La Nueva Racionalidad

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SERGIO VILAR

LANUEVA RACIONALIDAD Comprender la complejidad con métodos transdlsciplinarios

~irÓS

Conocimientos

Enfoque global

En ese amplísimo conjunto de dinámicas objetivas, el ser humano probablemente genera nuevas subjetividades que fluyen microdimensionalmente hacia nuevos modos de hominización, hacia mayores humanizaciones de cada cual. Ninguna de las complejidades que aquí sugiero en rapidísima síntesis puede entenderse sustancialmente sin referirse a las otras, porque en un grado u otro todas están interpenetradas: de ellas trataré con más amplitud páginas adelante, y en función de la elaboración de la nueva racionalidad, que implica los métodos transdisciplinarios y la inteligencia estratégica. Por el momento quiero hacer una definición de lo que entendemos por complejidad: un fenómeno complejo es el compuesto por una gran variedad de elementos que mantienen entre sí una gran variedad de relaciones, con interacciones lineales y no-lineales, sincrónicas y diacrónicas, la evolución de cuyo conjunto es imprevisible, incluso cuando su auto-organización se orienta por acciones teleológicas, finalitarias.

1.1.

LA HIPERCOMPLEJIDAD

FUNDAMENTAL:

EL SER HUMANO, GENERALISTA

y POLIVALENTE

El paradigma de la simplificación resulta pernicioso para la formación multidimensional del ser humano. Las fragmentaciones culturales simplificadas son nocivas o cuando menos contraproducentes (y hasta esterilizantes) de unas u otras tendencias de la personalidad de cada cual, porque las excesivas especializaciones, resultados de bloques disciplinarios reducidos, actúan contra la naturaleza congénita del ser humano, que es un ser generalista, o sea: potencialmente capaz de hacer muchas cosas, de ser polivalente en diversas actividades, aunque por necesidades del desarrollo histórico al que hemos llegado tenga que dedicarse a una especialidad. Pero los verdaderos "especialistas" (los que sólo saben y pueden hacer una o dos cosas) son los animales. Estos criterios los sostienen varios 18

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complejos para realidades complejas

biólogos, antropólogos, neurofisiólogos y sociólogos. Citemos algunos de ellos. Fran~ois Jacob: el hombre «no tiene arma de defensa específica. No vuela, al menos de modo natural. No corre particularmente rápido. Cada animal está especializado. El hombre es un generalista, un "amateur". Su especialidad es el cerebro, con el cual ha hecho las herramientas y, poco a poco, las sociedades, la cultura. Y ahora se puede decir que los factores socio-culturales juegan una función más importante y actúan con mucha más rapidez que los factores naturales en la evolución humana». * Jacob argumenta su tesis al relacionar la diversidad genética "extraordinaria" con la aun mayor diversidad cultural, las enormes capacidades intelectuales del ser humano, potencialmente de cada mujer, de cada hombre. Desde el campo de la neurobiología, desde el de la psicología, la antropología, etc., los resultados de las investigaciones son los mismos: poseemos un cerebro generalista y no-especialista, aunque pueda especializarse según unas u otras conveniencias. Al tomar como fundamentos los trabajos del neurofisiólogo Changeux y el genetista Danchin, el antropólogo-sociólogo Morin, uno de los principales promotores de la transdisciplinariedad, sostiene: «el neocórtex humano es un prodigioso tejido anárquico, donde las uniones sinápticas se efectúan de manera aleatoria. Aunque está constituido por células especializadas (neuronas), el cerebro es un campo no-especializado, donde se implantan innumerables localizaciones y a través del cual se efectúan interacciones laterales. Son las interacciones "anárquicas" las que están en la fuente del orden central... No hay equilibrio, sino inestabilidad, tensión permanente entre estos aspectos que, al mismo tiempo que son fundamentalmente complementarios, resultan fácilmente concurrentes y antagonistas». Edelmant subraya la hipercomplejidad de nuestro órgano * Las fuentes bibliográficas se citan al final del libro. Sobre la naturaleza generalista y unitaria del cerebro, véanse más adelante los criterios, coincidentes con los de Jacob, de los biólogos Heinz Van Foerster y Scania de Schonen, entre otros. 19

