138 39 31MB
Spanish Pages 163 [169] Year 2021
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Diana Gorostidi Pi
Tusculum V. Las inscripciones latinas de procedencia urbana
Xavier Aquilué Alejandro Quevedo
C CSIC
Xavier Aquilué Abadías es doctor en Diana Gorostidi Pi es licencia Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología lología Clásica (Premio Extraordin por la Universidad de Barcelona y responsable celona, 1997) y doctora en Cienc científico del Centro Iberia Graeca (Museu Antigüedad (Zaragoza, 2008) con d’Arqueologia de Catalunya) desde el año sis titulada «La epigrafía latina de l 2011. Con anterioridad director (Lacio, de la Itali ciudad defue Tusculum sede de Empúries del Museu d’Arqueologia mio Fundación Pastor de Estudi de Catalunya (1997-2010), coordinador cos). Es profesora de la del Universid Taller Escuela dera Arqueología de Tarragona i Virgili e investigadora del Ins (1987-1990) ytalà arqueólogo del Clàssica Colegio (ICAC d’Arqueologia Oficial de Arquitectos de Catalunya (1984- desta sus principales publicaciones 1986). Formó Tarraconensis parte, junto 3. conLeslos Dres. rom inscripcions Javier Arce, Xavier Dupré y Pedro Mateos, rragona, ICAC, 2010; Premio Inte del equipo científico de 2012) la Escuela AIEGL y laEspañola edición de Géz tarraconenses (Tarragona de Historia yEstudios Arqueología en Roma d’Arqueologia Clàssica, 2 (EEHAR-CSIC)Català que inició los primeros autora de numerosos artículos trabajos de investigación en Tusculum en el de t gráfico, coautora del volumen Ac año 1994, estando vinculado al «Proyecto arqueológicas en el área años de Tusculu Tusculum» hasta el 2000. Fruto de estos te Porzio Catone, Lazio-Italia): de actividad son las publicaciones colectivas ent y divulgación aparecidas sobregación el yacimiento en lasocial Serie(Madri 2014) y coeditora de IV Arqueológica de la EEHAR (n.º 2, 3, Tusculum 4, 5 tro (en preparación), ambos en es y 7). Es autor de numerosas monografías y serie. artículos científicos, forma parte de diferentes consejos de redacción de revistas de su especialidad y es miembro desde el año 2005 del Deutsches Archäologisches Institut.
Tusculum VI
Tusculum V
La fuente arcaica de Tusculum. Intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000
Las inscripciones latinas de procedencia urbana
Alejandro Quevedo Sánchez es doctor en Arqueología por la Universidad de Murcia e investigador contratado del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación en dicha institución. Dedicó su tesis doctoral al estudio de los contextos cerámicos y las transformaciones urbanas de la ciudad de Carthago Nova (Premio Extraordinario, 2013). Autor de medio centenar de publicaciones, posee más de cuatro años de experiencia en centros de excelencia internacional, entre los que destacan el Centre Camille Jullian (Aix-en-Provence, Francia), la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) y el Berkeley Roman Material Culture Laboratory, University of California Berkeley (EE.UU.). Durante su estancia en la EEHAR (2015-2017), desarrolló el proyecto La península Itálica y las provincias occidentales del Imperio: modelos urbanos y cultura material entre los siglos i-v d. C., con especial atención al estudio de los contextos de Tusculum y Portus. En la actualidad su investigación se centra en las dinámicas comerciales entre el sureste de la península Ibérica y el Mediterráneo occidental, principalmente Italia y Argelia.
CONSEJOCONSEJO SUPERIORSUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Fotografía de cubierta: Tusculum. Restos Imagen de cubierta: dibujo casa de ladel fuente arcaica de la llamada custode (enero de 20 de Tusculum de Antonio Nibby de 1819 y planta de cat. 70c En primer plano, las inscripciones (foto de laexcavadas autora). en el sector en las estructuras arqueológicas los años 1996-2000 (diseño: Sara Olmos).
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Diana Gorostidi Pi
Tusculum V. Las inscripciones latinas de procedencia urbana
Xavier Aquilué Alejandro Quevedo
C CSIC
Xavier Aquilué Abadías es doctor en Diana Gorostidi Pi es licencia Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología lología Clásica (Premio Extraordin por la Universidad de Barcelona y responsable celona, 1997) y doctora en Cienc científico del Centro Iberia Graeca (Museu Antigüedad (Zaragoza, 2008) con d’Arqueologia de Catalunya) desde el año sis titulada «La epigrafía latina de l 2011. Con anterioridad director (Lacio, de la Itali ciudad defue Tusculum sede de Empúries del Museu d’Arqueologia mio Fundación Pastor de Estudi de Catalunya (1997-2010), coordinador cos). Es profesora de la del Universid Taller Escuela dera Arqueología de Tarragona i Virgili e investigadora del Ins (1987-1990) ytalà arqueólogo del Clàssica Colegio (ICAC d’Arqueologia Oficial de Arquitectos de Catalunya (1984- desta sus principales publicaciones 1986). Formó Tarraconensis parte, junto 3. conLeslos Dres. rom inscripcions Javier Arce, Xavier Dupré y Pedro Mateos, rragona, ICAC, 2010; Premio Inte del equipo científico de 2012) la Escuela AIEGL y laEspañola edición de Géz tarraconenses (Tarragona de Historia yEstudios Arqueología en Roma d’Arqueologia Clàssica, 2 (EEHAR-CSIC)Català que inició los primeros autora de numerosos artículos trabajos de investigación en Tusculum en el de t gráfico, coautora del volumen Ac año 1994, estando vinculado al «Proyecto arqueológicas en el área años de Tusculu Tusculum» hasta el 2000. Fruto de estos te Porzio Catone, Lazio-Italia): de actividad son las publicaciones colectivas ent y divulgación aparecidas sobregación el yacimiento en lasocial Serie(Madri 2014) y coeditora de IV Arqueológica de la EEHAR (n.º 2, 3, Tusculum 4, 5 tro (en preparación), ambos en es y 7). Es autor de numerosas monografías y serie. artículos científicos, forma parte de diferentes consejos de redacción de revistas de su especialidad y es miembro desde el año 2005 del Deutsches Archäologisches Institut.
Tusculum VI
Tusculum V
La fuente arcaica de Tusculum. Intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000
Las inscripciones latinas de procedencia urbana
Alejandro Quevedo Sánchez es doctor en Arqueología por la Universidad de Murcia e investigador contratado del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación en dicha institución. Dedicó su tesis doctoral al estudio de los contextos cerámicos y las transformaciones urbanas de la ciudad de Carthago Nova (Premio Extraordinario, 2013). Autor de medio centenar de publicaciones, posee más de cuatro años de experiencia en centros de excelencia internacional, entre los que destacan el Centre Camille Jullian (Aix-en-Provence, Francia), la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) y el Berkeley Roman Material Culture Laboratory, University of California Berkeley (EE.UU.). Durante su estancia en la EEHAR (2015-2017), desarrolló el proyecto La península Itálica y las provincias occidentales del Imperio: modelos urbanos y cultura material entre los siglos i-v d. C., con especial atención al estudio de los contextos de Tusculum y Portus. En la actualidad su investigación se centra en las dinámicas comerciales entre el sureste de la península Ibérica y el Mediterráneo occidental, principalmente Italia y Argelia.
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Fotografía de cubierta: Tusculum. Restos Imagen de cubierta: dibujo casa de ladel fuente arcaica de la llamada custode (enero de 20 de Tusculum de Antonio Nibby de 1819 y planta de cat. 70c En primer plano, las inscripciones (foto de laexcavadas autora). en el sector en las estructuras arqueológicas los años 1996-2000 (diseño: Sara Olmos).
Serie Arqueológica ‒ 16
Tusculum VI
La fuente arcaica de Tusculum. Intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000
SERIE ARQUEOLÓGICA
Director Antonio Pizzo, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, CSIC Secretaria Elena García Guerra, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, CSIC Consejo de Redacción Marcella Aglietti, Università degli Studi di Pisa Elena Calandra, Ministero per i beni e le attività culturali e per il turismo Antonio Duplá Ansuátegui, Euskal Herriko Unibertsitatea Elena García Guerra, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, CSIC Vincenzo Lavenia, Universita degli Studi di Bologna Daniele Malfitana, Consiglio Nazionale delle Ricerche Manfredi Merluzzi, Universitá degli Studi Roma Tre Antonio Pizzo, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, CSIC Isabel Sánchez Ramos, Universidad Pablo Olavide María Ángeles Utrero, Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, CSIC Consejo Asesor Javier Arce Martínez, Université Charles de Gaulle Lille 3 Ana Margarida Arruda, Universidade de Lisboa Martin Baumeister, Deutsches Historisches Institut Francesco Benigno, Scuola Normale Superiore María Teresa D’Alessio, Sapienza Universitá di Roma María Belén Deamos, Universidad de Sevilla Hélène Dessales, Ecole Normale Supérieure Rafael Hidalgo Prieto, Universidad Pablo de Olavide Gloria Mora Rodríguez, Universidad Autónoma de Madrid Anna Maria Oliva, Consiglio Nazionale delle Ricerche Pilar Pavón Torrejón, Universidad de Sevilla Leonor Peña Chocarro, Instituto de Historia, CCHS-CSIC Carmine Pinto, Università degli Studi di Salerno Joaquín Ruiz de Arbulo Bayona, Universitat Rovira i Virgili Gaetano Sabatini, Università degli Studi Roma Tre Rafael Valladares Ramírez, Instituto de Historia, CCHS-CSIC Maria Antonietta Visceglia, Sapienza Università di Roma Andrew Wallace-Hadrill, University of Cambridge José Ángel Zamora López, Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo, CCHS-CSIC
Tusculum VI
La fuente arcaica de Tusculum. Intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000
Xavier Aquilué Alejandro Quevedo
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Madrid, 2021
Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por medio ya sea electrónico, químico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.
Catálogo de publicaciones de la Administración General del Estado: https://cpage.mpr.gob.es Editorial CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])
© CSIC © Xavier Aquilué y Alejandro Quevedo © De las imágenes, las fuentes mencionadas a pie de figura Imagen de cubierta: dibujo de la fuente arcaica de Tusculum de Antonio Nibby de 1819 y planta de las estructuras arqueológicas excavadas en el sector en los años 1996-2000 (diseño: Sara Olmos). ISBN: 978-84-00-10782-6 e-ISBN: 978-84-00-10783-3 NIPO: 833-21-032-6 e-NIPO: 833-21-033-1 Depósito Legal: M-8790-2021 Maquetación: Sara Olmos Impresión y encuadernación: Gráficas Muriel, S.A. Impreso en España. Printed in Spain
En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.
A Xavier Dupré i Raventós (Barcelona 1956 - Roma 2006)
In memoriam
ÍNDICE
Presentación ....................................................................................................................................................
11
1. Introducción ................................................................................................................................................... 13 2. El sector de la fuente arcaica .................................................................................................................... 21 3. Historia de la investigación del sector de la fuente arcaica ...........................................................
29
4. Las intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000 ................................................................... 37 4.1. Introducción .................................................................................................................................................. 39 4.2. Excavaciones en la fuente arcaica .................................................................................................................... 40 4.2.1. La excavación en la parte superior de la fuente .................................................................................... 40 4.2.2. La excavación en el interior de la fuente .............................................................................................. 42 4.2.3. La excavación en el exterior de la fuente .............................................................................................. 47 4.3. Excavaciones entre el muro norte de aterrazamiento del foro y la vía enlosada ................................................ 52 4.4. Excavaciones en la fuente de los ediles ............................................................................................................ 56 4.5. Relación de unidades estratigráficas del sector M1000 (Fuente arcaica) .......................................................... 65 5. La fuente arcaica y el sistema de captación de agua (siglos vi-v a. C.) ............................................ 5.1. El edificio de la fuente y el sistema de captación de agua ................................................................................ 5.2. La cronología ................................................................................................................................................. 5.3. Un sistema hidráulico de tradición etrusca .....................................................................................................
71 73 80 83
6. Las estructuras arquitectónicas del entorno de la fuente arcaica ................................................ 87 6.1. Introducción ................................................................................................................................................... 89 6.2. El muro de aterrazamiento en opera quadrata (siglo iii a. C.) ........................................................................... 89 6.2.1. Características arquitectónicas y técnica constructiva ........................................................................... 89 6.2.2. La datación estratigráfica ..................................................................................................................... 93 6.3. El muro de aparejo poligonal (siglo iii a. C.) ................................................................................................... 105 6.4. Las estructuras de la fuente de los ediles y el acceso exterior a la fuente arcaica ................................................ 108 6.4.1. Los muros en opera quadrata ............................................................................................................... 108 6.4.2. Las construcciones en opus reticulatum y caementicium ........................................................................ 111 6.4.3. La cronología de la colmatación de las estructuras ............................................................................... 114 6.4.4. Un apunte final ................................................................................................................................... 135 7. La vía de acceso ...............................................................................................................................................
139
Conclusiones ...................................................................................................................................................
147
Bibliografía ......................................................................................................................................................
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Créditos ............................................................................................................................................................
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9
PRESENTACIÓN
un vuoto di conoscenze a lungo atteso dalla comunità scientifica. Il volume non si limita allo studio della fontana, ma analizza i dati di una serie di campagne di scavi, dal 1996 al 2000 condotti dal gruppo del Museu d’Arqueologia de Catalunya-Empuries sotto la direzione di Xavier Aquilué. L’area indagata da questi scavi è molto ampia e spazia dal portico nord del foro, il tratto di mura sottostanti e la parallela via basolata, una zona fondamentale per l’interpretazione di Tusculum e la comprensione delle dinamiche evolutive del paesaggio urbano sin dall’epoca arcaica. L’interesse di questo volume è a mio avviso quello di aver raccolto sapientemente e assemblato i numerosi dati di scavo in un formato che integra in modo omogeneo la pubblicazione degli scavi, lo studio strutturale della fontana e il suo sistema di captazione dell’acqua e il contesto delle mura. I dati degli scavi sono esposti con coerenza e in modo completo e aiutano il lettore a seguire le varie fasi del lavoro di campo nei diversi settori analizzati (lo scavo della parte superiore, interna ed esterna della fontana, gli scavi del muro di terrazzamento del foro e la via). Da evidenziare, lo scavo della «fontana degli edili» oggi ricoperta e invisibile sotto la folta vegetazione dell’area. Gli elementi di riflessione più interessanti della pubblicazione sono, senza dubbio, l’interpretazione cronologica dei resti archeologici esaminati e lo studio dei contesti nella loro diacronia storica, sempre accompagnati da una speciale attenzione alla documentazione grafica. L’analisi dei materiali ceramici effettuata dagli autori del volume (specialisti in questo campo di studi) apre una serie di considerazioni sull’interpretazione cronologica di questo settore della città, evidenziando una sequenza stratigrafica che, per la prima volta, evidenzia un quadro quasi completo della complessità edilizia tuscolana nel corso dei secoli. Gli autori ricostruiscono un palinsesto di attività che cominciano con la costruzione della fontana arcaica alla fine del vi sec. a.C.-inizi del v e finiscono con il rifacimento della via basolata che conduceva al foro a metà del i sec. d.C. Ma la zona in questione diventa un quadro completo per la ricostruzione delle vicende storiche tuscolane. Gli interventi in opera quadrata per il terrazzamento dell’area forense durante la metà del iii sec. a.C. o gli ulteriori interventi di monumentalizzazione della zona nei primi decenni del i sec. a.C. sono una chiara testimonianza della straordinaria attenzione che ricevette Tusculum dal punto di vista dei continui adeguamenti urbani. Questo volume che per Xavier Aquilué e Alejandro Quevedo è senza dubbio il punto finale di vari anni di riflessione e di lavoro diventa per noi uno strumento
La cosiddetta «fontana arcaica» di Tusculum è uno dei principali monumenti dell’antica città, tra i più rappresentati dagli illustri pittori e viaggiatori che hanno passeggiato tra le rovine, tra i più suggestivi per la posizione su una delle strade che portava al foro e attualmente integrato in una zona verde e fresca. Ma, paradossalmente, come spesso accade ai monumenti simbolo di un sito archeologico, è uno degli edifici meno studiati di Tusculum. La monografia di Xavier Aquilué e Alejandro Quevedo comincia finalmente a colmare questo vuoto bibliografico fin troppo evidente. La pubblicazione di questo volume è un doppio regalo di compleanno visto che la EEHAR ha festeggiato recentemente i 25 anni dei lavori di scavi a Tusculum, condotti ininterrottamente dalla nostra istituzione. Uno degli obiettivi di queste celebrazioni, marcate dalla pandemia del Covid 19, ha riguardato la pubblicazione dei risultati di una lunga stagione di scavi, diretti dal 1994 da Xavier Dupré, con l’idea di attualizzare le conoscenze archeologiche sul sito. È stata sin dall’inizio una mia priorità, quella di promuovere, con l’appoggio della presidenza del CSIC e con Editorial CSIC, la pubblicazione di tre fondamentali monografie che potessero concludere una lunga stagione di lavori a Tusculum. La pubblicazione del volume Tusculum V. Las inscripciones latinas de procedencia urbana di Diana Gorostidi, il volume sul teatro attualmente in preparazione e questo Tusculum VI. La fuente arcaica de Tusculum. Intervenciones arqueológicas de los años 1996-2000 che qui presentiamo rappresentano un nuovo sforzo di tutto il personale della EEHAR per finalizzare nel migliore dei modi la celebrazione di una lunga stagione di attività sul campo e un grande investimento pluriennale di risorse economiche e umane. La cosiddetta «fontana arcaica» fu scoperta agli inizi del xix secolo e continua ad essere, fin da allora, una delle principali attrazioni della visita a Tusculum, sia per lo stato di conservazione delle strutture che per la posizione sulla derivazione della via Labicana che permetteva l’accesso al foro costeggiando il lato nord. L’edificio assume una grande rilevanza archeologica se consideriamo che è uno dei pochi elementi conosciuti per l’approvvigionamento di acqua sin dall’epoca arcaica ed è collegato a una serie di cunicoli sotterranei, recentemente ben documentati, che servivano a questo scopo. Sulla struttura e il suo funzionamento e, soprattutto, sui contesti stratigrafici e cronologici legati a questa importantissima parte della città si sapeva molto poco e, senza dubbio, questo attesissimo volume riempie 11
fondamentale e una guida necessaria per le nuove ricerche in corso che, in futuro dovrebbero completare lo studio del resto dell’area forense. Ringraziando principalmente gli autori per questo nuovo lavoro vorrei rendere omaggio anche a tutti gli
archeologici spagnoli e al personale della EEHAR che in questi 25 anni di scavi hanno partecipato alle numerose campagne e alla gestione istituzionale rendendo possibile l’identificazione di un progetto archeologico con la nostra istituzione. Antonio Pizzo Director EEHAR Roma, 14 Settembre 2020
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Capítulo I INTRODUCCIÓN
Esta monografía presenta las conclusiones de las excavaciones arqueológicas realizadas entre 1996 y 2000 en el sector de la denominada «cisterna arcaica» de Tusculum (Monte Porzio Catone, Lazio, Italia), por la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) y por la sede de Empúries del Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC-Empúries). Como veremos más adelante, la construcción que da nombre al sector no corresponde a una cisterna sino a una fuente perteneciente a un complejo sistema de captación de agua, motivo por el cual a partir de ahora nos referiremos a ella como «la fuente arcaica de Tusculum». En el año 1994, la EEHAR, bajo la dirección del Dr. Javier Arce, inició las primeras intervenciones en Tusculum, cuyas excavaciones arqueológicas fueron dirigidas por el Dr. Xavier Dupré, vicedirector de la EEHAR, desde 1996 hasta el año de su muerte en 2006, teniendo como objetivo principal la investigación históricoarqueológica de esta antigua ciudad lacial y la difusión y puesta en valor de su rico patrimonio cultural. Este proyecto no hubiera sido posible sin la implicación y la colaboración de la Soprintendenza per i Beni Archeologici del Lazio, dependiente del Ministerio de Cultura italiano, y de la XI Comunità Montana del Lazio «Castelli Romani e Prenestini», mancomunidad de municipios de este territorio y propietaria de los terrenos donde se encuentra el yacimiento tusculano (Figs. 1 y 2). La imbricación en el proyecto Tusculum por parte de Empúries se inició en el mismo año 1994, cuando el conjunto arqueológico y su museo monográfico estaban gestionados por la Diputación de Barcelona, a través del Organisme Autònom Conjunt Monumental d’Empúries (OACME), dirigido por el Sr. Jordi Pardo. El puerto de Empúries (l’Escala, Girona, España), la antigua ciudad greco-romana de Emporion/Emporiae situada en el noreste de la península Ibérica y cuyas excavaciones oficiales se iniciaron en 1908, fue el lugar de desembarco de las tropas romanas, en el marco de la romanización de Hispania, comandadas por Marco Porcio Catón en el año 195 a. C., uno de los personajes tusculanos más significativos de la historia de Roma. Esta, entre otras razones, fue la que influyó en la participación de Empúries en el proyecto Tusculum con la adscripción del Dr. Xavier Aquilué al equipo de investigadores de los años 1994 y 1995, en los cuales se actuó en el conjunto monumental del foro y del teatro (Arce et alii, 1998). A partir de 1996, cuando el Dr. Xavier Dupré asumió la dirección del proyecto Tusculum, se impulsó la participación de otras cuatro instituciones españolas que permitieron incrementar los recursos humanos y materiales destinados al estudio del yacimiento (Fig. 3). Así, al proyecto de investigación dirigido por el Dr. Dupré «Excavaciones arqueológicas y estudio histórico-
urbanístico de la ciudad de Tusculum (Lacio, Italia)» (DGICYT PB95-0030-C05) se sumaron cuatro proyectos coordinados: el del Consorcio de la ciudad monumental de Mérida, dirigido por el Dr. Pedro Mateos, el de la Universidad del País Vasco, dirigido por el Dr. Julio Núñez, el de la Universidad de la Rioja, dirigido por el Dr. Juan Santos, y finalmente el del Museu d’Arqueologia de Catalunya-Empúries (una vez realizado el traspaso del conjunto arqueológico emporitano de la Diputación de Barcelona a la Generalitat de Catalunya en el año 1995), dirigido por el Dr. Xavier Aquilué. En este sub-proyecto coordinado, denominado «El foro: el pórtico norte y las murallas» (DGICYT PB95-0030-C05-03) y que tuvo una duración de tres años (1996-1999), participaron como investigador principal el Dr. Xavier Aquilué, director del MAC-Empúries, y como investigadores adscritos al mismo los arqueólogos del museo, Sr. Pere Castanyer, Sra. Marta Santos y Sr. Joaquim Tremoleda, así como diversos arqueólogos colaboradores y personal técnico del mismo y estudiantes de arqueología de la Universitat de Girona y de diferentes universidades italianas becados, estos últimos, por la XI Comunità Montana dei Castelli Romani e Prenestini. En el año 2000, una vez finalizada de forma directa la participación del MAC-Empúries en Tusculum, se realizaron, por parte de un pequeño grupo de miembros del museo emporitano, los últimos trabajos de excavación y registro arqueológico del sector de la fuente arcaica que habían quedado pendientes en la campaña del año 1999. Así mismo, en el año 2015 el Dr. Alejandro Quevedo obtuvo un contrato de investigación del CSIC en la EEHAR que, entre otras acciones, le permitió clasificar y estudiar los conjuntos cerámicos alto-imperiales excavados en la zona de la fuente arcaica por el equipo del MAC-Empúries y analizar las estructuras arquitectónicas de los cuales procedían. El sector objeto de investigación por parte del MACEmpúries fue una extensa área comprendida entre el pórtico norte del foro y la vía urbana enlosada que conducía a la antigua vía Labicana, donde se encontraban diferentes lienzos murarios de notables dimensiones, así como la fuente arcaica de Tusculum. Todas estas estructuras habían sido descubiertas principalmente en los trabajos realizados en el siglo xix y requerían tanto de una documentación arqueológica precisa como de excavaciones estratigráficas que pudieran datar su construcción y su evolución posterior, información imprescindible para reconstruir la historia de la ciudad. Los trabajos de investigación se desarrollaron, por tanto, en dos zonas diferentes. La primera, en el pórtico norte del foro. La segunda, en la fuente arcaica y su entorno inmediato. Aunque desde el primer momento de las intervenciones arqueológicas se publicaron de forma 15
Fig. 1. El sistema volcánico de los Colli Albani visto desde el sector suroccidental del foro de Tusculum.
Fig. 2. En primer plano, la ladera oeste de la colina de Tusculum; al fondo, el monte Albano, con la localidad de Castel Gandolfo en su cima y el mar Tirreno, vistos desde el sector meridional de la ciudad.
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Fig. 3. El conjunto monumental del foro y teatro de Tusculum en una imagen de septiembre de 2005 (XI Comunità Montana del Lazio «Castelli Romani e Prenestini»).
sistemática los informes preliminares de cada campaña y algunos artículos sobre aspectos concretos de las mismas (Dupré et alii, 1998; 1999a; 1999b; 2002; Rivera y Dupré, 2003), quedaba pendiente la realización de una memoria científica que presentara de forma exhaustiva los trabajos de documentación ejecutados y las conclusiones generales. La muerte de Xavier Dupré en el año 2006 impidió que se desarrollara el programa de publicación de las monografías tusculanas que él había planificado a través de un convenio con la editorial romana «L’Erma» di Bretschneider, dentro de la colección Bibliotheca Italica de la EEHAR (Dupré, 2005: XII-XIV). Una serie que, bajo el título Tusculum, presentaba un diseño propio de gran calidad técnica y elegancia. Un año antes de su fallecimiento aparecía el volumen Tusculum I, dedicado a la historiografía del yacimiento desde el siglo xiv al siglo xix (Castillo, 2005). Más tarde, se editaba Tusculum II, un estado de la cuestión sobre el conocimiento de la ciudad en el período medieval (Beolchini, 2006) y después Tusculum III, la memoria de las excavaciones realizadas por el equipo de la Universidad de la Rioja, durante el proyecto coordinado iniciado en el año 1996, en el área extraurbana donde se había localizado una villa romana y una iglesia medieval (Santos, 2011). Por diversas cau-
sas, esta serie se truncó y las posteriores monografías de Tusculum se incluyeron dentro de la Serie Arqueológica de la EEHAR, en la cual se habían editado los informes preliminares de las excavaciones realizadas en el yacimiento (Dupré et alii, 1998; 1999a; 1999b; 2002; Tortosa, 2014). No obstante, en el año 2016 apareció la excelente monografía dedicada a la escultura romana de Tusculum y su territorio (Salcedo, 2016) y en el 2020 el exhaustivo y detallado corpus epigráfico de la ciudad (Gorostidi, 2020). Entre los estudios monográficos pendientes, se encontraba el volumen dedicado al conjunto arquitectónico del foro, donde se iban a presentar los resultados científicos de los diferentes grupos que habían intervenido en él: los del MAC-Empúries en el pórtico norte, los de la Universidad del País Vasco en el pórtico y estructuras de cierre del sector occidental, los del Consorcio de la ciudad monumental de Mérida en el pórtico y la basílica meridional y los de la misma EEHAR en el cierre oriental del foro y los elementos relacionados con el teatro anexo. La elaboración de una monografía de este tipo necesitaba de una dirección y coordinación eficaz y restó, por tanto, huérfana después del deceso del Dr. Xavier Dupré (Figs. 4 y 5). 17
Fig. 4. Xavier Dupré explica a Giovanna Melandri, ministra de Cultura del Gobierno italiano, el edificio de la fuente arcaica durante la visita institucional realizada a las excavaciones de Tusculum el 27 de septiembre de 2000 (Tus-00-M980).
Fig. 5. Xavier Dupré con un grupo de estudiantes de arqueología en el sector de la fuente arcaica en el mes de julio de 2001 (D. Gorostidi).
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Así mismo, estaba prevista una monografía sobre el sector de la fuente arcaica que quedó también en suspenso y que ahora, con motivo de la celebración del 25 aniversario de la presencia de la EEHAR en la ciudad de Tusculum, ha podido materializarse, gracias a la propuesta realizada por los Drs. José Ramón Urquijo y Antonio Pizzo, director y vicedirector de la EEHAR, respectivamente, en los años 2018 y 2019. Queremos agradecer la colaboración de todas las personas que han hecho posible esta monografía. Tenemos una deuda de gratitud con todos aquellos que participaron en los trabajos de excavación arqueológica y en el proceso posterior de elaboración de los datos, cuya relación ya hemos citado en los créditos de la publicación. Sin embargo, queremos hacer una mención especial a los Drs. José Ramón Urquijo y Antonio
Pizzo, por haber querido que este libro saliera a la luz dentro de la Serie Arqueológica de la EEHAR, y especialmente a este último por su paciencia y comprensión en la tardanza de la entrega de los originales. Al Dr. Juan Santos Velasco, que nos ha apoyado en todo momento durante el proceso de elaboración de la obra. Al Sr. Xavier Font, que ha unificado y redibujado la mayor parte de la documentación gráfica, efectuada hace más de 20 años con técnicas bien diferentes a las actuales y que ha comportado un considerable esfuerzo. A la Sra. Sara Olmos, que con su maquetación y su asesoramiento del diseño gráfico ha mejorado con creces la presentación del volumen. Finalmente, como no podía ser de otra forma, el libro está dedicado a la memoria del Dr. Xavier Dupré, arqueólogo de Tusculum y verdadera alma de su recuperación científica y social.
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Capítulo II EL SECTOR DE LA FUENTE ARCAICA
antiquissimum municipium tusculanum, en palabras de Marco Tulio Cicerón (Orationes Pro Cn. Plancio, VIII, 9), tuvo una dilatada historia que se extendió desde las fases finales de la cultura lacial (siglos viii-vii a. C.) hasta su destrucción violenta el 17 de abril de 1191 por parte del ejército del emperador Enrique VI. La evolución del
La ciudad de Tusculum se sitúa a 25 km al sureste de Roma, en la región del Lacio, sobre una de las colinas del sistema montañoso de origen volcánico de los Colli Albani, en el municipio de Monte Porzio Catone, población que forma parte de la XI Comunità Montana del Lazio «Castelli Romani e Prenestini» (Fig. 6). El
Fig. 6. Situación de Tusculum dentro de la península Itálica y al sur del Lacio.
Fig. 7. Planta general de Tusculum con la relación de los restos arqueológicos documentados con anterioridad a las intervenciones efectuadas por la EEHAR (Quilici y Quilici Gigli, 1991: 24, fig. 9).
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Fig. 8. El foro y el teatro de Tusculum vistos desde el norte en una imagen de septiembre de 2005. Los árboles situados en primer plano ocultan el sector del pórtico norte de la plaza pública y la fuente arcaica (XI Comunità Montana del Lazio «Castelli Romani e Prenestini»).
asentamiento a lo largo de dos mil años ha generado un rico patrimonio arqueológico, disperso a lo largo y ancho de la colina sobre la que se desarrolló su ocupación humana (Fig. 7). La importancia de Tusculum se explica en parte por la situación estratégica de este promontorio desde el cual se dominaba la vía Latina, que conectaba el Lacio y Roma con la Campania, y la vía Labicana, que unía Roma con la ciudad latina de Labicum; sendos ramales entraban en Tusculum desde el sur y desde el norte, respectivamente. La colina tusculana está formada por una plataforma de unos 1.200 metros de longitud, orientada en dirección este-oeste, cuya cota más alta se encuentra a 675 metros sobre el nivel del mar, descendiendo progresivamente en dirección oeste hasta alcanzar la cota de 570 m s.n.m. Toda esta superficie fue transformada en grandes espacios aterrazados, partiendo de la acrópolis, que facilitaron la urbanización del asentamiento, extendiéndose también hacia las laderas septentrionales y meridionales (Borda, 1958; Del Nero, 1985; Quilici y Quilici Gigli, 1991; Dupré, 1997: 871872; Ribaldi, 2008). El sector de la intervención se halla, precisamente, junto al ramal de acceso a la ciudad desde la vía Labicana, donde se encontraba la fuente arcaica, delimitado por un potente muro de aterrazamiento que
permitió implantar el foro republicano en el espacio urbano que se situaba debajo de la acrópolis (Fig. 8). Al foro, una gran plaza abierta rodeada de pórticos, se le añadió posteriormente, en su extremo oriental, el edificio del teatro, creando de este modo uno de los conjuntos más monumentales de la ciudad (Fig. 9). Como se ha comentado, el equipo del MAC-Empúries intervino en dos áreas diferentes: en el pórtico norte del foro (Fig. 10) y en la fuente arcaica y su entorno inmediato, presentando ahora los resultados obtenidos en esta segunda zona de actuación (Fig. 11). Para facilitar la comprensión del lector se describen las estructuras que eran visibles antes de nuestras intervenciones y que fueron sacadas a la luz por las excavaciones efectuadas en la primera mitad del siglo xix, como se verá en el capítulo siguiente (Fig. 12). El primer elemento característico es la existencia de un tramo de calle o vía pavimentada con grandes losas poligonales (UE M1002) que procedente de la zona monumental de la ciudad salía de la misma por una puerta documentada en el siglo xix, conocida como «puerta de Camaldoli», y se dirigía hasta la vía Labicana. El tramo de calzada conservado en el sector se encuentra delimitado por una serie de lienzos murarios que cerraban la ciudad en época romano-republicana. 24
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Fig. 9. Planta general del conjunto foro-teatro de Tusculum donde se ha señalado, en color azul marino y en la parte superior, el sector de la fuente arcaica con las áreas de excavación realizadas entre 1996 y 2000 (plano base: EEHAR).
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Entre estas estructuras, el elemento más significativo es un gran muro de opus quadratum (UE M1003) que permitió la materialización y urbanización de la terraza superior de la ciudad donde se situó el foro y que delimitó el recorrido de la vía enlosada comentada anteriormente. Este muro, de 30 m de longitud y con una altura conservada que oscila entre 4,20 y 0,90 m, ha sido considerado también como parte de la muralla o lienzo exterior del recinto de Tusculum, aunque es evidente que esta función defensiva debió ser poco efectiva desde el momento en que formó parte de la estructura de cierre del pórtico norte del foro. A este muro se le adosa claramente otro construido en opus quadratum que presenta numerosas alteraciones correspondientes a fases cronológicas diferentes (UE M1009 y M1010), cuyo tramo septentrional estaba formado por el muro de fachada de la fuente arcaica, en el cual se abría la puerta de acceso a ella. El edificio es de planta rectangular exterior (4,90 por 3,90 m) y cuadrangular interior (3,10 m de lado), con una altura de 3,00 m y cubierto con una falsa bóveda, construida por aproximación de hiladas con bloques de tufo gris. En la pared del fondo se abre un pequeño
acceso de 1,60 m de altura por 0,70 m de ancho que forma parte de un conducto subterráneo excavado en los estratos geológicos de la elevación montañosa sobre la que se asienta la ciudad. Este conducto, que buscaba los niveles arcillosos, recogía el agua que se filtraba en el subsuelo a través de pequeños canales excavados en las paredes arcillosas de la canalización. Su longitud es de casi 400 m en dirección a la acrópolis tusculana, con galerías y pozos diversos. Toda el agua recogida mediante este complejo sistema hidráulico era conducida hasta el ámbito de la fuente arcaica. En el interior de la misma, se encontró en el año 1825 un fragmento de fístula de plomo con la inscripción Rei pub(licae) Tusculanorum (CIL XIV: 2658; Gorostidi, 2020: n.º 206, 283) que permitió identificar, sin ninguna duda, los restos arqueológicos de este yacimiento con la ciudad de Tusculum. Al muro de cierre de la fuente arcaica se le adosa por el este otro gran lienzo de 11,90 m de longitud y 2,60 m de altura (UE M1017), formando un ángulo en el punto de unión. En este muro se ubicaba la fontana de los ediles. El agua de esta última procedía del sistema de captación relacionado con la fuente arcaica y caía en una pila cuadrangular de piedra (UE M1020). En la pared externa de la misma, por el lado que daba a la vía, estaba la inscripción: Q(uintus) · Coel[iu]s Q(uinti) · f(ilius) · Latin(iensis) · M(arcus) · Decum[ius · f(ilius)] / · aed(iles) · de · s(enatus) · s(ententia) (CIL XIV: 2626; Gorostidi, 2020: n.º 62, 195-196) que se ha venido fechando en torno al 70 a. C., en base a la identificación del edil Quinto Coelio con el tribuno de la plebe del 66 a. C. Se trataría, por tanto, de una reforma tardorepublicana del precedente sistema de captación de agua, provocada posiblemente por la construcción de este paramento murario o bien por una remodelación del mismo. Finalmente, hay que hacer referencia al lienzo que se sitúa en el sector más oriental de la zona, en una cota más alta que el resto de estructuras y sobre la cubierta de la fuente arcaica, que se adosa al muro de aterrazamiento principal. Está construido con técnica poligonal (UE M1006), con bloques megalíticos y cogidos en seco, con una longitud de 5,10 m y una altura de 3,00 m. Las primeras hiladas, formadas con elementos de piedra reaprovechados de otras estructuras (UE M1007), son claramente un añadido posterior, realizado en época contemporánea con la finalidad de contener la tierra de la terraza superior.
Fig. 10. Estructuras arquitectónicas documentadas en las excavaciones efectuadas en el pórtico norte del foro en el año 1998 (Tus-98-M693).
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Fig. 11. El sector de la fuente arcaica de Tusculum con las estructuras arquitectónicas visibles en el año 1998. En primer término, el tramo de la vía enlosada; a la derecha, el muro de aterrazamiento del pórtico norte del foro, al que se le adosa, al fondo, el lienzo de aparejo poligonal; en el centro, el edificio de la fuente arcaica; y a la izquierda, el inicio del muro de la fuente de los ediles (Tus-98-M668).
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Fig. 12. El sector de las excavaciones de la fuente arcaica donde se han señalado los elementos arquitectónicos más significativos. A: Vía enlosada (UE M1002), B: Muro de aterrazamiento del pórtico norte del foro (UE M1003), C: Fuente arcaica, D: Muro de aterrazamiento de la fuente de los ediles (UE M1007), E: Fuente de los ediles, F: Muro de aparejo poligonal (UE M1006).
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Capítulo III HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN DEL SECTOR DE LA FUENTE ARCAICA
A inicios del siglo xix la fuente arcaica de Tusculum y las estructuras más cercanas que se han descrito anteriormente ya eran visibles dado que habían sido objeto de las primeras excavaciones sistemáticas efectuadas en el yacimiento por Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón (Pasqualini, 1992: 161-186). Este había adquirido en el año 1804 la Villa Rufinella, dentro de cuyos terrenos se encontraba el yacimiento tusculano. Impulsado únicamente por un interés anticuarial, inició en el año 1806 los primeros trabajos en Tusculum a la búsqueda de estatuas y otros objetos artísticos, trabajos que continuaron hasta 1817 (Castillo, 2005: 181-230). De este modo, la fuente arcaica, los muros que la delimitaban, los restos de la vía enlosada y otros elementos pudieron ser descritos y publicados por Antonio Nibby en 1819, junto con el resto de monumentos visibles de Tusculum en ese momento, en su libro Viaggio antiquario ne'contorni di Roma. Los textos de Nibby fueron acompañados por grabados realizados por Pietro Parboni según los dibujos de Simone Pamardi (Nobiloni, 2003: 29; Castillo, 2005: 207-228), que reflejaban el estado de conservación de los monumentos (Fig. 13). Nibby describe la fuente de esta forma: «Ma soprattutto merita di essere osservata inerente alle mura a destra una
piscina antica nel luogo dove l’acqua usciva dalla città. La bocca esterna della piscina, o per dir meglio la porta per la quale si entrava nella piscina, è molto rastremata, ed è circa 14 palmi alta, e 6 e mezzo larga nella parte più bassa. L’architrave di quest’apertura, benchè sembri oggi di due pezzi; è di un solo masso. Questa porta dà acceso alla camera quadrata dove l’acqua entrava nella piscina stessa; la volta di questa camera è ad arco acuto, e simile in parte al tesoro di Atreo presso Micene, ed alle cosí dette porte ciclopiche» (Nibby, 1819: 48). También describe el conducto que transportaba el agua: «L’acqua entrava in questa camera per un condotto, il cui emissario quadrilungo è alto 7 palmi, e largo 2; la direzione di questo condotto, che porta anche oggi una piccola quantità di acqua può per lungo tratto seguirsi» (Nibby, 1819: 48). Señala también los restos de monumentos funerarios existentes: «Incontro alla piscina suddetta esistono lungo la via rovine di opera reticulata appartenenti ai sepolcri, che esistevano fuori della città»; la fuente de los ediles Q. Coelius y M. Decumius y su inscripción que se encontraba «a sinistra dell’emissario stesso sotto le mura della città, ed aderente ad ese», la vía enlosada «ben conservata» y los numerosos elementos arquitectónicos «trovati negli ultimi scavi, i quali
Fig. 13. Vista del sector de la fuente arcaica de Tusculum publicada en el libro Viaggio antiquario ne'contorni di Roma de Antonio Nibby de 1819.
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arcaica (Fig. 14), evidenciándose que se había excavado tanto el interior de la misma y el sistema de captación subterráneo de agua, como el exterior, con el descubrimiento de la vía enlosada, la fuente de los ediles y las estructuras adosadas a la fachada de la fuente, así como un interesante pozo de sección circular, construido con bloques de tufo, delante de la entrada al edificio arcaico (Valenti, 2019: 157-159, figs. 2-4). Sin duda, se trata de un documento testimonial de los restos arqueológicos existentes en la propiedad de Luciano Bonaparte, que facilitó el inventario y valoración para su venta posterior, pero cuya precisión arqueológica documental no puede ser tenida en cuenta en su totalidad. En el año 1820 la Villa Rufinella y el yacimiento de Tusculum fueron adquiridos por Carlo Felice di Savoia, rey de Cerdeña, y por su esposa María Cristina de Borbón, quienes continuaron con las excavaciones en el mismo, primero bajo la dirección del marqués y arqueólogo Luigi Biondi (1825-1839), y tras la muerte de este, por el arquitecto Luigi Canina (1839-1842), quien además se encargó de la restauración de diversos sectores monumentales de la ciudad, entre ellos el teatro, y de la adecuación del sitio para facilitar su visita pública (Cappelli y Pasquali, 2002; Castillo, 2005: 231319). El fallecimiento de Luigi Biondi en 1839 no le permitió publicar sus trabajos tusculanos, si se exceptúa la edición póstuma del texto de una conferencia dada en el año 1839 en la Pontificia Accademia Romana di Archeologia sobre algunos hallazgos efectuados en el yacimiento (Biondi, 1842: 373-394; Castillo, 2002: 187; 2005: 243). En cambio, Luigi Canina editó en 1841 una obra fundamental para el conocimiento de Tusculum: Descrizione dell’antico Tusculo, todavía de un gran valor en la actualidad. Con anterioridad, sin embargo, al libro de Canina, algunos viajeros y estudiosos se habían hecho eco de los descubrimientos en la zona y habían dejado constancia de sus características en diferentes publicaciones (Nobiloni, 2003: 29-34; Castillo, 2005: 207-228). Así, hay que mencionar la obra del arquitecto Luigi Rossini, Le antichità dei contorni di Roma (1826), donde publica cuatro grabados de las vistas de la ciudad. En uno de ellos se observa la fuente arcaica, el gran muro de aterrazamiento norte del foro que delimitaba la gran vía enlosada y numerosos restos arquitectónicos e inscripciones a cada lado de la misma (Fig. 15). En un segundo, aparece representado un conjunto de antigüedades tusculanas, entre ellas la fuente de los ediles con su inscripción, los dos fragmentos de la fístula de plomo con el nombre del municipio, Rei pub(licae) Tusculanorum (CIL XIV: 2658) y los plumbarios municipales VIII Ti(berius) Cl(audius) Primit(ivus) et Corn(elius) Chryser(os) fec(erunt) (CIL XIV: 2666), descubiertas en 1825 (Gorostidi, 2003a: 41), diversos capiteles y una co-
Fig. 14. Dibujos del sector de la fuente arcaica del Plan de Tusculum, de autor desconocido, del año 1820 (Valenti, 2019: figs. 2 y 4).
sono di pietra tusculana, intonacati di bianco» (Nibby, 1819: 49). Es mérito de Massimiliano Valenti haber recuperado un plano inédito y de autor desconocido, seguramente realizado por un arquitecto francés al servicio de Luciano Bonaparte y que levantó acta de los restos arqueológicos excavados en Tusculum, del mercado anticuario y haberlo adquirido para el Museo della città di Monte Porzio Catone (Valenti, 2012: 211-222; 2019: 155-164). El plano presenta en su parte central el conjunto de las estructuras visibles del yacimiento tusculano, con una serie de dibujos de detalle de los monumentos más significativos que enmarcan la planta central. Entre ellos, aparecen cuatro dibujos relacionados con el sector de la fuente 32
Fig. 15. Grabado del libro de Luigi Rossini, Le antichità dei contorni di Roma (1826), con los restos arqueológicos de la fuente arcaica y de la vía de acceso a la ciudad de Tusculum.
