Testigos del Misterio. Investigaciones sobre las reliquias de Cristo 9788432144141


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Testigos del Misterio. Investigaciones sobre las reliquias de Cristo
 9788432144141

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PRÓLOGO Cada persona que pasa por este planeta deja detrás una huella material de su existencia. También le sucedió esto al hombre que más influyó en la historia de la humanidad. Tanto es así que nuestro calendario está determinado de acuerdo con la fecha del nacimiento de Cristo. A pesar de los intentos de la propaganda comunista para convencernos de otra cosa, hay una evidencia histórica convincente, de origen cristiano y pagano, que confirma la existencia de un maestro judío, que vivió hace dos mil años, llamado Jesús de Nazaret. Otra cosa es, sin embargo, si los objetos asociados a su vida han llegado o no hasta nosotros. Podemos asumir que, si los Apóstoles reconocieron a Jesús como Mesías, Salvador e Hijo de Dios, los vestigios materiales de su vida los tratarían con el mayor respeto. Las primeras comunidades cristianas se esforzaron por conservar el recuerdo de Jesús a través de la palabra hablada y escrita. ¿No guardarían también las cosas que había usado al pasar por la tierra?

Es propio de nuestra naturaleza el afán de guardar, de preservar. Intentamos mantener la memoria de nuestros parientes próximos guardando los objetos que les pertenecieron. Sin duda, para los Apóstoles, la persona más próxima es Cristo, por quien ( con excepción de san Juan) cada uno de ellos murió mártir. No importa que el legado material de Jesús tuviera o no influencia en la difusión de la naciente fe cristiana. El científico alemán Michael Hesemann considera: «Los primeros cristianos eran sin duda ignorantes. Ciertamente esperaban que el Reino de Dios se instauraría incluso en sus propias vidas. Hasta que llegase, ellos tenían una tarea que cumplir: difundir el Evangelio. Se basaba en las palabras y los hechos de un Nazareno, de cuyo ejemplo eran testigos. No era un mito, como los hijos de los dioses paganos; vivió, predicó y existió realmente. Los primeros cristianos encontraron oposición, su mensaje tropezó con el escepticismo y su testimonio con frecuencia fue desacreditado. Por muy fuerte que fuese su fe en el Espíritu Santo, sabían que la gente quiere pruebas con las que poderse convencer de la existencia real de Cristo. El legado físico de Jesús respaldaba sus palabras; constituía una prueba de la gracia salvadora y el poder del Señor, y podía considerarse también su herencia material. Esos objetos fueron silenciosos testigos de aquello en lo que creían los cristianos, y tuvieron una influencia

PRÓLOGO Cada persona que pasa por este planeta deja detrás una huella material de su existencia. También le sucedió esto al hombre que más influyó en la historia de la humanidad. Tanto es así que nuestro calendario está determinado de acuerdo con la fecha del nacimiento de Cristo. A pesar de los intentos de la propaganda comunista para convencernos de otra cosa, hay una evidencia histórica convincente, de origen cristiano y pagano, que confirma la existencia de un maestro judío, que vivió hace dos mil años, llamado Jesús de Nazaret. Otra cosa es, sin embargo, si los objetos asociados a su vida han llegado o no hasta nosotros. Podemos asumir que, si los Apóstoles reconocieron a Jesús como Mesías, Salvador e Hijo de Dios, los vestigios materiales de su vida los tratarían con el mayor respeto. Las primeras comunidades cristianas se esforzaron por conservar el recuerdo de Jesús a través de la palabra hablada y escrita. ¿No guardarían también las cosas que había usado al pasar por la tierra?

Es propio de nuestra naturaleza el afán de guardar, de preservar. Intentamos mantener la memoria de nuestros parientes próximos guardando los objetos que les pertenecieron. Sin duda, para los Apóstoles, la persona más próxima es Cristo, por quien ( con excepción de san Juan) cada uno de ellos murió mártir. No importa que el legado material de Jesús tuviera o no influencia en la difusión de la naciente fe cristiana. El científico alemán Michael Hesemann considera: «Los primeros cristianos eran sin duda ignorantes. Ciertamente esperaban que el Reino de Dios se instauraría incluso en sus propias vidas. Hasta que llegase, ellos tenían una tarea que cumplir: difundir el Evangelio. Se basaba en las palabras y los hechos de un Nazareno, de cuyo ejemplo eran testigos. No era un mito, como los hijos de los dioses paganos; vivió, predicó y existió realmente. Los primeros cristianos encontraron oposición, su mensaje tropezó con el escepticismo y su testimonio con frecuencia fue desacreditado. Por muy fuerte que fuese su fe en el Espíritu Santo, sabían que la gente quiere pruebas con las que poderse convencer de la existencia real de Cristo. El legado físico de Jesús respaldaba sus palabras; constituía una prueba de la gracia salvadora y el poder del Señor, y podía considerarse también su herencia material. Esos objetos fueron silenciosos testigos de aquello en lo que creían los cristianos, y tuvieron una influencia

Invcstigscioncs sobre las reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

con la Reforma, la Ilustración y el positivismo: al llegar la civilización cientista, las reliquias se confinaron en el mundo de la superstición. Pero la presencia de tantas falsificaciones ¿no sugiere la existencia de un original? ¿Las reproducciones no son acaso intentos de imitar una reliquia genuina? El término simulacrum, que indica una copia sin original, se ha hecho muy popular en la cultura posmoderna de hoy. ¿Pueden considerarse simulacros las reliquias de Cristo? ¿ O son objetos reales, con los que Jesús de Nazaret tuvo contacto?

J anusz

Rosikon y yo intentamos responder a esta pregunta,

empleando dos años de viaje alrededor del mundo en busca de las reliquias de Cristo. En casi todas partes nos encontramos con un curioso fenómeno: esas reliquias parecen atraer más la atención de los académicos que de los devotos. Han sido analizadas por especialistas de renombre mundial en campos como la historia, arqueología, filología, estudios bíblicos, patrísticos, jurídicos, antropológicos, orientales, de numismática, paleografía, química, física, biología, medicina legal, anatomía, genética, espectrografía y óptica. Equipos especializados de investigación -que incluyen expertos en criminología, hematología, palinología, matemáticas, informática, imagen polarizada- han sido convocados por una única razón: aclarar si un reliquia es genuina o no. Acompañándoles en sus esfuerzos, hemos realizado nuestros viajes más como periodistas de investigación que como peregrinos. Hemos empleado más tiempo aprendiendo de científicos equipados con los más modernos aparatos que oyendo los relatos de predicadores religiosos. Y sin embargo, hemos visto que esas dos perspectivas coinciden muchas veces. Los resultados de esos minuciosos análisis, realizados con el equipo más moderno disponible, parecen coincidir con lo que recoge la tradición cristiana. Ciencia y religión no necesitan contradecirse. Además, algunos de los objetos que fueron examinados presentan caracteres que desafían los conocimientos actuales. Desde un punto de vista científico, carecen de explicación. También es increíble que, disponiendo de la tecnología actual, no podamos copiar estas reliquias. Inesperadamente, vemos que la ciencia contemporánea, en palabras de sus propios expertos, debe admitir su ignorancia y quedar abierta a los misterios de la fe. Del mismo modo, después de dos años investigando, disponemos de la oportunidad de examinar con calma a los testigos silenciosos de los Misterios de Cristo. Os invitamos a acompañarnos a nuestro viaje. Grzegorz Górny y Janusz Rosik01í

sumHRIO 14 LR sñennn DE TURín DOCUMENTO VISUAL DE LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO: El objeto más analizado del mundo sigue siendo un misterio para la ciencia.

70 LR VERR CRUZ EL INSTRUMENTO DE LA MUERTE: La reliquia identificada gracias a la cartela con la inscripción «Jesús Nazareno Rey de los judíos», analizada por profesores universitarios israelíes.

118 LOS snnTOS CLAVOS MÁS PRECIOSOS QUE UNA DIADEMA REAL: Los emperadores romanos los estimaron más que su insignia real.

142 EL SUDARIO DE OVIEDO SANGRE VIVA, SANGRE MUERTA: El lienzo mortuorio examinado por criminólogos españoles, respalda el relato evangélico sobre la crucifixión.

164 LR Túmcn DE RRGEnTEUIL CROMOSOMAS GALILEOS BAJO EL MICROSCOPIO: La túnica, examinada por un genetista francés, supone todo un desafío a la ciencia moderna.

194 LR Túmcn DE TRÉVERIS LA RELIQUIA RECOMPUESTA: Durante el Tercer Reich la reliquia atrajo a dos millones de opositores al régimen de Hitler.

Invcstigscioncs sobre las reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

con la Reforma, la Ilustración y el positivismo: al llegar la civilización cientista, las reliquias se confinaron en el mundo de la superstición. Pero la presencia de tantas falsificaciones ¿no sugiere la existencia de un original? ¿Las reproducciones no son acaso intentos de imitar una reliquia genuina? El término simulacrum, que indica una copia sin original, se ha hecho muy popular en la cultura posmoderna de hoy. ¿Pueden considerarse simulacros las reliquias de Cristo? ¿ O son objetos reales, con los que Jesús de Nazaret tuvo contacto?

J anusz

Rosikon y yo intentamos responder a esta pregunta,

empleando dos años de viaje alrededor del mundo en busca de las reliquias de Cristo. En casi todas partes nos encontramos con un curioso fenómeno: esas reliquias parecen atraer más la atención de los académicos que de los devotos. Han sido analizadas por especialistas de renombre mundial en campos como la historia, arqueología, filología, estudios bíblicos, patrísticos, jurídicos, antropológicos, orientales, de numismática, paleografía, química, física, biología, medicina legal, anatomía, genética, espectrografía y óptica. Equipos especializados de investigación -que incluyen expertos en criminología, hematología, palinología, matemáticas, informática, imagen polarizada- han sido convocados por una única razón: aclarar si un reliquia es genuina o no. Acompañándoles en sus esfuerzos, hemos realizado nuestros viajes más como periodistas de investigación que como peregrinos. Hemos empleado más tiempo aprendiendo de científicos equipados con los más modernos aparatos que oyendo los relatos de predicadores religiosos. Y sin embargo, hemos visto que esas dos perspectivas coinciden muchas veces. Los resultados de esos minuciosos análisis, realizados con el equipo más moderno disponible, parecen coincidir con lo que recoge la tradición cristiana. Ciencia y religión no necesitan contradecirse. Además, algunos de los objetos que fueron examinados presentan caracteres que desafían los conocimientos actuales. Desde un punto de vista científico, carecen de explicación. También es increíble que, disponiendo de la tecnología actual, no podamos copiar estas reliquias. Inesperadamente, vemos que la ciencia contemporánea, en palabras de sus propios expertos, debe admitir su ignorancia y quedar abierta a los misterios de la fe. Del mismo modo, después de dos años investigando, disponemos de la oportunidad de examinar con calma a los testigos silenciosos de los Misterios de Cristo. Os invitamos a acompañarnos a nuestro viaje. Grzegorz Górny y Janusz Rosik01í

Aquisgrán

294-303

Argenteuil

164-193

2Bl

Boéki Cahors

304-307

Castel Sa nt' E li a

96-97

Calle Val d'Elsa

130-131

Cracovia

112-113, 293

Czestochowa

73, 106, 120-121, 141

Es sen

83-85

106

Florencia Góra Kalwaria

78-81, 308-331

Jerusalén

115-116

Karlstejn

294-303

Kornelimünster

141

Manoppello

216-247

Milán

132-139

Monte Gargano Oviedo

98-99 142-163 123, 262-281

París

88-89, 280-281

Pisa Prüm

290-292

Roma

70-77, 90-95, 104-105, 125, 230-234, 248-261, 280, 284-289, 322

Santo Toribio de Liébana

100-103

Siena

126-129

Strzelno

107

Swi~ty Krzyz

108-109

Tréveris

194-215

Turin

16-69

Venecia

86-87

Vilnius

117

~: Prüm

MAPA DE RELIQUIAS

••• Tréveris

•••

216 EL VELO DE mnnoPPELLO LA DOBLE VIDA DE VERÓNICA: La única representación, considerada durante cuatro siglos más como una leyenda que como una realidad, se ha hecho muy popular en el Abruzzo, y no deja de asombrar a los científicos que vienen a examinarla.

2Ll8 EL PILRR DE LR FLRGELRCIÓU EL PILAR DE LA CASA DE PI LATO: El poste de la flagelación, de mármol egipcio, se conserva en una basílica romana.

262 LR cononn DE ESPIURS SESENTA HERIDAS EN LA CABEZA: Más que una corona es como un casco de espinas, que rompió venas y arañó nervios.

282 LRS mVESTIGRCIOUES con1múnn LA LANZA, SANDALIAS Y ROPAJE: Los científicos siguen haciendo pruebas en los objetos venerados como reliquias de Cristo, incluso las sandalias de Prüm y la capucha de Cahors.

308 EL GÓLGOTR Y EL SEPULCRO VRCÍO EL LUGAR DE LA CALAVERA EN LA CIUDAD SANTA: Los lugares de los momentos clave en la vida de Jesús de Nazaret siguen revelando huellas de su paso.

5 10-11 12-13 332-333 334 335

PRÓLOGO MAPA DE RELIQUIAS EL VIACRUCIS CRONOLOGÍA GLOSARIO AGRADECIMIENTOS

••• ••

••• ••

•••

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••

• ••

••

IV Estación

V Estación

VI Estación

VII Estación

VIII Estación

Jesús encuentra a su madre

Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la Cruz

Verónica limpia el rostro de Jesús

Jesús cae por segunda vez

Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

~

308

290

MARÍA

LAS SANDALIAS

216

EL VELO

329 VIA DOLOROSA

••• ••

••• ••

•• • ••

XIII Estación

XIV Estación

XV Estación

Jesús es bajado de la cruz

Jesús es sepultado

La Resurrección de Jesús

216 VERA EIKON

142

EL SUDARIO

304

LA CAPUCHA

LA ROPA

EL SEPULCRO

MAPA DE RELIQUIAS

••• Tréveris

•••

CAPÍTULO I

La Sábana de Turín •• •• Un escalofrío recorre la espalda de Secando Pia cuando una tarde examina unas placas fotográficas en su laboratorio de Turín. El fotógrafo italiano no podía esperar que ese día -el 28 de mayo de 1898- cambiaría su vida. Mientras se afanaba con las lentes de su cámara, apenas percibió la imagen impresa en la sábana que trataba de fotografiar. No veía una forma definida, la imagen quedaba emborronada contra el fondo amarillento de la tela, apenas daba contraste. Cuanto más se acercaba el fotógrafo, menos detalle podía ver a simple vista.

VIAJE DE LA SÁBANA desde el Santo Sepulcro en Jerusalén hasta la Catedral de San Juan en Turín.

EL ROSTRO DE LA SÁBANA es un ejemplo del efecto que llaman los historiadores del arte sfumato: el ojo de la mente no es capaz de captar la imagen de cerca. Se ve mejor si el observador se retira.

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IV Estación

V Estación

VI Estación

VII Estación

VIII Estación

Jesús encuentra a su madre

Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la Cruz

Verónica limpia el rostro de Jesús

Jesús cae por segunda vez

Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén

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308

290

MARÍA

LAS SANDALIAS

216

EL VELO

329 VIA DOLOROSA

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XIII Estación

XIV Estación

XV Estación

Jesús es bajado de la cruz

Jesús es sepultado

La Resurrección de Jesús

216 VERA EIKON

142

EL SUDARIO

304

LA CAPUCHA

LA ROPA

EL SEPULCRO

ILUMINADA DESDE ATRÁS,

la síndone muestra algunas características asombrosas. Desaparece la imagen del hombre y solo son visibles las manchas de sangre. Los expertos ven aquí una prueba de que la imagen no está pintada, pues la pintura y la sangre no son translúcidas. La tela presenta también quemaduras, resultado del incendio en Chambéry de 1532, así como manchas del agua empleada para apagarlo.

COMPARAR

páginas js- 46-47

LR SRBRUR V su conFORffilDRD con LOS EVRUGELIOS LA IMAGEN VISIBLE en la Sábana de Turín presenta detalles acordes con las circunstancias de la muerte de Cristo, como los describen los Evangelios. Es la imagen de un hombre que ha sido flagelado según la práctica romana, y coronado de espinas. Su cuerpo presenta numerosas heridas y golpes. Fue crucificado según la técnica de las ejecuciones romanas. Contrariamente a la creencia medieval, no fue clavado a la cruz por las palmas, sino por las muñecas. Tampoco le quebraron las piernas, aunque era práctica habitual en los tiempos romanos. En el lado derecho del cuerpo se puede apreciar, entre la quinta y sexta costilla, una gran herida que debió ocasionar una lanza. Atravesó la pleura, el pericardio y la aurícula derecha del corazón. Perforar el corazón desde el lado derecho del cuerpo era parte de la instrucción de la infantería romana; lo describe Julio César en sus Comentarios a la Guerra de las Galias: el lado izquierdo del oponente estaba cubierto por el escudo, y el legionario atacaba en el costado derecho. 1.

1~.,_,

RECONSTRUCCIONES ANATÓMICAS

prueban que el hombre de la sábana fue clavado por las muñecas, y que una lanza atravesó su costado entre las costillas quinta y sexta.

un DOCUmEnTO VISUHL DE LOS SUFRlffilEUTOS DE CRISTO

La Sábana de Turín

un ffilSTERIOSO mAnUSCRITO conTRADICE LA TEORÍA DE LA FALSIFICAClón En LOS SIGLOS TRECE-CATORCE UNA COLECCIÓN ÚNICA de manuscritos medievales se encuentra en la Biblioteca National Széchény de Budapest. Es conocida como el Codex Pray, pues Gyorgy Pray la descubrió en 1770. Data de 1192-1195, y es el texto húngaro más antiguo que se conoce. Una de las ilustraciones del Codex se refiere a la sepultura de Cristo. Presenta detalles idénticos a los de la Sábana de Turín. El cuerpo desnudo no tiene precedentes en la pintura medieval. En pinturas, frescos o ilustraciones Jesús siempre se mostraba con un paño de pureza. Para que el artista se atreviese a pintar a Jesús desnudo, debía tener alguna prueba incontrovertible, pero solo pudo tenerla al ver la Sábana de Turín. No es solo esta la única semejanza entre el Codex y la imagen de la síndone. En ambos casos, los brazos están cruzados sobre la pelvis y las manos tienen solo cuatro dedos, faltan los pulgares. No es un despiste del pintor, pues las demás figuras tienen cinco dedos. Esa imagen coincide con la de Turín. Es realmente el resultado de haber clavado las muñecas a la cruz, seccionando el nervio central y ocasionando la contracción del pulgar en la palma. Otra ilustración muestra a tres mujeres que llegan al sepulcro con aromas para ungir el cuerpo de Cristo. Allí encuentran a un ángel que no apunta al cielo sino a los lienzos mortuorios: un pañuelo plegado y una sábana. El dibujo de la sábana es muy detallado. El artista ha copiado el dibujo de espiga del tejido, que corresponde exactamente al de la Sábana de Turín. El Codex Pray data de 1192-1195, y contradice por tanto la teoría de que la Sábana de Turín se produjo entre 1260 y 1390 (la presunta fabricación según la prueba C14). Estos manuscritos son anteriores, del reinado de Béla 111, que fue educado en Constantinopla como miembro de la familia imperial (era cuñado del emperador Manuel I Comneno, y su hija Margarita estaba casada con Isaac 11 Angelos. Tras la muerte de Isaac, Margarita se casó con el jefe de la cuarta cruzada, Bonifacio de Montferrat). Mientras vivía en la capital bizantina, Béla pudo ver la síndone con sus propios ojos cuando esta se mostraba al público cada viernes.