Sobre algunos principios y conceptos-clave

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nía observando lo real, extrapolando la mecánica celeste y la de las máquinas industriales a la comprensión de la vida en general, que no puede entrar en esos esquematismos deterministas. Quien dice inestabilidad, dice a la vez incertidumbre o indeterminación, principio que fue acuñado por Heisenberg en 1927 y por el que obtuvo el Nobel en 1932. Vivimos en sociedades naturalmente inestables y por tanto imprevisibles, cuyo futuro no se puede determinar de manera exacta desde el presente. La nueva racionalidad, subrayémoslo, no deja de observar las determinaciones cuándo y dónde se producen, pero considera que sobre todo vivimos en un mundo donde prevalecen los indeterminismos, como demostraron y demuestran los principales investigadores en física cuántica y como resulta todavía más demostrable en ciencias humanas y sociales, cuyas materias de estudio son las actitudes, las decisiones, los comportamientos, los proyectos y finalidades más o menos contradictorios de centenares de millones de mujeres y de hombres, que suelen dar como resultantes fenómenos colectivos no previstos exactamente por ningún individuo. Al considerar todo ello, Popper y Prigogine sostienen que en el siglo xx hemos pasado de la ciencia de los relojes a la ciencia de las nubes: es una metáfora acerca de las relaciones lineales de causa a efecto y propias de la ciencia clásica, y sobre los procesos aleatorios de la ciencia de la época en la que vivimos. En el mismo sentido el biólogo Henri Atlan ha publicado un libro cuyo título metafórico, "Entre le cristal et la fumée", viene a significar lo mismo. Entre los principios clave de la nueva racionalidad asimismo es preciso destacar, en estas páginas iniciales, el principio de globalidad (o de no-fragmentación, o de la totalidad). El "todo" es inexplicable sin referirlo a las "partes", del mismo modo que las "partes" son incomprensibles sin relacionarlas en el "todo". Éste es un enfoque opuesto a las fragmentaciones cartesianas, que ya fueron criticadas por grandes filósofos y matemáticos como Pascal y Leibniz. Los principales científicos del

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siglo xx siguen más bien los criterios de éstos y en parte se oponen a los de aquél. Desde la sociología Durkheim ya sostuvo que «un todo no es idéntico a la suma de sus partes, es algo distinto, cuyas propiedades difieren de las que presentan las partes de que está compuesto»; por tanto, «la sociedad no es una simple suma de individuos, sino que el sistema formado por su asociación representa una realidad específica que tiene sus caracteres propios» (en Las reglas del método sociológico) . Bohr, el principal promotor de la física cuántica, cita constantemente un pensamiento de Schiller: «Sólo la totalidad conduce a la claridad». En la física cuántica, el principio de globalidad se refuerza con el de no-divisibilidad, y con el de correspondencia y el de complementariedad. Como vengo sugiriendo, estos principios se generalizan en las demás ciencias, sobre todo en sus planteamientos transdisciplinarios. La complementariedad investiga las relaciones entre aspectos contradictorios porque «10 contrario de una verdad profunda puede ser otra verdad profunda». Desde la biología-psicología-sociología, Piaget se expresa en sentido análogo: «el todo social no es ni una reunión de elementos anteriores ni una entidad nueva, sino un sistema de relaciones, cada una de las cuales engendra, en cuanto mera relación, una transformación de los términos que religa». Raras veces se dicen tantas cosas con tan pocas palabras. "Todo", "globalidad", "totalidad", son conceptos-tendencia afragmentar lo menos posible las realidades que no están fraccionadas (pero que fraccionan las disciplinas), conceptos que asimismo nos sirven para sugerir que talo cual "todo" está relacionado con otras "totalidades" que, momentánea o circunstancialmente, no podemos tratar o que, más bien remitimos a su tratamiento por otros grupos de científicos. Nuestras aspiraciones a captar las máximas totalidades o complejidades posibles, no implican la ambición de poseer la totalidad de los conocimientos de unos y otros sectores, sino sólo los saberes más 25

