La luz desde la ventana: Conversaciones con Filiberto Ojeda Ríos 0942347587, 9780942347586

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La luz desde la ventana

Conversaciones con Filiberto Ojeda Ríos.

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COLECCIÓN En Voz Propia

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Luis Nieves Falcón

Nota del Editor Con este libro La Luz desde la Ventana iniciamos la Colección En Voz Propia, colección que recogerá estudios y/o testimonios de personas que de una forma u otra definen o han definido parte de nuestra historia política, social y cultural.

Los personajes que desfilen a lo largo de la Colección En Voz Propia, no necesariamente estarán vivos, muchos nos hablarán a través de la investigación del autor, pero siempre respetando la voz propia del personaje, dejando ver la frescura de cómo lo dijo. Seleccionaremos personajes de nuestra vida pública presente o pasada que consideremos fundamentales y que hallan, en cierta medida, cambiado, ampliado o aportado una nueva manera de ver y entender nuestro entorno humano. En Voz Propia va dirigida al gran lector, a todo aquel que quiere conocer al ser humano detrás de las acciones, aquel que quiere escuchar frases, palabras escondidas en los documentos y que a veces los investigadores las pasan por alto. En Voz Propia rescatará voces y diálogos de nuestro momento. No entrará en valoraciones de vida y obra; sólo serviremos de vehículo para que la voz propia de cada ser, que de una forma u otra ha aportado a nuestro entorno, no se nos pierda en el laberinto de la desmemoria de los pueblos.

EdicioNEs Puerto

La luz desde la ventana: conversaciones con Filiberto Ojeda Ríos

La luz desde la ventana: conversaciones con Filiberto Ojeda Ríos

Luis Nieves Falcón

COLECCIÓN En Voz Propia -1 EdicioNEs Puerto

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Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, magnético, óptico de grabación o fotocopia, sin permiso de Ediciones Puerto.

© Luis Nieves Falcón ©2002, Ediciones Puerto, Inc. P.O. Box 9066272 San Juan, Puerto Rico, 00906-6272

Teléfono : 787-721-0844 Fax: 787-725-0861 e-mail: [email protected] www.edicionespuerto.com Editor: José Carvajal

ISBN : 0-942347-58-7 Diagramación y Diseño: Taller de Ediciones Puerto Foto portada: Archivo Claridad, Alina Luciano Impreso y hecho en Colombia Printed and made in Colombia

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Impreso por: D’ VINNI Ltda.

Indice 9

Introducción Érase una vez...

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Al compás del son y otros ritmos

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El abrazo de la independencia

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Y ahora, ¿qué?

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Adiós a la vida publica

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La diversidad en la vida cotidiana del clandestinaje

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El camino

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a la captura

La isla se estremece y

¡Ay, qué dolor, qué pena!: El encarcelamiento con antelación

Las

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llora

condiciones de encarcelamiento

El juicio federal en Hartford

al juicio

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El juicio federal en Puerto Rico: El pliego acusatorio Una nueva solicitud de fianza La lengua que se usa en la Corte La seguridad en la Corte La invasión del campo de la defensa por los fiscales, los alguaciles norteamericanos y los agentes del FBI Observadores internacionales del proceso Elementos

externos al juicio

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La selección del jurado

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El

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proceso en

Puerto Rico

¡Pa’l carajo los grilletes!: RETORNO AL CLANDESTINAJE

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Los sectores

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Glosario

populares y la lucha armada

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Introducción Vivo en el siempre vivo frenesí de los firmes que levantan al cielo la cruz puertorriqueña; vivo en toda la sangre preparada y sonriente que conduce en Borinquén la voz de la independencia; vivo en todas las cárceles asombradas y frías que reciben patriotas y devuelven banderas; vivo en Albizu Campos, solitario entre soles que desde sí camina el mundo que lo espera. 23 de septiembre, santo y por siempre vivo, y gritando en los héroes sobre toda la tierra. Julia de Burgos

En el 1967 se prepara la Carpeta número 29428 por la División de Inteligencia de la Policía de Puerto Rico. Las razones que se dan para esta acción ilegal en contra de la persona fichada son las siguientes: haber firmado en el 1965 un artículo publicado en el periódico El Mundo en el cual se solicita al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas que incluya a Puerto Rico en la lista de territorios coloniales, asistir a una reunión pública del Colegio de Abogados auspiciada por el Congreso Puertorriqueño Anticolonialista,

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INTRODUCCION

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endosar un articulo publicado en el periódico San Juan Star en el cual se pide que Puerto Rico y los demás países del Caribe constituyan una zona libre de armas nucleares, hacer i: expresiones públicas en el 1967 en contra del plebiscito que se celebraría en dicho año. Los informes de los agentes encubiertos pasan a incluir como actividades condenables la participación de esta persona en la defensa de Humberto Pagan, líder estudiantil en la Huelga de 1971, detenido en Canadá y cuya extradición estaba solicitando el gobierno de Puerto Rico; su trabajo en contra de la explotación de los obreros agrícolas puertorriqueños en las fincas del nordeste de los Estados Unidos; las conferencias que ofreciera sobre la figura de Pedro Albizu Cam­ pos y su participación en la defensa de Carlos Noya Muratti, acusado por rehusar colaborar con el Gran Jurado Federal en Puerto Rico. En el 1976, se describe a la persona fichada como “subversivo” porque "... es independentista, su fotografía ha salido en Claridad y ha dado discursos a favor de la libertad de Puerto Rico y los presos políticos en los Estados Unidos”. Se concluye que la persona "... es un individuo sumamente peligroso”. La carpeta de referencia Júbilo por ia absolución dei jurado. es la de Luis Nieves Falcón. Es probable que la Archivo de Claridad. Fotógrafa: Alina Luciano caracterización negativa se haya visto incrementada después de sus críticas públicas a la invasión de los hogares puertorriqueños