COMPARAR página s- 122

LAS ILUSTRACIONES del Codex Pray muestran a Cristo con cuatro dedos, y la sábana mortuoria tiene una trama en espiga: igual que en la de Turín.

TRAMA DE ESPIGA en la Sábana de Turín.

Fotografía de Mark Eva ns, 1978.

EL ROSTRO DE LA SÁBANA es un ejemplo del efecto que llaman los historiadores del arte sfumato: el ojo de la mente no es capaz de captar la imagen de cerca. Se ve mejor si el observador se retira.

pHILIBERTI pINGONll ·

un CIEUTÍFICO ITHLIHno IUVEUTÓ LHS GHFHS PHRH EHHffllUHR LH sñennn DE TURín

S ABA VD I· cVSIACEN.

l3ARONIS.

MONOGRAFÍA SOBRE LA SÁBANA DE TURÍN

'lA Y'R.J NO 'R,,1' M. Apud heredes Nicolai Bcuilaqu~.1 J 81. C#III

'Pr;.;/,,io tÚmRIMI.

de Emanuel Filiberto Pingoni, Barón de Cusiaco, titulada Sábana Evangélica. Se publicó en Turín en 1958 y contiene algunas bulas papales.

EN MAYO DE 2010, la última vez que la Sábana de Turín se mostró al público, se pudo observar con unas gafas especiales. Incluso el Papa Benedicto XVI las probó. Su inventor es el profesor italiano Bruno Fabbiani, de la Universidad Politécnica de Turín. Así narra cómo le sobrevino la idea: «Vi la sábana la última vez que se expuso, en el 2000. Una señora mayor y su nieto estaban a mi lado. El muchacho preguntó a su abuela por qué estaban cortadas las piernas de jesús. Comprendí que mucha gente no distinguía la tenue silueta del cuerpo, y suponía que en algunas partes no había nada impreso. Sobre todo, muchos miraban las marcas dejadas por el fuego de 1532. Algunos pensaban incluso que eran parte del cuerpo de Jesús. Como soy especialista en óptica, decidí diseñar unas gafas que facilitasen ver los detalles. Las manchas de sangre se ven mejor con el lado izquierdo, y con el derecho se hace más visible la anatomía del cuerpo». Fabbiani -un discípulo del físico húngaro Dennis Gabor, quien inventó la holografía y recibió el Nobel de Física- comenzó su estudio de la síndone en 1998. Aún no sabe cómo se formó esa imagen: «Cuantas más pruebas se hacen, más misterios aparecen». Preguntado si podría decir lo mismo de otros objetos examinados científicamente, responde: «¡Oh, no! los objetos de esa clase son det_todo explicables. Pero estos siguen siendo un misterio. En el curso de mi carrera solo he visto dos cosas así: la Sábana de Turín y la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Son dos imágenes de las que se puede decir sin duda que no las hizo una mano humana».

EL PROF. BRUNO FABBIANI, creador de las gafas con las que el Papa Benedicto XVI contempló la Sábana de Turín. IMAGEN DE CRISTO FLAGELADO

que se venera en una capilla franciscana en Génova. Se basa en la imagen de la Sábana de Turín.

TESTIGOS DEL MISTERIO

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

~ discípulos de Jesús vivieron perseguidos por las autoridades romanas. No podían hacer otra cosa que ocultar su fe. Objetos como la sábana corrían peligro de ser destruidos, tanto por los romanos como por los judíos. Para los romanos, la santa imagen del lienzo era un desafío al sistema religioso del Imperio, mientras que para los judíos suponía una flagrante idolatría. Por esta razón, el lugar donde se escondía la sábana permaneció en secreto durante los primeros años de la Iglesia.

Sabemos por los Evangelios que, antes de depositarlo en el

"MI MUERTE ES TU VIDA", se lee en latín en una

sepulcro, el cuerpo de Jesús fue envuelto en una sábana. Es acorde con el rito judío de la sepultura, que dictaba que se cerrasen los ojos, se cerrase la mandíbula (impidiendo que saliese la lengua), se tapasen las perforaciones de la cabeza, se lavase el cuerpo y se lo ungiese con aromas, se envolviera en un lienzo y se cubriera el rostro con un sudario. Investigadores contemporáneos, entre otros el profesor italiano Gino Zaninotti, creen que el cuerpo de Jesús fue preparado de este modo: primero pusieron un gorro (pathil) sobre su cabeza, atado a sus mejillas. El cuerpo fue luego envuelto a lo largo con una sábana (sindon) y atado horizontalmente con dos vendas (othonia). Finalmente, ~

ilustración anónima del s. XVI del sepulcro de Cristo.

DIBUJO DE LA SÁBANA DE TURÍN de un libro sobre la reliquia, escrito

1

por Jean Jacob Chifflet,

~111

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publicado en Amberes en 1624.

:= ~ (l.) "'d

CUADRO DE GIOVANNI BATTISTA DELLA ROVERE (1575-1640) que representa cómo se envolvió a Cristo con la sábana, expuesto hoy en la Gallería Savoia, Turín.

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c1us1s HJST~,.~~A.. 199 Dcindc quia Sudarium fub mfüas ron corpori ciraunuoluwm crcd.imus; cUJll tamcn antcrioris tanrúm facici lincamcnta Juufcrit. Dcniquc non :ipparct latiorvulcus in facris Li.ntcis, quim qui hominl in plana tabu.lá ex arte d.cpíd:o conucnit; clfctaucem mulcO larior, 6 cX narurali dumaxat gcn:mun accallu colorcm c0ncruilfct: quod o:pcricre, fi I.aruam aur m:appam vultui admouas. dcindcidquo corusvulcus c~rur,in pLmum cxrendas, runccnim mulrO bcill.Scxcurrct, &. vlrra n:iruralis fymmcuiz legcs. Voluit nimirum · Chriftus in facci.s Linreis non fu~ anCWJl mortis, (cd cti:am externa: corporisconfomucionis cnarc monumcorum. Sudarium Vcfonrinum, quod tibi fcrmonc h:a.éttnw 274-275

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

fundida, y un lado quedó ligeramente descolorido. La rescataron cuatro hombres, dos de ellos franciscanos, que enfriaron el relicario con cubos de agua antes de sacarlo de la capilla quemada. Según el científico italiano Giorgio Tessiore, la temperatura dentro de la capilla debió alcanzar los 500 grados centígrados, y la del interior del relicario unos 280 grados. «Según mis cálculos y varias reconstrucciones, estoy convencido de que una gota de plata fundida caería en un ángulo de 45 grados respecto a la base del relicario, y sucedió cuando lo sacaban de la capilla». Segundos más tarde, la síndone hubiera quedado completamente destruida. Entre el 16 de abril y el 2 de mayo de 1532, la síndone fue restaurada por la Clarisas en Chambéry. Las hermanas remendaron la reliquia en dieciséis puntos, y la forraron usando tela de Holanda para reforzarla. La síndone encontró su casa permanente en 1578, cuando el duque Emmanuel Filiberto decidió transferirla a la capital del Piamonte, Turín. Desde ese momento, el llamado Mandylion de Edesa empezó a conocerse como el Sudario de Turín. Se construyó una capilla junto a la Catedral de San Juan, en 1694, para colocar la síndone. Desde entonces, solo dejó Turín dos veces en los siguientes 300 años:

UN EQUIPO DE 40 CIENTÍFICOS

americanos, que incluía al fotógrafo Barrie Schwortz, realizó pruebas en octubre de 1978. Sus colegas Ray Rogers y Robert Di negar, de Los Álamos, recogieron polen y otras partículas superficiales utilizando cinta adhesiva de carbono puro.

~:

LEPTON DE BRONCE acuñado durante el gobierno de Poncio Pilato, prefecto romano de Judea. En la imagen de la sábana, esta moneda aparece

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en la cuenca del ojo izquierdo del crucificado.

~ (J.) '"C) e.IS

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OTRO LEPTON se colocó sobre el ojo derecho.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

.,. sábana fuese una falsificación medieval, las heridas de los clavos estarían en las palmas, no en las muñecas, pues así imaginaban entonces la crucifixión, como se ve en tantas imágenes y pinturas. Un posterior análisis realizado por el cristalógrafo americano J oseph Kohlbeck descubrió partículas minerales a los pies de la imagen. Presentaban una alta con centración de estroncio, hierro y carbonato cálcico en forma de aragonito. Otro minerálogo, Riccardo Levi-Setti, de Chicago University, observó que el aragonito se usaba en construcción en la antigua Jerusalén. El hombre de la síndone caminó probablemente descalzo en esa ciudad. Al analizar las fotografías HD de la imagen, los italianos Pietro Ugolotti y Giovanni Tamburelli descubrieron, con total independencia, que se habían colocado dos moneditas, de unos 15 mm de diámetro, en las cuencas de los ,ojos. Poco después, el jesuita americano Francis L. Filas, de Chicago University, identificó una de las monedas. Acuñada en bronce en Judea bajo un Prefecto romano llamado Poncio Pilato, entre el 26 y el 36 d.C. En griego, la moneda se llama lepton; en hebreo, prutah. Valía un céntimo de dracma griega, conocida como óbolo de la viuda. Un examen de la inscripción confirma que data del año 16 del reinado de Tiberio. Como Tiberio subió al poder en el año 14, podemos asumir que la colocaron en el cadáver entre el 29 y el 30 d.C. También la moneda del ojo izquierdo es un lepton de bronce, acuñado en Judea por Pilato.

~ PÁGINAS ANTERIORES: RAYO DE LUZ que ilumina una mancha de sangre en la frente del hombre de la sábana.

La datación de las monedas coincide con el tiempo en que Cristo fue crucificado. Sabemos que fue sentenciado a muerte cuando Pilato era Prefecto de Judea, esto es, entre el año 26 y el 36. Según el evangelio de san Juan, era viernes, el 14 de Nisán del calendario hebreo. Solo hay dos viernes entre los años 26 y 36 que coincidan con el 14 de Nisán: el 7 de abril del 30 y el 3 de abril del 33. En ambos casos, son el viernes anterior a la Pascua.

tnvestigscioncs sobre las reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

Dos astrónomos de Oxford University -Colín J. Humphreys y W.G. Waddington- realizaron estudios sobre la muerte de Jesús, basándose en datos del Nuevo Testamento. San Mateo habla de un eclipse solar en ese momento. También en los Hechos de los Apóstoles, san Pedro dice que la luna se convertirá en sangre (2, 20). Los astrónomos determinaron que, el 3 de abril del año 33, hubo un eclipse parcial que coincidió con la salida de la luna y la puesta del sol. Comenzó hacia las 18.20 y acabó a las 18.50; entonces el 20% de la luna apareció rojo. Como no hubo ningún otro fenómeno semejante en la primavera de ese año, podemos asumir que la fecha más probable de la muerte de Cristo es el 3 de abril del año 33. Es significativo que todas las pruebas realizadas en la síndone en las últimas décadas han reforzado lo que dicen los evangelios sobre la muerte de Cristo. Todas concluyen que la reliquia es un lienzo mortuorio auténtico de Cristo: todas menos una. La datación por ra diocarbono se realizó en 1988 en tres lugares diferentes, intentando establecer la edad de la síndone. Los test de Zurich y Tucson concluyeron que el tejido se hizo entre 1262 y 1312, mientras el laboratorio de Oxford lo dató entre 1353 y 1384. Desde el principio, muchos científicos advirtieron que ese método tiene fallos, si la muestra de carbono-14 no es del mismo periodo que el material analizado. Por ejemplo, si el material se ha contaminado con carbono, la prueba señalará como edad la de esa contaminación. Los tejidos se contaminan más fácilmente que otros materiales, pues absorben líquidos que pueden contener carbono, así como bacterias, hongos y mohos que absorben isótopos de carbono de la atmósfera. Para que la datación sea precisa, la prueba debe estar limpia. ..,.

EL PROF. BRUNO FABBIANI presenta

los resultados de sus pruebas a Grzegorz Górny y Fr. Bohdan Dutko.

W ILLIAM MOTTERN, esp e cia lista en ra d io g rafía de S a n d ia N a tio n a l La b o rato rie s de EE .U U ., ilu m in a la sá b a n a co n rayo s-x .

Al examinar la sábana, los científicos afirman que la radiación debió también traspasar el tejido, dejando su estructura intacta. Sin nada sólido que lo

sustentase, la forma de capullo se aplastó. Eso fue lo que vio san Juan, y «vio y creyó» (cf. Jn 20, 8). Esta es la mejor hipótesis que la ciencia moderna

puede presentar. Sin embargo, aún no hay explicación sobre el origen de esta erupción de energía, que creó la imagen más increíble de la historia.

MARK EVANS,

especialista americano en microfotografía, toma una foto de la síndone.

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En el caso de los tejidos eso es especialmente difícil, pues las moléculas de carbono quedan atrapadas en la estructura de la tela. Es conocido el caso de una momia egipcia que se testó en Manchester: resultó que era mil años más antigua que las vendas en las que la envolvieron. El test había fallado, pues las vendas absorbieron mucho más Cl4 que el resto. En este contexto, es de suponer que el incendio de Chambéry de 1532 aumentó mucho la presencia de carbono en el tejido, invalidando futuras pruebas. Hay muchas pruebas de datación por carbono con resultados erróneos de varios miles de años. Tal es el caso de test con pieles de mamut, corales de Barbados y conchas de moluscos prehistóricos. Los laboratorios que realizaron la prueba en la reliquia tienen su historia de errores de esta clase. En Zurich, un mantel de 50 años dio de resultado que tenía 350; en Oxford, una pintura de 11 resultó en 1200; mientras que en Turín, un cuerno vikingo resultó que se había fabricado en 2006.

5. Manchas de sangre por laceraciones

o

6. Manchas de sangre al clavar la muñeca izquierda 7. Sangre que fluye de las muñecas a los antebrazos 8. Mancha de sangre al traspasar el costado derecho 9. Mancha de sangre al clavar el pie derecho

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EL IUSTRUmEnTO DE unR mUERTE HORRIBLE

La Vera Cruz

ESPALDA DE LA IMAGEN DE LA SÍNDONE.

Se pueden observar los siguientes detalles: l. Quemaduras del fuego de 1532

6. Manchas de sangre y agua que fluyen

del costado abierto 2. Manchas del agua que apagó el fuego 3. Imagen de una figura masculina 4. Heridas de una flagelación

S. Manchas de sangre por laceraciones

7. Manchas de sangre de las plantas de los pies 8. Partes rozadas por una arista al arrastrar el madero

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CAPÍTULO 11

La

Vera Cruz En 1997 el historiador alemán Michael Hesemann entró en una iglesia de Roma y visitó una capilla situada en el lado izquierdo de la nave, donde se paró a contemplar las imágenes religiosas. Sonrió, sabiendo que había encontrado el modo de probar la autenticidad de la más santa de las·. reliquias cristianas: la Vera Cruz. Al entrar en la basílica romana de la Santa Cruz en Jerusalén, Hesemann no tenía idea -como Secondo Pia casi 100 años antes- de los sensacionales descubrimientos que vendrían al examinar la Vera Cruz, y que él mismo propició.

LA CRUZ DE THEOPHANU. Relicario del s. XI encargado por la princesa Theophanu, priora del convento de Essen. El fragmento de la Vera Cruz está protegido con cristal de roca egipcio. Esta_ staurotheka se guarda hoy en el tesoro de la Catedral de Essen.

BALCÓN EN LA COLUM NA DE SANTA ELENA, en la Basílica de San Pedro. Es uno de los cuatro pilares que soportan la cúpula.

Pero ¿por qué entró en esa basílica en particular? En el s. IV d. C., este era el sitio del Sessorium, el palacio de la emperatriz Flavia Iulia Helena Augusta, esposa del emperador Constancio I y madre de Constantino el Grande, venerada como santa Elena por los católicos y los ortodoxos. Elena fue famosa por su descubrimiento de la Vera Cruz.

Elena se convirtió hacia 312 d.C., y poco después lo hizo su hijo Constantino, primer emperador cristiano. En 313 Constantino promulgó el Edicto de Milán, que daba la libertad religiosa a los cristianos. Sus muchos cambios en el derecho se inspiraron en el evangelio. Prohibió los combates de gladiadores, abolió la muerte por crucifixión, ilegalizó marcar a los esclavos en la frente y facilitó su manumisión, y estableció el descanso dominical. Inició la construcción de ocho iglesias en Roma. En 314 escribe a un obispo que Dios le ha encargado unir a la Iglesia y reconciliar a los cristianos. Ese mismo año, en el sínodo de Arles, Constantino condenó la herejía ~

Investigscioncs sobre las reliquias de Cristo

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•••. en mi opinión) sucedió a Cristo, que murió un viernes y desapareció el domingo».

LLEGA AL PALACIO REAL de Turín, en octubre de 1978, el camión que

El doctor en medicina francés, Paul Vignon, fue el siguiente en hacer pruebas en la Sábana de Turín. Estableció quince caracteres comunes entre la imagen de la reliquia y las encontradas en los iconos de Cristo. Esto le sugería la existencia de un «icono maestro»; es decir, un modelo de Cristo prevalente en la Iglesia. Según Vignon, el Mandylion cumplía este papel de «icono maestro». La Sábana de Turín fue después fotografiada -con equipos más sofisticados- por Giuseppe Enri, en mayo de 1931. La calidad de estas fotos era mucho mejor que la de Secondo Pía. Se concluyó que la sábana presentaba una imagen en negativo, una técnica imposible de lograr antes del siglo XIX.

transporta casi 2,5 toneladas de material científico para el equipo americano que hará pruebas en la síndone.

IUVESTIGHCIOUES JUDÍAS SOBRE LH HUTEUTICIDRD DE LH sñoHnH DE TURín

BARRIE SCHWORTZ, fotógrafo de Arizona, suele viajar por todo el mundo dando conferencias sobre la Sábana de Turín.

LOS CIENTÍFICOS AMERICANOS Barrie Schwortz y Ray Rogers realizando una prueba en el Palacio Real de Turín.