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yendo un "más allá" de la cultura heredada, da nuevos enfoques a las ciencias y a las artes, enfoques unitarios que mantienen sus tensiones internas, enfoques abiertos al porvenir-devenir. Las universidades tradicionales ya son organizaciones pluridisciplinarias, o sea: que sus Facultades ofrecen, en un espacio limitado, todas o casi todas las disciplinas científicas, literarias, filosóficas, artísticas, esto es: su pluralidad es casi completa, pero su proximidad física está al mismo tiempo acompañada no sólo por ignorancias recíprocas sino también por desprecios (al estilo de cuando Machado alude a quienes desprecia(n) cuanto ignora(n): los de ciencias desprecian a los de letras o viceversa, los matemáticos infravaloran a los sociólogos, etc). Cuando menos hay indiferencia, falta de interés cultural por las demás disciplinas, incluso las próximas. En vez de enriquecerse intelectualmente promoviendo confluencias de unos conocimientos con otros, así como ómosis entre sensibilidades diversas, las organizaciones pluridisciplinarias que son las universidades no resultan más que conjuntos de "mini -fundios" dedicados unilateralmente a tales o cuales "mono-cultivos" desde los que, como consecuencia natural, no brotan (salvo contadísimas excepciones) más que "plantas raquíticas" , o escolásticas reproducciones de saberes antiguos, inoperantes en el presente y para el futuro. Conscientes de que la división disciplinaria, aunque en parte necesaria, constituye un fenómeno nocivo para el porvenir de toda ramificación cultural, algunos universitarios organizan reuniones de trabajo multidisciplinarias, creyendo implícitamente que equivalen a interdisciplinarias, pese a que el contenido semántico de un concepto y otro es distinto. Los seminarios multidisciplinarios no son más que una prolongación concentrada de la organización pluridisciplinaria, o sea: se limitan a hacer una simple yuxtaposición de disciplinas, que resultan ser una suma elemental de monólogos: por ejemplo, en primer lugar habla el biólogo, después el historiador, prosiguen el economista y el sociólogo ... , pero ninguno articula sus 30

Contra las confusiones

enfoques científicos con los de los demás. Al final cada cual se marcha por su lado sin participar en los conocimientos de los otros. Poner físicamente juntos los representantes de diversas disciplinas, no significa adentrarse en las elaboraciones y aplicaciones de saberes y métodos in ter- y transdisciplinarios. A la elaboración y a la aplicación de la transdisciplinariedad no puede llegarse más que a través de constantes, numerosos y fecundos trabajos teórico-empíricos, que a la vez tomen en consideración las tendencias heterogeneizantes y virtualizantes consustanciales a toda realidad, sobre todo referentes a los universos histórico-humano-sociales. Al empezar a tratar de la in ter- y de la transdisciplinariedad es preciso afirmar rotundamente que, con estos enfoques, no pretendemos de ningún modo que se suprima toda formación disciplinaria-especializada. Al contrario: en el actual estadio de nuestra civilización (desarrollo de las fuerzas productivas, formas de organización del trabajo, etc.) es conveniente especializarse, en principio, de modo que cada cual pueda adquirir una profesionalidad efectiva en un determinado ámbito: pero a condición de que esa especialización se obtenga, se mantenga y se desarrolle no en un compartimento estanco, sino como un sistema abierto en relación con otros conjuntos disciplinarios: como mínimo con los más próximos a la especialidad originaria (por ejemplo: un sociólogo debería conocer a fondo la historia, la psicología, la economía ...; y un economista -o un politólogohabría de tener conocimientos sólidos en las otras disciplinas citadas. Más: unos y otros no tendrían que ignorar los principales progresos que vienen haciéndose en física y en química, en biología, etc., puesto que las exploraciones y descubrimientos que se llevan a buen término en estas ciencias relanzan elementos teórico-concretos que enriquecen las demás ramificaciones científicas. En suma: no puede haber teorización ni práctica transdisciplinarias si no se parte de alguna disciplina, de la base firme de ésta proyectada hacia las demás. Una vez aclarado esto sin 31