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en el 1985 por el FBI; después de ser testigo de reputación y fiador de Jorge Farinacci y Carlos Ayes, acusados de ser miembros de Los Macheteros, en el 1985; después de su participación en el juicio de Filiberto Ojeda en Puerto Rico y su lucha continuada a favor de la liberación de los presos políticos puertorriqueños. Este último esfuerzo lleva al congresista Daniel Burton, en el 1999, luego de la liberación de los once presos políticos puertorriqueños por el Presidente Clinton, a aplicarle la calificación de “líder terrorista de las FALN". Toda esta información está en las carpetas que el FBI tiene sobre los independentistas y las cuales, hasta el momento, se niegan a devolver. El anterior ejemplo es muestra clara “del amarre y el agarre que tiene el sistema colo­ nial. .. sobre el puertorriqueño...” y de la represión política a la cual, todavía en el día de hoy, están sujetos los independentistas debido a su ideología política. El liderazgo del Partido Popular, lamentablemente, todavía no es capaz de reconocer el papel que tuvo en esta actividad ¡legal y deshumanizante, según quedó demostrado durante la pasada controversia suscitada al pretenderse lograr el nombramiento del comandante Jorge Collazo, figura clave en el sucio carpeteo oficial, como director de la oficina a cargo de la lucha contra las drogas. El ser objeto de la persecución política y la participación activa en el juicio de Filiberto le sirven de estimulo al autor a su deseo inicial de llevar a conocimiento del público los pormenores de este proceso judicial y de la persona situada en el torbellino ideológico del mismo. Adicionalmente, hay otras razones menos subjetivas las cuales le impulsan a darforma a la narración. Primeramente, el sentido presentiste de nuestra historia, estimulado por la condición colonial, por lo cual se prefiere relegar al nivel oral, que lleva eventualmente al olvido, las acciones patrióticas que fertilizan la cultura de la resistencia llevadas por las personas que se enfrentan al régimen de opresión prevaleciente en Puerto Rico. La palabra escrita, por el contrario, es baluarte al auxilio de la memoria colectiva. De ahí, la necesidad de dejar constancia escrita para las generaciones futuras del carácter histórico esencial de este juicio. En segundo lugar, el hecho de que la condición colonial trata de inhibir y de ofuscar la guía de los hilos conductores de la persistente resistencia anticolonial y del papel recuperador que los puertorriqueños, la puertorriqueñidad hecha acción, juegan en nuestra vida de pueblo. No es coincidencia que sean los jurados puertorriqueños los que se niegan a condenara Don Pedro en el

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1937 y que sean jurados puertorriqueños los que posteriormente, en el 1989, se niegan a condenar a Filiberto y le devuelven la libertad perdida. Como algo adicional, la narración, en su conjunto, puede tener un propósito didáctico y verse como un módulo educativo sujeto al análisis critico para mejorar el diseño y la implementación de estrategias de acción política. También, puede ayudar a desmitificar el concepto teórico de lucha armada cuando a éste se le enfrenta una particular realidad nacional. Asimismo, el entrejuego de factores personales con los propiamente estructurales puede ayudar a un mejor entendimiento de la naturaleza del proceso revolucionario y sus perspectivas futuras en Puerto Rico. De este modo, La luz desde la ventana presenta la imagen de un revolucionario integral, la cual es asequible a todas las personas políticamente comprometidas. Dicha imagen refleja los obstáculos y las dificultades de la lucha por la liberación al igual que una nueva visión de la felicidad -ser feliz no es el estado emocional que se alcanza con la compra y posesión de innumerables bienes materiales- desde la perspectiva real de un ser de carne y hueso inmerso totalmente en la tarea por adelantar la revolución puertorriqueña. O sea, que la meta de ser un genuino revolucionario no es cosa del pasado, no es un sueño irrealizable sino una meta finitamente alcanzable aunque no esté exenta de sacrificios. En La luz desde la ventana se emplean varios enfoques metodológicos. El más importante es la entrevista testimonial, la cual incluye noventa y nueve preguntas de naturaleza abierta y noventa y ocho preguntas de sondeo, encaminadas éstas a clarificar las contestaciones ofrecidas a las preguntas abiertas. La entrevista dura aproximadamente cincuenta horas y se conduce en la habitación carcelaria en la cual Filiberto estaba detenido en la misma Corte de los Estados Unidos en Puerto Rico. La transcripción toma alrededor de ciento cincuenta horas de trabajo. En el método testimonial el investigador se convierte en la voz de la persona entrevistada, por lo cual el texto se mantiene tan fiel como sea posible a las expresiones originales. Paralelamente con la entrevista testimonial, se celebran largas conversaciones con Filiberto las cuales comienzan temprano en el día (cerca de las 7:00 de la mañana) y

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tarde en la noche, después de terminada la sesión judicial diaria. Estas conversaciones, antes y en los días del proceso, enriquecen los textos testimoniales de la entrevista. En el trabajo hay un poco de observación personal del autor como partícipe en el equipo de la defensa en el cual, contrario a los demás abogados, no está sujeto a las reglas de mordaza que se le imponen a éstos. El autor participa así en todas las conferencias y conversaciones, fuera de sala, entre Filiberto y su equipo de defensa a los fines de discutir la estrategia diaria así como cualquier asunto que de alguna manera pudiera impactar el proceso. El trabajo también descansa en los apuntes diarios que el autor mantiene sobre lo que acontece en sala cada día, tanto durante el descubrimiento de prueba como en los procedimientos de selección del jurado y en el desarrollo del juicio. Descansa asimismo, en la documentación diaria que se produce en Corte relativa a las mociones presentadas y, finalmente, en el análisis diario de lo informado por la prensa escrita. El uso de esta metodología múltiple genera una riqueza de información la cual, unida a los datos testimoniales, permite colocar la cuestión del juicio dentro de un contexto integral más cercano a la realidad de la vida, la cual se departamentaliza sólo para efectos de análisis de los investigadores sociales. La experiencia humana, sin embargo, no es un “reguerete” de parcelas inconexas sino, por el contrario, una relación recíproca de ¡deas, creencias y comportamientos actuando sobre un particular contexto social. La visión integral que orienta a la narración impide la construcción de capítulos en el desarrollo de la misma. Los capítulos tienden a dar la impresión de compartimentos definidos y rígidos. La historia de vida testimonial es, más bien, una historia en progreso, una constante de comportamientos recogidos a través de las figuraciones de vida esenciales a la situación descrita. La presentación de la experiencia de vida en esta forma nos parece que se acerca más a la realidad concreta del quehacer cotidiano; es una forma más humana de mostrar la información recopilada. En esta narración no hay intento alguno por exponer una visión ideológicamente balanceada. El “culipandeo" del equilibrio ideológico no es una meta, ni siquiera indirecta,

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del trabajo. Lo que se ofrece es la visión comprometida de un patriota dedicado en forma absoluta a la liberación de su Patria: Puerto Rico. Este trabajo está dedicado, en primera instancia, a Filiberto y a Beatriz dondequiera que se encuentren, aquí en Puerto Rico o en el extranjero. Ellos nos ayudan con su luz a mantener viva la esperanza de la liberación de la Patria; sus acciones diarias nutren el espíritu de resistencia en nuestro pueblo. También, dedicamos esta publicación al equipo de abogados generosos y combativos, a los hombres y mujeres que de día y de noche se desparramaban por todos los lugares de Puerto Rico para asegurar que el equipo de la defensa tenía a su disposición la información que hace factible la selección del mejor jurado posible. Y va nuestro aprecio y cariño a las compañeras y compañeros que transcriben el texto de las largas horas de la entrevista y preparan la versión final del manuscrito. Finalmente, quiero extender nuestro inmenso respeto y agradecimiento al panel de jurados. Resistieron honrosamente a todos los esfuerzos y presiones por degradarlos y hacerlos cómplices de la injusticia que prevalece en Puerto Rico en contra de los propios puertorriqueños. Su gesto de imparcialidad es una acción heroica que jamas podrá olvidarse. ¡Gracias por demostrarnos claramente que el sentido de justicia no está reñido con el amor a la Patria!

