y su fecha, véanse las notas 10 a 12 del Capítulo III y el texto a que se refieren. 40 LOIZAGA, Bujedo, doc. 64, y sobre la fecha del documento nota 77 en p. 111; para la localización del lugar también doc. 1, nota 6 en p. 63. Sobre la fecha véase también el doc. 63 que recoge una disputa entre los monasterio de Bujedo y San Millán sobre la misma villa.

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ticulares en los que se le menciona, siempre en relación con otros personajes destacados o con negocios jurídicos importantes. Así, en 1182 fue testigo en el empeño del conde Gonzalo Rodríguez (Manzanedo) al monasterio de Oña de heredades en varios lugares en La Bureba y en Castilla Vieja; en 1183 fue fiador junto al merino mayor de Castilla, Lope Díaz de Fitero, del conde Fernando Núñez de Lara y sus hermanos en otra importante donación que realizaron al mismo monasterio; en 1192 fue testigo también cuando el monasterio de Oña cedió a doña Sancha Jiménez (Cameros) en préstamo o prestimonio el monasterio de Santa María de Mave y otras heredades; ese mismo año fue testigo también en un cambio de heredades del monasterio en Quintanamarzán; en 1193 igualmente cuando el abad de Oña dio fueros a las villas de Solduengo y Quintanamarzán; y en 1194 cuando la reina Urraca López de Haro confirmó al monasterio de Oña la donación del monte de Piedralada41. Por lo tanto, su presencia como testigo nos ayuda a conocer su proyección social. La última vez que se documenta a Oriol es en 1198, aunque el texto se refiere a él también en pasado. En ese año el concejo de Herrera de Valdivielso aceptó y confirmó una pesquisa que había realizado Oriol junto al arcediano Rodrigo, Muño Muñoz y Fernando Jiménez, como consecuencia de la cual el concejo de Herrera entregó al monasterio de Oña una portionem en el monte de Herrera sicut unus ex nobis42. Es posible que en esta ocasión también Oriol hubiera actuado como merino, pero lo dudo porque en el documento que se conserva no se le menciona como tal. Más bien creo que su presencia obedece a ser una persona de prestigio reconocido en la zona. En cualquier caso, conviene recordar que Herrera de Valdivielso está en Castilla Vieja. Sin duda Oriol ejerció una clara autoridad en la zona de La Bureba y en otras próximas al servicio tanto del rey como de Diego López de Haro. Pertenecía a una familia de la nobleza que podríamos decir comarcal, con unas bases patrimoniales sólidas en La Bureba43. Es posible que descendiera de ÁLAMO, Oña, docs. 264, 268, 297, 301 y 305; y OCEJA, Oña, doc. 80. ÁLAMO, Oña, doc. 316. 43 Conocemos –y están razonablemente bien documentadas– no tanto propiedades suyas como de sus hijos y descendientes posteriores. Véase ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja, pp. 127-134, especialmente Cuadro 3 en p. 134; también I. ALFONSO ANTÓN, «Resolución de disputas y prácticas judiciales en el Burgos medieval»n en VV. AA., Burgos en la Plena Edad Media, Burgos, 1994, pp. 211-243, especialmente 231-232 y 243. Por otro lado, es posible que la vinculación a los Haro que hemos visto al expresarse su función como pretor en la honor de Diego López fuera una vinculación familiar y no sólo personal. En su momento mencionamos como doña Aldonza, viuda del conde Lope –y madre de Diego López de Haro– había dado a Lucas en 1187 heredades en Nalda. Del texto deducimos que Lucas había sido un miles vasallo de su marido y se señala que era hijo de Lope Oriol. Es muy probable que hubiera alguna relación entre este Lope Oriol y el merino Oriol. 41 42

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aquel Flaíno Oriol u Oriólez que se documenta como merino de Bureba en 1061; sea como fuere, miembros de su familia, descendientes suyos, continuaron disfrutando de una clara proyección política en la zona al servicio de la monarquía e integrados en las estructuras de la administración territorial. Son un buen ejemplo de cómo el poder regio necesita y utiliza a los poderes locales y comarcales para hacerse efectivo, mientras que éstos necesitan y utilizan también al poder regio para mantener y consolidar su propia posición local o comarcal. Hemos visto que la última referencia a Oriol como merino data de 1192 o 1193; a finales de ese último año ya se documenta a otro merino regio o merino menor en La Bureba, Yagüe. El escatocolo de un documento de finales de 1193 señala a Yagüe como merino regis in Borouia a continuación del tenente Diego López de Haro44. Continuaba siendo merino regio en 1199, cuando intervino en la resolución de un pleito entre el monasterio de Oña y algunos nobles de la zona a propósito de los términos de Nava de Henosa y de Caborredondo45. Yagüe debió ser sustituido por Serrano, quien figura como merino regis en el escatocolo de un documento de 1204; el mismo que señala que el tenente era Rodrigo Ruiz y que actuaba por él el merino Domingo Chico46. Pocos años más tarde las zonas de Bureba y Rioja estarán unidas formando una única merindad bajo un merino menor sujeto ya a la autoridad del merino mayor de Castilla. Lo veremos enseguida, pero antes conviene detenerse en mostrar los datos relativos a la zona de Rioja –La Rioja Alta– en las últimas décadas del siglo XII. Hemos visto como Borrego, aunque pudo actuar conjuntamente con Oriol en algunos momentos, parecía tener una mayor vinculación –o, al menos, documentarse más– en la zona de Rioja. A Borrego se le documenta como merino entre 1185 y 1188. Con anterioridad, el escatocolo de un documento de 1183 señala que el tenente de Grañón y de toda Rioja era Pedro García de Lerma, Gonzalo Belenguer era adelantado y Fortún García de Ayuela era merino47, ¿pero adelantado y merino de dónde? El documento se refiere a un cambio de tierras en Bañares, junto a Santo Domingo de La Calzada, entre el monasterio de Santo Domingo y un propietario local. El lugar ÁLAMO, Oña, doc. 305. ÁLAMO, Oña, doc. 319. 46 Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.nº. Veáse lo dicho más arriba en la nota 21 de este capítulo. 47 Regnante rege Aldefonso et uxor eius Alienor in Toleto et in tota Castella. Subtus eius imperio dominante Petro Garcia de Lerma in Granon en in tota rio d’Oia. Adelantado, Gonzalvo Belenguer. Merino, Fortuno Garciez de Faiola. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 61. 44 45

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del cambio y la expresión del tenente dan a entender que el adelantado y el merino debían serlo de la zona. Adelantado y merino son términos que suelen tener un significado equivalente de manera que parecerían oficiales redundantes, pero es posible que uno fuera el oficial local del concejo de Santo Domingo y otro el oficial territorial, el merino menor de Rioja. En cualquier caso, carecemos de otra documentación que nos permita conocer tanto la identidad social y política de estos personajes como su ámbito de actuación o, quizás, su vinculación a otros merinos como Borrego u Oriol48. La Rioja a la que me refiero aquí, como ya he venido indicando, correspondería al territorio de la tenencia territorial de Rioja y tengo las mismas dudas sobre su extensión. Se trata del valle del río Oja y probablemente de las zonas que hoy denominamos Rioja burgalesa; y creo que también pudo extenderse hacia el valle del Najerilla, aunque esa zona pudo conservar su entidad territorial en algunos momentos. Esta Rioja –que, evidentemente, no abarcaba las actuales Rioja Media y Rioja Baja– es la que se unió a La Bureba para formar la merindad de Bureba y Rioja en ocasiones en épocas posteriores, aunque otras veces ambos territorios permanecieron separados49. Tras Fortún García de Ayuela y Gonzalo Belenguer, el merino que parece actuar en la zona es Borrego, como hemos visto. Tras él, en 1191 se documenta a Lope Mogo o Mocho como merino de Rioja o merino en toda Rioja. Se trata de dos textos; el escatocolo de uno de ellos indica que Lope Mocho era merino de Rivo de Ogga, tras señalar las tenencias de Soria usque a mare de Diego López de Haro. El otro texto contiene una donación al monasterio de San Millán en Pino de Suso, junto a Santo Domingo de La Calzada, y la lista de confirmantes se cierra con Lupus Moggo merino in tota Rivogia50. Por esos años hemos visto también como Oriol actuaba en la zona de Rioja e incluso en la de Nájera; de manera que es probable que Lope Mogo o Mocho fuera un merino dependiente de Oriol. No tenemos nuevos datos hasta 1207. Entonces Diego López de Haro con su esposa y sus hijos donaron al monasterio de Santo Domingo de La 48 Es relativamente frecuente que el equivalente de los merinos locales reciban en esta zona la designación de adelantados. Eso me llevaría a pensar que Gonzalo Belenguer era el oficial local, pero precisamente en el territorio de Rioja los merinos menores recibirán también con frecuencia el nombre de adelantados de Rioja, de forma que no veo posible resolver el problema a falta de nuevos datos. Sólo he encontrado otra referencia a Gonzalo Belenguer, quien figura como testigo en una donación también en Bañares al monasterio de Santo Domingo y en ese mismo año de 1183, esta vez sin expresión de su cargo. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 58. 49 Para la evolución posterior con detalle, véase ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja. 50 LEDESMA, San Millán, docs. 464 y 465.

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Calzada su serna de Santa María de Leiva, junto a Haralucea, y uno de los testigos del documento que se conserva fue Diego Martínez, adelantado dominum regis51. De nuevo se trata de una referencia difícil de interpretar. La zona donde tiene lugar la donación lleva a pensar que Diego Martínez actuaba por entonces como adelantado de Rioja52. Eso, a su vez, llevaría a identificarle con Diego Martínez de Zarratón quien, en efecto, se documenta como adelantado de Rioja, pero bastantes años más tarde en 1224 y 1236. ¿Eran el adelantado del rey de 1207 y el adelantado de Rioja de 1224 y 1236 la misma persona? Es posible, pero hay bastantes años entre la primera referencia y las últimas y no descarto que se trate de dos personas diferentes, quizás padre e hijo. Volveré sobre este asunto enseguida, pero antes conviene señalar que entre 1207 y 1224 hubo, al menos, otro merino en la zona y que el territorio de Rioja se unió temporalmente al de Bureba, continuando una tradición de vinculación que hemos visto en la época de Oriol. El escatocolo de un documento de 1210 señala que por entonces Pedro Díaz era merinus regis in Naiera et in Borovia53. Su ámbito de actuación y sus vínculos políticos se aclaran más en otro escatocolo de otro documento del año siguiente en que Pedro Díaz figura como merino de Bureba y de Rioja y, como he apuntado más arriba, actuando ya por delegación del merino mayor de Castilla García Ruiz Barba54. Dos aspectos importantes se desprenden de estas referencias. Por un lado, la ya citada unión de los territorios de Bureba y de Rioja que se inició antes y continuará posteriormente, para formar una única merindad, aunque haya momentos en que las dos zonas formarán también dos merindades independientes55. Por otro lado, Nájera se incluye también ahora en ese amplio distrito, seguramente integrada en el territorio de Rioja, pero conservando una cierta entidad que mantendrá también más tarde. Poco más sabemos de ese personaje, Pedro Díaz, que pueda ayudarnos a perfilar un poco más los aspectos señalados. Nada conocemos sobre sus vínculos de parentesco ni sobre su patrimonio. Pero fue protagonista de una fazaña que quedó recogida en el Libro de los Fueros de Castilla, fazaña que nos indica que debió morir poco después de agosto de 1211, última fecha en UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92. Según el editor del texto, Haralucea era un término de Gimileo, un lugar próximo a Haro; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, p. 129. 53 Colección Hergueta, T. III, s.f., s.nº. El documento procede del monasterio de San Millán, Colección Minguella, doc. 504. 54 Et existente maiorino regis in Castella, Garsia Roderici Barba, sub eo Petro Didaci, maiorino Borovia et Rivogia. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100. 55 Sobre ello, como ya he dicho, véase el trabajo monográfico de ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja... 51

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que se documenta. La fazaña lo sitúa únicamente como merino del rey, pero no hay duda de que se trata del mismo individuo. El texto indica cómo el merino ahorcó a un caballero de la zona; nada se dice en el texto sobre las razones, pero seguramente lo hizo en el ejercicio de sus funciones como merino. Los parientes del caballero ajusticiado decidieron tomar venganza y asaltaron al merino en el encinar de Santo Domingo de La Calzada, matándole cruelmente –cortáronle la cabesça e los pies e las manos, e metiéronle un palo por el fondamiento–, así como a su hijo Diego Pérez que era clérigo. Habían matado a un merino del rey y podían esperar la ira regia por lo que los asesinos huyeron al reino de Aragón. Pero poco después tuvo lugar la batalla de Las Navas –de Úbeda la identifica el texto– y acudieron a ella entre las tropas del rey de Aragón quien pidió al rey de Castilla que les perdonara, a lo que éste accedió56. Así pues, el merino murió hacia finales de 1211 o a comienzos de 1212. Se trata de una anécdota pero evidentemente debía tener algún valor, valor que podríamos calificar como político, porque de lo contrario no se habría incluido y conservado en el Libro de los fueros. Ese valor se sitúa seguramente en el perdón que finalmente ofreció el rey Alfonso VIII tras la batalla de Las Navas. Pero la historia del merino también me parece significativa, su actuación gubernativa al ajusticiar a un caballero y la reacción contundente y brutal de los parientes de éste. Volveré sobre esto más adelante, pero creo que podemos interpretar estos hechos como una muestra de la reacción de la sociedad local o comarcal –puesto que se trata de caballeros de la zona– ante el desarrollo de las figuras de los merinos y sus atribuciones. Tras la muerte de Pedro Díaz no tenemos nuevos datos sobre los merinos menores de la zona hasta los años 20 cuando ambos territorios, Bureba y Rioja, estaban a cargo de dos merinos diferentes. En 1222 y 1223 se documenta en Bureba a Nuño de Aguilar como adelantado y también como juez

56 TÍTULO DE UNA FAZANNIA DE CÓMO ENFORCÓ PERO DÍAZ, MERINO, A JOHAN ROMERO, CAVALLERO. Esto es por fazannia: Que Pero Díaz, el merino, enforcó a Johan Romero, cavallero, sobrino de don Mariscot de Sagrero. Et vinía un día cavallero de Sant Millán Pero Díaz, el merino; e traía consigo muchos peones e muchos omnes de la tierra. Et dieron salto a él al enzinal de Sancto Domingo de la Calçada Ferrant Romero e Lope Románez de Puellas e sus fijos et Gutier Munioz de Santurdi e fijos de Lope Románez de Goreta e Lope Gunçález, fijo de don Mariscot, e otros sus parientes. E lidiaron con Pero Díaz, el merino, e cortáronle la cabesça e los pies e las manos, e metiéronle un palo por el fondamiento e mataron a su fijo Diago Pérez que era evangelistero. E fuéronse del rregno para Aragón por miedo del rrey don Alfonso, que era su merino Pero Díaz. Et fueron con el rrey de Aragón a la batalla de Úbeda e rrogó el rrey de Aragón por ellos al rrey don Alfonso de Castiella; et perdonólos. Libro de los Fueros de Castilla, 271.

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mayor del rey en Bureba57, mientras que Diego Martínez de Zarratón figura como adelantado de Rioja en 1224 y 123658. Dos merinos, o adelantados en este caso, que sin embargo pudieron tener algún tipo de actuación conjunta o coordinada y también figuran en alguna ocasión vinculados al poderoso magnate Lope Díaz de Haro. Ambas cosas nos recuerdan la época de Oriol y Borrego y su vinculación a Diego López de Haro, padre de Lope Díaz. Otra vez es una fazaña la que nos ofrece alguna información complementaria a los datos de los documentos. Varias de las más importantes recopilaciones legislativas castellanas recogen una sentencia dictada por Lope Díaz de Haro en Bañares, cerca de Santo Domingo de La Calzada, sobre compraventa de heredades. Es una más de las fazañas que recogen sentencias dictadas por el magnate sin duda en su calidad de tenente de la zona, como hemos visto en el capítulo anterior. Lo significativo en este caso es que le acompañaron a la hora de dictar sentencia Diego Martínez de Zarratón y don Nuño de Aguilar, que eran adelantados del rrey, además de otros cavalleros muchos que juzgaron que era fuero59. Así pues, se trata de una sentencia dictada en una asamblea judicial, algo que era frecuente; asamblea presidida por el poderoso magnate que era tenente de la zona y en la que jugaron un papel destacado los adelantados de Bureba y de Rioja, puesto que es su nombre el que se recuerda entre los otros cavalleros muchos presentes. Bañares está, como he indicado, a pocos Kms. de Santo Domingo y, por lo tanto, es lógico que estuviera presente el adelantado de Rioja, pero ¿porqué estaba también, y jugó un papel destacado, el de Bureba? Quizás sólo estuviera allí como un hombre prestigioso, pero eso difícilmente explicaría que jugara un papel destacado en el juicio. Creo más bien que ambos, Diego Martínez de Zarratón y Nuño de Aguilar, como sus antecesores Borrego y Oriol, actuaran de forma conjunta o coordinada en ocasiones. También ahora los adelantados regios aparecen de alguna manera vinculados al magnate más poderoso de la zona. Como he señalado más arriba, es posible que Diego Martínez de Zarratón se corresponda con el adelantado Diego Martínez que se documenta en 1207, aunque tengo algunas dudas y no descarto que se trate de parientes 57 Véanse los datos en I. ÁLVAREZ BORGE, Estructura social y organización territorial..., «Cuadro V», p. 179. 58 UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, docs. 134 y 138. Sobre ambos personajes véase también ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja..., pp. 116-118 y «Cuadro 4», p. 191. 59 Et esto juzgó don Lope Díaz de Faro, estando en Bannares e estando Diego Martínez de Zarratón et don Nunno de Agilar, que eran adelantados del rrey, et otros cavalleros muchos et juzgaron que era fuero. Véase el texto completo de esta fazaña y las referencias en la nota 170 del Capítulo V.

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próximos, quizás padre e hijo. Un individuo llamado Diego Martínez de Zarratón se documenta ya en 1199 como testigo de una donación a la abadía de Santo Domingo de La Calzada. Desde entonces varios documentos más de los años siguientes hasta 1222 recogen su presencia también como testigo en ventas o donaciones a favor de la abadía60. Sólo conocemos propiedades suyas en la zona a través de un cambio realizado con el monasterio de Cañas en 1217, pero lamentablemente sólo se ha conservado la noticia no el texto completo del documento, lo que nos priva de algunos detalles que pudieran ser significativos61. También disponemos de muy pocos datos sobre sus vínculos familiares y de parentesco. Tenía un hermano llamado Martín Martínez que se documenta en 1212 y un texto datable hacia 1230 le sitúa en relación con Pedro de Hervías, canónigo de Santo Domingo de quien fue fiador junto a otros que probablemente eran habitantes de Santo Domingo, en una venta de heredades que hizo el canónigo a su abadía62. Como he señalado, no puedo asegurar que todas las referencias conservadas correspondan a un único individuo. Por lo tanto, vemos como el nuevo sistema de administración territorial articulado a partir de los merinos se va concretando sobre los territorios de Bureba y de Rioja; ambos presentan una vinculación muy estrecha que se traducirá en la formación de un único distrito, una única merindad que reunirá los dos territorios. Es un proceso cuyos primeros pasos remiten a las últimas décadas del siglo XII y cuyos perfiles aparecen ya más o menos claros a comienzos del siglo XIII. Por entonces vemos también como el sistema de merindades y merinos se extiende también por otra zona dentro del territorio que estudiamos. Se trata de la que actualmente denominamos La Rioja Media o Central, en torno a Logroño y los Cameros. Allí en 1200, como he apuntado más arriba, se documenta a Pedro González como merino de Cameros, Logroño y Río Iregua actuando por delegación del merino mayor de Castilla Gutierre Díaz63. La información procede de un escatocolo y por lo tanto es muy escueta, pero suficiente para ver los primeros pasos de las que serán las merindades de Logroño y de Cameros64. Lamentablemente la información conservada para la zona es escasa y no podemos documentar con 60 UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, docs. 78 de 1199, 101 de 1212, 108 de 1216 y 132 de 1222. 61 JIMÉNEZ, Cañas, doc. 28. 62 UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 136. 63 Merino in Castella Guterrio Didaci, et per manum eius Petro Gonsalvez merino in Camero et in Lucronio et in Rivo Iroce. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 399; y JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17. 64 Véase sobre ellas F. J. HERNÁNDEZ, Las rentas del rey. Sociedad y fisco en el reino castellano del siglo XIII, Madrid, 1993, T. 1, pp. 40-43 y 48-49; y mapa en T. 2, p. 57.

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precisión los nombres de los merinos que sucedieron a Pedro González, ni si el distrito se consolidó como merindad en los años siguientes. Conocemos el nombre de algunos merinos de la zona, pero no podemos asegurar que fueran sucesores de Pedro González u ocuparan una posición similar. Un texto fechable hacia 1217 contiene un importante cambio de heredades y campesinos dependientes realizado entre Rodrigo Díaz de Cameros y el monasterio de Monte Laturce; la lista de testigos incluye entre otros a Domingo, merino de Albelda, y a Sancho de San Román, merino del señor rey65. Como buena parte de la documentación conservada del monasterio de Monte Laturce, el texto conocido procede de una traducción del siglo XVIII, lo que siempre nos plantea bastantes dudas sobre su fidelidad al original y su validez. No podemos determinar con certeza quién era ese merino regio llamado Sancho de San Román y cuál fue su ámbito de actuación. Pero es probable que fuera uno de los sucesores de Pedro González en los primeros pasos de la merindad de Logroño y Cameros. Quizás también lo fuera, aunque me parece más dudoso, Mateo de Clavijo que se documenta como merino del rey en el escatocolo de un documento de 121466. Así pues, vemos los primeros pasos de la merindad de Bureba y Rioja, por un lado, y de Logroño y Cameros, por otro. Pero son sólo eso, primeros pasos y el sistema dista todavía de aparecer en la documentación como un sistema plenamente desarrollado y extendido al conjunto del territorio. Así, nada sabemos de una posible extensión del sistema hacia La Rioja Baja. Se documentan merinos o, más frecuentemente, adelantados locales, por ejemplo en Calahorra, pero no vemos que se formen distritos que podamos considerar merindades menores o sus precedentes. Tan sólo podríamos quizás aludir a un caso, y resulta muy dudoso. Uno de los confirmantes del fuero concedido a Ocón por Alfonso VIII en 1174 es un Giner Petáez, merinus regis. Quizás se pudiera pensarse que podría tratarse de un merino regio con una cierta proyección en la zona, pero es muy dudoso y las deficiencias del texto conocido del fuero de Ocón no ayudan a aclarar esas dudas67. Tampoco podemos precisar con detalle cuál era la situación en la zona de Nájera. Hemos visto como Pedro Díaz se titulaba en 1210 merino en NáTURZA, Monte Laturce, doc. 64. ...dominando en Logroño y en Calahorra y en Soria y en ambos Cameros, Rodrigo Diaz; en Jubera y en Val de Arnedo, Guillen Gonzalez; merino del rey, Matheo de Clavijo. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 67 MARTÍNEZ DÍEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVII; y véase lo dicho en la nota 95 del Capítulo III y el texto a que se refiere. En este caso, teniendo en cuenta los defectos de la transcripción disponible, me inclino a pensar que este nombre procede de una mala lectura del documento –otra más de las que contiene el texto conocido– tratándose, en realidad, de Gutierre Peláez, merino mayor en breves períodos entre 1170 y 1171 y de nuevo en 1174. 65

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jera y en Bureba y en 1211 merino de Bureba y de Rioja; de manera que parece que el territorio de Nájera se integró en ese amplio distrito que dará lugar a la merindad de Bureba y Rioja. Podríamos decir que el territorio de Rioja se extendería, a estos efectos, hasta englobar la zona de Nájera; aunque Nájera conservaba su personalidad, expresada en el mantenimiento de la denominación territorial. Así lo veremos reflejado también más tarde, a finales del siglo XIII, cuando los Cuadernos de Cuentas de Sancho IV permitan trazar con precisión los límites de la merindad de Bureba y de Rioja68. Sin embargo, es posible que con anterioridad la zona de Nájera hubiera sido la zona de actuación de un merino similar a los que venimos considerando. Hay que tener en cuenta que Nájera había sido el centro territorial más importante de la zona durante la Alta Edad Media; baste recordar su posición como sede regia. En el período que estudiamos otros núcleos disputaban a Nájera esa posición hegemónica, como Logroño o Santo Domingo por citar los más próximos, pero Nájera seguía siendo un núcleo y un centro territorial importante. Como tal, su influencia se extendía en varios ámbitos cuyos límites no conocemos siempre con total precisión. Ahora nos interesa destacar tres de ellos por su trascendencia en la administración territorial. Por un lado, el término municipal, el propio de los vecinos de Nájera; por otro, el alfoz, relativamente reducido, de unas 11.000 Has. según los cálculos de García Turza, extendido por algunas villas próximas; y por último un territorio más amplio, que quizás no corresponda a un único ámbito sino a varios, que determinan un mayor radio de influencia en aspectos económicos, procesales y en lo relativo a las prestaciones militares. Es, por ejemplo, un ámbito de aprovechamiento ganadero, o el que marca el límite de las responsabilidades judiciales, o el alcance de ciertas prestaciones militares69. A esto último es a lo que podemos llamar tierra de Nájera, utilizando una expresión tardía y anacrónica para el período que estudiamos, y probablemente corresponde a la propia tenencia de Nájera, aunque no es posible determinarlo con seguridad. Ni el alfoz ni la tierra de Nájera eran territorios compactos y sujetos uniformemente a la jurisdicción najerina; al contrario, eran ámbitos donde el concejo o los habitantes de Nájera tenían ciertos derechos –económicos, judiciales, etc...– pero entremezclados y superpuestos 68 Véase HERNÁNDEZ, Las rentas del rey..., T. 1, pp. 35-37, y mapas en T. 2, pp. 53 y 57; también ANTOÑANZAS, La merindad de Bureba y Rioja..., pp. 135-140. 69 Véase J. A. GARCÍA DE CORTÁZAR, «Organización social del espacio en La Rioja cristiana en los siglos X y XI», en J. A. SESMA (coord.), Historia de la ciudad de Logroño, T. II Edad Media, Logroño, 1995, pp. 53-168, especialmente pp. 156-161, quien señala que pueden distinguirse hasta un total de ocho ámbitos territoriales nucleados en torno a Nájera. También. GARCÍA TURZA, «Ciudades y aldeas: Nájera», pp. 244-248; GOICOLEA, «La expansión de los núcleos urbanos...», pp. 295-297; y PEÑA y ÁLVAREZ, «El territorio y el ‘reino’...», pp. 580-586.

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con derechos de otros, sean los poderosos señores de la zona, nobles y eclesiásticos, sean otros concejos y los habitantes de otras villas. El concejo de Nájera disponía de un merino cuyo ámbito de actuación se extendía por el término de Nájera, seguramente también por el alfoz y quizás en algunos aspectos, aunque no puede señalarlo con seguridad, por el territorio más amplio de la tierra. Podemos reconstruir una nómina bastante amplia de merinos de Nájera en los años que estudiamos, pero se trata de oficiales que podemos considerar locales, oficiales regios en origen –probablemente equivalentes al vicarium regis que menciona el fuero de 1076– que a estas alturas seguramente dependían de los tenentes70. Sin embargo a su lado, en algunos momentos figura en la documentación otro oficial, un adelantado regio, con una mayor proyección y que sí pudiera considerarse en alguna medida un precedente de los merinos menores. Es el caso de Pedro Fortún de Roiuela (o quizás de Sojuela), regis adelantado, quien en 1155, junto a los alcaldes de Nájera y en presencia del conde Lope, libra un pleito por términos entre los concejos de Villar de Torre y de Madriz, ambos lugares cercanos a San Millán de la Cogolla en el ámbito de esa que vengo denominando tierra de Nájera71. Resulta claro que Pedro Fortún no era el oficial local de Nájera, porque éste se llamaba García y fue uno de los testigos del documento en el que se recoge el desarrollo del litigio y su resultado. ¿Quién era entonces Pedro Fortún? ¿Cuál era su ámbito de actuación como adelantado? No podemos precisarlo pero, desde luego, no era un oficial local. Su mayor relevancia se corrobora también en otras referencia documentales donde figura en relación con algunos nobles poderosos de la zona e incluso en una ocasión como confirmante en una donación de Alfonso VII72. La nómina, sin ser exhaustiva, incluiría los siguientes nombres: García 1155 García Estébanez 1169 Fernando 1171 Lope Cellario 1174 Pascual Ensariot 1175 García Pérez 1183 Pascasio 1186-1191 Domingo Pardo 1193 Pedro o Pedrejón, hijo de Pedro Negro de Arcos, 1202-1203 Ortí Ortíz 1214 Véanse las referencias en CANTERA, Nájera, T. 2. 71 LEDESMA, San Millán, doc. 395. 72 Un Petrus Fortunionis de Soiola fue testigo en 1140 en la donación de García Fortún de Baztán y su mujer del monasterio de San Julián de Sojuela al monasterio de Nájera; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 125; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 51 (aunque esta última lee de Iroiola). Citado como Petro Fortunionis de Roiola y acompañado de su hijo Fortún Pérez es testigo en una donación de doña Toda al monasterio de Nájera en 1151 de un palacium en Alesón; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 156; y CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 57. También citado 70

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Un último aspecto a tener en cuenta en este panorama harto complejo es la existencia de merinos de los nobles. Conviene matizar, puesto que no me refiero ahora a los merinos dependientes de los tenentes en las tenencias, como sería el caso de los mencionados merinos de Nájera y de otros citados más arriba, sino de oficiales dependientes de los nobles –al margen, en principio, de que fueran tenentes o no– que contaban con una serie de oficiales de ese tipo: mayordomos, capellanes, etc... y también merinos. Pero en la medida en que esos nobles ejerzan como tenentes sus oficiales adquirirán también de alguna manera una cierta proyección pública, no estrictamente privada. Por otro lado, esos merinos tenían también una determinada proyección territorial, ejercían sus funciones en una cierta zona del dominio del señor; de manera que también se superponen y confunden con los merinos menores. Por ejemplo, hemos visto en el capítulo anterior como Rodrigo Sánchez, primo de Diego López de Haro, figura en 1188 como tenente de Grañón y de Haro, quizás en sustitución de su primo. Un merino suyo llamado Gonzalo Pérez actúa como testigo en un documento de 1192 que recoge la venta de unas heredades en Santa María de Ribarredonda realizada por Rodrigo Pérez de Tudela al monasterio de San Millán. En el mismo texto figura también como testigo el merino regio Oriol73. Pero Rodrigo Sánchez era bastante menos poderoso que sus parientes de la rama principal de los Haro, Diego López y su hijo Lope Díaz, y es de éstos de quienes disponemos de más datos sobre sus merinos. Entre 1188 y 1199 se documenta a Ochoa como merino de Diego López y entre 1209 y 1216 a Lope Ochoa como merino primero de Diego López y después de Lope Díaz. Considero la posibilidad de que ambos nombres, Ochoa y Lope Ochoa, puedan corresponder al mismo individuo pero, sin poder señalarlo con seguridad, me inclino más a pensar que se trata de dos personas diferentes. Debía tratarse de padre e hijo que, significativamente, también se sucedieron al servicio de padre e hijo ocupando el mismo oficio; y creo también que se trata de miembros de la baja nobleza. Como digo, estos merinos de los nobles se superponen y confunden con los primeros merinos menores que documentamos, pero no eran lo mismo. Ya he citado un documento de 1188 que recoge sendas ventas realizadas por Diego López de Haro y su pariente Lope de Mena al monasterio de Bujedo. El escatocolo de ese documento incluye la referencia a Auriolo et Borrego, pretoribus honoris Didaci como de Rroyola confirma en la donación de Alfonso VII al monasterio de San Prudencio de Monte Laturce en 1154 de la iglesia de San Vicente de Yangüela en Logroño, una heredad en Varea y un canal cerca del puente de Logroño; TURZA, Monte Laturce, doc. 25, quien fecha el texto en 1147, pero véase lo dicho en la nota 94 del Capítulo II. 73 LEDESMA, San Millán, doc. 470.

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Lupi, merinos en la honor –las tenencias– de Diego López, pero en la lista de confirmantes figura también Ochoa como pretor Didaci (Diego López)74. Los primeros eran merinos en la honor, el segundo era merino del magnate. Como tal, Ochoa participaba en los asuntos que diríamos privados de Diego López, como la venta que acabamos de mencionar; pero, igual que para el noble no había una frontera clara entre lo público y lo privado, entre el ejercicio de sus funcione públicas como tenente y sus intereses patrimoniales privados, también su merino parcipará en las actividades que pudiéramos considerar públicas. Veamos algunos ejemplos. Un documento datable según su editor entre 1188 y 1201 recoge una importante donación realizada por Diego López de Haro y sus hermanas la reina Urraca y la condesa Mencía por la que entregan al monasterio de Bujedo un palacio en Guinea (en Álava, cerca de Salinas de Añana) que había sido de Fortún Álvarez de Guinea. Los donantes señalan que encargan a Ochoa, merino de Diego López, que entregue al representante del abad las heredades donadas y le de posesión efectiva de ellas75. Aquí actúa Ochoa al servicio de su señor en un negocio jurídico privado; sin embargo, un texto de 1199 le sitúa también al servicio de su señor pero en un contexto en que éste actúa como tenente. Por entonces pleiteaba el concejo de Caicedo (también cerca de Salinas de Añana, en Álava) con los vasallos que el monasterio de Bujedo tenía en el lugar e, indirectamente, con el propio monasterio, a propósito de las rentas que los vasallos del monasterio tenían que pagar con los demás vecinos. Ambas partes eligieron sus voceros o procuradores y fueron a juicio a Don Diago (López de Haro), ante quien expusieron sus argumentos. Don Diego determinó que si los vasallos de Bujedo habían pagado las rentas correspondientes con los demás vecinos en tiempos del conde Lope (su padre) y del conde Vela debían seguir haciéndolo ahora, pero que si no lo hicieron entonces tampoco debían hacerlo ahora. Lo que nos interesa ahora de este asunto es que para averiguarlo mandó don Diago ad Ochoa, so merino, que los pesquisasse76. Don Diego libró este pleito en tanto que tenente de la zona, pero utilizó a su merino para que interviniera en el proceso. Algo

LOIZAGA, Bujedo, doc. 53. Ego don Diago Lopez de Faro con mie ermana la reyna donna Urraca et con mie ermana la condesa donna Mencia damos el palacio que fue de señor Fortun Alvarez de Guinea con tres ferranes; ..., et diemos yo e mies ermanas a Ochoa, mio merino, que metiesse a fray Martin Alvarez en el solar et en las ferranes por al abbat et por al convento de Buxedo... Et iste solar con estas ferranes dieronlas al abbat don Sancho don Diago, con sues ermanas en Sancto Domingo de la Calzada, et fue Ochoa a Guinea, et metio a fray Martin Alvarez en el solar y en las ferranes... LOIZAGA, Bujedo, doc. 99. 76 LOIZAGA, Bujedo, doc. 96. 74 75

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parecido hará su hijo Lope Díaz de Haro unos años después con su merino, llamado ahora Lope Ochoa77. En definitiva, estamos ante un momento de formación de un nuevo sistema de administración territorial. La superposición de jurisdicciones y derechos del rey y de los señores hará que esos perfiles no estén del todo claros, y menos ahora cuando la documentación, aunque abundante por comparación con otras zonas, sea aún bastante escasa.