Contra las confusiones

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3.1. LA NECESIDAD DE LOS MÉTODOS TRANSDISCIPLINARIOS EN LA GESTIÓN SOCIAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA

ambages, es preciso iniciar la distinción entre la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. La interdisciplinariedad es la relación recíproca, interpenetrada, de unas y otras disciplinas, en torno a un mismo sujetoobjeto, o situación, o problema, o estructuras-funciones-finalidades, etc. La interdisciplinariedad se produce, a escala teórico-práctica, cuando hay coordinación y, sobre todo, interacción entre los conocimientos de los representantes de diversas disciplinas en relación con algún fenómeno concreto (técnico, económico, político, etc., o técnico-económico-político, etc.). Como explicaré con más detalle páginas adelante, tales coordinaciones e interacciones implican dificultades diversas, las primeras y las relativamente más fáciles de superar consisten en la crítica y en la autocrítica en todas direcciones, el descubrimiento de los propios errores e insuficiencias, sus rectificaciones ... Un científico interdisciplinario -y más si aspira a ser transdisciplinario- es aquél que, tras dominar los conocimientos de su ciencia, está abierto a las demás, es capaz de comprender e integrar conjuntos más amplios de saberes, y con esa finalidad se muestra bien dispuesto a entre-educarse con los otros científicos, reconociendo que él tiene mucho que aprender, si bien asimismo puede enseñar muchas cosas. ¿Qué es la transdisciplinariedad? Como iniciación -a desarrollar después- diré que hay una oscilación constante entre inter- y transdisciplinariedad, con el predominio de ésta, porque toda interdisciplinariedad tiende a transformarse en transdisciplinariedad en la medida en que los métodos correspondientes se aproximan y resultan tributarios de sujetos-objetos-contextos-proyectos complejos, engarzados en unas y en otras redes de complejidades, en las que operan numerosas relaciones de transformación, que desbordan incluso el propio ámbito cientÍfico (véase principalmente la Segunda parte). En lo sucesivo, pues, emplearé sobre todo el concepto de transdisciplinariedad, salvo cuando tenga que referirme a planteamientos teóricoprácticos que sólo exijan métodos interdisciplinarios. 32

La necesidad de los métodos transdisciplinarios se revela o se intuye por todas partes, no sólo en los centros de investigación y enseñanza. Esa necesidad se manifiesta, quizá sobre todo, entre los empresarios más inteligentes y más abiertos al porvenir-devenir: reclaman un nuevo tipo de formación universitaria que supere las especializaciones cerradas, porque las limitaciones de los hiper-especialistas, de cuantos carecen de una visión global de los hechos y de los acontecimientos, resultan contraproducentes para sus empresas. En tal sentido es muy instructivo conocer la posición de Frans;ois Périgot, Presidente de la Patronal francesa: del sistema educativo los empresarios franceses desean que les envíen personas «preparadas de una manera bastante universal. No tenemos necesidad de jóvenes formados en el interior de un sector tan preciso (especializado) que se encierren en él como en un baluarte: esos jóvenes se imaginan que en esa especie de fortaleza militar o castillo son invulnerables, pero de esta manera adquieren malos hábitos y después son incapaces de evolucionar». Sus incapacidades se demuestran cuando los empresarios les piden que salgan del respectivo castillo: y hoy en día, cuando está en marcha la mundualización de la economía, es cada vez más necesario saber desenvolverse fuera de tales baluartes. Los empresarios japoneses se pronuncian de forma análoga, contando ya con un sistema de enseñanza orientado más a impartir conocimientos generales que a fijarse en los especializados. Porque son las empresas japonesas las que se dedican a especializar a sus empleados en las peculiaridades de cada casa, procurando que los empleados no se petrifiquen en determinadas tareas, sino que, por el contrario, sean flexibles, con la suficiente flexibilidad para adaptarse, según sean las futuras necesidades, en otros ámbitos-trabajos más o menos especializados; así incrementan, de nuevo, los saberes globales, los trans-sabe'11