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Érase una vez ... .. .en cada amanecer valeroso. En cada rayo de luna que se intima en abrazo fecundo con el mar bravio. Su resistencia es su presencia cotidiana. Es la llama que inspira la esperanza de pitirre por una patria liberada. Recoge tu destino, borincano.

El exilio, la persecución, el encarcelamiento y el clandestinaje constituyen los elementos forjadores de su vida material pobrísima dedicada a la defensa y al amor caluroso hacia su pueblo. Varón honesto y bondadoso. De sonrisa de júbilo intermitente y esperanza absoluta en su pueblo. El de los agregados y los maestros. El costero del tun-tun de pasa y grifería. Los rubiosos del centro de la isla. Y, los adorables trigueños. I

ÉRASE UNA VEZ...

Filiberto,

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Es el nieto de campesinos cuyo pedazo de tierra les fue arrebatado por los monopolios agrícolas extranjeros. Se quedaron “en la prángana”. Para sobrevivir, los abuelos se convirtieron en macheteros cañeros quienes fertilizaban el suelo con el sudor de su explotación. Cortadores de caña, macheteros que se alzan rebeldes contra las centrales azucareras y acogen con esperanza la palabra de Pedro. El invasor arrebata al nativo toda su riqueza. Se posesiona de sus tierras, de su comercio, de su industria y de todas las fuentes de riqueza. El pueblo sufre el despojo total. Por eso, todo régimen de opresión es condenable. Es el hijo menor de una familia de dos varones y una niña apegada a la ruralía y a la herencia de los macheteros agrícolas. Su padre era maestro de escuela primaria y ... Cadete. De los del Partido Nacionalista. Su madre, empleada en un correo rural. En sus primeros años escolares, vive en carne propia la imposición del inglés como Idioma de enseñanza en las escuelas públicas, la prohibición del uso de la bandera de Puerto Rico y del glorioso himno de Lola la de América. Ante sus ojos desfilan la Masacre de Ponce, la persecución y su padre Inocencio Ojeda Llamas y su hermano Inocencio. Archivo particular. el encarcelamiento de los nacionalistas y de los independentistas en general. Las carpetas ya germinaban en las esferas oficiales aunque el pueblo lo desconocía. Cuando Filiberto tenía diez años, su madre, doña Gloria, es forzada a emigrar, yendo él junto con ella. Por primera vez en su vida confronta el

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racismo, la división social y la opresión que azotaban impunemente a los puertorriqueños en la metrópolis. Cursa los estudios intermedios en varias escuelas de Nueva York y regresa a Puerto Rico tres años más tarde, en 1947, ya que le resultaba difícil adaptarse a un sistema escolar tan crasamente discriminatorio. Termina su educación superior en Puerto Rico y a los dieciséis años se matricula en la Universidad de Puerto Rico y también en la Escuela Libre de Música. Son los años turbulentos posteriores a la Segunda Guerra Mundial: la llegada de Don Pedro de At­ lanta, las luchas a favor del idioma, el populismo de los “populares", la continuidad del discurso revolucionario nacionalista y el surgimiento de nuevas tendencias independentistas de naturaleza electoral. Regresa a Nueva York después de la Revolución de Jayuya de 1950, y comienza a sentir su transformación ideológica a favor de la independencia. Filiberto y su madre Gloria Ríos Algarin. Archivo particular. 17

ÉRASE UNA VEZ...

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Durante los primeros años de la década de 1950, trabaja en fábricas de Nueva York y prosigue sus estudios musicales. Este contacto íntimo con los obreros puertorriqueños en la Gran Manzana lo lleva a entender más claramente la naturaleza de la explotación, el racismo y el colonialismo y su íntima relación con el modo capitalista de producción. Este nuevo mundo del conocimiento lo mueve a resistir la inscripción militar en las fuerzas armadas de los Estados Unidos durante el conflicto de Corea. En el 1957 se une en Nueva York al Movimiento 26 de Julio de Cuba y comienza su participación creciente en actividades políticas. Del 1958 al 1959 se une al Movimiento Libertador de Puerto Rico y a través del mismo intensifica sus estudios sobre los aspectos históricos, políticos y económicos de Puerto Rico. Se dedica de lleno a la acción política en Nueva York. Ante la creciente amenaza a la Revolución Cubana por parte de los Estados Unidos, en el 1961 empaca sus escasas pertenencias y junto a su familia llega a Cuba, donde se integra al Movimiento Pro Independencia (MPI), de Puerto Rico. En el 1966 se convierte en subjefe de la Misión Permanente del MPI en Cuba, y en el 1966 es delegado alterno ante la Organización en Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina (OSPAAAL). Durante ese período es miembro de la Asociación de Puertorriqueños Residentes en Cuba y editor de las publicaciones sobre Puerto Rico dirigidas a las comunidades puertorriqueña y latinoamericanas establecidas en Cuba. En el 1969, regresa a Puerto Rico y participa en diversas acciones revolucionarias. Es testigo ocular de los ataques a las oficinas del MPI en Río Piedras por parte de la Policía y elementos de la derecha bajo la protección de dicha fuerza. Es este el inicio de uno de los períodos más represivos en contra de los independentistas por la oficialidad policíaca de Puerto Rico y las agencias de investigación norteamericanas, particularmente el Buró Fed­ eral de Investigaciones (FBI). En el 1970 es arrestado y acusado de pertenecer al Movimiento Independentista Revolucionario en Armas (MIRA) el cual, alegadamente, estaba involucrado en la lucha armada. Los cargos fueron retirados diez años más tarde, en el 1980, debido a que las autoridades policiacas no pudieron presentar prueba para sostener la acusación.

