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Spanish; Castilian Pages 289 [290] Year 2015
Andrea Pešková Sujetos pronominales en el español porteño
Beihefte zur Zeitschrift für romanische Philologie
Herausgegeben von Claudia Polzin-Haumann und Wolfgang Schweickard
Band 394
Andrea Pešková
Sujetos pronominales en el español porteño
Implicaciones pragmáticas en la interfaz sintáctico-fonológica
Zugl.: Hamburg, Univ., Diss., 2014
ISBN 978-3-11-041575-9 e-ISBN (PDF) 978-3-11-041639-8 e-ISBN (EPUB) 978-3-11-041645-9 ISSN 0084-5396 Library of Congress Cataloging-in-Publication Data A CIP catalog record for this book has been applied for at the Library of Congress. Bibliografische Information der Deutschen Nationalbibliothek Die Deutsche Nationalbibliothek verzeichnet diese Publikation in der Deutschen Nationalbibliografie; detaillierte bibliografische Daten sind im Internet über http://dnb.dnb.de abrufbar. © 2015 Walter de Gruyter GmbH, Berlin/Boston Druck und Bindung: CPI books GmbH, Leck ♾ Gedruckt auf säurefreiem Papier Printed in Germany www.degruyter.com
a Jordan
Prólogo Al preguntar a cualquiera de los más de 400 millones de hablantes nativos del español si oraciones como «Vamos a leer este libro» o «Hablo español» son correctas, todos los hablantes van a asentir. En general, el sujeto no tiene que expresarse fonéticamente en español a no ser que la frase esté asociada a un contexto concreto. En el español hablado el sujeto ‘nulo’ de los ejemplos anteriores alterna por diferentes motivos, tanto lingüísticos como extralingüísticos, con el sujeto explícito: «Nosotros vamos a leer este libro» o «Yo hablo español». Además, el sujeto puede aparecer en diferentes posiciones de la oración, puede tener diferentes realizaciones entonativas y diferentes funciones informativas. A partir de los años setenta del siglo pasado, el tema de la omisión de los pronombres sujeto ha sido ampliamente estudiado y discutido, desde diferentes perspectivas teóricas y en la investigación empírica variacionista. Mientras que los estudios empíricos y funcionalistas se centran en explicar la variación del uso del sujeto pronominal a partir de patrones sintácticos superficiales y basándose sobre todo en los datos de la actuación, la gramática generativa se ocupa sobre todo de la core-grammar (gramática ‘básica’ o ‘nuclear’) y de la teoría de la competencia lingüística y busca los factores profundos subyacentes a la variación entre las lenguas. Combinando distintas perspectivas, el presente estudio aborda el uso de los sujetos pronominales en el español hablado en Buenos Aires, una variedad que ha sido poco estudiada en cuanto al fenómeno que nos ocupa. Este trabajo tiene dos objetivos principales. Primero, determinar las condiciones de uso de los sujetos pronominales explícitos e implícitos, tanto categóricos como variables. Y segundo, describir sistemáticamente los correlatos sintácticos y prosódicos de los sujetos explícitos teniendo en cuenta sus diferentes funciones pragmáticas. De este modo el estudio muestra cómo diferentes niveles lingüísticos–rasgos morfosintácticos, posición sintáctica y realizaciones entonativas–intervienen en el uso de los pronombres sujeto en un idioma con gramática de sujeto nulo y cómo estos, a su vez, están relacionados con diferentes factores gramáticoléxicos y sobre todo discursivo-pragmáticos. El presente libro, que se basa en mi tesis doctoral defendida en la Universidad de Hamburgo en junio de 2014, no habría sido posible sin el apoyo de muchas personas que me acompañaron durante su redacción. Quisiera empezar dando mis más sinceras gracias a mis dos directores de tesis–a Christoph Gabriel y Susann Fischer–, no solamente por su asistencia, consejos y críticas constructivas, sino también por hacer y transmitir la ciencia con gran entusiasmo. En segundo lugar, agradezco a los editores–Claudia Polzin-Haumann y Wolf-
viii Prólogo gang Schweickard– la aceptación de mi trabajo para esta edición, y a Nancy Christ, Christine Henschel y Ulrike Krauss, de la editorial De Gruyter Gryuter, el apoyo durante la redacción del libro. También quiero dar las gracias a la Asociación Alemana de Hispanistas por la concesión del premio Werner Krauss a mi tesis doctoral. Este reconocimiento es un gran honor para mí y me llena de responsabilidad y motivación de cara a mi futuro profesional. Seguidamente, quisiera expresar mi agradecimiento a todos mis (ex-)compañeros del Centro de Investigación del Multilingüismo (SFB 538) de la Universidad de Hamburgo, a todos los compañeros de los institutos de lenguas románicas de las universidades de Hamburgo, Colonia y Comahue (en Patagonia), así como a todos los compañeros que se cruzaron en mi camino en diversas conferencias. Aunque no me es posible nombrarlos a todos aquí, no querría dejar de citar para expresar mis gracias a: Aria Adli, Aroldo Andrade, Dagmar Barton, Giulia Bianchi, Carolin Buthke, Laura Colantoni, Susana Cortés, Ángela Di Tullio, Vasyl Druchkiv, Andreas Dufter, Dina El Zarka, Martin Elsig, Claudia Enbe, Ingo Feldhausen, Nataša Frías, Xavier Frías-Conde, María Gabriela Mazzuchino, Marco García García, Izarbe García Sánchez, Josina Gausepohl, Maria Goldbach, Svenja Gottschick, Jorge Gurlekian, Fatima Hamlaoui, Steffen Heidinger, Marc-Olivier Hinzelin, José Ignacio Hualde, Rolf Kailuweit, Leopoldo Labastía, Conxita Lleó, Elena Kireva, Imme Kuchenbrandt, Tanja Kupisch, Pascual-José Masullo, Trudel Meisenburg, Mihaela Moreno Perdomo, Mira Nábělková, Naomi Nagy, Mareike Neuhaus, Pekka Posio, Anne-Katrin Preißler, Pilar Prieto, Esther Rinke, Mariela Rodríguez Arguedas, Paolo Roseano, Natividad Schlegel, Rafèu Sichel-Bazin, Marián Sloboda, Johanna Stahnke, Ilse Stangen, Renata Szczepaniak, Claudia Teichmann, Jeanette Thulke, Jenneke Van der Wal, Maria del Mar Vanrell, Tonjes Veenstra, Jorge Vega, Liefka Würdemann, Pablo Zdrojewski y Marina Zielke. Dedico un especial agradecimiento a Ariadna Benet y Mario Navarro por el excelente lectorado y correcciones de mi manuscrito. Por el apoyo no científico pero muy significativo, doy muchas gracias a mis padres, a mi hermano y a mis amigos Vendulka, Martinka, Bára, Yesenia, Nicola, David, Maurice y a Jordan. Y en último lugar pero no por eso menos importante, quiero dar las gracias a todos los hablantes porteños, sin los cuales este libro no habría sido posible.
Índice Prólogo vii Abreviaturas xiii Lista de tablas xvii Lista de figuras xix 1
Introducción 1
2 Revisión bibliográfica y marco teórico 18 2.1 Gramática hispánica tradicional 18 2.2 Gramática generativa 21 2.3 Estudios empíricos (variacionistas) 25 2.3.1 Definición de la variación 27 2.3.2 Variación dialectal 28 2.4 Uso del PS 31 2.4.1 Uso del PS y la morfología verbal 31 2.4.1.1 Enfoque generativo 31 2.4.1.2 Enfoque empírico 36 2.4.2 Uso del PS y la posición del antecedente 42 2.4.3 Uso del PS y el cambio de referencia 49 2.4.4 Uso del PS y la estructura informativa 53 2.4.4.1 Foco 56 2.4.4.2 Tópico 59 2.4.4.3 Sujetos en la interfaz sintáctico-fonológica 77 2.4.5 Uso del PS y la persona gramatical 84 2.4.6 Uso del PS y la especificidad del sujeto 89 2.4.6.1 Segundas personas 90 2.4.6.2 Primeras personas 92 2.4.6.3 Terceras personas 94 2.4.7 Uso del PS y otros factores semánticos 97 2.4.7.1 Tipo de verbo 97 2.4.7.2 Tipo de oración 98 2.5 Sumario de los objetivos del estudio 102
x Índice 3 Métodos y datos 105 3.1 Datos (Corpus BA) 105 3.2 Procedimiento del análisis 106 3.2.1 Sujetos (nulos) expletivos y arbitrarios 109 3.2.2 Omisión obligatoria del PS 109 3.2.3 Expresión obligatoria del PS 116 3.2.4 Variación del PS nulo/explícito 117 3.2.4.1 Variable ‘Persona gramatical’ 118 3.2.4.2 Variable ‘Especificidad del sujeto’ 118 3.2.4.3 Variable ‘Ambigüedad’ 120 3.2.4.4 Variable ‘Semántica verbal’ 122 3.2.4.5 Variable ‘Tiempo y modo verbal’ 123 3.2.4.6 Variable ‘Reflexividad del verbo’ 124 3.2.4.7 Variable ‘Tipo de oración’ 124 3.2.4.8 Variable ‘Tipo de cláusula’ 124 3.2.4.9 Variable ‘Cambio de referencia’ 127 3.2.4.10 Variable ‘Tema discursivo’ 127 3.2.4.11 Variable ‘Estructura informativa’ 129 3.2.5 Análisis estadístico de la variación 129 3.3 Análisis sintáctico y prosódico de los sujetos explícitos 133 3.3.1 Análisis sintáctico 133 3.3.2 Análisis prosódico 134 4 4.1 4.1.1 4.1.2 4.1.3 4.1.4 4.1.5 4.1.6 4.1.7 4.1.8 4.1.9 4.1.10 4.1.11 4.1.12 4.2 4.2.1
Resultados 140 Variación del sujeto nulo/explícito 141 Persona gramatical 141 Especificidad del sujeto 143 Ambigüedad 146 Semántica verbal 148 Tiempo y modo verbal 150 Reflexividad del verbo 151 Tipo de oración (semántica) 152 Tipo de cláusula (sintaxis) 154 Cambio de referencia 157 Tema discursivo (episódico) 159 Estructura informativa 160 Análisis estadístico de la variación 162 PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica 172 Foco 173
Índice xi
4.2.1.1 4.2.1.2 4.2.2 4.2.3 4.2.4 4.2.5 4.2.6 5 5.1 5.2 5.2.1 5.2.2
PS posverbal en foco 174 PS preverbal en foco 177 Tópico contrastivo 180 Tópico desambiguador 184 Tópico nuevo 185 Tópico familiar 188 Resumen 192
5.2.5 5.3 5.3.1 5.3.2
Discusión 196 Discusión del resultado global 196 Discusión de la variación 198 Persona gramatical y especificidad 199 Verbo (ambigüedad, tiempo y modo, reflexividad, semántica verbal) 207 Tipo de oración 209 Discurso (estructura informativa, cambio de referencia y cambio de tema discursivo) 213 Factor ‘Hablantes’ 215 Discusión de los PPSS explícitos 219 Posición de los PPSS explícitos 219 Entonación de los PPSS explícitos 228
6
Resumen y conclusión 236
5.2.3 5.2.4
Bibliografía 245
Abreviaturas 1PL
primera persona plural
1S
primera persona singular
2PL
segunda persona plural
2S
segunda persona singular
3PL
primera persona plural
3S
tercera persona singular
AC.
acusativo
al.
alemán
AM
modelo métrico y auto-segmental
ch.
chino
CL
clítico
CLLD
dislocaciones con clítico a la izquierda
CLRD
dislocaciones con clítico a la derecha
COM
comentario
cs.
checo
DC
dinamismo comunicativo
DEM
pronombre demostrativo
Enc.
encuestador
EPP
Extended Projection Principle
es.
español
EsP
español porteño
Espec
especificador
F
foco
F0
frecuencia fundamental
Fc
foco contrastivo
FEM
femenino
fin.
finlandés
GG
gramática generativa
GU
gramática universal
HTLD
temas vinculantes con clítico a la izquierda
IMP
imperfecto
Inf.
informante
ingl.
inglés
xiv Abreviaturas ip
frase entonativa intermedia
IP
frase entonativa mayor
ita.
italiano
LD
dislocaciones a la izquierda
MAS
masculino
OM
marcador de objeto
OR
odds ratio
OVS
objeto-verbo-sujeto
PAS
Position Antecedent Strategy
PERF
pretérito perfecto
PL
plural
port.
portugués
PPSS
pronombres sujetos
PRES
presente
PS
pronombre sujeto (sujeto pronominal)
RAE
Real Academia Española
RD
dislocaciones a la derecha
SComp
sintagma complementante
SFin
sintagma de finitud
SFlex
sintagma flexivo
SFoc
sintagma de foco
SFuerza
sintagma de fuerza ilocutiva
SG
singular
SM
marcador de sujeto
SN
sintagma nominal
SOV
sujeto-objeto-verbo
ST
sintagma temporal
STop
sintagma de tópico
SUBJ
subjuntivo
SV
sintagma verbal
SV
sintagma verbal (denominado shell)
SVO
sujeto-verbo-objeto
SX
sintagma ‘x’
Tc
tópico contrastivo
Td
tópico desambiguador
Tf
tópico familiar
Abreviaturas xv
Tn
tópico nuevo
ToBI
Tone and Break Indices
V2
verbo en segunda posición
VOS
verbo-objeto-sujeto
VS
verbo-sujeto
WALS
World Atlas of Language Structures
Lista de tablas Número
Descripción
pág.
Tabla 1
Variación de la expresión de PS en diferentes variedades del español (* citado por Goodall 2010, 239).
28
Tabla 2
Porcentajes de la expresión de PS según la persona gramatical en el EsP en Soares da Silva (2006) y Barrenechea/Alonso (1977).
30
Tabla 3
Uso del PS omitido de la primera persona según el factor Conectividad discursiva de Paredes Silva (1993, 45).
50
Tabla 4
Uso del PS en el experimento de producción de Pešková (2013).
89
Tabla 5
Inventario de acentos tonales del EsP según Gabriel et al. (2013).
136
Tabla 6
Inventario de tonos de frontera del EsP según Gabriel et al. (2013).
137
Tabla 7
Uso del PS explícito (PS+) vs. nulo (PS-).
141
Tabla 8
Uso del PS según ‘Persona gramatical’.
141
Tabla 9
Uso del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’.
143
Tabla 10
Ocurrencias del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’ y ‘Persona gramatical’.
144
Tabla 11
Uso del PS explícito según ‘Ambigüedad’.
146
Tabla 12
Ocurrencias del PS explícito según ‘Ambigüedad’ y ‘Persona gramatical’. 146
Tabla 13
Uso del PS explícito según ‘Semántica verbal’.
148
Tabla 14
Ocurrencias del PS explícito según ‘Semántica verbal’ y ‘Persona gramatical’.
148
Tabla 15
Uso del PS explícito según ‘Tiempo y modo verbal’.
150
Tabla 16
Ocurrencias del PS explícito según ‘Tiempo y modo verbal’ y ‘Persona gramatical’.
150
Tabla 17
Uso del PS según ‘Reflexividad del verbo’.
152
Tabla 18
Uso del PS explícito según ‘Tipo de oración’.
152
Tabla 19
Ocurrencias del PS explícito según ‘Tipo de oración’ y ‘Persona gramatical’.
153
Tabla 20
Uso del PS explícito según ‘Tipo de cláusula’.
154
Tabla 21
Ocurrencias del PS explícito según ‘Tipo de cláusula’ y ‘Persona gramatical’.
155
Tabla 22
Uso del PS explícito según ‘Tipo de cláusula con sujeto ±correferencial’.
156
Tabla 23
Uso del PS según ‘Cambio de referencia’.
157
Tabla 24
Ocurrencias del PS explícito según ‘Cambio de referencia’ y ‘Persona gramatical’.
158
Tabla 25
Uso del PS explícito según ‘Estructura informativa’ y ‘Cambio de referencia’.
158
xviii Lista de tablas
Tabla 26
Uso del PS explícito según ‘Tema discursivo (episódico)’.
159
Tabla 27
Ocurrencias del PS explícito según ‘Tema discursivo’ y ‘Persona gramatical’.
159
Tabla 28
Uso del PS explícito según ‘Estructura informativa’.
160
Tabla 29
Ocurrencias del PS explícito según ‘Estructura informativa’ y ‘Persona gramatical’.
161
Tabla 30
Variables en la ecuación (regresión logística binaria).
162
Tabla 31
Valores de R de Nagelkerke de las variables independientes.
165
Tabla 32
Valores de R 2 de Nagelkerke de cada variable independiente.
166
Tabla 33
Valores de R 2 de Nagelkerke de las variables independientes según la persona gramatical (F1).
168
Tabla 34
Valores de R 2 de Nagelkerke de cada variable independiente según la persona gramatical.
168
Tabla 35
Odds ratios de las variables según la persona gramatical (regresión logística binaria).
170
Tabla 36
Categorías del sujeto pronominal explícito.
172
Tabla 37
Realización tonal de los sujetos posverbales en foco.
174 178
2
Tabla 38
Realización tonal de los sujetos preverbales en foco.
Tabla 39
Realización tonal del sujeto como tópico contrastivo.
181
Tabla 40
Realización tonal de los sujetos como tópico desambiguador.
184
Tabla 41
Realización tonal del sujeto como tópico nuevo.
187
Tabla 42
Realización tonal del sujeto como tópico familiar.
189
Tabla 43
Posición posverbal y preverbal de los sujetos explícitos.
192
Tabla 44
Resumen de las condiciones sintácticas (orden de palabras) de los PPSS con diferentes funciones informativas.
192
Tabla 45
Porcentajes del PS explícito según la persona gramatical en el presente estudio, en Pešková (2013), en Soares da Silva (2006) y en Barrenechea/Alonso (1977).
199
Lista de figuras Número
Descripción
pág.
Figura 1
Distribución de los seis tipos de lenguas (N = 711) según la expresión de los PPSS (WALS = The World Atlas of Language Structures).
4
Figura 2
Uso del PS explícito según seis subtipos de tópico nuevo (Tn) y tres subtipos de tópico familiar (Tf) en la tipología de Adli (2011).
71
Figura 3
Trazado de la F0 de la oración Yo, mi marido, que viaja mucho con el PS dislocado a la izquierda.
76
Figura 4
Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el kiosco en el contexto ¿Qué pasa acá?
78
Figura 5
Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el contexto ¿Qué compra María en el kiosco?
79
Figura 6
Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el contexto ¿Quién compra el diario?
80
Figura 7
Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración En el kiosco compra el diario María en el contexto ¿Quién compra el diario en el kiosco?
81
Figura 8
Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración Compra el diario María en el contexto ¿Qué compra María en el kiosco?
81
Figura 9
Trazado de la F0 de la oración con el sujeto pronominal en foco No voy a la velocidad que va ella (Corpus BA).
82
Figura 10
Trazado de la F0 de la oración con el sujeto pronominal en función de tópico familiar Recién empezaba el viaje yo (Corpus BA).
83
Figura 11
Tono ascendente L+H* con diferentes realizaciones fonéticas.
136
Figura 12
Oscilograma y espectrograma con el contorno de F0 de la frase yo nunca hacía los deberes con una pausa visible (124ms) entre yo y nunca.
138
Figura 13
Oscilograma y espectrograma con el contorno de F0 de la frase prosódica porque yo no reservaba nada.
139
Figura 14
Proporción de datos según tres categorías: ‘sujeto variable’, ‘sujeto nulo (obligatorio)’, ‘sujeto explícito (obligatorio)’.
140
Figura 15
Porcentajes del PS explícito según ‘Persona gramatical’.
142
Figura 16
Porcentajes del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’ y ‘Persona gramatical’.
144
Figura 17
Porcentajes del PS explícito según ‘Ambigüedad’ y ‘Persona gramatical’.
147
xx Lista de figuras
Figura 18
Porcentajes del PS explícito según ‘Semántica verbal’ y ‘Persona gramatical’.
149
Figura 19
Porcentajes del PS explícito según ‘Tiempo y modo verbal’ y ‘Persona gramatical’.
151
Figura 20
Porcentajes del PS explícito según ‘Tipo de oración’ y ‘Persona gramatical’.
153
Figura 21
Porcentajes del PS explícito según ‘Tipo de cláusula’ y ‘Persona gramatical’.
155
Figura 22
Porcentajes del PS explícito según ‘Cambio de referencia’ y ‘Persona gramatical’.
158
Figura 23
Porcentajes del PS explícito según ‘Tema discursivo’ y ‘Persona gramatical’.
160
Figura 24
Porcentajes del PS explícito según ‘Estructura informativa’ y ‘Persona gramatical’.
161
Figura 25
Jerarquía del tamaño del efecto de los factores observados.
167
Figura 26
Jerarquía del tamaño del efecto de los factores observados en una escala de R 2 de Nagelkerke de .000 a .090.
167
Figura 27
Tamaño del efecto de los factores observados según la persona gramatical en una escala de R 2 de Nagelkerke de .000 a .160.
169
Figura 28
Proporción de todos los PPSS explícitos en el Corpus BA.
173
Figura 29
Sujeto pronominal yo en foco realizado con un tono ascendentedescendente L+¡H*+L y seguido por un tono de frontera bajo L%.
175
Figura 30
Sujeto pronominal ella en foco realizado con un tono ascendente L+¡H* y seguido por un tono de frontera complejo HL%
176
Figura 31
Sujeto pronominal ustedes en foco realizado con un tono descendente H+L* y seguido por un tono de frontera bajo L%
177
Figura 32
Sujeto pronominal vos en foco realizado con un tono ascendentedescendente L+H*+L y seguido por un tono de frontera bajo L- y la deacentuación posfocal.
179
Figura 33
Sujeto pronominal yo en foco realizado con un tono ascendente L+H* y seguido por un tono de frontera alto H- y una pausa.
180
Figura 34
Sujeto pronominal yo como tópico contrastivo realizado con un tono ascendente L+H*.
182
Figura 35
Sujeto pronominal ustedes como tópico contrastivo realizado con un tono ascendente L+H* y seguido por un tono de frontera alto H-.
182
Figura 36
Sujeto pronominal yo como tópico contrastivo realizado con un tono alto H*.
183
Figura 37
Sujeto pronominal yo como tópico contrastivo realizado con un tono alto H*.
183
Figura 38
Sujeto pronominal yo como tópico desambiguador realizado con un tono bajo (L*).
185
Lista de figuras xxi
Figura 39
Sujeto pronominal yo como tópico nuevo realizado con un tono ascendente L+>H*.
188
Figura 40
Sujeto pronominal nosotros como tópico familiar dislocado a la derecha, realizado con un tono bajo L*.
190
Figura 41
Sujeto pronominal yo como tópico familiar, realizado con un tono bajo (L*).
190
Figura 42
Resumen de las realizaciones tonales (en porcentajes) de los tópicos contrastivos (Tc), tópicos desambiguadores (Td), tópicos nuevos (Tn) y tópicos familiares (Tf).
191
Figura 43
Inventario tonal de los PPSS según las funciones discursivas.
194
Figura 44
Uso del PS explícito (en %) por parte de los 36 hablantes entrevistados, con la frecuencia promedia del PS explícito (17 %).
215
Figura 45
Sujeto pronominal vos realizado con un tono L+>H*.
231
Figura 46
Sujeto pronominal yo realizado con un tono descendente (H+L*) después de un tono de frontera alto (H-).
232
Figura 47
Sujeto pronominal vos dentro de una unidad prosódica (Vos no podés tener jueces).
233
Figura 48
Sujeto pronominal yo dentro de una unidad prosódica (yo me lo tomo con calma).
234
1 Introducción El presente estudio ofrece una descripción del uso de los pronombres sujeto (PPSS) en el español de la Ciudad de Buenos Aires a partir de datos de lengua oral (entrevistas libres). Se trata de un estudio cuantitativo y cualitativo cuyos objetivos principales son dos: (1) determinar las estrategias del uso del PS nulo y del PS explícito (o expreso) y (2) describir las características sintácticas y prosódicas de los PPSS explícitos con diferentes funciones discursivo-pragmáticas. Desde el punto de vista teórico, el presente estudio no se ubica dentro de un solo marco teórico, sino que pretende combinar tres perspectivas generalmente tratadas de manera independiente en la literatura lingüística respecto al uso del PS: (a) la gramática hispánica tradicional (véase por ejemplo RAE 1870, 1931, 1973, 2009–2011; Alarcos Llorach 1994); (b) la gramática generativa (véase por ejemplo Chomsky 1981; Rizzi 1986, 1997a; Biberauer et al. 2010; para el español, véase: Luján 1986, 1999; Bosque 1989; Fernández Soriano 1999a), y (c) la investigación empírica variacionista (véase por ejemplo Barrenechea/Alonso 1977; Silva-Corvalán 1982, 1994; Hochberg 1986; Otheguy/Zentella/Livert 2007; Posio 2012a, 2012b). Hoy en día el español suele denominarse una ‘lengua pro-drop’ o ‘lengua de sujeto nulo’, cuya gramática permite la omisión de los sujetos pronominales, a diferencia de otras lenguas como el inglés (p. ej. I sing ‘canto’). El uso del término ‘pro-drop’ (del inglés, pronoun dropping) surge del Modelo de Principios y Parámetros en el marco generativo (Chomsky 1981; véase 2.2). Una de las primeras hipótesis en cuanto a la omisión de los sujetos en lenguas como el español estaba relacionada con la ‘rica’ morfología verbal (véase Taraldsen 1978; Chomsky 1981, 1982; Rizzi 1982), mientras que los sujetos pronominales explícitos se consideraban palabras tónicas con función enfática, contrastiva o desambiguadora de sus correlatos nulos (o afijales). Más tarde, se argumentó que la relación con la riqueza morfológica era solamente indirecta (véase Alexiadou/Anagnostopoulou 1998, Huang 2000; Ackema/Neeleman 2007; Fischer 2010, entre muchos otros). Asimismo, los estudios empíricos sobre el uso del PS en diferentes dialectos del español ofrecen claras evidencias de que tanto la expresión como la omisión del PS no dependen exclusivamente de la morfología verbal, sino también de otros factores lingüísticos. Al mismo tiempo, la definición del uso del PS explícito mediante conceptos como ‘énfasis’ o ‘contraste’ es muy limitada (véase por ejemplo Otheguy/Zentella/Livert 2007; García Salido 2008, 2013; Posio 2012a, 2012b). Así, el tema de la omisión de los sujetos pronominales manifiesta no solamente varias restricciones asociadas a la omisión y/o expresión obligatoria del
2 Introducción PS y a la posición de los PPSS en la oración, sino también una abundante gama de variación intralingüística que obliga al investigador a enfrentarse a múltiples contextos, entre los cuales, por ejemplo, aquel en que el sujeto pronominal puede ocurrir, sin que ello implique su obligatoriedad. Además, como veremos más adelante, el tratamiento respecto de la ausencia y/o presencia del pronombre sujeto genera una gran discrepancia entre las explicaciones descriptivas y los resultados ofrecidos por numerosos estudios empíricos. Mientras que los gramáticos tradicionales sostienen que la realización de los sujetos pronominales obedece a criterios de contraste, énfasis o ambigüedad, los estudios empíricos demuestran que el uso del PS es un fenómeno variable ligado a otros factores como, por ejemplo, la persona gramatical o la semántica verbal. A partir de los datos empíricos de anteriores estudios (véase Otheguy/Zentella/Livert 2007), se observa que los PPSS expresos son muchas veces elementos redundantes en cuanto a su valor estrictamente gramatical y/o semántico. Es decir, el uso de los sujetos pronominales y la interpretación de estos no dependen solamente de un significado lingüístico en sí, sino también de la interpretación contextual. Si decimos en una conversación, por ejemplo, Ella les compró un helado, el oyente tiene que tener acceso a la información sobre quién es ella y quiénes son les. De ahí que se asuma como hipótesis inicial que la expresión de los sujetos pronominales en español posee sobre todo un valor discursivo-pragmático. Desde este punto de vista, el comportamiento del PS en español apoyaría la idea de que, como sugiere por ejemplo Newmeyer (2003), es necesario hacer una clara distinción entre la gramática, por una parte, y el uso del lenguaje, por otra. Su motivación: «Grammar contributes to an explanation of language use, but usage, frequency, and so on are not represented in the grammar itself» (Newmeyer 2003, 682). Esta idea puede ilustrarse con un ejemplo de la vida cotidiana: la conducción de vehículos. La conducción de vehículos requiere, claro está, un conocimiento de numerosas reglas y normas que forman un sistema en sí (‘gramática’). Sin embargo, la manera de conducir en un momento concreto (‘uso de la gramática’) no está representada en el sistema de conocimiento o la capacidad de conducir, ya que depende de muchos factores externos como condiciones meteorológicas, estado de ánimo, calidad de la carretera y sobre todo de la interacción con otros conductores. Así, el presente estudio está focalizado en el modo en que los hablantes bonaerenses (porteños) manejan su gramática, en concreto, en cómo manejan los sujetos pronominales en el lenguaje oral y en qué factores intervienen en la definición de su uso explícito o nulo. Como punto de partida, a continuación se definirán algunas características principales del uso del PS en español y se abordarán las problemáticas relativas al estudio de este fenómeno.
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Según el World Atlas of Language Structures (WALS) (Dryer/Haspelmath 2013)1, el español pertenece a las lenguas cuyos PPSS se expresan con los afijos en los verbos (1): (1)
PERSONA
1ª 2ª 3ª
SINGULAR
PLURAL
canto cantamos * (cantáis)** cantas (cantás) canta cantan (Nota: *países voseantes, ** España (Península))
A semejanza con la gramática hispánica tradicional (véase por ejemplo, Alarcos Llorach 1994; cfr. sección 2.1), el WALS interpreta la flexión verbal como el verdadero sujeto de la oración. El atlas sugiere seis tipos de lenguas según la expresión de los sujetos pronominales. El español pertenecería al segundo tipo: (2) Tipología de lenguas según la expresión de los PPSS (WALS) — Tipo 1) PPSS expresados con pronombres que si son obligatorios, normalmente están presentes en la posición de sujeto (82 lenguas: por ejemplo, inglés, francés, alemán). — Tipo 2) PPSS expresados con afijos en el verbo (437 lenguas: por ejemplo, español, italiano, checo, griego). — Tipo 3) PPSS expresados con (en)clíticos (32 lenguas: por ejemplo, warlpiri). — Tipo 4) PPSS expresados con pronombres sujeto que ocurren en una posición sintáctica diferente a la del sujeto nominal (67 lenguas: por ejemplo, cachemir, wólof). — Tipo 5) PPSS expresados (opcionalmente) sólo con pronombres en la posición de sujeto (61 lenguas: por ejemplo, japonés, chino). — Tipo 6) Tipo mixto (32 lenguas: por ejemplo, finlandés, hebreo moderno). En la figura (1) se presenta la distribución porcentual de los tipos (1–6) de lenguas examinadas por el WALS (711 en total). Como puede observarse, el español pertenece al grupo más grande: un 62 % de las lenguas del mundo examinadas por el WALS expresan los PPSS con afijos verbales:
1 Véase www.wals.info.
4 Introducción
Distribución de lenguas según la expresión de los PPSS 62 %
11,5 % 4,5 %
Tipo 1
Tipo 2
Tipo 3
9%
8,5 %
Tipo 4
Tipo 5
4,5 %
Tipo 6
Figura 1: Distribución de los seis tipos de lenguas (N = 711) según la expresión de los PPSS (WALS = The World Atlas of Language Structures).
Hay solamente dos áreas en el mundo donde el tipo (2) es ausente o casi ausente: suroeste asiático y Australia (excepto la región del centro norte). Según el WALS, a este grupo pertenecen las siguientes lenguas europeas: las lenguas romances (con excepción del francés), las lenguas eslavas (con excepción del polaco, el ucranio y el ruso), el vasco, el letón (lengua báltica), el córnico y el bretón (lenguas célticas). A diferencia del WALS, la aproximación generativa (minimalista) (véase 2.2) asume que el sujeto pronominal en lenguas como el español es fonéticamente vacío. Debe subrayarse que el presente estudio sigue esta propuesta y acepta la categoría nula o pro en la posición de sujeto. Como se ha mencionado más arriba, las primeras aproximaciones del generativismo diferenciaban dos grupos de lenguas: las lenguas pro-drop (por ejemplo el español) y las lenguas nopro-drop (por ejemplo el inglés) (véase Chomsky 1981). Esta distinción resultaría más tarde insuficiente y se propondrían al lado de las lenguas no-pro-drop otros tipos de lenguas que permiten sujetos nulos. Una propuesta se ofrece en Biberauer et al. (2010) (véase también las referencias allí citadas): (3) Tipología de las lenguas de sujeto nulo (Biberauer et al. 2010) — Tipo 1) Lenguas de sujeto nulo consistente (por ejemplo, español, griego, italiano, árabe).
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—
Tipo 2) Lenguas con sujetos nulos expletivos o lenguas semi-pro-drop (por ejemplo, alemán, neerlandés y muchas lenguas criollas). — Tipo 3) Lenguas de pro-drop radical o discursivo (por ejemplo, chino, japonés, coreano). — Tipo 4) Lenguas de sujeto nulo parcial (por ejemplo, finlandés, hebreo, ruso, portugués brasileño). El español pertenece al tipo de lenguas de sujeto nulo consistente, cuya característica principal es la ‘rica’ morfología verbal y la posibilidad de no expresar el sujeto en todos los tiempos verbales (Biberauer et al. 2010, 6–8; véase también las secciones 2.2, 2.4.1.1.). Tanto el enfoque (estructural) tipológico (por ejemplo, el de WALS) como el de la gramática generativa se proponen explicar la variación y las diferencias entre las lenguas del mundo. La diferencia entre las dos perspectivas puede resumirse con palabras de Demonte (2014, 2): La explicación tipológica busca regularidades de la variación a partir de patrones sintácticos superficiales, visibles, mientras que la gramática generativa busca encontrar los factores profundos (internos y externos a la GU [gramática universal]) que subyacen a la variación entre las lenguas.
Los diferentes objetivos y métodos de estas dos perspectivas probablemente causan una diferente categorización de las lenguas. Aunque la tipología del WALS se basa en un número relativamente grande de lenguas, su análisis y categorización están limitados a las oraciones personales simples (Dryer 2013, 4–5), prescindiendo de frases impersonales como Llueve o Llaman a la puerta, las cuales pueden variar entre las lenguas con respecto al uso del PS. Por ejemplo, el alemán permite la omisión de los expletivos en ciertos contextos (p. ej. Gestern wurde *es getanzt; lit. ‘Ayer fue *ello bailado’), mientras que el inglés no lo permite (p. ej. Yesterday *(there) was dancing; lit. ‘Ayer *(allí) estuvo bailando’) (Roberts/Holmberg 2010, 8). Por tanto, la tipología generativa (minimalista) en (3) propone con razón tratar el alemán como una lengua del tipo semi-pro-drop (cfr. Grewendorf 1989) y no como lengua no-pro-drop como el inglés (cfr. WALS). En este punto resulta también interesante señalar que los estudios empíricos basados en el habla oral registran una variabilidad dialectal dentro de un tipo de lengua como el español, lo que permitiría asumir también la existencia de una variación interlingüística entre los idiomas pro-drop. Por ejemplo, Posio (2008, 2012b) muestra varias diferencias sistemáticas en cuanto al uso del PS entre el español peninsular y el portugués europeo (ambas lenguas de sujeto
6 Introducción nulo consistente). Asimismo, existe una variación entre las lenguas pro-drop eslavas con respecto al uso del PS (véase por ejemplo Lindseth 1998; Seo 2001). La omisión del sujeto en las lenguas pro-drop debe considerarse como la forma predeterminada (default), mientras que la expresión del PS representa la forma marcada. En el español estándar, la posición del sujeto debe estar obligatoriamente vacía en todas las oraciones impersonales y en las construcciones genéricas (4):2 (4) a. b. c. d.
∅ Llueve.3 ∅ Hay que saberlo. ∅ Me robaron la bicicleta. En este país ∅ comen mucha carne.
No obstante, en las oraciones personales los sujetos nulos no aparecen en todos los contextos, sino que alternan con los sujetos explícitos. Hay oraciones en las cuales los sujetos nulos son obligatorios (5a) y (5b), pero en otras son imposibles (5c) y (5d): (5) a. b. c. d.
Juan habla y ∅/*él escribe muy bien en español. (él = Juan) ¡∅/*Vos, dibujame una serpiente! Pedro siempre toma cerveza, pero *∅/yo prefiero vino. ¿Quién compró la tarta? La compramos *∅/nosotros.
Podemos constatar que los factores más importantes que determinan la aparición o la omisión de los sujetos pronominales son de naturaleza (intra-) lingüística. En los dos primeros ejemplos (5a) y (5b), el uso del PS puede explicarse por motivos sintácticos o semánticos. Por ejemplo, mientras en una oración coordinada como (5a) la primera oración está regida por el sujeto (Juan), la segunda posición del sujeto tiene que ser vacía. Como veremos más adelante, las relaciones sintácticas como las de (5a) explican parcialmente la omisión del sujeto, pero no establecen ninguna condición para la expresión del sujeto pronominal en español. También en las oraciones imperativas, como (5b), el sujeto se suele omitir. En cambio, su expresión fonética es obligatoria cuando el sujeto pronominal es tópico contrastivo; es decir, cuando se establece un contraste entre dos o más personas como en (5c), o cuando el sujeto pronominal 2 Como veremos más adelante, no todas las variedades del español están sujetas a (4). 3 Se utilizará el símbolo ‘∅’ a lo largo del presente estudio para indicar que el sujeto está ausente en la oración.
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cumple la función de foco como en (5d). El concepto de estas dos categorías vinculadas con la estructura informativa se va a profundizar en el capítulo sobre el marco teórico (véase la sección 2.4.4). El PS explícito ha sido también interpretado como una forma de deshacer ambigüedades morfológicas y/o referenciales (Alarcos Llorach 1994, 73), o para garantizar la recuperabilidad de la referencia pronominal en el discurso (Frascarelli 2007, 694). Sin embargo, a diferencia de los tópicos contrastivos, como (5c), y de los focos, como (5d), la desambiguación morfológica y/o referencial no garantiza la expresión del PS; es decir, el uso del PS no es categórico, sino variable. En cuanto a la ambigüedad, la coincidencia fónica de algunas formas verbales, en que no se distingue la primera de la tercera persona del singular, como en (6a), y casos de tercera persona que cubren más referencias (él y ella), como en (6b), permite la omisión del PS (∅): (6) a. Ayer ∅ vi a María en el trabajo. ∅ Pensaba que ∅ estaba enferma. b. María no volvió a ver más a Juan porque ∅ se fue a hacer el servicio militar. A pesar de que las formas verbales pensaba y estaba (6a) son sincréticas en primera y tercera persona del singular, por el contexto queda claro que el primer verbo (pensaba) se asocia con el hablante (primera persona), mientras que el segundo (estaba), con María (tercera persona). Asimismo, el sujeto él del verbo referencialmente ambiguo se fue en (6b) puede ser omitido, ya que es más común asociar el servicio militar con una persona del sexo masculino. El papel de la ambigüedad en el uso del PS explícito ha sido discutido en muchos estudios empíricos, que han dado resultados diferentes (véase por ejemplo, SilvaCorvalán 1982; Hochberg 1986; cfr. sección 2.4.1.2). Uno de los propósitos del presente estudio es definir los contextos en los cuales la expresión del PS es necesaria–si no obligatoria–por razones de ambigüedad. En este sentido, se propondrá una categoría nueva, denominada ‘tópico desambiguador’, que garantiza en ciertas expresiones la realización fonética del PS (véase las secciones 2.4.1.2 y 2.4.3.3.5). Mientras que la motivación por ‘ambigüedad’ se asocia con los rasgos gramaticales, la ‘recuperabilidad’ está vinculada al discurso y a la distinción entre los elementos familiares (conocidos por el contexto) y a los elementos introducidos o reintroducidos como nuevos en el discurso (tratado en detalle en 2.4.2, 2.4.3, 2.4.4). Así, el sujeto pronominal puede mantener referencia o representar el cambio de referencia. La recuperabilidad de la referencia se expone en (7):
8 Introducción (7) Acá ∅ estoy tirado en la hamaca paraguaya, en una posición muy cómoda, relajado luego de haber tomado sol toda la tarde y haber reremado en kayak con Andrea. En un lugar maravilloso como es el lago Nahuel Huapi en San Carlos de Bariloche, en el sur, en la Patagonia argentina, un lugar que impresiona tanto a extranjeros como a los propios habitantes de la Argentina como yo. Yo soy argentino y me encanta este lugar. (Corpus BA)4 En este ejemplo, el hablante empieza a hablar de sí mismo, luego inserta otro tópico (aquí el lugar Nahuel Huapi) y finalmente recupera o reintroduce la referencia (de la primera persona del singular en forma explícita) en su discurso. No obstante, la recuperabilidad de la referencia no llega a justificar la expresión del PS en todos los casos. Obsérvese el ejemplo (8), en el cual una hablante bonaerense cuenta sus recuerdos de viajes: (8) Después, este…, en Ámsterdam, también ∅ tuve muchos problemas cuando ∅ llegué para dormir porque yo no reservaba nada. Yo llegaba y ∅ me iba al hotel. Muy improvisada, muy hippie. (Corpus BA) En este caso no podemos hablar de ‘recuperabilidad’, ya que el contexto ofrece una ‘cadena’ de la misma referencia (de la primera persona del singular). Aunque varios estudios (por ejemplo Frascarelli 2007 para el italiano) han argumentado que el tópico familiar prefiere la forma nula y el tópico nuevo, la forma explícita, esta distinción no es suficiente para aclarar todos los contextos. Dado que el contexto de (8) es no marcado (no-contrastivo, no-focal), podría explicarse la expresión del sujeto pronominal por motivos gramaticales: los verbos reservaba y llegaba están en imperfecto, que en español presenta sincretismo entre la primera y la tercera persona singular. Sin embargo, un referente de tercera persona como candidato para el sujeto del verbo ambiguo no aparece en el contexto de (8), con lo cual la referencia de los verbos en cuestión puede asociarse únicamente con la primera persona. Cabe preguntarse si se trata de una posible sobregeneralización del uso de los PPSS con los verbos ambiguos. Contra esta argumentación hablan tanto algunos análisis empíricos (por ejemplo Barrenechea/Alonso 1977; cfr. ejemplo (6)), como el hecho de que la misma 4 El Corpus BA consta de datos de habla espontánea recogidos en 2008 y 2009 en Buenos Aires para la presente investigación (véase el Capítulo 3. Métodos y datos).
