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JOAQUIN BERROCAL HOYOS
HISTORIA Y REALIDAD DE URABÁ
Dedicatoria.A mi nieta María Claudia García Berrocal.
INTRODUCCION
El por qué de este libro. Desde hace veintidós años estoy vinculado a Urabá y desde hace veintitrés la visité por primera vez. Llegué por la trocha de Tierra Alta a Turbo y en el camino y una vez allí quedé asombrado de lo que vi. Pobreza, malos caminos, pueblos desolados, alcohol, prostitucion, enfermedades, analfabetismo, superticiones, etc., y pensé del por qué de todo aquello, si allí mismo cuatrocientos sesenta años antes se había iniciado con los mejores augurios la obra de España en América, tan vilipendiada por unos y alabada por otros, pero tan positiva mirada con imparcialidad y objetividad. Si no que lo digan la arquitectura colonial, las ciudades de Cartagena y Popayán, las varias poblaciones de Boyacá, las Murallas de Cartagena, la legislación de Indias, la lengua y la religión. España no quiso destruir al hombre americano, como lo hicieron los ingleses en Norteamérica, los holandeses en las antillas y otros colonizadores europeos. Andrés Holguín en un artículo publicado en el Tiempo se quejaba de cómo los holandeses en Urabá y Curazao destruyeron toda una cultura nativa, al igual que los ingleses en el norte. España se mezcló en América. Allí está la belleza de la raza mulata, la raza cósmica de que habló Orlando Fals Borda en Mompox y Loba (A pesar, de que allí en Urabá, cerca de Turbo, se inició esta obra maravillosa, hoy no queda ni rastro de su antiguo esplendor. En San Sebastián de Urabá y en Santa Maria la Antigua del Darién vivió la flor y nata de los conquistadores españoles. Parientes de reyes y santos fueron vecinos de Santa Maria, de allí salieron los descubridores del Pacifico, con Balboa a la cabeza, los conquistadores del Ecuador, Perú y Chile, de Centro América, del Misisipi, cronistas de Méjico y de Indias como Gonzalo Fernández de Oviedo, Martín Fernández de Enciso, pilotos como Johan Rodríguez Serrano, que más tarde murió en la Filipinas, en el primer viaje alrededor del mundo, con Magallanes, los fundadores de Cali, Popayán y Buenaventura, todos fueron hombres de Urabá y el Darién. Allí existió el primer obispo de América, la primera catedral, el primer hospital, el primer asilo, se fraguaron los primeros libros sobre este continente, se cultivaron las primeras frutas, las primeras flores, nacieron las primeras vacas y conocimos el cerdo y los caballos, los primeros
vestidos suntuosos, los encajes, los brocados, las lámparas. Existió la primera autoridad civil y militar, un viejo cascarrabias, genial y sanguinario que había sido paje del Rey Juan II, por allá a fines del mil cuatrocientos. Allí se inicio la arquitectura en América, se trazaron en debida forma las primeras calles, las primeras plazas, se construyeron, como en España, las primeras casas. Se dio el primer golpe de estado, existió el primer Concejo. Y de todo esto que queda? Nada, pobreza y desolación. Así también lo anotaba el Dr. Manuel Uribe Ángel en su “Historia del Estado de Antioquia”, donde dice textualmente: “Cosa extraña esta región que fue la primera explorada por los españoles, hoy en día es la más atrasada”. Y Monseñor José Joaquín Arteaga, primer Prefecto Apostólico de Urabá, le hacia la misma observación al Padre Luis David: “En el Urabá, decía, no se vislumbran horizontes de progreso y civilización”1. Muerto Balboa, parece que sobre Urabá hubiera caído una maldición “La sangre de Balboa cayó como una maldición sobre esa malhadada tierra, de donde vinieron a los españoles innumerables males por los indios levantados, los negros cimarrones y los piratas, que la infestaron en todo tiempo, donde ni la fe cristiana ni la civilización han logrado poner sus reales. Pedrarias, llevado de ese odio que persigue aún más allá del sepulcro, quiso borrar hasta el recuerdo de Balboa, y, como si fuese su memoria un espectro que le atormentase, ya sólo pensó en donar a Santa Maria y establecerse en Panamá,) agregose a este que los PP. Jerónimos, sabedores del injusto degüello del Adelantado, le intimaron, en su carácter de gobernadores de la Indias, la orden de resolver nada sin consulta del cabildo, y de remitir a la Española el tesoro de Parí”2 . Todo el que llega a Urabá ve que: “En las orillas de los ríos majestuosos de ese Darién fantástico, se agitan y duermen en las tinieblas de la ignorancia los restos de aquellos amigos y acompañantes de Núñez de Balboa. Ya guardan los recuerdos de Anayansi, y a la sombra de los corpulentos cuipos añoran los días de la conquista, la jornada de Badajoz, las largas
1
Severino de Santa Teresa: Historia Docu men tada de Presidencia de la República, 1953. Pág. 160, tomo IV.
2
la
Iglesia
en
Urabá
José Joaquín Arteaga. Historia Eclesiástica del Urabá. Minerva, 1922, pág. 60
y
el
Darién.
correrías de Espinosa, la actitud impávida de Pedrarias frente el crimen de Acla, y todas esas otras hazañas y proezas que se escribieron en el corazón mismo del Darién majestuoso”3. Todos los autores que se han ocupado del Darién y Urabá, coinciden en afirmar que con Balboa murió el Darién, así la Doctora Kathleen Romoli, en su Vasco Núñez de Balboa, dice: “Darién perdura por Vasco Núñez de Balboa. Si murió con Balboa, también vive con él, unidos e indisolubles en las hazañas, las derrotas y el recuerdo, que es el supremo galardón de la historia”4. Y el Padre Severino de Santa Teresa al final de su obra:” Ha podido observar el lector como se han sucedido intentos de colonización y de conquista en Urabá y en el Darién. Tantas expediciones y exploraciones organizadas y presididas por capitanes de mucha valía por ambas costas del Golfo de Urabá y por el interior del Atrato y acompañados por sacerdotes del clero secular y regular. Capitulaciones hechas con todos los detalles de la pragmática real, como las de Fernández de Oviedo, Juan de Vitoria, Pedro Martín Dávila, Sebastián Sánchez de Tristancho, Maldonado, etc. Pues, bien; o no se llevaron a la práctica, no obstante las sanciones reales, o sus resultados fueron muy menguados, si no estériles o verdaderos fracasos. Esta Ley histórica se irá repitiendo en la región casi hasta nuestros días, y es bueno que estemos de ello advertidos”.5 Enrique Santos Calderón, de El Tiempo de Bogotá, recorrió la zona no hace muchos años y llegó a la conclusión. Se observan fincas de bananos en producción, pero se ve el atraso. En Apartadó no se ven sino cantinas y prostitutas. Así, pues, este contraste entre lo que fue y lo que es hoy, es la materia de este libro. Es increíble que tierra que tuvo un principio esplendoroso, esté hoy sumida en tinieblas. Narraré su historia en forma sencilla, ordenada y sin pretensiones académicas, siguiendo el consejo de 3
B. Pereira J. Revista “ Lotería”, Pana má , Agosto de 1946, N o. 63.
4
Katehleen Romoli. Vasco Núñez de Balboa. España Calpe, Madris, 1955, pág. 387.
5
Severino, ob. Cit., pág. 160, tomo IV.
San Agustín: “Es útil, se escriban por muchos, muchos libros con diversos estilos, no con diversa fe, aún sobre las mismas cuestiones, a fin de que la misma cosa llegue a muchísimos, a unos así a otros de diferente manera”6.
Siempre me ha parecido conveniente que los pueblos conozcan su historia, porque de lo contrario les sucede lo que dice Con Marcelino Meléndez y Pelayo: “Donde no se conserve piadosamente la herencia de los pasados, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una sola idea dominadora…el pueblo que no sabe su historia es condenado a irrevocable muerte”7. Y para darle punto final a esta introducción, agregaré que Urabá y el Darién muchas veces se confunden en un todo geográfico, pero siguiendo a los viejos historiadores de Indias, llamaré Darién a la parte occidental del Golfo de Urabá y a la parte oriental la llamaré Urabá.
6
San Agustín. De Trinitate, libro 1, cap. III
7
Marcelino Menéndez y Pela yo. H omenaje a Bal me s.
SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Este estudio abarca lo que es hoy el Urabá antioqueño y el Darién, que es chocoano. Comprende Urabá los siguientes municipios: Mutatá, cuya cabecera municipal está situada a los 7º 14´ de latitud norte y 76º 25´ de longitud al oeste de Greenwich. Con una población, según el censo de 1973, de 6.212 habitantes y con una superficie de 1.034 kilómetros cuadrados. Chigorodó está a 7º 41´de latitud norte y 76º 40´ de longitud al oeste de Greenwich, con una población de 15.736 habitantes y 1.079 kilómetros cuadrados. Apartadó, 7º 41´de latitud norte y 76º 40´de longitud al oeste de Greenwich, 23.637 habitantes y 407 kilómetros cuadrados. Turbo, 8º 06´de latitud norte y 76º 43´ de longitud al oeste de Greenwich, 36.751 habitantes y 3.854 kilómetros cuadrados. Necoclí, 8º 25´ de latitud norte y 76º 46´ de longitud al oeste de Greenwich, 13.573 habitantes y 1.350 kilómetros cuadrados. Arboletes, 8º 51´ de latitud norte y 76º 26´ de longitud al oeste de Greenwich, 29.035 habitantes y 915 kilómetros cuadrados. San Pedro de Urabá, 6º 28´ de latitud norte y 75º 34´ de longitud al oeste de Greenwich, 10.852 habitantes y 587 kilómetros cuadrados. El Darién comprende al Municipio de Acandí, situado a 8º 31´ de latitud norte y 77º 17´ de longitud al Oeste de Greenwich, 11.002 habitantes y 1.858 kilómetros cuadrados.
Riosucio, 7º 27´de latitud al norte y 77º 06´ de longitud al Oeste de Greenwich, 10.798 habitantes y 10.373 kilómetros cuadrados. En el Municipio de Acandí están las poblaciones de Ungía, Santa María la Nueva, Gilgal y Balboa. Toda la región del Golfo de Urabá está comprendida entre los 7º 55´ y 8º 40´ Latitud Norte y los 78º y 79º de longitud al Oeste de Greenwich. Así que Urabá tiene, según el censo de 1973, 136.396 habitantes. El Darién 21.800 habitantes. En total Urabá y el Darién tienen 158.196 habitantes. Urabá tiene una extensión en kilómetros cuadrados de 9.226 y el Darién 12.231 kilómetros cuadrados. Urabá y el Darién, tienen entonces una extensión de 21.457 kilómetros cuadrados8.
8 Fuente: Dane. Carta al autor de Julio 27 de 1982 y Diccionario Geográfico de Colombia, Inst. Agustín Codazzi. Bogotá, 1980.
POBLACIÓN ABORÍGEN
Es bueno advertir que antes de 1500 la margen oriental del Golfo de Urabá estaba poblada pro diversas tribus de origen caribe, procedentes de las márgenes del Orinoco. Entre estas tribus sobresalían los Urabáes y más al Oriente los Canúes, ya sobre el Río Sinú. En el Occidente del Golfo vivían los Cunas, tribu que no es de origen caribe y cuya real procedencia se ignora. Como no es el tema de este libro hablar sobre estos grupos indígenas nos limitaremos únicamente a dar esta información.
CAPITULO I
PRIMEROS ESPAÑOLES QUE VIERON EL GOLFO DE URABÁ
Este privilegio lo tuvieron: Rodrigo de Bastidas, Juan de la Cosa, Vasco Núñez de Balboa y sus tripulantes9. Rodrigo Galván de Bastidas, escribano (Abogado), del Barrio de Triana en Sevilla, quien se aprovechó del permiso real de la libre navegación a Indias, promulgado 1495. “Se concertó con Juan de la Cosa, vizcaíno, que por entonces era el mejor piloto que por aquellos mares había, por haber andado en todos los viajes que había hecho el Almirante”10. El 5 de junio de 1500 obtuvo licencia para ir por la Mar Océana a descubrir islas o tierra firme, en las Indias o en cualquier otra parte. Salió de Cádiz , según el Padre Severino de Santa Teresa, el 1 de enero de 150111,en dos barcos: La Nao Santa Maria de la Gracia, la capitana, propiedad de su maestre Martín Boriol, la caravela San Antón, de Juan de la Cosa, y un bergantín, remolcado por la Nao. Era la armada de Rodrigo de Bastidas que traía como piloto mayor a Juan de la Cosa. Venia como miembro de la tripulación un joven de unos 27 años: Vasco Núñez de Balboa, que había nacido en Jerez de los Caballeros, Badajoz, hacia el año de 1474. “Era bien alto y dispuesto de cuerpo, y buenos miembros y fuerza, y gentil gesto de hombre entendido, y para sufrir mucho trabajo”12 Al salir de Cádiz recalaron en Isla verde, situada entre Guadalupe y el continenete. Llegaron al 9
Según Ernesto Restrepo Tirado, excónsul de Colombia en Sevilla (1929) también venía Juan de Ledes ma . Hist oria de la Provincia de Santa Marta, Sevilla , 1929.
10
Severino, ob. cit., pág. 354, tomo 1º.
11 Romoli, ob. cit., debió salir según esta autora en Marzo de 1501. Según Ernesto Hernández, Urabá Heroico, Bogotá, 1946, pág. 18, en Enero de 1501. 12
Fray Bartolomé de las Casas, Brevísima Relación de la destrucción de las Indias, libro II, Cap. LXII, París, 1948
Golfo de Venezuela, llamado el paìs de Coquibocoa, voltearon el cabo de la Vela, descubierto por Alonso de Ojeda en 1499, a donde no había llegado antes ningún europeo. Siguieron por la costa occidental, demoràndose en todos los puertos y playas, adonde salía mucha gente a contratar y rescatar, vocablo que “los castellanos usaron para decir trocar”13. Descubrieron toda la Costa Norte del país: las bocas del Magdalena, la bahía de Codego (Cartagena), Barú, las islas de San Bernardo, las bocas del Sinú, Isla Fuerte, Tortuguilla, la desembocadura del río San Juan y Mulatos y por fin en Octubre de 1501 doblaron la punta Caribana “que está a la boca del golpho de Urabá, y entró del mismo golpho e vió los isleos o farallones que están en la otra costa frontera junto a tierra en la provincia del Darién. “E cuando el agua fue baxa mar, halló la dulce en cuatro brazas donde pudo estar surgido, é llamó golpho Dulce, aquel que se llama de Urabá”14. No se sabe cuanto tiempo estuvo en Urabá, Bastidas y sus compañeros. Dice las Casas: “Salieron del golfo de Urabá y fueron la costa del poniente abajo, y llegaron al puerto que llamaron Del Retrete, donde agora esta ciudad y puerto que nombramos del Nombre de Dios. De allí tornaron. Al llegar Bastidas a Santo Domingo fue preso y procesado por el comendador Bodadilla a causa de haber rescatado algún oro con los indios en su viaje por tierra en la Española y le remitió preso a España juntamente con Colón, llegando a Cádiz en septiembre de 1502”15. Balboa se quedó en Santo Domingo
dedicado al negocio de cerdos, contrayendo fuertes deudas.
Cuando Rodrigo de Bastidas, Juan de la Cosa y Vasco Núñez de Balboa en Octubre de 1501 estaban en el Golfo de Urabá, merodeaba por aquellas costas Alonso de Ojeda en Cuenca, en 1470. La doctora Romoli escribe Hojeda y también lo llaman Hoxeda y Fojeda. En 1501 cuando la partida de Rodrigo de Bastidas ya Ojeda estaba por hacerse a la mar con cuatro navíos: “Santa María la Antigua; “La Magdalena”, “Santa Ana” Y “La Granada”. “Llegó Hojeda- dice las Casaa- al golfo de Urabá y al principio o antes de la entrada del, acordó hacer una fortaleza de madera de tapias, para desde allí, entrar a descubrir, o la tierra adentro, o por la 13
14
Hernández, ob. cit., pág. 8, tomo 1
Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia Madrid, 1956.
15
General y Natural de las
Indias, t., 1, pág. 151,
Citado p o r S e v e r i n o , o b . c i t . , p á g . 3 5 4 , T . I . L a D r a . R o m o l i d i c e q u e r e g r e s a r o n e n 1 5 0 3 .
mar, de donde mandó ir un navío por la costa abajo, y llegó hasta el puerto del Retrete, que llamamos al presente del Nombre de Dios, que Bastidas había ya descubierto”16. Parece que Ojeda no llegó personalmente hasta este punto, se quedó haciendo la fortaleza en el mismo sitio en que más tarde fundó a San Sebastián de Urabá y mientras tanto su piloto Antón García fue a reconocer la costa hasta Nombre de Dios. Y Antonio de Herrera: “Cuando salió de Cádiz Rodrigo de Bastidas se aparejaba en aquella bahía el segundo viaje que hizo Alonso de Ojeda y fue por los mismos rumbos y caminos, no sabiendo que Bastidas iba por allí. Llegó al Golfo de Urabá y se acordó hacer a la entrada una fortaleza de madera o de tapías para poder entrar a descubrir la tierra; y envío un navío costa abajo, que llegó al punto del Retrete, que Bastidas había descubierto. Iva con Ojeda, Américo Vespucio”17. Según monseñor José Joaquín Arteaga, que fue perfecto Apostólico de Urabá y estudió muy bien la región dice que este puerto donde recaló Bastidas y más tarde Ojeda se llamó del Escribano, en honor del primer, y más tarde del Retrete.18 Cristóbal Colón en su cuarto viaje (1502-1503), estuvo en Zapzurro, bajo el cabo Tiburón, al que por sus estribaciones blancas llamó “Marmóreo”, que además es el único cabo de esta parte que como lo dice Fernando Colón, parece el fin del continente.19 Había salido el Almirante de Cádiz el 9 de mayo de 1502. Venían con él su hermano Bartolomé, su hijo Fernando, de 13 años y 150 personas. Estuvo en los límites de Honduras con Nicaragua, en Cabo de Dios y llegó al cabo Tiburón el 1 de mayo de 1503. En este viaje intuyó Colón que Panamá era un Istmo y fundó o trato de fundar a Belén, que fue una precaria edeificación sobre arena, de efímera y nula existencia, sin importancia alguna en los fastos de la historia. Colón no pudo avanzar del Cabo Tiburón debido a las corrientes y vientos contrarios. Navegar de la Guajira a Urabá a vela es relativamente fácil debido a las corientes marinas y vientos que soplan en esa 16
Las Casas, ob. cit., lib., II, Cap. II.
17 Antonio de Herrera, citado por Hernández, ob. cit., pág. 25. Según el P. Severino, Américo Vespucio, vino con Ojeda, pero en 1499, cuando descubrieron el Cabo de la Vela. 18
Arteaga, ob. cit., pág. 15. Colón lo llamó Bastimentos.
19
Mauricio Obregón, de los Argonautas a los Astronautas, Barcelona, 1977, pág. 147
dirección. El que viaje en ella se dice que baja y en sentido contrario que sube. “Todos confiesan unánimes que allí los mares corren hacia el occidente como los torrentes de las montañas. Por esto yo estoy en confusión sobre a dónde se dirigen aquellas aguas que, con perpetuo rodeo, corren del oriente como huyendo hacia el occidente, de donde nunca han de volver, y, cómo ni por eso se llena más el occidente ni el oriente se vacía20. En 1504 llega Juan de la Cosa. Por Real Cédula fechada en Alcalá de Henares el 3 de Abril de 1503 fue nombrado por la Reína Isabel, Alguacil Mayor de Urabá. Era vizcaíno. Vino con Colón en su primer viaje, 1492, como piloto de la “Santa María”, siendo esta nave propiedad suya. También acompañó al Almirante en su segundo viaje, 1493, como cartógrafo. Regresa a España en junio de 1499, que acompaña a Ojeda en su viaje, descubriendo el Cabo de la Vela. Vuelto a Cádiz en 1500 hace el primer mapa de Tierra Firme e Islas. Llegó a Urabá en 1504, acompañado de Juan de Ledesma. Hicieron el viaje en cuatro carabelas. Desembarcaron no lejos del actual Necoclí. Al pasar por Calamarí (Cartagena) se encontraron con las cuatro naves de Cristóbal Guerra, a quien habían matado los indios. Luis Guerra, tío de aquel, había quedado como capitán de la expedición. Estando en Urabá Juan de la Cosa, donde construyó un fuerte cerca de Necoclí, se enteró que la nave capitana de Cristóbal Guerra había naufragado, no lejos del Golfo y otra dentro del Golfo. Salió a auxiliar a las naves con tan mala suerte que las suyas hicieron agua. Así tuvieron que pasarse a la fuerza en Urabá diez y ocho meses. Al fin lograron reparar tres bergantines que en 1505 les permitieron salir de Urabá. Estando en Urabá Juan de la Cosa navegó hasta el Atrato, que ya había visto cuando vino con Bastidas y Balboa en 1501. Casi todos los miembros de su expedición perecieron y solo menos de quince personas volvieron a España. Tres o cuatro personas se hicieron ricas al regreso y en alta mar los españoles mataron un indio para comérselo21. La Doctora Romoli dice que solo llegaron a España en 150622.
20
Pedro Mártir de Angleria, citado por Hernández, ob. cit., pág. 45. tomo1
21
Hernández, ob. cit., pág. 34, tomo 1
22
Romoli, ob cit., pág. 53
Juan de la Cosa tuvo mucho que ver con la casa de contratación de Sevilla, que vino a ser como una verdadera universidad en que se estudiaba el arte de navegar, con sus auxiliares de cartografía, estudio de instrumentos etc. En 1508 se creó el cargo de piloto mayor, que tenía por objeto examinar a los pilotos que venían para las Indias. Había cátedras de cosmografía y de arte de navegar, hidrografía, matemáticas y artillería. A la vuelta de cada viaje cada piloto tenía que presentar por escrito sus observaciones. Allí se contruían cuadrantes, astrolabios, ballestillas y relojes23.
23 Juan de Contreras, Marqués de Lozoya. Los orígenes del Imperio. Isabel, parágrafo IX, pág. 193, Madrid, 1939
La Es paña de Fernando e
CAPITULO II
SE INICIA EN FIRME LA CONQUISTA DE URABA OJEDA FUNDA SAN SEBASTIAN DE URABA
Por cédulas fechadas en Madrid a 10 de Abril, 30 de Mayo y 5 de junio de 1495, se permiten viajes de exploración particular, pero siempre a nombre de la corona, mediante capitulaciones y compromisos firmados.
Así fue como “El año de mil quinientos ocho Diego de Nicuesa
suplicó al Rey que le hiciera merced de la gobernación de Veragua para sí; y que se le diese al capitán Alonso de Ojeda la gobernación de Urabá, por que eran muy amigos”24. Se habían conocido en la Española.
Firmadas entonces las capitulaciones con el Rey, Ojeda estuvo
representado por Juan de la Cosa , porque estaba en la Española, el día 8 de junio de 1508 en Burgos. En ellas “hacemos a vos, los dichos Diego de Nicuesa e Alonso Doxeda nuestros capitanes de los navíos e gentes que en ellos fueren, en los dichos asientos e otras partes de la tierra firme, en esta manera a vos, el dichoe Diego de Nicuesa en la parte de Veragua, el de dicho Alonso Doxeda en la parte de Hurabá, con tan que dicho Alonso Doxeda en la parte de Hurabá, con tan que dicho Alonso Doxeda haya de llevar e lleve por su lugarteniente de capitán a Xoan de la Cosa”
25
. El 9 de junio de 1508 es nombrado gobernador de Urabá Alonso de
Ojeda por Real Cédula de Doña Juana la Loca, y Diego de Nicuesa, Gobernador de Veragua. “La corona dividió la parte del continente situada a lo largo del istmo del Darién hasta el Cabo de la Vela en dos provincia cuya línea de demarcación atravesaba el Golfo de Urabá por Real Cédula expedida en Burgos el 9 de junio de 1508, concedió a Ojeda, por cuatro años el título de Gobernador de Urabá, que así llamó esta nuestra primera entidad política, y a Diego de Nicuesa el de Gobernador de Veragua, la tierra en la cual Criatóbal Colón había querido avecindarse. 24
Oviedo, citado por Hernández, op. cit., pág. 101, t. 1
25
Arch de Indias, 148-21
Juan de la cosa que había sido un agente infatigable de ojeda, fue nombrado su teniente gobernador, y las dos armadas, grande y abastecida la de Nicuesa, pobre y reducida la de nuestro primer descubridor, se encaminaron a su destino por la vía de Santo Domingo. Nada se dijo en la Cédula de Burgos sobre los límites adscritos a los nuevos gobiernos .”26 La armada se hizo a la mar en septiembre de 1509 para la Española, llegando primero los barcos de Juan de la Cosa, que era esperados allí por Alonso de Ojeda. En esta isla estaba avecindado Martín Fernández de Enciso, abogado, natural de Sevilla, también perito en geografía y cosmografía. Autor de “Suma de Geografía”, publicada en Sevilla, en la cual describió las costas de Urabá y Tierra firme. En 1509 ejercía su profesión en Santo Domingo, “que ambicioso de mayor fortuna, auxilió con dinero a Ojeda y éste enroló en su expedición con el cargo de Alcalde 0 Mayor de la Provincia donde iba a establecer su gobierno. En mala hora cayó el Bachiller en semejante tentación. Se decidió que el castellano saldría con la escuadrilla que acababa de traer de España el celebrado marino de la Cosa, mientras el Bachiller permanecía en Santo Domingo reclutando gente y acopiando víveres con los cuales se embarcaría en un buque para ir a reunirse con su nuevo socio en el sitio donde se pensaba fundar la colonia”27. Como la Cédula Real de 9 de junio de 1508 no les fijaba límites a las dos gobernaciones, por que “resultaba en extremo difícil el establecer linderos a comarcas que apenas comenzaban a conocerse en su litoral marítimo y que eran ignorados totalmente en la tierra adentro”28, trajo como consecuencia ineludible que surgieran diferencias entre los dos gobernadores en Santo Domingo. Dice el padre las casas que los conoció y trató en la Española. “Juntos en esta ciudad (Santo Domingo) los dos nuevos Gobernadores, Ojeda y Nicuesa, cada uno procurando
26 Horacio Rodríguez Plata, La gobernación de Urabá y Provincia del Darién, conferencia pronunciada en la Academia de Historia de Bogotá, pág. 3. Así pues, bien puede decirse que la jurisdicción del gobierno de Urabá, extiéndase, hacia e l Norte hasta las riber as del mar Caribe; por el Sur, tierra adentro hasta el mas tarde descubierto y lla ma do cabo de Hornos, cuanto la frontera oriental parece que lo fuera el Cabo de la Vela aún cuando podría aceptarse también fuera límite y respecto a la occidental quedaba definida en la mitada del Golfo de Urabá. 27
28
Rodríguez Plata, conf. cit., págs. 4 y 5 Rodríguez Plata, conf. cit., págs. 4
su despacho de llevar gente y bastimentos, comenzaron a rifar sobre los límites de su gobernaciones y sobre la Isla de Jamaica; quería cada uno de ellos que la provincia del Darién, Golfo de Urabá, (costa occidental) cayese dentro de sus límites; y así andaban cada día, según creíamos los que los vimos. Ojeda como era pobre y tan esforzado, echaba luego el negocio a puñadas y desafíos; el Nicueda, como se tenía por más rico, y era sabio, decidor, graciosísmos, díjole un día; dad acá: pongamos cada uno - cinco mil castellanos en depósito (garantía) que os mataréis conmigo, y no nos estorbemos ahora nuestro camino”29. Las casas cuenta que el pleito se aplazó mediante un modus vivendi propuesto por Juan de la Cosa, por medio del cual quedó aceptado como límite una línea imaginaria que, partiendo de las bocas del río del Darién pertiera el golfo en dos mitades, correspondiendo la oriental a Urabá y a Veragua la occidental. Pero esto fue un arreglo provisional. Dos años más tarde, el propio Rey dirigía el caso por medio de una Real Cédula expedida en Monzón el 15 de junio de 1510, por medio de la cual “dicho golfo es en la parte de Urabá de que tiene parte el dicho Alonso Doxeda”. De manera que por medio de este documento se aclara que la gobernación de Alonso de Ojeda abarcaba la totalidad de las aguas del Golfo de Urabá y tierras que la circundaban. Al fin el 10 ó 12 de noviembre de 1509 partió Ojeda de la Española30 para su gobernación por la vía de Cartagena. En esta expedición quiso embarcarse Hernán Cortés, pero no pudo pasar a bordo por una herida en la rodilla. También quiso venir Vasco Núñez de Balboa, no pudo hacerlo por no haber podido pagar sus deudas. En cambio venía un pasajero silenciosos, cuya principal virtud era la paciencia: Francisco Pizarro. Había nacido en Trujillo, Extremadura, en 1475. Tenía, pues, 34 años. El 20 ó 22 de ese mismo mes y año zarpó Diego de Nicuesa para la suya, también por la ruta de Cartagena . Ojeda venía con dos bajeles, dos bergantines, trecientos hombres y doce yeguas de vientre. Pocos días después arrimó Ojeda a Cartagena donde les leyó a los indios el famoso requerimiento redactado en España por sabios e ingenuos
29
Bartolomé de las Casas, Historia de las Indias, t. III, pág, 265, México, 1951.
30 Fray Pedro Simón , Noticias Historia les de las Conqu istas de Tierra Fir me en las Indias Occidentales, Bogotá 1882, pág. 354, dice que salió el 10 de Noviembre de 1509. Pedro Martir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Buenos Aires, 1944, pág. 120, dice que salió el 13 de dicie mbre de 1509. Car los Pere yra, c itado por Hernández, ob. cit., pág. 144, dice que salió el 10 de Noviembre de 1509.
juristas y teólogos.31Los indios atacaron, y en las cercanías de Turbaco cayó muerto Juan de la Cosa,32 y herido Alonso de Ojeda. Encontrándose Ojeda en estas penosas circunstancias llegó a Cartagena Nicuesa con su armada, que como vimos, salió de Santo Domingo días después. Nicuesa, olvidando viejas rencillas, salvó a Ojeda de parecer a mano de los indios, a quienes derrotó haciendo” increíble matanza” en lo que es hoy Turbaco. Repartido el botín Nicuesa continuó su viaje hacia su gobernación de Veragua y por vientos contrarios tardó tres meses en llegar a Nombre de Dios, donde se estableció. Los primitivos historiadores de Indias, cuentan así el viaje. “Nicuesa tocó en Cartagena como queda dicho, é desde allí fue la vuelta de su gobernación é tomó puerto en la provincia de Cueva, é pusole nombre puerto de Misas; el cual está más al poniente que la ciudad de Santa María del Antigua o del Darién. “Desde nombre que digo, fue la causa que salido allí Diego de Nicuesa, se dixeron Misas; é yo no he sabido ni creo que en otra parte alguna de toda la tierra firme se celebrase primero el culto divino que allí y en el asiento que hizo Ojeda en Urabá. En este puerto de Misas entra un río llamado Pito, en la costa del cual hay ricas minas de oro, de las cuales no gozó ni supo este capitán por su ventura, ni alcanzó, ni entendió que tierra era aquella33 Gómora dice que Nicuesa nombré puerto de Misas al río pito. Pedro Mártir: “Nicuesa al otro día de marchar Ojeda se puso a la vela en el puerto de Cartagena rumbo a veraguas. Costeando siempre las playas con la tropa que había sacado, tomo una ensenada de los indígenas que se llama Coiba y su Rey Careta”34.
31 Los conquistadores les hacían leer a los indios antes de cada batalla por los frailes el requerimiento. Decía este que el Papa, señor del cielo y la tierra, había donado a los Reyes de España las tierras del nuevo mundo y que los indios debían obediencia al Re y de España. Era común para todos los conquistadores. Cuando Enciso se los le yó a los indios del S inu, estos le dijeron que el Papa estaba loco porque había regalado lo que no era suyo. 32
Algunos autores dicen que murió e l 28 de febrero de 1510, lo que debe ser imposible . Entre ellos K. Romo li y Car los Pere yra en su obra España en América, Santia go de Chile , 1938, pág. 114. En realidad las fechas traen confusión.
33
Oviedo, ob. cit., t.VII, pág. 18.
34
Angleria, ob. cit., Dec. II, Lib. 1, cap. 11, pág. 123
Pero antes de él, había zarpado Ojeda, luego de desistir de colonizar aquel territorio de Cartagena y Turbaco, que le fue tan hostil. De Cartagena al Golfo de Urabá con buena brisa no se invierten más de veinticinco horas en embarcaciones de vela. Ese es el tiempo que gastan las canoas de vela desde la ciudad Heroica a Turbo, que está cuarenta kilómetros mas al sur de San Sebastián de Urabá. Ojeda por vientos contrarios se detuvo en Isla Fuerte y a mediados de Diciembre de 150935, estaba e4n el golfo de Urabá. Una vez en el Golfo saltó Ojeda con su gente en la banda oriental y allí sobre unos cerros asentó su población o villa de San Sebastián de Urabá, bautizándola con este nombre por devoción al santo mártir asaetado por cuya intercesión se creía libre de las flechas herboladas de los indios de Turbaco. Comenzó la colonia con treinta casas de palma. DONDE QUEDABA SAN SEBASTIAN DE URABA Los historiadores antiguos no determinan el sitio exacto donde estuvo localizada San Sebastián de Urabá. Oviendo, que vino al Darién con Pedrarias y vivió muchos años en Santa María, pudo muy bien saber el lugar donde quedaba, ya que muchos de los pobladores del Darién habían vivido allí; pero solo se limita a decir que Ojeda “pasó delante de la punta Caribana e de allí dio la vuelta al medio día y entró en el Golfo de Urabá, hizo su asiento en la costa que este golfo tiene al oriente”36. Las casas dice que la fundó sobre unos cerros37. Agrega Fray Pedro Simón: “Haciendole un palenque a la redonda de maderos gruesos, que no le fue de poca importancia contra los briosos alientos de los urabaés que llegan hasta allí desde la boca de la ensenada”38. Según el segundo perfecto Apostólico de Urabá, el P. Severino de Santa Tereza en su enjudiosa obra titulada Historia Documentada de la Iglesia en Urabá y el Darién, San Sebastián de Urabá estaba situada en lo que hoy se conoce con el nombre de “Cañaflechal”
35 La Dra. Romoli en su ob. Cit., dice que San Sebastián de Urabá fue fundada el 20 de Enero de 1510. Angel Altolaguirre en su obra Vasco Núñez de Balboa, Madrid, 1914, dice que en Febrero de 1510. 36
37
38
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 38, tomo II. Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág.38, tomo II. Fra y Pedro S imón, ob. ci t., tercera par te, Notic ia 1ª., Cap. V
“que es el primer espolón que se acerca al mar caminando de norte a sur. Este es, a nuestro modo de ver, el punto exacto donde Ojeda “hizo la villa de San Sebastián, que toda era de chozas o casas de paja, una fortaleza de madera muy gruesa”. El montículo que tendrá de altura, poco más de cincuenta metros sobre el nivel del mar, tiene una bonita planicie de unas diez hectáreas que probablemente estuvieron cercadas de “madera muy gruesa”. Desde esta fortaleza podían impedir el acceso de los indios al cerro” frente a este cerro de Cañaflechal hay unos arrecifes donde posiblemente encalló meses más tarde la nave de Enciso, según el mismo P. Severino.39 Años más tarde Don Eduardo Acevedo Latorre estuvo en el sitio de San Sebastián de Urabá, y es de la misma opinión del padre Severino. “Es un hecho, dice, que Ojeda tuvo que escoger para fundar aquel pueblo un lugar alto y de buenas condiciones, y si examinamos detenidamente la costa oriental y superior del golfo, sólo encontraremos un paraje apto para edificar y con una regular ensenada donde muy bien podían haber anclado las naves de los conquistadores. Este paraje se encuentra en las inmediaciones del río Cañaflechal, en una lometa, la última de una pequeña cordillera que desde Necoclí se dirige hacia el Norte. Y queda esto todavía más comprobado al ver que a la entrada de la bahía hay unos arrecifes bajos, los únicos que se encuentran por este lado del golfo, y que pudieron ser los causantes del naufragio de la nave de Enciso. El padre Fray Severino de Santa Tereza, perfecto Apostólico de Urabá y apasionado por estos hechos históricos, comprobó el primero, después de una estudiosa excursión que sólo allí pudo existir la fundación de Ojeda. Creemos, pues, que están errados los mapas que marcan este sitio al lado del río Caimán.40 Con base en estas informaciones el autor de estas líneas el 29 de diciembre de 1981 visitó el cerro de Cañaflechal, en el municipio de Necoclí. El cerrito queda a unos siete kilómetros desde las últimas casas del pueblo hacia el Norte, por toda la playa. Esta está invadida en todo lo largo del trayecto, de Necoclí a Cañaflechal, que mucho daño le están causando a las playas 39
40
Severino, ob. Cit., págs. 45, 46, tomo II
Eduardo Acevedo Latorre, Breve Noticia sobre los lugares donde existieron San Sebstián de Urabá y Santa María la antigua del Darién. Boletín de Historia y antigüedades, 1934, Págs. 1006 y ss.
de la región. En ese sitio y en Santa María la Antigua del Darién el Gobierno Colombiano debiera tener unos faros que miraran el uno hacia el otro y los terrenos donde se asentaron las dos ciudades debiera ser de propiedad nacional destinados a rendirle culto a la historia y a la inteligencia y no sitios de francachela vulgaridades. Estando Ojeda en San Sebastián de Urabá, obligado por la carestía de víveres y en aras de su afán por nuevos descubrimientos se internó hasta el valle del Sinú. Tal vez fue el primer español que pisó las tierras del alto Sinú. Fray Pedro Simón, lo cuenta: “Llevado de la fama que días había llegado a los oídos de todos de las innumerables riquezas de las provincias del Sinú, así con buenas guías y siempre al pico al oriente, fue trastornando provincias, hasta que dio en el río que hoy llaman del Sinú…y que esto lo contaron más de veinte años después los indios de este pueblo al gobernador de Cartagena, don Pedro de Heredia, llegando a él y hablándole de las treinta casas, reliquias de innumerables ruinas que hallaba en él, que preguntando Heredia, la causa de aquel consumo del pueblo, le respondieron haberlo sido desde que mataron a Ojeda y sus compañeros”41. Fray Pedro Simón no da crédito al dicho de los indios ni de Fray Pedro de Aguado sobre la muerte de Ojeda en esta ocasión. Dice: “que si esto fue así, más razón hay (supuesto que tengo más cierto fue la muerte que dieron al año de 1515 al capitán Francisco Becerra y a 180 que llevaba consigo, enviados de Pedro Arias de Avila, gobernador de Nuestra Señora de la Antigua Del Darién, desde la misma ciudad, para descubrir y conquistar esta provincia del Sinú”.42 Ojeda no permaneció más de cuatro meses en San Sebastián y pudo perfectamente hacer esta entrada al Sinú antes de su regreso a Santo Domingo. Urabá y el Sinú están formados por tierras abiertas recientemente.
Hasta hace unos pocos años no habían caminos que
comunicaran a Urabá con el Sinú y en 1944 el padre carmelita Alberto de San José sacó una trocha desde las cercanías del antiguo San Sebastián de Urabá al Sinú. 41
Fra y Pedro S imón, c it. P or Severino, ob. ci t., pág. 49, Tomo II
42
Fra y Pedro S imón, c it. P or Severino, ob. ci t., pág. 49, Tomo II
Esta trocha salía
diasgonalmente al río San Juan, algo más arriba de el Carmelo.
De Necoclí al Carmelo
gastaban dos jornadas y de el Carmelo al Sinú otra jornada. En 1945 se abrió desde Turbo al río San Juan por una compañía norteamericana de petróleos otra trocha, y en el trayecto gastaban en ese entonces tres días. Aún suponiendo que Ojeda tuvo que luchar con el indio hostil, tuvo tiempo más que suficiente para ir a explorar el Sinú en su breve estancia como gobernador de Urabá.43 En uno de los ataques de los indios Ojeda fue herido en un muslo por una flecha envenenada, atravesándolo de parte a parte. Ojeda hizo que le pusieran en la herida dos planchas de acero, calentadas en el fuego hasta el rojo vivo.
El cirujano, Alonso de Santiago, no quería
aplicarselas, pero Ojeda lo Obligó, bajo pena de matarlo si no obedecia. “El cirujano cogió entonces unas tenazas grandes y aplicó los hierros en ascuas en el muslo del valiente capitán, de tal manera que no solo se abrazó la pierna sino que le penetró con tanta intensidad todo el cuerpo que fue menester envolverlo todo inmediatamente en sábanas mojadas en vinagre”44. Según el P. Severino la primera misa que se celebró en Colombia tuvo que ser dicha por los frailes franciscanos que acompañaron a Ojeda y no por los frailes Domingo de Mendoza, Antonio Montesinos y Bernardo de Santo Domingo como lo afirma el P. Ernesto Hernández en su Urabá Heroico porque estos eran domínicos.
Los nombres de los frailes que
acompañaron a Ojeda no se han podido averiguar. Desesperado Ojeda por falta de víveres y sin que llegara Enciso a socorrerlo dejó a Francisco Pizarro encargado de la colonia, diciéndole que si no regresaba en cincuenta días tomara la determinación que mejor le pareciese. Así que, en mayo de 1510 se embarcó para Española en el barco de Bernardino o Bernardo de Talavera, un contrabandista que merodeaba por aquellas costas. En alta mar la tripulación se amotinó y amarraron a Ojeda.
Después de muchas
vicisitudes llegaron a Cuba. Aquí dejó Oviedo la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la
43 Mi hijo Joaquin Francisco de la hacienda los Claveles en la orilla del Río San Juan, gastó dos jornadas a Necoclí y de la misma hacienda en ora ocasión, otras dos jornadas a Turbo, en la década de 1960. 44
Hernández, ob. cit., pág. 116, tomo 1
Antigua, de la cual era muy devoto y que le había regalado su amigo el obispo Juan de Fonseca.45 De Cuba, donde sufrió desventuras y hambre, pasó a Jamaica donde lo recibe Juan de Esquivel, quien lo ayudó a pasar a Santo Domingo, aquí llegó pobre y decepcionado, después de un lento y desgraciado peregrinar. Al llegar se enteró que su amigo Enciso ya había partido. Oviedo se recluyó, según cuenta López de Gómora, en su historia de Indias, en el convento de San Francisco, donde murió en 1514, no sin enterarse antes del ahorcamiento de Bernardino de Talavera y sus amigos, por haber robado el buque en que fueron a dar a San Sebastián de Urabá.
45 Se dice que la imagen de la vir gen qu e tr ajo O jeda a San Sebastián de Ur abá, copia d e la Nuestra Señora de la Antigua Catedral de Sevilla, es la misma que hoy se venera en la iglesia de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba
CAPITULO III
SALIDA DE MARTIN FERNANDEZ DE ENCISO. ENCUENTRO CON FRANCISCO PIZARRO. LLEGA DE NUEVO VASCO NUÑEZ DE BALBOA.
Habiéndose cumplido el plazo de los cincuenta días y en vista de que no regresaba a San Sebastián Alonso de Ojeda, Francisco Pizarro tomó la resolución de ir averiguar qué pasaba, y allí fue como en junio de 151046 , se embarcó con su gente en los dos bergantines que les habían quedado. En las cercanías de Isla Fuerte, dio un golpe el mar al bergantín de Jerónimo de Valenzuela que lo metió con todos los que llevaba debajo del agua “Donde, a vista de Pizarro y de los que con él iban y oyendo los gritos de ellos, todos se ahogaron”47, quedando con Pizarro treinta y cinco personas. Pizarro siguió su viaje a Cartagena y entrando en el puerto venía Enciso con su armada. Enciso sili salió de la Española el 13 de septiembre de 1510, con un navio y un bergantín, ciento cincuenta hombres, doce yeguas, algunoscaballos y puercos para cría, unos perros llamados alanos, mezcla de dogo y de mastín, corpulentos, de piel fina y corta, feroces y leales48. Traía el bachiller el título de Alcalde de Mayor de Urabá. Aquí venía por segunda vez aquel señor, con su perro Leoncico, que acompañó a Rodrigo de Bastidas en 1501. Como tenía 46 Según Don Septiembre. 47
48
Angel
Altolaguirre
y Duvale,
en
su ob.
cit.,
pág.
105,
dice
que
solo
fue en
Las Casas, cit. por Severino, ob. cit. Pág. 56, tomo II
E l uso de estos perros en la conquista es c ondenado fuerte mente por Antonio Ala torre, según Nicolás del Castillo que dijo en El Tiempo de Oct. 20 de 1982. “Pintó con caracteres sombríos, casi pavorosos a los perros que acompañaban a los conquistadores y que despedazaban a los indios.”
muchas deudas y no las podía saldar, Don Diego Colón, Virrey de la Española, le había prohibido que abandonara la Isla. Valiéndose de amigos lo habían subido abordo y escondido, según unos en una vela de navíos, y según otros en un barril de pólvora. Descubierto en alta mar, Enciso ordena ponerle las esposas, mantenerlo preso, para echarlo en la primera isla que se encontrare, pero la tripulación y en esencial un pasajero que después serìa un gran amigo de Balboa, Bartolomé Hurtado, se oponen a ello y obligan a Enciso a que lo tome a su servicio. Ya tenía 35 años. Pizarro informó a Enciso que su capitán Ojeda lo había abandonado, habiéndose ido para la Españo9la en el barco del bandido Bernardino de Talavera. El aspecto que presentaban Pizarro y sus treinta y cinco sobrevivientes de la aventura de San Sebastián era bien triste: escuálidos, de ojos hundidos, la piel arrugada y descolorida. Pizarro rogó a Enciso que lo dejara continuar su viaje hacia la Española y llegó a ofrecerle dos mil onzas de oro49, oferta que Enciso rechazó, obligando a Pizarro a volver a San Sebastián con su gente. Curioso este Pizarro. Tenía la talla humana de un príncipe, aunque hubiera sido extraído de una porqueriza. De Calamarí zarparon las tres naves para Urabá, dos de Enciso y la de Pizarro. Entraron al Sinú, donde el bachiller les leyó a los indios el famoso requerimiento de que ya hablamos cuando Ojeda puso a los frailes de su expedición a leérselo a los indios de Turbáco. Enciso contó en su suma de Geografía, publicada en 1519, que los indios le contestaron que el Papa debería de estar borracho cuando lo hizo, pues daba lo que no era suyo. Siguiendo su derrota doblaron Punta Caribana y entraron al Golfo. La nave de Enciso naufragó aquí por un descuido del timonel y dio “la nao en cierta arena con la reseca que son las olas que quiebran en la ribera, y con la corriente que allí hace, casi en un momento fue hecha la nao pedazos; en el bergantín y en la barca, con mucho peligro, se salvó la gente, casi desnudos todos y con algunas armas”50. “Frente al cerrito de Cañaflechal y muy cerca de la costa hay unos arrecifes a flor de agua, en los que probablemente, pereció la nave del bachiller Enciso entrando al puerto”51.
49
Rodríguez Plata, Conf. Cit., página 15.
50
Las Casas, cit. por Severino, ob. cit., pág. 46, T. II
51
Severino, ob. cit., pág. 46,
T. II.
El autor pudo localizar en todo el frente del cerro de cañaflechal este arrecife en que como dice el P. Severino y Don Eduardo Acevedo Latorre pereció la nave de Enciso. Antonio de Herrera, en sus décadas, también anota este percance: “Enciso, entr4ando en el puerto de San Sebastián, por descuido del que llevaba el timón de la nave dio en el bajo que está en la punta oriental de aquella entrada”52. El resultado fue la pérdida casi total de cuanto allí venía para la nueva fundación. Los indios aprovechando la ausencia de los españoles habían quemado la colonia. Escofet, uno de los biógrafos de Balboa, dice refiriéndose a la llegada de la expedición a San Sebastián: “Subieron luego al cerro donde Ojeda había asentado su colonia y construído su fortaleza”53. Enciso reedificó en algo a San Sebastián. Quizo abandonarlo, pero el problema era a donde ir con ciento ochenta hombres y con solo dos bergantines. Aquí surge el genio y dice… Pero antes de leer lo que Balboa dijo y propone veamos quiénes eran los vecinos de San Sebastián en esta época. Allí vivían Juan Escaray, Diego Albitez, Juan de Valdivia, Bartolomé Hurtado, Jerónimo de Valenzuela, el astrólogo Micer Codro, Andrés de Valderrábano, Fabián Pérez, Bernardino Morales, Francisco Pizarro y Vasco Núñez de Balboa.
52
Herera, cit. por Acevedo Latorre, ob. cit., pág. 1098
53
Escofet, cit. por Acevedo, ob. cit., pág. 1098
CAPITULO IV
ABANDONO DE SAN SEBASTIAN DE URABA Y FUNDACION DE SANTA MARIA LA ANTIGUA DEL DARIEN.
Habíamos dicho que en ese momento desesperado que pasaba la expedición de Enciso se aparece el genio y dice: “Yo me acuerdo que los años pasados (1501 al 1502) viniendo por esta costa con Rodrigo de Bastida a descubrir, entramos en este golfo y a la parte del occidente, a la mano derecha, según me parece, salimos en tierra y vimos un pueblo de la otra banda de un gran río, y muy fresca y abundante de comida, y la gente de no podía hierba en las flechas”. Todos sin dudar en cosa de lo que Vásco Núñez dijo, concurrieron en su parecer: que luego se fuese a buscar el río y el pueblo que Vásco Núñez decía: Este río es lo que los indios llama Darién, que dicen que es otro Nilo de Egipto. Salta luego Enciso y Vásco Núñez con los que más cupieron en los bergantines y en la barca del navío perdido; van allá y hallan verdad todo lo que Vásco Núñez había dicho; pero después los indios vieron y el señor de los, que se llama Cemaco, los bergantines españoles, como oído sus obras, mujeres y niños que no eran para pelear, enviados huyendo, de los varones juntáronse cosa de quinientos y esperaron a los españoles en un cerrito. Como Enciso y los suyos vieron a los indios así aparejados para pelear, temiendo más las ponzoñas de la hierba que las personas (porque sin ella para contra españoles, poco y nada pueden), incáronse de rodillas y con mucha devoción según las que le parecían que tenían, encomendaronse a Dios y hicieron voto a Nuestra Señora, que en Sevilla dice del Antigua, con cuya imagén toda la ciudad tiene gran devoción, de si les diese vencimiento, la primera iglesia o pueblo que hicieren por allí intitularían de Santa María de la Antigua, y más de esto que enviarían un romero a Sevilla para que le ofreciese, por todos, algunas joyas de oro y plata que con él enviarían54. Hísole obligar a todos, con juramento que 54
El Padre Severino cree que Enciso y Ba lboa cumplieron su promesa de enviar un romero a Sevilla para que le ofreciese por todos algunas joyas de oro y plata a Santa María de la Antigua que se venera en la catedral de Sevilla. Altolaguirre en su ob. Cit., pág. 31, nota 2ª,
les tomó que ninguno huyese ni volviese las espaldas a muerte o vida; hechas todas estas diligencias, armados de sus espadas, lanzas y rodelas, arremeten a los indios desnudos a ellos, tirando sus flechas como de niños, como les faltase hierba, ellos con las espadas, cortándolos por medio y con las lanzas en un credo alanceado, cada uno 20 pusieron al cabo en huída los que quedaron vivos. Entraron en el pueblo y lo hayaron todo, como lo habían menester, lleno de comida; otro día entraron por la tierra y los montones que por allá había y hallaron algunos barrios y casa vacias de gente por haber todo huído, pero llenas de vasos y otras albajas de casa para el cotidiano servicio y de cosas hechas de algodón, como naguas para las mujeres, que son como media faldilla, donde hubieron mucho algodón hilado y con pelo, y lo que más ellos deseaban y andaban a buscar con tantos peligros del ánima y del cuerpo, muchas piezas de oro, que ponían en los pechos y en las orejas y en otras partes, joyas de diversas hechuras, que hasta 10.000 castellanos de oro fino pesarían”.55 Con este triunfo Enciso mandó por los españoles que quedaron en San Sebastián, por no caber en los bergantines. Todos al llegar se pusieron muy contento al ver la abundancia de comida que había en la región. Ya no eran los manglares tupidos y llenos de alimaña, sino “La tierra buena”, embellecida por los cultivos, con profusión de carne de danta y venado. Con este gesto Vásco Núñez cobró mucha reputación y su prestigio en la incipiente colonia fue creciendo a medida que pasaba el tiempo. Oviedo que fue vecino de Santa María cuenta: “E saltaron en tierra e dieron sobre el pueblo donde era cacique Cemaco, e al cuarto del alba, ganaron aquel lugar. E allí se fortificó esta gente hicieron asiento; e porque el río que por allí pasa y el pueblo tenían un mismo nombre, el bachiller Enciso mandó llamar aquella villa la Guardia, la cual se ganó año de la natividad fe Christo Nuestro Redeptor de mil quinientos nueve años.
Quedo Vásco Núñez en aquella
trae la lista de los que Za mudio, primer procurador, entregó a la Casa de Contratación de Sevilla, que segura mente recibió los rega los que los vec inos de l Darién mandaron a la Virgen Antigua. 55 Las Casas citad o p or Dieg o M. Ville gas V., S anta Mar ía La An tigua d el Dar ién . Ar tícu lo publicado en el Re pertorio Hitórico de la Acade mia Antioqueña de Historia . Como es una fotocopia que el Dr. Villegas le mandó al autor no tiene fecha de impresión, pag. 188 y 189
provincia e tierra del Darién, por capitán e alcalde. E luego mandó llamar aquella villa Santa María de la Antigua”.56 Oviedo fue vecino de Santa María de 1514, que llegó con Pedrarias, hasta 1515, y después volvió en 1520, quedándose en Santa María como hasta 1524. Escribió su obra en 1546 y por esta razón es lógico que coloque la fundación de Santa María en 1509, cuando en realidad la villa de SANTA MARIA LA ANTIGUA DEL DARIEN fue fundad en Diciembre de 1510. Levantaron Balboa y Enciso el primer templo a Nuestra Señora de la Antigua del Darién. “Y en confirmación y cumplimiento de este voto, alcanzada victoria de los indios, en este mismo sitio, de común acuerdo fundaron una villa que se llamó Santa María de la Antigua del Darién, quitaron el gobierno a Enciso y eligieron por alcaldes a Váscos Núñez de Balboa y a Zamudio, y a otros por regidores y aquí levantaron una capilla del mismo nombre que pusieron a la villa, incumplimiento del voto”. En la fundación de Santa María estuvo presente ese personaje enigmático que esperaba pacientemente su oportunidad en la historia, en que brillaría con luz propia: Francisco Pizarro. Nose conoce la etimología de la palabra Darién, según el P. Severino, no había cacique con este nombre, como si lo había en la banda oriental del golfo que se llamaba Urabá. En este aspecto la historia se mueve en base a suposiciones y como los españoles respetaban los nombre indios, es de supones que cuando Rodrigo de Bastidas, Vásco Núñez de Balboa, Juan de la Cosa, Alonso de Ojeda, que fueron los primeros que descubrieron y conocieron las bocas del Atrato, de raro no tiene nada de que allí haya existido el cacique Darién, pero no hay prueba fehaciente de ello. DONDE QUEDARA SANTA MARIA. El reabautizo frecuente de muchos lugares del Nuevo Mundo, a pesar de Reales Cedulas en contra, ha traído no poca confusión a la historia y geografía. Si hoy conservaran los ríos, por ejemplo, el nombre primitivo aborigen, sabríamos por qué tribus y lenguas estaban pobladoras sus márgenes. En 1916 se presentó a las cámaras 56
Oviedo, citado por Severino, ob. cit, pág. 65, T. II.
un proyecto de ley prohibía cambiar los nombres a las poblaciones ya fueran estos aborígenes, ya dataran de la conquista o de la colonia. Cualquier ordenanza o acuerdo de asambleas o concejos en contra del primitivo nombre de los lugares no tendría validez. Lo mismo se intentó en 1920. Pero como sucede siempre en nuestro país, se legisla, pero la ley no se cumnple. En esto, de cambiar nombre, tienen una gran responsabilidad los sacerdotes católicos que llevados por una falsa moral consideran muchas veces como indignos e inmorales los nombres antiguos. Otras veces consideran que ya esos nombres simplemente pasaron de moda y reabautizan los lugares con otros más acordes con la época.
En esto han estado acompañados por los
elementos primitivos, sin cultura, ignorantes y sin gusto, que habitan esas regiones que han sufrido estos flagelos. Por esta razón, entre otras, cualquier identificación de lugares antiguos, cargados de historia, ha hecho difícil en el país. Así ha pasado con Santa María. Hoy es fácil localizar a Santa María, pues últimamente el sitio donde existió ha sido visitado por personas de mucho postín.
Allí cerca tuvieron finca Don Pablo y Don Alejandro
Echavarría. El cañoncito que está en Turbo y el que está en Medellín, fueron donados a esas ciudades por Don Pablo Echavarría, que lo extrajo de la Gloria, que era el puerto de entrada a Santa María. El P. Severino de Santa Teresa la visitó en 1929 y en 1939. “El lugar está perfectamente identificado. Nosotros mismos en 1929, sin mayor esfuerzo descubrimos parte de las ruinas donde se hallan ladrillos en perfecto estado con argamasas adheridas, compitiendo después de tantos años, con la solidez del cemento”57. “Personalmente presencie excavaciones en el área donde estuvo situada la ciudad de Santa María y he encontrado ladrillos en perfecto estado después de cuatro siglos largos y la mezcla o argamaza con que estaban pegados parece el el cemento de nuestros tiempos58. Y en la página 79, tomo II, de su obra también cuenta Severino; “El pueblo de Tanela se formó a principios de este siglo. En 1939 Nicanor Mosquera taló el bosque y después que el fuego hizo su labor se veían vidrios, pedazos de loza, hierro de distintas clases, balas y hasta pedazos de lápidas con inscripciones, etc. Excavando un poco, encontramos ladrillos en perfecto estado y adherido a ellos, argamaza más fuerte que el propio
57 Relación del Maestrescuela de Panamá, Juan Requejo y Salcedo, publicada en “Colección de Libros y D ocu mentos referentes a la H istoria de América”, T. VIII, pá g. 9, Madrid, 1908. 58
Severino, ob. cit, pág. 409, t. II
cemento”59. “Personalmente presencié excavaciones en el área donde estuvo ubicada Santa María y he encontrado ladrillos en perfecto estado después de cuatro siglos largos y la mezcla o argamaza con que estaban pegados parece al cemento de nuestros tiempos”60 Y en la página 79, tomo II, también cuenta Severino: El pueblo de Tanela se formó a principios de este Siglo. En 1939 Nicanor Mosquera taló el bosque y después que el fuego hizo su labor se veían vidrios, pedazos de loza, hierro de distintas clases, balas y hasta pedazos de lápidas con inscripciones, etc. Excavando un poco, encontramos ladrillos en perfecto estado y adheridos a ellos, argamaza más fuerte que el propio cemento”. En febrero y enero de 1956 fue visitada por el Rey III de Bélgica, quien presidió una expedición que contaba entre sus miembros al Señor Napoleón Dupuy , al historiador C. Verlinden, J. Craeybeckx, W. Braulez y el arqueólogo belga J. Mertens, que después, con la colaboración de Gerardo Reichel-Dolmatoff, publicó un folleto titulado Santa María La Antigua del Darién “premiere ville” coloniale de la Terre Ferme américaine. El Rey hizo trabajos de exploración y dejó en el sitio rastros de su estada. Todavía se pueden ver y observar las trincheras que excavó. Después la universidad de Antioquia comisionó al antropólogo Graciliado Arcila para que hiciera estudios arqueológicos en la región o sitio donde existió la ciudad. Arcila en compañía de otros científicos fijó su cuartel general en Tanela y desde allí, donde construyó una casa, se dirigía todos los días al lugar de Santa María a hacer sus excavaciones y medicione. El 3 de Enero de 1979 el que esto escribe visitó el sitio. Hizo el viaje desde Turbo en una canoa con motor fuera de borda, penetró por el río Atrato, llegaron a la ciénaga de Marriaga, navegaron por el río Tanela hasta encontrar la desembocadura del río Cuti y de aquí a pié hasta el sitio donde existió la ciudad. Desde el camino del Cuti a Tanela, hay que desviarse de él y detrás de unos cerritos aparece la planicie donde estaba la ciudad, no lejos del actual pueblo de Tanela61.