VI.3. Datos sobre el ejercicio del cargo y articulación de las funciones de tenentes y merinos En el capítulo anterior hemos repasado los datos disponibles relativos al ejercicio del cargo de tenentes. Conviene ahora que repasemos los referidos al oficio de merinos menores, para ver también la articulación en las funcio77 LOIZAGA, Bujedo, doc. 164. Véase lo dicho en la nota 169 del Capítulo V. Volveré de nuevo sobre este texto. Lope Ochoa se documenta como merino de Diego López de Haro en otros documentos de 1209 y 1210 y de Lope de Haro en 1216. Todas las referencias proceden de escatocolos de documentos del Becerro de Bujedo. Regnante rege Adefonso...; sub rege prefectus domnus Didacus Lupi de Faru...; merinus Didacus Lupi, Lop. Ochoa. LOIZAGA, Bujedo, doc. 131 de 1209. Regnante rege Aldefonso...; sub rege dominus terrae Didacus Lupi de Faru; ...; merinus Didacus Lupi Lop. Ochoa. Ibíd., doc. 132 de 1209. Regnante rege Aldefonso...; sub rege prefectus dominus Didacus Lupi de Faru; ...; merinus Didacus Lupi de Faro Lopez Ochoa. Ibíd., doc. 134 de 1210. Reinando en Castiella el rey don Enrrich; prestamero en la tierra don Lop. Diaz de faro, her merino Lop Ochoa. Ibíd., doc. 161 de 1216. Regnante rex don Enrricus in Castella et Lope Diaz de Faro, prestamero en Salinas et en Alava, et merino Lop. Ochoa. Ibíd., doc. 162 de 1216. Poco más sabemos sobre Ochoa y/o Lope Ochoa, pero lo suficiente como para situarle (o situarles) entre la nobleza local de la zona entre Álava y Burgos, en torno a Miranda y Salinas. En 1179 Ochoa, yerno de Juan Peláez, fue testigo en una donación de García Jiménez de Arbulo al monasterio de Bujedo de dos eras de sal en Salinas de Añana. En 1197 Fortún Chico y su cuñada María Fortúnez dieron al mismo monasterio sus heredades en Salinas de Añana y en Anúcita y otorgaron la donación los hermanos de María, Iñigo Ortíz, Lope Fortúnez y Ochoa, además de otros parientes. En 1214 Lope Ochoa fue testigo en el reconocimiento de una venta de heredades hecha también al monasterio de Bujedo en Arce Mirapérez. Y ese mismo año de 1214 Lope Ochoa es uno de los fiadores dados por Ruy Sánchez cuando éste vendió a Bujedo su parte en el monasterio de Santa María de Arce y en la iglesia de San Martín de Locorzana. Todas las referencias proceden de LOIZAGA, Bujedo, docs. 27, 89, 151 y 152. Por lo dicho, no creo que Ochoa se corresponda con el yerno de Rodrigo López, subtenente y alcaide de Calahorra por Guillermo González en 1196-1198. Véanse las referencias correspondientes en los Anexos.

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nes de ambos, tenentes y merinos, aunque los datos disponibles son escasos y, en buena medida, ya se han ido mostrando a lo largo de las páginas anteriores. Frente a las amplias competencias judiciales, gubernativas, militares y fiscales de los tenentes, los merinos menores aparecen dotados con atribuciones bastante más limitadas; o, al menos, así lo muestran los textos que se han conservado referidos al ejercicio de su cargo. Más tarde las irán ampliando más, al tiempo que su oficio se irá consolidando y sus atribuciones se irán perfilando y precisando un poco más. Pero, por ahora y a juzgar por los datos disponibles, los merinos menores son oficiales regios que desempeñan fundamentalmente funciones gubernativas. La mayor parte de los textos que nos hablan del ejercicio del cargo sitúan a los merinos en el contexto de la resolución de pleitos entre concejos o entre concejos y señores, casi siempre en relación con los términos, y frecuentemente actuando como pesquisidores. Oriol es, como hemos visto, el merino de la zona mejor documentado en estos años. En 1178, según hemos mencionado, por orden del rey y junto a Pedro González de Cerezo realizó una pesquisa para averiguar los derechos correspondientes al monasterio de San Millán y al concejo de Santa María de Ribarredonda, puesto que ambas partes pleiteaban sobre un prado, sobre las aguas que corrían por la villa y sobre los derechos parroquiales. El procedimiento seguido consistió en averiguar la verdad de los derechos de unos y otros reuniendo al concejo de Santa María y realizando una pesquisa o averiguación en doce de los habitantes más destacados –melioribus concilii– del lugar, cuyos nombres se recogen en el documento que se ha conservado78. Una actuación similar tuvo lugar unos años más tarde, en 1186, esta vez en un pleito entre el monasterio de Bujedo y el concejo de Arce Mirapérez. Ahora Oriol realizó la pesquisa –inquisicionis- sobre cuatro hombres de la zona, que declararon bajo juramento ante don Oriol y en presencia de los abades de Bujedo y de San Millán79. Un documento fechable en 1183 ó 1193 recoge otro caso similar, aunque aquí la actuación del merino Oriol fue algo más limitada. Se trata de un pleito entre el monasterio de Bujedo y los habitantes de varias villas –Cascajares, Miraveche, Covilla y Valderrama– sobre el lugar de Terroves o Tresrobres. Ese lugar había sido donado al monasterio por Sancha de Frías, pero su aprovechamiento le era disputado por 78 Los doce declaran que la mitad de los bienes y derechos disputados pertenecían a cada una de las partes. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 294; y LEDESMA, San Millán, doc. 433. 79 Los cuatro, también unánimemente, declaran que habían visto con sus propios ojos y que tenían por cierto que las heredades disputadas pertenecían a los de Arce desde tiempos del emperador Alfonso y que no pagaban por ellas ningún pecho ni censo al rey. LEDESMA, San Millán, doc. 449.

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los de las villas que cortavan los montes, et pacian los prados e los pastos por fuerza. Esta vez el rey ordenó a su merino Oriol que reuniese a los concejos que disputaban el lugar al monasterio y también se hizo una pesquisa entre algunos de sus habitantes que testificaron bajo juramento, pero ahora los pesquisidores fueron los arcedianos Rodrigo de Salas y Sancho de Cárdenas80. Así pues, como vemos a través de los ejemplos de Oriol, los merinos hacían pesquisas en los pleitos por términos o participaban en los procesos reuniendo a los vecinos o a los concejos implicados. Como consecuencia de los procesos, aunque los ejemplos citados hasta ahora no lo mencionan, también podían fijar los términos disputados estableciendo los mojones. Por otro lado, la determinación de los términos disputados no siempre se realizaba mediante pesquisa, por averiguación o inquisición entre algunos de los habitantes de la zona bajo juramento. Otras veces se recurría a procedimientos más contundentes pero igualmente concluyentes. Es lo que sucedió en el pleito que enfrentó a los concejos de Pedroso, por un lado, y de Anguiano, Matute, Villanueva y Tobía, por otro. En 1207 Alfonso VIII confirmó los términos de Pedroso tal y como habían sido fijados años atrás por su merino Oriol. En este caso el establecimiento de los términos no fue consecuencia de la testificación bajo juramento de varios vecinos, sino de un duelo judicial entre luchadores representando a ambas partes. El abad de San Millán y, otra vez, el arcediano Sancho de Cárdenas actuaron como pesquisidores por orden del rey, pero para garantizar el procedimiento del duelo y su resultado. El merino Oriol, como he señalado, intervino sólo después para establecer los términos fijando los mojones81. Oriol no fue el único merino de la zona que intervino en pleitos actuando como pesquisidor, averiguando la verdad sobre términos o heredades disputadas. También lo hizo Diego Martínez de Zarratón, adelantado de Rioja en 1224, en una disputa en relación con las heredades que los vecinos de Grañón tenían en el cercano lugar de Villarta. El texto que se conserva es muy escueto y no conocemos los detalles, pero seguramente el asunto giraba en torno a las rentas que los habitantes de Grañón habían de pagar con los vecinos de Villarta por las heredades que tenían en ese lugar. Se trata de vecinos originarios de Villarta que, según se señala en el documento, se habían

80 Los seis que testificaron declararon cuáles eran los términos de Terroves y que pertenecían, por tanto, al monasterio. LOIZAGA, Bujedo, doc. 64. Véase también lo dicho más arriba en la nota 40 de este capítulo. 81 GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 807; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 106; TURZA, Valvanera, doc. 228; y LAMA, CDMR, T. 3, doc. 408. Según he apuntado más arriba, sobre este texto véanse las notas 10 a 12 del Capítulo III y el texto a que se refieren.

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ido a morar a Grañón antes de la curia de Nájera que tuvo lugar en 1185 y en la que, recordemos, se prohibió el traspaso de heredades de un dominio señorial a otro; así pues, actuales vecinos de Grañón, anteriores de Villarta, pero que todavía conservaban heredades en Villarta. El texto recoge lo que declararon seis vecinos de Villarta bajo juramente sobre las heredades mencionadas, como consecuencia de una pesquisa que fue realizada por el adelantado regio Diego Martínez de Zarratón juntamente con el abad de Santo Domingo de La Calzada y el merino de Lope Díaz de Haro llamado don Peón82. El tipo de conflicto que recoge este texto es relativamente frecuente y la actuación del merino menor –adelantado en este caso– como pesquisidor también lo es, como hemos visto; pero lo que resulta quizás más llamativo son los otros pesquisidores, y no por lo que se refiere al abad de Santo Domingo, sino al merino de Lope Díaz de Haro. Según hemos ido viendo, en pleitos similares junto a los merinos suelen actuar como pesquisidores otros individuos que podemos considerar personajes notables de la zona, tanto laicos como eclesiásticos. Puede que don Peón actuara también ahora simplemente en tanto que persona notable, con autoridad reconocida en la zona; sin embargo, el autor del texto tuvo interés en destacar que se trataba de un merino de Lope Díaz de Haro. No sabemos si se trataba de un merino de Lope Díaz en tanto que tenente de la zona o un merino, diríamos, particular del magnate. En cualquier caso, lo cierto es que su actuación como pesquisidor junto al adelantado regio y al abad de Santo Domingo sugiere una cierta supervisión del asunto por parte de Lope Díaz de Haro. Y no es extraño puesto que, como ya hemos apuntado, parece haber alguna vinculación entre los adelantados regios de Bureba y de Rioja de esos años, Nuño de Aguilar y Diego Martínez de Zarratón respectivamente, con Lope Díaz de Haro. Además de actuar como pesquisidores, los merinos podían intervenir en los conflictos de una forma que podríamos calificar como menos formal, casi en calidad de intermediarios. Así parece deducirse de la actuación de Yagüe, merino del rey en Bureba en 1199, cuando intervino en la disputa que enfrentaba al monasterio de Oña con Alfonso Díaz, Fortún de Fageg (¿Agés?), el concejo de Monasterio de Rodilla y otros habitantes de las villas sobre los términos de Nava de Henosa y de Caborredondo. Al parecer, 82 De Bilafarta iuraron... Estos iuraron e dixeron que..., todos estos omes son de Granon et han estas heredades en termino de Billafarta. Los de Bilafarta iuraron e dixeron que estos omes foron a morar a Granon antes que la corth de Naiera et avien estas heredades. Esta pesquisa fizieron en Santa Maria de Radiziela el abbat don Estevan de Sancto Domingo e don Diago Martinez de Zarraton, adelantado de Rio Doia, e don Peon, merino de don Lop Diaz de Faro. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 134.

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tras una larga disputa –post longam disceptacionem– el merino sugirió la fórmula para resolver el problema, consistente en leer la regula, el documento de donación en que se sustentaban los derechos del monasterio, en presencia de los nobles, del concejo de Monasterio y de otros testigos –astantibus itaque multis ueridicis testibus–, entre los que no faltaban eclesiásticos y nobles de la zona. Si el concejo de Monasterio estuviera de acuerdo con el contenido del documento habrían de cesar las exacciones de que era objeto Oña. Hecho esto se procedió a fijar los términos por seis vecinos de Monasterio que actuaron bajo juramento83. El procedimiento, al final, no es muy distinto: varios vecinos notables, actuando bajo juramento, recorren los términos –a pie, según se especifica en el texto– y fijan los mojones. Pero aquí el acuerdo sobre los términos no se alcanza mediante la testificación de los vecinos, sino mediante la lectura de documentos. Esa fue la solución sugerida por el merino en esta ocasión, a la que, por cierto, también se califica como inquisicionem. Por lo que hemos visto hasta ahora, los merinos menores no tenían atribuciones judiciales, no juzgaban, no dictaban sentencias, sólo intervenían en los pleitos en las fases del proceso previas a la sentencia. Sin embargo, en esta época no hay un límite claro entre el ejercicio de funciones judiciales y otras gubernativas o ejecutivas. De manera que también vemos que los merinos cruzaban la raya en ocasiones y actuaban como jueces, entre otras cosas 83 Noscant presentes et posteri, quod inter dompnum Petrum Onienssem abbaten et Aldefonssum Didaci et Fortu (sic) de Faget, erat contentio super terminis de Naua de Fenosa et de Camrredondo. Et super hoc era Mª CCª XXXª VIIª, XI kalendas decembris, conuenit dompnus Petrus Honiensis abbas cum regula sua sicut paratum fuerat et dompnus Iacobus merinus regis et Aldefonssus Didaci et Fortun de Fageg qui erant demandadores et concilium de monasterio et alii de uicinis uillis. Et post longam disceptacionem tandem conuenerunt in hoc Aldefonssus Didaci et Fortun de Fageg, mediante dompno Iacobo merino regio cum abbate Honie, ut legeret regulam et si concilium de monasterio concordaret cum regula ipsi susciperent iudicium essent pacati et cessarent ab omni exactione astantibus itaque multis ueridicis testibus, scilicet dompno Martino burgensi canonico et aliis militibus, scilicet, Garcia Munnoz de Sancta Eulalia et don Belasco de Castro et Petro Pedret de Uerbiesca. Lecta est regula et concordauit cum ea concilio de monasterio. Insuper placuit utrique parti et coniurauerut sex homines senex de Monasterio, scilicet;... Isti sex ambulauerunt per pedem terminum antiquum secundum regulam et determinauerunt terminum inter Naua de Fenosa et Camrredondo sicut aliis uicibus antiquitus fuerat determinatum... Et ex mandato regis interfuit huic facto dompnus Iacobus merinus regis, inquisitionem fecit et sopiuit omnem querimoniam ab utraque parte habitam. ÁLAMO, Oña, doc. 319. El editor del texto transcribe monasterio en minúscula –concilio de monasterio– dando a entender que se trata del convento de los monjes de Oña, pero me parece claro que debe ir en mayúscula en referencia al concejo del cercano lugar de Monasterio de Rodilla. Los textos de donación al monasterio de Oña fechados en 1043 y 1063 que muestran la vinculación de Nava de Henosa con Monasterio de Rodilla en Ibíd., docs. 29 y 45.

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porque en la práctica la raya era muy débil, casi imperceptible. Una forma de cruzarla era cuando del propio proceso judicial se derivaba el resultado del pleito, cuando la propia pesquisa determinaba la sentencia. Algunos de los ejemplos mencionados ya apuntan en ese sentido. Hay que tener en cuenta que, en tanto que responsables de la pesquisa, tenían una capacidad de maniobra para elegir a los testigos, capacidad que podía ser más o menos amplia según los casos y, en función de ello, el resultado de la pesquisa podía inclinarse en uno u otro sentido, por más que los testigos actuaran bajo juramento. Así pues, el proceso judicial contenía en sí mismo en ocasiones la capacidad de determinar el resultado del conflicto. Otros ejemplos nos permiten ver también como los merinos se aproximaban en ocasiones al ejercicio de funciones judiciales. En 1155 tenía lugar una disputa entre dos concejos de la zona de Nájera, los de Villar de Torre y Madriz, que disputaban a propósito de un término llamado Costa Solana. Los de Villar decían que ese término nunca había sido dehesa de Madriz; es decir, que no era un término de aprovechamiento exclusivo del concejo de Madriz y, por lo tanto, reclamaban participar en su aprovechamiento. Otra vez estamos ante cuestiones de términos, casi con toda seguridad en relación con zonas de pastos. En cualquier caso, el pleito fue librado, como ya he apuntado más arriba, por los alcaldes de Nájera García Salvador y Juan Sánchez y por el adelantado regio Pedro Fortún de Roiuela en presencia del conde Lope. Éstos juzgaron el pleito –iudicaverunt, dice el texto conservado– y determinaron que los de Madriz debían sostener sus derechos sobre el término disputado junto a los vecinos de dos villas de la zona. Es decir, que otros habitantes de dos villas cercanas, Villadolquit y Villarejo -hoy despoblados, así como Madriz, los tres cerca de San Millán de la Cogolla–, debían corroborar los derechos del concejo de Madriz sobre el término disputado. En efecto, seis hombres de cada uno de esos lugares dieron el testimonio solicitado –firmaverunt– y, aunque los de Villar todavía intentaron otras maniobras procesales, los derechos del concejo de Madriz fueron confirmados84. Aquí, como en los otros 84 ...Hec est carta memoria de iudicio quod habuerunt omnes homines de Villar de Torre cum hominibus de Madriz super defesam Costa Solana. Sancius Munionis et Dominicus presbiter de Villar de Torre moverunt vocem pro concilio de Villar, dicentes quod Costa Solana nunquam fuit defesa de Madriz. Sancio Vero Munionis et Gomesanus Sancii de Bergegio, respondentes pro concilio de Madriz, dixerunt contra illos voceros de Villar, Costa Solana semper fuit defesa de Madriz et est ex tempore regis Alfonsi maioris et Garsie comitis usque ad tempus presens. Garcia quidem Salvatoris et Iohannes Sancii alcaldes Naiarensis et dompnus Petrus Fortunionis de Roiuela regis adelantado, in presencia Lupi comitis, audita utrisque partis voce et bene intellecta, iudicaverunt quod homines de Madriz firmarent cum duabus villis, videlicet cum Villariggo et Villa Dolquit, quod Costam Solanam taliter et ex illo

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casos mencionados, los jueces no dan la razón a una u otra parte de forma directa, sino que señalan el procedimiento para resolver el litigio. Si el concejo de Madriz no hubiera podido aportar suficientes testigos de las otras dos villas dispuestos a jurar corroborando sus derechos, los hubiera perdido. Este pleito es, además, interesante porque, al margen de las dificultades de interpretación que plantea el adelantado regio en esas fechas, a las que ya me he referido, pone de manifiesto una vez más la articulación entre los merinos menores –o sus precedentes inmediatos como en este caso– y los tenentes. El juicio fue librado por los alcaldes de Nájera y el adelantado, pero presencia del conde Lope, el tenente de Nájera y hombre fuerte de la zona en esos años. La aproximación de los merinos menores al ejercicio de funciones judiciales y su articulación con los tenentes queda también reflejada en otro episodio datable en los años 20 del siglo XIII y recogido en una fazaña. Se trata de un pleito sobre compraventa de heredades, al que también me he referido más arriba, que fue librado por Lope Díaz de Haro en tanto que tenente, pero acompañado de los adelantados regios de Bureba y de Rioja, Nuño de Aguilar y Diego Martínez de Zarratón, que formaban parte de una asamblea judicial integrada también por otros cavalleros muchos85. Los participantes en esa asamblea ratificaron la sentencia del tenente, juzgaron que era fuero como dice el texto, de manera que de alguna forma compartieron con él la función judicial. Como ya he apuntado, los adelantados regios debieron tener una posición preeminente en esa asamblea, puesto que su nombre fue recordado a diferencia del de los otros caballeros presentes anónimos. Una asamblea judicial quizás no tan distinta de la que años atrás había librado el pleito entre los concejos de Villar de Torre y Madriz. Entonces los alcaldes de Nájera y el adelantado regio juzgaron en presencia del tenente; ahora el tenente juzga pero de acuerdo con la asamblea integrada por los adelantados. Quizás no haya una auténtica diferencia entre uno y otro caso y merinos

tempore habuerunt pro defesa, sicut ipsi aserebant. Utraque vero pars iudicium hoc modo iudicatum videnter acceperunt, homines autem de Madriz erexerunt simul cum hominibus de Villar ad Costam Solanam, et intus in ista defesa firmaverunt cum supradictis duabus villis contra homines de Villar, sex quippe homines de Villariggo, videlicet... De villa autem Dolquit alii sex, videlicet,... Hi homines prenotati intus in illa defesa concorditer firmaverunt et concesserunt totum hoc quod homines de Madriz dicebant. Ad huc enim homines de Villar, iniuste calumpniantes, fecerunt iurare quatuor homines de Madriz, scilicet,..., quod nullam comunitatem habebant homines de Villa Dolquit cum hominibus de Madriz neque in pascuis neque in terminis. Qui continuo in Sancti Stephani ecclesia de Abantinis iuraverunt veritatemque suam firmaverunt et sic iusto iudicio illos de Villar superaverunt et suam defesam iuste defenderunt... LEDESMA, San Millán, doc. 395. 85 Véase más arriba la nota 59 de este capítulo y el texto a que se refiere.

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y tenentes compartan en ocasiones las atribuciones judiciales en el marco de este tipo de asambleas. Probablemente las atribuciones de los merinos menores se fueron desarrollando poco a poco en un marco de derechos y poderes superpuestos. Los de los tenentes, como hemos visto, pero también los de otros señores y poderosos de las distintas zonas. Poderosos que en ocasiones cuestionaron la actuación de los merinos. El mejor ejemplo procede del brutal asesinato del merino de Bureba y de Rioja, Pedro Díaz, quien, según recoge una fazaña, fue asesinado hacia finales de 1211 o comienzos de 1212 por los parientes de un caballero que había sido ajusticiado por el merino86. Como he señalado más arriba, podría tratarse de un anécdota sin más valor histórico, pero no lo creo. Opino más bien que podemos interpretar el asesinato del merino a manos de nobles locales de la zona como un reflejo de las tensiones que generaba el surgimiento de los merinos y el desarrollo de sus funciones. Hasta aquí he venido hablando sólo de los merinos menores porque, como he indicado al comienzo de este capítulo, apenas constan en estos años actuaciones de los merinos mayores en la zona que estudio. Según he sostenido, no está documentado que los merinos mayores intervinieran en la zona de la frontera del Ebro hasta 1200 aproximadamente. En ese año se documenta un merino menor en Cameros, Logroño y Río Iregua nombrado por el merino mayor de Castilla, y en 1211 el citado Pedro Díaz era merino de Bureba y de Rioja también por el merino mayor. Así pues los merinos mayores nombraban a los merinos menores de la zona al menos desde 1200, pero no se documenta ninguna otra actuación de ningún merino mayor, como tal, hasta 1216. Entonces se libró un pleito entre el monasterio de Bujedo y el concejo de Miranda sobre unas heredades que había adquirido el monasterio procedentes de un vecino de Miranda. El asunto, al que ya me he referido, giraba en torno a la fecha en que el monasterio había adquirido esas heredades, antes o después de la curia de Nájera de 1185, puesto que en esa curia se había prohibido el traspaso de heredades de una forma señorial a otra, del realengo al abadengo en este caso. El pleito llegó hasta el tenente, Lope Díaz de Haro, quien dispuso que el abad debía probar su derecho aportando tres juradores en un plazo determinado. Es decir, tres hombres de la zona debían jurar sobre santos Evangelios que el monasterio de Bujedo había adquirido esas heredades antes de la curia de Nájera y que, por lo tanto, era una adquisición legal. Curiosamente, el tenente encargó a su merino Lope Ochoa que supervisara el proceso y que recabara los juramentos correspondientes. Pero ya hemos visto como Lope Ochoa no era un merino menor, sino un merino de Lope Díaz, un merino nobiliario. Lo cierto es que el me86

Véase más arriba la nota 56 de este capítulo y el texto a que se refiere.

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rino dijo a su señor que los juramentos se habían producido y corroboraban la versión del abad, de manera que el tenente dio la razón al monasterio que, por consiguiente, debía recuperar las heredades disputadas. Pero no se las entregó directamente el tenente, ni ordenó a su merino que lo hiciera, sino que comunicó al merino mayor de Castilla el resultado del pleito y le pidió –o le ordenó, según interpretemos el término dixo– que mandase que se entregasen las tierras al monasterio, cosa que hizo el merino mayor ordenándoselo a su portero87. A través de este ejemplo, vemos como se superponen las funciones del tenente y del merino, ahora ya del merino mayor. El tenente libra el pleito y, de nuevo, lo hace estableciendo un procedimiento, la aportación de juramentos y, una vez que el pleito se ha resuelto, pide al merino mayor que ejecute la sentencia. Ambas instancias intervienen, una en funciones judiciales y la otra en funciones ejecutivas o gubernativas. Además, en este caso Lope Díaz de Haro hace intervenir también a su merino para que supervise que el procedimiento establecido se lleva a cabo de manera adecuada, mezclando sus funciones públicas y su poder privado. Como he dicho, las atribuciones de los merinos menores debieron irse desarrollando poco a poco. Eran delegados del rey, como también lo eran los tenentes, pero éstos, a menudo poderosos magnates como los Haro, representaban una realidad social y política muy distinta. Frente a las funciones gubernativas y un tímido ejercicio de funciones judiciales, las fazañas reco-

87 Conocida cosa es que el conceio de Miranda entro la heredat en Pontanzre del monasterio de Buxedo, la qual heredat Martin Martinez, filio de Martin Lopez de Miranda metio consigo en el monesterio de Buxedo por sue anima et de sus parientes et prisso hii la orden. Et el abbat et el convento se querellaron a don Lop Diaz de Faro, que era prestamero a essa sazon (sic) de la honor, que el conceio de Miranda les entra so heredat, la qual havian ganado antes de la Corte de Nagara, et el conceio de Miranda decia que despues de la Corte. Ad aquesta razon juzgo don Lope que lo hiciesse bueno el abbat don Pedro de Buxedo con tres ommes derecheros, que iurassen sobre santos Evangelios e pusoles plazo e dioles por fidel a Lop. Ochoa, so merino, et ad aquel plazo dio los ommes el abbat de Buxedo, como el juicio prisso. E iuraron todos tres sobre santos Evangelios:..., et dixieron assi: que de la serna de Balpuesta de Potanzre tro a la tierra de Julian el alcalde antes lo gano el monasterio de Buxedo de la Corte de Nagara, fueras dues fazas, que fueron de Maria Martinez. Et sobre esto todo dixo el fidel a don Lop. que el abbat de Buxedo avia complido como fuero prisso. Et don Lop. dixo a don Ordonno que era merino maior del rey a essa sazon, que el abbat de Buxedo avia complido, con fuero prisso et que le mandasse meter en la heredat que habian entrado los de Miranda. Et don Ordonno dio portero a Domingo Pedrosa por nombre que metiesse al abbat en la heredat, et el portero metio al abbat en la heredat con carta en (sic) con sello del rei... LOIZAGA, Bujedo, doc. 164. Me he referido a este texto más arriba en la nota 15 de este capítulo y en la nota 169 del Capítulo V; véanse esas notas y el texto a que se refieren.

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gen un amplio y potente ejercicio del poder por los tenentes, como hemos visto en el capítulo anterior.

VI.4. Recapitulación La formación de las merindades, del sistema de administración territorial en merindades, fue fruto de un proceso largo y complejo; pero dentro de ese proceso el reinado de Alfonso VIII supuso un momento muy importante. En primer lugar, fue cuando los merinos mayores se desarrollaron como tales desde 1170, tras la mayoría de edad del rey, a partir de los anteriores merinos territoriales. En segundo lugar, esos merinos mayores comienzan a disponer de oficiales delegados en las distintas zonas, los merinos menores. Este sistema se extendió al conjunto de los territorios castellanos al norte del Duero, pero en la zona de la frontera del Ebro presenta ciertas especificidades y características propias, derivadas de la historia política del territorio y de su vinculación alternativa a los reinos de Navarra y de Castilla. Seguramente la zona no se incorporó a los territorios sujetos a la jurisdicción del merino mayor hasta 1200 aproximadamente. Por otro lado, la hegemonía de algunos grupos magnaticios era tan fuerte en la zona que los merinos menores –y por ello el conjunto del sistema– aparecen todavía controlados por ellos o vinculados a ellos en alguna medida. Los datos disponibles son mucho más abundantes para la zona oriental que para el resto de la frontera del Ebro. Son las zonas de Bureba y de Rioja que se unirán formando una única merindad en ocasiones. Creo que esa unión ha de interpretarse como el resultado de los intereses de Diego López de Haro y de su hijo Lope Díaz de Haro, cuyo poder en la zona ha quedado bien atestiguado en los capítulos anteriores. Así pues, los intereses de los magnates también determinaron los perfiles territoriales de las merindades menores. Es algo que ya he sostenido en otros casos88, pero ahora, tras analizar el proceso de formación de la merindad de Bureba y Rioja, creo que debe señalarse con más énfasis. En la zona se formó también en este período la merindad de Logroño, Cameros y Río Iregua, pero los datos son mucho más escasos. Y nada sabemos de lo que sucedió en La Rioja Baja, quizás por falta de datos o quizás porque el sistema de merindades y merinos menores todavía no se extendió por esas zonas, que continuarían sujetas exclusivamente al sistema de tenencias. De ser así, habría que procurar ofrecer alguna explicación. Con los da88 Por ejemplo, para la merindad de Burgos; véase I. ÁLVAREZ BORGE, El feudalismo castellano y el libro Becerro de las Behetrías, Valladolid, 1987, pp. 46-48.

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tos disponibles creo que todavía no puede darse una explicación plenamente concluyente, pero sí se pueden plantear algunas hipótesis. La zona, como ya he señalado más arriba, permanecía bajo un control más directo del rey; el realengo era más intenso y el poder de los señores, aunque amplio, era menor que en la zona de Bureba y de Rioja. En ese contexto puede que el rey no necesitara tanto desarrollar el nuevo sistema. ¿Podríamos decir que los merinos menores comenzaron a actuar antes allí donde el poder señorial era más intenso, precisamente como un mecanismo del poder regio frente al poder señorial? Quizás fuera así y esta idea pudiera ayudar a explicar las aparentes diferencias de cronología en la difusión del sistema en las distintas zonas. En cualquier caso, tampoco podemos olvidar que, según vengo insistiendo, en la zona de Bureba y Rioja, donde el poder señorial era más intenso, el nuevo sistema de merindades y merinos también aparece vinculado de alguna manera a los principales magnates, especialmente a los Haro. El proceso de formación de la merindad de Bureba y Rioja es el mejor documentado en la zona, pero también lo es en relación con las otras zonas de Castilla. Quizás podría servirnos como guía de lo que sucedió también en otros territorios; pero habría que mantener una cierta prudencia por las especificidades propias de la zona a que me he referido. Sea como fuere, merece la pena destacar que el sistema no surge plenamente conformado desde sus comienzos, sino que se va desarrollando poco a poco, y que se superpone adaptándose a la realidad preexistente de concejos, alfoces, tenencias y poderes señoriales. Hay un nómina relativamente amplia de merinos y no siempre es posible determinar su posición conforme a los esquemas que manejamos sobre la evolución de la administración territorial. Sin embargo, por encima de esos datos que a nuestros ojos aparecen confusos en ocasiones, sí va surgiendo una nueva realidad de oficiales que podemos considerar merinos menores. Por lo que sabemos de los casos mejor documentados son miembros de la nobleza local o comarcal y sus funciones eran fundamentalmente gubernativas, aunque también se aproximaban el ejercicio de funciones judiciales. Hay algunos datos que permiten pensar que el desarrollo de esta nueva figura de oficiales regios y de sus atribuciones no se hizo sin tensiones y seguramente contó con la hostilidad de algunos sectores de la nobleza de la zona. Pero, en todo caso, en esta época en la frontera del Ebro los merinos tanto menores como mayores no pusieron en cuestión el amplio poder de los tenentes.