EN 1977 EL FOTÓGRAFO JUDÍO AMERICANO Barrie Schwortz -un especialista en tecnología digital de imagen y programación- se unió al equipo que formó el Shroud Turin Research Project {STURP). Ese equipo realizó las pruebas más rigurosas hasta la fecha en la reliquia. La noción de que la imagen pudiera ser pintada se descalificó enseguida, recuerda Schwortz, pues no hay ninguna pigmentación o color. La teoría de que la imagen de la sábana pudiera ser una fotografía, tampoco prosperó, pues el tejido no tiene ni rastro de iones de plata. Schwortz asegura: «Como fotógrafo, tengo bastante conocimiento de la tecnología implicada, así como de lo referente a lentes focales e iluminación. Llego a la conclusión de que la imagen no pudo hacerse a mano, y se creó de un modo que no se puede duplicar. A mí, y tengo una considerable experiencia profesional en fotografía, la imagen de la sábana me sigue impactando poderosamente. He pasado 30 años viendo los intentos -de científicos y escépticos- de reproducir la imagen de la sábana. Nadie ha sido capaz de hacerlo conservando las propiedades físicas y químicas de la reliquia». A Schwortz le costó 18 años convencerse de la autenticidad de la Sábana de Turín. El factor decisivo fue una conversación con Alan Adler, otro sindonólogo judío. Adler le pudo explicar por qué, después de tanto tiempo, la sangre conservaba su color rojo y no se había vuelto marrón. Si una persona es torturada y no se le da nada de beber, su hígado segrega un compuesto químico llamado bilirrubina. Al entrar en el torrente sanguíneo, su sangre conserva permanentemente el color rojo. «Esa evidencia era la pieza que me faltaba en el puzzle», dice Schwortz. «Después de esa conversación desapareció todo obstáculo para reconocer la autenticidad de la sábana». Hoy Schwortz no tiene dudas de que se trata de un registro de la Pasión de Cristo. El lienzo confirma los detalles que narran los evangelios. Schwortz también concluye que las pruebas que nos llevan a la evidencia no hubiesen podido realizarse hace 50 años, pues la tecnología requerida no existía. Señala también que, a pesar del avance tecnológico, cuanto más pruebas se hacen más enigmática se vuelve la.sábana.

lnvcstigsciones sobre las reliquias de Cristo

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PÁGINAS ANTERIORES: La cúpula de

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la Basílica de San Pedro se apoya en cuatro pilares. Cada uno representa una de las reliquias más importantes del tesoro de esta iglesia: Sta. Elena (la Vera Cruz), Sta. Verónica (el velo), S. Andrés (la cabeza), S. Longino (la lanza).

en adelante Siria- Palestina. Aelia Capitolina tenía un trazado y una arquitectura que no recordaba en nada a la anterior Jerusalén. A pesar de esos cambios, la memoria de la Pasión de Cristo y de sus reliquias seguía viva entre los cristianos, quizá por influencia de los primeros obispos de Jerusalén, Santiago y Simón, parientes del Señor. El segundo nombre del último obispo judeo-cristiano, Judas Ciriaco, también significa «pariente del Señor». Al oír esta historia, Constantino decidió buscar las reliquias, excavar el sitio de la crucifixión y construir una iglesia allí. Envió a Elena a Jerusalén con la misión de encontrar los instrumentos de la crucifixión de Cristo. Su viaje a Tierra Santa está documentado por los historiadores de los siglos IV y V: Eusebio de Cesarea, Rufo de Aquileia, Teodoreto de Chipre, Sozomeno de Gaza, Sócrates Escolástico, Gelasio y Alejandro de Chipre. Todos narran cómo la madre del emperador socorría a los pobres, liberaba a los presos y esclavos, y permitía a los exiliados regresar a sus hogares.

IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO. Construida por Constantino sobre tres importantes sitios: el de la crucifixión de

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hallazgo de la Vera Cruz. Jan Drijvers, biógrafo de santa Elena, dice que la iglesia se construyó por el descubrimiento de la Cruz, más que por el del sepulcro.

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lnvestigsciones sobre las reliquiss de Cristo

Elena estaba supervisando la excavación cuando desenterraron tres cruces y tres clavos. Estaban ocultos en una antigua cisterna, no lejos del Gólgota, donde Jesús fue crucificado. No es extraño el lugar del descubrimiento conociendo las costumbres judías: todo lo que haya estado en contacto con un cadáver es impuro y no puede quedar dentro de los muros de la ciudad, sobre todo en la Pascua. La cisterna está fuera de la muralla. Elena y sus trabajadores creyeron que habían desenterrado la cruz de Cristo, y las de los dos ladrones que crucificaron con él. En su Vida de Constantino (escrita entre 338 y 340), Eusebio de Cesarea cita una carta del emperador al obispo Macario. Constantino dice que Elena ha tenido éxito y ha encontrado «evidencias de la santa Pasión de Cristo, que estuvieron enterradas durante tanto tiempo». La fecha del descu brimiento -14 de septiembre- se celebra en la Iglesia como la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Estando aún en Jerusalén, Elena dividió la Cruz en tres partes: la primera la dejó allí, la segunda se la llevó a Roma, y la tercera se la dio a su hijo para que la llevase a Constantinopla, la nueva capital que estaba construyendo. RELICARIO DE LA VERA CRUZ en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Un fragmento de la Cruz es visible de cerca, donde se cruzan los brazos.

Investigsciones sobre las reliquias de Cristo

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IZQUIERDA: Red colocada sobre la síndone para dividirla en segmentos de 10 cm2. DERECHA:

Aspirador usado por el profesor Giovanni Riggi en pruebas sobre la síndone.

encuentra en ninguna pintura. En su opinión, es el resultado de la im presión directa de un cadáver. En palabras de Arnaud-Aaron Upinsky, «es científicamente imposible que la Sábana de Turín fuese pintada por un artista. La imagen es como una fotografía, y única: no solo es una imagen negativa, sino que produce un efecto monocromático tridimen sional, que aparece en la superficie como resultado de la deshidratación de la celulosa, y de las variaciones de presión al imprimirse».

Ningún pintor de la Edad Media o anterior podría producir la síndone, pues en ese tiempo no se conocían las reglas de la perspectiva. Tampoco se disponía de suficiente conocimiento de la anatomía para dibujar con tal precisión -sin un solo error- los detalles del cuerpo humano. Los exámenes de la sábana revelaron la presencia de células sanguíneas y células de la piel. El doctor italiano Pierluigi Bollone identificó incluso el grupo sanguíneo AB. Es el más raro de los grupos, presente solo en el 4 o 5% de la población mundial. Sin embargo es el más frecuente en los judíos: el 18% de la población judía es AB. Los analistas han tratado también de la imagen en relación con las aparentes manchas de sangre. Se vio que no hay evidencia de color o ~

ALAN D. ADLER,

químico americano y hematólogo de ascendencia judía, uno de los analistas de la síndone.

unH BRUTHL EJECUClón LA MUERTE POR CRUCIFIXIÓN no es de la Ley judía. La instauraron los romanos como el castigo más degradante. Cicerón la llamó «la más cruel y horrible de las torturas», y Josefa se refiere a ella como «la más trágica de las muertes». No se podía aplicar a los ciudadanos romanos. Se reservaba para los esclavos y criminales o rebeldes no ciudadanos. Con frecuencia se aplicaba para reprimir rebeliones, como la de esclavos de Espartaco. El médico Truman Davis describe cómo reacciona el cuerpo a la crucifixión: «Conforme se cansan los brazos, los músculos sufren fuertes espasmos, con intensos dolores. A esto se añade la incapacidad de alzarse. Al colgar el cuerpo de los brazos, los músculos de la caja torácica e intercostales se paralizan. Se toma aire, pero no se puede expulsar. Jesús se tensaría para tomar solo un poco de aire. Poco a poco el dióxido de carbono ocupa los pulmones, aumenta en sangre y disminuyen los espasmos. Jesús tendría que alzarse con espasmos para obtener oxígeno». El crucificado comienza a perder aire. La sangre va dejando de aportar oxígeno al corazón y al cerebro. Un modo de intentar seguir vivo, a pesar de los dolores, es alzarse para respirar. Cada intento, apoyándose en las manos o los pies, produce un desgarramiento de las heridas de los clavos, que se abren y profundizan. Cada inspiración para seguir vivo es un tormento insoportable y el cuerpo se rinde por completo. Pronto, sin embargo, la víctima comienza a asfixiarse de nuevo y tiene que alzarse para tomar aire. En muchos casos, el verdugo abreviaba el proceso rompiendo las piernas al condenado, debajo de las rodillas. La víctima ya no podía alzarse, y moría por asfixia o infarto. A los dos ladrones crucificados junto a Jesús les quebraron las piernas. A Jesús no, porque los soldados vieron que estaba ya muerto.

EL CRUCIFICADO no podía estar en la cruz sin moverse. Tenía que luchar por cada respiración para prolongar su vida unos segundos.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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FRAGMENTO DE LA VERA CRUZ del relicario de la Catedral de Santa María del Fiare, Florencia.

ajusticiado: el título de su crimen. Gracias al evangelio de san Juan, sabemos que el de Jesús decía: «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos» (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum), por eso muchos crucifijos llevan las iniciales INRI.

Hesemann concluyó que la autenticidad de la Cruz no se podía determinar estudiando fragmentos de la madera. Aunque los ex pertos dijesen que tenía 2000 años, eso no probaba que se tratase de la Vera Cruz. Otra cosa era el títulus. Sabemos por varias fuentes históricas que la inscripción de Cristo era única; no es creíble que a otro Jesús de Nazaret, rey de los judíos, se le ejecutase esa primavera. Más aún, san Mateo dice que la inscripción estaba en tres lenguas. La prueba conclusiva, para Hesemann, debía venir del examen del títulus. Las fuentes nos dicen que Elena también dividió el títulus. De acuer do con el principio de que una parte representa el todo (pars pro tato), las reliquias se solían dividir, en la creencia de que cada fragmento con servaba las virtudes de la reliquia original. Las reliquias de Cristo -~e tenían en particular estima, como recuerdos del Salvador. Justamente en aquel tiempo, tras el descubrimiento de la Vera Cruz, se desarrolla en la Iglesia la doctrina teológica que distingue el culto que se da a Dios mismo del que se tributa a los ángeles y santos y a sus imágenes. A las personas divinas se les debe adoración ( culto de latría); a los ángeles y los santos se les venera ( culto de dulía). La Virgen María recibe un culto especial llamado de hiperdulía. Elena dividió, como queda dicho, el títulus por la mitad: la parte izquierda quedó en Jerusalén, la derecha la llevó consigo a Roma. Al llegar, decidió convertir parte de su palacio en una capilla dedicada a las reliquias que había traído: una parte de la Cruz, uno de los tres clavos y la mitad del títulus. Pidió que trajeran sacos de tierra del Gólgota y la esparció en el suelo de la capilla.

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EL PROF. ANDRÉ MARION utilizó un moderno scanner para descubrir

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dos formas de U, una dentro de la otra, que rodean la cara. En su opinión, son restos de los soportes que llevaban las inscripciones.

INSCRIPCIONES EN LA SÁBANA DE TURÍN, que se descifraron gracias a la avanzada tecnología que empleó el Prof. André Marion del Instituto de Óptica de Orsay: -

1. (O)PSEKIA(THO) - «tomado al atardecer»

4. (T)IB(ERIUS) - «Tiberius»

2. PEZO - «Yo certifico»

5. NNAZARENNOS - «Nazareno»

3. INNECE(M) - «a muerte»

6. (l)ESOU(S) - «Jesús»

Solo una vez se vio amenazado el títulus. cuando el ejército francés ocupó la ciudad en 1798. Muchas iglesias fueron saqueadas y destruidas, y se salvaron las reliquias porque se habían escondido en otra parte. Los franceses se llevaron los relicarios vacíos, y solo en 1803 volvieron a guardarse las reliquias en unos nuevos, costeados por la duquesa de Villa - hermosa. Con el tiempo, el títulus fue olvidado, debido en buena parte a las ideas de la Ilustración, que consideraba las reliquias como mera su perstición. En 1997, cuando Michael Hesemann decidió examinarlo, el títulus volvió a la luz. Hesemann creía que sus pruebas podrían confirmar una de estas tres hipótesis: la reliquia era una falsificación del tiempo de Elena; era una reproducción medieval; o era de hecho la cartela original que se clavó a la Cruz de Cristo. Según dijimos, el títulus se dividió en dos poco después de haber sido descubierto. La peregrinación más antigua de que tenemos noticia confirma la existencia de la parte izquierda del títulus en Jerusalén.

CÚPULA DE FILIPPO BRUNELLESCHI,

de la Catedral de Florencia. El arquitecto ganó el concurso para construirla en 1418.

lnvcstigsciones sobre las reliquias de Cristo

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EL ALGARROBO,

(Ceratonia siliqua). Sus granos de polen estaban entre los encontrados en la Sábana de Turín.

EXPERTOS SINDONÓLOGOS:

Max Frei-Sulzer de Suiza, Luigi Gonella de Italia, y John Jackson de EE.UU., durante las pruebas de 1978.

de Europa, las restantes 41 son frecuentes en Asia y África. Frei-Sulzer descubrió que solo una región en el mundo tiene 38 de esas 41 especies: Judea. El botánico israelí Avinoam Danin, de la universidad de Jerusalén, realizó otras pruebas. Es una autoridad mundial en plantas de Palestina y confirmó los resultados de Frei-Sulzer. Descubrió además que tres de las plantas presentes son endémicas en Tierra Santa. Son la rosa de roca (Cistus creticus), la alcaparra (Zygophyllum dumosum) y una clase de cardo (Gundelia toumefortii). Todas florecen en primavera y no crecen más que en Judea. Mediante filtros de polarización, el profesor americano Alan Wangher descubrió contornos de flores y plantas rodeando la imagen de la sábana. Sucede, según él, por un fenómeno conocido como «descarga en corona»; una descarga de electricidad estática. Wangher hizo un «mapa floral» de la sábana. Resultó que la Gundelia toumefortii supone más de la mitad del polen encontrado por Danin. Wangher también descubrió que en buena parte está concentrado en torno a la cabeza de la figura. Esto parece con firmar que la Corona de Espinas se hizo con esta planta. ~

CARDO BENDITO

(Gunde/ia tournefortii), endémico en Tierra Santa. Según el Prof. Alan Wangher, la Corona de espinas se hizo con esta planta.

RELICARIO de la Vera Cruz en la capilla del antiguo cementerio de la Catedral de Pisa.

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La peregrina española Egeria escribe sobre su visita a la iglesia del Santo Sepulcro en 383 d.C. y su veneración de la reliquia. En el s. V, Sócrates Escolástico describe la reliquia como «una tabla con diferen tes símbolos escritos por Pilato, diciendo que Cristo, Rey de los judíos, ha sido crucificado». Otros relatos confirman que en la tabla estaban las palabras Rex Iudaeorum. Antonio di Piacenza escribe sobre su visita a Tierra Santa en 570 y cómo «vio, tocó y besó» la reliquia, que «era de nogal». Sozomeno de Gaza, que en su juventud conoció a algunos

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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de los trabajadores que descubrieron las cruces, escribe que el títulus estaba escrito en hebreo, griego y latín. Solo varía el orden dado por san Juan: hebreo, latín y griego. No hay relatos posteriores, y muchos historiadores suponen que la reliquia debió desaparecer en 614, cuando los persas invadieron Jerusalén. Solo ha sobrevivido la mitad derecha del títulus guardada en Roma, en la iglesia de la Santa Cruz. Las pruebas confirman el corte de la parte izquierda de la tabla. Mide 25 cm de largo, lo que sugiere que el total sería medio metro. Otros hallazgos arqueológicos parecen verificar esta medida de 50 cm de media. En la superficie de la reliquia se encontraron restos de lechada de cal, y pintura negra en el fondo de las letras talladas. Eso concuerda con el modo de hacer el títulus en la época. Según los arqueólogos Maria Siliato y Werner Eek, «primero se encalaba la tabla, y luego se escribía la sentencia en negro o rojo. Muy ocasionalmente, se formaban las letras con alambre».

ANTIGUO CEMENTERIO de la Catedral de Pisa. Se trajo al cementerio suelo de Jerusalén, para que los ciudadanos ricos pudieran ser enterrados en la misma tierra que pisó Jesús.

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lnvcstigsciones sobre las reliquias de Cristo

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La Sábana de Turín fue examinada también por varios equipos médicos. Múltiples laceraciones en la cabeza confirman que debió llevar un casquete de espinos. Debió ocasionar fuertes dolores, pues en la cabeza tenemos más de 150 receptores de dolor. Los punzantes espinos también romperían venas e irritarían nervios. Hay también muchas contusiones en la cara. Sobre todo el rostro no es simétrico, el lado derecho está más hinchado como resultado de un golpe. Ese tipo de heridas aparecen por todo el cuerpo: más de 600 en la superficie de la piel. Muchas en la espalda, resultado de una flagelación. El poeta Horacio refiere que los romanos usaban en este castigo un horribile fiagellum. Era un látigo con mango de madera y tres tiras de cuero. Las tiras llevaban bolitas de plomo y fragmentos de hueso. Su impacto arrancaba la piel y desgarraba la carne.

IMAGEN TRIDIMENSIONAL

del rostro de Cristo como se ve en la síndone. Se construyó en 1978 como parte de las pruebas realizadas por los científicos Giovanni Tamburelli y Nello Balossino.

LAS MANOS

cruzadas sobre el abdomen. Son visibles las heridas de los clavos en las muñecas, no en las palmas.

Pierre Barbet había establecido ya, antes de la Segunda guerra mundial, que el cuerpo de la víctima lo clavaron a la cruz por las muñecas, no por las palmas. Pruebas posteriores de Pierluigi Baima Bollone, Lamberto Coppini y Frank Zugibe confirman estos resultados. El médico francés Pierre Merat pudo establecer por reconstrucción que si se hubiera clavado por las palmas habría caído de la cruz. Si la .._

REC0NSTRUCCIÓN de la Corona de espinas, basada en los análisis de la síndone.

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STAUROTEKA de la iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén, de Roma. Contiene un fragmento de la Vera Cruz traído por santa Elena.

RELICARIO DE LA CRUZ, de la Basílica de San Pedro. Se considera el mayor fragmento de la Vera Cruz en el Vaticano. Durante siglos, los papas fueron entregando partes de la reliquia a personajes y comunidades.

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Investigscioncs sobre las reliquias de Cristo

EL FRANCISCANO P. Jerzy Kraj, director del Centro de Información Cristiana de Jerusalén, con Grzegorz Górny y su esposa, Angelika Korszyríska-Górny.