Se observan las
trincheras que cavo el Rey Leopoldo y las señas que dejó Graciliano Arcila. Hablamos con muchas personas que trabajaron para el Rey Leopoldo, entre ellas Simeón Rodríguez, que nos 59
Severino, ob. cit, pág. 386.87, t. II
60
Severino, ob. cit, pág. 79, t. II
61 En el ca mino del Cuti a l pueblo de Tanela nos encontra mos con un hombre que estaba e mpa lmando una casa y le preguntamos si e l pueblo de Tanela estaba lejos y nos contestó mu y gráficamente : “No, allí donde rebuznó el burro”. Se lla ma ba Aristóbulo A yaso y nos llevó a l sitio exacto de la ciudad.
informaron que el Rey se llevó una hacha, un yatagán y una campana, entre otras cosas como tiestos, cerámica etc. Yendo del Cuti hacia Tenela, el río Tenela queda a la izquierda y Santa María a la derecha del camino. EL Rey Leopoldo observa que con base en los primitivos historiadores de Indias no se pueden determinar las coordenadas geográficas de Santa María y que según Pedro Mártir de Anglería, “el es tantot de 70, tantot de 80 de latitude Nord” y para Oviedo “de 70 40”62. El sitio donde existió la ciudad es hoy de propiedad de la viuda del señor Hugo López y queda en lo que se conoce como Hacienda Tanela. Aquí podemos decir lo mismo que dijimos de San Sebastián: que estos lugares debían ser de propiedad de la Nación y estar dedicados al culto de la historia. En la Gloria, antiguo puerto de entrada de Santa María, debiera existir un faro que indicara a los viajeros que allí cerca existió la primera luz de este continente. El Tanela en los tiempos de Enciso y Balboa entregaba sus aguas al mar Caribe a poco más de dos millas al Oeste de Santa María y hoy vierte sus aguas a la ciénaga de Marriaga la que, a su vez, se une al brazo más occidental del Atrato por medio de un caño, a unos doce kilómetros antes de la desembocadura al mar. Nace el Tanela en la cordillera del Darién y corre en dirección O.E. Antiguamente el río Tanela al llegar a las inmediaciones de Santa María, tomaba la dirección Norte, como se puede comprobar todavía por el cauce viejo, en muchas partes profundo, denominado por los habitantes de la región caño o río de la Antigua. El desvío del río hacia la ciénaga o lago de Marriaga no es de fecha muy lejana, pués los vecinos de Ticantí, a pocos kilómetros más arriba de donde estuvo situada Santa María de la Antigua, bajaban a principios de este siglo al mar por el río Tanela pasando por Santa María, embarcados sin ninguna dificultad63. Es bueno advertir, que todavía a fines del siglo XVIII, el Tanela seguía el mismo curso que en tiempo de Balboa, pues la expedición Hidalgo en el reconocimiento de los costas de Urabá, 62 Leopoldo III de Bélgica, Santa Maria La Antigua del Darién, premiere “ville” coloniale de la Terre Fe me a mér icaine, sin fecha de impresión, pá g. 2 63 De la población de Tanela en invierno se puede bajar a Turbo en canoa con motor fuera de borda. En la ciénega de Marriafa las mujeres andan desnudas y así salen a recibir a las personas que llegan, s obre todo si son extrañas. Exis te a llí un pueblito lacustre. Las mu jeres son color caoba, de suerpos esculturales, con senos bellísimos.
verificado en los últimos años del siglo XVIII, dice que el río Tarena o Tanela desemboca en el mar a dos millas y siete décimos de milla al Oeste del último brazo del Atrato que llamaban de la “Madre” por desaguar por ella la mayor parte de las aguas del río”64. “E estaba allí muy gentil población, e con un hermoso río que pasa pegado a las casas de la ciudad, de muy buen agua, de muchos buenos pescados”65. Don Eduardo Acevedo Latorre, dice: “Los misioneros españoles de esa región, que se han preocupado por determinar este lugar, están acordes en aceptar que el único sitio posible para una fundación en aquella tierra, y teniendo en cuenta las narraciones de los cronistas, es en el ángulo formado por la bifurcación del río Tanela, debajo de un pobre caserío que lleva el mismo nombre del río. Uno de los brazos en que4 se reparte el Tanela va a la ciénaga de Mariaga, que está unida al Atrato, y el otro desemboca directamente al mar. Hoy día este último está prácticamente obstruído por las empalizadas. “Quién esto escribe recorrió toda la región por la costa, las ciénagas, los ríos y montes, hasta donde le fue posible, dadas las dificultades de transporte, a fin de comprobar el concepto de los misioneros y acabó por aceptarlo como irrefutable”66. Según le contaba a este autor uno de los miembros de la expedición Arcila, donde quedaban las trincheras que cavó el Rey Leopoldo, allí quedaban los muelles y el sitio exacto de la ciudad estaba más abajo, río Tanela abajo. En la suma de Geografía del bachiller Enciso, escrita en 1515, es decir, pocos años después de la fundación de Santa María se lee: “A la parte Oeste del golfo, está cinco leguas adentro del golfo el Darién (la Antigua) que está poblada de cristianos y aquí cogen oro fino de unos ríos que descienden de unas sierras altas y montuosas”67.
64
Documentos inéditos publicados por A. Cuervo, T. 1, pág. 197, Bogotá 1991.
65
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 76, t. II
66
Acevedo La torre, ob. c it., págs . 1099 y 1100.
67
Enciso, cit. por Acevedo Latorre, ob. Cit., pág. 1100. Hay un error. Santa María no está a
En resumen, en este ángulo de bifurcación de Tanela, queda el sitio exacto donde existió la ciudad. Allí se han encontrado vestigios de edificaciones y señales inequívocas de que allí existió una ciudad, como empuñaduras de espadas de la época de la conquista, argollas de hierro grandes y pequeñas, de marcada fabricación antigua; ladrillos y baldosas, tiestos de redoma, herramientas, clavo etc.
“Quién esto escribe, personalmente recogió un par de
ladrillos, algunos tiestos y una gran argolla que encontró removiendo a la ligera un poco de tierra…”68. También este autor encontró un ladrillo y tiestos de diversa naturaleza, como loza. Don Diego M.
Villegas V., de Medellín, posee una bellísima espada, que encontró en una de sus
exploraciones en la región, ya que presidió una comisión creada por el gobierno nacional tendiente a rescatar para el país este lugar donde existió Santa María la Antigua del Darién.
cinco leguas del golfo, sino a kiló me tros. 68
Acevedo La torre, ob. c it., pág. 1102
CAPITULO V
GOBIERNO DE BALBOA. PRIMER GOLPE DE ESTADO QUE SE DIO EN AMERICA
Los españoles de Santa María hicieron las primeras entradas y regresaban cargados de oro que los conseguían de los indios dándoles espejitos, campanitas de bronce, cuentas de vidrio, cintas de colores y otra barajitas muy del agrado de ellos. En vista de esto Enciso prohibió, bajo pena de muerte, el tráfico libre e individual con los indios.
Medida impopular entre los
colonos. Decía Enciso que todos los rescates de oro se debían hacer por orden oficial y bajo su inspección personal. Los colonos trataban a Enciso de codicioso, ya que quería todo para él y nada para los soldados. Los españoles volvieron los ojos a Balboa. Enciso, como teniente de Ojeda, decía que le tocaba el gobierno de la nueva colonia en el Darién. Los colonos le contestaban que mostrara su nombramiento y el respondía que lo había perdido en el naufragio que sufrió su barco a la entrada de San Sebastián. Por otra parte los colonos decían que las tierras del cacique Cemaco estaban fuera de la jurisdicción de Ojeda, en tierra de Nicuesa, procedieron a dar el primer golpe de estado en el Continente. Desconociendo la autoridad de Enciso procedieron por votación popular a elegir nuevos dignatarios para la incipiente colonia y salieron electos Vásco Núñez de Balboa y Martín de Zamudio (algunos autores lo escriben con S, otros con C), como alcaldes y como alguacil mayor a Bartolomé Hurtado, el que ayudó a Balboa a salir de Santo Domingo, y a Juan de Valdivia como regidor. En realidad los colonos estaban en territorio de Ojeda y no de Nicuesa. Para esa época ellos ignoraban la existencia de la Cédula Real de Monzón, que ya comentamos.
Desde este
momento la colonia pasa a llamarse la Provincia del Darién y así se llamará durante los años que estuvo al mando de Balboa.
Pero la oposición existía y Diego del Corral, abogado como Enciso, levantó bando a favor de Nicuesa y pedía se fuera a buscar, otros opinaban que continuara Enciso, hasta que el Rey Proveyera. En estas condiciones se presentó a Santa María Rodrigo de Colmenares, no se sabe con exactitud la fecha, debió ser en Diciembre de 1510 o principios de 1511, teniente de Nicuesa, en dos barcos con víveres para la colonía de Veragua, a quién Nicuesa había encargado que lo siguiera con alimentos. Había salido de la Española parece que en Octubre de 1510 rumbo a Urabá en busca de su capitán, de quién no se tenía noticias. Al llegar a Santa Marta tuvo una lucha con los indios y después se dirigió a San Sebastián, donde no encontró nada. Hizo disparos de Cañón, prendió hoguera y los de Santa María le contestaron. Entre San Sebastián de Urabá y Santa María hay una distancia de sólo 33 kilómetros. Ensu parte más ancha el Golfo tiene 55 kilómetros, según la Siemens Baunnion G. M. H. De Berlín, que en 1929 hizo estas mediciones69. Así que si es posible que los habitantes de Santa María hayan oídos los disparos de cañón de Colmenares. También para esa época el aire era más limpio, no había contaminación y el día y la noche eran más claros. ¿Y qué había sido de Nicuesa?. Estaba pasando muchas necesidades en Veragua y Nombre de Dios. De ochocientos hombres que componían su expedición solo le quedaban doscientos. Colmenares salió en su ayuda en una nave, dejando la otra en Santa María, llevando como sus compañeros a Diego del Corral y Diego de Albitez. Los amigos convencieron a Nicuesa para que regresara y prometió nombrar a Diego del Corral, alcalde y a Diego de Albitez, Alguacil Mayor. Cuando los colonos de Santa María vieron llegar a Nicxuesa y los suyos juraron en la Iglesia de San Sebastián de no recibirlo. Al fin desembarcó Nicuesa, siendo expulsado de Santa María en un barco que salió el 10 de Marzo de 1511, y según Oviedo lo tuvo Balboa quince o veinte días en su casa antes de su extradición, por lo cual “se refiere que Nicuesa estuvo en Santa María en los primeros días de febrero, y que por lo tanto el juramento en la Iglesia de San Sebastián se 69 Estudio de Sie men Baunnion pro Severino, ob. cit., pág. 72. tomo II
comisión
del
gobierno
de
Colombia.
Nota
tomada
de
hizo en Enero de 1511, en consecuencia la Iglesia de San Sebastián estaba edificada a más tardar a los seis meses después de haber entrado Balboa, Enciso y los colonos de Ojeda a Santa María”70. Todos los historiadores que se ocupan de esta primera parte de nuestra historia, sufren una confusión en cuanto a fechas. El P. Severino tan ducho en estas materias pone la llegada de Colmenares a Santa María en Abril de 1510. Pero resulta que para esta fecha Santa María no estaba fundada. Recordemos que Enciso salió de la Española en septiembre de ese año; así que Santa María debió ser fundada en Octubre, Noviembre o Diciembre de 1510. Nosotros hemos obtado por esta fecha por que Oviedo dice que en Diciembre de 1509 y suponiendo que Oviedo sufrió un error por que escribió su obra muchos años después, concluímos que el error fue en el año no en el mes. Y atando cabos se puede deducir que fue en Diciembre de 1510. El P. Severino da como fecha de fundación el mes de Septiembre de 1510, cuando apenas Enciso salía de Santo Domingo. El destino o fin de Nicuesa no se supo, es de suponer que naufragó en alta mar, ya que no llegó a su destino. ¿Y Enciso?. Habiendo ya los colonos de portado a Nicuesa les quedaba el problema de Enciso. En estos momentos Santa María tenía más de seiscientos habitantes. Dice Oviedo: “Con la gente de Colmenares, con los que había traído Nicuesa, ya que el pueblo del Darién estaba bien poblado é avía en el más de seiscientos hombres”71. Colmenares estaba resentido por la ida de su capitán e insinuó a Balboa le incoara proceso a Enciso por usurpador, ya que Santa María estaba en tierra de Veragua (Ignoraba la Cédula Real de Monzón). Herrera, cuenta: “Vásco Núñez, hombre de buen entendimiento animoso y vigilante y que con el pueblo ya tenía mucha reputación y muchos amigos, viéndose con vara de justicia se volvió contra el bachiller Enciso, haciéndole cargo que había usurpado jurisdicción ajena, prendiólo, hizole proceso y confiscóle sus bienes. Encerróle en la cárcel que él mismo había hecho contruir en la plaza cuando se
70
Severino, ob,. Cit. Pág. 498, tomo II
71
Oviedo, cit. Por Hernández, ob. cit. Pág. 167 y 168, tomo I.
principió a edificar la población”72. El día 4 de Abril de 1511 salió Enciso expulsado de Santa María, hecho que la causaría a Balboa grandes problemas, en el navío Buenaventura del Darién, llegando a Sevilla el 21 de Noviembre del mismo año73. Indudablemente fue una ingenuidad de Balboa haber permitido la expulsión de Enciso, quién era abogado, sabía hablar bien y era además escritor, y ha debido suponer que una vez llegado a España se dedicaría a inmdisponerlo ante la corte, como así fue. Para encontrarestar estos males resolvió Balboa mandar a España y a la Española a dos amigos suyos como procuradores y escogió a Martín de Zamudio y a Juan de Valdivia quienes salieron en el mismo barco de Enciso, es decir, en el Buenaventura del Darién el día 4 de Abril de 1511, llevándole Juan de Valdivia presentes de oro a Don Diego Colón, virrey de la Española y a Don Miguel de pasamonte, tesorero de la Isla. Zamudio llevaba el proceso levantado a Enciso. “Se grajeó las voluntades de tal forma que el almirante le envió una cédula con título de capitán y teniente suyo en aquella tierra, aunque estaba en pleito sobre si tenía o no jurisdicción en Tierra Firme. El tesorero Pasamonte escribió al Rey a favor de Balboa y le envió a éste una cédula de capitán y administrador suyo en aquella provincia, por tanto tiempo cuanto su real voluntad fuese. Y con esto se le dobló el favor y la soberbia y se hizo llamar de ahí en adelante gobernador”74. A Valdivia le recomendaron que cuando regresara de la Española trajera víveres. Regresó a fines de 1511 a Santa María. Balboa aquí tenía sus enemigos como Diego del Corral, Gonzalo de
Badajoz, Alonso Pérez y Luis Mercado. Y había uno que nunca hablaba: Francisco
Pizarro, a quién Balboa mandó a recorrer el Occidente de Santa María. Cemaco le salió al encuentro con indios, a quienes dio dura lucha. Pizarro dejó herido al español Francisco Hernán, hecho que no gustó a Balboa y obligó a Pizarro a regresar para recoger al herido.
72
Herrera, citado por Hernández, ob. cit., pág. 169 t. I
73
Altolaguirre, ob. cit., pág. 31 nota 2ª.
74
Oviedo, citado por Hernández, ob. cit., pág. 170, tomo I
CAPITULO VI
BALBOA NAVEGA EL ATRATO Y LO LLAMA SAN JUAN
Los primeros españoles que vieron el atrato fueron, como ya dijimos, Bastidas, Juan de la Cosa, Balboa y Ojeda, pero el honor de haberlo descubierto se debe a Balboa, que lo llamó San Juan, por haber llegado a su márgenes el día de San Juan, el 24 de Junio de 1511 ó 1512. En 1929, el río desemboaba al mar por unas diez y siete bocas; su velocidad promedio era de 0,34 metros por segundo, y la cantidad de materia flotante era de 1.5 centímetros cúbicos por 10 litros; esto corresponde a una cantidad diaria de 144 millones de metros cúbicos de agua y 22.000 metros cúbicos de material flotante. El río León, que llamaron Guacuba, tiene 0.20 metros de velocidad por segundo con un caudal de 12.900.900 metros cúbicos de agua, y material flotante de 1.032 metros cúbico.
Estos dos ríos, y algunos otros de menor
importancia, traen al Golfo de Urabá 153.288.000 metros cúbicos de agua y 22.110 metros cúbicos de material flotante y arena.75 Por el Atrato durante la época colonial, por motivos de la guerra de España con Inglaterra, estuvo prohibida la navegación, bajo pena de muerte. Solamente esta prohibición se levantó en 1790 por insinuación del Virrey Caballero y Góngora a los comerciantes de Cartagena de Indias. Durante este primer viaje al Atrato, Balboa reconoció y remontó el río León, en busca del cacique Dabaibe, y Rodrigo de Colmenares, por mandato de él, subió por el Atrato. Balboa llamó al Río León, el de las Redes, por haber hallado en sus márgenes redes de cazar venados y
75 Estudio de Sie men Baunnion por comisión del gobierno de Colombia , citado por Severino, ob. Cit. Pag. 116 t. II
puercos de monte. A fines del siglo XVIII, encontró la expedición Hidalgo, a ocho leguas de navegación desde su boca, un camino de tierra ya para Antioquia76. Balboa regresó a las bocas del río León y subió por el Atrato en busca de Colmenares, a quién encontró en tierras del cacique Jurbí, no lejos del actual Riosucio, subiendo juntos doce leguas más, hasta una isla que llamaron Cañafístula77. Según el P. Severino, esta isla debe ser la isla grande de Murindó de cien kilómetros de largo por unos cinco de ancho78. La Isla de Murindó está formada por dos brazos del río: el oriental, llamado de Tadía, por desembocar en el río y ciénaga de este nombre, y el occidental, de Montaño, por su río homónimo. Dice las casas: “Y por la margen derecha del brazo Montaño entraron por un río de aguas negras, que por eso llamaron Río Negro”79. Siguieron por el Río Negro, Balboa y Colmenares y al término de cinco o seis leguas entraron en los terrenos de un señor Abenamechey.
Balboa dejó a
Colmenares en el Río Negro con la mitad de la gente y con el resto siguió por el Darién hasta la isla donde mandaba Abibeyba. El mismo P. Severino, que recorrió muchas veces estos sitios, dice que Balboa debió llegar cerca al río Murrí. “Durante la ausencia de Balboa en su ascensión por el río Atrato, Colmenares y su gente reconocieron las tierras del Río Negro, llegando hasta el cacique Abraybe. Al regreso de Balboa, dejando a Bartolomé Hurtado en Río Negro ambos capitanes, Balboay Colmenares, volvieron al Darién. Con Hurtado quedaron treinta hombres”80. Hurtado mandó al Darién veinticuatro indios con veintiuno españoles, siendo muerto los españoles, menos dos que se salvaron y llevaron la noticia a Hurtado. Este asustado se fue para el Darién y avisó a Balboa que los caciques Abibeyba, Cemaco, Abenamachey, Abraybe y Dabaybe, preparaban una incursión contra Santa María. Balboa salió con Colmenares a hacerle frente y tres leguas arriba del Atrato derrotaron a los indios, quedando en paz la región. 76 Expedición Fidalgo, Colecc ión de Documentos Inéditos publicados por An tonio B. Cuervo, Bogotá, 1891. 77
Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 117, t. II
78
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
79
Las Casas, citado por Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
80
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
Por el continuo cambio de nombres estos puntos que recorrió Balboa son hoy de difícil identificación, a lo que se agrega que en los trópicos la naturaleza cambia con frecuencia. Los ríos cambian de curso, las quebradas desaparecen y lo que fue ayer hoy ya no se conoce. Con sólo dejar algunos años de visitar esas regiones al volver es difícil identificar los puntos.81 Balboa buscaba por el Atrato víveres para Santa María y el tesoro9 de Dabaibe. Anayansi, la india que tanto amó a Balboa, le contaba sobre las costumbres, tradiciones, riquezas y las regiones que más allá se extendían; sobre la “existencia del palacio y templo de Dabaibe”, a cuarenta leguas de Santa María. El templo era suntuoso, todo revestido de oro. Los lejanos paisajes, con sus lejanas montañas, nubes, árboles y ríos ejercían cierto embrujo sobre los españoles y sus descendientes. Tratando de identificar los anteriores sitios que hemos nombrado, Jurbí tiene que ser lo que hoy es Turbo o algún sitio no lejos del actual Río sucio. El Río Negro dice Restrepo TiraDO ES EL Río sucio, aunque el padre Severino no es de esta opinión, él cree que el Río Negro es hoy el Montaño, “que sirve de línea divisoria a los distritos de Río sucio y Quibdo. Desemboca en el Atrato a 14 kilómetros arriba del extremo norte de la isla”82. Así que Abenamachey tenía que vivir sobre árboles muy altos, tenían que habitar cerca al río Murrí, y Abraybe, río Montaño arriba. El tesoro de Dabaibe, suponían que quedaba en las altas montañas donde la cordillera occidental se bifurca en tres ramales para entrar al territorio del actual Departamento de Córdoba. O sea el Paramillo, el Alto del León y el Cerro de Tres Morros que se divisan claramente desde la desembocadura dell Río Murrí al Atrato y en días despejados navegando por este río a la altura de Rio sucio. Este tesoro no solo lo buscaron insistentemente los españoles, sino que muchos europeos vinieron al Occidente de Antiquia con este propósito. Parece que Don Juan Enrique White y Don Carlos Segismundo de Greif, inglés y sueco
81 Durante cuarenta años D. Guiller mo Echavarría Misas, fue dueño de H. Mundo Nuevo. En 1960 la vendió y en Enero de 1981 volvió con el suscrito y le fue difícil reconocer e identificar los lugares que tanto recorrió 82
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
respectivamente, fueron atraídos por esta leyenda.
Ellos son troncos de respetables e
interesantes familias Colombianas. Diego M. Villegas V, notable historiador antioqueño, sostiene que “En esta zona hay cosas extrañas como el caso de la ciénaga Tadía, por la cual corre un río completamente determinado y que según los nativos fue el producto de inundación de una gran ciudad. Sería la famosa Dabaibe que tanto buscaron los españoles”83. Balboa, para esta época, 1511 ó 1512, no se sabe si antes o después de su viaje al Atrato, ya había hecho un viaje a las tierras de los caciques Careta y Comadre, para donde partieron en Abril o principios de Mayo de 1511. El puerto principal de Careta estaba situado cerca de Punta Sasardi (Nueva Caledonia).
Los españoles, siguiendo su desconcertante costumbre,
llamaban Careta indistintamente al puerto, al territorio, al poblado principal y al cacique, pero el verdadero nombre del cacique era Chima. Cuando los españoles llegaron a Careta, chima estaba guerreando con ponca. Chima entregó a Balboa, a su hija Anayansi. Por este detalle, que debió tener lugar en Mayo o Junio de 1511, el viaje de Balboa al Atrato debió de ser posterior, por que fue Anayansi, el gran amor de Balboa, quién le informó sobre la existencia del fabuloso tesoro del Dabaibe. Ponca estaba situado al oeste de la aldea de Careta. Su río era probablemente el Mortí, un afluente del Chucunaque. Una vez Balboa acabó con Ponca se fue a visitar al cacique Comadre, cuyos dominios llamados Comagra, se extendían desde el Caribe al río Bayano a través de la montaña, y por la costa desde Mazargandí hasta Playón Grande. Su capital se encontraba sobre el afluente del Bayazo conocido por Mutumagatí, donde las colonias cubiertas de bosques conducían a un valle central. En comagra encontró Balboa un completo surtido de vinos tintos y blancos. Le dieron un banquete de sopa, pescado, caza, carne, legumbres, pan, fruta y vino.
El banquete consistió en media docena de clases de
pescados, cocido, asado y frito; carne para todos los gustos; una sucesión de vinos; y todo tres veces más de lo que podía consumir un invitado.
Había sal.
Las copas eran de fibras,
trabajadas con increíble finura; pero las más hermosas estaban hechas de pequeñas calabazas
83
Diego Villegas, carta al autor de fecha Nov. 13 de 1981.
perfectamente pulidas, Con exquisitas guarniciones de oro84. Antes de sentarse a la mesa cada indio se quitaba los adornos más incómodos y el anillo de la nariz. El cacique Comadre, por intermedio de su Panquiaco, informó a Balboa quien más allá de la cadena de montañas que se veía hacia el sur se extendía otro océano85. La noticia, desde luego no reveló ningún misterio. La existencia de mares más allá del Atlántico era generalmente conocida, pues Asia miraba hacia ellos y la Tierra Firme no era Asia. Colón había informado que podía llegarse al otro mar en solo nueve días de marcha desde la laguna de Chiriquí. Todo se debió a que los españoles peleaban por el oro y por esto Panquiaco les dijo que no lo hicieran que los iba a llevar a otro mar donde el oro abundaba. El otro Océano se encontraba solo a tres días de marcha de las montañas que bordeaban por el lado más lejano del valle de Bayano, montañas que podían alcanzarse en un día desde Pocorosa. La dirección indicada dio para los españoles un nombre para el Pacífico: el mar del Sur. De Comogra regresó Balboa a Santa María. Para comunicar estas nuevas a Don Diego Colón mandó Balboa el 11 de Enero de 1512 a Juan de Valdivia, que iba acompañado por el P. Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, a la española. La expedición naufragó, muriendo Juan de Valdivia muchos años cautivos de los indios en Yucatán, siendo rescatados por los hombres de Hernán Cortés en 1519. Balboa hizo nueva entrada a las tierras del cacique Careta y Comadre, obteniendo nuevas informaciones de las riquezas del sur y del Perú. Para que informaran de la real situación de Santa María se mandaron a España nuevos procuradores en la persona de Juan de Quiceno (Quiceno para unos y para otros Caicedo) y Rodrigo de Colmenares, que salieron según el padre Severino y Hernández el 29 de Noviembre de 1512. Según las Casas la salida fue el 12 de Octubre de 1512, y según Pedro Mártir de Anglería el 20 de Noviembre del mismo año86. Pedro Mártir de Anglería jamás vino a las Indias. Fue un cortesano, y todo lo que escribió fue de oídas, ya que tenía la costumbre de sentar en su mesa a los que regresaban de Indias para que le contaran lo que había sucedido por 84
La Dra. Romoli, ob. cit, trae datos sobre este banquete.
85
Pedro Mártir de Anglería, ob. cit, Dec. II pág. 144
86
Angleria, citado
por Severino, ob. cit., pág. 9. t. III
estas tierras. Los nuevos procuradores tardaron cuatro meses en llegar a la Española. A Sevilla llegaron en los primeros días de Mayo de 1513. Fernando el Católico oyó complacido las buenas nuevas que le traían los procuradores del Darién y concedió muchos privilegios y mercedes a sus pobladores, así: 1.
pasaje franco a todos los que quieran ir a poblar y a residir en Tierra Firme y
mantenimiento para un mes después de desembarcados. 2.
Que paguen alcabala, ni pecho, ni imposiciones por término de 20 años, los que
corran después de cumplido los cinco años que por otra parte se les hizo merced. 3.
Que no paguen más del diezmo del oro que hayan cogido, falta que vaya el
gobernador e después paguen en quinto. 4.
A los caballeros se les concederá una caballería de tierras, cuya extensión debía
ser tan necesaria para sembrar 200.000 montones de yuca, un área de la mitad sería la peonía. Los salares tendrían cien pasos de longitud y ochenta de anchura. 5.
Los vecinos podían tener barcos o carabelas para traer a Santa María
mantenimientos e provisiones de la Españoles, e San Juan e Jamaica87. A principios de Enero de 1513 llegaron a Santa María algunos personajes como Sebastián Ocampo, seguido por Cristóbal Serrano, con doscientos hombres, Diego Fernández con cuatrocientos y Juan de Castañeda con cuarenta. Total: 640 hombres para un pueblito que principiaba. Por cédula Real de 23 de Diciembre de 1511, el Rey Fernando nombró a Balboa, gobernador del Darién. Y a la vez en 1512 Miguel de Pasamonte, ignorando tal vez el nombramiento que le había hecho el Rey Fernando a Balboa, “envió a Vásco Núñez una provisión de capitán general de toda aquella tierra, por que diz que tenía poder del Rey para constituir capitanes y gobernadores en la tierra firme, según el determinase… Fue, inestimable el gozo y placer que Vásco Núñez recibió de verse ya con autoridad del rey, o de quien su poder tenía, por capitán
87
Severino, ob. cit., pág. 9 t. III
general sublimado, por que hasta entonces, por fuerza y por mañas tenía la superioridad sobre los españoles, usurpada, fue lleno su gozo”88. Al partir Rodrigo de Colmenares, quien había comprado muchas propiedades en Santa María, dejó recomendado a Alfonso Núñez para que se la administrase, ya que era pretor de justicia e4n la Antigua. Quicedo o Quiceno o Caicedo dejó a su mujer en Santa María, como garantía de su regreso. Se llamaba Isabel de Escobar y fue de las primeras españolas que pasó a Indias, ya que vino con la expedición de Nicuesa. Por esto no es cierta la afirmación de Don Eduardo Mendoza Varela, en el tiempo de Bogotá, de que con los conquistadores españoles no vinieron mujeres. Pedrarias trajo a su mujer, Doña Isabel de Bodadilla, dama de alta alcurnia en la corte, ya que estaba emparentada con la nobleza. Con Oviedo llegó su consorte Margarita de Vergara, la de los largos caballos, que murió en Santa María. También Pascual de Andagoya trajo la suya, y Diego Márquez, Alonso de Santiago, Alonso de Dunís, Diego Galiano, Pedro Bernal, Francisco Trujillo y Guillermo de Hernández vivían con sus señoras en Santa María. El gobernador del Darién, López de Sosa, quien iba a reemplazar a Don Pedro Arias y murió al desembarcar, también venía con la suya. Balboa vivía con Anayansi, a quien quiso como a su esposa. Diego Villegas, en conversación con el autor, le informó que muerto Balboa, Anayansi pasó a lima, donde fue una de las más aristocráticas matronas del Perú colonial. Los procuradores Quiceno y Colmenares le fueron infieles a Balboa. En España se dedicaron a acolitar a Enciso en sus quejas ante la corte contra Balboa. Una real orden de Noviembre de 1512 le reconocía veinte mil maravedís de indemnización por sus pérdidas y gastos en la empresa de Ojeda. “Posteriormente, cuando llegaron Colmenares y Caicedo, se le otorgó otra indemnización, suplementaria, de veinticinco mil de maravedís, y se dictó un fallo contra el concejo de la Antigua, por el cual se condenaba a esta ciudad a resarcir al bachiller de la confiscación que sus bienes de la colonia se había operado”89. Para esta época era personajes en Santa María, Andrés de Valderrábano, Alfonso o Alonso Pérez de la Rúa, Bartolomé
88
Las Casas, citado por Severino, ob. cit, pág. 93, t. II
89
Hernández, ob. cit, pág. 2288, t. I
Hurtado, Fernando de Arguello, Hernando Muñoz y Luis Botello, Francisco Pizarro y Diego del Corral. Este y Alonso o Alfonso Pérez eran enemigos de Balboa, y a una salida que éste hizo aprovecharon para apoderarse de Santa María. Tomaron el oro y lo repartieron, pero los moradores no quedaron contentos con el repartimiento y se volvieron contra del Corral y Pérez. Los amigos de Balboa, Fernando de Arguello y Hernando Muñoz los prendieron. En los primeros días de Enero de 1513 llegó a Santa María Sebatián Ocampo, como ya vimos, con hombres que enviaba el tesorero Pasamonte. Traía para Balboa una carta secreta de Martín de Zamudio, el primer procurador, que estaba escondido en España, porque la justicia lo consideraba cómplice de Balboa en el asunto de Enciso y Nicuesa. En esta carta informaba a Balboa que a Santa María iría a un nuevo gobernador, que lo confiscaría sus bienes y condenaría a prisión perpetua por la muerte de Nicuesa y la expulsión de Enciso y el desafecto de Colmenares y de otros súbitos de Santa María. Lleno amargura y de orgullo. Balboa manda a España a Sebastián Ocampo con una carta de él para la corte, que lleva fecha 20 de Enero de 1513. Esta carta contenía una defensa, una acusación y una relación de servicios al Rey. Es el documento más antiguo y más largo de los escritos por el gran explorador que se haya publicado. Esta carta constituye además la primera descripción del Darién, del Istmo de Panamá, de la región de Urabá y su importancia es tanto mayor cuanto que su relato está hecho por el primer capitán que descubrió y exploró en su integridad estas regiones. He aquí algunos párrafos de ellas: “Cristianísmo y muy poderoso señor: “Hago saber a vuestra muy Real Alteza que ambos a dos Gobernadores, Diego de Nicuesa como Alonso de Ojeda, dieron muy mala cuenta de si por su culpa, que ellos fueron causa de su perdición por no saberse valer, y porque después que a estas partes pasan toman tanta presunción y fantasía en su pensamientos que les parece ser señores de la tierra y desde la cama han de mandar la tierra y gobernar lo que es menester…! La calidad de la tierra es tal que si el tuviere cargo de gobernarla se duerme cuando quiere despertar no puede, porque es tierra que quiere que el que la requiere la paso o la rodee muchas veces, y como la tierra sea muy
trabajosa de andar a cabsa de los muchos ríos y ciénagas de grandes anegadizos y sierras donde muere mucha gente del gran trabajo que se recibe, hacen mal ir a recibir malas noches y pasar trabajos porque cada día es menester ponerse a la muerte mil veces… “La mayor parte de su perdición ha sido el mal tratamiento a la gente, por que creen que desde acá una vez los tienen, que los tienen por esclavos. Principalmente he procurado, por donde quiera que he andado, que los indios de esta tierra sean muy bien tratados, no consistiendo hacerles mal a ninguno, tratándoles mucha verdad, dándoles muchas cosas de las de Castilla por atraerlos a nuestra amistad. Ha sido cabsa tratándoles verdad que he sabido de los muy grandes secretos i cosas donde se puede ver muy grandes riquezas en mucha cantidad de oro de donde vuestra muy Real Alteza será muy servido. “Sabrá vuestra muy Real Alteza que después que aquí estamos habemos corrido tanto a unas partes y a otras a cabsa de la mucha necesidad que habemos tenido que me espanta como se ha sufrido tanto trabajo y las cosas que han sucedido mas han sido por mano de Dios que por mano de gentes. Yo he procurado de nunca fasta ay haber dexado andar la gente fuera de aquí sin ir delante, ahora fuese de noche o de día, andando por río y ciénagas y montes y sierras, y las ciénagas de esta tierra no crea vuestra Real Alteza que es tan liviano que nos andamos folgando, por que muchas veces nos acaece ir una legua y dos y tres por ciénagas y aguas desnudas y la ropa cogida puesta en la tablanchina encima de cabeza, y salido de una ciénagas entramos en otras y andar de esta manera dos y tres y diez días… Yo señor, he procurado de continuo de hacer que todo lo que sea habido falta hoy de lo hacer muy bien repartir, así el oro como guanín y perlas, sacando lo que pertenece a vuestra muy Real Alteza, como todas las otras cosas, así de ropa como de cosas de comer, que falta aquí habemos tenido más las cosas de comer que el or4o, por que teníamos mas oro que salud, que muchas veces fue en muchas partes que holgavamos de hallar una cesta de maíz que otra de oro. “Muy poderoso señor, lo que yo con buena industria y mucho trabajo con la buena ventura he descubierto esto. En esta provincia del Darién hay descubiertas muchas y muy ricas minas, hay oro en mucha cantidad: están descubierto veinte ríos, y treinta que tienen oro salen de una sierra que está a dos leguas de esta villa… Yendo este río grande (de San Juan) (Atrato) arriba
treinta leguas sobre la mano izquierda entre un río muy hermoso y grande, yendo dos días por el arriba estaba un cacique que se dice Davaive, es muy grande señor y muy grande tierra y muy poblada de gente, tiene oro, en mucha cantidad en su casa, y tanto que para quién no sabe las cosas de esta tierra será bien dudoso de creer. Dicen muchos indios que cogen este oro lo traen en gramos como lo cogen por fundir y lo rescatan con este Cacique Davaive, dales en precio por rescate y indios mancebos y muchachos para comer, y indias para que sirvan a sus mujeres, no las comen, dales puercos en esta tierra muchos, dales mucho pescado y ropa de algodón y sal, dales piezas de oro labradas como ellos las quieren. Este cacique Davaive tiene gran fundición de oro en su casa: tiene ciento hombres a la cantina que llevaran oro, esto es todo por nueva cierta. Yendo más allá costa abajo falta cuarentas leguas de esta Villa entrando la tierra adentro falta doce leguas está un Cacique que se dice Comadre, y otro que se dice Pocorosa. Dicen todos los caciques y indios de aquella provincia de Comadre que hay tanto oro cogido en piezas en casa de los Caciques de la otra mar que nos falten estar a todos fuera de sentido, dicen que hay por todos los ríos de la otra costa oro en mucha cantidad y en granos gordos… Dicen que la otra mar es muy buena para navegar en canoas por que esta muy mansa a la continua… Yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad muy gordas y que tienen cestas de los caciques… Y pues que de tan grande tierra a donde tanto bien hay nuestro Señor le ha fecho Señor, no le debe echar en olvido, que Vuestra muy Real Alteza es servido de dar e enviar gente, yo me atrevo a tanto mediante la bondad de nuestro señor de descubrir cosas tan altas y a donde pueda haber tanto oro y tanta riqueza con que se puede conquistar mucha parte del mundo…
Y para que muy Real Alteza
sea mas cumplidamente informado de las cosas de aquellas tierras le envió un indio errado de los de aquella tierra… Esto no lo tenga vuestra muy Real Alteza a cosa de burla… Yo señor he estado bien cerca de aquellas cierras faltan dos jornadas no he llegado a ellas por que no he podido a cabsa de la gente, por que llegan hombres faltan donde pueden y no faltan donde quieren… Muy poderoso señor una merced quiero suplicar a vuestra Alteza me haga, por que cumplí mucho a su servicio y es que vuestra Alteza mande que ningún bachiller en leyes ni otro ninguno sino fuere de medecina pase a estas partes de la tierra firme una grande pena que vuestra Alteza para ello mande proveer, por que ningún bachiller acá para que no sea diablo y tienen vida de diablos, no solamente son malos mas aun falten y tienen forma por donde hayan
mil pleitos y maldades; esto cumple mucho al servicio de vuestra Alteza por que la tierra es nueva”90. Cuando Zamudio escribió a Balboa para advertirle de los peligros que corría, no habían llegado a la Corte Quiceno o Caicedo y Colmenares. No conocía el Rey por consiguiente la existencia del mar del sur, revelado por el hijo del cacique Comadre. Con la esperanza, pues, de que al saber el Rey esta noticia, cambiara de parecer despachó Balboa la carta que acababa de escribir, con Sebastián Ocampo. Desgraciadamente cuando llegó el comisionado, ya habían properado las intrigas de Enciso, que el parecer del Rey no se modificó y antes por el contrario se ordenó que un comisionado secreto, con refuerzo de ochocientos hombres fuese hasta Santa María a investigar las condiciones de los colonos y a prometer a estos que pronto les llegaría un buen gobernador. Este comisionado se llamaba Pedro de Arbolancha. Entre tanto Balboa salió a Coronar su magna obra.
90
Tomado de Rodríguez Plata, conf. cit, pág. 35 a 39
CAPITULO VII
BALBOA DESCUBRE EL MAR DEL SUR
El 1 de Septiembre de 1513 sale Balboa con ciento noventa españoles y seiscientos indios de Santa María, el Pacífico y la inmortalidad. Tardó veintidós días en alcanzar el mar del Sur, pero solo empleó nueve o diez en la marcha.
Llegó a Careta en cuatro días.
De la
desembocadura del río Tanela (que en ese entonces salía al mar) a Careta hay 57 millas91. Balboa y Pedrarias hablan de veinte leguas. En Careta (Puerto Carreto, por corrupción de Careta) se fundó en 1516 la población de Acla, siendo Balboa el fundador. “En Acla hay un puerto muy bueno, hondable y seguro de todos los vientos, e limpio para desembarcar y que había disposición para pueblo de llanura. Y que el camino de allí a la Mar del Sur es andable a pie y a caballo, y que desde dicho puerto de Acla hasta el golfo de San Miguel hay veinte o veinticinco leguas”92.
De Acla se dirigió Balboa al río Chiatí, afluente izquierdo del
Chucunaque, en la banda meridional del Darién. Según Antonio de Arévalo, que recorrió esos lugares en viaje oficial de estudio hacia el año de 1782, hay seis leguas (30 kilómetros). “Don Francisco Barrios, uno de los primeros colonos de la catual Acandí, me aseguraba que de Puerto Carreto al mencionado río afluente del Chucunaque, no hay más de ocho horas de trochas. Esta tuvo que ser la ruta de Balboa”93. La expedición iba acompañada de criados, porteadores, mujeres y familiares indios. Alineada de uno en uno, debía de extenderse en más de media milla. La columna demoraba un ahora para atravesar un punto. Algunos iban con su coraza de acero, cascos y botas, llevaban cestos y jarros de alimentos y bebidas. Iba Leoncico. A los dos días de salir de Careta llegó Balboa a la tierra del cacique Ponca, con quien hizo las 91 Colección de Documentos inéditos publicados por Don Antoni o B. Cuervo, t. 1 “Expedición de Fidalgo, derrotero de las costas de la América Meridional desde Maracaibo hasta el río Chagres, Bogotá 1891” 92
Arch de Indias, Patronato 1 -1- 26/8, infor mación de Severino, ob. cit., pág. 127, to. 1º
93
Severino, ob. cit., pág. 128, t. II
paces. Aquí se quedó hasta el 20 de Septiembre y dejó recomendado al cacique doce soldados enfermos, para que una vez repuestos regresaran a Careta. prosiguió la expedición hasta el territorio de Torecha.
Con guías que le dio Ponca
Dejó aquí Balboa otros soldados
enfermos y continuó el viaje con los setenta que le quedaban sanos. El 25 llegaron a un punto desde donde se podían divisar ambos océanos. La ruta que siguió Balboa tiene unas veinte leguas, o sean unos 100 kilómetros. Dice Oviedo: “Y en martes veinte y cinco de aquel año de mil quinientos trece, a las diez horas del día, yendo el capitán Vásco Núñez en la delantera de todos los que llevaban por un monte de la Mar del Sur, antes que ninguno de los cristianos compañeros que allí y van, y se volvió incontinente la cara hacia la gente, muy alegre, alzando las manos e los ojos al cielo alabando a Jesús Cristo y a su gloriosa madre, la Virgen Nuestra Señora; Y luego hincó ambas rodillas y dio muchas gracias a Dios por la merced que le había hecho, en hacer descubrir aquella mar, y hacer en ellos tan gran servicio a Dios y a los católicos y serenísimos reyes de Castilla”94. “Lo primero que se vio un golfo mandólo llamar, golfo de Sanct Miguel, por que era la fiesta de aquel arcángel desde cuatro días”95. Balboa en el camino encontró cosas muy raras, como por ejemplo que en Quareca, donde reinaba Torecha, los viejos eran homosexuales, costumbre muy arraigada entre los indios. Vestían de mujeres. Todos los autores hablan de estas costumbres depravadas de los indios, que indudablemente irritaban a los españoles que eran dechados de masculinidad. Según la Doctora Romoli solo el descubrimiento de América por Colón y el viaje de Magallanes, viajando por lo desconocido para alcanzar lo conocido, igual a este descubrimiento en importancia96. En el acta que levantó el escribano Andrés de Valderrábano, donde consta el nombre de los sesenta y siete españoles que acompañaron a Balboa, se dice:
94
Oviedo, citado por Severino, ob. cit, pág 129, t. II
95
Oviedo, cit. Por Severino, ob. cit, pag. 129, t.II
96
Romoli, ob. cit, pág. 183 y 184, t. II
“Los caballeros e hidalgos y hombres de bien que se hallaron en el descubrimiento de la Mar del Sur, con el magnífico y muy noble señor el capitán Vasco Núñez de Balboa, y el fue el que primero de todos vino aquella mar é la enseñó a los infraescritos: Andrés de Vera, Clérigo
Alonso Ruíz
Cristóbal de León, platero
Francisco Pizarro
Francisco de Lucena
Johan Martínez
Diego de Albitéz
Martín Ruiz
Johan de Beas Loro
Fabián Pérez
Pascual
Rubio
de
Johan Ferrol
Malpartida Bernardino de Morales
Johan Gutiérrez de Toledo Francisco
Diego de Texerina
Gualdacamar
Cristóbal de Vadebuso
Francisco Martín
Johan Bejines
Pedro Martir de Palos
Rodrigo Velásquez
Hernando Díaz
Johan Camacho
Andrés García de Jaén
Diego de Montehermoso Johan Matheos Maestre
Alonso
Gonzáles
Luís Gutiérrez Alonso Sebastián
de
Francisco de Tova
de Johan García Netheo Lozano Alonso de Guadalupe Sebastián de Grijalva Francisco de Ávila Johan de Espinosa Johan de Velasco Benito Durán
Santiago Miguel Crespo
Andrés de Molina
Gregorio Ponce Miguel Sánchez
Antonio de Baracaldo
Bernardino de Cienfuegos Martín García
Pedro de Escobar
Cristóbal Daza
Johan de Medellín
Johan del Puerto
Francisco Pesado
Alonso de Martín
Francisco de Arias
Hernando Muñoz
Johan García, marinero
Pedro de Orduña
Hernando Hidalgo
Johan Gallego
Nulfo de Olano, negro
JohanRubio de Malpartida
Francisco de Lentín
Pedro Fernández de Arocl
Alvaro de Bolaños
Francisco Valdenebro
Andrés de Valderrábano, escribano de sus Altezas, en la Corte y en todos sus reinos e señoríos, estuve presente e doy fe de ello, e digo que son por todos sesenta y siete hombres estos primeros cristianos que vieron la mar del Sur, con los cuales yo me hallé é cuento por uno de ellos; y este era de Sanct Martín de Valdeiglesias”97. Pero resulta que, según la Dra. Romoli, el 25 de Septiembre de 1513 no fue martes sino domingo, el 27 fue el día que cayó martes. Entonces es más lógico que Balboa haya visto el Pacífico el martes 27 de Febrero de 1513. El punto más alto de la sierra de Quareca está a cinco mil pies, pero estaba fuera de la ruta de Balboa y está considerado por el lugar desde el que Balboa vió por primera vez el otro mar. Existe un pico secundario de 1800 pies, pero de aquí tampoco fue, el hecho tuvo lugar, según la Dra. Romoli, en una eminencia de las estribaciones meridionales, no demasiado alta, desde la que, advertido por los guías, y apresurándose un poco para ser el primero, Vasco Núñez de Balboa permaneció contemplado el
97
Pacífico.
El
29
de Septiembre con
Oviedo, ob. cit, pág. 97 y 98, t. VII
sus
veinte seis
compañeros que eran:
Andrés de Vera, clérigo
Hernando Muñoz
Cristóbal Daza
Francisco Pizarro
Hernando Hidalgo
Johan de Espinosa
Bernardino de Morales
Álvaro de Bolaños
Pascual
Diego Alvitez
Ortuño
Rubio
de
Malpartida de
Baracaldo,
viscaíno
Johan de Portillo
Francisco de Lucena
Johan Gutiérrez de Toledo
Bernardino de Cienfuegos,
Francisco Martín
Rodrigo Velásquez Fabián Pérez Francisco de Baldenegro
asturiano Johan de Beas
Francisco
Gonzáles
de
Martín Ruiz Andrés de Valderrábano,
Guadalcama Diego de Texerina
escribano.
Sebastián de Grijalda Tomó posesión formal de su descubrimiento. Llegaron a las playas del golfo hacia las dos de la tarde y dijo: “Vivan los muy altos é muy poderosos Reyes Don Fernando e Doña Johann, Reyes de Castilla y de León y de Aragón, en cuyo nombre y por la corona real de Castilla tomo y aprendió la posesión real y corporal y actualmente de estas tierras, y mares y costas, y puestos e islas australes, con todos sus anejos y reinos y provincias que le pertenecen, o pertenecer puedan en cualquier manera o por cualquier razón y título que sea o pueda ser, antiguo o moderno, y del tiempo pasado, presente o por venir, sin contradicción alguna. Y si alguno otro príncipe, o capitán, cristiano o infiel, o de cualquier ley o condición que sea, pretenda algún derecho a estas tierras y mares, yo estoy presto y aparejado para contradecírselo y defender en nombre de los Reyes de Castilla, presentes o por venir, cuyo este imperio y señorío de aquellas indias, islas y tierra firme Septentrional y Austral con sus mares, así en el Polo Ártico como en el Antártico en la una y la otra parte de la línea Equinoccial, dentro o fuera de los trópicos de Cáncer y Capricornio, según que más cumplidamente a sus majestades y sucesores todo ellos y cada cosa y parte de ellos compete y pertenece, y como más largamente protesto por escrito, que se dirá o se pueda decir o alegar a favor de su real patrimonio, y ahora y en todo tiempo, en tanto que el mundo durase hasta el universal final juicio de los mortales”98. Estando en el golfo 98
Oviedo, ob. cit, pág 98, t. VII
de San Miguel llegó hasta la bahía que llamó San Lucas el 18 de Octubre y el 29 del mismo mes estaba en una isla que llamó San Simón, cerca al Archipiélago de las Perlas. El 3 de Noviembre regresó al Darién por la ruta de Bayano. Llegaron a Pacra el 5 de Noviembre y Balboa los llamó todos los Santos. Salieron de Pacra el 1 de Diciembre. El 8 estaba en Pocoroso. El 1 de Enero de 1514 en Comogra, donde gobernaba Panquiaco, con el nombre de Don Carlos, por que su padre el cacique Comadre había muerto. Llegó a Careta el 17 de Enero de 1514. El 18 se embarcó para Santa María, llegando el 19: “Salieron sus vecinos a recibir en procesión y con fiesta, por que dexaba trabada amistad con muchos caciques y señores por toda aquella tierra”99. De su correría trajo cuarenta mil pesos de oro, ropas de algodón y 800 indios de servicio100. Geniales estos conquistadores españoles, ya vimos como Balboa en pocos días de marcha llegó de Acla al Golfo de San Miguel. En 1852 el teniente norteamericano Straín desembarcó en la costa de Acla (bahía de Caledonia) con 28 hombres “y si al cabo llegó a las orillas del Pacífico, fue tras de sesenta y tres días de marcha, en los que muchos de sus compañeros perecieron de fatiga, hambre y miseria”101. Cuando Balboa venía por Acla le informaron que en Santa María había un comisionado real, así que al llegar a Santa María se encontró con Don Pedro de Arbolancha que había sido mandado por el Rey para que averiguara en forma confidencial de la real y verdadera situación de los colonos. Aparentemente dijo que su misión se debía única y exclusivamente a traer víveres. Balboa recibió cordialmente a Don Pedro de Arbolancha y desde ese momento se hicieron grandes amigos. Arbolancha admiró las grandes dotes de administrador de Balboa y la forma tan honrada como procedía. Pudo observar la delicadeza con que apartó el quinto del Rey y repartió el excedente entre todos los habitantes de Santa María, hubieran o no participado en la expedición al mar del Sur. Arbolancha tenía órdenes de regresar a España cuanto antes con los datos solicitados. Regresó solamente el 12 de Marzo de 1514, por que los barcos no tuvieron listos sino para esa fecha.
99
Llevaba informes de Balboa sobre el
Gonzalo de Illescas, “Historia Pontificial y Católica”, II parte, pág. 502, Madrid, 1867
100
Manuel José de Quintana “Vida de Españoles Ilustres” Balboa, en Bibl de AA.EE, t. XIX, pág. 281, Madrid 1867
101
Eliceo Reclús, “Nueva Oficial, pág. 374, nota 2.
Geografía
Universal”,
La
Tierra
Biografía
y
los
de Vasco
hombres,
de
Bog.
Nuñez de
1893,
ed.
descubrimiento del mar del Sur. Esta demora fue fatal. Si Arbolancha hubiera llegado a la Corte a tiempo con buenos informes, tal vez el Rey no hubiera nombrado a Pedrarias Gobernador de Castilla de Oro, como así se llamaría la antigua provincia del Darién y la suerte de Santa María hubiera sido otra. Pero casi el tiempo que salía Arbolancha para España salía Pedrarias de España para Santa María. También Balboa le escribió a Pasamonte a la Española dándole cuenta del descubrimiento del Mar del Sur y enviándole oro y perlas. Pasamonte le escribió al Rey informándole del nuevo descubrimiento. Arbolancha llegó a España e informó al obispo Juan Rodríguez de Fonseca, al comendador Lope de Conchillos y a los doctores Zapata, Palacios Rubios, miembros del Consejo de Indias. El Rey Fernando se enteró del descubrimiento del Mar del Sur por la Carta de Pasamonte, debido a que Arbolancha se demoró en entregarle la carta de Balboa, por que se quedó en su casa mandándose hacer un nuevo vestido para presentarse ante el Rey. El Rey le escribe a Balboa con fecha 19 de Agosto de 1514 y le dice: “Por que Arbolancha aún no es llegado y espero a su venida para mandar proveer en todo lo de allá y en lo que vos toca, está solamente será para deciros lo mucho que é olgado de ver vuestras cartas y en saber las cosas que aveis descubierto en esas partes de tierra nueva de la Mar del Sur en el Golfo de San Miguel. “Cuando vuestras letras llegaron ya Pedrarias era partido con la armada que mandamos hacer para esa tierra del Castilla del Oro de que él va por nuestro Capitán General y gobernador de ella; ahora le escribo que mire mucho por vuestras cosas y os favorezca y trate como persona a quien yo tengo tanta voluntad de facer merced y también me ha servido y sirve”102. El Rey ese mismo día escribió a los alcaldes y regidores de Santa María y a Pedrarias diciéndoles que trataran a Balboa con mucha consideración por lo mucho que le había servido. El Rey quedó contento con las noticias que le llevó Arbolancha y el 23 de Septiembre de 1514 nombró a Balboa, adelantado de la Mar del Sur y gobernador de las provincias de Panamá y Coiba, pero en mala hora agregó “Debaxo y la gobernación de Pedro Arias de Avila”. Pedro Martir de Anglería informó al papa del descubrimiento del Mar del Sur, así: “Hemos recibido mensajeros del Nuevo Mundo. Se escriben cosas maravillosas. Vasco Núñez de Balboa con la ayuda de sus secuaces y contra las autoridades nombradas por el Rey, ha
102
Citada por Hernández, ob. cit, pág. 118, t. 267
usurpado el gobierno del Darién, expulsado al gobernador Nicuesa y echado en la cárcel al bachiller Enciso. Balboa ha intentado y realizado una hazaña tan grande, que no sólo ha sido perdonado por su conducta traidora, sino incluso distinguido con horrorosos títulos. En parte, por medio de la fuerza y en parte por negociaciones y por la pacificación de los reyes indígenas, ha escalado las montañas y saludado el océano”103. Balboa envió a Andrés de Garavito de nuevo al Pacífico para constatar la distancia que había entre Santa María y el Pacífico y a su amigo Bartolomé Hurtado al Atrato a dominar a los caciques Abenamachey y Abraiba que no que querían someterse a los españoles. Ambos regresaron cargados de oro. Hurtado llegó hasta la desembocadura del Ríosucio al Atratro. Antes de seguir con nuestra narración y ya que en la parte final de este capítulo nos adelantamos un poco al orden cronológico de ellos, hagamos como una especies de paréntesis y en el capítulo siguiente veamos algo interesante de Santa María: sus frutas y sus verduras, según los historiadores primitivos de Indias.