Capítulo VII CONCLUSIONES. CAMBIOS Y ALIANZAS EN LA POLÍTICA REGIA

Para finalizar puede ser conveniente repasar algunos de los aspectos más significativos que se han ido señalando a lo largo de los capítulos anteriores. Eso constituirá el objetivo de la primera parte de estas conclusiones, en las que incluiré también algunas reflexiones sobre la caracterización de la sociedad de la zona en el período estudiado. La frontera del Ebro sufrió varios cambios en el período que analizamos, aunque desde entonces permanecerá estable o experimentará cambios menores o que tuvieron escasas o breves consecuencias. Pero los cambios del período que estudiamos no son sino los últimos de una trayectoria anterior bastante inestable desde la incorporación de la zona a los dominios del rey de León y de Castilla en 1076. Desde entonces hasta 1109 estuvo bajo el control de Alfonso VI, pero luego pasó a manos de Alfonso I de Aragón tras su matrimonio con la reina Urraca de Castilla, y la conservó hasta su muerte en 1134. A la muerte del rey Batallador la zona del Ebro no volvió al restaurado reino de Navarra, sino que quedó en manos del emperador Alfonso VII, aunque el rey de Navarra obtuvo el control de algunas zonas durante unos años (Logroño, por ejemplo, hasta 1144). Desde aproximadamente 1150 el hijo del emperador, el rey Sancho III de Castilla, gobernará la zona subordinado a su padre, aunque, como he intentado mostrar, creo que las políticas de uno y otro no fueron plenamente coincidentes y Sancho III dio muestras de querer aumentar sus dominios a costa de los de su cuñado el rey de Navarra. Era algo que estaba también en la agenda del emperador, al menos nominalmente en sus pactos con Ramón Berenguer IV para el reparto de Navarra, pero que sin embargo nunca llegó a realizar. Sancho III de Castilla iba a heredar sólo la parte oriental de los dominios de su padre el emperador, puesto que la parte occidental sería para su hermano Fernando II de León, y en ese

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contexto creo que hay claros síntomas de que pretendió llevar a cabo una política hostil hacia el rey de Navarra. Pero murió muy pronto y durante la minoría de su hijo y sucesor el rey de Navarra Sancho VI tomó la iniciativa ocupando parte de la zona sur del Ebro en los años 60. Lo hizo sin aparente dificultad, pero el alcance de sus conquistas es dudoso. En los años 70 el rey de Castilla Alfonso VIII había reforzado sustancialmente su posición personal y política y en varias campañas recuperó buena parte de las zonas que en la década anterior había conquistado el rey de Navarra en el Ebro. Una situación que quedó sancionada mediante la sentencia arbitral de Enrique II de Inglaterra en 1176 y el posterior tratado entre Alfonso VIII de Castilla y Sancho VI de Navarra en 1179. Desde entonces apenas habrá más cambios en la zona del Ebro, pero todavía Alfonso VIII mejorará sustancialmente su frontera nororiental en las campañas de 1199-1200 que le llevaron a incorporar, de una manera definitiva, las actuales Álava, Guipúzcoa y las zonas vizcaínas que aún no controlaba. Numerosos cambios y una trayectoria inestable que podrían llevar a pensar en una actividad militar muy frecuente y de gran intensidad. Sin embargo, creo que en líneas generales no fue así. Las claves de esa evolución no están tanto en la actuación de los ejércitos como en la posición que adoptaron los principales agentes políticos: las instituciones eclesiásticas, los nobles y los concejos de las villas y ciudades –es decir, los incipientes grupos oligárquicos que ya comienzan a controlar esos concejos–. Así pues, la política de Alfonso VIII en la frontera del Ebro fue en parte militar, pero lo que determinó su posición en la zona no fue tanto eso como el establecimiento de alianzas con los principales agentes políticos. A esa actuación he denominado política de cancillería, para marcar distancias con las campañas militares, porque el medio utilizado por el rey para desarrollar esa política fue la cancillería regia, y el instrumento los privilegios y documentos expedidos por ella. En el Capítulo I hemos visto las líneas generales del desarrollo de esa política de cancillería cuya evolución es, a grandes rasgos, paralela con la de los principales acontecimientos. La cancillería regia expidió documentos a favor de los nobles, las instituciones eclesiásticas y los concejos de la zona a lo largo de todo el período, pero fueron más numerosos en los momentos de mayor intensidad en la evolución política. Por ejemplo, como muestra el Cuadro 2, los porcentajes de documentos de Alfonso VIII relativos a la zona del Ebro aumentan sustancialmente en los años 70 y a finales de los 90. En conjunto, como no cabía pensar de otra manera, fueron las instituciones eclesiásticas las más beneficiadas por esa política. Ellas recibieron algo más de la mitad de los documentos expedidos tanto en el reinado de Alfonso VIII considerado estrictamente (1158-1214), como a lo largo de todo el

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período estudiado (1145-1220) (véase el Cuadro 5). No puede sorprendernos, pero bajo esos datos hay que considerar tanto la importancia de la posición de las instituciones eclesiásticas, especialmente algunas de ellas, como las circunstancias de la conservación de los documentos. Como he señalado en su momento, no conocemos cuántos documentos expidió la cancillería regia en este período, sólo los que se han conservado, pero las cifras, aunque siempre han de ser vistas con prudencia, creo que son significativas. Las instituciones y personas eclesiásticas de la zona beneficiadas por la política regia fueron numerosas. De hecho, casi todas las instituciones de la zona recibieron algún privilegio regio en uno u otro momento de estos años. Pero la política regia también se concentró en determinadas instituciones que son las que realmente tuvieron un papel protagonista. Se ha señalado con detalle en las páginas correspondientes, pero conviene destacar el papel de los monasterios de Nájera y San Millán y de la sede episcopal de Calahorra. Los dos monasterios citados eran piezas claves en la zona en esos años. El primero estaba estrechamente vinculado a los Haro en una relación de amistad especial –specialis amici nostri es denominado Diego López de Haro en un documento de 1214–. En este período el monasterio de Nájera vivió una época turbulenta por su enfrentamiento con el obispo de Calahorra y por los intentos de hacerse con el control del monasterio de San Millán. El rey utilizó algunos bienes del monasterio para establecer o reforzar alianzas con algunos nobles de la zona. Sin embargo, será Nájera la institución que más donaciones y privilegios reciba en este período. Por su parte, el monasterio de San Millán disponía de uno de los mayores dominios de cuantos había en la época, con intereses patrimoniales extendidos por zonas muy amplias. Superada la crisis provocada por Nájera y resueltos temporalmente los problemas con las diócesis de la zona por donde extendía sus intereses, vivió un período de estabilidad con un claro apoyo de Alfonso VIII, sobre todo durante los años de gobierno del monasterio por el abad Fernando (1173-1194). Alfonso VIII también buscó y obtuvo el apoyo de las instituciones de la diócesis de Calahorra, el obispo y el cabildo, especialmente durante el episcopado de Rodrigo (1147-1190). Eran aliados muy importantes porque la diócesis se extendía por los territorios en disputa con el rey de Navarra y la posición política del obispo podía extenderse a través de la jerarquía institucional diocesana. Aunque en un escalón más bajo, también merece la pena destacar el apoyo regio al monasterio cisterciense de Fitero, fundado en estos años en el límite de la frontera entre Navarra y Castilla. Es su posición fronteriza la que explica ese apoyo, aunque el respaldo regio a la expansión de la orden cisterciense en la zona incluye también al monasterio de Herrera. Y junto a los cistercienses también los premonstratenses de Bujedo de Candepajares, cerca de Herrera y también en una ubicación estratégica entre Castilla y Álava.

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Así pues, establecimiento de alianzas con los principales poderes eclesiásticos existentes y también, al mismo tiempo, apoyo a la constitución de nuevos monasterios, nuevos poderes que contribuirían a modificar la relación de fuerzas en la zona, reforzando la posición del rey castellano. Como se ha señalado, esos dos fueron los ejes de la política de Alfonso VIII en la zona en el período estudiado, no sólo en relación con las instituciones eclesiásticas sino también con los otros agentes políticos: los nobles y los concejos. Antes de repasarlo, conviene todavía señalar otro aspecto de la relación entre el rey y las instituciones eclesiásticas en este período en función de las fuentes conservadas. Se trata de que nuestra información está lastrada por las manipulaciones a que fueron sometidos los documentos por los monjes y los clérigos. Un buen número de documentos regios a favor de instituciones eclesiásticas fueron interpolados. Seguramente muchos tienen como base una donación o privilegio auténtico, pero después los monjes añadieron nuevos elementos sobre ellos o reelaboraron los documentos refundiendo varias donaciones en un único texto, atribuyéndolo al rey e incluyendo algunas donaciones deseadas por los monasterios pero que en realidad nunca se habían producido. Y tampoco faltan los textos que seguramente son completas invenciones. Todos estos aspectos han sido señalados a lo largo de las páginas anteriores, pero conviene retener la idea de que los eclesiásticos recurrieron a su dominio de la escritura y de los textos escritos para intentar mejorar su posición social y económica. Lo hicieron siempre, pero aún con más frecuencia en momentos de cambios y crisis políticas como los que se vivieron en la época estudiada. Es lo que algún autor ha llamado crímenes diplomáticos de los monjes y los clérigos. Como he dicho, la política de Alfonso VIII en la frontera del Ebro es una política doble o está determinada por dos ejes: establecimiento de alianzas con los poderes existentes y ruptura de las estructuras de poder anteriores introduciendo y favoreciendo el desarrollo de nuevos centros de poder que reequilibren el juego de fuerzas a favor del rey. Lo primero prima en las donaciones dirigidas a los nobles, lo segundo en las referidas a los concejos de villas y ciudades. Según se ha señalado en su momento, las características de la actuación regia en relación con los concejos fueron la intensidad, la concentración espacial y la extensión del fuero de Logroño. Alfonso VIII llevó a cabo una política muy intensa de formación y desarrollo de villas reales, intensidad que se deriva no tanto de la existencia de un elevado número de documentos, cuanto de la intervención sobre un alto número de lugares. En uno y otro momento de su reinado Alfonso VIII intentó la formación o promovió el desarrollo nada menos que de 19 villas reales en la zona. Cierto que en algunas de ellas sus intentos no fueron muy consistentes y en algún caso cambió de

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opinión; cierto también que no todos esos lugares llegaron a alcanzar un auténtico desarrollo como tales villas. Pero, en cualquier caso, se trata de un número muy elevado que expresa con toda claridad la orientación de la política regia. Esa política no se extendió con la misma intensidad por el conjunto de la zona de la frontera del Ebro, sino que se concentró claramente en la zona occidental: Castilla Vieja, Rioja burgalesa y Rioja Alta y Media. En la zona oriental, en La Rioja Baja, el rey también favoreció el desarrollo de algunas villas reales, pero en un número y con una intensidad mucho menor que en las otras zonas. El rey utilizó diversos instrumentos en forma de fueros y privilegios para desarrollar su política. Merece la pena destacar las concesiones que supusieron los primeros pasos de la autonomía municipal en algunas villas, al atribuir el nombramiento de algunos oficiales locales al concejo, no al rey o al tenente. Pero con un carácter general el instrumento jurídico y administrativo más utilizado por el rey fue el fuero de Logroño, mediante su extensión a otros lugares. Es un fuero claramente orientado a favorecer el desarrollo de las villas impulsando comercio y el asentamiento de población franca. Pero interesa tanto lo que es como lo que no es y, en ese sentido, hay que destacar que no es fuero militar, un fuero orientado al desarrollo de las actividades militares de los concejos a través de las milicias concejiles, los caballeros villanos, a quienes en absoluto se otorga un papel preeminente. He argumentado que la política regia en relación con los concejos pretendía, de alguna manera, romper la relación de fuerzas –de poderes, diríamos más bien– en la zona, introduciendo nuevos poderes, las villas reales, que se desarrollaran como fieles aliados del rey; o, al menos, como aliados más fieles que lo que suponía el siempre limitado grado de fidelidad que cabía esperar de la nobleza. Expresado de otra manera, la política concejil, la intensidad de la formación de villas reales, sería un reflejo del enorme poder de la nobleza en la frontera del Ebro. Al mismo tiempo, la concentración de esa política en ciertas zonas es una muestra también del mayor desarrollo del poder nobiliario en esas zonas. Así pues, el rey intentó cambiar la relación de fuerzas, pero también intentó buscar la alianza con los poderes existentes. Lo hemos visto en relación con las instituciones eclesiásticas y también se percibe claramente en relación con la nobleza, tanto por lo que se refiere a las donaciones regias en favor de los nobles como al control que éstos ejercen sobre el territorio mediante las tenencias. En cuanto a las donaciones realizadas a favor de los nobles, merece la pena destacar cómo sus ritmos y los de las campañas militares se acompasan con bastante precisión. No hay duda de que el rey buscaba reforzar su posición política y militar en la zona mediante las donaciones, unas donaciones

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que se dirigieron hacia la alta nobleza con cierta intensidad, pero también hacia miembros de la baja y media nobleza de la zona e incluso a ciudadanos destacados. Pero la relación entre los nobles y el rey no puede apreciarse sólo mediante las donaciones que, seguramente, expresan una parte relativamente pequeña de esa relación. Al menos en la zona que estudio, el ámbito principal de la relación entre el rey y los nobles son las tenencias. Tenencias que forman todavía lo principal del sistema de administración territorial, aunque comenzamos a ver los primeros pasos del sistema de merindades. En estos años de la segunda mitad del siglo XII y comienzos del siglo XIII se documentan en la zona un elevado número de tenencias (unas 60) y de tenentes (unos 70), lo que me ha llevado a plantear que es ahora cuando el sistema alcanza su mayor desarrollo. Aunque no podemos olvidar que nuestras posibilidades de estudiarlo están muy condicionadas por la documentación conservada y, como se ha insistido, por los propios usos diplomáticos de los escribas. La documentación privada de la zona es relativamente abundante y los escatocolos de los documentos privados son nuestra principal fuente de información, a diferencia de lo que sucede en otras zonas del reino. Un número elevado de tenencias y de tenentes al que hay que añadir un número también relativamente elevado de subtenentes y alcaides conocidos. Todo ello debemos interpretarlo en un determinado contexto, como es que la tenencia es una realidad jerárquica tanto a nivel individual –tenentes, subtenentes y alcaides–, como a nivel territorial –tenencias mayores o territoriales y menores o subordinadas–. Una jerarquía de centros y, sobre todo, una jerarquía de personas, puesto que el desarrollo del sistema se hace en beneficio de los sectores más elevados de la nobleza. Nada menos que el 75% de los tenentes documentados pertenecían a la nobleza alta o media quienes, además, ocuparon las tenencias más importantes. En los niveles superiores de esa nobleza media y alta estaban los principales miembros de las familias Haro y Cameros que, en uno u otro momento y en una u otra zona, ejercieron un papel claramente protagonista; y a su lado los Lara, los Manzanedo y otros individuos cuya posición política y social ha quedado reseñada en las páginas correspondientes y también en los anexos. La evolución política de la zona dependió fundamentalmente de la posición adoptada por las grandes familias. Cuando Sancho VI de Navarra conquistó parte de la actual Rioja en los años 60 aparecieron tenentes navarros en algunos lugares, pero las grandes familias continuaron solidamente asentadas en la zona y permanecieron vinculadas al rey de Castilla, lo que causó la debilidad de la posición de Sancho VI al sur del Ebro. Por el contrario, la alianza de esas familias, o de sus miembros más destacados, con el rey de

CONCLUSIONES. CAMBIOS Y ALIANZAS EN LA POLÍTICA REGIA

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Castilla determinó la recuperación de la zona por Alfonso VIII en los años siguientes. He utilizado la expresión guerra de tenentes para referirme a la situación en diversos momentos y limitar el alcance de las campañas militares. Era más importante ganar el apoyo de los principales nobles que movilizar grandes ejércitos; también era, probablemente, más barato. El alto número de tenentes documentados en este período nos habla también del grado de movilidad en las tenencias. En relación con ello, hemos puesto de manifiesto la capacidad del rey para controlar el sistema designando a los tenentes y sustituyendo a unos por otros. Pero también hemos señalado que es necesario matizar esa capacidad, que se desenvolvía en el marco de unas determinadas reglas del juego que sólo eran controladas por el rey en cierta medida. En realidad, más que de control del sistema de tenencias habría que hablar de administración del sistema por el rey. No se trata, por tanto, de minimizar la posición del rey, sino de comprender su naturaleza que, según se ha apuntado, era más de carácter arbitral que plenamente decisorio. El rey necesitaba a los nobles en la misma medida que los nobles necesitaban al rey. El rey para gobernar y expresar su dominio sobre el territorio, los nobles para consolidar y desarrollar su poder frente a otros nobles; es decir, frente a otros sectores, bandos o familias, pero también frente a otros miembros de la propia familia, hermanos, cuñados o primos dispuestos siempre a disputar la preeminencia en el grupo familiar. Sin duda Alfonso VIII consolidó su posición en la zona contando con el apoyo de nobles poderosos como Diego Jiménez (de Cameros) o Diego López (de Haro), pero en contrapartida el apoyo regio también permitió a éstos situarse como individuos preeminentes en sus propios grupos familiares, una posición que ahora todavía no está plenamente determinada por las normas de sucesión hereditaria. Esas normas forman una parte muy importante de las reglas del juego a que he aludido y, en ese sentido, conviene prestar mucha atención a las sucesiones en las tenencias de suegros a yernos o entre cuñados; algo a lo que no se ha prestado suficiente atención, buscando hasta ahora sucesiones de padres a hijos varones y preferentemente primogénitos. La transmisión por vía femenina de derechos, de bienes patrimoniales y de posición política no se debe subestimar. La documentación relativamente abundante de la zona también permite asomarse a la jerarquía en el interior de cada tenencia, a los subtenentes y alcaides. La jerarquía de relaciones internobiliarias, la pirámide feudovasallática, como la vienen denominando algunos sectores de la historiografía, poco conocida en términos generales. Una jerarquía que se extiende hacia la baja nobleza y alcanza también, ya fuera de la nobleza, a miembros destacados de los concejos de villas y ciudades y, seguramente, a capas de campesinos acomodados.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

En conjunto, en este período las tenencias aparecen como un sistema de administración y de gobierno territorial plenamente vigente y que seguramente ha alcanzado su máximo desarrollo. Un sistema que nos habla del progreso del poder nobiliario, especialmente de la alta nobleza. En ese contexto Alfonso VIII pudo consolidar su poder gracias a una eficaz alianza con los poderosos, pero también introducir cambios en las estructuras de poder en la zona. Lo hemos visto en relación con los concejos y lo podemos ver en el marco de la administración territorial. En este sentido se asiste, como se ha indicado, a los primeros pasos de un nuevo sistema basado en merindades y merinos. En el reinado de Alfonso VIII se forman y consolidan los merinos mayores de Castilla a partir de los anteriores merinos territoriales. Desde 1200 aproximadamente la zona queda englobada en el ámbito territorial de actuación de los merinos mayores, que designan a otros merinos para que actúen por delegación suya, los merinos menores. En efecto, también es ahora cuando comienzan a perfilarse los merinos y las merindades menores; especialmente la de Bureba y Rioja que tenemos mejor documentada. Ambos territorios se vinculan y formarán una única merindad menor que permanecerá unida en muchas ocasiones. Esa unión debe entenderse, en mi opinión, como un reflejo del poder de los Haro. Porque, y esta es otra característica de esta época de formación de las merindades, en estos primeros pasos el nuevo sistema no surge completamente ajeno al poder y los intereses de los magnates. De manera global, si hubiera que resumir la política de Alfonso VIII en la frontera del Ebro creo que habría que insistir en dos palabras, alianzas y cambios. Alianzas con los poderosos y cambios para intentar reajustar los equilibrios de fuerzas en una posición más favorable para el rey. En el fondo de ambas líneas de actuación subyace la que considero realidad dominante, el alto grado de desarrollo de los poderes señoriales, especialmente de algunos sectores de la alta nobleza y de algunas instituciones eclesiásticas. Eso era, en mi opinión, lo que realmente condicionaba la vida en la frontera del Ebro en estos años, aunque fuera una realidad que se expresaba en distintos grados en las diferentes zonas. ***** Hasta aquí he intentado desarrollar el objetivo de este libro que ha sido analizar la política de Alfonso VIII en esta zona, cuyo dominio político sufrió varios cambios en el período estudiado. Ahora, para finalizar y de un modo muy breve, quiero expresar algunas reflexiones sobre la caracterización de esta zona como una sociedad de frontera. Dicho de otra manera,

CONCLUSIONES. CAMBIOS Y ALIANZAS EN LA POLÍTICA REGIA

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hasta qué punto la frontera política, el límite entre los dominios de dos reyes, determinó la vida de las gentes de la zona. La frontera está presente con gran intensidad en la historiografía medievalista peninsular. Es uno de los grandes temas historiográficos asociado, claro está, a la Reconquista. La expansión hacia el sur, las conquistas frente a la España musulmana, habría generado un determinado tipo de sociedad de frontera. No es lugar para referirse a ello con detalle, pero con esa expresión se alude, generalmente, a una sociedad caracterizada por un alto grado de libertad individual para sus miembros, libertad jurídica –hombres libres– y libertad económica –colonos emprendedores–, y donde las actividades militares tienen un claro protagonismo hasta llegar a determinar el conjunto de la organización social. También se suele destacar que se trata de una sociedad más abierta, donde los intercambios económicos y culturales, junto a las libertades señaladas, contribuyen a crear formas de pensar menos rígidas y espacios de relación más amplios que en otras zonas. Una sociedad poco señorializada porque, a diferencia de otras zonas de Europa, la idea de la frontera no se relaciona generalmente con la existencia de marcas o espacios fuertemente señorializados. Esa interpretación se aplica, como he indicado, a la frontera con al-Andalus, pero por extensión esa misma idea tiende a considerarse característica de cualquier otra frontera política, incluidas las fronteras entre los reinos cristianos. Por otro lado, en la búsqueda de señas de identidad históricas para algunas de las realidades políticas actuales se ha acudido en ocasiones a la idea de frontera, una frontera que implícita o explícitamente se entiende de la manera señalada. Pero no puede generalizarse un tipo de frontera, generadora de una determinada sociedad de frontera, al conjunto de las fronteras; ni tampoco la frontera fue siempre el principal elemento determinante de la vida de los individuos que vivían en territorios de límites entre formaciones políticas; límites que tampoco eran los únicos que afectaban a la vida de la gente. Para estudiar cómo afectaron los cambios políticos a la gente que vivía en la frontera del Ebro es necesario aumentar nuestro campo de observación, tanto cronológico como temático. El período del reinado de Alfonso VIII, aunque muy significativo, puede resultar escaso para apreciar una realidad como esa. Además, la política regia tampoco puede ser la única guía que nos ayude a comprender una realidad más compleja. Sin embargo, tanto la amplitud del período estudiado como la intensidad de la política regia han de permitirnos una primera aproximación al problema. En ese sentido, desde luego la frontera del Ebro no se correspondía en aquella época con la idea dominante que he descrito brevemente sobre la sociedad de frontera. Había, eso sí, un marcado ambiente de intercambios de

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CAMBIOS Y ALIANZAS

ideas y de mercancías y presencia de gentes de otras tierras, pero no era debido a la frontera sino al Camino Francés o Camino de Santiago. No encontramos, sin embargo, los otros componentes, ni los militares ni los relativos a las libertades individuales. Por el contrario, en conjunto, el elemento más significativo, que auténticamente determina de forma global a la organización social, era el enorme peso de los poderes señoriales. La extensión alcanzada por los dominios de varias importantes y poderosas instituciones eclesiásticas y el gran poder de la nobleza, que podemos resumir en las dos familias más importantes de los Haro y los Cameros. La frontera del Ebro no era una frontera de libertades, sino una frontera de dependencias, puesto que la mayor parte de sus habitantes vivían sujetos a los poderosos. Nobles y eclesiásticos que fueron los auténticos protagonistas de la evolución política y de los cambios en la frontera. Las actividades militares existieron y fueron importantes en momentos puntuales, pero el motor de la evolución y los cambios fue la fidelidad de los nobles. A esa realidad tuvo que ajustarse Alfonso VIII y esa fue la realidad que intentó cambiar mediante una política muy intensa de creación y desarrollo de villas reales. Pero, mientras tanto, la realidad estaba determinada por los poderes señoriales. También conviene señalar que no toda la zona era perfectamente homogénea. Los distintos momentos y contextos de la conquista cristiana condicionaron estrechamente la evolución y la situación posterior. Si La Rioja Alta fue conquistada e integrada en los dominios de los reyes de Pamplona en los años 20 del siglo X, La Rioja Baja no lo fue hasta mediados del siglo XI, e incluso es posible que las zonas más orientales no pasaran a manos cristianas hasta la conquista de Tudela por Alfonso I de Aragón en 1119. De manera que La Rioja Alta es una zona de señorialización muy intensa, mientras que La Rioja Baja lo es menos, aunque la influencia y el poder de la nobleza se extienden también por ella mediante las tenencias. Así pues, cuando hablamos de la frontera del Ebro conviene tener en cuenta que no se debe evocar la imagen de una sociedad de gentes libres y emprendedoras sino, al menos en la segunda mitad del siglo XII y comienzos del siglo XIII, una sociedad de opresión señorial, dominada por unos pocos hombres poderosos y arbitrarios, cuya posición política en busca del beneficio personal condicionó la evolución histórica de la zona.

ANEXOS

ANEXO 1 TENENCIAS EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220

Señalo con un asterisco las referencias a tenentes por el rey de Navarra.

ÁGREDA Portolés 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 60 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 73 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 81 1156. don Portales senior in Agreta, in Cerbera, in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 82 1156. don Portales senior in Agreta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 83 1156. don Portales senior in Agreta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaide. MONTERDE, Fitero, doc. 85 1156. don Portales senior in Agrata et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 87 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zabbata sub illo, don Rodric alchaid in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 90

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1156, abril, 16. don Portales in Agreda senior, et in Ceruera et Tudellon, Garcia Çabata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tudelon. MONTERDE, Fitero, doc. 49 1156, julio, 29. Portalesius, tenente de Agreda. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 24; MONTERDE, Fitero, doc. 50; REILLY, Alfonso VII, doc. 940. 1157, marzo. Portalesius, tenente de Agreda. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 26; REILLY, Alfonso VII, doc. 964. 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales senior in Agreda, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 94; LAMA, CDMR, T. 2, docs. 195 y 196 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales in Agreta, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 95 Gonzalo (sic) Portolés1 1170, julio. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147. García Portolés 1173. Dominante seniore in Agreda, Garci Portoles. Alcaid, Don Cornel. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 255 1173. Dominante seniore in Agreda, Garci Portoles. Alcaid, Don Cornel. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 257 1181. dominante Agreta et Calagurra et Ceruera Garsia Portales. MONTERDE, Fitero, doc. 165 1182. dominator in Calagurra et in Ceruera et Agreda Garsia Portales. MONTERDE, Fitero, doc. 170 Diego Jiménez de Cameros 1186, octubre. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 460. Gil Gómez 1188. dominante... Egidio Gomez in Acreta, in Aguilar et in Cervaria. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88.

1 Tengo dudas sobre la identidad de este personaje que sólo se documenta con ese nombre –Gonzalo– en el documento citado. Me pregunto si no se corresponderá con García Portolés documentado, como puede verse a continuación, en varias ocasiones en los años 70 y 80.

ANEXO 1

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Guillermo González 1197, mayo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. Alcaed in illo castello de Calagurra, don Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1198, mayo, 20. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 667. AGUILAR DE RÍO ALHAMA Diego Jiménez de Cameros 1186, octubre. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 460. Gil Gómez 1188. dominante... Egidio Gomez in Acreta, in Aguilar et in Cervaria. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. Guillermo González 1197, mayo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. Alcaed in illo castello de Calagurra, don Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1198, mayo, 20. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 667. ÁLAVA2 Diego López de Haro 1210, julio, 31. Domno Didaco Lupiz de Faro dominante in Castella Vetula et in Alava et in Bizcaia et in Naiera. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.nº. Lope Díaz de Haro 1213. Dompno didaco lopez de faro tenente rio de oia et burouia. Lop diaz filius eius tenente alaua et castiella uieia. PÉREZ DE TUDELA, Vileña, doc. I

2

Incluyo sólo las referencias posteriores a la conquista castellana de 1199-1200.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

1215. dominante Castella Uetula et Alaua: Lupus Didaci. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 45 1216. Lop Diaz de Faro, prestamero en Salinas et en Alava. LOIZAGA, Bujedo, doc. 162 1216. prestamero de Miranda et de Alava don Lop. Diaz de Faro. LOIZAGA, Bujedo, doc. 164 1217, septiembre. in Alaua dominante Lupo Didaci: et tenente Aicorroz et Udala. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 44

ALBA DE MONTES DE OCA Gómez González 1168. Et don Gomez Gonzaluez in Abba (sic) Alua et Uilla franca (sic). CADIÑANOS, Rioseco, doc. 10

ALBELDA García Sobrino3 1167, marzo, 17. Garsias sobrino in Albelda. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227; RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16.

ALFARO4 Lope de Alfaro c.1177. don Lope de Alfaro, que era el señor de los dichos hombres (del concejo de Alfaro). TURZA, Monte Laturce, doc. 44 3 Rregnante Aldefonso rege in Toleto et in Castella et in Nagera. Fredinando rege in Gallecia. Sancio rege in Nafarra. Lupus comes in Nagera. Petrus Semenez in ambos Camberos. Gomez Gonzaluez in Calagurra. Dominantibus Fferran Garcez alcahet in clauigio, Garsias sobrino in Albelda. Garsias Barea in Becaria. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227; y RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16. Se trata de una referencia de interpretación dudosa alimentada, además, por las diferencias en las dos ediciones conocidas del texto. Según la puntuación que se proponga en relación con el término dominantibus –diferente en las dos ediciones– cabría interpretar que García Sobrino era el tenente o el alcaide de Albelda. Por otro lado, Albelda no era un villa de realengo, sino señorío del cabildo del lugar y del obispo de Calahorra. 4 A pesar de las expresiones siguientes, que parecen referirse a la tenencia, en realidad la villa era señorío de los Lope de Alfaro desde la donación de Alfonso VII a Fortún López en 1136.

ANEXO 1

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c. 1182. Dompnus Luppus dominus uidelicet de Alfaro. MONTERDE, Fitero, doc. 173 Lope de Alfaro y Pedro Pardo *1182. dominator in Alfaro don Lop et don Pedro Pardo. MONTERDE, Fitero, doc. 170 Hijos de García López y García Pardo 1211, junio. Dominatores in Alfaro filios de don Garcia Lopez, e don Garcia Pardo. Alcaide, don Sanz Garciez d’Almanara. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 452

ARNEDILLO5 García, obispo de Calahorra 1194. Dominante in Arnetello: G[arsia] calagorritano episcopo. Sub mano eius: I[ohannes] de Prexano, calagorritano priore. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 344 1194. Dominante in Arnetello: G[arsia] calagorritano episcopo et sub eo I[ohanni] de Prexano, calagurritano priore. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 346 1194. Dominante in Arnetello: G[arcia] episcopo. Sub eo I[ohannes] de Prexano, calagorritano priore. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 348 1195. Dominante in Arnetello: G[arcia] calagorritano episcopo. Sub manu eius I[ohanne] de Prexano, calagorritano priore. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 355 Juan de Préjano, prior de Calahorra 1195. Dominante in Arnetello: I[ohanne] de Prexano, calagorritano priori. Sub eo I[ohanne] de Sant Pedro. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 356

5 También en este caso, a pesar de las expresiones que parecen referirse a la tenencia, se trata de una villa de señorío por donación de GONZÁLEZ, Alfonso VIII al obispo y a la catedral de Calahorra en 1170.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

ARNEDO y VALLE DE ARNEDO Gutierre Fernández de Castro 1145. Valle de Arnedo. domnus Guterrius dominans Calagurra et Ualle Arneto. Sub istius dominio Martinus Ferrandez dominus. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 138 P. Frólaz 1150. P. Frolaz tenens castrum Areneti. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 152 Gómez González 1165, agosto, 15. Dominando... Gomez Gonzalez en Calahorra y en Arnedo. TURZA, Monte Laturce, doc. 28 1169, febrero, 16. Dominante Calagurre Gomiz Gonzaluez. Sub eo Garcia Zapata dominans Calagurre et Arnetum. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 235; PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 112 Diego Jiménez de Cameros 1176, agosto, 25. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 267 1177. dominando en Arnedo don Diego Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 43 1178. Senior in Arnedo: Didacus Semenez. Sub manu eius in castello: Semen Çapata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 266 Gonzalo Copelín 1185. dominante in Arneto, Gundisaluus Copellinus; sub quo dompnus Lupus de Zentronego. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 286 Guillermo González 1188. dominante... Guillen Gundisalvi in Sancto Petro, in Arneto, et in Jubera. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. 1197, mayo. Valle de Arnedo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. Alcaed in illo castello de Calagurra, don Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1198, mayo, 20. Valle de Arnedo. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 667

ANEXO 1

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1214. Valle de Arnedo. Dominando... en Jubera y en Val de Arnedo Guillen Gonzalez. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 ASTÚLEZ Lope Díaz de Haro 1211. señor de Salinas y de Valdegovia y de toda Borobia don Diago de Faru y su filio Lop. Diaz es señor de Astulet y de Villalva. LOIZAGA, Bujedo, doc. 138 AUSEJO García Vermúdez *1168, marzo. Garcia Vermudez in Agoseilo et in Antelena. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 44; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 230 Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo6 1179, abril, 15. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74 Ramiro de Varea *1185, febrero. Remiro de Varea dominante Lucronio et Aguseio per manum regis Alfonsi et regis Sancii Pampilonensi. LEDESMA, San Millán, doc. 445 AUTOL Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo7 1179, abril, 15. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74 6 Por lo que sabemos de alguno de los otros casos señalados en el tratado, el tenente elegido debió ser el primero de los citados. 7 Por lo que sabemos de alguno de los otros casos señalados en el tratado, el tenente elegido debió ser el primero de los citados.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Guillermo González 1198, mayo, 20. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 667

BELORADO Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1177, octubre. dominante Naggare et Cerasio et Villaforato Petro Roderici. LEDESMA, San Millán, doc. 430 1178, junio. dominante Ceresio et ville Foraminis, Granoni atque Naiare Petro Rodericus. Granioni autem dominante per manu Petri Roderici, Petro Garsiez. LEDESMA, San Millán, doc. 432 Diego Jiménez de Cameros c.1180. Dominante Ville Foramine et Ceresio Didaco Scemenez. LEDESMA, San Millán, doc. 435 Diego López de Haro 1185, noviembre. Didaco Lopez dominante in Belforato de manus regis, sub eo Petro Garciez de Villalfovar cum fratre suo Sancio de Mazuelo. LEDESMA, San Millán, doc. 446 1186. dominante ville Foraminis et Granionis et Naiare Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 450; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 291 1187, enero. dominante Ville Foraminis et Ceresio et Naiare et toti Rivogio, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 452 Ramiro de Varea 1187. Sub eo dominante Villaforado dompnus Ranimirus de Varea. LEDESMA, San Millán, doc. 455 Diego López de Haro 1195, septiembre, 30. Didacus Lupi de Faro dominus terre in Naiera, et in Belliforamine. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 360; LOIZAGA, Bujedo, doc. 71 1200, marzo, 28. don Diego Lopez prestamero in Naiare et in Bilforado. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 398; LOIZAGA, Bujedo, doc. 97

ANEXO 1

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Lope Sánchez 1204, julio, 1. Lupus Sancii dominante Bilforado et Rivogie. Colección Hergueta, T. 3, s.f. Álvaro Núñez de Lara 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) Lópe Díaz de Haro 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) BRIVIESCA Rodrigo Pérez 1171, noviembre, 28. Rodericus Petris, senior in Birbisca. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 165; ÁLAMO, Oña, doc. 239 BUREBA Gonzalo Ruiz o Rodríguez 1147, marzo, 8.Gundisalvus Ruiz, senior Borovie. LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 412; MARTÍNEZ, Fueros de Burgos, pp. 49-50 y doc. XVIII; REILLY, Alfonso VII, doc. 550 1150. Gundisaluo infantem dominante Borouia. ÁLAMO, Oña, doc. 208 1152. dominante Borueua Gonzalvo Roiz. LEDESMA, San Millán, doc. 391 1156. Gundissavo Roderiz dominante Borovam. LEDESMA, San Millán, doc. 397 1156. Gundisaluus Ruderici, qui tunc temporis dominabatur Borouie. ÁLAMO, Oña, doc. 222