Fig. 16. Grabado del libro de Luigi Rossini, Le antichità dei contorni di Roma (1826), con diversas antigüedades descubiertas en Tusculum.
lumna miliaria con la indicación de XV milia (Fig. 16). También hay que citar los dibujos de la fuente arcaica realizados por William Gell hacia el 1827 para su obra The Topography of Rome and its Vicinity (1834, 2ª edición 1846: 430-433) de gran interés para el conocimiento de
los muros que se encontraban en el entorno de la fuente (Fig. 17) y los efectuados por Virginio Vespignani, entre 1830-1831, para el libro de Edward Dodwell de 1834 sobre los monumentos ciclópeos y pelásgicos de Grecia e Italia, donde dibuja los detalles constructivos del inte33
Fig. 19. La fuente arcaica publicada por Luigi Canina en Descrizione dell’antico Tusculo (1841).
Fig. 17. Dibujo de la fuente arcaica de Tusculum de William Gell publicado en su libro The Topography of Rome and its Vicinity (1834).
Fig. 20. La fuente de los ediles publicada por Luigi Canina en Descrizione dell’antico Tusculo (1841).
Fig. 18. Dibujo de Virginio Vespignani (1830-1831) del interior de la fuente arcaica de Tusculum.
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rior de la fuente (Fig. 18). A todos ellos hay que añadir ahora documentos inéditos recuperados recientemente, como los tres dibujos realizados por el arquitecto francés François Debret, realizados en 1807 durante su estancia en Italia (Valenti, 2019: 159-160, figs. 5-7), el del arquitecto inglés Samuel Angel, efectuado en su visita a Tusculum el día 11 de abril de 1824 (Valenti, 2019: 160161, fig. 8) o del arquitecto francés Félix Duban del año 1826 (Valenti, 2019: 169, fig. 9). No obstante, la documentación principal de las excavaciones decimonónicas de este sector es la publicada por Luigi Canina en su obra monográfica sobre Tusculum del año 1841. Su descripción se apoya en los dibujos presentados en tres láminas que le permite realizar diversas consideraciones e interpretaciones de los restos hallados no todas ellas ajustadas a la realidad (Canina, 1841: 123127, tav. XIV-XVI). No se sabe si por error o de forma voluntaria, adjudica el descubrimiento de esta zona a los trabajos efectuados por Luigi Biondi, por encargo del rey Carlo Felice de Cerdeña (Canina, 1841: 123), cuando está documentado que la mayor parte de este sector había sido excavado con anterioridad por orden de Luciano Bonaparte. El monumento que considera más importante es la fuente arcaica, definida por él como un «castello dell’acqua» del que realiza una descripción de sus características constructivas, tanto externas como internas, presentando la planta, el alzado y dos secciones de la misma (tav. XIV) (Fig. 19). Además, describe también la pequeña fuente con la inscripción de los ediles, existente en el exterior de la fuente arcaica –que dibuja con dos vistas diferentes en la lámina XV (Fig. 20)– y su relación con la vía enlosada y el resto de elementos localizados a lo largo de ella: la columna miliaria, monumentos funerarios y construcciones indeterminadas. Finalmente, en la lámina XVI presenta un nuevo dibujo frontal de la entrada a la fuente y un dibujo sobre los restos de la puerta septentrional de acceso a la ciudad desde el tramo de la vía enlosada que conducía a la vía Labicana (Fig. 21). Siguen apareciendo a lo largo de la segunda mitad del siglo xix publicaciones de viajeros interesados por los monumentos de la Antigüedad que recogen dibujos de la fuente arcaica, con pequeñas variaciones, fruto de la mano del artista, que no aportan novedades a las descripciones de Canina (Nobiloni, 2003: 34-36; Castillo, 2005: 321-341). Entre ellos, por ejemplo, el de Gaetano Cottafavi, publicado en 1858, donde se observan «monumentalizadas» la fuente arcaica y la de los ediles, a tenor de la pequeña escala de la figura femenina dibujada junto a esta última (Fig. 22). De mayor interés es el artículo «Il castello d’acqua arcaico del Tusculo» de Thomas Ashby (1929: 161-182), donde reproduce dos dibujos de Virginio Vespignani para la obra de Edward Dodwell (1834) y dos dibujos
Fig. 21. La puerta septentrional de acceso a la ciudad de Tusculum y el edificio de la fuente arcaica publicados por Luigi Canina en Descrizione dell’antico Tusculo (1841).
Fig. 22. Dibujo de Gaetano Cottafavi, de 1858, de la fuente arcaica de Tusculum.
de William Gell (1834) que ya se han citado anteriormente (Figs. 17 y 18), junto a una planta y dos secciones de la fuente arcaica hechas por el arquitecto F. G. Newton (Ashby, 1929: figs. 7-9) y una fotografía de P. Mackey (Ashby, 1929: tav. 1), encargadas por él. Realiza una descripción de los restos, dando las dimensiones de 35
Fig. 23. Arriba, a la izquierda, dibujo del paramento del muro de cierre septentrional del sector de la fuente arcaica del libro de Giuseppe Lugli La tecnica edilizia romana, con particolare riguardo a Roma e Lazio (1957). Abajo, a la izquierda, sección de la fuente arcaica del trabajo de Giuseppe Lugli «Considerazioni sull’origine dell’arco a conci radiali» (1965). A la derecha, dibujo del interior de la fuente arcaica de Antonio García y Bellido, Arte romano (1971, 2ª edición).
los mismos, especialmente de la fuente arcaica, a la que le añade en la planta una especie de corredor de entrada a semejanza de las tumbas etruscas, y la pequeña fuente de los ediles que considera anterior al 66 a. C. Para la cronología de la fuente arcaica, por su sistema constructivo de falsa bóveda, señala una datación de la segunda mitad del siglo vii-inicios del siglo vi a. C. por paralelos con las tumbas etruscas de Monte Aguzzo (Formello) y Regolini-Galassi (Cerveteri) (Ashby, 1929: 179-181). Hay que resaltar también los trabajos de consolidación de la fuente arcaica realizados por Maurizio Borda en el año 1953 y la publicación de su libro Tuscolo en la serie de Itinerari dei Musei, Gallerie e Monumenti d’Italia (Borda, 1958), obra que fue de una gran ayuda para difundir el yacimiento tusculano. Durante la segunda mitad del siglo xx, el sector de la fuente arcaica y las construcciones más cercanas a ellas aparecen citadas en diversos artículos y monografías científicas como ejemplos de técnicas constructivas o paralelos de referencia para otros monumentos. Relacionar de forma exhaustiva las referencias bibliográficas sobre
las mismas es innecesario. Baste recordar su presencia en trabajos de investigadores como Giuseppe Lugli (1965: 131, fig. 53, n.º 46), Antonio García y Bellido (1971: 19-20), Luigi Devoti (1978: 71-73, n.º 29), Massimo Pallottino (1984: 356-ss) o Lorenzo y Stefania Quilici (1990: 212) para la fuente arcaica; los de Giuseppe Lugli (1957: 74, 164, fig. 16; 179-189, fig. 20, tav. XXXIX), Marcello Guaitoli (1984: 371-372) y Lorenzo y Stefania Quilici (1993: 253-258) para los muros de opera quadrata y poligonal; y los de Raimondo del Nero (1985) y Lorenzo y Stefania Quilici (1991) en guías y obras genéricas sobre el yacimiento tusculano (Fig. 23). Mención especial requieren, antes de la presencia en Tusculum de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, los trabajos de topografía realizados en el subsuelo de la ciudad por el Speleo Club Roma, al inicio de la década de los años noventa del siglo pasado, para documentar el complejo sistema existente de galerías y canales (cunicoli) destinado a la captación del agua y a su canalización hasta la fuente arcaica (Cappa, Cappa y Felici, 1997: 323-329).
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Capítulo IV LAS INTERVENCIONES ARQUEOLÓGICAS DE LOS AÑOS 1996-2000
4.1. Introducción
las excavaciones decimonónicas, teniendo en cuenta la escasa información existente sobre ellas. Para facilitar la comprensión de los restos conservados en este sector se presentan ahora únicamente las secuencias estratigráficas documentadas en estos años, que permitirán completar el análisis conjunto de cada una de las estructuras arquitectónicas en sus correspondientes capítulos, siguiendo su secuencia histórica. En los mismos se comentarán también los materiales arqueológicos recuperados, de especial interés por su valor cronológico. Siguiendo la nomenclatura dada al inicio de las actuaciones de la EEHAR a las diferentes áreas del yacimiento de Tusculum, la zona de la intervención recibió el nombre de «Sector M» (Muralla), comenzando la numeración inicial de las unidades estratigráficas a excavar por el número 1000. Cada unidad estratigráfica, además, contó para su identificación con las tres primeras letras del yacimiento (TUS), seguida por el año de la campaña correspondiente. Así, una unidad estratigráfica positiva o negativa (un muro, un estrato, una trinchera de fundación…) se identificó, por ejemplo, con la siguiente sigla: Tus-1998-M-1086. Es decir, Tus: Tusculum, 1998: año de la intervención, M: Sector Muralla, 1086: unidad estratigráfica individualizada (en este caso un estrato de relleno procedente de un basurero de mediados del siglo i d. C.). Si la unidad estratigráfica proporcionó materiales arqueológicos que fueron objeto de inventario, cada uno tuvo su sigla correspondiente; por ejemplo, un plato de T.S. Itálica de la forma Conspectus 3.2.2 procedente del estrato UE 1086, individualizado con el número 24, fue clasificado como: Tus-1998-M-1086-24. También se desarrolló un sistema de numeración de la documentación fotográfica de cada sector para su archivo posterior. En aquellos años, al no haberse implantado todavía el formato digital, los registros eran con fotografías en blanco y negro y en color, aunque se priorizaron las diapositivas en color. Así, una imagen registrada llevaba, por ejemplo, esta identificación: Tus-98-M688, que corresponde al nombre del yacimiento, al año en que fue realizada, al sector de la excavación y a su número individualizado. Cada equipo de los que participaron en estas campañas envió una copia de la documentación fotográfica a la EEHAR, donde quedó centralizado el archivo de imágenes. La documentación planimétrica también fue enviada a la EEHAR para su tratamiento homogéneo y su inventario correspondiente. En nuestro caso, dado que no hemos podido acceder a ella, hemos tenido que redibujar los originales de la excavación con nuevos programas de digitalización gráfica.
Las intervenciones en el sector de la fuente arcaica de Tusculum se realizaron en cinco campañas sucesivas entre los años 1996 y 2000. Los primeros resultados fueron publicados en una serie de informes preliminares en castellano entre 1998 y 2002 (Dupré et alii, 1998; 1999a; 1999b; 2002), con una traducción al italiano de las actuaciones del período 1996-1999 en el año 2000 (Dupré, 2000). Como es obvio, el estudio conjunto de las intervenciones y la investigación realizada con posterioridad a los trabajos de excavación han permitido precisar, confirmar o corregir algunos de los datos publicados inicialmente. Por tanto, estos no deben ser tenidos en cuenta a partir del presente volumen, donde se recoge y analiza nuevamente la documentación precisa de las excavaciones. Las actuaciones llevadas a cabo en cada campaña fueron las siguientes: a) Campaña de 1996 (del 2 al 27 de septiembre). Limpieza, análisis estratigráfico, documentación gráfica y fotográfica de las estructuras existentes en el sector (Dupré et alii, 1998: 43-61). b) Campaña de 1997 (del 1 al 26 de septiembre). Realización de un sondeo estratigráfico en la parte superior de la cubierta de la fuente arcaica y de una excavación arqueológica entre el muro de opus quadratum de aterrazamiento del foro y la vía enlosada de acceso a la ciudad (Dupré et alii, 1999a: 39-56). c) Campaña de 1998 (del 7 de septiembre al 2 de octubre). Excavación estratigráfica del sector existente entre el muro de opus quadratum relacionado con la fuente de los ediles y la vía enlosada de acceso a la ciudad (Dupré et alii, 1999b: 49-67). d) Campaña de 1999 (del 14 de junio al 9 de julio). Excavación estratigráfica en el interior de la fuente arcaica y documentación gráfica y fotográfica de las estructuras exhumadas en el subsuelo de la edificación (Dupré et alii, 1999b: 137-138). e) Campaña de 2000 (del 16 al 30 de septiembre). Excavación estratigráfica entre el muro exterior de entrada a la fuente arcaica y la vía enlosada de acceso a la ciudad (Dupré et alii, 2002: 55-63). Dado que el sector había sido excavado en el siglo xix y no se disponía de una documentación planimétrica actualizada de las estructuras descubiertas que permitieran su estudio e interpretación ni de secuencias estratigráficas que facilitaran la datación de las mismas, se realizaron durante estos años dos tipos de intervención diferenciada: 1.- Documentación gráfica (plantas, alzados y secciones) y fotográfica de las estructuras conservadas. 2.- Realización de sondeos estratigráficos en las zonas del sector que supuestamente no parecían afectadas por 39
4.2. Excavaciones en la fuente arcaica En el espacio ocupado por la fuente arcaica se realizaron tres intervenciones arqueológicas que tenían como finalidad datar su construcción, completar la documentación de la arquitectura del edificio y entender su relación con el resto de las estructuras existentes. 4.2.1. La excavación en la parte superior de la fuente En la campaña del año 1997 se realizó un sondeo arqueológico de 2 por 2 m en la zona más alta del sector, entre el ángulo formado por el muro de aterrazamiento del pórtico norte del foro, construido en opus quadratum (UE M1003), y el muro de paramento poligonal (UE M1006) que se adosa al mismo por su cara norte (Figs. 24-26). Esta superficie superior estaba contenida por un muro de bloques (UE M1009 y M1010) donde se abría la puerta actual de acceso al interior de la fuente. Se encontraba a una altura de 1,20 m por encima de la cota de circulación de la vía enlosada. En primer lugar, se excavó un potente estrato superficial de tierra (UE M1000) y se extrajeron dos árboles que habían crecido con posterioridad a los trabajos realizados por Maurizio Borda en la década de los años cincuenta del siglo pasado, dado que no se observan en las fotografías de la época (Borda, 1958: figs. 23 y 26). Estos últimos, con sus raíces, estaban poniendo en peligro la estructura de la cubierta de la fuente y ya habían ocasionado movimientos en algunos de sus bloques. En la parte más occidental del sondeo, una vez excavado el estrato superficial, se pudieron documentar las actuaciones efectuadas por M. Borda en el año 1953 consistentes en un corte que afectó a toda la estratigrafía (UE M1027) para facilitar la consolidación con mortero (UE M1029) de los bloques que formaban la cubierta de la fuente. En dicho mortero se grafitó una inscripción con el año de la restauración: «1953» (Fig. 27). Finalizada esta, todo el sector abierto fue rellenado con un potente estrato contemporáneo de tierra y piedras (UE M1028). Seguramente en este momento se colocó aquí, y justo detrás del muro M1010, una especie de pilar cuadrangular (UE M1008), de 1,20 m de lado y una altura de 1,90 m, formado por cuatro hiladas de dos sillares cada una, dispuestas a soga y tizón, presentando tres de estos sillares el número IV inscrito en su cara frontal (Figs. 28 y 29). Esta estructura de funcionalidad indeterminada no aparece en ninguno de los documentos gráficos del siglo xix. Sin embargo, en la guía publicada en 1958 por M. Borda se observa en la fotografía 26 que no está y en cambio aparece en la fotografía 23, lo que permite pensar que fue colocada aquí por él mismo durante los trabajos de adecuación efectuados en la fuente arcaica y su entorno.
Fig. 24. Excavación en la zona superior de la fuente arcaica durante la campaña de 1997. Se observan los diferentes tramos del muro donde se encuentra la puerta de acceso al edificio (UE M1130, M1109 y M1010), su cubierta restaurada por Maurizio Borda en 1953, el pilar de sillares (UE M1008) y el muro de aparejo poligonal (UE M1006) que se adosa al muro de aterrazamiento del foro (UE M1003) (Tus98-M321).
Dentro ya del sondeo, por debajo del estrato superficial y junto al ángulo formado por los dos muros, apareció un nivel arcilloso estéril (UE M1025) que se adosaba a ellos. Bajo este, se encontraba otro estrato, de tierra oscura y suelta (UE M1026), que se entregaba también a los dos muros y nivelaba las irregularidades de la UE M1031, sin materiales significativos, aunque podría haberse creado con posterioridad a la época romana. La UE M1031 parece haberse formado una vez construidos tanto el muro de opus quadratum M1003 como el muro M1006 ya que cubre las trincheras constructivas de ambos paramentos, que cortaron el estrato M1032. Desgraciadamente, el estrato M1031 estaba compuesto por tierra suelta y arenosa, siendo prácticamente estéril y no proporcionó materiales cronológicamente significativos. No obstante, la secuencia arqueológica, a pesar de lo reducido de la excavación, no ofrece dudas. La trinchera constructiva (UE M1036) del muro de paramento poligonal M1006 es evidente: cortó el estrato M1032 de 40
. . .
.
. . . . . .
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M1006
.
.
. . . . .
M1003
. . .
0
5
Fig. 25. Situación de la excavación (en negro) realizada en la zona superior de la fuente arcaica, junto al ángulo formado por los muros M1003 y M1006. 7
N 6
5
M1036
M1033 M1027
M1010
B´
.
.
.
A
M1037
. . 3
.
.
.
A´
.
4
M1006
M1032 M1035
M1030
2
M1003 1
B
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Fig. 26. Planta de la cata en la zona superior de la fuente con indicación de las unidades estratigráficas más significativas.
41
0
diferentes hiladas fueron adosadas desde el interior del muro al corte de la misma. El relleno de la trinchera (UE M1030), prácticamente inexistente, no proporcionó ningún material arqueológico (Fig. 32). La excavación de la UE M1032, un estrato de tierra arcillosa, dura y compacta, que presentaba en su parte superior una capa endurecida de unos 0,05 m (a modo de suelo), permitió relacionar su formación con la construcción de la fuente arcaica. Esta unidad fue depositada sobre la cubierta del edificio con la intención de proteger su estructura arquitectónica a modo de un túmulo. Los
10
Fig. 27. Grafito del año 1953 realizado sobre el mortero de cal de la restauración de la cubierta de la fuente arcaica efectuada por M. Borda.
3
M1008
3
0
Fig. 28. Pilar de bloques de tufo (UE M1008) colocado sobre la parte superior de la fuente arcaica durante los trabajos de adecuación realizados por M. Borda (Tus-97-M75).
Fig. 29. Alzados del pilar de bloques de tufo M1008.
forma paralela a su alineación definitiva, con una anchura que oscila entre los 0,35 y 0,20 m, siendo posteriormente rellenada por un estrato (UE M1037) de tierra marrón, muy suelta, con fragmentos de lascas y piedras, que se pudo individualizar sin dificultad (Fig. 30). Los materiales arqueológicos recuperados en el estrato M1037 permiten fechar el muro poligonal M1003 dentro de la segunda mitad del siglo iii a. C. (vide capítulo 6.3). Este paramento es posterior al muro de opus quadratum (UE M1003), dado que los bloques poligonales de las diferentes hiladas conservadas se adosan a los sillares de la estructura preexistente (Fig. 31). El muro de opus quadratum M1003 también fue construido cortando el estrato M1032 mediante una trinchera (UE M1035) apenas perceptible, dado que las
materiales arqueológicos recuperados permiten fechar la formación de este nivel (y por tanto de la fuente y el primigenio sistema de captación de agua) en un momento indeterminado de finales del siglo vi a. C. o inicios del siglo v a. C. (vide capítulo 5). Una vez finalizada la intervención se procedió a cubrir el sondeo con tierra limpia y compacta. 4.2.2. La excavación en el interior de la fuente En la campaña del año 1999 se excavó en el interior de la fuente, por debajo del nivel de circulación existente (Figs. 33 y 34). El acceso a la misma se producía a través de un vano, realizado durante la restauración de Borda, 42
2
A´
A M1025 M1006
M1026
.
1
.
M1031
.
M1036
.
M1032
. M1037 0 3
2
1
Fig. 30. Sección estratigráfica de la cata realizada en la zona superior de la fuente arcaica. Se observa la trinchera constructiva (UE M1036) del muro de aparejo poligonal (UE M1006) que cortó el estrato que cubría la fuente arcaica (UE M1032), depositado en el momento de construcción de la misma.
en el que se colocó una puerta metálica (UE M1011). Su construcción comportó además el cierre de la entrada original a la fuente (UE M1012=M1162) hasta llegar al tramo norte de la fachada (UE M1129). El murete contemporáneo de soporte de la puerta metálica se apoyaba en la primera hilada conservada del muro de fachada M1130, que quedaba oculto por los rellenos exteriores e interiores del edificio. La puerta se situó en un muro de bloques irregulares que continuaba hasta adosarse al lienzo de aterrazamiento M1003. Este muro estaba formado por tres tramos constructivos diferentes y se pudo determinar su secuencia gracias a las excavaciones efectuadas en el exterior en 1998 y 2000, especialmente la del último año (Fig. 35). El primero corresponde al paramento de la fachada original M1130, realizado con bloques de tufo, que presentan alteraciones como si hubieran sufrido movimientos en un momento posterior a su construcción. Su longitud, desde el inicio del vano original, es de 1,80 m, aunque con anterioridad a nuestras excavaciones solo eran visibles 0,90 m. Gracias a este tramo se ha podido determinar la longitud total del edificio en 4,90 m y la anchura de los muros laterales (UE M1126 y M1128) en 0,90 m, un grosor mayor que el de los muros de fachada (UE M1129=M1130) y de fondo (UE M1127), de 0,60 m, debido a que tenían que soportar la carga de la cubierta de falsa bóveda (Fig. 36). El segundo tramo es el paramento M1009=M1186, de 1,70 m de longitud, que se adosa a M1130. Está formado por bloques bien escuadrados y con hiladas regulares, que dan la sensación de apuntalar el muro M1130. Detrás de esta sección, a unos 0,90 m, se encuentra el pilar cuadrangular (UE M1008) ya comentado y que fue colocado durante la restauración de Borda, hecho que hace pensar que este tramo de muro también fuera
Fig. 31. Detalle de la entrega del muro de aparejo poligonal (UE M1006) al muro de aterrazamiento norte del foro (UE M1003) (Tus97-M340). 3
2
M1003
B´
M1025 M1026
. .
B
1
M1031
. .
M1030
M1032
. .
M1035 0
3
2
1
Fig. 32. Sección estratigráfica de la cata realizada en la zona superior de la fuente arcaica. Se observa la trinchera constructiva (UE M1035) del muro de opus quadratum (UE M1003) que también cortaba el estrato que cubría la fuente arcaica (UE M1032).
43
. 90,03
M1206
. 90,21
90,03
.
90,17 90,13
.
M1015=1185 90,03
A’
89,73
90,13
M1210
90,51
90,98 90,24
M1211
.
.
89,97
.
M1212
89,81
90,01
.
M1226
.
.
.
.
10
M1223
M1229
M1224
M1188
89,87
.
90,51
90,54
90,11
M1173 90,23
. .
.
91,82
.
90,73
.
90,26
90,46
89,60
90,93 .
90,25
90,31
90,64
M1058
M1057
91,92
M1108
90,43
M1130 M1127
M1222
M1120
90,85
90,17
M1221
90,80
.
M1218
M1006
M1107
90,63
M1196
89,99
M1186=1009
.
91,82
91,89
91,79
M1126
91,76
M1127
.
91,82
91,78
.
91,90
M1221
. 90,74
90,89
.
89,92
.
5
.
90,48
.
91,96
M1220
90,88
90,57
M1208
. .
90,96
89,64
90,14
90,55
.
M1225
90,14
90,22
M1209
.
M1059
90,89
M1222
.
90,63
M1214
.
.
.
90,46
91,60
.
M1002
89,68
90,59
91,35
M1128
89,00
90,17
.
.
90,17
M1014=1187
M1189=1010
.
.
.
91,55 91,56
M1047
M1003
91,59
A
M1003
0
5
10
15
Fig. 33. Planta general de las excavaciones efectuadas en el interior y en el exterior de la fuente arcaica de Tusculum con las unidades estratigráficas más significativas.
44
M1008 M1011
3
M1010
M1012 M1003 M1129
M1009 .
. .
M1130
. .
. .
.
.
.
.
.
.
.
.
.
. .
.
.
.
.
.
.
.
5
0
9
Fig. 34. Alzado del muro de fachada de la fuente arcaica (UE M1130) con los dos tramos posteriores que se adosan a ella (UE M1009) y al muro de aterrazamiento norte (UE M1010). En segundo plano y a una cota superior, el pilar de sillares M1008.
Fig. 35. El muro de fachada de la fuente arcaica donde se abría el vano de entrada (UE M1130) durante las excavaciones del año 2000, una vez extraídas las estructuras contemporáneas. Se observan los dos tramos posteriores del trazado del muro (UE M1009 y M1010) y el resto de las estructuras halladas delante de la entrada de la fuente, entre ellas, a la derecha el arquitrabe con la inscripción del siglo ii a. C. (UE M1173) (Tus-00-M871).
45
Fig. 36. Detalle del muro de fachada de la fuente arcaica (UE M1130) y del muro posterior que se le adosa (UE M1009) (Tus-00-M937).
construido durante los trabajos de consolidación de los años 50 del siglo pasado (Fig. 36). Finalmente, el tercer tramo es el paramento M1010=M1189 que, con una longitud de 2,50 m, se adosa al muro de aterrazamiento M1003. Construido también con sillares regulares de tufo, su cronología no ha podido ser determinada. Se encuentra alineado con el M1014=M1187, localizado en la excavación del año 1997 y que corre paralelo al muro de aterrazamiento M1003. Como se ha visto en el capítulo anterior, se sabía que toda la superficie interior de la fuente sufrió alteraciones importantes a lo largo de su historia y que había sido ya excavada en el siglo xix, por lo que la posibilidad de encontrar algún estrato intacto era remota, tal y como sucedió. Un nivel de 1,60 m de potencia (UE M1102), formado con tierra de diferente naturaleza y piedras, rellenaba el interior de la fuente y también las dos grandes pilas monolíticas (UE M1107 y M1108), donde se individualizó como M1103 y M1104, respectivamente. Se trataba de un estrato contemporáneo, con cerámicas vidriadas, esmaltadas, vidrios e incluso con algún plástico, fruto de la presencia en el interior del relleno de conductos metálicos (UE M1163) y cerámicos (UE M1164),
que demostraban todavía el funcionamiento del sistema de captación hasta el siglo xx, llevando el agua a una fuente y a un abrevadero exteriores, situados junto a la fontana de los ediles. Las pilas monolíticas son de forma rectangular y presentan un deficiente estado de conservación. La pila M1107, de 1,90 por 0,90 y 0,70 m de altura máxima, se encuentra fragmentada e incompleta, solo con la superficie interior bien alisada. No se observan concreciones de ningún tipo, únicamente algunos restos de cal, con toda probabilidad contemporáneos, en su interior. La pila M1108, de 1,90 por 1,10 y 0,90 m de altura, también se encuentra fragmentada y parcialmente conservada, situada 0,20 m por debajo de la anterior. Poseía en el extremo norte una pequeña concavidad de forma ovalada y también había sido alisada su superficie interior. No hay ninguna evidencia para su datación estratigráfica. Entre ambas, los estratos de formación contemporánea continuaban (UE M1109), presentando un rebaje de forma cóncava (UE M1120), excavado en el terreno geológico, que fue colmatado también por un relleno de cronología indeterminada (UE M1121). El estrato geológico fue igualmente rebajado para asentar las pilas a una cota inferior a la de los muros de cimentación del edificio. 46
Delante del acceso a la fuente, también por debajo del gran relleno M1102, aparecieron otros estratos individualizados que se formaron en época contemporánea (UE M1112 y M1113). Bajo estos, y al nivel de la primera hilada de cimentación de los muros del edificio, se documentó una especie de enlosado formado por cuatro placas de tufo rectangulares (UE M1121), delimitadas por dos bloques del mismo material (UE M1122 y M1123). A 0,20 m de profundidad bajo la cota de este enlosado, en un nivel inferior al antiguo umbral de la fuente, se encontró otro bloque de tufo (UE M1125), relacionado con otros situados al exterior (UE M1224). Sin duda, todos estos elementos fueron colocados una vez finalizadas las intervenciones de Luciano Bonaparte para facilitar el acceso a la fuente, como pudo ponerse en evidencia en la excavación realizada en el exterior de la misma en el año 2000 (Fig. 37). Así pues, aunque desgraciadamente, la campaña no ofreció ninguna secuencia estratigráfica de interés, facilitó la documentación de los paramentos interiores del edificio arcaico, tanto de sus hiladas de cimentación como de las de la obra vista (vide capítulo 5). Su análisis ha permitido determinar el nivel de pavimentación de la fuente arcaica, una serie de encajes posiblemente vinculados con este suelo (UE M1150, M1151, M1160 y M1166), una ranura perimetral para la inclusión de una canalización que llevaría el agua al exterior (UE M1131=M1154) y otras intervenciones puntuales sufridas desde su construcción hasta la época contemporánea. 4.2.3. La excavación en el exterior de la fuente
Fig. 37. Interior de la fuente arcaica una vez finalizados los trabajos de excavación. En primer término, las losas M1121 situadas delante de las pilas monolíticas (UE M1107 y M1108) (Tus-00-M893).
En la campaña del año 2000 se intervino en el exterior de la fuente arcaica, sobre una superficie de 6,30 por 3 m, justo delante de la puerta de acceso a la misma, continuando los trabajos realizados en su interior en el año 1999 (Fig. 33). En este espacio no aparecían las losas de la vía pavimentada que discurría por toda la zona, lo que propició que no hubiera que desmontar ninguna de ellas. El sector estaba limitado al este por un muro de opus quadratum (UE M1015=M1185), que se adosaba a la fachada de la fuente arcaica (UE M1129), y que, formando un ángulo con otro tramo de opus quadratum (UE M1016), iba a unirse con el lienzo de la fuente de los ediles (UE M1017). Esta esquina se había caído en parte y se encontraba bastante alterada, conservándose una altura de 1,90 m desde la cota de la vía. Por el norte, la zona estaba limitada por la primera línea conservada del enlosado de la calzada; por el sur, por los tramos de muros que se adosaban al lienzo de aterrazamiento M1003 partiendo de la fachada de la fuente; y por el oeste, por el límite de la excavación realizada en el año
1998. Todo el sector se había visto afectado tanto por las excavaciones del siglo xix como por las actuaciones efectuadas en el siglo xx (Figs. 38 y 39). Tras un primer nivel de relleno (UE M1169) aparecieron una serie de estratos y pequeñas estructuras realizadas en el siglo xx, relacionadas con el sistema de captación de la fuente arcaica y con los trabajos de restauración de Borda de los años 50 de la citada centuria que ordenaban el acceso a la misma. Entre ellos un muro de contención (UE M1171), realizado con fragmentos de elementos arquitectónicos antiguos y unos niveles de relleno (UE M1170, M1176 y M1179). A través de estos dos últimos discurrían las conducciones de hierro (UE M1178) y de cerámica (UE M1180) que aparecían en el interior de la fuente arcaica y que se dirigían a la fontana de los ediles donde se había construido a inicios del siglo xx un abrevadero, tal y como se evidenció en las excavaciones efectuadas en 1998, que se detallan más adelante al tratar dicho sector. 47
. .
.
.
.
.
90,13
.
.
M1210 90,54
90,51
90,11
M1223 M1224
M1188
.
89,87
. 90,17
90,46
90,26
.
89,92
90,22
M1209 90,73
90,14
90,55
90,31
.
90,64
90,57
90,43
M1130 .
.
89,60 90,25
89,64
.
90,46
.
.
91,60
M1225
90,14
90,63
M1214
.
.
89,68
90,59
91,35
.
89,00 90,23
.
.
.
90,17
.
.
M1173
5
M1222
M1229 .
M1211
.
.
A’
89,73
90,51
90,98 90,24
.
M1015=1185
90,03
90,17 90,13
.
89,97
90,03
90,21
.
89,81
90,01
.
.
M1226
M1212
M1206 .
.
.
90,03
M1208 90,48
.
M1220
90,74
90,85
90,17
M1221
90,63
M1196
89,99
.
.
90,80
.
.
.
M1218
M1014
91,76
.
91,78
M1186=1009
.
.
.
.
91,79
. .
.
M1047
.
.
.
.
.
.
.
M1189=1010
91,55
M1003
A 5
0
Fig. 38. Planta de la excavación realizada en la zona exterior de la fuente arcaica en el año 2000.
La estructura M1171 ejercía de muro de contención de un gran relleno de tierra (UE M1172), formado con posterioridad a las excavaciones del siglo xix, donde aparecían numerosos bloques de basalto de la vía romana, fragmentos de sillares y otros elementos arquitectónicos. Entre estos últimos, se encontraba el fragmento de un arquitrabe monumental (UE M1173), ya documentado en 1999, con la inscripción restituida por Diana Gorostidi: [---?] P(ublius) · C[aelius? --(et)--- aid(iles)] / [---?] locavere eid[emque probavere---], que hace referencia al edil Publius Caelius, un personaje importante de la ciudad perteneciente a la gens Caelia, bien documentada en Tusculum (Fig. 40). La inscripción se fecha en el siglo ii a. C., posiblemente en su segunda mitad, y procedería de un edificio público
del foro, situado en la terraza superior de este sector (Gorostidi, 2020: n.º 63, 197-198). Este mismo estrato se introducía por debajo de las losas de la vía romana del sector, lo que implica que fue reconstruido en época contemporánea. Lo mismo se documentó frente a la puerta de acceso a la fuente, donde apareció un potente relleno (UE M1183) que se extendía hasta un pozo excavado en el terreno geológico (UE M1223). Este fue localizado y vaciado durante las intervenciones promovidas por Luciano Bonaparte, siendo dibujado en el conocido plano de 1820 (Valenti, 2019: 158-159, figs. 3-4). Se trata de un pozo de sección circular, construido con bloques de tufo y de una gran profundidad, que debió ser colmatado con posterioridad a la intervención napoleónica, dado que no 48
4
A´
A
3
M1003
M1039 M1040 M1047
M1045 M1061 M1046
2
M1169
M1014 = M1187
M1194
M1048 M1049
M1200
M1197
M1219
M1201
M1196
M1225
M1191 M1216
M1209
M1204
M1218
1
M1192
M1176 M1179
M1202
M1185 = M1015
M1170
M1172
M1055 M1062
M1169
M1171
M1177
M1178 M1180
M1188
M1203
M1183
M1210 = 1214
M1215
M1224
M1223
M1199
M1190
0 1
3
2
4
6
5
7
8
Fig. 39. Sección estratigráfica del sector comprendido entre el muro de aterrazamiento norte del foro (UE M1003) y el muro de opus quadratum (UE M1015=M1185) que se adosaba a la fachada de la fuente arcaica.
1
0
1
2
Fig. 40. El arquitrabe monumental (UE M1173) con la inscripción del siglo ii a. C. (Tus-00-M866).
49
3
aparece citado en las fuentes documentales posteriores (Fig. 41, vide también Fig. 14). En la parte superior del relleno del pozo, se hallaron dos losas de tufo (UE M1224), que debieron ser colocadas en el mismo momento de su obliteración. Formaban parte del enlosado contemporáneo del interior de la fuente (UE M1121 y M1125), realizado para facilitar el acceso a la misma. Al retirar una de estas losas se pudo comprobar que el pozo estaba colmatado por un estrato (UE M1190) de composición semejante a M1183, del que se excavaron únicamente 0,70 m. Extraídos los rellenos contemporáneos quedaron a la vista una serie de estructuras, básicamente cimentaciones, muy fragmentadas y de difícil interpretación, que habían ido superponiéndose a lo largo del tiempo y que también se vieron parcialmente afectadas por las intervenciones de inicios del siglo xix. Solo se pudieron excavar pequeños espacios entre las mismas para intentar obtener algún dato cronológico, en la mayoría de los casos de forma infructuosa: espacios además cuya secuencia estratigráfica no era coincidente ni homogénea debido a la cantidad de acciones realizadas en tan poca superficie. Sin duda, el elemento más moderno del sector es el tramo de la vía enlosada M1002 que lo delimita por el oeste y que no se ha conservado, posiblemente porque fue desmontado con anterioridad a las excavaciones decimonónicas, dado que no aparece en los grabados y documentos que se conocen de la época (Figs. 15, 19 o 22, por ejemplo). Parte de las losas de esta vía no son originales y fueron colocadas (o recolocadas) durante los trabajos de adecuación posteriores a las intervenciones realizadas a partir de inicios del siglo xix, como ya se ha comentado (Fig. 42). En este extremo occidental de la zona se encuentra el muro M1014=M1187, que corre paralelo al muro de aterrazamiento norte del foro (UE M1003). Su cara exterior es regular, mientras que la cara interior se adosa a los estratos que fueron cortados para colocar los diferentes bloques de tufo que lo forman y que fueron excavados en 1997 (UE M1040, M1045 y M1046). El muro se asienta sobre unos rellenos (UE M1197, M1201 y M1225) que habían colmatado una fosa de forma rectangular de funcionalidad desconocida (UE M1196). Estos estratos han proporcionado un material muy escaso, con algunos fragmentos de T.S. Itálica, cerámica de paredes finas altoimperiales, ceramica depurata acroma, cerámica engobada alto-imperial, cerámica de cocina lacial, lucernas del tipo Dressel 2, ánforas romanas y un as de la ceca de Roma de época republicana muy gastado, que ofrece una cronología imprecisa dentro del siglo i d. C., posiblemente en época julio-claudia. El muro M1014=M1187 sería, por tanto, posterior a este momento, siendo su funcionalidad desconocida. La planta del mismo aparece ya dibujada
Fig. 41. Sección del pozo situado delante de la entrada a la fuente arcaica del plano de Tusculum del año 1820 (Valenti, 2019: fig. 3).
en la obra de Luigi Canina (1841: tav. XIV) dedicada a Tusculum (Fig. 19). Restos de unos rellenos de la misma cronología aparecieron, una vez extraídos los estratos contemporáneos, en algunos pequeños espacios existentes entre la vía enlosada y la entrada de la fuente. Son las UES M1191, M1195 y M1202 que contenían escaso material arqueológico junto a esquirlas de piedra procedentes de la talla de los bloques de basalto de la calzada M1002. Entre las producciones cerámicas identificadas caben destacar fragmentos de T.S. Itálica, con las formas Consp. 33.2 (fechada en época tardo-augustea y tiberiana) y Consp. 34 (datada entre finales de Tiberio y finales de época flavia), cerámica de paredes finas alto-imperiales, ceramica depurata acroma, cerámica engobada alto-imperial, cerámica de cocina lacial, lucernas de volutas del tipo Dressel 4, ánforas itálicas, tarraconenses (forma Dressel 2/4) y béticas. Su cronología debe situarse, pues, en el siglo i d. C., dentro de la época julio-claudia, sin mayores precisiones. Justo debajo de la vía enlosada que constituía el límite de la excavación, una vez retirado el relleno contemporáneo M1172, aparecieron los restos de una calzada anterior (UE M1226), cuyo pavimento estaba formado por pequeños bloques de basalto, delimitados por un borde de piedras del mismo tipo, pero un poco más estrechas. Siguiendo este límite, fuera de la vía, se documentó una canalización formada por piezas tubulares de cerámica unidas con mortero de cal (UE M1206). No hay evidencias estratigráficas para datar estas estructuras. 50
colocar la zapata constructiva y utilizadas posteriormente para taparla. Además, en el extremo meridional aparecieron también restos de fundaciones en opus caementicium (UE M1222), que debieron de formar parte del mismo horizonte constructivo que la estructura M1214, pero cuya funcionalidad es imposible precisar. Unos estratos (UE M1198, M1199 y M1215), parcialmente conservados y cuya excavación fue muy limitada, se vinculan claramente con el período tardo-republicano. Deben ponerse en relación con la construcción del muro de opus quadratum (UE M1015=M1185) que se adosa a la fachada del edificio y que, formando un ángulo con M1016, enlaza con el tramo de paramento existente en la fuente de los ediles (UE M1017), creando una compacta estructura arquitectónica. La excavación en este sector permitió descubrir tres hiladas por debajo de las cuatro que se veían inicialmente, con una altura conservada de 3,20 m. El muro está formado por bloques rectangulares de tufo, cogidos en seco, de 1,20 m de longitud por 0,40 m de ancho y una altura de 0,40 m, distribuidos en hiladas regulares, presentando una alternancia irregular a soga y tizón. Es interesante señalar que en la parte inferior de la tercera hilada apareció la continuación de la ranura documentada en las paredes interiores de la fuente arcaica (UE M1131=M1154) por donde, a través de una canalización ubicada en su interior, el agua era conducida hasta la fuente de los ediles. Los estratos relacionados con este muro han proporcionado un escaso material cerámico que invita a ser prudentes a la hora de extraer conclusiones cronológicas precisas. Parece claro que M1198 se formó una vez construido M1015, dado que se adosaba a él. En este estrato apareció, junto a fragmentos de cerámica de barniz negro del GPS (Morel F2538b, F2783), cerámicas de cocina de tradición etrusco-lacial (Olcese A.III. tipo 2, cazuelas de borde bífido) o ánforas itálicas informes, un borde de la forma Morel F1441=Lamboglia 6 de las producciones derivadas de la Campaniense B, que se fecharía ya en la primera mitad del siglo i a. C. El estrato M1199 que fue cortado para asentar la primera hilada del muro, contenía materiales del siglo iii a. C.: cerámica de barniz negro del GPS (Morel F1534, F2538, F2783/2784), ceramica depurata acroma, cerámica de cocina de tradición etrusco-lacial, cerámica pintada a bandas y ánforas indeterminadas. Por último, la UE M1215, un relleno también anterior a la construcción de este muro presentaba materiales cerámicos que se pueden fechar en un momento posterior a finales del siglo iii-inicios del siglo ii a. C. (cerámicas de barniz negro Morel F1531, F2538, F2783/2784 y F2745; cerámicas de cocina etrusco-laciales…). Por todo ello, se puede deducir que el muro M1015-1185 fue construido con posterioridad al siglo
Fig. 42. Vista general de las diferentes estructuras aparecidas en la excavación del sector exterior de la fuente arcaica (Tus-00-M872).