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hablante omite los PPSS con verbos de forma ambigua en su narración más adelante (9): (9) ∅ Dormía en un cuarto con diecisiete camas. Sirios, israelitas, chilenos, argentinos, albaneses. Toda una mezcla de cultura y de gente que por suerte ahí también ∅ tenía otro amigo que me rescató y ∅ me llevó a su casa. Yo tuve suerte en el viaje ese. ∅ Me hice muchos amigos. ∅ Pensá que ∅ estaba sola. (Corpus BA) Como muestra este ejemplo, la expresión del pronombre yo no ocurre con los verbos ambiguos (dormía, tenía, estaba), sino con el verbo que no presenta ninguna ambigüedad (tuve). A semejanza con (8), tampoco se trata de un contexto que requiera expresar el sujeto. Esto confirma que el sujeto pronominal no es necesariamente una categoría focal o contrastiva. En consecuencia, se podría argumentar que el sujeto pronominal yo en (9) es expresado porque representa un cambio de referencia: la frase anterior me llevó a su casa tiene de referencia la tercera persona singular. No obstante, tal argumento no es posible en el contexto de (8). Una explicación plausible podría ser que el uso del PS se deba al hecho de que la hablante cambia el tema discursivo (episódico). Es decir, el PS yo en la frase yo tuve suerte (9) marca la frontera de un episodio (tema) nuevo que difiere del episodio anterior (descripción del alojamiento). Lo mismo ocurre en (8): la acción yo no reservaba nada introduce un tema (episodio) nuevo en la narración (véase 2.4.3). Hasta aquí, pues, se plantean las siguientes cuestiones de investigación: — ¿Son los pronombres sujeto explícitos, como los de (7), (8) y (9), opcionales? — ¿O existen estrategias fijas que determinen y clarifiquen su uso? — ¿De qué factores depende su uso? La base metodológica utilizada en el presente trabajo sigue los estudios empíricos sobre la variación en el uso del PS en español (por ejemplo, Otheguy/Zentella/Livert 2007) basados sobre todo en datos de la lengua oral y que buscan causas o motivaciones que expliquen esta variación. La teoría de la variación o teoría variacionista (véase por ejemplo, Sankoff 1988) «incorpora un componente cuantitativo esencial y plantea, entre otras cosas, que la variación lingüística no es aleatoria sino que está condicionada tanto por factores internos al sistema de la lengua como por factores sociales externos a ella» (SilvaCorvalán 2001, 2). Hay varios fenómenos en español que están condicionados
10 Introducción en gran medida por factores sociales (como clase social, género, nivel de educación, edad, etc.): por ejemplo, el lleísmo. Se trata de la distinción fonológica entre /ʝ/ y /ʎ/, correspondientes a los grafemas y , la cual se conserva solamente en algunas zonas de España y América del Sur entre las generaciones mayores (Hualde 2005, 298). En cuanto al uso del PS, este fenómeno parece ser condicionado sobre todo por factores lingüísticos (Silva-Corvalán 2001), aunque como veremos más adelante, el dialecto es uno de los factores más influyentes en el uso del PS en español (véase 2.3.2). Puesto que el presente trabajo no es de tipo sociolingüístico, se centrará en los factores internos al sistema de la lengua dentro de un grupo homogéneo de hablantes. A partir de una exhaustiva descripción del uso de los PPSS se establecerá una jerarquía de los diferentes factores que intervienen en el uso del sujeto nulo/explícito. El hecho de que no tengamos un único factor determinante del uso del PS en contextos como (7–9), implica que su uso sea un caso probabilístico, es decir, relativo al cálculo de probabilidades (cfr. Cedergren/Sankoff 1974; Adli 2011; etc.). La meta es, pues, observar cuáles son los factores y en qué medida influyen sobre un evento. El presente estudio plantea que hay factores que influyen en el uso del PS nulo/explícito en diferente grado. Según la propuesta cartográfica dentro del marco generativo (véase más abajo), se plantea que la estructura informativa juega un papel muy importante en el uso del PS. Sin embargo, estudios empíricos (por ejemplo, Otheguy/Zentella/Livert 2007; Posio 2012a, 2012b y otros muchos) sugieren también otros factores, como la persona gramatical o la semántica verbal, como relevantes. Para averiguar la relevancia o el efecto del factor discursivo-pragmático (el de la estructura informativa), la presente investigación también comprobará con modelos estadísticos (regresión logística) la influencia de varios factores tradicionalmente considerados en estudios previos (véase por ejemplo, Hochberg 1986; Lu 1997; Posio 2008, 2012a). Se observará la interacción de (a) ocho factores gramático-léxicos: la persona gramatical, la especificidad del sujeto, la ambigüedad morfológica y contextual, la semántica verbal, el tiempo y modo verbal, la reflexividad del verbo, el tipo de oración según el criterio semántico (por ejemplo, declarativa, interrogativa), el tipo de oración según el criterio sintáctico (por ejemplo, principal, subordinada), y (b) tres factores discursivo-pragmáticos: la organización del discurso, el cambio de referencia y la estructura informativa. Estos once factores en total se mostrarán y discutirán en detalle en el capítulo sobre el marco teórico (en la sección 2.4) y en la parte en que trataremos la metodología (en la sección 3.2.4). A diferencia de los estudios empíricos anteriores, la presente investigación pretende describir y discutir, al lado de las características discursivas, también las características entonativas y la posición sintáctica de todos los sujetos pro-
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nominales en forma explícita. En cuanto a la sintaxis (orden de palabras), el objetivo central es averiguar la posición del PS: si el PS es preverbal o posverbal y si es o no es un elemento dislocado. Se presentarán y discutirán diferentes propuestas como por ejemplo el Modelo Cartográfico (cfr. Rizzi 1997b). Esta teoría es un programa de investigación dentro del Modelo de Principios y Parámetros cuyo objetivo es contribuir no solamente a la teoría sintáctica, sino también a la semántica, a la teoría del discurso y a la estructura informativa (véase por ejemplo, Rizzi 1997a, 1997b, 2004, 2007; Cinque 1999; Frascarelli 2007; Frascarelli/Hinterhölzl 2007; Jiménez-Fernández 2014 y muchos otros). En la proposición de los últimos trabajos citados se asume la existencia de diferentes proyecciones funcionales (sintagma foco, sintagmas tópicos), que forman parte del sintagma complementante. Además, Frascarelli/Hinterhölzl (2007) han establecido una jerarquía estricta para el sintagma del foco y los sintagmas de diferentes tipos de tópicos. Según su teoría, el sujeto pronominal debe representar una categoría funcional de tópico (contrastivo / aboutness / familiar) o una categoría de foco. A pesar de que la cartografía pretende establecer una relación entre la posición sintáctica, su interpretación semántico-pragmática y sus propiedades fonológicas, el presente trabajo mostrará sus problemas y limitaciones al interpretar los pronombres sujeto en el habla espontánea. Por ejemplo, la cartografía no toma en cuenta factores como la semántica verbal o la persona gramatical, que intervienen en el uso del PS. También se asumirá que los sujetos tienen diferentes funciones discursivo-pragmáticas en la lengua hablada, pero que no crean categorías funcionales, sino que más bien llevan rasgos ‘discursivo-pragmáticos’ ([±foco], [±tópico]), obtenidos en el contexto (cfr. Zubizarreta 1998; Zagona 2002; López 2009; Gabriel 2010 etc.). Otra contribución importante de este estudio es el análisis entonativo dentro del Modelo Métrico-Autosegmental (Pierrehumbert 1980), utilizando el etiquetaje de ToBI para el español (véase por ejemplo, Prieto/Roseano 2010). El punto de partida es el trabajo de Frascarelli/Hinterhölzl (2007), que muestra una estrecha relación entre las diferentes funciones discursivas, la sintaxis y la prosodia (véase también Frascarelli 2007). A partir de datos orales, Frascarelli (2007) muestra una diferencia sistemática entre las diferentes funciones discursivas con respecto a la entonación, según la que el tópico nuevo era realizado con un tono ascendente, el tópico familiar, con un tono bajo y el tópico contrastivo y el foco, con un tono alto. Pese a que la propuesta ha sido hecha para el italiano, es de suponer que también en el español, que es tipológicamente próximo al italiano, haya una correlación entre las diferentes funciones pragmáticas (focos, tópicos), la sintaxis (orden de palabras) y la prosodia (véase por ejemplo, estrategias para la marcación sintáctica y prosó-
12 Introducción dica del foco en el español porteño en Gabriel 2010; Feldhausen/ Pešková/Gabriel 2010; Feldhausen et al. 2011; Pešková/Gabriel/Feldhausen 2011; Le Gac 2014). En este punto surge una cuestión metodológica fundamental: ¿Cuál es el criterio decisivo para la categorización de las diferentes funciones pragmáticas (informativas) de los sujetos? ¿Es el contexto o es la realización tonal y la posición sintáctica? Veremos que mientras que la prosodia y la sintaxis son importantes con respecto a la distinción entre los sujetos focales y los sujetos como tópicos, el contexto es más importante para la determinación de diferentes tipos de tópico en la variedad estudiada (cfr. Pešková 2014). Un análisis fonológico (suprasegmental), concretamente de la entonación, de los PPSS explícitos resulta innovador en la investigación del uso del PS en español. La entonación es la variación de la frecuencia fundamental de la voz, con la cual se marca en primer lugar el acento prosódico, que en español recae sobre la sílaba tónica de una palabra. Seguidamente, la entonación transmite información de un nivel superior al nivel léxico: se utiliza con la finalidad de marcar la modalidad oracional (por ejemplo, imperativas vs. interrogativas), de expresar emociones e intenciones comunicativas del hablante, de señalar fronteras entre frases o grupos de palabras prosódicas y de dar énfasis a una información relevante del discurso (véase por ejemplo, Ladd 1996; Hualde 2002). El significado de la entonación en las lenguas como el español es, pues, también de naturaleza pragmática, ya que depende de los factores contextuales (Hirschberg 2002). Así, la gramática es responsable de lo que expresamos explícitamente, mientras que la pragmática lo es de los significados adicionales. Puesto que la lengua no se adquiere «[ni] se produce en un vacuo», las interpretaciones pragmáticas son muy importantes en la interacción (cfr. Ariel 2008, 2014). Recuérdese que una de las explicaciones del uso del PS explícito por parte de los gramáticos tradicionales ha sido en referencia al ‘énfasis’ o ‘contraste’. No obstante, no se puede aplicar tal argumento sin ofrecer un análisis prosódico de los PPSS expresos, ignorado en toda la investigación anterior (Posio 2012a, 14): In order to fully account for the relation of contrastivity and emphasis to subject pronoun expression, it would be crucial to study prosodic features such as intonation and stress. These factors have been largely ignored in previous research on subject pronoun expression.
Así, la investigación de la entonación en el presente estudio deberá, en primer lugar, descubrir si los pronombres sujeto son categorías enfáticas como suele asumirse en la investigación lingüística y, en segundo lugar, darnos más claridad respecto a la interpretación de la función discursiva de los PPSS explícitos
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en aquellos contextos en los cuales la argumentación pragmática pueda resultar dudosa. Por ejemplo, los sujetos en el margen derecho de la oración como Compré un libro yo se interpretan habitualmente como focos en español (cfr. Zubizarreta 1998; Zagona 2002). Sin embargo, algunos estudios experimentales (véase entre otros, Gabriel 2007, 2010 para el español porteño; Hoot 2012 para el español mexicano) muestran que los sujetos focales pueden mantener el orden preverbal cuando están marcados prosódicamente (p. ej. YO compré un libro) y que los sujetos posverbales no siempre funcionan como focos, sino como información complementaria u ocurrencia tardía, es decir tópicos. Las diferencias entre los elementos focales y los no focales (dislocaciones a la derecha) se plasman sobre todo en la entonación (véase 2.4.4.3). En cuanto a los datos analizados, esta investigación se centra en datos de lenguaje oral (entrevistas libres) recogidos en Buenos Aires a hablantes monolingües de la respectiva variedad dialectal. Aunque este tipo de datos refleje el uso (cuasi) natural del lenguaje, uno de los problemas de esta metodología puede consistir en el número limitado de algunos de los factores examinados o el desequilibrio de los mismos (por ejemplo, la alta ocurrencia del pronombre yo, pero un bajo porcentaje del pronombre ustedes). Otro problema de este tipo de datos es que no ofrece todos los fenómenos posibles y que contiene desviaciones de las reglas. Además, la cantidad de comienzos de intervenciones erróneos hace difícil sistematizar o derivar las reglas para alcanzar conclusiones sobre algunos fenómenos lingüísticos (Chomsky 1965, 15). No obstante, a pesar de ciertos perjuicios metodológicos, estos datos tienen un papel importante en el análisis lingüístico porque «proporcionan evidencias para determinar la exactitud de las hipótesis sobre la estructura lingüística subyacente […]» Chomsky (1965, 18).5 Se ha conjeturado que el uso del PS no solamente refleja el conocimiento de la gramática de una lengua por parte del hablante (su competencia lingüística), sino también la capacidad de aplicar la gramática de su lengua de diferentes maneras en situaciones concretas (su actuación lingüística). Chomsky (1965) denomina ‘competencia’ (ingl. competence) al conocimiento del sistema gramatical individual e inconsciente, mientras que los fenómenos que no son determinados por el sistema gramatical, sino por el uso en el habla, son denominados ‘actuación’ (ingl. performance).6 Esto implica que la misma gramática 5 «[They] provide much evidence for determining the correctness of hypotheses about underlying linguistic structure […]» Chomsky (1965, 18). 6 Otros marcos gramaticales, por ejemplo, la gramática sistémico-funcional de Halliday (1994), la gramática funcional de Dik (1997) o la lingüística cognitiva de Geeraerts/Cuyckens (2007)
14 Introducción de una lengua puede usarse de modos diferentes dependiendo del hablante o de una comunidad de hablantes (cfr. Labov 1972). El presente estudio examinará la expresión y la omisión de los pronombres sujeto en el habla espontánea del español de Buenos Aires, también denominado ‘porteño’ (EsP). Se ha elegido esta variedad por dos simples razones: primero, no se le ha prestado tanta atención como a otras variedades con respecto al uso del PS y, segundo, se trata de una variedad que no sigue tan rigurosamente la norma policéntrica del español, lo cual se plasma en diferentes peculiaridades lingüísticas: el lunfardo al nivel léxico (véase Fontanella de Weinberg 1987; Baily 1999; Devoto 2002); la reduplicación de clíticos con objetos directos (p. ej. No lo dije eso) o por la marcación del objeto directo léxico [no animado] con la preposición a y un pronombre átono acusativo (p. ej. A esta plaza la cuidan las Aerolíneas Argentinas y usted) (véase Di Tullio 2007); el voseo, es decir, el empleo de la segunda persona vos en vez de tú junto con ciertas conjugaciones verbales como cantás, ¡cantá!, decime (véase por ejemplo, Rona 1967; Fontanella de Weinberg 1979; Hotta 1997; Carricaburo 1999; Martorell de Laconi 2006), o al nivel fonético-fonológico, el seseo, la aspiración de las y el yeísmo rehilado (véase Hualde 2005, 31). Además, una de las características más destacadas del EsP es sin duda la ‘prosodia italiana’ (véase Vidal de Battini 1964; Colantoni/Gurlekian 2004; Gabriel et al. 2010; Gabriel/Kireva 2012, 2014; Feldhausen et al. 2011; Benet et al. 2012; Pešková/ Gabriel/Feldhausen 2013; cfr. D’Imperio 2002 para italiano). La ‘italianización’ del español de Buenos Aires ha sido interpretada como el resultado de la interferencia por parte de los inmigrantes italianos al adquirir el español como segunda lengua (McMahon 2004, 121–123). Al lado de las similitudes en cuanto al sistema prosódico y al vocabulario, una de las propiedades de estas dos lenguas relacionadas tipológicamente es la ‘riqueza’ de la flexión verbal y el parámetro del sujeto nulo (véase Rizzi 1982, 1986; Biberauer et al. 2010). Ya que el contacto de las dos lenguas ha transformado significativamente el español y el perfil de la capital argentina, cabe preguntarse si el italiano también ha podido influir sobre el español con respecto al uso del sujeto pronominal. Esta cuestión sería muy interesante de examinar, ya que algunos estudios recientes argumentan que existen ciertas diferencias paramétricas entre el español y el italiano con respecto al sujeto nulo (véase por ejemplo, Filiaci 2010; Holmberg 2010; Jiménez-Fernández 2014). Sin embargo, el presente estudio se limitará a han argumentado que las descripciones gramaticales deben modelar, al lado de la competencia abstracta del hablante, también el empleo efectivo del lenguaje o la ‘competencia comunicativa’, en término de Hymes (1972).
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investigar solamente el español porteño, independientemente de la hipotética influencia del italiano. En cuanto al uso del PS, los porcentajes del uso de PPSS explícitos a través de diferentes variedades del español (véase por ejemplo, Barrenechea/Alonso 1977; Otheguy/Zentella/Livert 2007) muestran que el español porteño ocupa una posición intermedia entre la variedad peninsular y las variedades caribeñas. Estas últimas se caracterizan por el ‘sobreuso’ del PS explícito (véase 2.3.2). También los hablantes porteños eligen la forma explícita del PS en los contextos no enfáticos o no contrastivos (cfr. Pešková 2008, 2011, 2013; Soares da Silva 2006), en que el español peninsular prefiere su omisión, como se muestra en (10): (10) a. Porteño: a’. Peninsular: b. Porteño: b’. Peninsular: c. Porteño: c’. Peninsular: d. Porteño: d’. Peninsular: e. Porteño: e’. Peninsular:
¿Todavía ahí? ¡Vos vivís para trabajar! ¿Todavía ahí? ¡∅ Sólo vives para trabajar! Vos sabés que a mí me gustan los ojos sin pintar. ∅ Sabes que a mí me gustan los ojos sin pintar. Lo que pasa es que vos sos muy infantil. Lo que pasa es que ∅ eres muy infantil. ¿Vos me querés decir flaca... ? ¿∅ Me quieres decir flaca... ? ¿Vos me dejaste un sobre en el bolsillo... ? ¿∅ Me has dejado un sobre en el bolsillo... ? (Pešková 2011, 57)7
Los PPSS explícitos de (10) en la variedad argentina tienen probablemente un matiz especial discursivo-pragmático: su presencia puede expresar sorpresa o enfatizar no a la persona sino a toda la información que se da sobre ella (p. ej. vivís para trabajar en (10a)). En cambio, los hablantes peninsulares probablemente prefieran los PPSS nulos, ya sea enfatizando los hechos solamente con la entonación o bien parafraseando la frase con otro elemento (por ejemplo con sólo en (10a’)). Aunque estos matices no dicen mucho sobre el uso sistemático de los pronombres sujeto en la variedad en cuestión, los ejemplos de (10) sirven como evidencia de la expresión de los PPSS contextualmente no marcados e indican que la variedad es un factor muy importante en el estudio del uso del PS (cfr. Lipski 2002).
7 Estos datos se basan en un análisis comparativo de la historieta argentina Maitena (Burundarena 2006) con su versión publicada en el español de España (Burundarena 2007).
16 Introducción En resumen, a partir de las aportaciones presentadas en el área empírica y de la combinación de las distintas perspectivas gramaticales sobre el uso de los PPSS, el objetivo principal de este trabajo es contribuir al estudio de este complejo fenómeno, aclarando sobre todo el uso de la variante explícita a partir de los datos empíricos. Como acaba de esbozarse en este primer capítulo introductorio, el fenómeno ha sido investigado desde diferentes perspectivas, atendiendo a su vez a las diferentes interfaces lingüísticas que parecen estar involucradas en el mismo. El problema planteado en este capítulo (1. Introducción) será detallado en el siguiente (2. Revisión bibliográfica y marco teórico), donde se proporciona un resumen de las teorías gramaticales (2.1 y 2.2) y de las investigaciones empíricas (2.3) que aportarán el trasfondo teórico a este trabajo. Seguidamente se presentará y discutirá el uso del PS explícito y tácito a diferentes niveles lingüísticos (2.4). Al final del segundo capítulo (2.5) se resumirán los objetivos y se formularán las hipótesis propias del presente estudio. La finalidad del tercer capítulo (3. Métodos y datos) es presentar el diseño metodológico aplicado en el presente estudio. Primero, se describirá el corpus de datos (3.1) y luego se procederá a concretizar la selección de los datos para el análisis final (3.2). Un paso fundamental en el análisis será separar los sujetos nulos categóricos–tanto los expletivos (3.2.1) como los PPSS nulos–(3.2.2) u obligatoriamente explícitos (3.2.3) de aquellos que presentan un uso variable (3.2.4). Seguidamente, se aclararán los métodos estadísticos utilizados para medir la influencia de los factores sobre el uso variable del PS (3.2.5) y se describirán las fases del análisis sintáctico y del análisis fonológico que se aplican a todos los PPSS explícitos hallados en el corpus de datos (3.3). El cuarto capítulo (4. Resultados) expondrá los resultados y la modelización de los datos. Este capítulo se compone de dos partes. En la primera (4.1) se presentará la variación del sujeto nulo/explícito (sujeto variable), mientras que en la segunda (4.2) se mostrarán los resultados de los correlatos sintácticos y fonológicos de todos los sujetos pronominales explícitos hallados en el corpus oral. En el quinto capítulo (5. Discusión) se ofrece la interpretación de los principios, relaciones y generalizaciones que los resultados indican. Primero (5.1), se discutirá el resultado general del uso del PS en una lengua pro-drop (consistente) y el efecto de los factores lingüísticos y extra-lingüísticos en el uso del PS (5.2). Al final (5.3), se discutirán la posición del PS en la oración dentro de diferentes teorías sintácticas y las características entonativas de los PPSS explícitos dentro del Modelo Métrico-Autosegmental.
Introducción
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Y, por último, en el sexto capítulo (6. Resumen y conclusión) se ofrecerá un resumen final, junto con algunas observaciones concluyentes y algunas propuestas para futuras investigaciones.
2 Revisión bibliográfica y marco teórico A través de la presentación del marco teórico y la revisión de la bibliografía correspondiente a la investigación del uso del sujeto pronominal en español, el presente capítulo tiene como finalidad brindar un conjunto de conceptos y propuestas que permitan abordar el problema ya esbozado en el capítulo de la introducción del estudio (1. Introducción). A su vez, y con el fin de poder orientar el trabajo de un modo coherente y situar el fenómeno observado dentro de un conjunto de conocimientos específicos, se resumirán también los resultados de investigaciones y teorías previas y se especificarán algunos términos que se van a utilizar a lo largo de este estudio. Hemos dicho que el fenómeno ha sido investigado ampliamente desde tres perspectivas diferentes: (1) la gramática hispánica tradicional, (2) la gramática generativa y (3) la investigación empírica (variacionista). El fundamento teórico y las ideas básicas de estos tres campos relativamente diferentes permitirán establecer hipótesis propias y forjar conceptos adecuados acerca del problema que se está estudiando. El capítulo está estructurado de la siguiente manera: en las primeras tres secciones se exponen las tres perspectivas mencionadas arriba (2.1, 2.2, 2.3). En la sección sucesiva (2.4) se presenta y discute el uso del PS a diferentes niveles lingüísticos: el uso del PS y la morfología verbal (2.4.1), el uso del PS y la posición del antecedente (2.4.2), el uso del PS y el cambio de referencia (2.4.3), el uso del PS y la estructura informativa (2.4.4), el uso del PS y la persona gramatical (2.4.5), el uso del PS y la especificidad del sujeto (2.4.6) y, finalmente, el uso del PS y otros factores semánticos como el tipo de verbo o el tipo de oración (2.4.7). El capítulo finaliza con un resumen de los objetivos del estudio en la sección 2.5.
2.1 Gramática hispánica tradicional Dentro del marco de la gramática tradicional se ha asumido–desde por lo menos el siglo XIX–que la omisión del pronombre sujeto en español resulta posible por la flexión verbal (véase Wiggers 1860; RAE 1870, 1931, 1973; Gili Gaya 1969; Pérez Rioja 1954; Seco 1963; Alarcos Llorach 1994; Fernández Ramírez 1987 y muchos otros). Se ha argumentado que la flexión verbal en español constituye per se un sujeto flexivo o desinencial, capaz de designar individuos, ya que contiene la información de persona y número (cfr. WALS; Van Valin/LaPolla 1997; Dryer 2013). Además, los pronombres sujeto, a
Gramática hispánica tradicional 19
semejanza de los pronombres tónicos de complemento, se consideraban versiones enfáticas o contrastivas de sus homólogos afijales (1a) o átonos (1b): (1) a. Voy a menudo al cine vs. Yo voy a menudo al cine. b. Me gustan mucho las películas vs. A mí me gustan mucho las películas. Tradicionalmente, la expresión de los sujetos pronominales se atribuía al contraste, al énfasis, al pleonasmo o a la ambigüedad morfológica. La última razón se refiere a las formas verbales que presentan sincretismo entre la primera y la tercera persona del singular en el modo condicional (yo/ella hablaría), subjuntivo (yo/ella hable, hablara) o imperfecto de indicativo (yo/ella hablaba). Obsérvese el ejemplo (2), en que la aparición del sujeto yo con el verbo tenía deja clara la referencia a la primera persona del singular, lo que evita la confusión con la tercera persona del singular en este contexto (aquí mi hermano): (2) Cuando yo tenía quince años, mi hermano se fue a vivir a Córdoba. No obstante, existen contextos en los cuales los hablantes a veces prefieren expresar el sujeto a pesar de que no presentan ninguna ambigüedad referencial (3a) o expresan el sujeto cuando hay ambigüedad morfológica, pero no contextual (3b): (3) a. Él y yo nos encontramos en la calle. Él dijo que…. b. Te contaré cómo me sucedió. Yo trabajaba en una fábrica… (Badia i Margarit 1988, 365) El otro problema de la ambigüedad morfológica como una explicación del uso del PS es que las personas vos/tú y nosotros también ocurren en forma explícita a pesar de no tener formas verbales ambiguas. Asimismo, veremos que hay muchos contextos en los cuales se presenta una ambigüedad tanto morfológica como contextual, pero que permiten la omisión del PS (véase la sección 2.4.1.2). En cuanto a las nociones de ‘contraste’ y/o ‘énfasis’, estas explicaciones de la expresión de los PPSS están vinculadas con su función pragmáticodiscursiva. Sin embargo, estos términos no han sido utilizados apropiada ni uniformemente, ni han sido correctamente o claramente definidos dentro de la gramática hispánica hasta la aparición de la Nueva gramática de la lengua
20 Revisión bibliográfica y marco teórico española (RAE 2009–2011).1 Esta gramática define detalladamente la función del sujeto pronominal dentro del discurso, utilizando los términos foco y tópico (tema), que no eran muy habituales en la tradición de la gramática hispánica, pero que han sido muy difundidos en la investigación lingüística generativa y funcional. Estas dos funciones informativas permiten determinar si el sujeto es nuevo o conocido, si su contenido contrasta o no con otro segmento del contexto y si posee un valor de alternativas o si simplemente establece el trasfondo del discurso (RAE 2009–2011, § 40). Así, se pone de manifiesto si el uso del PS debe ser explícito o implícito. Cuando el sujeto pronominal establece una información conocida del contexto previo o presenta un trasfondo informativo, es omisible. En cambio, no es posible la omisión del sujeto pronominal interpretado como foco, cuyo papel discursivo consiste en «especificar el valor de una variable» (RAE 2009–2011, 40.4a). Tampoco puede omitirse el sujeto pronombre que cumple la función de tópico contrastivo, definido como «el que introduce un elemento del que se predica alguna información que contrasta con la que se atribuye a otro» (RAE 2009–2011, 40.3u; cfr. ibídem 33.5c-f). La determinación de las funciones informativas de los sujetos pronominales será imprescindible para el presente estudio y el asunto se profundizará en la sección 2.4.4. La Nueva gramática de la lengua española de la RAE (2009–2011) ofrece una perspectiva nueva en la investigación del uso de los sujetos pronominales en español también por introducir el sujeto nulo (∅) según la propuesta generativa, rechazando el análisis del sujeto flexivo. Los mayores argumentos contra el sujeto desinencial son tres: (1) el sujeto flexivo no permite mantener la distinción entre rasgos morfológicos informativos (o sea, semánticamente interpretables) y concordantes (entre verbo y sujeto) en una frase como Llegaron puntuales (RAE 2009–2011, 33.4i), (2) el sujeto flexivo dificulta explicar «cómo se desencadena la concordancia de género de los complementos predicativos o de los atributos en oraciones Estaban cansadas o Acabó harta» (RAE 2009– 2011, 33.4j), y, (3) el sujeto flexivo no asigna los antecedentes a los sujetos no expresos en un fragmento del tipo Los ladrones actuaron como si estuvieran en su casa, ... ∅ Fueron a la cocina (RAE 2009–2011, 33.4k). Seguidamente, la flexión verbal tampoco puede encerrar informaciones contrastivas (cfr. Haverkate 1976), aunque puede emplearse excepcionalmente de manera contrastiva en español «cuando se oponen dos formas verbales de idéntica raíz, 1 Cabe anotar que la Nueva gramática de la lengua española se propone ser una obra descriptiva, aunque incluye un aspecto didáctico y hace recomendaciones respecto al uso del lenguaje correcto.
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a menudo en contextos de cita: No cantó mal; más bien cantaron mal» (RAE 2009–2011, 33.5b). Más adelante volveremos a la cuestión del sujeto nulo vs. el sujeto desinencial al presentar el marco generativo (secciones 2.2 y 2.4.1.1) y al discutir la relación entre la omisión del sujeto y la riqueza de la morfología verbal (sección 2.4.1). Finalmente, cabe mencionar que junto a las razones gramaticales y discursivo-pragmáticas existe también un motivo de naturaleza léxica que interviene en el uso explícito del PS. Ello concierne al pronombre de la segunda persona de cortesía usted, que tiene morfología verbal de la tercera persona por su origen nominal: usted evolucionó del tratamiento de cortesía vuestra merced que fue simplificándose durante los siglos XVI y XVII (vuested > vusted > usted) (véase por ejemplo Lapesa 1981). Así, el pronombre usted suele expresarse en forma explícita con mayor frecuencia, sin que sea contrastivo o enfático, incluso en las oraciones imperativas como Siéntese usted (véase RAE 2009– 2011, 16.1.b, 33.5h, 16.14g; DPD 2005, 531). En cambio, la realización del sujeto pronominal en las oraciones imperativas con el verbo en la segunda persona del singular como Siéntate tú (o Sentate vos en EsP) recibe automáticamente el valor contrastivo. Se acaban de presentar brevemente las explicaciones sobre el uso de los sujetos pronominales por parte de la gramática hispánica. Aunque la RAE (2009–2011) representa un gran paso en el tratamiento del fenómeno, considerando también diferentes variedades o estilos de habla, no alcanza a explicar y abordar la variación que el uso de los PS ofrece en el habla espontánea. A continuación se presentarán las proposiciones de la gramática generativa, que se ocupa sobre todo de la gramática nuclear (core-grammar) y de la teoría de la competencia lingüística y busca los factores profundos subyacentes a la variación entre las lenguas.
2.2 Gramática generativa La gramática generativa (GG) postula la existencia de una gramática universal (GU) compuesta de principios comunes a todas las lenguas naturales y de parámetros, cuya especificación determina la posible diversidad estructural (véase Chomsky 1981, 1982, 1993, 1995; Rizzi 1982, 1986; Jaeggli/Safir 1989; etc.). Un principio universal sería, por ejemplo, el llamado Principio de Proyección Extendida (ingl. Extended Projection Principle (EPP)), que determina que cada oración tiene un sujeto (Chomsky 1982). En cambio, la posibilidad de expresar o no expresar fonéticamente el sujeto de una oración constituye un
22 Revisión bibliográfica y marco teórico ajuste paramétrico específico de cada lengua. Así, cuando una lengua permite sujetos nulos, se habla de ‘parámetro de sujeto nulo’ o pro-drop. A partir de los años ochenta, el parámetro pro-drop ha sido investigado desde muchas perspectivas y ha dado lugar a una amplia discusión sobre el sistema y sobre la tipología del pro-drop en diferentes lenguas del mundo. Ya que no podemos entrar en toda la discusión sobre el fenómeno en el marco generativista, se remite al lector a algunos resúmenes que tratan de la variación paramétrica del sujeto nulo: por ejemplo, Raposo (1992); Jaeggli/Safir (1989); Barbosa (1995); Kato (2000); Alexiadou/Anagnostopoulou (1998); Haider (2001); Biberauer et al. (2010). Para la historia general del término pro-drop dentro de la evolución de la teoría sintáctica véase, por ejemplo, Graffi (2001). La característica principal del parámetro pro-drop es la posible omisión del sujeto. En español no hay ninguna condición sintáctica o morfológica que requiera la expresión del sujeto. En otras palabras, una frase sin el sujeto expreso resulta siempre gramatical en español, aunque no sea adecuado en un contexto determinado (véase la sección 2.4.4).2 Debe también advertirse que el presente estudio se limita a estudiar únicamente los sujetos referenciales de las oraciones finitas e ignora la categoría vacía de las oraciones infinitas PRO como en María quiere PRO viajar (véase por ejemplo Hornstein/Nunes/Grohmann 2005).3 Con la introducción de las teorías sobre el sujeto nulo surgieron numerosas propuestas en cuanto a los requisitos de su presencia. Una de las suposiciones es que el sujeto nulo o el pro tiene un requisito de legitimación (ingl. licensing) y 2 Cabe añadir que también lenguas no-pro-drop como el inglés permiten omitir el pronombre sujeto en ciertos contextos: diarios personales, recetas o expresiones coloquiales (i), imperativos u otros contextos sintácticos (ii): (i) ∅ Been dead in here lately, Alex. (ii) Paul called me and ∅ said that he was not coming. (fuente: Down and Out in Bridgwater, de Dale Bruton) Asimismo, cabe añadir que los niños con inglés como lengua materna utilizan hasta cierta edad los sujetos nulos sistemáticamente (véase por ejemplo Wang et al. 2009). 3 La expresión del sujeto en las oraciones de infinitivo se considera agramatical (p. ej. *Eso te pasa por tú ir demasiado rápido). El español caribeño (dominicano, cubano y puertorriqueño), no obstante, usa con mayor frecuencia las formas verbales en infinitivo con sujeto explícito, en primera persona del singular, con sujetos pronominales no específicos y actantes. Así, la gramática de los caribeños hace gramaticales este tipo de estructuras, con un significado procesal particular (Aponte/Ortiz López aceptado). Véanse ejemplos abajo: (iii) Todo se le atrasa por él no madrugar. (iv) Nosotros estamos buscando otras alternativas, pero el director dice él tener ya todo seteao.
Gramática generativa 23
otro de interpretación (ingl. interpretation). Esto quiere decir que el sujeto nulo está legitimado por la categoría (funcional) de flexión y su contenido se interpreta (o identifica) por los rasgos semánticos (persona, número, género) incluidos en la flexión verbal (véase Rizzi 1986, 519–520). Por otro lado, hay también muchos generativistas que rechazan o cuestionan el pro, argumentando que las desinencias personales de la conjugación satisfacen la omisión del PS (véase por ejemplo, Borer 1986; Barbosa 1995; Alexiadou/ Anagnostopoulou 1998; Kato 1999; y el capítulo A deletion analysis of null subjects por Ian Roberts en Biberauer et al. 2010, 58–87). Una tercera propuesta fue hecha por los generativistas cartográficos, que asumen que el sujeto nulo está legitimado con un antecedente en el discurso (véase por ejemplo Grimshaw/Samek-Lodovici 1998) o más precisamente con un Aboutness-Shift Topic local via una concordancia (discursiva) (véase Frascarelli 2007 para el italiano; Jiménez-Fernández 2014 para el español). Más adelante veremos que la propuesta cartográfica es problemática en ciertos aspectos. Al lado de los sujetos pronominales fonéticamente no realizados, se relacionan con el parámetro pro-drop también otras propiedades (cfr. Chomsky 1981; Rizzi 1982, 1986): − los sujetos pleonásticos nulos (véase ejemplo (4)), − los sujetos posverbales (véase ejemplo (5)), − el fenómeno en que el complementante que puede ser seguido con una huella (véase ejemplo (6)). La primera propiedad asume la existencia de los pronombres pleonásticos (expletivos) nulos. Así pues, mientras en las lenguas no-pro-drop (por ejemplo, el inglés), la posición del sujeto tiene que estar ocupada por un pronombre expletivo, en lenguas como el español esta posición queda vacía (∅) (4) (véase también la sección 3.2.1. sobre sujetos (nulos) expletivos y arbitrarios): (4) a. ∅ Está nevando. (ingl. ‘It is snowing.’) b. ∅ Hay cosas importantes. (ingl. ‘There are important things.’) c. ∅ Es importante estudiar. (ingl.‘It is important to study.’) La segunda propiedad dice que los sujetos en lenguas de orden VO pueden aparecer en la posición posverbal en oraciones declarativas como (5a) (véase
24 Revisión bibliográfica y marco teórico por ejemplo Zagona 2002). La inversión del sujeto generalmente no se permite en los idiomas no-pro-drop (5b): 4 (5) a. es. Ha llamado Juan. b. ingl. *Has called John. Debe subrayarse que la posición del sujeto depende de varios factores, sobre todo de la estructura informativa. En el caso (5a) Juan representa una información remática. Así, no podría pronunciarse la frase (5a) en un contexto como ¿Qué ha hecho Juan? en el que Juan sería una información temática (tópico). Volveremos al orden de palabras al tratar las funciones informativas en la sección 2.4.4. La tercera propiedad de las lenguas pro-drop comprende dos carácterrísticas: (1) la extracción del sujeto ‘a larga distancia’ con dos elementos interrogativos, lo cual se asocia con la posibilidad de la posición posverbal del sujeto (6a); (2) la ausencia del that-trace effect (that ‘que’; trace ‘huella’), o sea, el efecto del complementante ‘que’ más huella (6b) (cfr. Perlmutter 1971; Zagona 2002): (6) a. ¿Quiéni pro j no sabes qué hizo h i? a’. *¿Quiéni pro j no sabes hizo h i? b. ¿Quiéni pro j crees que h i vendrá? b’. *¿Quiéni pro j crees h i vendrá? Eguren/Fernández Soriano (2004, 201) han propuesto otra propiedad de los idiomas pro-drop, que envuelve la concordancia de los verbos copulativos con el sintagma (pro)nominal posverbal (7a). Las lenguas no-pro-drop lo hacen con el pronombre expletivo (7b):
4 La inversión del sujeto en los idiomas no-pro-drop es posible solamente bajo ciertas condiciones, por ejemplo, con verbos inacusativos (i), en las construcciones de inversión locativa o directiva (ii) o en voz pasiva (iii): (i) al. Es lacht ein Junge. (es. ‘Se ríe un chico.’) (ii) ingl. Into the room came a student. (es. ‘Entró un estudiante en la habitación.’) (iii) fr. Il sera publié quelques articles. (es. ‘Serán publicados unos artículos.’) Cabe añadir que el francés permite omitir el expletivo. Esto se restringe solamente a los casos como en las indicaciones escénicas en obras de teatro (iv): (iv) fr. Entrent des étudiants et des soldats. (es. ‘Entran estudiantes y soldados.’) (los ejemplos iii y iv son tomados de Gabriel/Müller 2013, 76)
Estudios empíricos (variacionistas) 25
(7) a. es. Eres tú. (*Ello / *Lo / *Eso es tú. *Es tú.) b. ingl. It is you. (*It are you. *Are you.) No obstante, esta propiedad no es aplicable a todas las lenguas pro-drop. Por ejemplo, en checo, la concordancia se produce entre el sintagma nominal y el verbo, con presencia del pronombre neutro ‘to’. Esta propiedad es compartida con el alemán, pero no con el español (cfr. 8a, 8b): (8) a. *Jsi ty. (es. ‘Eres tú.’) b. To jsi ty. (es. ‘*Ello eres tú.’; al. ‘Das bist du.’) Estas son algunas de las propiedades más importantes de las lenguas de sujeto nulo como el español. Terminando este apartado debe advertirse que, a semejanza de la gramática tradicional, se ha argumentado que los sujetos pronominales en una lengua pro-drop deben realizarse fonéticamente solamente en caso de contraste, de énfasis o para asegurar la recuperación del pronombre en el discurso (cfr. Rizzi 1997a, 1997b; Zagona 2002; Cardinaletti 2004; Biberauer et al. 2010). Más adelante veremos que al lado de las características del pro-drop que se acaban de resumir y las condiciones morfosintácticas, algunos generativistas se ocupan también de las relaciones correferenciales, que son responsables de la interpretación de los sujetos nulos y los explícitos en el contexto (véase por ejemplo Frascarelli 2007; Jiménez-Fernández 2014; sección 2.4.4). Antes de tratar el uso del PS en diferentes interfaces lingüísticas a lo largo de la sección 2.4, a continuación se presentará la perspectiva empírica, que a diferencia de la gramática tradicional y del marco generativo se centra en explicar la variación en cuanto al uso del PS explícito y tácito en español.
2.3 Estudios empíricos (variacionistas) En esta sección se presentará la investigación del uso del PS desde el punto de vista empírico. Hay dos diferencias fundamentales entre los gramáticos y los estudios empíricos en cuanto al estudio del fenómeno observado. La primera diferencia es que los gramáticos no suelen tratar la variación del PS, la cual puede depender de factores tanto intralingüísticos como extralingüísticos. La segunda diferencia es el método de la investigación. Mientras que los gramáticos utilizan sobre todo métodos de introspección y/o juicios de aceptabilidad (en el segundo caso véase por ejemplo, Carminati 2002; Alonso-
26 Revisión bibliográfica y marco teórico Ovalle et al. 2002; Jiménez-Fernández 2014), los estudios empíricos se basan en la colección de datos obtenidos mediante entrevistas o diferentes tipos de experimentos. Pueden mencionarse, por ejemplo, experimentos de seguimiento de ojos (ingl. eye-tracking) (véase por ejemplo Kaiser 2011; Kaiser/Trueswell 2008 para el finlandés y el inglés), experimentos de juicios de aceptabilidad o experimentos de producción (Pešková 2011, 2013 para el español). Los estudios empíricos mencionados a lo largo de la presente investigación se refieren a los estudios de tipo variacionista (sociolingüístico) o a los trabajos cuantitativos de tipo cognitivo-funcional, que representan la lingüística basada en el uso (ingl., usage-based linguistics). Así, examinando corpus de datos escritos (obras literarias, cartas personales, etc.) y sobre todo corpus de lenguaje oral (entrevistas llevadas a cabo por los investigadores), el objetivo común de las investigaciones empíricas es hallar y comprobar la relevancia tanto de factores intralingüísticos (persona gramatical, ambigüedad morfológica, tipo de verbo, tipo de oración, etc.) como la de factores extralingüísticos (sexo, edad, nivel de educación, etc.) que puedan influir sobre la variación de los PPSS en español. La variación lingüística asociada a los factores sociales o socio-culturales que se dan en un hablante (o en una comunidad de hablantes), se desarrolla en el marco del variacionismo o la sociolingüística variacionista (véase Labov 1966, 1972; Sankoff 1988; etc.). Algunos estudios variacionistas sobre el uso de los sujetos pronominales en español señalan que los factores sociales en sí no parecen controlar la expresión del sujeto y que el uso del PS está condicionado en primer lugar por motivaciones internas (Silva-Corvalán 2001, 154). Esto significa que el efecto de los factores sociales parece ser menos importante en la explicación del uso variable del PS.5 Por lo tanto, el presente estudio se centrará en investigar 5 Aquí, cabe también mencionar investigaciones que abordan el uso de las palabras funcionales como pronombres personales y su impacto en aspectos psicológicos. El psicólogo americano Pennebaker (2011) observó una correlación entre el uso de los pronombres personales en inglés y diferentes factores como estado psicológico, personalidad, estatus social o estilística. Estas investigaciones psicológicas infieren que el uso de los pronombres personales tiene implicaciones no solamente lingüísticas, sino también socio-culturales y psicológicas. Por ejemplo, la gente deprimida suele utilizar más a menudo la palabra I (‘yo’) que personas emocionalmente estables; una persona que miente tiende a prescindir completamente de frases con la primera persona gramatical o utiliza frases con los pronombres de la primera persona del plural we (‘nosotros’); la gente de un estatus inferior suele utilizar el pronombre I (‘yo’) con más frecuencia, y en los discursos políticos los pronombres de la primera persona del singular se consideran más personales y honestos, en cambio, los pronombres de la primera persona del plural o de la segunda persona suenan más fríos, distantes y rígidos, etcétera (para el español véase Ramírez-Esparza et al. 2007).
