Introducción a la técnica de investigación en ciencias de la administración y del comportamiento


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Introducción a la técnica de investigación en ciencias de la administración y del comportamiento

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Erica Doring y González Hermosillo 2009 Área Modular Técnico-Instrumental Fase Profesional Antología Metodología para el análisis de información político-electoral y la construcción de discursos institucionales Derechos Reservados 2009 Esta edición y las características de la misma son Propiedad del Instituto Federal Electoral Viaducto Tlalpan No. 100 (esq. Periférico sur) Col. Arenal Tepepan, Del. Tlalpan C. P. 14610, México, D. F.

2

Índice Introducción a la técnica de investigación en ciencias de la administración y del comportamiento (Fernando Arias Galicia)

9

Inicio de la investigación

10

1. El problema

10

2. Papel de la casualidad

12

3. Planteamiento del problema

13

3.1 Necesidad de las definiciones

15

3.2 Reglas para definir

18

4. Hipótesis

20

4.1Requisitos de las hipótesis

22

4.2 Funciones de las hipótesis

25

5. Importancia del problema

28

6. Planeación de la investigación

29

6.1 Planeación del proceso de investigación 7. Entrevista

29 31

7.1 Tipos de entrevistas

32

7.2 Limitaciones de la entrevista

33

8. Cuestionarios 8.1 Tipos de cuestionarios

35 35

3

8.2 Limitaciones de los cuestionarios

42

8.3 Precauciones en la redacción de cuestionarios

45

Bibliografía

47

Metodología y técnicas de investigación en ciencias sociales. Introducción elemental (Felipe Pardinas)

59

1. Tres diferentes tipos de conocimientos

60

1.1 Descripción, explicación y predicción de conducta de fenómenos

60

1.2 Conocimiento: popular, de divulgación, científico

61

1.3 Objetivos más importantes del estudio de la metodología

92

2. Tipos y técnicas de observación científica de los fenómenos 2.1 Observaciones Generales

95

2.2 Algunas técnicas preliminares a las observaciones de campo

117

2.3 Entrevistas

122

2.4 Cuestionarios

126

3. El problema objeto de la investigación

4

95

134

3.1 Algunos tipos de problemas

134

3.2 Habilidad para descubrir un problema significativo

139

3.3 Criterios para calificar un problema

140

3.4 Serendipity

141

3.5 Análisis de los términos del problema

141

3.6 Problemas latinoamericanos

143

3.7 Relaciones con cuerpos teóricos más amplios

144

4. La hipótesis en el trabajo científico

145

4.1 Hipótesis y problemas

145

4.2 Los términos de la hipótesis

146

4.3 Fórmula simbólica de una hipótesis

147

4.4 Algunas clases de proposiciones

150

4.5 Condiciones de la hipótesis

153

4.6 Hipótesis alternativas

154

4.7 Hipótesis nula

155

4.8 Hipótesis de trabajo

156

Bibliografía

157

La investigación científica (Mario Bunge)

1. El enfoque científico

163 164

1.1 Conocimiento: ordinario y científico

164

1.2 El método científico

170

1.3 Las ramas de la ciencia

179

1.4 Objetivo y alcance de la ciencia

185

2. Problema 2.1 La fuente de la ciencia Bibliografía

196 196 203

5

Teoría del conocimiento (Hessen)

205

Introducción

206

I. La esencia de la filosofía

206

II. La posición de la teoría del conocimiento en el sistema de la filosofía

212

III. La historia de la teoría del conocimiento

214

1. Teoría general del conocimiento. Investigación fenomenológica preliminar 1.1 El fenómeno del conocimiento y los problemas contenidos en él 2. El origen del conocimiento

215 215 222

2.1. El racionalismo

222

2.2 El empirismo

227

2.3 El intelectualismo

230

2.4 El apriorismo

232

2.5 Crítica y posición propia

233

Comunicación Política y Opinión Pública (Oscar Ochoa)

237

1. Comunicación política y sus procesos

238

6

Objetivo

238

Introducción al capítulo

238

Preguntas para reflexionar

239

Comunicación política y opinión pública: una aproximación conceptual

239

Comunicación política

239

Opinión pública

244

Orientaciones de la opinión pública

247

La opinión pública en la actualidad

251

Áreas de la comunicación política

256

La opinión pública

257

El análisis de contenido de los mensajes

257

La propaganda política

257

La conducta político-social

258

El liderazgo y los grupos de poder

258

Los efectos de la comunicación política

259

Propósitos de la comunicación y opinión políticas

262

2. Géneros de mensajes políticos

264

Objetivo

264

Introducción al capítulo

264

Preguntas para reflexionar

265

Los mensajes políticos

265

Rasgos característicos de los mensajes políticos

266

El discurso

267

3. La investigación de la comunicación política

272

Objetivo

272

Introducción al capítulo

273

7

Preguntas para reflexionar

273

El proceso de investigación

273

Aplicación de sondeo de opinión

275

El estudio de las actitudes

275

El análisis de mensajes políticos

282

El análisis de textos políticos

282

Análisis de los espacios de la prensa

282

Análisis interpretativo

284

Análisis de titulares

285

Análisis del diferencial semántico (o de tendencias lingüísticas o de perfil de polaridades)

286

Bibliografía

8

290

9

Inicio de la investigación La búsqueda de la verdad es más hermosa que la verdad misma. Alberto Einstein

La verdadera ciencia enseña a dudar y, en la ignorancia, a abstenerse. Claudio Bernard

Preguntar quiere decir tener el valor de soportar la amargura de la realidad. Weischedel

1. El problema Dice una vieja receta de cocina: ―para hacer un guiso de liebre, atrápese primero la liebre‖. Asimismo, para investigar es necesario contar primero con un problema para resolver. Podrán establecerse muchas recetas para cazar liebres, pero ninguna para detectar problemas. Estos surgen cuando el estudioso encuentra una laguna teórica, dentro de un conjunto de datos conocidos, o un hecho no abarcado por una teoría, un tropiezo o un acontecimiento que no encaja dentro de las expectaciones en su campo de estudio. Recuérdese también que algunos problemas serán planteados a los profesionistas, por sus clientes. Es desde luego, necesario estar compenetrado en la materia y conocer sus vericuetos, para encontrar problemas. En efecto, sólo conociendo a fondo los fenómenos estudiados y la estructura total de la teoría que los contempla, pueden detectarse las irregularidades o las lagunas existentes en el cuerpo de conocimientos. No existe la ―generación espontánea‖ en el proceso científico. Así como la vida siempre proviene de la vida, en la investigación los problemas surgen siempre del conocimiento previo. El problema es el punto de partida de la investigación. Si no se tiene problema alguno, ¿qué se va a investigar? Por otro lado, es necesario no olvidar que muchos problemas serán planteados por los clientes de los profesionistas y que, aunque no pretenden

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aumentar el caudal de conocimientos, sino resolver casos concretos y limitados, es imprescindible seguir el proceso de la investigación científica para resolverlos. En otras palabras, la indagación científica no sólo es aplicable por las grandes eminencias y en centros de estudios superiores, sino que puede ser empleada por cualquier profesional en sus labores cotidianas; sin embargo, el cliente del profesionista se enfrenta a una laguna en su conocimiento, que desea llenar para poder tomar decisiones acertadas. Véanse en seguida dos ejemplos en los cuales se narra brevemente la forma en la cual, dentro del marco de conocimientos, surgieron hechos inesperados, contradictorios a la teoría, o desconcertantes: generadores de avance en el campo de la psicología, y que han tenido repercusiones en mercadotecnia y en diversas teorías de la organización. Pavlov, el gran fisiólogo ruso, estudiaba las secreciones del estómago. En sus experimentos se veía constantemente obstaculizado porque los perros que le servían de sujetos de estudio salivaban y secretaban ácidos estomacales frecuentemente, sin que existiera, aparentemente, factor alguno que provocara estas respuestas. Los perros secretaban ante el alimento y, con frecuencia sin él, lo cual constituía un hecho insólito y un obstáculo para el trabajo de Pavlov, pues no podía, como hubiera deseado, controlar totalmente las secreciones, dificultando esto la experimentación. La salivación, aparentemente caótica, constituía una verdadera interferencia en su tarea. Sin embargo, empezó a tratar de relacionar las secreciones ocurridas sin estímulo, con otros eventos. Notó que algunos perros salivaban ante su presencia o ante la de alguna de sus ayudantes. Siguió investigando y relacionando unos datos con otros. El resultado es conocido perfectamente: el descubrimiento de los reflejos condicionados. Este nuevo campo absorbió completamente la atención de Pavlov, pasando a segundo término la fisiología del aparato digestivo. En pleno auge del conductismo norteamericano, preconizador de la fórmula estímulo-respuesta, allá por los años veintes, una importante corporación, la Western Electric, Co., se interesó por determinar las condiciones ambientales óptimas para la producción. Por tanto, inició una serie de estudios tendientes a señalar los grados de luminosidad que darían mejores resultados. (Guerreiro Ramos, sin fecha.) Al efecto se seleccionó un grupo experimental de operarios. Sobre este grupo se introdujeron cambios en la luminosidad del local de trabajo. Otro grupo, denominado control, no sufrió cambio en la luminosidad. Se inició el experimento, incrementando la luminosidad, con lo cual se aumentó la producción de ambos grupos. Volvió a incrementarse el

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grado de luminosidad y nuevamente se registró un ascenso en la tasa reproducción. Para efectuar una contraprueba, se disminuyó la intensidad de la luz, esperando ―obviamente‖ un descenso en el nivel de producción. Pese a las expectaciones la producción volvió a incrementarse en ambos grupos. Los primeros investigadores dejaron ahí la tarea, pero otros se enfrascaron en nuevos experimentos en los cuales se permitía la libre conversación entre las operarias, se les proporcionaba café durante la jornada, antes de efectuar un cambio se comentaba con ellas, etc. Descubrieron que tan solo el hecho de haber sido escogidas para participar en el estudio, daba a las operarias un tinte de orgullo ante las demás compañeras de la factoría. Los estudios, prolongados durante varios años, llevaron al descubrimiento de la actitud en el personal, de la influencia del grupo en la situación de trabajo, y a toda una nueva concepción de la psicología laboral, cuyas repercusiones han llegado hasta las teorías administrativas en nuestros días.

2. Papel de la casualidad Ahora bien, ¿qué condujo a los investigadores a fijar su atención en los fenómenos que estudiaron? Pavlov no fue el primero en estudiar la fisiología del sistema digestivo en los perros. Muchos otros lo hicieron antes que él. Seguramente a ellos se les presentó la dificultad de controlar adecuadamente la salivación. Los reflejos eran conocidos desde mucho tiempo antes.1 Mayo y Roethlisberger y sus colaboradores no fueron tampoco los primeros en tratar de establecer las condiciones óptimas para la producción. ¿Por qué sólo ellos pudieron llegar a esos descubrimientos?, ¿por casualidad? Es lugar común, muy difundido, pensar que muchos descubrimientos científicos se deben a la simple casualidad. ¿No por casualidad dejó Roentgen una placa fotográfica cerca de uno de sus bulbos, dando lugar al 1

En 1878 el eximio Claudio Bernard, autor de la Introducción al estudio de la medicina experimental, escribió: “El sistema nervioso, sensitivo y vasomotor, preside todos los fenómenos de circulación local que acompañan a las funciones orgánicas; es así que la saliva corre abundantemente cuando un cuerpo con sabor va a impresionar los nervios de la membrana mucosa bocal y que el jugo gástrico se forma bajo la influencia del contacto con los alimento y de la superficie sensible del estómago. No obstante, esta excitación mecánica sobre los nervios sensitivos periféricos, que vienen a resonar en los órganos por acción refleja, puede ser reemplazada por una excitación puramente psíquica o cerebral. “Un experimento sencillo viene a proporcionar la demostración.” “Tomando a un caballo en ayunas, se descubre sobre el lado de la mandíbula el canal excretor de la parótida, se ve su conducto y se observa que nada fluye de ahí: la glándula está en reposo. Si entonces se hace que el caballo vea la avena o mejor, si sin mostrársela, se ejecuta un movimiento que indique al animal que se le va a proporcionar su alimento, al instante un chorro continuo de saliva fluye del conducto parotídeo, al mismo tiempo que el tejido de la glándula, se inyecta y se convierte en el sitio de una circulación más activa.” Sin embargo, no fue más allá. Corresponde a Pavlov el mérito de estudiar a fondo el fenómeno, descubrir sus nexos con los estímulos y dar nacimiento a una teoría que intenta explicar la conducta en general.

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descubrimiento de los rayos X? La casualidad decía el eminente Pasteur, es una dama veleidosa que solamente se entrega a quien sabe cortejarla. Ramón y Cajal (1946) anota: ―…es forzoso convenir en que, si muchos sabios descubrieron lo que buscaban, todos ellos buscaron con admirable tenacidad y fueron dignos del éxito porque con rara penetración acertaron a sorprender los grandes progresos latentes en las tímidas y pragmáticas revelaciones del acaso. En suma: el azar afortunado suele ser casi siempre el premio al esfuerzo perseverante‖. En otras palabras, únicamente quien se encuentra preparado para obtener provecho de pequeños detalles que para otros pasan inadvertidos, o quien puede encontrar significado donde otros no ven sino datos sin importancia o escollos insalvables, está en posibilidad de hacer aportaciones importantes a la ciencia. Freud trabajó en su juventud con la cocaína, pero desaprovechó la oportunidad de emplearla como anestésico local, correspondiendo la gloria de tal descubrimiento a Koller. (Robert, 1966.) Sin embargo, estuvo alerta en otro campo varios años después, para iniciar una teoría que ha hecho famoso su nombre: la teoría psicoanalítica. Taton (1967) relata muchos casos en que la casualidad propició los descubrimientos científicos; sin embargo, su conclusión en cada uno de ellos es la misma: sólo es fructífera la casualidad si está presente el investigador preparado.

3. Planteamiento del problema No sólo es necesario visualizar el problema, sino además plantearlo adecuadamente. El arte de plantear preguntas correctas se aprende gradualmente y no cabe duda que muchas de las dificultades actuales en la ciencia provienen de la carencia de un dominio completo de este arte. (Sullivan, 1956.) Se dice que cuando un problema está bien formulado, se tiene ganada la mitad del camino hacia su solución. En efecto, el planteamiento va a establecer la dirección del estudio para lograr ciertos objetivos, de manera que los datos pertinentes se recolecten teniendo en mente esos objetivos a fin de darles el significado que les corresponde. No es difícil encontrar investigadores profundamente aficionados a un método que tratan de aplicar a diferentes problemas, olvidando que cada uno tiene sus propias peculiaridades y requiere, por ende, un método adecuado. Puede decirse, pues, que el planteamiento del problema ayuda al control de los errores, puesto que un análisis del mismo ayuda a establecer sus diferentes ramificaciones y sus lagunas, así como las posibilidades de introducción de factores personales por parte del investigador. (Ghiselli y Brown, 1955.)

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Básicamente, el investigador se enfrenta al plantear el problema, a dos preguntas: ¿Qué es lo que trato de resolver o de conocer?, y ¿cómo voy a lograrlo? La respuesta a estas preguntas no es tan fácil como aparenta. En el planteamiento debe contemplarse tanto al problema como todos los demás datos conectados con él. Para ello, puede intentarse enlistar todos los componentes del mismo. Se selecciona una serie de datos que parezcan estar más íntimamente ligados al mismo, basando la selección en un marco teórico, es decir, la inclusión de un elemento del problema en la lista estará dada por la conexión teórica aceptable con los demás datos. Si no existe un encadenamiento conceptual entre varios componentes, no será posible encontrar un significado a la investigación. Supóngase que un psicólogo establece un ―índice de compatibilidad matrimonial‖, con el cual espera predecir el éxito de una pareja en el matrimonio. El ―índice‖ se obtendría por la siguiente fórmula:

en la cual: ICM = índice de compatibilidad matrimonial, P

= puntuación en un test de habilidad para reconocer números primos,

D

= número de pestañas en el ojo derecho, y

s

= número de veces que los contrayentes hayan leído juntos a Shakespeare.

El psicólogo de nuestro ejemplo, ¿podrá llegar a resultados satisfactorios? Seguramente no, porque si bien está incorporado en su fórmula una serie de datos, éstos no encajan dentro de teoría alguna respecto a la compatibilidad matrimonial ni puede mostrar lógicas conexiones entre sí. Dentro de las ciencias del comportamiento pueden citarse innumerables teorías que intentan explicar la conducta. Dentro del campo de la economía pueden citarse: el mercantilismo, el liberalismo, etc. En el campo de la administración tenemos: la administración ―científica‖ (Taylor), las ―teorías gerenciales‖, etc., y dentro de la contabilidad la teoría de la partida doble. Existen otras teorías aplicables por igual a diversas ciencias; por ejemplo, la teoría de los sistemas y la cibernética. Dos magníficas obras que muestran la interrelación de las teorías provenientes de las ciencias del comportamiento

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con las administrativas, son: Bruns y De Coster, Trillas, 1974; Strumpel, Morgan y Zahn, 1972; otra que relaciona disciplinas administrativas, matemáticas y del comportamiento es la de Frank, Kuehn y Massy, 1969. En algunas investigaciones, tal vez, las relaciones entre los componentes del problema no sean tan obvias, pero no es necesario desesperarse, porque la propia investigación podrá hacer resaltar esas conexiones. Otras no serán visibles sino hasta mucho después. En un principio, los elementos del problema pueden parecer dispersos o inconexos. Sin embargo, el marco teórico de referencia va a servir de principio unificador capaz de integrar en un conjunto armónico todos los componentes. A través de él, va a adquirir una significación unitaria el listado de posibles elementos. Este marco teórico nos da una visión de conjunto, haciendo resaltar aquellos componentes debidamente integrados, por constituir datos ya confirmados, contrastándolos con otros que requieren de una mejor atadura con el marco, es decir, de una mejor explicación. Son precisamente estos datos los que demandan una mayor clarificación, los que pueden llegar a convertirse en objetos de una investigación. Por tanto, al examinar nuestro problema desde estas perspectivas teóricas podemos detectar con mayor precisión las variables a considerar. Sin embargo, no debemos quedarnos sólo con aquellos componentes detonadores de una relación obvia. Debemos buscar otros que tal vez nos hayan pasado inadvertidos. Para lograrlo, Ghiselli y Brown (1955), recomiendan considerar todos los elementos integrados como si no lo estuvieran y explorar todas sus implicaciones teóricas; volver a aquellos elementos descartados en un primer momento y analizar sus posibles conexiones, y volver a aquellas ideas descartadas anteriormente y reexaminarlas. Con estos pasos se conseguirá analizar con más detalle los elementos del problema, evitando tomar únicamente los más familiares y evidentes.

3.1 Necesidad de las definiciones Un paso fundamental en el planteamiento del problema es la definición de los términos empleados para formularlo. De otra manera, la solución al problema no será fácil. Muchos descalabros se evitará el investigador si se preocupa por delimitar los términos que emplea. En algunos casos esos términos resultan relativamente claros, como cuando se habla de edad, o

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sexo masculino o femenino, pero en otros casos es indispensable determinar de una manera explícita el contenido de ellos pues ya no resultan tan fácilmente asequibles. Por ejemplo, cuando se habla de trabajadores calificados, o de esquizofrénicos, o de países subdesarrollados, o de estados de resultados, o de canales de distribución, es necesario proporcionar el contenido, las notas, de esos términos. Lo mismo puede decirse de términos tales como: parques industriales, transferencia de tecnología, niveles socioeconómicos y mercados de mano de obra. Si nos preguntamos: ¿cuál es la motivación del trabajador mexicano?, empleamos términos tan amplios y vagos que toda respuesta se hace imposible. En efecto, si definimos la motivación como un factor que inicia, dirige y sostiene una conducta hacia una meta, Harper (1962), debemos clarificar todavía que existen motivaciones conscientes y motivaciones inconscientes; unas biológicas, otras psicológicas y otras sociales, etc. Por otra parte, ¿cómo definimos al mexicano? Podemos tomar un criterio geográfico, un criterio jurídico, uno etnológico, etc., y seguramente encontraremos grandes diferencias entre cada uno de ellos. Si decidimos tomar el criterio geográfico, podemos preguntarnos: ¿un trabajador de Mérida es igual a uno de Tijuana? Si tomamos el criterio jurídico podemos inquirirnos: ¿un trabajador nacido y criado en el extranjero, pero de padres mexicanos es igual a un trabajador nacido y criado en México, pero de padres extranjeros?, y así sucesivamente. Aún dentro de una misma zona geográfica, ¿los trabajadores de todas las clases sociales son iguales? Por otra parte, debemos también definir lo que entendemos por ―trabajador‖. Tal vez en este ejemplo, encontraremos más excepciones que casos que confirmen la definición. Se han bordado muchas ―psicologías del mexicano‖, en las cuales no se ha intentado siquiera una definición del último término, de donde se sigue que no conducen a conocimiento alguno y sí a muchas vaguedades e impresiones.2 Si se preguntara: ¿Pueden aplicarse los mismos métodos de promoción de empresas en un país desarrollado que en uno subdesarrollado? Ante esta interrogante surge la necesidad de definir lo que se entiende por ―promoción de empresas‖, así como por ―desarrollo‖ y ―subdesarrollo‖. Si en una investigación de mercados nos encontramos con que el universo de la misma ―es el formado por las clases socioeconómicas alta y media, con un nivel educativo superior, de la ciudad de Torreón, Coah.‖, seguramente estaremos 2

Un buen ejemplo de intento para concretar los términos e investigar las motivaciones de los mexicanos es Estudios de psicología del mexicano, por el doctor Rogelio Díaz-Guerrero, Editorial Trillas, S. A., 3ª edición, 1968.

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frente a una serie de dificultades serias para entender realmente la investigación pues nos preguntaremos: ¿Entenderán los investigadores lo mismo que nosotros entendemos por clase alta y clase media o con lo vocablos clases A, B y C? El ―nivel educativo superior‖, ¿se referirá al que tienen las personas que poseen una educación universitaria?; en caso afirmativo, ¿incluirá a los estudiantes universitarios?; o ¿solamente a quienes ya terminaron sus estudios y además ya ha obtenido un grado?; ¿o a ambos? La definición ahorra esfuerzo. Las definiciones son auxiliares del investigador porque le economizan espacio, tiempo y atención. (Cohen y Nagel, 1934.) Al hablar de la audición, Harper (1962), anota que nuestra sensibilidad máxima se localiza entre los 2000 y los 4000 ciclos por segundo y que en la escala de los decibeles se aproxima al cero, requiriendo una presión menor a 0.0002 dinas/cm2. Esta afirmación es incomprensible para el lego, aunque el investigador de la audición puede comprenderla en toda su amplitud porque a través de su formación profesional ha adquirido el conocimiento que encierran los diversos términos: ciclos por segundo, decibeles y dinas; ha aprendido a manejar los aparatos necesarios para medirlos, así como las escalas correspondientes, etc. Cada vez que se encuentre con estos términos en la literatura científica, no necesitará recorrer nuevamente todo el proceso de aprendizaje de los mismos, sino su sola mención le hará comprender toda la extensión de ellos, pues han sido delimitados con anterioridad. Igualmente, el autor de un artículo sobre el tema, no necesitará emplear espacio y esfuerzo en explicarlos nuevamente. La definición es, en estos casos, un resumen de todo un conjunto de conocimientos conexos entre sí. La definición desbroza el camino. Por otra parte, la definición tiende a clarificar las ideas, suprimiendo las asociaciones accidentales y fuera de lugar. (Cohen y Nagel, 1934.) Frecuentemente el lenguaje común aporta términos a la ciencia; pero si éstos no son delimitados cuidadosamente, pueden dar lugar a asociaciones afectivas o sugerir significados que obstruyen el proceso de la lógica rigurosa. Especialmente en las ciencias administrativas y las del comportamiento, el lenguaje cotidiano invade la sistematización científica, por lo que es más necesario contar con términos clarificados. El lenguaje de los especialistas en una disciplina, en ocasiones es incomprensible para el lego; no porque los científicos traten de mantener oculto el significado de los mismos, sino porque los vocablos empleados se

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encuentran engarzados en sistemas conceptuales adquiridos sólo a través de la formación profesional. Por ejemplo: ―así, las matemáticas pueden establecerse como la ciencia en que nunca sabemos de qué hablamos ni si lo que decimos es verdad.‖ Esta definición podría parecer dada por un loco o por un ignorante. Sin embargo es la definición de Bertrand Russell (citado por Molina, 1954), uno de los grandes matemáticos y filósofos de nuestra época. Para comprenderla en toda su amplitud es necesario conocer el sistema de proposiciones postulado por este autor en Los principios matemáticos, Introducción a la filosofía matemática, Investigación sobre el significado y la verdad, Historia de la filosofía occidental, y en otras muchas de sus obras, de igual relevancia.

3.2 Reglas para definir Después de los ejemplos citados, se tratará de demostrar la dificultad existente para que conceptos vagos, oscuros e imprecisos, proporcionen un buen cimiento a la investigación. La función de la definición consiste en desbrozar los rasgos principales de la estructura de un concepto para hacerlo más preciso, delimitándolo de otros conceptos, a fin de hacer posible una exploración sistemática del objeto que representa. Si el lenguaje es vehículo del pensamiento, debemos preocuparnos por emplear palabras cuyo significado realmente transmita nuestras ideas en forma precisa. Para ello, es menester tener en cuenta cuatro reglas para definir. (Cohen y Nagel, 1934.) Dar la esencia. La definición debe dar la esencia de lo que se intenta definir; es decir, su naturaleza, sus notas características, sus límites precisos. Por ejemplo: ―Umbral es la energía mínima de un estímulo, necesaria para producir un respuesta.‖ Otro ejemplo: ―Salario nominal es la cantidad en dinero que paga el patrón al trabajador por sus servicios.‖ Otros ejemplos: ―Entendemos, para efectos de esta investigación, que la clase socioeconómica AB es aquella que comprende a las personas con ingresos mensuales iguales o superiores a $7,500.‖ ―Productividad es la relación existente entre la producción y los recursos empleados para obtenerla.‖ En comparación, tomemos esta ―definición‖: ―…cuando decimos el «hígado» tanto médicos como profanos nos estamos refiriendo conscientemente a un órgano concreto,…; pero inconscientemente, y más aún, en el profundo inconsciente que nunca llegó a la conciencia (inconsciente reprimido de Freud) el «hígado» debe representar muchas cosas…‖, así ―…aun cuando no

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sepamos bien todavía de qué hablamos,3 cuando digamos «hígado» o «lo hepático» entre comillas, nos estamos refiriendo a esa imagen inconsciente…‖ Pese a esta confesión, Chiozza (1963), se atreve a escribir un largo ensayo, plagado de ambigüedades como la anotada, titulado Psicoanálisis de los trastornos hepáticos. Evitar tautologías. La definición no debe ser circular, o sea, no debe, directa o indirectamente, contener al objeto definido. No nos saca de dudas la afirmación: ―La economía estudia los fenómenos económicos.‖ Ni tampoco esta otra: ―El estado de origen y aplicación de recursos es aquel que nos muestra el origen y asignación de los recursos de una empresa durante un periodo determinado‖, o: ―El estado de resultados es aquel que nos muestra los resultados obtenidos por una empresa durante un periodo determinado‖, o bien: ―El método lógico general llamado análisis es aquel que consiste en analizar cada una de las partes que conforman un todo‖. Expresión afirmativa. La definición debe expresarse siempre en términos afirmativos y nunca en términos negativos. Si señalamos lo que no es el objeto a definir, debemos agotar todas las posibilidades antes de acertar, lo cual puede ser un proceso muy largo y enojoso. La definición: ―La psicología no estudia la conformación de los crustáceos‖, no nos informa sobre la índole del campo de la ciencia psicológica. Emplear lenguaje claro. La definición debe expresarse en palabras claras y asequibles. No debe contener metáforas o figuras literarias. Veamos un ejemplo. Fromm (1956a), dice ―…La tercera necesidad básica del hombre es la de arraigarse… si el hombre pierde sus raíces naturales, ¿adónde se encuentra y quién es? Estaría solo, sin hogar; sin raíces; no podría soportar el aislamiento y el desamparo que significa esta situación… Se volvería loco…; puede, ciertamente permanecer atado por los lazos de la naturaleza, del suelo, de la sangre; pero si hace esto está paralizado el desenvolvimiento de su razón, de su independencia. Está atrapado en lazos incestuosos. La palabra incestuoso se emplea aquí no en sentido sexual, sino en el sentido emocional de permanecer atado en la tierra, por lazos de la sangre y del suelo…‖ En este caso, Fromm hace una metáfora con la ―madre tierra‖ y emplea tropos sin necesidad, corriendo el riesgo de oscurecer su argumento con una palabra cargada de afectividad y traumática para muchas personas. ¿Era indispensable correr el riesgo? En otra obra, 3

Cursivas del autor de este libro.

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conceptúa así la salud mental: ―La salud mental se caracteriza por la capacidad de amar y de crear, por la liberación de los vínculos incestuosos4 con el clan y con el suelo…‖ (1956b). La persona que lea esta definición sin haber leído la aclaración del autor, publicada en otra obra, puede caer en confusiones innecesarias. Existen diversas formas para definir. Una regla consiste en proporcionar el género próximo y la diferencia específica. Sobre esta base están dados los nombres científicos. Por ejemplo, homo sapiens indica que el ente conocido bajo este nombre pertenece a los homínidos, pero su capacidad intelectual y racional constituye la diferencia específica con los demás entes del género. Otra forma de definición es la operacional o genética, en la cual se establecen las operaciones que es necesario realizar para obtener el fenómeno en cuestión; dicho en otras palabras, se indica la manera de generar el fenómeno. Por ejemplo: ―si a un organismo se presenta un estímulo natural acompañado de otro y se repite el procedimiento un número suficiente de veces, el estímulo artificial termina por provocar la respuesta que antes era obtenida únicamente por la presentación del estímulo natural. Se dice entonces que se ha establecido un reflejo condicionado‖. El lector podrá darse cuenta que en esta definición se describen las operaciones necesarias para obtener actos condicionados. Dentro de la teoría de Keynes, el ahorro es la diferencia entre el ingreso y el consumo, a nivel nacional.

4. Hipótesis En el planteamiento del problema aislamos y seleccionamos algunos hechos y datos relevantes que, explorados más a fondo, sirven de base a la formulación de hipótesis. Ante el problema planteado, el profesionista establece una conjetura sobre soluciones al mismo; propone una explicación tentativa respecto a los fenómenos que le interesan y las situaciones relacionadas con éstos. Una hipótesis es una proposición respecto a algunos elementos empíricos y otros conceptuales y sus relaciones mutuas, que emerge más allá de los hechos y las experiencias conocidas con el propósito de llegar a una mayor comprensión de los mismos. (Guiselli y Brown, 1955.) Las hipótesis germinan y crecen a través del razonamiento, pero contienen algunos hechos 4

Cursivas del autor de este libro.

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confirmados que van a ligarse a nuevas posibilidades, partiendo de hechos conocidos. Contienen, por el acto imaginativo, elementos o relaciones no sensopercibidos hasta entonces. Por tanto, una hipótesis es una anticipación en el sentido de que propone ciertos hechos o relaciones que pueden existir, pero que todavía no conocemos y no hemos comprobado que existan. Por ejemplo, un investigador puede pensar que la proporción de ahorros depende del salario real de cada persona. Otro puede imaginar que estos ingresos dependen del grado en que su carácter sea acumulativo, en términos psicoanalíticos de Fromm; pero éstas son conjeturas, meras explicaciones profesionales al problema de determinar los factores que influyen en el ahorro, y han surgido de la familiaridad que tienen esos investigadores, con ciertas teorías. ―La hipótesis, comenta Ramón y Cajal (1946), constituye una interpretación interrogativa de la naturaleza. Forma parte de la investigación misma, como que representa su fase inicial, su antecedente casi necesario. Pero especular de continuo, es decir, teorizar sin acudir al análisis de los fenómenos, es perderse en idealismos sin consistencia; es volver la espalda a la realidad.‖ Así pues, se hace necesario confrontar nuestras hipótesis con datos objetivos, lo cual constituye, precisamente, la meta de cualquier investigación, de manera que a través de los resultados de la misma, puedan confirmarse, modificarse o rechazarse. En caso de confirmación, y si ésta es repetida en otras ocasiones y por otros investigadores, la hipótesis deja de serlo y pasa a formar parte del cuerpo de conocimientos, convertida ya en un dato empírico, de modo que encaje en un marco de referencia tendiente a explicar la producción de los fenómenos y adicionándose a los datos objetivos que sustentan la teoría. Frecuentemente, a medida que se avanza en el planeamiento de la investigación, en el acopio de antecedentes, en la elaboración de los instrumentos de observación, etc., surgen nuevas hipótesis. En otras ocasiones, las hipótesis originales deben ser modificadas de acuerdo a los resultados de las investigaciones, afinando la dirección de futuras investigaciones mediante un proceso selectivo que consiga la conexión objetiva entre la hipótesis y los datos resultantes de la investigación. Pudiéramos decir que las hipótesis dirigen la investigación y entre ambas forman un cedazo a fin de lograr la distinción entre los principios explicativos de un fenómeno y la imaginación anticipatorio respecto a la explicación de los mismos.

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Por otra parte, aun las hipótesis que resultan falsa tienen un valor dentro del proceso de investigación, pues, al ser rechazadas, hacen avanzar el conocimiento, ya que descartan y reducen el número de posibilidades entre el cual debe buscarse la relación objetiva. ―Y en todo caso, la explicación rechazada por falsa siempre tendrá una ventaja: la de restringir, por exclusión, el campo de lo imaginable, eliminando soluciones inaceptables y causas de error.‖ (Ramón y Cajal, 1946.) Además una investigación infructuosa puede servir a un investigador hábil para volver la mirada hacia el planteamiento del problema y hacia los métodos seguidos, para descubrir deficiencias que, una vez superadas, conduzcan al proceso inquisitivo adecuadamente. Generalmente, en las revistas y los libros científicos se publican las investigaciones notables pero nadie, seguramente, posee datos fidedignos sobre el total de las inquisiciones improductivas. El número de las últimas debe superar en mucho al de las primeras. Decía De Morgan, un lógico inglés: ―las hipótesis infructuosas, trabajadas correctamente después, han producido resultados más provechosos que la observación asistemática‖. ―Se sirve más a la ciencia… por error, que por la confusión‖, afirma Bernard (1944). Así, uno de los propósitos cumplidos por las hipótesis es servir de ideas directrices a la investigación. Por tanto, cuando se emplean para diseñarla se denominan frecuentemente hipótesis de trabajo, pues un investigador puede formular diversas hipótesis para ser sometidas a prueba, pero muchas veces se verá imposibilitado de hacerlo al unísono con todas. Por el contrario, tendrá que proceder paulatinamente. La hipótesis elegida en cada ocasión para servir de base a la pesquisa constituirá la hipótesis rectora, es decir, la hipótesis de trabajo. Algunas veces, en la actividad cotidiana, las hipótesis no se formulan explícitamente. Por ejemplo, el auditor que se encuentra con algunas anomalías, y decide profundizar en su investigación, está conjeturando que en el resto de las operaciones se encuentran otras irregularidades.

4.1 Requisitos de las hipótesis Pueden formularse hipótesis a diestra y siniestra pero, a fin de cumplir con una serie de requisitos lógicos, deben servir de cimientos a toda investigación. Por ende, si no se encuentran adecuadamente formuladas, toda la estructura futura de la investigación corre el riesgo de venir por tierra. Por lo tanto, las hipótesis deben:

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Establecer las variables a estudiar. Las hipótesis deben tener límites bien establecidos, Travers (1964), o sea, deben especificar las variables a estudiar. Las definiciones ayudan en esta tarea, precisamente. Un buen ejemplo está constituido por un estudio, Díaz-Guerrero, Fernández y Fernández (1967), para determinar si las calificaciones dadas por psicólogos a una técnica proyectiva de manchas de tinta, eran comparables a las proporcionadas por una computadora, recurriendo ésta a un diccionario especialmente preparado que se le había dado anteriormente grabado en una cinta magnética. Las variables especificadas fueron: localización, rechazo, formas definidas, color, sombreado, movimiento, integración, humano, animal, anatomía, ansiedad, hostilidad, barrera y penetración. Los resultados correspondientes a protocolos de 48 niños de la ciudad de México, indicaron una correspondencia perfecta entre ambas calificaciones en las variables localización y rechazo (r = 1.00), y menor correspondencia en las demás. Los investigadores concluyen que disminuyendo las fuentes de error en ese diccionario se podrá lograr una equivalencia casi perfecta entre ambas calificaciones. Llegado ese momento, las respuestas dadas por los sujetos a las manchas de tinta que constituyen esa prueba podrán ser trasladadas a tarjetas perforadas e introducidas en la computadora para que ésta proporcione las calificaciones, con el consiguiente ahorro de tiempo y esfuerzo para el psicólogo. El investigador neófito se plantea frecuentemente problemas muy amplios, formulando hipótesis globales, no específicas. El deseo de abarcar muchos aspectos en una sola investigación amplifica todo: tiempo, esfuerzo, costo, generalmente termina en un esfuerzo inútil con el que nada se avanza.5 Por ejemplo: la hipótesis, si así puede denominársele: ―la mejoría de un paciente depende de la situación terapéutica‖, es tan amplia en su concepción que difícilmente puede ser confirmada o rechazada; es tan ambiciosa que seguramente rebasa las posibilidades de estudio por parte de cualquier individuo, a quien seguramente la respuesta se le escapará de las manos. Tal vez sería mejor formularla así: ―si un grupo de psiconeuróticos es tratado por el método de la terapia centrada en el cliente, entonces se observarán menos recaídas que en otros grupos de psiconeuróticos tratados por otros métodos.‖ Desde luego, para confirmar tal hipótesis debemos definir nuestros términos y fijar los criterios objetivos que servirán de base para el estudio.

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Cursivas del Dr. Rogelio Díaz-Guerrero.

