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Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales TEXTES ET ÉTUDES DU MOYEN ÂGE, 94
EL LENGUAJE DEL ARTE EVOLUCIÓN DE LA TERMINOLOGÍA ESPECÍFICA DE MANUSCRITOS Y TEXTOS
Editado por Ana Gómez Rabal Jacqueline Hamesse Marta Pavón Ramírez
FÉDÉRATION INTERNATIONALE DES INSTITUTS D’ÉTUDES MÉDIÉVALES
Présidents honoraires : Leonard E. BOYLE (†) (Biblioteca Apostolica Vaticana et Commissio Leonina) Louis HOLTZ (Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, CNRS, Paris) Jacqueline HAMESSE (Université Catholique de Louvain, Louvain-laNeuve) Président : Maarten J. F. M. HOENEN (Universität Basel) Vice-Président et Éditeur responsable : Ana GÓMEZ RABAL (Institución Milá y Fontanals, CSIC, Barcelona) Secrétaire : Marta PAVÓN RAMÍREZ (Centro Español de Estudios Histórico-Eclesiásticos, Roma) Trésorier : Ueli ZAHND (Université de Genève) Membres du Comité : Alexander BAUMGARTEN (Universitatea Babeş-Bolyai, Cluj-Napoca) Patricia CAÑIZARES FERRIZ (Universidad Complutense de Madrid) Massimiliano LENZI (Sapienza, Università di Roma) Roberto H. PICH (Pontificia Universidade Católica do Río Grande do Sul, Porto Alegre) Dominique POIREL (Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, CNRS, Paris) Anne-Marie TURCAN-VERKERK (École Pratique des Hautes Études, PSL, Paris) Carmela VIRCILLO-FRANKLIN (Columbia University, New York)
Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales TEXTES ET ÉTUDES DU MOYEN ÂGE, 94
EL LENGUAJE DEL ARTE EVOLUCIÓN DE LA TERMINOLOGÍA ESPECÍFICA DE MANUSCRITOS Y TEXTOS
Editado por Ana Gómez Rabal Jacqueline Hamesse Marta Pavón Ramírez
Basel 2019
ISBN: 978-2-503-58791-2 All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system or transmitted, in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording or otherwise, without the prior permission of the publisher. © 2019 Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales. Philosophisches Seminar Universität Basel Steinengraben 5 CH-4051 Basel (Schweiz)
ÍNDICE
Pórtico Ana GÓMEZ RABAL, Jacqueline HAMESSE, Marta PAVÓN RAMÍREZ, Usos y utilidades en la terminología sobre los manuscritos y sus textos: razones para una discusión reflexiva Mercè PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA, El laberinto de los libros y sus nombres. Procedimientos denominativos en la Alta Edad Media Pere J. QUETGLAS NICOLAU, Para problemas, los colores. Variación e innovación en la terminología cromática de la latinidad altomedieval hispánica Elena E. RODRÍGUEZ DÍAZ, Reflexiones sobre terminología codicológica en España Joanna FROŃSKA, Between Medieval and Modern Use of Terms: Patricia Stirnemann’s Vocabulary and the Technical Terminology Relating to Illuminated Manuscripts in France Christine JAKOBI-MIRWALD, Flourish and Blotts or How we Name Salient Ornament Features in Manuscripts Marina BERNASCONI REUSSER, Le biblioteche digitali influenzeranno il modo di descrivere i manoscritti miniati? L’esperienza di e-codices
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ÍNDICE ONOMÁSTICO 1. Autores, artistas y mecenas de las edades antigua y medieval 2. Autores de época moderna y contemporánea
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ÍNDICE DE MANUSCRITOS
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VII
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49 123
159 183
PÓRTICO
La langue n’est pas un objet quelconque, elle englobe, nappe, déborde. D’abord locuteur, dans son giron, le lexicographe se retrouve dans la position infernale d’un Jonas voulant dompter la baleine. Jacques Damade, Richelet, Furetière, Littré. Petite archéologie des dictionnaires, p. 111
Resulta desafortunado que muchas personas restrinjan el concepto de creatividad lingüística al de creatividad artística (esto es, literaria, humorística, etc.), lo que viene a significar que niegan el rango de creación a lo que no persigue efectos estéticos. Ignacio Bosque «Sobre el concepto de “lugar común” desde el punto de vista gramatical», Pandora: Revue d’Études Hispaniques, 1 (2001) 2
ANA GÓMEZ RABAL* JACQUELINE HAMESSE** MARTA PAVÓN RAMÍREZ*** USOS Y UTILIDADES EN LA TERMINOLOGÍA SOBRE LOS MANUSCRITOS Y SUS TEXTOS: RAZONES PARA UNA DISCUSIÓN REFLEXIVA
El análisis de la evolución de la terminología técnica utilizada en la descripción científica de textos y manuscritos desde la Edad Media hasta nuestros días es el argumento que los responsables de este volumen pretenden poner al alcance del lector como tema de discusión y de reflexión. La particularidad del libro manuscrito reside en constituir un unicum donde los elementos materiales, estructurales y de contenido (texto e imagen) se relacionan necesariamente entre sí. Es recomendable, por lo tanto, un acercamiento multidisciplinar al libro manuscrito, un acercamiento que exige la colaboración de expertos en disciplinas diversas, cada una de ellas con una terminología técnica propia, cuyo origen, desarrollo y perspectivas de futuro se abordan en los trabajos aquí presentados por especialistas en paleografía, codicología o iluminación de manuscritos, Elena E. Rodríguez Díaz, Joanna Frońska, Christine Jakobi-Mirwald y Marina Bernasconi *
Institución Milá y Fontanals, CSIC, c/ Egipcíacas 15, 08001 Barcelona (España). [email protected]. Este trabajo se enmarca en las actividades del proyecto «Informatización del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (8)», subproyecto «Ampliación y desarrollo de la base de datos Corpus Documentale Latinum Cataloniae (CODOLCAT) (2)» (FFI2016-77831-C2-1-P), sufragado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad del Gobierno de España; el equipo del GMLC está reconocido como Grupo de Investigación Consolidado (2017SGR553) por la Generalidad de Cataluña y recibe, asimismo, financiación del Institut d’Estudis Catalans (IEC) y de la Union Académique Internationale (UAI). ** Université Catholique de Louvain, Collège Mercier, Place du Cardinal, 1498 Louvain-la-Neuve (Bélgica). [email protected] *** Centro Español de Estudios Histórico-Eclesiásticos, via Giulia 151, 00186 Roma (Italia). [email protected]. Este trabajo se enmarca en las actividades del proyecto «Investigación y análisis para el conocimiento y la preservación de un patrimonio documental: los manuscritos andalusíes – IMAN» (HAR201677482R) del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (Sevilla), sufragado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad del Gobierno de España.
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Reusser. Porque, en efecto, existe un amplio campo de investigación acerca del vocabulario específico y técnico en torno a los manuscritos y los textos que merece una especial atención y que precisa, en algunos casos, de una cuidadosa acotación terminológica. Paralelamente, existe la justa conciencia por parte de los especialistas de nuestra época de que las denominaciones de los libros a las que recurren los coetáneos de los textos manuscritos medievales o el empleo de adjetivos para designar las matizaciones cromáticas constituyen un campo de estudio léxico siempre rico desde el punto de vista de la semántica histórica. Constatar qué usos se dan –alejados, en muchos casos, de cualquier criterio parecido a los requeridos por la terminología científica o técnica contemporánea–, analizar sus contextos lingüísticos, pero también culturales y sociales, es el objeto de dos de los capítulos del volumen, los de los filólogos Mercè Puig Rodríguez-Escalona y Pere J. Quetglas. Con una perspectiva u otra, los trabajos presentados en estas páginas deben servir como descripción del estado de la cuestión y, a la vez, como punto de partida útil para que los especialistas de las distintas disciplinas relacionadas con el libro manuscrito y sus textos (paleógrafos, codicólogos, historiadores del arte o filólogos) comparen sus respectivos modos de abordar el análisis del libro y de su contenido, enriqueciéndose unos a otros mediante sus conocimientos propios y particulares, todo ello con el fin de favorecer la utilización de un vocabulario adecuado y, si se considera posible y conveniente, común. El presente libro tiene su origen en el coloquio anual de la Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales (FIDEM) que, con el título de El lenguaje del arte desde la Edad Media hasta nuestros días, y con el subtítulo Evolución de la terminología específica de manuscritos y textos, fue organizado por Ana Gómez Rabal, Jacqueline Hamesse y Marta Pavón Ramírez y se celebró en Barcelona, en julio de 2017, en la Institución Milá y Fontanals del CSIC, sede del grupo de investigación de lexicografía latina medieval del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae. El coloquio, estructurado de forma que permitiera el diálogo entre filólogos especializados en lexicografía histórica (Mercè Puig Rodríguez-Escalona, Pere J. Quetglas) y paleógrafos, codicólogos y especialistas en miniaturas que han hecho de la reflexión lingüística acerca del uso adecuado del léxico especializado uno de sus objetos de investigación (Elena E. Rodríguez Díaz, Joanna Frońska, Christine Jakobi-Mirwald, Marina Bernasconi
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Reusser), contó también con la participación, como moderadora, de Marilena Maniaci. El objetivo del coloquio fue que el debate se llevara a cabo con la garantía de que al rigor filológico que requiere la lexicografía se uniera la expresión de las necesidades de actualización y coherencia descriptiva que exigen las disciplinas ligadas al estudio del manuscrito como entidad física transmisora de un contenido textual y cultural. Como resultado del esfuerzo de ejemplificación, síntesis y discusión fructífera que tuvo lugar, se presentan aquí seis trabajos donde método y práctica, análisis y visualización se combinan de forma variada.
Punto de partida Como refleja, desde su propio título, la contribución de Marina Bernasconi Reusser «Le biblioteche digitali influenzeranno il modo di descrivere i manoscritti miniati? L’esperienza di e-codices», la necesidad de entablar una discusión reflexiva sobre el lenguaje científico utilizado en la descripción de manuscritos y textos es una exigencia de nuestro presente. En efecto, empezando por el final, podemos decir que es precisamente la realidad de las bibliotecas digitales y de las bases de datos existentes hoy en día, con infinitas posibilidades de acceso libre y gratuito a una multiplicidad de nuevos recursos –sobre todo de imágenes–, la que demanda un vocabulario científico común, uniforme y claro para el uso de los investigadores y del público en general1. Al mismo tiempo, el punto de partida de esta reflexión –como indican Elena E. Rodríguez Díaz y Joanna Frońska en sus respectivos trabajos en este libro: «Reflexiones sobre terminología codicológica en España» y «Between Medieval and Modern Use of Terms: Patricia Stirnemann’s Vocabulary and the Technical Terminology Relating to Illuminated Manuscripts in France»– es, sin lugar a dudas, la obra de Denis Muzerelle Vocabulaire codicologique, publicada en París, en 1985, a instancias del 1 Este problema fue planteado por Marta Pavón Ramírez durante su participación en el VI Congreso de la FIDEM, Past and Future Medieval Studies Today, celebrado en Basilea, del 2 al 5 de septiembre de 2018, mediante la comunicación que llevó por título «Desperately Seeking a Codex. Strategies and Solutions to Enhance Searching for a Manuscript in the Digital Age».
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Comité International de Paléographie Latine2. El objetivo de Muzerelle era proporcionar un vocabulario temático organizado en función de la codicología, entendida como la disciplina que recoge todos los ámbitos relacionados con el estudio del manuscrito y no sólo los aspectos materiales. Uno de los capítulos temáticos está dedicado a la decoración. De esta obra se publicó una versión en español en 1997, una de cuyas autoras es Elena E. Rodríguez Díaz3; una versión en italiano, en 1996, debida a Marilena Maniaci, y, finalmente, en 2013, una versión en lengua rumana, todas ellas aceptadas por el CIPL4. Sobre las vicisitudes de las versiones en inglés trata Joanna Frońska en su trabajo5, además de presentar, como anexo, un documento inédito6: la traducción al inglés de la sección 5, dedicada a la decoración, debida a Patricia Stinermann, con añadidos y algunas correcciones7. Al margen de la obra de Muzerelle, Frońska recuerda la creación de un grupo de investigación bajo la dirección de François Avril, dentro del Centre de Recherche sur les Manuscrits Enluminés (CRME), con el objetivo de catalogar los manuscritos de la Biblioteca Nacional de Francia, el cual tuvo presente, desde el primer momento, la necesidad de utilizar un vocabulario técnico uniforme y común; el vocabulario recopilado por el grupo ha aparecido publicado en la introducción de los volúmenes de 2
La idea de crear un vocabulario políglota de términos paleográficos se planteó en el Primer Coloquio Internacional de Paleografía Latina organizado a instancias de Charles Samaran en París, del 28 al 30 de abril de 1953. Pronto surgieron dificultades para establecer una nomenclatura paleográfica común para todos los países, pero, al mismo tiempo, tomó fuerza el proyecto de creación y fijación de un vocabulario codicológico en el sentido más amplio de la disciplina. 3 E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, en este volumen, pp. 123-157. 4 M. MANIACI, Terminologia del libro manoscritto, Istituto centrale per la patologia del libro – Editrice bibliografica, Roma – Milano 1996, 19982; A. PAPAHAGI (coord.) – Cr. PAPAHAGI – A. C. DINCA – A. MARZA, Vocabularul cartii manuscrise per baza lucralilor ‘Vocabulaire codicologique’ de Denis Muzerelle si ‘Terminologia del libro manoscritto’ de Marilena Maniaci, Editura Academiei Române, Bucureşti 2013. 5 J. FROŃSKA, en este volumen, pp. 159-182. 6 Como indica la propia J. Frońska, el documento ha circulado y circula entre los estudiosos, pero nunca hasta ahora había sido publicado. Agradecemos a Patricia Stirnemann que haya aceptado su publicación en este volumen. 7 Para el anexo elaborado por J. Frońska a partir del trabajo de P. Stirnemann, vid. pp. 172-176.
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los catálogos que han visto la luz8. También hay glosarios específicos en inglés, como el de M. P. Brown9, muy útil porque facilita la relación de los términos con imágenes de manuscritos en repertorios de internet, o, con varias reediciones, la obra de Christine Jakobi-Mirwald sobre la terminología de los elementos artísticos en los manuscritos iluminados10, que amplía enormemente el número de elementos decorativos descritos; como explica la propia autora en el capítulo «Flourish and Blotts or How we Name Salient Ornament Features in Manuscripts» del presente volumen, al libro Buchmalerei, redactado originariamente en alemán, se ha añadido un glosario multilingüe disponible gratuitamente en línea11. Claramente, Muzerelle no tenía como primer objetivo abarcar todas las variantes terminológicas que la ornamentación de un manuscrito puede presentar y, como apuntan Elena E. Rodríguez y Joanna Frońska, el componente que predomina en sus descripciones de los elementos decorativos es el aspecto formal, no funcional, más en relación con la paleografía que con la historia del arte.
Estado de la cuestión En la 25.ª Conferencia General del ICOM (Consejo Internacional de Museos, por sus siglas en inglés), celebrada en Kioto del 1 al 7 de septiembre de 2019, tuvo lugar una discusión sobre una nueva definición de museo. Desde la creación de este Consejo en 1946, la definición de museo del ICOM ha ido evolucionando con el objetivo de reflejar los cambios en la sociedad y las realidades de la comunidad museística internacional. Tras la Conferencia General del ICOM de 2016, se designó un nuevo Comité Permanente para estudiar y perfeccionar dicha definición, que es quien propone la modificación de la definición de museo12. La palabra 8
Para los títulos de los catálogos publicados, vid. el citado capítulo, concretamente la bibliografía, p. 180. 9 Ibid. 10 Ch. JAKOBI-MIRWALD, Buchmalerei. Terminologie in der Kunstgeschichte, título del ensayo a partir de la tercera edición revisada, Reimer, Berlin 20083. 11 Ch. JAKOBI-MIRWALD, en este volumen, pp. 183-205. 12 «ICOM is also reconsidering the definition of “museum”, a process that should bring to the fore a variety of national and regional museum-related issues and their potential solutions»; https://icom-kyoto-2019.org/outline.html.
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museo es, sin duda, un término de mayor envergadura e influencia en la sociedad que las cuestiones sobre las que estamos reflexionando, pero su caso evidencia la preocupación constatable, en instancias culturales y académicas, por actualizar las definiciones de los conceptos de un modo que representen la realidad actual y no situaciones anteriores. Ciertamente, el debate y la reflexión sobre la terminología aplicable a textos y manuscritos no son nuevos13. Algunos casos paradigmáticos de los problemas causados por la falta de fijación del vocabulario científico actualmente en uso son los siguientes: • La utilización de términos ambiguos que producen confusión. Es el caso de la palabra signatura en español, como señala Elena E. Rodríguez, que, además de ser utilizada en el ámbito bibliotecario y archivístico y como sinónimo de la firma y rúbrica en un documento importante, tiene dos acepciones en el uso codicológico, lo cual da lugar a errores si no se explica el contexto en el que se utiliza14. O, en el campo netamente artístico, la inicial historiada de la que habla Christine Jakobi-Mirwald, sobre la cual los estudiosos todavía no han llegado a un acuerdo. Asimismo, si hay un campo léxico en el que el investigador actual se enfrenta a una tarea ardua a la hora de establecer las correspondencias entre significante y significado es éste el de los términos con los que, en el mundo medieval, se designan los colores: habida cuenta de que la paleta de colores es más rica que la de la Antigüedad15, Pere J. Quetglas, en su trabajo «Para gustos, los 13
Marilena Maniaci, responsable de la versión en italiano de la obra de Muzerelle, ha planteado algunas de las cuestiones expuestas por los responsables de los trabajos que aquí presentamos, aunque más bien desde el punto de vista paleográfico y codicológico, mientras que, en nuestro caso, subrayamos el interés que nos suscitan los elementos decorativos, como todo lo relacionado con la descripción de las iniciales miniadas, el cual sigue siendo un tema por resolver. Vid. M. MANIACI, «Manuscript Terminology: a Plurilingual Perspective», Manuscript Cultures, 5 (2012-2013) 3-10. 14 RODRÍGUEZ DÍAZ, pp. 127-128. 15 En un volumen consagrado íntegramente a los manuscritos iluminados portugueses, M. A. MIRANDA – A. MIGUÉLEZ CAVERO (eds.), Portuguese Studies on Medieval Illuminated Manuscripts, Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales, Barcelona – Madrid 2014 (Textes et Études du Moyen Âge, 76), se describe la reorganización del sistema de los colores en la Edad Media con respecto a la Antigüedad; vid., en la obra citada, M. A. MIRANDA – M. J. MELO, «Secrets et
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colores. Variación en innovación en la terminología cromática de la Latinidad medieval hispana»16, rastrea, en textos latinos de la Península Ibérica, las apariciones de los términos utilizados para aludir a colores, agrupándolos en 14 ámbitos semánticos. El autor constata que los términos no se emplean de modo unívoco y absoluto, sino circunstancial y relativo: dentro de un sistema de oposiciones, para aludir a realidades que el hablante –subjetivo– quiere marcar como contrapuestas17. • El uso anacrónico de términos procedentes de las artes gráficas o de la imprenta que resultan inexactos en la actualidad. Es, por ejemplo, el caso de la palabra pliego, en español o de vignette en francés, como menciona Joanna Frońska. Curiosamente este término crea confusión en francés, pero no en español, donde el significado de la palabra viñeta como ‘recuadro’ no es equívoco. • Dificultades en la traducción de un término de una lengua a otra. Christine Jakobi-Mirwald ya había dedicado un artículo a los problemas de las traducciones de la terminología de los elementos artísticos de los manuscritos18 y vuelve a insistir en el tema con nuevos ejemplos. Las razones de este problema, en opinión de la autora, residen en la diversa tradición científica de los países (con una mayor importancia del estudio del soporte escritorio entre los estudiosos italianos, franceses o españoles, y, en comparación, el alto desarrollo del análisis estilístico y la descripción de motivos decorativos en el ámbito alemán); el propio bagaje artístico de cada país o las connotaciones ligadas a los usos lingüísticos propios de cada comunidad de hablantes o comunidad de estudiosos implica que no siempre las palabras sean découvertes en couleur dans les manuscrits enluminés», pp. 1-29, especialmente las pp. 2-3. 16 P. J. QUETGLAS NICOLAU, en este volumen, pp. 49-121. 17 El autor, a lo largo de su estudio, analiza rigurosamente los testimonios que ofrecen los documentos, atendiendo tanto a los aspectos morfológicos y gráficos como a los semánticos y teniendo en cuenta tanto que puede haber errores de copia como los posibles errores de edición, para llegar, finalmente, a las conclusiones apuntadas sobre la percepción subjetiva del hablante, reflejada por el redactor o copista de los textos, y sobre la contrastada falta de precisión; vid. QUETGLAS NICOLAU, pp. 68-70. 18 Ch. JACOBI-MIRWALD, «Lost in Translation. Manuscript Terminology between languages», Gazette du libre médiéval, 55 (2009) 1-8; http://www.paleographica.org/.
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intercambiables o que, por lo menos, haya que realizar un esfuerzo de adaptación, ampliación de sentidos o acotación de acepciones. • Palabras tomadas de otras lenguas. Es significativo el caso del préstamo francés en alemán Fleuronné, sobre el que trata Christine Jakobi-Mirwald: es utilizado en alemán, cuando en francés, para designar la misma decoración, se utiliza la expresión initiale filigranée, teniendo en cuenta que la palabra fleuronné (‘florecido’) no identifica de modo visual una decoración en la que no haya flores. • Por último, Marina Bernasconi Reusser presenta un ejemplo práctico de las consecuencias de utilizar una terminología no adecuada, y no uniforme para toda la comunidad científica. Se basa en su experiencia en e-codices que, como otras pocas bibliotecas digitales, permite una búsqueda de manuscritos seleccionados basándose en un elemento decorativo específico. Si nos interesa localizar en e-codices los manuscritos con iniciales afiligranadas, debemos realizar una búsqueda utilizando los términos que definen esta decoración según los diferentes idiomas: fleuronné, filigran o fleuron19. Sin embargo, si en la descripción de la decoración del manuscrito el redactor indica la existencia de «iniciales de los capítulos con entrelazos» sin mencionar el término adecuado, el resultado será siempre erróneo. En opinión de la autora, es importante evitar «il mancato uso di una terminologia uniforme che possa nascondere alla ricerca un importante testimone di questo tipo di iniziali»20. La catalogación de manuscritos La referencia a la catalogación es obligada cuando se trata el tema de la terminología específica utilizada en la descripción de los manuscritos. En ese sentido, Christine Jakobi-Mirwald enlaza directamente la catalogación de libros y la de manuscritos, al proponer una reutilización de los términos usados en los primeros catálogos de manuscritos21. El 19
Vid. M. BERNASCONI REUSSER, en este volumen, p. 218. Ibid., p. 221. Este mismo racionamiento fue expuesto por PAVÓN RAMÍREZ en la citada intervención «Desperately Seeking a Codex». 21 JACOBI-MIRWALD, p. 201. 20
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problema en lo concerniente a la decoración de éstos es que, como señala Marina Bernasconi Reusser, muchos catálogos de manuscritos antiguos ni siquiera especificaban si los códices analizados disponían de algún tipo de ornamentación. Esto sucedía incluso en casos de manuscritos ricamente decorados, por ejemplo, en la descripción del Salterio áureo del monasterio de San Gall, recogida en el catálogo del padre Schenk de 170022, donde, como sucede en otros catálogos, se mencionaba que el códice presentaba miniaturas grandes o pequeñas, sin aclarar nada más23. Sin embargo, esto no quiere decir que la decisión de qué terminología usar para la catalogación de manuscritos y textos sea una cuestión baladí. Ya hemos visto como François Avril y Marie-Thèrese Gousset incluían en su catálogo de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Francia un glosario con los términos utilizados y las consecuencias, a las que alude Marina Bernasconi Reusser, de no utilizar la terminología adecuada en las tareas de localización de un manuscrito. En efecto, a esta cuestión fue dedicado el congreso organizado en 2009 por Silvia Maddalo y Michela Torquati en Viterbo, con el título La catalogazione dei manoscritti miniati come strumento di conoscenza: esperienza, metodologia, prospettive24, donde los ponentes subrayaron la importancia de la colaboración entre los estudiosos de las diferentes disciplinas, así como la importancia de buscar una cierta uniformidad y de guiarse por la rigurosidad a la hora de emprender las tareas de catalogación de los manuscritos, subrayando su valor como instrumento de conocimiento. 22
BERNASCONI REUSSER, p. 214. Así, el Catálogo de los manuscritos jurídicos de la catedral de Córdoba –excelente catálogo desde el punto de vista de la identificación y contenido jurídico de los códices– tiene el valor de indicar, al menos, si los manuscritos presentan o no algún tipo de decoración. Sin embargo, la distinción entre miniaturas grandes y pequeñas revela la necesidad de una catalogación más completa y, sin duda, la colaboración con un historiador del arte. Este tipo de afortunada colaboración sí se produjo, por ejemplo, en el Catálogo de los manuscritos jurídicos de la Seu d’Urgell, elaborado bajo la dirección de Antonio García y García y resultado de la colaboración de historiadores del derecho, paleógrafos e historiadores del arte (A. GARCÍA Y GARCÍA, M. BERTRAM, G. FRANSEN, D. MAFFEI, P. MAFFEI, B. MARQUÈS SALA, A. PÉREZ MARTÍN, M. PAVÓN RAMÍREZ y A. BARTOCCI), publicado en 2009. 24 Los resultados del congreso fueron publicados en el siguiente volumen: S. MADDALO – M. TORQUATI, La catalogazione dei manoscritti miniati come strumento di conoscenza: esperienza, metodologia, prospettive, Istituto Storico Italiano per il Medioevo, Roma 2010. 23
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Es precisamente en el grupo de trabajo que se ocupa de la catalogación de los manuscritos iluminados del Fondo Urbinate de la Biblioteca Apostólica Vaticana, coordinado por Silvia Maddalo, donde hemos debatido la necesidad o no de modificar un término que causaba gran confusión y ambigüedad a la hora de describir las iniciales de los manuscritos. Se trata de la denominación «inicial figurada», expresión que servía tanto para aludir a las iniciales formadas por animales o seres humanos que con su cuerpo forman la letra del alfabeto, como para las iniciales que acogían en su interior una figura humana, no siempre identificable con un motivo preciso. La descripción de estas últimas, muy frecuentes en los manuscritos jurídicos de los siglos XIII y XIV, ya había creado muchos problemas con anterioridad. De hecho, Christine Jakobi-Mirwald y Elena Rodríguez hacen referencia a ellas en este volumen. La solución adoptada por el grupo de trabajo coordinado por Silvia Maddalo ha sido la de utilizar la expresión «inicial con figura» para referirse a este tipo de iniciales. En conclusión, es en el ámbito de un trabajo de catalogación de manuscritos donde ha surgido esta necesidad25. Con relación a este tema, el planteamiento final de Marina Bernasconi Reusser es casi inquietante, aunque es una tendencia que, de manera sola pada, parece que está convenciendo a los responsables de un número creciente de bibliotecas. Si tenemos ya la imagen del manuscrito, la descripción del manuscrito, tal y como la conocemos ahora, ¿es necesaria o va a desaparecer? En otras palabras: ¿será suficiente para los estudiosos un breve enunciado y un enlace que nos lleve al objeto digital manuscrito completo?26 Demos un salto atrás en el tiempo: como demuestra Mercè Puig Rodríguez-Escalona en su trabajo «El laberinto de los libros y sus 25 Jonathan J. G. Alexander afirma al respecto: «There can be no better way of learning about manuscripts than by cataloguing them». Vid. J. J. G. ALEXANDER, «On Catalogues and Cataloguing», en MADDALO – TORQUATI, La catalogazione dei manoscritti, p. 263. 26 Un razonamiento similar afecta a la percepción de la recepción de las noticias: si cualquier persona con un móvil puede enviar una imagen de lo que sucede en tiempo real, ¿para que se necesita que un periodista cuente lo que ha sucedido? Seguramente la respuesta tiene que ver con la calidad del análisis de lo sucedido y con la posibilidad de ofrecer recursos que vayan más allá de lo meramente descriptivo. Vid. E. ARRIAGADA, «Los móviles como el nuevo papel de las noticias», Telos, 108 (2018) 18-21 (https:// telos.fundaciontelefonica.com/periodismo-que-apuesta-por-las-pantallas-los-movilescomo-el-nuevo-papel-de-las-noticias/).
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nombres. Procedimientos denominativos en la Alta Edad Media»27, partiendo del análisis del corpus textual latino de unos territorios concretos (los correspondientes al dominio lingüístico del catalán), en unos siglos determinados (los siglos IX a XII), existe una gran variedad de recursos utilizados en la propia Edad Media para dar nombre a los libros o a los códices que los contienen: la metonimia (citando al autor de la obra que transmite el libro), la antonomasia (para referirse a los Evangelios), la alusión a un título (en el caso, esencialmente, de libros bíblicos o de comentarios a libros de la Biblia), la mención de la palabra o sintagma inicial del libro (el íncipit), la referencia al número de obras que contiene el libro o el códice en sí mismo, o la alusión explícita al contenido o materia que se aborda en él28. Estos usos lingüísticos de los coetáneos de los manuscritos medievales para denominar su propia realidad libresca y textual se erigen en un objeto de estudio que ahonda en la consideración del manuscrito y del texto, de su forma y de su contenido, como entidades indisociables29.
¿Cómo invertir una tendencia? Soluciones y propuestas De acuerdo con Elena E. Rodríguez, «la principal finalidad de la terminología científica es establecer designaciones precisas que permitan la exacta identificación de las cosas, tratando de evitar equívocos o confusión»30. En una mesa redonda organizada en 1987 por Olga Weijers, 27
M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA, en este volumen, pp. 1-47. Para un recorrido detallado, vid. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA, pp. 6-42. 29 En relación con los objetivos formales y jurídicos que se reflejan en los textos recopilados por Mercè Puig Rodríguez-Escalona en su estudio –esencialmente documentos de práctica jurídica–, su auctor o actor, su otorgante o su copista muestran una evidente preocupación por lograr que la realidad libresca tenga denominaciones justas, comprensibles y que no den lugar a errores, es decir, su minuciosidad a la hora de dar nombre a los libros demuestran cierta conciencia del valor de la semántica léxica. A favor de atribuir un mérito exacto y equitativo a la labor reflexiva de los copistas se pronuncia Alain Bourreau, quien ofrece ejemplos de subsanación de lapsus, de rebeldía o de manifiesta defensa de la importancia de los manuscritos por parte de los propios copistas; vid. A. BOURREAU, Le Feu des manuscrits. Lecteurs et scribes des textes médiévaux, Les Belles Lettres, Paris 2018, capítulo 7 «Les écritures des scribes», pp. 143-172. 30 RODRÍGUEZ DÍAZ, p. 128. 28
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en París, titulada Vocabulaire du livre et de l’écriture au moyen âge, se plantearon una serie de cuestiones relacionadas con la falta de claridad de la terminología, sobre todo por el uso de vocablos de los siglos XV o XVI o por la utilización de términos medievales cuyo significado muchas veces se nos escapa. Fue un modo de sacar a la luz una problemática evidente, aunque no se llegaran a formular conclusiones –de un modo u otro– definitivas, ni tampoco sugerencias concretas sobre cómo resolver ciertos dilemas recurrentes31. En cierto modo, nuestro objetivo es que, mediante el presente volumen, se vuelvan a poner sobre la mesa ciertas cuestiones. Así pues, las propuestas que encontramos en el volumen son variadas. Algunas de ellas, aun siendo razonables, resultan difíciles de poner en práctica, como es el uso del latín come lengua franca32; de otras cabe afirmar que podrían ser compartidas por un amplio abanico de especialistas y estudiosos, así, por ejemplo, la creación de nuevos vocablos, aunque la disparidad de opiniones sobre cómo llevar a cabo ese proceso de acuñación de nuevos términos es manifiesto. Abordemos una serie de elementos que se deben tener presentes no sólo a la hora de reflexionar sobre esta necesidad, sino si lo que se pretende es acordar un modo de actuación común o, cuanto menos, compatible: 1. Creación de nuevos vocablos En nuestra opinión, como responsables de un volumen orientado a la reflexión sobre la evolución de la terminología específica de manuscritos y textos, a juicio de los autores que han colaborado en el presente volumen y, asimismo, según gran parte de los especialistas consultados (insistimos: historiadores del libro, codicólogos, paleógrafos, filólogos, pero también bibliotecarios o archiveros), es imperativo acuñar neologismos, adoptar y adaptar préstamos procedentes de otras lenguas o establecer calcos léxicos cada vez que el avance de la investigación lo requiera33. Para ello hay que 31
Fruto del coloquio fue la publicación O. WEIJERS (ed.), Vocabulaire du livre et de l’écriture au moyen âge. Actes de la table ronde, Paris 24-26 septembre 1987, Brepols, Turnhout 1989 (CIVICIMA, 2). Expresamos aquí nuestra congratulación por la existencia de la publicación resultante y nuestro deseo de que iniciativas como aquella tengan continuación. 32 JAKOBI-MIRWALD, p. 198. 33 La realidad se impone y, para designarla, la lengua ofrece los tres recursos citados (la adopción y adaptación de un préstamo procedente de otra lengua, el calco semántico o la acuñación de un nuevo término), además de la ampliación
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tener en cuenta una serie de consideraciones sobre las que lexicología nos da referencias oportunas: • Evitar la formación de palabras erróneas desde el punto de vista formal. • Prescindir, si es posible, de palabras utilizadas en otras disciplinas. • Procurar que los nuevos términos tengan connotaciones descriptivas y permitan una rápida identificación (visual, lógica) con el objeto al que aluden. • Tener presente la posibilidad de que los neologismos no tengan éxito, dado que la comunidad científica es conservadora y, por lo tanto, no siempre las novedades son aceptadas con facilidad. • Identificar las lagunas o los términos que, por ser ambiguos, necesitan una aclaración. • No incorporar neologismos cuando ya existe un término adecuado y aceptado por la comunidad científica. Como hablantes, somos todos testigos de que el léxico evoluciona: es una constante histórica34. Como investigadores, somos, además, personas o especialización de significados ya existentes. En todo caso, recordando un ejemplo del filólogo Javier López Facal, si uno se pasea por el campo y ve una planta que no aparece en su diccionario de botánica, no se conforma con decir que no existe porque no pueda leer su descripción en una obra de referencia, aunque probablemente desee y agradezca que un especialista en la materia la incluya con un nombre concreto y una definición adecuada; vid. J. LÓPEZ FACAL, La presunta autoridad de los diccionarios, CSIC – Los Libros de la Catarata, Madrid 2010, p. 9 (¿Qué sabemos de…?). 34 Vid., al respecto de la labor de la Real Academia y de las Academias Hispanoamericanas de la Lengua Española, la siguiente descripción en un capítulo significativamente titulado «Desmontando el diccionario»: «[…] el diccionario evoluciona siempre por detrás del léxico, del que nos ofrece una retransmisión en diferido. Y es difícil que sea de otra manera. En el proceso de actualización del diccionario académico, el Instituto de Lexicografía prepara los materiales que se discuten en distintas comisiones especializadas, en as que se elaboran las propuestas de adición, supresión o enmienda que son aprobadas por el Pleno académico. Una vez aprobadas por el Pleno, son aprobadas por las Academias americanas, que plantean las observaciones que consideran oportunas para su aprobación definitiva. Para que una nueva palabra o una acepción se sometan a este laborioso proceso, deben cumplir básicamente dos requisitos: estar vigentes en su uso y mostrar proyección de futuro, lo que se determina más claramente una vez que transcurre un cierto periodo
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conscientes de un valor, concreto e intrínseco, de las obras lexicográficas: son «notarios de los cambios» de la propia evolución científica35. 2. Consideración de los condicionantes geográficos o tipológicos La recomendación y la práctica de Denis Muzerelle en su Vocabulario es que las definiciones sean concisas, objetivas y rigurosas. Sin perder de vista esa máxima, en el presente volumen, Joanna Frońska presenta dos nuevos términos acuñados por Patricia Stirnemann que atienden a lo que hemos dado en llamar «condicionantes geográficos o tipológicos», esto es, factores no esencialmente definitorios, pero que ayudan a la caracterización de una realidad: Italian shooter or projection (fr. prolongement à l’italienne) y juridical initials or incipits (fr. lettres juridiques). Sirvan de ejemplo de la adopción de un criterio amplificador. El tiempo dirá cual es la opinión de la comunidad científica36. de implantación. La comprobación de estos requisitos se apoya en distintas fuentes documentales, entra las que destacan los corpus de referencia, en los que se recopilan textos de todos los países hispanohablantes. De esta forma se evitan que entren en el diccionario palabras que son fruto de una moda lingüística pasajera, pero, como contrapartida, se ralentiza la incorporación de las que llegan para quedarse». J. BORREGO NIETO (DIR.) – L. DOMÍNGUEZ GARCÍA – R. DELGADO FERNÁNDEZ – Á. RECIO DIEGO – C. TOMÉ CORNEJO, Cocodrilos en el diccionario. Hacia dónde camina el español, Instituto Cervantes – Espasa Libros, Madrid 2016, p. 357. 35 Tomamos la expresión de estos mismos autores, quienes, refiriéndose, nuevamente, a la labor de la Real Academia Española y a su reflejo en la confección y mantenimiento de un diccionario normativo, aunque no aludiendo al ámbito científico, sino general, afirman: «La Academia actúa como notario de la realidad, pero no la crea. A medida que cambia la sociedad lo hace también la lengua, pues es reflejo de ella, y en última instancia el diccionario da fe de ese cambio lingüístico una vez consolidado. Es el cambio social el que desencadena el cambio en la definición y no a la inversa». Y en alusión a definiciones polémicas que aparecen en la 23.ª edición del DLE: «La lengua sirve para insultar, ofender, descalificar…, y el diccionario da cuenta de esos usos, pero no los avala ni incita a que se perpetúen». Ibid., pp. 362-363. 36 Jacques Damade ilustra, en el campo de la práctica lexicográfica, la relevancia de la contextualización, que puede alcanzar el plano de controversia entre lengua y norma, y que se refleja, en particular, en las actitudes adoptadas por los lexicógrafos franceses de los siglos XVII a XIX a favor o en contra de completar los artículos lexicográficos con citas. Así pues, en el capítulo que Damade titula «La querelle des citations», muestra las distintas posiciones adoptadas por Richelet, Furetière, los jesuitas de Trévoux, Littré
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3. Plurilingüismo La cuestión de la traducción de los términos de unas lenguas a otras no está resuelta. Christine Jakobi-Mirwald o Elena Rodríguez ponen en evidencia, en este volumen, las dificultades de tales transposiciones. Tal como opinan Marilena Maniaci o Marina Bernasconi, es, a nuestro modo de ver, un riesgo que es necesario correr, más aún teniendo en cuenta el acceso general a las bases de datos que permiten las nuevas tecnologías y la sociedad plurilingüe en la que nos encontramos. Referencia a la realidad española: un ejemplo concreto para un examen general Elena E. Rodríguez Díaz traza, en su contribución, una descripción detallada del panorama de la terminología usada en español, sobre todo desde el punto de vista codicológico. La iniciativa de la propia Elena E. Rodríguez, de Pilar Ostos Salcedo y de M.ª Luisa Pardo Rodríguez propició que, casi a los diez años de la aparición del vocabulario de Muzerelle, ya existiese una versión en español de la obra, cuya utilidad resulta evidente por ser una herramienta de consulta habitual por parte de los estudiosos del libro manuscrito y de los de la historia de la transmisión textual. No obstante, quedan muchas cuestiones por resolver que Elena E. Rodríguez plasma en su texto, sobre todo las relativas a la incorporación, la adaptación o el rechazo de palabras tomadas de otros idiomas, fundamentalmente del francés e italiano, préstamos que –como la propia autora muestra– no han acabado de asentarse en la comunidad de habla hispana. o Larousse (todos ellos a favor del uso de citas) y la Academia francesa (en contra): «La mission première du dictionnaire est, semble-t-il, de définir les mots. [...] Cet exercice qui semble simple est toujours sujet à débordement, ajout, nuance. Et il y aurait un certain vertige comparable à celui qui procure la fiction de Borges, Pierre Ménard auteur du Quichotte au XXe siècle, à imaginer tous les dictionnaires donnant exactement les mêmes définitions des choses les plus usuelles. On entrevoit aisément un assez inquiétant spectre d’une banque de données informatiques procurant des définitions identiques afin d’offrir un accès égal pour tous aux premier rudiments du savoir...». Y prosigue: «Le dictionnaire, s’il n’est pas de poche, va très vite prendre ses aises, donner non seulement une définition, mais l’illustrer de la phrase d’un auteur, montrer comment le mot vit en situation, l’aventurer hors de sa coquille». J. DAMADE (ed.), Richelet, Furetière, Littré. Petite archéologie des dictionnaires, Éditions de la Bibliothèque, Paris 2003, pp. 81-83.
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Desde nuestro punto de vista, sin embargo, un gran problema cuya solución se debe considerar prioritaria es el escaso desarrollo de las bibliotecas digitales y de las bases de datos de manuscritos conservados en España. Ha habido muchas mejoras recientes y, en este sentido, hay que destacar la biblioteca digital de la Real Academia de la Historia y la Biblioteca Digital Hispánica, de la Biblioteca Nacional de España37, o, dentro de las privadas, la biblioteca digital de la Fundación Lázaro Galdiano38. Hay que subrayar, además, la puesta en marcha de agregadores (plataformas que ofrecen accesos a múltiples bibliotecas o bases de datos) como Hispana o el portal Manuscript@, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas39. Asimismo, las bibliotecas y archivos españoles han hecho un gran esfuerzo por alimentar repositorios como Europeana, lo que sin duda da visibilidad a nuestras colecciones, pero muchas instituciones españolas siguen sin disponer de instrumentos digitales que permitan consultar sus fondos40. Al mismo tiempo, las posibilidades de investigación son limitadas, ya que no existen modos efectivos para llevar a cabo búsquedas de manuscritos por motivos iconográficos, decorativos u ornamentales. Todo ello reduce los resultados y obliga a la consulta física de los ejemplares, lo que no siempre es posible. En cuanto al desarrollo de bases de datos léxicas y de otras herramientas lexicográficas que, partiendo de textos latinos, ponen al alcance del lector definiciones y ocurrencias que le permitan entender el significado de las palabras latinas relacionadas con la descripción de los manuscritos y el análisis de los contenidos transmitidos por ellos, diversos proyectos de 37
Consultables a través de los siguientes enlaces: http://bibliotecadigital. rah.es, http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html (consultados el 29/10/2019). 38 Accesible a través de http://www.bibliotecalazarogaldiano.es/ (consultada el 29/10/2019). 39 Vid. https://hispana.mcu.es/es/contenido/presentacion.do y, asimismo, http://simurg.bibliotecas.csic.es/viewer/sites/P-Manuscripta/ (consultados el 31/10/ 2019). 40 Vid. https://www.europeana.eu/portal/es (consultada el 29/10/2019). Sobre la situación de muchas instituciones españolas, tanto públicas como privadas, y ya sean lacias o religiosas, vid. M. PAVÓN RAMÍREZ, «Le collezioni digitali di archivi e biblioteche spagnole: quattro esempi significativi», Rivista di Storia della Miniatura, 16 (2012) 155-157.
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investigación del ámbito español avanzan en el camino de aunar esfuerzos. Efectivamente, la creación del Corpus Documentale Latinum Hispaniarum (CODOLHisp) es un hito en esa carrera: es el resultado de la colaboración entre cuatro equipos españoles dedicados a la lexicografía latina medieval, que han puesto en funcionamiento una plataforma de acceso común a cuatro bases de datos léxicas, a saber: la del Corpus Documentale Latinum Cataloniae (CODOLCAT), ligado a la elaboración del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (GMLC), sobre los documentos producidos en los territorios correspondientes al dominio lingüístico del catalán entre los siglos IX y XII; la del Corpus Documentale Latinum Gallaeciae (CODOLGA), que publica la documentación del reino de Galicia desde el siglo V al XV; la del corpus textual que sirve como punto de partida para la elaboración de los diccionarios Lexicon Latinitatis Medii Aevi Legionis (LELMAL) y su ampliación, el Lexicon Latinitatis Medii Aevi Castellae et Legionis (LELMACEL), que comprenden los textos escritos en territorio leonés y castellano entre el siglo VIII y el año 1230; y la del Corpus Documentale Latinum Valencie (CODOLVA), sobre la documentación del reino de Valencia de entre los años 1240 y 140041. El tipo de estudio realizado por Mercè Puig Rodríguez-Escalona o por Pere J. Quetglas Nicolau y presentado en estas páginas es el fruto de la posibilidad de trabajar con recopilaciones masivas de datos o, dicho en otras palabras, con una edición de ediciones en la que se pueden hacer búsquedas de palabras o de cadenas de palabras completas o parciales, sencillas o avanzadas. La lexicografía es, a la vez, una técnica de composición y el resultado de ese método de trabajo que va unido a labor investigadora de filólogos especializados, pero es, sobre todo, una herramienta fundamental para que el público interesado, especializado o no, pueda acceder a un patrimonio lingüístico determinado y entender una sociedad o una cultura, ya sea en un sentido diacrónico, ya sea desde un punto de vista sincrónico. Experiencias de colaboración como la que supone la creación de la plataforma CODOLHisp y los resultados que ésta ofrece ponen de relieve la eficacia de un modelo de trabajo que puede servir como punto de partida para objetivos de amplio alcance, enlazando bases de datos léxicas y bases de datos descriptivas, textos e imágenes, un marco de actuación extenso y ambicioso puesto a disposición de la comunidad científica y de los ciudadanos: un modelo de 41
Para acceder al CODOLHisp, vid. http://codolhisp.imf.csic.es/codolhisp/ (consultado el 25/10/2019).
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trabajo que puede servir como punto de partida para objetivos de amplio alcance internacional42.
Conclusiones Para finalizar, la primera conclusión que podemos extraer enlaza con la idea misma que originó la organización de la jornada científica a la que hemos aludido más arriba y, como consecuencia de ella, a la publicación de este volumen: la constatación de la necesidad de que exista una terminología específica para denominar, describir y clasificar los manuscritos y los textos que transmiten, una terminología compartida por los estudiosos de las diferentes disciplinas que se ocupan del libro manuscrito. Si, en ese mismo sentido, la utilidad de la apuesta que estamos subrayando nos parece indudable, creemos que la cuestión abierta, aún sin resolver, es la siguiente: ¿cómo puede lograrse esa puesta en común? En nuestra opinión, la colaboración entre los miembros de la comunidad científica internacional y entre los investigadores de las diferentes disciplinas es imprescindible e inexcusable. Para ello, una reflexión sobre la realidad actual y las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, el acceso a internet a nivel global y las ventajas de la digitalización 42
Sobre la idea de que un tipo de colaboración como la que ha permitido la creación del CODOLHisp es extrapolable y puede abarcar proyectos de investigación que ofrezcan resultados lingüísticos, textuales y metatextuales, vid. A. GÓMEZ RABAL, «Conceptualización lexicográfica en tiempos digitales: la integración entre diccionario y corpus», en M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA (ed.), Projeccions de la lexicografía llatina medieval a Catalunya, Viella, Roma (en prensa). Siempre dentro del campo de la lexicografía latina medieval, el Comité Du Cange –responsable de la confección del Novum Glossarium Mediae Latinitatis (NGML), diccionario europeo de latín medieval– está poniendo a disposición del lector recursos complementarios al diccionario en sí, como, por ejemplo, un lematizador o herramientas que permitan el análisis estadístico de los textos y la visualización de los datos a través de representaciones geográficas, cronológicas, por géneros literarios, etc.; vid. https:// glossaria.eu. Asimismo, proyectos como Biblissima sirven de estimulante inspiración para afrontar retos con el fin de permitir el acceso a manuscritos o libros impresos, a sus descripciones y fichas catalográficas y, por qué no, a los textos que contienen; vid., al respecto, A.-M. TURCAN-VERKERK (dir.), Biblissima, Bibliotheca bibliothecarum novissima. Observatoire du patrimoine écrit du Moyen Âge et de la Renaissance, https://projet.biblissima.fr/fr (consultas realizadas el 25/10/2019).
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resulta indispensable. Por último –y no por ello menos importante–, para que estas iniciativas funcionen es esencial contar con un personal altamente especializado que provenga tanto del mundo de los archivos o las bibliotecas, como de cualquiera de las disciplinas relacionadas con el estudio del libro o los manuscritos: creemos que se debe poder aunar la experiencia de quienes gestionan los fondos de archivos y bibliotecas, que suelen tener una visión conservacionista, enfocada a la protección de soportes y contenido como bien material, y las aspiraciones de los investigadores de las distintas disciplinas que venimos nombrando43. Marilena Maniaci, en el artículo ya mencionado, propone la creación de un Knowledge Management System que vaya más allá de los glosarios o vocabularios conocidos hasta el momento y aproveche al máximo las posibilidades del mundo digital. M. Maniaci reconoce, además, que un esfuerzo de esas características no será suficientemente eficaz sin la existencia de una autoridad superior, supranacional, que establezca unos criterios y modos de proceder comunes, pero que, sobre todo, cuente con un apoyo financiero y una estructura organizativa apta para sostener esta iniciativa44. Sin embargo, nos permitimos recalcar, a propósito de esa propuesta, que las posibilidades técnicas ofrecen hoy en día una gran libertad a los grupos de trabajo, que no tienen que atenerse a unas reglas jerárquicas a la hora de acometer sus proyectos sobre textos o sobre manuscritos, pero que sí tienen que ser capaces de pactar unas estructuras de comunicación entre ellos para ofrecer unos resultados que respondan a unos campos de etiquetado comunes; esa será la ventaja de la que se verán beneficiados el lector y la comunidad científica en general. No queremos dejar de sugerir, como deseo final, que se adopte lo que es a todas luces una buena práctica: la consistente en mencionar explícitamente el catálogo, glosario o vocabulario que se ha utilizado como 43
Se trata no sólo de disponer de una buena base de conocimientos en el ámbito especializado correspondiente, sino de tener amplitud de miras para ponerse en el lugar del conservador y del investigador, o de ambos al mismo tiempo. Para ello, además de la adecuada disposición personal, nos parece muy pertinente la posibilidad de recibir una formación adicional enfocada a adquirir las habilidades y técnicas necesarias para comprender los textos en su soporte mismo: los manuscritos y libros. En ese sentido, nos congratulamos de la existencia de cursos de especialización como es el Diploma Europeo de Estudios Medievales, de la propia FIDEM, que responden propiamente al objetivo de simbiosis entre texto y soporte que aquí planteamos. 44 MANIACI, «Manuscript Terminology: a Plurilingual Perspective», p. 8.
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referencia a la hora de localizar un texto transmitido por un manuscrito, a la hora de realizar una descripción del contenido y de su forma de conservación o a la hora de preparar su edición crítica. Evitemos el fai da te al que tan acostumbrados estamos. Esta medida debería fomentarse, particularmente, cuando se acomete la puesta en marcha de una base de datos o cuando se desarrollan etapas posteriores con nuevas herramientas al servicio del investigador, del estudioso o del curioso, pues tales bases de datos pueden ofrecer la enorme la ventaja de enlazar imágenes con términos dudosos, difíciles, nuevos o poco asentados, imágenes que pueden resultar clarificadoras, asimismo, cuando el autor del catálogo, del glosario o del vocabulario ha utilizado una definición propia, parcial o alternativa. Sabemos que, para quien se ve en la tesitura de tener que describir un manuscrito –sea de un campo en el que se sienta experto o no–, así como para el responsable de la realización de una edición crítica de un texto, tales herramientas son un gran auxilio, se reconozca de forma explícita o no. Que exista una rastreabilidad razonable desde el resultado final de una investigación (la publicación de una edición crítica, por ejemplo) hasta su origen material (la consulta de catálogos de manuscritos de varias bibliotecas siguiendo los cauces de difusión de una determinada obra y constatando cuáles han sido los lugares que han permitido su conservación) asienta el método de trabajo filológico-histórico y, además, es una ayuda generosa para quien herede el afán de seguir investigando en ese campo.
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Incluye diccionarios, bases de datos léxicas y repertorios en soporte exclusivamente digital.
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MERCÈ PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA* EL LABERINTO DE LOS LIBROS Y SUS NOMBRES. PROCEDIMIENTOS DENOMINATIVOS EN LA ALTA EDAD MEDIA
Tratar de los nombres de los libros en la Alta Edad Media puede resultar, en cierta manera, laberíntico. Y eso es así porque son diversos los procedimientos denominativos que encontramos y, a menudo, resultan vagos y ambiguos para identificar las obras concretas a que se refieren. A ello deben añadirse las características especiales del corpus y las peculiaridades lingüísticas del latín medieval. El trabajo que aquí presentamos está basado en la documentación latina medieval del territorio de habla catalana, de los siglos IX al XI. Se trata de un corpus integrado básicamente por diplomas que registran actos jurídicos como donaciones, ventas, compras, testamentos, dotaciones de iglesias, juramentos de fidelidad, litigios, etc.1 Este trabajo parte, por tanto, de una documentación circunscrita a un territorio, el de habla catalana, y a una cronología, desde el siglo IX hasta el año 1100. De todas maneras, sus resultados pueden ser extrapolables en gran medida a otros territorios, ya que la Cataluña altomedieval, aunque inmersa, como toda la Narbonense, en el ambiente cultural visigótico anterior, que perdura de modo muy *
Departamento de Filología Clásica, Románica y Semítica, Facultad de Filología, Universidad de Barcelona. Gran Via de les Corts Catalanes 585, 08007 Barcelona (España). [email protected]. Este trabajo ha sido elaborado en el seno del equipo del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae, reconocido como Grupo de Investigación Consolidado (2017SGR553) por la Generalidad de Cataluña y beneficiario del proyecto «Informatización del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (8)», subproyecto «Redacción del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (GMLC) (2)» (FFI201677831-C2-2-P), sufragado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, e, igualmente, de las ayudas del Institut d’Estudis Catalans (IEC) y de la Union Académique Internationale (UAI). 1 Desde el año 2001 el equipo del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae está digitalizando y tratando informáticamente este corpus que pone a disposición del público de forma gratuita a través de la base de consulta léxica Corpus Documentale Latinum Cataloniae (CODOLCAT), que se va ampliando anualmente. Cf. http://gmlc. imf.csic.es/codolcat/ (consulta realizada el 25/04/2019).
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variado, asimila desde el final del siglo VIII con intensidad creciente la aportación cultural carolingia2. De los libros que circulaban en este territorio durante la Edad Media se han ocupado diferentes estudiosos como Rudolf Beer3, Anscari Maria Mundó4, Michel Zimmermann5, Miquel dels Sants Gros6 o Ramon Ordeig7. Sus trabajos, centrados en el aspecto cultural, nos han sido útiles puesto que relacionan muchas de las referencias a libros con posibles obras concretas e incluso con códices supérstites. En este sentido, podemos precisar que la correspondencia de las menciones, a menudo vagas y ambiguas, con libros concretos se lleva a cabo principalmente por medio de dos procedimientos complementarios: por un lado, atendiendo al contexto en el que se cita una obra, puesto que a menudo, los inventarios o listas de libros se organizan por materias o autor; y, por otro, haciendo un seguimiento de la obra en el tiempo, generalmente a través de diferentes inventarios o diplomas varios que recogen un mismo conjunto de libros (como, por ejemplo, la donación del conde Suñer en ocasión de la consagración de la iglesia de Sant Salvador del monasterio de Ripoll y el inventario de Ripoll; o a donación de Salomó al cenobio de 2
A. M. MUNDÓ, «Importación, exportación y expoliaciones de códices en Cataluña (siglos VIII al XIII)», en Coloquio sobre circulación de códices y escritos entre Europa y la Península en los siglos VIII-XIII, Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela 1988, pp. 87-134, esp. 87. 3 R. BEER, Los manuscrits del monastir de Santa María de Ripoll, Barcelona 1910 [extracto del Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 5 (1909-1910) 137-179, 230-278, 299-365, 492-520, traducción al catalán de P. Barnils de «Die Handschriften des Klosters Santa Maria de Ripoll. I-II», Sitzungsberichte der Akademie der Wissenschaften, phil.-hist. Kl., 155/3 (1907) y 158/2 (1907-1908)]. 4 Entre otras obras, cf. MUNDÓ, «Importación, exportación y expoliaciones de códices en Cataluña». 5 M. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne (IXe-XIIe siècles), Casa de Velázquez, Madrid 2003, 2 vols. 6 M. S. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», Revista Catalana de Teologia, 26 (2001) 51-70; «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell als segles X-XII», Acta historica et archaeologica mediaevalia, 26 (2005) 101-124; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», Miscel·lània Litúrgica Catalana, 24 (2016) 121-150. 7 R. ORDEIG I MATA, Les dotalies de les esglésies de Catalunya (segles IX-XII), 4 vols., Vic 1993-2004, esp. vol. 4, pp. 233-245; «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic (vers 1015-1054)», Studia Vicensia, 2 (2017) 175-224.
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Ripoll y el mismo inventario8) incluso hasta identificarla con un códex concreto supérstite o no. Antes de abordar los diferentes procedimientos denominativos de los libros, debemos detenernos en algunos datos y precisiones sobre el corpus de este trabajo. El corpus La primera precisión que hay que hacer es que hemos tomado en consideración la mención a libros concretos en cuanto ente material, es decir, en cuanto códices que se legan, se compran, se donan o se inventarían, y que hemos soslayado la mención a los libros como obras literarias que se citan. Así, en el corpus hemos hallado 699 menciones de libros concretos, de las cuales dos son ilegibles. Evidentemente muchas de estas menciones se refieren a un único término. En efecto, los tres términos más citados son antiphonarium, con 63 menciones, seguido de missale y psalterium, ambos con 27. Además, estas menciones de libros se encuentran en 116 diplomas, que pertenecen básicamente a tres tipologías: primero, actas de dotación y consagración de iglesias, ya que al consagrar la iglesia se la dotaba con material litúrgico suficiente, entre el cual, al menos, los libros necesarios para el culto; segundo, testamentos y sus adveraciones sacramentales, casi exclusivamente de clérigos; y, tercero, inventarios de los principales centros culturales, especialmente los dos de Sant Pere de Vic, el del monasterio de Ripoll en tiempos del abad Oliva y una parte del inventario de la catedral de Seo de Urgel, que un trabajo reciente de Gros data en el siglo X9. 8 El catálogo del monasterio de Ripoll iba seguido por otros tres inventarios: el de los volúmenes que Salomó, sacerdote y juez, donó al monasterio, en 1017, al hacerse monje su hijo Ermengol; los que ofreció al cenobio al hacerse monje su hijo Juan; e, intercalado en el primer inventario, la lista de volúmenes que la abadía tenía depositados en el priorato de Montserrat. Así, la edición actual de este inventario en Junyent, Oliba Not. 9, pp. 398400, contiene los cuatro registros de libros, aunque, de hecho, el inventario de Ripoll incluye ya las obras que Salomó había donado anteriormente y que, por tanto, se repiten en el registro de las obras donadas por éste. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 51-54 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», pp. 122-123. 9 El primer inventario de libros de la sede urgelense se localizó en el folio inicial del ms. 105 conservado en el Archivo Capitular de Urgel. Cuando, a principios del
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Entre este centenar de diplomas destacan 19 actas que mencionan más de cinco libros. Se trata de éstas10: • 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 526), testamento del obispo Sisebuto de Urgel. • 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili. • [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta a través del testamento del presbítero Déudonat). • 908 orig., DipOsona 78, pp. 124-125, testamento de Idalguero, obispo de Osona. • 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna11. • [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de la catedral de Seo de Urgel12. • 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, Urgellia 1, p. 86), dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts. • 949 copia, Ordeig, Dotalies 64, p. 153 (Baraut, ActUrgell 31, Urgellia 1, p. 89; Marquès, Èlins 8, Urgellia 15, p. 40), dotalía de la iglesia de Sant Cristòfol i Sant Benet de Salinoves. siglo XX, P. Pujol transcribió por primera vez este inventario, lo dató, tal como especifica el mismo documento, en 1147. Hace pocos años, M. S. Gros demostró que en realidad se trata de un inventario doble y que una primera parte recogía los códices que la biblioteca guardaba en la primera mitad del siglo X. Cf. GROS, «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell». 10 Las citas de las fuentes van encabezadas por la fecha de la data del diploma en negrita; se indica, a continuación, si se trata de un original o de una copia y se da, seguidamente, la abreviatura de la edición y número del documento en ella. La relación de todas las abreviaturas empleadas junto con la referencia completa a las ediciones se encuentra al final de este trabajo, en el apartado 1. Fuentes de la bibliografía. 11 Sobre este testamento, cf. GROS, «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell», p. 101: «Encara que no es tracti d’un inventari pròpiament dit, la gran quantitat de llibres bíblics, patrístics, litúrgics i de dret civil i eclesiàstic que Riculf lliurà en aquesta ocasió a la seu de Santa Eulàlia ens dóna una idea força exacta del contingut de les biblioteques catedralícies dels nostres bisbats entorn de l’any 900. És molt possible que la còpia i adquisició dels volums haguessin estat subvencionades pel bisbe, que aquests ja fossin a la catedral, i que el testament només vingués a legitimar la donació que ja n’havia fet abans.» 12 GROS, «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell».
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• 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic tras la muerte del obispo Guadamiro de Osona. • 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen. • 960 orig., Baraut, ActUrgell 34 (Urgellia 1, p. 95), fundación del monasterio de Sant Pere de Grau d’Escales. • [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, pp. 802-803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic tras la muerte del arzobispo Atón de Osona. • 972 orig., Ordeig, Dotalies 90, pp. 215-216 (DipOsona 1127, pp. 816-820; DipManresa 92, pp. 104-105), dotalía de la iglesia del monasterio de Sant Benet de Bages. • 1045 copia, DACCBarcelona 687, p. 1169 (CSCugat II 582, p. 248; Baraut, DocUrgell 588, Urgellia 5, p. 118), testamento del levita Ramon. • 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, pp. 398-400, inventario de los libros de Ripoll en tiempos del abad Oliva. • 1077 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1388, p. 683, testamento de Gontric. • 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert. • 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon. • 1086 orig., Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull). Al fijar el corpus de nuestro trabajo aparece el primer problema con que se encuentra el investigador que trabaja con este tipo de documentación: los documentos falsos. Así, entre los 116 diplomas mencionados no se cuentan tres documentos, que contenían 35 menciones de libros, puesto que son falsificaciones. En efecto, según su último editor Ramon Ordeig, tres actas de consagración y dotación de iglesia fueron redactadas en fecha posterior a la que consta: dos pertenecen al siglo XII y la tercera se elaboró entre finales del XII e inicios del XIII. Son las siguientes:
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• 996 (s. XII) pseudoorig., Ordeig, Dotalies +112, pp. 262-268 (DipPallars 316, pp. 450-454), dotalía de la iglesia de Santa Maria de Güell. • 1040 (s. XII) pseudoorig. perdido, Ordeig, Dotalies +163, pp. 86-94 (Baraut, ActUrgell 48, Urgellia 1, p. 116-120; Baraut, DipTavèrnoles 59, Urgellia 12, pp. 128-133), dotalía de la iglesia del monasterio de Sant Serni de Tavèrnoles. • 842 (ca. 1200) pseudoorig. perdido, Ordeig, Dotalies +3, pp. 16-18, dotalía de la iglesia de Sant Julià en Capella. De todas maneras, cabe advertir que no hemos prescindido de una acta falsificada cuando ésta se ha realizado en los límites cronológicos de nuestro corpus, ya que lingüísticamente tiene el mismo interés13. Finalmente, el lexicógrafo que pretende realizar un estudio lingüístico a partir de este tipo de corpus debe tener en cuenta, como iremos viendo a lo largo de este trabajo, si contamos con el diploma original, si se trata de una copia posterior o, incluso, si se ha restituido el texto a partir de otro diploma. Es evidente que cuantas más manos hayan intervenido, más posibilidades existen de error.
Procedimientos denominativos 1. Autor y título Entre los diferentes procedimientos denominativos relativos a los libros que encontramos en los diplomas medievales, el que ofrece más facilidades a la hora de individualizar claramente la obra es aquel en el que se ofrecen el nombre del autor y un título más o menos identificable. Ejemplos de este procedimiento los encontramos en menciones como Liber Ciceronis de Amicitia, Sentenciae Ysidori cum eius cronica, Boetium de consolatione siue de Trinitate y Augustinum de doctrina christiana, las 13
922 (s. XI) pseudoorig., Ordeig, Dotalies +45, pp. 112-114 (ACondal 73, pp. 207-209; Baraut, ActUrgell 27, Urgellia 1, pp. 84-85), dotalía de la iglesia de Montdarn en Berga.