103
Citada por Hernández, ob. cit, pág. 118, t. 269
CAPITULO VIII
FRUTAS Y VERDURAS DE SANTA MARIA
Hace unos meses se dictó en Bogotá una conferencia sobre los primeros cultivos de frutas en el Darién, lo que me ha inducido a decir algo de ellas. Fue el Darién gran productor de frutas, tal vez porque allí se iniciaron los primeros cultivos por los españoles en tierra americana. Ellos trataron de aclimatar la uva con fuertes podas, establecieron el cultivo del banano que hoy en día es el principal cultivo comercial de la zona. Entre esos cultivos sobresalía el de la piña, que hoy ha desaparecido de la región a excepción de un pequellísimo cultivo localizado en San Pedro de Urabá. Eran tan bellas y sabrosas las piñas de Urabá que de ellas dijo Oviedo: “Esta es una de las más hermosas frutas que yo he visto en todo lo que del mundo he andado. A lo menos en España, ni Francia ni Inglaterra, Alemania ni en Italia, ni Secilia, ni en los otros Estados de la Cesárea Majestad, assi como Borgoñas, Flandes, Tiros, Arteus ni Olanda, ni Celanda y los demás, no hay tan linda fructa, aunque entren los millleruelos de Secilia, ni peras moscarelas, ni todas aquellas fructas excelentes que el Rey Fernando, primero de tal nombre en Nápoles, a comuló en los jardines del parque y el parayso y el pujo Real: en el cual fue opinión que estuvo el principado de todas las huertas de más excelente fructas que los cristianos poseían; ni en la Esquiva Noya del buque de Ferrara, Hércules, metida en aquella su isla del río Po ni la huerta portátil
en
carretones del señor Ludovico Esforza, duque de Milán, en que le llevaban los árboles cargados de fructa hasta la mesa y a su cámara. ¨Ninguna destas, ni otras muchas que yo he visto no tuvieron tal fructas como estas piñas o alcachofas, ni pienso que en el mundo la hay que se iguales en estas cosas juntas que agora diré: hermosura de vista, suavidad de olor, gusto de excelente sabor ¨…Y termina Oviedo. A
mis ojos es la más hermosa fructa de todas las fructa que he visto y la que mejor huele y mejor sabor tiene¨104. Al Rey Fernando desde Santa María le mandaron piñas y también a su majestad le pareció la mejor fruta, así lo dice Pedro Mártir de Anglería: ¨Otra fruta dice el invictísimo Rey Fernando, que ha comido, traída de aquellas tierras, que tienen muchas escamas, y en vista, forma y color se asemeja a las piñas de los pinos, pero en lo blanda al melón, y en el sabor aventaja a toda fruta de huerto. El mismo Rey le concede la palma105. Y sobre las frutas en general de Santa María, nos dice Pedro Mártir Anglería: ¨Los del Darién tienen muchas clases de frutas de árboles indígenas de vario sabor y saludables para uso de los hombres, de los cuales me propongo describir las principales. Cultivaban el árbol Guayano, que da una fruta muy semejante a la de los cidros, vulgarmente llamados limones, de sabor agrio mezclado con dulce. Abundan asímismo de piñones y de dátiles varios, mayores que los que nosotros conocemos, pero por su aspereza no valen para comer. ¨El guaravaná, que es mayor que el naranjo, cría una fruta grande, igual a la cidra. El mameyo es otro árbol que produce un fruto del tamaño de la naranja, y cuyo sabor no es inferior al del más rico melón. El guanalá da una fruta mejor las otras, pero de olor aromático y más sabroso que ninguno. El hobos, es de forma y sabor muy semejante a las ciruelas, pero algo mayor; creen que es el mirobolano . cavan también de la tierra unas raíces que nacen naturalmente y los indígenas llaman batatas. De cualquier modo que se aderecen, asadas o cocidas, no hay pasteles ni ningún otro manjar de más suavidad y dulzura. También se siembran y cultivan en los huertos la yuca; se comen crudas, y entonces imitan al gusto de la castaña verde pero son más dulces”106 Es curioso observar cómo se conservan en Urabá y el Sinú las costumbres y enseñanzas de los indios, que me imagino se han transmitido de generación en generación hasta las actuales. Quien haya visto a los campesinos del río San Juan, en el Urabá antioqueño, sembrando maíz, no dejará de admirarse de la realidad de la descripción que hace Fernández de Oviedo, y que
104
Oviedo, ob. cit.,
105
Anglería, ob. cit., Dec. II, cap. IX, pág. 182.
106
Anglería, ob. cit., Dec. II, cap. IX, pág. 181.
T. II, pág. 187.
insertamos más adelante. Detalla los mismos instrumentos de trabajo, las mismas costumbres y creencias, los mismos ciclos de siembra y la costumbre india de remojar en agua los granos de maíz dos días antes de sembrarlos, para ablandarlos y para que nazcan pronto. Dice Oviedo: “Cuando los indios quieren sembrar maíz, talan el monte o cañaveral, y después de se ha fecha aquella tala o roza, quémanla, y queda aquella ceniza de lo talado, dando tal temple a la tierra, como si fuera estercolada; y cuando vana a sembrar es al principio de la luna, porque tienen por opinión que ansí, como ella va creciendo, ansí lo hace la cosecha sembrada. E cuando han de poner en efecto esparcir la simiente, quedando la tierra rasa, pónense cinco o seys indios, uno desviado de otro un paso, en ala puestos y con sendos palos o macanas en las manos, y dan un golpe en tierra con aquel palo de punta, e meneándole porque abra un algo más la tierra, y sácale luego, y en aquela agujero que hizo echan con la otra mano siniestra quatro o cinco granos de maíz que sacan de una taleguilla que llevan ceñida o colgado al cuello de través, como tahalí, e con el pie cierran luago el hoyo con los granos, porque los papagayos y otras aves no los coman; e luego dan otro paso adelante, e hacen lo mesmo. Y porque el mahiz es de muy seco é recio, para que más pronto nazcan, un día o dos échanlo en remojo, é sembrandolo el tercero. Y para que su labor se haga mejor, siembran en tiempo que por haber llovido está la tierra de forma que el palo que sirve en lugar de reja, pueda entrar tres o cuatro dedos debaxo de la tierra, con pequeño golpe. Este mahiz desde á pocos días nasce, por que en cuatro meses se coge, é alguno hay más temprano, que viene a tres. Así como el mahis va creciendo tienen cuidado de los desherbar, hasta que esté tan alto que el mahiz señoree la hierva; y cuando está bien crecido es menester ponerle guarda, en lo cual los yndios ocupan los muchachos y a este respecto los hacen estar encima de los árboles y de andamios que los hacen de madera é cañas é cubiertos como ramadas, por el sol é por el agua, é a estos andamios, llaman barbacoa, é desde las barbacoa están continuamente dando voces, oxeando los papagayos é otras aves que vienen a comer los maizales…En la Tierra Firme, además del peligro de las aves, tienen los maizales no menos requesta peligrosa de los venados é puercos salvajes é gatos monillos, é por otros inconvenientes. El mahiz de Tierra Firme es morado oscuro, o colorado, é también hay blanco é muchos dellos amarillo”107 Los campesinos de estas regiones de Urabá, el Darién y el Sinú todavía siguen como se ve en el Siglo XVI, que es la época en que Oviedo cuenta lo que vió. Y no solamente viven en el Siglo
107
Oviedo, ob. cit. T. II, pág. 159.
XVI, en lo que respecta a la agricultura, sino en sus casas, su educación, su analfabetismo, sus creencias, su salud, su sistema de vida (carecen de agua potable, de luz, de teléfonos, de higiene), sus agüeros, su hablar, (asiéntese, allegué, aguaita, cambeo), todo los sitúa en el Siglo XVI. En Urabá también se cultivaron bananos con éxito, Oviedo sostiene que es planta de excelente sabor, sana y de gentil digestión, no es por su origen, natural de estas partes. Fueron traídos de la Isla de Gran Canaria, el año de 1516 por el Rvdo. Padre Fray Tomás de Berlanga, de la Orden de los Predicadores, a la ciudad de Santo Domingo, y desde allí se extendió a toda la tierra firme. La casa de Balboa, después hablaremos de ella, según la Dra. Romoli era un jardín, rodeada de árboles frutales por todas partes, los indios le proporcionaron semillas de jobos, guanábanos, mameyes, y varias clases de palma, fuera de las semillas que llevó de Las Españolas, donde se dedicaba a la cría de cerdos y a la agricultura en Salvatierra de la Sabana. Crecían en su patio orquídeas, plantas medicinales y flores de la región, fuera de naranjos. El cazabe ha sido un elemento tradicional de comida en el Sinú. Ya los indios en el Siglo XVI, y mucho antes, lo preparaban. Las yucas eran “tan gruesas como la pantorrilla, é tales como la coxa o muslo de un hombre”. De estas yucas hacían los indios unas tortas grandes que llamaban cazabe, pan ordinario de los indígenas cuando les faltaba el maíz. Cultivaba además Balboa ajíes y batatas, calabazas, bijao, y como era natural, piñas, que tanto le llamaron la atención a Oviedo. Pero a los españoles no les gustaban las guamas, “fruta que es más para gatos monillos que para cristianos”. Eran famosas las uvas de Santa María, en todo el Urabá y el Darién. La Dra. Romoli dice que con drásticas podas se pueden aclimatar al trópico, que era lo que hacían los españoles. Posiblemente la población de uvero, en el Urabá antioqueño deba su nombre o a las uvas que se cultivaron en el Urabá antioqueño o a un árbol llamado uvero y guivará, “de aquí sacaron los españoles recia madera, carbón para herreros y plateros, de sus anchas hojas verdes se servían como de hojas de papel para escribir y lo hacían con alfileres o agujetas”108.
108
Hernández, ob. cit., pág. 193, T. I.
Oviedo tenía en su casa un huerto, y de él dice: “Un huerto de muchos naranjos dulces y agrios, y cidros y limones, de lo cual toda ya hay mucha cantidad en los asientos de los cristianos, y por la una parte del dicho huerto un hermoso río y el sitio muy gracioso y sano, y de lindos aires y vista sobre aquella ribera”109. Y sobre la fertilidad del Tanela insiste Pedro Mártir de Anglería: “Llevan aquellas tierras semillas de todas las cosas, ramas de plantas, retoños, varetas y mugrones de algunos árboles…¡Oh qué admirable fertilidad. A unos veinte días cogen el fruto de cohombros y verduras semejantes; los coles, acelgas, lechugas, borrajas, y otras hortalizas, a los diez días; y las calabazas y melones los cogen a los ventiocho días de sembrar la semilla. De los tallos y renuevos de nuestros árboles plantados en viveros y en hoyos de las varetas injertadas en ramas de árboles del país que tengan afinidad que fructifican con igual rapidez”110. Y para los ecólogos: “Dicen que el Darién se ha vuelto saludable porque han talado los bosques y selvas que daban sombra al pueblo: la espesura de los árboles tenía el valle demasiado ahogado y opaco, y no podían entrar los vientos que purificaban el aire”111. Haber los españoles cultivado el área que ocupó Santa María sirvió de indicio en años pasados para localizar el sitio exacto donde estaba la ciudad. Diego Villegas cree haber encontrado el lugar donde Balboa tenía su casa de la plaza. Encontró una serie de árboles frutales donde nadie los había sembrado recientemente, porque la manigua se apoderó del sitio donde estuvo Santa María desde que esta fue abandonada por allá en 1524, que le permitieron inferir de la posible localización, lo que contradice la opinión de la Dra. Romoli, que afirma que por haber sido construida Santa María de madera, cañas y bardas, no pudo dejar unas ruinas suficientemente indicativas, y que además sus materiales duraderos, como fraguas, campanas, fundiciones se trasladaron a Panamá; pero afirma que a falta de tales elementos y de los mapas locales que se hicieron –dos de ellos por el propio Balboa- las huellas dejadas por los colonizadores y los marineros que la visitaron pueden contribuir a establecer con bastante exactitud su verdadera
109
Oviedo, Su mario de la Natural H istória de las Indias, México, 1950, cap. X, pá g. 485.
110
Anglería, cit. por Severino, ob. cit, pág. 385, T. III.
111 Carta de Anglería al Marqués de Mondéjar, fechada en Plascencia a 12 de Diciembre de 1515, ed. De las Décadas de Torres Ascencio, T. 1 págs. 57 y 58
situación y que La Gloria o Triganá era el puerto de entrada a Santa María. Al respecto nos remitimos a lo dicho en el capítulo respectivo. Y habiendo hablado de las frutas y verduras de Santa María que fueron famosas, ya que todos los autores que se ocupan de esta historia las mencionan, retomemos el hilo perdido de nuestra historia y ocupémonos en el próximo capítulo de la llegada del nuevo gobernador nombrado para la colonia con el fin de reemplazar a Balboa; Don Pedro Arias de Ávila, más conocido con el nombre de Pedrarias.
CAPÍTULO IX NUEVO GOBERNADOR. LLEGA DON PEDRO ARIAS DE ÁVILA. CASTILLA DE ORO
Es bueno aclarar que la tierra firme en la zona que nos ocupa, se llamó, cuando Alonso de Ojeda, Gobernación de Urabá; y Ojeda, como era natural, ostentaba el título de Gobernador de Urabá. La gobernación de Nicuesa se llamaba Veraguas y sus límites, no muy precisos abarcaban lo que hoy es la República de Panamá. Recordemos que el Rey por la Cédula Real de Monzón determinó que el sitio donde estaba ubicada Santa María pertenecía a la Gobernación de Urabá, o sea que estaba localizada en tierras de la Gobernación de Ojeda y no de Nicuesa. Con el golpe de estado que Balboa le dio a Enciso, pasó a llamarse esta tierra Provincia del Darién, como la llamó Balboa durante el tiempo que la detentó. El 18 de junio de 1513 esta misma tierra pasa a llamarse Provincia de Tierra Firme, como la llamó el Rey en la Provisión de Franquezas fechada en Valladolid en esta misma fecha. El 26 de junio de 1513 cambia de nuevo de nombre por disposición del Rey y pasa a llamarse Castilla de Oro o Castilla Aurea. Cuyos límites fueron los de los territorios que comprendieron la extinguida Gobernación de Urabá que pertenecía a Ojeda y los que comprendieron la antigua Gobernación de Veraguas concedida a Nicuesa. Para el P. Severino sólo por Cédula Real del 9 de agosto de 1513 el Rey dispuso que la Tierra Firme del Darién se llamara en adelante Castilla de Oro. Así pues, Castilla de Oro comprendía desde el Cabo de la Vela hasta Veraguas, según dice el cronista Oviedo y Valdés, que son los de la costa norte, corriendo la tierra adentro hacia la parte austral todo aquello que hubiese de mar a mar. Rodríguez Plata y la Dra. Romoli coinciden en señalar estos límites para la nueva Gobernación de Castilla de Oro. Para regir este vasto territorio fue escogido Don Pedro Arias de Ávila, Pedrarias, quien en ese entonces tenía más de 70 años y es bueno decir que una vez que murió en 1530, a la edad de 90
años, “pues le había oído decir a él mismo que había sido paje del Rey Don Juan II, el cual había muerto en el año 1454”112. Está enterrado en León. Tenía nueve hijos, era nieto de Diego Arias, que fue contador, tesorero y eminencia gris en el reinado de Enrique IV. Su padre Pedro Arias fue contador y favorito de Enrique. La madre de Pedrarias pertenecía a la ilustre familia Carrillo-Hurtado. Su tío fue Obispo de Segovia, y su mujer, Isabel de Bobadilla y Peñalosa procedía de una familia cercana al trono. A pesar de todo esto, la sangre de Pedrarias no era limpia, toda vez que entre sus ascendientes había judíos. Todos los autores que hemos consultado nos dan una mala imagen de Pedrarias y lo juzgan duramente. “No hay en la historia, ningún héroe que no salga condenado en juicio, si se le arranca de su tiempo y se la traslada, como por ensalmo, para juzgarlo con arreglo a las máximas y circunstancias de otros tiempos muy diferentes”113. Se dice que había peleado en África y en Granada. Como dato curioso, Pedro Arias de Ávila estuvo “muerto” en su ataúd y fue velado en el monasterio de monjas en Torrejón de Velasco. Estando en el velorio se levantó de su ataúd. Desde entonces lo llevó consigo para recordar su ficticia muerte. A los 70 años se vino a conquistar un Nuevo Mundo. Pedrarias no era un cualquier; era un militar de fama, estrechamente vinculado por servicios, méritos y familia con la Corte, lo mismo que su mujer. Y abandonado todo esto se vino para el trópico. Todos los que han estado en Europa y conocen además Urabá y el Darién saben del abismo tan grande que hay entre las dos regiones: dos culturas, dos climas, dos sistemas de vida que van del cielo a la tierra. Y este viejo genial y sanguinario domina el trópico. A los 70 años, cuando hoy en pleno fin del siglo 20, cuando la ciencia y la técnica han logrado atemperar los rigores del clima, serían muy pocas las personas de más de 70 años que se aventurarían a vivir en el Darién y menos en las condiciones que le tocó a Pedro Arias de Ávila, que con más de 70 años emprende marcha a pié del Atlántico al Pacífico, de Acla al Golfo de San Miguel, funda una ciudad, traslada y termina otra, y siembra la simiente de todo lo que hoy es el Panamá moderno. Que fue sanguinario, que terminó con la amistad de los indios, que destruyó la obra
112
113
Oviedo, citado por Hernández, ob. cit., pág. 210, T. I.
Monseñor Dr. Joaquín Torres Ascencio. Pró logoa las obras de Pedro Mártir de Anglería , T. I, pág. 9, Madrid, 1892.
de Balboa no lo quita ni le pone nada a este viejo cascarrabias y genial, que brilló con luz propia en el Darién. En todo caso Balboa no fue nombrado Gobernador de Castilla de Oro por presión de Enciso, de Juan de Quiceno y de Rodrigo de Colmenares. Si el Rey Fernando antes de crear a Castilla de Oro hubiera tenido noticias del descubrimiento del Mar del Sur por Balboa, tal vez lo hubiera confirmado como Gobernador, ya que tenía de él muy buen concepto como se puede inferir de conocer y leer tantas cédulas reales en las que alababa el gobierno y buenas maneras de Balboa. López de Gómora afirma al respecto: “Y ciertísimo le dieran a Vasco Núñez de Balboa la gobernación si un poco antes llegara a la Corte Arbolancha”.114 Recordemos que el bilbaíno Pedro de Arbolancha, fiel amigo de Balboa, fue portador de la carta en que éste relataba el descubrimiento del Mar del Sur o Pacífico, con un mapa o “figura de lo andado”.115 Oviedo también atribuye el no nombramiento de Balboa a las quejas de Enciso y demás compañeros: “Por las quejas que el serenísimo y católico Rey Don Fernando, había dado el Bachiller Enciso contra Vasco Núñez, entre las cuales siempre hacía memoria de su injusta prisión y destierro, y de la crueldad que había usado contra Diego de Nicuesa; y por la relación que después hicieron los procuradores del Darién, el veedor Johan de Quiceno y el Capitán Rodrigo de Colmenares y las cartas que contra él escribieron el Bachiller del Corral é Gonzales de Badajoz, teniente que fue de Diego de Nicuesa é Luis de Mercado é Alonso Pérez de la Rúa a los cuales tenía presos Vasco Núñez acordó el Rey de enviar a Pedrerías Davila con una hermosa armada a conocer las culpas de Vasco Núñez é a Gobernador a Castilla del Oro de la tierra firme. Y juntáronse para esto 3.000 hombres o más en Sevilla, y fueron allí los oficiales que el Rey envió para su Hacienda”.116 A pedrerías el 27 de Julio de 1513 se le dio el título de Capitán General y se nombró gobernador de Castilla de Oro. Venía el nuevo gobernador acompañado de su esposa Isabel de Bobadilla y numerosa servidumbre. Según Oviedo, vendrían estas personas con estos nombramientos: “Alonso de la Puente por tesorero, Diego Márquez, por Contador, Johan de Tavira por factor, Johan de Quiceno por
114
Ló pez de Gó mora, c it. P or Severino, ob. ci t., pág. 177, T . II.
115
Severino, ob. cit., pág. 177, T. II.
116
Oviedo, citado por Diego Villegas, conf. cit. pág. 192.
.
veedor de las funciones del oro (éste murió allá en Sevilla, é yo el chromista González Fernando de Oviedo y Valdés, fui proveído por el Rey Católico de aquel oficio de veedor). También vino Jerónimo Vespusio, pariente de Américo. “Por Alcalde Mayor de Pedrerías fue el Bachiller Gaspar de Espinosa, que después se llamó licenciado, natural de Medina de Rioseco; y por teniente de Capitán General de Pedrerías fue un Hidalgo de Córdoba, llamado Johan de Ayora, hermano del Choronista Gonzalo de Ayora, y por capitanes de cada 100 hombres Luis Carrillo, Francisco Dávila, Antonio Téllez de Guzmán, Diego de Bustamente, Contreras, Francisco Vásquez Coronado de Valdez, Johan de Corita, Gamarra, Villafañe, Atienca, Gaspar de Morales primo del Gobernador.
Pedrerías, el
Mancebo, que iba por Capitán de Artillería el cual era sobrino del Gobernador, Gonzalo Fernández del Llago (sic) y el capitán Meneses. Los cuales he nombrado, porque de todo o de los más de ellos, y otros que después se llamaron capitanes e lo fueron, resultaron además cosas que convienen a la historia y son notables”.117 Sigue Oviedo: “En lo espiritual fue el obispo Don Fray Jhoan de Quevedo, de la orden de San Francisco, el primer prelado que pasó a tierra firme, con título de Obispo de Santa María de la Antigua é de Castilla de Oro; y la cabeza de aquel obispado fue aquella Villa que he dicho Santa María La Antigua del Darién, que ganaron Vasco Núñez y los que quedaron de la Armada del Capitán Alonso de Ojeda. La cuál después de erección de este obispado por mandato del Papa el Rey Católico se llamó ciudad que fue metropolitana y cabeza, como es dicho, del Obispado de Castilla de Oro, porque es gente noble, para los que adelante se siguió. Digo que entre las ordenanzas y capítulos que el Rey Católico proveyó é mandó a Pedrerías su Gobernador, que tuviese especial cuidado, fueron estas cuatro cosas: La primera que con mucha atención y vigilancia entendiese en la conversión y buen tratamiento de los indios: La segunda que no pasasen letrados ni hubiese abogado ni procuradores en aquella tierra porque se tenía experiencia de esta isla y otras partes que son perjudiciales a la tierra, y como maestros de litigios y contiendas inventan más de las que suelen haber sin ellos; sin que simpliciter y de plano sin dar lugar a cavilaciones maliciosas determinasen los pleytos beramente haciendo justicia las partes: La tercera que se haciesen a los indios ciertos requerimientos, antes que se les rompiese la guerra, el cual adelante se dirá, La cuarta que en todas las cosas de importancia se diese parte al Obispo y oficiales y se tomase su parecer. En todas estas cosas se verá la intención del príncipe, que lo proveyó Santa y
117
Oviedo, citado por Villegas, conf. cit. pág. 192.
buena, pensando que el Gobernador y Prelado, siempre serían conformes en el servicio de Dios y del Rey, y que en la buena Gobernación y la Administración del Estado y pacificación de los indios y población de la tierra. Pero salió al revés, porque de esto que se proveyó para bien y provecho común de todos, se formaron dos bandos y parcialidades que fueron muy dañosas; y unos seguían al gobernador y otros al obispo apasionadamente. Así los oficiales que los habían de templar y procurar que entre ellos hubiese mucha conformidad, se mezclaron en las mismas diferencias, como se dirá más largamente en su lugar”.118 Así se principió a prepara con estos nombramientos y órdenes la armada que debía de traer a Pedrarias con su mujer y séquito a Urabá. Nunca más en la vida se volvería a ver en las aguas del Golfo tantos barcos juntos,119 ya que contaría con treinta cuatro barcos y más de dos mil personas. El lujo de que gozó la corte de Pedrarias tampoco se ha vuelto a ver en esas tierras donde la vida es fuerte y ordinaria. Sus vestidos serían de seda y brocado, así lo autorizó el Monarca por Real Cedula de 9 de Agosto de 1513. El vestuario del gobernador y el de doña Isabel pesó cincuenta toneladas. La armada que trajo a Pedrarias al Darién se llamaba de las Banderas porque traía enarbolada cuarenta y dos banderas distintas de tres clases: “en dos de las cuales se gastaron 540 y 460 panes de oro, y más se llevaría la otra, dorada por ambas caras, con la imagen de Nuestra Señora de la Antigua”.120 Lista la armada se dio a la vela en Abril de 1514, según el P. Severino, pero según Oviedo, se hizo a la vela el domi8ngo de carnestolenda de 1514. “Aparejada la armada dilató la partida a causa de los tiempos; y por nuevos que de la Tierra-Firme fueron, el Rey mandó despedir la mitad de la gente y que no fuese sino quinientos miles hombres; y así despidieron a los demás, después de haber hecho un hermoso alarde en Sevilla, y el gobernador con los miles quinientos fue a Sanct Lúcar de Barremeda. Pero todavía creció el número de la gente y pasaron bien dos mil hombres o más por las grandes nuevas, que se decían de aquella tierra; y esta fue una de la más hermosa gente y escogida q1ue ha pasado a estas indias: Y aunque no fuera sino quinientos hombres, se acertará en ello para lo que sucedió. Y con veinte dos naos e carabella se hizo el armada a la vela, llevando por piloto mayor a Johan Serrano, el cual mataron después 118
Oviedo, citado por Villegas, conf. cit. pág. 192 y 193
119
Santa María de la Rábida, Santa María de la Victoria, Santa María de la Gracia, Santa María de la Antigua, Santa María de la Rosa, Santa María de la Concepción, fueron algunas de las naves.
120
P.C. Bayle, cit. por Severino, ob. cit., pág 193, T. II.
con el Capitán Fernando de Magallanes en el descubrimiento del Estrecho grande viaje de la especiería, como se dijo en el libro XX, capítulo 1, y aquella armada salió con muy buen tiempo del Puerto de Sanct Lucar de Barremeda, domingo de carnestolendas, año de mil quinientos y catorce. “A los treynta de Junio de mill é quinientos y catorce años la Natividad del Redentor Nuestro, saltó Pedrarias en la tierra e entró en la cibdad de Santa María del Antigua del Darién con toda la gente que llevaba del Armada, que eran dos mil hombres o más, é muy bien aderescados é armados, é el Obispo é Oficiales y Capitanes, y en muy buena orden todos, que era cosa que en todas partes parecía bien. E Vasco Núñez, que allí gobernaba, como es dicho, lo recibió con quinientos é quince hombres que estaban allí avencindados y tenían fechas más de cien casas o buhíos: é estaba muy gentil población, con un hermoso río que pasa pegado a las cabsas de la cibdad, de muy buena agua e de muchos buenos pescados, este es el río del Darién, é no el que en el libro XXVII, el licenciado Vadillo, llama Río del Darién e esye viene de la parte de Hueste y el que dica, es un brazo del Río Sanct Johan, que encuentra en la Culta del Golfo de Urabá, como la historia ya lo ha dicho”.121 Pero antes de llegar a la boca del Tanela Pedrarias había recalado en la Española, Santa Marta, las bocas del Sinú e Isla Fuerte. Cuando la Armada llegó a la Gloria o boca del río Tanela, Pedrarias no quiso desembarcar de una vez y mandó a un criado a Santa María que le dijese a Balboa que había llegado él con su armada y éste se trasladó a Santa María preguntando que si quien era Balboa y le dijeron: “Veislo allí, el cual estaba mirando y ayudando a los que tenía por esclavos, que le hacían o cubrían de paja una casa, vestido de una camisa de algodón o de angeo, sobre otra de lienzo, y calzado de unos alpargates los pies, y en las piernas unos zaragüelles. El hombre quedó espantado de ser aquel Vasco Núñez, de quien tantas hazañas y riquezas se decían en Castilla creyendo que lo había de hallar en algún trono de majestad puesto; llegóse a él diciendo: “Señor, Pedrarias ha llegado a esta hora al puerto, con su flota que viene de gobernador de esta tierra”. Respondió Vasco Núñez que le dijese de su parte, que fuese muy bien venido y que se alegraba mucho (y Dios lo sabe) de su venida, que él y todos los de aquel pueblo, que estaba en servicio del Rey, estaban presto para recibirlo y servirlo”122. Pedrarias era amante del lujo y boato y así lleno de lujo desembarcó “Pedrarias quiso rodearse de todo el aparato posible de
121
Oviedo, ob. cit., pág. 33.
122
Las Casas, cit. por Seve rino, ob. ci t, pág. 274, T . II
ostentación, hizo su entrada en Santa María de la Antigua llevabdo de la mano a su mujer Isabel de bobadilla, rodeados ambos del Obispo Juan de Quevedo, oficiales reales y capitanes lujosamente ataviados y seguido de la tropa formada y con armas: Vasco Núñez, por el contrario, se presentó a recibirlos sin armas y con sus habituales vestiduras”123. Pedrarias se alojó con su Señora y Quevedo en la casa de Balboa. “Vasco Núñez nos recibió y aposentó con muy buena gracia y le dio de comer al gobernador y a mi y a otros muchos largamente. Hallamos este pueblo bien aderezado”124. Vasco Núñez, en la plaza de Santa María había edificado dos casas, una de las cuales la tenía arrendada en $ 500,oo y en la otra vivía él. Al poco tiempo de su llegada Pedrarias le siguió juicio de residencia a Balboa y lo quiso mandar preso a España, pero el Obispo Quevedo, que desde un principio simpatizó con la causa de Balboa y desde su llegada se convirtió en su protector, y otros vecinos del lugar se opusieron, y lo hicieron descartar de esta idea, porque lo podía perjudicar al enterarse el Rey de lo bien que había gobernado Balboa. Así que le devolvió los bienes que por inventario le había secuestrado, pero siempre se quedó con una de las casas que Balboa tenía en Santa María. “Al tiempo que fue Pedrarias a aquella tierra, luego compró la casa del dicho Vasco Núñez e le dio por ella muy pocos dineros e le valía mas de renta que no dio el por ella en compra, la cual el dicho Vasco Núñez no se lo diera, sino porque le tomaban residencia e por placer e contentar al dicho Pedro Arias”125. A los pocos días Pedraria enfermó y se retiró a en busca de mejores aires al río Cutí126 y delegó sus funciones en el Obispo Quevedo, el cual le daba parte en los negocios de la gobernación a Balboa ya que desde un principio simpatizó con su causa. Pedrarias, según muchos historiadores, sentía celo y envidia de Balboa, quien bien de mala gana, pero al fin y al cabo por respeto a las reales ordenanzas recibió como mejor pudo a Pedrarias, al frente de su gente, como ya se dijo, entre los que se encontraban Francisco Pizarro y Sebastián de Belalcázar
quiien había llegado no hacía mucho tiempo en la expedición
capitaneada por Rodrigo de Colmenares, de la Española.
123
Altolaguirre, ob. cit., cap. VII.
124
Quevedo, por Severino, ob. cit., pág. 388 T. II.
125
Arch. de Indias, por Severino, ob. cit., pág. 284 T. II.
126
Según el P. Alcides Fernández los indios Cunas de la parte alta del río Cuti saben y conocen por tradición el sitio a donde iba a veranear el gobernador español en busca de mejores aires. El P. Alcides conoce el sitio.
En 1514 se presentó en Santa María una escasez de víveres en proporciones alarmantes127, lo que unido a una espantosa peste, diezmó la población en forma considerable. Dice Las Casas: “Muchas personas cada día de hambre y enfermedades morían. Creció esta calamidad de hambre en tanto grado, que morían dando quejidos “dame pan” muchos caballeros, y que dejaban en Castilla empeñados sus mayorazgos, y otros que daban un sayón de seda carmesí u otros vestidos ricos porque les diesen una libra de pan de maíz y vizcocho de Castilla o cazabí, Una persona, hijosdalgo, de las principales que había traído Pedrarias, iba un día clamando por la calle que padecía de hambre y delante de todo el pueblo, cayendo en el suelo, se le salió el ánimo. Nunca parece que vido cosa igual que personas tan vestidas de ropas ricas de seda y aún parte de brocado, que valían muchos dineros, se cayesen a cada paso muertas de pura hambre; otras se salían del campo y pacían y comían las hierbas y raíces que más tiernas hallaban, como si fuesen ganados; otros que tenían más vigor, traían sin vergüenza del monte haces de leña por un pedazo de cualquiera pan que les daban. Morían cada día tantos, que, en un hoyo que se hacía, muchos juntos enterraban y a veces, si cavaban una sepultura para uno del todo no la querían cerrar, porque se tenía por cierto que pocas horas había de pasar que no muriesen otros que los acompañasen. Muchos se quedaban sin sepultura un día y dos por no tener fuerzas para enterrar los que eran sanos y tenían que comer algo”128. Antonio de Herrera añade que un día llegaron a morir setecientos hombres de hambre y modorra129. Andagoya dice que en un mes murieron setecientos hombres y Oviedo que en poco tiempo murieron más de quinientos. Esta hambruna muchos se la atribuyeron al mal gobierno de Pedrarias. El Obispo Quevedo informa con fecha 20 de marzo de 1515, “que no quedaban trescientas personas de las que en la armada vinieron”130. Me imagino que esta gran peste que se presentó en Santa María debió tener lugar una vez se agotaron o acabaron los alimentos que venían en la armada de Pedrarias y cuya lista es interesante conocer: Traían 15.000 arrobas de harina, 12.000 arrobas de vino, 12.000 de vinagre, 11.000 de aceite, 50 de miel, 100 fanegas de garbanzos, 100 de habas, 3.000 kintales
127
As í ten ía qu e ser . De 5 1 5 españ oles la p ob lació n su bió a más d e 2.500 habitan tes con la llegada de Pedrarias.
128
Las Casas, por Severino, ob. cit., pág. 285, T. II. H e r r e r a , p o r S e v e r i n o , o b . c i t . , p á g . 2 8 6 , T . I I . ? ? ? ?
129
Aplicada a la patología, modorra significa ahora una afección encefálica limitada al ganado lanar, en el siglo XVI quería decir en España una infección epidémica para el hombre. 130
Colección Muñoz, citada por Severino, ob. cit., pág. 287, T. II
de bizcocho, 100 bueyes para tener carne fresca, 100 vacas y caballos, 400 camisas de algodón, 100 bateas de madera para lavar el oro y todo así por el estilo. Todo en esta expedición fue grandioso. Los sueldos de Pedrarias y sus subalternos le costaron al Estado español 1.296.000 maravedís. Es decir que el Obispo ganaba mucho más que Pedrarias ya que ganaba anualmente 912.000 maravedís y Pedrarias 366.000. De una vez digamos que con Pedrarias también regreso a la tierra Martín Fernández de Enciso.
CAPITULO X
COMO SANTA MARÍA LA ANTIGUA DEL DARIÉN
Esta gentil población, como la llama Oviedo, con su bello cielo de cobalto “e con un hermoso río que passa pegado a las casas de la ciudad de muy buenas aguas e de muchos e buenos pescados”131, estaba situada, según Enciso a la parte Oeste del golfo a cinco leguas adentro132 del Golfo del Darién (la Antigua) que está poblada por cristianos y aquí cogen oro fino de unos ríos que descienden de unas sierras altas y montuosas133, se convirtió con la llegada de Pedrarias en una verdadera ciudad, ya que el Rey le otorgó este título. “Don Fernando, por la gracia de Dios, Rey de España…por cuanto por parte de vos, el Consejo, Justicia, regidores, caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos de Sancta María de Antigua del Darién, que en Castilla de oro de las Indias, de Mar Océano, me fue hecha relación. Por la presente sañalo, titulo y nombro ciudad a dicho pueblo del Darién y vos doy licencia y facultad para que de aquí en adelante para siempre jamás, la nombréis e intituléis la Ciudad de Santa María de Antigua del Darién y mando que de hoy sea por todos nombrada e intitulada y que goce de todas las preeminencias y prerrogativas y honras, que por ser ciudad le deben ser guardadas y pueden y deben gozar según usan y gozan las ciudades de estos reinos y señoríos de Castilla por dicho título y otros sí; vos señalo y doy que tenga por armas la dicha ciudad un escudo colorado y dentro de él un castillo dorado y sobre él la figura del sol y debajo del castillo un tigre a la mano derecha y un lagarto a la mano izquierda y por divisa la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, los cuales dichas armas y divisas doy a dicha ciudad , para que la podáis traer y poner y pongáis en pendones y sello de dicha ciudad y en otras partes donde quisieres y fuere menester…Burgos a diez días del mes de julio de mil quinientos quince años”134. En el Siglo
131
Oviedo, ob. cit., pág. 33
132
Enciso, está errado. Son 5 kilómetros.
133
Enciso, cit. por Acevedo Latorre, conf. cit., pág. 1100.
134
Diego Villegas, conf. cit., pág. 194.
XVI en España únicamente las que tuvieran este título; todas las demás poblaciones, si no lo tenían, eran pura y simplemente pueblos. Esta construida ciudad, como ya vimos, en el valle del río Tanela, en la banda occidental del Golfo de Urabá no muy lejos del actual pueblo de Tanela. Allí residía un gobernador que en su época fue Balboa, después Pedrarias y donde se administraba justicia de acuerdo a las leyes de Indias. “Y los oficiales de justicia no podían ejecutar a nadie por cosas que le fiaren” si no fueren mantenimientos o herramientas por sacar y cavar, coger, lavar oro, y por paño ni seda ni otra ninguna cosa, para que cada uno vea de quien fía y cómo y no fíe con esperanza que la justicia le ha de hacer, pagar ni hacer ejecución por a ello a nadie.”135 Allí vivía todo un obispo, rodeado de todo el lujo y boato que se acostumbraba en la época y cuya lista de los objetos traídos a Santa María puede verse en el anexo. El obispo trajo a Santa María catorce sacerdotes y cuatro que ya vivían en Santa María, se completa una lista de diez y ocho sacerdotes.
Eran los cuatro: El padre Andrés de Vera, que había participado en el
descubrimiento del Pacífico con Balboa; Pedro Sánchez, quién llegó con los restos de la expedición de Nicuesa. Parece que este Pedro Sánchez también acompañó a Balboa en el descubrimiento del Mar del Sur, pero Valderrábano, por odiosidad con él, por haber pertenecido a la expedición de Nicuesa, no lo incluyó en su lista; Juan Pérez de Zalduendo; y, el P. Jerónimo de Aguilar, que como ya vimos, salió con Juan de Valdivia y naufragó, yendo a parar a las costas de4 México, donde después de muchos años lo rescató Hernán Cortés. Sobre el P. Pedro Sánchez hay una anécdota muy simpática que sucedió en Santa María y nos dice o mejor nos da a entender cómo era la vida diaria en la ciudad. En la probanza de méritos y servicios del dicho Pedro Sánchez, Diego del Corral, dice: “e que sabe, echó preso a este Pedro Sánchez, porque no se quitó el bonete, pasando por la calle, e que pues por eso le echó preso e no le quiso dar parte de la dicha cabalgada”.136 Es decir, Balboa lo hizo meter a la cárcel por no haberse quitado el bonete en cierta ocasión en que se encontró con él en la calle.
135
Severino, ob. cit., pág. 327, T. II.
136
Severino, ob. cit., pág. 290, T. III
Había catedral. El documento por el cual se erigió la catedral y el cabildo de Santa María de la Antigua del Darién no aparece por ninguna parte. Cuando el gobierno civil y eclesíastico de4 la ciudad se trasladó a Panamá debieron llevarse los archivos de la catedral, pero en 1671 estalló en Panamá un pavoroso incendio que consumió la ciudad, siendo saqueada después por el pirata inglés Enrique Morgan, quien se llevó las riquezas de la catedral y demás iglesias en 195 mulas. La fecha auténtica de la erección, in scriptis, de la catedral de Santa María, fue el 1 de Diciembre de 1521, siendo obispo el Padre Vicente Peraza, dominico, sucesor del Padre Juan de Quevedo. Los historiadores panameños Enrique J. Arce y Juan B. Sosa, escriben en su historia de Panamá, que el pueblo de Cemaco fue llamado primeramente por Enciso de la Guardia y posteriormente fue llamado por Balboa Santa María de la Antigua.
A su vez la casa del
cacique Cemaco fue destinada a servir de iglesia del pueblo, bajo el patronato de San Sebastián. Añaden que “aunque han repetido varios historiadores que la primitiva iglesia de Santa María estuvo dedicada a la Santa de ese nombre, Oviedo, que vivió en esa población y tuvo en ella propiedades, y las Casas, que conoció y trató, en su interés de acopiar datos para su historia de Indias, a muchos de los que actuaron en esa fundación, dicen que la iglesia estaba dedicada a San Sebastián, en recuerdo, sin duda, del establecimiento abandonado del otro lado de Urabá y en honor del santo mártir que murió sacrificado a flechazos. Se ha dicho, y ésta escrito, que los colonos de Santa María hicieron copiar, para venerar en su iglesia, la pintura que representa en la catedral de Sevilla la imagen de la Antigua; pero esto no prueba que fuera consagrado a su nombre el primer templo erigido al culto católico en el continente americano. Es evidente, sí, que cuando en 1513 fue elevada, por la bula papal, la iglesia de Santa María a catedral, lo fue bajo la dedicación de Nuestra Señora de la Asunción, o sea la Antigua”.137 El P. Severino, estudioso de estos temas, hace estas aclaraciones: “Se debe admitir de acuerdo con la historia, que los fundadores del Darién cumplieron su promesa de edificar a la Virgen del Antigua el primer templo en el pueblo de Cemaco. Que esto no obstaba, para que también edificasen casi simultáneamente, una iglesia a San Sebastián, patrono de los conquistadores contra la flecha de los indios.
137
Enrique J. Arce y Juan B. Sosa. Hist. De Panamá, Cap. III, num. 105. Cita de Severino, pág. 369 T. II.
“Prueba de la existencia simultánea de las dos iglesias es que cuando, a mediados del año siguiente de 1511, llegaron los náufragos de Nicuesa a Santa María, juraron los colonos de Santa María en la iglesia de San Sebastián de no recibir a Nicuesa. “Oviedo relata cómo fue herido a la puerta de la iglesia de San Sebastián, por Simón Bernal. En esta iglesia estaba establecida la cofradía de San Sebastián. “Además, podrá ser muy bien San Sebastián patrono de la colonia del Darién y la Virgen de la Antigua titular de la iglesia”.138 Lo que creo es que los colonos convirtieron la casa de Cemaco en iglesia dedicada a San Sebastián y ahí mismo principiaron a construir otra iglesia. Pero queda una duda. La iglesia de San Sebastián parece que no quedaba en la plaza, sino extramuros. Severino informa además que él estuvo en el área donde quedaba la catedral. Pero no vemos la razón que primero haya existido la iglesia de San Sebastián, ya que se dice y después construida loa catedral destinada a honrar a la virgen de la Antigua. Pero había una iglesia más, era la que existía en el convento de los padres franciscanos, el cual por la relación de los llegados en la expedición de Pedrarias parece que estaba en bastante mal estado. Pedrarias más tarde hace reparar esta iglesia que estaba en el convento de los franciscanos. Entonces, para concluir tenemos que en Santa María, un pueblito de cien casas a la llegada de Pedrarias, habían tres iglesias. La iglesia de San Sebastián quedaba en las afueras de la población. Así lo da a entender Oviedo cuando asegura que en la víspera de su viaje a Panamá, el 19 de Septiembre de 1522, entró en su pieza de habitación uno de los alcaldes ordinarios a invitarlo a la misa de la cofradía de San Sebastián, y que la iglesia quedaba en las afuera de la población; aquí en la puerta de esta iglesia fue herido por Simón Bernal. Santa María iba mejorando, sobre todo después de la llegada de Pedrarias, que trajo en su expedición maestros de obras para acometer la remodelación de la ciudad. El equipo de estos pesaba más de dos toneladas, y pese a las protesta del Capitán de la Flota fue embarcado en su totalidad, por orden expresa del Soberano. A poco tiempo de su llegada y contando con 16 carpinteros, tres maestros de obras, tres cerrajeros, seis herreros y tres aserradores, dos canteros que vinieron en la expedición, se empezó a transformar la ciudad. El Obispo Quevedo informa 138
Severino, ob. cit., pág. 369-370 T. II.
que su llegada “hallamos este pueblo bien aderezado con más de 200 bohíos hechos”. La selva que la rodeaba se taló para dejar penetrar el sol y el aire; los caminos hacia el mar fueron ensanchados y rellenados con troncos en los trechos pantanosos, a fin de que las cargas pesadas se pudieran transportar en carretas de bueyes. Las casas eran todavía lo mismo que las de los indios- no había en todo el asiento una sola piedra o adobe-, pero mientras muchas no suponían sino un paso más sobre los sencillos bohíos, en otras el modelo indígena había sido adaptado para las mansiones de alguna pretensión, con dos pisos y una azotea, y los estrechos balcones que tanto gustan a los españoles, corridos a lo largo de las fachadas de caña. (Oviedo dice que gastó 1.500 pesos en la suya y que estaba amueblada como para recibir a personas de sangre real, si bien esta mansión no se edificó sino hacia 1521). La Dra. Kathleen Romoli en su Vasco Núñez de Balboa deja correr su imaginación, y con muy buenas razones dice de las casas de Santa María: “Por las descripciones de Oviedo podemos imaginar algunas de las mejores casas: una agradable residencia, bien situada sobre un terreno de casi doscientos pies de fondo y ochenta y cuatro de extención a la calle, como diría hoy un agente de ventas. La estructura de la casa era de4 un solo piso- tipo rancho, construida con maderas desbastadas. Los cimientros consistían en grandes piedras situadas a una distancia aproximada de una vara, sobre las cuales se colocaban pesadas vigas de alguna madera inalterable como la de guayacán.
Las paredes se hacían de cañas, las cuáles, si se cortaba en
menguante, eran muy duraderas; el techo, que tenía un alero de cinco pies por lo menos, estaba fuertemente bardado con una hierba de los pantanos considerada muy superior a las bardas europeas.
En resumen, una construcción fresca y ventilada, muy adecuada para el clima.
Suelos, umbrales, puertas y postigos eran de escogida maderas duras, pulidas con arena. El mobiliario era casi el mismo que hubiera tenido en España: sillas- a menudo con asientos y respaldos de cuero-; recias mesas, armarios, camas con blandos colchones de lana vegetal, alfombrillas tejidas con hebras de algodón o de junquillo coloreado. “La casa ofrecía a la calle una fachada sin adornos. Podía haber una franja de jardín por un lado y un gran patio detrás, donde crecía una sorprendente variedad de plantas y hierbas a pesar de las gallinas. Todo a la sombra de los árboles frutales procedentes de España: naranjos, limones, limeros, granados, higueras, incluso parras de uvas de Málaga, pues los vecinos habían aprendido como los agrónomos de nuestro tiempo que, mediante drásticas podas, las
viñas se podían aclimatar al trópico.
Servido fielmente por naborias y esclavos, nuestro
próspero dueño de casa vivía ahora con mucha más comodidad de la que confesaba”.139 Pero leamos al propio Oviedo para que nos cuente como era su casa: “Entre las casas que había en Santa María del Anrtigua del Darién, yo hice una que me costó más de mil y quinientos castellanos, y tal, que a un gran señor pudiera acoger en ella y muy bien aposentarse y me quedara muy bien en que vivir, con muchos aposentos altos y bajos, y con un huerto de muchos naranjos dulces y agrios, y cidros y limones, de los cuales todo hay mucha cantidad en los asientos de los cristianos, y por la una parte del dicho huerto un hermoso río y el sitio muy gracioso y sano, y de lindos aires y vista sobre aquella ribera”.140 Martín Fernández de Enciso declaró en Madrid en 1525 que ”Lope de Olano poseía la mejor casa de la Antigua cuando allí llegó Pedrarias”.141 Recordemos que Balboa poseía dos casas, una de ellas en la plaza. Allí vivía con Anayansi. Una de estas estaba cerca del templo. A “cincuenta pasos se deslizaba el río entre bejucales.. Tenía además, según informa el mismo Balboa, un huerto en el cual se encontraban no solamente todos los frutos de esta tierra, sino muchos de los que se dan en España, y era de dos pisos”.142 Ya dijimos que en una de sus casas vivía Balboa con Anayansi. Esta, según Rodríguez Plata, historiador de muchas campanillas, era de ojos negros y profundos, fresca y graciosa y en esa casa le contaba todas las leyendas de su raza, la de la tribu blanca, la del Tuira, y sobre todo la del Dabaibe. El Obispo Quevedo informaba al Rey como le pareció Santa María y somo se divertían sus habitantes: “Este pueblo bien aderezado, más de doscientos bohíos hechos, la gente alegre y contenta, cada fiesta jugaba cañas y todos estaban puestos en regocijo, tenían muy bien sembrada toda la tierra de maíz y de yuca, puercos hartos para comer al presente y ordenado de descubrir la tierra, porque tení8a mucha disposición para ello; los caciques que alrededor, así como Careta y Chanca, enviaron sus mensajeros a reconocer al gobernador que había venido, y 139
Romoli, ob. cit., pág. 333 y 334.
140
Oviedo, sumario de la Natural Historia de las Indias, cit. por Severino ob. cit., pág. 388 T. II.
141
J. T. Medina, cit. Por Severino, ob. cit., pág, 388, T. II.
142
Diego Villegas, conf. cit., pág. 295.
ofreciéronle para servillo y truxeronle presentes de los que ellos suelen hacer, que son pescado y puerco montañés y pavos vivos; y podía ir un cristiano y de cinco hasta diez y de diez hasta uno, por todos estos caciques desde este costa hasta la otra poniente, y tan seguros como si fueran mil, y cada cacique les daba comida y les guiaba, de manera que andaba entre ellos como entre sus amigos”.143 El 25 de noviembre de 1519, Pedrarias informaba al Rey sobre Santa María: “Que está en muy buen sitio para descubrir las riquezas e minas que dicen que hay e para el proveimiento de aquella tierra hay en ella muy más ricas minas que las de la Española e de muy sobido oros y grados, riberas, montes y tierras para sembrar, y aunque no está en alto, tiene buenos aires”. En diciembre del mismo año escribía que había una buena iglesia, un monasterio (de San Francisco) en buen lugar, un hospital, carnicería, pescadería, panadería y otras cosas, “ y que la carne ha bajado cada día y vale a medio ducado el erralde de puerco. Que la vaca y el carnero, vale el erralde, medio castellano. Que todos los mantenimientos se venden en la plaza de abastos así mismo paños y lienzos. Que la Navidad todos jugaron a las cañas y todos salieron bien aderezados. Que la tierra es la mejor para yeguas y vacas, y todos los árboles que se han plantado se crían muy bien y hay muchos árboles de caña fístola y algunos corales que se han descubierto en el río, que los bastimentos de la tierra hay asaz hartos y que sin los bastimentos de Castilla se podían pasar, y que ahora que van convaleciendo todos siembran, y que los oficiales han labrado y labran casas y que en todo se dan buen recaudo”.144 Las anteriores afirmaciones de Pedrarias le dan base a Don Diego Villegas para afirmar que la ciudad tenía dos plazas. Una, la principal, la cual estaba destinada a las reuniones cívicas, pues el escribano Gonzalo Fernández nos habla de “que estando en la plaza principal, muchas gentes allegadas con trompetas a manera de pregón”. La otra plaza algunos indios pequeños de los que hubieren en las entradas”.145 Y había chismes, como era natural. Oviedo, residente en Santa María, viaja aq España a principios de Abril de 1515 y nos cuenta los disgustos entre el Obispo Quevedo, que apoyaba a Balboa, y que el gobernador Pedrarias, así: “Acordé de yr a España, para dar noticia a mi Rey. El gobernador me dio licencia mostrando que le pesaba de darme licencia. E diome sus cartas 143
Quevedo, cit. Por Severino, ob. cit. Pág. 312 T. III.
144
Informe traido por Severino, ob. cit., pág. 384, T. III
145
Diego Villegas, conf. cit., pág. 296.
e memoriales en que decía del obispo cuánto estorbo era para la buena gobernación, e cuán cobdioso o roto de su lengua, y sus clérigos cuán Essen e deshonestos. E como el obispo vido que yo estaba determinado de me yr hícose mucho mi amigo, y encargóme la conciencia para que diese noticia al rey de los defectos de Pedrarias, de su cobdicia e inconstancia e de las faltas e robos de los oficiales e del alcalde mayor. E rogóme muy efectuosamente que disese quán hábil y buen servidor del rey era Vasco Núñez de Balboa, y diome un gran memorial de estas y otras cosas, como les pereció”.146 Antes de embarcar Oviedo recibió Balboa su título de “Adelantado de la mar del sur y la otra el título de gobernador y capitán general de las provincias de Coyba e Panamá”.147
Estas
proviciones era abasto, pues Pedrarías informa al Rey” que todos los mantenimientos se venden en la plaza de abasto”.148 Con el correr de los años Oviedo informa que “Los cristianos hacen ya las casas con sobrados y ventanas porque tienen clavazón, y se hacen tablas muy buenas, y tales, que cualquier señor se puede aposentar largamente a su voluntad en alguna de ellas”.149 Los padres franciscanos tenían su convento: “Hay hecho un monasterio de franciscanos muy devotos por los primeros que pasaron a Tierra Firme antes que fuese el armada”.150 Llegaron con Ojeda y en 1524 todavía estaba allí. En este convento se asilaron el bachiller Corral, Gonzalo de Badajoz, Alonso de Rúa y Luis Mercado cuando quisieron alzarse en armas contra Balboa. Este los encarceló, y al ser liberados se refugiaron en ese lugar, donde había tres o cuatro frailes. Este incidente4 tuvo lugar en 1512. Al respecto Pedrerías informa al Rey: “El monasterio de San Francisco, está en muy buen lugar y bien hecho y que aquel padre Fray Diego, lo hace muy bien y los religiosos también y que le parece que Vuestra Alteza los debe proveer de alguna limosna y les hace merced de las recibió Balboa el 20 de Marzo de 1515.151 Salió Oviedo en la Santa María de la consolación acompañado de Fray Diego de Torres, a
146
Oviedo, Su mario de la Natural H istoria de las Indias, cap. X, pág. 485.
147
Altolaguirra, ob. cit., apéndice, pág. 153.
148
Diego Villegas, conf. cit., pág. 293.
149
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 430, T. II..
150
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 430 T. II.
151
Severino, ob. cit.,
pág. 430 T. II.
quien el Obispo Quevedo también le había encomendado hablase con el Rey sobre el mal gobierno de Pedrarias, pero no pudo llevar a cabo su cometido porque murió al llegar la nave a Cádiz. Y presentaban algunos escándalos, como cuando los padres franciscanos salieron de Santa Marta llevándose para la Española, vasos y ornamentos sagrados y por recomendación del Rey volvieron a Santa María restituyendo a su catedral todo lo que se habían llevado. Permanecieron los padres franciscanos en Santa María hasta que la ciudad se extinguió con la mudanza de Pedrerías a Panamá. Y había un hospital. Entre las órdenes dadas por el Rey a Pedrerías estaba de qué se hiciera en Santa María un hospital, donde se acojan y curen los enfermos e abriguen los pobres. El Rey ordenó que de cualquier maravedí a su cargo se compraran cincuenta camas de ropa en las que hallan en cada una de ellas “el aparejo que suelen tener las camas de esta ciudad de Sevilla”.152 El hospital estaba bajo la advocación del apóstol Santiago. Se puso bajo la dirección del médico Rodrigo de Barreda, físico de la inquisición. Tenía su botica, que estaba a cargo del Italíano Francisco de Cota. No obstante la prohibición existente de que a las Indias vinieran extranjeros, el Rey por Cédula Real autorizó el viaje de Cota. Así consta en la carta a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, de 10 de Enero de 1514: El Rey… Por parte de Francisco de Cota, milanés, me es hecha relación que él está para pasar en esa armada que mando a Castilla de Oro, y que vosotros le ponéys impedimento en ello diciendo que es extranjeros e no natural de estos reinos, y porque yo soy informando que lo dexéis e consistáys libremente”.153 El hospital se construyó, como dijimos, por orden del Rey; así lo ordena por Cédula Real a los oficiales de la Casa de la contratación. Quería el Rey que el hospital estuviera aparejado como el de Sevilla, que era el centro comercial, religioso y político de la colonización española en América. En ella estaba situada la Casa de Contratación, que regulaba las comunicaciones de España con las Indias.
Todas las iglesias catedrales primitivas del Nuevo Mundo eran
sufragáneas de Sevilla y hoy allí se conserva el Archivo General de Indias, bajo la dirección de
152
Severino, ob. cit.,
pág. 475 T. II.
153
Severino, ob. cit.,
pág. 475 T. II
doña Rosario Parra. Las leyes de Indias regulaban la creación, conservación y funcionamiento de los hospitales. Una de las enfermedades más comunes y que se trataba en el hospital de Santa María era la “modorra”, de que ya algo dijimos. Rodrigo de la Molina, que estudió y publicó en 1554 sus hallazgos, concluía que prácticamente4 no se le podía distinguir de la “peste levantina”, pero su descripción clínica sugiere que los ataques observados por él eran una mezcla de tifus-todavía poco conocido en la Europa Occidental- y peste bubónica. Es imposible decir si la modorra del Darién era la misma; sus síntomas coinciden con los descritos por Molina, pero presentan demasiados aspectos embrollados y contradictorios para permitir una identificación positiva. 1. Afectaba el sistema nervioso central produciendo a la vez letargo y delirio. 2. Parecía ser sumamente contagiosa; 3. Se parecía mucho a recientes epidemias padecidas en España de una nueva peste que debió ser tifus entremezclado con alguna plaga bubónica.154 El hospital tenía su mayordomo en la persona de Antón de Vega. El 28 de diciembre de 1515 el hospital ya estaba hecho. “Aquel hospital está hecho y en buen lugar y que debe vuestra alteza que de cada entrada se le den dos partes para el remedio de los pobres”.155 Hernando de Luque era el rector, especie de director. En este hospital servía Alonso de Santiago, también médico, que vino en la expedición de Ojeda a San Sebastián de Urabá, y quién por orden del mismo Ojeda, cauterizó con unas planchas de hierro la herida que los indios le habían hecho en el muslo. Y cuántos habitantes llegó a tener? A la llegada de Pedrarias, Balboa salió a recibirlo con 515 españoles. El nuevo Gobernador se presentó con más de 2.000 hombres. Total, más o menos 2.515 personas para 1514; pero si cada persona tuviera a su servicio dos indígenas nos daría una población de 7.545 habitantes, lo que no es improbables. Carlos Martínez trae otros datos en su libro Urbanismo en el Nuevo Reino de Granada, Bogotá, 1969, que dice: “De estas informaciones demográficas se deduce que a partir del segundo semestre de 1514 y por varios meses después la capital de Castilla del Oro, contó con una población urbana que pasaba de los 3.500 habitantes. No obstante que
154
Romoli, ob. cit., pág. 253 y 420.
155
Arch. de Inidas, por Severino, ob. cit., pág. 485, T. II
consideramos que cada uno de estos españoles debiese de tener más de dos indígenas a su servicio, nos daría una población total de más de 9.000 personas”.156
Con esta tan alta
población no era raro que se hubiera presentado la peste de que hablamos en línea atrás al agotarse rápidamente los alimentos, ya que la producción agrícola no alcanzaba para sostener a este tan alto volumen de personas; sin embargo, y volviendo a este tema de la peste, algunos autores se la achacan al mal gobierno de Pedrarias, dicen que en la repartición de los víveres tenía mucho favoritismo, dándoles a unos más que a otros, a quienes casi no les tocaba nada. Esta trajo indudablemente enfermedades. Y quiénes eran sus habitantes?. Lo más selecto que España pudo mandar a América. La flor y nata de los conquistadores españoles, hombres superiores en todo sentido. Desde esa época no ha habido en Urabá un elemento humano tan formidable y tan genial. Fueron en realidad genios los que vivían en Santa María; tal vez ello haya sido lo más sobresaliente de esta ciudad que llevó a decir al Dr. Enrique Otero D’ Acosta lo siguiente: “Mía fe que no se ha visto en otra alguna región de estas indias del Mar Océano un tan copioso concurso de varones eximios en la general histórica de América y en la mismísima historia del Universo Mundo”.157 Allí vivían, entre otros, Lope de Olano, que poseía, según Enciso, la mejor casa. Vino como Capitán de la flota de Nicuesa, era pariente cercano (tío o primo) de San Ignacio de Loyola. Más tarde se avecindó en Santa María Hernando de Loyola, hermano de San Ignacio. Así que no es como dicen comúnmente que a América venía lo peor de España. Allí tenían casa y vivían Vasco Núñez de Balboa; Pedro Arias de Ávila; monseñor Juan de Quevedo; Francisco Pizarro, Sebastián de Belalcazar; Diego de Almagro, compañero de Pizarro en la conquista de estos países; Jerónimo Vespucio, pariente de Américo; Martín Fernández de Enciso, escritor y geógrafo; Lope de Aguirre, precursor de la independencia americana y quien realizó el viaje acuático mas portentoso que haya realizado mortal alguno; Juan Pérez de Materano, padre del pristino libro musical que se haya compuesto en este mundo de Colón; Diego de la Tobilla, que escribió la crónica de la Barbárica sobre la conquista de Urabá y de Castilla de Oro”,158 Bernal Díaz del Castillo, célebre cronista de México, Pascual de Andagoya, fundador de Buenaventura y descubridor de nuestro litoral Pacífico, y muchos, muchísimos, más que aparecen citados a través de la presente narración. 156
Carlos Martínez, citado por Diego Villegas, conf. cit., pág. 294.