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Uno de los objetivos de la publicidad es lograr incrementar las ventas de artículos o servicios. Un investigador puede interesarse en medir la efectividad de la publicidad. Pero ese es un tema muy amplio. Debería, por ejemplo, especificar que obtendrá la relación entre el grado en que a las personas les gusta o no un anuncio y la cantidad de adquisición del producto o servicio que compran. Si a las personas, en general, les gusta mucho un anuncio de un café instantáneo pero adquieren otro café, la efectividad de ese anuncio es reducida. Aquí las variables serían: a) opinión sobre anuncios, y b) adquisición del producto. Pueden incluirse otras variables como: sexo, edad, clase social, lugar de residencia, etc., de las personas, pues puede pensarse que los anuncios son más gustados o repudiados de acuerdo a esos datos y que algunos pueden influir en la decisión de compra. Establecer relaciones entre variables. De acuerdo con Cohen y Nagel (1934), una hipótesis debe ser especificada de tal manera que pueda servir de base a inferencias que nos ayuden a decidir si explica o no los fenómenos observados. Sin embargo, ocurre muy frecuentemente que la hipótesis, por la misma complejidad de los fenómenos, no puede ser puesta a prueba directamente a través de la simple observación. Así, por ejemplo, la hipótesis de que algunos tipos de dermatosis están asociados a estados afectivos, no puede ser confirmada o rechazada a través del simple examen de la piel. Es necesario, pues, establecer una serie de técnicas lógicas, matemáticas y metodológicas que permitan estudiar las conexiones entre ambos fenómenos. Si no es posible fincar métodos de observación o experimentación, nos será imposible avanzar en el conocimiento. Si no podemos diseñar un método que nos permita apreciar objetivamente, dentro de una serie de circunstancias, la intensidad de los estados afectivos crónicos y la gravedad de la dermatosis, no podemos verificar nuestra hipótesis. En otras palabras, requerimos que las hipótesis establezcan relaciones cuantitativas entre variables, Travers (1964). En nuestro ejemplo, se esperaría que a mayor intensidad de los estados afectivos crónicos se encontraría una mayor gravedad de las dermatosis. En el ejemplo del café, expuesto en el punto anterior, se esperaría que entre más gustado fuera el anuncio, mayor fuese la adquisición del producto. En nuestra época no ha sido posible aún verificar una serie de hipótesis (relativas al sueño, a la telepatía, a la psicokinesis, etc.), debido a la extraordinaria complejidad de muchos fenómenos psicológicos. No pocas veces el investigador se encuentra ante una carencia de métodos o de instrumentos para enfrentarse a su problema, de donde su tarea inicial es diseñarlos, lo cual constituye en sí misma toda una investigación. Esta

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limitación no restringe la labor del investigador sino, por el contrario, amplía su campo de acción. Recordemos que detrás de muchos obstáculos aparentemente insalvables se esconden brillantes oportunidades para quien sepa aprovecharlas. Mantener la consistencia entre hechos e hipótesis. Las hipótesis se cimentan, al menos en parte, sobre hechos ya conocidos en el campo de estudio; por ende, no deben establecer implicaciones contradictorias o inconsistentes con lo ya verificado en forma objetiva. Por el contrario, debe establecerse un conjunto armónico entre hipótesis y hechos a menos que, precisamente se trate de encontrar nuevas conexiones entre los datos conocidos, en concordancia con nuevos supuestos que presenten una mayor armonía. Necesitar un número mínimo de supuestos ad hoc. Las hipótesis deben ser formuladas de la manera más sencilla posible. Con esto no solo nos referimos a la estructura del lenguaje en el cual se formulan sino, y esto tal vez es lo más importante, a la sencillez del sistema dentro del cual quedan engarzadas. (Cohen y Nagel, 1934.) No hay que confundir la sencillez con la familiaridad. Dentro de la física, la teoría de la relatividad de Einstein es más sencilla que la física de Newton, aunque esta afirmación puede parecer incomprensible para los legos en física. Es más sencilla porque requiere menos supuestos establecidos especialmente para explicar un área de fenómenos, lo que, por tanto, le permite efectuar generalizaciones más amplias, es decir, le permite exhibir las conexiones entre un mayor número de fenómenos. Dentro de la psicología, la ―teoría de campo‖ de Kurt Lewin, es más sencilla que la ―teoría psicoanalítica‖ de Freud. Así, las hipótesis deben ser consistentes con el cuerpo de conocimientos, como ya se indicó, de manera que no necesitemos, o restrinjamos al mínimo, la introducción de estructuras teóricas.

4.2 Funciones de las hipótesis Ghiselli y Brown (1955) indican que las hipótesis cubren las funciones siguientes: De explicación inicial. Los elementos de un problema pueden parecer oscuros o inconexos, y necesitan una mejor descripción. A través de la formulación de hipótesis podrán complementarse los datos, detectando los posibles significados y relaciones de ellos, e introduciendo un orden entre los fenómenos. De esta manera, las hipótesis constituyen la argamasa primaria

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que, posteriormente y una vez realizada la investigación, puede dar coherencia e integración, en un solo edificio teórico, a los datos. Un ejemplo sería: ―Tomando la escala de necesidades de Maslow, la necesidad de seguridad estará más insatisfecha entre los funcionarios del sector público que entre los del privado, en virtud de que los primeros están más sujetos a los vaivenes de la política.‖ Obsérvese que se trata de una conjetura cimentada en una posible explicación; igualmente es de hacerse notar que esta hipótesis resume dos conceptos extraídos de marcos teóricos diferentes: uno relativo a la motivación; el otro, a la teoría política. De estímulos para la investigación. Las hipótesis concretan y resumen los problemas encontrados, sirviendo de impulso para la consecución del proceso inquisitorio. La hipótesis planteada en el punto anterior puede despertar la curiosidad e impulsar al investigador, o a alguien diferente, a tratar de conocer con hechos si la hipótesis es válida o no. Las hipótesis se convierten, así, en el objetivo de la investigación. De fuentes de metodología. Es muy frecuente que las hipótesis se enuncien como oraciones condicionales: ―si ocurre esto, entonces sucederá aquello‖. La formulación nos lleva a un análisis de las variables a considerar y, como consecuencia, a los métodos necesarios para controlarlas y cuantificarlas. ―Si una persona padece un estado afectivo crónico intenso, entonces tendrá mayores posibilidades de padecer dermatosis.‖ Otro ejemplo: ―Si a las mujeres de la clase media les gusta el anuncio, entonces comprarán el producto.‖ En el primer caso se necesitará un diagnóstico de los estados afectivos y otro de los padecimientos dermatológicos a fin de establecer las relaciones entre ambos. En el segundo, después de definir lo que significa ―clase media‖, será preciso determinar la forma de medir el agrado o desagrado y la manera de establecer si compran o no el producto. Todo lo anterior requiere seguir determinados métodos. De criterios para valorar las técnicas de la investigación. Con frecuencia las hipótesis establecen en su enunciamiento algún conjunto de condiciones, como se apuntó en el párrafo anterior. Por tanto, hacen posible también un juicio crítico sobre los procedimientos técnicos, experimentales y estadísticos seguidos para satisfacer las condiciones especificadas. Por ejemplo, en el

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caso del punto anterior, es necesario determinar cómo va a medirse la intensidad del agrado o desagrado por el anuncio; cómo va a determinarse la clase social y cómo va a verificarse si el producto de que se trata es adquirido por el público consumidor. De principios organizadores. La hipótesis constituye principios organizadores alrededor de los cuales pueden formarse mallas de relaciones entre los hechos conocidos, pertinentes al problema, y otros no tan directamente conectados. Por ende, pueden erigirse en auxiliares valiosos para determinar los pesos relativos de cada uno de los componentes del problema. Adscribir las hipótesis a marcos teóricos de referencia, nos permite organizar nuestros conocimientos en un conjunto significativo de relaciones, a fin de obtener una clara perspectiva de las variables, revelándonos formas de ataque para recolectar información adicional. Buscamos relaciones entre los hechos y sus implicaciones teóricas, pudiendo así fincar soluciones del problema con objeto de someterlas a la confirmación mediante la investigación. En los ejemplos anteriores, la investigación va a girar alrededor de las hipótesis enunciada, con los métodos apropiados, etc. En otras palabras, el objetivo de la investigación es determinar si las hipótesis son válidas o no y para ello se requieren métodos y recursos adecuados. Métodos y recursos girarán alrededor de las hipótesis. De elementos para tomar decisiones. Mediante la investigación se pretende poner a prueba las hipótesis o conjeturas. Generalmente la investigación servirá para tomar algunas decisiones. Para auxiliarse, el investigador recurre a la estadística. Entonces, hay que plantear las hipótesis de acuerdo a los requerimientos de las técnicas inferenciales de la estadística. Se plantea, pues, la ―hipótesis cero‖ o ―hipótesis nula‖ de que no existen diferencias significativas entre variables, y la ―hipótesis alterna‖ de que sí existen diferencias significativas entre las variables. Después de obtenidos y analizados los datos, se prueban matemáticamente las hipótesis. Si se acepta la hipótesis nula, se rechaza la alterna y viceversa; o bien si los datos no son concluyentes, se reserva el juicio hasta que se colecten más evidencias. Para un tratamiento mayor de este tópico, consúltese: Estadística aplicadas a las ciencias de la conducta, de Young y Veldman, y Diseño experimental noparamétrico, de Siegel.

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5. Importancia del problema Antes de emprender la investigación es necesario inquirirse sobre la significación del problema, es decir, se requiere determinar si el tiempo y el esfuerzo que serán invertidos en su solución estarán en relación con la aportación que pueda realizar el cuerpo de conocimientos. Supongamos que a un investigador se le ocurre precisar los factores que concurren para que algunas personas posean un número par de cabellos al momento del nacimiento, en contraste con aquéllas que poseen un número impar. Seguramente necesitará mucha paciencia y mucho tiempo para contar los cabellos y, después de todo, sería dudoso el valor de tal investigación en el desenvolvimiento del conocimiento científico. Puede dudarse también sobre la influencia de tal estudio en las corrientes establecidas del pensamiento. Es necesario precaverse en este punto de lo que pudiéramos denominar ―enciclopedismo‖, o sea, el afán de obtener datos y medidas sin ton ni son, sólo por afán de proporcionarlos, pero sin efectuar ninguna aportación significativa. Así, por ejemplo Quiroz Cuarón y D‘Aloja (sin fecha) se lanzan a calcular el índice de correlación entre la edad de los hijos y la de los padres y, después de prolongados cálculos estadísticos confirman algo perfectamente conocido: a medida que la edad de los padres aumenta, la de los hijos también se incrementa. ¡No es posible encontrar el fenómeno contrario! Por otra parte, y dado que la ciencia es una inquisición constante, el problema no debe conducirnos a un callejón sin salida, sino, por el contrario, debe preferentemente allanar el camino para la solución de otros problemas, incrementando nuestros caudal de conocimientos. (Travers, 1964.) Si la ciencia está al servicio del hombre, es menester no olvidarse también de las implicaciones prácticas de la investigación. En otras palabras, es necesario determinar también si los resultados pueden ser valiosos para conducir a incrementar la salud mental y la eficiencia de los individuos y la comunidad; si pueden ayudar a tomar mejores decisiones, o si pueden contribuir a incrementar el desenvolvimiento económico, político, psicológico, social, etc., del país.

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6. Planeación de la investigación El científico sabe que para encontrar orden debe proceder con orden. Así como la naturaleza no está formada por un conjunto caótico de fenómenos y eventos, el proceso de la investigación debe realizarse con una planeación a la cual debe dedicarse mucho tiempo y atención. La planeación es la fase en la cual van fundamentarse lógicamente los problemas, las hipótesis y los métodos de estudio. Así como el ingeniero, antes de lanzarse a la construcción de un rascacielos, cuenta con el dinero y el terreno necesarios, y ha dibujado una serie de planos, con todas las medidas definitivas sobre todo los detalles de mampostería, instalaciones eléctricas, instalaciones sanitarias, etc., y ha realizado una serie de cálculos para asegurarse de que su rascacielos no se vendrá por tierra, el psicólogo debe tener también por anticipado los planos de su investigación. Muchos investigadores, tan entusiastas como ingenuos, se lanzan a recolectar datos sin la debida planeación, encontrándose posteriormente con innumerables conflictos. No es raro encontrar que al analizar sus datos no sepan cuáles medidas estadísticas deben emplear; o que se den cuenta que han pasado por alto un dato significativo. Algunas de estas dificultades se convierten en factores generadores de alteraciones que invalidan la investigación, con la consiguiente pérdida de tiempo, esfuerzo y recursos.6

6.1 Planeación del proceso de investigación La planeación es el primer paso del proceso administrativo. Al planear, nos fijamos objetivos a lograr y la forma en que vamos a alcanzarlos. Nos adelantamos al tiempo: visualizamos los pasos sucesivos que es necesario dar para llegar a nuestro objetivo y las posibles dificultades que pueden presentarse, a fin de buscar la solución antes que detengan nuestro trabajo. Tal vez, la planeación requiera más tiempo, en ocasiones, que las demás fases de la investigación. La planeación es la fase fundamental de la investigación, es la etapa del razonamiento y la previsión. Una vez establecida, la recolección y el análisis de los datos se convierten en labores casi mecánicas. La preparación de un catálogo provisional del índice que contendrá el informe final, auxilia a visualizar el conjunto del trabajo y lo que se requiere para efectuarlo.

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Cursivas del Dr. Rogelio Díaz-Guerrero.

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Así pues, es necesario establecer, por una parte, las actividades y, por otra, los recursos necesarios para llevar a cabo la investigación. Dentro del renglón de recursos es imprescindible tener en consideración: tiempo requerido, espacio para trabajar y presupuesto de gastos (para materiales, transporte, sueldos, honorarios, mecanografía, reproducción de escritos, hospedaje, en algunos casos), tiempo de máquina para perforar, verificar y procesar los datos, etc. El investigador hará bien en repasarla antes de lanzarse a la recolección de datos. Puesto que el logro de la información necesaria para resolver el problema tiene un elevado costo (no sólo en dinero, sino en esfuerzo, frustraciones y decepciones, etc.), es importante establecer la relación entre lo beneficios (no sólo económicos, sino afectivos; las aportaciones al conocimiento, etc.) y los costos; evidentemente, si estos últimos son superiores a los beneficios la investigación no debe realizarse o deben reducirse las pretensiones. A continuación se ofrece una lista de actividades necesarias para levantar una encuesta, con la gráfica correspondiente; una vez establecidas aquéllas, debe calcularse el tiempo adecuado y real para cada una, así como los tiempos remotos y los próximos, lo cual conducirá a la determinación de una ruta crítica.7 Los tiempos anotados en la lista se proporcionan como ilustración y de ninguna manera deben considerarse como normas. En cada caso particular deben definirse los tiempos, de acuerdo con la envergadura del problema y los recursos disponibles. Como puede apreciarse, algunas actividades pueden realizarse en forma paralela a otras y no necesariamente en forma secuencial. Si bien el programa de actividades tiene por objetivo establecer tiempos para cada actividad, no debe pensarse que es imprescindible cumplir con la fecha fijada, si esto va en demérito de la calidad de la investigación, pues en algunas ocasiones los tiempos estimados son inferiores al real. Debe tenerse la elasticidad suficiente para cumplir con la investigación antes que con el programa, pero sin esconder la pereza o la apatía tras la flexibilidad.

7

El autor de este libro agradece al ingeniero Enzo Molino la prepración de la gráfica con sus correspondientes actividades.

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LISTA DE ACTIVIDADES Actividad

Tiempo estimado

núm. 1

15

2

(días hábiles) Búsqueda de antecedentes teóricos Establecimiento de hipótesis de trabajo (hipótesis

2

nulas y alternas) 3 4

Formulación del cuestionario preliminar Estudio estadístico previo para la determinación

5 2

de la muestra (obtención de datos de diversas fuentes: Anuario estadístico, censos, etc.) 5

Mecanografía e impresión del cuestionario en su

2

versión preliminar 6

Entrenamiento de encuestadores para aplicar el

1

pre cuestionario 7

Determinación de la premuestra para el estudio piloto que servirá para la afinación del cuestionario y para obtener datos complementarios

7. Entrevista La entrevista consiste en obtención de información oral de parte de una persona (el entrevistado) recabada por el entrevistador directamente, en una situación de cara a cara. A veces la información no se transmite en un solo sentido, sino en ambos. Puede encontrarse esta situación en el caso de la entrevista de empleo, en el cual el entrevistador informa al entrevistado sobre algunas características del empleo y de la compañía, y el entrevistado informa sobre algunos detalles personales, laborales, escolares, familiares, etc. Existe información en un sentido, principalmente, en la entrevista de investigación de mercado, en la cual sólo el entrevistado informa sobre sus preferencias por determinado producto, o da su opinión sobre algunos atributos de algún artículo en especial, o en la entrevista terapéutica, en la cual el cliente relata sus sentimientos, sus experiencias, etc.

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7.1 Tipos de entrevistas Se han clasificado tres tipos de entrevista, de acuerdo a la forma de efectuarlas. Entrevista libre. En ésta no existe un orden preestablecido a seguir en la obtención de la información. La ilación entre los temas surge espontáneamente. El entrevistador puede tomar uno de los temas y explorarlo más ampliamente, si le parece necesario. Por tanto, desde el punto de vista de la investigación, la entrevista libre no es confiable como instrumento, pues juega un papel importante el juicio inmediato del entrevistador. Existe, igualmente, la posibilidad de la sugerencia de algunas ideas o sentimiento o puntos de vista. Es decir, existe el riesgo de que el entrevistador ponga, de facto, en labios del entrevistado, algunas expresiones, simplemente por la forma de dirigir una pregunta, o induzca algunas palabras o ideas, especialmente si se encuentra frente a un sujeto receptivo. No puede dudarse de su valor en otros planos. En la psicoterapia y en la orientación profesional, en las cuales se trata de llegar a conclusiones sobre casos individuales, sin intentar llegar a generalizaciones, la entrevista libre cumple un papel fundamental. Es en estos dos campos precisamente donde más se emplea la llamada entrevista ―profunda‖, o sea una forma de entrevista libre que intenta explorar aspectos muy íntimos de la persona. Entrevista dirigida. Aquí el entrevistador selecciona de antemano algunos temas de interés para él, y hacia ellos dirige la conversación. De esta forma, introduce ya ciertas restricciones. Se emplea en la psicoterapia y en la orientación profesional también, especialmente después de la entrevista libre. Se emplea también en estudios sobre actividades y en la selección de candidatos para ocupar un puesto. Sin embargo, las restricciones introducidas apuntan más hacia el área a tratar y no hacia el control de las formas de inquirir. Entrevista estandarizada. Para reducir algunos de los peligros de la subjetividad señalados anteriormente, se ha empleado la entrevista estandarizada, en la cual se formulan preguntas previamente establecidas; es decir, el entrevistador lee un formato, del cual no puede salirse. La uniformidad en las cuestiones proporciona mayores índices de confiabilidad aunque, también, constriñe la entrevista a un simple interrogatorio, restándole profundidad y espontaneidad. Por tanto, su empleo debería reducirse a los

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estudios en los cuales se trata de llegar a generalizaciones, por ejemplo de preferencias de consumidores, dejando los otros tipos de entrevista a estudios clínicos; o sea, a aquellos que tienen por objeto realizar un diagnóstico y un pronóstico sobre un solo individuo.

7.2 Limitaciones de la entrevista Aunque la entrevista es un instrumento indispensable en diversos campos de las ciencias administrativas y las del comportamiento, se enfrenta a algunas limitaciones en su valor como medio de investigación. Conducta del entrevistador. (Travers, 1964.) En la entrevista se establece una interacción entre el entrevistador y el entrevistado. Por ende, el sujeto no responde únicamente ante el significado de las palabras que pronuncia el investigador, sino también ante la interpretación que asigna a la conducta del entrevistador. Si la interpreta como un apoyo o una aprobación, su colaboración probablemente será más eficiente: si ve en ella un rechazo, la situación se invierte. Si el entrevistador trata de permanecer inmutable, sin asentir ni negar, puede encontrase con una aprensión por parte del sujeto. Si, por ejemplo, se encuentra el entrevistador ante un sujeto muy necesitado de aprobación, y éste interpreta como un apoyo la conducta del entrevistador, entonces probablemente intentará proporcionar datos que, desde su perspectiva, garanticen la atracción de la aprobación, tiñéndose entonces la entrevista de la una influencia que puede restarle validez. Por ende, a menos que el entrevistador pueda lograr la misma percepción de su papel por todos los sujetos, se introduce una serie de variables incontrolables. Por otro lado, parece que algunos rasgos de la personalidad del entrevistador están en relación con los frutos que obtiene. Así, en un estudio, Steinkamp (1966), encontró que los entrevistadores con dominancia (capacidad para persuadir a las personas, necesidad de dirigir a otros, deseos de supervisarlos, etc.) se mostraron más afortunados al recabar datos sobre cuentas de ahorro. En cambio halló que tenían menos éxito aquellos que mostraron deseos de ayuda a la gente y de obtener su simpatía. Introspección del entrevistado. En últimas instancias en la entrevista, así como en algunos tipos de cuestionarios, se solicita frecuentemente una introspección al sujeto. No todos los entrevistados tienen la misma posibilidad

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de introspeccionarse. Este punto es más delicado en cuanto afecte asuntos más íntimos. Cooperación. No todas las personas están dispuestas a proporcionar información sobre sí mismas por trivial que pueda parecer ésta. Muchas rehúsan abiertamente y otras muchas lo hacen subrepticiamente, aportando información superficial, más por salir del paso que por colaborar con veracidad en la investigación. Esta limitación se encuentra también en algunos tipos de cuestionarios. Reducción (Travers, 1964.) En una entrevista son múltiples los datos que pueden ser registrados: palabras pronuncias por el entrevistado, ademanes, expresiones faciales, inflexiones en la voz, etc. Por razones prácticas no pueden asentarse todos, por lo cual se hace necesaria su reducción a unos cuantos aspectos significativos determinados de antemano con relación a la hipótesis. En el proceso de reducción interviene el investigador en la manera de seleccionar, resumir e interpretar los datos. Pudiera pensarse en eliminar la influencia del investigador sobre la reducción, con el empleo de grabadoras y cámaras cinematográficas; pero ello no facilita la solución, sino la complica. En efecto, en ese caso se emplearía tiempo en las entrevistas y tiempo en repasarlas mediante los aparatos necesarios para llegar nuevamente a la necesidad imperiosa de una reducción; pues ningún investigador podría retener en la memoria ni comunicar sus resultados en forma tan completa. Además, la ética profesional le impide grabar una entrevista sin el consentimiento previo del entrevistado, con lo cual se impone probablemente un límite a la aportación espontánea del sujeto. Lo mismo puede decirse, en múltiples ocasiones, cuando el entrevistador toma notas en el transcurso de la entrevista. Costo. La entrevista requiere del establecimiento de un rapport8 previo a la aportación de datos. En conjunto, ambas fases consumen tiempo. Por ello, generalmente, si se utiliza la entrevista, permite el examen de un número reducido de casos por un solo entrevistador. Si se requiere el estudio de una muestra numerosa, probablemente sean necesarios varios entrevistadores, incrementándose el costo de la investigación, por una parte, y, por otra, la variabilidad entre las reducciones de los datos, por parte de los distintos entrevistadores, constituye una dificultad adicional, superable sólo por un concienzudo entrenamiento de los entrevistadores, y por el establecimiento de un formato para registrar los datos aportados por los entrevistados. 8

Corriente de simpatía hacia el entrevistador.

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Validez de la entrevista. Después del examen de algunas limitaciones de la entrevista, se nota que la validez resulta, en términos generales, bastante reducida como para emplearla sin reservas en el proceso de investigación. Algunos esfuerzos para corregir esta deficiencia se han mostrado fructíferos. Así, Palacios Newberry y Bootzin (1966), empleando una grabadora en la entrevista con pleno conocimiento de los entrevistados y una escala en la cual calificaban diversos incisos, pudieron predecir, auxiliándose con otras técnicas, los éxitos ocupacionales de un conjunto de ciegos. Confiabilidad de la entrevista. Muchos estudios han mostrado una falta de consistencia entre los resultados obtenidos por diversos entrevistadores; por ejemplo, Sydiaha (1962). Puede decirse, en términos gruesos, que entre menor sea la estructuración de la entrevista (mientras más libre ésta) menor será su confiabilidad.

8. Cuestionarios Los cuestionarios, denominados a veces también cédulas, consisten en formas impresas en las cuales los sujetos proporcionan información escrita al investigador. En las próximas líneas solo serán considerados desde el punto de vista metodológico en general y no empleando como base de clasificación el objetivo al cual se destinan. Desde este último punto, pueden encontrarse formas de solicitud de empleo, formas de inquisición sobre actitudes y opiniones, inventarios de personalidad e interese, etc. El cuestionario permite el examen de un mayor número de casos en corto tiempo con relación a la entrevista, lo cual implica un costo menor. Además, como se sigue un cartabón, las respuesta son más fáciles de catalogar y existe menor riesgo de contaminar los resultados por la interacción personal entre el investigador y sus sujetos, a diferencia de la entrevista. Igualmente, hace posible la cuantificación de las respuestas. Los cuestionarios constituyen una manera de dirigir la introspección de los sujetos.

8.1 Tipos de cuestionarios Fundamentalmente, son dos los medios posibles de recabar la respuesta. En el primero, conocido como de respuesta abierta, el investigador plantea la cuestión, pero no impone restricción alguna en la forma de respuesta; en el

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segundo, denominado de elección forzosa, el investigador indica de antemano las posibles respuestas y pide a sus entrevistados que elijan solamente una de entre las señaladas. Cuestionarios de respuestas abiertas. En este tipo de cédula no existe mayor limitación que la capacidad de expresión y la personalidad del sujeto, así como su disposición para contestar. Sin embargo, puede presentarse tal variedad de respuestas, tanto en longitud como en contenido, que se hacen difíciles la sistematización, la catalogación y la estimación de la intensidad de la respuesta. Por otra parte, al analizar las repuestas y establecer diversas categorías, la inclusión de una respuesta en las diversas categorías, puede quedar al arbitrio del investigador, introduciendo así factores personales de este, en el estudio. Muchas veces las preguntas se formulan vagamente, no permitiendo repuestas precisas; es decir, se obtiene una gran variedad de gradaciones intermedias entre los extremos, dificultándose la delimitación entre las diversas categorías. Es, pues, cuestionable su valor como herramienta del investigador cuando se trata de opiniones, actitudes, etc. Empero, el tipo de cuestionarios con respuesta abierta puede ser empleado como un método de exploración inicial con objeto de afinar las hipótesis o el cuestionario de elección forzosa. En manos del clínico experimentado, se convierte en un instrumento auxiliar de exploración y de diagnóstico. Cuestionarios de elección forzosa. Bajo este encabezado tiene cabida un conjunto numeroso de métodos cuya idea principal es ofrecer dos o más alternativas al interlocutor, quien debe escoger, solamente entre ellas, aquella igual o más semejante a su propia forma de repuesta. Desde luego, este tipo de cuestionario puede elaborarse cuando existen pocas alternativas y son fáciles de establecer. Igualmente, las diversas alternativas deben ser mutuamente excluyentes, lo cual no siempre es fácil de lograr. También es necesario intentar no presentar las cuestiones en una forma rítmica que pueda conducir a los sujetos en estudio a contestar mecánicamente. En ocasiones pueden combinarse los cuestionarios de respuesta abierta con los de elección forzosa. Cuestionarios dicotómicos. En este tipo de cuestionarios, la persona se encuentra únicamente entre dos alternativas: responder afirmativa o negativamente. El número de respuestas afirmativas y el de negativas, se obtiene por un simple conteo, permitiendo la obtención de cálculos estadísticos a partir del conjunto de respuestas de grupo. Por ejemplo, supóngase que se desea investigar los estereotipos femeninos y masculinos en los adolescentes. Quizá, podían incluirse las cuestiones:

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No

Los hombres son, sexualmente, más ardientes que las mujeres

____

____

Las mujeres son más inteligentes que los hombres

____

____

Las mujeres son más sentimentales que los hombres

____

____

Los hombres son menos ―chismosos‖ que las mujeres

____

____

Cuestionarios tricotómicos. En algunas ocasiones también se ofrece la oportunidad de abstenerse, por desconocimiento del asunto o por no haberse formado un opinión al respecto. En tal caso, se agrega un no sé. En el ejemplo anterior sería:



No

No sé

Los hombres son, sexualmente, más ardientes que las mujeres

__

__

____

Las mujeres son más inteligentes que los hombres

__

__

____

Las mujeres son más sentimentales que los hombres

__

__

____

Los hombres son menos ―chismosos‖ que las mujeres

__

__

____

Comparación por pares. En este método se formula una serie de proposiciones cada una de las cuales debe ser comparada una vez con todas las restante, formando pares. El método de comparación por pares indica la preferencia relativa entre las proposiciones. Tómese como ejemplo alguno de los incisos empleados en una investigación sobre algunos intereses laborales. (Arias, 1964a.) Los sujetos marcarían una X dentro del paréntesis para indicar, en cada par, aquello que más le interesaría encontrar en su empleo:

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Tener una jefe comprensivo y justo

(

)

Tener más días de descanso y de vacaciones

(

)

Obtener un salario muy superior a sus propias necesidades

(

)

Trabajar con compañeros simpáticos y amigables

(

)

Tener más días de descanso y de vacaciones

(

)

Obtener un salario muy superior a sus propias necesidades

(

)

Trabajar en un lugar limpio y protegido contra accidentes

(

)

Tener un jefe comprensivo y justo

(

)

Tener más días de descanso y de vacaciones

(

)

Trabajar con compañeros simpáticos y amigables

(

)

En virtud de las comparaciones, el número de proposiciones debe mantenerse reducido, pues el número de pares se incrementa rápidamente. El total de pares se encuentra por la fórmula:

38

Así, mientras 8 proposiciones requieren 28 pares, 10 proposiciones necesitan 45, y 20 proposiciones piden 190 comparaciones. Esta es una limitación importante, pues demanda mayor esfuerzo, entre mayor sea el número de proposiciones, por parte de los sujetos y, por tanto, puede introducir variables como el tedio y la fatiga en las últimas comparaciones. Aunque McCormick y Bachus (1952), encontraron que puede reducirse el número de pares sin afectar los resultados, no establecieron los límites de seguridad de tal reducción. Alternativas múltiples. Se ofrecen varias alternativas entre las cuales pueden optar los sujetos, por ejemplo: Indique en el cuadro con un X su estado civil:

Soltero (a)



Casado (a)



Viudo (a)



Divorciado (a)



Unión libre



Debe notarse que este método puede ser empelado cuando pueden establecerse categorías poco numerosas que se consideran exhaustivas. Sería muy laborioso, por ejemplo, enlistar todas las profesiones y los oficios para indicar el preferido. Respuesta ponderada. Este tipo de cuestionario fue inventado por Thurstone. Se empela generalmente para cuantificar las actitudes. El procedimiento básico de construcción consiste en elegir un número elevado, de 100 a 240, más o menos, de afirmaciones respecto a un tema, escribiendo cada una de ellas en una tira de papel o en un tarjeta; se escogen a varias personas, denominadas jueces (en un estudio Thurstone eligió 200), a quienes generalmente se pide que clasifiquen las afirmaciones en 7, 9 u 11 grupos. Los grupos se ordenan desde el que contiene la actitud más favorable hasta el que contiene la más desfavorable. En seguida, se determina el número de

39

veces que cada afirmación fue catalogada por los jueces en cada grupo; se determina la mediana y las cuartilas para cada afirmación. La mediana constituye el peso de afirmación en la escala, descartándose a aquellas afirmaciones con una gran desviación cuartilar por representar proposiciones ambiguas, ya que suscitan una gran variabilidad. A continuación se eligen las afirmaciones menos ambiguas y que representen una serie de actitudes desde la más favorable hasta la más desfavorable, quedando integrada la escala, generalmente, con unas veinte afirmaciones. Al aplicarse, se pide a los sujetos que marquen aquellas afirmaciones con las cuales estén de acuerdo. Desde luego en el cuestionario no se incluyen los pesos de cada afirmación para calificar; solamente se suman los valores de las afirmaciones marcadas por cada sujeto. En el ejemplo siguiente se incluyen algunas afirmaciones, con sus valores, de una cédula imaginaria para investigar la actitud hacia los comunistas:

Los comunistas emplean conseguir sus fines

medios

inhumanos

para

1.6

La gente honrada no se afilia al partido comunista

0.8

Los comunistas son personas de buena fe que buscan mejorar al mundo, de acuerdo con sus teorías

5.4

Los comunistas son personas que luchan por una causa noble

10.3

Gradación de Likert. Rensis Likert diseñó un tipo de formato para graduar las opiniones, los intereses o las actitudes en cada respuesta. Generalmente se emplean cinco categorías: totalmente de acuerdo, generalmente de acuerdo, no sé, generalmente en desacuerdo y totalmente en desacuerdo; o bien, siempre, algunas veces, no sé, raras veces, nunca, etc. A cada una puede asignársele un número arbitrario, 5, 4, 3, 2 y 1; o +2, +1, -1, -2, etc., conforme a la gradación.9 El ejemplo anterior quedaría como el cuadro:

9

La construcción de cuestionarios implica una tecnología medianamente compleja. Véase por ejemplo, Techniques of attitude scale construction, por Allen E. Edwards. Nueva York: Appleton-Century-Crofts, 1957, y Elaboración de escalas de actitudes y psicofísica clásica, por Manning y Rosenstock, de esta misma editorial, así como Estudio de las actitudes, de Remmers.

40

Nunca

Raras veces

No sé

Algunas veces

Siempre Los comunistas son personas de buena fe que buscan mejorar al mundo, de acuerdo a sus teorías Los comunistas emplean medios inhumanos para conseguir sus fines La gente honrada no se afilia al partido comunista Los comunistas son personas que luchan por una causa noble

Tendencia equívoca. En este método, se enlista una serie de afirmaciones, todas erróneas, pero escalonadas de manera que el sujeto, al responder, indique la dirección de su opinión: supóngase que en una compañía se desea investigar las actitudes de los trabajadores. Podrían enlistarse, por caso: el año pasado la compañía tuvo una ganancia neta de:

Cincuenta mil pesos

Cien mil pesos

Medio millón de pesos

Un millón

Los sueldos en esta empresa representan, de los gastos totales:

el 10%

el 25%

el 50%

el 70%

el 90%

En relación a las ganancias netas, los gastos por servicios sociales son:

del 17%

del 23%

del 48%

del 63%

del 74%

del 88%

del 95%

41

8.2 Limitaciones de los cuestionarios Este instrumento de la investigación puede rendir óptimos frutos cuando se maneja con la cautela y el sistema necesarios. El investigador debe estar alerta para no olvidar varias dificultades prácticas y teóricas que limitan su empleo. Falta de profundidad. Mientras en la entrevista, el investigador puede detenerse en un punto digno de una exploración más detallada, en el uso del cuestionario se pierde esta oportunidad. La deficiencia puede subsanarse, al menos en parte, si en cada cuestionario se incluye un espacio en blanco para que los respondedores puedan anotar libremente cualquier aclaración o adición a sus repuestas. Problema por baja escolaridad. Cuando la escolaridad de la población a estudiar es baja, no se recomienda el empleo de cuestionarios, pues encontrarán múltiples dificultades para la interpretación de las preguntas y las instrucciones. En todo caso, éstas deben ser muy claras y precisas; aun cuando se presuma un nivel adecuado de escolaridad, la longitud del cuestionario debe ser, siempre, la mínima posible. Muestras. No siempre es posible conseguir una muestra que reúna las características teóricas para obtener inferencias válidas. Además, no todas las personas están dispuestas a brindar su cooperación respondiendo a un cuestionario. A este respecto, la gran mayoría de estudios arrojan cantidades que oscilan entre el 30% y el 70% de respondedores. Excepcionalmente se consiguen porcentajes superiores. Es un tema muy discutido el referente a la influencia ejercida por esta cooperación sobre los resultados. Los diversos autores sostienen posiciones diferentes. Zimmer (1956), afirma que todavía se desconoce la longitud y la dirección de los errores introducidos en una encuesta por la falta de cooperación. Barnette (1950), en un estudio muy laborioso sobre las personas no cooperadoras, halló que los resultados de una muestra de esta población no difirieron significativamente de los obtenidos con los sujetos cooperadores. Sin embargo, al incrementarse el número de casos, se obtuvo un índice más elevado de confiabilidad. Se supone que las diferentes personalidades reaccionan de diversas maneras frente a la solicitud de responder a un cuestionario o a una entrevista; generalmente, si un tipo de personalidad coopera y otro no, se introduciría un error constante en los resultados ya que las respuestas obtenidas se reducirían a un sector de la población, desconociéndose los resultados en los otros casos. Kirchner y Mousley (1963), encontraron que en un grupo de vendedores, aquellos

42

respondedores a un cuestionario sobre actitudes resultaron mejores vendedores que los no cooperadores. Burchinal (1960), halló también diferencia en algunos atributos entre grupos de respondedores y de no respondedores. Bell (1961), remata este tema indicando que al respecto existen muchas hipótesis y casi ninguna conclusión válida. Advierte, además, la necesidad de tener presente en toda encuesta la limitación impuesta a las conclusiones por la casi absoluta imposibilidad de obtener una cooperación del 100%. Carencia de anonimato. En algunos casos, los respondedores prefieren dar un ―buena‖ imagen de sí mismos porque piensan que las respuestas pueden beneficiarles o perjudicarles directamente en alguna forma. Lo mismo ocurre en la entrevista. Para tratar de evitar esta posible fuente de errores, se recomienda, si es posible, garantizar el anonimato de los respondedores. Validez de los cuestionarios. Un punto muy debatido respecto a los cuestionarios es su validez. En efecto, no siempre podemos estar seguros de que la información proporcionada por los sujetos se ajusta a la realidad. Esta posible falta de validez es más dramática en algunos aspectos que en otros. Así, seguramente si se solicita el estado civil, el porcentaje de respuestas válidas será muy elevado. En cambio, si en un cuestionario de empleo pedimos al solicitante que indique cuáles son sus pasatiempos favoritos, es muy probable que señale aquellos que considera generadores de una imagen favorable. Si solicita empleo en un banco y es afecto a los juegos de azar, difícilmente lo manifestará en el cuestionario. Igualmente si deseamos conocer la proporción de solteronas en grupo y preguntamos a cada mujer su edad, a no dudarlo, ¡muchas expresaran una cifra menor de la real! Por otra parte, en tratándose de cuestionarios sobre opiniones y actitudes, inventarios sobre interese y rasgos de personalidad, no debemos olvidar que solicitamos, en última instancia, una introspección a nuestros sujetos y que ésta puede ser muy parcial. Por ende, algunos sujetos pueden opinar en cierto sentido, mientras actúan en otro. Así, supongamos, el gerente de una empresa responde en un cuestionario que es partidario de tener en cuenta las ideas de sus empleados y puede estar convencido de ello, y puede, en realidad, convocar a reuniones para intercambiar puntos de vista; pero como él representa la autoridad y es quien debe decidir, tal vez haga prevalecer siempre sus propias opiniones. Es cierto, entonces que permite la expresión de las ideas por parte de sus subordinados, pero nunca las utiliza, aunque él no se haya dado cuenta de esa conducta. En este caso existiría validez solamente en cuanto a la verbalización, mas no en cuanto a la

43

conducta verbalizada. De cualquier manera, si se requiere el empleo de un cuestionario en la investigación, es necesario intentar determinar su validez. Además, la condición previa a la aplicación de un cuestionario, en muchas ocasiones es contar con la colaboración de los sujetos; no sólo para contestar sino también para responder con sinceridad, lo cual será más difícil de conseguir en cuanto la finalidad del cuestionario le concierna directamente o no. Mientras podemos esperar mayor sinceridad en un cuestionario tendiente a estudiar las preferencias de los consumidores en cuanto a jabones para baño, la situación cambia si se efectúan preguntas en un inventario de la personalidad cuando alguien solicita empleo. Seguramente en este último caso, la persona tratará de brindar la mejor imagen posible de sí misma. Incluso, Whyte (1962), en su libro El hombreorganización, ofrece una serie de consejos para conseguir puntuaciones favorables en el Inventario de la Personalidad de Benreuter, en el Inventario Minnesota, Multifásico de la Personalidad, en el Estudio de los Valores de Allport y Vernon, y otros. Obviamente, si no se puede presumir la sinceridad, cualquier estudio sobre la validez predictiva de estos inventarios conducirá a equívocos graves.10 Igualmente, cualquier investigación posterior a la aplicación de estos inventarios no se sustentará sobre bases razonables sólidas. En todo caso, si la información puede ser recabada por otros medios es mejor emplearlos si brindan una mayor validez. Así, pongamos como ejemplo, si se desea conocer la proporción de una población en la cual las personas manifiestan hipertensión arterial, es más recomendable tomarla directamente que inquirirla, pues seguramente muchas personas ignoran los valores de su propia presión arterial, a más que ésta puede sufrir diversas modificaciones. Igualmente, si preguntamos a cada persona la clase social a la que pertenece tendremos muy diversos modos de clasificación y la tendencia a colocarse por encima de la real; en este ejemplo obtendríamos mejores resultados estableciendo los criterios de clasificación, observándolos y deduciendo de ellos la clase social de cada persona. Confianza en los datos. No puede establecerse una generalización sobre la confianza en los datos. Al igual que la validez, depende, hasta cierto punto de la información a recabar. Mientras algunos temas generalmente pueden resultar bastante confiables, otros no lo son. Si se requieren datos constantes (estado civil, sexo, profesión, etc.), la confiabilidad es elevada; mientras en materia de actitudes, opiniones y rasgos de personalidad, los estudios 10

La inclusión en estos cuestionarios de preguntas cruzada de validez, permite frecuentemente decidir sobre el cuidado en la contestación, para decidir si se ha contestado en forma de producir una buena impresión.

