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Spanish Pages [488]
ÉM
¥^P^^'^.
EL BRASIL INTELECTUAL
OMIÍAS
Poesías
IKS()-ISS;>
i
'.
.MIS.M(J
í)I:L
Jíicoliscii, rdilur.
AITOU
Haici'liiii,!,
Esludios Literarios. M. Muiilli», cdiluí'. M.idiid,
ISN.'I.
IXS't.
Impresiones (De Buenos Aires á P;uís. llecueidus de
Veiic/.iiclíi.
Hecuordos de Colombia). Madrid, 188i. Lci/ Socidl
i
(;(isliiiiii>re^ coiitiMiiiHn;'! iicas
Huellos Aires, Liftrus
Autores
11
FiMix L.ijdiiaDc, cdilor.
.
188").
novela en
[]/,i
(d
De fodo
IMata.
nii
poco. |{os-
(|nej(is liisfóricosl.
Félix Lajoiiaiie, edilor. hílenos Aires, 1880.
.Miitialunis.
Iiii|iiciila rlaucia
(•
de nuestra
])ro(iucción inlelechial?
El
examen de
estas cuestiones exigiría largos desen-
volvimientos y acabaría por llevarme lejos de la materia de estas páginas. Ante todo sería necesai'io dilucidar este punto:
¿tenemos realmente una cultura
artística
propia, algo ([ue pueda llamarse u)ia lilei-atura nacional, •'»
la
esíainos en condiciones de lenerla?... prelensi(')n de
haber conseguido
(Icsidcrdlmii |)ara naciones
(jik'
desai'roMo de los instados
t
plantear
¿Podemos abi'igar
b) (|ne es
lian llegado al
nidos?...
problema para resolverlo.
el
acción de las
mismas causas
lodavía
grado de
Parece snlicii'nle .\llí
como
jn'odiicido
lia
un
acá, la
resultados
análogos, sin conlarcon resislencias peculiares á nuesiro ukmIío y (|ne
acli'ian
en
con inlensidad j)erniciosa. Los
él
priniilivos colonizadores sndainericanos v sus descen(licnlcs, (jiie
i'i
par de los
d(>l
consagrar loda\ía
silaban con\{
su oxisloiicia. anali-
Ai'
doiioniina do i'ol)nnlac¡ón". (Con-
porque pasa-
la transí'ormacióji
atravesando
los colonos
Ac
lilcnitiiia
la
al
el
océano Atlántico, y en
medio
«Dominados por
la
físico
y
aniMonlo
al
rudeza del medio,
om-
brias^ados por la naturaleza [ro[)i(al. ai)iazados con la tierra, todos ellos si
un núcleo
viajes,
no
transformaban
se
casi
en salvajes; y
fueiio de colonos renovado por continuos
los sostenía en la lucha, raro era
basen pintándose
tando las ideas,
el
de los indígenas»
cuerpo do jonipapo y urucú, y adop-
costumbres y hasta
las
que no aca-
las brutalidades
V.
La influencia de nuevas gentes, tacto con los pueblos del viejo
la facilidad
mundo,
del con-
las corrientes
inmigratorias, que se difunden en todos los ámbitos del país,
y que luchan sin tregua por
el
somolimionto de
la
naturaleza, son otras tantas causas que en el Brasil con-
curren para que
mento de
la
la
acción del medio se debilite, en detri-
originalidad individual. Consecuencia de
estos hechos, es el espíritu de imitación
cultura intelectual de aquella nación,
república del Norte.
«En gran
que estraga
como
parte, escribe
la
un
do la crítico
á este respecto, la literatura de la última no es sino
(I)
Arauipe Jlmor. Lilleraluia ünizileiva. Gregorio de Muttos.
la
una
prolongación 6 continnación de
do Europa. Artistas
la
nativos han perseguido su ilustración en
buscando
las fuentes, las
arte en el viejo
europeos,
de recibir
un
reglas y las sanciones de su
fallo
miento, sino de
lii
más
de tratarlos todavía más; y su
ambición, como
alta
exterior,
mundo. Sus temas frecuentemente son
modo
el
el
la
de todos los colonos, ha sido la
favorable.no de
de sus antepasados.
Frankliu
mei'os escritores de nota.
de su naci-
la tierra
i^]utre
\\\v
sus
pi'i-
un discípulo
práctico de Locke; Jeíferson. de la revolución francesa.
Más en y
tarde los americanos
en
el traje,
el
á los ingleses
hniim'ls
ari'
han seguido
paseo, en la cocina y
y alemanes en
(idlllcfnt
^
Iml
También en
el
bros, delatan
una especie de
Bi-asil.
la
la ar([uitectura,
pensamiento:
el
llicir
á los franceses
hñnks
T/ieif
Tri/fo/tid).
(irc
inmensa mayoría de
los li-
espíritu de
¡nliJti'aciiMi tbd
los maestros extranjeros. Los (jue aspiran á poseer
literatura aborigen y tra este
un arte indígena, sesul)levan con-
sometimiento del espíritu y claman
independencia moral
pendencia
política.
una
»,
como complemento
¿Pueden aspirar
de
j)or « la
una
inde-
á (día nuestros ve-
cinos y jactarse de poseer un «espíritu brasilero», cuando
no tienen todavía una nacionalidad formada y homogénea, y una verdadera einogralía moral?... lii escrilftr distinguido, en los
un
liliro
reciíMde sobre
orígenes del cosmopolitismo literario francés, da una
j-espuesta (|ue
me
parece decisiva:
«
(^omo
las especies
— aniíiiiilcs
tahlf's
('
—
tic
ellas
— las razas no
son iiiimi-
|)or el coiilrario.
coino osas
Tt'xlc
sino se
cnizaii
\
se liaiisrorinaii |>or
cnizamit'iilos. Ilaco oclio ó diez sij^los
im cxlronio de Europa
un cainhio de ideas, y qne
jx'iisamieulo
mán,
lalilcs.
luisiiias
efeciiia. de
cio V
.l()S('|)|i
iiii|)('iii'l
(•s|K'c¡ia exieriof, es
Sn.viu HoMiim. Hisloiia
dii
l.illrriilurii.
pá}.'.
18).
homl)i'(>;
^
;'(
Michel LÓVN
oslo rospocto rila las .
on su
'l'ni'ilr
los climas eciialoiiales en
cuoule
{\v
t'-l
«
lieue en apreiuler
(día
faciillades invenlivas
n.
Se
la
\
|)i-oiila.
Irala. lo
la
lie
de
titd la
brantes «
\
uo
l'aeilidad
lionilti'o
un
de con-
liailo.
en
juicio sintético qui' hace
vida intelectual del Brasil, aunque no creamos del
la
todo
el
el(»-
diídio \a. de
vicciones y do principios linnos. l)eljomososcu( desarrollo de sus ideas, en
oléelo de
superlieialidad do sus
espíritu indepeudioulo y varonil, de un
el
do
|irecoe¡dad de los
la
lalonlos de su raza, su oxíenuacií'iu (jue
i'l
parece exaclo.
le
e\|)liea
p.-'i^iiias
Eso cuadro
lioniltro.
el
l'eui'uuonos uuultidos
vacila en alii'inar ([uo
admiraMos
(riu/i/iriir^ soljl'O
pintura que nos traza en estos pán-at'os vi-
:
El trabajo inteleclual es en
el
Brasil
un martirio: por
eso producimos poco; nos cansamos pronto; onv(\jocemos
y morimos de prisa. La nación necesita más de un
men
diete'tico acertado,
brasilero es
un
de la A'ida;
más
que de un régimen
i'é^i-
¡eolítico.
El
ser desequilibrado, herido en las fuentes
apto para quejarse que para inventar,
más contemplativo que pensador; más
lírico,
más amig:o
de sueños y de palal»ras retumbantes que do ideas cientilicas
ni la
y demosti'adas.
\o tenemos
íilosofía,
ni ciencia.
gran poesía impersonal de un Shakespeare 6 de un
Goethe
;
tenemos
el
palabrerío gárrulo,
beaterío enfermo y fanático de
devaneos
fútiles de la
un
el
misticismo del
lado, y de otro, los
impiedad impertinente y
fácil;
en
— la
—
2(í
poesía, ol lirismo siiljjelivisla, mórbido, inconsislente,
ama
vaporoso, nulo. La nación no raleza, ni se
une
de frente á
á ella por la ciencia
:
miento de en
la
el
el
él seis
San Vicente, cuando naufragó Salváronse
de sus comi)añeros, y fuei'on devorados por
hecho
los gentíos antropófagos, y él
enfermo,
me
nuevo descubri-
al
los bajíos de Boipel)á, ¡)r(')ximos á Bahía.
con
las sinte-
prólogo á que antes
"Diego Alvarez pasaba caj)itanía de
que
poeta,
mejor
])ara
por venir
esperai-,
nuti'ido servirh's
(h^
más gustoso
pasto. Encallada la nao. deji'ironh) sacaí* de ella prt' (lliiudio .Miiuucl
da (Josta, Peixoto,
más grandes
lignras d(d lirismo
Al va renga, las
Caramiirú, Canl.i VI. cslrofas XXXVI
.i
Xl.lll.
— brasilero
tlrl
sigilo
jado apenas un
y
social,
y en
e¡eni|)l(>
el
primero, más
wm.
4a
—
diciendo que ellos nos lian de-
lilfrario
oidcii polílico
unas pocas notas poéticas; el
menos empañado en
la
de
bi
la
vi(bi |)sí(|n¡('a
de su
|)alr¡a, ,
des-
y que
GO
uCointe sólo fué abandonado por amor
Darwin. á Hacckol, lluxlcv".
á
Büchner, á Vogt.
positivismo
1^1
á ^loleschott, á
nno de
lo j)aroco
menos fundadas. Recordándola
sohre las dos maneras de juzgar ('-onile.
lles,
grandes
frase de StuartMill ol)ra
la
l»u(Mia la organizaciíui
de Augusto
y malos los deta-
un gran número de
ó viceversa, reconocer
detalle el
« liiillar
los
han snfrido cen-
sisliMnas de lilosolía (jne, en este siglo,
suras
Sponcer, á
á
ideas de
como profundas y como malo juzgar el conjunto»,
señor Romej-o dice que, á su juicio, hay defectos y
aciertos en
plan general y hay defectos y aciertos en
el
Entre los aciertos encuentra
los (h^talles.
de las ciencias, nsupcrio]' á his j)ropuestas
chisilicacii'tn
por Am|)r'r(^ y por Sjx'ucer doctrina
el
propagar
liahci'
V
»
tamhií'u a]dau(h^ en esa
;
ayudado
i^ahra/ado.
evoluci('»n y
In
los seres».
medialamcnlc de hecho
este (dogio,
conlesla niicvameiile
sí
¡i
mismo
liierlos
lieiiellléiilo (|o llamado ortodojo. tam-
el o¡)íloto terrible á la faz
discípulos de Comte.
;í
En suma, para
de Littro y otros
Silvio
Homero.
" el
positivismo, sistema truncado que degeneró en teología
con su
lie/i'/ió/i
(h la lianiaa'ultKl,
espíritu do primer orden: el de
S('»lo
Augusto Comte». ¿Ha
puesto en su verdadera luz al maestro, tor Pereira Bárrelo?
noce
al
Según
grande hombre por
de Jacarohy». Más lejos
lo
el
las
cuenta con un
señor
el libro del
Bomero «no
doc-
se co-
compilaciones del médico
llama
('s|)íi'¡lu
y
la
cxlonsión do su escrito una j;ran
un scnlido
Creación es para
Id
cida
(!»'