Desde esta canalización hasta la fachada de la fuente (adosándose justo donde se ubicaba la entrada), se extendía un paramento de opus reticulatum (UE M1188) de 2,80 m de longitud y de factura irregular. Este muro, rematado en su extremo con un bloque de tufo (UE M1211), se apoyaba sobre una potente base de opus caementicium (UE M1210=M1214), exageradamente amplia, que había cortado toda la estratigrafía anterior (UE M1198 y M1215) y que también presentaba un bloque de tufo en uno de sus extremos (UE M1212). La cronología de esta estructura no ha podido ser precisada con claridad. El estrato que cubría la banqueta de cimentación al oeste del muro (UE M1204) solo ha proporcionado cerámicas de época tardo-republicana: vajilla de barniz negro del Gruppo dei Piccoli Stampigli (GPS) (Morel F2621, F2783/2784, F4251 o F5220), vasos de paredes finas, cerámica de cocina de tradición etrusco-lacial y de cocina campana con engobe rojo interior (Olcese A.IV. tipo 1) y ánforas itálicas (Dressel 1A), que ofrecen una datación, como muy antigua, de mediados del siglo ii a. C. No obstante, es probable que la tierra (y las cerámicas) de este nivel procedan de los estratos tardo-republicanos que fueron vaciados para 51
iii a. C., estando ya edificado en la primera mitad del siglo i a. C., sin mayores precisiones. Finalmente, las estructuras más antiguas que aparecían bajo las fases descritas, eran dos muros de bloques de tufo amarillento, pertenecientes a una construcción que se adosaba a la fuente arcaica. El muro (UE M1208), con una longitud de 3,00 m y una anchura de 0,40 m, se apoyaba en un tramo de la fachada de la fuente (UE M1130) y en el terreno geológico, bajo el muro M1009, conservando parcialmente dos hiladas de sillares (la inferior, como mínimo, de cimentación), que presentaban diversas alteraciones. Entre ellas, uno de los bloques de la hilada superior había sido rebajado en una época indeterminada para facilitar la salida de una conducción de agua que, procedente de una ranura existente en la pared oeste de la fuente, había cortado también algunos de los bloques de la fachada exterior de la misma (Fig. 35). A este muro se le adosaba de forma perpendicular otra estructura de bloques de tufo (UE M1218), de la cual solo se conserva una hilada, encajada en un rebaje del subsuelo geológico, que debe corresponder a una cimentación. En el extremo oeste de la zona excavada se documentaban parcialmente otro tramo de bloques de tufo amarillo (UE M1221), sin ninguna relación física con los dos anteriores. La funcionalidad y dimensiones originales de estas estructuras no han podido ser establecidas. Tampoco su cronología precisa, dada la ausencia de estratos constructivos relacionados con ellas. Asimismo, no ha sido posible determinar su vinculación con el pozo circular de tufo (UE M1223), situado justo delante del acceso a la fuente arcaica, dado que todo el sector fue excavado a inicios del siglo xix, como ya se ha comentado. Únicamente, una reforma posterior que afectó a la cimentación M1218 y al espacio interior existente entre M1218 y M1208, permite algunas apreciaciones cronológicas. Esta intervención comportó el arrasamiento de la estructura M1218 y la construcción de un nuevo muro con bloques de tufo irregulares (UE M1209) así como la de otro paramento de iguales características (UE M1220), en el extremo oeste del sector excavado. Ambas estructuras son de funcionalidad desconocida, pero M1209 contenía claramente un estrato de tierra que se creó en el momento de su edificación (UE M1216). Los materiales recuperados en este relleno están formados por cerámicas de barniz negro del GPS (Morel F1323c, F1552, F2738, F2783/2784 y F2787), ungüentarios, ceramica depurata acroma, cerámica común oxidada de tradición etrusco-lacial, cerámica de cocina a torno de tradición etrusco-lacial (Olcese A.III. tipo 2, Olcese A.V. tipo 1), cerámica campana con engobe rojo interior (Olcese A.IV. tipo 1), cerámica pintada a bandas y ánforas púnicas, greco-itálicas antiguas (forma LW A2)
e indeterminadas. Se trata de un horizonte cerámico encuadrable en el siglo iii a. C., posiblemente a mediados de dicha centuria, por las dataciones iniciales de las formas F1552 y F2738. Por todo lo expuesto parece claro que a lo largo del siglo iii a. C. se produjeron una serie de intervenciones delante de la fuente arcaica que comportaron la construcción con bloques de tufo de unas estructuras de funcionalidad desconocida. Estas fueron amortizadas con la nueva sistematización realizada en la primera mitad del siglo i a. C. que conllevó la construcción del muro de opus quadratum, que monumentalizaba la fuente arcaica, y que conectaba con el lienzo de la fontana de los ediles. Posiblemente corresponden también a este momento el muro de opus reticulatum, con su gran base de opus caementicium documentado igualmente junto a la entrada de la fuente y de funcionalidad desconocida. Restos de una antigua vía de época tardo-republicana aparecieron por debajo de la vía enlosada actual. Esta, aunque presenta algunos bloques colocados durante las intervenciones de época contemporánea, ha podido ser fechada dentro del período julio-claudio, sin mayores precisiones. Todas las actuaciones posteriores son fruto de las excavaciones efectuadas durante las campañas de Luciano Bonaparte en el sector y las intervenciones que siguieron en los siglos xix y xx.
4.3. Excavaciones entre el muro norte de aterrazamiento del foro y la vía enlosada En la campaña del año 1997 se realizó también una intervención de unos 4 m de longitud por 1,70 m de anchura al pie del gran muro de aterrazamiento norte del foro (UE M1003), entre este y un tramo de muro formado por bloques de diverso tamaño (UE M1014) que se adosaba al lienzo M1010 (Fig. 43). Esta excavación fue ampliada en el año 2000 con los trabajos realizados en el exterior de la fuente arcaica descritos en el apartado anterior (Fig. 33). Aquí tampoco se conservaban las losas de la vía que aparecían a casi 2 m al norte del muro M1014. Extraído el estrato superficial M1039, formado con posterioridad a las excavaciones del siglo xix, apareció un relleno (UE M1040) de tierra suelta, con desechos de materia orgánica y fauna, cenizas y abundante material cerámico, que recordaba en su composición a niveles de basurero. Este estrato cubría la banqueta de la cimentación (UE M1047) del muro de aterrazamiento (UE M1003), así como dos niveles superpuestos (UE M1045 y M1046), de formación y naturaleza semejante, que se adosaban a ella (Figs. 36 y 44). Esta fundación estaba formada por una serie de bloques de tufo 52
Fig. 43. Planta de la excavación realizada en el año 1997 entre el muro de aterrazamiento del foro (UE M1003), la vía enlosada (UE M1002) y el tramo de muro M1010.
que sobresalía unos 0,30-0,40 m de la primera hilada de la obra vista del muro y que presentaba una altura de 0,70 m. Para la construcción de la banqueta se realizó una trinchera (UE M1061) que cortó el estrato geológico (UE M1055), sobre el cual se asentaron los bloques. Sobre ellos, se empezó a levantar la obra vista del muro de opus quadratum, tapándose la trinchera y la zapata con estratos de tierra procedentes de alguno de los basureros de la ciudad (Fig. 45). La excavación del relleno de esta trinchera (M1062) no ha proporcionado materiales arqueológicos. Sin embargo, las cerámicas de los estratos M1040, M1045 y M1046 son muy abundantes y otorgan una cronología precisa entre el 260 y el 250 a. C., como se verá en el apartado correspondiente al estudio del muro de aterrazamiento del foro (vide capítulo 6.2).
Del mismo modo, se pudo determinar cómo el muro M1014 había sido construido mediante una trinchera (UE M1048) que cortaba de forma muy clara los estratos de vertedero del siglo iii a. C. y también el nivel geológico M1055 (Figs. 36 y 44). De hecho, el interior del muro fue levantado a saco, adaptando los bloques a la forma irregular del trazado de la trinchera y presentando una cara regular solamente en su parte exterior. Conservado en una longitud máxima de 4,90 m, presenta anchuras que oscilan entre 0,50 y 1,10 m, según los bloques que lo forman, y una altura máxima de 1,20 m. Cabe señalar que su trazado coincide exactamente con el tramo de muro M1010 que constituye el cierre por el este de la zona. El estrato de relleno de la trinchera constructiva (UE M1049) ha proporcionado muy pocos materiales cerámicos, en su mayoría 53
lucernas alto-imperiales, cerámicas comunes africanas (cazuelas de la forma Ostia III, 267), cerámicas comunes y de cocina, ánforas itálicas, tarraconenses, béticas (Dressel 7/11 y Dressel 20) e indeterminadas y vidrios romanos. Es posible que haya algún fragmento de cronología más moderna que no se ha podido identificar, pero de cualquier forma parece claro que estos rellenos se depositaron en el mismo momento que el potente estrato M1172. Este último se documentó en el sector ubicado frente a la fuente al que ya se ha hecho alusión en el capítulo anterior, y que se formó con seguridad en época contemporánea, durante o después de la primera mitad del siglo xix (Fig. 46). Excavados estos estratos de relleno quedó definida una estructura de planta triangular, construida con bloques de tufo (UE M1057) que se adosaba a la cara norte 3 del muro M1014, cuya función es desconocida. También bajo el relleno M1054 apareció un pequeño nivel de tierra dura y compacta (UE M1056) que se entregaba a la estructura triangular y que, como ella, descansaba sobre
2
M1003
1
M1039 M1040 M1047
M1045 M1061 M1046
M1014 = M1187
M1055 M1062
M1048 M1049
0 1
2
Fig. 44. Sección estratigráfica entre el muro de aterrazamiento del foro (UE M1003) y el paramento paralelo que discurre delante de él (UE M1014=M1187). Se observa la zapata de cimentación (UE M1047) del muro M1003, su trinchera constructiva (UE M1061) y los estratos de relleno relacionados con su edificación (UE M1046, M1045 y M1040), todos ellos cortados por la trinchera del muro M1014=M1187.
procedentes de la remoción de los niveles de vertedero del siglo iii a. C., hecho que impide aventurar una cronología precisa. De todos modos, se ha visto en el apartado anterior cómo el muro se sustentaba sobre unos estratos de relleno de una fosa rectangular (UE M1196) que podían datarse en época julio-claudia, con lo cual su cronología sería posterior a este período. Con la finalidad de entender cómo funcionaba esta estructura se procedió a efectuar una ampliación del sondeo de 2,50 por 2 m en dirección a la vía enlosada (UE M1002). Una vez extraída la tierra superficial (UE M1044=M1039) apareció un estrato de relleno (UE M1051), de composición semejante pero más compacto, que se extendía por debajo de las primeras losas conservadas de la vía actual. Bajo el mismo se individualizó otro estrato, de las mismas características, con abundantes restos de argamasa, elementos pétreos y cerámicos de construcción, fragmentos de cubilia de tufo de paramentos de opus reticulatum y otros materiales arqueológicos (UE M1054). Sin duda, se trataba de rellenos formados en el mismo momento para asentar estas primeras losas de la vía, los cuales presentaban materiales muy heterogéneos, de amplias cronologías, que proporcionan un terminus post quem posterior a la primera mitad del siglo ii d. C. En efecto, junto a cerámicas tardo-republicanas de barniz negro aparecen fragmentos de T.S. Itálica, T.S. Tardo-itálica (formas Consp. 3.2 y 32.5), T.S. Africana A1, cerámica de paredes finas y
Fig. 45. Vista de la excavación del año 1997 a los pies del muro de aterrazamiento del foro M1003. Se observa la banqueta de cimentación M1047 sobre la que descansa la primera hilada de sillares y la estructura M1014 que corre paralela al mismo y que va a unirse al paramento M1010 (Tus-97-M438).
54
Fig. 46. Bajo la vía enlosada actual (UE M1002) aparece un potente relleno contemporáneo con elementos arquitectónicos y bloques de gran tamaño (UE M1054) que oblitera una vía anterior formada por losas basálticas de pequeño tamaño (UE M1059=M1060) (Tus-97-M441).
un suelo de cal o argamasa (UE M1058). Los escasos materiales cerámicos recuperados no permiten aventurar ninguna datación segura para la construcción de esta estructura (barniz negro tardo-republicano, cerámica común, fragmentos informes de ánforas…). Relacionado con el pavimento de cal se detectaron los restos de otra vía enlosada que se encontraba a 0,80 m por debajo de la actual (Fig. 35). A pesar de las reducidas dimensiones de la excavación, se pudo documentar la presencia de esta primera vía formada por pequeñas losas basálticas, de superficie plana y de sección troncocónica. Su límite (UE M1059), estaba definido por losas rectangulares a una cota ligeramente más alta que el resto del enlosado interior (UE M1060), con losas más cuadrangulares y algo inclinadas, ubicadas a un nivel más bajo (Fig. 47). Junto a ella, y en el reducido espacio que quedaba entre las diferentes estructuras que se dejaron in situ, se pudo detectar un rebaje (UE M1063) del estrato geológico M1055, colmatado por un nivel de tierra gris, muy suelta y limpia, (UE M1064), que en un primer momento se interpretó como un estrato destinado a facilitar la colocación de las pequeñas losas basálticas. El escaso material arqueológico recuperado (T.S. Itálica, paredes finas, lucernas, cerámica común y vidrio romano) hace pensar, ahora que se conoce mejor
Fig. 47. Detalle de la vía de pequeñas losas basálticas (UE M1059=M1060) a una cota inferior de la vía enlosada que es visible en la actualidad en el sector (UE M1002) (Tus-97-M440).
55
el funcionamiento de esta primera vía gracias a su excavación en otros sectores, que se trata de una remoción o alteración de la estratigrafía. Esta se habría producido, bien durante la construcción original de la vía enlosada superior, bien durante la reconstrucción de la misma con rellenos contemporáneos. La excavación, pues, no permitió documentar con seguridad ningún estrato relacionado con la fase inicial de la primera calzada, que quedó amortizada cuando se materializó, a 0,80 m por encima de ella, la vía de grandes losas basálticas visible en la actualidad.
opus quadratum, con una anchura de 0,20 m, y M1067, que daba a la vía, con una anchura irregular de 0,40 m, dejando una anchura de 0,70 m para el depósito que contenía el agua (UE M1066). Esta procedía del antiguo sistema de captación de la fuente arcaica y entraba en el abrevadero a través de una tubería metálica encajada en la pared lateral del mismo, apoyándose en la parte superior de la pila de los ediles. Su estado de conservación es muy deficitario dado que fue arrasado casi hasta el nivel del suelo donde se depositaba el agua. Posteriormente, se procedió a liberar la pila de la fuente del estrato de tierra que la rellenaba (UE M1021) así como a excavar la parte exterior hasta las primeras losas de la vía actual. Se trata de una pila monolítica de peperino de forma casi cuadrangular (1,10 por 1,00 m de lado y 1,00 m de altura exterior), cuya parte superior se halla bastante erosionada, presentando algunos rebajes e improntas de elementos desaparecidos, entre
4.4. Excavaciones en la fuente de los ediles En la campaña del año 1998 se fijaron dos objetivos en la zona de la fuente de los ediles conocida desde el siglo xix. El primero era descubrir y constatar el estado de conservación de la pila de la fuente con la inscripción de los ediles Quintus Coelius y Marcus Decumius (CIL XIV: 2626), que se encontraba totalmente cubierta y de la cual no existía una documentación arqueológica actualizada. El segundo era comprobar las relaciones estratigráficas de la fuente de los ediles con la vía enlosada (UE M1002=M1073=M1080) y el muro de aterrazamiento de opus quadratum (UE M1017), situado al norte de la fuente arcaica (Fig. 48). La excavación afectó a un cuadro de dimensiones irregulares de 7,20 m de longitud por 4,20 m de anchura en su extremo este y 1,50 m en su extremo oeste. Los límites de la excavación estaban determinados por el muro de opus quadratum (UE M1017) hacia el sur, por la vía enlosada hacia el norte, por la pila de la fuente hacia el oeste y por el corte de la propia cata hacia el este (Fig. 49). Tras los trabajos de limpieza y de excavación del estrato superficial, aparecieron los restos de un abrevadero para animales (UE M1065, M1066, M1067 y M1068) de época contemporánea, que fue construido en los primeros años del siglo xx y que estuvo en funcionamiento, como mínimo, hasta los años 50 de dicho siglo, como demuestran fotografías del momento (Nobiloni, 2003: 34, nota 21, fig. 10) (Fig. 50). El abrevadero se adosaba al muro romanorepublicano M1017, dejando un pequeño espacio entre él (UE M1068) y la pila de la fuente de los ediles (UE M1020), delimitado por dos bloques verticales. Estaba construido con elementos cerámicos, pequeñas piedras y mortero de cal, todo revestido de un enlucido de color claro, actualmente perdido. La construcción tenía una anchura total de 1,30 m y una longitud indeterminada debido a que continuaba fuera de los límites de la excavación. El abrevadero estaba formado por dos muros paralelos: M1065 que se adosaba al paramento de
Fig. 48. Vista general de la excavación efectuada en 1998 en el sector de la fuente de los ediles. Se observan los restos del abrevadero contemporáneo M1066, adosado al muro de opus quadratum M1017, la pila con la inscripción de los ediles (UE M1020) y el resto de las estructuras localizadas (Tus-98-M571).
56
90,03
M1089
90,53 .
5
.
89,95
M1085
M1097
.
90,73 88,82
.
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91,37
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90,41
90,43
M1087
90,95
M1096
90,95
90,91
90,91
90,95
.
M1066
.
M1065
.
M1068 90,93
90,90
90,51
91,19 91,13
91,25
90,55
90,57
M1084
90,96
M1067
M1020
90,60
.
M1083
M1098
89,41
88,80
88,98
.
M1079
90,66
90,34
88,82 90,36
90,14
88,75
.
M1073
88,67
90,96 90,07
91,16
88,71 .
M1080
90,73
91,16
M1017
91,06
5
0
Fig. 49. Planta general de las estructuras documentadas en la excavación del año 1998 en el sector de la fuente de los ediles.
ellas las producidas para apoyar la tubería metálica que llevaba el agua al abrevadero y un gran orificio circular en la cara lateral que daba a este último (Fig. 51). En la pared exterior se encuentra la inscripción en dos líneas: Q(uintus) · Coel[iu]s Q(uinti) · f(ilius) · Latin(iensis) · M(arcus) · Decum[ius · f(ilius)] / · aed(iles) · de · s(enatus) · s(ententia) (CIL XIV: 2626; Gorostidi, 2020: n.º 62, 195-196 con toda la bibliografía anterior). Se pudo observar cómo la línea superior había sufrido un fuerte proceso de erosión, habiéndose perdido por completo algunas letras (Fig. 52). La inscripción se fecha hacia el año 70 a. C., por haberse identificado el edil Quintus Coelius Latiniensis con el tribuno de la plebe del año 66 a. C. citado por Cicerón (Manil. 19, 58). Por debajo de la segunda línea, y en posición central, la pila presentaba un orificio circular, posteriormente cegado con mortero de cal, por donde saldría el agua. Esta llegaba a la pila a través de un surtidor, que no se ha localizado, que estaría instalado en el muro de opus quadratum, como se observa en el rebaje de los sillares donde se insertaba (M1018) (Fig. 53). Este surtidor estaría a su vez conectado a una canalización procedente de la fuente arcaica que se hallaría inserta dentro de la hendidura efectuada en los bloques del muro M1017 y en el ángulo formado por los muros M1015 y M1016. En el interior de la pila apareció colocado un elemento rectangular de piedra (UE M1075), relacionado con un sistema de
canalización antiguo, que fue retirado para facilitar la documentación gráfica y fotográfica de la inscripción. Una vez finalizada la intervención, un equipo de restauración de la EEHAR protegió la inscripción y cubrió la pila monolítica para evitar su degradación. Delante de la pila toda la estratigrafía había sido alterada por las excavaciones decimonónicas (Fig. 51). Además, el tramo de la vía enlosada (UE M1073) que se encontraba frente a ella había sido reconstruido con varias hiladas de piedra basáltica y otros materiales pétreos, trabados con mortero de cal, durante los trabajos de adecuación realizados por M. Borda en los años 50 del siglo xx. Debajo de los estratos de relleno contemporáneos (UE M1024, M1081 y M1082), aparecieron los restos de dos losas basálticas de pequeño tamaño (UE M1083) que, a unos 0,95 m por debajo del enlosado actual, formarían parte de la vía que funcionó a la misma cota que la fuente de los ediles. Se trataría, por tanto, de una vía anterior a la calzada enlosada visible en la actualidad (UE M1073 y M1080), tal y como se ha visto en los sectores anteriores. La cronología de este tramo de la vía (UE M1083) no ha podido ser determinada, pero estaría, sin duda, en uso en el siglo i a. C. A 2,70 m del límite oeste de la cata, bajo las estructuras del abrevadero, apareció, una vez excavados dos grandes estratos de relleno contemporáneos (UE M1071 y M1074) que cubrían todas las estructuras 57
10
Fig. 50. Arriba, fotografía de fecha indeterminada del abrevadero construido a inicios del siglo xx junto a la pila con la inscripción de los ediles y de los restos de la vía enlosada (EEHAR, Tus-Dig-1367). Abajo, fotografía del año 1998 del mismo sector, donde se puede apreciar el arrasamiento del abrevadero y la reconstrucción de la vía enlosada efectuada por M. Borda (Tus-98-M556).
del sector, un gran muro de opus caementicium (UE M1084) cuyas dimensiones reales no se han podido documentar dado que continúa por debajo del abrevadero contemporáneo (que no se desmontó) y por el límite
este de la excavación (Fig. 54). Este gran muro presentaba una cara exterior (en su lado oeste, junto a la fuente) construida con un paramento de opus reticulatum (UE M1079), muy perdido, ya que ha sido seccionado 58
M1017
N
2
M1017
M1020
M1073
M1024
1
M1021
M1081
M1020 M1082
0
1
M1083
2
3
Fig. 51. Planta, sección y alzado con la inscripción conservada de la pila de la fuente de los ediles (UE M1020).
Fig. 52. Detalle del estado de conservación actual de la inscripción de los ediles (Tus-98-M546).
59
4
Fig. 53. Vista del muro de opus quadratum M1017 donde se observa el rebaje (UE M1018) en el que se insertaría el surtidor del agua de la fuente de los ediles que iría a parar a la pila con la inscripción (Tus-98-M517).
2
M1065 M1080
M1017
M1000 M1077
M1071
1
M1067
.
M1066 . .
.
.
. M1078
M1074
M1084
. .
M1085
M1088
. . M1089 . .
.
.
.
.
.
.
.
.
.
0 0
1
2
3
4
Fig. 54. Sección estratigráfica del sector de la fuente de los ediles entre el muro de opus quadratum (UE M1017) y la vía enlosada (UE M1080) en el centro de la excavación, justo en el ángulo de unión de los muros de opus caementicium M1084 y M1085.
60
3 m de longitud por 1,8 m en el extremo más ancho y el fondo de la misma estaba ocupado por un sistema de recogida de agua. El muro M1084 se ha conservado en una altura de 1,75 m, mientras que el muro M1085, más arrasado, presenta un alzado que oscila entre 1,40 y 0,80 m (Fig. 56). La altura original de los mismos es desconocida. En la cara interior de los muros, de forma enfrentada y a la misma altura, son visibles dos encajes rectangulares (UE M1092 y M1093) que debieron servir para ubicar algún tipo de plataforma horizontal de funcionalidad indeterminada. Ambos poseían una pequeña media caña formada con mortero de cal en su base, justo en la cota donde se encontraba un registro de agua formado por losas planas de tufo (UE M1098). Estas presentaban unos rebajes que constituían un canalillo para conducir el agua hasta un pozo ubicado debajo de las mismas (UE M1100). El pozo no pudo ser excavado ni documentado dado que se encontraba sellado por estas losas y fue imposible levantarlas, debido a la existencia de un enorme bloque en el corte de la excavación, perteneciente a un relleno superior, que no pudo ser extraído (Fig. 57). Aun así, se pudo constatar que estaba construido con bloques de tufo y que alcanzaba una profundidad superior a los cinco metros, no sabiendo cómo sería su sección. Es plausible pensar que este sistema de captación recogería las aguas que procederían tanto del sector este como del sector oeste de la vía, como demuestra la inclinación de los rebajes en las losas localizadas. A su vez, canalizaría también las aguas que vendrían desde el sur, a través de un conducto que pasaría por debajo del muro de aterrazamiento M1017. La existencia del mismo ha podido ser comprobada gracias a la entrada que presentaba debajo de las losas conservadas, justo en la pared oriental de la boca del pozo. Tanto esta canalización como el mismo pozo han sido identificados a través de una pequeña oquedad existente entre el encaje de las losas. Se trataría, pues, de un sistema de captación del agua de lluvia de todo este sector, formado por un gran pozo de drenaje ubicado en el interior del espacio definido por los muros de opus caementicium. La cronología de esta construcción no ha podido ser precisada. No obstante, se ha documentado el momento de su amortización y su posterior colmatación. Directamente sobre las losas que forman la tapa del registro apareció un estrato de tierra, bastante limpio y de escasa potencia (UE M1095), que evidentemente se formó en el momento en el cual dejo de funcionar el sistema de captación de agua (Fig. 58). Sobre este nivel, unos potentes estratos de relleno, compuestos por tierra y por materiales diversos, procedentes de vertederos urbanos, cubrían e inutilizaban todo el espacio definido por los muros M1084 y M1085, afectando incluso a este
Fig. 55. Vista desde el este de la estructura en opus caementicium, formada por los muros M1084 y M1085, documentada en la excavación de la fuente de los ediles (Tus-98-M611).
por una intervención posterior. El muro, cuyo nivel de uso coincide con el nivel de funcionamiento de la fuente de los ediles, como se puede observar por su banqueta de cimentación (UE M1087), forma parte de una fase constructiva que no se ha podido fechar y cuya funcionalidad debe ponerse en relación con un complejo sistema hídrico, posiblemente contemporáneo al muro de opus quadratum M1017. El gran muro de opus caementicium (UE M1084) se articulaba, formando un ángulo, con otro muro (UE M1085) de la misma técnica constructiva (Fig. 55). Este último debía correr de forma paralela a la vía de las pequeñas losas basálticas, pero no ha podido ser documentado en su totalidad debido a que continuaba por debajo de la vía enlosada actual que no se desmontó. Estos dos muros de opus caementicium configuraban un espacio interior de planta triangular de dimensiones indeterminadas dado que se prolongaban hacia el este, fuera de los límites de la excavación, ensanchando esta superficie interior progresivamente desde el ángulo conformado por ambos. El área interior excavada mide 61
M1084 A
A
2
M1084
M1085
1
M1092
M1092 A’
M1099
M1096
M1096
A’ 0
1
3
2
4
M1085
2
A
M1084
A
M1086
1
M1085
M1093
M1099
0
1
M1093
A’
M1097 A’ 3
2
M1097
4
Fig. 56. Alzados y secciones de los muros de opus caementicium M1084 y M1085.
último, que fue arrasado parcialmente (Fig. 59). Estos estratos (UE M1086, M1090, M1091 y M1094), con una potencia de 1,50 m, han proporcionado un importante conjunto de materiales alto-imperiales con una cronología muy precisa en torno al año 50 d. C., en época de Claudio (vide capítulo 6.4.3).
Todo hace pensar que esta colmatación de época claudia no afectó únicamente al sistema de drenaje hídrico, sino que también comportó la obliteración del espacio exterior, inutilizando el nivel de circulación que funcionaba con el muro de opus reticulatum (UE M1079), la pila de la fuente de los ediles (UE M1020) y la vía de 62
las pequeñas losas basálticas (UE M1083). Es tentador relacionar esta actividad con la construcción de la calzada enlosada que se encontraba 0,95 m por encima de la anterior. La excavación permitió además determinar la existencia de una trinchera (UE M1078) que cortó –en un momento indeterminado pero anterior a su colmatación definitiva– el muro M1085 para colocar una canalización de piezas cerámicas (UE M1089) (Fig. 54). Directamente sobre todas las estructuras excavadas del sector exterior del sistema hídrico se documentó un potente relleno (UE M1074) que las cubría en su totalidad y que se introducía por debajo del tramo de la vía enlosada (UE M1080). Este estrato presentaba restos de lascas de la construcción de la calle y ha proporcionado materiales cerámicos de época romana (T.S. Itálica, T.S. Africana A1…) y también algunos fragmentos de cerámica medieval a gotas y de pasta clara. Según la
Fig. 57. Vista del espacio interior delimitado por los muros M1084 y M1085, en cuya cota más baja apareció el registro de agua de losas planas (UE M1098). Debajo de este se encontraba el pozo M1100, que no pudo ser excavado (Tus-98-M555). 3
M1067
M1071
M1080
M1077 M1074
.
M1086
.
2
M1084
. . M1090 M1091a
M1085
M1091b M1094 M1095
1
M1098
M1098
M1100
0
1
2
3
Fig. 59. Estratigrafía del corte este de la excavación del sector de la fuente de los ediles con las losas del sistema de drenaje de agua en la cota inferior, colmatado por los rellenos de época claudia. Obsérvese el enorme sillar que formaba parte de estos rellenos y que imposibilitó la excavación de las losas y del pozo que se encontraba bajo ellas (Tus-98-M564).
Fig. 58. Sección estratigráfica del corte este de la excavación del sector de la fuente de los ediles. Se observan los potentes estratos de relleno de época de Claudio (UE M1086, M1090, M1091 y M1094) que colmataron el sistema de captación y drenaje de agua existente en el espacio interior definido por los muros M1084 y M1085.
63
Fig. 60. Tramo actual de la vía enlosada en el sector de la fuente de los ediles reconstruido en parte por M. Borda en la década de los años 50 del siglo xx (Tus-98-M579).
documentación fotográfica conocida, a principios del siglo xx una sección de la vía actualmente visible delante del abrevadero no existía, por lo que hemos de pensar que parte de dicho tramo de calzada pertenece a la reconstrucción realizada por M. Borda en los años
50 del siglo pasado, hecho que explicaría la presencia de materiales medievales o post-medievales en el estrato (Fig. 60). Estas actuaciones, por tanto, han impedido documentar con seguridad la base estratigráfica sobre la que se realizó la vía enlosada en la Antigüedad.
64
4.5. Relación de unidades estratigráficas del sector M1000 (Fuente arcaica)
M1015.- Paramento de opus quadratum que se adosa al muro de fachada de la fuente (M1129) cerrando este sector. M1016.- Tramo de muro de opus quadratum que une M1015 y M1017 formando un ángulo. Se encuentra parcialmente desplazado y derruido. M1017.- Muro de opus quadratum que delimita la vía enlosada en el sector de la fuente de los ediles. M1018.- Abertura en el muro M1017 por donde desembocaba el conducto que traía el agua hasta la fuente de los ediles. M1019.- Canalización de la fuente de los ediles en el paramento interno de M1017. M1020.- Pila de la fuente de los ediles con la inscripción de Marcus Decumius y Quintus Coelius Latiniensis. M1021.- Estrato de relleno de la fuente de los ediles con material contemporáneo. M1022.- Murete contemporáneo de protección sur de la fuente sobre la vía. M1023.- Murete contemporáneo de protección oeste de la fuente sobre la vía. M1024.- Estrato contemporáneo sobre cuya parte superior aparece una capa de mortero de cal de protección de la pila de la fuente de los ediles. M1025.- Estrato arcilloso de escasa potencia que aparece debajo de M1000 en el ángulo formado por los lienzos M1003 y M1006 en el sector superior de la fuente arcaica. M1026.- Estrato de tierra negruzca que aparece por debajo de M1000 y M1025. M1027.- Recorte cuadrangular efectuado por M. Borda en el año 1953 para reconstruir y consolidar la cubierta de la fuente arcaica. M1028.- Estrato que rellena el recorte M1027 sobre la fuente arcaica. M1029.- Reparación con mortero de cal de la cubierta de la fuente arcaica (1953). M1030.- Relleno de la trinchera M1035. No ha proporcionado materiales arqueológicos. M1031.- Estrato de tierra muy suelta, poco compacto que aparece bajo M1026 y M1000 en el sector superior de la fuente. M1032.- Nivel de circulación o pavimento de arcilla y tierra compactadas que aparece debajo de M1031 sobre la fuente arcaica. M1033.- Recorte contemporáneo efectuado al este del sector superior de la fuente arcaica posiblemente relacionado con la restauración de M. Borda. M1034.- Relleno de tierra suelta del recorte M1033 que no se ha excavado. M1035.- Trinchera de construcción del muro M1003.
A continuación se relacionan las unidades estratigráficas identificadas en las excavaciones efectuadas en el sector de la fuente arcaica y de los ediles con una pequeña descripción de las mismas. M1000.- Estrato superficial formado sobre las estructuras visibles en la actualidad. M1001.- Estrato contemporáneo de tierra de color beige claro que aparece en el ángulo formado por los lienzos M1015 y M1016. M1002.- Vía o calle pavimentada con grandes losas poligonales que desciende desde la parte monumental de la ciudad y que conduce hacia Camaldoli y la vía Labicana. M1003.- Muro de opus quadratum que delimita la calle por el sur y que forma parte del sistema de aterrazamiento del foro situado en el sector superior. M1004.- Remonte constructivo contemporáneo sobre el muro M1003 efectuado con la intención de contener la tierra del espacio superior del foro. M1005.- Refacción del muro M1003 en el límite oeste del sector que no mantiene la alineación con él. Fue efectuada una vez que M1003 había desaparecido. M1006.- Muro de grandes bloques poligonales que se adosa al muro M1003 en la parte superior de la fuente arcaica. M1007.- Parte superior del lienzo M1006 formada en época contemporánea con bloques de tufo reaprovechados de otras construcciones para contener la tierra. M1008.- Pilar de sillares de funcionalidad indeterminada que se encuentra sobre la parte superior de la fuente arcaica. Presenta en tres de sus bloques un IV inscrito. Fue colocado en los años 50 del siglo xx. M1009.- Tramo de muro en opus quadratum que se adosa al muro de fachada de la fuente arcaica (M1130). M1010.- Tramo de muro que continua la alineación del muro M1009 y que se adosa al muro M1003. M1011.- Puerta abierta en la década de los años 50 del siglo xx por M. Borda sobre el muro de fachada de la fuente arcaica M1130. M1012.- Muro efectuado en la década de los años 50 del siglo pasado para colocar la puerta M1011 en el antiguo acceso a la fuente y que se adosa al muro de fachada (M1129). M1013.- Vano original de acceso a la fuente arcaica que fue tapado por M1012. M1014.- Resto de un muro que corre paralelo, en dirección este-oeste, a M1003 y que se adosa a M1010 coincidiendo con el cambio que se aprecia en el paramento entre este y M1009.
65
M1036.- Trinchera de construcción del muro M1006. M1037.- Relleno de la trinchera M1036. M1038.- Estrato arcilloso que se localiza entre los muros M1003 y M1010 y el pilar de sillares M1008 que recuerda al estrato geológico. M1039.- Estrato superficial del sondeo abierto entre M1003 y M1014. Es igual a M1169. M1040.- Estrato de tierra, materia orgánica y cerámicas, como de basurero, que aparece debajo de M1039, en el sondeo abierto entre M1003 y M1014. Cubre la banqueta constructiva del muro M1003. M1041.- Estrato de relleno de tierra que aparece debajo del superficial entre el muro M1014 y la vía enlosada. M1042.- Trinchera o corte que se aprecia en el extremo oeste del sondeo efectuado entre la vía enlosada y M1014 posiblemente para asentar las losas de la vía. M1043.- Relleno del corte o trinchera sobre el que se asientan las losas de la vía. Es igual a M1172. M1044.- Estrato superficial igual a M1039. M1045.- Estrato que aparece debajo de M1040 y que se adosa a la banqueta de cimentación del muro M1003, relacionado con su construcción. Parece un estrato de basurero. M1046.- Estrato que aparece debajo de M1045, semejante en composición y naturaleza, relacionado con la construcción de M1003. M1047.- Banqueta de cimentación del muro M1003. M1048.- Trinchera constructiva del muro M1014. M1049.- Estrato de relleno de la trinchera M1048. M1050.- Estrato que aparece bajo el superficial entre el lienzo M1009 y la estructura M1008. M1051.- Estrato de tierra suelta que aparece bajo M1044, entre el muro M1014 y la vía M1002. M1052.- Recorte contemporáneo al noroeste de la estructura M1008. M1053.- Relleno del recorte M1052 con material contemporáneo. M1054.- Estrato que aparece bajo M1051 para la construcción del enlosado de la vía visible en la actualidad. M1055.- Estrato arcilloso sobre el cual se han depositado los niveles del siglo iii a. C. relacionados con la construcción de M1003 (M1045 y M1046) y que ha sido cortado por las trincheras de los muros M1003 y M1014. M1056.- Estrato de tierra dura, compacta, que aparece sobre M1058 y que se adosa a M1057. M1057.- Estructura de planta triangular de bloques de tufo que se adosa al muro M1014. M1058.- Suelo de cal sobre el que descansa la estructura M1057.
M1059.- Límite formado con losas basálticas de la vía enlosada antigua que se encuentra por debajo de la vía visible en la actualidad (M1002). M1060.- Enlosado con pequeñas piezas basálticas que junto con M1059 forman parte de la calzada antigua que se encuentra por debajo de la vía M1002. M1061.- Trinchera de fundación de la banqueta M1047 del muro M1003 que corta el estrato M1055. M1062.- Relleno de la trinchera M1061. No ha proporcionado materiales arqueológicos. M1063.- Rebaje del estrato geológico M1055 de funcionalidad desconocida. M1064.- Estrato de tierra gris que colmataba el rebaje M1063. M1065.- Muro adosado al muro M1017 que forma parte del cierre del abrevadero contemporáneo que se encuentra en el sector de la fuente de los ediles. M1066.- Fondo del abrevadero contemporáneo. M1067.- Muro de cierre oeste del abrevadero. M1068.- Pequeño depósito que forma parte de la estructura del abrevadero, adosado a la pila de la fuente de los ediles, de función desconocida. M1069.- Estrato de relleno contemporáneo del depósito M1068. M1070.- Estrato contemporáneo amarillento existente entre la pared norte del abrevadero y la vía, por debajo del superficial. M1071.- Estrato contemporáneo de tierra negruzca semejante a M1000, que buza por debajo de M1070, en toda la extensión de la excavación. M1072.- Restos de piedras basálticas que aparecen debajo de M1000 entre las losas del pavimento. M1073.- Tramo de la vía rehecho en la segunda mitad del siglo xx que se sustenta sobre varias hiladas de piedra trabadas con mortero de cal. Se localiza delante de la pila con la inscripción de los ediles. M1074.- Estrato duro, compacto, que aparece debajo de M1071 o directamente de M1000. Presenta lascas de trabajar las losas, piedras, cubilia de reticulatum y otros materiales. Cubre y rellena también la trinchera M1078. M1075.- Elemento de piedra rectangular que formaba parte de un sistema de canalización que apareció dentro de la pila de los ediles. M1076.- Elemento de piedra de contención de la vía por el sur que hace ángulo con M1073, formando parte de la misma reconstrucción contemporánea. M1077.- Capa de mortero y piedras que aparece debajo del superficial, y que se adosa a M1067, formando parte del nivel de suelo de la zona junto al abrevadero. M1078.- Trinchera que rompe la estructura M1079 y que corre paralela a la vía enlosada para luego girar. Se encuentra colmatada por M1074. En su interior aparece la canalización M1089. 66
M1079.- Muro de opus caementicium con paramento externo de opus reticulatum que fue cortado por M1078 y sobre el que se apoyaba el abrevadero. Forma parte de la misma estructura que M1084 y M1085. M1080.- Tramo de la vía enlosada hacia el este, continuación de M1073, pero que descansa sobre M1074 y no sobre la base contemporánea de piedras cogidas con mortero de cal. M1081.- Estrato contemporáneo que aparece entre la pila de la fuente de los ediles, el tramo de calle M1073 y el muro M1076. Su textura es semejante a M1074. M1082.- Estrato contemporáneo que aparece debajo de M1081, sobre el que se construyó M1076 y M1073. Cubre M1083. M1083.- Pequeñas losas basálticas que aparecen bajo M1082 delante de la fuente, pertenecientes a una vía anterior a la actualmente conservada. M1084.- Muro de opus caementicium que corre de forma paralela al muro M1017 y sobre el que se asienta el abrevadero contemporáneo. Forma parte de la misma estructura que M1079 y M1085. M1085.- Muro de opus caementicium que se une en forma de ángulo a M1084 y que ha sido cortado por M1078. Forma parte de la misma estructura que M1079 y M1084. M1086.- Estrato de relleno del siglo i d. C. que colmata el espacio interior definido por los muros M1084 y M1085, bajo M1074. M1087.- Banqueta de cimentación en opus caementicium del muro M1079. M1088.- Separación teórica del estrato M1074 dentro de la trinchera que aparece por encima de la canalización cerámica M1089 y entre esta y los límites de la trinchera. M1089.- Canalización de cerámica dentro de M1078. M1090.- Estrato de relleno del siglo i d. C. formado por una bolsada de cenizas y tierra negra debajo de M1086. Se adosa a M1084 y M1085. M1091.- Estrato de relleno del siglo i d. C. de tierra amarillenta debajo de M1090. Se adosa a M1084 y M1085. M1092.- Encaje rectangular que aparece en la cara norte del muro M1084. M1093.- Encaje rectangular que aparece en la cara sur del muro M1085 a la misma altura que M1092. M1094.- Estrato de relleno del siglo i d. C. de tierra gris y muy compacto que aparece debajo de M1091. M1095.- Estrato de relleno del siglo i d. C. de tierra rojiza que aparece debajo de M1094 y que cubre todos los elementos de la canalización y del pozo. M1096.- Nivel de cal que se adosa al muro M1084. M1097.- Nivel de cal que se adosa al muro M1085.
