El desanimo:Ensayo sobre la condicion contemporanea

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Eduardo Sabrovsky

EL DESÁNIMO

Ensayo sobre la condición contemporánea

© EDICIONES NOBEL, S.A. Ventura Rodríguez, 4 33004 OVIEDO ISBN: 84-87531-69-5 Dirección de Arte: Luis Vallina Ilustración de sobrecubierta: fragmento de El ángel Rafael abandonando a la familia de Tobías, de Rembrandt, Museo del Louvre (París) Filmación: Grafinsa, Oviedo Impresión: Gráficas Summa, S.A., Llanera (Asturias) Depósito Legal: AS-1.138/1996

Hecho en España

“Pues bien, el espíritu es sin duda algo especial: ¡sabemos tan poco de él y de su relación con la naturaleza...! Siento mucho respeto por el espíritu, pero ¿lo siente también la naturaleza1? A l f in y al cabo el espíritu no es más que un fragm ento de naturaleza y el resto parece poder arreglárselas muy bien incluso sin ese fragm ento. ¿La naturaleza se dejará realmente influenciar en medida relevante por el respeto hacia el espíritu ?” Sigmund Freud, CARTA AL PASTOR PFISTER, 1930 “La antigua alianza está rota: el hombre sabe al f in que está solo en la inmensidad indiferente del Universo, de la cual ha emergido por azar. Así como su destino, su deber no está escrito en parte alguna. A él le toca escoger entre el Reino y las tinieblas Jacques Monod, LE HASARD ET LA NÉCESSITÉ, 1970

Agradecimientos

E s t e e n s a y o fue escrito en su mayor parte en la ciudad de Valencia, durante mi estadía de dos años (1 9 9 3 -1 9 9 4 ) como becario de investigación en la Unidad de Filosofía de la Téc­ nica del Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valencia. Esta estadía fue posible gracias al fmanciamiento otorgado por la Consellería de Educación y Ciencia de la Generalitat Valenciana, y por la República de Chile (Beca Presidente de la República). Vaya mi agradeci­ miento a estas instituciones, así como a todos quienes me brindaron su hospitalidad y amistad en la ciudad de Valencia. El Dr. Manuel Jiménez Redondo ha sido un referente in­ telectual fundamental durante estos años, y también un gran amigo. Su seminario doctoral me dio la oportunidad de for­ mar parte de un grupo de discusión de alto nivel teórico y gran pasión por las ideas. Las sesiones de este seminario, las conversaciones en calles y pasillos, los almuerzos de los días viernes, fueron decisivos en la elaboración de las ideas que aquí expongo. Mi participación en las discusiones de este grupo fue una prolongación de experiencias similares vividas en Chile du­

rante más de una década, en condiciones de un sin sentido que no termina, que no terminará quizás de disiparse. “When everything is bad it must be good to know the worst”, es la frase del filósofo inglés William Bradley que Adorno puso co­ mo epígrafe de una sección de Mínima Momlia, su “ciencia melancólica” . De Edgardo Busquets y Germán Bravo, ami­ gos muy queridos, integrantes del seminario que dirigí durante los años 1991 y 1992 en el Instituto de Estudios Transnacionales (ILET) de Santiago de Chile, recibí leccio­ nes prácticas estremecedoras de esta dialéctica negativa, que sus amigos preferiríamos hubiesen omitido, pero difícilmen­ te olvidamos. Desde la distancia, Cari Mitcham, director del Programa de Estudios en Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Pennsylvania State University, y erudito impulsor de los estudios filosóficos sobre tecnología, ha sido una fuente constante de estímulo y apoyo. Agradezco además a Cari algunas de las con­ versaciones más profundas concebibles entre un “cowboy puri­ tano” (como él mismo se define), y un judaizante más bien escéptico y nihilista como yo. Por una feliz coincidencia, varias de estas conversaciones tuvieron lugar en la misma ciudad de Oviedo, en la cual este ensayo ha sido finalmente publicado. Mi familia, más allá de los cambios de roles, de las luces que se encienden y apagan en la vida, ha sido una fuente de apoyo abierta a todas las aventuras. No pocos de los argu­ mentos desarrollados en estas páginas tienen, al menos para mí, la huella de conversaciones con mis hijas Daniela y Mara, habitantes de un mundo des-animado, que habrán quizás de reinventar. “Allí nos aconteció la vida” (Paul Celan). La ciudad de Va­ lencia, sus calles y cafés, sus cines y museos, su mar y su cie­ lo, fueron para mí el escenario de encuentros inesperados,

desgarrados, intensos, que constituyen el trasfondo vital de este trabajo, y que recordaré y agradeceré siempre. Finalmente, expreso mi reconocimiento al jurado del Pre­ mio Internacional de Ensayo Jovellanos y a Ediciones Nobel por hacer posible esta publicación.

1. Introducción: el ocaso del animus

¿Cómo p e n s a r los tiempos que vivimos?