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Desde el 1970 hasta su arresto en el 1985 vive en el clandestinaje. Con posterioridad a su arresto, tiene que enfrentar juicios en Hartford y en Puerto Rico. Aquí, el día 26 de agosto de 1989, es declarado inocente por un jurado puertorriqueño de todos los ocho car­ gos de los cuales se le acusaba. Posteriormente, se le formula una nueva acusación y se le arresta para ser juzgado en Hartford. Se le permite estar en libertad provisional con un grillete electrónico en el tobillo. El 2 de octubre de 1990 el grillete aparece frente a las oficinas de la redacción del periódico Claridad y retorna al clandestinaje. En Hartford es juzgado en ausencia y condenado a cincuenta y cinco años de encarcelamiento. El FBI lo califica como uno de los prófugos de la justicia más peligrosos y ofrece una recompensa de medio millón de dólares por su captura. Al identificar. Sistema de Bibliotecas. Recinto de Rio Piedras de la UPR. momento, se desconoce su paradero Sin Colección El Mundo, fotógrafo sin identificar. pero ocasionalmente envía expresiones públicas a los medios noticiosos y a las actividades independentistas. Filiberto lleva once años adicionales en el clandestinaje, pero su voz no ha podido ser apagada por sus enemigos como tampoco han podido serlo sus reclamos de libertad para su Patria: Puerto Rico.

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iA Al compás del son y otros ritmos Sí alguna vez se me busca, no me busquen en papeles, no me busquen en canciones, no me busquen en mujeres: busquen el hilo de un hombre y sigan sus laberintos, que al final, sano y deforme, me tendrán en el instinto. Silvio Rodríguez

/X “Fito”, apodo cariñoso el cual comparte con sus familiares y amigos más allegados, le gustan la escuela y la música. Los grados primarios los cursa en un barrio y un pueblo de la costa oriental de Puerto Rico. Los grados intermedios en diferentes escuelas entre Brooklyn y Manhattan en la ciudad de Nueva York. Los estudios secundarios los termina en escuelas del sector de Santurce, en San Juan. A la edad de dieciséis años se matricula en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde pasa a formar parte de la banda del ROTC (cuerpo militar adscrito al centro universitario) dirigida por el profesor Rafael Alers.

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Simultáneamente con los estudios secundarios, hace estudios en la Escuela Libre de Música, en San Juan. Era la primera escuela de este tipo que se fundaba en Puerto Rico. Él y su hermano son de los primeros en matricularse. Aunque el interés de “Fito” era estudiar el clarinete, su hermano, por error, pone en la solicitud de “Fito” que éste quería estudiar la trompeta. Una vez que éste va conociendo el instrumento no quiere atender a ninguno otro y se concentra así en la trompeta. Durante meses practica con un viejo cornetín de un miembro de la familia porque no tiene un instrumento propio. Esa situación dura hasta fines de 1948, cuando gana un concurso para estudiantes de trompeta que auspicia la escuela. El premio es una trompeta, la cual le es entregada a Filiberto por el abogado y legislador Ernesto Ramos Antonini, quien fuera el auspiciador de las Escuelas Libres de Música. Conserva esa trompeta durante muchos años. En la Escuela Ubre de Música tiene como maestros al director de la institución, el profesor Ángel del Busto, de reconocido prestigio internacional; al profesor Sixto Bello en trompeta; al profesor Rafael Duchesne en teoría y solfeo; al profesor Adrián Benjamín, director de banda, bombardinistay profesor de piano y a otros, como los hermanos González Peña y varios miembros de la familia Figueroa, de consignada tradición musical en Puerto Rico. La escuela tiene dos bandas. Una de carácter sinfónico para los estudiantes más adelantados, dirigida por el profesor Del Busto; y otra de música popular, dirigida por el profesor Adrián Benjamín. Él participa en ambas. Posteriormente, en la escuela se crea una sinfonieta dirigida por el profesor Guillermo Figueroa y en la cual participaban algunos profesores y estudiantes. “Fito” es uno de éstos. En la sinfonieta es que comienza a conocer la música clásica, las oberturas de todas las óperas, los valses de Strauss y diversas marchas. Es el repertorio obligado de la escuela para actividades de coronación, graduaciones, conciertos y recitales. Finalmente, en unión a varios compañeros, forma un grupo para llevar aguinaldos en la época navideña. En ese grupo de amigos toca la primera trompeta. Por razones personales tiene que abandonar los estudios y se traslada a Nueva York. Allí trabaja para pagar los gastos de lecciones privadas de música. Durante esta estadía en Nueva York se encuentra con el profesor Del Busto, quien continúa dándole clases y lo intro-

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duce a estudios especializados para mejorar su dominio técnico del instrumento. Es él quien lo lleva a conocer la música de los destacados solistas y compositores para la trompeta. Asimismo, el profesor Del Busto logra que Filiberto comience a estudiar con el profesor Treutel, maestro de trompeta del Conservatorio Juilliard, una de las más prestigiosas escuelas de música de los Estados Unidos. Por recomendación del profesor Del Busto, toma clases con el profesor Carmine Caruso, de fama internacional, quien lo ayuda a desarrollar no sólo el aspecto técnico sino, además, la corrección en el uso de la respiración, las dinámicas, la flexibilidad, la suavidad, la resistencia y el alcance en la ejecución. Regresa a Puerto Rico por un breve tiempo, se traslada otra vez a Nueva York y de allí se va con su familia a Cuba en el 1961. Luego, otro breve lapso en Puerto Rico seguido de un nuevo regreso a La Habana donde, en el 1965, se despide de la música en una de las funciones estelares del famoso Club Tropicana. Por un año estudia cursos de ciencias políticas en la Universidad de La Filiberto con flauta. Archivo particular. Habana.