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cuatro del inventario del monasterio de Ripoll14, y Beda de metrica arte y el Martianum de octo partibus, ambas de la publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon15. Sin embargo, este procedimiento no está exento de problemas puesto que pueden existir divergencias en la autoría de una obra de manera que esta pueda atribuirse, al menos aparentemente, a dos autores diferentes. Así, las Sentencias (Sententiarum libri V) de Tajón de Zaragoza, al tratarse de una recopilación de extractos de obras de Gregorio el Grande, pueden encontrarse atribuidas al obispo de Zaragoza o al papa: Sententiarum expositum beati Taionis16 o bien Sententiarum Gregorii17. 2. Autor En otras ocasiones se mencionan los libros solamente por el nombre de su autor. Así, en la ya citada publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon de 108218 se menciona un códice de la siguiente manera: Amelarium simul iunctum cum Pascasio et Alcuino, lo cual indica que el códice contenía obras de tres autores carolingios, Amalario de Metz, Pascasio Radberto y Alcuino de York. No resulta fácil saber qué obras de estos autores debía de contener el códice. De Pascasio Radberto, únicamente hemos encontrado en el corpus la mención señalada anteriormente, sin que podamos saber de qué obra se trata de entre las diversas obras exegéticas y tratados teológicos que escribió el abad de Corbie. Lo mismo ocurre con Alcuino de York, autor de tratados teológicos, obras gramaticales, retóricas, dialécticas, cartas sobre aritmética y astronomía, etc. De hecho, la dificultad en 14
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, pp. 399-400. 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745. 16 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 526), testamento del obispo Sisebuto de Urgel. 17 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. El libro mencionado en el inventario rivipullense se identifica con el códice supérstite Barcelona, Archivo de la Corona de Aragón (ACA), ms. Ripoll 49 cuyo íncipit reza: In nomine Domini incipit liber sententiarum Sancti Gregorii Papae Romae y que lleva como fecha de transcripción el 20 de julio de 911. Cf. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 134 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 746. 18 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745. 15
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identificar la obra o las obras del autor es frecuente en este procedimiento denominativo. Amalario es mencionado, además, en el inventario de Ripoll de 1047, en dos ocasiones: Amelarii II y Sancti Amelarii19. Seguramente se refieren a la obra litúrgica De ecclesiasticis officiis dedicada al emperador Luis el Piadoso20. Por otro lado, la mención a este autor nos ofrece la oportunidad de explicar uno de los problemas que provoca la peculiaridad del corpus: los errores de copia y, como consecuencia de estos, la aparición de «palabras fantasmas». En efecto, como hemos mencionado anteriormente, hay que considerar que en este corpus podemos contar con el diploma original, con una copia posterior o, incluso, con una restitución del texto a partir de otro diploma. Así, la dotalía de la iglesia de Sant Julià de Ribelles del 947 ha llegado a nosotros a través de una copia defectuosa de 1636 que reza: Ego Acfredus, leuita, dono ad domum Santi Juliani libros lection[arios] duos, duos missales, duos antiphonarios, unius anelario21.
Es muy probable que anelario sea un error de lectura y que en el original se leyera omeliario (i. e. homeliario) o bien amelario, que para el copista del siglo XVII no era ya una referencia conocida.22 De todas maneras, este error de copia ha creado una palabra fantasma, anelario, que ha acabado cobrando vida propia cuando algún estudioso la ha mencionado o incluso ha intentado definirla23. Tal como hemos dicho, 19
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, pp. 399-400. La biblioteca de Ripoll, según antiguos inventarios, llegó a tener tres ejemplares de esta obra, de las cuales sólo se conserva el ms. Barcelona, Biblioteca de Cataluña, ms. 944, de la segunda mitad del siglo XI, que no puede ser, por tanto, el que en 1017 donó Salomó al cenobio. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 63-64, n.º 33 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 134, n.º 45. 21 947 copia, Ordeig, Dotalies 59, p. 143, dotalía de la iglesia de Sant Julià de Ribelles. 22 Para un análisis detallado de la palabra fantasma anelario, cf. M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA, «Mots fantasmes: una història sense fi», en M.ª A. FORNÉS PALLICER (ed.), Paleògrafs i editors: mètodes, objectius i experiències, Edicions de la Universitat de Barcelona, Barcelona (en prensa). 23 Cf., por ejemplo, J. DURAN-PORTA, L’orfebreria romànica a Catalunya (9501250), 2 vols., Barcelona 2015, Volumen I: Estudi, pp. 378-379 y Volumen II: 20
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se trata de una palabra fantasma, expresión acuñada y definida por Joan Bastardas24 para referirse a una palabra que no tiene realidad lingüística, porque se trata de un error de copia, de transcripción, de imprenta o una palabra fruto de la confusión. Otros nombres de autores que se usan para mencionar libros son: Terentius25; Vergilius26; Horatius27; Iosephus28, que debe de referirse al De bello Iudaico de Flavio Josefo; Persius29; Iuuenalis30; Catàleg i repertoris, p. 272. Tesis doctoral presentada en la UAB y publicada en línea http://hdl.handle.net/10803/378844 (consulta realizada el 25/04/2019). 24 Cf. J. BASTARDAS, «Mots fantasmes en el llatí medieval de Catalunya», Estudis Romànics, 8 (1966), Estudis de llatí medieval i de filologia romànica dedicats a la memòria de Lluís Nicolau d’Olwer I, pp. 1-8 (= ID., La llengua catalana mil anys enrere, Curial, Barcelona 1995, pp. 179-197). 25 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Terentius II. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 143, n.º 93. 26 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Virgili II... Virgilium. 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Virgilium atque Oracium. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 60, n.º 15; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 142, n.º 83 y ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», pp. 198-199. 27 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Virgilium atque Oracium. Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», pp. 198-199. Por otro lado, en la edición de Junyent del inventario de los libros del cenobio rivipullense (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399) se registra un Qiratium que seguramente debe de ser de un error de lectura y, de acuerdo con R. Beer y M. S. Gros, deberíamos leer Oratium. Se trata probablemente del mismo ejemplar que Salomó donó al cenobio en 1017 y que se apunta como Quintio y Junyent, en su edición, desarrolla en Quintilianum (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400), término que, de esta manera, sería una mala lectura. Cf. BEER, Los manuscrits del monastir de Santa María de Ripoll, p. 84, n.º 215; GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 62, nota 27 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 144, n.º 99. 28 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Iosephum. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 129, n.º 16. 29 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Aratorem simul iunctum cum Persio. 30 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: alii (quaterniones) de Iuuenal II... Iuuenale.
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Prudentius31; Macrobius32; Eusebius33, que debe de aludir a la Historia eclesiastica y, quizás, también a la Chronica de Eusebio de Cesarea, evidentemente en su traducción al latín; Donatus34; Priscianus35; Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 60, n.º 16; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 140, n.º 72. 31 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: librum duodecim uersuum Virgilii iunctm cum Prudentio. Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 202. 32 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Macrobius. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 143, n.º 90. 33 925 copia, Ordeig, Dotalies 46, p. 116 (DipOsona 283, p. 263), dotalía de la iglesia de Sant Salvador de Ripoll: Eusebio I. Este mismo códice seguramente es uno de los que se mencionan únicamente con el título Istoria aecclesiastica en el inventario del cenobio (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Istoria aecclesiastica II). Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 132, n.º 33. Podría tratarse del códice rivipullense, escrito en minúscula carolina, un fragmento del cual, que contiene la Historia ecclesiastica de Eusebio de Cesarea, aún se conserva (Barcelona, ACA, fragmentos de manuscritos, n.º 22). Cf. A. M. MUNDÓ, «La cultura i els llibres [a Catalunya, s. VIII a XII]», en Obres completes, vol. 1, Curial – Publicacions de l’Abadia de Montserrat, Barcelona 1998, pp. 462-483 (originariamente en Història de Catalunya Salvat II, Barcelona 1979, pp. 261-274), esp. p. 476 y ORDEIG I MATA, Les dotalies, vol. 4, p. 236. La misma obra se cita también en 1064 orig., CDipSGirona 306, p. 318, publicación sacramental del testamento del capiscol Ponç: Storiam Ecclesiasticam. 34 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Donatos IIII... Donatum I cum Seruiolo. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 58, n.º 7-8; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 141, n.º 80. Se trata del Ars minor y el Ars maior del célebre gramático Elio Donato. Uno de los códices podría corresponder al que actualmente se conserva en el ACA de Barcelona, con la signatura ms. Ripoll 46. 35 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Priscianos II... et maiorem Priscianum de constructionibus. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 59-60, n.º 13; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 141, n.º 81. En cuanto a Priscianos II, dado que los dos volúmenes siguientes que se mencionan se llaman Priscianellos, es lógico pensar que estos dos volúmenes contenían únicamente los dieciséis primeros libros de la obra, correspondientes al llamado Priscianus maior, mientras que el Priscianus minor, contiene los dos últimos libros. Por otro lado, uno
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Augustinus36; Auianus37; Egipius38, mencionado como Euipium, abad de Luculano entre los siglos V y VI; Prosperus39, en referencia a Próspero de Aquitania, del s. V; Arator40, poeta del siglo VI que compuso De actibus apostolorum, versificación en hexámetros de los Actos de los Apóstoles; de estos dos volúmenes de las Institutiones grammaticae de Prisciano registrados en el inventario de Ripoll se identifica con el códice Barcelona, ACA, ms. Ripoll 59. 36 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Augustinus II... Augustini. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 61, n.º 20; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 135, n.º 51. 37 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Auianum; 1082 orig. Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: medicinalem librum cum Auiano iunctum. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 144, n.º 98 y ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 202. Mientras M. S. Gros cree que podría tratarse de la Oda marítima de Avieno, R. Ordeig afirma que deben de ser la obra del fabulista latino, Aviano, muy difundidas en la Edad Media. 38 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Euipium. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 134, n.º 47 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 739 y 786-787. Aunque Egipio dejó una obra variada de diversos géneros como la hagiografia, la historia y la teología, en la Edad Media es conocido principalmente por la composición de un florilegio de la obra de Agustín formado por 348 excerpta de más de cuarenta tratados. 39 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Prosperum II... Prosperum; 1082 orig. Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Sedulium simul iunctum cum Prospero et Catone. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 56-57, n.º 2; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 132, n.º 36 y ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 199. 40 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Constructiones II una cum Aratore; 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Aratorem simul iunctum cum Persio. Cf. M. S. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 142, n.º 86 y R. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 200. Por otro lado, es posible que el Oratore mencionado en el inventario de los libros de Ripoll (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400) sea un error de copia y que en realidad se trate igualmente de Aratore. Cf. M. S. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 63, n.º 31.
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Boethius41; Isidorus42; Beda43; Porphirius44, que parece que deberían identificarse con la traducción y comentario de las obras del filósofo neoplatónico hechas per Boecio, sin que sea posible saber de cuáles se trataba en concreto; Claudius45, probablemente Claudio de Turín, autor de los siglos VIII y IX; Rabanus46; Smaragdus47; Aimon48, el autor de Fleury 41
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Quaterniones de Boetii... Boetius. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 60, n.º 15; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 140, n.º 71 y p. 143, n.º 91 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 684-686 y 749. 42 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Ysidorum I; [971] orig., JunyentOrdeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de la iglesia de Sant Pere de Vic: Esideros II. 43 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400, inventario de los libros de Ripoll: Beda cum sichomaquia. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 62, n.º 25-26 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 132, n.º 31. 44 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Porphirium grecum... Porphirium. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 61, n.º 19; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 133, n.º 37 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 684-686 y 749. 45 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Claudium. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 131, n.º 30 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 758. 46 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: librum Rabanum I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Rabbanum. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 757. 47 908 orig., DipOsona 78, p. 125, testamento de Idalguero, obispo de Osona: Smaragdum quodicem I. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: Smaragdum I. Podría tratarse de la Diadema monachorum, pequeño manual de espiritualidad destinado a enriquecer la plegaria de los monjes y a invitarlos a practicar las virtudes que ornaran su cabeza a la manera de una diadema. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 758. 48 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Aimonis. Podría tratarse del De miraculis Sancti Benedicti libri duo de Aimon de Fleury, autor de los siglos X y XI. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 132, n.º 32.
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de los siglos XI y X; Metodius49, para el que se proponen dos autores diferentes, ambos obispos de Licia, en Asia Menor, el de Patara o el de Olimpia; Sedulius50, que podría tratarse del poeta del siglo V autor del Carmen Paschale o , quizás mejor, del irlandés de época carolingia Sedulio Escoto; y, finalmente, Cato51, que no es más que una seudoatribución, puesto que, con el nombre del cónsul romano se está aludiendo a los Disticha a él atribuidos. Estos nombres de autor pueden aparecer en plural, como Esideros, Donatos o Priscianos, e, incluso en diminutivo, como ocurre con Priscianellus52 y Priscianulus53, otra forma de mencionar el también llamado Priscianus minor54, los dos últimos libros, el XVII y el XVIII, de las Institutiones grammaticae de Prisciano, conocidos también con el título De constructione siue de ordinatione partium orationis, porque así 49
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Metodium. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 137, n.º 59. 50 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, pp. 399-400, inventario de los libros de Ripoll: Seduli III... Sedulium; 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Sedulium simul iunctum cum Prospero et Catone. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 63, n.º 30; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 142, n.º 84 y ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 199. 51 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400, inventario de los libros de Ripoll: Catone; 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Sedulium simul iunctum cum Prospero et Catone. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 62, n.º 28 y ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», pp. 199-200. 52 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Priscianellos II. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 58-59, n.º 9 y 11; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 142, n.º 82. 53 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Priscianulo iuniore ac Remigio uel commentum partium maiorum siue medio titulo. Item alio Priscianulo cum declinationibus. Probablemente el Priscianulo iuniore se trate de un error de lectura en lugar de Priscianulo minore, expresión hipercaracterizada. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 58, n.º 9. 54 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Priscianum maiorem et minorem. Cf. notas 34 y 54.
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se titulaba el libro diecisiete. De igual manera se menciona también un Priscianus maior55. En cambio, el diminutivo Seruiolo56 podría indicar que se trataba de un compendio de la obra de Servio y, quizás, en un códice de pequeño formato.
3. Título Una obra puede mencionarse también únicamente con su título. En este apartado podemos incluir, obviamente, los libros bíblicos, como, por ejemplo, los que encontramos en la dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts: dono ad predicta ecclesia hec omnia et dono ibidem libros... «Job, Judi, Tobi et Exter» et «Machabeorum»57. A menudo, también los comentarios a los libros bíblicos se mencionan sin nombrar el autor. En este caso, se refieren a ellos por medio de dos procedimientos: o bien con el término expositum, que trataremos más adelante, en el apartado tipología, o bien con la preposición super, como podemos leer en los títulos del inventario de Seo de Urgel I Librum super Iohannem, I super Apocalipsum, 55
1044 orig., Junyent, Oliba, Doc 155, p. 263 (AComtalPerg II, 318, p. 681), adquisición de dos volúmenes de Prisciano hecha por el obispo Guislaberto y los canónicos de la sede de Barcelona: libros duos obtimos gramatice artis, unus qui uocatur Priscianus maior. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: maiorem Priscianum de constructionibus. 1082 orig., JunyentOrdeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Priscianum maiorem et minorem. La expresión del inventario rivipullense maiorem Priscianum de constructionibus la lee M. S. Gros como maiorem Priscianum cum constructionibus y se refiere, según él, a los dieciocho libros de las Institutiones de Prisciano, los dieciséis primeros corresponderían al maiorem Priscianum, mientras que los otros dos se indicarían con las palabras cum constructionibus, porque el libro diecisiete se titula De constructione siue de ordinatione orationis liber. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 59-60, n.º 13. 56 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Donatum I cum Seruiolo; 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Seruiolo. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 58, n.º 7-8; ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 200 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 687. 57 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, Urgellia 1, p. 86).
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I super Diel liber I...58 o de la donación de Riculfo quaterniones obtimos super Genesis et Regum et Macabeorum et Prophetarum59. Ciertamente son muchas las obras que resultan tan familiares para los clérigos como para no necesitar una atribución de autoría. A modo de ejemplo podemos mencionar títulos como: Sichomachia60, sin duda la Psychomachia de Prudencio; Centonem in Euangelio61, que debe de tratarse de la epopeya evangélica y centón virgiliano del mismo Prudencio; Collationes62, del monje Juan Casiano; Hexaemeron63, seguramente los comentarios al Génesis de Ambrosio sobre los seis días de la Creación; de Agustín de Hipona Confessiones64 y Liber de natura boni65; qualiter constructio debeat fieri66 y Constructiones II67, que se refieren a los 58
[930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, pp. 107-108. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna. 60 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400, inventario de los libros de Ripoll: Beda cum sichomachia. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 62, n.º 25-26. 61 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 62, n.º 29. 62 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Collationes II. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 127, n.º 6 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 730. 63 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Examerom II. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 130, n.º 22; ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 732 y 749, y BLAISE, Dictionnaire, s. v. Hexaemeron. 64 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 129, n.º 18. 65 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 133, n.º 40 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 736. 66 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon. Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 201. 67 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Constructiones II una cum Aratore. 59
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libros 17 y 18 de las Institutiones grammaticae de Prisciano, que van precedidos por el título De constructione siue de ordinatione partium orationi, y que, como hemos visto en el apartado anterior, eran llamados también Priscianus minor, Priscianellus o Priscianulus; del mismo Prisciano, librum duodecim uersuum Virgilii68 y Commentum Virgili69, dos títulos que corresponden seguramente a la obra menor del gramático Partitiones duodecim uersuum Aeneidos principalium; Tripartita70, que debe de aludir a la Historia eclesiastica tripartida de Casiodoro; de Boecio probablemente Cathegorias71, que se refiere a In categorias Aristotelis libri IV, también Periermenias72, que se identifica con In libros La cifra II puede referirse al hecho de que la obra tiene dos libros, que corresponden al 17 y 18 de sus Institutiones grammaticae. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 59-60, n.º 13 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 142, n.º 85. 68 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: librum duodecim uersuum Virgilii iunctum cum Prudentio. Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 202. La misma obra se menciona en el inventario del cenobio rivipullense (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399) como Eiusdem (Prisciani) in duodecim Virgilii uersibus. 69 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 59, n.º 12 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 143, n.º 92. Seguramente se trata del mismo códice que el inventario registra más adelante como donación de Salomó al monasterio al hacerse monje su hijo Ermengol, Eiusdem (Prisciani) in XII Virgilii uersibus. Cf. nota anterior. 70 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 132, n.º 34. 71 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 143, n.º 88. Podría tratarse del mismo ejemplar que se encuentra en el inventario entre los que donó Salomó que en ese momento estaban en Montserrat: Commentum Boetii super Augustinum et Aristotelem (1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 400). Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 61-62, n.º 23-24. 72 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 143, n.º 89.
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Aristotelis peri ermeneias commentarii duplex, del mismo Boecio duo commenta Porphirii73, traducciones de obras del filósofo neoplátonico, y más dudosas Arithmetica74, que podría ser el De institutione arithmetica, y Musica75, que podría relacionarse con su De institutione musica; probablemente de Isidoro los títulos cronica76 y Genera officiorum77, y, con seguridad, Ethimologiarum78; alter (quaternio) de XII signis79 del inventario rivipullense, que probablemente alude al titulo del capitulo 17 de la obra De rerum natura de Beda, que se titula precisamente así, De duodecim signis; la Vita sancti Gregorii80, que puede identificarse con la que compuso Juan Diácono; y Gerarchia, que se refiere a la traducción 73
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 61, n.º 21-22. 74 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 144, n.º 94. 75 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 144, n.º 95. Esta obra y la anterior, Arithmetica, son dos manuales escolares que acostumbran a presentarse juntos. El códice del inventario podría haberse conservado y corresponder al guardado en el ACA, con la signatura ms. Ripoll 42, de la primera mitad del siglo XI. 76 [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta). 77 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 135, n.º 50 afirma que podría tratarse del De ecclesiasticis officiis del arzobispo. 78 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 130, n.º 23. 79 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 140, n.º 74. 80 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp 56, n.º 1. Este códice probablemente deba identificarse con el que en la actualidad se guarda en el ACA, con la signatura ms. Ripoll 52. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 741-742.
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latina de Juan Escoto Eriúgena de la obra De caelesti hierarchia de Dionisio Aeropagita81. La relación existente entre el inventario de Ripoll y la lista de libros que el año 1017 Salomó donó al monasterio benedictino nos permite establecer la correspondencia entre el Commentum partium82 del inventario con el Renagio uel commentum maiorum partium siue medio titulo, de manera que los dos títulos se podrían referir a una compilación de los comentarios de Remigio de Auxerre a los antiguos comentarios gramaticales latinos. En algunos casos este procedimiento denominativo resulta impreciso a la hora de identificar la obra en concreto. Así, es dudoso si con los títulos libris de Trinitate83 o Liber de Trinitate84 se hace referencia a la obra sobre la trinidad de Agustín o a la de Boecio. Igualmente difícil resulta identificar obras que llevan el vago título de Ortographia85 o rethorica86. 81
1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 129, n.º 15 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 759. 82 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 58-59, n.º 10 y «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 145, n.º 101. 83 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Boetium nouum ualde bonum cum libris de Trinitate. El hecho de que los libros sobre la Trinidad fueran encuadernados con el Boecio podría indicar que eran las obras teológicas sobre este tema compuestas por el mismo Boecio, aunque no se puede descartar que se tratara del De trinitate de Agustín. Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», pp. 200-201 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 734 y 749. 84 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», pp. 60-61, n.º 17-18; «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 130, n.º 24 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 734-735 (nota 345) y 749. 85 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. BEER, Los manuscrits del monastir de Santa María de Ripoll, p. 81, nota 92 y GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 135, n.º 53. M. S. Gros, siguiendo a R. Beer, cree que podría tratarse del De ortographia de Casiodoro. 86 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: librum Iudicum cum rethorica.
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Hay obras de las que no se conoce el autor como Vita canonica87, título que aparece en cuatro ocasiones en nuestro corpus y que parece corresponder a la regla de vida canonical de Aix (Vita canonica Aquisgranensis). De otras obras no podemos precisar ni el autor ni el contenido como las Vitae patrum88, que hallamos también en cuatro ocasiones y que debían de contener vidas de Padres del desierto. Hay autores que nunca aparecen, como Gregorio Magno, cuya obra suele mencionarse únicamente con el título, tal como podemos leer en el inventario del cenobio rivipullense89: Moralia, Pastorale, Dialogorum, Liber omeliarum super Iezechielem y XL Homelie. Esta última obra de Gregorio Magno, XL Homiliarum in Euangelia libri duo, que el inventario de Ripoll menciona con el título XL Homelie90, Cf. ORDEIG I MATA, «Guibert, un gramàtic de Lieja a l’escola catedralícia de Vic», p. 201. 87 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Vita Channonicha. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 107: Vita canonica. [971] orig., JunyentOrdeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Vita Chanonicha I. 1099 Junyent-Ordeig, DipVic 1660, p. 943, reconocimiento de la retención injusta de un alodio: ipse uero iamdictus Guifredus, audiens uocem Sancti Petri, uenit intus in refectorio iamdicte canonice et recognouit omnem illud alodium quod iamdictus Sendredus dimisit filio suo Bernardo et prefate canonice esse directum sedis Sancti Petri sueque canonice et dimisit eum ad proprium alodium cum librum uite canonice in manu Berengarii archiepiscopi suorumque canonicorum et in presentia Guilelmus Raimundi et Ricardi sacriste et Guilaberti, auunculi sui, et Raimundi Atonis et aliorum multorum tam clericorum quam laicorum. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 761. 88 868 copia DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: Vitas Patrum. 957 orig. Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Vitas Patrum I. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 112: Vitas Patrum I. [971] orig., JunyentOrdeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Vitas Patrum I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Vitas Patrum II. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 127, n.º 7 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 730. 89 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Moralia II... Pastorale II... Dialogorum II... Liber omeliarum super Iezechielem. XL Homelie. 90 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll.
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puede ilustrar una de las características del latín medieval: las deturpaciones, corrupciones de un término que van más allá de las variantes gráficas, fonéticas o morfológicas que puede presentar un término. Así, esta obra la encontramos en otra ocasión con un título muy parecido al del cenobio rivipullense, quadraginta Omeliorum91, si bien en siete ocasiones más se la denomina con un derivado del numeral quadraginta como el adjetivo quadragenarius, ‘que contiene cuarenta’92, y con el adjetivo distributivo quarentenus, ‘cuarenta cada uno’93, término que quizás deba su uso a la cercanía con el catalán quaranta. Otro caso de deturpación del título es Centimentitum94, del inventario de Ripoll, donde lo que hay que entender es De centum metris, obra del gramático Mauro Servio Honorato.
4. Íncipit Siguiendo con los diferentes procedimientos denominativos, un libro puede nombrarse por la palabra o sintagma inicial. Ocurre así con el término carolus (variante charolus)95, voz que recoge el Glossarium 91
949 copia, Ordeig, Dotalies 65, p. 155 (Baraut, ActUrgell 32, Urgellia 1 p. 90; DipPallars 160, p. 366), dotalía de la iglesia de Sant Pere de Sestui. 92 939 copia, Ordeig, Dotalies 55, p. 132 (DipOsona 464, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de Moià: Quadragenario; 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert: quadragenarium; 1086 copia, Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull): quadragenario. 93 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Quarantenos III. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 106: II nos. [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Quarentenos II. 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta: qua[renteno uno et] saletos duos cum proser. 94 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll. Cf. GROS, «La biblioteca particular del sacerdot i jutge Salomó», p. 60, n.º 14. 95 [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 106: II Carolos. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Car[o]l[i] II. 1055 orig., DACCBarcelona 888, pp. 1427-1428, donación a la canónica de la Santa Creu i de Santa Eulàlia de Barcelona: dono Domino Deo et Ecclesie Sancte Crucis Sancteque Eulalie Librum Charoli, Sancte Ecclesie utillimum,
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Mediae Latinitatis Cataloniae (GMLC) y de la que adelantamos la primera aparición al incorporar la parte del inventario de Seo de Urgel que data del siglo X, según Gros96. Con el término carolus se designa el homiliario de Paulo el Diácono, compilado por orden de Carlomagno en el año 789. Las primeras palabras de la carta de recomendación, que el rey antepuso a dicho homiliario para que fuera divulgado por las iglesias de sus estados, son precisamente: Carolus, Dei fretus auxilio, rex Francorum et Langobardorum. Los eclesiásticos de Cataluña –que no los del resto del imperio– tomaron como título fácil el nombre del rey, que encabezaba los códices de este homiliario litúrgico de tipo romano, para distinguirlo de otras compilaciones similares. A partir de aquí, en Cataluña, desde el siglo XI, a menudo se llamó al homiliario del oficio carolus o bien carle, el equivalente catalán, a pesar de no responder ni de lejos al homiliario de Paulo el Diácono97. También es un íncipit el sintagma Summum bonum98, epígrafe con el cual se nombra a menudo la obra isidoriana que se inicia justamente con estas mismas palabras: Summum bonum deus est quia incommutabilis y que conocemos por el título Sententiarum libri tres99. Quizás el sintagma Omnia Bona, que aparece en dos ocasiones en el corpus100, sea una deturpación de Summum bonum. in tribus corporibus diuisum, quatenus presentes uel futuros non pigeat pro nostris abluendis facinoribus exorare Altissimum, ut hoc donum sit nobis remedium et deprecacio aput omnipotentem Dominum. 1064 orig., CDipSGirona 306, p. 318, publicación sacramental del testamento del capiscol Ponç: Carolum. 1078 copia, Rius, S. Martí Sacosta 15, p. 368, testamento de Joan, capiscol de Gerona: ad iam dictam sanctam Mariam dimitto... calicem optimum... et bibliothecam I et charulos III et passionarios II et librum expositionis Apocalipsin. 96 Cf. GROS, «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell». 97 Cf. MUNDÓ, «Importación, exportación y expoliaciones de códices en Cataluña», p. 101; F. X. ALTÉS AGUILÓ, «La tradició codicològica i litúrgica de l’homiliari carolingi de Luculentius a Catalunya. La recensió catalana: inventari i homilies recuperades», Miscel·lània litúrgica catalana, 18 (2010) 71-241, esp. 81; ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 767-768 y GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 126, n.º 3. 98 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Summum bonum III. 99 Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 130, n.º 20. 100 972 orig., Ordeig, Dotalies 90, p. 215 (DipOsona 1127, p. 816; DipManresa 92, p. 92), dotación de la iglesia del monasterio de Sant Benet de Bages: codices II que [uocant «Omnia] Bona». 1018 copia, Ordeig, Dotalies 135, p. 25 (1019 Constans,
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5. Conjunto o número de libros Una obra puede considerarse igualmente como un conjunto de libros y nombrarse precisamente atendiendo a esta característica. El caso más claro es el de la Biblia, que en esta época es llamada con la voz bibliotheca (variantes biblioteca, bibliotega, biblioteiga)101, un compuesto incorporado al latín por los cristianos y formado por el sustantivo masculino βύβλος, ‘papiro’, y el sustantivo femenino θήκη, ‘caja’, ‘cofre’. Abundando en este procedimiento, una obra puede denominarse a partir del número de libros que contiene. Es el caso de decada, escrito a menudo degada102, helenismo que viene a significar ‘códice que contiene un DipBanyoles 57, p. 312), dotación de la iglesia de Sant Martí de Vallmala: librum que dicunt «Omnia Bona». 1086 copia, Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull): «Omnia Bona» I. 101 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 527), testamento del obispo Sisebuto de Urgel: biblioteca. 952 copia, Ordeig, Dotalies 68 p. 168 (Baraut, ActUrgell 33, Urgellia 1, p. 92; Baraut, CartAndorra I 12, p. 108), dotación de la iglesia de Sant Feliu i Sant Martí de Ciutat: Bibliotega I. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 105: Bibliotecas II. 991 orig., DipGirona 531, p. 472, testamento del presbítero Deià: biblioteiga I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Bibliotecas III. 1060 orig., Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 398, p. 1173, testamento de Udalguer: biblioteca. 1060 orig., DipMontalegre 45, p. 71, publicación sacramental del testamento de Udalgar: biblioteca. 1078 copia, Rius, S. Martí Sacosta 15, p. 368, testamento de Joan, capiscol de Gerona: bibliothecam I. 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: Bibliotecam. Cf. GMLC, s. v. bibliotheca y M. PUNSOLA MUNÁRRIZ, Els hel·lenismes a la documentació llatina de la Catalunya altmedieval (segles IX-XII): la seva relació amb els glossaris, tesis inédita defendida en la Universidad de Barcelona en septiembre de 2017 y publicada en línea en http://hdl.handle.net/10803/458878 (consulta realizada el 25/04/2019), pp. 179-181. Para el uso de bibliotheca en referencia a otros libros eclesiásticos, cf. MLW, s. v. bibliotheca. 102 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Degada I. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 107: Decada I. [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Degada I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Decada II. Cf. GMLC, s. v. decada; e igualmente BLAISE, Dictionnaire y LLMA, NIERMEYER, ARNALDI, Lexicon, DMLBS y MLW, s. v. decas.
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grupo de diez libros de una obra’ y va referido probablemente a los extensos comentarios de Agustín de Hipona a los Salmos titulados Enarrationes in Psalmos. El procedimiento es fácilmente aplicable a un conjunto de libros, que puede así recibir su nombre por el número de libros que lo conforman, como es el caso del helenismo Heptateucus, que, tal como indica su nombre, contiene siete libros. En concreto, reúne los siete primeros libros del Antiguo Testamento: los cinco primeros, que forman el Pentateuco, además de Josué y Jueces. Este término, que aparece en ocho ocasiones en nuestro corpus, es remarcable por otro fenómeno lingüístico que caracteriza el latín medieval y que ya ha ido apareciendo en el trabajo, las variantes o formas diversas que, procedentes de un étimo común, presentan diferencias, más o menos importantes, desde un punto de vista gráfico, fonético o morfológico. Así, Heptateucus no se lee como tal en nuestro corpus, sino con variantes procedentes de heptaticus, ‘que consta de siete partes’103. Así, la variante más frecuente, hasta en seis ocasiones, es eptaticus –escrito igualmente eptatiquus104– aunque, en su primera aparición, en el año 890, lo hace bajo la forma obtaticum105, y en el inventario de Ripoll encontramos Epacticum106. Ciertamente, las variantes complican y mucho la labor del lexicógrafo.
103
Cf. DU CANGE, s. v. heptaticus, eptaticus; BLAISE, Dictionnaire, s. vv. heptateuchus y heptaticus (eptaticus) y LLMA, s. v. eptaticus; NIERMEYER, s. v. heptateuchus, heptaticus; ARNALDI, Lexicon, s. vv. heptateuchus y heptatichus; DMLBS, s. v. heptateuchus; MLW, s. v. heptateuchus. 104 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: Eptaticum I. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Eptatiquos I. 960 orig., Baraut, ActUrgell 34 (Urgellia 1, p. 95), fundación del monasterio de Sant Pere de Grau d’Escales: eptatico I. [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Eptaticos II. 1053 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1122, p. 431, publicación sacramental del testamento del monje Enric: librum eptaticum. 1086 copia, Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull): eptatico uetulo Toletano. 105 890 copia, Ordeig, Dotalies 14, p. 52 (DipOsona 16, p. 81), dotalía de la iglesia de Sant Pere del monasterio de Ripoll: obtaticum. 106 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Epacticum.
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6. Por antonomasia La forma más usual que encontramos en nuestro corpus para referirse al evangeliario es el término textus (variante testum)107, con formas de la cuarta y segunda declinación, ya sea con la expresión textus euangeliorum o similar, ya sea simplemente con el término textus. Normalmente se trata de un códice ricamente ornamentado, con cubiertas de oro, plata o gemas, que se halla en el altar y se usa para las lecturas litúrgicas de los Evangelios y también en actos solemnes como investiduras y juramentos. Así, el término textus se refiere por antonomasia a los Evangelios108.
7. Tipología El último procedimiento denominativo que vamos a tratar es el que resulta más interesante para el lexicógrafo. Se trata de aquel que menciona los libros por su tipología, a saber, por su contenido o materia. Es este procedimiento el que más menciones suma. Además, nos hallamos en un campo semántico en donde abundan las innovaciones respecto al latín de época romana. En efecto, en este campo encontramos cristianismos, préstamos de otras lenguas, términos que han experimentado cambios semánticos y nuevas creaciones léxicas. Ciertamente, se caracteriza el latín 107
915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: textum euangeliorum I. 925 copia, Ordeig, Dotalies 46, p. 116 (DipOsona 283, p. 263), dotación de la iglesia de Sant Salvador de Ripoll: textum euangelium cohoperto de argento paratum de auro. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de los bienes muebles de Sant Pere de Vic: Testo I... Testum I. [971] orig,. Junyent-Ordeig, DipVic 413, pp. 346-347 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de la iglesia de Sant Pere de Vic: testum I... Textum I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Textus Euangelii III. 1066 copia, Junyent, Oliba Not. 14, p. 414, inventario del tesoro del culto del monasterio de Ripoll: textum cohopertum argento. Cf. DU CANGE, s. v. textus (1); BLAISE, LLMA, s. v. textus (testum, testus, testis); NIERMEYER, s. v. textus; ARNALDI, Lexicon, s. v. textus (testus); DMLBS, s. v. textus. 108 Según M. S. Gros («L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 127, n.º 8), los textus euangeliorum contenían los cuatro evangelios con sus prólogos, los cánones de Eusebio de Cesarea y, seguramente, también un Capitulare euangeliorum, para guiar a los diáconos en las lecturas evangélicas que tenían que leer en las celebraciones eucarísticas.
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medieval, una lengua de cultura, por su capacidad para dotar a términos ya existentes con nuevos significados o para crear términos nuevos con el fin de nombrar nuevas realidades. Como ejemplos de cristianismos podemos mencionar canon y psalterium109 ambos helenismos. Canon110, con variantes de escritura can(n)-, 109
857 copia, Ordeig, Dotalies 4, p. 19 (Baraut, ActUrgell 4, Urgellia 1, p. 71), dotalía de Sant Climent de Campelles: psalterium. 912 orig., Ordeig, Dotalies 39, p. 104 (Baraut, ActUrgell 23, Urgellia 1, p. 80), dotalía de la iglesia de Sant Pere de Grau d’Escales: psalterio. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: psalterium I. 925 copia, Ordeig, Dotalies 46, p. 116 (DipOsona 283, p. 263), dotación de la iglesia de Sant Salvador de Ripoll: salterio I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Psalterium argenteum, alios XXI, et unum toletanum et alterum triplicum. 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta: saletos duos cum proser. 1065 copia, Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 419, p. 1206, testamento de Gerbert Bonuç: Libro I Iudice et tropiero I. Ad [...] et psalterio I minore que Seniofret Lunes tenet [...] ad ipsos monachos de Sancti Laurencii qui sunt presbiteri singulas mancosadas de meum abere [...] monacho ipsum meum psalterio maiore. 1097 orig., Baraut, DocUrgell 1150 (Urgellia 8, p. 80), testamento del sacristán Guadall: antifonario meo, cum responsis et psalterio. 1064 copia, CDipÀger I 62, p. 289, venta de Cumera: unum psalterium placibile in rem ualentem. 1066 copia Junyent, Oliba Not. 14, p. 415, inventario del tesoro del culto del monasterio de Ripoll: Psalterium scriptum cum auro et argento. Cf. ThLL, s. v. psaterium; DU CANGE, s. v. psalterium; BLAISE, Dictionnaire y LLMA, s. v. psalterium; NIERMEYER, s. v. psalterium; LELMAL, s. v. psalterium, psalterius; DMLBS, s. v. psalterium, psalterius. 110 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: canones II. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Channones III. 960 orig., Baraut, ActUrgell 34 (Urgellia 1, p. 95), fundación del monasterio de Sant Pere de Grau d’Escales: chanano I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9 p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Canones V... Duos canones. 1051 orig., Baraut, DocUrgell 642 (Urgellia 6, p. 26), testamento del sacerdote Vives: et ipso anthiphanario meo qui michi aduenit ex auunculis meis simulque cum ipso canono socharrado... remaneant ad iamdicto Salla sacer nepoto meo. 1053 orig., Baraut, DocUrgell 662 (Urgellia 6, p. 48), publicación sacramental del testamento de Salla: et ipso antiphanario et ipso tropero cum ipso cano[n]o socarado remaneat ad Guillemo fratre suo in seruicio Sancte Marie. En nuestro corpus aparece igualmente el término con el significado originario de ‘regla eclesiástica’, complementando a sustantivos que indican libro o similares, como codex o quaternio: 908 orig., DipOsona 78, p. 125, testamento de Idalguero, obispo de Osona: canonem quodicem I. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: quaterniones de canones.
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chan(n)-, kan(n)-, es un helenismo incorporado ya al latín de época romana, que en nuestro corpus se declina con formas de la segunda y tercera declinación, y en época medieval, a partir del significado de ‘regla eclesiástica’, toma el significado de ‘libro que contiene una colección de cánones o reglas eclesiásticas’. Por su parte, psalterium, del griego ψαλτήριον, -ου, ‘instrumento de cuerda, especie de arpa’, que presenta en nuestro corpus la variante salter- y la deturpación saletos, así como la forma románica latinizada saltirio111 y que significa ‘salterio’, ‘libro que contiene los salmos’. Entre las numerosas citas que recogen este término en nuestro corpus, es remarcable que el inventario de los libros de Ripoll en tiempos del abad Oliva mencione un Psalterium argenteum, alios XXI, et unum toletanum et alterum triplicum. Este psalterium argenteum aparece en el inventario del tesoro del culto de 1066 como psalterium scriptum cum auro et argento112, lo cual podría indicar que el nombre argenteum aludiría a su caligrafía y no a una posible encuadernación con tapas de plata, como era normal en los Textus Euangeliorum113. En cuanto a la expresión unum toletanum, el adjetivo toletanum apuntaría a que está escrito en minúscula visigótica114, mientras que la mención alterum triplicum sugeriría que contenía las tres versiones latinas de Jerónimo: la Galicana, la Vulgata y la iuxta Hebreos115. Cf. GMLC, s. v. canon. También ThLL, s. v. canon; DU CANGE, s. v. canon (4); y BLAISE, Dictionnaire y LLMA, NIERMEYER, LELMAL, ARNALDI, Lexicon, DMLBS y MLW, s. v. canon. 111 1077 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1388, p. 683, testamento de Gontric: saltirio I. Cf. COROMINES, DECat VI, col. 841b, l. 11-31, s. v. psalm: «un saltiri nou, 2 sautiris veyls» (a. 1311). 112 1066 copia, Junyent, Oliba Not. 14, p. 414. 113 Cf. E. JUNYENT, «Notes inèdites sobre el monestir de Ripoll», Analecta Sacra Tarraconensia 9, 1933, p. 185-225, esp. pp. 35-41; A. M. MUNDÓ, Les Bíblies de Ripoll, III: Estudi dels mss. Vaticà, lat. 55729 i París, BNF, lat. 6, Biblioteca Apostolica Vaticana, Città del Vaticano 2002, pp. 32-35 (Studi e Testi, 408); GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 138, n.º 63-65 y p. 139 n.º 66. 114 De este salterio podría conservarse un folio, el Barcelona, ACA, fragmentos de manuscritos, n.º 395. Mundó (Les Bíblies de Ripoll, III, pp. 27-29 y lámina 2) lo atribuye al escritorio de la catedral de Narbona y lo data entre los siglos VIII y IX. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 631 y GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 138, n.º 65. 115 Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 139, n.º 66.
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Ilustra los préstamos de otras lenguas en latín medieval el helenismo martyrologium116, del griego μαρτυρολόγιον, con las variantes marti- y martirlegium, que alude a un ‘martirologio’, ‘libro que contiene el nombre y los actos de los mártires y, por extensión, de todos los santos’. Por otro lado, encontramos términos que han experimentado cambios semánticos, a menudo procedentes de un adjetivo sustantivado en un sintagma formado con el sustantivo liber que ha sufrido braquilogía de dicho término. De esta categoría son aestiualis, collectaneum, computus, dispositum, expositum, flos, glossa, litania, manuale, medicinale y ordo. En efecto, aestiuale, -is117, escrito estiualia, es un adjetivo sustantivado en neutro, derivado del adjetivo aestiuus (< aestas, ‘verano’) ‘perteneciente al verano’, que se refiere a un ‘homiliario para los meses de verano, con las lecturas desde la Pascua hasta el Adviento’. Collectaneum118 es 116 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: martirologium obtimum I. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Martirlegium I. [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 346 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de la sede de Vic: Martirlegio I. 972 orig., Ordeig, Dotalies 90, p. 216 (DipOsona 1127, p. 816; DipManresa 92, p. 105), dotación de la iglesia del monasterio de Sant Benet de Bages: martyrologium. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Martirologia III. 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert: martirologium. Cf. DU CANGE, s. v. martyrologium; BLAISE, LLMA, s. v. martyrologium (martilegium, martilogium); NIERMEYER, s. v. martyrologium, martirologium, -legium, -lagium; DMLBS, s. v. martyrologium. El martirologio predominante en los condados catalanes en esa época era el de Adón de Viena. Cf. M. S. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 135, n.º 52. 117 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Estiualia II. Cf. GROS, «L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 126-127, n.º 4 e igualmente DMBS, s. v. aestivalis: 1396 (Invent.) omeliarium unum aestiuale et aliud omeliarium yemale; y MLW, s. v. aestiualis. 118 923 copia, Ordeig, Dotalies 118, p. 281 (DipGirona 189, p. 191), dotalía de la iglesia de Sant Quirici en el valle de Arbúcies: collectaneo I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Collectaneum I. Cf. DU CANGE, s. v. collectaneum; BLAISE, LLMA, s. v. collectaneum; NIERMEYER, s. v. collectaneum, collectaneus; LELMAL, s. v. collectaneum; DMLBS, s. v. collectaneus; MLW, s. v. 1 collectaneus uel collectaneum.
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un sustantivo formado sobre el adjetivo collectaneus, -a, -um, ‘reunido, recogido de muchas partes’, que se define como ‘colección, florilegio, antología’, especialmente ‘homiliario’, ‘libro litúrgico que contiene homilías sobre los evangelios’119 y también ‘libro eclesiástico que recopila diferentes oraciones para ser recitadas durante los oficios religiosos’. La voz computus120 designa un ‘libro que contiene las normas de cálculo para determinar la fecha de las fiestas móviles de la Iglesia’. El término dispositum121 alude a un ‘comentario, exposición’, especialmente a un ‘homiliario’ o ‘libro litúrgico que contiene homilías sobre los evangelios de las festividades’, y puede referirse más concretamente al homiliario de Luculencio. El sustantivo expositum122, del participio de perfecto del verbo 119
Cf. ALTÉS AGUILÓ, «La tradició codicològica», pp. 76-79. 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: et ego Attilius presbiter in ista communitatem uel obedientia trado uobis libros sex: computum, manuale, antiphonarium. En nuestro corpus aparece igualmente el término con el significado originario de ‘cálculo’, complementando a sustantivos que indican libro o similares, como liber, quaternio o karta: 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Quaterniones de computo II. Alius liber de computo. 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: kartas magnas tres de Compotu. Cf. GMLC, s. v. computus. E igualmente MLW, s. v. computus. 121 [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): mitto, id est ad sanctum Fructuosum... ipso misale... et euangeliorum disposito et sermonario. 906 copia, Ordeig, Dotalies 33, p. 91 (DipOsona 71, p. 117), dotalía de la Iglesia de Santa Maria de Manlleu: librum dispositum. 912 orig., Ordeig, Dotalies 39, p. 104 (Baraut, ActUrgell 23, p. 80), dotalía de la iglesia de Sant Pere de Grau d’Escales: et in ipso domo Sancti Petri sic dono libros, id est misale, leccionario, antifernario, psalterio, euangeliorum disposito. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: et inuenit ibi... eptaticos II, degada I, prophetarum unum, dispositos III, quarantenos III, Salomon I, hactus apostolorum I. 960 orig., Baraut, ActUrgell 34 (Urgellia 1, p. 95), fundación del monasterio de Sant Pere de Grau d’Escales: et dono ad Sancti Petri libros eptatico I, apocalipsin, et actus apostolorum et regum, sapientia Salomonis, disposito I, passionario I... missale. [971] orig., Junyent, DipVic 413, p. 347, inventario de la catedral de Vic: eptaticos II, degada I, profetarum I, dispositos III... quarentenos II, [...] Salomon I, actus apostolorum I. Cf. GMLC s. v. dispositum. E igualmente cf. DU CANGE, s. v. 3 dispositum; BLAISE, LLMA y NIERMEYER, s. v. dispositum. 122 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 526), testamento del obispo Sisebuto de Urgel: Atque etiam propter anime mee remedium do et concedo ad domum 120
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exponere, ‘interpretar’, ‘comentar’, se usa con el sentido de ‘interpretación’, ‘exégesis’, ‘explicación de un texto’, ‘comentario’. A partir del bajo latín también se encuentra con el mismo uso el término expositio123. El término flos, en plural y en los sintagmas flores euangeliorum (o euangelii) y flores psalmorum124, hace referencia a libros litúrgicos que contienen Sancti Felicis uenerabilis martiris Orgello expositum obtimum Bede in Lucam. [...] expositum obtimum beati Ambrosii in Lucam. [...] Sententiarum expositum beati Taionis. [...] librum expositum beati Augustini contra hereses quinque. [...] librum expositum in Matheo. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: Librorum quoque numerum per uocabula ipsorum, id est: textum euangeliorum I; [...] Expositum in Euangelium et Epistolas; [...] Expositum super Genesis librum I; [...] luculentissime expositum in uno uolumine. 922 copia, Ordeig, Dotalies 117, p. 278 (DipGirona 183, p. 186; 917 Constans, DipBanyoles 27, p. 214), dotalía de las iglesias de Sant Pere y Sant Feliu de Fontcoberta: expositum de circuli anno. En 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta: leccionarium expositum o bien hay que entender que expositum está usado como participio perfecto de exponere o bien, más probablemente, que debe leerse leccionarium, expositum. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 534, 727-728 y 1166. E, igualmente, cf. DU CANGE, s. v. expositum (con el único ejemplo de la donación de Riculfo). 123 [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de Seo de Urgel, p. 109: Expositiones Psalterii librum I. 1078 copia, Rius, S. Martí Sacosta 15, p. 368, testamento de Joan, capiscol de Gerona: ad iam dictam sanctam Mariam dimitto... calicem optimum... et bibliothecam I et charulos III et passionarios II et librum expositionis Apocalipsin. 124 949 copia, Ordeig, Dotalies 64, p. 152 (Baraut, ActUrgell 31, Urgellia 1, p. 89; Marquès, Elins 8, Urgellia 15, p. 40), dotalía de la iglesia de Sant Cristòfol i Sant Benet de Salinoves: alium librum qui dicitur «Flores Euangelii», cum lecciones omnium sanctorum siue et de dedicatione ecclesie. 972 orig., Ordeig, Dotalies 90, p. 216 (DipOsona 1127, p. 816; DipManresa 92, p. 92), dotación de la iglesia del monasterio de Sant Benet de Bages: atrium istum habebat capsas II cum lignum Domini... et missale I, Flores euangeliorum, Salomonem, passionarium, martyrologium, psalterium. 1000 orig., Junyent, DipVic 641, p. 550 (DipOsona 1849, p. 1312; Udina, La successió testada 56, p. 208), publicación sacramental del testamento del joven Dacó: precepit (sc. Daco) eis ut... plenam potestatem habuissent ad distribuere omnem portionem suam quemadmodum eis iniuxit per suum breuem memorialem, quem scribere iussit ante se in paginola libelli unius ultima que Flores psalmorum autumant cum uarias orationes conmixtas. 1045 copia, DACCBarcelona 687, p. 1169 (CSCugat II 582, p. 248; Baraut, DocUrgell 588, Urgellia 5, p. 118), testamento del levita Ramon: quaterniones (quatermones, DACCBarcelona) de flores psalmorum (flore epsalmorum, Baraut). 1053 copia, Baraut, DocUrgell 660 (Urgellia
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florilegios de citas evangélicas o de salmos. El helenismo glossa125, escrita glosa, por braquilogía de glossarum liber pasa a significar ‘libro que contiene un conjunto de glosas o un comentario interpretativo’126. El también helenismo litania127, escrito igualmente letania, del gr. λιτανεία, ‘plegaria, súplica’, puede tener el significado de ‘libro que contiene plegarias’. El sustantivo masculino manuale128, derivado de manus, -us mediante el sufijo de pertenencia -ale, que, a partir de la braquilogía del 6, p. 45), testamento del sacerdote Sunyer: et ipsos meos libros... remaneant a Sancto Petro de Sede, id est antiphanario... et ipso troper et psalterio et flore (sic) psalmorum et ipso hymner. Cf. GMLC, s. v. flos. E igualmente NIERMEYER, DMLBS, MLW, s. v. flos. 125 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Glosas VI. 1064 orig., CDipSGirona 306, p. 318, publicación sacramental del testamento del capiscol Ponç: Glosam. Cf. GMLC, s. v. glossa. E igualmente BLAISE, Dictionnaire, NIERMEYER, DMLBS, MLW, s. v. glossa. 126 M. S. Gros («L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 136, n.º 56), que distingue entre glosarios y glosas, cree que debe de tratarse de comentarios marginales e interlineales, extraídos normalmente de libros patrísticos, para ayudar a la comprensión de pasajes difíciles de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, mientras que M. Zimmermann (Écrire et lire en Catalogne, p. 911) identifica ambos términos y entiende que se trata de la recopilación de glosas, que explican palabras raras, difíciles o inusitadas, con finalidades pedagógicas. 127 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: quaternos cum letania et duos de dedicatione. [971] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 346 (DipOsona 1106, p. 803), inventario de los bienes muebles de la sede de Vic: quaternos I cum litania, et quaternos de dedicatione. Cf. PUNSOLA, Els hel·lenismes a la documentació llatina, pp. 434-435. E igualmente DMLBS, s. v. litania. 128 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 526), testamento del obispo Sisebuto de Urgel: manualem Toletanum. 857 orig, Ordeig, Dotalies 5, p 21 (Baraut, ActUrgell 5, Urgellia 1, p. 59), dotalía de la iglesia de Sant Martí de Saldes: manuale. 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: manuale. Cf. DU CANGE, s. v. 3 manuale; BLAISE, LLMA, s. v. manuale; NIERMEYER, s. v. manualis (adj); LELMAL, s. v. manual, manuale; DMLBS, s. v. manualis (8). El término toletanum no indica necesariamente que se tratase de un volumen perteneciente a la antigua liturgia hispana, sino probablemente que estaba escrito en la antigua minúscula visigótica. Cf. ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 630-631, 660 y 669, y GROS, «La biblioteca de la catedral de La Seu d’Urgell», p. 103.
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sintagma liber manualis, significa ‘libro que se lleva fácilmente en la mano’ y, en especial, ‘libro de uso cotidiano para los clérigos que contiene los textos litúrgicos’ principalmente del rito hispánico. Tiene el mismo origen el término masculino medicinale129, que se usa para nombrar un ‘manual de medicina’. Finalmente, el termino ordo130, a partir de la acepción postclásica de ‘orden’ ‘disposición’, ‘reglamentación’, puede referirse a un ‘libro eclesiástico que contiene el directorio para el oficio divino’. En cuanto a las nuevas creaciones léxicas que encontramos en el latín medieval del territorio lingüístico del catalán en el campo semántico de los nombres de los libros, hallamos, sobre todo, derivados con el sufijo -arius (o -arium), a menudo también por braquilogía de un sintagma formado con el sustantivo liber, y con vacilaciones de género masculino o neutro. En este apartado podemos mencionar antiphonarium, breuiarium, hymnarium, homiliarium, lectionarius, missale, officiarius, orationarius, passionarius, prosarius, registrum, responsorium, responsum, sermonarium y troparius. Así, antiphonarium131, con numerosas variantes antifo-, antipha-, antifa-, antimpho-, antimpha- (y por error antifer-), procede de antiphona y se refiere a un ‘libro litúrgico que contiene las partes cantadas de la misa y de 129
915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: medicinale I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Medicinales IIII. Cf. igualmente el sintagma librum medicinalem en 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: medicinalem librum cum Auiano iunctum. 130 890 copia, Ordeig, Dotalies 14, p. 52 (DipOsona 16, p. 81), dotalía de la iglesia de Sant Pere del monasterio de Ripoll: ordinum. [antes de 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): ordo toletano. Cf. DU CANGE, s. v. 4 ordo y DMLBS, s. v. ordo (11). 131 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: et ego Attilius presbiter in ista communitatem uel obedientia trado uobis libros sex: computum, manuale, antiphonarium. [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): mitto... ad Sanctum Fructuosum... ipsum meliorem antifonarium et ipso misale. Cf. H. ANGLÈS, La música a Catalunya fins al segle XIII, Biblioteca de Catalunya, Barcelona 1935, pp. 120, 128 y 134-135; GMLC s. v. antiphonarium; e igualmente cf. DU CANGE, BLAISE, Dictionnaire y LLMA, s. v. antiphonarium; LELMAL, s. v. antiphonarium, antiphonarius; DMLBS y MLW, s. v. antiphonarius.
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los oficios divinos’, ‘antifonario’. Breuiarium132, con variantes beruiarium y briuiarium, significa ‘breviario’, ‘libro litúrgico’. Hymnarium o hymnarius, de hymnus, con las variantes latinas (h)imnorus o (h)ymnorus y las románicas (h)ymner o (h)imner133, se usa para aludir a un ‘libro que contiene himnos bíblicos y de composición cristiana empleados en 132
957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Lectionarios III, Missales IIII, Vitas Patrum I, Testum I, Psalterios V et alios libros IIII, Breuiario I. 986 orig. CSCugat I 188, p. 158, testamento del levita Suniefred: breuiario. 998 DipPallars 279, p. 433, dotalía de la iglesia de Sant Pere de Lastanosa (transmisión indirecta): Altemirus presbiter dono et in ornamentum ecclesie calice I, cruces II, Missale, Lectionario, Antifonario, Breuiario, Psalterio I. 1007 orig., Ordeig, Dotalies 123 A, p. 7 (CDipObarra 8, p. 11), dotalía de la iglesia de Sant Climent de Raluy: I unu beruiario (breuiario CDipObarra erróneamente); 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Breuiarios lectionum II. 1058 orig. AComtalPerg II 518, p. 944 (LFeud. I 491, p. 523), testamento de la condesa Ermesenda: et suum obtimum briuiarium (briuarium LFeud. erróneamente) dimissit Sancte Mariae Ierundae. Cf. GMLC, s. v. breuiarium. E igualmente DU CANGE y BLAISE, Dictionnaire, s. v. breuiarium; NIERMEYER, s. v. breuiarius, breuiarium; DMLBS, s. v. breuiarium, breuiare, breuiarius; MLW, s. v. breuiarium. Según M. S. Gros («L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 139, n.º 69), se trataría de un libro con sólo las lecturas bíblicas y patrísticas que había que leer en maitines del oficio divino, ya divididas en lecciones y puestas según el orden de las celebraciones del año litúrgico. 133 [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): imnorum. 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, Urgellia 1, p. 86), dotalía de la iglesia de San Miguel de Ponts: ymnoros II. 949 copia, Ordeig, Dotalies 64, p. 153 (Baraut, ActUrgell 31, Urgellia 1, p. 89; Marquès, Elins 8, Urgellia 15, p. 40), dotalía de la iglesia de Sant Cristòfol i Sant Benet de Salinoves: ymnorum. 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen: hymnario. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Ymners X. 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta ymnarium. 1053 copia, Baraut, DocUrgell 660 (Urgellia 6, p. 45), testamento del sacerdote Sunyer Guillem: hymner. 1054 copia, Baraut, DocUrgell, ap. 28 (Urgellia 8, p. 146), testamento del sacerdote Arnau: Et ipso meo proser et imner remaneat ad Guillem nepoto meo. Cf. DU CANGE, s. v. hymnarium, uel hymnarius; BLAISE, Dictionnaire y LLMA, s. v. hymnarium; NIERMEYER, s. v. hymnarium, imn-, -are; DMLBS, s. v. hymnarium, hymnarius; MLW, s. v. hymnarius uel *hymnarium.
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el canto de les horas del oficio divino’. Homiliarium o homiliarius134, de homilia, con variantes omi-, (h)ome- y humi-, se define como ’libro de homilías’. Lectionarius o lectionarium135, con las variantes latinas le(c)c-, 134 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: Omiliarium. 890 copia, Ordeig, Dotalies 14, p. 52 (DipOsona 16, p. 81), dotalía de la iglesia de Sant Pere del monasterio de Ripoll: omeliarum. 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, Urgellia 1, p. 86), dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts: humiliario I. 949 copia, Ordeig, Dotalies 64, p. 153 (Baraut, ActUrgell 31, Urgellia 1, p. 89; Marquès, Elins 8, Urgellia 15, p. 40), dotalía de la iglesia de Sant Cristòfol i Sant Benet de Salinoves: homeliario. Cf. DU CANGE, s. v. homiliarius; BLAISE, LLMA, s. v. homiliare (homiliarius, homiliarium, omelium); NIERMEYER, s. v. homiliare, om-, -elia-, -rium; DMLBS, s. v. homiliarius; MLW, s. v. homiliarium uel homiliarius. 135 839 copia, Baraut, ActUrgell, ap. 1 (Urgellia 7, p. 526), testamento del obispo Sisebuto de Urgel: Do et concedo ad domum Sancti Vincenti Ierre monesterium leccionarium obtimum. Do et concedo ad domum Sancti Felicis manualem Toletanum, leccionarium et uestimentum. 888 orig., Ordeig, Dotalies 10, p. 36 (DipOsona 9, p. 73), dotalía de la iglesia de Sant Andreu de Tona: Ad ipsius dedicationem tradimus [nos], ego Albarus, [presbiter], calicem et patenam, missalem, lectianarium et organum, casullam, alba et stola. Et ego Recharedus, presbiter, trado ibi similiter lectianarium. 888 copia, Ordeig, Dotalies 11, p. 40 (DipOsona 10, p. 75), dotalía de la iglesia de Santa Maria de Ripoll: lectionario. 898 orig., Ordeig, Dotalies 17, p. 60 (ACondal 10, p. 120; Rocafiguera, Aiguafreda 3, p. 34; DipOsona 37, p. 96), dotalía de la iglesia de Sant Martí del Congost en Aiguafreda: lectionarium. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: lectionarium in uno uolumine. 932 orig., Ordeig, Dotalies 50, p. 123 (ACondal 103, p. 252), dotalía de la iglesia de Sant Genís de la Ametlla: lectionario et antiphonario in una codice. 932 orig., Ordeig, Dotalies 49, p. 123 (ACondal 102, p. 248), dotalía de la iglesia de Sant Sadurní de la Roca: misale et leccionario et antifonario, in codicem unum. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Lectioners IIII. 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta: leccionarium expositum. 1053 copia, Baraut, DocUrgell 660 (Urgellia 6, p. 45), testamento del sacerdote Sunyer Guillem: Et ipsos meos libros que habeo remaneant a Sancto Petro de Sede, id est ipso antiphanario et licianero et ipso troper et psalterio et flore psalmorum et ipso hymner... Et ipsa mansione que habeo in Planezas simulque cum ipso alaude que ibi habeo simulque cum ipsa terra que habeo super Aqua Morta cum illorum pertinencia, hoc remaneat a Geirallo sacer propter emendacionem de Cocomellos uel propter ipso licianero que mihi scribsit. 1065 Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 419, p. 1207, testamento de Gerbert Bonuç: leccionero. Cf. DU CANGE, s. v. lectionarius, lectionarium; BLAISE, LLMA, s. v. lectionarius; NIERMEYER, s. v. lectionarius; DMLBS, s. v. lectionarius.