M1098.- Cubierta de losas regulares con rebaje central para formar una canalización que cubre el pozo M1100. Está cubierta por M1095. M1099.- Estrato natural que aparece en el ángulo formado por los muros M1084 y M1085, habiendo sido cortado por estos. M1100.- Pozo de más de cinco metros de profundidad que está cubierto por M1098. No ha podido ser excavado ni documentado con detalle. M1101.- Estrato contemporáneo de tierra dura y compacta que aparece por debajo de M1082. M1102.- Relleno contemporáneo superficial, en el interior de la fuente arcaica. M1103.- Relleno contemporáneo bajo M1102, cubriendo el depósito M1107. M1104.- Relleno contemporáneo bajo M1102, cubriendo el depósito M1108. M1105.- Murete contemporáneo junto a los límites de los depósitos M1107 y M1108. M1106.- Estrato contemporáneo contenido entre la pared de la fuente y el depósito M1107. M1107.- Depósito monolítico (o pila) de forma rectangular ubicado en el interior de la fuente arcaica (noroeste). M1108.- Depósito monolítico (o pila) de forma rectangular ubicado en el interior de la fuente arcaica (noreste). M1109.- Relleno contemporáneo situado entre los dos depósitos, bajo el muro M1105. M1110.- Estrato contemporáneo que rellena una pequeña fosa (M1120), entre los dos depósitos, debajo de M1109. M1111.- Bolsada contemporánea de tierra negra que forma parte del relleno M1109. M1112.- Relleno contemporáneo, bajo M1102, en la parte delantera de la fuente. M1113.- Estrato contemporáneo, bajo M1112, que cubría las losas (M1121) de la parte delantera de la fuente. M1114.- Estrato contemporáneo que rellena un espacio cuadrangular en la parte delantera de la fuente. M1115.- Estrato contemporáneo que rellena un espacio en el ángulo noroeste de la fuente, donde faltan las losas. M1116.- Relleno situado entre los dos depósitos y que cubre el suelo natural. M1117.- Estrato superior que rellena el recorte M1119, ubicado en el ángulo noreste de la fuente. M1118.- Estrato inferior que rellena el recorte M1119 (rebaje del terreno natural), ubicado en el noreste de la fuente. M1119.- Recorte del terreno natural en el ángulo noroeste de la fuente realizado para encajar los dos depósitos M1107 y M1108. 67
M1120.- Rebaje efectuado en el estrato M1116 para asentar el depósito M1107. M1121.- Enlosado contemporáneo de tufo en la entrada de la fuente. M1122.- Bloque de tufo al noroeste de la fuente que delimita el enlosado M1121. M1123.- Bloques de tufo que delimitan el enlosado situado junto a M1107. M1124.- Rebaje que corta los bloques M1123, las losas de M1121 y también las paredes de los depósitos M1107 y M1108. M1125.- Bloque de tufo situado en época contemporánea a un nivel inferior al enlosado M1121. M1126.- Muro original de la fuente arcaica del lado oeste. M1127.- Muro original de la fuente arcaica del lado sur donde se sitúa la puerta de acceso al conducto subterráneo de captación de agua. M1128.- Muro original de la fuente arcaica del lado este. M1129.- Tramo este del muro original de la fachada de la fuente arcaica que delimita el vano de acceso al edificio. Igual a M1130. M1130.- Tramo oeste del muro original de la fachada de fuente arcaica que delimita el vano de acceso al edificio. Igual a M1129. M1131.- Ranura para insertar una canalización que procedente del conducto subterráneo recorre el perímetro interior de la parte oeste de la fuente en los muros, en los M1126 y M1127. M1132.- Rebaje relacionado con la ranura M1131 realizado en un bloque del muro M1126. M1133.- Orificio realizado en un bloque de la sexta hilada del muro M1126 en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1134.- Orificio realizado en un bloque de la sexta hilada del muro M1126 (semejante a M1133 en el ángulo del muro M1127) en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1135.- Orificio realizado en un bloque de la sexta hilada del muro M1126 (semejante a M1133 y M1134 en el ángulo del muro M1126), en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1136.- Orificio de forma circular realizado en un bloque de la novena hilada del muro M1126, en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1137.- Orificio de forma circular realizado en un bloque de la novena hilada del muro M1126, similar a M1136 en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1138.- Orificio de forma circular realizado en un bloque de la novena hilada del muro M1126, en época
contemporánea para encajar un elemento desconocido, semejante a M1136 y M1137. M1139.- Estructura de obra contemporánea destinada a fijar la puerta que cerraba el acceso al conducto subterráneo. M1140.- Pequeño orificio realizado en el muro M1127 para encajar algún elemento asociado a la puerta contemporánea que cerraba el acceso al conducto subterráneo. M1141.- Orificio cuadrangular realizado en un bloque de la sexta hilada del muro M1127 para encajar algún elemento en época contemporánea. M1142.- Capa de mortero destinada a la fijación de la puerta contemporánea que cerraba el acceso al conducto subterráneo realizada en los años 50 del siglo xx por M. Borda. M1143.- Pequeño orificio realizado en un bloque de la sexta hilada del muro M1127 para encajar algún elemento asociado a la puerta contemporánea que cerraba el acceso al conducto subterráneo. M1144.- Recorte contemporáneo de los bloques de la jamba oeste de la puerta de entrada al conducto subterráneo. M1145.- Recorte contemporáneo de los bloques de la tercera hilada del muro M1127 que delimitan el vano de acceso al conducto subterráneo. M1146.- Pequeño orificio en el dintel de la puerta de acceso al conducto subterráneo realizado en época contemporánea para encajar algún elemento. M1147.- Orificio situado en un bloque de la décima hilada del muro M1127 junto al ángulo con M1128, realizado en época contemporánea para encajar algún elemento. M1148.- Orificio situado en un bloque de la décima hilada del muro M1127 junto al ángulo con M1113, a la misma altura que M1147, realizado en época contemporánea para encajar algún elemento. M1149.- Orificio situado en un bloque de la décima hilada del muro M1126 junto al ángulo con M1127, a la misma altura que M1147 y M1148, realizado en época contemporánea para encajar algún elemento. M1150.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1127 similar a M1151, M1160 y M1166 situados en los cuatro ángulos de la fuente. M1151.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1127 similar a M1150, M1160 y M1166 situados en los cuatro ángulos de la fuente. M1152.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1129 similar a M1150, M1151 y M1166 situados en los cuatro ángulos de la fuente. M1153.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1130 similar a M1150, M1151 y M1160 situados en los cuatro ángulos de la fuente. 68
M1154.- Ranura que recorre el perímetro interior de la fuente en su parte este (muros M1127, M1128 y M1129), a la misma altura que M1131. M1155.- Alteración de cuatro sillares de la primera y la segunda hilada del muro M1128 como si hubieran sido removidos o recolocados. M1156.- Orificio en un bloque de la primera hilada del muro M1128. M1157.- Orificio en un bloque de la sexta hilada del muro M1128, semejante a los encajes de los paramentos M1126 y M1127 y a su misma altura, realizado en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1158.- Orificio en un bloque de la sexta hilada del muro M1128, semejante a los encajes de los paramentos M1126 y M1127 y a su misma altura, realizado en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1159.- Orificio en un bloque de la sexta hilada del muro M1128, semejante a los encajes de los paramentos M1126 y M1127 y a su misma altura, realizado en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1160.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1129 similar a M1150, M1151 y M1166 situados en los cuatro ángulos de la fuente. M1161.- Orificio en un bloque de la sexta hilada del muro M1129, junto a la jamba sur de la puerta de acceso a la fuente, realizado en época contemporánea para encajar un elemento desconocido. M1162.- Estructura de obra contemporánea que cierra el antiguo acceso a la fuente formando la puerta actual, desplazada hacia el oeste y situada por encima de la pared M1130, realizada por M. Borda en los años 50 del siglo xx (igual a M1012). M1163.- Tubo de metal contemporáneo para la canalización del agua procedente del conducto subterráneo que cruza toda la fuente saliendo al exterior. M1164.- Canalización de época contemporánea que conduce el agua procedente del conducto subterráneo al exterior de la fuente a un nivel inferior M1163. M1165.- Grandes bloques de tufo que forman el dintel actual de la puerta de entrada a la fuente colocados en época contemporánea. M1166.- Encaje rectangular en un bloque de la tercera hilada del muro M1130 similar a M1150, M1151 y M1160 situados en los cuatro ángulos de la fuente. M1167.- Ortostatos rectangulares que dispuestos a doble vertiente sobre los muros M1126 y M1128 forman la cubierta de la falsa bóveda de la fuente arcaica. M1168.- Bóveda de mortero de época contemporánea que cubre la parte delantera de la fuente donde faltaban las placas de tufo de la estructura original, realizada en 1953 por M. Borda (igual a M1029).
M1169.- Estrato superficial de época contemporánea, delante de la entrada de la fuente arcaica. M1170.- Relleno contemporáneo para elevar la entrada a la fuente arcaica. M1171.- Murete de contención relacionado con la entrada a la fuente arcaica después de las restauraciones de los años 50. M1172.- Relleno de época contemporánea contenido por la estructura M1171 que continúa por debajo de las reconstrucciones modernas de la vía enlosada. M1173.- Fragmento de arquitrabe contenido dentro del relleno contemporáneo M1172 con la inscripción del siglo ii a. C. M1174.- Relleno de pozzolana aportado en 1999 para cubrir la fosa M1175. M1175.- Fosa realizada en 1999 para destapar y documentar el bloque con inscripción M1173. M1176.- Continuación del relleno contemporáneo, aportado para elevar la entrada a la fuente arcaica, con posterioridad a las restauraciones de los años 50. M1177.- Rebaje realizado en el estrato M1179 para el paso de la tubería de hierro M1178. M1178.- Tubería de hierro contemporánea encajada dentro del rebaje M1177. M1179.- Estrato de relleno de época contemporánea que cubre la canalización M1180. M1180.- Conducción moderna, que aportaba agua a la fuente de los ediles en época contemporánea, realizada con piezas cerámicas. M1181.- Fragmento de cornisa reutilizado dentro de los rellenos contemporáneos. M1182.- Bloque prismático de peperino de época romana que aparece dentro de los rellenos contemporáneos. M1183.- Relleno contemporáneo, bajo M1172, que colmata la zona situada delante de la fuente arcaica. M1184.- Estrato que obliteraba la salida al exterior de la canalización (M1130) que atraviesa el muro M1186. M1185.- Paramento en opus quadratum, perpendicular a la fachada de la fuente arcaica, que enmarca por el sur la vía de acceso a la ciudad. Se corresponde a la UE M1015 de la campaña de 1997. M1186.- Paramento de bloques de tufo, unidos en seco y formando hiladas regulares, que sigue la alineación de la fachada exterior de la fuente arcaica. Se corresponde a la UE M1009 de la campaña de 1997. M1187.- Paramento de bloques de tufo que sigue un recorrido paralelo a la base del gran muro de aterrazamiento de la terraza superior. Se corresponde a la UE M1014 de la campaña de 1997. M1188.- Muro en opus reticulatum, paralelo al paramento M1185 que se adosa al muro de fachada de la fuente arcaica M1130. 69
M1189.- Paramento que sigue la misma alineación que M1186, completando la fachada donde se encuentra la entrada a la fuente arcaica, extendiéndose hasta el gran muro de aterrazamiento republicano. Es igual a la UE M1010 de la campaña de 1997. M1190.- Relleno del pozo M1223 efectuado con posterioridad a las antiguas excavaciones en este sector. M1191.- Estrato de tierra bajo M1172. M1192.- Estrato que rellena la parte superior del recorte M1194, posiblemente originado durante las antiguas excavaciones de esta zona. M1193.- Continuación del relleno del recorte M1194, de composición similar a M1192. M1194.- Recorte que sigue el límite oeste del muro M1188 relacionado con un rebaje efectuado durante las antiguas excavaciones de esta zona. M1195.- Estrato que aparece debajo de M1183. M1196.- Fosa rectangular que corta el subsuelo geológico junto al muro M1014=M1187 de función desconocida. M1197.- Estrato que rellena la fosa M1196. M1198.- Estrato que aparece debajo de M1195, que fue cortado por la cimentación M1210. M1199.- Estrato, bajo M1198, de composición semejante al nivel geológico. Contiene materiales arqueológicos. M1200.- Estrato de cenizas y carbón, por debajo de M1191, que cubre parcialmente el estrato M1216. M1201.- Continuación del relleno de la fosa M1196, por debajo de M1197. M1202.- Estrato de tierra semejante a M1191, por encima de la capa de cal M1203. Cortado por la fosa M1194. M1203.- Capa de cal posiblemente relacionada con la construcción del muro M1188 y que cubre el estrato M1204. M1204.- Estrato que cubre las estructuras M1214 y M1213 y el estrato M1215. M1205.- Pequeño rebaje realizado para disponer la canalización M1206, relacionada con la sistematización de la antigua vía de pequeños bloques basálticos. M1206.- Canalización realizada con piezas cerámicas de forma tubular. Sigue el contorno de la vía antigua (M1226). Es igual a la documentada en la campaña de 1998 (M1089). M1207.- Estrato de relleno del rebaje UE M1205, cubriendo la canalización de cerámica M1206. M1208.- Muro de bloques de tufo que se adosa a la fachada exterior de la fuente arcaica (M1130) y al muro M1186=M1009. M1209.- Muro realizado con fragmentos de bloques de tufo, irregulares, con piedras más pequeñas en las junturas.
M1210.- Estructura de cimentación del muro M1188, formada por un macizo de opus caementicium, que se apoya sobre el nivel geológico. Es igual a M1214. M1211.- Bloque cuadrangular de tufo situado en el extremo del muro M1188. M1212.- Bloque cuadrangular de tufo que forma el extremo de la banqueta de cimentación M1210=M1214. M1213.- Bloque de tufo amarillento, bien escuadrado, paralelo a M1208, documentado parcialmente. M1214.- Continuación del suelo de cimentación de opus caementicium M1210, al lado occidental del muro M1188. Es igual a M1210. M1215.- Estrato documentado por debajo de M1204, cortado por la banqueta de cimentación M1214. Presenta materiales de época tardo-republicana. M1216.- Estrato de relleno que cubre la parte superior de la estructura M1218 y el recorte M1219. Presenta materiales de época tardo-republicana. M1217.- Estrato de tierra que recubre los sillares situados en el umbral de la fuente arcaica. Parece continuación de un estrato ya excavado en 1999 (M1114). M1218.- Estructura de bloques de tufo, bien escuadrados, que funciona con la estructura de bloques M1208, entregándose a la misma perpendicularmente. M1219.- Rebaje del terreno natural, que también afectó a la parte superior de M1218, relacionado con la construcción de la estructura M1209. M1220.- Estructura formada por bloques irregulares de tufo, que se superpone a M1221. Posiblemente en relación con la estructura M1209. M1221.- Alineación de bloques de tufo, encajados en un recorte del terreno geológico, en el ángulo occidental de la excavación. M1222.- Estructura de opus caementicium, realizada en un rebaje del terreno geológico, en el extremo occidental de la excavación. M1223.- Pozo circular excavado en el terreno natural y construido con bloques de tufo, delante de la puerta de la fuente arcaica, rellenado con el estrato contemporáneo M1190. M1224.- Dos losas de tufo, apoyadas sobre el terreno geológico, que cubrían el relleno M1190 del pozo M1223, de cronología contemporánea. Igual a M1125 y M1121 del interior de la fuente. M1225.- Parte inferior del relleno de la fosa M1196, por debajo de M1201. M1226.- Calzada de la antigua vía, formada por pequeños bloques basálticos, existente a una cota inferior de la que actualmente da acceso a la ciudad (M1002). Junto a ella, discurre la canalización posterior M1206.
70
Capítulo V LA FUENTE ARCAICA Y EL SISTEMA DE CAPTACIÓN DE AGUA (SIGLOS VI-V a. C.)
5.1. El edificio de la fuente y el sistema de captación de agua
de la ciudad, donde fue adosado recortando el terreno geológico (Fig. 61). Su ubicación en este punto se debe a que aquí finalizaba el conducto principal de un complejo sistema de captación de agua procedente del subsuelo tusculano, al cual se accedía por una pequeña obertura situada en el muro de fondo del interior de la fuente. Este edificio, documentado desde las primeras excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento, ha recibido
Todas las evidencias apuntan a que el elemento más antiguo de este sector es la construcción denominada fuente arcaica de Tusculum. Se trata de un edificio de pequeñas dimensiones situado en la pendiente natural de la terraza inferior existente al norte del conjunto foro-teatro
Fig. 61. La fuente arcaica de Tusculum durante los trabajos de excavación del año 1997 (Tus-97-M258).
diversas denominaciones a lo largo de su historia: «piscina» (Nibby, 1819: 48), «castello dell’acqua» (Canina, 1841: 123-125), «castello d’acqua» (Ashby, 1929: 161-182), «cisterna arcaica» (Borda, 1958: 23; Devoti, 1978: 7173), «cossidetta cisterna arcaica» (Quilici y Quilici Gigli, 1990: 212) y «fontana arcaica» (Cappa, Cappa y Felici, 1997: 323-329). Como ya se apuntó anteriormente, esta estructura no fue diseñada como un depósito estanco o cisterna, sino que fue concebida como el punto final de captación del agua que había sido recogida y canalizada en el subsuelo de la ciudad para su distribución y consumo; es, por tanto, una fuente (Aquilué, 2003: 51-52). El edificio es de planta rectangular exterior, de 4,90 por 3,90 m, y cuadrangular interior, de 3,10 m de lado, formado por cuatro muros (UE M1126, M1127, M1128 y M1129=M1130) construidos con hiladas de bloques rectangulares de tufo gris, unidos en seco, que terminan en una cubierta de falsa bóveda. Esta cubierta está realizada con una última hilada de ortostatos dispuestos a doble vertiente y sustentados en los dos muros laterales, creando una sección ojival (UE M1167). Una vez finalizada la construcción de la falsa bóveda todo el
5
M1130
M1129
M1126
M1128 M1107
M1127
M1108
M1127
0 5
Fig. 62. Planta esquemática de la fuente con indicación de la numeración de sus muros constructivos. Se han dibujado, en su interior, los dos depósitos monolíticos que a pesar de ser posteriores a la construcción de la fuente facilitan la lectura de los alzados del edificio.
73
4
M1168
M1165
M1162 3
M1161 2
M1129
M1130
M1102
M1154
M1166
M1160
1
M1113
M1112 M1121
0
3
2
1
4
Fig. 63. Alzado interior del muro de entrada a la fuente arcaica (UE M1130=M1129).
4
M1167
M1149
M1126
M1138
3
M1137
M1136
M1135
M1134 M1133
2
M1131 M1132
1
M1122 M1123 M1107
0
1
2
3
Fig. 64. Alzado interior del muro lateral M1126 de la fuente arcaica.
74
4
4
M1167
M1128 3
M1158
M1159
M1157
2
M1154
1
M1156
M1108
0
3
2
1
4
Fig. 65. Alzado interior del muro lateral M1128 de la fuente arcaica.
4
M1147
M1148 M1127
3
M1142
M1141
2
M1139 M1154
M1131 M1150
M1151
1
M1108 M1107
0
1
2
3
Fig. 66. Alzado interior del muro M1127 con la entrada al conducto de captación de agua subterránea de la fuente arcaica.
75
4
5
M1167
4
M1127 M1128
M1126
3
2
1
0
1
2
3
4
5
6
Fig. 67. Sección de la fuente arcaica con la proyección del alzado interior del muro M1127. Encima de la segunda hilada de la cimentación se ha dibujado, en negro, el nivel original de la pavimentación del edificio, que no se ha conservado.
espacio superior de la misma fue cubierto y compactado con niveles de tierra y piedra, a semejanza de un túmulo, que protegieron la cubierta (Figs. 62-67). La altura del edificio desde la base de la primera hilada de cimentación hasta el punto interior más alto de la falsa bóveda es de 3,70 m. El nivel de circulación originario se encuentra a 0,70 m por encima de la base de la primera hilada de cimentación, por lo que debe considerarse que la altura funcional de la fuente fue de 3,00 m, mientras que la parte de la sustentación no vista fue de 0,70 m. La cimentación del edificio está formada por dos hiladas de bloques que quedaron por debajo del suelo o nivel de uso del mismo. Los dos muros laterales de la obra vista, con una anchura de 0,90 m, presentan ocho hileras de bloques que van creando una falsa bóveda por aproximación de las hiladas, descansando sobre la superior los ortostatos de la cubierta. Por el contrario, tanto el muro de fachada como el muro de fondo, presentan un total de diez hiladas de sillares pertenecientes a la obra vista y colocadas verticalmente a plomo, cerrando y compactando los muros laterales (Fig. 68). Su anchura es de 0,60 m, inferior a los
anteriores dado que no deben soportar el peso de descarga de la falsa bóveda. De este modo, se pueden observar algunas pequeñas diferencias constructivas en los muros de la fuente, según fueran tramos de la obra vista o de la cimentación. Las dos primeras hiladas de las fundaciones presentan unos sillares de factura menos cuidada (con una altura de 0,35 m y de longitudes variables) mientras que en las hiladas de la obra vista los sillares son mucho más regulares y mejor tallados. Las medidas de estos últimos son de 0,30 m de altura por longitudes que oscilan entre los 0,90 m y los 0,40 m mientras que las de los ortostatos presentan una longitud exterior de 1,45 m, una longitud interior de 0,90 m y una anchura de 0,50 m (Fig. 69). Los dos muros laterales no poseen ningún tipo de vano (UE M1126 y M1128). El acceso al edificio se producía a través de una entrada situada en el centro del muro de fachada (UE M1129=M1130), con una anchura de 1,30 m y una altura que no se ha podido determinar debido a las alteraciones y modificaciones posteriores realizadas en la estructura originaria. Con toda seguridad la parte superior de este vano contaría con un dintel monolítico 76
Fig. 68. Detalle de los bloques de tufo que forman los muros de la fuente arcaica (Tus-96-M195).
Fig. 69. Detalle de la cubierta de la fuente arcaica con los ortostatos dispuestos en forma de ojiva (Tus-98-M651).
que debería descansar en la última hilada conservada del muro de fachada, proporcionando, por tanto, una altura hipotética de 2,20 m. Hay que pensar en la existencia de una puerta, de material desconocido, que controlaría el acceso a la fuente. En el muro que se adosa a la pendiente natural del terreno (UE M1127) se encuentra otro vano, de 1,60 m de altura por 0,70 m de ancho y descentrado hacia el ángulo este de la estancia, que corresponde a la entrada del gran conducto subterráneo del sistema de captación de agua que finalizaba en la fuente. La parte superior de este vano está formada por un dintel monolítico que ha sufrido diversas alteraciones. Se desconoce si existiría algún tipo de puerta o de cierre que limitaría el acceso a la galería de la conducción. Gracias al umbral conservado se ha podido establecer la cota del suelo original de la fuente, que coincide con la que presentan cuatro pequeños encajes rectangulares (UE M1150, M1151, M1160 y M1166) situados en los cuatro ángulos interiores del edificio. Estos encajes deben ponerse en relación con algún sistema de pavimentación que ha desaparecido (Fig. 70). El conducto subterráneo que conduce el agua del subsuelo geológico de Tusculum a la fuente arcaica ha
sido bien estudiado por Giulio Cappa, Emanuele Cappa y Alberta Felici (1997: 323-329), más recientemente por Ruggero Capulli (2008: 55-56), y, sobre todo, por Fabio Paglia (2013: 29-38; 2014: 250-254). Se trata de un extenso conducto, cuya longitud exacta no ha podido determinarse, oscilando entre los 280 (Capulli, 2008: 56) y los 340 m (Paglia, 2014: 251) o 390 m (Cappa, Cappa y Felici, 1997: 323), que perfora toda la montaña en dirección sudeste hacia la acrópolis, discurriendo bajo el teatro romano y de la gran cisterna situada al este del mismo (Fig. 71). Junto a este conducto central se excavaron diversas galerías secundarias que conectaban con él, algunas con dos niveles superpuestos, así como cuatro pozos que permitieron a los operarios de este complejo sistema hidráulico su construcción (acceso a los sectores a perforar, extracción de los materiales excavados, ventilación…). El conducto central, con una altura que oscila según los sectores entre los 3 y los 0,60 m y una anchura media de 0,60 m, presenta unos pequeños canales excavados en sus paredes laterales que recogen el agua que se filtra lentamente del tufo rocoso. Esta agua filtrada va a parar a un canal central situado en el pavimento de la galería central que la dirige hasta la fuente arcaica. Hay 77
Fig. 70. Interior de la fuente arcaica. Se observa, al fondo, el muro donde se encuentra el vano de acceso al conducto de captación del agua subterránea y en el interior los dos depósitos monolíticos posteriores a la construcción de la fuente (Tus-00-M893).
que señalar que los últimos 8 m del conducto, los que conectan con el edificio, están revestidos con bloques cuadrangulares de tufo, presentando una cubierta de sección ojival (a doble vertiente), mientras que los 6 m siguientes están revestidos con opus caementicium (Paglia, 2014: 250). A partir de allí, el resto del conducto y galerías secundarias no presentan ningún revestimiento, observándose únicamente la roca natural recortada. Las diferentes fases constructivas de este complejo sistema de captación de agua no han podido ser datadas arqueológicamente (Paglia, 2014: 253-254, fig. 1), pero es obvio que todo él formó parte del mismo proyecto que comportó la edificación de la fuente arcaica y que estuvo en funcionamiento durante siglos, provocando reformas y trabajos de mantenimiento a lo largo de su historia. El hecho de que uno de los sectores del conducto aparezca revestido con opus caementicium indica una cronología del siglo iii a. C. –o una fecha posterior– para esta reforma, si
se acepta el inicio del uso de este material constructivo dentro ya del siglo iii a. C. (Giuliani, 1990: 165-167). En este sentido hay que tener en cuenta también los dos registros hidráulicos y diversos canales de captación de agua subterráneos localizados debajo del edificio situado en el área nororiental del foro, identificado como una posible sede colegial, que se relacionan con las grandes obras de infraestructuras realizadas en la ciudad a inicios del siglo i a. C., que implicaron la restauración de los antiguos sistemas de captación de agua o bien la construcción de unos nuevos (Ruiz, 2014: 146-155). Se desconoce mediante qué sistema se gestionaría la salida del agua de la fuente, puesto que no se conservan evidencias del proyecto original. ¿Existiría un surtidor con una pila que permitiría su recogida para el consumo? ¿El agua iría a parar a un depósito cerrado desde el cual se recogería? No se puede afirmar cual sería el sistema utilizado en este primer momento dadas las 78
Fig. 71. Trazado del conducto de captación del agua subterránea de la colina de Tusculum que finalizaba en la fuente arcaica con sus diversas canalizaciones y fases, según Paglia (2014: 251-252, figs. 1 y 3).
Fig. 72. Detalle de los depósitos monolíticos localizados en el interior de la fuente arcaica, de funcionalidad y cronología indeterminadas (Tus-99-M753).
79
5.2. La cronología
transformaciones sufridas por la fuente y las alteraciones evidentes que presenta. La existencia de las dos grandes pilas monolíticas rectangulares por debajo del nivel de pavimentación del edificio, situadas una a cada lado de los muros laterales, no se sabe a qué fase de uso pertenecen, pero es seguro que no forman parte del proyecto original (Fig. 70). Canina, que dibuja y describe estos elementos en número de tres (hecho que debe tratarse de un error o una idealización del arquitecto dado que los dos encontrados en la intervención del año 1999 no dejan espacio para un tercer depósito y así se refleja en el dibujo de Virginio Vespignani de 1830-1831 (Fig. 18) donde solo aparece el esbozo de dos de estas piezas), pensaba que podía tratarse de depósitos donde se almacenaba y se decantaba el agua para su posterior distribución (Canina, 1841: 125). No obstante, las pilas conservadas no presentan ningún tipo de orificio ni ninguna conexión entre ellas que permitan entenderlas como componentes de un sistema de decantación o de depuración del agua (Fig. 72). Además, se encuentran colocadas de una forma irregular, a una cota inferior de la base de los muros del edificio de la fuente, rebajando el nivel geológico, hecho sumamente anómalo. Si estas dos pilas hubieran formado parte del diseño inicial de la fuente, es lógico pensar que se hubiera rebajado el estrato geológico hasta alcanzar una misma cota uniforme donde apoyar tanto la base de las pilas como la primera hilada de los muros de la fuente. Por todo ello, pensamos que estas pilas fueron colocadas en un momento posterior al funcionamiento original del sistema de captación de agua que estamos analizando. Su uso como depósitos de almacenaje del agua procedente del conducto hipogeo también plantea dudas sobre su exacta funcionalidad. No parece muy lógico que un agua estancada en estos depósitos fuera destinada al consumo humano cuando se disponía de agua corriente procedente del sistema de captación y cuando no se ha conservado ningún sistema de cobertura de las pilas. Este hecho refuerza aún más nuestra propuesta de que estos dos elementos forman parte de una intervención posterior, sin que se pueda proponer a que época pertenecerían. Hay que tener en cuenta que el sistema de captación de agua siguió estando en funcionamiento hasta bien entrado el siglo xx, habiéndose construido, como ya se ha comentado, a inicios de dicha centuria, en el sector de la fuente de los ediles, un abrevadero para animales y siendo visitada la fuente por paseantes y curiosos que todavía bebían de ella al inicio de nuestras excavaciones. No existe actualmente, por lo tanto, ninguna evidencia segura para proponer cuál fue el sistema primigenio de captación del agua para su uso de boca una vez llegada la misma al edificio de la fuente a través del conducto subterráneo.
Ya se ha comentado que la secuencia estratigráfica del interior de la fuente había desaparecido por completo debido a las excavaciones decimonónicas y a su reutilización durante el siglo xx. La intervención realizada en el año 2000 en el exterior de la fuente tampoco permitió documentar ningún estrato relacionado con su construcción que proporcionara materiales arqueológicos que facilitasen su datación. Tan solo la excavación en el año 1997 en un extremo de la parte superior donde se situaba la cubierta de la fuente hizo factible excavar un estrato contemporáneo a la construcción de la misma. Este estrato (UE M1032), como ya se ha dicho al hablar de la secuencia estratigráfica, formaba parte del relleno que se depositó por encima de los bloques de tufo que componían el cuerpo superior de la cubierta de la fuente con el objetivo de protegerla, compactarla y otorgarle una mayor resistencia y estabilidad. La cronología de los materiales cerámicos recuperados proporciona una datación precisa para la construcción de la fuente y también del sistema de captación de agua del cual forma parte. La UE M1032 estaba formada por tierras arcillosas, duras y compactas que presentaban en su parte superior una capa endurecida de unos 0,05 m. El estrato contenía un lote de materiales formado por 294 piezas en estado muy fragmentario, cuyo Número Mínimo de Individuos se reduce a 82 ítems. Entre estos destacan la cerámica constructiva (35,37%), seguida por cerámica de cocina (18,29%), cerámica de impasto a mano (17,07%), cerámica fina (14,63%) y cerámica común (13,42%), que se completa con algún elemento en metal (1,22%) y hasta
Fig. 73. Porcentaje de los materiales arqueológicos de la UE M1032 relacionada con la construcción de la fuente arcaica.
80
1
2
M1032-1
3 M1032-4
M1032-3
M1032-2
6
7 M1032-6
M1032-7
5
4 M1032-5
8
10
9
M1032-8
M1032-21
M1032-22
11 M1032-15
12
13
M1032-25
M1032-24
14
15
M1032-13 M1032-26
18
19
M1032-35
M1032-30
M1032-23
M1032-51
23 22
M1032-28
21
20
M1032-36
17
16
M1032-38
24
25
M1032-40
26
M1032-42
M1032-50
M1032-48
27 M1032-44
28 M1032-43
29 M1032-49 0
5
Fig. 74. Materiales cerámicos de la UE M1032 relacionada con la construcción de la fuente arcaica: cerámica ática de barniz negro (1), bucchero etrusco (2-8), común depurada ácroma (9-10), común etrusco-lacial (11-12), común engobada (13), común pintada (14), impasto a mano de tradición lacial (15-19), impasto indeterminado (20), cerámica de cocina (21-28) y dolium (29).
81
12 muestras antracológicas que no han sido tenidas en cuenta en el cómputo global (Fig. 73). La vajilla fina está formada por dos producciones distintas, el bucchero etrusco (13,41%) y la cerámica ática de barniz negro (1,22%). De esta última, destaca un único ejemplar de kýlix de paredes delgadas y de perfil sencillo (Fig. 74, 1), con un barniz brillante de buena calidad, pero cuya tipología es difícil de precisar debido a su estado fragmentario, aunque puede asimilarse a las copas de tipo C de plain rim de la clasificación de Sparkes y Talcott (1970), datadas entre el 525 y el 475 a. C. El bucchero etrusco, cuya difusión tiene lugar en Italia central entre los siglos vii y vi a. C. (Gran-Aymerich, 2018), se encuentra mejor representado (13,41%). Esta producción cuenta con el borde de un bol Rasmussen 4 (Rasmussen, 1979) (Fig. 74, 2), un asa de sección oblonga perteneciente acaso a un kantharos (Fig. 74, 3) así como numerosos fondos con pie anular que pueden corresponderse con cuencos (Fig. 74, 4-8). Entre los fragmentos indeterminados de bucchero destacan piezas de aspecto grisáceo y menor calidad. Bajo la definición de cerámica común (13,42%), se engloban varias producciones como la cerámica común depurada ácroma (2,44%), la cerámica de tradición etrusco-lacial (7,32%), la cerámica engobada de época arcaica (1,22%) y la cerámica común depurada pintada a bandas (2,44%). De la primera se conservan 10 fragmentos, dos de los cuales pertenecen a boles carenados con perfil exvasado (Fig. 74, 9-10). De la cerámica de tradición etrusco-lacial, se registran tipos de mayores dimensiones, como un lebrillo de paredes engrosadas y labio saliente y apuntado caracterizado por una banda de pintura marrón-rojiza que recorre tanto el exterior como el interior de su tercio superior (Fig. 74, 11). También se cuenta una pieza con borde de sección triangular y cuello estrangulado que recuerda a ollas o vasos de almacenaje (Fig. 74, 12). La cerámica engobada de época arcaica está representada por un único bol con pie anular recubierto por un engobe marrón-rojizo, irregular y brillante (Fig. 74, 13). Por último, entre la cerámica común depurada pintada a bandas destacan varios fragmentos decorados con pintura rojiza, entre los que sobresale un cuenco con el borde redondeado y engrosado al exterior, recubierto por una banda de dicho color (Fig. 74, 14). Mención aparte merece la cerámica de impasto a mano (17,07%), de tradición lacial y con fuerte implantación en Italia central desde época arcaica (Carafa, 1995). Entre las formas documentadas de esta producción se cuenta un gran recipiente de paredes rectilíneas decorado en su cara externa por un cordón con impresiones (Fig. 74, 15) que recuerda a hornillos destinados a contener brasas (Di Gennaro et alii, 2009: 161-168). Otras formas de gran diámetro presentan perfiles exvasados y biselados (Fig.
74, 16-17), de borde casi vertical (Fig. 74, 18) o de perfil curvilíneo y con una superficie profusamente espatulada (Fig. 74, 19). Junto a estos tipos conviven otras producciones de impasto indeterminadas (4 fragmentos), con la superficie negra y pulida, de aspecto casi buccheroide, y formas originales (Fig. 74, 20), así como un fragmento de impasto rosso, una producción difundida entre la Etruria meridional y el Lacio desde el orientalizante antiguo y parte de la edad arcaica caracterizada por el engobe o el revestimiento arcilloso rojizo de su superficie (Acconcia, Piergrossi y Ten Kortenaar, 2004). En lo que respecta a la cerámica de cocina, bien representada en el contexto (18,29%), predomina la olla de borde exvasado, con labio engrosado y caído al exterior. Esta forma, documentada ya a partir del siglo viii a. C. y ampliamente difundida hasta época republicana es una de las más características de la cultura material del Latium vetus (Olcese, 2003: 25). A excepción de un ejemplar similar al tipo Gabii 2 que posee una banda de pintura color crema en su parte externa (Fig. 74, 21), el resto de piezas, más parecidas a la olla Gabii 3A, no presentan ningún tipo de decoración (Fig. 74, 22-24), pudiéndose encontrar también perfiles ligeramente más rectilíneos (Fig. 74, 25) y con el labio apuntado (Fig. 74, 26). Completan el repertorio otras formas de cocina en la misma pasta como tapaderas sin borde diferenciado y perfil cóncavo (Fig. 74, 27-28). Un fragmento de gran espesor puede corresponder a algún tipo de mortero de grandes dimensiones o, con mayor seguridad, a un dolium, siendo el único recipiente de almacenaje documentado (Fig. 74, 29). Por último, y representando a la categoría más abundante, destaca la cerámica constructiva (35,37%) formada por diversos fragmentos pertenecientes a 29 ejemplares de tejas y otros elementos de cubrición empleados en arquitectura. A estos cabe añadir una pieza de hierro indeterminada (¿acaso también con función constructiva?), que constituye la única evidencia metálica conservada. A pesar de la modesta entidad del contexto, las cerámicas que lo componen permiten proponer una cronología de formación de este estrato (y, por tanto, de la construcción de la fuente arcaica) entre finales del siglo vi e inicios del siglo v a. C., gracias especialmente a las vajillas de mesa. Así, el bol de cerámica de bucchero etrusco del tipo Rasmussen 4 tiene una cronología entre el 525 y el 475 a. C. mientras que el kantharos de bucchero es propio de mediados del siglo vi a. C. Por su parte, la kýlix de cerámica ática de barniz negro, si se asimila a las copas de tipo C de plain rim, tiene también una datación de 525-475 a. C. Completan el repertorio cerámicas comunes engobadas, de tradición etrusco-lacial con bandas pintadas y de impasto con cordones aplicados que, junto con las mencionadas ollas de cocina, permiten equiparar 82
este contexto a otros de cronologías semejantes de la misma ciudad de Roma, como los del Foro (Ferrandes y Fiano, 2017), el Palatino (Carafa, 1995) y el Quirinal (Cherubini y Piergrossi, 2015), y de otras ciudades laciales, como Fidene (Di Gennaro et alii, 2009) y Gabii (Almagro, 1982: 604-606). Y, sin duda, se ajustan a las producciones cerámicas presentes en la segunda mitad del siglo vi a. C. en Tusculum, como las procedentes de los estratos constructivos del edificio arcaico edificado sobre podio del sector meridional del foro (Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 68-68) o los estratos de ocupación de los siglos vi-v a. C. documentados en el sector nororiental de la plaza pública (Ruiz, 2014: 144-146).
de la Urbs, en el 509 a. C., se refugió en Tusculum, buscando la protección de Octavio Mamilio, que años antes se había desposado con una de sus hijas. El papel jugado por este dirigente tusculano, como líder de la Liga Latina que se enfrentó a Roma en la batalla del lago Régilo del 499/496 a. C., también es bien conocido (MartínezPinna, 2003: 23-27; 2004: 72-94). En estos momentos históricos convulsos se debe situar la construcción de la fuente arcaica de Tusculum, una obra de clara tradición etrusca, donde la participación (o influencia) directa o indirecta de ingenieros y arquitectos etruscos es evidente. Desde las primeras noticias escritas que se tienen de la fuente, sus características constructivas han sido relacionadas con la arquitectura etrusca, sobre todo, con tumbas monumentales de los siglos vii-vi a. C. Así, aspectos semejantes (edificios exentos, cubiertas de falsa bóveda, muros de opera quadrata, dinteles monolíticos en los vanos de las puertas, cubrimiento de la superficie superior con rellenos de tierra formando túmulos…) aparecen en tumbas etruscas como la de Regolini-Galassi, en Cerveteri, fechada a mediados del siglo vii a. C. (Pareti, 1947; Borda, 1958: 23); el sepulcro de Monte Aguzzo, en Formello, datado en la segunda mitad del siglo viiinicios del siglo vi a. C. (Ashby, 1929: 179; Borda, 1958: 23); la tumba de Sodo II, en Cortona, con cronologías de siglo vi a. C. (Neppi, 1977: 83-89) o las conocidas tumbas de la necrópolis de Orvieto de mediados del siglo vi a. C. (Colonna, 1986: 369-ss). Sistemas de cubiertas semejantes al de la fuente tusculana (ortostatos dispuestos en forma de ojiva) fueron utilizados en la necrópolis del Casone de Populonia en las denominadas «tombe a edicola» (Fedeli, 1983: 121-124; Colonna, 1986: 449450; 2000: 253-262). Este tipo de tumbas se data entre mediados del siglo vi a. C. y mediados del siglo v a. C., siendo la del Bronzetto dell’Offerente, de finales del siglo vi-inicios del siglo v a. C., una de las mejor documentadas (Fedeli, 1983: 236-238; Bruni, 1989: 267-284; Puma, 2014: 222-229). Técnicas edilicias semejantes al sistema de captación de agua de Tusculum y su fuente arcaica aparecen también en construcciones de la ingeniería etrusca relacionadas con la realización de emisarios y conductos de drenaje subterráneos en ciudades como Todi (Bergamini, 1991: 143-162), Orvieto (Bizarri, 1991a: 163-167) o Perugia (Piro, 1991: 105-114), donde las secciones de los conductos presentan cubiertas con bloques de tufo colocados a doble vertiente, tendientes a formar una ojiva, o dinteles monolíticos como los que encontramos en Tusculum, con dataciones de mediados del siglo vii y del siglo vi a. C. (Cifani, 2008: 312). Además, estos complejos sistemas hídricos (con conductos principales, galerías secundarias, pozos y fuentes) están vinculados a la ingeniería hidráulica etrusca del
5.3. Un sistema hidráulico de tradición etrusca Tal y como se ha explicado, el sistema hidráulico construido en el subsuelo tusculano condujo el agua recogida de las filtraciones geológicas a través de un conducto principal a una fuente o surtidor que se situaría en el interior del edificio cuadrangular de la fuente donde, protegida por su arquitectura de las inclemencias del tiempo y de posibles contaminaciones (limitación del acceso, por ejemplo, de animales), dispondría de un sistema de recogida directa del agua para el consumo humano. Esta construcción tuvo además una entrada restringida, como demuestra el vano conservado en el muro frontal de la misma que debió estar cerrado por una puerta. Es seguro, sin embargo, por paralelos documentados hasta hoy en día, que, si bien en el interior de esta construcción finalizaba el sistema de abastecimiento para el uso doméstico del agua, en él se organizaba también el aprovechamiento del líquido sobrante para su uso agrícola o ganadero. El agua que brotaba de la fuente y que no era recogida para su consumo humano, era almacenada y canalizada para satisfacer las necesidades de caballerías y otros animales domésticos (abrevaderos) y, sobre todo, para regar los cultivos de huerta ubicados en el exterior del núcleo urbano. Esta aportación hídrica constituía un elemento primordial para la horticultura y la agricultura de los campos situados en la llanura, donde a través de depósitos y canales se facilitaría su regadío. Las dataciones proporcionadas por las cerámicas relacionadas con la edificación de la fuente, sus características arquitectónicas y la complejidad del sistema hidráulico hipogeo en el que se enmarca, sitúan su construcción en el período final de la ocupación etrusca del Lacio o ya en un momento inmediatamente después de esta, en los primeros años del siglo v a. C. La vinculación de Tusculum con el último rey etrusco de Roma, Tarquinio el Soberbio, es por todos bien conocida (Cristofani, 1990; Pallottino, 1993: 290-ss). Después de su expulsión 83
Fig. 75. Estado de la fuente arcaica de Tusculum durante la campaña de excavaciones del año 2000 (Tus-00-M881).