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No hay duda de que la actividad económica principal de Filiberto es la música aunque trabaja como obrero de fábrica en Nueva York pero la gestión fundamental de su vida ha sido el trabajo voluntario intenso que realiza a favor de la libertad de Puerto Rico. Aún en el clandestinaje ése constituye su mayor esfuerzo, el cual reafirma ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas en el 1988 al señalar: “Nosotros los puertorriqueños comprometidos con la causa libertaria de nuestro pueblo sabemos muy bien que nuestra libertad habrá de ser el resultado de nuestros propios esfuerzos”. Ese arduo y consecuente trabajo de activismo político se podrá ver más adelante. Ahora, examinemos someramente los logros del luchador anticolonial en la esfera de la música. En San Juan, su primera participación como músico profesional remunerado es con un grupo de música típica. Para el 1955, colabora con la Orquesta de Miguelito Miranda y, también, con la Orquesta Panamericana dirigida por el maestro Lito Peña. Trabaja permanentemente con la orquesta del profesor Héctor Narváez, la cual alterna con la Orquesta Siboney y del maestro Pepito Torres en el Hotel Condado. Trabaja, además, con la Sonora Ponceña bajo la dirección del maestro Quique Lucca. En Nueva York, trabaja en los centros nocturnos patrocinados por los puertorriqueños y los hispanos en general como el Club Caborrojeño, el Broadway Casino, Las Villas, el Palladium, el Huntspoint Palace, etc, con orquestas como la de Carlos Acosta, la de Rafael Muñoz, la de José Luis Moneró y otras. Eran orquestas de formatos diferentes, algunas grandes, otras pequeñas, según las mismas tuvieran necesidad de un músico adicional para sus actividades. Trabaja con el grupo de Ruby Haddock y con algunos otros compuestos por músicos cubanos. Durante este período también trabaja con Vicentico Valdés y alterna con las agrupaciones de Pérez Prado, Tito Puente, Tito Rodríguez, Rafael Muñoz y Machito. Asimismo, toca con orquestas puertorriqueñas de paso por Nueva York, como la Orquesta Happy Hills, de San Germán y la de Joe Valle. El ciclo musical de su vida en Nueva York se completa al entrar a trabajar permanentemente en el Club El Morocco, uno de los centros de trabajo mejor remunerados. Los integrantes de la orquesta de El Morocco, dirigida por el pianista cubano Freddy Alonso, son cubanos, dominicanos, italianos y dos puertorriqueños: el cantante y Filiberto.

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Cleopatra, en el cual se destaca la figura de Rosita Fornés. De ahí en adelante su pasiór por la música queda a un lado y se dedica a la causa de la revolución puertorriqueña. ¡Haste el día de hoy! Cumple de esa manera con el conocido precepto de Don Pedro: “Me dediqué a la política porque nací en un pueblo esclavizado. De haber nacido en un país libre hubiere dedicado mi vida a las artes, a las ciencias”.

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ES abrazo de la independencia La independencia requiere, como todo supremo bien, el sacrificio de todo lo más sabio, noble y puro de la nacionalidad. Pedro Albizu Campos

Los elementos que llevan a Filiberto a ser independentista son múltiples. Según él,

todos parten de una raíz de explotación tanto colonial como económica, generada por el sistema de producción capitalista que se le impone a los pueblos. No es una cosa súbita. No es “de pracatán” el desarrollo de su conciencia activa a favor de la independencia. Es como si fueran pequeños golpes que están penetrando en su conciencia. Algunos de naturaleza personal y otros de carácter más estructural, aunque todos íntimamente relacionados. El primero se relaciona con sus experiencias en los Estados Unidos. De niño, estuvo varios años en ese país con su madre obrera. Parte de su educación la hace allí. Ve y sufre personalmente los atropellos que se le infligen a todos los puertorriqueños que viven en

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Nueva York. La situación es particularmente horrible durante esos años. No cree, sin em­ bargo, que haya cesado. Ha variado la forma, pero la explotación, el atropello, el i abuso y la discriminación continúan siendo los mismos. ¡ Para la época en que va a Nueva York, ya tiene unas inclinaciones y unas preocupaciones de naturaleza social. No puede, en su mente de niño y de joven, explicarse cómo es posible que no tenga oportunidades de estudio. De estudiar lo que uno quisiera gratuitamente. Considera que la educación es un derecho, que no puede ser el privilegio de unas pocas personas que tienen acceso a los recursos que hacen falta para poder estudiar. Su mamá trabaja y gana veintinueve o veintiocho dólares a la semana, lo cual escasamente da para vivir, para comer. Duermen en el piso, no tienen cama, no tienen recursos de ningún tipo, se ven obligados a mudarse frecuentemente. Quiere estudiar arte, dibujo y su hermana desea estudiar música. En la prensa se presentan anuncios invitando a las personas a tomar clases para aprender a dibujar, para aprender arte. Él cree que es gratis. Va a Filiberto, su madre y su hermana Gloria Migdalia. Archivo particuh

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la escuela anunciada y arrastra consigo a su hermana para que haga la misma gestión. Al llegar a la escuela le empiezan a cobrar y él se marcha, avergonzado por haber tomado la iniciativa de hacer unas gestiones creyendo que no tiene que pagar. En su casa no tienen fondos para estudiar ni arte ni música. Escasamente tienen para sobrevivir. Recuerda perfectamente cómo en Nueva York nunca les querían alquilar apartamentos a los puertorriqueños. Los trabajos peor remunerados y más despreciados se reservan para los puertorriqueños. Los anuncios para el alquiler de apartamento dicen: no se admiten ni perros ni puertorriqueños. O sea, que la política de interiorización de nuestro pueblo, instaurada en la misma colonia, se extiende con todo su furor en contra de los boricuas que viven en las ciudades de los Estados Unidos. Como consecuencia de toda esa situación, la que sufre todo puertorriqueño que emigra hacia la ciudad de Nueva York, de una manera no explicable, en ese momento siente resentimiento, pero sencillamente sigue su vida normal, lo que todo el mundo hace dentro de esas circunstancias. Aclara que no se trata de un resentimiento por odio hacia ser humano alguno sino por la aceptación obligada de lo que es un sistema de vida cimentado en la desigualdad y la opresión. En el plano general hay varias situaciones específicas que calan muy hondo dentro de su ser. Él estaba a punto de ingresar a la Universidad de Puerto Rico cuando surge la huelga de 1948. Después de la huelga se le comienzan a despejar ciertas inquietudes, pero no como una cosa activa sino como una de estar pendiente para poder entender asuntos que anteriormente estaban vedados para él. Es un proceso que se inicia más claramente en el 1948 porque es en ese año que comienza a cobrar conciencia de la problemática vivida como parte del pueblo. Ese proceso continúa desarrollándose en él y ya en 1958 se identifica públicamente con la independencia. Hay algunas experiencias que contribuyen a remachar esa identificación. Entre los nuevos elementos que ayudan a consolidar su posición independentista están el haber vivido el ataque a la Casa Blair por Oscar Collazo y Griselio Tórresela y lo que él siente en esos momentos cuando toda la prensa lanza agresiones verbales de carácter

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EL ABRAZO DE LA INDEPENDENCIA