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leccian- y lectian-, y las formas románicas latinizadas lectioners y leccionero y la deturpación licianero, se refiere a un ‘libro que contiene las lecciones litúrgicas, las pericopas’. El sustantivo masculino missale136, 136 888 orig., Ordeig, Dotalies 10, p. 36 (DipOsona 9, p. 73), dotalía de la iglesia de Sant Andreu de Tona: missalem. 888 copia, Ordeig, Dotalies 11, p. 40 (DipOsona 10, p. 75), dotalía de la iglesia de Santa Maria de Ripoll: missalem. 898 orig., Ordeig, Dotalies 17, p. 60 (ACondal 10, p. 120; Rocafiguera, Aiguafreda 3, p. 34; DipOsona 37, p. 96) dotalía de la iglesia de Sant Martí del Congost en Aiguafreda: missale. [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): missale qui est nouo mistico. 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: missales III, unum quoque missale et lectionarium in uno uolumine, alium uero missale cum antiphonario in uno uolumine. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de la catedral de Seo de Urgel, pp. 106-107: II Mesalia (I Toledanam et aliam Romanam). 932 orig., Ordeig, Dotalies 49, p. 123 (ACondal 102, p. 248), dotalía de la iglesia de Sant Sadurní de la Roca: misale et leccionario et antifonario in codicem unum. 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, p. 86), dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts: missale I obtimo. 959 copia, Ordeig, Dotalies 76, p. 184, dotalía de las iglesias de Sant Esteve, Sant Miquel i Sant Joan Baptista en el valle de Bianya: Denique in Dei nomine habent ipsas ecclesias de ministerio ecclesiastico... misales III, lecionarios II et alios misales minores II et sposito I. 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen: misal. 998 copia, DipGirona 602, p. 513, donación del sacerdote Eribert: missale maiore. 1045 copia, DACCBarcelona 687, p. 1169 (CSCugat II 582, p. 248; Baraut, DocUrgell 588, Urgellia 5, p. 118), testamento del levita Ramon: missal I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Missales XI... Missales toletanos V... In Montesserrato: Missale I. 1055 CDipÀger 35, p. 250, testamento de Felmir: comparate unum liber missal plenero ad opus sancti Saluatori. 1082 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 745, publicación sacramental del testamento de Guillem Ramon: missale suum ualde bonum quod fuit in Riuopullo scriptum. 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert: et dimisit Guitardo Boetii uacca I obtima cum suo uitulo, simul cum uno berregano albo et uno missal grosso. Item dimisit Sancte Marie de Palaciolo missale uno minore et unum officiarium simul cum responsorio et minario et antifonario et psalterio. Cf. DU CANGE, s. v. missale; BLAISE, Dictionnaire, s. v. missale, -is; BLAISE, LLMA, s. v. missale; NIERMEYER, s. v. missalis (4); LELMAL, s. v. missalis; DMLBS, s. v. missalis (2). Sobre la expresión missale qui est nouo mistico, a saber, un misal mixto, precedente del misal plenario, cf. J. PINELL, «El “liber horarum” y el “misticus” entre los libros de la liturgia hispana», Hispania Sacra, 8 (1955) 85-107; A. M. MUNDÓ «El “missal místic o mixt” a Catalunya», en II Congrés Litúrgic de Montserrat, vol. 3,
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también con declinación neutra, procedente de missa, con variantes mis-, mes-, así como con la forma románica mi(s)sal, significa ‘misal’, ‘libro en que se recogen las fórmulas y oraciones que se recitan en la celebración litúrgica de la misa’. El sustantivo officiarius u officiarium137 deriva de officium, sustantivo que, a partir de la idea de ‘obligación’, pasó a designar ciertas funciones eclesiásticas, especialmente ‘misas solemnes dedicadas a la salvación del alma’138; presenta variantes ofi-, uficiarii, officionarium, offitiario así como la forma románica latinizada oficiero y la románica officier y se refiere a un ‘libro litúrgico que contiene los oficios divinos’. Orationarius139, de oratio, con la forma románica orationer, alude a un ‘libro Publicacions de l’Abadia de Montserrat, Montserrat 1967, pp. 190-191 y ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, p. 631. Sobre los missales toletanos del inventario de Ripoll, M. S. Gros («L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 140, n.º 76) considera que serían Libri missarum, escritos en letra minúscula visigótica, missales mixticos que debían de contener los textos de las misas y del oficio divino hispánicos, de todo el año litúrgico. Finalmente, la expresión missal plenero alude al misal plenario, ‘el libro litúrgico que contiene la totalidad de los Evangelios y Epístolas’. Cf. ARNALDI, Lexicon, s. v. missalis. 137 868 copia, DipPallars 63, p. 318, donación del presbítero Atili: Officiarium. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de la catedral de Seo de Urgel, p. 111: III oficiarios. post 1008 copia, Ordeig, Dotalies 123 B, p. 9 (CDipObarra 10, p. 14), dotalía de la iglesia de Sant Climent de Raluy: oficiero. 1043 copia, Baraut, DocUrgell 568 (Urgellia 5, p. 99), testamento del sacerdote Geribert: officiario. 1057 orig., Baraut, DocUrgell 697 (Urgellia 6, p. 77), testamento de Guillem Mir: quaterniones V de oficiero. 1077 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1388, p. 683, testamento de Gontric: uficiarii I. 1097 orig., Baraut, DocUrgell 1150 (Urgellia 8, p. 80), testamento del sacristán Guadall: offitiario meo. 1099 copia, CDipÀger 174, p. 439, donación de Bernat Onofre y su mujer a Sant Romà d’Estanya: officier. 1100 orig., DACCBarcelona 1719, p. 2656, publicación sacramental del testamento del juez Ramon Guitart: officionarium. Cf. DU CANGE, s. v. officiarium; BLAISE, LLMA, s. v. officiarium. 138 Cf. 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen: libro officiorum. 139 915 copia, DipRosselló 189, p. 213, donación de Riculfo, obispo de Elna: orationarios libros II. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Orationers VII. Cf. DU CANGE, s. v. orationarius (con la donación de Riculfo como único ejemplo); BLAISE, LLMA, s. v. orationarius; NIERMEYER, s. v. orationarius (adj.) y orationale (neutr.) y orationalis (masc.); DMLBS, s. v. orationarius. Según M. S. Gros («L’antic catàleg de la biblioteca del monestir de Ripoll», p. 139, p. 68), se trataría de un libro que contendría las oraciones sacerdotales que
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de pregarias, de oraciones’. Passionarius o passionarium140, de passio, con la variante pasion- y con la forma románica passioner, se define como ‘martirologio’, ‘libro que contiene los actos de los mártires’. Prosarius141, había que recitar al final de las diferentes horas del oficio divino a lo largo de todo el año litúrgico. 140 [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): passionario. 906 copia, Ordeig, Dotalies 33, p. 91 (DipOsona 71, p. 118), dotalía de la iglesia de Santa Maria de Manlleu: passionarium. 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, p. 86), dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts: passionario I. 957 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 303, p. 256 (DipOsona 789, p. 602), inventario de objetos litúrgicos de la catedral de Vic: Passionarios II. [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de la catedral de Seo de Urgel, p. 106: II Passionarios. 1011 orig., DACCBarcelona 161, p. 465 (Udina, La successió testata 89, p. 247), testamento sacramental del presbítero Guillarà: et iussit ad suos elemosinarios ut aprehendant ipsos suos quaternos XIII et addant ibi amplius usque quo perficiatur liber passionarium de toto [c]irculo, et offerant illud Domino Deo et domum Sancte Crucis Sancteque Eulalie propter remedium anime sue. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Passionaria IIII. 1086 copia, Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull): passioner I. Cf. 908 orig., DipOsona 78, p. 125, testamento de Idalguero, obispo de Osona: Passiones Apostolorum quodicem I. 1050 copia, Ordeig, Dotalies 188 A, p. 152 (Junyent-Ordeig, DipVic 1076, p. 392), dotalía de la iglesia de Sant Julià de Vilatorta: passiones sanctorum. Cf. DU CANGE, s. v. passionarius, passionarium; BLAISE, LLMA, s. v. passionarius (passionarium); NIERMEYER, s. v. passionarium; ARNALDI, Lexicon, s. v. passionarium (pasionarium); DMLBS, s. v. passionarius. 141 960 orig., Baraut, ActUrgell 34 (Urgellia 1, p. 95), fundación del monasterio de Sant Pere d’Escales: prosario I. 986 orig., CSCugat I 188, p. 158, testamento del levita Suniefred: prosario I. [1015-1018] orig., Junyent-Ordeig, DipVic 791, p. 130. testamento del levita Guitard: prosario. 1043 copia, Baraut, DocUrgell 568 (Urgellia 5, p. 99), testamento del sacerdote Geribert: proser. 1044 orig., Baraut, DocUrgell, ap. 27 (Urgellia 8, p. 144), publicación sacramental del testamento del sacerdote Geribert: proser. 1045 copia, DACCBarcelona 687, p. 1169 (CSCugat II 582, p. 248; Baraut, DocUrgell 588, Urgellia 5, p. 118), testamento del levita Ramon: Proser I. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Prosarios II. 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert: prosarium. Cf. DU CANGE, s. v. prosarius; BLAISE, LLMA, s. v. prosarium; COROMINES, DECat VI, col. 831a, l. 47-48, s. v. proser. Cf. ANGLÈS, La música a Catalunya, pp. 118-130; M. S. GROS, «Els més antics testimonis de l’ús dels tropus i de les proses a Catalunya», Revista Catalana de
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de prosa, con la forma románica proser, se trata de un ‘libro litúrgico que contiene prosas, también llamadas tropos’. Registrum142 es un ‘volumen que reúne diferentes obras de un autor’ y, a menudo, su colección de cartas. Responsorium143, con la forma románica latinizada responsero, a partir del significado de ‘responsorio’, se usa para referirse al ‘libro litúrgico que contiene los responsorios’, el mismo significado que tiene responsum144. Sermonarius o sermonarium145, de sermo, ‘libro que contiene sermones’. Y, finalmente, troparius146, del helenismo tropus, con la forma románica Teologia, 12 (1987) 117-123 y Els tropers prosers de la catedral de Vic. Estudi i edició, Institut d’Estudis Catalans, Barcelona 1999, pp. 23-41. 142 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Registrum Augustini. Cf. DU CANGE, s. v. registrum; BLAISE, Dictionnaire, s. v. registrum y LLMA, s. v. regestum (registrum); DMLBS, s. v. registrum. 143 post 1008 copia, Ordeig, Dotalies 123 B, p. 9 (CDipObarra 10, p. 14), dotalía de la iglesia de Sant Climent de Raluy: responsero. 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184. publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert: responsorio. 144 Cf. DU CANGE, s. v. responsorium, responsorius; DCVB, s. v. responser. 1097 orig., Baraut, DocUrgell 1150 (Urgellia 8, p. 80), testamento del sacristán Guadall: antifonario meo, cum responsis et psalterio. Cf. DU CANGE, s. v. responsum; BLAISE, LLMA, s. v. responsum. 145 [ante 900-901] Ordeig, Dotalies 24*, p. 75 (901 Baraut, ActUrgell 14, Urgellia 1, p. 71), dotalía de la iglesia de Sant Fructuós de Guils (transmisión indirecta): sermonario. 940 orig., Ordeig, Dotalies 56, p. 134 (Baraut, ActUrgell 29, Urgellia 1, p. 86), dotalía de la iglesia de Sant Miquel de Ponts: sermonario I. 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen: sermonario. 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Sermonarium I. Cf. DU CANGE, s. v. sermonarium; BLAISE, LLMA, s. v. sermonarium. 146 [930-960] copia, Gros, Inventario de los libros de la catedral de Seo de Urgel, p. 111: I Troper. 1053 copia, Baraut, DocUrgell 660 (Urgellia 6, p. 45), testamento del sacerdote Sunyer Guillem: troper. 1053 orig., Baraut, DocUrgell 662 (Urgellia 6, p. 48), publicación sacramental del testamento de Salla: tropero. 1059 orig., Baraut, DocUrgell 712 (Urgellia 6, p. 87), testamento de Arnau: troper cum imner. 1065 Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 419, p. 1206, testamento de Gerbert Bonuç: tropiero I. 1068 copia, Baraut, DocUrgell 816 (Urgellia 6, p. 178), publicación sacramental del testamento del sacerdote Isarn: tropario. Cf. DU CANGE, s. v. troponarium; BLAISE, LLMA, s. v. troparium; NIERMEYER, s. v. troparium; ARNALDI, Lexicon, s. v. troparium; DCVB, s. v. troper; COROMINES, DECat VIII, col. 858a, I. 59, s. v. troper.
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latinizada tropero y a menudo con la forma románica troper, alude a un ‘libro litúrgico que contiene prosas, también llamadas tropos’. Este procedimiento denominativo, como ocurría con los anteriores, no está exento del problema de los errores de lectura. La publicación sacramental del testamento de Dalmau Geribert es ilustrativa en este sentido. Así, este diploma menciona una serie de libros litúrgicos que el sacerdote lega, como un missal grosso, otro missale minore, un officiarium cum responsorio, un minario, un antifonario y un psalterium. También un prosarium, un martirologium y un quadragenarium: et dimisit Guitardo Boetii uacca I obtima cum suo uitulo, simul cum uno berregano albo et uno missal grosso. Item dimisit Sancte Marie de Palaciolo missale uno minore et unum officiarium simul cum responsorio et minario et antifonario et psalterio. Et dimisit Sancte Crucis Sancteque Eulalie suum prosarium et martirologium et quadragenarium147.
De nuevo el término minario, que algunos estudiosos mencionan en sus obras148, es una palabra fantasma fruto de un error del editor moderno, puesto que la persona que en el s. XIII copió el diploma en los Libri Antiquitatum149 escribe algo compatible con minario, pero también con imnario, que ha de ser la lectura correcta. Ciertamente, confundido por los palos de la m y la i, el último editor leyó minario en lugar del correcto imnario.150 Por otro lado, como hemos ido viendo al tratar cada una de las voces de este apartado donde hemos señalado las formas románicas, latinizadas o no, en el latín medieval de los siglos IX al XI en los territorios correspondientes 147 1082 copia, DACCBarcelona 1408, p. 2184, publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert. 148 Por ejemplo, J. BAUCELLS I REIG, Vivir en la Edad Media: Barcelona y su entorno en los siglos XIII y XIV (1200-1344), vol. 2, CSIC, Barcelona 2005, p. 122, nota 125 (Anejos del Anuario de Estudios Medievales, 57). 149 El Archivo de la Catedral de Barcelona (ACB) guarda los Libri Antiquitatum, cartulario recopilado a inicios del siglo XIII. En vol. III, n. 17, f. 9a-d, se halla la publicación sacramental del testamento del sacerdote Dalmau Geribert. Higini Anglès, que lo debió de leer directamente de ahí, menciona un imnario. Cf. ANGLÈS, La música a Catalunya, p. 125. 150 Para un análisis detallado de la palabra fantasma minario, cf. PUIG RODRÍGUEZESCALONA, «Mots fantasmes: una història sense fi», (en prensa).
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al dominio lingüístico del catalán se transparenta ya la existencia de la lengua romance. Las formas románicas adelantan, en muchos casos, las primeras dataciones dadas por el romanista Joan Coromines en su magna obra lexicográfica. Así, por ejemplo, el término proser, cuya primera aparición Coromines151 data en 1299, se lee en el testamento del sacerdote Geribert de 1043: Et ad Remon nepoto meo remaneat ipso meo officiario et ipso proser simul cum ipsa uexela que abeo in An152.
Asimismo, la voz troper, cuya primera aparición Coromines153 señala en el testamento del sacerdote Sunyer Guillem de 1053,154, puede adelantarse al siglo X, entre 930 y 960, época de que data la primera parte del inventario de los libros de Seo de Urgel, donde se lee I troper. Otros casos en los que podemos fechar primeras dataciones tempranas de términos catalanes son: himner (1047 y siguientes)155, missal (960)156, officier (1099)157 y passioner (1086)158. Esta lengua románica que cada vez con mayor frecuencia aparece en nuestro latín medieval puede llegar incluso a interferir en el léxico latino creando nuevas palabras.159 Ocurre esto con el diminutivo missaletus160 151
COROMINES, DECat VI, col. 831a, l. 47-48, s. v. prosa. 1043 copia, Baraut, DocUrgell 568 (Urgellia 5, p. 99), testamento del sacerdote Geribert. 153 COROMINES, DECat VIII, col. 858a, l. 59, s. v. trobar. 154 1053 copia, Baraut, DocUrgell 660 (Urgellia 6, p. 45), testamento del sacerdote Sunyer Guillem: Et ipsos meos libros que habeo remaneant a Sancto Petro de Sede, id est ipso antiphanario et licianero et ipso troper. 155 1047 et ss. copia, Junyent, Oliba Not. 9, p. 399, inventario de los libros de Ripoll: Ymners X. 156 960 copia, Ordeig, Dotalies 77, p. 186 (959 DipPallars 178, p. 378), dotalía de la iglesia de Santa Maria de la Vall d’Axen. 157 1099 copia, CDipÀger 174, p. 439, donación de Bernat Onofre y su mujer Ponça a Sant Romà d’Estanya. 158 1086 copia, Ordeig, Dotalies 209 B, p. 192, reconocimiento de libros y ornamentos (dotalía de Sant Martí del Brull). 159 Cf. T. GRACIA SAHUQUILLO – P. J. QUETGLAS, «Interferències del llatí medieval en la formació del lèxic romànic», Archivum Latinitatis Medii Aevi. Bulletin Du Cange, 63 (2005) 207-214. 160 1013 orig., Baraut, DocUrgell 328 (Urgellia 4, p. 43), publicación sacramental del testamento del presbítero Martí: et ad Codemare I psalterio, et ad Alberto presbitero 152
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(variante misaletus). En efecto, de la voz latina missale procede el catalán missal cuyo diminutivo missalet está en el origen del término latino missaletus. Finalmente, una última peculiaridad del latín medieval tiene que ver con la expresión de la personalidad del escriba, el sujeto que elabora los diplomas. Es evidente que la falta de formación del redactor de un diploma es un factor decisivo en las variantes y deturpaciones de un término, pero puede ocurrir que su erudición y la voluntad consciente de imprimir su marca personal en el documento que escribe conlleven el uso de un léxico extraño. Así, el presbítero Adanagildus, que en 888 redacta el acta de consagración y dotación de la iglesia de Sant Andreu de Tona, al consignar los libros litúrgicos con que la dotan, menciona que el presbítero Albarus le entrega un misal, un leccionario y un organum: ad ipsius dedicationem tradimus [nos], ego Albarus, [presbiter], calicem et patenam, missalem, lectianarium et organum, casullam, alba et stola161.
Y en 1086 en la publicación sacramental del testamento de Guillem Gualter dictada por el juez Ermengol de Urgel162, hombre que sobresale por su erudición y su virtuosismo léxico, leemos que tras legar su antifonario a Miro Erimannus, deja su nablum a un tal Guillem Seniofred: Suum uero nablum in seruicio Sancte Marie prephato Guilelmo cessit163.
I misale, et ad Matifredo I misaleto. post 1042 orig., CDipÀger 12, p. 216, copia del testamento de Martí, sacerdote de Àger: et ipsos libros remaneant ad ipsas ecclesias de Ager pro anima de patre meo uel matre, uel pro anima mea uel pro fratribus meis; id sunt uno missale, et II antifonarios, et II missaletos. 1077 orig., Junyent-Ordeig, DipVic 1388, p. 683, testamento de Gonfric: misallet I. 161 888 orig. Ordeig, Dotalies 10, p. 36 (DipOsona 9, p. 73), dotalía de la iglesia de Sant Andreu de Tona. 162 Cf. M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA – P. QUETGLAS NICOLAU – A. GÓMEZ RABAL, «Virtuosismes lèxics més enllà de la literatura», Miscellanea philologica et epigraphica Marco Mayer oblata. Anuari de Filologia. Antiqua et Mediaevalia, 8 (2018) 756-763. 163 1086 orig., Baraut, DocUrgell 1032 (Urgellia 7, p. 154), publicación sacramental del testamento de Guillem Gualter.
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Afortunadamente se conserva el testamento de Guillem Gualter escrito por el joven clérigo Berenguer sobre el que se redactó, algo más de dos meses después, la publicación sacramental164. El pasaje paralelo al anterior reza así: Psalterium uero meum in seruicio Sancte Marie Guilelmo Seniofredi dimitto165.
Por consiguiente, nablum y psalterium son sinónimos. La explicación del uso de nablum reside en el gusto por la consulta de glosarios a la búsqueda de términos extraños y eruditos. La presencia de nablum seguramente se explica por la siguiente glosa, que justifica asimismo el término organum:
salmorum liber: grece psalterium, hebraice nabla, latine organum dicitur166.
Glosa que procede de Isidoro, Etymologiae VI 2, 15: Psalmorum liber Graece psalterium, Hebraice nabla, Latine organum dicitur. Decíamos al inicio que tratar de los nombres de los libros en la Alta Edad Media podía resultar, en cierta manera, laberíntico y de ahí el título de este trabajo. A estas alturas ya debe de ser manifiesto el porqué. Ciertamente, hemos transitado por la maraña de los procedimientos, a menudo vagos y ambiguos, que se usan en la Alta Edad Media para 164
La ley goda vigente en los condados catalanes establecía que un testamento, para que tuviera fuerza legal, en el decurso de los seis meses posteriores a la muerte del testador, tenía que ser presentado ante un juez que tenía que verificar su autenticidad y asegurar su publicación bajo la forma de documento escrito, documento que denominamos publicación o adveración sacramental. Así, la práctica judicial en la Cataluña altomedieval comporta la existencia de dos documentos, el testamento y su adveración sacramental, con el mismo contenido. Cf. A. M. UDINA ABELLÓ, «La adveración sacramental del testamento en la Cataluña altomedieval», Medievalia, 12 (1995) 51-64; ZIMMERMANN, Écrire et lire en Catalogne, pp. 26-36 y P. J. QUETGLAS NICOLAU – M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA, «L’edició de documents medievals: problemes, recursos i solucions. El cas de les dobles edicions», Anuari de Filologia. Antiqua et Mediaevalia, 4 (2014) 85-101. 165 1086 orig., Baraut, DocUrgell 1029 (Urgellia 7, p. 149), testamento de Guillem Gualter. 166 Barcelona, ACA, ms. Ripoll 74 (glossarium VI, ff. 67r-74r ).
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nombrar los libros, examinando hasta un total de siete, aunque lo que la intrinca más son, como hemos ido viendo, las características especiales del corpus, con falsificaciones y errores de copia, y también las peculiaridades lingüísticas del latín medieval, sus variantes, deturpaciones, palabras fantasma, innovaciones léxicas y semánticas, la presencia de la lengua románica y sus interferencias, así como la expresión de la personalidad del escriba. Con todo ello ha de bregar el lexicógrafo que se dedique al latín medieval.
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Y
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(ABREVIATURA
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PERE J. QUETGLAS* PARA PROBLEMAS, LOS COLORES. VARIACIÓN E INNOVACIÓN EN LA TERMINOLOGÍA CROMÁTICA DE LA LATINIDAD ALTOMEDIEVAL HISPÁNICA
La subjetividad de las valoraciones reflejada en la máxima latina de gustibus non est disputandum, de origen desconocido, encontró en buena época una versión castellana en la forma «para gustos, los colores». He aquí, pues, la justificación del título de este trabajo que no es más que una adaptación de esta máxima cogida un poco por los pelos, pero que tiene en cuenta la variabilidad y adaptabilidad del espectro del color. Cuando combinamos color y léxico, nos estamos enfrentando necesariamente a un mundo de problemas, del mismo nivel, por lo menos, del que podríamos encontrar al abordar el campo léxico de los animales marinos llamados peces o al de la dificultad relacional que proverbialmente se atribuye, con toda la razón, a la familia de Augusto. En un reciente encuentro de lexicografía latina medieval celebrado en Valladolid1 y que reunía a los grupos de lexicografía de la Península Ibérica, algunos de ellos asociados recientemente en una red de *
IRCVM (Universitat de Barcelona), IEC. Gran Via de le Corts Catalanes 585, 08007 Barcelona (España). [email protected]. Este trabajo ha sido elaborado en el seno del equipo del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae, beneficiario del proyecto «Informatización del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (8)», subproyectos «Ampliación y desarrollo de la base de datos Corpus Documentale Latinum Cataloniae (CODOLCAT) (2)» (FFI201677831-C2-1-P) y «Redacción del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae (GMLC) (2)» (FFI2016-77831-C2-2-P), sufragados por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y beneficiario, asimismo, del reconocimiento como Grupo de Investigación Consolidado (2017SGR) de la Generalitat de Cataluña y de las ayudas del Institut d’Estudis Catalans (IEC) y de la Union Académique Internationale (UAI). Asimismo, el equipo del CODOLCAT forma parte de la Red de Excelencia Corpus Documentale Latinum Hispaniarum (CODOLHisp) reconocida y sufragada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad a través de su Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia (FFI2016-81889REDT). 1 Las palabras del paisaje y el paisaje en las palabras, IV Seminario de Lexicografía Medieval Hispana, Universidad de Valladolid, 2-3 de febrero de 2017.
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excelencia (Corpus Documentale Latinum Hispaniarum), se pusieron sobre la mesa las posibilidades derivadas de la confección de corpus paralelos, ya que daban a los investigadores la oportunidad de realizar prospecciones léxicas contrastivas, cuyo alcance no éramos capaces de vislumbrar en su totalidad. Recogiendo el guante lanzado en esta reunión y como continuación y ampliación de la ponencia que allí presentamos mi colega Ana Gómez Rabal y yo mismo y que tenía como tema los colores del paisaje2, surgió la idea de realizar una primera exploración para constatar lo que puede dar de sí esta metodología, aplicándola al campo léxico de los colores y contando con los medios disponibles actualmente gracias al gran avance que supone lo que se ha dado en llamar humanidades digitales. Se trata, por tanto –insisto en ello–, de una tentativa de exploración metodológica sobre un campo como el de los colores, seleccionado con demasiada alegría y confianza y sin saber muy bien hasta dónde nos podría llevar. El primer objetivo tenía que ser, obviamente, la delimitación de los componentes del campo léxico de los colores, ajustándolo a los términos que los definen y que son básicamente los adjetivos. Marcado el primer objetivo nos centramos en realizar una recopilación lo más exhaustiva posible, pero limitada a tres zonas o a tres corpus, como se prefiera, Cataluña, Galicia y León, o lo que es lo mismo, CODOLCAT, CODOLGA y LELMAL3, pensando evidentemente en el estado de elaboración de los mismos, pero también y muy especialmente en la medida que ofrecían la posibilidad de cotejar datos cronológicamente 2
Para la publicación resultante, véase P. J. QUETGLAS – A. GÓMEZ RABAL, «El paisaje inexistente», en E. PÉREZ RODRÍGUEZ (ed.), Las palabras del paisaje y el paisaje en las palabras de la Edad Media. Estudios de lexicografía medieval hispana, Brepols, Turnhout 2018, pp. 315-338 (Corpus Christianorum Lingua Patrum, 11). 3 Los dos primeros, CODOLCAT (Corpus Documentale Latinum Cataloniae) y CODOLGA (Corpus Documentale Latinum Gallaeciae) son libre y directamente accesibles en línea: http://gmlc.imf.csic.es/codolcat y http://corpus.cirp.es/codolga; en cambio el acceso al campo correspondiente al LELMAL tiene que hacerse a través de la correspondiente publicación: Lexicon Latinitatis Medii Aevi Regni Legionis (s. VIII-1230) Imperfectum, editioni curandae praefuit Maurilio PÉREZ, Brepols, Turnhout 2010; se puede complementar con la consulta del Léxico hispánico primitivo (siglos VIII al XII). Versión primera del Glosario del primitivo léxico iberorrománico, proyectado y dirigido por R. MENÉNDEZ PIDAL, redactado por R. LAPESA con la colaboración de C. GARCÍA; edición al cuidado de M. SECO, Espasa Calpe, Madrid 2004.
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similares, estableciendo un límite final que no fuera mucho más acá del siglo XII, y ello por razones de tipo práctico, aunque con cierta laxitud. Aparte de las razones prácticas a las que acabamos de aludir y que hicieron que dejáramos al margen, de momento, el CODOLPOR y el CODOLVA4, los corpus o los territorios seleccionados tenían además la ventaja de que los latines medievales por ellos estudiados se localizan en ámbitos de lenguas vernáculas diferentes: gallego, catalán y lo que pudieran haber sido o vayan a ser el leonés y el asturiano. De esta forma la zona geográfica estudiada comprende, a grandes rasgos y con algunas soluciones de continuidad como las representadas por el País Vasco y Navarra, la franja norte de la península Ibérica. En este sentido, nos hemos permitido algunas libertades, como, por ejemplo, asociar los testimonios asturianos con los leoneses, en la medida que esto nos permitía establecer cortes territoriales verticales. Y lo mismo hemos hecho, aunque en menor medida, con los términos portugueses con respecto a los gallegos. Igualmente lícito hubiera sido asociar los ejemplos asturianos con los gallegos, en función de la proximidad, pero en ese caso habríamos tenido que retocar la división vertical. Del mismo modo hemos asociado de forma más o menos laxa con el corpus del LELMAL los testimonios castellanos, que, dicho sea de paso, se han tenido en cuenta con mucha mesura. A partir de ahí el proceso ha consistido en una búsqueda sistemática, cuyo resultado se ha plasmado en una serie de cuadros como el siguiente, en el que se agrupan los términos de color por ámbitos, de una forma intuitiva e hipotética, y guiándonos también por las definiciones que han podido encontrarse en los léxicos y diccionarios. Atendiendo al hecho de que las definiciones, tratándose de colores, en ocasiones resultan como mínimo sospechosas, la adaptabilidad del sistema se ha mostrado muy útil. Así, por ejemplo, éste sería el cuadro que representaría el ámbito del blanco:
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CODOLPOR (Corpus Documentale Latinum Portucalense): http://codolpor. ul.pt; CODOLVA (Corpus Documentale Latinum Valenciae): http://codolva.ivitra. ua.es. En algunas ocasiones, pocas, hemos aprovechado algún ejemplo portugués incluido en el CODOLGA.
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albus CAT GAL
LE
blancus CAT GAL
candidus LE CAT GAL
LE
canus CAT GAL
LE
équid.-bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
Podemos ver representados en la línea horizontal superior los elementos léxicos recogidos. La aparición de cada uno de ellos se distribuye en los tres corpus léxicos señalados antes. Luego, en vertical, recogemos en nueve ítems los referentes a los que se aplican los adjetivos citados, a saber: el primero para équidos y bovinos, y el segundo para el resto de los animales; el tercero recoge un campo que a la postre ha resultado ser muy poco productivo, el dedicado a los árboles frutales; el cuarto agrupa los objetos de orfebrería y utilería, entendidos en sentido amplio, pues incluye elementos propios de la cocina o de los arneses de las caballerías, de forma que quizá con más propiedad podríamos hablar de objetos metálicos, aunque ello tampoco sería exacto ya que también pueden aparecer objetos construidos a base de madera; luego tenemos tres campos bastante relacionados que comprenden los tejidos y la pieles, las prendas de abrigo o de cama de carácter ordinario, y las prendas eclesiásticas. Situar les prendas eclesiásticas en un apartado propio creo que era necesario dado el especial papel que juegan los colores en la liturgia católica. Los dos últimos apartados se dedican a los accidentes geográficos, entendidos en sentido amplio, uno, y a cualquier elemento no incluido en los campos anteriores, el etiquetado con el epígrafe «otros». Por otro lado, hemos dejado expresamente al margen todo el campo de la antroponimia debido a la distancia conceptual que media entre el nombre y el referente, en contra de lo que suele suceder en el caso de los topónimos: un individuo llamado «rojo» no tiene por qué tener este color. Hay que insistir de nuevo en el carácter de probatura que tienen éste y los demás cuadros, dado que su fijación final, que no definitiva, se ha ido forjando a base de tentativas y correcciones, si bien al final ha quedado demostrado, o al menos así lo espero, que no resultaba en el
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fondo una mala selección. Con todo, he de señalar que me he quedado con las ganas de desdoblar uno de los campos, justamente el primero de los que aparecen, diferenciando los équidos de los bovinos (digo bovino y no bóvido, porque los bóvidos, además de las vacas y toros incluyen también las cabras). Los motivos que me inducen ahora a pensar así los expondré luego. El resultado final han sido 14 cuadros, distribuidos en 9 ámbitos y sumando un total de 54 denominaciones (este es el número resultante después de sustraer dos ítems repetidos expresamente, falvus y feruz, de acuerdo con las especificaciones que se hacen más abajo). El detalle de los cuadros junto con las citas y notas que los acompañan pueden verse en el anexo de este trabajo5. Ya avanzo y prevengo para evitar falsas expectativas que no voy a dar ningún recuento segmentado por corpus que pueda permitir una comparación entre los mismos. Se trata de una opción deliberada puesto que en ningún momento ha estado en nuestro ánimo la voluntad de establecer ningún tipo de competición o ranking; eso lo dejamos para las universidades. Debo añadir, además, que no hemos sido demasiado escrupulosos a la hora de incluir un término en un único campo, ya que de esta forma evitamos comprometernos demasiado en una distribución a priori, que en ocasiones puede resultar problemática, como vamos a ver. Así, podemos ver que el término falvus, aparece en el ámbito del amarillo (Cuadro 2: Ámbito del amarillo 2) y del rojo (Cuadro 12: Ámbito del rojo 3), no por descuido, que también pudiera ser, sino como reflejo de la inestabilidad o no universalidad de la forma de concebir o aprehender una misma realidad. En concreto, este término se puede definir como ‘rojizo amarillento’ o ‘amarillento rojizo’, de modo que a priori no podemos preferir su inclusión en un ámbito en detrimento de otro. En el mismo sentido, hemos recogido agrupados bajo el mismo epígrafe feruz (Cuadro 3: Ámbito del azul), los ejemplos que en el Cuadro 6: Ámbito del gris 2 se presentan repartidos entre los epígrafes ferrucius y feruz. Hemos descartado asimismo de forma consciente algunos términos por no referirse estrictamente a colores sino a la forma o al dibujo que toman las partes coloreadas; esto sucede de forma especial en el caso de la piel de los animales y muy específicamente de los équidos (balzanus, 5
Con respecto a los ejemplos que aducimos como testimonio, debe tenerse en cuenta que se reproducen manteniendo la ortografía y la forma de citar correspondiente al corpus del que se toman.
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berrendus, bragadus, pintus, raudanus, sircus, varius), pero también en la combinación de colores en los tejidos (polimitus / polemitus, viadus). De la dificultad y variabilidad de las caracterizaciones puede dar un buen ejemplo el caso de balzanus. El termino balzanus podemos encontrarlo en trabajos lexicográficos referidos al latín altomedieval definido con las siguientes variaciones: Balzanus «Decíase del caballo que tiene manchas blancas en los pies»6. «Del adjetivo vasco baltz que significa ‘negro’ procederían las formas balzan y balzanus»7. «Que tiene el pelo mezclado de dos colores (se dice de los caballos). O tal vez mejor, ‘que tiene pelos blancos entremezclados con los del color dominante’»8. caballo colore rubio balzano: «caballo rubio alazán, es decir de color leonado o rojizo»9.
Fijado pues, el marco y la metodología de nuestro estudio, voy a referirme a los problemas con los que me he encontrado y a las posibilidades, resultados y corolarios que se pueden extraer de un estudio contrastivo como éste. Empecemos por los problemas. El primer problema, y no el menor, es el que resulta del diferente estado de los corpus con los que hemos trabajado, y en consecuencia, debemos anticipadamente dar por descontada la imposibilidad de alcanzar la exhaustividad a día de hoy. Por otro lado, las posibilidades que ofrecen el CODOLGA y el CODOLCAT de realizar consultas electrónicamente son diferentes a las que ofrece el LELMAL, de modo que en este caso la información hemos tenido que obtenerla buceando en el Lexicon Imperfectum10 y completándola con la consulta del Léxico hispánico 6
LHP, s. v. balzano. J. VARELA SIEIRO, «El campo del color en documentos altomedievales de Galicia», en A. M.a ALDAMA (ed.), De Roma al siglo XX, vol. I, Sociedad de Estudios Latinos – Universidad Nacional de Educación a Distancia – Universidad de Extremadura, Madrid 1996, p. 579. 8 GMLC, vol. I, s. v. balzanus. 9 M.ª R. FORT CAÑELLAS, Léxico romance en documentos medievales aragoneses (siglos XI y XII), Diputación General de Aragón, Zaragoza 1994, n.º 276/3. 10 Cf. nota 3. 7
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primitivo11. Asimismo, en algunos casos hemos utilizado estudios específicos como los de Xaime Varela Sieiro12, Maria Grossmann13 o M.ª Rosa Fort Cañellas14, y que resultan siempre útiles para contrastar puntos de vista diferentes y que además nos permiten ensanchar más, en algún caso, el terreno de estudio, y evitar las soluciones de continuidad. Un segundo problema es el de la identificación de los elementos léxicos, pues puede darse el caso, como de hecho se da, de que una forma refiera un color en un territorio, pero no en otro. Y además esta relación puede no mantenerse estanca a lo largo del tiempo. Esta casuística se da en bastantes ocasiones, algunas solucionables y otras sin solución posible. Podemos ver en el esquema que sigue un mínimo inventario de casos en que un supuesto color puede no usarse como tal, sino como referente de: a) Una piel o un tejido: casos de gris, gingaue, purpura, scarlata, brunus... b) Un metal: argenteus, auratus. c) Un fruto o una tela: castanea. d) Un nombre: Ferrucius. e) Un tinte: diarhodon. Gris, que puede significar ‘de color gris’ o ‘de piel de ardilla de color gris’, sólo se recoge como color en el CODOLCAT / GMLC. Y, viceversa, castanea es un color o un fruto en el CODOLGA y sólo es una tela en el CODOLCAT15. Brunus sólo es color en el ámbito del CODOLCAT, pero 11
Cf. nota 3. J. VARELA SIEIRO, «El campo del color», pp. 573-583. X. VARELA SIEIRO, Léxico cotián na alta idade media de Galicia: o enxoval, Ediciós do Castro, Sada 2003. X. VARELA SIEIRO, Léxico cotián na alta idade media de Galicia: a arquitectura civil, Universidade de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela 2008. 13 M. GROSSMANN, Colori e lessico. Studi sulla struttura semantica degli aggettivi di colore in catalano, castigliano, italiano, romena, latino ed ungherese, Gunter Narr, Tübingen 1988. 14 FORT CAÑELLAS, Léxico romance en documentos medievales aragoneses. 15 Me tomo la libertad de utilizar este reduccionismo terminológico. Siempre que hablamos de CODOLCAT, CODOLGA o LELMAL debe entenderse que nos referimos a los documentos recogidos en estos corpus. Sin embargo, a fin de evitar confusiones se han filtrado los resultados de manera que hemos eliminado del ámbito 12
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no lo es en el ámbito del LELMAL o del CODOLGA, donde bruno, bruneto o bruneta es siempre una tela. Sin embargo, ejemplos como galabrun o kalabum (Liébana) dan mucho que pensar16. Particularmente interesante resulta el caso de argenteus de cara al establecimiento de un proceso de desambiguación. Resulta evidente que el adjetivo argenteus puede significar por un igual ‘hecho de plata’ que ‘plateado’ o ‘de color de plata’. Realizar esta distinción cuando el referente es un objeto de orfebrería resulta imposible, pues incluso en algunos casos como el de la catedral de Vic: 971 Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 346: stola argentea III cum fanone I.
Donde, pese a que el adjetivo se refiere a una prenda, resulta evidente que no refiere el color de forma directa sino un bordado con hilo de plata. La solución evidentemente la hemos de buscar (si es que se puede o se da) en la aplicación del adjetivo a alguna entidad que no pueda ser entendida como materia, sino como color en sentido estricto, como sería, por ejemplo, el caso de los animales. Así, mirando y remirando los ejemplos, muchos, de aparición del adjetivo en cuestión en que el referente es siempre un objeto de orfebrería, de repente topamos con una capra argentea17 y pensamos que lo hemos logrado. Pero mirando con mayor detalle el documento uno se da cuenta que una cabra en medio de cruces y coronas pinta poco y mal, y que por tanto se impone una corrección de capra por capsa, que es lo que posteriormente constatamos que recoge la edición del Tumbo de San Julián de Samos realizada por M. Lucas Álvarez18, con lo que todo queda como estaba. Pero no, a fuerza de insistir uno acaba topándose, si no con gallego los ejemplos que pese a aparecer en este corpus pertenecen al ámbito del LELMAL. 16 Cf. Cuadro 8: Ámbito del negro 1, s. v. brunus, nota 16. 17 922 Sarmiento, Hordoño. 18 M. LUCAS ÁLVAREZ, El tumbo de San Julián de Samos (siglos VIII-XII). Estudio introductorio. Edición diplomática. Apéndices e índices, Publicacións da Obra Social de Caixa Galicia, Santiago de Compostela 1986. También recoge la lectura capsa la edición de la Copia realizada por J. Santos Puerto en Fr. M. SARMIENTO, Notas al Privilegio concedido por Ordoño II al Monasterio de Samos. Y reflexiones sobre archiveros. Estudio preliminar, edición e índices por J. SANTOS PUERTO, Museo de la Educación de la Universidad de la Laguna, La Laguna – Santa Cruz de Tenerife 2013.
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una cabra, sí con una cabritilla, que en ese caso no puede resolverse en nada que no sea el animal. Claro que el ejemplo no pertenece en sentido estricto a ninguno de los corpus estudiados, pero hemos de admitir que si argenteus es un color en Santo Toribio de Liébana, bien podría serlo en León o en Galicia y, por qué no, también en Cataluña. Pero sin olvidar que posibilidad no quiere decir realidad: 941 Liébana 45, p. 54: duos cauallos et ircula argentea.
Un tercer problema es el de las variantes. Manejar un corpus léxico de los colores puede resultar muy problemático, si no se establecen algunas limitaciones agrupando la multiplicación de formas derivadas, diminutivas, alternantes, etc. Así, el número de ítems detectado debe tomarse con la precaución necesaria y tener en cuenta este factor. Los latines medievales entre los que nos movemos han reorganizado el sistema derivativo o formativo propio del latín clásico a base de prefijos. Así, del uso de prefijos como sub o super, que servía en latín clásico como elemento matizador de la posesión de un rasgo en una cantidad menor o más diluida, casi no quedan testimonios en nuestros corpus. Por tanto, es inútil intentar buscar rastros de un sistema que para significar el sentido de ‘rojizo’ recurría a la forma subrubeus, en oposición a la forma simple rubeus con el significado pleno de ‘rojo’, o de superubeus, para el de ‘rojo intenso’19. En substitución de los prefijos este latín medieval nuestro recurre, y con abundancia, a los sufijos. Así, para marcar las tonalidades del rojo, en lugar del subrubeus antes mencionado encontraremos: rubiolus, rubione, rubianus, ruvial, ruviela, rubicundus, rubenti, formas a las que habría que añadir las variantes de la forma básica rubeus: ruveus, ruvius, rubio, y, por supuesto, las formas claramente romances como rojo, roxo, roio, roig, etc. Hacer el seguimiento de toda esta inmensa variedad, puede ser interesante para estudios más detallados de distribución de las formas, pero se nos escaparía de las manos en un estudio de conjunto como el que nos hemos aventurado a intentar. En consecuencia, consideramos incluidos bajo la rúbrica rubeus todas las formas que son variantes o derivadas de ella, tal y como hemos ejemplificado antes. Y hemos procedido de igual forma con todos los adjetivos estudiados. En la tabla siguiente podemos ver, a guisa 19
Sobre el sistema de prefijos, véase B. GARCÍA HERNÁNDEZ, Semántica estructural y lexemática del verbo, Avesta, Reus 1980.
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de ejemplo, las variantes incluidas dentro del apartado correspondiente a cuatro ítems del ámbito del rojo: rubeus rubens rubianus rubicundus rubiolus rubione rubius / rubio ruveus ruvial ruvielus ruvius /ruvio
roseus roselus rosellus rusellus
ruseus roig roio rojo roxo russus
vermiculus bermejo bermello vermel vermelio vermellus
Hasta aquí las dificultades; veamos ahora qué conclusiones, corolarios, ventajas o enseñanzas podemos extraer, aunque sea de modo parcial o provisional. Un primer aspecto a dilucidar es el del establecimiento o fijación del cómputo de cuántos son los colores que aparecen citados. Incumpliendo en parte lo que he anunciado anteriormente, aquí sí que voy a establecer una comparación, pero lo hago sólo para justificar el recurso al uso de bases de datos o corpora. En este aspecto resulta evidente que el tema en su conjunto ha interesado poco o, si ha interesado, los resultados a los que se llegaba eran ciertamente pobres, ya fuera por carencia de medios o bien de materiales. Así, centrándonos en el terreno que abarca el CODOLCAT, y partiendo del inventario realizado por Maria Grossmann20, en un libro que, aunque tiene un título más extensivo, se dedica básicamente al ámbito catalán, hallamos la relación que sintetizamos esquemáticamente en el siguiente cuadro en lo que se refiere a términos detectados en los siglos IX a XII:
20
GROSSMANN, Colori e lessico, p. 113.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
Color / Siglo baio / baig blanco blavo bruno falvo ferrando/-ano gris / griso lauro / lor mauricello moreno nigro parduca rubio /roio rubial sor vermelio
IX
x
X x x x
x
x x
x x x
x x x x
x
x
x
XI x x x x x x x x x x x x x x x
59
XII x x x x x x
x
x
En resumen, Grossman ofrece 40 registros en cuatro siglos que se reparten un total de 16 colores. ¿Es esta la realidad que nos envuelve? Veámoslo. Sin salirnos del terreno estricto del CODOLCAT, en el ámbito del «blanco», sin ir más lejos, el estudio de Grossmann no refleja la existencia de citas de albus ni de candidus. En el ámbito del negro falta fuscus. En el ámbito del rojo, roseus y russeus, ruber, granatus, purpureus. En el ámbito del gris, ferrucius y saxus. En el ámbito del amarillo, junto al citado falvus, faltan amarellus, croceus, deauratus, diacitrinus, fulvus, grocus. Ya llevamos 16, es decir que hemos doblado la lista de Grossmann. Y todavía habría que añadir el ámbito del verde, que no aparece en Grossmann, representado por viridis y diaprasius. Otro aspecto que llama la atención a quien se acerque a este proceloso mar es el que afecta a la distribución o agrupación de los colores. Así, si nos fijamos en los cuadros en su conjunto podemos observar que en algunos casos el léxico usado es reducido y que además se agrupa de forma compacta en unos pocos lemas que mantienen un uso generalizado. Vemos, por ejemplo, la agrupación que nos muestra el campo del color verde:
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Cuadro 13 Ámbito del verde viridis CAT équid.-bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
GAL
LE
virens CAT
GAL
LE
diaprasius CAT GAL
LE
x x x x x
x x x x x
x x x x x x
x x o
o
o
o
Como puede observarse los testimonios se agrupan en una inmensísima mayoría en el lema viridis de forma totalmente compacta, de forma que las formas complementarias son residuales y poco punto más que anecdóticas. Virens, es problemática por su doble sentido de ‘verde’ o ‘que brota’, aparte de compartir etimología con viridis, y, por tanto, la única forma alternativa es el diaprasius o dioprasinus que hallamos en el testamento de Riculfo, obispo de Elna: 915 HLanguedoc V, pr. 42, col. 8135: dono... casulas episcopales III, unam dioprasiam et alias duas deorodonas.
En el caso de viridis tenemos un lema muy general, latino o de origen latino, y que se usa prácticamente en todos los campos. Si no se da en el caso de los animales, es por motivos obvios, de momento todavía no tenemos perros verdes21 ni vacas verdes, aunque todo se andará. Una situación similar se da en el caso del color blanco y del color negro, en los que hallamos también unas agrupaciones compactas en torno a albus y niger, que son igualmente términos latinos junto con sus derivados: 21
En esas andábamos cuando no dejan de salir en la prensa noticias referentes al nacimiento de perros verdes. Se trata de animales sobreexpuestos al efecto de una substancia llamada biliverdina, contenida en la placenta, pero cuya influencia se pierde con el paso del tiempo de forma que los animales recobran su color natural.
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Cuadro 4 Ámbito del blanco
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
albus CAT GAL x x
LE x
x
x
x x x x x
x x x x x x
blancus CAT GAL x
LE
candidus CAT GAL
canus CAT GAL
LE
x
x x x x x
LE
x x x x
x x
x
x
x
x x o
x
o
Cuadro 8 Ámbito del negro 1
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
brunus CAT GAL x
LE
fuscus CAT GAL x
LE x
maurinus CAT GAL x
LE x
niger CAT GAL LE x x x
x x x* x* x x
x
?
x
x x
x ? o
x
x x x
x x x x
x x x x
x
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Diferente es la situación con la que topamos en el caso del color azul. Cuadro 3 Ámbito del azul CORPUS azul blavus cardenus piscinus feruz* COLOR CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE équid.x bov. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/ piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
x
x x
x
x* x x
x x
x x
x
x o
o
x x
x
x*
x o
o
o
o
En primer lugar, a diferencia de lo que sucedía en los otros casos aquí no tenemos ningún término que presente una distribución compacta, sino que el impacto está muy repartido. Llama la atención la no existencia de ejemplos descendientes directos del latín, tipo caeruleus, así como la escasísima presencia del término «azul», el esperable en función de la general implantación posterior en Galicia y León, que contrasta con la lógica implantación de blavus en el territorio de Cataluña. En el caso de Galicia22 y León, el hueco parece ocuparlo el término «cárdeno». Un tema importante a la par que muy difícil de solucionar es el referente a la identificación exacta de los colores. En este, como en otros campos, la realidad es muy variable y resulta yo diría que imposible en términos absolutos lograr la exacta identificación de un color a partir de unos textos, por supuesto no iluminados. Sin embargo, partiendo de la base de que la exactitud será siempre difícil de alcanzar, de vez en cuando 22
El único ejemplo que hemos podido testimoniar corresponde al monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos): 944 Cardeña, p. 56: manto azul in V solidos adpreciato.
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resulta alentador hallar datos o informaciones que pueden ayudarnos a lograr una mayor precisión23. Veamos un caso concreto, que además me va a obligar a faltar al propósito más firme que tenía cuando comencé a trabajar con colores, y que era el de no meterme con el color de los caballos. Como antiguo aficionado a las carreras de trote enganchado con sulky, he de confesar para vergüenza mía que nunca he entendido cómo se lo montan los autores de los programas de carreras a la hora de determinar las capas de los caballos. Posteriormente me confirmé más en mi primera impresión. Pero claro, uno no puede sustraerse fácilmente al descubrimiento casual de alguna pista que dé luz sobre alguno de los muchos problemas existentes. Los editores del GMLC al definir el término ferrandus, con sus variantes ferrannus, ferran, llevados de una extrema prudencia optaron por lo que yo llamaría una faena de aliño, usando términos taurinos, al definirla como sigue: «palabra que designa un color propio de la piel de los équidos, usado, en algún caso, como denominación del animal», y ello pese a que Coromines24 ya se inclinaba por considerar que equivalía al color gris. Definir un color a partir de simples citas no resulta fácil ni tampoco aconsejable, con lo que pretendo justificar la prudencia de los redactores. Ahora bien, a veces el remover textos ofrece unos frutos inesperados y alentadores. Desde hace un tiempo, dentro del proyecto del GMLC estamos prestando una especial atención a las ediciones de documentos que cuentan con la posibilidad de ser contrastadas con transmisiones indirectas de los mismos textos. Nos estamos refiriendo al caso de las adveraciones 23
Mayor precisión no se debe confundir con solución. Así, por ejemplo, hemos incluido en el Cuadro 1: Ámbito del amarillo 1, las entradas, amarellus y elvius, a partir de la definición que ofrece el LELMAL (s. v. eluius). Ahora bien, un ejemplo como el siguiente, nos obliga a establecer una diferencia entre los dos ítems, pero sin que sepamos exactamente en qué consistiría: 908 COviedo 19.150: item diaconorum dalmatice glosirice X, id est, uermiculas II, cardena I, eluia I, amarella I et quinque albe. De forma similar, incluimos también en el ámbito del amarillo (Cuadros 1 y 2) ejemplos referidos a las entradas aureus (oriolus) y falvus, cuando un ejemplo del CODOLCAT viene a decirnos que no son exactamente lo mimo: 1076 DACCBarcelona 1305, p. 2030: et dimisit Raimundo, filio suo, uncias X auri et equam una oriola cum pullo suo et vacca una alba melior... Et inter Ermengaudo et Mori, equa I baia. Et ad Arnallum, pullina I, qui fuit filia cavalli Petri. Et ad Adaledis, filia sua, /e/qua I falva, filia cavalli Renardi. 24 Coromines, DECat III, 979b15.
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testamentarias. Según la ley gótica que regía en el territorio y que además de regir se practicaba, todo testamento en el plazo de seis meses desde la defunción del testador debía ser ratificado bajo juramento por los testigos en lugar sagrado, acción jurídica que daba paso a la reproducción en tercera persona del testamento. La reproducción presenta variantes de formato sobre las que no vamos a extendernos, pero básicamente quiere reflejar o ser copia exacta del testamento. Pero a veces, al copista le falla algo, o quizá deberíamos decir que experimenta una iluminación que viene en nuestra ayuda. 1086 Baraut, DocUrgell (Urgellia 7, p. 149)
1029 1086 Baraut, DocUrgell 1032 (Urgellia 7, p. 154).
5 julio 1086
17 septiembre 1086
Ad domnum autem episcopum Bernardum venerabilem asellum meum ferrannum et vaccam quam habeo in Sancto Petro et tonnam unam que ibidem est cum omni eius vino comoranti in ea dimitto, ut non pro hoc merito sed amore pocius divino pro anime mee remedio offerat sacrificium Deo.
Domno autem venerabili pontifici Bernardo asellum suum album vaccamque, quam in Sancto Petro abebat, et tonnam unam vini plenam que ibi erat concesit, quatinus non hoc pro retribucione at potius divino amore sacrifitium offerret Deo pro anime sue remedio.
Berengarius adolescens clericus, qui hoc testamentum taliter qualiter est scriptum superius, cum totis rasis et emendatis caracteribus, in prefato die et anno scripsi (s. man.) rogatus.
Legis lator ac iuris Ermengaudus hoc dictavi totum et inibi impressi hoc (s. man.) signum. Miro diachonus, qui hec scripsi rogatus in prefixum annum (s. man.) et tempus.
Así nos encontramos con un testamento del 5 de julio del año 1086 (el texto de la izquierda), editado por Cebrià Baraut en que un Guillem Gualter, ostiario de la iglesia de Urgel, hace testamento y deja entre otras pertenencias al obispo Bernardo un asnito de color ferrannum. A partir de este texto, podemos conjeturar, pero poca cosa más. Ahora bien, dos meses después de la firma del testamento, en la correspondiente adveración sacramental que reproduce con mucha exactitud todo el legado, el copista, el diácono Miró, que actúa a las órdenes de un ilustre conocido nuestro, Ermengol Bernat de Urgel, introduce un cambio que para nosotros resulta
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substancial y significativo: el asno, hemos de creer que era el mismo, pues el espacio de tiempo transcurrido no permite hacer maravillas, ya no se caracteriza como ferrannum, sino como album. Y a partir de aquí, no nos puede quedar ninguna duda de que se trata de un asno de color grisáceo, como el de esta burra:
Añadamos, a modo de contraste, que el redactor del documento testamentario no es el mismo Miró, sino un Berengarius adolescens clericus25. Siguiendo con la identificación de los colores y no alejándonos mucho del ferrannus al que acabamos de referirnos, tenemos el caso de feruz. Aquí podríamos detectar un caso de colaboración contrastiva entre corpus diferentes. El Léxico hispánico primitivo recoge el término suruz al que atribuye un origen árabe y cuyo significado se pregunta si podría ser el de ‘verde’. El texto citado es el siguiente:
25
M. PUIG RODRÍGUEZ-ESCALONA – P. J. QUETGLAS – A. GÓMEZ RABAL, «Virtuosismes lèxics més enllà de la literatura», en Miscellanea philologica et epigraphica Marco Mayer oblata. Anuari de Filologia. Antiqua et Mediaevalia, 8 (2018) 756-763.
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938 Gómez Moreno, Igl. Mozár., p. 244, nota: albas de sirico III exageges una amarella, alia suruz et tercia alba26.
Procede de Celanova y se corresponde exactamente con las citas del mismo texto recogidas en el CODOLGA27. Una mera comparación con formas como furuz, feruz, feruzi presentes en el mismo LHP nos inducen a pensar sin más en la conveniencia de leer furuz en lugar de suruz en el documento de Celanova. Paleográficamente no existe ninguna dificultad en atención a la corriente confusión entre una f y una s larga. Señalemos, sin embargo, que, para feruzi, feruz, el LHP, aun manteniendo el origen árabe, se pregunta si el significado es el de ‘perteneciente al lecho’. Admitiendo la corrección que acabamos de proponer, podemos repasar ahora los ejemplos con que contamos: 921 Cardeña, p. 41: accepi e vobis in signum [...] manto feruzi in viginti solidos. 938 Sáez, Celanova, pp. 130-134: albas de sirico III exageges, una amarella, alia furuz et tercia alba. 960 CLeón 333.37: Quamobrem accepimus de uos... kauallo I per colore rosello... et alio cauallo mauricello cum sella uermelia et freno aluo, mulo I amarello, pelle I hotege et manto furuz28. s. XI ex. Fanlo, p. 110 (ex LHP): et alia [capa] de tiraz feruz.
A estos ejemplos podríamos añadir también, procedente del CODOLGA, pero del ámbito del LELMAL, el siguiente: 943 CLeón 168.12: et accepimus de uos ad confirmandum ipsa carta pelle optima delgata et mantum optimo foruzi.
Los ejemplos de 943 y 960 los recoge también el LELMAL, s. v. foruzi.
26 El texto lo recoge nuevamente el LHP bajo la entrada exageg (cierta clase de tela de seda), aunque se cita como «T. CELANOVA, fol. 5 vº». 27 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21; 938 Sáez, Celanova, pp. 130-134; 938 San Rosendo, pp. 241-246. 28 Este mismo ejemplo aparece en el LHP, s. v. furuz, de la siguiente forma: «960 TLeón, fol. 37vº, lín. 16: uno manto amarello, una pelle hotege et manto furuz».
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Añadamos que el LELMAL precisa (s. v. foruzi) que es un término procedente del árabe andalusí fayrúzi, y le atribuye el significado de ‘de color azul turquesa’. Debo hacer dos consideraciones: en primer lugar, que no me atrevo a resolver la diferente lectura que tenemos del documento del 960; no es lo mismo un mulo amarillo que un manto amarillo. La segunda observación se refiere a la amplia extensión del término, que llega desde Galicia a Aragón. Así que no está de más preguntarse por lo que pasa en Cataluña. Tenemos testimonios de Ferruz, Ferruc y Ferruç, Ferruza, Ferruzio, Ferruzo como nombre propio, y especialmente de Ferrucio, Ferrutio, y también como nombre de accidente geográfico, torente de Ferus: 935 orig., DipOsona 410, p. 342: ipse alius campus affrontat: de oriente in terra Ferruzio uel suos heredes et de meridie in uia. 983 orig., DipOsona 1420, p. 1016: in uilla Mata uel in eius aiacencias siue in puio Ferruzo. 1105 Ordeig, Dotalies 300 B: de occiduo in alaudium de Stephan Ferruc. 1001 DACCBarcelona 11: de occiduo in terra et casas de Ferucio.
Pero quizá lo más significativo sea la existencia de dos ejemplos, quizá tres: un mulo ferrucio y una mula ferrucia, ambos ejemplos procedentes de Urgell, junto a uno de Vic, que parece ser más nombre propio, ipsas duas eguas, Picarra et Ferrucia: 1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit ad sancto Chucufato zenobio ipsa sua mula ferrucia. 1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit a Vives sacer, qui est custus ecclesie ipso suo mulo ferrucio quod Ermengaudus illi dedit. 1004 Junyent-Ordeig, DipVic 685, p. 32: Et ipsas duas eguas, Picarra et Ferrucia, pro ipsa absolucione a domno episcopo.
A primera vista no parece que haya problemas para relacionar todas estas formas, siempre y cuando no pretendamos establecer una derivación lineal de ferrucium a feruz, ya que como bien sabemos el origen y la evolución o adaptación suelen ir en sentido contrario; es decir, que ferrucio sería una latinización de una forma preexistente ferruz, lo que sería perfectamente compatible con el origen hispano árabe del término que da el
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LELMAL. Ahora bien, tenemos un problema: en León el término se aplica a prendas, en Cataluña, a animales. Por lo que se refiere al color, no habría una gran dificultad, pues un animal blanco grisáceo puede adquirir o tener tonalidades azules, aunque sin llegar al azul turquesa. En otras palabras, ferrucius y feruz significarían lo mismo que ferrandus, es decir, un color que puede ser calificado de blanco o de azul, aunque desde un punto de vista actual quizás lo calificaríamos de gris. Llegada la hora de acabar, intentaré sistematizar a modo de conclusión algunas de las ideas que hemos extraído del estudio: 1.ª Respecto a la utilidad, no tengo dudas, y espero que al lector tampoco le queden, a la vista, por ejemplo, del último caso que acabamos de exponer. 2.ª No existe una relación directa extrapolable entre el origen etimológico de los términos y su grado de implantación. Parece evidente que los nombres de tejidos y prendas se relacionan más con orígenes exóticos (griego, persa, árabe) y, además, tienen un impacto muy limitado. En cambio, los que se refieren a los animales, presentan un menor exotismo de origen y responderían a un uso más popular, como lo demuestra el hecho de que se doblen en el campo de la toponimia, cosa que no sucede con los otros. Y, asimismo, en el caso del nombre de los caballos, no parece que exista una continuidad entre el uso terminológico propio del latín tardío o protomedieval29. 3.ª Una tercera conclusión, esta de tipo más general, se refiere a la no existencia de una marcada voluntad discriminatoria dentro del ámbito de los colores en sí, sino a una utilización práctica de signo opositivo. De la multipresencia de términos para marcar el carácter oscuro de los animales, o también el rojizo, creo que se puede sacar una conclusión en un doble sentido, uno positivo y otro negativo. La existencia de múltiples variantes léxico-formales no se corresponde en absoluto con la existencia de otras tantas variantes de color. Los colores en la época de la que nos ocupamos, 29 Véase, por ejemplo, P. AEBISCHER, «Les couleurs de la robe des équidés et des bovidés et quelques noms de chevaux, de mules et de vaches d’après les chartes espagnoles et portugaises du moyen âge», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 6/1 (1950) 28-40, o también J. PASCUAL BAREA, «Los veinte nombres de colores de caballos en Isidoro de Sevilla (orig. 12,1,48-55)», Studia Philologica Valentina, 17, n. s. 14 (2015) 81-110.
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y especialmente en el caso de los animales, funcionan dentro de un sistema de oposiciones; una vaca rubia, o rossa en catalán, no significa en ningún caso lo mismo que un chico rubio, sino que se da en oposición a otra que es más bien morena u oscura, o bien negra o blanca. Así, esta vaca
puede recibir cualquiera de las calificaciones adjetivales que recogíamos anteriormente: rubeus rubens rubianus rubicundus rubiolus rubione rubius / rubio ruveus ruvial ruvielus ruvius /ruvio
roseus roselus rosellus rusellus
ruseus roig roio rojo roxo russus
vermiculus bermejo bermello vermel vermelio vermellus
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Y este último es un rasgo muy importante que me sirve para reafirmar la idea de que, en el fondo, la precisión que nos gustaría encontrar está muy lejos de la voluntad o de los intereses de unos personajes que –estoy convencido– vivían en un mundo con muchos menos colores que el nuestro. Esta idea la he encontrado compendiada de forma muy superior a cualquier otra que pudiera ocurrírseme en el título de una exposición del pintor italiano, sardo por más señas, Libero Meledina, cuyos organizadores tuvieron el buen tino de titular: «El mundo en color de una realidad en blanco y negro»30.
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ANEXO Cuadros de los colores Cuadro 1 Ámbito del amarillo 1 amarellus CAT GAL x1
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel x9 prendas x12 prendas lit. x15 acc. geog. otros
x4
16
x
LE x2
x5 x10 x13 x17
auratus CAT GAL x3
LE
x6
x7 x11
x8
x18 x22
x19
elvius CAT GAL
LE
croceus CAT GAL
LE
x14 ?20
x23
x21 x24
o
o
o
Amarellus incluye amarel, amerellus, amarialo, etc. Auratus incluye auriolus, deauratus, exauratus, oriolus, etc. 1 928 Andrade, Celanova, pp. 330-331: caballum mauricello, lectum perfectum, mulum amarellum et tres pelles auninas. 988 Andrade, Celanova, pp. 464-465: et accepimus de vos in nostro precio equa amarela et civaria modios VIII. 1158 Pérez, ToxosOutos, pp. 137-138: et a Sancti Jacobi uno poldro amarelo. 2 938 Eslonza, 4.20: accepimus de uos in honore mulo castano et alia mula amarela. 1074 Sahagún 732.13: et azepimus de uobis... IIos boues per colore amarialos. 1124 COviedo 144.15: IIas uacas, illa una per colore amarela et altera per colore nicra pinta. 3 1076 DACCBarcelona 1305, p. 2030: et dimisit Raimundo, filio suo, uncias X auri et equam una oriola cum pullo suo et vacca una alba melior. Cf. Ámbito del rojo 2, nota 7. 4 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: frontales IIII duos inde mataraffes, uno vermiculo cum cruce de argento filo, et alio amarello. 5 908 DipAstur, pp. 362-369: igitur et de uestimentis ecclesie frontales de auri filo margaritis insutis, IIIIor, id est: cardenum cum aquilas amarellas. Incluimos aquí el ejemplo anterior y no en el apartado de «otros animales», ya que se trata de un dibujo bordado.
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1045 COviedo 50.34: offero uestimenta altaris, camisa linea et frontale greciscum. Item alium frontalem de sirgo colore amarellum. 6 1009 Junyent-Ordeig, DipVic 711, p. 57: et ipsa sua tuvallia meliora et ipso ramo deaurato et centum libras de vitro, ad altare Sancti Petri. 1012 Baraut, DocUrgell 319 (Urgellia 4, p. 34): et ad domna mea Ermengards freno .I. deaurato. Como sucede con el caso de la plata, siempre se puede entender que el adjetivo no refiere el color sino la materia, pues la distinción no resulta nunca fácil. 7 Los ejemplos son muy numerosos (diptacus, candelabrus, calix, capsa, corona, copa, crux, frenum, frontale, intemisium, manubrium, patena, procesoria, scala, tabula, etc.). En lo que se refiere a la posibilidad de distinguir materia y color, cf. nota 6. Como ejemplos significativos se pueden citar: 646 CDCAstorga, pp. 51-53: calice argenteum et patenam, crucem argenteam similiter de aurata. 897 TVLugo, pp. 71-80: tres capsas argenteas deauratas, quatuor dictacos eburneos. 908 DipAstur, pp. 362-369: et candelabrum magnissimum areuatum argenteum exauratum. 8 Los ejemplos son muy numerosos (capsa, ceroferale, copa, crux, manubrium, spora, torques, etc.). En lo que se refiere a la posibilidad de distinguir materia y color, cf. nota 6. Como ejemplos significativos se pueden citar: 896 SPedrodeMontes 6.70,71: calicem argenteum et patenam, capsam argenteam deauratam gemis siue ornatam, crucem argenteam, similiter deauratam. 908 COviedo 19.45: et candelabrum magnissimum areuatum argenteum exauratum. 9 1068 CDipÀger 88, p. 332: ad Sancti Petri de Clunieg I capa de oztorino uermilio. 10 919 Sahagún 18.14: et hanccepimus de uobis pretium uobe in VI solidos pretiatum et lenteo de lana tinto amarello. 11 1358 HSISantiagoC, pp. 162-164: uestimenta de auro uel de serico uel de panno deaurato. 12 998 DipGirona 612, p. 518: ad domum Sancti Petro Gallicantu... mapes I, tuvallia I, tappito I et feltro I amarello et capizalo I. 13 1019 OteroD 115.8,9: si dedisti tu Comdesa in pretio ad Verobio muta de lino et adora amarela. 14 1058 Baraut, DocUrgell 701 (Urgellia 6, p. 78): Hec est sponsa Xpisti, regina in vestitu deaurato circumicta varietate. 15 925 DipOsona 283, p. 263: planeta I colore amarella diocodrina, kappa I vermilia ex diorodono. 16 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: albas de sirico III exageges una amarella, alia suruz et tercia alba. 17 908 COviedo 19.150: item diaconorum dalmatice glosirice X, id est, uermiculas II, cardena I, eluia I, amarella I et quinque albe.
