San Francisco Javier el Sol en Oriente: Comedia jesuítica 9783964565709

Edición crítica, precedida de un amplísimo estudio introductorio del teatro jesuítico y javeriano en la tradición áurea

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Spanish; Castilian Pages 200 [198] Year 2006

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ÍNDICE
PREFACIO
INTRODUCCIÓN
Conclusión
BIBLIOGRAFÍA
TEXTO DE LA COMEDIA
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San Francisco Javier el Sol en Oriente: Comedia jesuítica
 9783964565709

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SAN FRANCISCO JAVIER EL SOL EN ORIENTE,

COMEDIA JESUÍTICA DEL P. DIEGO CALLEJA

Ignacio Arellano (ed.)

Universidad de Navarra • Iberoamericana • Vervuert • 2006

SAN FRANCISCO JAVIER EL SOL EN ORIENTE,

COMEDIA JESUÍTICA DEL P. DIEGO CALLEJA

Ignacio Arellano (ed.)

Universidad de Navarra • Iberoamericana • Vervuert • 2006

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Derechos reservados © Iberoamericana, 2006 Amor de Dios, 1 - E-28014 Madrid Tel.: +34 91 429 35 22 Fax: +34 91 429 53 97 [email protected] www.ibero-americana.net © Vervuert, 2006 Wielandstr. 40 - D - 6 0 3 1 8 Frankfurt am Main Tel.: +49 69 597 46 17 Fax: +49 69 597 87 4 3 [email protected] www.ibero-americana.net ISBN 84-8489-230-1 (Iberoamericana) ISBN 3-86527-247-9 (Vervuert) Depósito Legal: NA-517/2006 Composición y diseño: Juan M . Escudero Cubierta: composición sobre un retrato anónimo de San Francisco Javier (Catedral de Tuy, Vigo)

Impreso en España por O n a Industria Gráfica, S.A.

Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico sin cloro

ÍNDICE

PREFACIO

9

INTRODUCCIÓN SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE O R O

El teatro jesuítico, marco de la dramaturgia javeriana El teatro javeriano del Siglo de Oro: generalidades Obras menores. El marco festivo y las celebraciones jesuíticas Las comedias largas El Coloquio de la conquista espiritual del Japón Las glorias del mejor siglo La gran zarzuela San Javier Grande en el Hito . . . La gran comedia de San Francisco Javier, el Sol en Oriente Conclusión Esta edición

13

15 19 20 28 28 34 43 49 60 61

BIBLIOGRAFÍA

63

TEXTO DE LA COMEDIA

69

PREFACIO

PREFACIO

En la perspectiva del Centenario de San Francisco Javier, en el 2006, no parecía arbitrario recuperar alguna de las comedias javerianas, buena muestra, además, de cierta modalidad del teatro jesuítico, que estamos estudiando en un proyecto coordinado por Jesús Menéndez Peláez, y que mereció una Beca Alarcos de la Fundación Príncipe de Asturias. Las investigaciones del GRISO sobre teatro del Siglo de Oro, y los proyectos de la Cátedra San Francisco Javier confluyen igualmente en este ámbito. La presente edición de La gran comedia San Francisco Javier, el Sol en Oriente pretende ser una modesta contribución conmemorativa en homenaje a San Francisco y un no menos modesto paso en el camino de recuperación textual del interesante teatro jesuítico, como uno de los componentes de los caminos teatrales del Siglo de Oro, más variados y complejos de lo que a menudo se ha dicho. Ignacio Arellano Mutilva Alta, verano 2005

INTRODUCCIÓN

SAN F R A N C I S C O JAVIER E N EL T E A T R O D E L SIGLO D E O R O

E L TEATRO JESUÍTICO, MARCO DE LA DRAMATURGIA JAVERIANA

M u y olvidado por la mayoría de lectores e investigadores hasta no hace mucho, en la última década se ha ampliado la atención y se ha empezado a estudiar sistemáticamente (aunque todavía de m o d o m u y reducido) el teatro de los colegios jesuítas, cuya necesaria investigación reclama, por ejemplo, Agustín de la Granja 1 en una de las pocas ediciones de comedias jesuíticas, la de La vida de San Eustaquio, o Jesús Menéndez Peláez 2 en la excelente suya de la Tragedia de San Hermenegildo, que forma parte de un estudio general en el que se trazan las principales características de este teatro y que constituye una guía eficaz para el trabajo pendiente, trabajo urgente si se tiene en cuenta que hablamos de un teatro que algunos estudiosos, como O t h ó n Arróniz 3 , han juzgado «el catalizador que precipitó y aglutinó aún en la España de Carlos V los elementos básicos, los presupuestos espirituales de los que saldría la gran explosión dramática del Siglo de Oro». Cayo González Gutiérrez dedicó su tesis doctoral a este teatro de colegio, y publicó también la Tragedia de San Hermenegildo, con otros varios estudios sobre el género. Es evidente que ciertas técnicas dramáticas y otros elementos de su dramaturgia —importancia de la moralidad, desarrollos alegóricos, exploraciones de técnicas escenográficas, uso de la música, construcción de modelos de santos influyentes en el desarrollo del género de la comedia hagiográfica...— nos permiten una mejor comprensión

1

La vida de San Eustaquio,

ed.

A. de la Granja, 1982. 2

Menéndez Peláez, 1995; Gon-

zález Gutiérrez, 1997.

3

Arróniz, 1977, p. 30.

INTRODUCCIÓN



15

BKRNHAW • G ó z , SAN

FRAI-.. isa> JAVIKR

BÄH : IZ \N1 )L

de todo el teatro profano y religioso aurisecular. Las obras dramáticas centradas en la figura de San Francisco Javier se enmarcan en este teatro jesuítico y conviene revisar brevemente algunos aspectos del mismo, remitiendo para más detalles a la bibliografía mencionada, ya que ahora no me interesa específicamente la estructura y técnicas del teatro jesuítico como tal. La Compañía de Jesús pretendía, desde sus comienzos, la tarea de combinar los dos objetivos de la literatura, que ya de antiguo se habían fijado con claridad (recuérdese la Epístola a los Pisones de Horacio): entretener y enseñar, mezclar lo útil con lo dulce. El ejercicio dramático ofrece un vehículo admirable para semejantes objetivos. El docente es muy claro: estos ejercicios teatrales se inscriben en la enseñanza de los alumnos de los colegios, sin que falte tampoco una dimensión de celebración religiosa y litúrgica. La presencia de elementos cómicos y otros de entretenimiento pone de relieve también la vertiente del delectare. En las normas de los planes de estudio jesuitas (ratio studiorum) se contemplaba el teatro como medio privilegiado de pedagogía: el P. Acevedo, uno de los autores más significativos de este género, escribe en el prólogo a la comedia Philautus-. Contaros he una historia en breve suma la cual veréis después representada, porque lo que se ve a los ojos mueve mucho más que lo que al oído damos.

Pero si una representación escénica atractiva resultaba más eficaz para la enseñanza en el ámbito colegial, no lo era menos para el éxito de las obras representadas en el teatro comercial: frente a la pobre cualidad escénica de algunos primeros ensayos de los profesores humanistas con poca destreza teatral (como las Nises de Jerónimo Bermúdez, donde el texto verbal suplanta en exceso al conflicto dramático y a la visualidad escénica) los autores jesuitas tuvieron en cuenta los elementos propiamente teatrales, contribuyendo de esta manera al impulso del teatro en su conjunto.

1 6



S A N F R A N C I S C O JAVIER E N EL T E A T R O D E L S I G L O D E O R O

Por su origen puede relacionarse con las representaciones escolares, conectadas con el mundo erudito aficionado a la Antigüedad grecolatina. Son perceptibles, pues, los modelos clásicos de Plauto y Terencio (para la comedia) y Séneca (para la tragedia). La temática es fundamentalmente religiosa, con fuentes de inspiración bíblicas y hagiográficas, que operan a menudo cristianizando los modelos grecolatinos mencionados. En las comedias javerianas se percibe muy bien este aspecto. García Soriano4, uno de los primeros estudiosos del fenómeno, establece una clasificación, según técnicas expresivas y temas dominantes: habla de representaciones alegóricas (en la tradición de los misterios y moralidades); dramas teológicos (vinculados a las celebraciones del Corpus, y por tanto al mundo del auto sacramental); y comedias hagiográficas. El P. Olmedo observa numerosas modalidades que etiqueta según las apuntaciones de los manuscritos, con los rótulos de comedia, tragedia, coloquio, égloga, auto, declamación, etc. Las obras jesuíticas pueden vacilar entre los cinco y los tres actos, y también, como en las piezas de corral, se representan intermedios cómicos en los entreactos. Utilizan los recursos de la polimetría, la disposición de la acción en esquemas de intriga, el enredo, la alternancia de latín y romance en la lengua de los diálogos... Un rasgo definitorio de este discurso lingüístico es la aplicación de los mecanismos retóricos, orientados en este caso a la docencia (no solamente a la exhibición de la maestría en las artes del bien decir, más característica de otras formas de teatro universitario). Los personajes pertenecen tanto al mundo de las alegorías como a la cotidianeidad contemporánea. Se constata la presencia del gracioso, como papel dramático de apreciable entidad. El público es variado (colegiales, parientes de los mismos, profesores, miembros de la clase culta y de buen acomodo...), pero unificado en un nivel cultural relativamente alto. A este nivel corresponde un tipo de puesta en escena bastante elaborado, con lujo escenográfico notable, música y danzas, según subraya Menéndez Peláez, particularmente en las obras destinadas a

4

García Soriano, 1927-32.

Valeriano regnabtio, :;rarado de san f r a n c i s o

INTRODUCCIÓN

JAVIER.



17

FEDRO LABORÌA M u í RTE UÈ S \N FRANC ISCO JAVIER.

18



solemnizar la fiesta del Corpus; así que el canto, la música y el baile convertían el espectáculo en una verdadera opereta, género que debió de tener en la configuración del teatro barroco una importancia indiscutible, a la vez que el propio desarrollo teatral realimentaba las formas de las comedias jesuíticas, como se percibe en las obras javerianas que comentaré enseguida. Autores ilustrativos de este tipo de teatro son los padres Pedro Pablo Acevedo, Juan Bonifacio o Valentín de Céspedes. D e Acevedo (1522-1573) se conservan veinticinco piezas (Metanea, Ocasio, Philautus, Caropus...), m u y cercanas a los poetas clásicos que ya he mencionado (Plauto, Terencio, Séneca). El P. Juan Bonifacio, muerto ya en el XVII (en 1606), que estuvo en los colegios de Medina del C a m p o , Ávila y Valladolid, escribió una serie de obras de las que se conservan 18 en el llamado Códice de Villagarcía. Su teatro incide de nuevo en la temática religiosa y la intención docente. Introduce escenas costumbristas, y aspectos de la vida cotidiana del XVI. La obra más famosa seguramente de todo el teatro jesuítico es la Tragedia de San Hermenegildo, que ofrece problemas de autoría y fecha. Se atribuye en las últimas investigaciones a la colaboración de tres autores: el P. Hernando de Ávila, el P. Melchor de la Cerda y el poeta Juan de Arguijo. Escrita seguramente para alguna celebración, se concibe como una fiesta de gran complejidad escénica, con ochenta actores, músicas, y decorados de palacios, torreones y pinturas. El éxito fue, al parecer, enorme y se adaptó en numerosos colegios jesuitas del extranjero. También asequible es la editada, con exhaustivo estudio y útiles notas, por Agustín de la Granja, la anónima Vida de San Eustaquio, que de la Granja fecha en 1624, y deduce con buenas razones que fue representada en el Colegio Imperial de Madrid. Es una extensa escenificación de la vida del santo, con enredos de envidiosos, peripecias casi propias de la novela bizantina, apariciones de ángeles, y explotación de escenas patéticas. En la perspectiva del centenario de San Francisco Javier parece oportuno revisar las piezas dramáticas del Siglo de O r o que lo consideran protagonista, en diversos niveles de presencia del santo en escena.

SAN F R A N C I S C O JAVIER E N EL T E A T R O D E L S I G L O D E O R O

E L TEATRO JAVERIANO DEL SIGLO DE ORO: GENERALIDADES

El P. Elizalde 5 en su estudio de San Francisco en la literatura española ha dedicado un capítulo al teatro javierano en el XVII, donde repasa las piezas principales que aquí nos interesan, dando sumarias noticias de textos y argumentos, que intentaré completar en mis comentarios actuales. Señala de entrada Elizalde 6 que

5

Elizalde, 1961. Remito a

este libro para otras obras posteriores al XVII que en este trabajo no me interesan de modo directo. 6

Elizalde, 1961, p. 107.

7

Ver la antología poética en

La vida de Javier, esencialmente dramática y profundamente humana, constituyó un tema fecundo y apropiado para el dramaturgo y comediógrafo. Su intensidad emocional, su aventura a lo divino, la psicología de su conversión, el clima exótico y legendario del Oriente, su apostólica impaciencia, su ardiente y volcánico amor, su carácter emprendedor que tejió el mapa de las naciones en una red de viajes, la simpatía de su carácter, hacen de Javier una figura extraordinariamente apta para la escena.

Quitando a las expresiones citadas algo de su emotividad personal, bien podemos estar de acuerdo con el fondo de sus afirmaciones, a pesar de lo cual no parece que ninguno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro hayan dedicado una comedia a San Francisco. Piezas poéticas 7 en certámenes varios sí conocemos de firmas tan notables como Lope o Calderón, pero las obras dramáticas conservadas pertenecen en su mayoría al teatro de colegio y hay que estudiarlas en el marco de las celebraciones religiosas (generalmente por la canonización del santo o por el primer centenario de la Compañía). Hay que tener en cuenta que el estado actual de nuestros conocimientos es sumamente parcial: numerosas referencias a comedias, diálogos, coloquios y otro tipo de representaciones se hallan en las relaciones de fiestas, todavía por explorar de manera sistemática. Aunque no se hayan conservado los textos, sería necesario trazar el mapa del teatro javeriano acopiando todas las noticias que sea posible, para tener una idea de la extensión de tal fenómeno. Su calidad de teatro de circunstancias explicaría en parte la pérdida de textos, que a juzgar por los conservados, no carecían de interés dramático ni de elaboración literaria y escenográfica. El conjunto de textos dramáticos javerianos que han llegado a nosotros puede observarse en dos secciones: 1) por un lado las piezas menores (diálogos la mayoría) y representaciones insertas en espectáculos festivos y religiosos, a modo de loas,

loor de San Francisco Javier preparada por Mata (2004).

INTRODUCCIÓN



19

panegíricos y encomios, piezas generalmente más cerca de la lírica, y en las que lo dramático no alcanza grandes desarrollos. 2) cuatro piezas largas: La gran zarzuela San Javier Grande en el Hito; San Francisco Javier, el Sol en Oriente; Las glorias del mejor siglo y La conquista espiritual del Japón. OBRAS MENORES. EL MARCO FESTIVO Y LAS CELEBRACIONES JESUÍTICAS

MuRtao, ÉXTASIS DE SAN FRANCISCO JAVIER.

8

Ver para lo que sigue Eli-

zalde, 1961, pp. 126 y ss. 9

Elizalde, 1961, p. 155.

2 0



Muchas de las representaciones dramáticas se produjeron en el ámbito de las fiestas que por diversos motivos se sucedieron en el XVII, especialmente las de canonización de San Isidro, San Ignacio, Santa Teresa y el mismo San Francisco, en 1622. Este tipo de obras proliferan por toda la geografía católica, aunque rara vez se conserva más que la referencia de las relaciones u otras noticias sobre los eventos festivos generales8. En Francia documentamos una tragicomedia titulada Triomphe de l'Eglise par la conversion de Saint Ignace et Saint François Xavier, con escenografía de magníficos tapices y telones pintados, imágenes de los santos y profusa iluminación; en el colegio de La Flèche de París se representó durante las fiestas de la canonización la tragedia La prise de Tholos, que incluía un espectacular vuelo de San Francisco Javier y al parecer destacó por el lujo del vestuario. En las Indias, donde la devoción javeriana era grande, tenemos nuevas fiestas con diálogos, comedias y coloquios diversos: por ejemplo, un Coloquio de San Francisco Javier y San Ignacio en Lima (1622, celebraciones por la canonización), y otras piezas en Méjico y Puebla de los Angeles, entre danzas y músicas. No nos consta que en todas estas ocasiones apareciera como personaje San Francisco. En las fiestas de Puebla, por ejemplo, sabemos que se hizo un coloquio entre las siete artes liberales, pero no hay detalles de la presencia del santo en el escenario. En otra ocasión9 se representó un coloquio «entre tres figuras que mostraban ser los tres salvadores del pueblo de Dios a los dos santos canonizados por haber hecho mejor este oficio»: se comparaba en el coloquio a Sansón con San Francisco Javier, pues si uno tenía la fuerza en sus cabellos, el

SAN F R A N C I S C O JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE O R O

HERRERA EL JOVEN (AT.), MUERTE DE SAN FRANCISCO JAVIER.

otro la tenía no inferior «en sus generosos pensamientos». En todos estos coloquios aparecían figuras alegóricas: en uno de ellos América agradecía la labor de los santos en la evangelización del continente; en otro Diálogo entre los cuatro elementos y la Filosofía acerca de las virtudes de Ignacio y Javier los personajes glosaban los hechos maravillosos que en cada uno de los elementos habían obrado los santos, para terminar con una danza entre los cuatro elementos (tierra, aire, agua, fuego)... En tierras de Portugal (bajo cuya protección desarrolló San Francisco toda su labor misionera) Antonio Ferreira escribió una tragicomedia sobre San Ignacio y San Francisco, y proliferaron certáme-

INTRODUCCIÓN



2 1

nes, procesiones, exhibiciones de arquitecturas efímeras, danzas y representaciones. En Pamplona, como señala Elizalde, la primera noticia de un drama sobre Javier la contienen las Actas de la Diputación del 16 de julio de 1657, referida a una representación hecha en la catedral con motivo de la confirmación de San Francisco Javier como patrono de Navarra, ante el virrey, prelados, sacerdotes, religiosos y los nobles de la ciudad. De los datos que transmiten las relaciones se desprende que este tipo de coloquios son de poca entidad dramática y constituyen piezas integradas en el complejo celebrativo de danzas, saraos, procesiones, fuegos artificiales y desfiles. Abundan las estructuras con el modelo de las loas o los debates y no necesitan de argumentos complejos. La lectura de cualquier relación de la época revela perfectamente el funcionamiento de toda esta construcción festiva y religiosa: véase, por ejemplo, la Breve relación de las fiestas que se hicieron en la ciudad de Toledo a las canonizaciones de San Ignacio y San Francisco (Toledo, Diego Rodríguez, 1622), donde se menciona, entre otros coloquios, certámenes y espectáculos, una curiosa invención de animales vivos y una comedia de San Ignacio titulada El gigante Golías (en la que Goliat representaba a Lutero y David a San Ignacio). Merece la pena citar el pasaje de los animales (p. 9 de la Relación), que me parece significativo: el señor Eugenio Ortiz Susunaga había disuesto una invención para hacer la salva a los santos cuando la procesión llegaba a la plaza de la Compañía de Jesús: En cuatro tablados altos había cuatro grandes globos de lienzo pintados, que representaban los cuatro elementos, el del fuego llamas por defuera pintadas, el del aire de un azul claro, el del agua como las ondas del mar, el de la tierra de varios peñascos y montes. Todo este ingenioso espectáculo hizo su salva al pasar de la procesión, cuando llegaban los santos, porque abriéndose el globo de fuego arrojó llamas, cohetes, rayos, salamandras, representando con la mayor propiedad que se pudo los efectos de este elemento; luego se abrió el del aire, de donde salió mucha volatería, águilas, palomas, papagayos, jilgueros y otros pajarillos, que hicieron una apacible vista. Tras este el elemento del agua echó sus fuentes y peces y anguilas y otra pesquería. Rematando el elemento de la tierra, produciendo varios animales, conejos, liebres y otros animales, hasta una mona, que entretuvo la fiesta no poco con las monerías que hizo.

Se reconocerán en estos globos y elementos rasgos comunes a la escenografía de los autos sacramentales, que por cierto, también for-

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

man parte de un complejo festivo religioso similar en la celebración del Corpus. En esas mismas fiestas se representó otra de las modalidades dramáticas típicas de dichas ocasiones: un diálogo de estudiantes del colegio de la Compañía, forma característica que suele incidir más en lo didáctico. Se han conservado bastantes diálogos javerianos manuscritos 10 , de breve dimensión y pocos personajes. Añádanse a alguno ya citado como el Diálogo entre los cuatro elementos y la Filosofía acerca de las virtudes de Ignacio y Javier, otros como el Diálogo de la India y Navarra sobre San Francisco Javier 11 ; Diálogo del sueño de Javier; Diálogo sobre la Verdad de Dios (interviene Javier como personaje dramático); nueve diálogos para las nueve tardes de la novena del santo que se conservan en la Real Academia de la Historia; y otros conjuntos toledanos que incluyen casi una veintena de diálogos: Al caso de los cordeles, Grandeza de San Francisco Javier, Diálogo entre Javier y un indio, Javier moribundo, etc. Mejor idea de sus características que la enumeración de sus títulos dará la lectura de uno de ellos, que reproduzco a continuación. Es el primero de los nueve diálogos de la Academia de la Historia 12 y se desarrolla entre San Ignacio y San Francisco. SU CONVERSIÓN EN LA UNIVERSIDAD DE PARÍS

10

Ver Elizalde, 1961, espec.

pp. 156 y ss.

Ver Zugasti, 1995.

12

Una

nota

preliminar

explica las circunstancias de estos diálogos: « C o m o son pocos los pueblos que dejan de seguir la costumbre santamente introducida en nuestras casas y colegios de hacer el novenario del apóstol

IGNACIO

IGNACIO JAVIER IGNACIO JAVIER IGNACIO

JAVIER En hábito de estudiantes Javier, ¿amas a Jesús? ¿Amas, Ignacio, a María? Responde tú a mi pregunta. Responded vos a la mía. ¿Os resistís todavía a la luz de la verdad? Vos pondréis la vanidad bajo los pies algún día. Confiado en tu hidalguía, talentos y edad brillante, obeliscos de diamante forjas en tu fantasía, pero tiempo llegará ¡oh, quiera el cielo no tarde!,

de las Indias a cuatro de marzo, debieran también ser pocos o ninguno los señores

párrocos

que dejasen de imitarlo en la circunstancia

de

enseñar

cada

tarde, antes de hacer su estación y de cantar sus gozos, siquiera por espacio de media hora la doctrina cristiana,

terminando

con uno de estos dialoguitos en verso fácil y proporcionado a la ternura de los niños, que los representarían con mucha gracia, impuestos antes diligentemente o por sí o por el señor maestro de la escuela, y vestidos por sus madres conforme a la persona que cada uno hace. Y persuádanse que a más del gusto que darían al santo y del cultivo que saca-

INTRODUCCIÓN



23

en que en ti hará Dios alarde

rían, los mismos niños serán el más poderoso reclamo para traer

de su alta sabiduría,

a los grandes a oír el santo cate-

hará te cause alegría

cismo según vi por mis ojos en

la humildad y abatimiento,

cierta ciudad de este reino de

te será de gran contento

Aragón la primera y única vez que

salieron

al

público

dormir en la tierra fría.

con

aplauso general, pues empezan-

JAVIER

la soñaste mucho ha?

do la doctrina a las tres, a la una ya no cabía en la iglesia la gente que de todos estados había con-

Pregunto: ¿esa profecía

IGNACIO

currido».

El suceso lo dirá; tú, Javier, muda de intento: ¿qué aprovecha todo el mundo si padece el alma riesgo?

JAVIER

Ya otras veces me habéis dado en rostro con ese texto, y así, Ignacio, hablemos claros. Yo reducirme no pienso a hacer vida de ermitaño ni menos de bandolero. Como cristiano bien sé que nuestro fin es el cielo, pero dime: ¿conseguirlo jugando a naipes no puedo? Por ventura ¿eso es pecado? ¿Es contra los mandamientos dar al tiempo lo que es suyo cuando para todo hay tiempo? Que tuve poca fortuna ayer tarde es lo que siento pues me ganaron de mano...

IGNACIO

¿Qué?

JAVIER

Una polla en que iba el resto. Ganar almas para Dios vale más que el mundo entero. Está el indio bajo el yugo de Satanás padeciendo y esperando que un apóstol español le lleve presto la libertad de la gracia y la luz del evangelio y tú, Javier, destinado no sé si diga ab eterno para empresa tan gloriosa.

IGNACIO

24



SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

JAVIER IGNACIO

JAVIER

Ignacio, déjate de eso. ¿A la inspiración divina, al divino llamamiento, das con la puerta en los ojos, niegas el debido asenso, frustras sus altos designios, tuerces sus rápidos vuelos? ¡Oh, caduca presunción! ¡Oh, cuán de bronce es el pecho donde anida la tibieza! ¡Cielos, prestadme ardimiento! Tus palabras me ocasionan tan dulcemente recreo que de escucharte este rato de veras me ha dado sueño. Proseguid, que aunque dormido, procuraré estar atento.

Recuéstase sobre el brazo de una silla IGNACIO

Enhorabuena descansa en los brazos del sosiego que para grandes fatigas te va el Señor disponiendo. Pasmado se verá el sol a tu curso y movimiento cuando le dobles las marchas con más presurosos vuelos. Duerme para despertar al oriente soñoliento y dar alma con tus voces a mil provincias y reinos. Duerme, generoso, duerme que ese dormir tan de asiento, no me quisiera engañar, pero encierra algún misterio.

Despierta y pónese en pie JAVIER

¡Jesús, ay de mí! N o cabe en humano entendimiento cuán fatigado me hallo.

IGNACIO

¿Qué te aflige? Un grave peso: un risco, un monte animado, un tosco etiope horrendo.

INTRODUCCIÓN

ANONIMO, SAN FRANCISCO PEREGRINO CLARISAS HE O L I T E . NAVARRA).

IGNACIO

¿Cuán grande era?

JAVIER

Desmedido

de linaje de gigantes. IGNACIO

¿Cómo el Coloso de Rodas?

JAVIER

Mayor con notable exceso.

IGNACIO

¿Qué semblante el suyo?

JAVIER

Vario;

triste ahora, hermoso, feo, dócil, rudo, humilde, altivo, cruel, falso, verdadero, aquí bozal, allí humano, ya infiel, ya fiel en extremo, cuándo atroz, cuándo festivo, ahora huraño, ahora halagüeño, en fin, un Babel confuso del mundo un vivo compendio. IGNACIO JAVIER

26



Declárate más.

¡Ah, Ignacio!, que a decirlo no me atrevo. Sobre mis hombros un indio tan pesado y corpulento

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

sentía, que me ha dejado sin respiración ni aliento. Testigos son mis sudores, mis sobresaltos y afectos, y lo que es más, la mudanza que en mí el desengaño ha hecho. Ah, falaces esperanzas! Ah, villanos pensamientos! Ah, cómo el haber tardado a practicar tus consejos y el haberlos despreciado me sirve de desconsuelo! Perdóname por tu vida, así nos otorgue el cielo a mí el desprecio del siglo y a vos el descanso eterno. Yo os buscraé más despacio que a solas carear pretendo mi frialdad con la llama que abriga, Ignacio, tu seno. IGNACIO

Gracias a Dios que bebiste, ínclito Javier, a pechos en las aguas del olvido tu propio conocimiento. ¿Mas quedas asegurado de que es fino y verdadero tu propósito?

JAVIER

La vida quisiera perder primero.

IGNACIO

¿Luego a seguirme te atreves?

JAVIER

Y a no dejarte un momento.

IGNACIO

¿Con que a mi lado...

JAVIER

A tu lado me tendrás por compañero.

TODOS

Para hacer contra los vicios cruda guerra a sangre y fuego.

ANÓNIMO, CAMINO DE M E A C O ( C O N V E N T O DE LA MEK< M , QUITO).

INTRODUCCIÓN



27

LAS COMEDIAS LARGAS

Las piezas largas de teatro javeriano aurisecular que han llegado a nosotros son cuatro. El coloquio de la conquista espiritual del Japón

VICKNTK BERDI/SÄN, SÄN FRANCISCO (PARROQUIA DE RONCAI . NAVARRAV

13

Elizalde, 1961, pp. 164-

67. Manejo el manuscrito de la Real Academia de la Historia. 14

Me parece apresurado el

juicio de Elizalde (1961, pp. 166-67) que califica su argumento de sencillo, devoto e ingenuo, sin complicaciones ni profundidades, y a sus versos de bastante malos, con rima pobre y a veces incorrecta.

28



De esta comedia dio noticia sumaria Elizalde13. Tiene bastante interés y sería conveniente dedicarle un análisis más completo del que me permite la ocasión, y sobre todo sería útil editarla con cuidado recomponiendo el texto, que presenta dificultades de ordenación en el manuscrito. Parece una versión no definitiva, con tachaduras, pasajes reiterados, otros recolocados, y varias indicaciones para rellenar huecos con fragmentos que se sitúan en distintos lugares del texto: por ejemplo, en el folio 5 recto se halla una nota que dice «Aquí los tercetos que comienzan "volad ligero", etc. y en lugar del verso suelto "soberano" etc. ese romance»; hay que buscar en el folio 8 recto los tercetos en cuestión que habrían de ser recolocados en una edición cuidadosa, etc. En otro lugar del fol. 6 ha de integrarse una respuesta de Cristo que va colocada en otra parte de ese cuaderno (está en el folio 10 vuelto), y otros casos similares. La comedia es bastante ambiciosa, con numerosos personajes históricos y alegóricos, de los mundos humano y divino, ángeles, santos, demonios, Jesucristo, el Imperio del Japón, nobles y reyes japoneses, bonzos, etc. La mayor parte se desarrolla en estilo extremadamente culto, con versos de acusada polimetría en los que no falta el raro ejercicio de los esdrújulos ni la explotación sistemática de sonetos en momentos de concentración emotiva de la acción o del contenido doctrinal14. En esencia puede considerarse una hagiografía en verso, que recurre seguramente a diversas fuentes textuales, de las que cita explícitamente la obra del padre Lucena Historia de la vida del P.

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE O R O

Francisco Xavier. Y de lo que en la India Oriental hicieron los demás religiosos de la Compañía de Jesús, Sevilla, Francisco de Lyra, 1619. La obra comienza con una loa presentativa, en suntuosas octavas reales que describen alegóricamente a la Iglesia como un edificio construido de materiales brillantes, adornado con toda clase de piedras preciosas que representan simbólicamente a las vírgenes, confesores, mártires y doctores. Entre todos los santos destaca San Francisco Javier: De altivos montes en doradas cumbres el rey supremo de la ardiente esfera que telas viste de brillantes lumbres, casa fundó de quien la sierpe artera herida de sus rayos y vislumbres huye al profundo cual rabiosa fiera. Así esta casa es fuerte, así trofeos alianza de los príncipes menfeos. En zafiros estriba su firmeza que son del firmamento imagen bella, sus paredes son piedras que en fineza vencen del fuego la sutil centella, allí el cristal con el rubí disfraza su blancura brillando más que estrella, allí se ven topacios, diamantes, ametistas, berilos rutilantes. [•••] Entre quienes la fama hace eterno con voz de hierro el inmortal acento, al ínclito Javier del sacro terno que en el brillante empíreo tiene asiento valeroso adalid contra el infierno, luz de la Compañía y ornamento, apóstol que entre bárbaras naciones dio luz donde no alcanzan los triones...

No hace falta subrayar el carácter cultista del estilo con que se abre este Coloquio, y que será el dominante en casi toda su extensión. Aunque no se advierte una estructura rigurosa en el estado conocido del texto, se puede indicar que el primer acto constituye una especie de introducción a la tarea misionera de San Francisco, el segundo se inicia con la llegada al Japón del santo, y el tercero se centra concretamente en su labor en el reino de Bungo, cuyo rey acaba convirtiéndose a la fe católica.

INTRODUCCIÓN

La primera escena presenta las quejas del Imperio del Japón por verse privado de la doctrina cristiana. Javier ha evangelizado en todo el mundo, pero no en este Japón ansioso: Yo solo soy el solo que en caos sepultado más oscuro he quedado...

El Arcángel protector del Japón solicita de Dios la presencia de Javier en el Oriente, después de un diálogo en endecasílabos esdrújulos en el que el Arcángel hace notar al Japón la necesidad de abandonar sus vicios y pasiones pecaminosas si quiere gozar de la doctrina verdadera: Sin ver de Cristo el resplandor explícito, si tus vicios presentes y pretéritos tienen muy bien tales castigos méritos, quita de tus pecados el obstáculo, guarda el dictamen de razón lucífero del sacro resplandor vivo signáculo, y así gozar podrás del salutífero licuor que esparce aquel divino oráculo, Francisco Javier, varón alígero. En tanto, no te quejes, pues no hay título para oponer a Dios ni a mi capítulo...

1

^ Ver mi edición de El prín-

cipe del mar, 2004.