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despreciativo en contra de estos patriotas y en contra de Don Pedro. Es un torbellino interno. Aunque el período es breve, causa en él un impacto enorme y aunque no estaba activo en ninguna organización comienza a identificarse plenamente con la independencia. Se siente muy orgulloso de Don Pedro y muy orgulloso de Oscar Collazo. Es un orgullo que emana del respeto que siente por unos seres humanos que están ofreciendo sus propias vidas para que todos los puertorriqueños tengan el derecho a existir libremente, para que puedan ser capaces de tomar en sus manos las riendas de su destino y que colectivamente, como pueblo, tengan el derecho, por demás inalienable, a sobrevivir “para sí", como pueblo. Se siente profundamente orgulloso del valor, del arrojo, de la voluntad que desplegan estos seres humanos que exponen sus vidas por todos los puertorriqueños. Se siente enardecido de orgullo al ver que existen puertorriqueños que demandan respeto y que lo hacen con el más profundo sentido de dignidad, de sacrificio y de entrega. El ataque a la Casa Blair. Archivo particular. Esas huellas las carga con él y sabe que jamás traicionará esos ejemplos. Nuestro pueblo no puede claudicar con semejantes forjadores de conciencia puertorriqueña. Es esto algo ya irreversible. En el 1954 esos sentimientos se refuerzan con el ataque al Congreso de los Estados Unidos. De ahí en adelante, cada vez que va a alguna actividad en la cual se realizan colectas, da su contribución y si se piden firmas para la excarcelación de los patriotas o para su

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defensa, él firma. Ayuda económicamente, aunque sea muy limitadamente. En esos momentos hace todo lo que puede por cooperar. Pero estos son elementos de identificación con todavía muy poca acción personal. En el 1958, se adentra políticamente en la lucha. En Nueva York tiene muchos amigos y muchos compañeros que son cubanos muy progresistas. A través de ellos conoce la Revolución Cubana. Inmediatamente entra al Movimiento 26 de Julio y comienza a activarse políticamente. Es curioso que sea la participación en ese movimiento lo que le enseña que tiene que comprender mejor la lucha de su pueblo puertorriqueño y que es en Puerto Rico y con Puerto Rico donde tiene que activarse y trabajar, inclusive para desarrollar y consolidar la Revolución Cubana. En ese momento se inscribe y pasa a ser miembro del Movimiento Libertador Puertorriqueño en la ciudad de Nueva York. Este surge como organización política patriótica en la urbe neoyorquina poco después de que se fundara la Federación de Universitarios Pro Independencia en Puerto Rico y antes de que hiciera su aparición el Movimiento Pro Independencia de Puerto Rico, que fuera dirigido por el destacado patriota independentista don Juan Mari Brás. El Movimiento Libertador lo dirige Pelegrín García, un destacado activista durante la huelga estudiantil del 1948 y participante en numerosos actos de luchas reivindicativas en pro de los puertorriqueños en la ciudad de Nueva York. Su sentido de solidaridad con la lucha del pueblo cubano, la cual estaba en pleno auge, lo lleva a intentar llegar a Cuba en una excursión solidaria con el Movimiento 26 de Julio, el cual para esa fecha se encuentra en pleno proceso de lucha en la Sierra Maestra. La expedición de la cual Pelegrín García forma parte tiene dificultades debido a problemas con la embarcación durante su travesía y los expedicionarios se ven forzados a regresar. Pelegrín García es un orador fogoso y un intelectual versado en la historia de Puerto Rico. Ofrece cursos muy importantes y completos sobre el desarrollo histórico puertorriqueño, todos los cuales Filiberto toma. Pelegrín da seminarios dos veces a la semana y Filiberto participa en todos. Al final de los seminarios se organiza un acto de graduación para los participantes y a cada uno se le otorga un diploma. Recuerda, como si fuera el día de hoy,

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que la graduación se lleva a cabo en un lugar muy grande en Nueva York: el Huntspoint Palace. Ese día asisten cerca de dos mil puertorriqueños a esa actividad de graduación en la cual Filiberto recibe su diploma. Para esa época él ya es músico profesional y trabaja y colabora con el Movimiento 26 de Julio. También está activo en las luchas de la comunidad puertorriqueña y participa en todo tipo de marcha, en todo tipo de actividad, en todo tipo de gestión política que se va gestando y desarrollando a través del Movimiento Libertador. Además de dar su apoyo económico, por tener en esos momentos buenos ingresos, una de sus tareas es la de transportar a los compañeros a todas las actividades de carácter organizativo. Las actividades del Movimiento Libertador se realizan en coordinación con las del Movimiento 26 de Julio. No hay actividad organizada por la agrupación puertorriqueña en la cual no se incluya al 26 de Julio. Por el otro lado, no hay actividad del 26 de Julio en la cual el movimiento puertorriqueño no esté presente. El que Filiberto milite en el movimiento dirigido por Pelegrin García no significa que no esté completamente activo dentro del Movimiento del 26 de Julio. Participa en un gran número de actividades conjuntas porque prácticamente es aquél el momento coyuntural más fuerte en vísperas del triunfo de la Revolución Cubana. En su camino hacia la aceptación total de la independencia para Puerto Rico como norte de su vida hay factores formativos que ayudan a fijar la independencia en su conciencia. Sus lecturas infantiles más importantes son las fábulas de Esopo, todas las cuales contienen un mensaje de carácter moralizador muy profundo. Igualmente lo son las enseñanzas mo­ rales que va internalizando como resultado de su educación católica religiosa y los cuentos que su madre le lee, todos los cuales siempre tienen contenido positivo y humorista. Más adelante en su vida, la lectura de libros como El Quijote y Los Miserables tocan profundamente su sensibilidad y su sentido de justicia. Ya en la adultez, a través de los estudios más formales, entra en contacto con la literatura puertorriqueña, particularmente con las obras de René Marqués, Juan Antonio Corretjer, Francisco Matos Paoli y otros autores puertorriqueños. También con los escritos políticos de Carlos Marx, Federico Engels, Mao Tse Tung, Lenin, Trotsky, Althuser, Gramsci y, preferentemente, los de otros autores teórico-