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950 CLeón 220.53,54: casullas X... tertia de algoton in ririo, amarella, quarta de alhaz, similiter amarella. 1045 COviedo 50.37: casulla grecisca I, item linea una, dalmadica amariella. 18 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: pallas VIII, una alba de illo fazistergulo francisco, et alia de alvexi, terzaria exaurata kaskerxi. 942 Andrade, Celanova, pp. 7-13: cingulos aureos gematos II, alios argenteos exa\u\ratos ex quibus unum gematum. Estos ejemplos deben tomarse con las cautelas que señalamos en la nota 6. 19 1042 CLeón 1002.68: damadigas duas una deaurada et alia tiraz. 20 El único ejemplo que se registra se corresponde con el del año 908 de la catedral de Oviedo, cf. nota 21. 21 908 COviedo 19.150: item diaconorum dalmatice glosirice X, id est, uermiculas II, cardena I, eluia I, amarella I et quinque albe. Del ejemplo se deduce que amarellus i eluius no son el mismo color. 22 1129 DocMedGalicia, pp. 32-33: per suis locis et terminis. id sunt, per penna aurata et per illos carriles de Monte maiori. 23 1177 SMJubia, pp. 103-104: et mando mecum meum pulmento amarelo. 24 1008 Junyent, Oliba Dip. 40, p. 50: disparciens eos per quadrifida climata evi quasi titanii croceo fulgentes lumine celi. 1137 Alturo, Sta. Anna 222, p. 245: hoc est exemplum siue copia cuiusdam priuilegii cum bulla plumbea pendenti ad fila sirici viridis crocei coloris et rubei. Este ejemplo corresponde en propiedad a una copia realizada en 1367 en Perugia.
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Cuadro 2 Ámbito del amarillo 2 grocus CAT GAL équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
diacitrinus LE CAT GAL
LE
falvus CAT GAL x1
LE
caneus CAT GAL
LE
o
?7 o
x2 x3 x4 x5 o
o
o
o
?6 o
o
o
Grocus incluye grogum, groc, grog, etc. Diacitrinus incluye dicocodrinus, diocedrinus, diacedrinus, compuestos de cetrinus. Falvus incluye flavus, fulvus, faluus, falb, etc. 1
908 Junyent-Ordeig, DipVic 41, p. 39: dono... Gerardo fideli meo iumentum fal[a]uum .i. 1003 (1005) Baraut, DocUrgell 288 (Urgellia 3, p. 121): remaneat ipsa mea mula falua ad Sancta Maria. 1007 Sangés, DocGuissona 37, p. 255: precor vos manumissores mei, si mors mhi advenerit... plenam potestatem habeatis aprehendere omnem meam facultatem et dare pro anima mea de ipsso avere et mobile ipssam medietatem pro anima mea, exceptus .I. caval falb. 1057 DACCBarcelona 939, p. 1502: et domino comite accipio unum mulum fulvum propter ipsa comparatione. 2 1053 Junyent-Ordeig, DipVic 1122, p. 431: et Ermemiro Quintile dimisit [suam] almuzalliam et feltrum grogum et guadengam meliorem. 3 1180 DipTortosa 312, p. 391: et dimitto ad illam similiter illum pallium meum grog. 1180 DipTortosa 312, p. 391: et dimitto illam tunicam meam grogam. 4 924 DipOsona 283, p. 263: planeta I colore amarella diocodrina, kappa I uermilia ex diorodono. Parece ser una matización del color amarillo. 5 1209 CRocaRossa 31, p. 91: damus Deo et domui sancte Marie Rupis Flave et suis, ad hostias faciendas .I. quarteriam tritici censualem imperpetuum annuatim.
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Podría relacionarse con el color el topónimo del siguiente ejemplo: 1153 SPedrodeRocas, pp. 136-137: et inde ad Lividoirus et per medium montem de Falvam. 7 s. XI Glosa marginal a las Vidas de mártires, ms. de Silos (British Museum 25600): ex igneo capite: amarello vel caneo. El LHP le atribuye el significado de ‘amarillo, del color de las cañas’.
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Cuadro 3 Ámbito del azul azul blauus cardenus piscinus feruz* CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE équid.-bov. x1 otr. anim. frutales obj. orf. x2 3 tejido/piel x x4 x5 6 7 8 prendas x* x x x9 x10 x11 x12* 13 14 15 16 17 x x x x prendas lit. x acc. geog. x18 x19 otros o o o o o o
Cardenus incluye cardinus, karidenus, etc. Feruz incluye ferrucius, feruzi, foruz, foruzi, furuz, ferrús, suruz, etc. Para un tratamiento diferenciado de les formas feruz y ferrucius, véase Cuadro 6: Ámbito del gris 2. Piscinus incluye piscinio, pessinio, piscino, pissinio, pisciniras, etc. 1
1004 Junyent-Ordeig, DipVic 685, p. 32: et ipsas duas eguas, Picarra et Ferrucia, pro ipsa absolucione a domno episcopo. 1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit ad sancto Chucufato zenobio ipsa sua mula ferrucia. 1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit a Vives sacer, qui est custus ecclesie ipso suo mulo ferrucio. El primer ejemplo hace referencia evidentemente al nombre de las yeguas, pero como es bien sabido también es frecuente que se denomine a los animales por el color. 2 908 DipAstur, pp. 362-369: frontales... IIIIor, id est: cardenum cum aquilas amarellas. 3 1068-1071 Sanahuja, Àger 27, p. 348: dedit domino Arnallo... ad sancti Cucufati uestimento uno de oued blauo... ad sancti Petri Ageris uestimento uno optimo de oztorino blauo. 4 1071 Sanahuja, Àger 28, p. 349: tela I de oued uermel... et II de blauo. 942 Sáez, Celanova, pp. 151-158: alias casullas XIII, V de alchaz, VI feyrach cardena, septima barragan, VIII cardena marayce, VIIII vermelia exageg. Por la posición del adjetivo, éste podría referirse al tejido; sin embargo, su posición en el caso de la casullas VIII y VIIII, haría pensar más en la prenda litúrgica. Más claro es el ejemplo siguiente:
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1145 LPCoimbra, pp. 781-784: cardineros dent XIIII decubitos de bono panno cardeno pro uno morabitino. 5 1037 Sahagún 451.5,6: unam pellem alfanec mullerili nouam, in panno ouede cardeno. s. XI ex. Fanlo, p. 110: et una casulla bona de bocren... et alia de oztri cardeno operata cum aculla. 6 944 Cardeña, p. 56: manto azul in V solidos adpreciato. 7 874 DipRosselló 83, p. 137: et vachas II et bove I et ferramenta et vestito blavo. El texto de 874 corresponde a una copia realizada en el siglo XVII de la reparación de una escritura perdida en la inundación del monasterio de Aixalada. 964 DipOsona 951, p. 705: mantellos II, uno blavo et uno vermello. La prenda puede ser también eclesiástica. 981 Junyent-Ordeig, DipVic 481, p. 405: et iussit dare pro anima sua cota I blava. 1048 Baraut, DocUrgell 618 (Urgellia 5, p. 141): et ad Wadall sacer remaneant ipsas meas calces blaves et nocternales. 8 1191 SMPinario, pp. 217-218: ad Maiorem Pelagii meum sudarium cardinum. 1249 COurense, pp. 118-119: et lectum meum cum culcitra, pulvinari, auricularibus duobus et colcha cardina et alia blanca nova. 9 929 Valpuesta, p. 316: mapulas vermiculas et alfimiane cardeno. 953 CLeón 262.29: et acepimus de uos in precio saia carameze et una cardena et macria. 980 CSVicenteOv., p. 23: accepimus de uos in pretio curamen karidena. ca. 1226-1229 CLeón 1960.53,67: mando... II colchas, unam albam et alteram cardenan descarlin. 10 ca. 990 OteroD, 50.10: et Iª adorra piscinia, pannegata de grecismo. 11 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: albas de sirico III exageges una amarella, alia suruz et tercia alba. 12 921 Cardeña, p. 41: manto feruzi. 943 CLeón 168.12: pelle optima delgata et mantum optimo foruzi. 960 CLeón 333.37: mulo I amarello, pelle I hotege et manto furuz. s. XI ex. Fanlo, p. 110: alia [capa]de tiraz feruz. 13 957 DipOsona 789, p. 602: dalmaticas III, planedas II, una vermilia et alia blava. 14 942 San Rosendo, pp. 247-255: casullas XIII:... VI feyrach cardena, septima uarragan, VIIIa cardena marayce. 15 908 COviedo 19.146: casullas numero XV[cim], id est, peregrinas de albacione II[as], unam alban et aliam cardenam, piscinarias II[as]. 908 DipAstur, pp. 362-369: et alium pallium cum batercanna cardena. 16 908 DipAstur, pp. 362-369: casullas numero XVcim, id est peregrinas de albicione, IIas: unam albam et aliam cardenam; pisciniras, IIas. 911 HSISantiagoC, pp. 64-66: item aliam casulam piscinam et uiridem cum duas facies.
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1043 Andrade, Celanova, pp. 738-741: kasulas duas una gezisca et alia pessinia, manto grezisco I. El ejemplo de 911 demuestra que piscinam no significa lo mismo que uiridem. 17 908 COviedo 19.146: casullas numero XV[cim], id est, peregrinas de albacione II[as], unam alban et aliam cardenam, pisciniras II[as]. 1025 Sahagún 415.39: II calices de argento, casullas: Iª ciclatone et alia piscina. De este último ejemplo se puede deducir que si consideramos que piscina representa un color, quizá también deberíamos considerar que lo es ciclatone. Por otro lado, del ejemplo de 908 se deduce que cardenus y pisci(ir/n)us no tienen el mismo significado. 18 1061 Junyent-Ordeig, DipVic 1219, p. 531: et sic ascendit per serram de Campo Plano per ipsum torrentem usque in Poium Blavum. Resulta en cierta medida sorprendente el uso toponímico de este adjetivo y más tratándose de un único ejemplo. El azul es un color que cuadra poco o nada aplicado a accidentes geográficos. Cf. QUETGLAS – GÓMEZ RABAL «El paisaje inexistente», pp. 336-338. 19 Las lógicas reservas se pueden hacer extensivas a la utilización del adjetivo ferrucius cuando se usa para calificar accidentes geográficos: 1076 Junyent-Ordeig, DipVic 1386, p. 681: et affrontat predicta omnia: ab oriente in collo Ferrucii et in strata que pergit ad Salliforas. 1113 CSCugat III 820, p. 21: de circi in alodio prefati Ugoni Bernardi vel in ferruces sive in terminio de Miraies. 1130 DipADSolsona 222, p. 285: de .IIII. vero parte in torente de Ferus.
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Cuadro 4 Ámbito del blanco
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
albus CAT GAL x1 x2
blancus LE CAT GAL x3 x4
x5
x6
x8 x13 x15 x20 x25 x32
x9 x14 x16 x21 x26 x33
LE
candidus canus CAT GAL LE CAT GAL
LE
x*7
x10
x11
x17 x22 x27 x34
x18
x12 x19 x23
x24
36
37
x28
?29 35
x
x o
x
x30
x*31
o
Albus incluye alb, albiatus, alvus, etc. Blancus incluye blanchus, blankus, brancus, brankus, etc. 1
1076 DACCBarcelona 1305, p. 2028: et dimisit Raimundo... equam una oriola cum pullo suo et vacca una alba melior. 1086 Baraut DocUrgell 1032 (Urgellia 7, p. 153): domno autem venerabili pontifici Bernardo asellum suum album. Cf. 889 Junyent-Ordeig, DipVic 10, p. 9: vindimus ab integre propter pretium quod inter nos bene con[venit... c]avallo uno valente solidos XXX, colore saxo cum stelo albo in fronte, et alio cavallo colore maurice[llo valentem] solidos XX. 2 844 HSISantiagoC, pp. 132-137: uos et sarraceni uidebitis me constanter in albo equo. 951 HSISantiagoC, pp. 136-138: pro quo accepimus a uobis in offercione kaballum cum alba coma. 3 1040 CLeón 985.7: pro que accepimus de uos una uacca per colore alua. 4 951 Baraut, DocUrgell, ap. 8 (Urgellia 8, p. 123): et ad fratre meo Ratefredo cavallo .I. blancardo cum freno granato et sella granata et obsergo .I. et spata .Iª. ignea. 1012 Bolòs, Serrateix 54, p. 132: et ad Bernardo, seniore meo, ipso cavallo blancho. 5 *955 DipGirona V, p. 538: pro qua donacione et confirmacione habuimus de ipsis hominibus de Tregurano C arietes cornilios, albos et lanuds. Se trata en realidad de la copia realizada en 1354 de un pseudooriginal. 6 1001 OteroD 54.10: et adcepimus de uobis in precio porka, per colore alba. 7 951 CLeón 233.11: et accepimus de uos alia terra et uinea in locum predictum ubi dicunt Gallos Canos.
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Evidentemente se trata de un topónimo. 8 1057 Junyent-Ordeig, DipVic 1157, p. 466: et alium meum scutum album cum alia lancea concedo ad Durandum Blandrici. 9 908 DipAstur, pp. 362-369: idem quoque frontales, qui operint de super altare, glosiricos, argenti filo contextos, duos; et tercium album listratum. 10 908 COviedo 19.137: frontales de auri filo margaritis insutis IIII[or], id est, cardenum cum aquilas amerellas, alium album. 11 1013 Junyent-Ordeig, DipVic 741, p. 87: et ipso meo freno blancho cum chabizana superaurata, ad Sancta Maria de Riopullo. 12 1042 TVLugo, pp. 258-260: frontales III, candidum deaurato Iº. 13 1164 DipCervià 68, p. 267: et totam lanam albam. 1066 Junyent, Oliba Tex. 14, p. 415: et casula de castanea alba ornata de palio. 1068 CDipÀger 87, p. 327: ad Sancta Eulalia de Barchinona concedo uestimentum meum de pallio albo. 1082 DACCBarcelona 1408, p. 2184: simul cum uno berregano albo. 14 1131 COrense, pp. 17-19: et ex alia parte ymaginem leonis cum sericis filis albis. 1133 HCompostellana, pp. 472-475: cordarium bonum cum pelle alba. 15 1051 DACCBarcelona 780, p. 1280: et unam capam purpuream albi coloris optimam. 1068 Junyent-Ordeig, DipVic 1323, p. 622: Et ad Aio dimisit suum cotum album. 1068 CDipÀger 89, p. 334: et braga I uerd et alio alba. 16 ca. 1151 Vaamonde, Sobrado, p. 47: vos uolveritis mutare vitam vestram ad seruicium Dei siue in tocas nigras siue albas recipiamus vos. 17 1073 CLeón 1190.82: et accepi... uno tapete et una genape lanias factas per colorem uarius uermiculas et cardinus et amarellas et albas. 1226-1229 CLeón 1960.53: mando... II colchas, unam albam et alteram cardenan d’escarlin. 18 1007 DACCBarcelona 87, p. 76: cota I blanca. 1036 Baraut, DocUrgell 495 (Urgellia 5, p. 36): et a Mir Cardona ipsa vellada blanca. 1057 Baraut, DocUrgell 696 (Urgellia 6, p. 76): et ad Duran sacer feltro .I. blanco. 1057 Baraut, DocUrgell 696 (Urgellia 6, p. 76): et ad Guilelm Guifred pilizone uno blancho. 1068 Junyent-Ordeig, DipVic 1321, p. 620: et ipso choto blancho dimisit ad Ago. 1192-1194 Bisson, Fiscal accounts II 100, p. 188, l. 38: et calces de saia blanca. 19 1230 COurense, pp. 118-119: auricularibus duobus et colcha cardina et alia blanca nova. ca. 1242 COurense, p. 174: II colchias brancas et unam cardinam. 20 1047 Junyent, Oliba Tex. 8, p. 396: alias dalmaticas II, una alba et alia nigra. 1047 Junyent, Oliba Tex. 8, p. 396: casullas lineas IIII, et alia nova alba. 1047 Junyent, Oliba Tex. 8, p. 396: et alios stolos de palleo VIIII. Palleos IIII, et alium album.
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1069 Baraut, ActUrgell 68 (Urgellia 1, p. 147): aliud autem vestimentum sacerdotale album optimum. 21 947 SJSamos, pp. 410-411: casulla viride de sirico, dalmatica vermicula, casulla alba. 1021 Andrade, Celanova, pp. 732-734: cum agnis ad dextris mereamur stare stolis albis induti sub arbore crucis. 22 927 CLeón 75.75: orarios VIIIo, unum textilem cumunionibus, duos brositos, seu haddanis II, et III albos. 908 COviedo 19.146: casullas numero XV[cim], id est, peregrinas de albacione II[as], unam alban et aliam cardenam, piscinarias II[as]. 23 1192 CSCreus 361, p. 361: et dimitto... Arnaldum de Tordera, clamidem meum candidum de Isambru. 24 1108 Andrade, Celanova, pp. 430-431: stola candida induti sub arbore crucis. 25 La relación de elementos referidos es muy amplia (albedone, aqua, cher, ecclesia, fita, lacuna, mons, petra, ripa, spinum, turris), de manera que nos limitaremos a ofrecer algunos ejemplos significativos: 843 DipRosselló 26, p. 97: deinde usque ad ipsa petra alba qui est super ipso pratello. 917 CSCugat I 9, p. 13: a parte orientis incipit per ipso torrente de fonte que vocant de Avellano, ubi una ripa est alba et alia rubia. 950 Andrade, Celanova, pp. 141-144: pervenimus ad ipsum castrum invenimus coniesta et duos nativos lapides albiatos. 955 DipRosselló 350, p. 328: et deinde descendit ab ipsa strata de Monte Albo. 1000 Baraut, DipTavèrnoles 31, p. 101: affrontat... de .III. parte in Chero Albo. 1002 CSCugat II 363, p. 10: affrontat... de occiduo in terminos de valle que dicunt Aqua Alba. 1051 Baraut, ActUrgell 60 (Urgellia 1, p. 139): et descendit usque in ipsas saxas Albas. 1112 CDipÀger 218, p. 492: et meas uoces quas abeo in ipsa Pena Alba. 26 La relación de elementos referidos es muy amplia (aqua, arenas, casas, ecclesia, mons, pereyra, petra, pinna, ripa, saxum, villa), de manera que nos limitaremos a ofrecer algunos ejemplos significativos: 950 Andrade, Celanova, pp. 644-646: ubi stat saxum magnum et alvum. 992 SJSamos, pp. 314-316: et inde in villar Iohanis usque in pinna Alba hic in Lauzara. 1104 SJSamos, pp. 218-220: et inde finit se in Petra Alba de porto de Denna. 1149 Loscertales, Sobrado, pp. 184-185: et inde per ipsa aqua de Tago usque ad Arenas Albas. 27 775 CLeón 1.9: et iusta montem que dicitur Farum, et per illas sasas aluas. 28 La relación de elementos referidos es muy amplia (castellum, cher, mons, petra, rocha, terra, turris), de manera que nos limitaremos a ofrecer algunos ejemplos significativos: 998 CSCugat I 331, p. 279: et vadit per ipsa turrem blancam, qui est iusta parietes delgatas.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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1035 Junyent, Oliba Dip. 120, p. 203: et ascendit usque in serra ad ipso chero Blanco. Exhinc vadit usque in alio chero Albo. 1056 DACCBarcelona 911, p. 1462: vendimus tibi vineas... qui sunt subtus via, subtus ipsa Petra Blanca. 1191 CSCreus 346, p. 345: predictum alaudem affrontat ex una parte in strada qui pergit ad Montis Blanci. 29 No se debe tomar en consideración el ejemplo de Silva Cana, monasterio cistercience de la Provenza, ya que el nombre parece hacer referencia a un «bosque de cañas»: 1194 Udina, Comtes 14, p. 113: dimitto... monasterio de Silva Cana mille solidos ad unam candelam perpetuo stabiliendam. 30 975 LaCoruñaFA, pp. 166-168: inde ad illo uale desuper cabanas, in ipsa directura ad mamula cana. 31 Cf. nota 7. 32 889 DipOsona 12, p. 77: cavallo uno valente solidos XXX, colore saxo cum stelo albo in fronte. 1043-1046 Junyent, Oliba Tex. 28, p. 378: ex albo marmore capitella statuit. 1095 DACCBarcelona 1621, p. 2512: et barrilios duos de vino albo plenos cum alio de rubicundo vino. 33 s. d. Pérez, ToxosOutos, p. 697: albi monachi et nigri et quidam alii religiosi. 1272 Oseira, p. 967: de denariis alfonsinis albis. 1428 COrense, pp. 410-411: cum litteris vestris in cera viridi et alba atque laqueo de filis rubeo in pendenti. 34 844 DipAstur, pp. 222-228: uidebitis me constanter in albo equo dealbata grandi specie maximum uexillum album deferentem. 35 1272 SClodio, pp. 345-346: moneta blancha alfonsina. 1272 Oseira, pp. 960-961: solidos alfonsis brancos. 36 Se trata de usos alegóricos: 1043-1046 Junyent, Oliba Tex. 28, p. 378: qui corporis passione rubicundi, spiritus puritate candidi, per undam baptismatis vel cruoris sui venerunt ad incrementa frugum iustitiae Dei. 1080 Baraut, ActUrgell 71 (Urgellia 1, p. 152): ubi candida virginitas florere in sanctimonialibus ibi degentibus videtur. Más clara referencia al color encontraríamos en el derivado candidatus del ejemplo de Sobrado; cf. nota 37. 37 995 Loscertales, Sobrado, pp. 177-182: quando Christus in gloria sua uenerit candidatus, in choro sanctorum suorum audiat uocem mirificam.
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Cuadro 5 Ámbito del gris 1 grisus CAT GAL équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
x3 x5
6
x*
gingaue LE CAT GAL
7
8
x*
x*
o
LE
dosinus CAT GAL
LE x1
saxus CAT GAL x2
LE
x*4 x*9
o
o
o
o
Dosinus incluye doinus. Gingaue incluye azingaue, cingabe, zingaue, gyngabe, zingabe, etc. Grisus incluye gris, grisium, grises, griso, grisatus, etc. Saxus incluye saixus, sax, etc. 1
946 Sahagún 364.18: et accepi de uobis caballum doinum pro colore et frenum. 851 DipPallars 44, p. 307: vindo vobis... in solidatas .XXX. et .VIII. in equas colore feranda cum suo puldro et alia equa saixa cum suo puldro et alia equa colore laura. 889 Junyent-Ordeig, DipVic 10, p. 9: [c]avallo uno valente solidos XXX, colore saxo cum stelo albo in fronte, et alio cavallo colore maurice[llo valentem] solidos XX. 948 Junyent-Ordeig, DipVic 246, p. 208: et ipso pullino saxo remaneat ad Inguilberto aput ipsa sella. Coromines (DeCat VII, 708b50) interpreta el ejemplo de 851 partiendo de un matiz de color gris en oposición a otros: «però aquí qualificant el matís d’una egua, oposat al d’una que moreneja i a unes altres de color ferrís». 3 1048 Baraut, DocUrgell 622 (Urgellia 5, p. 144): et ad filios meos remaneant alnas .XI. de trapo griso unde vesteat eos. 1068 CDipÀger 89, p. 334: et [...] pelles III grisas qui sunt mantellos. 4 976 Sahagún 285.39: dedimus onorem ad domino nostrum... pelle cingabe. Gingaue junto con todas sus variantes parece referirse normalment a la piel de ardilla gris; pero como sucede con el caso de gris en el CODOLCAT, no podemos excluir que en algún caso haga referencia al color. 5 1068 CDipÀger 89, p. 334: et capells VII de feltro, et uno gris. 1068 CDipÀger 89, p. 334: et manegas armelinas et grissas et de guai mantre. 2
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Evidentemente, en estos ejemplos gris puede referirse, no al color, sino a la materia. 1082 Junyent-Ordeig, DipVic 1455, p. 746: et domno Guadallo, amico suo de Monteboio, dimisit suum pellicium grisium coopertum. 6 1159 Pérez, ToxosOutos, pp. 120-121: sagiam de grisen et ceramen de grisem. 7 1160 Pérez, ToxosOutos, pp. 173-174: id est sagia una grisonem. 1264 Ferreira de Pantón, pp. 34-35: exceptis nabale grissatum. Persiste el mismo problema que planteamos en nota 4 a propósito del término gris del CODOLCAT. 1150 ACSalamanca 16.31: mando meo manto gris a meo magistro domno Pelagio. Como sucede con los ejemplos del CODOLCAT, gris puede referirse al tipo de animal y no al color. 8 1074 SJSamos, pp. 208-210: manto zingave et una pelle alfanegue et alia zingave. 1086-1091 Coimbra: almozolam et plumazum et plumellam et pelle azingave. Sobre las dudas que plantea el término, véase nota 4. 9 990 OteroD 50.4,9: et Iº alifafe cingaue in panno grecisco. 1082 Gradefes 6.14: uno briale grecisco et uno manto gingabe. Véase nota 4.
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Cuadro 6 Ámbito del gris 2 argenteus CAT GAL équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. ?5 tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. x11 otros
ferrandus LE CAT GAL x1
x*3
x4
?6
?7
LE
ferrucius CAT GAL x2
LE
feruz CAT GAL
x8
LE
x9
?10 x12
x13 o
o
x14 o
o
Ferrandus incluye ferand, ferrannus, ferran, etc. Feruz incluye feruzi, ferruz, foruzi, furuz, suruz, etc. Para un tratamiento integrado de ferrucius y feruz, véase Cuadro 3: Ámbito del azul. 1
851 DipPallars 44, p. 507: vindo vobis... in solidatas .XXX. et .VIII. in equas colore feranda cum suo puldro et alia equa saixa cum suo puldro et alia equa colore laura. 1031 Junyent-Ordeig, DipVic 895, p. 219: et alia mula ferranna concedo a domno Olibano episcopo. 1063 CSCugat II 634, p. 300: et concedo ad uxori mea predicta eguas V et ipso pullino faluo et ipsa mula nigra et parilios II de bovos meliores, et ipso somer ferrano meliore... Et dubito corpus meum ad s. Cucuphati cum ipso kavallo ferrano et ipsa mula baia et egas V. 1086 Baraut, DocUrgell 1029 (Urgellia 7, p. 148): ad domnum autem episcopum Bernardum venerabilem asellum meum ferrannum. 1175 Papell, DipSantesCreus 186, p. 285: dimito etiam uxori mee Bernarde meum runcinum ferrandum cum mea sella [n]ova et freno. Encontramos aquí algunos ejemplos de oposición de colores: ferandus :: saixus :: laurus (851); falvus :: niger :: ferranus :: baius (1063). 2 1004 Junyent-Ordeig, DipVic 685, p. 32: et ipsas duas eguas, Picarra et Ferrucia, pro ipsa absolucione a domno episcopo. 1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit ad sancto Chucufato zenobio ipsa sua mula ferrucia... Et concesit a Vives sacer, qui est custus ecclesie ipso suo mulo ferrucio.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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1010 Baraut, DocUrgell 314 (Urgellia 3, p. 145): et concesit a Vives sacer, qui est custus ecclesie ipso suo mulo ferrucio. 3 En el primer ejemplo creemos preferible considerar Picarra y Ferrucia como los nombres propios de las yeguas. Con todo, debe recordarse la costumbre de denominar a los animales por su color. 922 Sarmiento, Hordoño, ff. 1r-5r: capra... argentea. 922 SJSamos, pp. 443-447: capsa... argentea. 4 941 Liébana, p. 54: III uacas uitulatas, duos cauallos et ircula argentea, et frenum et sella. 5 Son muchos los objetos que aparecen calificados con el adjetivo argenteus (crux, patena, cuppa, capsa, flavellum, candeler, etc.), pero, al ser la mayoría de ellos objetos metálicos, resulta imposible creer que puedan hacer referencia al color y no al metal que denomina ese color. Incluso en el ejemplo en que argenteus aparece referido a psalterium no podemos interpretarlo de otra forma que no sea el de ‘bordado o adornado con hilo de plata’, tal y como se recoge en el inventario de 1066. 1047 Junyent, Oliba Not. 8, p. 397: Anulum argenteum cum sigillo. Sigilium aereum. Baculos II, qui fuerunt de domno pontifice, unum cum cristallo et auro. Psalterium argenteum. 1066 Junyent, Oliba Not. 14, p. 415: psalterium scriptum cum auro et argento. 6 Son también de aplicación aquí las reservas apuntadas en la nota 5. 7 Son también de aplicación aquí las reservas apuntadas en la nota 5. 8 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: albas de sirico III exageges una amarella, alia suruz et tercia alba. 9 921 Cardeña, p. 41: manto feruzi. 943 CLeón 168.12: pelle optima delgata et mantum optimo foruzi. 960 CLeón 333.37: mulo I amarello, pelle I hotege et manto furuz. s. XI ex. Fanlo, p. 110: alia [capa]de tiraz feruz. Según el LELMAL, su significado es el de ‘color azul turquesa’. 10 Son también de aplicación aquí las reservas apuntadas en la nota 5. 11 Resulta muy cuestionable que los ejemplos que se citan a continuación puedan hacer referencia a un color, aunque en algún caso no sea de todo descartable: 805 Baraut, CartAndorra I 1, p. 89: A parte origentis in stacnum Laugencium et in fonte Argentea. 1059 Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 396, p. 1170: iuxta ipsam fontem de Argentiam. 1097 DACCBarcelona 1637, p. 2536: a rivo Primiani usque in rivo Argentona. 12 Las mismas reservas que manifestamos en la nota 11 se pueden hacer extensivos a la utilización del adjetivo ferrandus cuando se usa para calificar accidentes geográficos: 1094 Junyent-Ordeig, DipVic 1621, pp. 905-906: et ad Engelsiam et Adzaledem, filias suas, dimisit suum alodium de Campo Ferran. 1141 DipADSolsona 292, p. 361: et ad Sancte Marie de Castro Fulito tercia parte de terris et vineis de meum dominicum quem habeo in castro Ferran pro anima mea.
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13 Las mismas reservas que manifestamos en la nota 11 se pueden hacer extensivos a la utilización del adjetivo ferrucius cuando se usa para calificar accidentes geográficos: 1076 Junyent-Ordeig, DipVic 1386, p. 681: et affrontat predicta omnia: ab oriente in collo Ferrucii et in strata que pergit ad Salliforas. 1113 CSCugat III 820, p. 21: de circi in alodio prefati Ugoni Bernardi vel in ferruces sive in terminio de Miraies. 14 Reiteramos las reservas hechas en las notas anteriores: 1130 DipADSolsona 222, p. 285: de .IIII. vero parte in torente de Ferus.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Cuadro 7 Ámbito del marrón badius CAT GAL x1 x2
équid.bovin. otr. anim. frutales x10 obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. x*16 otros
castaneus LE CAT GAL x3 x4
LE x5
pardus CAT GAL x6
12
13
? ?15
x x17
LE x7
rucius CAT GAL x8
LE x9
x11 x*14
x18 x19 o
Badius incluye bacz, bag, baga, baig, baius, uagio, vaio, etc. Castaneus incluye castaneo, castanio, castano, kastango, kastanio, etc. Pardus incluye pardellus, parducus, etc. Rucius incluye ruscius, ruzus, etc. 1
1024 DACCBarcelona 371, p. 754: et ipsum caval baio iussit dare pro anima
sua. 1031 Junyent-Ordeig, DipVic 895, p. 219: et ipso muleto baieto cum ipso pullino, que est in Agilaro, concedo ad Arsendis. 1037 Baraut, DocUrgell 502 (Urgellia 5, p. 44): ad Vivas sacer equa .I. baia, ad Bonushomo sacer alia equa sora balcana, ad Vivas Senta de Elass equa .I. falva. 1063 CSCugat II 634, p. 300: et concedo ad domnus Remundi, seniori meo, ipso meo kauallo bag. 1064 Rius, S. Martí Sacosta 7, p. 362: dimitto meum caballum bacz balzan et ipsam equam. 1193 CSCugat III 1196, p. 330: et dimito ei meum equm baig. Del ejemplo de 1037 cabe inferir que sorus y baius deben entenderse como colores o tonalidades marcadamente diferentes. Pero es evidente que comparaciones de este tipo sólo pueden realizarse dentro de un mismo ámbito geográfico y no comparando ámbitos diferentes. Cf. notas 2, 4 y 7. 2 947 HSISantiagoC, pp. 127-132: dedit mea offertione ad ipso pontifice cauallo baio de sex boues. alio cauallo castaneo de VIII. 1085 SPedrodeVilanova, pp. 23-24: accipio de te in precium cavalos II badios adpreciatos in CLX solidos.
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1159 Lorenzana, p. 147: dedit illi abbas cum suo conuentu uno cauallo bayo. El ejemplo de 947 diferencia entre los adjetivos badius y castaneus. Cf. notas 1, 4 y 7. 3 927 Liébana, p. 44: caballum colore bagium et asinum et boue colore uarium. 939 Cardeña, p. 140: pultrum per colore vagio. 939 Cardeña, p. 140: pultrum obtimum per colore vadio. 944 Oña, 1, p. 7: duos caballos, una (sic) per colore bario et alio baio. 976 Sahagún 285.38: dedimus onorem ad domino nostrum Ordonius principem, id est mulo uagio et cavallo uagio et item kauallo maurizello. 1012 TLeón, f. 106: kavallo vaio pro colore. Del ejemplo de 976 se deduce una oposición entre badius y mauricellus. 4 947 HSISantiagoC, pp. 127-132: dedit mea offertione ad ipso pontifice cauallo baio de sex boues. alio cauallo castaneo de VIII. 974 Mondoñedo, pp. 19-20: a domno Teodomiro episcopo accepimus pro nominato mulo castaneo ualente solidos Cm. El ejemplo de 947 diferencia entre los adjetivos badius y castaneus. Cf. notas 1, 2 y 7. 5 938 Eslonza 4.19: pro que accepimus de uso in honore mulo castano et alio mulo amarelo. 947 CLeón 195.13: pro quo accepimus de uobis... pultrum colore castaneum. 964 CLeón 376.15: pro quo accepimus de uos in aderato et definito precio uno mulo kastanio et uno boue rubio. El uso del término como color se extiende, desde León, por Castilla y llega hasta Aragón: 939 Valpuesta 7, p. 319: accepi... potro castanio. 1134 Fanlo, p. 118: et illo meo mulo castango laxo. El ejemplo de Fanlo de 1134 parece marcar un límite territorial a partir del cual y hacia oriente no se usa castaneus como color. 6 1024 CSCugat II 493, p. 144: et concedo ad Raimundus, filium Ermenardus, vacha I parduca. 7 1002 CLeón 614.19: et accepimus de uos... kauallo castanio... et mula parda. 1021 OteroD 135.9: pro quo acebimus de uos precio boue, per colore pardo obtimo. 1181 CLeón 1624.73: relinquo Ysidoro illam mulam meam pardellam. El ejemplo de 1002 genera dudas sobre la identidad de significado entre castaneus y pardus. Cf. notas 1, 2, 3 y 4. 8 s. d. LFBraga, pp. 220-221: accepimus de vobis precium I cavallo rucu in C modios. 1078 Andrade, Celanova, pp. 133-134: et accepimus de vos pretium uno caballo ruzo in octaginta solidos. 1095 Andrade, Celanova, pp. 88-89: dedimus illi unum kaballum colore ruzo. 1112 Santoña 74, p. 446: una nobiella de III modios rucia per colore. 1184 Loscertales, Sobrado, p. 250: accepi{mus} de uobis in precio unum caballum rucium appreciatum in quinquaginta solidos. 9 1072 Sahagún Ind. 1087: uno kauallo rutio.
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1073 Hinojosa, Documentos, p. 29: accepi de te uno cavallo ruzio centum solidos apreciato. 10 1061 Junyent-Ordeig, DipVic 1219, p. 531: et pergit per ipsas rocas super vineas baias de Valle Magna. Téngase en cuenta que el significado de baias en este contexto puede ser el de ‘bajas, de abajo’. 11 1002 Carracedo 172.6: sed lineis et pannis albis et pardis et pellibus agninis. 1131 Sahagún 1245.15: accepi uero a uobis, domno Bernardo abbate, uno allifafe de gatos nigros cooperto de uno renesborc pardo. 12 En los documentos del CODOLCAT castanea refiere siempre una tela; la no existencia de testimonios referidos al fruto puede ser circunstancial (cf. nota 14). Con todo deben tenerse en cuenta las transferencias de significado entre color i nombre (cf. brunus). 1082 DACCBarcelona 1408, p. 2184: dimisit namque Berengario, nepoto suo, colcedra I, et superlecto uno de castanea. 13 1063 Loscertales, Sobrado, pp. 122-123: accepimus de uobis precium VI denarios, una capa parda et XI denarios. 14 Nos permitimos incluir aquí un ejemplo procedente de Navarra que, al igual que los ejemplos procedentes de Aragón, queda lejos del ámbito geográfico del LELMAL: 1076-1094 Lacarra, Arancel, p. 20: de mantello et pellizon uario et pardo et azingab, solidum et dimidium. 15 1066 Junyent, Oliba Tex. II 14, p. 415: et casula de castanea alba ornata de palio. Ejemplo curioso ya que además de clarificar que castanea es un tipo de tela, deja bastante claro que no necesariamente debía ser de color marrón. En el ejemplo siguiente, pese a las dudas que se plantean en un primer momento, castanea sigue siendo un tejido. 1066 Junyent, Oliba Tex. II 14, p. 415: palleos V, alium album et castanea I. El significado persiste en el caso del adjetivo castaneus, como puede verse en el ejemplo siguiente: 1047 Junyent, Oliba, Tex. II 8, p. 396: pueri habent camisos VI; camisos veteres VI, castaneos IIII; casullas lineas IIII. Por otro lado, no cabe pensar en la inexistencia del fruto, una vez probada la presencia del árbol: 958 DipOsona 804, p. 612: per hanc scriptura vindicionis nostre vindimus terras cum castanarios vel vinea. 16 1058 CSCugat II 611, p. 276: de oriente in monte Baio. En ejemplos como los siguientes: 997 DipGirona 584, p. 506: et ego... dono et concedo ad iamdictam ecclesia Sancti Felicis decimas et primicias et oblationes fidelium de supradicta valle Bago cum fines et termines suos. 1192 DipMontalegre 160, p. 208: et habet etiam Combam bagam totam preter sextam partem.
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Es posible que no nos encontremos ante un derivado de badius sino de opacus, con el sentido de ‘oscuro’ (cf. cat. vall fosca). 17 1047 AComtalPerg. II 337, p. 705: a parte horientis in Puteo Pardo sive inpsa via qui pergit prope iam dicto Puteo Pardo. Por el contrario, en el siguiente ejemplo la forma pardinas puede derivar perfectamente de *parietinas, tal y como sostiene Coromines (DeCat VI, 291a7). 999 DipGirona 613, p. 520: iterum concedo ad iam meminitam domum... ipso boscho de Pugo Pardinas. 18 572 TVLugo, pp. 42-46: exiens linea recta ad Flumen dictum Euue et inde ad Pennam Pardam. 19 ca. 1200-1230 CLeón 1976.33: fratri Santi Petri de las Arenas (sc. mando) unum estopum de centeno et meas caligas pardas et mes capatas.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Cuadro 8 Ámbito del negro 1 brunus CAT GAL équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
fuscus LE CAT GAL
1
2
x
LE 3
x
x
maurinus CAT GAL 4
LE 5
x
x
niger CAT 6
x
GAL 7
x
10
x x12 x*14 x*19 x23 x30
x*15
*16
x17
x24 x31
x25 ?32
x26
x21 x27 x33
x20 x22 x28 x34
LE x8 x9 x11 x13 x18
x29
o
Fuscus incluye foscus, fuscatus, etc. Maurinus incluye moreno, morino, mureno, etc. Niger incluye negralis, negrus, nicrus, nigralis, etc. 1
1059 DACCBarcelona 1621, p. 2512: iterum dimito domno Ricardo Guilelmi equam brunam. 1065 CDipSGirona 314, p. 326: ad Tedbertum dimitto unum asinum brunum. 1077 DACCBarcelona 1320, p. 2054: et concedo ad Petrum Ermengaudi ipso meo pullino bruno. 1089 DACCBarcelona 1151, p. 2357: ille Guilelmi /emit/ ipso chavallo bruno. 2 Obviamente se trata del nombre del animal motivado por su color. 1047 CSCugat II 590, p. 258: et concessit ad filia sua, vaca I que dicunt Fosca. 3 1008 Archivo Episcopal de León, ms. 53: ipso boue per zolore foszo. Ejemplo contenido en el LHP (s. v. zolore), donde es evidente la confusión de lecturas: z por c o k. 4 989 DCBarcelona I 183, p. 390: et uaca I rubiana et I uitello mureno maiore. 992 DCBarcelona I 229, p. 449: exada I, podadora I, uitello I moreno. 1047 CSCugat II 590, p. 258: et ad filio suo Reimundo, bovo I moreno et vaca I marzola. El adjetivo marzola, por su posición, podría inducirnos a pensar en un color, pero esta deducción no cuadra con la etimología de la palabra que parece derivar del nombre del mes: martius. Cf. Coromines, DeCat V, 467b39-48. 5 ca. 1158-1159 CLeón 1596.53: et mando Petro Iohannis meum mulum morinum cum sella et freno.
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6 868 DipPallars 63, p. 317: et jumenta quatuor, cavallo ferrando, uno asino nigro. 981 DCBarcelona I 131, p. 332: et dono tibi boue I colore nigra. 1000 AComtalPerg. I 52, p. 327: et vos dedistis mihi precium unum kavallo cholore nigra valentem tres unzas. 1053 Junyent-Ordeig, DipVic 1122, p. 431: et ipsam mulam suam nigram dimisit ad cenobium Sancti Petri. 7 860 Loscertales, Sobrado, p. 106: precium quod nobis bene complacuit, id est, boue colore nigro. 1249 COurense, pp. 203-204: Roderico Roderici porcionario mulam meam nigram de sella. No queda claro que en el siguiente ejemplo coloratum sea un color: 1000 Loscertales, Sobrado, pp. 76-77: accepimus de uobis unam uacam cum suo filio nigro coloratum colore. 8 861 Sahagún 2.36: et tu dedisti nobis por ipsa uinea... boue colore nigrum. 1080 COviedo 82.18: Iº kauallo amarello spina nigra. 1124 COviedo 144.15: IIas uacas, illa una per colore amarela et altera per colore nicra pinta. 1171 Villaverde de Sandoval 7.9: et per istas uillas accepi in precio uno cauallo amarelo cum suas commas nigras. 9 1072 Santoña 73, p. 437*: puerco nigro valiente III quarteros ad ciuaria. 1131 Sahagún 1245.15: accepi uero a uobis, domno Bernardo abbate, uno allifafe de gatos nigros cooperto de uno renesborc pardo. 10 1009 Andrade, Celanova, p. 272: et duas zersales integras et una zersale nigrale medietatem integram. 1132 Lorenzana, pp. 250-251: et per ipsa ceresaria nigraria et inde ad cantu de ipsa casa uetera. 1205 Loscertales, Sobrado, pp. 336-337: predictus ager est determinatus per marcum quem posuimus iuxta Quercum Nigral. 1247 COurense, p. 192: in termino de Berosindi quomodo demarchatur per castenariam nigral. 11 949 Sahagún 117.10: carrera que discurrit a Noantica et figet ad illo pomito nigrale. 1014 CLeón 722.9: et in ila cerasiale nigraria. 1133 CDSVicenteOv. 185B 14.23: per illam ceresalem negralem... per illam fontem de castanera ubi stat illa cerseal nigral. 12 1006 Junyent-Ordeig, DipVic 693, p. 40: et kavallo I bruno et alsebergo I brunello... iussit dare ad Folcho, filio suo. 13 1098 OteroD 300.24: derunt Ia sela nicra et Io freno sarauo. 14 Con las lógicas reservas tiene que tomarse el ejemplo siguiente, ya que en él no aparece propiamente el adjetivo brunus, sino en tanto que forma que está en el origen de la denominación de determinados tejidos o prendas por asociación con el que debía ser su color habitual. 1087 DACCBarcelona 1481, p. 2298: et dimisit ad Dalmatium presbiterum pelles suas coopertas de guala bruno.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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1169 DipTortosa 199, p. 256: item dimito predicte nepte... unum pallium de bruneta cum cuniculis. 15 ca. 1180 LPCoimbra, pp. 19-20: meam sagiam de bruneta. ca. 1196-1200 SJSamos, pp. 428-429: dedit ei unam mulam et II telas de brunita. 1198 Pérez, ToxosOutos, pp. 138-139: unam bonam equam et unum bouem et unam cappam de bruno. 1266 COurense, pp. 198-201: Iohanni Petri de thesauro garnachiam et tunicam de bruneto. Michaeli Iohanni notario pallio de bruneto. Además de lo indicado en nota 14, obsérvese el uso de la forma adjetival brunus para referirse a una tela de ese color. 16 Los ejemplos son del mismo tipo que los ofrecidos por el CODOLCAT, es decir, nombres de tejidos formados sobre brunus. 1125 Sahagún 1220.35: ut... detis michi... unum mantum bonum gratunum, de filliola ornatum et ex gualabruno uel guisambruno coopertum. ca. 1185-1186 CLeón 1658.5: meo magistro donno Sebastiano meam tunicam de bruneta. 1222-1230 CLeón 1913.8: mando etiam canonicis ipsis capam pellem et meum pallium de bruneto. 17 1008 Junyent, Oliba Dip. 37, p. 44: et in altario Sancte Marie duo coopertorii festivales, unum cum serico, et alium oved nigro. 1125 CSCugat III 879, p. 74: et abeat de ipso precio iam dicta domna mea pelles I et de chonils copertis de gualabru nigre. 1164 DipCervià 68, p. 267: et dimitto sorori mee de Cenglada, totam lanam meam nigram. El ejemplo de 1125 al asociar gualabru con nigre nos da un interesante indicio sobre el significado de brunus. 18 1227 CLeón 1946.7: do canonicis paleum meum de bruneta negra. Encontramos una vez más la asociación de niger con brunus. Cf. nota 17. 19 Téngase en cuenta lo indicado en nota 14. 1169 DipTortosa 199, p. 256: item dimito predicte nepte... unum pallium de bruneta cum cuniculis. 20 ca. 1050 LPCoimbra, 764-770: et omnes indutas nigra ueste tam in corpore quam in capite. ca. 1151 Vaamonde, Sobrado, p. 47: in tocas nigras siue albas. 21 1047 Junyent, Oliba Not. 8, p. 396: alias dalmaticas II, una alba et alia nigra. 22 1060 HSISantiagoC, pp. 228-234: cilicia omnes canonici apud se habeant et capelos nigros. 23 1064 LFeud. I 46, p. 61: et cum ipso castro de Petra bruna. 1076 Ordeig, Dotalies 233, p. 234: et vadit per ipsos colletos sursum in Monte Bruno 1198 Papell, DipSantesCreus 396, p. 577: dono et offero domino Deo...molendinum de Rocha Bruna. 24 *983 Ordeig, Dotalies 99, p. 235: sequitur dictum numen usque ad torrentem qui descendit de Manso Novo quem vocantur torrentem Fuscum.
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Téngase en cuenta que la falsificación del documento puede ser muy tardía, quizá del siglo XVI. 25 Es dudoso que se refieran a un color los ejemplos de 986 y 987; en cambio, parece más claro el ejemplo de 974. 974 DipGirona 420, p. 370: et inde ascendit usque in summitatem ipsius montis quem dicunt Rocha Morena. 986 CSCugat I 184, p. 155: in Vallense, in terminio de ipsa Rocha vel de castro Morino. 987 CSCugat I 206, p. 172: in Vallense, ad Castulo Morino. 26 1150 CDGaliciaHistórica, pp. 233-234: et tendit ad illas cruces et per illam Petram Maurinam. 27 Es muy amplia lista de nombres a los que aparece asociado el adjetivo niger (castellum, costa, clotum, gurgus, mons, petra, pinna, podium, rivus, spelunca, stagnum, vallis, villa); por ello nos limitamos a ofrecer algunos ejemplos significativos: 954 DipGirona 304, p. 281: et pervenit subtus monte Calvel per ipsa via que assendit et vadit in Gurgo Nigro. 1019 CDipObarra 36, p. 41: et exinde per fundus de Costa Nigra. 1096 Baraut, DocUrgell 1139 (Urgellia 8, p. 64): et iniungit se in ipsa Spelunca Nigra. 1117 DipADSolsona 146, p. 203: affrontat ex una parte in Stagnum Nigrum. 1175 DipPoblet 517, p. 382: et transit aquam que venit de Villa Nova et de Pratis et ferit in Podio Nigro. 28 1106, Pallarés, Miño, p. 119: et inde ad flumen Minoris ubi dicunt Pelagum nigrum. 1131 COrense, pp. 17-19: Montem rosum et Montem nigrum. 29 775 CLeón 1.9: per illum pelagum nigrum et iusta montem que dicitur Farum. 30 1164 DipMontalegre 129, p. 167: et dimito... monachis Brunis de Valle Laura ipsum meum honorem de Provincialibus. 31 Más que al color debe hacer referencia a la supresión por tachadura. 1050 Junyent-Ordeig, DipVic 1078, p. 394: scripsit et hoc posuit signum SSS. qui dictus Ysarnus, cum litteris fuscatis in tertia linea, ubi dicitur «Stephani» et «in terra tua». 32 No parece que se refiera al color este ejemplo: 1144 CSCugat III 956, p. 138: accipio a vobis pro hac vendicione II morabetinos morinos bonos novos in auro. 33 1068 CDipÀger 85, p. 324: similiter ad nostro apostolico Alexandro tria milia solidos aureos Valencie et X captiuos nigros. Debe tomarse con reservas el siguiente ejemplo al tratarse del texto de un concilio no celebrado en Cataluña: 1119 Oleguer 44, p. 402: haec dicens, quasi ob insigne tripudium laetitiamque mirabilem, digito monstravit nigrum et pallidum adolescentem. 34 s. d. Pérez, ToxosOutos, p. 697: albi monachi et nigri et quidam alii religiosi. s. d. LPCoimbra, p. 532-533: ad pontem unum jugum boum et unam mulam et maurum nigrum Alvitum.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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1262 Salvado, ToxosOutos, pp. 220-222: et in super pectat voci regie mille morabitinos monete nigre domni regis. 1270 Oseira, p. 938: cum morabitinis de moneta nova, que vocatur nigra.
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Cuadro 9 Ámbito del negro 2 laurus marcenus moredo piceus saurus CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE équid.-bov. x1 x2 x3 x4 x5 x6 7 otr. anim. x frutales obj. orf. tejido/piel prendas x8 9 prendas lit. x* acc. geog. x10 otros x11 x12 o o o o o o
Laurus incluye lor, llor, louro, etc. Moredo incluye morelo, etc. Saurus incluye sor, etc. 1
1015-1019 CDipObarra 38, p. 44: et tu emtor donastis nobis precium: ad Raimundo VIII solidos... et Guielmum I uobe de colore lauro. 908 Junyent-Ordeig, DipVic 41, p. 39: presbiteris Ausone, caballum laurum aroendo. 1095 Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 492, p. 1312: in primis concedo ad Sancti Laurenti cenobii de mea tercia parte uacha I laura. 1063 CSCugat II 634, p. 300: et concedo a Guilabert Bonucio ipso pullino lor. 1064 AComtalPerg. III 620, p. 1125: et concedo ad uxor mea Trutillis ista iam dicta mula lora. 2 ca. 975-1011 Andrade, Celanova, pp. 274-278: et IIIIor modios, boue I colore lauro, vacca marcena. s. d. Loscertales, Sobrado, pp. 388-389: unam IIIa ad Superaddo pro Ia iouenca loura muza. 3 927-930 Sahagún 34.19: et accepimus de uos in precio una uacca laura. 947 CLeón 196.10: et accepimus de uso in pretium boue per colore lorum. Si bien puede ser fruto de la casualidad, obsérvese que sólo se encuentra el término referido a bovinos. 4 835 Loscertales, Sobrado, pp. 51: in aderado et definido precio, id est, boue colore marceno. ca. 975-1011 Andrade, Celanova, pp. 274-278: et IIIIor modios, boue I colore lauro, vacca marcena. 5 1018 OteroD 114.11: boue Iº de coro marceno.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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1076 Sahagún 749.9: et suo orto que comparauimus in I boue, marceno per colore. 6 1037 Baraut, DocUrgell 502 (Urgellia 5, p. 44): ad Vivas sacer equa .I. baia, ad Bonushomo sacer alia equa sora balcana, ad Vivas Senta de Elass equa .I. falva. 1039 Junyent-Ordeig, DipVic 989, p. 313: et ipsas suas equas, ipsa saura iussit remanere Petri Adalberti. 1050 Baraut, DocUrgell 633 (Urgellia 5, p. 154): vindimus nos vobis ipsum alaudem... in precium kavallo .I. saurum et uncia .I. de auro de Barcelona. 1077 DACCBarcelona 1311, p. 2039: et concedo ad uxori mea ipso kaval sor. 7 1181 CLeón 1642.62: mulus meus morelus uendant et inde pro anima mea anuales cantent. Cf. nota 9. En cuanto al significado, no debe excluirse su inclusión en el ámbito del marrón. 8 986 Andrade, Celanova, pp. 21-24: et picea tunica indutus in inferni baratro penas lugeat eternas. 9 Debe tomarse con precaución el único ejemplo hallado. Cf. LELMAL, s. v. moreda. Asimismo, no debe descartarse una posible relación o confusión con morelus; cf. nota 7. 996 Sahagún 352.42: aquamaniles II, alfagara facenzal moreda I, frontales II. 10 1086 LFeud. I 55, p. 71: de oriente usque in termino de Tolone et de Monte Lauro. 11 1020 SJSamos, pp. 394-396: postea piceam non evadat baratri penam in secula sempiterna. 12 925-924 CDCAstorga, pp. 80-82: et in future piceam cum transgressoribus possideat poenam. 974 CDCAstorga, pp. 21-24: et cum Iuda Christi traditore permaneat in picea gehenna perhenniter cruciaturum in eterna dampnatione.
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Cuadro 10 Ámbito del rojo 1
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
carmez mauricellus sardone sauinus zumake CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE CAT GAL LE x1 x2 x3 x4 x5
x6
x7
x8
x9 ?10 o
o
o
o
o
o
Carmez incluye carameze, karameze, etc. Mauricellus incluye maurizellus, morzello, murcello, etc. Incluimos aquí tentativamente mauricellus por la definición del LELMAL: ‘de color rojizo’. También por idéntico motivo en el caso de sardone. En cambio, el LHP define sardone (s. v.) como una ‘especie de tafetán’. Zumake incluye zumac, zumach, zumag, zumages, zumares, etc. 1
889 DipOsona 12, p. 77: [c]avallo uno valente solidos XXX, colore saxo cum stelo albo in fronte, et alio cavallo colore maurice[llo valentem] solidos XX. 947 DipPallars 155, p. 363: recepimus de te .CCC. solidos placibiles, .C. modios annone et unum cavallum mauricellum et mulum unum mauricellum. Según se desprende del ejemplo, saxus y mauricellus son colores distintos. 2 895 Loscertales, Sobrado, pp. 109-110: et accepi a uobis precium, id est, kauallum colore murzelum. ca. 906 García Conde, pp. 3-4: deo dederunt nobis duos cavallos colores maurzello et rosello pretiatos quingentos solidos. 1005 LPCoimbra, pp. 214-216: et ad cartam confirmandam accepimus de vobis ipsam equam murzelam. Del ejemplo de ca. 906 se deduce una diferencia de color o tonalidad entre mauricellus y rosellus. 3 924 CLeón 61.22: accepimus de uos precium... poltro obtimo colore morzello. 939 CLeón 134.15: pro que accepi de te pretium kauallum colore mauricellum.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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954 CLeón 275.27: et accepimus de uos... pultrum de uestras equas, colore murcello. 976 Sahagún 285.38: dedimus onorem ad domino nostrum Ordonius principem, id est mulo uagio et cavallo uagio et item kauallo maurizello. El ejemplo de 976 contempla la distinción entre uagio (badius) y mauricellus. 4 1065 Puig i Ustrell, Dipl. St. Llorenç del Munt 419, p. 1208: et concedo ad filia mea Neuia uacha I bragada et alia sauina et pullina I caballina. 1095 DACCBarcelona 1621, p. 2512: iterum concedo sepe dicto cenobio Sancti Petri parilium unum bovum, unum savinum. 5 935 TCLeón f. 419v, l. 15: accepimus de uos pro ipsas terras precium boue colore sauino et genabe maurisca. 948 Sahagún Ind. 735: uno boue sauino et uacca cum suo filio. 6 1068 Sahagún 666.16: pro quo et accipimus de te ad confirmandam cartam IIas sellas, uno folle sardone, uno panno canzi. No está claro si folle es un tipo de piel o una especie de túnica o manto. Cf. nota 8. 7 Aparte de algunos ejemplos pertenecientes a la catedral de León que no consideramos aquí, debe tenerse en cuenta el ejemplo siguiente, que parece contener una confusión de zumares por zumakes. 1001 Andrade, Celanova, pp. 766-767: et una pelle in soldo, et duos foles zumares et tapede adpreciato in IIIIor boves. 8 937 Sahagún 66.19: et accepimus de uos un precio uno boue obtimo et uno folle zumac. 976 CLeón 446.16: pro quo uestram accepimus a uobis offercionem soccos zumages pare uno. No está claro si folle es un tipo de piel o una especie de túnica o manto, pero la existencia de un ejemplo de soccos nos ha inducido a optar por considerarlo una piel. 9 930-937 Sahagún 36-65: et dedistis nobis una saia carmez et uno tapete. 953 CLeón 262.29: et accepimus de uos in precio saia carameze et una cardena et macria. 987 OteroD 28.11: et accepit de pretio saga karameze obtima. 10 Deben tomarse con precación los topónimos de los siguientes ejemplos: 966 DipGirona 374, p. 335: de una parte in villa Tartarea vel in villa Adaz, et sic vadit usque in cher Saviner. 1055-1098 LFeud. I 133, p. 134: et teneat illos in baiolia cum ipso castro de Eramont, et cum omnia que ibi habent, et cum hoc que habent in Erba Savina.
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Cuadro 11 Ámbito del rojo 2
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
roseus CAT GAL x1
LE
rubeus CAT GAL x2 x3
LE x4
russeus CAT GAL x5 x6
LE
vermiculus CAT GAL x7
LE
x8 9
25
x x31
x14 x18
x x11 x15 x19
26
27
x x33
x32 o
x x34
x10 12
x x16 x20 x22 x
28
29
x x35
x13 x17 x21 x23
x24 x30
x36 o
Roseus incluye: rosellus, roselus, rosetus, rusellus, etc. Rubeus incluye rubens, rubianus, rubicundus, rubio, rubiolus, rubione, ruveus, ruvial, ruvielus, ruvio, ruvius, etc. Russeus incluye roig, roio, rojo, roxo, russus, etc. Vermiculus incluye bermejo, bermelio, vermel, vermelio, vermellus, etc. 1
ca. 906 García Conde, pp. 3-4: ideo dederunt nobis duos cavallos colores maurzello et rosello pretiatos quingentos solidos. 945 Loscertales, Sobrado, p. 45: accepimus de uos in aderatum et firmum precium equa colore rosela. 1058 Andrade, Celanova, pp. 312-313: et insuper pariavit illis unum kaballum rosellum nimis obtimum in CCos solidos apretiatum. 1087 SMJubia, pp. 63-64: accepimus de uobis precium per complacentia nostra iº caballo colore roseo obtimo. Del ejemplo ca. 906 se deduce la existencia de una diferencia de color o de tonalidad entre mauricellus y rosellus. 2 941 DCBarcelona I 25, p. 218: dono tibi uinea et terras in duos locos, et uno bono cabrio et una uaca colore rubia. 989 DCBarcelona I 183, p. 390: et uaca I rubiana et I uitello mureno maiore. 1008 CDipObarra 9, p. 13: id est unu caballo colore rubio balzano in centum solidos. 1008 CDipObarra 10, p. 14: et dedimus ibi uno chauallo rubeo balzano et XV mancus de auro.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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3 935 Andrade, Celanova, pp. 686-687: et accepimus de vos precio vaca una colore rubea mostila. 1075 Andrade, Celanova, pp. 497-501: vobis vendo pro que accepimus de vos precio vaca rubia perreni. 4 915 Liébana, p. 27: id est bouem collore rubeum qui mihi bene complacuit. 939 Ardón, p. 207: et accepimus de uos precium boue rubio. 1059 Santillana, p. 109: una vaca alba et rubia. 5 1002 CSCugat II 377, p. 24: et vindere faciatis cavallo I et mulo I et asina I que vocant Rossa. 1003 Junyent-Ordeig, DipVic 672, p. 22: et iussit dare ipsa asina rossa cum filio suo pro anima sua. 1026 DACCBarcelona 399, p. 786: in primis concedo pro anima mea oves VI et kapras IIIIor et truia I et vaka I brava et vitula I roia. 6 1206 Pérez, ToxosOutos, pp. 123-124: mando ibi mecum ipsa mea uaccam roxam. 7 1076 DACCBarcelona 1305, p. 2030: et inter Fulconem et Gaufredum, equa I vermela. Et inter Ermengaudo et Mori, equa I baia. Obsérvese la diferenciación entre vermela y baia. Este documento es particularmente interesante porque aparecen diferenciados hasta 5 colores atribuidos a yeguas: et dimisit Raimundo, filio suo, uncias X auri et equam una oriola cum pullo suo et vacca una alba melior... Et dimisit Gerallo Mi\roni/ pullino uno, filia equa ferranna... Et ad prenominato Petro, equas duas, qui fuerunt de Isarno Floridii, et ipsa qui fuit filia cavalli Renardi. Et ad prefata uxor sua, equa I donzenla cum filia sua et alia equa, qui fuit filia cavalli Guilelmi Dalmacii. Et inter Fulconem et Gaufredum, equa I vermela. Et inter Ermengaudo et Mori, equa I baia. Et ad Arnallum, pullina I, qui fuit filia cavalli Petri. Et Ad Adaledis, filia sua, \e/qua I falva, filia cavalli Renardi. Et ad Sicardis, filia sua, pullina una. Et ad Bernardum Ermengod equa I. De donde cabe inferir que oriolus no es lo mismo que falvus. 8 1119 Santoña 75, p. 324: una puerca rubia per colore. 9 948 LaCoruñaFA, pp. 128-129: mazana[rias ...] abeo Iª ruuiale et alia palatina. 948 Carboeiro, p. 246: Ia ruuiela et alia palatine. 969-970 Carboeiro, pp. 255-256: aqua currente... de castinario ruuiale. 989 SJSamos, pp. 333-334: et de Otura a casa de Pelagio VII pumares ruviales et uno beato et una asturiana. 10 942 Loscertales, Sobrado, p. 113: quartam portionem in mazanario Uermelio et in alios tres mazanarios. 11 1266 COrense, pp. 198-201: et anulum aureum de lapide... rubis. Ejemplo dudoso ya que el contexto no permite establecer el término referido. Cf. la lectura alternativa que sigue: 1266 COurense, pp. 306-307: et annulum aureum de lapide de rubil. 12 1057 Junyent-Ordeig, DipVic 1157, p. 466: et concedo meo scuto vermello cum mea lancea ad Mironem Guadalli. 1059 Baraut, DocUrgell 712 (Urgellia 6, p. 88): et ad Miro mancipo remaneant ipsas meas osas vermellas.
