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Spanish; Castilian Pages 336 Year 2008
Insignia pastora
ESTUDIOS Y ENSAYOS -*BAC *
HISTORIA
La Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) nació del tronco de La Editorial Católica y del impulso del catolicismo social que propugnaba el luego cardenal Ángel Herrera Oria. Su primer libro, la Sagrada Biblia, apareció el 18 de marzo de 1944. Desde entonces, la BAC ha mantenido los trazos de su primera identidad, que la presentan como «el pan de nuestra cultura católica» por su propósito de publicar lo mejor del patrimonio doctrinal y literario de la Iglesia y lo más granado del pensamiento cristiano de todas las épocas. De ahí que la BAC se haya reconocido siempre como un servicio hecho ala fe y a la cultura, máxime en su tradición de expresión castellana. Tal servicio lo realiza la BAC con acendrado sentido eclesial, acentuando la adhesión al magisterio del Papa y la comunión con
toda la Iglesia bajo las directrices de los obispos. Y todo ello formando una comunidad moral en la que la Editorial sea puente de comunicación entre autores y lectores que no sólo aprecien el acervo secular del pensamiento cristiano, sino que lo enriquezcan con las aportaciones de cada momento histórico. Para la realización de esta tarea en sus diversas secciones, colecciones y formatos, la BAC ha venido contando
con el especial respaldo de la Universidad Pontificia de Salamanca y con la colaboración de todas las Órdenes y
Congregaciones religiosas, así como con la asistencia y simpatía de autores y lectores, sacerdotes y seglares, hombres y mujeres que, tanto en España e Hispanoamérica como en el resto del mundo, han sabido convertir a la BAC en un hogar intelectual y cultural abierto a todos. No en vano la obra de la BAC ha sido ya definida como «el mayor esfuerzo editorial realizado por católicos españoles desde hace siglos». Ilustración de cubierta: Confirmación de la Orden de San Francisco por el papa Honorio /7/(11,1299). Giotto di Bondone
El palio Insignia pastoral de los papas y arzobispos
José María Martí Bonet
Insignia pastoral de los papas y arzobispos
Biblioteca de Autores Cristianos MADRID · 2008
© José María Martí Bonec Bibliotca de Autores Cristianos, 2008 Don Ramón de la Cruz, 57. 28001 Madrid Depósito legal: M. 6,498-2008 ISBN: 978-84-7914-916-d Diseño de cubierta: BAC Preimpresión: Anormi, S. L. Doña Mentía, 39. Madrid Impreso en España porTorán 8. A. (Grupo IMPRESA)
Reservados todos los derechos. Queda prohibida, total o parcialmente, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y manipulación de esta obra sin previa autorización del editor, de acuerdo con lo establecido en el Código Penal en materia de derechos de la propiedad intelectual.
INDICE GENERAL
Págs.
Prólogo............................................................................................ Siglas y abreviaturas..........................................................................
xin xv xix
CAPÍTULO I. Origen del palio y primeras concesiones del mismo............
3
Bibliografía......................................................................................
El palio y la tiara.......................................................... ¿Todo empezó en León Magno?........................................................... El enigma del origen del palio................................................................ El palio y los vicariatos papales de Arles.............................................. Negación de la concesión del palio al obispo de Taormina (al pie del Etna)......................................................................................................... 6. Ravena: el palio «honor pontifical»...................................................... 7. Otras noticias de concesiones de palios antes del papa Gregorio Magno . 1. 2. 3. 4. 5.
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Capítulo II. El palio en el pontificado de Gregorio (!) Magno...............
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1. Elenco de los privilegios del palio concedidos por el papa Gregorio (I) Magno ..................................................................................... 2. El palio en Italia...................................................................................... 3. El palio en las Gallas y en Hispania...................................................... 4. El palio en el Ilírico........................ 5. El palio concedido a Grecia.................................................................. 6. El palio y los concilios ............................................................................ 7. El palio insignia de honor.......................................................................
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CAPÍTULO III. «Te concedemos el palio de tal modo que ordenes obispos» . .
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1. Un monje benedictino destinado a Inglaterra ..................................... 2. «Cum certum sit» de Gregorio Magno......................................... 3. Estructura jerárquica de la nueva Iglesia de los ingleses...................... a) A san Agustín................................................................................... b) Al obispo de York............................................................................ c) Al sucesor de san Agustín, o sea, al obispo metropolitano de Londres............................................................................................. 4. Importancia del privilegio «cum certum sit»........................
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IV. Sucesores de san Agustín en Canterbury............ .. ..............
47
1. Dos sedes metropolitanas: Canterbury y York .................... 2. Privilegio de concesión del palio a Justo de Canterbury....................
47 49
CAPÍTULO
43 44
ÍNDICE GENERAL
VIII
Págs.
3. Privilegio de concesión del palio de Honorio I a Paulino de York y a Honorio de Cantcrbury............................... 4. El palio en Inglaterra desde el año 633 al pontificado de Teodoro de Canterbury. ..................................................... 5. Teodoro de Tarso, arzobispo de Canterbury.......................................
Capítulo V. El palio en los siglos Vil y vm. Los grandes misioneros europeos y Carlomagno............................................................................................... Las iglesias particulares o nacionales............ ................................. Los arzobispos de Canterbury............................................................. El arzobispo de York.......................................................... ¿Un arzobispo para Mercia?........................ Concesión del palio aItalia: Aquilea y Grado.................................... El palio de Ravena................................................... El palio de Arles .............................................. Concesión del palio a san Willibrordo.............................................. Concesión del palio a san Bonifacio................................................. El palio y las primeras tentativas de restauración de las provincias eclesiásticas en el reino de los francos bajo Pipino y Carlomagno. . 11. El palio y la fundación de las provincias metropolitanas bajo Carlomagno................. ......................................................................... 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.
13. 14. 15. 16. 17. 18. 19.
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VI. Se generaliza la intervención del Papa (800-1043).............
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¿Iglesias autóctonas?..................................................... Los arzobispos........................................................................................ Contexto histórico................................................................................. Concesión del palio desde el año 813 a Nicolás 1: Grado y Aquilea . Salzburgo y el palio del 824 al 837 ................................................... Arles y Vienne: conflictos entre las dos sedes metropolitanas.......... Hamburgo, Iglesia de misión............................................................. Metz: Crodegango, arzobispo favorito del emperador...................... Reims: el problemático Hincmaro...................................................... «El palio lo concede Roma, no Constantino pía»............................. El palio y las Responsa ad consulta bulgaroruni de Nicolás I............. Concesiones del palio en los pontificados de Nicolás I y de Adria no II (858-872)..................................................................................... Colonia y Tréveris. Elección no canónica de Williberto................. «El diablo en algunas elecciones de obispos ha escalado los más altos puestos»................................................................................................... Bourges y Nantes: el palio tiene la preeminencia sobre todas las otras insignias pontificias..................... Dol y la provincia de la Bretaña francesa............................................ Sens y el palio........................................................................................ El palio episcopal y el IV concilio constantinopolitano.................. Concesiones del palio en el pontificado de Juan VIII(872-882) . .
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CAPÍTULO
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.
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IX
ÍNDICE GENERAI.
a) b) c) d) é) f) g) h) i)
Tréveris................................................... Colonia............................................................................................... Arles................................. Metz.................................................................................................. Salzburgo.......................................................................................... Pavía (Ticinum) ................................................................................. Dalmacia............................................................................................. Bulgaria........................................................ Concilio deRavena del afio 877.........................................................
VIL Incremento del palio en el período de decadencia papal: concesión del palio a Italia, Francia y Dalmacia (884-1046)............
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CAPÍTULO
1. Norte de Italia.......................................................................................... a) Grado y Aquilea. Los dos patriarcas de la región de Venecia ... b) Vercelli. Gregorio Magno tres siglos antes había concedido el palio al obispo de Vercelli.............................................................................. c) Milán. El palio y el traslado de sede.............................................. d) Ravena. El palio, un conspicuo honor......................................... 2. Sur de Italia. Creación de nuevas provincias metropolitanas............ a) Benevento. La provincia la constituirá una metrópolis y doce diócesis sufragáneas............................. b) Salerno. Lazos con que se vinculan el metropolitano y el Papa . c) Amalfi es provincia eclesiástica gracias a la petición del señor du que de aquella ciudad....................................................... 141 d) Barí. «La anterior sumisión a Constantinopla debe darse ahora a Roma»............................................................................... 143 3. Sur de Francia y Marca Hispana......................................... 144 a) Narbona. Falsificación de documentos para conseguir el palio. . b) La Marca Hispana (Catañula). Tres intentos de restauración de la provincia tarraconense............................................................... 4. Norte de Francia..................................................................................... a) Langres. En oposición al papa Esteban VI (el del «concilio cada vérico») se concedió el palio al obispo de Langres...................... b) Reims. Hugo de Vermandois tenía cinco años cuando fue elegi do arzobispo........................................................................... c) Lieja* El «nacum» de la cabalgadura de quien poseía el palio... d) Bourges. «Fue a Roma a recibir el palio»....................................... 5. Dalmacia.................................................................................................. — Espalado (Split) y Ragusa. Los obispos sufragáneos no podían actuar sin el consentimiento del obispo metropolitano........................... VIII. Incremento del palio en el período de decadencia papal: concesión del palio a Alemania e Inglaterra (884-1046)...................
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CAPÍTULO
1. Alemania................................................................................................. a) Salzburgo. Según unos falsos privilegios, los metropolitanos no son más que vicarios del Papa.............................
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155
ÍNDICE GENERAL
X
Págs. b) Colonia. «Compró con oro y gemas tantos palios como quiso» . c) Tréveris. Ampliación de los días del uso del palio......................... d) Maguncia (Mainz). Primado de Tréveris y Maguncia. Apelaciones a Roma.............................................. e) Magdeburgo. El palio, signo de potestad metropolitana ...... f) Hamburgo. Muchos privilegios, pero algunos de ellos falsificados . 2. Inglaterra.................................................................................................. a) Canterbury. Todos sus arzobispos metropolitas (candidatos) iban a Roma. Alguno moría en el camino (en los Alpes). ¿Simonía papal? . b) York. De los diez arzobispos, por lo menos cuatro fueron a Roma a recibir el palio................................................................................. 3. Conclusiones (el palio desde el año 884 al año 1046)...................... a) Período clave de la evolución del palio ..................................... b) Modo de recibir el palio................................................................... c) El palio, fuente de derechos jurídicos.............................................
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La reforma gregoriana y el palio en Italia y en Dalmacia (1048-1143).............................................................................................
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CAPÍTULO IX.
1. Concesión del palio en el norte de Italia............................................... a) Grado. El arzobispo-patriarca no tiene la plenitud de la potestad. Ésta sólo la posee el Papa................................................................ b) Aquilea. El palio se da para «la promoción de los metropolitanos» . c) Milán. Se le da al arzobispo el palio para que mejor ejerza su oficio.................................................................................................. d) Verona. «Que el arzobispo vaya a Roma, pero que no se olvíde de los anteriores privilegios»............................................ e) Cagliari. El palio se concede gracias a la liberalidad de la Santa Sede..................................................................................................... f) Torres de Cerdeña............................................................................ g) Pisa, Génova y las islas de Córcega y Cerdeña. Conflictos de jurisdicción........................................................................................ h) Pavía. El naco................................................................................... i) Lucca. Se le concede el palio por ser su obispo muy devoto del Papa . j) El antipapa Clemente II era de Ravena.......................................... 2. Concesión del palio en el sur de Italia................................................. a) Benevento. Los obispos sufragáneos deberán ser sumisos al arzo bispado de Benevento..................................................................... b) Salerno. El palio y el traslado de diócesis..................................... c) Acerenza metropolitana. Debe aparecer en todo la equidad romana. d) Barí. «Para recibir el palio es conveniente que haya caridad» ... e) Iraní defendía el rito latino. Iraní sólo dependerá de Roma ... f) Brindis (Bríndisi). Era un puerto seguro para los cruzados .... g) Palermo. Es una sede metropolitana instituida por el Papa .... 3. Concesión del palio a Dalmacia................................................... a) Antivari (Montenegro). El rango de la sede metropolitana no debe paliar ni disminuir la autoridad papal................................
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ÍNDICE GENERAL
Pdgs. b) Ragusa (Croacia). Se concede el palio teniendo presente los privi legios anteriores...................... 196 c) Espalato (Split-Croacia). Se pone en tela de juicio la exigencia del juramento y la exigencia de que todos los sínodos sean aprobados por el Papa..................................................................... 196
X. La Reforma Gregoriana y la concesión del palio a Borgoña, Francia y España (1048-1143).....................................................................
CAPÍTULO
1. Concesión del palio a Borgoña y Francia............................................ a) Narbona. Oposición a Lyon y Aix................................................. b) Le Puy. Diócesis exenta............................................................. c) Arles. Los prelados contrarios a Gregorio VII.............................. d) Vienne. Primado de Tarentaise (Chambéry)................................ e) Aix. «El palio es la plenitud del oficio pontifical»......................... f) Embrun. Por mandato del Papa el arzobispo ha sido elegido por el pueblo y el clero............................................................................ g) Autún. La sede apostólica que constituyó primados, metropoli tas y obispos puede fijar sus límites................. ............................. h) Besan^on. Las insignias arzobispales............................................... i) Reims. El palio y la consagración de los reyes de Francia.......... j) Ruán (Rouen). No se puede ejercer el oficio arzobispal si no se posee el palio........................................................ k) Sens. Su metropolita debía someterse al de Lyon......................... l) Tours. «Juró fidelidad al Papa»...................................................... m) Dol. El candidato por el pueblo y clero no es ordenado por el Papa. Ordena, en cambio, a un acompañante.............................. n) Bourges y el palio............................................................................ o) La us ana y el palio.............................................. 2. Concesión del palio a Hispania............................................................. a) Toledo. El primado y el palio........................................................ b) Braga. No se acepta el palio concedido por el antipapa Clemen te III............................................ c) Compostela. Al polémico arzobispo Diego Gelmírez se concede el palio «porque en su sede está enterrado Santiago».................... d) Tarragona (Vic y Barcelona). El palio de san Oleguer, obispo de Barcelona y arzobispo de Tarragona.....................
La Reforma Gregoriana y la concesión del palio a Alema nia, Inglaterra y Palestina (1048-1143)..............................................
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CAPÍTULO XI.
1. Concesión del palio a Alemania............................................................. a) Salzburgo. Los arzobispos elegidos por el clero y pueblo eran ordenados por el Papa..................................................................... b) Tréveris. «El buen pastor dejará las noventa y nueve ovejas para ir en búsqueda de la descarriada»................................................... c) Colonia. Viajes regulares del arzobispo a Roma...........................
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ÍNDICE GENERAL
XII
Pág¡.
d) Maguncia (Mainz). Cruz preciosa en compensación del palio . . e) Magdeburgo. Regularidad en la concesión del palio.................... f) Hamburgo. Legación apostólica para las zonas misioneras del norte de Europa................................................................................ g) Halberstadt (Sajonia). Los canónigos podrán revestirse con la mitra................................................................................................. h) Bamberg (Baviera). Especial rango dela diócesis.......................... i) Lund (Dinamarca). Evangelizadas las zonas extremas del norte de Europa................................................................................................ 2. Concesión del palio a Inglaterra...... .................................................... a) Canterbury. Dos palios para Lanfranco de Bec........................... b) York. Los ladrones motivaron la concesión del palio................. 3. Concesión del palio a Palestina (Tierra Santa)..................................... a) Monte labor (Galilea y Tiberíades). Un metropolita guerrero. . b) Jerusalén. Con el palio se concede la plenitud de oficio patriarcal . c) Tiro. Su arzobispo es ordenado por el patriarca de Jerusalén, pero es investido en Roma personalmente por el Papa......................... XII. La evolución del palio: de una insignia honorífica a una jurídica.......................................................................................................
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CAPÍTULO
1. 2. 3. 4.
5. 6. 7. 8. 9. 10. 11.
237
Ir a Roma y jurar fidelidad al Papa...................................................... Como si fueran «las manos de Pedro». Control papal...................... ¿Los arzobispos son unos simples trabajadores del Papa? .......... ¿Los arzobispos son sólo unos vicarios del Papa? Argumentación, por lo menos, dudosa....................................... El Papa es el vértice de la pirámide eclesiástica.................................. El juramento feudal al Papa exigido a los arzobispos...................... El Papa se defiende....................................... ............................... La reserva papal de derechos................................................................ Otras interesantes noticias sobre la evolución del palio.................... Con el palio se asegura la necesaria comunión con Roma............... El palio después de la Reforma Gregoriana (después del año 1143).