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Enfoque global

res que producen constantes enriquecimientos teórico-prácticos de todos, de cada uno, de las empresas, de la población del país. Algunos de los mejores centros universitarios del mundo empiezan a introducir estos enfoques. En la Universidad de Harvard, y en particular en su "business school", los estudios de economía-empresariales no se concentran únicamente en los conocimientos económicos (entre otras razones porque la economía no puede explicarse sólo por los factores estrictamente económicos, lo que al parecer siguen ignorando no pocos economistas tradicionales). En Harvard se pide a los estudiantes que el 25% de las asignaturas que cursen no tenga nada que ver con el campo en el que se quieran especializar. Entre las asignaturas para economistas figura la de ética. Un planteamiento parecido es el que hace Dennis L. Meadows, director del Instituto de Investigaciones Metodológicas y Sociales de la Universidad de New Hampshire: «necesitamos líderes planetarios para una revolución global, para conseguir un mundo sostenible, y no meros gestores. Hay que distinguir entre gestión y liderazgo. Los gestores deben indicar las cosas concretas que cada uno debe hacer; pero tiene que haber líderes con coraje, capaces de crear un sueño común, una visión conjunta y un sistema ético global». Meadows no tiene en cuenta, sin embargo, que con frecuencia son las personas con capacidad de liderazgo (en el lugar que sea) las que detectan, antes que los gestores, lo que hay que hacer. No obstante, lo sustancial de lo que dice este experto en modelos económicos, y lo que se integra plenamente en mis enfoques transdisciplinarios, es que para llevar a buen término los ajustes económicos y estimular un nuevo tipo de desarrollo, lo principal y decisivo es promover un nuevo "sistema de valores" en el que prevalezcan las solidaridades con los demás, así como es menester superar el hiperconsumismo alienante: «los países ricos se han metido en un círculo vicioso en el que los productos sustituyen las satisfacciones de las relaciones personales». 34

Contra las confusiones

En la Sorbona y en otras universidades francesas, diversos economistas -Passet, Bartoli, etc.- engranan su disciplina principalmente con la ecología, con la rama científica que estudia la naturaleza, que critica las contaminaciones y que preconiza el máximo respeto a los recursos naturales, la degradación de los cuales amenaza, si no se rectifica a tiempo, el porvenir de la humanidad. Junto con la ética y la ecología, son varios los saberes heterodoxos que pasan a revolucionar en un grado u otro las disciplinas ortodoxas cerradas en sí mismas. Fuera de las universidades, cuantos se ocupan de la formación de lo que suelen llamar "recursos humanos", relanzan su interés por la historia, la antropología, la psicología en sus diversas ramas, la sociología, e incluso la literatura y el arte. Por todas partes se expande el criterio que considera imprescindible superar la formación de lo que los universitarios alemanes definen como "fachidioten" (idiotas especializados). El enorme problema de los "fachidioten" es tanto más grave por cuanto se pone de relieve todavía, no sólo en bastantes empresas, sino también a mayor escala: en las instituciones, en los gobiernos. No es difícil encontrar en diversos niveles jerárquicos lo que defino como microsabios (los que lo saben «todo» de una mini-disciplina) que a la vez son macroignorantes (desconocen las demás ramificaciones de la cultura): los riesgos que entraña esa descompensación cultural aumentan en la medida en la que los hiper-especializados pasan a ocuparse de estructuras de poder desde las que es mucho más necesario tomar en cuenta lo general (las cuestiones que afectan a más personas) que lo particular o sectorial. Dada la creciente transnacionalización del mundo (en las técnicas, en lo económico, etc.), los enfoques globales prevalecen constantemente sobre los enfoques sectoriales. Una de las causas de los desgobiernos de los Estados radica precisamente en ello: los que aparentemente los "dirigen" suelen ser espíritus simples que no captan las complejidades crecientes; por ello, las "soluciones" que dan a los problemas, en vez de resolverlos, a menudo los exacerban más. 35

Enfoque global

¿Es coherente proponer la elaboración-aplicación de métodos transdisciplinarios, en una época en la que se multiplican los conocimientos especializados? No hay ninguna contradicción en ello: precisamente porque se acentúan unilateralmente las especializaciones, es imprescindible difundir la transdisciplinariedad. Salvo los espíritus simplistas y uni-lineales, que no tienen en cuenta las necesidades profundas del ser humano y las necesidades de construir una sociedad más civilizada, cada vez son más los empresarios y los profesores que comprenden completamente la exigencia de hacer enfoques transdisciplinarios. ¿Con qué finalidades? Con la finalidad de que el ser humano desarrolle intelectualmente la multidimensionalidad de su ser, que sin duda alguna no puede limitarse a una formación para tal o cual actividad profesional. Insisto: precisamente porque los microconocimientos aumentan, es indispensable crear puentes, confluencias, y osmosis entre ellos. Si no, "avanzaremos" hacia una humanidad mayoritariamente bárbara, o sea: compuesta por microsabios que a la vez serán, macroignorantes (éstos aumentan ya peligorsamente). Son necesarias nuevas herramientas intelectuales para contribuir a gobernar, desde cada lugar, un mundo cada día más intel'dependiente, en el que se multiplican las incertidumbres, las imprevisibilidades y las vulnerabilidades.