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13 908 COviedo 19.137: frontales de auri filo margaritis insutis IIII[or], id est, cardenum cum aquilas amerellas, alium album, tercium auibus depictum et quartum uermiculum. 927 CLeón 75.76: palleum principalem et duos frontales similiter palleos, tercium uero uermiculum de alhaz. 14 1082 DACCBarcelona 1408, p. 2184: dimisit Poncius sacricustus ipsum suum superlectum meliorem simul cum cordues rubeo et colcedra una. 1175 CSCreus 187, p. 188: dimitto etiam iamdicte uxori mee meum mantellum varrium coopertum de presseto rubeo. 1175 CSCreus 187, p. 188: dimitto etiam uxori mee Bernarde meum runcinum (ferrandum?) cum mea sella nova et freno et II. canas de rosseta rubea Montispessulani et I. alchicenum rubeum. 15 ca. 1169 Oseira, pp. 57-58: sela erat rasa circumdata de orla rubea de pano. 1283 CDGaliciaH, pp. 284-254: habeat inde quidquam nisi unam colcham de cendato rubeo. 16 1034 CSCugat II 533, p. 112: et ad Ermengardis, cusina mea Berregano I vermel. 1036 Baraut, DocUrgell 495 (Urgellia 5, p. 36): et a Mir Cardona ipsa vellada blanca, et a Duran ipso drapo vermellio. 1177 DipPoblet 594, p. 433: et ipse debet dare quinque cannas et quartam presseti vermel de Montepesulano. 17 950 CLeón 220.53: casullas X, una vermicula in una tela, duobus fatiebus, alia zamor vermicula. Propiamente, según se desprende del texto, el color se aplica a la casulla y no a la piel (zamor). 18 1082 DACCBarcelona 1408, p. 2185: item dimisit Bernardo Audegarii sua pellicea rubea. 1235 Gonzalvo, Pau i treva 28, p. 186: [VIII]. item, statuimus quod nullus filius militis... calcet caligas rubeas, nisi sit talis qui secum milites ducat. 19 1289 HSISantiagoC, pp. 115-123: statuimus quod nullus clericus portet uestes uirgatas uel uirides uel rubeas. 1428 COrense, pp. 410-411: cum litteris vestris in cera viridi et alba atque laqueo de filis rubeo. 20 964 DipOsona 951, p. 705: et a domum Sancti Benedicti iussit dare... mantellos II, uno blavo et uno vermello, et capa una vermella. 1051 Baraut, DocUrgell 644 (Urgellia 6, p. 30): et ad Petrum Ermemir asinum .I. qui fuit de Mir Geruz et velada .I. et cot .I. vermel. 1059 Baraut, DocUrgell 712 (Urgellia 6, p. 88): et ipsa almocelia optima ad ipso pont de Valeria cum ipsas calcas vermellas. 21 1074 SJSamos, pp. 208-210: unas bullugas vermiculas, III parelios de zapatas. 1145 LPCoimbra, pp. 781-784: et zapatas fadadas et zapatones vermelios de bono corio pro medio unius morabitini. zapatos vermelios et de cordovan. 22 971 Junyent-Ordeig, DipVic 413, p. 346: curcibaldos XIIII, dalmaticas V, planeda vermelia I, et II de pallio.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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23 938 Andrade, Celanova, pp. 17-21: casulla... quarta tyrace vermelia, quinta grecisca, sexta alba similitudinem de illis dalmaticis... VIIII uermelia exageg. 947 SJSamos, pp. 410-411: casulla viride de sirico, dalmatica vermicula, casulla alba. 24 950 CLeón 220.53: casullas X, una vermicula in una tela, duobus fatiebus, alia zamor vermicula. Propiamente, según se desprende del texto, el color se aplica a la casulla y no a la piel (zamor). También podrían incluirse entre las vestiduras eclesiásticas los frontales, según se desprende del siguiente documento: 908 COviedo 19.136: igitur et de uestimentis ecclesie: frontales de auri filo margaritis insutis IIIIor. Sin embargo, como con frecuencia se mencionan los metales como integrantes de los mismos, hemos preferido incluirlos en el apartado de elementos de orfebrería. 25 903 Baraut, ActUrgell 16 (Urgellia 1, p. 72): veniens quidem venerabilis Nantigisus episcopus orgaletenensis episcopus (sic) in territori Berganetanensis, in locum vocitatum vila Hichilani, in valle Roseto in parrachiam sancti Iohannis Babtiste... 26 Son abundantísimos los nombres que aparecen acompañados de este adjetivo o de alguno de sus derivados (campus, codina, fictorium, fons, lacuna, penna, petra, podium, pons, ripa, roca, solarium, spelunca, terra, terrarium, turris, villa, etc.). Nos limitamos a ofrecer unos pocos ejemplos representativos: 1018 Rocafiguera, Aiguafreda 8, p. 42: et de circii similiter et in Cudina Rubia. 1048 Ordeig, Dotalies 186, p. 145: a parte orientis et incipitur ab ipsa petra rubicunda usque in ipsa serra de Canned, [...] et sic protenditur usque in ipsum lapidem rubicundum. 1057 DACCBarcelona 933, p. 1494: de meridie in medium maris, de occiduo in ipso Fitore Rubeo. 1069 DACCBarcelona 1181, p. 1849: affrontat namque iam dicta omnia de parte orientis in termine de ipsa Menresana sive de castrum Rubione. 1133 DipPoblet 80, p. 83: relinquo ad filios vel filias paris et equalis, et ipsos meos directos de Monte Albano et de Pugols Rubiols. 27 Dado que la relación de elementos implicados es muy amplia (aqua, campus, fluvius, mons, paries, pinna, ripa, villa, etc.), nos limitamos a ofrecer algunos ejemplos significativos: 934 Andrade, Celanova, pp. 662-664: sic quinta parte in Ordas, in ripa ruvea. 1070 SJSamos, pp. 279-380: iuxta fluvium Ruviam. 1215 González, TumboB, pp. 485-488: per caput de Aquis Rubeis. 28 822 Oña, p. 2: et prisi ecclesia Sancte Crucis in Paretes Rubias cum suo adito uel terras. 1118 Oña, p. 179: alia terra in Pennaruuia. 29 1017 CSCugat II 464, p. 112: a parte circii habet terminum... in ipso monte quem dicunt Eschena Rosa.
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1062 AComtalPerg. 584, p. 1047: et ipsum castrum de Cervaria, et de Tarrega, et de Kamarasa, et de Cubels, et de Stopanian, et de Cannelas, et Puio Roio, cum omnibus terminis et pertinenciis. 1087 DACCBarcelona 1475, p. 2287: suas autem vineas de Podiolo Rogio... iam dicto Sancto Vincentio rel[in]quid. ca. 1117 LFeud. I 138, p. 137: Pelet donet potestatem de ipso castro de Mont Ros. 1162 DipTortosa123, p. 174: petiolam unam terre quem habemus in Villa Roia. 1197 CRocaRossa 40, p. 105: concedimus domino Deo et domui ecclesie beate Marie de Ruperussa. 30 857 DipAstur, pp. 272-278: in Uermelio puteum salis. Se trata evidentemente de un topónimo. 31 1018-1049 Junyent, Oliba Tex. 25, p. 356: et martyriali laurea coronatus, et roseo sui sanguinis rubore perfusus. 32 1045 LPCoimbra, p. 218-221: sublimatus roseo cruore. 33 [970] Junyent-Ordeig, DipVic 404, p. 335: sydereo fulgore vel uti clara poli luminaria virtutum meritis radiantem, florenti ut palmi oppionionem, alma candentem ut lilium pudicicie, cyngulo rubentem vel rosa. 1043-1046 Junyent, Oliba Tex. 28, p. 378: totidemque columnas e marmore rubicundi coloris. 1095 DACCBarcelona 1621, p. 2512: et barrilium unum plenum de vino rubicundo. 34 1339 CLugo, pp. 391-392: et solvat quotidie canonicis et porcionariis, de meliori vino rubeo. 35 1114 Baraut, Doc Urgell 1282 (Urgellia 9, p. 111): vendimus nos vobis eum... propter precium unam vineam et .VIII. solidos de denariis russellis. 36 1070 AComtalPerg. III 759, p. 1305: et modios II vini blanchi et alios II modios vino vermiculo ad mensuram Gerunde.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Cuadro 12 Ámbito del rojo 3
équid.bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
falvus CAT GAL x1
LE
ruber CAT GAL
LE
granatus CAT GAL
LE
purpureus CAT GAL
x2
x3
4
5
x
x10
?11 o
x* x*6 x*8
x12 x?13 o
LE
x*7 x*9
x14 o
o
o
o
Ruber incluye rubricatus. Falvus incluye falb, faluus, flavus, fulvus, etc. Se toma de de nuevo en consideración aquí tras haberlo incluido ya en el Cuadro 2: Ámbito del amarillo 2, debido a la definición oscilante entre el rojo y el amarillo. 1
908 Junyent-Ordeig, DipVic 41, p. 39: dono... Gerardo fideli meo iumentum fal[a]uum .i. 1003 (1005) Baraut, DocUrgell 288 (Urgellia 3, p. 121): remaneat ipsa mea mula falua ad Sancta Maria. 1007 Sangés, DocGuissona 37, pp. 254-255: precor vos manumissores mei, si mors mhi advenerit... plenam potestatem habeatis aprehendere omnem meam facultatem et dare pro anima mea de ipsso avere et mobile ipssam medietatem pro anima mea, exceptus .I. caval falb. 1057 DACCBarcelona 939, p. 1502: et domino comite accipio unum mulum fulvum propter ipsa comparatione. 2 951 Baraut, DocUrgell, ap. 8 (Urgellia 8, p. 123): et ad fratre meo Ratefredo cavallo .I. blancardo cum freno granato et sella granata et obsergo .I. et spata .Iª. ignea. 1196 Bisson, Fiscal accounts II 162, p. 293, l. 141: dimisit Arnallo Umballi unum ex suis cifis et Petro de Deo anulum i arguncium granatum uidelicet. 3 908 COviedo 19.33: idem et altera modica cruce uetusto opere... frontalem igitur principali altari tuo purpureo miro opere. 4 992 DCBarcelona I 222, p. 439: comperimus in diuinis uoluminibus qualiter Dominus per Moysen legislator et Aaron sacerdos, ex rubricatis pellibus iussit sibi preparari, ad inuocandum nomen eius, domum.
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PERE J. QUETGLAS
1078 CSCugat II 694, p. 356: et superlectum I de pali et plumacium I de ozturi rubro. 1082 DACCBarcelona 1412, p. 2193: et pelles I de gats, et mantel I de berraca rubro. 1095 Bach, ACSolsona 350, p. 221: et dederunt mihi unum mulum et unam obtimam tunicam ex lana de presseto rubro paratam ex omnibus partibus purpura. 5 1163 CSCreus 109, p. 111: accipimus a te pro hac venditione pelles unas vaires novas, coopertas de purpura et II. cisclatones bonos et II pelliceas rubeas bonas. Cf. nota 8. 6 1071 Sanahuja, Àger 28, p. 349: et brisal I purpura feminile... et brisal I de palii. Cf. nota 8. 7 1220 Pérez, ToxosOutos, pp. 101-104: et unum mantum purpureum. 8 Los ejemplos deben tomarse con precaución, ya que al ser la purpura un tipo de tejido pueden o bien no hacer referencia al color, o bien hacerlo, en la medida que se asocian tejido y color; sin embargo, esta asociación queda excluida a partir de ejemplos como el de 1051. 1051 DACCBarcelona 780, p. 1280: predictam vineam et unam capam purpuream albi coloris optimam, propter mediam modiatam terre quam accipio in comutatione de iure predicte ecclesie. 1066 Junyent, Oliba Not. 14, p. 415: casulas purpureas IIII, duas ex ipsis cum auro, alia de fres; de pallis III; de castanea II. 1066 Junyent, Oliba Not. 14, p. 415: dalmaticas fresades LXXII, purpureas III; ex palio alias III, alia ortoni, et unam de oved ornatam de purpura. 9 977 Andrade, Celanova, pp. 3-7: indumenta sacerdotum et levitarum cum balteis et umerariis auro texta, bisima, purpurea et linia. Cf. nota 8. 10 1209 CRocaRossa 31, p. 91: damus Deo et domui sancte Marie Rupis Flave et suis, ad hostias faciendas .I. quarteriam tritici censualem imperpetuum annuatim. 11 Podría relacionarse con el color el topónimo del siguiente ejemplo: 1153 SPedrodeRocas, pp. 136-137: et inde ad Lividoirus et per medium montem de Falvam. 12 939 DipGirona 248, p. 234: de oriente in rio Lubricato et de rio Rubricato vadit in directum per ipsa petra usque ad ipso Cannidello. 13 Debe tomarse con precaución el único ejemplo encontrado: 1225 Puig i Ferreté, Lavaix 72, p. 114: sig+num Mathei, canonici Ilerdensis; his favet Arnallo signo rubra de Turre Benigno. 14 1008 Junyent, Oliba Tex. 8, p. 312: flos purpureus veluti nobis redolebat anno presenti.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Cuadro 13 Ámbito del verde viridis CAT équid.-bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
GAL
LE
virens CAT
GAL
LE
diaprasius CAT GAL
LE
x1 x3 x6 11
x x15
x4 x7 x9 x12 x16
x2 x5 x8 x10 13
x x17
14
x x18 o
o
o
o
Viridis incluye verd, verde, verdalis, verdinosus, etc. 1
1052 DACCBarcelona 787, p. 1288: septenam partem de unum nucharium, et de unam perariam verde [de] bona et de unam ficulneam ivernale. 1075 DipCervià 24, p. 225: est una olivaria verdale in locum que dicunt campum de Cannabario. 2 908 DipAstur, pp. 362-369: crucem... diuersis gemmarum uiridum generibus ornatam. 3 1068 CDipÀger 89, p. 334: et tela I de oued uermel, et alia de oued uerd. 4 908 DipAstur, pp. 362-369: et ad coperienda munera palla pallea uiride. 5 1080 COviedo 82.20: una pelle alganege noua in panno ouete uiride. 6 1061 CDipÀger 89, p. 335: et braga I uerd et alio alba. 7 1037 LPCoimbra, pp. 522-523: et accepimus de precio aderato et nominato Ia adorra siricea colore verde. 8 1019 OteroD 115. 8,9: Et dedit ad Trasmire, cognomento Anaia, alia adora uerde. 9 911 HSISantiagoC, pp. 64-66: item aliam casulam piscinam et uiridem cum duas facies. Este ejemplo demuestra que piscinam no significa lo mismo que uiridem. 947 SJSamos, pp. 417-419: casulla viride de sirico. 1289 HSISantiagoC, pp. 330-332: nullus clericus portet uestes uirgatas uel uirides uel rubeas. 1373 Mondoñedo, pp. 188-192: habeo cocam et aljubam et mantellum proprium cum capucio de viridi scuro. 10 915 HLanguedoc V, pr. 42, col. 135: dono ego Riculfus... casulas episcopales optimas III, unam dioprasiam.
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PERE J. QUETGLAS
11 1178 LFeud. I 261, p. 285: est, autem, iam dicta quadra in comitatu Barchinone, in loco nominato Valle Viridi. 1050 DipPoblet 126, p. 118: dono vobis namque aqua de rivo Cionis ad terminio Podio Viride. 1173 DipPoblet 458, p. 343: omnem nostrum honorem quod habemus in terminio de Rocha Viride. 12 1020-1062 SJSamos, pp. 90-93: alia villa que comparavimus de sorore Aeilo de valle Viride. 1071 Carboeiro, pp. 267-268: et prosthea per mamolam Uiridem et uadit per patron domni Quize. 13 ca. 920 CLeón 50.24: per serra de Ualle Uiride. 946 OteroD 4.14: et derumpit II limides uerdes. 1111 CLeón, fol. 27: et per illa penna de texarina et per summas uerdinosas. 14 1046 Junyent, Oliba Tex 24.62, p. 348: florea cuncta gerit et prata virentia gestat. 15 1137 Alturo, Sta. Anna 222, p. 245: copia cuiusdam priuilegii cum bulla plumbea pendenti ad fila sirici viridis crocei coloris et rubei. Dada la contigüidad de crocei coloris et rubei, resulta dudoso que viridis sea aquí un color. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el ejemplo en cuestión forma parte propiamente de la parte dispositiva del traslado realizado en Peruggia en 1367. Cf. VARELA, «El campo del color», p. 581, donde sostiene que el adjetivo puede designar una tela muy popular caracterizada por ser de este color. Respecto del adjetivo aplicado a la cera, debe tenerse en cuenta el siguiente ejemplo: 1428 COrense, pp. 410-411: cum litteris vestris in cera viridi et alba atque laqueo de filis rubeo. 16 1155 Pérez, ToxosOutos, p. 592: et quarterium I de castaneis pisadis et alium de uirides. 1224 Portela, CísterGalicia, pp. 173-174: cum fructibus qui in eis invenerint viridis et siccis. 1230 DocHistóricos, pp. 301-304: cera viridi sigillatas. 1239 Portela, CísterGalicia, pp. 182-185: et totum panem viridem et siccum. Parece bastante claro que en todos los ejemplos, excepto quizá en el referido a la cera, el significado de viridis es el de ‘tierno’, ‘no maduro’. 17 1212 Castañeda 107.30: fratres Sancti Martini recipiant eam quomodo melius inuenerit cum pane uiride et sicco. Cf. nota 16. 18 1013 AComtalPerg. I 106, p. 391: cum pratis et paschuis et erbas virentibus.
PARA PROBLEMAS, LOS COLORES
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Cuadro 14 Ámbito del ¿rosa? diarhodonus CAT GAL équid.-bovin. otr. anim. frutales obj. orf. tejido/piel prendas prendas lit. acc. geog. otros
LE
rosatus CAT GAL
LE
x1 x2 o
o
o
o
Diarhodonus incluye deorodonus. 1 915 HLanguedoc V, pr. 42, col. 8135: dono... casulas episcopales III, unam dioprasiam et alias duas deorodonas. 924 DipOsona 283, p. 263: planeta I colore amarella diocodrina, kappa I uermilia ex diorodono. Resulta problemático mantener el ámbito del «rosa» en atención a los únicos ejemplos conservados. Así, el GMLC define diarhodonus como ‘de color rojo’ o ‘teñido de color rojo’, mientras que para diarhodon ofrece la definición de ‘tinte de color rosa’. Por otro lado, el color de rosa sólo aparece testimoniado como color litúrgico en la Baja Edad Media, a partir del siglo XIII. Cf. A. PAZOS-LÓPEZ, «Culto y vestimenta», p. 7. 2 1050 Ordeig, Dotalies 191, p. 157: et incipitur de ipsa via, et pergit per illos, et vadit per medium podium Rosatum. Se trata también de un testimonio único, cosa que incrementa las dudas sobre su significado real. Podría ser una confusión por Rosetum, en cuyo caso pudiera muy bien significar ‘lugar poblado de rosales’. Cf. BASTARDAS I RUFAT, La formació dels col·lectius, pp. 129-130.
ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ* REFLEXIONES SOBRE TERMINOLOGÍA CODICOLÓGICA EN ESPAÑA
Cuando estas páginas vean la luz, se habrán superado los veinte años de la primera edición del vocabulario español de codicología en 1997, una de cuyas autoras fui yo misma, junto con Pilar Ostos Salcedo y M.ª Luisa Pardo Rodríguez. La obra estuvo basada en la versión francesa que Denis Muzerelle publicó en 1985, según el proyecto promovido por el Comité International de Paléographie Latine, que persigue el establecimiento de una normalización terminológica y de un vocabulario políglota. Un año antes se había publicado la versión italiana, realizada por Marilena Maniaci en el marco de la misma empresa científica y, en la actualidad, solo Rumanía ha completado también el proceso1. Todos estos glosarios están unificados en la modalidad hipertextual que alberga el dominio del Comité International de Paléographie Latine en internet, donde se incorporan también algunos términos ingleses y holandeses, aunque no haya todavía publicaciones en estas lenguas2. Estas recopilaciones se concibieron como una propuesta sistematizada que, en *
Universidad de Huelva, Departamento de Historia, Geografía y Antropología, Facultad de Humanidades. Campus del Carmen, Avenida Tres de Marzo, s/n. 21007 Huelva (España). [email protected]. 1 D. MUZERELLE, Vocabulaire codicologique. Répertoire méthodique des termes français relatifs aux manuscrits, Éditions CEMI, Paris 1985 (Rubricae, 1); P. OSTOS SALCEDO – M.ª L. PARDO RODRÍGUEZ – E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, Vocabulario de Codicología. Versión española revisada y aumentada del ‘Vocabulaire codicologique’ de Denis Muzerelle, Arco Libros, Madrid 1997, 2011; M. MANIACI, Terminologia del libro manoscritto, Istituto centrale per la patologia del libro – Editrice bibliografica, Roma – Milano 1996, 19982; A. PAPAHAGI (coord.), en colaboración con Cr. PAPAHAGI, A. C. DINCA y A. MARZA, Vocabularul cartii manuscrise per baza lucralilor ‘Vocabulaire codicologique’ de Denis Muzerelle si ‘Terminologia del libro manoscritto’ de Marilena Maniaci, Editura Academiei Române, Bucureşti 2013. Todas estas obras fueron elaboradas bajo las directrices del máximo organismo mundial de Paleografía y Codicología latinas, el Comité International de Paléographie Latine (CIPL). 2 Versión hipertextual (francés, español, italiano e inglés) 1.1, 2002-2003, en la web oficial del Comité International de Paléographie Latine: http://www.palaeographia. org/vocabulaire/vocab.htm.
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ELENA E. RODRÍGUEZ DÍAZ
lugar de ofrecer un listado alfabético de términos (como solía suceder en los repertorios al uso), se estructuraban según las sucesivas etapas de fabricación y conservación de los códices, sirviendo al mismo tiempo de descripción de los libros antiguos hechos a mano a través de la relación ordenada de sus elementos constitutivos3. La juventud de la disciplina codicológica, cuyo mayor desarrollo ha sucedido en la segunda mitad del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI, condiciona en parte la especificidad de su vocabulario técnico y explica, en alguna medida, los dilemas léxicos que suceden en todas las lenguas. En esta ocasión, vamos a efectuar un recorrido por algunos de los problemas que se detectan en el uso de la terminología en español, sea por el avance de la especialidad, al exigir mayor concreción a la hora de definir algunos elementos materiales, sea por la tendencia hacia una simplificación que produce ambigüedad o por otras razones que iremos detallando. Ante la imposibilidad de llevar a cabo una crítica sistemática en el espacio disponible, en esta ocasión prestaremos atención a algunos aspectos materiales del libro en general, como objeto artístico en sí mismo, para centrarnos después en la iluminación y, en particular, en el léxico relativo a las iniciales. Una de las dificultades es que, al tener como objeto de estudio los manuscritos, la codicología ha ido recogiendo palabras procedentes tanto de los oficios del libro en el pasado, como de otras disciplinas dedicadas también al estudio de los códices, desde las diversas perspectivas que ofrecen sus contenidos y sus formas. Dentro de la tradición artesanal, el vocabulario español recoge, por ejemplo, nombres procedentes de los artesanos de la piel y el cuero (pergamino, cubiertas y forros de las encuadernaciones); de la industria papelera (fabricación artesanal, unidades de venta); de los encuadernadores artesanos, en el cosido de los cuadernos, en el trabajo de las tapas que incluye términos de carpintería (tallado de cubiertas rígidas e instrumentos para hacerlo) o en la elaboración y decoración de las cubiertas 3
Al margen de este proyecto internacional del CIPL y bajo criterios científicos diferentes, existen muchos vocabularios técnicos del libro antiguo en la mayoría de los países europeos. Entre los que se refieren a la decoración de los manuscritos y están editados en lenguas distintas de las mencionadas, cabe destacar, en alemán, el de Ch. JAKOBI-MIRWALD, Buchmalerei. Ihre Terminologie in der Kunstgeschichte, Reimer, Berlin 1991, 19972 y, con la colaboración de M. ROLAND, 20083 y 20154; así como la traducción al sueco debida a P. ÅSTRÖM, Medeltida bokmåleri. Illustrerat konsthistoriskt lexikon, Signum, Stockholm 2012.
REFLEXIONES SOBRE TERMINOLOGÍA CODICOLÓGICA EN ESPAÑA 125
y sus forros, con términos textiles y de estampación, incluso de orfebrería (cierres y broches metálicos) o de herrería, en los bullones, cantoneras o cadenas que se añadían como guarnición en el acabado del libro. Entre el vocabulario asumido de otras disciplinas científicas se encuentra la crítica textual para la caracterización de los textos, la transmisión, los mecanismos de copia, las formas de lectura, etc. Naturalmente, también la paleografía, con la nomenclatura de la tipología gráfica, de la disposición de la escritura sobre las páginas, de las tintas, de las etapas del proceso de copia, etc. Asimismo, la historia del arte, de donde se extrae el glosario relativo a las miniaturas, a la iconografía, a la iluminación en general, los pigmentos y la decoración de las encuadernaciones. A todo ello hay que sumar los nombres procedentes de la bibliología, la heráldica, la restauración y conservación, la biblioteconomía, la archivística, etc. De todo esto se deduce que, por un lado, la codicología hereda la problemática intrínseca que pueda existir en las nomenclaturas científicas de cada disciplina implicada; y, por otro, se ve obligada a armonizar las necesidades de cada especialidad. Lo que pretendo decir es que un mismo elemento codicológico puede interesar o puede estudiarse desde diferentes orientaciones y esto puede originar problemas nominales. Por ejemplo, la historia del arte analiza la ornamentación de las iniciales, mientras que a la paleografía le interesan las características tipológicas de la escritura utilizada para realizar dichas letras destacadas y la codicología examina su plasmación material y la función jerárquica o la relación con el texto y con el lector de dichas litterae notabiliores. Así, indirectamente, a la terminología codicológica se le exige aunar armoniosamente las exigencias de cada disciplina. Y esto a veces no es fácil. Refiriéndome siempre al caso español y siguiendo con el ejemplo de las iniciales, encontramos que tanto en la tradición, como entre autores que no son paleógrafos, se usa la voz capital para identificar a las iniciales decoradas que introducen las principales secuencias textuales, sirviéndose del término que, en castellano, significa letra mayúscula4. Sin embargo, la generalidad que caracteriza a los nombres comunes no siempre resulta útil en un glosario técnico. En este caso, los paleógrafos no solemos aplicar el término capital para las iniciales decoradas, porque para nosotros esta 4
Se usa así capital como sinónimo de letra mayúscula, tal y como aparece en el Diccionario de la Lengua española, 23.ª edición, Real Academia Española, Madrid 2014.
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palabra tiene un significado específico que corresponde a una morfología concreta de la escritura antigua (de origen romano) y las morfologías utilizadas en las iniciales decoradas de los manuscritos medievales no son siempre capitales desde un punto de vista paleográfico. Así sucede, por ejemplo, con el alfabeto mayúsculo gótico, donde se combinaban formas capitales con formas unciales e, incluso, con minúsculas. El codicólogo español, que sea también paleógrafo, preferirá el término «capitular» (lat. caput), definido por la Real Academia de la Lengua como la letra «que empieza el capítulo de un libro, o un párrafo, cuando es resaltada en tamaño o por algún adorno», lo cual parece mucho más exacto y, sobre todo, salva el equívoco paleográfico. Un inconveniente importante que encontramos en el uso del vocabulario codicológico en España tiene que ver con un matiz de naturaleza semántica. A la hora de acuñar o de adoptar una palabra o una expresión técnica, primero se debe tener muy claro el concepto que se quiere retratar porque, en ocasiones, detrás de un problema terminológico se esconde, en realidad, una imprecisión conceptual. Cuando esto sucede, es decir, cuando existen discrepancias conceptuales, existirán también discrepancias terminológicas. Es lo que sucede con la voz «signatura» en codicología, cuya polisemia induce a error o confusión. Aparte de los significados del nombre común signatura que recoge el Diccionario de la Academia Española5, en codicología el término se usa también para una serie de marcas técnicas, expresadas con letras o con números o con ambas cosas a un tiempo, que tenían distintas funciones. Entre ellas se encontraba la numeración de los cuadernos de los códices para asegurar su orden una vez que el libro quedaba listo para ser encuadernado. A estos números, a veces acompañados de la letra «q» (como abreviatura de quaterno), se les llama por tradición «signaturas de cuadernos» o, simplemente, signaturas. El problema surge cuando, a partir del siglo XIII, aparece una nueva técnica de ordenación con una finalidad diferente, relacionada con el aumento del número de folios en los cuadernos, que se produce debido a la mejora en la fabricación del pergamino y, sobre todo, 5 1. «Marca que se pone en un objeto para distinguirlo de otro, especialmente la señal formada por números y letras que se pone en una parte visible de un libro o de un documento para clasificarlo e indicar el lugar que ocupa en una biblioteca o en un archivo», por tanto, uso bibliotecario o archivístico. 2. «Acción de firmar un documento, especialmente cuando se trata de un documento importante», es decir, la firma y rúbrica.
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a la difusión del papel. Esta nueva técnica no numera cuadernos o, mejor dicho, no numera solo cuadernos (como en el caso anterior), sino que sirve para contabilizar los bifolios o los folios en el interior de cada uno de ellos, de tal manera que la numeración se reinicia de forma independiente en cada cuadernillo6. Ambas técnicas son distintas no solo en su presentación formal, sino también en su situación dentro del cuaderno7. Cambia también la ubicación sobre la página y, lo que es más determinante a mi modo de ver, cambia su función. Sin embargo, a veces se llama «signaturas de cuadernos» a ambos procedimientos, sin distinguir su cometido, con los problemas de identificación que eso conlleva, sobre todo en épocas en las que ambas técnicas conviven dentro del mismo manuscrito, como sucede en España durante el siglo XIII y en los siglos XV y XVI. Por tanto, lo que existe en este caso es un problema conceptual que afecta a la terminología y que termina afectando también a la comprensión de las descripciones de manuscritos que aparecen en catálogos o en monografías. Esta ambigüedad a la hora de describir estas técnicas sucede en España, porque en otros países ha sido superada, y son muchos los especialistas, como Albert Derolez, Malachi Beit-Arié, François Déroche o Marilena Maniaci, quienes no solo distinguen léxicamente tales conceptos, sino que, incluso, han optado por no usar la voz signatura en ninguno de los dos casos, reservándola para la marca archivística y bibliotecaria8. 6
Existe una amplísima variedad tipológica, con marcas alfanuméricas, solo números, solo letras o signos variopintos (rayas horizontales, verticales, oblicuas, círculos, combinaciones de marcas no lingüísticas ni numéricas), vid. E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, «Nuevas aportaciones sobre las técnicas materiales del libro castellano medieval», Historia. Instituciones. Documentos, 39 (2012) 325-340. 7 La primera técnica se sitúa al inicio o al final, normalmente al final del cuaderno, mientras que la segunda se anota a lo largo de la primera mitad, por lo que la mayoría de las marcas están en el interior de cada cuaderno. 8 A. DEROLEZ, Codicologie des manuscrits en écriture humanistique sur parchemin, Brepols, Turnhout, 1984, t. I, p. 13; M. BEIT-ARIÉ, «Les procédés qui garantissent l’ordre des cahiers, de bifeuillets et de feuillets dans les codices hebreux», en Ph. HOFFMANN (ed.), Recherches de codicologie comparée. La composition du codex au Moyen Âge en Orient et Occident, Presses de l’École normale supérieure, Paris 1998, pp. 147-148. F. DÉROCHE, Manuel de codicologie des manuscrits en écriture arabe, Bibliothèque nationale de France, Paris 2000, pp. 99-104. MANIACI, Terminologia, p. 140, vid. voz Numerazzione a registro. O nosotras mismas en el Vocabulario español, n. 315.04.
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La principal finalidad de la terminología científica es establecer designaciones precisas que permitan la exacta identificación de las cosas, tratando de evitar equívocos o confusión. Pero lo que sucede en España con la palabra signatura produce el efecto contrario. En algunos casos, los autores matizan convenientemente a qué tipo de marca están aludiendo9, pero en otros muchos casos no es así y es entonces cuando se produce la ambigüedad. El problema conceptual subyace también en la manera en la que se describe el tamaño de las iniciales decoradas con respecto al texto al que acompañan. Lo más frecuente es que dicho tamaño se indique refiriéndose al número de renglones que ocupa la altura de la letra, lo que ya se hacía en el siglo XVI10, aunque en alguna ocasión se retrata mencionando «unidades de pautado» («la inicial ocupa seis unidades de pautado»). Ahora es el codicólogo el que se extraña ante esta expresión. Vamos a ver por qué. Relacionado con el concepto de renglón hay tres cosas diferentes: 1.º) la escritura dispuesta en forma rectilínea (que es un renglón); 2.º) la raya o pauta que guía esa escritura (que en castellano también es un renglón); 3.º) y el espacio contenido entre dos renglones, para lo que no existe una palabra concreta en español, pero sí una expresión técnica en paleografía, que es la de caja de renglón. Como en el caso anterior de signatura, de nuevo se unen la polisemia y los problemas conceptuales. Libros y documentos comparten la existencia de líneas de escritura y de espacios comprendidos entre dos líneas de texto, pero no todos tienen rayas o líneas trazadas que guíen la escritura. Muchos documentos carecen absolutamente de pautado. Lo mismo sucede en muchos códices islámicos en papel y en manuscritos en caracteres latinos más tardíos y de carácter administrativo o diplomático. La raya, línea trazada o pauta sobre la que se asienta la escritura se retrata de muchas formas en los catálogos y en las 9
Así proceden también otros autores no peninsulares, conscientes de la confusión que genera el término signatura, como J. VEZIN, «Les cahiers dans les manuscrits latins», en Ph. HOFFMANN (ed.), Recherches de codicologie comparée, op. cit., pp. 103104. 10 Así se observa en un documento de 1585, hecho en la ciudad de Burgos, que contiene un concierto entre dos copistas de libros, cuando se indica que ciertas iniciales debían «ser de dos renglones» y otras de «un renglón», vid. J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, «Escritores-copistas e iluminadores de libros en burgos, durante el siglo XVI: campos y peculiaridades de su actuación», en M.-C. HUBERT – E. POULLE – M. H SMITH (eds.), Le statut du scripteur au Moyen Âge, École des chartes, Paris 2000, pp. 356 y 360-361.
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descripciones codicológicas en español: como línea de guía, pauta, línea rectriz11, línea rectora o, simplemente, renglón. En los tratados españoles de caligrafía de los siglos XVI, XVII y XVIII, la «pauta» es una plantilla que sirve para rayar el papel12. En el siglo XVII, Sebastián de Covarrubias definía la pauta, como «una tabilla con cuerdas de vihuela tensadas, que se presionan sobre el papel para que el niño no se tuerza al escribir»13. Pero en el año 1499, el Libro de los Oficios del monasterio de Guadalupe menciona, entre los instrumentos de los copistas del scriptorium: «plomo para pautas»14. Y sabemos que las rayas de las páginas de los manuscritos del siglo XV, incluidos los hechos en Guadalupe, están trazadas con barras de plomo. De manera que, en este caso de 1499, el término pauta puede significar también el instrumento que se utilizaba para el rayado o pautado de los manuscritos. La voz «pautado» se usa más en los siglos XV y XVI para los tetragramas y pentagramas musicales. Este parece ser su origen. Pero en el siglo XIX, los propios calígrafos ya usan la expresión «papel pautado» para identificar el instrumento que servía para guiar el aprendizaje de la escritura en la escuela15, utilizándose con el mismo sentido en el siglo XX. En la actualidad, la Real Academia acepta pauta como sinónimo de línea de renglón y pautado como conjunto de rayas o pautas sobre una página. Así que no hay inconveniente en usar pautado y rayado para designar esta operación de preparación de las páginas. Para la voz renglón, la paleografía española distingue entre renglón propiamente dicho (palabras escritas en línea recta), línea de renglón (que sería la pauta en codicología) y caja de renglón (o espacio comprendido entre dos líneas pautadas o entre dos renglones). La codicología, a su vez, 11 Se ha aceptado la expresión línea rectriz propuesta por el propio Denis Muzerelle, que no existía en castellano, ni en la tradición académica, donde se usaba las voces comunes línea y renglón. 12 Acepción correspondiente a OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, n. 215.02. 13 S. DE COVARRUBIAS, Tesoro de la lengua castellana, Imprenta de Luis Sánchez, Madrid 1611, p. 581. 14 M.ª L. CABANES CATALÁ, «Transcripción del Libro de los Oficios del Monasterio de Guadalupe», en M.ª L. CABANES (ed.), Libro de los Oficios del Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, vol. I, Ministerio de Cultura – Junta de Extremadura – Monasterio de Guadalupe, Guadalupe 2007, p. 362. 15 A. ALVERÁ DELGRÁS, Nuevo arte de aprender y enseñar a escribir la letra española, Imprenta de Julián Arranz, Madrid 1847, p. 17.
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usa una expresión más, la de «unidad de pautado», cuyo concepto puede parecer similar al de caja de renglón, pero no lo es. Sin embargo y como se ha dicho, a veces estas dos expresiones técnicas se identifican cuando se describe el tamaño de las iniciales decoradas. Hay que tener muy claro que la unidad de pautado define una categoría codicológica que adquiere sentido al relacionarla con el espacio total que es la página pautada, pues define la relación proporcional entre la altura de la justificación y los renglones trazados (se cubran o no de escritura), categorías que no se contemplan en el concepto paleográfico de caja de renglón, que es simplemente la distancia de un renglón a otro (pautado o no). Por esta razón y salvo excepciones16, en cada página lo normal es que solo haya una única unidad de pautado. El renglón, la caja de renglón paleográfica y la unidad de pautado codicológica son expresiones técnicas específicas que definen conceptos distintos aunque relacionados entre sí, razón por la cual para describir las dimensiones de las iniciales decoradas sería más adecuado el uso de renglón (o incluso de cajas de renglón) que el de unidad de pautado. Algunos autores utilizamos una expresión que no es ni una cosa ni la otra, precisamente para evitar estos problemas, y que consiste en hablar de «puntos», como unidad de valoración dentro de una escala, que es la acepción vigésimo segunda de dicha palabra en el diccionario normativo de la lengua española. Otro inconveniente es la ausencia de términos suficientemente precisos en español para determinar lo que en francés se dice como mise en page. No existe en castellano una expresión o palabra exacta que defina las distintas operaciones de preparación de las páginas. Algunos autores usan «impaginación», que es una importación del italiano que tampoco existe en español. Se trata de un asunto no resuelto, que suele suplirse con expresiones diversas a criterio del autor. Otra cuestión es el uso anacrónico de términos procedentes del mundo de la imprenta y de las artes gráficas, que resultan inexactos en la realidad previa del ámbito manuscrito. Es lo que sucede, por ejemplo, con la voz «pliego» cuando se usa como sinónimo de cuaderno en los códices medievales. 16
Una excepción serían los manuscritos glosados, donde el texto y la glosa pueden ser preparados de manera independiente, con distintos módulos de escritura y, en consecuencia, con dos o más unidades de pautado en la misma página.
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Según la definición normativa, la palabra tiene dos acepciones relacionadas entre sí. Primero, la de «pieza de papel de tamaño cuadrangular, doblada por el medio, o por dos o más dobleces si está impreso»; y segundo, la de «conjunto de páginas de un libro o folleto cuando, en el tamaño de fábrica, no forman más que un pliego». En ambos casos, se está aludiendo al plegado de una sola pieza de soporte de escritura. No será hasta la difusión de la imprenta cuando el pliego se pueda empezar a identificar con el cuaderno porque, con anterioridad, los cuadernillos de los códices medievales se componían de más de un pliego en los formatos más frecuentes (in 4º o superiores)17. Es decir, en la Edad Media un pliego no siempre es lo mismo que un cuaderno. Así se comprueba en muchas circunstancias. Por ejemplo, una nota escrita en el último folio de un volumen de 1420 y coetánea a la copia, dice así: «en este libro están escritos cinto XL plygos e más VI» hojas, conservando el libro 285 folios18, lo que está retratando el uso de pliegos de formato in folio (con una única doblez). Dado que en este caso los cuadernos fueron sisternos, se necesitaron tres pliegos por cuaderno. En un inventario de 1522 se mencionan «seys quadernos e vn pliego»19 que se habían conservado sueltos, distinguiendo claramente cuaderno de pliego. Asimismo, en otro caso de 1414 se consignó que un manuscrito tenía «çiento e ochenta e siete fojas deste libro de pergamino de cuero, de quatro fojas en el pliego, con esta en que va mío signo»20. Esas cuatro hojas por pliego corresponden, ahora, a un plegado in 4º (dos dobleces) para dos bifolios o binión. Y como lo habitual en los manuscritos de dicha época era componer cuadernos con un mínimo de 17 Solo en los formatos más pequeños (del in 8º en adelante) se podía componer un cuaderno entero con una única pieza de pergamino o de papel, pero estos formatos eran también los menos frecuentes. 18 E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ – A. C. GARCÍA MARTÍNEZ, «La alta nobleza castellana y los libros: la colaboración en la traducción y copia de las Postillae de Nicolás de Lyra (1420-1427)», en H. SPILLING (ed.), La collaboration dans la production de l’écrit médiéval, École des chartes, Paris 2003, p. 206. 19 M.ª C. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, El mundo del libro en la iglesia catedral de Sevilla en el siglo XVI, Diputación Provincial, Sevilla 1992, p. 182. 20 C. LUIS LÓPEZ – G. DEL SER QUIJANO, Documentación medieval del Asocio de la Extinguida Universidad y Tierra de Ávila, vol. I, Institución Gran Duque de Alba, Ávila 1990, p. 341.
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ocho folios (fojas), en este caso se habrían necesitado, al menos, dos pliegos por cuaderno21. Como se sabe y se aprecia en los casos mencionados, el número de pliegos por cuaderno quedaba determinado por el formato que se obtenía tras plegar el soporte, pues cuanto más grande fuera el libro, menor número de dobleces recibiría una misma pieza de pergamino o de papel y mayor número de pliegos se necesitarían para componer un cuaderno de cuatro o más bifolios. Por eso, en un contrato de 1562 para la copia de un salterio de pergamino, plegado in folio, se escribió: «cada quaderno de quatro pliegos que son ocho hojas»22. Claramente, en la Edad Media hispana, se distingue el concepto «cuaderno» del concepto «pliego» y también en el siglo XVI, cuando las fuentes tratan sobre libros manuscritos. Además, en la Edad Media peninsular el término «pliego» tenía un significado más que estaba relacionado con el formato, como es lógico al obtenerse aquel por el plegado de los soportes. Así, en un inventario sevillano de 1433, se dice: «yten ocho quinterrnos blancos de pargamino poco más del pliego, así como quinze sisterrnos de pargamino blancos syn escreuir de forma de pliego de papel»23. Y en la documentación de los siglos XV y XVI es habitual encontrar expresiones como «papel de pliego entero»; «quarto de pliego»; «dos fojas de pliego partido»; «tres foxas y media de quarto de pliego de papel»; «dichas fojas de medio pliego de papel»24. En cambio, para identificar el cuaderno, la documentación medieval castellana habla de «quaderno» en general y también de «terno», «quinterno», «sisterno» e, incluso, se utiliza el verbo «sisternar» en Castilla y en Aragón, dada la frecuencia del uso de cuadernos de seis bifolios en la Baja Edad Media. 21 Todavía en 1543 se especifica, con respecto a un códice litúrgico, «syendo cada quaderno de ocho fojas» y, en 1597, a propósito de un documento sevillano, se declara «llevando cada cuaderno ocho fojas como es costumbre», vid. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, El mundo del libro, pp. 227 y 145, respectivamente. 22 Ibid., p. 186. 23 M.ª C. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, «Notas para la historia de la catedral hispalense en el primer tercio del siglo XV», Laboratorio de Arte, 3 (1991) 31. 24 Véanse, por ejemplo, los documentos editados en J. ENRÍQUEZ FERNÁNDEZ – C. HIDALGO DE CISNEROS AMESTOY – A. LORENTE RUIGÓMEZ – A. MARTÍNEZ LAHIDALGA, Colección documental del archivo municipal de Lequeitio, vol.1, Eusko Ikaskuntza, San Sebastián 1992, pp. 103-104. Una muestra amplia de este uso del término «pliego» en la documentación medieval y moderna está accesible en la base de datos CORDE de la Real Academia Española.
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En los documentos del monasterio cacereño de Guadalupe encontramos la expresión «quadernos... çisternados para escrevir» en 149925; y en un inventario de Zaragoza de 1502 se describe «un libro en latín sisternado en pergamino»26. Por tanto, es incorrecto utilizar la voz «pliego» como sinónimo de cuaderno en una época anterior a la de los libros tipográficos y, en muchos casos, durante la convivencia de impresos y manuscritos. Una palabra discutible que también se utiliza como sinónimo es «fascículo», un cultismo latino propio de Italia, porque en España tiene un matiz comercial relacionado con una de las estrategias de venta del mundo editorial. Otro factor que interviene en la problemática terminológica actual es el propio desarrollo de la disciplina, cuando resulta necesario el desdoble o la multiplicación de términos que sean capaces de definir nuevos elementos o categorías observadas. Se podrían poner muchos ejemplos27, pero en esta ocasión vamos a mencionar solo algunos de los que se relacionan con la decoración de los manuscritos. Un caso es lo que sucede con el íncipit, llamado «principio del libro» o, simplemente, «el principio» o «los principios» en la Edad Media y en la Edad Moderna castellanas, que hoy tiene para nosotros tres significados: el íncipit textual o primeras palabras de un texto, sin tener en cuenta las piezas preliminares28; la fórmula que anuncia el comienzo de una obra o parte, también llamada encabezamiento o intitulación29; y el íncipit codicológico, que corresponde a la página inicial o principal en la que comienza la copia 25
CABANES CATALÁ, «Transcripción», p. 362. Y, efectivamente, el cuaderno de seis bifolios es la modalidad mayoritaria en los códices de formato in folio e in cuarto que fueron hechos en el monasterio de Guadalupe. 26 M. J. PEDRAZA GRACIA, «Lector, lecturas, bibliotecas...: el inventario como fuente para su investigación histórica», Anales de Documentación, 2 (1999) 146. 27 Sirva como muestra lo que hace años se propuso sobre las necesidades de concreción terminológica respecto a los manuscritos glosados, en J.-H. SAUTEL, «Essai de terminologie de la mise en page des manuscrits à commentaire», Gazette du livre médiéval, 35 (1999) 17-31. 28 MUZERELLE, Vocabulaire, n. 432.09. OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, n. 432.11. 29 Sobre las diferencias entre el título de una obra y el íncipit, así como entre íncipit y explicit, vid. L. HOLTZ, «Titre et incipit», en C. FREDOUILLE – M.-O. GOULETCAZÉ – Ph. HOFFMANN – P. PETITMENGIN – S. DELÉANI (eds.), Titres et articulations du texte dans les œuvres antiques, Institut d’Études Augustiniennes, Paris 1997, pp. 469489 (Collection des Études augustiniennes, série Antiquité, 152).
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de una obra (no siempre de un volumen) y que suele destacarse mediante una mayor carga decorativa. En este caso, la innovación terminológica consistiría en establecer una distinción entre los íncipit de carácter textual, totalmente asumidos por la comunidad científica, y el íncipit codicológico, como conjunto de componentes y de estrategias que sirven para resaltar visualmente el inicio de un texto y que posee unas peculiaridades concretas de jerarquización gráfica y artística. Al carecer de portada, los manuscritos medievales podían utilizar una serie de recursos gráficos y ornamentales destinados a prestigiar el «principio del libro», que se articulaban en base a todos o a algunos de los siguientes elementos: a) Una mayor o menor carga decorativa, compuesta de miniaturas (con diferentes dimensiones según los casos), orlas, inicial capitular (historiada o no); b) escrituras distintivas; c) rúbricas; d) marcas de propiedad. Una cosa diferente son las imágenes de aparato que anteceden al inicio del texto propiamente dicho y que se usaron en los códices altomedievales más lujosos, a menudo en más de una página o en más de un folio, para enfatizar su riqueza, su importancia o su autoridad. Tales imágenes fueron evolucionando hacia miniaturas de menor tamaño o hacia principios de libro más sencillos a partir del siglo XII, a veces reinterpretándose, como sucede en España con los códices elaborados para Alfonso X, donde el monarca castellano aparece como partícipe en la elaboración del manuscrito y no como mero receptor de un códice ya terminado30, en coherencia con lo expresado en los prólogos de algunas de sus obras, como –por ejemplo– en el Libro de las Cruces, donde queda clara la intervención intelectual del rey al ordenar dividir en capítulos la traducción castellana de un texto árabe que non era capitulado. Quienes más se han interesado por estas maneras de destacar los inicios de los volúmenes han sido los historiadores del arte31, quienes se sirven de 30
Pueden verse varias de estas imágenes características de la producción alfonsí en I. G. BANGO TORVISO, «Nos, Don Alfonso, mandamos fazer», en M.ª T. LÓPEZ DE GUEREÑO SANZ – I. G. BANGO TORVISO (eds.), Alfonso X El Sabio. Catálogo de la exposición, Región de Murcia, Ayuntamiento de Murcia, Caja Mediterráneo, Murcia 2009, pp. 202-207. 31 J. PROCHNO, Das Schreiber- und Dedikationsbild in der Deutschen Buchmalerei, vol. I: Teil Bis zum ende des 11 Jahrhunderts (800-1100), B. G. Teubner, Leipzig – Berlin 1929. P. BLOCH, «Zurn Dedikationsbild im Lob des Kreuzes des Hrabanus Maurus», en V. ELBERN (ed.), Das erstejahrtausend: Kultur und Kunst im Werden-
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distintas expresiones para designarlos, como frontispicios32, imágenes de dedicación33, de presentación34, de apertura35, páginas íncipit36, ilustraciones preliminares37, etc. Por su parte, a los paleógrafos les ha interesado sobre todo el uso jerarquizado de las escrituras distintivas en tales lugares, sus características gráficas o su relación con los usos epigráficos38. El desarrollo de los estudios codicológicos condiciona también las temáticas o, mejor dicho, el interés por abordar nuevos campos de análisis. Así, cada vez son más los historiadores del arte peninsulares que se den Abendland an Rhein und Ruhr, t. I, Scheann, Dusseldorf 1962, pp. 471-494. B. B. OTTESEN, The Development of Dedication images in romanesque manuscripts, tesis doctoral, University of Maryland, College Park 1987 (microfilmada en Ann Arbor, Michigan). M. A. WALKER VADILLO, «La presentación o dedicación de manuscritos en la miniatura», Revista Digital de Iconografía Medieval, VI/11 (2014) 53-64. F. ZANICHELLI, «La porta come struttura visuale di acceso al testo», disponible en línea: http://host.uniroma3.it/laboratori/arteconservazione1/doc/Zanichelli_testo.pdf (última consulta: 04/06/2019). 32 Este parece ser uno de los términos más utilizados en España entre los historiadores del arte y, en cambio, mucho menos entre codicólogos, paleógrafos e historiadores de los textos. 33 WALKER VADILLO, «La presentación», p. 53. C. SCHLEIF, «Gifts and Givers that Keep on Giving: Pictured Presentations in Early Medieval Manuscripts», en G. DONAVIN – A. OBERMEIER, Romance and Rhetoric: Essays in Honour of Dhira Mahoney, Brepols, Turnhout 2010, pp. 51-71. 34 A. DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ, «Imágenes de presentación de la miniatura alfonsí», Goya: Revista de arte, 131 (1976) 287-291. 35 L. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, «“Este livro, com’ achei, fez á onr’ e á loor da virgen santa maria”. El proyecto de las Cantigas de Santa María en el marco del escritorio regio. Estado de la cuestión y nuevas reflexiones», en L. FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ – J. C. RUIZ SOUZA (coord.), Las Cantigas de Santa María, el Códice Rico. Ms. T-I-1. Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Testimonio Editorial – Patrimonio Nacional, Madrid 2011, pp. 43-78. 36 C. A. FARR, «The incipit pages of the MacRegol Gospels», en R. MOSS (ed.), Making and Meaning in Insular Art, Four Court Press, Dublin 2007, pp. 275-287. 37 S. SILVA Y VERÁSTEGUI, «La iconografía de la Biblia de San Isidoro de León (cód. 2) año 960», en Codex Biblicus legionensis. Veinte estudios, Real Colegiata de San Isidoro – Fundación Hullera Vasco Leonesa – Universidad de Léon – Ediciones Lancia, León 1999, pp.187-188. 38 P. STIRNEMANN – M. H. SMITH, «Forme et Fonction des écritures d’apparat dans les manuscrits latins (VIIIe-XVe siècle)», Bibliothèque de l’École des chartes, 165 (2007) 67-100. A. PETRUCCI, «Epigrafia e Paleografia. Inchiesta sui rapporti fra due discipline», Scrittura e Civiltà, 5 (1981) 265-312.
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interesan por aspectos menos cultivados en la tradición española, antaño más centrada en el estudio de las miniaturas y la decoración figurada y bastante menos, por ejemplo, en el análisis de las iniciales (si estas no eran historiadas) o de los elementos subsidiarios de la decoración. Uno de estos aspectos es la observación del trabajo técnico del iluminador en la fase de planificación y plasmación del programa decorativo sobre la página, en particular por lo que se refiere a las iniciales. Pero, ¿cómo denominar esta etapa que los epigrafistas llamarían la ordinatio? ¿Mise en page de la decoración? ¿Cómo expresarlo en español? En dicho momento de la fabricación de los libros medievales, los copistas no solo iban dejando huecos para los iluminadores, sino también notas técnicas relacionadas con las iniciales o con las miniaturas. En el vocabulario español de codicología, todos los avisos técnicos aparecen bajo la expresión de notas de taller, excepto el de letra de aviso39. Desde la publicación de esta obra, muchos autores, entre los que me incluyo, utilizan el término «aviso» como una voz genérica para las distintas anotaciones destinadas a los miniaturistas40. Uno de los códices españoles más antiguos que lleva letras de aviso para sus iniciales decoradas fue copiado en escritura visigótica en el año 1058, quizás en Toledo. Se trata de un volumen misceláneo que contiene Forum iudicum, Tabulae Chronologicae, Canones Ecclesiae et Opuscula 39
OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, n. 333.05. MANIACI, Terminologia, p. 171: lettera guida. 40 Son conocidos los avisos técnicos del códice parisino del Libro del cavallero Zifar (París, Bibliothèque nationale de France, Esp. 36), que ha conservado las anotaciones siguientes sobre miniaturas: «ay a la dueña el njño q(ue)la...» (f. 40v); «en medio vna ¿pradera? Roboan el y(n)fant(e) q(ue)le rresçibe(n) dos donzellas con sos...» (f. 171v)] «el jnfant(e) Roboa(n) ya e(n)perador a cauallo y vna diablesa con cuernos q(ue)le apa[rse] y l[e] adu[...]o» (f. 173v); «el enperador y la enperatriz» (f. 175v), ver J. M. LUCÍA MEGÍAS, «El Tristán de Leonís castellano: Análisis de las miniaturas del códice BNM: ms. 22.644», eHumanista, 5 (2005) 4. Una obra que ofrece muchas notas de taller, con avisos para miniaturas que no llegaron a realizarse, son los seis volúmenes que transmiten las Postillae de Nicolás de Lyra en castellano, que consideramos un borrador porque, además de su factura provisional, sus errores técnicos, sus tachaduras y cancelaciones, en varios lugares se dice que la copia se hizo al dictado (RODRÍGUEZ DÍAZ – GARCÍA MARTÍNEZ, «La alta nobleza», pp. 201-216). Algunas de estas notas técnicas dicen: «aquí se deue poner la figura o figuras del relox o quadrante» (v. 5, f. 157v); «aquí se sygue la figura» (v. 5, f. 201v); «aquí se deue poner la figura de los andenes del Templo» (f. 204v).
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Grammaticae, en el que se observan varias letras de aviso en los márgenes izquierdos en minúsculas visigóticas41 (Imagen 1). Esta marca técnica facilitaba mucho el trabajo del iluminador, aunque también podía provocar errores, como observamos en un manuscrito vallisoletano del siglo XV42, en el que se anotó erróneamente una «p» como aviso, cuando lo que correspondía era una «a», viéndose obligado el artesano a enmendar la equivocación pintando una A en rojo encima de una P en azul (Imagen 2).
Imagen 1. Letra de aviso en un códice español del año 1058 (Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. Vitr. 14-5, f. 56r). 41 Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. Vitr. 14-5. Por ejemplo, ff. 53r (dos s), 53v (una s), 54v (una n), 55v (una a), 155v (una u), 156r (una q y una h), 156v (una p). 42 Madrid, BNE, ms. 1575, f. 43v: Liber cerimoniarum de observantia congregationis Sancti Benedicti Vallisoletani.
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Imagen 2. Error cometido a causa de una errónea letra de aviso en un códice copiado en Valladolid, en el siglo XV (Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. 1575, f. 48v).
En la decoración de los códices, el glosario técnico relativo a las iniciales resulta de enorme importancia, puesto que se trata del elemento ornamental más utilizado en todo tipo de libros y el que mayor variedad de componentes y procedimientos ofrece. Además, no debe olvidarse que al codicólogo y al paleógrafo les interesan tanto las iniciales más ricas, como también las más modestas, ya que todo ello puede aportar información sobre talleres y artesanos, incluidos los copistas cuando se encargaban ellos mismos de las iniciales. Y aunque el origen de este tipo de letras distintivas se encuentre en la Baja Antigüedad43, su mayor desarrollo se 43
G. CAVALLO, «Iniziali, scritture distintive, fregi: morfologie e funzioni», en C. SCALON (ed.), Libri e documenti d’Italia: dai Longobardi alla rinascita delle città, Arte grafiche friulane, Udine 1994, p. 20; P. FIORETTI, «Sul paratesto nel libro manoscritto» (con qualche riflessione sui ‘titoli’ in Età Antica)», en L. DEL CORSO – F. DE VIVO – A. STRAMAGLIA (eds.), Nel segno del testo. Edizioni, materiali e studi per Oronzo Pecere, Edizioni Gonnelli, Firenze 2015, pp. 179-202 (Papyrologica Florentina, 46). En el siglo V y, sobre todo, VI ya no es inusual encontrar iniciales en rojo, como por ejemplo en el Codex Guelferbytanus B (s. V) o en las fragmentarias Georgica
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produce a partir de los siglos VII y VIII, por lo que el establecimiento y la difusión de sus elementos estructurales, así como la mayor parte de las diferentes variedades, sucede durante el período medieval. Interesa, por tanto, poseer una exactitud terminológica para poder definir con mayor rigor unos aspectos artísticos que, en comparación con las miniaturas, han sido menos estudiados en la tradición hispana. Toda inicial forma parte de un texto y está relacionada siempre con un contexto: sea el de la obra en la que se incluye y cuyo contenido estructura, sea el de los lectores a los que va dirigida como reclamo visual, sea el de la concepción de la página que poseyeron los artesanos que confeccionaron el libro en el que se inserta. De ahí que, aunque se estudie su carga artística de forma independiente, nunca debiera desligarse de su función en el libro, en tanto que cada letra se concibe y se ejecuta en relación directa con el texto, con el lector y con la página. Por tanto, dependiendo del ámbito de referencia científica en el que interese fijar la atención, las iniciales de los códices pueden clasificarse según las siguientes categorías. En primer lugar, según su función respecto al texto, las iniciales pueden ser capitulares o principales y secundarias44. Las primeras aparecen en la documentación medieval de toda la Corona de Castilla bajo la designación de letras cabdinales, caudinales o cardinales45, refiriéndose a la calidad de principal, bien sea por su mayor tamaño de Virgilio, que transmite el Città del Vaticano, Biblioteca Apostólica Vaticana, Vat. lat. 3256 (s. VI), ver U. B. SCHMID – D. C. PARKER – W. J. ELLIOTT (eds.), The New Testament in Greek, IV: The Gospel according to St. John, vol. 2: The Majuscules, Brill, Leiden 2007, pp. 45-51 (New Testament Tools, Studies and Documents, 37). También se encuentran iniciales a dos colores en las Acte synodi Chalcedonensis, de Città del Vaticano, BAV, Vat. lat. 1322, copiado en Verona en el siglo VI, P. FIORETTI, «Litterae notabiliores e scritture distintive in manoscritti ‘bobbiesi’ dei secoli VII e VIII», Segno e testo, 3 (2005) 199 y 201. 44 Hay autores que prefieren distinguir estas letras estableciendo una gradación según las subdivisiones internas de los textos en iniciales de las secciones mayores, medias o menores, FIORETTI, «Litterae notabiliores», p. 177. 45 Por ejemplo, «... otro libro de marca mayor, de mano, de latín, de papel, que habla en vida de santos e otras cosas que comiença sin letra cardinal e comiença Paululum in promisionis nostri, las coberturas coloradas e tiene vn título que dize Decretal en latín», J. FERRANDIS TORRES, Inventarios reales (Juan II a Juana La Loca), CSIC, Instituto Diego Velázquez, Madrid 1943, p. 159; ÁLVAREZ MÁRQUEZ, «Notas», p. 15. Vid., asimismo, J. DE ICÍAR, Arte subtilísima por la qual se enseña a escribir, Zaragoza 1553, ff. 50v y 57r.
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o por su mayor riqueza ornamental. Frente a ellas, se sitúan las iniciales secundarias, expresión genérica utilizada en codicología y en paleografía para englobar el amplio elenco de iniciales de menor tamaño y carga decorativa que las primeras, y cuya función consistía en distinguir y jerarquizar el texto. La mayor o menor variedad de iniciales secundarias depende de cada códice o de cada obra, por lo que tiene menos efectividad práctica tratar de establecer categorías intermedias. Únicamente, en el extremo último de la gradación se encontrarían las letras que no sobrepasaban la caja de renglón, es decir, las iniciales de un solo punto que, en algunos lugares como Toledo o Sevilla, se conocían como «peones» a principios del siglo XVI46 (Imagen 3). También son muchos los códices que, exceptuando las letras capitulares, carecían de iniciales secundarias. De hecho, la existencia misma de un aparato jerarquizado de litterae notabiliores solía ser un atributo característico de los códices más lujosos o, al menos, de la existencia de un esmero formal en la factura de un libro manuscrito. En segundo lugar, por su morfología paleográfica, las iniciales pueden entenderse como letras mayúsculas, minúsculas o pueden clasificarse según sus respectivas tipificaciones históricas. Sucede, en muchas ocasiones, que los especialistas que no son paleógrafos, llaman mayúsculas a todas las iniciales decoradas, guiándose por la definición normativa de la Academia, para la que una letra mayúscula es la «que tiene mayor tamaño y por lo general distinta forma» que la minúscula. Pero, en este caso, la primera parte de dicha definición entra en contradicción con el vocabulario especializado de la paleografía, ya que para esta disciplina los conceptos de mayúscula y de minúscula dependen de la morfología alfabética, no del tamaño. El mejor ejemplo que puede aducirse es lo que sucede en la escritura gótica, donde se utilizan con frecuencia minúsculas agrandadas como letras distintivas, con función de mayúsculas (sin serlo) en los documentos, los libros y las inscripciones.
46 A. MUNTADA TORRELLAS, «Del “Misal Rico” de Cisneros y de la “Biblia Políglota” Complutense o bien del manuscrito al impreso», Locvs Amoenvs, 5 (20002001) 81. ÁLVAREZ MÁRQUEZ, El mundo del libro, p. 141, designadas también como «letras menudas» en 1513 (ibid.). El calígrafo español Juan de Icíar empleó asimismo la voz «peones» para las pequeñas iniciales de un punto («casos de peones»), vid. J. DE ICÍAR, Arte subtilísima, ff. 58v-59r.
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Imagen 3. Jerarquía de iniciales en el Misal de Toledo, conservado en Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. Vitr. 4-4, f. 11r (olim Biblioteca de la Catedral de Toledo, 35-12), con iniciales de un solo punto.
En tercer lugar, por su situación respecto a la caja de escritura, las iniciales podían ser destacadas o encajadas, es decir, podían resaltarse situándolas en los márgenes, fuera de la justificación, como solía suceder en la tradición altomedieval o, más tarde, en los libros humanísticos italianos, a imitación en este último caso de los códices en escritura carolina. O podían situarse dentro de la caja de escritura, como fue característico de los libros góticos bajomedievales, contribuyendo con ello a generar el aspecto
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de bloque compacto y cerrado que tenía la página escrita en la tradición visual del libro gótico47. Por último, las iniciales también pueden clasificarse por su carga decorativa, lo que equivaldría al rango genérico de «inicial decorada» del vocabulario codicológico de Denis Muzerelle48, y estudiarse según los diferentes estilos artísticos o modalidades particulares de ornamentación, perpetuando o no unos determinados modelos que, a veces, pueden ser atributos únicos o característicos de un taller, un ambiente, un lugar o una región49. A continuación, vamos a hacer un repaso de la nomenclatura más utilizada en España, reorganizando las muchas variedades no por su función jerárquica, ya conocida, sino mediante una clasificación basada en cinco aspectos técnicos de la composición ornamental de las iniciales en la Edad Media, que son los siguientes: 1) los pigmentos utilizados. 2) El tratamiento de la figura de las letras. 3) El tratamiento de los rellenos. 4) Los elementos circundantes y los fondos. 5) Disposiciones especiales. 1. Según la presencia o ausencia de color, consideraríamos la «inicial simple» o monocroma, también llamada inicial desnuda, por no ser portadora de ningún otro elemento decorativo más que el relleno a color (Imagen 4). Este tipo de iniciales son frecuentes en todas las épocas y, con posterioridad al siglo XII, ocupan la escala más baja de la jerarquía 47
El paso que se produce en los libros medievales de una modalidad a la otra ha sido estudiada en E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, «El origen del libro gótico castellano: la diferente ubicación de las iniciales secundarias y las mayúsculas», en M. SCHUBERT – E. OVERGAAUW (eds.), “Change” in Medieval and Renaissance Scripts and Manuscripts (to c. 1550). Proceedings of the 19th Colloquium of the Comité International de Paléographie Latine. Berlin, 16-19 September 2015, Brepols, Turnhout, pp. 69-82. En la tradición italiana se utiliza la expresión iniziale annegata para lo que aquí denominamos iniciales encajadas, ver MANIACI, Terminologia, p. 170. 48 MUZERELLE, Vocabulaire, n. 61.12. 49 Como obras de referencia sobre las iniciales en el ámbito de la historia del arte, vid. É.-A. VAN MOÉ, La lettre ornée dans les manuscrits du VIIIe au XIIe siècle, Éditions du Chêne, Paris 1943; É.-A. VAN MOÉ, Illuminated Initials in Medieval Manuscripts, Thames and Hudson, London 1950; M. SMEYERS, La miniature, Brepols, Turnhout 1974 (Typologie des Sources du Moyen Âge Occidental, 8); J. J. G. ALEXANDER, The Decorated Letter, George Braziller, New York 1978; J. J. G. ALEXANDER, Medieval Illuminators and their Methodes of Work, Yale University Press, New Haven – London 1992. También resulta interesante verificar el uso de patrones o plantillas para los contornos de las iniciales, como el propio SMEYERS señalaba en La miniature, p. 40.
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ornamental por su simplicidad. Suelen ser las únicas que se utilizan en los volúmenes de factura modesta.
Imagen 4. Iniciales simples, de color rojo, en el íncipit de uno de los volúmenes autógrafos de Alfonso de Palencia (Salamanca, Biblioteca General Histórica de la Universidad, ms. 68, f. 1r).
En este grupo entraría también la «inicial hueca» o simplemente perfilada, bien porque se hiciera con dicha intención, bien porque quedara incompleta. En la tradición hispana altomedieval no es raro observar iniciales perfiladas con trazos a color, pero carentes de relleno y no siempre porque se tratase de un taller modesto, sino como tendencia o gusto de la época. Así se observa en un rico volumen de concilios en escritura visigótica, dispuesto a tres columnas, pero que prefiere la sencilla variedad de las letras huecas en sus iniciales50. Otros combinan las formas huecas con las iniciales simples, como en el manuscrito conocido como el Códice de Azagra51, procedimiento que seguirán reproduciendo los mozárabes toledanos en sus códices litúrgicos hasta el siglo XIII inclusive52.