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XIII. Conclusiones: Una interesante historia...........................
247
CAPÍTULO
Documentos de la investigación que se citan en el presente es tudio.......................................................
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APÉNDICE:
257
ÍNDICE ONOMASTICO................................................................................................................
297
ÍNDICE DE LAS DIÓCESIS CUYOS PRELADOS RECIBIERON EL PALIO.........................
307
PRÓLOGO
Cuando en el año 1972 defendí la tesis doctoral en la Universidad Gregoriana de Roma sobre la evolución histórica del palio según los privilegios papales, explicaba, a quienes me preguntaban, cuál era la materia de la investigación y todos los detalles de su amplia evolución que iba desde el siglo V al XII. Sin embargo, no sé si me hacía enten der suficientemente. Tengo mis dudas. Por más que les aseguraba que esta insignia estudiada no tenía nada que ver con el palio que un jefe de Estado usaba al entrar solemnemente en las iglesias, mi intento aclaratorio posiblemente era inútil, estéril y efímero. A ellos, quizás, poco les interesaba la evolución histórica de tan enigmática insignia papal usada por el obispo de Roma y por los arzobispos desde el si glo VI hasta nuestros días. Hoy día, después de las ceremonias de inauguración de los ponti ficados de los papas Juan Pablo I y II y a la vez del reciente Benedic to XVI, difícil será encontrar a alguien —entre los católicos— que des conozca la importancia del palio, en cuanto que es una insignia que representa el pastoreo de los papas y de los arzobispos metropolitanos. Así creemos que ha entrado en el ámbito de pleno interés incluso informativo a nivel mundial. Posiblemente hoy se conoce qué es el palio, pero quizás se desconoce su intrincada historia interna. Éste es pues el intento del presente libro que, a buen seguro, aportará un con junto de informaciones históricas que ayudarán al pleno conocimien to de la insignia que ya en el siglo XI era considerada la más notable entre las insignias papales. El presente estudio intenta ser divulgativo para el gran público interesado en la historia eclesiástica pero, a la vez, pretende dar pre cisas notas dé fuentes y bibliografía para quienes quieran ampliar el contenido de la mencionada investigación. Investigación que ya ofrecimos en la tesis doctoral publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en la editorial Herder en el año 1976, pero que precisaba una revisión en lo referente a la bibliografía y una más amplia divulgación. Es un tema que hasta el presente no ha sido objeto de un libro para el gran público, como el que ahora edita la Biblioteca de Autores Cristianos. Éste es nuestro intento. Esperamos que será grato y aceptado por los lectores del mismo, a los que agra-
XIV
PRÓLOGO
cezco su lectura. Reitero también las gracias a BAC, que me ha hon rado de nuevo en editar dentro de su catálogo otro estudio mío. Esos volúmenes editados son el fruto de mi larga docencia —37 años— en la Facultad de Teología de Cataluña, Universidad de Barcelona y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona, siempre en el área de la historia de la Iglesia, a la que tanto respeto y amo. A la vez, estas ediciones pueden sostenerse gracias a la paciencia de mis nume rosos alumnos y a los lectores benignos, como los que ahora adquirís este libro. Es verdad que la paciencia es una gran virtud. ¡Gracias por practicarla!
José María Martí Bonet
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SIGLAS Y ABREVIATURAS
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SIGLAS Y ABREVIATURAS
2. Abreviaturas a. arch. arz. cron. diss. doc. emp. facs. cart. gob. lib. micros. ob. n. pac. pres. prin.
año archidiácono (ardiácono arzobispo cronista tesis documento emperador/emperatriz facsímil cartulario gobernador libro microforma obispo número patriarca presbítero pr í ncipe/pri ncesa
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EL PALIO
El papa Juan VI (701-705)
Capítulo I ORIGEN DEL PALIO Y PRIMERAS CONCESIONES DEL MISMO 1. El palio y la tiara
Según el ceremonial de la Iglesia romana, al nuevo Papa elegido en el último cónclave (abril de 2005) por los cardenales se le impuso una singular insignia: el palio. Así lo hemos visto en la ceremonia de la inau guración del pontificado del papa Benedicto XVI después de su elec ción el 19 de abril de 2005. Ante todo cabe decir que el palio que estu diamos no es el dosel portátil por cuatro o seis barras que se utiliza en algunas procesiones eucarísticas (con la custodia) o en los pasos de Semana Santa. Así como tampoco nos referimos al usado por el obispo en la solemne entrada de una iglesia o el que de un modo posiblemen te incorrecto usaba el general Franco en España en la entrada de algu nos templos, sino al palio que es un especial ornato o vestido que pro bablemente procede de la toga paliata romana o del omoforion griego. Esta insignia está configurada por una banda (cinta o estola) circu lar blanca y de lana que, a modo de escapulario, se coloca delante del pecho y detrás en la espalda y que es ornamentada por seis pequeñas cruces de seda negra, aunque el que Benedicto XVI utiliza, las crucecitas son de color rojo y se coloca ladeado a su izquierda. Esa misma estructura del palio y el que sea de lana nos evocan la representación de la oveja (perdida y hallada) colocada alrededor de la espalda del buen pastor, figuración entrañable del mismo Jesucristo que es bella mente representado en las catacumbas romanas según el relato poéti co de los evangelios: el buen pastor. La lana del palio procede de las ovejas que son bendecidas en la fes tividad de santa Inés después del pontifical celebrado en la iglesia de la misma denominación que se halla fuera de las murallas (fuore le mura) de la ciudad romana. Los palios una vez confeccionados son bendeci dos después de las primeras vísperas de la festividad de san Pedro y son custodiados en una caja de plata dorada a los pies del altar mayor de
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la basílica vaticana. Esta pequeña arca es totalmente visible en la crip ta de la mencionada basílica. En el transcurso de la historia eclesiástica poseer y revestirse del palio papal equivalía al reconocimiento del rango del sumo pontífice y, por el contrario, el no poseerlo debía entenderse como que se había producido una destitución, ya que las insignias tenían mucha impor tancia en una sociedad (como la del bajo imperio romano o medieval) en la que se daba un lenguaje connatural de signos representativos de derechos, poderes y funciones. Pero también en estas últimas décadas (a caballo de los siglos XX y XX1) se ha dado gran importancia a esta insignia en los actos de inauguración de los pontificados anteriores al ?apa actual Benedicto XVI. Recordamos las ceremonias inaugurales de jos pontificados de Juan Pablo I, Juan Pablo II y el actual Bene dicto XVI. Según el ceremonial vigente, el mayor cardenal diácono, el chileno Jorge Medina Estévez (protodiácono), impuso el palio a Be nedicto XVI. Aunque, como veremos, antes era el de más rango de los cardenales obispos y en concreto el obispo de Ostia quien imponía el palio al nuevo Papa (doc. 1)1. Consta que la ceremonia de la imposición del palio o de su destitu ción (o expolio) se daba por lo menos ya en el siglo VI. Concretamente la fiable crónica consignada en el Liberpontificalis, códice conservado en el Archivo Secreto Vaticano, nos relata que en el año 537 el papa Silverio fue injustamente depuesto por la esposa del emperador Justiniano de Bizancio. Curiosamente el texto de la crónica (o Liber pontificalis) nos dice que «el Papa fue convocado a la cámara de la emperatriz y entró también en ella un subdiácono, el cual se atrevió a arrancar el palio al asustado Papa y enseguida Silverio fue conducido a otra habitación, en donde le cambiaron los vestidos quedándose sólo con los de monje». «Después —continúa el Liber pontificalis— entró otro subdiácono, el cual al ver al Papa sin palio proclamó ante todo el pueblo que el Papa había sido depuesto» (doc.4). En esta ocasión el papa Silverio fue acu sado —o mejor dicho calumniado— de alta traición. Obviamente aquellos tiempos han pasado ¡gracias a Dios! Sin embargo aun hoy día, 1 En todo el libro utilizamos la abreviatura «doc.» para indicar el documento (privilegio, cró nica, anales..,) que viene señalado en el apéndice. En este caso el documento 1 tiene el siguiente regesto: año 33¿, Marcos papa conceda el palio al obispo de Ostia por ser el consagrante del obispo de Roma. Y se añade la fuente más importante en donde se puede encontrar el documento. En nues tro caso el LP (Liber Pontificalis o crónica oficial de los papas) editado por L DucHESNE (ed.), Le Liber pontificalis, I (París 1 21955) 33-48. También se indica la página de nuestro libro Roma y las iglesias particulares en la concesión del palio a los obispos y arzobispos de Occidente (años 513-1143) (Barcelona 1976) 9 (cf. MB),
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el peculiar significado de esta insignia persiste no sólo para el Papa sino también para todos los arzobispos metropolitanos que reciben del Papa el palio como insignia de honor y poder supraepiscopal y de comunión con la Santa Sede, así como de control. Precisamente en este libro inten tamos exponer la evolución de tan importante insignia hasta después de la Reforma Gregoriana, o sea, el año 1143. Ya que después de esta fecha se insiste más en los derechos metropolitanos consignados en la estruc turada legislación canónica iniciada por Graciano en su decretum que en la misma insignia, o sea, el palio. Que el palio sea una insignia de gran importancia puede compro barse gracias a los centenares de documentos que presentaremos: todos ellos anteriores al año 1143 antes mencionado. Así, por ejemplo, el papa Adriano II en una carta al emperador Carlos el Calvo del 23 de febrero del 868 afirma textualmente que el palio, de entre todas las insignias pontificias, tiene la preeminencia (doc.100). Hay también multitud de documentos en los que se recalca que el palio es la insig nia del pastoreo y unión pontifical por encima de la gestión o autori dad temporal del Papa y de los obispos metropolitanos. Así en una carta del papa Eugenio II al emperador Luis el Piadoso del año 824 se afirma que el palio representa la función pastoral de quien la tiene y a la vez representa la autoridad y bendición papales para que el arzobis po (en este caso el de Salzburgo) pueda conducir al pueblo, a él enco mendado, a la vida mejor (doc.73). Entre las insignias papales a veces se daba más importancia a la tiara. Ciertamente los tiempos también van cambiando. Y el Papa se presenta, ahora en nuestro siglo XXI, como el pastor universal, más que como el soberano. Por esto, hoy día, se da más importancia al palio que a la tiara, al igual que se quiere remarcar la importancia del pa lio arzobispal porque se remarca así la colegialidad episcopal o el régi men de las iglesias particulares. Nos podemos preguntar: ¿qué es el papa? Y ¿qué es el obispo metropolitano? Y a la correcta respues ta podremos Calibrar la importancia de esas insignias y en concreto la del palio (ya sea papal o metropolitano). Con la denominación de «papa» se incluyen otros títulos o atribu ciones papales, como son las siguientes: Obispo de Roma, Vicario de Jesucristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, Patriarca de Occidente, Primado de Italia, Arzobispo y Metropolitano de la provincia romana, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano y Siervo de los siervos de Dios. Esos nueve títu los, aún vigentes, son los anunciados oficialmente por el Vaticano en
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el Anuario pontificio (p.23*). Sin embargo, el actual papa Benedic to XVI prescinde del título de «Patriarca de Occidente». En la larga historia del pontificado romano —casi dos mil años— sobresalen, como hemos dicho, dos insignias: el palio y la tiara. Además, tanto el Papa como los cardenales y obispos en la Alta Edad Media poseen un sinfín de ornamentos e insignias o derechos de honor; muchos de ellos vienen consignados en un enigmático y falso documento del siglo vin, concretamente del 774, que se llama la falsa donación de Constantino, en el cual se atribuye a Constantino emperador la concesión al Papa el dominio de Occidente, y a la comitiva (o curia papal) singulares privilegios como las cabalgaduras blancas y purpúreas denominada naccum, la cruz procesional que precedía a las procesiones en que asis tía el Papa con sus curiales, o en las procesiones presididas por los metropolitas. A la vez, en la mencionada falsa donación de Cons tantino se le otorgaba al Papa la mitra, ornamento distinto de la tiara. Esta última insignia viene referida en el mencionado documento (falso) del 774 como el phrigium. La tiara, en sus orígenes, es como un sombrero o barretina, no litúrgica, en forma oval, ceñida de tres coro nas superpuestas y con una cruz en la cima de ellas y dos ínfulas (o cin tas) en la parte posterior. En ios actos de culto se cambiaba por la mitra. La tiara aparece en frecuentes documentos de los siglos Vin y IX, pero en forma como de barretina puntiaguda y blanca. La tiara fue introducida en Roma por influencia de la corte bizantina como, posi blemente, también ocurrió con el palio. La tiara se le llama phrigium, regnum, pileus o cameaucum. Ya en el siglo XIII, tiene en la parte infe rior incorporada una corona. A finales del siglo XIII, en el pontificado de Bonifacio VIII, se le añadieron dos coronas más, o sea, tres coronas sobrepuestas, que tienen triple significado: «Vicariato de Cristo; Rector de los Príncipes y Reyes y Rector del Mundo». Pablo VI renun ció a usarla a pesar de que poseía una muy hermosa, regalo de la feli gresía milanesa de quienes fue su pastor antes de ser papa. Actual mente se expone en el Museo Vaticano. Hasta el mes de abril de 2005 la tiara formaba parte del emblema del escudo de los papas. Pero el actual papa Benedicto XVI la ha cambiado por una mitra, insignia más pastoral. Así, la tiara se ha quedado en un simple recuerdo de la historia de los «soberanos pontífices». Desde Pablo VI hasta Benedic to XVI los papas se sienten más pastores universales de la Iglesia que monarcas de sus estados. Las insignias han cambiado y, por ejemplo, el báculo Pablo VI lo convirtió en cruz y fue el mismo papa Pablo VI el que acortó las largas caudae de los cardenales y se le eliminaron otras
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insignias de honor y de pompa. La Iglesia, reduciendo sus denominados derechos de honor —esa es nuestra opinión, compartida por otros estu diosos de la historia— se va simplificando en el boato y reduce su pompa, aunque no rompe con todas las formas, costumbres y manifestaciones históricas, muchas de ellas, posiblemente, anacrónicas en el siglo XXI. Ante el dilema ¿tiara o palio? ha ganado esta última insignia, por que se considera —así lo comprobaremos— que la unión o comunión entre las iglesias y el Papa viene perfectamente representada con esta insignia que tiene una admirable historia en su evolución, rica de sig nificados y testimonios documentales. Nosotros estudiaremos —se gún el apéndice documental— casi medio millar de documentos.
2. ¿Todo empezó con León Magno?
Hay algunos documentos —considerados falsificaciones— que serán estudiados también dentro de la evolución del palio, en los que se dice que así como los obispos sufragáneos no son más que los vicarios de los obispos metropolitanos, así estos metropolitanos no son más, a su vez, que vicarios del Papa. De ahí que el Papa fuese propiamente el único obispo de todo el mundo que al no poder pastorear todos los fieles del mundo entero, por iniciativa suya, creó metropolitas y obispos que deben siempre actuar en nombre del Papa y bajo su autoridad. El palio papal sería —según esta teoría exagerada del primado reflejada en esos falsos documentos— la insignia del poder universal del Papa y el palio concedido a los metropolitas sería la insignia del poder supraepiscopal en las respectivas provincias eclesiásticas (doc. 189). Obviamente, tales falsificaciones indicaban que había eclesiásticos que opinaban de esa manera por interés propio y así poder conseguir derechos o sacudir molestas atribuciones contra los metropolitas. Ese intento empegó con las falsificaciones del denominado Pseudo-Isidoro (años 847-852)1 2. La evolución del palio que estudiamos nos da la conclusión que apuntábamos, o sea, que los metropolitas no son los vicarios del Papa, ni los obispos son los vicarios del respectivo metropolitano. Afirmar estos extremos sería negar la colegíalidad episcopal. Tampoco se puede admitir que el primado romano nace en la Iglesia gracias a una sola 1 H, JEDLN (cd,)> Handbttch der Kirchengescbichte, ΠΙ/1: Vom kirchUchen Fruübimttelalter zur gregorianischen Reforrn, por E KeMPF — H.-G. Beck - E. E\VIG (Fríburgo 1966) 179-180.