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solamente factores intralingüísticos, basándose en los datos del lenguaje oral de un grupo homogéneo de hablantes (presentado en el tercer capítulo; 3. Métodos y datos). Para la discusión de los efectos de factores sociales como la clase social, la edad, el sexo y el nivel educativo, o de la influencia del bilingüismo o el contacto de lenguas véase, por ejemplo, Silva-Corvalán (1994), (2001); Bentivoglio (1987); Ávila-Jiménez (1996); Otheguy/Zentella/ Livert (2007); Orozco/Guy (2008). En los siguientes dos apartados nos centramos en la pregunta de qué significa la variación en el fenómeno observado (2.3.1) y hablamos de las diferencias diatópicas en cuanto al uso del sujeto nulo/explícito en español (2.3.2).
2.3.1 Definición de la variación Hemos dicho que uno de los objetivos principales de los estudios empíricos es investigar la variación del sujeto nulo/explícito según diferentes factores lingüísticos. La pregunta es ¿qué es la variación? Desde la perspectiva sociolingüística y variacionista, una variante o una variable «es la opción de decir la misma cosa de diferentes maneras» (Labov 1972, 271).6 Un ejemplo por excelencia sería el fenómeno fonológico de la aspiración o supresión del fonema /s/ en posición final. Si un hablante dice los perros, loh perroh o solamente lo perro, no cambia el significado referencial del lexema perro. En cuanto al fenómeno observado por el presente estudio, cabe preguntarse si la frase Compré un helado ‘dice exactamente lo mismo’ que la frase Compré un helado yo. Aunque las dos frases obtienen el mismo significado léxicosemántico en los dos casos, el contexto puede llevar a diferentes interpretaciones pragmáticas como ¿Quién compró el helado?, ¿Qué hice ayer?, ¿Qué pasó? etc. Así que la variación del uso del PS nulo/explícito en español es en primer lugar de naturaleza (discursivo-)pragmática y no se trata de variación gramatical o de una verdadera ‘opcionalidad’, tal como ha sido tratada en otros marcos teóricos (por ejemplo, Kroch 1994; Adger 2006, 2007; Biberauer/ Richards 2006; Erschler 2009). Como vemos, la variación morfosintáctica como la expresión variable de sujetos en español resulta más problemática de definir en comparación con la variación fonológica (para una discusión véase por ejemplo Moreno Fernández 1998 y Silva-Corvalán 2001). En este sentido, se aceptará la propuesta de los 6 «[It] is the option of saying the same thing in several different ways» (Labov 1972, 271).
28 Revisión bibliográfica y marco teórico estudios variacionistas tradicionales, asumiendo que si una de las variantes (nula o explícita) es categórica, no presenta variación (véase por ejemplo, Otheguy/Zentella/Livert 2007). Esto se refiere a todos los contextos que garantizan bien la omisión o bien la expresión del sujeto pronominal (precisados en el capítulo sobre metodología). Un objetivo principal del trabajo será determinar las condiciones de uso de los sujetos pronominales explícitos e implícitos, tanto categóricos como variables, tomando en cuenta diferentes factores formales, semánticos y discursivo-pragmáticos. Puesto que en EsP el sujeto omitido (tácito) se asume como forma no marcada del sujeto, la cuestión fundamental será explicar la variante explícita del pronombre sujeto en esta variedad.
2.3.2 Variación dialectal No solamente hay estudios empíricos que examinan el fenómeno en diferentes variedades del español (véase por ejemplo, Barrenechea/Alonso 1977 para el EsP; Bentivoglio 1987 para el español venezolano; Hochberg 1986 para el español puertorriqueño; Silva-Corvalán 1994 para el español hablado en Los Ángeles) sino también aquellos que comparan el uso del PS en español con otros idiomas (véase por ejemplo, Posio 2008; Soares da Silva 2006 con el portugués; Lu 1997 con el chino; De Prada Pérez 2009 con el catalán; Adli 2011 con el persa y el catalán). En esta sección prestaremos atención a la variabilidad dialectal en cuanto a la expresión del PS en español. Obsérvense en la tabla 1 los porcentajes de los sujetos pronominales explícitos en diferentes localidades: Tabla 1: Variación de la expresión de PS en diferentes variedades del español (* citado por Goodall 2010, 239). Localidad e investigador
Ciudad Juárez, México (Strongman 1995)* México (Otheguy/Zentella/Livert 2007) Caracas, Venezuela (Bentivoglio 1987) Buenos Aires, Argentina (Barrenechea/Alonso 1977) Madrid, España (Soares da Silva 2006) Colombia (Otheguy/Zentella/Livert 2007) Madrid, España (Enríquez 1984)* Ecuador (Otheguy/Zentella/Livert 2007)
Porcentajes del sujeto pronominal explícito (orden ascendente) 16 % 19 % 20 % 21 % 24 % 24 % 25 % 27 %
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Localidad e investigador
Buenos Aires, Argentina (Soares da Silva 2006) Cuba (Otheguy/Zentella/Livert 2007) Puerto Rico (Otheguy/Zentella/Livert 2007) New York, los EEUU (Otheguy/Zentella/Livert 2007) Santiago, Chile (Cifuentes 1980–81)* Los Ángeles, los EEUU (Silva-Corvalán 1977) Puerto Rico (Hochberg 1986) República Dominicana (Otheguy/Zentella/Livert 2007)
Porcentajes del sujeto pronominal explícito (orden ascendente) 32 % 33 % 35 % 38 % 38 % 39 % 40 % 41 %
Como puede verse, la variedad mexicana exhibe el menor porcentaje de PPSS explícitos (menos del 20 %); siguen las variedades de Caracas, Buenos Aires (según Barrenechea/Alonso 1977), Madrid, Colombia y Ecuador (con el 20–30 % de los sujetos pronominales); y al final se ubican el español de Buenos Aires (según Soares da Silva 2006), el de Cuba, Puerto Rico, Chile, República Dominicana y las variedades del español habladas en Nueva York y Los Ángeles, que presentan los porcentajes más altos (entre el 30 y el 41 %). Según la explicación de la RAE (2009–2011, 33.4c), el español caribeño, junto con las variedades habladas en las islas Canarias y en Andalucía occidental, emplean los sujetos pronominales expresos incluso en los contextos pragmáticamente no marcados, en los que otras variedades suelen usar los sujetos nulos. El ‘sobreuso’ de los sujetos pronominales en algunas variedades se ha interpretado como compensación de la pérdida de flexiones verbales (de la segunda persona del singular) causada por la elisión de la /s/ final como en (tú) canta- (véase Hochberg 1986; discutido en la sección 2.4.1.2). En cuanto al uso de PPSS explícitos en las zonas español-inglés bilingües, el porcentaje alto no es tan sorprendente si pensamos que el inglés, a diferencia del español, no permite la omisión de los sujetos pronominales. El contacto de lenguas de dos gramáticas diferentes puede contribuir al cambio lingüístico (véase por ejemplo, Pousada/Poplack 1982; SilvaCorvalán 1977, 1986, 1994; Flores-Ferrán 2004; entre otros). En (9) se exponen algunos ejemplos del ‘sobreuso’ de los PPSS en hablantes bilingües de españolinglés (tomado de Lipski 2002): (9) a. Yo sé las palabras pero cuando yo tengo que encontrar las palabras es cuando yo tengo problemas. (origen mexicano) b. Yo voy y yo nado y yo visito mis amigos y mi abuela. (origen cubano) c. Yo aprendí francés, yo tomé francés por tres años, pero yo no sé hablar muy bueno porque yo lo perdí todo. (origen portorriqueño)
30 Revisión bibliográfica y marco teórico Los porcentajes de los sujetos explícitos (tabla 1) indican que cada variedad del español utiliza probablemente diferentes estrategias para la expresión de PS. Sin embargo, es difícil constatar hasta qué punto los porcentajes y las diferencias entre las variedades examinadas son significativas. Las disimilitudes se hallan incluso dentro de una variedad: compárese, por ejemplo, la expresión de los sujetos pronominales en el EsP entre el estudio de Barrenechea/ Alonso (1977) y el de Soares da Silva (2006) (tabla 2): Tabla 2: Porcentajes de la expresión de PS según la persona gramatical en el EsP en Soares da Silva (2006) y Barrenechea/Alonso (1977). Persona gramatical Primeras personas Segundas personas (interlocutor) Terceras personas
yo nosotros vos usted ustedes él/ella ellos/ellas
Soares da Silva (2006) 37 % 38 % 22 % 40 % 37 % 19 % 23 %
Barrenechea/Alonso (1977) 24 % 20 % 36 % 56 % 59 % 11 % 17 %
Los porcentajes de los PPSS explícitos con respecto a las primeras y las terceras personas son más altos en el primer estudio (Soares da Silva 2006). En cuanto a las segundas personas, los porcentajes son menores en comparación con el estudio de Barrenechea/Alonso (1977). Es preciso notar que ambos estudios analizan la misma fuente de datos (El habla culta de la ciudad de Buenos Aires editado por Barrenechea 1987). La investigación de Soares da Silva (2006, 54– 55) se basa en el análisis de 12 personas (de 44 personas en total), elegidas según la edad (N = 1.420 oraciones analizadas, incluyendo los entrevistadores), mientras que Barrenechea/Alonso (1977, 77) analizan un total de 2.594 oraciones sin precisar los criterios de la selección de datos. Es por lo tanto muy posible que la discrepancia observada en las frecuencias sea consecuencia de un problema metodológico (véase por ejemplo Lipski 2002; Silva-Corvalán 2001). Silva-Corvalán (2001, 157) sobre los resultados, a veces contradictorios, y el procedimiento metodológico de los estudios empíricos apunta: [L]os estudios examinados no han incorporado los mismos factores, no han separado en todos los casos contextos obligatorios de los opcionales y se han propuesto diferentes preguntas. Las discontinuidades frecuenciales observadas se han postulado como diferencias diatópicas.
Uso del PS 31
Un problema metodológico puede ser el de no definir las funciones discursivas que representa el PS explícito categórico (foco, tópico contrastivo o tópico desambiguador) o no determinar contextos con sujetos nulos categóricos (por ejemplo, la primera persona del plural ‘inclusiva’; véase más adelante). La discrepancia entre los estudios, también puede indicar que el fenómeno observado es muy variable en el habla espontánea. Para aclarar la variabilidad de un modo apropiado, debe comprobarse–mediante un análisis estadístico–si existen o no preferencias del PS por determinadas formas (Cedegren/Sankoff 1974; Otheguy/Zentella/Livert 2007; etc.) (véase el tercer capítulo; 3. Métodos y datos). Hemos formulado la hipótesis de que la estructura informativa es un factor muy importante en la explicación del uso variable del PS en el EsP (cfr. Frascarelli 2007; Adli 2011; Jiménez-Fernández 2014). Para confirmarlo, se comparará este factor con otros factores lingüísticos tradicionalmente examinados en la investigación empírica. A continuación trataremos el uso del PS a diferentes niveles lingüísticos, empezando por la relación entre la omisión de los sujetos pronominales y la morfología verbal.
2.4 Uso del PS 2.4.1 Uso del PS y la morfología verbal En esta sección nos dedicaremos a la cuestión de si hay o no una relación entre la ‘rica’ morfología verbal y la omisión o la expresión de los sujetos pronominales. Primero, se presentará la perspectiva del marco generativo (2.4.1.1), que se ocupa sobre todo de la teoría de la competencia lingüística, y luego, se mostrarán los resultados de los estudios empíricos (2.4.1.2) que se centran en explicar la variación del uso del sujeto pronominal basándose en los datos de la actuación. Veremos que la relación entre el uso del PS y la morfología verbal es solamente indirecta.
2.4.1.1 Enfoque generativo A semejanza de la gramática hispánica tradicional, también los generativistas asociaban primeramente la omisión de los PPSS en las lenguas como el español con la ‘rica’ flexión verbal (por ejemplo, Taraldsen 1978; Chomsky 1981, 1982; Rizzi 1982). Esta teoría tenía al principio una buena motivación: el sujeto es omisible en lenguas como el español o el italiano, donde los verbos concuerdan
32 Revisión bibliográfica y marco teórico con el sujeto, mientras que en lenguas como el inglés, que tienen una morfología verbal ‘pobre’, no se permite la omisión del sujeto. Además, en algunas lenguas de ‘rica’ flexión verbal, por ejemplo la lengua pastún, es omisible incluso el objeto cuando el verbo concuerda con él y no con el sujeto (Huang 1984, 535–536). A favor de la teoría de que hay una relación entre el prodrop y la flexión verbal está también el hecho de que algunos idiomas han perdido la posibilidad de omitir el sujeto después del empobrecimiento del paradigma verbal. Un ejemplo sería el portugués brasileño moderno (hablado), que va perdiendo las propiedades de una lengua pro-drop, mientras que el portugués europeo sigue siendo una lengua de sujeto nulo consistente (véase Duarte 1993, 1998, 2000; Raposo 1997; Biberauer et al. 2010). Duarte (1993, 112) ha demostrado un cambio lingüístico en el empleo de la expresión del sujeto pronominal en el portugués de Brasil mediante un análisis diacrónico de siete períodos diferentes (basado en obras teatrales populares). Uno de los resultados muestra que la omisión del sujeto ha cambiado significativamente: si en el año 1845 el sujeto se omitía en un 80 % de los casos, en el año 1992 sucede solamente en un 26 % de los casos. Duarte (2000, 19) relaciona este cambio con el empobrecimiento del paradigma flexivo de los verbos en esta variedad del portugués. Curiosamente, en algunas variedades actuales del español el uso de PS aumenta por elisión del morfema verbal /s/, que marca la segunda persona del singular (discutido en 2.4.1.2). Otro ejemplo del empobrecimiento del paradigma verbal es el francés. El francés moderno suele clasificarse como lengua no-pro-drop (por ejemplo, Roberts/Holmberg 2010, 4), aunque esta descripción no es tan inequívoca. Hay autores que argumentan que algunas variedades del francés actual hablado comparten ciertas características de una lengua pro-drop (véase por ejemplo Kaiser/Meisel 1991; Roberts 2010 para la discusión), donde los pronombres clíticos (je, tu, il/elle etc.) asumen el papel de la concordancia verbal (por ejemplo, Kaiser 2008). Varios estudios diacrónicos muestran que el francés antiguo (de los siglos XI-XIII) tenía algunas propiedades de una lengua pro-drop (sujetos nulos, inversión del sujeto, etc.) como el latín y la mayoría de las lenguas románicas actuales (para la discusión del estatus del francés antiguo véase Vanelli/Renzi/Benincá 1985; Adams 1987, 1988; Hirschbühler 1990; Roberts 1993; Vance 1997; etc.). Según Rinke (2002), el francés antiguo (del siglo XIII) no es una lengua de sujeto nulo ‘prototípica’ como el español o el italiano, ya que los sujetos nulos predominan solamente en ciertos contextos: oraciones principales y oraciones subordinadas que requieren un tópico preverbal (véase también Rinke/Meisel 2009). Sin embargo, tampoco el español antiguo puede considerarse una lengua pro-drop como la entendemos hoy en día: Dufter observa que los sujetos pronominales eran muy
Uso del PS 33
frecuentes en el español medieval tardío (sobre todo en oraciones subordinadas de relativo) y apunta que la hipótesis de que «no se produce ningún cambio a lo largo de la historia del español [desde el latín, una lengua pro-drop], merece ser reexaminada» (2011, 68). Contra la generalización de que hay una relación entre el pro-drop y la flexión verbal ‘rica’ tenemos el hecho de que algunos idiomas suprimen los sujetos pronominales a pesar de tener formas verbales analíticas (casi) idénticas (por ejemplo, el irlandés), no poseer morfología flexiva para la persona y el número (por ejemplo, el japonés) o no tener ninguna flexión (por ejemplo, el chino mandarín) (Huang 1984; Jaeggli/Safir 1989).7 Obsérvese la conjugación del verbo shuō (‘hablar’) en el (tiempo verbal) presente en chino: (10)
HABLAR
yo hablo tú/vos hablas/-ás él/ella habla usted habla nosotros hablamos vosotros habláis ellos hablan ustedes habla
SHUŌ
wǒ shuō nǐ shuō tā shuō nín shuō wǒ men shuō nǐ men shuō tā men shuō nín men shuō
El parámetro nulo en el chino sigue siendo hasta hoy en día muy discutido (para las diferentes explicaciones sobre este fenómeno véase Li/Thompson 1981; Huang 1989; Xu 1986; Speas 1994; Lu 2003; Neeleman/Szendröi 2005; WALS). El pro-drop de tipo chino mandarín se denomina ‘discursivo’ o ‘radical’ (cfr. Biberauer et al. 2010, 8–9; y las referencias allí mencionadas), ya que admite omitir cualquier argumento pronominal como se expone en el ejemplo (11) (tomado de Huang 1984, 533): (11) a. Ta kanjian ta le. 见 PERF él ver él ‘Él lo vio.’ 7 Una de las primeras explicaciones sobre este fenómeno dentro de la GU la encontramos en Huang (1984), según el cual el pro-drop se permite en lenguas que tienen o bien sólo formas flexivas no derivadas o bien sólo formas flexivas derivadas (esta idea es reformulada más tarde por Jaeggli/Safir 1989 como ‘uniformidad morfológica’).
34 Revisión bibliográfica y marco teórico b. ∅ kanjian tā le. ver él PERF ‘(Él) lo vio.’ c. Ta kanjian ∅ le. PERF él ver ‘Él (lo) vio.’ d. ∅ kanjian ∅ le. PERF ver ‘(Él) (lo) vio.’ Debe subrayarse que según Huang (1984) el objeto omitido (a diferencia del sujeto omitido) no equivale a la categoría nula como el sujeto pro, sino que se trata más bien del tópico nulo. Esta propiedad se asemeja a la de las lenguas que permiten el topic-drop (omisión del tópico). Por ejemplo, en alemán, una lengua V2, el sujeto (12a’) o el objeto (12a’’) pueden ser siempre omitidos siempre y cuando estén en primera posición en la oración y funcionen como tópicos (aquí, en sentido de información introducida en el contexto anterior (12a)): (12) a. Du musst Brot kaufen. tú debes pan comprar ‘Debes comprar el pan.’ a’. ∅ Hab’s schon gekauft. he lo ya comprado ‘Ya lo he comprado.’ a’’. ∅ Hab ich schon gekauft. he yo ya comprado ‘Ya lo he comprado.’ Sería erróneo pensar que la omisión del sujeto en chino ocurre de la misma manera que en español. El PS en chino puede omitirse solamente si su referencia está clara por el contexto. Por ejemplo, si pedimos a un hablante chino y a un español traducir frases del inglés como las de (13), que carecen de un contexto específico, el hablante del chino expresará los sujetos, mientras que el hablante español los omitirá (los PPSS explícitos están en negrita): 8
8 La traducción fue obtenida por cinco hablantes del chino mandarín y por cinco hablantes del español (variedad peninsular) en una red social.
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(13) a. ingl. es. ch. b. ingl. es. ch. c. ingl. es. ch. d. ingl. es. ch.
I go out. ∅ Salgo. Wo chu qu le. He has got three sisters. ∅/(Él) tiene tres hermanas.9 Ta you san ge jie jie. We work on Sunday. ∅ Trabajamos el domingo. Wo men zai xing qi tian gong zuo. You are very kind. ∅ Eres/Sos muy amable. Ni ren zhen hao.
Huang (1984, 557) apunta que un idioma pro-drop como el chino se orienta al discurso (discoursive-oriented), con lo cual permite la omisión de los PPSS en el contexto, a diferencia del inglés, que es sentence-oriented. También veremos que los hablantes chinos realizan los PPSS con una frecuencia más alta que los hablantes del español: mientras que los hablantes del español (variedad porteña o peninsular) omiten el sujeto en un 80 % de los casos, los hablantes del chino omiten el sujeto en menos del 50 % de los casos (véase sección 2.4.5). Otro argumento contra la relación entre el pro-drop y la flexión verbal ‘rica’ se puede encontrar en los idiomas que tienen morfología verbal ‘rica’ pero permiten la omisión de PS solamente con algunas personas gramaticales o con ciertos tiempos verbales. Esto es el caso del hebreo moderno o del finlandés, que permiten el pro-drop con la primera o la segunda persona pero no con la tercera persona (véase por ejemplo Vainikka/Levy 1999; Levy/Vainnika 2000; Helasvuo/Laitinen 2006; la sección 2.4.5). Los dos idiomas son de tipo pro-drop parcial (véase la tipología de las lenguas pro-drop en Biberauer et al. 2010). En el finlandés hablado los pronombres de las segundas y primeras personas se expresan en forma explícita con una alta frecuencia, mientras que el finlandés escrito prefiere claramente su omisión.10 En cambio, el hebreo moderno no permite omitir el sujeto en el tiempo presente. Así, el pro-drop es restringido al 9 Tres hablantes del español expresaron el PS en (13b) pero apuntaron que omitirían el sujeto si se está hablando de alguien en especial, o sea, cuando conocemos al referente. 10 Curiosamente, en el finlandés hablado la forma verbal en tercera persona del plural pierde la marcación en el verbo: (i) se menee vs. ne menee en vez de he menevät él/ella va ellos va ellos van (Pekka Posio, comunicación personal)
36 Revisión bibliográfica y marco teórico tiempo pasado y al futuro con la primera y la segunda persona. En estos contextos (14), la expresión del PS sería contrastiva o enfática (Melnik 2007, 2): (14) (ata) axalta/toxal tapuax ‘tú comiste/comerás una manzana’ Los ejemplos de diferentes lenguas del mundo llevó a la teoría de que la omisión o la expresión de los sujetos pronominales no depende directamente de la morfología verbal ‘rica’ o ‘pobre’. Así, hoy en día hay muchos lingüistas que argumentan que el pro-drop en lenguas como el español no es legitimado por la flexión verbal, sino simplemente por el movimiento del verbo del sintagma verbal al sintagma flexivo. En este sentido, el movimiento del verbo satisface el principio EPP (véase por ejemplo, Barbosa 1995; Alexiadou/Anagnostopoulou 1998; Svenonius 2002; Fischer 2010, 2012). También los resultados de los estudios empíricos, presentados a continuación, muestran una relación indirecta entre el uso del PS y la morfología verbal.
2.4.1.2 Enfoque empírico La ambigüedad morfológica (por ejemplo, yo/él hable) ha sido una de las aclaraciones más recurrentes del empleo de los PPSS explícitos en español. La correlación entre la ambigüedad morfológica y el uso del PS, sin embargo, ha dado resultados diversos en los estudios empíricos. Mientras que algunos estudios apoyan esta correlación (por ejemplo Hochberg 1986; Bayley/PeaseÁlvarez 1997), la ambigüedad como factor que interviene en la expresión de los PPSS no se ha corroborado en muchos otros estudios (véase por ejemplo Barrenechea/Alonso 1977; Enríquez 1984; Ranson 1991; Lu 1997; Morales 1997; Balasch 2008). También se ha observado que algunas variedades del español, en las cuales la /s/ final suele ser suprimida, exhiben un empleo reiterado del PPSS (véase por ejemplo, Alvar 1955; Lapesa 1981 para el español andaluz; Jiménez Sabater 1977; Terrell 1978b; Alba 1982; Hochberg 1986; Morales 1986 para el español caribeño). Por ejemplo, Sabater (1977) observa una frecuente ocurrencia del pronombre sujeto tú en el español dominicano y propone categorizarlo como una marca de persona verbal constante. Sabater además señala que esta «tendencia parece ir extendiéndose–acaso por razones rítmicas–a otras personas del coloquio, sobre todo a las terceras personas tanto plurales como singulares, inclusive si no se aplican a seres humanos ni tan siquiera a seres
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vivos» (1977, 14). También en el español de Puerto Rico se manifiesta un mayor uso del pronombre tú (Hochberg 1986). Este hallazgo se asociaba con la ambigüedad morfológica entre el paradigma verbal de la primera y/o de la tercera persona del singular y el de la segunda persona del singular (p. ej. tú haría-) (Hochberg 1986, 613). Hochberg (1986) explicó este fenómeno en el español puertorriqueño con la llamada Hipótesis Funcional, según la cual los sujetos explícitos tienen la función de compensar la elisión de la /s/ en los verbos finitos. Esta hipótesis fue más tarde rebatida (cfr. Ranson 1991) porque no llegó a explicar un alto porcentaje de los PPSS explícitos con las formas verbales no ambiguas o el uso de los PPSS explícitos en las variedades sin supresión de la /s/ final (cfr. Cameron 1993; Silva-Corvalán 1997). Morales (2007) recientemente argumentó que el sobreuso del sujeto pronominal en el español puertorriqueño es de recurso no marcado y «podría obedecer a tendencias dialectales estables incorporadas en momentos tempranos de su configuración dialectal, y que siguen un patrón lingüístico simplificado y un tanto más rígido SVO.» Así pues, Silva-Corvalán (1997, 127) y (2001, 161) propuso relacionar la expresión del sujeto con el tiempo verbal y con la función de los diferentes tiempos en el evento discursivo. Según Silva-Corvalán (2001, 161–163), el uso de PS en función de sujeto disminuye en el tiempo verbal que es factual, asertivo, dinámico o focal en el evento: pretérito. En cambio, los PPSS expresos aumentan bien en el presente o en el imperfecto, el condicional y el subjuntivo, «atraen la atención hacia el referente del sujeto y consecuentemente disminuyen la atención prestada al evento (o situación)» (ibídem). En cuanto al EsP, en esta variedad no existen ambigüedades referenciales entre la primera y/o la tercera persona del singular y la segunda persona del singular ya que la /s/ final no se suprime, sino que se aspira. La aspiración de la /s/ se supone una norma en el EsP cuando aparece delante de otra consonante (por ejemplo, vos comés pescados, [ˈboh.ko.ˈmeh.peh.ˈka.ðos]). No obstante, la aspiración ‘porteña’ puede ser reemplazada por la elisión completa de la /s/ en ciertos estratos sociales (cfr. Terrell 1978a) o por la pronunciación de la /s/ en ciertos tipos de estilo (cfr. Coloma/Colantoni 2012). En los datos utilizados en el presente estudio no se detectaron casos de supresión de la /s/ final, por lo cual este factor fonológico no se consideró para el análisis. Hasta ahora hemos hablado del sincretismo de las formas verbales entre la primera y la tercera persona del singular, o, en algunas variedades caribeñas, entre la primera, la tercera y la segunda persona del singular. La desinencia verbal puede ser ‘ambigua’ incluso dentro de la misma persona gramatical, como en el caso de la tercera persona. A esta ambigüedad (morfológica) la
38 Revisión bibliográfica y marco teórico llamaremos ‘referencial’, es decir, cuando para un verbo hay más de una referencia (15): (15) Mi abuelo de parte de mi mamá se escapó de la guerra. (…) Y mi abuela lo siguió. Eran muy jovencitos. Él tenía que hacer el servicio militar y le tocaba ir a la guerra. (Corpus BA) Teóricamente, el pronombre sujeto él podría omitirse por la previsibilidad semántica: ‘tener que hacer el servicio militar’ supone que el referente sea una persona de sexo masculino. Sin embargo, la hablante opta por dejarlo expreso para dejar clara la referencia y porque el pronombre él reintroduce el tópico nuevo en el discurso. Es importante notar que la ambigüedad referencial es independiente del tiempo o modo verbal. En otras palabras, este tipo de ambigüedad puede ocurrir en todos los tiempos y los modos verbales (16): (16) a. Mi abuela lo siguió. Eran jóvenes. Él/ella tuvo que / había tenido que... b. Mi hija lo va a seguir. Son jóvenes. Él/ella tiene que / tendría que... Debería tenerse en cuenta que la ambigüedad ocurre en español incluso entre la tercera persona y la segunda persona usted(es), que a efectos gramaticales funciona como un pronombre de tercera persona (17): (17) Aparece un inglési, ustedj se muere y si ∅j no le pronuncia como éli quiere… (Corpus MD)11 A diferencia de otras lenguas pro-drop (por ejemplo, el checo), la flexión verbal del tiempo pasado en español no puede marcar el género del referente de sujeto. Así, el español ofrece teóricamente más ambigüedades, mientras que el checo puede presentar más sujetos omitidos. Compárese el checo (18a) con el español (18b):
11 Mark Davies (2002–): Corpus del español (100 millones de palabras, siglo XIII – siglo XX).
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(18) a. cs. 3SG.MAS 3PL.MAS b. es. 3SG.MAS 3PL.MAS
on spal-_ oni spal-i él durm- ió ellos durm- ieron
3SG.FEM ona spal-a 3PL.FEM ony spal-y 3SG.FEM ella durm-ió 3PL.FEM ellas durm-ieron
Hasta ahora hemos hablado sobre la ambigüedad morfológica (entre la primera y la tercera persona del singular) y la ambigüedad referencial (dentro de la tercera persona). También hemos dicho que los estudios empíricos llegaron a conclusiones opuestas en cuanto al uso del PS nulo/explícito debido a tales ambigüedades. El estudio de Silva-Corvalán (1982) sobre el español (mexicano) hablado en los Estados Unidos indicó que la relación entre el uso del PS y la ambigüedad depende del contexto. Así, Silva-Corvalán propuso analizar al lado de la ambigüedad morfológica también la ambigüedad morfológicacontextual cuando el contexto contiene dos o más candidatos para la referencia del sujeto. Sus resultados muestran que los verbos morfológicamente ambiguos, pero contextualmente no-ambiguos, usan el sujeto en el 39 % de los casos, al igual que los verbos no-ambiguos (38 %), mientras que los verbos que representan ambigüedad morfológica y contextual lo expresan en el 69 % de los casos (cfr. Paredes Silva 1993 para el portugués de Rio de Janeiro). Aquí surge la siguiente pregunta: ¿Si la expresión ocurre en el 69 % de los casos, qué motiva la omisión de los PPSS en el 31 % de los casos? Analizando los datos espontáneos, nos enfrentamos en general con cuatro problemas en cuanto a la relación del uso del PS y la morfología verbal (no-)ambigua (tomado de Pešková 2014, 47): — el PS es a veces explícito a pesar de que la forma verbal no es ambigua; — el PS es a veces explícito con la forma verbal ambigua, pero con ningún otro candidato para la referencia; — el PS es a veces tácito con la forma verbal ambigua y con otro(s) candidato(s) para la referencia; — el PS es a veces explícito con la forma verbal ambigua y con otro(s) candidato(s) para la referencia. A continuación nos centramos en los dos últimos problemas. El pre-análisis de los datos del presente estudio ha mostrado que el uso del PS en contextos ambiguos depende de la previsibilidad semántica y la interpretación pragmática. El concepto de previsibilidad semántica se toma de la teoría de Givón (1983a, 1983b) sobre el cambio de referencia y la continuidad del tópico (tema que abordaremos más adelante). Givón apunta que «la previsibilidad (…) no es puramente un fenómeno gramatical, sino que toma en cuenta el input gra-
40 Revisión bibliográfica y marco teórico matical, pragmático o semántico» (1983b, 59).12 Si el contexto carece de la previsibilidad semántica, el PS debe expresarse para evitar interpretaciones equivocadas (19): (19) Enc. Contame de tus hijos. Inf. Bueno, el mayor tiene veintisiete años. Es, este, ingeniero en informática. Y después el segundo tiene... es un varón también que tiene veintitrés años (…). Y ese estudia biología. Y después, la más chica tiene veintiuno y estudia comunicación social. Enc. ¿Ustedes hacen algún hobby así más artístico? (Corpus BA) Obsérvese que el verbo hacen en la última frase del ejemplo (19) establece una ambigüedad referencial entre ustedes y los hijos, por lo cual la entrevistadora opta la variable explícita ustedes para dejar bien claro a quién se refiere la pregunta. Si la entrevistadora no realizara el pronombre ustedes, la oyente podría entender que la pregunta se hace sobre sus hijos. El contenido léxicosemántico de la frase ‘hacen algún hobby’ no predice la referencia en este contexto. En cambio, si la entrevistadora dijera algo como ‘¿Viven todavía en tu casa?’, se referiría claramente a los hijos. Otro ejemplo de la ambigüedad referencial sin la previsibilidad semántica se expone en (20): (20) Y acá, una de las que hizo esto, se llama Eva D. Es una actriz cómica. Y otro que se llama Antonio G. Son los precursores de este estilo. Y bueno. Y ella dirigió la obra. (Corpus BA) También aquí podemos asumir que el pronombre ella tiene una función de desambiguador referencial entre ella (Eva D.) y él (Antonio G.). A continuación se presenta un caso de ambigüedad morfológica y contextual entre la tercera persona del singular y la primera persona del singular. También este contexto es semánticamente no previsible (21):
12 «[P]redictability (…) is not a purely grammatical phenomenon, but takes into account grammatical, pragmatic or semantic input» (Givón 1983b, 59).
Uso del PS 41
(21) Juancho tiene una prima segunda que se llama Maneli Vera. Que es una de mis mejores amigas, que iba al colegio conmigo. En esa época, fue en el dos mil, yo estaba laburando en una página de internet… (Corpus BA) El pronombre yo está realizado por razones de desambiguación referencial: si no lo realizamos, se asociaría ‘estar laburando’ probablemente con Juancho o con Maneli Vera de la que estamos hablando. Podría objetarse, no obstante, que el sujeto yo está realizado porque se trata de un tópico nuevo y no porque es ambiguo. Este argumento se deja rebatir con un test: al cambiar el verbo ambiguo (estaba) con un verbo no ambiguo (estuve), veremos que el sujeto puede omitirse fácilmente: En esa época, fue en el dos mil, ∅ estuve laburando en una página de internet. Por lo tanto, el PS ustedes (19), el PS ella (20) y el PS yo (21) tienen claramente una función desambiguadora. Esto ha llevado al presente estudio a la introducción de una categoría nueva: el tópico desambiguador (véase también 2.4.4.2.5). A modo de comparación, se expone a continuación un contexto en el cual se presenta la ambigüedad referencial (entre dos personas de forma masculina), quedando implícitos, no obstante, los sujetos pronominales. La omisión se debe a la previsibilidad semántica, es decir, las construcciones y los sujetos omitidos tienen significados interpretables (22): (22) Mi profesor de lingüística i dice que una vez ∅i tuvo la posibilidad de conocer a un profesor español j que era un groso. Y ∅i no lo conoció. ∅j Era su ídolo de toda la vida, bah, y ∅i no lo quiso ir a ver porque no lei gusta viajar. (Corpus BA) Obsérvese que los tres últimos sujetos nulos representan la ambigüedad referencial (mi profesor de lingüística vs. un profesor español). Sin embargo, por el contenido semánticamente interpretable queda claro de quién se está hablando (indicado con los subíndices). Así, el contexto es muy importante en la interpretación de la información, independientemente de si la forma verbal es ambigua o no. Lo mismo es válido en otros idiomas, sean pro-drop o no-prodrop. La traducción del ejemplo (22) al inglés (23) muestra que las ambigüedades aparecen también con los pronombres explícitos he (‘él’) y se deshacen por el contenido:
42 Revisión bibliográfica y marco teórico (23) My professori told me that hei had the opportunity to meet a very important Spanish professorj. And hei didn’t meet himj. Hej had been his idol all his life, but hei didn’t want to go to see himj because hei doesn’t like travelling. Para concluir esta subsección, puede advertirse que la realización fonética del PS por razones de ambigüedad–morfológica y/o contextual–parece ser posible, pero no obligatoria, a no ser que ocurra un conflicto semántico(-pragmático). Partiendo de todos estos conocimientos observados en la investigación lingüística y en los datos empíricos, se propondrá una tipología propia de la ambigüedad, especificada en el capítulo sobre metodología (3. Métodos y datos), y se observará si la ambigüedad tiene una influencia significativa en el uso del PS en español. Asimismo, se propondrá un tipo de tópico vinculado con el PS explícito obligatorio que cumple una función desambiguadora (tratado en la sección 2.4.4.2.5).
2.4.2 Uso del PS y la posición del antecedente La interpretación del pro (temático) se puede obtener no solamente por el sufijo flexivo sino también por diferentes relaciones con otros elementos sintácticos dentro del discurso. En el ejemplo que sigue, podemos observar una distribución complementaria entre el sujeto nulo y el explícito, teniendo en cuenta su antecedente. El ejemplo es adaptado del italiano (Serratrice 2007, 182; cfr. Carminati 2002; Grimshaw/Samek-Lodovici 1998): (24) a. b. c. d.
Laura i saludó a su amiga j y pro i salió del coche. Laura i saludó a su amiga j y ellaj salió del coche. ?Laura i saludó a su amiga j y ellai salió del coche. ?Laura i saludó a su amiga j y pro j salió del coche.
Se puede observar que el pro (24a) está asociado sin dificultades con el sujeto (Laura), mientras que su variante explícita ella (24b) prefiere como antecedente el objeto directo (su amiga). Las relaciones opuestas (24c) y (24d) son dudosas tanto en italiano como en español. Carminati (2002, 41) explica estas relaciones en el italiano con la hipótesis Position of Antecedent Strategy (PAS): The null pronoun prefers an antecedent in the sentence which is in the Spec IP position, while the overt pronoun prefers an antecedent which is not in the Spec IP position.
Uso del PS 43
La posición Spec,IP (Espec, SFlex) se refiere al especificador del sintagma flexivo, que está ocupado por el sujeto. Carminati (2002, 196) hace notar que el pronombre explícito es más ambiguo que el sujeto nulo. El estudio de AlonsoOvalle et al. (2002) confirma la validez de la hipótesis PAS también para el español (véase también Filiaci 2010). Sin embargo, hay contextos en los cuales el comportamiento anafórico según la PAS no puede convalidarse (25): (25) a. pro i Saludé a un chico j y pro j se molestó. b. pro i La j saludé y pro j se fue. c. pro i La j miré y pro j bajó la cabeza. (a, b: fuente: internet; c: RAE 2009–2011, 33.5h) En estos tres ejemplos se observa que el antecedente del segundo pro es el objeto directo y no el sujeto. En estas oraciones también sería posible expresar el sujeto pronominal diciendo, por ejemplo, La miré y ella bajó la cabeza si deseáramos «contrastar dos acciones que se atribuyen a dos personas distintas (‘el yo mirarla’ y ‘el bajar ella la cabeza’)» (RAE 2009–2011, 33.5h). La diferencia entre (24) y (25) consiste en que el pro en el segundo caso está favorecido por la flexión verbal–la primera persona vs. la tercera persona (yo vs. ella)–, mientras que en el primer caso ambos verbos están en tercera persona del singular (Laura vs. su amiga). Esto no significa que la flexión verbal sea decisiva para el prodrop en los contextos como (25), pero lo favorece, porque queda claro quién es el referente. Podemos apoyar, pues, la argumentación de Ackema/Neeleman (2007) y muchos otros en el hecho de que la relación entre la flexión verbal y la omisión de PS es indirecta y de que la flexión verbal facilita el pro-drop en más contextos. La PAS se limita a controlar las relaciones de correferencia de los pronombres dentro de una oración. Ahora, cruzaremos las fronteras de una oración compuesta y discutiremos el comportamiento de las anáforas en las relaciones interoracionales, es decir, entre dos oraciones autónomas. Obsérvense las relaciones de los elementos marcados con el subíndice en (26): (26) Cuando mis diligencias en los bancos tenían éxito, ∅i me ponía al día con las cuentas del hotel y compraba un ramo de flores para Alcira j. Ellaj dormía poco y los desvelos le habían apagado la mirada. (El cantor de tango, de Eloy Martínez; citado por RAE 2009–2011, 33.5g)13
13 En (26) y (27) los índices y los símbolos ‘∅’ son del presente estudio.
44 Revisión bibliográfica y marco teórico En este caso se confirma la hipótesis de PAS: el pronombre explícito ella prefiere un antecedente que está en una posición sintáctica menos prominente (aquí Alcira en el segmento anterior). También podríamos decir que ella es tópico nuevo (cfr. 2.4.4.2.2), por lo cual tiene que llevar la forma explícita. Contra esta explicación y la PAS tenemos el siguiente ejemplo (27): (27) Por eso ∅i fui a donde había música y ∅i me encontré a un hombrej con la cara envuelta en una hermosa bufanda, pero con un traje raído, cayéndosele a pedazos. ∅j Estaba sentado en la acera, ante un café brillantemente iluminado, y ∅j tenía entre las piernas, en el suelo, una boina negra... (La partida, de Miguel Delibes; citado por Badia i Margarit 1988, 367) Aquí, los dos sujetos tácitos de la primera oración compuesta tienen por referencia yo (identificado por la flexión verbal), mientras que los dos sujetos nulos en la segunda oración compuesta se refieren al hombre del contexto previo. Nótese que el narrador prefiere omitir el sujeto pronominal aunque el verbo estaba resulta ambiguo (igual que el verbo dormía en el ejemplo anterior). Desde un punto de vista sintáctico, podría suponerse que el pro (en la segunda oración compuesta) prefiere como antecedente al referente en la posición del objeto. En tal caso, esto sería un argumento contra la hipótesis PAS. Parece más plausible, pues, en este ejemplo, atribuir la omisión y la interpretación del PS a la previsibilidad (expectación) semántica (Givón 1983a, 1983b): ya que el narrador utiliza al principio fui, éste no puede asociarse con la acción estaba sentado sino con el hombre con el que el narrador se encuentra. También en la sección anterior (2.4.1.2) vimos que la previsibilidad semántica es clave con respecto al uso del PS nulo/explícito en las oraciones cuya morfología verbal y/o el contexto implican ambigüedades referenciales. Todo ello implica que la interpretación y la correferencia del sujeto tácito estén vinculadas con todo el entorno lingüístico, que está formado por varios rasgos gramaticales, discursivo-pragmáticos, léxico-semánticos e incluso culturales (como costumbres, normas sociales, etc.) que intervienen en la comprensión del habla o del texto. Compárese la interpretación del pro en la oración subordinada de (28a) con la de (28b), oraciones que establecen una idéntica condición sintáctica: (28) a. El jefe de talleri lej dijo (a María j) que ∅i no lej arreglaba el coche... (fuente: internet)
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b. [Vos vieras como se peleaban.] Pedro i lej dijo (a María j) que ∅j no lei arreglaba la ropa… (Corpus MD; modificado) El primer contexto (28a) indica que la persona A dice a la persona B que A no hace tal cosa. En cambio, la interpretación del segundo ejemplo es que la persona A dice a la persona B que B no hace tal cosa (con un sentido de reproche).14 Hemos dicho que el receptor-oyente es capaz de descifrar y entender los mensajes por el fenómeno de ‘previsibilidad semántica’: el hecho de ‘arreglar el coche’ (28a) se asocia automáticamente con el jefe de taller. Lo que interviene en la competencia léxico-semántica en (28b) puede ser incluso la cognición cultural: es, pues, más probable que los individuos–por lo menos en las culturas occidentales tradicionales–atribuyan la actividad de ‘no arreglar la ropa’ a una mujer (y no a un hombre) por experiencias sociales. En (29) se expone otro ejemplo, en el cual la posición del antecedente y el sujeto omitido en una oración compleja son menos importantes: (29) a. Natalia i le dijo a María j que ∅i/j estaba muy cansada. b. Natalia i le dijo a María j que ∅i/j estaba muy guapa. Si pidiéramos a los hispanohablantes que interpretaran el sujeto omitido en las oraciones subordinadas en (29), la mayoría diría intuitivamente que el sujeto nulo en (29a) se refiere a Natalia, mientras que el sujeto en (29b) a María. Esto se debe a los adjetivos utilizados: el adjetivo cansada expresa un sentimiento o estado y se dirige más al hablante (aquí: Natalia), mientras que el adjetivo guapa representa una descripción física y se dirige al oyente (aquí: María). No obstante, la interpretación inversa podría ser también posible y así correcta: por ejemplo, si María fuera una hija pequeña de Natalia (29a) o si Natalia fuera una persona presumida (29b). El ejemplo muestra claramente que no interpretamos el sujeto solamente según la posición del antecedente sino según la información entera, nuestra propia experiencia y/o el conocimiento del mundo (cfr. Fedele/ Kaiser 2014). Los resultados basados en los ejemplos como (29) no dirían mucho
14 El contexto completo del ejemplo (28b) se da en (i): (i) Bueno, pero vos vieras como se peleaban, lo que se decían. Él parece que le dijo, después de casado ya, le dijo que no le arreglaba la ropa. Entonces ella dice: «Bueno» dice - no sé qué, «que no tengo tiempo.» Entonces le dijo: «Bueno, para mí no es ningún problema, yo me quedo... esté... con la ropa sucia y ya está». (Corpus MD)
46 Revisión bibliográfica y marco teórico sobre la gramática sino más bien sobre lo que es más común o natural para nosotros. Los estudios que se basan en solamente de la intuición de los hablantes deberían tomar en cuenta todos los efectos semánticos, contextuales e incluso prosódicos; en caso contrario las generalizaciones podrían dar una impresión errónea al describir las estructuras lingüísticas y al establecer reglas gramaticales. Por ejemplo, Alonso-Ovalle et al. (2002) apoyaron la hipótesis PAS en español mediante un cuestionario con diferentes oraciones de tipo Juan pegó a Pedro. (Él/pro) está enfadado. La cuestión era si los hablantes iban a elegir a Juan como antecedente del sujeto nulo y a Pedro como antecedente del sujeto explícito. Los hablantes tenían que dar una respuesta que correspondiera a su comprensión inicial e intuitiva de la oración-meta (Alonso-Ovalle et al. 2002, 9). Pero, ¿qué significa la comprensión intuitiva?, ¿cómo deciden los hablantes sus respuestas? Un experimento piloto sobre la hipótesis PAS en checo (lengua pro-drop consistente), que llevé a cabo con ocho informantes, dejó entrever los problemas de este método y las diferentes interpretaciones contextuales entre los participantes. En otras palabras, cada hablante se imaginaba una situación diferente, lo cual llevaba a diferentes resultados. Asimismo, el siguiente contexto muestra que la interpretación del pro no depende solamente de la posición de su antecedente en la oración sino también de la de otro elemento sintáctico (30): (30) a. Raúl i saludó a María j cuando ∅i laj miraba. b. Raúl i saludó a María j cuando ∅j loi miraba. Las formas del complemento no pueden tener valor reflexivo en español, es decir, no pueden relacionarse con el sujeto de la misma oración (p. ej. *cuando ∅i lai miró). No obstante, sería ambigua la interpretación del pro con el pronombre reflexivo se, que es invariable en género y número (p. ej. Raúli saludó a Maríaj cuando ∅i/j se miraba). Debe mencionarse que los sujetos correferenciales deben ser siempre omitidos en la segunda posición en la oración coordinada copulativa (31a) o la oración coordinada yuxtapuesta con el mismo referente (31b), al menos en el EsP: (31) a. María i habla y *ellai escribe muy bien en chino. b. María i se levantó, *ellai desayunó y *ellai se fue a trabajar. En este caso se trata de una elipsis que bloquea automáticamente la expresión del sujeto. No obstante, la reducción conjuntiva no es posible en todas las
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lenguas. Por ejemplo, en dyirbal (una lengua aborigen australiana), esta posición del sujeto no puede estar vacía (Comrie 2009, 14; cfr. Bok-Bennema 1991, 24) (32):15 (32) Ngaja nginuna balgan, ngaja baninyu. pegar yo venir aquí yo tú- AC. ‘Te pegué y vine aquí.’ En español, los casos como (31) tienen que excluirse de la variación ya que la omisión del PS resulta categórica. Recuérdese que la expresión de los PPSS es teóricamente posible, pero solamente cuando el hablante focaliza el sujeto y pone énfasis entonacional sobre éste (33): (33) a. Pedro ha dicho que sabe hablar y escribir en chino. Pero no es verdad. MARÍA habla y ELLA escribe muy bien en chino, no Pedro. b. Pedro dice que se levantó, desayunó y se fue a trabajar. Pero no hay nada de verdad. MARÍA se levantó, ELLA desayunó y ELLA se fue a trabajar, mientras que Pedro siguió durmiendo y no hizo nada. No está muy claro si los estudios empíricos consideran o no las oraciones coordinadas en segunda posición como (31a) y (31b) dentro de la variación del sujeto nulo/explícito. Recuérdese que la inclusión de los contextos falsos dentro de la variación podría dar un resultado bastante confuso. Es decir, si contáramos estos casos dentro de la variación, incorporaríamos contextos con los sujetos (nulos/explícitos) categóricos. Al final de este apartado, debe citarse la teoría sintáctica de Rección y Ligamiento del marco generativo (Chomsky 1980, 1981), que también trata las relaciones entre los pronombres y sus antecedentes. Según esta teoría, la posición del sujeto correferencial en español debe estar vacía en una oración como (34): (34) María i dijo que *ellai / ellaj habla español.