Fig. 76. Estado de la fuente arcaica de Tusculum el día 30 de noviembre de 2019 (J. A. Perroni).
período arcaico (Judson y Kahane, 1963: 74-99; Hodge, 1992: 45-47), influenciada directamente por las técnicas de los grandes ingenieros griegos como Eupalinos de Megara, constructor del famoso acueducto de Samos (Coarelli, 1991: 35-41; Kienast, 1995). El dominio etrusco de Roma y del Lacio implicó también la expansión de estas técnicas en la gestión urbana del agua, como demuestran las infraestructuras realizadas en la misma Roma por los Tarquinios ejemplarizada con la construcción de la Cloaca Maxima (Antognoli y Bianchi, 2011: 89-125; Bianchi, 2012: 3-26) o las evidencias de otros conductos en la misma ciudad de Tusculum, como el localizado en la pendiente oriental del yacimiento, de gran complejidad y de 145 m de longitud (Capulli, 2008: 5859), con claras semejanzas técnicas al de la fuente arcaica y con cronologías de los siglos vi-v a. C. (Sasso y di Blasi, 1989: 15-19). Asimismo, se ha podido demostrar que estos sistemas de captación hídrica no están destinados únicamente a su consumo humano, sino que se encuentran relacionados con la explotación agrícola del territorio, con el objetivo de obtener tierras aptas para el cultivo facilitando su regadío, el drenaje de los campos o la canalización de las aguas de unos lugares a otros (Ampolo, 1980: 15-
46; Quilici, 1983: 112-123; 1987: 33-36; Castellani y Dragoni, 1991: 43-60; Bizarri, 1991b: 61-67). Ejemplos de estas infraestructuras hidráulicas son los enormes emisarios laciales del lago Albano y del lago de Nemi, en los Colli Albani, los cuales han sido datados por argumentos históricos, el primero, durante el periodo de la dominación etrusca de Roma por parte de los Tarquinios, y el segundo, entre la batalla de Aricia del 505 a. C. y la del lago Régilo en el 499/496 a. C. (Coarelli, 1991: 36-39; Castellani y Dragoni, 1991: 43-60; Grewe, 1998: 82-87; Castellani, 2003: 57-60). El contexto histórico y cultural, por tanto, en el que se encuadra la construcción del sistema de captación de aguas y la fuente arcaica de Tusculum se ajusta a las dataciones proporcionadas por la secuencia estratigráfica excavada: finales del siglo vi-inicios del siglo v a. C. El uso continuado en el tiempo del sistema de captación de agua y del edificio de la fuente, y las numerosas reformas que sufrieron a lo largo de los siglos, se reflejan, en parte, en algunas huellas materiales que se observan en los elementos constructivos conservados y documentados por el registro arqueológico. Se trata de una información parcial, dado que muchas de estas reformas han desaparecido en su totalidad. De este modo, el análisis 84
del edificio de la fuente arcaica demuestra que no se conserva su pavimentación original, aunque algunas losas de tufo, situadas justo en la entrada, mantienen la cota del suelo primigenio. Con esta pavimentación original, o con una posterior que mantuvo su misma cota, deben ponerse en relación los cuatro pequeños encajes rectangulares (UE M1150, M1151, M1160 y M1166) situados en los cuatro ángulos de la fuente, cuya función no podemos aventurar. También el conducto de captación presenta reformas de época antigua, como el revestimiento en opus caementicium, detectado tras pasar los ocho primeros metros desde la entrada del mismo, que debe corresponder a un momento indeterminado de la época romano-republicana o alto-imperial (Paglia, 2014: 250). Como ya se ha dicho también, en un momento impreciso se colocaron los dos grandes depósitos monolíticos en el interior de la fuente que fueron puestos al descubierto por las excavaciones del siglo xix y, posteriormente, vueltos a cubrir. Sobre este relleno contemporáneo, ya en el siglo xx, se construyeron canalizaciones de plomo y de cerámica para volver a canalizar el agua de la fuente hacia el exterior del edificio, se alteró la entrada original a la misma con la instalación de una puerta metálica desplazada de su eje central y se colocó otra puerta metálica en el acceso al conducto subterráneo. Estas actuaciones afectaron a diversos bloques de los muros del edificio que presentan pequeños agujeros, así como otras intervenciones, cuya función es desconocida, que comportaron también la realización de orificios en los bloques, algunos
de los cuales muestran restos de cal y de mortero. A todo ello, deben añadirse las restauraciones efectuadas por M. Borda en el año 1953 que afectaron a la cubierta y a la entrada de la fuente. Del mismo modo, en el año 2000 se retiraron algunos de los elementos contemporáneos de la fachada de acceso al edificio (la puerta metálica o ciertos bloques recolocados de mala factura, por ejemplo), como paso previo a la restauración definitiva de la fuente (Fig. 75), intervención que, veinte años después, todavía no se ha materializado (Fig. 76). De todas estas huellas detectadas en el interior de la fuente la más significativa es una ranura excavada en los sillares de la segunda hilada de la obra vista que, a la misma altura y ligeramente por encima de la cota de la pavimentación originaria, partiendo del vano de acceso al conducto subterráneo, recorre los dos muros laterales hasta llegar al muro de entrada (UE M1131=1154). La sección de esta ranura permite pensar que se realizó para encajar una tubería para la conducción del agua al exterior del edificio. Es tentador pensar que parte de esta tubería fuese la fístula de plomo hallada en 1825 por Luigi Biondi en el interior de la fuente con la inscripción Rei pub(licae) Tusculanorum (CIL XIV: 2658; Gorostidi, 2020: n.º 206, 283). De ser así, constituirían unas nuevas evidencias sobre la situación de los surgentes de la fuente fuera del edificio arcaico desde la época tardo-republicana hasta bien entrada la época alto-imperial, dado que la cronología de la fístula se fecha posiblemente en la segunda mitad del siglo ii (Gorostidi, 2020: 283).
85
Capítulo VI LAS ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS DEL ENTORNO DE LA FUENTE ARCAICA
6.1. Introducción
6.2. El muro de aterrazamiento en quadrata (siglo iii a. C.)
En el espacio donde se halla la fuente arcaica se encuentran diferentes lienzos murarios vinculados con la articulación en terrazas del urbanismo de Tusculum y con los límites de la ciudad, que podrían ser entendidos también como parte de las murallas que definían su perímetro. No hay evidencia alguna de las defensas del asentamiento arcaico, aunque se ha repetido que este se concentraría en los sectores de la acrópolis y de la zona del foro-teatro, donde las excavaciones arqueológicas han ido sacando a la luz restos de estructuras y materiales cerámicos de los siglos vi y v a. C. (Dupré et alii, 1999b: 53; Dupré, 2012: 789-802; Ruiz, 2014: 144-146). La fuente arcaica se encontraría, pues, fuera del recinto urbano de esta época, ubicada junto a uno de los antiguos accesos al mismo. Las intervenciones realizadas han permitido restituir la secuencia temporal de estos tramos de muros correspondientes a los últimos siglos de República (Fig. 77).
6.2.1. Características arquitectónicas y técnica constructiva El muro más antiguo de los conservados es el gran lienzo de opus quadratum (UE M1003) que, en dirección este-oeste, delimitaba la vía enlosada visible en la actualidad y descendía desde el ángulo noroccidental del foro hasta la fuente arcaica (Fig. 78). Esta imponente construcción ha sido considerada tradicionalmente como la muralla de cierre de la ciudad por el sector septentrional, en cuyo tramo inicial se encontraba una de las puertas de acceso, conocida con el nombre de «puerta de Camaldoli» o «Labicana». Actualmente, los restos de esta entrada no son visibles, pero las descripciones publicadas en el siglo xix, como las de Luigi Canina (1841), y restituciones idealizadas, como las de Rossini (1826), que la representa
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M1020 M1017 . .
M1016
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M1015
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M1006
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M1003
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0
opera
5
Fig. 77. El sector excavado donde se indican las estructuras posteriores a la construcción de la fuente arcaica: muro de aterrazamiento de opus quadratum (UE M1003), muro de aparejo poligonal (UE M1006), lienzos M1015, M1016 y M1017 relacionados con la fuente de los ediles (UE M1020) y posible trazado, con los escasos restos documentados, de la antigua vía que se encuentra por debajo de la calzada enlosada actual.
89
Fig. 78. Vista desde el este del muro de aterrazamiento M1003. Se observa su adaptación a la pendiente del terreno que asciende hacia la terraza superior donde se encontraba el foro (Tus-96-M23).
como una puerta monumental, han motivado que su existencia haya sido aceptada por los investigadores posteriores (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 253-258). Es evidente también que esta estructura permitió la urbanización de la terraza superior de la ciudad, donde se ubicó la plaza pública o foro, por lo que también ha sido interpretada como un muro de aterrazamiento (Lugli, 1957: 198). La longitud actual visible de M1003 es de 30 m, habiendo sido desmontado su extremo más occidental, donde se encontraría la puerta antes citada. En este sector el muro fue reconstruido, seguramente en época contemporánea, con elementos de piedra y materiales reutilizados, sin mantener la alineación del trazado original (UE M1005). Continúa hacia el este con una extensión desconocida debido a que la zona no ha sido excavada, quedando cubierto por sedimentos de tierra. Ha conservado una altura irregular, que oscila entre 4,20 y 0,90 m. En algunos sectores, el muro ha sido recrecido con piedras y pequeños bloques (UE M1004), que contrastan con el paramento original de sillares, con la intención de contener la tierra y la vegetación de la terraza superior (Fig. 79). Se trata de un gran muro de opus quadratum construido con sillares paralelepípedos de tufo gris, trabados en seco y formando hiladas regulares de 0,35 m de altura
que se van adaptando a la pendiente del terreno. En la parte más baja de la zona, donde se inició la obra, se han conservado doce de estas hiladas, mientras que en el sector más elevado solo permanecen tres de ellas. Los sillares presentan una longitud entre 1,95 y 0,85 m, una anchura entre 0,45 y 0,35 m y una altura media de 0,35 m. Las juntas verticales son oblicuas, mientras que las horizontales son planas. Gracias a las intervenciones del año 1997 efectuadas en la parte exterior del muro, entre este y la vía enlosada (vide apartado 4.3), se constató que fue levantado sobre una zapata formada también por bloques de tufo dispuestos a tizón, de 0,45-0,40 m de ancho, creando una plataforma que sobresalía entre 0,40 y 0,30 m de la primera hilada del paramento. La trinchera cortó el estrato geológico sobre el cual se dispuso la banqueta de cimentación. Por otra parte, la excavación realizada en el pórtico norte del foro en el año 1998 (Dupré et alii, 1999b: 50-56), permitió documentar en planta un tramo de este gran muro y aportar más datos sobre su sistema constructivo (Figs. 80 y 81). En efecto, se confirmó que para su ejecución se realizó una gran trinchera, entre 3,20 y 2,80 m de ancho, que afectó a las estructuras preexistentes, entre ellas un muro de bloques de tufo datado en el siglo v a. C. 90
M1004 M1004
M1005
5
M1003 M1010 M1002
M1047 0
5
10
15
20
25
Fig. 79. Alzado del muro de aterrazamiento M1003 con los recrecidos contemporáneos (UE M1004) y la refacción de su extremo occidental (UE M1005), una vez desaparecido el tramo original.
91
30
y una serie de estratos con cronologías anteriores a finales del siglo iv a. C. Esta trinchera cortó toda la estratigrafía precedente hasta llegar al nivel geológico, creando el espacio necesario para realizar con cierta comodidad los trabajos de construcción (Fig. 82). El muro presenta una anchura irregular que oscila entre 2,80 y 2,40 m y está realizado con hiladas de sillares dispuestos a soga y tizón que determinan unos cajones rectangulares (entre 1,80 y 1,00 m de ancho), en el interior de los cuales se distribuye el resto de bloques que forman cada hilera (Figs. 83 y 84). La cara exterior es de una gran calidad técnica, apreciándose perfectamente la disposición a soga y tizón de los bloques, aunque a veces puede haber dos de ellos a tizón (Fig. 85). Sin embargo, la cara interior no es tan cuidada, colocándose los sillares de forma irregular, dado que todo este tramo interno del muro nunca estuvo a la vista, pues formaba parte del sistema de contención de los rellenos de tierra sobre los que se asentó el pavimento de la plaza y de sus pórticos, a una cota superior a cuatro metros por encima del último punto conservado. Las hiladas están distribuidas de forma escalonada con la finalidad de contener con mayor eficacia la mencionada terraza (Fig. 86). Intervenciones posteriores han motivado que el paramento exterior presente algunos rebajes en sus sillares, como el que se aprecia en la parte central, seguramente para adosar una estructura de función desconocida. Este gran muro ya fue incluido por G. Lugli en su libro sobre la técnica edilicia romana como uno de los «esempi vari di opera quadrata» construidos a la
Fig. 80. Vista de la primera hilada conservada de la parte superior del muro M1003 donde se aprecia la disposición de los sillares a soga y tizón (Tus-98-M616).
95,37
5
94,89
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M144=M1003
94,97 95,00
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95,34
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95,62
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95,81
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0
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5
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10
Fig. 81. Planta de la parte superior conservada del muro M1003. Se observa la disposición de los sillares a soga y tizón en su cara exterior y la irregularidad de su cara interior, con el trazado de la trinchera de construcción.
92
Fig. 82. El muro de aterrazamiento M1003 visto desde la parte más alta de la terraza superior, al sur. Se aprecia de forma clara la trinchera constructiva que cortó toda la estratigrafía anterior y la parte interna del muro construida con sillares de forma irregular (Tus-98-M704).
«maniera greca» (Lugli, 1957: 178-180, fig. 20), con la siguiente descripción: «Muro di fortificazione, o di terrazzamento, della città alta, sopra la cisterna arcaica (v-iv secolo av. Cr.) in pietra locale a piccoli blocchi di alteza uniforme, con giunti verticali obliqui. Disposizione a diatoni e ortostati» (Lugli, 1957: 198). Descripción que completa al comentar la fotografía del mismo incluida en la lámina 39: «Tuscolo. – Muro dell’acropoli presso il teatro. Presenta caratteri di alta antichità, sia per la vicinanza con la cisterna arcaica, sia per esservi addossato un altro muro in opera poligonale, con inversione della cronologia abituale. Il sistema dell’opera quadrata è quello greco a ortostati e diatoni, i quali ultimi hanno una sezione leggermente trapezoidale» (Lugli, 1957: tav. XXXIX-3). También en el trabajo de L. Quilici y S. Quilici Gigli sobre las fortificaciones tusculanas se hace referencia a él, señalando que se trata del muro más antiguo de todo el sector de la puerta de Camaldoli (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 255, sito 7). Construido «a diatoni e ortostati di disposizione greca e che sembra ancora usare il piede dorico, resulta di struttura similmente rara nel Lazio», estos autores lo fechan en el siglo v a. C., estableciendo un paralelismo con las murallas presamnitas de Pompeya (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 257-258).
6.2.2. La datación estratigráfica Las cronologías propuestas para esta construcción estaban basadas en paralelos de tipo edilicio; no obstante, la excavación arqueológica del año 1997 permitió fecharla con criterios estratigráficos. Como se ha comentado, el muro de aterrazamiento se sustentaba sobre una banqueta de cimentación que fue colmatada, una vez finalizada y levantadas las primeras hiladas de la obra vista, por una serie de niveles (UE M1040, M1045 y M1046) con el objetivo de cubrir la plataforma que formaban los sillares de la misma. Estos tres estratos eran semejantes en cuanto a naturaleza y cronología, recordando su composición a niveles de basureros: tierra suelta con desechos de materia orgánica, fauna, cenizas y abundante material cerámico. Formaban parte de una misma acción de relleno, por lo que su análisis se realiza conjuntamente. En estas unidades estratigráficas se ha documentado un total de 2330 fragmentos cerámicos, cuyo NMI se reduce a 517 ejemplares. Entre el material recuperado destacan las producciones de cocina, que representan más de la mitad del contexto (50,87%), seguidas por un abundante lote de cerámica fina (28,43%), cerámica común (14,12%), elementos cerámicos arquitectónicos (5,61%) y una exigua presencia de ánforas (0,77%). A 93
Fig. 83. Vista del paramento exterior del muro M1003 con las hiladas de sillares dispuestos a soga y tizón y colocadas de forma escalonada (Tus-96-M20).
Fig. 84. Detalle de los sillares de la hilada superior del muro M1003 (Tus-98-M623).
todo ello hay que sumar un utensilio de hueso trabajado (0,20%), 9 fragmentos de pavimento, 4 de enlucido monocromo, 2 elementos de fauna malacológica y hasta
161 ejemplares de macrofauna terrestre, que refuerzan la interpretación del conjunto como niveles de tierra procedentes de un basurero (Fig. 87). 94
3
0
5
10
Fig. 85. Restitución teórica de la técnica constructiva del muro M1003 con los sillares colocados a soga y tizón y de la disposición de cuatro de estas hiladas en forma escalonada.
5
M1003
M1047
5
0
Fig. 86. Sección de las doce hiladas conservadas del muro M1003 y de su zapata de cimentación M1047.
Entre las producciones de vajilla de mesa, se documentan tres fragmentos de bucchero, con pastas de color gris claro, pertenecientes a las producciones más tardías de la cerámica etrusca gris del siglo iv a. C. (GranAymerich, 2018: 77-78), entre ellos un borde de un bol de la forma 4 de la tipología de Rasmussen (1979) (Fig.
88, 1) y un pie perteneciente quizás a la misma forma (Fig. 88, 2). Destacan tres fragmentos de cerámica etrusca de figuras rojas del tipo Genucilia, un borde, un pie y una pared con decoración figurada muy desgastada, pertenecientes a las pequeñas páteras de la forma Morel 1111 (Morel, 1981: 79-81). Producidas en su mayoría 95
Ferrandes, 2008: 362-372; Stanco, 2009: 158-159). En los contextos de Tusculum del siglo iii a. C., como este que se presenta, vamos a mantener la denominación de «taller de las Pequeñas Estampillas» para la producción del «GPS» definida por Morel para las oficinas de Roma y la de «cerámicas de barniz negro etrusco-lacial», más genérica, para el resto de las vajillas de barniz negro del Gruppo dei Piccoli Stampigli, que no han podido ser adscritas a un taller concreto. Las formas de cerámica de barniz negro etrusco-lacial del GPS representadas en este contexto cerámico son las que se describen a continuación. Seis ejemplares de las páteras de borde pendiente de la forma Morel 1111 (Fig. 88, 3-5) que se fechan entre el 300 a. C. y el primer tercio del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 81). Un vaso de borde saliente de la forma Morel 1265 (Fig. 88, 6), con dataciones entre el 320-250/240 a. C. (Morel, 1981: 99). Un plato de la forma Morel 1323 con barniz de muy buena calidad sobre cuyo borde se dispone una decoración sobrepintada constituida por una sencilla espiga en pintura blanca (Fig. 88, 7). Esta forma se fecha en la primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 106). Interesante es la presencia de un pie en forma de concha, con bandas sobrepintadas rojas y blancas en su interior, perteneciente a un cuenco de la forma Morel 2132 o 2133, cuencos que se sustentan sobre tres pies en forma de cabeza humana o de cardium, como es en este caso (Fig. 88, 8). Su datación, según Morel debería situarse a mediados del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 139), pero su presencia está ya atestiguada en el primer cuarto del siglo iii a. C. en diversos yacimientos italianos (Riccioni, 1987: 397, fig. 268-1; Michelini, 2003: 939). También se registran dos pequeñas páteras con pie alto de la forma Morel 2212 de las oficinas romanas del GPS, la primera decorada con una banda interior formada por estampillas de ovas simples (Fig. 88, 9) y la segunda con una banda interior central con el mismo tipo de estampillas, presentando a cada lado de ella sendas bandas estampadas con pequeños círculos (Fig. 88, 10). Esta forma se data en la primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 147; Pérez Ballester, 2003: 29-30). Idéntica cronología que las estampillas de ovas simples del motivo III-F-3110 de Gabii (Pérez Ballester, 2003: 167) y de círculos del motivo III-F-3120 del mismo yacimiento (Pérez Ballester, 2003: 168-169). Interesante es la presencia de un cuenco de borde almendrado de la forma Morel 2538 (Fig. 88, 11) fechado en torno al tercer cuarto del siglo iii a. C., aunque con imprecisiones cronológicas que oscilan desde inicios del siglo iii a. C. hasta finales de dicho siglo (Morel, 1981: 180-181; Pérez Ballester, 2003: 34). También se encuentra presente la copita F2544, con decoración exterior de gallones (Fig. 88, 12) y fechada en la primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 182).
Fig. 87. Porcentajes de los materiales arqueológicos de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003.
en talleres de Falerii y Caere (Del Chiaro, 1957; Pianu, 1980: 119-ss), están bien datadas en contextos del siglo iv a. C., sobre todo de su segunda mitad, aunque es posible que todavía perduren durante la primera mitad del siglo iii a. C. (Ambrosini, 2016: 252-254). Su presencia en Tusculum es frecuente (Arce et alii, 1998: 45, fig. 37; Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 92). Las vajillas más numerosas son las cerámicas de barniz negro etrusco-laciales, denominación que engloba a este conjunto de vasos fabricados en diversos talleres definidos por J.-P. Morel (1981). Así, en el estudio de la cerámica de barniz negro de Gabii, J. Pérez Ballester, siguiendo las investigaciones realizadas por Morel, incluía dentro de las producciones etrusco-laciales diversos grupos: Lacial 1, Pequeñas Estampillas, Pocola, Ferrara T-585 y estilo de Gnathia, con propuestas de diferentes centros de fabricación tanto en la zona de Roma y del Lacio como en la Etruria meridional (Pérez Ballester, 2003: 217-224). No cabe duda que dentro de estos talleres el más conocido es el denominado por J.-P. Morel «Atelier des petites estampilles», situado en la misma ciudad de Roma o en su entorno inmediato, cuyos productos son de una excelente calidad técnica, presentando una característica decoración estampada en el fondo interno de los vasos (Morel, 1969: 59-117). El panorama actual para el grupo de «Pequeñas Estampillas» es muy complejo, dado que los centros de producción se han multiplicado y no pueden circunscribirse solamente a la ciudad de Roma, constatándose también su fabricación en Caere, Signina, Lucus Feroniae, Cosa o Vulci, por ejemplo (Stanco, 2009: 157-193). Responden todos estos talleres a un mismo horizonte cerámico agrupados bajo la denominación de Gruppo dei Piccoli Stampigli (GPS) (Stanco, 2009: 158) y con una propuesta de seriación tipo-cronológica de cinco fases que abarca desde el último cuarto del siglo iv a. C. hasta finales del siglo iii a. C. (Stanco, 2005: 210; 96
2
1 M1046-247
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M1040-5
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6
M1046-241
M1045-6
7
M1045-3
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8 M1040-34
9 M1045-48
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12
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M1040-6
14 13
M1046-238
M1046-237
M1045-45
15 M1046-204
16
17 M1046-192
M1046-199
19
18
M1046-214
M1046-210
0
5
Fig. 88. Materiales de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003: cerámicas de bucchero etrusco gris (1-2) y de barniz negro etrusco-lacial del Gruppo dei Piccoli Stampigli (3-19).
97
A la misma cronología puede adscribirse la copa F2621 (Fig. 88, 13) (Morel, 1981: 193-194; Pérez Ballester, 2003: 36-37). Otra de las formas, que cuenta con cuatro ejemplares, son los cuencos con labio saliente, aunque poco marcado, del tipo Morel 2686 (Fig. 88, 14), cuya cronología se sitúa a lo largo del siglo iii a. C., pudiendo llegar a la centuria siguiente en las producciones tardías locales de barniz negro (Morel, 1981: 206). Los platos de la forma Morel 2762 están representados por una base con una decoración de cuatro estampillas circulares de rosetas de ocho o más pétalos, distribuidas en paralelo y de las cuales solo se han conservado fragmentadas dos de ellas. Las estampillas centrales se encuentran delimitadas por una banda ancha de estrías realizadas a ruedecilla (Fig. 88, 15), situándose la cronología del tipo dentro del siglo iii a. C. (Morel, 191: 269). La forma más numerosa dentro de estas producciones son los boles agrupados dentro de las series Morel 2783 y 2784. Ambas series se diferencian únicamente por la relación que presenta el borde respecto al cuerpo del cuenco; en los ejemplares de la F2783 este se encuentra ligeramente inclinado hacia el interior de la pieza mientras que en la F2784 se halla recto. La dificultad para su diferenciación, sobre todo cuando solo se dispone de fragmentos de bases de pie anular, ha llevado a agruparlos bajo la denominación genérica de F2783/2784, denominación que utilizamos también en nuestro caso. La popularidad de estos boles provocó que tuvieran una dilatada producción, con cronologías que abarcan desde finales del siglo iv a. C. hasta finales del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 223-224; Dicocer 2/2001: 1161-1174), y que pueden ser precisadas por las características de su decoración. Algunos de los ejemplares de este contexto se adscriben con seguridad a los talleres romanos del GPS. Así, uno de ellos perteneciente a la F2784 presenta una decoración en su base interna de cuatro estampillas circulares, distribuidas en paralelo, con la representación de una hoja de hiedra de cinco puntas y pedúnculo, de las cuales solo se conservan dos y el resto de una tercera (Fig. 88, 16). Esta estampilla decorativa se asimila al motivo III-E-1110 de Gabii, datado entre el 310 y el 250 a. C. (Pérez Ballester, 2003: 166). A los mismos talleres de Roma, debe asociarse un ejemplar de la F2784 que presenta una cuidada decoración en su interior realizada con pintura blanca, rosada y granate, dibujando una guirnalda de hojas de hiedra y rosetas de siete pétalos con punto central, hechas a base de puntos (Fig. 88, 17). El resto de los bordes hallados, con más de cincuenta ejemplares, se adscribe de forma genérica a otros talleres del GPS (Fig. 88, 18-19 y Fig. 89, 20-23). Mención aparte merecen los fragmentos de base con decoración estampillada asimilables a F2783/2784 que pertenecen tanto al taller romano de las pequeñas estampillas (Fig. 89, 24, 26-30 y 32)
como a otros talleres etrusco-laciales por concretar (Fig. 89, 25 y 31), representando estas estampillas exclusivamente motivos vegetales: palmetas, hojas y rosetas, que se describen a continuación. El fragmento 24 (Fig. 89) ha sido decorado con cuatro estampillas ovaladas con la representación de una palmeta con tallo central, tres pares de hojas a cada lado del tallo y dos puntos en la parte superior del mismo, distribuidas en paralelo y asimilables al motivo I-B-6252 de Gabii con una cronología de 300250 a. C. (Pérez Ballester, 2003: 153). El fragmento 25 (Fig. 89) ha conservado una estampilla ovalada (seguramente de un total de cuatro) que presenta una palmeta de hojas lanceoladas sobre una base de volutas semejante al motivo I-A-7230 de Gabii con una cronología de 325250 a. C. (Pérez Ballester, 2003: 148). Lo mismo sucede con el ejemplar 26 (Fig. 89) del cual solo se ha preservado una estampilla ovalada con una palmeta semejante a la pieza anterior. El ejemplar 27 (Fig. 89) posee dos estampillas circulares (de un total de cuatro, distribuidas en paralelo) con la representación de una hoja de hiedra de cinco puntas y pedúnculo con características decorativas y cronológicas semejantes al ejemplar 16 ya comentado. El ejemplar 28 (Fig. 89) presenta cuatro estampillas circulares, distribuidas en paralelo, con forma de roseta de seis pétalos con punto central, semejante al motivo II-A-2310 de Gabii, datado entre el 300 y el 250 a. C. (Pérez Ballester, 2003: 158-159). El ejemplar 29 (Fig. 89) conserva tres estampillas circulares (de un total de cuatro distribuidas en paralelo) con el dibujo de una roseta de ocho pétalos y punto central, que debe fecharse entre el 300 y el 250 a. C. Es asimilable al motivo II-A1410 de Gabii, aunque allí aparece en un vaso como una única estampilla central y con una datación más moderna (Pérez Ballester, 2003: 158). El ejemplar 30 (Fig. 89) presenta dos estampillas circulares (de un total de cuatro distribuidas en paralelo) con el dibujo de una roseta de ocho pétalos con un punto interior en cada uno de ellos y con una datación propuesta de 300-250 a. C. El ejemplar 31 (Fig. 89) posee una única estampilla circular en el centro de la pieza rodeada por una ancha banda de estrías a la ruedecilla. La estampilla dibuja una roseta de doce pétalos, seis grandes y seis pequeños, con botón central, pudiéndose asimilar al motivo I-B-1110 de Gabii con una cronología de 300-200 a. C. (Pérez Ballester, 2003: 162-163). Finalmente, el ejemplar 32 conserva parcialmente una estampilla circular de una roseta de la que solo se ven dos pétalos fragmentados que no permiten su descripción ni composición decorativa (Fig. 89). Su datación debe situarse entre el 300 y el 200 a. C. Relacionados con los boles F2784 hay un ejemplar de la variante Morel 2784g, (Fig. 89, 33), que presenta un pie alto como si se tratara de una copa y cuya cronología, de momento, se sitúa entre el 275 y el 250 a. C. (Morel, 98
21
20
M1040-12
M1040-8
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M1046-212
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M1046-200
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M1045-47
M1046-197
M1046-198
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M1046-201
M1040-3
M1040-2
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M1046-203
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M1046-209
M1046-231
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M1040-28
M1046-234
M1046-245
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M1046-184
M1046-185
0
5
Fig. 89. Ejemplares de cerámica de barniz negro etrusco-lacial del Gruppo dei Piccoli Stampigli de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003 (20-38).
99
1981: 224). Se identifican con seguridad como copas dos ejemplares de la F2787 (Fig. 89, 34) fechados entre finales del siglo iv a. C. y la primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 225), y otro asimilable a la forma Morel 2981 (Fig. 89, 35) datada entre el 300 y el 250 a. C. (Morel, 1981: 243-244). A una copa con asa, tipo kýlix, pertenece el ejemplar Morel 4253 (Fig. 89, 36), fechado entre finales del siglo iv y los primeros decenios del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 299). Son interesantes también dos skýphoi relacionados con la especie Morel 4360, datada principalmente en la primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 309-310), o con la Morel 4370, propia del último cuarto del siglo iv a. C. y primera mitad del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 310-312), que presentan una decoración sobrepintada exterior en blanco, formando metopas o franjas de líneas verticales (Fig. 89, 37-38). A la misma especie de skýphoi F4370 pertenecen dos ejemplares asimilables al tipo F4373 (Fig. 90, 39-40) datado en el último cuarto del siglo IV a. C. e inicios del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 311). Todos los ejemplares descritos se engloban dentro de las producciones etrusco-laciales de barniz negro del GPS. Junto a ellos se registra también un pequeño olpe o jarrita de la forma Morel 5226 (Fig. 90, 41), perteneciente al taller romano de las pequeñas estampillas, con una espiga sobrepintada de color blanco en el exterior del vaso y con dataciones comprendidas entre finales del siglo iv a. C. y los primeros decenios del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 343). Para finalizar, entre las producciones de barniz negro, se documenta un fragmento de lucerna de tipo magno-griego, con una cronología entre el 325 y el 250 a. C. (Fig. 90, 42). Las formas identificadas han sido clasificadas siguiendo la tipología de J.-P. Morel y su propuesta cronológica del año 1981, complementada por el estudio monográfico de las producciones de barniz negro de Gabii publicado por J. Pérez Ballester en 2003. Este último no disponía de secuencias estratigráficas del yacimiento, pero cotejó las formas aparecidas con paralelos bien datados en otros sitios arqueológicos. Según las cronologías defendidas por estos investigadores, la inmensa mayoría de las formas documentadas deben adscribirse a la primera mitad del siglo iii a. C. (F1111, F1265, F1323, F2544, F2621, F2762, F2784g, F2787, F2981, F4253, F4360, F4370, F4373 y F5226). Algunas de ellas, las más numerosas en cuanto a ejemplares representados, tienen una amplia cronología que engloba todo el siglo iii a. C., como sucede con las formas F2783 y F2784, por ejemplo. Únicamente la forma F2538 se situaría, con dudas, en un momento posterior al 250 a. C. Las dataciones proporcionadas por los motivos y estilos decorativos de los fondos estampados apuntan en la misma dirección. La mayoría se sitúan en la primera mitad del siglo iii a. C. (ejemplares 16, 24 a 30) y solo tres de ellos presentan
cronologías que pueden abarcar todo el siglo iii a. C. (ejemplares 15, 31 y 32). Investigaciones más recientes sobre el GPS realizadas principalmente por E. A. Stanco (2005 y 2009, con bibliografía), G. Olcese y C. Coletti (2016), A. F. Ferrandes (2008) y otros investigadores italianos han permitido definir sus centros de producción, así como sus diferentes fases y cronologías. En este sentido, las formas F1111, F4253, F4360, F4370, F4373, F5226 del conjunto analizado pueden adscribirse tanto a la Fase I (con una cronología de 320-290 a. C.) como a la Fase II (290-280 a. C.), mientras que las formas F1323, F2212, F2544, F2621, F2762 y F2787 pertenecen a la Fase III (280-260 a. C.). Únicamente, las formas F1265, F2538 y F2686 se relacionan con la Fase IV, con una datación establecida entre el 265 y el 240 a. C., mientras que las formas F2783 y F2784 se encuentran presentes en todas las fases del GPS (320-210 a. C.). Las mismas consideraciones pueden hacerse respecto a las decoraciones documentadas. La mayor parte de los motivos estampillados y su composición decorativa pertenecen a la Fase III del GPS (ejemplares 9-10, 15-16, 24-30), fechada en el 280260 a. C., y únicamente el ejemplar 31 se asocia con seguridad a la Fase IV, datada entre el 265 y el 240 a. C. Por todo ello, teniendo en cuenta que no están documentadas formas ni decoraciones propias de la V Fase del GPS (datada entre el 240 a. C. y el 210 a. C.), que la mayoría de las formas pertenecen a las Fases I, II y III, con cronologías de 320 a. C. a 260 a. C., y que solo algunos pocos ejemplares pueden adscribirse a la Fase IV, fechada entre el 265 y el 240 a. C., se propone para este conjunto de cerámicas de barniz negro etrusco-laciales una cronología avanzada dentro de la segunda mitad del siglo iii a. C., en torno al 260-250 a. C. En cuanto a la cerámica común (14,12%), se distinguen varias categorías: ceramica depurata acroma (2,71%), pintada a bandas (1,93%) y cerámica común oxidada de tradición etrusco-lacial (9,48%). De la primera, formada en su mayoría por fragmentos indeterminados, destacan tres jarras con bordes de sección rectangular (Fig. 90, 43) que también se encuentran entre las formas de la ceramica depurata acroma pintada a bandas (Fig. 90, 44-45). A esta última producción se adscriben hasta 11 fragmentos indeterminados decorados con bandas de color rojizo o marrón y también con pintura diluida marrón y anaranjada, ya sea formando líneas onduladas sobre la superficie (Fig. 90, 46) o lisas (Fig. 90, 47). En lo que respecta a la cerámica común oxidada de tradición etrusco-lacial se cuenta con un borde de jarra rectangular similar a las formas en cerámica común depurada ya descritas, aunque de mayores dimensiones (Fig. 90, 48). Se trata con probabilidad del tipo Olcese B.II.1., un recipiente de almacenaje fechado en época republicana y, en concreto, 100
39
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M1046-239
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M1046-194
M1045-44
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M1045-63
M1045-62
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M1046-3
M1040-46
M1046-33
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M1046-8
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M1046-21-26
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55 M1040-45
M1040-44
0
5
Fig. 90. Materiales de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003: cerámica de barniz negro etrusco-lacial del Gruppo dei Piccoli Stampigli (39-41), lucerna de tipo magno-griego (42), ceramica depurata acroma (43), ceramica depurata acroma pintada (4447) y común oxidada de tradición etrusco-lacial (48-55).
101
similar a un ejemplar de Artena datado entre finales del siglo iv e inicios del siglo iii a. C. (Olcese, 2003: 93, tav. XXIV, n.º 3). También podrían estar destinados a la conservación de alimentos nueve fragmentos con un borde exvasado y reborde en banda (Fig. 90, 49-50). Otros nueve fragmentos se asocian a una forma de perfil carenado con borde liso e inclinado (Fig. 90, 51-52). En cuanto a los barreños o morteros se documenta una pieza con borde moldurado de tipo Olcese C.I.1. (Fig. 90, 53), que esta autora fecha entre los siglos iv y iii a. C. (Olcese, 2003: 100-101, tav. XXXIV, n.º 12) y otro en pasta más tosca y con borde trapezoidal Olcese C.I.4. tipo 5 (Fig. 90, 54) fechado igualmente entre finales del siglo iv a. C. y la segunda mitad del siglo iii a. C. (Olcese, 2003: 102103, tav. XXVII, n.º 3). También en pasta grosera y con paredes muy gruesas se registra un recipiente de borde vuelto que pudo pertenecer a un dolium (Fig. 90, 55). La cerámica de cocina posee un peso muy destacado en el contexto (50,87%), dominado por la cerámica a torno de tradición etrusco-lacial (46,03%) y en menor medida por las producciones de cocina del área campana (4,84%). Dentro de las primeras la forma más abundante es, con hasta 107 fragmentos, la olla ovoide con labio exvasado y fondo plano, un modelo típico de época republicana que hunde sus raíces en época arcaica. Se distinguen al menos dos variantes de esta forma: las más antiguas pertenecen al tipo Olcese A.III.1., con borde liso (Fig. 91, 56-59) y se fechan entre los siglos iv y iii a. C. De manera coetánea se empieza a desarrollar un labio más saliente (Fig. 91, 60) que dará pie a la olla Olcese A.III. tipo 2 con un borde almendrado (Fig. 91, 61-65), característica también de los siglos iv y iii a. C., aunque puede perdurar hasta el siglo i a. C. (Olcese, 2003: 78-80). También se documenta un ejemplar de borde cuadrangular (Fig. 91, 66) y numerosos fondos planos, diseñados para ser colocados entre las brasas, que pueden adscribirse a cualquiera de las variantes anteriores (Fig. 91, 67-69). Completan el repertorio una serie de tapaderas de borde liso y dotadas de un asidero trapezoidal, con paredes rectilíneas que también pueden curvarse ofreciendo un perfil más cóncavo (Fig. 91, 70-71 y Fig. 92, 72-77). Se trata de piezas de diámetro variable, similares a la variante Olcese A.V. tipo 1, documentadas con seguridad a partir del siglo iii a. C. y cuya presencia puede prolongarse hasta finales de época republicana (Olcese, 2003: 88). Por último, destacan dos bordes de visera que corresponden en realidad a clibani. El clibanus es una forma culinaria típica de la cocina centro itálica que consiste en una gran «campana» de cerámica que se recubre de brasas, retenidas en la visera, bajo la cual se cuecen los alimentos (Olcese, 2003: 88-89). Los dos fragmentos conservados parecen pertenecer, en función de la profundidad y la apertura de la visera, a la forma
Olcese A.IV. tipo 1 (Fig. 92, 78) y Olcese A.IV. tipo 2 (Fig. 92, 79), respectivamente. La primera se fecha entre finales del siglo iv y la segunda mitad del siglo iii a. C., y la segunda a mediados del siglo iii a. C. (Olcese, 2003: 88, tav. XVII, n.º 1 y 2). En cuanto a las producciones de cocina del área campana, la forma predominante es la cazuela con engobe rojo interno. Se registran hasta 25 fragmentos de lopades Olcese A.IV. tipo 1. Poseen un cuerpo achatado y carenado, dotado de un perfil exvasado que acaba en un borde redondeado con tendencia a caer al exterior que además presenta una ranura interna para la inserción de la tapa (Fig. 92, 80-83). En algunos ejemplares el resalte interno sobrepasa la boca del recipiente (Fig. 92, 84), mientras que en otros el borde es apuntado, menos prominente (Fig. 92, 85). En general la forma se fecha entre finales del siglo iv a. C. y el siglo iii a. C., si bien puede perdurar en los contextos hasta el siglo ii a. C. (Olcese, 2003: 85). Con un porcentaje del 0,77%, sorprende la escasez de ánforas en el conjunto, donde se registran dos fragmentos de contenedores greco-itálicos, un fondo apuntado y hueco de ánfora púnica norteafricana (Fig. 92, 86) y un asa de una pasta atípica de difícil identificación (Fig. 92, 87). La cerámica constructiva representa el 5,61% del contexto y está formada por 29 fragmentos de tegulae e imbrices. Por último, se documenta una aguja de hueso trabajado que no aporta mayores precisiones cronológicas al conjunto. Las dataciones proporcionadas por las producciones y formas de cerámica común y de cocina se ajustan también a la cronología del conjunto de vajillas de barniz negro del GPS que se sitúa en un momento avanzado de la segunda mitad del siglo iii a. C., en el decenio 260-250 a. C. Son formas con una vida muy prolongada que se desarrollaron principalmente a partir de finales del siglo iv y durante la primera mitad del siglo iii a. C., como las ollas Olcese A.III.1. y 2., las lopades Olcese A.IV. tipo 1, algunos ejemplares de clibani e incluso barreños/morteros como los tipos Olcese C.I.1. y 5., perdurando, sin embargo, durante la segunda mitad del siglo iii a. C. e, incluso, algunas de ellas en el siglo ii a. C. El resto de producciones cerámicas no aportan ninguna precisión. Por todo ello, la datación de estos estratos, procedentes de basureros de la ciudad y relacionados con la construcción del muro M1003, debe situarse entre el 260 y el 250 a. C. En este momento se realizaría la adecuación de la plataforma de la terraza superior donde se construiría la gran plaza pública o foro de la ciudad de Tusculum, sustentada por impresionantes muros de contención en opera quadrata, que en el caso de M1003 superaría, en algunos de sus tramos, 10 metros de altura. 102
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M1040-84
M1040-79
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M1040-80
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M1046-116
M1046-103
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M1040-105
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0
5
Fig. 91. Materiales de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003: cerámica de cocina a torno de tradición etruscolacial (56-71).
103
72 M1040-64
74
M1045-106
M1046-51
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M1040-65
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M1046-41
M1046-52
81 M1040-55
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M1040-57
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M1046-40
M1040-53
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M1040-127
0
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5
Fig. 92. Materiales de los estratos constructivos del muro de aterrazamiento M1003: cerámica de cocina a torno de tradición etruscolacial (72-79), cerámica de cocina campana (80-85) y ánforas (86-87).
104
6.3. El muro de aparejo poligonal (siglo iii a. C.)
excavación (Fig. 93). Del mismo modo, tampoco se conoce su anchura ni a qué estructura exacta pertenecería ya que la superficie superior del terreno donde se encuentra no ha sido excavada. No se puede afirmar, por tanto, si se trataría de un elemento exento, con una función de muro de aterrazamiento, o si formaría parte de algún tipo de bastión o torre de defensa que se adosaría al muro de opus quadratum (Fig. 94).
Al gran muro de aterrazamiento M1003 se le adosó posteriormente un muro de aparejo poligonal (UE M1006) situado por encima del nivel de la cubierta de la fuente arcaica. Se encuentra en el extremo oriental del sector, no habiéndose documentado toda su longitud, dado que parece que continúa fuera de los límites de la
Fig. 93. Vista del tramo conservado del muro de aparejo poligonal M1006. La hilada superior sobre el paramento original de grandes bloques forma parte de una refacción contemporánea (Tus-97-M258). 4
M1003
M1006
. .
.
.
.
.
.
. .
5
0
Fig. 94. Alzado del paramento del muro de aparejo poligonal M1006. La parte superior, en bloques de tufo gris, no ha sido representada dado que se trata de una restitución contemporánea.