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persona, o sea, el papa León Magno (años 440-461). Ese Papa no fue el fundador del primado romano, pero sí le dio un notabilísimo impul so. No hay —según la visión católica— otro fundador del primado de san Pedro que el mismo Jesucristo. Las palabras del divino Mesías influyeron en toda la historia de la Iglesia, incluso en la de los prime ros siglos antes de León I. Son especialmente las siguientes: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré la Iglesia [...] Confirma a tus her manos [...] Pastorea a las ovejas». Esas afirmaciones eran entendidas como expresión de un obvio y real primado sobre toda la Iglesia. León Magno fue un hombre providencial en el período en que vivió. La ciudad de Roma en su tiempo no pasaba de los setenta mil habitantes, de los más de un millón que había tenido en los siglos I-IIL La Iglesia romana, sin embargo, aumentó en la estadística del siglo V a pesar de las constantes invasiones. Según los datos contenidos en documentos del siglo ΙΠ, la clerecía romana estaba integrada por 150 personas de las cuales 46 eran presbíteros. Había 1.500 pobres que eran alimentados por la Iglesia de Roma. En este colectivo estaban las viu das, los niños y los niños desamparados. El número de cristianos en Roma, ya en el siglo V, superaba los 50.000. En el año 419 com probamos la existencia de 70 sacerdotes en la ciudad de Roma. Y con tinuaban existiendo las 20 iglesias con sus sacerdotes, que durante la per secución de Diocleciano ejercían la cura animarum en la ciudad, teórica capital del Imperio romano. Sin embargo, en tiempos de León I se dio un notable impulso en todos los órdenes a través de una sabia estruc turación eclesiástica de Roma. Pero no se queda su incremento en la ciudad, sino que León I tiene una gran influencia en toda Italia y prác ticamente fue él quien en tres ocasiones paró las incursiones de los bár baros. Pero también influye en Oriente, en las Galias, en Hispania y en Dalmacia. Precisamente en esta última región establece un vicariato papal y hay una carta del papa dirigida al metropolita Atanasio de Tesalónica (Ilírico) en la cual se expone muy claramente en qué consis te el primado papal y la estructuración de las Iglesias en provincias bajo la vigilancia de los metropolitanos. Sin embargo, define que estos metro politas, los patriarcas y los vicarios papales, no son de institución divina: su misión y estructura proceden de la voluntad de la misma Iglesia. En cambio la institución episcopal y la del sucesor de Pedro procede de la mismísima voluntad del fundador de la Iglesia, o sea, Jesucristo3. 3 Véase la carra de León Magno a Atanasio de Tesalónica, íntegra y traducida en nuestro manual de historia eclesiástica: J. M. Martí BONET, Histeria de lesgttsia amiga, la sevafe la nostra (Barcelona 2001) 529-537.
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El primado papal —de institución divina según León I— se va desarrollando en la historia de la Iglesia: así lo vemos incluso en la evo lución del concepto de palio. Pero debemos estar atentos en discernir lo que es propio del origen de la misma institución de aquello que se ha ampliado y unido al papado de un modo por lo menos extraño a la connatural evolución de tal insignia. Nos referimos a los derechos adheridos a ella y a la interpretación variante de lo que significa la misma insignia y el primado papal. Precisamente, los dos últimos papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, proponen revisar el ministerio petrino (o del primado romano) a la luz de la Sagrada Escritura, la Tradición y, posiblemente, a través de estudios históricos como pue dan ser, por ejemplo, los de la evolución del palio.
3. El enigma del origen del palio Se ha dicho que de entre todos los ornamentos litúrgicos, ninguno como el palio ha atraído tanto la atención de los estudiosos durante más de mil años4. El origen del mismo es una cuestión muy debatida. Se intenta, brevemente, exponer las teorías más importantes siguiendo la tesis doctoral que el autor del libro que tienes en tus manos defen dió en la Universidad Gregoriana de Roma el año 1972. Esta tesis fue publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España y por la editorial Herder5. 4 G. WlLPERT, Un capitolo di storia ¿leí vestiario (Roma 1898) 24, n.3 donde nos indica una selecta bibliografía en su aspecto principalmente arqueológico. A continuación la presentamos, no sin antes haberla consultado y completado. Una orientación parabibliográfica se puede encontrar en G. Phillips, Kirchenrecht, V (Ratisbona 1845-1889) 615, n.25, G. rARABUUNI, Archeoloria ed arte rispetto a un monumento greco conservato nella Badia di Grottaferrata (Roma 1883) 55; E KríEG, «Pallium», en F. X. KRAUS (ed.), Real-Encyklopüdie der christUchen Alterthümer, Π (Friburgo 18821886) 574*578; H. Grisar, «Das romische Pallium und die akesten liturgfischen Schíírpen», en Pestschrift zum elftiunderijábrigen Jubilüum des deutschen Campo Santo in Rome (Friburgo 1897) 84-114; Íd., «Gli antichi abiti sacri e profani»; La Civiltd Cattolica (1898) 729-750; H. HiNSCHlUS, Das Kirchenrecht der Katholiken and Protestanten in Dentschland I (Berlín 1869) 209, ibid*, II (Berlín 1378) 23-37; Associaxione Canonistica Itaijana (ed.), Chiese particolari e Chiesa uni versale. XXIX Incontro di Studio «Villa Cagnola», Gazzada (VA)t 1-5 lugilo 2002 (Milán 2003); A. G. ÜRRL), «Istituti per lesercizio della collegialitá e dei primato»: Monitor Ecclesiaticus 115 (1990) 551. Los tres autores que más nos han servido en la confección de estos primeros capítulos son:). BRAUN, Die ¡iturgische Gewandungim Occident and Orient: Nach UrsprungundEntwicklung Verwendung und Symbolik (Friburgo 1907) 620-676; C. B. VON Hacke, Die Palliumverieihungen bis 1143. Eine aiplomatisch^historische Úntersuchung Diss. (Marburgo 1898); Th. Ruinart, «Dissertatio historica de pallio archiepiscopali», en Opera posthuma DD, Joannis Mabillonii et Theodorici Ruinan II (París 1724) 397-554. 5 ). M. MARTÍ Bonet, Roma y las iglesias particulares...» o.c.
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La palabra palio nos evoca el palio latino o el ίμάτιον griego; éste, según Daremberg y Saglio, se introduce en el siglo ni antes de Cristo en la sociedad romana por los filósofos, histriones y pedagogos extran jeros, pero sólo en el primer siglo de nuestra era se admitirá en pleno derecho de ciudadanía, cuando el emperador Tiberio lo adopte defini tivamente con preferencia a la «toga» ó. Curiosamente cabe señalar que grande era el desprecio que tenían de este vestido los primeros cristia nos; por esto Tertuliano debe justificar su uso en un breve tratado (De palio)6 7. Alguien veía en él un ornamento o vestido pagano. Ya al principio del siglo IV d. C. el palio sufre una transformación: deja de ser un simple vestido para convertirse en una insignia. Incluso en su forma exterior ha cambiado: el manto se ha plegado tres o cua tro veces sobre sí mismo, formando un peculiar pliego pectoral deno minándose pallium contabulatum8. La ley del vestido del año 382 es de gran importancia para el estu dio de éste en tiempo postconstan tino. En ella se legisla sobre el vesti do de los senadores, de los obispos, de los oficiales y de los siervos, dis tinguiendo para cada una de estas clases sociales su peculiar vestido. Para los oficiales se prescribe, además de la tunica manicata y de la paenula, el palio9. No cabe duda, pues, que el palio en el siglo IV había sufrido una transformación de forma (pallium contabulatum) y de significado (insignia y distintivo de una clase). También los obispos (principalmente el Papa y los orientales) a mediados del siglo IV utilizan un vestido litúrgico llamado pallium u ώμοφόριον. La forma externa de este ornato es de una «y» alrededor del cuello por los diversos pliegos del vestido10. ¿Cuál es pues el origen del palio de los obispos? Esta pregunta nos sumerge en un mar de teorías. No es nuestro intento exponerlas en sus variadas facetas. Seguimos la división que de ellas nos da el liturgista 6 Cu. Daremberg - E. Saglio (dírs.), Dictionnaire des aiitiquitésgrecques et romaines» IV/I (París 1904) 292. 7 Tertuliano, De pallio» en CSEL 76 (1957) 105-125. 8 Ch. Daremberg - E. Saglio (dirs.), o,c., IV/I, 293. Un ejemplo de pallium contabula tum lo encontramos en el fresco de Santa Petronila en Roma (cf. G. W1LPERT, o.c., 31). 9 Para distinguirse los oficiales de los otros estamentos sociales, la ley prescribe que éstos usen el palio «ut discolortbus quoque pallis pectora contegentes (los oficiales), conditionis suae necessitatem ex huiusmodi agnitione testantur» (cf. Codex Theodosianus» 14, 10,1; citado por G. WlLPERT, o.c., 13-14). 10 Ch. Daremberg - E. Saglio (dírs.), o.c., IV/I, p.293: «Le pallium sacrum» appelé aussi ώμοφόριον, insigne papal et épiscopal, qui rappelle dans le symbolisme chrétien Ia brebis por tée par le Bon Pasteur, est une écharpe de ce genre, et se place sur les épaules de maniere que ses deux pans ¡négaux retombent par devant en forme d'"y"»«
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jesuíta P. Braun11: 1) El palio sacro procede del manto, que dio san Pedro a su sucesor, san Lino; 2) una imitación del lorum, el cual, a su vez, es una transformación de la «toga»; 3) la tercera teoría mantiene su derivación de un manto sacro ya en uso por los papas en el primer siglo; 4) hay quien cree que se debe su origen al pallium ordinario (pro fano) con una nueva significación de honor y dignidad, transformán dose en la paenula, cuyo uso va siendo, en el transcurso de los tiempos, exclusivo de los papas; y 5) también hay quien opina que el palio fue introducido en Roma, desde un principio, como una insignia litúrgica, recibiendo sólo transformaciones accidentales en su forma. Braun niega cualquier influjo del palio profano latino sobre el sacro. Éste será —según su teoría— la derivación del ώμοφόριον grie go. Pero ambos (el palio sacro latino y el ώμοφόριον) sólo tienen su origen en la liturgia: no tienen ninguna conexión con el palio «profa no». Son dos vestidos totalmente diferentes12. Klauser, siguiendo, en líneas generales, la teoría de Duchesne, afir ma que el palio procede del protocolo de la corte imperial. Los obispos, al igual que los altos cargos oficiales de la corte, poseían este distintivo de honor. Esta teoría tiene a su favor algunos testimonios de interven ción del emperador que son difíciles de entender en las que niegan cual quier influencia de la pompa y del protocolo de la corte imperial en el origen del palio13. En Oriente el ώμοφόριον lo usaban todos los obispos. El metropo litano lo concedía a los obispos de su provincia. También el emperador lo daba a los metropolitanos así como el patriarca de Constantinopla a sus metropolitanos. En Occidente, sin embargo, lo usaban ya el Papa y todos aquellos obispos a quienes el Papa quisiera agraciar con tal ornato,4. En el siglo vi encontramos los primeros privilegios de concesión del palio. Damos al término «privilegio» no un sentido de exención sino de inclusión al «orden del derecho», o sea, una concesión o confir»> J. Braun, Die liturgische,.., o.c., 652-664; ÍD., Die liturgischen Paramente in Gegenwart und Vergangenheit (Friburgo 21924) 145-149. 12 Según Braun, el ώμοφόριον, cuyo uso se puede demostrar en el siglo rv, no procede del pallíutn Ιμανιον, ni del palio usado en la corte imperial. La forma externa de este ώμοφόριον era la de una larga cinta o manto plegado que se cruzaba en el pecho. Véase la descripción del mismo en J. Braun, Die liturgische..., o.c., ¿73-674; ÍD., Die liturgischen Paramente...» o.c., 149. 13 T. KiAUSER, Der Ursbrung den bischoflichen Insignien and Ehrenrechte (Krefeld 1949) 17* 19. Ya anteriormente fue defendida esta teoría por el arzobispo de París, P. DE MARCA, De Concordia sacerdotii et imperii (París 1641) 2, 6, 59. Cf. también L. DUCHESNE, Origines du cuite chrétien. Étude sur la liturgie latine avant Charlemagne (París 1920) 405. " T. Klauser, o.c., 7-10.
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mación de un derecho particular según el derecho común15. Utilizamos indistintamente dos términos: «privilegio» y «documento», ya que en esta época no se pueden establecer los límites de un privilegio «completo»16. Los privilegios que examinamos en este capítulo han sido estudia dos, bajo el aspecto diplomático, por Von Hacke17 y Langgártner18. He aquí el elenco de los primeros documentos de concesión del palio: 1. El papa Símaco concede el palio a Cesáreo de Arles (6 de noviembre del 513) (doc.2). 2. Vigilio lo concede a Auxanio de Arles (22 de mayo del 545) (doc.5). 3. Vigilio lo concede a Aureliano de Arles (23 de agosto del 546) (doc.6). 4. Pelagio lo concede a Sapaudo de Arles (3 de febrero del 557) (doc.7). 5. El papa Pelagio I quita el palio a Segundo de Taormina (año 558) (doc.8)19. 6. Juan III lo concede a Pedro de Ravena (22 de septiembre del 568) (doc.9)20.
4. El palio y los vicariatos papales de Arles Arles, a principios del siglo IV, no era sede metropolitana sino que pertenecía a la provincia de Vienne. En el año 339 al fijar el prefecto de las Calías su sede en Arles, el obispo local aprovechó esta circuns tancia para atribuirse especiales prerrogativas eclesiásticas en contra del obispo metropolitano de Vienne 21. 15 W. SCHWARZ, «Jurisdicio und Condicio. Eine Untersuchung zu den Privilegia libertatis den Klóster»; ZSRG.K45 (1959) 64. 16 «Privilegium temporibus antiquis intelligebatur lex in fevorem et commodum alicuius lata, inmunitate, beneficio principia» (c£ A. ForCELLINI [cd.], Totius latinitatis lexicón, IV [Prato 1868] 871). «Eodem sensu etiam in documentis summorum pontificum adhibetur, prius solum tamquam ipsum Ius» postea etiam ut documentum quo tale ius conceditur. In forma sua pos teriori privilegium apostolicum potest definiri: Concessio vel confirmatio iuris particularis perpe tuo valituri», Cf. P. Rabikauskas, Diplomática pontificia (Roma 1970) 24. 17 C. B. VON Hacke, Die Pallium verleihungen bis 1143, o.c. 18 G. Langgártner, Die Gallienpolitik der Papste im V. und VI. Jahrhundert. Eine Studie über den apostolischen Vikariat von Arles (Bonn 1964). 19 JK 944; MGH EE III, 73-74. Pelagio I, Papa, Epistulae quae supersunt (556-561), eds. P, Gassó γ C. Batlle (Abadía de Montserrat 1956) 14-17. 20 JK 1000; S. LOwenfeld, Epistulae pontificum romanorum ineditae (Leipzig 1889) 16; Pelagio I, Papa, Epistulae.,., o.c., 114-115. 21 El emperador Constantino construyó un palacio en Arles. Fue una de sus residencias prete ridas. En el 314 tuvo lugar, en esta ciudad, el famoso concilio de condenación de los donatistas. H. Fuhrmann, «Studien zur GeschichtemittelalterichcrPatriarchato): ZSRG.fCtf) (1953) 147-176.