15 Esta lengua posibilita la omisión del sujeto pronominal en la segunda posición bajo la condición de que el sujeto sea correferente no con el agente, sino con el paciente de la primera oración. Esto se atribuye a la ergatividad del sistema sintáctico de esta lengua: (i) Ngaja nginuna balgan, ∅ baninyu. yo tú-AC. pegar venir aquí ‘Te pegué y viniste aquí.’
48 Revisión bibliográfica y marco teórico El pronombre ella es solamente aceptable siempre y cuando el referente sea una persona diferente a María. La correferencia con el sujeto de la oración principal no se permite porque el sujeto explícito no puede ser ligado por el sujeto de la oración principal en lenguas pro-drop como el español o el italiano (Montalbetti 1984, 86). En cambio, en los idiomas no-pro-drop, el sujeto tiene que ser expresado (Maryi says that shei speaks Spanish). La única posibilidad de que el sujeto ella (34) se relacione con el sujeto de la oración principal (María) se da cuando el sujeto constituye foco [ F] y es prosódicamente prominente: Maríai dice que [ F ELLAi] (misma) habla español. De todos modos, en el habla oral la variable explícita (correferencial) es cuestionable y de cierto modo más aceptable en una oración subordinada (35) que una oración coordinada (cfr. 31): (35) a. María i me recomendó un libro que ?ellai había leído. b. Juani me dijo que ?éli no venía. Curiosamente, el uso del PS explícito correferencial con el sujeto en la oración principal como en (35) es bastante común en el habla infantil (cfr. Núñez del Prado et al. 1997; Shin 2006; citado por Dufter 2011, 68). Bosque (1989, 95) apunta que también existe un tipo de estructuras en las que es obligatoria la referencia del sujeto omitido de los verbos flexionados como en (36). Obsérvese que el sujeto no correferente está impedido: (36) a. Sólo sé de Pepei que ∅i / *∅j se casó. b. Me dijeron de Juan i que ∅i / *∅j había sufrido un accidente. En estas dos frases, el antecedente del sujeto en la oración subordinada tiene que ser Pepe en (36a) y Juan en (36b), aunque el sujeto quede explícito (p. ej. Sólo sé de Pepei que éli / *élj se casó). Bosque explica que el bloqueo del sujeto ‘j’ es por cuestiones discursivas y no sintácticas. No obstante, se propone que el tipo de preposición es más apropiada para la explicación de estas relaciones. La preposición ‘de’ denota aquí asunto o pertenencia y significa ‘acerca de’. En este sentido, en la oración subordinada podría aparecer otro sujeto, siempre y cuando su entidad esté relacionada de algún modo con el objeto en la oración principal (véase 37): (37) Sólo sé de Pepei que sui hermana j se casó.
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Otro ejemplo a favor del argumento de que la preposición es muy importante en estas relaciones se expone en (38). Obsérvese que la preposición ‘por’, que denota causa o medio, desbloquea fácilmente el uso de otros sujetos: (38) Sólo sé por Pepei que ∅i / ∅j se casó. Hasta ahora hemos observado la relación entre el uso del PS y la morfología verbal y hemos discutido el uso del PS y la posición de su antecedente. Hemos visto que el uso del PS no depende solamente de la posición del antecedente, sino también de otros factores léxico-semánticos y discursivo-pragmáticos. En la siguiente sección profundizaremos el tema de las relaciones entre el sujeto omitido/explícito y su antecedente desde la perspectiva de los estudios empíricos, presentando los factores ‘cambio de referencia’, ‘conectividad discursiva’ y el concepto de ‘tema discursivo’.
2.4.3 Uso del PS y el cambio de referencia En los trabajos empíricos suele estudiarse el factor de cambio de referencia (ingl. switch-reference) para observar la conexión referencial de los sujetos entre dos oraciones contiguas (véase por ejemplo, Givón 1983b; Haiman/Munro 1983; Stirling 1993; Shin/Otheguy 2009). Esta conexión se refiere a si el verbo cambia de referencia o la mantiene. Según los estudios empíricos, el cambio de referencia representa un aumento casi doble de los sujetos expresos (por ejemplo, Silva-Corvalán 1982; Hochberg 1986; Bentivoglio 1983, 1987; Cameron 1995; Déniz Hernández 2003). A primera vista, el cambio de referencia coincide con el tópico nuevo, que se definirá más en detalle al tratar la estructura informativa en la sección 2.4.4.2.2. Sin embargo, es muy importante señalar que el ‘cambio de referencia’ no se considera sinónimo del ‘cambio de tópico o tópico nuevo’ en el presente estudio. Mientras que el tópico nuevo siempre representa el cambio de referencia, el tópico familiar (conocido) puede pero no tiene que señalarlo. La diferencia se plasma en el ejemplo (39): (39) Mi abuela i alquila la primera quincena de enero (…) una casa que ∅i tiene. Y si ∅i alquila la segunda, yoj tengo que hacer el cambio de llaves. Pero la segunda todavía ∅i no la alquiló. Así que ∅j lo estoy pensando porque ∅i me dijo… (Corpus BA)
50 Revisión bibliográfica y marco teórico En este ejemplo detectamos seis sujetos pronominales (cinco PPSS nulos, y un PS explícito). Determinamos dos tópicos (introducidos como) nuevos en este contexto: el primero es mi abuela y el segundo es el pronombre yo. Todos los sujetos nulos son tópicos familiares con dos referencias diferentes pero paralelas (mi abuela vs. yo). Utilizando la definición del cambio de referencia como indicación de la conexión referencial de los sujetos entre dos oraciones contiguas, observamos tres cambios de referencia en este ejemplo (subrayados): (1) entre los dos sujetos en la oración compuesta y si alquila la segunda, yo tengo que hacer el cambio de llaves; (2) entre los dos sujetos de dos frases autónomas Pero la segunda todavía no la alquiló. Así que lo ∅ estoy pensando…, y (3) entre los dos sujetos en la última oración compuesta Así que lo estoy pensando porque ∅ me dijo… Obsérvese que solamente en el primer caso, el ‘cambio de referencia’ coincide con el ‘cambio de tópico’, lo cual podría explicar el uso explícito del PS. El concepto de la switch-reference como un factor insuficiente para aclarar la abundante variación en el uso del PS nulo/explícito fue criticado por Paredes Silva (1993) que propuso–para el análisis del portugués brasileño escrito (cartas personales)–examinar no solamente la correferencialidad entre los sujetos de dos oraciones contiguas, sino que planteó tomar en consideración también otras relaciones entre ellas: la continuidad del tiempo y modo verbal, la ocurrencia de otros posibles referentes e incluso el cambio abrupto de tema discursivo. La conectividad discursiva sugerida por Paredes Silva (1993, 43–45) es gradual y tiene seis categorías o grados. La tabla 3 resume los resultados de su estudio en cuanto a los sujetos de la primera persona: Tabla 3: Uso del PS omitido de la primera persona según el factor Conectividad discursiva de Paredes Silva (1993, 45).16 Conectividad Primer grado (conexión óptima) Segundo grado
Descripción mantenimiento del sujeto y del tiempo/modo verbal (‘topic chain’ de Li/Thompson 1979) mantenimiento del sujeto y cambio
Sujeto omitido
Peso probabilístico
99 %
.94
85 %
.59
16 El peso probabilístico de 0.50 indica que el factor no tiene efecto en la variable (ningún efecto), mientras que el peso probabilístico más grande de 0.50 indica que la favorece (efecto positivo). En cambio, el peso probabilístico menos de 0.50 desfavorece la variable (efecto negativo). Los resultados fueron obtenidos de la aplicación del programa estadístico VARBRUL.
Uso del PS 51
Conectividad (casi conexión óptima) Tercer grado (conexión ligeramente debilitada) Cuarto grado (conexión debilitada)
Quinto grado (conexión debilitada fuerte) Sexto grado
Descripción del tiempo/modo verbal cambio del sujeto, pero sin presencia de otros posibles referentes (p. ej. la frase anterior puede ser impersonal) cambio del sujeto, pero el referente ya ha aparecido en otra función sintáctica (p. ej. como objeto, posesivo, etc.) cambio del sujeto, hay otros posibles referentes (candidatos para el sujeto) cambio abrupto de tema discursivo, sin o con cambio del sujeto
Sujeto omitido
Peso probabilístico
80 %
.47
70 %
.34
64 %
.25
70 %
.23
Como vemos, el primer y el segundo grado tienen un efecto positivo, el tercer grado no tiene ninguno, mientras que los grados cuatro hasta seis tienen un efecto negativo en la omisión del PS. Esto significa que cuanto más se debilita la conectividad entre las oraciones, tanto más se utilizan los PPSS explícitos. Esta variable fue luego utilizada también en los estudios sobre el uso de PS en español, generalmente de género narrativo (por ejemplo, Bayley/Pease-Álvarez 1997; Ávila-Shah 2000; Hurtado 2001). En cuanto al habla espontánea, Balasch (2008) examinó la conectividad discursiva en el análisis del uso de la tercera persona en el discurso interactivo del español hablado en Mérida (Venezuela) y propuso un séptimo grado de ‘mínima conexión intra-oracional’. El motivo para introducir esta categoría fue el discurso interactivo, es decir, contribuciones de los encuestadores o de otros participantes distintos de los hablantes encuestados (Balasch 2008, 305). Los resultados de Balasch (2008, 307) confirman la tendencia encontrada también en el estudio de Paredes Silva (1993). Además, los pronombres sujetos expresos de la tercera persona aumentan claramente en el discurso interactivo (sobre todo cuando el encuestador hace comentarios tangenciales sobre lo enunciado por el hablante) cuando la conectividad discursiva se debilita (Balasch 2008, 310). Este hallazgo podría explicarse por el hecho de que el discurso interactivo establece cambios permanentes en la estructura informativa, es decir, ofrece más tópicos nuevos al lado de los temas nuevos al nivel discursivo (episódico). Aquí es necesario precisar el término ‘tema discursivo’, introducido en el sexto grado de la continuidad discursiva de Paredes Silva (1993, 45). Este tipo de conectividad disminuyó el uso de los sujetos nulos. Obsérvese este caso en (40):
52 Revisión bibliográfica y marco teórico (40) port. Diga-me o preço total e envie o número de tua conta aí nos EUA para que eu possa te enviar a soma correspondente. Quanto ao livro, eu segui tuas instruções. [es. ‘Dime el precio total y mándame el número de tu cuenta allí en los Estados Unidos para que yo pueda mandarte la suma correspondiente. En cuanto al libro, yo seguiré tus instrucciones.’] En este ejemplo, el sujeto mantiene la referencia ‘yo’ (port. eu), sin embargo, el punto importante es el cambio del tópico discursivo. El tema ‘dinero’ se cambia por el tema ‘libro’, lo cual el hablante marca explícitamente con la expresión en cuanto a (Paredes Silva 1993, 44). Aunque el resultado de Paredes Silva (1993) ha mostrado una relevancia de este factor, el mismo ha quedado ignorado o no suficientemente elaborado en los estudios posteriores. Los temas/tópicos discursivos pueden definirse como temas que «organizan la información de un pasaje. Respectivamente responden a la pregunta ‘sobre qué/quién’ en el nivel macro o micro de la semántica del discurso» (Van Dijk 1976, 60–61).17 La macro-estructura se define al nivel de la representación semántica del discurso, se trata pues del significado global del discurso (Van Dijk 1976, 57). No debe confundirse con una super-estructura definida como el tipo del discurso, por ejemplo, la narración o la interacción. En cuanto a la micro-estructura, se refiere a la estructura oracional (morfología, sintaxis, semántica) y a la estructura secuencial (cohesión). El análisis de la conectividad discursiva se limitará en el presente trabajo a un sólo fenómeno: al análisis de la continuidad del ‘tema discursivo (episódico)’, o sea, el argumento (asunto) de un fragmento. Esto se explicará mediante el siguiente ejemplo (41): 18 (41) Después, este..., en Ámsterdam también ∅ tuve muchos problemas cuando ∅ llegué para dormir porque yo no reservaba nada. (Corpus BA) Aquí la informante porteña habla sobre sus viajes por Europa. Intuitivamente, esto podría ser el tópico discursivo global de toda la entrevista, con un título 17 «[They] globally organize the information of a passage (…). They respectively answer the questions ‘about what/whom’ at the macro- and the micro-level of discourse semantics» (Van Dijk 1976, 60–61). 18 Este ejemplo corresponde al ejemplo (8) en el Capítulo 1., Introducción.
Uso del PS 53
como ‘los viajes por Europa’. Sin embargo, el tópico discursivo tiene en este ejemplo además otros dos subtópicos discursivos: el primero está al principio de la narración, ‘qué pasó en Ámsterdam’ (tuve problemas cuando llegué), mientras que el otro trata sobre la ‘organización del viaje’ (yo no reservaba nada, yo llegaba y me iba al hotel). Nótese que los verbos en el primer subtópico discursivo están en pretérito indefinido (p. ej. tuve), mientras que los verbos en el segundo están en pretérito imperfecto de indicativo (p. ej. iba) porque representan una descripción. El análisis del fragmento con dos temas discursivos también encuentra apoyo en el hecho de que la oración subordinada porque yo no reservaba nada no es la causa directa de la situación anterior (tener problemas para dormir). Si fuese una causa directa, el tiempo verbal cambiaría: Tuve problemas para dormir porque (yo) no había reservado nada. Por lo tanto, se supone que lo que puede influir en el uso del PS explícito no es solamente el cambio de la referencia, sino también el cambio del tema discursivo con o sin el cambio del referencia. Esto apoya el hallazgo de Paredes Silva (1993) y Balasch (2008) (véase también la sección 3.2.4.10). Hasta este punto podemos resumir que tanto la flexión verbal como varios factores (léxico-)sintácticos y discursivos son los primeros factores que facilitan la interpretación del sujeto nulo, independientemente de la posición de su antecedente. Sin embargo, no presentan ningunas restricciones respecto a la expresión del PS obligatoria. Si la expresión del sujeto debe ser explícita lo pone de manifiesto en primer lugar su función informativa, tratada a continuación.
2.4.4 Uso del PS y la estructura informativa En la sección 2.1 hemos postulado que los sujetos conllevan bien función de foco o bien función de tópico dentro del discurso. Esta sección trata el fenómeno pro-drop en la interfaz sintáctico-pragmática, definiendo diferentes funciones informativas de los PPSS en su contexto. La pragmática se interesa por el modo en que el contexto o el discurso influye sobre la interpretación del significado (Ariel 2014; López 2009 y muchos otros). En la definición de López (2009, 1–2; 22-23), la pragmática es un módulo que toma un objeto sintáctico Σ como input y produce una estructura anotada Σ [p] como output dentro del discurso correspondiente; Σ [p] es la estructura informativa de Σ. Considérese el ejemplo siguiente: (42) a. ∅ Compré un helado. b. YO compré un helado.
54 Revisión bibliográfica y marco teórico Gramaticalmente, las dos frases son correctas en español. Sin embargo, si intercambiamos una por otra dentro del contexto equivocado, el resultado sería un infelicitous discourse (López 2009, 1). En este sentido, la frase (42a) debería surgir de un contexto como ¿Qué hice? o ¿Qué pasó?, mientras que la frase (42b), de un contexto como ¿Quién compró un helado?. Los primeros investigadores que se dedicaron intensivamente a las funciones informativas de grupos de palabras en oración fueron los miembros del Círculo Lingüístico de Praga (véase por ejemplo, Mathesius 1915, 1939; Firbas 1964; Havránek 1932, 1964; Daneš 1970, 1974; Daneš et al. 1974). Estos lingüistas (estructuralistas y funcionalistas) se ocuparon, entre otros asuntos, del principio que determina el orden de palabras en lenguas de orden libre o flexible (por ejemplo, el checo). El orden libre (también llamado scrambling) se refiere al hecho de que la posición de las palabras en la oración pueda variar. Esta variación, no obstante, no es arbitraria, sino que depende de la intención y la perspectiva discursivas del hablante. Es decir, el orden de las palabras no depende de la función gramatical de las palabras, sino de su función en el discurso. Este principio se denomina ‘perspectiva funcional de la oración’ (cs. funkční větná perspektiva, véase Mathesius 1929) y supone que la oración consta de dos partes fundamentales: (1) el tema (cs. téma), que representa el punto de partida y/o introduce información ya conocida por el contexto, y (2) el rema (cs. réma), que aporta información nueva dentro del discurso y representa el núcleo del enunciado. Firbas (1992) propuso distinguir las funciones informativas también según el grado de la dinámica comunicativa (DC) (cs. výpovědní dynamika). En checo, por ejemplo, esta dinámica suele crecer de izquierda a derecha (desde el tema hacia el rema). Así, el rema es el elemento del máximo grado de la DC (Karlík/Nekula/Rusínová 1995, 634). Este mecanismo puede observarse también en español. Si el hablante dice, por ejemplo, El padre le compró una manzana al hijo, está poniendo más importancia al objeto indirecto (‘¿A quién le compró el padre una manzana?’). En cambio, si el hablante dice El padre le compró al hijo una manzana, será más ‘dinámico’ el objeto directo (‘¿Qué le compró el padre al hijo?’). Aunque parezca que el orden de palabras en una oración tenga que ser siempre ‘tema-(tránsito)-rema’, existen estructuras que permiten que el rema preceda al tema. Acerca del diferente orden de palabras en español se hablará más adelante. Aparte de la distinción ‘información conocida-nueva’ y las nociones ‘temarema’, se han ofrecido otras dicotomías de las expresiones que establecen coherencia dentro del discurso. Algunas de las más importantes son las siguientes: tópico vs. comentario (por ejemplo, Hockett 1958; Bates 1976), foco vs. fondo (por ejemplo, Chomsky 1971; Jackendoff 1972; von Stechow 1991), foco
Uso del PS 55
vs. no foco (tópico) (por ejemplo, Comrie 1989; Zubizarreta 1998; Zagona 2002). Para el resumen de estos conceptos, véase, por ejemplo, Selkirk (1984, 1995); Zubizarreta (1999a), (1999b); Zagona (2002); Casielles Suárez (2004); Gabriel (2007), (2010); Krifka (2007); López (2009). Puesto que el presente estudio parte de un corpus hablado, se asume que cada oración dentro de la conversación tiene también un contexto discursivo y que cada unidad de la oración, como por ejemplo el sujeto, tiene una accesibilidad mayor como en (42a), por lo cual el PS es omisible, o una accesibilidad menor como en (42b), en que el PS se expresa. En este sentido se seguirá la idea central de la Teoría de Accesibilidad de Ariel (1990, 1991, 2001), según la cual las diferentes expresiones referenciales pueden tener un menor o mayor grado de accesibilidad dentro del discurso.19 La accesibilidad se entiende como un concepto cognitivo que está en relación con la facilidad de recuperar o interpretar una información por parte del oyente (receptor). Según la jerarquía de accesibilidad, el sujeto ‘nulo’ es el tópico más continuo o accesible, en cambio, el PS explícito representa la accesibilidad menor.20 Así, se espera que los tópicos familiares (una entidad más accesible) prefieran la forma nula y los tópicos introducidos como nuevos (una entidad menos accesible), la forma explícita (cfr. Frascarelli 2007; Adli 2011 entre otros). En cambio, los focos y los tópicos contrastivos, igual que los tópicos desambiguadores, son aun menos accesibles y necesitan la forma explícita del PS (cfr. Givón 1983a). Debe subrayarse que el presente estudio no analiza las diferentes categorías pragmáticas como sintagmas–constituyentes sintácticos–propios (véase, por ejemplo, Rizzi 1997b; Frascarelli 2007). Se seguirán los trabajos de Zubizarreta (1998); Zagona (2002); López (2009); Gabriel (2010) entre otros, que asumen que los PPSS reciben diferentes ‘rasgos pragmáticos’ dentro del discurso, como foco [F+] o diferentes tipos de tópicos [Tc+, Tn+, Tf+, Td+] (tópico ‘contrastivo’, 19 La Teoría de Accesibilidad de Ariel (1990, 2001) se basa en la teoría acerca de la continuidad o discontinuidad de tópico de Givón (1983a). Acerca de la expresión del sujeto y del tópico en la conversación en español, véase también la Centering Theory (Brennan/Friedman/Pollard 1987; Brennan 1995) en el estudio de Taboada/Wiesemann (2010). Pueden consultarse además otras teorías sobre la prominencia discursiva de otros elementos sintácticos (por ejemplo, Von Heusinger 1997, 2002; Von Heusinger/Kaiser 2003). 20 La Teoría de Accesibilidad propuesta por Ariel (1990, 2001) establece una jerarquía de los elementos menos accesibles hasta los elementos más accesibles, resumidos en (i): (i) Nombre y apellido + modificador > Nombre y apellido > Descripción determinada larga > Descripción determinada corta > Apellido > Nombre > Demostrativo de lejanía + modificador > Demostrativo de cercanía + modificador > Demostrativo de lejanía (+ SN) > Demostrativo de cercanía (+ SN) > Pronombre tónico + gesto > Pronombre tónico > Pronombre átono > Pronombre clítico > pro, PRO, concordancia (marcadores de accesibilidad muy alta)
56 Revisión bibliográfica y marco teórico ‘nuevo’, ‘familiar’, ‘desambiguador’). El objetivo de esta sección es presentar y definir los conceptos ‘tópico’ y ‘foco’ tal como se entienden en el presente estudio: en 2.4.4.1 se presenta el concepto de foco y en 2.4.4.2 se definirán diferentes tipos de tópico: tópico contrastivo (2.4.4.2.1), tópico nuevo (2.4.4.2.2) y tópico familiar (2.4.4.2.3). Adicionalmente, se discutirán algunos subtipos de tópicos nuevos / familiares según la propuesta de Adli (2011) (2.4.4.2.4) y se propondrá una categoría nueva denominada ‘tópico desambiguador’ (2.4.4.2.5). Finalmente, se discutirá la interfaz sintáctico-fonológica de las funciones informativas de los sujetos (2.4.4.3).
2.4.4.1 Foco Bajo el término foco muchos autores entienden una información remática, aportada e introducida como nueva y no-presupuesta en el discurso (véase Zubizarreta 1998; Zagona 2002; para la tipología del foco véase König 1991; Dik 1997).21 La definición de foco como información nueva y no-propuesta no es exacta, porque los focos pueden contener una información mencionada ya en el discurso, como se plantea en (43): (43) Inf. a. Ayer hablé con Juan y María. Me dijo que Pedro se había casado. Inf. b. ¿Quién te lo dijo? Inf. a. [ F MARÍA]. En este ejemplo, María es el foco ([ F]) y no representa ninguna información nueva, sino una variable (opción entre Juan y María). El presente estudio seguirá la definición de foco propuesta por Krifka, según la cual «el foco indica la presencia de alternativas que son relevantes para la interpretación de expresiones lingüísticas» (2007, 18).22 De manera semejante, López define el foco como «aquella parte de la oración-respuesta que proporciona una solución para la variable» (2009, 34).23 El dominio del foco ([ F]) se ilustra en el siguiente ejemplo (44): 21 Recuérdese que los términos foco y rema no siempre son sinónimos. Di Tullio (2007, 349), por ejemplo, argumenta que el foco debe considerarse la variante marcada del rema (información nueva) cuando da lugar a estructuras focalizadas, que se discutirán más adelante. 22 «Focus indicates the presence of alternatives that are relevant for the interpretation of linguistic expressions» (Krifka 2007, 18). 23 «Focus is that part of the answer sentence that provides a resolution for the variable» (López 2009, 34).
Uso del PS 57
(44) Contexto: ¿Quién compró el libro? a. El libro lo compré *([ F YO]). b. Compré el libro *([ F YO]). c. *([ F YO]). Aquí, la expresión del pronombre yo resulta obligatoria, ya que el sujeto representa una alternativa entre más opciones posibles (otro PS, sustantivo o grupo nominal). Si el constituyente focalizado niega además un valor de otro elemento que está presente, hablamos de foco contrastivo ([ Fc]): (45) Contexto: ¿Compró Pedro el libro? a. No, *([ Fc YO]) lo compré. b. No, lo compré *([ Fc YO]). De los ejemplos (44) y (45) se desprende que los sujetos como focos neutros o como focos contrastivos no pueden ser tácitos (cfr. RAE 2009–2011). Según varios autores (véase por ejemplo, Zubizarreta 1998, 1999a, 199b), el sujeto como foco contrastivo debe ocupar la posición preverbal (véase (45a)), mientras que el sujeto como foco neutro debe estar en la posición posverbal (véase (44a) y (44b)). Esto, no obstante, no se ha confirmado en varios estudios experimentales sobre diferentes variedades del español (véase Gabriel 2007, 2010; Muntendam 2009; Hoot 2012; Leal-Méndez/Shea 2012; Heidinger 2013; Uth 2014). También el presente estudio puede afirmar que los PPSS focales contrastivos se encuentran con frecuencia en la posición posverbal (véase Capítulo 4. Resultados). Los idiomas del mundo utilizan distintas estrategias de marcación del foco. El foco puede estar destacado por la prominencia prosódica (por ejemplo, en inglés), por la prominencia sintáctica (por ejemplo, en checo) 24 o por ambas (por ejemplo, en español). Incluso hay idiomas que marcan el dominio focal morfológicamente, por ejemplo, el wólof (cfr. Rialland/Robert 2001). En español, la prominencia sintáctica se refiere al orden marcado de palabras en la oración, por ejemplo, cuando el sujeto está en el margen derecho de la oración. Recuérdese que el orden canónico del español es de Sujeto-Verbo-Objeto (SVO) en oraciones declarativas con verbos transitivos (por ejemplo, Pedro compró el libro). En oraciones declarativas con verbos intransitivos o inacusativos se 24 En checo, el elemento focal puede expresarse también por medio de la entonación, pero la estrategia sintáctica (la colocación del foco en el margen derecho) es preferida.
58 Revisión bibliográfica y marco teórico requiere el sujeto en la posición posverbal, por ejemplo, Llegaron unas niñas; Sufrió el paciente. El orden del sujeto con respecto a otros constituyentes suele ser posverbal también en cláusulas interrogativas (¿Qué leyó Juan?), exclamativas (¡Qué alto está Juan!) e imperativas (¡Hazlo tú!) (Zagona 2002, 27– 29). Hay autores que admiten que el orden de palabras neutro del español pueda ser incluso de Verbo-Sujeto-Objeto (VSO) (Zubizarreta 1998, 125; Costa 2001, 172; Zagona 2002, 27; véase también para la discusión Suñer 1982; López Meirama 1997; Ordóñez 2000). Sin embargo, los autores están de acuerdo en que el orden VSO (p. ej. Compró Pedro el libro) es más bien marginal y posee connotaciones dialectales. En el EsP, el estudio empírico de Gabriel (2010) demuestra que el orden VSO no es canónico en esta variedad, ya que los hablantes claramente utilizan el orden SVO. En los dos ejemplos anteriores, hemos observado que el sujeto se interpreta como foco cuando está en el margen derecho de la oración (VS o VOS). No obstante, el sujeto puede ser también posverbal en los casos en que haya focos antepuestos (46): (46) Contexto: ¿Compraste una revista? No, [ F un LIBRO] compré yo. En este caso, el objeto directo antepuesto, que está en foco, provoca una oración de orden OVS, que es marcada en español (aquí una estructura focalizada). El pronombre yo es omisible y funciona como tópico familiar (véase 2.4.4.2.3). Y finalmente, el sujeto focal puede situarse en posición preverbal (47) (cfr. 45a): (47) Contexto: ¿Quién compró el libro? [ F YO] lo compré. En esta posición, el orden de palabras queda no marcado, por lo cual el sujeto de (47), al igual que el objeto directo en (46), tienen que recibir un acento enfático (Zagona 2002, 209–211; Pešková/Gabriel/Feldhausen 2011). La interfaz sintáctico-fonológica se tratará en la sección (2.4.4.3). Cabe también agregar que al lado de la estrategia sintáctica (margen derecho de la oración) y la estrategia prosódica (acento enfático), la focalización del sujeto se puede expresar con un adverbio de foco (48a) o con una estructura escindida o hendida (48b):
Uso del PS 59
(48) a. [ F VOS] tenés la culpa también (no solo él). b. Fue [ F ELLA] quien te llamó tan temprano.
2.4.4.2 Tópico Los sujetos pronominales no focales son tópicos (temas). Debe advertirse que el presente trabajo tratará las nociones ‘tópico’ y ‘tema’ como sinónimos (cfr. RAE 2009–2011), aunque algunos trabajos distinguen entre los dos conceptos (véase por ejemplo, Di Tullio 2007, discutido más adelante). Se trata de elementos temáticos que representan ‘punto de partida’ de oración (Di Tullio 2007, 343) y denotan «a qué se refiere la oración» (Zagona 2002, 211). Desde esta perspectiva, podría decirse que el sujeto siempre funciona como tópico. En los años setenta se razonaba que los sujetos son tópicos gramaticalizados (Givón 1976; Keenan 1976), aunque esta definición se vería más tarde como insuficiente puesto que hay oraciones con constituyentes nominales dislocados correferenciales con el sujeto gramatical (por ejemplo, Johni, hei came yesterday) (véase Givón 1983a, 5–6). En español, podemos observar un caso semejante: Pedro i, en el mercado, pro i compra manzanas o Éli, en el mercado, pro i compra manzanas. Desde este punto de vista, podría argumentarse que el sujeto nulo tiene la función de tópico gramaticalizado en español, mientras que el PS explícito es un elemento pragmaticalizado (foco o tópico), cuyo significado depende del discurso y de la intención del hablante. Grimshaw/Samek-Lodovici (1998) han sugerido que los sujetos pronominales omitidos se refieren a los tópicos discursivos. Sin embargo, como describiremos a continuación, es necesario distinguir entre diferentes tipos de tópicos/temas de acuerdo con sus diferentes funciones en el discurso.
2.4.4.2.1 Tópico contrastivo A diferencia de los PPSS focales, los PPSS en función de tópico son omisibles. Solamente cuando el sujeto pronominal temático contrasta con otro elemento debe ser explícito. Esto significa que los sujetos como tópicos contrastivos no pueden suprimirse (cfr. RAE 2009–2011). Obsérvese el sujeto en función de tópico contrastivo (Juana) en (49): (49) Pedro quiere ir al cine, pero *(Juana) prefiere ir al teatro. En (49), ir al cine vs. ir al teatro son informaciones que crean un contraste entre las dos personas: Pedro vs. Juana. Si el sujeto en función de tópico no consti-
60 Revisión bibliográfica y marco teórico tuye ese contraste, se prefiere la forma implícita. La diferencia entre el tópico contrastivo y el neutro se plasma en (50): (50) Contexto: ¿A qué hora llegaste? a. Tópico no-contrastivo [ T]: ([ T Yo]) no recuerdo. *([ Tc Yo]) no te hago estas preguntas. b. Tópico contrastivo [ Tc]: (RAE 2009–2011, 40.3x) La primera respuesta (50a) permite elidir el sujeto como información temática, mientras que en la segunda oración (50b) sería inapropiado hacerlo ya que el hablante «implícitamente desea contrastar su respuesta con esa misma pregunta» (RAE 2009–2011, 40.3x). Es como si el hablante estuviera diciendo Tú me haces una pregunta así, pero yo no te hago estas preguntas. A diferencia del ejemplo (49), el contraste (50b) no se expresa abiertamente (cfr. RAE 2009–2011, 33.5e). Se sigue la definición de Krifka, que define los tópicos contrastivos como tópicos que consisten en un «tópico aboutness que contiene un foco» (2007, 44). Pero también cabe añadir que los tópicos contrastivos «crean pares oposicionales con respecto a otros elementos pertenecientes a un conjunto (…) contrastivo» (Chocano 2012, 143) (cfr. Büring 2003; RAE 2009–2011, 40.3u). Sintácticamente, los tópicos contrastivos están en la posición preverbal y se interpretan como elementos dislocados (cfr. Arregi 2003; Frascarelli/Hinterhölzl 2007; veáse la sección 2.4.4.2.6). El siguiente ejemplo (51) ofrece otro ejemplo del sujeto pronominal en función del tópico contrastivo: (51) Si (yo) no te llamo, *([ Tc vos]) no me llamás nunca.
(Pešková 2011, 70)
Obsérvese que mientras que el pronombre yo es omisible, el pronombre vos no puede suprimirse porque establece contraste con el pronombre yo y con la información que se da sobre él.25 Otro ejemplo de tópico contrastivo detectado en los datos hablados se expone en (52):
25 La oración subordinada condicional podría parafrasearse de la siguiente manera: ‘(Yo) te llamo siempre, en cambio vos no me llamás nunca.’
Uso del PS 61
(52) Muchos argentinos van a Brasil y hablan en castellano y no les interesa hacerse entender en portugués. No averiguan las palabras. Yo siempre que voy a un país, trato de preguntar. (Corpus BA) El PS yo de (52) es tópico contrastivo y no puede omitirse porque la oración yo siempre que voy a un país trato de preguntar establece una situación contrastiva entre la informante y muchos argentinos (que) no averiguan las palabras del segmento anterior. En este ejemplo, podemos hacer incluso una prueba, en la cual introducimos un conector contraargumentativo; es decir, una expresión que indica oposición o contraste completo (en cursiva): (53) a. A diferencia de muchos argentinos, yo siempre que voy a un país, trato de preguntar. b. En cambio yo, siempre que voy a un país, trato de preguntar. Muchas veces, los tópicos contrastivos se entienden como elementos introducidos como nuevos en el discurso y que establecen contraste (RAE 2009– 2011, 40.3u; véase la sección 2.1). Hasta ahora hemos observado que los tópicos contrastivos indican cambio de tópico. No obstante, hay contextos donde el sujeto debe definirse como contrastivo sin que ocurra cambio de tópico o de referencia (54): (54) Y ∅ tengo como veinticinco primos-hermanos por el lado de mi mamá. Y *([ Tc yo]) soy la más grande. (Corpus BA) Obsérvese que el sujeto yo (54) se interpreta como contrastivo porque establece contraste con ‘los veinticinco primos’. También aquí podemos hacer un simple test introduciendo la oración con un conector contraargumentativo, por ejemplo, A diferencia de mis veinticinco primos, yo soy la más grande. En la sección 2.1 hemos dicho que los gramáticos atribuyen tradicionalmente la expresión del sujeto pronominal al contraste o al énfasis sin que sean claros estos conceptos. También en los estudios empíricos, estos términos han quedado muchas veces imprecisos o han sido utilizados de diferente manera.26 Es 26 Por ejemplo, Bayley/Pease-Álvarez (1997, 356) introducen categorías para definir el uso obligatorio de sujetos pronominales denominadas como «answers to wh-questions specifically asking quién», «equational sentences» (por ejemplo, el culpable es él), «emphatic mismo» (por
62 Revisión bibliográfica y marco teórico posible que esto haya dado lugar a una amplia discusión en la investigación empírica sobre el uso obligatorio u opcional del PS en el contexto contrastivo: algunos estudios afirman que la expresión del PS es obligatoria en contextos contrastivos y podría excluirse de la variación, mientras que otros aseveran lo contrario. Al primer grupo pertenecen entre otras las investigaciones de Rosengren (1974); Haverkate (1976); Silva-Corvalán (1982), (1994), (2001); Cameron (1997); Bayley/Pease-Álvarez (1997); Lu (1997); Toribio (2000); Balasch (2008). Los siguientes dos ejemplos (55) sirven como argumentos a favor de la expresión del PS obligatoria en un contexto contrastivo: (55) a. Cindy toma café con leche, pero *(yo) prefiero café negro. (Bayley/Pease-Álvarez, 1997, 356) b. Ana tiene coche, pero *(yo) voy a trabajar en transporte público. (RAE 2009–2011, 33.5e) En ambos ejemplos, el pronombre yo no puede omitirse ya que se establece un contraste entre éste y el sujeto de la oración anterior. Lo importante es que dos sujetos entran en una relación contrastiva cuando se da el contraste también entre los elementos que están en relación con ellos. En otras palabras, las personas Cindy y yo (55a) o Ana y yo (55b) están en contraste precisamente por haber una oposición entre los elementos asociados con ellas: café con leche ≠ café negro en el primer caso y coche ≠ transporte público en el segundo. SilvaCorvalán (1982, 114) subraya que los elementos en contraste deben compartir los mismos rasgos semánticos generales como animacidad, acción, tiempo o lugar, con lo cual «no pueden contrastar tiempo y lugar o animacidad y acción». Ahora consideraremos argumentos de los estudios que asumen que el PS explícito no es obligatorio en los contextos contrastivos (véase por ejemplo, Enríquez 1984; Montes 1986; Bentivoglio 1987; Paredes Silva 1993; Amaral/Schwenter 2005; Otheguy/Zentella/Livert 2007; etc.). Tomemos los dos últimos estudios recientes. Amaral/Schwenter concluyen que «no es acertado ejemplo, él mismo dijo) o «subject as focal partner of solo, también or hasta». En cambio, el estudio de Lu (1997, 129) relaciona el énfasis y el contraste con el foco, afirmando que la presencia del sujeto está asegurada «cuando el sujeto es contrastado. Eso se puede explicar por la propiedad del focus de que nunca puede expresar el énfasis sin aparecer el sujeto físicamente; es decir, el elemento focalizado no puede ser omitido». Y por último, Déniz Hernández (2005, 162–163) establece los siguientes criterios para señalar el contraste: presencia de verbos de significados opuestos, situaciones opuestas en el tiempo o en el espacio, repetición del verbo con diferente complemento, etc.
Uso del PS 63
decir que los PPSS son obligatorios en contextos contrastivos» (2005, 125).27 Los autores, no obstante, explican que la omisión es únicamente posible cuando están presentes recursos lingüísticos que pueden cumplir la referencia en el sentido de sujeto. Estos recursos lingüísticos pueden ser: (1) adverbios que introducen el tópico como por mi parte, en cuanto a nosotros, etc.; (2) adverbios enunciativos como personalmente, honestamente, que indican la actitud del sujeto hablante, y (3) adverbios locativos de tipo aquí, allí, en nuestra casa, etc. El último caso se puede observar en (56): (56) Además no tienen toda la tonada que tenemos acá.