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efectuados al respecto han denotado, en general, algunas deficiencias en la confiabilidad. Aquí cabría preguntarse, e investigar, si en algunos casos la carencia de confiabilidad elevada se debe a errores de medición, y en tal caso los cuestionarios no servirían gran cosa en esas instancias; o bien, se debe a cambios reales en las opiniones, las actitudes, los rasgos de personalidad, o los interese. Sabemos que el ser humano es dinámico; entonces nada tiene de extraño que algunos de sus atributos se modifiquen en mediciones entre las cuales se deja pasar un cierto lapso.

8.3 Precauciones en la redacción de cuestionarios Sin embargo, no se crea que basta redactar una serie de preguntas e imprimirlas, para obtener un cuestionario adecuado a la solución del problema del investigador. Por el contrario, requiere mucho cuidado en la construcción de este instrumento si no desea ver frustradas sus esperanzas.11 No es raro encontrar cuestionarios en los cuales se emplean palabras con diferentes significados para diversas personas, o palabras demasiado ambiguas, u oraciones mal construidas, todo lo cual dificulta la clasificación y la cuantificación de las respuestas. Así pues, es necesario precaverse contra los siguientes peligros (Cantril, 1944). Para ayudar a eliminarlos se recomienda probar el cuestionario con una pequeña muestra de personas pertenecientes a los grupos donde se aplicará, realizando inmediatamente después una entrevista breve para determinar si es demasiado largo, si las preguntas son claras, si es necesario agregar alguna, etc. Recuérdese que la lista de actividades de la encuesta (planeación del proceso de investigación) existen varias en relación a la prueba del cuestionario. Empleo de términos con más de un significado. Si en un cuestionario sobre actitudes de los trabajadores en una empresa se incluye la pregunta ―en su opinión, ¿es satisfactorio el grado de seguridad en esta empresa?‖, está empleándose una palabra (seguridad), cuyo valor puede suscitar respuestas dirigidas a dos significados diferentes por lo menos. En efecto, un grupo de personas la equiparará a prevención de accidentes, mientras otro piense tal vez en la posibilidad de ser despedido.

11

Las computadoras permiten un análisis estadístico de los resultados en corto tiempo. Por lo tanto, al construir el cuestionario es conveniente ponerse de acuerdo con un experto en computación a fin de establecer por anticipado las alternativas, los códigos, las formas de “salida”, etc., que sean necesarios.

45

Empleo de términos técnicos o poco usuales. Supóngase que un investigador redacta una forma para detectar los intereses profesionales de los alumnos de la escuela secundaria y en ella solicita que le indiquen si les gustaría emplear un domingo en ―actividades espeleológicas‖. Seguramente mejoraría la información aportada por sus sujetos si preguntase si les gustaría pasar un domingo explorando una caverna. Si se inquiere a los padres de familia si son partidarios de la ―coeducación‖, tal vez algunos de ellos no sepan que la pregunta se refiere a la mezcla de niños y niñas en el mismo grupo escolar. Empleo de cuestionarios originadoras de estereotipos. Muy probablemente pocas personas contestarían afirmativamente a la pregunta: ―¿cree que una dictadura sería beneficiosa para un país en anarquía?‖, mientras posiblemente muchas quisieran tener el poder suficiente para imponer, sin aceptar discusiones, sus propias ideas en el gobierno de su país. Solicitud de datos desconocidos. Un investigador desea estudiar en algunos grupos de adultos las relaciones entre algunos rasgos de personalidad y las experiencias infantiles. Al respecto le inquiere: ―¿cuántas veces le riñó su padre por desobedecerlo?‖ El autor de esas líneas puede apostar uno contra cien a que nadie ha llevado esa contabilidad. Lo mismo sucederá si alguien pregunta a una ama de casa cuántos kilos de azúcar consumió en la confección de postre para su familia durante los seis últimos meses. Planteamiento de dos preguntas en una. ―¿Es partidario de la enseñanza de higiene sexual en la escuela secundaria y de que ésta sea impartida conjuntamente a jóvenes de cada sexo?‖ Una respuesta afirmativa a la primera cuestión no implica lo mismo para la segunda. Es mejor separar las dos.

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1. Tres diferentes tipos de conocimientos 1.1 Descripción, explicación y predicción de conductas de fenómenos Hay tres tipos principales de trabajo intelectual humano cuya comprensión abre el camino a cualquier estudio de metodología. Ellos son: descripción, explicación y predicción de las conductas de fenómenos. Algunas ciencias y algunos estudios tienen como única finalidad describir conductas, sin pretender llegar más adelante. Por ejemplo: ―la vida de una aldea tarahumara en 1950‖. Bajo ese título el antropólogo agrupa ordenadamente las observaciones que ha recogido en torno al parentesco, religión, instrumentos y procedimientos de producción de semillas, domesticación de animales, relaciones de poder, etc., en un grupo tarahumara. Con esta descripción el trabajo está terminado. Pero tal estudio no es otra cosa que una descripción. Rigurosamente hablando tal trabajo no entraría en la clase que llamaremos trabajo científico, pues la descripción no es sino una etapa preparatoria para lo que constituye el verdadero objetivo del trabajo científico: la búsqueda y el hallazgo de conocimientos nuevos con fines de explicación y predicción de las conductas de los fenómenos. El paso siguiente consistiría en explicar las conductas, en este caso, del grupo indígena tarahumara. Cómo se explican, por conductas internas o externas al grupo, la estructura de parentesco o los cultos religiosos o las formas deportivas del culto religioso, etc. Frente a cualquiera de esos problemas el trabajo explicativo propondrá a su vez una o varias hipótesis que el investigador tratará de descubrir si quedan comprobadas o disprobadas. Pero con la explicación no hemos llegado al último paso de la ciencia empírica. La predicción de la conducta de los fenómenos consiste en formular explicaciones de una validez general determinada que garantice, dentro de una probabilidad dada, que los fenómenos investigados seguirán un patrón definido, mientras las condiciones de la hipótesis sean cumplidas. Con una probabilidad X puedo predecir que una comunidad tarahumara nomadizará al menos cuatro meses del año. Esta predicción de las conductas sociales o socioculturales de las comunidades humanas ha sido uno de los temas más discutidos pero no es en este lugar donde deberemos ocuparnos de este punto. La investigación, el estudio, los escritos que caen en nuestras manos están dedicados también a una de estas tres tareas de la inteligencia humana:

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descripción de conductas de fenómenos sociales, explicación de las mismas o bien predicción de esas conductas. Los estudios de diferentes ciencias o disciplinas en la escuela primaria, en general durante los niveles de enseñanza media, tienen la descripción como característica fundamental. En cambio en los niveles preuniversitarios y universitarios nuestros conocimientos van acercándose a la explicación o a la predicción. Sin embargo no basta que un estudio esté dedicado a la explicación o predicción de las conductas para que adquiera carácter estrictamente científicos. Cuando un alumno en el curso de sociología urbana oye o estudia la comprobación de la relación que existe entre alcoholismo y criminalidad, leyendo los datos recogidos por otro investigador, está informándose de un estudio científico pero tal lectura no es trabajo científico. Sólo en el momento en que el estudiante emprende la búsqueda de conocimientos nuevos, no comprobados o disprobados hasta ese momento, es cuando comienza verdaderamente su tarea científica y como es obvio que todos los libros y artículos del mundo contienen conocimientos que ya han sido comprobados o disprobados por otros investigadores, es claro también que el solo hecho de recoger lo dicho por otros, aún presentando una muy abundante bibliografía, no da al trabajo carácter auténticamente científico.

1.2 Conocimiento: popular, de divulgación, científico Es por lo tanto necesario que el estudiante pueda distinguir con facilidad tres tipos de conocimientos e incluso examinarse a sí mismo sobre los niveles que ha alcanzado en las materias de su carrera. Esos tres tipos de conocimientos, que podrían en una clasificación más amplia distinguirse en un número mayor pero que para la claridad de nuestra exposición hemos limitado exclusivamente a tres, son: los conocimientos que llamaremos populares, los conocimientos que llamaremos de divulgación y los conocimientos propiamente científicos. Conocimientos populares. Llamamos conocimiento popular toda información recibida o trasmitida sin una crítica expresa de las fuentes de que está tomada o de las razones que le dan validez. Son series de proposiciones informativas, que en algunos casos pueden estar acompañadas de algún intento de explicación sin que esta explicación a su vez esté comprobada o disprobada. Un ejemplo típico de conocimiento popular es la mayor parte de la información periodística, radiotelefónica y televisiva. Somos informados de que en Vietnam fueron derribados cuatro aviones norteamericanos; de que

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el ingreso nacional bruto de México, aumentó de 1964 a 1966 en un 12.7%. De que en la ciudad de Dallas, Tex., el 23 de noviembre de 1963 fue asesinado el presidente Kennedy, etc. El destinatario de este tipo de información popular es lo que pudiéramos llamar el gran público, que ni suele exigir ni en la mayor parte de los casos se toma la molestia de investigar más a fondo la validez de la información, esto es, si efectivamente la información corresponde o no a los hechos ocurridos. Siendo el destinatario el público en general, la consecuencia es que el lenguaje de los conocimientos o de la información popular debe ser un lenguaje sencillo, tomado del vocabulario de la conversación ordinaria, evitando el uso de palabras técnicas, cuyo conocimiento está fuera del alcance de un lector común y corriente. Arriba hemos mencionado el producto nacional bruto. La noticia apareció así en varios periódicos mexicanos, es posible que algunos periódicos con esas expresiones traten de exigir algo más del nivel intelectual de sus lectores, en muchos otros casos la expresión habrá sido salteada en la forma que explicamos arriba respecto a las lagunas de ignorancia. 

Fuentes de conocimiento popular. Enciclopedias generales. Fuentes del conocimiento son aquellos instrumentos que nos proveen de la información requerida para la adquisición de dichos conocimientos. Los conocimientos populares pueden tener como fuentes la experiencia personal del informante, la lectura de periódicos y revistas populares o las enciclopedias generales. Las enciclopedias generales son diccionarios que dan entrada a toda clase de temas: biográficos, artísticos, sociales, etc., redactados en lenguaje sencillo y sin requisitos de información científica. Diferentes naciones han publicado enciclopedias generales nacionales, pues han llegado a ser símbolo de prestigio nacional. Incidentalmente, un estudio sociológico de enciclopedias generales nacionales podría verificar preferencias o tendencias de un grupo nacional en épocas determinadas. Algunas de estas enciclopedias deberían ser familiares a cualquier estudiante. Entre otras podemos mencionar las siguientes: Collier’s Encyclopedia. New York and Toronto: P. F. Collier and Son Corporation. 20 volúmenes y 4 volúmenes de suplemento. (Edic. 1959). Encyclopedia Britannica. Chicago: Enciclopedia Britannica, Inc. 24 volúmenes y 9 vol. suplementos. (Edic. 1946-1963).

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Enciclopedia cultural, científica, literaria, artística. México: Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana (UTEHA). 15 volúmenes. (Edic. 1957-1958). Enciclopedia Italiana di Scienze, Lettere ed Arti. Roma: Istituto della Enciclopedia Italiana. 26 volúmenes y 5 vol. de apéndices. (Edic. 19381960). Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. Madrid: EspasaCalpe, S. A. 70 volúmenes, 10 vol. de apéndices y 11 vol. de suplementos. (Edic. 1930-1958). Larousse du XX6 Siècle. Paris: Librairie Larousse. 6 volúmenes. (Edic. 1928-1933). The Encyclopedia Americana. The International Reference Work. New York: American Corporation. 30 volúmenes. Suplementos. (Edic. 19611963). Al utilizar las enciclopedias es conveniente antes de leer el artículo examinar si está firmado o no y en el primer caso advertir quién es el autor del artículo. En esa forma podemos saber si el artículo está escrito por un especialista o si los editores de la enciclopedia prefirieron el anonimato, algo que no da altas garantías respecto a la validez de la información contenida en el artículo. Advierto de paso que en nuestra época la composición de enciclopedias, sobre todo desde el punto de vista comercial, se ha facilitado mucho a base de las enciclopedias que ya han sido publicadas. Una de las experiencias interesantes es la comparación de uno o varios artículos en varias enciclopedias. Esa comparación puede descubrir si una enciclopedia ha tomado algunos o muchos datos de otra enciclopedia. También es muy importante, de acuerdo con el tema del artículo, examinar cuidadosamente la bibliografía, particularmente las fechas de los libros citados, así advertimos fácilmente si el artículo ha sido puesto al día recientemente o está basado en obras escritas hace ya largo tiempo, en cuyo caso la información en términos generales, será más deficiente. Puede decirse que las enciclopedias han sido redactadas sobre información de tercera mano.

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Información de primera mano, de segunda, etc. Llamamos información de primera mano o datos primarios, aquellos que han sido recogidos, organizados y formulados por el investigador o por su equipo. Datos secundarios o datos de segunda mano aquellos que el investigador ha recogido de otros investigadores. Pero los datos de un autor que ha recogido su información de otro escritor que sólo divulga el trabajo de un investigador serán datos terciarios o sea datos de tercera mano. Dentro de este linaje de la información no es raro encontrar a veces, aún en libros considerados como serios, información de cuarta o quinta mano. Pongamos un ejemplo: el sociólogo norteamericano William F. Ogburn estructuró una teoría llamada del rezago cultural, en la que describe la falla de las instituciones sociales o económicas para mantener una tasa equivalente de desarrollo moral y de progreso tecnológico. Los libros o artículos en que Ogburn expone su teoría, son los datos de primera mano. Un escritor lee el libro de Ogburn y publica un artículo sobre su teoría explicando el rezago cultural. Un estudiante lee el artículo de este segundo escritor y a su vez escribe en un periódico o revista un artículo sobre rezago cultural. Alguien tiene que dar una conferencia y encuentra en el periódico de la mañana el artículo del estudiante y tomando las ideas contenidas en él las comunica a su auditorio. Finalmente un miembro del auditorio conversa con sus amigos en el club respecto a lo que oyó en la conferencia. Ahí tenemos una cadena cuya conclusión es la conversación de los miembros del club que reciben una información de quinta mano respecto a una teoría científica. Es claro, por lo tanto, que el método de adquisición de la información o conocimiento popular puede reducirse a la simple lectura de un artículo periodístico, a registrar una conversación casualmente escuchada o a comentar, incluso, un libro recientemente leído pero que por falta de tiempo o de conocimientos no ha sido criticado. El procedimiento se reduce meramente a adquirir información y trasmitirla sin una crítica, más que muy elemental y superficial, de la información recogida.



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Algunas formas orales de trasmisión de conocimientos populares: enseñanza de niveles inferiores. Conferencias populares. Las formas del conocimiento popular, recibido o transmitido, como todas las otras formas de conocimiento, pueden dividirse en dos clases, a saber, oral y escrita.

En la trasmisión o recepción oral distingamos dos formas importantes. La primera, la enseñanza en los niveles inferiores, en que ha sido tendencia frecuente, sobre todo en algunos países, prescindir por completo de la crítica de los conocimientos, trasmitidos a los niños. De esta suerte, el niño lo mismo es informado de cosas que tienen una probabilidad elevada que de mitos o leyendas sin el menor valor objetivo. No me refiero a los años del jardín de niños, sino a la enseñanza primaria y a veces aun a la secundaria y preparatoria preuniversitaria. Esta carencia de crítica no puede menos de reflejarse dañosamente en las conductas generales del país o de la nación en la cual las prácticas de trasmisión de conocimientos sin crítica no preparan a los niños para distinguir en la historia de su patria, en su religión, en sus relaciones sociales, en sus conocimientos científicos, los hechos que estén más o menos verificados de aquellos cuya probabilidad es nula o al menos no está suficientemente comprobada. La segunda, las conferencias populares. Existe la tendencia a pensar que el pueblo, por carecer de información, carece también de capacidad de raciocinio. Considero errónea tal confusión. Reconozco que será difícil conducir a un auditorio con pocos recursos informativos a una actitud crítica, pero no lo considero imposible y dependerá de las capacidades expositivas del conferencista el alcance crítico a que pueda conducir a su auditorio. 

Algunas formas escritas de trasmisión de conocimientos populares: artículos en diarios, etc. La trasmisión o recepción escrita tiene su manifestación característica en los artículos de los periódicos diarios o en las revistas populares, caracterizadas por informaciones de tercera o cuarta mano, lanzadas al lector sin esfuerzo de crítica y aun en algunos casos con un positivo aparato de persuasión que pudiera compararse con un lavado de cerebro. La técnica moderna conocida en nuestro país como ―monitos‖, en otros países como tiras cómicas, comprueba la posibilidad de conducir al pueblo lo mismo a especulaciones profundas que a críticas más o menos ecuánimes de las instituciones sociales corrientes. En tales casos estaríamos ante conocimientos de divulgación, difundidos por medio de técnicas populares.

Conocimientos de divulgación. Llamaremos conocimientos de divulgación aquellas informaciones recibidas o transmitidas que estén caracterizadas,

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particularmente, por tres cualidades: una crítica razonada de las afirmaciones expuestas, una exposición somera de las fuentes de la información transmitida y que ésta tenga el carácter de datos secundarios, o sea recogidos directamente de las obras de investigadores de primera mano. Advertimos arriba que la clasificación tripartita que hemos propuesto es un tanto arbitraria. Las cualidades que hemos señalado para conocimientos de divulgación pueden estar basadas en información de tercera o cuarta mano, caso en el cual podríamos hablar de una alta divulgación cuando se trata de datos exclusivamente secundarios, divulgación media cuando esté basada en informaciones de tercera mano y baja divulgación cuando los datos estén recogidos de fuentes más distantes del dato original. De todos modos un estudio o un conocimiento razonado, con información de fuentes pero no basado en datos de primera mano, lo llamaremos conocimiento de divulgación. 

Destinatarios. Dependerá del tipo de divulgación los destinatarios a quienes esté dedicada. Cuanto la divulgación sea más alta, esté más próxima al dato original, tanto más interesará o bien a lectores especializados o bien a lectores de capacidades y de actividad intelectual más desarrollada. El destinatario debe tenerse siempre presente, tanto al hablar como al escribir, para la elección del lenguaje, la estructura de la exposición, la presencia o la ausencia y aun la forma de la cita de las fuentes en que están basados los conocimientos comunicados.



Fuentes de conocimientos de divulgación: Enciclopedia especializadas. Las fuentes del conocimiento de divulgación dependerán, de nuevo, del nivel de divulgación que pretendamos dar al escrito o a la exposición oral. Es fácil determinar que la información obtenida por un libro de texto ordinario en el mejor de los casos será únicamente una información secundaria, aunque me temo que más frecuentemente se trate de una información de tercera o cuarta mano. Por lo tanto, quien escriba o hable basado exclusivamente en libros de texto, aun universitarios, deberá criticar cuidadosamente sus fuentes para no exponerse a estar escribiendo o hablando de informaciones tamizadas a través de varias manos. Las fuentes propiamente dichas de los conocimientos de divulgación serían en primer lugar las enciclopedias especializadas. El fenómeno literario que en otros tiempos se llamaba polígrafo, el hombre que escribía en nivel de alta divulgación sobre temas o ciencias variadas,

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en nuestros días, es un fenómeno raro por no decir imposible. Es claro que hay hombres que pretenden escribir sobre astronomía y sobre sociología, sobre estrategia militar y sobre inventos de medicina. Tales escritores no podrán estar más arriba de un nivel de divulgación media o quizá baja. La producción científica de primera mano es hoy día tan enormemente abundante, que apenas alcanza la vida de un hombre para seguir los progresos de la propia especialización. Por eso es conveniente que aun dentro de nuestra carrera vayamos inclinándonos, sin fanatismos, a unas pocas áreas de estudio entre las cuales probablemente descubriremos la de nuestra futura especialización. En las bibliografías que citamos más abajo podrán encontrarse listas más completas de diccionarios, enciclopedias, bibliografías y revistas relacionadas con ciencias sociales. Enumero solamente algunas: o Enciclopedia y diccionarios especializados: Enciclopedia Cattolica. 1948. Firenze: Casa Editrice G. C. Sansoni. 12 vol. Encyclopaedia of Religion and Ethics. 1955. Hastings, James, Ed. Edinburgh: T. and T. Clark. 13 vol. Encyclopedia of the Social Sciences. 1953. Seligman, Edwin R. A., Ed. New York: McMillan Co. 15 vol. Encyclopedia of World Art. New York, Toronto and London: McGraw Hill Book Co., Inc. 11 vol. Lexikon für Theologie und Kirche.1930. Höfer, Josef u. Karl Rahner, Eds. Freiburg i. B.: Herder. 11 vol. Realenzyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft. 1963. Pauly-Wissowa, Eds. Stuttgart: J. B. Metzlersche Verlagsbuchhandlung. 36 vol. 10 vol. suplemento y anexo. The Jewish Encyclopedia. A descriptive record of the history, religion, litterature and customs of the Jewish People from the earliest times to the present day. 1909. New York and London: Funk and Wagnalls Co. 12 volúmenes. (Edic. 1903-1907).

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BOSSI, Roberto. 1958. Dizionario di Etnologia. Italia: Arnaldo Mondadori. CAZENEUVE, Jean. 1967. Encyclopédie Larousse de Poche: L’etnologie. Paris: Librairie Larousse. Edwards, Paul, Ed. 1967. The Encyclopedia of Philosophy. New York: The McMillan Co. and The Free Press. 8 vol. FAIRCHILD, Henry P. 1964. Dictionary of sociology and Related Sciences. Paterson, N. J., Littlefield Adams Co. GOULD, Julius and William L. Kolb, Eds. 1964. A Dictionary of the Social Sciences. London: Tavistock Publications. SILLS, David I., Ed. 1968. International Encyclopedia of the Social Sciences. New York: The McMillan Co. and The Free Press. WARREN, Howard C., Ed. (T. e. E. Ímaz et al.)1948. Diccionario de psicología. México: Fondo de Cultura Económica. WINICK, Charles. 1958. Dictionary of Anthropology. Ames, Iowa: Littlefield, Adams and Co. o Revistas especializadas en ciencias sociales. Para una información viva y actual, más importantes que las enciclopedias son las revistas especializadas. Los conocimientos difundidos en una revista son más recientes que los publicados en un libro, al menos en general. Algunas revistas de ciencias sociales son: Comunidad. Bimestral 50 $ mex. Universidad Iberoamericana. Cerro de las Torres 395, México 21, D.F. Croissance des Jeunes Nations. Mensual. 15 f. 163 Bd. Malesherbes, Paris 17e., France.

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Ethnology: an Internacional Journal of Cultural and Social Anthropology. Quincenal. 5 $ US. 4200 Fifth Ave, Pittsburgh, Penna. 15213. Études Sociales et Syndicales. Mensual. 13 fr. 86 Bd. Hausmann, Paris 7e., France. Florida Anthropologist. Quincenal. 4 $ US. Dept. Of Anthropology. University of Florida. Gainesville, Fla. 32603. Human Relations: a journal of studies towards the integration of the Social Sciences. Quincenal. 42 ch. 11 New Fetter Lane, London E. C. 4, Inglaterra. Humanitas. Boletín Ecuatoriano de Antropología. Irregular. Museo Etnográfico de la Universidad Central. Quito, Ecuador. International Journal of Comparative Sociology. Semestral. 30 $ can. Depart. Of Sociology. York University. Toronto, Canada. International Social Science Journal. Revue Internationale des Sciences Sociales. Quincenal. 24 fr. Place de Fontenoy, Paris 7e., France. UNESCO Publication Center. 801 Third Ave. N. York, 10022. Journal of Human Relations. Trimestral. 3 $ us.

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Central State College. Wilberforce, Ohio. Man and Society. Semestral. 7 ch. Albany Trust, 32, Shaftesbury Ave. London W. 1. Inglaterra. Mensaje. 10 veces al año. 20 $ mex. Alameda 18001. Casilla 10445. Santiago de Chile. Museo Nacional. Bolem N.S. Antropología. Irregular. Museo Nacional. Quinta da Boavista, Río de Janeiro, Brasil. Revista de Ciencias Sociales. Quincenal. 4 $ us. Colegio de Ciencias Sociales. Universidad de Puerto Rico, Río Piedras P. R. Revista de Ciencias Políticas y Sociales. Trimestral. 25 $ mex. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ciudad Universitaria, México 20, D. F. Revista Latinoamericana de Sociología. Trimestral. 650 $ arg. Florida 936, Buenos Aires, Argentina. Revista Mexicana de Sociología. Quincenal. 20 $ mex. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

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Ciudad Universitaria, México 20, D. F. Service Social dans le Monde (Ed. En ingl., fr. y esp.). Quincenal. 125 fr. 111 Rue de la Poste, Brussels 3, Bélgica. o Algunas bibliografías en ciencias sociales. BARBANO, Filippo y Mario Viterbi. 1948-1958 Bibliografía della Sociología Italiana. Torino: Edizioni Giappichele. Centro Latinoamericano de Pesquisas em Ciencias Sociais. Publica bimestralmente boletines bibliográficos. Gratuita. Av. Pasteur 431. Río de Janeiro, Brasil. FÜRER-HAIMENDORF, E. von. 1958. An Anthropological Bibliography of South Asia; together with a Directory of recent Anthropological field research. Paris: Mouton and Co. HOSELITZ, Bert F., Ed. 19633 A Reader’s Guide to the Social Sciences. The Free Press of Glencoe LEVI, Nadia et al Comps.1967. Guía de publicaciones periódicas de Universidades Latinoamericanas. México: UDUAL, Hemeroteca Universitaria Latinoamericana, UNAM. [N.B. Esta publicación contiene información de las publicaciones periódicas de todas las escuelas, institutos de investigación y facultades de las universidades latinoamericanas. Incluye una sección de ciencias sociales.] MANDELBAUM, David G. et al. 1963. Resources for the Teaching of Anthropology. Washington, D. C.: American Anthropological Association. Memoir 95. SIEGEL, Bernard J., Ed. 1963. Biennial Review of Anthropology. Stanford, Cal.: Stanford University Press. Social Sciences and Humanities Index. Trimestral. El precio ha variado de un año a otro. The H. W. Wilson Co. 950 University Ave. Bronx, N.Y. 10452. [N.B. Esta publicación es indispensable para una información bibliográfica de revistas. Resume 209 publicaciones.]

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UNESCO, Ed.1960. Social Science Index. International Bibliography of the Social Sciences. Chicago: Stevens Aldine, o en París, Central de la UNESCO. ZAVALA, Lauro J. 1962. Bibliografía antropológica. Trabajos publicados en México (1955-1962). México, D. F.: Comité Organizador del XXV Congreso Interamericano de Americanistas. ZIMMERMAN, Irene. 1961. A guide to Current Latin American Periodicals in the Humanities and Social Sciences. Gainsville, Florida: Florida University. o Método de valuación de enciclopedias. Shores (1951: 70) propone un método de valuación de enciclopedias, que trascribo a continuación: I. Autoridad a. Firma editorial: dar el nombre e indicar su reputación basada en publicaciones previas; tipos de publicidad y si es posible ética de ventas. b. Fecha: comparar el pie de imprenta con las fechas más recientes del copyright. c. Frecuencia de revisiones del texto: determinar tanto la extensión de la revisión como la serie de fechas de los copyright. d. Comité de editores: nombre y calificaciones académicas. II. Destino. a. Finalidad: citar un breve pasaje del prefacio que sea significativo. b. Destinatarios: indicar si es para adultos, estudiantes, etc. c. Estilo: caracterizado como legibilidad, notando frases principales más expresivas y métodos desusados de desarrollo.

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d. Distorsión: compruébese en un tema controvertido y cítese la posición que toma. e. Equilibrio: compárese la cantidad de espacio dedicado a dos temas igualmente importantes, o dos tópicos igualmente poco importantes, p. ej. compárese la descripción de ciudades inglesas y americanas de la misma magnitud o universidades del oriente o del medio oeste, de la misma reputación. f. Actualidad: compruébese con bibliografías, con ciudades que sean familiares, con acontecimientos recientes. III. Ordenamiento. a. Agrupación material: tópicos amplios o breves, háganse comparaciones. b. Orden alfabético: por palabra o por letra. c. Índices: diccionario, clasificados, hechos; estilo: párrafos o entradas de una línea. d. Referencias cruzadas: véase si las tiene. e. Guías de los volúmenes: la palabra que divide uno de otro, letras completas, palabra. f. Bibliografías: si son recientes y con selección de títulos. IV. Formato. a. Comparación: número de volúmenes o número de páginas si es un solo volumen. b. Ilustraciones: número, si son fotografías o dibujos. c. Mapas: número, si son con relieve o de color. d. Subtítulos: atinados, relacionados con el texto. e. Pies de ilustraciones: tomadas especialmente para ellas.

del

texto

o

escritas

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f. Papel: opacidad (si el tipo puede verse desde ambos lados de la página). g. Tipos: variedad y clase. h. Composición de la página: margen izquierdo; balanceada. i. Encuadernación: tela, material sintético. V. Características especiales. o Otras fuentes de divulgación. El mismo autor propone, con modificaciones, análisis semejantes para diferentes tipos de libros de referencia, que pueden ser muy útiles en el análisis de las mismas. Hemos mencionado en una sección anterior los libros de texto. En las universidades con mucha frecuencia aparecen manuales que resumen los últimos conocimientos en una materia o en un tema determinado. Son también fuentes admisibles en los escritos o exposiciones de divulgación. Igualmente los estudios monográficos tanto de investigadores de primera mano como de escritores que utilizan los datos primarios y que son por tanto fuentes secundarias, son aconsejables para escritos de divulgación. 

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Métodos y formas de escritos para conocimientos de divulgación. El método de los escritos de divulgación en parte está más cercano a la estructura de los trabajos científicos, y aun en muchos casos podrá seguirse literalmente el esquema: observaciones, problema, hipótesis, diseño de comprobación, comprobación, conclusiones; no es necesario que en los escritos de divulgación sigamos un esquema tan rígido. Bastará fijar claramente el tema o el problema de que vamos a escribir. En segundo lugar colectar los datos de las fuentes que estén a nuestro alcance, calificando las mismas fuentes y denunciando honradamente las limitaciones de nuestra información. Comprobar si los datos recogidos en las fuentes responden en una forma o en otra a la pregunta que nos hemos planteado o advertir las modalidades que nuestra información comunica acerca del tema que hemos elegido y por último formulación de nuestras conclusiones.

Algunas formas de escritos de divulgación pueden ser las siguientes: o Crítica de libros o artículos relacionados con la disciplina que cultivamos. Con lo que hemos dicho es de esperar que el estudiante esté capacitado para discernir si un libro o un artículo es de divulgación alta, media o baja, o simplemente es de información popular. Cuando se hace la crítica de un libro de divulgación alta, es posible conservar la crítica en ese nivel cuando tenemos posibilidad de comparar la información ofrecida en el libro que criticamos con la información de otros libros recientes sobre el mismo tema. Al hablar de la lectura activa, acerca de la observación documental, daremos otros datos útiles para la crítica de libros o artículos. No olvidemos sin embargo criticar la bibliografía utilizada y las fechas de la misma. La estructura general del libro, deficiencias o superfluidades, si el tema ha sido ya tratado por otros autores y defectos de impresión del mismo. En la crítica debemos ejercitar las cualidades éticas-científicas mencionadas arriba: amor a la verdad, honradez y modestia. o Boletines de libros. En una línea de investigación, es frecuente en algunas revistas de alta divulgación, encargar a algún escritor que informe sobre todos los libros escritos durante un espacio determinado, por ejemplo un año, en uno o varios países, respecto a un mismo tema: es lo que se llama Boletín de Bibliografía… filosófica, antropológica, sociológica, política, etc. El Boletín Bibliográfico es un ejercicio de crítica de libros más amplio y al mismo tiempo más concentrado, pues dentro de una misma disciplina hay posibilidad de comparar las características de diferentes aproximaciones a un mismo tema. o Trabajos universitarios. A lo largo de la carrera de ciencias sociales todos los estudiantes están obligados a presentar anualmente uno o varios trabajos de diferentes materias de la carrera. En algunas ocasiones los trabajos serán ensayos de investigación y cada profesor determinará el carácter del trabajo según las exigencias de su

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enseñanza. Pero en términos generales el tipo más frecuente de trabajo será precisamente el de alta o media divulgación. El estudiante deberá elegir por sí mismo de acuerdo con el profesor el tema o problema de su trabajo. En muchos casos es posible que el profesor indique o provea la bibliografía necesaria para el trabajo. En este caso el estudiante tiene ya a su disposición los materiales necesarios para su trabajo. El esquema del trabajo puede equivaler a la exposición de divulgación a que nos hemos referido arriba: una vez elegido el problema, mencionar, con crítica, los materiales utilizados para su exposición y discusión; estos materiales desempeñan el papel de las observaciones en el trabajo científico. Inmediatamente diseñar el desarrollo del trabajo: si se trata de un problema, la comprobación o disprobación de las diferentes respuestas; si se trata de un tema dividirlo en sus partes principales para examinar cada una de ellas. Respecto a las notas quiero advertir que, si bien no es la norma general, dependerá de la organización de la lista de fuentes o bibliografía la forma de citarlas en el texto. Parece preferible para una lectura más fácil el omitir definitivamente las notas al pie de la página para ponerlas en numeración seguida al final del capítulo o al final de todo el trabajo. Hay varias clases de notas. En algunos casos en la nota se citan fuentes literalmente, en otras meramente la referencia. Para todos estos detalles sugiero la lectura de Turabain, Kate, A Manual of Writers of Term Papers, Thesis and Dissertations. La tesis de maestría debe ser redactada conforme a los requisitos de una escuela o facultad determinada. Generalmente no se espera que el alumno haga un trabajo de investigación propiamente dicho, sino meramente un trabajo de divulgación. En tales condiciones las características de la tesis pueden equivaler a las de otros trabajos escolares, aunque la tesis requiera mayor amplitud y cuidado. Obviamente las tesis y trabajos de doctorado o de los cursos de posgraduados pertenecen exclusivamente al nivel de trabajo científico. 

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Exposiciones orales de conocimientos de divulgación: mesas redondas, panels y congresos científicos abiertos. Como exposición oral de divulgación podemos mencionar la cátedra universitaria que, sobre todo en años más avanzados, debe informar al alumno con fuentes de primera mano de los progresos alcanzados en la

ciencia o disciplina que está estudiando. Mencionemos también las conferencias para públicos más especializados, de técnicos o de profesionales, a los que deberemos llevar informaciones al menos de tercera mano. Además de estas dos exposiciones orales de carácter individual debemos tener presentes las exposiciones de carácter colectivo: mesas redondas, panels, etc. Las mesas redondas y los panels no tienen una interpretación uniforme y en caso de ser invitados deberemos escuchar a los organizadores sobre la finalidad exacta que pretenden respecto a la información que esperan comuniquemos. Una de las formas más fecundas consiste en estudiar un problema desde el punto de vista de especialistas en diferentes disciplinas. Por ejemplo la explosión demográfica y sus consecuencias sociales expuesta en una mesa redonda en que participen un demógrafo, un antropólogo, un médico, un moralista, un psicólogo, un historiador, etc. Este tipo de mesas redondas suele llamarse también panel. Advierto que es muy importante no confundir el significado de la palabra panel con otro procedimiento denominado también con ese nombre por algunos en E. U. En esta segunda denominación se llama panel la entrevista, repetida a períodos indefinidos, a una misma muestra. Algunos de estos términos serán explicados más adelante. Como exposición de alta divulgación el panel suele tomar dos formas distintas: la primera equivale prácticamente a la mesa redonda, la segunda, en cambio, está compuesta de un expositor principal y de varios comentaristas o bien de un moderador y varios comentaristas. Una forma popular del panel son los llamados forums en que son discutidos temas políticos, artísticos, sociales, suponiendo que el auditorio antes de su participación ha alcanzado una información seria y objetiva respecto al tema discutido. Mencionemos también los congresos científicos que llamaré abiertos. Distingo dos clases de congresos científicos: el congreso científico, que llamo cerrado, es aquel en que se invita a un número de especialistas elegidos personalmente para que exponga los progresos recientes alcanzados en su disciplina en el instituto, universidad o país al que pertenecen. Los congresos científicos abiertos, son aquellos en que una asociación internacional propone un tema e invita a estudiosos del mundo entero a participar con una breve exposición durante el congreso. Considero que en la

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mayor parte de los casos este segundo tipo, los congresos científicos abiertos, puede ser incluido en divulgación media o alta. Es posible también que estén en proceso de desaparición pues sus resultados científicos son discutibles aunque los resultados de convivencia, comunicación, ocasión de conocer y trabar relación con otros investigadores podrían justificar su continuación. 

Vehículos de publicidad. Los vehículos de publicidad para trabajos de divulgación obviamente serán las revistas o periódicos de alta, media o baja divulgación. Hemos citado algunos más arriba. Podríamos mencionar también revistas especializadas pero no de carácter científico; revistas de historia, de literatura, de sociología destinadas a un público culto pero no precisamente a especialistas. Estas revistas suelen esperar que el autor mencione las fuentes de su trabajo y así será necesario proponer algún método de cita bibliográfica.