410

CAMBIOS Y ALIANZAS

1161. Gundisaluo Rodriç tenente Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 59 1165. Gundissaluus Ruderici tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 229 1165. Gundissaluus Ruderici dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 230 1168. Gundissaluo Roderici, tenente Borouia. ÁLAMO, Oña, doc. 231 1168. dominante... Gonzaluo Rodriz en Boroua. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 10 1169. Gundissaluus Ruderici tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 234 1170. dominate Borovie Gonzalo Roderici. LEDESMA, San Millán, doc. 413 1171, octubre, 9. Gonçalo Roderici, tenente Borouia. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 17 1173. Gundisaluo Roderici dominante in Borouia. ÁLAMO, Oña, doc. 241 1174. Comes Gundissaluus tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 245 1174, enero, 5. Comite Gundisaluo tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 243 1175. Comite Gundisaluo dominante Borouie. ÁLAMO, Oña, doc. 252 Diego López de Haro 1177. Didacus Lupi dominans Borouie. ÁLAMO, Oña, doc. 259 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1177. Petro Roderici dominante Borouia et Naggara. Garsea Ruderici Pozam tenente de manu eius. ÁLAMO, Oña, doc. 252 1179. tenente... Petro Roderici Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 261 Lope Díaz, merino mayor 1180. Lupus Didaci existente merino regis et dominate Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 262 Diego Jiménez de Cameros 1180. Didaco Semeneç tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 263 1181. Didaco Semenez tenente Borouiam. Petrus Gutierreç tenente Poza de manu eius. ÁLAMO, Oña, doc. 252 Gonzalo Ruiz o Rodríguez 1181, diciembre, 31. Comite Gonsaluo Roiz tenente Buroua. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 31

ANEXO 1

411

1182. comite Gundissaluo tenente Borobiam. OCEJA, Oña, doc. 68 1182 [ó 1190]. Gonzalvo Roiz, que era sennor a essa sazon de Borobia... comes Gundisalvus Ponticurvo et Borabiam. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c Diego López de Haro 1184, febrero, 25. dominante Borovie et Castelle Vetule et Valle de Goviam, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 440 1185, marzo, 10. Didacus Lopez regis alferiz totam Boroviam, et Castellam et Riviogiam procurante. LOIZAGA, Bujedo, doc. 43 1185, septiembre, 27. Dominante... Didacus Lopez en Castella et en Borouia. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 37 1186. Didaco Lopez thenente Borouiam et Castellam Vethulam. OCEJA, Oña, doc. 70 1186, agosto, 17. Dominante... En Castiella et in Borouia, Didacus Lopez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 43 1186, agosto, 23. Dominante... et in Castella et in Borouia, Didacus Lopez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 44 1186, junio. dominante Cellorigo et toti Borovie et Castelle vetule Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 449; Índice... San Millán, pp. 336-337 1187. dominante in Naiara, in Rivo de Ogia, in Borovia, in Castella Vetula, in Trasmera, in Asturiis et in medietate Burgensis urbis domno Didaco Lupiz. LEDESMA, San Millán, doc. 454; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293 Fernando Núñez de Lara 1187. Comes Fredinandus alferiz regis et dominus de Borouia. ÁLAMO, Oña, doc. 278 1187. Comes Fredinandus alferiz regis dominante Borouie. ÁLAMO, Oña, doc. 279 Diego López de Haro 1188, abril, 27. Diago Lopez Nazarae, Rivogiae, Borobiae, Castellae dominator. LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 1189, diciembre. dominante Naiare er rivo Ogie et Borovie atque Castelle Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 459 1190. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 288

412

CAMBIOS Y ALIANZAS

1190. Didacus Lupi dominate (sic) Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 289 1190. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 290 1190. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 72 1190. Didacus Lupi, dominator en Castiella, et Borabia, et Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 57 1190, diciembre. dominante Didaco Lopez Naiere et Borovie et Cellorigo. LEDESMA, San Millán, doc. 463 1191. Dominante Naiare et rivo de Ogie et Borovie atque Castelle Vetule Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 465 1191. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 293 1191. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 294 1192. Didaco Lupi dominante Naiare et tota Borovie. LEDESMA, San Millán, doc. 471 1192. Didacus Lupi dominante in Redoia et Borovia. LEDESMA, San Millán, doc. 472 1192. Didaco Lupi domno (sic) tocius Rivogii et Burovie. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 73 1192, mayo. Didacus Lupi, dominator en Castella, et in Borobia, et in Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 61 1192, agosto. dominante toti Castelle Vetule et Borovie et rivo Ogie et Naiere atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 469 1192, septiembre. dominanti toti Borovie et Castelle Vetule et rivo Ogie et Naiare atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 470 1192, septiembre, 11. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 300 1193. Didaco Luppi tenente Borobiam et Castelam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 76 1193, septiembre, 13. Didaco Lupi Castellam Vetulam et Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 77 1193, noviembre, 11. Didaco Lupi de Faro alferiz regis et tenente Borobiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 304 1193, diciembre, 26. Didaco Lupi tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 305 1194. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 306 1194. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 307

ANEXO 1

413

1194, febrero, 2. Didaco Lupi tenente Najaram, Borouiam et Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 80; ÁLVAREZ, Reina, p. 110 1194, octubre, 15. Didacus Lupi sub rege prefectus in Burobia, et in Nagera, et in Riuo de Hogga. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 354; LOIZAGA, Bujedo, doc. 67 1195. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 311 1195, abril, 9. Didacus Lupi sub rege praefectus in Burovia et in Mena. LOIZAGA, Bujedo, doc. 68 1195, julio, 13. Didacus Lupi sub rege praefectus in Borova et in Ribera. LOIZAGA, Bujedo, doc. 70 1196. Didaco [...] [roto el pergamino] tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 312 1196, diciembre, 2. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 313 1196, enero, 8. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 312 1196, octubre, 1. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 81 1196, octubre, 1. Didaco Lopez tenentem Castellam Uetulam et Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 82 1198. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 314 1198. Didaco Lupi Borouia tenente et Castella Uetula. ÁLAMO, Oña, doc. 316 1198. Didaco Lupi tenente Vorouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 317 1199. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 318 1199. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 320 1199. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 86 1199, mayo, 6. Diego Lopez tenia la Bureba y Castilla Vieja (sic). OCEJA, Oña, doc. 87 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 325 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 326 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 328

414

CAMBIOS Y ALIANZAS

1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 329 1200, febrero, 3. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 321 1200, octubre, 22. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 323 1201. dominante in Borobia, et de Soria usque ad mare Bizcahie Didacus Lupi. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.nº. 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 337 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 337 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 338 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 339 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 340 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 341 1201. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 91 Fernando Núñez de Lara 1201. Comes Fredinandus tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 335 1201, noviembre. comes Ferdinandus tenente Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 93 1202. Comes Fredinandus tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 344 1202. Comes Ferrandus tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 345 1202. Comes Ferrandus tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 349 1202. comes Ferdinandus tenente Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 94 Rodrigo Rodríguez8 1202. Ruderico Ruderici tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 346 1202, diciembre, 21. Rodericus Roderici dominante toti Borouie. OCEJA, Oña, doc. 96 8 Desconozco la identidad de este personaje, citado en un documento de 1204 como mayordomo regio, cuando quien ocupaba el cargo era Gonzalo Rodríguez. Como he señalado en el texto, podría tratarse de un hermano de éste, llamado Rodrigo Rodríguez, y pensar que la referencia a la mayordomía sea un error del escriba.

ANEXO 1

415

1203. Ruderico Ruderici tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 351 1203. Ruderico Ruderici dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 353 1203. Rodericus Roderici tenente Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 97 1204. Ruderico Ruderici tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 355 1204. Rudericus Ruderici maiordomus regis et tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 354 1204. dominante in Borobia Rodericus Roiz et sub eo merinus Dominicus Chico. Merino Regis Serrano. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º Álvaro Núñez de Lara 1205. Aluarus Nunni tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 357 1205. Aluar Nunnez tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 358 1205. Aluar Nunez tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 98 Diego López de Haro9 1205, diciembre, 29. Didaco Lupi dominante Borobiam et Castellam Vetulam. LOIZAGA, Bujedo, doc. 116 Álvaro Núñez de Lara 1206. Aluaro Nunni dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 365 1206. Aluaro Nunnii dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 366 Diego López de Haro 1206. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 364 1206. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 367 9 Esta referencia a Diego López de Haro en 1205 corresponde a un error en la datación del documento conservado en el Becerro de Bujedo. El error se constata porque el texto se refiere a un acuerdo entre los monasterios de Oña y de Bujedo realizado por sus abades Pedro y Sancho, pero el abad Sancho de Bujedo lo fue entre 1200 y 1204; en 1205 el abad de Bujedo

416

CAMBIOS Y ALIANZAS

1206. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 368 1207. dominante Didaco Lupi in Borouia, et in Naiera, et in Castella uetula, et in Calagurra. Índice... San Millán, pp. 284-285; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 439 1208. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 373 1208. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 375 1208. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 104 1210, diciembre, 5. Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 1211. señor de Salinas y de Valdegovia y de toda Borobia don Diago de Faru. LOIZAGA, Bujedo, doc. 138 1211. Didacus Lupi dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 393 1211. Didaco Lupi tenente Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 394 1211, agosto, 20. Didaco Lupi tenente Borouia. Lupus Didaci tenente Castella et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 395 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 1212. Didaco Lupi dominante Borouiam. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 397 1212, junio. Didacus Lopez, tenente Borouia. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 86 1213. Dompno didaco lopez de faro tenente rio de oia et burouia. PÉREZ DE TUDELA, Vileña, doc. I 1213, septiembre. Donante (sic) in Borouia, domnus Didacus Lopez de Faro. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 89 1214. Didaco Lupi dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 401 1214. Didaco Lupi dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 402 Álvaro Núñez de Lara 1215. dominante Boroua: Aluar Nunez; prestameros en Frías: Sancho Lopez de Torres et Didaco Lopez de Uelascor. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 45 1215. Comes Aluarus dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 406 1215. Comes Aluarus alferiz regis et dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 405

ANEXO 1

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Lope Díaz de Haro 1218, octubre, 14. Lupus Didaci tenente Borouia et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 418 1218, septiembre, 11. Lupus Didaci dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 417 1219. Lupo dominante Borouiam. ÁLAMO, Oña, doc. 423 1220, abril, 10. Lupus Didaci dominante Borouia et Castella Uetula. ÁLAMO, Oña, doc. 424

CALAHORRA Martín Fernández10 [1148], mayo, 31. Martin Ferrandes in Calaforra, in anno quo capta est Almaria. MONTERDE, Fitero, doc. 15 Gutierre Fernández de Castro 1145. domnus Guterrius dominans Calagurra et Ualle Arneto. Sub istius dominio Martinus Ferrandez dominus. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 138 1146, octubre, 1. Guterrus Fernandez, tenens Calagurrim. Martinus Fernandez alcaldus de Calagurri. MONTERDE, Fitero, doc. 7; LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 441; REILLY, Alfonso VII, doc. 534 1150, mayo, 25. don Goterro dominante Calagurre. Alchait, Martin Ferrandez. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 153 1151. Dominante sub ipso in Calagurra, Guterrio Ferrandez, et per manum eius tenens Calagurram, Martin Ferrandez. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 155 1152, febrero, 26. Dominante Calagurre don Goterro. Alchait, Martin Ferrandez. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 161 Fortún López de Soria 1152, julio, 6. Sub cuius dominio: senior Fortun Lopez dominante Calagorra; Alchaed, Garcia Zapata. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 163 10 Según se ha señalado en el texto, en realidad Martín Fernández era subtenente o alcaide de Calahorra, mientras que el auténtico tenente por entonces era Gutierre Fernández de Castro.

418

CAMBIOS Y ALIANZAS

1153. Senior Fortun Lopez dominante Calagurra. Alchaet: Garcia Zapata. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 170 Fortún López de Soria y su hijo Lope Fortún 1154, diciembre, 3. Dominante Calagorra, Fortun Lopez et don Lope filius eius. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 174 García Almoravid 1155, septiembre, 18. Garsia Almorabide, tenente de Calahorra. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 21; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 183; REILLY, Alfonso VII, doc. 893 Gómez González 1158, [antes de agosto, 21]. don Gomez senior in Calaforra. MONTERDE, Fitero, doc. 107 1158, [antes de septiembre, 1]. Gomez senior ibidem (se refiere a Calahorra). MONTERDE, Fitero, doc. 110; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 202 1158, marzo. Gomiz Gonçaluez dominante Calgurri. Sub eo Garcia Uermudez. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 203-a 1161, abril, 11. Rectore eiusdem urbis (Calahorra) sub prefato rege Adefonso Gomiz Gonsaluiz. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 208 Gómez González y su mujer doña Milia 1162. Gomiz Gonçaluez cum sua mulier dompna Milia dominante Calagorrim. Sub eos, Petro Petriz de Arenielas. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 209-b 1162, mayo. Gomiz Gonçaluez cum sua mulier dompna Milia dominante Calagorrim. Sub eo, Petro Petriz de Areniellas. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 209-a Gómez González 1165. Dominante in eadem urbe (Calahorra) sub rege, don Gomez Gonzaluez. Sub eo Aluaro Ruiz de Tossantos. Alcaide Lope Ferrandez. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 219 1165. Dominante in eadem urbe (Calahorra) sub rege Adefonso, Gomiz Gonzaluez. Alcaide, Albar Roiz. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 220

ANEXO 1

419

1165, agosto, 15. dominando... Gomez Gonzalez en Calahorra y en Arnedo. TURZA, Monte Laturce, doc. 28 1167. Dominante in Calgurra sub rege Adefonso, Gomiz Gonzaluez. Alcaide: Garcia Zapata. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 225 1167. Dominante in eadem urbe (Calahorra) sub rege Adefonso, Gomiz Gonzaluez. Sub eo, Garsia Zapata, alcaide. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 226 1167, marzo, 17. Gomez Gonzaluez in Calagurra dominantibus. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227 1168, [enero, 30]. Gomiz Gonçaluez dominante Calagurri. Sub eo Garcia Zapata. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 229 1168, mayo. dominante Calagurra: Gomiz Gonzaluez et sub manu eius Garcia Zapata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 231 1169, abril, 1. dominante apud Calagurram: Gomicio Gondisalui. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 236 1169, febrero, 16. Dominante Calagurre Gomiz Gonzaluez. Sub eo Garcia Zapata dominans Calagurre et Arnetum. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 235; PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 112 1169. dominans Calagurre Gomez Gonzaluez. Garcia Zapata alchait. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 234 1170, julio, 6. dominante apud Calagurram Comite Gomicio Gonzaluo. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 241 Pedro de Arazuri11 1170. dominando... Pedro Darazuri en Calahorra. TURZA, Monte Laturce, doc. 35 Gómez González 1171, enero, 6. dominante Calagurra comite Gomicio Gonzaluo. Alchaied, Garcia Çabata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 245 Diego Jiménez de Cameros 1171, diciembre. dominans Calagurre Didagus Xemenez. Alchait, Garsia Çabata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 247 11 Esta referencia a Pedro de Arazuri debe corresponder a un error en la datación del texto, que procede de las defectuosas copias conservadas de los documentos de Monte Laturce.

420

CAMBIOS Y ALIANZAS

1172, abril, 17. Dominante Calagurra sub eius dominio, Didacus Xemenez. Alchait, Semeno Zapata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 248 1172, mayo, 28. dominans Calagurra Didagus Xemenez. Alchait, Xemen Zabata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 250 Pedro de Arazuri 1173, julio, 31. Petrus de Aracori, dominus Calagurre. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 185; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 260 1178, mayo, 30. dominante Calagurra Petro de Araçuri. Alcaet: Petro Çapata. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 267 1179, julio, 1. dominante sub eo in Calagurra, Petro de Arazuri, sub quo Sancius Bermudez, alchaid in illo castello. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 270 García Portolés 1181. dominante Agreta et Calagurra et Ceruera Garsia Portales. MONTERDE, Fitero, doc. 165 1182. dominator in Calagurra et in Ceruera et Agreda Garsia Portales. MONTERDE, Fitero, doc. 170 1182. dominante apud Calgurram: Garcia Portales. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 281 1182. dominante apud Calagorra: Garcia Portales. Sub quo Rodericus Lopez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 282 Diego Jiménez de Cameros c. 1184. Dominante Calagurre, Diag Xemenez. Sub eo seniores: Xemen Zabata, Garsia de...(ilegible). LAMA, CDMR, T. 3, doc. 307 1185, enero, 2. Dominante sub eo (en Calahorra) Didaco Semenez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 287 1185, febrero. Didaco Scemenez dominante Ochon et Calagurra per manum regis Alfonsi. LEDESMA, San Millán, doc. 445 1185, julio, 19. Dominante Calagurra: Didacus Xemenez. Sub eius: Garsias Roderiz. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 289 1188. Dominante Calagurre, Didaco Semenez, set tunc temporis obiit. Alchaet, Fortun de Villa Mediana. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 295 Rodrigo Díaz de Cameros 1188. Roderico Diaz dominante in Naiara in Calagorra. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88.

ANEXO 1

421

Diego López de Haro 1190, octubre, 22. Dominante Calagurra, Didacus Lopiz. Sub eius, Martin de Rieta. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 309 Pedro García de Agoncillo 1191. Sub eius manu senior in Calagorre, Petro Garceiz. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 314 1192. Dominante sub eo in Calagurra, Petro Garceiz de Agonsiello. Alcaed sub eo in illo castello, Gonçaluo Didaz. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 319 Juan (sic) García de Agoncillo12 1194. Dominante Calagorra sub manu regis: Iohannes (sic) Garsia de Agoncello. Sub eo: Dompna Milia sua muliere. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 345 Pedro García de Agoncillo 1194. Dominante Calagurra sub manu regis: Petrus Garssie de Agonçello. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 349 1194. Dominante Calagurra: P[etrus] Garssie de Agoncello. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 350 Almoravid 1195. dominante Calgurre, Almorauit.... LAMA, CDMR, T. 3, doc. 358 1195, febrero. Dominante Calgurre, Almorauid. Sub eo, Semen de Torres. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 359 Guillermo González 1196. Dominante Calgurra sub manu regis: Guilen Gonçaluez. Sub eo Ochoa gener Rodericus Lupi. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 361-b 1197, mayo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. 12 Es muy probable que esta referencia a Juan García de Agoncillo se deba un error del escriba, correspondiendo en realidad a Pedro García de Agoncillo, bien documentado como tenente en esas fechas.

422

CAMBIOS Y ALIANZAS

Alcaed in illo castello de Calagurra, don Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1198, enero, 22. Dominante Calagurra sub manu regis: Guilen Gonçalueç. Sub eo Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 374 1198, julio. dominante Calagurra, Guillen Gonzaluez. Sub quo, Martin Romeo. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 377 1199. Dominante Calagurra, Guilen Gonçalueç. Sub eo Martin Romeo. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 381 1199, abril. Dominante sub eo in Kalagurra, Guillelmo Gonçaluez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 382 Gonzalo Ruiz o Rodríguez 1202. Dominante Calagurra, Gonçaluo Roiç. Sub eo: Gil Garceiç, et sub eo Semen Duçama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 404 Gil García13 1202, marzo, 26. Dominante sub eo in Calagurra, Egidio Garceiz. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 407 1202, marzo. Dominante Calagurra, Gil Garçeiz. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 1 1203, abril. Dominante sub eo in Calagurra, Gil Garceiz, alcaiat in illo castello, Semeno de Uzama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 413 1203, junio, 29. dominus in Calagurra per manum regis, Gil Garcez. Sub eo alcaith, Semen de Uzama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 417 1203, noviembre. Dominante sub eo in Calagurra, Gil Garcia et alcaid in illo castello, Semeno de Uçama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 419 Gonzalo Ruiz o Rodríguez 1204. Dominante Calagurra, Gonçaluo Roic, per manum eius Egidius Garssia; sub eo Semeno de Uçama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 420 1204, marzo. Dominus in Calagurra, Gondissaluus Roderici, per manum regis; per manum supradicti Gondisalui, Egidius Garsie; sub eo alcaith Semenum de Uzama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 421 1204, mayo. Dominante sub eo in Calagurra Gonçaluo Roiz; sub eo Gil Garceiz. Sub quo, Xemen de Uçama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 422 Como puede verse más abajo, Gil García era en realidad el subtenente de Calahorra por Gonzalo Ruiz o Rodríguez. 13

ANEXO 1

423

Gil García 1205, mayo. Dominante sub eo in Calagurra: Gil Garceiz. Alcahet sub eo in castello, [Semeno?] de Uçama. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 433 Diego López de Haro 1207. Sub eo dominante Didaco Lupi in Borouia, et in Naiera, et in Castella uetula, et in Calagurra. Índice... San Millán, pp. 284-285; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 439 1208, marzo. Dominante Calagurra: Didacus Lupi. Sub eo Guilelmus Gonçalueç. Sub eo, Petrus Blaçqueç. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 445 Guillermo González14 1208, abril. Dominante Calagurra, Guillelmo Gonzaluez; sub eo, Petro Belasquez. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 17-a Diego López de Haro 1209, marzo, 12. domno Didaci Lupiz de Faro in Naiara et in Calagurra dominante. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 448 1210, diciembre, 5. Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 1210, febrero. Dominante Calagurra: Didacus Lupi; per manum eius, Guilen Gonçalueç; sub eo, Petrus Blasqueç et Lope Martineç. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 449 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 Guillermo González 1211, noviembre. Dominante Calagurra, Guillelmo Gundisalui. Sub eo, Lupo Martinez. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 25 1212, noviembre, 12-17. Dominante Calagurra, Guillen Gonçaluez. Alcait, Lembot. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 454 En 1208 y 1210 Guillermo González se documenta como subtenente de Calahorra por Diego López de Haro. 14

424

CAMBIOS Y ALIANZAS

1212. Dominante Calagurra, Guilen Gonçaluez; sub quo, Petro Morileo. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 26 1212. Dominante Calagurra, Guilen Gonçaluez. Sub eo, Petro Morielo. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 27 1214, abril. Dominante Calagurra, Guillen Goncaluez. Sub eo Petro Remirez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 459 Rodrigo Díaz de Cameros 1214. dominando en Logroño y en Calahorra y en Soria y en ambos Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 1219, marzo. Calahorra. Sub eo... (sic) Roy Diaz. Alcahet in castello: Çapata. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 49 1220, febrero. Dominante Calagurra, Roderico Didaci; sub quo Bartolomeo de Uarielas. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 52 Álvaro Díaz de Cameros15 1220, enero. Calahorra. Dominante sub eo in Calagurra, Aluar Diaz; alcahet in castello, G. Zapata. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 51 CAMEROS Pedro Jiménez de Cameros 1155, junio, 18. Nájera. Petrus Semenez, tenens ipsum honorem... Petrus Garceiz de Morcora, per manum ipsius Petri Semenez eundem honorem possidesse. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 18; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 181; REILLY, Alfonso VII, doc. 883 1165, agosto, 15. dominando don Pedro Ximenez en Jubera y en ambos Cameros. TURZA, Monte Laturce, doc. 28 1167, marzo, 17. Petrus Semenez in ambos Camberos. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227 Diego Jiménez de Cameros 1170. dominado... en ambos Cameros don Diego Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 35 Como se acaba de ver, en esas mismas fechas figura también como tenente su hermano Rodrigo Díaz. 15

ANEXO 1

425

1175. debajo de su imperio, en Ocón y en ambos Cameros, don Diego Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 39 1175. deba[j]o de su imperio en ambos Cameros Diego Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 40 1177, abril, 11. Dominante in Ocone Didacus Eximini et in ambos Kamberos, alcaiat in Ocone Martin Romero. LEDESMA, San Millán, doc. 428 1182. don Diego Ximenez, que tiene los Cameros y a Cuenca y a Huete. TURZA, Monte Laturce, doc. 49 1182, febrero, 14. teniendo y dominando... don Diego Ximenez en ambos Cameros, en Cuenca y en Huete y en otros muchos lugares. TURZA, Monte Laturce, doc. 47 Rodrigo Díaz de Cameros 1214. dominando en Logroño y en Calahorra y en Soria y en ambos Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 [1217]. señor de los Cameros Ruys Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 64 1217, febrero, 26. señor en Jubera y en los Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 62 1217, noviembre, 13. señor en los Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 63 1219. señor en Jubera y en los Cameros, don Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 65

CASCANTE Turpín 1158, [antes de septiembre, 1]. Turpinus in Cascant. MONTERDE, Fitero, doc. 108

CASTILLA VIEJA Lope de Haro 1148, mayo. Comes don Lop in castella uiella. MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», p. 355 y doc. X; BARRERO, «Fuero de Logroño», pp. 187193; REILLY, Alfonso VII, doc. 586 1150. Comite Lupo tenente Castella. ÁLAMO, Oña, doc. 208

426

CAMBIOS Y ALIANZAS

1156. dominante... Lupo comite Castellam. LEDESMA, San Millán, doc. 397 1161. Comes Lupus dominante Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 229 1165. Comes Lupus tenente Castella. ÁLAMO, Oña, doc. 230 1168. dominante in Naiara et in Catella (sic) comite Lupo. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 10 1168. Comes Lupus, dominante Castella. ÁLAMO, Oña, doc. 231 1169. Comes Lupus Castellam. ÁLAMO, Oña, doc. 234 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1170, junio, 26. Tenente Castella, Petro Ruit de Naiara. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 11 Álvaro Pérez de Lara 1171, octubre, 9. Comes Aluarus, tenente Castella. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 17 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1174, enero, 5. tenente... Petro Roderici Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 243 1174. Petrus Ruderici Castella dominante. ÁLAMO, Oña, doc. 245 1176. Petrus Royz tenente Castella. ÁLAMO, Oña, doc. 256 1177. Petrus Roderici tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 260 Gómez González 1179. comite don Gomez tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 261 1180. Comite Don Gomeç tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 262 Fernando Núñez de Lara 1182 [ó 1190]. comes Ferrandus in Asturias et in Castella. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c 1182. comite Ferdinando tenente Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 68 Diego López de Haro 1184, febrero, 25. dominante Borovie et Castelle Vetule et Valle de Goviam, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 440

ANEXO 1

427

1185, marzo, 10. Didacus Lopez regis alferiz totam Boroviam, et Castellam et Riviogiam procurante. LOIZAGA, Bujedo, doc. 43 1185, septiembre, 27. Dominante... Didacus Lopez en Castella et en Borouia. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 37 1186, agosto, 17. Dominante... En Castiella et in Borouia, Didacus Lopez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 43 1186, agosto, 23. dominante... in Castella et in Borouia, Didacus Lopez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 44 1186, junio. dominante Cellorigo et toti Borovie et Castelle vetule Didaco Lope. LEDESMA, San Millán, doc. 449; Índice... San Millán, pp. 336-337 1186. Didaco Lopez thenente Borouiam et Castellam Vethulam. OCEJA, Oña, doc. 70 1187. dominante in Naiara, in Rivo de Ogia, in Borovia, in Castella Vetula, in Trasmera, in Asturiis et in medietate Burgensis urbis domno Didaco Lupiz. LEDESMA, San Millán, doc. 454; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293 Gil Gómez 1187. Gil Gomez dominus de Castella Uetula. ÁLAMO, Oña, doc. 278 1187. dominante... Gil Gomez Castella Uetule. ÁLAMO, Oña, doc. 279 Diego López de Haro 1188, abril, 27. Diago Lopez Nazarae, Rivogiae, Borobiae, Castellae dominator. LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 1189, diciembre. dominante Naiare et rivo Ogie et Borovie atque Castelle Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 459 1190. Didacus Lupi dominate (sic) Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 289 1190. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 290 1190. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 72 1190. Didacus Lupi, dominator en Castiella, et Borabia, et Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 57 1190. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 288 1191, diciembre. Didaco Lupi de Faro in Naiera et in Castella Vetula et de Soria usque ad mare. LEDESMA, San Millán, doc. 464

428

CAMBIOS Y ALIANZAS

1191. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 294 1191. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 293 1191. Dominante Naiare et rivo de Ogie et Borovie atque Castelle Vetule Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 465 1192, agosto. dominante toti Castelle Vetule et Borovie et rivo Ogie et Naiere atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 469 1192, mayo. Didacus Lupi, dominator en Castella, et in Borobia, et in Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 61 1192, septiembre, 11. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 300 1192, septiembre. dominanti toti Borovie et Castelle Vetule et rivo Ogie et Naiare atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 470 1193, noviembre, 11. Didaco Lupi de Faro alferiz regis et tenente Borobiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 304 1193, septiembre, 13. Didaco Lupi Castellam Vetulam et Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 77 1193. Didaco Luppi tenente Borobiam et Castelam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 76 1194, febrero, 2. Didaco Lupi tenente Najaram, Borouiam et Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 80; ÁLVAREZ, Reina, p. 110 1194. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 307 1194. Didaco Lopez dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 306 1195. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 311 1196, enero, 8. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 312 1196, octubre, 1. Didaco Lopez tenentem Castellam Uetulam et Borouiam. OCEJA, Oña, doc. 82 1196, octubre, 1. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 81 1196, diciembre, 2. Didaco Lupi tenente Borouiam et Catellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 313 1196. Didaco [...] [roto el pergamino] tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 312 1198. Didaco Lupi Borouia tenente et Castella Uetula. ÁLAMO, Oña, doc. 316 1198. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 314

ANEXO 1

429

1198. Didaco Lupi tenente Vorouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 317 1199, mayo, 6. Diego Lopez tenia la Bureba y Castilla Vieja. (sic). OCEJA, Oña, doc. 87 1199. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 320 1199. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Vetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 318 1199. Didacus Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 86 1200, febrero, 3. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 321 1200, octubre, 22. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 323 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 325 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 326 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 328 1200. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 329 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 337 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 338 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 339 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 340 1201. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 341 1201. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 91 Lope Sánchez 1201. Lupus Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 335 1201, noviembre. Lupus Sancii dominante in Castellam Uetulam et in Asturias. OCEJA, Oña, doc. 93 1202. Lupo Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 344

430

CAMBIOS Y ALIANZAS

1202. Lupus Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 345 1202. Lupo Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 346 1202. Lupo Sancii dominante Castellam Uetulam et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 349 1202. Luppus Sancii tente (sic) Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 94 1202, diciembre, 21. Lupus Sancii dominante toti Castelle Uetule. OCEJA, Oña, doc. 96 1203. Lupus Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 351 1203. Lupo Sancii dominante Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 353 1203. Lupus Sancii dominante toti Castelle Uetule. ÁLAMO, Oña, doc. 352 1203. Lupus Sancii tenente Castela Uetula. OCEJA, Oña, doc. 97 1204. Lupus Sancii dominante Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 354 1204. Lupo Sancii tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 355 Álvaro Núñez de Lara 1205. Aluarus Nunni tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 357 1205. Aluar Nunnez tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 358 1205. Aluar Nunez tenente Borouiam et Castellam Uetulam. OCEJA, Oña, doc. 98 Diego López de Haro16 1205, diciembre, 29. Didaco Lupi dominante Borobiam et Castellam Vetulam. LOIZAGA, Bujedo, doc. 116 Álvaro Núñez de Lara 1206. Aluaro Nunni dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 365 1206. Aluaro Nunnii dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 366 Diego López de Haro 1206. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 367 Véase lo dicho más arriba en relación con la tenencia de Bureba por Diego López de Haro en ese año de 1205. 16

ANEXO 1

431

1206. Didaco Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 368 1206. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 364 1207. dominante Didaco Lupi in Borouia, et in Naiera, et in Castella uetula, et in Calagurra. Índice... San Millán, pp. 284-285; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 439 1208. Didaco Lupi tenente Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 375 1208. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 373 1208. Don Diago de Faro, alfieraz del rey, tenient Castiella. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 82 1208. Didacus Lupi dominante Borouiam et Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 104 1210, diciembre, 5. Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 1210, julio, 31. Domno Didaco Lupiz de Faro dominante in Castella Vetula et in Alava et in Bizcaia et in Naiera. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º 1211. Didacus Lupi dominante Borouiam. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 393 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 Lope Díaz de Haro 1211, agosto, 20. Lupus Didaci tenente Castella et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 395 1212. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 397 1212, junio. Lop Diaz tenete (sic) Castella cum montaneis. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 86 1213. Lop diaz filius eius (de Diego López de Haro) tenente alaua et castiella uieia. PÉREZ DE TUDELA, Vileña, doc. I Diego López de Haro 1214, marzo, 30. Senor de Castiella, Didacus Lupi. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 90

432

CAMBIOS Y ALIANZAS

Lope Díaz de Haro 1214. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 401 1214. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam et Asturias. ÁLAMO, Oña, doc. 402 1215. Lupus Didaci tenente Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 405s 1215. dominante Castella Uetula et Alaua: Lupus Didaci... prestameros en Frías: Sancho Lopez de Torres et Didaco Lopez de Uelascor. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 45 1218, octubre, 14. Lupus Didaci tenente Borouia et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 418 1218, septiembre, 11. Lupus Didaci dominante Borouiam et Castellam Uetulam. ÁLAMO, Oña, doc. 417 1220, abril, 10. Lupus Didaci dominante Borouia et Castella Uetula. ÁLAMO, Oña, doc. 424 CELLORIGO Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1176, agosto, 25. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 267 Oriol 1181, junio. Dompno Oriolo regis merino tenente castellum de Cellorigo per manum regis Alfonsi. LEDESMA, San Millán, doc. 436; Índice... San Millán, p. 336 Diego López de Haro 1186, junio. dominante Cellorigo et toti Borovie et Castelle vetule Didaco Lope. LEDESMA, San Millán, doc. 449; Índice... San Millán, pp. 336-337 1190, diciembre. dominante Didaco Lopez Naiare et Borovie et Cellorigo. LEDESMA, San Millán, doc. 463 CEREZO Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1177, octubre. dominante Naggare et Cerasio et Villaforato Petro Roderici. LEDESMA, San Millán, doc. 430

ANEXO 1

433

1178, junio. dominante Ceresio et ville Foraminis, Granoni atque Naiare Petro Rodericus. Granioni autem dominante per manu Petri Roderici, Petro Garsiez. LEDESMA, San Millán, doc. 432 Diego Jiménez de Cameros [1180]. Dominante Ville Foramine et Ceresio Didaco Scemenez. LEDESMA, San Millán, doc. 435 1182 [ó 1190]. Didacus Semenus, sennor de Naiera et de Cereso et de Miranda. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c Diego López de Haro 1187, enero. dominante Ville Foraminis et Ceresio et Naiare et toti Rivogio, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 452 Álvaro Núñez de Lara 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) Lópe Díaz de Haro 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71)

CERVERA DE RÍO ALHAMA Pedro Fernández [1148], mayo, 31. Ferrandes in Ceruera. MONTERDE, Fitero, doc. 15 Gutierre Fernández de Castro [1151]. don Guterro senior in Cerbera et in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 22

434

CAMBIOS Y ALIANZAS

Portolés 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 60 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 73 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 81 1156. don Portales senior in Agreta, in Cerbera, in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 82 1156. don Portales senior in Agreta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 83 1156. don Portales senior in Agreta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaide. MONTERDE, Fitero, doc. 85 1156. don Portales senior in Agrata et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 87 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zabbata sub illo, don Rodric alchaid in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 90 1156, abril, 16. don Portales in Agreda senior, et in Ceruera et Tudellon, Garcia Çabata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tudelon. MONTERDE, Fitero, doc. 49 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales senior in Agreda, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 94; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 195 y 196 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales in Agreta, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 95 Álvaro Rodríguez 1157, abril, 10. Alvar Rodriguez, senior in Ceruera. MONTERDE, Fitero, doc. 42; GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 27; REILLY, Alfonso VII, doc. 881 Fortún López de Soria 1158, [antes de septiembre, 1]. Fortun Lopez in Soria, et in Cerbera. MONTERDE, Fitero, doc. 109

ANEXO 1

435

García Portolés 1181. dominante Agreta et Calagurra et Ceruera Garsia Portales. MONTERDE, Fitero, doc. 165 1182. ...regnante rege Sancio in Pampilona, rege Adefonso in Castella, dominator in Calagurra et in Ceruera et Agreda Garsia Portales; dominator in Alfaro don Lop et don Pedro Pardo. MONTERDE, Fitero, doc. 170 Diego Jiménez de Cameros 1186, octubre, 5. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 460 Gil Gómez 1188. dominante... Egidio Gomez in Acreta, in Aguilar et in Cervaria. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. Guillermo González 1197, mayo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. Alcaed in illo castello de Calagurra, don Ochoa. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1198, mayo, 20. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 3, doc. 667 1212, agosto. sennor en Cerbera, Guillem Gonçalbez, tenedor del castiello por so mano, don Urraca, so mulier. MONTERDE, Fitero, Addenda doc. 2º; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 3; PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 113 CIHURI17 Lope López de Villalobar 1168, junio, 16. Lupus Lopez de Villa Thovar testis, dominans Zofiuri. MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XV; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 232 17 Tengo muchas dudas de que la expresión citada a continuación se refiera a la tenencia. El documento contiene la concesión de fueros a Cihuri y Pauleja por el abad del monasterio de San Millán que, por lo tanto, muy probablemente era el señor de ambos lugares. La expresión que se cita y que denota la tenencia procede de la lista de los confirmantes, formada por monjes de San Millán. Tengo la impresión de que Lope López de Villalobar es el monje del monasterio que controla Cihuri, diríamos la casa del monasterio en Cihuri. Confirma el documento detrás del prior Fernando, del prepósito Lope y del prior Julián, y antes del sacristán

436

CAMBIOS Y ALIANZAS

CINTRUÉNIGO Pedro (o Pedruz) [1151]. Petruz in Centronico. MONTERDE, Fitero, doc. 22 1157, [noviembre]. don Petrus in Centronico. MONTERDE, Fitero, doc. 96 1174. senior in Centronico don Pedruz. MONTERDE, Fitero, doc. 148 CLAVIJO Pedro Jiménez de Cameros 1170, julio. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147 CORELLA Gilabert [1151]. don Gilabert in Corlela. MONTERDE, Fitero, doc. 22 1157, [noviembre]. Gislebertus in Chorela. MONTERDE, Fitero, doc. 96 ENTRENA García Vermúdez *1168, marzo. Garcia Vermudez in Agoseilo et in Antelena. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 44; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 230 Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo18 1179, abril, 15. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74

Belasio y del refitolero Pedro; es decir, en medio de una lista de miembros del monasterio. LEDESMA, San Millán, doc. 410, ofrece otra lectura que tampoco aclara el texto: Lupus Lopez de Villalhobar testis. De Zofiuri: Blasius sacrista testis, Petrus refictorarius testis...; es decir la transcripción no sería dominans sino de, iniciándose a continuación una relación de testigos procedentes de Cihuri, pero no tiene ningún sentido que esa relación esté integrada por otros monjes con oficios destacados en el monasterio y en ella se incluya también a Sancho, el hijo del conde Lope. 18 Por lo que sabemos de alguno de los otros casos señalados en el tratado, el tenente elegido debió ser el primero de los citados.