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Parte de este primer acto se centra en una serie de apariencias con ángeles, San Francisco y Cristo, que dialogan sobre las peticiones del Japón. Aunque Cristo se muestra algo renuente, San Francisco se ofrece a servirlo en tan lejanas tierras y Cristo acepta, anunciando al santo los muchos trabajos y sufrimientos que le esperan, los peligros de los viajes, naufragios y tormentas, que se evocan en otros pasajes, con lujo de detalles marinos, en un motivo característico de las vidas de San Francisco, «príncipe del mar» según la obra de Lorenzo Ortiz, dedicada precisamente a la relación del santo con el mar y las navegaciones15. El Diablo Lucifer intenta obstaculizar los proyectos de conversión del Japón y llama a sus huestes (Asmodeo, Leviatán, Behemot). Como es habitual, la presencia escénica del demonio insiste en los recursos escenográficos del fuego, los escotillones y otros efectos diabólicos. Hay en este Coloquio un curioso efecto de palillos encendidos que llevan los diablos en las bocas, y que deben tirar cuando les

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toca hablar. Merece la pena quizá, citar un pasaje de la acotación pertinente: Entra Lucifer con una corona de llamas de fuego y con grande furia, dando vueltas por el tablado [...] da una patada en medio del teatro con que se quitará una tabla que ha de estar dispuesta para esto, y abriéndose un boquerón saldrán por él muchas llamas, y tras ellas demonios cercados de estopa ardiendo, y en las bocas unos palillos encendidos atravesados en los dientes, y soplando hacia fuera echan centellas y a dos o tres veces que soplen despedirán los palillos para poder hablar (fol. 19v)

Mientras los demonios preparan alteraciones y tormentas para impedir los propósitos del santo, este organiza el viaje hacia Japón. La acción del segundo acto se desarrolla en el Japón, adonde ha arribado San Francisco. El rey de Saxuma muestra alegría por la llegada del bonzo cristiano y adora una imagen de la Virgen. La acción se centra en este momento en el contenido doctrinal, que San Francisco explica al rey de Saxuma. Es una categoría de texto que se reitera en otros lugares de la comedia. San Francisco expone la doctrina de la creación, de la Trinidad, la Redención y las Postrimerías, y disputa luego con bonzos que se muestran incrédulos o desprecian a ese Dios que muere por el hombre, al cual no pueden concebir. Toda esta parte muestra a un autor culto y teólogo versado en las Escrituras y en puntos de discusión teológica como los relativos al pecado original o a ciertos aspectos cristológicos. Se utilizan fórmulas y paradigmas como el hexaemeron o el debate escolástico que se entabla contra la ceguera de los bonzos, que llegan a confesar en algún momento su ateísmo y falta de fe en una vida eterna; como aduce uno de ellos:

I'HLL (L'PÍ, DE (JHAMPAKINE, SAN FRANCISCO Y SAN IGNACIO INTERCESORES ( A C I STÍNÍ >S DE T O U I « U S E ) .

Tan larga navegación excusada ha sido, cierto, pues sobran en este puerto mil leyes de salvación; aunque si vengo a decir la verdad y lo que siento, un hombre que un mal jumento no tiene más al morir.

INTRODUCCIÓN



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Lucena, Historia de la vida del P. Francisco Javier, p. 661.

La oposición de los bonzos a San Francisco fracasa cuando el santo resucita a una muchacha muerta. Se producen una serie de conversiones y el rey da permiso a San Francisco para predicar. En el acto tercero la misión evangelizadora de San Francisco continúa en el reino de Bungo, uno de los episodios más conocidos de la vida del santo, y que se inspira en este coloquio en la obra del P. Lucena, cuya descripción de la visita al rey de Bungo sirve de guía para la composición escénica, y para el mismo vestuario de los personajes en la famosa entrevista en la que por excepción San Francisco va con gran pompa, ricamente vestido y acompañado de su séquito de portugueses que le hacen grandes cumplimientos. Así lo cuenta Lucena^:

en fin si el padre no fue convencido de las razones, fuelo del celo y buena intención de los portugueses y así se conformó en todo con su parecer y resolución. Y fue que él saliese el día siguiente como si hubiera de ir en una procesión solemne, vestida una sotana de chamelote negro sin aguas, y la sobrepelliz encima con su estola verde, guarnecida de brocado al cuello. De los portugueses ninguno quedó en la nave y todos se aderezaron curiosamente con cadenas de oro sobre ricas sedas que vestían y sembradas las gorras de broches de perlas. Eran 30 hombres que con otro mayor número de esclavos que llevaban consigo todos muy bien tratados hacían un lustroso acompañamiento. Apartáronse de la nave embarcados en el batel, y en los manchuas con sus toldos y banderas de seda y buena música de chirimías y flautas que después que el artillería dio la suya, se fueron remudando por el río, hasta llegar al muelle, adonde con curiosidad de ver, había ya concurrido tanta gente de la tierra que con trabajo la pudieron tomar. Allí hallaron dispuesto y a punto un capitán que venía por orden del rey con una litera para llevar en ella al padre Francisco. Y no aceptándola el padre entró a pie por la ciudad...

Nuevamente se repiten los enfrentamientos de San Francisco con los bonzos, y la exposición doctrinal, esta vez en octavas reales, en una variación de anteriores pasajes: la Santísima Trinidad, la Redención, los Mandamientos... Aunque las disputas con Fucarandono y otros bonzos resabiados demuestran la verdad de la doctrina cristiana, el rey duda por motivos políticos en cambiar de religión, hasta que un ángel se le aparece en sueños y le convence: REY

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Temo mis reinos perder si quiero el cielo ganar.

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

ÁNGEL

¿Será mejor perecer? Los reinos mal de tu grado has de dejar con la muerte, mas por siempre coronado vivirás si tienes suerte de ser bienaventurado. Por tal no temas dejar lo temporal por lo eterno.

El rey se convierte pidiendo el bautizo a Javier, que le impone el nombre de Francisco, y con él se convierten los nobles japoneses, dando fin a la comedia: JAVIER REY

JAVIER

DUQUE 1.° DUQUE 2.° JAVIER REY

¿ Q u é nombre quiere tomar vuestra alteza en el bautismo? Francisco me he de llamar, quiero vuestro nombre mismo para con esto me honrar. Honra mía será esta, mas pues lo queréis así, hágase y porque la fiesta cumplida sea, por mí, duques, que os convirtáis resta: seguid al rey que os ha dado ejemplo tan peregrino. Yo lo haré de buen grado. Yo también, que ya prendado estoy del amor divino. Gracias a Dios que trocados tiene vuestros corazones. Justo es, mis pasos errados pues siguieron los japones, hoy sigan los concertados. Vamos sin más dilación mi bautismo a disponer, con que viene a fenecer la conquista del Japón por San Francisco Javier.

INTRODUCCIÓN

Las glorias del mejor siglo 17

Elizalde, 1961, p. 167.

18 Biblioteca Nacional de Madrid, TV 1699.

19

Signatura 9/3474(2).

Para el P. Elizalde17 esta es la comedia más lograda y la que mayor éxito alcanzó de las obras escénicas de Javier. En efecto, tuvo más de una edición; manejo dos sueltas: la impresa en Sevilla por Francisco de Leefdael18 y otra distinta conservada en la Real Academia de la Historia19, sin datos de edición, pero posterior a la de Leefdael, que debe de ser la primera. No me interesan en esta ocasión los detalles textuales que habría que estudiar para una edición crítica que sería conveniente. En ambas figura como autor «Don Pedro del Peso», aunque en la de la Real Academia de la Historia añade un colofón que dice: Se previene que aunque ha corrido algunos años impresa esta comedia con el nombre de don Pedro del Peso, la escribió el Reverendísimo padre Valentín de Céspedes, religioso de la Compañía de Jesús, en la provincia de Castilla, bien conocido en toda España por uno de los primeros oradores, y la hizo para celebrar el primer siglo de la Fundación de su religión, y se representó en Madrid en el Colegio Imperial a los señores Reyes Católicos el año de

1640.

2 0 Ver, por ejemplo, Menéndez Peláez, 1995, p. 452 y A. de la Granja, 1979. Entre otras obras es autor de Comedia sacramental de la historia de Eneas, Coloquio de la Fe y el Amor divino, Los amantes de la f e , Obrar es durar, Comedia sacra de los soldados de la Iglesia militante...

21 Escenógrafo de las fiestas de palacio, que vivió en Madrid entre 1626 y 1650. Ver Shergold, 1973.

22 Tratado de una relación que escribió un caballero ilesta corte, citado por Elizalde, 1961, p. 118-19.

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Elizalde menciona también dos manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid. El 16022, titulado Las glorias del primer siglo de la Compañía de Jesús, solo copia las dos primeras jornadas. El P. Valentín de Céspedes20 (1595-1668) escribió comedias, juegos escénicos, autos sacramentales, loas, diálogos... Las Glorias celebra, como se ha dicho, el primer siglo de la Compañía. Los dos personajes históricos protagonistas son San Ignacio y San Francisco, concebidos en una primera parte como contraste de soldado y galán. A su alrededor figuran los personajes alegóricos como la Gloria de Dios, la Gloria Mundana, la Hermosura, la Discreción, la Virtud, el Gusto, el Celo, la Fe, la Idolatría, las Cuatro partes del Mundo o la misma Compañía de Jesús, en figura de dama, a los que se suman los graciosos, especialmente Gracejo. Aunque el P. Elizalde da como segura la escenografía del famoso Cosme Lotti21 para esta comedia, creo que la noticia de José Pellicer en sus Avisos, al comentar la prevención fastuosa de una «solemnísima comedia de maravillosas tramoyas» de Lotti, podría no referirse a Las glorias, que en comparación con otras piezas no muestra una escenificación extraordinariamente suntuosa. En efecto, la relación de la época que cita Elizalde como apoyo22, en la que se pondera la

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escenificación de Lotti para la fiesta del Colegio, se refiere a otra comedia del P. Céspedes, Obrar es durar, que al parecer se representó en la misma ocasión. Las glorias del mejor siglo comienzan con una larga relación histórica y panegírica de la Compañía, en boca de la Gloria de Dios, que recita la sucesión de la Iglesia desde Cristo a San Ignacio, a petición de este, que la encuentra en el monte y queda prendado de su belleza. Ignacio, de soldado, dirige un largo parlamento lleno de paralelismos, correlaciones y juegos de simetría y trueques de atributos, de tono calderoniano, a la Gloria de Dios, expresando desde este primer momento una inclinación divina invencible:

IGNACIO

Sale la Gloria de Dios, en hábito de monte, muy bizarra, y Ignacio de soldado, tras ella. Fugitiva luz, detente, que en alas de resplandores bajaste, de flor del Cielo, a ser estrella del monte. Tierna injuria del Aurora, cuyos hermosos albores, más son, que anuncios de un día, crédito de muchos soles. Cuando el aliento te sigue los ojos te reconocen cándido copo en la selva, nevado armiño en el bosque. Eres centro de cuidado, eres del afecto norte, prisión de los albedríos, imán de los corazones. A tus rayos me conducen los alientos superiores, que excitan en mí los Cielos, que a seguirte me disponen.

La Gloria divina atiende a los ruegos de Ignacio y le explica su destino de reformador, trazando la historia de la Iglesia para situar la misión que va a ser encargada al santo. En esta larga relación cronológica por siglos contrapone la Iglesia a sus enemigos y a sus defensores (apóstoles, predicadores, confesores, fundadores de órdenes...), entre los que destacan San Agustín y Santo Tomás. Al llegar al siglo

INTRODUCCIÓN

XVI se empeña la lucha entre Lutero y otros herejes y la Iglesia: en esa lucha tomará parte Ignacio con la Compañía: La Gloria soy de Dios, no te me alteres, que ya en esto te he dicho cuanto quieres: no te espante que viva por selvas, y por montes fugitiva, que mis luces triunfantes también supieron padecer menguantes, sintiendo intercadencias entre obscuras tinieblas de insolencias, que si en mi misma sombra no introducen, por el mundo a lo menos me deslucen. Siglo 1 Año 1

Después, al fin, que con su brazo fuerte el triunfador glorioso de la muerte me dejó entronizada a costa de su sangre derramada, reliquias de rebeldes fariseos, y tercos saduceos, con profanos errores intentaron cegar mis resplandores. Simón Mago insolente, Querinto presumido de elocuente, Ebión y Menandro, acompañados de los Nicolaítas obstinados, ofuscarme procuran, pero son nieblas que a mi sol no duran. [-.]

Siglo 2 100

Envidiosas, al fin, de glorias tales, las pestes infernales, inficionando mundos, volvieron a salir de sus profundos por Marción y Montano, Apeles, Saturnino y Severiano. Allí Clemente, Ignacio, Geroteo, con Dionisio, Justino e Irineo, mi verdad defendieron, con que mi luz a descubrir volvieron.

Siglo 3 Luego los novacianos maniqueos, valesios, sabelianos,

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SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

VICENTE BERPI SAN, SAN FRANCISCO JAVIER BAUTIZADO (SAN JORGE: EL RI U , TUDELA).

que a Paulo Samosata se juntaron, segunda vez mis rayos ofuscaron: contra niebla tan densa descogieron su luz en mi defensa Cornelio, Cipriano, Hipólito, Lactancio Firmiano, Clemente Alejandrino, Gregorio el milagroso, y Victorino.

B . ESTEBAN MURILLO, MUERTE DE SAN FRANCISCO JAVIER (CASTILLO DE JAVIER).

Continúa esta relación la Gloria, pasando por los siglos sucesivos, hasta llegar al mejor siglo, que comienza siendo desdichado, pero que culminará con la fundación de la Compañía: Siglo 16 1500

Hasta que en este siglo desdichado miro al septentrión inficionado por un Lutero, peste de Sajonia,

INTRODUCCIÓN



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que ha trocado a Alemania en Babilonia, e intenta su porfía anegar a la Iglesia en su herejía. Adelanta su torpe desatino el nefando Calvino, negando la verdad del Sacramento que es del alma sustento, introduciendo errores tan profanos que ofuscaron mis rayos soberanos. Esta guerra sangrienta, esta peste violenta, esta malicia inmunda con que el mundo se inunda, este infierno de olas encrespadas, este mar de centellas abrasadas, en los bosques me encierra y de entre los mortales me destierra. [•••] IGNACIO

Señora, el verte afligida, es implicación notoria, porque es ver penar la gloria como ver morir la vida: a que siga me convida tu voz, divina sirena, el alma de afectos llena, que la mayor dicha mía, mucho más que mi alegría, la quiero hallar en tu pena.

GLORIA

¿Con tanto esfuerzo te hallas, para pelear por mi?

IGNACIO

Romperé, Reina, por ti las más robustas murallas.

GLORIA

¿Entrarás en las batallas con española osadía?

IGNACIO

¡Oh, si llegase ese día en que espero gloria tanta!

GLORIA

Capitán eres, levanta, Ignacio, una Compañía.

Entra en escena Javier, de galán bizarro, muy frivolo y despegado de los pensamientos divinos. Acompañado de la Gloria Mundana y de los graciosos Gracejo y Chanza, contrasta fuertemente con Igna-

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ció, y está decidido a seguir las tentaciones de la Nobleza, Discreción y Hermosura: Gloria humana, el deseo a seguirte se aplica, y a tu elección dedica el logro de su empleo: yo te entrego cautiva mi libertad, porque en tus lazos viva.

El papel del gracioso es complejo y muy interesante: sobrepone a cada descripción de los personajes mundanos (Nobleza, Hermosura y Discreción) una perspectiva satírica que denuncia su vanidad o ridiculez, desempeñando de este modo una función a la vez risible y moralizante. La descripción en clave satírica de la vida militar, la de los galanes o de los estudiantes resulta excelente e ingeniosa y merecería la pena citarla por extenso si hubiera espacio. A pesar de las frivolas inclinaciones de Javier, la presencia de la Gloria de Dios y la Virtud le causa una gran impresión y provoca serias dudas en su espíritu. El acto primero termina con la indecisión de Javier, que se siente atraído por la Gloria divina. El segundo acto desarrolla este conflicto javeriano con el triunfo de la Virtud, que gana a Javier para la Gloria de Dios y para la empresa de San Ignacio. A las tentaciones mundanas opone la Virtud el desengaño de la vanidad que expresa en un estimable soneto: Entre tinieblas de una noche obscura, errando por el mundo el hombre ciego, las luces sigue de un mentido fuego, que arde asombrado en frágil hermosura. Mil glorias la Nobleza le asegura, ofrécenle las letras el sosiego, mas amanece el desengaño luego, mostrando que es vislumbre mal segura. De la virtud la gloria nunca muere, que es sin menguas de humano su contento, y se debe lo eterno a lo divino. Pues si llegar al gusto el hombre quiere, es fuerza que se aparte del camino, siguiendo el humo, apeteciendo el viento.

INTRODUCCIÓN

En otras varias ocasiones empleará la comedia el soneto como forma métrica concentrada para expresar momentos de especial intensidad emotiva o doctrinal. El núcleo del segundo acto presenta los distintos argumentos de los personajes que se disputan a Javier, y el proceso psicológico y espiritual del todavía galán mundano, hasta que la Virtud y San Ignacio lo ganan para la causa de la Gloria de Dios. Destaca el diálogo de las damas mundanas, Hermosura, Discrección y Nobleza, que incluye muchos elementos satíricos de nuevo. Citaré como especialmente relevante el pasaje en que la Hermosura y Nobleza se burlan de la Discreción, satirizando a las cultas latiniparlas, muy en la línea del tópico, en este caso inspirándose en La culta latiniparla de Quevedo: HERMOSURA

¿Pues qué, si la discreción de doña Fábula emprende, picada de que lo entiende, calificar un sermón, verlo cómo lo gorjea, tan presumida, segura, y trincha aquella escriptura como un vidrio de jalea? Si aquella comparación vino a pelo, o vino en silla, si en el estilo se humilla, o si imita a Cicerón, verla hablar de los autores, de Argenis y Poliarco, en una manga a Plutarco, y en otra a Ovidio de amores... Hablar siempre con misterio, leer a Horacio y Ausonio, y disputar si Suetonio habló mejor que Valerio. Góngora, Lope, Aguilar, han de andar en la almohadilla, todo ha de ser liba, brilla, obstenta, esplendor, campar. Que es estilo conveniente, para conseguir ahora toda discreta señora el grado de impertinente.

NOBLEZA

Eso del critiquizar

es cosa que no se excusa,

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llamar Pieria a la musa y singulto al bostezar. Metrificante al poeta, gélido al que está muy frío, curso de licor al río, y a la fuente plata inquieta. Dad un aviso a esa vela; hola, que estoy sitibunda: traedme cristal en unda, en el que el aire congela; ministrad papiro en copia, que a metrificar me inclino, y en vaso cornerino, echad licor de Etiopia. A los de la Academia, haced ingreso patente, mas vulgaridad de gente, exule, por vida mía... ¿Hay más graciosas locuras?

El acto tercero se abre con un paso cómico entre Gracejo y Chanza, que comenta metadramáticamente las circunstancias de la comedia y algunos detalles de la misma. Se queja Gracejo del poco papel que el autor concede a los graciosos (queja poco fundada, porque en esta comedia la parte cómica es muy importante) y se pregunta por el «centenar» que están celebrando los padres. Chanza le explica que se trata del centenario de la orden jesuita, lo que da pie a un nuevo elogio de la Compañía: CHANZA

Dijéronme la otra tarde que en este tiempo la Orden cumple cien años cabales, desde que Paulo Tercero la confirmó, y estos Padres quieren dar gracias a Dios de un beneficio tan grande como haberla conservado con aumentos tan notables, tan extendida en el mundo, tan florida y observante, tan entera en su gobierno, en sus misiones tan ágil,

INTRODUCCIÓN

en sus letras tan lucida y en su opinión tan constante...

Continúa después la acción seria con la Gloria de Dios, Ignacio y Javier, a los que se incorpora luego la Virtud. El diálogo expresa las esperanzas de la Gloria en sus fieles seguidores, y la conversión definitiva de Javier, a la que responde furiosa la Gloria Mundana declarando la guerra a los santos y a la Compañía de Jesús: Pero pues ya me quitaste, con engañoso artificio, lo que más apetecieron mis malogrados designios, desde este punto furiosa contra ti [Ignacio], contra Francisco y contra tu Compañía mis ejércitos alisto. [...] Malicias, iras, venganzas, ved que invoco vuestro auxilio, pues contra mí se conjuran las glorias del mejor siglo.

Dos sonetos simétricos de Ignacio («Divina gloria, en cuya lumbre ardiente») y Javier («Basta, basta, mi Gloria, que ya siento») preparan la apoteosis del desenlace en el que el mensaje religioso se integra en la disposición simbólica de la escena: Javier cae en brazos de la Gloria y la Gloria en brazos de Ignacio; la Idolatría trae presa a la Fe, pero el Celo incita a Javier a salvar a la Fe de la Idolatría en su tarea misional, y al fin el Mundo y sus cuatro partes rinden pleitesía a la Gloria de Dios, para acabar todo con la apariencia de la Gloria en su trono acompañada de Ignacio y Javier en hábito jesuíta mientras suenan las chirimías, música especializada en comedias y autos sacramentales para la divinidad: MUNDO

Ya tienes, Gloria bella, en tu presencia al Mundo dedicado a tu obediencia, conmigo traigo a todas cuatro Partes, pues de Ignacio la Gloria en mí repartes: las gracias cada una darle quiere de la gran luz que en este siglo adquiere. Esta es Europa, a todas eminente,

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esta el Asia valiente, esta Africa fogosa, esta América, en término espaciosa. Europa, pues, comience, que a todas juntas en grandeza vence. Tocan cajas, y salen marchando todos los hombres que hubiere, y al fin de ellos el Mundo con bastón, y por detrás de ¿l, las cuatro partes de damas por este orden: Europa, Asia, Africa y América, muy bizarras, con espadas, y volantes pendientes, van marchando alrededor del tablado, y harán reverencia en encarando con la Gloria de Dios, que estará sentada debajo de dosel, y Ignacio de pie junto a la silla. [...] Chirimías. Descúbreme la Gloria en su trono, Ignacio y Javier, en hábito de la Compañía de rodillas.

La gran zarzuela San Javier Grande en el Hito La gran zarzuela San Javier Grande en el Hito se representó en 1696 2 3 . Se apunta que el autor es un devoto del santo (Elizalde piensa que se trata de un jesuíta, por las referencias internas del texto a la Compañía). No sale San Francisco como personaje. La zarzuela (en realidad se trata de una comedia con algunos trozos cantados, pero no suficientes para llamarla zarzuela) va precedida de un «Argumento» donde se explican las circunstancias de su representación el la villa del Hito (Cuenca):

^ Manejo una suelta conservada en la Real Academia de la Historia de Madrid, 9/3501.

Hallándose la Villa del Hito el año de noventa y cinco afligida de una grande epidemia, que en la opinión de muchos se juzgó peste [...] acudió en tan sensible desamparo al Colegio de la Compañía de Jesús que hay en la Villa de Villarejo de Fuentes [...] y habiendo llevado el que se dedicó a esta piedad una estampa de San Francisco Javier, le empezaron aquella misma noche que el padre la llevó una novena los pocos que estaban en paraje de poder asistir [...] y después, llevada dicha estampa por las casas de la villa, para que los enfermos se acogiesen a su protección, experimentaron todos el beneficio de la salud [...] prorrumpieron en raras demostraciones de júbilo y alegría dando a Dios y al santo repetidas alegres gracias de tan estupendo beneficio y aclamándole todos por su patrón... El reparto estriba en personajes alegóricos (la Villa, el Agradecimiento, el Engaño, la Desconfianza...) y explota en el gracioso la función cómica. La obra empieza con la Música (que inicia sistemá-

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ticamente los tres actos) cantando en celebración de los portentos de San Francisco: Celebren los prodigios, aplaudan los portentos del Gran Javier, asombro de ambos mundos, del nuevo apóstol de aquel orbe nuevo; sus piedades publique el Hito y sus acentos sean despique de su afecto amante mientras no puede más su amante afecto.

Tras la apertura musical comienza la acción con un diálogo entre la Villa y el Agradecimiento con estructura de debate en el que discuten quién ha de celebrar a Javier, mientras el Demonio acecha oculto y un Ángel observa al otro lado del escenario, marcando en la disposición física el contraste espiritual de los dos. La Villa argumenta sus motivos en un largo romance que narra los sucesos de la epidemia de peste del Hito y el Agradecimiento expone los suyos. La disputa, que alegra al Demonio por lo que tiene de rivalidad y posible violencia, se compone con la intervención del Ángel y todos se entran para preparar los cultos a Javier, mientras queda el Demonio en escena, furioso, exhibiendo su rabia en versos de empaque calderoniano, influidos sin duda por pasajes auto sacramentales de Calderón, con juegos de paralelismos y correlaciones y abundantes cultismos: Primero de esa vaga arquitectura en que a tornos ostenta su hermosura el orbe de cristal que nunca yerra, desplomada de sí vendrá a tierra, sirviéndoles el golpe más severo de prisión en sus ruinas, y primero del planeta mejor roja melena atezado capuz, de sombras llena vestirá, desgreñada al ansia mía negándole la luz el alma al día. Antes crujiendo entrambos horizontes se harán pedazos los soberbios montes,

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guerreando entre sí los obeliscos se arrojarán por balas muchos riscos. Antes las aves trocarán en llanto la suavidad de su apacible canto pasando de la sombra en el olvido lo que antes fue gorjeo a ser graznido, porque a la rabia que en mi pecho mora dos noches mirarán en cada aurora. Y antes soberbio el mar a las estrellas, del claro firmamento antorchas bellas, subirá sobre montes de cristales para mojar la luz de sus fanales, y después, despeñado de sí mismo, a apagar caerá el fuego del abismo, porque sientan también mis penas graves el cielo, el mar, el monte, fieras y aves. Antes, en fin, de mi volcán pavesa será esta villa, que deber confiesa su amparo al peregrino jesuita que a mis dominios tanto imperio quita... (p. 9)

El Demonio planea la destrucción de la villa del Hito, con la ayuda de sus secuaces, Engaño y Desconfianza, a los que convoca para que acudan en su servicio. Explota el autor de la zarzuela con habilidad los recursos simbólicos de la escenografía y vestuario: el Engaño baja de un monte agreste (espacio habitual de la ceguera pasional y la brutalidad en el teatro del Siglo de Oro) vestido de varios colores (símbolo de variedad inestable, de inseguridad), y la Desconfianza asoma de una gruta (otro espacio negativo) vestida de amarillo, color infausto, que según Covarrubias «Entre las colores se tiene por la más infelice, por ser la de la muerte, y de la larga y peligrosa enfermedad». Todos estos elementos alegóricos y simbólicos tienen que ver mucho con la estética del género autosacramental. Se introduce en este momento el motivo de la soldadesca alojada en el pueblo (tan importante en El alcalde de Zalamea de Calderón, por ejemplo): el Demonio, disfrazado de general dispone que se alojen en la villa sus insolentes soldados para destruirla, y pretende también engañar a un pasajero y al gracioso, que aparecen de camino dirigiéndose al Hito, y a los que intenta disuadir diciendo que la peste y la superstición predominan en el pueblo. En todos sus propósitos el Demonio fracasa. La Villa asegura a los viajeros de la sanidad y alegría que reinan en el Hito, donde se ha

INTRODUCCIÓN

hecho una capilla para San Francisco Javier. La Desconfianza y el Engaño intentan nuevos ardides, sin éxito. En los distintos enfrentamientos la elaboración dramática es bastante rudimentaria y se cimenta en escenas sucesivas con disposición lineal, sin intriga ni complicación en las relaciones de personajes, que a menudo se organizan en bloques estáticos: por ejemplo, la Villa y el Agradecimiento salen siempre juntos y son en realidad variaciones de un mismo actante. Destaca la parte cómica, relativamente extensa, con un gracioso que se irrita con el Demonio, exhibe su miedo con los acostumbrados motivos escatológicos, manifiesta su afición al vino, o ejerce la sátira costumbrista contra los sastres ladrones, en un discurso lleno de juegos de palabras y alusiones ingeniosas: ¿Feria en el Hito? Me alegro pues por lo que dije antes me es preciso el ir allá a llevar no sé qué imagen que la cuelguen en la iglesia con una cinta tan grande del color de los pimientos que aquí traigo en los costales. Es encargo de mi cura, un hombre de prendas grandes, pues canta que rabia a gritos y en el coro algunas tardes entona el kirieleisón que no hay más que desearle, (p. 24)

Este gracioso es un vendedor de pimientos, que sale adornado con ristras de su mercancía y costales. Transporta también un cuadro de San Francisco, que tiene importancia como elemento devocional que incita a la veneración del santo, y que sirve de pedagógico recuerdo del poder de las imágenes y la función de las mismas en la mentalidad religiosa de la llamada Contrarreforma. Una de las escenas constituye precisamente un ejercicio de ecfrasis o descripción del cuadro que admira a un pasajero: ... tan bello el rostro está y agradable que infunde respeto al verle, consuela solo el mirarle... (p. 25)

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El Agradecimiento y la Villa disponen los actos festivos que se glosan en un fragmento cercano a los modelos de la relación, con descripciones de los actos y adornos: de redes y tafetanes hay colgados varios trechos, otros los cubren pinturas, otros los robles y el fresno. El suelo está matizado de rosas, lirios, romeros, alhelíes, tulipanes, jazmines, murtas, cantuesos y jacintos deshojados entre claveles deshechos, sirviendo todas las flores en las calles por recuerdo del caso de las muletas que sabes que en aquel tiempo iba arrojando a los pies del santo apóstol el p u e b l o . . . (p. 29)

Nuevo fracaso, ya definitivo, del Demonio, que aparece de militar con exigencias de alojar en el pueblo a su tropa y amenazas de prenderle fuego si no obedecen al punto. La Villa, sin embargo, se niega con firmeza a ejecutar una orden imposible en un pueblo pequeño y ocupado por la mucha gente que ha venido a celebrar al nuevo patrón, San Francisco Javier, y responde con palabras que recuerdan la actitud del Pedro Crespo calderoniano (p. 35). Este diálogo conflictivo entre la Villa y el Demonio es uno de los momentos de más viveza dramática de la obra. Por fin interviene el Ángel tutelar del Hito que ofrece traer preso al Demonio y sus secuaces, y hacerlos participar en la procesión triunfal, como trofeo de la Iglesia y de San Francisco Javier. Junto con la música, canto y explotación del vestuario (trajes de peregrinos, de soldados, de gala para el Ángel, de ermitaño, vestuario simbólico ya señalado...), se suceden recursos escénicos (cuadro, gruta, monte, apariencias...) que llegan a extremos de espectacularidad en el hundimiento del Engaño por un escotillón del que salen fuego y humo, y sobre todo en la disposición escenográfica del desenlace, en el que delante del altar de Javier, el Demonio es obligado a confesar su derrota en una procesión triunfal, para acabar hundién-

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

dose de nuevo por el escotillón, con el Engaño y la Desconfianza, entre humaredas y llamaradas: Los habrá amarrado el Ángel de tres argollas [al Demonio, Engaño y Desconfianza] que tendrá la cadena, dispuesta de modo que con un nudo en medio queden otros tres anillos de que asirla, y ahora se entra el Angel llevándolos asidos de ella. Canta dentro la música y al fin de la última copla suenan chirimías y luego caja y clarín, tocando a marcha, y van saliendo poco a poco, primero el gracioso, luego el peregrino, después el pasajero, con bandejas grandes en las manos, en que traerán sus dones, luego la Villa y el Agradecimiento, y en medio el Ángel, los cuales traerán asidos de la cadena, el Ángel al Demonio, la Villa a la Desconfianza, y el Agradecimiento al Engaño, que llevarán arrastrando banderas o otras insignias militares; de esta suerte darán vueltas al tablado [...] a los dos lados de un altar del santo, que se descubrirá en medio en este tiempo, adonde estará la corona de laurel [...] irán ofreciendo en el altar los dones [...] sueltan la cadena y con ruido se hunden los tres por el escotillón, saliendo fuego y humo [...] se dará fin cubriéndose el altar al compás de la música, (pp. 38-40) Se trata, en suma, de una pieza de culto al santo, en la que el mismo Javier no aparece como personaje, limitándose su presencia al texto panegírico de los otros personajes, al cuadro y a los aparatos celebrativos en su honor, que culminan en la capilla erigida en el Hito, ante la cual todos cantan: ¡Viva el asombro del orbe, viva Javier, que ha querido aun siendo grande en dos mundos ser también grande en el Hito! (p. 40)

La gran comedia de San Francisco Javier, el Sol en Oriente La comedia se publica suelta en el XVII atribuida a «un ingenio de esta corte», que la crítica 24 ha identificado como el P. Diego Calleja ( 1 6 3 9 - 1 7 2 5 ) , jesuita autor de otras obras dramáticas como la Come-

dia de San Juan Calibita, Las dos estrellas de Francia, La Virgen de la Salceda, Los mejores hermanos, San Justo y Pastor, o El triunfo de la Fortaleza, comedia de San Ignacio (en la cual aparece también secundariamente San Francisco Javier). Es a mi juicio la comedia javeriana mejor estructurada dramáticamente y la más compleja en efectos escenográficos.

24

Elizalde, 1961, p. 172;

Menéndez

Peláez,

1995,

pp.

450-51. Para mis citas uso mi edición, basada en la suelta de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia, T 88 (5).