Ordenamiento y clasificación de datos de divulgación. Existen diferentes procedimientos materiales y formales para recoger y ordenar los datos recogidos. Aunque sería deseable que en una universidad todos los trabajos siguieran un procedimiento uniforme, en algunas universidades cada departamento y aun cada escuela o facultad exige una modalidad distinta en las citas bibliográficas. Por tanto sin pretender más que dar una guía para posibles ejercicios del curso de Metodología proponemos las indicaciones siguientes. Es conveniente que el alumno forme dos ficheros. Uno destinado a recoger las fichas bibliográficas de todos los libros o artículos de revista que lea, consulte o utilice durante sus estudios. Otro, de tamaño más grande, para cédulas destinadas a recoger datos o textos relevantes para sus estudios. En este fichero pueden encontrar lugar las listas bibliográficas, generalmente presentadas en hojas de máquina de tamaño estándar, que algunos profesores distribuyen a sus estudiantes o piden a éstos que recolecten sobre alguno de los temas estudiados. Después de una advertencia general proponemos modelos para los tres tipos de trabajo. El espacio de una ficha o de una cédula, como puede verse en las figs. 1, 2 y 3, está dividido en tres partes. Una franja horizontal, en la parte superior, está destinada a la colocación de la ficha en el

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fichero. Cuando éste está ordenado alfabéticamente por nombres de autores o de lugares geográficos, el primer dato de la colocación debe ser el apellido del autor o el lugar a que se refieren el libro o el artículo; cuando está ordenado por las materias de un trabajo, deberá llevar tres o cuatro datos comenzando por el más general. La segunda sección horizontal lleva los datos bibliográficos del libro, artículo o documento. La tercera sección: si es una ficha bibliográfica, llevará una crítica del libro o artículo; quizá citas de críticas leídas en libros o revistas; o también el índice del libro o las partes más importantes en que esté dividido éste o el artículo citado. Cuando se trata de una cédula, en la tercera sección copiamos el texto requerido. o Fichas bibliográficas. La fig. 1 presenta la ficha bibliográfica de un libro. En la parte superior trae tres datos para la colocación en el fichero en la sección de Metodología, dentro de ésta en la Metodología de las Ciencia Sociales y en la subsección destinada a libros producidos por autores norteamericanos. La sección siguiente trae los datos bibliográficos del libro en este orden: Apellido con mayúsculas, coma, nombre o nombres del autor. Dejando unos espacios para que resalte bien, pues es dato muy importante, la fecha del libro; en forma de exponente el número de la edición: en este caso, cuarta edición. En el mismo reglón de la fecha, separado, si se quiere, por un guión, el título del libro. Debajo de él y entre paréntesis, el subtítulo del libro, si lo tiene. Al mismo margen del título del libro, la casa editora, en este caso Prentice-Hall, Inc., dos puntos, lugar de la edición. Bajo la casa editora podemos añadir otros datos: número de páginas, si el libro contiene ilustraciones o no (Ilustr.), el tamaño, en caso de que sea desacostumbrado, precio del libro, empastado o no, etcétera. La sección inferior está destinada a añadir algunos datos del libro y un breve resumen de su contenido.

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FIG. 1. Ficha bibliográfica de un libro. Metodología

Social

E.U.

YOUNG, Pauline, V. 19664

Scientific Social Surveys and Research (An Introduction to the Background, Principles, and Analysis of Social Studies)

Content,

Methods,

Prentice-Hall, Inc.: Englewood Cliffs, New Jersey.

El libro tiene varios capítulos sobre estadística, técnicas de escalas, presentación gráfica y ecología humana por Calvin F. Schmid (U. Washington). Está dividido en tres partes: historia y finalidad de la investigación social; principios y técnicas de estudio; esquemas para diferentes estudios. Trae bibliografía al pie de las páginas y en una lista final. Índice de autores y materias.

Nótense estos casos: Cuando no aparece en el libro el nombre del autor, en el lugar correspondiente a éste se pone Anón. o Anónimo. En caso de que no se dé el nombre del autor pero el investigador lo haya descubierto, colocamos el nombre en su lugar respectivo pero entre paréntesis cuadrados. Si la obra está firmada por un seudónimo, el seudónimo se coloca en el lugar correspondiente al apellido y nombre del autor, pero si sabemos el nombre real lo añadimos en el mismo reglón, también entre paréntesis cuadrados. Si la obra está firmada por dos autores o más podemos seguir uno de dos procedimientos: a] Poner el apellido y el nombre del primero seguido de la expresión et al. que abrevia la expresión

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latina et alii que significa y otros. Este procedimiento es más usado cuando citamos la obra en el texto, pero no es aconsejable en la ficha bibliográfica. b] Únicamente el primer autor aparece citado como hemos dicho: apellido con mayúsculas, coma, nombre o nombres, los otros autores son nombrados con el nombre primero y luego el apellido en el orden acostumbrado. Si el libro es una traducción, escribimos el nombre del autor como hemos dicho y a continuación entre paréntesis, abreviamos t. ing., t. por traducción, ing. por inglés, la lengua en que está escrito el original (alem. ital. fran. etc.) seguido del nombre y apellido del traductor, en el orden corriente, y cerramos el paréntesis. p. ej. DUVERGER, Maurice (t. fran. Malcolm Anderson) El autor es Duverger y su libro está traducido del francés por Malcolm Anderson. Cuando son publicaciones oficiales, en vez del autor pondremos el nombre del país y de las oficinas que publica el libro, los demás datos en la forma indicada. p. ej. México. Dirección General de estadística. 1965. Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos. México, D. F., Dirección General de Estadística. La fig. 2 nos presenta una ficha bibliográfica de un artículo de revista.

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FIG. 2. Ficha bibliográfica de un artículo de revista. China

Comunismo

Mao Tse-tung

Sociedades Secretas

SCHRAM, STUART R. 1966

Mao Tse-tung and Secret Societies. The China Quarterly. 27: 1-13.

Importantes datos sobre el Instituto de Entrenamiento del Movimiento Campesino en Cantón, 1925-26. La actitud de Mao frente a las sociedades secretas –particularmente Ko-lao-hui, Sociedad del Hermano Mayor– tiene relevancia en su idea personal del comunismo chino. Cfr. El pensamiento político de Mao Tse-tung.

La sección superior, al igual que la ficha del libro, presenta los datos para su colocación en el fichero. La siguiente sección da los datos bibliográficos. El nombre del autor o autores son tratados como en la ficha bibliográfica. El año es el del número de la revista. Título y subtítulo, cuando lo hay, se colocan en la misma forma que en la ficha del libro. Algunos prefieren el título entre paréntesis pero no parece necesario. Debajo ponemos el nombre de la revista. Es conveniente en alguna papeleta poner además datos sobre los editores, dirección, años de publicación, etc., sobre todo cuando no disponemos fácilmente del ejemplar de la revista.

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FIG. 3. Cédula de textos tomados de libros, artículos o documentos. Metodología

Ciencias Sociales

Investigación de opinión

Panel

LAZARSFELD, Paul F. et al. 1948

The Process of Opinion and Attitude Formation, En: LAZARSFELD, Paul F. and Morris Rosenberg, Eds. 1962

3r

The Language of Social Research. The Free Press of Glencoe, Inc. 231-242.

―Even during the preliminary phases of the Rie Country study it became clear that the technique of repeated interviews was in no way restricted to studies of political propaganda. It is a general method, applicable to any study of attitudes, which develop over a period of time. For example, if we cant to correct ethnic attitudes, or modify consumer wants, or improve international understanding, we must do more than describe attitudes. We must also study how such attitudes are developed and how they can be influenced. These are all problems for the kind of dynamic social research exemplified in the present study.‖

Bajo el nombre de la revista van el volumen de la revista, si está publicada por volúmenes, el número y las páginas. No es necesario escribir vol. núm. pág. El volumen se pone en números romanos, a continuación una coma, el número de la revista consultada en número arábigos, luego dos puntos y la página. XIX, 8:823, quiere decir volumen diecinueve, número ocho, página 823. o Cédulas o fichas de textos tomados de libros, artículos, documentos, entrevistas, etc. De las cédulas de entrevista hablaremos en otra ocasión. Contienen informaciones ocasionales recogidas en conversación. Basta decir aquí que además de la colocación que puede tomarse p.ej. de la Guía de Murdock, citada en la Bibliografía, hay que citar el nombre o características del entrevistado, el día y la hora. La cédula contiene básicamente los datos de la entrevista.

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Como podemos ver en la fig. 3, la distribución general del espacio en esta clase de cédulas, fichas o papeletas –los tres nombres suelen ser usados– es semejante a los ejemplos anteriores: colocación, nota bibliográfica y cita. En el ejemplo que aducimos debemos advertir algunas variantes: hemos usado la expresión ―et al.‖ que ya explicamos. Pero el estudio está en un libro compuesto de trabajos de varios autores. Para citar este libro, utilizamos ―en‖ o ―apud‖, expresión latina que significa lo mismo. Cuando los escritos de diferentes autores son reunidos en un libro, quienes los han recogido, ordenado y preparado son llamados editores, o, en su caso, editor. Para ese caso, después del nombre o nombres ponemos la abreviación Eds. o Ed. que quieren decir editores o editor. En la fecha damos el dato 19623r, quiere decir 3ª. reimpresión. Si consideramos importante dar la fecha original ésta aparece entre paréntesis junto a la fecha del libro que citamos o de la edición o reimpresión del mismo. p.ej. ACKOFF, Russel L. 19613r (1953) The Design of Social Research, etc. Significa que estamos usando la tercera reimpresión, en 1961, de un libro publicado originalmente en 1953. o Listas bibliográficas. Si preferimos suprimir las citas al pie de la página en artículos, o en libros y otros trabajos, así como cuando tenemos que presentar una lista bibliográfica sobre cualquier tema, es conveniente seguir este procedimiento: La colocación de la fecha del escrito que hemos indicado nos hace descubrir inmediatamente si la bibliografía es reciente o anticuada. Los apellidos de los autores deben ir colocados en rígido orden alfabético. Esto permitirá encontrar fácilmente la obra que buscamos. Además, cuando la lista bibliográfica está por orden alfabético de autores y para cada autor por orden cronológico, las citas en el texto pueden presentarse con más claridad y economía de recursos. p. ej.: cuando de un autor sólo citamos una obra, bastará escribir (Ackoff: 139). El apellido, dos

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puntos y el número de la página nos da todos los elementos necesarios, que podemos completar en la lista bibliográfica. Cuando un autor tiene varias obras en diferentes años, a continuación del nombre escribimos el año, dos puntos y la página. p. ej. (Bendix, et al. 19615r: 340), estamos citando una obra en que aparece Bendix y otros u otros, que tuvo su quinta reimpresión en 1961, con lo cual podemos localizarla exactamente en nuestra lista, a continuación dos puntos y la página. Cuando un autor tiene dos o más publicaciones el mismo año escribimos a continuación del año una letra del alfabeto, comenzando con a, luego b, c, etc. p.ej. 1956a–, etc. La lista bibliográfica de este libro puede servir de ejemplo aunque no todos los casos están presentes en ella. o Citas en el texto. Hemos repetido varias veces que es mejor suprimir las notas al pie de la página, dejándolas para el fin del capítulo o de todo el libro. A veces citamos en el texto una obra, como ya indicamos y no es necesaria la nota al pie de la página; si tenemos bien organizada nuestra lista bibliográfica bastará la forma señalada más arriba: paréntesis, nombre del autor, dos puntos y página: (Cicourel: 84). En caso que la obra conste de varios volúmenes, como siempre, se anota con números romanos: (Francke: IV, 55). Tal es la cita para la primera vez que mencionamos una obra. Todas las veces que citamos el mismo autor en la misma obra, sin intercalar citas de otras obras o autores, basta citar (Ibid: 340). Ibid. es abreviación de la palabra latina Ibidem, que significa allí mismo. Si hemos Intercalado otras citas, pero el autor se menciona en el texto por su nombre y nos referimos al mismo libro ya citado más arriba, empleamos (op. cit.: 220); op cit. equivale a opus citatum, esto es, obra citada. Podemos usar la misma notación a lo largo del libro siempre que el texto nombremos al autor y nos refiramos al mismo libro. Recuerdo que hay citas que tienen particulares requisitos como son las citas bíblicas, legales, etc. Es fácil de ver que si nuestra lista bibliográfica está bien ordenada no hay diferencia en las citas del texto entre libros, artículos, etc.

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o Algunas abreviaturas. ca. circa: en torno o cerca, generalmente en fechas (ca. 200): cerca del año 200. cf. o cfr. confer: consulte, compare (cfr. Mead: 220): compare con el libro de Margaret Mead en la pág. 220. Infra, más abajo. No es abreviación. Supra significa más arriba o en un pasaje anterior. Apud citado por. Vid. Véase. Passim quiere decir aquí, allá o frecuentemente. Sic así. Exactamente lo que dice el autor, aunque sea confuso o erróneo. e. g. exempli gratia; por ejemplo. Ed. o Eds. como ya explicamos: Editor o Editores. MS (MSS). Manuscrito o Manuscritos. N. D. Sin fecha, podemos escribirlo con iniciales castellanas S.F. NE. Sin editor, se emplea cuando no está nombrada la casa publicitaria. NL. Sin lugar de edición. et. al. es abreviación de et alius o el alii. Significa y otro, o y otros (autores). loc. cit. locus citatus: lugar citado. id. idem: lo mismo. Se utiliza cuando se cita el mismo autor que aparece inmediatamente antes. Los títulos de revistas, de sociedades científicas, de archivos, suelen abreviarse con mayúsculas sin espacios ni puntos para ser usadas en el texto, pero debemos dar una lista que suele ser colocada antes de la bibliografía. p. ej.: APV, Archivo Pontifico del Vaticano. ASHM. Archivo Secretaría de Hacienda, México. AA. American Anthropoligist.

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ARS, American Review of Sociology. SC, Social Compass. Conocimiento científico. Por las explicaciones que hemos dado en las secciones anteriores de este mismo capítulo, se entiende que el conocimiento científico estrictamente dicho es únicamente aquel ocupado en la obtención y publicación de conocimientos desconocidos públicamente hasta el momento de la publicación del libro o artículo de que se trate con fines de explicación y/o predicción de la conducta de ciertos fenómenos. En sentido menos estricto podemos decir que el conocimiento científico es la obtención y publicación acumulativa de nuevas informaciones con la finalidad de explicar y predecir la conducta de fenómenos en áreas determinadas por cada ciencia, basado en una severa crítica del procedimiento seguido para obtenerlos y de las fuentes utilizadas durante ese procedimiento. Es muy importante notar el carácter acumulativo de la ciencia. En ciencia pueden ocurrir errores pero no herejías. Los errores pueden ser también útiles en el proceso de la ciencia. Decimos que la ciencia tiene carácter acumulativo, porque todo trabajo científico sirve de base para el progreso y la generalización de los conocimientos. Llamamos generalización la cualidad que tiene una proposición de ser verificada o verificable en una clase de fenómenos. Mayor o menor generalidad de una proposición significará que el área de fenómenos a que es atribuida será mayor o menor que otras. Por ejemplo, las proposiciones generales respecto a relaciones entre alcoholismo y divorcio se referirán exclusivamente al fenómeno del alcoholismo pero si logramos una proposición que abarque las patologías sociales y comprobamos que el alcoholismo es una forma de tales patologías, la proposición relativa a patologías sociales y divorcio, será evidentemente más general que la relacionada exclusivamente con el alcoholismo.  Macro y microteorías. Teoría deductiva y teoría inductiva. Toda ciencia está estructurada por dos elementos básicos: la teoría y el método de trabajo. Toda investigación requiere un conocimiento precedente de la teoría que explica el área de fenómenos del estudio. Solemos distinguir macroteorías y microteorías conforme a la mayor o menor generalidad de los fenómenos que una teoría trata de explicar y

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predecir. Pero tanto las macroteorías como las microteorías son casos particulares del concepto general de teoría. Teoría es un conjunto de proposiciones lógicamente articuladas que tiene como fin la explicación y predicción de las conductas en un área determinada de fenómenos. Es obvio que en cualquier ciencia estructurada lo primero que debe ir conociendo el alumno es la teoría de esa ciencia, todas las partes de ella y naturalmente el área de fenómenos que la ciencia trata de explicar y predecir. En ciencias sociales como ya indicamos, el área general son las conductas de los grupos humanos, pero cada una de las ciencias sociales tiene dentro de esa área general una específica que está caracterizada precisamente por la clase de conductas que estudia más peculiarmente y dentro de esa clase de conductas, por la variable independiente, el elemento explicativo como diremos más adelante, que maneja con más generalidad. Por ejemplo, la antropología social trata de explicar las conductas humanas desde el concepto general de cultura o agregado de conductas culturales. El conjunto de proposiciones comprobadas que componen la teoría antropológica será el primer instrumento que debe conocer un estudiante de antropología para poder explicar, predecir, investigar, etc., dentro del área de fenómenos que le corresponde. Si existe en una ciencia una teoría que explica todas las conductas como casos particulares de la misma teoría se habla de una macroteoría, por ejemplo antropológica o sociológica. Por ejemplo si en antropología existiera una teoría de la cultura capaz de explicar todos los diferentes problemas de las conductas culturales tendríamos una macroteoría antropológica. Pero generalmente por la dificultad de la comprobación de una teoría tan amplia las disciplinas se van estructurando por pequeñas áreas, entonces hablamos de una microteoría de la antropología del desarrollo de las comunidades agrícolas o una microteoría de la antropología de la religión o una microteoría de la antropología de la organización social. Futuros investigadores irán descubriendo las variables que unifiquen la explicación de estas microteorías hasta formar la macrotería de la antropología y no debemos desesperar de que con el tiempo algún investigador logre llegar a la macroteoría de la conducta humana que abarque la sociología, la ciencia política, la historia del arte, la antropología social, la ciencia de la comunicación, etc., como casos particulares de esa teoría general.

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El procedimiento lógico que articula las proposiciones de una teoría divide también las teorías en dos grandes clases: la teoría inductiva y la teoría deductiva. La teoría deductiva es aquella en que una proposición más general enuncia la explicación o la predicción de conductas particulares. La teoría inductiva muestra en conductas particulares las proposiciones más generales que sirven para la explicación o predicción de conductas en diferentes áreas de fenómenos. La teoría deductiva, cuando está rigurosamente constituida, se compone de los elementos siguientes: Postulados. Ninguna teoría puede comenzar demostrando sus puntos de partida, por la sencilla razón de que no podría comenzar nunca. Por tanto toda teoría, repetimos toda teoría, da por supuestas una serie de proposiciones que generalmente se refieren a definiciones de términos indispensables para la estructuración del sistema teórico y que generalmente son aceptados por convención y sin pruebas llamadas postulados. Distinguimos postulados explícitos cuando son formulados expresamente y postulados implícitos cuando no son formulados expresamente. Toda ciencia, no sólo toda teoría inductiva, parte de determinados postulados. Es fácil entender que cuando una ciencia o un grupo de conocimientos parte de un postulado falso las conclusiones más inesperadas serán deducidas con lógica irrebatible. El error está oculto en el postulado, particularmente cuando es implícito. Axiomas: son proposiciones lógicamente derivadas de los postulados, no son producto de la experiencia sino del raciocinio y formulan principios teóricos generales deducidos de los postulados. Teoremas: Son proposiciones derivadas de los axiomas, destinadas a ser comprobadas por la experiencia. Cuando se trata de una proposición ya anteriormente demostrada, hablamos de un teorema propiamente dicho. Cuando la proposición deducida de los axiomas es puesta a comprobación, sin la seguridad de si los hechos estarán en acuerdo o en desacuerdo con ella, esto es, si será comprobada o disprobada, hablamos de hipótesis. El procedimiento inductivo ha sido el más frecuente y al mismo tiempo el más discutido de los procedimientos para estructurar conocimientos teóricos. Bertrand Russell llegó a decir, en 1903, que ―la inducción era más o menos un trabajo metodológico o metódico de adivinación‖

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(Young: 111). Sin embargo, su fecundidad y valor en el trabajo científico ha sido suficientemente experimentada. El problema de la inducción consiste precisamente en la oportunidad que ofrece para generalizaciones no suficientemente comprobadas. Hemos dicho ya que el procedimiento consiste en obtener explicaciones y predicciones generales partiendo de conductas particulares. El problema de la inducción está íntimamente ligado con el problema de la representatividad. Esto es, la cualidad que tienen las conductas observadas de representar legítimamente toda una clase de fenómenos. La condición fundamental de validez para una inducción consiste precisamente en esa representatividad. El problema de la representatividad fundamenta la distinción entre inducción completa, e incompleta. En la primera, son observados todos los fenómenos particulares de una clase especial y de ahí se deducen características de toda esa clase, en cuyo caso no hay una inducción propiamente dicha, sino una simple formulación general de hechos observados uno por uno. La inducción incompleta es aquella en que tomando al azar (aleatoriamente) observaciones que el investigador sospecha pertenecen a una clase general hipotetiza o comprueba una proposición general respecto a las conductas de esa clase de fenómenos. Si las comunidades A, B y C son comunidades agrícolas y en todas ellas encuentro un sistema de compadrazgo de primeros cultivos, puedo formular la hipótesis que en todas las comunidades agrarias, que tengan las características de las comunidades A, B y C, encontraré el compadrazgo de primeros cultivos.  Validez, fidedignidad y operatividad de los términos de una proposición. Cualquier proposición que forme parte de una teoría está compuesta de términos o vocablos que forman la proposición. Comunidades agrícolas, compadrazgo de cultivos, serían ejemplo de los términos usados en la proposición anterior. El riesgo del uso de los vocablos en el trabajo científico consiste en la multitud de significados que los términos suelen tener en diferentes contextos de comunicación. Un buen ejemplo es la palabra comunidad que puede ser entendido de muy diferentes maneras. Por tanto el primer trabajo para la formulación de proposiciones teóricas consiste en la definición válida, empírica, operativa y fidedigna de los términos. Definir válidamente un término quiere decir indicar la clase general y la subclase de fenómenos a que ese término efectivamente pertenece. Tanto la clase como la subclase deben ser lo más próximas y

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relacionadas con el significado en que el término está siendo usado. Por ejemplo, decir que comunidad es un agregado de gentes, es limitarse a la clase más general y más remota. Si decimos que comunidad es un conjunto de seres humanos ligados por un propósito común ya dijimos la clase general, agregado de gentes, y la subclase, ligados por un propósito común, en que podemos colocarla. Pero toda definición científica debe tener además la triple característica: ser empírica o sea verificable por la experiencia, no ser descrita por medio de términos no observables, con lo cual cae fuera de la investigación empírica; dentro de lo posible debe ser operativa; operatividad es la cualidad de una definición por la cual, y dentro de ella, expresamos la operación por cuyo medio llega a determinarse empíricamente el objeto del que estamos hablando; fidedigna quiere decir que la definición esté formulada de tal manera que dadas las condiciones expuestas en ella cualquier investigador pueda distinguir el objeto definido de los demás objetos. Definir, por ejemplo, un estudiante como la persona que anhela saber, al introducir en la definición la palabra anhelo nos deja en un terreno imposible de observar si no es por medio de deducciones más o menos inciertas. Si en cambio defino estudiante como la persona que ha sido inscrito en una universidad o colegio reconocido para presentar cinco materias en el término de un semestre dentro de un curso académico que aparece en los documentos de esa institución, todos y cada uno de los términos son verificables y por lo tanto comparables también, y al mismo tiempo expreso la operación por medio de la cual el estudiante propiamente dicho es constituido como tal, a saber, su inscripción para tomar determinado número de cursos en una institución reconocida. Tal descripción puede ser manejada por cualquier otro investigador. Aunque cuando tratemos de las hipótesis nos detendremos más en el concepto de variable, recordemos por el momento que en una proposición explicativa encontramos siempre dos elementos, uno que explica y uno que es explicado. Llamamos variable independiente el elemento que explica un fenómeno o la conducta de un fenómeno. Llamamos variable dependiente el elemento explicado o sea la conducta explicada. Variable quiere decir un término que puede adquirir o ser sustituido por diferentes valores numéricos o diferentes categorías: edad es una variable porque puede valer desde un minuto hasta más de cien años; estado civil es una variable porque puede tener los valores de soltero, casado, divorciado, viudo, etc. Cuando formulamos la proposición: el progreso académico depende de la

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estabilidad familiar además de otros factores, estamos proponiendo la variable independiente, la estabilidad familiar, y la variable dependiente, el progreso académico; ambas deben ser definidas empíricamente pero son ejemplos de los conceptos que estamos tratando de explicar. Podemos también decir: el progreso académico de un estudiante no depende de la estatura; caso en el cual estamos excluyendo como variable independiente, una variable dada. Tenemos una variable dependiente que es el proceso académico del estudiante, pero la proposición niega que de esa variable dependiente sea variable independiente la estatura. Se trata por lo tanto de una proposición negativa en que excluimos una variable independiente. 

Definición de metodología del trabajo científico. Con estos antecedentes podemos ya definir metodología del trabajo científico. Metodología es el estudio crítico del método. Método es una sucesión de pasos ligados entre si por un propósito. Método de trabajo científico es la sucesión de pasos que debemos dar para descubrir nuevos conocimientos o en otras palabras, para comprobar o disprobar hipótesis que explican o predicen conductas de fenómenos, desconocidos hasta el momento.

1.3 Objetivos más importantes del estudio de la metodología Quisiera formular aquí expresamente los objetivos de este estudio, que pueden ya ser entendidos después de las explicaciones dadas. Lectura de libros y de artículos científicos. Cada estudiante de este curso, por lo menos al terminarlo, deberá estar en capacidad de leer críticamente libros o artículos de investigación de su propia especialidad. Procedimientos para buscar nuevos conocimientos. Este curso tiene como finalidad dar a conocer al estudiante los pasos que debe seguir en la búsqueda de nuevos conocimientos. Muchos estudiantes oyen, no sin alarma, la expresión de nuevos conocimientos, pensando que es extraordinariamente difícil encontrar conocimientos que no sean ya del dominio público de los especialistas de su profesión. Es un error frecuente. Basta abrir cualquier revista científica para encontrarse cada mes o cada dos meses, con artículos que contribuyen con nuevos conocimientos a esa disciplina. Quizá el procedimiento práctico es caer en la cuenta de que

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cuando el estudio se concentra en un área pequeña de fenómenos la probabilidad de que haya sido estudiada es muy pequeña. Los resultados no se prestarán a una generalización amplia pero será una contribución positiva y real al progreso de la ciencia. Existe un pueblo, X1, en el sur del valle de México, en que desde hace años han convivido pacíficamente varias comunidades de diferentes confesiones religiosas. El pueblo X2, vecino del anterior, ofrece un espectáculo totalmente distinto, las comunidades han tenido entre sí rencillas y aun luchas violentas. De esas dos observaciones deducimos un problema: ¿por qué en el pueblo X1 ha habido paz religiosa y en el pueblo X2 ha habido violencia religiosa? En este momento nadie lo sabe con seguridad científica. Quien haga esa investigación, por poner un ejemplo entre miles, habrá logrado darnos un conocimiento nuevo. Redacción de escritos científicos. Este conocimiento de los pasos que hay que seguir para la adquisición de nuevos conocimientos tiene su principal manifestación en la redacción de escritos científicos que debe ser también uno de los resultados de este curso. Para la redacción de escritos científicos el estudiante necesita en primer lugar una información, si es posible exhaustiva, de las teorías y de los conocimientos ya existentes relacionados próximamente con el problema que va a investigar. Volviendo al ejemplo anterior el estudiante que va a hacer la investigación deberá comenzar por leer algunos de los estudios científicos sobre paz religiosa y polémica religiosa que han sido escritos por otros sociólogos y para otros contextos culturales. La observación de los pueblos le ha hecho formular su problema de suerte que el paso siguiente será formular la hipótesis que explique tanto el caso positivo de la paz religiosa como el caso negativo de la inquietud religiosa. Supongamos que elige la siguiente hipótesis: en el pueblo X1 ha habido paz religiosa porque las diferentes confesiones nunca han intervenido en política y en el pueblo X2 ha habido luchas religiosas porque las confesiones religiosas han intervenido en política. Como veremos en otro lugar es conveniente siempre proponer hipótesis alternativas cuya explicación omitimos por el momento. Una vez elegida la hipótesis el estudiante deberá determinar el procedimiento que va a seguir para comprobar o disprobar la hipótesis, o sea lo que llamaremos diseño de la prueba. Deberá definir empíricamente qué quiere decir comunidades, confesiones religiosas, intervención en política. Como definición de los términos vamos a proponer: comunidad religiosa es un grupo de gentes organizadas para actividades litúrgicas y doctrinales, en torno a libros religiosos, a cuyo frente está una persona investida de poder para dirigir determinada. Intervención en política vamos a definirlo en el sentido de lanzar o apoyar, como grupo, determinados candidatos para puestos municipales. El diseño de la prueba deberá abarcar dos partes; la

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primera demostrar que efectivamente existe una relación entre intervenciones políticas y luchas religiosas; la segunda parte consistirá en demostrar que no hay otra explicación válida o sea en excluir variables probables de este estudio, como sería por ejemplo competencias económicas entre las confesiones, querellas de parentesco o de matrimonios, etc. El diseño de la prueba incluye la elección de la técnica especial que va a seguirse para la investigación: encuesta, entrevista, diseño del cuestionario, etc. A continuación la realización del diseño de la prueba será llevada a cabo en el campo. Realizado éste el estudio de los datos obtenidos servirá para sacar las conclusiones. Los anexos: bibliografías, notas, cuadros estadísticos y tablas, etc., completarán el trabajo. Resumen del proceso de trabajo científico. El proceso fundamental del trabajo científico abarca los siguientes pasos: 1. Estudio de las teorías y conocimientos relacionados con un tema determinado existentes hasta este momento, a través de la literatura conocida por los procedimientos bibliográficos indicados en las secciones anteriores. 2. Observación. 3. Problema. 4. Hipótesis. 5. Diseño de la prueba. 6. Realización del diseño de la prueba. 7. Conclusiones. 8. Bibliografía. 9. Notas. 10. Cuadros y tablas.

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2. Tipos y técnicas de observación científica de los fenómenos 2.1 Observación en general Observación es la acción de observar, de mirar detenidamente. Pero este primer significado de la palabra, se presta, en el trabajo científico, a una ambigüedad que es necesario disipar desde un principio. La observación puede ser estudiada desde el investigador que observa, que mira detenidamente y desde lo observado, lo mirado detenidamente. Por lo tanto, observación tiene dos sentidos: la acción del investigador, que puede llamarse también la experiencia del investigador, el procedimiento de mirar detenidamente o sea, en sentido amplio, el experimento, el proceso de someter conductas de algunas cosas a condiciones manipuladas de acuerdo con ciertos principios para llevar a cabo la observación; pero observación significa también el conjunto de cosas observadas, el conjunto de datos y el conjunto de fenómenos. En este sentido que pudiéramos llamar objetivo, observación equivale a dato, a fenómeno, a hechos. Observación de fenómenos en la ciencia. Hemos repetido varias veces que cada ciencia está dedicada al estudio, a la observación, de áreas de conductas de fenómenos delimitados por el propósito de esa ciencia. Por lo tanto, cada ciencia tiene sus peculiares observaciones, que son los fenómenos o los datos que ella va a estudiar y en determinados casos a explicar y a predecir. Observación de fenómenos sociales. El área de estudio de las ciencias sociales son las conductas humanas. Esa área de estudio no podemos cambiarla arbitrariamente. En cierto sentido podemos decir que todas las ciencias empíricas estudian algún tipo especial de conductas pertenecientes a una clase especial. La medicina humana estudiará la estructura y las conductas del organismo humano y el especialista escogerá un área más limitada y un tipo de conductas más acotado dentro de esa área. Por ejemplo, un cardiólogo ha escogido como área especial la conducta del sistema circulatorio humano. Pero dentro de esa área de conducta el especialista dedicará su atención particularmente a la conducta de las válvulas del corazón. Conducta quiere decir una serie de acciones o de actos que perceptiblemente son vistos u observados en una entidad o grupos de entidades determinadas; esas acciones o actos ocurren siguiendo una secuela que aparece repetida con las mismas características en otras entidades de esa clase. Esa sucesión de acciones participada por entidades de una determinada clase es lo que llamamos conducta, añadiendo la

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condición que esa sucesión de actos tenga una cierta estabilidad al menos probable. Las ciencias sociales estuvieron dedicadas desde sus principios a la observación de las conductas de los seres humanos. Pero cada una de las ciencias ha elegido dentro del área de conductas humanas un tipo especial de conducta. Esos tipos especiales de conductas serán las observaciones, los fenómenos, los datos de esa ciencia social en particular. Por ejemplo: La ciencia de la información o de la comunicación ha elegido entre las conductas humanas aquellas que transmiten un mensaje de un individuo o grupo de individuos a otro individuo o grupo de individuos. Estas conductas de la comunicación son quizá las que ofrecen una mayor generalización, ya que todas las conductas políticas, sociales, psicológico-sociales, artísticas, en una palabra culturales, pueden ser consideradas como trasmisoras de un mensaje y por lo tanto, como casos particulares de una teoría general de la comunicación humana, la cual a su vez sería un caso particular de la comunicación entre los organismos y si en el mundo orgánico puede hablarse también de algún tipo de comunicación, es posible que exista una teoría general de las conductas biológicas, que tenga como esquema o modelo general la comunicación, la trasmisión de mensajes. En todos estos casos, las observaciones, los datos, los fenómenos serán precisamente las conductas que trasmiten o reciben un mensaje. Observación heurística. Pero además, en el trabajo científico encontramos las observaciones en dos momentos que es también indispensable distinguir: el primer momento es el que pudiéramos llamar la observación heurística del problema. Los fenómenos o datos que observamos o miramos detenidamente, examinados críticamente, nos plantean una serie de preguntas. Es el primer papel de las observaciones. Desde niños estamos acostumbrados a proponer preguntas para tratar de explicarnos las conductas de los seres que nos rodean. ¿Por qué la luna brilla sólo de noche? ¿Por qué el perro ladra y la oveja bala o la vaca muge? ¿Cómo nacen los becerritos? Cada una de esas preguntas es un problema, esto es, una pregunta cuya solución no conocemos. Hablando en nuestro lenguaje, buscamos la variable independiente de una observación que hemos hecho; de un dato o de un fenómeno que hemos observado. En las ciencias sociales nos encontramos las conductas humanas del grupo a que pertenecemos y en muchas ocasiones tenemos oportunidad de observar conductas de otros grupos. En la vida ordinaria, nos plantemos también problemas de conductas humanas: ¿Por qué mi hermana será tan envidiosa? ¿Por qué fulano será tan avaro? ¿Por qué los médicos suelen ser caritativos?, etc. Si bien las dos primeras preguntas se refieren a casos personales, la tercera se refiere a la conducta de un grupo e igualmente nos preguntamos por el elemento que

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va a explicarnos la observación que hemos hecho. En el trabajo científico seguimos el mismo proceso, pero en este caso elegimos los tipos de observación más relevantes para la ciencia que estamos estudiando. Por ejemplo: Un antropólogo social está dedicado particularmente a estudios de desarrollo de comunidad. Encuentra una comunidad en la cual alguien ha construido casas nuevas para los vecinos pero ninguno de ellos quiere habitarlas. Espontáneamente brotará el problema: ¿Por qué estos vecinos rehúsan habitar estas casas? De la observación, del dato encontrado ha surgido el problema. Observación para comprobación o disprobación de hipótesis. Las observaciones, fenómenos o datos, volvemos a encontrarlas, más delimitadas aún, en el cuarto paso del proceso. El trabajo científico nos pide que verifiquemos la comprobación o disprobación de alguna de las hipótesis propuestas, o lo que es lo mismo que descubramos o encontremos si los datos, los fenómenos, los hechos observados, las observaciones, están de acuerdo, confirman y comprueban o están en desacuerdo, rechazan o disprueban algunas o todas las hipótesis propuestas. Éste es el segundo momento en que volvemos a encontrarnos con la o las observaciones. La diferencia entre esos dos momentos de la observación es fácil de entender. En el primer caso el dato o la observación es más o menos espontánea y pudiéramos decir en bruto. En el segundo caso las observaciones o datos estarán orientados, estructurados y definidos por la técnica de investigación que hayamos elegido. En el primer caso, por lo tanto, la observación o el dato se nos presentan, por decirlo así, sin haberlos buscado; en el segundo caso, es algo que hemos diseñado de antemano y sabiendo lo que necesitamos buscar. La primera es una observación informe y la segunda es una observación que debe estar claramente diseñada. Tipos de observación: documental, monumental, de conductas, de laboratorio. Los datos u observaciones que interesan a nuestras ciencias sociales pertenecen a cuatro tipos principales y puede decirse que esos cuatro tipos son generales en todas las ciencias: observaciones o datos documentales recogidos en manuscritos o impresos; observaciones de campo, que dividimos en observaciones de campo relacionadas con monumentos de cualquier tipo y observaciones de campo enfocadas a conductas; finalmente las observaciones de laboratorio, destinadas a la colocación de grupos humanos en condiciones manipulables y observables que, aunque difíciles, son también posibles.

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 Observación documental. Este tipo de observaciones o de datos como ya indicamos, está contenido en escritos de diversos tipos. La escritura, la imprenta, los modos de comunicación escrita, son también conductas humanas. Pero en este caso nos interesan básicamente como instrumentos informativos para nuestros estudios de las conductas humanas. o Lectura activa. Documentos académicos. Al tener delante de nuestros ojos un documento, podemos tomar una de dos actitudes: pasiva o activa. La pasiva y puramente receptiva va recorriendo los ojos sobre las palabras escritas, sin detenerse a criticar ni a reflexionar. Tal lectura no deja prácticamente más que resultados memoristas en el mejor de los casos. Tanto para aprender a estudiar como para aprender a investigar es indispensable leer activamente. La lectura activa, incluye en primer lugar, el conocimiento seguro de cada uno de los vocablos usados por el autor. No temamos usar el diccionario o consultar a otras personas haciendo una lista de palabras que no hayamos entendido en nuestras lecturas, sean de clase o sean de diversión. Cuando leemos escritos, por lo menos de divulgación media o alta, tratemos de conocer la preparación científica de los autores citados y la relación que tienen con el tema; es importante, por ejemplo, tomar siempre en cuenta las fechas de los libros citados; comparar las fuentes citadas en el escrito para estar seguros de que las citas estén dentro del contexto, esto es, que no haya frases entresacadas más o menos artificiosamente para comprobar una hipótesis. Si tenemos alguna información respecto a autores que hayan tratado esa materia, debemos preguntarnos si los que nosotros conocemos como los más avanzados en ese tema han sido utilizados o no, etc. Otro aspecto de la lectura activa consiste en la revisión de las referencias auxiliares: ilustraciones, fotografías, cuadros, tablas, particularmente datos estadísticos. Puede decirse que hoy día apenas hay un tema en ciencias sociales en que no aparezcan algunos datos estadísticos. Existe el proverbio de que con estadísticas es posible demostrar todo. Y aunque no hay que dudar en principio de la honestidad de los autores que leemos, tenemos pleno derecho a examinar si sus datos estadísticos realmente comprueban la tesis o únicamente dan una aproximación de baja probabilidad.