50
Madrid, BNE, ms. 10041, copiado entre los años 948 y 1034. Madrid, BNE, ms. 10029. 52 Madrid, BNE, ms. 10110. 51
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2. Según el tratamiento que reciba la figura de las letras53, las iniciales podrían clasificarse como antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, etc. Y con ello, la inicial figurada54 que, en un sentido genérico, englobaría las anteriores, o la inicial dacrontina55, como un subtipo de las zoomorfas. En algunas ocasiones, cuando se utilizaban iniciales figuradas de carácter antropomorfo, los artistas podían llegar a ser bastante creativos, pudiendo traducir en gestos y ademanes lo que les inspiraba el discurso que estaban ilustrando. Hace años, Serafín Moralejo utilizó la expresión «inicial moralizada» para definir lo que el miniaturista Fructuoso hizo en algunas letras del Libro de Horas de Fernando I56. A su vez, las iniciales zoomórficas se localizan en algunos de los códices más antiguos tanto en la tradición griega, como en la latina. Uno de estos casos es un manuscrito latino del siglo VI57 y otro griego de finales del siglo VII con los Diálogos de Gregorio Magno58. En España, varios códices en escritura visigótica ofrecen letras cuyo cuerpo está formado con figuras de animales, como el BNE Vitr. 14-559 o el Liber Canticorum et Horarum del año 105960. En este último manuscrito hay varias iniciales 53
Me refiero a la estructura básica de la letra, constituida por el cuerpo, alzados y caídos, que en italiano se define con la voz armatura, vid. MANIACI, Terminologia, p. 317. Este criterio ya fue empleado por los antiguos calígrafos españoles para clasificar iniciales, aunque en estos casos se basaban en la manera de trazar (no de decorar) los signos gráficos, vid. J. DE ICÍAR, Arte subtilsísima, ff. 50v-51r. 54 MUZERELLE, Vocabulaire, n. 561.07. 55 Formada por animales fantásticos: P. FALCÓN, «El manuscrito ilustrado: su antigüedad, su valor como signo de prestigio social y sus funciones», en P. CALAHORRA MARTÍNEZ – L. PRENSA VILLEGAS (eds.), III Jornadas de canto gregoriano: scriptoria y códices aragoneses, Institución Fernando el Católico, Zaragoza 1999, p. 82. 56 S. MORALEJO, «Notas a la ilustración del Libro de Horas de Fernando I», en M. C. DÍAZ Y DÍAZ (ed.), Libro de Horas de Fernando I de León. Edición Facsímile do manuscrito 609 (Res. 1) da Biblioteca Universitaria de Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, Santiago de Compostela, 1995, pp. 60-61. 57 Roma, Biblioteca Nazionale Centrale, Sessor. 13, por ejemplo f. 183r. 58 Città del Vaticano, BAV, Vat. gr. 1666, ff. 3r y 83r. Sobre el origen de las iniciales decoradas véase J. J. G. ALEXANDER, The Decorated Letter, George Braziller, New York, 1978. 59 Se trata de un Liber Iudiciorum fechado en el año 1058. En el f. 173v, la panza de una h minúscula agrandada se forma con el cascarón de una tortuga. 60 Salamanca, Biblioteca General Histórica de la Universidad, ms. 2987.
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zoomorfas polícromas (Imagen 5) y otras con elementos antropomorfos, como sucede en el palo central de una M uncial que se observa en los ff. 18v y 36r.
Imagen 5. Inicial zoomorfa del Liber canticorum et horarum, del año 1059 (Salamanca, Biblioteca General Histórica de la Universidad, ms. 2668, f. 33r).
Como se sabe, las iniciales figuradas con motivos vegetales son muy frecuentes en los siglos XII y XIII, y más escasas las que ofrecen el cuerpo formado por elementos geométricos, abstractos o mixtos (Imagen 6), prefiriéndose tales motivos para la ornamentación de los rellenos de las letras o de los fondos en los que se insertan. A este nivel de clasificación técnica pertenecerían también las iniciales que ofrecen el cuerpo dividido a dos colores, separados por una línea ondulada, que suelen llamarse iniciales «de puzzle», taraceadas61, partidas 61
OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, n. 561.14. Iniziale intarsiata en italiano, vid. MANIACI, Terminologia, p. 320.
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o bipartidas y que, en el siglo XVI, el calígrafo vizcaíno describía de la siguiente manera: ... un abecedario bien sutil con sus demediaduras, las quales sirven para partir la color una de otra, porque estos casos para ser bien hechos han de ser de dos colores, que son tornasol y bermellón.62
Imagen 6. Inicial formada con elementos geométricos y vegetales del códice copiado en Roma por García de San Esteban de Gormaz en 1465 (El Burgo de Osma, Biblioteca de la Catedral, cód. 128, f. 5r).
En el grupo estarían también las llamadas iniciales de pluma, de cintas o de lazos63 que Juan de Icíar denominó «letras quebradas»
62
J. DE ICÍAR, Arte subtilsísima, ff. 50v-51r. Imagen en f. 56v. OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, n. 561.18. El italiano utiliza un término solo para definir la variedad del trazo ornamental en sí mismo: cadelle, vid. MANIACI, Terminologia, p. 322. 63
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en 155364, que otros llamaron «letra de trazos»65 o «letras enlazadas»66, por componerse de pequeños rasgos de pluma, desmembrados, sueltos y dispuestos de manera ornamental (con muchos lazos), que son características de la segunda mitad del siglo XV y del siglo XVI (Imagen 7).
Imagen 7. Inicial de cintas o de pluma presente en el códice castellano de 1458 conservado en Madrid, Biblioteca Nacional de España, ms. 10144, f. 17v.
64
Ibid., ff. 59v-60r. New York, Columbia University, Rare Book and Manuscript Library, Plimpton, MS 296, f. 22v: manuscrito anónimo de caligrafía, en latín y castellano, del siglo XVI. 66 En Burgos, vid. J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, «Escritores-copistas», p. 350. 65
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La manera más sencilla de tratar la figura de las letras en las iniciales no monocromas consistía en perfilar a un color y rellenar a otro, como sucede en algunos códices en escritura visigótica, que se perfilaban en rojo y se rellenaban de negro, verde o amarillo67. 3. Al observar el tratamiento que recibieron los rellenos de las letras, habría que empezar hablando de la inicial que ocupa el rango más alto de la jerarquía: la inicial historiada, en la que se representaba una escena o estoria en el interior del signo gráfico68. Inicial heráldica o blasonada, cuando el relleno es un escudo de armas69. Inicial animada o habitada, cuando se insertan en ella figuras humanas, animales, seres fantásticos o pequeños rostros entremezclados, o no, con adornos vegetales o geométricos, pero sin llegar a representar una escena pictórica. Inicial florida, cuando el relleno posee dicha naturaleza. El estadio más simple de todos que correspondería a las «letras resaltadas», que son las que ofrecen tenues pinceladas a color en su interior y que constituyen más un recurso visual de un conjunto de letras (por ejemplo, en un íncipit) que una inicial propiamente dicha. 4. Otro aspecto compositivo propio de la decoración de las iniciales medievales son los elementos que pueden rodear las letras, como los marcos en las iniciales encuadradas o enmarcadas70 y los fondos en los que se insertan, sean de pan de oro, sean campos polícromos decorados de diversas maneras (ajedrezados, vegetales, geométricos), que algunos documentos del siglo XVI llamaban «letras cercadas»71. Asimismo, las iniciales champidas o contorneadas, que son letras monocromas o doradas 67
Así sucede en el Madrid, BNE, ms. 10092, del siglo X, por ejemplo en los ff. 92v, 113v, 131v, 137v, 154r, 164r, etc. 68 En 1553, Juan de Icíar llama «letras góticas ystoriadas» a iniciales de morfología capital romana que contenían o estaban rodeadas de figuración humana, en algunos casos representado escenas, vid. J. DE ICÍAR, Arte subtilísima, ff. 48v-49r. 69 Aunque su difusión se produce a partir del siglo XIV, existen casos anteriores en la tradición peninsular. Es lo que sucede con un manuscrito del siglo XIII, que ofrece muchas iniciales heráldicas con las armas de León y de Castilla. Me refiero al Libro de las animalias que caçan, copiado en 1250 o poco después (Madrid, BNE, ms. Res. 270). 70 Los calígrafos del siglo XVI llamaron a estas iniciales «casos quadrados». Así, J. DE ICÍAR, Arte subtilísima, f. 50v: «los casos quadrados sirven para principios de libros», dibujándose la inicial inserta en un marco cuadrangular en la obra anónima del siglo XVI, conservada en New York, CU, RBML, Plimpton, MS 296, f. 28v, donde también se identifica como «caso quadrado para principios». 71 ÁLVAREZ MÁRQUEZ, El mundo del libro, p. 94.
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sobre un fondo con adornos filiformes, y las iniciales de filigrana o filigranadas, propias del libro gótico europeo. En este apartado también habría que contemplar las pequeñas figuritas humanas, animales y teriomorfos que pueden rodear o acompañar a una letra, sin formar parte de ella o de su relleno decorativo, así como los apéndices que, a modo de pequeñas orlas, antenas u otros adornos, nacen del cuerpo de la letra prolongándose por el margen más próximo. 5. Para el último grupo de disposiciones especiales reservo algunas variedades basadas en juegos visuales que se establecen con la forma o con la presentación de las letras. Así sucede cuando se decoran iniciales trabándolas mediante nexos y monogramas, y cuando se utiliza el recurso inspirado en las prácticas epigráficas que son las «letras enclavadas», una expresión que se encuentra en la tradición hispana desde, al menos, el siglo XIX72. Asimismo, correspondería incluir aquí lo que en el siglo XVI se denominaba «letras prolongadas»73, que eran iniciales o letras muy estilizadas, mucho más altas que anchas, efectuadas a color o con la misma tinta que el texto, destacándose solo por su mayor altura. Este sistema no era infrecuente en las secciones musicales de los códices litúrgicos y se utilizó en las partes con notación musical de las Cantigas de Santa María de Alfonso X, donde pueden llegar a ocupar la altura del pentagrama entero74, y también en las partes versificadas, ocupando aquí una altura algo menor75. La ornamentación de los libros medievales se completaba con muchos otros elementos, como las imágenes introductorias de los códices F. MORIANO, Arte de leer los impresos antiguos, Imprenta y librería de D. Antonio Izquierdo, Madrid 1861, p. 33, donde las letras enclavadas se definen como «letra pequeña que se coloca dentro de otra mayor, en su parte blanca, de modo que ninguna de las dos se toque en punto alguno». 72
73
J. A. FERNÁNDEZ FLÓREZ, «Escritores-copistas», p. 356. J. DE ICÍAR, Arte subtilsísima, p. 60. Lo mismo en New York, CU, RBML, Plimpton, MS 296, f. 27r. 74 El procedimiento se utiliza en los tres volúmenes de cantigas que son el Códice Rico (El Escorial, Biblioteca del Real Monasterio, T.I.1), las Cantigas de Florencia (Firenze, Biblioteca Nazionale Centrale, B.R.20) y el Códice de los Músicos (El Escorial, Biblioteca del Real Monasterio, b.I.2). En cambio, el volumen que contiene las Cantigas de Toledo (Madrid, BNE, ms. 10069) carece de este tipo de iniciales. 75 Por ejemplo, en El Escorial, BRM, b.I.2, estas letras ocupan la altura de poco más de tres renglones o 3 puntos y medio (f. 40r).
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altomedievales más lujosos, las orlas con sus distintas modalidades, la ornamentación de los intercolumnios, las marcas de propiedad de tipo heráldico –algunas muy elaboradas– que se situaban en los márgenes de los folios principales, las bandas, festones o cenefas, los marginalia, el «cabo de línea» o remate de renglón, los calderones o parágrafos y los adornos adicionales de algunos aspectos codicológicos que habitualmente no llevaban decoración76, cada uno de ellos con sus respectivos componentes o peculiaridades susceptibles de ser particularizados mediante una identificación léxica específica. Por último, también contribuía a la iluminación de los manuscritos el simple uso del color rojo en elementos gráficos, textuales y paratextuales (rúbricas, titulillos o títulos corrientes, foliación, numeración de capítulos, nombres de autoridades, citas bíblicas...)77, a veces con una función práctica y otras simbólica, cuyo significado e interés ornamental debe interpretarse y valorarse en la singularidad de cada códice. En conclusión, con la aspiración de alcanzar un completo glosario políglota de términos codicológicos, el Comité International de Paléographie Latine ha ido impulsando la confección de distintos vocabularios técnicos en cada país78, con una misma estructura (orgánica y no alfabética), elaborándose todos a partir del modelo francés de Denis Muzerelle y concibiéndolos como una propuesta dirigida tanto a estudiantes, como al mayor número posible de profesionales vinculados a los libros manuscritos. Estos vocabularios se plantearon como glosarios prácticos y no como repertorios exhaustivos del léxico codicológico, razón por la cual solo contienen los términos que son comunes a una generalidad objetiva y no las variantes geográficas, tipológicas o históricas79. 76 Como los reclamos incluidos en dibujos que se observan, por ejemplo, en el Fuero Juzgo conservado en Madrid, BNE, ms. Vitr. 17-10, de finales del siglo XIII, que es un procedimiento más habitual en los manuscritos hebreos. 77 El uso del color rojo en la escritura de los manuscritos medievales tenía diferentes funciones, no solo la decorativa. Tratamos esta cuestión en E. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, «Las rúbricas en los códices medievales de León y Castilla (siglos XII-XV)», ponencia presentada al 20th Coloquium of the Comité International de Paléographie Latine, celebrado en la Universidad de Yale (6-9 septiembre 2017), que será publicada en B. SHAILOR (ed.), Scribes and the Presentation of Texts. Proceedings of the 20th Coloquium of the Comité International de Paléographie Latine, Brepols, Turnhout (en prensa). 78 Especialmente, de las lenguas que son oficiales en el Comité. 79 D. MUZERELLE, «Préface», en M. MANIACI, Terminologia, p. XIII.
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De hecho, la terminología histórica no siempre es útil en los análisis científicos actuales. Un inconveniente claro es la diversidad que existe a partir de la difusión escrita de las distintas lenguas vernáculas o la pluralidad de maneras de nombrar que podemos encontrar en los tratados caligráficos antiguos e, incluso, la variación local que sucede dentro de un mismo dominio lingüístico, porque las palabras que se utilizaban en Sevilla no eran -ni tenían por qué ser- las mismas que las que se empleaban en Burgos o en Toledo para definir un mismo elemento o una misma operación. A ello hay que sumar el desconocimiento que poseemos de los significados estrictos de muchas voces del pasado, sobre todo de aquellas que en la misma Edad Media ya eran polisémicas. En ocasiones existirá continuidad en el uso de las palabras (como el caso de cuaderno), lo que añade la justificación de la tradición a la conceptual y objetiva. Pero otras muchas veces no será así, por lo que el análisis del léxico histórico debe destinarse a estudios específicos, reservando para el vocabulario técnico términos capaces de designar las nociones concretas que necesita el investigador o el profesional moderno. Por diferentes causas, algunas de las cuales hemos expuesto aquí, en el caso español quedan asuntos por resolver que tendrán que consensuarse entre los especialistas, aspirando siempre a tratar de alcanzar la mayor exactitud posible con lógica científica y usando de forma rigurosa la terminología para evitar equívocos, ambigüedades e imprecisiones que pueden convertir en inútil un esfuerzo descriptivo y llegar a viciar, incluso, el proceso deductivo. Como el propio Denis Muzerelle escribió «toda ciencia precisa apoyar su progreso en una constante innovación verbal»80, sea por la existencia de nuevas maneras de interrogar a las fuentes o por la aplicación de nuevos enfoques en el estudio y la disección de los libros manuscritos (análisis genético del pergamino y de las pieles de la encuadernación, óptico, químico de pigmentos...), lo que favorece el descubrimiento de nuevos componentes, planteamientos y conceptos que tendrán que ser nombrados. De manera que, cuando no exista otra alternativa mejor y el proceder esté conceptualmente justificado, la adopción de neologismos o de acepciones nuevas para términos ya existentes debiera hacerse sin complejos, como se hace constantemente en las ciencias de la naturaleza. Por lo que se refiere a la clasificación de las iniciales que presentamos, hemos querido transmitir una propuesta que integra diferentes lecturas 80
D. MUZERELLE, «Prefacio», en OSTOS – PARDO – RODRÍGUEZ, Vocabulario, p. 16.
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desde una perspectiva codicológica y, por tanto, más técnica, aunque somos plenamente conscientes de la dimensión que alcanzó un elemento que empezó sirviendo de articulación de un texto y llegó a configurar toda una gramática visual de formas y significados.
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JOANNA FROŃSKA* BETWEEN MEDIEVAL AND MODERN USE OF TERMS: PATRICIA STIRNEMANN’S VOCABULARY AND THE TECHNICAL TERMINOLOGY RELATING TO ILLUMINATED MANUSCRIPTS IN FRANCE
Denis Muzerelle’s Vocabulaire codicologique, published in 1985 at the instigation of the Comité International de Paléographie Latine, was a milestone setting up a path for other similar projects.1 The scope of the work was to provide a thematically organized vocabulary of terms relating to codicology rather than an alphabetic glossary or dictionary. As Muzerelle has stressed, he adopted the definition of codicology in a sense initially forged by Charles Samaran and designating a discipline which unites all research activities relating to manuscript studies and not only to their material examination. The Section 5 of the Vocabulaire was dedicated to decoration. Muzerelle’s aim was to provide each term with a strictly technical, precise and concise definition. The purpose was the standardisation of codicological terminology for future cross-linguistic use. From the start, the Vocabulaire was conceived as a template for versions in other languages. Since its publication, three translations, all into Romance languages, were accepted by CIPL: Italian, Spanish and Romanian.2 In the aftermath of the 2002 London conference on the future *
Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, CNRS, Paris (France). joanna. [email protected]. 1 D. MUZERELLE, Vocabulaire codicologique. Répertoire méthodique des termes français relatifs aux manuscrits, CEMI, Paris 1985. 2 M. MANIACI, Terminologia del libro manoscritto, Istituto centrale per la patologia del libro – Editrice bibliografica, Roma – Milano 1996; P. OSTOS – M.ª L. PARDO – E. E. RODRÍGUEZ, Vocabulario de codicología, Arco Libros, Madrid 1997; A. PAPAHAGI (coord.) – Cr. PAPAHAGI – A. C. DINCA – A. MARZA, Vocabularul cartii manuscrise, Editura Academiei Române, Bucureşti 2013. In 2002-2003, the Vocabulaire was published as a multilingual online tool, http://www.palaeographia.org/vocabulaire/ vocab.htm. In 2011, it was republished in Codicologia, where its contents was merged with Ph. BOBICHON, Le lexicon, Mise en page et mise en texte des manuscrits hébreux, grecs, latins, romans et arabes, IRHT, Paris 2008 (Ædilis, Publications pédagogiques, 5) and A.-M. EDDÉ – M. GEOFFROY – M.-G. GUESDON, in collaboration with Y. BARATLI, Glossaire codicologique arabe, http://codicologia.irht.cnrs.fr/.
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of manuscript studies in the expanding digital research environment, Ian Doyle took up the role of coordinating an English translation of Muzerelle’s vocabulary.3 Although the work was never finished, two results remained: a copy of Muzerelle’s vocabulary annotated by Doyle, available on-line4 and Patricia Stirnemann’s list of the English terms relating to illuminated manuscripts corresponding to the Section 5 of the original publication. The present essay is an introduction to this list, which has been informally present in scholarly circulation, but has never been officially published. It is reproduced below with French equivalents. Although the list was composed in English, it is also based on the vocabulary used by French art historians. In the early years of her career, Patricia Stirnemann was a member of the research group brought together by François Avril under the shield of the Centre de Recherche sur les Manuscrits Enluminés (CRME) with the aim of cataloguing illuminated manuscripts at the Bibliothèque nationale de France. The project catalysed a long-term reflection on technical language. Avril and his team did not publish a formal glossary, but the use of a well thought-through and organised vocabulary is implicit in their publications. Some general terminological principles5 or definitions of new terms6 were included in the introductions to the catalogues of the Manuscrits enluminés. Soon, the volumes of the series began their life not only as reference instruments, but also as templates for descriptions and terminology of illuminated manuscripts. Last but not least, the Stirnemann list has been forged and enriched during the author’s life-long research, in which the study of the «secondary decoration» and the history of ornament continue to occupy an important place.7 The best companion to the list is the chapter «La 3 I. DOYLE, «Codicological Vocabulary in English: Suggested Terms», Paper presented at the International Symposium The Future of Manuscript Studies in a Switched-on World, held at the University of London, 18 March 2002. 4 See note 2. 5 The authors insisted on the hierarchy of decoration as a backbone of the catalogue description and developed a structured terminology for a detailed analysis of decorated initials, F. AVRIL – Y. ZALUSKA, Manuscrits enluminés d’origine italienne, 1, VIe–XIIe siècles, Bibliothèque nationale de France, Paris 1980, p. xv and xvii. 6 See «Lexique» in F. AVRIL – P. STIRNEMANN, Manuscrits enluminés d’origine insulaire VIIe-XXe siècle, Bibliothèque nationale, Paris 1987, p. xi. 7 See P. Stirnemann’s bibliography in C. RABEL (ed.), Le Manuscrit enluminé. Études réunies en hommage à Patricia Stirnemann, Le Léopard d’Or, Paris 2016, pp. 23-36 (Cahiers du Léopard d’Or, 16).
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décoration» the author contributed to the collective publication, Lire le manuscrit médiéval, designed by the Institut de Recherche et d’Histoire des Textes as a handbook for manuscript students.8 Concluding his introduction to the Vocabulaire codicologique, Denis Muzerelle wrote about the future translations: «the confrontation of different versions will bring to light the gaps or imprecisions subsisting in the vocabulary, and will provide an occasion to correct them. The French terminology should, as should [do] the other language versions, enrich and refine itself by this procedure.»9 In response, Patricia Stirnemann conceived her English terminology as an equivalent of the Vocabulaire, providing paragraph numbers of the original publication in brackets, but at the same time she introduced several changes.10 The changes fall in three groups: 1. Structure (organization of terms); 2. Abandoned terms; 3. Supplements (no number is given in brackets) or substitutions (number preceded by «cf.» is given as a reference). Muzerelle’s Vocabulaire was presented in a logically organized thematic order, following the description of a codex through its material components, structure, contents and binding. The components of decoration (Section 5), however, dissociated from their key role in the organization of the layout, were treated in a less comprehensive way, focusing exclusively on their physical features. Instead, the terms on the list are organized according to their function. In the first section, all components of the manuscript decoration are introduced in order of their hierarchy in the articulation of the text, starting with the frontispiece miniature and concluding with marginal details. They follow an intrinsic order of a catalogue description. The next section lists terms relating to individual elements of decoration, such as ornaments and 8
P. STIRNEMANN, «La décoration», in P. GÉHIN (ed.), Lire le manuscrit médiéval. Observer et décrire, Armand Colin, Paris 20172, pp. 123-158 (chapter 5). 9 MUZERELLE, Vocabulaire, p. 15. All translations in the text are by the author. 10 Another attempt to adapt Muzerelle’s Vocabulaire into English by Johan Peter Gumbert (began in 2004) remained in draft at the author’s death, see J. P. GUMBERT, «Words for Codices. A Codicological Terminology in English. An Attempt by J. P. Gumbert» (draft state of May 2010); available online: www.cei.lmu.de/extern/ VocCod/WOR10-1.pdf; www.cei.lmu.de/extern/VocCod/WOR10-2.pdf; www.cei.lmu. de/extern/VocCod/WOR10-3.pdf. Gumbert’s vocabulary, which extended, supplemented and in some places reorganized Muzerelle’s work, does not contain any substantial enrichment of the terminology relating to the illuminated manuscripts.
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motifs, and, under the heading «Rhythms and dispositions», it classifies their modes of representation and relations between the represented elements. Finally, the last section presents materials (pigments and metals), pictorial techniques, but also methods of paint application, and production marks. The terms were not only reorganized, but also became subject of scrutiny and selection. Some were rejected or replaced, for example, the term «vignette». The meaning of this word changed dramatically over centuries, and only relatively recently, in the Romantic period, it was associated with illustration within the text. Initially, it meant nothing but a vine-scroll ornament used in a variety of media, books, metalwork, furniture, or fabrics.11 Since the late thirteenth century —when this type of ornament first appears— the word describes foliate initials and borders. It is used as such until the seventeenth century, when its meaning changes, following changes in printing technology. At the beginning of the seventeenth century, woodcuts are progressively replaced by copper plates and are printed separately from the text, stimulating a profusion of smaller accessory decorations.12 The term vignette is then used to designate a foliate panel engraved at the beginning or end of a chapter. From here, its connotation slowly extends to cover other than foliate elements of the header, and finally, sometime in the nineteenth century, all types of illustrations in the book.13 Therefore, «vignette» as a technical term belongs to the history of printed books and engravings. Because of its medieval roots, its use in the context of manuscript painting is confusing. 11 See «Vignette» in Trésor de la langue française, Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales, Nancy, 2012, on-line: http://www.cnrtl.fr/definition/vignette; «Vignette» in É. LITTRÉ, Dictionnaire de la langue française, Hachette, Paris 18731874, vol. 4, pp. 2490-2491. See the discussion in P. STIRNEMANN – M.-Th. GOUSSET, «Marques, mots, pratiques, Leur signification et leurs liens dans le travail des enlumineurs», in O. WEIJERS (ed.), Vocabulaire du livre et de l’écriture au moyen âge. Actes de la table ronde, Paris 24-26 septembre 1987, Brepols, Turnhout 1989, p. 36 (CIVICIMA, 2). 12 See a detailed description of this technique in P.-S. FOURNIER, Manuel Typographique, Fournier le Jeune, Paris 1764, t. 1, pp. 25-28. 13 The evolution of the term can be traced in the nineteenth-century dictionaries. The new meaning of the vignettes as framed illustrations seems to have been first included by LITTRÉ 1873-1874, whilst the Dictionnaire de l’Académie française remained more conservative during the entire period between 1694 and 1887.
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As his preface makes clear, Muzerelle deliberately avoided all historical and geographical implications when creating his vocabulary.14 Manuscript decoration, however, is a product of time and space, and in order to understand a name and convey its specificity, it is often instructing to look back at the history of words with their etymology, chronology and geography. Some terms were adopted by art historians in their medieval meaning. The words «illumination» or «historiated initial» —evoking the notion of historia as storytelling— are good examples. Other terms were preserved by printing, such as paragraphs or paraphs (rivalled in French by the more metaphorical term «pieds de mouche», or fly’s feet, also brought to life by the printing press). Some terms, however, were resuscitated or restored to modern usage. A story of two decorated letters, «initiale champie» and «initiale partie or puzzle», is exemplary. Both terms are included in the list. Their wide adoption owes its success to the research on the historical vocabulary of illuminated manuscripts undertaken by Avril’s team at CRME. In 1987, Patricia Stirnemann and Marie-Thérèse Gousset prepared a preliminary vocabulary of Medieval Latin and vernacular terms,15 and published their partial results in the proceedings of the conference on the vocabulary of the book and script in the Middle Ages, organized by Olga Weijers.16 The old new terms began a new life. The first term proposed was the «initiale champie», for which Neil Ker found an English (Anglo-Norman) equivalent, the «champe initial».17 It is a letter in gold on a blue and rose ground decorated with white penwork ornament, with some variants. The earliest examples have usually one-coloured ground. The name derives from the old French «champir», meaning to divide or partition with the implication of a divided field, or «champ». Its derivative words «échampir» and «réchampir» mean to imitate a relief or make a shape apparent by contrasting it with its 14
«La validité d’une terminologie doit se fonder sur la pertinence intrinsèque des termes, sans considération pour leur historicité ou pour l’autorité de leur utilisateur antérieurs», MUZERELLE, Vocabulaire, p. 11. 15 P. STIRNEMANN – M.-Th. GOUSSET, «Recherche sur le vocabulaire technique employé par les enlumineurs medievaux. Sources textuelles – observations archéologiques», Bibliothèque nationale, Département des manuscrits, Centre de recherche sur les manuscrits enluminés, Paris 1987 (unpublished). 16 STIRNEMANN – GOUSSET, «Marques, mots, pratiques», pp. 34-55. 17 N. KER, Medieval Manuscripts in British Libraries, Oxford University Press, Oxford 1969, I, p. 87.
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background. The use of an Old French or Anglo-Norman word is even more justified here, as this type of initial was a French creation and spread first in French-speaking areas (comprising England and Flanders). MarieThérèse Gousset and Patricia Stirnemann found an Italian source where the letters are described as «campizato a la perosina», and speculated that the adjective refers more likely to Paris than to Perugia, and that this type of initials, rare in Italy before the fourteenth century, was perceived as a French import.18 There was a little more hesitation about the proposed name for the second type of the letter, the «puzzle initial». This descriptive name was authored by François Avril, but the research by Marie-Thérèse Gousset and Patricia Stirnemann also revealed a pertinent medieval terminology. The letter painted in two colours, usually, but not exclusively in red and blue, and separated by a thin white reserved line or pattern, are referred to in rare Latin sources as «litterae partitae» (Avignon) and once as «litterae duplices» (Picardy).19 There has been therefore a temptation to call the letter «initiale partie» or «parted letter».20 The relevance of a term can be measured by its descriptive or almost performative capacity to reveal its meaning. When searching for names of graphic signs in particular, the ability of the term to convey the visual specificity is crucial. No wonder that the puzzle initial prevailed. The adoption of the term «puzzle initial», as well as that of the «champ initial» in on-line publications at the British Library and the Bibliothèque nationale de France sealed the success of both terms. They spread from there to numerous on-line catalogues and paper publications. The term proposed by Muzerelle, «initiale émanchée», borrowed from the heraldic vocabulary, had a limited success.21 Is there still a need to create new terms describing medieval illumination? Several terms on Patricia Stirnemann’s list do not have equivalents in Muzerelle’s vocabulary, but have been in use among art historians for a long time. Most of them are of descriptive rather than 18
STIRNEMANN – GOUSSET, «Marques, mots, pratiques», p. 38. Ibid., pp. 36-37. 20 This form has been retained by Initiale, the catalogue of illuminated manuscripts in French public collections outside of the Bibliothèque nationale, IRHT-CNRS, http:// initiale.irht.cnrs.fr/. 21 MUZERELLE, Vocabulaire, p. 561 (561.09); see «émanché» in G. DE CRAYENCOUR, Dictionnaire héraldique: tous les termes et figures du blason, Christian, Paris 1985, p. 144. 19
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technical character. Two newly forged terms, «Italian shooter or projection» (in French: prolongement à l’italienne) and «juridical initials or incipits» (in French: lettres juridiques), however, require some further explanation. Both originated in the study of ornament developed in legal manuscripts. They will be presented in their chronological order. The name «Italian shooter or projection» (prolongement à l’italienne) was inspired by the origin of the motif. The term designates marginal penwork extensions in ink which were introduced together with blue and red display script in the turn of the third and fourth quarter of the twelfth century, mainly in law books produced in northern Italy. Bologna with its emerging, university-centered book market became a leading area of their dissemination (il. 1). Typically, the penwork sprays form extensions from rubricated incipits and initials in the text, or from the marginal notablia which in the law books received an eye-catching triangular shape.22 At the beginning of major text divisions, the extensions often formed elaborate compositions issuing from the mouth of a hybrid or a bird. Doubtless for that reason Marie-Thérèse Gousset and François Avril dubbed them «jeux de plume» (a game or play of the pen).23 The peak of the popularity of these jeux de plume in Italy dates to ca. 1200 and extends into the first decades of the thirteenth century, before the arrival of the ordinary glosses in legal textbooks modified the layout of marginal spaces and made the presence of these decorative extensions less desirable.24 North Italian, mainly Bolognese, law books seem to have been the main vehicle of transmission of the motif which soon crossed not only the geographical borders, but also the boundaries of the genre. Among early French imitations, we may note a Parisian copy of the Compilationes antiquae decretalium in Lyon (Bibliothèque universitaire, ms. 6, esp. f. 82), but also a late twelfth-century 22
On the typology of the twelfth-century glosses in legal manuscripts, see G. DOLEZALEK, «Les gloses des manuscrits de droit: reflet des méthodes d’enseignement», in J. HAMESSE (ed.), Manuels, programmes de cours et techniques d’enseignement dans les universités médiévales. Actes du Colloque international de Louvain-la-Neuve (9-11 septembre 1993), Université Catholique de Louvain, Louvain-la-Neuve 1994, pp. 235-255. 23 F. AVRIL – M.-Th. GOUSSET – C. RABEL, Manuscrits enluminés d’origine italienne, 2, XIIIe siècle, Bibliothèque nationale, Paris 1984, pp. 63-64. 24 Ibid., p. 64; as Avril, Gousset and Rabel point out, this type of decoration disappears in Italy by the mid-thirteenth century. In numerous manuscripts that later received new glosses, the marginal penwork was erased.
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manuscript of Peter Lombard’s Sentences (Paris, Bibliothèque Mazarine, ms. 984). Legal texts also feature among English examples of the penwork extensions alla italiana, such as the early thirteenth-century Decretum at Oxford (Bodleian Library, ms. Douce 218) or Justinian’s Institutiones in Paris (BnF, Lat. 15418).25 In England, around and after 1250 the shooters became a significant feature of the page decoration in a wide selection of manuscripts, ranging from the commentaries to Aristotle to the Books of Hours with some of the best examples in the works of William de Brailes and his workshop at Oxford.26 The new term «Italian shooter» lacks the timelessness and generality of the «jeux de plume», but what seems to constitute its weakness at the same time gives it its explicative strength. The term not only denotes the specificity of the ornament. Based on Stirnemann’s in-depth knowledge of its origin and evolution, the name itself contributes to a «genealogical» definition of this particular form of the marginal extension.27 The second new term proposed on the list is the only one provided with a definition: «juridical initials or incipits, lettres juridiques (letters decorated by the scribe with heads, animals or geometric forms: used as display script by Bolognese scribes, as initials in music manuscripts, at top lines)». The juridical letters owe their name to the context of their origin. They seem to have first appeared in law books in mid-thirteenth-century Bologna, when an earlier pen-flourished display script of interlocked blue and red letters gave a way to a new painted decoration of the socalled primo stile. A Bolognese copy of the Digest in Turin (Biblioteca Nazionale Universitaria, E.I.16) of ca. 1250-1260 is a good example of this new ornamental lettering.28 A row of calligraphic letters embellished with a hairline geometric pattern (a «juridical incipit») is located between the painted initial and the text producing a kind of diminuendo effect. Punctual 25
AVRIL – STIRNEMANN, Manuscrits enluminés d’origine insulaire, p. 56, no. 85. N. J. MORGAN, «The Decorative Ornament of the Text and Page in Thirteenth Century England: Initials, Border Extensions, and Line Fillers», English Manuscript Studies 1100-1700, 10 (2002) 1-33. 27 For the Italian origin of the motif, see AVRIL – STIRNEMANN, Manuscrits enluminés d’origine insulaire, p. 56, P. STIRNEMANN, «Fils de la vierge. L’initiale à filigranes parisiennes: 1140-1314», Revue de l’Art, 90 (1990) 62, and P. STIRNEMANN, «Dating, Placing, and Illumination», Journal of Early Book Society, 11 (2008) 161. 28 M. MEDICA – S. TUMIDEI (edd.), Duecento. Forme et colori del Medioevo a Bologna, Marsilio, Venezia 2000, p. 229, cat. 63, with reproductions. 26
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«juridical letters » also follow penwork initials and simple capital letters, at the beginning of paragraphs. A «juridical» display script in the Bible copied by the brothers Cardinale and Rugerio da Forlì for Frédol de Saint-Bonnet (d. 1289), canon of Maguelonne, a law student in Bologna in the late 1260s (Paris, BnF, Lat. 22), shows that already in this early period, the new scribal invention began to influence the articulation of other texts produced in the orbit of the Bolognese law schools.29 Extant records suggest that both brothers (and Cardinale in particular) specialised in the production of legal manuscripts.30 Similar display letters alla Italiana spread fast into French and English law books fashioned after Italian models. Among the earliest adoptions are the capital letters in the apparatus added in a copy of the Codex by an English scribe, Gullielmus Anglicus, working in Orleans in 1262.31 Akiko Komada has also observed the adoption of this ornamental feature in vernacular Bibles produced in thirteenth-century Paris, showing how even in the North this particular scribal habit rapidly spread outside legal texts.32 The definition of the «juridical letter» reserves the term for one more non-legal occurrence: initials in music manuscripts. Such letters appear in notated texts, usually at the beginning of antiphons, verses or responsoria, while a proper decorated initial is reserved for the beginning of chants. In the first half of the thirteenth century, the letters receive a distinctive calligraphic character, but morphologically they are built merely of ornamental pen-strokes. In northern France, they are often highlighted in red (il. 2). Figural or more complex geometric motifs begin to appear in the third quarter of the thirteenth century, probably influenced by scribes of legal manuscripts and notarial documents. They become a popular 29 In 1267, the same two scribes also wrote a copy of the Decretales (unam par Decretalium) for Frédol de Saint-Bonnet. On the BnF, Lat. 22, see AVRIL – GOUSSET – RABEL, Manuscrits enluminés d’origine italienne, 2, cat. 103, pp. 85-87. 30 Both brothers, or Cardinale alone, are recorded between 1268 and 1269 in the Memoriali of Bologna as scribes of a number of civil law manuscripts, see F. FILIPPINI – G. ZUCCHINI, Miniatori e pittori a Bologna, Documenti dei secoli XIII e XIV, Sansoni, Firenze 1947, pp. 44-47. 31 Paris, BnF, Lat. 4523, see AVRIL – STIRNEMANN, Manuscrits enluminés d’origine insulaire, cat. 138. 32 A. KOMADA, «La première génération de la “Bible française du XIIIe siècle”», paper presented at the conference La Bible médiévale – du Roman au Gothique (XIIeXIIIe siècle): textes et images, production et usage, Lisbon 2015 (forthcoming).
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feature in the last decades of that century (il. 3).33 The two types of these ornamental letters, with or without the added motifs, will coexist in notated texts until the modern period. Describing them, the new term «juridical letter» overlaps an existing late medieval terminology. Analysing payments for manuscripts containing musical notation in the Netherlands, Hubert Nelis has demonstrated that in the second half of the fifteenth century such decorated calligraphic capital letters in ink were called «litterae cadassae», or in a semi-vernacular Dutch «cadassen (seu versalen)», and were distinct from «litterae floraturae» (painted foliate initials).34 The Latin «littera cadassa» is a direct equivalent of the French «cadeau» or «cadel». The first documented French occurrence of the term dates to 1416.35 Modern linguists derive its root from the Latin «capitellum» (capital letter) and the Provençal «capdel».36 The term «cadeau» remained in the vocabulary of illuminators, scribes and calligraphers until the late eighteenth century. During this period its meaning slowly evolved from denoting a calligraphed letter to that of a banquet offered to a lady and eventually to its present sense of a gift.37 33
A rich collection of music manuscripts from the cathedral of Cambrai (now in Cambrai, Médiathèque d’Agglomération) allows to follow this evolution from the simple ‘stroked’ letters in the Psalter-hymnal of ca. 1235-1238 (ms. 28 (31), il. 2) to the elaborately decorated capitals in the Antiphonary, ms. 38 (40), il. 3; see also (without notation) the Breviary of Ubauld des Sarts (d. 1299), ms. 33-35 (37). 34 H. NELIS, «Litterae cadassae, litterae gothicae», in Revue bénédictine, 41 (1929) 269. See also J. GESSLER, «Notes lexicographiques latino-médiévales (à suivre)», L’antiquité classique, 10/1 (1941) 102. For a later occurrence of the term «cadassen» (1524) see W. L. DE VREESE, Over handschriften en handschriftenkunde. Tien codicologische studiën, ed. P. J. H. VERMEEREN, W. E. J. Tjeenk Willink, Zwolle 1962, p. 141. The term was adopted by M. SMEYERS, La miniature, Brepols, Turnhout 1974, p. 40 (Typologie des Sources du Moyen Âge Occidental, 8). 35 The term is used to describe a decoration of an altar cloth or parament (embroidered with initials?), G. FAGNIEZ, Inventaires du Trésor de Notre Dame de Paris, de 1343 et de 1416, Librairie Académique Didier et Cie, Paris 1874, p. 38. 36 See Trésor de la langue française informatisé (TLFi), Atilf-CNRS, Université de Lorraine, 2002, http://atilf.atilf.fr/dendien/scripts/tlfiv5/visusel.exe?11;s=3659882 400;r=1;nat=;sol=0; [accessed on 14.02.2018]. Also see «cadellus» (v. capitalis) in Dictionary of Medieval Latin from British Sources – online, Brepols, Turnhout 2017. 37 The term «Cadeau» meaning «initial» disappears from the 5th edition of the Dictionnaire de l’Académie française: Dictionnaire de l’Académie françoise, revu, corrigé et augmenté par l’Académie elle-même, Cinquième édition, J. J. Smits, Paris 1798, t. 1, p. 184.
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The term «cadeau/cadel» is included in both Muzerelle’s Vocabulaire and Stirnemann’s list, its meaning, however, explicitly or implicitly limited to the initial decorated with a complicated strapwork pattern.38 The strapwork initials developed as embellishment of the opening words in notarial documents and charters at the turn of the fourteenth and the fifteenth century.39 With the rise of the Bastarda, this calligraphic feature also became popular in articulation of texts in a wide variety of manuscripts, combining the interwoven strap pattern with other forms of ornamentation, such as grotesques and foliage. The feature had a particularly long life in music manuscripts. Strapwork initials, however, remained in use in a more or less pure form in formal legal records throughout the sixteenth, seventeenth and eighteenth centuries. The restrained meaning of the «cadeau/cadel» in Muzerelle’s Vocabulaire corresponds better to definitions given in the seventeenth-century sources, such as those in Jean Nicot’s Thresor de la langue françoyse (1606)40 or in the Dictionnaire de l’Académie française (1694-1762),41 than to the late medieval manuscript experience. The change of meaning probably reflected a change in taste. In the seventeenth century, the late medieval grotesque ornamentation of the letters went out of fashion. An earlier definition by the Renaissance French typographer 38
«Traits de plumes entrecroisés, à effet décoratif, qui forment certaines parties de la lettre ou qui en prolongent la haste», MUZERELLE, Vocabulaire, p. 172 (561.11). 39 The earliest examples include initials by Jean Flamel, secretary to Jean de Berry, see J. J. G. ALEXANDER, The Decorated Letter, Thames & Hudson, London 1978, p. 27 and 32. For the use of strapwork in England, see E. DANBURY, «The Decoration of English Royal Charters», in M. JONES – M. VALE (edd.), England and her Neighbours, 1066-1453: Essays in Honour of Pierre Chaplais, Bloomsbury, London 1989, p. 166. 40 «Une grande lettre capitale, tirée par maistrise de l’art des Escrivains, ou maistres d’Escriture, à gros traits de plume. Et si toute l’Escriture est de tels cadeaux, on l’appelle Escriture cadelée. Litera maiuscula, crassiore linearum ductu depicta (a large capital letter traced with mastery by scribes, or masters of writing, in wide strokes of pen. And if the whole text is written in such cadels, we call it cadeled writing. Capital letter depicted in large stokes)», J. NICOT, Thresor de la langue francoyse tant ancienne que moderne, D. Douceur, Paris 1606, p. 97. 41 «Un trait de plume grand et hardy, qui se fait sans lever la main et marquer quelque figure» (a stroke of a pen, large and bold, that is made without raising once hand in order to trace some shapes)», Dictionnaire de l’Académie françoise, dédié au Roy [1ère édition], J. B. Coignard et J. B. Coignard, Paris 1694, t. 1, p. 138. The same definition is still included in the fourth edition (Bernard Brunet, Paris 1762, t. 1, p. 230).
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and printer Geoffroy Tory (ca. 1480-1533) reveals a much more diverse vocabulary of cadels: «Nous avons en nostre usage commun de France plusieurs manieres et facons de lettres. Nous avons cadeaulx qui servent a estre mis au commencement des Livres escripts a la main et aux commancemant des versetz aussi escripts a la main [...]. Les maistres descripture les agencent et enrichicent de feuillages, de visages, doyseaulx, et de mille belles choses a leur plaisir pour en faire leurs monstres» (We have in our common use in France several types and forms of letters. We have cadels that are used at the beginnings of books written by hand and at the beginning of verses also written by hand [...]. The master scribes combine and decorate them with foliage, faces, birds and thousands of pretty things as they please in order to make of them their monsters).42
The fifteenth- and sixteenth-century records relating to manuscript commissions and payments also indirectly imply a similar universe of forms. Although cadels were typically a responsibility of scribes, several documents name illuminators as their creators.43 Calligraphed letters decorated with painted figural or floral elements that came into fashion sometime before the mid-fifteenth century, seem to correspond well to these records (il. 4). Jean Miélot, scribe and translator in the service of Philip the Good of Burgundy, but also an able artist, decorated the initials in his autograph copy of the Miroir de la salvation humaine (Brussels, KBR, ms. 9249-50) with strapwork, painted grotesque faces and penwork patterns, 42
G. TORY, Champ Fleury. Auquel est contenu L’art et Science de la deue et vraye proportion des Lettres Attiques, qu’on dit autrement Lettres Antiques, et vulgairement Lettres Romaines proportionnées selon le Corps et Visage humain, Geoffroy Tory & Gilles de Gourmont, Paris 1529 (reprinted as Geoffroy TORY, Champfleury: art et science de la vraie proportion des lettres, Bibliothèque de l’image, Paris 1998). 43 Adenet Lescuier, illuminator of Jeanne de Laval, queen of Sicilly, was mentionned in 1457 as responsible for «versets», «cadeaulx» and «histoires» in a gradual for the cathedral chapter of Angers, V. GODARD-FAULTRIER, «La cathédrale d’Angers», Répertoire historique et archéologique de l’Anjou, [s. n] (1866) 34-36. Robert Boyvin, illuminator, was paid in 1534-1535 by the cathedral chapter of Rouen for «plusieurs cadeaulx et vignettes», Rouen, AD, Registre G. 2537, see I. DELAUNAY, «Le manuscrit enluminé à Rouen au temps du cardinal Georges d’Amboise. L’œuvre de Robert Boyvin et de Jean Serpin », Annales de Normandie, 45 (1995) 217. For further sixteenth-century examples, see M.-B. COUSSEAU, «Cadeaux et lettres tournures: art de l’écrivain ou art de l’enlumineur?», Documents d’histoire parisienne, 10 (2009) 5-12.
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and used the very word «cadeler» to describe his work.44 Perhaps in order to reconcile the historical ambiguity of the term with its modern usage, we can follow Kathleen Scott’s proposition of a more inclusive definition of «cadeau/cadel» which also points out a specificity of the «cadel with strapwork» (lettre cadelée or cadelure) as a subcategory?45 If classified in a too restrictive way, the initials in music manuscripts, and also those in other fifteenth and sixteenth-century documents written in cursive or hybrid hands, cause a problem. Many are just decorated with strapwork, others also include figural or floral forms, but both groups share similar morphology, typology and function (il. 5). Should they be named differently? In this chronological period, the fifteenth century word «cadeau/cadel» and the origin-focussed «juridical letter» seem more complementary than exclusive. The list of terms that follows is more pragmatic than normative. It largely relies on current use of vocabulary among art historians, providing a systematic overview thereof. It probably remains the most complete and comprehensive list of terms relating to medieval illuminated manuscripts in both English and French.46 The newly-created terms, discussed in the present introduction, constitute only a small part of the proposed vocabulary, but their adoption has started. Are they descriptive, specific and unambiguous enough to withstand the challenge of use? Only time will tell. 44
«J’ay à mon pouoir translaté de latin ryme en cler francois ce miroir de Saluation humaine, puys hystoirié, cadelé (et) escript de ma main l’an mil 1448 » (Brussels, KBR, ms. 9249-50, f. 2), see DE VREESE, Over Handschriften, p. 140. On the manuscript, see B. BOUSMANNE – Th. DELCOURT (edd.), Miniatures flamandes 1404-1482, Bibliothèque nationale de France – Bibliothèque Royale de Belgique, Paris – Bruxelles 2011, pp. 353-356. 45 K. L. SCOTT, Later Gothic Manuscripts, 1390-1490, Harvey Miller, London 1996, p. 370 (A Survey of Manuscripts Illuminated in the British Isles, 6); for similar, inclusive definitions of cadels in French, see: V. GAY, Glossaire archéologique du Moyen Âge et de la Renaissance, Société bibliographique, Paris 1887, p. 243, and COUSSEAU, «Cadeaux», p. 6. 46 Existing glossaries in English have a more selective character, see «Glossary» in SCOTT, Later Gothic Manuscripts and M. P. BROWN, Understanding Illuminated Manuscripts. A Guide to Technical Terms, J. Paul Getty Museum – British Library, Malibu – London 1994, also available in a revised, on-line format in Glossaries, British Library, Catalogue of Illuminated Manuscripts, https://www.bl.uk/catalogues/ illuminatedmanuscripts/glossary.asp. Accessed on 07.12.2017.
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Appendix: Patricia Stirnemann, Vocabulary ILLUMINATION 1. General terminology illumination, enluminure (511.01) iconography, iconographic program, iconographie, programme iconographique (511.07, 511.08) decoration, ornament, décoration, ornementation (511.10) hierarchy, hiérarchie technique, technique 2. Classification of components miniature, miniature (511.02) a. full page miniature, miniature pleine page compartmented miniature, miniature compartimentée column miniature, miniature de la largeur d’une colonne unframed miniature, miniature sans cadre marginal illustration, illustration marginale bas-de-page, bas de page medallion, roundel, médaillon (522.06) frontispiece, frontispice (521.01) cycle of illustrations, cycle d’illustrations (511.06) carpet page, page tapis (522.03) diagramme, technical illustration, schéma, diagramme (cf. 511.09) canon tables, tables des canons initial, initiale (333.02) a. letter, lettre field (interior space), champ ground (framing space), fond stepped ground, fond à gradins terminal, terminaison, empattement edging, liseré (553.11)
antenna (projection from ascender or descender into the margin) or marginal extension, antenne, prolongement marginal (cf. 521.09) historiated initial or letter, initiale (lettre) historiée (512.08) decorated initial or letter, initiale (lettre) ornée a. anthropomorphic initial, initiale anthropomorphe [aussi: initiale figurée] (513.06, 561.14) zoomorphic initial initiale zoomorphe [aussi: initiale figurée] (cf. 513.05, 561.14), inhabited initial, initiale animée (cf. 512.06) vegetal, foliate initial, initiale (lettre) à décor végétal (cf. 561.12) faceted letter, lettre à facettes, initiale prismatique (561.05) arabesque initial, initiale de couleur ornée d’arabesques (initiale ornée de motif en aplat) champie or champ initial, initiale champie (561.15) hierarchy of pen-flourished initials, initiales filigranées puzzle initial or parted letter, initiale puzzle ou partie (cf. 561.09) pen-flourished initial or letter, initiale (lettre) filigranée (561.10) plain coloured initial, initiale rubriquée, initiale de couleur (cf. 561.03, 561.16) J-chain or J-border, bande d’I (cf. 532.07) Italian shooter or projection, prolongement à l’italienne line-ending, bout-de-ligne (421.05)
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other articulations paragraph, pied-de-mouche, signe de paragraphe (421.10) running title, titre courant (333.07) signature, signature (315.02-04) catchword, réclame (333.09) display script, écriture d’apparat (cf. 561.02) monogram, monogramme (423.06) nested or interlocked letter, lettre enclavée (561.06) colour-filled letter, lettre fourrée (561.08) voided, outlined letter, lettre évidée (561.04) reserved letters, lettre en reserve juridical initials or incipits, lettres juridiques (letters decorated by the scribe with heads, animals or geometric forms: used as display script by Bolognese scribes, as initials in music manuscripts, at top lines) Lombard initial, initiale lombarde cadels with strapwork, cadeaux (561.11) border, bordure (521.05) a. bar border, bandeau border in one, two or three margins, bordure, encadrement partiel (cf. 521.07) framing, full border, encadrement (521.06) compartmented border, bordure compartimentée border en trompe l’œil (scatter border), bordure en trompe-l’œil marginalia, drolerie, drôlerie (512.13) hybrid, hybride grotesque, grotesque (535.07)
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putto (putti), putto (putti) (535.05) headpiece, panneau d’ornement en tête d’un texte cul-de-lampe, cul-de-lampe (521.04) cartouche, cartouche (522.12) narrative adjuncts in miniatures, initials and borders banderole, speech scroll, phylactery, banderole, phylactère (534.01, 534.02) inscription, inscription ELEMENTS OF DECORATION Architectural elements arch, arcade, arc, arcade, arcature (534.08) a. rounded or semi-circular arch, arc en plein cintre (534.09) a. pointed or ogival arch, arc brisé ou en ogive (534.10) b. horseshoe arch, arc outrepassé, en fer à cheval, bombé ou mozarabe (534.11) c. segmental or depressed arch, arc surbaissé (534.12) d. diaphragm arch, arc diaphragme canopy, architectural canopy, baldaquin platform, plateforme, soubassement (cf. 534.07) stepping, stepped, à degrés, à gradins, redent (543.04) Geometrical and nonfigural motifs line, filet (531.01) cusp, scallop, dentelé, festonné (531.07) corkscrew or vrille, vrille gold ball, bezant (heraldic), pastille, bezant, boule (531.04)
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pearling, bead-bands, perles (peinture), oeuf de grenouille (filigrane) wave pattern, ondé (531.06) guilloche, guilloché (553.08) zig-zag, fretwork, sawtooth, serrated, zigzag (531.09) Greek key pattern, meander, meander (cf. 531.10) trumpet pattern, trompe (522.08) spiral, volute, volute (532.08) pelta, pelta interlace, strapwork, entrelacs (532.04) knotwork, nœud d’entrelacs (532.05) braid, plait, tress, tresse (532.06) trefoil, quatrefoil, cinquefoil, trèfle, quatrefeuille, quintefeuille (533.06, 533.07) lobe, lobe denticulated, denticulé, dentelé (543.05) knotched, indented, echancré (543.06) cufic writing, écriture coufique frieze, frise (532.13) Vegetative elements acanthus, acanthi (533.10) palmette, palmette (533.04) rosette, rosette (533.08) rinceau, branchwork, rinceau (533.01) octopus flower or foliage, fleur ou feuille pieuvre, tentaculaire cocle shell leaf, feuille coquille crocket (arch. goth.), crochet stiff-leaf [English illumination]
oak leaf, feuille de chêne vine leaf, feuille de vigne (533.12) vine scroll, rinceau de vigne ivy leaf, feuille de lierre holly leaf, feuille de houx spiky foliage, feuille épineuse white-vine or bianchi girari, vigne blanche, bianchi girari (533.15) boxing-glove foliage [English illumination] garland, festoon, swag, guirlande, feston (533.13, 533.14) Planes and grounds (motifs) reserved, en reserve (552.08) single colour ground, fond uni ou monochrome (553.01) banded, rayures, à bandes (553.02) panelled, paneauté mosaic, harlequin, mosaïqué champie, champie (cf. 561.15) vermiculated, vermiculé diapered, losangé, quadrille, réticulé47 (553.05-06) lozenged, losangé (cf. 553.06) checkered, échiqueté, quadrillé (553.06) diamond pattern, losangé reticulated, réticulé (553.05) incised, incise, grave (cf. 553.08) stamped or punched, poinçonné stippled, piqueté semis, powdered, semé (553.09) sgraffito, sgraffite
47 The English term «diapered» and the French term «diapré» are false friends. «Diapered» refers to a pattern of regularly repeated geometric motifs, cf. BROWN, Understanding Illuminated Manuscripts, p. 49. «Diapré» is an ornament of fine filiform ‘rinceaux’ motifs in gold or in colour on a contrasting ground, cf. MUZERELLE, Vocabulaire, 553.07.
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Animated or composite elements mask, masque (535.03) herma, herm, hermès trophy, trophée (534.14) candelabra, candélabre Rhythms and dispositions alternating, alterné quinconce (quincunx), quinconce counterchanged symmetrical, asymmetrical, symétrique, asymétrique (542.01) chiastic, en chiasme flanking, flanqué (542.04) overlapping, brochant, empiétant (542.06) surmounting, crowning, surmontant, couronnant (cf. 542.03) irregular, exaggerated, irrégulier, exagéré inverted perspective, perspective inversée profile, profil frontal, frontal lost profile, profil perdu MATERIALS AND TECHNIQUE Metals gold leaf, feuille d’or shell gold, matte gold, liquid gold, or liquide, poudre d’or burnished gold, or bruni imitation gold, mosaic gold (233.11), or mussif silver, argent tin, étain chrysography, chrysographie (561.01) Pigments (cf. 231-236) carbon black, noir de charbon (231.04) chalk white, blanc de craie
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bone white, blanc d’os (232.05) lead white, blanc de plomb (232.06) saffron, safran (233.01) ochre, ocre (233.09) orpiment, orpiment (133.10) murex purple, carmin, extrait de la cochenille (234.07) kermes, kermès (234.08) minimum, minium (234.09) cinnabar, cinabre (234.10) vermillion, vermillon (234.11) iris green, vert d’iris (235.04) copper green or Verdigris, vert de cuivre, vert-de-gris (235.05) malachite, malachite (235.06) woad, guède (236.01) folium, folium (236.03) indigo, indigo (236.02) lapis lazuli, lapis-lazuli (cf. 236.05) azurite, azurite (cf. 236.07) Painting techniques gouache, thick paint, gouache, peinture couvrante (551.04) monochrome, monochrome (551.10) cameo, camaïeu (551.15) watercolour, aquarelle (221.14) ink, coloured inks (drawing), encre, encres de couleur (221.06) wash, tinted, lavis (551.03) grisaille, grisaille, demi-grisaille (551.16) glazes, glaçure Application preparatory drawing, dessin préparatoire palette or range of colours, palette (551.01) dominant colours, couleurs dominantes (551.09) outline, draw, accentuate, linear, contour, dessiner, accentuer, linéaire (cf. 552.16)
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hatch, cross-hatch, hachure (552.06) graded, graduated, shaded, modelled, dégradé, ombré, modelé (552.09, 552.14) flat colour, aplat de couleur painterly, pictural high-light, rehaut (552.03) half-tone, demi-ton, demi-teinte (552.10) pastel, pastel retouched, retouché repainted, repeint over-painted, surpeint (552.04) pouncing, poncif, piquetage (541.03)
Production marks or instructions to the illuminator iconographic instructions, instruction iconographique (541.12) marginal sketch, esquisse marginale (cf. 541.01) guide letter, lettre d’attente (333.06) indications for colour (letters) or alternation (lead-point slash next to red or blue penwork initial), indication de couleur counting-out marks, signe de comptage ad-hoc or leaf signatures, signatures par feuillet (315.03)
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Illustrations
1. Gartianus, Decretum, Bologna?, ca. 1170-1180. Saint-Omer, Bibliothèque d’Agglomération, ms. 454, f. 1: Italian shooter. Phot. IRHT.
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2. Psalter-hymnal, use of Cambrai, 1235-1238. Cambrai, Médiathèque d’Agglomération, ms. 28 (31), f. 74: initials in a notated text. Phot. IRHT.
3. Antiphonary, use of Cambrai, 13th c. (last third). Cambrai, Médiathèque d’Agglomération, ms. 38 (40), f. 10: initials in a notated text (juridical letters). Phot. IRHT.
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4. Fragment of a Gradual retrieved from the binding, Angers?, late 15th c. Angers, Bibliothèque municipale, ms. 770: Cadel initial. Phot. IRHT.
5. Processional, use of Autun, 16th c. (beginning). Autun, Bibliothèque municipale, ms. 153 ter., ff. 82v-83. Phot. IRHT.
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CHRISTINE JAKOBI-MIRWALD* FLOURISH AND BLOTTS OR HOW WE NAME SALIENT ORNAMENT FEATURES IN MANUSCRIPTS Any reader above a certain age or without children may be unaware of the fact that the title of this paper originates from popular culture —it is the name of a book and stationery shop in the Harry Potter series. The choice of title is less trivial than it would seem, for a central feature of this paper is, in fact, concerned with flourishes and blots, and the sometimes rather heated discussions of scientific terminology occasionally really border on the ridiculous. And it is an incontestable fact that the ingenuity of some of J. K. Rowling’s name creations is in no way matched by the convoluted, incongruous, implausible and untranslatable terminology of art history, some of it concerning rather important issues. This paper will concentrate on the linguistic and scientific history of some of the more central terms. Here, a comparison between languages yields the most enlightening insights. Furthermore, the question of translation has been occupying me this last decade, ever since I added a multilingual glossary to my terminology book in 20081. The help of colleagues abroad, above all Marilena Maniaci (Cassino), who was dealing with similar issues in another language and in another discipline, has served to highlight the disparities which I have repeatedly been stating in the last years2. *
Independent researcher, www.jakobi-mirwald.de (retrieved 28.5.2019), D-88171 Weiler, Am Gräbenbach 9. [email protected]. 1 Ch. JAKOBI-MIRWALD, Buchmalerei. Ihre Terminologie in der Kunstgeschichte, Reimer, Berlin 1991; 2nd rev. ed. 1997; Buchmalerei. Terminologie in der Kunstgeschichte, 3rd rev. ed. in collab. with M. ROLAND, Reimer, Berlin 2008; 4th rev. ed. in collab. with M. ROLAND, Reimer, Berlin 2015. Swedish: Medeltida bokmåleri. Illustrerat konsthistoriskt lexikon, till svenska av P. ÅSTRÖM, Signum, Stockholm 2012. On my website, I provide the glossary for download, with an additional Swedish part taken from Patrik Åström’s translation, a Spanish part provided by Marta Pavón Ramírez and a Polish one by Joanna Ewa Frońska. The English part was reworked according to works by Susan L’Engle and Patricia Stirnemann, the French one received corrections by Baudouin van den Abeele. A list of documented Latin terms is in preparation. 2 Ch. JAKOBI-MIRWALD, «Lost in Translation. Manuscript Terminology between languages», Gazette du livre médiéval, 55 (2009) 1-8, http://www.palaeographia.org/
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By way of introduction, a few generalities of language as such shall be summarized3. Scientific languages are different in three distinct ways. In the first place, there is the the actual size of the vocabulary: English possessing the largest by far, with German as the first runner-up, and Russian and the major Romance languages, French, Spanish, and Italian, following behind4. In second place, there is the regional disparity with a notable variance of the monuments to be considered —compare an austere Dutch church interior with a South German Rococo chapel. Different things need different words. And finally, in the third place, there is a significant disparity in scientific tradition. Where Italians and French have concentrated on codicology proper, which considers the material and technical properties of the manuscript, Germans are rather infamous for «counting folds» and coming up with a bewildering array of stylistic terms (Muldenfalten, Schlaufenfalten, Löffelfalten, some thirty terms for leaves and flowers and such). This, of course, is a result of the truly gigantic work of stylebased classification undertaken primarily by German-speaking scholars from the second half of the 19th century onwards: Lamprecht, Springer, Vöge, Goldschmidt, Haseloff, Wickhoff and Koehler, among others5. All glm/glm.htm?art=jakobi (retrieved 28.5.2019), a paper given at the Università degli Studi in Cassino in 2010, the 2009 edition of the journal published late, and a recent paper at the same institution: «False Friends or True Friends? Problems and Chances of Intercultural and Interdisciplinary Communication in Manuscript Terminology», 10. 5. 2017. 3 Cf. JAKOBI-MIRWALD, «Lost in Translation». 4 R. LEDERER, A Man of My Words, St. Martin’s Press, New York 2003, is probably exaggerating the numbers: «English boasts by far the largest number of words of all languages. 616,500 officially enshrined in the Oxford English Dictionary. That’s almost four times the vocabulary size of its nearest competitor, German, five times the size of Russian, in third place; and six times the size of French and Spanish, tied for fourth». The number of the words registered is heavily dependent on the chosen basis. In this respect, it can be seen as highly symptomatic that the question of vocabulary size does not arise in the English Wikipedia article on «vocabulary», while its German equivalent, «Wortschatz», is rather circumspect in describing the problem of size in general, later stating the numbers of ca. 600,000 words for English and 500,000 for German (both retrieved 28.5.2019). It would seem that the «translation» of the word, once again, provides anything but an equivalent concept. 5 Cf. for example G. Z. ZANICHELLI, «The Role of Stylistic Analysis in the Cataloguing of the Illuminated Codex. A few observations on the Manuscripts
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three factors result in widely differing terminologies with huge disparities and sometimes surprising lacunae, which in their turn can lead to a closer reflection of language and, more specifically, terminology use. In Germany, the history of one’s science is an, albeit not always properly appreciated, branch of the science itself, which should be a crucial part of any scientist’s formation and should resound in his or her studies. This includes an awareness of the language one uses. Too often, things are taken as given and are not reflected, which is quite as unpardonable as the lack of a proper goal or aim, and this applies to the manuscript historian in much the same way as it does to the medical scientist or astrophysicist. This paper will be focusing on three selected terms of description which share the fact that the phenomena in question are quite as frequent as the terms are unclear: pen-flourish ornament, lombard letters, and historiated initials.