EL FEnómEno DE LRS PEREGRIURCIOUES DESDE COMIENZOS DE LA EDAD MEDIA, las iglesias que tenían reliquias de Cristo adquirían renombre. Los peregrinos acudían a estos santuarios para rezar ante las reliquias y ganar indulgencias. Hay diarios de peregrinos a Tierra Santa desde el s. IV. Allí podían venerar las reliquias asociadas con la Pasión de Cristo. Con el tiempo, al dispersarse las reliquias por Europa, surgió una densa red de caminos de peregrinación. Goethe creía que la

conciencia colectiva europea se desarrolló gracias a las peregrinaciones. Esos viajes permitieron a los cristianos europeos ensanchar sus horizontes, conocer a sus contemporáneos de otras tierras, y participar en la cultura religiosa de la Cristiandad. Durante siglos, las peregrinaciones fueron el único modo de conocer las tradiciones, lenguas y costumbres de otras naciones, descubriendo lo que nos

une. Se fundaron hospitales a lo largo de los caminos de peregrinos, comenzó a desarrollarse el hábito de los viajes, aparecieron posadas, y se construyeron muchas carreteras y puentes. Venerar las reliquias en ciudades como Jerusalén, Roma, Santiago, Aquisgrán y Tréveris configuró la visión del mundo de muchos europeos. Gracias a las peregrinaciones, Europa se convirtió en buena medida en una comunidad de creyentes.

TITULUS

de Jesús de Nazaret que se encuentra en la Basílica de la Santa Cruz en jerusalén, de Roma. Tiene 25 cm de largo, 14 de ancho y 2,6 de espesor. Pesa 687 gramos. DAMNATIONIS

VITRINA, en la

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misma basílica, donde están las reliquias que trajo santa Elena: el palo horizontal de la cruz del buen ladrón, un fragmento de la Vera Cruz, el Santo Clavo, y el titulus damnationis.

data del tiempo de Cristo, también podemos verificar las circunstancias de su descubrimiento e, indirectamente, la autenticidad de las tres cruces y clavos. Podemos sugerir también que las numerosas reliquias de la Vera Cruz, que hay en tantas catedrales de Europa, son de hecho genuinas: o al menos las procedentes de Roma, Constantinopla o Jerusalén». Cada una de las partes en que Elena dividió la Cruz fue a su vez di vidida pronto. Los fragmentos se enviaron a iglesias y lugares de culto. Casi cada parroquia quiso tener uno de estos testigos de los sufrimientos de Cristo. Sabemos por excavaciones arqueológicas que en el s. IV había partes de la Cruz en iglesias de Rávena y de las ciudades de Tixter y Matifu en el norte de África. También sabemos que algunos obispos de Jerusalén regalaron fragmentos. Juan II, por ejemplo, entregó pequeños fragmentos a san Paulino de Nola y Sulpicio Severo, a quien escribió que «en el menor fragmento se puede encontrar toda la fuerza de la Vera Cruz». Padres de la Iglesia, como san Gregorio de Nisa y san Juan Crisóstomo, escribieron que algunos cristianos llevaban al cuello, en relicarios de oro, fragmentos de la Cruz. No es extraño, por tanto, que en uno de sus escritos de catequesis san Cirilo de Jerusalén declarase

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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que se podía encontrar «madera de la Vera Cruz» no solo en su basílica sino también «en cada rincón del mundo». Varias décadas más tarde, lo que fue un motivo de orgullo se convirtió en acusación para los católicos. A comienzos del s. XVI, Erasmo de Rotterdam afirmaba que «un barco de carga sería pequeño para transportar los fragmentos de la Vera Cruz, diseminados por el mundo». También Martín Lutero dijo que «se podría construir una casa con las partes de la Cruz que hay en el mundo». En su opinión, muchas reliquias de la Cruz eran falsas. En el s. XIX, el arquitecto francés Charles Rohault de Fleury -investigador de las reliquias cristianas- decidió probar la validez de estas afirmaciones. Publicó sus resultados en 1870. Calculó que el volumen de la Cruz era de unos 36.000 cm3 , mientras el volumen total de los fragmentos repartidos era apenas de 4.000 cm3• Esa evidencia sugiere que todos los fragmentos oficialmente reconocidos suman una novena parte del volumen original de la Cruz. Los críticos pueden señalar que son muchos los lugares que se ufanan de tener esa reliquia, pero hay que recordar que en muchos casos se trata de meras astillas del original. La autenticidad de un fragmento puede determinarse comprobando el tipo de madera (la Vera Cruz era de pino negro: Pinusnigra), así como la documentación de su origen de uno de estos lugares: Roma, Constantinopla o Jerusalén. Durante el reinado de Constantino, estas tres ciudades poseían las tres partes de la Cruz, antes de que se dividieran en menores piezas. Nos han llegado relatos de peregrinos sobre la parte que santa Elena dejó en Jerusalén; afirman que se veneraba en la iglesia del Santo Sepulcro. Según atestiguan, la reliquia se presentaba en dos palos, vertical y horizontal. Los fieles podían besarla, aunque algunos aprovechaban para morder y llevarse un poco. Para evitar este abuso, se nombró un encargado, conocido como staurophylax ( «custodio de la Cruz»), que la protegiese. En el s. V ocupó el cargo durante un tiempo el gallego Toribio: amigo del papa León I y de Juvenal, obispo de Jerusalén. Al ser nombrado obispo de Astorga, Toribio dejó Tierra Santa y volvió a España, donde murió en 476. Se creía que había traído un buen trozo de la Vera Cruz,



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Dos astrónomos de Oxford University -Colín J. Humphreys y W.G. Waddington- realizaron estudios sobre la muerte de Jesús, basándose en datos del Nuevo Testamento. San Mateo habla de un eclipse solar en ese momento. También en los Hechos de los Apóstoles, san Pedro dice que la luna se convertirá en sangre (2, 20). Los astrónomos determinaron que, el 3 de abril del año 33, hubo un eclipse parcial que coincidió con la salida de la luna y la puesta del sol. Comenzó hacia las 18.20 y acabó a las 18.50; entonces el 20% de la luna apareció rojo. Como no hubo ningún otro fenómeno semejante en la primavera de ese año, podemos asumir que la fecha más probable de la muerte de Cristo es el 3 de abril del año 33. Es significativo que todas las pruebas realizadas en la síndone en las últimas décadas han reforzado lo que dicen los evangelios sobre la muerte de Cristo. Todas concluyen que la reliquia es un lienzo mortuorio auténtico de Cristo: todas menos una. La datación por ra diocarbono se realizó en 1988 en tres lugares diferentes, intentando establecer la edad de la síndone. Los test de Zurich y Tucson concluyeron que el tejido se hizo entre 1262 y 1312, mientras el laboratorio de Oxford lo dató entre 1353 y 1384. Desde el principio, muchos científicos advirtieron que ese método tiene fallos, si la muestra de carbono-14 no es del mismo periodo que el material analizado. Por ejemplo, si el material se ha contaminado con carbono, la prueba señalará como edad la de esa contaminación. Los tejidos se contaminan más fácilmente que otros materiales, pues absorben líquidos que pueden contener carbono, así como bacterias, hongos y mohos que absorben isótopos de carbono de la atmósfera. Para que la datación sea precisa, la prueba debe estar limpia. ..,.

EL PROF. BRUNO FABBIANI presenta

los resultados de sus pruebas a Grzegorz Górny y Fr. Bohdan Dutko.

GROTTO IN MONTE GARGANO, en el Santuario de San Miguel Arcángel. Según una tradición, la lucha entre san Miguel y Lucifer tuvo lugar en esta gruta. En el interior hay una capilla con un relicario de la Vera Cruz.

Al examinar la sábana, los científicos afirman que la radiación debió también traspasar el tejido, dejando su estructura intacta. Sin nada sólido que lo

sustentase, la forma de capullo se aplastó. Eso fue lo que vio san Juan, y «vio y creyó» (cf. Jn 20, 8). Esta es la mejor hipótesis que la ciencia moderna

puede presentar. Sin embargo, aún no hay explicación sobre el origen de esta erupción de energía, que creó la imagen más increíble de la historia.

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Investigscioncs sobre las reliquias de Cristo

~ una nueva capital en África, cuando el patriarca Sergio le hizo cambiar de parecer. Persuadió al emperador para que emprendiera la guerra santa contra los infieles persas que habían robado la reliquia más preciada de la cristiandad. En 627, los bizantinos derrotaron a los persas cerca de Nínive, y Heraclio entró en el palacio del shah en Dastagei, a 30 km de Ctesifonte. Cosroes fue asesinado por su propio hijo, que le había sucedido como Kavad II y entró en negociaciones con los bizantinos. La Vera Cruz volvió a los cristianos en mayo de 628. En septiembre del mismo año, la reliquia se colocó en Santa Sofía de Constantinopla. Pasado el invierno, Heraclio decidió devolver la reliquia a Jerusalén personalmente. Sabemos por varios cronistas que el 3 de mayo de 629, el emperador entró descalzo en la ciudad santa, sin corona, vestido solo con túnica blanca. Llevaba la Vera Cruz que seis siglos antes había cargado Cristo. El obispo Zacarías, liberado de los persas, le acompañaba.

SANTO TORIBIO DE LIÉBANA es el monasterio más antiguo de España. La capilla barroca del s. XVIII conserva una reliquia que se

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consideró durante

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mayor fragmento

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mucho tiempo el de la Vera Cruz.

Fue una gran alegría para los cristianos el regreso de la Vera Cruz y de su obispo, pero les duró poco. En 638 las recién unidas tribus musulmanas tomaron la ciudad. Al principio los nuevos poderes fueron tolerantes con los cristianos. El califa Umar firmó un tratado con el patriarca Sofronio I, garantizando que los lugares de culto cristianos en Jerusalén serían protegidos. Eso cambió cuando al- Hakén subió al califato y comenzó a perseguir a los cristianos. El 18 de octubre de 1009 ordenó demoler la iglesia del Santo Sepulcro y sus reliquias fueron destruidas. La política de represión iniciada por el califa fatimita produjo una enérgica reacción entre los cristianos de Europa. La llamada a liberar la ciudad santa de las manos de los invasores paganos encontró un eco creciente y desencadenó la Primera Cruzada. Culminó con éxito cuan do los cruzados ocuparon Jerusalén el 15 de julio de 1099. El primer jefe del Reino Latino de Jerusalén, Godofredo de Bouillón, mandó construir una nueva iglesia del Santo Sepulcro. Los cruzados esperaban que la . Vera Cruz fuese el centro de la nueva iglesia reconstruida. Sucedió sin embargo que la ciudad solo poseía cuatro pequeños fragmentos de la

MUCHOS PEREGRINOS acuden a Sto. Toribio de Liébana para besar una reliquia descrita en fuentes medievales como el brazo izquierdo de la Vera Cruz.

Invcstigsciones sobre las reliquias de Cristo

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En años recientes, tres equipos de científicos (Joseph Marino y Sue Benford en 2000, Orazio Petrosillo en 2002 y Raymond Rogers en 2005) han cuestionado la credibilidad de las dataciones por carbono. Dicen además que las muestras se tomaron de los remiendos cosidos en el s. XIV. La mayoría de los especialistas piensan que no se puede precisar una determinada edad con pruebas de carbono, sobre todo si contradice lo que se sabe por la historia, iconografía, bioquímica, fotografía, medicina y botánica. Hasta hoy, el mayor misterio es saber cómo se imprimió la imagen en el tejido. A pesar de tantas pruebas, la ciencia actual no puede explicarlo. La explicación más aproximada dice que puede ser resultado de una radiación de una intensidad de 1013 electrones por cm2• Esa radiación debió emitirse verticalmente, difundirse y ser absorbida en el aire. Se ha intentado muchas veces, pero nadie ha conseguido aún copiar la síndone en todos sus detalles. La ciencia actual parece no tener los medios para una reproducción fiel de este extraordinario y único objeto. Los últimos resultados de pruebas se publicaron en diciembre de 2011 por la Agencia Nacional Italiana para las Nuevas Tecnologías (ENEA). Después de cinco años de pruebas, llegan a la conclusión de que no existió antes del siglo XXI un método o técnica que permitiese producir la imagen de la Sábana de Turín. La profundidad del color de la imagen es solo de 200 nanómetros (como la envoltura de una célula microscópica). Los científicos piensan que un efecto así solo podría conseguirse con láser ultravioleta. Admiten por tanto que estamos ante una imagen acheiropoietos: «no hecha por mano».

EL P. JOSÉ COTINO,

portavoz del Arzobispo Anastasia Ballestrero, actuó como representante de la archidiócesis de Turín durante las pruebas realizadas en la síndone en 1978.

RELICARIO DE PLATA DORADA del s. XVII del monasterio de Sto. Toribio de Liébana. Una ventana permite besar y tocar la madera. Tiene 2000 años de antigüedad, pero esa madera es de ciprés mediterráneo, una especie que crece en Palestina, que no coincide con la madera de la Vera Cruz.

Cruz. En 638, cuando los árabes se acercaban a Tierra Santa, el patriarca Sofronio I había dividido la reliquia en 19 partes, temeroso de que la destruyesen los musulmanes. Envió tres piezas a Constantinopla y otras tres a Antioquía. Georgia y Chipre recibieron dos cada una, y Alejandría, Ascalón, Edesa, Damasco y Creta, una pieza cada una. Años después, las restantes cuatro piezas de Jerusalén se dividieron en pequeños fragmentos. El reino cruzado de Jerusalén pasó por dificultades financieras y comenzó a vender reliquias para sobrevivir. Los fragmentos de la Cruz acabaron en muchas ciudades de Europa. Dos fragmentos importantes terminaron en la ciudad austriaca de Wienerwald; el primero lo entregó san Leopoldo III, margrave de Austria, y el segundo su nieto Leopoldo V.

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SANTA CRUZ EN JERUSALÉN,

de Roma. En 1930 el arquitecto Florestano de Fausto construyó la capilla donde se guardan las reliquias de la Vera Cruz, junto con el titulus damnationis, un Santo Clavo, dos espinas de la Corona y una pieza del brazo horizontal de la cruz del buen ladrón.

Los reyes latinos de Jerusalén enviaron a Europa emisarios con fragmentos de la Cruz. Esos hombres utilizaron las reliquias para impar tir bendiciones y obtener ayuda para los cruzados. Ocasionalmente un emisario podría ser atacado y robado. Eso fue lo que le pasó al canónigo Conrad de Baviera, que fue atacado por hombres de Conrad II, conde de Dachau. Los sucesores del conde donaron luego la reliquia a un monasterio de Scheyern. Como resultado, la abadía bávara se convirtió en uno de los centros de peregrinación de la Alemania medieval. A pesar de su éxito inicial, el Reino Latino de Jerusalén no duró hasta fin del siglo. El 4 de julio de 1187, los cruzados fueron derrotados en la batalla de Hattin, cerca del Mar de Galilea, por las tropas de Saladino. Durante la batalla, los sarracenos se apoderaron de la reliquia de la Vera Cruz que llevaba como estandarte el obispo de Belén. Eso quebró la moral de los soldados cristianos. Los musulmanes enviaron la reliquia a Damasco. Cinco años después, rechazaron el intento de comprarla por

EL IUSTRUmEnTO DE unR mUERTE HORRIBLE

La Vera Cruz

RELICA RIO O STEN SO RIO de 1778. Un pequeño fragm ento de la Vera Cruz se m uestra entre dos piezas de

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cristal de roca. Se presentaba al público cada año el 14 de agosto en la Iglesia de san Juan de Essen.

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DOS FRAGMENTOS DE LA CRUZ, en un relicario de la Iglesia de la Divina Providencia. Se trajeron desde Asís a Polonia en 1847.

Hoy la basílica alberga solo tres fragmentos de la cruz original, que se guardan en un relicario de 1803. La mitad del títulus y el palo horizon tal de una de las tres cruces descubiertas por santa Elena se muestran junto a los fragmentos. El palo lleva una inscripción: «Parte de la cruz del buen ladrón» (pars crucis boni latronis), por comparación deducimos el tamaño de la Cruz de Cristo. La tercera parte de la Cruz original la envió santa Elena a Constantinopla; se celebró su hallazgo el 11 de mayo de 330. El corazón de la ciudad era un foro conocido como el Augusteum y en su centro había una piedra miliar llamada el Milión. Cada punto del imperio bizantino se medía con referencia al Milión, que era su centro. Se construyó una cúpula sobre él y encima un gran fragmento de la Vera Cruz. En la visión de Constantino, la Cruz de Cristo era el centro del mundo. La mayor parte se guardaba en el tesoro imperial. Más tarde, los emperadores dieron pequeñas piezas de la reliquia a personas influyentes que les apoyaban. Por ejemplo, en 569, el emperador Justino II regaló un fragmento a la hija de san Radegundo, rey de Turingia, que fundó un monasterio en Poitiers. Constantino VIII le dio otro a Mangold I von

RELICARIOS DE STRZELNO. Es la mayor colección de reliquias de santos, beatos y mártires. Hay reliquias incluso de primeros cristianos traídas de las catacumbas romanas. Restos de los apóstoles Pedro, Santiago, Felipe y Bartolomé. También de santa Inés, y san Benito. No se puede confirmar hoy su autenticidad. Las «auténticas» disponibles son de obispos italianos de los siglos XVII y XVIII. La reliquia de la Vera Cruz está en un ostensorio sobre el sagrario.

EL HLTHR RELICHRIO DE STRZELno LA CIUDAD DE STRZELNO, en la provincia de Cuyavia-Pomerania de Polonia, tiene una iglesia románica dedicada en 1216 a la Santísima Trinidad. La iglesia ha sido reconstruida muchas veces, pero sigue en pie. Durante siglos acudieron los peregrinos de toda Europa para venerar la reliquia de la Vera Cruz. Está en un altar especial que guarda también reliquias de 658 mártires y santos. El altar barroco se construyó en 1743, aunque el crucifijo gótico que lo preside es del s. XIV. El altar ofrece un magnífico marco para muchas reliquias, pero la más apreciada es un fragmento de la Vera Cruz. Su autenticidad fue verificada, el 30 de agosto de 1729, por el arzobispo de Milán Dionisia Modino y le puso el sello de auténtica el nuncio Baccario. Se guarda en un cofrecito de plata con ventanas de cristal.

CRUCIFIJO DEL S. XIV del altar de la Santa Cruz de Strzelno. Sus milagros están documentados desde 1461.

CAPÍTULO 11

La

Vera Cruz En 1997 el historiador alemán Michael Hesemann entró en una iglesia de Roma y visitó una capilla situada en el lado izquierdo de la nave, donde se paró a contemplar las imágenes religiosas. Sonrió, sabiendo que había encontrado el modo de probar la autenticidad de la más santa de las·. reliquias cristianas: la Vera Cruz. Al entrar en la basílica romana de la Santa Cruz en Jerusalén, Hesemann no tenía idea -como Secondo Pia casi 100 años antes- de los sensacionales descubrimientos que vendrían al examinar la Vera Cruz, y que él mismo propició.

LA CRUZ DE THEOPHANU. Relicario del s. XI encargado por la princesa Theophanu, priora del convento de Essen. El fragmento de la Vera Cruz está protegido con cristal de roca egipcio. Esta_ staurotheka se guarda hoy en el tesoro de la Catedral de Essen.