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En la segunda década del siglo V el episcopado de las Galías inten ta acentuar su propia autonomía. Para contrarrestar este intento, el papa Zósimo eleva a Patroclo, obispo de Arles, al rango de metropoli tano 22. La «Narbonense» y la «Viennense» quedarán supeditadas a la de Arles. Pero, además, el Papa concede al de Arles amplias atribucio nes: desde este momento, los obispos de las Gaitas precisarán de car tas «testimoniales» del obispo de Arles para ser admitidos en audiencia por el Papa. Y todos los asuntos eclesiásticos deberán ser referidos, en primer lugar, al intermediario del Papa (al obispo de Arles). Este cúmulo de atribuciones constituyen al obispo de Arles en «vicario» del Papa23. León Magno divide la amplia provincia de Arles en dos provincias metropolitanas: la de Vienne y la propiamente dicha de Arles24. Sin embargo, en la invasión de los bárbaros, se acentúa la disociación: Arles cae bajo los visigodos, mientras que Vienne es dominada por los burgundtos25. En el siglo VI las relaciones entre el Papa y los obispos de Arles son cada vez más frecuentes; así, por ejemplo, los papas, al ser elegidos, comunican su elección a los obispos de Arles. Y es en este marco de relaciones cordiales donde hemos de inserir nuestros documentos. El 11 de junio del 514 el papa Símaco dará un nuevo rumbo a la pri macía de Arles en favor de san Cesáreo, su obispo, al darle «el poder» de tratar las cuestiones de fe, tanto en las Gaitas como en Hispania. Se convierte de nuevo en el «vicario» del Papa y en el máximo maes tro, después del Papa, en los amplios territorios de las Gaitas y de Hispania. Los sucesores de san Cesáreo, sin embargo, aunque sean reconocidos por Roma como «vicarios» y haya una abundante corres pondencia entre ambos26, en la práctica no tendrán un poder efecti vo. Este cambio fue motivado por la invasión franca acaecida a la muerte de san Cesáreo. Los reyes merovingios siempre miraron al obis-r L. Royer, ^Arles», en DHGE IV, 231-243 (JK 328, 333 y 334). W PLÓCHL, Geschichte des Kirchenvechts, I (Viena 1960) 143. 23 H. Fuhrmann, a.c.» 147-169. 24 La Viennense tenía: Vienne, Valence, Ginebra, Grenoble, Tarantasia. Y la Aralatense: Arles, Marsella, Tolón, Órange, S. Pablo «trois Chatcaux», Aviñón, Vaisón, Die, Vivers y Carpentas (cf. DHGE IV, 234). 25 Dos diócesis, Die y Vivers, de la provincia de Arles cayeron bajo la dominación de los burgundios. El obispo de Vienne, Mamerto, consagró a los obispos de estas diócesis (Die y Vivers); el de Arles protestó ante el Papa e Hilario reprobó la actuación de Mamerto (año 464) (cf, E. Gaspar, Geschichte des Papsttums von Anfdngen bis zur Hóhe der Weltherrschaft. TI: Das Papsttum linter byzantinischer Herrschaft [Tubinga 1930-1933] 12; y DHGE IV, 235). 26 El punto culminante de esta correspondencia entre Roma y Arles se baila en el pontifi cado del papa Pelagio I y el obispo Sapaudo, año 556-557 (MGH EE III, 69-77).
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po de Arles con recelo27. En los concilios nacionales los obispos de Arles figuran como simples metropolitanos, y al final del siglo VI no se hace ya cuestión del «vicariato de Arles» 28. La primera concesión del palio al obispo de Arles la encontramos después del «escatocolo» (o parte final) de una carta del papa 8imaco a san Cesáreo, fechada el 6 de noviembre del 513 (doc.2), donde se concede a Cesáreo la facultad de usar el palio en todas las regiones de las Calías. Sabemos, además, según nos narra el biógrafo de san Cesáreo, que en su viaje a Roma, el Papa lo recibió como metropolitano y le otorgó el privilegio del palio 29. Ultimamente es digno que acentuemos la amplitud de esta «facul tad» (de usar el palio) «por todas las regiones de las Calías», y el adver bio que el biógrafo utiliza: specialiter; Cesáreo puede usar el palio en todas las regiones de las Calías y este privilegio es concedido de un modo especial30. Auxanio, sucesor de san Cesáreo, pidió el palio al papa Vigilio, como consta por la carta que este Papa le mandó (18 de octurbre del 543)3l. Vigilio dice que para la concesión del palio se precisa el con sentimiento del emperador. El obispo Auxanio recibe el palio según consta por el privilegio del 22 de mayo del 545 (doc.5). En él, Vigilio considera que su «vicario» no debe carecer del ornato del palio, ya que así lo pide la dignidad de quien hace «sus veces». También hay una referencia en dicho docu mento a la concesión del palio a su predecesor. El tercer documento de concesión del palio es el de Vigilio a Aureliano (sucesor de Auxanio); lleva la fecha del 23 de agosto del 546 27 Después de la muerte de san Cesáreo, poco a poco va obteniendo Lyon un gran auge en la supremacía eclesiástica. Pero las circunscripciones de las dos metrópolis (Vienne y Arles) son discutidas hasta que en el concilio de Fráncfort del 794 fue confirmada la sentencia del 450 que asignaba 9 diócesis a Arles y 4 a Vienne. 28 A pesar de la poca repercusión que tuvieron en las Galias, durante el pontificado de Gregorio Magno vemos a los obispos de Arles intervenir en asuntos de máxima importancia, como es la ayuda prestada a san Agustín. 29 PL 67,1016: «Post hace Roma veniens [...] Symmachus tanta meritorum eius (Caesarii) dignitate permotus, non solum verissime cum metropolitanae honore suspexit, sed et concesso specialiter pallii decoravit privilegio». 30 De esta donación del palio afirma H. FUHRMANN, a.c., 168: «Das Pallium ist hier kaum mehr also ein Zeichen personlicher Hochachtung, jedenfalls nicht Ausweis ciner Vikariatsstellung der Bischofs von Arles. Zu solcher Machtvollkommenheit erlob Caesatius ein halbes Jahr Spater ein Privileg, das bewusst dic Tradition aufhahm und sich gegen jeden Gedanken einer Neuerung verwahrtc» (JK 769; MGH EE III, 41: «[...] et quod vetustas pra estitit et patrum auctoritas roboravit, nova non debet violare praesumptio»). 31 JK 912; MGH EE III, 59.
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(doc.6). Las ideas expresadas en este documento son similares a las de los precedentes documentos: «conviene a la dignidad del vicario del Papa que se le revista de tal honor»; así, no será Aureliano menor en dignidad a sus predecesores que lo recibieron. El último de los privilegios de concesión del palio referentes a Arles, de nuestro período, es el del papa Pelagio I al obispo Zapando, suce sor de Aureliano, datado el 3 de febrero del 557 (doc.7)32 El Papa le concede el palio, «alegremente y afectuosamente» (ilacriter et affetuose) para que sea patente a todos, que Zapando sigue en la dignidad de sus predecesores, o sea «vicario» (del papa)33. En este documento el palio es definido como «un pleclaro hábito de honor» (praeclaro habitu). El papa Pelagio notifica su deseo de conceder el palio al obispo de Arles, en una carta al rey Childeberto I (3 de febrero del 557) 34 adu ciendo, además, que concede tal honor porque hay privilegios ante riores, en el archivo, que testifican esta costumbre33. Como conclusión de estos primeros documentos de concesión del palio a los obispos de Arles, se puede afirmar que se concede este «pre claro ornato» teniendo presente la dignidad con que debe estar reves tido el «vicario» del Papa.
5. Negación de la concesión del palio al obispo de Taormina (al pie del Etna)
Además de los documentos de concesión del palio, en el transcur so de nuestro estudio nos encontraremos con aquellos que son, podrí amos decir, de sentido negativo: negación del palio o el castigo de no poderlo usar. Estas noticias son de gran interés, ya que nos indican las razones íntimas de la concesión del palio o las relaciones entre este honor y la «comunión» con el Papa. El papa Pelagio había encomendado al obispo de Taormina (Sicilia)36 la administración de los patrimonios de la Santa Sede en las regiones JK 944; MGH EEIII, 73-74; Pelagio I, Papa, Epistulae.... o.c., 14-17. 33 PELAGIO I, Papa, Epistulae..., o.c., 16, lín. 38-43: «Usum quoque pallii dirigentes (...) praeclaro quoque habitu decoreris, scituris omnibus ecclesiastici gradus hominibus, nullam habere licentiam, sine formata tuae chatitatis, ex quacumque GaJliarum parte longiores petere regiones». 34 JK 945; MGH EE III, 75; Pelagio I, Papa, Epistulae..., o.c., 18-19. 35 Ibfd., o.c., 18, lín. 8-13: «Vice autem nostras praefato consacerdoti nostro Sapaudo secundum petitionem vestram direximus, usum pallii pariter concedentes; quia in scrinio eccle siastico huiusmodi exempla repperimus, quibus ostenditur, Arelatensibus episcopis a sanctae recordationis decessoribus nostris fuisse conlata». 36 Cf. H. Jedin - K, S. Latourette - J. Martin (eds.), Atlas zur Kirchengeschichte (Eriburgo 1970) 22 G4,
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orientales de la isla de Sicilia. El obispo Segundo de Taormina se com porta como «un mal administrador» y, además, raramente está en su diócesis. Enterado el Papa, manda a Juan «defensor» (doc.8)que casti gue al obispo privándole del uso del palio. La fecha de este documento es posiblemente a mediados del mes de marzo del año 559. ¿Por qué el obispo de Taormina tenía el palio? Probablemente se debía al hecho de que éste fuera «administrador» de los patrimonios de la Santa Sede en la isla; así veremos en el próximo capítulo que a otros obispos, también administradores de los patrimonios de la Santa Sede, se les concederá el palio. 6. Ravena: el palio «honor pontifical» El último documento de concesión del palio, antes de Gregorio Magno, es el de Juan III a Pedro de Ravena (22 de septiembre del 569) (doc.9) Este documento está en el registro de las cartas de Gregorio Magno como comprobante de otros documentos de concesiones ul teriores 37. La importancia de Ravena se inicia con el emperador Honorio I (afio 402) al escogerla como sede del imperio occidental ante la inva sión de Alarico. Teodorico la considera capital de su reino. En la in vasión bizantina de Belisario, el gran emperador bizantino Justiniano la escoge como sede de su representante (exarca) en Italia (año 540). En el 430, por un edicto de Valentiniano III y un decreto del papa Celestino I, un grupo de iglesias de la Emilia se unen a Ravena. Su obispo las presidirá y ordenará a los mencionados obispos. A pesar de esta concesión, Roma se manifiesta reticente en aceptar una metrópo lis tan cercana a su provincia. Los obispos de Ravena serán los primeros en Italia en usar el palio concedido por el Papa38. A pesar de esto, no se puede afirmar, como dice el autor del Liber pontificalis de Ravena, que este ornato ya lo reci bieran antes del 546. Como tampoco es un testimonio fidedigno el privilegio del 546, cuyo autor es posiblemente el mismo del Liber pon tificalis de la Iglesia de Ravena 39. » JE 1259; IP V, 25, n.29; MGH EEI, 210. 35 Los obispos de Ravena eran ordenados por el Papa. Clamorosa fue la ordenación de Maximiano de Pole por el papa Vigilio (año 546) en contra del elegido por el pueblo. Sobre las ordenaciones de los obispos de Ravena, cf. AGNELLI, «Liber pontificalis sive vitae pontificum Ravenna tum», en RIS II/I, 1-23. 39 JK 120; IP V, 22, n.15; Agnelli, ibld., II/M, 187.
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La concesión del palio del papa Juan III a Pedro, obispo de Ravena, del 22 de septiembre del 569 (doc.9) nos presenta unas razones gene rales de tal concesión: «Se da el palio, ya que así lo pide el honor pon tifical y fue costumbre de otorgarlo a los predecesores de Pedro de Ravena». El palio se nos presenta, también en nuestro documento, como una insignia de honor40.
7. Otras noticias de concesiones de palios antes del papa Gregorio Magno El Liber pontificalis (o crónica) de la Iglesia de Roma nos da algu nas significativas noticias sobre el palio antes del papa Gregorio Magno. Los textos que aduciremos fueron posiblemente redactados en la segunda mitad del siglo VI41. La primera noticia del palio nos la refiere el autor del Liber pontificalis en el pontificado del papa Marcos (año 336) (doc.l) al decir que éste lo concedió al obispo de Ostia, por ser el consagrante del obispo de Roma. Esta noticia, aunque haya una diferencia de 200 años entre el hecho y la redacción del mismo, supone, por lo menos, que en el siglo VI el obispo de Ostia usaba el palio.42 Al final del pontificado del papa Silverio (536-537) (papa depues to por el emperador Justiniano), el Liber pontificalis nos da una inte resante noticia sobre el palio. Dice que entrando el papa Silverio en la cámara de la emperatriz Antonina —que ésta se encontraba acostada en la cama, teniendo a sus pies el patricio Belisario— le acusó al Papa de traición. «Entró un subdiácono y quitó el palio que llevaba puesto el Papa (Silverio) y conduciéndolo a otra habitación lo vistió de monje. Después, otro subdiácono, al ver al Papa vestido de monje, anunció a los clérigos que el Papa había sido depuesto» (doc.4)43. 40 Junto a todo el grupo de privilegios y noticias hay documentos que son evidentes falsifica ciones de tiempos posteriores» Por ejemplo el privilegi,io de ' Símaco a Teodoro de Lorch (JK 767; GP I, 159, n.l). Evidentemente, la estructura de diicho documento está mucho más desarro Illada que la de los privilegios de la época de Símaco: se nos habla de la cruz procesional, del título de arzobispo, de la unidad con San Pedro,., frases y términos todos ellos muy posteriores. 41 L. Duchesne (ed.), Le Liber pontificalis, o.c.» o.c., I, XXX1II-XLVIII. XXXHI-XLVIII. 42 Ibíd., 202; «Hic [Marcus papa] constituit ut episcopus Hostiae, qui consecrat episcopum romanum» palleum uteretur». 43 Ibía., Ibtci., 292-293: «[...] Quo ingresso Silverius cum Vigilio soli ín in musileo, Antonina patripatri cia iacebat in lecto et Bilisarius patricius sedebat ad pedes cius. Et dum eum vidisset Antonina dixit ad eum: 'Dic, domne Silveri papa quid fecimus tibi et romanis ut tu vellis nos in manus Gathorum tradere?” Adhuc ea loquente ingressus Johannes, subdiaconus regionarius primae regionis, tulit pallium de collo cius et duxit in cubiculum; expolians eum induit eum vestem
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Otra noticia del palio nos la refiere el Liber pontificalis al indicar que, moribundo, el papa Félix IV (año 530) entrega su palio a un tal Bonifacio (II), señalando con este gesto quién debía ser su sucesor (doc.3) Después del estudio de las anteriores concesiones del palio pode mos presentar estas someras conclusiones sobre el significado del pa lio: en primer lugar, cabe decir que, probablemente, el origen del palio (sacro) procede del protocolo de la corte imperial. Los cinco privilegios de concesión del palio y las diversas noticias que anteriormente hemos estudiado nos dan la posibilidad de definir el palio sacro en el período que abarca nuestro capítulo (antes de Gregorio Magno). El palio es concebido en Occidente como una «preclara insig nia de honor» (praeclara insignia honoris). Hay otras expresiones: «Se decora con el vestido preclaro» (decoretur praeclaro habitu); «le decoró con el privilegio del palio» (decoravit privilegio pallii); y «para que no falte el ornato del palio» (ut hornatus non desit). El Papa se reviste de este ornato litúrgico 44 y lo concede, según los documentos que posee mos, a los «vicarios» papales de Arles, al obispo de Taormina, a los de Ravena y a los de Ostia. Los motivos de concesión del palio a estos obispos son: para el de Arles, el vicariato papal; para el de Ravena, posiblemente, la vincula ción de esa ciudad con Bizancio; para los de Ostia, el que este obispo debiera ordenar al Papa; para el de Taormina, quizá el ser administra dor de los patrimonios de la Santa Sede. En todos estos casos hay el interés de que el obispo agraciado posea el honor que de algún modo lo distinga de aquellos obispos que no poseen el palio. Por lo tanto el palio sólo es un distintivo honorífico. Se insinúa en este período la necesidad de la intervención del emperador para la concesión del palio. En algunos casos se dice explí citamente que se debe pedir el consentimiento del emperador para que el Papa conceda el palio. Estos testimonios favorecen la mencionada teoría de Klauser. Podríamos, pues, definir el palio sacro en Occidente, antes del papa Gregorio Magno, con estas breves palabras: Una insignia (litúrgica) de gran honor, poseída por el Papa y concedida a algunos obispos por especia les motivos de orden eclesiástico o imperial. monachínam et abcondit eum. Tune Xystus subdiaconus regonarius regionis sextae videns eum iam monachum, egressus foras nuntiavit ad clerum dicens quia domnus papa depositus est et lae tus est monachus». 44 hos papas Silverio, Vigilio, Félix IV, Bonifacio II, según consta en el Liberpontificalis usa ron el palio (L. Duchesne |ed.], Le Liber pontificalis, οχ., I, 288-293). Para los testimonios arqueológicos, cf. G. WlLPERT, o.c., 33.