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Fuera de estos detalles, el estudiante debe preguntarse qué es lo más sobresaliente, lo más original que el autor dice respecto a su materia. En otras palabras, cuál sería lo que el autor considera como la contribución más importante de su libro, para preguntarnos después si efectivamente tal contribución es valiosa o no. En alguna forma el autor mencionará en el prólogo o en la introducción o bien en las conclusiones, cuáles son los puntos que él considera más importantes de su libro. Antes de leer el libro, es conveniente recorrer el índice del mismo para advertir su estructura y memorizarla al menos a grandes rasgos. La introducción y el epílogo son partes muy importantes para darnos una idea de lo que el libro trata en general. Cuando el libro exponga alguna hipótesis o tesis (una hipótesis comprobada), es necesario criticar particularmente el diseño de la prueba, las técnicas y procedimientos de comprobación o disprobación de sus hipótesis. La lectura activa incluye también una comparación al menos mental, con otras publicaciones del mismo tema. Antes de cerrar el libro, para ponerlo en el estante o devolverlo a la biblioteca, debe tomarse el apunte bibliográfico en la forma indicada más arriba. Esta lectura activa puede ser utilizada no sólo para libros sino para artículos de revista, programas de televisión, programas de cine, funciones de teatro, aun exposiciones de pintura o de arte. Documentos académicos. No necesitamos detenernos en este punto. Cada profesor al principio de su curso debe proveer al alumno de la bibliografía más importante para conocer el estado del conocimiento de esa ciencia, o de esa rama de una ciencia, que el profesor está explicando en clase. Hemos dicho, o indicado al menos, la necesidad de que antes de comenzar una investigación, bien sea escolar, busquemos familiarizarnos con los libros que en alguna forma han tocado el mismo tema que nosotros vamos a tratar en nuestro trabajo. El tipo de lectura activa que acabamos de mencionar nos servirá para el manejo de este tipo de documentos. o Actas e informes.

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Las actas (récords) son documentos más o menos públicos que recogen lo ocurrido en una situación determinada en el momento mismo en que está pasando. Existen actas de los organismos políticos nacionales, estatales y locales y miles de documentos, muchos de los cuales han sido destruidos, aunque otros muchos esperan aún al investigador, para poder dar luz sobre diferentes temas de la vida política de México. Casi todos los países tienen alguna norma de tiempo más acá de la cual no permite el estudio de sus archivos. Generalmente suelen ser 50 años, de suerte que después de 1919 en muchos países será difícil tener acceso a los documentos nacionales. En cambio la ley suele permitir libremente a todos el acceso particularmente a los documentos municipales. Por ejemplo, en Estados Unidos se han hecho estudios interesantes sobre la carrera de un diputado ilustre o al menos notorio, estudiando sus intervenciones en la Cámara de Diputados a lo largo de varios años, su consistencia en las votaciones, su participación en comisiones, etc. Algo parecido ocurre con las actas de sociedades privadas como bancos, industrias, comercios, que empezaron por ejemplo durante el porfiriato y hoy o han desaparecido o se han convertido en grandes sociedades. Sus actas encierran muy fructuosas lecciones para la vida comercial, financiera y social, en nuestro caso, de México. Naturalmente para tener acceso a ellas necesita uno credenciales de confianza, seriedad, rigidez intelectual, pero son regiones en muchos casos totalmente vírgenes a la investigación. Me permito mencionar también los archivos eclesiásticos. Es cierto que muchos de ellos han sido destruidos, dispersados o vendidos, pero aún quedan en las sedes diocesanas, donde residen obispos, en algunas parroquias alejadas, documentos muy importantes para la investigación social y socio-religiosa de México. A veces ha sido difícil la consulta y utilización de tales documentos, pero es de esperarse que cada día los hombres de la Iglesia quieran cooperar con más entusiasmo a la difusión de los conocimientos socio-religiosos en México. Los informes (reports) son documentos escritos después de ocurrido el acontecimiento, en general una especie de noticia del acontecimiento. Los informadores más convencionales son los periódicos o revistas, aunque deben tomarse en cuenta muy especialmente los informes oficiales, militares, políticos,

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económicos, sociales, etc. Son fuentes importantes de investigación. En muchos casos la noticia publicada en el periódico debido al apresuramiento, o al afán de sensacionalismo podrá sufrir una distorsión. Un tipo de investigación interesante es comparar durante algún tiempo ciertas noticias, por ejemplo políticas o sociales, en varios periódicos a lo largo de los años. Este trabajo puede iniciarse sencillamente tomando la noticia de un día determinado y comparándola en varios periódicos o en la radio o televisión. La noticia no debe cambiar en esencia por el medio empleado, aunque sí la presentación de la noticia. La televisión por ejemplo nos dará gráficamente la noticia, pero es posible, aun por ese medio, distorsionarla, y dependerá del crítico que revisa esta documentación, la capacidad para captar las diferentes formas en que a través de la televisión puede ser distorsionada una noticia. También las cámaras fotográficas son selectivas. Indudablemente que en todas las naciones cada uno de los diferentes periódicos suele ser preferido por un determinado sector social, alta burguesía, burguesía media, grupos populares, grupos políticos o de presión personalista o colectiva. Otra investigación importante se refiere al control de todos estos medios de información y documentación: quiénes son los propietarios que controlan las diferentes informaciones aparecidas en la prensa o en grandes grupos de periódicos. Qué resultados reales tiene este control para la libertad de información o simplemente para una información objetiva. Deseo mencionar también la utilidad práctica y rápida que presentan los diccionarios bibliográficos y las publicaciones del tipo ―quien es quién‖ en un país determinado. En la información que provee este tipo de publicaciones existen datos sociales muy importantes que pueden servir para un trabajo de generalización en algunas ciencias sociales. Por ejemplo una de las investigaciones importantes sobre movilidad social en la dinastía Manchú en China tiene como una de sus fuentes importantes un diccionario de hombres célebres de la dinastía Manchú en que se dan informes respecto a la ocupación de los padres o de los abuelos, el grupo social de la familia nuclear (padre, madre hijo) o familia de procreación y otros datos semejantes (Hummel: 1943, 1944.)

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Puede decirse que hay una rama de la sociología dedicada al estudio de la sociología en la literatura. Tanto las novelas, los dramas teatrales, los cuento cortos o largos, pueden ser importantes documentos que se presten a estudios de conducta de sociedades en diferentes épocas. o Documentos personales: autobiografías, diarios, cartas, historias de vida y estudios de casos. Los documentos personales como autobiografías, diarios, cartas, entrevistas con un pequeño grupo de personas no elegido al azar, son documentos sociológicamente muy útiles, pero como fuente de conocimiento científico, presentan dificultades serias: la primera es la distorsión involuntaria que puede introducir el autor en sus observaciones respecto a sí mismo y respecto a las cosas; la segunda es la dificultad, por no decir la imposibilidad, de generalizar justificadamente los datos recogidos en este tipo de documento; sin embargo, con la prudencia y sobriedad requerida, sin pretender hallazgos de toda una sociedad a base de estos documentos, pueden ser utilizados con fruto. Autobiografía. Quizá para el investigador el problema científico más delicado consista en descubrir el verdadero motivo de ese escrito: vanidad, testimonio imparcial de un hombre bien informado, conveniencia de otras personas etc. Varias autobiografías de una misma época, pueden darnos datos útiles respecto a alguna hipótesis. Diario: Tiene la ventaja de ir presentando diacrónicamente (a lo largo del tiempo), experiencias escritas, a menudo, sin el propósito al menos explícito de darlas a la publicidad y por lo tanto con mayor candidez y sinceridad. Cuando una persona ha alcanzado celebridad es difícil no abrigue cierta esperanza de que su diario sea publicado algún día. Existen, sin embargo, excepciones muy notables. Cartas. En general puede decirse que tienen más espontaneidad y generalmente el autor piensa menos en su publicación o en que vayan a servir de documento o dato de investigación. El archivo de correspondencia de un hombre o de una mujer

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inteligente pueden descubrir variables importantes en la vida de una época. Historias de vida y estudios de casos. No hay entre los autores de metodología uniformidad respecto al concepto de cada uno de estos dos tipos de documento u observación. Para algunos son equivalentes. Para otros historia de casos son únicamente aquellos trabajos que están dedicados a la investigación de una unida social que llamaremos comunitaria; los casos presentan características comunes: una familia, un partido político, una pandilla, una secta, un grupo étnico, tribunales, hospitales, pequeños poblados, etc. En cambio las historias de vida intentan exclusivamente al estudio exhaustivo de una o varias personas. En este último caso algunos proponen excluir específicamente la entrevista estructurada de manera que la influencia del entrevistador sobre el informante quede disipada. De todos modos puede decirse que ambos estudian exhaustivamente unidades bien con miras a recoger datos y observaciones o bien para comprobar hipótesis, aunque como ya lo hemos indicado, la generalización de estas últimas sólo pueda tener alcances muy modestos. Madge (19633: 85) cita a Allport quien distingue 13 motivos subyacentes para que los individuos recojan detalles acerca de sí mismos; aunque puede darse el caso de que varios de ellos operen en un caso particular: autojustificación para defensa de la conducta personal; exhibicionismo (por ej. Las confesiones de Rousseau); el deseo, a veces compulsivo, del orden (los diarios de Pepys); el gusto literario, el placer literario ―donde la experiencia personal es revelada en una forma placentera y delicada‖; la aseguración o consolidación de la perspectiva personal (experimento en autobiografía de H. G. Wells); liberación de la tensión o catarsis; ganancia monetaria; tarea, como satisfacción de un requisito, en una clase los estudiantes escriben breves autobiografías; auxiliar en la terapia, para un paciente psiquiátrico; la confesión como medio de absolución; el interés científico; el servicio público y el ejemplo ―escrito manifiestamente para obtener una reforma, para ofrecer un modelo o una advertencia, para ayudar a otros a través de sus dificultades‖; el deseo de inmortalidad (motivo explícito en el diario de María Bashkirtseff). El libro de John Dollard, Criteria for

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the Life History, 1935 (Young: 252) es considerado por algunos como el libro más penetrante acerca de los criterios para las historias de vida. Establece siete principales, con los cuales tampoco hay un acuerdo general; de esos siete criterios, cinco acentúan factores culturales: 1. El informante debe ser observado dentro de un conjunto cultural, o sea como miembro de un grupo o comunidad cultural. 2. La conducta de los individuos debe ser observada como socialmente relevante, esto es, la conducta debe ser observada como surgiendo en respuesta de estímulos sociales definidos. 3. La familia del sujeto de estudio debe ser vista en su papel de trasmisor de cultura y de los modos de vida del grupo a través de sus miembros individuales. 4. El carácter continuo y relacionado de la experiencia a partir de la infancia hasta la vida adulta, debe ser acentuado. 5. La ―situación social‖, debe ser estudiada a fin de encontrar la clase y grado de las presiones sociales, fuerzas sociales, participación o abstención social ejercida por el sujeto. Puede decirse que todos los criterios insisten en la importancia de tomar en cuenta en las historias de vida los factores culturales de la persona. En cambio los estudios de casos requieren casi inevitablemente el uso de entrevistas estructuradas y de cuestionarios. Este tipo de estudios ha adquirido en los últimos tiempos una mayor importancia sobre todo porque estos datos entregan al investigador una mayor variedad, riqueza y profundidad en el conocimiento de la persona o de las comunidades. Representan además una reacción a lo que pudiéramos llamar el objetivismo exagerado de los estudios sociales, de hace una o dos décadas, que prácticamente rehusaban tomar en cuenta los valores o los elementos subjetivos de las personas como imposibles de ajustar a la rigidez de la investigación científica. Además para los trabajadores sociales estas investigaciones pueden ser suficientes y presentan al investigador social sugerencias heurísticas valiosas para el hallazgo de nuevas hipótesis. Algunos ejemplos de historias de vida y estudios de casos: William I. Thomas (1863-1947) y Florian Znaniecki (1882-1958): The Polish Peasant in Europe and America, publicada en 1918 en cinco volúmenes y en 1927 en dos.

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Robert and Hellen Lynd: Middletown (1927) y Middletown in Transition (1937). Cora Du Bois: The People of Alore, Harvard University Press (1960). Robert Redfield: Tepoztlán: a Mexican Village; a study of folk life (1930). Oscar Lewis: Life in a Mexican Village. Tepoztlán Restudied (1951); Five Families (1959) y Los Hijos de Sánchez (19666). Ricardo Pozas: Juan Pérez Jolote (19522). o Métodos de análisis de documentos. En general se distinguen dos clases de técnicas en el análisis de los documentos: En primer lugar los métodos clásicos derivados del análisis histórico-literario. En segundo lugar los métodos más recientes con base cuantitativa (Duverger: 96) 

Métodos clásicos. El método clásico emplea el análisis interno y externo del documento. Las características principales del análisis interno son los siguientes: determinar el tema básico de un documento o los temas básicos y los vínculos que existen entre ellos; determinar luego los aspectos secundarios y los vínculos entre éstos y los temas principales, así como las ideas más importantes del documento. El análisis interno como es sabido estudia todos los datos que pueden extraerse del documento mismo y el análisis externo los datos que pueden obtenerse acerca del documento pero en fuentes distintas del documento mismo. El análisis interno busca datos acerca del autor, sus motivaciones, su orientación fundamental, su medio cultural, fechas y lugares expresamente mencionados, etc. En cambio, el análisis externo trata de situar el documento en su medio cultural pero a base de fuentes distintas del documento mismo. En el análisis interno hay que tener en cuenta también el vocabulario, la escritura, si está manuscrito, etc. Entre los métodos clásicos hay que mencionar los problemas del método histórico: la autenticidad textual se refiere a determinar si el texto ha llegado hasta nosotros sin

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alteración por interpolación o por omisiones o si todo el texto es apócrifo. La autenticidad literaria verifica si efectivamente la persona a quien el documento es atribuido lo escribió todo o al menos en parte y qué partes fueron escritas por otras personas. Por último la autenticidad histórica analiza la veracidad de los hechos informados por el documento. Esta autenticidad depende de la oportunidad que el autor del texto tuvo de conocer los hechos, su preparación y sabiduría y por último su honradez para informar acerca de ellos. Existen también métodos más especiales como son el jurídico, el psicológico y el estadístico. El análisis jurídico es utilizado en tratados internacionales, constituciones, leyes, decretos y otros textos legales así como estatutos de los partidos políticos, de los sindicatos y asociaciones. Este análisis exige un conocimiento del vocabulario legal en sentido estricto. Hay que tener presentes también las categorías jurídicas, como persona moral, Poder Legislativo, etc., de cada documento. Estos conocimientos son particularmente importantes en la conciencia política. Análisis psicológico. Los psicólogos emplean abundantemente el análisis psicológico de los documentos personales. G. W. Allport (1942) ha descrito los procedimientos básicos usados. Es posible también utilizar estos documentos en estudios, actitudes de opinión de los autores respecto a acontecimientos políticos y sociales. Uno de los ejemplos citados es el análisis hecho en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial de cartas interceptadas escritas por los civiles alemanes que revelaban las reacciones a los bombardeos estratégicos (Hyman Herbert: 1944). El análisis de los documentos estadísticos. Este punto será tratado en otro párrafo de ese libro. 

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Métodos cuantitativos. Semántica cuantitativa y análisis de contenido.

Estos métodos tienen como finalidad completar los métodos clásicos pero no suprimirlos. Poseen la notable ventaja de una mayor fidedignidad y el inconveniente de disgregar el texto descuidando la escritura interna y los vínculos entre las ideas. Particularmente el estudio de textos usando computadores electrónicos ha producido ya muy importantes resultados en varias ciencias. Una de las categorías de los métodos cuantitativos está asociada con el estudio del vocabulario, del estilo y los modos de expresión; este método puede llamarse ―semántica cuantitativa‖. Otros se ocupan más particularmente de los significados de las palabras, a este segundo tipo pertenece el ―análisis de contenido‖. Semántica cuantitativa. Este método emplea el conteo de las palabras en un texto, clasificándolas conforme a las varias partes del lenguaje (verbos, nombres, adjetivos, etc.) calculando por medios matemáticos las asociaciones de palabras y analizando así las características del estilo de un autor, revelando interpolaciones, completando lagunas en el texto, etcétera. Las palabras que preferentemente usa un autor, no las usa con la misma frecuencia con que son usadas por la comunidad a que pertenece. La diferencia en el uso constituye en parte la originalidad del estilo del autor y puede ser estudiada por métodos estadísticos. El primer paso es un censo metódico de palabras en el uso común mostrando la frecuencia de su uso. En lingüística se han hecho ya estudios importantes para determinar lo que se llama vocabulario básico de una lengua. Para eso se examinan un determinado número de novelas, dramas, historias y escritos críticos, obras científicas y filosóficas así como periódicos y revistas. El estilo de un autor puede ser definido: la frecuencia de las palabras y partes del lenguaje usadas en una muestra de sus escritos comparadas con las frecuencias de uso común en su comunidad.

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Duverger señala los estudios interesantes que pueden hacerse del vocabulario social y político. Examinando las revistas, las transmisiones de radio, los manifiestos y discursos de un partido, puede llegarse a descubrir el vocabulario político de cada uno de los sectores de un país. Tal trabajo puede hacerse en uno o dos o más períodos para examinar la evolución del vocabulario político. Las fuentes serían los periódicos de los diferentes partidos, el Diario Oficial, y los libros publicados por los partidos políticos en ocasión de sus campañas. Con computadoras electrónicas ha sido posible estudiar el texto de la Suma de Santo Tomás, de los Manuscritos del Mar Muerto, etc. Análisis de contenido. El análisis de contenido puede definirse como la clasificación de las diferentes partes de un escrito conforme a categorías determinadas por el investigador para extraer de ellos la información predominante o las tendencias manifestadas en esos documentos. El análisis de contenido tiene una historia relativamente reciente, apenas de los últimos 25 años; pero sus resultados han sido sorprendentes. Esta técnica ha sido ya utilizada en el análisis de transmisiones de radio, de programas de televisión, de carteles de propaganda política, de libros infantiles, etcétera. La técnica de análisis de contenido requiere que las categorías tengan las cualidades señaladas para otros instrumentos de investigación tales como: fidedignidad, validez, deben estar tomadas de un solo principio de clasificación, ser suficientemente exhaustivas para que incluyan todas las respuestas y mutuamente exclusivas de suerte que respuestas clasificadas en una categoría no puedan serlo en otra. A veces dentro de cada categoría ha sido utilizada también una jerarquización para poder refinar más los resultados del análisis. El análisis de contenido ha sido usado tanto con fines descriptivos, como con fines de comprobación de hipótesis o sea de explicación y aun de predicción.

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Las unidades del escrito o de la comunicación pueden ser palabras, frases, párrafos, titulares, líneas, o bien escritos completos. La división en partes de la comunicación analizada queda al arbitrio del investigador ya que para diferentes estudios las partes en que se divida la comunicación estudiada pueden variar conforme a los fines del mismo. Es fácil entender que la mayor importancia del análisis de contenido descansa en la acertada formulación de las categorías para clasificar el contenido del escrito. Cada investigador puede formular nuevas clases de categorías. Enumero a continuación algunas que ya han sido utilizadas en análisis de contenido. Por ejemplo: la primera clasificación de las trasmisiones por radio suele ser: diversión, noticias, música ligera, comedias, dramas, trasmisiones educativas. En estudios de prensa: política, noticias varias, deportes, modas, tipos de anuncio, etc. En el análisis de algunos fenómenos políticos: minorías o mayorías; instituciones oficiales; conductas de poder (guerra, paz, reforma agraria); ideologías (comunismo, nazismo, democracia, etc.). Han sido propuestas también categorías que distinguen entre afirmaciones de hechos, de preferencias y de identificación, por ejemplo: decir que los países libres lograrán atraer a los países comunistas es una afirmación de hecho; decir que los norteamericanos están acertados en intervenir en Vietnam, es una afirmación de preferencia; decir yo soy partidario de la libertad; es una afirmación de identificación. Es conveniente distinguir también categorías de intensidad en la formulación de las proposiciones, así como los artificios retóricos usados particularmente en la propaganda para hacer más accesible los mensajes. Existen también categorías valuativas que son muy importantes, aunque tienen relación también con la intensidad: una actitud fuertemente positiva, una meramente positiva, una actitud equilibrada, una actitud neutral, una actitud negativa y una actitud fuertemente negativa. Naturalmente entre las categorías valuativas entran todas las formas de valoración como: bueno-malo, justo-injusto, hermoso-feo, fuerte-débil, útil-dañoso, saludable-insalubre. También han sido usadas

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categorías más obvias: sexo, posición social, edad, grado de educación, confesión religiosa, lugar de nacimiento, nacionalidad, grupo étnico, etc. Es importante recordar el uso que se ha dado a las categorías que determinan el origen de un documento no sólo desde el punto de vista gubernamental o privado, sino también respecto a periódicos o estaciones de radio nacionales o locales. Igualmente la categoría de destinatarios de una comunicación. El problema, objeto de la investigación, orientará la elección tanto de las categorías como de las unidades del escrito que van a ser observadas. Pongamos un ejemplo sencillo. Alguien desea saber las necesidades públicas de un estado de la República al aproximarse las elecciones de Gobernador. Encarga esa investigación a una agencia. En ese Estado aparecen 15 periódicos, entre diarios y semanarios y a ellos vamos a limitar el estudio. Suponemos, por conveniencia del ejemplo, que tales periódicos reflejan la opinión de las mayorías; lo que de antemano podemos afirmar es válido ya que podemos establecer una relación entre tiraje de los 15 periódicos y población mayor de 15 años. La investigación abarcará 6 meses que terminarán un mes antes de la fecha de las elecciones para poder entregar los resultados del estudio. Como se trata de una investigación de necesidades las categorías pueden ser: industrialización de ciertas localidades, caminos, escuelas, baja de precios, crédito rural, propiedad ejidal, agua potable, hospitales y servicios de salubridad. Claro está que tales categorías suponen un conocimiento general del Estado. Las unidades de análisis pueden ser artículos completos o frases alusivas a tales categorías. Quince investigadores auxiliares son adiestrados para leer cuidadosa y fidedignamente un periódico cada uno y son provistos de cuadro mimeografiados que presentan las

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diferentes categorías, que ya les han sido explicadas, seguidas de espacios para conteo, títulos, fechas y otros datos. Cada auxiliar anota en los cuadros correspondientes a las diferentes categorías el número de veces que han aparecido artículos o frases alusivas a las diferentes necesidades y entrega sus resultados. Si los supuestos fueran verdaderos tendríamos un análisis de contenido de la prensa de ese Estado respecto a sus necesidades durante seis meses. Esta técnica, como otras que mencionamos, son introducidas elementalmente en este libro. Para estudios más avanzados será necesario consultar publicaciones especializadas.  Observación de monumentos de campo. Llamamos observaciones de campo, los datos recogidos directamente por el investigador y su equipo en interrelación o en presencia directa de las conductas observadas. Considero que es posible la enseñanza y la investigación de la historia del arte como una ciencia social, y por lo tanto aunque otras ciencias sociales pueden también enriquecerse con este tipo de datos, esta sección estaría particularmente destinada a la observación y a las técnicas de monumentos artísticos de cualquier tipo: arquitectura, escultura, pintura y a sus técnicas fotográficas de grabación o cinematográficas. Cualquiera de estos monumentos es al mismo tiempo un documento de conductas humanas y encierra una serie de datos no únicamente respecto al autor sino particularmente al grupo cultural humano al que pertenece y a la época en que el monumento fue producido y aceptado por su comunidad. Sin embargo, la palabra monumento no debe confundirse exclusivamente con grandiosidad. Cualquier herramienta o instrumento utilizado en procesos de obtención de alimentos, las habitaciones, el mobiliario, los vestidos, los útiles de cocina; los objetos utilizados en el juego para placer u ocio; las armas de defensa u ofensa; todos los objetos relacionados con la magia y la religión; las insignias de autoridad de gobierno, indumentaria de los representantes del poder público, banderas y emblemas y otros semejantes forman parte también de esta clase de documentos. El análisis de este tipo de documentación o datos monumentales incluiría primeramente el análisis material o sea de qué está hecho el

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objeto que tenemos en la mano; qué instrumentos se utilizaron para producirlo; qué procesos condujeron al diseño y a la producción de esos instrumentos. El análisis cultural incluiría el tipo de organización humana para poder producir ese objeto; los aspectos económicos; el mecenazgo o patrocinio en los casos en que haya sido necesario; los intercambios comerciales y sus requisitos de moneda, caminos y mercados. Finalmente el análisis de significado o sea respecto al valor y al sentido que una comunidad da a esos objetos: formas de vestido, colores, tabúes de alimentación, prestigio y status. Uno de los estudios interesantes de la observación monumental de campo está relacionada con los cambios que presentan en una misma región monumentos utilizados para un mismo fin; por ej.: existen diferencias muy notables en nuestras regiones entre los cementerios de pequeñas comunidades agrícolas y los cementerios urbanos; pero aun en los cementerios urbanos es posible discernir diferencias de sector social en la forma en que están hechas las tumbas. Quizá más interesante aún es observar cuando es posible en monumentos funerarios de diferentes siglos, los cambios que ha habido en ellos. Generalmente un cambio en las conductas de erección de monumentos está íntimamente relacionado con cambios en conductas sociales, particularmente religiosas, políticas, étnicas, etcétera. o Observación monumental e historia social del arte. En cualquier libro de antropología y aun de sociología es fácil verificar que las conductas artísticas, las llamadas obras de arte, son fenómenos de tipo cultural o social. No creo que se haya escrito mucho todavía sobre antropología del arte, pero sí parece evidente que la historia del arte no podrá salir o abandonar el estadio puramente descriptivo o documental, mientras no trate de vincular las obras de arte, los llamados estilos artísticos, las corrientes críticas, con otras conductas culturales o sociales del grupo en que tales fenómenos aparecen; sólo así será posible que la historia del arte pueda alcanzar el nivel de explicación y predicción a que está llamada. De más está decir también que si la historia del arte quiere comenzar a relacionar los fenómenos artísticos, las obras de arte, con conductas

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culturales o sociales, necesitará urgentemente la utilización de técnicas más rígidas, por ejemplo de técnicas estadísticas. En arte, más que en otras conductas culturales, existe el peligro del impresionismo puramente subjetivo y muchas historias del arte han sido escritas con esa mentalidad. Quizá en los modernos historiadores jóvenes del arte, la preocupación por una mayor objetividad debe ser considerada como una de las tareas fundamentales de su disciplina y tal objetividad no será lograda mientras las afirmaciones no vayan apoyadas en una sólida estructura estadística. Estas afirmaciones no pretenden en modo alguno invalidar lo que pudiera llamarse historia humanística del arte. Será necesario dar siempre al artista genial el lugar que le corresponde, pero aun en ese tipo de análisis la época y la cultura a que pertenece el artista deberán ser tomados en cuenta. o Instrumental técnico para observación monumental. La observación monumental ha recibido un auxilio inapreciable de objetividad con los instrumentos cinematográficos, fotográficos y fonográficos modernos. Ninguno de esos instrumentos sustituye el análisis material o cultural pero lo complementan valiosamente. El uso de tales instrumentos requiere pericia y tacto pues algunas personas y comunidades rehúsan enérgicamente ser fotografiadas o permitir fotografiar sus posesiones y manifiestan temores, no pocas veces supersticiosos, ante las técnicas de grabación magnetofónica. El investigador debe ser cuidadoso en estas situaciones. De su habilidad dependerá encontrar recursos para superar tales resistencias. Intercalo, en este apartado, la mención de la técnica de microfotografía documental que el estudiante puede aprender a utilizar en las bibliotecas de las universidades. Pero no olvidemos que la cámara o la grabación es también selectiva ya que el camarógrafo elige ángulos, iluminación, horas del día o de la noche para su trabajo que pueden distorsionar las imágenes.

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Aprender a usar estos instrumentos requiere cursos técnicos especiales y experiencia de campo e investigación para el aprovechamiento de estos datos. La carencia de uno de estos requisitos o de ambos ocasiona las frecuentes deficiencias en la documentación audiovisual de algunos trabajos de investigación.  Observaciones de conductas en el campo. El laboratorio del científico social está en medio de las gentes, sus conductas forman su ―campo‖ de estudio. Ya pasó el tiempo en que podía hacerse ciencia social desde el encierro recolecto de un gabinete. El antropólogo social, el sociólogo, el científico político, el científico de la información, deben apreciar cualquier contacto con las gentes como una experiencia enriquecedora dentro de su propia disciplina y estar seguros de que mientras no hayan acumulado abundante experiencia de interrelación directa con otras personas su preparación científica será deficiente. Al entrar en este tipo de observaciones debo recomendar al estudiante una antiquísima práctica de los maestros de la observación de conductas en el campo: es necesario que todo estudiante lleve lo que se llama un diario de campo. Un pequeño cuaderno en que vaya recogiendo día por día las observaciones vividas en una comunidad. Pero además de ese diario especial de campo conviene no fiarse de la memoria y tener siempre a mano un pequeño cuaderno en qué anotar los datos de conversaciones, nombres de los informantes cuando sea necesario, lugar de la información, etc., como diremos más adelante. o Observación participante y no-participante. En la observación de campo es menester distinguir dos clases principales: la observación llamada participante y la no participante. El nombre observación participante fue introducido por Enrique Lindeman en su libro Social Discovery (1924). Pero en 1922 había aparecido la obra de Bronislaw Malinowski Los argonautas del Pacífico occidental. En él describe dos etapas de su investigación entre los isleños de las Trobiand. En una primera etapa trabajaba con los nativos pero viviendo entre blancos hasta que cayó en la cuenta de que en su técnica podía haber una deficiencia seria pues no alcanzaba a lograr la penetración que buscaba. Tomó entonces la determinación de alejarse de la compañía de otros europeos para establecer su

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campamento en una aldea nativa. La observación participante no consiste tan sólo en la materialidad de participar en los acontecimientos del grupo investigado, sino en que el investigador llegue de tal manera a ser una figura familiar en el medio que ni los nativos –en términos generales, el grupo observado– tengan que hacerse violencia para aparecer como son y a su vez el investigador tenga una participación no sólo externa sino interna en los sentimientos, en las expectaciones y las inquietudes del grupo observado. La observación no participante es aquella en que el investigador extrae sus datos pero sin una participación en los acontecimientos de la vida del grupo que estudia. Como era obvio, la técnica que en antropología era considerada como fundamental para estudiar las conductas de una cultura distinta, para familiarizarse más con la lengua, con los sentimientos y los ―imponderables de la vida actual‖, como diría Malinowski, fue adoptada para estudiar también fenómenos sociales de culturas industriales y urbanas en el sentido más moderno de la palabra. Es conveniente recordar que Le Play (1806-1888) vivió en los hogares de las familias cuyos presupuestos estaba estudiando. Libros como el de Nels Anderson, The Hobo (1923), los estudios de Warner y otros, The Yankee City Series (1941-47), los de los Lynd sobre Middletown y otros muchos son ejemplos de observación participante. Anderson dedicó dos o tres años a su investigación. La duración podrá depender de factores económicos, académicos, etc., pero la menor duración debe calcularse entre tres y seis meses. Esta observación participante en su aplicación a problemas laborales e industriales tiene un ejemplo extraordinario en el llamado experimento Hawthorne, que el profesor Elton Mayo, de la Universidad de Harvard, en 1926, llevó a cabo con sus colegas en los Western Electric Company, Hawthorne Works en Cicero, Chicago. Este experimento tiene la particularidad de que la observación participante fue resultado del mismo experimento con el fin de resolver dificultades que salían al paso. El observador trató de evadir p. ej. la identificación con la empresa y poco a poco fue admitido como un participante total.

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Algunos estudios han sido hechos a base de una observación participante de varios investigadores dispersos en una ciudad o una nación con el fin de poder recoger las reacciones colectivas en épocas de crisis o frente a acontecimientos más o menos normales. Otro tipo de observación participante es la que se llama investigación de acción en que los investigadores participan en la vida del grupo con fines de acción social, tales como atenuar las tensiones, fricciones y frustraciones que puedan existir; hacer aceptar al grupo determinados planes de mejoramiento; elevar la productividad de una comunidad y en general facilitar cambios sociales. Estas dos técnicas no difieren notablemente de los caracteres y técnicas generales de la observación participante que consiste como volvemos a repetirlo, en una participación lo más íntima posible dentro de la vida de la comunidad de suerte que la imagen del investigador se convierta en la imagen de un miembro reconocido de la misma comunidad. En castellano no tenemos una traducción o al menos no la he encontrado de la palabra inglesa ―Overheards‖ que podría traducirse como ―escuchones‖. Este procedimiento de investigación no es algo necesariamente inmoral ni detractivo para las personas escuchadas, pues no se trata de informar sobre la persona sino sobre los temas de conversación. La idea consiste en escuchar lo que las personas hablan espontáneamente para descubrir, sin barrera alguna, los sentimientos y las opiniones de una comunidad. En algunas naciones esta técnica ha sido utilizada, al menos parcialmente, y ha sido posible deducir algunas conclusiones tentativas útiles. Pueden mencionarse también los estudios de William Foote, Street Corner Society (1937) o un estudio en una aldea francesa, a 50 km de Avignon, de Laurence Wylie, Village in the Vaucluse (1957). Es conveniente hacer notar que en la formación de los equipos para recolectar los datos, con frecuencia fueron elegidos nativos –en el sentido amplio, de miembros del grupo investigado– para formar parte del equipo. o La encuesta de opinión como observación no participante.

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Una forma de observación no participante bien conocida y popularizada son las encuestas de opinión (Opinion Polls) (cf. 3.7), en que un grupo de entrevistadores, a una muestra que pretendidamente represente los diferentes sectores de la opinión por ej. en una fábrica, en una escuela, en una asociación, o bien en una ciudad, región, en todo un país o en todo el mundo, oralmente hacen unas cuantas preguntas para saber el estado de la opinión en un momento dado respecto a un problema concreto. Las encuestas de opinión de Gallup son famosas en todo el mundo. Estas encuestas de opinión pueden tener serias fallas y el caso clásico que suele citarse es la predicción de la elección del gobernador Dewey en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1948. Sin embargo, como ha ocurrido tantas veces en el trabajo científico, ese mismo error sirvió para estudios detenidos de las causas que pudieran conducir a tal equivocación y en esa forma se adquirieron nuevos conocimientos, particularmente relacionados con la representatividad de las personas entrevistadas durante la encuesta.

2.2 Algunas técnicas preliminares a las observaciones de campo Muestreo, cuestionarios, entrevistas, investigación de actitudes, encuestas de opinión. Muestreo. Como hemos dicho, en todas las careras sociales es indispensable el curso de estadística. Esta sección no pretende en modo alguno ni sustituir, ni preparar suficientemente al alumno para manejar los conceptos estadísticos. Más bien se reduce a una especie de auxiliar de la memoria para los problemas de la investigación. Es indispensable advertir que en un proyecto de investigación social de mayor envergadura siempre será necesario desde el principio y en todas las etapas contar con la asistencia de un estadístico experimentado. Sobre muestreo el libro de Yafes Frank, Sampling Methods for Censuses and Surveys, Londres 1949, es uno de los mejores. Universo o población. Siempre que vamos a emprender un estudio de conductas sociales, las conductas que vamos a estudiar poseen alguna

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característica común: personas miembros de una comunidad, mercados periódicos en las aldeas agrícolas de un estado, esculturas producidas en México durante el siglo XVI, trasmisiones radiadas por estaciones de la capital de México el año de 1955, etc. Todo grupo de objetos que poseen alguna característica común, es llamado universo o población. El conjunto de datos en una investigación es también una población o un universo. Esa primera observación de que un universo está formado por entidades que tienen una misma característica obviamente es una afirmación de tipo impresionista. Arriba hemos señalado, en parte, la dificultad para determinar una población o universo de estudiantes, lo mismo sería en la investigación de un hospital: ¿quiénes son miembros del hospital? el Comité Directivo, el Comité de Finanzas, los médicos residentes, los médicos que ocasionalmente trabajan en él, los enfermos y cuáles, los de consulta externa, los de emergencia, los de enfermedades crónicas, los enfermos que mueren en el hospital, los empleados de cualquier tipo que sean, todos ellos participan en la característica de estar relacionados con el hospital. Lo mismo se diga de la comunidad de un pequeño pueblo agrícola: el maestro que no es nativo del pueblo pero vive en él, el sacerdote, los comerciantes ambulantes que lo frecuentan, los padres de familia, las madres de familia, los jóvenes que viven fuera de la población, como empleados domésticos o como estudiantes o como trabajadores de industria. Todos ellos son miembros de la comunidad. Ahora bien, el objetivo de la ciencia es obtener explicaciones y predicciones de carácter general o sea generalizaciones: esto es, afirmaciones que correspondan a todo un universo, a toda una población o clase de fenómenos. Cuando la población estudiada es un pequeño número, por ej. una clase de 20 alumnos, el estudio o la generalización puede hacerse investigando uno por uno los miembros de ese curso. Pero naturalmente las generalizaciones que valgan para el tercer año de la carrera de ciencias de la información, no están garantizadas ni siquiera para el cuarto año o para el segundo año, mucho menos para los alumnos de otra carrera. El estudio de poblaciones grandes siempre estará expuesto a errores. Por esa razón se han buscado procedimientos para poder determinar el error de una generalización. Tal procedimiento se llama muestreo. Muestreo es seguir un método, un procedimiento tal, que al escoger un grupo pequeño de una población podamos tener un grado de probabilidad de que ese pequeño grupo efectivamente posee las características del universo y de la población que estamos estudiando. La probabilidad de que ese universo posea tales características nos entrega la probabilidad de error en nuestra investigación. Esta definición de muestreo se refiere al muestreo

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probabilístico o aleatorio o muestreo propiamente dicho, ya que como veremos hay otras formas (por cuota o por juicio), en que la selección de la muestra no se hace por procedimiento aleatorio y por tanto es imposible determinar el grado de error de representatividad de la muestra escogida. Suele distinguirse una muestra chica que incluya un número de observaciones menor a 30 o 40 y una muestra grande mayor de ese número. Una muestra no aleatoria, es denominada muestra sesgada. Las medidas de una población se llaman parámetros; las de una muestra se llaman estadísticos. Los tres puntos importantes respecto a una muestra son los procedimientos para determinar la representatividad de la muestra; los procedimientos para determinar el error de la muestra y los procedimientos para determinar el tamaño de la muestra. Es fácil entender que los procedimientos para seleccionar una muestra tienen como objetivo la mayor seguridad o probabilidad de que la muestra reproduzca las características de la población. Una característica o atributo suele decirse que puede estar distribuido normalmente si, más o menos, las dos terceras partes de la muestra poseen la característica en un grado cercano al promedio; un sexto de la muestra posee la característica en un grado muy elevado y otro sexto de la muestra lo posee en un grado más débil. Los errores debido a deficiencias o sesgos en la selección, se llaman errores de sesgo de la muestra. En cambio los errores que provienen por diferencias casuales entre los miembros de la población incluidos y los no incluidos se llaman errores de muestreo. La presencia del especialista en estadística en toda esta clase de estudios tiene una aplicación muy importante, ya que las deficiencias provienen generalmente de falta de tiempo o de dinero. El especialista en estadística puede delimitar los procedimientos para obtener una muestra representativa de suerte que la información recogida por unidad de dinero gastada sea lo más elevada y segura posible. Hemos dicho que hay dos tipos principales de muestreo: el muestreo probabilístico que hace posible determinar el error posible de la muestra y el muestreo no probabilístico que carece de esa posibilidad. Muestreo de cuota y de juicio. Hay dos clases principales de muestreo no probabilístico: el muestreo de cuota y el muestreo de juicio, pero suelen ser utilizados con ayuda de algún procedimiento probabilístico.