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zado e historiador Godofredo de Villehardouin escribió, del tiempo que estuvo allí: «Las reliquias son innumerables: hay tantas en esta ciudad como en el resto del mundo». La riqueza de Constantinopla despertó la codicia de muchos príncipes europeos. En 1204, la cuarta cruzada (conducida por francos y venecianos) se dirigió a la capital bizantina y no a Tierra Santa. Tomaron la ciudad el 13 de abril y la saquearon. La invasión sigue siendo un agravio para los ortodoxos hasta el día de hoy. En una crónica medieval de Colonia se lee: «La ciudad conquistada guardaba preciosos tesoros, muchas gemas de gran precio y una pieza de la Vera Cruz. Traída de Jerusalén por santa Elena, estaba cubierta de oro y pedrería, y era tenida en gran estima. Los obispos presentes la dividieron y repartieron entre los caballeros cruzados; más tarde, al volver a casa, esos fragmentos llegaron a muchas iglesias y monasterios». No es de extrañar que después de 1204 docenas de reliquias, incluso de la Vera Cruz, comiencen a aparecer en muchas ciudades europeas, sobre todo en Francia y Flandes. Entre otras: Angers, Baugé, Corbie, Lille, Limburgo, Maastricht, Mettlach y Tréveris. Con frecuencia esos fragmentos se volvían a dividir y se enviaban a otros lugares· de culto. Desde Venecia se enviaron muchas reliquias. Según relatos de peregrinos, Venecia más que una ciudad parecía un inmenso relicario. Hasta hoy, la Basílica de san Marcos guarda una de las mayores piezas de la Vera Cruz, de 42 cm de largo. Esta reliquia, llamada Irene por la emperatriz bizantina, es parte del botín de la toma de Constantinopla. Los cristianos trataron los fragmentos de la Vera Cruz con gran reverencia. Hicieron costosos relicarios conocidos como staurothekas ( del griego, stauro, palo o cruz, y theka, caja). Las staurotecas tienen varias formas, cruces, paneles o trípticos y con frecuencia se adornan con esmaltes, pedrería y oro. Muchas de estas piezas son obras maestras de orfebrería. Algunos ejemplos son · las de la catedral de Limburgo, la iglesia de san Eucario y san Matías

LA RELIQUIA DEL SANTUARIO de la Santa Cruz siempre se guardó en un relicario en forma de cruz húngara (doble brazo horizontal) debido al origen de la reliquia. Después de su coronación en el año 1000 san Esteban de Hungría adoptó el sello de la doble cruz, como los arzobispos. Desde entonces lo usaron los reyes húngaros que le sucedieron.

FRESCOS DEL S. XVII, en la capilla de la familia Olesnicki del monasterio de la Santa Cruz, describen cómo llegaron las reliquias a Polonia desde Hungría. Se supone que las trajo el hijo de san Esteban, el príncipe Emerico.

en Tréveris, el panel de Floreffe (hoy en el Louvre), y el tríptico de la abadía de Marienstern en la antigua Lusatia. Dos de las más antiguas staurotecas de Polonia, probablemente bizantinas, están en el tesoro real en el Wawel de Cracovia y en el Museo de Lednica. Algunos relicarios han desaparecido, como el que se llevaron los alemanes de la Colegiata de Tum en 1939. La llamada Cruz Palatina, o reliquia de la coronación de los reyes polacos, que se en cuentra hoy en Notre Dame, llegó a Francia, junto con otras piezas del tesoro real, después de la abdicación de Jan Kazimierz en 1668. A su muerte las legó a su cuñada Ana Gonzaga, que las pasó al monasterio benedictino de Saint Germain des Prés. De allí pasaron a Notre Dame. Con el aumento de reliquias procedentes de la cuarta cruzada, creció también el número de las falsificaciones y copias. Entre otras, los falsos fragmentos de la cruz que junto a otras reliquias de la Pasión se

EL SHUTO DESCUBRlffllEUTO LA HIJA DE UN POSADERO, Flavia lulia Helena (2S5-328 d.C.) casó con un oficial legionario romano de nombre Constancia Cloro. Le dio un solo hijo, Constantino. Constancio ascendió en el ejército y la política hasta un rango elevado. Se divorció de Elena y casó con Teodora, hija del emperador Maximiano. Ese matrimonio le permitió convertirse en César de Roma en 293, y adquirir el título imperial de Augusto en 30S. Constancia murió luchando en Britania en 306, y su hijo Constantino fue el nuevo emperador. Ese mismo año, Constantino dio a su madre el título de emperatriz. Elena se convirtió al cristianismo hacia 312. En 32S partió para Tierra Santa, donde descubrió la Vera Cruz. Destacaba por su generosidad con los pobres y su ayuda a presos y exiliados. Murió el 18 de agosto de 330 y se la venera como santa en la Iglesia católica y en la ortodoxa. Tanto Elena como Constantino se consideran santos «iguales a los Apóstoles» en la Iglesia ortodoxa. En la iconografía oriental, se suele representar a santa Elena como emperatriz, coronada o vestida con riqueza y un velo blanco. Siempre sostiene una cruz, a veces junto a Constantino. En el arte occidental suele llevar la cruz, tres clavos y una maqueta de una iglesia. Es la patrona de los tintoreros y de los fabricantes de agujas y clavos, entre otros.

SANTA ELENA. 1) Imagen en la Basílica de San Pedro. 2) Relicario de la cabeza de la emperatriz en la Catedral de Tréveris. 3) Cuadro en el Calvario de Vilnius.

RELICA RIO DE LA

SANTA CRUZ en el monasterio de }asna Góra, en Czestochovva, ofrecido a los monjes paulinos en 1744 por María Josefa de Austria, esposa del rey polaco Augusto 111 el sajón. La reliquia fue un regalo del papa Clemente XI a la madre de María Josefa, la princesa Guillermina Amalia de Brunswick, esposa del emperador José l. El relicario se hizo en Viena en 1703.

LA CAPILLA DE LA

SANTA CRUZ en la Gran Torre del castillo de Karlstejn sirve como cámara del tesoro para las reliquias que trajo el emperador Carlos IV. Fue sin duda el lugar más vigilado de todo el imperio. Se entra por dos grandes puertas con 79 cerrojos.

La práctica de coleccionar objetos santos fue típica del medievo tardío. Algunas iglesias competían para atraer peregrinos; al visitar estos lugares privilegiados de culto, los peregrinos lucraban indulgencias. ~l monasterio de Reichenau, cerca de Wittenberg, se ufanaba de tener 18. 970 reliquias, restos de santos. Esta colección rivalizaba con la del arzobispo de Brandenburgo, que conservaba el cuerpo de 42 santos. Las colecciones polacas más importantes se encontraban en la iglesia de san Vicente en Wrodaw (unas 1.500 reliquias) y en la iglesia de la Santísima Trinidad de Strzelno ( 658 reliquias). La más valiosa solía ser un fragmento de la Vera Cruz. El altar de la iglesia de Strzelno, por ejemplo, tiene reliquias de huesos de varios santos y pequeñas piezas de la Cruz.

La Europa medieval es también testigo de la creciente popularidad de los Via Crucis. En muchos casos son capillitas que representan momentos de la Pasión del Señor. El primero se construyó entre 1405 y 1420 cerca

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

de Córdoba, por iniciativa del dominico Álvarez. Otros comenzaron a aparecer en Alemania poco después: las monjas del convento de Villigen, en Baden-Württemberg, erigieron un Via Crucis que reproduce el original de Cristo. En Polonia, los más conocidos son los de Kalwaria Zebrzydowska, Kodenska, Paclawska, Wílenska y Góra Kalwaria, algunos con reliquias de la Vera Cruz. Kalwaria Wíleúska, en las afueras de Vilnius (hoy Lituania) en 1660, es uno de ellos. El Via Crucis termina en la cima de una colina, donde hay una iglesia de la Santa Cruz. En su interior hay un relicario de la Vera Cruz. Robaron la reliquia en 1960 y estuvo

EL EffiPERHDOR Y SU PHLHCIO DE CUERTO DE HHDHS

CARLOS IV, DE LA CASA DE LUXEMBURGO, fue rey de

Bohemia y emperador. Durante su reinado trasladó la capital imperial a Praga, donde había nacido, pasó la mayor parte de su tiempo y murió. En 30 años, la convirtió en uno de los centros políticos y culturales más importantes de Europa. En 1348 crea la primera universidad de centroeuropa en Praga, que lleva su nombre hasta el día de hoy. Ese mismo año, comenzó la construcción del castillo gótico de Karlstejn, del que se decía contener el Santo Grial. Carlos guardó en esa fortaleza las reliquias que había reunido, también la insignia real, joyas e importantes documentos. Durante las guerras husitas, las joyas de la corona checa se trajeron de Praga a Karlstein, donde permanecieron casi 200 años.

El centro del castillo era la Capilla de la Santa Cruz, en la Gran Torre, cuyas murallas tienen 7 metros de espesor. Más de 2.000 preciosas gemas decoran su interior, junto a 130 cuadros del pintor de la corte, Teodorico. Solo los obispos y arzobispos tenían libre acceso a la capilla. Las mujeres no podían entrar siquiera en la Gran Torre. Se la podía llamar el «santo de los santos» del imperio.

lnvcstigsciones sobre las reliquias de Cristo

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PÁGINAS ANTERIORES: La cúpula de

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la Basílica de San Pedro se apoya en cuatro pilares. Cada uno representa una de las reliquias más importantes del tesoro de esta iglesia: Sta. Elena (la Vera Cruz), Sta. Verónica (el velo), S. Andrés (la cabeza), S. Longino (la lanza).

en adelante Siria- Palestina. Aelia Capitolina tenía un trazado y una arquitectura que no recordaba en nada a la anterior Jerusalén. A pesar de esos cambios, la memoria de la Pasión de Cristo y de sus reliquias seguía viva entre los cristianos, quizá por influencia de los primeros obispos de Jerusalén, Santiago y Simón, parientes del Señor. El segundo nombre del último obispo judeo-cristiano, Judas Ciriaco, también significa «pariente del Señor». Al oír esta historia, Constantino decidió buscar las reliquias, excavar el sitio de la crucifixión y construir una iglesia allí. Envió a Elena a Jerusalén con la misión de encontrar los instrumentos de la crucifixión de Cristo. Su viaje a Tierra Santa está documentado por los historiadores de los siglos IV y V: Eusebio de Cesarea, Rufo de Aquileia, Teodoreto de Chipre, Sozomeno de Gaza, Sócrates Escolástico, Gelasio y Alejandro de Chipre. Todos narran cómo la madre del emperador socorría a los pobres, liberaba a los presos y esclavos, y permitía a los exiliados regresar a sus hogares.

IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO. Construida por Constantino sobre tres importantes sitios: el de la crucifixión de

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hallazgo de la Vera Cruz. Jan Drijvers, biógrafo de santa Elena, dice que la iglesia se construyó por el descubrimiento de la Cruz, más que por el del sepulcro.

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Los Santos Clavos

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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Al examinar las fuentes históricas, Michael Hesemann se hacía una pregunta: ¿ Cómo supo Elena que las cruces eran las del Gólgota y cómo pudo estar segura de cuál era la de Jesucristo? Muchos escritores cristianos mantienen que la Cruz se identificó por la curación milagrosa de una mujer enferma incurable. Hay dos personas que no están de acuerdo. El primero fue san Ambrosio de Milán; predicando en el funeral del emperador Teodosio I en febrero de 395, afirma que las cruces se pudieron identificar solo gracias al titulus, la tablilla con el nombre del condenado. Lo mismo dice en una de sus homilías san Juan Crisóstomo, entonces obispo de Constantinopla. La cruz romana se componía de dos partes: el palo vertical (stipes), de 3 o 4 metros, y el horizontal (patibulum), de 1,80 aproximadamente. Un tercer elemento se solía clavar por encima de la cabeza del

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cruz en cuyo brazo se ven tres clavos.

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Después de investigar en muchas fuentes, incluso arqueológicas, Hesemann concluyó que los clavos eran tres. Dos para las manos y uno que atravesaba los dos pies. Está confirmado por las fuentes más antiguas, que describen cómo encontró santa Elena la Vera Cruz. Los cronistas aseguran que en 325 d.C. Elena encontró tres cruces y tres clavos. Es posible que se desenterrasen más de tres clavos: por ejemplo, los usados para crucificar a los dos ladrones, los que unían los dos palos de la cruz, o los que fijaban el títulus. Los escritores contemporáneos no los mencionan, pues para un cristiano los más importantes son los que atravesaron la carne del Salvador. Se consideran con veneración, pues fueron bendecidos con la sangre de Cristo.

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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FRAGMENTO DE LA VERA CRUZ del relicario de la Catedral de Santa María del Fiare, Florencia.

ajusticiado: el título de su crimen. Gracias al evangelio de san Juan, sabemos que el de Jesús decía: «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos» (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum), por eso muchos crucifijos llevan las iniciales INRI.

Hesemann concluyó que la autenticidad de la Cruz no se podía determinar estudiando fragmentos de la madera. Aunque los ex pertos dijesen que tenía 2000 años, eso no probaba que se tratase de la Vera Cruz. Otra cosa era el títulus. Sabemos por varias fuentes históricas que la inscripción de Cristo era única; no es creíble que a otro Jesús de Nazaret, rey de los judíos, se le ejecutase esa primavera. Más aún, san Mateo dice que la inscripción estaba en tres lenguas. La prueba conclusiva, para Hesemann, debía venir del examen del títulus. Las fuentes nos dicen que Elena también dividió el títulus. De acuer do con el principio de que una parte representa el todo (pars pro tato), las reliquias se solían dividir, en la creencia de que cada fragmento con servaba las virtudes de la reliquia original. Las reliquias de Cristo -~e tenían en particular estima, como recuerdos del Salvador. Justamente en aquel tiempo, tras el descubrimiento de la Vera Cruz, se desarrolla en la Iglesia la doctrina teológica que distingue el culto que se da a Dios mismo del que se tributa a los ángeles y santos y a sus imágenes. A las personas divinas se les debe adoración ( culto de latría); a los ángeles y los santos se les venera ( culto de dulía). La Virgen María recibe un culto especial llamado de hiperdulía. Elena dividió, como queda dicho, el títulus por la mitad: la parte izquierda quedó en Jerusalén, la derecha la llevó consigo a Roma. Al llegar, decidió convertir parte de su palacio en una capilla dedicada a las reliquias que había traído: una parte de la Cruz, uno de los tres clavos y la mitad del títulus. Pidió que trajeran sacos de tierra del Gólgota y la esparció en el suelo de la capilla.

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OSARIO de Yehohanan ben Hagkol en el que los arqueólogos descubrieron los pies atravesados por un clavo. Según el antropólogo israelí Nicu Haas, el clavo mediría 16 cm y atravesaba ambos pies. Otros dos científicos israelíes -joseph Zias y Eliezer Sekeles- creen que el clavo era solo de 11,S cm y atravesaba solo el pie derecho.

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Investigscioncs sobre las reliquias de Cristo

El descubrimiento de Giv'at ha-Mívtar proporcionó a los arqueólogos un modelo de la clase de clavos que usaban los romanos para crucificar. Era un clavo de carpintero, de sección cuadrada, que medía unos 16 cm de largo y O, 9 cm de espesor en la parte más gruesa. Se utilizaba para asegurar grandes piezas de madera y ocasionalmente en las ejecuciones. Las primeras comparaciones entre estos clavos y algunas de las reliquias ya indicaron que no podían ser auténticas. Por ejemplo, · la que se guarda en el tesoro del palacio imperial Hofburg en Viena resultó ser falsa, pues mide 18 cm y es de plata. Algunas reliquias, como las veneradas en Arras y París, son demasiado pequeñas para atravesar una mano o un pie. Hay tres explicaciones posibles: son falsificaciones; o incluyen una parte del clavo original, que fue cortado y fundido en forma de clavo; o son las llamadas reliquias de tercera clase, que estuvieron en contacto con la reliquia original.

Todo esto plantea la cuestión de qué reliquias se pueden considerar auténticas. Algunas fuentes antiguas nos dicen que Elena llevó uno de los tres clavos originales a Roma y dio los otros dos a su hijo Constantino, que los llevó a su recién construida capital, Constantinopla. En su capilla privada del Sessorium, el clavo que trajo Elena a la Ciudad Eterna solía estar junto a un fragmento de la Vera Cruz y una parte del títulus, así como una pieza de la supuesta cruz del buen ladrón. Con el tiempo, la capilla privada de Elena se reconstruyó para convertirse en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén. Documentos eclesiásticos nos dicen que desde el s. IV, esta basílica guardó la reliquia del Santo Clavo (Santo Chiado). Durante

SANTO CLAVO de la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, Rom a. Traído de Tierra Santa por santa Elena. Ha perm anecido casi intacto hasta hoy. ':/)

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~ MODERNA RECONSTRUCCIÓN del tipo de clavo usado para crucificar en tiempos de Cristo, basado en los hallazgos arqueológicos de Giv'at ha Mivtar.

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Solo una vez se vio amenazado el títulus. cuando el ejército francés ocupó la ciudad en 1798. Muchas iglesias fueron saqueadas y destruidas, y se salvaron las reliquias porque se habían escondido en otra parte. Los franceses se llevaron los relicarios vacíos, y solo en 1803 volvieron a guardarse las reliquias en unos nuevos, costeados por la duquesa de Villa - hermosa. Con el tiempo, el títulus fue olvidado, debido en buena parte a las ideas de la Ilustración, que consideraba las reliquias como mera su perstición. En 1997, cuando Michael Hesemann decidió examinarlo, el títulus volvió a la luz. Hesemann creía que sus pruebas podrían confirmar una de estas tres hipótesis: la reliquia era una falsificación del tiempo de Elena; era una reproducción medieval; o era de hecho la cartela original que se clavó a la Cruz de Cristo. Según dijimos, el títulus se dividió en dos poco después de haber sido descubierto. La peregrinación más antigua de que tenemos noticia confirma la existencia de la parte izquierda del títulus en Jerusalén.

CÚPULA DE FILIPPO BRUNELLESCHI,

de la Catedral de Florencia. El arquitecto ganó el concurso para construirla en 1418.

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seguir su historia desde santa Elena hasta el presente.

RELICARIO DEL SANTO CLAVO guardado en Siena desde 1559.

¿ Qué hay de los otros

dos clavos que acabaron en Constantinopla? Sabemos con certeza que uno de ellos estuvo durante siglos en poder de la dinastía imperial bizantina. En 1354 Pietro di Giunta Torrigíaní, un Veneciano que mercadeaba en Constantinopla, compró algunas reliquias del tesoro imperial, incluyendo uno de los Santos Clavos. Pidió ayuda al obispo Piero di Tommaso Soderini, el nuncio del papa allí, quien le proporcionó un equipo de cuatro expertos para confirmar la autenticidad de las reliquias. La confirmación definitiva vino de la emperatriz consorte Irene Asanina, que residía por aquel entonces en el convento de Hagia Marta. Afirmó que los tesoros habían sido suyos, pero que los vendió por necesidad al abdicar su marido, el emperador bizantino Juan VI. El papa Inocencio VI mostró interés en adquirir el Santo Clavo. Inesperadamente, el rector del hospital de Santa Maria della Scala de Siena, Andrea di Grazia, disuadió al papa de comprarlo e hizo una oferta. Como el derecho canónico prohibía el tráfico de reliquias, Torrígíani y Soderini firmaron una cédula de donación al hospital. A su vez el hospital recompensó a Torrigiani por. donarle tan preciosa reliquia. ~

Los ciudadanos consiguieron la reliquia, en lugar del papa Inocencia VI, que también quería comprarla.