ANEXO 1

437

FRÍAS Sancho López de Torres y Diego López de Velasco19 1215. dominante Castella Uetula et Alaua: Lupus Didaci... prestameros en Frías: Sancho Lopez de Torres et Didaco Lopez de Uelascor. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 45 GRAÑÓN Ladrón 1153, junio, 17. Comes Latro qui ipsam villam tenet. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 9; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 171; REILLY, Alfonso VII, doc. 789 Vela Ladrón 1158, febrero. Comes Vela, tenens Grainum. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 37 Lope de Haro 1165, octubre, 6. Et Lupo, comite, tenente Nageram et Faro et Granionem. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 43 García Vermúdez *1172. Regnante me Dei gratia rege Sancio in Pampilona et in tota Navarra... Garcia Vermudez in Lucronio et in Guanon (sic) et in Pazongos. LARRAGUETA, Priorado, doc. 42 *1173, febrero. Peralta. Regnante me Dei gratia rege Sancio in Pampilona et in Tudela et in tota Nauarra... Garcia Bermudez in Granon..., Martin Roiz in Ocon. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 48; LARRAGUETA, Priorado, doc. 43 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1178, junio. dominante Ceresio et ville Foraminis, Granoni atque Naiare Petro Rodericus. Granioni autem dominante per manu Petri Roderici, Petro Garsiez. LEDESMA, San Millán, doc. 432 Es muy probable que estos dos individuos sean en realidad subtenentes de Frías o tenentes dependientes de Lope Díaz de Haro. 19

438

CAMBIOS Y ALIANZAS

Pedro García de Lerma 1183. dominante Petro Garcia de Lerma in Granon en in tota rio d’Oia. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 61 Diego López de Haro 1186. dominante ville Foraminis et Granionis et Naiare Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 450; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 291 1186. Didacus Lupi sub eius imperio dominante Granione. LEDESMA, San Millán, doc. 451 Rodrigo Sánchez 1188. Roderico Sancii tenente Granonium et Faro. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 68 Lope de Velasco 1192. Didaco Lupi domno (sic) tocius Rivogii et Burovie; et Lupo de Blascori tenente Grainon. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 73 Diego López de Velasco20 1207, marzo. Petrus Aznarez, tenente per manum dompni Didaci Naieram, Martinus Gonzalvez, Haro; Didacus Lupi, filius Lupi de Velascori, Grannon. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92

HARO Lope de Haro 1165, octubre, 6. Et Lupo, comite, tenente Nageram et Faro et Granionem. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 43

20 Del documento podemos deducir que, de manera similar a lo que planteabamos en Frías, Diego López de Velasco era tenente de Grañón dependiente de Diego López de Haro y, como he indicado, creo que la misma condición podemos atribuir a su padre, el anterior tenente que figura en la lista, Lope de Velasco.

ANEXO 1

439

Diego López de Haro 1175. fecha esta carta en el año que el rey don Alonso tomo a Haro a Diego Lopez, hijo del conde Lope. TURZA, Monte Laturce, doc. 39 1177, octubre. dominante Ponticurbo et Faro Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 430 1185. dominante Faro per manum regis Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 447 Rodrigo Sánchez 1188. Roderico Sancii tenente Granonium et Faro. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 68 Diego López de Haro 1207, marzo. Petrus Aznarez, tenente per manum dompni Didaci Naieram, Martinus Gonzalvez, Haro; Didacus Lupi, filius Lupi de Velascori, Grannon. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92

HERCE21 Guiomar 1200. Dominante in Erz, domna Guiomar. Sub ea, alcaid in castello de Erz, don Michael de Iuuera. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 396

JUBERA Pedro Jiménez de Cameros 1165, agosto, 15. dominando don Pedro Ximenez en Jubera y en ambos Cameros. TURZA, Monte Laturce, doc. 28 1170. dominado en Jubera don Pedro Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 35

21 Como otros casos que se han señalado, Herce no era realengo, sino señorío, puesto que había sido entegada por Alfonso VIII a Diego Jiménez de Cameros y a su mujer Guimar; de manera que, aunque la expresión del documento parezca indicarlo así, doña Guiomar no era la tenente del lugar, sino su señora.

440

CAMBIOS Y ALIANZAS

1175. deba[j]o de su imperio... en Juvera Pedro Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 40 Gonzalo Copelín 1182, febrero, 14. teniendo y dominando... Gonzalo Copelin en Jubera..TURZA, Monte Laturce, doc. 47 Guillermo González 1188. dominante...Guillen Gundisalvi in Sancto Petro, in Arneto, et in Jubera. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. 1214. dominando... en Jubera y en Val de Arnedo Guillen Gonzalez. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 Rodrigo Díaz de Cameros 1217, febrero, 26. señor en Jubera y en los Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 62 1219. señor en Jubera y en los Cameros, don Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 65 LANTARÓN Gómez Gómez 1175, octubre. Ferrant Pelaez, qui tenebat castellum de Lhantaron per manum Gomessani Gomicii. LEDESMA, San Millán, doc. 426 LOGROÑO María Beltrán y su hijo Pedro Jiménez de Cameros 1148, marzo, 31. Maria Bertrandi et filius eius Petrus Xemenez, domini Gronii post (sic) imperatorem. LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 478; REILLY, Alfonso VII, doc. 581; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 147 1148, mayo. Sub eius imperio... Domna maria bertran et filius eius petro semenes in logronio. Subtus eius alcaide Garcia lopez de torrellas. MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», p. 355 y doc. X.; BARRERO, «Fuero de Logroño», pp. 187-193; REILLY, Alfonso VII, doc. 586

ANEXO 1

441

Pedro Jiménez de Cameros 1151, enero, 21. Petrus Enxeminiz tenens Ogronium. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 15; LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 551; REILLY, Alfonso VII, doc. 682; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 157 1151, febrero, 4. Petrus Exemeniz, tenens Ugrunium. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 56; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 158; LUCAS ÁLVAREZ, «Regesto documental de Alfonso VII», doc. 556; REILLY, Alfonso VII, doc. 688 1156, agosto, 30. Petrus Exemeniz, tenente de Logroño. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 25; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 64; REILLY, Alfonso VII, doc. 945 *1157. Petro Semenez dominate in Lucronio. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 197; LACARRA, Irache, doc. 170 1157, octubre, 28. Petrus Exemeniz, tenente de Logroño. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 30 1157, noviembre, 11. Petro Xemeno, qui sunt dominus de illa villa (de Logroño). GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 32; MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», p. 335 y doc. X; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 199; BARRERO, «Fuero de Logroño», pp. 187-193 1158, enero. Petrus Exemenez, tenens Ogronium. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 35; MONTERDE, Fitero, doc. 106 1158, julio, 30. Petrus Exemenez, tenente de Logroño. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 50; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 65; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 205 Pedro de Arazuri *1162, enero. Petro de Arazuri in Logroino et in Tutela. MUNITA, Oliva, doc. 7; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 27 *1162. Petro de Araçuri in Logroynno et in Tutella. VV. AA., AGN (11341194), doc. 23 *1164, noviembre. Petro de Arazuri in Logroino et [in Tutela]. MONTERDE, Fitero, doc. 134; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 31 *1166, marzo. Petro de Arazuri in Logroino et in Tutela. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 34 *1168, marzo. Petrus de Arazuri in Illogronio et in Tutela. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 44; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 230 García Vermúdez *1168, agosto, 20. Garcia Uermudez dominante in Lucronio. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 233; LACARRA, Irache, doc. 174

442

CAMBIOS Y ALIANZAS

*1170. Garcia Uermundez in Lucronio. ; LACARRA, Irache, doc. 178 *1170, julio. Garcia Uermun in illo Gronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 39 *1171. Garcia Bermudez in Logroino. LACARRA, Irache, doc. 179 *1171, abril. Garcia Uermudez in Falces et in Logronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 42 *1171, mayo. Garcia Uermundez in Logronio et in Ualterra. GOÑI, Catedral de Pamplona, doc. 333 *1172. Garcia Vermudez in Lucronio et in Guanon (sic) et in Pazongos. LARRAGUETA, Priorado, doc. 42 Álvaro Viejo22 *1173. quando rez Adelfonsus castelanus obsedit Gronio et cepit eum fame de manu regis Nauarre. Aluaro Uegio tenente. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 252 García Vermúdez *1173, diciembre. Garsias Bermundi in Lucronio. VV. AA., AGN (11341194), doc. 50 *1174. Garsia Uermud in Lucronio. LACARRA, Irache, doc. 183 *1174. G[arcia] Uermud in Lucronio. LACARRA, Irache, doc. 184 *1174, abril. Garsias Bermundi in Locronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 52; LARRAGUETA, Priorado, doc. 46 *1174, noviembre. Garsias Bermundet in Locroino. VV. AA., AGN (11341194), doc. 54 *1176, abril. Garçi Bermundiz en Logroynno. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 60 *1176, abril. Garssias Bermudes in Lucronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 59 *1176, octubre. Garsias Bermundi in Lucronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 62 *1176, octubre. Garçi Bermundiz in Logroyno. OSTOLAZA, Roncesvalles, doc. 10 *1176, noviembre. Garsias Bermundez in Locronio. VV. AA., AGN (11341194), doc. 63

22 Esta referencia procede de una fuente defectuosa y me ofrece bastantes dudas, puesto que el tenente en esos momentos era García Vermúdez.

ANEXO 1

443

*[1176-1178], diciembre, 20. Garcia Uermudez in Locronio. JIMENO, «Iranzu», doc. 3. *1177. Garcia Uermud in Lucronio. LACARRA, Irache, doc. 193 *1177, abril. Garcia Uermuç in Lucronio. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 66 *1177, octubre. Garsias Bermundes in Locronio. VV. AA., AGN (11341194), doc. 68 *1178, diciembre. Garsias Bermundi in Lucronio. VV. AA., AGN (11341194), doc. 69 Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo23 1179, abril, 15. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74 Pedro Ruiz o Rodriguez de Azagra 1179. Petrus Roiz acepit Logronum de manibus amborum (reges) et alios castellos de quibus habebat querimoniam Rex Castelle. MARTÍNEZ, Álava medieval, T. 1, p. 126 Pedro Ruiz de Sagrero24 1182, febrero, 14. Pedro Ruiz de Sagrero en Soria y en Logroño y demás lugares. TURZA, Monte Laturce, doc. 47 Pedro Ruiz o Rodriguez de Azagra *1183. Petrus Roiz in Lucronio. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 285. LACARRA, Irache, doc. 204 Ramiro de Varea *1185, febrero. Remiro de Varea dominante Lucronio et Aguseio per manum regis Alfonsi et regis Sancii Pampilonensi. LEDESMA, San Millán, doc. 445 Como vemos a continuación, el tenente elegido fue el primero de los citados. Creo que esta refererencia, que no procede de un original, sino de una traducción del siglo XVIII, es un error por Pedro Ruiz de Azagra. 23 24

444

CAMBIOS Y ALIANZAS

1188. dominante... Ramir de Barea in Lucronio. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. Diego López de Haro 1196, agosto, 14. señor en Logroño, Diego Lopez. TURZA, Monte Laturce, doc. 54 1196, febrero, 1. Dominus in Lucronio Didacus Lopez. TURZA, Monte Laturce, doc. 53; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 366 1199. sub eius imperio, Didacus Lupi; et sub Didaco Lupi dominante in Lucronio P. Lopiz de Alpharo; et sub P. Lopiz de Alpharo, alcaiat in turribus, P. Lopiz de Lardero. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 379; PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 79 Rodrigo Díaz 1202, noviembre, 10. Dominante sub eo in Lucronio, Roderico Didaci. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 409 Arcaldo25 1206. Arcaldus in Lucronio. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 15; y LACARRA, Irache, doc. 240. Diego López de Haro 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 Rodrigo Díaz de Cameros 1214. dominando en Logroño y en Calahorra y en Soria y en ambos Cameros, Rodrigo Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 61 1215, julio, 11. Dominator in Lucronio R[odericus] Didaci. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 36.LACARRA, Irache, doc. 282

25

Véase más abajo lo dicho sobre Navarrete.

ANEXO 1

445

Lope Díaz de Haro 1216, noviembre. Dominator in Lucronio L[upus] Didaci. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 41. LACARRA, Irache, doc. 287 1216, noviembre. Dominator in Lucronio L[upus] Didaci. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 42. LACARRA, Irache, doc. 286

MADRIZ Pedro Manrique 1174, diciembre, 21. senior in Madrit comes Petrus. LEDESMA, San Millán, doc. 424 1177. senior in Medrith comes Petrus. LEDESMA, San Millán, doc. 431

MAGAÑA Gonzalo Copelín 1179, antes de abril, 7. dominator in Magania Gonzaluo Copelin. MONTERDE, Fitero, doc. 156 1184. Gonzaluo Copelin in Magania, alcaid Garcia Cintronec. MONTERDE, Fitero, doc. 201

MARAÑÓN Diego López de Haro 1200, octubre, 11. Didaco Lupi, manus eius senniore in Soria et in Naiara et in Marannon et in Sancto Sebastiano. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 399

MIRANDA Diego Jiménez de Cameros 1182 [ó 1190]. Didacus Semenus, sennor de Naiera et de Cereso et de Miranda. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c

446

CAMBIOS Y ALIANZAS

María Almenar 1188. dominante Miranda, Maria Almenar. LEDESMA, San Millán, doc. 457 Gómez Martínez 1192, mayo. Gomez Martinez sennor en Miranda; M. Roiz in Salinas. LOIZAGA, Bujedo, doc. 61 Lope Díaz de Haro 1216. prestamero de Miranda et de Alava don Lop. Diaz de Faro. LOIZAGA, Bujedo, doc. 164

MURILLO DE CALAHORRA Vela Ladrón 1156. comes don Beila dominans in Murello et in Resa. Alcaiat in Murello Petro Xemenez de Gongora. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 188 Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra 1178. Dominante Murello, Petro Roiz. Sub manu eius alcaides: fratres de Calatraua. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 265

NÁJERA Rodrigo Peláez 1153. dominante Naiare Roderico Pelaez. LEDESMA, San Millán, doc. 392 Lope de Haro 1154, agosto, 25. Comes Lupus tenens Naigaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 14; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 173; REILLY, Alfonso VII, doc. 842 [1155]. Lupus comes dominans Nazaram. LEDESMA, San Millán, doc. 396 1155. comite Lupo per manum regis Sancii dominante Naiara. LEDESMA, San Millán, doc. 395

ANEXO 1

447

1155, agosto, 12. Facta carta in Burgis, quando rex Sancius dedit totam Naxara comite Lupo. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 20; REILLY, Alfonso VII, doc. 888 1155, septiembre, 18. Comes Lupus tenens Nagaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 21; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 183; REILLY, Alfonso VII, doc. 893 1156, agosto, 30. Comes Lupus tenens Naigaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 25; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 64; REILLY, Alfonso VII, doc. 945 1157. comite Lupo dominante Naiare. LEDESMA, San Millán, doc. 398 1157, marzo. Comes Lupus tenens Naygaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 26; REILLY, Alfonso VII, doc. 964 1157, abril, 15. Comes Lupus tenens Naigaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 28; MONTERDE, Fitero, doc. 92; REILLY, Alfonso VII, doc. 970 1158, julio, 30. Comes Lupus tenens Naiaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 50; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 65; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 205 1159, mayo. Comite don Lop dominante Nairam...; Lope Momez, alcahet de illo castello. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 66; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 207 1162, abril, 16. Comite Lupo dominante Naieram. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 211-a 1165. comite Lupo dominante Naiara. LEDESMA, San Millán, doc. 406 1165, agosto, 15. dominando... el conde Lope en Nagera. TURZA, Monte Laturce, doc. 28 1165, octubre, 6. Et Lupo, comite, tenente Nageram et Faro et Granionem. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 43 1167. dominante Naiera comite Lupo Didaz. LEDESMA, San Millán, doc. 409 1167, marzo, 17. Lupus comes in Nagera. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227 1168. Lupo, comite, tenente Naiaram. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 45 1168. dominante in Naiara et in Catella (sic) comite Lupo. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 10 1169. dominante sub eo Naiare comes Lupus, alcaiat in illo castello don Calvet. LEDESMA, San Millán, doc. 411; JIMÉNEZ, Cañas, doc. 6 y 7 Nuño Pérez de Lara 1170, julio. Zaragoza. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147

448

CAMBIOS Y ALIANZAS

1171. dominante Naiaram comite Nuno, alcaide in ipso castello sive in ipsam villam Didago Alfons. LEDESMA, San Millán, doc. 417 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1171, junio, 20. dominante Naiara, Petro Roiz. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 9 Lope de Haro26 1173. dominante Naiera comite Lupo. LEDESMA, San Millán, doc. 422 Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1173, abril, 3. Petrus Roderici, tenens Naiaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 178 1174, septiembre. Petrus Roiz, qui est dominus de Nazara. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 10 1174, septiembre. Dominante Naiara, Petro Roiz, gener comitis Lupi; alcaat in illo Castello, Garcia Sobrino. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 11 1175. dominante in Naiaram Petro Ruiz; et pro eo senior in ipso castello et in tota alfoze de Naiara Alvaro Guarza. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 77; TURZA, Monte Laturce, doc. 41 1175, julio, 21. Petrus Roiz, senior in Naiara. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 229; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 76 1175, marzo, 14. Petrus Roderici, tenens Naiaram. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 221; CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 75; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 262 1176, agosto, 25. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 267 1177. Petro Roderici dominante Borouia et Naggara. ÁLAMO, Oña, doc. 252 1177, octubre. dominante Naggare et Cerasio et Villaforato Petro Roderici. LEDESMA, San Millán, doc. 430 1178, junio. dominante Ceresio et ville Foraminis, Granoni atque Naiare Petro Rodericus. LEDESMA, San Millán, doc. 432 Diego Jiménez de Cameros 1182 [ó 1190]. Didacus Semenus, sennor de Naiera et de Cereso et de Miranda. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c

Esta referencia presenta, cuando menos, un error de datación, porque el conde Lope de Haro ya había muerto en esa fecha. 26

ANEXO 1

449

Garcia Sobrino 1183. donnus Garcia Sobrino in Castello et in Naiara. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 83 1185, enero. Subtus eorum domnus Garsia sobrino. Dominantem Nairam domnus Didacus filius comite Lupi, tenens castellum. Martin Martinez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 35 Diego López de Haro 1186. dominante Ville Foraminis et Granionis et Naiare Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 450; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 291 1187. dominante in Naiara, in Rivo de Ogia, in Borovia, in Castella Vetula, in Trasmera, in Asturiis et in medietate Burgensis urbis domno Didaco Lupiz. LEDESMA, San Millán, doc. 454; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293 1187, enero. dominante Ville Foraminis et Ceresio et Naiare et toti Rivogio, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 452 1188, abril, 27. Diago Lopez Nazarae, Rivogiae, Borobiae, Castellae dominator. LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 Rodrigo Díaz de Cameros 1188, marzo, 11. Roderico Didaci in Soria et in Naiara. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 49 1188. Roderico Diaz dominante in Naiara et in Calagorra. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. Diego López de Haro 1189, diciembre. dominate Naiare et rivo Ogie et Borovie atque Castelle Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 459 1190. dominante Didaco Lopez Naiera et rivo de Oga et Ponticurvo. LEDESMA, San Millán, doc. 462 1190. Didacus Lupi, dominator en Castiella, et Borabia, et Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 57 1190, diciembre. dominante Didaco Lopez Naiere et Borovie et Cellorigo. LEDESMA, San Millán, doc. 463 1191. Dominante Naiare et rivo de Ogie et Borovie atque Castelle Vetule Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 465

450

CAMBIOS Y ALIANZAS

1191, diciembre. dominante Didaco Lupi de Faro in Naiera et in Castella Vetula et de Soria usque ad mare, alcaide de Naiera existente per manum eius domino de Cellorico. LEDESMA, San Millán, doc. 464 1192. Didaco Lupi dominante Naiare et tota Borovie. LEDESMA, San Millán, doc. 471 1192, agosto. dominante toti Castelle Vetule et Borovie et rivo Ogie et Naiere atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 469 1192, mayo. Didacus Lupi, dominator en Castella, et in Borobia, et in Naiara. LOIZAGA, Bujedo, doc. 61 1192, septiembre. dominanti toti Borovie et Castelle Vetule et rivo Ogie et Naiare atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 470 1193, julio, 15. Nájera. dominante in Nagere domino Didaco Lupiz. Alcaide in Castello Domino Luca. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 87 1194, febrero, 2. Didaco Lupi tenente Najaram, Borouiam et Castellam Vetulam. OCEJA, Oña, doc. 80; ÁLVAREZ, Reina, p. 110 1194, octubre, 15. Didacus Lupi sub rege prefectus in Burobia, et in Nagera, et in Riuo de Hogga. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 354; LOIZAGA, Bujedo, doc. 67 1195, julio, 4. dominante D[idaco] Lupi in Naiera et in tota Rio Doia. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 77; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 75 1195, septiembre, 30. Didacus Lupi de Faro dominus terre in Naiera, et in Belliforamine. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 360; LOIZAGA, Bujedo, doc. 71 1200. Dominante Didaco Lopez Naiera, Rivodeoga et Ponticurbo. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.nº. 1200, marzo, 28. don Diego Lopez prestamero in Naiare et in Bilforado. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 398; LOIZAGA, Bujedo, doc. 97 1200, octubre, 11. Didaco Lupi, manus eius senniore in Soria et in Naiara et in Marannon et in Sancto Sebastiano. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 399 1201, junio, 10. dominante in Nagera domno Didago Lupiz de Faro. Alcaide tenente castellum de Nagera domno Petro Aznarez. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 103 Rodrigo Díaz de Cameros 1202, abril, 16. dominante in Nagera Roderico Diaz de Camberiis; alcaiat in Castello, Petro Roiz. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 19; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 2

ANEXO 1

451

1202, diciembre, 28. dominante in Nagera Roderico Diaz de Camberiis; alcaiat in Castello Michaele de Juvera. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 20; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 4 1202, marzo. donnus Roi Diaz, filius Didacus Semenez, dominante Naieram; sub eo donnus Petrus Roderici, filius de Roi Lopez de Saito Hodo (sic) senior in illo castello et in Naiera. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 18; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 6 1203, mayo, 31. dominante in Nagera Roderico Diaz de Camberiis; alcaiat in Castello, Petro Roiz de Dio (sic). JIMÉNEZ, Cañas, doc. 21; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 7 1203, noviembre, 11. dominante in Nagera Roderico Diaz de Camberiis; alcaiat in Castello, Petro Roiz de Dio (sic). JIMÉNEZ, Cañas, doc. 22; LAMA, CDMR, T. 4, doc. 9 1204, julio, 1. dominante Naiera Rodericus Didaci de los Camberos. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º Diego López de Haro 1207. dominante Didaco Lupi in Borouia, et in Naiera, et in Castella uetula, et in Calagurra. Índice... San Millán, pp. 284-285; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 439 1207, marzo. Petrus Aznarez, tenente per manum dompni Didaci Naieram, Martinus Gonzalvez, Haro; Didacus Lupi, filius Lupi de Velascori, Grannon. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 92 1209, marzo, 12. domno Didaci Lupiz de Faro in Naiara et in Calagurra dominante. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 448 1210, diciembre, 5. Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 1210, julio, 31. Domno Didaco Lupiz de Faro dominante in Castella Vetula et in Alava et in Bizcaia et in Naiera. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 1214, julio. dominante in Naiera et in Rivogia Diag Lope (sic) de Faro. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º 1214, mayo, 20. dominante in Naiara, domino Didaco Lupi de Faro. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 112; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 461 1214, mayo, 21. dominante in Naiara, supradicto domino Didaco Lupiz de Faro. Sub ipso, alcayadibus in Castello Martino Petriz et Ferrando Petriz. CANTERA, Nájera, T. 2, doc. 113

452

CAMBIOS Y ALIANZAS

Álvaro Núñez de Lara 1217, marzo. dominante in Naiara, comite domno Albaro Nuniiz. Sub ipso alcaathe castelli, Petro Ferrandez. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 96 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) Lópe Díaz de Haro 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71)

NAVARRETE Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo27 1179, abril, 15. Nájera-Logroño. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74 Arcaldo28 1215, julio, 11. Dominator... Arcaldus ille qui fuit de Nauarret. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 36. LACARRA, Irache, doc. 282 27 Por lo que sabemos de alguno de los otros casos señalados en el tratado, el tenente elegido debió ser el primero de los citados. 28 Las referencias a Arcaldo como tenente de Navarrete me plantean algunas dudas. Las tres referencias que he encontrado proceden de la documentación del monasterio de Irache y se han conservado en su cartulario, en el Becerro de Irache. El término arcaldo o arcalde figura en documentación navarra de esos años (por ejemplo en otros documentos de Irache) como alcalde o alcaide. Puede tratarse, entonces, de una referencia al alcaide de Navarrete, no al tenente. Las referencias completas son como sigue: Dominator in Lucronio R[odericus] Didaci. Arcaldus ille qui fuit de Nauarret; Dominator in Lucronio L[upus] Didaci. Arcaldus ille qui fuit de Nauarret; y Dominator in Lucronio L[upus] Didaci. Arcaldus ille qui fuit de Nauarret. Creo que caben varias interpretaciones. Podría interpretarse que Rodrigo Díaz (de Cameros) y Lope Díaz (de Haro) habían sido alcaides de Navarrete, pero me parece muy

ANEXO 1

453

1216, noviembre. Dominator... Arcaldus ille qui fuit de Nauarret. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 41. LACARRA, Irache, doc. 287 1216, noviembre. Dominator... Arcaldus ille qui fuit de Nauarret. LAMA, CDMR, T. 4, doc. 42. LACARRA, Irache, doc. 286

OCÓN Pedro Jiménez de Cameros 1170, julio. Zaragoza. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147 Sancho Ramírez de Piédrola *1172. Pamplona. Sancio Ramirez de Pedrola in Ocon. LARRAGUETA, Priorado, doc. 42 Martín Ruiz o Rodríguez *1173, diciembre. Martinus Rodrici in Ochon. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 50 *1173, febrero. Martin Roiz in Ocon. VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 48; LARRAGUETA, Priorado, doc. 43 *1174, abril. Sangüesa. Martinus Roderici in Ochon. VV. AA., AGN (11341194), doc. 52; LARRAGUETA, Priorado, doc. 46 Diego Jiménez de Cameros 1174. Didacus Semenez dominus ville. MARTÍNEZ, «Fueros de La Rioja», doc. XVII 1175. debajo de su imperio, en Ocón y en ambos Cameros, don Diego Ximenez. TURZA, Monte Laturce, doc. 39

dudoso. Cabría considerar también la posibilidad de errores cometidos por el monje que copió los documentos en el cartulario (los tres textos están escritos juntos en el Becerro de Irache, uno a continuación de otro), que olvidara escribir el nombre del que fuera arcaldo o alcaide de Navarrete. Por último, y esta es la interpretación que me parece más probable, podría tratarse de un individuo que fuera conocido en la zona no por su nombre sino por el oficio que había ejercido, de manera que el tenente fuera llamado Arcaldo por haber sido antes alcalde o alcaide de este u otro lugar.