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 El muestreo de cuota se lleva a cabo en dos pasos. En el primer paso se determinan los grupos más importantes de la población investigada. Respecto a personas pueden distinguirse grupos de sexo, edad, estado civil, ingreso, niveles de estudio, etc. En cuanto a ocupaciones: campesinos, trabajadores industriales, empleados comerciales, empleados de servicios bancarios y financieros, burócratas, administradores y empresarios, profesionistas libres, rentistas y retirados, mujeres ocupadas en el hogar. Algunas categorías urbanísticas, aunque varían mucho de nación a nación, suelen ser las siguientes: municipios, estados, cuya definición no es difícil; pueblos con población mayor de 2000 habitantes; aldeas con población menor que ese número. Pueblos de 2000 a 10000 habitantes. Pequeñas ciudades de 10000 a 20000 hab.; ciudades de tamaño medio de 20000 a 50000 hab. Grandes ciudades de 50000 a 100000 hab. y metrópolis mayores de 100000 habitantes. Una vez dividida la población por características y porcentajes cada entrevistador recibe el porcentaje de personas a quienes debe entrevistar. Por ejemplo, 51% de mujeres y 49% de hombres; 40% de personas inferiores a 25 años de edad, 50% entre 25 y 60 años y 10% mayores de 60 años. El entrevistador por lo tanto recibe únicamente una información respecto a la característica y al número de personas que debe entrevistar. Por lo tanto, las personas entrevistadas pueden provenir de diferentes medios, niveles académicos, etc., y por tanto, el error de la muestra es imposible de discernir. Otro método aún más arbitrario es el llamado muestreo por juicio; en este caso el investigador elige la muestra seleccionando los elementos que a él le parecen representativos. Es un principio muy general que en el momento en que se deja libremente al investigador la selección de la muestra el sesgo se introducirá inevitablemente. Muestreo probabilístico: aleatorio, estratificado, polietápico. El muestreo probabilístico es aquel en que la probabilidad de que cada uno de los elementos de la población o universo tome parte en la muestra, es igual para todos. Entre los muestreos probabilísticos el más conocido es el muestreo aleatorio llamado también, con un anglicismo, ―randomizado‖ o muestreo al azar. La forma más sencilla, cuando es posible, consiste en escribir los nombres de toda la población en pequeños pedazos de papel introduciéndolos en una caja,

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sacudiéndolos y sacando de ella los nombres anotándolos y volviéndolos a introducir en la caja. Cuando se tienen directorios o listas completas y organizadas de una población pueden ser utilizadas las listas de números aleatorios que aparecen aun en tablas de matemáticas elementales. El muestreo estratificado consiste en dividir la población en diferentes estratos, haciendo después un muestreo al azar de cada uno de ellos. Puede haber ocasiones en las cuales, dada la característica de la población investigada, sea importante tener en cuenta algún estrato. Por ejemplo millonarios o gentes de más de 100 años que seguramente en una muestra aparecerían muy débilmente representados. En tales casos puede aumentarse el número de estratos o el número de personas entrevistadas en un estrato dado. La aleatoriedad de la muestra quedará restringida pero no habrá sesgo o éste será determinado. El muestreo polietápico consiste en sacar una muestra grande y de ella aleatoriamente extraer una muestra más chica. Por ejemplo tomamos una primera muestra de familias de agricultores en una zona geográfica de la república y luego de esas familias sacamos por zonas otra muestra al azar. Como es claro el procedimiento puede ser repetido. El tamaño de la muestra es uno de los problemas que preocupan más al estudiante y al investigador. Los estadísticos se quejan frecuentemente de que esa pregunta se les plantea sin darles la información adecuada como sería: los parámetros de la población que se desea investigar, el rango de invalidez o infidedignidad permisible en las estimaciones y una estimación aproximada de la distribución de la característica investigada en la población. Sin estos tres datos es muy difícil determinar el tamaño de la muestra. Recetas como que no sean menos de 100, 500 es un buen número, el 10%, etc., no tienen validez. El tamaño de la muestra es determinado propiamente por el nivel de precisión requerido y por el error de muestreo aceptable. Como medida de la magnitud promedio de este error de muestreo es utilizado el estadístico llamado error standard. Teniendo presente que tal error no depende únicamente del tamaño de la muestra, sino también, como ya lo anotamos arriba, de la variabilidad en la distribución de la característica. Como esta distribución de los parámetros no es fácil de conocer antes de la investigación, algunos autores aconsejan la encuesta piloto para adquirir una información aproximada de la distribución de la característica. Cuando tenemos alguna información respecto a la distribución del parámetro, es posible determinar el tamaño de la muestra. Las fórmulas para calcular el error estándar y las condiciones de las

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poblaciones aparecen en cualquier libro de estadística. Sin embargo, téngase presente que no únicamente el tamaño de la muestra nos asegura la representatividad. En una muestra grande el error disminuirá con el tamaño de la misma. La heterogeneidad de la población, o sea la variación en la distribución del atributo investigado, hará más complicada la representatividad de la muestra; si una población es muy homogénea una muestra chica será suficiente pero si es muy heterogénea la representatividad será lograda únicamente gracias a un gran refinamiento del procedimiento de muestreo. Además el costo de la investigación y el tiempo pueden disminuir o aumentar el error, o más aún, determinar el error permisible en la investigación. Muchas veces, cuando se cuenta con poco tiempo y dinero, habrá que permitir un error mayor, pero determinado de antemano.

2.3 Entrevistas La entrevista es una conversación, generalmente oral, entre dos seres humanos, de los cuales uno es el entrevistador y otro el entrevistado. El papel de ambos puede variar según el tipo de entrevista. Todas las entrevistas tienen alguna finalidad y la finalidad es la que da el carácter de la entrevista. Casi todas las entrevistas tienen como finalidad obtener alguna información, aunque, por ejemplo, un tratamiento psiquiátrico es una serie de entrevistas, cuya finalidad es el restablecimiento del paciente; un examen escolar es una entrevista, con cuestionario escrito o sin él, que tiene como finalidad obtener información sobre los conocimientos del alumno. La primera distinción que debemos tener en cuenta es la entrevista dirigida, estructurada, controlada, guiada, recibe todos esos nombres, y la entrevista no dirigida o no estructurada. La diferencia fundamental entre ambas consiste en que la entrevista no dirigida deja prácticamente la iniciativa total al entrevistado, permitiéndole que vaya narrando sus experiencias, sus puntos de vista, etc. Naturalmente que en algunos casos el entrevistador puede hacer algunas preguntas pero con miras, precisamente, a que el entrevistado espontáneamente manifieste sus opiniones. La entrevista dirigida, en cambio, sigue un procedimiento fijado de antemano por un cuestionario o una guía de la entrevista, esto es, por una serie de preguntas que el entrevistador prepara de antemano. Tiene múltiples usos según el tipo de persona entrevistada, según la finalidad de la entrevista, o según el tipo de datos que

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tratamos de recabar. Hay bastante escrito acerca de las entrevistas, lo importante no es recordar los nombres técnicos sino entender bien la técnica y sus problemas. Según el tipo de entrevistado podemos distinguir hombres o mujeres sobresalientes en ciencia, en política, en actividades sociales, que tienen prestigio, o lo que suele designarse con el nombre de hombre medio u hombre de la calle. El tipo de datos que deseamos recoger pueden referirse a una comunidad concreta, a una experiencia o acontecimiento determinado, o a un problema de investigación social. Estas diferencias determinan las técnicas utilizadas en la entrevista. Menciono algunas entrevistas que requieren una técnica especial. Panel. Ya mencionamos más arriba este tipo de entrevista. Consiste en repetir a intervalos de tiempo las mismas preguntas a las mismas personas. La finalidad de estas entrevistas consiste en estudiar la evolución de las opiniones, durante períodos cortos. La entrevista puede preguntar acerca de productos comerciales, de preferencia de locales comerciales o de diversión, libros o periódicos, programas de televisión o de radio, opiniones políticas, personas sobresalientes en el mundo del arte, de la política o de la ciencia. Es necesario que el entrevistador varíe la forma de las preguntas de una entrevista a otra, con el fin de que el entrevistado no distorsione las respuestas por efectos de la repetición. Una forma de medir el efecto de distorsión consiste en entrevistar también, al mismo tiempo, otras muestras que responden las mismas preguntas. La entrevista focalizada. Esta técnica fue divulgada por R. K. Merton (R. K. Merton and Patricia Kendall, 1956: ―The Focused Interview‖, American Journal of Sociology, LI: 541-542). Es una entrevista cuya preparación requiere experiencia, cuidado y habilidad. La llaman focalizada porque está concentrada en experiencias objetivas, actitudes o repuestas emocionales a situaciones particulares. Ha sido aplicada generalmente a personas que han participado en una situación concreta como una película, una transmisión radiada, o que han observado una situación social definida; el entrevistador ha analizado detenidamente la situación antes de la entrevista y diseña una guía en que están determinados los puntos más salientes de la encuesta y las hipótesis relacionadas con los datos que deben ser obtenidos en la entrevista.

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La entrevista repetida. Es parecida al panel pero con la diferencia de que para la entrevista repetida son sacadas muestras distintas a lo largo del tiempo. Entrevistas múltiples. Algunos autores mencionan también las entrevistas múltiples; el caso clásico sería el tratamiento psicoanalítico. Una persona es entrevistad repetidas veces para ir anotando sus recuerdos o sus reacciones. Esta entrevista tiene la dificultad peculiar de que el sujeto entrevistado deberá admitir ser sometido a repetidas interrogaciones. Existe otro tipo de entrevista llamado entrevista de profundidad, que tiene como finalidad específica el extraer información del inconsciente, o de otros tipos, relacionada con las motivaciones y la dinámica de una personalidad. Este tipo de entrevistas requiere un procedimiento prolongado y entrenamiento especial de parte del entrevistador: quien no tenga preparación especial en psicoanálisis o en psicología no debería utilizar esta técnica de entrevistas. Ráfaga de preguntas. Los estudios del Dr. Kinsey y sus asociados sobre la conducta sexual de los hombres y mujeres norteamericanos, han puesto a discusión una técnica más bien de preguntas que de entrevista, llamada de ráfaga de preguntas (Rapid-Fire Questioning). La técnica consiste simplemente en plantear las preguntas tan rápidamente como el entrevistado sea capaz de comprender y de responder. Esta técnica no ha sido suficientemente probada y las razones que da el Dr. Kinsey no son por sí mismas muy convincentes. Riesgos de las entrevistas. La entrevista es una técnica ampliamente usada y sus resultados han sido comprobados una y otra vez. Sin embargo, la entrevista contiene también riegos importantes que es menester tomar en cuenta. El primero, aunque no el principal, es el acercarse a una entrevista, sobre todo cuando se trata de entrevistar a mujeres u hombres sobresalientes, sin una preparación e información adecuadas para poder plantear preguntas al mismo tiempo corteses y de verdadera utilidad general. Un especialista en física nuclear puede ser entrevistado acerca de sus opiniones políticas; pero será indispensable conocer algo de su contribución profesional a la especialidad pues las personas que lean la entrevista desearán conocer también esos aspectos. Algunos investigadores sociales se han quejado públicamente de que la superficialidad de algunas entrevistas periodísticas han desacreditado la técnica y hecho más difícil el acceso sobre todo a

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personas distinguidas, para entrevistas con fines científicos y no con fines de publicidad. El principal peligro de la entrevista proviene de la doble ocasión de distorsión, una proveniente del entrevistador y otra del entrevistado. Algunos de los principales problemas son los siguientes: el entrevistado que rehúsa responder; el entrevistado que miente voluntariamente; el entrevistado que involuntariamente y dejándose llevar de los procesos selectivos de la memoria, refiere detalladamente acontecimientos y experiencias muy deformados, o simplemente confiesa haber olvidado experiencias importantes que han caído en su subconsciente. El problema de vocabulario es también muy importante. El entrevistador, generalmente hablando, llega con un entrenamiento académico en el que las palabras tienen un significado completamente determinado y muchas veces distinto del significado familiar al entrevistado. De más está decir que una entrevista no estructurada difícilmente se prestará a una codificación o a un tratamiento estadístico. El entrevistador deberá buscar el procedimiento concreto para ganar la confianza del entrevistado. Una recomendación de alguna persona estimada por él por ejemplo, en los pequeños pueblos, el sacerdote, el alcalde, el maestro, el médico o algún pariente cercano pueden ser útiles. El entrevistador deberá tener muy especial cuidado en no dejar ver sus propias opiniones para que el entrevistado, voluntaria o involuntariamente, deliberada o indeliberadamente, no trate de dar gusto al entrevistador. Inútil decir que en muchos casos el entrevistado deseará que el material que ha provisto sea tratado confidencialmente y anónimamente. El investigador deberá respetar escrupulosamente estos deseos del entrevistado. El investigador debe tener muy presente la importancia de su apariencia personal para invitar la confianza del entrevistado. El entrevistador que va a hablar con gente del pueblo vestido en una forma excesivamente urbana, crea con ese hecho una barrera entre el entrevistado y él. Las ideas respecto a indumentaria por modernas que sean son para la vida de ciudad. En el trabajo de campo ni el vestido ni la conducta debe chocar con los patrones culturales de la comunidad que va a ser investigada. El investigador debe mostrar respeto a sus costumbres. Es necesario ser muy cuidadoso para evitar susceptibilidades: hay que aceptar moderadamente lo que ofrecen de comer o beber, sin obligación de consumir todo. Particularmente en pueblos, con excesiva carga emocional en sentido político, religioso o personalista, téngase mucho cuidado de nunca tomar partido en las disensiones que

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existan; habrá que usar de prudencia y habilidad para no quedar envuelto en los choques entre personas distinguidas de un mismo pueblo. Es muy conveniente aclarar francamente la posición del investigador desde un principio para que el pueblo no deforme las realidades. El investigador de campo debe recordar que es poco todo lo que pueda hacer para poder llegar a conocer al pueblo, ya que en eso consiste su trabajo y de tal conocimiento dependerá el porvenir de muchas comunidades.

2.4 Cuestionarios Algunos otros aspectos de la entrevista quedan aclarados al discutir la estructuración del cuestionario, un instrumento muy relacionado con la entrevista, pero que no la supone necesariamente. El cuestionario y, en su caso la entrevista, son técnicas de investigación, propiamente hablando no son un método, por lo tanto, el cuestionario que es un sistema de preguntas que tiene como finalidad obtener datos para una investigación, no puede ser estudiado como algo aislado. El cuestionario presupone el diseño de la investigación; y la construcción del cuestionario requiere un procedimiento estricto. Antes de diseñar el cuestionario hay que tener presente el sistema de codificación que va a ser utilizado. En muchos casos será posible aprovechar los servicios de una computadora; pero si el cuestionario no ha sido diseñado de forma que sus resultados puedan fácilmente trasladarse a las tarjetas de computadora, será inútil pretender hacerlo después de la investigación. Antes de la redacción del cuestionario, se debe haber construido lo que se puede llamar un modelo de la investigación. Se debe determinar ante todo el objetivo general o ideal de la investigación: qué información o qué comprobación pretendo obtener con esta investigación. Inmediatamente determinar el objetivo específico o real: conocido el objetivo general, dados los recursos económicos, humanos y de tiempo de que dispongo, qué puedo esperar realmente de esta investigación. Determinados claramente esos dos objetivos, puedo formular el problema que puedo resolver. En la formulación del problema no olvidemos que los términos deben ser operativos, fidedignos y válidos. Repetimos: operativos, que puedan ser verificados por la experiencia y, a ser posible, sean definidos

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por la operación necesaria para obtenerlos. Fidedignos: que estén definidos de tal manera que cualquier investigador que utilice la misma definición y el mismo proceso pueda llegar a los mismos resultados. Válidos: que efectivamente definan el fenómeno que tratamos de definir y que no sea posible caer en confusión con otros términos. Qué conocimientos teóricos, qué teoría, qué microteoría va a servirme de base para resolver este problema. Qué autores, qué libros o qué artículos científicos han sido ya escritos acerca de este punto. Una vez formulado el problema, y con una información acerca de lo ya investigado, propongo la o las hipótesis con la o las cuales trato de responder al problema determinado la variable independiente, o sea el elemento que explica, y la variable dependiente o sea el elemento explicado. Formulada la hipótesis debo establecer el procedimiento de muestreo y las medidas estadísticas que me van a ser necesarias para comprobar mi hipótesis. Quiero advertir que en realidad cada una de las técnicas de que hemos hablado y de las que hablaremos a continuación requieren, como preámbulo, esta estructura metodológica anterior a la selección de la técnica. No olvidemos que las técnicas son herramientas para resolver un problema metodológico concreto de comprobación o disprobación de una hipótesis. Aisladas y por sí solas no representan conocimientos útiles. Cuestionarios piloto. Una vez redactado el cuestionario, habrá que ponerlo a prueba en forma de cuestionario piloto. El cuestionario piloto es el cuestionario administrado experimentalmente a un pequeño grupo de personas para verificar la fidedignidad, operatividad y validez del mismo, pero con posibilidades de rectificarlo antes de administrar el cuestionario a la muestra grande. Un cuestionario es válido, cuando efectivamente recoge los datos necesarios para la investigación, es fidedigno cuando cualquier investigador que lo aplique obtendrá los mismos resultados; es operativo cuando su vocabulario es entendido en un sentido unívoco, o sea exactamente con el significado definido por el diseñador del cuestionario. Recordemos que los términos, además del significado unívoco, pueden ser entendidos análogamente o sea en parte con el mismo significado y en parte con distinto significado, o bien equívocamente cuando son entendidos en sentido totalmente distinto.

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Algunos autores llaman también cédulas a los cuestionarios. Pero la cédula propiamente dicha, son las papeletas en que se recogen datos separados cada uno en una papeleta. Diseño del cuestionario. Una vez fijados los preámbulos metodológicos ya mencionados, procedemos a organizar el cuestionario. El diseño del cuestionario estudia los tipos, el orden, los grupos de preguntas, la formulación de las mismas y la organización material del cuestionario. La figura 4, nos presenta el esquema reducido de la página titular del cuestionario; al pie están las explicaciones de cada uno de los títulos. Además de los cuestionarios con preguntas, algunas instituciones utilizan los cuestionarios pictóricos en que los entrevistados simplemente tienen que subrayar la figura que corresponde a su respuesta. Generalmente cada institución tiene sus formas propias de cuestionario. Pero cada investigador puede diseñar el cuestionario que corresponda a su investigación. Después de lo dicho acerca de la entrevista, recordemos que los cuestionarios no estructurados serán difícilmente codificados, esto es, clasificados y tabulados para extraer la información buscada. En todos los cuestionarios hay que dejar margen a ambos lados y en la parte inferior y superior. Escribirlo siempre, por lo menos, a doble espacio; usar un papel en que sea fácil escribir y borrar. El tamaño del papel varía pero el más utilizado es el papel oficio. A veces es recomendable, antes de hacer el cuestionario, diseñar las tablas en que han de ser vertidos los datos, para que las preguntas, o mejor dicho las respuestas, puedan inmediatamente ser vertidas a las tablas para su manejo mecánico ulterior.

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FIG. 4. Página inicial de cuestionario

Archivo Mexicano de Antropología Social. Cuestionario de 18/67 Zaragoza 841, México 21, D.F.

(2)

(1)

Entrevistador…………………… Fecha de la entrevista: Dirección …………. Tel. ………

(3)

……………………………

Clave del entrevistado Área:

(4)

(5)

Localidad…………………….. Número de habitantes ……….. Estado…………………………. (6) 1.- ¿Se siente Ud. contento con su trabajo o desearía trabajar en otra cosa o en otra parte? (7) 2.- ¿Cuál fue la ocupación de su abuelo, de su padre, cuál es la de su hijo? 2) Abuelo

3)Padre

4) Hijo Campesino Mayordomo Mediero Aparcero

1

2

3

4

5

6

7 …….... (8)

Este esquema es sólo una sugerencia. La experiencia y las finalidades de los cuestionarios, indicarán otras formas de presentación de los mismos. (1) Nombre de la institución que organiza la investigación. (2) Clasificación del cuestionario en los archivo de la institución.

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(3) Nombre y datos del entrevistador. (4) Como los cuestionarios, en muchos casos, deberán ser anónimos, bastará una clave, un número, etc. para designar al entrevistado. (5) Datos de localización de la entrevista, a veces será necesaria más precisión: barrio, quizá calle y número, etcétera. (6) Numeración de las preguntas para su codificación. (7) Cuando en una pregunta van incluidas varias otras, a cada una de ellas debe corresponder un número distinto para fines de codificación. (8) Al pie de la página conviene que aparezcan los números de las preguntas contenida en ella.

Es muy importante también recordar que cada grupo tiene una estructura intelectual gracias a la cual organiza sus ideas y sus emociones llamado generalmente marco de referencia. El marco de referencia es el conjunto organizado de los significados habituales en la vida y en la actividad de cada grupo. El marco de referencia del entrevistador y del entrevistado son distintos. En cuanto a las pregunta, convendrá distinguir entre las siguientes: Pregunta cerrada, directa, indirecta. Es aquella en que el informante o entrevistado elige su respuesta únicamente entre alternativas expresamente fijadas por el investigador. Pueden ser preguntas dicotómicas, en que las respuestas permitidas sólo serían sí o no, que se prestan fácilmente a la tabulación aunque con frecuencia dependerá de la pregunta la cantidad de información extraída con ese monosílabo. Las preguntas múltiples o de múltiple selección incluyen varias respuestas posibles, por ejemplo, las preguntas respecto a: trabaja Ud. como empleado, empresario, profesionista libre, o bien: opina Ud. que las leyes aduanales son: demasiado rígidas, poco rígidas, más o menos rígidas o justamente rígidas. Hay preguntas gramaticalmente directas o personales, que están formuladas incluyendo la persona del informante: ¿qué juzgaría Ud. de esto o de aquello? La pregunta indirecta personal no va dirigida a una persona determinada: ¿Deben los norteamericanos retirar sus tropas de Vietnam? En el diseño del cuestionario respecto a las preguntas hay que tener presente los puntos siguientes: contenido de las preguntas; vocabulario de las preguntas y secuencia de la preguntas.

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Contenido, vocabulario y secuencia de las preguntas. Respecto al contenido, el diseñador del cuestionario debe estar seguro que la pregunta en cuestión es necesaria para la investigación; si requiere o no el apoyo de otras preguntas; si los entrevistados tienen la información necesaria para responder la pregunta. En caso contrario será necesario acercar la pregunta al marco de referencia del informante. Es urgente examinar también si las preguntas no están distorsionadas en una dirección de respuesta, de suerte que el informante por inercia diga una respuesta. En cuanto al vocabulario, debemos estar seguros que los vocablos y frases son usuales para el informante; si las preguntas expresan bien las posibles alternativas de la respuesta; si no hay distorsión o emocionalidad en la fraseología; si no provocarán reacciones de disgusto; si será preferible usar preguntas personales o impersonales. El estudio de la secuencia de las preguntas está enderezado a evitar la llamada contaminación. Contaminación es la influencia que el orden de las preguntas puede ejercer en las respuestas del informante. La llamada ―técnica del embudo‖, consiste en comenzar con preguntas muy generales, llegando poco a poco hasta las más específicas, sirve para evitar la contaminación. El orden de las preguntas sirve para ―romper el hielo‖ al comienzo de la entrevista; es útil introducirse con preguntas triviales que el informante pueda responder con facilidad sintiéndose seguro de la entrevista y que den ocasión al entrevistador de mostrar comprensión y estima hacia el entrevistado, al mismo tiempo que le ayuden a entender la finalidad del cuestionario y a despertar el interés del informante. Existen también preguntas llamadas colchón que sirven para tranquilizar al informante, para ―romper el hielo‖ de la entrevista, para evitar que el entrevistador encasille sus respuestas y hay que distinguirlas claramente con un número clave para no codificarlas. Como se puede ver en la fig. 4, cada pregunta lleva un número de orden que es muy importante tener en cuenta. No es conveniente pagar al informante; parece suficientemente comprobado que es uno de los procedimientos para distorsionar las respuesta del entrevistado. Las preguntas no deben ser demasiado largas de manera que dificulten su compresión al entrevistado. Algunos autores suelen distinguir también tres tipos de preguntas: la pregunta de hecho; acerca de algo que sucede en ese momento, ¿tiene Ud. televisión?, ¿tiene Ud. casa propia?; preguntas de acción del interesado: ¿votó Ud.?, ¿cuándo se casó?, ¿con quién trabajó?, etc.; preguntas de

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opinión o de actitud: ¿qué opina Ud.?, ¿cree Ud. que está bien luchar contra los derechos civiles de los negros?, etcétera. Batería de preguntas. Es una serie de preguntas destinadas a ahondar algún punto especial de la investigación y del cuestionario. Parece que no es conveniente ponerlas sucesivamente, por el peligro de contaminación o de distorsión sino que es preferible intercalarlas con otras preguntas. El número de preguntas debe estar definido exclusivamente por la necesidad de la investigación. Cada pregunta debe llevar como finalidad investigar algún aspecto de la misma investigación, si no son las preguntas ―colchón‖ que hemos descrito más arriba. A veces los principiantes quieren aprovechar la ocasión de un cuestionario para investigar todo lo posible; generalmente sólo se logra fatigar al informante y una menor fidedignidad en las respuestas. Distorsión de las respuestas: tendencia a responder: sí, temor al cambio. Estereotipos. Palabras en carga emocional. Nombres propios. El cuestionario es una técnica tan antigua que existen numerosos experimentos respecto a la distorsión de las respuestas. Algunos autores piensan que hay una tendencia general a responder que sí, de suerte que en la formulación de las respuestas o de las preguntar hay que tener mucho cuidado y si es posible formular la pregunta en dos formas distintas en el mismo cuestionario para poder verificar la influencia de la forma afirmativa. En algunos países y en algunas regiones la tendencia a respetar las instituciones tiende a influenciar notablemente a los entrevistados. El temor al cambio es otra de las tendencias que pueden influir en distorsionar las respuestas de un cuestionario. Ya hemos dicho que los estereotipos, descritos como la imagen que tenemos de una persona, situación o grupo compuesta por características adquiridas inconscientemente y sin crítica, colorean las respuestas en un sentido determinado. Igualmente hay palabras, por ejemplo, guerra, ejército, policía, que infunden temor y fácilmente las respuestas en vez de ser pensadas serán respondidas negativamente. Las personalidades o sea los nombres personales que aparecen en las preguntas, según la simpatía o antipatía que despierten, influyen también notablemente en la distorsión de la respuesta. Generalmente hablando, personas que gozan de mucha simpatía, como por ejemplo Cantinflas, o Jorge Negrete durante su vida, introducidas en una pregunta,

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inmediatamente hace disparar el mecanismo de respuesta que aproxima a la persona que es simpática y aleja de la persona con prestigio negativo: Hitler, Stalin o cosa parecida. Palabras emotivas que provoquen simpatía o antipatía deben ser consideradas también como mecanismos de distorsión muy probables (guerra, paz, intervención, imposición, etc.). El cuestionario piloto es el primer instrumento para examinar la fidedignidad, validez y operatividad de los cuestionarios. Es menester hacerlo con mucho cuidado pues un cuestionario cuyas respuestas resulten muy discrepantes descubre que estuvo incorrectamente estructurado. La falla puede venir de parte del investigador o de parte del informante, delibera o indeliberadamente. Administración del cuestionario. Es el momento en que el entrevistador con el cuestionario en la mano llega al entrevistado. El primer obstáculo que puede encontrar el entrevistador es la ausencia del entrevistado que ha sido escogido por un muestreo. El entrevistador no tiene derecho de sustituir a su arbitrio una persona por otra. Si el entrevistador abandona el muestro todo el cálculo del error de la representatividad de la muestra quedará invalidado. El segundo problema es el de los entrevistados que rehúsan responder. Generalmente la resistencia puede ser debilitada poco a poco, o simplemente comenzar respetando la resistencia y más adelante cuando exista un clima de confianza volver a intentarla para verificar si la repulsa provino de una situación de principio o fue meramente ocasional. Si el cuestionario es muy largo habrá que administrarlo en varias sesiones, procurando que cada sesión sea lo suficientemente corta para que no agote o fatigue al entrevistado o al entrevistador. Generalmente, en la primera visita el entrevistador debe simplemente exponer a la persona el objetivo de la investigación, tratar de ganar su simpatía y pedir una cita para una conversación más detenida. No olvidemos que el entrevistado no puede ser sustituido y si es posible tampoco debe estar acompañado por otros miembros de su familia que contribuyan a las respuestas. No hay dificultad en que estén presentes, pero el entrevistador anotará únicamente las respuestas de la persona entrevistada, procurando que las respuestas de las demás personas no contaminen las respuesta de su entrevistado o entrevistada. Cuestionarios enviados por correo. Aparentemente es un sistema muy cómodo pero, sobre todo en países donde no existe esta costumbre, el número de respuestas tiende a ser sumamente bajo, generalmente un 10 a 15% de los cuestionarios enviados. Si la muestra es de personas que en una u otra forma son conocidas de la institución o del entrevistador es posible que el porcentaje sea más alto. En México los resultado son los arriba señalados. Esos cuestionarios tienen que ser sumamente breves, 4 o 5 preguntas,

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incluyendo el sobre franqueado para que el entrevistado pueda rápidamente despacharlo sin gasto personal. La solución que algunas instituciones han encontrado ha sido que un entrevistador entregue el cuestionario y pase a recogerlo. Con ese procedimiento el número de respuestas parece que es notablemente superior. Este tipo de cuestionarios tiene varias desventajas, entre otras, ignorar si las personas que no responden pertenecen a una categoría especial que sería importante tener en cuenta al tratar de remplazarlas por otra, con peligro de deformar la muestra. Tampoco se sabe la forma de respuesta si lo hacen rápidamente, después de pensar detenidamente o con auxilio de otros miembros de la familia. Cuestionarios para grupos. Ésta es una técnica que requiere la posibilidad de reunir en un mismo lugar a un grupo de personas a las que se les pasa el cuestionario después de darles una explicación del objetivo. Es una práctica muy útil aunque el número de situaciones parezca a primera vista limitado. En sociología religiosa, militar, carcelaria, hospitalaria, universitaria, y en otras muchas, es posible utilizar este cuestionario. Una de las más conocidas manifestaciones del uso del cuestionario para grupos la constituye la obra de Samuel Stouffer y su equipo: The American Soldier: Studies in the Social Psicology of World War Second, publicada en 1949, en la Universidad de Princeton. Es una obra que ha sido ampliamente analizada y que para cualquier estudiante de ciencias sociales puede presentar un notable progreso en su metodología.

3. El problema objeto de la investigación 3.1 Algunos tipos de problema Hemos definido un problema como una pregunta surgida de una observación más o menos estructurada. Las preguntas que podemos hacer pueden tomar diferentes formas, según el objetivo de nuestro trabajo: estudio, información, investigación o acción. Pero el estudio, la investigación, y aun lo que pudiera llamarse el programa de acción son diferentes clases de información. De manera que podemos considerar el problema básicamente como un instrumento de información nueva, al menos para la persona que pregunta, acerca de observaciones o acerca de fenómenos observados. La novedad del conocimiento es un concepto relativo. Un conocimiento puede ser completamente nuevo para una persona o un grupo de personas, pero para otras personas ser conocimiento más o menos anticuado y superado.

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Puede ser nuevo para todo un país o nuevo para todos los especialistas de una ciencia en todo el mundo. La actividad que tiene como finalidad el descubrimiento de conocimientos completamente nuevos, al menos para un momento del mundo, es la investigación y el verdadero problema de investigación es el que pregunta por conocimientos desconocidos para todos en un momento dado. Es posible que un conocimiento haya estado en posesión de una parte de la humanidad y que a lo largo del tiempo ese conocimiento haya sido perdido y luego sea recuperado. Es posible también que un conocimiento sea del dominio general, desde el punto de vista empírico, sin haber sido investigados sus variables y sus componentes. Por ej. los efectos antibióticos de algunas yerbas eran bien conocidos antes de la penicilina. El mérito del doctor Flemming consistió precisamente en haber descubierto las variables componentes de la penicilina para poder producirla industrialmente. Todo esto quiere decir que el concepto de novedad para un problema tiene cierta relatividad respecto al grupo de personas a quien se comunica, respecto al tipo de conocimiento que acerca de él se tenía anteriormente, o bien respecto a la comprobación del carácter empírico del mismo conocimiento. El auténtico problema, objeto de la metodología, es el problema de la investigación, quiere decir, aquel problema que pregunta por la variable independiente desconocida de una o varias variables dependientes. Como ya veremos, las condiciones necesarias para el planteo y solución de este tipo de problemas no es tan exclusivista como parece a primera vista, sin embargo debemos repetir que la orientación actual de los conocimientos convencionalmente llamados científicos se dirige a la observación de las conductas de las cosa con fines explicativos y predictivos. Toda explicación consiste en descubrir la variable independiente de una variable dependiente y la predicción en poder anunciar anticipadamente las conductas de las variables independientes respecto a las variables dependientes que se han observado. Lo que ordinariamente llamamos técnica, no es más que la aplicación a usos concretos de las estructuras explicativas y predictivas descubiertas por la ciencia. En todas las disciplinas existe básicamente el problema de explicación y predicción, al menos a partir de los niveles universitarios. Un médico deberá explicar la situación de un enfermo y predecir el efecto que las medicinas o las intervenciones quirúrgicas deberán tener en él sobre la base de observaciones generalizadas acerca de la anatomía y fisiología del organismo humano; un científico político explicará conductas de estabilidad o inestabilidad en las relaciones entre el poder público y los ciudadanos de una comunidad y predirá los resultados que determinadas medidas tendrán respecto a la estabilidad o inestabilidad de esta o de aquella comunidad. El antropólogo

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social explicará y predirá, por ejemplo, la incidencia del cambio de una conducta económica o industrial o política en las conductas religiosas de una comunidad o viceversa, etcétera. Problemas en los estudios académicos. De cualquier modo el estudiante debe tener presente la diferencia entre los problemas que debe afrontar en diferentes niveles de trabajo. El problema que hemos llamado de estudio consiste simplemente en distinguir si la materia o tema de estudio es de carácter informativo o es de carácter explicativo y predictivo. En los niveles inferiores de estudio, casi todos los problemas son de tipo descriptivo, aunque en la enseñanza media comienza el estudiante a familiarizarse con problemas de tipo explicativo o predictivo. Para un estudiante de secundaria la geografía, la biología o la historia son problemas de tipo descriptivo: formas, estructuras y cambios en el universo o particularmente en nuestro planeta desde el punto de vista orográfico, hidrográfico o político y humano; de las formas y estructuras de los acontecimientos entre diferentes sociedades humanas. No es el momento de discutir si pedagógicamente debe continuarse con este sistema o familiarizar al estudiante desde las primeras etapas con los principios de explicación y predicción. Permítaseme decir que mi impresión es que se pierde un tiempo precioso por no tratar de introducir al estudiante desde los cursos de primaria, una vez que maneja con destreza suficiente los elementos básicos del conocimiento: escritura, lectura, escritura y manejo de números, escritura y manejo de dibujos y de formas, en los procedimientos explicativos y predictivos que profundizará más adelante. Uno de los efectos del sistema convencional es un repentino escepticismo y crisis intelectual cuando el estudiante descubre que muchas de las cosa que le fueron enseñadas en primaria o secundaria poco menos que como infalibles y completamente seguras no eran sino conocimientos de una elevada probabilidad. Cuando el estudiante descubre la fecunda capacidad de perfeccionamiento, de profundización, de comprobación de los conocimientos humanos, está en mejor capacidad de orientar su vida intelectual y profesional hacia el futuro y de ir construyendo en forma acumulativa y no correctiva y revisiva, como debe hacerlo con los métodos actuales. En cambio en los niveles superiores el estudiante debe estar directamente orientado al estudio descriptivo con fines explicativos y predictivos. Entender una cosa, dentro de este contexto, significa captar intelectualmente la descripción de un grupo de fenómenos de tal manera que sea posible al estudiante señalar y verificar las variables independientes de determinadas conductas y conocer la probabilidad con que podrá predecir la repetición

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de las mismas. Pero todos estos problemas de estudio no son propiamente hablando problemas de investigación, ya que el estudiante, en libros o revistas, en el laboratorio, y en el aula de clases, es informado respecto a conocimientos ya divulgados y poseídos al menos por un grupo de especialistas en el mundo. Problemas de información. El problema de información es igualmente un problema de tipo descriptivo; consiste en la recolección de datos respecto a estructuras y conducta observables dentro de un área de fenómenos relacionada con una ciencia, o bien información respecto a acontecimientos actuales o pasados en una línea de conducta determinada, por ejemplo en física o en matemáticas o simplemente lo ocurrido en diferentes regiones del mundo en un día o en una época dada. El problema de información puede enunciarse: qué fenómeno ocurrió en tal época, cuál es la conducta observable de tal grupo de fenómenos, es básicamente un problema de observación que hemos tratado en la sección anterior. Los diferentes tipos de observación que hemos estudiado nos indican también diferentes fuentes de información; documental, monumental de campo, de conductas de campo, y de laboratorio. Según el tipo de información que deseamos recoger, elegiremos el procedimiento de información, sabiendo que no todos tienen la misma riqueza informativa para todos los fines del conocimiento. La información de laboratorio y, para ciertos conocimiento la información de conductas de campo, son indudablemente hasta ahora los procedimientos de información más perfeccionados por el hombre. El problema de investigación con fines explicativos o predictivos tiene la forma general: cuál es la variable independiente de tal variable dependiente. Ya explicamos que esa forma general está deducida o derivada de la finalidad explicativa y predictiva del trabajo científico. De éste deberemos ocuparnos más detenidamente. Problemas de acción. Existe otro tipo de problemas que es el problema de la acción. Los problemas de acción tienen dos momentos: el primero es la pregunta, para qué puede ser utilizado un conocimiento, o en otras palabras qué aplicación tiene un tipo de información. Generalmente esa pregunta está dirigida a qué conductas de acción puede ser aplicado un conocimiento determinado y las conductas de acción pueden ser de tipo monetario, de tipo organizativo, de tipo político, de tipo médico, o de tipo pedagógico, etc., según la disciplina y la especialización elegida por la persona o el grupo de personas que hace la pregunta. Pero el problema de acción puede tener otra formulación más específica: de qué dependerá el éxito de esta acción, cómo lograr el éxito de esta acción, qué procedimiento

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debe seguir esta acción, dadas las observaciones de un grupo de fenómenos cuál es la acción aconsejable. Estos cuatro tipos de problemas pueden llamarse problemas de diagnóstico, problema de programas, problema de planificación y problema de investigación. Un intento de diagnóstico es observación de un área de fenómenos para proponer líneas alternativas de acción. Suele distinguirse estrategia, que viene a equivaler a un programa, y táctica que determina las técnicas requeridas en cada una de las etapas para obtener éstas y finalmente el objetivo último. Planificación es observación de recursos y objetivos para seleccionar los cursos de acción de un conjunto de personas, en un lapso determinado, a fin de obtener el objetivo más gratificante para el grupo que planifica. Cualquiera de estos tipos de problema de acción requiere anticipadamente un problema de investigación no solamente descriptiva del área de fenómenos estudiada, sino también explicativa y predictiva de las conductas observadas. Es claro que después de todas las condiciones metodológicas de la investigación y de los diferentes tipos de problemas de acción, intervienen una serie de variables para estorbar su realización y uno de los problemas actuales más interesantes, sobre todo en países en vías de desarrollo, consistiría en estudiar los innumerables planes de diagnóstico, programa y planificación para valuarlos en sus realizaciones comprobables. Estos tres tipos de problema de acción, aunque no son los únicos, son los que nos sirven para descubrir algunas aplicaciones especializadas de nuestros estudios sociales. Todavía relativamente en pocas instituciones nacionales, aunque algo más en instituciones internacionales, ha sido reconocida la necesidad de la presencia de un científico social en el diseño de los planes de diagnóstico, programas y planificación para diferentes actividades, como medicina y salubridad pública, educación pública o privada, comunicaciones de diferentes tipos, transportes, agricultura, industrias, y demografía. Son múltiples los problemas de acción para cuyo diagnóstico, programación y planificación deberán estar preparados los estudiantes de ciencias sociales; pero advirtamos que la metodología elemental indica únicamente los procesos generales para lograr tales objetivos. Investigación pura y aplicada. Aparte de estos problemas de acción y en relación con ellos, es conveniente que el estudiante distinga entre la investigación pura y aplicada. La investigación aplicada tiene como objeto el estudio de un problema destinado a la acción, la investigación pura tiene como objeto el estudio de un problema destinado exclusivamente al progreso, o a la simple búsqueda, del conocimiento. Los métodos de estudio corrientes en muchos países no estimulan en los estudiantes la estima por la

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investigación pura, más aún es considerada en muchos casos como una actividad inútil. Recordemos de paso que ningún país puede aspirar a una vida científica independiente si no tiene investigadores puros: y el país que no tenga una vida científica independiente tampoco podrá aspirar a una auténtica independencia política o económica o social. La historia de la ciencia demuestra la utilización inesperada de muchas investigaciones puras en trabajos posteriores donde fueron utilizados esos estudios.