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SRUTR ffiRRIR DELLR SCRLR SANTA MARIA DELLA SCALA

de Siena fue uno de los mayores y más antiguos hospitales de Europa. En el s. XI, los canónigos de la catedral fundaron un albergue para enfermos y peregrinos frente a la iglesia. Al principio, el hospital fue una institución independiente, antes de que interviniesen las autoridades municipales. Numerosas donaciones de ciudadanos ricos lo convirtieron en el establecimiento más importante de la ciudad. Entre los donantes contó con santa Catalina y san Bernardino. El tesoro del hospital acumuló obras de arte donadas, pero la institución fue también albergue de peregrinos, orfanato, centro de asistencia, banco y museo. A mediados del s. XIV, las autoridades del hospital decidieron hacer de Siena un importante foco de peregrinaciones. Trajeron el Santo Clavo de Constantinopla y lo pusieron en una nueva capilla. El hospital estaba repleto de obras de arte, y las salas en que yacían los enfermos se adornaban con pinturas de los artistas toscanos. Santa Maria della Scala funcionó así durante nueve siglos. Se cerró en 1995, y en su lugar se abrió un museo en la plaza de la catedral.

HOSPITAL SANTA MARIA DELLA SCALA. Los

enfermos bajo los frescos, pintados por Domenico di Bartola entre 1440 y 1444, que muestran actos de caridad con los necesitados.

TESORO DE LA BASÍLICA DE S. MARCOS,

que contiene muchas reliquias de Constantinopla, entre otras los mayores fragmentos conocidos de la Vera Cruz: la cruz de la emperatriz Irene y la de Constantino.

EL PUENTE DE RIALTO,

sobre el Gran Canal, se construyó de 1588 a 1591. Al principio era de madera. Se hundió dos veces, en 1444 y 1524, bajo el peso de la gente que veía el desfile de las góndolas.

VEUECIH EN LA EDAD MEDIA, la República Veneciana era poderosa en la cuenca mediterránea. Controlaba la parte oriental del mar, incluyendo la costa del Adriático, el Mar Egeo, Creta, Chipre, Corfú y un puñado de islas. Tenía el monopolio del comercio de la seda y las especias. Con frecuencia entraba en conflicto con otros poderosos, como los turcos, que intentaban limitar la influencia veneciana en la región. Varias potencias europeas, convocadas por el papa Julio 11, se le enfrentaron mediante la Liga de Cambrai en 1509. Durante varios siglos, el principal rival de la república fue el Imperio

Bizantino. En 1204, aprovechando la debilidad de su rival, los venecianos al mando del dogo Enrico Dandolo, desviaron el curso de la cuarta cruzada y atacaron Constantinopla. Fueron los principales beneficiarios del saqueo. La república se enriqueció y se apoderó de muchas reliquias. En el s. XIII, se inundó Europa con lo que trajeron los venecianos, aunque algunas reliquias permanecieron en la ciudad. Entre otras, dos grandes fragmentos de la Vera Cruz, conocidas como la Cruz de la emperatriz Irene y la Cruz del emperador Constantino. Se encuentran en la Basílica de S. Marcos.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

Santa Maria della Scala no era solo un centro médico, sino también un albergue para peregrinos y huérfanos, un centro de asistencia social, un banco y un museo. Como rica institución tenía notable influencia en la vida de la ciudad. No es de extrañar, por tanto, que pudiese hacer una oferta mejor que el papa, que residía entonces en Avignon. En 1359 una gran procesión celebró la llegada del Santo Clavo a Siena. Desde entonces fue el mayor atractivo para las peregrinaciones a la ciudad. Se construyó una nueva capilla para albergar la reliquia: la Capella del Manto. Se organizaron exposiciones de las reliquias cada año el 25 de marzo, una tradición que aún continúa.

¿Es genuino el clavo de Santa Maria della Scala?

CATEDRAL DE COLLE DI VAL D'ELSA,

Toscana, que alberga el clavo comprado en Constantinopla en 1357.

Hesemann se inclina a pensar que lo es, dado su parecido con el encontrado en G iv' at ha - Mivtar y con el de la Basílica de la Santa Cruz. Como estos dos, la reliquia de Siena es también cuadrangular, aunque algo más delgada debido a un aserrado. Tiene 15 cm de largo y la punta rota. Se puede reconstruir su historia hasta Constantinopla. No importa que, como parte de las operaciones de Torrigiani, otro clavo más pequeño del palacio imperial llegase también a

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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Italia. Según la tradición, estaba clavado al títulus de la sentencia. Hasta hoy, se guarda en la ciudad toscana de Calle di Val d'Elsa. No se ha hecho ninguna prueba aún sobre la reliquia, de modo que su autenticidad no está verificada. El destino del tercer Santo Clavo es algo más difícil de precisar. Hay motivos para pensar que fue dividido en pequeñas piezas. En el s. V, Teodoreto de Ciro escribió que, por iniciativa de santa Elena, parte del clavo se incrustó en el casco del emperador Constantino para protegerle en el combate, y otra parte se fundió en los arneses de su caballo. Esto no era solo para protegerlo; también coincide con la profecía de Zacarías (14, 20), que dice: «Aquel día los cascabeles de los caballos llevarán la inscripción: "Consagrado al Señor"». Esta versión fue confirmada por san Ambrosio, que interpretó así su significado simbólico. El fragmento del clavo en el casco era signo de la buena nueva, y su presencia en las rien das representaba «prudencia y no despotismo».

CAPILLA DEL SANTO CLAVO en Colle di Val d'Elsa. El precioso tabernáculo con la inscripción lo esculpió Mino da Fiesole (1429-1484).

CLAVO en Colle di Val d'Elsa. Se supone que clavó el títulus damnationis en la Cruz de Cristo.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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de los trabajadores que descubrieron las cruces, escribe que el títulus estaba escrito en hebreo, griego y latín. Solo varía el orden dado por san Juan: hebreo, latín y griego. No hay relatos posteriores, y muchos historiadores suponen que la reliquia debió desaparecer en 614, cuando los persas invadieron Jerusalén. Solo ha sobrevivido la mitad derecha del títulus guardada en Roma, en la iglesia de la Santa Cruz. Las pruebas confirman el corte de la parte izquierda de la tabla. Mide 25 cm de largo, lo que sugiere que el total sería medio metro. Otros hallazgos arqueológicos parecen verificar esta medida de 50 cm de media. En la superficie de la reliquia se encontraron restos de lechada de cal, y pintura negra en el fondo de las letras talladas. Eso concuerda con el modo de hacer el títulus en la época. Según los arqueólogos Maria Siliato y Werner Eek, «primero se encalaba la tabla, y luego se escribía la sentencia en negro o rojo. Muy ocasionalmente, se formaban las letras con alambre».

ANTIGUO CEMENTERIO de la Catedral de Pisa. Se trajo al cementerio suelo de Jerusalén, para que los ciudadanos ricos pudieran ser enterrados en la misma tierra que pisó Jesús.

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Hay dos sitios donde se venera el arnés, suponiendo que contiene un fragmento del Santo Clavo: Milán y Carpentras. Al final del Imperio Romano, Milán fue una metrópoli importante. El emperador Teodosio I murió allí en su palacio en 395. Es el último emperador que gobernó sobre las dos mitades del Impe~io Romano. Según su deseo, la insignia imperial quedó en Milán al cuidado de su amigo y obispo Ambrosio. La herencia incluía el arnés imperial, guardado en la Iglesia de santa Tecla.

El Santo Clavo gozó de notable veneración desde entonces, pero una nueva época en su historia comienza en 1566, cuando Carlos Borromeo llega al arzobispado de Milán. Borromeo es figura relevante del Concilio de Trento y de la Contrarreforma. Cuando la peste se declaró en la ciudad en 1576, el arzobispo no se aisló en su palacio; salía cada día a visitar a los enfermos, rezando con ellos y administrándoles los sacramentos. También organizó tres procesiones de penitencia para pedir el fin de la epidemia, en las que se llevaba el relicario del Santo Clavo por las calles de Milán. Borromeo iba descalzo, con una sola túnica y una cuerda al cuello. Cargaba con una cruz especialmente ~

CATEDRAL DE LA NATIVIDAD DE MARÍA

en Milán, que guarda una reliquia del Santo Clavo. Es una de la mayores iglesias del mundo (157 m de largo y 109 de ancho). Se tardaron 400 años en construirla.

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EL 14 DE SEPTIEM BRE DE CA DA

AÑO, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Santo Clavo se eleva en un relicario del s. XVI en la Catedral de Milán, repleta de visitantes.

STAUROTEKA de la iglesia de la Santa Cruz en Jerusalén, de Roma. Contiene un fragmento de la Vera Cruz traído por santa Elena.

RELICARIO DE LA CRUZ, de la Basílica de San Pedro. Se considera el mayor fragmento de la Vera Cruz en el Vaticano. Durante siglos, los papas fueron entregando partes de la reliquia a personajes y comunidades.

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SANTO CH IODO. El relicario en forma de cruz contiene una brida considerada parte del arnés de Constantino. Santa Elena quiso que se le incrustara un fragmento de un Santo Clavo.

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Investigsciones sobre las reliquias de Cristo

hecha para la ocasión. El fin de la peste se consideró una intervención de la Providencia. Un año después, el 3 de mayo de 1577, los ciudadanos de Milán organizaron un acto de «levantamiento» (sic) del Santo Clavo, en acción de gracias por haber salvado la ciudad. Bajo la supervisión del arzobispo se construyó un mecanismo para subirle a él y a la reliquia, una hazaña de la ingeniería barroca. El ascensor tiene forma de nube, con una cortina roja e imágenes de ángeles; levanta · al arzobispo y la reliquia a 42 metros de altura hasta la bóveda de la catedral, donde se guarda la reliquia. Desde entonces, cada año el arzobispo de Milán baja la reliquia y la lleva en procesión por las calles de la ciudad. Luego se vuelve a colocar en su sitio de honor en la catedral. Esta tradición se interrumpió a mediados del s. XX, en tiempos del Concilio Vaticano II. Ahora, en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, se baja el Santo Clavo, se expone en la catedral, y se vuelve a alzar. Una leyenda local dice que Leonardo da Vinci construyó el artefacto llamado la nivola (nube), pero Leonardo murió 58 años antes de su construcción.

La reliquia milanesa es una pieza de hierro torcido de

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PÁGINAS SIGUIENTES: INTERIOR DE LA CATEDRAL de Milán, la mayor iglesia gótica del mundo. En el presbiterio, a una altura de 42 m {justo bajo la cúpula), está el relicario del Santo Clavo.

unos 30 cm y 700 gr. de peso. Tiene forma de freno de caballo. No hay garantía de que se trate del arnés imperial, especialmente porque hay otra reliquia, también considerada el arnés de Constantino, que se venera en la ciudad francesa de Carpentras. Según lo dicho, Teodosio lo dejó en Milán. Fuentes históricas afirman que a mediados del s. VI el papa Virgilio ofreció una reliquia al emperador Justiniano al sellar un acuerdo. Justiniano eligió el arnés con el fragmento del Santo Clavo. No sabemos si la reliquia se trasladó en su integridad de la Iglesia de Santa Tecla o si se cortó una parte. Pero sabemos que medía 17 cm y que se le dio al emperador bizantino en presencia del patriarca de Constantinopla y del obispo de Cesarea. Desde el s. VI, fuentes bizantinas, incluido el inventario del tesoro imperial, hacen referencia a un santo arnés en el palacio de Constantinopla. Se lo llevaron los francos de la cuarta cruzada en 1204, y terminó en manos de un nuncio papal que lo llevó personalmente IIJ,,

Estos hallazgos fueron confirmados por otros dos paleógrafos judíos, Israel Roll y Ben Isaac de la Universidad de Tel Aviv. Dataron el texto latino en los comienzos del Imperio romano, en el siglo primero. Señalaron la semejanza con otra inscripción del mismo periodo, encontrada en un altar dedicado al emperador Tiberio por Poncio Pilato. Arqueólogos italianos descubrieron este altar en 1961 en Cesarea. Un año después, el mencionado Profesor Thiede publicó un libro sobre el tema. Escribe que «el estilo de la escritura [ del títulus] es sorprendente. Quien lo escribió no pudo ser un copista o falsificador». Thiede se opone con fuerza a la afirmación de que pueda provenir de la antigüedad tardía o del medievo. Ningún falsificador de estos periodos podía conocer los modos de escribir el hebreo, el griego y el latín en el oriente próximo durante el siglo primero. Tampoco hubiese abreviado el nombre de Jesús. En fin, cualquier falsificador hubiera seguido el orden de las lenguas que da san Juan en su evangelio. Hesemann cree que sus descubrimientos tienen mayores consecuencias: «Si se puede afirmar con suficiente certeza que el titulus Crucis

LAS INSCRIPCIONES

del titulus están en tres lenguas: hebreo, griego y latín. Si la reliquia fuese una falsificación medieval, el orden de las lenguas sería hebreo, latín y griego, como en el evangelio de san Juan, de donde lo hubiese copiado.

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H UN FRAGMENTO DE LA BRIDA

de Constantino se guardaba en Carpentras y fue destruido por los revolucionarios franceses. El arnés imperial forma parte del escudo de la ciudad.

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Investigscioncs sobre las reliquias de Cristo

~ a Roma. Estuvo allí cien años, hasta tiempos del papa Clemente V. En 1309 Clemente trasladó la corte papal a Avignon, llevando con él algunas reliquias, entre otras el arnés de Constantino. La residencia en Avignon terminó en 1377, cuando el papa Gregorio XI volvió a Roma, pero no todas las reliquias volvieron con él. El arnés imperial quedó en la pequeña ciudad de Carpentras, y en 1451, el papa Nicolás V decidió que se quedase allí. Fue destruida durante la Revolución francesa, pero hoy se visita una copia de 1872. Antes de su destrucción, el arnés francés no se examinó para probar si tenía un fragmento auténtico de un Santo Clavo. Se hicieron pruebas en cambio en el casco y la diadema de Constantino. Sabemos por los escritos de Teodoreto de Ciro que un fragmento se incrustó en el casco. Y san Ambrosio, en las honras fúnebres del emperador Teodosio, dijo que «los emperadores tienen más respeto a los clavos de la Cruz de Cristo que a su propia diadema». Algunos historiadores lo interpretan como que no se trataba de un casco sino de la corona. En mil años, sin embargo, no se ha encontrado ni uno ni otra. En el s. XVI, algunos eclesiásticos de Monza comenzaron a decir que en su catedral había una corona con un clavo del arnés de Constantino. Monza se convirtió pronto en meta de peregrinaciones. Sin embargo, las pruebas realizadas en el siglo pasado no respaldan esa versión. Una banda metálica en el interior de la corona es de plata. Los historiadores subrayan que es una valiosa pieza imperial, especialmente que el emperador Carlos V en 1530, y Napoleón Bonaparte en 1804 fueron coronados con ella. Los científicos dicen que la CoronaFerrea de Monza es la legendaria corona de los Lombardos, que la usaron Carlomagno (774), Otón I (951), Enrique IV (1081), y Federico I Barbarroja (1155). En todo caso no es una reliquia de Cristo. Como el tercero de los Santos Clavos se dividió en piezas, es posible que estos fragmentos se fundiesen o se incorporasen a otros objetos. No se puede excluir esa posibilidad, pero es difícil probarlo. En resumen, los expertos creen que no se puede llegar a

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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que se podía encontrar «madera de la Vera Cruz» no solo en su basílica sino también «en cada rincón del mundo». Varias décadas más tarde, lo que fue un motivo de orgullo se convirtió en acusación para los católicos. A comienzos del s. XVI, Erasmo de Rotterdam afirmaba que «un barco de carga sería pequeño para transportar los fragmentos de la Vera Cruz, diseminados por el mundo». También Martín Lutero dijo que «se podría construir una casa con las partes de la Cruz que hay en el mundo». En su opinión, muchas reliquias de la Cruz eran falsas. En el s. XIX, el arquitecto francés Charles Rohault de Fleury -investigador de las reliquias cristianas- decidió probar la validez de estas afirmaciones. Publicó sus resultados en 1870. Calculó que el volumen de la Cruz era de unos 36.000 cm3 , mientras el volumen total de los fragmentos repartidos era apenas de 4.000 cm3• Esa evidencia sugiere que todos los fragmentos oficialmente reconocidos suman una novena parte del volumen original de la Cruz. Los críticos pueden señalar que son muchos los lugares que se ufanan de tener esa reliquia, pero hay que recordar que en muchos casos se trata de meras astillas del original. La autenticidad de un fragmento puede determinarse comprobando el tipo de madera (la Vera Cruz era de pino negro: Pinusnigra), así como la documentación de su origen de uno de estos lugares: Roma, Constantinopla o Jerusalén. Durante el reinado de Constantino, estas tres ciudades poseían las tres partes de la Cruz, antes de que se dividieran en menores piezas. Nos han llegado relatos de peregrinos sobre la parte que santa Elena dejó en Jerusalén; afirman que se veneraba en la iglesia del Santo Sepulcro. Según atestiguan, la reliquia se presentaba en dos palos, vertical y horizontal. Los fieles podían besarla, aunque algunos aprovechaban para morder y llevarse un poco. Para evitar este abuso, se nombró un encargado, conocido como staurophylax ( «custodio de la Cruz»), que la protegiese. En el s. V ocupó el cargo durante un tiempo el gallego Toribio: amigo del papa León I y de Juvenal, obispo de Jerusalén. Al ser nombrado obispo de Astorga, Toribio dejó Tierra Santa y volvió a España, donde murió en 476. Se creía que había traído un buen trozo de la Vera Cruz,



SHOGRE DE VIDH. SHOGRE DE ffiUERTE

El Sudario de Oviedo

CAPÍTULO IV

El Sudario de Oviedo •• •• Una investigación inusitada se llevó a cabo en España el 8 de diciembre de 1989. El Dr. José Delfín Villalain Blanco y el ingeniero Guillermo Heras Moreno dirigieron un equipo de unos cuarenta científicos: especialistas en campos como medicina forense, hematología, palinología, matemáticas, informática, y polarización de imagen. Estos expertos habían resuelto muchos casos policiales en España. Ahora se enfrentaban a una tarea diferente:

500 kilómetros

EL TRAYECTO DEL SUDARIO, desde Jerusalén hasta Oviedo.

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EL SU DA RIO DE O V I EDO , el velo que envolvió la cabeza de Cristo después de su m uerte en la Cruz.