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prácticos que no sólo atienden a conceptos ideológicos universales sino que le dan comprensión de su identidad y lo guían por el camino de su propio yo puertorriqueño y caribeño. Se trata de Betances, Hostos, Martí, Albizu, Corretjer, Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara, en fin, todos aquellos que han sido importantes señaladores de nuevos senderos para la humanidad, particularmente después de la pasada década del cuarenta. Sin em­ bargo, hace énfasis en que no puede decir que fueron los intelectuales los únicos que ejercen una influencia en su formación y su conducta revolucionaria. Nuestros luchadores y mártires también han sido motivo de orgullo para él y cuyos ejemplos ha intentado seguir. Decenas de patriotas y mártires de nuestra tierra que han sacrificado sus vidas para que podamos plasmar en nuestra realidad lo que somos: puertorriqueños. La Revolución Cubana impacta, en su vida adulta, su desarrollo independentista. Dicho evento histórico capta su mente en los años previos a su triunfo en el 1959. Sus postulados y objetivos, los cuales se daban a conocer a través de numerosas publicaciones y entrevistas que se le hacen a Fidel Castro, son muy convincentes al igual que la estrategia y la concepción de lucha que el Ejército Rebelde desarrolla para derrotar al régimen de Fulgencio Batista. El programa que enuncia Fidel Castro es de profundo contenido social, de igualdad, de humanidad y de solidaridad humana. Se hacen sentir la atracción y la capacitación ideológica que emanan de un mensaje representativo del sentir de los sectores explotados y de la solidaridad con el pueblo puertorriqueño. La influencia de ese mensaje es para él impactante, pues le brinda el que por primera vez pueda identificarse plenamente con ideas que reflejan su propio sentir de vida y de igualdad; ese mensaje identifica, en cierto modo, la raíz del problema de la humanidad. En otras palabras, tiene un contenido universal y eso le parece que llega no sólo a él como puertorriqueño sino también a decenas de miles de hombres y mujeres en el mundo y, muy particularmente, en América Latina. Su identificación con esos conceptos lo lleva a hacerse miembro del Movimiento 26 de Julio y a orientar el rumbo de su vida hacia la Revolución Cubana. Él considera que ese proceso de identificación con la Revolución Cubana es lo que profundiza el sentir que ya cargaba en su ser, que era su sentido de puertorriqueñidad, de orgullo patrio, de orgullo caribeño y latinoamericano. La

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influencia es decisiva y de ello se siente muy orgulloso. En conclusión, las razones que mueven a Filiberto a abrazar la independencia de Puerto Rico y a dedicar su vida a la lucha por esta causa, él las resume así: “La razón principal que lleva a uno a ser independentista es el sentirse inferiorizado y el sentirse incapacitado para ejercer todos los derechos que le corresponden a cada ser humano y a todos los pueblos, ver el sufrimiento de todos los puertorriqueños en la miseria, tanto en Puerto Rico como en los ghettos de Estados Unidos. Una de las situaciones fundamentales que impactan a uno es el sistema de explotación, el cual es una combinación de dos factores. Primeramente, el factor de falta de libertad nacional, a nivel de nación, a nivel de pueblo, en términos de soberanía. Y, también, pesan mucho, quizás mucho más, las injusticias que este sistema le impone a los seres humanos y en particular a los puertorriqueños. Se crea así una doble explotación. Cobrar conciencia de esos elementos es todo un proceso, es lo que me dirige hacíala vía de la lucha libertaria. Todo esto profundizado por el conocimiento que se adquiere sobre el enemigo no solamente de los puertorriqueños sino de toda la humanidad. A esto cabe añadir el desarrollo de la solidaridad política con la Revolución Cubana y vivir de cerca las agresiones que el gobierno norteamericano le inflige a la República de Cuba y a la Revolución Cubana”.

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LOS HEROES SE AMOTINARON Por Andrés Castro Ríos

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De pie este día, cantando, recuerdo mi estirpe amada, playa de azul madrugada al amor corazonando, Bayoán vino estrenando su piel en los bejucales, rayos de agua triunfales surgieron del puro intento, viendo que, al paso del viento, no eran dioses inmortales.

2 Casa de la rebelión fue nombrada nuestra casa, cumbre de la indiana brasa izada en el corazón. Encendida la razón se fue nutriendo la hora, la flecha madrugadora madrugando iba al tirano, y con el fuego en la mano Guarionex trajo la aurora. 3 Después de aquella alegna disparada de mañana, abría nuestra ventana alguien que en el mar gemía. De lejos sangre venía a mezclarse entre mis venas, me trajo gritos y penas, cantares y sentimientos, y un triste remordimiento resbalado en sus cadenas.

4 Negro padre y negro hermanof brazo en la canción ardido, el barco aquel del oluido puso tu mano en mi mano. Juntos al sol soberano luchamos contra la herida, subimos la amanecida desbaratando eslabones, como puños cimarrones agarrados a la vida. 5

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De ahí Batanees el puro vino con su acento fiero, puso su sangre El Leñero contra el tiránico muro. Pulso de fuego seguro regaron desde su entraña, y a la orilla de su hazaña con probada valentía, vibraba Eugenio María contra el grillete de España.

Y desde el sol de Hormigueros otro Hombre rumoroso andaba el pecho espacioso de los latidos guerreros. Contra extraños carceleros su puño se levantaba, en la luz se iluminaba su ancha estirpe de varón, y en medio del corazón Segundo Ruiz se elevaba.

Poema de Andrés Castro Ríos. Pensamiento Crítico. Septiembre - Diciembre 1985, página 24.

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¡Gloria a aquella gallardía de nuestros padres pasados, —con besos arrebatados Albizu Campos vertía—! Pedro trajo otra alegría que sangre adentro guardamos. Siempre que nos rebelamos contra las garras del gringo, lloramos aquel domingo, aquel Domingo de Ramos

Pedro les puso en la cara a los tiranos de oficio los disparos de su juicio con una conciencia clara. El tiempo que nos separa nos une desde un arcano, con un beso en cada mano llama a izar nuestro desvelo, desde el fuego de su cielo nos llama el Buen Borincano.

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De pie este día, cantando, los héroes se amotinaron y sus cachorros dejaron su rebelión celebrando. Mi estirpe sigue agitando los puños en una hoguera: el amor como bandera, la libertad, la justicia, verán el alba que inicia nuestra roja primavera.

10 Nuestra roja primavera tiene, hermanos, una aurora: materia libertadora de una raza justiciera. La alegría venidera está alterando sus ruidos para que, con sus latidos, se alce el fuego de esta historia y en medio de la victoria despierten los oprimidos

a 27 de julio de 1985

Poema de Andrés Castro Ríos, Pensamiento Critico, Septiembre - Diciembre 1985, página 25.