INTRODUCCIÓN



49

Al comienzo del primer acto la exposición plantea los tres hilos principales en los que se basa la acción: — el político — el religioso — el amoroso Se trata, pues, de una trama de cierta complejidad que irá confluyendo en el nudo hasta su solución final. El componente religioso se plantea cuando, en el principio de la comedia, el rey de Bungo, Jaridono, inquiere noticias del arribo de un bonzo o sacerdote extranjero que viene a introducir nuevas leyes en el Japón, y para certificarse se dirige a la cueva del dios Amida a consultar el oráculo sagrado. En el camino tiene el propósito de encontrase con Coralia, reina destronada de Yamaguchi, que viene a pedir la ayuda de Jaridono (ha sido destronada, como se verá, por convertirse a la fe predicada por San Francisco Javier). En torno a Coralia se estructura la acción amorosa: el príncipe Maluco y el general Ferivo se enamoran de ella, con grandes celos de la princesa Amira, que quiere a Ferivo. Todos estos hilos se anudan entre sí, porque Ferivo, despechado por el matrimonio de Maluco con Coralia, y conspirando con los bonzos (especialmente Fucardono) se rebelará contra Jaridono, provocando una guerra en la que intervendrá milagrosamente San Francisco. Los acontecimientos se disponen en el primer acto a modo de tejido de episodios de la vida del santo, principalmente en forma de mosaico de milagros. Antes de que aparezca Javier en escena, el príncipe Maluco trae noticias de su desembarco y avanza un retrato verbal presentativo (w. 143 y ss.) que coincide con los detalles que aportan las diferentes vidas del santo (Turselino, Lucena o García...): Alto es el cuerpo, y por más que el traje le desasea con el no cuidado adorno, gallardo, que a la manera del que quiere parecer mal, en lo mismo que acierta, no queriendo ser galán es galán aunque no quiera. Grave y alegre es el rostro, uniendo en su tez serena palideces y blancuras,

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

de cuya indistinta mezcla resulta el ser sus facciones ya agradables, ya severas, con tal proporción, que evita con el respeto que engendra, ni civil, ni áspero, el vicio de hurañías y llanezas. Negro el cabello y la barba tiene, donde a partes muestra algunas canas, tan pocas y confusas, que no aciertan a blanquear, porque ha poco tiempo, señor, que blanquean, y aun siendo canas se tienen el resabio de ser negras. Los ojos son agradables con gravedad, que modesta sin buscarla en su cuidado en su natural la encuentra, que cuando se estudia mucho es cuando peor se yerra. Discretas son sus palabras y amorosas: considera qué atractivo tendrán, siendo amorosas y discretas.

De este retrato hay un elemento que no cuadra a la cultura japonesa que se evoca en la comedia, y que el gracioso Pequín subraya: la pobreza y la humildad de Javier. Para los habitantes de Bungo no puede ser persona de importancia ni consideración el que es pobre y tan humilde como ese extraño bonzo que ha tenido que servir de mozo de espuelas a un viajero, sujetándose para soportar el cansancio a la cola de su caballo, episodio recogido a menudo en las hagiografías y en la iconografía del santo. Ni el gracioso, ni el rey, ni el sacerdote Fucardono creen que ese pobre extranjero pueda ser el bonzo anunciado en las profecías y que hace mil años esperan. Como argumenta Fucardono, sacerdote guardián del templo de Amida (w. 545 y ss.): ... es posible que sea ese mendigo que escriben vivir entre las miserias de hambre y desnudez, de quien

INTRODUCCIÓN

la profecía se entienda; y emplearla en él, sería desperdiciar la defensa de hombre que dicen que a Dios tanto el camino le estrecha que afirma que a nuestras almas no le es posible que venga si no es por el agua solo.

Para la documentación de todos estos episodios en las vidas del santo remito a mi edición de la comedia.

A pesar de la oposición de Fucardono abren la gruta y se ofrece la primera de las apariencias de la obra: una visión del santo con un indio gigante en sus hombros, según otro conocido episodio 25 . El grave peso del indio gigante simboliza los trabajos que esperan a Javier en su misión, que acepta con alegría en servicio de Dios: SAN JAVIER

Peso desigual, mi Dios, mal sustentarle podré: ¡ay Jesús mío!, yo iré, mas conmigo habéis de ir vos. Jesús! ¡Ignacio! Los dos me asistís: tú, Ignacio, das este precepto, y tú estás, mi Jesús, de parte mía, pues con esta compañía vengan más trabajos, más. (w. 634 y ss.)

Todo el primer acto se construye desde este momento como una taracea de episodios sacados de las fuentes hagiográficas. En el proceso de la acción, en efecto, se suceden los diversos episodios que van tejiendo la trama, esencialmente: a) El portugués

corrompido

Diego

Suárez

Diego está entregado al vicio de las cartas. San Francisco consigue su conversión jugando con él a las cartas y haciéndole ganar milagrosamente. Este episodio se empieza en el primer acto pero hallará su desenlace en el segundo. b) La entrada

solemne en Bungo

Por razones prácticas los portugueses convencen a San Francisco de que haga en la corte de Bungo una entrada solemne. Se dispone

5 2



SAN F R A N C I S C O JAVIER E N EL T E A T R O D E L S I G L O D E O R O

escénicamente la comitiva, con lujo de vestuario, músicas y objetos. La canción del recibimiento insiste en la imagen básica del sol en oriente: MÚSICOS

Despertad, despertad, orientales, a la luz que de España nos viene, que al venir el sol del ocaso, amanece el sol en oriente, el sol en oriente, el sol en oriente, (w. 9 1 4 y ss.)

c) El milagro del cangrejo En el camino de la corte de Bungo se narra el episodio de la pérdida de un crucifijo, que milagrosamente un pez o cangrejo le devuelve, trayéndoselo a la playa. Se escenifica el episodio.

d) El don de lenguas Asombrados todos por el prodigio del pez, San Francisco invoca la ayuda de Dios para su predicación, y acuden cuatro genios en sendas nubes: son los genios de los idiomas indio, chino, japonés y portugués. Javier predica y cada uno lo entiende, repitiendo en su idioma las palabras del santo. Después de los episodios mencionados, sobre cuya escenificación haré después algún comentario, se cierra el primer acto con la música, entre la expectación de todos y la admiración del rey de Bungo y su séquito, proclives a la nueva doctrina que con tan extraordinarios medios se les acaba de predicar: REY

SAN JAVIER

Toma, español prodigioso, toma tu ídolo, que temen mis manos su peso, bien como aras irreverentes. Vente conmigo, y vosotros, volved, en música alegre hasta llegar a palacio, una y repetidas veces de su venida a pedir albricias a nuestras gentes. Dulce Jesús, que a mis ojos vuelves milagrosamente,

INTRODUCCIÓN

MÚSICOS

los tuyos, Señor, a tantos ciegos idólatras vuelve. Despertad, despertad, orientales, a la luz que de España nos viene, que al venir el sol del ocaso, amanece el sol en oriente, el sol en oriente, el sol en oriente. (w. 1244 y ss.)

El segundo acto continúa la acción un mes más tarde de la del primero. El rey distingue con sus preferencias a Javier, pero no se decide a hacerse cristiano por razones de estado. El general Ferivo quiere casarse con Coralia, que el rey destina al príncipe Maluco, y Jaridono teme que, despechado, provoque una sublevación y lo destrone. El contraste cómico lo proporciona la pareja de Chambina y Pequín, con una serie de tópicas disputas conyugales, pero lo esencial del acto segundo se centra en la parte doctrinal, desarrollada de manera muy densa en el diálogo del príncipe Maluco con Javier y en la disputa del santo con los bonzos, cuyas impías razones castiga mandando que los arrebaten globos de fuego, en otro efecto espectacular extraordinario. Javier va respondiendo a las dudas teológicas y personales de Maluco, que acaba convencido y decidido a abrazar la fe cristiana. Fucardono y Ferivo conspiran contra el rey, Diego Suárez se convierte también emocionado por la actitud de Javier, que llega a jugar a las cartas con él, y termina el acto con otro prodigio: para evitar que los enemigos del santo lo asesinen en la oscuridad de la noche, dos ángeles detienen al sol, prolongando la luz hasta que Javier se recoge: otro episodio de compleja construcción escénica, con monte y tramoyas de vuelos. El acto tercero se abre con un nuevo diálogo cómico de Chambina y Pequín, que aportan además una serie de noticias necesarias para que el espectador pueda seguir la trama: el rey se ha hecho cristiano y vive retirado; el príncipe Maluco se ha casado con Coralia y está ahora en guerra con Ferivo, sublevado; la princesa Amira ha muerto de celos; Javier prepara su marcha de Bungo para alcanzar nuevas tierras de misión... El rey siente mucho la pérdida de Javier y comenta con el portugués Duarte de Gama los últimos sucesos de los que Pequín y Chambina han dado noticia: REY

Bien sabe Dios cuánto siento con vuestra ausencia perder

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

DUARTE

en mi amigo y mi maestro el consuelo que tenía entre tantos desconsuelos. N o la muerte de mi hija, luz de mis ojos, que el cierzo apagó, haciendo con una tragedia sola dos muertos; no el peligro en que se hallan Maluco y Coralia, al riesgo de Ferivo y de los bonzos, cuya envidia y cuyos celos me dan a temer no en vano que sea suyo el vencimiento, que celos y envidias no hacen cobardes, aunque hacen ciegos, llego a temer tanto como haber de perder a un tiempo al padre Francisco., en quien para mis trabajos tengo esperanzas, si amenazan, y si suceden, remedio. ¿Qué hace ahora? Al padre Ignacio, su patriarca, escribiendo, le dejé. (w. 2685 y ss.)

Este cúmulo de conflictos que plantea la acción en el tercer acto se complica con las derrotas en la guerra y la pérdida en una barca de Maluco y Coralia, en una trama que recuerda en algunos detalles al género bizantino. El rey invoca el consuelo de Javier en tantas penas y el espacio dramático muestra de nuevo una apertura a los territorios de lo maravilloso sacro, con una nueva apariencia del santo en elevación, sobre el cual han de bajar después luces y flores entre músicas angélicas: REY

¿Cómo, cielos, a dolor tan desmedido habrá humano sufrimiento? Crucificado Señor, dulce Jesús, en quien creo, piedad, Dios mío, que en otros golfos de llanto me anego.

INTRODUCCIÓN

Santo Javier, padre amado, amigo de Dios, ¿qué es esto? Va el rey hacia la esquina del teatro, donde, corrida una cortina, se verá San Javier: estará el santo de rodillas, escribiendo sobre alguna imitada piedra, subiendo en una elevación. DUARTE

¡Maravilloso prodigio!

(W. 2 8 4 9

y ss.)

El prodigio se multiplica: mientras Javier escribe a Ignacio, aparece la barca de Maluco y Coralia, salvados milagrosamente de la tempestad por el santo, que viene ahora representado en escena por una estatua lo más parecida posible al actor que hace su papel, para escenificar el milagro de la bilocación. Otras apariciones se acumulan: San Ignacio acude en vuelo presuroso para ayudar a Javier contra sus enemigos, lo que permite a Calleja introducir en el diálogo un elogio de la Compañía de Jesús (w. 3 2 2 7 y ss.): SAN JAVIER

SAN IGNACIO

¡Oh, dulces lazos, que con vínculo estrecho amor de Dios le pegan a mi pecho! ¡Oh amado padre! ¡Oh tú, cuya presencia desquita en un instante mucha ausencia; yo le debí a la instancia de tu ruego romper del mundo el tantas veces ciego lazo de esclavitud dura y penosa. Yo te debí la asignación dichosa a esta misión de oriente, pues débate el amor de un hijo ausente saber hoy los progresos que Dios fía en Europa de nuestra Compañía: ¿si su instituto en gloria de Dios crece? Mucho, Francisco, Dios la favorece. Hombres de ciencia, de virtud, de fama, a nuestra religión piadoso llama, tales que en ella (¡el cielo puede tanto!), es lo sabio vulgar, común lo santo, vivo el celo, callada la aspereza, igual el trato, humilde la nobleza, uno en todos el fin del instituto, mucho el afán y no menor el fruto; contradicciones hay que más la exaltan, y ¡ay de la Compañía!, si la faltan.

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

M WClDi: OWVO ), Grabado de LABOR EVANGÉLICA

En este proceso acumulativo de milagros y efectos extraordinarios, el desenlace supone la culminación: Ferivo, contra su voluntad, predica las verdades fundamentales de la doctrina cristiana (la Trinidad, la Redención, las Postrimerías...)) impulsado por una fuerza desconocida, y para demostración final de la doctrina de la inmortalidad, que niega el recalcitrante Fucardono, hace San Francisco resucitar a la princesa Amira, quien narra su viaje de ultratumba y las terribles experiencias de las que Javier la ha salvado. El alma de Amira, libre del cuerpo, ha podido presenciar también las futuras glorias y prodigios de Javier, que anuncia en el tramo final, como cierre de la obra (w. 3618 y ss.): ha visto, dice, una parte

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(1663I-

de las maravillas grandes que la Omnipotencia Suma por San Francisco Javier hará en edades futuras. Su cadáver, a pesar del tiempo y la sepultura, lima que el pórfido muerde, diente que el bronce atenúa, permanecerá incorrupto, Fénix mejor que en su urna, sin bálsamos, ni canelas, fragrantés aromas suda. Tiempo vendrá en que los muertos que a la vida restituya Dios por Javier, de sesenta y más el número cumplan. No le tendrán los enfermos que en cuanto la luz circunda, o el accidente los balde, o postre la calentura, a su invocación consigan salud, para cuya suma saltan al guarismo miles, sobran pasmos a las plumas. ¿Cuántas veces verá el mar en sus deshechas fortunas, valer por bonanza el ruego de quien le llame en su ayuda? ¿Cuántas a su patrocinio desvanecerá sus furias el pestilencial contagio que aun el arte desahucia? ¿Cuántas el cielo enojado contra la tierra infecunda, a la vista de su imagen dará providentes lluvias? Ya lo dirán sus altares, sobre cuyas aras cultas de víctimas y plegarias darán ceras y pinturas testimonio de que andan el logro y el ruego a una cuantas veces en Javier

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

remedio a los males buscan. O mejor lo dirá el tiempo, en que porque aliente o supla los tutelares auxilios de las angélicas curias, en piadosas rogativas sus novenas se introduzgan.

Duarte de Gama pronuncia el epílogo anunciando una segunda parte de la comedia que no ha llegado a nosotros (si es que se escribió). Del somero comentario se pueden extraer algunas conclusiones provisionales sobre El Sol en Oriente: cierta complejidad de la trama que organiza sus hilos estructurales de manera bastante ordenada, entretejiendo las diversas historias y problemas de los personajes, e integrando los distintos temas (religioso, político y amoroso); presencia —aunque menos relevante que en Las glorias del mejor siglo— de la comicidad en los personajes graciosos Chambina y Pequín; exposición doctrinal —igual que en el resto de las comedias javerianas— como elemento básico, pero expuesta en forma de diálogo dramático (con Maluco sobre todo) más que como sermón, lo que da un mayor dinamismo a la acción dramática; predominio de los milagros en el tejido argumental y en la evocación del protagonista San Francisco, lo que da ocasión al gran desarrollo de efectos escénicos espectaculares, apoyados por la música. Puede ser ilustrativo recoger aquí las principales acotaciones de la obra, que dan idea sin mayores comentarios, de las dimensiones escenográficas de la pieza, que tiene en cuenta muchos efectos de tramoya, decorado, uso de apariencias, iluminación, etc.: Descúbrese un templo, y cabe él una gruta con las puertas cerradas; llaman al templo, y dice dentro Fucardono. Abren la gruta, y estará San Javier como dormido, reclinado sobre un peñasco, y sobre sus hombros un indio gigante, como dicen los versos. Al flechar los arcos contra el indio desaparece todo, cayendo un pedazo del bastidor. Sale el santo con sotana de seda, sobrepelliz y estola, todo lo más rico que pueda ser. Acompañamiento de portugueses con fuentes de plata en las manos, en que irán una imagen de Nuestra Señora, Cruz de nuncio, misal, etc.

INTRODUCCIÓN

MANUEL SAMAN I A ' . o . El. TRIUNFO DE LA GRUÍ (SAN FRANCISCO DE O u r r o ) .

Hasta los pies del santo llegará la imitación del mar, y en él saldrá un pez a la orilla, con un Santo Cristo en la boca, de donde le tomará el santo. En cuatro nubes, que incluyan cada una su trono, bajarán en vuelo arrebatado los cuatro Genios, vestidos del traje que corresponde a cada uno, quedándose en ala sobre la cabeza del Santo. Traerán instrumentos músicos. Vuelan. Toma el rey de la mano del santo el crucifijo, y levántanse todos los indios a mirarle, retirándose con el pez la imitación del mar. Salen Fucardono con otros seis bonzos, que saldrán cantando. Sobre cada uno de los seis bajará un globo de fuego, que se hundirá con ellos por el tablado, volviéndose a cerrar los escotillones. Habiendo descubierto unos montes y en su horizonte un sol como que ya se va a poner, saldrán los dos Ángeles por los lados, que le detendrán como asido. Va el rey hacia la esquina del teatro, donde, corrida una cortina, se verá San Javier: estará el santo de rodillas, escribiendo sobre alguna imitada piedra, subiendo en una elevación. Aquí ha de bajar una nube desprendiendo sobre el santo flores y luces, cantando los Músicos sin dejarse ver. Aquí se descubre en el vestuario con alguna lejana perspectiva un batel, dentro Maluco y Coralia, y una estatua de San Javier lo más parecida que se pueda al que le representa. Bajando la elevación y abordando el batel, desaparecerá la estatua al punto que toquen el tablado el santo y los príncipes.

CONCLUSIÓN

En lo que se refiere al teatro javeriano del Siglo de Oro, puede concluirse que todas las piezas se enmarcan en el ámbito del teatro jesuítico y de los ejercicios de colegio. Cabe distinguir primero las piezas dramáticas o cuasi dramáticas insertas en las celebraciones (de beatificación, canonización u otras), de las que solo nos quedan noticias en las relaciones del tiempo. Por las referencias conservadas este tipo de obras alcanzan muy limitados desarrollos teatrales y resultan un componente más del espectáculo global de las procesiones, desfiles, altares y danzas.

60



SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

En segundo lugar estarían los diálogos de interés didáctico y devocional, de los cuales se conservan bastantes ejemplos. Con muy reducida nómina de personajes tienen pocas ambiciones literarias y teatrales y constituyen más bien ejercicios de retórica devota. En tercer lugar se cuentan las piezas más interesantes: las citadas comedias, que pertenecen todas al teatro jesuítico, escritas por jesuitas, y con hábil explotación de los recursos propios del género hagiográfico. Hay que señalar que por su cronología estas comedias muestran acusada influencia de las fórmulas y estilo calderonianos. Ofrecen conexiones con el género sacramental y tienen en cuenta los principales episodios de las vidas de Javier como fuentes cuyo estudio queda por hacer de manera sistemática. Salvo la zarzuela, todas las demás tienen a San Francisco como personaje. No carecen de elaboración literaria, y en todas se integra la comicidad, con personajes graciosos que en ocasiones {Las glorias del mejor siglo, El Sol en Orienté) ejercitan la sátira costumbrista o literaria. La música y los efectos escénicos alcanzan notables desarrollos, en especial en El Sol en Oriente. Aunque el principal objetivo sea la celebración devota del santo —y la exposición doctrinal, con elogio de la Compañía de Jesús—, manteniendo en segundo plano los objetivos precisamente artísticos, estas comedias constituyen seguramente algunos de los ejemplos más perfectos en su elaboración teatral y lingüística del importante teatro jesuítico a mediados del siglo XVII.

ESTA EDICIÓN

El texto se ha fijado sobre la suelta del XVII, sin indicaciones de imprenta ni año, conservada en la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia, T88(5). Se aplican los criterios editoriales del GRISO 26 y se añade un aparato de notas que intenta apuntar la relación de la comedia con algunas de las más significadas vidas del santo, y explicar algunos motivos y expresiones. Las ilustraciones tienen el propósito de complementar el texto, añadiendo además un componente exornativo que evoca la recepción artística de la figura de San Francisco Javier.

^

Remito a la página web del

G R I S O para m a y o r

información:

«http://griso.cti.unav.es/docs/inicio/principal.html».

INTRODUCCIÓN



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ZuGASTl,

SAN FRANCISCO JAVIER EN EL TEATRO DEL SIGLO DE ORO

TEXTO DE LA COMEDIA

LA GRAN COMEDIA DE SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE.

D E U N I N G E N I O D E ESTA CORTE 1 .

1

Un ingenio: el P. Calleja.

Ver el prólogo.

PERSONAS

J A R I D O N O , BARBA, REY D E B U N G O 2 . M A L U C O , SU HIJO, PRIMERO GALÁN. F E R I V O , S E G U N D O GALÁN. F U C A R D O N O , SACERDOTE GENTIL. P E Q U Í N , GRACIOSO.

2

Bungo-. es el reino del Japón

donde San Francisco evangeliza; hay muchas referencias en las hagiografías y biografías del santo: comp. «camino de Bungo para ver al rey se llevó a tres cris-

U N INDIO GIGANTE.

tianos nuevos, y andando a pie

M Ú S I C O S Y SOLDADOS.

como 58 leguas supo el Gama

ÁNGELES. C O R A L I A , PRIMERA DAMA. A M I R A , S E G U N D A DAMA.

como llegaba el buen padre cansado, mandó a algunos portugueses saliesen a caballo a recibirle» (Turselino, Historia de la

C H A M B I N A , GRACIOSA.

entrada de la cristiandad en el

D I E G O SUÁREZ, PORTUGUÉS.

Japón y China, fol. 195r.); «de-

D U A R T E D E G A M A , PORTUGUÉS. B R I T O , CRIADO. S A N F R A N C I S C O JAVIER. S A N I G N A C I O D E LOYOLA.

terminó de embarcarse para el Japón y tomado consigo algunos padres y al mismo Pablo y a dos criados suyos se puso en camino, en el cual, después de haber pasado muchos y grandes peligros del mar y escapado de las manos de los gentiles en cuya nave iba que le querían matar, llegó al Japón y atravesó la isla hasta llegar a la grande ciudad de Meaco, que es la más poblada y principal de Japón, a pie y con mucha pobreza frío y desnudez, andando corriendo tras los caballos de los japoneses como mozo

T E X T O D E LA C O M E D I A



71

y lacayo por tener en ellos guía y seguridad y habiendo convertido a la fe de Jesucristo en Cangoxima, Bungo y Amanguche obra de mil y quinientas almas, dejó en Japón a sus compañeros para que cultivasen aquellas nuevas plantas y tuviesen cargo de las iglesias que él dejaba fundadas y

JORNADA PRIMERA

se volvió a la India» (Rivadeneira, Vida de san Ignacio

di

Loyoht, p. 252).

Salen Jaridono, rey, Amira, y acompañamiento, sonando a veces dentro en una parte instrumentos músicos y en otra artillería3.

instrumentos músicos, artillería-. estructura muy frecuente en las comedias del Siglo de Oro: por un lado del escenario se oyen músicas festivas y por otro músicas de guerra; es un contraste

REY

En cuanto al templo de Amida4, deidad del Japón suprema, a cuyas aras sagradas

muy vivo y dinámico, favorito de Calderón de la Barca: en el comiezo de En esta vida todo es verdad y todo mentira (Calderón, OC. Dramas, p. 1109): «Dentro, a una parte, cajas y trompetas y a otra instrumentos músicos»; y también id., El segundo Escipióm «Música, clarines y cajas» (OC. Dramas, p. 1421), etc.

C O R N E E I S Bl.OKMAF.RT, JAVIER AN I E EI MAPA HE ASIA.

4

v. 1 Amida: según sus devo-

tos, el más grande de los dioses y el soberano y dueño del paraíso, protector de las almas humanas, salvador de la humanidad. Antiguamente sus devotos le ofrecían el sacrificio de su vida ahogándose en su honor. Unos se metían en barcas y se arrojaban agua; otros se emparedaban en una cueva estrecha en forma de una

72



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

sagrados humos inciensan, y en cuyo recinto yace la gruta donde el profeta Combagio mil años ha

tumba, cubierta por todas partes

5

a excepción de un pequeño agujero que servía para entrar el aire, y en este sepulcro el devoto no cesaba de llamar a Amida hasta que expiraba. Es representado en un altar, montado en un caballo con siete cabezas, jeroglífico de siete mil años, con cabeza de perro, teniendo en sus manos un anillo o círculo de oro que está mordiendo. Otras veces le dan tres cabezas, cada una cubierta de una especie de bonete, con barba larga. Comp.

también

«enmudecían los Camis y Fotoques y los nombres de Jaca y Amida, oyéndose en todas partes el del verdadero Dios» (Vieyra, Sermones, p. 329). v. 13 bonzo: 'sacerdote'; comp. García, Vida y milagros de San Francisco Javier,

p. 245:

«continuamente predicaba y disputaba con los bonzos y se pueden contar sus batallas por sus victorias. Pero entre las demás fue gloriosísima la que alcanzó de Saquigitán, principal bonzo de Canasama»; Lucena, Historia de la vida del P. Francisco Javier, p. 559: «Disputas con los bonzos y la réplica que hicieron los bonzos a la demostración precedente

que en sueño estático espera que le despierte el ruido de su profecía mesma, rumor que estos días tanto mi reino de Bungo inquieta a causa del nuevo bonzo 5 que de playas extranjeras a introducir nueva ley dicen que viene a las nuestras... en tanto, pues, que llegamos del templo y gruta a las puertas,

y como les respondió con otra el padre Francisco».

10 ANONIMO (MUSF.O DE AMÉRÍCA).

15

T E X T O D E LA C O M E D I A



73

6

donde nuestro dios nos cambia a sacrificios respuestas, esperando de camino a Coralia, que tan cerca debe de estar, según dice la música, que por muestra del deseo de hospedarla mandé que al paso saliera, alto haced en este risco que, árbitro de mar y tierra, domina el estruendo vario que en los golfos y en las selvas6, aquellos de artillería militar turbados y estas de blanda música heridas, incesantemente suena.

v. 3 0 golfo: «Es lo p r o f u n d o

del río por d o n d e se va colando y revolviendo el agua, q u e por otro n o m b r e se llama madre del río [...]. T ó m a s e también p o r cualquiera h o n d a d u r a del agua, ora sea en ríos, ora en lagos, ora en el mar; pero en vulgar castellano siempre entendemos golfo por m a r p r o f u n d o , desviado de tierra en alta m a r q u e a doquiera q u e extendamos los ojos, no v e m o s sino cielo y agua» (Cov.).

7

v. 3 5 Venga, venga-, estruc-

tura de canciones d e bienvenida o recibimiento, m u y reiteradas en la literatura del Siglo de O r o : baste recordar la q u e hacen sus vasallos al c o m e n d a d o r de Fuenteovejuna

en

la

comedia

Músicos

Dentro Venga, venga, venga7, venga norabuena, pues tus proprios vasallos no te quieren por reina,

de

Lope: «Sea bienvenido / el C o m e n d a d o r e / de rendir las tierras / y matar los hombres» ( w . 5 2 9 3 2 ) . L a formulación d e la bienvenida de estos músicos es conocida en la poesía

tradicional,

c o m p . «Venga enhorabuena / la flor d e mayo, / venga enhorabuena / las más linda flor» (Frenk, 1 9 8 7 , n ú m . 1 2 7 4 ) ; «Sea bienvenida / la reina linda / sea bienvenida. / Venga el sol de E s p a ñ a / m u y enhorabuena, / norabuena venga»

(Frenk,

1987,

núm.

1 2 2 9 ) , etc.

GRABADOA ANÓNIMO EN S. P. FRANCKCI

XAVERIÍ

EPIS TOLAKUM ( 1 6 5 7 ¡

7 4



S A N F R A N C I S C O J A V I E R , EL SOL EN

ORIENTE

20

25

30

35

AMIRA

REY

vente, Coralia, vente a mi tierra, y tendrás por esclavos cuantos te vean. Venga, venga, venga, venga norabuena. Ya desde aquí, gran señor, los coros de indias bellas que a recibir enviaste a Coralia, hermosa reina, que asistida de Ferivo, (¡ah ingrato!) buscando llega, para restaurar su reino, en tus armas su defensa, se dejan oír. También desde aquí, Amira, se deja ver que tu hermano Maluco, de la nave portuguesa adonde fue esta mañana, a saber si eran de guerra u de salva los estruendos8, que han tenido en susto envuelta toda la noche mi gran corte de Fuqueo, llega.

40

45

REY MALUCO

REY MALUCO

Y muy contento, señor, de que tus dudas absueltas9, si fueron susto, son gozo. ¿Cómo? Como salva eran los tiros que anoche oímos, de esa nave, que comercia un mes habrá en nuestros puertos. ¿Y cuál fue la causa? Esta: aquel extranjero bonzo que de las últimas tierras del mundo, en que acaba el día, quizás porque el sol con pena

v. 57 salva: «Vale también

disparo de armas de fuego en honor de algún personaje, alegría de alguna festividad, o expresión de urbanidad y cortesía» (Aut); también se hacía esta salva con

50

músicas; comp. Calderón, OC. Autos, p. 905: «Pues ya tranquilas las ondas, / nos coronan de esperanzas / de aquellos australes montes, / haced a las cumbres salva. / Tocan clarines en la nave y disparan»;

55

id., p. 904: «Que la

nave en que se embarca / en el Líbano la Esposa, / dando vista a las murallas / de la gran Jerusalén, / velas amainando y jarcias, / hace la salva a sus torres».

60

Salen Maluco, príncipe galán, Pequín y acompañamiento. MALUCO

8

9

v. 62 absueltas:

65

70

TEXTO DE LA COMEDIA



75

resueltas.

10

v. 81 Firando, Amanguchi:

reinos y ciudades del Japón, escenario de las peregrinaciones de San Francisco: comp. García, Vida y milagros de San Francisco Javier, p. 216: «dejando la fortaleza prosiguió su camino al reino de Firando con sus compañeros a pie llevando cada uno su fardillo al hombro padeciendo grandes peligros»; id., p. 217: «en el puerto de Firando fue recibido de los portugueses con clarines, salva de artillería y todas las demostraciones de regocijo y honra»; Turselino, Historia de la entrada de la cristiandad en el Japón y China, fol. 194 r.: «fue grande el provecho que hizo el padre Javier en Amanguche, pues en espacio de un año bautizó tres mil personas»; Guzmán, Historia de las misiones de la Compañía, p. 232: «llegaron entrambos con harto trabajo a la ciudad de Amanguche [...] hizo algunos sermones en las plazas de aquella ciudad».

11

v. 104 andenes-, los ande-

nes del puerto, «espacio de terreno sobre el muelle, en que andan las gentes que cuidan el embarque y desembarque de los géneros o que vienen a este paraje para esparcirse o con otro objeto» (DRAE).

76



de que nos deja a nosotros se muere allá de tristeza, dicen que vino a los reinos del Japón, adonde intenta solo que veneren todos un muerto Dios que él venera, en cuyo asumpto empeñado según nos dicen las nuevas de Firando y Amanguchi10, ha convencido su ciencia los más afamados bonzos, que nuestro Japón celebra. Anoche llegó a esa nave de Portugal, que nos trueca sus dulces especerías a nuestras preciosas piedras, cambio desigual, efecto al fin de codicia necia, pues por llevar lo que es carga lo que es regalo se dejan. Tanto es, señor, lo que todos le aman y le respetan a este apóstol, que así ellos le llamaban en su lengua, que apenas esta ventura se les entró por las puertas cuando en festivo alborozo salvas le hicieron en muestra de ser tanta la alegría de que la nave se llena, que no cabiendo en el buque por los andenes revienta11, si ya no fue confianza de su resguardo y dar señas de que estando él en su amparo les sobraba otra defensa, y como cosa baldía pólvora y balas desechan. Entre las demonstraciones grandes con que le veneran, mi curiosidad en una

SAN F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

75

80

85

90

95

100

105

110

TEXTO DE LA COMEDIA



77

12

w . 1 1 7 y ss. Descripción

d e la confesión, q u e M a l u c o no c o m p r e n d e m u y bien y describe desde la perpectiva del p r o f a n o en tal práctica.

13

v. 1 3 7 L a afabilidad de su

semblante y la apariencia noble y b o n d a d o s a son un motivo tópico en las evocaciones de S a n Fran-

Historia

cisco: c o m p . Turselino,

de la entrada de la cristiandad

en

el Japón y China, fol. 3 1 3 v.: « N o ayudaba p o c o al fin q u e el padre Francisco pretendía de la salud de las almas su afabilidad y llaneza, j u n t a con su religiosa graved a d [...] S u admirable afabilidad y comedimiento

se le

echaba

luego d e ver en su semblante, en sus acciones, en sus palabras, en su conversación [...] era grande la alegría q u e traía siempre en el rostro, grande el c o m e d i m i e n t o con q u e trataba y grande la suavidad con q u e hablaba; la alegría de su rostro consolaba a los enfermos y alegraba a los sanos [...] la dulzura q u e tenía en su razo-

hizo reparo, y en prueba del respeto que le tienen, gran señor, has de saberla. Estando sentado el bonzo12, destocadas las cabezas, dándose en los pechos golpes y las rodillas por tierra, se llegaban uno a uno, y en palabras muy secretas no sé qué, se le decían, que aunque yo no lo entendiera, que fuese muy saludable lo que trataban es fuerza, porque reparé en las caras de los que así a hablarle llegan que antes y después tenían las facciones muy diversas: antes de hablarle muy tristes y en hablándole risueñas. De estos obsequios, señor, y otros con que le festejan los de su ley en la nave, no dudo que razón tengan, sin más razón que la amable13 majestad de su presencia, porque esta es y será siempre de los que al mundo encomienda

115

120

125

130

135

140

nar atraía y aficionaba así malos como

a buenos,

así

grandes

c o m o chicos»; de su conversación dice Lucena, Historia

vida

del P Francisco

de la

Javier,

p.

199, q u e « N o la h u b o ni m á s blanda ni más sencilla, ni más afable, no

faltando j a m á s

un

GRABADO DEL

p u n t o a las obligaciones d e la

SACRO MONTE

entereza, d e la prudencia, de la

(1687)

religión: los ojos traía siempre llenos de alegría y de pureza, la b o c a d e risa y m o d e s t i a el semblante; d e m o s t r a b a t o d a b u e n a gracia y autoridad posible».