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La longitud documentada del muro es de 5,10 m, con una altura de 3,00 m en el extremo sur, junto a M1003, y de 1,20 m en el extremo norte. Está construido con grandes bloques de tufo de dimensiones variables (1,20 por 1,20, 1,20 por 0,80, 1,10 por 0,60, 0,80 por 0,50 m, por poner unos ejemplos), de forma poligonal irregular, trabados en seco, sin ningún tipo de cal ni mortero y con algunos pequeños ripios para facilitar el encaje de los bloques (Fig. 95). Presenta en la parte superior dos hiladas irregulares, de 0,90 m de altura total, formadas por elementos de tufo gris reutilizados (UE M1007) que no pertenecen a la estructura original. Se trata de una actuación
Fig. 95. Detalle constructivo del muro de aparejo poligonal M1006 (Tus-97-M317).
1
2 M1037-3
M1037-1
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M1037-27
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M1037-15
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M1037-12
M1037-11
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M1037-17
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12
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M1037-10
M1037-9
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M1037-5
M1037-13
M1037-14
18
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M1037-18
M1037-19 0
5
Fig. 96. Materiales procedentes del estrato de relleno de la trinchera constructiva del muro de aparejo poligonal M1037: cerámica etrusca de figuras rojas (1), barniz negro etrusco-lacial del Gruppo dei Piccoli Stampigli (2-8), común engobada (9-10) y cerámica de cocina a torno de tradición etrusco-lacial (11-19).
106
posterior, seguramente de época contemporánea, realizada para contener la tierra de la terraza más elevada. También G. Lugli se ocupó de este muro tusculano. Lo consideraba un «bastione addossato alle mura» encuadrable dentro de la «II maniera» de las construcciones en opus siliceum («opera poligonale») caracterizada por presentar «poligoni irregolari con rustico bugnato e interstizi riempiti con scaglie» (Lugli, 1957: 72 y 74). Más adelante, precisaba que se trataba de «un muro in opera poligonale della II maniera incipiente» formado por «blocchi male combacianti e con parte frontale appena sbozzata» y con una cronología que podría situarse en el siglo iv a. C., «se pure non si tratta di un’opera rustica molto più tarda» (Lugli, 1957: 164, fig. 16). Trabajos posteriores se han limitado a describir este muro como un «muraglione in opera poligonale di tufo rosso, oggi piuttosto sconnesso» (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 256, figs. 20 y 24, sito 6) sin precisar su funcionalidad y otorgándole una amplia cronología, anterior al siglo i a. C., entre los siglos iv y ii a. C., «e forse proprio nella fase intermedia di questi secoli per normale confronto struttivo» (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 258). Las excavaciones efectuadas en 1997, como se ha explicado, permitieron documentar la trinchera de construcción de este muro (UE M1036), que cortó un estrato contemporáneo a la edificación de la fuente arcaica y que la cubría a modo de túmulo (UE M1032). Una vez asentados los bloques inferiores de M1036, la trinchera se rellenó con un estrato (UE M1037) formado por tierra marrón muy suelta, con fragmentos de lascas y piedras, que contenía 133 fragmentos de cerámica, la mayoría indeterminados, cuyo NMI se reduce a 27 individuos. Predominan las producciones de vajilla de mesa y de cocina (9 individuos cada una), seguidas de los elementos constructivos (5), las cerámicas comunes (2) y, por último, la cerámica de impasto (1) y de almacenaje (1). El lote de vajilla fina está compuesto por un arranque de asa de una forma indeterminada de bucchero etrusco y un fragmento de pie de una copa de cerámica de figuras rojas de buena calidad posiblemente de producción etrusca (Fig. 96, 1). Entre la cerámica de barniz negro del Gruppo dei Piccoli Stampigli se documentan cuatro ejemplares del taller de Roma correspondientes a boles de la forma 2783 (Fig. 96, 2) y 2784 (Fig. 96, 3-4), así como un fondo de pie anular, con barniz de aspecto iridiscente y buena calidad, que presenta en su interior el extremo de una estampilla indeterminada (Fig. 96, 5). Con la forma Morel 2784 deben relacionarse también dos ejemplares más de otros talleres etrusco-laciales del GPS (Fig. 96, 6-7). Los boles F2783 y F2784 fueron fechados por Morel entre finales del siglo iv a. C. y
mediados del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 223-224), pero hoy se admite que perduran hasta finales del siglo iii a. C. (Dicocer 2/2001: 1161-1174), dado que están presentes en la Fase V del GPS, datada entre el 240 y el 210 a. C. (Stanco, 2009: 177). De hecho, en las excavaciones del santuario de Juno de la cercana ciudad de Gabii, la F2784 es la forma más numerosa durante la primera mitad del siglo iii a. C., teniendo una presencia importante en la segunda mitad de dicha centuria (Pérez Ballester, 2003: 41-43, figs. 30-32, 217-218). A la copa Morel 4252 de barniz negro etrusco-lacial pertenece un borde apuntado que conserva el arranque del asa (Fig. 96, 8), datada entre finales del siglo iv a. C. y las primeras décadas del siglo iii a. C. (Morel, 1981: 299), está todavía presente en la Fase III del GPS fechada entre el 280 y el 260 a. C. (Stanco, 2009: 176). La cerámica común está representada por una producción republicana de engobe rojo o rojizo marrón entre las que se incluye un cuenco con perfil ligeramente exvasado y carenado (Fig. 96, 9) y el pie de una posible copa (Fig. 96, 10). En cuanto a la cerámica de impasto a mano cuenta con un solo fragmento indeterminado de un gran recipiente con la superficie espatulada y decorado por un cordón con impresiones. Se trata de una producción que surge en época arcaica (Carafa, 1995) cuya presencia en el estrato es probablemente residual. Entre las categorías mayoritarias del contexto destaca la cerámica de cocina a torno de tradición etruscolacial, donde la olla de fondo plano y borde exvasado es la forma predominante. Se registran tipos con el labio almendrado como los de las ollas Gabii 2 (Fig. 96, 1112), ligeramente engrosado, como en el caso del tipo Gabii 3A (Fig. 96, 13), o simplemente redondeado, caso de las Gabii 3B (Fig. 96, 14-16). Se trata de formas que pertenecen a una misma familia, la de las Olcese A.III.1., donde las más antiguas serían las de borde simple (tipo 1 de Olcese) a partir de las cuales evolucionarían las de borde almendrado (tipo 2). La producción, que se documenta entre los siglos iv-iii a. C., puede perdurar en los contextos de consumo hasta época tardo-republicana (Olcese, 2003: 78-80). También hay un borde engrosado y de perfil cóncavo (Fig. 96, 17) que puede adscribirse, con ciertas reservas, a formas abiertas tipo sartén, más propias de los últimos siglos de la República (Olcese, 2003: 85-87). Completan el lote de las cerámicas de cocina dos tapaderas de borde simple (Fig. 96, 18-19). En lo que respecta a la cerámica de almacenaje, tan solo está representada por un fragmento de dolium de pasta rojizo-negruzca y en lo relativo a las cerámicas de construcción se registran dos fragmentos de tegulae y tres de imbrices. Por último, junto a las cerámicas conviene 107
señalar la presencia de algunos restos de fauna (6 fragmentos) y una docena de muestras antracológicas. El escaso material cerámico recuperado y las características del estrato en el que aparece (un relleno constructivo) hacen difícil plantear una cronología precisa. Junto a piezas con dataciones más antiguas y residuales en este contexto, como el bucchero etrusco, las cerámicas de figuras rojas o de impasto a mano, los ejemplares más modernos son los boles Morel 2783 y 2784 y la copa Morel 4252 de cerámica de barniz negro de producción etrusco-lacial (GPS). Estos tipos se documentan desde finales del siglo iv a. C. e inicios del siglo iii a. C., llegando las formas F2783 y F2784 hasta épocas más tempranas, como ilustra, por ejemplo, la fase 1B de la Tincu House de Gabii, donde continúan estando presentes en contextos de la segunda mitad del siglo iii a. C. e, incluso, de inicios del siglo ii a. C. (Ferrandes, 2016). También las formas de cocina como las ollas Olcese A.III.1. tipos 1 y 2, perduran hasta finales de la época republicana. Todo ello permite datar este conjunto cerámico de manera imprecisa dentro de la segunda mitad del siglo iii a. C. La construcción del muro de aparejo poligonal debe situarse, por tanto, en un momento posterior al 260250 a. C., fecha en la que fue edificado el muro de aterrazamiento en opera quadrata al cual se adosa, y anterior a inicios del siglo ii a. C., según los materiales cerámicos recuperados en el estrato M1037, datados en la segunda mitad del siglo iii a. C.
con ellos. Estos elementos sufrieron algunas reformas posteriores evidenciadas por otros tramos de muros (UE M1209 y M1220) realizados con el mismo material. No es posible identificar la planta y la funcionalidad de estas construcciones ni qué relación exacta mantuvieron con el edificio arcaico ni con el pozo circular, levantado también con bloques de tufo (UE M1223), que se hallaba justo delante de su puerta de acceso (Fig. 41). Los estratos relacionados con estas actuaciones proporcionan todos ellos materiales arqueológicos, muy escasos, de la facies cerámica del Lacio del siglo iii a. C., pero no permiten precisar su cronología dentro de esta centuria. Es tentador pensar que esta fase edilicia estuvo vinculada con la construcción del gran muro de aterrazamiento M1003, datado entre el 260 y 250 a. C., y con la posterior edificación del muro de aparejo poligonal M1006, fechado en un momento indeterminado de la segunda mitad del siglo iii a. C. Con posterioridad a estas intervenciones, todo el sector fue estructurado de nuevo y monumentalizado con la construcción de una serie de muros en opera quadrata que se prolongaban hacia el este, a lo largo de la vía enlosada (Fig. 77). Al tramo oriental de la fachada de la fuente arcaica (UE M1129), se le adosó un muro de sillares rectangulares de tufo (UE M1015), de 2,40 m de longitud, que giraba formando un ángulo con otro sector de muro (UE M1016), de 2,70 m longitud, el cual se unía a su vez con un gran lienzo de sillares M1017, donde se situaba la fuente de los ediles (Fig. 97). El muro M1017 presenta una longitud de 11,90 m, continuando hacia el este, bajo la zona que todavía no ha sido excavada. Se trata también de un muro de aterrazamiento y de contención del espacio situado en la plataforma superior de la ciudad y que a la vez delimitaba la calzada de acceso al conjunto foro-teatro (Fig. 98). Las relaciones estructurales que presentan estos tres elementos y su idéntica técnica constructiva demuestran que formaron parte de una misma fase edilicia. El estado de conservación de estas estructuras no es homogéneo. El muro M1017, pudo ser excavado hasta su base, conserva siete hiladas, con una altura de 3,20 m, presentando una ranura en la parte inferior de la tercera hilada, de las mismas características que la existente en las paredes de la fuente arcaica, con la finalidad de canalizar el agua hasta la fontana de los ediles (Fig. 35). El tramo M1016 presenta un estado de conservación deficiente, dado que parte de los sillares se encuentran desplazados y algunos de ellos caídos (Fig. 99). Se han conservado cuatro de sus hiladas, con una altura de 1,90 m, aunque es seguro que continuarían hasta un total de siete por debajo de la vía enlosada que se le adosa y que no ha podido ser excavada. En una de estas hiladas inferiores se prolongaría la acanaladura de
6.4. Las estructuras de la fuente de los ediles y el acceso exterior a la fuente arcaica 6.4.1. Los muros en opera quadrata En el espacio exterior situado delante de la fachada de la fuente arcaica no se ha podido documentar la existencia de ninguna estructura contemporánea a la misma. Como ya se ha descrito (vide capítulo 4.2.3), todo el sector estaba profundamente alterado por las intervenciones decimonónicas. En las escasas zonas intactas que se pudieron excavar los restos arquitectónicos y los estratos relacionados con ellas no tenían la suficiente entidad como para proporcionar conclusiones seguras sobre su naturaleza exacta. No obstante, los elementos y los niveles más antiguos documentados permiten afirmar que a lo largo del siglo iii a. C. hay una fuerte actividad constructiva en este sector. Así, aparecieron los restos de dos muros de bloques de tufo amarillo (UE M1208 y M1218) de una estructura indeterminada que se adosaba a la fachada de la fuente y un tercer muro de las mismas características (UE M1221) sin ninguna relación 108
4
M1016
M1015 = M1185 3
M1129 M1016 2
1
8
7
6
5
4
3
2
0
1
Fig. 97. Alzado de los muros M1015 y M1016 que forman el ángulo constructivo que se adosa a la fachada de la fuente arcaica (UE M1129 y M1130) y que se une al muro de opus quadratum de la fontana de los ediles (UE M1017). En la parte inferior de la tercera hilada del muro M1015 se observa la ranura (UE M1131) procedente del interior de la fuente donde se insertaría una canalización de conducción del agua.
5
M1017
M1065 M1068 0
5
M1020 10
Fig. 98. Alzado del tramo visible del muro M1017 que formaba un ángulo con el muro M1016 en su extremo occidental. En este punto, se ubicaba la pila de la fuente de los ediles (UE M1020). En toda su longitud, desde la fontana, se le adosaba el abrevadero contemporáneo M1065.
109
Fig. 99. Detalle del estado de conservación de la unión entre el muro M1016 y el muro M1017 donde se encuentra la fuente de los ediles. Los bloques de M1016 están desplazados y algunos de ellos se han caído (Tus-96-M126).
Fig. 100. Vista desde el norte del muro de opus quadratum M1017 donde se ubica la fuente de los ediles y de la vía enlosada que cruza el sector (Tus-98-M568).
110
Fig. 101. Detalle constructivo del muro de opus quadratum M1017 donde se aprecia la disposición de los sillares a soga y tizón, así como el almohadillado rústico de algunos bloques en la segunda hilada inferior (Tus-96-M96).
conducción del agua. El lienzo M1017 es el que presenta un mejor estado de conservación (Fig. 100). Son visibles seis hiladas, con una altura de 2,60 m, aunque no se puede afirmar si existirían otras inferiores, debido a que se le adosa el abrevadero de época contemporánea (UE M1065) y la gran estructura de opus caementicium M1084, sobre la que está construido este último. En el extremo occidental del muro, a 1,45 m de distancia del ángulo creado con M1016, se instaló la pila de la fuente de los ediles (UE M1020). En ella caería el agua a través de un surtidor, de forma cuadrangular y de características desconocidas, encastrado en los sillares de la primera y segunda hilada del muro. El agua llegaría a través de una canalización, no documentada, inserta en la ranura situada en los sillares de los muros ya citados y que entraría por la parte interior de M1017, en el pequeño tramo existente entre el ángulo con M1016 y la boca de la fuente. Estos muros están construidos con bloques rectangulares de tufo de buena factura, cogidos en seco, con una longitud que oscila entre 0,80 y 2,20 m, una altura entre 0,40 y 0,45 m y una anchura en torno a los 0,40 m. Los sillares están colocados en hiladas regulares, con una distribución a soga y tizón, que algunas veces alterna con un bloque a tizón y otras, con dos (Fig. 101). Es interesante señalar que la segunda hilada inferior de M1015 (y seguramente también de M1016) está constituida por sillares dispuestos solo a tizón. Lo mismo ocurre con M1017, donde el tramo mayoritario de su segunda hilada está construido con bloques a tizón, presentando además algunos de ellos un almohadillado rústico. Para la datación de M1017 se han utilizado los mismos argumentos de tipo constructivo que los vistos para
el muro de aparejo poligonal M1006, situándolo entre los siglos iv y ii a. C., presumiblemente en el siglo iii a. C., y señalando que «termine post quem non, per la datazione di quest’ultimo muro, sembra costituito dal fatto che gli si addosa la fontana con l’iscrizione degli edili, da riportare agli anni intorno al 60 a. C.» (Quilici y Quilici Gigli, 1993: 256 y 258). Las únicas evidencias estratigráficas relacionadas con la construcción de M1015, M1016 y M1017 proceden del sector exterior de la fuente arcaica. Aquí, en una zona muy limitada, se pudo apreciar cómo para la ejecución de M1015 (vide capítulo 4.2.3) se cortó un estrato con cerámicas del siglo iii a. C. (UE M1199) y que, posteriormente a su edificación, se adosó a la primera hilada del mismo un nivel (UE M1198) que debe ser datado en la primera mitad del siglo i a. C., por la presencia de cerámicas de barniz negro derivadas de la Campaniense B. Aunque las pruebas sean escasas, llevan a pensar que toda esta sistematización fue realizada cuando se construyó la fuente de los ediles y que no se limitó únicamente a la edificación de los muros en opera quadrata. 6.4.2. Las construcciones en opus reticulatum y opus caementicium Tanto en la parte exterior de la fuente arcaica como en la zona ubicada delante del muro M1017 aparecieron unas potentes estructuras de opus caementicium, con paramentos exteriores en opera reticulata, que deben ponerse en relación con diferentes sistemas de la gestión del agua del sector. Por una parte, delante de la fuente arcaica, y adosándose a ella, de forma paralela 111
Fig. 103. Elemento de una conducción de agua (UE M1075) que se encontraba en el interior de la pila de la fuente de los ediles tras haber sido retirado (Tus-98-M565).
La sistematización de la zona comportó dos actuaciones importantes respecto a la gestión hídrica. La primera, fue la creación de dos fuentes situadas al exterior del edificio arcaico: una justo delante del muro de fachada de este edificio y otra en el extremo occidental del muro de opus quadratum M1017 (la fuente de los ediles). El sistema utilizado para conducir el agua a los dos nuevos surtidores es idéntico y, por tanto, deben ser contemporáneos. A través de una canalización (de un material que no ha podido ser documentado) que se hallaba en una ranura excavada en la pared interior de todos los muros de la fuente arcaica (UE M1126, M1127, M1128 y M1129=M1130) y de los muros M1015 y M1016, el agua brotaría por dos bocas colocadas en el muro de fachada del edificio arcaico y en el paramento exterior de M1017 (Fig. 102). De la estructura de la primera fuente no hay más evidencias que la del muro en opus reticulatum relacionado con ella, ya comentado. De la segunda fuente, se ha conservado la pila monolítica donde se recogería el agua y que presentaba la inscripción de los ediles Quintus Coelius y Marcus Decumius en su cara externa. La segunda acción, es la construcción del complejo sistema de recogida y drenaje del agua de lluvia localizado delante del muro M1017, junto a la fontana de los ediles. No se ha podido determinar si todos los elementos que se incluyen dentro de este complejo hídrico (el pozo, las canalizaciones, los muros,..) son contemporáneos o bien pertenecen a fases edilicias diferentes, siendo la más moderna la que implicó la construcción de las estructuras de opus caementicium, momento en el que funcionaron todos conjuntamente. Es una obra de gran complejidad técnica cuyas características y articulación exacta no ha podido documentarse a tenor de los restos conservados. Estos sistemas de gestión del agua funcionaron con la ayuda de una serie de elementos complementarios (conducciones de piedra, tuberías de plomo o de
Fig. 102. Sección de las ranuras existentes (UE M1131 y M1154) en los muros M1126 y M1128 de la fuente arcaica semejantes a las documentadas en el resto de los paramentos del edificio arcaico y en el muro M1016 donde se alojaría una canalización que conduciría el agua a dos surtidores ubicados en el exterior de la misma.
al muro M1015, se construyó un muro con aparejo de opus reticulatum (UE M1188) que se apoyaba sobre una potente cimentación de opus caementicium (UE M1210), sobre la que descansaría también la pavimentación de la zona (Fig. 42). Con ella debe relacionarse la existencia del surtidor de una fuente que saldría por el tramo oeste de la fachada del edificio arcaico, a través de la ranura existente en la pared interna de este último. Un sistema del todo similar al que conducía el agua de la fuente arcaica a la fontana de los ediles. Este muro de opus reticulatum, rematado por un gran bloque de tufo, delimitó dos espacios: el de acceso al edificio arcaico, junto con el muro M1015, y el de acceso al punto donde se ubicaba el nuevo surtidor de agua, cuyo límite y planta completa se desconocen. Restos de otra cimentación en opus caementicium (UE M1222) aparecieron en esta zona, pero sin que se pueda concretar nada de ella. Por otra parte, en el sector de la fuente de los ediles ya se ha explicado que se levantó una potente estructura formada por dos muros de opus caementicium (UE M1084 y M1085), presentando un paramento de opus reticulatum en la cara vista que daba a la pila de los ediles. Esta construcción, que actuó de forma independiente a la fuente de los ediles, generó un espacio interior en el cual se encontraba un sistema de canalización y drenaje del agua de la zona que era conducida a un pozo ubicado al fondo del mismo (vide capítulo 4.4). 112
B’
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B
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0
1
Fig. 104. Planta, secciones y propuesta de funcionamiento del elemento de piedra (UE M1075) que se encontraba en el interior de la pila de los ediles y que formaría parte del sistema de conexión de dos tubos de conducción de agua desaparecidos.
cerámica, tapas de registro, piezas de sifones…) que no han sobrevivido en su mayoría al paso del tiempo. Por ello, es interesante señalar la aparición en el interior de la pila de los ediles de un elemento rectangular de piedra (UE M1075) que, con unas dimensiones de 0,60 por 0,40 m, ocupaba una gran parte de la superficie de la misma (Fig. 103). Este elemento presentaba una perforación central de forma cuadrangular en toda su longitud, un orificio transversal en una de sus caras laterales conectado a la anterior (formando una T) y, en la parte superior, unos rebajes circulares para facilitar acoplarse a otra pieza de las mismas características. Fue encontrado ya en las excavaciones de la primera mitad del siglo xix en el interior de la pila como puede apreciarse en los grabados y dibujos de la época (Figs. 16 y 20). Luigi Canina también lo vio y describió: «Si compone una tal fontana di una piccola vasca quadrata di pietra tusculana, entro la quale vedesi una pietra pure quadrata con un incavo tondo nel mezzo evidentemente fatto in tal modo per collocarvi sopra i vasi che si volevano riempire coll’acqua che sgorgava da uno sbocco praticato nella
parete, ove ora esiste un semplice buco» (Canina, 1841: 126). También Maurizio Borda le otorgó la misma función: la de apoyar los vasos para llenarlos de agua (Borda, 1958: 24). Sin embargo, este elemento rectangular no forma parte del sistema originario de la fuente de los ediles. Las dos perforaciones que presenta, además, carecen de sentido para un elemento que solo tenía que servir de apoyo a los recipientes que iban a ser llenados de agua. Esta pieza debe tratarse de un elemento hidráulico de conexión en forma de T de dos tubos de conducción de agua (Fig. 104). En su sección longitudinal interior, se insertaría una cañería o tubo principal, que conectaría con una sección menor otro tubo transversal colocado en el orificio lateral de la pieza, que conduciría el agua a otro sistema de canalización, tal y como se ha documentado en paralelos semejantes de la ingeniería greco-romana (Hodge, 1992: 35, 317-320). Formaría parte, por tanto, de una canalización de piedra, constituida por el ensamblaje de numerosas piezas similares a ella, con la particularidad de que esta presentaría un elemento de reconducción del agua hacia otro conducto 113
menor. Sin duda, fue desmontada de su emplazamiento original y ubicada en el interior de la pila de los ediles en un momento indeterminado. Las evidencias estratigráficas para fechar estas intervenciones son muy escasas. La banqueta de fundación del muro de opus reticulatum M1188 estaba cubierta por un estrato (UE M1204) que proporcionó escasos materiales cerámicos fechados a partir de mediados del siglo ii a. C., sin mayores precisiones. El inicio del uso de paramentos de opus reticulatum se sitúa a partir de finales del siglo ii a. C. e inicios el siglo i a. C., con ejemplos bien datados en Roma, como en la reconstrucción del templo de la Magna Mater en el Palatino (110 a. C.), en la Casa dei Grifi también en el Palatino (100 a. C.), en los Horrea Galbana (100 a. C.) o en los Horti Lucalliani (63 a. C.) (Coarelli, 1977: 1-22; Torelli, 1980: 139-161). A esta cronología de finales del siglo ii a. C e inicios del siglo i a. C. se ajustaría también el sistema constructivo de los muros en opera quadrata (UE M1015, M1016 y M1017). Se trataría, por tanto, de una gran reforma constructiva de todo el sector que utilizó dos sistemas edilicios diferentes. Unos paramentos de opera quadrata para la monumentalización de los espacios principales (el acceso a la fuente arcaica y la delimitación de la vía de acceso a la ciudad), y unas construcciones en opus reticulatum y caementicium, de menor entidad, que formaron parte de los diferentes sistemas de aprovisionamiento y de drenaje hídrico de toda la zona. La cronología de su construcción debe situarse en la primera mitad del siglo i a. C., que todavía puede precisarse más gracias a la inscripción de la fuente de los ediles Quintus Coelius y Marcus Decumius, datada hacia el 70 a. C., a la que se ajustarían las pocas evidencias estratigráficas detectadas con esta gran reforma y al uso de las técnicas edilicias descritas. Se trataría, por lo tanto, de una gran fase que se puede situar entre los años 80 y 70 a. C. Es significativo también constatar que todas las estructuras descritas estuvieron en uso junto con la vía de pequeñas losas basálticas que se encuentra por debajo de la calzada visible en la actualidad. El nivel de circulación de la base de la pila de la fuente de los ediles, del paramento de opus reticulatum M1079 que forraba el ángulo formado por los muros de opus caementicium M1084 y M1085, del muro de opus reticulatum M1211 y del muro de opus quadratum M1185, está siempre relacionado con la cota de uso de la vía de las pequeñas losas que aparece en todas las zonas excavadas. Es evidente por tanto que todas ellas funcionaron contemporáneamente. El momento de inutilización de todas las construcciones mencionadas, ha podido ser determinado gracias a la colmatación del sistema de drenaje situado en la fuente de los ediles formado por los muros de opus
caementicium M1084 y M1085 y el sector de la vía que se encontraba junto a ellos. 6.4.3. La cronología de la colmatación de las estructuras Las estructuras descritas fueron obliteradas por un potente estrato de relleno que se dividió en la excavación en diferentes unidades estratigráficas (UE M1086, M1090, M1091 y M1094). Corresponden todas ellas a una misma acción de relleno, como demuestra el hecho de que diversos fragmentos recuperados en las distintas UE pegan entre sí y han permitido recomponer los perfiles enteros de varias formas cerámicas (Fig. 105). Este relleno procede claramente de tierras de vertederos, de ubicación desconocida, que fueron trasladadas a este lugar para obliterar las estructuras hidráulicas. El Número Mínimo de Individuos (NMI) del vertedero asciende a 1004 piezas formadas principalmente por cerámica común (32,47%), un destacado porcentaje de lucernas (16,83%), cerámica de cocina (15,24%), cerámica fina (14,04%), ánforas (9,16%) y algunos elementos cerámicos de construcción (1,29%). Asimismo, se detectan otros materiales: metal (bronce y hierro, 7,77%), vidrio y pasta de vidrio (1,90%), un porcentaje apenas anecdótico de hueso trabajado (0,40%) y un interesante conjunto de 9 monedas que suponen el 0,90% restante (Fig. 106). La naturaleza del basurero queda de manifiesto también por la importante presencia de huesos de macrofauna terrestre (más de 800 fragmentos, algunos con marcas de cortes), algo de malacofauna e ictiofauna y abundantes restos de pintura mural, enlucidos, pavimentos y placas de revestimiento marmóreas, ninguno de los cuales ha sido incluido en el cómputo global. Hay que señalar que la UE M1090 no contenía ningún tipo de material y que la UE M1094 solo ha proporcionado 43 fragmentos pertenecientes a un NMI de 19 piezas. Por ello, el estudio del conjunto cerámico se basa principalmente en las UES M1086 y M1091. Cerámica fina El depósito de la fuente de los ediles estaba compuesto por un importante lote de vajilla de mesa (14,04%) formado en su práctica totalidad por Terra Sigillata Itálica, a excepción de 10 fragmentos residuales de cronología más antigua de barniz negro y producciones etrusco-laciales tardo-republicanas (Fig. 107). Las formas de Sigillata parecen en su mayoría de procedencia centro-itálica, si bien no cabe descartar que alguna se adscriba a talleres regionales desconocidos de la zona 114
Fig. 105. Conjunto cerámico del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
marcado por una hendidura externa cerca del borde (Fig. 108, 2). Esta última presenta un sello de difícil lectura: QVI·AH, donde en la última letra cabe quizás ver la contracción TEI, siendo, por tanto, QVI·ATE(ius), del conocido Quintus Ateius. Se trata de dos piezas muy interesantes porque anteceden al que posteriormente será el popular plato Dragendorff 15/18 en Sigillata Gálica y su cronología se sitúa en torno a mediados del siglo i d. C., siendo de las más tardías del contexto. Les sigue un plato más pequeño, de borde apuntado y carena redondeada tipo Consp. 4.6.1 con el sello in planta pedis QVETI cuya lectura tampoco ha podido desarrollarse (Fig. 108, 3). El tipo se fecha en torno a época de Tiberio-Claudio. De época augustea se cuenta un cáliz Consp. R.5.1.1, presumiblemente de gran diámetro, del que solo se conserva el borde (Fig. 108, 4). Entre las formas más singulares destaca un cuenco de fondo plano y sin pie, de perfil curvo y borde ligeramente entrante que recuerda a la forma Consp. 9, aunque las paredes de este sean menos altas y apuntadas (Fig. 108, 5). Presenta el sello HILARVS, de aspecto circular y con el texto dividido en dos registros, habiéndose perdido parcialmente la letra A. Este alfarero, cuya producción se sitúa en la Italia central, estuvo activo entre el 20 a. C. y el 10 d. C. (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 251, n.º 953.3). También de época medio o tardo augustea destaca el fondo de un plato tipo Consp. 10
Fig. 106. Porcentajes de los materiales arqueológicos estudiados del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
del valle del Tíber o incluso de Ostia (Archer, 1997). En el conjunto se documentan varios perfiles completos y 16 piezas selladas, clasificadas según la tipología del Conspectus (Ettlinger et alii, 1990). Destacan dos platos carenados con perfil exvasado del tipo Consp. 3, uno que es posible adscribir a la variante Consp. 3.2.2 (Fig. 108, 1) y otro con perfil completo 115
Fig. 107. Conjunto de ejemplares de T.S. Itálica del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
u 11 (Fig. 108, 6), con un grafito en forma de K en la parte externa del fondo y, en su interior, el sello ASEST en una cartela cuadrada (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 251, n.º 953.3). El taller de A. Sestius se sitúa cronológicamente entre el 40 y el 10 a. C., siendo uno de los más antiguos del depósito de la fuente de los ediles. Otro de los platos que se conservan es el tipo Consp. 12.1.2 (Fig. 108, 7), marcado por un sinuoso perfil y caracterizado por los distintos tonos de color que presenta el engobe, que oscila del rojo al negro. Está sellado en su interior por C·FAST, en una cartela ligeramente rectangular donde el texto aparece enmarcado tanto en su parte superior como inferior por una hoja de palma. Se trata del alfarero C. Fastidienus, cuya producción se ha localizado en el taller de La Muette (Lyon), aunque también se hace extensiva a Italia central, fechándose entre el 15 y el 5 a. C. (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 221, n.º 807). Con dificultades se ha asociado a la forma Consp. 12 un fondo de plato con un sello in planta pedis parcialmente conservado de difícil lectura, en el que parece leerse, en dos registros: ] AMAN/ AS (Fig. 109, 8). Cabe hipotizar si no se trata de A. Manneius, alfarero aretino que produjo entre el 30 y el 70 d. C. y que posee diversos sellos similares al nuestro (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 272-273, n.º 1101). La forma apuntada del pie y su altura quizás permitan relacionarlo más con el tipo Consp. 20.4, uno de los platos más abundantes en contextos de mediados del siglo i d. C. En cuanto a las copas, cabe destacar un perfil completo de Consp. 14.1.1 con el sello ER o EIO en su interior, de lectura desconocida (Fig. 109, 9) y otra de la que solo se conserva el borde superior, de la variante Consp. 14.1.2 (Fig. 109, 10). La forma se fecha tradicionalmente entre
mediados y finales de la época de Augusto. Se documentan distintos bordes del plato Consp. 20.3 con decoración aplicada al exterior, típicos de época de Claudio, y otros lisos de la variante Consp. 20.4, característicos de las décadas centrales del siglo i d. C. Un ejemplar tipo Consp. 20.4.2 presenta el sello in planta pedis THA, donde la T y la H aparecen ligadas (Fig. 109, 11). De difícil lectura, podría pertenecer acaso al alfarero THAL( ), fechado en el siglo i d. C. y de posible origen pisano (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 432, n.º 2116). Propia de la primera mitad del siglo i d. C. es la copa Consp. 26.2.1 dotada de un pequeño pie, de paredes rectilíneas y con un perfil marcado por varias acanaladuras (Fig. 109, 12). En su interior posee un sello, FLOR, que pertenece al alfarero Florus. A este nombre se asocian sellos in planta pedis tanto de Italia central como del valle del Po, incluyendo otros de procedencia desconocida en una cartela rectangular más parecida a la del ejemplar de Tusculum (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 227, n.º 842). Continuando con la descripción de las piezas se documenta una copa con una acusada carena y borde saliente del tipo Consp. 27.1.1 (Fig. 109, 13) fechada entre época de Tiberio y Nerón. Más antiguas son las copas hemisféricas con moldura al exterior del tipo Consp. 33, de las que se cuentan fragmentos con decoración exterior a ruedecilla (Fig. 109, 14) y lisas. Entre estas últimas destaca un ejemplar Consp. 33.1.2 (Fig. 110, 15) con un sello in planta pedis en su interior de difícil lectura: (O) (?) RIOF. Aunque sea tentador asociar la firma a Mario, las primeras letras acaso ligadas, no se aprecian. Dentro de la familia de las copas hemisféricas con decoración a ruedecilla al exterior también se documentan algunos fragmentos de la forma Consp. 36.3.2 (Fig. 110, 16), característica de época tiberiana en adelante (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 116
1 M1086-2
2 M1086-24
3 M1086-4
M1086-61
4 5 M1086-103
6 M1091-7
7 M1091-6 0
Fig. 108. T.S. Itálica del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
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5
8 M1086-69
9
M1091-10
M1091-9
M1086-6
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11
12 M1086-102
13 M1086-37
M1086-32
14 0
Fig. 109. T.S. Itálica del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
118
5
114-115). Más tardía que la forma 36 es la Consp. 37.2, caracterizada por un borde saliente decorado a ruedecilla (Fig. 110, 17), usada desde mediados hasta finales del siglo i d. C. (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 116-117). Por último, conviene reseñar una serie de fragmentos sellados, pertenecientes mayoritariamente a fondos indeterminados. Sobre dos piezas dotadas de un pie de pequeño diámetro que pueden corresponder a copas, se documenta un sello minúsculo y difícilmente legible que interpretamos como MA/OT o ANI/OF (Fig. 110, 18) y otro circular en el que figura un asterisco de siete brazos acabados en círculos (Fig. 110, 19), una marca anepígrafa característica del cambio de Era (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 514). En cuanto a los fondos sin forma, se documenta un sello completo del alfarero centro-itálico Utilis, VTI/LIS F (Fig. 110, 20), fechado en las primeras dos décadas del siglo i d. C. (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 505, n.º 2532.2). Entre los sellos conservados parcialmente destacan dos fragmentos. En el primero se lee, en dos registros, …L…/·ANNI, acabado en una palma (Fig. 110, 21). Pertenecería al alfar augusteo de L. Annius, en Arezzo, en el que diversos esclavos firman en el registro superior, pudiendo pertenecer la única L conservada a nombres como Albanus, Hilarus o Phileros (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 100-101). El segundo se corresponde con el sello CELER (Fig. 110, 22), posiblemente in planta pedis, fechado entre el 20 a. C. y el 40 d. C. (Oxé, Comfort y Kenrick, 2000: 177, n.º 531.13). Por último, destaca un pequeño trozo de pared con decoración en relieve que conserva parcialmente la inscripción TI…, seguida de una letra desconocida de aspecto redondeado, probablemente una O o una C (Fig. 110, 23). A diferencia de los sellos, impresos, en este caso la leyenda formaría parte del molde con el que se fabricó la pieza, posiblemente un cáliz.
Entre los más antiguos destacan los vasos con carena baja, pie anular y decoración a ruedecilla de tipo Mayet 12, registrándose algunos de pared rectilínea del tipo Mayet 12 (n.º cat. 167) (Fig. 112, 24) y otros de perfil ligeramente exvasado (Fig. 112, 25). No poseen ningún tipo de engobe y se cuentan entre las formas más antiguas, propias de época augustea (Mayet, 1975: 50). En cuanto a las tazas, se encuentran algunas monoansadas con tendencia globular u ovoide y un pequeño labio orientado al exterior que podrían encuadrarse en la familia de las Mayet 20 (Fig. 112, 26-27). Se trata de tipos no engobados pero que presentan una superficie cenicienta debido al proceso de cocción. Se documentan a partir de época augustea y perduran hasta el siglo ii d. C., estando bien representados en contextos de mediados del siglo i d. C. (Cardarelli, 2013: 23-24, fig. 15-27). Dentro del conjunto de copas, destaca un ejemplar casi completo de la forma Mayet 25 (n.º cat. 213), caracterizado por estar dotado de una carena baja y dos asas (Fig. 112, 28). Recubierto por ambas caras de un engobe metalizado de color oscuro y un acabado arenoso, el tipo se fecha en época tiberiana (Mayet, 1975: 59). También es reseñable un unicum similar al tipo Mayet 29 o Marabini 38 (n.º cat. 198), de cuerpo semi esférico y pie anular, con cuerpo acanalado, dos asas con apliques plásticos y un labio exvasado y ligeramente moldurado al exterior (Fig. 112, 29). Se trata de una forma fabricada en una pasta muy depurada, de color beige, sin engobe y que recuerda a prototipos metálicos. Ejemplares de estas características aparecen, aunque de manera poco abundante, en contextos de época augustea en Cosa y Nápoles (Faga, 2008: 648-649, fig. 5.6). Entre las copas ápodas y de perfil semiesférico destacan varios individuos de las formas Mayet 33, con un pequeño labio redondeado hacia el interior, ligera decoración arenosa en el exterior y sin engobe (Fig. 112, 30) y Mayet 35, de perfil más achatado y sin labio diferenciado recubierta por un engobe oscuro metalizado y una profusa decoración de granos de arena en ambas superficies (Fig. 112, 31). La forma Mayet 33 y sus tipos afines se sitúan cronológicamente en las primeras décadas del siglo i d. C., como muestra un pecio augusteo-tiberiano de Nápoles (Iavarone y Stefanile, 2016: 103-104, tav. 4) al igual que la Mayet 35, bien fechada en época tiberio-claudiana (Mayet, 1975: 71). Por último, destacan algunos ejemplares similis a la forma Mayet 38 o 39, con un cuerpo ligeramente carenado aunque sin engobe ni decoración externa a la barbotina. Hay tipos sin asas y con un pequeño labio exvasado recubiertos por un profuso acabado arenoso tanto en su superficie interna como externa (Fig. 112, 32). Otros, sin borde diferenciado, presentan un perfil similar aunque más sinuoso en su tercio superior, además de estar dotados de asas (Fig. 112, 33). En general
Cerámica común Esta categoría, la más extensa del conjunto (32,47%), está formada por tres clases cerámicas: paredes finas (17,53%), ceramica depurata acroma (12,45%) y cerámica engobada de época alto-imperial (2,19%), a las que caben añadir dos pequeños fragmentos de ungüentario y dos incensarios (Fig. 111). Paredes finas El contexto de la fuente de los ediles ha permitido documentar un extenso repertorio de paredes finas (17,53%), que incluye vasos, tazas y copas con y sin asas, varios de cuyos perfiles han sido reconstruidos en su totalidad. 119
15 M1086-29
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M1086-31
M1086-40
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M1086-63
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M1086-94
M1091-21
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22 M1086-95
M1091-SN 0
Fig. 110. T.S. Itálica del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
120
5
Fig. 111. Algunos ejemplares de cerámica común y de cocina del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
estas formas aparecen en el Mediterráneo occidental en torno a época tiberio-claudiana, prolongándose hasta los Flavios (Mayet, 1975: 67 y 72-73).
el siglo ii d. C. (Olcese, 2003: 96). También destacan algunas jarras para almacenaje o servicio de mesa con borde exvasado y cuadrangular (Fig. 113, 39) y un cuenco con pico vertedor y un asa destinado a la preparación de los alimentos en frío (Fig. 113, 40).
Ceramica depurata acroma Bajo esta definición se engloba una producción regional del Lacio realizada a torno que se caracteriza por su pasta oxidada de color beige/amarillento, con pocas inclusiones y fractura rectilínea (Olcese, 2003; Pavolini, 2000). Entre las formas más abundantes del repertorio hallado en Tusculum (12,45%) destacan los barreños o grandes cuencos de borde vuelto y pie anular del tipo Olcese C.I. tipo 3. El borde suele adoptar diversas formas y en ocasiones presenta una acanaladura externa. Se documenta principalmente la variante a del tipo 3 (Fig. 113, 34-35), presente sobre todo en contextos desde el reinado de Augusto hasta época neroniana/flavia (Olcese, 2003: 102) y un borde de inspiración más antigua similar al tipo 1 (Fig. 113, 36). También se registra alguna botella monoansada de cuello troncocónico con cuerpo de tendencia globular ligeramente carenado y pie anular Olcese B.III. tipo 1 (Fig. 113, 37-38). Estas lagoenae se documentan en contextos situados entre época tardo-republicana y época flavia, si bien pueden perdurar con variantes hasta
Cerámica engobada alto-imperial Por último, cabe señalar la limitada presencia (2,19%) de unas piezas que parecen estar producidas con las mismas arcillas pero que presentan engobe. Destaca un fragmento indeterminado con diversas líneas de pintura roja en la superficie (Fig. 113, 41) que podría corresponderse con jarritas pintadas de época alto-imperial (Quercia, 2008: 217). Incensarios Dentro de la cerámica común itálica existe otra categoría con las mismas características que la cerámica de cocina regional, diseñada para resistir la acción del fuego. Está representada de manera anecdótica por dos incensarios, uno de pequeñas dimensiones y otro grande (Olcese, 2003: 91), que los colegas italianos clasifican 121
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26 M1086/1091-132+327
M1091-127
M1091-126+137
M1086-302
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M1086/1091-118+287
30
29 M1086-293
M1091-128+131+138
M1086-236
33
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31
M1086-314
M1086-266
0
5
Fig. 112. Cerámica de paredes finas del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
junto con la ceramica da fuoco, puesto que reciben brasas en su interior, a pesar de que no se empleasen para cocinar. El primero se adscribe a la forma con «orlo estroflesso» Olcese A.VI. tipo 1, tiene la pared y el pie troncocónicos y una acentuada carena a mitad del cuerpo marcada por una moldura con digitaciones (Fig. 113, 42). Del segundo solo se conserva la parte superior, de tendencia semiesférica y caracterizada también por tres líneas de digitaciones y una prominente carena (Fig. 113, 43). Su presencia en los contextos laciales se atestigua desde finales de época republicana (Quercia, 2008: 205206). Un lote de incensarios Olcese A.VI. tipo 1 ha sido
recientemente hallado en el nivel de incendio neroniano del 64 d. C. en el interior de una taberna del área nororiental del Palatino, donde es posible que se vendieran (Cardarelli, 2013: 38, fig. 300-302). Cerámica de cocina El grupo de las cerámicas destinadas a ir al fuego (15,24%) está formado mayoritariamente por producciones itálicas. Entre las mismas predominan las de la región del Lacio (14,04%), mientras que un pequeño 122
34
M1086-459
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M1086-707
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M1086-458
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M1086-514
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0
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Fig. 113. Ceramica depurata acroma (34-40), cerámica engobada alto-imperial (41) e incensarios (42-43) de cerámica común del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
123
porcentaje de cazuelas de fondo plano y sus respectivas tapaderas sería originario de la región de Campania (1,20%). Solamente se cuenta un fragmento de cerámica africana de cocina.
exterior y un labio redondeado (Fig. 114, 53) que recuerda a algunos tipos presentes en contextos de mediados del siglo i d. C. (Cardarelli, 2013: 36-38, fig. 240). En cuanto a los caccabi, destacan varios ejemplares Olcese A.I.1. tipo 1a, de cuerpo abombado, cuello cilíndrico y borde caído al exterior o de tendencia rectilínea (Fig. 114, 54-55). Se trata de formas típicas de los siglos i-ii d. C., con amplia difusión entre época de Augusto y Trajano (Olcese, 2003: 74). La misma cronología se extiende a un ejemplar Olcese A.I.2. tipo 4, caracterizado por un borde más saliente y ligeramente curvo (Fig. 114, 56), producido en distintos puntos del Lacio entre los que cabría incluir las zonas situadas al Sur y Sureste de Roma (Olcese, 2003: 75-76).