454

CAMBIOS Y ALIANZAS

1177, abril, 11. Dominante in Ocone Didacus Eximini et in ambos Kamberos, alcaiat in Ocone Martin Romero. LEDESMA, San Millán, doc. 428 1180. dominante in Ocone et in riuo de Iroca, Diaco (sic) Semenz. Alcaide in Ocone don Alaues. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 288; RIPA, Albelda y Logroño, doc. 19 1185, febrero. Didaco Scemenez dominante Ochon et Calagurra. LEDESMA, San Millán, doc. 445 PANCORBO Diego López de Haro 1177, octubre. dominante Ponticurbo et Faro Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 430 Gonzalo Rodríguez 1182 [ó 1190]. comes Gundisalvus Ponticurvo et Borabiam. LOIZAGA, Bujedo, doc. 34-a, b y c Diego López de Haro 1190. dominante Didaco Lopez Naiera et rivo de Oga et Ponticurvo. LEDESMA, San Millán, doc. 462 1200. Dominante Didaco Lopez Naiera, Rivodeoga et Ponticurbo. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º Álvaro Núñez de Lara 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) Lópe Díaz de Haro 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71)

ANEXO 1

455

PAZUENGOS Rodrigo Muñoz [1155]. Rudericus Munionis mandans Pazonicos. LEDESMA, San Millán, doc. 396 Muño Muñoz 1165, octubre, 6. Et Lupo, comite, tenente Nageram et Faro et Granionem; et Muni Munioz tenente Pazuengos; et alcaide Petro Iohanes. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 43 García Vermúdez *1172. Pamplona. Garcia Vermudez in Lucronio et in Guanon (sic) et in Pazongos. LARRAGUETA, Priorado, doc. 42 POZA Muño Muñoz 1175. Comite Gundisaluo dominante Borouie. Munio Munioz tenente Poza. ÁLAMO, Oña, doc. 252 García Rodríguez (por Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera) 1177. Petro Roderici dominante Borouia et Naggara. Garsea Ruderici Pozam tenente de manu eius. ÁLAMO, Oña, doc. 252 Pedro Gutiérrez (por Diego Jiménez de Cameros) 1181. Didaco Semenez tenente Borouiam. Petrus Gutierreç tenente Poza de manu eius. ÁLAMO, Oña, doc. 252 QUEL Diego Jiménez de Cameros [1177]. Senior in Kel Diaç Semenec. Sub manu eius Roi Dominicoç. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 264

456

CAMBIOS Y ALIANZAS

RESA Vela Ladrón 1156. comes don Beila dominans in Murello et in Resa. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 188 Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo29 1179, abril, 15. Nájera-Logroño. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 321; VV. AA., AGN (1134-1194), doc. 74

RÍO IREGUA Diego Jiménez de Cameros 1180. dominante in Ocone et in riuo de Iroca, Diaco (sic) Semenz. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 288; RIPA, Albelda y Logroño, doc. 19

RIOJA Pedro García de Lerma 1183. dominante Petro Garcia de Lerma in Granon en in tota rio d’Oia. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 61 Diego López de Haro 1185, marzo, 10. Didacus Lopez regis alferiz totam Boroviam, et Castellam et Riviogiam procurante. LOIZAGA, Bujedo, doc. 43 1187. dominante in Naiara, in Rivo de Ogia, in Borovia, in Castella Vetula, in Trasmera, in Asturiis et in medietate Burgensis urbis domno Didaco Lupiz. LEDESMA, San Millán, doc. 454; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 293 1187, enero. dominante Ville Foraminis et Ceresio et Naiare et toti Rivogio, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 452 Por lo que sabemos de alguno de los otros casos señalados en el tratado, el tenente elegido debió ser el primero de los citados. 29

ANEXO 1

457

1188, abril, 27. Diago Lopez Nazarae, Rivogiae, Borobiae, Castellae dominator. LOIZAGA, Bujedo, doc. 53 1189, diciembre. dominante Naiare et rivo Ogie et Borovie atque Castelle Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 459 1190. dominante Didaco Lopez Naiera et rivo de Oga et Ponticurvo. LEDESMA, San Millán, doc. 462 1191. Dominante Naiare et rivo de Ogie et Borovie atque Castelle Vetule Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 465 1192. Didacus Lupi dominante in Redoia et Borovia. LEDESMA, San Millán, doc. 472 1192. Didaco Lupi domno (sic) tocius Rivogii et Burovie; et Lupo de Blascori tenente Grainon. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 73 1192, agosto. dominante toti Castelle Vetule et Borovie et rivo Ogie et Naiere atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 469 1192, septiembre. dominanti toti Borovie et Castelle Vetule et rivo Ogie et Naiare atque Sorie Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 470 1194, octubre, 15. Didacus Lupi sub rege prefectus in Burobia, et in Nagera, et in Riuo de Hogga. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 354; LOIZAGA, Bujedo, doc. 67 1195, julio, 4. dominante D[idaco] Lupi in Naiera et in tota Rio Doia. PIDAL, Documentos lingüísticos, doc. 77; UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 75 1200. Dominante Didaco Lopez Naiera, Rivodeoga et Ponticurbo. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º Lope Sánchez 1204, julio, 1. Lupus Sancii dominante Bilforado et Rivogie. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º Diego López de Haro 1210, diciembre, 5. Didaco Lupi, existente principe in Rivogia, Borovia, Castella Veteri, Naiera et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 99 1211, agosto, 6. Didaco Lupi dominante in Castella Vetula, et Borovia, Rivogia et Naiera, Gronio et Calagurra. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 100 1213. Dompno didaco lopez de faro tenente rio de oia et burouia. PÉREZ DE TUDELA, Vileña, doc. I

458

CAMBIOS Y ALIANZAS

1214, julio. dominante in Naiera et in Rivogia Diag Lope (sic) de Faro. Colección Hergueta, T. 3, s.f., s.n.º SALINAS DE AÑANA Vela Ladrón 1157, julio, 26. Bela Latro, comite, tenente Salinas. UBIETO, Cartularios de Santo Domingo, doc. 32 Lope Sánchez de Mena 1188. dominante Salinas Lupus Sancius de Mena. TURZA, Valvanera, doc. 225 M[artin] Ruiz 1192, mayo. M. Roiz in Salinas. LOIZAGA, Bujedo, doc. 61 Diego López de Haro 1211. señor de Salinas y de Valdegovia y de toda Borobia don Diago de Faru. LOIZAGA, Bujedo, doc. 138 Lope Díaz de Haro 1216. Lop Diaz de Faro, prestamero en Salinas et en Alava. LOIZAGA, Bujedo, doc. 162 SAN PEDRO MANRIQUE Gonzalo Copelín 1179. senior in Sancto Petro Gonzaluo Copelin, alcaid Lupus de Cintronico. MONTERDE, Fitero, doc. 160 1181. senior in Sancto Petro, Gonzaluo Copelin. MONTERDE, Fitero, doc. 166 1182. senior in Sancto Petro, G[onzaluo] Copelin, sub eo Pedro Centronico et Pedro Blasquez. MONTERDE, Fitero, doc. 168 1182. dominante in Sancto Petro, Gonzaluo Copelin. MONTERDE, Fitero, doc. 169 1182. senior in Sancto Petro, Gonzaluo Copelin, alcaid don Lop de Centronico. MONTERDE, Fitero, doc. 171

ANEXO 1

459

1182. senior in Sancto Petro G[onzaluo] Copelin, alcaid Lop de Centronico et Petrus Blaschez. MONTERDE, Fitero, doc. 172 1185, enero, 2. Dominante... in Sancto Petro, Gonçaluo Copelin. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 287 Guillermo González 1188. dominante... Guillen Gundisalvi in Sancto Petro, in Arneto, et in Jubera. LLORENTE, Noticias, T. 4, doc. 120, p. 88. 1189. senior in Sancto Petro W[uillelmus] Gonzaluez, sub eius manu dompnus Lupus de Centronico et Ferrandus Belaschez. MONTERDE, Fitero, doc. 212; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 300 1197, marzo, 12. señor... en San Pedro Guillermo Gonzalez. TURZA, Monte Laturce, doc. 55 1197, mayo. Dominante sub eo in Calagurra et in Ualle Areneti et in Sancto Petro et in Agreda et in Ceruera et in Aguilar, Guillelmo Gonçaluez. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 372 1204, noviembre. senior in Sancto Petro Guillem Gonçaluez. MONTERDE, Fitero, doc. 226 1207, noviembre. senior in Sancto Petro Guillem Gonzaluez. MONTERDE, Fitero, doc. 230 1210. senior in Sancto Petro Guillem Gonzaluez. MONTERDE, Fitero, Addenda doc. 1º SAN SEBASTIÁN Diego López de Haro 1200, octubre, 11. Didaco Lupi, manus eius senniore in Soria et in Naiara et in Marannon et in Sancto Sebastiano. JIMÉNEZ, Cañas, doc. 17; LAMA, CDMR, T. 3, doc. 399 SANTO DOMINGO DE LA CALZADA30 Rodrigo, obispo de Calahorra 1180, junio, 16. dominante in Sancto Dominico: Rodericus episcopus, et sub episcopo: Didacus, archidiaconus. LAMA, CDMR, T. 3, doc. 274 Tampoco se trata, en estas fechas, de una villa de realengo, sino de señoríó y el obispo no era el tenente sino el señor. 30

460

CAMBIOS Y ALIANZAS

TOBÍA Sancho Díaz 1165, agosto, 15. dominando... Sancho Diaz en Tovia. TURZA, Monte Laturce, doc. 28

TREVIANA Sancho Díaz 1162, abril, 16. Comite Lupo dominante Naieram; et fratre eius Sancio Didaci in Trepeana dominante. LAMA, CDMR, T. 2, doc. 211-a

TUDEJÉN Gutierre Fernández de Castro [1151]. don Guterro senior in Cerbera et in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 22 1153. don Guterro seior (sic) in Tutelon, dona Gudina pro illo, don Rodrig alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 28 1153. don Guterro seinor in Tutelon, dona Gudina pro illo. MONTERDE, Fitero, doc. 29 1153. don Guterro seinor in Tutelon, dona Godina pro illo. MONTERDE, Fitero, doc. 30 1153, [enero]. senior in Tutelon don Guterro, subtus illo dona Godina. MONTERDE, Fitero, doc. 25 1153, enero. senior in Tutelon don Guterro, subtus illo dona Godina. MONTERDE, Fitero, doc. 26 [1154]. don Guterro senior in Tudelon, dona Gudina pro eo, don Rodrig alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 35 Álvaro 1154. don Albaro senior in Tudelon, dona Gudina pro illo, don Rodric alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 36 1154. don Albaro seior (sic) in Tutelon, dona Godina pro illo, don Rodrig alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 38

ANEXO 1

461

1154. don Albaro senior in Tutelon, dona Godina pro illo, don Rodric alcaide. MONTERDE, Fitero, doc. 39 1155. don Albaro senior in Tutellon, dona Godina, sub ipso, Rodrig alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 43 1155. don Albaro senior in Tutelon, dona Godina pro illo, don Rodrig alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 44 1155. don Albaro senior in Tutelon, dona Godina pro illo, don Rodrig alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 45 1156. don Albaro senior in Tutelon, Eneco Garcez sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 88 Portolés 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 60 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tuteion, Garcia Zabbata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tuteion. MONTERDE, Fitero, doc. 73 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 81 1156. don Portales senior in Agreta, in Cerbera, in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 82 1156. don Portales senior in Agreta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaid. MONTERDE, Fitero, doc. 83 1156. don Portales senior in Agraeta et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alchaide. MONTERDE, Fitero, doc. 85 1156. don Portales senior in Agrata et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zapata sub illo, don Rodrigo alcaid. MONTERDE, Fitero, doc. 87 1156. don Portales in Agreda senior et in Ceruera et in Tutelon, Garcia Zabbata sub illo, don Rodric alchaid in Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 90 1156, abril, 16. don Portales in Agreda senior, et in Ceruera et Tudellon, Garcia Çabata sub illo, don Rodrigo alcaid in Tudelon. MONTERDE, Fitero, doc. 49 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales senior in Agreda, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 94; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 195 y 196 1157, [antes de agosto, 21]. don Portales in Agreta, in Ceruera, in Tutelon, Garcia Zabata sub illo. MONTERDE, Fitero, doc. 95

462

CAMBIOS Y ALIANZAS

Álvaro 1157, [noviembre]. don Albaro senior de Tutelon. MONTERDE, Fitero, doc. 96 Guillermo, abad de Fitero31 [1177 c.]. Senior in Tudegen abbas de Fiteiro, sub manu eius Luppus de Mendocia. MONTERDE, Fitero, doc. 155 [1177]. senior in Tudelen W[uillelmus], abbas de Fitero, sub manu eius, Lop de Mendoza. MONTERDE, Fitero, doc. 153 [1177]. Senior in Tudelen W[uillelmus], abbas (de Fitero), sub manu eius, Lupus de Mendocia. MONTERDE, Fitero, doc. 154

VALDEGOVIA Diego López de Haro 1184, febrero, 25. dominante Borovie et Castelle Vetule et Valle de Goviam, Didaco Lopez. LEDESMA, San Millán, doc. 440 1211. señor de Salinas y de Valdegovia y de toda Borobia don Diago de Faru. LOIZAGA, Bujedo, doc. 138

VIGUERA García de Varea 1167, marzo, 17. G. Barea in Becaria. RIPA, Albelda y Logroño, doc. 16; LAMA, CDMR, T. 2, doc. 227 Pedro Jiménez de Cameros 1170, julio. Zaragoza. Tratado de paz. GONZÁLEZ, Alfonso VIII, T. 2, doc. 147

31 Aunque

ñor del lugar.

figura como si fuera el tenente, para esas fechas el abad de Fitero ya era el se-

ANEXO 1

463

VILLAFRANCA MONTES DE OCA Gómez González 1168. Et don Gomez Gonzaluez in Abba (sic) Alua et Uilla franca. CADIÑANOS, Rioseco, doc. 10 Álvaro Núñez de Lara 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) Lope Díaz de Haro 1217, septiembre. Las fortalezas que el rey recuperó a cambio de la libertad del conde Álvaro fueron: en la Transierra, Alarcón, Cañete; de la parte acá del Duero, Tariego, Amaya, Villafranca, Cerezo, Pancorbo, la torre de Belorado y algunas otras, y Nájera, que tomó Lope Díaz. Crónica latina, cap. 38 (p. 71) VILLALBA DE LOSA Lope Díaz de Haro 1211. Lop Diaz es señor de Astulet y de Villalva. LOIZAGA, Bujedo, doc. 138 VIZCAYA Vela Ladrón *1160, marzo. comes Uela in Alaua et in Uizcaya. VV. AA., AGN (11341194), doc. 21 Diego López de Haro 1210, julio, 31. Domno Didaco Lupiz de Faro dominante in Castella Vetula et in Alava et in Bizcaia et in Naiera. Colección Hergueta, T. 3, s.f.

464

CAMBIOS Y ALIANZAS

YANGUAS32 Rodrigo Díaz de Cameros 1197, marzo, 12. Yanguas. señor de Yanguas Ruy Diaz. TURZA, Monte Laturce, doc. 55

32 Yanguas también era señorío de los Cameros, no realengo, y Rodrigo Díaz era su señor, no su tenente.

ANEXO 2 TENENTES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220

(Señalo con un asterisco cuando ocupan las tenencias por el rey de Navarra) Véanse las fuentes de referencia citadas en el Anexo 1. Véanse también las notas y comentarios del Anexo 1 Almoravid Calahorra 1195 Álvaro Díaz de Cameros Calahorra 1220

Álvaro Viejo Logroño* 1173 Arcaldo Logroño 1206 Navarrete 1215-1216

Álvaro Núñez de Lara Belorado 1217 Bureba 1205-1206, 1215 Castilla Vieja 1205, 1206 Cerezo 1217 Nájera 1217 Pancorbo 1217 Villafranca Montes de Oca 1217 Álvaro Pérez de Lara Castilla Vieja 1171 Álvaro Rodríguez Cervera de Río Alhama 1157 Tudején 1154-1156, 1157

Diego Jiménez de Cameros Ágreda 1186 Aguilar de Río Alhama 1186 Arnedo 1176-1178 Belorado c. 1180 Bureba 1180, 1181 Calahorra 1171-1172, 1184-1188 Cameros 1170-1182 Cerezo 1180-1182 Cervera de Río Alhama 1186 Miranda 1182 Nájera 1182 Ocón 1174-1185 Quel 1177 Río Iregua 1180

466

CAMBIOS Y ALIANZAS

Diego López de Haro Álava 1210 Belorado 1185-1186, 1187-1200 Bureba 1177, 1184-1187, 11881201, 1205, 1206-1214 Calahorra 1190, 1207, 1208-1211 Castilla Vieja 1184-1187, 11881201, 1205, 1206-1211, 1214 Cellorigo 1186-1190 Cerezo 1187 Grañón 1186, 1207 Haro 1175-1185, 1207 Logroño 1196-1199, 1211 Marañón 1200 Nájera 1186-1188, 1189-1201, 1207-1214 Pancorbo 1177, 1190-1200 Rioja 1185-1200, 1210-1214 Salinas de Añana 1211 San Sebastián 1200 Valdegovia 1184, 1211 Vizcaya 1210 Diego López de Velasco Frías 1215 Fernando Núñez de Lara Bureba 1187, 1201-1202 Castilla Vieja 1182 Fortún López de Soria Calahorra 1152-1154 Cervera de Río Alhama 1158 García Almoravid Calahorra 1155 García de Varea Viguera 1167

García, obispo de Calahorra Arnedillo 1194-1195 García Portolés Ágreda 1173, 1181-1182 Calahorra 1181-1182 Cervera de Río Alhama 1181-1182 García Rodríguez Poza 1177 García Sobrino Albelda 1167 Nájera 1183-1185 García Vermúdez Ausejo* 1168 Entrena* 1168 Grañón* 1172-73 Logroño* 1168-1172, 1173-1178 Pazuengos* 1172 Gil García Calahorra 1202-1203, 1205 Gil Gómez Ágreda 1188 Aguilar de Río Alhama 1188 Castilla Vieja 1187 Cervera de Río Alhama 1188 Gilabert Corella 1151-1157 Gómez Gómez Lantarón 1175

ANEXO 2

Gómez González Alba de Montes de Oca 1168 Arnedo 1165-1169 Calahorra 1158-1170, 1171 Castilla Vieja 1179-1180 Villafranca Montes de Oca 1168 Gómez Martínez Miranda 1192 Gonzalo Copelin Arnedo 1185 Jubera 1182 Magaña 1179 San Pedro Manrique 1179-1185

467

Guillermo, abad de Fitero Tudején 1177 Guiomar Herce 1200 Gutierre Fernández de Castro Arnedo 1145 Calahorra 1145-1152 Cervera de Río Alhama 1151 Tudején 1151-1154 Hijos de García López y García Pardo Alfaro 1211

Gonzalo Portolés Ágreda 1170 Gonzalo Ruiz Calahorra 1202, 1204 Gonzalo Ruiz o Rodríguez Bureba 1147-1175, 1181-1182 Pancorbo 1182

Juan García de Agoncillo Calahorra 1194 Juan de Préjano, prior de Calahorra Arnedillo 1195 Ladrón Grañon 1153 Lope de Alfaro

Guillermo González Ágreda 1197-1198 Aguilar de Río Alhama 1197-1198 Arnedo 1188, 1197-1198, 1214 Autol 1198 Calahorra 1196-1199, 1208, 12111214 Cervera de Río Alhama 1197-1198, 1212 Jubera 1188, 1214 San Pedro Manrique 1188, 11891210

Alfaro 1177-1182 Lope de Alfaro y Pedro Pardo Alfaro* 1182 Lope de Haro Castilla Vieja 1148-1169 Grañón 1165 Haro 1165 Nájera 1154-1169, 1173

468

CAMBIOS Y ALIANZAS

Lope de Velasco Grañón 1192 Lope Díaz de Fitero Bureba 1180 Lope Díaz de Haro Álava 1213-1217 Astulez 1211 Belorado 1217 Bureba 1218-1220 Castilla Vieja 1211-1213, 12141220 Cerezo 1217 Logroño 1216 Miranda 1216 Nájera 1217 Pancorbo 1217 Salinas de Añana 1216 Villafranca Montes de Oca 1217 Villalba de Losa 1211 Lope Fortún Calahorra 1154

María Beltrán Logroño 1148 Martín Fernández Calahorra 1148 Martín Ruiz o Rodríguez Salinas de Añana 1192 Ocón* 1173-1174 Milia, mujer de Gómez González Calahorra 1162 Muño Muñoz Pazuengos 1165 Poza 1175 Nuño Pérez de Lara Nájera 1170-1171 Oriol Cellorigo 1181 Pedro de Arazuri

Lope Lopez de Villalobar Cihuri 1168 Lope Sánchez Belorado 1204 Castilla Vieja 1201-1204 Rioja 1204 Salinas de Añana 1188 María Almenar Miranda 1188

Calahorra 1170, 1173-1179 Logroño* 1162-1168 Pedro Fernández Cervera de Río Alhama 1148 Pedro Froílaz Arnedo 1150 Pedro Garcia de Agoncillo Calahorra 1191-94

ANEXO 2

Pedro García de Lerma Grañón 1183 Rioja 1183 Pedro Gutiérrez Poza 1181 Pedro Jiménez de Cameros Cameros 1155-1167 Clavijo 1170 Jubera 1165-1175 Logroño 1148-1158 Ocón 1170 Viguera 1170

469

Castilla Vieja 1170, 1174-1177 Cellorigo 1176 Cerezo 1177-1178 Grañón 1178 Nájera 1171, 1173-1178 Petruz Cintruénigo 1151-1157, 1174 Portolés Ágreda 1156-1157 Cervera de Río Alhama 1156-1157 Tudején 1156-1157 Ramiro de Varea

Pedro Manrique Madriz 1174-1177

Ausejo* 1185 Belorado 1187 Logroño* 1185-1188

Pedro Rodríguez de Azagra Logroño* 1183 Murillo de Calahorra 1178 Pedro Rodríguez de Azagra, Martín Rodríguez de Azagra o Martín Guillermo Ausejo 1179 Autol 1179 Entrena 1179 Resa 1179 Logroño 1179 Navarrete 1179 Pedro Ruiz de Sagrero (creo que es Pedro Ruiz de Azagra) Logroño 1182

Rodrigo Díaz de Cameros Calahorra 1188, 1214-1220 Cameros 1214-1219 Jubera 1217-1219 Logroño 1202, 1214-1215 Nájera 1188, 1202-1204 Yanguas 1197 Rodrigo Muñoz Pazuengos 1155 Rodrigo, obispo de Calahorra Santo Domingo 1180 Rodrigo Peláez Nájera 1153

Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera Belorado 1177-1178 Bureba 1177-1179

Rodrigo Pérez Briviesca 1171

470

CAMBIOS Y ALIANZAS

Rodrigo Rodríguez Bureba 1202-1204 Rodrigo Sánchez Grañón 1188 Haro 1188 Sancho Díaz Tobía 1165 Treviana 1162 Sancho López de Torres Frías 1215

Sancho Ramírez de Piédrola Ocón* 1172 Turpín Cascante 1158 Vela Ladrón Grañón 1158 Logroño 1158 Murillo de Calahorra 1156 Resa 1156 Salinas de Añana 1157 Vizcaya* 1160

ANEXO 3 TENENCIAS DONDE SE DOCUMENTAN SUBTENENTES O ALCAIDES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220 Véanse las fuentes de referencia citadas en el Anexo 1. Véanse también las notas y comentarios del Anexo 1.

AGREDA Tenente Portolés García Portolés

Subtenente García Zapata, subtenente Coronel, alcaide

Fecha 1156-1157 1173

Subtenente Sancho García de Almenara, alcaide

Fecha 1211

Subtenente Juan de Prejano, prior de Calahorra, subtenente Juan de San Pedro, subtenente

Fecha 1194-1195

ALFARO Tenente Hijos de García López y García Pardo

ARNEDILLO Tenente García, obispo de Calahorra Juan de Prejano, prior de Calahorra

1195

ARNEDO Y VALLE DE ARNEDO Tenente Gutierre Fernández de Castro (Valle de Arnedo) Gómez González Diego Jiménez de Cameros Gonzalo Copelín

Subtenente Martín Fernández, subtenente

Fecha 1145

García Zapata, subtenente Jimeno Zapata, subtenente en el castillo Lope de Cintruénigo, subtenente

1169 1178 1185

472

CAMBIOS Y ALIANZAS

BELORADO Tenente Diego López de Haro

Subtenente Pedro García de Villalobar y su hermano Sancho de Mazuelo, subtenentes

Fecha 1185

Subtenente Garcia Rodríguez, tenente de Poza

Fecha 1177

Pedro Gutiérrez, tenente de Poza Domingo Chico, merino, subtenente

1181 1204

Subtenente Martín Fernández, subtenente y alcaide García Zapata, alcaide García Vermúdez, subtenente Pedro Pérez de Arenillas, subtenente

Fecha 1145-1152 1152-1153 1158 1162

Álvaro Ruiz de Tosantos, subtenente y alcaide; Lope Fernández, alcaide García Zapata, subtenente y alcaide García Zapata, alcaide Jimeno Zapata, alcaide Pedro Zapata, alcaide en el castillo Sancho Vermúdez, alcaide Rodrigo López, subtenente García de ? y Jimeno Zapata, subtenentes García Rodríguez, subtenente Fortún de Villamediana, alcaide Martín de Rieta, subtenente Gonzalo Díaz, alcaide Milia, mujer de Juan García de Agoncillo, subtenente Jimeno de Torres, subtenente Ochoa, yerno de Rodrigo López, subtenente y alcaide Martín Romero, subtenente Gil García, subtenente Jimeno de Uzama, sub-subtenente y alcaide

1165

BUREBA Tenente Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera Diego Jiménez de Cameros Rodrigo Ruiz

CALAHORRA Tenente Gutierre Fernández de Castro Fortún López de Soria Gómez González Gómez González y su mujer doña Milia Gómez González Gómez González Diego Jiménez de Cameros Diego Jiménez de Cameros Pedro de Arazuri Pedro de Arazuri García Portolés Diego Jiménez de Cameros Diego Jiménez de Cameros Diego Jiménez de Cameros Diego López de Haro Pedro García de Agoncillo Juan (sic) García de Agoncillo Almoravid Guillermo González Guillermo González Gonzalo Rodríguez

1167-1171 1171 1172 1178 1179 1182 1184 1185 1188 1190 1192 1194 1195 1196-1198 1198-1199 1202-1204

ANEXO 3

Tenente Gil García Diego López de Haro Diego López de Haro

Guillermo González Guillermo González Guillermo González Guillermo González Rodrigo Díaz de Cameros Rodrigo Díaz de Cameros Álvaro Díaz de Cameros

473

Subtenente Jimeno de Uzama, alcaide en el castillo Guillermo González subtenente; sub-subtenente Pedro Blázquez Guillermo González subtenente; sub-subtenentes Pedro Blázquez y Lope Martínez Lope Martínez, subtenente Lembot, alcaide Pedro Morielo, subtenente Pedro Ramírez, subtenente García Zapata, alcaide en el castillo Bartolomé de Varillas, subtenente García Zapata, alcaide en el castillo

Fecha 1203 1208

Subtenente Pedro García de Morcuera, subtenente

Fecha 1155

Subtenente Rodrigo, alcaide García Zapata, subtenente Urraca, mujer de Guillermo González, tenedor del castillo

Fecha 1151 1156-1157 1212

Subtenente Fernán García, alcaide

Fecha 1167

Subtenente Diego López de Velasco y Sancho López de Torres, prestameros

Fecha 1215

Subtenente Pedro García, subtenente Diego López de Velasco, subtenente

Fecha 1178 1207

1210

1211 1212 1212 1214 1219 1220 1220

CAMEROS Tenente Pedro Jiménez

CERVERA Tenente Desconocido Portolés Guillermo González

CLAVIJO Tenente Desconocido

FRÍAS Tenente Lope Díaz de Haro

GRAÑÓN Tenente Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera Diego López de Haro

474

CAMBIOS Y ALIANZAS

HARO Tenente Diego López de Haro

Subtenente Martín González, subtenente

Fecha 1207

Subtenente Miguel de Jubera, alcaide en el castillo

Fecha 1200

Subtenente Fernán Peláez, tenía el castillo

Fecha 1175

Subtenente García López de Torrellas, alcaide

Fecha 1148

Pedro López de Alfaro, subtenente; Pedro López de Lardero, alcaide

1199

Subtenente García Cintronec, alcaide

Fecha 1184

HERCE Tenente Guiomar

LANTARÓN Tenente Gómez Gómez

LOGROÑO Tenente María Beltrán y su hijo Pedro Jiménez de Cameros Diego López de Haro

MAGAÑA Tenente Gonzalo Copelín

MURILLO DE CALAHORRA Tenente Vela Ladrón Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra

Subtenente Pedro Jiménez de Góngora, alcaide Orden de Calatrava, alcaides

Fecha 1156 1178

Subtenente Lope Momez, alcaide en el castillo Calvet, alcaide en el castillo Diego Alfonso, alcaide en el castillo García Sobrino, alcaide en el castillo

Fecha 1159 1169 1171 1174

Alvaro Guarza, señor en el castillo y en todo el alfoz Lucas, alcaide en el castillo

1175

NÁJERA Tenente Lope de Haro Lope de Haro Nuño Pérez de Lara Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera Desconocido

1184

ANEXO 3

Tenente García Sobrino Diego López de Haro Diego López de Haro Diego López de Haro Rodrigo Díaz de Cameros Rodrigo Díaz de Cameros

Rodrigo Díaz de Cameros Diego López de Haro Álvaro Núñez de Lara

475

Subtenente ¿Diego, hijo del conde Lope, tenente del castillo; Martín Martínez sub subtenente? domino de Cellorigo, alcaide Lucas, alcaide en el castillo Pedro Aznar, alcaide tenente del castillo y subtenente Miguel de Jubera, alcaide en el castillo Pedro Rodríguez, hijo de Ruy López de Saito Hodo, subtenente señor en el castillo Pedro Ruiz de Dio, alcaide en el castillo Fernando Pérez y Martín Pérez, alcaides Pedro Fernández, alcaide en el castillo

Fecha 1185

Subtenente Martín Romero, alcaide Alavés, alcaide

Fecha 1177 1180

Subtenente Pedro Ibáñez, alcaide

Fecha 1165

Subtenente García Rodríguez tenente

Fecha 1177

Pedro Gutiérrez, tenente

1181

Subtenente Ruy Domínguez, subtenente

Fecha 1177

Subtenente Lope de Cintruénigo, alcaide Pedro Belázquez y Pedro de Cintruénigo, subtenente Fernando Belázquez y Lope de Cintruénigo, subtenentes

Fecha 1179, 1182 1182

1191 1193 1201, 1207 1202 1202

1202-1203 1214 1217

OCÓN Tenente Diego Jiménez de Cameros Diego Jiménez de Cameros

PAZUENGOS Tenente Muño Muñoz

POZA Tenente Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera, tenente de Bureba Diego Jiménez de Cameros, tenente de Bureba

QUEL Tenente Diego Jiménez de Cameros

SAN PEDRO MANRIQUE Tenente Gonzalo Copelín Gonzalo Copelín Guillermo González

1189

476

CAMBIOS Y ALIANZAS

SANTO DOMINGO Tenente Rodrigo, obispo de Calahorra

Subtenente Diego, arcediano, subtenente

Fecha 1180

Subtenente Fortún Garcés, alcaide Godina subtenente; Rodrigo alcaide Godina subtenente; Rodrigo alcaide Iñigo García, subtenente García Zapata, subtenente; Rodrigo alcaide Lope de Mendoza, alcaide Lope de Mendoza, subtenente

Fecha 1151 1153-1154 1154-1155 1156 1156-1157

TUDEJÉN Tenente Desconocido Gutierre Fernández de Castro Álvaro Álvaro Portolés Desconocido Guillermo, abad de Fitero

1161 1177

ANEXO 4 SUBTENENTES Y ALCAIDES EN LA FRONTERA DEL EBRO ENTRE 1145 Y 1220

Véanse las fuentes de referencia citadas en el Anexo 1. Véanse también las notas y comentarios del Anexo 1. Subtenente

Tenencia

Tenente

Fecha

Alavés, alcaide

Ocón

Diego Jiménez de Cameros

1180

Álvaro Guarza, señor en el castillo y en todo el alfoz

Nájera

Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera

1175

Álvaro Ruiz de Tosantos, subtenente y alcaide

Calahorra

Gómez González

1165

Bartolomé de Varillas, subtenente

Calahorra

Rodrigo Díaz de Cameros

1220

Calvet, alcaide en el castillo

Nájera

Lope de Haro

1169

Coronel, alcaide

Ágreda

García Portolés

1173

Diego Alfonso, alcaide en el castillo

Nájera

Nuño Pérez de Lara

1171

Diego López de Velasco, prestamero con Sancho López de Torres

Frías

Lope Díaz de Haro

1215

Diego López de Velasco, subtenente

Grañón

Diego López de Haro

1207

Diego, arcediano, subtenente

Santo Domingo

Rodrigo, obispo de Calahorra

1180

¿Diego, hijo del conde Lope, tenente del castillo?

Nájera

García Sobrino

1185

Domino de Cellorigo, alcaide

Nájera

Diego López de Haro

1191

Domingo Chico, merino, subtenente

Bureba

Rodrigo Ruiz

1204

Fernán García, alcaide

Clavijo

Desconocido

1167

Fernán Peláez, tenía el castillo

Lantarón

Gómez Gómez

1175

Fernando Belázquez,subtenente con Lope San Pedro de Cintruénigo Manrique

Guillermo González

1189

Fernando Pérez, alcaide con Martín Pérez Nájera

Diego López de Haro

1214

Fortún de Villamediana, alcaide

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1188

Fortún Garcés, alcaide

Tudején

Desconocido

1151

García Cintronec, alcaide

Magaña

Gonzalo Copelín

1184

478

CAMBIOS Y ALIANZAS

Subtenente

Tenencia

Tenente

Fecha

García de ?, subtenente con Jimeno Zapata

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1184

García López de Torrellas, alcaide

Logroño

María Beltrán y su hijo Pedro Jiménez

1148

García Rodríguez, tenente

Poza

Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera, tenente de Bureba

1177

García Rodríguez, subtenente

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1185

García Sobrino, alcaide en el castillo

Nájera

Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera 1174

García Vermúdez, subtenente

Calahorra

Gómez González

García Zapata, subtenente y alcaide

Calahorra

Gómez González

1167 -1171

García Zapata, alcaide

Calahorra

Fortún López de Soria

1152 -1153

García Zapata, subtenente

Ágreda

Portolés

1156 -1157

García Zapata, subtenente

Cervera

Portolés

1156 -1157

García Zapata, subtenente; Rodrigo alcaide Tudején

Portolés

1156 -1157

1158

García Zapata, subtenente

Arnedo

Gómez González

1169

García Zapata, alcaide

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1171

García Zapata, alcaide en el castillo

Calahorra

Rodrigo Díaz de Cameros

1219

García Zapata, alcaide en el castillo

Calahorra

Álvaro Díaz de Cameros

1220

Gil García, subtenente

Calahorra

Gonzalo Rodríguez

1202 -1204

Godina, subtenente

Tudején

Gutierre Fernández de Castro

1153 -1154

Godina, subtenente

Tudején

Álvaro

1154 -1155

Gonzalo Díaz, alcaide

Calahorra

Pedro García de Agoncillo

1192

Guillermo González

Calahorra

Diego López de Haro

1208-1210

Iñigo García, subtenete

Tudején

Álvaro

1156

Jimeno de Torres, subtenente

Calahorra

Almoravid

1195

Jimeno de Uzama, alcaide en el castillo

Calahorra

Gil García

1203

Jimeno de Uzama, alcaide por Gil García

Calahorra

Gonzalo Rodríguez

1202 -1204

Jimeno Zapata, subtenente con García de ?

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1184

Jimeno Zapata, alcaide

Calahorra

Diego Jiménez de Cameros

1172

Jimeno Zapata, subtenente en el castillo

Arnedo

Diego Jiménez de Cameros

1178

Juan de Prejano, prior de Calahorra, subtenente

Arnedillo

García, obispo de Calahorra

1194 -1195

Juan de San Pedro, subtenente

Arnedillo

Juan de Prejano, prior de Calahorra

1195

Lembot, alcaide

Calahorra

Guillermo González

1212

Lope de Cintruénigo, subtenente con Fernando Belázquez

San Pedro Manrique

Guillermo González

1189

Lope de Cintruénigo, alcaide

San Pedro Manrique

Gonzalo Copelín

1179, 1182

Lope de Cintruénigo, subtenente

Arnedo

Gonzalo Copelín

1185

Lope de Mendoza, alcaide

Tudején

Desconocido

1161

Lope de Mendoza, subtenente

Tudején

Guillermo, abad de Fitero

1177

Diego López de Haro

1210

Lope Martínez, sub-subtenente con Pedro Calahorra Belázquez

ANEXO 4

479

Subtenente

Tenencia

Tenente

Fecha

Lope Martínez, subtenente

Calahorra

Guillermo González

1211

Lope Momez, alcaide en el castillo

Nájera

Lope de Haro

1159

Lucas, alcaide en el castillo

Nájera

Desconocido

1184

Lucas, alcaide en el castillo

Nájera

Diego López de Haro

1193

Martín de Rieta, subtenente

Calahorra

Diego López de Haro

1190

Martín Fernández, subtenente

Arnedo (valle)

Gutierre Fernández de Castro

1145

Martín Fernández, subtenente y alcaide

Calahorra

Gutierre Fernández de Castro

1145 -1152

Martín González, subtenente

Haro

Diego López de Haro

1207

¿Martín Martínez, sub-subtenente?