7 8



S A N F R A N C I S C O J A V I E R , EL SOL EN

ORIENTE

PARNASO

FR

:¡S(:o I\ 1 \R'n'\¡.:. : . VN< I-SC< > ¡ W I F I

(Mi ; > NA«

»:

y DEL

V I R R E I N ••.. • M É J H . >).

^ v. 141 carta de favor, 'carta de recomendación. Comp. Calderón, Sueños hay que verdad son, w. 149-55: «La buena presencia es / el sobrescrito primero / de las cartas de favor / que escribe piadoso el cielo, / encomendando a quien quiere / que gane el primer afecto / de los demás». ^ v. 144 traje: comp. la descripción deTurselino, Historia de la entrada de la cristiandad en el Japón y China, fol. 294 v.: «Está llena su vida de ilustrísimos 14

la carta de más favor que da la naturaleza. Alto es el cuerpo, y por más que el traje le desasea15 con el no cuidado adorno, gallardo, que a la manera del que quiere parecer mal, en lo mismo que acierta, no queriendo ser galán

ejemplos de pobreza: traía un vestido común y vulgar [...] viejo y roto [...] del Japón volvió a Goa como triunfando de la

145

demasía en el vestir trayendo estas ilustres insignias de pobreza, un sombrero muy viejo, una camisa muy rota, una sotana llena de mil remiendos».

TEXTO DE LA COMEDIA



79

16

w . 151 y ss. Comp. este

otro retrato de Lucena, Historia de la vida del /? Francisco

Javier,

p. 845: «fue el padre Francisco Javier de buena estatura, antes grande que pequeño, no enjuto, sino de buenas carnes, bien dispuesto, hombre de grande complexión y Fuerzas. Rostro grave y bien proporcionado, la color naturalmente blanca y sonrosada, demás de andar siempre como inflamado, los ojos entre negros y pardos, la frente ancha, la nariz mediana, la barba negra, y todo el semblante tenía con mucha gracia y autoridad. Trajo siempre el cabello con garceta, nunca usó manteo sobre la sotana, que era pobre pero limpia. Andaba con ella suelta asiéndola con ambas manos un poco sobre los pechos. En la conversación apacible, suave, blando para con todos, y solo áspero y riguroso para consigo, de grandes pensamientos y corazón generoso a quien sin duda fueron estrechos los términos de todo el Oriente».

17

v. 159 civil:

«desestima-

ble, mezquino, ruin y de baja condición» (Aut).

18

v. 163 canas: ver Turse-

lino, Historia de la entrada di la cristiandad

en el Japón y

China,

fol. 200 v.: «tenía el padre Francisco tanta majestad y señorío en el rostro, acompañada de algunas venerables canas y traslucíase por él un rayo de santidad

es galán aunque no quiera. Grave y alegre es el rostro 16 , uniendo en su tez serena palideces y blancuras, de cuya indistinta mezcla resulta el ser sus facciones ya agradables, ya severas, con tal proporción, que evita con el respeto que engendra, ni civil, ni áspero, el vicio 17 de hurañías y llanezas. Negro el cabello y la barba tiene, donde a partes muestra algunas canas, tan pocas18 y confusas, que no aciertan a blanquear, porque ha poco tiempo, señor, que blanquean, y aun siendo canas se tienen el resabio de ser negras. Los ojos son agradables con gravedad, que modesta sin buscarla en su cuidado en su natural la encuentra, que cuando se estudia mucho es cuando peor se yerra. Discretas son sus palabras y amorosas: considera qué atractivo tendrán, siendo amorosas y discretas. Yo confieso, gran señor, que aun siendo el Japón la escuela de los más claros ingenios de Oriente, y que yo a las letras desde el estilo elocuente de las elegantes nuestras hasta las que el chino idioma en su brevedad afecta siempre inclinado, he tenido con ellos mis conferencias, jamás he tratado bonzo

que casi deslumhraba a los ojos de los que le miraban»; García,

80



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

que en las lúbricas materias19 de Dios y el alma mejor hable ni mejor entienda. Apenas supo que yo de tu parte iba, y quién era, cuando con demonstraciones de cariño y reverencia, me saludó tan cortés que mostró bien que en su tierra mejor que en la nuestra había santidades palaciegas. ¡Qué cosa esta —pensaba yo entre mí— para la seca hurañía desdeñosa que nuestros bonzos profesan! Dígalo el dogma admitido20 mal que bien, de que no puedan en su opinión las mujeres salvarse, como si fuera pecado lo no elegido, vicio, al fin, de los que intentan pasar por virtud lo inculto de su condición grosera. En este asumpto, y en otros que hablamos, cuanto dispensan los fueros de una visita tan breve y acaso hecha, de no sé qué hombre y qué Dios 2 de no sé qué Fe y qué Iglesia, de no sé qué agua y qué cruz, de no sé qué gloria y pena, tan altas cosas me dijo, que haciendo acá congruencias a sus solas mi discurso22, me hallé inclinado a creerlas sin más razón, gran señor, de no sé qué que yo sepa. Solo una cosa, entre tantas que me dijo, me disuena (sea de mal entendida, u de mal conforme sea)

190

Vida y milagros de San Francisco Javier,

p. 3 1 0 : «En Amanguche

con los muchos trabajos se llenó de canas». ^ v. 190 lúbricas: aquí signi-

195

fica 'resbaladizas, complejas, difíciles'.

200

20

205

v. 2 0 5 dogma\ el sentido

habitual en el Siglo de

Oro,

opuesto al actual es «enseñamiento, a docendo, secta, doctrina. Dogmatista, el que enseña, y dogmatizante, siempre le tomamos in malam partem, por el

210

que enseña errores contra la fe; a éstos castiga la santa Inquisición severamente y con gran razón y justicia» (Cov.). C o m p . Calderón, OC. Autos, p. 568: «en la Iglesia han esparcido / mil here-

215

siarcas sus dogmas»; id., p. 1104: «Pues algún traidor obrero / de los que en tu labor andan, / apóstatamente, ya / que a doctrinas la comparas, / las cizañas de sus dogmas / sembró en ellas».

220 21

w . 2 2 0 y ss. Claras refe-

rencias a Jesucristo, al bautismo, a la cruz de Cristo, a la salvación y a la condenación; una especie

225

de síntesis doctrinal cristiana.

22

v. 2 2 3 discurso:

razona-

miento, capacidad intelectual.

230

T E X T O D E LA C O M E D I A



81

ANÓNIMO (MUSEO DE SAN ROQUE, LISBOA).

23

v. 237 por medio del agua:

por medio del sacramento del bautismo. Calderón en el auto

de El cordero de Isaías, w. 1952 y

de suerte que no halla m o d o mi razón de componerla con la razón; esta es que tiene tal dependencia Dios con el agua, que Dios no viene a las almas nuestras si no es por medio del agua23. Esto en confusas ideas apenas sé si me hace disonancia o concernencia; bien, que aunque ignore el misterio, el efecto es que quisiera, por tratarle más de espacio, que venga a tu corte.

ss., incluye una definición muy precisa: «—¿Y qué es bautismo? — U n a breve / ablución, que aunque exterior / llega al cuerpo la mantiene / el alma como carácter / sacrosanto e indeleble / que la imprime». En esa definición

del

bautismo

Calderón

sigue la terminología del cilio

de Trento:

Con-

«esta voz Bau-

tismo es nombre griego. Y aunque en las Sagradas Letras no solo significa ablución que está junta con el Sacramento, sino cualquier género de lavatorio [ . . . ] sin embargo no declara entre los Doctores de la Iglesia

MÚSICOS

Dentro Venga, venga, venga, venga norabuena.

REY

Esta música, que acaso dio a tus deseos respuesta, y a los míos, que de hablarle la hora no ven, es seña de que está cerca Coralia.

cualquier ablución corporal, sino la que se junta con el Sacramento, y que no se administra sin la debida forma de palabras».

82



SAN F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

¿Cuándo no estuvieron cerca los celos de un infeliz? NO retardéis la fineza del hospedaje, id los dos

AMIRA

REY

255 i ¡RAÍ u ' :

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sàw ! 24

v. 259 sabio

Fuiardono:

este bonzo aparece con leves vass»"«»«» • F R A T s C L V C I .V \ A \ FJUXm K S O C IhSX |í| Vécir o« Ii'' nrmí Sa ; Ctan.iTK. Sia- -vet. eUaní, cxiinJunr tthrv adi •Perlera, nee eamunt mette enj'tr íieehi Ueum Pande •>:muy FícA'Xl'IJZ'K Palee tetum aeeif v numen In ijuee efritmiee tjiud .tujvraht. erwu. I

riantes de nombre en las obras sobre

•iHK¡ • •

Francisco;

comp.

Turseíino, Historia de la

San

entrada

de U cristiandad

1í M1til !

en el Japón

y

China, fol. 210 v.: «Vino pues el día siguiente Fucarandono a palacio acompañado de más de

H exmm*—«*wc¿

tres mil bonzos; no parecía verdaderamente sino que iba a dar alguna batalla»; García, Vida y

antes que aquí llegue, a verla y conducirla a este templo adonde mis dudas llegan a que el sabio Fucardono24, o las temple o las resuelva de una vez. MALUCO

milagros

de San Francisco

Javier,

p. 249: «Fucarandono, el más famoso de todos los bonzos del reino de Bungo».

260

Vamos, Amira.

TEXTO DE LA COMEDIA



83

AMIRA

GRABADO DE 1 HÊODOR GALLE (DETALLE).

Vanse los dos con algún

REY

84



Triste corazón, ¿qué llevas, que parece que al oído te van diciendo en funesta voz, que de estas alegrías tu cercana muerte temas?

acompañamiento.

PEQUÍN

¿Por qué tú al recibimiento no vas, Pequín? Porque sea la primera vez que yo rehuso el recibir, esta.

REY

;Viste tú también al bonzo?

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE

PEQUÍN

señor, y esa es mi tema25. Aquí tu hijo te ha dicho muchísimas cosas buenas dél, y te ha callado una que a perder todas echa. SÍ,

REY

Pues ¿qué viste en él?

PEQUÍN

Q u e es pobre. Mira, aunque más le encarezca Maluco de docto y santo, qué pueden valer sus prendas.

REY

PEQUÍN

Hombre que han favorecido Dios y la naturaleza, hombre a quien aun los extraños por oráculo respetan, ¿puede ser pobre? ¿No es en el Japón, donde reina la razón y la justicia, el ser pobres tal afrenta26, que sin más culpa los hacen infames las leyes nuestras, como al contrario más bueno al que tiene más riqueza, fuero tan puesto en razón, que a par de la providencia de Dios mismo, al que él castiga castiga, y premia al que él premia? Luego ¿cómo, si a este bonzo Dios y los hombres le dejan ser pobre, puede ser santo? señor, y esa es mi tema. Descalzo por el navio andaba de pie y de pierna, con que de tantas virtudes yo no le vi ni aun las medias27. Solo su sotana es pía28, porque es de remiendos hecha, y es muy escasa de paño: es justa, pero no buena. Un grumete del navio me dijo que por sus mesmas SÍ,

25

v. 2 7 2 tema: en el sentido

clásico de 'manía'.

275

280

26

v. 288 pobre: ver más ade-

lante explanación de este tema, importante en la comedia.

285 27

v. 3 0 4 medias: juego fácil

de palabras, con los

sentidos

'mitades' y 'prenda de vestir las

290

piernas, que no lleva el santo'. 28

v. 305 pía\ se aplica a la

caballería que tiene color

de

manchas, como esta sotana re-

295

mendada. Otro juego de palabras del gracioso. C o m p . Turselino, Historia de la entrada de

la cristiandad en el Japón y China, fol. 93 r.: «acrecentaba su trabajo el haber de andar y caminar de día al sol descalzo con una sota-

300

na rota y con un sombrero viejo visitando los barrios de los cristianos»; id., 2 9 4 v.: «traía un vestido común y vulgar [...] viejo y roto [...] del Japón volvió a G o a como triunfando de la demasía

305

en el vestir trayendo estas ilustres insignias de pobreza, un sombrero muy viejo, una camisa muy rota, una sotana llena de mil remiendos».

310

TEXTO DE LA COMEDIA



85

v. 311 lavaba su ropa\ no solo su ropa; los hagiógrafos insisten en este motivo característico de la humildad del santo: Turselino, Historia de la de la cristiandad China,

entrada

en el Japón

y

fol. 43 v.: «Comenzó

pues a confesar los que se morían y a limpiar sus almas y también sus cuerpos de todas sus inmundicias, a lavarles sus camisas,

manos lavaba su ropa29, con que no es mucho que venga hombre que sabe dar ojos30 a alumbrar la gente ciega. Mas todo calle con que para llegar a tu tierra, desde Firando, sirviendo vino de mozo de espuela31 tras un postillón y asido bien de la cola a las cerdas

cocerles las ollas, partirles la comida»; Lucena, Historia de la vida del 7? Francisco Javier, p. 40; «hacía las camas, aplicaba toda suerte de medicinas, y lavaba a bordo por sus propias manos la misma ropa de lino en que los enfermos se acostaban y la que vestían».

30

v. 313 ojos: juego con el

sentido «Se llama también la mano que se da a la ropa con el jabón cuando se lava» (ver Aut). Comp. Benavente, Jocoseria, Puente

Segoviana,

La

1, w. 31-36:

«Despejen los coritos / y toda lavandera / de gallega persona, / que a lo que jabona / mil ojos le da, / por aquí, por acá, por allá».

Andké Reinoso, Viaje a Cankowma (Iglesia oh San Roque, Lisboa). 31

v. 318 mozo de

espuela:

alude a otro episodio de la vida de San Francisco: comp. Teixeira, Vida del bienaventurado Francisco

Javier,

padre

p. 878: «para

pasar el Meaco se hace criado de un japón gentil que iba a caballo, y le llevaba mucha parte del camino un lío de hato a cuestas yendo muchas veces casi corrien-

86



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

315

320

corrió que se las pelaba32. Pues de su comer, ¡qué cuentan! Diz que siempre ayuna, mira qué traza de santo esta, cuando hay bonzo por acá, que porque cuando se muera a nadie falten reliquias, tiene la cara tan llena de puro comer, y de beber puro, que revienta33. Otras cosas... Mas la danza viene y Chambina con ella, voyme a holgar cansando, y él, que sea santo o no lo sea. Venga, venga, venga, venga norabuena.

AMIRA

FERIVO

do en pos del caballo, por no quedarse lejos de él por ser el camino peligroso y de muchos ladrones»; García, Vida y

325

REY

Javier,

milap.

220: «se juntó con tres japones que iban a caballo y porque le enseñasen el camino y le excusasen cierto tributo que se pagaba en algunos puertos se hizo lacayo

330

de uno de ellos y llevaba la maleta de su amo a cuestas sobre su pobre hatillo. Los japones iban ordinariamente corriendo la posta por el miedo a los ladrones, y el santo ayuno, flaco, fatigado,

335

descalzo, herido corría tras ellos cayendo muchas veces»; Zerón Carvajal, Fiestas, p. 16: «¿Quién

Introdúcese con los que van saliendo, cantando y danzando Chambina, y Músicas indias; detrás Ferivo, Maluco, Amira y Coralia.

viera a un hombre volar con alas

Ya, gran señora, a la vista de mi padre, vuestra alteza está. Aparte (¡Qué hermosa es! ¡Oh, nunca mal ni bienvenida fueras!)

la Iglesia».

que no dijera que era monstruo? Pues Javier asido a la cola de un caballo voló como ave Fénix de

32

340

Aparte (Bien de Amira en el semblante

Aparte

(¡Ay, ojos y cómo os dais mucha priesa a cegar, de ver.) NO hagáis objeción de que yo sepa, aunque otra vez no os he visto, que sois vos la hermosa reina de Amanguchi, a quien aplaude la fama, que la celebra por la más bella del mundo: luego sois vos, cosa es cierta, pues no es posible que haya

v. 321 se las pelaba:

otro

fácil juego de palabras con la frase hecha; se las pelaba las cerdas a la cola del caballo porque

estoy leyendo la queja de no haberla escrito; pero si me arrastró mayor fuerza que perdone Amira.) MALUCO

gros de San Francisco

estiraba de ellas cuando se asía, y eso hacía porque iba corriendo «que se las pelaba».

345

33

v. 330 beber puro-, era cos-

tumbre a veces mezclar el vino con agua; puro es el vino sin mezcla.

350

355

TEXTO DE LA COMEDIA



87

otra en el mundo más bella. Vuestra alteza bienvenida sea a mi reino, donde tenga en mis vasallos vasallos, y esclavo en mí, porque es fuerza, que entre mí y ellos, a mí la mejor parte me quepa, tanto, que por mí no más la canción decir pudiera:

MÚSICA

Vente, Coralia, vente a mi tierra, y tendrás por esclavos cuantos te vean.

MALUCO

¡Ay de quien va tan aprisa obedeciendo la letra!

É L Y LA

CORALIA 3

v. 371 airón: plumas de

adorno del sombrero o casco. v. 375 Dairí\

palabra de

origen chino que tiene como sema principal el sentido

de

grandeza, superioridad. 36

v. 37 6 menjuv. o benjuí,

especie de bálsamo

aromático;

palia: lienzo, cortina, o mampara para cubrir el Sagrario; en general, lienzo que cubre alguna persona o cosa digna de grande veneración.

37

v. 3 7 7 aljófar. «Especie de

perla [...] Se suele llamar por semejanza a las gotas de agua o rocío» (Aut).

38

w . 3 7 9 y ss. H a escrito sus

penas en planchas de cobre y en las cortezas de los árboles, pero ahora las va a contar con sus propias palabras.

88



Excelso Jaridono, a quien corona el airón y el diamante la real frente34, en señal de que ilustran tu persona las plumas y las luces igualmente: tú, a quien la fama con razón pregona Dairí supremo a cuantos el Oriente35 de menjuí perfumó la regia palia36 y salpicó de aljófar la sandalia37, mis males oye, que aunque me han prestado, para escribirte mi dolor agudo38 su plancha lisa el cobre martillado, su blanca tez el chopo cortezudo, que no te la habrán bien significado, como ahora mi triste voz, no dudo, que al labio, al fin para explicar dolores, le tiñó el corazón de sus colores. Yo soy aquella reina sin fortuna que en Amanguchi, nido de la aurora, compatriota del sol, tuve mi cuna, que al fin nací donde aun el día llora; díganlo cuantas perlas una a una, mi reino entre sus rías atesora. ¡Oh, patria vil, que te gloría tanto como el llanto del sol mi triste llanto! Ufana un tiempo goberné mis gentes entre la adulación, dulce sirena,

S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

360

365

370

375

380

385

390

395

que la genuflexión de dependientes, aunque suene a lisonja muy bien suena; oídos nunca di a los pretendientes de mi mano, y al fin en paz serena gastaba yo mi edad y mis consejos no más de en consultar libros y espejos. En esto un santo, que de tierra extraña, (España dicen que es) vino a la mía, que como muere el sol allá en España, en vez de perlas desengaños cría, empezó a predicar, y tanta saña despertó en cuantos bonzos convencía, que quisieron matarle: ¡ay del que arguye tiranos con poder, si los concluye39! Yo, que empecé curiosa y admirada, proseguí en atenderle a la doctrina; con la razón la hallé tan ajustada, que a creerla entenderla solo inclina. ¿Qué mucho, si su fe justificada salvarse las mujeres patrocina? ¡Oh santa ley de España venturosa, que puede ser cortés, siendo piadosa! De suerte, gran Dairí, que el yerro mío, fue inclinarme a una fe de fundamento que no puede negarlo el albedrío sin rebeldías del entendimiento, pues ¿qué cosa es, que tengan señorío en el Japón los bonzos tan violento que nos han de faltar aun libertades para decir: «Yo entiendo estas verdades»? La ley en que nacimos ¿es forzoso, que haya de ser seguida justamente? Claro es que no, que fuera monstruoso nivelar por acasos lo prudente: nuestra niñez, ni a cierto ni a engañoso sabe decir de no, que indiferente, sin mérito ni culpa, acierta o yerra, como en vestirse al uso de su tierra, mas ya que la razón bien ilustrada sabe diferenciar bienes y males, siga ley con el juicio acreditada,

400

405 ^ v. 409 concluye:

usa len-

guaje de las disputas escolásticas;

410

concluir a un oponente era vencerlo en una discusión, dejándolo sin argumentos. Cuando un tirano no puede argüir con razones recurre a la fuerza.

415

420

425

430

435

TEXTO DE LA COMEDIA



89

40

v. 445

o ¿para qué nos llaman racionales? Decir que la república turbada verá su paz con permisiones tales, es hacernos creer un Dios atado a conveniencias de razón de estado. Los bonzos, pues, que de los patrios ritos se han hecho interesales centinelas, que comen de absolver nuestros delitos, que son nuestros pecados sus gabelas40, porque al santo amparé con mis editos41, concitaron al vulgo sus cautelas, monstruo, que al discurrir en malo o bueno, es solo racional por juicio ajeno. Ya te escribí cómo me habían quitado el reino, a cuya enmienda diligente me enviaste a Ferivo, que ha intentado vencerlos, ya soldado, ya prudente; mas ¡ay! que ni prudente, ni soldado bastó a contradecir mi hado inclemente; dígalo el verme ya a tus plantas reales, expósita a merced de tus umbrales. En ellas, gran Dairí, pide rendida albergue mi fortuna desgraciada, porque el verme al dosel restituida corra por cuenta de tu diestra osada: si mi patria me arroja fementida, hálleme yo en la ajena mejorada, bien como el sol mi conterráneo hace, que huye, por lucir más, de adonde nace.

un tipo de

tributo. 41

v. 446 edito: edicto, con

simplificación del grupo consonantico culto, fenómeno usual en la lengua clásica.

REY

90



Hermosísima Coralia después de daros la nueva de que al santo que no menos que todo un imperio os cuesta, en mi tierra podéis verle, vuelvo a decir que en mi tierra, en vez de albergue, dominio tendréis; en cuanto a que vuelvan mis armas a la invasión de los tiranos que intentan desposeeros, os doy palabra de que os guarnezcan

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

440

445

450

455

460

465

470

475

PEQUIN

de mis belicosos bungos en las armadas hileras cuantos agudos bastones el fuego a sus lumbres tuesta42, con cuantas flechas el opio su pedernal envenena. Y en cuanto a ser o no ser los bonzos raíz primera de los males y las dudas que tanto a todos nos cercan, asumpto a que yo venía, esta ha de ser la respuesta: llamad al punto a ese templo. Cerradas tienen las puertas.

CHAMBINA

Quizás estarán comiendo.

PEQUIN

FUCARDONO

CHAMBINA

PEQUÍN

FUCARDONO

REY FUCARDONO

REY

Solo en la duda lo yerras, que en su comer no hay quizás. Descúbrese un templo, y cabe él43 una gruta con las puertas cerradas; llaman al templo, y dice dentro Fucardono. ¿Quién llama? ¿Quién con violenta y sacrilega osadía haber puede que se atreva a inquietar de estas clausuras las religiosas tareas? ¿Ves como a puerta cerrada rezando están? No lo creas, que las puertas de los bonzos manda la santa obediencia que las cierren cuando coman y las abran cuando rezan. Sale Fucardono a las puertas del templo.

480

42

v. 481 tuesta: es práctica

conocida tostar las puntas de las varas de madera para endurecerlas.

485

490

43

v, 4 9 4 acot. cabe, al lado

de; preposición no usada en la lengua actual.

495

500

505

¿Quién, pues, se atreve a estas horas a llamar? YO.

¿Pues qué intentas? Q u e abras esa gruta, adonde,

T E X T O D E LA C O M E D I A



9 1

44

según tradiciones nuestras, yace Combagio dormido habrá mil años, y espera a despertar cuando un sabio de remotos climas venga a oponerse a nuestras leyes. Ya está el sabio en nuestra tierra, ya van convenciendo a muchos sus engaños o sus ciencias, y pues que la profecía en cuanto a venir fue cierta, séalo también en cuanto a que haya quien nos defienda. Despierte Combagio, salga, arguya, venza, o no venza, que la discreción japona 44 , científicamente cuerda, en las razones de entrambos hará el juicio que convenga. ¿A qué esperas, Fucardono, que no abres?

v. 524japona-, la forma del

adjetivo usual en la lengua clásica no es japonés, japonesa, japón,

sino

japona.

FUCARDONO

9 2



A que me atiendas. Nuestras escripturas dicen que Combagio fue el profeta, que con nuestro dios Amida tuvo amistad más estrecha, de que es argumento el grande bulto de su corpulencia, pues casi gigante el cuerpo prestó al alma su grandeza. Este dispuso las leyes, que hoy en el Japón se observan, como dictada enseñanza de Amida, en cuya tutela está su sabiduría para sustentarla presta; pero no es llegado el tiempo, pues no es posible que sea ese mendigo que escriben vivir entre las miserias de hambre y desnudez, de quien

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

510

515

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525

530

535

540

545

la profecía se entienda; y emplearla en él sería desperdiciar la defensa de hombre que dicen que a Dios tanto el camino le estrecha que afirma que a nuestras almas no le es posible que venga si no es por el agua solo. ¿Quién hay que la razón tema, si van refutadas todas en los desvarios desta? Fuera de que otra razón hay que a no abrirla mueva, y es que ha variedad de lunas que en sus lóbregas cavernas ayes y gemidos se oyen, suspirando a la manera de quien con un grave peso oprimido está y se esfuerza,

550

555

560

565

ANOnimo (Convkn ro df i a Merced, Quito).

TEXTO DE LA COMEDIA



93

sin aliento está y se anima, fatigado está y le lleva. Por tu peligro, Dairí, no tengo de abrir. REY

MALUCO

CORALLA

AMIRA

FERIVO

FUCARDONO

Los 5 FUCARDONO

CHAMBINA

Espera, que es vana excusa ese vano temor con que me amedrentas. Con esa amenaza más nuestros deseos despiertas. Ya de tu temor vencido te acoges a las cautelas. El miedo con que te finges es lo que más nos alienta. peligro amenazar puede entre tantas defensas? ¿Al fin os resolvéis? Sí. Pues yo no, que es indecencia que mi cordura con vuestro leve antojo condescienda. Id y decidle a ese sabio, que para humillar su ciencia, sin que Combagio despierte basta el juicio de quien duerma. Vase cerrando el templo.

¿QUÉ

45

v. 597 armella-, el anillo de

REY

ga para que pase por él el cerrojo. El diamante es de dureza proverbial: significa el texto que rompería las armellas más fuertes posibles.

Y



580

585

590

no

fue para decir siquiera ahí os quedan las llaves. NO te valdrá tu soberbia para que abriendo yo, no haga religión de la violencia. Romped los candados.

MALUCO

Yo,

aunque fuesen sus armellas45 de diamantes, bastaría.

94

575

Fuese sin abrir.

PEQUÍN

hierro que se clava con una espi-

570

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

595

FERIVO PEQUÍN

CHAMBINA

PEQUÍN MALUCO FERIVO

REY

AMIRA FERIVO CHAMBINA CORALIA

MALUCO

CHAMBINA

PEQUÍN

REY

Mal resistieran mis fuerzas. Chambina, ponte delante, 600 que la cueva abren. ¿Qué tiemblas, que ya estás como de nieve? Aquí es más: como de cueva46. Rindió su entereza el bronce. Cedió el cedro su dureza. 605 Abren la gruta, y estará San Javier como dormido, reclinado sobre un peñasco, y sobre sus hombros un indio gigante47, como dicen los versos. Y en el centro de la gruta, bien que entre sombras funestas tanto, que apenas percibo si es realidad o apariencia, dormido sobre un peñasco 610 veo un hombre que se queja al descomunal gravamen de un indio, cuya fiereza, en ademán de oprimirle sobre sus hombros se asienta. 615 ¡Qué horror! ¡Qué asombro! ¡Qué miedo! ¿Este no es, cielos, qué pena, el santo español? El santo, señor, que en la nave queda, es este. Llega, Pequín, que Combagio se espereza. Como ha dormido mil años se le hará corta la siesta. Mas oigan; ¡que está aquí el bonzo del navio: Aunque no sepa de esta extrañeza el misterio,

620

v. 603 más, como de cueva-. no solo parece de nieve, sino de mucha nieve, como una cueva o pozo de nieve. Es un juego alusivo a los pozos de la nieve donde se guardaba nieve para las bebidas frías en el Siglo de Oro. La afición a beber bebidas frías puso de moda los pozos de nieve, donde se guardaba la que traían de la sierra. Cfr. Morley, 1942; Quevedo, PO, núm. 692, w . 58; id, 854, w . 17-20; J. Deleito y Piñuela, 1963, cap. «Las bebidas frías».

47

v. 605 acot. indio gigante:

se escenifica aquí otro episodio de la vida del santo recogido en numerosos textos: comp. Teixeira, Vida deí bienaventurado padre Francisco Javier, p. 832: «contaba el padre Laínez que peregrinando por Italia los dos acaecía muchas veces que el Padre Javier despertando de noche como despavorido del sueño decía "¡Qué cansado estoy, válame Dios!, que se me antojaba durmiendo soñaba que traía a cuestas un indio o negro de Etiopia buen rato, mas era tan pesado que con su peso no mi dejaba alzar la cabeza"»; Lucena, Historia de la vida del P. Francisco Javier, p. 25: «peregrinando por Italia con el padre maestro

Francisco

y

siendo

entrambos compañeros de un mismo aposento contaba que le aconteció por varias veces despertar de noche con tanto sobresalto y fatiga que le despertaba también a él diciendo: "Válame

625

Dios, hermano Diego Laínez, cuan quebrado estoy; sabéis que se me representaba durmiendo

TEXTO DE LA COMEDIA



95

que cargaba y traía a cuestas por

bien es que hay misterio entienda.

un buen espacio un indio negro como los de Etiopia, tan pesado

CORALIA

¿Quién duda, si este es el santo, que el indio Combagio sea?

MALUCO

¿Y quién duda que este sueño énfasis grande contenga?

REY

Durmiendo suspira, oigamos si algo dice de más cerca.

que no me dejaba levantar cabeza y aun agora despierto como estoy me hallo y siento tan cansado y molido como si realmente hubiera estado luchando con él».

El santo como forcejeando a sostener el indio.

v. 643 más\ según sus biógrafos San Francisco tuvo una

SAN JAVIER

serie de sueños en que se anunciaban las penalidades que había de pasar en su peregrinación misionera, pero lejos de arredrarse pedía más: comp. Francisco de la Torre, El peregrino Francisco «Allí

Javier

Atlante,

Apóstol,

finalmente

San

p. 23:

le enseñó el

soberano Artífice ceñida

en

breve mapa toda la anchurosa familia de las desventuras, toda

de helársele la sangre se le encen-

INDIO

dió el corazón [...] no perdió color el rostro, ganó fervores el ánimo exclamando con palabras dignas de su generoso pecho: "Más,

más"»;

Lucena,

Historia de la vida delP.

Francisco

Javier,

más,

p. 26: «una noche demos-

tró el Señor los trabajos que por su nombre había de pasar, con

Jesús mío, Ignacio mío, vengan más trabajos, más.

INDIO

Entre caribes sangrientos49 te aguardan largas cosechas de venenos y de flechas, de amarguras y tormentos. En un millón y docientos mil indios, que instruirás, al bautizarlos verás que al brazo le falta el brío50.

diciendo: "Más, más, más"».

^ v. 654 caribes-, en la lengua clásica significa caníbales. v. 661 le falta brío: comp. Francisco Javier,

de San

p. 51: «en carta

a San Ignacio le comenta que le faltaban las fuerzas en los brazos de bautizar y la voz de repetir la doctrina cristiana»; Turselino,

96



Del cristiano y del gentil te arriesga en esta misión, ya vana la estimación, ya cruel la envidia vil. Leguas treinta y cuatro mil descalzo y pobre andarás, naufragios padecerás, hambre, desnudez y frío.

SAN JAVIER

cuya vista el padre exclamó

García, Vida y milagros

Peso desigual, mi Dios, mal sustentarle podré: ¡ay Jesús mío!, yo iré, mas conmigo habéis de ir vos. ¡Jesús! ¡Ignacio! Los dos me asistís: tú, Ignacio, das este precepto, y tú estás, mi Jesús, de parte mía, pues con esta compañía vengan más trabajos, más48.

635

640

El indio como diciendo al santo.

la armada hueste de los trabajos. Pero entonces a Francisco en vez

630

SAN JAVIER

Jesús mío, Ignacio mío, vengan más trabajos, más.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

645

650

655

660

INDIO

¡Cuántas veces te has de ver a conversar obligado al más perdido soldado, a la más civil mujer! ¡Cuántas habrás menester sustento y no lo tendrás, y al fin, al fin, morirás, en universal desvío!

SAN JAVIER

Jesús mío, Ignacio mío, vengan más trabajos, más.

MALUCO

¿Qué es morir? Antes tu pecho verá...

CORALIA

Primero que él muera, sabré...

AMIRA

¿Qué impulso me llama a que en su vida defienda también la mía?

Historia de la entrada de la cris-

665

tiandad en el Japón y China, fol. 77 r.: «y era tanto el número de los que se bautizaba que le acontecía cansársele los brazos y manos de tanto bautizar, porque sucedía en un día bautizar un pue-

670

blo entero y muchas veces le faltaba la voz y las fuerzas con el mucho repetir y enseñar unas mismas cosas».

675

Al flechar los arcos contra el indio desaparece todo, cayendo un pedazo del bastidor. JAKOB POTMA, S. "FELFP

/

%LL¡F *"!*• JÜFC

SUEÑO DE SAN FRANC (IGLESIA DE LOS JKUI MINQELHHM).