Cerámica de cocina del Lacio Dentro de esta categoría se incluyen piezas procedentes probablemente de Roma y sus suburbios (Bertoldi, 2011), donde destacan talleres como el de La Celsa (Olcese, 2003: 9-13) y acaso también del entorno de la propia Tusculum, como denotarían las pastas volcánicas de algunos ejemplares, típicas de la zona (pendientes de ser analizadas arqueométricamente). En total suponen un 14,04% del contexto, en el que predominan las ollas y sus respectivas tapaderas. La forma por excelencia es la olla, que aparece en múltiples tamaños y variantes, pero manteniendo unas características comunes: un cuerpo ovoide y fondo plano, para colocar directamente entre las brasas. Los modelos más antiguos adoptan un perfil en S, con un estrangulamiento a la altura del cuello a partir del cual se desarrolla un borde exvasado. Se conservan ejemplares republicanos de pequeñas dimensiones con el labio ligeramente cuadrangular forma A.III.1. tipo 2 de Olcese (2003: 79-80) algunos de paredes muy finas que podrían confundirse con vasa potoria (Fig. 114, 44). También de tradición republicana se cuentan otras ollas como la A.III.2. tipo 3b (Olcese, 2003: 80-81), con un labio almendrado (Fig. 114, 45). La forma mejor representada en cualquier caso es la olla monoansada A.III.5. tipo 8, caracterizada por un perfil entrante con una moldura externa y un labio redondeado o apuntado hacia fuera (Fig. 114, 47-48 y 50-51). Se trata de una olla bien documentada en época flavia, aunque su producción, que se dio entre otros lugares en el taller de La Celsa, en la vía Flaminia, se inicia posiblemente a finales del siglo i a. C., estando presente en el pecio Dramont D, fechado entre 40-50 d. C. (Olcese, 2003: 83). Las diversas ollas se acompañan de sus respectivas tapaderas, que debido a su funcionalidad resultan más difícil de encuadrar cronológicamente, si bien se registra la forma A.V. tipo 3, propia de los siglos i-ii d. C. y producida también en La Celsa (Olcese, 2003: 90). Se trata de una tapadera de perfil troncocónico, con labio redondeado y un pomo irregular de tendencia cilíndrica (Fig. 114, 46 y 49). Entre las ollas menos frecuentes destaca un pequeño borde de la forma A.III.6. tipo 10, de perfil grueso y con un labio aplanado y cuadrangular (Fig. 114, 52), fechada entre época de Augusto y el siglo i d. C. de manera general (Olcese, 2003: 84). También es de señalar un ejemplar con un perfil sinuoso, caracterizado por una potente moldura al
Cerámica de cocina de Campania Dentro de la cerámica de cocina itálica se documentan una serie de cazuelas de fondo plano y sus respectivas tapaderas (1,20%) con la típica pasta del área campana, marrón-anaranjadas y ricas en piroxenos y otras partículas volcánicas. Tan solo un ejemplar posee restos de engobe rojo pompeyano en su interior. Se trata de formas características de Campania, si bien también se produjeron, aunque en menor medida, en el Lacio (Olcese, 2003: 42). A este grupo cabe añadir otras piezas, menos frecuentes y con pastas ricas en inclusiones volcánicas, entre las que destaca un caccabus de cuerpo abombado y grandes dimensiones (Fig. 115, 57). La forma remite al tipo 2211 (variantes a-e) de Di Giovanni (1996: 82-85), presente en contextos de Nápoles de época julio-claudia y abundante en el área vesubiana, si bien no cabe descartar que su producción pueda ser tusculana. En cuanto a las cazuelas de fondo plano y borde bífido (Bats 6c) se conservan dos perfiles completos que no presentan en su interior el engobe rojo que también puede documentarse en estos tipos (Fig. 115, 58-59). Los ejemplares más antiguos de la forma aparecen en las estratigrafías de Italia central entre época de Augusto y mediados del siglo i d. C., donde perduran hasta la primera mitad del siglo ii d. C. (Di Giovanni, 1996: 78-79; Bats, 1988: 68-69). También se documentan tapaderas con borde engrosado (Bats 7c), caracterizadas por poseer un perfil muy achatado (Fig. 115, 60-61). Se trata de formas cuya producción arranca en época republicana, prolongándose su difusión durante los primeros siglos del Imperio (Di Giovanni, 1996: 97). Cerámica de cocina africana Entre las producciones africanas de cocina destaca un único fragmento de cazuela, una carena (Fig. 115, 62), 124
46
M1086-559
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0
Fig. 114. Cerámica de cocina del Lacio del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
125
5
producida en la categoría CA, característica del área de Cartago, y que podría corresponderse con el tipo Ostia II, 312 (Atlante I, 1981: 212-213). Se trata de una forma que comienza a distribuirse en época tiberiana y que evolucionará a partir de los Flavios, alcanzando desde ese momento una importante difusión en los contextos del Occidente mediterráneo (Aquilué, 1985: 211).
(Bailey, 1980: 204-206), se conserva un fragmento con el exterior del disco decorado por ovas, del que arranca una voluta muy pronunciada (Fig. 116, 71), mientras que del tipo Bailey D (grupos v-vii) se conservan varias asas plásticas con forma de cuarto de luna (Fig. 116, 72), una de ellas decorada con círculos concéntricos (Fig. 116, 73). La cronología de estas últimas se sitúa generalmente a partir del reinado de Claudio, si bien también se han documentado algunos ejemplares que podrían fecharse en la primera mitad del siglo i d. C. (Bailey, 1980: 213-218). Aunque las asas plásticas aparecen de manera mayoritaria en la forma Bailey D, también pudieron adornar los tipos Bailey H, L y O, por lo que a veces se agrupan conjuntamente (Bailey, 1980: 217). Asimismo, se documentan asas perforadas (incorporadas en el propio molde), que no surgen antes de época de Tiberio-Claudio. También se han hallado varios fragmentos del tipo Bailey G, caracterizado por sus asas laterales a modo de orejetas (Fig. 116, 74) y la peculiar unión del disco con la piquera (Fig. 116, 75). Se trata de una forma cuya producción no arranca antes de finales del gobierno de Claudio, perdurando hasta época de Trajano (Bailey, 1980: 233-234). Asimismo, se documenta una lucerna con forma de cabeza de buey perteneciente al tipo Bailey L (Fig. 116, 76) y fechada en la segunda mitad del siglo i d. C., (Bailey, 1980: 258-259, Q1141-1143). A este mismo tipo se podrían vincular las asas plásticas con forma de cuarto de luna antes mencionadas. Dentro del conjunto destacan tres fragmentos de Vogelkopflampen que acaso pudieron pertenecer al mismo individuo (Fig. 116, 77). Se trata de un tipo con pasta beige y sin engobe, dotado de una piquera ancha decorada por dos cabezas de ave que dan nombre a la tipología. Esta forma, de difusión regional, destinada al mercado itálico (con antiguas reminiscencias republicanas como la piquera en forma de espátula), tuvo en el Lacio uno de sus centros de producción (Pavolini, 1976-1977: 45-134). Su aparición tiene lugar a partir de mediados del siglo i a. C., siendo característica del siglo i d. C. y perdurando hasta inicios del siglo siguiente en una versión evolucionada (tipo M de Bailey, 1980: 261-264). Es interesante reseñar el elevado número de lucernas de este tipo que fueron halladas, como ofrenda votiva, a escasos kilómetros de Tusculum, en el Santuario de Diana (lago de Nemi). En el Museo delle navi di Nemi se exponen decenas de ejemplares hallados en las excavaciones realizadas desde 1885 por Lord Saville hasta nuestros días, lo que permite plantear la existencia de un punto de producción de lucernas y otros elementos votivos (terracotas, exvotos, vasitos en miniatura) en las cercanías del santuario. Nuestro ejemplar tusculano parece poseer la misma pasta, depurada y de tonalidad clara, que las piezas de Nemi.
Lucernas Con 169 fragmentos las lucernas ocupan una posición muy destacada en el seno del contexto (16,83%) donde son la segunda categoría cerámica mejor representada. Si bien muchos fragmentos son indeterminados, ha sido posible documentar una importante variedad de tipos, todos ellos de procedencia itálica. Entre las formas más antiguas destaca un ejemplar de tradición republicana (Pavolini, 1987: 141-144, fig. 1) recubierto por un barniz oscuro casi negro y caracterizado por un depósito profundo y una marcada piquera en forma de pico de pato con un gran orificio de iluminación (Fig. 116, 63). Le siguen las primeras lucernas de volutas, del tipo Bailey A (grupo i), dotadas de una gran piquera triangular decorada con volutas simples (Fig. 116, 64-65) y cuya producción se sitúa entre época de Augusto y Tiberio (Bailey, 1980: 126-127). También las hay del tipo Bailey A (grupo ii), coetáneas a las anteriores pero que se diferencian de las mismas por no tener el disco unido al orificio de alimentación por un canal (Fig. 116, 66). La forma Bailey B, caracterizada por una piquera redondeada y más estrecha con dos volutas cortas a los lados, arranca en época ligeramente más tardía. Algunos ejemplares pueden vincularse al grupo iii de este tipo, fechado no antes de los años 30 del siglo i d. C. y cuya pervivencia se prolonga a lo largo de toda la centuria (Bailey, 1980: 172-173). Sería el caso de un ejemplar con un personaje masculino desnudo (¿alado?) con el brazo derecho extendido (Fig. 116, 67) y otro en el que se aprecian los pies de tres figuras humanas que avanzan hacia la izquierda (Fig. 116, 68). Algunos fragmentos de los que solo se conserva el disco se adscriben con dificultad a un tipo (Fig. 116, 69-70), aunque se pueden situar entre los primeros de la clasificación de Bailey (tipos A-D), fechados de la primera mitad del siglo i d. C. hasta inicios del reinado de Trajano. Entre los mismos figuran motivos iconográficos clásicos del repertorio de las lucernas alto-imperiales (cornucopias, el águila de Júpiter, pétalos,). Con mayor claridad se identifican varios ejemplares de la forma Bailey D, caracterizada por su piquera ojival y sobre todo la presencia de grandes asas plásticas decoradas. Del tipo Bailey D (grupo ii), fechado entre época de Augusto y Nerón 126
57
M1091-43
58 M1086-516
59 M1086-517
60 M1086-775
61 M1086-576
62 M1091-73 0
5
Fig. 115. Cerámica de cocina de Campania (57-61) y cerámica de cocina africana (62) del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
127
64
63 M1091-117
68
73 M1091-113
M1086-224
78 M1091-114
70
69 M1086-230
M1091-88
M1086-211
72
M1086-109
M1091-85
M1091-89
M1091-110
67
66
65
M1086-227
75
74 M1086-154
81
M1086-201
M1086-179
71
76 M1086-225
M1086-153
80
79
M1091-90
77 M1086-231+233
82 M1086-180
83 M1091-105 0
5
Fig. 116. Lucernas del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
Además de las lucernas de volutas hacen su aparición los primeros ejemplares de pico redondo, del tipo Bailey O (Fig. 116, 78), cuya producción se sitúa entre Claudio y el inicio de los Flavios (Bailey, 1980: 293-294), siendo una forma que perdurará durante los siglos siguientes, exportándose fuera de Italia. Se conserva una pieza de este tipo con doble piquera y cuerpo en forma de cuarto de luna recubierto por un engobe rojizo (Fig. 116, 79), de la misma cronología. También cabe destacar un asa propia
de ejemplares con dos o más orificios de iluminación destinados a ser suspendidos verticalmente (Fig. 116, 80) y que cuenta con un paralelo en un contexto de destrucción neroniano de Roma (Cardarelli, 2013: fig. 126). Por último, conviene reseñar tres fondos sellados pertenecientes a tipos indeterminados. Los dos primeros presentan marcas en relieve, impresas en el molde con el que se fabricaron las lucernas, y de cronología anterior a época flavia (Pavolini, 1987). Se documenta 128
un fondo con engobe anaranjado con la letra B (Fig. 116, 81), muy similar a la de un ejemplar hallado en Cartago con decoración erótica en el disco (Deneauve, 1969: 137, Pl. XI, n.º 485) perteneciente al tipo de volutas Bailey B (grupo iii), fechado entre los años 30 del siglo i d. C. y finales de dicha centuria. Sobre el otro fondo, recubierto de un engobe marrón oscuro, figura una letra Y (Fig. 116, 82). En el tercer fragmento se observa una firma incisa parcialmente conservada y de difícil lectura, formada por varias letras entre las que se distingue una M (Fig. 116, 83) y para el que no se han encontrado paralelos.
Ánforas de vino oriental Además del vino tarraconense se detecta en Tusculum el consumo, aún en pequeño porcentaje (0,50%, 5 fragmentos), de caldos de mayor calidad procedentes del Egeo oriental. Es el caso de varios bordes en pastas de color beige con inclusiones blancas que se pueden identificar con la forma Dressel 5, producida en la isla de Cos (Fig. 117, 87) y otros tipos similares que forman parte de las ánforas de tradición rodia de la familia de las Camulodunum 184, con una pasta rosada con pequeñas partículas blancas y negras (Fig. 117, 88), (Martin-Kilcher, 1994: Tafel 113127). Estos recipientes se producen entre época augustea y el siglo ii d. C. en la costa de Asia Menor y las islas cercanas y estaban destinados al transporte de un vino que era tratado con agua de mar a tenor de lo que relatan las fuentes (Rizzo, 2014: 315-318). Su consumo en Roma y otros centros de la península Itálica como Pompeya queda atestiguado, aún en modestas proporciones, desde época julio-claudia (Rizzo, 2003: 155-157).
Ánforas Los envases de transporte cuentan con una modesta representación del 9,16%, compuesta en su mayoría por fragmentos indeterminados (4,88%). Entre los que se han podido identificar destacan las producciones tarraconenses, que con 24 ejemplares suponen el 2,39% del total. El resto lo ocupan porcentajes menos significativos de ánforas béticas, orientales, africanas y regionales.
Ánforas africanas En cuanto al material de importación africano se cuentan dos fragmentos de ánfora de tradición púnica: el cuello de un ejemplar Ramon T-7.5.3.1 (Fig. 117, 89) y parte de una panza con la característica asa en orejeta que podría pertenecer al mismo individuo (Fig. 117, 90). Se trata de un tipo bien definido, con el cuello de perfil rectilíneo y un tanto oblicuo al exterior, rematado por un borde con un listel saliente y aplanado en su parte superior (Ramon, 1995: 217). La forma es originaria de la región tunecina de El Sahel (Africa proconsular) y también de Tripolitania y se vincula a la familia de las Van der Werff 2 (Martin-Kilcher, 1999: 414). Su producción se sitúa entre 150 a. C. y 100 d. C. y se cree que pudo contener vino o salazones (Bonifay, 2016: 597-598). En la zona central de Túnez la forma evolucionará hacia el tipo Schöne Mau XL, bien presente en contextos del siglo i d. C. (Panella, 2001: 207).
Ánforas tarraconenses Las ánforas hispanas están representadas exclusivamente por el tipo Dressel 2-4 de la Tarraconense (2,39%), caracterizado por su perfil grueso acabado en un borde redondeado, sus asas geminadas y sus pivotes macizos (López Mullor y Martín, 2006: 64-75). A los ejemplares con la pasta «clásica» rojizo-marronosa rica en cuarzo e inclusiones blancas (Fig. 117, 84-85), que podrían proceder del área de Tarraco, se añaden otros de color beige-amarillento en los que se aprecian partículas de cuarzo (Fig. 117, 86) y cuya fabricación cabe situar también en el entorno de la capital provincial o bien en el área de Barcelona (Martínez Ferreras, 2014). Por sus medidas y algunas características como el codo redondeado de las asas, cabría encuadrar los ejemplares de Tusculum entre los años 15-30 d. C., sobre la base de una reciente reclasificación tipológica en la que además se definen más adecuadamente como Dressel 3B (Berni, 2015: 197-199, fig. 8).
«Botes de garum» del Lacio Por último, entre los recipientes de transporte y almacenaje cabe incluir unos pequeños «botes» de la forma Ostia II, 401 (0,70%) clasificados hasta fecha reciente en nuestros inventarios como cerámica común pero que son en realidad «contenitori di salse di pesce» (Olcese, 2003: 94-95). Se trata de piezas con cuerpo piriforme y cuello estrangulado, dotadas de dos asas y pie anular (Fig. 117, 91-92). Poseen una pasta beige muy depurada, con
Ánforas béticas Cuatro fragmentos del tipo Haltern 70 y un asa de Dressel 20 y dos tapaderas circulares recortadas pertenecientes a esta forma confirman la llegada de vino y aceite béticos a Tusculum, si bien de forma casi anecdótica. 129
84
85
M1086-629+638 M1086-653
M1086-664
86 0
5
88
M1086-620
M1086-657
87
89
91 M1086/1091-373+30
M1086-662
92
M1086-374
90 M1086-663
94 M1091-76
93 M1086-478
Fig. 117. Ánforas de diversa procedencia (84-90), «botes de garum» del Lacio (91-93) y material constructivo (94) del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
130
inclusiones blancas y en ocasiones son visibles los restos de pez en su interior. Su principal contenido fue una salsa de pescado realizada a base de sardinas y otros pequeños peces que a veces se aderezaban con olivas y cebolla, como han demostrado los análisis de ictiofauna y los tituli picti presentes en algunos ejemplares (Djaoui, Piquès y Botte, 2014: 178-183). Se produjeron en Roma y su entorno, habiéndose hallado fallos de horno tanto en el taller de La Celsa y la colina del Gianicolo como en Sutri, en la provincia de Viterbo (Olcese, 2003: 94-95). Aunque se distribuyen principalmente en el Lacio, también aparecen en contextos portuarios y pecios del Mediterráneo occidental, lo que ha abierto el debate sobre si estaban destinados al consumo de los marineros o bien su comercialización fue más amplia. La forma surge en el siglo i a. C. y a medida que avanza hacia el siglo ii d. C. se hace cada vez más estilizada. Los ejemplares tusculanos pertenecen al tipo piriforme, considerado el más antiguo, y cuya aparición se sitúa en las primeras décadas del siglo i d. C. como refrendan diversos contextos (Djaoui, Piquès y Botte, 2014: 175-176). A las mencionadas piezas cabría añadir otro tipo muy similar, pero sin cuello estrangulado, que presenta un barniz negro en toda su superficie externa y parte del interior (Fig. 117, 93). De hecho, la forma de los recipientes para garum del Lacio también se reprodujo en el repertorio de la vajilla fina, tanto en cerámica vidriada (Cardarelli, 2013: figs. 122-123) como en Terra Sigillata Africana A (Djaoui, Piquès y Botte, 2014: 186). Si el ejemplar con barniz negro de Tusculum contuvo salsas de pescado es algo que, a falta de análisis de contenido, no se puede afirmar, si bien por el momento optamos por incluirlo entre los recipientes de transporte y almacenaje.
aportan interesantes matices cronológicos al conjunto. Destacan en primer lugar tres piezas de vidrio moldeado. La primera es un cuenco de costillas de color melado de la forma Isings 3c (Fig. 118, 95). Tanto el hecho de que las costillas aparezcan muy juntas y ocupando solamente la parte central de la pared externa, como su coloración, son características de época de Claudio (Sánchez de Prado, 2018: 68). La segunda, para la que no se conocen paralelos, es una forma esférica dotada de un cuello corto y redondeado, de un intenso color azul cobalto (Fig. 118, 96). La tercera pieza, también moldeada, es un cuenco de pequeñas dimensiones de vidrio millefiori en tonos azules, rojos, verdes y amarillos, predominando este último color (Fig. 118, 97). Pertenece a la forma Isings 5/AR5; presenta un perfil exvasado con labio rectilíneo y está dotado de pequeños apliques en forma de gancho (Sánchez de Prado, 2018: 56-57, fig. 33.3-4). La técnica del vidrio mosaico tiene su origen en Oriente en época helenística. Aunque se la considera una vajilla de lujo, a partir de época augustea conoce una mayor difusión debido a la implantación de talleres en Italia (Foy y Nenna, 2001: 71-73). En segundo lugar, entre las formas de vidrio soplado destaca una copa o bien un kantharos de color azulado (Fig. 118, 98) similar al tipo 38 de Isings (1957: 53-54) que remite igualmente a formas metálicas y cerámicas, como las grandes copas de Terra Sigillata Itálica propias de época augustea y la primera mitad del siglo i d. C. Por último, resulta especialmente interesante el hallazgo de una escoria de vidrio de color azulado-verdoso que supone la primera evidencia de esta actividad artesanal en Tusculum (Fig. 118, 99).
Material cerámico de construcción
Monedas
Las piezas de cerámica con función arquitectónica son muy escasas y constituyen apenas el 1,29% del contexto. A una tegula y algunas losetas de opus spicatum cabe sumar tres fragmentos de tubuli y dos posibles tuberías. Estas últimas son de sección circular y poseen una boca ligeramente más estrecha que el cuerpo, acabada en un borde rectilíneo, que facilitaría el entronque de las diversas piezas (Fig. 117, 94). Están fabricadas en una arcilla color beige-amarillento, presentan un acabado tosco y concreciones calcáreas en su interior, lo que parece reforzar su interpretación.
En el vertedero de la fuente de los ediles se recuperaron 9 monedas de bronce, legibles en su gran mayoría. A pesar de los problemas interpretativos que conlleva la incorporación de estos elementos al registro estratigráfico (Reece, 2011) su presencia permite matizar la cronología, ofreciendo un terminus post quem para su deposición. Las piezas halladas son las siguientes: 1.- Quadrans de Augusto (4 a. C.). Roma. R.I.C. I, n.º 218, p. 81 (Fig. 119, 100. Tus-98-M1086-751) Ø: 15,5 mm; grosor: 2,8 mm Anv.: III.VIR.A.A.A.F.F. Altar. Gráfila de puntos Rev.: L.V[ALERI]VS.CATVLLVS S C en el centro. Gráfila de puntos
Vidrio El material vítreo recuperado es escaso (1,90%), sin embargo, los tipos que han podido ser identificados 131
96 M1091-159
M1091-SN
95
99
97 M1086-750
M1086-717
98 M1091-SN
0
5
Fig. 118. Vidrios del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
2.- Quadrans de Augusto (5 a. C.). Roma. R.I.C. I, n.º 198, p. 80 (Fig. 119, 101. Tus-98-M1086-753) Ø: 16 mm; grosor: 2,2 mm Anv.: SIS[ENNA.APRO]NIVS.III.VIR. Altar. Gráfila de puntos Rev.: GALVS.MESSA[LLA.]A.A.A.F.F. S C en el centro
6.- As de Augusto divinizado. Acuñado por Tiberio (22/23-30 d. C). Roma. R.I.C. I, n.º 81, p. 99 (Fig. 119, 105. Tus-98-M1086-758) Ø: 27 mm; grosor: 2,5/3 mm Anv.: DIVVS.AVGVSTVS.PATER. Cabeza radiada de Augusto a izquierda. Gráfila de puntos Rev.: PROVIDENT Altar con dos puertas, entre S C. Gráfila de puntos
3.- Quadrans de Augusto (9 a. C.). Roma. R.I.C. I (2ª ed.), n.º 421, p. 4 (Fig. 119, 102. Tus-98-M1086-757) Ø: 17,5 mm; grosor: 2 mm Anv.: LAMIA.SILIVS.ANNIVS. Simpulum y lituus. Gráfila de puntos Rev.: III.VIR.A.A.A.F.F. S C en el centro. Gráfila de puntos
7.- As de Augusto divinizado. Acuñado por Tiberio (22/23-30 d. C). Roma. R.I.C. I, n.º 81, p. 99 (Fig. 119, 106. Tus-98-M1091-156; idéntica a M1086-758) Ø: 29 mm; grosor: 2 mm Anv.: DIVVS.AVGVSTVS.PATER. Cabeza radiada de Augusto a izquierda. Gráfila de puntos Rev.: PROVIDENT Altar con dos puertas, entre S C. Gráfila de puntos
4.- As de Tiberio acuñado durante el principado de Augusto. Roma (10-11 d. C.). R.I.C. I, n.º 220, p. 82 (Fig. 119, 103. Tus-98-M1086-767) Ø: 28 mm; grosor: 2mm Anv.: TI.CAESAR.AVGVST.F.IMPER[AT.V.] Cabeza desnuda de Tiberio a derecha Rev.: PONTIFEX.TRIB[VN.POT]ES[TATE.XII.] S C en el centro
8.- As. ¿Época republicana? Totalmente desgastado. Frustra (Tus-98-M1091-158) Ø: 31 mm; grosor: 4,5 mm 9.- As. Época imperial. Presenta una potente concreción de óxidos que no permite su clasificación (Tus-98-M1091-157) Ø: 28 mm; grosor: 2,5/3 mm Anv.: Cabeza de emperador a derecha Rev.: S C en el centro
5.- As de Augusto (11-12 d. C.). Roma. R.I.C. I, n.º 219, p. 82 (Fig. 119, 104. Tus-98-M1086-752) Ø: 28 mm; grosor: 2,2 mm Anv.: IMP.CAESAR.DIVI.F.[AVG]VSTVS.IMP.XX. Cabeza desnuda de Augusto a izquierda Rev.: PONTIF.MAXIM.TRIBVN.POT.XXXIIII. S C en el centro 132
100
101
M1086-751
M1086-753
103
M1086-767
M1086-758
102 M1086-757
104
M1086-752
105
106
M1091-156
3
0
109
107 M1086-754
M1086-773
108
110 M1086-766
M1086-769+764
Fig. 119. Monedas (100-106), objetos de bronce (107-109) y de hueso (110) del contexto de época de Claudio del sector de la fuente de los ediles.
133
la carga de esta nave aparecieron otras piezas, como un incensario y un bote de garum, también presentes en el basurero tusculano. En general, las ánforas halladas son bien conocidas en las estratigrafías itálicas de época julio-claudia y flavia y aportan pocos matices cronológicos (Ribera et alii, 2016), pero las lucernas permiten ajustar la fecha del contexto gracias a tipos como Bailey G, L y O, cuya producción no arranca, una vez más, antes de época de Claudio. El contexto es muy similar a otros fechados a mediados del siglo i d. C.; al citado caso del Dramont D, cabe sumar el de la casa de Ariadna en Pompeya (Bustamante et alii, 2011). Asimismo, ayuda a concretar la horquilla cronológica la ausencia notable de algunas producciones, como la Terra Sigillata Gálica, cuya presencia en el mercado itálico es prácticamente nula antes de época neroniana. Se trata de un fenómeno ya documentado, que pone además de manifiesto las aparentes dificultades de penetración de estas piezas más allá de la costa (Archer, 1994: 118-120). Contextos más tardíos, como los niveles de destrucción del centro de Roma ligados al incendio neroniano (64-68 d. C.), muestran la aparición anecdótica de estas piezas (Gualteri, 2013: 13-15), inexistentes en el vertedero tusculano. Todo ello nos lleva a fechar el conjunto en un momento avanzado del gobierno del emperador Claudio, a mediados del siglo i d. C., hacia los primeros años de la década de los 50. En cuanto a la composición del conjunto, cabe destacar algunos aspectos. En primer lugar, la presencia minoritaria pero significativa de productos alimenticios de procedencia diversa, entre los que se incluyen aceite y vino hispanos y salazones del Lacio. Estos últimos, envasados en recipientes de medianas dimensiones, serían más fáciles de transportar hasta una zona escarpada como Tusculum que las ánforas, dedicadas esencialmente al comercio marítimo. También es interesante reseñar que, junto a los vinos tarraconenses, mayoritarios, pero de peor calidad, se encontraban algunas ánforas de caldos orientales. La vajilla fina, íntegramente itálica, está formada por tipos del centro de la Península, pero también por otros desconocidos que parecen apuntar a sigillatas producidas en ámbito regional. De carácter regional son precisamente la mayoría de las piezas de cerámica común, abundantes en el Lacio, y con probabilidad las lucernas, que cuentan con una presencia muy alta en el contexto. También las que componen el menaje de cocina, aunque entre estas últimas se detectan algunas importaciones de Campania. No cabe descartar producciones propias en el entorno de Tusculum, rico en arcillas volcánicas. No existe prácticamente información sobre el artesanado local, si bien el hallazgo de una escoria de vidrio ha permitido documentar, por primera vez, la existencia de este tipo de actividad en la ciudad.
Objetos de metal Formaban parte del basurero diversos objetos de metal (7,77%) entre los que predomina el hierro (6,47%) y en especial los clavos realizados en este material (más de 60 ejemplares), a los que cabe sumar tres grapas. El bronce ocupa un porcentaje menor (1,29%) pero cuenta con mayor variedad de piezas y en mejor estado de conservación. Entre las más destacadas figuran un pequeño anillo doblado destinado a llevar una gema (Fig. 119, 107), un botón o aplique de bronce dorado y forma circular con espirales en su interior (Fig. 119, 108) y un recipiente de perfil troncocónico. Este último, de pequeñas dimensiones, fondo plano y paredes muy delgadas, se caracteriza por poseer un borde bífido (Fig. 119, 109). Completan el repertorio un clavo, una fíbula parcialmente conservada, una cadenita y un posible botón o trabilla. La cronología de estos elementos se vincula a la del resto del contexto. Hueso trabajado Por último, merecen una breve mención los objetos de hueso trabajado (0,40%) de los que solo se documentan cuatro fragmentos: dos agujas, un punzón y un posible aplique de pequeño tamaño con forma de estrella de cuatro puntas dotada de un orificio central y varios círculos concéntricos (Fig. 119, 110). A excepción de esta pieza, para la que no se conocen paralelos, el resto de objetos son de uso común en el mundo romano y presentan una cronología muy dilatada (Béal, 1983). Comentario del conjunto Gracias a la variedad y a la abundancia de piezas halladas, es posible fechar de manera ajustada la formación del vertedero de la fuente de los ediles de Tusculum. Las monedas más tardías fijan un terminus post quem no anterior a los primeros quince años del reinado de Tiberio, es decir, posterior al 30 d. C. Sin embargo, otras producciones desplazan esa cronología hacia mediados del siglo i d. C., ya en época del emperador Claudio I (4154 d. C.). Es el caso, por ejemplo, de la Terra Sigillata Itálica, algunas de cuyas formas (Conspectus 3, 12 o 37) no hacen su aparición antes del gobierno de Claudio, al igual que sucede con diferentes vasos de paredes finas (Mayet 38 o 39). También en este horizonte se sitúan formas de ceramica depurata acroma, como la lagoena Olcese B.III. tipo 1, y de cocina, entre las que destaca la olla monoansada A.III.5. tipo 8 de Olcese, todas ellas presentes en el pecio provenzal del Dramont D, hundido en torno al 40-50 d. C. (Joncheray, 1974). En 134
muy similares al de Tusculum se han hallado en Roma en contextos de época neroniana (Cardarelli, 2013: 34-35, fig. 181), en el taller romano de La Celsa y en Sutri en el tercer cuarto del siglo i d. C. (Olcese, 2003: 95-96, tav. XXVIII, n.º 5-7). Dos tapaderas realizadas con la misma pasta podrían corresponder al cierre de las formas descritas, una de perfil achatado (Fig. 120, 5) y otra con un ala horizontal y un pequeño encaje cilíndrico que actuaría más bien a modo de opérculo (Fig. 120, 6). Esta última, una Olcese B.V. tipo 2, es una forma de producción lacial (probablemente romana u ostiense) cuya difusión abarca desde los inicios de la época imperial hasta los Severos. El tipo encuentra paralelos muy similares en estratigrafías de Ostia fechados en época de Claudio (Olcese, 2003: 99, tav. XXXIII, n.º 5). En cerámica de cocina destaca un fragmento de olla Olcese A.III.2. tipo 3a, caracterizada por su borde almendrado (Fig. 120, 7). Esta forma se fecha entre los siglos ii a. C. y época augustea, si bien su pervivencia en estratos de época flavia ha llevado a plantear la posibilidad de que su producción abarque todo el siglo i d. C. (Olcese, 2003: 80-81, tav. VIII, n.º 3). Restos de fondos planos se vinculan también a esta pieza de tradición republicana que se colocaba directamente entre las brasas para cocinar (Fig. 120, 8-9). Asimismo, se documenta una tapadera de pasta marrón rojizo con nódulos grises y rojos y perfil achatado (Fig. 120, 10) que recuerda a formas campanas como el tipo Bats 7c, producido entre época republicana y el siglo ii d. C. (Di Giovanni, 1996: 97). Los fragmentos de lucernas son los mejor representados en este estrato, si bien son pocos los que pueden adscribirse a una forma concreta. Un fragmento de pasta beige con engobe de color marrón oscuro decorado con perlas en relieve sobre la margo pertenece al tipo Dressel 2 (Fig. 120, 11), fechado en la segunda mitad del siglo i a. C., si bien Pavolini sitúa su producción entre el 70 a. C. y el 15 d. C. (Pavolini, 1981: 162). Otra pieza de pasta beige y engobe anaranjado con decoración realizada a base de pequeñas incisiones sobre la margo podría identificarse con una Dressel 4 (Fig. 120, 12), una de las variantes más antiguas de las lucernas tipo Vogelkopflampen de cronología similar a la anterior (50/30 a. C.-15 d. C.). Decoración similar presenta un fragmento indeterminado y sin engobe que deja entrever el orificio de alimentación (Fig. 120, 13). También se conserva una piquera de difícil caracterización, con engobe marrón oscuro negruzco, que remite al horizonte de las producciones tardo-republicanas con pico en forma de espátula (Fig. 120, 14). Por último, destacan dos asas colocadas horizontalmente respecto al cuerpo de la lucerna, una situada casi en un ángulo de 90º (Fig. 120, 15) y otra más en línea con el disco (Fig. 120, 16). Se trata de piezas singulares para las que no se conocen
6.4.4. Un apunte final Hay que señalar, no obstante, que debajo de los rellenos de colmatación de época de Claudio, se documentó un estrato limpio y de escasa potencia formado directamente sobre las losas que actuaban a modo de tapa del sistema de drenaje de aguas (UE M1095). Fue individualizado por presentar una composición diferente a los niveles de relleno superiores. Sin embargo, la parte inferior de un estrato que está en contacto con una superficie compacta (un pavimento de losas de piedra o de opus signinum, por ejemplo) siempre presenta una naturaleza diferente debido a las alteraciones producidas por las filtraciones del agua de lluvia y su consiguiente sedimentación. Esta unidad estratigráfica proporcionó muy poco material cerámico, solo 52 fragmentos (de un total de 102 fragmentos arqueológicos recuperados) cuyo NMI se reduce a 22 ejemplares. Dentro del conjunto las categorías más abundantes son las lucernas y la cerámica común, que cuentan con 6 ejemplares cada una, seguidas de cerca por la cerámica de cocina (4 ejemplares) y las ánforas (3 ejemplares). El material constructivo cerámico está representado por 2 ejemplares y las vajillas de mesa por un único ejemplar. Además, aparecen dos fragmentos de hierro y otro de hueso trabajado. A todo ello cabe añadir 45 fragmentos de mortero con improntas de encañizado, uno de pavimento realizado en opus signinum y un hueso de macrofauna. La cerámica fina está representada por un cuenco casi completo de la forma Consp. 2.2.1 en Terra Sigillata Itálica, de perfil carenado y con un borde caído y de sección triangular (Fig. 120, 1), fechado entre el 15 y el 10 a. C. (Ettlinger et alii, 1990: 54-55). En cuanto a la cerámica común oxidada, destaca un recipiente de borde exvasado y apuntado, de pasta de color beige rosado con puntos de cal y desgrasante volcánico con restos de engobe blanco en la superficie (Fig. 120, 2). El perfil de la pieza, con un diámetro significativo (¿urna o recipiente de almacenaje?), recuerda a formas de tradición etrusco-lacial. El resto de piezas en cerámica común depurada corresponden a jarras o formas similares. Un asa estrecha y de aspecto redondeado podría pertenecer a un olpe monoansado (Fig. 120, 3), cuya producción fue muy abundante en el Lacio desde finales de época republicana en adelante, como ilustra el caso de Ostia (Pavolini, 2000). Especialmente interesante resulta una jarra Olcese B.II. tipo 7 con dos asas, cuello cilíndrico y borde de sección triangular y aplanado (Fig. 120, 4) cuyo cuerpo, con tendencia a ensancharse, podría interpretarse más bien como una anforetta o recipiente de transporte. Se trata de una forma bien conocida, fechada principalmente en el siglo i d. C., aunque no se descarta su perduración en el siglo ii d. C. Ejemplares 135
1
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M1095-1
M1095-13
M1095-11
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6 M1095-12
M1095-9
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M1095-14
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M1095-8
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M1095-7
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0
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Fig. 120. Materiales del estrato M1095 que cubría las losas del sistema de drenaje del sector de la fuente de los ediles: Terra Sigillata Itálica (1), cerámica común oxidada de tradición etrusco-lacial (2), ceramica depurata acroma (3-6), cerámica de cocina a torno de tradición etrusco-lacial (710), lucernas (11-16) y hueso trabajado (17).
paralelos, siendo las únicas formas que desarrollan asas en dicha posición las Vogelkopflampen más tardías (mediados del siglo i d. C.), si bien no son exactamente el mismo tipo, puesto que en ellas el asa forma parte del
cuerpo, no es un añadido plástico (Bailey, 1980: 261264, tipo M). Respecto a las categorías restantes, las ánforas tienen una presencia muy escasa, marcada por un asa de Dressel 136
2-4 en producción itálica, un fragmento indeterminado de ánfora bética cuya difusión comienza a finales de época republicana y un fragmento de asa de producción imprecisa. Los elementos cerámicos de construcción están representados por fragmentos de una tegula y un imbrex. Entre los materiales no cerámicos destacan dos clavos de hierro y un fragmento de hueso trabajado que pudo pertenecer a una cajita o pyxis (Béal, 1983: 79-83). Se trata de una pieza de aspecto cilíndrico, ligeramente troncocónico, con un pequeño borde saliente rectangular (Fig. 120, 17). La superficie externa está pulida y trabajada, si bien no así el interior, lo cual puede deberse a que la mayoría de estos recipientes se obtenían a partir de huesos largos de bóvidos cuya médula se vaciaba. Este material -por lo general tibias o metacarpos de vacuno- limitaba también las dimensiones del objeto, que no suele sobrepasar los 4 o 5 cm de diámetro. Aunque resulta difícil fechar este elemento, encuadra perfectamente en un contexto de época romana alto-imperial (Bertrand, 2008: 8). El contexto de la UE M1095 presenta cerámicas de tradición republicana como la lucerna Dressel 2 y las ollas de cocina de borde almendrado, así como una de las formas más antiguas en Terra Sigillata Itálica (Consp. 2.2.1), motivo por el cual en el informe preliminar se fechó en el último cuarto del siglo i a. C. (Dupré et alii, 1999b: 61). Sin embargo, la revisión de algunas formas en cerámica común como la jarra/anforetta Olcese B.II. tipo 7 y el opérculo Olcese B.V. tipo 2 permiten desplazar la cronología a un momento más avanzado del siglo i d. C.
Si bien es cierto que la escasez del material cerámico recuperado impide una interpretación más rotunda sobre si este nivel se formó en el mismo momento que la colmatación de las estructuras hidráulicas evidenciadas por los rellenos de época de Claudio o en unas décadas anteriores (en época de Augusto), la lógica funcional de la secuencia estratigráfica obliga a decantarse por la primera opción. Resulta difícil entender que todas estas estructuras, junto a la vía de acceso al sector monumental de la ciudad y a la fuente de los ediles, con una cota de uso dos metros por debajo de las mismas, fueran abandonadas en época augustea y permanecieran visibles en este estado de ruina (con la peligrosidad que debía suponer) durante casi 50 años, cuando se produce su colmatación definitiva. Resulta más coherente fechar la formación de este nivel en época de Claudio, tal y como avalan los escasos materiales comentados, aunque presenten un carácter residual importante y la composición orgánica del estrato sea distinta del relleno, razones que, por prudencia, han motivado este tratamiento diferenciado. La colmatación de todas estas edificaciones y la construcción de la nueva vía enlosada en época de Claudio provocaron un cambio significativo en la zona, aunque la mayor parte de sus estructuras más importantes (el edificio de la fuente arcaica, el muro de aterrazamiento de opus quadratum M1003, el muro de aparejo poligonal M1006 y los muros de sillares de opus quadratum M1015, M1016 y M1017) continuaron en funcionamiento manteniendo el paisaje urbano anterior.
137
Capítulo VII LA VÍA DE ACCESO
Uno de los elementos más representativos de todo el sector de la fuente de los ediles es el tramo de la vía o calle enlosada que partiendo desde la terraza ocupada por el foro descendía hacia el este, en dirección al monasterio eremita de Camaldoli, para unirse con la vía Labicana (Figs. 9, 12, 42, 53, 60 y 100). Ya en las primeras descripciones del siglo xix de Tusculum, como se ha comentado, el origen de este ramal se ubicaba en la «puerta de Camaldoli» o «Labicana», cuyas estructuras están actualmente desaparecidas y desde la cual se podía acceder a la plaza pública de la ciudad (Figs. 121-122). Partiendo de este punto, la calzada bajaba hacia la fuente arcaica y proseguía hasta los límites del recinto arqueológico visible hoy en día, a 8 m al este de la fontana de los ediles (Fig. 123). El tramo conservado (UE M1002=M1080) es de 38 m, con una anchura irregular que oscila entre 2 y 3 m, estando limitado, al sur, por todas las estructuras arquitectónicas existentes en el sector y, al norte, por la vegetación boscosa, donde la existencia de restos arqueológicos es desconocida. En este ramal de la vía Labicana se encontró en las excavaciones de inicios del siglo xix una columna miliaria con el número XV (milia passum), representada en las publicaciones de Luigi Rossini de 1826 (Fig. 16) y de Luigi Canina de 1841 (Fig. 19). Este miliario ya se encontraba perdido a inicios del siglo xx y no ha podido ser documentado con criterios actuales (Quilici y Quilici Gigli, 1990: 212).