(Corpus MD)
La omisión del pronombre nosotros en (56) se admite sin dificultad en español, ya que el adverbio acá presenta un caso de interpretación genérica del sujeto de la primera persona del plural. Este adverbio puede intercambiarse por un sujeto pronominal (Además no tienen toda la tonada que tenemos nosotros) o incluso por un sintagma nominal en el sentido de agente colectivo, por ejemplo, Además no tienen toda la tonada que tenemos los argentinos). Otro estudio que está de acuerdo con la afirmación de Amaral/Schwenter (2005) es el de Otheguy/Zentella/Livert (2007), que investiga el uso del PS en las comunidades hispanohablantes en Nueva York. También este estudio propone incluir todos los PPSS en contextos contrastivos dentro de la variación debido a que «es muy difícil separar (…) el conjunto de los contextos que pueden ser considerados con certeza foco o contrastivos y en los cuales los [PPSS] explícitos serían claramente obligatorios» (Otheguy/Zentella/Livert 2007, 776).28 Lo ilustran mediante el siguiente ejemplo: (57) (Nosotros) queríamos que ∅ asistiera, pero (ella) no quiso ir. En (57) se establece el contraste entre dos personas distintas (nosotros vs. ella). Sin embargo, la expresión del pronombre ella no es obligatoria, porque el sujeto no cumple la función de tópico contrastivo. La razón es que las dos acciones no comparten los mismos rasgos semánticos generales: el tiempo verbal (quería-
27 «[I]t is inaccurate to say that SPPs [PPSS] are obligatory in contrastive contexts» (Amaral/Schwenter 2005, 125). 28 «[I]t is very difficult to isolate (...) a set of environments that can be reliably considered focus or contrastive where overts would be unmistakably obligatory» (Otheguy/Zentella/Livert 2007, 776).
64 Revisión bibliográfica y marco teórico mos vs. quiso) (cfr. Silva-Corvalán 1982, 114). El PS sería obligatorio en la situación planteada en (58): (58) El otro día hablamos con Juana i sobre el congreso. (Nosotros) queríamos asistir, pero *(ellai) no quería.29 Como vemos, la investigación empírica ofrece conclusiones opuestas con respecto a la presencia del PS obligatoria en contextos contrastivos. El presente estudio sostiene que los PPSS están expresos obligatoriamente siempre y cuando cumplan la función de tópico contrastivo y cuando haya una clara oposición entre sus referentes. Esto se plasma también en el siguiente par de frases (59): (59) a. Cindy toma café con leche, pero *(yo) prefiero café negro. (= 55a) b. Cindy toma café con leche, pero (yo) prefiero que no lo haga (porque siempre le sienta mal). En ambos casos se establece el contraste entre las dos personas (Cindy vs. yo). Sin embargo, en (59a) contrasta incluso el material predicado del mismo campo semántico (café con leche vs. café negro). Este no es el caso de la oración (59b), que de esta manera permite omitir el sujeto pronominal, aunque el hablante puede optar teóricamente por el PS explícito. Ahora obsérvese la situación ilustrada en (60): (60) Juan tiene auto, pero yo voy a tomar el subte para llegar al hospital. En realidad, este contexto es ambiguo y ofrece dos interpretaciones posibles, una vez con el PS obligatoriamente explícito (60a) y otra vez con la posibilidad de omitir el PS (60b): (61) a. Juan tiene auto (= y va en auto al hospital), pero *(yo) voy a tomar el subte para llegar al hospital. b. Juan tiene auto (= es móvil; pero no va al hospital), pero (yo) voy a tomar el subte para llegar al hospital. (No quiero molestarle con que me lleve). 29 En la sección 2.1 hemos dicho que la flexión verbal no puede encerrar informaciones contrastivas con excepción de cuando se oponen dos formas verbales de idéntica raíz, con lo cual el sujeto puede teóricamente quedar implícito.
Uso del PS 65
En (61a) se establece un contraste entre la información (auto para llegar vs. subte para llegar) que se da sobre los dos referentes (Juan vs. yo). En cambio, la situación con el PS omitido en (61b) no dice que Juan vaya al hospital, solamente se comenta que Juan tiene auto, en el sentido de que es móvil y podría llevarme al hospital. Hasta aquí hemos observado que los sujetos explícitos funcionan bien como focos o como tópicos contrastivos. Estos sujetos no pueden ser nulos, por lo cual son excluidos del análisis de la variación. A continuación observaremos otros dos tipos de tópico que permiten el uso del PS variable (nulo o explícito).
2.4.4.2.2 Tópico nuevo Este tipo de tópico introduce o reintroduce una información nueva, la cual, sin embargo, no contrasta con otro tópico introducido en el contexto. El PS en función de tópico nuevo es omisible. Este tipo de tópico se refiere a lo que otros autores también llaman sentence topic (Reinhart 1981), chain initial topic (Givón 1983a, 1983b), obligatory topic (Vicente/Foullioux 1992), new topic (Krifka 2007), tema (Di Tullio 2007), aboutness-(shift) topic (Frascarelli 2007) o tópico de cambio de tema (Bianchi/Frascarelli 2010). La variedad terminológica de esta categoría exige una mayor especificación del concepto mismo. Di Tullio (2007, 343) propone distinguir entre el tema y el tópico. Según ella, el tema «funciona como punto de partida [que] aporta información ya conocida o que el hablante presenta como tal» (Di Tullio 2007, 343). En cambio, el tópico es «una expresión referida a una entidad ya presente», que «[p]uede estar marcad[a] por una pausa e incluso por un topicalizador (en cuanto a, en lo que respecta a)» (Di Tullio 2007, 349). Asimismo, Zagona (2002, 211–213) argumenta que el tópico se entiende como ‘a qué se refiere la oración’ y es algo presupuesto (cfr. Comrie 1989), por lo cual las oraciones que surgen del contexto ¿Qué pasó? carecen de tópico (oraciones ‘téticas’, ingl. topicless o thetic sentence). A las oraciones téticas pertenecen: (1) las oraciones impersonales o existenciales (p. ej. Llueve), (2) las oraciones con sujetos genéricos (p. ej. Alguien te llamó) y (3) según algunos autores incluso las oraciones personales que representan foco amplio y surgen del contexto ‘¿Qué pasó?’ (p. ej. (?Yo) fui a comprar un diario) (véase Adli 2011, 206ss; cfr. Cinque 1990)). Las oraciones téticas ‘verdaderas’ (1 y 2) no se consideraron en el análisis del presente estudio (véase el capítulo sobre metodología 3. Métodos y datos). En cuanto al último tipo de oración tética, el presente estudio asume que en este tipo de oraciones el sujeto es tópico nuevo ([ Tn])–o tema, en la termi-
66 Revisión bibliográfica y marco teórico nología de Di Tullio (2007)–, y se lo define como ‘punto de partida’; ‘algo/ alguien de que se va a hablar’. El tópico nuevo puede también indicar un shift (‘cambio o desplazamiento’) de los tópicos en el discurso. Obsérvese el ejemplo (62), donde el pronombre sujeto explícito (vos) tiene función de tópico nuevo: (62) Inf.a Pero el problema el sábado fue así: A las, a las doce en casa. Obviamente a las doce llega Alejo. Llega Chury con el auto. Nico no llegó todavía, estaba en la casa. Inf.b No, el sábado fue eso. Inf.a Eso fue sábado, eso fue sábado. Inf.b Vos no terminaste de contar el viernes. (Corpus BA) También el siguiente ejemplo expone un caso de tópico nuevo: la informante habla primero sobre la inmigración en Argentina, luego cambia de tópico y se dirige directamente al oyente, utilizando el PS vos explícito: (63) Vinieron de las dos [inmigraciones], muchos, mitad y mitad, casi. Pero aquí está más arraigado para mí la cultura italiana, mucho más. Hay mucho español también, mucho. Pero nuestra manera de ser... Mirá, si vos tenés la oportunidad de volver a Italia… (Corpus BA) Frascarelli (2007) y otros (por ejemplo, Holmberg 2010) asumen que el aboutnessshift topic es un elemento dislocado. A favor de esta propuesta tenemos el siguiente ejemplo del italiano (Frascarelli 2007, 701): (64) ita. Era tutto molto nuovo nel senso che comunque la lingua inglese attraverso i programmi sul computer diciamo non l’avevo mai- [...] comunque l’inglese risultava anche facendolo da solo più interessante [...] io, inglese non- premetto non l’avevo mai fatto. [es. Era todo muy nuevo en el sentido de que en cualquier caso el inglés a través de programas de ordenador, digamos que no lo había estudiado nunca [...] en cualquier caso el inglés resultaba más interesante incluso haciéndolo solo [...] yo, el inglés, debo decir, no lo había estudiado antes.]
Uso del PS 67
Frascarelli interpreta el pronombre yo como tópico nuevo porque marca el shift en la conversación, y explica: «La informante continua hablando sobre el inglés, pero en ese momento, quiere hacer un comentario sobre su relación con ese idioma» (2007, 701).30 Como vemos, el pronombre io precede al tópico familiar inglese, lo cual claramente indica la dislocación del sujeto fuera del SFlex. Estas tendencias se observan también en el EsP (presentado en el Capítulo 4. Resultados).
2.4.4.2.3 Tópico familiar Los tópicos familiares se refieren a una información conocida o asumida en el discurso. Puede definirse como un constituyente que proporciona una información de fondo, responsable de la continuidad de tópico (Givón 1983a, 9) o como un afterthought, si está situado en la periferia derecha de la oración (Frascarelli 2007, 699). Un ejemplo del sujeto explícito en función de tópico familiar se expone en (65): (65) Inf. Mi hermano es un intelectual teórico-académico. Enc. ¿Qué ∅ hace? Inf. Él, este, bueno, ahora se está haciendo un doctorado.
(Corpus BA)
En este ejemplo, el pronombre él es una información conocida porque la informante y la encuestadora van hablando del mismo referente (mi hermano) sin introducir otros tópicos. El sujeto conocido o asumido en el discurso no suele expresarse como se plasma en el siguiente ejemplo: (66) Giorgina es una amiga. ∅ Es insoportable de lo que ∅ habla. ∅ Habla mucho. ∅ No para. (Corpus BA) En este punto debemos resolver un problema que se plantea con las personas cuyo referente deíctico se interpreta en relación con la situación de comunicación (hablante vs. oyente). Obsérvese el contexto (67):
30 «[T]he speaker is still talking about English but, at that point, she wants to comment on her personal relation to that language» (Frascarelli 2007, 701).
68 Revisión bibliográfica y marco teórico (67)
Inf.a ¿Fuiste ∅ al cine? Inf.b No, ∅ fui al teatro.
Si asumimos una forma nula de los sujetos, podríamos analizar el primer PS nulo como tópico nuevo (introducido como nuevo dentro del discurso). No es clara, sin embargo, la interpretación del segundo PS omitido. El hecho de que en el ejemplo haya dos personas gramaticales (2S vs. 1S), habla a favor de interpretar el segundo sujeto nulo también como tópico nuevo, que representa un cambio referencial (shift) en la conversación. Sin embargo, las dos expresiones tienen un solo referente, en este caso el informante Inf.b. Por esta razón, el presente estudio propone analizarlo como tópico familiar. Este análisis encuentra apoyo en el uso de la tercera persona como se plantea en (68): (68)
Inf.a ¿Fue María al cine? Inf.b No, ∅ fue al teatro.
El sujeto nulo en (68) se interpreta como tópico familiar ya que se trata de un referente introducido en el contexto y así es ‘accesible’ para el oyente (véase también (65)). Hasta aquí podemos resumir que los sujetos en función de tópicos familiares o tópicos nuevos pueden pero no tienen que ser expresos. Frascarelli (2007) observó una relación estrecha entre las dos categorías con respecto al uso del PS en italiano: mientras que el tópico familiar tiene la variante implícita, el tópico nuevo debe ser explícito por introducir un tópico nuevo en el discurso (Frascarelli 2007, 693). No obstante, Adli (2011, 264) objeta que tal distinción no parece ser empíricamente muy adecuada y propone distinguir seis subtipos de tópicos nuevos diferentes y tres subtipos de tópicos familiares, presentados y discutidos a continuación. Como veremos, el presente estudio, por un lado, defenderá la distinción entre el tópico nuevo y el tópico familiar como adecuada para el estudio del uso del PS; sin embargo, añadirá una categoría nueva de tópico (tópico desambiguador). Por otro lado, seguirá la proposición de Adli (2011) según la cual el uso del PS nulo/explícito no es categórico en cuanto a la distinción tópico familiar/nuevo, sino más bien una cuestión de variación y de probabilidad.
Uso del PS 69
2.4.4.2.4 Subtipos Tn y Tf (Adli 2011) Utilizando la dicotomía tópico-comentario (T-COM), Adli (2011, 214–217) establece una tipología de seis tópicos que representan un shift (‘cambio’) del sujeto en el discurso, resumidos en (69) (los elementos en cuestión están en negrilla): (69) a. full shift (‘cambio completo’) a.’ [ T1 Pedro i] [ COM compró un coche]. a.” [ T2 Juanaj] [ COM compró una bicicleta]. b. topic-to-comment shift (‘cambio de tópico a comentario’) b.’ [ T1 Pedro i] [ COM compró un coche]. [ T1 Pedro i] [ COM se ríe siempre]. b.” Pero, [ T2 Judy j] [ COM lo i odia cuando éli se está fanfarroneando]. c. comment-to-topic shift (‘cambio de comentario a tópico’) c.’ [ T1 Amy i] [ COM ya ha llamado al alcaldej tres veces]. c.” Sin embargo, hasta ahora [ T2 élj] [ COM ha rechazado cada oferta]. d. thetic-to-topic shift (‘cambio de tético a tópico’) d.’ [ TÉTICO Hay cuatro músicos kurdos i en la ciudad]. d.” [ T Ellosi] [ COM van a actuar el martes por la noche en el BAM]. e. topic-comment-flip shift (‘cambio con salto de tópico a comentario’) e.’ [ T1 Juani] [ COM se casó con Amy j en el ayuntamiento]. e.” Allí, [ T2 ellaj] [ COM lo i besó frente a todos los invitados]. f. local-person shift (‘cambio de persona local’) f.’ [ T1 Pedro i] [ COM compró un castillo en Ródano]. f.” [ T2-LOCAL Yo] [ COM amo esta región]. f.’” [ T1 Éli] [ COM ya tiene muchos castillos en España]. En (69a) se ofrece un ejemplo del cambio ‘completo’ de tópico. El presente estudio interpretaría este tópico como contrastivo: Pedro compra X vs. Juana compra Y (cfr. 2.4.4.2.1). Recuérdese que el hecho de incluir dentro del análisis los tópicos contrastivos, que representan el uso del PS explícito categórico, puede llevar a un aumento del PS en el resultado final. Es lo que parece ocurrir en los resultados de Adli (2011): este subtipo de tópico exhibe el mayor porcentaje de PPSS explícitos en comparación con otros subtipos de tópicos nuevos. Tampoco queda claro si Adli (2011) excluyó del análisis los PPSS focales: sus resultados muestran un número bastante alto de PPSS explícitos
70 Revisión bibliográfica y marco teórico posverbales y no queda claro si se trata de focos o de tópicos (familiares) dislocados a la derecha. El contexto (69b”) representa un cambio de referencia: Judy vs. él. El presente estudio asume que aquí se trata de dos temas paralelos (Pedro y Judy), por lo cual el pronombre él, que forma parte del comentario, es familiar e interpretable por el oyente. Los pronombres de (69c”) y (69d”) son tópicos nuevos cuyos referentes aparecen bien como objeto directo en la parte del comentario en el contexto anterior (69c’), bien como sujeto en la parte de la estructura tética (69d’). Los resultados de Adli mostraron casi la misma ocurrencia del PS explícito con estos dos tipos de tópico (21 %), por lo cual no hay un efecto especial tético (2001, 264). Asimismo, el tópico de tipo (69e) no parece diferir del tópico de tipo (69c), por lo cual la distinción entre estos subtipos resulta redundante. (Para la discusión de estos casos, véase también la sección 2.4.2 sobre el uso del PS y la posición del antecedente). Y, por último, el tipo de tópico en (69f) toma en consideración la intervención de la persona local (primera y segunda persona). En efecto, cualquier forma de intervención o interrupción de la narración puede ser relevante en el uso del PS, ya que puede cambiar el ‘tema discursivo/párrafo temático’ (cfr. Balasch 2008; sección 2.4.3). No obstante, a diferencia del análisis de Adli (2011), el presente estudio interpretará el sujeto de (69f”’) como tópico familiar: a favor de esta interpretación tenemos el hecho que este subtipo tiene el porcentaje menor de PPSS explícitos en los resultados (resumidos en la figura 2, abajo). Ahora consideraremos la tipología de tópicos familiares. Adli (2011, 217– 218) distingue tres subtipos diferentes según la continuidad de referencia (70): (70) a. equal reference continuity (‘continuidad de referencia igual’) a.’ [ T1 Pedro i] [ COM compró un castillo en Ródano]. a.” [ T2 Éli] [ COM ya tiene muchos castillos en España]. b. superset continuity (‘continuidad de superconjunto’) b.’ [ T1 Pedro i] [ COM compró un castillo para su mujerj]. b.” [ T2 Ellosi+j] [ COM tienen mucho dinero]. c. subset continuity (‘continuidad de subconjunto’) c’. [ T1 Pedro i y Judy j] [ COM han comprado un castillo en Ródano]. c.” [ T2 Éli] [ COM ya tiene unos castillos en Escocia].
Uso del PS 71
Antes de hacer un comentario acerca de la tipología de (70), obsérvense las frecuencias del PS explícito en los datos del español (peninsular) según los diferentes subtipos de tópico (Adli 2011, 261–264):
Subtipos de tópico y uso del PS explícito en % 41%
31%
30% 26% 21%
21% 14% 8% 3%
Figura 2: Uso del PS explícito según seis subtipos de tópico nuevo (Tn) y tres subtipos de tópico familiar (Tf) en la tipología de Adli (2011).
Como vemos, los tópicos-shift presentan un mayor uso del PS (14 % – 41%) que los tópicos familiares de tipo equal reference continuity (8 %) o superset continuity (3 %) (cfr. 70a y 70b). Lo que es llamativo en estos resultados es que el tópico familiar de subset continuity exhibe un uso muy alto de pronombres explícitos (26 %), aun más que algunos tópicos nuevos (cfr. Adli 2011, 261). Este hallazgo, sin embargo, puede explicarse por el fenómeno de la ambigüedad referencial: en casos como (70c”), el pronombre él debe ser explícito para distinguir entre dos referentes de tercera persona: Pedro y Judy. Por esta razón y por los argumentos expuestos en la sección 2.4.1.2., se introduce una categoría de tópico nueva con respecto al PS explícito: se trata de los tópicos familiares o de los tópicos nue-
72 Revisión bibliográfica y marco teórico vos que tienen una función desambiguadora (Td). Este tipo de tópico se presenta a continuación.
2.4.4.2.5 Tópico desambiguador El tópico desambiguador es un tópico nuevo o familiar que asegura bajo ciertas condiciones–discutidas e ilustradas en detalle en la sección 2.4.1.2–la expresión del PS por razones ambiguas (p. ej. yo/ella cantaba). El hecho de que la expresión del PS como en (70c”) dependa de la ambigüedad referencial se puede comprobar con un simple test: en vez de la tercera persona, utilizamos la primera persona. El PS yo resulta omisible en (71a’): (71) a. Pedro y yo hemos comprado un castillo en Ródano. a’. (Yo) ya tengo unos castillos en Escocia. Otro ejemplo de tópico desambiguador se expone en (72): para que el sujeto de la segunda oración no sea correferente con el sujeto de la primera oración (aquí el pronombre impersonal uno), el sujeto tiene que ser expreso: (72) Es como que uno i cuenta algo, *(ellaj) ya te da el ejemplo de ella. (Corpus BA) La definición de los PPSS como tópicos desambiguadores que garantizan la forma explícita se ofrece en (73): (73) Tópico desambiguador Sujeto pronominal en función de tópico nuevo o de tópico familiar que se expresa fonéticamente para deshacer ambigüedades referenciales o morfológicas en contextos semánticamente no previsibles. En este punto debe subrayarse que hay una diferencia formal entre los tópicos nuevos y los tópicos familiares: el tópico desambiguador no puede ser dislocado (véanse Capítulo 4. Resultados y Capítulo 5. Discusión). La posición sintáctica de los tópicos se tratará en la sección siguiente.
2.4.4.2.6 Posición sintáctica de los tópicos El presente trabajo enfoca dos cuestiones principales: (1) si el sujeto está en posición preverbal o posverbal y (2) si el sujeto está dislocado o no.
Uso del PS 73
Empezando con la primera cuestión, obsérvese el siguiente ejemplo que ofrece varias posibilidades de posición sintáctica del sujeto-tópico (74): (74) a. b. c. d. e. f. g.
Vos escuchás grabaciones mías y yo hablo en peruano. ¿Vos sos lingüista? Yo a Gastón lo conozco desde la primaria. Unos mates me hubiera tomado, yo. ¿Ustedes, el té lo toman amargo? ¿Ella, qué te dijo? Yo, me gusta mucho comer.
(Corpus BA)
Como vemos, los PPSS en (74c–74g) son sin duda dislocados. A este respecto el problema consiste en cómo interpretar los sujetos preverbales que no son claramente dislocados como en (77a) y (77b). Algunos autores sostienen que los sujetos preverbales son siempre dislocados (Contreras 1991; Solà 1992; Barbosa 1995; Ordoñez/Treviño 1999; Alexiadou/Anagnostopoulou 1998; Vallduví 2002; Frascarelli 2007; etcétera), mientras que otro grupo de autores argumenta que los sujetos pueden pero no tienen que ser dislocados (entre otros, Belletti 1990; Cardinaletti 1997; Gutiérrez-Bravo 2007; Suñer 2002; Sheehan 2004, 2006; López 2009). Por ejemplo, López (2009, 32 y 133) asume que solamente los sujetos en función de tópico nuevo no son dislocados ya que no pueden introducirse con un elemento topicalizador. Según él, estos sujetos pueden aparecer solamente en all-focus sentences, es decir, en oraciones que surgen del contexto ‘¿Qué pasó?’ (López 2009, 133). Resulta problemático, no obstante, aplicar y comprobar esta teoría empíricamente con datos de habla espontánea. La cuestión que surge es: ¿Cómo reconocer o definir una oración all-focus? En una conversación natural encontramos casos muy escasos que empiecen con la pregunta ‘Qué pasó?’. En el corpus de datos utilizado por el presente estudio, encontramos solamente dos casos de este tipo de pregunta (75 y 76): (75) Inf.a ¿A vos te conté la historia del viernes? Inf.b No. ¿Qué pasó? Inf.a Ah, vos no sabés la historia. Bueno, empieza. Viernes salí… (76) Enc. Ahora estamos bien. Desde hace dos días. Inf. ¿Por qué? ¿Qué pasó? Enc. Ah, estuvimos en un depto horrible. Lleno de cucarachas.
74 Revisión bibliográfica y marco teórico Aunque hay autores que muestran tests convincentes para la teoría según la cual los sujetos no tienen que ser siempre dislocados (por ejemplo, López 2009), el problema es aplicar y confirmar estas pruebas a los datos de habla espontánea y al análisis del discurso. Partiendo de las definiciones de los diferentes tipos de tópicos presentadas arriba y de los datos empíricos utilizados en el presente estudio, se argumentará que todos los tipos de tópicos (menos el tópico desambiguador) son dislocados porque entre el sujeto y el verbo puede aparecer otro sintagma nominal (p. ej. Yo a Nacho lo conocí el año pasado). Volveremos a este asunto en más detalle al presentar los resultados (véase Capítulo 4. Resultados). Con los tópicos dislocados surge preguntarse de qué tipo de dislocación se trata. En general, se distinguen tres tipos de construcciones, en las cuales el tópico aparece en posición periférica: las dislocaciones a la derecha, las dislocaciones a la izquierda y los temas vinculantes (véase Cinque 1983, 1990; Zubizarreta 1998; Zagona 2002; Frascarelli 2004; Bosque/Gutiérrez-Rexach 2009; Leonetti 2011; Feldhausen 2013; Feldhausen (aceptado)). Empezamos con las dos últimas construcciones mencionadas. Las dislocaciones a la izquierda (ingl. clitic left dislocations, CLLD) deben estar reduplicadas por un clítico en caso de los objetos dislocados, como en (77a) y (77b), mientras que los temas vinculantes a la izquierda (ingl. hanging topic left dislocations, HTLD) no están reduplicados, como se ve en (77c), pero pueden ir precedidos por un topicalizador como en cuanto a, hablando de, etc. como se ve en (77d): 31 (77) a. A mi papá lo vi siempre mucho. b. A mi familia la veo todos los domingos. c. Los tanos, no tengo nada en contra de ellos. d. Hablando de tu hermana, ya sabes que le devolví el regalo. (a, b: Corpus BA; c: Corpus MD; d: Bosque/Gutiérrez-Rexach 2009, 684) Por la reduplicación de los clíticos en español–en caso de los objetos dislocados como en (77)– parece bastante clara la diferencia entre la CLLD y la HTLD. En el caso de los sujetos, que no pueden ser reduplicados por un clítico,
31 Curiosamente, los sujetos en español no pueden ser reduplicados por un clítico (ia) a diferencia de lo que pasa en algunos dialectos del italiano (ib): (i) a. Ellas ∅CL hablan. b. Loro leCL parlano. (fiorentino; López 2009, 135).
Uso del PS 75
hay una amplia discusión sobre este tipo de dislocación.32 El presente estudio no entrará en toda la discusión sobre estas cuestiones y sus consecuencias ya que van mucho más allá de los objetivos y analiza los PPSS (78a–78c) como tópicos vinculantes (HTLD), mientras que los PPSS (78d–78e) como simplemente LD (‘dislocación a la izquierda’): 33 (78) a. Ellos, ¿les gusta la música moderna? b. Yo, a mí el tema que me molesta, es el tema de la comida. c. Yo, mi marido, que viaja mucho, él me dice que ya está repodrido del avión, viste. d. Yo, en el banco, cuando voy a hacer un trámite al banco, al cajero lo trato de vos. e. Budapest me encanta. Fui a pasear. Le contaba a André. Bueno, yo a Andrea la conocí hace ocho años. (a: Pešková 2013; b-e: Corpus BA) Como vemos, los PPSS como tópicos vinculantes pueden ser correferenciales con el ‘sujeto lógico’ (me, les) de los verbos psicológicos como gustar/molestar, en (78a) y (78b), o incluso con el posesivo, que indica la pertenencia al sujeto, en (78c).34 Estos PPSS no concuerdan con el verbo y preceden otros tópicos «ofreciendo cierto tipo de ‘título’» (Frascarelli 2007, 698). Al mismo tiempo pueden, pero no tienen que estar separados del resto de la oración por una frontera prosódica (para la discusión de las propiedades prosódicas de diferentes dislocaciones en español véase por ejemplo, Feldhausen 2013). La siguiente figura del ejemplo (78c) muestra un caso en que entre el sujeto y el 32 Bosque/Gutiérrez-Rexach definen las HTLD como temas que introducen un nuevo tema o lo modifican, mientras que la CLLD «no cambia el tema discursivo» (2009, 686). En cambio, en la interpretación de Frascarelli, las HTLD no siempre indican un cambio de tópico (2007, 698). Por otro lado, López (2009, 131) argumenta que los sujetos dislocados en las lenguas romances como el italiano, el español o el catalán no pueden ser CLLD, sino únicamente HTLD, porque no exhiben efectos de reconstrucción (López 2009, 130) (véase también las referencias mencionadas en estos trabajos). 33 Se utiliza la abreviación LD (left dislocation) en vez de CLLD (clitic left dislocation) porque los sujetos no son reduplicados por los clíticos. Más adelante llamaremos a las dislocaciones a la derecha simplemente ‘RD’ (right dislocation). 34 Existen discusiones acerca del estatus de los pronombres de complemento como me, les (78a–78b) en español. Pero la cuestión de si se trata de ‘sujetos estructurales’ o simplemente de ‘sujetos lógicos’ está fuera de los objetivos del presente estudio (para la definición y la discusión véase por ejemplo, Masullo 1993; Fernández Soriano 1999b; Rivero 2004; GutiérrezBravo 2006; Fischer 2004).
76 Revisión bibliográfica y marco teórico
Fundamental frequency (Hz)
resto de la oración siguiente no hay una pausa u otro índice que indique una frontera (en la sección 2.4.4.3 volveremos a tratar los sujetos explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica). Más tarde veremos que tampoco los PPSS como LD están separadas del resto de la oración con una frontera obligatoria (véase Capítulo 4. Resultados).
0 400
0.5
1
1.5
330 260 190 120 50
(una unidad prosódica) yo
mi marido
que viaja
mucho
Yo, mi marido, que viaja mucho.
Figura 3: Trazado de la F0 de la oración Yo, mi marido, que viaja mucho… con el PS dislocado a la izquierda.
Al lado de las dislocaciones a la izquierda, existen también dislocaciones a la derecha–CLRD o RD–, que son menos frecuentes en español (Villalba 2011; el presente estudio). Estas construcciones suelen interpretarse como ‘ocurrencia tardía’ (afterthought; véase Hyman 1975). Los tópicos dislocados a la derecha no presentan la cima melódica (Bosque/Gutiérrez-Rexach 2009, 684) y van separados prosódicamente del resto de la oración (Di Tullio 2007, 349; Gutiérrez Bravo 2008, 399). En la sección siguiente (2.4.4.3) veremos que los sujetos como RD y los focos al margen derecho de la oración también exhiben una diferencia prosódica. Las dislocaciones a la derecha dan aclaraciones acerca de la información previa y se interpretan como tópicos familiares (Frascarelli 2007, 699). Obsérvese el siguiente ejemplo (79): (79) a. Lo i vi anoche en el cine, a Juani. b. No ∅i sabía qué decirme el otro día, éli.
(a Juan = Tf) (yo = Tf)
Uso del PS 77
No obstante, López (2009, 8) argumenta que las afterthoughts no son CLRD sino una especie de foco. De ahí, el sujeto (subrayado en (80)) no presenta una entonación baja típica de las dislocaciones: (80) John and Peter had a fight with Mary. In the end he decided not to talk to her again, John, I mean. Por pocas evidencias empíricas de estas estructuras en el corpus oral, el presente estudio no hará diferencias entre las dislocaciones a la derecha y las ocurrencias tardías (para una discusión más detallada véase por ejemplo, Villalba 2009).
2.4.4.3 Sujetos en la interfaz sintáctico-fonológica El punto de partida de esta sección es la proposición de que las diferentes propiedades informativas «tienen correlatos estructurales tanto en fonología como en sintaxis» (Frascarelli/Hinterhölzl 2007, 89).35 Frascarelli (2007) pone de manifiesto que en italiano los sujetos pronominales en función de diferentes tipos de tópicos no solamente tienen un orden específico a nivel sintáctico, sino también distintas propiedades entonativas: el tópico familiar está marcado con un tono bajo; el tópico contrastivo (igual que el foco), con un tono alto y, por último, el tópico nuevo, con un tono ascendente. Se plantea la pregunta de si el EsP exhibe también estrategias prosódicas así de claras entre las diferentes funciones informativas. Debe subrayarse que el presente estudio es el primero que describe sistemáticamente y se ocupa de las propiedades prosódicas (entonativas) de los PPSS con diferentes funciones informativas en una variedad del español, dentro del Modelo Métrico y Autosegmental (véase Capítulo 3. Métodos y datos).36 Para ilustrar la interfaz sintáctico-fonológica, a continuación se presentarán de manera esquemática algunos contornos entonativos en el EsP donde 35 «Discourse properties have structural correlates both in phonology and in syntax» (Frascarelli/Hinterhölzl 2007, 89). 36 La correlación entre diferentes elementos sintácticos y la fonología ha sido objeto de investigación en muchos trabajos sobre diferentes idiomas del mundo (entre muchos Selkirk 1984; Pierrehumbert/Hirschberg 1990; Büring 1999; Sosa 1999; D’Imperio 2001; Face 2001, 2002; Hualde 2002, 2003, 2005; Vanrell/Fernández Soriano 2012). Para el español porteño véase, por ejemplo, Gabriel 2007, 2010; Feldhausen et al. 2010, 2011; Pešková 2012; Le Gac 2014). Ninguno de estos trabajos se ocupa de los sujetos pronominales en la variedad estudiada.
78 | Revisión bibliográfica y marco teórico observaremos la diferente realización tonal de los sujetos preverbales y los sujetos posverbales. El análisis se basa en los estudios de Pešková/ Gabriel/Feldhausen (2011) y Gabriel/Feldhausen/Pešková (2011) sobre la marcación del foco en el EsP.37 En estos estudios, se llevaron a cabo experimentos de producción para obtener frases con diferentes estructuras informativas (véase Gabriel 2007): a los informantes se les presentaron varias historias y se les solicitaba contestar de manera adecuada a las preguntas que conducían a respuestas de diferente estructura informativa (sujeto en foco, objeto en foco, etc.). Debe mencionarse que estos datos no ofrecen contextos con tópicos contrastivos o desambiguadores y que se trata de sujetos nominales y no pronominales. Empezaremos con una oración declarativa SVO, que surge de la pregunta ¿Qué pasa acá?. El contorno melódico típico de las declarativas neutras (figura 4) en esta variedad presenta un patrón descendente en forma de ‘tobogán’ (en término de Sosa 1999), típico también de otras variedades del español (Prieto/Roseano 2010). Esto significa que los picos tonales van bajando a partir de la primera palabra de la oración, como puede observarse en la figura 4. El gráfico debe leerse de esta manera: la línea negra representa el contorno melódico (el correlato físico llamado ‘frecuencia fundamental’ o F0), las sílabas tónicas (σ*)–importantes para los acentos tonales–están indicadas con los cuadros en color gris, la sílaba que lleva el acento nuclear está marcada en mayúsculas, y, por último, la línea vertical final indica la frontera prosódica, que marca el límite de la frase entonativa mayor (Intonational Phrase, IP) o, si tuviera una posición en medio de la frase, marcaría el límite de la frase intermedia (Intermediate Phrase, ip): σ*
María
σ*
σ*
compra el diario
σ*
IP
en el KIOSco
Figura 4: Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el kiosco en el contexto ¿Qué pasa acá?
|| 37 Los datos de ambos estudios mencionados provienen de los datos de laboratorio recopilados en 2008 y 2009 por el proyecto H9 ‘La entonación del español de Argentina’ del Sonderforschungsbereich 538 de la Universidad de Hamburgo.
Uso del PS | 79
El sujeto María–definido por el presente estudio como tópico o tema nuevo–se manifiesta como tono ascendente dentro de la sílaba tónica (‘rí’) con una bajada en la sílaba postónica. El último acento (nuclear) está manifestado como un contorno bajo o como un descenso durante la sílaba tónica (cfr. Gabriel et al. 2010; Pešková 2012). También puede acontecer que el sujeto forme una frase prosódica per se y esté separado del resto de la oración por una frontera intermedia (S)ip(VO). A continuación se presenta el contorno melódico de otra oración SVO (figura 5), esta vez con el sujeto en función de tópico familiar y con el objeto directo en foco, que puede estar separado del material anterior por una frontera prosódica: (SV)ip(O) (sobre el fraseo prosódico y la marcación del foco véase, por ejemplo, Gabriel/Feldhausen/Pešková 2011):
σ*
σ*
María
compra
(ip)
σ*
IP
el DIArio.
Figura 5: Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el contexto ¿Qué compra María en el kiosco?
A semejanza del contexto anterior, el sujeto se realiza con un tono ascendente. Esto indica que no tenemos una distinción entonativa tan clara como la que asume Frascarelli (2007) para el italiano. En este punto debe mencionarse que Frascarelli (2007) se basa en un corpus de 100 minutos de conversación, de la cual únicamente se extrajeron 173 oraciones para el análisis. Tampoco queda claro cómo fueron elegidos los datos y con qué criterio y a base de qué datos fueron hechas las generalizaciones. Aunque no parece haber una distinción entre los tópicos (nuevos y familiares), a continuación veremos que existe una diferencia entre focos y tópicos en la observada variedad del español. En el ejemplo siguiente, la oración SVO cambia claramente su patrón entonativo cuando el sujeto focal recibe el acento nuclear (figura 6):
80 | Revisión bibliográfica y marco teórico
σ*
MaRÍa
ip
σ*
σ*
compra
el diario.
IP
Figura 6: Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración María compra el diario en el contexto ¿Quién compra el diario?
Puede verse que el sujeto en foco María recibe una clara prominencia prosódica dentro de toda la oración: el tono sube y baja dentro de la sílaba tónica en esta variedad, mientras que el resto de la oración está desacentuado. La prominencia prosódica se refiere a la alineación y a la altura del pico de F0, al lado de otros fenómenos suprasegmentales como duración e intensidad, no examinados en el presente estudio. Los acentos nucleares con realización ascendente-descendente (véase Figura 6), la cual es típica de los focos en el EsP (Gabriel et al. 2010), tienen una duración de unos 100–130 ms más larga que los que tienen otras realizaciones tonales (véase Pešková et al. 2012, 381–383). La desacentuación postfocal está realizada con un movimiento de la F0 muy plano (véase Barjam 2004; Labastía 2006; Gabriel 2007, 2010). Hasta ahora hemos analizado los sujetos preverbales. En lo que sigue, examinaremos el sujeto que se encuentra en orden VOS (p. ej. Compra el diario María). En este caso, el sujeto puede ser o bien dislocado a la derecha o bien focalizado. Su función informativa depende del contexto y de la entonación, como veremos a continuación. Las dislocaciones a la derecha son, no obstante, poco comunes en español, a diferencia de en otros idiomas, por ejemplo, en catalán (véase Vanrell/Fernández Soriano 2012). Hemos visto que el foco suele realizarse como ascendente-descendente en la posición del orden no marcado (SVO; figura 6). En las oraciones de orden sintácticamente marcado como VOS (Compra el diario MARÍA), también aparece este tipo de realización tonal. Sin embargo, el sujeto focal al margen derecho puede manifestarse incluso como bajo o descendente. En tal caso, la realización tonal de los sujetos focales finales puede ser similar a la de los sujetos dislocados a la derecha. Aquí surge la pregunta de si existe un contraste entonativo entre los sujetos focales y los sujetos dislocados. A continuación se mostrará que la diferencia clave entre las dos funciones informativas consiste en la marcación de la frontera intermedia. Mientras que el sujeto en foco está precedido por el tono alto (VO) H- (S) (cfr.
Uso del PS | 81
figura 7), el sujeto dislocado va separado del material antecedente por un tono bajo (VO)L- (S) (cfr. figura 8):38
σ*
(ip)
En el kiosco
σ*
σ*
compra
el diario
H-
σ*
IP
MaRÍa
Figura 7: Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración En el kiosco compra el diario María en el contexto ¿Quién compra el diario en el kiosco?
σ*
Compra
σ*
L-
el DIArio
σ*
IP
María
Figura 8: Descripción tonal y representación esquemática del contorno de F0 de la oración Compra el diario María en el contexto ¿Qué compra María en el kiosco?
Sigue un análisis de los sujetos pronominales (tomado del Corpus BA), que indica las mismas tendencias que se acaban de presentar con los sujetos nominales. En las dos figuras de abajo se exponen dos ejemplos: el primero con un sujeto pronominal en foco (figura 9) y el segundo con el sujeto pronominal dislocado a la derecha (figura 10). En cuanto al primero, se presenta una oración compleja realizada en dos frases prosódicas: (No voy a la velocidad)L(que va ella). El sujeto pronominal ella (foco contrastivo), que forma parte de la segunda frase prosódica, está ubicado en el margen derecho de la oración y está realizado como ascendente-descendente (cfr. figura 10):39 || 38 Las abreviaciones L y H vienen del inglés y representan el tono bajo (L; ‘low’) y el tono alto (H; ‘high’). Véase Capítulo 3. Métodos y datos. 39 El contexto del ejemplo de la figura 9 se expone en (i): (i) Sí, y bueno, Gladys me dice que yo estoy colgada. (...) Yo no estoy colgada. Lo que pasa que no voy a la velocidad que va [F ella].
Fundamental frequency (Hz)
82 Revisión bibliográfica y marco teórico
400
0
0.5
1
1.5
2
2.5
330 260 190 120 50
L+H* ---
pasa
L-
L+H* que no voy
L* L- (L*) L+H*+L a la velocidad
que va
L%
ella
( - - -) pasa que no voy a la velocidad que va ella.
Figura 9: Trazado de la F0 de la oración con el sujeto pronominal en foco No voy a la velocidad que va ella (Corpus BA).40
En el segundo caso, también se presenta una oración compleja que contiene dos frases prosódicas con el sujeto pronominal yo ubicado en el margen derecho de la oración (Recién empezaba el viaje)L- (yo):41
40 Las ímagenes han sido creadas con un escript de Welby/Roseano (2009) en el programa Praat 5.0.33 (Boersma/Weenink 2010). La transcripción tonal (p. ej. L+H* L-) se basa en el sistema ToBI, presentado en el Capítulo 3. Métodos y datos. 41 El contexto del ejemplo de la figura 10 se expone en (i). El sujeto yo se interpreta como tópico familiar (‘afterthought’): (i) Inf. Un solo momento tuve miedo [en todo mi viaje por Europa] que fue en el sur de España, en Andalucía, un pueblo que se llamaba Cabo de Gata (...). Ahí me encontré con uno... Enc. ¿Y te molestó? Inf. Sí, me molestó. Me molestó mucho, mucho, mucho, mucho. Recién empezaba el viaje [Tf yo]. Hacía diez días que había llegado, quince días.
Fundamental frequency (Hz)
Uso del PS 83
400
0
0.5
1
330 260 190 120 50
L+H* recién
H* empezaba
H+L* el viaje
L-
L*
L%
yo
Recién empezaba el viaje yo.
Figura 10: Trazado de la F0 de la oración con el sujeto pronominal en función de tópico familiar Recién empezaba el viaje yo (Corpus BA).
Como vemos, el sujeto pronominal yo establece una unidad entonacional per se, separada de la frase anterior por un tono de frontera intermedio bajo (L-) y caracterizada por una meseta baja (cfr. figura 9). Entonces, partiendo de los ejemplos de diferentes contornos melódicos se observa que el análisis tonal puede darnos más claridad con respecto a la interpretación de la función discursiva de los sujetos pronominales explícitos en los contextos en los cuales la argumentación pragmática puede causar dudas o debates. También hemos visto que mientras que la sintaxis (aquí: el orden de palabras) y la prosodia son importantes para distinguir los sujetostópicos de los sujetos-focos, el contexto parece ser más relevante para la distinción entre diferentes tipos de tópicos. En otras palabras, la entonación nos permite discriminar los focos de los tópicos, pero la distinción de diferentes tópicos parece darse por el contexto y por las definiciones de las cuales partimos (ver sección 2.4.4.2). Además, hemos observado que el PS explícito puede tener forma desacentuada, lo cual pone en duda la suposición de que los pronombres explícitos siempre son enfáticos o contrastivos (Luján 1999, 1311– 1312) y que «siempre van acentuados» (Zagona 2002, 25).42 42 «[The overt subject pronouns] are always strongly stressed» (Zagona 2002, 25). Aquí no está muy claro si el término stressed utilizado por Zagona (2002) se refiere a lexical stress (acento
84 Revisión bibliográfica y marco teórico Resumiendo, a lo largo de la sección 2.4.4 nos hemos ocupado de la función informativa de los PPSS en el discurso. Hemos discriminado en total cinco funciones pragmáticas que pueden tomar los PPSS: foco, tópico contrastivo, tópico desambiguador, tópico nuevo y tópico familiar. Hemos dicho que las primeras tres funciones aseguran la expresión del pronombre sujeto. También se ha conjeturado que el sujeto-tópico nuevo prefiere la forma explícita y el sujetotópico familiar, la forma implícita. Así, se ha planteado que la estructura informativa es el factor fuerte para la aclaración de la variación del sujeto pronominal. Para poder comprobar la influencia de este factor discursivopragmático, deben presentarse otros factores (gramático-léxicos) tradicionalmente considerados en los estudios empíricos variacionistas. Empezaremos con la persona gramatical en la sección siguiente.