—
63
crítico olivado
tierra,
probar
tesis principal,
/•'///
dilu-
la geología brasilera, el
crecimiento do la
no sea original, sino sacado de autores como Mou-
nier, el sabio belga Delbu'uf y elsabio «
Kl
una obra do mérito qno
él
muchos puntos obscuros de
aunque su
>».
que admite y proclama que toda
la
alemán Ilartmann, materia que existe
está dotada de vida, sensibilidad é inteligencia, en estado
A
inconsciente en
universo y consciente en
(d lioniltro».
Este espíritu do imitación tilosóíica, este sometimiento al
pensamiento de maestros europeos,
lo
encuentra igualmente en
el
el
señor Romero
libro Las Funcionas del
Cerebro del doctor Giiedes Cabral. «Este libro os una repetición,
que el
se
—
dice,
— de
ha escrito sobre
algo de lo el
asunto.
mucho provechoso
En
la parte filosófica
autor se adhirió especialmente á Büchner, Moleschott
y Luys, adjuntos á Taino y Bain. El doctor Cabral estudia el
cerebro y
el
cerebro y
la
sensación,
el
cerebro y
sentimiento; y
el
el
pensamiento,
más especialmente,
localizaciones de las facultades intelectuales,
el
las
origen
do las ideas llamadas morales y las cuestiones conexas
con
la
tema,
pasión y el
señor
el
crimen.
A
propósito de este último
Romero hace una
larga transcripción de
Las Fanciones del Cerebro. Debo confesar con franqueza que,
como
trozo do
todo. Encuentro
un
allí
filósofo, ella
no
me
satisface del
un eco apagado de esa
ciencia de
— que
íanlasía,
velas de
puesla
de
la
— que
las
no-
Terrail á la literatura, y que
hoy
está
es á la verdadera filosofía lo
Ponson
(^11
64
lio^a
dii
por
el
profesor
Lombroso y otros
antropología criminal.
.^
cultores
VI
EL
libro de Silvio l)re
el
estudio so-
Tobías Barrete, de quien también se ocupa
extensamente en biendo
Romero termina con
allí
la Hlsíaria
una gran parte
la Filosofía en el Brasil.
las dotes de
de la Litcvulurd, transcri-
que
del juicio
consagra en
le
No examinaré en este momento
poeta de este distinguido escritor.
todos los versos suyos que transcribe
el
me
decir algunas palabras á propósito de ellos, al
ránea. Lo que
me
la
musa
brasilera
interesa por ahora es
el
leído
señor Romero,
y otros dispersos en publicaciones variadas, y
de las manifestaciones de
He
reservo
ocuparme
contempo-
talento literario
de Tobías Bárrelo, es su facultad crítica, va que nada
encuentro en
él
que autorice á llamarlo
filósofo.
Desde
luego, su vida inspira una viva simpatía por su persona.
Ese joven, destituido de medios de fortuna, que sale de
Campos, un
villorio de Sergipe, para conquistarse solo
y sin apoyo de nadie una educación
difícil
de lograr en
;
—
()6
—
SU tiempo y en su residencia; esa
ingreso
al
Seminario de donde
día de permanencia
;
Bahía y
lle§:a(ia á
sale después de
el
un solo
sus largas peregrinaciones por la
ciudad desconocida y hostil que parece querer expulsarlo de su seno, pues ella, el hotel
la
primera noche en que
donde
cntn') fué
se
hospeda en
presa de las llamas; su es-
tudio tenaz de la lengua francesa y sus coloquios conso-
Hugo y los románticos de la época luchas en Pernamhuco para terminar sus estudios
ladores con Victor sus
de derecho, sosteniéndose con
cionaba una cátedra de se sabe
latín,
el
producto que
pues
el
le
propor-
pobre muchacho, no
cómo, había tenido tiempo de profundizar esta
lengua clásica: toda esta larga serie de contrastes, de sacrilicios
y de combates, forma una de las biografías
más nobles un
é interesantes
de que pueda enorgullecerse
escritor sudamericano. Los incidentes de esta vida,
por olra parle, explican y disculpan cierta acritud altanera V cierto orgullo misantrópico que se trasluce en los
calma de hom-
escritos de Tobías Bárrelo. Deitiijo de su
bre formado, de autor eminente, se adivinan los dolores pasados y las lole dicMS.
Si f/ III)
i'ii
dice el señor
dueño de una
la
«
en
el
alemán
y lenguas. Según
es autodidacta,
fuerza de la palaljra, y tanto
en
más admirable
cuanto que escribe bien este idioma según atirman personas competentes
».
Los lincamientos de esta educación y de esta vida, desenvueltos en un medio oltscuro de provincia, lejos del liullicio V el roce forzado de las
son por
sí
solos el
grandes capitales,
mejor comentario de
la
mentalidad
de Tobías Barreto. La independencia de sus estudios solitarios, le inspira
una libertad de
criterio de
que usará
— las rirciinstancias
en todas
—
68
do
la vida.
Sus larcas medi-
taciones sobre los ¡)roldemas morales y íilosólicos que
surgen
íí
su paso y que analiza á través de sus autores
lavorilos. lo liact'U sistemático, de vistas profundas pero
estrechas. Acostumlinulo á uo conversar sino consi§^o
mismo,
á escucliarse á sí propio, á
facción íntima
recom|)ensa y
la
fatigas intelectuales, sin
el
buscar en su satis-
consuelo de sus largas
pulir los ángulos salientes de
su naturaleza poderosa en esa convivencia de social
que dulcilica
zas, posee
una
los caracteres
zas.
Su
la
Á/i'iiKiiifs, (juf
con interés,
y
un orgullo
|)r(q)ias
fuer-
debe ser limitado; sus gus-
amores escasos, pero ardientes. Y
en efecto, en las
tal sf |)resenta,
mismo
que lienc en sus
borizonlt' inleleclual
tos exclusivistas; sus
(juc le
\'v
vi(bi
y suaviza sus asp(M'e-
alta conciencia de sí
defensivo basado en
la
]);'iginasde los Es/nt/ios
acabo de leer de nuevo, con atención y
así
como
á través de la biografía y del juicio
consagra su amigo más
fiel,
su
discípulo
más
constante.
— dice Silvio Momero, y como — a|)oyaiido en fondo esta síntesis de su espíriln. — es coni|deto IVagnn'nlista; cortos, ligeros en'
,i!)¡¡i
(l.'inddiios
siuld^
>u
riili-
sidirt' el
alma
d('S('iii|M'ri('i
un papel
rcjuiMicana de su pa-
El i»sicoloii(» necrsila dociimeiitos de esta especie pai'a
jienelraren los pliegues y en las nntdalidades
un personaje
terizan á
('•
iluminan
las
carac-
ijiie
complicaciones de
su ser íntimo. Por mi parle, ese grito de prosélito dirigido
por Benjamín (lonstant
á su esposa,
me
enseña más.
propósito de su acción y su [)ersonalidad. que lodo
lo
á
que
he leído á sn respecto, ya sea la crítica de sns enemigos,
ya sea
el
himno de
dable qne
la
sus turiferarios. Entre tanto, es indu-
inlluencia del positivismo se
manera mai-cada en
el
comienzo de
los escritores brasileros
dicen claramente. dio será
Imperio
"
se
la Repíildica.
para
el
futuro.
— leo en
que sólo fuera lemporal. de todas
la
est
lo li-
libro
el
República Dictatorial de A. Carvalho,
bierno, una decidida tendencia hacia
más
y todos
ocupan de esa época
súbito manifestóse en ciertas regiones próximas
el
de una
Por un singular teníúneno cuyo
muy interesante 1/
que
ejerci('>
— de
al
go-
supresión, aun-
las libertades,
y surgió
decidido entusiasmo en favor del rt^gimen dieta-
— lorial. (pie
unos
(It'claraban indispcnsalilc j)ara
al
mismo liempo
y
([lie
más
otros,
—
SR
monar(|H¡slas y á los socialistas,
á los
lilosol'ía
|)osilivisla de
prende!',
me
Augusto Comte niunamente.
la
¿Cómo com-
>.
(pie la religión
Humanidad haya producido después
la
nombre de
cicnlílicos. cxij^ían en
j)i'eiinnlo
contener
(\sos
de
resultados
mez(juinos, opresores, y hasla sangrientos (|ue
le i'epro-
chan sus adversarios?...
Hay en algo
(|ut'
esto algo obscuro para
ex
I
I-a 11
dulo
csl.'in
y anlecedenles qm^
mi parle, be
¡ero. |*or
;i
observador extraño,
no puede ser concebido de una manera clara y
evidcnle. sino por los (pie dt'lailcs
rj
prop(')s¡|o
(je
en
secrelo de
sililiiyiilc yf'clo di'
lj(ii:slilucii'iii
pri'-niladd por
son caraclerislicos. Véase en en
el
articulo
tirasil
1"
las
palabras
"Considerando:
:
oal¡a de .\nunsto (lomte". Y sj)encerista
el
i's(a|)('»
oi-(leu econt'iinico.
e\p|
lioinbre con
él
ev(ducionisla |)uede
mon.ír(|nicit. en
en :mIc.
¡dcii
I
¡
slii
.
sra-
cuesliítues
pensamiento (•outeni|)oráneo
.
IX
EN
una
serie interesante de artículos puhlicíidos en
Buenos Aires,
el
distinguido escritor Franklin Ta-
vora, señala la existencia de dos escuelas literarias en su patria.
por
lo
«Si ellas no están del todo formadas,
menos
se
— dice.
revelan visiblemente en las producciones
de las dos grandes regiones en que se divide natural-
mente
el país.
No
fué
impunemente que
la
Naturaleza
colocó el gran río San Francisco entre las Provincias del Norte y las del Sud. Ni es materia
que causa asom-
bro que en un territorio de 291.000 leguas cuadradas, la naturaleza
difican al
medio
y
el
clima provoquen diferencias que
mo-
hombre, porque esas diferencias son leyes
físico
que han de
iniluir
mación de su individualidad
»
forzosamente en /).
del
la for-
Sin pretender dilu-
cidar este punto que ha dado origen á violentas discu-
tí)
vora.
La Literatura
Brasilera. Escritores del jS'orte del Brasil, por Franklin
Sueva Revista de Buenos
Aires.
T;i-
— siones en
mo
Brasil,
él
98
—
parece que
el
juicio del doctor
Tavora tiene i'nndamentos sólidos y que está sobrada-
mente apoyado por
obras de Inglez de Souza, de
las
Santa Elena Magno, y especialmente de José Verissimo. El norte, de todos modos, ha contribuido á la vida inte-
una pléyade notable de hombres
lectual del Krasil con políticos, de oradores
y de
literatos, entre los cuales se
cuentan, además de los citados, de Tobías Barreto, de Silvio
Bomero y muchos
en
pasado, y actualmente hombres de ciencia
el
el
otros, estadistas
como Saraiva
como
doctor Francisco de Castro y escritores de la talla de
Joacjuín
Xabuco y Buy Barbosa. Tal vez
genuinamenlt'
por
l»rasilera;
lo
menos,
está allí la cepa es allí
donde
se
Conserva más
la originalidad nativa de la raza, adulte-
rada ya en
sud por
el
la infusis
v j^roseros los
Uhir(ij(iraíidail tie la
forma
del
sentimiento a|)asionado. por
poi-tica. |)or la
la
traducción elocneiile
de sentimientos tiernos y amorosos. José Verissimo cita
al^nnas estmlas popularo
mny
¡nieresanles v ([ue re-
— volan,
('11
su
la raza (juc
iii^ciiiiidiHl
—
111
sin iilcilcs, el
confía á ellas sus
íiIimíi
lanicnlos,
copio á cf>nliiinaci()n y en (juc so escucha
encorvado bajo
testa del esclavo
O
negro cufindo se muere
Es
i:(iie
el
Es
pnr(|iif Dicis
^r
rii.iiiilii
grito de pro-
muere
ll.iiiiii.
lii
esta otra em})aj)ada de
(|ut'
la
In iii;it(>;
.ili'nlinl
bl.iMcii
como
látigo del caj)ataz:
el
Un Un
el
de
iiiisiii;i
.
iroiií;
Cuandu un blanco
está
comiendo
Con un negro en compafíia. Es
Ú «
La
una
el
del
blanco
el
negro es
deudor la
comida...
historia do nuestro país
pág^ina elegante en
— dice José Verissimo en
que define
la
juodinha brasilera y
que transcribo como una muestra de la belleza de sn
estilo
— nos enseña que su primera sociedad fué compuesta de malos elementos. Las primeras inmigraciones fueron lamente de hombres que no queriendo casarse con jer
que habitaba esta región, por motivos
la
fáciles de
so-
mu-
com-
prender, hicieron de ella su concubina. Así constituida, si
áesose puedellamarconstitución. laprimiti va sociedad
brasilera, á la cual faltaba el
mentos
sociales, la familia,
más poderoso
de los ele-
no podía ser sino inmoral.