El pavimento conservado de la vía estaba construido con grandes losas poligonales de basalto, de dimensiones irregulares, pero que pueden alcanzar los 0,90 m de longitud y los 0,60 m de ancho, y un grosor de 0,30 m. Se encuentran trabadas en seco, sin ningún tipo de mortero, y con pequeñas piedras del mismo material que se sitúan en los espacios existentes entre sus junturas (Fig. 126). No hay evidencias sobre los límites laterales del pavimento; tampoco sobre si sus losas se entregarían directamente a los muros de las estructuras arquitectónicas que se encontraban en la zona. El pavimento descansa sobre un estrato de preparación de tierra que, según los diferentes sectores excavados, tenía una potencia entre 0,60 m y 0,80 m. Se han podido recuperar algunos materiales cerámicos de este relleno constructivo, en pequeñas zonas donde parecía que no había sufrido alteraciones de época contemporánea, que se fechan en el período julio-claudio (vide capítulo 4.2.3). La cronología precisa del mismo, en época de Claudio, como se ha visto en el capítulo anterior, procede de los niveles de amortización de las estructuras existentes en el sector de la fuente de los ediles. La tipología de esta vía es la que aparece en todos los sectores excavados del yacimiento tusculano, siendo característica del entramado de calles de la ciudad. Así, por ejemplo, una configuración semejante presenta la calzada meridional de acceso al foro con una cronología
Fig. 121. Detalle de la lámina de las excavaciones de Tusculum de Luigi Rossini publicada en Le antichità dei contorni di Roma (1826: lám. LXXIII), en la cual se ha señalado con el número 17 la «puerta Labicana» y se ha dibujado el trazado de la vía enlosada que descendía hacia el este.
141
Fig. 122. Vista desde el este del tramo de la vía enlosada que daba acceso a la plataforma superior de la ciudad ocupada por el foro. Al fondo, se ubicaría la «puerta Labicana» o «de Camaldoli», actualmente desaparecida (Tus-97-M443).
imprecisa de época alto-imperial (Dupré et alii, 2002: 103-105; Núñez, 2014: 30-34) o la vía que conectaba por el norte la plaza pública con la acrópolis, pasando por debajo de la cávea del teatro, en la fase julio-claudia de remodelación de este último (Dupré et alii, 2002: 137-145). Cabe señalar que diversos sectores de esta calzada alto-imperial han sido restaurados en época contemporánea, como han evidenciado las secuencias estratigráficas y la documentación gráfica existente del siglo pasado (vide capítulo 4.4). La falta de información sobre los tramos restituidos y el mimetismo en la reproducción del pavimento, no permiten discernir las partes originales de las restauradas. Es posible que ya durante las intervenciones de Luigi Canina a partir del año 1825 se restituyera parte de esta calzada. En la imagen de la fuente arcaica publicada por Antonio Nibby en el año 1819 parece que la parte occidental de la vía se encontraba destruida (Fig. 13), aunque en todas las representaciones gráficas posteriores, la mayoría de ellas idealizadas, se ha dibujado como si estuviera intacta. Se sabe con seguridad, por otra parte, que algunos tramos de las calles enlosadas, de la misma técnica constructiva, que se encuentran en el foro fueron realizados por Luigi Canina con motivo de la visita efectuada a Tusculum por el Papa Gregorio XVI en el año 1839 (Dupré et alii, 1998: 53-55). De todos modos, es seguro que, al menos delante de la fuente de los ediles y posiblemente delante de la fuente arcaica, la restitución del pavimento fue realizada
Fig. 123. Vista desde el oeste del tramo final de la vía enlosada que se dirige fuera del recinto actual del yacimiento, en el sector de la fuente de los ediles (Tus-98-M675).
142
Fig. 124. Excavación en el exterior de la fuente arcaica en el año 2000. A la izquierda de la imagen y a una cota inferior de la vía enlosada actual, se observan los restos de la calzada anterior formada por pequeñas losas basálticas (Tus-00-M872).
durante los trabajos de adecuación efectuados por Maurizio Borda en 1952-1953 (Fig. 50). En estos años se ejecutó el trazado de la «strada nuova di Tuscolo» que enlazaba la ciudad de Frascati con el conjunto arqueológico con la voluntad de potenciar su visita y su puesta en valor. Las labores realizadas fueron ingentes: «In tempo relativamente breve, vale a dire dal maggio 1952 al giugno 1953, e stato snodato un nastro stradale della lungheza di 4 Km e 800 metri in condizioni di grande difficoltà, che resero necesario uno smottamento di circa 30.000 metri cubi di terra. Si sono costruiti 10.000 metri cubi di ossatura e massicciata, 1.500 metri cubi di muratura e calcestruzzo per ponticelle e scarpate e stesi 29.000 metri quadrati di bitumatura in settemilacinquecento giornale di lavoro» (Borda, 1953: 178). Dentro de este ambicioso proyecto se contemplaron también los trabajos de restauración de la fuente arcaica –uno de los edificios más simbólicos de Tusculum, y cuyo grafito del año 1953 fue realizado en la protección de mortero de su cubierta (Fig. 27)– y de la vía enlosada de su entorno. Las excavaciones han permitido constatar la existencia de una vía anterior que quedó amortizada y colmatada por la calzada de época de Claudio (Figs. 46, 47 y 77). Las evidencias de este primer enlosado son muy escasas dado que para su documentación hubiera sido
necesario desmontar el pavimento de la vía superior (Fig. 124). Aun así, pequeños restos del mismo aparecen en las excavaciones del sector exterior de la fuente arcaica (UE M1226, vide capítulo 4.2.3), del muro de aterrazamiento norte (UE M1059=1060, vide capítulo 4.3) y de la fuente de los ediles (M1083, vide capítulo 4.4). El pavimento de la vía está formado por pequeñas losas basálticas de color grisáceo, de forma más o menos cuadrangular (de 0,20 m de lado), que se encuentran ligeramente inclinadas y a una cota más baja que el borde que delimita la calzada (Figs. 125 y 126). Este margen lateral, de 0,45 m de ancho conservado, está formado también por adoquines del mismo material, rectangulares, con unas dimensiones de 0,40 m de longitud por 0,150,20 m de ancho. Las losas laterales pueden estar colocadas en dos hiladas paralelas (como ocurre en el sector exterior de la fuente arcaica) o en una sola hilada (como ocurre en el sector del muro de aterrazamiento norte), no sabiendo si esta diferencia forma parte del proyecto edilicio original o se debe a reparaciones puntuales posteriores. Hay que señalar también que en paralelo a la calzada corría una canalización de piezas tubulares de cerámica (UE M1089 y M1206), documentada únicamente en los sectores de las fuentes arcaica y de los ediles, cuya función precisa se desconoce, aunque es posible que 143
Fig. 125. Detalle de las losas de la vía de época tardo-republicana aparecida en las intervenciones del año 1997 junto al muro de aterrazamiento M1003 y debajo de la calzada enlosada actual (Tus-97-M479).
2
M1002 M1060
M1059
5
0
Fig. 126. Planta con la distribución de las losas de la vía tardo-republicana (UE M1059=1060) y la alto-imperial (UE M1002).
deba ponerse en relación con los trabajos previos de adecuación de la vía alto-imperial. De cualquier forma, es evidente que esta vía de pequeñas losas estuvo en uso, al menos, desde la primera mitad del siglo i a. C., funcionando a la misma cota de circulación que las estructuras de este periodo ubicadas frente a la fuente arcaica y a la fontana de los ediles. Su cronología precisa no ha podido ser determinada, razón por la cual es imposible inferir si es anterior a la fase constructiva datada hacia la década de los años setenta del siglo i a. C. o forma parte de la misma. Se sabe que la otra calzada que daba acceso a Tusculum por el sur, la vía
Latina, en funcionamiento desde mediados de época republicana, fue reformada en el año 127 a. C. por el cónsul L. Cornelius Cinna sin que sea posible aventurar una intervención similar en la vía Labicana (Wiseman, 1970: 139). Los enlosados más antiguos de la Latina estaban realizados con piedra caliza, material constructivo que no se utilizó más allá del siglo ii a. C. cuando fue substituido por el basalto (Quilici, 1991: 199-207; Thein, 2005: 150). Las evidencias arqueológicas demuestran que la cota de circulación del sector en época tardo-republicana, y en los siglos anteriores, se encontraba entre 0,80 y 1,00 m por debajo de la calzada alto-imperial (Fig. 127). 144
No ha sido posible determinar la existencia de una calzada anterior a la vía tardo-republicana, aunque es seguro que esta última fosilizó el trazado de un antiguo camino que discurriría junto a la fuente arcaica. Lo mismo sucedió con la calzada construida en época de Claudio que se superpuso al tramo tardo-republicano. En este caso, es evidente la intencionalidad de monumentalizar el acceso al conjunto foro-teatro y a la acrópolis de la ciudad desde el ramal procedente de la vía Labicana. Junto al potente enlosado alto-imperial, que debió mantenerse en uso durante varios siglos, se fueron levantando diversas edificaciones que no han podido ser identificadas con claridad. Algunas de estas estructuras, como es el caso del muro M1014 que corre paralelo al lienzo de aterrazamiento norte del foro, junto a la fuente arcaica, fueron ya descubiertas en las excavaciones decimonónicas y han sido documentadas de nuevo durante las intervenciones de los años 1996-2000. Sin embargo, las constantes actuaciones efectuadas en esta zona durante los siglos xix y xx no han permitido identificar el tipo de edificio al que pertenecerían ni precisar su cronología.
2
M1002
M1059
0
2
Fig. 127. Sección teórica donde se observa la diferencia entre la cota de circulación de la vía tardo-republicana (UE M1059) y la alto-imperial (UE M1002).
145
CONCLUSIONES
La importancia de las estructuras arquitectónicas existentes en el sector de la fuente arcaica viene condicionada por su situación junto a una de las vías ancestrales de acceso a la acrópolis de Tusculum, donde se concentran las evidencias más antiguas de la ocupación del asentamiento (siglos x-viii a. C.). A los pies de esta, la topografía del promontorio presentaba una planicie donde confluían, en su extremo occidental, dos antiguos caminos de trashumancia, procedentes de la vía Labicana, al norte, y de la vía Latina, al sur. Se cree que en este espacio se ubicó en época arcaica un mercado, probablemente de ganado, que fue ocupado más tarde por el foro medio-republicano y alto-imperial (Dupré, 2012: 800-801). La presencia en la plaza pública de una inscripción del siglo ii a. C. relacionada con el sacrificio de la decuma en honor de Hércules (Núñez y Dupré, 2000: 333-352) y la existencia de un templo dedicado a Mercurio desde inicios del siglo i a. C. (Núñez, 2009: 261-266; 2014: 28-33) parecen confirmar la propuesta. Desde este espacio sacro y de comercio, una de las cañadas descendía hacia el norte, en dirección al asentamiento de Labicum, sorteando la pendiente de la colina tusculana. En uno de los primeros tramos de esta vía se construyó el edificio de la fuente arcaica. Su situación aquí no respondió únicamente a cuestiones de tipo técnico relacionadas con la captación y acceso a los recursos hídricos procedentes del subsuelo. Estuvo condicionada también por su posición estratégica en un lugar de paso desde el que se facilitó el aprovisionamiento de agua tanto a las personas que entraban y salían de la ciudad como a los rebaños de ganado que cruzaban este punto. Las excavaciones arqueológicas han permitido datar entre finales del siglo vi a. C. e inicios del siglo v a. C. la construcción de la fuente arcaica y, por tanto, del complejo sistema de captación de agua que horadaba el subsuelo tusculano desde la acrópolis, siguiendo los esquemas tradicionales de la ingeniería y arquitectura etruscas. La configuración urbana de Tusculum entre los últimos años de la ocupación etrusca del Lacio y los inicios del siglo v a. C. –tras la derrota infligida por Roma a la Liga Latina, liderada por el tusculano Octavio Mamilio, en el año 499/496 a. C. en la batalla del lago Régilo, y el tratado posterior del 495 a. C. (Foedus Cassianum)– apenas se conoce arqueológicamente. No obstante, todo parece indicar que en esta época la ciudad se expandió más allá de la acrópolis, ocupando la plataforma inferior, donde se ubicaba el hipotético mercado de ganado. Así, en el sector noroccidental, donde posteriormente se situó el pórtico del foro republicano, apareció un gran muro de bloques de tufo, datado a partir de finales del siglo vi a. C., que debió funcionar como una estructura de aterrazamiento y de adecuación urbanística de la zona (Dupré et alii, 1999b: 51-53). En el sector nororiental de la plaza
pública, se han detectado también estratos de ocupación con materiales cerámicos que deben situarse en los siglos vi-v a. C. (Ruiz, 2014: 144-146). Finalmente, en la zona meridional se ha puesto al descubierto un impresionante podio de sillares de tufo sobre el cual estaría construido un edificio, posiblemente un templo (Dupré, 2012: 793-800), con una cronología que se sitúa dentro de la segunda mitad del siglo vi a. C. (Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 62-68). La fuente arcaica de Tusculum, por tanto, formó parte de esta fase de expansión y de gran actividad edilicia, acaecida a caballo entre los siglos vi y v a. C., que implicó la materialización de importantes infraestructuras urbanas y consolidó el papel estratégico de la ciudad (Martínez-Pinna, 2004: 103-146). Durante el siglo iv a. C. Tusculum se integró en la órbita de influencia de Roma: en el 381 a. C, se convirtió en el primer municipium optimo iure y en el 322 a. C. el tusculano Lucio Fulvio fue nombrado cónsul. A lo largo de la centuria siguiente, sus élites accedieron progresivamente al Senado y a las más altas magistraturas de la República. De hecho, los hallazgos epigráficos de este momento son equiparables a los de Praeneste y la propia Urbs, lo que denota la importancia que alcanzó como centro político (Díaz y Gorostidi, 2010: 161-162). Entre los personajes tusculanos más conocidos de la primera mitad del siglo iii a. C. destaca Tiberio Coruncanio, cónsul en el 280 a. C. También familias como la gens Furia-Turpleya, que poseía un hipogeo extraurbano monumental y uno de cuyos miembros, M. Furio, desempeñó el cargo de tribuno militar (Díaz y Gorostidi, 2010: 161-162). En paralelo al protagonismo creciente de las élites locales y en relación probablemente a la necesidad de estas de contar con espacios de representación, el municipio experimentó una especial actividad edilicia. En el sector de la fuente arcaica se ha detectado la construcción, hacia los años 260-250 a. C., de un potente muro de aterrazamiento en opus quadratum, que delimitaba el tramo de la vía de acceso a la ciudad por el norte. La posibilidad de que el muro funcionara también como parte del sistema defensivo tusculano queda supeditada al futuro conocimiento de los diferentes recintos de las murallas de esta época, que hoy se encuentra muy limitado. Este lienzo permitió regularizar la plataforma superior creando una gran plaza pública o foro, de más de 3.000 m², amortizando las estructuras arquitectónicas preexistentes. La misma operación se realizó en el sector meridional de la plaza, donde se ha localizado también un importante muro de aterrazamiento que debe datarse en el mismo momento y que delimitó el foro por este lado (Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 115). La construcción de terrazas para la instalación de los espacios forenses está 149
bien documentada en las ciudades del Lacio del período medio y tardo-republicano (Etxebarria, 2008: 41-45; 8286). Sin duda, el siglo iii a. C. es una fase de gran actividad edilicia en Tusculum, como muestran los diferentes estratos y estructuras arquitectónicas de esta época identificados en las excavaciones de la zona del teatro y del foro, que requieren un estudio conjunto en profundidad para conocer su verdadero alcance (entre otros: Dupré et alii, 1998: 91-95; 1999b: 86-90; Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 68-70). En un momento indeterminado de la segunda mitad del siglo iii a. C. la intervención más destacada que se produce en el sector es la construcción de un lienzo de aparejo poligonal situado sobre la fuente arcaica y adosado al mencionado muro de aterrazamiento del foro. Una primera propuesta relacionaba la edificación de este paramento con un posible refuerzo del sistema defensivo de la ciudad, motivado por el desarrollo de las acciones bélicas provocadas por la Segunda Guerra Púnica en la zona del Lacio (Dupré et alii, 1999a: 52-53). De hecho, en este momento se acometen restauraciones en las murallas arcaicas de la propia Roma, que Aníbal renunció a asediar en el año 216 a. C. (Cifani, 2014: 206). Sin embargo, la falta de un contexto arquitectónico claro en el cual insertar este paramento, así como de otras evidencias de la misma época obligan a ser prudentes a la hora de plantear su interpretación. Entre los años 80 y 70 a. C. puede datarse la ejecución de una actuación arquitectónica de gran envergadura en el sector de la fuente arcaica que comportó su monumentalización y la construcción de un nuevo muro de aterrazamiento en opera quadrata, que delimitaba hacia el este el recorrido de la vía de acceso a la ciudad. Además, se crearon dos nuevas fuentes en el exterior del edificio arcaico. Una de ellas, abierta directamente en el muro de aterrazamiento, presentaba una pila con la inscripción de los ediles Quintus Coelius y Marcus Decumius, encargados de esta reforma por senatus sententia, fechada hacia el 70 a. C. También se construyó un complejo sistema de drenaje hídrico junto a la fontana de los ediles. Para la edificación de estas estructuras se utilizaron cimentaciones y muros de opus caementicium, con revestimientos de opus reticulatum en la obra vista. No se trata de una intervención puntual realizada en la ciudad durante estos años. La construcción del teatro, en el extremo oriental del foro y anexo al mismo, se fecha también en la primera mitad avanzada del siglo i a. C. (Fase A: 75-50 a. C.), constatándose la utilización simultánea del opus caementicium, opus quadratum y opus reticulatum (Dupré et alii, 2002: 139-140; Dupré, 2006: 361-383). Contemporánea a la edificación del teatro, es la reforma arquitectónica realizada en el foro, en funcionamiento ya desde mediados del siglo iii a. C.
La plaza, cuyo perímetro trapezoidal era recorrido por varias vías principales, quedó delimitada por unos canales de desagüe y un enlosado de peperino gris, así como por nuevos edificios públicos. En el sector meridional se construyó la basílica jurídica (Dupré et alii, 2002: 207) y un posible templo, el denominado «Edificio A» (Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 115-116). Mientras, en el sector sudoccidental, a los pies de la basílica, se ubicaron un pequeño templo dedicado a Mercurio, una puerta monumental de acceso a la plaza –entre el Aedes Mercurii y el edificio forense– y una serie de sacella que cerraban el foro por su flanco oeste (Núñez, 2014: 46-47). En el extremo nororiental se detectan también diversas intervenciones a mediados del siglo i a. C., entre ellas la construcción de un edificio en opus incertum que ha sido interpretado como una posible sede colegial (Ruiz, 2014: 153-156). En definitiva, en el foro de Tusculum, en un momento posterior a la época de Sila, quedaron definidos los espacios de representación política, jurídica y religiosa que perduraron durante la etapa alto-imperial, reforzando el papel predominante del centro cívico con la construcción de un teatro anexo. Además, se monumentalizaron las zonas de acceso al mismo y algunos edificios con un fuerte componente simbólico como la fuente arcaica. Todo ello, permite deducir el alto poder económico y político alcanzado en el siglo i a. C. por las élites tusculanas, que continuó a lo largo de la época de Augusto y de los emperadores de la dinastía julio-claudia. En el sector de la fuente arcaica la última gran intervención detectada se realizó en época de Claudio I (41-54 d. C.), hacia los primeros años de la década de los 50. Esta reforma implicó la construcción de una nueva calzada con grandes losas basálticas. El pavimento se alzó un metro por encima de la cota de circulación de la vía republicana anterior y de las estructuras situadas en la zona. Se monumentalizó de esta forma el acceso al conjunto formado por el foro y el teatro y también a la acrópolis. Tampoco esta actuación fue puntual dado que se enmarcó dentro de los cambios edilicios y urbanísticos que experimentó la ciudad hacia mediados del siglo i d. C. El teatro sufrió en este momento (Fase B: 25-50 d. C.) una importante remodelación que implicó la ampliación de la cavea, la edificación del cuerpo escénico sobre una potente plataforma de opus caementicium y el desarrollo de un nuevo programa decorativo (Dupré, 2006: 368). De ese modo, el frente escénico fue renovado en época de Claudio con diversas estatuas thoracatas de emperadores de la gens Augusta (Augusto, Tiberio, Druso el Mayor…) y su familia (Antonia la Menor) (Salcedo, 2016: 90-92). También el foro fue reformado en época julio-claudia, seguramente durante el gobierno de Tiberio, en un intento de uniformizar el conjunto monumental que implicó una nueva pavimentación con losas rectangulares de tufo 150
y un nuevo porticado perimetral (Dupré et alii, 2002: 208-209; Dupré, 2005b: 70). Algunos edificios fueron renovados en su totalidad a lo largo de este período, con cronologías que aún deben ser precisadas con claridad (Remolà, Rodríguez y Sánchez, 2014: 116). Reviste importancia la constatación por parte de F. Salcedo de que «la mayoría de retratos imperiales que se exhibían en el foro y en el teatro pueden datarse en época de Claudio» (Salcedo, 2016: 85). Junto a las esculturas de los personajes más significativos de las élites tusculanas que se ubicarían en la plaza central del foro, entre las que destacan la de Cn. Velineius Patruus o las de las tres Rutilia, en una pequeña aula de representación imperial, al lado de la basílica, se situarían las estatuas vinculadas con la familia de Claudio (Salcedo, 2016: 82-87). Aunque la información arqueológica conservada hace referencia principalmente a edificios cívicos, las villae del territorio suponen una excepción. En época julioclaudia se documenta la presencia de los miembros de la casa imperial en sus posesiones del ager tusculanum (Valenti, 2008: 61-72). Es el caso de Tiberio, quien pasaba numerosos días del año en su residencia suburbana (Tácito, Ann. 58, 3), donde también se alojaba su cuñada, Antonia la Menor, según el relato de Flavio Josefo (Ant. Iud., XVIII, 8) (Gorostidi, 2003b: 37-43; 2016: 180). Con Claudio se ha relacionado la ejecución de un programa estatuario destinado a la exaltación de la figura de Tiberio en un edificio suburbano, situado junto a la villa que poseía la familia imperial cerca de Cocciano,
próximo a Frascati (Salcedo, 2016: 108-110). Otros emperadores y miembros de la dinastía julio-claudia, como Nerón y Agripina, fueron igualmente propietarios de villas en el territorio de la ciudad (Gorostidi, 2004: 165170). Asimismo, algunas de las residencias de recreo de prominentes personajes republicanos que se ubicaban en la zona –entre los que destaca Cicerón– muestran reformas y ampliaciones en este momento, como sucede en la villa suburbana, vinculada con el cónsul Asinio Polión y sus descendientes, excavada en la zona extramuros meridional (Santos y Núñez, 2011: 248). Con este panorama rico y complejo no es de extrañar que en época de Claudio fueran reformadas y monumentalizadas las vías que conectaban la ciudad con los territorios suburbanos donde se situarían las posesiones de la familia imperial y de las élites romanas del momento, en un territorio densamente ocupado y donde su conectividad era totalmente necesaria (Valenti, 2003). Las diferentes estructuras arquitectónicas analizadas en esta monografía siempre estuvieron relacionadas con los momentos de mayor actividad edilicia de Tusculum. Este hecho refuerza la importancia y el valor simbólico que tuvieron tanto la antigua vía de acceso a la zona pública del foro y del teatro y a la acrópolis como las edificaciones que se levantaron en su entorno. Entre ellas destaca la fuente arcaica que desde finales del siglo vi a. C. se ha mantenido en pie hasta hoy en día, convirtiéndose en uno de los monumentos más significativos del conjunto arqueológico tusculano.
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CRÉDITOS
Excavación arqueológica, registro documental e inventario de materiales (años 1996-2000) Campaña de 1996: Xavier Aquilué, Marta Santos y Joaquim Tremoleda (arqueólogos); Maria dels Àngels Custoja, Pietro Ivano d'Aleo y Paula Santamaria (estudiantes de arqueología); Joan Antoni Perroni y José Antonio Valero (oficiales de arqueología). Campaña de 1997: Xavier Aquilué, Pere Castanyer, Marta Santos y Joaquim Tremoleda (arqueólogos); Rafael Dehesa, Joaquim Esteba y Susanna Manzano (arqueólogos colaboradores); Stefano Creatore, Maria Àngels Frías y Barbara Nobiloni (estudiantes de arqueología); Joan Antoni Perroni (oficial de arqueología). Campaña de 1998: Xavier Aquilué, Pere Castanyer, Marta Santos y Joaquim Tremoleda (arqueólogos); Xavier Amigo, Rafael Dehesa, Carla Galanti, Donella Gatti, Barbara Nobiloni y Guerau Palmada (arqueólogos colaboradores); Joan Antoni Perroni (oficial de arqueología). Campaña de 1999: Xavier Aquilué y Marta Santos (arqueólogos); Joaquim Esteba (arqueólogo colaborador); Joan Antoni Perroni (oficial de arqueología). Campaña de 2000: Xavier Aquilué y Marta Santos (arqueólogos); Barbara Nobiloni y Mario Marchioni (arqueólogos colaboradores); Joan Antoni Perroni (oficial de arqueología).
Redacción y elaboración de esta monografía (años 2019-2020) Autores: Xavier Aquilué y Alejandro Quevedo. Documentación gráfica de la planimetría: Archivo documental Tusculum (1996-2000), Xavier Aquilué, Xavier Font y Alejandro Quevedo. Documentación gráfica de los materiales arqueológicos: Archivo documental Tusculum (1996-2000), Xavier Aquilué y Alejandro Quevedo. Documentación fotográfica: Archivo documental Tusculum (1996-2000), David Aquilué, Xavier Aquilué, Mar Llorens, Alejandro Quevedo y los autores citados de forma específica en las imágenes correspondientes. La fotografía de la dedicatoria a Xavier Dupré es de Diana Gorostidi. Diseño y maquetación: Sara Olmos. Han colaborado también: Diana Gorostidi, Sara Martínez, Marta Moreno, Joan Antoni Perroni, Josep Anton Remolà, Raffaella Ribaldi y Jacinto Sánchez.
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Serie Arqueológica 1.
Bernardo Brea, L.: La Sicilia prehistórica
Serie Arqueológica y sus relaciones con Oriente y con la Penínsu-
la Ibérica. 1954. 1. Bernardo Brea, L.: La Sicilia prehistórica 2. Arce, J., Dupré, X. y May sus relaciones con Oriente yX., conAquilué, la Península teos, P.: Excavaciones arqueológicas en TusIbérica. 1954. culum. Informe de las campañas de 1994 y 2. Arce, J., Dupré, X., Aquilué, X. y Ma1995. 1998. teos, P.: Excavaciones arqueológicas en Tus3. Informe Dupré, deX., X.,1994 Mateos, P., culum. las Aquilué, campañas de y Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones 1995. 1998. en Tusculum. Informe 3. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de la campaña de 1996. 1998. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar4. Dupré, X., Aquilué, X.,laMateos, P., queológicas en Tusculum. Informe de camNúñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones paña de 1996. 1998. en Tusculum. Informe 4. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de la campaña de 1997. 1999. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar5. Dupré, X., Aquilué, X.,laMateos, P., queológicas en Tusculum. Informe de camNúñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones paña de 1997. 1999. en Tusculum. Informe 5. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de las campañas de 1998 y 1999. 1999. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar6. Aguilera, A.: ElInforme MontedeTestaccio queológicas en Tusculum. las cam-y la llanura subaventina. Topografía extra portam pañas de 1998 y 1999. 1999. Trigeminan. 2002. 6. Aguilera, A.: El Monte Testaccio y la llaDupré, X., Gutiérrez, Núñez, J., nura7.subaventina. Topografía extra S., portam Ruiz, E. y Santos, J. A.: Excavaciones Trigeminan. 2002. en Tusculum. Informe 7. Dupré, arqueológicas X., Gutiérrez, S., Núñez, J., de las campañas de 2000 y 2001. 2002. Ruiz, E. y Santos, J. A.: Excavaciones ar8. Pérez Ballester, J.: Ladecerámica queológicas en Tusculum. Informe las cam- de barniz negro del santurario de Juno en Gabii. pañas de 2000 y 2001. 2002. 2003. 8. Pérez Ballester, J.: La cerámica de barniz (ed.): hombre fenicio. Esnegro9.delZamora, santuarioJ.deÁ.Juno en El Gabii. 2003. tudios y materiales. 2003. 9. Zamora, J. Á. (ed.): El hombre fenicio. EstuEtxebarria dios10. y materiales. 2003.Akaiturri, A.: Los foros romanos republicanos Italia centro-me10. Etxebarria Akaiturri, A.: en Loslaforos romaridional tirrena. Origen y evolución nos republicanos en la Italia centro-meridio- formal. 2008. nal tirrena. Origen y evolución formal. 2008. 11. Celestino, S., Rafael, N. y Armada, X.11. Celestino, S., Rafael, N. y Armada, X.L. (eds.): Contacto cultural entre el MediteL. (eds.): Contacto cultural entre el Meditey el Atlántico xii-viii ane). La rráneo yrráneo el Atlántico (siglos (siglos XII-VIII ane). La precolonización a debate. 2008. precolonización a debate. 2008. 12. Monterroso A.: Theatrum 12. Monterroso Checa, Checa, A.: Theatrum Pom- Pompei. Forma y arquitectura de la génesis del pei. Forma y arquitectura de la génesis del modelo teatral de Roma. 2010. modelo teatral de Roma. 2010. 13. Tortosa, T. (coord.): Actuaciones 13. Tortosa, T. (coord.): Actuaciones arqueoló-arqueológicas en el área de Tusculum (Monte Porgicas en el área de Tusculum (Monte Porzio zio Catone, Lazio-Italia). Entre Catone, Lazio-Italia). Entre investigación investigay ciónsocial. y divulgación divulgación 2015. social. 2015. 14. Salcedo F.: Tusculana Marmora. 14. Salcedo Garcés,Garcés, F.: Tusculana Marmora. Escultura clásica en el antiguo Tusculano. Escultura clásica en el antiguo Tusculano. 2016. 2016. 15. Gorostidi Pi, D.: Tusculum V. Las inscripciones latinas de procedencia urbana. 2020.
Este volumen recoge el corpus de las inscripciones latinas procedentes del área urbana y periurbana de la ciudad de Tusculum (Lacio, Italia), especialmente increEsta monografía recoge las campañas investigaciones realizadas enrealizadas el sector de mentado gracias a las de excavación en lael denominada yacimiento por la fuenteEscuela arcaica de Tusculum (Lacio, Italia), uno de los monumentos más icónicos del Española de Historia y Arqueología en Roma-CSIC bajo la dirección de conjunto arqueológico. El edificio forma parte delatina un complejo sistema de un captación de Xavier Dupré (1994-2005). La epigrafía tusculana abarca arco cronológico agua de descubierto a inicios delhasta siglo inicios xix y conservado pie hasta quetradición alcanzaetrusca desde finales del siglo iv a.C. del siglo ivend.C. y su estudio hoy enpone día. en Presenta una ubicación estratégica a laespecialmente calzada que, procedente la evidencia la importancia de lajunto ciudad, en época de republicana vía Labicana, daba acceso al foro por su lado norte. A pesar de su importancia para y primoimperial, periodo de máxima actividad de sus instituciones cívicas,el que inabastecimiento de lade ciudad, como muestra el usodeprolongado que tuvo durante cluyen lahídrico existencia sacerdocios autóctonos reminiscencias arcaicas, así como la Antigüedad y las múltiples transformaciones a las que fue sometido, el monumento también un amplio repertorio de importantes cultos locales que forman parte del carecíapatrimonio de un análisis arqueológico integral. Con elde objetivo de comprender su origenha y puesto religioso panlacial. El análisis las instituciones municipales evolución, esta zona fue excavada bajo la dirección de la Escuela Española de Historia y de manifiesto la inusitada originalidad de la constitución tusculana, mientras que Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) y la sede de Empúries del Museu d’Arqueologia los estudios prosopográficos han permitido rastrear la influencia de los círculos arisde Catalunya (MAC-Empúries) entre los años 1996 y 2000. tocráticos romanos presentes en su territorio y documentados por las fuentes ya desEl volumen consagra una especial atención a la documentación gráfica de las estructuras de épocas muy tempranas. La permanencia de ramas locales pertenecientes a promiarquitectónicas, a las secuencias estratigráficas y a los contextos cerámicos, cuyo estudio nentes familias el papel residencial dematerializadas esta ciudad tan cercana a la ha permitido fechar e romanas interpretarconfirma las principales construcciones entre la capital. Este fenómeno se mantuvo, aunque con menor intensidad, incluso en época época arcaica y la alto-imperial. La fuente ha podido ser datada entre finales del siglo vi e cuandodestaca Tusculum, al igual de queimportantes otras comunidades veterolaciales, iniciosimperial del siglo avanzada, v a. C. Asimismo, la edificación lienzos murarios, parece quedar fosilizada como lugar de la memoria de los arcana imperii uno en opus quadratum relacionado con los trabajos de aterrazamiento que facilitaron romanos. la El corpus epigráfico cuenta actualmente con unas 250 inscripciones, implantación de la plaza forense entre el 260 y el 250 a. C. y otro en aparejo poligonalentre las que se incluye también selección de instrumentum inscriptum (sellos en la segunda mitad del siglo iiiuna a. C., de funcionalidad indeterminada. Entre el 80eny ladrillo fistulae...). el volumencon varios estudios (historiografía, el 70 ya. teja, C. todo el sectorAcompañan fue monumentalizado nuevos murostemáticos en opera quadrata historia y topografía, constitución cívica y religiosa, prosopografía, estudio y estructuras en opus reticulatum y caementicium, una obra a la que se asocia la pilade conparticulares), unlos nutrido aparatoCoelius y Marcus gráfico, índicesDecumius. epigráficos una extensa con lajuntos conocida inscripción de ediles Quintus La yúltima intervención de envergadura se detecta en los primeros años de la década de los 50 d. C., bibliografía. cuando se construyó la vía enlosada visible en la actualidad, amortizando la calzada de época republicana y elevando la cota de circulación. Las diferentes fases arquitectónicas estudiadas se corresponden con los momentos de mayor actividad edilicia de Tusculum, desde su integración en la órbita de influencia de Roma hasta el poder alcanzado por las élites locales en época de Claudio, constituyendo un fiel reflejo del desarrollo histórico de la ciudad.
ISBN 978-84-00-10550-1
ISBN 978-84-00-10782-6
9 788400 105501 9 788400 107826
Serie Arqueológica 1.
Bernardo Brea, L.: La Sicilia prehistórica
Serie Arqueológica y sus relaciones con Oriente y con la Penínsu-
la Ibérica. 1954. 1. Bernardo Brea, L.: La Sicilia prehistórica 2. Arce, J., Dupré, X. y May sus relaciones con Oriente yX., conAquilué, la Península teos, P.: Excavaciones arqueológicas en TusIbérica. 1954. culum. Informe de las campañas de 1994 y 2. Arce, J., Dupré, X., Aquilué, X. y Ma1995. 1998. teos, P.: Excavaciones arqueológicas en Tus3. Informe Dupré, deX., X.,1994 Mateos, P., culum. las Aquilué, campañas de y Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones 1995. 1998. en Tusculum. Informe 3. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de la campaña de 1996. 1998. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar4. Dupré, X., Aquilué, X.,laMateos, P., queológicas en Tusculum. Informe de camNúñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones paña de 1996. 1998. en Tusculum. Informe 4. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de la campaña de 1997. 1999. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar5. Dupré, X., Aquilué, X.,laMateos, P., queológicas en Tusculum. Informe de camNúñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones paña de 1997. 1999. en Tusculum. Informe 5. Dupré, arqueológicas X., Aquilué, X., Mateos, P., de las campañas de 1998 y 1999. 1999. Núñez, J. y Santos, J. A.: Excavaciones ar6. Aguilera, A.: ElInforme MontedeTestaccio queológicas en Tusculum. las cam-y la llanura subaventina. Topografía extra portam pañas de 1998 y 1999. 1999. Trigeminan. 2002. 6. Aguilera, A.: El Monte Testaccio y la llaDupré, X., Gutiérrez, Núñez, J., nura7.subaventina. Topografía extra S., portam Ruiz, E. y Santos, J. A.: Excavaciones Trigeminan. 2002. en Tusculum. Informe 7. Dupré, arqueológicas X., Gutiérrez, S., Núñez, J., de las campañas de 2000 y 2001. 2002. Ruiz, E. y Santos, J. A.: Excavaciones ar8. Pérez Ballester, J.: Ladecerámica queológicas en Tusculum. Informe las cam- de barniz negro del santurario de Juno en Gabii. pañas de 2000 y 2001. 2002. 2003. 8. Pérez Ballester, J.: La cerámica de barniz (ed.): hombre fenicio. Esnegro9.delZamora, santuarioJ.deÁ.Juno en El Gabii. 2003. tudios y materiales. 2003. 9. Zamora, J. Á. (ed.): El hombre fenicio. EstuEtxebarria dios10. y materiales. 2003.Akaiturri, A.: Los foros romanos republicanos Italia centro-me10. Etxebarria Akaiturri, A.: en Loslaforos romaridional tirrena. Origen y evolución nos republicanos en la Italia centro-meridio- formal. 2008. nal tirrena. Origen y evolución formal. 2008. 11. Celestino, S., Rafael, N. y Armada, X.11. Celestino, S., Rafael, N. y Armada, X.L. (eds.): Contacto cultural entre el MediteL. (eds.): Contacto cultural entre el Meditey el Atlántico xii-viii ane). La rráneo yrráneo el Atlántico (siglos (siglos XII-VIII ane). La precolonización a debate. 2008. precolonización a debate. 2008. 12. Monterroso A.: Theatrum 12. Monterroso Checa, Checa, A.: Theatrum Pom- Pompei. Forma y arquitectura de la génesis del pei. Forma y arquitectura de la génesis del modelo teatral de Roma. 2010. modelo teatral de Roma. 2010. 13. Tortosa, T. (coord.): Actuaciones 13. Tortosa, T. (coord.): Actuaciones arqueoló-arqueológicas en el área de Tusculum (Monte Porgicas en el área de Tusculum (Monte Porzio zio Catone, Lazio-Italia). Entre Catone, Lazio-Italia). Entre investigación investigay ciónsocial. y divulgación divulgación 2015. social. 2015. 14. Salcedo F.: Tusculana Marmora. 14. Salcedo Garcés,Garcés, F.: Tusculana Marmora. Escultura clásica en el antiguo Tusculano. Escultura clásica en el antiguo Tusculano. 2016. 2016. 15. Gorostidi Pi, D.: Tusculum V. Las inscripciones latinas de procedencia urbana. 2020.
Este volumen recoge el corpus de las inscripciones latinas procedentes del área urbana y periurbana de la ciudad de Tusculum (Lacio, Italia), especialmente increEsta monografía recoge las campañas investigaciones realizadas enrealizadas el sector de mentado gracias a las de excavación en lael denominada yacimiento por la fuenteEscuela arcaica de Tusculum (Lacio, Italia), uno de los monumentos más icónicos del Española de Historia y Arqueología en Roma-CSIC bajo la dirección de conjunto arqueológico. El edificio forma parte delatina un complejo sistema de un captación de Xavier Dupré (1994-2005). La epigrafía tusculana abarca arco cronológico agua de descubierto a inicios delhasta siglo inicios xix y conservado pie hasta quetradición alcanzaetrusca desde finales del siglo iv a.C. del siglo ivend.C. y su estudio hoy enpone día. en Presenta una ubicación estratégica a laespecialmente calzada que, procedente la evidencia la importancia de lajunto ciudad, en época de republicana vía Labicana, daba acceso al foro por su lado norte. A pesar de su importancia para y primoimperial, periodo de máxima actividad de sus instituciones cívicas,el que inabastecimiento de lade ciudad, como muestra el usodeprolongado que tuvo durante cluyen lahídrico existencia sacerdocios autóctonos reminiscencias arcaicas, así como la Antigüedad y las múltiples transformaciones a las que fue sometido, el monumento también un amplio repertorio de importantes cultos locales que forman parte del carecíapatrimonio de un análisis arqueológico integral. Con elde objetivo de comprender su origenha y puesto religioso panlacial. El análisis las instituciones municipales evolución, esta zona fue excavada bajo la dirección de la Escuela Española de Historia y de manifiesto la inusitada originalidad de la constitución tusculana, mientras que Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) y la sede de Empúries del Museu d’Arqueologia los estudios prosopográficos han permitido rastrear la influencia de los círculos arisde Catalunya (MAC-Empúries) entre los años 1996 y 2000. tocráticos romanos presentes en su territorio y documentados por las fuentes ya desEl volumen consagra una especial atención a la documentación gráfica de las estructuras de épocas muy tempranas. La permanencia de ramas locales pertenecientes a promiarquitectónicas, a las secuencias estratigráficas y a los contextos cerámicos, cuyo estudio nentes familias el papel residencial dematerializadas esta ciudad tan cercana a la ha permitido fechar e romanas interpretarconfirma las principales construcciones entre la capital. Este fenómeno se mantuvo, aunque con menor intensidad, incluso en época época arcaica y la alto-imperial. La fuente ha podido ser datada entre finales del siglo vi e cuandodestaca Tusculum, al igual de queimportantes otras comunidades veterolaciales, iniciosimperial del siglo avanzada, v a. C. Asimismo, la edificación lienzos murarios, parece quedar fosilizada como lugar de la memoria de los arcana imperii uno en opus quadratum relacionado con los trabajos de aterrazamiento que facilitaron romanos. la El corpus epigráfico cuenta actualmente con unas 250 inscripciones, implantación de la plaza forense entre el 260 y el 250 a. C. y otro en aparejo poligonalentre las que se incluye también selección de instrumentum inscriptum (sellos en la segunda mitad del siglo iiiuna a. C., de funcionalidad indeterminada. Entre el 80eny ladrillo fistulae...). el volumencon varios estudios (historiografía, el 70 ya. teja, C. todo el sectorAcompañan fue monumentalizado nuevos murostemáticos en opera quadrata historia y topografía, constitución cívica y religiosa, prosopografía, estudio y estructuras en opus reticulatum y caementicium, una obra a la que se asocia la pilade conparticulares), unlos nutrido aparatoCoelius y Marcus gráfico, índicesDecumius. epigráficos una extensa con lajuntos conocida inscripción de ediles Quintus La yúltima intervención de envergadura se detecta en los primeros años de la década de los 50 d. C., bibliografía. cuando se construyó la vía enlosada visible en la actualidad, amortizando la calzada de época republicana y elevando la cota de circulación. Las diferentes fases arquitectónicas estudiadas se corresponden con los momentos de mayor actividad edilicia de Tusculum, desde su integración en la órbita de influencia de Roma hasta el poder alcanzado por las élites locales en época de Claudio, constituyendo un fiel reflejo del desarrollo histórico de la ciudad.
ISBN 978-84-00-10550-1
ISBN 978-84-00-10782-6
9 788400 105501 9 788400 107826