Pen-Flourishing (with and without Blots) In an international and interdisciplinary conference on illuminated charters6, a colleague from Medieval History and Auxiliary Sciences offered a strangely cumbersome-sounding description of several initials he was discussing. When asked why he avoided using the accepted artof Parma», in Katalogisierung mittelalterlicher Handschriften in internationaler Perspektive. Vorträge der Handschriftenbearbeitertagung vom 24. bis 27. Oktober 2005 in München, hrsg. von der Bayerischen Staatsbibliothek, pp. 99-112 (Beiträge zum Buch- und Bibliothekswesen, 53). Cf. U. KUDER – H.-W. STORK (edd.), Arthur Haseloff als Erforscher mittelalterlicher Buchmalerei, Ludwig, Kiel 2014. 6 Illuminierte Urkunden. Von den Rändern zweier Disziplinen ins Herz der Digital Humanities / Illuminated Charters. From the Margins of Two Disciplines to the core of Digital Humanities, International Conference, Vienna, 12.–14. September 2016, organized by M. Roland, G. Vogeler, A. Zajic, G. Bartz, M. Bürgermeister, M. Gneiß, Österreichische Akademie der Wissenschaften. Proceedings now published: G. BARTZ – M. GNEIß (edd.), Illuminierte Urkunden. Beiträge aus Diplomatik, Kunstgeschichte und Digital Humanities / Illuminated Charters: Essays from Diplomatics, Art History and Digital Humanities, Böhlau, Köln 2018 (Archiv für Diplomatik, Schriftgeschichte, Siegel- und Wappenkunde. Beiheft, 16). Cf. ibid., O. KRAFFT, «Das Aufkommen verzierter Initialen in den Papsturkunden des hohen Mittelalters», pp. 125-152. I would like to thank Otfried Krafft for discussion and inspiration.
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historical term, he stated that he didn’t like it, thinking its literal significance inappropriate for the ornament. The ensuing terminological discussion had to be aborted due to time restrictions. This was a shame, for the phenomenon in question was, or is, the most widespread element of decoration found in any manuscript from anywhere in Western Europe. Many scientists working on manuscript catalogues rarely encounter anything else than pen-drawn, almost exclusively initial-related, ornament, mostly in blue and red, which originated in the twelfth century, and for the very reason of its omnipresence provides the most reliable indicator of date and origin, second only to the script itself, in manuscripts from the twelfth century onward7. And it is one of the more baffling occurences of international art history that practically no language came up with a satisfactory term of description for a phenomenon which comes close to the archaeologist’s potsherd in terms of occurrence and classificatory usefulness8. The Italian term is lettera / iniziale filigranata. This is an adjective, a past participle, derived from a noun and meaning «furnished with filigrans». The noun itself cannot be used, for in manuscript terminology, filigrana means something different, namely the watermark, or the mark left in a sheet of paper during the manufacturing process. And then again, both adjective and noun are loans from another area of craftsmanship, namely, metalwork. Originally, the word derives from Latin «fine thread» and «grain», both denoting a manner of intricate decoration in metal threads and beads. It should be remarked that the Italian language has recurrence to a rather distant craft for the denomination of not one, but two, distinct, but each of them eminently central, phenomena of book terminology. 7 The number of monographs and articles on this subject is still alarmingly limited, cf. M.-Th. GOUSSET, «Étude de la décoration filigranée et reconstitution des ateliers: le cas de Gênes à la fin du XIIIe s.», Arte Medievale, 2, 1 (1988) 121-149; S. SCOTT-FLEMING, Pen-Flourishing in Thirteenth-Century Manuscripts, Brill, Leiden 1989; P. STIRNEMANN, «Fils de la vierge. L’initiale à filigranes parisienne: 1140-1314», Revue de l’art, 90 (1990) 58-73; W. AUGUSTYN – Ch. JAKOBI-MIRWALD – C. SAUER – M. ROLAND, «Fleuronné», in: Reallexikon zur Deutschen Kunstgeschichte, Bd. IX (1996), coll. 1113-1196; in: RDK Labor http://www.rdklabor.de/w/?oldid=89543 (retrieved 28.5.2019); JAKOBI-MIRWALD, «Buchmalerei», pp. 65-70. 8 By the way, it is interesting that even the seemingly innocent potsherd is anything but: why does the Latin-originated terra sigillata in use in, for instance, German translate as Samian ware in English?
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The case is similar in French, if slightly varied in terms of grammar: lettre à filigranes means the same as the Italian version, if expressed with a preposition and the noun proper. Again, the noun does not denominate the decorative element itself, for here again it is used for the watermark. Once again, there is no independent noun for defining the ornament in question. Some thirty years ago, J.-P. Gumbert tried to introduce the word fioriture in lieu of the decoration en filigrane9, but to my knowledge, this attempt was never pursued. Still, Gumbert was one of the first to point out the relation to the medieval word florare, as well as its vernacular derivations10, for the application of the word in question, a word relevant for the English as well as the German term. At first sight, the English language would improve on the situation, since it distinguishes between the technical phenomenon of the watermark and the ornamental device of pen-flourishing (no blots, though). Two nouns are joined in a hyphenated form, denoting both the tool and the action (present participle of to flourish). Now, strictly speaking, a pen-flourish could theoretically also be the doodle produced with a ball-point-pen while speaking on the telephone, and a flourish can even be a fancy gesture. In place of pen-flourishing, the even simpler, more nondescript term penwork is also in use. Both are far from ideal terms, but still, one may want to count one’s blessings. The noun offers a rather clear reference to the actual production of the thing, indicating the crucial use of the pen as opposed to the paintbrush used for miniatures11, and, in the first case, a description of 9
J.-P. GUMBERT, «Et si on dessinait des fioritures?», Gazette du livre médiéval, 2 (1983) 9-12. 10 W. WATTENBACH, Schriftwesen im Mittelalter, Leipzig 1896, pp. 356, 366, 372, cf. P. STIRNEMANN – M.-Th. GOUSSET, «Recherche sur le vocabulaire technique employé par les enlumineurs médiévaux. Sources textuelles – observations archéologiques», paper presented at the conference Vocabulaire du livre et de l’écriture au moyen âge, colloque organisé par le CIVICIMA, le Comité Du Cange et l’IRHT, le 24-26 septembre 1987, published in abbreviated form: P. STIRNEMANN – M.-Th. GOUSSET, «Marques, mots, pratiques: leur signification et leurs liens dans le travail des enlumineurs», in O. WEIJERS (ed.), Vocabulaire du livre et de l’écriture au moyen âge. Actes de la table ronde, Paris 24-26 septembre 1987, Brepols, Turnhout 1989, pp. 34-55 (CIVICIMA, 2). I am very grateful to Joanna Ewa Frońska for acquainting me with the more extensive unpublished version of this important paper. 11 I elaborated on this issue in the Cassino conference in 2017, cf. above note 2. In addition to the four shifts of meaning which this word underwent on its way to the modern use of «mini-», I alluded to the very recent creative language use to be found
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the overall floral appearance with the use of a word derived from Latin flos or flosculum (a root which will be returning in the German section). What is more, the watermark is denoted by its own, unrelated word. The result is still disappointing. The English language, with the largest and richest vocabulary and a famous aptitude to appropriate and absorb words from all imaginable languages, doesn’t seem to have outdone itself in creating this word for a crucial ornament feature. German, as the last language in discussion, has been well known for its marked propensity to create terms for ornament forms, so one would expect something truly inspired, something perfect here. And one would almost be right. The term Fleuronné is a noun, stylishly imported from French, with the same root as the English flourish: fleuron (flower ornament) in the past participle fleuronné, meaning «decorated with flowers». At least, in French it is a past participle; German has equipped the word with an important upper-case letter and an article to go with it: das Fleuronné, capable of hyphenating and composition to form words like die Fleuronné-Initiale or das Palmettenfleuronné. The leading German dictionary of art-historical facts and objects, the Reallexikon zur deutschen Kunstgeschichte, has devoted an exhaustive article to the phenomenon, describing the development, components and stylistic varieties in no less than forty pages12. The word is no loan from unrelated crafts, no confusion with paper-manufacturing is possible (with Wasserzeichen corresponding to the English watermark). There is even the historically documented fact that the Verb florieren, as well as musieren, was in —German— use in the 15th century to denominate, among others, the activity of applying the mentioned ornament: for instance in the Liber illumistarum of the Bavarian monastery of Tegernsee, a highly valuable technical repertory now made available in an exemplary edition13. This florieren could, if traced further abroad, also have given rise to the English flourish, of course, coming from the same root. One would like to expect it to signify penwork, distincted on a major New Zealand film production: the truck-size town models built for the Lord of the Rings-series were dubbed «bigatures». 12 AUGUSTYN – JAKOBI-MIRWALD – SAUER – ROLAND, «Fleuronné». 13 München, Bayerische Staatsbibliothek, Cgm 821, cf. A. BARTL – C. KREKEL – M. LAUTENSCHLAGER – D. OLTROGGE, Der «Liber illuministarum» aus Kloster Tegernsee. Edition, Übersetzung und Kommentar der kunsttechnologischen Rezepte, Franz Steiner, Stuttgart 2005, p. 614 (Veröffentlichung des Instituts für Kunsttechnik und Konservierung im Germanischen Nationalmuseum, 8).
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from musieren, but disappointingly, if typically, both are indiscriminately used to denote «decorating» in the most general sense of the word. A closer look, however, uncovers the flaws of this seemingly perfect German word. To begin with, it is not German, but French. More troubling is the fact that it is not the French word for the same thing: a classical «false friend», for in modern French, fleuronné exists merely as the past participle of the verb fleuronner, which is the action executed by flowers or trees in spring. Interestingly, two major French dictionaries (both the Dictionnaire de l’Académie Française in its 9th edition14 and the Trésor de la Langue Française15) signal the existence of the combination lettre fleuronné, but both leave the term unclear, and it has since dropped out of language use. Therefore, a French art historian would look rather nonplussed, if a German colleague would want to indulge in knowledgeable discussion concerning «Fleuronné». The second problem with the word is one of orthography, for the aforementioned Reallexikon article has decided to do away with the second -e at the end. Understandably so, for the feminine ending derives from French lettre fleuronnée which never seems to have been used in this 14
Cf. «fleuronné» in: Dictionnaire de l’Académie Francaise, 9e ed. Vol. 1: 1992, online 2000, the following volumes are digitized on publication (http://atilf.atilf.fr/ academie9.htm, retrieved 28.5.2019): XVIIe siècle. Participe passé de l’ancien verbe fleuronner. 1. Qui est orné de fleurs, de fleurons. Lettres fleuronnées. HÉRALD. Voir Fleuré. 2. BOT. Qui contient des fleurons ; dont certaines fleurs sont des fleurons. La pâquerette est une plante fleuronnée. 15 Cf. «fleuronné» in: TLFi (Trésor de la Langue Francaise informatisé, http:// atilf.atilf.fr/, retrieved 28.5.2019), the sixteen-volume dictionary codifying a slightly aged vocabulary, albeit in a very extensive manner: I. Part. passé de fleuronner*. Fleuronné de. Il y avait parmi les parures (...) une pleine couronne de marquise, enchâssée de pierreries et fleuronnée de perles (Feuillet, Camors, 1867, p. 188). La couronne de Charlemagne, brillante de rubis, de saphirs et d’émeraudes, fleuronnée de quatre fleurs de Lis (France, J. d’Arc, t. 1, 1908, p. 516). II. Adjectif A. Qui est orné de fleurs, de fleurons. Colonnettes très-élégantes, fleuronnées à la place du chapiteau (Du Camp, Hollande,1859, p. 228). Magnifique porcelaine de vieux saxe fleuronnée, moulée et dorée (Erckm.-Chatr., Ami Fritz, 1864, p. 23). Spécialement 1. HÉRALD. Synon. de fleuré (cf. florencé). 2. PALÉOGR. Qui est orné de fleurs, de fleurons. Lettres fleuronnées (Ac. 1878–1932). 3. RELIURE. Riches reliures à arabesques fleuronnées du siècle dernier (Goncourt, Journal, 1894, p. 687). 4. SCULPT. Génie fleuronné. Enfant ailé dont la partie inférieure du corps se termine en naissance de rinceaux, de feuillages ou de fleurs. (Ds dict. gén. du XIXe s. ainsi que Quillet 1965 et Lar. Lang. fr.). B. BOT. Qui est entièrement formé de fleurons. Plante fleuronnée (DG).
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sense. But for decades, German art historians have got used to Fleuronnée with two e at the end, and tradition is something that is definitely neither argumentative nor sensible, but tenacious. Having been part of the redaction team of the relevant article, I am loyal in using the «single-e-form», but in this I go against my own instincts. I know from experience that it is is notoriously difficult, nigh impossible, to introduce changes of any kind to a language, let alone a terminology. Like other reforms of orthography, this one too led to confusion. The third problem is one of meaning. A learned user, which is to say, every scientist, may balk at the «flowers» which form the constitutional part of the word Fleuronné. Strictly speaking, the ornament in question consists, apart from lines, loops and spirals, of either crimped leaves (palmettes) or buds in the later forms. Even frogspawn is being used as a descriptive term, but the very thing that is obstinately missing is, well, flowers —apart from the occurring comparison of some of the bud-forms to lilies of the valley16. Any user who chose to take umbrage at this fact and point it out would be perfectly right. This discussion of a major element of ornamentation and its terminology in four major languages of research including etymology and grammatical properties has, so far, yielded the fact that the solutions of the languages are so dissimilar that even a simple glossary entry under the heading pen-flourishing is impossible, for neither Italian nor French have this noun. The second result is that, among the four, there is not one term that does not come with one or even more problems: grammatical, orthographical, etymological or semantical inconsistencies. In third place, the mentioned semantical problems can cause misunderstandings. The historian in the conference avoided an accepted art historical term, which led the present art historians to more or less openly doubt his ability to use the accepted, correct terminology. But the historian actually knew the terminology and found it far from correct: flawed, erroneous, offensive. He was not ignorant, he was reluctant. The ensuing discussion led nowhere, just as the efforts to correct an ambiguous terminology within a language and a field of research usually lead 16
Maiglöckchen-Fleuronné, cf. e. g. the short terminology by B. Koll on the site of the Universitätsbibliothek Salzburg (Fleuronnée with two e), http://www.ubs.sbg. ac.at/sosa/inkunabeln/inkinit.htm (retrieved 28.5.2019).
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nowhere —as elucidated by the success, or lack thereof, of the single-e version of German Fleuronné. A recent suggestion —from a neighbouring discipline— to take over the Romance descriptive term Filigran (or in English, filigree)17 does have something to recommend it: the languages which would have to adapt (German and English) lack the confusion with the watermark, and the term would be somewhat international and less offensive in terms of meaning. It would, however, only be feasible in addition to the established terms, and the question of acceptance and possible confusion (see the single-e issue again!) remains unsolved. To sum up: A terminology which needs ample justification does not do the job. And this is by no means the only example.
To Lombard or not to Lombard The lombard question seems to be an international one. Marta Pavón Ramírez happened to ask it at the same time as the 2017 participants of SCRIPTO Summer School Nürnberg18. During the work with several 13th-century manuscripts, most of them legal manuscripts from Northern Italy and France, the question soon arose whether the term lombard was appropriate or not19. I have provided an, admittedly too cautious, description in my terminology book20, and mentioned the term in a 2010 paper on minor 17
I am most grateful to Kirsten Wallenwein and Tino Licht (Mittellateinisches Seminar der Rupprecht-Karls-Universität Heidelberg) for sharing their objections and suggestions with me. 18 SCRIPTO (Scholarly Codicological Research, Information & Palaeographical Tools) is a graduate programme of the FAU Erlangen-Nürnberg initiated and directed by Michele C. Ferrari, and has been held in different forms since 2007; https:// mittellatein.phil.fau.de/scripto/scripto_de.html (retrieved 28.5.2019). 19 The lowercase spelling of this word, where the geographical derivation would seem to call for an uppercase letter, is decided in accordance with Keith Houston’s spelling of roman (letters), to distinguish form from content (such as historical —Roman— inscriptions), cf. K. HOUSTON, Shady Characters. The Secret Life of Punctuation, Symbols & Other Typographical Marks, W. W. Norton, New York 2014, p. 69 (second note). Houston justifies a practice apparently well in use, cf. S. GARFIELD, Just My Type. A Book about Fonts, Profile Books, London 2010, where it is used without comment. 20 JAKOBI-MIRWALD, «Buchmalerei», pp. 63-64.
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decoration elements in a group of primarily Northern Italian Liber Extra manuscripts21. It has to be stated, however, that the terminology book did not result from a prescriptive impulse, but from a compilation of extant and accessible descriptions. In the case of the Lombard, a useful hint is the origin from typography. A more general dictionary yields the typographical definition «an initial of uncial character»22. Hence, the term is of typographical origin and was applied to a very stereotypical form of letters in early prints, letters which were at first added by hand in a manufacture-like way, and which were later also cut for print. The form was found especially, but not exclusively, in Northern Italian Manuscripts, hence the somewhat fitting name of regional origin. The forms are distinct: mostly uncials, rounded, with stark contrast between thin strokes and almost angularly swelling thick strokes, occasional pearl ornaments and simple finials, copying at least the red colour if not the alternating red and blue and the occasional bipartite «puzzle» ornament of the manuscript versions. It is little surprising that the reapplication of a term used in the context of prints for a standardized form of secondary letter back to the manuscript exemplars is fraught with problems. True, the term lombard evokes a very distinct, clear mental image, but this is the result of its simplification for the uses of print. And if the term takes a more or less consciously reflected detour back to the manuscripts, it may there result in a wrong image, especially in manuscripts from other regions than Northern Italy. A general recommendation would be to reserve the term to the actual exemplars, i. e. Northern Italian manuscripts. In every other case, it is far less thorny to use the more neutral terms paragraph initials and sentence initials, respectively, for the simpler initials subdividing and organising the texts, according to their position at the beginning of a paragraph or 21
Ch. JAKOBI-MIRWALD, «Initials and Other Elements of Minor Decoration», in M. BERTRAM – S. DI PAOLO (curatores), Decretales Pictae. Le miniature nei manoscritti delle Decretali di Gregorio IX (Liber Extra). Atti del colloquio internazionale tenuto all’Istituto Storico Germanico, Roma 3-4 marzo 2010, indici compilati da M. PAVÓN RAMÍREZ, Università degli Studi Roma Tre, ArcAdiA, Roma 2012, 344 pp. [+ 92 n.n.], 339 fig. Pubblicazione elettronica in formato pdf, 7 maggio 2012, sul sito http://dspace-roma3.caspur.it/bitstream/2307/695/4/Christine%20JacobiMirwald.pdf (retrieved 28.5.2019). 22 U. RAUTENBERG (ed.), Reclams Sachlexikon des Buches, Reclam, Stuttgart 2015, p. 217.
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within the text block at the beginning of a sentence23. French and Italian does not provide this distinction (lettrine, majuscule, iniziale maiuscola), German, however, does (Initialmajuskel, Satzmajuskel). The term lombard is most unambiguously used if reserved for letters in prints, and if used for manuscripts, for the regionally distinct exemplars. By way of an aside: there is a very characteristic feature in the same group of manuscripts: blocks of display script accompanied by parallel lines and rows of curlicues, for which the accepted English term is interlocked letters, in Italian lettere inchiavardate, in French lettres enclaves24. German does not offer its own word, and the rather feeble substitute verschachtelte Auszeichnungsschrift I am suggesting in the glossary seems to be too complicated for even myself to remember. Word creation, apparently, is something that is better left alone. However, to suggest the adoption of the Italian term may also be a bit hazardous and lead to spectacular mispronunciation.
What is an Historiated Initial? The third item is the most troublesome one. Historiated initial has at an early stage been introduced into manuscript description, literally meaning «initial with narrative matter». However, the extent to which this term is both misunderstood and inconsistently used has only recently come to my attention, and a solution seems impossible. But first, a look at the word’s history. The term historiated initial appears to have been coined in analogy to chapiteaux historiées for the iconographic capitals in French cloisters, and it has ever since been applied to initials containing a narration, a story, 23
Cf. E. RODRÍGUEZ DÍAZ, «Reflexiones sobre terminología codicológica en España», in this volume pp. 123-157, especially her discussion of the terms capital, capitular, cabtinal, cardinal. The issue seems to have been whether displayed initials are always of capital form, cf. the question of the use of palaeographical terms in display script terminology, cf. Ch. JAKOBI-MIRWALD, «Die Auszeichnungsschriften in mittelalterlichen Handschriften. Versuch einer Terminologie», in P. RÜCK (ed.), Methoden der Schriftbeschreibung, Jan Thorbecke, Stuttgart 1999, pp. 107-117, esp. pp. 108-109 (Historische Hilfswissenschaften, 4). 24 JAKOBI-MIRWALD, «Initials and other Elements», p. 195. JAKOBI-MIRWALD, «Buchmalerei», p. 210.
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iconographically relevant matter in the broadest sense of the word. Used in this sense, the historiated initial in its early stages was the subject of my PhD thesis25 and of further papers26. The art historian who has been credited with the introduction of the term to English art history was M. R. James27. This man shares the fate of the philologist J. R. R. Tolkien insofar as he is far more widely known for his non-scientific work, in his case, several series of witty Ghost Stories, still popular to this day28. Contrarily to the slim, but enduring scientific oeuvre of Tolkien, younger by about a decade, James has also produced a vast output of some thirty manuscript catalogues, among other works that have spanned his scientific work as an archaeologist, bible scholar, historian, art historian, and literature translator. A survey of his and other contemporary manuscript catalogues yielded the —expected— result that he was probably in fact the first one to use the term historiated initial, at least in the English language. And he did it rather matter-of-factly, in the context of one of the first manuscript catalogues written in English (as opposed to Latin), in 1895, practically on the first page29. Let us keep this fact in mind for our summary: it is the context of a manuscript catalogue where a central term seems to have been casually coined and introduced. 25
Ch. JAKOBI-MIRWALD, Text – Buchstabe – Bild. Studien zur Entstehung der historisierten Initiale im 8. und 9. Jahrhundert (PhD thesis Kassel 1997), Reimer, Berlin 1998. 26 For instance: Ch. JAKOBI-MIRWALD, «Beschreiben oder Vorschreiben. Terminologie zwischen Bestandsaufnahme und Normierung», Internationale Tagung der Handschriftenbearbeiter, 19.–21. September 2011 Herzog August Bibliothek Wolfenbüttel, Bibliotheca Augusta, http://jakobi-mirwald.de/onewebmedia/2011_ Beschreiben%20oder%20Vorschreiben_Christine%20Jakobi-Mirwald.pdf (retrieved 28.5. 2019). 27 Ch. JAKOBI-MIRWALD, «To find out all that I could about various matters and to make friends – Der Wissenschaftler und Geister-Erzähler M. R. James», in J. AUFREITER – G. REISINGER – E. SOBIECZKY – C. STEINHARDT-HIRSCH, Kunst Kritik Geschichte. Festschrift für Johann Konrad Eberlein, Reimer, Berlin 2013, pp. 423442; cf. L. DENNISON (ed.), The Legacy of M. R. James. Papers from the 1995 Cambridge Symposium, Shaun Tyas, Donington 2001. 28 James began publishing various collections of Ghost Stories of an Antiquary in 1904; cf. A Chronological Listing of M. R. James’s Ghost Stories (2006-2007) by Rosemary Pardoe, http://www.users.globalnet.co.uk/~pardos/MRJStories.html (retrieved 28.5.2019); several collections are available as free e-books. 29 M. R. JAMES, A descriptive catalogue of the manuscripts in the library of Eton College, Cambridge 1895.
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The German historisierte Initiale suffers from a twofold flawed heritage: the hiatus-avoiding s in the middle moves the term dangerously close to the German equivalents of «historical» and «historizing», i. e. pretending to be older, and this has given rise to endless misunderstandings, all of which could easily be avoided by using the term «historiiert»30. On the probability of successfully correcting scientific terminology, see the «second-e discussion» concerning Fleuronné. The second matter is one of meaning, and it is creating even more confusion. From the earliest attempts to provide definitions for the term historiated initial in the 19th century, there has been the attempt to define it in a formal manner, meaning a frame around a scene31. As a result of this definition, letters formed by the figures being inhabited by them would not be historiated, but something else —notwithstanding the fact that they, too, can transport a historia. The most influential terminology originates from a leading scholar of German tongue, Otto Pächt32. In his university lectures on medieval manuscripts, held in the 1960s and first published in 1984 with subsequent re-editions and translations, he introduced the triad historisierte Initiale— bewohnte Initiale—Figureninitiale33. The second is a calque of the then established term inhabited scroll, for a typical Romanesque scroll ornament with little figures or animals climbing around, the third applied to the widespread examples of initials formed partially or in total by elements of the 30
JAKOBI-MIRWALD, Text – Buchstabe – Bild, pp. 12-13. Ibid., 16 ff., cf. V. LEROQUAIS, Les psautiers manuscrits latins des bibliothèques publiques de France, vol. 1, Protat, Mâcon 1940, p. XL: «J’ai appellé initiales historiées, le lettres dont le champ est rempli par une histoire peinte [...] autrement dit, par un tableau si petit soit-il.» Cf. J. PORCHER, «Aux origines de la lettre ornée médiévale», in Mélanges E. Tisserant, Biblioteca Apostolica Vaticana, Città del Vaticano 1964 (Studi e Testi, 235), pp. 273-276: «la lettre encadrant un petit tableau au naturel» (p. 276); and J. GUTBROD, Die Initiale in Handschriften des 9. bis 13. Jh., Kohlhammer, Stuttgart 1965, pp. 33-34. 32 O. PÄCHT, Buchmalerei des Mittelalters. Eine Einführung, ed. by D. THOSS – U. JENNI, Prestel, München 19841, 20004. Engl.: Book Illumination in the Middle Ages, transl. by K. DAVENPORT, Harvey Miller, London – Oxford 1986, 19932. Ital.: La miniatura italiana. Un’introduzione, trad. a c. d. D. THOSS – U. JENNI, Bollati Boringhieri, Torino 1987. The terms concerning the initials occur on p. 77 in the German edition of 1984. 33 PÄCHT, «Buchmalerei» (see note above), p. 77; cf. JAKOBI-MIRWALD, Text – Buchstabe – Bild, pp. 20-21. 31
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scene, as encountered in some of the best-known examples of the kind, the well-known Cîteaux Moralia in Hiob34. Notwithstanding the fact that Pächt’s text was meant as a university lecture and not a prescription for manuscript cataloguing, it had the greatest impact on terminology, for the simple reason that, for a long time, it was the only readily accessible introduction to book illumination as such. The formal triad historiated—inhabited—figured has been reproduced in various terminologies35, most notably in Austria and Italy36. The problem, in my view, is that all three of these forms can transport iconographic content, i. e. be «historiated» in the more general sense of the word. A sort of rapid poll abroad yielded the result that most German and English-speaking colleagues use historiated in the general sense of «with iconographic matter», while Austrian and Italian colleagues tend to use it in the sense of «frame-like initial» as opposed to «initial constructed of figures» or «inhabited initial»37. Further confusion is generated by the question whether historiated also applies, firstly, to non-text-related, but identifiable, scenes such as the wood-cutting monks in the abovementioned Gregory manuscript, and, in second place, to initials featuring merely a single, static or indicating, figure, whether within a frame or forming the initial itself. And there seems to be a readiness to employ «figured» not in the sense of «constructed of figures», but rather «featuring a single figure». 34
Dijon, Bibliothèque municipale, mss. 169–173. The confusion around the term can be found in a nutshell in the two definitions provided by Marilena Maniaci in the Terminologia. The first concerns the term istoriato: «che rappresenta una scena, un personnaggio o un oggetto significativo, relativo o meno al testo» (M. MANIACI, Terminologia del libro manoscritto, Istituto centrale per la patologia del libro – Editrice Bibliografica, Roma 19982, p. 251). The second, however, for iniziale istoriata, runs as follows: «Iniziale contenente scene autonome della sua struttura [and I add: as opposed to the iniziale figurata] e talvolta in relazione con il testo.» (ibid., p. 320). F. MANZARI, «La rinascita dell’iniziale figurata nella miniatura gotica e la sua circolazione tra Europa e Italia settentrionale», Arte Medievale, 4, 6 (2016) 213-226, likewise points out that the fact that the two types start to overlap in Gothic initials. 36 V. JEMOLO – M. MORELLI (edd.), Guida a una descrizione uniforme dei manoscritti e al loro censimento, ICCU, Roma 1990. 37 For their quick reactions in dialogue and written form I am indebted to Marina Bernasconi, Susan L’Engle, Marilena Maniaci, Francesca Manzari, Lawrence Nees, Giulia Orofino, Joachim Ott, Martin Roland, Christine Sauer, Alison Stones and Baudouin van den Abeele. 35
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The terms in use are far from unambiguous, which has led scholars like, for instance, Giulia Orofino, to avoid the term istoriato altogether in favour of lettere con figura o con storia38, both of which are terms that occur in contemporary texts referring to book decoration. My attempt to keep the historiated term strictly to the presence of iconographic matter, and describe an initial’s form in a second set of terms causes confusion among those who are used to Pächt’s terminology.39 Apparently, the readiness to distinguish between form and content is not quite as widespread as my linguistic formation has led me to believe. The matter is still very far from being solved.
Solutions? The three cases discussed above have showcased different disturbances. The first, pen-flourishing, displayed a more or less randomly created term differing widely from language to language, hence conductive to major misunderstanding across scientific boundaries. The strange etymologies either go unreflected and simply used by the art historians, or arouse the suspicion of other scientists who take the words at their literal value. The second term was the lombard with its origin from another context of book manufacturing, resulting in a rather difficult applicability for the description of manuscripts. In the third place, we have considered the historiated initial and the subtle shift of possible meanings. What has only been hinted at is the observation that different languages frequently fail to neatly line up. This is a problem, especially considering the fact that, for instance in a manuscript catalogue or the preparation of an exhibition, scientists from different disciplines and countries are meant to cooperate. The problems are far from new, but recent developments especially in large international databases and digitizing programmes online have outlined them in harsh detail. 38 G. OROFINO, «Il catalogo dei codici decorati dell’Archivio di Montecassino», in S. MADDALO – M. TORQUATI (edd.), La catalogazione dei manoscritti miniati come strumento di conoscenza. Esperienze, metodologia, prospettive. Atti del convegno internazionale di studi, Viterbo 4-5 marzo 2009, Istituto Storico Italiano per il Medioevo, Roma 2010, pp. 93-101 (Nuovi Studi Storici, 87). I thank Giulia Orofino for her enlivening communication and insights. 39 JAKOBI-MIRWALD, «Buchmalerei», pp. 56-60.
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What is more, there is no real solution. The failure of the Germanspeaking community to accept the missing -e in Fleuronné makes one shudder at the mere thought of attempting to introduce another word, even in the abovementioned way of an alternative, for this widespread ornament. What would that be, by the way? The German word itself is far from bad. But it would be a Herculean effort —not exactly to come up with an international, probably Latin-based, word like floritura or similar for the ornament in question, but to make it palatable to English, German, Italian, French, Spanish, Belgian, etc., etc. scholars. It, and a wide array of similar words. Everyone would have to learn new words. The thought is too awful to contemplate. And this considering the fact that we actually are in possession of a lingua franca which would perfectly match our field of research, at least in theory. A language every single one of us should be familiar with. Up to one hundred and fifty years ago, manuscript catalogues were written in Latin —as were University dissertations, by the way. But these times, when there would have been a chance to actively introduce a truly international terminology comparable to the Latin-based ones of botany or medicine, have passed beyond recall. Furthermore, I suspect that even the likeable discussion contribution of a Hungarian colleague during a conference in the Eighties, who resorted to Latin, attempting —and succeding!— to make himself understood by the entire audience, would no longer be possible today. Alarmingly, Latin as an actively used language is about to join artificial languages like Esperanto, Klingon, or Quenya and Sindarin, and its presence in schools is fighting a losing battle. It is a worrying fact that in their aggressive quest for students in order to secure their own survival, the historic departments of German universities are abandoning the Latin requirement even for subjects like classical archaeology, blithely ignoring the question how scientists thus formed are supposed to conduct scientific research. The fact that Latin is not the solution for the terminology problems, however, is not a result of its waning presence in academic life —English would fare no better. The reason is the well-known conservativism of language, a fact that I have already illustrated by the failure of the renowned palaeographer Bernhard Bischoff to introduce a new and perfectly sensible term for the Roman script Capitalis Rustica40. New creations have very little hope of success. 40
JAKOBI-MIRWALD, «Die Auszeichnungsschriften», p. 112. Bischoff proposed «kanonisierte Kapitalis», deeming «rustic capitals» misleading for the actual
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In my eyes, the solution lies in a renewed and marked emphasis on science history. This special field of research may not always be properly appreciated, probably not only within art history. The curious and sometimes almost offensive strange termini merit an in-depth consideration that, if made known, can render them more acceptable, quite apart from the fact that these considerations may well yield even further insights. In other words, we must stop pretending that strange words are «normal». A coherent and logical multilingual glossary seems to be an impossible wish, even if a reduced and somewhat simplified version such as the one I offer in my book is, in fact, possible. However, it can and should never be more than a crutch —science history is not so simple. Still, this seems to be what people wish for. Once a more or less comprehensive collection of relevant words is available, they expect readymade solutions for every visual phenomenon they occur, nonwithstanding the fact that most of the terminologies on offer today are compilations and organizations of extant terms and not «prescriptions»41. My goal was to provide a short-cut to the relevant terms in use, in manuscript catalogues, seminal papers and even older guidelines. This includes ambiguities of use, abortive efforts of unification and sometimes even rather misleading terms which I hesitate to «correct» for the abovementioned reasons. And this is also why I have recently answered the question if an innocent little squiggle next to a chapter title has a name with an invitation to create one: it might meet with success, and maybe one day tadpole will actually be joining the already extant frogspawn. Which neatly takes us to the elsewhere mentioned discussion of the fibril with the brilliant, lamented J.-P. Gumbert42. When asked why he used the word for a rather frequent, tiny, wavy ornament detail (a rather apt description by the way, as I have since been assured by medical scientists canonic book script, cf B. BISCHOFF, Paläographie des römischen Altertums und des abendländischen Mittelalters, Erich Schmidt, Berlin 19862, p. 72 with n. 3 (Grundlagen der Germanistik, 24). The word met with little success. 41 JAKOBI-MIRWALD, «Beschreiben oder vorschreiben». 42 Cf. JAKOBI-MIRWALD, «Lost in Translation», p. 7, with Gumbert’s delightful comment, p. 8. In this context, mention needs to be made of the wonderful title of an exhibition in 1992: Kriezels, aubergines en takkenbossen: randversiering in Noordnederlandse handschriften uit de 15 de eeuw (tentoonst in het Rijksmuseum Meermanno-Westreenianum / Museum van het Boek, ’s -Gravenhage, 30.10.1992– 2.1.1993), ed. A. S. KORTEWEG, Walburg Pers, Zutphen 1992. Schnirpfel, indeed.
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from whose terminology it derives), his answer was as succinct as it was untranslatable: «I could have called it Schnirpfel, couldn’t I?» How better to highlight both the absurdity of some «flourish and blotts»-terms as well as the sometimes even more absurd discussions concerning them —for this wonderfully ironic answer was triggered by the adamant refusal of some senior scientists to use this term they felt obscure. On the other hand, the fact that three or four manuscript cataloguers had independently and unconsciously taken to describe a frequent detail as fibril, subsequently tracing it back to a fifth scholar, should be sufficient to show that the term is functional and explanatory, despite its anatomic origins. Just as pen-flourishing et cetera, it may be of dubious extraction, but it works. Tracing a term back to its «inventor» can, therefore, result in startling insights, see my research on M. R. James: it shows that it is almost always rewarding to trace the methods of work of an older scholar, especially if he originates from the time when discipline boundaries had not yet evolved to the dividing and excluding extent in which they form today’s university landscape. Now, a twinkle-eyed, somewhat sloppy late-nineteenth-century Cambridge don with a penchant for spooky stories isn’t always to be had. Still, one will invariably encounter questions that are still relevant and which may even lead to a rather different view of one’s object or field of research. James was enlightening in a second respect. Due to my earlier research on the terminology of display scripts43, I had already anticipated one result of the paper, namely that it is frequently the people writing manuscript catalogues who come up with the relevant descriptive terminology, usually in a rather uncoordinated, unplanned way44. This is not surprising. In preInternet, pre-prescriptions times, people who had to work their way through large corpuses of artworks with the aim of providing comprehensive descriptions could simply not afford to be fastidious, so they intuitively used whatever came their way, borrowing from other languages, disciplines 43
JAKOBI-MIRWALD, «Die Auszeichnungsschriften». Cf., in this context, A. FINGERNAGEL, «Die Beschreibung des Buchschmucks in Handschriftenkatalogen», in Katalogisierung mittelalterlicher Handschriften in internationaler Perspektive. Vorträge der Handschriftenbearbeitertagung vom 24. bis 27. Oktober 2005 in München, hrsg. von der Bayerischen Staatsbibliothek, Wiesbaden 2007, pp. 89-98 (Beiträge zum Buch- und Bibliothekswesen, 53): «Schnörkel» and «kalligraphischer Zierrat», p. 90. 44
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and crafts, creating associations and images. Attempts to organize and systemize a terminology usually don’t predate the 1970s, and by then the different terminologies had been quietly and clandestinely introduced and accepted, including all their inconsistencies. Therefore, I think that foraging for terminology in earlier manuscript catalogues could yield interesting subjects for future studies. An additional training as a linguist or language historian can be useful, but it is not compulsory. Further studies of historical sources may become necessary: for some words, such as the aforementioned florieren, one will have to probe deeper and include historical texts such as library catalogues, inventories or commissions, as well as technological literature such as the liber illuministarum. Who was it, then, who recurred to metalwork when describing the penflourishing in Italian and French literature? In which direction did the loan go? Who came up with pen-flourishing itself, and were the early cataloguers —I am still suspecting them— really so easily pleased and did not feel the urgent need for a better word? What makes the German language lack a word for opening or apertura of a book? How, when and where exactly did the word miniature —in the sense of book illumination— originate, and how does the term relate to the other meaning of the word, loosely related to diminutive45? Speaking of illumination: what about that itself?
Conclusion There is work to be done, and it must be done for three reasons. First: a consistent and plausible terminology is needed, and if extant terms cannot be corrected, at least they can be explained. Second: a complacent and haughty insistence on terminological idiosyncrasies which exclude neighbouring disciplines is not called for. The use of words that other scientists find offensive to the point of avoiding them is an alarm signal. Therefore, information on the genesis and history of any term should be so readily available that everybody can find out why and how it is used. In some cases even an alternative next to an established, but offensive term may be in order. Finally, the third aspect is translation. The failure of a language to come up with an exact translation is not an oddity, but part of 45
See above, notes 11 and 2.
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the system that has to be described and explained; it will yield insights into one’s own science history. All these difficulties nonwithstanding, it remains our duty to avail ourselves of a descriptive language that can not only be reasonably taught, but, if possible, made palatable to all scholars working on the same objects, in whatever language and discipline. An insufficient term, a perplexed colleague, or a missing translation should exhort us to do some research. We will probably never get a nice and easy multilingual, unambiguous and consistent terminology. But consistent work on something approaching it, keeping all the mentioned observations in mind, and making use of all the methods of association, explanation and borrowing we know from the past, we may just get something not unlike it. One of these strategies may serve as a conclusion. Borrowing is one of the more feasible methods for coining terms —and the German version of Harry Potter, which offers a plethora of more or less happy translations for Rowling’s names, leaves Flourish and Blotts in English.
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MARINA BERNASCONI REUSSER* LE BIBLIOTECHE DIGITALI INFLUENZERANNO IL MODO DI DESCRIVERE I MANOSCRITTI MINIATI? L’ESPERIENZA DI E-CODICES
Introduzione Negli ultimi decenni l’offerta di riproduzioni, parziali o complete, di manoscritti medievali è enormemente aumentata. Queste riproduzioni sono per la maggior parte presentate in biblioteche digitali1, dove vengono accompagnate da metadati descrittivi. Questa serie strutturata di informazioni si suddivide sostanzialmente in due tipi: quelli cosiddetti «nativi digitali», e le informazioni convertite da originali cartacei, gestiti e catalogati elettronicamente. Spesso variegati nella qualità e nella quantità, essi spaziano dalle informazioni di base – che si limitano al luogo di conservazione, alla segnatura, alle dimensioni e alle misure – a descrizioni più estese che comportano una descrizione approfondita del contenuto e dell’aspetto fisico del codice. e-codices è una di queste biblioteche digitali, e dal 2005 digitalizza e pubblica online i manoscritti medievali, ed una scelta di quelli moderni, provenienti dalle biblioteche di tutte le regioni della Svizzera. Nel corso degli ultimi anni, quale redattrice dal 2009 di questa biblioteca virtuale, e storica della miniatura di formazione, ho avuto l’occasione di confrontarmi con numerosi fruitori di questa risorsa numerica, sia semplici utenti che catalogatori e specialisti del manoscritto. Ho inoltre potuto visionare moltissime immagini di manoscritti e confrontarle con le rispettive descrizioni. Ciò mi ha consentito di appurare il potenziale che questo ampio materiale può offrire agli studiosi dell’evoluzione del linguaggio dell’arte, specialmente della terminologia specifica dei manoscritti e della loro decorazione. * Università di Friburgo (CH), Freiestrasse 35, 8952 Schlieren (CH). marina. [email protected] 1 Sulla definizione di biblioteca digitale si veda per es. A. M. TAMMARO, «Che cos’è una biblioteca digitale?», DigItalia, 1 (2005) 14-15, consultabile all’indirizzo http://digitalia.sbn.it/article/view/325/215 (15.02.2018).
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Nel presente contributo intendo quindi proporre alcune tracce di indagine, ma soprattutto una serie di strumenti che favoriscano un uso ottimale delle potenzialità di ricerca che una banca dati come e-codices può offrire, pur essendo nello stesso tempo coscienti sia dei vantaggi che dei limiti posti dal plurilinguismo di questa biblioteca virtuale. Da ultimo vorrei condividere delle riflessioni riguardanti un’evoluzione che è già possibile rilevare nella maniera di descrivere gli apparati decorativi dei manoscritti miniati, sia da un punto di vista strutturale che contenutistico.
La biblioteca virtuale e-codices Brevemente, occorre ricordare i criteri che e-codices2 segue per la realizzazione dei metadati che affiancano le immagini dei singoli documenti che entrano a far parte della biblioteca digitale. Ogni manoscritto viene pubblicato online accompagnato da una descrizione breve, che viene redatta dai bibliotecari e responsabili delle rispettive istituzioni o dal team di e-codices, e che si trova nella pagina «Visione d’insieme» del manoscritto (fig. 1). Contiene le informazioni riguardanti le caratteristiche principali, in alcuni casi le più attuali, del codice, e viene tradotta in quattro lingue. Questa descrizione breve, o sommario, è introdotta dal titolo, dal secolo, dalle dimensioni, dal formato, eventualmente dal luogo di origine, ed è accompagnata da una foto rappresentativa del codice. Mentre la maggior parte dei manoscritti moderni è pubblicata unicamente con questo sommario, quasi tutti quelli di epoca medievale sono affiancati da una, a volte da due o anche più, descrizioni scientifiche, delle quali la più completa appare quale «Descrizione standard», e le altre come «Descrizione aggiuntiva»3 (fig. 2). La scelta di queste descrizioni è 2
Nato come progetto pilota in collaborazione con la biblioteca abbaziale di S. Gallo, grazie al sostegno di fondazioni sia svizzere che estere si è sviluppato nel corso degli anni. Quale biblioteca virtuale offre libero accesso a collezioni pubbliche ma anche private. Viene aggiornata quattro volte l’anno, e i nuovi documenti accessibili sono consultabili alla voce «Novità» (https://www.e-codices.unifr.ch/it/list/all/ LastUpdate). 3 Si veda il caso del Cod. 540 (San Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 540), un lezionario dell’inizio del XVI secolo pubblicato con ben quattro descrizioni, delle
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lasciata alle biblioteche proprietarie del manoscritto o, nel caso di piccole istituzioni, operata all’interno del team di e-codices. Lo scopo è quello di mettere in rete, per quanto possibile, tutte le descrizioni pubblicate di un manoscritto. Alcune di queste possono quindi risalire alla fine dell’Ottocento, ed essere a tutt’oggi le uniche a disposizione per quei codici4.
Fig. 1. Pagina con «Visione d’insieme».
quali la standard è tratta dal catalogo moderno del fondo della biblioteca, e le tre aggiuntive provengono dal vecchio catalogo ottocentesco dello Scherrer (G. SCHERRER, Verzeichniss der Handschriften der Stiftsbibliothek von St. Gallen, Buchhandlung des Waisenhauses, Halle 1875), dal catalogo dei manoscritti datati della Svizzera, e da una pubblicazione dedicata alla miniatura del XVI sec. in Svizzera (https://www.e-codices. unifr.ch/it/searchresult/list/one/csg/0540). 4 È il caso per esempio del catalogo della biblioteca del monastero di Engelberg di P. Benedictus Gottwald pubblicato nel 1891 (B. GOTTWALD, Catalogus Codicum Manu Scriptorum qui asservantur in Bibliotheca Monasterii O.S.B. Engelbergensis in Helvetia, Freiburg im Breisgau 1891).
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Fig. 2. Manoscritto pubblicato con quattro descrizioni scientifiche.
e-codices punta molto però anche sulla collaborazione con il mondo dei ricercatori, e per questo motivo favorisce quanto possibile la produzione di descrizioni nuove, appositamente redatte per esservi pubblicate in forma elettronica. I contatti con gli studiosi vengono stabiliti dal nostro team o dalle biblioteche proprietarie dei codici, ma molti sono nati tramite il lancio di tre Call for collaboration. Gli studiosi potevano cioè richiedere la digitalizzazione – finanziata da e-codices e previo accordo della biblioteca – di un codice di grande interesse per i loro studi, e impegnarsi a fornire una descrizione scientifica aggiornata del manoscritto5. In questo modo,
5
Il Call for collaboration del 2009 ha portato a 97 richieste da parte di 33 studiosi, quello del 2013 a 137 richieste da parte di 55 studiosi e quello del 2015 a 91 richieste da parte di 36 studiosi. Le informazioni riguardanti i tre Call e la lista dei manoscritti
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e tramite altri contatti personali o collaborazioni con altri progetti, dal 2006 all’inizio del 2019 ci è stato possibile pubblicare più di 750 nuove descrizioni scientifiche in varie lingue, dall’inglese, al tedesco, francese e italiano6. Le descrizioni vengono convertite in uno speciale formato XML compatibile con le direttive fissate dalla TEI, la Text Encoding Initiative per la presentazione elettronica delle descrizioni di manoscritti (TEI-P5). Ciò consente la interoperabilità con altri progetti di digitalizzazione, con motori di metaricerca o con altri portali7. La strutturazione dei metadati secondo questo standard inoltre, accompagnata dall’inserimento di appositi marcatori e di valori di attributi, consente sia una ricerca nel testo integrale oppure puntuale per autore, titolo dell’opera, incipit, explicit o decorazione. In questo formato vengono inseriti i links, cioè i collegamenti diretti alle immagini.
Materiali per lo studio dell’evoluzione del linguaggio dell’arte: gli antichi cataloghi di S. Gallo Tra il molto materiale disponibile in e-codices, e forse ancora poco conosciuto, vi sono gli inventari e i cataloghi della biblioteca abbaziale di S. Gallo8, da qualche anno consultabili integralmente. La storia della catalogazione a S. Gallo dal IX al XIX secolo è già stata scritta, e si può leggere nell’introduzione di Johannes Duft al primo volume pubblicati tramite questo progetto sono consultabili nella pagina «Informazioni» alla voce «Sottoprogetti conclusi» (https://www.e-codices.unifr.ch/it/about/completed). 6 Una lista delle descrizioni scientifiche redatte appositamente per e-codices è consultabile nella pagina «Informazioni» alla voce «Descrizioni scientifiche dei manoscritti» (https://www.e-codices.unifr.ch/it/about/descriptions). L’elenco delle descrizioni pubblicate unicamente in forma elettronica è ottenibile aprendo nel menu a tendina la faccetta «Descrizioni» e usando il filtro «Tipo di pubblicazione», «non a stampa». 7 Una lista delle collaborazioni con altri portali, sia nazionali che internazionali, è consultabile nella pagina «Informazioni» alla voce «Collaborazioni con altri portali» (https://www.e-codices.unifr.ch/it/about/mss_portals). 8 La biblioteca del monastero di S. Gallo è una delle più antiche biblioteche monastiche del mondo, nonché la parte più importante del patrimonio mondiale dell’UNESCO nell’area abbaziale di S. Gallo. Essa conserva 2’100 codici, la metà dei quali di epoca medievale, che documentano l’attività culturale del monastero dal VII
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dei moderni cataloghi della biblioteca9, dove sono elencati e descritti tutti gli inventari e i cataloghi di questa importante raccolta libraria dal medioevo all’epoca moderna. La maggior parte di questi, tra i quali alcuni ancora inediti, è accessibile in e-codices alla segnatura corrispondente10, e si può trovare selezionando la biblioteca «St. Gallen Stiftsbibliothek» e inserendo nella finestra di ricerca la parola «Catalogo», «Katalog», «Catalogue» o «catalog». Scegliendo nella finestra «Ordinare per» l’opzione «Rilevanza», oppure «Epoca di origine», è possibile migliorare l’ordine di apparizione dei risultati. I primi elenchi dei volumi presenti nell’abbazia risalgono al medioevo e, da tempo pubblicati dal Lehmann nell’MBK11, sono già stati ampiamente sfruttati dalla ricerca. Il più antico risale al IX secolo e si conserva nel Cod. Sang. 72812 (fig. 3): le indicazioni sui singoli codici sono molto scarne e si limitano al contenuto, e talvolta al formato. Sicuramente più interessanti sono i cataloghi settecenteschi della biblioteca, attraverso i quali è possibile studiare l’accrescersi del fondo librario ma anche seguire l’evoluzione delle tecniche di catalogazione. Concentrandosi su alcuni dei codici più preziosi, è possibile seguire nel tempo l’evoluzione della loro descrizione, la diversa attenzione riservata alla decorazione di questi volumi, e la terminologia utilizzata per descriverla.
secolo fino alla parziale soppressione avvenuta nel 1805, che non ha però comportato uno spostamento dei volumi. Il nucleo più importante della collezione è costituito dai manoscritti carolingio-ottoniani (dall’VIII fino all’XI secolo), di cui una buona parte prodotti nella abbazia stessa, e che vi si trovano ormai da mille anni. 9 J. DUFT, Die Handschriften der Stiftsbibliothek St. Gallen. Codices 1726-1984, Stiftsbibliothek St. Gallen, St. Gallen 1983, pp. 9*-99*. 10 I cataloghi hanno una segnatura identica a quella degli altri manoscritti: Cod. Sang. seguito da un numero. 11 Ed. P. Lehmann, Mittelalterliche Bibliothekskataloge Deutschlands und der Schweiz, Bd. 1. Bistümer Konstanz und Chur, Beck’sche Verlagsbuchhandlung, München 1918, pp. 71-82. 12 Contiene l’elenco dei «Libri Scottice scripti» e il «Breviarium librorum de coenobio sancti Galli confessoris», ma mancano i codici liturgici e quelli utilizzati per l’insegnamento (https://www.e-codices.unifr.ch/it/searchresult/list/one/csg/0728).
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Fig. 3. Il più antico elenco dei manoscritti di S. Gallo (S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 728, p. 5).
Il primo in ordine cronologico di questi più recenti inventari è il Cod. Sang. 1280 (pp. 7-121) di padre Hermann Schenk13, risalente all’epoca intorno al 1700. Oltre all’autore, al titolo e all’incipit, lo Schenk introduce talvolta indicazioni sulla datazione, il copista, la scrittura e alcune specificità del codice 13
Padre Hermann Schenk (1653-1706) fu vice archivista (1678) e dal 1680 bibliotecario a S. Gallo, cfr. Dizionario storico della Svizzera (http://www.hls-dhs-dss. ch/textes/i/I26141.php).
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(fig. 4). Il Salterio aureo (Cod. Sang. 22)14, uno dei manoscritti più famosi dell’epoca d’oro del monastero, viene così descritto: Psalterium Davidis aureis characteribus conscriptum, folium. Padre Schenk ritiene di dover rimarcare la scrittura in inchiostro dorato ma non la presenza delle numerose miniature che rende questo codice uno dei capolavori della miniatura carolingia.
Fig. 4. La descrizione del Salterio aureo nel catalogo di padre Schenk del 1700 ca. (S. Gallo. Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 1280, p. 80) 14
S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 1280, p. 80, erroneamente indicato col numero 21 (https://www.e-codices.unifr.ch/it/csg/1280/80/0/Sequence-744).
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I Cod. Sang. 1400 e 1401, redatti nel 1755-1759 da padre Pius Kolb, rappresentano il primo buon repertorio dei codici sangallesi. Il Kolb divide i manoscritti in classi, identifica gli autori dei testi, propone una datazione e, nel caso di codici miniati, introduce delle specifiche osservazioni. Riguardo al Salterio di Folchart (Cod. Sang. 23), l’altro grande capolavoro dello scriptorium sangallese, egli osserva: Psalterium aliud vere elegantissimum... littera psalterii initiales et cubitales non solum ab auro fulgens, et argento, sed et ad omnem artem ducta sunt, cum plurima intuentium admiratione. Litania autem, qua psalterium procedunt, in membrana purpurea aureis ex una, ex altera parte argenteis litteris decore scripta sunt15 (fig. 5).
Fig. 5. Una delle pagine con le litanie del Salterio di Folchart (S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 23, p. 7).
15
S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 1400, pp. 63-64 (https://www.e-codices. unifr.ch/it/csg/1400/63/0/Sequence-750).
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Nel 1827 Ildefons von Arx16 allestì un nuovo catalogo (Cod. Sang. 1402), dove vennero utilizzate per la prima volta le segnature attuali dei codici. Le informazioni sono organizzate in colonne su due pagine a fronte: nell’ultima a destra trovano posto le indicazioni riguardanti il copista, la scrittura, il materiale, la legatura ed i precedenti possessori, ma ancora poco o niente si può leggere sulla decorazione. Nel caso del Salterio aureo, il bibliotecario annota: Tituli psalmorum in margine stilo scripti apparent. Picturae multiplices, mentre per il salterio di Folchart: Codex scriptura solida et majuscula abs Folchardo pulcherrime scriptas, in primis lytaniae, quae in membrana purpurea, auro et argento nitide exaratae sunt, et litterae initiales17 (fig. 6).
Fig. 6. Il catalogo di Ildefons von Arx con la descrizione del Salterio aureo e del Salterio di Folchart (S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 1402, pp. 4-5).
16 Padre Ildefons von Arx (1755-1833), dopo aver ricoperto vari incarichi anche politici, nel 1834 fu nominato bibliotecario abbaziale, cfr. Dizionario storico della Svizzera (http://www.hls-dhs-dss.ch/textes/i/I25833.php). 17 Entrambi a p. 5 (https://www.e-codices.unifr.ch/it/doubleview/csg/1402/4/ Sequence-1473).
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Ovviamente non si tratta che di pochi esempi che vogliono essere uno stimolo a delle ricerche più sistematiche ed approfondite.
Strumenti di ricerca in e-codices Uno degli indubbi vantaggi offerti da e-codices è quello di offrire una riproduzione completa dei codici che vengono messi online, che comprende quindi tutte le pagine, anche quelle bianche, e tutti i tagli del codice. Non solo sono messi a disposizione integralmente codici miniati di cui finora erano riprodotte solo poche pagine – solitamente quelle ritenute essere le più importanti – ma anche una grande quantità di manoscritti che presentano una decorazione limitata. Tra questi, la maggior parte contiene delle semplici iniziali decorate a pennello, a carattere vegetale, o a penna, con decorazione filigranata. Una così grande quantità di materiale di confronto è senza dubbio di grande aiuto ai catalogatori per la localizzazione e datazione di codici che spesso non offrono altri elementi di datazione interni al testo. Ma quali sono gli strumenti di ricerca che permettono di sfruttare al meglio questo grande corpus di immagini, e a cosa bisogna prestare attenzione per ottenere i migliori risultati possibili nella sua esplorazione? Da tempo la pagina si è dotata di filtri e faccette combinando i quali è possibile restringere la ricerca ed ottenere dei risultati puntuali. La prima opzione, e la più semplice, è quella di aprire la finestra «Miniato» e, scegliendo l’opzione «Si», ottenere una lista dei manoscritti che presentano una qualche decorazione, talvolta anche molto semplice18. Selezionando poi, sempre tramite le apposite faccette, singole biblioteche o i secoli, è possibile circoscrivere ulteriormente i risultati19. Da poco è inoltre possibile utilizzare la faccetta «Decorazione», che suddivide i manoscritti a seconda della tipologia (per es. figurativa o ornamentale), della posizione (piena pagina, iniziale, margine ecc.) e della tecnica utilizzata (a pennello, a penna, disegno acquarellato ecc.). 18 È la redazione scientifica, utilizzando quale criterio minimo la presenza di iniziali con semplici decorazioni a penna, ma anche disegni o schemi, che inserisce i manoscritti in questa categoria. 19 Utilizzando unicamente l’opzione «Si» nella faccetta «Miniato» si ottengono al momento 1’211 documenti su 2’214 online (stato aprile 2019).
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Per realizzare delle ricerche di tipo iconografico, o su determinate forme decorative, occorre invece inserire la parola richiesta nella finestra di ricerca. Se si utilizza l’opzione «Testo integrale», il programma cercherà in tutti i metadati – quindi sia nelle descrizioni brevi che in quelle scientifiche – limitando però la qualità dei risultati ottenuti. Utilizzando l’opzione «Decorazione», la ricerca verrà circoscritta alla sezione dedicata alla decorazione nelle descrizioni scientifiche codificate in XML20. Inserendo ad esempio la parola «Kreuzigung» per cercare miniature nelle quali sia rappresentata la Crocifissione, si ottiene non solo l’elenco di 37 manoscritti ma la relativa immagine della pagina nella quale vi è questa raffigurazione, ciò che permette di controllare immediatamente se le occorrenze ottenute corrispondano a ciò che si sta cercando. Ripetendo la ricerca con il termine «Crocifissione» al contrario, non si ottengono risultati, segno che non ci sono descrizioni in lingua italiana che contengano questo termine, mentre usando quello francese/inglese «Crucifixion» si otterranno altri 16 documenti, dei quali 15 in francese e uno in inglese. Un esempio significativo è fornito dalla tipologia delle iniziali filigranate, sicuramente ben rappresentata nella biblioteca virtuale e-codices. Ma come ottenere una visione il più completa possibile dei manoscritti che presentano questo diffusissimo tipo di decorazione? Cercando in «Testo integrale» la parola «fleuronnée» – da usare con una sola «e» finale per migliorare i risultati – si ottengono 125 documenti. Restringendo la ricerca alla «Decorazione» se ne avranno 103. Per avere degli ulteriori risultati occorrerà cercare utilizzando i termini «filigran» - così da includere anche la parola francese e italiana - e «Fleuron», termine talvolta utilizzato in area tedescofona per questo tipo di iniziali. Che i risultati ottenuti siano condizionati dalla lingua nella quale sono state redatte le descrizioni è dovuto al fatto che per il momento e-codices non ha ancora implementato l’utilizzo di un vocabolario controllato e standardizzato per codificare in XML la parte dedicata alla decorazione. L’introduzione dell’uso di un simile thesaurus non sarà però sufficiente se gli autori delle descrizioni per primi non fanno un uso corretto e coerente della terminologia storico-artistica21. Non è infatti possibile, utilizzando 20
Ulteriori opzioni per migliorare la qualità dei risultati sono illustrate in una apposita finestra che si apre cliccando sul simbolo «?». 21 Gli sforzi nella direzione dell’uso di una termologia uniforme non mancano; si veda il glossario plurilingue (D, E, F, I) offerto da Ch. JAKOBI-MIRWALD, Buchmalerei.
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unicamente gli strumenti di ricerca a disposizione, individuare manoscritti nei quali le iniziali filigranate siano sì presenti, ma non siano descritte come tali. Quale esempio si può citare il codice Bodmer 12, degli inizi del XV secolo, contenente un volgarizzamento del De civitate Dei di Agostino22, adorno di un frontespizio riccamente miniato con un fregio vegetale sui quattro lati e di iniziali vegetali all’inizio di ognuno dei ventidue libri nei quali è suddivisa l’opera. Le iniziali alternate rosse e blu con filigrana, che introducono i singoli capitoli, nella descrizione vengono definite come «iniziali di capitolo alternativamente in rosso con entrelacs blu e in blu con entrelacs rossi», utilizzando quindi una terminologia che di fatto le sottrae alla ricerca (fig. 7). Per risolvere questa «fluidità» nell’utilizzo dei termini storico-artistici, in futuro sarà forse necessario offrire nello schema di catalogazione online un vocabolario multilingue corredato da esempi di immagini, nel quale occorra scegliere il termine, opportunamente indicizzato, che corrisponde a ciò che si deve descrivere.
Plurilinguismo Non è unicamente l’assenza di un vocabolario standardizzato a condizionare i risultati degli strumenti di ricerca messi a disposizione da e-codices. Un altro fattore importante è dato dal plurilinguismo di questa biblioteca virtuale, che rispecchia la presenza in Svizzera di più di una lingua ufficiale. Se da una parte questo plurilinguismo può costituire un ostacolo alla ricerca, dall’altra offre abbondante materiale per effettuare studi comparativi sull’uso della terminologia storico-artistica nelle varie aree linguistiche. A questo proposito è interessante il caso del termine «bianchi girari», che definisce quel tipo di decorazione che ebbe origine nei primi decenni del XV secolo a Firenze, per poi espandersi in tutta Italia. Esso si caratterizza per l’uso di iniziali che riprendono le capitali classiche, attorno a cui si Terminologie in der Kunstgeschichte, in collab. con M. ROLAND, Reimer, Berlin 20083 e 20154; si segnala inoltre la versione svedese: Medeltida bokmåleri. Illustrerat konstistoriskt lexikon, till svenska av P. ÅSTRÖM, Signum, Stockholm 2012. 22 Cologny, Fondation Martin Bodmer, Cod. Bodmer 12 (https://www.e-codices. unifr.ch/it/description/fmb/cb-0012/Allegretti).
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avvolgono dei tralci vegetali risparmiati – da cui il nome «bianchi» – su di un fondo di vari colori, all’inizio prevalentemente blu e in seguito anche rosso o verde23.
Fig. 7. Iniziali filigranate nel codice Bodmer 12 della Fondation Martin Bodmer di Cologny.
23 I due più importanti contributi riguardanti la genesi di questo tipo di iniziali sono di O. PÄCHT, «Notes and observations on the origin of humanistic book-decoration», in F. SAXL, A volume of Memorial Essays, Nelson, London 1957, pp. 184-194 e in seguito di M. CECCANTI, «Proposte per la storia dei primi codici umanistici a bianchi girari», Miniatura, 5/6 (1996) 11-16.
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Dopo aver circoscritto con l’apposito filtro la ricerca ai codici miniati, limitata la ricerca in «Decorazione», e aver inserito nell’apposito spazio la parola «bianchi girari», si ottengono 15 documenti nei quali questo termine viene utilizzato nella parte della descrizione codificata in XML come . È un buon risultato ma non significa in alcun modo che siano stati trovati tutti i codici con questo particolare tipo di iniziali presenti in e-codices. Ripetendo l’operazione nel campo «Testo integrale» si ottengono 18 documenti. I nuovi cinque documenti che si aggiungono alla prima scelta sono stati reperiti perché presentano questa definizione non nella sezione dedicata alla decorazione ma nella descrizione breve, cioè nella parte tradotta nelle varie lingue. Evidentemente gli autori di questi sommari, diversi da quelli della descrizione, hanno fatto uso di questa terminologia più corretta24. Oppure nella versione originale del riassunto è stato utilizzato il termine tedesco «Weissrankeninitiale», che nel riassunto italiano è stato correttamente tradotto con «bianchi girari»25. Per avere infine la certezza di reperire tutti i manoscritti che presentano questo tipo di iniziali, occorrerà rilanciare la ricerca con il termine francese «entrelac» nel campo «Decorazione»26, ciò che permetterà di aggiungere alla lista il Cod. Bodmer 186, dove non si fa uso del termine «bianchi girari» né nel riassunto né nella descrizione. Un ultimo esempio che ribadisce come il mancato uso di una terminologia uniforme che possa nascondere alla ricerca un importante testimone di questo tipo di iniziali è dato dal codice 298 della Biblioteca Vadiana di S. Gallo, un precoce manoscritto in scrittura umanistica contenente la Cronaca di Eusebio (1410 ca.) (fig. 8). Nella descrizione viene 24 È il caso dei mss. Cologny, Fondation Martin Bodmer, Ms. Bodmer 39 (https:// www.e-codices.unifr.ch/it/searchresult/list/one/fmb/cb-0039) dove addirittura la descrizione di queste belle iniziali è molto generica («iniziale decorata in oro su sei righe per il primo capitolo, su cinque righe per i capitoli seguenti...»), o del Ginevra, Bibliothèque de Genève, Ms. lat. 172 (https://www.e-codices.unifr.ch/it/searchresult/ list/one/bge/lat0172) dove il termine corretto è utilizzato nella descrizione breve mentre nella descrizione lunga si parla di «rinceaux». 25 È il caso dei codici S. Gallo, Kantonsbibliothek, Vadianische Sammlung, VadSlg Ms. 307 e S. Gallo, Stiftsbibliothek, Cod. Sang. 850. 26 Se si usa il termine francese «entrelac» occorrerà restringere la ricerca al XV secolo per evitare tra le risultanze i codici altomedievali con le caratteristiche iniziali a intreccio.