Bajo un sol ardiente y en una naturaleza exuberante, el
temperamento amoroso
las trabas
que
lo
del portugués, libre de todas
refrenaban en
la
patria,
ganó aquí
—
112
—
nupvo vigor y produjo el mestizo voluptuoso, impresioiiíiltle, apasionado. Fué en este medio en el que la poepopular portujíuesa
sía
individuo que (jue
la
Es en
el
desenvolvió y fué aqu(*l
asimiló y (|ue
caracteriza bien
dio
le
la
como nuestro genio
allí
cionalizan tanto que diríais constituyen
es la
más
rica de las
jiijo
que algunas de
pontáneamente nacional, como
la
artístico.
del por-
que nacen sus más
india ó de la africana
formas, y es de
el
vigor ei'íUico
el
seno de ese elemento m-'slizo. del
tugués, de liellas
la
se
ellas se
na-
una forma
es-
modinha. La modinha
formas con que
se manifiesta la ins-
En
piración poética de nuestro pueblo.
ella
transformóse
\a jal (ira de los trovadores y castellanos guitarristas,
ó
más ininediatamente
el
failn del
El lenipei'amenlo niclan((dico
|)orlugués.
|)iHd>lo
amoroso
did brasilero, su
volupliiosidad. las lúbricas pasiones (jue se desenvuel-
ven en un medio uo educado por era y todavía es boy,
casamiento,
el
aunque en menor
como
escala, nuestro
medio popular, contribuyeron fácilmente para esa transformacii'.u. Así, esa
forma caracteriza bien
dolencia
i\v
nuestra raza, proveniente de
cxlraoidinaiia de nncsira {\v
nainriilcza
nuestra vida, casi eximida de
la exisjeiici;!.
cari'icler
¡i
jo (|ne
producir
la
la
tendencia
abandono,
m('»rbida de nuestra poesía popular, el
^
le>
prodigalidad
la
de
de
la in-
la la
felicidad
hndni por
engendra esa lendencia de uueslro los ¡imoi'es IViciles.
de nnesliii ins|nrac¡('in j>opnlar.
I']n
la
l'uenle
única
nuestra no pequeña
— colocci(jn Jo
)tio(lijiluis
CSC
monotonía. Es siempre de
('!
el
derivan: los celos,
113
—
lema repítese con íaslidiosa
amor la
y los sentimientos que
saiuhidr^ el deseo, en len-
guaje gongórico é inllado, pero á interesante. (linhas (|iie
y
es
Y
leyendo
menudo
las colecciones de
que corren impresas, llégase á
nos lleva este estudio de
que
ella,
la
sentido é
nuestras
la
mo-
conclusión á
poesía popular brasilera
por falta del elemento tradicional, es pro-
fundamente individual, pobre y monótona. Su desenvolvimiento no es igual en todas partes del Brasil, habiendo sido
mayor en
toril
no sólo
es
el
sud que en
el
norte,
más desconocida
donde
la
vida pas-
menos acentuada,
sino
y es generalmente en ese medio donde han nacido todos los grandes poemas j)opulares, otros fué allí donde tuvo
como
mayor expansión
poético de nuestro pueldo.
el
casi
entre nos-
sentimiento
»
Las líneas transcriptas bastan para diseñar la fisono-
mía
del crítico, la sencillez elegante de su expresión, la
solidez de su criterio, la seguridad de sus juicios, siem-
pre fundados en la reflexión y en
el
estudio. Las cuali-
dades de su estilo corresponden á estos dones nativos del escritor. Corriente y fluido sin caer en la dilución
de las ideas que aqueja á tantos autores meridionales y á tantos diletlcmti sudamericanos, se placer, sabe captar el interés y
le lee
siempre con
mantenerlo durante
el
curso de toda una obra. Entre los literatos de su raza, es
uno de
los
que han consagrado
al
trabajo intelectual
—
114
—
una dedicación más constante y abnegada. Magalhaes á
sin libros » llamó Valentín expresií'tn
América
que
casi
como
los que,
la de su patria, la
debe sin duda á otros
José Verissimo, han puesto
suma de
de su parle una inmensa
on
Literatura
puede aplicarse en conjunto á
latina. Si ello es así, se
hombres que
«
esfuerzos generosos
de los ideales que luin impulsado su acción y
í'iivor
alentado sus
Su vida entera
trabajos.
está repartida
entre los afanes de la enseñanza universitaria y las preo-
cupaciones del hombre de
pedagogo
nista y
en su país; por
lo
Su labor de educacio-
letras.
más conocida y apreciada menos, los resultados de ella son más es tal vez
populares. Sus esfuerzos literarios, sin embargo, son
igualmente considerables y dignos de simpatía. Cuando
han sentido heridos por
otros se sistido
más
011
la
mismo
lucha; y hoy
iíiijtortaiitc
el
desaliento, él ha per-
se le
ve
al frente
de la
publicación literaria de Río de Janeiro,
La
/{rr/s/a l!rr/z///'iro,
to,
y donde sus artículos distinguidos dan la nota crítica
Su
del día.
(|ii('
una de
silueta os
todos los que frecuentan la l)ella
ñía de
(}itri(l()i\
libro ó (pie es o|
sando de
agora df
l.aniiiucí"!
ConniKii
in
(i
la
las
más
familiares para
pequeño mundo le
literario de
ve siempre en compa-
un amigo en aquella curiosa Rúa da
de alguna libroiía ú
(In
el
ciudad lluminense. Se lui
con entusiasmo y acier-
dii'ige
{\o
i'i
lȒo
alguna
(¡aruicr.
(idzrlld
ilc
de jaueii'o, en
r('da('ci('»u
iV^
puerta
diario, pa-
O
Jornal
donde
él está.
con escalas en \n/irif/s; \
la
— ¡xxlí'is
oslar
.so};iiios
—
iir;
do cucoiilrar un lioiahro de espíritu
y un corazón leal, un g'ruj)o do amigos oin
bajo
la
c
Lo
nos ha
(jue
— dice. — es no haber hasta
ahora sido un pueblo naniericano" en lico
importante pro-
al
mí por
sentido
lilos('>-
(pn'' ¡iniios¡b¡li(lare una de sus
primeras publicaciones, mencionada de paso algunas páginas anlrs. y
(jin'
es tal vez In
interesente salida de sn pluma. (Ir
ridd AiiKizñnica.
In
más
siiei-o.
más
la
más
masa nativa de
la
Escenas
nacionales,
medio bra-
inldiuciu-ia y del
interesante bajo su doble
de psicología de la
característica é
rclicro á las
de las obi'as
\UY,\
i-epresentaliva de
Me
más
as|)t'n artística, real y ])alpitante. de sus cos-
tumbres y sentimientos, y de
los accidentes de su vida
en medio de la naturaleza es})lendorosa de aquellos lugares.
La primei'a gi'iida
|)iiiie
de esle
libi'íi
liei'moso está consa-
leiignaje. á las creencias y cosliimbi'es de las
al
jxddaejoiies indígenas y mestizas de la
nuevo de
pesar de
lo
es ésta
nuís notable.
la
escenas descritas en
las ¡í
Amazonia.
mi entender, sino
palle, en (jue se encuentran
la
ella,
acaso
jálenlo descrijdi vo
(d
(d
algunas narraciones des-
es|)esa
de
prestigio de esa regií'm
plorada, de ese
de
i'íos
.l((S('
misteriosa y poco ex-
('(dosales. de ese laberint(» t-n
(pie
plegado toda su |toderosa
la
am-
Verissimo. ¿Es
mundo admirable bañado
nionles frondosos,
no
segunda
bordantes de color local y (|ne revelan en toda su plilnd
A
por una
red
de sídvas y de
naturaleza tropical ba des-
lozanía,
todos los inlinitos
— rociirsos de su
—
123
me
lo (pie
Ix'llczii.
iiiii'iir
liiic»'
José Verissimo con tan viva simpalía?. nia! Este solo nomltro exalta nii
evocación repentina
esplendor de
grandioso de
la
mis ojos
;'i
|»aisa¡es tropicales
('|)is()-
vistos en
ju-
la
monstruosos árholes de
los
las orillas del Mao:dalena. la el
y la trans-
liempo. despichando cu una
el
ventud y nunca olvidados:
uoco,
¡La Amazo-
iinajiiiiacii'iii
porta á otras épocas, haciendo revivir dios ('picos horrados por
.
.
ohi'adc
la
entrada soherbia del
las llorestas
paraguayas,
natnraleza de las Antillas!.
nunca han estado en contacto con
.
.
()v\-
el lujo
Los que
la tierra tr(»pical, los
ni se
han
sentido dominados por su voluptuosa eml)r¡ague/.
— no
que no han prohado sus etluvios magnéticos
comprenderán nunca toda
la
seduccic'm que inspira esa
región magnífica. Por mi parte,
Esrrna^ dr
al leerlas
la
vida Amazónica contieso que he sentido con inusitado
ardor la nostalgia de
poderosa de seguir
la
Tin-ra ca/icitff.
una tentación
las huellas del viajero
en aquel dé-
dalo de ríos y de selvas en que se agrupan los restos
dispersos de la raza tapin/a; y he quedado largas horas
melancólico, con
el
lihroen
la
mano, pensando en aquel
Eldorado inaccesihie, y rehaciendo en
la
mente
las
im-
presiones que dehieron sentir los compañeros de Urellana, al el
desembocar con su rústica nave, labrada con
hacha y
dulce, el
la
espada del soldado, en aquel inmenso mar
más grande y admirable
ñados para
la
epopeya
de los escenarios so-
—
124
—
no ha sentido, por otra
¿(Juiéii
parte, en esos
mórbido que
tos de desaliento profundo, de cansancio
produce
momen-
de la vida social, las exigencias im-
la tiranía
de los deberes mundanos, la necesidad de ob-
j>lacal)les
servarse á todas las horas, de medir todas las palabras, de vivir en una perpetua excitación cerebral, un ansia irresistible,
un deseo indomable de abandonarlo todo y
hundirse en tierras inexploradas, lejos délos hombres y
tumulto de
del
las ciudades,
en
seno de
el
comunicación con
ginal, en íntima
la selva vir-
la naturaleza? Otras
veces, el deseo es diverso. Arrastrados en el torbellino,
fatigados de contemplar rostros indiferentes, siluetas
más
ó mejios (degantes, maniquíes puestos en movi-
mifíilo j)or
^^'oI•lll
ó por F'acquiu. haciendo vis-á-vis á
fantoches aderezados por Pool ó
(himberland. has-
j)or
tiados de la lucha de los iulei'eses SíU'didos. délas vani-
dades de keriiv.
la feria
— nos asalta un
mueven
interés
borde del
las iildeas. al
montañas, nn
enorme por
mar
ñ en
ardor por
ftdiriciente
alegrías y hts ti-istezas de ese vasto
nnesiro ¡ilcance y
(|n('
sin
\
linir
de
los pobres
los (|ue
y
viven
fondo de las
piíi-licipai-
mundo
(jn»'
de las
yace á
canoa, listos para zarpar, y Rosinha. sentada
('(
al b(U'de del
l)re (jue
eliis-
lúa atiotado todos sus recursos
lia
dos dedos de
;'i
fa-
|)(iii
délas
iiiosli-ador
id
Cámara
cias de la calle y las sesiones de la
y conducídído
hi
necesidad v se ve
la
Aqnella vida de pereza, pasada entre
i)olicas.
de
ciudad de sus amores, aíjiud
la
las puertas de tienda
mografías de
hi iinircliii
|iiirii
se ciiciiciil laii casi coiiiplclos.
l'an'i
Poi'lirifi oltctlccc
i:}i
y sus protestas de
momento
de
la
partida y
se siente llena de rabia, deses-
á las
súplicas del pérfido Love-
lace obidense.