Capítulo II EL PALIO EN EL PONTIFICADO DE GREGORIO (I) MAGNO 1. Elenco de los privilegios del palio concedidos por el papa Gregorio (I) Magno
El pontificado de san Gregorio Magno (3-9-590 al 12-3-604) representa para el papado una de sus épocas estelares. El santo no sólo estará atento a la vida eclesíal de Roma y de su extensa provincia, sino que también, como Papa, manifestará su solicitud a todas las amplias regiones de la Iglesia de Occidente. Las concesiones del uso del palio serán un buen signo de esta gran solicitud. La importancia del palio sacro en el pontificado de Gregorio Magno se puede advertir gracias a una rápida lectura del «registro» de sus cartas1. La lista de los privilegios de concesión del palio es la siguiente: 1. Gregorio I a Juan de Ravena, julio del 593 (doc.10). 2. Gregorio I a Constancio de Milán, septiembre del 593 (doc.11). 3. Gregorio I a Juan de Ravena, octubre del 594 (doc.12). 4. Gregorio I a Juan de «Prima Justiniana», noviembre del 594 (doc,13). 5. Gregorio I a Virgilio de Arles, 12 de agosto del 595 (doc. 15). 6. Gregorio I a Mariniano de Ravena, agosto del 595 (doc. 14). 7. Gregorio I a Juan de Corinto, 15 de agosto del 595 (doc 16). 8. Gregorio I a Andrés de Nicópolis, septiembre del 595 (doc. 17). 9. Gregorio I a Dono de Mesina, septiembre del 595 (doc. 18). 10. Gregorio I a Juan de Siracusa, octubre del 595 (doc. 19). 11. Gregorio I a Siagrio de Autún, julio del 599 (doc.20). 12. Gregorio I a Leandro de Sevilla, agosto del 599 (doc.21).1* 1 Gregorio I, Papa» Registrurn epistolarum, eds. P. Ewald - L. M. Hartmann (Berlín 1887-1899), en MGH EE l-II. Sobre el Registrum, cC P. Rabikauskas, Diplomática pontificia (praelectionum lineamenta) (Roma 1968; 41987) 78.
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13. Gregorio I a Máximo de Salona, 25 de agosto del 599 (doc.22). 14. Gregorio I a Agustín de Londres (Canterbury), 22 de junio del 601 (doc.23). 15. Gregorio I a Juan de Palermo, julio del 603 (doc.24). La provincia romana en la que el Papa ejercía sus derechos metro politanos comprendía, en el pontificado de Gregorio Magno, Italia central, meridional y las islas de Córcega y Sicilia2. El «patriarcado» romano era amplísimo. Abarcaba Italia, Hispania, las Galias, Africa, «Ilírico», Dacia, Grecia e Inglaterra (en estado de misión). A todas estas regiones el Papa dirige su atenta y celosa vigi lancia; y el palio tendrá una significativa importancia para el logro de sus derechos e intentos3. Actualmente (año 2007) el papa Benedic to XVI no se autodenomina «Patriarca». Trataremos en este capítulo de la concesión del palio en las si guientes regiones: Italia, las Galias, Hispania, Dacia, Grecia y Dalmacia4; como apéndice nos ocuparemos de dos concilios: el concilio de Roma del año 595 y el de Macón del año 583.
2. El palio en Italia
Ravena, al anexionarse un grupo de diócesis de la Emilia, se consi dera metropolitana a pesar de las reticencias de los papas, que ven con malos ojos la preponderancia que iba adquiriendo la sede del exarcado bizantino. Posiblemente hay que buscar el motivo de la concesión del palio a los obispos de Ravena en el carácter imperial de esa ciudad. Sus oficiales y autoridades poseerían la pompa y el protocolo de la corte bizantina. No es de extrañar, pues, que los obispos quisieran emular a los obispos y metropolitanos de Oriente en lo que respecta al palio5. El obispo Juan de Ravena había recibido del Papa el palio. Pero orgulloso del honor recibido, usa de él en días y lugares que son impropios, lo cual va, según la mentalidad de Gregorio Magno, con tra la antigua costumbre de tal insignia. Con motivo de estos «abusos» se establece una intensa correspondencia entre Gregorio I y Juan de 2 V. Monachino, Legandi controversis cristologiche nei secoli dalVal VII (Roma 1970) 129. 3 H. Jedin - K. S. LaTOURETTE - J. Martin (ed$.), Atlas, mapa 8. 4 No se mencionan las provincias de Mesia Superior y Dacia (superior). Éstaen 591, ya estaban bajo la dominación de los bárbaros. Todas estas provincias pertenecían, en tiempo del imperio, a la provincia «Ilírica». 5 E. Gaspar, Geschichte des Papsttums, II, o.c., 429.
C.2. EL PALIO EN EL PONTIFICADO DE GREGORIO (I) MAGNO
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Ravena de gran importancia para la definición del concepto del palio en el período gregoriano. En el elenco de privilegios que hemos dado al principio de este capítulo, hay tres que hacen referencia a Ravena: el de Juan, de julio del 593; el del mismo obispo, de octubre del 594; y el del sucesor de Juan, el obispo Mariniano, del 15 de agosto del 5956. Pero alrededor de ellos hay muchas cartas que nos refieren importantes noticias del palio7. El primer privilegio de concesión de palio al obispo de Ravena —Juan— es el del mes de julio del 593 (doc.12). Gregorio I recibió del obispo Juan el privilegio, conservado en el archivo de la Iglesia de Ravena, según el cual el papa Juan III concedió el palio a Pedro, ante cesor de Juan en la sede de Ravena (doc.9). Conforme a esta «antigua costumbre», el Papa concede el palio a Juan advirtiéndole que, aunque el palio sea un gran honor, no hay mejor resplandor en aquellos que están en la cumbre del episcopado que la humildad. En cuanto al modo y tiempo de vestirse con el palio, a pesar de la costumbre de sólo usarlo en la iglesia, le concede que se vista de él en las Letanías Mayores. Esta benigna concesión fue motivada, según nos dice Gregorio Magno, porque sabe que el obispo Juan está grandemente contristado y porque se lo han pedido «inoportunamente» tanto el patricio y el prefecto de Ravena, como otros nobles. Pero esta disposi ción (de poder usarlo fuera de la iglesia en las procesiones de las « JE 1259 (IP V, 25, n.29); JE 1326 (lP V, 25, n.Zl); JE IZ77 (IP V, 26, n.38). Cf. también K. BRANDI, «Ravenna und Rom. Neue Beitrage zar Kennmis der romisch-byzantinischen Urkunde»: AUF3 (1926) 34-38. 7 El orden cronológico de las mismas, después de una atenta lectura de todos los por menores, puede fijarse así: 1) Gregorio Magno recibe una información de Ravena sobre el abuso del palio que hiciera eí obispo Juan, antes del julio del 593. 2) Sigue una admonición de Gregorio Magno a Juan mediante Castorio, el hombre de confianza y «notario» del Papa. 3) Carta perdida de Juan al Papa en la que adjunta el privilegio de Juan III, fechado el 22 de septiembre del 569. 4) Contestación de Gregorio I: privilegio del julio del 593. 5) Contestación de Juan a Gregorio Magno. Carta que encontramos en el Registrum epistola rum de Gregorib I en la Indicción III, n.66. 6) Gregorio I concede el uso del palio eventual mente también en las Letanías Mayores; privilegio de octubre del 594. 7) Gregorio se queja, en la carta de noviembre del 594, de que Juan use el palio fuera de la iglesia en contra de lo establecido en el último privilegio. 8) Carta de Juan a la Iglesia de Constantinopla pidiendo información sobre los días y lugares en que el patriarca usaba el palio. No sabemos la fecha pero parece poder deducirse que sea a finales del episcopado de Juan. 9) Gregorio I concede a Mariniano —obispo de Ravena— el palio (officium pallii) en las condiciones anteriormen te establecidas: privilegio de 15 de agosto del 595. 10) Gregorio pide a Castorio «notario» que investigue, entre los fieles de mayor edad, cuál era el uso de! palio en tiempos antiguos v le manda un formulario de juramento que éstos deberán firmar y jurar: abril del 59o. 11) Contestación de Castorio y realización del juramento. Referencia que encontramos en la carta del 12 de junio del 599. 12) Gregorio Magno determina, definitivamente, cuál será el uso del palio, en la carta de junio del 599.
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Letanías Mayores) será eventual hasta que se haga una investigación sobre cuál era la costumbre antigua de la Iglesia de Ravena. Se escribió a Constantinopla preguntando cuál era allí el uso del palio8. La contestación fue la siguiente: «Lo usaban incluso fuera de la iglesia en las letanías». Y «como el honor de la Iglesia de Ravena en nada se debe disminuir», el Papa comunica al obispo Juan que usará el palio fuera de la iglesia (al igual que lo hiciera el poseedor de esta insig nia en Constantinopla)910 . En los primeros meses del 595 Juan muere. Gregorio Magno procura que sea elegido un obispo que no le diera tantos quebraderos de cabeza. Así se eligió a Mariniano, el candidato del Papa, monje de Roma,0. En el mes de agosto del 595 Gregorio I concede al nuevo obispo de Ravena el usum pallii (doc.14). Esta concesión, en lo que respecta al uso del palio, estará condicionada a lo que se determine en la posterior inves tigación que se hará en la misma Iglesia de Ravena. De momento, dice el privilegio, estará vigente lo determinado en octubre del 594 (doc.12). La esperada investigación se realizó en la primavera del 596. Gre gorio Magno había escrito a su «notario» Castorio, mandándole que preguntara a los «viejos» de la Iglesia qué días se usaba el palio antes del pontificado de Juan, exigiéndoles un juramento firmado. El resul tado de la investigación coincidió con lo establecido eventualmente en el privilegio de octubre del 594, o sea, el uso del palio fuera de la igle sia sólo en las procesiones de las Letanías Mayores. El Papa, visto el juramento, dispone que se cumpla «incondicionalmente» y «por siem pre». El ejecutor de dicha disposición será Castorio «notario» del Papa. En todos estos documentos y noticias que la historia del palio nos depara en la Iglesia de Ravena, nuestra insignia se nos presenta como un ornato de gran honor y muy apreciado por los obispos. Parece —creemos— desproporcionada tanta solicitud por parte del Papa por que se cumplan todos los pormenores en el uso del palio y, a la par, no se comprende para qué tanta insistencia por parte del obispo dé Ravena en usarlo fuera de la iglesia si no se tiene presente el profundo significado del palio como signo distintivo de tan alto honor. 8 Carta perdida (cf. n.7). 9 Carta de Gregorio I al obispo Juan de Ravena (noviembre del 594): JE 1AZ0; MGH EE I, 296: «lamen hoc de re iam diacono Constantinopolim scrípsi ut per omnes qui sub se etiam tricenos et quadragenos episcopos habent, requirere debeat. Et sicubi iste usus est, ut in letaniis cum palliis ambulent, absit ut per me honor Ravennatis ecclesiae in aliquo inminui videatur». 10 V. MONACHINO, o.c., 128: «II quale peró cedeva troppo aH’attrattiva delle pratiche dei chiostro e dimostrava eccessiva preoccupazione per il patrimonio della sua chiesa, onde Gregorio dovette ríchiamarlo a lavorare di piü per il bene delle anime e a mostrarsi piii generoso verso i bisognosi».
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Ciertamente, para el obispo de Ravena el uso del palio representa ba una clara distinción con relación a los otros obispos. Todo esto queda acentuado si tenemos presente la reticencia, por parte del Papa, en admitir un rango superior a los otros obispos de Italia para el de Ravena, por el hecho de ser ésta la ciudad sede del exarcado y la más vinculada a Bizancio. Sus obispos eran conscientes de su dignidad y desean que no sea disminuida en lo más mínimo11. El palio será el aglutinante de todas estas circunstancias históricas —muchas de ellas tácitas— que se intuyen en la lectura de la correspondencia entre Roma y Ravena. En el norte de Italia, Milán ocupaba un lugar preeminente tanto en el orden eclesiástico como en el civil. Era metropolitana de una exten sa región. Después de muchas vicisitudes y contrariedades, motivadas principalmente por la cuestión de los «tres capítulos», el pontificado del metropolitano Constancio (593-600) representó un período de paz y de estructuración eclesiástica. Constancio notificó su ordenación al papa Gregorio Magno; y éste, agradecido, le concedió el palio, según consta en el privilegio de Gregorio Magno del año 593 (septiembre) (doc.l 1). En este documento el Papa le amonesta que tan alto honor debe ser contrarrestado por la humildad12. La isla de Sicilia pertenecía a la provincia metropolitana de Roma. Sus obispos debían asistir al sínodo provincial, que todos los años se celebraba en Roma en la fiesta de san Pedro13. Pero al ser los obispados de Sicilia los más apartados de Roma, León I y Gregorio I disponen que sus obispos no sean obligados a asistir todos los años al concilio provincial romano14. En los años que no asistan a Roma, deberán reu nirse en Siracusa o en Catania. En octubre del 591 Maximiano obispo de Siracusa fue constituido vicario del Papa para todas las Iglesias de Sicilia. Maximiano, antiguo abad del monasterio de San Andrés en Roma —al cual perteneció san " MGHEEÍ296. 12 En el concilio de Sárdica se habla de la circunscripción de la provincia metropolitana de Milán. Los obispos de Milán, en la mitad del siglo V, serán los acérrimos defensores de la ciudad contra los ataques de Atila. En el 569 los longobardos invaden el territorio. Su obispo Honorato Í parte de la población deben exiliarse a Génova y aquí permanecerán algunos de sus obispos asta la mitad del siglo Vil, La fusión de los dos pueblos, en el orden eclesiástico significó una reorganización de la Iglesia local metropolitana. Por esto Gregorio 1 creyó conveniente conceder a su obispo el palio. Cf. V. MONACHINO, o.c., 121-123, 128. Sobre la cuestión de los tres capí tulos, cf. J. M. Martí Bonet, Histeria de EEsglésia antiga, o.c., 421 y 422. b JE 1465. 14 L. BrjÉHIER - R. A1GRAIN, Gregoire le Grand les états barbares et la conquíte arabet en A. Flicue - V, Martin (dirs.), Histoire de rÉglise depuis les origines jusqh nos jours, V (París 1947) 42-43 (ed. española: vol. V: El nacimiento de Europa (Valencia 1974J).
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Gregorio en su juventud monacal— recibió el vicariato restringido a las «causas menores». Al lado de Siracusa, en importancia, estaba Palermo. Gregorio, cuando estimó sustituir a los «rectores» —simples clérigos que tenían la competencia de la administración de los «patri monios» de la Santa Sede en Sicilia—, encomendó este oficio al obis po de Palermo. Éste será el nuevo administrador de los mismos en la parte occidental de la isla. En el pontificado de Gregorio Magno tenemos tres privilegios de concesión del palio a Sicilia: a Dono de Mesina (septiembre del 595, doc.19), a Juan de Siracusa (octubre del 595, doc. 18) y a Juan de Pa lermo (julio del 603, doc. 24). ¿Cuáles fueron los motivos de tales con cesiones?15 Según nos refiere el diácono Juan, biógrafo de Gregorio Magno, Dono de Mesina fue cardenal presbítero de la Iglesia romana del «título» de San Ensebio16. También nos confirma esta noticia el síno do romano de julio del 595, ya que entre los firmantes encontramos a Dono (cardenal) presbítero17. Gregorio Magno nombra a Dono obispo de Mesina y le concede el palio, posiblemente por razones personales. A Juan de Siracusa y a Juan de Palermo también les concede el palio. Los motivos aquí podrían ser que el obispo de Siracusa era vicario del Papa y el de Palermo administrador de los bienes de los «patrimonios» de San Pedro en una parte de Sicilia. Según la opinión de otros autores (entre estos Grisar y Caspar) el motivo de la concesión del palio en Sicilia procede de la imitación de la costumbre oriental según la cual los obispos recibían el palio de su respectivo metropolitano18.
3. El palio en las Galias y en Hispania Gregorio Magno desea reorganizar la Iglesia gálica y pide a los reyes (principalmente a la reina Brunequilda) que los obispos se reúnan en un concilio reformador. Para esto, delegó especialmente al favorito de la reina, el obispo Siagrio de Autún, al que le concede también el palio. Pero el tan deseado sínodo nacional francés no tuvo lugar hasta el año 614. 15 E. CASPAR, Geschichte des Papsttums> II, o.c.j 412, n. 10: «Audi das Pallium war nur eine persónÜche Auszeichnung». 16 Juan Diácono, Vita Gregorio III, c.7, citado por E. Caspar, Geschichte des Papsttums, II, o.c., 412, n,10. 17 JE 167; MGH EE I, 367. Existe una dificultad: se coloca a Dono como presbítero del título de San Ensebio; pero sabemos que Dono era, ya en este tiempo, obispo de Mesina. Sin embargo hay también una lectura en estas firmas que incluye a Dono entre los obispos (cf. MGH EE I, 367, n.V). 18 E. Caspar, Geschichte des Papsttums, o.c., Π, 412-413 y n.10.