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usato il termine «Weissrankeninitialen» (nel 2009) mentre nella descrizione corta, dove questo termine sarebbe stato tradotto in «bianchi girari» e quindi ricercabile, non si fa accenno alla decorazione, nonostante questo codice costituisca uno dei più precoci esempi dell’uso di questo nuovo tipo di iniziali. La funzione di ricerca lo trova solo perché nella bibliografia che completa la scheda descrittiva viene menzionato un articolo di Melania Ceccanti nel cui titolo figurano le due parole «bianchi girari»27!
Fig. 8. Precoce esempio di iniziali a bianchi girari nel cod. 298 della Biblioteca Vadiana (S. Gallo, Kantonsbibliothek, Vadianische Sammlung, VadSlg Ms. 298).
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Vedi n. 23.
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Dalla catalogazione cartacea a quella per il web In conclusione, vorrei formulare alcune prime osservazioni su di un cambiamento che mi sembra in atto nel modo di affrontare la descrizione dell’apparato decorativo di codici miniati che ho avuto modo di constatare nel corso degli anni quale redattrice scientifica di e-codices e nel lavoro di codifica in XML, e che potrebbe essere influenzato dalle diverse modalità di pubblicazione messe a disposizione dalle biblioteche digitali. Come già ricordato, al momento e-codices pubblica più di 750 descrizioni, per la maggior parte redatte appositamente per essere pubblicate online, o per le quali sono state riprese e aggiornate descrizioni da tempo pubblicate. Non esistono dei criteri di redazione prestabiliti analoghi a quelli forniti dalle riviste o dalle case editrici. Solitamente gli studiosi compilano la descrizione in un formato Word che, una volta codificata in XML e arricchita dei linguaggi di marcatura e dei links alle immagini, apparirà sullo schermo in una struttura che rispecchia quella che ci è famigliare dalla tradizione catalografica cartacea, dove in una serie di «voci» viene presentata la descrizione esterna del codice, quella del contenuto, della sua storia e la bibliografia. Al contrario che per i testi preparati per le pubblicazioni a stampa, non esistono limitazioni di spazio dovute ai relativi costi della pubblicazione cartacea. Il testo è disposto a piena pagina, ed è possibile fare ampio uso di liste, colonne, tabelle, spazi interlineari ecc. Se nel caso di descrizioni frutto di recupero di cataloghi cartacei già pubblicati, la strutturazione viene operata a livello di codifica in XML, nel caso di nuove descrizioni scientifiche sono gli autori stessi, come abbiamo avuto modo di osservare, ad orientarsi sempre più spesso verso questo tipo di disposizione del testo. Soffermandoci sulla sezione dedicata alla descrizione della decorazione, la tendenza in atto, soprattutto da parte di studiosi che, pur non essendo specialisti di miniatura, si trovino a dover descrivere codici riccamente miniati, è quella di ricorrere sempre più frequentemente all’uso di liste e tabelle. Tra i molti esempi presenti in e-codices si cita quale esempio la descrizione della decorazione del Fisiologo latino della Burgerbibliothek di Berna (Cod. 318), nella quale vengono elencate, seguendo l’ordine delle pagine, le 35 bellissime illustrazioni, delle quali ci si limita a indicare il
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soggetto28 (fig. 9) o, della stessa biblioteca, quelle del Liber ad honorem Augusti di Pietro da Eboli29.
Fig. 9. L’elenco delle illustrazioni del Fisiologo latino (Berna, Burgerbibliothek, Cod. 318).
Sempre adottando un analogo schema, il catalogatore della stessa biblioteca ha risolto il problema del paragrafo relativo alla descrizione – costituita da più di 600 illustrazioni – delle immagini presenti nei volumi contenenti le Cronache svizzere di Diebold Schilling, questa volta 28
Bern, Burgerbibliothek, Cod. 318 (https://www.e-codices.unifr.ch/it/ description/bbb/0318). 29 Bern, Burgerbibliothek, Cod. 120 II (https://www.e-codices.unifr.ch/it/ description/bbb/0120-2).
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organizzandole in una tabella30. In entrambi i casi l’estrema concisione della descrizione è compensata dalla presenza dei links, che permettono di accedere immediatamente alle immagini.
Fig. 10. Descrizione della decorazione della Bibbia miniata di Sion (Sion, Archives du Chapitre, Ms. 12, vol. I).
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Bern, Burgerbibliothek, Mss.h.h.I.1, Mss.h.h.I.2, Mss.h.h.I.3 e Mss.h.h.I.16 (per es. per il primo volume https://www.e-codices.unifr.ch/it/description/bbb/Msshh-I0001/).
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Paradigmatico il confronto con la descrizione che accompagna il primo volume di una Bibbia del XII secolo dell’Archivio capitolare di Sion, redatta da una storica dell’arte31 (fig. 10). In questo caso la studiosa, fedele ad uno schema descrittivo proprio degli storici della miniatura, suddivide l’apparato decorativo nelle sue diverse componenti gerarchiche, e non seguendo la successione delle carte. Optando per questo tipo di struttura la studiosa sceglie una lettura critica e storico-artistica dell’apparato decorativo del codice, costringendo però il lettore a percorrere l’intero paragrafo dedicato alla decorazione per individuare i links che gli permettano di visionare le immagini e di verificare l’interpretazione offerta dalla studiosa. Questa possibilità tecnica offerta dalle biblioteche digitali – e ampiamente sfruttata da e-codices – di rinviare direttamente alle carte o alle pagine corrispondenti nelle quali si trova l’elemento descritto, potrebbe costituire in futuro un fattore di cambiamento di approccio nella compilazione della scheda catalografica soprattutto dei manoscritti miniati. Costituirà sicuramente un vantaggio in termini di tempo, accorciando notevolmente quello necessario per la descrizione di codici particolarmente complessi dal punto di vista decorativo, e la cui descrizione sarà pure alla portata, o sarà affrontata senza particolari remore, anche da non specialisti di miniatura. La possibilità poi di attingere direttamente ad un vocabolario normalizzato messo a disposizione dalla biblioteca digitale dovrebbe migliorare notevolmente la ricercabilità. La descrizione della miniatura raffigurante i simboli dei quattro evangelisti sovrastata dalla mano di Dio tratta dal catalogo di Otto Homburger32 del 1962, che illustra i vangeli in un codice del secolo IX forse di Fleury della Burgerbibliothek di Berna (Cod. Bern. 348, c. 8v), e che oggi si legge in e-codices33: Darstellung der Hand Gottes und der vier Evangelistensymbole (94 x 42 mm). Die Reihe der Bogenstellungen mit zwei Interkolumnien wird auf der letzten Seite dieser Lage fortgesetzt; der Umfassungsbogen ist ähnlich, wenn auch sorgfältiger behandelt als 31 Sion, Archives du Chapitre, Ms. 12, vol. I, Bibbia di Valère (https://www.ecodices.unifr.ch/it/description/acs/0012/Mariethoz). 32 O. HOMBURGER, Die illustrierten Handschriften der Burgerbibliothek, Bd. 1, Burgerbibliothek, Bern 1962, pp. 50-55. 33 Bern, Burgerbibliothek, Cod. 348 (https://www.e-codices.unifr.ch/it/ description/bbb/0348).
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auf f. 5v und f. 6r. Vor allem fällt auf, dass auf der rechten Seite der pastos aufgesetzten weissen Blüten ein rötlicher Halbschatten angegeben ist. Der antike Charakter der Basen und der korinthischen Kapitelle, deren leicht eingezogene Deckplatten durch eine Art Rosetten verziert sind, tritt durch den Auftrag der Lichter wieder deutlicher zutage; ebenso übertrifft die Perlschnur, die den beiden untergeordneten Bögen auf der Grenze zweier rötlicher Farbzonen entlangläuft, die vorausgehenden Musterungen an Exaktheit der Form und Proportion. Im tiefblau getönten Zwischenraum der Interkolumnien erscheinen über helleren Wolkenbänken die vier nimbenlosen Symbole der Evangelisten: links in Vorderansicht das Brustbild des Engels, darunter, nach rechts gewandt, der Löwe, symmetrisch ihm gegenüber der Stier und darüber, in voller Figur, der Adler, auf einer Rolle stehend; die drei anderen halten rote Bücher. Ein mit Kürzungsstrich versehener Kapitalbuchstabe gibt jeweils den Namen des Evangelisten an. Im von den drei Bögen gebildeten Kreisausschnitt steigt vom Schnittpunkt der kleineren Bögen aus eine geöffnete, von innen gesehene Hand auf, deren Daumen leicht abgespreizt ist. Diese feinfühlig gezeichnete, aus purpurbraunem Ärmel hervorschauende Hand ist fleischfarben getönt und durch Auftrag weisser Lichter und dunklerer Töne modelliert. Handfläche und Finger sind auf der linken, belichteten Seite rötlich, auf der rechten schwarzbraun konturiert. Der grauockergelbe Grund wird von leicht geschwungenen, rosaroten oder hell- und dunkelblauen Farbstrichen belegt, die mit dem Pinsel breit aufgetragen sind [...]. Zur Gestaltung der Evangelistensymbole sei hervorgehoben, dass die Flügel [...] jeweils in drei Teile geschieden sind, die getrennt am Körper ansetzen, und dass sie mit Augen übersät sind (Apoc. 4,6; 4,8). Die aufrechte Hand, die dextera Domini [...]. Darin, dass man verzichtet hat, die heiligen Personen im Bild wiederzugeben, stimmt unsere vermutlich im Kloster Fleury ausgeführte Miniatur überein mit dem Apsismosaik im nahen Germigny-des-Prés, der Pfalzkapelle des Westgoten Theodulf, des damaligen Bischofs von Orléans und Abts von Fleury, dem die Abfassung der bilderfeindlichen libri Carolini zugeschrieben wird. Für ihn ist vermutlich unser Evangelienbuch, das wie ein Abglanz der antikisierenden Werkstatt des Wiener Krönungsevangeliars anmutet, hergestellt worden.
Potrebbe venire sostituita da una semplice frase del tipo «Simboli dei quattro evangelisti sovrastati dalla mano di Dio», con un rinvio tramite link all’immagine!
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Se da un lato ciò ne favorirà la leggibilità, il venir meno della necessità di descrivere dettagliatamente le miniature, o le immagini in generale, avrà come conseguenza l’imporsi di un linguaggio standardizzato, con un conseguente impoverimento della terminologia. Renderà inoltre superflua quell’osservazione attenta e rigorosa che permette di cogliere, nei dettagli e nelle sfumature, i tratti caratteristici di una tecnica, di una scuola miniatoria o di un singolo artista, elementi necessari per la localizzazione e la datazione di questo tipo di oggetti. Non da ultimo, renderà superflua l’indicazione dei colori. Ma forse un giorno le tecniche di riconoscimento automatico delle immagini saranno così sviluppate da rendere inutile qualsiasi tipo di descrizione.
Bibliografia CECCANTI, M., «Proposte per la storia dei primi codici umanistici a bianchi girari», Miniatura, 5/6 (1996) 11-16. DSS: Dizionario storico della Svizzera, versione online, http://www.hlsdhs-dss.ch/index.php. DUFT, J., Die Handschriften der Stiftsbibliothek St. Gallen. Codices 17261984, Stiftsbibliothek St. Gallen, St. Gallen 1983. e-codices. Biblioteca virtuale dei manoscritti conservati in Svizzera; https://www.e-codices.unifr.ch/it. GOTTWALD, B., Catalogus Codicum Manu Scriptorum qui asservantur in Bibliotheca Monasterii O.S.B. Engelbergensis in Helvetia, Freiburg im Breisgau 1891. HOMBURGER, O., Die illustrierten Handschriften der Burgerbibliothek, Bd. 1, Burgerbibliothek, Bern 1962. JAKOBI-MIRWALD, Ch., Buchmalerei. Terminologie in der Kunstgeschichte, in collab. con M. ROLAND, Reimer, Berlin 20083, 20154. Versione svedese: Medeltida bokmåleri. Illustrerat konstistoriskt lexikon, trad. P. ÅSTRÖM, Signum, Stockholm 2012. LEHMANN, P., Mittelalterliche Bibliothekskataloge Deutschlands und der Schweiz, Bd. 1. Bistümer Konstanz und Chur, Beck’sche Verlagsbuchhandlung, München 1918. PÄCHT, O., «Notes and observations on the origin of humanistic bookdecoration», in F. SAXL, A volume of Memorial Essays, Nelson, London 1957, pp. 184-194.
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SCHERRER, G., Verzeichniss der Handschriften der Stiftsbibliothek von St. Gallen, Buchhandlung des Waisenhauses, Halle 1875. TAMMARO, A. M., «Che cos’è una biblioteca digitale?», DigItalia 1 (2005) 14-15.
ÍNDICE ONOMÁSTICO 1. AUTORES, ARTISTAS Y MECENAS DE LAS EDADES ANTIGUAS Y MEDIEVAL Agustín de Hipona: 6, 11, 15, 16, 18, 23, 29, 37, 219 Aimon de Fleury: 12 Alcuino de York: 7 Alfonso X el Sabio: 134, 149, 152 Amalario de Metz: 7, 8 Ambrosio de Milán: 15, 29 Arator: 9, 11 Aristóteles: 16, 17, 166 Augusto, emperador: 49 Aviano: 11 Beda el Venerable: 7, 12, 15, 17 Boecio: 12, 16-18 Boyvin, Robert*: 170 Cardinale da Forlì: 167 Catón: 11, 13 Cicerón: 6 Claudio de Turín: 12 Donato: 10, 13, 14 Egipio: 11 Esmaragdo de Saint-Mihiel: 12 Eusebio de Cesarea: 10, 24, 221 Felipe el Bueno, duque de Borgoña: 170 Flamel, Jean: 169 Flavio Josefo: 9 Frédol de Saint-Bonnet: 167 Gregorio IX, papa: 192, 196, 204 Gregorio Magno: 7, 17, 19, 144 *
Guillermo Ánglico (Gullielmus Anglicus): 167 Horacio: 9 Isidoro: 12, 17, 41 Juan Casiano: 15 Juan de Berry, duque de Borgoña: 169 Juana de Laval, reina de Nápoles: 170 Justiniano, emperador: 166 Juvenal: 9 Lescuier, Adenet: 145 Macrobio: 10 Metodio de Olimpia: 13 Metodio de Patara: 13 Miélot, Jean: 170 Nicolás de Lira: 131, 136, 155 Oliva (Oliba), abad: 3, 5, 26, 76, 84, 91, 93, 96, 97, 101, 105, 116., 118, 120 Pascasio Radberto: 7 Pedro de Éboli (Pietro da Eboli): 224 Pedro Lombardo: 166 Persio: 9, 11, Porfirio: 12, 17 Prisciano: 13 Prisciliano: 14 Próspero de Aquitania: 11, 13 Prudencio: 10, 15
Iluminador de manuscritos a caballo entre los siglos XV y XVI.
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ÍNDICE ONOMÁSTICO
Rabano Mauro: 12, 134, 152 Riculfo, obispo de Elna: 60, 119, 4, 12, 15, 23, 24-27, 29, 31, 33, 34, 35 Rugerio da Forlì: 167 Sedulio Escoto: 11, 13
Sedulio: 11, 13 Servio: 14 Tajón de Zaragoza: 7 Terencio: 9 Virgilio: 9, 139 William de Brailes: 166
ÍNDICE ONOMÁSTICO 2. AUTORES DE ÉPOCA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA Abadal i de Vinyals, R. d’: 43, 74 Abeele, B. van den: 183, 196 Aebischer, P.: 68, 79 Álamo, J. del: 77 Alberto, P. Farmhouse: 72 Alcover, A. M.: 45 Alexander, J. J. G.: XVIII, XXVIII, 142, 144, 152, 169, 180 Altés Aguiló, F. X.: 21, 28, 45 Altisent, A.: 74 Alturo i Perucho, J.: 70, 84, 120 Álvarez Márquez, M.ª C.: 131, 132, 139, 140, 148, 152 Alverá Delgrás, A.:129, 156 Andrade Cernadas, J. M.: 66, 70, 82-84, 88, 89, 92, 97, 100, 104, 108, 109, 111-113, 115, 118 Anglès, H.: 31, 36, 38, 45 Arnaldi, F.: 22-24, 26, 35-37, 44 Arnall, M. J.: 42, 70 Arriagada, E.: XVIII, XXVIII Arx, I. von: 216 Åström, P.: 124, 154, 183, 203219, 228 Aufreiter, J.: 194, 204 Augustyn, W.: 186, 188, 202 Avril, F.: XII, XVII, 160, 163-167, 180 Bach Riu, A.: 70, 73, 118 Baiges, I. J.: 42, 70 Bango Torviso, I. G.: 134, 152
Baraut, C.: 4-7, 14, 17, 20, 22, 23, 25, 28-37, 39, 42, 64, 67, 71, 83, 85, 87-94, 96, 97, 99, 106, 109, 113-117 Barrau-Dihigo, L.: 79 Bartl, A.: 188, 202 Bartocci, A.: XVII, XXIX Bartz, G.: 185, 202 Bary, M. A.: 75 Bassols, M.: XXIX, 45, 75 Bastardas, J.: XXIX, 9, 45, 75 Bastardas i Rufat, M.ª R.: 80, 121 Batlle i Gallart, C.: 43, 73 Baucells i Reig, J.: 38, 43, 46, 73 Beer, R.: 2, 9, 18, 46 Beit-Arié, M.: 127, 152 Benet i Clarà, A.: 43 Bernasconi Reusser, M.: IX-XI, XVIXIX, XXIII, 196, 207 Bertram, M.: XVII, XXIX, 192, 204 Bischoff, B.: 198, 199, 202 Bisson, T. N.: 71, 91, 117 Blaise, A.: 15, 22-28, 30-37, 44 Blatt, F.: XXXI Bloch, P.: 134, 152 Bodmer, M.: 219-221 Bolòs, J.: 71, 90 Borrego Nieto, J.: XXII, XXIX Bosque, I.: VII Bourreau, A.: XIX, XXIX Bousmanne, B.: 171, 180 Brown, M. P.: XIII, 171, 174, 180 Bürgermeister, M.: 185
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ÍNDICE ONOMÁSTICO
Burón Castro, T.: 75 Cabanes Catalá, M.ª L.: 129, 133, 152 Cal Pardo, E.: 76 Calahorra Martínez, P.: 144, 152 Canellas, A.: 74 Castán Lanaspa, G.: 79 Castro, M.: 73 Cavallo, G.: 138, 152 Cavero Domínguez, C: 72 Ceccanti, M.: 220, 222, 228 Chesé Lapeña, R.: 43, 72 Constans i Solans, Ll. G.: 21, 29, 43 Coromines, J.: 26, 36, 37, 39, 44, 63, 73, 94, 102, 103 Costa, A. de J. da: 76, 78 Cousseau, M.-B.: 170, 171, 180 Covarrubias, S. de: 129, 157 Crayencour, G. de: 164, 180 Damade, J.: VII, XXII, XXIII, XXIX Dandury, E.: 169, 180 De Vivo, F: 138, 153 Del Corso, L.: 138, 153 Delaunay, I.: 170, 180 Delcourt, Th.: 171, 180 Deléani, S.: 133, 154 Delgado Fernández, R.: XXII, XXIX Dennison, L.: 194 Déroche, F.: 127, 153 Derolez, A.: 127, 153 Devic, Cl.: 75 Di Paolo, S.: 192, 204 Díaz y Díaz, M. C.: 78, 144, 154 Dinca, A. C.: XII, XXXI, 123, 155, 159, 182 Dolbeau, F.: XXXI, 46 Dolezalek, G.: 165, 180
Domínguez García, L.: XXII, XXIX Domínguez Maestro, C.: 79 Domínguez Rodríguez, A.: 135, 153 Donavin, G.: 135, 156 Doyle, I.: 160 Du Cange, Ch. du Fresne: 23-37, 45 Duft, J.: 211, 212, 228 Dulaurier, M. E.: 75 Duran-Porta, J.: 8, 46 Duro Peña, E.: 73, 79 Elbern, V.: 134, 152 Elliott, W. J.: 139, 156 Enríquez Fernández, J: 132, 153 Fàbrega Grau, À.: 43, 73 Fagniez, G.: 168, 181 Falcón, P.: 144, 153 Falque, E.: 75 Farr, C. F.: 135, 153 Feliu, G.: 42, 70 Fernández Catón, J. M.ª: 72 Fernández de Viana y Vieites, J. I.: 74, 79 Fernández Fernández, L.: 135, 153 Fernández Flórez, J. A.: 77, 78, 128, 147, 149, 153 Ferrandis Torres, J.: 139, 153 Filippini, F.: 167, 181 Fingernagel, A.: 200, 203 Fioretti, P.: 138, 139, 153 Floriano Cumbreño, A. C.: 73 Floriano Llorente, P.: 72 Fort Cañellas, M.ª R.: 54, 55, 80 Fournier, P.-S.: 162, 181 Fransen, G.: XVII, XXIX Fredouille, C.: 133, 154 Frońska, J.: IX-XIII, XV, XXII, 159, 183, 187
ÉPOCA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
Furetière, A.: XXII, XXIII, XXIX García Conde, A.: 74, 110, 112 García y García, A.: XVII, XXIX García Hernández, B.: 57, 80 García Larragueta, S.: 73 García Martínez, A. C.: 131, 136, 155 Garfield, S.: 191, 203 Gay, V.: 171, 181 Géhin, P.: 161, 181, 182, Gessler, J.: 168, 181 Gneiß, M.: 185, 202, 204 Godard-Faultrier, V.: 170, 181 Goldschmidt, A.: 184 Gómez Moreno, M.: 66, 75 Gómez Rabal, A.: IX, X, XXVI, XXIX, XXX, 40, 44, 47, 50, 65, 72, 75, 80, 89 González Balasch, M.ª T.: 75 González de la Peña, M.ª V.: 76 González Vázquez, M.: 74 Gonzalvo i Bou, G.: 75, 114 Gottwald, B.: 209, 228 Goulet-Cazé, M.-O.: 133, 154 Gousset, M-Th.: 162, 163-165, 167, 180, 182, 186, 187, 203, 205 Gracia Sahuquillo, T.: XXX, 39, 46 Gros, M. S.: 2, 3, 4, 7-22, 24, 26, 27, 29, 30, 32, 34-37, 46 Grossmann, M.: 55, 58, 59, 80 Guerreau-Jalabert, A.: XXXI Gumbert, J.-P.: 161, 181, 187, 199, 203 Gutbrod, J.: 195, 203 Hamesse, J.: IX, X, 165, 180 Haseloff, A.: 184 Hernando i Delgado, J.: 43, 73 Herrero de la Fuente, M.: 77, 78
235
Hidalgo de Cisneros Amestoy, C.: 132, 153 Hinojosa, E. de: 75, 101 Hoffmann, Ph.: 127, 128, 133, 152, 154, 156 Holtz, L.: 133, 154 Homburger, O.: 226, 228 Houston, K.: 191, 203 Hubert, M.-C.: 128, 154 Icíar, J. de: 139, 140, 144, 146, 148, 157 Jakobi-Mirwald, Ch.: IX, X, XIII-XVI, XVIII, XX, XXIII, XXX, 124, 154, 183, 184, 186, 188, 191-195, 197, 198-200, 202, 203, 218, 228 James, M. R.: 194, 200, 202, 204 Jemolo, V.: 196, 204 Jenni, U.: 195, 205 Jones, M.: 169, 180 Junyent i Subirà, E.: 3, 5, 7-37, 39, 40, 43, 56, 67, 75, 76, 83-85, 87-91, 93-99, 101, 104-106, 108-109, 113, 114, 116, 18, 120 Jusué, E.: 78 Ker, N.: 163, 181 Kieft, C. van de: 45 Koehler, W.: 184 Kolb, P.: 215 Komada, A.: 167, 181 Korteweg, A. S.: 199, 204 Krafft, O.: 185, 204 Krekel, C.: 188, 202 Kuder, U.: 185, 204 L’Engle, S.: 183, 196 Lacarra y de Miguel, J. M.ª: 76 Lamprecht, K.: 184
236
ÍNDICE ONOMÁSTICO
Larousse, P.: XXII Latham, R. E.: 45 Lautenschlager, M.: 188, 202 Lederer, R.: 184, 204 Lefèvre, Y.: XXXI Lehmann, P.: 212, 228 Leroquais, V.: 195, 204 Littré, É.: XXII, XXIII, XXIX, 162, 181 López de Guereño Sanz, M.ª T.: 134, 152 López Facal, J.: XXI, XXX López Ferreiro, A.: 72, 75 López Pereira, E.: XXIX, 72 López Sangil, J. L.: 79 Lorente Ruigómez, A.: 132, 153 Lucas Álvarez, M.: 56, 71, 78, 79 Lucas Domínguez, P. P.: 78 Lucía Megías, J.: 136, 152 Luis López, C.: 131, 154 Mabille, M. E.: 75 Maddalo, S.: XVII, XVIII, XXVIII, XXX, 197, 205 Maffei, D.: XVII, XXIX Maffei, P.: XVII, XXIX Maniaci, M.: XI, XII, XXIII, XXVII, XXX, XXXI, 123, 127, 136, 142, 144, 145, 146, 150, 154, 155, 159, 181, 183, 196, 204 Manzari, F.: 196, 205 Marcos Rodríguez, F.: 70 Marquès Sala, B.: XVII, XXIX, 4, 29, 32, 33, 44 Martí Bonet, J. M.: 76 Martí, R.: 43 Martín Duque, A. J.: 43, 72 Martín López, E.: 72 Martín Martín, J. L.: 70 Martínez Lahidalga, A.: 132, 153
Martínez Martínez, M.: 72 Martínez Sueiro, M.: 73 Marza, A.: XII, XXXI, 123, 155, 159, 182 Medica, M.: 166, 181 Melo, M. J.: XIV, XXX Mesa Sanz, J. F.: XXIX, 72 Miguélez Cavero, A.: XIV, XXX Mínguez Fernández, J. M.ª: 78 Miranda, M. A.: XIV, XXX Moll, F. de B.: 45 Monfrin, J.: XXXI Montero Curiel, M.ª L.: 80 Montero Díaz, S.: 79 Moralejo, S.: 144, 154 Morelli, M.: 196, 204 Morgan, N. J.: 166, 181 Moriano, F.: 149, 157 Moss, R., 135, 153 Mundó, A. M.: 2, 10, 21, 26, 34, 46, 47, 74, 76 Muntada Torrellas, A.: 140, 154 Muzerelle, D.: XI-XIV, XXII, XXIII, XXXI, 123, 129, 133, 142, 144, 150, 151, 154, 155, 159-161, 163, 164, 169, 174, 181 Nees, L.: 196 Nelis, H.: 168, 181 Nicot, J.: 169, 181 Niermeyer, J. F.: 22-28, 30, 32-37, 45 Obermeier, A.: 135, 156 Oltrogge, D.: 188, 202 Ordeig i Mata, R.: 2, 4-37, 39, 40, 43, 44, 47, 56, 67, 73-75, 77, 83, 85, 87-91, 94-99, 101, 104106, 108, 109, 113-117, 121 Orofino, G.: 196, 197, 205
ÉPOCA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
Ostos Salcedo, P.: XXIII, XXXI, 123, 129, 133, 136, 145, 146, 151, 154, 155, 159, 181 Ott, J.: 196 Ottesen, B. B.: 135, 155 Overgaauw, E.: 142, 155 Pächt, O.: 195-197, 205, 220, 228 Palencia, A. de: 143 Pallarés Méndez, M.ª del C.: 77 Papahagi, A.: XII, XXXI, 123, 155, 159, 182 Papahagi, Cr.: XII, XXXI, 123, 155, 159, 182 Papell i Tardiu, J.: 77, 96, 105 Pardo Gómez, M.ª V.: 78 Pardo Rodríguez, M.ª L.: XXIII, XXXI, 123, 129, 133, 136, 145, 146, 151, 154, 155, 159, 181 Parker, D. C.: 139, 156 Pascual Barea, J.: 68, 80 Pastoureau, M.: 80 Pavón Ramírez, M.: IX-XI, XVI, XVII, XXIV, XXIX, XXXI, 183, 191, 192, 204 Pazos-López, A.: 80, 121 Pedraza Gracia, M. J.: 133, 155 Pérez González, M.: XXX, 45, 50, 76 Pérez i Gómez, X.: 43, 74 Pérez Martín, A.: XVII, XXIX Pérez Rodríguez, E.: XXIX, 50, 80 Pérez Rodríguez, F. J.: 77 Petitmengin, P.: 133, 154 Petrucci, A.: 135, 155 Pinell, J.: 34, 47 Pons Guri, J. M.: 73 Ponsich, P.: 43, 74 Porcher, J.: 195, 205 Portela Silva, M.ª X.: 72, 77, 120
237
Poulle, E.: 128, 153 Prensa Villegas, L.: 144, 153 Prochno, J.: 134, 155 Puig i Ferreté, I. M.: 77, 118 Puig Rodríguez-Escalona, M.: X, XVIII, XIX, XXV, XXVI, XXX, 1, 8, 38, 40, 41, 47, 65, 80 Puig i Ustrell, P.: 22, 25, 33, 37, 44, 77, 97, 108, 111 Punsola Munárriz, M.: 22, 30, 47 Quetglas Nicolau, P. J.: X, XIV, XV, XXV, XXIX, XXX, 39, 40, 41, 44, 46, 47, 49, 50, 65, 72, 75, 80, 89 Rabel, C.: 160, 165, 167, 180, 182 Rautenberg, U.: 192, 205 Recio Diego, Á.: XXII, XXIX Recuero Astray, M.: 74 Reisinger, G.: 194, 204 Rey Caíña, J. A.: 76 Richelet, C.-P.: XXII, XXIII, XXIX Riera, S.: 43, 73 Riu i Riu, M.: 73 Rius Serra, J.: 21, 22, 29, 43, 44, 73, 77, 99 Rocafiguera, F. de: 33, 34, 44, 77, 115 Rodrigues, M. A.: 76 Rodríguez Díaz, E. E.: IX, XI-XIV, XVIII, XIX, XXIII, XXXI, 123, 127, 129, 131, 133, 136, 142, 145, 146, 150, 151, 154, 155, 159, 181, 193 Rodríguez Fernández, J.: 70 Rodríguez González, A.: 72, 76 Roland, M.: XXX, 124, 154, 183, 185, 186, 188, 196, 202, 203, 219, 228 Romaní Martínez, M.: 77
238
ÍNDICE ONOMÁSTICO
Rovira, M.: 43, 73 Rowling, J. K.: 183, 202 Ruiz Asencio, J. M.: 72 Ruiz Souza, J. C.: 135, 153 Sáez Sánchez, C.: 66, 72, 76, 77, 87 Sáez Sánchez, E.: 72 Salrach, J. M.: 42, 70 Salvado Martínez, B.: 78 Salvado Martínez, V.: 78 Sanahuja, P.: 78, 87, 118 Sánchez Rodríguez, M.: 70 Sangés, D.: 78, 85, 117 Santos Puerto, J.: 56, 80 Sarmiento, M.: 56, 80, 97 Sarobe i Huesca, R.: 73 Sauer, Ch.: 186, 188, 196, 202 Sautel, J.-H.: 133, 156 Saxl, F.: 220, 228 Scalon, C.: 138, 152 Schenk, H.: XVII, 213, 214 Scherrer, G.: 209, 229 Schilling, D: 224 Schleif, C.: 135, 156 Schmid, U. B.: 139, 156 Schubert, M.: 142, 155 Scott-Fleming, S.: 186, 205 Scott, K. L.: 171, 182 Ser Quijano, G. del: 131, 154 Serrano y Sanz, M.: 78 Serrano, L.: 71, 73 Silva y Verastégui, S.: 135, 156 Simonnet, D.: 80 Smeyers, M.: 142, 156, 168, 182 Smith, M. H.: 128, 135, 153, 156 Sobieczky, E.: 194, 204 Sobrequés i Vidal, S.: 43, 73 Spilling, H.: 131, 155
Springer, A.: 184 Steinhardt-Hirsch, C.: 194, 204 Stirnemann, P.: XI, XII, XXII, 135, 156, 159-164, 166, 167, 169, 172, 180, 182, 183, 186, 187, 205 Stones, A.: 196 Stork, H.-W.: 185, 204 Stramaglia, A.: 138, 153 Tammaro, A. M.: 207, 229 Thoss, D.: 195, 205 To Figueres, Ll.: 73 Tolkien, J. J. R.: 194 Tomé Cornejo, C.: XXII, XXIX Torquati, M.: XVII, XVIII, XXVIII, XXX, 197, 205 Tory, G.: 170, 182 Tumidei, S.: 166, 181 Turcan Verkerk, A.-M.: XXVI, XXXI Udina Abelló, A. M.: 29, 36, 41, 42, 44, 47, 79, 93 Udina Martorell, F.: 42, 73 Vaamonde Lores, C.: 79, 91, 105 Vaissette, J.: 75 Vale, M.: 169, 180 Van Moé, É.-A.: 142, 156 Varela Sieiro, X.: 54, 55, 81 Vázquez Núñez, A.: 74 Vermeeren, P. J. H.: 168, 182 Vezin, J.: 128, 156 Vidán Torreira, M.: 79 Vignau, V.: 74, 78 Vilariño Pintos, D.: 78 Villar García, L. M.: 70 Virgili, A.: 74 Vöge, W.: 184 Vogeler, G.: 185 Vreese, W. L. de: 168, 171, 182
ÉPOCA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
Walker Vadillo, M. A.: 135, 156 Wattenbach, W.: 187, 205 Weijers, O.: XIX, XX, XXXI, 46, 162, 163, 182, 187, 205 Wickhoff, F.: 184 Wierzbicka, A.: 81 Zajic, A.: 185
239
Zaluska, Y.: 160, 180 Zanichelli, G. F: 135, 156 Zanichelli, G. Z.: 184, 205 Zimmermann, M.: 2, 7, 11, 12, 14, 15, 17, 18, 19, 21, 26, 29, 30, 35, 41, 47 Zucchini, G.: 167, 181
ÍNDICE DE MANUSCRITOS Autun Bibliothèque municipale 153ter: 179
El Burgo de Osma Biblioteca de la Catedral 128: 146
Barcelona Archivo de la Catedral de Barcelona Libri Antiquitatum: 38
Cambrai Médiathèque d’Agglomération ms. 28 (31): 168, 178 ms. 33-35 (37): 168 ms. 38 (40): 168, 178
Archivo de la Corona de Aragón ms. Ripoll 42: 17 ms. Ripoll 46: 10 ms. Ripoll 49: 7 ms. Ripoll 52: 7 ms. Ripoll 59: 17 ms. Ripoll 74: 41 Fragmentos de manuscritos, n.º 22: 10 Fragmentos de manuscritos, n.º 395: 26 Bern Burgerbibliothek Cod. 120 II: 224 Cod. 318: 223, 224 Cod. 348: 226 Mss.h.h.I.1: 225 Mss.h.h.I.2: 225 Mss.h.h.I.3: 225 Mss.h.h.I.16: 225 Bruxelles / Brussels KBR (Bibliothèque royale de Belgique, Koninklijke Bibliotheek von België) ms. 9249-50: 170, 171
Città del Vaticano Biblioteca Apostolica Vaticana Vat. gr. 1666: 144 Vat. lat. 1322: 139 Vat. lat. 3256: 139 Cologny Fondation Martin Bodmer Cod. Bodmer 12: 219, 220 Cod. Bodmer 39: 221 Cod. Bodmer 186: 221 Dijon Bibliothèque municipale mss. 169–173: 196 El Escorial Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo T.I.1: 149 b.I.2: 149 Firenze Biblioteca Nazionale Centrale B.R.20: 149
242
ÍNDICE DE MANUSCRITOS
Genève Bibliothèque de Genève Ms. lat. 172: 221
Oxford Bodleian Library Douce 218: 166
León Archivo Episcopal ms. 53: 103
Paris Bibliothèque Mazarine ms. 984: 166
London British Museum mss. 25600: 24, 86
Bibliothèque nationale de France Esp. 36: 136 Lat. 22: 167 Lat. 4523: 167 Lat. 15418: 166
Lyon Bibliothèque universitaire ms. 6: 165 Madrid Biblioteca Nacional de España 1575: 137, 138 9892: 80 10029: 143 10041: 143 10069: 149 10092: 148 10110: 143 10144: 147 Res. 270: 148 Vitr. 4-4: 141 Vitr. 14-5: 137 Vitr. 17-10: 150 München Bayerische Staatsbibliothek Cgm 821: 188 New York Columbia University, Rare Book and Manuscript Library Plimpton, MS 296: 147, 148, 149
Roma Biblioteca Nazionale Centrale Sessor. 13: 144 Salamanca Biblioteca General Histórica de la Universidad 68: 143 2668: 145 2987: 144 St. Gallen Kantonsbibliothek Vadianische Sammlung, VadSlg Ms. 298: 222 Vadianische Sammlung, VadSlg Ms. 307: 221 Stiftsbibliothek Cod. Sang. 22: 214 Cod. Sang. 23: 215 Cod. Sang. 540: 208 Cod. Sang. 728: 212, 213 Cod. Sang. 850: 221
ÍNDICE DE MANUSCRITOS
Cod. Sang. 1280: 213, 214 Cod. Sang. 1400: 215 Cod. Sang. 1401: 215 Cod. Sang. 1402: 216 Sion Archives du Chapitre Ms. 12: 225, 226
243
Torino Biblioteca Nazionale Universitaria E.I.16: 166 Wolfenbüttel Herzog August Bibliothek Codex Guelferbytanus B (GregoryAland Q; Gregory-Aland 026; von Soden ε 4): 138
Collection « Textes et Études du Moyen Âge » publiée par la Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales
Volumes parus : 1.
Filosofia e Teologia nel Trecento. Studi in ricordo di Eugenio Randi a cura di L. BIANCHI, Louvain-la-Neuve 1995. VII + 575 p. 54 Euros
2.
Pratiques de la culture écrite en France au XVe siècle, Actes du Colloque international du CNRS (Paris, 16-18 mai 1992) organisé en l’honneur de Gilbert Ouy par l’unité de recherche « Culture écrite du Moyen Âge tardif », édités par M. ORNATO et N. PONS, Louvain-la-Neuve 1995. XV + 592 p. et 50 ill. h.-t. 67 Euros
3.
Bilan et perspectives des études médiévales en Europe, Actes du premier Congrès européen d’études médiévales (Spoleto, 27-29 mai 1993), édités par J. HAMESSE, 54 Euros Louvain-la-Neuve 1995. XIII + 522 p. et 32 ill. h.-t.
4.
Les manuscrits des lexiques et glossaires de l’Antiquité tardive à la fin du Moyen Âge, Actes du Colloque international organisé par le «Ettore Majorana Centre for Scientific Culture» (Erice, 23-30 septembre 1994), édités par J. HAMESSE, Louvain67 Euros la-Neuve 1996. XIII + 723 p.
5.
Models of Holiness in Medieval Studies, Proceedings of the International Symposium (Kalamazoo, 4-7 May 1995), edited by B.M. KIENZLE, E. WILKS DOLNIKOWSKI, R. DRAGE HALE, D. PRYDS, A.T. THAYER, Louvain-la-Neuve 1996. XX + 402 p. 49 Euros
6.
Écrit et pouvoir dans les chancelleries médiévales : espace français, espace anglais, Actes du Colloque international de Montréal (7-9 septembre 1995) édités par K. FIANU et D.J. GUTH, Louvain-la-Neuve 1997. VIII + 342 p. 49 Euros
7.
P.-A. BURTON, Bibliotheca Aelrediana secunda (1962-1996). Ouvrage publié avec le concours de la Fondation Universitaire de Belgique et de la Fondation Francqui, Louvain-la-Neuve 1997. 208 p. 27 Euros
8.
Aux origines du lexique philosophique européen. L’influence de la « latinitas », Actes du Colloque international de Rome (23-25 mai 1996) édités par J. HAMESSE, Louvain-la-Neuve 1997. XIV + 298 p. 34 Euros
9.
Medieval Sermons and Society : Cloisters, City, University, Proceedings of International Symposia at Kalamazoo and New York, edited by J. HAMESSE, B.M. KIENZLE, D.L. STOUDT, A.T. THAYER, Louvain-la-Neuve 1998. VIII + 414 p. et 7 ill. h.-t. 54 Euros
10. Roma, magistra mundi. Itineraria culturae medievalis. Mélanges offerts au Père L.E. Boyle à l’occasion de son 75e anniversaire, édités par J. HAMESSE. Ouvrage publié avec le concours de la Homeland Foundation (New York), Louvain-la-Neuve épuisé 1998. vol. I-II : XII + 1030 p. ; vol. III : VI + 406 p. 11. Filosofia e scienza classica, arabo-latina medievale e l’età moderna. Ciclo di seminari internazionali (26-27 gennaio 1996) a cura di G. FEDERICI VESCOVINI, Louvain-la-Neuve 1999. VIII + 331 p. 39 Euros 12. J.L. JANSSENS, An annotated Bibliography of Ibn Sînæ. First Supplement (1990-1994), uitgegeven met steun van de Universitaire Stichting van België en het Francqui26 Euros Fonds, Louvain-la-Neuve 1999. XXI + 218 p. 13. L.E. BOYLE, O.P., Facing history: A different Thomas Aquinas, with an introduction by J.-P. TORRELL, O.P., Louvain-la-Neuve 2000. XXXIV + 170 p. et 2 ill. h.- t. 33 Euros
14. Lexiques bilingues dans les domaines philosophique et scientifique (Moyen Âge – Renaissance), Actes du Colloque international organisé par l’École Pratique des Hautes Etudes – IVe Section et l’Institut Supérieur de Philosophie de l’Université Catholique de Louvain (Paris, 12-14 juin 1997) édités par J. HAMESSE et D. JACQUART, Turnhout 2001. XII + 240 p., ISBN 978-2-503-51176-4 35 Euros 15. Les prologues médiévaux, Actes du Colloque international organisé par l’Academia Belgica et l’École française de Rome avec le concours de la F.I.D.E.M. (Rome, 26-28 mars 1998) édités par J. HAMESSE, Turnhout 2000. 716 p., ISBN 978-2-503-51124-5 75 Euros 16. L.E. BOYLE, O.P., Integral Palaeography, with an introduction by F. TRONCARELLI, Turnhout 2001. 174 p. et 9 ill. h.-t., ISBN 978-2-503-51177-1 33 Euros 17. La figura di San Pietro nelle fonti del Medioevo, Atti del convegno tenutosi in occasione dello Studiorum universitatum docentium congressus (Viterbo e Roma, 5-8 settembre 2000) a cura di L. LAZZARI e A.M. VALENTE BACCI, Louvain-la-Neuve 2001. 708 p. et 153 ill. h.-t. 85 Euros 18. Les Traducteurs au travail. Leurs manuscrits et leurs méthodes. Actes du Colloque international organisé par le « Ettore Majorana Centre for Scientific Culture » (Erice, 30 septembre – 6 octobre 1999) édités par J. HAMESSE, Turnhout 2001. XVIII + 455 p., ISBN 978-2-503-51219-8 55 Euros 19. Metaphysics in the Twelfth Century. Proceedings of the International Colloquium (Frankfurt, june 2001) edited by M. LUTZ-BACHMANN et al., Turnhout 2003. XIV + 220 p., ISBN 978-2-503-52202-9 43 Euros 20. Chemins de la pensée médiévale. Études offertes à Zénon Kaluza éditées par P.J.J.M. BAKKER avec la collaboration de E. FAYE et Ch. GRELLARD, Turnhout 2002. XXIX + 778 p., ISBN 978-2-503-51178-8 68 Euros 21. Filosofia in volgare nel medioevo. Atti del Colloquio Internazionale de la S.I.S.P.M. (Lecce, 27-28 settembre 2002) a cura di L. STURLESE, Louvain-la-Neuve 2003. 540 p., ISBN 978-2-503-51503-8 43 Euros 22. Bilan et perspectives des études médiévales en Europe (1993-1998). Actes du deuxième Congrès européen d’études médiévales (Euroconference, Barcelone, 8-12 juin 1999), édités par J. HAMESSE, Turnhout 2003. XXXII + 656 p., ISBN 978-2-503-51615-865 Euros 23. Lexiques et glossaires philosophiques de la Renaissance. Actes du Colloque International organisé en collaboration à Rome (3-4 novembre 2000) par l’Academia Belgica, le projet « Le corrispondenze scientifiche, letterarie ed erudite dal Rinascimento all’ età moderna » et l’Università degli studi di Roma « La Sapienza », édités par J. HAMESSE et M. FATTORI, Louvain-la-Neuve 2003. IX + 321 p., ISBN 978-2-503-51535-9 39 Euros 24. Ratio et superstitio. Essays in Honor of Graziella Federici Vescovini edited by G. MARCHETTI, V. SORGE and O. RIGNANI, Louvain-la-Neuve 2003. XXX + 676 p. – 5 ill. h.-t., ISBN 978-2-503-51523-6 54 Euros 25. « In principio erat verbum » . Mélanges offerts à Paul Tombeur par ses anciens élèves édités par B.-M. TOCK, Turnhout 2004. 450 p., ISBN 978-2-503-51672-6 54 Euros 26. Duns Scot à Paris, 1302-2002. Actes du colloque de Paris, 2-4 septembre 2002, édités par O. BOULNOIS, E. KARGER, J.-L. SOLÈRE et G. SONDAG, Turnhout 2005. XXIV + 683 p., ISBN 2-503-51810-9 54 Euros 27. Medieval Memory. Image and text, edited by F. WILLAERT, Turnhout 2004. XXV + 265 p., ISBN 2-503-51683-1 54 Euros 28. La Vie culturelle, intellectuelle et scientifique à la Cour des Papes d’Avignon. Volume en collaboration internationale édité par J. HAMESSE, Turnhout 2006. XI + 413 p. – 16 ill. h.t., ISBN 2-503-51877-X 43 Euros
29. G. MURANO, Opere diffuse per «exemplar» e pecia, Turnhout 2005. 897 p., ISBN 2-503-51922-9 75 Euros 30. Corpo e anima, sensi interni e intelletto dai secoli XIII-XIV ai post-cartesiani e spinoziani. Atti del Colloquio internazionale (Firenze, 18-20 settembre 2003) a cura di G. FEDERICI VESCOVINI, V. SORGE e C. VINTI, Turnhout 2005. 576 p., ISBN 2-503-51988-1 54 Euros 31. Le felicità nel medioevo. Atti del Convegno della Società Italiana per lo Studio del Pensiero Medievale (S.I.S.P.M.) (Milano, 12-13 settembre 2003), a cura di M. BETTETINI e F. D. PAPARELLA, Louvain-la-Neuve 2005. XVI + 464 p., ISBN 2-503-51875-3 43 Euros 32. Itinéraires de la raison. Études de philosophie médiévale offertes à Maria Cândida Pacheco, éditées par J. MEIRINHOS, Louvain-la-Neuve 2005. XXVIII + 444 p., ISBN 2-503-51987-3 43 Euros 33. Testi cosmografici, geografici e odeporici del medioevo germanico. Atti del XXXI Convegno dell’Associazione italiana di filologia germanica (A.I.F.G.), Lecce, 26-28 maggio 2004, a cura di D. GOTTSCHALL, Louvain-la-Neuve 2005. XV + 276 p., ISBN 2-503-52271-8 34 Euros 34. Écriture et réécriture des textes philosophiques médiévaux. Mélanges offerts à C. Sirat édités par J. HAMESSE et O. WEIJERS, Turnhout 2006. XXVI + 499 p., ISBN 2-503-52424-9 54 Euros 35. Frontiers in the Middle Ages. Proceedings of the Third European Congress of the FIDEM (Jyväskylä, june 2003), edited by O. MERISALO and P. PAHTA, Louvain-laNeuve 2006. XII + 761p., ISBN 2-503-52420-6 65 Euros 36. Classica et beneventana. Essays presented to Virginia Brown on the Occasion of her 65th Birthday edited by F.T. COULSON and A. A. GROTANS, Turnhout 2006. XXIV + 444 p. – 20 ill. h.t., ISBN 978-2-503-2434-4 54 Euros 37. G. MURANO, Copisti a Bologna (1265-1270), Turnhout 2006. 214 p., ISBN 2-50352468-9 44 Euros 38. «Ad ingenii acuitionem». Studies in honour of Alfonso Maierù, edited by S. CAROTI, R. IMBACH, Z. KALUZA, G. STABILE and L. STURLESE. Louvain-la-Neuve 2006. VIII + 590 p., ISBN 978-2-503-52532-7 54 Euros 39. Form and Content of Instruction in Anglo-saxon England in the Light of Contemporary Manuscript Evidence. Papers from the International Conference (Udine, April 6th-8th 2006) edited by P. LENDINARA, L. LAZZARI, M.A. D’ARONCO, Turnhout 2007. XIII + 552 p., ISBN 978-2-503-52591-0 65 Euros 40. Averroès et les averroïsmes latin et juif. Actes du Colloque International (Paris, juin 2005) édités par J.-B. BRENET, Turnhout 2007. 367 p., ISBN 978-2-503-52742-0 54 Euros 41. P. LUCENTINI, Platonismo, ermetismo, eresia nel medioevo. Introduzione di L. STURLESE. Volume publié en co-édition et avec le concours de l’Università degli Studi di Napoli « l’Orientale » (Dipartimento di Filosofia e Politica). Louvain-laNeuve 2007. XVI + 517 p., ISBN 978-2-503-52726-0 54 Euros 42.1. Repertorium initiorum manuscriptorum Latinorum Medii Aevi curante J. HAMESSE, auxiliante S. SZYLLER. Tome I : A-C. Louvain-la-Neuve 2007. XXXIV + 697 p., ISBN 978-2-503-52727-7 59 Euros 42.2. Repertorium initiorum manuscriptorum Latinorum Medii Aevi curante J. HAMESSE, auxiliante S. SZYLLER. Tome II : D-O. Louvain-la-Neuve 2008. 802 p., ISBN 978-2503-53045-1 59 Euros
42.3. Repertorium initiorum manuscriptorum Latinorum Medii Aevi curante J. HAMESSE, auxiliante S. SZYLLER. Tome III : P-Z. Louvain-la-Neuve 2009, 792 p., ISBN 978-2503-53321-6 59 Euros 42.4. Repertorium initiorum manuscriptorum Latinorum Medii Aevi curante J. HAMESSE, auxiliante S. SZYLLER. Tome IV : Supplementum. Indices. Louvain-la-Neuve 2010. 597 p., ISBN 978-2-503-53603-3 59 Euros 43. New Essays on Metaphysics as «Scientia Transcendens». Proceedings of the Second International Conference of Medieval Philosophy, held at the Pontifical Catholic University of Rio Grande do Sul (PUCRS), Porto Alegre / Brazil, 15-18 August 2006, ed. R. H. PICH. Louvain-la-Neuve 2007. 388 p., ISBN 978-2-503-52787-1 43 Euros 44. A.-M. VALENTE, San Pietro nella letteratura tedesca medievale, Louvain-la-Neuve 2008. 240 p., ISBN 978-2-503-52846-5 43 Euros 45. B. FERNÁNDEZ DE LA CUESTA GONZÁLEZ, En la senda del «Florilegium Gallicum». Edición y estudio del florilegio del manuscrito Córdoba, Archivo Capitular 150, Louvain-la-Neuve 2008. 542 p., ISBN 978-2-503-52879-3 54 Euros 46. Cosmogonie e cosmologie nel Medioevo. Atti del convegno della Società italiana per lo studio del pensiero medievale (S.I.S.P.M.), Catania, 22-24 settembre 2006. A cura di C. MARTELLO, C. MILITELLO, A. VELLA, Louvain-la-Neuve 2008. XVI + 526 p., ISBN 978-2-503-52951-6 54 Euros 47. M. J. MUÑOZ JIMÉNEZ, Un florilegio de biografías latinas: edición y estudio del manuscrito 7805 de la Biblioteca Nacional de Madrid, Louvain-la-Neuve 2008. 317 p., ISBN 978-2-503-52983-7 43 Euros 48. Continuities and Disruptions Between the Middle Ages and the Renaissance. Proceedings of the colloquium held at the Warburg Institute, 15-16 June 2007, jointly organised by the Warburg Institute and the Gabinete de Filosofia Medieval. Ed. by C. BURNETT, J. MEIRINHOS, J. HAMESSE, Louvain-la-Neuve 2008. X + 181 p., ISBN 9782-503-53014-7 43 Euros 50. Florilegium mediaevale. Études offertes à Jacqueline Hamesse à l’occasion de son éméritat. Éditées par J. MEIRINHOS et O. WEIJERS, Louvain-la-Neuve 2009. XXXIV + 636 p., ISBN 978-2-503-53146-5 60 Euros 51. Immaginario e immaginazione nel Medioevo. Atti del convegno della Società Italiana per lo Studio del Pensiero Medievale (S.I.S.P.M.), Milano, 25-27 settembre 2008. A cura di M. BETTETINI e F. PAPARELLA, con la collaborazione di R. FURLAN. Louvainla-Neuve 2009. 428 p., ISBN 978-2-503-53150-2 55 Euros 52. Lo scotismo nel Mezzogiorno d’Italia. Atti del Congresso Internazionale (Bitonto 25-28 marzo 2008), in occasione del VII Centenario della morte di del beato Giovanni Duns Scoto. A cura di F. FIORENTINO, Porto 2010. 514 p., ISBN 978-2-50353448-0 55 Euros 53. E. MONTERO CARTELLE, Tipología de la literatura médica latina: Antigüedad, Edad Media, Renacimiento, Porto 2010. 243 p., ISBN 978-2-503-53513-5 43 Euros 54. Rethinking and Recontextualizing Glosses: New Perspectives in the Study of Late Anglo-Saxon Glossography, edited by P. LENDINARA, L. LAZZARI, C. DI SCIACCA, 60 Euros Porto 2011. XX + 564 p. + XVI ill., ISBN 978-2-503-54253-9 55. I beni di questo mondo. Teorie etico-economiche nel laboratorio dell’Europa medievale. Atti del convegno della Società italiana per lo studio del pensiero medievale (S.I.S.P.M.) Roma, 19-21 settembre 2005. A cura di R. LAMBERTINI e L. SILEO, Porto 2010. 367 p., ISBN 978-2-503-53528-9 49 Euros 56. Medicina y filología. Estudios de léxico médico latino en la Edad Media, edición de A. I. MARTÍN FERREIRA, Porto 2010. 256 p., ISBN 978-2-503-53895-2 49 Euros
57. Mots médiévaux offerts à Ruedi Imbach, édité par I. ATUCHA, D. CALMA, C. KONIGPRALONG, I. ZAVATTERO, Porto 2011. 797 p., ISBN 978-2-503-53528-9 75 Euros 58. El florilegio, espacio de encuentro de los autores antiguos y medievales, editado por M. J. MUÑOZ JIMÉNEZ, Porto 2011. 289 p., ISBN 978-2-503-53596-8 45 Euros 59. Glossaires et lexiques médiévaux inédits. Bilan et perspectives. Actes du Colloque de Paris (7 mai 2010), Édités par J. HAMESSE et J. MEIRINHOS, Porto 2011. XII + 291 p., ISBN 978-2-503-54175-4 45 Euros 60. Anselm of Canterbury (1033-1109): Philosophical Theology and Ethics. Proceedings of the Third International Conference of Medieval Philosophy, held at the Pontifical Catholic University of Rio Grande do Sul, Porto Alegre / Brazil (02-04 September 2009), Edited by R. Hofmeister PICH, Porto 2011. XVI + 244 p., ISBN 978-2-50354265-2 45 Euros 61. L’antichità classica nel pensiero medievale. Atti del Convegno de la Società italiana per lo studio del pensiero medievale (S.I.S.P.M.), Trento, 27-29 settembre 2010. A cura 59 Euros di A. PALAZZO. Porto 2011. VI + 492, p., ISBN 978-2-503-54289-8 62. M. C. DE BONIS, The Interlinear Glosses to the Regula Sancti Benedicti in London, British Library, Cotton Tiberius A. III. ISBN 978-2-503-54266-9 (en préparation) 63. J. P. BARRAGÁN NIETO, El «De secretis mulierum» atribuido a Alberto Magno: Estudio, edición crítica y traducción, I Premio Internacional de Tesis Doctorales Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos, Porto 2012. 600 p., ISBN 978-2-503-54392-5 65 Euros 64. Tolerancia: teoría y práctica en la Edad Media. Actas del Coloquio de Mendoza (1518 de Junio de 2011), editadas por R. PERETÓ RIVAS, Porto 2012. XXI + 295 p., ISBN 978-2-503-54553-0 49 Euros 65. Portraits de maîtres offerts à Olga Weijers, édité par C. ANGOTTI, M. BRÎNZEI, 65 Euros M. TEEUWEN, Porto 2012. 521 p., ISBN 978-2-503-54801-2 66. L. TROMBONI, Inter omnes Plato et Aristoteles: Gli appunti filosofici di Girolamo Savonarola. Introduzione, edizione critica e comento, Prefazione di G. C. 55 Euros GARFAGNINI, Porto 2012. XV + 326 p., ISBN 978-2-503-54803-6 67. M. MARCHIARO, La biblioteca di Pietro Crinito. Manoscritti e libri a stampa della raccolta libraria di un umanista fiorentino, II Premio de la Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos, Porto 2013. 342 p., ISBN 978-2-503-54949-1 55 Euros 68. Phronêsis – Prudentia – Klugheit. Das Wissen des Klugen in Mittelalter, Renaissance und Neuzeit. Il sapere del saggio nel Medioevo, nel Rinascimento e nell’Età Moderna. Herausgegeben von / A cura di A. FIDORA, A. NIEDERBERGER, M. SCATTOLA, Porto 2013. 348 p., ISBN 978-2-503-54989-7 59 Euros 69. La compilación del saber en la Edad Media. La Compilation du savoir au Moyen Âge. The Compilation of Knowledge in the Middle Ages. Editado por M. J. MUÑOZ, P. CAÑIZARES y C. MARTÍN, Porto 2013. 632 p., ISBN 978-2-50355034-3 65 Euros 70. W. CHILDS, Trade and Shipping in the Medieval West: Portugal, Castile and England, Porto 2013. 187 p., ISBN 978-2-503-55128-9 35 Euros 71. L. LANZA, «Ei autem qui de politia considerat ...» Aristotele nel pensiero politico medievale, Barcelona – Madrid 2013. 305 p., ISBN 978-2-503-55127-2 49 Euros 72. «Scholastica colonialis». Reception and Development of Baroque Scholasticism in Latin America, 16th-18th Centuries, Edited by R. H. PICH and A. S. CULLETON, 49 Euros Barcelona – Roma 2016. VIII + 338 p., ISBN 978-2-503-55200-2
73. Hagiography in Anglo-Saxon England: Adopting and Adapting Saints’ Lives into Old English Prose (c. 950-1150), Edited by L. LAZZARI, P. LENDINARA, C. DI SCIACCA, 65 Euros Barcelona – Madrid 2014. XVIII + 589 p., ISBN 978-2-503-55199-9 74. Dictionarium Latinum Andrologiae, Gynecologiae et Embryologiae. Diccionario latino de andrología, ginecología y embriología (DILAGE), dir. E. MONTERO CARTELLE, 95 Euros Barcelona – Roma 2018. LI + 1045 p., ISBN 978-2-503-58163-7 75. La Typologie biblique comme forme de pensée dans l’historiographie médiévale, sous la direction de M.T. KRETSCHMER, Turnhout 2014. XII + 279 p., ISBN 978-2-50355447-1 54 Euros 76. Portuguese Studies on Medieval illuminated manuscripts, Edited by M. A. MIRANDA and A. MIGUÉLEZ CAVERO, Barcelona – Madrid 2014. XV + 195 p., ISBN 978-2-50355473-0 49 Euros 77. S. ALLÉS TORRENT, Las «Vitae Hannibalis et Scipionis» de Donato Acciaiuoli, traducidas por Alfonso de Palencia (1491), III Premio de la Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos, Barcelona – Madrid 2014. CLXXVI + 245 p., ISBN 978-2-50355606-2 55 Euros 78. Guido Terreni, O. Carm. (†1342): Studies and Texts, Edited by A. FIDORA, Barcelona – 55 Euros Madrid 2015. XIII + 405 p., ISBN 978-2-503-55528-7 79. Sigebert de Gembloux, Édité par J.-P. STRAUS, Barcelona – Madrid 2015. et 24 ill. h.-t., ISBN 978-2-503-56519-4
IX
+ 210 p. 45 Euros
80. Reading sacred scripture with Thomas Aquinas. Hermeneutical tools, theological questions and new perspectives, Edited by P. ROSZAK and J. VIJGEN, Turnhout 2015. XVI + 601 p., ISBN 978-2-503-56227-8 65 Euros 81. V. MANGRAVITI, L’«Odissea» marciana di Leonzio tra Boccaccio e Petrarca, IV Premio de la Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos (accésit), 79 Euros Barcelona – Roma 2016. CLXXVII + 941 p., ISBN 978-2-503-56733-4 82. Formal Approaches and natural Language in Medieval Logic, Edited by L. CESALLI, F. GOUBIER and A. DE LIBERA, with the collaboration of M. G. ISAAC, Barcelona – 69 Euros Roma 2016. VIII + 538 p., ISBN 978-2-503-56735-8 83. Les « Auctoritates Aristotelis », leur utilisation et leur influence chez les auteurs médiévaux, édité par J. HAMESSE et J. MEIRINHOS, Barcelona – Madrid 2015. X + 362 p., ISBN 978-2-503-56738-9 55 Euros 84. Formas de acceso al saber en la Antigüedad Tardía y en la Alta Edad Media. La transmisión del conocimiento dentro y fuera de la escuela, editado por D. PANIAGUA y M.ª A. ANDRÉS SANZ, Barcelona – Roma 2016. XII + 311 p., ISBN 978-2-503-56987-1 50 Euros 85. C. TARLAZZI, Individui universali. Il realismo di Gualtiero di Mortagne nel XII secolo, IV Premio Internacional de Tesis Doctorales de la Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos, Barcelona – Roma 2017. XL + 426 p., ISBN 978-2503-57565-0 55 Euros 86. Lieu, espace, mouvement : physique, métaphysique et cosmologie (XIIe-XVIe siècles), Actes du Colloque International, Université de Fribourg (Suisse), 12-14 mars 2015, édités par T. SUAREZ-NANI, O. RIBORDY et A. PETAGINE, Barcelona – Roma 2017. XXIII + 318 p., ISBN 978-2-503-57552-0 49 Euros 87. La letteratura di istruzione nel medioevo germanico. Studi in onore di Fabrizio D. Raschellà, a cura di M. CAPARRINI, M. R. DIGILIO, F. FERRARI, Barcelona – Roma 2017. X + 330 p., ISBN 978-2-503-57927-6 49 Euros
88. Appropriation, Interpretation and Criticism: Philosophical and Theological Exchanges between the Arabic, Hebrew and Latin Intellectual Traditions, Edited by A. FIDORA and N. POLLONI, Barcelona – Roma 2017. XI + 336 p., ISBN 978-2-50357744-9 49 Euros 89. Boethius, On Topical Differences, A commentary edited by F. MAGNANO, Barcelona – 59 Euros Roma 2017. XCIV + 400 p., ISBN 978-2-503-57931-3 90. Secrets and Discovery in the Middle Ages. Proceedings of the 5th European Congress of the Fédération Internationale des Instituts d’Études Médiévales (Porto, 25th to 29th June 2013), edited by J. MEIRINHOS, C. LÓPEZ ALCALDE and J. REBALDE, Barcelona – 65 Euros Roma 2017. XV + 489 p., ISBN 978-2-503-57745-6 91. J. DELMULLE, Prosper d’Aquitaine contre Jean Cassien. Le « Contra collatorem », l’appel à Rome du parti augustinien dans la querelle postpélagienne, V Premio Internacional de Tesis Doctorales de la Fundación Ana María Aldama Roy de Estudios Latinos, Barcelona – Roma 2018. XLIV + 381 p., ISBN 978-2-503-58429-4 55 Euros 92. Il calamo dell’esistenza. La corrispondenza epistolare tra Ṣadr al-Dīn al-Qūnawī e Naṣīr al-Dīn al-Ṭūsī, cura e traduzione dall’arabo di P. SPALLINO e dal persiano di 65 Euros I. PANZECA, Barcelona – Roma 2019. 424 p., ISBN 978-2-503-58411-9 93. From Charters to Codex. Studies on Cartularies and Archival Memory in the Middle Ages, edited by R. FURTADO and M. MOSCONE, Basel 2019. XVI + 328 p., ISBN 978-2-503-58556-7 50 Euros 94. El lenguaje del arte. Evolución de la terminología específica de manuscritos y textos, editado por A. GÓMEZ RABAL, J. HAMESSE y M. PAVÓN RAMÍREZ, Basel 2019. XXXI + 243 p., ISBN 978-2-503-58791-2 50 Euros
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