157
Enrique Otero D´Acosta, Prólogo a Urabá Heroica, Bogotá, 1956.
158
Enrique Otero D´Acosta (Ibid.)
Y por qué se acabó Santa María? Monseñor José Joaquín Arteaga, Carmelita como el P. Severino, y primer perfecto Apostólico de Urabá, en su obra Historia Eclesiástica del Urabá, se lo atribuye primeramente al mal gobierno de Pedrarias y a la codicia de sus capitanes, a la muerte de Balboa y a la situación geográfica de la ciudad. Durante el gobierno de Balboa hubo paz en la colonia. Este trataba a los indios de igual a igual con y gran respeto. Los indios admiraban de los españoles sus armas de fuego, el uso de los caballos de combate y sus grandes buques que surcaban los mares trayendo y llevando recursos. Los españoles querían de los indios el oro y a sus mujeres. Con Pedrarias todo esto terminó. Los indios veían en los españoles a un enemigo que había que exterminar, sino querían perder su oro y sus mujeres, porque Pedrarias y sus capitanes eran muy ambiciosos. Entre estos, que también vivían en Santa María, sobre salieron: Juan de Ayora, segundo de Pedrarias, quien exasperó a los indios circunvecinos con sus exigencias de oro, y entre otras cosas fundó los pueblos de Santa Cruz y los Anades que fueron exterminados por los nativos; Tello de Guzmán, quién no hizo sino males; Gaspar de Morales y Francisco Pizarro, quienes a su paso por las Islas de las Perlas y por las costas del Mar del Sur no dejaron sino desolación y muerte; Gonzalo de Badajoz, que hizo un rescate de cuarenta mil pesos oro, en tierras del cacique París, pero que perseguidos por los indios hubo de abandonarlo. El licenciado Espinosa recobró parte de este tesoro. Pedrarias condenó y ejecutó a Balboa y con el murió Santa María y el Darién. El esplendor y lujo que reinó en Santa María, que llegó a ser una gran ciudad con gobernador, con una mujer del gobernador que tenía gran influencia en la corte y era persona ampliamente apreciada allí, ya que era sobrina de la marquesa de Moya; con obispo, con catedral, con convento; todo esto sucumbió con la muerte de Balboa. Descubierto el Perú, el verdadero emporio de América y reconocida la angostura del Istmo, se dieron cuenta que Santa María no estaba bien situada. Se fundó Panamá, a donde llegaba todo el oro del Perú de paso para España. De aquí a Portobelo y nombre de Dios, en el Atlántico, no era sino un paso. En estos dos últimos puerto se embarcaba el oro y las perlas para iniciar el cruce del Atlántico en su largo viaje a España. Santa María indudablemente no servía para esto. Se necesitaban solamente estaciones bien situadas en el largo camino del Perú a España por Panamá.
CAPÍTULO XI
SANTA MARÍA, COMO BASE PARA LA EXPLORACIÓN DEL DARIÉN Y REGIONES VECINAS. SUCESOS EN 1515 Y 1516
Santa María sirvió de base para una serie de exploraciones en los territorios aledaños. A mediados de 1515 Balboa y Luis Carrillo por orden de Pedrarias hicieron una expedición al San Juan (Atrato), fracasando por un ataque de los indios a los treinta días de haber salido. Al poco tiempo de haber regresado a Santa María, murió Carrillo. Parece que se intuía el fracaso de esta expedición aún antes de salir, y tenía por objeto el que Balboa sufriera una derrota que lo demeritara ante los vecinos de Santa María, para así resaltar la figura del gobernador. Y para nosotros los sinuanos es muy importante la entrada que efectuó el Capitán Francisco Becerra en 1515 por orden de Pedrarias a tierras de los Cenúes. Pero antes el mismo Becerra había ido con Juan Ayora a poblar la costa Pacífica de Panamá con ciento ochenta hombres. Becerra salió para Santa María para el Sinú y pasan muchos meses sin que se tuvieran noticias de él. Al fín apareció un indio en el Darien, que debía ser criado de alguno de los expedicionarios y dijo que los indios habían con flechas enherboladas diezmado el ejército de Becerra, y el resto había sido muerto por los mismos indios al cruzar el río Siné. Sobre esta expedición dice Pedro Cieza de León: “Siendo gobernador de Castilla de Oro Pedro Arias de Ávila envió a algunos capitanes a que entrasen por aquella provincia (de Cartagena), e yendo otro que por nombre había Becerra, por el río Cenú, y por aquellos llanos y como Pedrarias viese el mal subceso, no envió más capitanes, sino fue a Francisco Pizarro, gobernador después fue del Perú, que lo envió por su teniente a donde agora es Urabá. Becerra y sus soldados fueron muertos a sesenta leguas de la mar”159. En esa época, 1515 se ignoró y aún se ignora, qué ruta siguió Becerra, pero debió llevar el derrotero que sigue la actual carretera Turbo-San Pedro de Urabá-Velencia-Río Nuevo. Lo que aún no se sabe es el sitio exacto donde los indios lo mataron al cruzar el Sinú. Becerra debió cruzar el río San Juan en lo que hoy es San Pedro de Urabá, pero si se internó por Necoclí debió cruzarlo por la Hacienda Los Claveles, cinco 159
Pedro Cieza de León, la Crónica del Perú, Madrid, 1862, cap. XCVIII, págs. 102-103
kilómetros aguas debajo de San Pedro de Urabá; y debió llegar al Sinú, si usó la primera ruta, a lo que es hoy Río Nuevo, y si la segunda, a la actual población de Guasimal. Es éste el sector en que debió recibir muerte el capitán Francisco Becerra. Pedrarias quiso salir en busca de Becerra y organizó una expedición, pero no pasó de Punta Caribana, desde donde puso rumbo a Acla. En febrero o marzo de 1516 despachó Pedrarias al capitán Cristóbal Serrano en busca de la gente de Francisco Becerra con resultados negativos. Lo acompañó el canónigo de Santa María, Lorenzo Martín, y en la información de los servicios del canónigo se lee: “Fuimos por mar en que tuvimos dos meses y medio corriendo la costa la parte levante, hacia los caribes, sin haber provecho alguno, salvo en busca del dicho capitán Becerra e gente que con él había ido, e se tomaron doce o trece piezas de indios, algunos de ellos dieron noticias del dicho Becerra”160. En este mismo año de 1516 mandó Pedrarias a su sobrino Pedrarias, también llamado así, en compañía de Enciso a la costa oriental. Enciso conocía la costa por haber venido en 1509 a San Sebastián de Urabá a socorrer a Ojeda. Llegaron hasta el puerto de Catarapá, el actual Cispata, en la desembocadura del Sinú. Por aquí permanecieron tres meses. En carta al Rey dice Enciso: “Que el puerto de Catarapá, es el mejor puerto, que no hay otro mejor en el mundo”161. Aquí murió envenenado por los indios el capitán Bustamante. Con este viaje fueron tres las veces que estuvo Enciso en el Sinú: en 1509, cuando venía a auxiliar a Ojeda, en 1514, cuando regresó con Pedrarias, y ahora en 1516, en que se pasa tres meses. Sobre este viaje dice el Obispo Quevedo al Rey: “Diré, también a su alteza como aquí hay mucha grant fama que en una provincia que se llama Cenú; hay mucho oro y las minas que dicen de Tarufí, acordó el gobernador enviar allá un sobrino suyo, que se llama Pedrarias, con hombres; llevaron muy buenos navíos y mucho bastimento de su alteza, y estuvieronse allá tres meses, sin osar pasar más de seis leguas adentro de la tierra, y tomaron un cacique muy principal, el cual se obligó que se le dexasen libre a él y a sus hijos y mujer, que los llevaría a la principal ciudad y que está de allá a tres jornadas, y que allí les enseñaría las minas, y nunca el capitán quiso; según dice el bachiller Enciso y los otros capitanes que iban con él, mataron los indios en este comedio unos quince cristianos, muriéronse por aquella playa otros treinta; los mensajeros que 160
Severino, ob. cit., pág. 509, T. II
161
Arch. de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 509, T. II.
los caciques enviaban para hacer paz no los querían oír ni recibir, cautivaron obra de doscientos indios y truxeron hasta quinientos pesos de oro y truxeron preso al cacique que les quiso enseñar el camino, y del mal tratado y de coraje e murió aquí; truxeron más de ciento cincuenta enfermos, que casi todos son muertosy no embargante estas negligencias, ningunt castigo se ha hecho”162. En este mismo año de 1516 el capitán Francisco Vallejo exploró el río Guacuba, o río de las Redes, hoy León.
El 20 de marzo de 1515 arribaron al puerto de Santa María dos carabelas con bastimentos que traían de España. Ellas eran también portadoras de las reales cédulas por las cuales nombraban a Vasco Núñez de Balboa adelantado de la Mar del Sur y gobernador de las provincias de Panamá y Coiba, como habíamos visto en su lugar. Pedrarias no le entregó estas cédulas a Balboa, guardándoselas para sí. El Obispo Quevedo denunció este hecho desde el púlpito como violatoria a las ordenanzas reales de “que ninguna carta le sea tomada”. Pedrarias intimidado convocó concejos de gobierno del que tomaba parte Fray Juan de Quevedo para deliberar si le entregaban a Balboa las reales cédulas. En la reunión Diego Márquez, contador; Alonso de la Puente, tesorero; Gaspar de Espinosa, alcalde; y Juan de Tavira , factor; opinaron que no debían entregarse las cédulas hasta tanto el Rey no tuviera conocimiento del juicio de residencia que se estaba siguiendo contra Balboa. Tomó la palabra Quevedo y opinó que “se sentaba mal ponerse ellos a discutir lo que el Rey ordenaba y que solo pensarlo importaba cierto principio de desobediencia y deslealtad, tanto más que haciéndose en las reales proviciones mérito de los servicios de Balboa, descargaba el soberano su conciencia con las mercedes que le confería, a las cuales pretendía oponerse y resistirlas por sus pasiones y envidias. Firme cada uno de los presentes en su
voto, manifestándose Pedrarias tan espantado del
discurso del Obispo que asintió a cuanto dijo y quedó acordado cuando era ya casi media noche, que se le entregasen a Balboa sus títulos al dia siguiente que debió ser 21 o 22 de
162
Cita de Severino , ob. cit., pág. 311, T. II.
Abril”.163 Recordemos que Pedrarias a los pocos dias de llegar enfermó y se retiró al rio Cutí en busca de mejores aires y dejó encargado del gobierno al Obispo Quevedo. Pues bien, después de este incidente Pedrarias le revocó el poder al obispo que le había otorgado para el gobierno del Darién. Quevedo se resistió mucho por esa actitud del gobernador y una “vez estando en casa de Pedrarias, se trabó con él de palabras, hasta llegar a decir que “qué juderías eran aquellas” y que proviciones y burlerías aquellas eran de esperarse de tal gobernador, y se salió a la plaza en medio del pueblo allí reuinido ”.164 Márquez y de la Puente, que presenciaron el incidente, lo relatan así: “ E salió a la plaza donde estaba todo el pueblo, haciendo escándalo e diciendo las mismas palabras a voces, e diciendo “Llámenme acá al adelantado Balboa; veamos que burlerías son estas “. E fuese a la iglesia, e allí vino el dicho adelantado e hablaron; que en aquel dicho adelantado aplacó algo de sus no buenos pensamientos; se volvió a su casa con desacatamiento, mostrando tener en poco al dicho gobernador e conviniendo en el yerro que había hecho. Y el dicho gobernador al presente mandó prender a algunos de los que a a-quella sazón le habían acompañado; e aquel día en la tarde vino a casa del gobernador para que le hiciese soltar los que había aprendido, acompañado de mucha gente. El dicho gobernador hizo salir a todos fuera y quedaron solos y el alcalde mayor con éllos; e diz quel dicho gobernador le riñó mucho el alboroto que había fecho porque era en servicios de V.A. e que mirase que no era parte para nada de lo que hiciese hacer con una vara de justicia de V.A. por pequeña que fuese. Y el dicho Obispo le respondió:” tomaron he la mitad de la gente que teneís y seguirme han”; e quel gobernador dixo: “Castigarlos he yo”; e aquel dicho obispo le respondió: “subirme ha el campanario e iglesia para que lo cumplieses”; y quel gobernador templó, por no dar lugar a quel pueblo entendiese mal.165 También fue la causa de este incidente el que Pedrarias quería nombrar unos capitanes y el obispo consideraba que no eran competentes” no servían para ir
163
Oviedo, ob. cit., pág. 135.
164
Medina, citado por Severino, ob. cit., pág. 119, T. II
165
Arch. de Indias, traído por Severino, ob. cit., pág. 124, T. III.
con cántaros alagua”.166 Estos incidentes socabaron hondamente la autoridad tanto del obispo como del gobernador, ya que se acusaban mutuamente ante el Rey. Lo mismo sus subalternos. El Obispo Quevedo fustigaba por sus pecados y vicios al gobernador, a sus capitanes y sus colonos; y el obispo a la vez era acusado al Rey por cualquier cosa que hiciera y no fuera del agrado de estos señores. Lo acusaban los capitanes, por ejemplo, de que no había hecho la iglesia, no convertido a los indios, que lo único que hacía era favorecer a Balboa. Lo cual no era cierto ya que el mismo Pedrarias informaba al Rey con fecha 28 de diciembre de 1515 “como se había hecho una honrada iglesia a la manera de allá y que está bien ataviada y se dice bien los divinos oficios y que el obispo lo hace muy bien”.167
No está demás decir que
Quevedo vino investido con el carácter de Juez de Inquisición. Santa María la Antigua del Darién debía ser un infierno. Un pueblo, que ostentaba el título de ciudad, porque tenía plaza, iglesia, cabillo, calles y demás requisitos que exigía la fundación de una ciudad, no dejaba de ser un pueblo, así llenara las exigencias que fuere. Por esta razón San Sebastián de Úraba, no fue ciudad, sino un fuerte y como fuerte que era se acogía ala amparo del Real Castrense, ya que se trataba de un Real o campamento. Pues bien, en esa “ciudad” de Santa María, de poquísimos habitantes había obispo, gobernador, vivía un Adelantado del Mar del Sur y Gobe4rnador de Panamá y Coiba, alcalde, tesorero, contador, factor, veedor, tres iglesias, numerosos sacerdotes con título de canónigos, de chantre, maestrescuelas, una frondosa burocracia, etc. Así, que no se explica uno cómo podía funcionar la administración con tanto poder cruzado. Las atribuciones de uno se interceptaban con las de otro. Los Reyes se ocupaban de todo, desde las cosas más importantes hasta las más fútiles. El fenómeno sucedió en el Obispo Quevedo respecto a Balboa ha sido motivo de análisis por varios autores. Algunos afirman que en su adhesión a Balboa había de por medio intereses económicos; otros que solo deseos de buen gobierno. Lo cierto es que apenas llegó Quevedo a Santa María quedó muy bien impresionado con la administración de Balboa. Recordemos de nuevo que apenas llegó Pedrarias inició juicio de residencia contra éste último con base en testimonios falsos, según Severino,168 y el obispo Quevedo le hizo ver que que en estas 166
Severino, ob. cit., pág. 120 T. III.
167
Arch. de Indias, cita de Severino, ob. Cit., pág. 124, T. III.
168
Severino, ob. cit., pág. 142, T. III.
condiciones no tendría valor la residencia que iba a tomar. Entonces Pedrarias pensó mandar preso a Balboa a España para que respondiera por los delitos que se le imputaban, pero, el acusado, por fortuna, como dice Altolaguirre, desde un principio contó con el apoyo del obispo, quien hizo ver a Pedrarias que, al saberse en la Corte la noticia del descubrimiento del Mar del Sur “seguramente Vasco Núñez habría vuelto a obtener el favor del Rey, y por lo tanto, se exponía, si lo enviaban preso, a caer él en desgracia, y a que Vasco Núñez, que contaba con la protección de Pasamonte, regresará a Tierra Firme colmado de honores y mercedes”.169 Desistió entonces Pedrarias de mandarlo preso a España y por intercesión del obispo Quevedo principió a darle participación en los asuntos del gobierno del Darién. Quevedo se las sabía todas y persuadió a Pedrarias y a su mujer, Isabel de Bobadilla, que también era una admiradora acérrima de Balboa debido a influencias del Obispo, de casar a su hija María con Balboa, ya adelantado y Gobernador de Coiba y Panamá, y que era “mancebo e de buena disposición para trabajar”, a lo que el gobernador que “era hombre de mucha edad, e estaba enfermo e tenía hijas, era codicioso” accedió gustoso lo mismo que su mujer. Quevedo desde un principio quiso mucho a Balboa y se propuso ayudarlo en todo. La hija de Pedrarias se llamaba María de Peñalosa. Y por qué no María Pedrarias o Arias de Bobadilla?. Donaldo Bossa Herazo, explica el por qué en carta al autor que dice así: “María de Peñalosa, hija de Pedrarias Dávila y su mujer Isabel de Bobadilla, se identificaba así, porque en España, hasta el siglo XVIII para el común y el siglo pasado para la nobleza titulada, había total anarquía en el uso de los apellidos. Los dos hermanos de Santa Teresa de Jesús que vivieron en Quito y Pasto, ninguno de los dos usaba el Cepeda y Ahumada de la Dra. de Ávila.
Los títulos
vinculados de la nobleza tenían cláusula de preferencia para el apellido agraciado, por ejemplo, el Condado de Teba, con grandeza, estaba vinculado al apellido Guzmán. La persona que llevara dicho título tenía que anteponer Guzmán a todos sus apellidos”.170 Acordémonos que en 1515 Pedrarias emprendió una expedición a la parte oriental del Golfo en busca del capitán Francisco Becerra, a quién había mandado al Cenú. Pues bien, una vez se hubo marchado Pedrarias, Balboa mandó a su amigo Andrés de Garavito a la Española a que reclutase gente para una segunda entrada al Pacífico. Pedrarias que estaba en Acla enfermo, 169
Altolaguirre, ob. cit., pág. 113.
170 Donaldo Bossa Herazo, arta al autor de fecha 12 de Noviembre de 1981. A pesar de esto, el Dr. Tomás C. MosqueraWallis tiene en su biblioteca la Causa Mortuoria de Pedro Zepeda, ante el Alcalde ordinario de Popayán de 1599 a 1600.
consideró esta actitud de Balboa como un atentado a su autoridad y como un alzamiento, por lo tanto mandó a prender a Balboa y según Pascual de Andagoya, vecino de Santa María “hizo una jaula en que lo metió en la misma casa de Pedrarias”.171
Por nueva intervención de
Quevedo, Pedrarias lo mandó soltar con ciertas condiciones que establecieron. Balboa no llegó a casarse con la hija de Pedrarias, solamente fue prometida en matrimonio.172 María de Peñalosa, jamás vino a Santa María y permaneció en España durante todas estas negociaciones. Así que no conoció a Balboa. Balboa, para ese entonces vivía con Anayansi, esa dulce criatura hija del cacique Careta: “Le tomó tal apego a la criatura que a la par que preparaba nuevas empresas y establecía las bases del gobierno de Santa María de Antigua del Darién, educaba a Anayansi en mil pequeños artificios para vestir, comer y conversar, pero su preocupación mayor consistía en enseñarle el idioma castellano, en captarse fidelidad y en introducirla en los misterios de la religión”.173 Se amaron mutuamente guardando admirable fidelidad.174 Como ya se ha dicho desde un principio Balboa y Quevedo fueron buenos amigos y en las cartas al Rey ambos se lanzan mutuos elogios. Santa María debía de ser un infierno. Pueblo chico, infierno grande, dice un refrán. Un día a la salida de misa Luís Botello y otros charlaban sobre el mal gobierno de Pedrarias. En esto salió el gobernador del templo y preguntó quienes reñían.
Andrés de Vera le contestó que él,
Pedrarias, era el culpable de tantas discordias. Por esto fue encarcelado. Entre los cargos que le hacían a Pedrarias estaba el que abría las cartas que les llegaban de España para enterarse de todo lo que les llegaban de España para enterarse de todo lo que no le importaba y que tenía preso a Balboa desde hacía más de dos meses. Al fin el Obispo Quevedo logró imponer la paz.
171
Pascual de Andagoya, relación de los sucesos de Pedrarias, citado por Severino, ob. cit., pág. 145, T. III
172
Severino, ob. cit., págs. 146-147 T. III.
173
Ra món García Ruiz. E l Canal de Pana má, Méjico, 1945, pág. 16. De la be lle za de Anayansi se habla mucho. 174
Severino, ob. cit., pág. 149 T. III
Eran amigos de Balboa, Hernando de Arguello, Luís Muñoz, Andrés de Valderrábano, Andrés de Vera, Francisco Pizarro, Luís Botello y Juan de Escaray. Y sus enemigos Diego del Corral, Diego Márquez y Alonso de la Puente. Lograda la libertad de Balboa por intervención del Obispo Quevedo, de la jaula donde lo tqnía Pedrarias por haber mandato a Andrés de Garabito a la Española por hombres para preparar una nueva expedición al Pacífico, Balboa se alista y parte de nuevo.
CAPITULO XII
BALBOA VUELVE AL PACIFICO. SU MUERTE.
No está por demás decir que Balboa era un hombre hermoso, alto, rubio, de miembros endurecidos por el trabajo, sufrido de hambre y sed, de las lluvias y de los soles tropicales. Era el primero en arrastrar los peligros, y de una resistencia heroica para vencer las dificultades de aquella naturaleza bravía. Sabía tratar a los indios, templaba el rigor con la blandura, hasta ganarlos a su amistad. Así ve Monseñor Arteaga a Balboa. En 1516 Balboa vuelve al Pacífico, al golfo de San Miguel, vía Acla,175 con sesenta hombres que él mismo había mandado traer de la Española con Andrés de Garabito. Pedrarias quería ir en persona al mar del Sur, pero el obispo lo disuadió de llevar a cabo esta empresa recomendándole fuera Balboa. Así Pedrarias le dio doscientos hombres más. Balboa tenía sus bienes embargados en el juicio de residencia que le seguía Pedrarias. Estos bienes sumaban unos nueve o diez mil castellanos y todo se lo quitó Pedrarias. Una de las casas que tenía en la plaza la tomó para sí” y dióle por ella poco más de lo que le rentaban las tierras que hay en ella; las tierras hánselas tomado para su alteza, los dineros hánselos hecho pagar o se los pedían; queda como el más pobre de la tierra”.176
Así, que como tenía sus bienes embargados,
constituyó una sociedad para esta empresa con Hernando de Aguello, Diego de la Tovilla, Rogel de Loria, Beltrán de Guevara, Diego Rodríguez y el arcediano de la catedral de Santa María, Rodrigo Pérez. Dice las casas: “Mientras él, Balboa, se ocupaba con sus compañeros en Acla en cortar maderas y prepararlas para sus embarcaciones, envió al capitán Francisco Compañón con algunos españoles y treinta negros a construir una casa o bohío en las vertientes del Pacífico para descanso de la expedición. Una vez listos los materiales dio comienzo el
175
Permanece aquí todo e l resto del año de 1516 y 1517, trabajando. En 1518 sale para el Pacífico.
176
Quevedo citado por Severino, ob. Cit., pág. 134, T. III.
acarreo con los indios, negros y españoles.177 Pero todo se le convirtió en vacío, por ser la madera de allí en tierra que estaba muy cerca de la mar salada, y así fue luego de gusanos comida, de donde sucedió serles necesario cortarla de nuevo en el río; habiendo, pues cortado mucho de ella, y quizá también aserrándola, ya que quería poner un astillero que es comenzar los bergantines, vinieron de súbito tan grandes avenidas que les llevó el río parte de las maderas, y parte soterró la lama y cieno, subiendo el agua dos estados encima. No tuvieron todos otro remedio para no se ahogar, sino subirse sobre los árboles, a donde puestos no estaban sin mucho peligro; aquí por lo cual quiso volverse a la villa de Acla y dejarse de aquella demanda, como aborrido. Ayudábale a se volver el hambre que padecía. Francisco Compañón se ofreció a pasar a la otra banda del río a buscar comida, y pasó con algunos por cierto puente que hicieron de ciertos bejucos y raíces, que ataron con algunos nadadores de las ramas de los árboles; aunque la puente fue tal, que pasaron el agua sobre la cinta, y algunas veces llegábanles a los pechos. Andaba Vasco Núñez comiendo raíces”.178 En este viaje Balboa bajó por el río Chucunaque, que al llegar a la población que hoy se denomina el Real se une con el Tuira y con este nombre salen al mar, al golfo de San Miguel. Bajando por él se llega a la Palma. El Chucunaque nace en el Norte y corre hacia el Sureste y el Tuira nace en los cerros de Quia, en la frontera con Colombia. Pascual de Andagoya nos cuenta que: “En este río (de las Balsas o Chucunaque) hicimos dos navíos: y esta provincia de estos indios, que era harta gente, acabamos llevándolos a Acla a traer materiales para los navíos, y en acarrear la comida misma que ellos tenían para los carpinteros y gente que los hacían: estos navíos bajamos con mucho trabajo hasta la mar, porque hallamos muchos raudales, que hacíamos cavas para los pasar, y bajamos al Golfo de San Miguel, se alejaban, porque como los carpinteros no conocían la madera, fue tal, que ella misma se comió e se hicieron todas las tablas de palo de panal; y así con harto trabajo hobimos de pasar en ellos a la isla de las Perlas donde se echaron al través, e hicimos otros mayores e mejores e de buena madera”.179
177
La Dra. Romo li dice que é l mis mo llevaba un tablón a l hombro.
178
Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 162. T. II.
179
Andagoya, citado por Severino, ob. cit., 165, T. III.
Diego Fernández afirma que él cargó madera de un cabo a otro.180 Alonso Martín de San benito pasó las anclas para dichos navíos, “en lo que padecí mucho trabajo”181. Oviedo dice que Balboa “por su misma persona, traía la madera a cuestas desde el monte, hasta el astillero, donde se hacían las embarcaciones para seguir esta empresa.182 Mucho más explícito es la Dra. Romoli, quien dice que Balboa, de Acla al Golfo de San Miguel, llevó madera a cuestas. Pedrarias estaba exasperado porque Balboa no le enviaba informes del resultado de su expedición. Sus amigos le hacían creer que Balboa con los navíos que construyó se iba a poblar por la Mar del Sur otras tierras donde fuere el señor y donde no tuviera que obedecer ni Rey ni gobernador. Al fin recibió Pedrarias cartas de Balboa donde le informaba que la demora en escribirle se debía a los inconvenientes que había pasado. Debido a los malos informes que recibió sobre el gobierno de Pedrarias movió a Carlos V nombrar a López de Sosa nuevo gobernador de Castilla de Oro, según le comunicó el monarca por Real Cédula de 2 de Septiembre de 1518. Los rumores sobre este cambio llegaron al Mar del Sur donde estaba Balboa por estos días. Balboa reunió a sus amigos Andrés de Valderrábano, Andrés de Garavito, Luís Botello, Fernán Múñoz y Rodrigo Pérez, y allí en secreto, quedó acordado que saliesen para el Darién, y que una vez cerca de Acla, enviasen adelante un mensajero a la casa suya que tenía en el pueblo, a donde debía llegar de noche. El mensajero era Luis Botello y fue sorprendido al llegar a Acla y apresado por la autoridad junto con las cartas que llevaba, por ser esta la orden del gobernador, según la Relación de los Sucesos de Pedrarias, hecha por Pascual de Andagoya. En las cartas que llevaban amenazaba a Balboa con pena de muerte y perdimiento de bienes al que pretendiera llegar al mismo pueblo de Acla y se le autorizaba para volverlos encadenados a los que los resistiesen. Este fue el cargo que sirvió de base a Pedrarias para procesar a Balboa. Era portador de este mandamiento Rodrigo Pérez. Pedrarias se enteró de estas cartas, se “indinó”, dice las Casas, se trasladó a Acla y ordenó que Balboa se presentase allí, engañándole de que tenía asuntos que tratar con él referentes a su
180
Arch. de Indias, por Severino, ob. cit., pág. 165, T. III.
181
Arch. de Indias, por Severino, ob. cit., pág. 166, T. III.
182
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 166, T. III.
visje. Balboa recibió la carta de Pedrarias en la isla de Tortugas, donde estaba construyendo sus bergantines. Se puso en camino para Acla. Poco antes de llegar a la cima de la cor5dillera del Darién, entre el río Chucunaque y el establecimiento que había hecho para el acarreo de los materiales desde Acla, fue apresado por Francisco Pizarro. Balboa se dirigió a Pizarro “ ¿Qué es esto, Francisco Pizarro?
No solíades vos así salirme a recibir”.
Llegados a Acla
encarcelaron a Balboa en casa del capitán Juan de Castañeda. Levantaron el sumario, por orden de Pedrarias, el licenciado fue senteciado a muerte con Andrés de Valderrábano, Luís Botello, Fernán Múñoz y Hernando de Arguello. Todos fueron condenados a ser degollados. Le cortaron la cabeza a Balboa sobre un repostero harto viejo.183 “Y fue hincado- dice Oviedo un palo, en que estuvo la cabeza del adelantado muchos días puesta: e desde una casa que estaba a diez pasos de donde se degollaban (como carneros, uno o par de otro) estaba Pedrarias mirándolo por entre las cañas de la pared de la casa a buhío”.184
Espinosa, no lo quería
senteciar a muerte, por sus grandes méritos, pero Pedrarias se lo ordenó expresamente por mandamiento que lleva fecha 12 de Enero de 1519.185 Sobre la fecha exacta de la muerte de Balboa hay mucha confusión. En el monumento que tiene en la ciudad de Panamá dice que murió en 1517. Lo mismo sostienen la Dra. Romoli y algunas enciclopedias. Pero la misma Dra. Romoli,. Que dice murió en 1917, lo pone en 1518 mandado emisario a Acla, desde el Golfo de San Miguel, para averiguar sobre la llegada del nuevo Gobernador López de Sosa. Lo cierto es que él salió de Santa María en 1516 a trabajar a Acla por orden de Pedrarias. La fecha exacta de su salida para el Pacífico no se sabe. En 1518 estaba en el Golfo de San Miguel, desde donde mandó emisarios a Acla, y como el mandamiento de Pedrarias traído por las casas tiene fecha 12 de Enero de 1519, Balboa debió morir a mediados del mes de Enero de 1519. Un astrólogo Italiano que había venido a Santa María con Pedrarias le dijo: “Que el año que viese cierta estrella, que señaló en cierto lugar, correría peligro su persona; y que si de aquel peligro escapaba, el sería el mayor señor y más nombrado capitán y más rico que hubiese en todas las tierras de las Indias”.186 Ese año Balboa vio la estrella.
183
Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 168, T. III.
184
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 168, T. III.
185
Las Casas, la mis ma referencia ordina l 9.
186
Antonio de Herrera, Historia de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Madrid, 1934, T. II, pág. 379.
Entre las personas que mandó Balboa a Acla a que averiguasen sobre el nuevo gobernador se encontraba el arcediano Rodrigo Pérez, a quien mandaron preso a España por los mismos delitos que había sido juzgado y condenado Balboa. Rodrigo Pérez fue absuelto por el consejo de Indias y regresó al Darién en una carabela que llegó a Santa María l 1 de Julio de 1522, trayendo mandamiento del Rey para que se le restituyesen los bienes que le habían sido confiscados. “Ved, lector, dice Oviedo, con vista de eso, que tal debiera ser la culpa e traición del infelices Adelantado, pues que este arcediano, que era uno de los partícipes en ella, venía absoluto, e volvió a la tierra”.187 Es bueno anotar que cuando ejecutaron a Balboa, nuestro cronista Oviedo estaba en España. El llegó en 1514, salió para España en 1515 y regresó a Santa María en 1520 en la carabela del maestro Pedro Rodríguez. Venía con su mujer, Margarita Vergara, dos hijos y ocho criados. El barón Erland Nordenskiold, miembro de la nobleza sueca, director del Museo Nacional de Gotemburgo, profesor de etnología de la universidad de la misma ciudad, y de otras de Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, visitó a Turbo en 1927 alojándolo el P. Severino, ya que traía carta de recomendación del Cardenal Gasparri, Secretario de Estado de su santidad Pío XI. Vino acompañado de su señora y de su hijo. Este etnólogo dice que el Nele de Portogandí, sabe dónde está enterrado el cadáver de Balboa. Me imagino que este Nele habrá ya muerto, pero sus descendientes algo habrán de saber. ¿Y dónde estaba el obispo Quevedo, cuando murió Balboa?. En España. Tenía profundas desavenencias con el gobernador y con los oficiales reales que eran el tesorero, el contador, el factor y el veedor. Su último acto oficial en Santa María tuvo lugar el 13 de Enero de 1518, cuando aparece interviniendo en el conse4jo de gobierno, que por petición de él, le prorrogó el plazo concedido a Balboa para su segundo viaje al Mar del Sur. El concejo era adverso a esta prórroga.188 El obispo tuvo que salir del Darién a fines de 1518 o principios de 1519, antes de la muerte de Balboa. No se presentó al Rey sino a fines de 1519, donde dijo9 que el primer gobernador fue malo, pero que el segundo fue mucho peor. Estuvo en Darién cinco años.189
187
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 169, T. III.
188
Cuando Balboa salió por segunda vez para el Mar del Sur le dieron un plazo fijo para esta exploración. Como no pudo cumplir e l pla zo, le fue ampliado. Queda así ac larado esto de l plazo. 189
Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 324, T. III.
Así que como llegó el 30 de Junio de 1514, debió estar en Santa María hasta el 30 de Junio de 1519. Pero el mismo P. Severino dice que cuando decapitaron a Balboa, Quevedo estaba en España y como Balboa murió a más tardar el 13 o 14 de Enero de 1519, es una incógnita la fecha de salida del obispo Quevedo de Santa María. El mismo Oviedo, que llegó de nuevo en 1520, dice que el obispo estaba en España. “Para mí tengo yo creydo, e por muy averiguado, que si el obispo estuviera en la tierra, que el Adelantado no muriera; pero el pensó que quedaba seguro, con aquel asiento del casamiento, de las cautelas del gobernador y las del tesorero Alonso de la Puente que era el que mayor odio le tenía como lo mostró bien adelante”190. Cuando Quevedo salió para España lo reemplazó el dean de la catedral Juan Pérez de Zalduendo, en este carácter apresó al arcediano Rodrigo P{erez, que había acompañado a Balboa al Mar del Sur. Balboa fue un poco de malas. Doña Isabel de Bobadilla, mujer de Pedrarias, también se había convertido en su protectora y había salido para España con el Obispo Quevedo. Así que, cuando Balboa fue decapitado, ella tampoco estaba en Santa María, ya que de haberse encontrado en los hechos, lo más seguro es que hubiera intervenido ante su marido para que le perdonara la vida. Ella tampoco regresó más a Santa María. Monseñor Quevedo murió después de haber asistido en España a una comida a la que asistieron Fray Bartolomé de las Casas y el Secretario del Rey, López de Cochinillos, el 24 de diciembre de 1519. Y Leoncico, el perro de Balboa, ¿Cómo era? “Yo ví este perro, porque cuando llegó Pedrarias a la tierra el año de 1514 estaba vivo y lo prestaba Vasco Núñez a algunas entradas que se hicieron después y ganaba sus partes como se ha dicho; y era un perro bermejo y el hocico negro mediano y no alindado, pero era recio y doblado y tenía muchas heridas y señales de las que había tenido en las peleando con los indios. Después por envidia le dieron al perro veneno y de este murió. No poco falta hico Leoncico después de que murió, pues era grandemente querido por todos”191. Fray Pedro Simón dice que era hijo de Becerrito, de la Isla de San Juan.
190
Oviedo, ob. cit., T. V, pág. 177.
191
Oviedo citado por Hernández, ob. cit., pág. 158, T. II
Muerto Quevedo y desprestigiado Pedrarias, el Rey procede a nombrar nuevo obispo y nuevo gobernador.
CAPÍTULO XIII
NUEVO OBISPO Y NUEVO GOBERNADOR
Por real cédula de 2 de septiembre de 1518, el Rey Carlos V, le ofreció la gobernación del Darién o Castilla de Oro a Lope de Sosa, gobernador de Las Canarias, y le dice que si tiene algún inconveniente para aceptar. Cómo sería en España el prestigio de la ciudad de Santa María, que Lope de Sosa cambia la gobernación de las Islas Canarias, que hoy todavía son un paraíso , por venirse a vivir a Santa María la Antigua del Darién. En 1519 el Rey nombró ya en forma a Lope de Sosa como nuevo gobernador de Castilla de Oro. Oviedo, que andaba por España, se iba a venir con él, pero cuando llegó a la Isla de la Gran Canaria ya el nuevo gobernador había partido. Al llegar Oviedo supo que el nuevo gobernador había muerto en el puerto de Santa María, sin desembarcar. Traía trescientos hombres de Castilla y de las Canarias y cuatro clérigos. Al poco tiempo murieron. “Llegado el año veinte –escribe Oviedo- sobre mil quinientos, en el mes de mayo, llegó al puerto del Darién el gobernador Lope de Sosa. E así como fue su nao surgida, e se comenzó a vestir para salir en tierra, e acabó de dar orden, en la manera de su salida a tierra, luego expiró e dio el anima a Dios dentro de la nao, sin salir a tierra. E como el gobernador Pedrarias le había hecho aparejar el recibimiento , así lo hizo sacar honradamente, y enterrar en la iglesia mayor episcopal, en el lugar más preeminente Della, delante del altar mayor, al pie de las gradas , mostrando mucho dolor e sentimiento de su muerte; pero no sin mucha alegría de su corazón”192. Juan Rodríguez de Alarconcillo, licenciado que vino con Lope de Sosa, dice que la armada llegó al Darién el día jueves 17 de mayo de 1520. Por la muerte de Lope de Sosa fue nombrado nuevo gobernador de Castilla de Oro, Pedrarias con fecha 17 de septiembre de 1520. Lope de Sosa, como vimos fue enterrado en la Iglesia mayor. Lo anterior para manifestar que ninguno de los cronistas de indias habla del cementerio de Santa María. Diego Villegas, cuando visitó Santa María haciendo parte de una comisión del gobierno nacional, trató de localizar el sitio sin resultados positivos. Sabemos que la señora de OXXXXXX Margarita de Vergara y 192
Oviedo, citado por Severino, ob. cit., págs. 347-348, T. III.
uno de sus hijos murieron en Santa María y allí deben hallarse sus huesos. Ojalá algún día llegue a despertarse el interés de los colombianos por esos santos lugares, y se llegue a rescatarlos para el altar de la patria. El día que llegó la armada de Lope de Sosa al puerto de Santa María la Antigua del Darién -17 de mayo de 1520- presentó a su Santidad el Papa, el Emperador Carlos V, como nuevo Obispo de Santa María la Antigua del Darién, a Fray Vicente Peraza y fue nombrado oficialmente para tal cargo el día 5 de diciembre de 1520, por bula del Papa León X. Ya dijimos que cuando el Obispo Quevedo se fue para España quedó encargado de la diócesis el dean de la Catedral Juan Pérez de Zalduendo, quien a su vez fue reemplazado por el P. Hernando de Zelaya, quien llegó a Santa María el 1º. De julio de 1522, con poderes del nuevo Obispo, Fray Vicente de Peraza, para tomar posesión de la diócesis. Al llegar Zelaya removió a Juan Pérez de Zalduendo del provisionado (encargado) y nombró como dean de la Catedral a Rodrigo Pérez, que había llegado a Santa María absuelto del cargo de traición que le habían formulado por acompañar a Balboa en su segundo viaje al Mar del Sur. Monseñor Vicente Peraza solo llegó a Santa María bien entrado el año de 1524, año en que se trasladó a Panamá con su título, clero y aparato193. Panamá fue fundada el día 15 de Agosto de 1519 por Pedrarias y los vecinos de Santa María la Antigua del Darién. El Obispo Peraza debió morir en Panamá en septiembre de 1524194. Después de desaparecida Santa María el título de sus iglesias se siguió respetando por más de un siglo. Fijemonos cómo de Urabá salió la gente a colonizar el sur de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, Centroamérica y el Misissipi. Esta fue la importancia y grandeza del Urabá colombiano. Comparemos lo que fue ayer el eje y centro del mundo americano, con lo que es hoy.
193
Arteaga, ob. cit., pág. 55. Severino, ob. cit., 378, T. III.
194
Severino, ob. Cit., pág. 378 T. III.
CAPÍTULO XIV
ULTIMOS DIAS DE SANTA MARIA LA ANTIGUA DEL DARIEN
Para su final eran personajes importantes en Santa María, fuera de los nombrados anteriormente, Don Hernando de Luque, persona de gran relieve en la vida política y civil de la localidad. Era eclesiástico. Vino en 1514 con Pedrarias y Quevedo, y fue maestrescuela de Santa María, mayordomo y rector del hospital. Socio de Pizarro y Almagro en la conquista del Perú y fue en 1525 quien le financió la expedición. Primer Obispo del Perú. En marzo de 1524 era alcalde de Santa María Martín Martínez, y Juan Simancas Escribano público, Andrés de Valdés, religioso de la casa monasterio de San Francisco; Fray Alonso Descobar, presidente e la casa e monasterio de San Francisco; Juan Alonso de Plazencia, regidor de Santa María; Antonio de Vega, vecino de Santa María; Ruy Díaz, lapidario de sus Altezas. Había igualmente un personaje notable que algunos historiadores aseguran que nació en la propia Santa María, hijo de español e india: Diego Alvarez Osorio, que era chantre; Toribio Cintado, maestrescuela. Entre los sacerdotes estaba Andrés de Vera, Juan Pérez de Zalduendo, Pedro Sánchez, el de la anécdota con Balboa, que parece que estuvo en el descubrimiento del Mar del Sur, pero que por haber pertenecido a la expedición de Nicuesa, por odiosidad con él, Valderrábano no lo incluyó en su lista. Depués aparece con Pizarro en el Perú. Jerónimo de Aguilar, el náufrago. Para 1523 Lorenza Martín, era canónigo y Don Juan Rodríguez de Alarconcillo, escribano, fue a buscar a Becerra, siendo capitán Cristóbal Serrano, acompañó a Juan de Tavira al Atrato. Para este año todavía Oviedo estaba en Santa María y aparece probando en la probanza de méritos y servicios de Lorenzo Martín. Recordamos que Santa María, según todos, era una risueña población. Pues bien, todo eso lo destruyó Pedrarias por odio a Balboa, porque él no había hecho el Darién. Cuando Pedrarias supo que había sido nombrado Lope de Sosa gobernador de Castilla de Oro, pidió, sabiendo que le iban a seguir juicio de residencia, autorización al Rey para pasar la ciudad y la iglesia catedral a Panamá diciendo que aquel lugar era muy malsano.
“Vista por el Rey la carta de Pedrarias, respondióle mandándole que si no convenía estar allí la ciudad, que la pasase a Panamá. Luego escribió Pedrarias a Gonzalo Fernández de Oviedo, que había dejado en el Darién por su teniente, que con la mayor prisa que pudiese, por la mar e por la tierra, sacase y hiciese sacar todo lo en la ciudad había y lo despoblase trayendo todo a Panamá..Y así Panamá se pasaron”195. Y dice Oviedo: “Desde a pocos días el gobernador acordó de irse a Panamá. Hícele cierto requerimiento, dándole a entender que era despoblar aquella ciudad, dejándola en tal tiempo: por que los oficiales se iban con él, y él y ellos con determinación de asentar en Panamá en las costas del sur, e algunos de ellos en nombre de Dios en esa otra costa e expresé muchas razones, por las cuales el gobernador no debía ir; pero no lo dejó de hacer por eso e llevó consigo al tesorero Alfonso de la puente, e al contador queran regidores del Darién, e no volviese, e al contador Diego Márquez, e al factor Juan de Rivas”.196 “E aquí se vio claramente quel gobernador quería despoblar el Darién, así porque lo había ganado e poblado Vasco Núñez, su yerno, a quien había degollado”197… los vecinos se iban” 198
.
Parece que desde 1520 principió el éxodo de Santa María de la Antigua del Darién para Panamá. Según Oviedo en este año salieron los canónigos y dignidades de la catedral. Por documentos de la época sabemos, que el traslado de la colonia de Santa María a Panamá tuvo que ser muy trabajoso por lo áspero del camino y falta de hospedaje para las muchas jornadas”.199 Oviedo volvió a España del Darién el 3de Julio de 1523 arribando a San Lúcar de Barraneda el 5 de Nov- del mismo año. Le hizo cargos a Pedrarias, que fue al fin destituído y reemplazado por Don Pedro de los Rios, en 1526. Muy entrado el año de4 1524, aparece todavía en Santa María personajes notables, tanto eclesiástico como civiles. Estando allí Juan Pérez de Zalduendo, Alfonso de Descobar, Andrés de Valdés, Fernando de Uribarri, alcalde, Antonio de Vega, Juan Alonso de Plazencia, vecino y regidor, Ruy Díaz, lapidario de sus altezas y Juan Rodríguez. Poco a poco todos estos personajes fueron abandonado Santa Maria y trasladándose a Panamá. En Septiembre de 1524,
195
Las Casas citado por Severino, ob. ci t., pág. 387, T. III.
196
Oviedo citado por Severino, ob. cit., pág. 388 T. III
197
Oviedo, ibid.
198
Oviedo, ibid.
199
Severino, ob. cit., pa´g. 397 T. III.
ya no quedaba nada en la que fue ciudad de Balboa. “Desde e dos o tres meses adelante, se despobló el Darién, por el mes de Septiembre por el año de mil e quinientos veinte y cuatro e salidos de la ciudad los vecinos quedaban allí aquel Diego Rivero, que se dijo en el Capítulo II del libro 25, que se le había ido o alzado al gobernador Diego de Nicuesa con la barca e le dejó perdido en la Isla del Escudo. E sus propios indios desde Diego de Rivero otros que con ellos se juntaron, le mataron; e a su hijo suyo de edad de ocho o diez años lo ahorcaron de la cumbrera de su propio bohío, e mataron a la madre de aquel niño e a otros tres o cuatro cristianos enfermos e quemaron la mayor parte; de aquella ciudad y entre otras casas la mía, que era tal como en otra parte he dicho, en la cual mis heredades e hacienda perdí mas de seis mil castellanos”.200 Tanto en el Darién panameño como en el colombiano se recuerda en algo a Santa Maria. Donde existió hay un caño que los campesinos llaman de la Antigua, que es el curso viejo del río Tanela, y en Panamá existe el poblado de El Real que se llama Santa Maria de la Antigua de El Real, está en las márgenes del río Tuira, es de fundación antigua, y en tiempos pasados sonó bastante en hechos de armas. El nombre lo toma de los campamentos reales que allí establecieron los españoles, como punto de avanzada contra los indios. El Real de Santa Maria fue hasta 1760 la capital de esa parte del virreinato de Nueva Granada hasta que fue trasladada al Real de Yavisa a causa de las irrupciones de las tribus indias. El retablo y la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, debieron ser llevadas a la ciudad de Panamá, al ser trasladados los enseres e imágenes de la catedral de Santa Maria. Sin embargo en Panamá no está la imagen. Se dice que en el Real de Sant5a Maria del Tuira se veneraba una imagen de la Antigua. Los nombres de estas poblaciones del Darién panameño son bellísimos, sobre todo para los amantes de la historia, de lo viejo y de las cosas bellas, y conservan todos sus nombres anteponiendoles El Real y después Santa Maria, en recuerdo de nuestra Santa Maria de la Antigua del Darién y de la madre de Cristo. Y Acla?. Alonso de la Puente y Diego Márquez, en 1516, decían de Acla:… “Allí hay un puerto muy bueno hondable y seguro de todos los vientos, e limpio para desembarcar, y que había disposición para labranzas y para crías de ganado vacuno en la tierra, y cazas y pesquería en el dicho puerto muy buena, e de muy buenos pescados e aguas. E que hay muy buenas maderas para navíos de toadas suertes, e que no hallando broma como en los puertos de estas 200
Oviedo, citado por Diego Villegas, Conf. cit., pág. 416 T. III.
partes: e buena disposición para varar navíos. Y que el camino de allí a la Mar del Sur es andable a pie y a caballo y que desde dicho puerto de Acla hasta el Golfo de San Miguel hay veinte o veinticinco leguas… Y que por estas consideraciones había determinado hacer allí un pueblo… Parecemos bien haber formado allí pueblo, por las cosas siguientes: lo uno porque a estos dos caciques Careta y Ponca se apaciguen luego del todo, e comiencen a servir, e así se irán pacificando el de Comogre e otros los más cercanos, viendo que los cristianos tienen allí hecho pueblo”.201 Frente a Acla hay dos islas que la defienden de las brisas norteñas. La mayor Coetupo de Coe, venado y tupo isla, y la menor, Tuala. Oviedo dice que Acla, es y esta fundada en aquel puerto de Careta.202 Hoy se llama Puerto Carreto. En 1946 tenia quince casas de indios Kunas. Hoy esta igual. Balboa, cuya vida estuvo muy vinculada a Acla, llego allí el 4 de Septiembre de 1513 cuando de Santa Maria se dirigía al Mar del Sur. En Acla dejo sus embarcaciones para emprender el paso de la cordillera del Darién. Regreso a Acla el 17 de Enero de 1514 después de haber descubierto el Pacífico, siguiendo el 18 para Santa Maria. De Acla era Anayansi. En 1515 llego Pedrarias con la intención de nuevos descubrimientos y fundó allí un pueblo a modo de fortaleza y como tuvo que regresar a Santa Maria dejó encargado a Lope de Olano, que vivía desde hací8a algún tiempo allí. De Acla salió Balboa con las maderas preparadas para la construcción de las embarcaciones en el Mar del Sur, a principios de 1518, dejando encargado del gobierno a Diego Angulo. A Acla volvió el adelantado por orden de Pedrarias, acusado de sedicioso, siendo sentenciado a morir degollado, sentencia que se ejecuto el 13 ó 14 de Enero de 1519. En la plaza de Acla, estuvo colgada su cabeza por muchos días.
En Acla desembarco Gil González Dávila con su expedición a principios de 1520 y de Acla salió. Después del arreglo matrimonial de Balboa con la hija de Pedrarias, éste lo manda a Acla. “Recibido por yerno, le envió a la provincia de Acla a poblar un pueblo”.203 Salió, como ya 201
Archivo de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 416, T. III
202
Oviedo, ob. cit., pág. 9 T. III.
203
Andagoya, citado por Severino, ob. cit., pág. 419, T. III.
dijimos, a poblar a Acla en 1516 y de aquí pasó al Mar del Sur. Lo hizo tan bien que el licenciado Espinosa lo encontró en 1517 “poblado de tal forma como lo esta este del Darién e halle muy bien de comer, como lo halláramos en Sevilla, e nao, así mismo para podernos venir a esta ciudad”204. Por estas poblando a Acla, Hernando de Aguello, pedía prórroga para el plazo que se le había señalado a Balboa para el viaje al Mar del Sur. La iglesia de Acla debió ser comenzada en 1517 por Balboa y con título de poblador fue mandado Balboa a Acla. Tenía hospital. Oviedo conoció
a Acla y fue gobernador del Darién por ausencia de Pedrarias, ya que era su
teniente. Cerca de Acla o en el sitio donde existió fue donde los escoceses quisieron fundar una colonia, como lo veremos en su oportunidad. El periódico el Colombiano, de Medellín, del viernes 21 de Mayo de 1976, informa que las ruinas presuntas de la vieja ciudad de Acla, fueron descubiertas por una expedición anglonorteamericana sobre la costa Atlántica de Panamá . La expedición fue dirigida por el mayor Jhon Blashford Snell y financiada por el meseo panameño de antropología. “La implantación colonial de Acla y su nombre, levantada por Balboa antes de descubrir el océano Pacífico en 1513, figuraban en muchos planos españoles del siglo dieciséis. Las ruinas que le atribuyo la expedición entraban a solo siete kilómetros del lugar donde los escoceses habían fundado fuerte Saint Andrews… Vince Martinelli, del club de exploradores de Nueva York y uno de los organizadores de la expedición, precisó además que el grupo había visto varios indios albinos de la tribu de los Kunas, en el área de búsqueda del Darién y aventuró que esos indios pueden estar vinculados con el origen de la leyenda sobre eventuales sobrevivientes escoceses”.205
204
Arch. de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 419, T. III.
205
Ver recorte de prensa en los anexos.
CAPITULO XV
SAN SEBASTIAN DE BUENAVISTA DON PEDRO Y DON ALONSO DE HEREDIA VIAJES DE JULIAN GUTIERREZ AL GOLFO DE URABA.
En 1532, sigue la conquista de Urabá, pero es bueno retroceder un poco para decir que en 1522, Oviedo hizo una expedición a la costa oriental del golfo, y en 1525 obtuvo una capitulación para la conquista de la costa de Cartagena a Urabá, pero Oviedo ni siquiera intentó la empresa. El 5 de Agosto de 1532 se extendían en Medina del campo nuevas capitulaciones para la conquista y población de los territorios comprendidos entre el río Magdalena y el Atrato. El 13 de Enero de 1533 entro Don Pedro de Heredia en Cartagena “con una nao y dos carabelas de guerra, y veinte e dos caballos. El 20 de Enero de 1533 se fundó Cartagena.” La gobernación de Don Pedro
de Heredia se extendía por el occidente hasta el río Darién o Atrato
comprendiéndose en sus límites toda la banda oriental del golfo de Urabá, incluyéndose la culata de dicho golfo. Así lo dio a entender el emperador en su real cédula de 17 de Marzo de 1536 dirigida al que es o fuere gobernador o juez de residencia de la provincia de Tierra llamada Castilla de Oro”.206 Los Heredias, Don Pedro y Don Alonso, actuaron en Urabá y deseaban reafirmar su soberanía sobre la banda oriental del golfo, ya que el capitán Julián Gutiérrez, desde Acla, había incursionado sobre ella, pretendiendo dominio. Organizaron entonces los Heredias una expedición con bergantines y gente escogida. Este capitán Julián Gutiérrez era muy amigo del cacique Urabá, tanto que lo casó con su hermana, que después de bautizada llamose Isabel del Corral. Por este motivo Gutiérrez salía y entraba cuantas veces quería a tierras del cacique Urabá, en la banda oriental del golfo. Esto no le gustó a Don Alonso de Heredia, hermano de Don Pedro, por considerar que esos territorios caían bajo la gobernación de su hermano. Don Alonso, derrotando a los urabaes se posesionó de esa parte del golfo e hizo nueva fundación de Villa en una loma cercana al mar, en la punta de una ensenada, poniéndole el mismo nombre con el fin de hacer revivir la primera, pero con el 206
Severino, ob. cit., pág. 457, T. III
adjetivo de Buena Vista. Ocupaba el mismo sitio en que hoy está Necoclí. Se han hecho excavaciones en las que aparecen algunas construcciones de ladrillo y material, lo que no ocurre con San Sebastián de Urabá, que era un caserío de palma y cerco de madera y su duración fue de meses. San Sebastián de Buenavista tuvo una vida de duración y progreso y fue visitada por varios sacerdotes y conquistadores ilustres. En los documentos para la historia de Bolívar dice E. de Piñeres: “E hizo nueva fundación de villa en una loma cercana al mar, y no distante a la de Ojeda, poniendo el mismo nombre de San Sebastián, con el adjetivo de Buenavista por la que presentaba la situación, que sabido por Julián Gutiérrez vino a protestar contra ello, bajo el pretexto de corresponder aquella tierra a la conquista de Panamá, que no surtiendo efecto alguno, quedó en palabras”207. Sobre la fundación de esta ciudad dice Fray Pedro Simón: “Buscando Alonso de Heredia un sitio acomodado, que fue en cierta sabana algo levantada y limpia, enfrente de una punta que hace la tierra al mar, llamada Piedras, comenzaron a fundar un pueblo, precedido de ceremonias que suelen en tales ocasiones, señalándole calles, plaza, casa e iglesia, horca y cuchillo, y llamárosle San Sebastián de Buenavista. No sé si fue este el mismo sitio en que dijimos que el capitán Alonso de Ojeda había edificado un fuerte y ranchería de este mismo nombre tomando por devoto a este santo contra el veneno de las flechas”208. Esta fundación tuvo lugar en el mes de Junio de 1535, a unos cinco kilómetros del mar más al sur del primer San Sebastián de Alonso de Ojeda. Pedro Cieza de León, estuvo en San Sebastián de Buenavista en 1536 y nos refiere su visita: “Viniendo por gobernador de la provincia de Cartagena Don Pedro de Heredia, envió al capitán Alonso de Heredia, su hermano, con copia de españoles muy principales, a poblar por segunda vez a Urabá intitulada San Sebastián de Buenavista, la cual está asentada en unos pequeños y rasos collados de campaña, sin tener montaña, si no es en los ríos o ciénagas. La tierra a ella comarcana es doblada y por muchas partes llenas de montañas y espesuras. Estará del Mar del Norte casi media legua. Los campos están llenos de unos palmares muy largos y espesos, que son unos árboles gruesos. “Dentro del pueblo a las riberas de los ríos hay muchos naranjales, plátanos, guayabas y otras frutas…Tiene muchos ríos que nacen de las sierras. La tierra adentro hay algunos indios y
207 Eduardo Gutiérrez de Piñeres, Docu ment os para la Historia de l De partamento de Bolívar, Cartagena 1924, pág. 69 208
Fray Pedro S imón, ob. cit., parte III, Notic ia, la, cap. XXX.
caciques que solían ser muy ricos por la gran contratación que tenían con los que moran en la campaña pasada de las tierras y el Dabaybe. Son los señoretes o caciques de los indios obedecidos y temidos, todos generalmente dispuestos y limpios, y sus mujeres son de las más hermosas y amorosas que yo he visto en la mayor parte destas indias que he andado. Son en el comer muy limpios y no acostumbran las fealdades que otras naciones. Tienen pequeños pueblos, y las casas son a manera de ramadas largas y de muchos estantes. Dormían y duermen en hamacas; no tienen ni usan otras camas”209. Juan de Vadillo, el 31 de Agosto de 1535, escribía…”que el asiento de Urabá (San Sebastián de Buenavista) es dueño de pastos, pero que no se puede poner sino en una loma de una cuesta que es muy estrecha y no puede haber sino una calle y el puerto es muy bravo para embarcar y salir de la mar”210. Una vez fundada San Sebastián de Buenavista, Alonso de Heredia salió para Cartagena a hablar con Don Pedro. Dos años después, San Sebastián de Buenavista tenía su iglesia. Al desaparecer Santa María de la Antigua, Acla fue al centro de la colonización española en el Norte del Darién. En 1532 el capitán Julián Gutiérrez era el personaje más notable de la zona, era teniente del gobernador de Panamá. Hizo varias entradas a la parte oriental del golfo en los años 1532 a 1542. Don Antonio Mantilla Tascón, del personal de planta del Archivo Genral de Indias escribió un sesudo libro sobre dicho capitán, que tituló “Los viajes de Julián Gutiérrez al Golfo de Urabá”, que nos servirán de fuente para ello. El primer viaje de Julián Gutiérrez tuvo lugar el 4 de mayo de 1532 con catorce hombres y la India Isabel Corral. Después de dos intentos de desembarcos pudo hacerlo en el cacicazgo de Evocaba, cuñado de su mujer e intérprete, Isabel. El 24 de mayo de 1532 llega al pueblo de Amicomi. A fines de mayo estaba nuevamente en Acla . El fin de este viaje y el de los siguientes fue establecer contacto con los indios para poder llevar a cabo un intercambio comercial y de afianzar la soberanía que Panamá alegaba sobre esta parte del país, porque lo consideraban parte integrande de Castilla de Oro. El 29 de agosto de 1532 tiene lugar el segundo viaje. A los seis días llegaron a la parte oriental del golfo y el siguiente fondearon sobre la desembocadura del río Urabá, en cuyas riberas residían las tribus pacificadas en la primera expedición. En este viaje Don Julián hizo las paces con cinco caciques más. El 12 de noviembre , llevando una comitiva de indios a conocer al
209
210
Pedro Cieza de León, ob. cit., pág. 21.