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En este ambiente histórico y en el intento del Papa de unir más las regiones gálicas a la sede romana, hemos de inserir los documentos de concesión de palio a Arles y a Autún. Pero como ocurre en otros gru pos de privilegios, alrededor de ellos hay cartas y noticias que nos pro porcionan el contexto y la explicación del significado (algunas veces) de los mismos documentos centrales. Creemos que la mayoría de los autores que han tratado nuestro tema, han olvidado esta dimensión. El orden que seguiremos en este apartado en lo referente a las anti guas Galias será: Arles, Vienne y Autún. Durante un siglo y medio todos los obispos de Arles, a excepción de Licerio que sólo gobernó un año la Iglesia arelatense, recibieron el palio. Así, como ya hemos estudiado en el capítulo anterior, Cesáreo, Auxanio, Aureliano y Sapaudo. En el pontificado de Gregorio Magno lo recibirá Virgilio. El privilegio está fechado el 12 de agosto del 595 (doc.15). La dispositio (o núcleo del documento) de este documento dice: «Concedemos el palio, que vuestra fraternidad usará dentro de la Iglesia en las misas solemnes». Conviene notar que la expresión intra ecclesiam es, creemos, una explicación del uso del palio, para que no se entienda abusivamente como en Ravena. Virgilio hará las veces del Papa en el reino de Childerico y poseerá el palio sin desmerecer al debido honor a los metropolitanos. También juzgará en sínodo de doce obispos las causas de los obispos de las Galias19. Pero a pesar de todo lo dispuesto por el Papa, en los suce sivos años el vicariato de Arles quedó eclipsado; tuvo una irradiación eficazmente reformadora —tanto como quisieron los papas— sobre todas las iglesias de las Galias e, incluso, en algún tiempo, sobre His pania y los britanni. Ciertamente el intento de los papas era unir y controlar las iglesias de las Galias mediante el vicariato de Arles y los privilegios (entre ellos el palio) que iban enriqueciendo a su vi cario. Pero los resultados, principalmente en tiempo de Gregorio Magno, fueron muy exiguos. A Vienne Je incomodaba la presencia de su vecina y rival Arles, a la que el Papa concedía tantos honores. Por esto ella intenta también que se le conceda la dignidad del palio. Desiderio, obispo de Vienne (año 596-607), lo pedirá a Gregorio Magno aduciendo que existía esta cos tumbre desde muy antiguo y que los obispos de Vienne recibían el palio del Papa. Gregorio Magno le contesta en una carta de julio del 19 Resumiendo el privilegio afirma E. GASPAR, ibíd» 493: «Das erste enthiek die Vcrleihung des Pallium und der vices sedis apostólicas" mit Berufung auf die "aire Gewohnheit" und darauf, das die Gallische Kirche cine Tochter der rdmischcr Mutter sei».
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59920 que no puede satisfacer su deseo ya que después de mirar su archivo (scrinium) de Roma nada ha encontrado que testifique tal con cesión. El Papa le insiste a que busque en el archivo de Vienne algún privilegio papal que confirme esta petición y que en tal caso le man dará el palio. De aquí se puede deducir: a) No todos los metropolitanos poseían el palio; b) una de las razones que movían al Papa a conceder el palio eran las anteriores concesiones; c) el gran aprecio que tenían —inclu so los metropolitanos— al palio. También esa insignia originaba no pocas rencillas y envidias entre los obispos. Todo esto supone que el palio era ciertamente un distintivo de honor, que alimentaba a veces el desprecio hacia aquellos que no lo poseían y el menosprecio hacia éstos de quienes se vanagloriaban de poseerlo. Según nos dice Delaruelle, la concesión del palio a Siagrio de Autún representa la sustitución del vicariato de Arles21. Por esto con viene que estudiemos esta concesión con todos sus detalles y en una ambientación histórica que nos dé el significado del palio en ese par ticular. Antes de la concesión del palio al obispo de Autún hubo muchas gestiones y una intensa correspondencia entre Francia y Roma que expondremos brevemente. Brunequilda, reina merovingia, madre de Childerico II, pidió a Gregorio Magno para Siagrio, su favorito, el palio en el año 597. El obispo de Autún ni siquiera estimó necesario pedirlo personalmente al Papa, sino que la misma reina envió un mensajero para que presenta ra tal petición. Pero este mensajero «se manifestó cismático en la cues tión de los tres capítulos». A pesar de todo, el Papa envía una carta a la reina Brunequilda manifestándose dispuesto a conceder el palio a Siagrio septiembre del 59722. Esta concesión —dice el Papa— estará condicionada «al cumplimiento por parte del obispo de las siguientes condiciones»: el palio será entregado al presbítero Cándido hasta que el obispo declare cuál es su fe; Siagrio deberá pedirlo al Papa personal mente y con algunos de sus obispos 23. Gregorio Magno aduce también las razones de tales condiciones: estar limpio de herejía y solicitarlo fuertemente, porque honor pallii » JE 1749; MG1 LEE II, 212. 21 E. DELARUELLE, «L’Église romaine et ses relations avec l’Église franque jusqu'en 800»: Settimane di Studio del Centro italiano di Studi sulTAlto Medioevo Vil (1960) 159. 22 JE 1491; MGH EEII, 5-8; E. Caspar, Geschichte des Papsttums, II, o.c., 496-497. Sobre los tres capítulos: cf. supra, n.12. 23 MGH EE II, 6.
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nisi exigentibus causarum meritis etfortiter postulanti dari non debeat2*. Ei ejecutor de estas condiciones será el presbítero Cándido que, de momento, poseerá el palio. Se dice también en esta carta que el rey «desea con todas las fuer zas de su alma» que se le conceda el palio24 25. No sabemos si Siagrio cumplió lo prescrito en la carta a Brunequilda de septiembre del año 597. Lo cierto es que antes del 599 no poseía aún el uso del palio y que su actuación no gustaba a Gregorio Magno. La carta de Gregorio Magno a la reina Brunequilda de julio del 599 26 es de gran importancia para la historia del palio en las Galias. En esta carta el Papa establece un plan de reforma para la Iglesia francesa. La reforma se realizará mediante un sínodo nacional francés, para el cual delega especialmente a Siagrio, «favorito de la reina». Por la espe cial legación que poseerá Siagrio para el sínodo y por la gran acogida que dispensó a Agustín, apóstol de Inglaterra, Gregorio Magno notifi ca, en esta carta, que concederá el palio a Siagrio. Es muy interesante este motivo que aduce el Papa. Sabemos que san Agustín, al dirigirse a Inglaterra, pasó por el reino franco y allí recibió toda clase de ayuda tanto de los reyes como del obispo Siagrio. En toda la misión inglesa esta ayuda de la Iglesia de los francos no fue nunca negada. El Papa aduce después una confirmación del motivo anterior. El Papa también escribió al obispo Siagrio en unos términos simi lares a las cartas anteriores (la de Brunequilda y la de los reyes Teodorico y Teodeberto). Es el privilegio fechado en julio del 599 (doc.20). Gregorio Magno —nos dice el documento— no quiere retrasar más la concesión del palio porque ha recibido la petición del mismo interesado (condición anterior expresada en la carta a Brunequilda del 597). Le concede el palio —según dice el documen to— porque la munificencia del palio exige que no se dé solo, sino siempre con otros privilegios. ¿Cuáles son estos privilegios que van unidos a la munificencia del palio en el caso de Siagrio? Aquí será la delegación especial que recibe del Papa para que lo represente, con juntamente con el metropolitano de Lyon, en el sínodo francés27; y por lo tanto, unida a esta delegación, la presidencia (después del obis24 Ibíd., 6, 25 Ibíd., 6: «Propter quod et serenissimi domni imperatoris, quamtum nobis diaconus nos ter, qui apud eum responsa ecclesiae faciebat, innotuit, prona voluntas est et concedi hoc omni no desiderat». -6 JE 1743; MGH EE II, 198. 27 JE 1743.
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ρο de Lyon). También hay referencia en esta carta a la mencionada ayuda prestada a san Agustín de Canterbury. El palio se nos presenta, pues, en estos documentos dirigidos a la Iglesia de Autún, como un gran honor que lo debe pedir el interesado y que el Papa concede, «ya que las circunstancias lo exigen», a aquellos que demuestren estar lim pios de cualquier herejía o cisma. Se considera muy conveniente que a munificencia del palio vaya acompañada de privilegios: aquí es la especial delegación papal, que recibe el obispo para el sínodo nacional reformador (en el caso de Arles el vicariato...). Podemos, pues, con cluir que en estos documentos encontramos significativas noticias que pueden sintetizar el concepto gregoriano del palio anterior a la conce sión de san Agustín de Canterbury. Pasemos a Hispania: san Gregorio Magno tuvo una intensa corres pondencia con la Iglesia española. Además, con el obispo san Leandro mantenía íntimos lazos de amistad. Ambos se habían conocido en Constantinopla. Gregorio Magno le dedicará alguna de sus obras. En el año 586 (o 587) el rey Recaredo y la reina Badda abrazaron la fe católica. También la mayoría de los obispos y de los nobles arrianos abjuraron la herejía y pasaron a la obediencia católica. San Leandro, obispo de Sevilla, representa el gran fautor de la con versión de los reyes visigodos. Poseía la confianza de éstos y de la clere cía española. A él va dirigido el privilegio del palio de agosto del 599 (doc.21). Se otorga el palio ad sola missarum sollemnia: equivale decir sólo dentro de la iglesia; esto supone que la gran discusión entre el Papa y el obispo de Ravena sobre los días del uso del palio fuera de la iglesia, inclina al Papa a no conceder el uso del palio indeterminadamente. Contemporáneamente al privilegio anterior, se expide una carta a Recaredo, rey visigodo (agosto 599) 28> notificando que, admirado el Papa ante las buenas costumbres del rey y la bondad y «gravedad» del obispo Leandro, concede a éste el palio. También se dice que es una «antigua costumbre». El motivo principal de la concesión del palio a san Leandro parece ser, pues, la conversión de los arrianos y la gran amistad que existía entre los dos santos. 28 JE 1757; MGH EE II, 224: Gregorio Magno concede al rey Recaredo «Clavem parvu lam J a sacratissimo beati Petri apostoli corpore in qua inest ferrum de catenis eius inclu sum ut quod collum illius ad martyrium ligaverat [.„] crucem in qua lignum dominicae crucis inest» y «capilli beati Johannis Baptistae»; y, últimamente, como el don más apreciado le conce de el palio para su obispo Leandro: «Rcventissimo autem viro fratri et coepiscopo nostro Leandro Eallium a beati Petri apostoli sede transmisimus, quod et antiquae consuetudini et vestris mori us et eius bonitati atque gravitati debemus»»
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4. El palio en el Ilírico (Prima Justiniana [actual Caricin Grad])
Como ya hemos indicado repetidas veces el Papa —por ser patriar ca de Occidente— tenía la «jurisdicción» directa29 sobre todas las regiones de Italia y del antiguo Ilírico30. Nuestro papa Gregorio Mag no tuvo muchas ocasiones para ejercitar este derecho. La metrópolis «Prima Justiniana» (actual Caricin Grad) debió su rango al emperador Justiniano. Este procedía de aquella región y quiso elevarla a la categoría metropolitana, formándose como una isla juris diccional propia en medio de la antigua metrópoli31. A Juan, metropolitano de la «Prima Justiniana», el papa Gregorio Magno le concederá el palio (noviembre del 594, doc. 13) y el vicariato papal. Ya anteriormente, en el pontificado del papa Vigilio, se instituyó un vicariato en las provincias que comprendía la «Prima Justiniana». Pero tanto en este pontificado como en el de Gregorio Magno el vicariato de «Prima Justiniana» se debe considerar más nominal que real. Natalis, hasta el año 592, fue obispo de Salona (Dalmacia). El ardiácono era, en la mayoría de las diócesis, el más probable sucesor del obispo. En Salona, en los últimos años de Natalis, fue ardiácono un tal Honorato32. Pero el obispo, para que no fuera Honorato su sucesor, le ordenó presbítero, lo cual disgustó en gran manera al Papa, que le amenazó con quitarle el palio en la carta de marzo del 592 (carta a todos ios obispos de Dalmacia)33. A Natalis «se le amenazó con dos penas: si no hace caso de la monición del Papa se le quitará el palio y si continúa pertinaz se le excomulgará»34. Por lo tanto, aquí se nos pre senta el palio en relación con la communio eclesial. En el año 592 murió Natalis. La elección se presentaba muy difí cil. Por una parte, el Papa no daría su consentimiento si no fuese ele gido Honorato y, por otra parte, la mayoría del pueblo y del clero salonitano quería que fuese elegido el archidiácono Máximo. Al principio la presión papal se impuso. Pero los partidarios de Máximo lo efigie¡í
29 No se puede entender en este tiempo la palabra jurisdicción en un sentido estricto, sino en un sentido amplio. CE W. ScHWARZ, «Jurisdicio una Condicio», a.c., 64-65. 30 L. Duchesne, Vllfyricum ecclésiastique (París 1896) 229'239. 31 H. Jedin - K. S. Latourette - J. Martin (eds.), Atlas, οχ., 15A; AD 20 B2. E. Caspar» Geschichte des Papsttums, II, o.c., 209. 32 Sobre las noticias históricas de Salona hemos consultado el opúsculo de E BüLlC, Gregorio Magno papa nelle sue relazioni colla Dabnazia (Supplemento al Bulletino di Archeologia e Storia Daltnata, 1-3; Espalato 1904). 33 JE 1173; MGH EEI, 116-117. 34 MGH EE I, 117: «[...] Quod si facere fortasse distuleris (Natalis) usum tibi pallii qui ab hac sede concessus est, noveris esse sublatum. Si vero etiam amisso pallio adhuc in pertinacia per sistis Dominici tc scias Corporis ac Sanguinis participatione esse privatum».
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ron tumultuosamente y, sin esperar la confirmación del Papa, lo entronizaron. No se hizo esperar la respuesta del Papa. Éste excomul gó tanto al obispo electo como a sus electores. Pero éstos se excusaron diciendo que tenían permiso del emperador. Todos estos aconteci mientos son narrados por el mismo san Gregorio en la carta del año 59435 dirigida a su diácono Sabiniano, intermediario del Papa ante la corte de Constantinopla. Máximo, al recibir las cartas que el Papa envió en contra de su ordenación, las rompió públicamente, rebelándose así contra Roma36. Los posteriores sucesos vienen narrados en el mismo Registrum de Gregorio I (VIII, 36). Máximo no hizo caso a las moniciones del Papa y por esto el Papa le excomulgó. Presionado por los castigos del Papa (o quizá mejor del mismo emperador), tuvo que presentarse ante un tri bunal delegado por el Papa al obispo de Ravena. En esta ciudad, se exhibe como un penitente y exclama en voz alta: «He pecado contra Dios y contra el beatísimo Papa». Informados el exarca Callinico, el «car tulario» de la Iglesia romana Castorio y el «archiepiscopus» Mariniano de Ravena de tan espectacular arrepentimiento, lo condujeron a la igle sia, en donde volvió Máximo a hacer penitencia durante tres horas. Después juró ante el cuerpo de san Apolinar que eran falsas las acusa ciones (vida licenciosa con las mujeres y cisma simoníaco). Enterado el Papa de tales penitencias, movido a compasión le envió el palio motus ad misericordiam direxit pallium ad confirmationem (para la con firmación) eiusdem episcopi37. Gregorio Magno, en la carta de julio dei 59938 a Máximo, se ale gra de que haya vuelto a su obediencia, y por esto le concede la comu nión y el palio. Para ello le pide que envíe un emisario suyo a Roma que recoja el palio. El privilegio de concesión del palio lo encontramos, pues, en la carta enviada en agosto del 599 (doc.22). La dispositio (o núcleo del privilegio) viene expuesta según el modo restrictivo que hemos indi« JE 1322. 36 E. Caspar, Geschichte des Papsttums, II, o.c., 432-433; cf. n.l de p.433. 57 Nuestro fragmento del Registrum de Gregorio Magno (VIII, 36), no cabe duda, contiene dos expresiones que no pueden admitirse como verdaderas y comprometen la autenticidad del mismo: 1) la expresión de «arzobispo» que no aparece antes de la primera mitad del siglo Vil aplicada al obispo de Ravena; y 2) la expresión «id est VIII Kalcndas Septembris indictione secunda»: hay un fallo de datación. Efectivamente, el texto nos da la iudiccio II mientras está incluido en las cartas de la indiccio VIII. También el texto nos da el mes de agosto cuando su lugar en el registro corresponde al mes de septiembre. Por estas causas Hartmann (que preparó la edición crítica del Registrum de Gregorio Magno en el MGH) considera este fragmento falso. Sin embargo, creemos que estos errores se pueden explicar por un simple descuido del copista. 38 JE 1703; MGH EEII, 171.