Y ahora, ¿qué? No se puede aplastar la libertad con el soborno, la tiranía y el asesinato. Pedro Albizu Campos

La identificación y el trabajo público a favor de la independencia producen,

primeramente, una aceptación total del ideal por parte de Filiberto. No hay motivación personalista; sencillamente es una de carácter colectivo, de trabajar por nuestro pueblo. Siente que en su entrega al trabajo es un militante, un soldado. Recuerda a Betances y a don Pedro. Seres que no tenían nada para ellos, que todo lo dan a la lucha y al pueblo. Ese sentido de dación es lo que ha escogido como importante, es su motivación fundamental y la cual marca el hecho de que al momento siga siendo como era al inicio de la lucha. Cuando comienza a involucrarse en las actividades políticas esto tiene un efecto drástico sobre la familia en lo económico ya que aunque aseguraba unos ingresos, parte de ellos van dirigidos a la aportación económica que se hace a la lucha. Así es que, desde ese punto de

YAHORA¿QUÉ?

vista, la familia va a tener que imponerse un sacrificio. Como parte de su activismo político participa en todas las marchas que se llevan a cabo a pesar de que hay una confrontación terrible, promovida por la “gusanera” que había llegado a Nueva York. Recuerda que en una ocasión organizan una marcha para ir frente a la sede de la Organización de las Naciones Unidas. La Policía les tira los caballos encima. Los “gusanos” tratan de interrumpir la actividad y se forman tremendos motines. A él le dan macanazos en la cabeza y lo arrestan. Pero fue un arresto preventivo, de esos en los que detienen a la persona, la llevan al cuartel, “le leen la cartilla” y la dejan en libertad. No hay una acusación como tal sino golpes. El Movimiento del 26 de Julio y el Movimiento Libertador Puertorriqueño organizan frecuentemente actividades conjuntas. Y las luchas a nivel físico se repiten. Son actividades de puertorriqueños y cubanos juntos y la participación puertorriqueña en esos actos es una muy destacada. Hay varios incidentes adicionales, específicamente entre el Movimiento Libertador Puertorriqueño y la Policía. Uno de ellos es una agresión en contra de Pelegrín García. Prácticamente, lo matan a palos los policías. Es una agresión brutal. A Filiberto no lo detuvieron porque no estaba en el lugar específico donde ocurre el ataque. En esa ocasión, según su mejor recuerdo, se está desarrollando una huelga o algo relacionado con los obreros y, también, en demanda de la independencia de Puerto Rico. Este reclamo siempre está en la agenda del Movimiento Libertador. Y Pelegrín es atacado brutalmente, al punto de que le rompen la cabeza quedando gravemente herido. Entonces lo llevan aun hos38

der[Fl,l¡ben°'madre de Fil,t>eno y su hermano wiinbardo. pital, lo curan y a los dos o tres días Filiberto le

pide que vayan a la redacción del New York

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Times a denunciar lo ocurrido. El diario tiene la oficina allí mismo, en Times Square. Él piensa que la prensa va a tomar acción ante una agresión tan brutal como la que se da en contra de Pelegrín. Fue bien grave lo ocurrido pero cuando llegan al periódico los despachan de inmediato sin hacerles caso. Les preguntan si tienen cita y al ellos contestar que no les dicen que en esos momentos no hay nadie que los pueda atender. Según fueron así tienen que regresar. Sin nada, porque no los atendieron. Todas las actividades del Movimiento Libertador están vigiladas por el FBI y todas las actividades del 26 de Julio también están vigiladas por el FBI, cuya presencia se nota por dondequiera, incluyendo la mencionada actividad de graduación. De hecho, parte del discurso que Pelegrín hace ese día va dirigido a los agentes del FBI allí presentes. En esa ocasión I hay mucha gente, cerca de dos mil personas. El FBI [ está presente en todas las actividades. Se llevan a ! cabo actos en diferentes localidades y en todos I siempre hay gente que no es de la nuestra, hay carros ! de policías y vigilancia del FBI. No hay duda de que el despliegue de la fuerza represiva, sobre todo en • las actividades, es con el fin de intimidar a los | participantes. Pero no tienen éxito. Los nuestros i siempre echan pa’lante con más actividades y * acciones de protesta. La cosa cambia cuando Filiberto toma la í Iris, hija de Filiberto. Archivo particular. decisión de irse a Cuba. Se va con toda la familia.

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Y AHORA ¿QUÉ?

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Las personas que están con él en el colectivo del 26 de Julio en Nueva York se van antes que él para Cuba. Ellos tienen la intención de abrirle camino y hacer posible que a su llegada tenga un lugar donde establecerse. Él sólo espera llegar para comenzar a trabajar, colaborar con la Revolución y garantizar el bienestar de su familia, particularmente de sus hijos. Su aspiración es que sean buenos puertorriqueños. Que aunque se crien en Cuba, sientan su latinoamericanidad y se sientan puertorriqueños a través de lo que él les enseñaría de su patria. Al llegar al puerto de La Habana en el barco español Covadonga, espera por que sus amigos le envíen un mensaje y que se le permita bajar del barco. Ninguna de esas cosas se da. El barco está en el muelle durante muchas horas y nadie se comunica con él y tampoco puede bajar debido a que no tiene visa o permiso para entrar a Cuba. Ya entrada la noche, el barco se prepara para zarpar hacia el puerto de Veracruz y, Filiberto ante su preocupación de llegar a un lugar sin conocer lo que va a suceder, decide buscar el lugar más alto del barco en cubierta -eran más de cinco pisos de altura sobre el nivel del mar- y se lanza al agua completamente vestido. Todo eso mientras el barco suena sus típicas bocinas indicando que está a punto de zarpar. En la caída, y antes de dar en el agua, toda su vida pasa ante sus ojos. Se dice que eso sucede cuando el peligro de perder la vida es real. Él no sabía si iba a dar en el agua o en algún remolcador que estuviera próximo al barco, pues la visibilidad era nula. Al dar en el agua, vuelve de inmediato a la realidad y comienza a nadar en aguas grasosas hacia el muelle más cercano. Prácticamente no puede subir pero, finalmente, después de grandes esfuerzos, lo logra sólo para encontrar en el muelle a varios milicianos, fusiles en mano, que lo arrestan. Lo llevan a ver al jefe del puesto de inmigración. Allí expresa palabras fuertes de crítica contra ellos, aún cuando éstos se excusan y le explican que no se le había informado nada debido a que estaba planificado que él llegara a Veracruz, desde donde se organizaría su ingreso a Cuba. Se le informa, además, que el cambio de planes se debe al hecho de que ha sido seleccionado para realizar

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