Badillo c itado por Enrique Marco Dorta, Cartagena de Indias, la Ciudad y sus Monu mentos, Sevilla 1951, pág. 193.
gobernador de Castilla de Oro, sale de regreso para Acla a donde llegó el 14 de septiembre, teniendo lugar unos festejos por lqa llegada de los indios. Consistieron estas fiestas en carreras de caballos, bailes, toros “Tras esto salió toda la gente a la plaza, donde se corrió y se capeó un novillo encerrado previamente. Pronto pudo verse que el torete era bravo y el gobernador ordenó echarlo al corral”211. El 24 de Septiembre de 1532 Julián Gutiérrez emprendió su tercer viaje a la costa oriental del golfo para devolver los indios a sus cacicazgos, haciendo escala en Pito y llegando a la desembocadura del río Urabá el 3 de Octubre, en cuyas márgenes estaba el pueblo de Evocaba. El P. Severino, que residió varios años en la región, no sabe a punto fijo a cual de los ríos de la costa de Urabá se designa con este nombre. “El río más próximo a lo que se llamó el pueblo de Urabá, es el Necoclí”212. El 16 de octubre estaba de regreso en Acla Julián Gutiérrez. Al final de este viaje se casa con Isabel Corral, con quien vivía en concubinato. El 3 de Diciembre de 1532 el gobernador de Castilla de Oro, Don Antonio de la Gama, escribe al emperador Carlos V diciendo que teme que la pacificación que ha logrado Julián Gutiérrez en la parte oriental del golfo se pierda por las futuras entradas de los Heredias de Cartagena, y que es bueno que Gutiérrez dejé allí algunos cristianos. El 6 de Abril de 1533 acuerdan los altos dignatarios de Castilla de Oro, entre los cuales se encontraba Pascual de Andagoya, que Julián Gutiérrez debe volver a la parte oriental de golfo a reafirmar la soberanía de Castilla de Oro sobre esas tierras, Oro sobre esas tierras, le solicitan que no le haga daño a los indios y que si los españoles de otras gobernaciones llegaren; que los repele haciéndoles el menor daño posible. Pero durante este año del 1533 Julián Gutiérrez no volvió a Urabá por el motivo de que se habían suscitado litigios si la Culata del golfo pertenecía a la nueva gobernación de Cartagena o a Castilla de Oro. como los conocimientos geográficos eran casi nulos en esa época, la reina Juana, el 16 de Febrero de 1533, prohibió a Heredia y a cualquier otra persona la entrada a la culata oriental del golfo de Urabá, tal vez pensando que esta culata quedaba al occidente del Atrato; es decir que la culata pertenecía a la gobernación de Castilla de Oro.
211
Anton io Man tilla T ascó n , “Los Via jes d e Ju liá n Gu tiér r ez al Go lf o d e Ur abá”, Sevil la, 1945, pág. 8. Parece que esta fue la pr i mera corraleja ce le brada en la costa y no en 1510 como dice e l historiador Eduardo Le ma itre que la ce lebró Ba lboa en Acla , ya que en 1510 estaba en Santa María y solo la visitó en 1511 o en 1512 cuando allí reinaba Careta. Después estuvo en 1513 de paso para el Mar del Sur y luego en 1516 cuando Pedrarias lo mandó a poblar a Acla. No hemos podido encontrar referencias de que Balboa hubiera celebrado fiestas de toros en Acla.
212
Severino, ob. cit., pág. 476, T. III.
En 1534,en virtud de estos antecedentes y siendo ya gobernador de Panamá Francisco Barrionuevo, Julián Gutiérrez emprende su cuarto viaje, llevando a su mujer Isabel Corral. Ya hemos visto cómo el día 13 de Enero de 1533 llega Don Pedro de Heredia a Cartagena, cuya gobernación llegaba hasta el río Atrato, quedando, por consiguiente, toda la parte oriental del golfo bajo su jurisdicción. Teniendo noticias de las expediciones de Julián Gutiérrez a Urabá en compañía de la india Isabel, su mujer, mandó a apresarlos después de regresar de su cuarto viaje a Acla, en 1534, con Alonso de Cáceres, logrando su cometido213. Ya en posesión de todos los elementos mandó Pedro de Heredia una arma compuesta de tres navíos al mando de su hermano Alonso, que llevaba entre otras personas a Julián Gutiérrez, su mujer Isabel y a Francisco César. Fondearon en Cispata, que ante se llamaba Catarapa. Aquí tuvo lugar una deserción. Mostró Julián Gutiérrez la cédula real de 1533 en que se decía que la parte oriental del golfo pertenecía a Castilla de Oro y logró conquistar adeptos, entre ellos a Francisco César, quienes robándose una nave se fueron a Acla. Alonso de Heredia, menguado sus nombres, siguió su viaje a Urabá, fundando como ya vimos, a San Sebastián de Buenavista. A los seis meses de la llegada de Heredia a Urabá se presentó Julián Gutiérrez con una armada, compuesta de un navío grande de artillería, dos bergantines y dos grandes canoas tripuladas por ciento cincuenta hombres. Anclaron al frente de San Sebastián de Buenavista
el 1 de
Septiembre de 1535, completando Julián Gutiérrez su quinto viaje. Ante tal hecho Alonso de Heredia mandó un bergantín a informar a su hermano a Cartagena. Alonso de Heredia informó a Julián Gutiérrez, que se presentaba como capitán y alcalde mayor de Urabá, que tenía poder del gobernador de Cartagena para pacificar y gobernar a Urabá. Julián Gutiérrez saltó a tierra con su gente cuatro leguas más al sur de San Sebastián en actitud guerrera. “Don Pedro de Heredia tan pronto como recibió el aviso de hermano, se presentó en San Sebastián de Buenavista con tres bergantines. Ordenó Don Pedro que la gente de a caballo y peones partiesen hacia el río donde estaba acampado Julián Gutiérrez (en el río Caimán Nuevo), y él con el restante ejército siguió por el mar. Al advertir los centinelas de Gutiérrez la presencia de los navíos de Heredia, dispararon cuatro tiros de artillería, uno de los cuales rompió y quemó el estandarte del bergantín del gobernador. Intentó Heredia apoderarse de una de las naves de Julián Gutiérrez, pero lo impidió la intensidad de la corriente. Alonso de Heredia solicitó de Gutiérrez que tuviera una entrevista con Don Pedro, a bordo de una de las embarcaciones. Don Pedro de Heredia mostró 213
Tal vez sea este el primer secuestro con fines políticos en la Historia de América.
a Julián Gutiérrez su capitulación para la gobernación de Cartagena que comprendía hasta la culata del golfo, y, en consecuencia, le intimó saliese de Urabá, a lo que Gutiérrez contestó que estaba allí por mandato de Francisco Barrionuevo, gobernador de Castilla de Oro. En vista de la actitud de Julián Gutiérrez, Pedro de Heredia reunió sus huestes para caer sobre el capitán de Acla, yendo él mismo a la cabeza. Se acordó que Alonso de Heredia con gente de caballería quedase con el rancho donde estaba el gobernador con el resto de la fuerza se fue en lo barcos, siendo la derrota de los Acla completa y fulminante. Julián Gutiérrez cayó prisionero de Don Pedro de Heredia”214. Los hombres de Gutiérrez quedaron en libertad para unirse a los vencedores o marchar a Castilla de Oro. Francisco César se quedó con los vencedores. Julián Gutiérrez y su esposa fueron llevados a Cartagena por Don Pedro de Heredia, donde fueron puestos en libertad, regresando a Acla. Insistián los de Castilla de Oro que Urabá pertenecía a su gobernación y Julián Gutiérrez y el gobernador de Panamá Francisco Barrionuevo prepararon una sexta expedición comandada por el mismo Gutiérrez con el fin de poblar a Urabá. Venían 100 hombres y fundaron un pueblo en el río Caimán Nuevo. Todo iba tranquilo hasta que recibieron un aviso del licenciado Juan de Vadillo, Juez de Residencia de la gobernación de Cartagena, ordenando que saliesen de la provincia. Francisco de Barrionuevo y Julián Gutiérrez fueron a presentarse a Vadillo a Cartagena, sin conseguir ninguna notificación sobre los límites, sino únicamente la promesa de remitir la causa a la audiencia de Santo Domingo para que definieran el pleito. La gente de Gutiérrez pasó a vivir a San Sebastián de Buenavista y Don Alonso de Heredia apresó a Isabel Corral. Gutiérrez se quejó a Vadillo y éste le dijo que cuando abandonase Urabá le devolvían a su mujer. Francisco Barrionuevo y Julián Gutiérrez regresaron a Acla y después Gutiérrez regresó a San Sebastián por su mujer, completando así siete viajes. La población que fundó Gutiérrez en el río Caimán Nuevo, solamente tuvo una duración de cincuenta a sesenta días 215. Al fin la corona española por Real Cédula de 17 de Marzo de 1536 definió el pleito a favor de la gobernación de Cartagena “puesto que, siendo el río Darién el límite sobre la banda oriental de Urabá, incluyendo la Culata, en la gobernación de Cartagena, pues, siendo el río Darien el límite artificioso, (sic) todos sus brazos entregan el inmenso caudal de sus aguas al
214
215
Severino, ob. cit., pág. 476, T. III.
El suscrito ha explorado en el dese mbocadura y alrededores del río Caimán Nuevo y no hay rastros de esta fundación.
mar, por la banda occidental del golfo. La real cédula manda cumplir la capitulación hecha por Don Pedro de Heredia sobra la conquista y población de la provincia de Cartagena. Dicha capitulación comprende: “desde el río grande que está entre la provincia de Santa Marta y Cartagena hasta el este del río grande que está en el golfo de Urabá”. Ahora bien, la Culata del Golfo queda al este del río Darién o Atrato”216. A pesar de todo esto Castilla de Oro de seguía insistiendo en Urabá y Julián Gutiérrez hizo su optavo viaje y fue a San Sebastián y allí concertó con Alonso López de Ayala y Martín Yañez Tafur para remontar el río Darién y llegar a tierra Dabaibe, pero en 1538 llegó Vadillo a San Sebastián y les tomó el personal que tenían listo para su viaje. A Julián Gutiérrez en vista de sus buenas relaciones con los indios de Urabá, que había logrado pacificar por medios no violentos y que convenía estuviera en Urabá para conseguir que los indios conservaran la amistad con los cristianos, el nuevo gobernador de Cartagena licenciado Santa Cruz, le ofreció la tenencia de Urabá, pero Gutiérrez puso sus condiciones para aceptar: Que no le quitaran los indios y otras prerrogativas que tenía en Acla, ya que su tenencia quedaba fuera de Castilla de Oro. El Rey accedió a lo pedido en 1539 . los gobernadores de Castilla de Oro y Cartagena alabaron la conducta de Gutierrez con respecto a los indios. No resabe cuanto vivió en Urabá, tal vez hasta 1542. Fray Pedro Simón dice que después pasó al Perú y de allí a Chile. Siempre gente vinculada con Urabá, destacándose en otras tierras. No está por demás dejar consignado aquí que Tolú fue fundado por Don alonso de Heredia en 1535. San Sebastián de Buenavista fue una buena base para futuras expediciones al Sinú y Antioquia. Don Juan de Vadillo en compañía de Francisco Cesar, Juan de Viloria, Alonso de Montemayor
216
Severino, ob. cit., pág. 478, T. III.
y algunos sacerdotes organizaron una entrada al Cenú. Pedro Cieza de León, historiador, iba en ella y nos narra: “Yo me hallé en esta ciudad de San Sebastián de Buenavista el año de 1536 que salió della el licenciado Juan Vadillo con una de las mejores armadas que han salido de Tierra Firme. Y fuimos nosotros los primeros españoles que abrimos camino del mar del Norte al Sur”217. En esta expedición Francisco César descubre el 2 de Febrero, el Río Tigre, afluente del Manso, que a su vez es afluente del Sinú. Lo llamó así por haber matado allí un tigre. Juan de Castellanos cuenta en sus Elegías: “Al río que de Tigre se decía Por un tigre que César había muerto Al tiempo que pasó por aquel puerto, Allí con música no mal compuesta Se celebró, por ser su santo día La Purificación, divina fiesta, De nuestra benditísima María; y el licenciado tuvo mesa puesta donde regocijó la clerecía Repartiendo con ellos sus regalos En tiempo que ninguno eran malos” En esta expedición de 1536 en que Francisco Cesar era teniente de Vadillo regresó de nuevo a San Sebastián por distinto camino que le mostró un soldado de Pedrarias que hacía veinte años había andado por esas regiones. Al regreso a San Sebastián de Buenavista hubo fiestas de toros (corralejas). En 1537 vuelve al Cenú el licenciado Vadillo en compañía de nuevo de Francisco Cesar, siguiendo la ruta que siguió o marcó César en la expedición anterior. De San Sebastián buscaron el Sinú, y pasando por las bocas de los ríos Verde y Esmeralda cruzaron la cordillera Occidental por el alto Sasafiral, en los límites de Ituango con Dabeiba y siguió su ruta por 217
Pedro Cieza de León citado por Severino, ob. cit., pág. 483, T. III.
Buriticá, boquerón del Toyos, Antioquia, Río Cauca, Caramenta, Supía, Anserma, Cartago, Cali y Popayán. Vadillo siguió a Quito y luego en San Miguel se embarcó para Panamá. En esta segunda expedición murió Francisco César. Algunos dicen que murió a orillas del río San Juan, en el hoy municipio de Pueblo Rico; otros que en tierras de Bolívar o Andes. Vadillo fundó una ciudad a orillas del Sinú, ignorándose hoy en qué sitio. Tal vez haciendo estudios más profundos en el Archivo General de Indias en Sevilla pudiera despejarse esta incógnita. En todo caso fue fundada en el sitio conocido como Bohio del Diablo, donde repartió solares, delimitó la plaza y principió a levantar la iglesia y una casa para él, con cuyo ejemplo los demás habitantes principiaron a hacer las suyas. Cieza de León, que la conoció, dice: “Contaré de la arte que era aquel Cenú, pués me hallé en el tiempo que estaba más próspero. En aquel llano estaba una casa que tenía doscientos pies de largo y no muy ancha, con una parte al oriente y otra al occidente, y en la mitad de ellas dos ídolos o figuras del demonio, tan grandes como dos crecidos hombres, bien entallados y hechos. Delante de estos hacían sus supersticiones y hechicerías, y el demonio dicen que visiblemente se les aparecerá”. “Y estaba en aquella casa o templo gran cantidad de oro de muchas maneras y joyas, y tenían por cierto todos los naturales de aquellas provincias que enterrados sus cuerpos en triángulo de una legua a la redonda, de que sus ánimas iban a parte alegre, como demonio los hacía entender que todos juntos hacían de salir a tres Campos Elíseos, como les hacía entender a los gentiles, e por esa mala costumbre e porque al tiempo que mataron a los cristianos, queriendo henchir su vientre de la carne española les sobrevino enfermedad de cámeras, que toda la mayor parte murieron de los habían en las riberas del río del Cenú, asy como por aquellos llanos”218.
218
Cieza de León citado por Severino, ob. cit., pág. 491, T. III.
Por este mismo camino de César y Vadillo llegó Jorge Robledo a San Sebastián de Buenavista, después de haber fundado la ciudad de Antioquia el 4 de Diciembre de 1541, en la provincia de Ebéjico. “en esa provincia de Ebéjico, en un llano que se conoce con el nombre de Ciénaga, en el paraje de Santa Agueda, siete kilómetros al sur de la población de Peque fue fundada la ciudad de Antioquia”219. ciudad que ha tenido diversos sitios y el 7 de Septiembre de 1542, Juan Cabrera, teniente de Belálcazar le cambió de lugar. Parece que la fundaron por los lados de Frontino y en 1546 de nuevo la funda Robledo en el sitio donde hoy se encuentra, a orillas del Tonusco. Habíamos dejado a robledo, para coger el hilo de nuestra relación, llegando a San Sebastián por la ruta de Vadillo y César, para seguir a Cartagena y de allí a España. Pero Don Pedro de Heredia lo puso preso en San Sebastián de Buenavista, mandándolo a España, por considerarlo usurpador, ya que creía que Antioquia pertenecía a su gobernación. La Corte declaró que Antioquia pertenecía a la gobernación de Popayán. Una vez mandado Robledo a España Don Pedro de Heredia siguió por esa misma ruta a Antioquia donde fue apresado y mandado a Panamá. En 1542 estaba de nuevo en Cartagena y en ese mismo año regresa a San Sebastián de Buenavista y vuelve a Antioquia por el mismo camino, ya tantas veces transitado por varios españoles. En 1545 regresa a San Sebastián de Buenavista. Este mismo año, absuelto Robledo en España, regresa a San Sebastián de Buenavista con su mujer María de Carvajal y por el mismo camino dejando a Doña María en San Sebastián, va a Antioquia y en 1546, como dijimos, vuelve a fundar a Santa Fe de Antioquia en el sitio que hoy existe. Sigue hacia el Sur, pasa por Arma, llega a Cartago, donde es apresado por Sebastián de Belalcázar, siendo decapitado o arcabuceado en la zona del pozo, al occidente de Pácora, el 5 de Octubre de 1546. 219
Antonio Gómez Campillo, Santa Fé de Antioquia, citado por Hernández, ob. cit., pág. 308, T. II.
Doña María de Carvajal, su esposa, de San Sebastián de Buenavista se fue a Santa Fé de Bogotá donde casó en segundas nupcias con Pedro Briceño, tesorero de Hacienda; y muerto este, con Francisco Briceño en terceras nupcias. Existe en el Sinú un pueblito cerca de Lorica, a orillas del brazo derecho del caño de Aguas Prietas, fundado a principios del Siglo XVIII, con indios naturales llevados a las costas y montañas de Urabá, que se llama San Sebastián de Urabá, para perpetuar la memoria de las Villas fundadas en Urabá por Alonso de Ojeda y Alonso de Heredia220.
220
En este pueblito vive un gran pintor primitivista, Marcial Alegría, descendiente de estos indios. La tradición de celebrar el 20 de Enero, en honor a San Sebastián, con corralejas, se conserva en Córdoba y Sucre.
CAPÍTULO XVI SIGUE LA CONQUISTA. SIGLO XVII JULIAN CARRISOLIO DE ALFARAZ
En 1564 se celebró nueva capitulación, que no se cumplió, con Juan Villoria y Avila par ala conquista y pacificación del río Atrato, y se comprometió Villoria a descubrirle paso que debía existir del río Darién (Atrato) al mar del Sur, en unas “doscientas leguas de longitud y ciento de latitud”. En 1596 y 1598 se celebran otras que tampoco se cumplen. Tenían por objeto colonizar y pacificar el Darién. Todas fracasaron. La de 1598 fue con Juan Rodríguez Bermejo, alguacil real de las galeras de Cartagena por orden de Don Pedro de Acuña, gobernador de aquella plaza. Subió el río Atrato ciento treinta leguas de su boca, hasta más arriba del río de Oro Mira o de Oro Menor, según Fray pedro Simón221. Según Don Carlos Cuervo Márquez en los “Estudios Arqueológicos y Etnográficos”, este río Oro Mira es el actual río Murrí, pero el P. Severino en vista de que el río Murrí no entra al Atrato por el Occidente, como dice Fray Simón, sino por el lado oriental, cree que es el río Bojayá. En 1617 o 1618 llegaron a San Sebastián de Buenavista Francisco Maldonado, teniente y justicia mayor del gobernador de Cartagena, Diego de Acuña, y Sebastián Sánchez de Tristancho, que era cabo y justicia mayor de esta expedición, quienes fundaron una población llamada San Agustín, de la cual hoy no se conservan rastros. Según Fray Pedro Simón, quedaba en el puerto de la Ensenada. Otra población parecida fundada en 1596 por Pedro Martín Dávila, San Agustín de Avila, a cinco leguas de Acla, al este, también desapareció. Este intento de colonización fracasó. En 1620 este mismo Francisco Maldonado obtiene mediante cédula real permiso para colonizar, poblar y pacificar el Darién, dándosele el título de gobernador y capitán general, esta 221
Fray Pedro Simón, cit. por Severino, pág. 13, T. IV.
incursión de Don Francisco Maldonado al Darién fue “carniceria y sepulcro de españoles, como hemos visto desde los primeros pasos de la conquista y descubrimiento de esta Indias”222. Urabá ha tratado de ser colonizado y civilizado desde el descubrimiento, pero todo ha sido inútil, está igual o casi igual a como la vieron los primeros españoles. El P. Severino, que tanto la conoció, anota este fenómeno: “Ha podido observar el lector como se han sucedido sin cesar intentos de colonización y de conquista cristiana en Uraba y en el Darién” tantas expediciones y exploraciones organizadas y presididas por capitanes de mucha valía por ambas costas del golfo de Urabá y por el interior del Atrato y acompañadas por sacerdotes del clero secular y regular. Capitulaciones hechas con todos los detalles de la pragmática real, como la de Fernández de Oviedo, Juan de Villoria, Pedro Martín Dávila, Sebastián Sanchez de Tristancho, Maldonado, etc. Pues bien, o no se llevaron a la práctica, no obstante las sanciones reales, o sus resultados fueron muy menguados, si no estériles verdaderos fracasos. Esta ley histórica se irárepitiendoen la región casi hasta nuestros días y, es bueno que estemos de ellos advertidos”223. Enrique Santos Calderón, de El Tiempo, recorrió la zona no hace muchos años y llega a la misma conclusión. Se ven fincas de bananos en producción, pero el atraso es abisal. Para esta época Urabá dependía de la gobernación de Cartagena. En 1637 aparece un personaje de leyenda en el Darién panameño llamado Julián Carrisolio de Alfarez, nombrado oficialmente por las autoridades de Cartagena: el gobernador, alcalde y justicia mayor de la provincia de Darién. Había sido criado por los indios darienistas, ya que lo recogieron en una playa a los 14 años cuando su barco naufragó. Las autoridades de Panamá tuvieron noticias de él y lo mandaron a buscar para que, debido a su ascendencia sobre los indios, por haber sido criado por ellos, ayudara a las autoridades españolas a la pacificación
222
Fray Pedro S imón, ibidem, pág. 18, T. IV.
223
Severino, ob. cit., pág. 25, T. IV.
de los indios. De él dice el P. Adrián de Santo Tomás224: “Estoy muy consolado de que su divina majestad abrió los ojos por mis persuasiones a Julián Carrisolio, pues se determinó a dejar entrambas mujeres en las cuales en cada una tenía un hijo y eran primas hermanas, y esto hizo con mucha prudencia porque di a entender a sus padres no podía contraer con ninguna dellas matrimonio por ser entrambas” parientes dioles hachas y machetes a sus padres para que las casasen con otros, con que quedaron muy contentos y consolados y él vive y duerme en mi rancho y acude a hacer sus exercicios de oración con mucho cuidado” Carrisolio en el Darién panameño fue una especie de Antonio de la Torre y Miranda, ya que fundó muchos pueblos como San Enrique de Pinogama; San Jerónimo de Yavisa en 1638; San Sebastián de Capetín, 1643; San Andrés de Cuqué, en el alto de Tacarcuña (2.280mts), límites actuales de Panamá y Colombia; Terena, 1642, que debió quedar en el sitio o muy cercano al lugar donde hoy está Tanela, y San Juan de la Vega de Tacarcuna, 1643. Este cerro de Tacarcuna, es lugar sagrado y mitológico de los indios del Darién225. Estos pueblos fueron fundamos con la colaboración estrecha de los padres dominicos, que llegaron al Darién en 1637, y no por misioneros jesuitas.
En estas fundaciones tuvo
especial participación el padre dominico Adriano de Santo Tomás. En 1645 don Julián de Carrisolio y Alfaras levantó información de su méritos y servicios en la Real Audiencia de Panamá y pidió en recompensa nada menos que el título de marqués y adelantado o almirante de toda provincia del Darién. En 1623 refiere que tuvo lugar el naufragio, teniendo él 13 años. Vivió con los indios y aprendió su lengua. En 1636 fue rescatado por el marinero Martín Domínguez, quien llegó a pescar tortugas a las playas del Darién. Carrisolio nació en el puerto de Santa María. En la información de méritos y servicios 224 Su verdadero nombre era Adrián von Uffe lde , dominic o, fla menco, actu ó muchos años en el Darién. Citado por Severino, pág. 42, T. IV, quien lo extrajo del Archivo de Indias. 225
En 1940 el P. Misionero Carmelita, Telésforo Larrazabal de la Sagrada Familia, trató de escalarlo. Después de dos días de ascenso desistió de su idea. Partió a Ungía. Hoy en día, un conde belga de apellido Villegas, pasa sus vacaciones anuales allí.
de Carrisolio el testigo Juan Lorenzo que los indios en 1645 ayudaban a los holandeses a pasar las lanchas de un mar a otro en hombros. Don Julián tuvo un hijo, Luis de Carrisolio y Alfaraz que años posteriores tuvo una actuación destacada, como veremos más adelante.
PIRATAS
Imposible hablar de Urabá en este siglo XVII sin hacer mención de los piratas que infestaron sus costas. Son los verdaderos responsables que Urabá y el Darien no se hubieran desarrollado durante la época colonial. Más o menos aparecieron en 1622. Eran sobre todos holandeses,
franceses e ingleses. Seres desalmados “tigres dotados de razón” los llamó
voltaire. “allá asoma un buque pirata”, la población entera temblaba de temor. Fueron creados por Francia e Inglaterra para destruir el poder español en América. Eran ladrones, crueles y sanguinarios. Esta fue la razón principal por la que los puertos de Urabá y el Darién y la navegación por el Atrato estuvo prohibida durante todo el periodo colonial. Unicamente naves militares en función de su oficio podían tocar en sus puertos, con personal militar y con permisos especiales. Todavía resuenan en el Caribe los nombres de los Drake, los Parker, los Oxenham, los L’Olonnois, los Morgan, Harris, Hawkings, Wright, Esquemelín que caían sobre las ciudades, las saqueaban e incendiaban. En 1570 fue instituida la piratería por la reina Isabel de Inglaterra. Este país, en su odio a España, endiosó la institución. Drake es el “héroe inglés” de Burton; Morgan fue hecho caballero y nombrado gobernador de Jamaica, en premio por la destrucción de Panamá. “Cuando los corsarios arribaban a costas inglesas, las manos teñidas de sangre y las bodegas rebosantes de botín, era fiesta nacional. La reina de Inglaterra subió a bordo del “Pelikan”, el barco de Drake que circunnavegó el mundo, y le dio el título de Sir Francis Drake. Carlos II, protector de Morgan, obsequió a la biblioteca de la Universidad de Oxfort,
una silla construida con las maderas del “Pelikan”226. en Holanda se creó la compañía de las Indias Occidentales con el único fin de fomentar la piratería Como dijimos, piratas y bucaneros se apoderaron del Darién y Urabá, recorrió las costas desde la Guajira hasta Panamá con una formidable escuadra, tomando y arrastrando a us paso varias poblaciones, hasta que fue vencido su ejército de tierra en la montaña de Capira por el Capitán General D. Alonso de Sotomayor. En 1650 se presentó en las costas del Darién Francisco L’Olonnois, jefe de bucaneros “degollador de todos los tripulantes de un barco tomado por abordaje, que chupaba la sangre de su sable, o que arrojaba al agua la indefensa marinería de cuatro barcas apresadas, dejando solo un hombre para que llevase la noticia al gobernador de Cuba”227. Exploró el Darién, internándose en su territorio. Fue descuartizado y quemado por los indios. Enrique Morgan en 1667, una flota de nueve buques y 460 hombres, incendió y saqueó a Portobelo. En 1671, el 28 de Enero, se apodera de Panamá, la destruye y la incendia. Llegó con dos mil hombres y 37 navíos. Lo robado en Panamá lo condujo en 175 mulas cargadas de plata, oro y objetos preciosos, además de seiscientos prisioneros entre hombres, mujeres, niños y esclavos. Destruyó la Catedral de Panamá. El holandés Henrich Sweeks (Esquemelín) nos cuenta algunas hazañas, así: provista su flota (de Morgan) en todo lo necesario y cargados con los mejores cañones de los castillos de Portobelo, amén de clavar los restantes que no pudo llevarse, el capitán Morgan zarpó de Portobelo con todos sus navíos. A los pocos días llegó con ellos a la isla de Cuba, donde buscó un lugar apropiado para dividir con toda equidad y reposo el botín adquirido. En moneda sonante había doscientas cincuenta mil piezas de a ocho, además de todas las otras mercaderías, como paños, lienzos, sedas y otros géneros. Con esta rica presa zarparon nuevamente de allí 226
Hubert Howe, History of Central America, citado por Severino, ob. Cit., pág. 73, T. IV.
227
Car los Pereyra, Breve H istoria de América, pág. 258, Santiago de Chile, 1938.
hacia Jamaica, su punto ordinario de reunión, donde se entregaron por todo tiempo a toda suerte de vicios y desórdenes, conforme a la acostumbrada manera de proceder, gastando con loca prodigalidad lo que otros habían ganado con no escasa laboriosidad y fatigas”228. Esquemelín era cirujano barbero de la flota de Morgan. Manswelt, en 165, intentó apoderarse de Natá cruzando el Istmo de mar a mar. En los años comprendidos entre 1671 – 1677, el francés Lassone Bournenot, favorecido por los indios darienistas, trató de internarse en el Darién del Sur, y en 1675 los indios del Darién guiaron por sus selvas al pirata francés Le Sonde, que comandaba numerosa tropa, y en 1679 a los que comandaba Juan Coxon. El año 1680 volvió a cruzar por el Daién Coxón y su gente, tomaron el Real de Santa María, y bajando por el Tuira salieron al Pacífico en treinta y cinco canoas. Un padre capuchino residente en Popayán informa a sus superiores cómo pasaban los piratas sus embarcaciones de un mar a otro. “estos entran ordinariamente por la parte que llaman el playón, y rancho viexo; después suben a la cordillera del Norte y se embarcan en los ríos que vienen al Sur, como son el tuira, el Sabanás y el Sabalos y vienen a dar al escuchadero que es a donde desembocan todas estas aguasen el mar del Sur”229. Eran tantos los piratas que deambulaban por Urabá y el Darién que solamente en el pueblo Tarena vivían quinientos de ellos. El P. Severino informa de una incursión de piratas e indios del Sinú: “En 1714 vinieron los indios del Darién hasta el río Sinú asociados o capitaneados de un tal Miguelillo, que al fallecer fue reemplazado por el francés Pitipié y mataron algún número de personas españolas, libertándose del mal suceso don Manuel Caudís de Salazar, cura de San Juan de las Palmas230, por haberse acogido y metídose entre las piernas de Miguelillo, al que llevaron al golfo y
228
Exquemelín Alexandre, Los Piratas de América, Barcelona, 1971, pág. 89.
229
Informe de un P. Capuchino, cit. por Artega, ob. Cit., pág. 103.
230
Fundado por Alonso de Heredia a 150 mts. De lo que hoy es Purísima, en el Municipio de Momil, Córdoba.
después fue rescatado con el precio de algunas hachas y machetes que se remitieron desde el río Sinú y las condujo por tierra Francisco Velásquez. Estos daños continuaron hasta 1737 que pidieron perdón los franceses y se les otorgó general en que se contuvieron un poco231. Estos piratas suministraban armas a los indios de esas costas. Recordemos que los bucaneros ingleses les dieron armas a los indios cunas, y con ellas fueron atacar al Sinú, atajando la invasión de negros que venía sobre esa región. Esta es la razón por la cual la población del Sinú es blanca -y no negra232.
231
232
Severino, ob. cit., pág. 297, T. IV.
Berrocal, “La Colonización antioqueña en el departamento de Córdoba, Montería, 1980, ob. cit., pág. 45.
CAPÍTULO XVII
DAMAQUIEL
¡Que nombre tan bello, para un pueblito tan hermoso!. Está situado en la costa antioqueña. Para llegar a él, hay que viajar de San Juan de Urabá por el mar, en canoa; a pie o de a caballo por un camino que va no lejos de la playa. Allí no hay carros, teléfonos ni ruidos de ninguna naturaleza. Hasta él no ha llegado el turismo corruptor. Los únicos ruidos son los producidos por las olas del mar, por el rugir del viento y por el canto de los pájaros. Tiene una historia bellísima y fue centro importante en el siglo XVII. Cartagena, cuya gobernación alcanzaba a Urabá hasta muy entrado el siglo XIX, vino a ser durante los siglos XVII, XVIII y parte del XIX, el centro político y religioso de donde se difundía la acción gubernamental y religiosa al oeste de la provincia. Los padres franciscanos y dominicos tenían conventos en Cartagena y Tolú233, de donde salían los religiosos para Urabá. En 1580 se establecieron los padres agustinos calzados en Cartagena. Los recoletos, otra rama de los agustinos, fundaron su convento de la Candelaria de la Popa en 1608. desde este convento se administra la misión de Urabá. En 1626 hace su primer viaje a Urabá el Padre Alonso de la Cruz, agustino recoleto, del Convento de la Popa, de Cartagena. Va a Urabá y se aposenta en el río Damaquiel, fundado en el pueblo y puerto de Santa Ana, en la desembocadura de dicho río. Se hizo amigo de los indios y en especial del cacique Cartaza, quien evitó que fuera expulsado de Damaquiel por tribus adversas. Regresa
a Cartagena,
acompañado del cacique Cartaza. Vuelve a Damaquiel en 1627, acompañado del hermano Luis del castillo y del soldado intérprete, Diego de Salas. En 1628, funda el pueblo de Damaquiel, 233
El Alcalde de Tolú residía en 1760 en Locrica. Dato traído por el P. Severino, quien cita unos documentod que reposan en el archivo ma yor de la Gobernación de Cartagena, de fecha 27 de Abril de 1761.
cuatro leguas aguas arribas del río del mismo nombre partiendo de Santa ana. Por lo tanto donde hoy queda Damaquiel debió de existir el pueblo de Santa Ana234. El P. Alonso de la Cruz en informe a sus superiores nos cuenta cómo eran esas regiones en 1628: “Sólo digo que son tierras muy pobladas de montañas; también hay cabañas muy grandes para ganados, buenos templos, muchas aguas muy buenas, los indios muy bien proporcionados y valientes flecheros, algunos de ellos blancos entre los darienes. Otros comen carne humana, tienen diferentes ritos y lenguas, contratan unos con otros con poca seguridad y se cautivan. Tienen mohanes, hombres y mujeres que tratan con el demonio; algunos le ofrecen sus sacrificios, otros no. No tienen noticia de gloria ni de infierno, más que en muriéndose se van a una sierra a holgar con Guaca, que así llaman al demonio. Queman los cuerpos cuando mueren, tienen mucha supersticiones”235. En 1629 está de nuevo el P. Alonso de la Cruz en Cartagena y en 1631 – 1632, hace su tercera entrada y reporta; fuera de Santa Ana, donde existe un convento de agustinos y Damaquiel, cuatro leguas aguas arribas por el río del mismo nombre, con cuatro barrios, cada uno con su capitán, iglesia, 700 almas, estos otros pueblos existentes en lo que es hoy la costa antioqueña. “Misiachica. El pueblo de Misiachica está tres leguas despasado, río arriba, divídese en dos barrios; tendrá como 600 almas; no son todos cristianos, hay una iglesia. “Chicarachica. El pueblo de Chicarachica está dividido en cuatro barrios, con sus capitanes. Dista de Damaquiel dos leguas, iglesia, 500 habitantes. “Alfatichica. El pueblo de Alfatichica dista una legua del pasado, río arriba, iglesia, 400 habitantes.
234 Los alrededores del actual Damaquiel han sido pintados por el Angulo, de San Juan de Urabá. El cuadro lo tiene Don Camilo Medellín. 235
acuarelista Echavarría
Marcelino Gamuza, Ag. Rec., Misiones Candelarias en Colombia, T. I, Bogotá, Imprenta de San Bernardo, 1920.
Ju lio Car los Restrepo de
“Matamoros. El pueblo de Matamoros dos leguas más arriba del pasado, es muy fértil, 600 habitantes, iglesia. “Paquitusa. El pueblo de Paquitusa es dos leguas más arriba del pasado, 200habitantes, no hay iglesia. “Parabay. El pueblo de Paravay, más arriba del pasado es tierra templada y fértil. 500 habitantes. “Mosio. El pueblo de Mosio, tres leguas más arriba, es el último de la provincia de Urabá corre hacia el sur por aquella parte de la provincia de Maritudes y otras muchas de gente caribe en que comen carne humana. 300 habitantes. Iglesia. “Mugirica. El pueblo de Mugirica está a cuatro leguas de Damaquiel, en las costas del mar hacia Dariel. Tiene dos barrios con dos capitanes, 600 habitantes, iglesia. “Nacarino. El pueblo de Nacarino, cinco leguas adelante del pasado, por la misma costa, divídese en dos barrios, 300 habitantes. “Numiarán. El pueblo de Numiarán está una legua más adelante, 200 habitantes. “San Sebastián. El pueblo de San Sebastiánestá tres leguas adelante, pegado a la ensenada que divide esta provincia de Urabá de la de Dariel; hay sólo tres leguas de travesía en la dicha ensenada. Es gente traidora y por eso no los comunican los de San Sebastián; suelen de una y otra parte matarse muchos. Divídese este pueblo de San Sebastián en tres barrios, con tres capitanes; es la mejor gente de la provincia; el mejor puerto por la ensenada, que lo demás es costa brava. Este sitio señalado para ciudad por el maestro de campo Murga; 800 habitantes, iglesia. “Chichirubí. El pueblo de Chichirubí arriba de San Sebastián cinco leguas a la costa de la ensenada, 200 habitantes.
“Urabá. El pueblo de Urbana de quien toma nombre la provincia, también se llama Gaurí está en la cabeza de la ensenada, confin con Dariel y otras provincias, iglesias, 300 habitantes236”. Hoy no hay señales de estos pueblos y creo que nadie pueda localizarlos. Tal vez con estudios profundos de campo en la región, asesorados por arqueólogo, podría descubrirse algo. Solamente existe Santa Ana, hoy Damaquiel y San Sebastián, hoy Necoclí. En la región habían otras provincias llamadas Maritudes, Cataquines, Caravana y la de Tairones. Los pueblos que hemos citado fueron establecidos por Fray Alonso de la Cruz, misionero agustino, cuyo real apellido era García Paredes. En 1633 Juan Morongo, con indios amotinados, porque lo habían sancionado por haber abandonado a su legítima esposa y haberse comprometido en público concubinato con una pariente de ella, casándose con éstas por los ritos de la tribu, asesinó al padre Agustino Alonso de la Cruz, hirió al padre Bartolomé de los Angeles, mató a las autoridades españolas ya la tripulación del único barco que había en el puerto de Santa Ana, hoy Damquiel, el día de ceniza de 1633. Los habitantes del pueblo huyeron a los montes. Los amotinados fueron al antiguo pueblo de Damaquiel y mataron al Padre Miguel de la Magdalena, destruyeron la iglesia y casa de la misión y mataron a todos los españoles. El padre Bartolomé de los Angeles en su huída llegó a Punta de Piedra237, a orillas del mar, adonde murió después de haber sido encontrado por marineros, quienes lo enterraron allí mismo, llevando la noticia a Cartagena. El 22 de Junio de 1634 embarcándose en la Santa Cruz, de propiedad de Fernando de Zamora, los padres agustinos Agustín de San Nicolás, Lucas de la Candelaria y el hermano Fray Andrés de Jesús Miranda. Los acompañaban el propietario de la nave y Diego de Salas, 236
237
Informe del P. Alonso de la Cruz, citado por Arteaga, ob. cit., págs. 84 a 86.
Punta de Piedra es hoy una hacienda, situada a la orilla del mar, entre Turbo y Necoclí. Fundada por Don Pablo Ehavarría Echavarría, de grata me mor ia en la región. En años pasados fue muerto a llí por la guerrilla, e l que era su propietario: Roge li o Monto ya.
conocedor de la tierra y de la lengua. El 27 estaban en Santa Ana donde recogieron los restos del Padre Alonso de la Cruz. Fueron a Punta de Piedra por el cadáver del P. Bartolomé de los Angeles y confirmaron que el P. Miguel de la Magdalena había sido arrojado al mar. La iglesia estaba destruida y el pueblo terminado. Regresaron a Cartagena el 14 de Julio de 1634. las autoridades civiles y eclesiásticas recibieron los restos con todos los honores posibles. Los agustinos volvieron a Damaquiel en 1635 y se retiraron definitivamente en 1636 cuando oyeron rumores deque los iban a matar. Durante este siglo XVII actuaron en Urabá y Darién diversos misioneros pertenecientes a diversas comunidades religiosas, así en 1670 el P. Andrés Mexia subió por el río Sinú, ya que tenían una misión en un pueblo llamado San Pedro de Alcántara y Nuestra Señora de Guadalupe, en la región conocida con el nombre de Sabaneta, bajo Sinú. Toda esta zona estaba bajo la jurisdicción de Tolú, refiere el P. Mexia que estuvo allí. En 1605 vino el Nuevo Reino de Granada el jesuita Diego de Torres y estando en Cartagena fue a pasear a Urabá en compañía del también P. Jesuita Alonso de Sandoval para ver si podían establecer allí una misión. El P. Sandoval nos refiere su viaje: “Llegamos al río Damaquiel y fuimos muy bien recibidos por los indígenas y levantaron entre ellos una capilla dedicada a la Virgen de Loreto. La tierra es toda montañosa, llena de ríos y quebradas, muchos pantanos, pocas llanuras, los caminos cerrados, y curvados de muy pocamente. Las rancherías y poblaciones están en alto, y cada uno habitarán seiscientos cincuenta a sesenta indios”238. En 1654 los padres jesuitas fundaron a Quibdo, que se llamó Citará y pertenecía al Chocó a Antioquia , Popayán y Panamá. Los padres capuchinos en este mismo siglo estuvieron en el Darién y Urabá, sobresalió el p. Francisco de Pamplona, de nombre Tiburcio de Redín, varón de Biguezal, antiguo general de la armada de Cataluña, de vida aventurera. Estuvo en el Congo y al Darién llegó en 1648. 238
Citado por Severino, ob. cit., pág. 189, T. IV.
volvió a fundar un pueblo que ya había sido fundado por Julián de Carrisolio y Alfaraz en 1642 y lo llamó también San Buenaventura de Tarena, en 1648. después erigió otra población, a dos leguas de la Tarena. También en 1648 los padres Fray Diego de Guadalcanal y Fray Luis de Priego fundaron las poblaciones de Tunucuma, vecina de San Sebastián, como a dos leguas y media239, y Tumbiana, distante de San Sebastián, por la costa, trece leguas y media240. en Damaquiel quisieron ahorcar a los anteriores Padres Capuchinos Diego de Guadalcanal y Luis de Priego. Reanudaron su misión en 1680. Lucas Fernández de Piedrahita, autor de Historia General de la Conquista, fue obispo de Panamá y tomó parte activa en la evangelización y reducción de los indios darienistas, viajó por el Darién sin miedo a los piratas. Murió en 1688.
239
Severino, ob. cit., pág. 189, T. IV.
240
Severino, ob. cit., pág. 190, T. IV.
CAPÍTULO XVIII LA COLONIA ESCOCESA EN EL DARIEN 1698 - 1700
La idea de fundar esta colonia no es más que otra tentativa frustrada de los poderes europeos para penetrar en el imperio español en América y acaparar el comercio. En 1693 los comerciantes escoceses consiguieron que los Estados Escoceses (En el siglo XVII, Escocia era un estado separado y distinto de Inglaterra)241 aprobaran una ley declarando que los mercaderes escoceses tenían plena libertad para fundar compañías para comerciar con todo el mundo. En 1695 se creó, basada en la ley anterior, “La compañía de Escocia para comerciar con África y las Indias”. Esta compañía tenía como fin hacer de Escocia un centro más barato para la distribución de los productos del Oriente, usurpando los lugares de Londres y Ámsterdam, ya que creaba un monopolio en Escocia de treinta y un años en el comercio de Asia, África y América. Se fijó el capital de la compañía en 600.000 libras esterlinas, de lo cual la mitad se reuniría en Londres y la otra mitad en Escocia. Como la compañía atentaba contra los intereses inglese a la postre fue enteramente escocesa, ya que los ingleses se retiraron de ella. Su junta Directiva o Directorio siguió contemplándole Oriente como su principal campo de actividades, hasta que apareció Guillermo Paterson, uno de los fundadores del Banco de Inglaterra en 1694. Había nacido en Trailfat, Dumfrieshire, Escocia, probablemente en el año de 1658. era un promotor de sociedades comerciales, lo que en aquel entonces se llamaba un proyector “En efecto, nunca le faltaban ideas y proyectos, y en sus pregones a favor del libre comercio, de la educación universal y libre, del establecimiento de bibliotecas públicas y de la abolición de la 241
E d gar Vau ghan . La Co lon ia escocesa en el Da r ién (1 698 -1 7 00 ) y su imp or tan cia en los anales británicos. El Dr. Diego Villegas le suministró al autor fotocopia de este trabajo sin decir de qué libro o revi sta lo tomó.
pena de encarcelamiento por deuda, se adelantó mucho en su época”242. Durante algunos años residió en las colonias inglesas de Norte América y después en Jamaica, a la sazón base de los bucaneros ingleses Y franceses que asolaban al istmo de Panamá. De Jamaica salían a efectuar sus fechorías, y aprendió mucho de ellos. Así que conoció por noticias el Istmo de Panamá, sus indios, sus radas y las rutas que lo cruzaban y la posición de los establecimientos españoles en Panamá, “como por ejemplo las minas de oro de Santa Cruz de Cana y la ciudad del Real de Santa María, en el río de Tuira, en el lado sur del Darién. Como meditaba sobre las hazañas de los bunaneros leyendo los documentos y conversando con los marineros que habían atravesando el Istmo por el Darién”243, intuyó las grandes posibilidades del Istmo para el comercio mundial. Así fue como concibió su plan de que una nación europea reestableciera en el Istmo, fundara un puerto en cada océano y construyera una carretera que los uniera con el fin deque estos puertos sirvieran de punta al comercio de Oriente con Occidente, no cobrando la nación dueña de estos establecimientos sino un impuesto de 3% sobre el valor de las mercancías244. Profetizó que algún día por el río Chagres se haría un canal que comunicarla Océano Atlántico con el Pacífico. En 1695 Paterson fue invitado por los promotores del proyecto de la fundación de la compañía escocesa a hacer parte de ella, para asesorarlos en la redacción de un plan de comercio con el oriente. Cuando el derrumbe del apoyo londinense, trasladó su residencia a Edimburgo, donde su renombre y experiencia ejercía una gran influencia en los consejos del directorio. A sus colegas prestó su colección de documentos y libros, entre los cuales se encontraba el diario de Lionel Wafer, la autoridad principal sobre el Darién por aquel entonces.
242
Vaughan, ob. Cit., pág. 194.
243
Vaughan, ob. cit., pág. 195.
244
Vaughan, pág. 195.
Lionel Wafer había cruzado el Istmo en el año de 1680 como cirujano ayudante en la expedición de los bucaneros Sharp, Hawkins y Harris, quienes saquearon el Real de Santa María y después en varios grupos arrasaron las costas del Pacífico. El año siguiente, uno de esos grupos se separó de sus compañeros para regresar al Atlántico pasando por el Darién, entre ellos Wafer y otro bucanero que se hizo célebre por sus viajes escritos, William Dampier. Wafer pasó cuatro meses con los indios del Darién por haberse roto una pierna, antes de reunirse con sus compañeros en el Atlántico. Cuando regresó a Inglaterra ya su Diario circulaba entre los sabios de Londres, donde describía el país y sus indios. En 1699 su diario fue publicado con el título de Nuevo viaje y descripción del istmo de América, en cuyas páginas es fácil encontrar descritas las costumbres del indio, que no han variado mucho a través de los años245. De manera que estas descripciones del Darién influyeron en Paterson y en los demás directores de la compañía, quienes influidos por aquel en 1696 habían escogido el lugar donde establecer su colonia “nada menos que en la costa frente a la Isla de Oro, donde los bucaneros habían desembarcado en 1680”246. Contaban con que los indios les serían fieles y que ese territorio no pertenecía a España, ya que los indios eran amigos de los enemigos de España. La idea era establecer al principio una colonia tropical, del tipo de plantación, que explotaría los recursos naturales y los árboles de palo e Campeche, cultivarían productos tropicales y formaría un mercado para las mercancías de Escocia y un centro para su venta a las colonias inglesas en el Caribe y Norte América, “todo esto sin perder de vista el último objetivo que fuel de establecerse firmemente en las dos costas para atraer un intercambio mundial con el Oriente”247. El 17 de Julio de 1698, con voluntarios reclutados por medio de avisos públicos, en que se les prometía a cada uno cincuenta acres de tierra laborable y un lote con su casa, la 245
Según Diego Villegas, Lionel Wafer estuvo prisionero en la ciudad de Antioquia, siendo luego liberado. Carta al autor de fecha 13 de Noviembre de 1981.
246
Vaughan, ob. cit., pág. 197.
247
Vaughan, ob. cit., pág. 198.
expedición llevó anclas del puerto de Leite, con las órdenes bajo sello y el destino aún sin revelar, aunque muchos correctamente lo habían adivinado. La flota consistió en tres barcos: el “Caledonia”, el “Saint Andrew” y “El Unicorn”, con un total de 182 cañones y cada barco de 550 toneladas y dos barcos tenderos al “Dolphin” y el “Endeavour”.a bordo venían mil doscientos expedicionarios entre marineros , oficiales militares, soldados y voluntarios. Allí venían Guillermo Paterson con su segunda esposa y su criada. Era gobernada la flota por un consejo desiste personas y Paterson fue elegido para llenar el lugar dejado vacante por un consejero que perdió el barco de Leite. Al tocar la expedición en la isla de Santo Tomás fue contratado un bucanero veterano, el capitán Allison, para guiarlos como piloto a la Isla de Oro. Allí había viajado con Sharp en 1680y cuando cruzaron el istmo, él se quedó en la bahía cuidando las naves. Posiblemente este capitán Allison había estado con Morgan en la captura de Portobelo (16889y de Chagres y Panamá (1670 1671)y con los franceses en la captura de Cartagena en 1697. Parece que fue el piloto de la fragata inglesa “Guernsey” que hizo un recorrido por las costas del Darién en 1683 y cuyo primer teniente Jennifer hizo un mapa de la bahía donde se encuentra la Isla de Oro e islas adyacentes248. Llegaron a la Isla de oro el 1de Noviembre de 1698y más tarde escogieron un sitio en una península montañosa y cubierta de bosques. Evitando un lugar pantanoso construyeron un fuerte en una punta desnuda y arenosa en la extremidad del lado del mar. Este lugar lo llamaron “Rancho Viejo”, pero los escoceses le pusieron el nombre de su patrono, San Andrés o Saint Andrew. Allí erigieron sus murallas de tierra y separaron la punta de la tierra firme cortando en la roca blanda un foso. Pensaban construir la ciudad de Nueva Edimburgo en la península. A toda la colonia dieron el nombre de Caledonia y ellos se llamaron caledonios. Nunca principiaron a construir su Nueva Edimburgo, y del fuerte San Andrés no hay rastro, con
248
Vaughan, pág. 200.
excepción del foso que aún existe. Las cartas geográficas modernas recuerdan el sitio llamado la punta “escocesa”, el puerto “escocés” y la bahía ”Caledonia”. Cuando llegaron los indios cunas le mostraron amistad y el capitán Andrés, el mismo que había guiado a los bucaneros a través del Istmo en 1680, le prometió la suya. Pero pronto principiaron las disensiones y el clima a hacer estragos entre los colonos. En el viaje murieron cuarenta y cuatro personas, debido a la mala agua de la Isla de Cangrejos, donde la expedición recaló. A los pocos días de llegada la expedición murieron veintiocho, entre ellos la esposa de Paterson y un dependiente de él. Súbitamente comenzaron los fallecimientos debido al mal clima y a la malaria, muriendo hasta diez y seis por día. Poco se hizo para limpiar la tierra y sembrar. Para esta época la corbeta inglesa de nombre “Rupert Prize” visitó la colonia bajo el mando de su capitán Richard Long, quien quedó muy impresionado del
poderío de los
escoceses y de la invulnerabilidad del lugar, que puso velas al Golfo de Urabá con el fin de llegara un acuerdo con el cacique cuna Diego para que admitiera colonos ingleses en la costa, ya que pensaba que dentro de poco todo el Darién y Urabá, estaría dominado por los escoceses. El Rey inglés se preocupó por esta colonia escocesa, pero no por enviar colonos. Naves francesas, holandesas y balandras comerciales de jamaica visitaron la colonia, mandando informaciones a sus gobiernos, pero de Escocia no llegaban refuerzos a pesar de las cartas que mandaban los colonos a sus casas. Los escoceses mandaron a los barcos tenderos, en “Endeavour” y al “Dolphin” a Nueva York y a Jamaica para vender sus mercancías. En “Endeavour” tuvo que volverse por mal tiempo y el “Dolphin”, en cayó cerca Cartagena, cayendo todos los que iban bordo prisionero de los españoles. La puntillada final le vino a la colonia escocesa de su propio rey Guillermo de Orange, quien es su deseo de no malquistarse con los españoles había prohibido todo comercio con
poscolonos escoceses del DArién. Enterados este de dicha determinación decidieron poner fin a sus propósitos y embarcarse para New England, vía Jamaica. En esta decisión influyeron las noticias llevadas por los indios de que los españoles, legítimos dueños del Darién, pensaban atacarlos, lo mismo que los franceses que estaban más al oeste. Y mientras tanto que hizo España?. No se quedó con los brazos cruzados. Por el lado diplomático presionaban tanto en Madrid ante el embajador de Inglaterra como en Londres ante el propio Rey, quien seguía desautorizando a los escoceses. Cursó instrucciones al Virrey de México y a los escuadrones navales en Veracruz y Cartagena que se preparan a zarpar para el Darién con el objeto de expulsar a los escoceses. Las autoridades españolas en América, a la vez no se quedaron quietas y así fue como quinientos marineros de la escuadra de Cartagena que estaba surcada en Portobelo al mando del maestre de campo Luis Carrizolio de alfaraz, hijo de Julián, cruzó en penosas condiciones el Istmo, reforzados por tropas de Panamá, por indios, por negros, mulatos del Pacífico, y fueron hasta el Golfo de San Miguel y desde allí por ríos y quebrajasen penosa situación llegaron al frente del fuerte San Andrés y después de una ligera escaramusa con los escoceses se retiraron de noche por donde habían venido, llegando al Real de Santa María. Tal vez influyó en el ánimo de Luis Carrizolio y Alfaraz la presencia de una escuadra inglesa al frente de Portobelo que venía a reclamar unos buques ingleses capturados por los españoles y no a prestarle ayuda a los escoceses, para ordenar esta retirada. Al fin, diezmado por las enfermedades y la falta de ayuda exterior, el 18y 19 de Junio de 1699 los pocos escoceses que quedaban abandonaron sus posiciones, retirandose en los barcos surtos en la bahía. A Guillermo Paterson tuvieron que llevarlo cargado a las naves porque se negaba a abandonar la colonia. Ya en alta mar el “Endeavour” hizo agua y sus pasajeros tuvieron que abandonarlo trasladándose a otra de las embarcaciones. El St andrew, perseguido por la flota española, se
refugió en Jamaica, y en el viaje a Kingston murieron casi todos sus oficiales, tripulantes y pasajeros, de pestilencia y hambre. El “Caledonia” y el “Unicorn” llegaron a Nueva York en lastimosas condiciones; 250 personas murieron de las 600 que zarparon del Darién. El “Unicorn” llegó en tan malas condiciones que no pudo viajar más. Algunos colonos se quedaron en Nueva Cork y unos pocos, con Guillermo Paterson regresaron a Escocia en el “Caledonia”, que llegó a su patria el 20 de noviembre de 1699. Guillermo Paterson en Nueva York estuvo muy enfermo de la cabeza y quedó empobrecido. A poco tiempo de salir de la pequeña flota de los escoceses llegó al fuerte de San Andrés un barco procedente de Cartagena, y su capitán encontró allí cuatrocientas tumbas249. Pero los escoceses no desistían de su empeño, y antes de llegar los restos de la primera expedición ya preparaban la segunda, y fue así como el 12 de marzo de 1699 zarparon de Leite dos naves: el “Olive Branch” y el “HopefulBinning”, con trecientos colonos a bordo y cargados de proviciones, pero no fue sino hasta septiembre de ese mismo año cuando zarpó la flota principal del puerto de Rothsay en el río Clyde, cerca de Glasgow, compuesta de estos barcos: Rising Sun, con sus 69 cañones, Hope, Duke of Hamilton y el Hope of Bo’ness, con 1300 hombres, mujeres, provisiones y municiones. A mediados de Agosto de 1699 llegaron al Darién después de un buen viaje el “Olive Branch” y el “Hopeful Binning”, encontrando el lugar abandonado y las casas quemadas, pero con tan mala suerte que el Olive Branch se incendió cuando un tripulante iba a buscar coñac con una vela encendida en la bodegas. Esta nave fue descubierta recientemente por buceadores de una expedición científica británica, quienes creen que “es muy posible que hubiera coñac a bordo”250. Ante este desastre el “Hoperful Binning”, puso proa hacia Jamaica, donde la
249
250
Vaughan, pág. 205.