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cado en anteriores documentos: sólo podrá investirse del palio dentro de la Iglesia. Estos dos últimos documentos confirman que hay una relación entre donación del palio y la «comunión»; o en sentido negativo: entre la excomunión y la privación del uso del palio. < *
5. El palio concedido a Grecia
A Grecia se dirige también la atenta y vigilante mirada del papa Gregorio I. El palio será también un motivo para atraer a Roma esas lejanas regiones. A dos ciudades —sedes metropolitanas— las más importantes de Grecia, dirigirá sendos privilegios para que sus obispos posean el uso del palio. El 15 de agosto del 595 (doc.16) el Papa concede el palio a Juan de Corinto. Dice el Papa en este privilegio que Juan ha pedido el palio y él (el Papa) benignamente lo concede, ya que era costumbre que los predecesores de Juan lo recibieran del Papa. También, en este privilegio, se hace referen cia a que el palio se debe conceder gratuitamente. Dice, además, que la decisión de no pedir dinero para el palio ha sido determinada en el sínodo (ante el sepulcro de san Pedro). Esto se refiere al sínodo romano de julio del 595, que prohibió que se recibiera cualquier recompensa tanto para las ordenaciones como para la recepción del palio. Posteriormente se exigirá una contribución económica por la recepción del palio. Contemporáneo al documento anterior es la carta que mandó Gregorio Magno a todos los obispos de Grecia En ella el Papa accede a la petición que le hicieran éstos pidiendo el palio para el obispo Juan de Corinto. A éste, como metropolitano, afirma la carta, le deberán obediencia. El metropolitano Andrés de Nicópolis (Bulgaria) recibió el palio del Papa, según consta por el documento del mes de septiembre del 595 (doc. 17),¿Gregorio Magno, en esta carta enviada a los sufragáneos de la provincia del (antiguo) Epiro (Balcanes), se congratula con ellos por la elección y consagración de Andrés. 6. El palio y los concilios El Papa celebraba todos los años un concilio metropolitano. Todos los obispos de su amplia provincia estaban obligados a asistir al mismo, a no ser los de Sicilia que, como hemos visto, asistían cada cinco años.
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Bajo la presidencia del papa Gregorio Magno, el sínodo del 595 decreta seis preceptos, de los cuales el quinto habla del palio 39. En éste se prohíbe cobrar tanto por las ordenaciones como por el palio. Este concepto influye, como hemos visto, en los privilegios de concesión del palio de Gregorio Magno. Pero en épocas posteriores —como hemos dicho— se volvió a la posiblemente mala costumbre de recibir dinero o dones por el palio. En el año 583 se celebra en Macón (Francia) un concilio en el que se prohibe que los obispos celebren la misa sin el palio (ut epis copos sine pallio missas dicere praesumat). Todos los autores están con formes en afirmar que este palio era un típico ornamento episcopal usado en las Gaitas, totalmente diverso al palio que estamos estu diando40.
7. El palio insignia de honor Los múltiples testimonios de concesión de palio, que en las cartas del Registrum de Gregorio Magno hemos encontrado y estudiado, jus tifican que definamos el concepto del palio en san Gregorio Magno, prescindiendo, de momento, de la concesión a san Agustín, objeto del próximo capítulo. Así podemos decir que el palio se nos ha presentado como un ornamento litúrgico usado por el Papa o por algunos obispos o metropolitanos a quienes el Papa quería distinguir con tal honor. Normalmente el uso del palio, en la época de Gregorio Magno, se restringía a las misas solemnes41. Los motivos de concesión del palio son muy variados: vicariato apostólico, para el de Arles; administración de los patrimonios de la Santa Sede, para algunos de los obispos de Sicilia; especial relación con el Papa, por ejemplo, el ser anteriormente cardenal de la Iglesia de Roma, en el caso del obispo Dono de Mesina, o legación apostólica para un sínodo reformador y ayuda prestada al misionero san Agus tín, para el favorito regio Siagrio de Autún, amistad con el Papa y ayuda a la conversión de los arrianos en Hispania (san Leandro de Sevilla); antigua costumbre (ex more) de concederlo a los obispos de algunas » JE 167; MGH EE I, 364-365. 40 H. Leclercq, «Pallium», en DACL XIII/1, col.936. Th. RüINART, «Dissertatio histori ca de pallio archicpiscopali», en Opera posthuma DD. Joannis Mabillonii et Theodorici Ruinarte II, o.c., 452-454. 41 A los obispos de Ravena, no sin reticencia por parte del Papa, se les concede que lo usen en (as Letanías (hiera de la iglesia).
C.2. El PALIO EN El PONTIFICADO DE GREGORIO (l¡ MAGNO
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sedes (por ejemplo, los de Grecia) y la vinculación con Bizancio para los de Ravena42. El palio se dará gratuitamente, según se prescribe en el sínodo romano del 595. Hay en algunos casos una relación entre la concesión del palio y la communio, como también, en un sentido negativo, entre la excomu nión y la privación del uso del palio. El Papa varias veces se congratula con Ja elección de algún obispo o metropolitano, y le concede el palio. En este período, por lo tanto, el palio se presenta aún como una insignia de honor: es un distintivo que enaltece a quien lo posee y lo distingue de los otros obispos en un orden honorífico. 42 Por ejemplo Ravena presentó al Papa privilegios anteriores que confirmaban esta cos tumbre, Caso aparte es el de «Prima Justiana», la cual el emperador Justiniano quiso enaltecer, ya que era su región de origen.
Otón II, rey de Alemania y emperador del Sacro Imperio Romano (967-983)
Capítulo III «TE CONCEDEMOS EL PALIO DE TAL MODO QUE ORDENES OBISPOS» 1. Un monje benedictino destinado a Inglaterra
Empezamos el presente capítulo con un privilegio papal y una frase que harán historia, dirigidos al gran misionero san Agustín de Canterbury; frase que es del papa Gregorio Magno: «Te concede mos el uso del palio de tal modo que ordenes obispos». Por prime ra vez en la historia del palio en este privilegio del 22 de junio del 601 —denominado Cum certum sit (doc.23)—, se une a la insignia el principal derecho de los metropolitanos, es decir, la ordenación de los obispos sufragáneos. Veamos el contexto histórico: fue gran misión romana de san Agustín dirigida a la evangelización y crea ción de la «nueva Iglesia inglesa». Agustín, «prepósito» (o superior) del monasterio romano de San Andrés del Monte, fundado por san Gregorio Magno (antes de ser elegido Papa), fue escogido por éste para una peculiar misión de evangelización que se llamará «misión anglosajona»1. 1 El presente resumen de la historia de la misión agustiniana tiene, como base bibliográfica, las siguientes obras: M. A. Dean es LEY, The Pre-Conqnest Church in England (Londres 1961) 4160; ID., Agustín of Canterbury (Londres 1964); J, GODFREY, The Church in anglo-saxon society (Cambridge 1962; nueva ed. 2005) 74-98; C. LL LAWRENCE, The english Church andthe papacy in the Middle Ages (Londres 1965; 21999) 29-63; P. H. Blair, An introduction to anglo-saxon England (Cambridge 1956; 32003) 116-120. D. Jerrold, An introductum to history of England from the earliest time to 1204 (Londres 1949) 225-249; S. BRECHTER, Die Qttellen zur Angelsachsenmission Gregors des Grossen. Eine historio^raphiscbe Studie (Münster 1941) 166-193; E CABROL, «The Pallium in the history of Church in England» (Read befóte a meeting of the Lingard Society on January 8, 1934)»: The Dublin Review 194 (1934) 1-34; ÍD.» LAngleterre chr¿tienne avant les Normantes (París 1909) 317-319; R. A. MarKUS, en G. J. CUMING (ed.)» Studtes in Church history, 6: The mission ofthe Church and thepropagaron ofthe faith (Cambridge 1970) 29-39; Íd., «The chronology of the Gregorian mission to England. Vedes Narrativo and Gregory s Correspóndanse»: Journal ofEcclesiastical Histoty 14 (1963) 16-30; D. WhitELOCK (ed.), English historical documents, I: C. 500-1042 (landres 1955) esp. 567-686.
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EL PALIO
Desembarcado en Provenza, san Agustín se dirige al monasterio de Lerins y después a Marsella y a Aix (Aix-en-Provence) para obte ner informaciones sobre la situación inglesa, gracias al obispo Protasio. Vuelve a Roma, seguramente desanimado ante la dificultad de la empresa misiona, y pide al Papa que le exonere de tal carga, pero Gregorio Magno lo anima y lo nombra abad para que, con mayor autoridad, sea el conductor de la tan acariciada misión papal. A fina les de julio del 596 Agustín recibe cartas del Papa que lo recomienda a las autoridades tanto eclesiásticas como civiles de Francia2. Vuelve a Aix (Aix-en-Provence), pasando por Arles y Lyon, donde es recibido por el obispo de Autún, Siagrio, que había prometido al Papa toda clase de ayuda al misionero. También recibió gran ayuda del rey de Neustria, Lotario II3. En la primavera del 597 san Agustín desembarca en Inglaterra en la isla de Thanet con un grupo de cuarenta personas, entre misione ros e intérpretes. Pide al rey Etelberto (rey de Kent [560-616]), que estaba casado con Berta, princesa cristiana merovingia, el permiso de predicar. El rey accede y les concede —a él y a sus colaboradores— una residencia en Canterbury4. Allí san Agustín organiza un mo nasterio y abre al culto cristiano varias iglesias ya existentes pero que estaban en estado ruinoso, como la que nos mencionan las crónicas: la capilla de San Martín que frecuentaba la reina Berta5. La misión de san Agustín tuvo que soportar difíciles contra tiempos. El rey Etelberto (al que el Papa compara como el nue vo Constantino)6 fue bautizado probablemente en el año 601. Anteriormente san Agustín recibiría la ordenación episcopal proba blemente en Lyon7. Ño se pueden poner en duda los sólidos ligámenes que existieron entre la misión agustiniana y Roma, así como 2 JE 1434: es nombrado abad el 23 de julio del 596, Para las otras cartas» cf. JE 1435-1441. 3 A Siagrio» obispo de Autún» el favorito de la reina Brunequilda, se le concedió el palio por la ayuda que otorgó a san Agustín: JE 1743 y 1751. 4 M, A. Deanes ley, The Pre-Conquest Church in England\ o.c.» 47-48. 5 GlLDAS, De Exidio Britanniae^ en W. STUBBS» Registrara sacrum Anglicanum (Londres 1838) 1-39. 6 JE 1827. También Gregorio Magno comparará a la reina Berta con santa Elena: JE 1825. 7 Se ha discutido mucho si san Agustín fue ordenado en Arles o por obispos germanos. Sin embargo, veremos que el Papa quiere que, en un principio, la misión de san Agustín se una a la protección de Francia; ahora bien, en estos años, la preponderancia de Arles quedó en segundo término; lo más probable» pues, es que fuera ordenado por la primera figura del episcopado de Francia que en este tiempo, no cabe duda, era el gran obispo de Lyon.
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existieron estrechas relaciones con Francia. Parece ser que, en un principio, el Papa quiere unir la misión de san Agustín con la Iglesia merovingia —principalmente en lo que se refiere a la ayuda que deberían prestar a san Agustín— quizá porque, según los planes primeros del pontífice, los obispos franceses deberían asumir la alta dirección y gobierno de aquella región (Inglaterra) que en época romana tenía como capital la misma de las Galias (primero Tréveris y después Arles). ¿Cuáles son los motivos que movieron al Papa a que intervinie ra su emisario en la misión anglosajona? O en otras palabras: ¿cuál es el fundamento jurídico de la misión impulsada por Roma? Nos encontramos ante un hecho nuevo, difícilmente mensurable tanto por sus repercusiones en la posterior historia de la Iglesia, como por sus mismos orígenes y fundamentos (jurídicos). En la misión agustiniana se intenta la conversión de los paganos y, a la vez, la reorga nización de la antigua Iglesia británica. El primer intento es evi dente8. La reorganización de la antigua Iglesia británica se puede vislumbrar por las insinuaciones que nos dan las fuentes. Por ejem plo, el documento de concesión del palio a san Agustín (doc.23) el Papa constituye como metropolitanas las ciudades de York y Londres, que eran las dos ciudades cabeza de provincia tanto al final del imperio como en aquella primitiva Iglesia9. El solo elenco de cartas dirigidas a los obispos y a los poderosos de Francia10 es un buen exponente de la relación existente, por una 8 Surge una nueva Iglesia —nova angtorwn ecclesiade la conversión de los invasores (JE 1829; MGHEE II, 312,10). 9 M. A. Deanesley, The Pre-Conquest Church in England, o.c., 41: posiblemente la Iglesia romana tenía en su archivo una copia del Notitiei Dignitatum en el cual se indicaba la estructura ción de provincias del tiempo de Diocleciano. En esta estructuración se determinaba que cada pro vincia tenía su capital; además, cada provincia se dividía en diócesis (llamadas también provincias segundas o terceras... que dependían de la primera provincia). En la organización eclesiástica se tuvo presente esta estructuración; así, las capitales de las primeras provincias tenían su metropoli tano, mientras que las capitales de diócesis tenían su obispo que dependía del metropolitano. El libro Notitia Dignitatum debía indicar a York y Londres como las capitales principales de provin cia, por esto se señala en el documento de concesión del palio a san Agustín (JE 1829) que ambas deben ser las sedes metropolitanas. Sabemos oue Diocleciano dividió la Bretaña en cinco provin cias. York y Londres, sin duda, eran capitales de alguna de estas provincias. En el concilio de Arles del 314, entre los firmantes están los obispos de York y de Londres. Pero a pesar de que Bretaña estuviera estructurada en provincias, éstas eran consideradas como parte de las Galias, cuya capi tal fue al principio Tréveris y después Arles. De aquí se explicaría el deseo de Gregorio Magno de hacer responsable de la misión inglesa, en un principio, a los obispos franceses. 10 Gregorio I a Pelagio, obispo de Tours (JE 1435); a Aetherio, obispo de Lyon (JE 1436); a Sereno, obispo de Marsella (JE 1435); a Virgilio, obispo de Arles (JE 1437); a Desiderio, obis-
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parte entre san Agustín y Roma y Francia y, por otra, entre el Papa y los personajes de ambas naciones a causa de la misión agustiniana. Así, en la carta de Gregorio Magno11 a la reina Brunequilda hay fra ses que indican la influencia de obispos franceses (anteriores a san Agustín) en Inglaterra: el Papa se refiere al deseo que tienen los anglo sajones de convertirse al cristianismo, pero los obispos de su alrede dor no están dispuestos a ayudarles12. La mayoría de autores quieren ver en esto una clara referencia a los obispos franceses, a los que les incumbiría la primera responsabilidad de la misión anglosajona. Su poco celo podría también explicar la iniciativa del Papa de enviar a san Agustín a misionar en Inglaterra. Pero no se puede negar una idea latente en todas las cartas del Papa dirigidas a los obispos y podero sos francos para que apoyen a Agustín. Esta idea es el deber que tiene Francia, ya cristiana, de ayudar a la misión inglesa. ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones históricas que apoyan esta idea latente? Bretaña esta ba incluida en la prefectura de las Gaitas, cuya capital era Tréveris y después Arles (cambio motivado por las invasiones barbáricas del siglo quinto). La organización eclesiástica iba, como hemos dicho, paralela a la política y civil. De aquí, pues, el intento del Papa de que os obispos de Francia participaran en la empresa evangelizados de Inglaterra y el presentar a san Agustín ordenado obispo en Francia. Todo ello justificaría la legitimidad de la misión. Ésta aparece como una tarea romana papal que suple el deber originario francés. Todo lo que hemos dicho puede servir de contexto para enmar car el emblemático privilegio de concesión del palio a san Agustín de 22 junio del 601 (doc.23).