2.4.5 Uso del PS y la persona gramatical La persona gramatical se ha mostrado como uno de los factores importantes en el uso del PS en español en todos los estudios empíricos anteriores (por ejemplo, Lu 1997; Otheguy/Zentella/Livert 2007; Posio 2011, 2012b; Pešková 2013). También otros idiomas muestran una correlación entre el pro-drop y la persona gramatical. Hemos mencionado que algunas lenguas de pro-drop parcial como el finlandés o el hebreo moderno permiten el sujeto nulo solamente con las primeras y las segundas personas (véase Vainnika/Levy 1999; Levy/Vainnika 2000; Koeneman 2006; Helasvuo 2011; Huumo/Helasvuo 2015 etc.). En cambio, otra lengua de pro-drop parcial, el portugués brasileño, da una imagen diferente. El estudio de Paredes Silva (1993, 46), que se basa en datos escritos informales (cartas personales) de hablantes de Rio de Janeiro, muestra que los hablantes prefieren la omisión del sujeto con las primeras personas (77 %), luego con las terceras personas (50 %) y en último lugar con las segundas personas (30 %). Es interesante que el trabajo de Silveira (2011), que analiza un corpus oral de los hablantes de Fortaleza, muestra un resultado distinto: la omisión del sujeto ocurre en el 34 % de los casos con la primera persona del
léxico) o a pitch accent (acento tonal). Según su ejemplo número (46) (Estudiantes, no creo que falten) parece ser el acento tonal, ya que Zagona asevera que estudiantes es tópico dislocado que no está «strongly stressed» (2002, 22). El presente estudio asume que la palabra estudiantes es tónica y lleva el lexical stress en la sílaba –dian–. Si lleva o no lleva un acento tonal (ascendente, descendente, bajo, alto, etcétera) depende de otros factores como por ejemplo la estructura informativa.
Uso del PS 85
singular, en el 46 % con la segunda persona del singular, y en el 52 % de la tercera persona del singular (Silveira 2011, 36). Las diferencias entre los dos estudios se pueden atribuir a las diferencias dialectales (Rio de Janeiro vs. Fortaleza), al estilo (datos escritos vs. orales) o al número gramatical (Paredes Silva no separa los sujetos entre los que están en singular y aquellos en plural). Como veremos en caso del español, los sujetos pronominales en singular tienen en general más formas explícitas que los del plural. El hecho de que el uso del PS dependa del papel de la persona gramatical dentro de la interlocución sucede también en los idiomas de pro-drop radical. Según el estudio comparativo de Lu (1997, 125–126) sobre el uso del PS en chino y en español, las primeras personas [+hablante, +participante] exhiben en chino un mayor uso de PPSS explícitos que las segundas personas [+oyente, +participante], y estas más que las terceras [-oyente/hablante, -participante]. Comparando dos textos literarios del español–uno de Jorge Luis Borges y otro de Carlos Arniches–con las versiones traducidas al chino, Lu (1997) muestra que el chino prefiere claramente la expresión del sujeto al contrario que el español. En el texto El libro de Arena de Borges, que representa el estilo de narración y diálogo, la versión en español tiene solamente el 10 % de los sujetos explícitos, mientras que su traducción al chino el 73 % (Lu 1997, 119). El otro texto, La señorita de Trevelez de Carlos Arniches, representa el teatro moderno, y exhibe un número aún más elevado de PPSS explícitos: el 34 % en español y el 81 % en chino (Lu 1997, 123). También el estudio de Nagy et al. (2011) informa sobre el elevado número de los PPSS explícitos en el chino cantonés hablado (más del 55 % de todos los casos). Esto no es sorprendente si pensamos que el chino no tiene flexión de número y persona, por lo cual ocurren más ambigüedades referenciales dentro del discurso. A primera vista, el español señala una tendencia semejante: el mayor uso del PS explícito con las primeras y las segundas personas y el menor uso con las terceras personas. Sin embargo, a diferencia del chino, los sujetos pronominales se expresan en español más con las personas en singular que con aquellas en plural (véase por ejemplo, Rosengren 1974; Barrenechea/Alonso 1977; Enríquez 1984; Hochberg 1986; Cameron 1992, 1995, 1997; Silva-Corvalán 1994; Lu 1997; Hurtado 2001; Pešková 2013). En general, el español muestra las siguientes tendencias: los pronombres de la segunda persona usted y ustedes exhiben los porcentajes más altos, probablemente por motivos de cortesía (DPD 2005, 531) y/o por razones etimológicas (véase RAE 2009–2011, 33.5h, 16.14g). En cuanto a la primera persona del singular, el yo exhibe un porcentaje mayor que su homólogo del plural nosotros, al igual que la segunda persona familiar tú en comparación con el
86 Revisión bibliográfica y marco teórico pronombre vosotros en el español peninsular (cfr., por ejemplo, Enríquez 1984). En cambio, las terceras personas tienen menores porcentajes tanto en singular como en plural. La baja frecuencia de los pronombres sujeto de las terceras personas puede explicarse por el hecho de que son anafóricos e interpretados como tópicos familiares (informaciones ya introducidas en el contexto) y utilizados con mayor frecuencia en el discurso narrativo. En cambio, los pronombres de la primera y de la segunda personas son deícticos y son utilizados en el discurso interactivo, que «rige el comportamiento variable de sujeto» (Balasch 2008, 310). La interacción, entonces, supone un uso mayor de los PPSS porque establece más cambios de tópicos. Seguidamente, las terceras personas pueden incluso aparecer en forma de sintagma nominal (SN) pleno (por ejemplo mi amiga en lugar de ella). Los SN plenos están tradicionalmente interpretados como información nueva en el discurso (Silva-Corvalán 1994, 143). Dumont (2006), que investiga el uso de los sujetos tanto pronominales como nominales de la tercera persona en el español de Nuevo México, no obstante, muestra que los SN plenos pueden también aparecer en las oraciones contiguas cuando se trata de una secuencia pregunta/respuesta (efecto de repetición) o cuando se trata de foco. También cabe mencionar que el uso menos frecuente del PS explícito de la primera persona del plural puede explicarse con el significado dual, ya que puede tener la forma inclusiva [+hablante, +oyente, (+otros)] y la forma exclusiva [+hablante, -oyente, +otros]. Según apunta Posio (2012b), el pronombre sujeto de la primera persona del plural no puede expresarse fonéticamente en español cuando es inclusivo, es decir, cuando incluye tanto al hablante como al oyente (81): (81) a. Bueno, ∅ nos conocimos en Praga y ∅ nos hicimos amigas. ¿Te acordás? b. ¿Cuándo ∅ nos vemos, Andre? (Corpus BA) Resulta interesante señalar que esta restricción no es válida para todas las lenguas de sujeto nulo consistente. Por ejemplo, en checo el pronombre sujeto de la primera persona del plural my (‘nosotros’) puede ser tanto expreso como tácito independientemente de la inclusión o exclusión con respecto al oyente. Lo mismo sucede en el portugués europeo (Posio 2012b, 348). Posio propone relacionar el carácter exclusivo de nosotros en español con razones etimológicas: el pronombre evolucionó del latín y de la palabra otros (es decir, nos otros), con lo cual «el pronombre sigue entendiéndose como restrictivo y
Uso del PS 87
exclusivo y tiende a usarse para referirse a un grupo que se distingue de alguna manera de ‘otros’» (2012b, 350).43 El pronombre portugués nós, no obstante, mantuvo la forma latina nos, lo cual puede explicar la diferencia entre las dos lenguas tipológicamente iguales (ibídem). Así, el pronombre de primera persona del plural inclusivo no puede contarse dentro de la variación, ya que la forma nula es categórica.44 A continuación cabe mencionar que los efectos de la persona gramatical en el uso del PS pueden variar también de un dialecto a otro (cfr. 2.3.2). Por ejemplo, el español costeño (parte de la región Caribe/Arahuaco que incluye las Antillas y las regiones costeras de Colombia, Venezuela y Ecuador) desfavorece el uso del PS de la segunda persona del singular (Orozco/Guy 2008, 76), mientras que el español puertorriqueño o el EsP lo favorecen (Hochberg 1986, 616; Barrenechea/Alonso 1977, 89). Barrenechea/Alonso (1977) muestran que el PS de segunda persona en el español bonaerense generalmente prefiere la forma explícita en mayor medida que otras personas gramaticales. Esto se explica por «el interés del emisor de señales por mantener la relación E↔R [emisor-receptor], de ahí la repetida mención de pronombres que se refieren al receptor, para apuntar a él directamente o, más aún, para incluirlo como ejemplo de comportamientos genéricos» (Barrenechea/Alonso 1977, 89). La especificidad referencial del sujeto se tratará en la sección siguiente (2.4.6). Al final de este apartado se presentarán los resultados basados en los datos experimentales de mi estudio Pešková (2013). Como hemos observado, los estudios empíricos mencionados arriba muestran que el uso variable del PS depende de la persona gramatical, la cual tiene diferentes rasgos gramaticales y diferentes roles dentro del discurso. Los datos de estos estudios son sobre todo de naturaleza espontánea (en pocos casos se trata de datos escritos; por ejemplo, Lu 1997). Aunque este tipo de datos constituye una fuente muy importante para el estudio de la variación, el problema es que no establece las mismas condiciones para los factores intervinientes en el uso del PS. Por ejemplo, la primera persona en singular aparece a menudo con los verbos epistémicos (pienso, creo), lo cual aumenta la probabilidad de usar el sujeto pronominal. En cambio, es menos probable encontrar los verbos epistémicos
43 «[T]he pronoun is still sensed as restrictive and exclusive and tends to be used to refer to a group that is somehow distinguishable from ‘others’» (Posio 2012b, 350). 44 En una investigación futura debería comprobarse esta teoría en otros idiomas pro-drop románicas: se supone que el pronombre de la primera persona del plural en italiano (noi) se comporte más como el del portugués, mientras que el pronombre catalán (nosaltres) tienda a omitirse cuando es inclusivo igual que en español.
88 Revisión bibliográfica y marco teórico con las terceras personas o la primera persona en plural. El objetivo del experimento de producción utilizado en Pešková (2013) fue, pues, obtener datos controlados sobre el uso del sujeto pronominal y examinar la relación entre el uso del PS y cuatro factores intra-lingüísticos elegidos: persona gramatical, semántica verbal, tipo de oración (criterio semántico) y tipo de oración (criterio sintáctico). Las cuestiones principales eran dos: (1) ver si los hablantes producen los sujetos pronominales en contextos no ambiguos, no focales y no contrastivos y (2) ver si los PPSS de las tres personas gramaticales (yo, vos, él/ella, usted, nosotros, ellos/ellas, ustedes) obtienen el mismo porcentaje de expresión (u omisión) siendo controladas bajo las mismas condiciones (concretizado más adelante). En el experimento, llevado a cabo en Buenos Aires en 2009 con 13 hablantes porteños monolingües (19–45 años de edad), se utilizó una encuesta de 126 situaciones cotidianas simuladas (18 situaciones por persona gramatical). Cada una de estas situaciones correspondía a una oraciónmeta con posibilidad de usar u omitir el sujeto pronombre. El método consistía en presentar una situación tras otra y pedir al hablante que interviniera de acuerdo con cada una. En el siguiente ejemplo (82) se ilustran tres de las situaciones simuladas presentadas en el experimento. Obsérvese que el verbo se introducía siempre con el sujeto tácito ∅: (82) Cuestionario (ejemplo): a. Situación para evocar ‘vos’ Estás hablando con tu padre. Preguntale qué opina de Buenos Aires. b. Situación para evocar ‘usted’ Preguntale al Sr. Brandoni, profesor de la UBA, qué opina de la Argentina. c. Situación para evocar ‘ustedes’ Estás hablando con tus padres. Preguntales qué opinan de Puerto Madero. Cada una de estas situaciones llevaba a una respuesta-meta (¿Qué opinás / opina / opinan de Buenos Aires / la Argentina / Puerto Madero?) que contenía al mismo tiempo los cuatro factores examinados. En la tabla 4 se resumen los resultados del uso del PS según la persona gramatical:
Uso del PS 89
Tabla 4: Uso del PS en el experimento de producción de Pešková (2013). Persona gramatical primeras persona
segundas personas
terceras personas
%
N
yo
47 %
109/234
nosotros
36 %
85/233
vos
33 %
76/232
usted
70 %
164/234
ustedes (familiar)
47 %
110/232
él/ella
55 %
128/232
ellos/ellas
48 %
109/229
Total
48 %
781/1626
Como podemos observar, estos porcentajes basados en el experimento de producción confirman los resultados de los estudios empíricos: el uso del PS es posible en contextos no ambiguos y no contrastivos y depende claramente de la persona gramatical. La relación entre la realización del PS y las personas gramaticales resultó estadísticamente significativa (Model χ2 (6) = 84.7, pH* (dependientemente del movimiento tonal en la(s) sílaba(s) postónica(s) como se ha aclarado más arriba); si el tono es descendente, se utiliza la etiqueta H+L*; si el tono es bajo o alto, se utilizan el L* o el H* respectivamente, y si el tono tiene contorno ascendentedescendente, se utiliza la etiqueta tritonal L+H*+L. En tercer y último lugar, se ha analizado si el sujeto está separado del resto de la oración por un tono de frontera o una pausa fonética. Los tonos de frontera de esta variedad se resumen en la tabla 6: Tabla 6: Inventario de tonos de frontera del EsP según Gabriel et al. (2013).
Los tonos de frontera (ip, IP)
L-, L%
HL-, HL%
M-, M%
H-, H%
138 Métodos y datos A semejanza de los acentos tonales, los diferentes tonos de frontera se encuentran en diferentes tipos de oraciones. Por ejemplo, el HL% ocurre en diferentes tipos de preguntas absolutas, en los vocativos y con los ruegos, el M% predomina en los vocativos o preguntas parciales de tipo eco, mientras que el tono L% representa el final de una oración declarativa o de una interrogativa parcial (véase Gabriel et al. 2010 para más detalles). Por lo tanto, es de suponer que también los PPSS tienen diferentes realizaciones tonales según su función informativa y su posición sintáctica. En cuanto a la pausa, se trata de un índice acústico definido como «pausa de F0 mayor» (en inglés, major F0 break; Estebas-Vilaplana 2000, 118) o como «momento de silencio» (en inglés, stretch of silence; Frota et al. 2007, 134). Se considera que hay pausa cuando este momento de silencio es visible a través de una interrupción del contorno de la frecuencia fundamental (F0) y es más largo de 100ms. La pausa puede ser también sólo audible, cuando es más corta y no visible (para más detalle véase Feldhausen 2010, 54-55). El presente estudio tiene en cuenta solamente pausas visibles en la F0, como la que puede apreciarse entre yo y nunca (figura 12):
Figura 12: Oscilograma y espectrograma con el contorno de F0 de la frase yo nunca hacía los deberes con una pausa visible (124ms) entre yo y nunca.
Como vemos, el pronombre yo está realizado como un tono ascendente (L+H*) y está separado del resto de la oración por un tono alto de frontera intermedia y
Análisis sintáctico y prosódico de los sujetos explícitos 139
Fundamental frequency (Hz)
una pausa visible (124 ms) (H-pausa). Para la comparación, el siguiente ejemplo (figura 13) ilustra el yo explícito realizado con un acento tonal (L+H*) que no está precedido ni seguido de un tono de frontera o de una pausa:
400
0
0.5
1
330 260 190 120 50
L+H* porque
yo
L+H* no reservaba
L+¡H*+L
L%
nada
Porque yo no reservaba nada.
Figura 13: Oscilograma y espectrograma con el contorno de F0 de la frase prosódica porque yo no reservaba nada.
Se acaban de describir los materiales y métodos del análisis de datos utilizados en el presente estudio. En la sección 3.1 hemos presentado el Corpus BA, consistente en lengua oral recogida por medio de entrevistas libres, realizadas en 2008 y 2009 en Buenos Aires y posteriormente transcritas para el análisis. Hemos clasificado los datos dentro de la variedad de habla culta. La sección 3.2 se ha dedicado a presentar la selección y el análisis de los datos. Hemos definido los contextos con omisión obligatoria de los PPSS (3.2.1 y 3.2.2) y los contextos con expresión obligatoria de los PPSS (3.2.3), antes de dedicarnos a la expresión del sujeto variable (3.2.4). En la sección (3.2.5) se ha descrito el análisis estadístico (chi-cuadrados, modelo de regresión, R 2 Nagelkerke) aplicado en este estudio para determinar efectos de los grupos de las variables observadas. Y al final, la sección 3.3 ha presentado el procedimiento del análisis sintáctico (3.3.1) y del análisis prosódico (3.3.2) de todos los sujetos pronominales explícitos hallados en el corpus. En el siguiente capítulo se darán a conocer los resultados.
4 Resultados Este capítulo presenta y resume los resultados obtenidos del análisis de los datos empíricos. En total, se han detectado 10.748 verbos finitos con sujetos nulos y con PPSS explícitos: 5.952 verbos aparecen con PPSS nulos obligatorios (cfr. 3.2.1 y 3.2.2); 303 verbos, con PPSS obligatoriamente explícitos (cfr. 3.2.3), y 4.493 verbos, con el uso del PS variable (nulo o explícito) (cfr. 3.2.4). La proporción de estas tres categorías dentro del corpus se expone en la figura 14:
42%
Sujeto variable Sujeto explícito
55%
Sujeto nulo
3% Figura 14: Proporción de datos según tres categorías: ‘sujeto variable’, ‘sujeto nulo (obligatorio)’, ‘sujeto explícito (obligatorio)’.
Como podemos observar, el sujeto nulo ‘obligatorio’ tiene la mayor proporción (55 %) en el corpus. Recuérdese que este grupo incluye, por ejemplo, oraciones impersonales (p. ej. ∅ Llovió, ∅ Me robaron la bicicleta), oraciones imperativas (p. ej. ∅ Escuchame una cosa) u oraciones coordinadas (p. ej. María baila y ∅ canta) (véase § 1–8, en el Capítulo 3). La categoría ‘sujeto variable’ constituye en los datos el segundo grupo más grande (42 %). Se trata de la categoría que representa la variación, por lo cual se incluyen tanto los PPSS omitidos como los PPSS explícitos. El uso del PS variable se ha codificado y analizado según once factores lingüísticos y se ha evaluado mediante métodos estadísticos. El análisis estadístico ejecutado cuenta con un total de tres fases, presentadas en la sección 4.1. Y, finalmente, la categoría ‘sujeto (obligatoriamente) explícito’ forma la menor parte (3 %). A este grupo pertenecen, al lado de varias muletillas rioplatenses (p. ej. mirá vos), los sujetos focales, los tópicos contrastivos y los tópicos desambiguadores. Las características sintácticas y prosódicas de todos estos sujetos explícitos se mostrarán en la sección 4.2. A continuación (sección
Variación del sujeto nulo/explícito 141
4.1) se presentan los resultados de la variación del sujeto nulo/explícito, es decir, el uso del sujeto variable.
4.1 Variación del sujeto nulo/explícito En el corpus se han detectado en total 4.493 verbos finitos que representan la variación del sujeto nulo/explícito. El PS ha sido omitido (en las tablas, ‘PS-’) en el 83 % y expresado (‘PS+’) en el 17 % de los casos (véase tabla 7): Tabla 7: Uso del PS explícito (PS+) vs. nulo (PS-). %
N
PS- (sujeto nulo)
83 %
3748
PS+ (sujeto explícito)
17 %
745
100 %
4493
Uso del pronombre
TOTAL
Podemos asumir que la variante explícita es la forma marcada del PS. Ahora cabe preguntarse: ¿Qué factores motivan la expresión del PS? El presente estudio observa once factores lingüísticos en total, presentados sucesivamente en 4.1.1–4.1.11. El resultado del análisis estadístico aplicado a la variación mediante la regresión logística binaria se expone en 4.1.12.
4.1.1 Persona gramatical Basándose en anteriores trabajos (por ejemplo, Barrenechea/Alonso 1977; Lu 1997; Pešková 2013), el presente estudio parte de la hipótesis de que la persona gramatical es uno de los factores más importantes que influyen en el uso del PS. Esta suposición se ha podido confirmar: como puede verse en la tabla 8 (números totales) y en la figura 15 (porcentajes), cada persona gramatical representa porcentajes diferentes en cuanto al uso del PS explícito. Tabla 8: Uso del PS según ‘Persona gramatical’. % del PS explícito
N
1s (yo)
22 %
510/2363
2s (vos)
15 %
115/793
3s (él/ella)
11 %
61/537
Persona
142 Variación del sujeto nulo/explícito Persona
N
% del PS explícito
Vd. (usted)
25 %
(1/4)
1pl (nosotros)
6 % (5,5 %)
24/437
3pl (ellos/ellas)
6 % (6,3 %)
17/270
Vds. (ustedes)
19 %
17/89
TOTAL
17 %
745/4493
***
30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% PS+
1s
2s
3s
usted
1pl
3pl
ustedes
22%
15%
11%
25%
6%
6%
19%
Figura 15: Porcentajes del PS explícito según ‘Persona gramatical’.
Las diferencias entre las personas gramaticales han resultado ser estadísticamente significativas (modelo χ2 (df=5)=115,749, p=0.000).1 Cabe añadir que este factor también mantiene diferencias significativas después de haber añadido todos los factores examinados en el modelo de regresión (véase 4.1.12). Como podemos observar, las personas en singular representan las frecuencias más altas de los PPSS explícitos (19 %) en comparación con las personas en plural (7 %), con la excepción del pronombre ustedes. Los pronombres sujetos usted y yo fueron expresados con la mayor frecuencia (25 % y 22 %), seguidos por los pronombres ustedes (19 %), vos (15 %) y él/ella (11 %). Los pronombres de la 1 La información de la significancia contiene, junto con el p-valor, también el llamado grado de libertad (df; ‘degree of freedom’). Se trata de un conjunto de observaciones y se calcula restando 1 al número total de los grupos de una variable (aquí ‘Persona gramatical’): 6 (personas gramaticales)–1 = 5 (df). En el modelo χ2 no se ha considerado por la baja ocurrencia el pronombre usted (de ahí que el número total de los grupos de esta variable sea 6 y no 7).
Variación del sujeto nulo/explícito 143
primera y de la tercera persona del plural exhiben los menores porcentajes de los PPSS explícitos (alrededor del 6 %). En (1) se ordenan los pronombres de manera descendente según los porcentajes de los PPSS explícitos (cfr. tabla 8): (1) (usted) > yo > ustedes > vos > él/ella > ellos/ellas > nosotros/nosotras Debe destacarse que esta jerarquía no es universal, sino más bien específica de la variedad observada y los datos analizados. Recuérdese también que no podemos hacer generalizaciones sobre el uso explícito del usted, ya que este pronombre aparece en sólo cuatro frases del corpus. La razón es que entre los hablantes y los entrevistadores se utiliza exclusivamente la norma de tratamiento familiar: el tuteo. Así, todos los casos del pronombre usted aparecen sólo en la narración y no en la interacción.2 Los cuatro casos con el pronombre usted no se incluyen en los siguientes análisis, en los cuales se comprueba la influencia de otros factores observados en el uso del PS explícito (de ahí que el número total de los casos observados sea N = 4.489).
4.1.2 Especificidad del sujeto Este factor observa la dependencia del uso del PS explícito respecto de la referencia específica o no específica del sujeto. El porcentaje global no muestra una diferencia estadísticamente significativa entre los sujetos con referencia específica (17 %) y los sujetos con referencia inespecífica (15 %) (modelo χ2(1)=0,948, p=0.330), (cfr. tabla 9): Tabla 9: Uso del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’. Especificidad del sujeto
% del PS explícito
N
Referencia [+específica]
17 %
660/3933
Referencia [-específica]
15 %
84/556
TOTAL
17 %
744/4489
2 Por ejemplo, un informante explica en qué situaciones y con quién utiliza el pronombre usted: (i) En mi profesión, en mi área de la quinesiología, este..., un cirujano no quiere que lo trate de vos. Por ahí quiere que lo trate de usted. Si él me trata de usted a mí, bueno, yo ahí tengo que responder: «Bueno, doctor, usted sabe (…)»
144 Variación del sujeto nulo/explícito Sin embargo, examinando la relación entre el uso del PS y la especificidad del sujeto según cada persona gramatical individual, obtenemos un resultado con diferencias estadísticamente significativas (modelo χ2(5)=115,749, p=0.000). Esto significa que la interacción entre el factor ‘Persona gramatical’ y el factor ‘Especificidad del sujeto’ es más importante en la explicación del uso del PS variable que el factor ‘Especificidad del sujeto’ en sí. La relación entre el sujeto explícito y los dos factores (persona gramatical y especificidad del sujeto) se exponen en la tabla 10 (con números de ocurrencias de PPSS explícitos) y en la figura 16 (con porcentajes de PPSS explícitos): Tabla 10: Ocurrencias del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’ y ‘Persona gramatical’. Especificidad del sujeto (PS/N)
1s
3pl
ustedes
13/92 11/105
0/1
488/2314 77/502 61/520 11/345 6/165
17/88
510/2363 115/793 61/537 24/437 17/270
17/89
Referencia [-específica] Referencia [+específica] TOTAL
2s
3s
22/49 38/291
0/17
1pl
La tabla 10 expone las ocurrencias de los sujetos pronominales explícitos según la persona gramatical y según la especificidad del sujeto. Las informaciones deben leerse de la siguiente manera: por ejemplo, la primera persona del singular (1s) con la referencia [-específica] ocurre en 49 casos del total. De estos 49 casos, el sujeto se da en forma explícita 22 veces (45 %). Los porcentajes asociados con los datos en la tabla 10 se resumen en la figura 16, con indicación del nivel de significación estadística (los asteriscos indican el nivel de significancia, ‘n. s.’ indica una relación estadísticamente no significativa). 50% 45% 40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0%
***
n.s.
n.s. ***
*
3s
1pl
3pl
*
1s
2s
-específico
ustedes
45%
13%
0%
14%
11%
0%
+específico
21%
15%
12%
3%
4%
19%
Figura 16: Porcentajes del PS explícito según ‘Especificidad del sujeto’ y ‘Persona gramatical’.
Variación del sujeto nulo/explícito 145
Se observa que ambas primeras personas (yo, nosotros) significadamente prefieren el uso del PS con la referencia genérica o inespecífica (1s: modelo χ2(1)=16,072, p=0.000; 1pl: modelo χ2(1)=5,088; pH* H* (H-) H+L* imposible de analizar
TOTAL
Número de casos
209 (67) 77 65 54 (3) 6 32* 443
Porcentaje
51 % (32 %) 19 % 16 % 13 % (6 %) 1% – (443–32*) = 411 (N)
A semejanza de los dos tópicos anteriores, más de la mitad de los tópicos nuevos son realizados con un tono ascendente (L+H*), que opcionalmente puede ir seguido por un tono alto (H-). Otras posibles realizaciones tonales son: tono bajo (L*), tono ascendente con el pico desplazado (L+>H*), tono alto (H*) y tono descendente (H+L*). En la figura 39 se expone un ejemplo del sujeto pronominal realizado con un tono ascendente con el pico desplazado (L+>H*). Obsérvese que el tono ascendente no empieza a descender después de la sílaba acentuada (como en el caso de L+H*), sino que el pico tonal alcanza el margen derecho de la sílaba postónica (aquí ni):
Fundamental frequency (Hz)
188 PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica
0
400
0.5
1
330 260 190 120 50
L+>H* yo
(voz laringalizada) ni
L%
sabía Yo ni sabía.
Figura 39: Sujeto pronominal yo como tópico nuevo realizado con un tono ascendente L+>H*.
4.2.5 Tópico familiar En el corpus se han hallado un total de 302 sujetos pronominales que han sido identificados como tópicos familiares: 37 de estos sujetos son claramente dislocados–en posición preverbal–, ya que entre el verbo y el sujeto aparece otro sintagma (22a–22b), 240 sujetos preceden el verbo inmediatamente (22c– 22d), en 24 casos el sujeto está dislocado a la derecha como afterthought (22e– 22f) y en dos casos, el sujeto aparece entre otro tipo de tópico (aquí un sintagma preposicional) y el verbo (22g): (22) a. Carina, vos no te das cuenta. ([ Tf Vos]), con Solana, sos redistinta. b. Sí, la conozco un montón. ([ Tf Yo]), con Ale, fui al colegio. c. Mi abuela española vivió conmigo. Y ([ Tf ella]) me hablaba de vosotros. d. Yo, por ejemplo, me muero. O sea, ([Tf yo]) me iría a vivir a otro lado, algún tiempo, no tengo problema. e. A esto voy, ([ Tf yo]). f. Tomamos mates, ([ Tf nosotros]). g. Sí, hago más reportajes como más culturales, otro tipo de cosas. Porque en Clarín, ([ Tf yo]) escribo para la revista dominical.
PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica 189
Además, en diez casos, el sujeto aparece sin el predicado verbal como tópico vinculante, cuya función es dar a la oración ‘un cierto título’ (23): (23) Soy muy desordenado. ([ Tf Yo]), está mi bolso, una pila así de ropa, y no me molesta. En cuanto a la configuración tonal, los tópicos familiares no difieren sustancialmente de los tópicos presentados en las subsecciones anteriores. El tópico familiar también es realizado frecuentemente con el tono ascendente L+H*(H-); siguen las realizaciones L*, L+>H*, H*, H+L* (tabla 42): Tabla 42: Realización tonal del sujeto como tópico familiar. Realización tonal
L+H* (H-) L* L+>H* H* (H-) H+L* imposible de analizar
TOTAL
Número de casos
122 (42) 67 54 34 (1) 5 20* 302
Porcentaje
43 % (34 %) 24 % 19 % 12 % (3 %) 2% – (302–20*) = 282 (N)
Lo que sí es típico de los tópicos familiares (y no de otros tópicos) son las dislocaciones a la derecha. En la figura 40 se expone el ejemplo de la frase Tomamos mates, nosotros (22f). Nótese que el pronombre nosotros presenta una F0 baja (L*) y está separado (dislocado) de la oración anterior por el tono de frontera intermedia bajo (L-). Esto lo diferencia claramente del foco en esta posición:
Fundamental frequency (Hz)
190 PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica
400
0
0.5
1
330 260 190 120 50
L+H*
L+H*
tomamos
L-
L*
mates
L%
nosotros
Tomamos mates, nosotros.
Figura 40: Sujeto pronominal nosotros como tópico familiar dislocado a la derecha, realizado con un tono bajo L*.
Fundamental frequency (Hz)
El pronombre explícito con función de tópico familiar (Yo hacía deportes, trabajaba en el barrio donde yo vivía) puede realizarse con un tono bajo ((L*)) incluso en posición preverbal (figura 41):
0 300
0.5
1
1.5
2
250 200 150 100 50
L+H* en el barrio
H-
(L*) donde
L+¡H*
yo
Hvivía
(-) en el barrio donde yo vivía, (-)
Figura 41: Sujeto pronominal yo como tópico familiar, realizado con un tono bajo (L*).
PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica 191
Antes de finalizar esta subsección, conviene resumir y comparar las realizaciones tonales de todos los sujetos pronominales con función de tópico. Los porcentajes de las realizaciones tonales se resumen en la figura 42 (cfr. tablas 39–42):
60% 50%
n.s.
40%
***
30%
*** n.s.
20%
n.s.
10% 0%
L+H* (H-)
H*
L*
L+>H*
H+L*
Tc
50%
34%
2%
14%
0%
Td
44%
7%
28%
16%
5%
Tn
51%
13%
19%
16%
2%
Tf
43%
12%
24%
19%
2%
Figura 42: Resumen de las realizaciones tonales (en porcentajes) de los tópicos contrastivos (Tc), tópicos desambiguadores (Td), tópicos nuevos (Tn) y tópicos familiares (Tf).
Podemos concluir que todos los tópicos prefieren la realización tonal ascendente L+H*, la cual puede ocurrir con la frontera intermedia (H-). Las diferencias entre los tópicos que son realizados con un tono L+H* no son significativas (modelo χ2(3)=4.324, p=0.229). Otras realizaciones tonales posibles son: el tono alto (H*), el tono bajo (L*) y el tono ascendente (L+>H*). El acento tritonal (L+H*+L) no ocurre con los tópicos. El tono descendente (H+L*) también es atípico de los tópicos y suele aparecer después del tono de frontera intermedio alto que aparece al final de una frase intermedia: (24) ((Pero generalmente)ip | H-
(yo trabajo todo el día)ip )IP | | H+L* L- L%
Sin embargo, debe destacarse que hay una diferencia fundamental entre los tópicos contrastivos y el resto de tópicos: mientras que el tópico contrastivo prefiere el tono alto H* (es la segunda realización tonal más frecuente), los tópicos desambiguadores, nuevos y familiares, prefieren tonos bajos (L*), que
192 PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica apenas aparecen con los Tc (2 %). Esta diferencia ha sido estadísticamente significativa (H*: modelo χ2(3)=28.575, p=000; L*: modelo χ2(3)=16.260, pH*]
[L+>H*]
[H+L*]
[L+H*]
[H*]
[L*]
[L+>H*]
[L*]
[L+>H*]
[H*]
[H+L*]
[H*]
[H+L*]
[H*]
[H+L*]
Figura 43: Inventario tonal de los PPSS según las funciones discursivas.
Como podemos observar, el tono L+H*+L aparece exclusivamente con los focos, en cambio el tono L+>H*, con los tópicos. Dentro de cada categoría informativa podemos observar una variabilidad de las realizaciones tonales. Empecemos con los focos. La configuración tonal de los sujetos en foco depende sobre todo de su posición sintáctica: (1) en el margen derecho de la frase intermedia (ip), el foco se realiza con L+H* cuando va seguido por un tono de frontera alto (H-); (2) en el margen derecho de la frase entonativa mayor (IP) en las declarativas se presentan L+H*+L, H+L* o L* seguidos por un tono de frontera bajo (L%); (3) en el margen derecho de la frase entonativa mayor (IP) en las interrogativas se encuentra L+H* seguido por un tono complejo HL%; (4) en el orden canónico SVO (PS-V-SX) el foco presenta siempre L+H*+L, seguido de un tono bajo (L-) y la desacentuación posfocal; (5) las oraciones con adverbios de foco y las construcciones hendidas presentan L+H* (H-), L* o H*. En cuanto a los tópicos, la realización tonal es típicamente ascendente (L+H*). Los tópicos contrastivos además prefieren el tono alto (H*), mientras que los tópicos desambiguadores, los tópicos nuevos y los tópicos familiares, el tono bajo (L*). Esto último diferencia significativamente los tópicos contrastivos de los demás. El acento tonal L+>H* es la tercera realización más
PPSS explícitos en la interfaz sintáctico-fonológica 195
frecuente de los tópicos. Y finalmente, los tonos H+L*, H* (Tn, Td, Tf) y L* (Tc) son realizaciones que aparecen con poca frecuencia en los datos. Para acabar, cabe mencionar que el 29 % de todos los tópicos (dislocados a la izquierda) quedan separados del resto del material fonológico con una frontera alta (H-). Así, podemos asumir que la frontera prosódica no es obligatoria después del sintagma tópico (sujeto). El capítulo cuatro acaba de presentar los resultados. En 4.1 se han mostrado primero los resultados del uso del PS variable. Se ha observado la relación entre el PS explícito y las once variables independientes elegidas para el presente estudio. Al ejecutar el modelo de regresión logística, hemos visto que la estructura informativa, la persona gramatical y el tema discursivo (episódico) tienen el tamaño de efecto más grande sobre el uso del PS variable. Seguidamente, en 4.2., hemos examinado las implicaciones pragmáticas en la interfaz sintáctico-fonológica. Se ha observado que existe una cierta conexión entre las diferentes funciones informativas de los PPSS por un lado y la sintaxis y la fonología (entonación) por el otro. A continuación se presenta la discusión, que ofrece la interpretación de los datos.
5 Discusión En el capítulo anterior se detallaron los resultados sobre el uso del PS en el español porteño. Este capítulo tiene el propósito de presentar las generalizaciones y principios que los resultados permiten establecer y mostrar si estos resultados concuerdan o no con los trabajos anteriormente publicados. Asimismo, se destaca la contribución del presente estudio y se exponen algunas ideas y cuestiones pendientes para las investigaciones futuras. El capítulo consta de tres secciones. Primero, se interpretarán los resultados globales (5.1) antes de discutir el uso del PS variable según los factores examinados (5.2) y las características sintácticas y prosódicas de todos los PPSS explícitos (5.3).
5.1 Discusión del resultado global En este apartado se exponen resultados globales, acerca de los cuales se discuten las siguientes tres cuestiones: — la frecuencia del PS explícito en una lengua pro-drop (consistente), — la relación entre la (core-)gramática y la pragmática, — los factores lingüísticos vs. los factores extra-lingüísticos. Empecemos con la primera cuestión. Los datos empíricos utilizados en el presente estudio han mostrado que los hablantes expresan los sujetos pronominales en un 10 % del total de casos. Es decir, el sujeto no se expresa en el 90 % de las oraciones finitas (tanto personales como impersonales). Después de considerar exclusivamente las oraciones personales que ofrecen variación entre el PS nulo y el PS explícito, se ha constatado que la expresión del PS ocurre en el 17 % de todas las oraciones finitas. Puesto que el sujeto es omitido en el 83 % de todos los casos, el PS explícito debe considerarse como forma marcada y el PS nulo, como forma no marcada del sujeto pronominal. Por ende, el presente estudio defiende el término ‘pro-drop’ como un descriptor apropiado para el español. Y es que algunos lingüistas (por ejemplo, Lipski 2002; Posio 2012a entre otros) han criticado el término pro-drop e incluso han propuesto reformularlo por varios motivos: Despite the plethora of categorical assertions about Spanish subject pronouns, the reality is that the designation “null subject” or “prodrop” language is not a truly useful descriptor for the full range of Spanish dialects. (Lipski 2002, 17).
Discusión del resultado global
197
A better terminological alternative would be to speak of languages with variable subject expression, as subject pronoun expression need not be in any way more marked or less frequent than their omission in a language pertaining to this category (…) (Posio 2012a, 6).
Lipski (2002) hace referencia al hecho de que hay muchas diferencias dialectales en cuanto al uso del PS en el español, como observamos en el capítulo 2 (sección 2.3.2). En este contexto debe mencionarse que existen diferencias incluso entre los idiomas de sujeto nulo romances (véase por ejemplo los estudios comparativos de Soares da Silva 2006 o de Posio 2012b acerca del uso de PPSS en el español y en el portugués) o entre los idiomas de sujeto nulo eslavos (véase por ejemplo Seo 2001). La pregunta es si las diferencias dialectales o interlingüísticas son un argumento suficiente para rechazar el pro-drop. La respuesta es no, si entendemos bajo el término pro-drop una simple designación del hecho de que la gramática de un idioma permite suprimir los sujetos pronominales. Así, el término ‘lengua pro-drop’ debería entenderse como término general que representa un cierto grupo de lenguas, cuyas gramáticas básicas (nucleares) admiten la omisión del PS. Seguidamente, se ha argumentado que la expresión del PS debe considerarse forma marcada en el español. No obstante, hay algunos autores que ponen en duda esta suposición «porque en algunos contextos locales, la omisión de sujeto es en realidad menos frecuente que la expresión» (Posio 2012a, 11).1 Por esta razón, Posio propone designar las lenguas como el español ‘lenguas con la expresión del sujeto variable’. Por supuesto, el uso variable del PS y la variación entre diferentes variedades del español es indiscutible. Sin embargo, no debemos olvidar que la variable expresión del sujeto «constituy(e) elementos de estilo a partir de las propiedades cognitivas» y «ayuda a construir significados en el discurso y en la interacción» (Aijón Oliva/Serrano 2010, 21). Es decir, lo que tenemos que tener en cuenta es la distinción entre la gramática, por un lado, y el uso de la misma como sistema de comunicación, por otro (segunda cuestión). La idea es que «la gramática apoya el uso, pero hay una enorme diferencia entre lo que es gramática y lo que hacemos–y tenemos que hacer–cuando hablamos» (Newmeyer 2003, 17).2 El presente estudio ha podido confirmar la hipótesis inicial de que la expresión de los sujetos pronominales en español no tiene un valor gramático o (morfo-)sintáctico (es decir, no se ha encontrado ninguna condición sintáctica
1 «[B]ecause in some local contexts subject omission is actually less frequent than expresión» (Posio 2012, 11). 2 «Grammar supports usage, but there is a world of difference between what a grammar is and what we do — and need to do — when we speak» (Newmeyer 2003, 17).
198 Discusión de la variación o morfológica que exija el uso del PS explícito) sino un valor de naturaleza discursivo-pragmática. Uno de los objetivos de la presente investigación era aclarar la variación entre el sujeto nulo y el explícito. Recuérdese que el estudio ha considerado solamente los factores intralingüísticos y ha ignorado factores extralingüísticos de tipo social (estatus social etc.) o biológico (edad, sexo, etc.), los cuales supuestamente afectan el uso del PS variable de modo secundario, es decir, después de las motivaciones internas al sistema de lengua (véase por ejemplo, Silva-Corvalán 2001). Como hemos visto, los factores internos al sistema lingüístico aclaran el uso del PS de una manera coherente: el modelo estadístico de los datos utilizados por el presente estudio ha mostrado que los factores examinados explican un 25 % del uso del PS variable (5.2.1.–5.2.4.), mientras que los hablantes solamente aclaran un 3 % del uso del PS variable (5.2.5).
5.2 Discusión de la variación En esta sección se discuten los resultados del uso del PS variable. El uso variable detectado en el presente estudio apoya muchos estudios variacionistas en los que se asume que los PPSS explícitos no tienen que ser variantes enfáticas o contrastivas de sus homólogos nulos. Curiosamente, en este estudio se ha observado que tampoco los pronombres tónicos en función de objeto (mí) como en (1) en esta variedad no expresan necesariamente el contraste, como se asume tradicionalmente en las gramáticas: (1) a. Viví en Perú de los tres a los cinco. Vos escuchás grabaciones mías y mi padre a mí me hablaba en peruano con la tonada. b. Yo le dije a él: «A mí no me importa donde vayamos, mientras vayamos a Roma.» Como hemos visto, el uso del PS nulo/explícito está influido por diferentes factores. Una de las hipótesis iniciales era que la expresión del PS está relacionada con los tópicos nuevos en el discurso. Podemos decir que en español hay una correlación entre el cambio de tópico y la alternancia del PS explícito vs. nulo; no obstante, esta correlación no representa una regla categórica y gramatical. También debe subrayarse que había otros factores más fuertes–en la aclaración de la variación–que el cambio de tópico en el EsP. A continuación se discutirán todos los factores examinados, en el orden en que se han presentado en los resultados.