Fue una gran alegría para los cristianos el regreso de la Vera Cruz y de su obispo, pero les duró poco. En 638 las recién unidas tribus musulmanas tomaron la ciudad. Al principio los nuevos poderes fueron tolerantes con los cristianos. El califa Umar firmó un tratado con el patriarca Sofronio I, garantizando que los lugares de culto cristianos en Jerusalén serían protegidos. Eso cambió cuando al- Hakén subió al califato y comenzó a perseguir a los cristianos. El 18 de octubre de 1009 ordenó demoler la iglesia del Santo Sepulcro y sus reliquias fueron destruidas. La política de represión iniciada por el califa fatimita produjo una enérgica reacción entre los cristianos de Europa. La llamada a liberar la ciudad santa de las manos de los invasores paganos encontró un eco creciente y desencadenó la Primera Cruzada. Culminó con éxito cuan do los cruzados ocuparon Jerusalén el 15 de julio de 1099. El primer jefe del Reino Latino de Jerusalén, Godofredo de Bouillón, mandó construir una nueva iglesia del Santo Sepulcro. Los cruzados esperaban que la . Vera Cruz fuese el centro de la nueva iglesia reconstruida. Sucedió sin embargo que la ciudad solo poseía cuatro pequeños fragmentos de la

MUCHOS PEREGRINOS acuden a Sto. Toribio de Liébana para besar una reliquia descrita en fuentes medievales como el brazo izquierdo de la Vera Cruz.

Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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España. El sudario se guardó en Toledo durante 75 años, desde 636 a 711, cuando los musulmanes invaden la península. Muchos cristianos huyeron al norte, llevando con ellos un arcón de reliquias que sepultaron cerca de la cumbre del Monsacro, en Asturias. Allí quedó casi medio siglo, hasta que lo desenterraron en 761. Rescatado el sudario, lo llevaron a la capital, Oviedo. La reliquia está desde entonces en Oviedo, y su historia está bien documentada. La catedral de Oviedo se convirtió pronto en lugar de peregrinación en Europa, por influencia del Camino de Santiago, que pasa por allí. Aunque no podían ver la reliquia, los peregrinos podían besar y tocar el arcón donde se guardaba. Se abría muy raramente. Una ocasión fue el 13 de marzo de 1075, cuando Alfonso VI y su séquito llegó de Toledo para ver el sudario. La siguiente apertura fue 640 años después, en 1715, a petición del rey Felipe V. Con el tiempo aumentó la frecuencia y se mostró al público. Es tradición exponerla tres veces al año: en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), en la fiesta de san Mateo (21 de septiembre), y en el Viernes Santo. El sudario estuvo a punto de ser destruido el 12 de octubre de 1934, cuando unos dinamiteros volaron la cripta de santa Leocadia de la catedral. La explosión fue tan fuerte que la Cámara Santa, donde se guarda la reliquia, casi desapareció. Muchas obras de arte quedaron destruidas. «Solo quedaron restos del Arca Santa», escribió

MODO DE PONER EL VELO. Las ilustraciones 1-3 muestran el velo con el cuerpo en posición vertical (1- frente, 2- atrás, 3- proyección vertical). No cubría toda la cabeza porque la mejilla derecha descansaba en el hombro. Las ilustraciones 4-5 muestran cómo se envolvió la cabeza cuando el cuerpo estuvo horizontal (4- frente, 5- proyección ~ horizontal).

RELICARIO DE PLATA DORADA del s. XVII del monasterio de Sto. Toribio de Liébana. Una ventana permite besar y tocar la madera. Tiene 2000 años de antigüedad, pero esa madera es de ciprés mediterráneo, una especie que crece en Palestina, que no coincide con la madera de la Vera Cruz.

Cruz. En 638, cuando los árabes se acercaban a Tierra Santa, el patriarca Sofronio I había dividido la reliquia en 19 partes, temeroso de que la destruyesen los musulmanes. Envió tres piezas a Constantinopla y otras tres a Antioquía. Georgia y Chipre recibieron dos cada una, y Alejandría, Ascalón, Edesa, Damasco y Creta, una pieza cada una. Años después, las restantes cuatro piezas de Jerusalén se dividieron en pequeños fragmentos. El reino cruzado de Jerusalén pasó por dificultades financieras y comenzó a vender reliquias para sobrevivir. Los fragmentos de la Cruz acabaron en muchas ciudades de Europa. Dos fragmentos importantes terminaron en la ciudad austriaca de Wienerwald; el primero lo entregó san Leopoldo III, margrave de Austria, y el segundo su nieto Leopoldo V.

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TESTIGO S DEL M ISTERIO

EL VELO DE OVIEDO se tejió de lino con urdimbre en Z.

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lnvcstigsciones

sobre las reliquias de Cristo

~ Maximiliano Arboleya, el deán, en una carta a un amigo. «Pero el Santo Sudario, que fue de las primeras reliquias recuperadas, está en buenas condiciones». La cripta se restauró en 1942, y la reliquia se encuentra allí ahora.

Esto es lo que sabían de la historia los delequipo de

LA RELIQUIA DE OVIEDO está en buenas condiciones, en parte porque el lino es un material muy duradero. El tejido de lino más antiguo que se conserva tiene cerca de siete mil años.

Blanco y Moreno. Los expertos se enfrentaban con un lienzo de lino arrugado que mide 85,S por 52,6 cm, con manchas de sangre. No hay imagen visible en la tela, solo manchas simétricas respecto a los dobleces. La tarea de los científicos era determinar la autenticidad de la reliquia. El impulso inicial para hacer pruebas en el sudario vino en 1965, cuando Giulio Ricci, un sacerdote italiano sindonólogo, visitó Oviedo. Ricci buscaba lienzos funerarios de Cristo aparte de la síndone de Turín. Comparando las manchas de sangre de Turín y Oviedo, Ricci concluyó que el sudario podía ser el de la sepultura de Cristo. Los científicos pudieron comprobar que el tejido provenía de la época del Imperio romano. El tipo de urdimbre sugería que tendría que haberse producido entre el 400 a.c. y el 500 d.C. Esta clase de lino no se tejía antes ni después deese periodo. El sudario sorprendió bastante a los

LA C Á M A R A SA N T A de la C ated ral de O vied o se co n struyó en el s. IX po r A lfo n so 11 para gu a rd ar el Su d ario y o tras reliq u ias.

LA BASÍLICA

ROMANA de la Santa Cruz en Jerusalén se construyó en el lugar del antiguo Sessorium, residencia de santa Elena. El inusitado título de la basílica se debe a que santa Elena hizo traer tierra de Jerusalén y la esparció en el suelo alrededor del relicario.

parte de la reina de Georgia. No se sabe qué ocurrió después con esa pieza de la Vera Cruz. · Saladino ocupó Jerusalén el 2 de octubre de 1187. Solo unos pocos fragmentos pequeños de la Cruz quedaron en la ciudad. El mayor -de 11,5 cm- se encuentra hoy en la Catedral de Santiago, en el barrio armenio de la Ciudad Vieja. La segunda de las tres partes de la Vera Cruz llegó a Roma. Quedó en el Sessorium (más tarde reconstruido como Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén) junto con la mitad del títulus. Se guardó allí durante varios siglos hasta 1629, cuando el papa Urbano VIII ordenó que se llevase a la nueva Basílica de San Pedro en el Vaticano. Se colocó en una pequeña capilla construida en la columna de santa Elena -uno de los cuatro pilares que soportan la cúpula. En años posteriores muchos papas ofrecerían pequeñas astillas de la reliquia a diversas personas y comunidades.

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palinólogos que lo examinaron. Descubrieron 141 granos de polen y 10 esporas de hongos, y el 99% era de plantas endémicas del Mediterráneo y solo un 1 % del Atlántico ( este ratio es coherente con el viaje del sudario, según los manuscritos medievales). El hallazgo más significativo, sin embargo, fue que tres de las especies encontradas en el sudario son endémicas en Tierra Santa y solo crecen en Palestina: el terebinto (Pistncia palaestina), una especie de tamarisco (Tamarix hampeana) y un cierto tipo de roble (Quercus). Las tres especies se encuentran en un radio de 20 km de Jerusalén. Las tres florecen en primavera, que coincide con la fecha de la crucifixión de Cristo, 3 de abril de 33.

También se descubrieron en el sudario trazas de mirra y áloe, sustancias utilizadas para ungir los cadáveres y retrasar la descomposición. El evangelio de san Juan dice que Nicodemo trajo mirra y áloe para ungir el cuerpo de Cristo. Una evaluación de los forenses revela que el sudario envolvió la cabeza de un adulto que tenía barba y bigote y el cabello atado atrás. Ya estaba muerto cuando lo envolvieron con el lienzo. Las manchas se identificaron como de sangre. La más visible y concentrada delinea la cara de una persona. Tienen una disposición simétrica, lo que sugiere que la tela se dobló por la mitad antes de envolver la cabeza. Las manchas de sangre indican que cuando el paño se puso alrdedor de la cabeza, el cuerpo estaría en posición vertical, con la ca -

SUPERPONIENDO el

Sudario de Oviedo en otros dos lienzos -Ia Sábana de Turín (arriba) y el Velo de Manoppello (izquierda)- se ve que los tres han estado en el rostro del mismo hombre.

EL TEREBINTO y

el tamarisco son endémicos en Tierra Santa. Sus granos de polen se descubrieron en el Sudario de Oviedo.

PARTE INFERIO R de la m ayor m ancha, form ada cuando el cuerpo pendía verticalm ente de la cruz.

beza inclinada 20 grados hacia la derecha. El cuerpo fue luego acostado, con la cabeza ligeramente hacia delante.

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manchas de sangre en la tela son de dos clases. Unas son resultado del neumotórax (la presencia de aire en el espacio entre los pulmones y la cavidad torácica), que provocó la acumulación de fluidos y sangre ahí después de la muerte. El neumotórax es efecto de la crucifixión y en concreto de la asfixia. Las manchas corresponden a la posición de la nariz y la boca, de las que esa mezcla habrá brotado después de la muerte; eso indica que la persona no estaba viva cuando le pusieron el sudario en la cabeza. Todo sugiere que una descarga repentina de la nariz y la boca, mientras el cuerpo estaba aún en la cruz, produjo esas manchas. Los científicos han podido identificar que la sangre brotó al intentar cortar la hemorragia en la nariz. Eso concuerda con la creencia judía de que el alma está en la sangre, y ni una gota debe derramarse. La mezcla de sangre y agua producida por el neumotórax recuerda el evangelio de san Juan: cuando un soldado atravesó el cos-

RELICARIOS DE STRZELNO. Es la mayor colección de reliquias de santos, beatos y mártires. Hay reliquias incluso de primeros cristianos traídas de las catacumbas romanas. Restos de los apóstoles Pedro, Santiago, Felipe y Bartolomé. También de santa Inés, y san Benito. No se puede confirmar hoy su autenticidad. Las «auténticas» disponibles son de obispos italianos de los siglos XVII y XVIII. La reliquia de la Vera Cruz está en un ostensorio sobre el sagrario.

EL HLTHR RELICHRIO DE STRZELno LA CIUDAD DE STRZELNO, en la provincia de Cuyavia-Pomerania de Polonia, tiene una iglesia románica dedicada en 1216 a la Santísima Trinidad. La iglesia ha sido reconstruida muchas veces, pero sigue en pie. Durante siglos acudieron los peregrinos de toda Europa para venerar la reliquia de la Vera Cruz. Está en un altar especial que guarda también reliquias de 658 mártires y santos. El altar barroco se construyó en 1743, aunque el crucifijo gótico que lo preside es del s. XIV. El altar ofrece un magnífico marco para muchas reliquias, pero la más apreciada es un fragmento de la Vera Cruz. Su autenticidad fue verificada, el 30 de agosto de 1729, por el arzobispo de Milán Dionisia Modino y le puso el sello de auténtica el nuncio Baccario. Se guarda en un cofrecito de plata con ventanas de cristal.

CRUCIFIJO DEL S. XIV del altar de la Santa Cruz de Strzelno. Sus milagros están documentados desde 1461.

TRASLADO DEL SUDARIO desde la Cámara Santa al altar mayor de la catedral. Se hace tres veces al año, cuando la reliquia se expone al público: en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), en la de san Mateo (21 de septiembre) y en el Viernes Santo.

PAÑO QUE CUBRE EL SUDARIO, que se utiliza en el traslado para exponer al público la reliquia.

Investigscioncs

sobre las reliquias de Cristo

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Cuando el cuerpo se puso horizontalmente, el sudario se retiró y se volvió a colocar de forma diferente. Ya no se dobló el paño, sino que se desenrrolló por completo. Y se envolvió toda la cabeza, cubriéndola como con una capucha. Para evitar que se soltase, la tela se sujetó al cabello con alfileres que dejaron su huella en el tejido. La cubierta de la cabeza quedó en forma de cono cuando se hizo un nudo en la parte de arriba. Se dio la vuelta al cuerpo, de modo que la cara quedó hacia abajo descansando en la palma de la mano izquierda de alguien. Las manchas del tejido indican que esto debió durar entre 5 y 10 minutos. El cadáver se acostó luego de lado; el paño se le quitó de la cabeza y se ungió el cuerpo con mirra y áloe. Después de esto, dicen los científicos que el sudario no se volvió a poner. En ese caso, no cubría el rostro cuando el cuerpo se colocó boca arriba.

Los científicos excluyen la posibilidad de que el Sudario de Oviedo sea falso, por la simple razón de que no se ha probado nada que indique que lo sea. Las falsificaciones fueron frecuentes en la Edad Media, cuando había gran demanda de reliquias, pero no disponían de conocimientos que puedan burlar la tecnología de hoy. Tampoco un falsificador medieval hubiera podido detectar e introducir el polen que encontramos en el lienzo. Todas las pruebas respaldan la hipótesis de que el Sudario de Oviedo es sin duda un paño mortuorio de Jesucristo. Este resultado llevó a otros sindonólogos, como el Dr. Alan Wangher, a estudios comparativos entre la Sábana de Turín y el Sudario de Oviedo. Resulta que la sangre de ambas muestras pertenece a un varón y es del tipo A B. El tamaño de la nariz es idéntico en las dos: 8 cm de largo y 2 de ancho. También el lado derecho de la nariz está hinchado y algo torcido en esa dirección, y la mejilla derecha muestra una gran herida. Las manchas de sangre de los dos lienzos son semejantes en figura y posición, en especial las de sangre viva, que serían de heridas anteriores a la muerte. Los científicos consideran muy probable que la Sábana de Turín y el Sudario de Oviedo cubriesen a la misma persona. Todas las pistas encontra -

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zado e historiador Godofredo de Villehardouin escribió, del tiempo que estuvo allí: «Las reliquias son innumerables: hay tantas en esta ciudad como en el resto del mundo». La riqueza de Constantinopla despertó la codicia de muchos príncipes europeos. En 1204, la cuarta cruzada (conducida por francos y venecianos) se dirigió a la capital bizantina y no a Tierra Santa. Tomaron la ciudad el 13 de abril y la saquearon. La invasión sigue siendo un agravio para los ortodoxos hasta el día de hoy. En una crónica medieval de Colonia se lee: «La ciudad conquistada guardaba preciosos tesoros, muchas gemas de gran precio y una pieza de la Vera Cruz. Traída de Jerusalén por santa Elena, estaba cubierta de oro y pedrería, y era tenida en gran estima. Los obispos presentes la dividieron y repartieron entre los caballeros cruzados; más tarde, al volver a casa, esos fragmentos llegaron a muchas iglesias y monasterios». No es de extrañar que después de 1204 docenas de reliquias, incluso de la Vera Cruz, comiencen a aparecer en muchas ciudades europeas, sobre todo en Francia y Flandes. Entre otras: Angers, Baugé, Corbie, Lille, Limburgo, Maastricht, Mettlach y Tréveris. Con frecuencia esos fragmentos se volvían a dividir y se enviaban a otros lugares· de culto. Desde Venecia se enviaron muchas reliquias. Según relatos de peregrinos, Venecia más que una ciudad parecía un inmenso relicario. Hasta hoy, la Basílica de san Marcos guarda una de las mayores piezas de la Vera Cruz, de 42 cm de largo. Esta reliquia, llamada Irene por la emperatriz bizantina, es parte del botín de la toma de Constantinopla. Los cristianos trataron los fragmentos de la Vera Cruz con gran reverencia. Hicieron costosos relicarios conocidos como staurothekas ( del griego, stauro, palo o cruz, y theka, caja). Las staurotecas tienen varias formas, cruces, paneles o trípticos y con frecuencia se adornan con esmaltes, pedrería y oro. Muchas de estas piezas son obras maestras de orfebrería. Algunos ejemplos son · las de la catedral de Limburgo, la iglesia de san Eucario y san Matías

LA RELIQUIA DEL SANTUARIO de la Santa Cruz siempre se guardó en un relicario en forma de cruz húngara (doble brazo horizontal) debido al origen de la reliquia. Después de su coronación en el año 1000 san Esteban de Hungría adoptó el sello de la doble cruz, como los arzobispos. Desde entonces lo usaron los reyes húngaros que le sucedieron.

FRESCOS DEL S. XVII, en la capilla de la familia Olesnicki del monasterio de la Santa Cruz, describen cómo llegaron las reliquias a Polonia desde Hungría. Se supone que las trajo el hijo de san Esteban, el príncipe Emerico.

LH ffilSTERIOSH HIDRIH CADA AÑO, EL 21 DE SEPTIEMBRE,

festividad de san Mateo, se expone el Sudario en la Catedral de Oviedo. Es también el día en que los fieles tienen acceso a la hidria de mármol que se guarda en una hornacina en uno de los muros de la iglesia. Se forma cola para beber el agua de la hidria que, de acuerdo con la tradición, es una de las seis de las bodas de Caná, donde Cristo realizó su primer milagro convirtiendo el agua en vino. Durante el resto del año, se guarda tras unas puertas de madera. Los historiadores no saben cómo llegó la hidria a Oviedo y muchos dudan de su autenticidad. La primera fuente que habla de ella es bastante tardía, hacia el fin del s. XI. No se han hecho pruebas con la hidria. En todo caso, sus proporciones son impresionantes, mide 71 cm de altura y 62 cm de profundidad, con un diámetro exterior de 92 cm e interior de 61 cm.

HIDRIA DE PIEDRA venerada como una de las bodas de Caná.

LOS PEREGRINOS EN OVIEDO rezando y bebiendo el agua de la hidria de piedra

cada 21 de septiembre.

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RELICARIOS DE VIAJE para transportar las reliquias de un lugar a otro. Como con frecuencia se producían saqueos, se llevaban en secreto, usando contenedores nada sospechosos para no llamar la atención de los ladrones.