3.2 Habilidad para descubrir un problema significativo Limitándonos ya a la elección de un problema de investigación, el procedimiento práctico puede ser anotar una serie de preguntas que nos sean sugeridas por la observación del área de fenómenos que vamos a estudiar. De entre esas preguntas tenemos la posibilidad de escoger, aunque el talento o el genio para descubrir problemas verdaderamente trascendentales para la ciencia y para la vida humana, no pueden ser dados por la clase de metodología. De entre la lista de problemas que hemos hecho podemos elegir algunos que tengan importancia científica, humana y contemporánea. En muchos casos el estudiante irá al campo dirigido por profesores y deberá discutir, de acuerdo con sus intereses especiales y su preparación, el problema que va a estudiar. Otro caso es cuando el estudiante libremente puede escoger dentro del área que está estudiando el problema de su investigación, por ejemplo para sus estudios escolares, su trabajo de maestría o su tesis de doctorado. El procedimiento indicado arriba supone una experiencia y un entrenamiento en el descubrimiento de problemas que no será fácil de encontrar en investigadores incipientes. El verdadero procedimiento para el hallazgo del problema consiste en una información lo más completa posible de las áreas de investigación o de los problemas estudiados por otros investigadores en el área elegida: si un investigador ha elegido salubridad pública y otro agricultura, crédito popular, desarrollo de comunidad, como tema general antes de seleccionar su problema deberá leer las más importantes investigaciones ya realizadas en el área de su interés. Esas lecturas en muchos casos lo informarán de cuáles son los problemas que están aún por estudiar, los problemas que han sido estudiados ya, con teorías y técnicas suficientemente comprobadas en otras regiones del mundo y cuya investigación en México o en Latinoamérica aún no se ha realizado. Otro procedimiento práctico es la consulta a especialistas del ramo. Ellos tienen presentes algunas áreas importantes de investigación que no han sido suficientemente cubiertas y rápidamente pueden auxiliar al

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estudiante con la sugerencia de un problema. Demás está decir que en casos como el anterior el investigador debe dar el crédito a la persona que lo ha ayudado en tal descubrimiento. Un campo muy vasto de hallazgo de problemas consiste en el análisis crítico de teorías sociales existentes, sujetándolas a una crítica metodológica rígida para descubrir si su estructura teórica no tiene algunos puntos que requieran ulterior investigación, o bien a una nueva comprobación de campo de sus hipótesis más salientes. También dentro de esa misma línea existen ciertas afirmaciones generales que se consideran ya como comprobadas y cuya comprobación puede ser importante, cuando el tiempo y el dinero disponible lo permiten. A las veces, una hipótesis ha sido comprobada a base de un experimento; un buen trabajo de investigación sería comprobarla por otro procedimiento experimental.

3.3 Criterios para calificar un problema El primer criterio de calificación de un problema que ya nombramos más arriba es su relevancia científica qué nuevos conocimientos aporta a la solución de este problema. Para responder esta pregunta es indispensable conocer los conocimientos que ya existen respecto al área de fenómenos estudiados. En las tesis de doctorado este criterio es absolutamente fundamental y ninguna tesis de doctorado debe ser admitida, y a mi juicio ni siquiera un trabajo de maestría, que no presente un logro de nuevos conocimientos respecto a algún problema. El segundo criterio importante es la relevancia humana: qué significado puede tener para esta comunidad o para el mundo la investigación que voy a emprender. Es cierto que este criterio va íntimamente ligado a la investigación aplicada y no a la investigación pura. Pero esta última es aconsejable llevarla a cabo cuando el investigador lleva ya muchos años de experiencia en investigaciones. Respecto a la relevancia humana es muy importante recordar los aspectos éticos. Tratemos de que nuestras investigaciones sean de utilidad particularmente para las masas desvalidas. Relevancia contemporánea. En algunas disciplinas es frecuente escoger para estudio, y a veces es más fácil, problemas de épocas lejanas que no tienen incidencia en la época contemporánea. A las veces, problemas de sociedades antiguas tienen gran relevancia para resolver los problemas de nuestra época. Pero las ciencias sociales que están en etapa de nacimiento

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o de renacimiento, tienen enormes posibilidades de aplicación social. Creo por lo tanto que debemos preguntarnos también si el problema escogido para la investigación es un servicio concreto para resolver un problema actual al menos de una pequeña comunidad. Tomando en cuenta las tres calificaciones: relevancia científica, relevancia humana y relevancia contemporánea, podemos elegir problemas de verdadero valor para nuestra investigación.

3.4 Serendipity En relación con el hallazgo de los problemas existe una curiosa palabra que no tiene traducción al castellano: serendipity. Significa la acción de descubrir problemas o conocimientos valiosos que en el curso de una investigación no eran buscados. La palabra tiene un origen jocoso y alude a una región imaginaria descubierta casualmente en un viaje (Remer, Th. G. ed., 1965). Alguno podría decir que serendipity no es otra cosa que casualidad. En realidad no es eso. El investigador necesita una capacidad de observación alerta durante el curso de una investigación para caer en la cuenta de problemas que rozan lateralmente y que pueden ser, quizá, más importantes que el problema que está investigando. Uno de los peligros de la investigación es concentrarse tan cerradamente en el problema estudiado que no seamos capaces de percibir los accidentes del camino que vamos dejando a un lado y a otro durante el curso de la misma.

3.5 Análisis de los términos del problema Una vez descubierto el problema, el paso siguiente es el análisis de los vocablos en que el mismo problema es enunciado. Ese análisis se refiere a la empiricidad u operatividad, fidedignidad y validez de los términos del problema. Muchas confusiones y penosas experiencias provienen precisamente de un análisis defectuoso de los términos del problema enunciado. Palabras sumamente sencillas ocultan una multiplicidad de significados posibles que contribuyen a oscurecer y en algunos casos a imposibilitar la solución del problema. Ya hemos dicho que llamamos problema a la pregunta que nos hacemos en busca de respuestas, relacionadas con conductas de un área de fenómenos observada. Términos son las palabras que usamos para formular el problema.

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En varios lugares de este escrito hemos definido empiricidad y operatividad. La primera quiere decir que el significado del término o vocablo utilizado sea verificable por la experiencia. Operatividad es, podríamos expresarlo así, un grado superior de empiricidad: es la condición de una definición de un término tal que el término sea definido por las acciones necesarias para observarlo o medirlo. Si definimos alcoholismo como exceso en bebidas embriagantes, necesitaremos determinar qué significa exceso y qué significa embriagantes. Quizá por ese camino no llegaríamos a la definición de alcoholismo. Definir alcoholismo en cuanto a fenómeno social por el número de personas conducidas ante los tribunales, o recogidas en establecimientos preventivos, por haber perdido el uso de sus sentidos debido a bebidas embriagantes, nos complica más aún la situación. Podemos definir bebida embriagante aquella que tiene más de 15º de la escala de Gay-Lussac. Podemos así suprimir el adjetivo embriagante y hablar de bebidas que tengas más de 15º en la escala de Gay-Lussac. O si se quiere generalizar, líquidos que tengan más de 15º Gay-Lussac. En esa forma hemos definido operativamente el término embriagante. Podríamos a continuación hacer una tipología de bebidas embriagantes con las informaciones de las cámaras de bebidas que existen en un país: cerveza, licores, etc. Pudiéramos determinar alcoholismo como la cantidad de consumo per capita en la población mayor de 15 años de una ciudad. Tal definición sería operativa porque definimos alcoholismo por una serie de operaciones indispensables para calcularlo. Pero quizá tal definición no sería válida, esto es, no definiría el fenómeno que tratamos de estudiar. La validez de un término utilizado en la formulación de un problema se refiere precisamente a que designe exactamente el fenómeno que estamos estudiando. El alcoholismo no es un fenómeno fácil de investigar, aunque existen numerosos estudios acerca del él. (Mc Carthy, Raymond G., ed., Drinking and Intoxication. Selected Readings in Social Attitudes and Controls, The Free Press.) Debemos determinar si lo que deseamos estudiar es la pérdida de horas de trabajo, de dinero, de unidad familiar, en hombres o mujeres que prefieren emplear el tiempo y el dinero en el uso de bebidas alcohólicas. Quizá tal definición requeriría un muestreo de los expendios públicos de bebidas aunque no sería suficiente ya que muchas personas, o algunas por lo menos, beben en privado; pero tal muestreo podría darnos una definición al mismo tiempo operativa y válida al menos de un tipo de alcohólicos. Otro procedimiento sería el hacer un muestreo de diferentes ocupaciones y de las ausencias de trabajo y verificar, si es posible, cuáles de ellas son debidas a la ingesta excesiva de tóxicos.

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La fidedignidad es bien conocida y puede derivarse de la empiricidad, operatividad y validez de las definiciones. Un término es fidedigno cuando cualquier estudiante o investigador lo entenderá en la misma forma en que fue definido en nuestro trabajo de investigación, de suerte que no podrá confundirlo con otro fenómeno, ni incluirá en nuestra definición fenómenos que no pertenezca a ella. Las ideas vagas asociadas a numerosos vocablos equivalen a una auténtica ignorancia. Es mejor trabajar con un término de pequeño alcance explicativo pero que sea operativo, que pretender trabajar con términos de gran alcance explicativo o predictivo pero inoperativos, porque tal trabajo estará inevitablemente condenado al fracaso. Considero que el estudio de todas las ciencias sociales requiere un refinamiento de los términos y particularmente una aplicación del criterio operativo. Pero cuando una ciencia como la historia del arte está apenas iniciando el camino científico, abandonando la tarea literaria o descriptiva, fácilmente advertiremos la necesidad de perfeccionar las definiciones de términos como edad media, estilo gótico, renacimiento, etc. Todas esas definiciones requerirán una determinación al mismo tiempo temporal y geográfica; pero además de eso será indispensable añadir otras características de tipo operativo aun a costa de que resulte que monumentos tradicionalmente considerados como pertenecientes a un estilo, por ej. al gótico, sea necesario adscribirlos a otro distinto.

3.6 Problemas latinoamericanos En Latinoamérica tenemos aún numerosísimos problemas que requieren investigación. Existe también la posibilidad de aplicar técnicas ya conocidas, por ej. la sociometría, a problemas investigados con otras técnicas. Existe también la posibilidad de verificar experimentalmente algunas hipótesis, de confirmar con investigaciones de campo afirmaciones fácilmente echadas a rodar como moneda válida. Todas las ciencias sociales tienen en nuestros países abundantes problemas que aguardan al investigador, pero particularmente la ciencia política, como auténtica ciencia y no como peldaño para ocupar puestos públicos, tiene innumerables problemas que esperan al investigador. Basta una observación somera de Latinoamérica para advertir que la inestabilidad política de algunos países, la baja politización de otros, la débil estructura de los partidos

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políticos, y otros problemas semejantes no han sido suficientemente investigados. Es cierto que algunos gobiernos temen la investigación de la ciencia política o de la ciencia social, porque consideran sus resultados como peligros para la estabilidad política del país y en algunas ocasiones indudablemente pueden serlo. No faltan tampoco quienes califican de antipatriótico el descubrir verdades sociales poco halagüeñas para una imagen demasiado infantil y optimista de un país. El patriotismo nunca podrá estar basado en falsedad o en mentira, y la verdad, por dolorosa que sea, tiene que ser cimiento de un auténtico patriotismo. En historia del arte el criterio de considerarla como ciencia social es relativamente nuevo y aun en las universidades en que es estudiada bajo este punto de vista la estructuración metodológica de una historia social del arte es débil y las técnicas utilizadas carecen en muchos casos de rigidez. Ninguno de los grandes procedimientos estadísticos puede ser perdido de vista; son de un auténtico historiador social del arte. La antropología social tiene todo el vasto campo del desarrollo de comunidad en conductas económicas, sociales, de comunicación, informativas, de instrucción científica, médicas y de salubridad pública, religiosas, etc. Las ciencias de la comunicación han tenido un extraordinario desarrollo de tipo técnico y comercial, pero en nuestros países la investigación propiamente dicha acerca de sus problemas, puede decirse que está en pañales. Numerosos cambios en los instrumentos de comunicación y de transporte han sido introducidos sin una investigación previa. Es cierto que desde el punto de vista comercial la investigación ha sido, hasta cierto punto, seria y fidedigna: pero tales investigaciones no han sido utilizadas aún desde un punto de vista de auténtica ciencia de la comunicación y mucho menos el impacto de las comunicaciones para el desarrollo de comunidad o para otros objetivos sociales.

3.7 Relaciones con cuerpos teóricos más amplios El conocimiento o la información de los progresos teóricos de un área de fenómenos, de las técnicas y de los resultados obtenidos por medio de ellas y la vinculación, consecuente, con una estructura teórica más amplia, son condiciones preliminares como ya lo hemos dicho, para la selección de un problema auténtico de investigación. Un estudiante debe conocer con detalle las teorías y escuelas de la ciencia a que se dedica. No sólo para encontrar en ellas problemas para su estudio sino para descubrir las relaciones de un problema encontrado con las teorías ya existentes. Los libros de metodología informan, sobre todo en otros países donde la investigación

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está más adelantada, de estudios llevados a cabo utilizando determinadas técnicas y los resultados y las críticas recibidas después de ese estudio. Es otra información que el estudiante debe ir adquiriendo en las diferentes materias de su carrera. Una pregunta insistente que debe hacerse el estudiante no es únicamente qué conocimientos me da este curso, sino cuáles fueron las técnicas y los métodos por medio de los cuales se llegó a adquirir estos conocimientos. En esa forma el problema queda vinculado con una estructura teórica más amplia, y al mismo tiempo puede abrir caminos para ulteriores investigaciones. Ningún problema, por extraordinario que sea, resuelve todos los problemas del mundo: ni siquiera todos los problemas de una línea de investigación, mucho menos todos los de una ciencia. La penetración para descubrir las líneas de investigación que prologan el tema que hemos estudiado, constituyen un complemento importantísimo de la investigación. Supongamos que alguien ha elegido el problema: alcoholismo y estabilidad familiar. Ha descubierto, explicado y predicho una alta correlación entre un determinado grado de alcoholismo y la inestabilidad familiar. Ha leído y está informado respecto a las causas del alcoholismo, pero su problema ha sido estudiado exclusivamente entre pequeños agricultores y ejidatarios. La prolongación de la investigación continuaría en otros estratos sociales, como por ejemplo, obreros industriales urbanos, empleados, administradores y empresarios. En esa forma el estudio quedará más delimitado porque la conciencia de los límites de la solución del problema nos abrirá los ojos a prolongaciones ulteriores de la misma investigación.

4. La hipótesis en el trabajo científico 4.1 Hipótesis y problema Hipótesis es una proposición enunciada para responder tentativamente a un problema. Proposición es un conjunto de palabras que expresan un sujeto y sus atributos gramaticales, relacionados entre sí por un verbo. El adverbio tentativamente dice que proponemos la respuesta sin saber aún si las observaciones, hechos o datos, la comprobarán o disprobarán. Ya dijimos en la sección anterior que un problema es la pregunta que surge de la observación de un área de fenómenos. Generalmente hablando la variable independiente será el sujeto de la hipótesis y la variable dependiente uno de sus atributos.

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Ejemplo: Una investigación social está buscando las variables sociales de la mortalidad infantil. Suponemos que variables sociales no se confunden con variables económicas, con años de instrucción, sino expresan conductas familiares, de parentesco, de interrelación con los adultos del grupo, etc. Dentro de esa investigación descubro el problema: ¿el alcoholismo del padre, de la madre, o de ambos padres del niño explican en parte la mortalidad infantil? Las hipótesis pueden ser: sí o no la explican con x grado de probabilidad. El resultado de la investigación puede ser que ignoramos si existe tal correlación, pero ya no es una hipótesis, ya que tal ignorancia es la que está manifestada por el problema. La formulación exacta del problema sería: ¿la variable alcoholismo de los padres está correlacionada altamente o bajamente con la mortalidad infantil? Proponemos la hipótesis de que la mortalidad infantil está altamente correlacionada con el alcoholismo de los padres. Definimos operativamente los términos y tenemos una respuesta tentativa a nuestro problema. Si el problema fuera cuáles son las variables independientes de la mortalidad infantil, tendríamos que proponer una multitud de hipótesis que indicarían qué correlación puede descubrirse entre variables orgánicas, directas e indirectas, variables de instrucción, variables sociales, variables ecológicas (la ecología se defino como las relaciones entre el organismo y su medio ambiente), etc. Cada una de esas variables debería ser analizada expresando así una multitud de hipótesis que harían más difícil sin la investigación.

4.2 Los términos de la hipótesis Las palabras en que expresamos la respuesta al problema, requieren el análisis de operatividad, validez y fidedignidad que ya indicamos al hablar de los términos del problema y que no es necesario repetir aquí. Permítasenos, sin embargo insistir en que la clara definición de los términos de la hipótesis es una condición de importancia fundamental para el desarrollo de la investigación. Si los términos de la hipótesis carecen de operatividad, fidedignidad y validez, el investigador irá a tientas y nunca sabrá a punto fijo cuál es el objeto del trabajo que está desarrollando.

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4.3 Fórmula simbólica de una hipótesis Sin entrar en disquisiciones filosóficas, llamamos símbolo a un fenómeno que sustituye, para fines de representación, a otro fenómeno. El manejo de los símbolos, cultural o subculturalmente, está siempre sujeto a reglas que permiten una manipulación ordenada de los mismos. Cuanto es mayor el número de fenómenos representado por un símbolo, decimos que el símbolo es más general. Cuando las reglas del manejo de los símbolos han sido fidedignamente establecidas, es posible manejarlos conforme a una lógica de los mismos símbolos. Tal presupuesto es la base de la llamada lógica simbólica. Pongamos un ejemplo de formulación simbólica de una hipótesis. Elijamos la hipótesis: si aumenta el ingreso familiar y el nivel de instrucción de la persona, cuyo ingreso familiar aumenta, no ha pasado de los tres primeros años de primaria, es altamente probable que destinará una suma creciente de su ingreso al consumo de bebidas alcohólicas. Podemos representar ingreso familiar por X y su crecimiento comparativo de un momento a otro como X2 > X1; los años de instrucción inferiores o iguales a tercero de primaria como P y el incremento en el consumo de bebidas alcohólica como Y2 > Y1. La variable independiente está compuesta de dos factores: incremento en el ingreso familiar y nivel de instrucción igual o inferior a tercero de primaria. Podríamos ya simbolizarla así: si (X2 > X1) + P entonces Y2 > Y1. Los dos momentos para X2, Y2 y para X1, Y1 habría que determinarlos en años, meses, etcétera. Es posible dejar implícito el ―sí‖ y sustituir ―entonces‖ por una flecha horizontal, cuyo sentido exacto habría que determinar de antemano, pues puede significar: explica o está correlacionado o se sigue, etc. En esta forma: (X2 > X1) + P → Y2 > Y1 Aun podemos generalizar más la fórmula, aprovechando, para sustituir, las siguientes igualdades: (Vi simboliza la variable independiente; Vd la dependiente). Vi = (X2 > X1) + P Vd = Y2 > Y1

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La fórmula quedaría entonces reducida a los símbolos más generales: Vi → Vd En este pequeño ejemplo hemos utilizado los símbolos, al menos, en tres niveles de generalidad. En el primero los símbolos utilizados han sido palabras impresas: ingreso familiar, tercer año de primaria, incremento, consumo de bebidas alcohólicas, etc. Tales palabras podrían ser sustituidas por sus sinónimos, pero éstos no serían muchos. Los símbolos escritos alcanzan, sin embargo, una valiosa generalización ya que pueden ser sustituidos, en nuestro caso, por cualquier ingreso familiar: todos los ingresos familiares pueden estar representados por la expresión ingreso familiar. Lo mismo se diga de los años no superiores a cuarto de primaria y asimismo de las otras palabras. Pero en cambio al sustituir ingreso familiar en un momento dado por X1, e ingreso familiar en otro momento dado por X2, X puede representar muchas otras cosas, otras variables, que serán determinadas por el contexto. Pero si en vez de X1 y X2 utilizamos Vi por variable independiente, cualquier proposición que contenga una variable, independiente y dependiente, formulada por cualquier grupo de palabras, podremos expresarla con símbolos Vi y Vd. Este símbolo será más general que los anteriores. La manipulación de símbolos para formular una hipótesis, tiene la comodidad de representar más estrictamente el problema, aunque en realidad no tenemos reglas fijas para la manipulación de estos símbolos si no son las diferentes formas de proposiciones hipotéticas que mencionamos a continuación. Podemos entonces hablar de que la fórmula simbólica más general de una variable es aquella que contiene exclusivamente los símbolos de la variable independiente y de la variable dependiente, unidos por una flecha horizontal que simplemente expresa que al darse la variable independiente podemos predecir, sin que la fórmula simbólica introduzca el grado de probabilidad, la variable dependiente. Las proposiciones hipotéticas las hacemos preceder siempre de la partícula condicional ―si‖ para indicar que afirmamos únicamente con probabilidad la proposición y además para indicar que la variable independiente será una condición para que se dé la variable dependiente. A las veces la formulación escrita de las hipótesis aparece en proposiciones simples que aparentemente ―omite‖ la condicional. Por ejemplo: ¿cuál es la explicación de la caída del antiguamente llamado Primer Imperio Maya?; se

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responde: la falta de agua. Esta forma gramatical de expresar la respuesta, puede indicar que quien responde cree estar completamente seguro de que ésa es la explicación; como ya lo hemos dicho tantas veces, tal procedimiento es poco científico, pues existen o pueden existir otras hipótesis que tengan un grado de probabilidad y por lo tanto gramaticalmente la respuesta correcta sería: la explicación más probable es la falta de agua, pero en esta última expresión está contenida implícitamente la partícula ―si‖. La formulación concreta de la hipótesis sería: si cayó el Primer Imperio Maya fue por la falta de agua; así tenemos la hipótesis expresada en la forma general. La variable independiente es la falta de agua y la variable dependiente es la caída del Imperio Maya. En otras ocasiones la hipótesis está formulada con múltiples proposiciones. Tales proposiciones pueden indicar o simplemente una conducta que permanece constante pero que no explica la variable dependiente, o varias variables independientes que contribuyen a explicar la variable dependiente. Por ejemplo: puedo enunciar la respuesta a la pregunta sobre la caída del Primer Imperio Maya en esta forma: aun faltando agua, si hubieran rotado los cultivos no hubiera caído el Imperio Maya o puesto en enunciación positiva suprimiendo las partículas negativas ―no‖; aun faltando el agua la ignorancia de la rotación de los cultivos explica la caída del Imperio Maya. O en otra forma: la falta de agua, la carencia de nuevas tierras, las inquietudes populares, la ignorancia de la rotación de cultivos, explican la caída del Imperio Maya. En esta última proposición las variables independientes son cuatro: falta de agua; carencia de nuevas tierras; ignorancia de rotación de cultivos e inquietudes populares. La comprobación de la hipótesis pedirá no únicamente que se compruebe que influyeron las cuatro variables mencionadas, sino una investigación más estricta determinaría cuál de ellas influyó con mayor probabilidad en la caída del Imperio Maya. A las veces esta proposición es llamada también multivariable o pluricondicional. Aunque pluricondicional significa más bien que una variable independiente está encadenada a otra variable independiente que la condiciona: es una formulación implícita de varias proposiciones hipotéticas que hay que descomponer para su análisis y para su comprobación. Por ejemplo: si aumenta la productividad de una comunidad aumentará el ingreso familiar; si aumenta el ingreso familiar el poder de compra será incrementado; si el poder de compra es incrementado lograremos mejores condiciones higiénicas. La formulación general sería, si aumentamos la productividad obtendremos mejores condiciones higiénicas, pero la variable independiente está explicada por tres proposiciones distintas cada una con su variable dependiente correspondiente: si aumenta la productividad crece el ingreso familiar,

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primera hipótesis; si aumenta el ingreso familiar aumentará el poder de compra de la comunidad, segunda hipótesis; si aumenta el poder de compra de la comunidad, mejorarán las condiciones higiénicas, tercera hipótesis. Debemos hacer ejercicio de este análisis no sólo para determinar y diferenciar la variable independiente de la variable dependiente, sino para conocer más detalladamente la hipótesis que estamos investigando.

4.4 Algunas clases de proposiciones Para este análisis nos servirá analizar algunas otras clases de proposiciones hipotéticas (Zetterberg, 1963: 18). En primer lugar distingamos una proposición simbolizada: si X entonces Y, cuando X se refiere a una clase de fenómenos, y Y a otra clase de fenómenos expresados precisamente como clase, por ejemplo: si una comunidad es supersticiosa frenará su desarrollo económico. La variable independiente es superstición religiosa, la variable dependiente frenamiento del desarrollo económico. Lo más frecuente es encontrar la variable independiente y la variable dependiente simbolizando toda una proposición; los símbolos Vi, Vd, X y Y en vez de representar sustantivos con sus calificativos representarán proposiciones completas. Por ejemplo: El desempleo estacional fluctuante en agricultura de irrigación, es explicable por la deficiencia de créditos para el pequeño campesino. En realidad tal proposición podemos simbolizarla por Vi y Vd. Pero la variable dependiente no es nada más el desempleo sino es el desempleo estacional fluctuante, quiere decir equivale a la proposición, en los casos en que el desempleo estacional es fluctuante y la variable independiente, la escasez de crédito para el pequeño campesino, equivale a cuando el pequeño campesino padece escasez de créditos. Ambas son proposiciones y pueden simbolizarse con los símbolos de la fórmula general de la proposición. Al analizar una hipótesis podemos encontrarnos que en situaciones distintas la variable independiente se convierte a su vez en variable dependiente. Hablamos entonces de proposición reversible: Reversible: Si X entonces Y, pero si Y entonces X. Podemos hablar de una correlación mutua. En términos menos rígidos podemos decir: a más estudio mejores notas y a mejores notas más estudio. Quien estudia saca mejores

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notas y a su vez el sacar mejores notas lo estimula a estudiar más. Tenemos una proposición reversible. Llamamos irreversible a aquella proposición en la que si se da la variable independiente se da la variable dependiente, pero el hecho de que se dé la variable dependiente no significa que se dará también la variable independiente. Es generalmente admitido que a mayor número de años de estudio el ingreso económico será mayor, pero un gran ingreso económico no arguye muchos años de estudio, por lo tanto: proposición irreversible: Si X entonces Y; pero si Y no podemos afirmar nada de X. Las proposiciones relacionadas con la probabilidad incluyen el antiguo determinismo como un caso particular en que la probabilidad es de 100%, o sea que siempre que se da una variable independiente se dará la variable dependiente. De todos modos distingamos entre proposición determinista y proposición estocástica o probabilista. Proposición determinista: Si X siempre Y. Existen indudablemente proposiciones deterministas pero que casi vienen a ser tautológicas (que dicen lo mismo con otras palabra), por ejemplo, siempre que alguien hable articuladamente tendrá más de dos años de edad. La proposición estocástica por el contrario es la que introduce el concepto de probabilidad no necesariamente determinista o sea no necesariamente con 100% de probabilidad. Proposición estocástica: Si X probablemente Y. Si las elecciones en años anteriores han sido respetadas, probablemente aumentará el número de votantes. Hoy la tendencia científica, con fines de precisión más estricta, prefiere enunciar todas las proposiciones en términos estocásticos; la proposición estocástica tiene la ventaja, cuando se simboliza numéricamente, de formular también el número de fracasos o de éxitos y su probabilidad. En esa forma la enunciación expresa el conocimiento de la probabilidad de fracasos y de éxitos. Recuerdo que la fórmula popular de probabilidad de éxitos, es la razón del número de aciertos o éxitos sobre el número total de observaciones: E F E F Pe = -------- : Pf = -------; -------- + -------- = 100 N N N N

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Existe otro tipo de proposición llamada secuencial. Es aquella que enuncia que la variable dependiente no coincidirá en el tiempo con la variable independiente, pero que la probabilidad de que a lo largo del tiempo surja la variable dependiente es muy elevada. Proposición secuencial: si X más tarde Y. Si la infancia ha sido feliz el ajuste de la edad madura será más exitoso, en otras palabras si hay una infancia feliz, más tarde habrá un ajuste más exitoso en la vida. Distinguimos también las relaciones que hay entre la variable independiente y la variable dependiente sobre todo para analizar los conceptos de suficiente y necesario. Una variable independiente se dice que es suficiente cuando no es necesario considerar otra variable, pero tampoco dice que sólo esa variable obtendrá la variable dependiente. Proposición suficiente: si X entonces Y. Si aparece un nuevo estrato social surgirá un nuevo estilo artístico. Proposición contingente: Es aquella en que la variable dependiente dependerá de la variable independiente solamente que exista un condición. Si X entonces Y, pero solamente si Z. Un nuevo estrato social hará aparecer un nuevo estilo artístico, pero solamente si el estrato social anterior ha poseído su propio estilo. Necesaria. Es aquella proposición que enuncia no únicamente que la variable dependiente depende de la variable independiente, sino que únicamente si se da la variable independiente se dará la variable dependiente. Proposición necesaria: Si X, y sólo si X, entonces Y. Si la comunidad participa en las decisiones de los cambios sociales y sólo si la comunidad participa en esas decisiones podrá realizarse un cambio social. En realidad ésta es la única fórmula en que aparece explícita la relación definida entre las variables. Sin embargo, como en muchas ocasiones es difícil comprobar esa exclusión, existen otras formas de proposiciones de variables múltiples, etcétera. Proposición sustituible. La proposición sustituible debería llamarse más bien de variable sustituible. Es aquella en que la variable dependiente depende con probabilidad parecida de dos variables independientes distintas. Proposición sustituible: Si X entonces Y; pero también si Z entonces Y. Si un pueblo es invadido por una potencia extranjera sobrevendrá la guerra; si un

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pueblo es impedido en el desarrollo de sus mercados sobrevendrá la guerra; si alguien intenta cambiar un régimen por la violencia sobrevendrá la guerra. Proposición interdependiente. Esta proposición se refiere no únicamente a la presencia de una variable sino a los incrementos de la misma, y expresa que el incremento en la variable independiente traerá un incremento correspondiente en la variable dependiente y a su vez si la variable dependiente muestra un incremento, podrá predecirse a la vez un incremento en la variable independiente. Como se ve es una forma de correlación positiva. Proposición interdependiente: Si X cambia de X1 a X2 y X2 es igual a X1 más un incremento de X, entonces Y cambiará de Y1 a Y2 y Y2 será igual a Y1 más un incremento Y; pero si Y cambia de Y1 a Y2 y Y2 es igual Y1 más incremento Y, entonces X cambia de X1 a X2 y X2 será igual a X1 más un incremento X; si la tasa de un programa de televisión pasa de 100000 a 200000 espectadores, entonces la venta del artículo anunciado subirá de 100 a un 200%. Si las ventas de un producto anunciado en la televisión aumentan de un 100 a un 200%, entonces la tasa del auditorio del programa que lo anuncia habrá subido en un 100 por ciento.

4.5 Condiciones de la hipótesis No olvidemos que cualquier hipótesis del tipo Vi entonces Vd supone la comprobación de dos hechos; 1º. que al darse Vi se dará Vd, hablamos de una relación entre las variables; pero además que sólo si la Vi entonces Vd, sólo entonces hablamos de una determinación o exclusividad entre las variables. La relación nos indica que la variable independiente es suficiente, pero la exclusividad que la variable independiente es necesaria. En muchas comprobaciones de hipótesis es frecuente que únicamente se compruebe la relación entre las variables. Si la comprobación únicamente abarca la relación entre las variables, no sabemos si la presencia de la variable independiente no oculta o incluye otras variables u otra variable, una de las cuales será efectivamente la variable exclusiva. Mientras no se demuestra la exclusividad, podemos haber dado un paso en la explicación del problema, pero no en la predicción, ya que habrá otros casos en los cuales aparezca la variable dependiente y no aparezca la variable independiente. La exclusividad o determinación de las variables supone que hemos excluido cualquier otra variable previsible hasta llegar a una comprobación

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satisfactoria de que únicamente una variable es necesaria aunque otras puedan ser suficientes o concomitantes. Hablamos de variables concomitantes siempre que una variable dependiente aparece en presencia de varias variables independientes simultáneas, aunque algunas de esas variables en algunos casos puedan ser sustituidas por otras, pero una sola será la variable efectivamente independiente. Al hablar del método clásico para el diseño de la prueba de la hipótesis, volveremos a estudiar este punto.

4.6 Hipótesis alternativas Al responder a un problema, dado el elemento de probabilidad incluido en las hipótesis, es muy conveniente proponer otras hipótesis en que aparezcan variables independientes distintas de la primera que formulamos. Es muy difícil, por no decir imposible, que a la primera reflexión acertemos con la variable independiente de un fenómeno. Por la seguridad de nuestro trabajo, para no perder tiempo en búsquedas inútiles es conveniente esforzarnos en buscar diferentes hipótesis alternativas como respuesta a un mismo problema y escoger entre ellas cuáles y en qué orden vamos a tratar su comprobación. Por ejemplo: Una pequeña comunidad ha rechazado la introducción de nuevos tipos de semilla de frijol. Un antropólogo es consultado acerca de la explicación de este fenómeno. El problema sería por qué la comunidad X ha rechazado las semillas mejoradas de frijol. No olvidemos que la partícula interrogativa por qué equivale a cuál es la variable independiente del fenómeno X. Como el fenómeno cuya explicación buscamos es el mismo en todas las hipótesis alternativas, la variable dependiente será la misma, pero tendremos que variar la variable independiente. Por ejemplo, al problema propuesto podríamos proponer las siguientes hipótesis alternativas: Hipótesis 1: La comunidad X es supersticiosa y por eso ha rechazado las semillas mejoradas de frijol. Hipótesis 2: El cacique de la comunidad X cree perder su poder, por eso la comunidad X ha rechazado las semillas mejoradas de frijol. Hipótesis 3: El técnico que fue enviado a la comunidad X ignora la forma de tratar a la gente, por eso la comunidad X ha rechazado las semillas mejoradas de frijol.

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Hipótesis 4: La comunidad X es profundamente empírica y sólo admite aquello que ha experimentado personalmente, por eso ha rechazado las semillas mejoradas de frijol. La lista de hipótesis podría continuarse casi indefinidamente tomando en cuenta diferentes tipos de conductas, de instituciones, de personas, que pudieran explicar el rechazo de las semillas mejoradas de frijol. Cuando tenemos varias hipótesis alternativas es posible que descubramos un caso de variables concomitantes. Pero también es posible que advirtamos que entre ellas hay algunas más probables. Por ejemplo, si una observación preliminar nos informa que la comunidad X ha admitido sin dificultad cambios técnicos de mayor importancia, por ejemplo, la luz eléctrica y el radio de transistores, podemos dudar después de esa observación que la hipótesis 1 sea la más probable. Esa misma observación nos enseña que la hipótesis 4 tampoco tiene un alto grado de probabilidad ya que la comunidad no había tenido experiencia anterior ni de la luz eléctrica ni de los radios de transistores. Nos quedarían por comprobar la hipótesis 2 y la hipótesis 3. La observación inicial nos ha informado de la influencia y maquinaciones del cacique para defender sus intereses; podemos pensar que esa hipótesis tiene una más alta probabilidad de éxito.

4.7 Hipótesis nula El concepto de hipótesis nula lo tomamos de la estadística. En la llamada inferencia estadística, o sea en el uso de estadísticas de muestras pequeñas para inferir características de los parámetros de una población, la hipótesis nula es una hipótesis formulada para ser rechazada como que el resultado de la estadística de la muestra se debe únicamente a la casualidad, en otras palabras, no corresponde a la población de la que fue tomada la muestra. Este concepto en el estudio de las hipótesis puede generalizarse en el sentido de que no perdamos de vista la posibilidad de que la hipótesis que hemos propuesto sea únicamente resultado de la casualidad. El diseño de la prueba debe excluir que los resultados de la observación sean una casualidad y a la vez fortalecernos en la seguridad de que no hemos rechazado una hipótesis verdadera admitiendo una hipótesis falsa.

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4.8 Hipótesis de trabajo Con ese nombre denominamos hipótesis propuestas provisionalmente para la investigación, en una etapa anterior al lanzamiento de la investigación definitiva. El concepto heurístico y el concepto programático tienen también relación con las hipótesis. Un estudio programático es aquel en que se enuncian ordenadamente una serie de problemas y se proponen a la vez para cada problema una o varias hipótesis, pero sin emprender aún el diseño de la prueba para la comprobación o disprobación de tales hipótesis. El vocablo ―heurístico‖, podemos traducirlo al castellano como ―para encontrar algo‖; un estudio heurístico es aquel en que se propone una hipótesis para fines de hallazgo de otras hipótesis más generales o sugestivas.