Ver recortes de prensa en los anexos. No he tenido noticias de si la nave fue rescatada y encontrado el coñac. Tal vez Don Mauricio Obregón nos pueda decir algo.
mayoría de sus ocupantes murieron de malaria. “algunas doce personas prefirieron, sin embargo, quedarse en el Darién y fueron a vivir con los indígenas. Incluían tres tenientes militares, un carpintero y su esposa, probablemente todos montañeses de habla gaélico, porque en ambas expediciones hubo muchos montañeses y el apellido del carpintero fue Macdonald. Se puede imaginar entonces que el gaélico se oía en el pueblo cuna”251. La parte principal de la segunda expedición llegó a las costas del Darién el 30 de Noviembre de 1699, diezmados en 160 hombres que murieron al salir de la expedición de Escocia. Al llegar se encontraron que elabandono no había sido total, ya que estaban las doce personas que no habían querido partir con la primera expedición y los barcos visitantes procedentes de Nueva Cork, con provisiones y gente para poblar la colonia, al mando el uno del capitán Thomás Drummond, y el otro bajo el mando de Mr. Fulton. Pero las discusiones entre los colonos, las divergencias entre el capitán Drummond y el señor James Byres, consejero de la segunda expedición, destruyeron los ya aniquilados ánimos para colonizar y trataron tan mal a la tripulación de Drummond que ellos también se fueron a vivir con los indios. Mientras las discusiones seguían, Byres fue por provisiones a Jamaica y Drummond se marchó. El 11 de Febrero de 1700 llegó a la colonia el capitán Alexander Camphell de Fonab, hombre resuelto y buen militar. El 13 de Febrero llegaron noticias traídas por los indios de que venían fuerzas españolas desde el interior del istmo a atacar el fuerte. Eran tropas del Real de Santa María y Panamá que habían sido reorganizadas cuando se supo de la segunda expedición. Campbel se puso a la cabeza de 200 hombres y unos 40 indios, y se encontraron con las fuerzas españolas compuestas por 400 personas atrincherados en Tubacantí. El 15 de Febrero los
251
Vaughan, pág. 207. Parece, y valdría la pena investigar que los anteriores colonos se refugiaron en la zona que hoy ocupa el pueblo de Gilgal, que según Villegas, es palabra gaélica, en el Urabá chocoano. Por qué perdura este nombre en la región? Más tarde, al comentar la obra e l P . Alcides Fernández me referiré a este pueblo.
escoceses atacaron y derrotaron a las tropas españolas. Pero, esta fue la única acción, y así podemos llamarla gloriosa, de los escoceses, porque el 23 de Febrero barcos de guerra españoles procedentes de Cartagena y Portobelo se presentaron al mando de Don Juan de Pimienta y anclaron frente a la entrada del puerto, habiendo desembarcado algunas tropas que habían cruzado el Istmo, después de un lento avance en que hubo algunas escaramuzas, llegaron cerca al fuerte de San Andrés. La situación aquí era lamentable, morían, según Vaughan, hasta 16 por día y apenas 300 estaban en condiciones recombate. El 18 de marzo los españoles ofrecieron condiciones para que se rindieran, pero los escoceses no las aceptaron. El 30 de marzo Don Juan de Pimienta ofreció condiciones menos duras. Los colonos podían irse “en sus propios barcos, con lasbandera izadas, tocando sus tambores, con todas susarmasy cargamentos, y efectuar cambio de prisioneros. Camphel se opuso a la capitulación, pero los demás aceptaron con avidez. Es interesante notar que por no conocer los escoceses el castellano, las negociaciones se hicieron en francés y latín”252. El 11 de abril la flota escocesa abandonó el puerto y se dirigió a la Isla de Oro, y el día siguiente, remolcado por los españoles el “Rising Sun” llegó a alta mar. La mala fortuna perseguía a los escoceses. En el “Rising Sun” perecieron 260 personas en el viaje a Jamaica y 100 más entando fondeado en la isla. Más tarde un huracán frente a la costa de Norteamérica destruyó el barco pereciendo 112 escoceses más. En este huracán, también se perdió el “Duke of Hamilton”, pero no hubo desgracias personales. El Hope naufragó frente a Cuba y el Hope Boness, haciendo agua entró en la bahía de Cartagena, donde los vendieron los españoles. El único barco que llegó a Escocia, fue el “Speedy Teturn”, que llegó a lacolonia dos días después de abandonada. Dos meses más tarde llegó otra nave escocesa “Margaret”, pero no pudo hacer contracto con los indios y todavía los españoles estaban en el fuerte San Andrés.
252
Vaughan, ob. cit., pág. 209.
El emplazamiento del fuerte Saint Andrews, fue encontrado en Abril de 1976 por el mayor John Blashford Snell, explorador británico. La selva, el clima y los mosquitos ayudaron a exterminar la colina. También descubrió esta expedición las ruinas de Acla. Además Vince Martinelli del Club de Exportadores de Nueva York, dijo que le grupo había visto varios indios albinos de la tribu de los Cunas, se cree que descendientes de los escoceses253. Esta aventura costó a escocia cerca de 2000 hombres y 200.000 libras esterlinas, muy pocos de los sobrevivientes regresaron a su país natal. Algunos hicieron nueva vida en las islas del Caribe, donde rehicieron sus fortunas. Otros se quedaron en el Istmo viviendo con los indios. Paterson y Wafer insistían ante el Rey Guillermo para que reestableciera la colonia, pero nada fue posible, a excepción de una expedición de filibusteros comisionados por el gobernador de Jamaica que cruzó el Istmo en 1702 y ocupó por corto plazo las minas de Santa Cruz de Cana. Parece que en 1770 intentaron llegar de nuevo los escoceses al Darién y pusieron su mira en el puerto llamado La Caledonia. Así lo informaba al virrey de Santafé de la corona de España254. No está demás advertir que la aspiración de los escoceses siempre era grande, ya que tomaron posesión de las tierras que van del cabo Tiburón al puerto de Suribán, con cuarenta millas ingleses de fondo tierra adentro. La colonia escocesa no tuvo gran importancia en los sucesos posteriores de América, ya que por este aspecto fueron nulos, pero en cuanto a las relaciones de Gran Bretaña con Escocia
253
Ver en los anexos los recortes de prensa.
254
Severino, ob. cit., pág. 249, T. IV.
sus consecuencias fueron importantísimas, sobre todo una que anota Vaughan: “la unión de Inglaterra y Escocia”255. Guillermo Paterson jamás pudo recuperar su patrimonio, y al liquidarse la Compañía de Escocia para comerciar con África y Oriente, no aparece él como accionista, porque había entregado sus bienes en 1697 por la estafa de Smith. En la biblioteca Nacional de Escoai, se encuentran los grandes libros de contabilidad de la compañía, escritos minuciosamente en fina caligrafía hasta el fin, y con cada cuenta de los accionistas debidamente cerrada.
255
Vaughan, ob. cit., pág. 215
CAPÍTULO XIX FRANCESES EN EL GOLFO SIGLO XVIII
También en 1700 llegaron franceses y fundaron al este del golfo, entre el actual Turbo y Necoclí, grandes cacaotales. Se casaron con indias cunas, mezclándose con dicha raza. En las capitulaciones que estos indios fijaron con la corona de España en 1724 exigieron que no se les mandasen frailes por misioneros, ni se nombrase ninguna autoridad que no fuese de España, prohibiendo, además, a todo criollo la entrada a su territorio, que entonces tenía 20.000 habitantes256. Los ingleses desde la metrópoli y desde Jamaica les proponían a los franceses del golfo se pusieran bajo la protección del Rey de Inglaterra, ofreciéndoles que los defenderían y atenderían en todo; cuya diligencia a poco tiempo reiteró el almirante Knowles, pero los franceses despreciaron una y otra, y remetieron las cartas al virrey Sebastián de Eslava, según relación del colono francés Pedro Basiner257. No habiendo logrado los ingleses este designio, procuraban por todos los medios deshacerse de los franceses, que ya estaban sujetos al Rey de España , quien los había indultado. Los ingleses, a raíz de esta determinación de los franceses, sedujeron a los indios con regalos y los indujeron a que mataran a estos últimos. Así fue como el cacique del río Mosquito, Ramón Mascana, en asocio de otros indios, de 1757 a 1758, acometieron a los franceses y mataron a 87 de ellos. Sobre este indulto dice el P. Severino: “El indulto a que se hace alusión, les fue otorgado por la Real Piedad el año de 1740”. 256
F.J. Vergara y Velasco, Notas a la Geografía Universal de Reclús, Bog. 1893, pág. 375.
257
Severino, ob. cit., pág. 256, T. IV.
A principios del siglo XVII pasaron a estas costas del Darién “muchas cuadrillas de forajidos de varias naciones, dice una relación de la época, levantados y gobernados de sus capitanes, Miguelillo, San Martín, Petit Pierre (nombrado comúnmente Pitipié), Pierre el clérigo, el Mulato de la Martinica, el holandés Daniel y otros quienes saltaron con sus piraguas armadas a ejecutar las muertes y latrocionios que les dictaba su licenciosa vida y depravadas costumbres, refugiados en el golfo del Darién lo más y algunos en Calidonia (Acla) y cayos de la punta de San Blas. Algunos de estos fueron ahorcados en Panamá, otros muertos por los indios caravas, y escarmentados los demás se emplearon en hacer plantaciones y en la pesca del carey. Todos ellos y en número de 60, la mayor parte de franceses, pidieron el indulto, y la real piedad se lo concedió por el año de 1740, después de lo cual principiaron a hacer plantaciones de cacao y otros frutos, y concurrieron algunos otros de la misma nación hasta el año de 1757, repartidos en el Golfo de Uraba”258. Los franceses siempre causaron problemas en Urabá y el Darién, y en 1712 el francés Carlos Tibón, se tomó el Real de Santa María, con 300 indios y ochenta franceses, saqueando la población, que en el mismo año había sido arrasada por los ingleses. Monsieur Tibón fue muerto por Luis García, quien había salido en persecución de él. García por rencor con el presidente de Panamá Manuel Alderete, por no haberle recibido a tiempo, se levantó igualmente y se tomó a Yavisa, donde mató el cura, el alcalde y el teniente, y robó todo lo que queria. Esto fue por el año de 1728. garcía se titulaba “Libertador del dArién”. Luego fue abatido en las riberas del Chucunaque. Como dijimos, los franceses se casaban con cunas, y en 1741 se presentó al gobernador de Panamá el caique mayor del Darién del sur don Juan Sauna, hijo de padre francés y madre india. De él dependían los caciques inferiores: Juan de Dios, con residencia en el río 258 A. B. Cuervo. Descripción del Golfo del Darién, colección de documentos inéditos, pág. 254, T. II, Bogotá 1892.
Chucunaque; Tomás Mulagana, con residencia en Subcutí; Julián Goacagohita, en el río Cañazas; Diego de Mutumagantí, en el río Mage; Luis del Castillo, en el Pirrí; José Ibarra, en el río de las Balsas, y Ventura de Matumagantí y el cacique mayor del Darién del Norte, Felipe Uriñaquicha, que residían en el río Tiligantí acutl bahía de Triganá en la banda occidental del golfo de Urabá. Los subalternos de estos caciques eran: Francisco del Coco, en el río Turbo, Francisco Totocua en el río Tiligantí, el Lere Loregana, del río Tuira, con residencia en Paya. Estos caciques firmaron un tratado de paz con el gobernador de Panamá y pidieron perdón general para sí y en nombre de los demás caciques naturales de sus mandos. Por este acuerdo se les imponía a los franceses del golfo no comerciar con otra nación distinta a España, ni a tratar sino con españoles, y a no internarse en el río Atrato para ir al Chocó. En 1760 las tierras que baña el río Turbo eran bastantes habitadas por indios y por una pequeña colonia de franceses. Además de unas cien familias y 22 franceses del río Turbo, a unos 30 kilómetros más al este, se estableció un pueblo llamado Surape, de más de cien familias. En esa época, muy entrada la segunda mitad del siglo XVIII, el río Turbo salía derecho al golfo de Urabá por la punta de Turbo, cerca del actual pueblecito de Yarumal, cuyo antiguo cauce es conocido en nuestros días con el nombre de Madre Vieja. Más tarde, al correr sus aguas por donde está la actual población de Turbo, saliendo su nuevo cauce a la ciénega de Pisisí (la actual bahía de Turbo), se abrió una boca hacia el sur, la que fue ensanchándose hasta quedar la ciénaga de Pisisí convertida en bahía. Si el río volviera a salir al golfo por su madre vieja, cierto
es que ganaría el pueblo de Turbo, que hoy se va molestado por continuas
inundaciones. Pero la bahía se convertiría otra vez por la unión de la punta de las Vacas, o San
José, con el continente al este en las cercanías de la desembocadura del río casanova. Hoy, ha vuelto al río Turbo a su primitivo cauce259. Volviendo a nuestro tema, en 1760 vivían estos franceses en el río Turbo260. Citaremos solo algunos de ellos: 1.
Pedro Marsinet, 51 años, casado en el pueblo de San Nicolás de Bari en el río Sinú con una india nombrada rosa, tres hijos, dos hembras y un varón. Vivió en el golfo 25 años, ocupado en la siembra de cacao y la pesca de carey. Vino a Cartagena con monsieur Reynot, quien trajo la representación de todos después de la matanza.
2.
Luis Guerneyo, soltero, vivió en el golfo 14 meses. Sembró cacao en u8na estancia que le dio monsieur Rasel, y se trasladó luego a vivir en el Sinú.
3.
Antonio Cerico, soltero. Vivió en el golfo de Urabá 8 años, sembró cacao y también pasó a vivir al Sinú.
4.
Francisco Probot, casó en el Sinú con Paula María Estrada, de color pardo, vivió en el golfo de Urabá 11 años, y sembró también cacao.
5.
Pedro Girat, casó en el Sinú con Angela Ramos, mujer blanca, sin hijos, vivió en el golfo 3 años, y sembró cacao. Decía que era amigo de Juan Baptista Reymond con quien vino a Cartagena a pedir protección
Eran 73 cacaotales, con un total de 105.800 palos plantados. A fines del siglo XVIII ya no existían franceses en el golfo, y aquellos cacaotales pasaron a poder de los indios. Aun hoy se encuentran corpulentos árboles de cacao, enmarañados, sus ramas entre bejucos detona clase, y en completo abandono261.
259
Severino, ob. cit., pág. 303, T. IV.
260
Esta lista puede ser interesante porque pueden vivir descendientes de ellos en la región. En e l S in ú no he mos d e t ec ta d o a n in gu n o ya qu e los que e xis te n e n M on ter ía s on los descendientes de que llegaron a trabajar a Marta Magdalena en 1882. Ver a Berrocal “Colonización An tioqueña en e l De parta mento de Cór doba”, pág. 58 y ss., obra ya citada.
261
El autor en sus exploraciones por Urabá los ha podido ver.
Como cosa curiosa, el virrey Antonio Caballero y Góngora en 1787trató de traer norteamericanos para colonizar al Darién, pero hubo de suspenderse la ejecución de este plan, por aguardar a que se disiparan las fiebres ocasionadas por los desmontes emprendidos que tanto estrago habían hecho en la guarnición. En 1788 renunció el virrey su puesto, y la iniciativa se quedó sin efectos prácticos. También en un cerrito cerca de la desembocadura del río Caimán Nuevo, en 1784, y donde vive hoy una tribu de indios cunas, se fundó un pueblo de españoles, San Carlos del Caimán, con su fuerte. Por los años de 1791 a 1972fue demolido este fuerte, pero según el P. Severino, sus ruinas se ven todavía262. Fue cerca de este fuerte donde Julián Gutiérrez había levantado su fortaleza cuando vino de Acla a oponerse a los hermanos Heredia. Igualmente, en este mismo año de 1784, en las inmediaciones donde estaba Acla, se estableció una nueva ciudad llamada Carolina del Darién, para evitar que en esa costase establecieran extranjeros que socavaran la autoridad del rey de España, induciendo a los indios contra los españoles para favorecer a Inglaterra o Francia. Esta fundación fue hecha por Don Antonio de Arévalo, por orden del arzobispo – virrey Antonio Caballero y Góngora. Como se dice en la “Colonización Antioqueña en el Departamento de Códoba”, los sinuanos han colonizado a Urabá y el Darién, y ya desde 1786 las autoridades españolas así lo consideraban. En el diario de una expedición reservada que el capitán de fragata de la real armada Don Luis Argueda hizo por orden del señor Virrey el envío deciento cincuenta familias del Sinú a Carolina del Darién, en calidad de pobladores. La propagación de estas familias, dice, y aún de otras, noticiosas de las ventajas del nuevo terreno, darían margen a que
262
Sin embargo, el autor no las ha podido localizar, pero una de las monjitas de la Madre Laura, que tienen una casa en la dese mbocadura del río Ca imán Nuevo le infor mó que en los cerros ad yacentes a la misma han encontrado tiestos españoles.
voluntariamente se transfiriese muchas poco a poco, con lo cual insensiblemente y en corto tiempo reconseguiría hacer muy vasta esta población de Carolina263. Tanto Carolina del Darién como el pueblo español donde estaba el fuerte, entre 1791 – 1792, fueron abandonados definitivamente. Como algo importante en este siglo XVIII es bueno recordar que durante la época colonial la navegación en el Atrato estuvo prohibida para barcos civiles por cuestiones de orden público, ya que los piratas franceses, ingleses y holandeses infestaban las costas de Uraba y el Darién y armaban a los indios para que mataran a los funcionarios y ciudadanos españoles. Por esta razón en la desembocadura del río Sucio en el Atrato, en las proximidades de la actual población del mismo nombre, existió un puesto de vigía para resguardo del Atrato y del río Sucio, hasta que en el año de 1766 los indios cunas acabaron con el puesto. La Vigía se trasladó al otro brazo del río Sucio, llamado de Curvaradó. A esta banda del Norte, dice la relación, se halla fundada a la orilla del Atrato, la casa del Vigía de San Nicolás de curvaradó que se trasladó en el año de 1766, siendo gobernador de estas provincias don Nicolás de Perea, después de la matanza que hicieron los indios cuna-cuna (así se llamaban los que vivían en el bajo Atrato) del capitán del Vigía y ocho personas, quemando la casa establecida al frente de la boca del río Sucio. En el Sinú también existió, arriba del Torno de Matamoros una isla que se llamó Isla Vigía, donde los españoles tenían un puesto militar para vigilar la navegación por el Sinú y el paso de los indios que venían de Urabá. En frente de El Torno quedaba la Isla de los Muertos, porque allí los españoles mataron muchos indios que venían de Urabá a atacarlos. Don León Dereix conoció estas islas y vio las ruinas de las fortificaciones que en su tiempo levantaron los españoles264. 263 264
Informe citado por el P. Severino, ob. cit., pág. 320, T. IV. Datos dados al autor por Don Carlos Dereix, hijo de Don León, en la ciudad de Montería.
CAPÍTULO XX A QUIEN PERTENECÍA URABÁ EN EL SIGLO XVIII Y ANTERIORES?
Urabá perteneció durante todo el siglo XVIII y prácticamente desde 1533, a la provincia de Cartagena. “Como habrá observado el atento lector, la acción de las dos potestades, eclesiástica y civil, en la región de Urabá, y del Darién del Norte, viene siendo combinada. La parte oriental del golfo, era atendida por las autoridades de Cartagena de Indias, mientras que la occidental era administrada por Panamá, con raras intromisiones en la parte opuesta o sus respectivas jurisdicciones. Prácticamente seguía en pie la demarcación que hiciera Fernando el Católico para las gobernaciones de Ojeda y Nicuesa. En esta resolución real se apoyaban sin duda algunos historiadores panameños para afirmar que los límites de la nueva republicadle istmo llegan por el oriente hasta el río Darién o Atrato”265. Indudablemente estos historiadores panameños desconocen o desconocían, así se debe presumir, la existencia de la Real Cédula de Monzón, comentada en este libro, que definió este problema y dijo que la gobernación de Ojeda comprendía la parte occidental del golfo donde estaba situada la ciudad de Santa María la Antigua del Darién. En su oportunidad hicimos amplia mención de ello. Don Pedro de Heredia creía que su gobernación se extendía hasta la ciudad de Antioquia, por esta razón encarceló a Don Jorge Robledo. En Consejo de Indias el 5 de noviembre de 1543 revocó la sentencia que adjudicaba a Don Pedro de Heredia la ciudad de Antioquia y declaró que ésta pertenecía a la gobernación de Don Sebastián de Belalcázar. De acuerdo con la expedición Fidalgo a fines del siglo XVIII, para el reconocimiento de las costas del Caribe desde Maracaibo hasta el Chagres, la provincia de Urabá estaba
265
Severino, ob. cit., pág. 288 T. IV.
comprendida: al Este por el río Sinú desde su desembocadura en el Golfo de Cispata y subiendo su curso hasta la desembocadura de su río afluente Taraguay o Jaraguay, que según noticias de la misma expedición, está a 39 leguas de Cispata y a cinco jornadas de Montería, y le cae al Sinú por la banda izquierda, teniendo su nacimiento en la cordillera de Abibe al Este de Turbo. Por el Oeste el río Atrato o el Darién, y por el Norte; queda limitada por el Mar Caribe. En el mismo informe añade: “La provincia de cartagena se extiende por el Oriente hasta el río de la Magdalena, prolongándose al Sur 200 leguas; da la vuelta con el río Atrato o del Darién, de donde vuelve al Septentrión hasta su desembocadura en el Golfo de Urabá o del Darién del Norte”266. Así finaliza el siglo XVIII. Hemos tratado de resaltar lo más importante sucedido en esta región de la patria. Pero a medida que se acerca el siglo XX, Urabá va perdiendo importancia en el contexto nacional.
266
A.B. Cuervo, ob. cit., págs. 119 y 133.
CAPITULO XXI SIGLO XIX Pueblos de Urabá en el Siglo XIX Nace la idea de la carretera al mar. Urabá pasa al Cauca.
La acción de los misioneros continúa en el Siglo de que ahora nos ocupamos, el Siglo XIX. Los padres franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas, desde los primeros días de la dominación española hacen sentir su influjo. Los jesuitas se retiran en 1767 por disposición de Carlos III. En 1847 ya se encontraba fundada Turbo. Unos misioneros franciscanos, los Padres José Joaquín Rojas, Vicente Cuesta y Victor Guzmán la visitaron y se hospedaron en una casa con menores comodidades que las que disfrutaban comúnmente los animales domésticos267. En esta época la parroquia de Turbo era administrada por Padres Franciscanos procedentes de Popayán. Pero pasado el año de 1850 ya no se encuentran estos religiosos en la región. James J. Parsons dice que el municipio de Turbo se fundó en 1839268. En la Geografía Física i Política de los Estados Unidos de Colombia por Don Felipe Pérez se dice en 1862 de Turbo: “En el día solo se encuentra en la culata del golfo una pequeña aldea de reciente fundación, nombrada Turbo, sobre el pequeño puerto de Pisisí”269. Para esta época el bajo Atrato estaba sometido a la jurisdicción eclesiástica de Popayán. La parte oriental del golfo pertenecía a Cartagena y la banda occidental a la Diócesis de
267
Infor me de l Secretario de Gobierno de la ciudad de Popa yán, citado por Severino, ob. c it., pág. 41, T. V.
268 James J. Parsons. Urabá : Salida de Antioquia a l Mar. Traducido por Carolina Evans de Villa bajo la dirección del Instituto de Integración Cultural con los auspicios del Banco de la República y de Corpourabá. Pág. 43. 269
Felipe Pérez. “Geografía 1862.
Física
i Política de los
Estados
Unidos
de Colombia”.
Bogotá,
Panamá, originada del Darién. La región sureste se asignó al obispado de Antioquia, creado el 31 de agosto de 1804270. A fines del siglo XIX, aparece Acandí. Existían en la extensa región varios núcleos poblados de indios caribe-cuna, siendo muy pocos los vecinos de otra raza. Los primeros habitantes de color negro llegaron a esa risueña población en 1887, en calidad de zagueros (recolectores de tagua), en número de ciento veinte. No se atrevieron a desembarcar en la bahía de Acandí por temor a los indios de sus cercanías. Quedó el grupo de la expedición en el puerto de la Goleta, y solo se arrimaron a Acandí siete, como ya se dijo, por temor a los indios. Los otros en vista de que los primeros no sufrieron contratiempo alguno arrimaron a Acandí el 12 de Mayo de 1887, acompañados por el cacique Olitipilele, de la tribu de Tolo. Los negros manifestaron que solo querían recoger la tagua de la palma de sus bosques para venderla y exportarla. Los indios convocaron a Lereo o asamblea a para decidir si otorgaban el permiso de taguar a los negros, lo que concedieron a los veinte días y por el término de una luna o un mes. A fuerza de súplica los negros consiguieron
una prórroga por otra luna, pero una
epidemia de sarampión diezmó la población india, causando desconcierto entre ellos. Los negros reaprovecharon de la cuestión y permanecieron en Acandí. En 1888, pasada la peste de sarampión, los indios, iban a atacar a los negros de Acandí. Estos, asustados, mandaron una comisión a Cartagena para que hablara con el Presidente Núñez, quien mandó el buque cañonero “La Popa” al mando del general Elias Rodríguez para que intimaran redención a los indios y permitieran la estancia de los negros en Acandí. Nada podían hasta que
intervino Iñapaquiña, del río Sasardí, quien consiguió que los indios
permitieran a los negros recoger la tagua libremente, este es el origen de Acandí.
270
Severino, ob. cit., pág. 205 T. V.
En 1887 había alrededor de ocho pueblos de cunas cercanos a Acandí, según manifestación de Federico Barrios, uno de los tagueros. En el río Tolo había uno con su cacique Otilipelele. Otro más arriba del anterior, por el mismo río Tolo; con su cacique Inakana. El tercero más arriba del interior por el mismo río en el río Acandí, en la margen izquierda de su desembocadura se encontraba el primer pueblo cuna, donde residía su cacique principal, de quien dependían los de los pueblos restantes, se llamaba Manuelito. En el mismo río Acandí había como seis o siete pueblos de indios cunas, con caciques como Yatic, Capitancito e Iñaguatí. En tanto que para 1919 solo se encontraban de estos aborígenes hacia la desembocadura del río Tolo. Federico Barrios conoció esos pueblos de indios cunas271. Hoy la población cuna por cuestiones de salubridad se trasladó a las islas de San Blas o las Mulatas que son numerosas, más que los días del año272. “La característica de esta región es la maravilla de centenares de islas, unas cuatrocientos que duermen plácidas junto a la costa, islas diminutas, graciosas y uniformes, de escasa elevación sobre el mar, embellecidas todas con las airosas palmas el más bello dosel de los trópicos. Cada isla poblada tiene un río cercano al continente, río hermano que la convida, la limpia, sanea y da nombre. Cartí, río Sidra, río Azucar, Narganá, río Tigre, Chucumbalí, Playón, Sasardí, etc., son los nombres de algunos ríos y de algunas islas habitadas”273. En el siglo XIX, también el caucho produjo en Urabá algunas tragedias:”Habiendo llevado casualmente unos indios del Darién a Cartagena muestras de esta goma, don José M. Recuero concibió en 1860, un plan de acción para la explotación del caucho en el Darién. Como medida preventiva, trató de conseguir la amistad de los indios, iniciando entre los cunas activo comercio de mercaderías a cambio de cacao, plátanos y cerdos. Se formaron cuadrillas 271
Datos de Severino, ob. cit., T. V, pág. 49.
272
En Colombia solo existen hoy dos pequeñas tribu s: Una en el ´r ío Tane la, arriba del pueblo de este nombre y la otra en el río Caimán Nuevo. Ambas han sido visitadas por el autor.
273
Me moria l de l Vicariato Apostó lico de l Darién, c itado por Severino, ob. c it., T . V , pág. 218.
de caucheros que avanzaron por las selvas del Darién. El primer drama de los muchos que serían originados, no tardó en presentarse. En 1869 varios indios cunas de Chucunaque descendieron por el río Chucurtí para ofrecerle a un señor Francisco Rojas, patrón de una cuadrilla cauchera, su alianza, y el permiso para sacar caucho de sus bosques. Confiado en tan espontánea oferta Rojas se encaminó a la sede de la tribu para caer en una vil celada que le tenían preparada los indígenas, perdiendo a manos de éstos varios hombres. Otras tribus darienistas siguieron tan nefasto ejemplo. En Pigantí perecieron, atrapados en otras celadas por los indios, Pedro N. Ayarza y doce hombres de su cuadrilla. En el río Cañazas fueron asesinados varios otros caucheros. Las represalias no fueron menos cruentas, muchos indígenas perecieron bajo el machete de los caucheros o por las balas de las patrullas organizadas por las compañías para proteger a éstos. Con la colaboración pecuniaria de los comerciantes de Panamá fueron organizadas varias expediciones punitivas. Una fue despachada al Darién con resultados negativos, pues en los frecuentes encuentros con los indios, hubo numerosas pérdidas sin lograr someterlos. Hacia el Chucunaque fue enviada luego otra con no mejores éxitos, pues perecieron en ella ocho hombres y hubo 33 heridos. Un año después salió una segunda expedición compuesta de cincuenta hombres al mando del capitán Eulogio Carranza, que tomó cumplida venganza de los indios que habían derrotado a las anteriores expediciones, la lucha no paró. Lejo9s de atemorizarse, los caucheros prosiguieron la conquista del caucho. Sobre las sepulturas que caían, marchaban los que quedaban vivos. Los combates entre los naturales y los invasores se hacían más frecuentes cada vez. Los caucheros se abrían paso con el machete y el fusil. Aquel contra la maleza que les impedía la marcha y éste contra los indios que defendían su tranquilidad y el dominio de los montes nativos”274.
274
Er n esto. J. Cas tiller o , pub licad o en Epocas d e Pan amá , Dic ie mbr e d e 1 9 4 6, con el títu lo: “El Caucho en el Istmo”.
Y así todo Urabá, seguía siendo hasta bien entrado este siglo de la provincia de Cartagena. Hasta que en el año den 1847 un “sorpresivo decreto”275, (de 5 de septiembre de 1847, firmado por el Vice-presidente don Rufino Cuervo), anexó la parte oriental del Golfo a la provincia del Chocó, que pertenecía a Popayán. No está demás advertir que Antioquia siempre había tenido sus aspiraciones con respecto a Urabá. Tradicionalmente siempre había aspirado a algún dominio en la región, y sus políticos y escritores la reclamaban para Antioquia con frecuencia, que nunca ha tenido ni tiene con estos pueblos otros nexos que los de las oficina públicas. Pero, dice Parson: “Por las protestas de Antioquia, el nuevo presidente conservador, Tomás Cipriano de Mosquera, devolvió la franja de Urabá a Antioquia al año siguiente, pero con el cambio de régimen político en 1850 esta decisión fue revocada y la parroquia de Turbo fue devuelta al distrito de Atrato de la provincia del Chocó”276, que pertenecía a Popayán. Así sigue hasta que en 1857 se crea el Estado de Cauca277, y toda la parte oriental del golfo de Urabá, desde Arboletes, San Juan de Urabá, Turbo, etc., pasa a formar parte de la nueva entidad administrativa, llevándose a cabo un despojo contra Cartagena, que en esa época era la que mayores títulos de influencia podía exhibir sobre la zona. La misma geografía de don Felipe Pérez, en 1862, señala que estas tierras pertenecen al Cauca. Así duró la situación hasta que el General Rafael Reyes y el Congreso Nacional por Ley 17 de 1905, anexó todo Urabá a Antioquia, “no solamente como una justa compensación por la pérdida de las provincias del sur sino para retornarle a Antioquia el territorio que siempre le había pertenecido, situando así esta área en el amino del progreso con lo cual se ayuda a la
275
Parsons, ob. cit., pág. 44.
276
Parsons, ob. cit., págs. 44 y 45.
277
Así lo lla ma ba Don Felipe Colombia, Bogotá, 1862.
Pérez
en
su
Geografía
i
política
de
los
Estados
Unidos
de
defensa de la integridad nacional”278. El mismo Parson agrega que en 1906 Turbo nombró un inspector de policía en Arboletes, demostrando así su jurisdicción sobre el área. En 1920 Arboletes se hizo corregimiento y en 1958 un municipio independiente. La parte o margen occidental del Golfo de Urabá, siempre perteneció al Chocó, hoy hace parte de ese Departamento. Tenemos ya a Urabá perteneciendo al Cauca. Como es natural, a los antioqueños les convenía una salida al mar, y don José María Gómez, quien había sido nombrado Gobernador de Antioquia en 1843 se convirtió en esa época en un gran impulsador de la vía. En 1844 el concejo municipal de Santa Fé de Antioquia “pidió permiso para utilizar las entradas procedentes de los pasos del río Cauca durante los diez años siguientes para destinarlos a la explotación y construcción de un camina hasta el Golfo”279. En virtud de este acuerdo, mandó una comisión exploratoria al mando de José Villa Leal y Florez que bajó en 1845 hasta el golfo usando la vía del Río Sucio y el León. Como antes las vías públicas se hacían por el sistema de efectuar concesiones de tierra a los lados de la vía que se iba a abrir o construir, el gobierno de Antioquia en 1845 otorgó este privilegio para la construcción de un camino de herradura que partiendo de Cañasgordas llegara a un punto del río León a los señores Eugenio Martínez, Juan Antonio de Montoya y Juan María Gómez. Estos señores nada hicieron por construir este camino. El gobierno nacional, de 1846, declaro “camino nacional” la vía de Antioquia al golfo de Urabá y comisionó a Pedro Gutiérrez de Lee para estudiar las posibles rutas. Recomendó una que partiera de Dabeiba Vieja280 al río Murindó, afluente del Atrato, para seguir por agua
278
Parsons, pág. 45.
279
Parsons, ob. Cit., pág. 51.
280
En 1887 se trasladó Dabeiba a su sitio actual, cuando fue elevada a la categoría de Municipio. Ver Juan Enrique White, Historia del camino nacional de Frontino a Turbo pasando por Dabeiba y Pavarandocito al Golfo de Urabá, 1915, págs. 4 y 5.
al Golfo. Para llevarla a cabo fue contratado el ingeniero suevo Carlos Segismundo de Greiff, de grata memoria en el país, quien lo construyó en dos años. La ruta Dabeiba – Murindó se conoció como el “camino de Don Carlos”15. Mediante otro privilegio de concesión de tierras, en 1854, se construyó otro camino de Santa Fe de Antioquia pasando por Dadeiba a aguas navegables del Río sucio o del Río León. Terminado este camino se abandonó el de “Don Carlos”. A fines de siglo se seguía discutiendo cual sería la ruta correcta para llevar el camino a la orilla del golfo: si por el Atrato, empleando la vía de Medellín – Bolombolo – Bolívar – Quibdó, o usando las aguas del río Sucio, como lo recomendaba Juan Henrique White por las cercanas y señalaba como punto de trasbordo a Mutatá, Pavaradoncito o el Manso, ya que estaban por encima de la confluencia del río Mongudó y por ende dentro de los límites de Antioquia. Así fue hasta que el general Marcelino Vélez, gobernador de Antioquia en 1886, ordenó la apertura del camino por un cuerpo de zapadores al mando dl general Francisco Jaramillo U., para vencer la cerrazón de Quiparadó. Se basaron en los estudios que el terreno había hecho Juan Herique White, quien dio datos precisos y objetivos sobre las características del mismo. Juan Henrique White, había adoptado a Antioquia como su patria y aún se le recuerda con cariño281. También a fines del siglo XIX se habó de construir un ferrocarril a Urabá. En 1889 el general Marcelino Vélez le habló de tal posibilidad a Juan Henrique White. En 1892 un grupo de la comisión Intercontinental de Ferrocarriles de los Estados Unidos encabezada por William F. Shunk, recorrió la ruta desde Medellín hasta el golfo. Su informe publicado en 1896, fue
281 Don Car los Segis mun d o d e Gr eiff , v iv ía en Ur abá y es e l tr on co en Colomb ia de la interesante e inte ligente fa milia De Greiff que ha dado ejemplares hu manos de la ta lla de Don Carlos y Don Otto. El fue quien bautizó a Dabeiba con el actual nombre en honor a Dabeiba Hernández. Ver Parsons ob. cit., pág. 52.
muy optimista282. Había tres posibles rutas. Siguiendo por el pie de la Serranía a Abibe para subir por el Boquerón del Toyo y bajar al Cauca, con una pendiente de 2.200 metros. Una alterna siguiendo los calles de los ríos Murrí y Penderisco hasta Urrao, y de allí por la cuesta de la cordillera, y que sería mucho más larga283. Y una tercera posibilidad, una ruta más fácil pero más larga aún, que conectara el interior con la costa Caribe por el Cañón del Cauca y las sabanas de Ayapel y Bolívar. Francisco Vergara y Velsasco en su Geografía de Colombia, 1892, critica a Antioquia por haber elegido la ruta del Magdalena para salir al mar, diciendo que su salida natural era en línea directa buscando un camino a Turbo, sin pensar en una salida por el río Atrato o el León.
282
Juan Enrique White es tío abue lo de Don Enrique Uribe White ya que era hermano de Don Roberto que casó con Rosario Uribe Uribe y una hija de éstos, Doña Luisa White casó con Don Tomás Uribe Uribe, padre del Dr. Enrique Uribe White. Don Tomás Uribe Uribe era hermano de l General Rafael Uribe Uribe .
283
Parsons, ob. Cit., pág. 65.
CAPÍTULO XXII SIGLO XX. EUSEBIO CAMPILLO, REY DE LA TAGUA
Y llega el siglo XX a Urabá y la coge igual a como la vieron los primeros españoles. Su economía giraba en ese entonces alrededor del caucho, la tagua y las maderas preciosas. Ya vimos en la pluma de Ernesto J. Castillero cómo el caucho produjo algunas tragedias en el Darién. Los caucheros de Turbo trabajaban hasta muy arriba en los ríos León y Atrato. Este recurso se agotó rápidamente, como sucedió en el río Sinú y el San Jorge. Leeutenant N. Michler, que estuvo en Turbo en 1860 – 1861, dice que había allí un inglés comprador de caucho284. Más que el caucho, fue la tagua (Phytelephusspp), el verdadero producto de exportación de Urabá. “sus duras nueces de tamaño de huevos de gallina se cosechaban en las extensas selvas de palma en la tierras frecuentemente inundadas entre el río Sucio y Turbo”285. la primera exportación de Tagua se efectuó en Colombia en 1845, antes de que el Ecuador se convirtiera en exportador286. Parsons trae también el dato deque en 1893 se exportaban del río León y sus tributarios unos 40.000 barriles de este producto. La mayor parte de esta tagua iba a los Estados Unidos y Europa, para la fabricación de botones. Pero fue en este siglo y durante la primera guerra mundial (1914) cuando los taguales de Urabá, alcanzaron su mayor rendimiento, con un suministro de 7.000 toneladas anuales, lo que representaba casi medio millón de dólares. Los habitantes de Turbo, Chicorodó y Pavarandocito vivían de esta selección, sobre todo la población negra se dedicaba a la recolección de la tagua; a esto debía su prosperidad. Monseñor Arteaga anota: “Cuando éste 284
Lieutenanat N. Michler, citado por Parsons, ob. cit., pág. 47
285
Parsons, ob. cit., pág. 48.
286
Francisco Vergara y Velasco, Nueva Geografía de Colombia, 1892.
vale, ellos tienen plata abundante y los pueblos duplican la población; cuando esté despreciada, los pueblos quedan desiertos. Lo que ganan, lo gastan generalmente en bailes y francachelas”287. Entre estos recolectores de tagua hubo uno que sobresalió: Eusebio Campillo, fundador de la Hacienda Guapá, desde donde regía su vasto imperio que abarcaba las soledades del León, Río Sucio, Atrato y demás ríos circunvecinos. Adel López Gómez con pluma maestra lo pintó de la siguiente manera: Cuando en 1939 conocí a Don Eusebio Campillo, ya el legendario viejo había entrado en una triste y resignada decadencia. Habitaba una antigua casa de tablas blanqueadas en el pueblecito costero de Turbo. Tenía un pequeño comercio de abarrotes y granos para proveer a los indios de la región que bajaban silenciosamente por los canales, desde sus remotos cultivos de El Tigre, con unos cuantos bultos de arroz, un saco de aguacates gigantes y media docena de morrocoyes. “Al igual que los otros comerciantes del mísero poblado, su negocio era -en gran partede intercambio con los indígenas. “Alto, moreno, enjuto y arrugado de rostro, en su porte restaba todavía buena parte de la prestancia de otros tiempos. Pero su pujanza,su seguridad, su aire de gran señor de la vida, habían desaparecido juntamente con sus inmensos dominios de rey de la tagua en la selva urabana, y con loa gloria de los triunfantes días. “Los de hoy se extinguían monótonamente, sin ilusión ni esperanza. Aún en aquella tienda que presentaba tantos claros en la deslustrada estantería y a donde solo llegaba la clientela más pobre y desvalida, después de haber pasado por los almacenes de trapos y baratijas de los Tanios y del señor Bolívar, su autoridad de dueño era mucho menor que la de Eusebito, su hijo, un mulato de cuarenta años, muy apuesto y de gran talante, pero que no logró
287
Arteaga, ob. cit., pág. 131.
heredar la garra y la machía de ese progenitor suyo que en los primeros lustros del siglo había sido el amo del Golfo. “Por una desvencijada puertecita abierta al fondo de la tienda, se entraba en las habitaciones del viejo don Eusebio y su hijo. Se desembocaba en un corredor destartalado, y luego en un patio húmedo, lodoso y extenso, horadado por los cangrejos, donde crecían a desgana algunas matas. “Hasta aquel patio llegaba el agua oscura de la cenagosa bahía, en las altas mareas. Dos gallos de riña, rapados y congestionados, ocupaban una vara de cañabrava tendida entre dos pilares. A veces la tortuga que merodeaba por el suelo, asomaba la cabeza con lenta cautela, cuando los gallos de Eusebito armaban demasiado estrépito. “Qué lejanos estaban ya en 1939 aquellos años delirantes del taguero millonario que ya durante la primera guerra mundial extendía su dominio, prácticamente sin limitaciones, por todos los territorios selváticos que baña el río León y que encierran el Guapá y el Chigorodó en una extensión de muchos kilómetros. “No ha cambiado mucho el lugar exacto donde en 1914se levantaba la factoría principal de Don Eusebio Campillo, y que ahora forma parte de la espléndida hacie4nda ganadera de “Guapá”, a sesenta kilómetros del mar y del pueblecito sudoroso de Turbo, último municipio antioqueño sobre el Caribe. Queda un árbol inmenso, rodeado de maleza, en el lugar mismo donde estuvo emplazada la casa, a las orillas del Guapá, junto a sus confluencia con el León. Sobreviven algunas pétreas ruinas y en medio de los rastrojos he visto los
dos cilindros
carcomidos por el moho de lo que fue un trapiche. Solo esto queda de las primitivas fundaciones de Eusebio Campillo. Y también resquicios apenas visibles de lo que fue el empalado camino que conducía al embarcadero. “Desde allí, desde el borde del agua, el duelo se hacía conducir en palanquín desde su embarcación hasta la casa, a lomo de hombre, después de haber remontado el río León desde
las aguas del Golfo. Allí le esperaban sus capataces, sus recolectores de tagua, las mujeres de sol y canela de su serrallo. “Allí gobernaba él como una especie de rústico rajá, al modo de un amo feudal, sin que nadie lo interfiriese. Era el tiempo del “marfil vegetal” que nadie cultivaba. Que se producía, abundante, sin demarcados palmares, en toda la extensión de la selva, listo para ser tomado del suelo húmedo, de entre la manigua exudante y sombría. Nadie se lo disputa. El mantenía sus peonadas dispersas y las gobernaba con puño de hierro sin que nativo o aventurero se atreviese a sustraer un solo cuezco. La tagua se hacinaba en sus depósitos durante meses y meses en la época de la recolección. Luego él mismo llevaba a Cartagena, donde tenía sus gentes y de donde efectuaba la exportación. “Esta es la verdad de su lucha y de su aventura. Una verdad que se confunde con su leyenda. “Esta refiere que el hombre gobernaba férreamente a una laboriosa muchedumbre. Que tenía cepos en su patio para castigar las más leves infracciones288. Que ejercía derecho de pernada e imponía, en fin, un implacable vasallaje. Que tenía en su casa una “sala egipcia” decorada al estilo faraónico y que allí, desnudo durante las horas mas ardientes de la canícula, se tendía en una tarima cubierta de cojines y a veces dormitaba o bebía mientras dos jóvenes servidoras – unan a cada lado – lo refrescaban con grandes abanicos de palma entretejida. “sus viajes a Cartagena, en el tiempo de los embarques, duraban varias semanas. Durante ellos don Eusebio Campillo dilapidaba el dinero a manos llenas. Luego, a la hora de regresar al Golfo de Urabá, reclutaba dos o tres hermosas compañeras, las dotaba ricamente y las llevaba a la selva para amenizar los agrestes días y las tórridas noches durante el largo
288
Eusebio Campillo nació en Cartagena, de raza negra. Fue condiscípulo del padre de Don Donaldo Bossa Herazo en la Universidad de Cartagena hacia 1892 y años siguientes. Datos dados al autor por Donaldo Bossa Herazo.
tiempo de la nueva recolección de tagua. Cuando este lapso fenecía las tornaba a la Ciudad Heroica y se ingeniaba, de regreso, un nuevo enganche. “De toda aquella época quedan muchos hijos anónimos que ya hoy pueden ser abuelos. Su único vástago legítimo fue aquel Eusebio mulato, dueño de dos gallos de pelea que después de la bancarrota cuando ya los materiales sintéticos sustituyeron a la tagua y el viejo perdió todo su impero veló por él, reducidos ambos a la tiendecita de Turbo”289. Creo que con éste genial párrafo debido a la pluma de Adel López Gómez, queda todo dicho de la tagua. La Hacienda Guapá existe y hasta hace unos pocos años era de una firma japonesa.
En los primeros años de este siglo se inició en Urabá el tumbe y corte de madera con destino a la explotación. Parsons anota que Mr. William Shuk, ingeniero encargado de la Comisión internacional de Ferrocarriles, visitó a Urabá en 1892, y para esta época una gran cuadrilla de negros estaban tumbando cedros en Pavarandocito para un señor Rubén Ferrer290. La casa Emery, como lo dijimos en “La colonización Antioqueña en el Departamento de Córdoba”, explotó maderas en el valle del río San Juan, entre 1915 y 1929, y entre San Juan de Urabá y Montería291. En 1923 la casa maderera de don Vicente Martínez Recuero, gerenciala en la zona por Don Vicente Martínez Martelo y don Eduardo Azuero292 explotaba maderas a todo lo largo del río Mulatos y en el pueblo de este nombre tenía sus oficinas293.
289
Ade l Ló pez Gómez, “ Historia y Le yenda del Re y de la Tagua”. Bole tín Cu ltural y Bi bli ográfic o. Banco de la República , Bibliotec a Luis Ánge l Arango, V olu men VI, nu m. 6 , 1963, Bogotá.
290
Parsons, ob. cit., pág. 49.
291
En la desembocadura del río San Juan, unos 5 kilómetros abajo del pueblo de San Juan de Urabá, todavía se pueden ver piezas abandonadas de la maquinaria que usaron para ña explotación de estas maderas.
292
Padre de Doña Magola Azuero de Gamboa.
293
En Brunito, río Mulatos, dejaron un tractor abandonado que todavía se puede ver.
Hoy grandes empresas madereras, como Triplex Pizano, Maderas y Triplex S.A., Compañía Maderera de Urabá, Maderas del Darién Ltda., y otras, explotan maderas en el río Atrato294. En 1965 Explaco cortaba madera en San Pedro de Urabá , de un salto que dejó en 1915 la Casa Emery, se trataba de un sobrante de abarco, donde habían 190 árboles por hectárea con circunferencia de más de 1.5 metros. Pero la principal obra que se realizó en Urabá en los primeros años de este siglo fue la carretera al mar. Y también ha sido el gran fracaso de Antioquia. Hoy, después de cincuenta y seis años de haberse iniciado las obras, la carretera prácticamente no existe. Indudablemente es una tierra indómita. El Padre Pablo del Santísimo Sacramento, un carmelita que vivió en la región, nos cuenta
cómo era una tempestad entre Chigorodó y Dadeiba en 1933, o sea
solamente ayer: “Fue tal la tempestad que los árboles muchos eran arrancados de cuajo y sus raíces extendidas en gran extensión, eran alzadas con todo y tierra, formando muros de muchos metros de altura”295. La idea de la carretera cristalizó prácticamente en 1926. desde un principio se consideró que le principal obstáculo par ala carretera era el trayecto de Dadeiba a Quiparadó, que era o es un trayecto de dos mil metros de roca. De Quiparadó se pensaba llevar la carretera a Pavaradoncito, pero como el terreno era arcilloso buscaron el flanco de la cordillera. Aún hoy día el problema de esta vía es el trayecto comprendido entre Dadeiba y Mutatá, donde existe una loma que los camioneros llaman la Llorona. De Mutatá a Turbo en 1926 el camino era fangoso y bordeaba la margen de ríos y taguales. En esa época se era partidario de llevar la carretera por la vertiente de la serranía de Abibe. Cuando principiaron a desarrollar la obra se decía que los negros no sabían trabajar, por lo tanto no había mano de
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El Dr. Hernando Agudelo Villa tendría mucho que contar sobre estas exploraciones.
Citado por Severino, ob. cit., pág. 176, T. V. El Padre Pablo del Santísimo Sacramento vive hoy en Cúcuta.
obra y que ésta había que llevarla del Sinú. El creador, impulsor, de esta carretera fue un nombre providencial, que nunca fue político, ni ocupó puestos públicos, ni fue alcalde, ni ministro, ni diputado, ni congresista, pero era un genio para entusiasmar a la gente, para embarcarlos en grandes empresas de beneficio común.
CAPÍTULO XXIII GONZALO MEJIA, SU VIDA Y SU OBRA
Fue Gonzalo Mejía, un antioqueño que deberíamos conocer para imitar. Puso todo su entusiasmo en tantas empresa, que no es difícil hacer la lista: la carretera al mar, el invento del deslizador, la primera compañía de aviación en América, una de las primeras películas hechas en Colombia, la compañía de aviación UMCA, Cine Colombia, el primer matadero industrial con miras a la exportación de carnes, situado en Planeta Rica, Empresas Públicasde Medellín, el impulso a la autopista Medellín, el impulso a la autopista de Medellín – Bogotá y muchas otras empresas, solo o ayudándole a sus amigos de lucha, sin afán de figurar, con el único objetivo de desarrollar a Antioquia, invirtiendo en ello su tiempo y su capital sin escatimar esfuerzo, sin afanes políticos, buscando para cada proyecto a otros idealistas entusiastas, quiso Don Gonzalo abrirle caminos a su Departamento por tierra, por ríos y por aire, y traer a él los últimos inventos para que estuviera al día con el mundo. Urabá fue su tierra de promisión, la nueva frontera que le señaló a los antioqueños. Después de la conquista del sur, del viejo Caldas, había que mirar hacia el norte. El pueblo antioqueño para seguir siendo grande necesitaba de ámbito cada vez nuevo y sus dirigentes sabían dárselo. Don Gonzalo Mejía nació en Medellín el 31 de Mayo de 1884 en el hogar de Luis María Mejía Santamaría y Zoraida Trujillo, el menor de ocho hermanos. Fue educado con todos los cuidados en uno de los más prestantes colegios de la ciudad. Don Luis María se dedicaba con éxito al comercio de importación, principalmente desde Jamaica, y don Gonzalo, como hijo de rico, pasó sus primeros años en medio de lujos y mimos. No siempre iba a ser así. Más adelante en el curso de su vida habría de conocer privaciones y dificultades. En 1904 muere su padre y Don Gonzalo viaja a Europa a perfeccionar su educación. Tenía para entonces veinte años. Permanece algún tiempo en España. Viaja por Francia, tiene amores con
una condesita polaca llamada Imelda Prunzinscka, hace amistad con el gran poeta italiano Gabriel D’ Annunzio, funda una fábrica de velas de Escocia, y en fin, regresa a su tierra seis años después. Contrae entonces matrimonio con una bellísima joven, Alicia Arango. Se dedica al invento de los deslizadores, unas lanchas con hélices de avión para agilizar la navegación por el río Magdalena. Para que le ayude contrata al ingeniero francés Bleirot. Nace su hija primogénita, Yolanda. Crea por entonces la primera industria de confites. Viaja de nuevo a Europa, prueban el deslizador en las aguas del río Hudson, en New York, y durante la guerra ponen en uso cinco deslizadores en el Magdalena, que realizan algunos viajes a Barranquilla. Era la época de los barcos de río con sus enormes ruedas. Al término de la primera guerra mundial, 1914 – 1918, época a la que nos venimos refiriendo, sobran aviones y pilotos. Don Guillermo Echavarría Misas con un grupo de amigos, entre los cuales está don Gonzalo, fundan en 1919 la primera empresa comercial aérea de América, la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, segunda en el mundo, ya que la KLM se fundó un mes antes, mucho antes que la SCADTA. Don Gonzalo es el socio más entusiasta. Llegan los aviones, la sede es Cartagena. Firman el primer contrato de Correo Aéreo, que lo suscribe Don Gonzalo Mejía. Salen las primeras estampillas de correo aéreo que tiene como motivo especial, aviones, el entusiasmo es enorme. Después se funda SCADTA, en Barranquilla la que luego se transforma en Avianca. Pero tanto los aviones como los deslizadores van desapareciendo en accidentes y Don Gonzalo busca otros horizontes. En 1922, para estar a la par con los largometrajes de cine, Don Gonzalo financia y produce la primera película antioqueña, en la que hace de todo, hasta de actor principal: “Bajo el cielo Antioqueño” es un clásico del cine nacional; producido con la colaboración de los Camarógrafos Acevedo Hermanos, y fue distribuida por los Di Domenico. Nace su hija María
Victoria296 y le pone su nombre al primer teatro moderno de Medellín: el teatro María Victoria. Empieza el gran debate sobre la conquista de Urabá y la necesidad de la Carretera al Mar. Don Gonzalo se entrega por completo a la idea, en que lo secundan personalidades de primer orden como Fernando Gómez Martínez, J. Tobón Quintero, monseñor José Joaquín Arteaga, y otros muchos, a tiempo que se forman comités y se abren colectas en toda Antioquia. Se da el primer barretazo el 1de Junio de1926 a pocoS metros de la Escuela de Minas, en la carretera de Robledo, Don Gonzalo le dedica su vida, su dinero, sus afectos por muchísimos años. Se convierte en el señor Carretera al Mar, el símbolo a Urabá como el futuro de Antioquia, la gran empresa para el gran desarrollo. Urabá y la carretera al mar se convirtieron en la pasión de su vida. Había encontrado su destino en medio de la indiferencia y falta de cooperación de casi todos los gobiernos. En 1927 se dedica a crear Cine Colombia, unión de todas las distribuidoras de cine del país, lo que logra, recibiendo el encargo de ir comprándolas una por una. No fue socio fundador, pero recibió como pago una cantidad grande de acciones de la sociedad anónima. Nunca quiso figurar en las cosas. Quería abrirle caminos a Antioquia, traerle las grandes cosas de la civilización, y así en 1932 funda la compañía de aviación UMCA, “Urabá Medellín compañía Aérea” en asociación con la Pan American Airways. La idea era llevar a los pasajeros de Colombia desde Medellín hasta Turbo y de aquí hasta Panamá, donde hacían conexión con Panamerican al resto del mundo. Se hizo el aeropuerto de Medellín. Don Gonzalo y Don Guillermo Echavarría, montados a caballo buscaron el sitio, llegó el primer avión, el Marichú (de la Umca), nombre de la hermana de Don Gonzalo, “todavía recordamos la emoción inenarrable de todos nosotros cuando apareció como un pájaro negro nuestro primer avión”297. Medellín ya estaba conectada con el mundo, toda la ciudad le rindió un gran homenaje a Don Gonzalo, el señor Aviación, el señor Urabá. Los del 296
María Vistoria Mejía es de las más her mosas mujeres que ha producido Antioquia .
297
Cuenta Don Luis Mejía Arango, hijo de Don Gonzalo.
Club Unión le regalaron un automóvil nuevo. Don Gonzalo fue gerente de la Umca por quince años, y en 1943 el Presidente López Pumarejo le otorgó la Cruz de Boyacá por los servicios prestados a Colombia. En un cierto instante don Gonzalo fuel único colombiano en tener las tres grandes condecoraciones del país: la Cruz de Boyacá, la orden de San Carlos y la Orden de Nariño, en una época en que no se deban como ahora sino excepcionalmente. En 1946 fundó una empresa en Planeta Rica, un gran matadero con aeropuerto para distribuir carne en canal a todo el país, evitando así la enorme pérdida en el transporte por tierra, “Abastecedora de Carnes”, la primera industria de carnes del país, el primer frigorífico, carnes en avión, ese era Don Gonzalo anticipándose treinta años a su tiempo, abriendo caminos, enseñándoles a las gentes el camino del progreso. Los últimos años de su vida los dedicó a impulsar dos grandes ideas: la creación de las Empresas Públicas de Medellín y la ejecución de la autopista Medellín – Bogotá. Murió el 6 de Agosto de 1956, rodeado de la admiración y aprecio de todos los antioqueños. Hizo muchas cosas: el Tax Imperial; su negocio detona la vida, GOMECO (Gonzalo Mejía y Compañía); su querido Club Unión, del cual fue presidente muchas veces; Almacenes el Buen Tono; el Edificio Gonzalo Mejía; el Hotel Europa. Participó en impulsó cuanta cosa pudo, siempre con otros amigos, o solo. Quebró tres veces, señaló rumbos y caminos, sin pedir nada a nadie, erguido, como el antioqueño modelo, don Urabá Don carretera al Mar, a quien estamos en deuda de rendir un homenaje que sea ejemplo para nuestros hijos298. Indudablemente este hombre providencial, encontró con otro hombre igualmente grande, que se llamó Camilo C. Restrepo, que como gobernador de Antioquia, en 1929, le dio un gran impulso a la magna obra de Don Gonzalo Mejía, que ese año se hallaba suspendida.