Discusión de la variación
199
5.2.1 Persona gramatical y especificidad El factor ‘Persona gramatical’ presenta el mayor efecto después del factor ‘Tema discursivo’. Se ha observado que el uso del PS explícito es más alto con las personas en singular que en plural. Este resultado concuerda con todos los estudios anteriores (véase por ejemplo, Rosengren 1974; Hochberg 1986; Pešková 2013). Los pronombres nosotros y ellos representan el menor uso del PS explícito: en sólo un 6 % de todos los casos, el pronombre ha sido expresado con estas dos personas gramaticales. El bajo uso del PS con las personas del plural podría explicarse por el hecho de que estas requieren una referencia que haya aparecido antes en la situación comunicativa. Si el hablante dice, por ejemplo, viajamos a Italia o viajan a Italia, el oyente tiene que tener acceso a la información sobre cuál es la referencia ‘nosotros’ (por ejemplo, yo con mi novio) o ‘ellos’ (por ejemplo, mis abuelos). Así, diríamos que las personas del plural son anafóricas, por lo cual no necesitan la forma explícita del PS. Esta interpretación, no obstante, es problemática en ciertos aspectos. Primero, la tercera persona del singular es también anafórica, pero la expresión del pronombre sujeto se ha dado casi en el doble de casos en comparación con la de la tercera persona del plural. Segundo, los pronombres yo y vos son deícticos y siempre interpretables en el discurso y no necesitan un referente. Así pues, sería lógico que favorecieran la forma nula, lo cual, sin embargo, no sucede. Al revés: estos dos pronombres sujetos (yo, vos) son realizados con más frecuencia que el resto de las personas gramaticales. Tercero, el pronombre del plural ustedes, que también solicita una referencia (por ejemplo, vos con tu novio), se ha realizado en el 19 % de los casos, o sea, con una frecuencia muy alta. Comparando los resultados del presente estudio con los de los estudios anteriores sobre el uso del PS en el EsP, observamos que el presente estudio exhibe los porcentajes más bajos de todos (tabla 45): Tabla 45: Porcentajes del PS explícito según la persona gramatical en el presente estudio, en Pešková (2013), en Soares da Silva (2006) y en Barrenechea/Alonso (1977). Estudio presente
Pešková (2013)
Soares de Silva (2006)
Barrenechea/Alonso (1977)
vos
15 %
33 %
36 %
22 %
él/ella
11 %
55 %
11 %
19 %
–
70 %
56 %
40 %
Persona gramatical
yo
usted
22 %
47 %
24 %
37 %
nosotros
6%
36 %
20 %
38 %
ellos/ellas
6%
48 %
17 %
23 %
200 Discusión de la variación Persona gramatical ustedes Total
Estudio presente
Pešková (2013)
Soares de Silva (2006)
Barrenechea/Alonso (1977)
17 %
48 %
21 %
32 %
19 %
47 %
59 %
37 %
Los porcentajes altos en Pešková (2013) se deben al hecho de que el estudio aplicó un experimento de producción que no da lugar a discursos narrativos y utiliza verbos epistémicos, que favorecen el uso del PS. Los dos otros estudios– Barrenechea/Alonso (1977) y Soares da Silva (2006)–también presentan un uso del PS explícito más frecuente que el del presente estudio. De todas formas, no se ha llevado a cabo ningún análisis estadístico que pueda detectar si estas diferencias entre los tres estudios son significativas o no. Si existiera una diferencia entre los estudios en cuanto al porcentaje del PS explícito, esta podría explicarse por el procedimiento del análisis de los datos. Recuérdese que el presente estudio ha intentado aislar estrictamente los PPSS obligatoriamente expresados de la variación, utilizando los conceptos de foco (F), tópico contrastivo (Tc) y tópico desambiguador (Td), los cuales podrían haber sido ignorados o no bien definidos en los dos estudios mencionados. Es interesante observar que si el presente estudio hubiera incluido dentro de la variación todos los PPSS obligatoriamente expresados (F, Tc, Td), el resultado habría mostrado un 21 % de los PPSS explícitos en total. Además, la comparación de los porcentajes de un evento puede ser problemática, ya que la ocurrencia de este evento puede asociarse con otros eventos que intervienen. Por lo cual es más adecuado comparar, por ejemplo, las odds ratios (ExpB) en el modelo de regresión. Como hemos visto, los pronombres nosotros y ellos/ellas ocurren en los datos con la misma frecuencia (6 %). No obstante, el modelo de regresión (véase tabla 30 en Capítulo 4. Resultados; sección 4.1.12), que cubre todas las variables independientes, ha indicado que la chance (o probabilidad) de que estos pronombres se expresaran es diferente. Comparándolos con la categoría de referencia–el yo–en el modelo, la probabilidad de que el yo se exprese es 3,5 veces mayor que el PS ellos/ellas; sin embargo, casi 7 veces mayor que el PS nosotros. Esto muestra claramente que hay diferencias entre estos dos pronombres del plural. Como vemos en la tabla 45, la expresión del pronombre yo es la más alta en esta variedad (22 %). El pronombre de la primera persona del singular es también muy frecuente en otras variedades del español. Por ejemplo, en un estudio sobre el español hablado en Puerto Rico (Hochberg 1986, 613) se observó que el yo fue realizado en el 43 % de los casos, lo cual es casi el doble que en el EsP. En el corpus del presente estudio se trata del pronombre más utilizado por los
Discusión de la variación
201
hablantes: la primera persona del singular constituye–en forma nula o explícita–el 53 % del corpus (la parte de variación).3 Además, el yo también ha aparecido como el PS más frecuente como foco (43 %), tópico contrastivo (71 %) y tópico desambiguador (55 %), al lado de las expresiones fijas como qué sé yo. Un ejemplo del yo reiterativo de tres informantes diferentes se expone en (2): (2) a. ¡Qué sé yo! Yo soy muy metido yo en realidad en eso. Porque yo cuando estoy en el extranjero y quiero aprender el idioma, no quiero que solo me entiendan. b. Ah bueno, yo estuve, yo estuve casi en todos. Yo antes cuando yo tenía como veinte años y… c. Por eso te digo. Sí. Pero yo lo aprendí estando afuera eso. Porque yo no me daba cuenta cuando yo vivía en Caballito. Para mí era de lo más normal. Y no. Yo no sé. La reiteración del pronombre yo se atribuye a la «naturaleza egocéntrica del habla» (Claes 2011, 199), o al hecho de que «de lo que más nos gusta hablar es de nosotros» (Davidson 1996, 553).4 De acuerdo con Posio, este ‘egocentrismo’ no se refiere al hecho de que nos guste hablar de nosotros mismos, sino a que los hablantes «construyen su discurso, anclándolo a su punto de vista sujetivo (…)» (2012a, 16).5 Asimismo, Posio apunta que el yo se produce a menudo con muchos verbos que expresan la postura epistémica del hablante (por ejemplo, yo creo). No obstante, los datos empíricos del presente estudio muestran claramente que el uso del yo es muy frecuente también con otros tipos de verbos. En el análisis estadístico, los factores decisivos sobre el uso del yo explícito son ‘Tema discursivo’ y ‘Estructura Informativa’. Así, el yo en estos datos sobre el español argentino a menudo introduce un tópico nuevo (3a), marca un cambio
3 El concepto de la primera persona del singular es muy particular entre todas las personas gramaticales y no solamente se le ha prestado atención en el campo lingüístico, sino que también ha desempeñado un lugar central en la obra de numerosos filósofos (por ejemplo, Lacan 1966; De Gaynesford 2006) o psicólogos (por ejemplo, la teoría sobre el ego de Sigmund Freud; el uso de las palabras funcionales en Pennebaker 2011). Curiosamente, en el habla popular suele denominarse a veces la reiteración del pronombre yo como ‘yoísmo’, que tiene connotaciones negativas (en general, se considera como ‘gran egoísmo’). 4 «egocentric nature of speech» (Claes 2011, 199); «what we most like to talk about is ourselves» (Davidson 1996, 553) (citado por Posio 2012a, 15–16). 5 «[Speakers] construe their discourse, anchoring it to their subjective viewpoint (…).» (Posio 2012a, 16).
202 Discusión de la variación de tema discursivo (3b) o incluso ocurre en oraciones con verbos que no están en primera persona del singular (3c): (3) a. Hay un tema emocional en el vos también. Porque yo puedo decir… b. Por ejemplo, para nosotros existe acá una cosa que se llaman chistes, los cuentos, cuentos de gallegos. Entonces un día yo iba caminando por una calle en Madrid y le pregunto a un tío (…). c. Yo, a mí no me importa. Obsérvese que el pronombre en (3c) está dislocado y restringido al inicio de la oración, con lo cual se comporta casi como marcador discursivo. El comportamiento o evolución de los morfemas pronominalizadores o los pronombres personales hacia marcadores pragmáticos ha sido probado, por ejemplo, en el español dominicano (sobre el uso del ello como marcador discursivo, véase Hinzelin/Kaiser 2006, 2007) o en varios idiomas asiáticos, como el chino mandarín, el japonés o el malayo (véase por ejemplo Yap/Matthews/Honrie 2004). En una futura investigación sería interesante observar también si la aplicación de los verdaderos marcadores discursivos como bueno, a ver, dale, entonces, por ejemplo reduce el uso del PS expreso o lo favorece. En comparación con la primera persona del singular, el pronombre nosotros casi no presenta variación (cfr. Posio 2012b para el español peninsular). Según apunta Silva-Corvalán (2001, 166), la primera persona del plural tiene «referencia del hablante difusa», por lo cual no representa una naturaleza egocéntrica de la comunicación verbal como el pronombre yo, cuando «el hablante se establece como centro deíctico de su mundo». Recuérdese también que la forma explícita nosotros se permite–al lado de la función foco o tópico contrastivo– únicamente como forma exclusiva con respecto al oyente (véase 3.2.2). Esto diferencia el español, por ejemplo, del portugués o de las lenguas pro-drop eslavas, en las que la forma explícita de este pronombre sujeto puede ser también inclusiva. Otro aspecto interesante que diferencia significativamente la primera persona del plural de las demás personas gramaticales es que el factor ‘Tiempo y modo verbal’ ha producido el efecto más importante con respecto a la expresión del PS (aspecto que se discutirá más adelante). Por los demás PPSS, la segunda persona del singular vos ha sido registrada en un 15 % y la segunda persona del plural ustedes, en un 19 % de los casos. En cuanto a los factores examinados, el ‘Tema discursivo’, la ‘Semántica verbal’, el ‘Tipo de oración (vos)’ y el ‘Tipo de cláusula (ustedes)’ juegan un papel importante en el uso de los PPSS explícitos con estos pronombres sujetos. Curiosamente, la estructura informativa ha resultado importante solamente con la
Discusión de la variación
203
segunda persona del singular, pero no con el pronombre ustedes. Algunos estudios (por ejemplo, Alonso-Cortés 1999; Platzack/Rosengren 1994) interpretan los pronombres sujetos de segunda persona como expresiones vocativas, las cuales son sintácticamente aisladas. Sin embargo, este argumento no sería suficientemente convincente para explicar el uso del PS variable de estas personas sobre todo en las oraciones declarativas. Más bien, la expresión del pronombre sujeto ustedes podría atribuirse al hecho de que tiene la desinencia verbal de la tercera persona del plural. Otra posible explicación es que el pronombre usted(es) suele utilizarse en forma explícita con mucha frecuencia por razones de etimología o de cortesía (RAE 2009–2011, 33.5h, 16.14g; DPD 2005, 531). En cuanto a la segunda persona del singular, se ha observado que el vos marca sobre todo la frontera de un episodio y predomina en las oraciones declarativas en la función de tópico nuevo. Las terceras personas presentan los porcentajes de pronombres explícitos más bajos entre todos los pronombres: el PS del singular ha sido realizado fonéticamente en un 11 % y el PS del plural, en un 6 %. Las terceras personas suelen interpretarse como tópicos familiares o elementos anafóricos, es decir, requieren un antecedente mencionado en el contexto. No obstante, los datos empíricos muestran que el PS explícito de la tercera persona puede introducirse como tópico nuevo en el discurso sin una referencia mencionada anteriormente en el discurso (4): (4) a. ¡Claro! Hablando la gente se entiende, dicen. Yo, por ejemplo, hoy le decía a la terapeuta. Yo a veces pienso que hablo y a veces no hablo nada. O sea, a veces uno piensa que está hablándole al otro. Porque encima ella [≠ terapeuta] llegó el sábado a las diez de la noche. b. Inf.a Yo me encargué de comunicarle bien a mi marido. Inf.b ¡Claro! Bueno, ella, por ejemplo, está casada con un músico violinista. En estos dos ejemplos, el referente de ella estaba directamente presente en la conversación entre dos otras personas, con lo cual es accesible e interpretable por todos los oyentes. Siguiendo a Von Heusinger (2011, 2012), el uso del pronombre sujeto de (4a) y (4b) se interpreta como deíctico (en vez de anafórico) ya que es visible o perceptible en la situación comunicativa. En tal situación es posible utilizar incluso la forma nula del PS. Esto se plasma en (5), donde se muestra una conversación entre tres hablantes:
204 Discusión de la variación (5) Inf.a ¿Cómo se llama la empresa? [Enc. Lo que pasa, con la dueña del apartamento había problemas.] Inf.a Pero ¿qué... qué, qué empresa? [Enc. Bueno, había suciedad...] Inf.b No. ∅ Pregunta el nombre. [Enc. Ah, se llama…] Aquí el sujeto omitido en la penúltima frase de la conversación se refiere al hablante Inf.a. El informante Inf.b interrumpe la conversación para dar una aclaración. Por el contexto está claro que se refiere al Inf.a. Aunque parece que el referente de la tercera persona del singular debería estar siempre presente en la conversación, esto no es necesario. El ejemplo de (6) representa una situación en la cual el pronombre sujeto ella precede al referente (Scarlet Johansson), que es ausente en toda la conversación y aparece sólo al final: (6) Éramos un montón y yo dije qué pasa. Y entonces me metí ahí alrededor de la gente y miré y era la filmación de Woody Allen. Y ¿Cómo se llama ella? ––– Eh, Scarlet Johansson. En esta parte de la entrevista (6), la informante cuenta una anécdota sobre la filmación de Woody Allen, que había visto durante su estancia en Barcelona. La informante podría haber dicho la actriz americana en vez de ella, pero elige la forma más ‘económica’ y accesible, suponiendo que el oyente sepa de quién se está hablando. En el sentido de la Teoría de Accesibilidad (Ariel 1990, 2001), se podría decir que las personas célebres tienen un grado mayor de accesibilidad dentro de la comunicación. A continuación, se discute otro factor examinado: la ‘Especificidad del sujeto’, que observa si el sujeto expreso tiene una relación con su referencia (no–) específica. En cuanto a la primera persona del singular, el yo favorece la forma explícita cuando es no específico (genérico). El pronombre yo ‘impersonal’ se utiliza para describir una situación o un hecho más general, con lo qual equivale a construcciones con el indefinido uno o al se impersonal. Además, el hablante acentúa posiblemente su experiencia personal (p. ej. De hecho, también es un mecanismo de integración. Yo si vivo en Buenos Aires...) El uso del yo genérico marca en general el comienzo de un tema discursivo y el cambio de tópico, lo cual explicaría por qué el efecto de la ‘especificidad’ ha resultado débil en el modelo estadístico. En cuanto al uso de la segunda persona del singular, se ha observado que no hay una diferencia significativa entre el uso del vos especí-
Discusión de la variación
205
fico y el uso del vos no específico.6 Este resultado ha sido un poco sorprendente, ya que los estudios anteriores informan que la expresión del sujeto predomina con la segunda persona del singular con referencia no específica en esta variedad (véase por ejemplo Barrenechea/Alonso 1977; Cameron 1997). La tercera persona del singular tampoco implica un efecto relevante de esta variable sobre el uso del PS explícito. No obstante, se ha podido observar que el PS explícito no ha sido utilizado con la tercera persona del singular no específica. Es decir, el pronombre él o ella no ha aparecido como referencia anafórica de los sintagmas nominales generalizados de tipo ‘el porteño’ o ‘el ama de casa’. Sin embargo, este hallazgo debería apoyarse con un estudio experimental futuro, pues en el amplio corpus de los años setenta (Corpus MD) se detectaron casos de PPSS explícitos con referencia no específica (cfr. 2.4.6.3). En cambio, se permite el uso anafórico del pronombre personal ellos con expresiones generalizadas y relacionadas con un ámbito de tipo colectivo (por ejemplo, los políticos) o geográfico (por ejemplo, los americanos, la gente de Palermo).7 En (7) se exponen ejemplos con el pronombre genérico del último tipo: (7) a. Se nota bastante la diferencia cuando hablamos porque… No sé. Salta, Jujuy, Tucumán incluso Mendoza, en el oeste, ellos pronuncian la elle mucho más suave, la doble ‘l’. b. El porteño es otro dialecto. Yo, por ejemplo, en el colegio donde mando mis hijos, hay una madre que es tucumana. Y ella cuando escribe los mails pone: ‘Vamos a comprar los disfraces para los niños’. Y yo le contesto: ‘Mi nene (…).’ Y las dos nos entendemos. Ellos lo tienen por ahí un poquito más pulido, si se quiere. Se observa un comportamiento parecido con la primera persona del plural, aunque el factor ha resultado más débil con esta. La primera persona del plural no específica (agente colectivo) ha sido realizada en el 14 % de los casos, mientras que la primera persona del plural específica, en el 3 % de los casos. El uso del nosotros como agente colectivo se plasma en (8): (8) a. Mi colegio en eso era muy estricto. Nosotros teníamos un uniforme reglamentario, que esto en verdad se da en bastantes colegios de mi 6 Recuérdese que no podemos llegar a conclusiones sobre el pronombre ustedes por una ocurrencia casi nula de este pronombre con referencia no específica en los datos. 7 No debemos olvidar que las oraciones impersonales existenciales (por ejemplo, ∅ Te llaman por teléfono en sentido Alguien te llama) no admiten la expresión del sujeto en el EsP.
206 Discusión de la variación zona. b. [E]l pueblo italiano es mucho más alegre, más festivo, más comunicativo y nosotros nos asemejamos mucho más para mí, para mi pensamiento, a un italiano que a un español. Simplemente nosotros hablamos el lenguaje de un español y también lo hemos deformado como no lo deformó nadie en todo Latinoamérica. El nosotros (8a) se refiere a ‘en mi colegio’ (ambiente social), mientras que el nosotros en (8b), a ‘los porteños’ (ambiente geográfico). Podría objetarse que el uso del PS explícito puede ser utilizado para marcar el contraste (mi colegio vs. otros colegios; nosotros ‘los argentinos’ vs. los españoles). Sin embargo, solamente el primer nosotros en (8b) es tópico contrastivo, mientras que el segundo pronombre en (8b), igual que el de (8a), son omisibles. El contraste en sí no es un argumento suficiente, ya que la misma informante omite el pronombre en un contexto semejante, aunque expresa el SN ‘los argentinos’ como afterthought (9): (9) Después de conocer la cultura española e italiana, lo poco que conocí, este, ∅ somos mucho más parecidos, los argentinos, a la manera de ser de un italiano. Aquí de nuevo se confirma que el PS puede ser omisible cuando no se trata del tópico contrastivo. Siguiendo la Teoría de Accesibilidad (véase Ariel 1990, 2001), podría suponerse que los PPSS del plural con referencia específica son entidades más accesibles o salientes que los PPSS no específicos, por lo cual los últimos prefieren la forma explícita. De todos modos, esta explicación fallaría al interpretar el uso de la tercera persona del singular, con la que los PPSS explícitos ocurren más a menudo cuando tienen interpretación específica. Otro problema que se plantea en la jerarquía de accesibilidad es el alto uso del PS explícito con la primera y la segunda persona del singular (como hemos visto arriba): el hablante y el oyente deberían tener una gran accesibilidad ya que se trata de personas locales, es decir, los referentes están presentes en la situación comunicativa y no necesitan un antecedente (Posio 2012b, 350; cfr. Cameron 1997, 64). Sigurðsson (2004, 247) propone dentro del marco generativo que los pronombres de la primera y la segunda persona (los deícticos) siempre tienen el antecedente en el dominio del sintagma complementante (SComp): así, el ‘oyente’ y el ‘hablante’ están representados como speech features (‘rasgos de habla’) en este dominio sintáctico, mientras que la tercera persona puede tener el antecedente fuera de los límites de una frase. Tampoco esto, no obstante,
Discusión de la variación
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explica la variación del PS en una lengua pro-drop. Además, sería lógico esperar un uso más alto de los PPSS explícitos con terceras personas que con las demás. Sin embargo, en el habla espontánea sucede lo contrario: el PS de primera o de segunda persona se realiza fonéticamente con mayor frecuencia en comparación con las terceras personas. Hasta ahora hemos discutido dos factores vinculados con el sujeto (persona, especificidad). A continuación se discutirán cuatro factores vinculados con el verbo.
5.2.2 Verbo (ambigüedad, tiempo y modo, reflexividad, semántica verbal) El efecto del factor ‘Ambigüedad’, que jugó un papel importante en la aclaración de la expresión del PS por parte de los gramáticos tradicionales, ha resultado poco importante en el modelo de regresión. La influencia del sincretismo verbal entre ciertas personas gramaticales en algunos modos y tiempos verbales fue discutida durante muchas décadas y dio resultados contradictorios. Silva-Corvalán (1982) apuntó que la ambigüedad morfológica en sí no juega un papel importante en el uso del PS, sino más bien la ambigüedad morfológica y contextual. No obstante, hemos visto que tampoco los contextos morfológica y contextualmente ambiguos garantizan el uso del PS explícito por completo. La contribución de este estudio radica en introducir una categoría que garantice la expresión del PS para evitar ambigüedades e interpretaciones equívocas. Esta categoría del PS se ha denominado ‘tópico desambiguador (Td)’ y ha sido excluida de la variación. Lo determinante para la expresión obligatoria del PS (Td) con los verbos morfológica y contextualmente ambiguos ha sido la impredictibilidad semántica del entorno contextual. Asimismo, el factor ‘Tiempo y modo verbal’ se ha mostrado en el modelo de regresión como un factor muy débil, por lo cual no aclara el uso del PS en el español porteño y rechaza la hipótesis de Silva-Corvalán (1997, 2001). El efecto débil de los dos factores (Ambigüedad, Tiempo y modo verbal) indica que hay otros factores más relevantes en la explicación del uso del PS. Se observó, por ejemplo, que el uso alto del PS explícito de la primera persona del singular con el condicional (38 %) ocurre sobre todo en la frontera episódica o como tópico nuevo. En cambio, el PS explícito yo con los verbos en imperfecto (32 %) ocurre con una frecuencia casi dos veces mayor como tópico familiar que como tópico nuevo. En este caso el yo marca un cambio en el tema discursivo (episódico). Debe destacarse que el efecto del factor ‘Tiempo y modo verbal’ es muy fuerte con la primera persona del plural, cuando el uso del nosotros explícito está casi exclusivamente restringido al presente (a parte de al imperfecto). Así, el factor
208 Discusión de la variación ‘Tiempo y modo verbal’ ha resultado el más importante respecto a la explicación del uso explícito de la primera persona del plural (recuérdese que el mismo factor resultó ser irrelevante con otras personas gramaticales). Podría asociarse esta tendencia con la conexión entre el tiempo y modo verbal y la especificidad. Ya sabemos que la primera persona del plural prefiere la forma explícita cuando es no específica. No obstante, el pronombre de la primera persona del plural como agente colectivo prefiere la forma explícita con el tiempo presente (21 %, N = 57) o el imperfecto (7 %, N = 14) y la forma implícita, con el indefinido (3 %, N = 34), igual que la primera persona del plural específica (presente: 7 %, N = 96; imperfecto: 5 %, N = 86; indefinido: 0 %, N = 146). Por lo tanto, la interpretación de este resultado se deja abierta. La variable ‘Reflexividad’ también se mostró como uno de los factores menos importantes en el uso del PS explícito (cfr. Silva-Corvalán 1994; Hurtado 2001). El hecho de que algunos trabajos (por ejemplo, Hochberg 1986) hayan encontrado un nexo entre el uso del PS explícito y los verbos no reflexivos puede deberse a la falta de control de las relaciones entre la variable dependiente y las variables independientes o predictoras mediante un análisis de regresión logística (o instrumentos semejantes). El efecto de la ‘Semántica verbal’ en el uso del PS explícito se ha presentado como moderado en el modelo de regresión en los datos del presente estudio. En general, el uso del PS prepondera con los verbos declarativos cuotativos (22 %), utilizados en la narración para reproducir el mensaje original expresado por otra persona o por el mismo hablante (véase también Posio/Pešková 2015 sobre el uso del verbo decir en el español peninsular y en el EsP). El uso del PS es variable en contextos como los de (10): (10) a. ∅ le dije: «No molestes a mamá cuando estás con las chicas.» b. Yo le dije a la familia: «Denme plata.» Otros verbos con una mayor probabilidad de usar el PS explícito son los copulativos (p. ej. Yo soy de Caballito), seguidos por los verbos epistémicos (p. ej. Yo creo que viene del español antiguo) y los verbos perceptivos (p. ej. Yo la estoy mirando a ella). El mismo porcentaje del PS explícito con verbos perceptivos que con verbos epistémicos (18 %) resulta sorprendente, pues en Pešková (2013) se detectó una tendencia según la cual los hablantes prefieren significativamente el PS explícito con los verbos del segundo grupo (creer, opinar, saber). De todas formas, no olvidemos que el presente estudio se basa en el habla espontánea, en la cual muchos otros factores, como la intervención de otro hablante, la interacción, la preparación de la estructura del discurso, etcétera, pueden tener
Discusión de la variación
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un rol decisivo en el uso del PS. En cambio, en Pešková (2013) se presentaron contextos mucho más limitados. A continuación se discutirán dos factores vinculados con el tipo de oración o de cláusula.
5.2.3 Tipo de oración El efecto del factor ‘Tipo de oración’ (declarativa, interrogativa, exclamativa) ha resultado moderado. Esto apoya los hallazgos de Lu (1997) y Pešková (2013). Sin embargo, la variable se ha mostrado relevante (o fuerte) con la segunda persona del singular (vos). Esto no es tan sorprendente si pensamos que las primeras o las terceras personas suelen aparecer mayoritariamente en las oraciones declarativas, con lo cual el uso del PS debe relacionarse con otros factores. El pronombre vos se ha expresado con mayor probabilidad con las oraciones declarativas (p. ej. Vos sos redistinta con Solana), luego con las oraciones exclamativas (p. ej. ¡Qué derechita estás sentada vos!), con las interrogativas totales (p. ej. ¿Vos sos checa?) y en menor grado con las interrogativas parciales (p. ej. ¿Vos qué sos?). La primera idea para explicar el alto porcentaje de la expresión del PS en las declarativas ha sido asociarlo con la especificidad del sujeto: se ha especulado que el pronombre vos genérico aparecería más a menudo en las oraciones declarativas que en las interrogativas. Es cierto que el vos impersonal casi no ocurre en las interrogativas; no obstante, el uso del vos específico es aún más alto en las declarativas que su homólogo genérico. Una aclaración más plausible sería que las oraciones declarativas ofrecen comentarios y contextos narrativos, en cambio las oraciones interrogativas establecen una interacción directa entre el hablante y el oyente. Además, se ha observado que el vos explícito en las interrogativas totales tiende a representar una reacción a la información anterior con un cierto matiz de eco. Esto se ilustra con la siguiente situación, donde la informante Inf.b hace una pregunta no para obtener una información, sino para pronunciar más bien una sorpresa o para obtener la confirmación (11) y (12): (11) Inf.a Inf.b Inf.a Inf.b
Che, ¿esos pantalones son nuevos? ¿Los pantalones? No. Son como los míos negros. ¿Vos tenés así negros?
210 Discusión de la variación (12) [Enc. Inf. [Enc. Inf.
¿Y los checos?] Y checos no conozco. Mhm.] ¿Vos sos checa?
En cuanto a las interrogativas parciales, se detectó un uso muy escaso del PS explícito en este tipo de oración con todas las personas gramaticales. De un total de 131 preguntas parciales, el PS fue realizado solamente ocho veces. Obsérvese que el sujeto puede ser posverbal o preverbal en este tipo de interrogativa (13): ¿Dónde estoy yo? ¿Qué otra cosa yo te llevaría a conocer? Y vos, ¿qué sos? ¿Socióloga? Y ustedes, ¿qué conocen de acá? Y ¿dónde están parando, ustedes? Sí. Y, ¿qué diferencias ves vos entre el español porteño y el español de otras provincias?. g. ¿Qué decía él de todo eso? ¿Todo bien?
(13) a. b. c. d. e. f.
La inversión del verbo y del sujeto en las interrogativas parciales se suponía tradicionalmente obligatoria en el español. No obstante, Goodall (2010) observó que la inversión depende de la persona gramatical y del pronombre interrogativo. En general, el pronombre interrogativo compuesto como qué otra cosa (13b) permite la anteposición del sujeto. Resulta difícil hacer interpretaciones generales sobre el bajo uso del PS explícito en este tipo de oración. El pronombre puede tener un matiz retórico (13a), (13b), también puede utilizarse cuando el hablante se dirige al oyente para llamar su atención o cuando se (re-)introduce un tópico nuevo en el discurso (13c–13g). Podría argumentarse que el PS de (13) es focal o contrastivo. No obstante, el PS no puede ser el foco en estas oraciones ya que la partícula interrogativa (qué, dónde, etc.) es la que desempeña esta función, con lo cual recibe la mayor atención y la mayor prominencia prosódica dentro de la oración (cfr. Di Tullio 2007). Contra el tópico contrastivo tenemos el hecho de que todas las interrogativas carecen de los contextos que requieren expresar el PS. En otras palabras, los PPSS (13) son omisibles. En cuanto al factor ‘Tipo de cláusula’, el modelo de regresión ha mostrado que la posibilidad de expresar el sujeto es más grande en las oraciones relativas
Discusión de la variación
211
(14) y en las coordinadas en la segunda posición (15). En ambos casos, se prefiere la anteposición del sujeto al verbo: (14) a. Es un viaje que yo planifiqué para venir solo. b. Todos los días me dan la comida que ellos consideran que puedo comer ese día. c. Él trabaja para, para los italianos para los que yo trabajo. (15) a. [Mate] es la compañía, eh, que entre un amigo a tu casa y vos le preguntes: «¿Tomás unos mates?» b. Bueno, mi mamá es de Salta y yo tengo un montón de familia en Salta. El alto uso de los PPSS explícitos en estas oraciones puede tener diferentes motivos: el cambio de tópico o el inicio de un tema nuevo discursivo.8 Siguiendo la definición del tópico nuevo, se ha observado que este también puede aparecer en una oración subordinada de tipo condicional, causal, concesiva, etcétera, sobre todo cuando esta precede una oración principal. Nótese que el pronombre sujeto puede anteceder o seguir la conjunción de subordinación: (16) a. Cuando vos estás con tus amigas, te podías romper la cabeza. b. Vos cuando das el mate, la bombilla tiene que mirar al... (17) a. Sí, sí. Siempre se habló argentino. Si querés como ––– Siempre se habló argentino. Lo que cambió de los años ochenta. Ahora si yo miro la televisión de los años ochenta… b. De hecho, también es un mecanismo de integración. Yo si vivo en Buenos Aires y actúo en Buenos Aires…. En las oraciones temporales (N = 38), el sujeto pronominal prefiere la posición después de la conjunción (66 %), como en (16a), que la anteposición (34 %), como en (16b). También en las oraciones condicionales (N = 41), el sujeto prono 8 Además, en las oraciones subordinadas relativas, el pronombre relativo a veces tiene una función de sujeto (p. ej. Es un viaje que me gustó). Esto puede afectar el uso del PS en una oración relativa como Es un viaje que (yo) quiero hacer, a pesar de que el verbo indica claramente el referente y el pronombre relativo tiene función de objeto. En cuanto a las oraciones coordinadas, el sujeto explícito en la segunda posición interrumpe el mayor grado de continuidad de tópico, que este tipo de oración establece, y se utiliza posiblemente por razones de procesamiento de la oración.
212 Discusión de la variación minal prefiere la posición después de la conjunción, como en (17a). No obstante, la anteposición del sujeto como en (17b) es mucho más baja (10 %). La posición del PS es independiente de su función informativa (puede ser tópico nuevo o familiar). Debe mencionarse que Bianchi/Frascarelli (2010) asumen que el aboutness-shift topic obedece a la restricción de cláusula principal. Según esta condición sintáctica, los PPSS en (16) y (17) deberían interpretarse como tópicos familiares, lo cual no se ha podido confirmar. La posición del sujeto en una oración compleja con diferentes oraciones subordinadas adverbiales debería estudiarse sistemáticamente dentro de un modelo sintáctico en un futuro estudio (véase, por ejemplo, Haegeman 2013). Se ha mostrado también que las oraciones principales o simples no se diferencian significativamente de las oraciones subordinadas en la primera posición en cuanto al uso del PS explícito. Finalmente, el uso del PS explícito ha sido menor en las oraciones subordinadas y las principales en la segunda posición. El hecho de que la expresión del PS disminuyera en la segunda posición tiene que ver sobre todo con el cambio de tópico, aunque no se trata de una condición. En muchos casos, el sujeto familiar o correferencial ha sido explícito incluso en la segunda posición dentro de una oración compleja (18): (18) a. En realidad, ∅i lo tomé de costumbre cuando yoi estudiaba inglés. b. ∅i Creo que yoi a mis hijos los mandaría a un colegio mixto. c. Cuando ∅i tuve que decidir si iba a actuar en política o no, yo tenía veinte años. d. ∅i No sé, yo i hacía deportes, ∅i trabajaba en el barrio donde yoi vivía. Es notable que el uso del PS explícito (18) haya ocurrido con verbos que presentan sincretismo con la tercera persona del singular (imperfecto, condicional). Sin embargo, la ambigüedad como factor fiable no se ha confirmado estadísticamente. Además, el pronombre ha sido realizado a menudo también con verbos sin ambigüedades morfológicas y omitido con verbos ambiguos. Así, no podemos hablar de una sobregeneralización del PS con este tipo de verbos. Tampoco el factor más fuerte (tema discursivo) logra explicar la variación en todos los casos como el de (18).9 9 Curiosamente, el estudio diacrónico de Dufter (2011) sobre el uso de los sujetos pronombres en el español medieval tardío evidencia que la expresión de los sujetos pronombres era muy frecuente en la posición preverbal en las oraciones subordinadas y sobre todo en las oraciones relativas sin que estos PS tuvieran funciones focalizadoras o contrastivas (Dufter 2011, 66–67).
Discusión de la variación
213
5.2.4 Discurso (estructura informativa, cambio de referencia y cambio de tema discursivo) La estructura informativa–más exactamente, la distinción entre el tópico nuevo y el tópico familiar–ha resultado el tercer factor más fuerte en el uso del PS. Recuérdese que la distinción entre el tópico nuevo y el tópico familiar es más importante en la aclaración del uso del PS que el cambio de referencia (entre dos tópicos familiares), que no ha tenido ningún efecto (cfr. 4.1.9). La variable ‘estructura informativa’ ha mostrado una tendencia evidente: el tópico nuevo, que representa siempre el cambio de referencia, favorece claramente el uso del PS explícito (27 %), pero no lo garantiza. En cambio, el sujeto como tópico familiar suele ser omitido, pero también puede ser expreso (expresión del PS en el 11 %). Desde este punto de vista, los resultados del presente estudio apoyan sólo parcialmente la teoría de Frascarelli (2007). Pese a que los sujetos en función de tópico familiar disminuyen el porcentaje del PS explícito, aún no refutan la forma explícita por completo. La posibilidad de expresar el PS en función de tópico familiar tiene que ver sobre todo con el factor ‘Tema discursivo (episódico)’, que ha resultado el factor más fuerte en la explicación del uso del PS explícito. Se ha observado que el PS explícito suele usarse como marcador del comienzo de un nuevo tema discursivo (episódico): en el 33 % de los casos, el PS ha aparecido en una frontera episódica, incluso cuando el sujeto pronominal es tópico familiar y no marca un cambio de referencia. En cambio, la aparición del PS explícito con el tema discursivo familiar y con la pausa temática ha sido bastante baja (8 % en el primer caso, 14 % en el segundo caso). En el modelo de regresión se ha confirmado este hallazgo, indicando que la chance de expresar el PS, cuando el tema discursivo cambia, es casi cinco veces mayor que con el tema (discursivo) familiar o la pausa temática. La expresión del PS como marcador de un tema (episodio) se expone en (19): (19) Mi abuela i murió, este, jueves pasado. ∅i Estaba muy vieja, ∅i tenía alzhéimer y… Ellai vivía en mi pueblo. El pronombre sujeto expreso ella (tópico familiar) coincide con la frontera de un episodio nuevo: primero la hablante comenta algo sobre el fallecimiento de su abuela (el primer tema de episodio); de repente, cambia del tema discursivo y explica que la abuela vivía en el mismo pueblo (el segundo tema de episodio). Esta tendencia se observó también en otras lenguas romances de aquella época (ibídem) y en los dialectos del español de la actualidad (véase por ejemplo Otheguy/Zentella/Livert 2007).
214 Discusión de la variación Debe mencionarse que Paredes Silva (1993) observó la misma tendencia en el portugués (de Brasil) escrito: el sujeto pronominal en forma nula disminuye claramente cuando la conectividad discursiva está alterada. Es decir, en el contexto aparece «un cambio abrupto de tópico [tema] discursivo, sin o con cambio de sujeto» (Paredes Silva 1993, 44). El uso del pronombre en función de marcador de una episode boundary se manifiesta también en otros idiomas. Van der Wal (2010) observó tal comportamiento en el uso de los demostrativos pronominales en makhuwa, una lengua pro-drop de la familia bantú hablada en Mozambique. Basándose en historias de rana (ingl. frog stories), Van der Wal descubrió que los demostrativos pronominales, usados de manera anafórica para la identificación del referente, aparecen a menudo para marcar el cambio de tópico o después de una frontera episódica, contextos en los cuales el referente es menos accesible (Van der Wal 2010, 199–200). El sujeto en makhuwa está siempre marcado en el verbo (independientemente de si el sujeto nominal pleno está presente o no) con el prefijo de concordancia (la marca de sujeto es ‘o’, véase el ejemplo 20a). En (20a’) tenemos un ejemplo con el comienzo de un episodio nuevo donde se usa el pronombre demostrativo (ólé) (en negrita). Este pronombre se refiere tanto al sujeto del contexto anterior (20a) como al sujeto posterior (20a’’). El último sujeto (20a’’) mantiene el mismo episodio (tema discursivo): (20) a. o-n-aá-wéha atthú SM- PRES- OM-ver gente a-n-ttótt-átsá errańcá iye SG- PRES-recoger- PL naranjas DEM ‘ve gente recogiendo esas naranjas’ a’. ólé oo-pácérá w-aá-rúwána DEM SM- PERF-empezar INF- OM-insultar ‘(él) empezó a insultarla’ a’’. o-h-aá-rúwana o-h-aá-rúwana SM- PERF- OM-insultar SM- PERF- OM-insultar ‘la insultó e insultó’ El resultado de la presente investigación y de los hallazgos en los dos estudios que acabamos de describir sobre otros idiomas del mundo indican que este factor ‘Tema discursivo’ tiene un papel muy importante en la organización del texto o del discurso, por lo cual debe considerarse como muy importante también en el uso del PS en español.
Discusión de la variación
215
Hasta ahora hemos discutido todos los factores lingüísticos examinados por el presente estudio. Hemos visto que estos factores explican un 25,1 % de la variación. Sin embargo, aún queda la cuestión de hasta qué punto los hablantes pueden haber contribuido a la variación.
5.2.5 Factor ‘Hablantes’ A pesar de que el presente estudio no es de tipo socio-lingüístico, resulta interesante comprobar las frecuencias de uso del PS explícito (en porcentajes) por parte de los 36 hablantes que formaron parte de las entrevistas (figura 44): 35% 30% 25% 20% 15%
17 %
10% 5% 0% 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36
Figura 44: Uso del PS explícito (en %) por parte de los 36 hablantes entrevistados, con la frecuencia promedia del PS explícito (17 %).
Como puede verse, las diferencias entre los hablantes son bastante grandes (modelo χ2(35)= 113,458, p=0.000). Sin embargo, al añadir el factor de los hablantes al modelo de regresión, el mejoramiento de los valores del modelo aumenta de R .251 a R .283. Esto significa que mientras que los factores lingüísticos mejoran la predictibilidad del modelo con un 25,1 %, el factor ‘Hablantes’ explica solamente un 3,2 % del uso del PS variable. Aunque este factor se muestra bastante débil en el resultado global, su tamaño de efecto (R .032) es casi tan grande como el de la ‘Persona Gramatical’ (el segundo factor más fuerte). ¿A
216 Discusión de la variación qué se deben las diferencias entre los hablantes? Un motivo puede ser la duración de las entrevistas: algunas entrevistas duraron 20 minutos, mientras que otras, 60 minutos. Otro motivo puede ser el contenido de las entrevistas: algunos hablantes hablaron más de asuntos generales (por ejemplo, política), otros más sobre diferentes experiencias personales (por ejemplo, conocimiento de su pareja). Seguidamente, algunos no utilizaron ni una sola vez el pronombre ustedes, cuyo uso supone más tasas del PS explícito. Todo esto pudo haber influido en el uso del PS. En cuanto a los factores extra-lingüísticos, los hablantes son de un grupo bastante homogéneo (edad 19–45, educación superior), aunque el fondo económico-social y otros aspectos sociales no han sido tomados en consideración y deben estudiarse aparte (cfr. Otheguy/Zentella/ Livert 2007). Para concluir, los factores examinados por el presente estudio han explicado un 25,1 % de la variación (.251 de R 2 de Nagelkerke). Si la medida de R 2 de Nagelkerke fuese .000, estos factores habrían explicado el 0 % de la variación, o sea, no tendrían ningún efecto en la variación. Y, al revés, si la medida de R 2 de Nagelkerke se acercara más al número 1, los factores establecerían casos categóricos. Así, con este método hemos podido comparar también los tamaños del efecto entre los factores particulares y determinar qué factores tienen un rol en el uso del PS y qué factores son menos significativos. En comparación con los factores lingüísticos examinados, el factor ‘Hablantes’ ha explicado solamente el 3 % de la variación. Esto ha confirmado la suposición de que los factores internos a lengua son más importantes en la explicación del fenómeno. Puesto que los factores examinados han indicado un efecto moderado sobre el uso del PS variable, cabe preguntarse: ¿Qué otros factores pueden mejorar aún más el modelo? En los siguientes párrafos se formulan algunas ideas y cuestiones para futuros estudios. La primera idea se ha planteado más arriba: ¿Influyen los marcadores discursivos en la omisión del PS? La idea es comprobar si la expresión del PS (en posición inicial de una oración) disminuye cuando la oración empieza con un marcador discursivo como, por ejemplo, en realidad. Los datos no han sido controlados teniendo en cuenta esta condición. Obsérvense las cuatro posibilidades-respuestas en un contexto tomado de los datos empíricos (21): (21) Enc. a. a’. a’’.
Contame cómo es un día típico tuyo. En realidad, ∅ me levanto a las seis y media. ∅ me levanto a las seis y media. Yo me levanto a las seis y media.