T E X T O D E LA C O M E D I A



97

REY

PEQUÍN

MÚSICOS ^' v. 707 pensión-, en el sentido clásico de servidumbre o molestia que va aneja a alguna cosa. DIEGO

BRITO

98



Tened, que el ver que se desvanezca en vapor leve este asombro, me da a entender que no sea realidad que ahora sucede, si no es que nos representa ahora lo ya sucedido, cuyo misterioso emblema el pasmo de los sucesos nos quite cuando acontezcan. Y pues tan cerca del puerto estamos, yo por mí mesma persona le he de ir a ver: guiad al mar, y la letra que al recibir a Coralia, puesto que a dos visos suena, en demonstración alegre cantabais, otra vez vuelva a que oigan montes y mares que el santo de España venga a ser el sol de oriente mil veces enhorabuena. ¿Repetir la letra? ¿Pues faltan en Bungo poetas? Otra haré yo en el camino, mas por ahora vaya esta.

680

685

690

695

700

Venga, venga, venga, venga norabuena. 705 Entranse con la música, y salen Diego Suárez, portugués, galán, y Brito, criado. No me des, Brito, consejos, que es enfadosa pensión51 ver cerca la sinrazón y mirar la enmienda lejos. Pues siquiera visitar a un hombre que todos aman y santo a voces le llaman, señor, ¿qué puede importar, que para que no te vea, me mandas que a esta marina

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

710

715

a la barraca vecina, llame a Duarte, que emplea contigo los intereses de su hacienda? Ya llegué, y que esperas le avisé. DIEGO

BRITO

DIEGO

BRITO

720

¿Y los demás portugueses llenos de alegría ufana con su Javier estarán? Sí, señor, que todos han confesado esta mañana, con que el juego de estos días52 en que tanto habías ganado ya con esto habrá cesado. ¿A dónde las ansias mías huir podrán, u de qué modo me llegara yo a esconder, para que el padre Javier no me eche acíbar en todo? A predicarme en Lisboa empezó, y cuando salí de Portugal y a Goa fui, me vino siguiendo a Goa. A Malaca me ausenté, no tanto a emplear mi hacienda cuando a excusar su contienda, y a Malaca tras mí fue. Vine a Japón, y en Fuqueo, donde avecindado estoy, mi trato asenté, y cuando hoy, sin él pensaba estar, veo que me sigue aunque me aleje, y que no basta, se ve, irme a Bungo para que el padre Javier me deje, con este martirio eterno de que confiese.

v. 72 6 juego-, es o t r o m o t i vo usual en las vidas d e

San

Francisco, el d e su esfuerzo p o r apartar del vicio del j u e g o a los s o l d a d o s p o r t u g u e s e s y otros afi-

725

c i o n a d o s . H a y q u e recordar q u e los naipes eran en el S i g l o d e O r o u n a v e r d a d e r a o b s e s i ó n y q u e los moralistas se p r e o c u p a n m u c h o d e este exceso. Ver otras referencias en lo q u e sigue.

730

735

740

745

750

T ú irás a un lugar, donde él jamás

TEXTO DE LA COMEDIA



99

GRABADO DE

SACRO MONTE PARNASO.

v. 763 que confiese", comp. Guzmán, Historia de las de la Compañía,

misiones

p. 32: «llegado

el padre al reino de Cambaya le

te siga.

aconteció en la ciudad de Bazain otra cosa bien notable. Encontró allí un portugués amigo y conocido suyo a quien el padre había

DIEGO

¿Dónde? Al infierno.

BRITO

rogado muchas veces que se vol-

DIEGO

Bergante.

viese a Portugal y frecuentase la

BRITO

La mano ten: pues de tu obrar y sentir, ¿qué será?

confesión [...] y aunque había ofrecido hacerlo nunca lo había cumplido [...] vino el portugués a hablar [...] díjole entonces el padre Francisco: "¿Así habéis cumplido lo que me prometisteis siendo mi amigo?, que ha tres años que no os confesáis; pues en verdad que no os tengo de hablar hasta que lo cumpláis" [...] confesóse luego e hizo después todo lo que se le dijo ser necesario para la seguridad de su conciencia».

100



DIEGO

Será vivir, si no fuere vivir bien. Rico en Fuqueo me hallo, con esclavos, con dinero y conveniencias; no quiero todo al trance aventurallo de que el padre me reprenda, poniéndome en que confiese53 y a riesgo de que me pese vivir con gusto y hacienda.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

755

76 0

765

BRITO

Ya el señor Duarte viene.

DIEGO

ES

honrado portugués.

Sale Duarte de Gama, de capitán 54. DUARTE

Señor Diego Suárez, pues ¿qué a la barraca os detiene llegar? Sin duda que no quien está en ella sabéis, pues en ir os detenéis. Sabed que anoche llegó, bien que triste, porque había perdido entre el alboroto de una borrasca un devoto crucifijo que traía, el padre Javier: real salva a su venida le hicimos; y en tal confusión pusimos toda la ciudad, que al alba, de parte del rey, a ver quién el estruendo causó vino el príncipe, y le habló, y hoy el santo quiere hacer a palacio su visita,

770

775

780

v. 767 Duarte de Gama: es histórico; eri la nave de Duarte de Gama se embarca para la India a 20 de noviembre de 1551; comp. García, Vida y milagros de San Francisco Javier, p.232: «Súpolo Duarte de Gama [...] salieron en buenos caballos a recibirle [...] querían todos llevar al santo en su caballo, mas no quiso admitir ninguno y ellos se vengaron santamente de él porque aunque se lo rogó mucho ninguno quiso subir a caballo y anduvieron a pie lo que restaba del camino».

785

TEXTO DE LA COMEDIA



101

55

con una entrada tan nueva, que no dudaré que os mueva, por rara, por exquisita, a muchas admiraciones. Ya tendréis noticia, pues con ellos vivís, cuánto es infamia entre los japones el ser pobre, y aun entiende su ignorante ceguedad que el buen trato y la verdad de ser más ricos depende: pues el padre determina hacer muy galán su entrada55 y llevar acreditada con el traje la doctrina, a cuyo fin de mis cajas los fardos desvalijé, donde bien acaso hallé que traía unas alhajas muy ricas y proprias: ya vestido galán le dejo, y entre humildad y gracejo, motes diciéndose está. Treinta portugueses hemos de acompañarle, vestidos muy de gala, y muy rendidos de sus criados haremos alarde, mas sin ficción, porque nadie puede haber que no dé por su Javier lustre, hacienda y corazón. Venid, que también a vos esta obligación os llama.

v. 7 9 9 galán su entrada:

todas las historias recogen este detalle; comp. Turselino, Histo-

ria de la entrada de la cristiandad en el Japón y China, fol. 197 r.: «convencido no tanto con las razones que le daban los portugueses cuanto con la instancia y fuerza que todos le hacían, hubo de condescender con ellos, los cuales se vistieron luego lo más rica y curiosamente que pudieron y comienzan a marchar hacia la

ciudad

llevando

al

padre

Francisco con extraño aparato y autoridad. Iban en unos barcos pequeños con ricos estandartes en ellos y con la velas de tafetán tocando algunos clarines y respondiendo con cornetas y dulzainas [...] la litera vacía y el padre se fue a pie al palacio acompañándole muchos caballeros japones [...] iban treinta portugueses

ricamente

vestidos

todos con cadenas de oro; llevaban otros tantos criados bien aderezados

muy

[...] el padre

también se vistió ricamente aunque después se había de volver a su pobre traje y vestido, pero entonces llevaba una rica sotana y encima una capa carmesí; colgaba desde el cuello hasta la rodilla una estola de terciopelo verde con pectoral o joyel de oro como entonces usaban los sacerdotes. Iba delante el capitán y patrón del navio como mayordomo mayor, con un bastón en la mano. Iban cabe el padre

Francisco

cinco mancebos muy bien aderezados en forma de pajes: uno llevaba el breviario en una talega de carmesí, otro unos pantuflos de terciopelo, otro un báculo de un

1 0 2



DIEGO

Señor Duarte de Gama, el cambio que entre los dos quedó para hoy aplazado, trataremos otro día, que una diligencia mía ni aun de ver a nuestro amado Javier, me deja lugar; a Dios, que ya os buscaré.

S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

790

795

800

805

810

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820

825

DUARTE

DIEGO

SAN JAVIER

DIEGO SAN JAVIER

DIEGO BRITO

SAN JAVIER

Ya el padre venir se ve con los que han de acompañar: habladle de paso.

junco de la India con extremos

Presto 830 volverá a verle mi amor: a Dios quedad. Sale el santo con sotana de seda, sobrepelliz y estola, todo lo más rico que pueda ser. Acompañamiento de portugueses con fuentes de plata en las manos, en que irán una imagen de Nuestra Señora, Cruz de nuncio, misal, etc.

envuelta en una cubierta de

¡Ah, señor Diego Suárez!, pues ¿qué es esto? ¿No hay más hablar los amigos? Aparte (Llamad a este hombre, mi Dios, que nada basta sin vos.) Sean mis brazos testigos de mi cariño, a mis brazos llegad, mas no os extrañéis.

que hasta los tejados y terrados

de oro, otro un sombrero; finalmente llevaba el postrero una rica imagen de Nuestra Señora

portugueses iban tras él en dos hileras

[...] fueron con

acompañamiento

por

este nueve

calles, las más principales de la ciudad, hasta llegar a palacio con tanto concurso de los vecinos de la ciudad y de los naturales de la tierra y con tanto deseo de ver, de las casas estaban llenos de gente»; ver también Matías de

835

Peralta, El apóstol de la Indias y nuevas gentes, p. 269: «entró a visitar al rey con todo aparato y veneración para enseñar la que debían

tener los japones

al

embajador del Altísimo. En este acompañamiento, pues, iba de-

Padre..., si..., yo... No tenéis, que dar disculpa: embarazos de hacienda y familia creo que de mí os retirarán; pues por hoy perdonarán, que habéis de honrarme en Fuqueo 56 , para cuyo fin, llevad, amigo, esta imagen bella: ¡qué hermosa es! Cierto que el vella solo infunde honestidad. Llevadla; que de que os amo será la más fina prueba.

damasco carmesí. Los demás

lante con un bastón en la mano

840

el capitán Duarte de Gama, con otros 30 portugueses ricamente adornados, representando la persona de un mayordomo, y familia del embajador, y luego se seguían cinco como ministros más

845

inmediatos de la dignidad, de los cuales uno llevaba un breviario dentro de una bolsa de seda, otro unas chinelas de terciopelo, otro el báculo, que era de caña de

850

bengala, con su engaste de oro, otro el sombrero, el quinto finalmente llevaba la imagen de la

[Aparte] (¡Qué enfado este!)

Santísima Virgen, y junto a ella

(¡Qué mal lleva, [Aparte] lo que es honesto, mi amo!)

sacerdotal de sobrepelliz y estola

Y a no haber perdido, ¡ay Dios, cuánto en pensarlo me aflijo!, en el mar mi crucifijo, le habíais de llevar vos.

iba el santo padre con vestidura rica [...]».

855

56

v. 845 «Faqueo», en mi

texto base.

T E X T O D E LA C O M E D I A



103

DIEGO SAN JAVIER

v. 869 me le restituya

el

mar. avanza uno de los milagros más populares de San Francisco. Ver más abajo. 58

v. 873 cambray: especie de

lienzo que toma nombre de la ciudad francesa de Cambray, donde se fabricaba.

^ v. 880 vómito de un gusano-, alusión despectiva a la seda.

104



¿No os acordáis de que un día, predicando, le saqué en Lisboa, donde fue tanta la moción que hacía, que entre todos no quedó si no es uno, que le viese y que no se arrepintiese? Aparte (Ese solo sería yo.) Pues no hay que desconfiar, que aunque en el mar le perdí, en Dios espero que aquí me le restituya el mar57. Mas ¿qué decís del vestido, que estos fidalgos me han puesto? ¿No estoy galán? ¡Mirad esto! Seda, oro y cambray58: ¡lucido estoy, por cierto! ¿No os mueve a risa que esté entonado un cenagal, de afeitado con florecitas y nieve? Si ya no es que el ver os duela a un hombre racional, vano del vómito de un gusano59, de una hilada hierbezuela. ¡Oh frenesí! ¡Que en labrar con sus tareas mi adorno, gima el yunque y sude el torno lo que había yo de llorar! Mas que se ha de hacer así ha dispuesto Dios, que entremos donde su fe prediquemos. ¿Y qué dijera de mí, si con esta bizarría mi padre Ignacio me viera? Al punto me despidiera de su santa Compañía. Mas, ¡ay Dios!, que bien concibo, que calificara el santo, como de Dios tiene tanto, el medio por el motivo. Vuestro espíritu me dad,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE

860

865

870

875

880

885

890

895

JUAN B . R O L I M N (BIBLIOTECA NACIONAL DE MADRID).

Ignacio, que al convencer el Japón, es menester discreta la santidad. Válgame aquel celo ardiente a cuyo mandato vengo, porque yo por mí, ¿qué tengo

900

T E X T O D E LA C O M E D I A



1 0 5

de ser? 60

v. 9 0 5 M i texto base repi-

te esta frase de la música, pero suprimiendo la repetición queda

MÚSICOS

Dentro El sol en oriente60.

SAN JAVIER

Pero esperad, ¿qué tumulto hacia nosotros parece que venir se ve?

DUARTE

En festivas tropas de música alegre desde aquel templo a la playa de esta marina descienden.

la métrica perfecta. También es posible que hubiera esa repetición; son fenómenos corrientes en pasajes cantados. D e todos modos ajusto el texto a la métrica, sin perjuicio de que en una posible representación las frases cantadas pudieran repetirse dos o más veces.

61

v. 9 1 4 Despertad-, otra fór-

DIEGO

El rey parece, y sus hijos.

BRITO

Oigamos, que a cantar vuelven.

MÚSICOS

Despertad, despertad, orientales61, a la luz que de España nos viene, que al venir el sol del ocaso amanece el sol en oriente, el sol en oriente, el sol en oriente.

mula que evoca estructuras de la poesía tradicional, aunque se elabora musicalmente de otra manera aquí. C o m p . Frenk, 1987, núms. 1084: «Despertad, señora mía, / despertad»; 1083: « Q u e despertad, la blanca niña, / que despertad, que ya viene el día».

106



BRITO

Los reyes son.

DUARTE

¿Y quién duda, como la letra coteje,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

905

910

915

920

con lo pagado que fue62 de la visita, que al verse el príncipe con su padre, tales cosas le dijese, padre Javier, que de veros el deseo le despierte? BRITO TODOS SAN JAVIER

DUARTE

SAN JAVIER

¡Qué alegría! ¡Qué contento! No, señores portugueses, aquellos reyes no a mí, sino a Dios buscando vienen. ¡Albricias! Cristo sin duda en el Japón nacer quiere, pues ya del oriente hace63 que le visiten los reyes. ¡Oh si yo ahora conmigo mi crucifijo tuviese! ¿Cómo en Japón, mi Jesús, antes de nacer te pierdes? ¿Es posible que en la nave otro no habrá? Este accidente, ¿quién te prevendría?

6 2

V.

921

: contento,

satisfecho.

925

930

v. 933 del oriente:

935

oriente.

940

Dios por sí mismo nos consuele.

Cantando la música, van saliendo todos de suerte que vengan a quedar de una parte los indios, de otra los portugueses, y el santo en el medio. MÚSICOS

MALUCO

AMIRA

Despertad, despertad, orientales, a la luz que de España nos viene, que al venir el sol del ocaso amanece el sol en oriente, el sol en oriente, el sol en oriente. Ojos, dejadme atender, que tiempo habrá de que os ciegue tanta luz: ya al extranjero, señor, a la vista tienes. Aunque en diferente traje, el que antes vimos ¿no es este?

alusión

ingeniosa a los Reyes Magos de

945

950

TEXTO DE LA COMEDIA



107

FERJVO

64

v. 9 5 7 encanto

aparente:

cosa de magia que crea una imagen engañosa.

65

w . 960-61 Indias-, alude

CHAMBINA

¿ E S este el pobre, Pequín? Mira allí qué de sirvientes, y qué vestidos..

PEQUÍN

En Indias65 luego el más pobre enriquece. ¿Mas que piensas tú eres pobre, Chambina, y sueles ponerte la vez que aguardas visita, de veinte y cinco alfileres66?

aquí, con un juego de palabras, a las Indias occidentales,

donde

hacían fortuna muchos españoles. 66

v. 965 veinte y cinco alfile-

res: «Estar o ponerse de veinticinco alfileres. Frase con que se

REY

Bien dicen que su semblante amor y respeto mueve.

CORALIA

¡Oh cuánto gozo mi alma de que le conozcan siente!

REY

TU vista, extranjero bonzo, que a ser en mis reinos vienes tan sol del oriente, que antes alumbras que dejes verte, es a mis ojos tan grata como en el verano suele el rocío, que al sembrado risueño le deja y fértil. Vengas con bien donde todos nos damos los parabienes, pues al ver que con tu traje y tu familia desmientes67 la opinión con que mis bonzos quisieron envilecerte, yo mismo vengo a llevarte a mi palacio por huésped, yo mesmo a traerte vengo la licencia de que enseñes en mi reino tu fe. Mira, bonzo santo, lo que debes a Coralia y a Maluco, que aun sin saber qué contienen

pondera y alaba alguna persona cuando va con exquisito adorno de galas y joyas» ( Aut).

67

v. 981 familia:

en el senti-

do clásico de conjunto de criados y servidores de un señor.

108



¿Este no es el que en la gruta poco ha dejamos? Bien deben de decir los que a sus obras llaman encanto aparente64.

S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

955

960

965

970

975

980

985

990

tus leyes, por sus informes doy por seguras tus leyes. S A N JAVIER

68

V. 1000 s i g l o : en el sentido

clásico habitual de Vida terrena. Quiere decir que deberá aplicar en esta ocasión el lenguaje protocolario y cortés usual en la vida del mundo.

REY

110



Aparte (¡Oh, cómo es cierto, Dios mío, que únicamente se mueve al arbitrio de tu mano el corazón de los reyes! Deme, Señor, vuestra gracia su divino ardor, y aun deme su cortés estilo el siglo68, pues ¿qué importará, que a trueque de salir Dios con la suya, yo con la del mundo entre?) Besen mis labios la tierra, que tus plantas ennoblecen, gran Jaridono, y el Dios, que en el Japón quiso hacerte de sus sesenta y seis reinos Dairí a todos preeminente, te pagará esta fineza, y con tales intereses, que en otro mundo mayor a par de los siglos reines. Y a vuestra alteza, señora, en sus males la consuele que los padece por Dios, y en el Dios por quien padece, espero que mejorada presto en su reino ha de verse. Aunque espero que me expliques tu ley más extensamente, en cuanto vamos por esta marina, que atajo es breve, para llegar a palacio, quisiera que me dijeses, de un dogma que has predicado cómo el misterio se entiende. Dicen que afirmas que Dios a nuestras almas no viene si no es solo por el agua. Sepa, pues, qué Dios es este, que cerrados los caminos

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

995

1000

1005

1010

1015

1020

1025

1030

de otros elementos tiene69, de suerte que solo el agua comunicárnosle puede. SAN JAVIER

REY

La agua es, señor, el bautismo, que en tiempo más congruente te explicaré sus misterios, y el Dios es Cristo, que muerte en una cruz por salvarnos padeció, pues juntamente es Dios y es hombre: decir, que por el agua nos viene, solo es decir que el bautismo da su gracia a quien le cree. ¡Dios muerto en cruz, que por agua ha de venir! De entenderle no acabo: los demás dogmas, que enseñas, ¿son de esta especie? Porque basta ser confusos a que ser falsos sospeche.

FERIVO

Cuánto estimo que al primer lance sus engaños muestre.

REY

Ven acá, ¿no habrá un enigma bien ideado que fuese explicación? Pero aguarda, que hasta donde estás parece que crece el mar.

MALUCO

Y sus ondas al embate con que crecen rompiendo van de la orilla el freno que tascan siempre70.

AMIRA

Al tocar los pies del santo el blando ímpetu suspenden.

PEQUÍN

Chambina, huyamos, que el mar sale de madre.

CHAMBINA

¿Qué temes? ¿No ves que es creciente, loco?

PEQUI'N

¿Y no hacen mal las crecientes71 a los locos?

1035

® v. 1033 otros elementos: además del agua, los antiguos distinguían como principios universales, los elementos de la tierra, el aire y el fuego. v. 1061 freno: la imagen de la playa o las arenas de la costa como freno de las aguas del mar es de larga tradición bíblica y clásica. Ver Horacio, Odas, I, 3, 2124: «nequiquam deus abscidit / prudens Océano dissociabili / térras, si tamen impiae / non tangenda rates transilium vada». Quevedo, Cuatro fantasmas de la vida, tercera carta sobre el desprecio: «la obediencia del ímpetu del mar a la ley que se le escribió en la arena...», y también en La paciencia y constancia del santo Job: «la soberbia del mar encarcelada en las orillas» y Providencia de Dios: «aprisionada la soberbia del mar en cárcel de arena» (ver Sierra, 1992, donde aporta estas y otras citas); o en su poesía: «Desconoció su paz el mar de España, / tanto que fue su orilla solo el cielo: / la ley de arena que defiende el suelo / receló inobediencia de tal saña» (PO, núm. 32, w . 1-4); «La voluntad de Dios por grillos tienes, / y ley de arena tu coraje humilla, / y por besarla llegas a la orilla, / mar obediente, a fuerza de vaivenes» (PO, núm. 107, w. 1-4). 70

1040

1045

1050

1055

1060

1065

7 1 v. 1067 creciente: otro juego de palabras; creciente significa también el acceso o crisis de una enfermedad o demencia. También se creía que la luna tenía influencia en los locos, por lo que las crecientes y lunas llenas provocaban la locura.

TEXTO DE LA COMEDIA



111

72

v. 1070 proejando-,

proejar

CORALIA

es «Remar contra las corrientes o la fuerza de los vientos que embisten a la embarcación por la proa, de cuyo nombre se forma este verbo» (Aut). ^ w . 1074-75 en la boca: en

FERIVO

DUARTE

muchas versiones de este milagro, muy popular, es un cangrejo poco es extraño considerar pez a un cangrejo (animal marino en todo caso). Comp. García, Vida Javier,

p. 109: «navegando a una isla lla-

BRITO

REY

mada Baranura sobrevino una tempestad grande [...] tomó un crucifijo pequeño de metal que

SAN JAVIER

traía al cuello y atado a un cordón le echó en el mar, pero estando divertido se le fue el cordón de la mano y se hundió el

REY

crucifijo [...] pero saltando en tierra con los demás y caminando por la ribera a un pueblo llamado Tamalo, habiendo pasado 24 horas, salió del mar un cangrejo y caminando por las arenas

Un crucifijo en la boca73 trae, y al santo se le ofrece.

DUARTE

¿Quién habrá que tal prodigio postrado no le venere? ¿Quién esto ve, y por los ojos el alma en llantos no vierte?

Arrodíllanse todos, y prosigue el santo con el crucifijo en la mano.

elemento trayendo el crucifijo levantado entre las dos ahilas, se llegó al santo que hincado de rodillas recibió el crucifijo con mucha devoción y ternura, y habiendo cumplido el pez con su oficio se volvió al mar»; Franperegrino

Atlante San Francisco Javier Apóstol, p. 120: «la formidable ballena expulsó a Jonás en el puerto; el humilde cangrejo depositó a Cristo en la orilla. Tú en el pececillo con menos fuerza atraes más peso»; Peralta, El apóstol

de

las Indias y nuevas gentes, p. 14: «navegando Francisco entre las

112



1070

1075

¡Rara maravilla! ¡Extraño asombro! ¿Qué te suspende, gran Jaridono? Este el Dios es que por el agua viene.

como si navegara en su propio

cisco de la Torre, El

pez

Hasta los pies del santo llegará la imitación del mar, y en él saldrá un pez a la orilla, con un Santo Cristo en la boca, de donde le tomará el santo.

el que trae el crucifijo, pero tam-

y milagros de San Francisco

Ved un

que en encrespados vaivenes proejando hacia la orilla72 romper con el margen quiere. Algún encanto será de los muchos que hacer suele.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1080

SAN JAVIER

¡Oh, Señor, quién al oído vario de tan varias gentes, indios, chinas, lusitanos74, y japones, que me atienden, como en trajes y costumbres en lenguajes diferentes pudiese dar de tu fe noticias! ¡Oh, quién pudiese hablando en mi español solo enseñarlos!

mismas islas y levantándose una

1085

cruel tormenta, para sosegarla había descolgado entre las olas una imagen de Cristo crucificado que solía traer al cuello, la cual deslizándosele de las manos con la fuerza de la tormenta se

1090

había ido al fondo, no sin gran dolor suyo, pero había consolado el Señor el ánima de su siervo, porque como llegase a tierra y caminase junto a la playa, había

En cuatro nubes, que incluyan cada una su trono, bajarán en vuelo arrebatado los cuatro Genios, vestidos del traje que corresponde a cada uno, quedándose en ala sobre la cabeza del Santo. Traerán instrumentos músicos.

saltado súbitamente de las aguas un cangrejo marino y parándose a los pies del siervo de Dios con el mismo santo crucifijo llevado en las dos tenacillas que le sirven de boca y Francisco hincándose de rodillas le había recibido», etc.

v. 1086 chinas: es la forma usual en la lengua clásica para referirse a los chinos.

GRABADO DE VALERIANO RÉGNARTIO, D O N DE LENGUAS.

TEXTO DE LA COMEDIA



113

Los 4 SAN FRAN< ' i s a > JAVIER (MUSEO PEDRO DE OSMA, LIMA).

G . INDIA 75

v. 1094 idiomas: se produ-

ce ahora una interesante escenificación del don de lenguas del

G . JAPÓN G . PORTUG.

San Francisco Javier, p. 101: «cada día les predicaba en su propia

Habla. Exhorta.

G . CHINA

santo, recogido en varios textos: comp. García, Vida y milagros de

Obedientes los Genios de los idiomas75, Francisco, a tu ruego tienes.

Los 4

Di.

Predica. Verás, que a un tiempo te entienden hablando en solo tu idioma...

lengua, que él no sabía antes, o en la portuguesa que ignoraban ellos, siendo entendido de todos como si hablara en la propia de cada uno, lo cual sucedió antes y después muchas veces como veremos [...] con esto convirtió [...] y bautizó a muchos que dejaron los ídolos por el verdadero Dios y la superstición de Mahoma por la religión cristiana»; Nieremberg, Varones ilustres, p. 49: «predicando a una muchedumbre de personas, así como eran diferentes en hábitos y costumbres también lo eran en las lenguas, y todavía lo entendía cada uno de ellos como si solo lo hablara en la suya. Al don de lenguas bien se puede juntar otro [...] por el cual ordinariamente en el Japón con solo una respuesta fácil daba satisfacción a diversas preguntas que a un mismo tiempo se le hacían en materias muy varias [...] con un concepto solo o palabra que decía era entendido de diversos hombres que le habían propuesto varias cuestiones dando a cada uno respuesta muy a propósito»; Peralta, El apóstol de las Indias y nuevas gentes, p. 10: «de repente enseñado de Dios hablaba las lenguas que de antes no sabía de naciones incógnitas elocuentísimamente como si se

114



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1095

G . INDIA G . CHINA

hubiera criado en aquellas mis-

Indios.

mas tierras, y tal vez había acon-

Chinas.

tecido que predicando el santo a

Japones.

G . JAPÓN

Los 4

Indios, chinas, japones, portugueses.

G. INDIA

Habla, y al indio, que solo bozalidades aprende76, haré que tus elegancias suenen a voces, cuando a rudezas suenen.

G . JAPÓN

G . PORTUG.

G . INDIA

G.

CHINA

Exhorta al chino, que afecta ser retórico en ser breve, y haré que aun en tu silencio perciba frases de inteligible especie. Di, que el japón elegante tu fe oirá también, que piense que eso tienen de verdad cuanto de adorno tus verdades tienen. Predica, que el portugués, si en lengua ruda te oyere, se ha de persuadir que escucha música de compás en tus destemples.

G . CHINA

G. JAPÓN G . PORTUG.

las grandezas de Dios en su propia lengua en que cada uno había nacido, y que conmovida de este milagro

una

grande

muchedumbre recibiese la palabra de Dios».

1105



* v. 1102 bozalidades'. cosas

propias de una persona bozal,

1110

'rústico, bárbaro, grosero'; bozal significa inexperto, recién llegado a la corte, fácil de engañar. Bozales eran, por ejemplo, los esclavos recién llegados. Comp. Quiñones de Benavente, jocose-

1115

ria, La maya, w. 14-15: «Anda, vete, muchacha, que eres tonta, / o boza! en Madrid, que tanto monta».

Habla . Exhorta. Di.

Predica.

G . PORTUG.

G . INDIA

uno a un mismo tiempo hablar

1100

77

G . JAPÓN

Los 4

estupor y pasmo le oyese cada

Portugueses.

G . PORTUG.

G . CHINA

pueblos de diversas naciones con

77

Verás, que a un tiempo te entienden hablando en solo tu idioma...

w. 1117 y ss. En mi texto

base solo abrevia «Habla, etc.». Desarrollo el pasaje repetido por la música.

Indios. Chinas. Japones. Portugueses.

Los 4

Indios, chinas, japones, portugueses.

SAN JAVIER

Haced, Señor, que mis voces entiendan todos de suerte, que entre mi boca y mi oído vuestras elocuencias medien 78 .

1120

78

w . 1125 y ss. Es difícil

certificar el grado de precisión lingüística de las frases en japonés, indio o chino. De todos modos no importa mucho averiguarlo, porque el efecto dramáti-

1125

co está asegurado.

TEXTO DE LA COMEDIA



115

SAN JAVIER

G . INDIO

CORALIA

SAN JAVIER

G . CHINA

MALUCO

Lo que se sigue ha de ser representando el santo, y al mismo tiempo cantando el Genio indio. Este es el que igual con Dios en su gloria resplandece. Caimi, tian, imabina batun Dios banac pacbapi, tian. En indio habla, pues le oigo decir tan distintamente: Ella, y los cuatro Genios cantando. este es el que igual con Dios en su gloria resplandece. El santo y el Genio china. Este el criador absoluto de cuanto miras y entiendes. Zu xuen nem zao chu so lan ulh nim che.

G . JAPÓN

REY

75

paráfrasis del libro del Apocalipsis, 1, 8 repetido otra vez en 22, 13: «Yo soy el alfa y omega, SAN JAVIER

G . PORTUG,

116



Este el que necesitado se hizo, siendo omnipotente. Mi bó sigen luga xiqui xingua gosi.

1140

1145

En lengua japona, bien ladino deja entenderse: El rey y los Genios cantando. este el que necesitado se hizo, siendo omnipotente. El santo y el Genio portugués.

v. 1150 principio y fin: es

primero y último, principio y

1135

Bien, en expresado china, le oigo que decirnos quiere: El y los Genios cantando. este el criador absoluto de cuanto miras y entiendes. El santo y el Genio japón.

SAN JAVIER

1130

Este el principio y el fin79 de la vida y de la muerte. Este da vida é da morte, é fim, é comenzo tenne.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1150

DUARTE

Aun en nuestro patrio idioma le entiendo, que a decir viene:

1155

Duarte y los Genios cantando. este el principio y el fin de la vida y de la muerte.

El santo y el Genio indio. SAN JAVIER

Este el que conoce y juzga el pensamiento más leve.

G . INDIO

Cai ricun imehinami nuncan zhis iuiasca. Coralia y los Genios cantando.

CORALIA

Este el que conoce y juzga el pensamiento más leve.

1160

El santo y el Genio china. SAN JAVIER

Este el que condena o salva a los hombres para siempre.

G . CHINA

Zunay hoe fa hoe xum Gin yu, yum, y ven. Maluco y los Genios cantando.

MALUCO

Este el que condena o salva a los hombres para siempre.

1165

El santo y el Genio japón. SAN JAVIER

Este el que viene a enseñaros sus misterios y sus leyes.

G . JAPÓN

Aquisu xinguen coray ixin ñor aya araqui. El rey y los Genios cantando.

REY

Este el que viene a enseñaros sus misterios y sus leyes.

1170

1175

El santo y el Genio portugués. SAN JAVIER

Y respondiendo, por fin, a las dudas que padeces...

G . PORTUG.

E respondendo, por Jim, as dudas que ainda sentes. Duarte y los Genios cantando.

TEXTO DE LA COMEDIA



117

80

v. 1192 centro que por esfe-

DUARTE

Y respondiendo, por a las dudas que padeces... El santo solo.

SAN JAVIER

El Dios que dudas poder venir por el agua, es este. Representando los cuatro del tablado, y los cuatro Genios cantando repiten a un tiempo.

TODOS

El Dios que dudas poder venir por el agua, es este.

SAN JAVIER

Y

de la superficie, y también en cualquiera cosa, lo más retirado, escondido, hondo u profundo» (Aut). En el lenguaje astronómico y físico es la zona que corresponde a cada elemento, el cual propio a ocupar el centro que le corresponde; esfera: 'región'; motivo basado en la concepción del universo como serie de esferas concéntricas en cada una de las cuales se mueven los diversos cuerpos celestes; la esfera de cada uno es el lugar o zona que le covino Jasón, w . 555-56: «Pasó la

REY

tempestad; ya está serena / la esfera de ese mar».

81

v. 1196 Así lo recogen los

CORALIA

hagiógrafos, por ejemplo, el P. García, Vida y milagros de San Francisco Javier, p. 109: «los cangrejos de aquel mar se ven con la señal de la Cruz en lo superior de

Hombre u Dios, o todo junto, que al mirarte me sucede,

su carne es medicina de muchas



Al verle parece que ando por decir «pequé», parece que el corazón en el pecho arrodillársele quiere.