PRECIOSOS CORTEREDORES LOS CRISTIANOS HAN TRATADO SIEMPRE los fragmentos de la Vera Cruz con gran respeto. Esa veneración les llevó a guardarlos en staurotecas (del griego, stauros, cruz y theka, contenedor). La stauroteca más común era una cajita de madera cubierta con esmaltes, incrustada con piedras preciosas, y forrada de oro o plata. Suele tener forma de cruz en su interior, y la reliquia está cubierta con cristal. Otro tipo corriente de relicario para los fragmentos tiene forma de cruz y es de metal precioso incrustado con pedrería. El fragmento

está protegido por un cristal en el centro de la cruz, donde se cruzan los travesaños. A veces esa pantalla es circular, dando aspecto de ostensorio a la stauroteca. La práctica de las staurotecas se inició en el Imperio Bizantino. Hoy esos relicarios se consideran obras maestras de la joyería y orfebrería, aunque en la Edad Media se daba más valor al fragmento que contenían. Hoy, sin embargo, puede afirmarse que los relicarios están generando un interés mayor que las propias reliquias.

CAPÍTULO V

La Túnica de Argenteuil •• •• París

Argenteuil

Una institución única fue fundada en París en 2004 y recibió el encargo de determinar la autenticidad de varias reliquias. Dos científicos franceses dirigieron la misión. Atrajo su atención una reliquia en particular, guardada en una pequeña ciudad cercana a la capital. El profesor André Marión, físico del Institut d'Optique en Orsay y profesor de la universidad París-Sud, y el profesor Gérard Lucotte, renombrado genetista descubridor de las variantes ADN del cromosoma Y, fundaron la École d' Anthropologie de París donde Lucotte enseña aún.

EXPOSICIÓN PÚBLICA DE LA TÚNICA de Argenteuil en 7984. La prenda se colocó sobre un maniquí y se presentó en un relicario vitrina que se usa solo para las exposiciones.

RELICA RIO DE LA

SANTA CRUZ en el monasterio de }asna Góra, en Czestochovva, ofrecido a los monjes paulinos en 1744 por María Josefa de Austria, esposa del rey polaco Augusto 111 el sajón. La reliquia fue un regalo del papa Clemente XI a la madre de María Josefa, la princesa Guillermina Amalia de Brunswick, esposa del emperador José l. El relicario se hizo en Viena en 1703.

El objeto de su elección fue una reliquia que se conserva durante siglos en la Basílica de san Denis en Argenteuil: una túnica que, según la tradición, llevó Cristo. Marion y Lucotte decidieron examinarla para aclarar si se trataba de una falsificación o de una auténtica reliquia. Pero lo que descubrieron superó con mucho-sus expectativas.

MANIQUÍ en el relicario vitrina, que se usa en las exposiciones de la túnica.

DURANTE una exposición de la reliquia en 1984,

Sabemos por los evangelios que, antes de su muerte, se burlaron de Cristo llamándole «Rey de los Judíos»: le pusieron una corona de espinas, una túnica roja sobre los hombros y le ridiculizaron en público. San Mateo escribe que «después de reírse de él, le despojaron de la túnica roja, le colocaron sus vestidos y lo llevaron a crucificar» (27, 31). En el lugar de la ejecución, los soldados romanos le desnudaron y lo crucificaron. En su evangelio, san Juan escribe: «Los soldados, después de crucificar a Jesús, recogieron sus ropas e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y además la túnica. La túnica no tenía costuras, estaba toda ella tejida de arriba abajo. Se dijeron entonces entre sí: "No la rompamos. Mejor, la echamos a suertes a ver a quién le toca". Para que se cumpliera la

unas 75.000 personas vinieron a Argenteuil para venerar la túnica.

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BASÍLICA DE ARGENTEUIL.

La capilla de la Santa Túnica tiene un altar con representaciones de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. En el retablo, tras una reja, cuatro columnas azules sostienen la cúpula que cubre el relicario donde se guarda la túnica de Cristo.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

Escritura cuando dice: "Se repartieron mis ropas y echaron suertes sobre mi túnica". Y los soldados así lo hicieron» (19, 23-24). En este pasaje, san Juan traslada el versículo 18 del salmo 22. Más aún, el salmo comienza con unas palabras que Cristo dirá en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

En aquel tiempo, la vestimenta de los judíos se componía de varias prendas. Una túnica interior (sadin), otra sobre la anterior (chetoneh) y un manto (simba). La túnica exterior tenía pliegues, era bastante ancha y llegaba hasta los pies; la interior era más ajustada y corta, hasta las rodillas. Esta es la clase de túnica -tejida de una pieza sin costuras, como la describe san Juan- que se cree había llegado a Argenteuil. ¿Pero cómo llegó? En 1156, en un monasterio benedictino cercano se hizo un inusitado descubrimiento: un viejo ropaje junto con dos cartas, una en latín y otra en francés. Las cartas decían que esa era la túnica de Cristo, la que se sortearon los soldados en el Gólgota. Al conocer el hallazgo, el rey Luis V!I vino de París para venerar la reliquia. Desde entonces, Argenteuil se convirtió en lugar de peregrinaciones.

LA CAPILLA DE LA

SANTA CRUZ en la Gran Torre del castillo de Karlstejn sirve como cámara del tesoro para las reliquias que trajo el emperador Carlos IV. Fue sin duda el lugar más vigilado de todo el imperio. Se entra por dos grandes puertas con 79 cerrojos.

La práctica de coleccionar objetos santos fue típica del medievo tardío. Algunas iglesias competían para atraer peregrinos; al visitar estos lugares privilegiados de culto, los peregrinos lucraban indulgencias. ~l monasterio de Reichenau, cerca de Wittenberg, se ufanaba de tener 18. 970 reliquias, restos de santos. Esta colección rivalizaba con la del arzobispo de Brandenburgo, que conservaba el cuerpo de 42 santos. Las colecciones polacas más importantes se encontraban en la iglesia de san Vicente en Wrodaw (unas 1.500 reliquias) y en la iglesia de la Santísima Trinidad de Strzelno ( 658 reliquias). La más valiosa solía ser un fragmento de la Vera Cruz. El altar de la iglesia de Strzelno, por ejemplo, tiene reliquias de huesos de varios santos y pequeñas piezas de la Cruz.

La Europa medieval es también testigo de la creciente popularidad de los Via Crucis. En muchos casos son capillitas que representan momentos de la Pasión del Señor. El primero se construyó entre 1405 y 1420 cerca

BA SÍLICA DE SA N

en Argenteuil, diseñada en estilo neorrománico en el s. XIX por el arquitecto francés Théodore Ballu. DEN IS

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

perdida durante 40 años. Se recuperó en 2002, cuando el ladrón, un bielorruso, confesó su crimen.

Aunque vivimos en un mundo secularizado, las reliquias siguen despertando nuestras emociones y nuestra _curiosidad. La historia del fragmento mayor de la Vera_ Cruz que llegó a Polonia puede confirmar lo que acabamos de decir. Desde Constantinopla lo trajeron a Lublin en el siglo XV, y allí estuvo hasta 1991 en que lo robaron de la Iglesia de san Estanislao, obispo y mártir. Desde entonces sigue sin conocerse su paradero.

LA IGLESIA DE LA INVENCIÓN DE LA SANTA CRUZ es el centro del

RELICARIO del Calvario de Vilnius con un fragmento de la Vera Cruz, entregado por el papa Pío VI (1755-1799) a los dominicos de Vilnius. EL CALVARIO DE VILNIUS se fundó en acción de gracias por la retirada del ejército ruso en 1661.

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Calvario de Vilnius.

Investigsciones sobre las reliquias de Cristo

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RELICARIO ORNAMENTAL que contiene la Túnica de Argenteuil. Imita una catedral gótica en miniatura, con tres atrios y cuatro agujas.

sobre la que echaron suertes, pues estaba tejida de una pieza sin costuras. Así se cumplió la profecía de David: "Se repartieron l!lis ropas, y echaron suertes sobre mi túnica". Pero no puedo guardar silencio sobre lo que he oído sobre esta túnica del Cordero sin mancha. Dicen que está en la ciudad de Calatía, en una iglesia llamada de los Santos Arcángeles. Esta ciudad está a 150 millas de Constantinopla. En la iglesia hay una oscura cripta donde se guarda esta ropa en un arca de madera. Piadosos creyentes veneran asiduamente el arca que justamente [ merece adoración] porque guarda la ropa que tocó y vistió el cuerpo del Señor». Hasta ahora, los historiadores no concuerdan en la localización exacta de la antigua ciudad de Galatia. Algunos expertos creen que debía ser Germia, pero eso es mera conjetura. La siguiente referencia a la Santa Túnica se encuentra en una crónica del año 610, escrita por un anónimo historiador francés a quien las futuras generaciones llamaron Fredegar. Escribió que ...,

FRESCO en el muro de la basílica, con una pintura de la túnica de Cristo.

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Los Santos Clavos

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PÁGINA ANTERIOR:

Fragmento de la Túnica de Argenteuil, visible a través del cristal del relicario.

EL EMPERADOR CARLOMAGNO

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entrega a su hija Teodrada, priora de Argenteuil, el relicario que contiene la túnica de Cristo. Pintura del s. XIX en la Basílica de Argenteuil.

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

en el año 590, un arca de mármol encontrada en Zafad, cerca de Jerusalén, contenía la «santa ropa» de Cristo. La reliquia se devolvió en procesión a Jerusalén. Este relato produce desacuerdo entre los historiadores. Algunos creen que Zafad es la ciudad de Safed, en el mar de Galilea; otros dicen que la ciudad es la actual Jaffa, junto al Mediterráneo y hogar de san Pedro del año 36 al 44. En 614, los persas invaden Jerusalén. Según algunos científicos, la Santa Túnica estaría entre las reliquias que tomaron. Catorce años después, al derrotar el emperador bizantino Heraclio a los persas, la reliquia vuelve a los cristianos. Desde entonces se guarda en el Palacio de Bucoleón en Constantinopla. No hay otras fuentes históricas que hagan referencia a la Santa Túnica, hasta su descubrimiento en Argenteuil en 1156. Solo podemos especular sobre las circunstancias anteriores. Incluso antes de examinar la túnica, Lucotte y Marion tuvieron que admitir que si fuese una reliquia de Cristo, poco se podría decir de los primeros 12 siglos de su existencia. Eso parece más del mundo de la fantasía y la leyenda que de la historia.

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TESTIGOS DEL MISTERIO

Sobre la base de las cartas encontradas con la túnica, es posible reconstruir algo sobre su paradero desde comienzos del s. XI. Son tiempos vinculados al reinado de Carlomagno, conocido como ávido coleccionista de reliquias. San Angilberto, que sirvió a Carlomagno como diplomático y abad, escribió que el emperador «pidió la ayuda de varios legados para obtener reliquias de muchos lugares, tan lejanos como Jerusalén, Constantinopla y Roma». Se decía que había traído de Roma la túnica después de su coronación. Una teoría es que la recibió como dote de la emperatriz bizantina Irene. El papa León III planeó la boda para superar el desencuentro que hubo entre Roma y Constantinopla. Un golpe de palacio dejó en nada esos planes, e Irene fue expulsada de la capital bizantina. Carlomagno aceptó la Santa Túnica, y antes de su muerte ·i:n 814 la donó al monasterio benedictino de Argenteuil, donde su hija Teodrada era abadesa. Poco después, el reino de los francos cayó ante los normandos, que saquearon y destruyeron ciudades y el país entero mientras remontaban el Sena. Ocuparon París en 841 y destruyeron el monasterio de Argenteuil cuatro años después. Antes de que la abadía fuese destruida, la túnica se ocultó en el muro, con las dos cartas que revelaban su origen. Es muy posible que Teodrada escondiera la túnica ante la llegada de los normandos. Encontró un nuevo hogar en la abadía de Schwarzach am Main, donde murió hacia el 848. Tras su muerte, la túnica quedó en el olvido. La reliquia se descubrió por accidente unos 300 años más tarde, en 1156. Desde entonces su historia está bien documentada. Algunos

EN EL LATERAL DEL ALTAR, de la capilla de la Santa Túnica, una pintura muestra a un ángel portando la túnica de Jesús.

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EJECUC IÓ N DE M A RÍA A N TO N IETA .

La reina de Francia, a la que se refieren oficialmente los revolucionarios como «prisionero nº 280», fue ejecutada en la guillotina el 16 de octubre de 1793, a las 12.15 pm.

LH REVOLUCIÓU FRHUCESH: un PERIODO DE DESTRUCClón LA ESCRITORA ITALIANA ROSA ALBERONI afirma que

la Revolución francesa fue una guerra declarada por la Ilustración contra el Catolicismo. Los hechos parecen hablar por sí mismos: el 10 de noviembre de 1793, la Catedral de Notre Dame se transformó en el templo de la razón. Se construyó en la catedral una réplica del Monte Olimpo; pusieron arriba una prostituta local vestida de blanco, con capa azul y gorro rojo. Cuando se sentaba en su trono, sonaba un himno en su honor, saludándola como diosa de la Razón. Retratos de los nuevos «santos», incluidos

Robespierre, Marat, y otros líderes revolucionarios, colgaban de los muros de la iglesia. Un mes antes, la Convención había abolido el calendario cristiano, que fue reemplazado por otro revolucionario: el año nuevo comenzaba el 22 de septiembre de 1792, fecha del arresto de Luis XVI. Todo lo asociado con el cristianismo se destruía: se asesinaba a los clérigos, se suprimía el sacerdocio, se retiraban los símbolos religiosos, se demolían las iglesias, se profanaban cementerios y el domingo y cualquier otro día santo estaba prohibido el culto.

Las reliquias de Cristo cayeron también bajo el furor revolucionario. En 1793 una horda irrumpió en la Sainte-Chapelle y destruyó su interior. Se perdieron muchas reliquias: el fragmento de la Vera Cruz de Balduino 11 (la pieza mayor existente), el asta de la lanza de Longino, una pieza de lienzo funerario, y la esponja que usaron para humedecer los labios de Cristo. En 1794, la Convención ordenó quemar la Sábana de Besanc;on, que se veneraba como uno de los lienzos del sepulcro de Cristo.

CRUZ ERIG ID A EN LA BA SÍLICA DE A RG EN TEU IL

para celebrar la exposición de la túnica de 1984.

Investigaciones sobre fas reliquias de Cristo

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TESTIGOS DEL MISTERIO

RELICARIO DEL SANTO CLAVO del tesoro de la catedral de Notre Dame,

París. Los expertos creen que es demasiado pequeño para ser considerado una reliquia auténtica.

Hesemann decidió examinar cada uno de los potenciales santos clavos de Europa, y comprobar si su historia podía documentarse para llegar a su origen en Tierra Santa.

La siguiente tarea fue comparar los objetos de veneración con los clavos que usaban los romanos para crucificar, procedentes de excavaciones. Arqueólogos israelíes encontraron clavos de la época del Segundo Templo, al excavar en 1968 cuatro tumbas en el antiguo asentamiento de Giv'at ha-Mivtar (una zona al norte de la actual Jerusalén). Una de las tumbas contenía los restos de un crucificado. Se llamaba Yehohanan ben Hagkol (Juan hijo de Ezequiel). Según los arqueólogos, fue crucificado por los ocupantes romanos entre el año 6 y el 65 d.C. Sus pies estaban uno sobre otro y atravesados por un clavo.

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TESTIGOS DEL MISTERIO

Al acabar las guerras de religión, se reconstruyó la abadía, y la Santa Túnica volvió a su sitio. Esta paz marcó una nueva era de santidad para la ciudad de Argenteuil, con una nueva riada de peregrinos europeos para venerar la reliquia. Entre estos el rey Enrique III de Francia, María de Médicis, y el Cardenal Richelieu. Las crónicas de la abadía cuentan cómo el rey Luis XIII vino tres veces a rezar ante la túnica. Cuando los monjes le ofrecieron abrir el relicario y sacar la túnica para que pudiese verla, Luis se negó, afirmando que le bastaba ver una pequeña parte de la reliquia para creer en el resto. Sus palabras pasaron a la historia de la abadía, y desde entonces muchos peregrinos siguen el ejemplo del rey, venerándola ante el relicario cerrado. En 1613 el papa Pablo V aprobó la Hermandad de la Santa Túnica, que da gracias por la Sagrada Pasión y venera la Túnica de Argenteuil. Con el tiempo, surgieron sospechas de que la reliquia no fuese auténtica. La gente empezó a dudar de que hubiese escapado al saqueo de los hugonotes y los monjes la hubiesen sustituido por una falsa. De hecho, el relicario que la guardaba desapareció durante las guerras de religión, y después se guardó en uno nuevo.

EXVOTOS

en la Basílica de Argenteuil, en acción de gracias por los favores recibidos.

CIRIO

ofrecido por el papa Pío IX en 1854, después de recibir un trozo de 20 cm de la túnica.

SANTO CLAVO de la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, Rom a. Traído de Tierra Santa por santa Elena. Ha perm anecido casi intacto hasta hoy. ':/)

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~ MODERNA RECONSTRUCCIÓN del tipo de clavo usado para crucificar en tiempos de Cristo, basado en los hallazgos arqueológicos de Giv'at ha Mivtar.

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LA VIR G EN M A R ÍA so stie n e la tú n ica de su H ijo . Pin tu ra en la Ba sílica de A rg e n te u il.

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(arma Christi) en un fresco de la Basílica de San Denis.

destruyendo y saqueando todo a su paso. Se perdieron muchas reliquias, incluso un fragmento de la Vera Cruz del relicario de Balduino y el asta de la Santa Lanza. El abad Ozet, anterior rector de Argenteuil, temió que sucediese lo mismo con la Santa Túnica que seguía estando a su cuidado. Tomó la decisión de cortarla en piezas y esconder cada una en un sitio diferente. De este modo, esperaba que al menos una pieza escapase ilesa a la turbulencia de la revolución. Puso su plan en marcha por la noche y, junto con el sacristán, dividió la túnica. Enterró las dos piezas mayores en el jardín, y distribuyó el resto entre los feligreses más fieles. Poco después, Ozet fue arrestado y pasó dos años en prisión. Le soltaron cuando terminó el periodo más antirreligioso. El día de la Ascensión de 179 S, el abad desenterró las piezas y recogió los fragmentos que había repartido. No todos los fragmentos se devolvieron; una pieza de unos S cm2 que se confió al párroco de Sucy-en-Brie había sido destruida. Cuatro pequeños fragmentos que se escondieron en Longpont-sur-Orge quedaron allí y se encuentran hoy en la. Basílica de Notre Dame de esa ciudad. En 1854 el papa Pío IX pidió

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Investigaciones sobre las reliquias de Cristo

SUPERPONIENDO LA TÚNICA de Argenteuil sobre

UNA

la Sábana de

COMPARACIÓN

Turín, se aprecia

DE LOS TEJIDOS

la correlación de

de Argenteuil y

las heridas en los

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dos lienzos.

Orge revela que proceden de la misma prenda. El fragmento de Longpont se descubrió tras la Revolución francesa.

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un pequeño fragmento de la reliquia y recibió 20 cm. Todo esto supone que la túnica no podría ya restaurarse en su forma original.

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Tras la Revolución francesa y las guerras napoleónicas,

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