Discusión de la variación
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a’’’. En realidad, yo me levanto a las seis y media. Aunque el contexto aparece con la posibilidad (21a) en el corpus de datos, o sea, con el marcador discursivo y el pronombre omitido, es cuestionable si esta tendencia es sistemática o no. La segunda cuestión concierne el cambio del sujeto con la referencia presentada anteriormente en otra función sintáctica (objeto directo, objeto indirecto, pronombre posesivo). Por ejemplo, en una secuencia de dos oraciones como El paquete no mei ha llegado todavía. ∅i Voy a llamar al correo, el sujeto nulo (∅) representa el tópico nuevo correferente con el objeto indirecto (me) en la oración anterior. Es cuestionable si esto influye de manera significativa en el uso del PS variable o no (cfr. con la hipótesis PAS discutida en 2.4.2). El estudio de Paredes Silva (1993) sobre el portugués de Brasil (escrito) mostró que la aparición del referente en otra función sintáctica debilita la expresión del PS, en comparación con el cambio del sujeto sin la referencia presentada anteriormente en otra función sintáctica. No obstante, la diferencia no era muy grande en sus datos: el 30 % de los PPSS explícitos en el primer caso vs. el 36 % de los PPSS explícitos en el segundo (Paredes Silva 1993, 45). Otra cuestión que se plantea es que en el lenguaje coloquial la expresión del PS puede recibir un carácter emotivo, expresivo o afectivo como, por ejemplo, el uso del pronombre reflexivo llamado ‘dativo ético’ (p. ej. No te me vayas; Esta niña no me come). En checo (lengua pro-drop consistente) suele expresarse el pronombre sujeto en el lenguaje oral para obtener un tono de confianza, en el habla emocionada o para expresar asombro (véase Karlík/Nekula/Rusínová 1995; Zimová 1988). Además debe subrayarse que el habla espontánea puede contener también errores de actuación, los cuales son difíciles de determinar y separar de la variación. El mismo problema se plantea con los contextos que ofrecen una opcionalidad o variación ‘pura’, observada a menudo en las secuencias de preguntarespuesta: (22) a. Enc. ¿Qué ∅ hacés? b. Inf. Yo soy quinesiólogo. (23) a. Enc. ¿En dónde ∅ vivís? b. Inf. ∅ Vivo en Ugarteche y Cabellos. La variación ‘pura’ se ha podido observar también en varios contextos, en los cuales el hablante repitió el mismo contexto dos veces: una vez con el PS omi-
218 Discusión de la variación tido (∅) y una vez con el PS expreso, o al revés, una vez con el PS expreso y una vez con el PS nulo. Obsérvese que tal repetición ocurre sobre todo después de la intervención de otro hablante o después de una pausa temática: (24) a. Y después ∅ me junto con... Che, ¿querés? (ofreciendo un mate a otra hablante). Y después yo me junto con ella aparte. b. No, ∅ no noto mucha diferencia en... Por ejemplo en la presidenta, ¿no? Que es la figura principal del país... No, yo no noto. c. Yo te juro por mi vida que no. ∅ Te juro por mi vida. Nada, nada. A pesar de que el PS queda opcional en contextos como los de (24), la mayoría de los contextos en los datos empíricos del presente estudio ha indicado unas tendencias sistemáticas en cuanto a la expresión del PS. Aunque el presente estudio ha confirmado que los factores internos a la lengua tienen un rol muy importante en el uso del PS explícito, cabe preguntarse si hay alguna influencia ‘externa’ sobre el uso del PS por motivos de contacto con otras lenguas. El porteño actual es una variedad que surgió de una babel de idiomas y culturas (véase por ejemplo Abeille 1900; Fontanella de Weinberg 1987; Carricaburo 2005). Es sabido que diferentes dialectos del italiano, entre otras lenguas inmigratorias (por ejemplo, el gallego), influyeron de una manera significativa en el sistema lingüístico de los hablantes argentinos, y sobre todo de los porteños (véase Vidal de Battini 1964; Colantoni/Gurlekian 2004; McMahon 2004 entre otros). Como consecuencia de una gran inmigración desde Europa hacia Argentina en la segunda mitad del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, la situación lingüística en Buenos Aires pudo definirse como multilingüe y sobre todo bilingüe (activo o pasivo) español-italiano durante un largo período (véase por ejemplo Devoto 2002; Colantoni/Gurlekian 2004). Debe precisarse que muchos dialectos italianos hablados por los inmigrantes no son lenguas pro-drop prototípicas como el italiano estándar, por tener clíticos sujeto obligatorios (por ejemplo, el trentino; véase Saab 2009, 663). Aunque el porteño es una lengua pro-drop típica, se ha mostrado que los porteños suelen expresar el PS con más frecuencia que los hablantes de otras variedades del español de tipo estándar (véase por ejemplo, Soares da Silva 2006; Pešková 2011). Recuérdese que varias investigaciones también descubrieron diferencias sistemáticas entre varias lenguas pro-drop, por ejemplo, entre el portugués europeo y el español peninsular (Posio 2012a, 2012b) o entre el español y el catalán (De Prada Pérez 2009). El último estudio muestra que las diferencias entre el español y el catalán–en cuanto al uso del PS–tienen efectos en el bilingüismo español-catalán en Menorca, determinados como caso de con-
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vergencia (véanse también trabajos sobre el bilingüismo español-inglés en diferentes ciudades norteamericanas, por ejemplo, Flores-Ferrán 2004; Otheguy/Zentella/Livert 2007). Aunque el estudio de Nagy et al. (2011, 139) muestra que el italiano hablado (variedad calabresa) realiza el PS casi con la misma frecuencia que el porteño (20 %), cabe preguntarse: ¿Hay diferencias sistemáticas entre el uso del PS en los diferentes dialectos italianos (o incluso en el gallego) y el uso del PS en el EsP? Y si las diferencias existen: ¿Es posible que estas lenguas inmigratorias hayan intervenido en el uso del PS de los porteños? ¿De qué modo? Pese a que se trata de las lenguas pro-drop, no podemos excluir por completo una influencia potencial en el uso del PS. Todo esto ofrece unas interesantes cuestiones para ser consideradas en futuras investigaciones.
5.3 Discusión de los PPSS explícitos A diferencia de los estudios anteriores que tratan el uso del PS dentro de la variación, el presente estudio consideró en el análisis, al lado de los PPSS omisibles (tópico nuevo y tópico familiar), también todos los PPSS obligatoriamente explícitos (foco, tópico contrastivo, tópico desambiguador). Esta sección tiene el propósito de discutir las características sintácticas (5.3.1) y las características prosódicas (5.3.2) de todos los PPSS explícitos con las diferentes funciones informativas.
5.3.1 Posición de los PPSS explícitos Los sujetos pronominales ofrecen cinco órdenes de palabras diferentes, según lo detectado en los datos. Como hemos visto, el fenómeno observado representa claramente casos de variación sintáctica. Sin embargo, los diferentes órdenes de palabras no comprenden la verdadera opcionalidad (cfr. Müller 2003), dado que la posición del sujeto–por lo menos hasta cierto grado–depende de su función informativa. La primera posibilidad de orden de palabras es la de PS-V(SX) (p. ej. Nosotros decimos facultad; Ella vino de paseo a mi casa). Esta construcción es canónica y posible con todas las funciones informativas. No obstante, el foco puede ocurrir en este contexto bajo la condición de que esté marcado prosódicamente (realizado como L+H*+L) o vaya acompañado por un adverbio de foco (p. ej. Él también vino). La segunda posibilidad de orden de palabras es la de PS-SX-V-(SX), es decir, entre el PS y el verbo ocurre otro sintagma (p. ej. Yo este año estuve en Europa; Yo a Andrea la conocí hace ocho
220 Discusión de los PPSS explícitos años). Basándose en los datos del presente estudio, la opción PS-SX-V es permitida con los tópicos familiares y los tópicos nuevos, pero imposible con el PS en foco y con el PS como tópico desambiguador. Los dos últimos tipos de sujeto preceden el verbo inmediatamente (discutido más adelante). Las construcciones PS-SX-V con tópico contrastivo son muy marginales, ya que la mayoría de los PPSS contrastivos aparecen en posición preverbal inmediata. El tercer orden de palabras es el de (SX)-V-PS. La posición posverbal es posible con el tópico familiar, muy marginal con el tópico nuevo (restringida a la oración interrogativa y a la exclamativa) e imposible con el tópico contrastivo. El orden V-PS caracteriza sobre todo las construcciones con el sujeto en foco. Es decir, el foco prefiere la marcación sintáctica, de modo que el sujeto se traslada al margen derecho de oración (p. ej. Yo no lavo, lava ÉL). La cuarta posibilidad es también con el PS posverbal, pero entre este y el verbo se encuentra otro sintagma: (SX)V-SX-PS. Esta construcción se ha observado solamente con el PS en función de tópico familiar interpretado como ocurrencia tardía (p. ej. Ahí tenemos un departamento, nosotros). Sin embargo, es posible incluso que este orden sea aceptable con los focos. En los datos recogidos mediante un experimento de producción, Gabriel (2010, 211) detectó que los hablantes porteños producen– aunque de manera muy marginal (4 %)–las construcciones de orden (VOS), que solicitan una situación como ‘¿Quién compra el diario en el kiosco?’. No obstante, delante del verbo va un complemento circunstancial topicalizado (subrayado): En el kiosco compra el diario María. En los datos del presente estudio no se pudo comprobar el orden de palabras VOS (o mejor dicho VOPS) dado que casi todos los PPSS focales ocurren con verbos copulativos, inacusativos o intransitivos (p. ej. ser, ir, mover, seguir, pelearse), los cuales no requieren un objeto directo. Aquí, debemos subrayar que el habla espontánea presenta generalmente informaciones limitadas, es decir, estos datos no ofrecen todas las posibilidades estructurales y sintácticas que se dan dentro de un sistema lingüístico. Por ende, los estudios futuros deben examinar la variación sintáctica en más detalle y de modo sistemático, aplicando también otros métodos experimentales (por ejemplo, juicios de aceptabilidad, experimentos de producción, etc.). La quinta y última configuración sintáctica hallada en los datos es la de SX-PS-V. Este orden de palabras, no obstante, es menos frecuente: se ha detectado solamente dos veces con el tópico familiar y dos veces con el tópico nuevo (discutido más abajo). Debe apuntarse que los PPSS en el EsP prefieren claramente la posición preverbal (92 %) a la posición posverbal (8 %). No obstante, los PPSS focales están en la posición pospuesta en el 57 % de los casos, mientras que los PPSS tópicos en sólo el 3 %. Los PPSS como tópicos en posición posverbal son menos
Discusión de los PPSS explícitos
221
frecuentes en esta variedad en comparación con algunas otras variedades del español. El estudio de Posio/Pešková (2015) sobre el uso del verbo decir muestra que la proporción de sujetos posverbales (tanto pronominales como nominales) es mucho más alta en el español peninsular (48 %) que en el español argentino (13 %) (Prueba de Fisher; p = 0.000). La diferencia entre las dos variedades es aún más patente con los verbos decir de tipo cuotativo: en el español argentino el sujeto posverbal (nominal o pronominal) ocurre solamente en el 6 % de los casos (N = 64), mientras que en el español peninsular, en el 52 % de los casos (N = 67) (Prueba de Fisher; p = 0.000): (25) a. Dice: «Bueno, y ¿cuándo se casa?» Y dice Andrés: «El 14 de junio.» b. Dice: «Bueno, pues na.» Le dije yo, digo: «Oye, ¿mañana te podría yo localizar en algún sitio?» (Español peninsular: COREC)10 En el EsP, la posposición del sujeto en estas estructuras ocurre cuando el verbo cuotativo viene después del discurso directo, el cual funciona de esta manera como objeto antepuesto (como en el orden de palabras OVS): (26) a. «Guau, besotes es argentino» le decía yo. b. «¡Claro!» dijo Carina.
(Corpus BA)
Además, en el EsP hay más PPSS explícitos con el verbo decir (20 %) que en el peninsular (14 %), (Prueba de Fisher; pH*), el tono descendente (H+L*), el tono bajo (L*) o el tono alto (H*), los cuales ocurren en los datos con distribuciones diferentes. Recuérdese que el estudio de Frascarelli/Hinterhölzl (2007) (cfr. de Frascarelli 2007) sobre el italiano indicó que el tópico nuevo está realizado siempre con un tono ascendente, el tópico contrastivo, con un tono alto, y el tópico familiar, con un tono bajo. El estudio, no obstante, no especificó a base de qué cantidad de datos se hicieron las generalizaciones. A diferencia de los resultados de Frascarelli/Hinterhölzl (2007) y Frascarelli (2007), en el EsP no hay categorías tonales tan unívocas con respecto a las diferentes funciones de los tópicos. Se ha detectado solamente una tendencia estadísticamente significativa: mientras que el tópico contrastivo prefiere al lado del L+H* también el tono alto (H*), todos los demás tópicos prefieren el tono bajo (L*). La última realización tonal es casi imposible con el tópico contrastivo. Cabe señalar que el tópico (familiar) dislocado a la derecha está siempre marcado con el tono bajo (L*) y separado de la unidad prosódica anterior con un tono de frontera bajo (L-). Además, se ha podido observar que los tópicos desambiguadores son prosódicamente menos prominentes que los focos o los tópicos contrastivos (las tres funciones pertenecen a la categoría con el PS obligatoriamente explícito). Esto favorecería el hecho de que el tópico desambiguador sea o bien el tópico nuevo o el tópico familiar, cuya función sirve simplemente para deshacer ambigüedades referenciales y/o morfológicas verbales en los contextos semánticamente no predictibles.
230 Discusión de los PPSS explícitos A esto se puede añadir que el sujeto en función de tópico puede pero no tiene que estar seguido por un tono de frontera intermedia alto (H-) o por una pausa: sólo el 29 % de los tópicos va seguido por una frontera prosódica. Además los pronombres monosilábicos (yo, vos, él) presentan claramente menos fronteras prosódicas (14 %) que los pronombres más ‘largos’ (nosotros, ustedes, ella, ellos) (49 %). No obstante, otros estudios sobre la entonación de las dislocaciones muestran otras tendencias en español: por ejemplo, Feldhausen (2013; 2015/aceptado) mostró que las dislocaciones a la izquierda tienen en español una frontera obligatoria independientemente de la longitud de palabra. La divergencia entre los dos estudios puede deberse a varios motivos. Primero, Feldhausen no examina sujetos dislocados, sino objetos como tópicos familiares (p. ej. El águila de Málaga, la vendió mi hermano). Segundo, Feldhausen examina el español peninsular en el habla leída y el presente estudio la variedad argentina en el habla espontánea, lo cual puede explicar también los resultados diferentes. Además, el estudio piloto de Feldhausen/Patin (2010) muestra que incluso los objetos dislocados en el EsP no son caracterizados por una frontera prosódica obligatoria (en contraste con el español peninsular), con lo cual tienden a asemejarse a los PPSS explícitos, analizados en el presente estudio. Es sabido que cada idioma o cada dialecto muestra junto con diferentes realizaciones tonales también diferentes tendencias en cuanto al fraseo prosódico. Basándose en el habla leída, los estudios comparativos de D’Imperio et al. (2005) y Frota et al. (2007) muestran que el español peninsular, el catalán y el portugués europeo del norte prefieren generalmente una frontera prosódica después del sujeto en las oraciones canónicas simples, mientras que el italiano y el portugués europeo estándar realizan tales frases en una unidad prosódica. En cuanto al EsP, Pešková/Gabriel/Feldhausen (2011) mostraron que el porteño exhibe tendencias similares al español peninsular en el habla leída, pero el mismo dialecto se asemeja más al patrón italiano en el habla semiespontánea. Volviendo a las realizaciones tonales de los diferentes tópicos, la observada variabilidad puede tener varios motivos. Por ejemplo, se ha observado que el tono ascendente L+>H* ocurre a menudo en contextos donde el sujeto está seguido por un clítico (p. ej. Y vos me mandaste el email) (véase figura 45) y el tono H+L* después de una frontera alta (H-) (véase figura 46):
Fundamental frequency (Hz)
Discusión de los PPSS explícitos
300
0
0.5
231
1
250 200 150 100 50
L+>H* y vos
L+>H* me
mandaste
L+¡H*
H-
el email
Y vos me mandaste el email...
Figura 45: Sujeto pronominal vos realizado con un tono L+>H*.
En la frase Y vos me mandaste el email (figura 45), el acento tonal asociado con el sujeto pronominal (vos) es ascendente y su pico alcanza la sílaba postónica, en este caso, el clítico me. Los clíticos son elementos átonos que se comportan sintácticamente como una palabra, pero fonológicamente son dependientes de una palabra que lleva acento prosódico (aquí el pronombre tónico vos).13 En la siguiente figura (46), se expone un ejemplo del acento tonal descendente (H+L*), asociado con el sujeto pronominal yo en la frase yo tenía veinte años. Ya que el sujeto está en posición prenuclear, su realización esperada sería L+H* en esta variedad. Obsérvese que el acento tonal H+L* ocurre directamente después del tono de frontera alto (H-), que demarca el material fonológico anterior (si iba a actuar en política o no):
13 Algunos presumen que los PPSS en ciertas variedades del español caribeño tienen variantes átonas, que se comportan como clíticos (Lipski 1977; Contreras 1989; tomado de Zagona 2002, 72). Para poder decir o comprobar si también algunos PPSS en el español argentino tienen variantes ‘clíticas’ deben estudiarse las propiedades fonéticas de los clíticos en esta variedad en más detalle.
Fundamental frequency (Hz)
232 Discusión de los PPSS explícitos
300
0
0.5
1
250 200 150 100 50
H- H+L* yo
(L*) tenía
L+H*
L*
veinte
Haños
(Si iba a actuar en política o no), yo tenía veinte años...
Figura 46: Sujeto pronominal yo realizado con un tono descendente (H+L*) después de un tono de frontera alto (H-).14
Debemos recordar que el Modelo Métrico-Autosegmental describe el sistema entonativo de una lengua al nivel fonológico. No obstante, es problemático a veces establecer una diferencia clara y definida entre lo fonético y lo fonológico, sobre todo en cuanto a la realización tonal de los acentos prenucleares. Por lo cual, el presente estudio ha utilizado los etiquetajes de manera fonética. Al volver a los ejemplos anteriores mencionados arriba, se asume que los tonos [L+>H*] y [H+L*] (figuras 45 y 46) son realizaciones fonéticas del tono subyacente /L+H*/, lo cual podría captarse con las siguientes reglas: (45) a. /L+H*/ → b. /L+H*/ →
[L+>H*] / __ palabra átona (p. ej. clítico) [H+L*] / H- __
Así pues, en un estudio futuro deben considerarse también otros factores y analizar no solamente el acento tonal asociado con una sola palabra como el pronombre sujeto, sino investigarlo dentro de un contexto mucho más amplio. En los datos del presente estudio se ha observado que el sujeto pronominal puede 14 El acento tonal podría etiquetarse también con un tono L* en vez de H+L* porque el tono está alto por la frontera intermedia H- anterior. Se utiliza la segunda opción para indicar el descenso dentro de la sílaba tónica.
Discusión de los PPSS explícitos
233
Fundamental frequency (Hz)
tener el pitch range (rango de tono) diferente–más bajo o más alto–en comparación con otros acentos tonales hallados dentro de la misma unidad fonológica. Aunque en español una oración declarativa debería tener una forma de ‘tobogán’, es difícil obtener esta forma de F0 en los datos espontáneos. Obsérvese la figura (47): el PS vos se realiza con un tono ascendente L+>H* y va seguido por el verbo podés, que recibe una prominencia dentro de la unidad prosódica. Esta prominencia es correlativa al pico más alto del acento tonal (L+¡H*) dentro de la unidad prosódica:
180
0
0.5
1
1.5
154 128 102 76 50
L+>H* vos
L+¡H* no podés
(L*)
L+H*
tener
Ljueces
Vos no podés tener jueces (...)
Figura 47: Sujeto pronominal vos dentro de una unidad prosódica (Vos no podés tener jueces).
En cambio, el ejemplo siguiente (figura 48) muestra que el pico tonal del PS explícito yo es el más alto dentro de la misma unidad prosódica, a pesar de que la realización tonal de la palabra calma en posición nuclear es también matizada:
Fundamental frequency (Hz)
234 Discusión de los PPSS explícitos
0
400
0.5
1
1.5
330 260 190 120 50
H+L* sí
L- L+H* yo
L+H* me lo tomo
L+¡H*+L
L%
con calma
Sí, yo me lo tomo con calma.
Figura 48: Sujeto pronominal yo dentro de una unidad prosódica (Yo me lo tomo con calma).15
Los acentos tonales de los PPSS tienen el pico más alto dentro de una unidad prosódica en el 33 % de los casos con el tópico familiar, en el 37 % de los casos con el tópico desambiguador y en el 43 % de los casos con el tópico nuevo, mientras que en más del 70 % de los casos tienen el pico con el foco o el tópico contrastivo. Así, los sujetos más accesibles (Tf) tienden a tener el pico tonal más bajo que los sujetos menos accesibles (Tc, F) en el contexto. También otros estudios dentro del ToBI hacen notar que las diferentes alturas del pico tonal pueden tener varios significados pragmáticos. Por ejemplo, el estudio de percepción de Borràs-Comes/Vanrell/Prieto (2014) muestra una diferencia categórica con respecto a los acentos nucleares entre las declarativas (L+H*) y las preguntas eco (L+¡H*) en catalán (véase también Vanrell 2006a, 2006b). Al final, hay que añadir que el presente estudio tampoco ha considerado otros fenómenos suprasegmentales como la duración o la intensidad. Así, es posible que, por ejemplo, un acento tonal bajo con una intensidad muy alta pueda tener un efecto (perceptible) más prominente que un tono alto con una intensidad baja. Para detectar estas diferencias y precisar el sistema fonológico de una variedad, hay que llevar a cabo más investigaciones experimentales tanto de producción como de percepción. 15 El acento tonal L+H* de la palabra tomo es más perceptible que visible.
Discusión de los PPSS explícitos
235
Conclyendo esta sección, el presente estudio ha demostrado que los contornos entonativos de los PPSS son variables, por lo cual no son capaces de definir las funciones informativas de los sujetos pronominales como se asume en Frascarelli (2007) y Frascarelli/Hinterhölzl (2007). Así, se siguen las conclusiones de Féry (2007, 161), que dice: It is a common mistake that information structural categories are expressed by invariant grammatical correlates, be they syntactic, morphological or phonological. It is rather the case that grammatical cues help speaker and hearer to sort out which element carries which information structural role, and only in this sense are the grammatical correlates of information structure important.
En este sentido, se apoyan también las conclusiones del estudio de Struckmeier (2014)–sobre el fenómeno scrambling en alemán–que la estructura informativa en sí no puede influir la sintaxis, pero la sintaxis junto con la semántica y la fonología influyen sobre el orden de palabras.
6 Resumen y conclusión Desde hace por lo menos cuarenta décadas, el tema de la omisión del sujeto en lenguas como el español ha llamado la atención a muchos lingüistas funcionalistas, estructuralistas, generativistas o sociolingüistas. El presente estudio acaba de presentar el uso del sujeto pronominal en el español hablado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (porteño) tanto desde la perspectiva gramatical (teórica) como desde la perspectiva empírica (variacionista). Los objetivos principales de la presente investigación eran definir el uso categórico y variable del PS nulo vs. explícito y describir los correlatos sintácticos y prosódicos de todos los PPSS explícitos con diferentes funciones discursivas. Así, a diferencia de los estudios variacionistas anteriores (por ejemplo, Otheguy/Zentella/Livert 2007), el presente estudio ha incluido todos los PPSS explícitos–tanto omisibles como categóricos–dentro del análisis y ha descrito sus características discursivas, sintácticas y prosódicas. Y, a diferencia de los gramáticos tradicionales o generativistas (por ejemplo, Alarcos Llorach 1994; Frascarelli 2007; RAE 2009–2011), el estudio ha comprendido también la variación (el uso del PS variable) dentro del análisis y ha discutido varios factores que influyen sobre ella. Para estos objetivos se ha analizado un corpus de lenguaje oral proveniente de entrevistas libres, que fueron llevadas a cabo en Buenos Aires en 2008 y 2009 con 36 hablantes monolingües del EsP. La estudiada variedad ha sido definida como lengua de sujeto nulo consistente (en términos de Biberauer et al. 2010). Aunque hay estudios que rechazan esta denominación y argumentan que el español es más bien una lengua con la expresión de sujeto variable (discutido en 5.1), el presente estudio ha asumido que la gramática (en sentido de la core-grammar) requiere el PS nulo como forma no marcada (predeterminada) y el PS explícito como forma marcada en el EsP. A favor de esta suposición hablan los datos empíricos analizados en el presente estudio: mientras que la posición del PS ha quedado vacía en el 90 % de los casos, el PS ha sido expresado en sólo el 10 % de todas las frases finitas (N = 10.748). Debe añadirse que este número total comprende, además de las oraciones personales, también todas las oraciones impersonales que requieren el sujeto nulo categórico. Puesto que los dos tipos de oraciones forman parte indispensable de un sistema lingüístico, en la cuantificación de los datos las oraciones impersonales no han sido desechadas del resultado global. De todos modos, los resultados de la variación, que cubren solamente las oraciones personales con el uso del PS variable (N = 4.493), muestran que el PS explícito sigue siendo la forma marcada (17 %). También se ha podido confirmar la hipótesis inicial según la que la expresión del PS en español no tiene un valor
Resumen y conclusión
237
estrictamente gramático–en sentido (morfo)-sintáctico–, sino en primer lugar un valor discursivo-pragmático. Una cuestión fundamental de la presente investigación ha sido: ¿Qué factores determinan el uso del PS explícito? Tradicionalmente, se han dado cuatro explicaciones principales sobre el uso del PS explícito en español (véase por ejemplo, Silva-Corvalán 1982, 2001; Alarcos Llorach 1994; Lu 1997; RAE 2009–2011, Frascarelli 2007): — ambigüedad de formas verbales, — contraste o tópico contrastivo, — énfasis o foco, — cambio de referencia o introducción de tópico nuevo. No obstante, estas explicaciones han resultado muchas veces problemáticas por la definición o por una inadecuación empírica. El presente estudio ha intentado solucionar algunas cuestiones dudosas. En cuanto a la primera explicación (‘sincretismo de formas verbales’), se ha observado que en algunos contextos, en los cuales el verbo tiene una forma ambigua, los PPSS son imprescindibles de expresar, mientras que en otros contextos son omisibles. Asimismo, las investigaciones anteriores basadas en corpus de español hablado (o escrito) han presentado a menudo resultados opuestos acerca del uso del PS con las formas verbales que presentan sincretismo. Mientras que algunos estudios han indicado que las formas verbales favorecen el uso del PS explícito, otros han mostrado lo contrario. El presente estudio ha mostrado que la ambigüedad morfológica verbal garantiza la expresión del PS solamente bajo ciertas condiciones y ha propuesto una categoría nueva para estos PPSS obligatorios: tópico (o sujeto) desambiguador. La introducción de esta categoría ha sido necesaria para distinguir la expresión del PS obligatoria del uso variable en los contextos morfológica- y contextualmente ambiguos. De este modo, el presente estudio ha ofrecido una explicación plausible a la expresión del PS obligatoria con las formas verbales que presentan un sincretismo del verbo entre la primera y la tercera persona del singular (por ejemplo, yo/ella hablaba) o una ambigüedad referencial dentro de la tercera persona (por ejemplo, él/ella/usted habla). A lo largo de la sección 2.4.1 se ha argumentado que la ambigüedad en sí no cumple ningún rol en la expresión o la omisión del sujeto cuando la información es accesible o predecible por el contexto. Esto no significa que todos los PPSS utilizados con las formas verbales ambiguas sean tópicos desambiguadores. El hecho de que el PS (no desambiguador) se exprese a menudo con las formas verbales sincréticas tiene que ver con otros factores como la introducción de un tópico nuevo o un cambio de tema discursivo / episódico. Basándonos en los datos empíricos del
238 Resumen y conclusión presente estudio, podemos concluir que la relación entre el uso del PS y la morfología verbal es solamente indirecta. En cuanto a la segunda explicación (‘contraste’), la sección 2.4.4.2.1 ha presentado una amplia discusión sobre si el PS debe ser siempre explícito o no en el contexto contrastivo. Se ha observado que el término ‘contraste’ a veces tiene interpretaciones borrosas y aplicaciones más amplias en diferentes estudios anteriores. Por tanto, se ha propuesto que el PS debe ser obligatoriamente explícito solamente cuando lleve la función de tópico contrastivo. Este tipo de tópico, introducido generalmente como nuevo en el discurso, establece un contraste entre dos o más personas y significa que mientras que otra(s) persona(s) hace(n) una cosa ‘x’, [Tc PS] hace una cosa ‘y’. Varios estudios asociaban el contraste con el foco. Aunque el PS en función de foco contrastivo tampoco es omisible, debe hacerse una distinción entre el PS focal (contrastivo) y el PS en función de tópico contrastivo. En primer lugar, sus papeles discursivos son diferentes y en segundo lugar, sus propiedades entonativas también son diferentes. Dado que las investigaciones empíricas no han definido o aplicado las funciones informativas como foco o tópico de una manera coherente, en la sección 2.4.4 se ha prestado especial atención a estas nociones. A semejanza del término ‘contraste’, el concepto de ‘énfasis’ o ‘foco’ (tercera explicación) también ha quedado poco claro en muchos estudios sobre el uso del PS en español. Siguiendo diferentes investigaciones sobre la estructura informativa, el PS focal se ha definido como una variable o una opción entre varios candidatos (p. ej. ¿Quién hace esta cosa? [F PS] hace esta cosa). A menudo, ‘énfasis’ y ‘foco’ se utilizan como sinónimos. Si el sujeto es enfático, en el sentido de que es sobresaliente en la expresión o entonación dentro de una unidad prosódica y realizado con un tono ascendentedescendente en la observada variedad, debe analizarse como foco (véase 2.4.4.3). Sin embargo, hay que tener en cuenta que el foco no siempre tiene que ser enfático mientras los hablantes utilicen otras estrategias de focalización. El foco puede expresarse mediante una frase hendida (p. ej. Soy YO quien te llamó), un adverbio focal (p. ej. YO también lo conozco) o una estructura sintácticamente marcada (p. ej. El diario lo compré YO). Además, muchos estudios anteriores utilizan argumentos refiriéndose al ‘énfasis’ para explicar el uso obligatorio del PS explícito. Sin embargo, ninguno de los estudios llevó a cabo un análisis prosódico. El presente estudio es el primer trabajo sobre el uso del PS en español que ha analizado sistemáticamente y ha descrito las características tonales de los PPSS explícitos dentro del Modelo MétricoAutosegmental. Aunque hemos visto que este modelo y el etiquetaje ToBI tienen
Resumen y conclusión
239
varias limitaciones relacionadas con el sistema fonológico-entonativo de una lengua (para una crítica al respecto, véase por ejemplo Breen et al. 2012), no olvidemos que el presente estudio ofrece la primera descripción tonal de los PPSS en una variedad del español, y el ToBI es una herramienta adecuada para investigar y sistematizar las características prosódicas de ellos. Y finalmente, según la última explicación debe utilizarse el PS explícito para indicar el cambio de referencia o para introducir un tópico nuevo en el discurso. Aunque los dos conceptos parecen equivalentes, se ha argumentado que el PS que indica un cambio de referencia con respecto al sujeto en la oración anterior, no tiene que ser necesariamente un tópico nuevo, porque puede haber dos tópicos familiares paralelos. En los datos empíricos del presente estudio han surgido dos cuestiones para aclarar: (1) el sujeto es implícito aunque marca el cambio de referencia o lleva la función de tópico nuevo; y (2) el sujeto es explícito aunque mantiene la referencia con respecto al sujeto anterior. En cuanto a la primera cuestión, el sujeto nulo es una forma predeterminada, por lo cual, la omisión del PS no resulta problemática en una lengua pro-drop, dado que la referencia puede descifrarse por la morfología verbal y/o por el contexto. En cuanto a la segunda cuestión, la expresión del PS en función de tópico familiar (asumido o continuo), es un argumento contra la teoría de que siempre que se exprese el pronombre, señala la introducción de un tópico nuevo (Frascarelli 2007, 694). Los datos del presente estudio han mostrado que el uso del PS es posible y frecuente incluso con los tópicos familiares: casi el 70 % de estos PPSS explícitos ha coincidido con una pausa temática o con la frontera de un episodio nuevo, el factor más fuerte que influye sobre la variación. Dado que no resulta siempre obligatorio (categórico) expresar u omitir el PS, se ha objetado que el uso del PS sea un asunto probabilístico, es decir, relativo al cálculo de probabilidades (véase por ejemplo, Cedergren/Sankoff 1974; Otheguy/Zentella/Livert 2007). Así, el presente estudio ha pretendido describir e interpretar la variación del uso del PS en el EsP, utilizando métodos estadísticos (regresión logística). Antes de cuantificar el uso del PS variable, la tarea inicial e importante de la investigación era determinar la distribución complementaria entre los PPSS nulos y los PPSS explícitos categóricos. Así, se ha determinado la relación entre las dos categorías, en la cual una no puede estar en lugar de la otra porque causaría oraciones agramaticales (p. ej. *Él llueve) o llevaría a significados diferentes: por ejemplo, el enunciado Llaman a la puerta puede ser genérico ‘Alguien llama a la puerta’, en cambio, la oración Ellos llaman a la puerta es siempre de interpretación determinada en la mayoría de los dialectos del español. Así, si la oración es genérica, el sujeto tiene que ser omitido. Se ha
240 Resumen y conclusión asumido que los PPSS pueden omitirse por razones discursivo-pragmáticas, semánticas y/o sintácticas (véase sección 3.2.2). En cambio, el PS explícito categórico está vinculado siempre con su función informativa dentro del contexto, si no es que el PS ocurre en las expresiones fijas (véase sección 3.2.3). El presente estudio ha argumentado que la expresión del sujeto se garantiza si el PS tiene función de foco, de tópico contrastivo o de tópico desambiguador. Otras dos categorías informativas–tópico nuevo y tópico familiar–presentan un uso del PS variable, es decir, pueden tener la forma nula o la forma explícita. En el análisis de los datos, después de haber excluido todos los casos categóricos, se ha contabilizado que el PS ha sido omitido en el 83 % y expresado en el 17 % de todas las oraciones. A continuación, se ha investigado cuáles de los factores influyen en el uso del PS variable. El objetivo ha sido determinar factores que favorecen la expresión del PS. Aplicando los modelos de regresión, se ha observado qué factores (variables independientes) tienen un mayor efecto en la expresión del PS. El efecto de tal ‘fuerza’ se ha medido utilizando el coeficiente de R2 de Nagelkerke, que mide si hay una relación entre la variable dependiente (el uso del PS explícito vs. implícito) y una variable independiente (por ejemplo, la persona gramatical). Cuanto mayor se ha observado el tamaño del efecto, mayor ha resultado la relación o la asociación entre los grupos. Si no se ha detectado ningún efecto de las variables examinadas, significa que estas no tienen un papel importante en el uso del PS. Siguiendo varios trabajos variacionistas anteriores, el presente estudio ha examinado once factores internos al sistema de lengua. En los modelos de regresión logística, los factores con ninguna o poca influencia sobre la expresión del PS han sido el ‘Tiempo y modo verbal’ (con excepción de la primera persona del plural), el ‘Cambio de referencia (entre dos tópicos familiares)’, la ‘Reflexividad’, la ‘Especificidad del sujeto’ y, por último, la ‘Ambigüedad morfológica y contextual’ en contextos semánticamente predecibles. En cambio, la ‘Semántica verbal’, el ‘Tipo de oración’ y el ‘Tipo de cláusula’ han exhibido efectos moderados. Siguiendo la propuesta de Frascarelli (2007), Adli (2011) y otros, se ha averiguado si la ‘Estructura informativa’ (aquí la distinción entre el sujeto como tópico familiar y el sujeto como tópico nuevo) es el factor más ‘fuerte’. En efecto, el PS como tópico nuevo tiende a tener la forma explícita y el tópico familiar la forma nula. No obstante, en los modelos de regresión se han detectado otros dos factores aún más fuertes o importantes en la aclaración del uso del PS: el ‘Tema discursivo’ y la ‘Persona gramatical’. La importancia del último factor fue reportada en todos los estudios empíricos anteriores (por ejemplo, Lu 1997; Otheguy/Zentella/Livert 2007; Posio 2012b; Pešková 2013). Los datos del presente estudio también han mostrado que el PS explícito exhibe diferentes
Resumen y conclusión
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frecuencias según la persona gramatical: el PS yo fue realizado en el 22 % de los casos, seguido por los pronombres de segunda persona (ustedes 19 % y vos 15 %), por los pronombres de tercera persona (él/ella 11 % y ellos/ellas 6 %) y, por último, por el pronombre nosotros (5,5 %). Se ha sugerido que el bajo uso del PS con las terceras personas y con la primera persona del plural puede asociarse con el hecho de que estos pronombres deben o suelen tener un antecedente en el discurso (p. ej. mi hermano, mis hermanos en el caso de la tercera persona; yo con mi hermano en el caso de la primera persona del plural). La baja frecuencia del pronombre nosotros (explícito) podría tener incluso un motivo etimológico: el hecho de que evolucionara del pronombre antiguo ‘nos’ y la palabra ‘otros’ hace que su forma explícita tenga un matiz contrastivo, por lo cual se suele omitir (véase Posio 2012b). Debe apuntarse que la primera persona del plural se ha comportado de modo muy particular e individual en comparación con otras personas, ya que el factor con el efecto más fuerte sobre el uso del PS ha sido el factor ‘Tiempo y modo verbal’. Se ha mostrado que la expresión del pronombre nosotros, que en estos datos empíricos tiene siempre valor exclusivo con respecto al oyente, predomina en el presente y en el imperfecto. El presente estudio no se ha atrevido dar una explicación plausible a este resultado. Seguidamente, el alto uso de la forma explícita del pronombre ustedes puede tener una explicación léxica: el pronombre usted(es) evolucionó del tratamiento cortés ‘vuestra merced’ y así suele expresarse con mucha frecuencia sin que sea contrastivo (cfr. RAE 2009–2011). En cuanto a la primera y la segunda persona del singular, estas exhiben un alto uso del PS explícito, a pesar de ser referencias más ‘accesibles’ dentro de una situación comunicativa. El hecho de que el yo aparece a menudo al principio de una narración, sobre todo de un episodio nuevo (incluso cuando no concuerda con el verbo finito como en Yo, me gusta mucho comer), indica que este pronombre tiende a funcionar como marcador discursivo en estos contextos. En cuanto al PS explícito de la segunda persona del singular, el pronombre vos suele utilizarse sobre todo en las oraciones declarativas en función de tópico nuevo. En las oraciones interrogativas, este pronombre prefiere la forma nula. El resultado global ha mostrado que el ‘Tema discursivo’ resulta el factor más fuerte o el más importante en el uso del PS explícito a través de todas las personas gramaticales (menos la primera persona del plural). Esto significa que el uso del PS explícito coincide con la frontera de un episodio nuevo dentro del discurso aunque la referencia del sujeto se mantiene. Esta tendencia se ha observado también con los sujetos pronominales en el portugués brasilero (Paredes Silva 1993) y con los demostrativos pronominales, usados para la identificación del referente en el discurso, en makhuwa (Van der Wal 2010). El uso del PS en la frontera de un
242 Resumen y conclusión tema episódico (discursivo) nuevo se puede explicar con la Teoría de Accesibilidad (Ariel 1990, 2001). Esta teoría conjetura que los PPSS explícitos se interpretan como referentes menos accesibles que los sujetos nulos. Además, la jerarquía de accesibilidad está determinada también por varios factores discursivo-pragmáticos: los datos del presente estudio han mostrado que tanto el cambio de tópico como el cambio de tema ‘episódico’ favorecen claramente el uso del PS explícito porque establecen contextos en los cuales el referente es menos accesible. El único problema de esta teoría es el uso del PS con las personas deícticas (primera y segunda persona), las cuales exhiben un uso del PS explícito más alto, a pesar de ser más accesibles o salientes, que las terceras personas. Hasta ahora hemos resumido la variación del uso del PS explícito y nulo y hemos mencionado que los PPSS pueden tener una de las cinco funciones informativas: foco, tópico contrastivo, tópico desambiguador, tópico nuevo y tópico familiar. Siguiendo la Teoría de Accesibilidad, podría decirse que el foco representa el elemento menos accesible y el tópico familiar recibe el grado máximo de accesibilidad por lo cual aparece a menudo en forma nula. El siguiente asunto ha sido observar si los sujetos con las diferentes funciones informativas tienen también correlatos sintácticos y entonativos en relación 1:1. Se ha observado que los PPSS con diferentes funciones discursivas muestran una variación sintáctica y fonológica. En cuanto a la sintaxis (aquí: el orden de palabras), el PS en foco suele posicionarse al margen derecho de la oración, mientras que los tópicos son casi siempre preverbales. También debe subrayarse que entre el verbo y el sujeto como foco y tópico desambiguador no aparecen otros tópicos. Es decir, estos sujetos preceden o siguen el verbo inmediatamente, a diferencia de los demás tópicos. El tópico nuevo y el tópico familiar tienen el mayor grado de flexibilidad sintáctica y permiten que intervengan otros elementos sintácticos como, por ejemplo, Yo a Andrea la conocí hace ocho años. Estos tipos de tópico prefieren la posición preverbal en la oración, aunque el tópico familiar también puede estar dislocado a la derecha (p. ej. Tomamos mates, nosotros). En cuanto a las propiedades entonativas de los PPSS explícitos, el sujeto focal en posición preverbal suele realizarse con un tono ascendente-descendente en el EsP, etiquetado como L+H*+L (véase también Gabriel et al. 2010). Cuando el sujeto en foco está marcado sintácticamente, es decir, cuando está colocado al margen derecho de la oración (p. ej. El diario lo compré YO), el sujeto puede obtener, al lado de la realización tritonal (L+H*+L), otras realizaciones tonales (véase 4.2.1). Asimismo, se ha observado que el foco puede expresarse también mediante un adverbio focal o mediante una frase hendida. En estos dos casos, el foco suele ser
Resumen y conclusión
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prosódicamente menos prominente. A diferencia de los focos, el acento tonal representativo de los tópicos es ascendente (L+H*). Así pues, podemos decir que hay una diferencia fonológica constante entre los sujetos en función de foco y los sujetos en función de tópico: el tópico no puede ser realizado con un tono tritonal (L+H*+L). Sin embargo, no tenemos ninguna diferencia sistemática en cuanto a la realización tonal entre los diferentes tipos de tópico, ya que todos los tópicos prefieren el tono ascendente (L+H*), una realización típica de los acentos prenucleares en esta variedad del español. Este hallazgo se diferencia de los de Frascarelli/Hinterhölzl (2007), que observaron una relación sistemática entre la prosodia y los diferentes tipos de tópicos en el italiano. Tal relación no se ha observado en el EsP. Para resumir la interfaz sintácticofonológica, podemos decir que por la variabilidad que presentan, la sintaxis y la prosodia no son capaces de definir las funciones informativas en sí, pero pueden dar señales importantes al hablante y/o al oyente para la interpretación de la función informativo-estructural de los PPSS en un contexto determinado (en sentido de Féry 2007). Este libro ha presentado el fenómeno de la omisión y la expresión del PS en el español hablado en Buenos Aires. Basándose en datos espontáneos, hemos visto que el pro-drop español se orienta a la oración (sentence-oriented parameter, en términos de Huang 1984); en cambio, la opción de expresar el sujeto se orienta al discurso (véase por ejemplo Otheguy/Zentella/Livert 2007). Esto significa que no tenemos ninguna condición morfo-sintáctica o sintáctica para la expresión del PS. O, en otras palabras, todas las oraciones en español que carecen de un contexto concreto no requieren la expresión del sujeto. También se ha manifestado que el sujeto nulo no tiene que estar legitimado por la estructura informativa. La interpretación de la referencia del sujeto nulo no es dependiente de la posición de su antecedente (secciones 2.4.1, 2.4.2, 5.3.1), sino de todo el contexto que representa un conjunto de elementos gramaticales, léxico-semánticos y discursivo-pragmáticos. En cuanto a la variación del PS nulo/explícito, los datos han mostrado una jerarquía de factores de más a menos fuertes, en la cual los tres más fuertes son: ‘Tema discursivo (episódico)’ > ‘Persona gramatical’ > ‘Estructura informativa’. Cabe preguntarse si estos factores representan restricciones universales en el uso del PS en las lenguas que permiten el pro-drop. Hemos visto que algunos estudios, citados y discutidos a lo largo de la presente investigación, muestran algunas estrategias conversacionales similares en diferentes dialectos del español (aunque el número de la expresión de los PPSS en general es variable de dialecto a dialecto) y en otros idiomas que permiten la omisión del sujeto como el portugués europeo, el makhuwa o el chino. De todos modos, para poder decir si
244 Resumen y conclusión se trata de restricciones universales habría que analizar muchas más lenguas de diferentes familias lingüísticas. El WALS informa sobre más de 400 lenguas del mismo tipo que el español, sobre las cuales tenemos solamente escasa información. Por el momento, tendremos que reservar todas estas cuestiones para futuros estudios.
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