¡(Jué bellos sori
los iiaisajes
tanto, mientras la ligera la corriente!
que
se
embarcación
«La canoa remada por
suceden, entre se desliza sobre
tres taiJin/os y
un
— iK'uro.
m;'is
cerca
dtd río.
cance de
|)i»sil)Ie.
de mmiera de evilar
desde (pie
las vistas
de
la
zapalos. y descal/o v en
en
{'\
jininiKín
lauar'i,
en una
clíplico y
mareen
sac
— Lns
))ái;in;is
iiilcrrsanlc
tic
((ii(> siiLiiioii
la
^os lonnadns por río
el
|»(>i'
del oiro y
l'an'i.
hajaulcs en
Trómpelas (d
—
conlioiuMi del
i(\ü¡('iii
las
i;{3
(!
([iie
ai;l«>moración de la-
el liiiínjiTilo
im lado,
—
Ania/oiias.
una descripción tan
id
constitnído
canee d(d Caxiiii'v
resisto eon j)ena al
[»la-
cer de transcr¡l)irlas en loda su extensión. Pero esto exii;ii-ía
un
liran esjiaeio. y delio liniilarnie
lineamientes
¡t
extractarlos
de aquel admirable cuadro de
na-
la
un vigor de
turaleza trazado ¡lor José Veiissimo con
colorido y una intensidad de rasgos que revelan toda su
potencia de esci'ilor y la riqueza y variedad de recursos
de su estilo. Al leerlo, nos parece contemplar aquellas tierras,
n
sumergidas durante más de cuatro meses»,
surgiendo en
la t'poca
de
del seno de las aguas,
'
la Itajanle
diseñando
húmedas y verdosas allí
un amplio mapa
de Ixk'kis de todos los tamaños, de todas las pi'ot'undi-
dades y de lodos los aspectos, un verdadero sistema de lagos, teniendo por base el largo río í*arú, con
el
cual
todos se pegan y alrededor del cual se extienden, se complican, se engarzan, se
unos las
enmarañan, comunicándose
á los otros porpe(|ueños brazos de
bairancas unís elevadas del
noas) los que acuden
á la
agua».
¡(/(iiapr
salazón
arman
'
Allí,
los
en
riacho de casus peqiu'ñas
habitaciones de paja. Ks toda una población nómade,
afanada en su vive les,
la
ti-abajo
mitad de
y entre
la
las
fecundo, población semianlibia que
horas tlenlro del agua de los cana-
ciud ligni-an no pocos «perros llacos, que
— también con
en
las coslillas salienlos conn»
si
onii^raii
lianil.
{]o
lamiendo
bermejas de
(pn-
la
invci'ni'icnlo.
("püca do la posoa,
lniMcscn engullido orillas
|;is
intervalos las espinas secas
.'i
ladrando
á
iinpolcnlc de egoíslas íanndi-
laltia
los pirai'iicús.
(')
las pieles
única pilan/.a ofrecida á su
nna maravillosa
esta orla es truncada
|)or las
de iii"aciosas |íra-
si'ihana
y de iii¡uanlescas ninieas.
niíiieas
dorales
pascan por
la
medií» de esle escenario, una vegclación de
ÍMi
II.
pai'ji
\
los yacai't's con
{?ula
—
Ins latios,
arcos
cos.
134
"
l)e
Irecho en Irecdio
|)lavas nejaras de
temida-
esteros de lodo, frecuentadas |tor legiones de
(j
mai'iposas amai-illas y Idancas (pie. sadas, parecen
rrados A
la
acuático
>
lloi'es
nacidas en
;'i
el
margen vense compaclos de caña brava
|>oi'
la
distancia y po-
liarro s(')lido.
Aga-
ramilletes do pasto
sobre los cuales reV(dotean
leves, alegres v cliirriantes pajarillos microscí'ipicos. do-
blando
las
delgadísimas ramas de
cen nn apí'mlice (jne engaña tierra:
al
|)aslo.
en las (pie
|)ei'egrinerder
no
la
se \\[\r
lercera
parle de su
infanlü
senümienlo
— (le (ii'^iilli».
sin
|)lini
su
se
jcl'c iK»
V sin ohjcÜNo
la ('ojiiinna
—
Ifi.")
(lii
|»(»i'
¡cd.
|ir;'ir|
dcltililada con
vciicidd.
una
|{|
\
siunc
ciiciiiílií»
li'iiaciilad
mente y
rosponsahics de aípndla
tnra miden
los
lodo
por
el
id
|)nriad(»
a([iiel
por
la sed,
por
el
lenlo.
inaiiirio
el
hambre,
con los campos incendiados
arrebatando sus
el
aven;'i
re-
lenilde.
hostiliza-
sn alrededor
á
cólera morl)o die/.niando sus
j(d"es.
fin al s(^no
lilas.
haciendo estragos lenildes en
medio de aquella turba de espectros, cuyos gresan por
I']l
caballería paraguaya, devorados
[)ov la
enemigo, con
¡i
de soldados, encorvados
cansancio, perseguidos por
dos día y noche
íii'iüica
alcance de ella y se deciden
(d
Irocedei'. Enloiices einpie/a
despiadado de
alosiiia
inimiciímcs disinimiycn rápida-
las
lili
leíanle
¡iid(;iii¡la.
alimento oscasoa. al
¡k
de
la
restos re-
palria habiendo logrado
salyar sus banderas y sus cañones.
Es imposible detenerse en
el análisis
detallado de esta
obra eximia, y menos reproducir sus incidentes principales.
Todos
ellos
están á la
junto constituye una de las
misma
altura y su con-
más conmovedoras
Pero hay entre
historias
que
es posible leer.
lles
de una emoción salvaje en sn trágica sencillez. Tal
cuadro de los cienlo
es el
por
la
columna en
en vista de
la
ellos
algunos deta-
ti-einta coléricos al)andoiiad()s
niarídia. al
borde de un
lios([iiecillo,
carencia absoluta de medios de transporte,
y pasados á cuchillo por rentes al grito de
la
las tropas
humanidad y
paraguayas indife-
á la invocación des-
—
166
—
osporada do los oxpodicionarios. osrrila sobro una iabla clavada sobro .1.
eso libro
(lt'>piorliiii(b'l
l.os
misino uiocb»
la oxpcdicií'iii. (le sil
pagan con
guíade
y do los dcsüíaciados jefes que
liijo
rasg'os liniios v brillanlos.
con eieganle
curso de
Lri|)o/.. ol
vida su deploi¡iblo oiror.
la
ol
viva simpatía.
lina
sovora y i'oiniínlioa do| vicjn
liiinra
con
l*iodad para los
«
personajos que aparecon en
colóricos
La
do un árbol:
Ij'oiico
oi
cojicisión. hji
con cídoi-ido intonso y
)ifi
os lina obra do priiiioi' ordon.
{\\'
cscrilor y cuya
dr Ltuju-
Ln,
combatir vicios
predicar virliides. Todos sabemos cii.íulo intluye en
)
el
organismo individual y
social
ejercicio coustanle
(d
de una función determinada. La oposición, ya, acaba por ser virtuosa,
órgano de ción.
la
virtud, por lo
¿Quién sabe
raciocinio
la
.'i
lo era
fuerza de fuucionar
como
menos mientras
es oposi-
encuentra igualmente en este
se
si
no
si
de esta otra VíU'dad. ([ue todo
explicacicui
gobierno se gasta y desmerece en ejercicio? Tna filosofía
muy
Iriígil. (jue
desgraciadamente
mayoría, ati-ibuye á liipocresía de palriolisino
hombres señalados samente en
Yo veo en
más ^
si
gran
frecueuliMuente vímuos á social
asambleas eu defensa
(dios algo,
la
verdaderos arranques
los
estigma
p(u- (d
ii
lidiar ardoi-o-
d(d bien público.
no más respetable, por
lo
menos
natural: son instrumentos de una función social.
Como
bueno.
en
cora/t'in
i'\
i'\
\
pi'iblieo
es
lioiiibre
d(d
como
tal
es
I
inidanii'ulal
mente
un amoulouamieuto de
despojados de miserables inlereses. ese público
lioiiibres esl;í
las
tan
(|ue
cíui
ius|)ira
el
cax» de
aun cuando
la
amar
la
vea ejei'cida
transl'onuado en
I
ribuno
virtud poi' (d
;
la
aplaudir;! siempre,
truliiiu
pojiii la r. »
de
la vís[)era,
— Fuci'a
(le
sanlc y de
una
1 '.»:•!
—
las dolcs rr\ cljidas
|»i'(>|>('»s¡l(»s
laii
cu cslc
ihislraci
ideal de
la
explicar v coin|)ren(ler
(d
parecía ser
el
(pie ha sídirevenido al triunfo de aipie-
>ínlniiia> de anar(|iiía
han
el
|tara
sin (djsliícnlo en (d lidce de
actual, eiilrado de ¡^n||»e
lla
la oi'iiani/ac¡('»n
hndias tenaces entre fede-
ciiin|irendi'n las
rales y nnilariits en
9
¡I
la
forma de
lac/í^'v/Zó/í sacia/, sq
pregunta enton-
ces, que, á semejanza de otros pueblos, se
dividen los brasi-
leros?
Su respuesta
cuestión social en
es categórica
en
el Brasil,
presión se da en Mui'opa
el
y deíinitiva: no existe sentido que á esta ex-
y no existe porque no hay falta
:
de trabajo ni abundancia de trabajadores, ni })aii])erismo, ni proletarios, ni
llama tico
ca[)ital. ¿Ser;!. |)or fin. la
que ha aquejado y aqueja
funcionar
una
siquiera lo que
la
económicamente
se
causa del malestar polí-
al Brasil, el
modo de hacer
república que se ha dado aquel país? ¿Será
cuestiini de naturaleza administrativa ó de natura-
leza política?
Sobre
lo
motivo de duda. Para
primero, Assis Brasil no halla
él la
de perfecto acuerdo con
opinión nacional se encuentra
el
orden administrativo de
nueva forma de goluerno. La las aspiraciones
más
federaci(')n le
la
parece c(dmar
caras del pueblo de su patria, y
afirma este principio con una couvicci('»n que estoy lejos de compartir, basado ([uizá en un los acontecimientos
medio de
examen
delicienle de
contemporáneos. En resumen, por
este proceso de eliminaci(')n, el distinguido es-
— crilor Iloga al i)nnlo ciiesti(')n
se
(|iie
—
200
proponía y concluye que
qno domina. Uddas en su país en estos que
tos es la
la
momen-
organización del gobierno
se i'eliere á la
republiciino federal. El arduo problema se sintetiza para él
en eslds dos (('rminos
lilicii
jHir/diiK'nhirid.
de verdadero de lino
11
repi'ililicayy/v'.svVAv^r/V//
:
l'i'ociu'iir
descultri
r
('>
re¡)i'i-
hubiere
lo ([iie
de falso en las lazones de los parlidarios
i')
olro sistema, colejar las disposiciones de
Constitución brasilera con
doctrina
bi
la
más conveniente
á las condiciones de su país, interpretándola y propo-
niendo algunas modiücaciones que de conquistar
respeto y
el
conciudadanos, es iiiiiios.
en
la
el
amor
el
Sin dnda.r//7c
(|ne se reliere el pi'eci(tSo
soneto
—
2i:í
—
dejado impresa en su espíritu una señal
de Miisscl.
lia
indelclilt'.