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1. El enfoque científico La ciencia es un estilo de pensamiento y de acción: precisamente el más reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos. Como ante toda creación humana, tenemos que distinguir en la ciencia entre el trabajo –investigación– y su producto final, el conocimiento. En este capítulo consideraremos tanto los esquemas generales de la investigación científica –el método científico– cuanto su objetivo.

1.1 Conocimiento: ordinario y científico Una investigación científica arranca con la percepción de que el acervo de conocimiento disponible es insuficiente para manejar determinados problemas. No empieza con un borrón y cuenta nueva, porque la investigación se ocupa de problemas, y no es posible formular una pregunta –por no hablar ya de darle respuesta– fuera de algún cuerpo de conocimiento: sólo quienes ven pueden darse cuenta de que falta algo. Parte del conocimiento previo de que arranca toda investigación es conocimiento ordinario, esto es, conocimiento no especializado, y parte de él es conocimiento científico, o sea, se ha obtenido mediante el método de la ciencia y puede volver a someterse a prueba, enriquecerse y, llegado el caso, superarse mediante el mismo método. A medida que progresa, la Investigación corrige o hasta rechaza porciones del acervo del conocimiento ordinario. Así se enriquece este último con los resultados de la ciencia: parte del sentido común de hoy día es resultado de la investigación científica de ayer. La ciencia, en resolución, crece a partir del conocimiento común y le rebasa con su crecimiento: de hecho, la investigación científica empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el conocimiento ordinarios dejan de resolver problemas o hasta de plantearlos. La ciencia no es una mera prolongación ni un simple afinamiento del conocimiento ordinario, en el sentido en que el microscopio, por ejemplo, amplía el ámbito de la visión. La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: trata primariamente, aunque no exclusivamente, de acaecimientos inobservables e insospechados por el lego no educado; tales son, por ejemplo, la evolución de las estrellas y la duplicación de los cromosomas: la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá del conocimiento común, tales como las leyes de la mecánica cuántica o las de los reflejos

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condicionados; y somete esos supuestos a contrastación con la experiencia con ayuda de técnicas especiales, como la espectroscopia o el control del jugo gástrico, técnicas que, a su vez, requieren teorías especiales. Consiguientemente, el sentido común no puede ser juez autorizado de la ciencia, y el intento de estimar las ideas y los procedimientos científicos a la luz del conocimiento común u ordinario exclusivamente es descabellado: la ciencia elabora sus propios cánones de validez y, en muchos temas, se encuentra muy lejos del conocimiento común, el cual va convirtiéndose progresivamente en ciencia fósil. Imaginémonos a la mujer de un físico rechazando una nueva teoría de su marido sobre las partículas elementales porque esa teoría no es intuitiva, o a un biólogo que se aferrara a la hipótesis de la naturaleza hereditaria de los caracteres adquiridos simplemente porque esa hipótesis coincide con la experiencia común por lo que hace a la evolución cultural. Parece estar clara la conclusión que deben inferir de todo eso los filósofos: no intentemos reducir la ciencia a conocimiento común, sino aprendamos algo de ciencia antes de filosofar sobre ella. La discontinuidad radical entre la ciencia y el conocimiento común en numerosos respectos y, particularmente por lo que hace al método, no debe, de todos modos, hacernos ignorar su continuidad en otros respectos, por lo menos si se limita el concepto de conocimiento común a las opiniones sostenidas por lo que se suele llamar sano sentido común o, en otras lenguas, buen sentido. Efectivamente, tanto el sano sentido común cuanto la ciencia aspiran a ser racionales y objetivos: son críticos y aspiran a coherencia (racionalidad), e intentan adaptarse a los hechos en vez de permitirse especulaciones sin control (objetividad). Pero el ideal de racionalidad, a saber, la sistematización coherente de enunciados fundados y contrastables, se consigue mediante teorías, y éstas son el núcleo de la ciencia, más que del conocimiento común, acumulación de piezas de información laxamente vinculadas. Y el ideal de la objetividad –a saber, la construcción de imágenes de la realidad que sean verdaderas e impersonales– no puede realizarse más que rebasando los estrechos límites de la vida cotidiana y de la experiencia privada, abandonando el punto de vista antropocéntrico, formulando la hipótesis de la existencia de objetos físicos más allá de nuestras pobres y caóticas impresiones, y contrastando tales supuestos por medio de la experiencia intersubjetiva (transpersonal) planeada e interpretada con la ayuda de teorías. El sentido común no puede conseguir más que una objetividad limitada porque está demasiado estrechamente vinculado a la percepción y a la acción, y cuando las rebasa

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lo hace a menudo en la forma del mito: sólo la ciencia inventa teorías que, aunque no se limitan a condensar nuestras experiencias, pueden contrastarse con ésta para ser verificadas o falsadas. Un aspecto de la objetividad que tienen en común el buen sentido y la ciencia es el naturalismo, o sea, la negativa a admitir entidades no naturales (por ejemplo, un pensamiento desencarnado) y fuentes o modos de conocimiento no naturales (por ejemplo, la intuición metafísica). Pero el sentido común, reticente como es ante lo inobservable, ha tenido a veces un efecto paralizador de la imaginación científica. La ciencia, por su parte no teme a las entidades inobservables que supone hipotéticamente, siempre que el conjunto hipotético pueda mantenerse bajo su control: la ciencia, en efecto, tiene medios muy peculiares (pero nada esotéricos ni infalibles) para someter a contraste o prueba dichos supuestos. Una consecuencia de la vigilancia crítica y de la recusación naturalista de los modos de conocimientos esotéricos es el falibilismo, o sea, el reconocimiento de que nuestro conocimiento del mundo es provisional e incierto –lo cual no excluye el progreso científico, sino que más bien lo exige–. Los enunciados científicos, igual que los de la experiencia común, son opiniones, pero opiniones ilustradas (fundadas y contrastables) en vez de dicta arbitrarios o charlas insusceptibles de contrastación o prueba. Lo único que puede probarse hasta quedar más allá de toda duda razonable son o bien teoremas de la lógica y la matemática, o bien enunciados fácticos triviales (particulares y de observación) como "este volumen es pesado". Los enunciados referentes a la experiencia inmediata no son esencialmente incorregibles, pero rara vez resultan dignos de duda: aunque son también conjeturas, en la práctica los manejamos como si fueran certezas. Precisamente por esa razón son científicamente irrelevantes: si puede manejarlos de un modo suficiente el sentido común, ¿por qué apelar a la ciencia? Ésta es la razón por la cual no existe una ciencia de la mecanografía ni de la conducción de automóviles. En cambio, los enunciados que se refieren a algo más que la experiencia inmediata son dudosos y, por tanto, vale la pena someterlos varias veces a contrastación y darles un fundamento. Pero en la ciencia la duda es mucho más creadora que paralizadora: la duda estimula la investigación, la búsqueda de ideas que den razón de los hechos de un modo cada vez más adecuado. Así se produce un abanico de opiniones científicas de desigual peso: unas de ellas están mejor fundadas y más detalladamente contrastadas que otras. Por eso

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el escéptico tiene razón cuando duda de cualquier cosa en particular, y yerra cuando duda de todo en la misma medida. Dicho brevemente: las opiniones científicas son racionales y objetivas como las del sano sentido común: pero mucho más que ellas. ¿Y qué es entonces –si algo hay– lo que da a la ciencia su superioridad sobre el conocimiento común? No, ciertamente, la sustancia o tema, puesto que un mismo objeto puede ser considerado de modo no científico, o hasta anticientífico, y según el espíritu de la ciencia. La hipnosis, por ejemplo, puede estudiarse de un modo acientífico, como ocurre cuando se describen casos sin la ayuda de la teoría ni del experimento. También puede considerarse como un hecho súper-normal o hasta sobrenatural, que no implica ni a los órganos de los sentidos ni al sistema nervioso, o sea, como resultado de una acción directa de mente a mente. Por último, puede plantearse el estudio de la hipnosis científicamente, esto es, construyendo conjeturas acerca del mecanismo fisiológico subyacente al comportamiento hipnótico y controlando o contrastando dichas hipótesis en el laboratorio. En principio, pues, el objeto o tema no es lo que distingue a la ciencia de la no-ciencia, aunque algunos problemas determinados –por ejemplo, el de la estructura de la materia– difícilmente puedan formularse fuera de un contexto científico. Si la "sustancia" (objeto) no puede serlo distintivo de toda ciencia, entonces tienen que serlo la "forma" (el procedimiento) y el objetivo: la peculiaridad de la ciencia tiene que consistir en el modo como opera para alcanzar algún objetivo determinado, o sea, en el método científico y en la finalidad para la cual se aplica dicho método. (Prevención: 'método científico' no debe construirse como nombre de un conjunto de instrucciones mecánicas e infalibles que capacitaran al científico para prescindir de la imaginación; no debe interpretarse tampoco como una técnica especial para el manejo de problemas de cierto tipo). El enfoque científico, pues, está constituido por el método científico y por el objetivo de la ciencia. Echemos un vistazo al enfoque científico, pero no sin aplicar antes nuestras capacidades a alguno de los siguientes problemas. Problemas  Escritores y humanistas se lamentan con cierta frecuencia de que la ciencia deshumaniza porque elimina los elementos llamados humanos. Examínese esta opinión.

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¿Es la ciencia objetiva hasta el punto de excluir puntos de vista? ¿O más bien se limita a no autorizar sino la consideración de puntos de vista que estén fundados de alguna manera y sean contrastables, sometibles a prueba? Puede verse una reciente crítica del "mito" según el cual la ciencia es objetiva en R. Rorty, Objectivity, Relativism, and Truth (Cambridge, Cambridge University Press. 1991). Para un contraataque, véase N. Rescher, Objectivity (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1997). Indicación: téngase clara la distinción entre la psicología de la investigación –que se ocupa de los motivos, las tendencias, etc., de cada investigador– y la metodología de la investigación. Cf. K. R. Popper, The Open Society and its Enemies, 4a. ed., Londres, Routledge and Kegan Paul, 1962, cap. 23.

 Examínese la difundida opinión, sostenida por filósofos como Karl Jaspers, de que las conclusiones de la investigación científica son conclusiones propiamente dichas, esto es, últimas y ciertas. Problema estudiable en vez de ése: esbócese la historia de la opinión de que la ciencia genuina es infalible.  Dilucidar los conceptos de opinión, creencia, convicción y conocimiento. Problema en vez del anterior: ¿Existe alguna relación lógica entre naturalismo (que es una doctrina ontológica) y contrastabilidad (que es una propiedad metodológica de ciertos enunciados, la propiedad de poder ser sometidos a prueba)? En particular: ¿es el naturalismo condición necesaria, suficiente, necesaria y suficiente o ninguna de esas cosas para la contrastabilidad? Indicaciones: Distíngase entre contrastabilidad de principio (contrastación concebible) y contrastabilidad efectiva (la propiedad que tiene un enunciado de ser susceptible de contrastación con los medios existentes); búsquense contraejemplos para las primeras tres tesis, o sea: "C → N", "N → C" y "N ↔ C".  La filosofía tradicional ha conservado la importante distinción establecida por Platón (Menón, 97; República, v 477, 478; Timeo, 29, etc.) entre opinión o creencia (dóxa) y conocimiento cierto o ciencia (epistéme). Según Platón, la opinión es característica del vulgo, por lo que hace a todo tema, pero es, además, lo único que puede conseguirse respecto de las cosas fugaces (los objetos físicos), que no son en un sentido completo, puesto que nacen, cambian y perecen; sólo los objetos eternos (las ideas) pueden ser objeto de conocimiento

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perfecto. Discútase esta opinión, precisando su pertinencia si la tiene, para la ciencia formal y la ciencia factual.  Explicitar las semejanzas y las diferencias entre el conocimiento común y el conocimiento científico. Problema en lugar de ése: Dado que el pensamiento científico es innatural, o sea, se consigue con dificultad y sólo por una parte de la humanidad, imagínese lo que sería de la investigación científica después de que una guerra nuclear hubiera destruido todos los centros científicos.  Discútase la opinión según la cual la ciencia no es más que una continuación sistemática del conocimiento ordinario. Para información sobre dicho punto de vista véase, por ejemplo, R. Carnap. ''Logical Foundations of the Unity of Science", en International Encyclopedia of Unified Science, Chicago, University of Chicago Press, 1938, i, p. 45, y A. J. Ayer, Language, Truth, and Logic, 2a. ed., Londres, Gollancz, 1953, p. 49.  Filósofos de varias corrientes, desde ciertos escolásticos medievales, pasando por los realistas escoceses del sentido común, hasta el filósofo del lenguaje, G. E. Moore, han reivindicado para el sentido común el derecho a estimar las teorías científicas. Análogamente, algunos científicos han combatido la genética, la física relativista y las teorías cuánticas por chocar con el sentido común. Discútase este fenómeno. Problema en lugar del anterior: la libertad de opinión incluye el derecho de cada cual a criticar y hasta ridiculizar lo que sea. Pero la libertad de la investigación –que está asociada a la de opinión– puede ser obstaculizada por una opinión pública que le sea hostil. ¿Puede resolverse este problema?  Ludwig Wittgenstein y los filósofos del Círculo de Viena han sostenido que el criterio de distinción entre ciencia y no-ciencia (especialmente la metafísica) es el tener-sentido de los enunciados que constituyen la ciencia. Según esto, un análisis del sentido bastaría para decidir si una disciplina es científica o no. Examínese esa opinión y véase si no asciende a ciencia el arte de la encuadernación de libros o la contabilidad. Propónganse criterios propios de distinción entre ciencia y no-ciencia.  G. W. F. Hegel y otros filósofos han sostenido que toda ciencia, excepto la filosofía, tiene la ventaja de poder presuponer o bien su objeto o

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bien la marcha ulterior de la investigación. ¿Es verdad que estén dados por anticipado el objeto y el método especial de toda ciencia? Sugerencia: búsquense contraejemplos (excepciones).

1.2 El método científico Un método es un procedimiento para tratar un conjunto de problemas. Cada clase de problemas requiere un conjunto de métodos o técnicas especiales. Los problemas del conocimiento, a diferencia de los del lenguaje o los de la acción, requieren la invención o la aplicación de procedimientos especiales adecuados para los varios estadios del tratamiento de los problemas, desde el mero enunciado de éstos hasta el control de las soluciones propuestas. Ejemplos de tales métodos especiales (o técnicas especiales) de la ciencia son la triangulación (para la medición de grandes distancias) o el registro y análisis de radiaciones cerebrales (para la objetivación de estados del cerebro). Cada método especial de la ciencia es, pues, relevante para algún estadio particular de la investigación científica de problemas de cierto tipo. En cambio, el método general de la ciencia es un procedimiento que se aplica al ciclo entero de la investigación en el marco de cada problema de conocimiento. Lo mejor para darse cuenta de cómo funciona el método científico consiste en emprender, con actitud inquisitiva, alguna investigación científica lo suficientemente amplia como para que los métodos o las técnicas especiales no oscurezcan la estructura general. (El convertirse en especialista de algún estadio del trabajo científico, como la medición, por ejemplo, no basta, ni mucho menos, para conseguir una visión clara del método científico; aún más, eso puede sugerir la idea de que hay una pluralidad de métodos inconexos más que una sola estructura metódica subyacente a todas las técnicas.) Otro buen camino, inmediatamente después del anterior, consiste en familiarizarse con algún sector o pieza de la investigación, no precisa y solamente con su resultado, más o menos caduco, sino con el proceso entero, a partir de las cuestiones que desencadenaron inicialmente la investigación. Supongamos que nos planteamos la pregunta siguiente: ―¿Por qué diversos grupos humanos utilizan lenguajes más o menos diferentes?" Una respuesta sencilla a esa pregunta –esto es, una explicación de la generalización empírica según la cual diversos grupos humanos tienden a hablar de modos

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diversos– se encuentra en mitos como, por ejemplo, el de la diversidad originaria de lenguas ya cristalizadas desde el principio. Un investigador científico de ese problema no prestaría gran fe a explicaciones sencillas de ese tipo, y empezaría por examinar críticamente el problema mismo. De hecho, aquella pregunta presupone una generalización empírica que puede necesitar afinación: ¿Qué grupos son los que hablan de modos diversos? ¿Grupos étnicos, grupos sociales, grupos profesionales? Sólo una investigación preliminar de esta cuestión previa puede permitirnos una formulación más precisa de nuestro primer problema. Una vez hallado ese enunciado más preciso del problema, se ofrecerá una serie de conjeturas: algunas referentes a la determinación geográfica de las diferencias lingüísticas, otras a los factores biológicos, otras a los factores sociales, etc. Esos Varios supuestos serán entonces contrastados examinando sus consecuencias observables. Así, por ejemplo, si el tipo de trabajo es efectivamente un determinante principal de las diferencias lingüísticas (hipótesis), entonces los grupos profesionales compuestos por individuos que en todo lo demás son semejantes deben hablar dialectos distintivos (consecuencia sometible a contrastación con la experiencia). Entonces hay que reunir cierto número de datos para poder averiguar cuál de las conjeturas es verdadera –si es que alguna de ellas lo es–. Y, si es posible, los datos tendrán que ser científicamente certificables, esto es obtenidos y controlados si es necesario por medios científicos. Por ejemplo: habrá que estudiar muestras casuales de grupos profesionales, con objeto de minimizar los efectos de una posible tendencia en la elección de los sujetos. Entonces se estimarán los méritos de las varias hipótesis propuestas, y en ese proceso de estimación surgirán acaso nuevas conjeturas. Por último, si la investigación ha sido cuidadosa e imaginativa, la solución del problema inicial hará surgir un nuevo conjunto de otros problemas. De hecho, las piezas de investigación más importantes, al igual que los mejores libros, son las más capaces de desencadenar nuevo pensamiento, y no precisamente las tendentes a llevar el pensamiento al reposo. En el anterior ejemplo podemos distinguir los estadios principales del camino de la investigación científica, esto es, los pasos principales de la aplicación del método científico. Distinguimos, efectivamente, la siguiente serie ordenada de operaciones: 1. Enunciar preguntas bien formuladas y verosímilmente fecundas.

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2. Arbitrar conjeturas, fundadas y contrastables con la experiencia, para contestar a las preguntas. 3. Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas. 4. Arbitrar técnicas para someter las conjeturas a contrastación. 5. Someter a su vez a contrastación esas técnicas para comprobar su relevancia y la fe que merecen. 6. Llevar a cabo la contrastación e interpretar sus resultados. 7. Estimar la pretensión de verdad de las conjeturas y la fidelidad de las técnicas. 8. Determinar los dominios en los cuales valen las conjeturas y las técnicas, y formular los nuevos problemas originados por la investigación. Este ciclo se representa esquemáticamente en la figura 1.1.

Consecuencias contrastables

FIGURA 1.1. Un ciclo de investigación. La importancia de la investigación científica se mide por los cambios que acarrea en nuestro cuerpo de conocimientos y/o por los nuevos problemas que suscita.

¿Existen reglas que guíen la ejecución adecuada de las operaciones que hemos indicado? O sea: ¿hay instrucciones concretas para tratar los problemas científicos? Seguramente hay algunas, aunque nadie ha establecido nunca una lista que las agote y aunque todo el mundo deba resistirse a hacerlo, escarmentado por el fracaso de los filósofos que, desde Bacon y Descartes, han pretendido conocer las reglas infalibles de la

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dirección de la investigación. Pero, a título de mera ilustración, vamos a enunciar y ejemplificar algunas reglas muy obvias del método científico; otras reglas se encontrarán dispersas por el resto del volumen. R1. Formular el problema con precisión y, al principio, específicamente. Por ejemplo, no preguntar genéricamente "¿Qué es el aprendizaje?", sino plantear una cuestión bien determinada, tal como: "¿Cómo aprenden los ratones albinos a solucionar problemas de laberintos? ¿Gradualmente o por pequeños saltos?" R2. Proponer conjeturas bien precisas y fundadas de algún modo, y no suposiciones que no comprometan en concreto, ni tampoco ocurrencias sin fundamento visible: hay que arriesgar hipótesis que afirmen la existencia de relaciones bien definidas y entre variables netamente determinadas, sin que esas hipótesis estén en conflicto con lo principal de nuestra herencia científica. Por ejemplo: no hay que contentarse con suponer que es posible el aprendizaje con sólo proponer al animal experimental un único ensayo o intento; mejor es suponer con precisión, por ejemplo, que el aprendizaje por un solo intento, tratándose de orientación en un laberinto en forma de T, tiene tal o cual determinada probabilidad. R3. Someter las hipótesis a contrastación dura, no laxa. Por ejemplo, al someter a contrastación la hipótesis sobre el aprendizaje con un solo intento, no se debe proponer al animal sujeto alguna tarea para la cual ya esté previamente preparado, ni tampoco se deben pasar por alto los resultados negativos: hay que proponer al sujeto experimental tareas completamente nuevas, y hay que aceptar toda la evidencia negativa. R4. No declarar verdadera una hipótesis satisfactoriamente confirmada; considerarla, en el mejor de los casos, como parcialmente verdadera. Por ejemplo, si se ha obtenido una generalización empírica relativa a las probabilidades de aprendizaje de una determinada tarea con un solo ensayo, con otro ensayo, y así sucesivamente, hay que seguir considerando la afirmación como corregible por la investigación posterior. R5. Preguntarse por qué la respuesta es como es, y no de otra manera: no limitarse a hallar generalizaciones que se adecúen a los datos, sino intentar explicarlas a base de leyes más fuertes. Por ejemplo,

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plantearse el problema de hallar los mecanismos nerviosos que den razón del aprendizaje a la primera presentación de la tarea al sujeto: esto supondrá complementar la investigación conductista que se estaba realizando con una investigación biológica. Esas y otras reglas del método científico están muy lejos de ser infalibles y de no necesitar ulterior perfeccionamiento: han ido cristalizando a lo largo de la investigación científica y son –esperémoslo– aún perfectibles. Además, no debemos esperar que las reglas del método científico puedan sustituir a la inteligencia por un mero paciente adiestramiento. La capacidad de formular preguntas sutiles y fecundas, la de construir teorías fuertes y profundas y la de arbitrar contrastaciones empíricas finas y originales no son actividades orientadas por reglas: si lo fueran, como han supuesto algunos filósofos, todo el mundo podría llevar a cabo con éxito investigaciones científicas, y las máquinas de calcular podrían convertirse en investigadores, en vez de limitarse a ser lo que son, instrumentos de la investigación. La metodología científica es capaz de dar indicaciones y suministra de hecho medios para evitar errores, pero no puede suplantar a la creación original, ni siquiera ahorrarnos todos los errores. Las reglas del correcto comportamiento en la mesa son más o menos convencionales y locales; consecuentemente, sería difícil confirmarlas o refutarlas de un modo objetivo, aunque sin duda son explicables por causas sociales e históricas. Pero, ¿qué decir del comportamiento investigador, esto es, de las reglas de la investigación científica? Esas reglas son claramente universales: no hay efectivamente nada tan universal como la ciencia, ni siquiera la filosofía. Pero ¿son además justificables? Sin duda tienen una justificación pragmática: aunque no son infalibles, no conocemos otras reglas que sean más adecuadas para conseguir la meta de la ciencia: la construcción de los modelos conceptuales de las pautas de las cosas con la mayor verdad posible. Pero ésa es sin duda una justificación bastante pobre. En primer lugar, porque la aplicación del método científico no da, en el mejor de los casos, sino aproximaciones a la verdad. En segundo lugar, porque una regla que está justificada así por su éxito, pero no está integrada en el cuerpo del conocimiento científico, queda como colgada en el aire, y no puede deshacer concluyentemente la pretensión de los procedimientos nocientíficos –como la adivinación, por ejemplo– para el progreso del conocimiento. Dicho de otro modo: nos gustaría contar con una justificación teórica del método científico, además de con su justificación pragmática.

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Entenderemos por justificación teórica de una regla (o norma, prescripción o instrucción): (i) la convalidación de los presupuestos de la regla, o sea la confirmación de que lo que la regla toma como dado es coherente con las leyes conocidas; y (ii) la comprobación de que la regla dada es compatible con los demás miembros del conjunto de reglas, en este caso, con el método científico. Dicho brevemente: consideraremos que una regla está justificada teóricamente si y sólo si es a la vez fundada y sistemática (sistemática = miembro de un sistema consistente de reglas). En el caso de las reglas del método científico deseamos que integren un sistema de normas basado en, o, al menos, compatible con, las leyes de la lógica y las leyes de la ciencia, no sólo con los desiderata de la investigación. Así, la regla que manda "formular el problema con precisión" presupone claramente que no hay que buscar más que respuestas únicas (aunque puedan ser complejas, tener varios miembros): si fuera aceptable una pluralidad de supuestos recíprocamente incompatibles, no se habría estipulado la condición de precisión del problema. Por su parte, el desiderátum de la solución única está exigido por el principio lógico de nocontradicción. En este punto puede detenerse la tarea de justificación de esa regla, porque la investigación científica presupone los principios de la lógica, no los discute. (Cf. sec. 5.9.) La justificación de otras reglas del método científico será más difícil y puede suponer complicados problemas filosóficos –como el de si el análisis científico de un todo lo disuelve sin aclararlo–, pero, de un modo u otro, hay que suministrar esa justificación, y el trabajo al respecto promete ser de interés. Desgraciadamente, no se ha intentado aún dar una justificación teorética de las reglas del método científico. La metodología científica sigue encontrándose en un estadio descriptivo, preteorético. Muy responsable de este descuido parece ser el tácito supuesto de que todo lo que da resultado es bueno, curiosa suposición en el caso del método científico, del que empieza por admitirse que no da resultados perfectos. En cualquier caso, éste es un problema interesantísimo para los filósofos que se preocupan por la ciencia viva. Los científicos no se han preocupado mucho por la fundamentación ni por la sistematicidad de las reglas del procedimiento científico: ni siquiera se preocupan por enunciar explícitamente todas las reglas que usan. De hecho, las discusiones de metodología científica no parecen ser animadas más que en los comienzos de cada ciencia: por lo menos, tal fue el caso de la astronomía en tiempos de Ptolomeo, de la física en los de Galileo, y hoy de la

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psicología y la sociología. En la mayoría de los casos los científicos adoptan una actitud de ensayo y error respecto de las reglas de la investigación, y las que les resultan eficaces se incluyen sin más en la rutina cotidiana de la investigación, tan implícitamente que la mayoría de los científicos ni las registran conscientemente. Nadie, por lo visto, llega a ser consciente en cuestiones metodológicas hasta que el método dominante en el momento resulta fracasar. El método científico y la finalidad a la cual se aplica (conocimiento objetivo del mundo) constituyen la entera diferencia que existe entre la ciencia y la no-ciencia. Además, tanto el método como el objetivo son de interés filosófico: por tanto, resulta injustificable el pasarlos por alto. Con esto no se trata de ignorar que una metodología tácita, pero sana, es mejor que una metodología explícita y mala. Hay que subrayar esto en unos tiempos como los nuestros, en los que las revistas de psicología y de sociología dedican muchísimo espacio a discusiones metodológicas que en el fondo se proponen hallar el mejor procedimiento para paralizar la investigación prohibiendo el uso de conceptos que no se apliquen directamente a rasgos observables. Frente a prescripciones metodológicas tan dogmáticas y estériles (y teóricamente injustificadas), lo mejor es tener presente la que acaso sea la única regla de oro del trabajo científico: Audacia en el conjeturar, rigurosa prudencia en el someter a contrastación las conjeturas. Resumamos. El método científico es un rasgo característico de la ciencia, tanto de la pura como de la aplicada: donde no hay método científico no hay ciencia. Pero no es ni infalible ni autosuficiente. El método científico es falible: puede perfeccionarse mediante la estimación de los resultados a los que lleva y mediante el análisis directo. Tampoco es autosuficiente: no puede operar en un vacío de conocimiento, sino que requiere algún conocimiento previo que pueda luego reajustarse y elaborarse; y tiene que complementarse mediante métodos especiales adaptados a las peculiaridades de cada tema. Ahora vamos a atender a esas técnicas. Problemas

 Comentar la siguiente caracterización del método (en general) dada

por la famosa Lógica de Port Royal (1662), en Grammaire générale [de Port Royal], París, Delalain, 1830, p. 524: ''En general podemos llamar método al arte de disponer la sucesión de los pensamientos ya para descubrir la verdad que ignoramos, ya para probarla a otros cuando la conocemos." El arte del descubrimiento de la verdad se describía

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como análisis, o método de resolución; y el arte de mostrar la verdad a los demás se describía como síntesis, o método de composición. Problema en lugar de ése: ¿Por qué a comienzos de la era moderna se buscó tan insistentemente un nuevo método para el descubrimiento de la verdad? ¿Tuvieron éxito las nuevas propuestas (como la recolección de datos aconsejada por Bacon y la deducción, propuesta por Descartes, a partir de principios a priori claros y distintos)?

 Examinar la caracterización general del método dada por H. Mehlberg,

The Reach of Science, Toronto. University of Toronto Press, 1958, p. 67: "Un método es la enunciación de un conjunto de enunciados que describen una secuencia repetible de operaciones, tal que toda secuencia particular de operaciones así descrita puede permitir a todo individuo o grupo humano producir, infaliblemente o en una apreciable proporción de casos, un hecho repetible llamado el objetivo del método [...] Si el objetivo del método es siempre un hecho que ocurre en algún objeto individual, se dice que el método es aplicado a ese objeto. Así, para clavar un clavo en un trozo de madera, se puede golpear la cabeza del clavo con un martillo varias veces sucesivas. El método consiste, pues, en una secuencia repetible de golpes ejecutados con el martillo de un modo que se especifica; el objetivo del método es la introducción de un clavo en un trozo de madera; el objeto del método es cualquier sistema compuesto por un clavo y un trozo de madera." ¿Puede decirse todo eso del método de la ciencia?

 Comentar la caracterización –por J. Dewey– del método científico como "un método para alterar las creencias de los hombres por medio de la investigación contrastada y por medio de la consecución de creencias". Cf. "A Common Faith", en D. Bronstein, Y. H. Krikorian y P. Wiener (eds.), Basic Problems of Philosophy, Englewood Cliffs, N. J., Prentice Hall, Inc, 1955, p. 447.

 ¿Es propiamente un método el procedimiento que suele llamarse de

"ensayo y error"? Distíngase claramente entre la clase de procedimientos por ensayo y error, planteamientos de sí o no respecto de la presencia de un hecho, y el examen metódico de posibilidades (por ejemplo, de hipótesis).

 Determinar cuál de las actividades siguientes y disciplinas utilizan el

método de la ciencia (si lo emplea alguna): la espeleología

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(exploración y descripción de simas), la observación y descripción de astros, la observación y descripción de aves, la organización de colecciones de plantas y animales, su distribución enjaulas, el diagnóstico de la personalidad mediante técnicas que carezcan de justificación pragmática y/o teorética, la programación y la operación de las calculadoras.

 Analizar y ejemplificar los varios estadios del procedimiento de un médico de medicina general ante un paciente.

 ¿Está teoréticamente justificado el sacrificio como método para producir lluvia o para aprobar los exámenes?

 Examinar el método empleado por A. M. Ampère para establecer su

ley de acción mutua de las corrientes eléctricas. Cf. su memoria del 10 de junio de 1822 en Mémoires sur l’électromagnétisme et l’électrodynamique, París. Gauthier Villars, s. a., especialmente pp. 7677. Problema en lugar de ése: estudiar la posibilidad de hallar una metodología general (praxiología) que se aplicara a todo tipo de trabajo, ya fuera intelectual, ya físico. Cf. Kotarbinski, "De la notion de méthode", en Revue de métaphysique et de morale, 62, 187, 1957.

 Hasta hace muy poco, todo el mundo consideraba como indiscutible

que la regla principal del método científico era la siguiente: "Las variables relevantes deben modificarse una a la vez." Se suponía que sólo de este modo era posible un control efectivo de los diversos factores que intervienen en un problema. Pero en la cuarta década de este siglo quedó claro finalmente que nunca tenemos un conocimiento completo de todas las variables relevantes, y que, aunque lo tuviéramos, no podríamos alterar una en un momento dado, congelando al mismo tiempo, por así decirlo, todas las demás, pues hay entre algunas de ellas relaciones constantes (leyes). Se planearon, consiguientemente, experimentos que suponían cambios simultáneos de los valores de cierto número de variables (posiblemente, en interacción), y a esto se llamó esquema factorial. Cf. R. A. Fisher, The Design of Experiments, 6a. ed., Londres, Oliver and Boyd, 1951. Inferir alguna consecuencia acerca de la mutabilidad del método científico.

 Examinar si los siguientes procedimientos se utilizan en la ciencia y, caso

afirmativo, en qué medida: 1. Los varios métodos de deducción. 2. La inducción. 3. El método hipotético-deductivo, o sea, el procedimiento

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que consiste en establecer hipótesis y explicitar sus consecuencias lógicas. 4. La duda metódica de Descartes (que debe distinguirse de la duda sistemática de los escépticos). 5. El método fenomenológico de Husserl. 6. El método dialéctico de Hegel. 7. La comprensión empática o vivencial (Verstehen) de Dilthey.

1.3 Las ramas de la ciencia Diferenciando entre el método general de la ciencia y los métodos especiales de las ciencias particulares hemos aprendido lo siguiente: primero, que el método científico es un modo de tratar problemas intelectuales, no cosas, ni instrumentos, ni hombres; consecuentemente, puede utilizarse en todos los campos del conocimiento. Segundo, que la naturaleza del objeto en estudio dicta los posibles métodos especiales del tema o campo de investigación correspondiente: el objeto (sistema de problemas) y la técnica van de la mano. La diversidad de las ciencias está de manifiesto en cuanto que atendemos a sus objetos y sus técnicas; y se disipa en cuanto que se llega al método general que subyace a aquellas técnicas. La diferencia primera y más notable entre las varias ciencias es la que se presenta entre ciencias formales y ciencias fácticas, o sea, entre las que estudian ideas y las que estudian hechos. La lógica y la matemática son ciencias formales: no se refieren a nada que se encuentre en la realidad, y, por tanto, no pueden utilizar nuestros contactos con la realidad para convalidar sus fórmulas. La física y la psicología se encuentran en cambio entre las ciencias fácticas: se refieren a hechos que se supone ocurren en el mundo, y, consiguientemente, tienen que apelar a la experiencia para contrastar sus fórmulas. Así, la fórmula ―x es azul‖, o, para abreviar, ―A(x)‖, es verdadera de ciertas cosas, o sea se convierte en una determinada proposición verdadera sí se da como valor a la variable x el nombre de algo que efectivamente sea azul, como el Mar Egeo; y es falsa de muchas otras cosas, o sea, se convierte en una proposición falsa para la mayoría de otros valores asignables a la variable de objeto x. Por otro lado, "x es azul y x no es azul", o "A(x) & -A(x)", para abreviar, es falsa para todo valor de x, es decir, en toda circunstancia. Por tanto, su negación, "No ocurre que x es azul y x no es azul", es verdadera, y su verdad es independiente de los hechos; en particular, no depende de la experiencia (la región fáctica de la que participa el hombre). Dicho

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brevemente: "A(x)" es el esqueleto o forma de una idea fáctica (si mantenemos la interpretación del predicado "A" como predicado que designa la propiedad de ser azul). Por otro lado, "-[A(x) &-A(x)]" (léase: "No ocurre que x es A y x no es A") es la estructura de una idea formal, una verdad lógica en este caso: su valor veritativo no depende de los valores particulares que pueda tomar x; aún más: es independiente de la interpretación que podamos dar al signo ‗A’. La lógica se interesa, entre otras cosas, por la estructura de las ideas factuales y formales; pero mientras que en el primer caso la lógica es insuficiente para hallar valores veritativos, en el último caso la lógica y/o la matemática se bastan para convalidar o invalidar cualquier idea de este tipo puro. En resolución: la ciencia formal es autosuficiente por lo que hace al contenido y al método de prueba, mientras que la ciencia fáctica depende del hecho por lo que hace al contenido o significación, y del hecho experiencial para la convalidación. Esto explica por qué puede conseguirse verdad formal completa, mientras que la verdad fáctica resulta tan huidiza. Puede decirse que el tema propio de la ciencia formal es la forma de las ideas. Otra caracterización equivalente de la ciencia formal consiste en decir que se refiere a las fórmulas analíticas, esto es, a fórmulas que pueden convalidarse por medio del mero análisis racional. Considérese, por ejemplo, el enunciado según el cual, si A y B son conjuntos, entonces, si A está incluido propiamente en B, B no está incluido en A. La verdad de este enunciado no depende del tipo de conjunto considerado, ni se establece mediante el estudio de conjuntos de objetos reales: la fórmula pertenece a la teoría de conjuntos abstractos (no descritos): es puramente formal y, consiguientemente, universal, esto es, aplicable siempre que se trate de conjuntos, tipos, especies, ya sean de números o de plantas. Hay diversos géneros de fórmulas analíticas. Para nuestro actual interés las más importantes son las que resultan verdaderas (o falsas) en virtud de su forma lógica, y las que son verdaderas (o falsas) a causa de las significaciones de los símbolos presentes en ellas. El primer conjunto –el de la analiticidad sintáctica– puede ejemplificarse por: "Si x, y, z son números, entonces, ―si x =y, x + z = y + z‖. El segundo –analiticidad semántica– puede ejemplificarse por la frase "Fórmulas sintéticas son todas y sólo las fórmulas que no son analíticas". La ciencia formal no contiene más que fórmulas analíticas, mientras que la ciencia factual contiene, además de esas, fórmulas sintéticas, o sea, fórmulas que no pueden ser convalidadas sólo por la nuda razón.

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La clara dicotomía entre ciencia formal y ciencia fáctica no debe ocultarnos el hecho de que el conocimiento conceptual de cualquier género (a diferencia de los hábitos, las habilidades y otros tipos de conocimiento noconceptual) consiste en ideas: la lógica es un conjunto de ideas igual que lo es la física teórica. Todas las ideas, por concreta que sea su referencia, tienen alguna forma determinada. Así, la forma de "x es azul" es la misma que la de "x es primo", o sea, un esquema sujeto-predicado: "P(x)". Análogamente, "x es más amable que y" y "x es mayor que y" contienen un predicado binario o diádico: ambas son esquemas de la forma "L(x, y)", o, más precisamente, "x>y". Además, toda fórmula dada, cualquiera que sea su contenido, puede transformarse en una fórmula lógicamente equivalente: así, el simple enunciado p puede convertirse, sin ganar ni perder nada, en - - p (doble negación), en p & t y en pv - t, si 't' es una tautología cualquiera (una identidad lógica). La forma lógica de una proposición es independiente de su contenido. Así, por ejemplo, una variable proposicional p puede interpretarse en una infinidad de maneras. Y una identidad lógica, o tautología, tal como -(p Є -p), carece de contenido, ya que vale en todas las circunstancias. Por consiguiente, la lógica nada puede decir acerca del mundo: carece de compromiso ontológico. En cambio, nada razonable puede decirse acerca del mundo a menos que se respete la lógica. Esto es así no sólo porque la lógica regula el razonamiento, sino también porque el contenido depende de la forma. En efecto, lejos de ser arbitraria, la interpretación de una fórmula está constreñida por su estructura. Por ejemplo, 'x