MALUCO

serlo tienen este privilegio, que

118

¿QUÉ nueva luz en mi alma es, cielos, la que amanece, al ver (¡ay Dios!) este hombre muerto y de un leño pendiente?

Al verle apenas conozco si me alivia o me entristece, ni en mi voluntad percibo si le ama o si le teme.

jos de San Francisco Javier y por

quia de mucha devoción».

tú, inocente brutillo, que a tu criador obedeces, al centro que por esfera80 te señaló, en paz te vuelve premiado con que en la tez de tus escamas conserves la efigie del crucifijo81 tú y todos los de tu especie.

AMIRA

la concha y se llaman los cangre-

enfermedades y su concha reli-

1185

Queda en paz y queda cierto de que tu doctrina entienden hablando en solo tu idioma indios, chinas, japones, portugueses. Vuelan. Toma el rey de la mano del santo el crucifijo, levántanse todos los indios a mirarle, retirándose con pez la imitación del mar.

ma así lo que está más distante

rresponde. Cfr. Calderón, El di-

1180

Los 4 G.

ra'. centro: «Generalmente se lla-

aspira con movimiento natural

fin,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1190

1195

1200

1205

1210

que me alegras y me asustas a tiempo, bien como suele al delincuente su juez, y su médico al doliente. FERIVO

¡Extraño ídolo! Mas dime, siendo Dios, ¿quién le dio muerte?

SAN JAVIER

Los pecados.

PEQUI'N

¡Oh atrevidos!

CHAMBINA

¿Sabes de qué nación fuesen estos pecados?

PEQUI'N

Yo no, pero muy bien deja verse, que son, pues así le han puesto, alguna maldita gente.

REY

Mientras más le miro más me acusa, y tan claramente, que me riñe por delitos cuantos tuve por deleites.

MALUCO

Dime, español, en tu tierra ¿les queda a los que se mueren, voz para hablar con los vivos? Porque muy distintamente me habla este muerto callando.

REY

Lo mismo a mí me sucede.

SAN JAVIER

¿Qué os ha dicho?

REY

Óyelo aparte, pero entre los dos se quede: me ha dicho en lo que soy malo y yo sé bien que no miente.

SAN JAVIER

¿Qué te ha dicho a ti?

MALUCO

Presumo que le oigo reprehenderme cierto agradable mirar de mis ojos, y que siente que estando muertos los suyos estén los míos alegres.

REY

1215

Toma, español prodigioso, toma tu ídolo, que temen

1220

1225

1230

1235

1240

1245

TEXTO DE LA COMEDIA



119

mis manos su peso, bien como aras irreverentes. Vente conmigo, y vosotros, volved, en música alegre hasta llegar a palacio, una y repetidas veces de su venida a pedir albricias a nuestras gentes. SAN JAVIER

MÚSICOS

120



Dulce Jesús, que a mis ojos vuelves milagrosamente, los tuyos, Señor, a tantos ciegos idólatras vuelve. Despertad, despertad, orientales, a la luz que de España nos viene, que al venir el sol del ocaso amanece el sol en oriente, el sol en oriente, el sol en oriente.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1250

1255

1260

JORNADA SEGUNDA Salen Duarte DUARTE

de Gama y Brito.

Seas, Brito, bien llegado; ¿cómo a tu amo le ha ido en el viaje? ¿ha perdido?

BRITO

¿Cómo puede haber ganado hombre que por no tratar al padre Javier se ausenta?

DUARTE

¿Qué teme en él?

BRITO

Por mi cuenta teme que le haga dejar contratos, juegos, mujeres, vicios, que aunque en sus cuidados los teme como pecados, los ama como placeres. El día que acompañamos al padre, me hizo aprestar las arcas y sin tardar, al instante las liamos.

DUARTE

¿Y finalmente ya ha vuelto a Fuqueo?

BRITO

Por creer ausente al padre Javier. Yo a darle vengo resuelto noticia de cuanto pasa, porque le obligue a que venda las esclavas, que es la hacienda peor que tiene en su casa.

DUARTE

1265

1270

1275

1280

1285

Pues aquí le esperaremos, que como el rey en palacio

TEXTO DE LA COMEDIA



121

82

v. \325 jerarquía-, es cono-

cida la doctrina de las jerarquías o categorías de ángeles; bastará al curioso lector ver el libro séptimo, cap. 5 «Sobre los ángeles» en las Etimologías

de San Isidoro,

para los atributos y características de estas nueve jerarquías angélicas, a saber, ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones, virtudes, principados,

potestades,

le hace vivir, no hay espacio de que su trato gocemos, si no es de paso: tal es el fervor que en enseñar, convertir y bautizar, ha puesto, que en solo un mes lo mejor del reino está a nuestra fe reducido. Dos disputas han tenido con él los bonzos, y ya vencidos de sus razones, algunos se han bautizado, y a estos mismos les ha dado el cargo de otras misiones. En idioma del Japón un catecismo ha compuesto tan claro y tan bien dispuesto, que sobre la discreción natural de los paisanos, de suerte los ha instruido que parece que han nacido de católicos cristianos. De algunas casas mayores iglesias ha fabricado, donde arte y oro esmerado han riquezas y primores. Verás, Brito, a las molestas dudas y disputas graves, ¡qué discretas! ¡qué suaves, acomoda las respuestas! Todos le hallan oportuno, y ardiendo en devoto celo su descanso es el desvelo, su regalo es el ayuno. Y entre un afán tan estrecho, me parece en su alegría que trae una jerarquía82 de ángeles en el pecho. Suena dentro mucho ruido de música.

querubines y serafines.

1 2 2



S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1290

1295

1300

1305

1310

1315

1320

1325

BRITO

¿ Q U É es esto?

DUARTE

L O S bonzos creo, que al ver la melancolía del príncipe, desde el día que habló al padre, su deseo es procurar asistirle con una y otra canción de sus ritos, en razón de si pueden divertirle de su tristeza, y de ver su industria si así podrá quitarle el amor que va cobrando al padre Javier. Mas ya sale y le hablarás.

BRITO

¿Pues cómo el traje mudó?

DUARTE

Porque aquel rico sirvió de introducirse no más. Y como ya en el Japón, que no es infamia, se sabe,

1330

1335

1340

BASII IO DE SANTA C R U Z , MILAGROS DE SAN FRANCISCO (IGLESIA DE I A TRANSFIGTOACIÓN, CU/CO)

TEXTO DE LA COMEDIA



123

.

ser pobre, al honesto y grave volvió de su religión.

1345

Sale San Francisco Javier. BRITO

SAN JAVIER

BRITO SAN JAVIER

BRITO

SAN JAVIER

DUARTE BRITO SAN JAVIER

124



Dad, padre mío, a mi ruego vuestros pies. Tal no permito: mis brazos sí; seas, Brito, muy bien venido. Y mi Diego, ¿trae salud? ¿cómo le ha ido? Que yo le he rogado a Dios que vuelvan presto los dos: mire, pues, que le he escogido, porque en mi empresa me ayude, y pues japón sabe hablar la doctrina ha de enseñar.

1350

1355

¿Mas sabré yo? N O lo dude. Y advierta, si se acobarda en lo que mi amor le empeña, que la ley de Dios la enseña mejor quien mejor la guarda. Un sutil ingenio es llano que entre uno y otro conceto bien hará un Catón discreto, mas no un devoto cristiano. En sí se fía la ciencia, y Dios, que lo opuesto manda, mal ayudará a quien anda huyendo su dependencia. Fíe solo en Dios, verá, que nada importante ignora.

Aparte (Bien entra mi aviso ahora.) Mi amo... Tenga, ¿me va de ajena falta a decir la culpa? Y no la encarece. Sí, padre. Bien me parece;

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1360

1365

1370

1375

mas primero me ha de oír. Diga la verdad desnuda, y que no afirme, le advierto, lo aparente como cierto, lo incierto como sin duda. No haber en el trato humano más ardua dificultad que saber lo que es verdad por informe ajeno, es llano. Q u e hacen sospechoso piensa al delator, decir puedo, ignorancia, envidia, miedo, interés, lisonja, ofensa. Si es ignorante, le vicia el crédito un juicio grave, que el necio piensa que sabe todo aquello que malicia. Si es envidioso, aborrece, y si aun desdorando está la misma virtud, ¿qué hará con lo que culpa parece? Si teme su culpa, mira solo al fin de resguardarse, y piensa que asegurarse puede con una mentira. Si es dependente, es pagado, y no hay que creerle, pues le suaviza el interés el escozor del pecado. Si es adulador, cohecha, y cuando lo cierto esconde siempre atestigua hacia donde inclinado el juez sospecha. Si es ofendido, es peor, pues ciego se persuade, que la falsedad no añade nueva malicia al rencor. ¡Oh casi imposible acierto de quien hace el juicio, pues aun lo verisímil es enemigo de lo cierto!

1380

1385

1390

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1410

1415

TEXTO DE LA COMEDIA



125

¿Qué iba a decir, esto así, de su amo? BRITO

La verdad: que su poca honestidad en su casa...

SAN JAVIER

Ya entendí: no más, basta, no prosiga, pues los hombres somos tales, que falta de ajenos males se oye aún antes que se diga. Pídale su enmienda a Dios, de quien solo ha de venir. Sale Pequín con un palo tras

CHAMBINA

Al padre lo he de decir.

PEQUÍN

También nos oirá a los dos, que es muy desigual partido que mi mujer con su obrar a mí me haga renegar porque ella se ha convertido.

1420

1425

Chambina.

ANÓNIMO, MILAGROS DE SAN FRANCISCO (ICI ESIA DE LA COMPAÑÍA, HIÍAMANGA).

126



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1430

SAN JAVIER

¿Qué es esto, Pequín?

CHAMBINA

Reparos de si rezando me estoy, si más a la iglesia voy...

PEQUÍN

Padre nuestro, vamos claros. Mi mujer, que se acredita, cuando en nuestra ley pensaba que el diablo se la llevaba estaba hecha una santita. Yo me hallaba bien servido de regalo, cama y cena, que al fin, la que se condena, sirve al diablo y al marido. Vino su paternidad y nos bautizó a los dos, y empezó a servir a Dios ella y voló la humildad. Si entro en casa y no hallo aliño, me llama, cuando reniego, mal cristiano si la pego, mal cristiano si la riño, y es fiero y es inhumano y muy mohíno pesar que no ha de poder pegar a su mujer un cristiano. Si va al sermón, prevenido siempre un ejemplo guardó de un hombre a quien se llevó el diablo por mal sufrido. Hoy, que estuvo en el sermón, contó cómo la mujer costilla fue del primer hombre, y que todas lo son, cada una de su marido, y han de quererlas sin tasa: yo, que no hallaba en mi casa ni un fregado, ni un barrido, empecé a dalla y decilla que para qué se quejaba de unos golpes que yo daba sobre mi propria costilla...

1435

1440

1445

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1470

TEXTO DE LA COMEDIA



127

Sobre que la he de llamar Juana solemos reñir, y yo la suelo decir que lo deje hasta acabar la comedia, que es notorio desde la primer jornada, que hace el papel de criada, y ya sabe el auditorio que Juana es la fregatriz, y reservará el autor para Amira lo Leonor, y a Coralia lo Beatriz. Esto con Chambina pasa, y si de darme no ordena palabra de no ser buena, no ha de estar más en mi casa. CHAMBINA

¿Y es mejor que vos estáis jugando con el vecino Diego Suárez, de contino?

PEQUÍN

¿Cómo? ¿Pues vos confesáis por mí? ¿O habéis aprendido esto también del sermón? ¿Hacéis vuestra confesión de las culpas del marido?

DUARTE

SAN JAVIER

Parece que en busca vuestra, padre, el rey viene a este sitio. Baste ya. Brito, al instante dé con estos dos principio a enseñarles la doctrina de nuestra ley: vos, amigo Duarte, hacedme placer, de tener entretenido en su casa a Diego Suárez esta tarde.

1475

1480

1485

1490

1495

1500

1505

Al punto os sirvo.

DUARTE

Vase. CHAMBINA

128



Señor, diga en la doctrina cómo ha de ser el marido.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1510

ANÓNIMO, S U E Ñ O DE SAN FRANCISCO (IGLESIA DE LA CASA PROFESA, MÉJICO).

T E X T O D E LA C O M E D I A



1 2 9

BRITO PEQUÍN 83

v. 1512 en cas: forma apo-

copada de «en casa», usual en el Siglo de Oro. 84

w. 1513-14 pintas, tabar-

S A N JAVIER

dillo: juego de palabras; pintas son las líneas de los naipes que permiten identificar el palo;

REY

también las manchas que salen en la piel a los enfermos del tabardillo, una especie de tifus: Pequín viene a decir que pierde en

S A N JAVIER

el juego y que las pintas de los naipes que le hacen perder son como una enfermedad.

REY

130



Vengan, pues. En empezando, me escapo en cas del vecino83 a jugar, aunque sus pintas84 suelen ser mi tabardillo. Vanse. Sale el rey. Deme tu alteza a besar sus pies. Mi padre Francisco, más cerca está de mis brazos mi corazón. No resisto amor tan pagado, pues ser quisiera mi cariño, por abrazaros cada hora cada hora recién venido. Aunque pudieran traerme a verte a tu cuarto mismo a un tiempo los tres imanes de maestro, padre y amigo, a verte hoy con nueva causa vengo, y no vengo traído de aquellas primeras dudas que acerca de tu fe hizo al principio mi discurso, en que vacilante el juicio para no engañarse al fin supo dudar al principio. Rendido, pues, de tu fe a las verdades que admito, a los dogmas que confieso y al desengaño que estimo, ardo en deseos del día dichoso de mi bautismo. ¡Oh! ¡Las razones de estado me permitan conseguirlo! Política es, no divina, la materia que hoy contigo consulto, pues siendo tú discreto y santo, es preciso

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

1515

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1525

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1535

1540

1545

el acierto, gobernado por tu virtud y tu juicio, que uno sin otro, iba expuesto en el consejo al peligro de que me engañe el no santo, o se engañe el no entendido. Es Ferivo de mis gentes el más valiente caudillo, y por eso de mi reino tan en extremo bien visto, que si discordes los dos estuviéramos divisos, temo, no en vano, que fuera mi bando el menos valido. Sea, pues, que satisfecho del séquito, o que al hechizo rendido esté del amor, se ha declarado conmigo: es su pretensión casarse con Coralia, y me ha pedido que yo a ella por conveniencia la brinde con el arbitrio de restituirla mis armas en su imperio, a que Ferivo irá dos veces valiente, por soldado y por marido. Receloso yo de que no se hubiesen convenido de secreto los dos, quise mañosamente inquirirlo: fié de Amira este asumpto, y espiando los designios de Coralia, que al fin damas se entienden en sus estilos, dijo que Coralia ajena está de todo, y aún dijo que si ella entendiera bien los idiomas del cariño, pensaría que Coralia no rehusara de mi hijo el casamiento. Yo, viendo

1550

1555

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1565

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1575

1580

1585

TEXTO DE LA COMEDIA



131

cuán bien me está este partido, pues adquiero un reino en él, a él desde luego me inclino. Y si añado conjeturas que puedo tratar contigo, qué sé yo si las tristezas, en que anda tan discursivo y retirado a sus solas, en Maluco han procedido de que entre él y entre Coralia se han hecho señas los signos. A esta conveniencia solo obstarnos puede el altivo, imprudente y arrojado natural que siempre he visto en Ferivo, y más si ahora, con los celos le añadimos a sinrazones de loco razón para más delirios. Júntase a esto cuán averso contigo está, y cuán amigo de Fucardono, y si toma para pretexto el motivo de la religión, no dudes, que mi reino dividido en bandos, como ya dije, sigan los menos el mío. Resuélveme tú en las dudas que padezco, que a tu arbitrio quitaré, por un vasallo, las conveniencias a un hijo. SAN JAVIER

132



Si hubiera de resolverte, atento solo del siglo a las máximas, que llevan siempre lo útil por motivo, fácil sería decirte que de la guerra que has dicho te excusarías casando a Coralia con Ferivo, pues imprudencia es poner por un reino que codicio

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1590

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con tan remota esperanza, tan sin duda a riesgo el mío, y si alguno replicara que estando en su gentilismo tan terco Ferivo, fuera perpetuar en su dominio de la torpe idolatría los abominables ritos, respondiérale que un rey

1630

1635

JI » É RODRÍGUEZ CARNERO, CARRO DI TRIUNFO DE LA ITÍ! USIA (IGLESIA ¡>n

no debe enmendar los vicios de reino no suyo; añado que aun fuera bárbaro arbitrio llenar de males mi casa por sanar la del vecino. Esto y más dijera, pero estoy, señor, persuadido, que a las razones de estado malogra Dios los designios, porque comúnmente en ellas se antepone a su servicio

ESPÍRITU SAN I O,

1640

1645

T E X T O D E LA C O M E D I A



1 3 3

REY

134



nuestra utilidad, y Dios a los siniestros motivos los sabe hacer fácilmente la vereda precipicio, ruina los medios, dogal las tramas, horca el asilo. Por donde mi parecer es que el acuerdo más digno es pesar en cuál extremo será Dios más bien servido, y ese elegir: si Coralia se casase con Ferivo, de que tan ajena vive, sería destituirnos a la esperanza de ver aquel reino reducido a la ley de Dios; lo opuesto espero si con tu hijo se casase, porque entrambos, que por horas el bautismo esperando están, serían eficaces atractivos a que en breve todo el reino siguiese la ley de Cristo. Luego esta parte debemos seguir, con que si ofendido mueve Ferivo discordias tales que te sea preciso romper con él, fía que tienes para contrastar sus bríos, miliciano de tus levas a todo un Dios por caudillo. Aunque me habla tan al gusto el dictamen que te he oído, sabe tu Dios —él perdone, que le hable con este estilo, porque le he tratado poco, y no sé llamarle mío—, que por su servicio solo tu resolución admito. Débate hoy otra fineza,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

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y pues sabes que mi hijo, a una tristeza postrado de su cuarto ha hecho retiro, éntrale a hablar, que tu vista sola puede ser su alivio. Vase. SAN JAVIER

haré, señor, porque a Dios 1695 pienso que también le sirvo en verle. ¡Qué atento está leyendo! ¡Qué discursivo entre la ley y su afecto se arguye y responde él mismo! 1700 ¡Oh, joven! Dios te dé luz para el fin que te ha escogido, Descúbrese Maluco leyendo, y retírase el santo. SÍ

hoy mayormente, que al canto de supersticiosos himnos de tu ya empezada fe quiere turbar los principios Fucardono, acompañado de los apóstatas impíos85, que en Amboino su torpeza la fe abandonar los hizo. ¡Oh, a sus voces no se manchen las purezas de este armiño! MALUCO

1690

A leer otra y mil veces vuelvo, y por más que porfío a no entender un precepto que el padre explica en su libro, aun a mi pesar, no puedo dudar de que le he entendido. Bien claramente lo dice: Leyendo. «Pecado es de infierno digno contra este precepto, un solo pensamiento consentido». Representando.

1705 85

v. 1708 impíos: debe leer-

se aquí «impíos», como exige la

1710

métrica. Igual en v. 1781.

1715

1720

¡Válgame Dios! Pues si a mí el riesgo a buscarme vino,

TEXTO DE LA COMEDIA



135

si yo no mandé a mis ojos que cegaran de haber visto, si a lo hermoso y lo discreto no los hice ser yo amigos, si mi inclinación en mí mandó más que mi albedrío, si cuando a olvidar me esfuerzo a no esforzarme me animo, y finalmente si yo vacilante y discursivo, tengo el pensamiento libre no más de por atrevido, ¿qué culpa tengo yo? ¡Oh nunca hubiera el padre Francisco

1725

1730

1735

Música dentro. dádome luz! Mas dejar aquí la duda es preciso. En cuanto al tenaz empeño de los bonzos, que los ritos de su ley me acuerda, o mal le escucho o bien los despido, a cuyo fin, al estudio toda la atención aplico.

136



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1740

1745

Salen Fucardono con otros seis bonzos, que saldrán cantando. L o s SEIS

Cantando De Jaca y Amida los fueros divinos se dejan al hombre, a gusto del hombre, señor de sí mismo.

MALUCO

No mal a mis pensamientos habla la canción.

FUCARDONO

Amigos, cantad, impedid el riesgo de estos estudios prolijos, que a Maluco abren los ojos con que busca el precipicio. Cantando La ley, que me manda vencer mi apetito, se implica queriendo 86 que en mí busque otro no yo y mi enemigo.

MALUCO

FUCARDONO

MALUCO

SAN JAVIER

¡Dice bien! ¿Puedo yo hacerme dos mitades y diviso con sola una voluntad, estar bien y mal conmigo? Pero no los oiga, ¡ay Dios!, ¡con qué desgana resisto! Proseguid: turbad a estruendos de descompuestos bullicios aquel sosiego que busca en su quietud su delirio. Cantando Si vivir es fuerza en guerra consigo, nacerán los hombres, a estar deseando el no haber nacido.

1750

1755 86

v. 1759 se implica-, se con-

tradice; implicar significa en el

1760

Siglo de Oro implicar contradicción; «Vale también oponerse o contradecirse un término u proposición con otra, destruyéndose» (Aut). Cfr. Calderón, La viña dtl Señor, OC. Autos, p. 1476:

1765

«¿Con él y sin él, no implica?»; del mismo La redención de cautivos, OC. Autos, p. 851: «¿Dios ignorado no implica / contradic-

1770

1775

¡Aún dice mejor! Si el ser y la ley me dio un Dios mismo, ¿qué fineza fuera hacerme con la ley el ser peligro? Proseguid. Sale San Javier. NO

prosigáis,

1780

TEXTO DE LA COMEDIA



137

MALUCO SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

MALUCO

138



que argumentos que hablan impíos al deleite, aun sin razón, se traen en sí lo creído. Tú, Fucardono, porque Dios por mayores motivos, 1785 ahora te reserva, sal tan al punto de este sitio que ni una palabra sea de tu resistencia indicio. Éntranle arrebatado por un bastidor. Y a vosotros, que dejasteis 1790 la fe, fuego ejecutivo os confundirá, sin daros aun aire para un suspiro. Sobre cada uno de los seis bajará un globo de fuego, que se hundirá con ellos por el tablado, volviéndose a cerrar los escotillones. ¡Válgame tu Dios! Sí vale. Príncipe Maluco, amigo, 1795 aunque a tu amagada duda bien bastara este prodigio a sosegar, no por eso de ir a la razón omito, que al juicio más que un milagro 1800 le convence un silogismo. ¿Qué aprehensión, qué fantasía es esta? Si he de decirlo, ya que este asombro me deja más despejado el sentido, 1805 queja es de tu Dios. Bien puedes comunicarla conmigo. Sí haré, y porque veas no ser ignorancia de mal juicio, a lo que no entiendo haga 1810 pasaje lo que he entendido. Ya conozco, ya confieso,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

JACINTO VIEIRA, DESPEDIDA DB SAN FRAN Y SAN IGNACIO (LOYOIA).

que aquel numen infinito que tú llamas Dios, es uno: esto confieso, esto afirmo, sin más fe que la razón natural, pues los motivos de la fe los guardo todos para confesarle trino, que se hizo hombre, que murió, para ser a un tiempo mismo sacrificio y sacerdote87, dejándonos el bautismo y los demás sacramentos por fruto del sacrificio, que ha de venir a juzgarnos, con que asiento de camino la immortalidad del alma, pues Dios ser justo es preciso, y no permitiera tantas como vemos en el siglo mal balanceadas fortunas de dichosos y afligidos si no tuviera otra vida, que trocando el equilibrio, dé con un peso en el cielo

1815

1820 87

v. 1822 sacrificio y sacerdo-

te: Cristo se ofrece como hostia e inmola la víctima como sacerdo-

1825

te y sacrificio.

1830

1835

T E X T O D E LA C O M E D I A



139

y con otro en el abismo, de que el culpado dichoso y de que el bueno abatido, esperar y temer deban el premio ya, y ya el castigo. Finalmente, que sea Dios quien todo esto nos ha dicho, no admite duda, porque no había de permitirnos saber unos fundamentos que nos convencen el juicio a creer, para creer lo que no quisiera El mismo que creyésemos, so pena de no poder argüimos de errados, en lo que prueba tanto convincente indicio. No hay, al fin, de tu ley fuero, dogma, sacramento, o rito, que no me consuene; solo (¡oh quién supera decirlo, no digo como lo entiendo, como no lo entiendo, digo!), solo no entiendo, que un Dios tan justo, tan entendido, tan clemente, tan en ser en todo bien infinito, me achaque a culpa lo que no es uso de mi albedrío. ¿En qué ley, en qué razón cabe que lo que no elijo yo por mí mismo, diciendo, del bien y el mal advertido, «esto quiero», «esto no quiero», diga tu Dios que es delito? SAN JAVIER

MALUCO

140



Nada manda Dios que el hombre no sea bastante a cumplirlo; sepa yo, pues, qué acción tuya no cae sobre tu dominio. ¿Qué acción mía? Un pensamiento, en que ciego y discursivo,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

1840

1845

1850

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1860

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1870

1875

a pesar de no quererle a todas horas vacilo, una tenaz fantasía, que en lo interior del sentido tan reacia está que me hace tal vez pensar que la admito, un no querer el querer, que aunque a mis solas le riño, terco está y parece que halla en mis deseos su abrigo. ¿Me he dado a entender? SAN JAVIER

MALUCO

Muy bien: mas por las señas que has dicho, esa es tentación, no culpa.

1880

1885

1890

¿Cómo no, si es que me aflijo de resistirla?

SAN JAVIER

ESO n o es

pecado, sino peligro. MALUCO

¿Cómo no, si me atormenta pensar que al riesgo resisto?

SAN JAVIER

Ese es miedo de combate, no triunfo del enemigo.

MALUCO

¿Cómo no, si al ir venciendo me desayudo yo mismo?

SAN JAVIER

Esa no es resolución libre en ti, sino incentivo.

MALUCO

¿Cómo no, si venzo y siento el que no me hayan vencido?

SAN JAVIER

Ese sentimiento no es voluntad, sino apetito.

MALUCO

¿Cómo no, si entiendo el mal y a no entenderlo me inclino?

SAN JAVIER

ESO

MALUCO

¿Cómo no, si en no advirtiendo que es culpa al punto me rindo?

SAN JAVIER

Esa inadvertencia basta a excusarte del delito.

1895

1900

1905

es llevar dos cuidados para buscar un olvido. 1910

TEXTO DE LA COMEDIA



141

MALUCO

Pues esta es mi culpa.

SAN JAVIER

N O es

sino efecto de un cariño que el amor le hace vehemente y el temor de Dios remiso, en cuya lid la victoria que tú de ti has conseguido

GRABADO DE CLAUDI-. MELLAN

88

v. 1921 no alcanzaras

por

por una gracia que tú no alcanzaras por ti mismo88, te pagará Dios no menos que con un premio infinito. Mira ahora si es la ley más que riesgo beneficio, pues el mismo que la impone te da al cumplirla a tu arbitrio la gracia para vencer y el premio de haber vencido.

ti mismo-, p o r q u e la gracia es d o n gratuito q u e d a D i o s sin q u e el h o m b r e lo merezca, y la gracia es la q u e constituye en meritorias las obras del hombre.

MALUCO

142



Pues, dime, para que salga de una vez de tanto abismo, porque al oírte parece, que en aires nuevos respiro, estar uno enamorado,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE

SAN JAVIER

MALUCO SAN JAVIER MALUCO

SAN JAVIER MALUCO SAN JAVIER MALUCO

SAN JAVIER

¿será pecado? Aparte (Dios mío, pues os servís de que hable en tan profanos estilos, perdonad lo que padezco a cuenta de si algo os sirvo.) A él El amor solo es afecto de la inclinación preciso, y el muy inclinado aún no está del todo caído, y aunque el peligro tal vez pueda ser mal por sí mismo, en ti no lo es, pues quisieras a un tiempo cristiano y fino, que el yugo del matrimonio...

1935

1940

1945

¡Ay, que el corazón me has visto! Justifique tu amor. Pues, claro el sí o el no te pido: ¿mi amor es pecado?

1950

NO.

¿Te afirmas bien? Bien me afirmo. Ahora digo que tu Dios es un Dios muy entendido. Mas mira que si consientes algún torpe, algún lascivo pensamiento que sea libre gustosamente admitido, es pecado grave y quedas, según el presente juicio, condenado del infierno a los eternos castigos, adonde todos los males de potencias y sentidos89 que se pueden pensar, furias, pasmos, despechos, delirios, padecerás en un fuego sin fin.

1955

1960

1965

89

v. 1966 potencias y sentí-

dos-, memoria, entendimiento y voluntad (las potencias) y los cinco sentidos, que sufren los castigos del infierno.

TEXTO DE LA COMEDIA



143

MALUCO

SAN JAVIER MALUCO

SAN JAVIER

FUCARDONO FERIVO

FUCARDONO

144



Ha estado muy atento el príncipe. Vuelvo a resumirlo. ¿De manera que despechos, iras, rabias, precipicios, con cuantos puede pensar el horror males nocivos en sentidos y en potencias, tengo en un fuego infinito de padecer si consiento?

1970

1975

SÍ.

Pues quedo sobre aviso. Vete ahora tú, que a mi padre entro a hablar, que habiendo oído cuánto da tu ley de sí, no pienso estar ya indeciso en mis ansias. Vase. Dete Dios acierto, príncipe invicto, y a mí también en la empresa ardua que esta tarde sigo. Vase. Sale Fucardono y Ferivo. ¿ E S O responde el rey? N O el estallido de un rayo susto igual diera a mi oído como haberle escuchado que está para su hijo destinado el casamiento de Coralia bella. YO he sospechado que rehusa ella, de ese extranjero bonzo persuadida tu casamiento, al ver que defendida tanto es de ti la ley sagrada nuestra, temiendo, bien como el indicio muestra, que casada contigo ha de acabarse la esperanza engañosa de salvarse. Aparte (Callaré la violencia, que en ahuyentarme hoy de la presencia del príncipe me hizo, no pase por milagro el que fue hechizo.)

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

1980

1985

1990

1995

2000

FERIVO

piensan mis recelos, que es desdén de Coralia, si no es celos de Amira, a quien rendido, o bien de amante o mal agradecido, estuve un tiempo ufano, cuando pensaba el rey que con su mano pagar me había a precio de sus glorias el sueldo de mis ínclitas victorias. NO

2005

FUCARDONO

¿No te quejaste al rey de sus traiciones?

2010

FERIVO

Yo no venzo con quejas sinrazones; con armas sí: verás cómo se mueve a mi conspiración milicia y plebe en copia tal que hagan sus millares90 casi número igual con mis pesares.

2015

FUCARDONO

Cuenta también mis bonzos por ti unidos, si la voz de los dioses ofendidos 91 tomares y piadoso arma tu diestra el celo religioso 2020 contra el vil extranjero, apadrinado de ese rey engañoso y engañado, por cuyo miedo, aunque al rencor se mueven,

v. 2014 copia: abundan-

91

v. 2017 voz: tomar la voz

es expresión que significa «declararse por algún partido, o por algún determinado sujeto, obrando a favor suyo, y como en su nombre o con su autoridad» (Aut).

MANUEL HENKÍQUEZ, PREDICANDO EN EI JAPÓN (CATEDRAL NUEVA DE COIMBRA).

TEXTO DE LA COMEDIA



145

FERIVO .

FUCARDONO

FERIVO

FUCARDONO

FERIVO

FUCARDONO

FERIVO

a matarle de día no se atreven mis bonzos, que una vez que lo intentaron, y a él y a la noche ocultos esperaron, se detuvo la noche, en cuyo espacio, el español llegar pudo a palacio, que al vigor de su vana hechicería dos horas duró el sol más aquel día. ¿Y no habrá otras industrias con que [muera? Con la misma, que antes hoy le espera mi rencor, sin temer que pueda tanto que para cada sol tenga un encanto. Yo de celos herido, contra el rey fementido al punto voy a convocar mis gentes. Espera, que por sendas diferentes, a este jardín, adonde por recreo tiene Amira a Coralia, venir veo a los dos, escuchando unas canciones, que llama el español meditaciones de eficaz desengaño, traza con que introduce tanto engaño, que a la música este advenedizo dos veces quiere hacerla que sea hechizo; mas no hará, que a Coralia hoy mis razones la desvanecerán sus ilusiones. También pienso, sabida mi mudanza, desengañar de Amira la esperanza. Tú te retira, y de una vez entienda, cómo ha de condenarse sin enmienda. Déjame solo tú, mientras la aviso cuánto ya la aborrece quien la quiso.

Retírase Fucardono a la puerta por donde saliere Coralia, y Ferivo a la de Amira, que saldrán como oyendo la Música.

1. 2.

1.

¿Yo para qué nací? Para salvarme. ¿Que tengo de morir?

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2025

2030

2035

2040

2045

2050

2.

Es infalible.

1.

Dejar de ver a Dios y condenarme...

2.

Triste cosa será, pero posible.

FUCARDONO

Infelice mujer, reina engañada de una esperanza infiel acreditada más que del español de tus deseos, ¿qué fantásticos, locos devaneos te hacen creer que puedes en tus males desmentir los decretos celestiales? Mujer naciste, y como tal, precita92 a la casa del humo, donde habita la sierpe que amenaza con fiereza tu femenil flaqueza, tu ser por imperfecto: no tienes que apelar de este decreto, que no pueden, por más que te le opones, en el cielo caber imperfecciones.