Desde entonces, su frase
y cince-
iaij(jri(jsa
lada pierde en p:ran parte el fuego de la espontaneidad
Y
la
alegre ligere/a de su genialidad nativa.
mienlo de
se
Su pensa-
funde en moldes severos, se enfeuda
[>i"inci|ii(is lil()S(')licn aiiloi' sei'ía al
escribir
como
un |)rogrania
lo
las
ile
se
sentido del
injusticia.
Aiinipe Jnnioi-es una obra de
nn
el
ai"le
La obra
verdadera,
exigencias de
echa de menos en
más
fácil
añadirle,
si
bace no se sometiera de antemano á
inlle.xible.
Y
es necesario agregar
que esa
— misma
disciplina
—
217
sobriedad, de análisis
ele
irío,
de obser-
vación positiva y cienlílica, ha sido quebrantada de una vez por
el
blicaciones, en
Matías
í^),
que
distinguido autor en sus últimas pu-
el
es
más
notable estudio sobre Gn'fjorin de
un modelo
miento de Í89S y especialmente en vuelta y brillante titulada
O
Mori-
del género, en el
crepúsculo
Consideremos, por ahora,
el
desen-
la fantasía t/os
jxiros O.
estudio ya mencionado
sobre José de Alencar O. Siguiendo
el
método de Taine,
Araripe Júnior principia por enumerar las fuerzas pri-
mordiales que obran sobre
más recordar luz del día en
— dice — que un clima
el
el
«No
novelista.
estará de
autor de Guaranij vio la
tórrido,
donde
la tierra
y con-
comitantemente sus habitantes pasan por sacudimientos periódicos, ocasionados por sequías». Considerado el escritor,.
el
el terrible
medio en que
Araripe Júnior estudia
cunstancias ambientes hereditarias,
el
fenómeno de
se desenvolvió
conjunto de cir-
etc.,
que pudieron
una acción importante sobre su desarrollo
ejercer lectual.
La historia psicológica de
las
los padres de
inte-
Alencar
tiene su puesto señalado en esta parte del libro, el trans-
plante del adolescente del centro tropical en que na-
^1;
T. A. Araripe Juxioii, Litteratura Brazileira; Greijorio de Mnltos, Fauchon
y C», 1894. (2)
T. A. Araripe Jlmor. Litteratura Brazileira.
culo dos povos. Rio de Janeiro. Typo-írapliia (3)
chon
T. A.
V C".
paria
i,
;'i
mi
¡icinhinl d(d
vez,
que en
cachorro de
h'orner enderezaba una oda lln„u,ir.s
ilr
Irihr.s
ni A in/lcll'rrr
lili
XVILI.
— VOi'7.:\\ui:
fértil f/rano.
i'iiriillar nct;i'ii~
lid
de oro
hatea.
blando suelo
surco sembrar
V(•^.i^
negro
criitrlica
nuevo Mialnnal
Su ceniza abonar
Y en
de
sierra.
liábil
Del pesado esnu-iil
Xi anier
M.
opiilent.i tierr.i.
l.i
riiis
Xo
En
(1)
la
Lilli-iiihini
|iai|ii'di--
('ijluiiiiil
llrnzili'iro.
IH'.Mj.
co-
Del tahaiii
IVa;:.iiitc i-cni
la linja
Ni en las ruedas (Icntadas cxiirimir-c Kl
Los ostiidins
completan con nocer
ilillrc
li¡sl('iric(i-l¡l('riiri()s
rocit'nlciin'iilc.
un
ari'nja
*
ciiMi
\
.
de Araripr
rxwn síntesis nos
ini lilu'o
impaciencia los Icciorcs drl de
caña
ipir la
/iiiiin
|)iilil¡c;ic¡|;ivo
parlícula de nal nií'eslar es
lismo
\
eiiciienlro yo
Hilac,
¡\ isiiio.
l.(M|tie (dbts
no
se
nu'is
|)e(pieña
cansan d (Minx-
una ¡nloxicaciíui de tamas ¡a ni sin o. de simbo|
de deeiuleiilisnio. adipiirida en
derada de
la
los
maesl ros de
la
la
leclura
inmo-
escinda IVaiicesa modernista
— á
poiilílicc \ crlaiiic y el ^i-au sacci'dolc
(jiic [)L'rleiU'ce el
Mallarmd. Otro de
los
síntomas
ción en las Iransciipciones
últimas
las
—
2:í:í
en ima sensualidad nnírhida,
aten-
caer
la leiideiieia á
evocar imágenes que
á
ma\()r
la
la
revisla de
coiilieiie su
(|iie
en versít.es
[)r(tdiic(*¡(»iies
dejan de ser ualn ral islas
me llaman
(|ti('
|»a
ríe
de las veces |)ara
convertirse en IVancamente (d)scenas. Algunos de los
jóvenes poetas, sin embargo, poseen una fuerza de expresión interesante y ajustan admirablemente
Uno de
á los cánones de su escuela.
ellos,
el duldi'
un
verso
Arthur Lobo,
concluye un soneto de esta manera atrevida Es
el
:
perversd.
.iiiiiii.il
Olio ilninestioo, (|ue subyufío y tlüblu
Al riidu son del
cálamo
del verso.
La inlluencia de los maestros es aquí visible; pero
ella
aparece aún con mayor claridad en otra composición
mismo
del
autor, que también transcribe y elogia Ara-
ripe Júnior, titulada Propiicslas deshonestas
1
l!
lió a.iiii i4 scinclo cini;iiial
"Dissi'-iiic a Ksd'olla:
Dou-to
Volvc a
A cor
llaiMiioiiia:
"E
t'U
^Mais sHiinia. iiiai* rica e
Vé
iiia¡>
lidia c o|iliiiia
(la miiilia rutila palhola.
a cpiílorine i|ue
flou-lo a ostianha rima
mais
meu
ííomoii á Rosa. «O' vpiidiroso
Falla por lim o
Aroma,
coniplpln...
eolio
anima?
poda.
a os~ciK-ia-pi-iiiia
Dentro todas recollio a mais
ilisercla...
(i)
y que no
:
que una
es olra cosa
Tr(i(/(i/(l(ih(is
t'i(Mi (lo
l.f ¡iliijH/i'iir
sur
M'
l'iiiiil
crlr
II
lili
— oCiiiilrr
i/iii
niíjuc
lii
lies
i/i'f'frli'
i/nii //'res
Mnr'iii. ri'ii.r-lii rrlli-
— >Mi-rri.
(liisi
do la célobre can-
]>;iráfras¡s
ílojii
flh.
f
i'H
II'
i/nnii/iinls: jii'rli'','
sis
/n-ii/i'-i/rii.':
lodos los coinjjiíñoi'os lilonti'ios do osle jovon d(d inisnio
]>oolii coioiiii
|>¡i'.
griilo (d voi'so {\o Miissol
l.uis llosii
luiirr
n
tiiir
|)iii'iiiis¡;iiio
li';iiis|)l;ml;ido al
Aliiioidií
so osinoiv.il
|tor
liiiiijora. o|
soj^i'iii
lo
|)oi'
monos
mismo
«(
mod(dos
(|iio
^\i'
.liiiiior.
oii
n
realismo
pa niasiaiía
|)laslioa
«so oiimaraña
hinnr
^\v
la
",
aocióii ox-
Kaymimdo
así lo aliniiii
Aiiiiipo
os|),
\'
;i
;'i
las Fololiiiids,
Lro/ior, dolido
miis tliichiaiilo docadismo IVaiicós
(d
os |»osildt' imauiíiai'". La |)aiiloísla I'raiioosca Julia
da Silva. Iiaoo sonidos iin|)ocaldos. imitados Ao los ini-
milaldos Tro/ros V.
A>
cu
iU'
Sonza on
liorodia; (linz o
i'idiiif.
ciilao. iiuvinilii nina
|in>|i«s|:i, di' (il'lllr ilUI'jll-il
liiilit
(•
a
|ii>i'
uní.'
};imiI(i).
Y
011
ha constilnído
y osa
lraiis|»laiilac¡(')ii
curiosa ciiaiilo
(|ii('
so
hala
la
la
servir de Nidiífulo
aj)i'o|)¡a(lo jtai'a
frialdad
cnanto
;'i
liiorálica
los poetas
curiosa PídHidi'nd
rá, todos ellos miiosti'an
-
ret1exi(')U
(pie sea la cuiiosidail d(d
iiitidcclual
(|ue
simples diletantes loda
más
la
obras consagradas dtd pasado,
por otra parte, por insaciable
las
lia
tondoen ¡i
iiiies-
impone, de una manera im-
placable. V. ('(docado en este dilema, ante mi deliciencia
de coiiocimienlos ['(dativos
¡i
la
lileraliira inglesa
por
ejemplo, v mi
dv los simijolislas,
fiíMipo íaiiláslico
poner un pronto remedio á
lar do
ardoroso, dejando
pai-a
l)lema de saber
(d
un
si es
de dalos cxacltts
cai'ciici;!
si
apóstol
(')
un
más
/nr
opiado
lie
la
[)oi'
al
Ira-
primera con afán
minea
larde ú |tara
Pr/adt'ni es
i'os|)oclo
iiii
í;ricamente vinculado con
clavitud, y que el régimen
monárquico fuera
el
la es-
objeto
—
2(14
—
principal de la odiosidad mancomiiiiaíla délos abolicionistas,
que debían mirarlo con antipatía como represen-
tante de
un período
vos cuyos intereses
funesto, y de los señores de esclaal lin
había ([ticiido ni podido
lu»
defender? ¿Oué responsabilidad y qul
(diisejo vive á mei'ced de
deriva su tuerza, y
do se
es,
(d
lugarleiiieiile (hd
sn
bolsillo
el
emi)erador y se cree
cámara de paniaguados
suyos. Los ministros viven en una escala ced del presideiih' d(d consejo, y los ;'i
i/nliii'inn i'w
serio
iiii
imliiaii (d
¡nirrlit
11/ ,
la^
mer-
(d
(cr-
sísIciiki n'jirf-
dr Imnids iiar/(inii'iil(ir¡iis ni mi
y senadores v dipulad(»s
papel (|uc les cabe en esa
mocracia por
¡nl'eriorii
pulados en
di
nn'rced de los minisíros. E/
sciilnlirii rs asi
de \
s
ni\u\ la- ((iiiclii-i
ilel
M
I.,
IldUiiwiii.
llc-a
aconseja
(|ue
seiuw Xabnco
«'xib)
di'l
iiiiMiia
la
se diría (pie el
los lisiados
(le
^
objebí de probar
para manleiier
rii:(U'.
b]ii
de las ventajas
\
panacea
em|)írica.
\
luego, los ai'giimentos que saca
en
"cuestiiín de
la
eiderniedad orleiicia política no
indilereiile:
do-
sus villas de míírnnd. lodo sn siba-
ritismo rellnado. para tes
|)alacios
lin''
conviene
lanpe(pieña recordarlo.