Nájera

García Sobrino

1185

Martín Pérez, alcaide con Fernando Pérez Nájera

Diego López de Haro

1214

Martín Romero, alcaide

Ocón

Diego Jiménez de Cameros

1177

Martín Romero, subtenente

Calahorra

Guillermo González

1198 -1199

Miguel de Jubera, alcaide en el castillo

Herce

Guiomar

1200

Miguel de Jubera, alcaide en el castillo,

Nájera

Rodrigo Díaz de Cameros

1202

Milia, mujer de Juan García de Agoncillo, Calahorra subtenente

Juan (sic) García de Agoncillo

1194

Ochoa, yerno de Rodrigo López, subtenente y alcaide

Calahorra

Guillermo González

1196 -1198

Orden de Calatrava, alcaides

Murillo de Calahorra

Pedro Ruiz o Rodríguez de Azagra

1178

Pedro Aznar, alcaide tenente del castillo y subtenente

Nájera

Diego López de Haro

1201, 1207

Pedro Belázquez, subtenente con Pedro de Cintruénigo

San Pedro Manrique

Gonzalo Copelín

1182 1208

Pedro Belázquez, sub-subtenente

Calahorra

Diego López de Haro

Pedro Belázquez, subtenente

Calahorra

Guillermo González

1208

Pedro de Cintruénigo, subtenente con Pedro Belázquez

San Pedro Manrique

Gonzalo Copelín

1182

Pedro Fernández, alcaide en el castillo

Nájera

Álvaro Núñez de Lara

1217

Pedro García de Morcuera, subtenente

Cameros

Pedro Jiménez de Cameros

1155

Pedro García de Villalobar, subtenente con su hermano Sancho de Mazuelo

Belorado

Diego López de Haro

1185

Pedro García, subtenente

Grañón

Pedro Ruiz o Rodríguez de Nájera

1178

Pedro Gutiérrez, tenente

Poza

Diego Jiménez de Cameros, tenente de Bureba

1181

Pedro Ibáñez, alcaide

Pazuengos

Muño Muñoz

1165

Pedro Jiménez de Góngora, alcaide

Murillo de Calahorra

Vela Ladrón

1156

Pedro López de Alfaro, subtenente

Logroño

Diego López de Haro

1199

Pedro López de Lardero, alcaide

Logroño

Diego López de Haro

1199

Pedro Morielo, subtenente

Calahorra

Guillermo González

1212

Pedro Pérez de Arenillas, subtenente

Calahorra

Gómez González y su mujer doña Milia

1162

480

CAMBIOS Y ALIANZAS

Subtenente

Tenencia

Tenente

Pedro Ramírez, subtenente

Calahorra

Guillermo González

Fecha 1214

Pedro Rodríguez, hijo de Ruy López de Saito Hodo, subtenente señor en el castillo

Nájera

Rodrigo Díaz de Cameros

1202

Pedro Ruiz de Dio, alcaide en el castillo

Nájera

Rodrigo Díaz de Cameros

1202 -1203

Pedro Zapata, alcaide en el castillo

Calahorra

Pedro de Arazuri

1178

Rodrigo, alcaide

Tudején

Portolés

1156 -1157

Rodrigo, alcaide

Tudején

Gutierre Fernández de Castro

1153 -1154

Rodrigo, alcaide

Tudején

Álvaro

1154 -1155

Rodrigo López, subtenente

Calahorra

García Portolés

1182

Rodrigo, alcaide

Cervera

Desconocido

1151

Ruy Domínguez, subtenente

Quel

Diego Jiménez de Cameros

1177

Sancho de Mazuelo, subtenente con su hermano Pedro García de Villalobar

Belorado

Diego López de Haro

1185

Sancho García de Almenara, alcaide

Alfaro

Hijos de García López; y García Pardo

1211

Sancho López de Torres, prestamero con Diego López de Velasco

Frías

Lope Díaz

1215

Sancho Vermúdez, alcaide

Calahorra

Pedro de Arazuri

1179

Urraca, mujer de Guillermo González, tenedor del castillo

Cervera

Guillermo González

1212

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ÍNDICE DE CUADROS Y DE MAPAS

Índice de cuadros Cuadro 1 Documentos de Alfonso VII (1145-1157) y Sancho III (1145-1158) ..

28

Cuadro 2 Documentos de Alfonso VIII (1158-1214) ..........................................

38

Cuadro 3 Documentos de Enrique I (1214-1217) ................................................

53

Cuadro 4 Documentos de Fernando III (1217-1220) ..........................................

53

Cuadro 5 Documentos regios entre 1145-1220. Cifras totales por reinados .......

57

Cuadro 6 Donaciones regias de Alfonso VII (1145-1157). Cifras anuales ..........

58

Cuadro 7 Donaciones regias de Sancho III (1157-1158). Cifras anuales ............

58

Cuadro 8 Donaciones regias de Alfonso VIII (1158-1214). Cifras anuales ........

59

Cuadro 9 Donaciones regias de Enrique I (1214-1217). Cifras anuales ..............

60

Cuadro 10 Donaciones regias de Fernando III (1217-1220). Cifras anuales .........

61

Cuadro 11 Donaciones regias a las instituciones eclesiásticas (1145-1220) .........

63

500

CAMBIOS Y ALIANZAS

Cuadro 12 Donaciones regias a nobles y particulares. Datos por reinados ...........

193

Cuadro 13 Donaciones regias a nobles y particulares. Datos por períodos quinquenales .................................................................................. 193 Cuadro 14 Haro y Azagra a finales del siglo XII ....................................................

200

Cuadro 15 Cameros, Mendoza y Haro a finales del siglo XII ................................

207

Cuadro 16 Mendoza c. 1150-c. 1210 .....................................................................

213

Cuadro 17 Velasco c. 1160-c. 1215 .......................................................................

223

Cuadro 18 Acumulación de tenencias y jerarquía social de los tenentes ..............

282

Cuadro 19 Tenencias y tenentes de los Haro .........................................................

283

Cuadro 20 Tenencias y tenentes de los Cameros ...................................................

283

Cuadro 21 Tenencias y tenentes de los Lara ..........................................................

284

Cuadro 22 Tenencias y tenentes de los Manzanedo ..............................................

284

Cuadro 23 Evolución de las tenencias de los Haro c. 1145-c. 1220 ......................

310

Cuadro 24 Evolución de las tenencias de los Cameros c. 1145-c. 1220 ................

315

Cuadro 25 Subtenentes y alcaides. Datos agrupados por tenentes ........................

333

Cuadro 26 Merinos menores y sus precedentes en la zona de la frontera del Ebro c. 1145-c. 1220 .............................................................................. 355

ÍNDICE DE CUADROS Y DE MAPAS

501

Índice de mapas Mapa 1 Tenencias por el rey de Navarra al sur del Ebro entre c. 1160 y c. 1180 .

36

Mapa 2 Principales instituciones eclesiásticas en la frontera del Ebro .............

65

Mapa 3 Villas reales en la frontera del Ebro (1145-1220) ................................

138

Mapa 4 Tenencias y fortificaciones en la frontera del Ebro (1145-1220) .........

243

ÍNDICE DE PERSONAS

Abril: 334, 355, 358 Alano, prior de Nájera: 82. Alavés: 333. Aldonza, condesa, esposa de Lope Díaz de Haro I: 109, 200-201, 213-214, 222, 312, 330, 365. Aldonza de Haro, esposa de Pedro Rodríguez de Nájera o de Lara: 264, 283. Aldonza Díaz de Haro, esposa de Rodrigo Díaz de Cameros: 202, 206-207, 274275, 313-314, 330. Alejandro III, papa: 70, 84, 295. Alfonso I, rey de Aragón: 34, 140, 156, 158, 225, 328, 348-349, 389, 398. Alfonso II, rey de Aragón: 32, 37, 42- 46, 199, 243-244, 300. Alfonso VI, rey de León y de Castilla: 65, 133, 140, 142, 146, 148, 153-156, 180, 339, 347, 348, 349, 382, 389. Alfonso VII, rey de León y de Castilla, emperador: 24-26, 28-32, 42, 57-58, 61, 64-67, 77, 84, 92-94, 101-102, 106, 121-122, 124, 127, 131-133, 140-148, 151-154, 157-159, 173, 177, 189, 193194, 196-198, 212, 215, 217-218, 226, 232-233, 249, 252-253, 263, 265-266, 269, 275, 285, 287, 319-320, 326, 340, 348-351, 357, 375, 378, 389. Alfonso VIII, rey de Castilla: 15-18, 24, 3234, 36-37, 41-52, 57, 59, 61, 64-65, 6875, 79-89, 91, 93, 96-97, 99-104, 106, 110-121, 124, 126-127, 129, 131-136,

144, 146-165, 167-169, 171-174, 176178, 180, 183-187, 189, 193, 195-196, 199-200, 203, 205, 208, 210-214, 217, 220-221, 223-236, 241, 243-245, 248, 249-255, 258-259, 262-264, 266-268, 270-277, 279-280, 285, 289-292, 294296, 298-301, 304, 313-314, 318, 320, 328, 336-339, 341, 345, 346-349, 351352, 362, 366, 369, 372, 377, 379, 386, 390- 392, 395-398. Alfonso IX, rey de León: 46, 49, 106, 206, 267. Alfonso X, rey de Castilla: 97, 123, 134, 148, 151, 171. Alfonso XI, rey de Castilla: 115. Alfonso Díaz: 380-381. Almoravid: 300, 315, 333. Alolaphic: 236. Álvaro: 255, 287, 321, 332-333. Álvaro Díaz de Cameros: 274, 283, 305, 316, 333. Álvaro Guarza: 334. Álvaro Núñez de Lara: 214, 257, 284, 302, 304-305, 310-311, 314, 333, 351. Álvaro Pérez de Lara, conde: 68, 284, 293, 309, 310, 312. Álvaro Rodríguez: 287, 315. Álvaro Ruiz de Tosantos: 333. Álvaro Viejo: 42, 294, 311. Anderazo, esposa de Diego de Villar: 231. Andrés de Palencia: 344, Antolín: 63, 125.

* Tanto el índice de personas como el de lugares se refieren al texto del libro. No se incluyen las referencias de los anexos.

504

CAMBIOS Y ALIANZAS

Arcaldo: 303, 311. Armengol: 162. Armengol VI, conde de Urgell: 162, 254. Arnaldo de la Tenda: 234. Arnaldo Gaeto: 232. Aturelia: 295, Bartolomé de Varillas: 334. Benedictina, esposa de Íñigo López de Igúzquiza: 225. Berenguela, reina de León y Castilla, esposa de Alfonso VII: 25, 27, 142. Berenguela, reina de León, esposa de Alfonso IX: 37, 214, 232, 304, 338. Bernal Andrés: 343. Bernardo: 66. Bernardo, arzobispo de Toledo: 25. Bernardo Albinel: 236. Bernardo Clemente: 236. Bernardo de Claraval: 92. Bernardo de la Tenda: 128, 234, 336. Bernardo Díaz de Velasco: 222-223. Blanca, reina de Castilla, esposa de Sancho III: 29, 67-69, 71, 219. Blasco Romeu: 225, 328. Blasio, sacristán: 290. Borrego: 112, 224, 231, 355, 361-363, 366367, 375. Calvet: 215-217, 320, 334. Calvet, prior del monasterio de Albelda: 120, 216. Calvet, sacristán y prior de Calahorra: 216. Calvet de Bovadilla: 216. Calvet de Lardero: 216. Calvet de Tudején: 216. Calvet de Yecora: 216. Cebror: 30, 137. Celedonio: 75, 76. Celestino III, papa: 46. Condesa: 338. Conrado: 37. Coronel: 321, 333. Diego: 214, 362. Diego, arcediano: 248. Diego Alfonso: 334. Diego de Cuércedes: 338. Diego de Mendoza: 344.

Diego de Villar: 231-232, 236. Diego Díaz Covo: 223. Diego Díaz de Velasco: 222-223. Diego Fernández: 338. Diego Giralt: 338. Diego Jiménez de Cameros: 51, 70-73, 101102, 104, 207-212, 220-221, 247-248, 251, 254, 258, 260, 262-266, 273-274, 278, 282-283, 290, 292, 294-300, 302, 310-312, 315-318, 328, 331-333, 346, 395. Diego López de Fitero: 349, 362. Diego López de Haro: 49-51, 73, 82, 112, 125, 128, 147-148, 152-153, 156, 166167, 200-207, 213-214, 223-224, 231, 235, 251-253, 257, 258-264, 266-267, 280-283, 292, 294, 296-305, 307, 309316, 318, 330, 332-333, 336, 340-343, 346, 351-352, 354-356, 361-363, 365367, 370, 375-377, 386, 391, 395. Diego López de Velasco: 223, 257-258, 260, 330, 333-334. Diego Martínez: 356, 368. Diego Martínez de Zarratón: 343, 356, 368, 370-371, 379-380, 383. Diego Pérez: 369. Diego Velázquez: 99. Domingo: 117, 125, 372. Domingo Chico: 356, 358, 366. Domingo Martínez de Cellorigo: 361. Domingo Muñoz de Ocón: 277. Domingo Navarro: 228. Domingo Pardo: 374. Domingo Pedrosa: 385. Domingo Valzolo: 78. Domingo Zepa: 122. Domino de Cellorigo: 333. Durando: 92. Elvira: 153, 324. Elvira, esposa de Gonzalo Copelín: 269. Elvira de Haro, esposa de Pedro Rodríguez de Nájera o de Lara: 264, 283. Emeterio: 75, 76. Emilia: 214. Enderquina, esposa de Diego Díaz de Velasco, 223. Enrique I, rey de Castilla: 52-53, 57, 60, 62, 64, 73, 106, 121, 128, 131-132, 161,

ÍNDICE DE PERSONAS

175-176, 178, 189, 193, 204, 214, 235, 274, 285, 304, 314, 336, 349, 377, 390. Enrique II, rey de Inglaterra: 24, 34, 37, 42, 43, 100, 244, 270, 295. Español: 321, 323. Esteban, abad de Santo Domingo: 380. Esteban, camarero: 290. Esteban Guillermo: 236. Eva Pérez de Traba: 312. F. Martín: 111. Federico I, emperador: 37. Felipe II, rey de España: 161, 168. Fernando: 338, 374. Fernando II, rey de León: 26, 31, 33, 77, 106, Fernando III, rey de Castilla y de León: 48, 52-53, 57, 61-62, 64, 93, 98, 106, 124, 131-132, 134, 142-143, 151-153, 164, 173, 175-178, 183, 189, 193, 195, 206, 212, 227, 230, 232, 273-274, 285, 304, 314, 339, 349, 357. Fernando IV, rey de Castilla: 115-116, 154. Fernando, abad de San Millán: 361. Fernando, abad de San Millán: 85-86, 88, 90. Fernando, prior : 290. Fernando Blázquez: 321, 323, 334. Fernando de Alfaro: 226, 227. Fernando de Trastamara, conde: 26. Fernando García: 263, 279. Fernando García: 338. Fernando González: 223. Fernando Jiménez: 365. Fernando Martínez: 218, Fernando Núñez de Lara, conde: 50, 260, 284, 297, 301, 310, 313, 351, 352, 362, 365. Fernando Pardo I: 221, 223, 227-228, 229, 230. Fernando Pardo II: 227, 230. Fernando Peláez: 333. Fernando Pérez: 333. Fernando Romero: 369. Fernando Ruiz de Azagra: 199. Fernando Sánchez: 127, 235. Ferracuto: 150, 233. Ferrón de Algada: 325. Ferrón de Castejón: 325.

505

Flaíno Oriol: 357-358, 366. Fortún Álvarez de Guinea: 376. Fortún Aznar de Berlanga: 327. Fortún Aznar: 225. Fortún Chico: 377. Fortún de Agés: 380, 381. Fortún de Villamediana: 277, 333. Fortún Garcés: 255, 319, 326-327, 332. Fortún García de Ayuela: 355, 366-367. Fortún López: 324. Fortún López de Soria: 220, 226-227, 247, 252-253, 288, 315, 331, 333. Fortún Pérez: 374. Fortún Sánchez: 118. Fortún Sánchez: 338. Franco, canónigo: 75, 79. G. Fernández: 111. García: 251, 333, 374. García, abad de San Millán: 84. García, arcediano: 75, 263. García, conde: 27, 382. García Almoravid: 288, 300, 315. García Anderi: 79. García de Cintruénigo: 322-323, 326, 333. García de Varea: 263, 279, 290, 316. García Estébanez: 374. García Fernández, obispo de Calahorra,: 7576, 82, 201, 249, 255, 273. García Fortún de Baztán: 374. García García de Aza: 284. García García: 223. García Jiménez de Arbulo: 377. García López: 248. García López de Alfaro: 227. García López de Torrellas: 334. García Muñoz: 66. García Muñoz de Santa Eulalia: 381. García Ordóñez: 352. García Ortiz, arcediano de Soria: 201. García Pardo: 248. García Pérez: 126, 338, 374. García Portolés: 289, 291, 296, 300, 315, 321, 327, 333. García Ramírez, rey de Navarra: 25, 29, 3032, 67, 142-143, 197, 216, 233, 286, 289. García Rodríguez: 258, 293, 318, 333-334. García Ruiz: 349-350.

506

CAMBIOS Y ALIANZAS

García Ruiz Barba: 349, 352, 356, 368. García Salvador: 341, 382. García Sánchez III, rey de Navarra: 65-67, 357. García Sobrino: 279-280, 290, 298, 311, 333-334. García Vermúdez: 42, 262, 275-276, 277, 291, 293-294, 310-311, 333. García Zapata: 219, 221, 225, 250, 318, 320, 323, 324, 331, 332, 333, 334. Gaufrido: 99. Gil de Igúzquiza: 225, 328. Gil Díaz de Velasco: 222, 223. Gil García: 251, 252, 303, 315, 316-318, 333, 334. Gil Gómez: 284, 297, 300, 303, 310,313, 315. Gil López de Alfaro: 227. Gilabert: 288. Giner Petáez: 355, 372. Giraldo Esperoner: 232. Giralt Andrés: 343. Godina, esposa de Fortún Garcés: 255, 319, 326-327, 332-334. Gómez García de Agoncillo: 83, 275-278, 291. Gómez García de Roa: 209. Gómez Gómez: 284, 293, 333. Gómez González, conde: 99, 220, 250, 254, 268, 279, 284, 288, 290-291, 293, 295, 297, 303, 310-311, 315, 318, 331, 333. Gómez Martínez: 298, 311. Gómez Sánchez: 382. Gonzalo: 125, 324. Gonzalo Álvarez de Hervías: 363. Gonzalo Andrés: 338. Gonzalo Belenguer: 355, 366. Gonzalo Copelín: 99, 100, 268-269, 296, 300-01, 315, 322, 333, 367. Gonzalo de Azagra: 326. Gonzalo de Marañón: 74. Gonzalo Díaz: 334. Gonzalo Díaz de Velasco: 222-223. Gonzalo Fernández de Traba: 312. Gonzalo Franco: 344, Gonzalo Gómez Manzanedo: 284. Gonzalo Martínez: 343-344. Gonzalo Núñez de Lara, conde: 161, 214, 274, 305, 351.

Gonzalo Pérez: 375. Gonzalo Pérez de Arenillas: 349. Gonzalo Portolés: 37, 291, 315. Gonzalo Rodríguez de Bureba, conde: 152, 247, 258-259, 262, 284-285, 288-289, 292, 297, 310-311, 313, 334, 340, 351, 355, 358-359, 365. Gonzalo Ruiz: 251, 252, 303, 315-318. Gonzalo Ruiz Girón: 50, 302. Gonzalo Zapata: 225. Gregorio, cardenal: 136. Guillermo, abad de Fitero: 99, 100, 249, 255, 322. Guillermo, prior del monasterio de Valdefuentes: 113. Guillermo de Mendoza: 213, 226. Guillermo González: 251-252, 255, 265, 266-269, 281-282, 300, 303-305, 315316, 321-322, 327, 332-334, 346, 372, 377. Guiomar de Traba, esposa de Diego Jiménez de Cameros: 72, 100, 202, 207, 209211, 248, 254, 266, 274, 278, 312, 328. Gutierre Díaz de Sandoval: 50, 349, 352, 355, 371. Gutierre Fernández de Castro: 27, 32, 33, 77, 109, 217-218, 252, 255, 265, 269, 287-288, 315, 318, 320, 332, 334. Gutierre Muñoz de Santurde: 369. Gutierre Peláez: 349, 372. Hugo, prior de Nájera: 71. Humberto, prior de Nájera: 70. Ibn Mardanish, rey Lobo de Murcia: 198199. Íñigo García: 321-322, 333. Íñigo López de Gamarra: 225. Íñigo López de Igúzquiza: 225. Íñigo López de Mendoza: 212-214. Íñigo Ortiz: 377. Iuzef Arraiosu: 77. Jerónimo Zurita: 18, 31-33, 37. Jimeno, cillerizo: 290. Jimeno, prior de Nájera: 73. Jimeno de Uzama: 251-252, 318, 333, 334. Jimeno Íñiguez: 248, 253, 283. Jimeno Íñiguez de Cameros: 207-208, 287.

ÍNDICE DE PERSONAS

Jimeno Zapata: 221, 225, 251, 320, 331, 333. José de Moret: 18, 34, 44. Juan, obispo y canciller regio: 17. Juan II, rey de Castilla: 115, 143. Juan Abad: 338. Juan de la Alcaldesa: 236. Juan de Préjano, prior y obispo de Calahorra: 82-83, 249, 255, 273. Juan de Saga: 361. Juan de San Pedro: 249. Juan de Sansón: 344. Juan de Soria: 338. Juan García de Agoncillo, obispo de Calahorra: 76, 82-83, 255, 277, 315, 334. Juan García de Ameyugo: 361. Juan López: 323. Juan NegrillO: 342. Juan Peláez: 377. Juan Romero: 369. Juan Sánchez: 66, 341, 382. Juan Vela: 286. Julián: 385. Julián, prior: 290. L. Sanz: 111. Ladrón, conde: 286, 310. Leonor, reina de Castilla, esposa de Alfonso VIII: 37, 52, 70, 135, 152, 291, 366. Leonor Nuñez de Lara: 351. Lope, prepósito: 290. Lope Cellario: 374. Lope de Alfaro: 99, 100, 248, 268. Lope de Arnedo: 277. Lope de Cintruénigo: 321-327, 333, 334. Lope de Mendoza: 40, 99, 101, 206, 207208, 212-214, 226, 249, 321. Lope de Ponte: 236. Lope de Varea: 263. Lope Díaz: 263. Lope Díaz de Fitero: 283, 292, 297, 310, 349, 351, 360, 365. Lope Díaz de Haro I, conde: 68-69, 84, 109, 125, 127, 162, 187, 200-201, 216, 222, 254, 261-264, 277, 279, 280, 286, 289, 290-294, 297, 299, 309-312, 330, 331333, 341, 346, 350, 365, 374, 376, 383. Lope Díaz de Haro II: 200, 203, 223, 257258, 260, 273, 282-283, 302-305, 310-

507

311, 314, 330, 332, 334, 337-338, 340, 343-346, 352, 354, 356, 370, 375, 377, 380, 383-386. Lope Díaz de Mena: 260. Lope Díaz de Velasco: 222-223, 257-258, 262, 297, 310, 330. Lope Fortún: 227, 253, 288, 315, 377. Lope Garcéiz: 100. Lope González: 369. Lope Íñiguez de Cintruénigo: 322. Lope Íñiguez de Mendoza: 212. Lope López: 325. Lope López de Alfaro: 227. Lope López de Haro: 162, 254, 260, 298, 309. Lope López de Mendoza: 212-213. Lope López de Villalobar: 290. Lope Martínez: 251, 333-334. Lope Mogo: 355, 367. Lope Mómez : 334. Lope Ochoa: 356, 375, 377, 384-385. Lope Oriol: 331, 365. Lope Románez de Goreta: 369. Lope Románez de Puellas: 369. Lope Sánchez de Mena: 224, 260, 283, 298, 302, 310-311, 313-314, 362, 375. Lope Sanz: 323. Lopejón: 328-329. Lucas: 330-331, 333, 365. M. Bravo: 111. M. Gombaldi: 111. Manrique Pérez de Lara, conde: 26, 80, 230, 254, 284. Mari Díaz: 344. Mari Pérez: 338. María: 377. María, condesa, esposa de Gonzalo Núñez de Lara: 214. María, esposa de Diego de Villar: 231. María, esposa de Fortún Aznar de Berlanga: 327. María, esposa de Pedro Albinel: 235. María, esposa de Pedro Sanz: 219. María Almenar: 162, 254, 260, 298, 311. María Beltrán, esposa de Jimeno Íñiguez: 248, 253, 254, 283, 287, 311. María de Murieta, esposa de Gonzalo de Azagra: 326. María de Oreja: 295.

508

CAMBIOS Y ALIANZAS

María Díaz de Haro: 206. María Fortúnez: 377. María González de Lara: 312. María Íñiguez: 214. María Manrique, esposa de Diego López de Haro: 200, 206-207. María Martínez: 385. María Méndez: 344. María Pérez: 323. María Pérez, esposa de Borrego: 112, 224. María Roya: 289. María Sánchez: 126. Mariscot de Sagrero: 369. Martín Álvarez: 376. Martín Calvet: 216. Martín Cornejo: 330. Martín de Cintruénigo: 323. Martín de la Folía: 355, 360. Martín de Rieta: 333. Martín Díez: 232. Martín Fernández de Calahorra: 217-218, 252, 265-266, 269, 287, 317-320, 334. Martín Fernández de La Correa: 217. Martín González: 74, 257, 333. Martín Guillermo: 44, 244, 275, 295. Martín López de Miranda: 385. Martín Martínez: 280, 333, 371, 385. Martín Pérez: 333. Martín Rodríguez de Azagra: 44, 244, 275, 295. Martín Romero: 333-334. Martín Ruiz: 294, 298, 311, 316. Martín Sánchez: 213. Martín Sanz: 143. Martín Valleguarnico: 236. Martín Vela de Foncea: 361. Mateo: 232. Mateo de Clavijo: 356, 372. Mateo Franco: 344. Mauricio, obispo de Burgos: 344. Mayor: 27. Mayor, hija de García Sánchez III de Navarra: 66-67. Mencía de Haro: 330, 376. Miguel de Jubera: 254, 278, 334. Miguel de la Tenda: 234. Miguel Felices: 349, 350. Milia, esposa de Juan García de Agoncillo: 255, 277, 334.

Milia, esposa del conde Gómez González: 254, 284, 291. Muña: 29. Muño Muñoz: 258, 262, 290, 293, 334, 357, 365. Nicolás de Azagra: 29. Nuño de Aguilar: 343-344, 369, 370, 380, 383. Nuño Pérez de Lara, conde: 37, 80, 100, 172, 284, 293, 309, 311-312, 334. Nuño Sánchez: 172. Ochoa: 327-329, 334, 355-356, 362, 375-377. Orden de Calatrava: 64, 92, 93, 124, 251, 255-256. Orden de San Juan: 225, 326. Orden del Temple: 64, 121-122, 197-199. Ordoño Martínez: 349, 352, 385. Oria, esposa de Portolés: 289, Oriol: 135-136, 224, 261, 272, 297, 310, 331, 351, 355-356, 358-359, 360-365, 367-368, 370, 375, 378-379. Ortí Ortíz: 374. P. de la Isla, prior de Albelda: 278. P. García: 111. Pardo: 236. Pardo de Valluércanes: 355, 360-361. Pascasio: 374. Pascasio de Soria: 236. Pascual: 338. Pascual Ensariot: 374. Pedrejón: 374. Pedro: 374. Pedro, abad de Bujedo: 385. Pedro, abad de Oña: 381. Pedro, abad de Santo Domingo de La Calzada: 118. Pedro, arcediano de Calahorra: 216. Pedro, refitolero: 290. Pedro II, rey de Aragón: 46-47, 244, 267. Pedro Albinel: 235, 236. Pedro Ansúrez, conde: 162, 254. Pedro Aznar: 257, 318, 330, 333. Pedro Blasco: 235, 236. Pedro Blázquez: 251, 323, 333, 334. Pedro de Arazuri: 198, 221, 291, 295, 296, 311, 315, 331, 334.

ÍNDICE DE PERSONAS

Pedro de Barcelós, conde: 32, 33, 204, 207. Pedro de Cintruénigo: 322, 323, 326, 333. Pedro de Hervías: 371. Pedro de Varea: 263. Pedro Díaz: 352, 356, 368, 369, 372, 384. Pedro Díaz de Haro: 201, 206. Pedro Faverio: 118. Pedro Fernández: 252, 288, 315, 327, 333. Pedro Fernández Moro: 349. Pedro Fortún de Sojuela o de Royuela: 341, 355, 374, 382. Pedro Froílaz: 288, 315. Pedro García: 334. Pedro García, obispo de Pamplona: 47. Pedro García de Agoncillo: 83, 255, 275, 276, 277, 291, 300, 315, 334. Pedro García de Herce: 328-329. Pedro García de Lerma: 261-262, 284, 297, 310-311, 366. Pedro García de Villalobar 333. Pedro García de Villalobar: 330, 333. Pedro Germano: 355, 360. Pedro Gil de Herce: 328. Pedro González: 352, 355, 371, 372. Pedro González de Cerezo: 359-360, 378. Pedro González de Lara: 284. Pedro Guerrero: 361. Pedro Gutiérrez: 258, 318, 333. Pedro Ibáñez: 334. Pedro Jiménez de Cameros: 37, 40-41, 51, 68, 69, 70, 97, 101, 102, 145, 146, 207208, 212, 247, 253, 264, 279, 283, 287, 290-291, 294, 295, 311, 314-317, 334, 339, 346. Pedro Jiménez de Góngora: 334. Pedro Jiménez de Olleta: 203. Pedro López: 236. Pedro López de Alfaro: 251, 318, 333. Pedro López de Autol: 323. Pedro López de Lardero: 251, 318, 333. Pedro Manrique de Lara, conde: 230, 263264, 284, 294. Pedro Martínez: 122. Pedro Martínez de Ocáriz: 225-226. Pedro Morielo: 334. Pedro Negro de Arcos: 374. Pedro Oriol: 358. Pedro Pardo: 221, 227, 229-230, 248. Pedro Pérez de Arenillas: 254, 333.

509

Pedro Pérez de Briviesca: 381. Pedro Ponce: 232. Pedro Ramírez: 334. Pedro Roberto: 108. Pedro Rodríguez: 99, 269, 334. Pedro Rodríguez de Azagra: 42, 44, 51, 198202, 244, 251, 265, 274-275, 295, 300, 311. Pedro Rodríguez de Nájera o de Lara: 99100, 258, 261-264, 268, 279, 283-284, 292-293, 297, 299, 309- 313, 318, 334. Pedro Ruiz de Dio: 334. Pedro Ruiz de Sagrero: 300. Pedro Sanz: 219. Pedro Sanz de Barzusa: 219. Pedro Sanz de Corella: 219. Pedro Sanz de Funes: 219. Pedro Zapata: 221, 331, 334. Pedruz: 281, 288, 291, 296. Peón: 380. Portolés: 220, 288-289, 291, 296, 300, 315, 332, 334. R. Pérez: 111. Raimundo, abad de Fitero: 92, 94. Raimundo, prior de Nájera: 70, 81, 84. Raimundo Albinel: 235, 236. Raimundo de Peñafort: 295. Rama: 222-223. Ramiro García: 122, 198. Ramiro García de Varea: 44, 245, 262-263, 297, 300, 310-311, 313. Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona: 29, 31, 33, 289, 389. Rodrigo: 66, 327, 332-334. Rodrigo Calvet: 216. Rodrigo de Cascante, obispo de Calahorra: 70, 76, 80, 82, 118, 120, 173, 248, 255, 278, 391. Rodrigo de Palencia: 344. Rodrigo de Salas, arcediano: 364-365, 379. Rodrigo Díaz de Cameros: 104, 202, 207, 248, 264-265, 274-275, 283, 298, 300, 302-303, 304-305, 311, 313-317, 334, 372. Rodrigo Fernández: 226. Rodrigo Gómez, conde: 284, 285, 351. Rodrigo González: 127, 235.

510

CAMBIOS Y ALIANZAS

Rodrigo González de Lara, conde: 264, 284, 293. Rodrigo Gustios: 223. Rodrigo Gutiérrez Girón: 99-100, 268. Rodrigo Jiménez de Rada: 17, 33, 47, 205. Rodrigo López: 327-328, 333, 377. Rodrigo Muñoz: 262, 286. Rodrigo Peláez: 286, 311. Rodrigo Pérez: 259, 293. Rodrigo Pérez de Azagra: 121-122, 197, 198, 200. Rodrigo Pérez de Malavilla: 349. Rodrigo Pérez de Traba, conde: 254, 312. Rodrigo Pérez de Tudela: 375, Rodrigo Rodríguez: 302, 310. Rodrigo Ruiz: 356, 358, 366. Rodrigo Sánchez de Haro: 261-262, 283, 297, 310-311, 313, 355, 375. Rodrigo Velázquez: 120. Ruy Corniello: 338. Ruy Domínguez: 333. Ruy Fernández: 338. Ruy Sánchez: 377.

Sancho VII, rey de Navarra: 16, 46-50, 52, 93, 98, 179, 202-203, 244-45, 249, 274. Sancho de Cárdenas, arcediano: 135-136, 364, 379. Sancho de Mazuelo: 329-330, 333. Sancho de San Román: 356, 372. Sancho Díaz de Haro: 261-263, 277, 283, 290, 311. Sancho Díaz de Velasco: 222-223. Sancho García, conde de Castilla: 105. Sancho García de Almenara: 248, 278. Sancho Jiménez de Villalobar: 361. Sancho López de Haro: 283, 290, 309, 314, 330. Sancho López de Torres: 257, 260, 330, 334. Sancho Muñoz: 382. Sancho Pérez, conde: 99-100, 268. Sancho Ramírez de Piédrola: 294, 316. Sancho Vermúdez: 334. Simeón García: 223. Simeón, obispo de Burgos: 27. Teresa Díaz, esposa de Pedro Pardo: 229230.