2055

2060

2065

92

v. 2 0 6 4 precita:

condena-

da, destinada a las penas infernales. La mujer, según Fucardono, por ser imperfecta no

puede

aspirar a la salvación, pues el

2070

cielo no admite imperfecciones.

Vase. CORALIA

Oye, engañoso, y no tu desvarío me haga temer mi mal sin mi albedrío, que de mi salvación me da esperanza Dios, que imprime en mi fe mi confianza; 2075 la razón, que me dice, que no puedo sin mí ser infelice; aun las cláusulas dulces, con que el viento93 habla al oído y al entendimiento, y en pausas de preguntas repetidas 2080 no hace las amenazas desabridas, pues me están respondiendo, al preguntarme... para qué nací? Para salvarme.

ELLA Y M Ú S .

¿YO

FERIVO

hay que acusar mi proceder de ingrato, que en falsedad cortés no hay doble trato94. 2085 El mío no fue amor, fue rendimiento, llama fue que encendió tu mismo aliento. Querido me rendí, no pretendiente, y ya se deja ver qué fácilmente llegar suele al olvido 2090 el que empieza a querer de muy querido. Yo, en fin, no me he mudado, NO

93

v. 2 0 7 8 cláusulas-, emplea-

do en el sentido de 'notas musicales' o 'melodía. C o m p . Calderón, Andrómeda

y Perseo,

w.

1104-08: «y es verdad, pues aun los tiernos / cantos de las aves no / son ya anuncios, sino agüeros; / gorjeos, sino gemidos; / cláusulas, sino lamentos».

94

v. 2 0 9 5 Entiéndase: fingir

una fineza por cortesía no significa expresar amor real y profundo. Las buenas maneras corteses exigen ciertas actitudes que no hay que interpretar demasiado seriamente.

TEXTO DE LA COMEDIA



147

AMIRA

ELLA Y MÚS. CORALIA

AMIRA

CORALIA AMIRA CORALIA AMIRA " v. 2116 calma: en el sentido

aurisecular

de

angustia;

comp. Calderón, La nave mercader,

del

OC. Autos, p. 1462:

CORALIA

«—¿Qué nos quietes? —En dura calma / estoy»; id., matrimonial

del

El

Cuerpo

pleito y

el

Alma, p. 87: «Bien se deja conocer / si en sus acciones advierto / el cuerpo un cadáver yerto, / que

ELLA Y MÚS.

siendo deja de ser; / e! alma en

AMIRA

suspensa calma».

148



que esto no es más que haberte declarado que es sinrazón quejarte de lo que en mí presumes, que es dejarte, y bien que no es mudanza, considera, que quien nunca te quiso hoy no te quiera. Vase. Oye, engañoso, que tu atrevimiento matarme quiere con el vil aliento de tan loca osadía... ¡Oh! Ingrato aleve, ¿no me dejaría siquiera tu mudanza engañar con mis dudas mi esperanza? ¡Pena sin ejemplar! ¡Dolor extraño! Tan sin apelación el desengaño anunciándome está la muerte fiera, que me responde cuando me pondera el dolor de mis ansias insufrible... ¿Que tengo de morir? Es infalible. ¿Oiste, Amira, la amenaza fiera de Fucardono? ¿Oíste la grosera altivez de Ferivo? Con el infierno me amenaza esquivo. ¡Quién trocara su daño por tu daño! Pues, ¿qué iguala a este mal? Un desengaño, que de amor en la calma95 a luego padecer condena un alma. N O replicarte quiero, porque ajena siempre viví de semejante pena; solo puedo decir cuán poco susto la amenaza me dio, que el cielo justo no fuera si el fin fuera de criarme... Dejar de ver a Dios y condenarme. Ahí tu pena verá cuán excedida de la mía se ve, pues no creída está de ti la tuya, mas ¡ay cielo!,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

2095

2100

2105

2 1 1 0

2 1 1 5

2120

2125

que aun no acierta la mía a ser recelo, pues el rigor de un hombre tan terrible... ELLA Y M Ú S . CORALIA

Triste cosa será, pero posible. Mejor verás aquí la causa justa 2130 con que el nombre de amor mi pecho asusta, plática que otras veces me has oído: mira lo hermoso en ti con lo entendido a un tiempo malogrado, mira de cuántas prendas te ha dotado 2135 sabia naturaleza: agrado, edad, valor, virtud, nobleza, todo ajado de un vano desvarío, que en el fin no permite a tu albedrío aun gana de sanar; y cuando empieza, 2140 se cura con un poco de entereza. No solo esto por ti, por mí lo digo, y pues a solas puedo hablar contigo, sabe que yo también amenazada de esta pasión me vi, mas consultada 2145 con el santo español, me dio el retrato de un Salvador, que él llama, donde grato puso el pincel tan misterioso empleo que produce el amor sin el deseo. Sale Maluco al paño

MALUCO

CORALIA

MALUCO

CORALIA

Con Amira está hablando: aquí escondido puedo lograr la vista y el oído. Tal amor en efecto le he cobrado, que no deja lugar a otro cuidado. Tan en el alma su memoria imprimo, que nada sin él quiero, nada estimo.

2150

5íi

v. 2149 acot. alpaño-, aso-

mado a la cortina que cubría la fachada del escenario; es una convención dramática muy frecuente: el personaje al paño ve y oye pero a él ni lo ven ni oyen (salvo el público, naturalmente).

2155

¿Quién será, cielos, dueño venturoso de afecto tal? Y porque no quejoso tu mal esté sin el remedio mío, este es mi Salvador, de ti le fío: ámale como yo, pues no recelo, que en su amor esté todo tu consuelo. Vase, dejando en mano de Amira vitela? 7, y sale Maluco.

una

2160 v. 2161 acot. vitela-, pintura hecha en una piel pulida de vaca o ternera (ver Aut).

T E X T O D E LA C O M E D I A



149

MALUCO

Oye, aguarda (¡ay de mí!) ¿qué pena esquiva, aun estando sin mí de mí me priva?

AMIRA

Maluco, ¡pues tú aquí! ¿qué has escuchado?

MALUCO

¿Que ama, no dijo, a ese hombre, que [pintado en tu mano dejó?

2165

Pues, ¿qué te aqueja?

AMIRA MALUCO

¡Ay de mí! ¿Qué se yo?; mas ver me deja ese que dice que ama.

AMIRA

lo excuso, que es remedio de amor, y yo rehuso la medicina al mal de que me muero. NO

2170

Vase dejando la vitela. MALUCO

150



¡Qué grave majestad y qué severo mudo me está mirando! ¿Mas si siente también que yo esté amando a Coralia, que a él tanto le quiere? Mas no se queje, no, pues le prefiere, 2175 que si yo amado de quien él me viera, ¡ay Dios, y qué alegrísimo estuviera!

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

Mas, ¡ay!, que si padece mi tormento, infinito será su sentimiento. En rabioso dolor mi pecho lidia: 2180 la envidia (¿y qué se yo si esto es envidia?, que más cruel parece este despecho) me ha muerto el corazón dentro del pecho. ¿Mas si ha muerto en pecado y está ya en el infierno condenado 2185 mi triste corazón? Bien lo colijo de lo que el bonzo santo antes me dijo. Iré a buscarle, y entre tanto, enojos, fuego es mi mal, apáguenle mis ojos.

Vase. Salen Duarte de Gama y Diego Suárez. DUARTE

Notables cosas contáis.

DIEGO

Confieso, señor Duarte, que sin haberlas tocado no fuera el creerlas fácil. En un mes que ha que de Bungo partí, procurando darles feliz logro a los empleos que de Portugal nos traen, Aparte (Mejor dijera, si huyendo hubiera dicho, del padre Javier: ¡oh conciencia!, ¿cuándo no estarás bien con tus males?), he corrido mares, puertos, cortijos, villas, ciudades, no habiendo en ciudades, villas, cortijos, puertos y mares dejado de hallar algunas bien florecientes señales del apóstol Javier, santo prodigiosamente grande. Muertos que ha resucitado he visto, y mejor contarse los bautizados pudieran a millones que a millares. Niños he visto que solo con una alhaja del padre Javier, puesta a un moribundo,

2190

2195

2200

2205

2210

2215

TEXTO DE LA COMEDIA

58

sanar de repente le hacen. Mas referir sus prodigios, contar átomos al aire sería: dichoso vos, que al fin, presto en vuestra nave partiréis con él a Goa, y triste de quien, en frase dicho de la patria, queda solo a lamentar saudades98. En efecto, ¿cuándo ha de irse el padre Javier?

v. 2224 saudades: expre-

sión muy portuguesa, que expresa una determinada melancolía nostálgica...

DUARTE

DIEGO v. 2234 china: ya he anotado que esta es la forma usual del adjetivo, que hoy sería «chi-

152



A darle no me atrevo prisa, viendo el mucho fruto que hace en este reino: presumo, que no presto ha de ausentarse. ¡Esto más!: dadme licencia que salga de casa, antes, que un mercader china el puerto" deje, que me importa hablarle.

DUARTE

Ese es el mismo a quien yo cantidad considerable de seda y menjuí le tengo en mi poder, y no es fácil irse tan aprisa.

DIEGO

Pues ved en qué queréis la tarde divertir.

DUARTE

A todo haré compañía.

DIEGO

Pues que saquen las esclavas, será bien, a este patio mesa y naipes.

DUARTE

Sea norabuena. Aparte (Así, que se ausente he de estorbarle.)

DIEGO

Hola, poned aquí el juego, que corre más fresco el aire. Esclavas indias sacan al tablado sillas, mesa y naipes, y sale Pequín.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2220

2225

2230

2235

2240

2245

PEQUÍN

DIEGO PEQUÍN

DIEGO

DUARTE

PEQUÍN

DUARTE DIEGO

DUARTE

PEQUÍN

DIEGO

Pues pude, sin que me vieran, de la doctrina escaparme al garito, que el ocio es de todos los vicios madre, vengo, y a buen punto vengo. ¿Pequín?

2250

¡Señor Diego Suárez! Bien venido.

2255

¿Gustaréis que tercie Pequín? ¿Quién hace reparo en eso? El dinero nunca tuvo calidades, con que se pueden tirar picaros y capitanes. Cien pesos cabales traigo, a ver si puedo doblarles, mas no tanto que se vuelvan, perdidos, cien mil pesares. Júntanse a jugar, y van haciendo cuanto fueren significando los versos.

2265

Alzad a la mano. el naipe es.

Mío

No he de pararle yo el primero, sea Pequín, quien le estrene. Que me place. A escudo y escudo, doble desde la tercera. Y sale debajo la mía: ¡oh pesia!

DUARTE

Una, dos, tres, cuatro, encaje;100 cinco, seis, siete. Hacen diez.

DIEGO

¡Por vida!

PEQUÍN

2260

2270 100

v. 2273 encaje: «En el

juego de las pintas es la concurrencia del número que se va contando con el de la carta» (Aut). En suma, un lance del juego de naipes que están jugando.

T E X T O D E LA C O M E D I A



153

Sale San Javier y quieren dejar el juego. S A N JAVIER

DIEGO

Jesús los guarde con su gracia: ¡oh caballeros! ¡Ay de

S A N JAVIER

DUARTE

S A N JAVIER

101

v. 2290 manos-, del juego,

DIEGO

; entiende. S A N JAVIER

102

v. 2294 barato: especie de

propina que los jugadores gananciosos daban a los que estaban mirando el juego.

103

Yo, padre, por si hallo algunas mentiras que confesarme, como dicen los muchachos que por las uñas nos salen, me estoy mirando a las uñas.

v. 2305 de gorja-, de bro-

es mejor, padre Javier, pues llegasteis, que alcen el juego? ¿NO

El pecho me está temblando de vergüenza y miedo. Antes unas manos me holgaría 101 verles parar: Diego Suárez, con vos me asiento, que al fin sois rico, y si es que ganareis, será mejor mi barato 102 . Siéntase.

PEQUÍN



2285

¿Por qué? Q u e yo no vengo a estorbarles.

YO. A

S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2290

2295

2300

fe,

que viene de gorja el padre 103 .

154

2280

Hacen bien, gocen la tarde. Prosigan, pues.

Aparte (Ea, Cristo mío, el lance echado está ya; ¡oh!, mis culpas su buen logro no embaracen; ¡oh, en este hombre no se pierda el precio de vuestra sangre! ¿ Q u é costa os tiene, Dios mío, de vuestros auxilios grandes dejados los suficientes, pasar a los eficaces?) ¿Quién lleva el naipe?

ma, de chacota, con ganas de burla y diversión.

mí!

¿ Q u é hay, qué se hace?

SAN JAVIER PEQUÍN

2275

2305

DUARTE

DIEGO

PEQUÍN

DIEGO SAN JAVIER

DIEGO SAN JAVIER DUARTE

SAN JAVIER

Aparte (No puede llegar su celo a extremo más admirable.) A escudo y escudo, y como corrieren, sobre dos. Aparte (Ande aprisa, porque aun perder me holgaré, por levantarme.)

d o portugués, de m o d o

Aparte (Qué impaciente está, y por verme delante, disimula.) ¿Cómo puede deciros bien esta tarde, Diego, si aún no tenéis maña, de barajar bien el naipe? Mostradle acá. ¿pues vos...?

2310

Francisco, por cuyo respeto el pero con todo esto se le echaban de ver bien los sentimientos e ímpetus de la impaciencia; quedábale poco de caudal y este con

2315

tanto riesgo como lo que había ya jugado. Levantarse no era en su mano, si proseguía adelante veía que perdía del todo. En fin descubriendo en él el padre más de lo que el pobre mostraba, levántase, pídele las cartas, bará-

2320

jalas con sus propias manos, tórnalas

a

meter

en

las

suyas,

diciendo que juegue; así lo hizo sin perder más mano, desquitándose a bien pocas de cuanto había perdido. Crece la codicia con la dicha, determina seguirla

¿Qué hay que os embarace? Dadme esa baraja.

Esto ha de ser de este modo104, de forma que se separen

zados. Hallóse presente el padre desgraciado estaba más sobre sí:

Padre mío,

Cielos, ¡quién vio fervor semejante! Toma el santo los naipes y los baraja.

que

había ya perdido seiscientos cru-

Sal aquí, caballo: vino, y a las ancas trae dos ases, un rey, un siete y un dos. [Aparte] (¡Que su respeto me ataje la cólera!)

w . 2 3 2 6 y ss. C o m p .

104

«Decíale mal el naipe a un solda-

en tanto que le acuden también las cartas, mas no lo sufre quien las había vuelto amigas. Basta

2325

(dice el padre Francisco)

que

hayáis recuperado vuestro dinero, no soy contento que llevéis el ajeno. Obedece el soldado, teniendo por cierto que si no lo hiciere, harán los naipes la voluntad del padre. Y no solamente dejó por entonces el juego, mas prometió de nunca volver a él, y así lo cumplió; pues en toda su vida no hubo quien le viese más naipe en su mano. Q u e lo tengo por tanto mayor maravilla que la primera cuanto más raro es mudarse el tahúr que trocarse el juego» (Lucena, Historia de la

vida del P. Francisco Javier, 200).

TEXTO DE LA COMEDIA



155

p.

ANÓÍSIMO, SAN FRANOSO> BAUTIZANDO (MUSEO NACIONAL DE ARTE, MÉJICO).

105

v. 2328 encuentros-, «En

los encuentros y no salga105, tan contra vos todo azares. Parad ahora.

el juego de los naipes vale la concurrencia o junta de dos cartas iguales, especialmente en el que llaman del parar, como cuando vienen dos reyes, dos caballos» (Aut); lance de ganancia; contrapuesto a azar (verso siguiente), que es lance perdidoso del juego.

156



DIEGO

Aparte (¡Ay de mí! Que al ver que todo esto lo hace este prodigioso santo solamente por ganarme la voluntad, y que deje mis culpas abominables, el corazón de vergüenza y confusión se me parte; ¡que a este indecoro le obligue el deseo de salvarme! ¡Qué grave será mi mal, pues solo el querer sanarle, tanto cuesta! Mas no vean mi conciencia en mi semblante.) A doblón (aún no me deja el horror que ya me hacen mis delitos, que pronuncie) y doblón (mejor echarme

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2330

2335

2340

2345

DUARTE

PEQUÍN

DIEGO PEQUÍN

DUARTE

PEQUÍN

DIEGO

PEQUÍN

fuera a sus pies, y pedirle que a Dios...) doblado, si salen encuentros, (¡qué mal me animo!)... ¡Qué turbación tan notable! Llorando Diego Suárez, sin atender al juego, y Pequín anda el naipe. Cinco y tres, para mirones brava suerte; que me falte el cinco jamás he visto; ¡oh, qué de rogar se hace! Honda está, rico voy de esta; mas ¡ay, pese a mi linaje! que el tres... Aparte (Dios mío, pequé.) De espadas a atravesarme vino; sobre siete corren, ¿quién ha ensebado estos naipes? ¡A Dios, dinero, que tal echen mis manos infames! Doce, trece. No ande más, Pequín, que no tiene parte. ¿Ni un cordel? Levántase Diego Suárez arrojando la silla. Piedad, Dios mío, que ha podido en un instante la luz del conocimiento encenderme y alumbrarme. ¡Que yo soy tal, que yo he puesto a un hombre tan venerable, a un santo tan prodigioso, por corregirme, en un lance que de la prudencia humana se hará increíble al contarse! ¡Oh cuán perversas que deben de ser mis culpas! ¡Cuán graves mis delitos! Piedad, cielos. Usted pida esas piedades para mí, que estoy perdido.

2350

2355

2360

2365

2370

2375

2380

TEXTO DE LA COMEDIA



157

DIEGO

SAN JAVIER

Padre, no he de levantarme de estos pies, sin que primero perdón mis culpas alcancen. Yo soy el hombre más malo que ha nacido, y de enmendarme os doy tan firme palabra, que luego al punto, al instante, puesto todo en vuestras manos haré cuanto me mandareis. Al fin, Dios mío, llegó el día dichoso; dadme, Diego amigo, mil abrazos; que de la fiesta que hacen los ángeles en el cielo también me cabe mi parte. Llorad, estaos de rodillas; que para que no le falte a vuestro dolor motivo, no os pienso poner delante otra razón que la débil de estos cartones infames, en cuyas pintadas manchas no hay flor que no tenga un áspid.

2385

2390

2395

2400

Rompe los naipes y échalos en el suelo. Mirad ahí por lo que olvidáis a un Dios tan grande. Mirad ahí lo que os induce a un infierno perdurable. ¿Alma que a pisar estrellas en feliz destino nace se ha de perder por los ruines manejos interesales de esas cartas, que aun enteras son papel y rotas aire? Llorad, llorad a su vista, porque se iluminen antes a lágrimas que las borren que a bermellón que las manche.

Písalas.

158



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2405

2410

2415

¡Oh, cartas, pintados tigres que os asegura el ultraje! ¡Oh, víboras, que sois solo al que os pisa saludables! ¡Qué alegría, qué placer, Dios mío! ¡Caso admirable!

DUARTE SAN JAVIER

Diego, abrazadme otra vez.

PEQUÍN

¿Qué es esto, señor Duarte?

DUARTE

Q u e está arrepentido.

PEQUÍN

Pues, ¿hubo en la pinta algún fraude?

DUARTE

NO,

PEQUÍN

¿A él o a mí? Cuerpo de Dios, ¿pues es bien que yo lo pague? ¡Milagros contra mi hacienda!

SAN JAVIER

Duarte, al punto se saquen esas mujeres de casa, que a vuestra nave llevarse podrán.

PEQUÍN

2420

2425

que el santo usó esta traza solamente por ganarle. 2430

2435

Como aún no hay en Bungo galera106, van a la nave. Padre mío, mi dinero.

106

me pare aquí un instante, Pequín.

SAN JAVIER

NO

PEQUÍN

Pues ya voy sin qué jugar, fuerza es que no pare. Vase.

DUARTE

El príncipe en busca vuestra viene.

SAN JAVIER

Vos con Diego Suárez os retirad.

DIEGO

Mi dolor venga, Dios mío, aunque tarde. Vanse los dos, y sale Maluco.

v. 2 4 3 7 galera-, cárcel de

mujeres; juego de palabras con el sentido de 'nave'.

2440

2445

TEXTO DE LA COMEDIA



159

SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

MALUCO

160



Príncipe, amigo, ¿de qué tan triste vienes? ¡Ay, padre, ay, Francisco, ay bonzo santo, que en el pecho no me cabe el corazón! ¿Ves la prisa con que multiplica ayes? Pues es por ver si entre tantos con el último encontrase.

2450

Dime tu pena, descansa conmigo. ¿Qué es que descanse? ¿Pues sabes tú la inquietud que anda conmigo? Los mares cuando en ráfagas violentas y en torcidos huracanes mezclan arenas y nubes a borrascosos balances, en mi comparación gozan serenas tranquilidades. Ya que el efecto me has dicho, ¿no me dirás de qué nace tu inquietud?

2455

2460

2465

haré, por más que el mudo empacho me ataje: nace de que he consentido... SÍ

Oye, aguarda, ¿de qué sabes que has consentido? Responde. no puede dudarse, porque tú mismo me has dicho que si a consentir llegase algún pensamiento torpe, habían de atormentarme rencores, furias, despechos, iras, fuegos infernales en potencias y sentidos, con cuantos males pensarse pueden del temor humano: pues la consecuencia es fácil,

2470

ESO

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

2475

2480

SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

yo he consentido, pues yo traigo todos esos males. ¡Ay Dios mío!, que a este extremo llegar pueda un ciego amante, celoso sin duda, y yo tan tibio que no me abrasen el alma vuestras ofensas... Dadme, Cristo mío, dadme, en contrapuesto desquite al dolor que este hombre trae de que amen a otro el mismo dolor de que otro no os ame, y paciencia también ya que gustáis que en esto hable. Mira, Maluco, no sean, bien lo dicen las señales, celos que te afligen.

2485

2490

2495

YO

me acuerdo que tú llamaste demonios a los ministros que Dios en la eterna cárcel tiene de los condenados, pues si ya lo estoy, ¿qué hace para mi alivio que ahora a los que me afligen llames demonios u celos? Bien pudiera en sagrado frase llamarlos infiernos; pero no son más que unos pesares de especie de envidia, y suelen en el alma originarse de un miedo desconfiado, con que pasa un ciego amante el quizás por evidencia, como el que sin juicio yace moribundo, cuyas manos del viento las realidades piensan que tocan, creyendo cuerpo, aun de bronce, en el aire.

2500

2505

2510

2515

TEXTO DE LA COMEDIA

Esta nada, pues, que basta el engaño a hacer gigante, por pequeña que sea suele hacer efectos... MALUCO

N O pases otra cosa, pues con eso veo que la verdad sabes de mi dolor. Es verdad: licencia me dio mi padre de servir para mi esposa a Coralia, y cuando amante iba buscándola, supe que ella al dueño de esta imagen quiere bien: mira si puede, siendo mi dolor tan grande ser más pequeña la causa.

2520

2525

2530

Dale la vitela.

SAN JAVIER

MALUCO

162



un error tanto te engañe, que esta imagen es de Cristo, nuestro Salvador, y el arte unir en su estampa supo lo devoto a lo elegante. Yo la di a Coralia y ella con reverentes piedades en esta imagen adora a Dios, que presente le hace. NO

Muy poco, Francisco mío, dicen de ti, aunque te alaben de que milagrosamente a dar vida a un muerto bastes, pues más es que del infierno a la gloria un alma saques: alma, vida y gloria a un tiempo, Francisco, has podido darme con tan feliz desengaño; vuelve, vuélveme esa amable copia; la haré de mi pecho más reverentes altares. Y vuelva yo al centro, donde entre mi inquietud descanse.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

2535

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2545

2550

2555

Hace que se va, y vuelve. Pero en cuanto mi ignorancia si yerra o no yerra sabe, rendido te ruego que si a Coralia aconsejares, cuando de este Salvador y su santa fe la hables, dila solo que le crea; no la digas que le ame.

2560

2565

Vase. SAN JAVIER

Dulce Jesús de mi alma, amor y bien inefable, vuestra luz alumbre tantas idólatras ceguedades. Y si hoy también es servido tu favor, mi vida ampare, porque ya el sol en su ocaso anuncia la sombra al aire, y en emboscada enemiga Fucardono y sus secuaces esperan disimulados la noche para matarme. Tarde es para que a mi albergue llegue de día.

2570

2575

Dentro cantando. ÁNGEL 1 SAN JAVIER

ÁNGEL 2

No es tarde. No es, Señor, la vez primera, que con beneficios tales no logro en servicio vuestro perder la vida.

2580

No es tarde.

Habiendo descubierto unos montes y en su horizonte un sol como que ya se va a poner, saldrán los dos Angeles por los lados, que le detendrán como asido. CANTANDO

No es tarde, que Dios a quien quiere guardarle, del riesgo le esconde con las claridades.

2585

TEXTO DE LA COMEDIA

ÁNGEL 1

ÁNGEL 2

ANGEL 1

No es tarde, Javier, que el sol, porque el día no te falte, durando en sus lucimientos violencia feliz se hace. No es tarde, que Dios les manda, que de sus fatigas paren los tornos del sol, y en fe de que te sirven descansen. Ve seguro, que la noche quiere Dios que se retarde,

ANDRÉ REINOSO, EI CAR ISTI A (IGLESIA DH SAN ROQUE, 1 .ISBOA).

164



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE

2590

2595

ANGEL 2

ANGEL 1

ANGEL 2

SAN JAVIER

SAN JAVIER Y LOS ÁNGELES

porque tu muerte a sus sombras otro desdoro no cause. Camina en paz, pues que quiere Dios que los rayos solares, solo porque a ti te alumbren a medio mundo le falten. La luz hará que las flechas te yerren, que a Dios es fácil que sirvan al desvarío medios que al acierto hacen. Entra en tu albergue, y el sol blasone de hoy adelante que tiene para dar vida aun perezas eficaces. Tarde presumí que fuese, mas pues antes que se acabe el día llegué, bien puedo decir con favor tan grande: No es tarde, que Dios a quien quiere guardarle, del riesgo le esconde con las claridades.

2600

2605

2610

2615

En entrándose San Javier se llevan los Ángeles al sol con vuelo arrebatado.

TEXTO DE LA COMEDIA



165

JORNADA TERCERA Salen Pequín y Chambina.

107

v. 2 6 2 2 la lengua

PEQUÍN

¿Ves, mujer, aquel castillo, que en las orillas del puerto, la lengua del agua está107 lamiéndole los cimientos?

CHAMBINA

es donde el rey Jaridono vive retirado?

del

agua: juego de palabras aplicando literalmente el sentido de lengua (órgano que puede lamer) a la expresión «la lengua del agua»,

PEQUÍN

orilla y parte de la tierra que toca

CHAMBINA

y lame el agua del mar o los ríos.

¿NO

El mesmo.

108

v. 2 6 4 2 azules: porque el

azul es el color simbólico de los celos. Ver el Dechado de amores, citado por Wilson y Sage, 1964, p. 45: «Si sale la dama de color blanco, denota castidad. Si sale la dama de azul, denota celos. Si

El proprio.

sale la dama de verde, denota esperanza. Si sale

la dama de

color morado, denota amor. Si sale la dama de leonado, denota gravedad y

firmeza.

Si sale la

dama con guarnición de oro, denota majestad. Si sale la dama de negro, denota honestidad, o

1 6 6



¿Donde espera por momentos nuevas de en qué habrá parado la guerra en que se halla envuelto el príncipe, que ya esposo de Coralia está en su reino, en paz con ella y en guerra con Ferivo? Ello por ello.

PEQUÍN CHAMBINA

2625

¿Donde después que se hizo cristiano y dejó el gobierno, se está dando a Dios?

PEQUÍN CHAMBINA

2620

¿Donde yo apuesto que ahora está llorando el buen viejo su hija, que ayer murió, porque a la triste la dieron con calentura de amor y con frenesí de celos, no sé qué males azules108 y ya descansa en el cielo

S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

2630

2635

2640

PEQUIN CHAMBINA

PEQUIN

porque de un mismo color tenga el trabajo y el premio? Como lo pintas. ¿Y donde el rey para su consuelo se llevó al padre Javier a vivir, que habiendo hecho ya cristianos a Coralia, Amira y Maluco, presto dicen que se ha de ausentar del Japón? Ni más ni menos. ¡Oh, bien hayas tú, Chambina!, que como está pobre el tiempo de versos, me ahorras mucha relación en pocos versos. A este, pues, castillo, adonde

2645

2650

2655

ANDRÉ REINOSO,

PREDICANDO (IGLESIA DE SAN ROQUE, LISBOA).

vive el padre Javier, vengo a ponerle un pleito sobre aquel pasado dinero, que si no con hechos naipes109 ganó con milagros hechos.

109

v. 2662 naipes

hechos:

trucados; naipes con los que juegan los tahúres tramposos. Nótese el juego de palabra con «milagros hechos», los realizados.

T E X T O D E LA C O M E D I A



167

110

Que viva el buen Diego Suárez contrito ya de sus yerros está muy puesto en razón, pero no está en razón puesto que lleve la penitencia yo de su arrepentimiento. Que haga justo a un pecador nuestro padre, vengo en ello, mas no vengo en que componga su justicia de mis pesos110. Santo y bueno es que a él le quite las esclavas; mas no es bueno ni santo, que siendo ahorrado111 me quite a mí mi dinero. No es venganza, mas por Dios, Chambina, que si yo puedo, me lo ha de pagar el santo.

v. 2 6 7 3 pesos', alude a la

iconografía de la Justicia, representada con balanza; y juega de nuevo con el sentido de pesos 'monedas'.

111

v. 2676 ahorrado:

otro

juego de palabras, entre el sentido de dinero ahorrado 'guardado, reservado del gasto', y 'el

CHAMBINA

esclavo liberado' (ahorrado dícese del esclavo liberado al cual se le da la llamada carta de horro, documento que certifica su liber-

REY



2670

2675

2680

Oye, que salen sospecho de despedirse del rey los portugueses que luego con el santo han de partirse. Salen el rey, Duarte de Gama, Diego Suárez y algunos portugueses.

tad).

168

2665

Bien sabe Dios cuánto siento con vuestra ausencia perder en mi amigo y mi maestro el consuelo que tenía entre tantos desconsuelos. No la muerte de mi hija, luz de mis ojos, que el cierzo apagó, haciendo con una tragedia sola dos muertos; no el peligro en que se hallan Maluco y Coralia, al riesgo de Ferivo y de los bonzos, cuya envidia y cuyos celos me dan a temer no en vano que sea suyo el vencimiento, que celos y envidias no hacen cobardes, aunque hacen ciegos,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2685

2690

2695

2700

llego a temer tanto como haber de perder a un tiempo al padre Francisco, en quien para mis trabajos tengo112 esperanzas, si amenazan, y si suceden, remedio. ¿Qué hace ahora? DUARTE

REY

DUARTE

DIEGO

2705 112

Señor, excesos de santidad no los mide el humano entendimiento, que reservado al nivel de Dios solo su cotejo, es distinguir sus ventajas una discreción de necios. Quien del padre Ignacio más sabrá decir, por el tiempo que ha estado en España, es Diego Suárez. Suponiendo que sabidos, gran señor, los reverentes extremos con que Javier le venera, sobra otro encarecimiento, solo diré que es Ignacio en quien amigos se unieron el cielo con sus virtudes, el mundo con sus talentos, y agradecido a las prendas de los dos, les sirve a un tiempo

en el

adversidades que hay que sufrir con esfuerzo.

Al padre Ignacio, su patriarca, escribiendo, le dejé. ¿Qué hombre es, decidme, el padre Ignacio? Q u e advierto, que siempre que habla dél habla con tan profundo respeto, que no le supone solo superior suyo en el puesto: ¿es Ignacio mayor santo que Javier?

v. 2 7 0 5 trabajos:

sentido clásico de penalidades,

2710

2715

2720

2725

2730

2735

T E X T O D E LA C O M E D I A



169

113

al cielo con las del mundo, al mundo con las del cielo... Fue Ignacio en sus verdes años, galán, valiente, discreto113, noble, rico, y aun entre estas flores, en cuyo compuesto el áspid de la torpeza114 suele abrigar sus venenos, fue honestísimo, mostrando que quien sirve a Dios los riesgos le sirven solo de avisos con que excusa los despeños. Dios a vida más perfecta le quiso llamar, con medios naturalmente süaves, como que hallándole honesto en juventud tan gallarda ya tenía lo más hecho. Resistió Ignacio tan dócil de Dios a los llamamientos, que tuvo su repugnancia calidades de deseo. Penitente, humilde y pobre, anduvo por varios reinos sufriendo ultrajes del mundo, que para entablar empleos de dar desengaños, es buen ensayo el sufrimiento, hasta que al blando atractivo de su trato se le unieron nueve hombres, todos insignes115 en virtud y letras: de estos uno es el padre Javier, que al principio...

v. 2742 galán, valiente,

discreto: modelo de perfección mundanal y cortesana. Mira de Amescua tiene una comedia que se titula precisamente

Galán,

valiente y discreto. 114

v. 2744 áspid: símbolo de

la lujuria en el contexto. El pasaje evoca un famoso texto de Virgilio sobre el áspid oculto entre las flores: «latet anguis in herba» (Bucólica 3, 93), muy reiterado en el Siglo de Oro; comp. Calderón, Tu prójimo como a ti, OC. Autos, p. 1416: «Si habla de flores, soy áspid, / si de fieras, basilisco»; id., La siembra del Señor, OC. Autos, p. 692: «Pero si tú, Culpa, eres / de aquestas flores el áspid».