— se pjorcirico.
cumentado y analizado por
no
me
el disting^uido
nes de
la
el Brasil.
escritor,
no
auiujín'
día
una lucha interna sobre
toca ni deseo manifestar
cuestión
perfectamente do-
debo tener reparo en ocupai'me de esa obra, se retiera á detalles de
^
la
cual
una opinión. Las pasio-
última lucha están aún demasiado vivas en
Brasil, para
que sea
fácil
desentrañar
la
el
verdad de las
acusaciones de los unos y los endiosamientos de los otros. Entre el detractor
sin saber por cuál de el
y
el turiferario, el
ambos
juicio vacila
decidirse. Naturalmente,
señor Nabuco no pertenece á ninguna de estas cate-
gorías de exaltados. El mérito principal de su estudio,
como
de lodos sus trabajos, es la elevación de criterio y
— de
estilo
con
lo
i's
cierto,
como
puedo aliiinar
([ue
ocupo,
(jue nu'
las
en
el
se
dicho, qne «todo
lia
toma sus dimensiones»,
entra en un es|iíiiln
(lue
más candentes
cxainina las cuestiones
(|ih'
y enconadas. Si
—
304
amplio espíritu
cuestiones
m;'is
d(d literalí» de
odiosas se
hubiera he-
onnoi)leceii. l'n caudillo político militante
de
(dio (\o la liisloiia
la
iulervenciíni de las escuadras
extranjei'as en la rebelión d(d Hrasil
El señor
Nabuco ha hecho un
\or iinporlancia
>
ci-iteiio cientílico le
lia
un
libido acusador.
ma-
(^slndio jurídico de la
examinado
de historiador
sus as|)ei'ezas y
(juita
depnrany
cuesli('>n
.
iKiral
del
Si
(lei'eclio la
de
i-econocido
civil declarada,
para inijX'dir (pie ella estalle, y |)i'olecci('»n
implica
inlervenc¡(')n sejnslilicaba
movimieiilo y
«
cliode impedir nn ata(|ue
las
el
de prolec-
j)oi" el
|>olencias tenían
/>o/' y//r//'
;'i
la
cual(jui(M"a
afectase aquellos intereses, y
carácter el
dere-
ciudad, por ha-
ber en ella vida y propiedad extranjera, tenían
derecho para impedir
como
el
mismo
operación en tierraque
aun más próximamente.
— cualqiiior el
oj)oraci('tii
Itoinbardeo
contra
—
la
escuadra
nombre de
j)rov()case
([iic
hecho de
la
los «intereses superiores
de
Si se proloiule explicar
».
intervención en la
309
el
humanidad», debe hacerse notar que «no
Río de Janeiro una sola obra única por
existe
la cual se
en
pu-
diera interesar hasta aquel punto la humanidad, (jueno
intervino para salvar la catedral de Estrasburgo
Museo
Louvre». Si
del
se
pretende que
la «
Alemania no reconoció
tal
»,
». «
bardeo de
la
Además,
éstas
se
puede
carácter á
Río de Janeiro y se abstuvo de cooperar con potencias
el
una ciudad sin
«
defensa no puede ser bombardeada ni atacada contestar que
(3
las otras
no sólo prohibieron
el
bom-
ciudad, sino cualquier ataque contra ella,
términos que comprenden todo desembarco ó tentativa de apoderarse del litoral; es decir, quedaba prohibida toda la serie de operaciones de guerra; lo que impedía á la rebelión prácticamente era expulsar de Itamaraty al
gobierno legal, ó en otras palabras, era triunfar, por
cuanto nunca podría triunfar sin atacar á Río de Janeiro. Así, el procedimiento de las potencias extranjeras
braba completamente
el
((
que-
equilibrio de las fuerzas». Ese
procedimiento dio una inmensa superioridad de posición al gobierno.
Por eso,
la justicia
potencias reconocieran á los rebeldes ligerantes.
Fué á
garon hasta
la
eso, sin
embargo, á
exigía que las
el
carácter de be-
lo
que
ellas se ne-
última hora «ó para hablar con más
precisión, sólo á la última hora iban decidiéndose á ha-
—
:íio
—
cerlo. á iKi sor. con soiprrsa del el
caml)io Ijnisco dcj almiranto
lo
que consisthj Establecida
potencias el
|)ii|)t'l
no
n
para
el
Bonham. Fué en eso en almirante».
(icrisivo de a(|iiel
res|)oiisal)ilidad ([uc cori'cspoude á las
la
derrota déla
(wli-aiijíM-as cii la
rel»eli(')n
naval,
por
pueden
de
concurrido
liahej-
no fué por inspiración de
revoliicicm:
la
lo (jiie el
cial,
acusadas
ser
plan de operaciones que debilitó y extenuó las
fuerzas de
ingrata
ellas
almirante rebelado aceptó una lucha par('
imilil.
contra las fortalezas de la barra,
otro lado de la bahía, y los lirailores de tierra, en vez
de piderir
bloipieo.
el
tuerzas de la
j'evolnci(')ii
camente; no
l'iK'.
nn gobierno ción
(le
lo
con
i'eunlar.
de
reiiniílas parii
apovarse recípro-
mi
divisi(')n I
lar.
i
(los bastados
\
no
exti'anjera
la
obslii n le
indiscnlihle.
».
e>-
(|ne
fin-^
siempre
la
(|ne inntilizi') (d |>o(ler de la
enemigo, haciendo á
Esta circnnslancia indndable. evidente, la
(|ne
hnco conm nn ínneslo xiona
haber estado
de las ajanas de Hío de Ja-
escuadr;!. enceriada en nn pnerlo ésle ¡n;il;i(iilde
orji'aniziii'
de poderes, separa-
neiro. Admiliilo todo eso. sin embai'^o. intervenciíjii
de ellas, por
|)or (lisnasii'ni
en seis meses no traliute
polílieo\- lo
posesi(')n
en todo caso, conservar las
(>,
sobre lodo.
lo ([ne la revolncii'in
en
(ji'csham,
señor Nabiico no llene inconvenienti' en reconocer
(jue
al
d
mismo Mr.
con ¡nslicia alarnni >
preceileníe nacional
''todo fiobierno
levanhimienh» de
la
al
señor Xa-
.
|{|
i'(dle-
pnede ser sorprendido por
el
escnadi'a. \. siendo esa escuadra
— nñilci'osa,
ella.
cii
ix'li^rosa
s¡liiaci(')ii
;
cual-
oscuadra extranjera más Inerte que se ofrezca á
apresar los navios rebeldes ó sus cañones, mientras será para lo
ixinios y rcco-
los
I)li);|in'aii(lañado de toda y cuabiiiier i'eacciíui social?
¿Xo
la falta
de
que
el
es exacto
individuo no se siente solicitado, restrinj;ido, dominado ]H)V la
sociedad en ninguna de sus voluntades, que es
tan absoluto señor de sus acciones, de su vida, viviese en
el
desierto?
liacei- lo (|ue (iiiiera.
parse (lela o|)¡n¡óii cir
(|iie
no existe
sociedad S(d)re
el
¿No es
como
vivir
(|iie lo
el
si
que cada uno puede
entienda, sin preocu-
rodea? ¿Y no (|uerrá esto de-
tiscali/acif'tn.
pres¡('»n, j^obiei'uo
de
la
individno? Adein;'is de este rasj;o bay
otro ¡i;ualinenle inipoitanle. existente en
cierto
como
iniiiido
;'i
Somos
la
(pilen se |»ne(la
de iicnírmid, en todos sentidos: no
s(')l(j
sociedad
fínica
dar
en
el
el
nombre
de sergo-
bei'uados de preferencia |)or las nuevas generaciones, en oposiciini al gobierno de lus
más
viejos,
que
se
encuen-
— Ira
cii el
comien/o de
.{21
iiar
sil
o|)¡ii¡(')ii
veinticinco. la
I. a
todas las civili/acioiics. Ya
casi
aiilcsdc los cuarenta años, didaiitc de
—
ol l)i"asil('ro
de los
de ([imiicc á
abdicación de los ¡¡adres en
los liijos. de
la
l;i
adolescencia es
clusivamente nuestro. Imagínese
de
la
un fenómeno ex-
Francia entreg^ada
como gran potencia europea, En menor
del Barrio Latino. l*]l
á la d¡recci(')n
escala, ese es nuestro caso.
residtado es una precocidad abortiva en lodo la inteligencia,
por
el canij)0
lo cual el talento nacional, ([ue es
incontestable, pronto, brillante é imag^inativo,
denado
iiicli-
i'i
¡('(Vcnos
edad madura en
í'nteramente,
cmpic/a
est.á
á producir obras sin fondo y, por lo tanto,
bién sin forma, porque lo bello en literatura, las artes,
no
con-
tam-
como en
es otra cosa sino la fuerza. Será difícil á
imo de nuestros estudiantes de mérito
servirse del mi-
croscopio sin descubrir luego un nuevo organismo que los sabios estén
buscando en vano hace años en
los di-
versos laboratorios de Europa. El apresuramiento es una
incapacidad para
la ciencia
como para
el
arte. FA
empe-
rador tuvo una correspondencia con Renán y otras autoridades en lenguas semíticas, sobre una inscripción fenicia,
que
se decía
haber sido descubieitaen
el
Parahiba
y que un curioso brasilero, hombre de ciencia, que la tradujo, pretendía ser auténtica. Cualquier joven oficial
que mandemos á
los astilleros de
Europa
siéntese con la
capacidad de resolver una duda entre dos grandes arquitectos navales.
Todo eso revela por cierto una cualidad, 21
— inicial va.
la
corregida y completada por
([\ie.
i
movida
¡xir
imiigiiiaci(')n
la
Los mismos positivislas.
t'anlil.
reorganizadores de
Antes de
la
d('|ion('i-
¿acaso no de|insieron ellos
al
de los menores círcnlos de
Comtismo.
did
trono del Brasil
señor Lafñle de
la
linmanidad,
con los brasileros
enlri'i
piddnjo
lui'i^o se
ciplina y
(d
cisuia.
tengamos un cardenal nuestio.
(|ne
suce-
la
el
como
es el
espíritu de indis-
Temo nuudio 1^1
uno
(d
con
ii"
ií
no cediera |)rensa
la
crutinio de liace d(ts mil
día
años
la
i'elalar
;'i
se
poj-
la
Iglesia,
amenazará
perturbando
la elección
que
hace Iranqnilanienle del sucesor
acaso, un compatriota nuestro reci-
tiara, entonces, sin blasfemia, ni el Espíla
reforma general
(aeilamenle. con Papas brasileros,
falibilidad no habría
la
in-
pasado laníos siglos antes de ser
pro(damada conio dognui. I
si el
las irrí^gnlai'idades del es-
Santo conseguiría conlenerlo en
ritu
de
un
sns vistas snpei*¡oi-es,
c('d idas,
las
de San Pedro. Si, biere
;!
día
ivpresentante en
Sacro (Colegio de nncslra impnisiva mentalidad,
(v('in(dav('
de
cspiíiliial cu nui'stro
de An^nsio (lomte? Esto quiere decir que en
si('»n
el
comolos
¡iTes|)onsal»ilidad nacional.
di'
emperador
al
solamente, es casi in-
((ue se delinen
coliei'encia
ejemplo
país, son oh'o
la relle-
de las cualidades del espíritu, pero
xitni. es la |)riiiiera i|ii('
:í-22
»
n espíriln de esle temple, nii nioi'alisla del vigor la
b'idlad
y
generosa del señoi- Nabnco. es nn fencjmeno
digno de ser señalado como coiicclivo
á las
compla-
— cencías liiiMdmIcs de lotias
(')
la
32:í
—
iiciicralidad dr
políticos do iiiM'slra ra/a.
lago de las pasionesy los vicios de
([iir
la
los h()iiil)ros
huscan en
nndiiliid.
td
de ha-
un nirdio
infaliMe y seguro do dominación y prevalecimiento personal.
en
la
I']n
este sentido,
td
ciudadano y
el
patriota son
personalidad atrayenle y distinguida de Joaquín
Xaburo, no menos simpáticos que
el
hombre
inteletual,
cuyo sano prestigio y cuya vida desinteresada y sincera hacen un honor tan grande á
la
\y
sociedad del Brasil.
XXX
A
mi llogada
arraslrado por
tranjeras.