298
Datos enviados al autor por Don Luis Mejía Arango, hijo de Don Gonzalo Mejía.
Leamos a su biógrafo: “Uno de los hombres antioqueños que más han hecho por Urabá y Antioquia es el doctor Camilo C. Restrepo. Cuando él se hizo cargo de la Gobernación encontró una de las situaciones económicas más difíciles que haya atravesado nuestro departamento lo cual sucedió durante la crisis que empezó en el año 1929 cuando las rentas departamentales se fueron al suelo y el pésimo estado de las finanzas no sólo en Antioquia sino de toda la nación amenazaban la estabilidad del país. Debido a esta gravísima crisis el Dr. Restrepo encontró entre otros problemas el que la Carretera al Mar, nuestra obra redentora, había sido suspendida. Sin vacilar, inmediatamente resolvió no dejar fracasar la obra y así fue que se dio al empeño de movilizar todas las fuerzas vivas de nuestro Departamento y a reclamar de la Nación las sumas atrasadas de la escasa subvención nacional decretada por ley para esta empresa”. “Para prueba basta leer la lista de los telegramas que dirigió no sólo el Presidente de la Nación sino a distinguidas personalidades de la política, de la economía y de la representación antioqueña en el Congreso. Además logró que personas destacadas de nuestro departamento y de otras regiones del País coadyuvaran a su empeño de conseguir de las Cámaras Legislativas el aumento de la subvención, de once mil a veinte mil pesos por kilómetro construido, y no sólo eso sino que obtuvo además del Congreso la autorización para contratar la construcción de un puerto marítimo en territorio antioqueño, más concretamente en Necoclí”299. Don Camilo C. Restrepo no sólo desde la gobernación de Antioquia, sino como primer Designado y desde su posición privada fue un defensor desvelado de la Carretera al Mar. En su carácter de gobernador, dirigió sus esfuerzos hacia la configuración de un Decreto reglamentado la asignación de tierras a los innumerables colonos que habrían de acudir siguiendo el avance de los trabajos y aún adelantándose a ellos; en tal virtud expidió el Decreto No. 33, el 26 de octubre de 1926. Gracias a ese decreto, dice Don Guillermo Echavarría, se 299
Guillermo Echavarría Mi., Camilo C. Rstrepo, Servigráficas, Medellín, 1979, págs. 56 y 57.
debe la gran cantidad de “gente y empresas agrícolas grandes y pequeñas que ocupan gran parte del territorio donde se encuentran ciudades tan populosas y prósperas como Chigorodó, Apartadó, Turbo, Necoclí y Arboletes. En la región el viajero puede contemplar plantaciones grandes y chicas de banano, plátano, cacao, malanga, maíz, arroz, etc., y además importantes haciendas ganaderas”300. Pero, y aquí viene el pero… Antioquia, no ha podido terminar la carretera al mar. Ha sido, este el gran fracaso de Antioquia la grande. Ya Cali tiene su buena carretera, lo mismo que Buga, que va al mar, al Pacífico, al puerto de Buenaventura. Los antioqueños siguen luchando con una vía al mar que no es carretera ni es nada. Cualquier llovizna, cualquier invierno la inhabilita para el tránsito. El trayecto de Dabeiba a Mutatá es mortal. Indudablemente esa carretera debe llevar otra ruta. Doctores tiene la ingeniería no solo de Colombia sino de otras partes del mundo, que deben saber por donde debe ir. La actual angosta, de una sola vía, que causa grandes problemas cuando vehículos grandes se encuentran en sentido opuesto. Por esta razón buses y camiones prefieren viajar de noche. Por las luces saben cuando viene un vehículo en vía contraria y con tiempo se apartan para facilitar el paso del otro. De día no alcanzan a verse oportunamente y suelen pasar las de “San Quintín” cuando más o menos se encuentran de improvisto. Parece, que en un principio la carretera pensaban llevarla de Tarazá a Tierra Alta, y de este lugar, por mejorse tierras a Turbo.
300
Echavarría Misas, ob. cit., pág. 72
CAPÍTULO XXIV ORIGENES DE ALGUNOS PUEBLOS EN ESTE SIGLO PADRE ALCIDES FERNÁNEZ, SU VIDA Y SU OBRA
En Urabá hay innumerables pueblos que se han ido formando a la vera del progreso. Muchos aparecieron en este siglo, entre ellos Ungía. Estáen el Urabá chocoano. Era un pueblo de indios cunas y los negros poco a poco se fueron adueñando de él. Cuanta Monseñor José Joaquín Artega que los indios les enseñaron las escrituras y él redactó telegramas y cartas a las autoridades sobre algunos puntos relativos a esta cuestión. Difícil va a ser contentar a esos pobres indios, opinaba Monseñor Arteaga, porque pretenden lo imposible, que es la posesión del pueblo de Ungía, desmembrado oficialmente de su territorio. Este pueblo, Ungía perteneció no a muchos años (Monseñor Arteaga escribía en Mayo de 1922) a los indios; lo deshizo la epidemia de viruela y cada familia se fue por su lado. Entre tanto fueron tomando posesión de sus solares algunos negros caucheros,, hasta que creciendo el número, edificaron sus casas, que llegan a treinta, consiguiendo les diesen inspector de policía, con lo que quedaban organizados en pueblo, y a lo último les han señalado, aunque por ahora con carácter provisional, un territorio suficientemente amplio para dedicarse con provecho a la agricultura. Sin embargo, observamos que viven en extrema pobreza, no teniendo en el pueblo sino lo indispensable para la vida, mientras los indios viven en medio de la abundancia. Esto es achaque general en estos pueblos de negros, trabajan bastante menos de los que necesitan para vivir301. el P. Severino anotaba que en 1922 la entrada a Ungía era horrorosa como siempre. “Media legua metiéndonos en el barco hasta las rodillas”302. Mguchos de los trabajadores del ingenio Sautatá, fundado por la familia de don Miguel Abuchar, quienes ya a principios de este siglo vivían allí, 301
Severino, ob. cit., pág. 188, T. V.
302
Severino, ob. cit., pág. 188, T. V.
se establecieron en Ungía. Entre estos habitantes se destacaba Don Antonio Mugiente, portorriqueño, antiguo empleado de la empresa azucarera. Puerto Obaldía, en la frontera con Panamá, fue fundado en 1910 aprovechando una represión que hizo el gobierno panameño contra indios que atacaron a otros indios, los tupiles, y donde fue agredido el misionero jesuita Leonardo Gassó, en la isla de Narganá. Este P. Gassó fue un misionero importante a principios de este siglo en el Darién panameño. En 1925 nació la idea de la República de Tule. Mr. Richard O. Marsh, quien había trabajado en la legación norteamericana en la ciudad de Panamá, quien afirmaba que vio en unas de sus expediciones cuatrocientos indios albinos, tal vez descendiente de la colonia escocesa que existió cerca de Acla y que construyó el fuerte Saint Andrews. Pues bien, este Mr. Marsh en 1925 incitó a los indios contra las autoridades y población panameñas, produciéndose una gran matanza. Marsh propiciaba que esa región se independizara de Panamá y se creara la República de Tule. Los pueblos de Urabá, como Arboletes, San Juan de Urabá y otros se formaron cuando los descendientes de esclavos traídos de África se extendieron por Urabá después de la independencia. Estos asentamientos urbanos surgieron sin otros lazos que los uniera a Antioquia que el de las oficinas públicas. El primer párroco que tuvo San Juan de Urabá fue el P. Carmelita Rafael María de San Juan de la Cruz (su apellido era Ospina, natural de Aranzazu, Caldas). A él siguieron en la parroquia los padres carmelitas Ascencio Zubizarreta, Leocadio Aspirozx, y Alberto Irazokixx. El P. Rafael levantó iglesia de planta de cemento, paredes de madera y techo de zinc, surtiéndolas de buenas imágenes. Dependían del padre de San Juan los
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Murió en Bogotá el 28 de Marzo de 1974, a la edad de 67 años. Murió en Panamá el 8 de Abril de 1973, a la edad de 66 años
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pueblos y caseríos de la costa, Arboletes, Uvero, Damaquiel, Zapata, Mulatos y luego los pueblos del mismo río San Juan. Estos datos son muy importantes porque la gente del San Juan, que viven tan diseminadas, no saben cómo localizar una partida de bautismo. A orillas del San Juan fundó al P. Rafael a El Carmelo, no se sabe con exactitud el año, tuvo que ser en la década de los 20, o de 1924 a 1939, cuando fue párroco en San Juan de Urabá. El Carmelo debe entonces su nombre a que fue fundado por un padre carmelita. Llegó a tener relativa importancia en la región y gozó de alguna prosperidad. Con la fundación de San Pedro de Urabá, más o menos en 1956, por el sinuano Pedro Cuadrado, se vino a menos. Tuvo aeropuerto donde tocaban diariamente las naves o avionetas de Aerotaxi, de tan grata memoria en todo el país. Murió el P. Rafael el 10 de Abril de 1939 cuando se dirigía en una mula de Necoclí a su sede, y una rama de roble le cayó encima, causándoles la muerte a él y a su cabalgadura. Un vecino del pueblo de Mulatos lo encontró muerto al día siguiente. El pueblo entero se vino con la intención de conducirlos a San Juan, pero en Zapata lo enterraron, físicamente lo inhumaron en Turbo. En el sitio donde cayó levantó la misión carmelita una artística plataforma de cemento y sobre ella, una cruz de hierro en cuyo centro aparece una placa de bronce con el nombre de lamentable religioso y la fecha del luctuoso acontecimiento. El Carmelo, hoy prácticamente desaparecido, tenía calles rectas, escuela, corregidor. Está poblada por gentes del Sinú. De manera que esos pueblitos de la costa antioqueña y chocoana, en que prevalece la población negra, tuvieron su origen con la llegada de gentes de color tras la emancipación de los esclavos, en 1852, y sobre todo con el auge del caucho y la tagua, que atrajeron grandes cuadrillas de negros a la explotación de estos recursos, al igual que de la raicilla ipecacuana, que abundaba en la región. Surgieron estos poblados de manera espontánea, sin que nadie, de
modo especial, escogiera el sitio ni se llevara a cabo ceremonia alguna de fundación. Así fueron creciendo. En un principio como campamentos donde los negros caucheros y zagueros de San Juan, Uvero, Damaquiel, Zapata y Mulatos venían a dormir. Después vieron que el terreno era apto para la agricultura y el pastoreo y fundaron fincas, sobre todo de cocos, y se quedaron a vivir en la región. Porque el negro de la costa atlántica es agricultor y ganadero y la familia Angulo, por ejemplo en San Juan de Urabá, fundó una gran hacienda de cocoteros que la inició Don Epifanio Angulo coadyuvado por su esposa Modesta Arévalo, que en la región fue más conocida después de muerto su esposo como la viuda de Angulo, una especie de matrona que llegó a ejercer una gran influencia en la región. Y llegamos así hasta que bien entrado este siglo, ya casi sobre los 60, nos encontramos con un moderno Julián de Carrizolio y Alfaraz, un Antonio de La Torre y Miranda, que sin más ayuda que su fuerte y decidida voluntad, su entusiasmo contagioso y su desprendimiento personal en el Urabá chocoano, en la zona donde existió Santamaría la Antigua del DArién, fundó u organizó una serie de pueblitos bellísimos que dotó de iglesia, aeropuertos, puestos de salud, colegios, colonias agrícolas, centros culturales y de deportes, parques y en fin, una serie de obras que hacen allí en esos pueblitos la vida agradable y llevadera dentro de las limitaciones humanas, climáticas, etc. Me refiero al Padre Alcides Fernández Gómez. El P. Alcides, como cariñosamente lo llaman todos sus feligreses y amigos de la región que eran todos. Del P. Alcides, bien vale la pena que hagamos una síntesis biográfica. Nació en Vi llapinzón, Cun din amarca, el 30 d e Dici embre d e 1917. Ti en e, pues , en l a actualidad 65 años de vi da. Profes ó en la co muni dad Cl areti na el 15 de Agos to de 1936, y fue ordenado sacerdo te el 4 de Di ciembre de 1944. En 19 52 obtuv o grado de piloto. Des de es a fecha mant uvo un pequeño avi ón u nido a su vi da d e misi on ero. En es a acti vi dad p asó vei nti cuatro años q ue l e con sa gró en vi da y co razón al Urabá Cho coano. Constru yó cami nos , ab ri ó fincas, a yudó a
curar los enfermo s, a leer los que no saben, a consolar el t riste y al afl i gido, a yu dándo los n o sol o con los benefi cio s de l a reli gión, si no con recursos mat eri al es . Y, en fi n, incorporando a la econo mí a naci onal una vast a regi ón que est ab a perdi da desde qu e l a abando naron los esp añol es . Fue tal l a o bra del Padre Al ci des, que l ogró vi ncul ar a ella a t odos los organi s mos o fi ci ales, entre ellos el Ica, y ho y en tod o el Urabá ch ocoano no ex ist e la fiebre aft osa, tan ruin os a para l a ganaderí a n acion al . Es l a úni ca zona del país que est á libre de est e flagel o. Po r est a razón es pel i grosa la carret era panamerican a que pas aría por est as ti erras , y con ella en los cami ones y en l a ropa de l os t uri st as – el temib le vi rus d e l a espizooti a, que darí a al t rast e con l a economía de l a región. Su mán dol e a est os perj ui cios
el daño ecológi co qu e la t al carret era ll evarí a a
la zo na, como por ej empl o, cont aminand o l as aguas, y sob re todo qu e d etrás de la carret era irí a el col ono destructo r de bosq ues, fauna y fl ora. Lo q ue result aría casi i mpo sibl e de evit ar. Por ello creemo s qu e mejor q ue est a carretera s ería u n ferr y qu e co muni cara a Turbo con la costa p an ameña, y arregl ar, ampli ar y pavi ment ar l a actu al carret era Turbo – Medellí n, d ot and o a Turbo
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ali ment ación. Don Hernán Echavarría Olózaga en El Tiempo escribió un artículo sobre la destrucción ecológica de esta costa y cómo su situación se ha ido deteriorando año tras año hasta llegar al estado lamentable en que hoy se encuentra. Su artículo, por haberme parecido interesante, lo inserto en los anexos. Esta situación que narra el señor Echavarría continuaría empeorando si el gobierno colombiano insiste con su idea de la llamada Carretera Panamericana. Al lado de esta vía iría el colono con el hacha destructora, abriendo fincas, que no son fincas ni son nada. Con la actual tierra laborable que existe o hay en el país sería más que suficiente para alimentar a la
actual población colombiana y aún quedarían excedentes para exportar. No se requiere sino revisar la política sobre tenencia de la tierra, capacitar al actual campesino, dotarlo de maquinaria, etc., para que explotara su parcela en forma más técnica y no con los métodos tradicionales con que los ha venido haciendo. Todo acompañado de una sana política demográfica tendiente a limitar los nacimientos en esas regiones, donde la explosión demográfica es aterradora, con familias que alcanzan a más de quince hijos, ya que la política oficial en este aspecto no ha llegado a Urabá. Pero volvamos al Padre Alcides Fernández. El organizó a Ungía, que ya vimos como se formó , y prácticamente fundó a Santa María La Nueva, Gilgal y Balboa. Unguía, nos cuenta el Padre Alcides, en su origen fue un caserío de indios cunas, los cuales abandonaron el sitio a la llegada de los primeros “libres” y se internaron más adentro, buscando las cabeceras del río Arquía. Toda o casi todas las fincas son de propiedad de gente oriunda del Sinú, porque el chocoano no le gusta la agricultura ni la ganadería. Aunque también se encuentran propietarios oriundos de Antioquia y Caldas. La pista de aterrizaje fue obra del Padre Alcides y desde ese momento Ungía quedó en las rutas de Aerotaxi y se incorporó al progreso del país. Desde 1950 los sinuanos habían principiado a explorar las tierras a orillas del Cuti. “Recuerdo muy bien que por los años de 1955, cuando volaba de Acandí a Ungía, apenas dejaba las cabeceras del río Tolo, no se volvía a ver una abertura en la montaña, que delatara la presencia del hombre en aquellas inmensidades. Alguna vez divisé desde la cabina un pequeño claro tan insignificante, que pasaba inadvertido. En el claro un rancho de palma en medio de una soledad impresionante. Al principio lo tomé
por viviendas de indios, pero luego la
avioneta descendió, en vuelo rasante sobre las copas de los árboles, pude ver que se trataba de un campamento de aserradores, en el sitio donde hoy estaba ubicada Santa María La Nueva”303.
303
Alcides Fernández Gómez, Alas sobre la selva, Misterium, 1976, Medellín, págs. 83 y 84.
A principios de 1959 por insinuación del Padre Alcides Fernández su grupo de cordobeses en número aproximado de treinta hombres y mujeres, fundaron a Santa María La Nueva, el 6 de Enero del año en mención. Trazaron la plaza, levantaron ranchos, tomaron posesión de la tierra y dieron por fundado un pueblo. Algunos opinaban que debía llamarse Nueva Córdoba, y otros que, por estar a solo seis kilómetros de Santa María la Antigua del Dairén, debía llamarse Santa María la Nueva, y en razón de este motivo histórico tan poderoso, el Consejo Municipal de Acandí ratificó el corregimiento con éste último nombre. Detrás de los primitivos fundadores siguieron llegando nuevas familias procedentes del Sinú. “Como casi siempre ocurre, los nuevos colonos, traían consigo el paisaje de su tierra, el estilo de sus viviendas, su atavismo y sus costumbres. De aquí nació un pueblo peculiar, como si la aldea fuera un trasplante de cualquiera de los rancheríos típicos de la costa atlántica o de los pueblos Chilapos del Sinú. Viviendas de hoja de palma y vara en tierra, con piso de tierra. Calles estrechas de a lo sumo diez metros. Cercos de solares hechos de estillas. Pozos individuales a cambio de agua corriente y viva. La imprescindible sala con piso de tierra para el baile. Y no han de faltar una cantina donde se bebe ron por litros, agarrando el recipiente por el cuello y bebiéndolo a pico de botella”304. Así nació Santa María La Nueva, poblada por sinuanos que según Parsons son unos antioqueños de tierra caliente. Hoy Santa María tiene iglesias, colegios, puestos de salud, etc., todo debido a la iniciativa del P. Alcides, a pesar de la incuria del gobierno del Chocó. Este Urabá Chocoano, por su distancia con Quibdo, por su falta de vías con la capital del departamento, por la distancia tan grande que la separa del centro del departamento, por la gente tan distinta que lo puebla, no debiera pertenecer al Chocó. A esta zona debía buscársele alguna salida jurídica y anexarla a Antioquia o darle cierta autonomía regional, aprovechando cualquier reforma constitucional que modifique el régimen de los departamentos. 304
Fernández, ob. cit., pág. 85.
En esta fundación de Santa María tuvo participación destacada Pedro coronado Arrieta, sinuano, que reclamaba para sí los honores de fundador. Pero lo cierto es que el organizador del pueblito fue el P. Alcides Fernández. Otro pueblo fundado por el Padre Alcides Fernández fue Balboa, el 20 de Abril de 1963, con casa de acción comunal, iglesia, colegio, plaza, calles, puestos de salud, etc. Con su bandera, porque hasta bandera le dieron al pueblo, de colores amarillo y verde, con una cruz roja que entrelazaba un hacha y un machete, como símbolo de los colonizadores. El Padre Alcides cuenta: “Un día de nieblas y de llovizna decidimos de común acuerdo izar por primera vez la bandera. Debía hacerlo el padre de la criatura, Victor Cuadrado. El pabellón verde y gualda ondeó por primera vez el 23 de Mayo de 1963, mientras dos escopetas primitivas disparaban salvas, y sus habitantes saludaban la bandera”305. Toda esta gente que colonizó, abrió fincas y se estableció en Balboa, era sinuano. Allí estaba Victor Cuadrado , sinuano puro. Recorriendo esas fincas, parece que uno estuviera en las primeras haciendas que fundaron en el Sinú: la misma cocina, las mismas costumbres, los mismos bailes, la misma música y el mismo amor al trabajo que caracteriza al campesino sinuano. La pereza que suele atribuírsele no es más que una vil calumnia de oposición, como dicen los políticos. Un autor e intelectual norteamericano, el señor James J. Parsons, que es un observador imparcial, en todas sus obras, y a quien y a quien ya antes hemos citado, habla de la gran capacidad de trabajo de este campesino, diciendo que es incansable, y como hachero, machetero y vaquero no tiene igual. En su ignorancia, en su pobreza y con sus enfermedades tropicales es un as para manejar ganado, para llevarlo a los corrales, para viajarlo, para cuidarlo
305
Fernández, ob. cit., pág. 119.
y levantarlo. Desgraciadamente tiene el vicio del trago: en la primera cantina deja todo lo que se ha ganado con tanto sudor. Otro pueblito que nación en esta zona fue Gilgal, palabra esta de origen gaélicox. Recordemos que el hablar de la colonia escocesa en el Darién dijimos que algunos escoceses se quedaron a vivir con los indios, internándose en las montañas. Se asegura que fueron los escoceses los que dieron a este sitio el nombre de Gilgal, y así esas montañas continuaron llamándose del mismo modo. Y cuando un grupo de evangélicos sinuanos llegaron a esta zona y determinaron fundar un pueblo, con gran sentido de la historia resolvieron dejar o rebautizar el lugar con el nombre de Gilgal, como se conocía la región desde el año de 170. Fue Casimiro Mercado, otro sinuano, quien tuvo la idea de emigrar y de fundar este nuevo pueblo conservando el nombre histórico, porque los sinuanos a través de toda la historia han sido respetuosos con los nombres autóctonos o de trayectoria en el tiempo. No así los sacerdotes del interior, que apenas llegan a la costa lo primero que hacen es quitarles los nombres a los pueblos, a los ríos, a las regiones, so pretexto de que son feos y rebautizarlos con otros nombres, olvidándose de que hay leyes vigentes que los prohíben. Pero las autoridades costeñas de estos pueblos ignoran este hecho y se plegan en este sentido a la voluntad de los curas. A principios de Enero de 1964 habían ya derribado parte de la montaña, y para finales de Marzo del mismo año el pueblito ya existía y se hacían las primera siembras. El 5 de Mayo de 1966 del P. Alcides les trazó la primera pista y hoy el aeropuerto de Gilgal es el mejor de toda la región. A pesar de ser casi todos evangélicos, el P. Alcides les ayudó con el colegio, levantó una iglesia católica, campos de deportes, etc., y hoy Gilgal es un pueblo bello, habitado x El Padre Alcides Fernández no es de este parecer. Los evangelios sinuanos que la fundaron quisieran recordar el lugar donde el pueblo israelita levantó su primer campamento en la tierra Prometida, según la Biblia; Josué 9:6. Agrega el Padre Alcides “Además en Gilgal, Gálgala, Elías dejó la capa a Eliseo cuando fue arrebatado en un carro de fuego. Gilgal en hebreo es piedra. Y en este siglo el río es abundante y riquísimo en piedras”. (ob. Cit. Pag. 2359. Le contó, además el autor, que la palabra correcta es Guilgal
por gentes oriundas del Sinú. Sus calles son anchas y rectas, con una gran plaza, excelente comercio y gente de bien son sus pobladores. No tiene vínculo alguno con el departamento del Chocó. Sus habitantes sinuanos son agricultores y ganaderos, y como dijimos, sus fincas son ejemplares. Ni siquiera existe la fiebre aftosa. Cuando Aerotaxi existía enlazaba estos pueblos entre sí con varios vuelos diarios con sus avionetas Beaver. Para dar una idea de las distancias entre unos y otros voy a dar el tiempo de vuelo entre ellos partiendo de Turbo: Turbo – Ungía, 20 minutos Ungía – Santa María, 10 minutos Santa María – Gilgal, 10 minutos Gilgal – Balboa, 10 minutos Balboa – Ancadí, 15 minutos306 “Gilgal, por lo hermoso de su localidad, por la facilidad para construir una represa en la cabeceras del Cuti, con vista a una hidroeléctrica y un acueducto por gravedad, por la bondad de sus tierras de aluvión, que no se cansan de botar arroz y maíz, cosecha tras cosecha y año tras año, sin dar muestras de cansancio, por se un punto equidistante entre Zapsurro las tierras de Cacarica, sería el lugar a propósito para fundar una de las villitas con que soñamos para los campesinos307. La obra d el P. Alcid es fue mu y i mportante. Tenía él su sede en Ungí a, y como era pilot o s e con si guió una pequeña avionet a en qu e viaj aba o recorrí a todos los días estos pueblos y los uní a con Turb o. Les d ecí a mis a, les ll evaba mercad os, s acaba y t raí a a los enfermos del hos pit al de Tu rbo, y si la cos a era
306
Tomado de un viejo man ual de vue lo de la E mpr esa Aerota xi, que era filia l de Avianca, de fecha 13 de octubre de 1973. La ve loc idad de crucero de un Beaver, que eran los aviones utilizados por Aerota xi, es de 120 millas por hora, según el capitán ale mán Gerhard Thyben, que es ade más héroe de la guerra de 1939.
307
Fernández, ob. cit., págs. 238 y 239.
de gravedad los ll evaba a Mont erí a o Medellí n. Movi lizab a a lo s maest ros , llevaba a l as gen tes semil las y cart as , ayudaba a const ru ir colegios , cas as de salu d,
trazaba
y
const ruí a
caminos,
campesinas para qu e trab aj aran
organi zab a
a
lo s
vecinos
en
li gas
en comu nid ad , todo s para uno y uno p ara
todos , y sobre t odo les in culcaba que no se d ej aran en gañar d e los políti cos que con frecuencia visit aban l a re gi ón pidi end o vot os, a camb io de promesas que nunca se cumplí an. Est o ll ev o al Padre a t ener p robl emas con el gobi erno del C ho có, qu e l e acusó d e comunis ta y l e pidió d es arroll ar su l abo r librement e. Fue tal l a hostili dad qu e l as aut ori dades d el Ch ocó ej erci eron so bre el P. Al ci des, qu e p rácticament e se vi o o bli gado abandon ar su l abor. Cuando el P. Alcides llegó a estas tierras estaban totalmente incultas. Don Pedro López Michelsen, atraído por la aventura del caucho las recorrió en 1943, y encontró que Acandí casi llegaba a ser una gran ciudad. Hasta existió un ferrocarril que en 1943 ya estaba arrumado y oxidado. Unos caucheros trataban de hacer fortuna, y en Titumate lo único que vio fue la iglesia, ya ni casi casas habían para esa época. Viajó de Titumate a Tanela y Ungía por la trocha, y no existían Balboa, Gilgal ni Santa María la Nueva. Para esa época era el terror de las autoridades un contrabandista español a quien llamaban el Cojo Gómez, que se bajaba por el río Cacarica, que está lleno de historias y leyendas de grandes y pequeños contrabandistas. El P. Alcides cuenta que el Cojo Gómez defendía sus mercaderías como un pirata, con la lluvia de balas de su ametralladora. Su verdadero nombre era Luis Gómez Lekube, español y vasco, murió en manos de tres morenos a quienes compraron para que lo asesinaran en la población de Juradó. Fue el terror de las autoridades en esta zona del Darién308. Hoy esa faja de tierra que va de mar a mar y es el Urabá Chocoano, está poblado de bellas haciendas dedicadas casi todas ala ganadería, ocupadas por una raza de ganado cebú libre de aftosa. La llevada de ganado del 308
Pedro López Michelsen que conoció y trató al cojo Gómez podría escribir un ameno relato sobre este célebre personaje.
Urabá Antioqueño al Urabá Chocoano está prohibida, no así el tráfico de ganados del Urabá Chocoano al Antioqueño, lo anterior para evitar la propagación de la fiebre aftosa. Barrera que desaparecería al darse el servicio de la carretera panamericana. Por estas razones y por otras que ya explicamos no somos partidarios de la construcción de esta carretera. La selva húmeda tropical que se señorea en esa zona es necesario que se deje porque se ha demostrado que es indispensable para la conservación de la vida humana sobre el planeta. Hace las veces de filtro, purificando el aire que respiramos. Un grupo humano muy valioso vivía en Urabá en los años de 1940. entre ellos sobresalía la figura Patricia de Don Rafael Bolívar, cuyo recuerdo ilumina todavía esas soledades. Don Eduardo Espitia, émulo y competidor de Rafael Bolívar, que desde Necoclí desarrolló y creó una fortuna de consideración. Desde su casa de Necoclí escribió el recordado escritor colombiano Lucas Caballero Calderón, Klim, una serie de crónicas publicadas en el tiempo, de Bogotá, que todavía se recuerdan por lo salerosas. Klim hace muchos años se pasó una temporada en Necoclí invitado por Don Eduardo Espitia. Los Hermanos Pedro Tobías Yabury Nazir T. Yabur, que establecieron en el cerro del Aguila una bella fundación. Don Buenaventura Lemos, Don Ernesto Gamboa, patriarcas y grandes señores que con sus virtudes ennoblecieron la región. Ho y s e en cu en tran en Urabá nu meroso s co merci ant es , agr icult ores y gan ad eros, p ero es tán allí d e pas o. Ll egaron a hacer fortu na, sea co mo sea, y una v ez lo grado s u pro pósit o emi gran a regi on es de cl i ma más b eni gno. Es dep lorable que ello ocu rra, p orqu e así no se crea el es píritu de un a regi ón. Po r est a razón l as sabanas de Bolív ar y el Sinú s on lo que s on. Su s pri meros hab itant es llegaro n a quedarse y fun daron un congl omerado humano que ho y allí permanece y es t abl ecieron una seri e de apellid os qu e con solo nombrarlos en cual qui er part e del país s e sabe si esas personas so n del C armen de Bolívar,
de Ovejas, d e Corozal, de Sin celej o, de Sahú n, d e Ciéna ga d e Oro, de C eret é o de Mont erí a. En Urabá, nó. La gent e es tá de paso. Y ho y l a si tuaci ón est á p eo r que ant es , po rqu e lo s trafi cant es de la coca y la marihuan a l a han escogido de bas e d e est e comerci o, con sus in deseabl es consecuenci as. Toda l a zona ent re Arbol et es y Turbo está in vadid a de mafi osos, cu yos atu en do s los del ata a l a vi st a. Ho y Urabá es tá i nvadi do por culti vos de banano, arroz, pl átan o. Ti ene indus tri as fabri cant es de caj as d e cart ón, embot ell adoras de gas eosas, tal leres de mecánica y otras men ores. Pero ni ngun a de esas emp res as, y es bueno deci rlo de un a v ez ha llevado l a prosp eri dad a Urabá. P arson s dice qu e Urabá es una cat ást rofe social y est a sit uació n s e le achaca al banano que h a l levado a la regi ón un a in mi gración ex cepcional mente alt a y l as pobl aci ones ex ist ent es no est án capacit adas p ara albergar a es tas co rri ent es mi gratori as , lo qu e ha ocasio nado l a p roliferación de l os tuguri os. Sit uaci ón que se ha agrav ad o con la inst al ación de l as nuevas ind ust rias que hemo s señal ado en l a zon a de Apart ad ó. Parsons anot a que l as call es de Tu rbo y Apartad ó son fan go sas, cub iert as d e l ama verd e, l as casas i mpro visadas, h ay basuras re gadas po r todas part es,
l os
servi ci os
públi cos
i nex is tent es
y
los
ant io queños
que
son
des cent ralist as o s ean federali st as l o que no qui eren que Bo got á ha ga con ellos, ell os lo hacen con Urab á. “La ma yorí a de los fun ci onarios s on de afu era, no mbrados d esd e Med ellín, d onde s e t oman casi todas l as decis ion es que afect an l a regi ón” 309.
309
Parsons, ob. cit., pág. 138
CAPÍTUL O XXV LA UNITE D FRUIT EN URAB Á
Tradi cional ment e Urab á ha sido l a t ierra del b an ano. R eco rdemos qu e el cronis ta de Indi as Gonzal o Fernández de Ovi edo no hi zo sino elo giar al banano de Urab á. Decí a qu e era pl ant a d e excel ente s abor, sana y de gentil di gest ión . Fu e traída po r Fray Tomás de B erl an ga de la Español a. Aquí ll ego de l a Gran Canaria, de donde era
oriunda. Así q ue durant e todo el peri odo col oni al el
ban an o se conoció en Urab á. Pero no fu e sino h ast a p ri ncipios de ese s i glo cuand o u na co mp añí a bananera al emana s e est abl eció en Pu ert o César, en 1909. se trat aba del Conso rci o Albin gi a de Hambur go, al que se l e adjud icaron 5.000 hect áreas de tierras baldí as qu e acondi cionaro n para el cu ltivo d el banano, incl u yend o la cons t rucción de un gran muell e de con creto armado, de 2 00 met ros, que s egún di cen t odaví a s e puede apreciar en Pu ert o C és ar. Pu erto C és ar fue el sitio que l a co mpañía esco gió para est abl ecer s us ofi cinas , y l as vivi endas de lo s ejecu tivos est ab a sit uado al sur de Turbo, en tierras ho y de Cold esa. Aquí en Puert o Cés ar fu e don de s e est abl eci eron años más tard e los Padres Carmelit as, aprovech ando l as vi ej as in stal aci ones d e l a compañía bananera. Po steriorment e constru yeron sus propi as habit aci on es en Pu nta de l as Vacas, donde ho y fun ciona el aeropuerto de Turbo. De aquí de Puerto Cés ar s e const ru yó un ferro carril de rieles an go stos haci a adent ro, bus cando l o que es ho y l a carret era que va a Medellí n, y que pas a por ti erras d e C oldesa. Fue la ferrov ía de un a l ongi tud de 20 kiló met ros.
Pu erto Cesar en es a época era i mponente. Const aba de unos sesenta edi fi cios ,
con
talleres,
maqui nari as,
i nstalacion es
de
agua
potabl e,
luz,
camino s, hospit ales, escu el as, et c. Pero en 1914 est all ó la p ri mera
gu erra mun di al y Alemania s e vio
env uelta en el confli cto co mo part e princi pal . Es ta situ ación ll evó a la compañía al eman a a reti rarse de T urbo, habiendo apenas alcanzado a cultivar unas 1 .70 0 h ect áreas de l as cinco mil que le habí an sido adju dicad as. Al ret i rars e el C onsorcio Albin gia a consecu en ci a como ya s e dijo d e l a pri mera gu erra mun dial es ori ginó plei to ent re l a compañía y sus acreedores, qui enes d es man tel aron edi ficios y cargaron con b uena p art e de l a maq uin aria para cub ri rs e sus acreenci as. Entre es to s acreed ores fi gu rab an los herman os Tobi as y Nazi r T. Yabur, qui en es s e qued aron con l as ti erras y l as cas as de Pu erto C és ar, al arregl arse el pl eito en 1924 co n el Conso rcio Al bingi a. Don Nazi r T. Yabur, cu ando l a compañí a b an an era abandonó el lugar en 1914, quedó co mo d ep osit ari o de l as cas as de Pu erto C ésar, a l a orill a del mar. Po sterio rment e los hermanos Yabu r vend ieron las ti erras a Mora Herman os de Medellí n y esto s al venirs e a menos eco nómi camente l as vendieron a Codels a, que l as des tinó a l a s iembre de la p al ma afri cana. Al
derrumbarse
la
co mpañí a
al emana
surgi ó
Acandí
como
cent ro
ban an ero. Hacia los años d e 1930 se estableci ó la Co mpañía B ananera del Chocó que incl uso llegó a t ener u n ferrocarri l d e cuat ro ki ló met ros, q ue transportaba el b an ano hasta el puerto . En 1943 est e ferrocarril ya habí a des ap areci do. En 1 930 parece que ll egó a export ar 10.000 raci mo s con desti no a Col ón, y en 19 54 l os desp achos p ara el mi s mo si ti o as cendieron a t reint a y
cinco mil 310. Nunca fue un a empresa t écni cament e manej ad a. Una comisión de la Cámara de R epresent ant es que l a ins peccionó en 1935, la encontró mu y mal llevada. Al inici arse de n uevo en serio l a siembra d el b an an o en Urabá en 1960 se acabó l a co mpañía bananera d el C hocó y dejó Acandí de ser pu ert o ban an ero. Est a compañ ía no sólo sembró en los al rededo res de Acandí , sino tambi én en el río Atrato, de don de baj aban l os raci mos en planchones para ven derl os a l os buqu es qu e est aban fondeados en el gol fo. En 196 0 aparece en Urab á l a United Fruit Co mp an y, el pu lpo b an an ero que se hizo cél ebre po r quit ar y poner gobi erno s a su ant ojo en C ent ro Améri ca. Habí a sid o fundada p or Lorenzo Dow B aker, Minor C. Kei th y And rew W. Pat erso n, en Bos ton , el 30 d e marzo d e 1899 . Ll egó a pos eer su pro pia fl ot a d e t rans port e marít i mo que se cono ció con el n ombre de la Gran Fl o ta Bl anca. El col or res ult aba prácti co: refl ejab a la luz d el sol y mantenía más fresca l a car ga, y así durab a más . Despu és de 65 años de at errori zar a Cent ro
Améri ca t uvo su fin co mo empres a la Unit ed Fruit. En 1974 fue
abs orbida por un a s eri e de empresario y ho y se llama Unit ed Brands , que en derech o es una nueva emp res a. Si empre fue políti ca de l a Uni ted Fruit poseer las ti erras dond e culti vaba el banano. Acap arar tierras p uede decirs e q ue fue su l ema. Ten iendo t an gran poder econ ómi co y sien do dueña de inmens as canti dades d e tierras en C ent ro Améri ca, gobi erno q ue no l e march ara lo deponí a y pon ía en s u lugar a uno que le agrad ara y l a fav oreci era. P ero con el co rrer de l os años l a Unit ed Fruit vio que era mej or negoci o, so bre todo porqu e mejorab a a i magen negra qu e d e ell a
310
Parsons, ob. cit., pág. 103.
tení an los pu ebl os americanos, no pos eer ti erras, no cultivar po r sí mis mo el ban an o, p ero sí co ntro lar el negocio monop oli zando l a compra del fruto, fij ando uni lat eral mente l os p reci os, controlando l os mercados ext ernos y mani at ando a l os productores mediant e contrato s y ase gu rándo selos d e por vida medi ant e prést amos y asist enci a técni ca, con b as e en el nuevo pro grama de pro du cto res asoci ad os. La co mpañí a constru yó los canal es de acceso al rí o León y al mar por do nde baja l a fruta para s er cargada en los barcos fon dead os en el gol fo. Así, con b as e en est a nu eva p olíti ca b an an era l a Uni t ed Frui t no vi no di rect ament e a Urab á, sino q ue mandó a su subsidi aria est ableci da en Sant a Mart a, l a
Co mpañía Frut era d e Sevill a para q ue explotara a Urabá. La
Frut era de Sevil l a const ru yó s us cuartel es general es, ofi ci n as, cas as , clubes , aero puerto, hospit al es, en fin, una b ellís i ma ci udad, al Sur de Apart adó, debajo de l a selva, en l as estrib acio nes d e l a Serraní a de Abi be. En lo más alt o d e l a Serraní a viv e el ge rent e y es to ti ene s u ex pli cación: “Los jefes del sect or suel en viv ir en un a casa sit uada sob re un a colina. En al gunas zonas , en l as que el terreno es liso s e han creado artifici al ment e esas col inas. Ninguna cas a debe el ev arse p or en ci ma de l a del jefe de s ecci ón en terrenos de l a empres a, l o mis mo qu e al gu nas capit al es d e est ad o nort eameri canos prohíb en qu e se con stru yan edi fi cio s mayores o i gual es que la sede del Con greso ... y po r l a mis ma razón si mbóli ca” 311. “Si un i ndi vidu o ha si do a yu dant e d el s uperin tendent e de agri cult ura y asci ende, si gni fica que ti en e que pasar d e la cas a d el a yudant e de agricultu ra a la del su perint end ente d e agricultu ra. Tien e que aban donar un b arri o y trasl adarse a vivi r a otro ju nto con sus nuevos cole gas, au nque no lo desee y 311
Tomás Mc Cann. Una Empresa Norte Americana. La Tragedia de la United Fruit, Grijalbo, 1976, pág. 27.
aun que él y su muj er y sui famili a s e quej en de que su as censo ha produci do alt eracio nes inconvenientes en l a vid a de todo ” 312. Indud abl ement e el l ugar es bello. En l a fald a de l a s erraní a t al aron el mont e, l o li mpi aron, tumbaron al gun os árbol es para p od er con strui r las casas y allí bajo es a s o mb ra est á l a pequ eñ a ciu dad de l a Frut era de Sevill a. Lo s v iej os árbol es l os li mp ian constant ement e y est án v erd es y fron dosos. El aeropuerto es apto para J et y l a empresa SAM lo utili za para sus vi aj es co merci al es a Urab á en Boei gn s 727. La Frut era de Sevil l a en contró u na zona fertilí si ma que s e extiend e 100 ki lómet ros y que va de Turbo a Chi gorodó, bi en d renada, con una precipit ación anu al de 20 00 y 40 00 milí met ros de lluv ias 313, si end o l a época men os ll uviosa los meses de Enero a Abril, inclusi ve, y l os más ll uviosos l os que v an de Ma yo a No viembre, incl usi ve, según l a mi s ma fu ent e, di stri bui da d e tal manera q ue hast a ahora no s e h a hecho neces aria l a i rri gaci ón y un a t emp erat ura medi a sup eri or a 2 4ºC 314. Como el p uert o
de Turbo no es apto para el arri bo de
grand es b arcos, l a Frut era d e Sevill a resolv ió el probl ema abri en do un os camino s, ex act ament e t res, de l a carret era q ue va de Turbo a Medellín, h ast a un si tio determi nad o, y desd e aquí abrió t res can ales d e cu at ro met ros de pro fundid ad qu e co ndu cen dos de ellos al rí o León, por donde b ajan los pl anchones car gados de banano hasta l o s barcos que est án fon deados en el Gol fo. Ot ro de los canal es s al e direct ament e al mar. Se llaman Zun go, Nueva Col oni a y el que s al e directo al mar, C as anov a.
312
Mac Cann, ob. cit.,
313
Carta de Unibán, Separata, La Sigatoka Negra, 1981, pág. 3.
314
Ibid.
pág. 180.
La Frut era de Sevill a opera medi ant e el s i stema de produ cto res aso ci ad os que ya h abí an ensa yado en ot ras part es. Ya se dijo que l a co mp añía b an an era no es du eñ a ni de l as tierras ni de l os cultivo s. Ell a cont rat ó en 1 959 y 1960 con un b an co de B ostón p réstamos a baj o int erés a los p roduct ores . Estos di nero s
eran
ad min istrad os
por
la
co rporación
Fin anci era de
Desarroll o
Ind ust ri al, q ue l e prest ab a a l as personas que t uvieran ti erras y las qui si eran ded icar al cul tivo del banano , previo el visto bueno de la Empres a. La Comp añí a Frut era p roporci on ó a los pro ductores el mat eri al para la si embre, asist enci a técnica y un mercad o garanti zado. En un p rincipi o se l es facilitó a los p roduct ores hast a 800 dól ares po r h ect área, si empre y cuand o su p ropi ed ad hubi era si do cali fi cada como apt a para el cultiv o del banano por l a Frut era de Sevill a. La zona fue acond ici onada po r hach ero s s inuanos, quienes prefi eren el hacha de ci nco li bras a la antioqueña de tres y medi a. Debido a una ampl ia campañ a de pren sa, en esp ecial a l as an tioqueñas y bo got anas, el área s e ll enó de pers onas adi neradas d e to do el paí s: Ospinas y Echavarrías, de Medellí n; Du gand, de Barranquill a; Vives , de Sant a Mart a; Si mmonds, de Pop ayán; Ll eras y Zul et a Angel, d e Bo got á, y de gringos co mo Gwi n, Thompson, Mc Mo rris, Parr y, El kin, Wel d y Hubb ard. Este últi mo que hab ía sido empleado de la Frut era se aso ci ó con Norm an Echavarría y emp rendi ó n egocios parti cul ares. Años más t arde un des cendi ent e d e él fue secuest rado por l as fuerzas guerrilleras que operan en l a zo na. Así fue, pues, co mo s e ini ció el cultivo del banano. Capit alist as compraban ti erras, l as adecu ab an , previ o vi st o bu eno de la empres a, obt ení an prést amos y s embraban b an anos p ara l a export aci ón. En 1 965 habí an unas
14.000 hect áreas s embradas, ho y hay unas 19.000 hect áreas d estin adas al culti vo del b an an o C avendich y 10 0 d e banan o Gros Michel 315. Es bueno decir d e una vez, que fuera del culti vo d e b anano, en l a zo na de Urab á, ha y 4.000 hect áreas en pl át ano Hart ón, 1 .00 0 d e C acao, 2.000 de Pal ma Afri cana, 5 .00 0 en culti vos menores (maí z, ñame, yuca, et c.), 115.000 en gan ad erí a, 2.500 en arroz y u na extens ión est i mada en 20.000 h ect áreas en bosque y rast roj os, para un t ot al de 16 8.6 00 hect áreas 316. Como s e v e el área sembrada de banano ha aument ado mu cho deb ido a lo complicado del n egoci o y a l as co nvulsiones so ci al es qu e azot an l a zona, dond e l as llamadas Fuerzas Armadas R ev olu cionari as d e Colombi a, FARC, y el Ejército Popular de Li beración , s on fu ert es. Además lo s requisit os exi gidos p or las co merci ali zadoras son difí cil es de cumplir, sobre todo en lo referent e a l a cali dad. “En los embarcaderos cada comerci ali zado ra realiza est e proceso de acu erd o con sus crit erios , así p. ej. La Comp añí a Frut era de Sevil la ins pecciona cin co caj as d e cad a camión, es d eci r toma una muest ra y la revis a mi nu ciosament e desde el empaq ue (qu e est é correct ament e hecho) hast a el l argo de l os “dedos ” (banano s ), l a “vitola” (el ancho ), que no tenga nin gún golp e, ni maltrato al guno , y que el p es o sea correcto (20 kilos). El s upervisor d e cali dad ti ene un a t abla d e falt as, p ara es ta compañía t od as l as falt as so n i gu al mente graves. Al fi nal de l a revi sión suman las fal tas y mi ran en una t abl a d e con versión a qu é p orcent aj e de ban ano mal o corres pon de, si ést e es ma yor del 10 %, se rechazan l as cinco cajas y v iene una segunda i nspecci ón que pu ed e t ener por result ad o el rechazo de toda l a frut a
315
Ibid.
316
Ibid.
que falt e p or bajar d el camión, o en cas o ex tremo a rechazar el camión en su total id ad. Ahora, si en l a p ri mera in spección la cali dad de l a fruta no est á po r enci ma d e ci ertos niv eles est ipul ados, ni siqui era ti ene el derecho de l a segunda i nspección s ino que s e rechaza t oda la frut a. Est e control es reali zado en el caso de l a Frut era de S evill a por personal alt ament e cal ifi cado : ingeni eros agrónomos y su s a yu dant es. Unib án es men os exi gent e que las ot ras comerci ali zado ras en el cont rol de l a calidad: to ma
un a muest ra de 12 caj as
por cami ón, si t odas est án malas s e rechaza el cami ón, en caso contrario se rech azan l as malas. Ad emás existe una j erarqu ía d e fal tas ( graves y lev es) en dond e cada una reci be u n punt aje y d e acu erdo con és te se acept a o s e rechaza la caj a. El personal que ti ene Unib án para est a l abo r est á ent renado p ara hacerl o pero no son i ngeni eros agrónomos como en el cas o de l a Frut era. En cuant o a “T écni cas B al ti me” (St and ard ) n o tuvi mos oportunidad de verl a en acció n, pero pudi mos av eri guar qu e su control d e calid ad tiende a ser aún más ri guros o: empieza desd e l as propi as fincas, con el fin de as egurar des de l a pl ant ación la calidad. Así l as fincas que co merci ali zan su frut a a través de esta compañí a reci b en una as eso rí a t écni ca y un control desde l a pro du cción . Igu al mente en d ías de cort e es co mú n que sus fu nci on ari os v ayan di rectamente a l a fi nca (a l a emp acado ra), a cerci orarse d e la cali dad de la fruta. Mi ent ras el person al que real iza el cont rol d e calid ad para “Técni cas Balti me”
y
la
Fru tera
de
Sevill a
perten ece
a
est a
comp añía,
Unib án
sub cont rat ab a en p arte est a l abor y solament e al gu nos d e l os trabaj adores que la realizan pert enecen a Unibán, así en nuest ra visit a pu di mos const at ar lo si gui ent e:
“De las 31 pers on as que realizaban la s upervi sió n de embarques para Unib án en el embarcadero de Zu ngo, solament e 9 eran de Unib án, 5 eran engan chados a través de “Servici os Transito rios” (Tras e) y 17 a través de Gri sal es y Gris al es (“G y G”). “A p es ar de t rabaj ar t odos p ara Uni bán, los
cont ratist as son
los
encargad os de ad mi nistrar el personal que sumi nist ran y por lo tanto ell os reali zan el pago del sal ario y apli can l as sancion es. “A
part e
del
as pecto
“t écni co ”
del
cont rol
de
calidad
las
comerci ali zado ras ut ilizan est e mecanis mo para regu lar la o fert a del mercado mundi al s iendo más acucios as cu an do l a frut a abunda y rebaj and o lo s cont rol es cuand o ést a escas ea, co mo bi en lo an ot aba hace al gunos año s la Asoci ación de Bananeros y Agri cul tores d e Urabá: “El pro blema de b aj a pro ducci ón s e a grava aún más con l as elás ticas no rmas de cali dad, que más bi en parecen no rmas de con veni enci a.. .
lo
que
no
puede
permiti rs e
es
q ue
se
man ten ga
un
comportamiento erráti co al supedit ar l as normas de cali dad a l a sit u aci ón cambi ant e de los mercad os int ernacion al es ”. Sin emb ar go a pes ar e que esto e di jo hace al gunos años, l a sit uaci ón se manti en e en los mis mos términos hasta ho y” 317. El cont rol de l a cali dad pri ncipi a desd e la finca, cont rol ando la edad de la frut a, para qu e el raci mo al l egar a l a emp acadora sea d e buen tamaño y l a fruta qu e se t en ga q ue botar p or defect os, sea mí ni ma. Para señ al ar est a ed ad, las co merci ali zadoras recurren al “sist ema de cint as”. Este empleo de l as ci nt as con s us diversos co lores para marcar en los disti ntos lot es, las di ferentes 317 Fer n and o Bo ter o Her r era – Diego S ier r a Boter o, E l Mer cur io d e Fu er za d e Tr abajo en la Zona Bananera de Urabá, Universidad de Antioquia, Editorial lealón, Medellín, 1981, págs. 56 y 57.
edades, se acompaña la más de l as veces de crono gramas y “Gráficos Gantt ” que colo cado s en l as o ficin as de la fi nca indi can l a t ot alidad de l ab ores p ara reali zar por l otes, fechas, cantid ades, recurs os y rendi mi ent os” 318. “La co secha se debe h acer por l os colores d e ci nt a que semanal mente
indique Uni ban.
Como norma general se cort arán los raci mos d e trece s emanas, para l os emb arques destin ad os a t urban y R.D.A. P ara Ru mani a, UR SS y Bul gari a, s e cort arán de 12 s emanas máxi mo ” 319. Ad emás d e est o en l a mat a h ay qu e t ener mucho cuid ad o con la fru ta, que n o l a vaya a pi car nin gún insect o, para t al efecto el raci mo es “embolsado ” en bol sas de po liet ileno y en la empacado ra es man ej ado con mu cho cuid ado. Como s e dijo, las co merci ali zadoras, co mpran l a frut a, puest a en el canal o en el b arco y l e paga l a frut a al p rodu ctor a u n p recio fij ado unil at eral mente por ell as . El preci o pagad o por las compañí as co mercializad oras en l a Zona de Urab á durant e 1 981 ascendi ó a 2.8 US$ p or C aj a de 40 libras 320. A los bananos los bautizan con no mb res, así: un os se llaman “Chi quit a”, ot ro s “Turbana”, “Dole”, et c. Est as mis mas caj as las co merci al izad oras las v en den en el mercado externo, así: “Chiqui ta”, en 1 980, s e coti zaba a 9.9 US$ por caj a d e 40 libras. “Turb ana” “s e coti za en pro medio para 1 981 a una fl uctu aci ón qu e va d e 8.08 y 8 .42 US$ caj a de 40 lib ras. Dol e de 8.98 US $ caj a en 1980 a 8 .65 US$ en el año si gui ent e” 321. 318
Botero y Sierra ob. cit., pág. 27.
319
Carta de Unirán, Separata, No. 2 pág. 10.
320
Margarita Ramírez G., Revista Augura, No. 1, 1982, pág. 15.
321
Ibid. Otros detalles sobre exportación, producción en los anexos. Lo mismo exportación de plátano.
Ho y,
fuera
de
la
Frut era
de
Sevil la,
exi st en
en
la
zo na
otras
comerci ali zado ras q ue t rab ajan en forma si mil ar a l a Frut era. Son: Técnicas Balti me de Colo mbi a, St an dard Fruit C o, t ambi én cono ci da co mo Tecbaco; Banacol, qu e comen zó sus pri meras ex port acion es bananeras efectuadas p or l a zon a de Urabá. En la prens a d e los úl t imos mes es se vi ene ru mo rán dol e un posible reti ro de l a Frut era de Sevill a. Ex isten en l a actu alidad al gunos peli gros para l a in dust ri a b an an era como l as pl agas, el mal de Panamá, l a Si gat o ka negra, que fu e detect ada en Urab á a fin al es d el mes d e Octu bre de 1981, l os v en daval es qu e de vez en cuand o azot an a l a zo na, sobre t odo en l os meses de Julio, A gost o y Septi embre, pero n o con l a int ensid ad que so plan en el Cari be. Al gunos ach acan est e mal a la defo rest ación d e l a Serranía d e Avi be, pero Pars ons, q ue es un geógrafo, n o acept a est a co ncl usión. So bre viento s en Urab á, di ce Jo hn J ai ro Ramí rez: “Los vi entos d urante los mes es de di ciembre a abril co rrespo nden a los al isio s d el Nort e. En est a temp orada s e regi stran l as ma yo res velocidades qu e frecuentement e sobrepas an los 10m/s eg. Durant e los demás mes es el viento p rovien e d el Sur y en gen eral es suave. En est a época las v eloci dades máximas no al canzan los och o m/s g. Lo s su elos d e l a re gi ón s on ri cos en Calcio, Pot asi o y Magnes io, si endo el más abu ndant e est e últi mo” 322. Pero, el verdadero peli gro para los bananeros , agri cu ltores y ganaderos de Urabá, son las guerrill as d e ti po marxi st a. La ma yo r asp iración d e los
322
John Jairo Ramírez, revista Corpourabá No. 4, Medellín, año 1981, pág. 31.
pos eedo res de ti erra en Urabá es v endérsel a al p ri mero que s e las co mp re, pero esto s co mprad ores no ex ist en. Las ti erras han baj ad o v erti cal ment e de p reci os. La i ndu stria b an an era h a engendrado u n p robl ema ecoló gi co co n los des echo s. El banano que des cartan, o sea el q ue nos es apt o para l a export ació n,
lo
bot an
a
l as
ori llas
de
la
carret era
y
de
l os
camino s,
pro du ci end o un ol or fét ido al descomp on erse. Ese banano po drí a ser ll ev ado a Turbo, Ap art adó, San Pedro y demás po blacio nes de Urabá, para ali ment ación de tanto niñ o d esn ut rido y en fermo que hay en l a regió n. Tot al, que la indust ria banan era no h a si do l a red ención de Urab á, h an sido t anto los mal es que ha ll evado , que el remedi o res ultó peor que la enfermedad. Ent re estos mal es est án l a canti dad de d espl azados de to das l as con di cion es s oci al es que han ll egad o a la región. En un a fin ca b an an era trabajan mil es de obreros que no s aben sus d ueños de donde vienen ni para dond e van. C arecen de cédul as , lib retas mil itares y de ot ro s document os de identificación y el p ropi et ario ti ene qu e trabajar con esta gente, porque n o hay más p erson al con qui en trabaj ar. Pueden i magi nars e la in se guridad que reina en los campos de Urabá 323.
323
Al respecto pueden ver el excelente trabajo de Fernando Botero Herrera y Diego Sierra Botero, citado en este Capítulo
CAPÍTULO XXVI PALMA AFRICANA. COLDESA
El
cultivo
de
palmas
ha sido
tradicional
en
el
Sinú,
región
hermana de Urabá. Todo el Sinú ha estado poblado por la palma que se conoce con el nombre de corozo, noli o corozo del Sinú. De aquí se extrae
manteca
vegetal.
El
corozo
produce
dos
aceites:
“Uno
proveniente de la pulpa y otro de la nuez”. La de la pulpa se obtiene al separarla de la cáscara, sin quebrar esta y desmenuzarla. La masa que así se forma se introduce en el agua y enseguida abolla la manteca que en el Sinú no mbran “colo rada”. La otra, que en la misma región denominan “ne gra” o de “pepita”, la genera la nuez cuando, después de quebrada la cáscara, se pone al fuego en pailas o calderas. Ni aún la cáscara se desperdicia porque, después de derretida la nuez, se reduce a “cascajo”, que se utiliza para rellenar y afirmar el piso de casa y solares. Tampoco se pierde el bagazo de la corteza, después de lavada, porque sirve para la alimentación de cerdos y gallinas. El corozo del Sinú es semejante a la pal ma afric ana, cu yo cultivo se recomi enda mucho ahora. Es dudoso que esta supere en beneficio a aquel ú es semejante a la palma africana, cuyo cultivo se recomienda mucho ahora. Es dudos o que esta supere en benefi cio a aquel, qu e tiene ya una
ventaja,
y
es
la
de
estar
aclimatado.
No
se
le
conocen
enfermedades ni plagas que lo aniquilan o mermen su producción. Valdría
la
pena
hacer
cultivos
de
corozo
con
los
mismos
procedimientos que se aplican a los de la palma africana, para que se
hagan con fundamento comparaciones definitivas. Aquel es silvestre, nadie lo ha sembrado. Los aceites de corozo tienen distintos usos industriales,
constante
demanda
en
el
mercado
y
precios
compensatorios para el productor. La manteca colorada la usaban antes de la aparición del petróleo, para el alumbrado de las casas. Los ocho de diciembre ponían en los frentes de estas conchas de media natanja, llenas de dicha manteca, con mechones que hacían de trapo o algodón envueltos en palitos fijados en el fondo de aquellas. Las llamaban “chocoritas”, las prendían al atardecer. La tradición decía que Nuestra Señora de la Concepción non bendecía ese día, cuando pasara por las calles, las casas que no tuvieran “chocoritas”, que ahora reemplazan c o n v e l a s ” 324. El mismo Parsons, especialista en estas osas, dice que esta palma de corozo o noli del Sinú, tiene un parentesco botánico cercano con la palma
africana,
con
la
cual
se
han
estado
años
los
sinuanos
haciendo
cruces
e x p e r i m e n t a l e s e n e l S i n ú 325. Desde
hace
muchos
se
preocuparon
por
introducir la palma africana a la región. En una carta del cartagenero Enrique L. Román al General Burgos fechada en Cartagena el 16 de Diciembre de 927, le dice: “Co mo usted es ho mb re de progreso y está en condiciones excepcionales para ocuparse de empresas tan beneficiosas para el país, que en ellas debería vincular
agrícolas, su mayor
desarrollo, me acordé de usted al leer un artículo que trata sobre una
324
Remberto Burgos, El General Burgos, Bogotá, 1965, págs. 73 y 74.