1

' ^ v. 2768 nueve hombres:

los seis primeros compañeros de San Ignacio son, aparte de San Francisco Javier y Pedro Fabro, Diego Laínez, Simón Rodríguez, Alonso Salmerón y Nicolás Bobadilla. Pronto se les unen Pascasio Broet, Juan Coduri y Claudio Jayo. Quizá se refiera a estos

Vira al puerto.

TODOS

Dentro.

1

Amaina. Al esquife.

BRITO

A tierra.

TODOS DUARTE

170



De una nave que a los senos de esa bahía el mar que hace,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

2740

2745

2750

2755

2760

2765

2770

ha conducido o ha expuesto, en pequeño barco a tierra un hombre sale. DIEGO

REY

Y a menos distancia Brito parece que el padre Javier al reino de Amanguchi, con Maluco, y Coralia mandó ir.

¿Qué va que trae buenas nuevas?

CHAMBINA

¿De qué lo confías, necio?

BRITO

REY

2780

Cielos, ¿quién ha dicho al corazón que ya es verdad lo que temo?

PEQUÍN

PEQUÍN

2775

2785

Pues, para ser confiado, ¿qué es menester más que serlo? Sale Brito. Bien quisiera, gran señor, hablando y callando a un tiempo, que mi silencio y mi voz sirvieran de mensajeros, diciendo el silencio el mal, la voz buscando el remedio, si en tan últimas desdichas alguno hay que pueda serlo. Roto el ejército queda116 de tu hijo, todo el reino de Coralia sigue el bando de Ferivo, y tan soberbios le dan su favor los bonzos, que talando y destruyendo vienen pueblos y campañas, tan irritados, que presto sobre este castillo, raya117 de un reino y otro, podemos temer que su furia llegue, cuyo mal aun fuera menos, si otra desdicha...

2790

2795 116

v. 2796 Roto: derrotado,

destruido.

2800

117

v. 2804 raya: frontera.

2805

¡Ay de mí, y qué grande la prevengo!

T E X T O D E LA C O M E D I A



171

Cielos, pues son tan villanos, mientan esta vez los miedos. BRITO

118

v. 2 8 3 2

pequeño; aviada: minar; con dos

batel:

barco

de aviar, encamovimientos

podría llegar a lugar seguro.

Mayor desdicha, señor, ha menester que tu esfuerzo para respirar con vida en solo Dios busque alientos. Hoy hace, señor, seis días, que en esa nave que dejo aun mal segura en la playa, de haber resistido al fiero embravecido batir de las ondas y los vientos, se embarcaron fugitivos de su ya perdido reino, tu hijo y Coralia, en busca de las playas de tus puertos. A tres días de viaje se turbó el mar, y temiendo los marineros que iría cada instante a más el riesgo, resolvimos que a una isleta, tan vecina que un pequeño batel a dos aviadas118 llegaría a salvamento, Maluco y Coralia fuesen, por saber que sus isleños vasallos eran leales. ¡Oh! Mal hubiese el deseo de que por salvar los dos los dos fuesen tan primeros a embarcarse, pues apenas el pie en la lancha pusieron, cuando rotas las amarras a un embate más violento, los dos en el batel solos se hallaron tan sin remedio, que esforzada la tormenta de vista se nos perdieron, tanto que no hemos podido descubrirlos. ¿Cómo, cielos,

REY

1 7 2



S A N F R A N C I S C O JAVIER, EL SOL EN

ORLENTE

2810

2815

2820

2825

2830

2835

2840

2845

a dolor tan desmedido 2850 habrá humano sufrimiento? Crucificado Señor, dulce Jesús, en quien creo, piedad, Dios mío, que en otros golfos de llanto me anego. 2855 Santo Javier, padre amado, amigo de Dios, ¿qué es esto? Va el rey hacia la esquina del teatro, donde, corrida una cortina, se verá San Javier: estará el santo de rodillas, escribiendo sobre alguna imitada piedra, subiendo en una elevación. DUARTE

¡Maravilloso prodigio!

DIEGO

Elevado está escribiendo .

PEQUÍN

BRITO

No es este de los que escriben sin levantarse del suelo.

CHAMBINA

PEQUÍN

S A N JAVIER

v. 2 8 5 9 elevado', en éxta-

sis. La levitación física es signo 2 8 6 0

de la elevación espiritual.

¡ Q U É asombro!

¡Qué admiración!

DIEGO

REY

119

119

Tan otro ha quedado al verlo mi corazón, que no sabe dónde están sus sentimientos.

2865

pienso que sin pagarte al cielo se va.

YO

No pienso, yo tal, porque nadie puede sin pagar subir al cielo. Otra vez, Ignacio mío, padre amado, beso el pliego, porque ha de ser, de tus manos tocado, reliquia presto. Líneas que vais de sus ojos a ser venturoso empleo, no os avergüence el estilo de mi pobre entendimiento, que aun lo que no le digáis él sabrá entender discreto. Decidle que es mi tibieza flaco Atlante a tanto peso120, si no dan sus oraciones

2 8 7 0

2 8 7 5

120

v. 2 8 8 2 Atlante-, gigante

mitológico que soportaba la bó-

2880

veda celeste. Figuradamente se dice de cualquier persona o cosa que soporta sobre sí un peso o tarea.

T E X T O D E LA C O M E D I A



173

121

aliento a mis desalientos, que me comunique parte de aquel abrasado celo, con que por ganar un alma le fuera dulce un infierno. ¡Oh, quién tuviera, Dios mío, algo del divino fuego121 de Ignacio, para encender todo el mundo en amor vuestro! Mas ¡ay, Dios, qué bien pagáis aun amagos del deseo de serviros, que en delicias gloriosas se arde mi pecho! Basta, basta, y estos gozos que empleáis sin merecerlos en mí, logradlos, Señor, librando del mar soberbio aquel batel donde viene mi lástima puesta al remo, y estas sobradas delicias vayan allá a ser remedio. Basta, Señor, que indigno de tal premio, he menester paciencia en el consuelo. Aquí ha de bajar una nube desprendiendo sobre el santo flores y luces, cantando los Músicos sin dejarse ver.

w . 2889-90 fuego de

Ignacio: hay un juego de ingenio etimológico, pues la etimología de Ignacio se relaciona con ignis, fuego.

1

Flores, tejed guirnaldas.

2

Luces, brillad reflejos.

3

Músicas, decid himnos.

4 TODOS

Fragrancias, dad alientos. Porque el sol del oriente goce a un tiempo átomos breves del descanso eterno.

SAN JAVIER

Basta, Señor, que indigno de tal premio, he menester paciencia en el consuelo. Coronen las guirnaldas los triunfos de su celo. Los reflejos ilustren su glorioso ardimiento.

174



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2885

2890

2895

2900

2905

2910

2915

3

Las músicas aplaudan el afán de sus hechos.

4

Las fragrancias publiquen la virtud de su empleo.

TODOS

Porque el sol del oriente goce a un tiempo átomos breves del descanso eterno. Dentro Maluco y Coralia. Por más que levante airado montañas de espuma el cierzo...

MALUCO CORALIA MALUCO

Los

Si estás con nosotros, nada, Francisco Javier, tememos.

DUARTE

DIEGO

12

2915

¡Extraño

124

REY

Francisco Javier, que narra, por ejemplo, García del modo si-

2920

guiente: en una tormenta «aligeraron la nave y desembarazaron de lo que entonces era menos necesario y amarraron a ella con dos maromas nuevas el batel en que había 15 personas entre portugueses y esclavos [...] Sería como la medianoche cuando de

2925

repente oyeron los clamores de los que iban en el batel [...] vieron el batel algo distante por haberse quebrado las dos amarras [...] salió corriendo Javier que estaba recogido orando y viendo el peligro y oyendo los llantos y gemidos levantó los ojos al Cielo y dijo con grande

2930

voz entre lágrimas: "¡Oh Jesús, amor de mi alma ayúdanos por las cinco llagas que padeciste en

¡Raro portento! Aquí se descubre en el vestuario con alguna lejana perspectiva un batel, dentro Maluco y Coralia, y una estatua de San Javier lo más parecida que se pueda al que le representa. ¡Elevado allí en el aire y allí en el batel a un tiempo124, tan sin distancia entre estar orando y favoreciendo!

v. 2933 a un tiempo:

un milagro de bilocación de San

prodigio! BRITO

en la lengua clásica.

adapta la comedia en este pasaje

Y viene dentro del batel, que costeando llega al abrigo del puerto, el padre Javier.

DUARTE

^ v. 2921 monumento: en

el sentido de sepulcro, habitual

¿Estas (¡ay Dios!) no son voces de mis hijos? No suspenso te tenga, señor, la duda, que ellos son.

v. 2916 noto: viento del

sur, opuesto al cierzo.

Pensando que a cada embate nos hunda el mar en sus senos... Creyendo que cada onda nos sirva de monumento 123 ...

REY

122

Por más que irritado el noto122 azote el mísero leño...

CORALIA DOS

2910

la Cruz!" No dijo más y la nave salió del mar en que estaba casi sumergida [...] recogiose a orar y saliendo después de un breve espacio dijo a los que estaban tan tristes: "No lloréis, porque antes de tres días el hijo volverá a su madre", queriendo significar que el batel volvería a la nave [...] re-

2935

cogiose a hacer oración en que duró desde las siete de la mañana

TEXTO DE LA COMEDIA



175

hasta ponerse el sol de rodillas y

¿Qué es esto?

suspirando como afirmaron los que lo vieron [...] Luego pasado

DUARTE

Nuestra razón no alcanza tanto misterio.

DIEGO

Ni a la esfera de la vista llega ya el entendimiento.

CHAMBINA

Mira cuánto es parecido el que está de luces lleno al del batel.

PEQUÍN

¡Se parecen tan como un huevo a otro huevo125, que allí pasado por agua126 y aquí estrellado le vemos!

el espacio bastante para rezar tres credos dio voces un niño que estaba sentado en la jarcia diciendo: "¡Milagro, milagro!, que viene el batel, que está ya cerca de nosotros" [ . . . ] no pudiendo sufrir la honra que le hacían se encerró en la cámara del capitán diciendo que diesen al Señor solamente las gracias por aquel beneficio [ . . . ] decían los del batel que esperasen a que saliese el santo padre [...] y este milagro es tan auténtico que los jueces de la Sagrada Rota le confirman con 50 testigos jurados y dicen que es

CHAMBINA

¿Qué decís de esto, Pequín?

PEQUÍN

¿Qué quieres que diga de esto, sino dudar que este santo tenga alma para dos cuerpos y a mí me quite en las pintas127 tan sin alma mi dinero?

celebérrimo en todo el Oriente» (García, Vida y milagros Francisco Javier,

125

de San

p. 262).

v. 2943 como un huevo a

otro. Denotando mucha seme-

126

w . 2944-45 pasado

agua, estrellado:

MALUCO

por

estrellado llama-

Gracias, divino Javier, a tu amparo, que sin riesgo tocamos ya las orillas de las playas de Fuqueo.

ban al huevo frito. El juego de

1

Flores, tejed guirnaldas.

palabras es evidente.

2

Luces, brillad reflejos.

CORALIA

Gracias, prodigioso santo, a tu amparo, que ya vemos la paz con que nos saluda la tranquilidad del puerto.

127

v. 2950 en las pintas:

en

el juego de las cartas; las pintas son las líneas marcadas en los naipes, diferentes según el palo de la baraja, y que permiten adi-

3

Músicas, decid himnos.

vinar descubriendo un poco la

4

Fragrancias, dad alientos.

carta, a qué palo pertenece. 128

ción:

v. 2951 acotación,

Los eleva-

mecanismo de tramoya o

maquinaria teatral que permite subir y bajar a los actores. Fun-

176



2945

2950

Bajando la elevación128 y abordando el batel, desaparecerá la estatua al punto que toquen el tablado el santo y los príncipes.

otro huevo-, «Como un güevo a janza» (Correas, refrán 5241).

2940

REY

DOS

2955

2960

A tierra, a tierra. Mis brazos sean, hijos, los primeros en que cobréis los alivios,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

2965

damental en las comedias de santos, en las que los movimientos verticales desde la tierra al cielo o viceversa son muy importantes.

TEXTO DE LA COMEDIA



177

que a dar venís a mi pecho. TODOS

CORALLA

SAN JAVIER

MALUCO

SAN JAVIER

Porque el sol del oriente goce aun tiempo átomos breves del descanso eterno. Dejad que el padre Javier salga; ¿mas dónde está?

2970

Puesto, príncipes, a vuestras plantas. ¿Pues cómo? ¿No venía dentro del batel? Solo de dar a Dios las gracias es tiempo.

2975

Dentro clarines y cajas. DENTRO FERIVO

FUCARDONO

SAN J A V I E R

125

v. 2994 mas que: sintag-

ma con muchos usos en el Siglo de Oro; aquí viene a significar que si Dios asume la defensa, no importa que un riesgo venga inmediato a otro (pisando uno la sombra del anterior).

178



¡Guerra, guerra! Arda el castillo, y a cuantos hallare en medio aun para muertas cenizas no les deje ser mi fuego. Arda en venganza de tanto sacrilego atrevimiento como abandonar los ritos de nuestros dioses supremos. No, príncipes, el rumor de ese militar estruendo, con que Ferivo y los bonzos os amenazan soberbios os turbe, ni ver los campos de armadas gentes cubiertos, que quizás os traen un triufo y ellos piensan que un asedio, porque si a cuenta de Dios nuestra defensa ponemos, mas que pisando la sombra129 un riesgo venga a otro riesgo. Entrad al castillo, donde pidan a Dios vuestros ruegos, tan confiados, que sea la oración súplica y premio. Entrad presto, que yo solo

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN

ORIENTE

2980

2985

2990

2995

3000

he de salir al encuentro de ese ejército. La cajam. MALUCO

CORALIA

REY

DUARTE

N O , padre, os arriesguéis; pues primero que tal mi valor consienta, habituado ya al manejo de las armas españolas, verá en mi brazo y mi pecho la rodela y la cuchilla131 ese vulgo, que aunque inmenso en su número, no traen hartos para tanto miedo como les daré. El clarín.

si el arco desembrazare mi esfuerzo, cierto a la brújula el tino132, flexible a la mano el nervio133, verán mis rebeldes que tantos en su campo lluevo engastados pedernales134 en los hendidos abetos, que de troncos y de piedras les haga sepulcro. La caja.

130

v. 3002 caja: tambor de

guerra.

3005 131

v. 3008 ro/iela: especie de

escudo redondo de pequeñas

3010

dimensiones, apto para la defensa personal; cuchilla: espada, es término con cierto sabor heroico y épico.

Y

Un muerto mal podrá ofrecer su vida en vuestra defensa; pero antes que os arriesguéis, padre, aun la vida que no tengo perderé yo. El clarín. ¿ Y qué dijeran de nosotros, en sabiendo, que os sufrimos ver en un peligro tan manifiesto, padre Javier, y que hicimos

132

3015

v. 3014 brújula-, la mira o

agujerito que en algunas armas sirve para afinar la puntería. 133

v. 3015 nervio: la cuerda

del arco, hecha con nervios de

3020

animales. 134

w . 3018-10 Los engasta-

dos pedernales en abetos hendidos son las puntas de piedra de las flechas, sujetas a las varas de abeto que hacen de astiles de las saetas. Es una perífrasis bastante culta. Cubiertos de tantas flechas

3025

como

les

arrojará

quedarán

muertos los enemigos y sepultados en piedras y troncos (hiperbólicamente, las flechas).

3030

TEXTO D E LA C O M E D I A



179

infamia del sufrimiento, no muriendo antes? La caja. DIEGO

¿Qué es antes morir, cuando os defendemos, en treinta y dos portugueses más número que el que viendo desde aquí estoy cuanto va de ser más a ser inmensos? Pues más es el ser nosotros portugueses que ser ellos infinitos.

3035

El clarín. 1

v. 3041 roncas', bravatas,

PEQUÍN

por roncas, yo te prometo , salir tan valiente que aun viéndome desde lejos eche a correr. S A N JAVIER

TODOS



va

3040

135

fanfarronerías.

180

Y si

En victorias, que constan de humanos medios pocas veces a Dios damos cabal agradecimiento, porque beneficio en duda muy mal se paga; y yo espero de cierto soldado (¡oh padre Ignacio, en ti me encomiendo!) que en tan último conflicto nos favorezca su esfuerzo. Id vosotros, pelead con la oración, que en efecto aun a Dios desarma el brazo, a cuyo fin entrad dentro del castillo, donde todos, con la súplica que al dueño, con la esperanza que al padre pide el hijo y ruega el siervo, habléis a Dios. En su amparo nuestra esperanza ponemos.

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORLENTE

3045

3050

3055

3060

SAN JAVIER

Sea eso cierto, y ninguno desconfíe del suceso136.

3065

Vanse con el santo, y quédase Pequín. DENTRO

¡Guerra, guerra!

PEQUÍN

¡Oh, si en Japón estuviera en uso puesto aquél refrán santo de coger las de Villadiego137, que cuando apela a milagros tiene la vida mal pleito! Ahora bien, yo he de escapar, que en esto no hay duda, pero escapar pobre es lo mismo que llevarme el mal huyendo... Buen remedio, el padre tiene su choza abierta, y le tengo espiado que una arquilla guarda con grande misterio. ¡Oh, lo que habrá en ella de perlas, oro y plata! Apuesto, que de los cien pesos salgo mejorado en quinto y tercio, si con ella encuentro. Hela.

DENTRO

Tiradle, muera.

v. 3069 coger las de Villadiego: o tomar las de Villadiego, huir. «Tomar las de Villadiego. Por huir» (ver Correas, refrán 22640); «Tomar las de Villadiego; tomó las de Villadiego. Para decir que alguno huyó de algún trance y aprieto; no se sabe cuándo de su principio y colígese que sea dicho al plácito; pudo ser que alguno llamado Villadiego huyó de peligro y afrenta, o escapó de cárcel, y dió ocasión al refrán comparando con él; mas no es cierto ni lo creo, como luego diré» (ver Correas, refrán 22641). 137

3070

3075

3080

Del vestuario saca una arquilla.

Cerrada está: ¿qué habrá dentro? Que si no lo veo dirán que no sé lo que me pesco. No sé si hurtar a buen ojo será lo mejor... Mas esto en otra parte ha de verse: con ella cargo, pues puedo por compensación oculta138 satisfacerme. Silencio, señor crítico, que nadie139 quita que un cristiano nuevo entienda mal lo que entiende peor algún cristiano viejo. Mas ¿por dónde iré, que todo está de gente cubierto?

^ v. 3065 suceso: aquí en el sentido de éxito.

3085

3090

^ v. 3092 compensación oculta: modo legítimo de cobrarse alguien una deuda que no se le paga, tomando lo que se le debe ocultamente. Aquí es irónico, porque el gracioso no tiene derecho a ella, claro está. La compensación oculta está sujeta a determinadas condiciones, como por ejemplo, que la deuda sea cierta, que solo se haga la compensación en los bienes propios del deudor, que se haga sin detrimento del deudor, no recibiendo más de lo que él debe (ha de ser avisado para que no restituya lo que no debe, o persevere en su mala fe, pensándose deudor), etc. Nada de esto se cumple aquí.

3095 1 3 9 v. 3094 Ruptura de la ilusión escénica: Pequín se dirige al público suponiendo que alguno de los espectadores le niega el derecho a la compensación oculta, y argumenta que es disculpa-

TEXTO DE LA COMEDIA



181

ble que un converso como él entienda mal lo que también entienden mal y aún peor algunos cristianos viejos (aquellos en cuya familia no hay mezcla de moros ni judíos, limpios de sangre, concepto muy importante

Escapo a estotro lado.

PEQUÍN OTROS

Muera, tiradle.

PEQUÍN

Todo está cercado. Soldados son; ¡oh triste!: ¿qué hacer puedo, cargado de riquezas y de miedo? Salen Ferivo y Fucardono. N O le matéis. Dejadle. ¡Trance fuerte!

FERIVO FUCARDONO PEQUÍN

182



SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

3100

FUCARDONO

Más su noticia importa que su muerte.

FERIVO

Pequín.

PEQUÍN

¿Señor? ; Q u é retirada es esta?

FERIVO FUCARDONO

¿Y qué valija?

PEQUÍN

En daros la respuesta, hay muy poco cuidado que me aflija, que más sintiera daros la valija. De este castillo, donde el rey se esconde, o a rezar, o a temer, o a todo, y donde Amira murió ayer...

FERIVO

Ya lo he sabido, cuyo amor fue desprecio y ya es olvido.

PEQUÍN

Donde Coralia está...

FERIVO

Pasa adelante, que su enemigo soy si fui su amante.

PEQUÍN

Con Maluco también...

FUCARDONO

¡Príncipe errado! Muy infeliz de muy enamorado.

PEQUÍN

Con pocos portugueses...

FUCARDONO

¡Oh, cristianos! Hoy moriréis en mis sangrientas manos. Con el bonzo español...

Los DOS

¿Luego está dentro? Y resuelto a saliros al encuentro, que como pintas echa, si conviene, perdido el miedo a los encuentros tiene140. Llegó el fin deseado a mi esperanza.

FUCARDONO

El cielo me da a mano la venganza.

FERIVO

Soldados, al castillo. Albricias, que no toman en la boca la arquilla, que de oro estará llena.

FUCARDONO

Esa valija...

PEQUÍN

v. 3 1 2 3 encuentros: sigue

jugando con terminología del juego de naipes; encuentro es un tipo de lance en el juego, cuando

3120

bre todo en el juego del parar (ver v. 2328). Encuentro es también aquí enfrentamiento militar. El juego de palabras del gracioso es fácil.

141

3125

v. 3 1 2 7 no toman en la

boca-, no dicen nada de ese asunto.

A embestir toca.

PEQUÍN

3115

concurren dos cartas iguales, so-

FERIVO

FUCARDONO

3110

140

PEQUÍN

PEQUÍN

3105

141

142

v. 3 1 2 9 Aojé: le eché mal

de ojo, he fastidiado la enhorabuena que me daba porque no se acordaran de la caja.

Aojé la norabuena142.

TEXTO DE LA COMEDIA



183

FUCARDONO

PEQUÍN

1

^ v. 3139 tequies: moneda

antigua de oro.

FUCARDONO

FERIVO PEQUÍN

FERIVO

Por si este fuese espía, es bien primero 3130 que se la registréis. [Aparte] (¡Oh, marrullero, viejo al fin!, que esperando está la parca y tiene gran cuidado con el arca.) Si va a decir la verdad, aunque yo ignoro la riqueza que hay dentro, este el tesoro 3135 es del bonzo español: yo se le he hurtado de donde le tenía muy guardado, que de haber dentro joyas y cequíes143, oro, diamantes, perlas y rubíes, indicio fuerte es. Y no te engaña, 3140 que a esto no más nos buscan desde España. Rompe la cerradura. A fe, que el oficial la hizo de dura. Saltó el pestillo, y a lo que estoy viendo, bravas mercadurías van saliendo: libros, estampas, cuentas y papeles. Abre el arca, y saca Ferivo un cilicio y Fucardono una disciplina.

3145

¿Qué hierros estos son?

FUCARDONO

¿Y

qué cordeles,

de hechura tan extraña? PEQUÍN

FERIVO

FUCARDONO

144

v. 3155 asombro: en la

lengua clásica significa miedo, temor, susto.

FERIVO FUCARDONO FERIVO FUCARDONO

FERIVO

184



a esto no más nos busca desde España, pudiendo allá poner, con esta hacienda, entre sus covachuelas una tienda? ¿Y

3150

¡Extraño desaliento me da su vista! ¿Qué mudanza siento, solo de verlos, que me aflige tanto? ¡Qué horror! ¡Qué asombro144! ¡Qué temor! ¡Qué espanto! Ferivo al cilicio. Laberinto de arambres erizado

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

3155

que me asustas los ojos: ¿has sabido, que es la raíz del mal este sentido, y aplicas el remedio adelantado? Nadie de tu aspereza habrá dudado que te rehuse el tacto desabrido; pero ¿en qué habrán mis ojos aprendido a temer un dolor nunca estrenado? Hierro sin fealdad, ¿no es extrañeza, que des miedo a la vista? ¿Y quién te ha [hecho que alegues mi razón con tu dureza? Traje de arrepentidos te sospecho, no dudo que el dolor de tu aspereza al alma se trasmine desde el pecho.

3160

3165

Fucardono a la disciplina. FUCARDONO

FERIVO

FUCARDONO

PEQUÍN

Cáñamo retorcido, ¿qué accidente 3170 me causas, que te admiro y te condeno? Sin duda das al cuerpo algún mal bueno, pues te aprecia y te teme juntamente. Golpe sospecho en ti, bien que inclemente, de una penalidad gozosa lleno, 3175 que dejará el espíritu sereno cuando su lluvia el apetito siente. Si temer el sin culpa es barbarismo, de ser reo mi cuerpo doy señales fundadas solo en este silogismo: 3180 que al blandir yo estos ásperos ramales, mi cuerpo está temblando de mí mismo, luego debe de hacerme algunos males. Aparte (No Fucardono en mi semblante lea mi turbación.) Aparte (Mas no Ferivo vea tal extrañeza en mí.)

Pero por más que el desaliento anime...

FUCARDONO

Por más que el alma aliente lo que gime... Entre la cárcel de estos hierros fríos se halla presa la ira de mis bríos.

v. 3186 maulero: el que se dedica a la compraventa de

¿Si habrá maulero145 que por estas alhajas dé dinero?

FERIVO

FERIVO

3185

retales de desecho. Suena peyorativo porque también tiene significado de tramposo, embustero.

3190

T E X T O D E LA C O M E D I A



185

FUCARDONO

FERIVO

Mi razón enmudece y que está piensa del dogal de este cáñamo suspensa. ¡Grande terror! ¡Extraño desaliento!

FUCARDONO S . JAVIER

Dentro En Cristo confiad el vencimiento.

FERIVO

¿Qué es esto?

PEQUÌN

FERIVO FUCARDONO

S A N JAVIER

UNOS OTROS 146

v. 3208 acotación, vuelo

arrebatado-, otro tipo de movi-

TODOS

miento escénico usual en las comedias de santos; vuelo rápido y sorpresivo.

Q u e delante de todo vuestro ejército triunfante solo el padre Javier viene a oponerse. ¡Gran desesperación! ¡Raro atreverse! Sale San Francisco Javier. Ciegos infieles, que buscáis tiranos las vidas de estos míseros cristianos, sin ver que está la valentía inmensa del brazo de su Dios en su defensa, la ira suspended, ni dé adelante un paso vuestro ejército arrogante, o el que a tanta osadía se atreviere el castigo de Dios al punto espere.

V. 3 2 1 3 en hacer la com-

a la Compañía de Jesús.

Dispara. Al ir a tirar, baja San Ignacio en vuelo arrebatado1**6, y se pone al lado de San Javier. No morirá, que es Dios el que le ampara.

S A N JAVIER

¡Oh padre mío! ¡Oh mi Javier amado!

RULAKJJULNU

Otro del mismo traje está a su lado, que dél no se desvía.

PEQUÍN

Está diestro en hacer la compañía'47.

FERIVO

Embiste, Fucardono.

186



3210

No me atrevo.

FUCARDONO FERIVO

3205

Embiste.

SAN IGNACIO

pañía: juego de palabras alusivo

3200

Muera.

SAN IGNACIO 147

3195

Ni yo, que en cada brazo un monte muevo. 3215 Dispara tú, Pequín: ¡pena tirana!

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

PEQUIN

Si usted dice a correr, de buena gana.

Vase. FUCARDONO

Todos con el horror están pasmados.

FERIVO

A retirar, a retirar, soldados.

FUCARDONO

Mucho dice al discurso este portento 148 .

FERIVO

¡Cuánto lleva que hablar mi pensamiento!

148

v. 3220 discurso: razón,

capacidad de pensar.

3220

Vanse como huyendo. SAN I G N A C I O

SAN JAVIER149

SAN I G N A C I O

Ya Francisco, que al miedo reverente que el hombre tiene a Dios secretamente, pues bien como la fiera, el pez, la ave, sin albedrío obedecerle sabe, huyendo va ese ejército, los brazos me da y en paz te queda. ¡Oh, dulces lazos, que con vínculo estrecho amor de Dios le pegan a mi pecho! ¡Oh amado padre! ¡Oh tú, cuya presencia desquita en un instante mucha ausencia; yo le debí a la instancia de tu ruego romper del mundo el tantas veces ciego lazo de esclavitud dura y penosa. Yo te debí la asignación dichosa a esta misión de oriente, pues débate el amor de un hijo ausente saber hoy los progresos que Dios fía en Europa de nuestra Compañía: ¿si su instituto en gloria de Dios crece? Mucho, Francisco, Dios la favorece. Hombres de ciencia, de virtud, de fama, a nuestra religión piadoso llama, tales que en ella (¡el cielo puede tanto!), es lo sabio vulgar, común lo santo, vivo el celo, callada la aspereza, igual el trato, humilde la nobleza, uno en todos el fin del instituto, mucho el afán y no menor el fruto; contradicciones hay que más la exaltan150, y ¡ay de la Compañía!, si la faltan.

3225 149

En mi texto base por

errata obvia se atribuye este parlamento a San Ignacio.

3230

3235

3240

3245 150

v. 3250

contradicciones:

enemigos, rivales, gente que se opone a la Compañía, y que es

3250

incentivo para mejorar.

T E X T O D E LA C O M E D I A



187

Sube con el mismo vuelo arrebatado, y dicen dentro.

1

^1 v. 3255 frenesí:, locura.

FERIVO

Cristo es el Dios verdadero.

FUCARDONO

Japones, no le creáis.

UNOS

Déjale hablar. No le dejes.

OTROS FUCARDONO

Q u e es frenesí151. Q u e es verdad.

FERIVO FUCARDONO

Aguarda.

FERIVO

Seguidme todos, que aquí quedó y aquí está. Salen Ferivo y Fucardono y los soldados.

SAN JAVIER

Aparte (Gracias, Jesús mío, os doy que pues vos los enviáis, medios me daréis que hagan su vocación eficaz.) ¿Qué es esto, Ferivo?

FERIVO

1

w . 3281-82 oración mili-

tar. arenga.

188



3260

Es

el caso más sin igual que de tu venida a oriente las historias contarán. Luego que huyendo de ti, a la extraña novedad al impensado prodigio de que dos hombres no más a tanto ejército hiciesen detener y retirar, de uno en otro mis soldados, ya en lento murmúreo, y ya en desahogado motín de rota comunidad, empezaron de la suya y tu creencia a dudar en cotejadas porfías cuál era mejor que cuál; luego yo, por sosegarlos, empecé una militar152 oración que acreditase,

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

3255

3265

3270

3275

3280

por razón y antigüedad, nuestra ley (atiende mucho) y siendo así que jamás quise saber de la tuya el rito menor, por dar a los fueros de la mía toda la fe tan cabal que las razones opuestas no me hurtasen la mitad, proseguí tan en contrario, sin más causa racional que rendirme a quien movía mi labio y mi voluntad, que prediqué de tu fe los misterios, donde hay que creer en un Dios solo, una arcana Trinidad, que en distinción de personas tiene una esencia no más, que de estas tres la segunda, que es Verbo, a quien eficaz del Padre el entendimiento siempre engendrándole está, hombre se hizo en las entrañas de una virgen tan sin par que siempre virgen quedó del parto, como el cristal que le penetra y le ilustra sin quiebra el rayo solar, que este Dios Hombre, que es Cristo, murió en cruz para pagar nuestra deuda, por no ser congruente el dispensar sin tanta paga el delito que contraído en Adán pactadamente inficiona toda la posteridad153, que por los merecimientos deste Hombre Dios, Dios nos da gracia para merecer con creer y con obrar,

3285

3290

3295

153

3300

v. 3319 toda la posteri-

dad-. es doctrina católica definida que todos los hombres perdieron la inocencia en el primer pecado de Adán y nadie hubiera podido levantarse sin la gracia de Dios.

3305

La doctrina de la Iglesia sobre el pecado original se contiene en el Decretum super peccato originali de Trento (sesión V, 1546), que recoge anteriores definiciones de los concilios de Cartago y Oran-

3310

ge. Santo Tomás de Aquino explica en la Suma teológica que «Según la fe católica ha de mantenerse firmemente que todos los hombres, procedentes de Adán, con la sola excepción de Cristo,

3315

contraen por él (Adán) el pecado original; en otro caso no todos necesitarían de la redención que nos viene por Cristo, lo cual es falso».

3320

T E X T O DE LA C O M E D I A



189

para la otra vida, donde la impenitencia final de eternas llamas eterno tormento a la alma dará... Aquí llegaba yo, cuando... FUCARDONO

SAN JAVIER

190



le procuré atajar de tan soñados delirios tanta vana falsedad. Y pues aquí proseguir puedo, lo que empecé allá, así decía: ¡Oh, vosotros, japones cuantos me estáis oyendo como a supremo bonzo de vuestra deidad, a quien como árbitro toca decidir o interpretar en las resultadas dudas de un dogma y otro legal: sabed que si hasta hoy he dado muestras de no repugnar la opinión de ser la alma perpetuamente inmortal, máxima sobre que funda gentilismo y cristiandad el pacífico comercio de hacer bien y no obrar mal, por cobardes atendidos miedos de la eternidad, sobre donde mayormente carga tanto artificial engaño, como Ferivo ahora delirado ha, digo, que niego desde hoy esta opinión, que sagaz la maña inventó...

3325

YO

Suspende la voz con que a inficionar de tanto sencillo vulgo el no entendimiento vas. Bien sabes tú, y saben cuantos contradicen la verdad

SAN FRANCISCO JAVIER, EL SOL EN ORIENTE

3330

3335

3340

3345

3350

3355

3360

ANÓNIMO (IGI ESIA DF s . w HA