Sancha: 218, 324. Sancha, reina de Navarra, esposa de Sancho VI: 29. Sancha Díaz de Frías: 109, 213, 364, 378. Sancha Díaz de Velasco: 222-223. Sancha Jiménez de Cameros: 213, 365. Sancha Pardo: 228. Sancho: 201, 236. Sancho, abad de Bujedo: 361. Sancho, abad del monasterio de Bujedo: 376. Sancho, arcediano de Calahorra: 136. Sancho III, rey de Castilla: 25-33, 42, 57-58, 61, 64-68, 71, 74-75, 77-79, 84, 93- 98, 106, 121-124, 129, 131, 137, 144-148, 153- 155, 157, 160-161, 173, 189, 193194, 196-197, 215, 217- 220, 222, 249, 273, 285-290, 320-321, 339, 351, 389. Sancho IV, rey de Navarra: 348. Sancho VI, rey de Navarra: 16-17, 24-25, 27, 29-37, 40-46, 69, 82, 85, 90, 93, 95-96, 99-105, 117-118, 123, 145, 148, 150, 161, 176-179, 185-186, 197, 199, 221, 233, 244, 248, 263-264, 268, 270-271, 276-277, 279, 287-291, 293-296, 298390, 394.

Teresa Fernández, esposa del conde Nuño Pérez de Lara: 312. Teresa Jiménez de Cameros, esposa de Lope de Mendoza: 101, 207-208, 212-214. Toda, abadesa de Cañas: 330. Toda, esposa de Lope Garcéiz: 100. Toda Díaz, esposa de Gutierre Fernández de Castro: 27, 77. Toda Pérez de Arazuri, esposa de Pedro Rodríguez de Azagra: 200. Toda Pérez de Azagra, esposa de Diego López de Haro: 73, 74, 200-202, 204, 206-207. Trigidia: 105. Turpín: 288. Urraca: 214, 238. Urraca, condesa: 27. Urraca, esposa de Guillermo González: 255, 332, 334. Urraca, esposa de Juan Negrillo: 342. Urraca, esposa de Lope de Cintruénigo: 325326. Urraca, reina de Castilla: 34, 156, 348, 389. Urraca, reina de Navarra, esposa de García Ramírez: 29, 143.

ÍNDICE DE PERSONAS

Urraca Alfonso, esposa de Lope Díaz de Haro II: 206. Urraca Díaz de Haro: 206, 304, 314. Urraca Jiménez: 226. Urraca López de Haro, reina de León, esposa de Fernando II: 204, 262, 279, 297, 313, 365, 376, 389. Vela Ladrón, conde: 198, 274-275, 286-287, 290, 310-311, 334, 341, 376.

Velasco de Castro: 381. Velasco Domínguez: 118. Vicente: 78, 358. Viviano, abad de Irache: 269. Yagüe: 355, 366, 380-381. Yagüe de Zarratón: 341. Zachea: 236.

511

ÍNDICE DE LUGARES

Agoncillo: 275, 276. Ágreda: 37, 46, 97, 123, 208, 220, 243-244, 253, 265- 267, 283-284, 288, 291, 296, 300-301, 303, 315, 320-321. Aguilar de Río Alhama: 46, 208-209, 244, 265-266, 283-284, 300-301, 303, 315, Aibar: 47. Aizcorroz: 47. Al-Andalus: 42, 44, 211, 299, 397. Alarcos: 46. Álava: 15, 24, 35, 43, 45, 47, 50, 112, 158, 203, 216, 225, 244, 257, 261, 271, 280, 283, 286, 301-302, 305, 310, 356, 376377, 390-391. Alba de Montes de Oca: 37, 284, 290. Albarracín: 44, 51, 198-199. Albelda: 134, 176, 183, 264, 278-279, 372. Alcanadre: 64, 121, 122, 197, 199. Alcazaba: 209. Alcázar: 50. Alcubelet: 205. Alesanco: 73, 204, 341. Alesón: 374. Alfaro: 99, 201, 226-227, 247- 249, 278, 327. Alión: 209. Almazán: 26, 208. Almería: 144. Altable: 72. Ambrosero: 68, 69. Ameyugo: 34, 110, 214, 271, 363. Andalucía: 30. Anguiano: 69, 70, 77, 127, 135-136, 287, 364, 379. Antoñana: 45, 50, 161, 179. Anúcita: 377.

Añamaza: 96. Aostri: 362. Aradón: 121-122, 197. Aragón: 18, 29, 31, 37, 44, 198, 274, 288, 335, 369. Aranda de Duero: 218. Arce Mirapérez: 361, 377-378. Arganza: 228. Arganzón: 147, 160- 162, 179-180, 183, 189. Ariza: 37, 44. Arlanzón: 209, 211. Arlucea: 47. Armiñón: 113. Arnedillo: 80, 202, 248-249, 255, 273. Arnedo: 35, 37, 42, 46, 78, 171, 208, 217218, 220, 265-268, 277, 283-284, 288, 291, 296, 301, 303, 315, 320, 322, 324325, 328. Arroyuelo: 107, 167. Artajona: 30, 32, 137, 276, 277. Arto: 118. Arzorocia: 47. Astúlez: 261, 283, 302, 310. Asturias de Santillana: 26, 203, 298. Asturias: 26, 30, 253. Atapuerca: 228. Atauri: 50. Atayo: 66-67. Atiega: 158. Ausejo: 34-35, 42-43, 52, 102, 103, 244245, 262-263, 276, 289, 291, 294-295, 298, 300. Autol: 35, 42, 43, 46, 78, 219, 220, 244, 265-267, 295, 301, 320, 323-325. Auza: 47.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Ávila: 26. Azagra: 199, 274, 324. Azofra: 204. Bachicavo: 86. Badarán: 135. Baeza: 26, 197. Baigorri: 276. Balmaseda: 155, Bañares: 213, 343, 366-367, 370. Baños: 51-52, 147, 148, 160, 162, 184, 189. Baquio: 109. Bárcena: 351. Barcina de los Montes: 108, 166, Bardauri: 51-52, 147-148, 156. Baró: 115. Barrio: 86. Barrionuevo: 133. Belascoaga: 47. Belorado: 37, 124, 140, 147, 156-157, 160, 172, 174, 184, 189, 203, 208, 214, 244, 261-263, 283-284, 293, 297-298, 302, 305, 310, 313, 330, 337, 342. Belvis: 211. Berdejo: 45. Bermeo: 109. Bernedo: 45, 161, 179, 216. Bihurco: 216. Bilibio: 114, 156, 169, 171, 244, 272. Bobadilla: 205. Bohigas: 209, 211. Borja: 37, 45. Briñas: 171. Briviesca: 33, 34, 51, 259, 270, 293, 357358. Buradón: 50. Bureba: 24, 28, 33, 34, 72, 90, 105, 108, 115, 150, 153, 163, 166, 178, 184, 203, 208, 210, 229-230, 247, 253, 257-262, 269, 270-271, 282- 286, 288-289, 292297, 301-306, 310, 313-314, 318, 331, 340, 346, 351-373, 380, 383-384, 386387, 396. Burgos: 33, 34, 51, 64, 78, 84, 112-113, 124125, 150-151, 157, 167-168, 170, 203, 207, 218, 227-228, 230, 246, 253, 283, 298, 314, 344, 348-350, 357, 377. Burón: 209. Busto de Bureba: 150, 233.

Caborredondo: 366, 380-381. Cabreros: 267. Caicedo: 341. Calahorra: 26-27, 29, 32-33, 35, 37, 42, 51, 63-64, 66, 70, 75, 77-80, 83-84, 91, 94, 99-100, 117, 121-122, 126, 134, 147, 159-160, 173-174, 178, 182, 184-185, 188-189, 197, 199, 203, 208, 212, 216221, 225, 236, 248, 250-255, 257, 263, 265-266, 269, 273-274, 277-279, 283284, 287-288, 291, 293-296, 298, 300301, 303, 305-06, 315, 317-320, 327328, 331-332, 344, 346, 352, 372, 377, 391. Calatayud: 46, 267. Calatrava: 92-93, 96. Calchetas: 289. Cameno: 51. Cameros: 51, 70, 77, 100-101, 129, 208, 260, 264-265, 279, 282-283, 287, 290, 299, 300, 303, 305, 315, 317, 324, 352, 354-355, 371-372, 384, 386. Campos: 353. Cañete: 51, 206. Cañicera: 228. Carranza: 51, 147, 148. Carrión: 122, 168, 198, 348. Cascajares: 364, 378. Cascante: 219, 288. Caseda: 277. Castilla Vieja: 28, 34, 174, 178, 184, 203, 253, 257-258, 260, 282-284, 286, 289, 293, 297, 301-302, 305, 309-310, 313314, 346, 351-352, 364-365, 393. Castilla: 15-16, 25-26, 29, 32, 34, 37, 46, 48-52, 74, 86, 91, 96, 98, 109, 150-151, 157, 161, 167, 176, 180, 185-186, 198199, 203, 212, 225, 227-228, 233, 235, 238, 241, 246, 256, 261-262, 275, 276, 279, 286, 289, 294, 301, 307, 318, 335, 347-353, 355-357, 359, 360, 362, 365366, 368-369, 371, 377, 384-387, 389391, 394-396. Castrojeriz: 241, 353. Catedral de Burgos: 124, 246. Catedral de Calahorra: 29, 42, 44, 62-64, 7483, 84, 201-202, 216, 225, 248, 287, 323-325, 328. Catedral de Pamplona: 217.

ÍNDICE DE LUGARES

Cebror: 30, 137. Cellorigo: 37, 156, 171, 244, 261, 283-284, 293, 297, 310, 331, 341, 355, 360, 361. Cerezo de Río Tirón: 33-34, 37, 75, 118119, 144, 147, 151, 160, 174, 183-184, 189, 203, 208, 223, 236, 244, 261-263, 271, 283-284, 293, 298, 305, 310, 337, 338. Cerratón: 73. Cervera de Río Alhama: 46, 93, 208, 220, 244, 252, 255, 265-267, 283-284, 287288, 296, 300-301, 303, 315, 320, 324325, 327. Cihuri: 261, 290, 303. Cintruénigo: 219-220, 281, 288, 291, 296. Ciriñuela: 363. Clavijo: 35, 37, 52, 102, 208, 120-121, 243244, 264, 279, 282-283, 290, 315. Congosto de Mués: 269. Córdoba: 102. Corella: 288, 323-324. Cornudilla: 107. Corporales: 222. Corvo: 46. Covilla: 165, 364, 378. Criales: 167. Cubillas: 26. Cubillo: 321. Cuenca: 33, 42-43, 51, 85, 184, 206, 208, 211, 299. Cuevacardiel: 66, 73. Daroca: 37. Dicastillo: 278. Dos Barrios: 225. Durango: 45, 205. Duranguesado: 24, 47. El Embid: 85. El Villar de Arnedo: 94. Encartaciones: 205, Enciso: 211, 274. Entrena: 33-34, 35, 42-43, 66, 81-82, 142143, 177-178, 180, 183-184, 189, 244, 264, 276, 289, 291, 294-295. Entreoteros: 209, Épila: 37. España: 26, 27, 397. Espinosa de Río Francos: 228.

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Estella: 35, 40-42, 45, 48-50, 148, 178, 197, 199, 225, 268, 269. Esteras: 96. Extremadura: 26, 51, 150-151. Ezcaray: 125. Falces: 276. Fitero: 37, 93, 220. Flaño: 103. Foncea: 110. Francia: 48. Frías: 24, 51, 107-108, 147, 153, 160, 162167, 169, 176, 181-184, 186-187, 189, 257, 260, 330, 336-337, 339-340, 364. Fromista: 162. Fuenmayor: 82. Fuenterrabía: 47, 50. Funes: 42. Galicia: 26, 279. Gallinero de Yuso: 222. Gascuña: 48, 50. Gimileo: 368. Grañón: 33, 34, 37, 51-52, 64, 119, 121, 124, 147-148, 160-162, 172, 174, 184, 189, 203, 214, 221-223, 244, 257, 261262, 274, 276, 283-284, 286, 289, 293294, 297, 302, 305, 309-310, 313, 330, 366, 375, 379, 380. Grisaleña: 90, 115-116. Guinea: 376. Guipúzcoa: 15, 24, 45, 47, 203, 390. Haiaga: 271. Haralucea: 368. Haro (Cuenca): 51. Haro: 37, 43, 112-114, 147, 161, 169-172, 174, 179-184, 189, 203, 204, 224, 257, 261, 272, 283, 289, 294, 297, 302, 309, 311, 313, 336, 340, 360-362, 368, 375. Herce: 208, 211, 254, 265-266, 274, 278, 328. Herramelluri: 221. Herrera: 113. Herrera de Valdivielso: 365. Herreruela: 113, 162. Hiemmes: 85. Hontoria de Valdearados: 218. Hormaz: 113.

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CAMBIOS Y ALIANZAS

Hormaza: 27. Hormilla: 124. Hoz: 361. Huércanos: 209, 218. Huesca: 295. Huete: 85, 208, 211, 299. Ibrillos: 51-52, 147-148, 160, 172, 179-184, 189, 261. Iglesia: 162. Igúzquiza: 225. Infantado: 353. Inurraca: 156. Inzura: 47, 278. Irurita: 47. Jaca: 40. Jubarte: 341. Jubera: 52, 208, 244, 265-266, 268, 283, 290, 294, 300-301, 303, 305, 315, 372. La Morcuera: 81. La Rad: 216. La Santa: 101, 213. Labraza: 179. Laguardia: 40-42, 117, 148, 161, 178-179. Laguna de Cameros: 120. Lagunilla de Jubera: 101. Lanestosa: 155. Lantarón: 86, 141, 284, 293. Lara: 228. Lardero: 216. Larraga: 30, 137. Las Navas de Tolosa: 52, 205, 369. Lebrana: 107. Ledesma: 69. Leguín: 41-43, 223. León: 26, 29, 32, 46, 49, 147, 161, 241, 259, 273, 299, 301, 313, 348, 389. Lérida: 31, 86. Lerín: 276, 278. Leza: 101. Locorzana: 377. Lodosa: 275, 276. Logroño: 25, 33-35, 37, 40-44, 46, 64, 66, 96, 100-102, 121, 123, 125-128, 132, 140-143, 145-148, 150, 153-155, 158, 160-165, 167, 170-171, 173-176, 178179, 180-184, 189, 197, 203, 208, 216,

232-236, 238, 244-245, 251, 253, 262264, 276, 282-283, 287, 289, 291, 294296, 298, 300-303, 305, 311, 314, 317318, 336-337, 339-340, 352, 354-355, 371-373, 375, 384, 386, 389, 392. Los Arcos: 45, 179, 269, 278. Los Fayos: 274. Los Molinos: 226. Losa: 115. Madriz: 134-135, 263, 284, 294, 341, 374, 382-383. Magaña: 268, 296, 301, 322-323. Maqueda: 209. Marañón: 42, 47, 50, 148, 203, 301, 352. Matanza de Ocón: 277. Matute: 70, 127, 133, 135-136, 364, 379. Medina: 26. Medina de Pomar: 108, 168-169. Meltria: 37, 244. Mena: 203, 260, 298. Mendavia: 278. Mezana: 98. Mijangos: 107-108, 147, 160, 165-169, 189. Miranda de Arga: 30-31, 47, 137, 268. Miranda de Ebro: 34, 51, 78, 81, 86, 109, 112, 114, 145-148, 152-156, 160-161, 166, 254, 179-184, 186-187, 189, 208, 260, 271-272, 283, 298, 305, 311, 336337, 339-341, 343, 352-353, 360-361, 363, 377, 384, 385. Miraveche: 364, 378. Miriel: 271. Mocejón: 200. Molina de Aragón: 124, 230, 264, 329. Molina de Obarenes: 116, 132. Monasterio de Aguilar de Campoo: 109, 224. Monasterio de Albelda: 63, 119-121, 134. Monasterio de Arlanza: 88, 229, 246. Monasterio de Bujedo de Candepajares: 63, 109-112, 114, 125, 213-214, 223-224, 330, 341, 343, 353, 361-362, 364, 375378, 384-385, 391. Monasterio de Cañas: 49, 64, 127, 187, 191, 201, 222, 235, 352, 371. Monasterio de Castellón: 30-31, 91-92, 96, 97, 219. Monasterio de Cluny: 64-65, 66, 74, 121.

ÍNDICE DE LUGARES

Monasterio de Covarrubias: 88, 246. Monasterio de Fitero: 26, 30, 31, 40, 63, 64, 91-100, 104, 113, 150, 188, 213, 216, 219, 226, 249, 255, 268, 273, 285, 321323, 325, 326, 327. Monasterio de Herrera: 63, 100, 109, 112114, 161, 227, 272, 273, 391. Monasterio de Ibeas: 33, 109, 110. Monasterio de Irache: 235, 236, 269. Monasterio de Iranzu: 48. Monasterio de La Vid: 97, 109, 218. Monasterio de Las Huelgas de Burgos: 92, 106, 177, 230. Monasterio de Mave: 365. Monasterio de Monte Laturce: 40, 63-64, 99-105, 191, 208, 212-213, 216, 234, 236, 372, 375. Monasterio de Nájera: 25, 27, 62-74, 81-84, 89-90, 106, 119, 126, 129, 132, 135136, 150, 201, 204, 218, 206-207, 210, 273-374, 391. Monasterio de Obarenes: 63, 109, 114-117, 132, 213. Monasterio de Oña: 24, 28, 63-64, 105-109, 117, 124, 158, 163, 165-169, 259, 351, 358, 365-366, 380-381. Monasterio de Rioseco: 234. Monasterio de Rodilla: 37, 229, 259, 357, 380-381. Monasterio de Rute: 40, 63, 100-105, 208, 212, 234, 263. Monasterio de Sacramenia: 102, 263. Monasterio de Sahagún: 106. Monasterio de San Cebrián de Montes de Oca: 234. Monasterio de San Clemente de Harvieta: 81. Monasterio de San Juan de la Peña (Gaztelugache): 109. Monasterio de San Julián de Sojuela: 374. Monasterio de San Martín de Teja: 156. Monasterio de San Millán: 26, 63-64, 70, 83-91, 117, 126, 129, 132, 134, 183, 187, 222, 231-232, 262-263, 271, 273, 277, 290, 341, 358-359, 361, 363-364, 367-368, 374-375, 378-379, 382, 391. Monasterio de San Pelayo (Oca): 66. Monasterio de San Salvador de El Moral: 27.

517

Monasterio de Santa María de Castejón: 69, 77, 287. Monasterio de Santa María de Priato: 69, 72. Monasterio de Santa María de Puerto: 67-68. Monasterio de Santa María de Yerga: 42, 9193, 319, 326. Monasterio de Santo Domingo de La Calzada: 40, 63, 91, 102, 117-119, 187, 213, 216, 222, 341, 366-367, 371, 380. Monasterio de Scala Dei: 91. Monasterio de Silos: 106, 152, 157, 246. Monasterio de Tulebras: 31, 64, 123, 295. Monasterio de Valdefuentes: 113. Monasterio de Valvanera: 64, 69, 127, 133, 135-137, 187. Monasterio de Veruela: 31. Moncalvillo: 228. Montejo: 108, 165. Moral de la Reina: 26. Muñeca: 228. Murchante: 326. Murcia: 150, 198. Murillo de Río Leza: 101. Murillo de Calahorra: 199-203, 251, 256, 274, 286. Muro de Cameros: 234. Nájera: 25-26, 35, 37, 42, 51-52, 66-67, 69, 90, 100, 124, 127, 132, 140-142, 145, 147, 150-151, 160, 170-172, 174, 183184, 187, 189, 203-204, 208, 210, 212, 216, 232, 236, 243-244, 253, 257-258, 261, 263, 270-271, 279-280, 283-284, 286, 289, 293, 298, 302, 304-305, 309, 311-314, 318, 320, 330-331, 341, 343, 346, 349, 350, 352, 354, 356, 367-368, 372-375, 380, 382-385. Nalda: 69, 331, 365. Nava de Henosa: 366, 380-381. Navarra: 15, 18, 24, 29-32, 34-35, 37, 41-43, 46-49, 52, 65, 70, 73-74, 77, 79-80, 83, 85, 91, 93, 96-97, 101, 106, 110-111, 113-114, 117, 123, 129, 137, 144, 147, 161, 178-179, 185-186, 188, 198-199, 203, 208, 212, 219, 223, 225, 227, 233, 235, 244, 256, 262, 269, 280, 285-286, 288-289, 291-293, 296, 299, 300-301, 313, 335, 386, 389, 390-391.

518

CAMBIOS Y ALIANZAS

Navarrete: 33, 35, 42-43, 81, 82, 147, 160, 173, 181, 183-184, 189, 244, 264, 295, 303, 336-337, 339-340. Navas de Bureba: 358. Nestares: 68, 71, 210. Niencebas: 30, 63, 91-94, 97, 100, 319, 326, 327. Nieva: 77, 287. Noguera: 30, 94. Oca: 66. Ocaña: 225. Ocáriz: 225. Ocón: 34, 37, 101-102, 160, 174-175, 178, 181-182, 184, 189, 208, 216, 226, 243244, 277, 283, 290, 294, 300, 316, 372. Ojacastro: 125. Olite; 30, 31, 137, 145, 147. Ólvega: 123. Oña: 107, 153, 164, 167, 357. Orceros: 222. Ordejón: 209. Orduña: 81, Orogola: 209. Ortigosa: 77, 287. Osinaga: 112, 224, 362. Osma: 83-84. Oyón: 216. Padrones de Bureba: 340, 358. País Vasco: 301. Palacios: 120-121. Palencia: 224. Pamplona: 34-35, 83. Pancorbo: 24, 37, 90, 106-107, 110, 113-114, 118, 140-141, 147, 151-153, 156, 160161, 164, 174, 177, 180, 182, 184, 189, 259, 189, 203, 244, 270, 283-284, 292294, 297, 305, 311, 339, 357-358, 363. Pauleja: 290. Pazuengos: 34, 37, 89, 261, 262, 273, 276, 286, 290, 293, 294. Pedroso de Río Tobía: 69-70, 135-136, 206, 272-273, 364, 379. Peñalba: 209. Peralta: 276. Piedralada: 37, 108, 165-166, 351, 365. Piedraluenga: 213. Pino de Suso: 222, 367.

Portilla: 34, 43, 50, 209, 277-278. Portugal: 26. Potancre: 343, 385. Poza de la Sal: 37, 208, 259, 262, 282, 293, 318, 341, 357, 358. Préjano: 99, 217, 265-266, 268-269, 320. Puñonrostro: 86. Quel: 34, 78, 208, 217-218, 244, 265, 269, 283, 296, 316, 320. Quintana: 351. Quintanamarzán: 365. Quintanaopio: 108, 166. Quintanaseca: 108, 165. Quintanavides: 229. Quintanilla: 110. Quintanilla de Cuércedes: 338. Quintanilla del Monte: 337. Quintanilla San García: 72. Rabanera: 213. Ranera: 108, 165, 351. Redecilla: 222. Rehoyo: 75. Resa: 43, 199, 202, 275, 278, 286, 295. Ribayaz: 228. Río Iregua (tenencia): 208, 260, 264-265, 282, 283, 300, 316, 352, 354-355, 371, 384, 386. Rioja alavesa: 43. Rioja Alta: 24, 105, 174, 178, 184, 187-188, 201, 204, 207, 216, 246, 271, 289-290, 293, 296, 301, 363, 366, 393, 398. Rioja Baja: 33, 35, 101, 174, 178, 184, 188189, 202, 207-209, 216-217, 220-221, 226, 245, 250, 265-266, 268, 285, 287, 290-291, 295, 298-300, 303, 305, 317, 320-322, 324, 326, 357, 367, 372, 386, 393, 398. Rioja burgalesa: 174, 178, 184, 187, 290, 293, 297, 301, 337, 357, 367, 393. Rioja Media: 35, 101, 174, 178, 184, 187188, 207-209, 286, 290, 294, 298-299, 303, 305, 317, 367, 371, 393. Rioja: 24, 33, 34, 112-113, 125, 143, 150, 203, 253, 257, 260-263, 270, 280, 282284, 296-297, 302, 311, 314, 346, 348, 352-357, 362-363, 366-373, 379-380, 383-384, 386-387, 394, 396.

ÍNDICE DE LUGARES

Robres: 101. Roma: 338. Ruconia: 47. Sahagún: 26. Sajazarra: 51, 89, 113, 147, 148, 160, 161162, 184, 189, 227. Salamanca: 26. Salas: 123. Salinas de Añana: 34, 147, 157, 158, 160, 182, 189, 261, 283, 286, 298, 302, 305, 311, 313, 341, 356, 376, 377. San Adrián: 99-100. San Cebrián de Mudá: 224. San Cebrián: 223. San Felices de Pernía: 162. San Juan de la Hoz de Muriel: 110. San Leonardo: 228-229. San Martín de Unx: 278. San Miguel: 115. San Miguel de la Viña: 338. San Millán de Yécora: 72, 118. San Pedro del Monte: 338. San Pedro Manrique: 265-266, 268, 296, 301, 303, 321-322. San Sebastián: 45, 47, 203, 283, 301, 311, 352. San Vicente: 47. San Vicente de Arana: 50. San Vicente de la Sonsierra: 41, 179. Santa Cruz de Campezo: 50. Santa Cruz de Carrasquedo: 119. Santa Gadea: 34, 271. Santa Lucía: 226. Santa María de la Vallota: 124. Santa María de Leiva: 368. Santa María de los Arcos: 77. Santa María de Población: 118. Santa María de Ribarredonda: 359, 363, 375, 378. Santo Domingo de La Calzada: 35, 79, 82, 117, 147, 160-161, 173-174, 181, 183184, 189, 212, 214, 216, 221-222, 248249, 255, 270, 330, 343, 363, 366-367, 369, 370-371, 373, 376. Santo Domingo de Silos: 88, 241, 353. Santoña: 67. Santotis: 351. Santurde: 133, 222.

519

Segovia: 26, 102. Sevilla: 150. Siero: 209. Sietefenestras: 118. Simancas: 143, 168. Sojuela: 374. Solduengo: 358, 365, Soria: 26, 97, 123, 150-151, 203, 208, 228, 252, 265, 298, 300, 314, 352, 367, 372. Sorlada: 269. Sorzano: 215-216, 320. Sotopalacios: 228. Tafalla: 248. Tarazona: 46, 91, 123, 289, 289. Tedeja: 108. Terrazos: 212, 228. Terroves: 364, 378-379. Tierra de Campos: 26, 32. Tisonzo: 86. Tobalina: 141, 165. Tobera: 108, 165. Tobía: 37, 70, 135-136, 263, 283, 290, 311, 364, 379. Toledo: 26, 34, 51, 68, 200, 205, 212, 225, 318, 352, 362, 366. Tordehumos: 26. Toro: 26. Torrecilla (junto a Alesanco): 73, 204. Torrecilla de Cameros: 66-68, 71-73, 90, 132, 210-211. Torrentejo: 171. Torrentes: 73. Torrillas: 236. Transierra: 26. Trasmiera: 67, 203, 253, 298. Treguajantes: 71-72, 210. Tremecén: 46. Trespaderne: 107. Treviana: 34, 72-73, 261, 271, 282-283, 290, 311. Treviño: 42, 45, 47, 161. Tricio: 77. Tudején: 29-31, 93, 94, 96-99, 213, 216, 219-220, 249, 255, 273, 287-288, 296, 319-323, 326-327, 332. Tudela: 35, 37, 75, 79, 123, 197, 199, 289, 324, 326. Tudelilla: 94.

520

CAMBIOS Y ALIANZAS

Tulebras: 123. Tunez: 46. Turpín: 288. Úbeda: 369. Ujué: 227. Urueña: 26. Uruñuela: 218. Vadoluengo: 199. Valdefuentes: 221, 223, 227, 229-230. Valdegovia: 203, 260-261, 282-283, 298, 302, 311. Valderrama: 364, 378. Valdivielso: 351. Valgañón: 125. Vallarta: 115-116, 380. Vallartilla: 115-116. Valle: 108. Valle de Arnedo (tenencia): 265-266, 269, 287, 372. Valluércanes: 34, 72, 90-91, 118, 210, 271. Valpierre: 170. Valtierra: 276. Varea: 102, 263, 375. Velasco/Velascuri: 221-222. Ventas Blancas: 102. Ventosa: 212. Vierlas: 289. Viero: 81. Viguera: 35, 37, 69, 208, 215, 243-244, 263264, 279, 283, 290, 316. Villacid: 211. Villadolquit: 85, 382, 383. Villafranca (Navarra): 227.

Villafranca Montes de Oca: 37, 174, 261262, 283-284, 290, 304, 311. Villafría: 165. Villagonzalo: 134, 135. Villalba de Losa: 261, 283, 302, 311. Villalmondar: 66. Villalobar: 119. Villamagrín: 107-108, 167. Villamediana: 102. Villamezán: 351. Villanueva: 70, 77, 101, 108, 127, 133, 135136, 165, 364, 379. Villaporquera: 222. Villar de Torre: 231-232, 341, 374, 382383. Villarejo: 382-383. Villarta: 379, 380. Villaseca: 200. Villavedeo: 108, Vitoria: 45, 47- 49, 161, 175-179, 185, 189. Vizcaya: 15, 45, 47, 49, 51, 147, 203, 205206, 257, 264, 283, 298, 302, 314. Yanguas: 248, 249, 283. Yécora: 216. Yémeda: 211, Yerga: 42, 91-93, 319, 326. Zabárrula: 125, 330. Zafra: 211. Zaitiegui: 47. Zamora: 26, 168. Zangandez: 108, 165-166, 351. Zaragoza: 26, 295. Zufía: 225.

ESTE LIBRO FUE IMPRESO EN LOS TALLERES DE R.B. EN MADRID, DÁNDOSE POR TERMINADO EL DÍA SIETE DE JULIO DEL AÑO DOS MIL OCHO, FESTIVIDAD DE SAN FERMÍN

cubierta cambios y alianzas

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55. 1635. Historia de una polémica y semblanza de una generación. José M.ª Jover. 56. Moneda y Arbitrios. Consideraciones del siglo XVII. Elena María García Guerra. 57. España y Estados Unidos en el siglo XX. Lorenzo Delgado y M.ª Dolores Elizalde (Editores). 58. Gremios y artesanos en Madrid, 1550-1650. Juan Carlos Zofío Llorente. 59. La política exterior de España: Tomo 1. Una política mediterránea, occidental y de paz (1899-1905). Tomo 2. Junto a las naciones occidentales (19051914). Cristóbal Robles Muñoz. 60. Comerciando con el enemigo: El tráfico mercantil entre Inglaterra y España (1700-1765). Nélida García Fernández. 61. Rumbo al Sur. Francia y la España del desarrollo, 1958-1969. Esther M. Sánchez Sánchez. 62. Rafael María de Labra. Cuba, Puerto Rico, Las Filipinas, Europa y Marruecos, en la España del Sexenio Democrático y la Restauración (18711918). María Dolores Domingo Acebrón. 63. Literatura de viajes y Canarias. Tenerife en los relatos de viajeros franceses del siglo XVIII. Cristina González de Uriarte Marrón. 64. Poder y movilidad social. Cortesanos, religiosos y oligarquías en la Península Ibérica (siglos XVXIX). F. Chacón Jiménez, Nuno G. Monteiro (Editores). 65. Failure of catalanist opposition to Franco (19391950). Casilda Güell Ampuero. 66. Cambios y alianzas. La política regia en la frontera del Ebro en el reinado de Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). Ignacio Álvarez Borge.

Durante el reinado de Alfonso VIII (1158-1214) de Castilla se consolidó de forma definitiva la vinculación de la zona de la frontera del Ebro (a grandes rasgos, la actual Rioja) a los dominios del rey castellano. Este libro pretende analizar con cierto detalle la política regia sobre esa zona en ese contexto. En primer lugar, se repasan brevemente los principales acontecimientos poniéndolos en relación con la documentación regia conservada. En segundo lugar, se analiza la posición del rey con los principales agentes políticos: las instituciones eclesiásticas más destacadas, las villas y ciudades y la nobleza. Esto supone una revisión, entre otras cosas, de la política foral de la monarquía y de las concesiones regias. En tercer y último lugar, se estudia la administración territorial de la zona: la evolución de las tenencias y los tenentes, así como la formación del sistema de merindades. Todo ello nos permite obtener un cuadro bastante completo de la política de Alfonso VIII en la zona que, tal y como se señala en el título, fue, fundamentalmente, el resultado de la combinación de dos

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE

IGNACIO ÁLVAREZ BORGE

CAMBIOS Y ALIANZAS LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

componentes: la alianza con los poderosos y los cambios para intentar reajustar los equilibrios de fuerzas y reforzar la posición de rey. En el fondo de ambas líneas de actuación subyace la que considero realidad dominante en la zona, el alto grado de desarrollo de los poderes señoriales, especialmente de algunos sectores de la alta nobleza y de algunas instituciones eclesiásticas. Eso era, en mi opinión, lo que realmente condicionaba la vida en la frontera del Ebro en estos años.

CAMBIOS Y ALIANZAS

49. España e Italia en la Europa contemporánea: desde finales del siglo XIX a las dictaduras. Fernando García Sanz. 50. La política cultural de Alemania en España en el período de entreguerra. Jesús de la Hera Martínez. 51. Irlanda y la monarquía hispánica: Kinsale 16012001. Guerra, política, exilio y religión. Enrique García Hernán, Miguel Ángel de Bunes, Óscar Recio Morales y Bernardo J. García García (Editores). 52. Las relaciones entre España y Filipinas. Siglos XVI-XX. M.ª Dolores Elizalde Pérez-Grueso (Editora). 53. El motín de Esquilache, América y Europa. José Andrés-Gallego. 54. Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de la Mancha (11501250). Francisco Ruiz Gómez.

LA POLÍTICA REGIA EN LA FRONTERA DEL EBRO EN EL REINADO DE ALFONSO VIII DE CASTILLA (1158-1214)

Colección Biblioteca de HISTORIA: Últimos títulos publicados:

BIBLIOTECA DE HISTORIA

ISBN 978-84-00-08682-4 MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS 9 788400 086824

CSIC

Ignacio Álvarez Borge es profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de La Rioja y autor, entre otros, de los siguientes libros: Monarquía feudal y organización territorial. Alfoces y merindades en Castilla (siglos X-XIV) (CSIC, 1993), Poder y relaciones sociales en Castilla en la Edad Media (Junta de Castilla y León, 1996), Comunidades locales y transformaciones sociales en la Alta Edad Media (Universidad de La Rioja, 1999) y La Plena Edad Media. Siglos XII-XIII (Síntesis, 2003). Asimismo, ha coordinado Comunidades locales y poderes feudales en la Edad Media (Universidad de La Rioja, 2001)

Ilustración de cubierta: Fragmento de la cabecera del sepulcro de Alfonso VIII representando el emblema del rey, conservado en el monasterio de Las Huelgas de Burgos. Tomado de: M. J. HERRERO SANZ, «Los sepulcros del panteón real de Las Huelgas», en Reales Sitios, 105 (1990), p. 20.