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4. EL PRINCIPIO DE HUMILDAD Y DE COOPERACIÓN

La superación del paradigma de la simplificación por el paradigma de la complejidad y sus nuevas formas de razonar transdisciplinariamente, requiere asumir muchos otros conceptos y actitudes: requiere, nada menos (ya lo he sugerido), la reforma de nuestras mentalidades, otros modos de construcción mental de lo real, otras formas, más flexibles, de organizar nuestras representaciones mentales, dejándolas abiertas a su posible transformación. En este sentido, cuantos trabajamos en los ámbitos de la transdisciplinariedad, recomendamos (y nos exigimos) la práctica del principio de humildad de tipo socrático. Los científicos transdisciplinarios explicitan constantemente ese principio de maneras archilocuentes: Edelman: «nos encontramos al principio de la revolución de las neurociencias. Cuando se termine, sabremos cómo funciona la mente, comprenderemos lo que rige nuestra naturaleza, y también de qué modo funcionamos para conocer el mundo. Hay que incorporar la biología en nuestras teorías del conocimiento y del lenguaje, y así comprenderemos lo que hace de nosotros seres humanos ... Los actuales trabajos en neurociencias pueden considerarse como el preludio a la mayor de las revoluciones científicas, una revolución de repercusiones sociales inevitables y fundamentales». 37

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ciencias". En esta el etnólogo-sociólogo M¡lrCcl Mauss propone concentrar las 1!1Vestigaciones en el "hecho social to­ tal", es decir: C/I los "eCflOs qlle remitell (J muchos otros eOIl los que f01'mal/ S;.fitCI/I(I. Después, Bloch y Pebvre fumbn In revista "Les Annalcs d'histoire économiquc et sociale", cuyo trtulo se trallsforrl.1 a continu~ción en "Les Annales. Economies.·So­ ciétés. Civilisations", duyo primer nÚlTlcro propone "roll/per wn ('1 espIrita dC! ('S1'('qialidad" y "jal'or('c('/" lo /l1/Í(JII de las ciellcias IIu'!,a/ws". uni?1l que Febvrc amplfa hasta la etnología y la IingUís.i;a. Así, la l~lIeV(l historia es la que invcstiga y ex­ pone la totali~:ld de las actividades humanas, o sca: "une his­ toirc npart enticre", pa a la cual los historiadores dcben estu­ diar «todo lo que siendo del hombre. depende del hombre, sirve al hombre, expresa el h~mbre, significa la presencia. la activi­ dad, los gustos y las majlCrns de ser del homnre». La evolución de los ritmos :telllpornle~ preside ese contexto. Como con:tinuador Bloch y de Febvre. Brnudcl mantiene Ins mismns posiciones ~letodológicas inter- y trallsdisciplin::­ das, en diálogo constante con el sociólogo Gurvilcl1 (ruso cxi­ liado pasado por Estad~s Unidos), el etnólogo Lévi-Strauss, el d¿mógrafo Sauvy..., tod,os los cuales reconocen que convergcn cn lomo a los conceptps de duración, lIloddo, C'struCfllra .. , Para 13rauúel, "las únicas ciencias globalcs son la historia y la sociología", entre las c~ales habrían de desarrollarse "acuerdos bilater4lles" para "ravortcer In circulación de las ideas y de las lécnicas", y de esta rOn'l" sería posible crear, "al Inenos esbo­ zar, un lenguaje cOllllín". Braudclmultiplica estas proposicio­ nes en varios de sus escritos metodológicos. Duby eOlll ibc otra interpenetración de Ins ciencias: su espe­ cialidad es In hisJoria dc las mentalidades que sc aniculan con los sistemas dc valoresJa reprocluccit'lIl y la disconlinuidaJ de 1m: ideas, de las imágeJlcs y de los mitos de ulla gClleraciólI a otra: «una de las rinalidiHles fUlldamentales de la investigación i1ist6rica es comprcnJcr,ellllccanislIlo de las relaciol1es enlre lo que se llaman inrrastructuras y lo quc es mCIl!nl. espiritual».

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