Ruy Harbosa
al Brasil, la ola
oslaba alísenle,
revolucionaria á playas ex-
Después de una corta residencia en Buenos
Aires, se había dirigido á Inglaterra y desde Londres en-
viaba
al
Jornal do Commercio los soberbios estudios
reunidos más tarde en un volumen que muestra, vez mejítr ([uc ninguna olra de sus obras. ples facetas del admiral>le tálenlo del
hombres
intelectuales del Brasil.
de los perseguidos.
— tienen
— dice en una
las Islas Británicas
irresistible y
'
—
Refugio inmemorial
de esas producciones,
por ese lado una atracción
una historia que.
país,
monumentos
múlti-
primero de los
si
se
pudiera desglosar
de la de sus libertades nacionales, sería por
de los altos
las
tal
á la superioridad
cuya hospitalidad extiende
sí
sola
moral de este
á las víctimas
opresión en lodos los puntos del mundo,
uno
la
de la
invilación
— do Shakespeare: Hrs/
—
326
on Eiujhinds
ttnrcst
thij
latvfiil
earth O.
Terminado sil
durante
de
la |»atria
período sangriento que atravesó
el
dictadura.
la
([iic
no
Ruy
lial)ía
el
Bra-
Baldiosa regresrj al seno
dejado de ilustrar y servir
durante su ausencia, l'no de
hombres jóvenes más
los
distinguidos de aquel país, un periodista culto y bri-
que
llante,
del Diario
había acompañado antes en
lo plantas exi'dicas de los jai'dines en
apenas descansado de
cista. i'aita
\
me
la
llor.
fatiga d(d viaje,
\i\
|inbli-
me espe-
con esa atabiJidad modesta*^' sencilla
acogió)
que
es el j'asgo distintivo de sn alrayeiile personalidad.
Un
periodista,
(1) "Ai|iii principios de la civilización de
ral
y de
del
li'iuMt'o
y en todos
delinitivo. delȒaii librarse
la
l*ero
mo-
antes
nuevos combates
ellos estuvo pi-esi-nte el jtrioso paladín de
tu año
emancipaci(jn.
cado su nolaMi'
uno de
m.'is tai'de
¡h-sp/zi/m. lo
auditorio al escutdiar dio en
nuestro tiempo.
|tr('i-
la
de exi»edido y publi-
vemos electrizando
los teatros de la Corte.
la
á su
AhoUiioiiishi que
(^iinfcrrnc'ni
Aquella oraci(3n en
su género es una pieza magistral, por
su lenguaje,
la
la elt>gancia
profundidad de sus conceptíjs.
el
de
tono
sucesivamente inuiico y majestuoso de sus palabras,
la
delicadeza de sus insinuaciones, los golpes de estibdo de su sátira implacable, los arranques sol^erbios de su patriótica indignacií'tu.
Se
dir)mis¡('tii
Senador (ianipos
Senado Federal del
el
[jrorrogando
el
estado
Salles, achial Presidente
llepiiMica jicrmana, esladisla tan eminente por sus
como por
cualidades de inteligencia y liouorahilidad.
su |)atriolismo. sostuvo doctrinas altauKMite liberales
que serán siempre un timbre honroso para su nombre y que on bosa.
H
el
fondo encuadran con
Asombra que haya alg^uien^dijo
(llampos Salles
que ignore que compete privativamente deral
el
proceso y
alirme le\es
(ierio.
tado de sitio los poderes de
gulainiente. cada uno en
cada uno manienieudo culiar»
(I) iioiio.
la
el
lle|ii'i
transcurso dcd es-
bl ica
luucionan
vo-
esfera de su com|)etencia,
plena soberanía (|ue
le
es pe-
ih' t'jci-jir'io.
liio di' J;i-
(').
(Paulos he Caiivai.hh. I8;is.
la
la
I'ji
(J
Kshiilo
ilf
Silio v os lriljH)nii:i
XXXII
EN
1802.
el
soñor Hiiy Barbosa
de Finaiizds
1/
Po/'itit
volumen que contiene ciados en
el
a
ilc
]»iil»li((')
¡n lU'piíhl'K
cdii
la
serie de artículos reunidos en
Nación y dos cartas sobre
el
líliilo
(t^^)\\\\ iiiit'vo
tres soberbios discursos
Senado sobre
i'l
pronun-
cuestión financiera,
una
forma de maniliesto
á la
convenio de reciprocidad
Washington entre Mr. Blaine y el Plenipodel Brasil. Ur. Salvador de Mendonca La obra
ajustado en tenciario
interesante que contiene tan variados materiales está
dedicada
al
«en honor
Gobierno Provisorio del lo de Noviembre á su tradición»
y en síntesis, según las pa-
labras de aquella dedicatoria, es
una «apelación del odio
para la verdad, de las facciones para
la
Nación, de la
confusión contemporánea para la serenidad luminosa del futuro (1)
».
Ruy Barbosa. Finanms
e
Política da República. Discursos e cscriplos. Capital
Federal. Conipauhia Iniprcssora, O rúa tío Ouvidor.
1S'J2.
—
—
348
El análisis dotenido de esos discursos,
en un
eiiliai'
dado
pie
lia j'bosa
litcrai'ias.
muchos
¡i
obli§:aría á
de consideraciones ajénasela índole
oimIpii
de estas notas
me
l-^llos
traían de
un tema
([ue
Ruy
de los compatriotas del señor
como
para poner en ttda de juicio su acierto
estadista práctico.
Con razón
ó sin ella,
que no
ha
es el caso
ahora de resolverlo, se pretende que su gestión íinanciei'a
como piimcr ministro de hacienda
men,
tiK'
perjudicial á
parece creerlo
Max
el
como
fenómenos económicos
j)i'0(hie¡do sil.
do este ligero
lormes
d(d
cienda, así
como
nario, este
y que
moneda, de
mismos especu-
la
organización bancaria, han
la
los (|ue
hanalligido
al
Bra-
no es posible, por no extender demasia-
me
esliozi»,
sefior
como
l{ny los
de sus estudios
casó,
intei'esante
nuestra donde los
liuiilaié
\
;'i
añadir (|ne
los in-
Haihosa como Minisli'o de Hadiscursos
antes, son una nueva prnik.
iniil
\h:k\.
fji la
(\('
i
ilescansía (luiet.i
caravana:
extensión serena y llana,
Se ve blanquear la
villa del Profeta.
Este don de intensidad y de concisión resalta en todas las poesías de
de sus
JoAo Ribeiro. Véase, como ejemplo, uno
más hermosos
sonetos:
EL ADIÓS DE Cuantlu Héctor
De
ANDROMACA
partii'i
la batalla al
cuino un soldado
sanguinoso treno,
Brillaba en el azul puro y sereno,
De
Hyades
las
fiel
esposo,
Sucumbió
Como Pero Lleva
el
corazón rasgado
sollozante, exasperado,
herido del cólquico veneno.
la
noche cae;
al
— Hécuba.
clamor
del bien i)erdido.
exclama, y su feroz tormento
á su rostro en
Y hunde
la tibia brisa
campo troyano con su acento
El último
Sube
inmaculado.
Andrómaca en su seno
AI estrechar AI
el llanto
á su
forma de sonrisa,
alma en
el
eterno Olvido.
Al lado de esos acentos de íntima poesía, séame permitido mostrar una dulce barcarola, una de esas fantasías
en que descuella
el
talento de los artistas de raza,
una marina sorprendida por Joao Ribeiro En
el
Ejeo:
—
—
406
Las naves Helenas,
como
las aves,
\'an surcando el a/.iiladíj
Maiitn del
niai-
susejíado.
El viento
Alza su
tiiuidíi acentii:
Üe Ulises en
aun dura
él
La voz llena de amargura.
Vacio. El ponto
desnudo y
frío
Oueda. Late sidamente El
mar
rtcruo y rugiente:
El vasto
Mar. eteriiauícnte casto, (
lapricliusii e iiilinilo,
Lcv.uita su ctiTHd grito.
I. a
profunda ori^inalidiul
ocupando
1111
escritor de
resalla en iniiclias de las
volumen de de
dt'l
/'ors/as.
mente elogiarse
;
soi[)ieii(le
traduzco á continiinci('»n
\'as
"
Esa tristeza de
jiarlii'
(ii,mio la
del
Si////j/r
:
Idui
enton-
contiene fragmen-
(|iie
tos de viajes, de literaíiiia y de lilosofía, síntesis elo-
cuente de
sil
vasta (dira de piildicista dispersa en
larga vida de consagracifui
La
li^üiiia
estudio
liieraria de
lar¡L;o
\
|)ers(jnalidad es.
tamente un el
;'i
la
una
|irensa diaria.
.Macliado de Assis exigiría
un
detenido.
Kl rasgo culniinanle de su
c(»mo dice
.lose
escritor,
\'eríssimo. ser perfec-
un liombre de
|)eriodismo. |>eid en
él
y fuera
letras. .\traves(') |K)r
de
v\
lia
continuado
— sioiidd
uii
jóvnics
iii'lislii.
rscrildit's
uu medio
el
rcsiicliulo
piíís. fl
hiu poro propicio.
pi'co('upac¡(')U
la i'iuicii
más
de su
—
419
{\t'
Ii;i
de las letras y para las letras
según
mismo
el
un lugar licada.
crítico, sino
Inl
de
\
hi
f/ I
(|iir
alcau/.ado
por
\i\ii'
;í
oriüiualidad
colcj:;as.
cu
il(>r;ilnr!i
da,
!(
uno de
pi'imcr liii¿ar o
(d
los
miónos
lo
especial. La trama de sus libros es lrá{;il y de-
Lo
(jue es
la correcci('»n
nio de
lia
\
V. i^sla
[)rimen)s lugares culi'c sus
los
riiiico
licclio
su vida
(|iirr¡(|() iior
\
incomparahle en
y pui'cza de
la
la Icuii'ua ¡¡oT-tuguesa.
gún rasgo
genial,
guno de esos
ellos es el estilo, es
IVase, es su pei'tecto
No
encontrareis en
domiel
nin-
ningún hallazgo sorprcndcníc. nin-
gritos de elocuencia
ó
(le
pasií'm
(|iie
i-e-
velan un temperamento ardiente, una sangre cálida meridional. Ese hijo de los
como nn un tono
tr(')picos es fi-ío. tran(|nilo
anglosajchi. h]scrib(^
como
habla, siempre en
igual, sin levantar la voz, dejando escapar la
límpida corriente de su
j)rosa
transparente
como
de uno de esos manantiales que resbalan sobre ped,
dejar
sin
oii-
el
cés-
nn mniinnili». pero encantando
vista poi" su plácida limpidez. Es al
Inunorista espontáneo, la familia
el hilo
la
mismo tiempo un
un divagador de
la
escuela y de
de Sterne, á quien recuerda constantemente
en sn libro Memorias, posthutttas de Braz Cubas. Descuella
(!)
en
la
pintura de los tipos comunes, de las situacio-
JdsÉ VotissiMo. Ksluílio.i Bvazilpiroa.
i)ñg. líHi.