325
Parsons, ob. cit., pág. 120.
palmera (la Elaeis Guineensis)”. Esta palmera puede ser motivo de una gran empresa agrícola que muchos beneficios reportaría al país. Si usted le interesa el asunto, le sería fácil conseguir, por conducto del Ministerio
de
Industrias
o
de
nuestra
legación
en
Bruselas,
las
semillas que qui era plant ar de di ch a pal me ra. Si yo no estuviera ya t an viejo me halagaría meterme en una empresa semejante, pero creo que usted
es
el
hombre
en
Bolívar
para
hacer
un
ensa yo
de
tal
n a t u r a l e z a ” 326. Y en 1928 volvía a insistir el señor Román sobre la conveniencia de introducir al Sinú el cultivo de la palma africana. Dice así su nueva misiva
el
General
Burgos.
“Cartagena,
20
de enero
de
1928.
Las
semillas oleaginosas son de gran comercio universal y la perspectiva del corozo, que se da casi espontáneo en el valle del Sinú, es con razón, para usted, motivo para prestarle atención y también para traer semilla
de
la
Elaeis
Guineensis
o
palma
africana,
y
maquinaria
modern a ara la ex plotación. Sobre esto he hablado con mi ye rn o, Daniel Lemaitre, quien tiene una fábrica de jabón y perfumes. El tiene mucha experiencia en eso y me dice que en su último viaje a Europa tuvo ocasión de observar mucho el último modelo de maquinaria que se usa para la extracción de los aceites. Dice que son una maravilla y que si usted quiere lo informaría de cómo debe ser modernizada una empresa de esa naturaleza, a fin de que ten ga grandes rendimientos c o n e c o n o m í a d e t i e m p o y d e d i n e r o ” 327.
326 327
Burgos, ob. cit., pág. 346. Burgos, ob. cit., págs. 347 y 348
Pero,
cosa
rara,
todas
estas
ilusiones
de
estos
pioneros
del
progreso no vinieron a cristalizar en el país sino en el año de 1960, cuando un grupo de empresas, la Compañía Colombiana de Seguros o Colseguros, la Ámsterdam Technical Assitance Company y Curacao Tradin g Compan y, fundaro n la e mpresa Col desa, colombo-hol andesa, con el fin de cultivar la palma africana. Para tal objeto y después de muchos estudios el i gi eron l a zo na d e
Urabá y adquirieron los antiguos
terrenos que habían pertenecido al Consorcio Albingia, por compra asus dueños loss eñores Mora y Luis Coulsen de Medellín. En 1966 ya habían sembrado dos mil hectáreas y tenían previsto alcanzar a las 2.600. Pensaban condiciones
dejar 1.000 hectáreas más de buena tierra si
para
un
ensanche
fueran
favorables.
Compraron
las e
instalaron una procesadora grande y moderna edificada en los mismos terrenos de la empresa, que están localizados en Riogrande, no lejos de Turbo ni de Apartadó. La empresa era atendida por agrónomos holandeses con experiencia en Sumatra, en la producción de aceite de palma. A los pocos años de iniciada Coldesa fue atacada la palma por una enfermedad, lo que llevó a la empresa a desistir de combatir el hongo
o
cucarrón
por
medios
químicos
(fumigación)
y
resolvió
cambiar la palma por una variedad que se logró cruzando la “Elaeis guineensis” con la palma de corozo del Sinú, que es inmune a las enfermedades y tolera mejor el drenaje deficiente y el suelo pesado. El cultivo de la palma africana no ha prosperado en Urabá, porque los árboles requieren cuatro o
cinco años para empezar a
producir
y
ningún
productor
pequeño
resiste
tanto
tiempo
para
beneficiarse económicamente de su cultivo, aunque a la empresa le hubiera
gustado
que
algunos
propietarios
de
tierras
hubieran
sembrado palma africana. En 1966 ya Coldesa estaba procesando aceite de palma. Los
peligros
para
esta
industria
son
los
mismos
que
he
enumerado para la industria del banano: la proliferación de guerrillas en la región. Por otra parte, se dice que Coldesa ha clausurado labores por dificultades de variada naturaleza. En la zona de Apartadó, hay fábricas de gaseosas. Cartón de Colombia tiene una fábrica de cajas de cartón, lo mismo Uniban, que en 1966 producía anualmente 25 millones, cada una con una capacidad de 20 kilos. La industria ganadera es próspera. En los valles del San Juan, Mulatos, Necoclí y en el Urabá chocoano el Fo ndo Ganadero e inversionistas particulares surten de ganados las innumerables fincas de la re gi ón medi ante un contrato de partici pa ción de la utilidad es, aunque en este año el Fondo Ganadero de Antioquia se ha retirado de los ríos Mulatos y San Juan, quitándoles los ganados a los depositarios por motivos de orden público, el gobierno y sus instituciones son los que deben da r ej emplo y no aban dona r una re gi ón a l as pri meras escaramuzas.
COLOFÓN PADRE JAIME CASTILLO
Al llegar al final me acuerdo de un hecho importante que en un principio no quería mencionar, porque mucho de los verdu gos viven y algunos, sino todos, se han regenerado, de esto puedo dar fe. Durante la atroz violencia política que azotó al país fue muerto violentamente, sin motivo alguno, únicamente porque era sacerdote católico, el Padre Jaime Castillo, en Santa Catalina, población situada a orillas del río San Juan, en 30 e Julio de 1950, por turbas enfurecidas que la noche anterior habían dormido en los patios de la que es hoy hacienda Los claveles. Como muchos de los protagonistas viven en aparente paz, el autor se abstiene de dar otros detalles sobre tan horrendo suceso. El P. Jaime Castillo murió siendo muy joven y pertenecía a la diócesis de Santa Fe de Antioquia. Lo único cierto es que lo mataron las personas que
se
mencionan
como
autores
en
el
libro
“La
Violencia
en
Colombia”, del P. Germán Guzmán, Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña
Luna.
campesinos
Los
autores
de
su
muerte
fueron
simple
y
llanos
sinuanos comandados por insurgentes antioqueños que
abusaron de su inocencia e ingenuidad. Como el hecho está todavía reciente,
el
autor
no
quiere
decir
más,
porque
quiere
que
los
campesinos que participaron en ese hecho no se sientan incómodos por revelar sus nombres y teman por su seguridad. Que la paz eterna sea para el P. Castillo y para los autores materiales del hecho.
Santiago de Cali, Santa Mónica, Noviembre de 1982.
ANEXOS CEDULA REAL DE MONZÓN
“El Re y: por cuanto en el asiento e capitul aci ón qu e yo mandé tomar con Alonso Doxeda e diego de Nicuesa que, por nuestro mandato fueron a la Tierra Firme, que en las Indias del Mar Océano, hay un capítulo hecho en esta guia... Agora, a mi los
dichos
Alonso
Doxeda
e
Diego
es fecha relación quentre
Nicuesa,
ha
habido
e
hay
diferencias sobre que cada uno de ellos disce del golfo está a la parte su gobernación; e porque los diferencian e dar a cada uno lo que le pertenece,
como
quiera
que,
sigund
el
dicho
capítulo,
suso
encorporado, está claro cuel dicho golfo es en la parte de Urabá este mi carta en la dicha razón; por lo cual declaro que dicho golfo es en la dicha parte de Urabá, e ques en la gobernación del dicho Alonso Doxeda. Mando que ansí se guaerde e cumpla, e que contra el tenor e forma de lo aquí c ontenido, non ya van nin pase n en tie mpo al guno, nin por alguna manera. Fecha en Monzón, a quince días de xunio de mil quinientos
e
Conchillos”.
diez.
Yo,
El
Re y.
Por
mandato
de
su
Alteza,
Lope
EL REQUERIMIENTO
Yo – Alonso de Ojeda – criado de los mu y altos y muy poderosos Reyes de Castilla y de León, domadores de las gentes bárbaras, su mensajero y capitán, vos notifico y hago saber, como mejor puedo, que Dios nuestro Señor, uno y entero, crió el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de que vosotros y nosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes, procesados y todos los que después de nosotros vinieren: más por la muchedumbre de generación, que destos ha procedido, desde cinco mil días y más años que el mundo fue criado, fue necesario que los unos hombres fuesen por una parte y los otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y provincias, porque en una sola no se podían sustentar y conservar, de todas estas gentes Dios Nuestro Señor dio cargo a uno, que fue
llamado San Pedro, para
que de todos os hombres del mundo fuese señor y superior, a quien todos obedeciesen y fuese cabeza de todo el linaje humano, doquier que los homb res estuvie sen y vivi e sen, y en cual qui er le y, s ecta o creencia: y dióle a todo el mundo por su servicio y jurisdicción, y como quiera que le mandó que pasiese su silla en Roma como en lugar más aparejado para regir el mundo, también le prometió que podía estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo, también le prometió que podía estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo,
y juzgar
y
gobernar todas
las
gentes.
Cristalinos,
Moros,
Judíos, Gentiles, y de cualquiera otra secta o creencia que fuesen. A este
llamaron
Papa,
que
quiere
decir
Admirable
ma yor,
Padre
y
Guardador de todos los hombres. A éste Santo Padre obedecieron y tomaron señor, Rey y superior del Universolos que en aquel tiempo vivían: y ansí mismo han tenido a todos los otros que después dél fueron al Pontificado elegidos y ansí se ha continuado hasta ahora y se continuará hasta que el mundo de acabe. Uno de los Pontífices pasados que he dicho, como señor del mundo hizo donación desta Islas y tierra forme del mar Océano a los Católicos reyes de Castilla, que entonces eran Don Fernando y Doña Isabel, de gloriosa memoria, y a sus sucesores nuestros señores, con todo lo que en ellas hay según se contiene en ciertas escrituras, que sobre ellos pasaron, según dicho es (que podeis ver si quisiéredes). Ansí que su Majestad es Rey y señor destas Islas y tierra forma, por virtud de la dicha donación, y como a tal rey y señor algunas Islas y casi todos, a quien esto ha sido notificado, han recibido a su Majestad y le han obedecido con
buena
voluntad
servido y
sin
sirven como súbditos lo deben hacer, y ninguna
resistencia,
luego
sin
ninguna
dilación: como fueron informados de lo susodicho, obedecieron a los varones
religiosos
que
les
enviaban
para
que
les
predicasen
y
enseñasen nuestra santa Fé: y todos ellos de su libre y agradable voluntad, sin premio ni condición alguna se tornaron cristianos y lo son: y su Majestad les recibió alegre y benignamente ansí los mandó tratar como a los otros sus subditos y vasallos y vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo. Por ende, como mejor puedo vos ruego, y requiero, que entendáis bien esto que os he dicho y toméis para entenderlo y deliberar sobre
ello el tiempo que fuere justo y reconozcáis a la Iglesia por señora y superiora del Universo mundo y al Sumo Pontífice llamado Papa, en su nombre, y a su Majestad en su lugar, como superior y señor Rey de las Islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y consintáis
que
estos Padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho; y si ansí lo hiciéredes, hareis bien y aquello que sois tenidos y obligados y su Majestad y yo , en su nombre, vos recibirán con todo a mo r y c aridad y vos dejarán vuestras mujeres e hijos, libres, sin servidumbre, para que dellas y de vosotros hagáis libremente todo o que quisiéredes y por bien tuviéredes, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras Islas;
y allende desto su Majestad vos dará muchos privilegios
y
asenciones, y vos hará muchas mercedes. Si no lo hiciéredes o en ello dilación maliciosamente pusiéredes, certifícoos que con el ayuda de Dios yo ent raré poderosamente cont ra vosotros y vos haré guerra por todas las pa rtes y manera que yo p udiere, y vos sujetaré al yu go y obediencia de la Iglesia y de su Majestad; y tomaré vuestras mujeres e hijos, y los haré esclavos, y como tales los venderé y dispondré dello como su Majestad mandare, y vos tomaré vuestros bienes, y vos haré todos los males y daños que pudiere, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y resisten y contradicen. Y protesto que las muertes y daños que dello se recrecieren sea a vuestra culpa y no de su Majestad ni nuestra ni destos Caballeros, que conmigo vinieron. Y de cómo os lo di go y requi ero, pido al pres ente es cribano que me lo dé por testimonio signado”.
“MEMORIAL DE LAS COSAS QUE PARESCE QUE LOS OFICIALES DE SEVILLA HAN DE HAZER COMPRAR Y PROVEER PARA EL OBISPO FRAY JUAN DE QUEVEDO, PARA LAS COSAS DEL CULTO DIVINO, ASY PARA SU PERSONA COMO PARA LAS IGLESIAS DE SU DIOCESO”.
VILLADOLID,
20
de
Agosto
de
1513.-Sandalias
de
tafetán
blanco, de los doble, bueno, 4.000 maravedís3. Caligas de los mismo. Tunicela de lo mismo. Cruz pectoral, 4.950. Anillo pontifical, 1.500. Básuco de plata de 4 marcos, 28.000. Alva y amitode Olanda, 1600. Cinta.
Casula
de
damasco
blanco,
cuatro
varas,
a
600
maravedís,
2.400. Capa de lo mismo, ocho varas, 4.900. Gremial de raso carmesí, 4.500. Estola y manípulo de damasco blanco, con sus frontaleras, dostiras,
a
200.400.
Un
frontal
de
damasco
blanco,
con
sus
frontaleras, ocho varas, a 600, 4.600 (sic). Dos almaticas guarnecidas de ent repiés y mangas, con sus coll ares y dordones, se ys, a 600, 360. Hazase cuenta que para agora serán menester dos iglesias, y en ellas avrá tres altares en ca da una; d e manera que se haze cuenta de se ys altares. Seis alt ares, se ys aras, que cost arán 1.500. Para mant eles a los altares, ses enta varas, a dos reales, 4.080. Para se ys frontal es de lienzo,
XXV
varas
a
XL
maravedís,
900.
Para
frontaleras
dests
frontales, de cada frontal tres varas de raso con sus flocaduras de hilo. Para VI frontaleras de raso falso, de colores blanco y verde, para cada frontal y varas, que son XXX varas VI reales la vara, 6, 120. Doze palias para mudar ca yre ladas, a VI reale s cad a u na, 2.448. Va ynt e
quatro corporales a real y medio cada uno, 1.020. Quatro alhombras a dos
mil
maravedís
casa
una,
8000.
Seys
mantas
de
pies
a
mil
trescientos maravedís cada una, 7,800. Doze candeleros de azofar para el alt ar, a se ys reales c ada uno, 2,4 48. Tres lámparas a t res ducados cada una, 3,375. Tres ciriales de madera, 2,250. Doze vinajeras a XL cada un pa r, 240. Quatro ostiarios de palo, 276. Se ys misales ro manos , 4,500. Platos pequeños de peltre para aguamanos en los altares VI a VI reales cada uno, 1,224. Veinticuatro amitos de lienzo, 816. Veinte quatro
alvas de lienzo, CCCCXVI cada una, 9,984. Veinte quatro
cintas a medio real, 408. Diez casullas de lienzo a dos ducados cada una con todo su adreszo, 7,500. Dos casullas negras de lienzo, cada una un castellano, 970. Un ornamento para las fiestas. Una casulla de terciopelo
azul,
quatro
varas
a
900
la
vara,
3,600.
Una
capa
de
damasco blanco, a 600 la vara, VIII varas, 4,800. Dos almaticas de terciopelo azul, a tres varas, 5,400. Tres pares de almaticas de rasos falsos, a tres varas cada una, a VI reales, 3,670. Otros tres pares de almatic as de lien zo, guarnecidas raso falso, 4,500. Se ys
capas de
terciopel o a zul, a VIII varas cada c apa, a 9 00, 43,200. Se ys capas de raso falso, en que ent ra n VIII varas, cad a una a se ys real es 4,79 2. Cordones y colares para todas, 4,500. Quatro
tovallas de Naval para
la sacristía, a dos reales y medio cada una, 340. Quatro tovallas para el facistol, de media olanda, 1,088. Doze sobrepelices de Naval, a VIII reales cada una, 6,244. Tres cruces de plata medianas, de tres marcos y medio, y de hechura de cada marco dos ducados, 31,080. Otra cruz de plat a, ma yor, que pese ocho marc os, y dos du cados de hechura de
cada marco, que son 23,680. Seys cruces de metal, pequeñas, a cinco reales cada una, 1,020. Quatro incensarios de metal, a VI reales cada uno, 816. Cinco cálizes de palta con sus patenas de a dos marcos y medio, de hechura dos ducados cada uno, que son 31,385. Otro cáliz de plata dorado de dos marcos y medio, cada marco a 8,535. Unas crismeras de plata, que pesen un marco y de hechura un ducado, 2,585. Tres custodias de plata para poner el Sacramento, que pesen a VI onzas, que son dos marcos e dos onzas, de hechura .XIIIII reales, 5,788, Se ys setros dorados , 2,250. S e ys imágenes de lienzo pint arl as, para retablos, dos ducados cada una 4,500. Quatro azetres de metal con sus ysopos, 1,940. Dos hierros para ostias, a dos ducados cada uno, 1,500. Tijeras para recortar ostias, 153. Las arcas que fuesen menester para esto. Para el coro: Libros de canto toledano VI oficerios hanse
traer
salterios
de
Granada,
grandes
20,000.
toledanos,
Se ys
10,800.
antofonarios, Seys
manuales
10,200.
Sé ys
toledanos
o
sevillanos, 1,500. Un quintal de cera para los altares, 400. ‘Tres quintales d e aze yt e para 1st lá mp aras, 1 ,900. Quatro lant ern as, 272. Dos
campanas
quintal,
6,000.
de
tres
Seys
quintales,
campanillas
24,000. de
a
Tres
libra,
campanas
240,
Para
de
a
cenefas
un y
cordones y flocaduras y enforros, 30,000. Monta todo lo contenido en este memorial, 460,169 (maravedís). Todo lo cual dicho despacho que de suso se contiene, que habla comigo, el dicho reverendo Fra y Juan de Quevedo, obispo electo e asi mismo este memorial de los ornamentos e cosas que se an de comprar en la calidad de Sevilla, que fue afirmado del Seño obispo de Palencia
y del secretario Conchillos, lo recibí y se me entregó todo en villa de Valladolid a veinte dias del mes de agosto de mil e quinientos e treze años, y por que es verdad firme aquí mi nombre. FRAY JUAN DE QUEVEDO
LIGERA
SEMBLANZA DEL PADRE SEVERINO DE SANTA TERESA
Imposible hablar de Urabá sin nombrar al Padre Severino de Santa Teresa, O. C. D., quien escribió en cinco volúmenes su obra que tituló “Historia Documentada de la Iglesia en Urabá y el Darién”, editada
por la Presidencia de Colombia en 1956. Fue tal vez el último
de esos conquistadores que España nos mandó, pero hacia parte, como dijo el Padre Legissima, O. F. M., “de las avanzadas de ese pacífico ejército de la Iglesia”. Su Breéis,
verdadero Vizcaya,
Sedeconfió
la
nombre en
Misión
era
1885
y
de
Urabá
Severino
llego a
a los
Aguirrebeitia.
Colombia padres
Nació
en
apenas
la
Santa
carmelitas
en
1918.
Estudió en Lovaina y Viena y fuera de su obra ya comentaba dejó otras sobre
la
misma
región
de
Urabá
como
“creencias,
ritos,
usos
y
soctumbres de los indios Catíos de Urabá”, que le mereció grandes elogios de figuras como el Barón Erland Nordenskiold, de Roberto Lehmann – Nistche y de Martín Gusinde; “Orígenes de la Devoción a la
Santísima
Virgen
en
Colombia
y
Nomenclatur
Mariano”;
“Cancionero poético musical de Urabá - Chocó”; “Cantos populares de los
Indios
Catios
de
Urabá”;
y
“Cancionero
Mariano
de
Urabá
–
Chocó”.
Al morir el primer prefecto apostólico de Urabá José Joaquin Artega de la Virgen del Carmen, en Frontino, el 18 de Mayo de 1926, lo reemplazó el Padre Severino de Santa Teresa. Cuando en 1941 la santa sede
suprimió
la
prefectura
apostólica
de
Urabá,
anexándola
a la
diócesis de Antioquia, el P. Severino se retiró al convento de los carmelitas en Panamá. Murió el 29 de abril de 1962, a la edad de 76 años, en Amorebieta, no lejos de Bilbao, España. Coincidencialmente se encontraba en el lugar el padre Andrés Duradle, que había sido su compañero durante muchos años en la misión de Uraba, y que hoy reside en el convento de los padres carmelita en Palmira, quien le prestó
los
católica,
últimos
auxilios
espirituales
que
prescribe
la
religión
muriendo casi en sus brazos.
El padre Andres, que fue director de luz católica, periódico quincenal que circulaba en toda la prefectura apostólica de Uraba y que tenía su sede en Frontino, le contó al autor varias anécdotas del padre Severino, la primera que refiere el P. Andrés, es que era tanto su amor por la historia que una vez llegaron a Murrí, a un rancho indígena, después de 8 horas de trocha a caballo y al poco rato de haber llegado
ya estaba l e yendo el P. Severino al go sobre la histori a
de Uraba. Y la otra es, que apenas recibió la extramaución el P. Severino
y al
notar que su celda estaba llena de seminaristas se
levantó de la cama y estrechándole la mano a cada uno se despidió de ellos, diciéndoles: “En la otra vida nos veremos”.
NOTAS
INTRODUCCIÓN
1. Severino de Santa Teresa: Historia Documentada de la Iglesia en Urabá y el Darién. Presidencia de la República, 1953. Pág. 160, tomo IV. 2. José Joaquín Arteaga. Historia Eclesiástica del Urabá. Minerva, 1922, pág. 60 3. B. Pereira J. Revista “Lotería”, Panamá, Agosto de 1946, NO. 63. 4. Katehleen
Romoli.
Vasco
Núñez
de
Balboa.
España
Calpe,
Madris, 1955, pág. 387. 5. Severino, ob. Cit., pág. 160, tomo IV. 6. San Agustín. De Trinitate, libro 1, cap. III 7. Marcelino Men énd ez y Pela yo. Homenaje a B almes.
SITUACIÓN GEOGRÁFICA
1. Fuente: Dane. Carta al autor de Julio 27 de 1982 y Diccionario Geográfico de Colombia, Inst. Agustín Codazzi. Bogotá, 1980.
CAPÍTULO I 1. Según Ernesto Restrepo Tirado, excónsul de Colombia en Sevilla (1929) también venía Juan de Ledesma. Historia de la Provincia de Santa Marta, Sevilla, 1929. 2. Severino, ob. cit., pág. 354, tomo 1º.
3. Romoli, ob. cit., debió salir según esta autora en Marzo de 1501. Según Ernesto Hernández, Urabá Heroico, Bogotá, 1946, pág. 18, en Enero de 1501. 4. Fray
Bartolomé
de
las
Casas,
Brevísima
Relación
de
la
destrucción de las Indias, libro II, Cap. LXII, París, 1948 5. Hernández, ob. cit., pág. 8, tomo 1 6. Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias, t., 1, pág. 151, Madrid, 1956. 7. Citado por Severino, ob. cit., pág. 354, T. I. La Dra. Romoli dice que regresaron en 1503. 8. Las casas, ob. cit., lib., II, Cap. II. 9. Antonio de Herrera, citado por Hernández, ob. cit., pág. 25. Según el P. Severino, Américo Vespucio, vino con Ojeda, pero en 1499, cuando descubrieron el Cabo de la Vela. 10. Arteaga, ob. cit., pág. 15. Colón lo llamó Bastimentos. 11. Mauricio Obregón, de los Argonautas a los Astronautas, Barcelona, 1977, pág. 147 12. Pedro Mártir de Angleria, citado por Hernández, ob. cit., pág. 45. tomo1 13. Hernández, ob. cit., pág. 34, tomo 1 14. Romoli, ob cit., pág. 53 15. Juan de Contreras, Marqués de Lozoya. Los orígenes del Imperio. La España de Fernando e Isabel, parágrafo IX, pág. 193, Madrid, 1939
CAPITULO II
1. Oviedo, citado por Hernández, op. cit., pág. 101, t. 1 2. Arch de Indias, 148-21 3. Horacio Rodríguez Plata, La gobernación de Urabá y Provincia del Darién, conferencia pronunciada en la Academia de Historia de
Bogotá,
pág.
3.
Así
pues,
bien
puede
decirse
que
la
jurisdicción del gobierno de Urabá, extiéndase, hacia el Norte hasta las riberas del mar Caribe; por el Sur, tierra adentro hasta el mas tarde descubierto y llamado cabo de Hornos, cuanto la frontera
oriental parece que lo fuera el Cabo de la Vela aún
cuando podría aceptarse también fuera límite y respecto a la occidental quedaba definida en la mitada del Golfo de Urabá. 4. Rodríguez Plata, conf. cit., págs. 4 y 5 5. Rodríguez Plata, conf. cit., págs. 4 6. Bartolomé de las Casas, Historia de las Indias, t. III, pág, 265, México, 1951. 7. Fray Pedro Simón, Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, Bogotá 1882, pág. 354, dice que salió el 10 de Noviembre de 1509. Pedro Martir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Buenos Aires, 1944, pág. 120, dice que salió el 13 de diciembre de 1509. Carlos Pereyra, citado por Hernández, ob. cit., pág. 144, dice que salió el 10 de Noviembre de 1509. 8. Los conquistadores
les hacían leer a los indios antes de cada
batalla por los frailes el requerimiento. Decía este que el Papa,
señor del cielo y la tierra, había donado a los Reyes de España las tierras del nuevo mundo y que los indios debían obediencia al Rey de España. Era común para todos los conquistadores. Cuando Enciso s e los le yó a los indios del Sinu, estos le dije ron que el Pa pa esta ba loco porque había rega l ado lo que no era su yo. 9. Algunos autores dicen que murió el 28 de febrero de 1510, lo que debe ser imposible. Entre ellos K. Romoli y Carlos Pereyra en su obra España en América, Santiago de Chile, 1938, pág. 114. En realidad las fechas traen confusión. 10. Oviedo, ob. cit., t.VII, pág. 18. 11. Angleria, ob. cit., Dec. II, Lib. 1, cap. 11, pág. 123 12. La Dra. Romoli en su ob. Cit., dice que San Sebastián de Urabá fue fundada el 20 de Enero de 1510. Angel Altolaguirre en su obra
Vasco
Núñez
de
Balboa,
Madrid,
1914,
dice
que
en
Febrero de 1510. 13. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 38, tomo II. 14. Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág.38, tomo II. 15. Fray Pedro Simón, ob. cit., tercera parte, Noticia 1ª., Cap. V 16. Severino, ob. Cit., págs. 45, 46, tomo II 17. Eduardo donde
Acevedo
existieron
Latorre, San
Breve
Sebstián
de
Noticia Urabá
sobre y
los
Santa
lugares
María
la
antigua del Darién. Boletín de Historia y antigüedades, 1934, Págs. 1006 y ss. 18. Fray Pedro Simón, cit. Por Severino, ob. cit., pág. 49, Tomo II 19. Fray Pedro Simón, cit. Por Severino, ob. cit., pág. 49, Tomo II 20. Mi hijo Joaquin Francisco de la hacienda los Claveles en la orilla del Río San Juan, gastó dos jornadas a Necoclí y de la
misma hacienda en ora ocasión, otras dos jornadas a Turbo, en la década de 1960. 21. Hernández, ob. cit., pág. 116, tomo 1 22. Se dice que la imagen de la virgen que trajo Ojeda a San Sebastián de Urabá, copia de la Nuestra Señora de la Antigua Catedral de Sevilla, es la misma que hoy se venera en la iglesia de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba
CAPÍTULO III
1. Según Don Angel Altolaguirre y Duvale, en su ob. cit., pág. 105, dice que solo fue en Septiembre. 2. Las Casas, cit. por Severino, ob. cit. Pág. 56, tomo II 3. El uso de estos perros en la conquista es condenado fuertemente por Antonio Alatorre, según Nicolás del Castillo que dijo en El Tiempo de Oct. 20 de 1982. “Pintó con caracteres sombríos, casi pavorosos a los perros que acompañaban a los conquistadores y que despedazaban a los indios.” 4. Rodríguez Plata, Conf. Cit., página 15. 5. Las Casas, cit. por Severino, ob. cit., pág. 46, T. II 6. Severino, ob. cit., pág. 46, T. II. 7. Herera, cit. por Acevedo Latorre, ob. cit., pág. 1098 8. Escofet, cit. por Acevedo, ob. cit., pág. 1098
CAPÍTULO IV
1.
El
Padre
Severino
cree que
Enciso
y Balboa
cumplieron
su
promesa de enviar un romero a Sevilla para que le ofreciese por todos algunas joyas de oro y plata a Santa María de la Antigua que se venera en la catedral de Sevilla. Altolaguirre en su ob. Cit., pág. 31, nota 2ª, trae la lista de los que Zamudio, primer procurador, entregó a la Casa de Contratación de Sevilla, que seguramente
recibió
los
regalos
que
los
vecinos
del
Darién
mandaron a la Virgen Antigua. 2.
Las
Casas citado por Diego M. Villegas V., Santa María La
Antigua del Darién. Artículo publicado en el Repertorio Hitórico de la Academia Antioqueña de Historia. Como es una fotocopia que
el
Dr.
Villegas
le
mandó
al
autor
no
tiene
fecha
de
impresión, pag. 188 y 189 3.
Oviedo, citado por Severino, ob. cit, pág. 65, T. II.
4.
Relación del Maestrescuela de Panamá, Juan Requejo y Salcedo, publicada en “Colección de Libros y
Documentos referentes a la
Historia de América”, T. VIII, pág. 9, Madrid, 1908. 5.
Severino, ob. cit, pág. 409, t. II
6.
Severino, ob. cit, pág. 386.87, t. II
7.
Severino, ob. cit, pág. 79, t. II
8.
En el camino del Cuti al pueblo de Tanela nos encontramos con un hombre que estaba empalmando una casa y le preguntamos si el
pueblo
de
Tanela
estaba
lejos
y
nos
contestó
muy
gráficamente: “No, allí donde rebuznó el burro”. Se llamaba Aristóbulo A yaso y nos lle vó al sitio exacto de la ci udad.
9.
Leopoldo III de Bélgica, Santa Maria La Antigua del Darién, premiere “ville” coloniale de la Terre Feme américaine, sin fecha de impresión, pág. 2
10. De la población de Tanela en invierno se puede bajar a Turbo en canoa con motor fuera de borda. En la ciénega de Marriafa las mujeres andan desnudas y así salen a recibir a las personas que llegan,
sobre
todo
si
son
extrañas.
Existe
allí
un
pueblito
lacustre. Las mujeres son color caoba, de suerpos esculturales, con senos bellísimos. 11. Documentos inéditos publicados por A. Cuervo, T. 1, pág. 197, Bogotá 1991. 12. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 76, t. II 13. Acevedo Latorre, ob. cit., págs. 1099 y 1100. 14. Enciso, cit. por Acevedo Latorre, ob. Cit., pág. 1100. Hay un error. Santa María no está a cinco leguas del golfo, sino a kilómetros. 15. Acevedo Latorres, ob. cit., pág. 1102
CAPÍTULO V
1.
Estudio
de
Siemen
Baunnion
pro
comisión
del
gobierno
Colombia. Nota tomada de Severino, ob. cit., pág. 72. tomo II 2.
Severino, ob,. Cit. Pág. 498, tomo II
3.
Oviedo, cit. Por Hernández, ob. cit. Pág. 167 y 168, tomo I.
4.
Herrera, citado por Hernández, ob. cit., pág. 169 t. I
5.
Altolaguirre, ob. cit., pág. 31 nota 2ª.
6.
Oviedo, citado por Hernández, ob. cit., pág. 170, tomo I
de
CAPÍTULO VI
1.
Estudio
de
Siemen
Baunnion
por
comisión
del
gobierno
de
Colombia, citado por Severino, ob. Cit. Pag. 116 t. II 2.
Expedición
Fidalgo,
Colección
de
Documentos
Inéditos
publicados por Antonio B. Cuervo, Bogotá, 1891. 3.
Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 117, t. II
4.
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
5.
Las Casas, citado por Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
6.
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
7.
Durante
cuarenta
años
D.
Guillermo
Echavarría
Misas,
fue
dueño de H. Mundo Nuevo. En 1960 la vendió y en Enero de 1981
volvió
con
el
suscrito
y
le
fue
difícil
reconocer
identificar los lugares que tanto recorrió 8.
Severino, ob. cit, pág. 118, t. II
9.
Diego Villegas, carta al autor de fecha Nov. 13 de 1981.
10. La Dra. Romoli, ob. cit, trae datos sobre este banquete. 11. Pedro Mártir de Anglería, ob. cit, Dec. II pág. 144 12. Angleria, citado
por Severino, ob. cit., pág. 9. t. III
13. Severino, ob. cit., pág. 9 t. III 14. Las Casas, citado por Severino, ob. cit, pág. 93, t. II 15. Hernández, ob. cit, pág. 2288, t. I 16. Tomado de Rodríguez Plata, conf. cit, pág. 35 a 39
e
CAPÍTULO VII
1. Colección de Documentos inéditos publicados por Don Antonio B. Cuervo, t. 1 “Expedición de Fidalgo, derrotero de las costas de la América Meridional desde Maracaibo hasta el río Chagres, Bogotá 1891” 2. Arch de Indias, Patronato 1-1- 26/8, información de Severino, ob. cit., pág. 127, to. 1º 3. Severino, ob. cit., pág. 128, t. II 4. Oviedo, citado por Severino, ob. cit, pág 129, t. II 5. Oviedo, cit. Por Severino, ob. cit, pag. 129, t.II 6. Romoli, ob. cit, pág. 183 y 184, t. II 7. Oviedo, ob. cit, pág. 97 y 98, t. VII 8. Oviedo, ob. cit, pág 98, t. VII 9. Gonzalo de Illescas, “Historia Pontificial y Católica”, II parte, pág. 502, Madrid, 1867 10. Manuel José de Quintana “Vida de Españoles Ilustres” Biografía de Vasco de Nuñez de Balboa, en Bibl de AA.EE, t. XIX, pág. 281, Madrid 1867 11. Eliceo Reclús, “Nueva Geografía Universal”, La Tierra y los hombres, Bog. 1893, ed. Oficial, pág. 374, nota 2. 12. Citada por Hernández, ob. cit, pág. 118, t. 267 13. Citada por Hernández, ob. cit, pág. 118, t. 269
CAPÍTULO VIII
1. Oviedo, ob. cit.,
T. II, pág. 187.
2. Anglería, ob. cit., Dec. II, cap. IX, pág. 182. 3. Anglería, ob. cit., Dec. II, cap. IX, pág. 181. 4. Oviedo, ob. cit. T. II, pág. 159. 5. Hernández, ob. cit., pág. 193, T. I. 6. Oviedo, Su mario de la Natural His tória d e las Indias, México, 1950, cap. X, pág. 485. 7. Anglería, cit. por Severino, ob. cit, pág. 395, T. III. 8. Carta
de
Anglería
al
Marqués
de
Mondéjar,
fechada
en
Plascencia a 12 de Diciembre de 1515, ed. De las Décadas de Torres Ascencio, T. 1 págs. 57 y 58.
CAPÍTULO IX
1. Oviedo, citado por Hernández, ob. cit., pág. 210, T. I. 2. Monseñor Dr. Joaquín Torres Ascencio. Prólogoa las obras de Pedro Mártir de Anglería, T. I, pág. 9, Madrid, 1892. 3. López de Gómora, cit. Por Severino, ob. cit., pág. 177, T. II. 4. Severino, ob. cit., pág. 177, T. II. 5. Oviedo, citado por Diego Villegas, conf. cit. pág. 192. 6. Oviedo, citado por Villegas, conf. cit. pág. 192. 7. Oviedo, citado por Villegas, conf. cit. pág. 192 y 193 8. Santa María de la Rábida, Santa María de la Victoria, Santa María de la Gracia, Santa María de la Antigua, Santa María de la Rosa,
Santa
María
de
la
Concepción,
fueron
algunas
de
las
naves. 9. P.C. B a yle, cit. por Severino , ob. cit., pá g 193, T. II. 10. Oviedo, ob. cit., pág. 33. 11. Las Casas, cit. por Severino, ob. cit, pág. 274, T. II. 12. Altolaguirre, ob. cit., cap. VII. 13. Quevedo, por Severino, ob. cit., pág. 388 T. II. 14. Arch. de Indias, por Severino, ob. cit., pág. 284 T. II. 15.
Según el P. Alcides Fernández los indios Cunas de la parte alta del río Cuti saben y conocen por tradición el sitio a donde iba a veranear el gobernador español en busca de mejores aires. El P. Alcides conoce el sitio.
16. Así tenía que ser. De 515 españoles la población subió a más de 2.500 habitantes con la llegada de Pedrarias. 17. Las Casas, por Severino, ob. cit., pág. 285, T. II. 18. Herrera, por Severino, ob. cit., pág. 286, T. II. 19. Aplicada a la patolo gí a, modorra si gni fic a ahora una afecci ón encefálica limit ada al ganado lanar, en el si gl o XV I querí a decir en España una infección epidémica para el hombre. 20. Colección Muñoz, citada por Severino, ob. cit., pág. 287, T. II.
CAPÍTULO X 1. Oviedo, ob. cit., pág. 33 2. Enciso, está errado. Son 5 kilómetros. 3. Enciso, cit. por Acevedo Latorre, conf. cit., pág. 1100. 4. Diego Villegas, conf. cit., pág. 194. 5. Severino, ob. cit., pág. 327, T. II. 6. Severino, ob. cit., pág. 290, T. III
7. Enrique J. Arce y Juan B. Sosa. Hist. De Panamá, Cap. III, num. 105. Cita de Severino, pág. 369 T. II. 8. Severino, ob. cit., pág. 369-370 T. II. 9. Romoli, ob. cit., pág. 333 y 334. 10. Oviedo, sumario de la Natural Historia de las Indias, cit. por Severino ob. cit., pág. 388 T. II. 11. J. T. Medina, cit. Por Severino, ob. cit., pág, 388, T. II. 12. Diego Villegas, conf. cit., pág. 295. 13. Quevedo, cit. Por Severino, ob. cit. Pág. 312 T. III. 14. Informe traido por Severino, ob. cit., pág. 384, T. III 15. Diego Villegas, conf. cit., pág. 296. 16. Oviedo, Sumario de la Natural Historia de las Indias, cap. X, pág. 485. 17. Altolaguirra, ob. cit., apéndice, pág. 153. 18. Diego Villegas, conf. cit., pág. 293. 19. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 430, T. II.. 20. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 430 T. II. 21. Severino, ob. cit.,
pág. 430 T. II.
22. Severino, ob. cit.,
pág. 475 T. II.
23. Severino, ob. cit.,
pág. 475 T. II
24. Romoli, ob. cit., pág. 253 y 420. 25. Arch. ce Inidas, por Severino, ob. cit., pág. 485, T. II 26. Carlos Martínez, citado por Diego Villegas, conf. cit., pág. 294. 27. Enrique Otero D´Acosta, Prólogo a Urabá Heroica, Bogotá, 1956. 28. Enrique Otero D´Acosta (Ibid.)
CAPÍTULO XI
1. Pedro Cieza de León, la Crónica del Perú, Madrid, 1862, cap. XCVIII, págs. 102-103 2. Severino, ob. cit., pág. 509, T. II 3. Arch. de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 509, T. II. 4. Cita de Severino , ob. cit., pág. 311, T. II. 5. Oviedo, ob. cit., pág. 135. 6. Medina, citado por Severino, ob. cit., pág. 119, T. II 7. Arch. de Indias, traído por Severino, ob. cit., pág. 124, T. III. 8. Severino, ob. cit., pág. 120 T. III. 9. Arch. de Indias, cita de Severino, ob. Cit., pág. 124, T. III. 10.Severino, ob. cit., pág. 142, T. III. 11.Altolaguirre, ob. cit., pág. 113. 12.Donaldo Bossa Herazo, arta al autor de fecha 12 de Noviembre de 1981. A pesar de esto, el Dr. Tomás C. MosqueraWallis tiene en su biblioteca la Causa Mortuoria de Pedro Zepeda, ante el Alcal de ordinario de Pop a yán de 159 9 a 1600. 13.Pascual
de
Andagoya,
relación
de
los
sucesos
de
Pedrarias,
citado por Severino, ob. cit., pág. 145, T. III 14.Severino, ob. cit., págs. 146-147 T. III. 15.Ramón García Ruiz. El Canal de Panamá, Méjico, 1945, pág. 16. De l a belle za de Ana yansi se ha bla mucho. 16.Severino, ob. cit., pág. 149 T. III.
CAPÍTULO XII 1. Permanece aquí todo el resto del año de 1516 y 1517, trabajando. En 1518 sale para el Pacífico. 2. Quevedo citado por Severino, ob. Cit., pág. 134, T. III. 3. La Dra. Romoli dice que él mismo llevaba un tablón al hombro. 4. Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 162. T. II. 5. Anda go ya , cit ado por Seve rino, ob. cit., 165, T. III. 6. Arch. De Indias, por Severino, ob. cit., pág. 165, T. III. 7. Arch. De Indias, por Severino, ob. cit., pág. 166, T. III. 8. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 166, T. III. 9. Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 168, T. III. 10. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 168, T. III. 11. Las Casas, la misma referencia ordinal 9. 12. Antonio de Herrera, Historia de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Madrid, 1934, T. II, pág. 379. 13. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., pág. 169, T. III. 14. Cuando Balboa salió por segunda vez para el Mar del Sur le dieron
un
plazo
fijo
para
esta
exploración.
Como
no
pudo
cumplir el plazo, le fue ampliado. Queda así aclarado esto del plazo. 15. Las Casas, citado por Severino, ob. cit., pág. 324, T. III. 16. Oviedo, ob. cit., T. V, pág. 177. 17. Oviedo citado por Hernández, ob. cit., pág. 158, T. II.
CAPÍTULO XIII
1. Oviedo, citado por Severino, ob. cit., págs. 347-348, T. III.
2. Arteaga, ob. cit., pág. 55. Severino, ob. cit., 378, T. III. 3. Severino, ob. Cit., pág. 378 T. III.
CAPÍTULO XIV
1. Las Casas citado por Severino, ob. cit., pág. 387, T. III. 2. Oviedo citado por Severino, ob. cit., pág. 388 T. III 3. Oviedo, ibid. 4. Oviedo, ibid. 5. Severino, ob. cit., pa´g. 397 T. III. 6. Oviedo, citado por Diego Villegas, Conf. cit., pág. 416 T. III. 7. Archivo de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 416, T. III 8. Oviedo, ob. cit., pág. 9 T. III. 9. Andagoya, citado por Severino, ob. cit., pág. 419, T. III. 10. Arch. de Indias, citado por Severino, ob. cit., pág. 419, T. III. 11. Ver recorte de prensa en los anexos.
CAPÍTULO XV
1. Severino, ob. cit., pág. 457, T. III 2. Eduardo Gutiérrez de Piñeres, Documentos para la Historia del Departamento de Bolívar, Cartagena 1924, pág. 69 3. Fray Pedro Simón, ob. cit., parte III, Noticia, la, cap. XXX. 4. Pedro Cieza de León, ob. cit., pág. 21. 5. Badillo citado por Enrique Marco Dorta, Cartagena de Indias, la
Ciudad y sus Monumentos, Sevilla 1951, pág. 193. 6. Antonio Mantilla Tascón, “Los Viajes de Julián Gutiérrez al Golfo de Urabá”, Sevilla, 1945, pág. 8. Parece que esta fue la primera corraleja celebrada en la costa y no en 1510 como dice el historiador Eduardo Lemaitre que la celebró Balboa en Acla, ya que en 1510 estaba en Santa María
y solo la visitó en 1511 o
en 1512 cuando allí reinaba Careta. Después estuvo en 1513 de paso para el Mar del Sur y luego en 1516 cuando Pedrarias lo mandó a poblar a Acla. No hemos podido encontrar referencias de que Balboa hubiera celebrado fiestas de toros en Acla. 7. Severino, ob. cit., pág. 476, T. III. 8. Tal vez sea este el primer secuestro con fines políticos en la Historia de América. 9. Severino, ob. cit., pág. 476, T. III. 10.
El suscrito ha explorado en el desembocadura y alrededores del río Caimán Nuevo y no hay rastros de esta fundación.
11.
Severino, ob. cit., pág. 478, T. III.
12.
Pedro Cieza de León citado por Severino, ob. cit., pág. 483, T. III.
13.
Cieza de León citado por Severino, ob. cit., pág. 491, T. III.
14.
Antonio Gómez Campillo, Santa Fé de Antioquia, citado por Hernández, ob. cit., pág. 308, T. II.
15.
En este pueblito vive un gran pintor primitivista, Marcial Alegría, descendiente de estos indios. La tradición de celebrar el 20 de Enero, en honor a San Sebastián, con corralejas, se conserva en Córdoba y Sucre.
CAPÍTULO XVI
1. Fray Pedro Simón, cit. por Sev erino, pág. 13, T. IV. 2. Fray Pedro Simón, ibidem, pág. 18, T. IV. 3. Severino, ob. cit., pág. 25, T. IV. 4. Su
verdadero
nombre
era
Adrián
von
Uffelde,
dominico,
flamenco, actuó muchos años en el Darién. Citado por Severino, pág. 42, T. IV, quien lo ex trajo del Archivo de Indias. 5. En 1940 el P. Misionero Carmelita, Telésforo Larrazabal de la Sagrada
Familia, trató de escalarlo. Después de dos
días
de
ascenso desistió de su idea. Pa rtió a Un gí a. Ho y en día , un conde belga de apellido Villegas, pasa sus vacaciones anuales allí. 6. Hubert Howe, History of Central America, citado por Severino, ob. Cit., pág. 73, T. IV. 7. Carlos Pere yra, B reve Hist ori a de Améri ca, p ág. 258 , Santia go de Chile, 1938. 8. Exquemelín Alexandre, Los Piratas de América, Barcelona, 1971, pág. 89. 9. Informe de un P. Capuchino, cit. por Artega, ob. Cit., pág. 103. 10. Fundado por Alonso de Heredia a 150 mts. De lo que hoy es Purísima, en el Municipio de Momil, Córdoba. 11. Severino, ob. cit., pág. 297, T. IV. 12. Berrocal, “La Colonización antioqueña en el departamento de Córdoba, Montería, 1980, ob. cit., pág. 45.
CAPÍTULO XVII 1. El Alcalde de Tolú residía en 1760 en Locrica. Dato traído por el P.
Severino,
quien
cita
unos
documentod
que
reposan
en
el
archivo ma yor de la Gobernaci ón de Carta ge na, de fecha 27 de Abril de 1761. 2. Los alrededores del actual Damaquiel han sido pintados por el acuarelista Julio Carlos Angulo, de San Juan de Urabá. El cuadro lo tiene Don Camilo Echavarría Restrepo de Medellín. 3. Marcelino Gamuza, Ag. Rec., Misiones Candelarias en Colombia, T. I, Bo gotá, Imprenta de San Bernardo, 1920. 4. Informe del P. Alonso de la Cruz, citado por Arteaga, ob. cit., págs. 84 a 86. 5. Punta de Piedra es hoy una hacienda, situada a la orilla del mar, entre
Turbo
y
Necoclí.
Fundada
por
Don
Pablo
Ehavarría
Echavarría, de grata memoria en la región. En años pasados fue muerto allí por l a guerrilla, el que era su pro piet ari o: Rogelio Mont o ya. 6. Citado por Severino, ob. cit., pág. 189, T. IV. 7. Severino, ob. cit., pág. 190, T. IV.
CAPÍTULO XVIII
1. Edgar Vaughan. La colonia escocesa en el Darién (1698-1700) y su importancia en los anales británicos. El Dr. Diego Villegas le suministró al autor fotocopia de este trabajo sin decir de qué libro o revista lo tomó. 2. Vaughan, ob. Cit., pág. 194.
3. Vaughan, ob. cit., pág. 195. 4. Vaughan, pág. 195. 5. Se gún Di e go Ville gas, Lion el Wa fer estuvo p risionero en l a ciudad de Antioquia, siendo luego liberado. Carta al autor de fecha 13 de Noviembre de 1981. 6. Vaughan, ob. cit., pág. 197. 7. Vaughan, ob. cit., pág. 198. 8. Vaughan, pág. 200. 9. Vaughan, pág. 205. 10. Ver recortes de prensa en los anexos. No he tenido noticias de si la
nave
fue
rescatada
y
encontrado
el
coñac.
Tal
vez
Don
Mauricio Obregón nos pueda decir algo. 11. Vaughan, pág. 207. Parece, y valdría la pena investigar que los anteriores colonos se refugiaron en la zona que ho y ocupa el pueblo de Gilgal, que según Villegas, es palabra gaélica, en el Urabá chocoano. Por qué perdura este nombre en la región? Más tarde, al comentar la obra el P. Alcides Fernández me referiré a este pueblo. 12. Vaughan, ob. cit., pág. 209. 13. Ver en los anexos los recortes de prensa. 14. Severino, ob. cit., pág. 249, T. IV. 15. Vaughan, ob. cit., pág. 215.
CAPÍTULO XIX
1. F.J.
Vergara
y
Velasco,
Notas
Reclús, Bog. 1893, pág. 375.
a
la
Geografía
Universal
de
2. Severino, ob. cit., pág. 256, T. IV. 3. A. B. Cuervo. Descripción del Golfo del Darién, colección de documentos inéditos, pág. 254, T. II, Bogotá 1892. 4. Severino, ob. cit., pág. 303, T. IV. 5. Esta
lista
puede
descendientes
de
ser
ellos
interesante en
la
región.
porque En
el
pueden Sinú
vivir
no
hemos
detectado a ninguno ya que los que existen en Montería son los descendientes de que llegaron a trabajar a Marta Magdalena en 1882.
Ver
a
Berrocal
“Colonización
Antioqueña
en
el
Depart amento de Córdoba”, pá g. 58 y ss., obra ya citad a. 6. El autor en sus exploraciones por Urabá los ha podido ver. 7. Sin embargo, el autor no las ha podido localizar, pero una de las monjitas
de
la
Madre
Laura,
que
tienen
una
casa
en
la
desembocadura del río Caimán Nuevo le informó que en los ce rros ad ya cent es a la misma h an encontrado tiest os españoles. 8. Informe citado por el P. Severino, ob. cit., pág. 320, T. IV. 9. Datos dados al autor por Don Carlos Dereix, hijo de Don León, en la ciudad de Montería.
CAPÍTULO XX 1. Severino, o b. cit., pág. 288 T. IV. 2. A.B. Cuervo, ob. cit., págs. 119 y 133.
CAPÍTULO XXI
1. Informe del Secretario de Gobierno de la ciudad de Popa yá n, citado por Severino, ob. cit., pág. 41, T. V.
2. James J. Parsons. Urabá: Salida de Antioquia al Mar. Traducido por Carolina Evans de Villa bajo la dirección del Instituto de Integración Cultural con los auspicios del Banco de la República y de Corpourabá. Pág. 43. 3. Felipe Pérez. “Geografía Física i Política de los Estados Unidos de Colombia”. Bogotá, 1862. 4. Severino, ob. cit., pág. 205 T. V. 5. Datos de Severino, ob. cit., T. V, pág. 49. 6. En Colombia solo existen hoy dos pequeñas tribus: Una en el ´río Tanela, arriba del pueblo de este nombre y la otra en el río Caimán Nuevo. Ambas han sido visitadas por el autor. 7. Memorial
del
Vicariato
Apostólico
del
Darién,
citado
por
Severino, ob. cit., T. V, pág. 218. 8. Ernesto.
J.
Castillero,
publicado
en
Epocas
de
Panamá,
Diciembre de 1946, con el título: “El Caucho en el Istmo”. 9. Parsons, ob. cit., pág. 44. 10. Parsons, ob. cit., págs. 44 y 45. 11. Así lo llamaba Don Felipe Pérez en su Geografía i política de los Estados Unidos de Colombia, Bogotá, 1862. 12. Parsons, pág. 45. 13. Parsons, ob. Cit., pág. 51. 14. En 1887 se trasladó Dabeiba a su sitio actual, cuando fue elevada a la categoría de Municipio. Ver Juan Enrique White, Historia del camino nacional de Frontino a Turbo pasando por Dabeiba y Pavarandocito al Golfo de Urabá, 1915, págs. 4 y 5. 15. Don Carlos Segismundo de Greiff, vivía en Urabá y es el tronco en Colombia de la interesante e inteligente familia De Greiff que
ha dado ejemplares humanos de la talla de Don Carlos y Don Otto. El fue quien bautizó a Dabeiba con el actual nombre en honor a Dabeiba Hernández. Ver Parsons ob. cit., pág. 52. 16. Juan E nrique Wh ite es tío abuelo de Don Enrique Uribe White ya que era hermano de Don Roberto que casó con Rosario Uribe Urib e y una hij a de éstos, Doña Luisa White c asó con Don T omás Urib e U ribe, p adr e del D r. Enrique Uribe Whit e. Don Tomás Uribe Uribe era hermano del General Rafael Uribe Uribe. 17. Parsons, ob. Cit., pág. 65. 18. Parsons, ob. Cit., pág. 65.
CAPÍTULO XXII 1. Lieutenanat N. Michler, citado por Parsons, ob. cit., pág. 47 2. Parsons, ob. cit., pág. 48. 3. Francisco
Vergara
y Velasco,
Nueva
Geografía
de
Colombia,
1892. 4. Arteaga, ob. cit., pág. 131. 5. Eusebio
Campillo
condiscípulo
del
nació padre
en de
Cartagena,
Don
Donaldo
de
raza
Bossa
negra.
Herazo
Fue en
la
Universidad de Cartagena hacia 1892 y años siguientes. Datos dados al autor por Donaldo Bossa Herazo. 6. Adel López Gómez, “Historia y Leyenda del Rey de la Tagua”. Boletín
Cultural
Biblioteca
Luis
y
Bibliográfico.
Ángel
Arango,
Banco
Volumen
de VI,
la num.
República, 6,
1963,
Bogot á. 7. Parsons, ob. cit., pág. 49. 8. En la desembocadura del río San Juan, unos 5 kilómetros abajo
del pueblo de San Juan de Urabá, todavía se pueden ver piezas abandonadas de la maquinaria que usaron para ña explotación de estas maderas. 9. Padre de Doña Magola Azuero de Gamboa. 10. En
Brunito,
río
Mulatos,
dejaron
un
tractor
abandonado
que
todavía se puede ver. 11. El Dr. Hernando Agudelo Villa tendría mucho que contar sobre estas exploraciones. 12. Citado por Severino, ob. cit., pág. 176, T. V. El Padre Pablo del Santísimo Sacramento vive hoy en Cúcuta.
CAPÍTULO XXIII
1.
María Vistoria Mejía es de las más hermosas mujeres que ha producido Antioquia.
2.
Cuenta Don Luis Mejía Arango, hijo de Don Gonzalo.
3.
Datos enviados al autor por Don Luis Mejía Arango, hijo de Don Gonzalo Mejía.
4.
Guillermo
Echavarría
Mi.,
Camilo
C.
Rstrepo,
Servigráficas,
Medellín, 1979, págs. 56 y 57. 5.
Echavarría Misas, ob. cit., pág. 72.
CAPÍTULO XXIV 1. Severino, ob. cit., pág. 188, T. V. 2. Severino, ob. cit., pág. 188, T. V. 3. Alcides Fernández Gómez, Alas sobre la selva, Misterium, 1976, Medellín, págs. 83 y 84.
4. Fernández, ob. cit., pág. 85. 5. Fernández, ob. cit., pág. 85. 6. Tomado de un viejo manual de vuelo de la Empresa Aerotaxi, que era
filial
de
Avianca,
velocidad
de
crucero
de de
fecha un
13
de
Beaver,
octubre que
eran
de los
1973.
La
aviones
utilizados por Aerotaxi, es de 120 millas por hora, según el capitán
alemán
Gerhard
Thyben,
que
es
además
héroe
de
la
guerra de 1939. 7. Fernández, ob. cit., págs. 238 y 239. 8. Pedro López Michelsen que conoció y trató al cojo Gómez podría escribir un ameno relato sobre este célebre personaje. 9. Parsons, ob. cit., pág. 138.
CAPÍTULO XXV
1. Parsons, ob. cit., pág. 103. 2. Tomás Mc Cann. Una Empresa Norte Americana. La Tragedia de la United Fruit, Grijalbo, 1976, pág. 27. 3. Mac Cann, ob. cit., pág. 180. 4. Carta de Unibán, Separata, La Sigatoka Negra, 1981, pág. 3. 5. Ibid. 6. Ibid. 7. Ibid. 8. Fernando Botero Herrera – Diego Sierra Botero, El Mercurio de Fuerza de Trabajo en la Zona Bananera de Urabá, Universidad de Antioquia, Editorial lealón, Medellín, 1981, págs. 56 y 57. 9. Botero y Sierra ob. cit., pág. 27.
10. Carta de Unirán, Separata, No. 2 pág. 10. 11. Margarita Ramírez G., Revista Augura, No. 1, 1982, pág. 15. 12. Ibid. Otros detalles sobre exportación, producción en los anexos. Lo mismo exportación de plátano. 13. John Jairo Ramírez, revista Corpourabá No. 4, Medellín, año 1981, pág. 31. 14. Al respecto pueden ver el excelente trabajo de Fernando Botero Herrera y Diego Sierra Botero, citado en este Capítulo.
CAPÍTULO XXVI
1. Remberto Burgos, El General Burgos, Bogotá, 1965, págs. 73 y 74. 2. Parsons, ob. cit., pág. 120. 3. Burgos, ob. cit., pág. 346. 4. Burgos, ob. cit., págs. 347 y 348.
ANEXOS
1. Torres de Mendoza. Documentos inéditos del Archivo de Indias. Tomo XXXII /103. 2. Este requerimiento era igual para todos los conquistadores. 3. C.H. Haring, El Comercio y la Navegación entre España y las Indias en épocas de los hapsburgos, México, 1939, pág. 122. Haciéndo cálculos el autor de estas notas y basado en la obra ante rior co nclu ye que más o me nos un D´la r costa ría ho y 272.72 maravedís.
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