— — nes
(le
4-20
—
Su (dc^ancia
lodos los días.
es tal
vo/
mi poco
i'ídamida y ivhuscada. pero de todos sus escritos, de
todos sus immorosos cuentos y
At'
piTudr un cncaulo
luislci'ioso
un
seci'(do.
d¡sliuci>.
llodrigues se dii-ige
creen (|ne
(|ue (d
en sus asuntos y va substituyendo
estas cabezas, grandes
brazos
|)opular —
;i
Brasil y en
la educ;i('¡('in
pesi-
alguuos de pídítica
tlel
pueblo lime (|ne luidiar con obstáculos tan formidables, \
les pruídiii cfui (d
e¡em|dode
la hisloi'ia. (|ue las
mis-
mas
liiiMilacioiics
talilcs
,i
han alii^ido
lilx'ilad.
la
a las iiacmncs
más adap-
es
allamente
(li^rcsiíHi
A(|iilica.(nie eiialleció
de las Cámaras brasileras. Más larde, de
sorio ¡linio con
ánimo
anciano
el
nn cambio de gobierno,
narios de
lidad
sil
la
aunque
políiica
(jobieriio l*i-ovi-
(Ion
hicieron mirar
elementos reaccio-
ios
sin ejercer nna inllnencia sen-
á ((ne se lia
sujetado. Se diría
nna cansa
nn lema
le
i'et(')rico
todo, sn
(pie
(|iie
id
su lide-
no am(j en sn jiivenlnd,
m;ís (pie nna convicciiMi sin-
personalidad sim|)iílica, sns dotes
morales excídejites v sns cnalidades distinguidas, ñalan nn |Miesto brillante en j)aís.
en sn
por su aislaniieiilo volniílaiio y
política,
¡loslnidii á
es |>ara /y/,
nna colec-
raciones, dulces
prima Ncial
.
ma-
bocetos risueños
inexpcrla pero (pie dejan en Iré ver
incipienle. paisajes suaves aliiin-
luminosa de
la
adolescencia.
Xo
hay en esos versos armoniosos y Uñidos ningñn rasgo lírico penetrante,
ningñn acento proriindo. ningñn grita
— (Id
('oi'a/(')H.
aiiialtlc.
Los
Son
dulce
la
l;i
lldrcscciiciii iiiiliiral
de
(•(iiiJidciicia
iiiliMisidad
falla
—
431
pero
iiii
lioiie
de un cspíiilii
iindáncolico soñador.
v\
gracia y oso hasta para salvarlos de
d('»ii
la
siiproino de
la
indiferencia (nlcd
olvido.
Sus obras en prosa, son todas de una lectura
En
y agradable. sihiota do
sus
\'i(/l(is
mucho? hombres
c
lua/os,
IVicil
ha trazado la
públicos, entre los cuales
liguran algunos do los nuestros, poro en una forma ostenográlica, i)or decirlo así, sin pasar do la opidei'mis do
sus personajes, preocupado de detallos insignilicantes,
más que
del juicio
que merecen algunas de
las tignras
que registra en su galería. Se diría que hay en esto una omisión voluntaria, más que una incapacidad de observación fundamental.
Con una algunas
ligereza propia do la
veces
forma de esos esbozos,
estampa afirmaciones completamente
inexactas no ya en lo referente á apreciaciones suyas, sino á hechos que da
como
acaecidos y que nunca tu-
vieron lugar. Pero osas páginas escritas en párrafos cortos, en
un
estilo insinuante,
caballeresca y con raras veces, son
adaptan
al
una elevación de
un alimento
gusto de los
más
concluido de esos retratos es tierro.
Hay en
con cierta desenvoltura
él cierta
criterio
intelectual
que tlaquea ligero y
diversos paladares. El el
Don Pedio
se
más
¡I en el des-
unción respetuosa, cierto enter-
necimiento de proselitismo que
lo eleva
sobro los ras-
—
—
432
gos vulgares de otras íisoiiomías que se diría trazadas esfumino,
al
un i'.i
Najo
f(dleto separado.
i/'n),
Las osotas
cuentos á
la
r
larde esa producción en
tíliiln
el
(nic lia tenido en su
difusi('»n.
ellos
más
lia j)ii]jl¡cado
de
O
linjjcrtiilnr
una enorme y rájuda
|)aís
contienen una
ficcoi's
manera de Maupassanl y de
una curiosa fantasía
no
titulad;!
O
serie de
(loppí'c. entre
n-llio ¡tidiio
(|uo
icciicrda la su la
sas y careciendo de iníluencia para indicar otro (d
consoladores. El espectáculo del viejo continente
lo atraía
desde rancho tiempo atrás. Las maravillas de
una civilización tradicional llenan su luouieulo de poner (•(uno bt escribo á
uua
el
pie
eu
un amigo.
«
sin
asuntos políticos
los
desde
el
poder emanciparme de
vieja iulluoucia [)re|)ouderaule en
|)iira
es|)írilu
Francia. Sin embargo,
la
servo sieiupro algunos intervalos para (•¡(111
nimbo»,
Europa ejemplos
Sr. (>ampos Salles fué á buscar á
más
co-
i'
mi
espíritu, re-
dirigii'
mi aten-
iui'ormarme de
en esta esfera se hace de grande en
el
mundo
->.
lo que^,
Así,
una
de sns primeras visitas es parala llamara de Diputados,
donde precisamente siguieron á ol
uobieriin
la
asiste
;'i
debates jialpitantes que
los
bnelga de (lanuaux y
al
lina lev resl riel va
de
(le
i
pedido liecho por la
libertad do la
prensa, para casos especiales.
«A(|UÍ
— dice
el
señor
Campos
Salles
liacieudo
una
crítica indirecta de lo (|ue pasii cu nuestro coiiliueiito los iKiuibrcs jxir
(le
—
estado no se dejan entrabar en su acci(ni
|»reocupaciones de cualquier naturaleza, ni aun por
las l'antasías de
un mal outondido liberalismo. S(du'e-
sale en su carácter
ol
valor y
la intrcpide/.
con que ala-
can
muy
interesantes.
— escribe —
la actitud,
en
el
se
«
nn'is
no
así,
forma de oíatoriaen boga en
Bourbon, son exactas y
las
(iesaliai'
libertad que el espíritu del i)iio]do francés.
vaciones sobre
su iialiiru-
(jiic
el
liav
de
la
obsr'r-
Palais
Los parla-
asemejan mucho á
los
gesto y en la declamación.
Llenos de animación y vivacidad, mantienen sin embargo, un poco
más
de sencillez en
nos de nuestros oradores,
en
la
(jue todavía
tribuna que algu-
pretenden guardar
acción oratoria una cierta solemnidad ya deste-
la
rrada délos usos modernos y del todo incompatible con la naturaleza de nuestras instituciones,
legislativo
no
es absolutamente lo
en que
que fué
el
el
cuerpo
Parlamento.
Sus oraciones son breves, concisas y vigorosas. No
un
vi á
solo orador en ese debate detenerse en la Iriliuna
más
de media hora;
rriría
en
la
el
que
lo hiciera
seguramente incu-
censura general. Nótese, empero, que no se
trataba de una
moción
consagradas por
el
política, que.
según
las
fórmulas
parlamentarismo, exige una discu-
sión rápida y una solución inmediata: al contrario, tra-
tábase de un proyecto de ley modificando libertad de imprenta. Es
el
uso de
la
un asunto para largas discu-
siones en nuestras asambleas. El auditorio francés no oiría
un discurso de dos horas proferido por Gambetta,
—
446
Clemencoaii ó Julos Ferry con
humor con que
los ingleses
— la
misma
oyen
yo
legislaliva
nuestras asaui Ideas t'iia
de
Europa,
es la
que
adoptásemos en
(|ue
niodido franct-seii vez del inglés.» iiilei-esaules
ui;is
de las Varias
tía
se reliere á la visita, casi diría al pe-
regrinaje, lioídio por
Gamliella eu
elicacia de nuestra
la
jtiei'eriría
!
|>arles
liis
])iion
las piot'uudas oraciones
de ocho lloras de (jladstone. Pai'a accin.
l.i
uiausií'iu le
|»ai'ece
más
csliidiaule lialia ¡ador y de
lii'iltilos
verdadera uien le maravillado
la
uiodeslosn. (.(juedé I
em piando
sencillez de
la
de
Jiahilacit'tu
< la
— dice — con
tos lesliunmios lidt'dignos de
un hombre que por
liieu
(^s-
vida de
la
opulencia de los seulimienlos y
del espíritu llegaia á sor r/ ¡xxh'r oiiilla de la l'raucia.
No
en los a|tosenlos un solo objeto,
se enciienlia
adorno cnalíinieía.
(|ne
existencia fastuosa:
al
|)lici(lad
de las co>|
bre pn
ico.
lil
manienrr no
la
para
^
hís
[)obi'es
hrcs.
la
:
de una
In'ihitos
allí
rev(da
anslfi'idad severa
la
(l(d
sim-
hom-
(|uicn(d primer cuidado consiste en
rxpncsio
como un
(lampos Sallen
los
conliaiio. lodo
piiir/a ¡lunacnlada did
(|ncd(' |ani.is
lumnia."
niii
denuncie
\\\\
ni
aun
al
comeutai'io
(iambelia sabía
(diisliinye una
al
honor, para (|ue
vandalismo de caso,
añade
el
la
v\
ca-
señor
(|ue la vida lujosa de
denuncia pública contra
la
honestidail do los cscí iipiilos iicrsoiialcs.)) Esalaz noble (Ifl
raráficr de
l(ts
|)olílicos franceses,
franco v enliisiasla del señor
añadir
d\co en
(di'a pájiijia
merece
Campos
«Debo
Salles.
de su libro
—
elogio
el
([ii:
se
pues por
preocupaciones pero
la
reforma
parlamentarismo coloca á
mismas condiciones
difíciles
en que se van encontrando las monarquías europeas.
Es indispensable parala nación "cxlirpar de su orga-
nismo
institucional este
germen
jxm peino de inlrigas
y
chicanas para poseei- un gobierno Inerte y estable».
Para
las
monarquías no están
IVicil la
no pueden prescindir en absolulo por(|ut' viv(Mi
de
la
liceión
de
evoluciém.
n
bellas
dtd parlamenlai'ismo,
la
irrespítnsaiiilidad
del
sojx'rano, cuya pi'rsona iiirlo/dh/c y saí/ratld dclx^ ser
resguardada por
como
la responsaltilidad
partidos políticos
los
membramiento de
gastan
se
juicio sobre la Guerra del Pacífico
175
XVII
En
viaje
á
Río de Janeiro.
Fí^í/cmí/iY^.-
— Assis
Brasil
y
La República
Propaganda republicana. — La Democracia
—
.
—
—
462
Págs.
del
¡icprrsenlafirit
del esl.idista.
rio
del iiiaiidaln
iiiisiiiu
—
—
del
voln.
Peliirros del
déla olira.—
—
Crítica
Vdln militar.
l'iia
cita
de Hry-
de analialielos».— De corno
—
ex riiitinsu.
—
de crite-
.Madiiii'Z
Fnndaiiieiitiis
iiiiperativíi.
— Soltiiedad del esliln ce. — Un "electorado oposición
;iiil Irdcialivas.— Kl Ürasil v los Kslados Cuidos. liiiilacioiic>
luiieslas.
licas luasileras.
Al
lu'ildira ¡III
I
l'iiiiriiliii
jm
I
I,
liiiiiriihii
de las ai:ilaciones
os l'edei'alcsy
—
lii''L;¡nieii
iii.— Kl diaL'iii'islico
heiiadores siida y rl
—
¡.'ciiliiia.
— Cansa
iiierica líos.
—
iinilaiios en
/iir.^iilriicial
de Assis \Vi Ilia
iii
ñ
lirasil.
|hiIí-
la
He-
i'(''i;in)eii
— Kos
li-
Lecky
llaii|io|e
ismo
195
Xl\ Crítici.'ráíicos. peiiodisía papid en la campaña alHiliciiuiisla. —
Mariiosa.
.'^ii
ldi(deca.
—
.'^u
y
ol triliiiiiM
F,l
/niddirs.
parlamentario.— I.a
— iJelleza
de
párral'd S(diif la ley
pidíliía de lus niKtnci-
Ciiiifi'n'iicin
la
Aho/ii-lniiisln
— l'n
.
de los esclavos evadidos
.i'Z")
XXXl Kl
e>lil(.
y
(d
(le
l'.iiy
IJailtosa.
esladisla.
— Su
soi)re El Eslíidn de
Supremo lireada
ladores
.-.
Triliiinal
— .Mérilo
lie
la
— Kl
pensador,