2. «Cum certum sit» de Gregorio Magno Cum certum sit son las primeras palabras del documento o privi legio papal más importante de la historia de las concesiones del palio o de Vienne (JE 1438); a Protasio, obispo de Aix (JE 1439); a Siagrio, obispo de Autún E 1438 y 1751); a Esteban, abad del monasterio de Lerins (JE 1440); a Arigio, patricio de las 6alias (JE 1441); a la reina Brunequilda (JE 1743), etc En todas estas cartas se nos habla de la protección que deben conceder o que han concedido al apóstol de los ingleses: san Agustín. 11 JE 1491; MGH EE II, 5-8. 12 M. A. Dean ES ley, The Pre-Conquest Church in England, o.c.» 47,
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en el pontificado de Gregorio Magno (doc.23) que lo hallamos en el Registrum de las cartas del mencionado Papa y en la historia eclesiástica de Beda13. Ambos textos coinciden esencialmente, salvo pequeñas variaciones de lectura. En el protocolo (o parte primera del texto del documento) hay dos variaciones que conviene señalar. En el Registrum se dice: Gregorius Agustino episcopo anglorum *4; en cambio en la Historia ecclesiastica se dice: Reverentissimo et sanctissimo fratri Agustino coepiscopo Gregorius servus servorum Dei15. Es obvio que el registro utiliza una fórmula más abreviada. En el «escatocolo» o la parte final del documento, según el Registrum., no encontramos la subscriptio del Papa que presenta Beda. Esto es debido a la forma abreviada de los registros, los cua les prescindían de estas fórmulas16. En la datatio también encontra mos en el registro una fórmula más abreviada17. La parte central del documento es la concesión del palio (usum tibi pallii in ea ad sola missarum sollemnia agenda concedimus). Esta dispositio tiene dos motivos y una consecuencia. Se concede el palio a san Agustín por dos motivos: Motivo gene ral: Cum certum sit omnipotenti Deo laborantibus ineffabilia aeterni regni praemia reservari, nobis tamen eis necesse est honorum beneficia tribuere, ut in spiritalis operis studio ex remuneratione valeant multipli cius insudare: «Dios reserva, para los trabajadores, inefables premios del reino eterno y el Papa también a éstos concederá honores (o sea el palio) para que con más ahínco y movidos por esta remuneración puedan afanarse en la tarea espiritual». Es decir, el Papa concederá el palio porque es un «beneficio de honor» (honorum beneficia) y «remuneración» para que así el agraciado pueda trabajar mucho más en obras espirituales, y Dios, que premia «a los trabajadores» (labo rantibus...), le aumente, aún más, los premios del reino eterno. 13 MGH EE II, 311-313; Bedae opera historica, I, ed. C. Pkimmcr (Oxford 1896) 63-64, 14 MGH EE II, 312,7. 15 Bedae opera historica, I, o,c., 63« 16 La subscriptio que nos presenta Beda (ibíd., 64) dice: «Dcus te incohimen custodiat, reve rentissime frater». Ésta también coincide con las fórmulas 8 y 9 del Liber diurnus (H. FOERSTER [ed.], Liber diurnus Romanorum Pontificum [Berna 1958) 37 y 39). 17 En el Registrum de Gregorio Magno Ia datatio se expresa de este modo: «Datum die X Kalendarum luliarum indictione Illi» (MGH EE II, 313,6). En cambio, en el texto de Beda: «Data die X Kalendarum luliarum, imperante domino nostro Mauricio Tiberio piissimo Augusto anno XVIIII, post consulatum eiusdem domini anno XVIII, indictione IIII» (Bedae opera historica, I, o.c., 64).
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El motivo particular de la concesión del palio viene expuesto en la expresión narrativa: «Y porque una nueva Iglesia de los ingleses se realice por la acción y gracia del omnipotente Dios» (etquia nova Anglorum ecclesia ad omnipotentis Dei gratiam eodem Domino lar giente et te laborante perducta), o sea, el inicial éxito de la misión agustiniana. El palio, por lo tanto, se nos presenta en la parte primera del texto como un honor y remuneración con la finalidad de que sea estímulo para trabajar «con más ahínco a la obra espiritual» (multi plicius in studio operis spiritualis). La consecuencia viene referida en la frase: Ita ut per loca singula duodecim episcopos ordines («de tal modo que ordenes los doce obis pos» [sufragáneos de la provincia eclesiástica]) ’8. Es la primera constatación, en la historia de los privilegios de concesión del palio, de la unión entre el honor del palio, que tiene como fundamento la dignidad (en el caso de Agustín) fundacional y metropolitana y la ordenación de obispos. San Agustín ordenará doce obispos que deberán someterse a él y será, según nos dice el documento, obispo de Londres. El Papa manda, además, que san Agustín debe enviar un obispo (metropolita) a la ciudad de York, a quien él ordenará y, a su vez, este obispo de York —que recibirá también el palio— ordenará doce obispos (sufragáneos suyos). Tanto el de York como el de Londres serán metropolitanos y por eso sus doce respectivos obis pos estarán sometidos a ellos dos. El Papa distingue, además, dos clases de relaciones que existirán: a) entre Agustín y el obispo de York; b) y los sucesores de san Agustín con relación a los obispos de York. En la primera relación el obispo de York se someterá a san Agustín; en cambio, cuando muera Agustín, entre el obispo de York y el de Londres sólo habrá una prioridad a tenor del tiempo de la ordenación episcopal de cada uno de ellos. Existe un paralelismo interno en el documento entre las diver sas concesiones que el Papa otorga tanto al obispo de York como al obispo de Londres (o a san Agustín). Evidentemente, «el uso del 18 MGH EE II, 312,12-12. C. B. VON Hacke, Die Palliumverleibungen bis 1143, o.c., 66 y 109.
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palio te concedemos» (usum pallii tibi concedimus) de san Agustín coincide con ei quoque pallium tribuere disponimus («disponemos darie también el palio») del obispo de York. También hay coincidencia en la consecuencia de las respectivas concesiones del palio: así de san Agustín coinciden con el «ordene doce obispos y disfrute del honor de metropolitano» (ordinet duode cim episcopos metropolitana honore perfruatur) del obispo de York. Entre la frase que indica la concesión del palio tanto a san Agustín como al obispo de York y la consecuencia (la ordenación de los doce obispos y el honor de metropolitano) hay dos partículas que suponen una verdadera subordinación de los dos términos: ita utl y quia19 20. Todo lo cual nos índica que, según la mentalidad de Gregorio Magno, es conveniente unir la dignidad metropolitana con la potestad de fun dar nuevas diócesis (ordenando obispo) y el pallium honoris21.
3. Estructura jerárquica de la nueva Iglesia de los ingleses Según lo expuesto hasta ahora podemos, esquemáticamente, enunciar las atribuciones que concede el Papa a los respectivos per sonajes que aparecen en el privilegio.
a) A san Agustín
1. Ordenar obispos tanto a sus propios sufragáneos22 como al obis po metropolitano de York. Esta atribución es, sin duda, la más impor19 MGH EEII, 312,12-13. Según E. Forcellini, Lexicón totius latinitatis, II (Padua 1940) 944; IV, 885, el ita ut tiene siempre un significado conjuntivo o relativo; pero cuando va segui do de un verbo en subjuntivo (como nuestro caso ordines) tiene un significado equivalente a ea conditione, eopacto, eatenus, quatenus, in tanto in quanto... De aquí, pues, la traducción de nues tra frase será: «Concedemos el uso del palio para que así (de tal modo que, en tanto en cuanto que, con la condición de que) ordenes a doce obispos». Es pues una oración subordinada. 20 MGH EE Π, 312,20. El quia gramatical mente está en el mismo orden de subordinación a la partícula final ut. De aquí otra justificación del paralelismo que anteriormente apuntábamos. 21 MGH EE II, 312,15. Nótese que a pesar de esta unión del palio con las amplias atri buciones concedidas a san Agustín, el palio continúa siendo una insignia de honor. O sea, no se concede el palio para que el obispo pueda ordenar y ser metropolitano, sino que, a quien se le concede amplios poderes (ordenar por primera vez, ser metropolitano...), es muy conveniente (necesse est, MGH EE II, 312,9) concederle el palio de honor.. 22 MGH EE II, 312,13: «Per loca singula duodecim episcopos ordines». Utilizamos la pala bra «sufragáneos» en un sentido de obispos que pertenecen a una provincia metropolitana. En
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tante, ya que supone el carácter fundacional de la misión agustiniana (nova Anglorum ecclesia)23. San Agustín, con el «poder de ordenar» obispos por primera vez en Inglaterra, se convierte en el fundador de una «nueva Iglesia». Esta atribución es de gran impor tancia. Ciertamente, en la estructuración de las Iglesias bajo los sínodos, vemos que los obispos podían incluso, de común acuerdo, subdividir la provincia en nuevas diócesis, si se consideraba conve niente para el bien de las Iglesias. Pero la creación de una nueva provincia metropolitana no es nada común. Tenemos únicamente el caso de la «Prima Justiniana»24. Pero esta excepción sólo tuvo como fundamento la intervención del emperador25. Lo realmente extraordinario en la misión de san Agustín es que el Papa sea el pro pulsor y mentor de esta iniciativa, convirtiéndose su emisario en un verdadero «fundador», no sólo de su propia provincia metropolita na, sino también de la contigua (York). 2. Sumisión de sus sufragáneos y del obispo de York. Por esta atri bución se le concede la potestad y el honor de metropolitano y, ade más, la sumisión del que será metropolitano de York. A causa de ello se convierte, por tanto, en la cabeza de la misión y en jefe de la Iglesia anglosajona naciente. 3. El palio. Al fundador de la Iglesia de Inglaterra, al que por primera vez puede ordenar obispos, al que posee el honor metro politano, al que será la primera autoridad (sometiéndose a él inclu so el metropolita de York) necesse est que se le conceda el palio, lo que equivale a decir el «honor» del palio como remuneración y estí mulo de nuevo impulso, para así alcanzar los inefables premios del reino eterno. 4. Sumisión de los sufragáneos de la provincia de York y también de todos los «sacerdotes» de la Bretaña y de aquellos que él personalsiglos posteriores se irá determinando los deberes de estos obispos, llegando a ser ayudantes (auxi liares) del metropolitano y sólo en este tiempo aparecerá el término «sufragáneo». 23 MGH EE II, 312,10. Esta expresión la consideramos de gran importancia ya que mani fiesta el carácter fundacional de la misión de san Agustín, pero a la vez indica que es la Iglesia de los anglorum cuyo término es distinto del de britana, de los cuales también Agustín será la cabe za eclesiástica. Según esto, podemos ver los restos de la primitiva iglesia británica que no sólo radicaba en la parte norte occidental de Francia, sino que posiblemente restaría (por lo menos algunos sacerdotes) en la misma confederación anglosajona. 24 Justiniano quiso elevar al rango de metropolitana su diócesis de origen. 25 En la estructuración de las Iglesias se tenía presente la organización del imperio. Incluso Carlomagno tendrá presente esta norma para organizar la Iglesia.
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mente ¿leba ordenar. Esta sumisión será ejemplar, en cuanto que la virtud y la fe de san Agustín deberán a éstos atraerlos eficazmente. Será san Agustín la cabeza espiritual, tanto en su ejemplo como en su doctrina (ex lingua et vita), de toda la nueva Iglesia.
b) Al obispo de York
1. Ordenar a sus sufragáneos y fundar nuevas diócesis. También participará (aunque en un grado inferior al de san Agustín) de la fundación particular de las diócesis de su provincia metropolitana. 2. El honor de metropolitano (et metropolitani honore perfruatur). 3. El palio. Gregorio Magno concederá el palio y las anteriores atribuciones al obispo de York si él (el Papa) «aún vive» (si comes vita juerit). Pero esto no será realidad hasta el pontificado de Ho norio I al conceder el palio a Paulino de York (doc.31). El obispo de York estará sometido a san Agustín. Y los obispos que el de York ordene, verán en san Agustín al maestro y al padre espiritual por razón de su doctrina y de su vida. c) Al sucesor de san Agustín, o sea, al obispo metropolitano de Londres
1. El palio, o lo que es lo mismo, el honoris pallium. 2. Se supone que será metropolitano y que podrá, como era costumbre, ordenar a los obispos de su provincia, con la asistencia de dos obispos más. Ambos metropolitanos deberán actuar communi consilio et concordi actione. Y entre ellos sólo habrá una preferencia de honor según el tiempo de la ordenación episcopal. También refiere el documento cómo el obispo de Londres deberá ser ordenado: por el sínodo propio 26, o sea, según la costumbre de las provincias ya esta blecidas, el metropolitano era ordenado por tres obispos de la provin26 MGH EE II» 312,13: «Quatenus Lundonensis civitatis episcopus semper in posterum a synodo propria debeat consecrari». En todas las otras expresiones que hacen referencia a la ordenación el documento usa la palabra ordinare. A pesar de esto, aquí significa también orde nar; cf. H. PiCHTENAU, «Karl der GroBe und das Kaiser rumen»: MIÓG 61 (1953) 324. Como también para la historia de las ordenaciones, cf. V. FüCHS, Der Ordinationstitel von seiner Entstehung bis aufInnozens III (Bonn 1930) 113, en la que trata del canon 21 del concilio de Orange (a. 441).
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cía. La prescripción del Papa supone un nuevo acento a la autonomía que debe poseer la nueva Iglesia con relación a la francesa. El plan de la organización de la Iglesia en Inglaterra, trazado por san Gregorio Magno, encuentra, ya desde los primeros años, múltiples difi cultades. Quizás lo podríamos calificar de demasiado optimista. Tuvieron que pasar muchos años hasta que se cumpliera lo establecido en él. Así, por ejemplo, en nuestro privilegio se dice que la Iglesia de Inglaterra deberá poseer dos metrópolis: la de Londres (sede de san Agustín y de sus sucesores) y la de York. Esta división estaba funda mentada en la división tanto de la época romana como en la de la pri mitiva Iglesia británica. No obstante todo esto, san Agustín, con plena autonomía, fijó su sede no en Londres sino en Canterbury, que era la ciudad principal (capital) del reino de Etelberto y estableció como sufragáneas las diócesis de Londres y de Rochester. Podríamos, pues, decir que lo que quedó de este documento en la práctica fue la idea que san Agustín era como un legado del Papa (o vicario) con amplios pode res, incluso en la interpretación de los preceptos del mismo Papa27.
4. Importancia del privilegio «cum certum sit» Según Von Hacke, el privilegio de concesión del palio (cum cer tum sit) a san Agustín y al obispo de York (doc.23) representa un nuevo estadio en la historia de los privilegios del palio28. Ciertamente es la primera vez que se indica en un privilegio de concesión del palio, que se concede ITA UT ordene (S. Agustín) doce obispos y a un obispo (metropolitano) que Agustín deberá mandar a la sede metropolitana de York. Además, se concede el palio porque el obispo de York posee el honor de metropolitano. ; En los anteriores privilegios de concesión del palio (por ejemplo en los de Arles) se hacía referencia a la dignidad de vicario del Papa o a unas circunstancias singulares (conversión de reyes al cristianis mo, o un nuevo rumbo que la Iglesia sigue)29, o simplemente a 27 Aunque no encontramos ningún documento en el que se nombre a san Agustín vicario o legado papal de un modo explícito, sin embargo las atribuciones concedidas nos inducen a pen sar que era considerado como un verdadero intermediario papal 28 C. B. VON Hacke, Die Palliuníverleihungen bis 1143> O.C., 66. n JK 764; 913; 918; 944; 1374.
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razones generales de la dignidad del sacerdocio. Pero siempre esas ra zones estaban anunciadas en el documento. En cambio, en nuestro privilegio cum certum sit la razón o motivo por el cual se con cede el palio, además de estar indicado de un modo general al prin cipio, está incluido en el .mismo núcleo del privilegio. Lo realmen te nuevo de nuestro privilegio, si lo comparamos con los anteriores de san Gregorio, es el ordines per singula loca duodecim episcopos, pues indica el carácter fundacional que poseerá la misión de san Agustín. El será el fundador, organizador, y cabeza ad vitam de la «nueva Iglesia» (nova Anglorum ecclesia). Los otros elementos, como es el honor metropolitano, la sumisión de otros obispos, están más o menos explícitos en varios de los documentos anteriores de Gre gorio Magno. Hasta san Agustín, el Papa no dio nunca unos pode res tan amplios a ninguno de sus vicarios, ni a ninguno de los obis pos de Occidente. Los metropolitanos anteriores a san Agustín podían presidir concilios nacionales, juzgar obispos, administrar los patrimonios de la Iglesia romana en las regiones encomendadas, e incluso ordenar obispos ya por su condición de metropolitanos o en casos excepcionales y muy concretos30; pero nunca éstos fundarán nuevas diócesis metropolitanas como en el caso de san Agustín. No cabe duda, pues, que entre el privilegio de san Agustín y el grupo de privilegios anteriores existen más diferencias que seme janzas. Pero concretemos más, comparando las diversas partes de los mismos privilegios: por ejemplo, en la «arenga» (o parte prime ra del texto) del privilegio de san Agustín se nos habla de dos moti vos por los cuales se le concede el palio; ninguno de éstos coincide con las «arengas» o frases «narrativas» de los privilegios anteriores. En cambio en la dispositio (o núcleo) del privilegio de san Agustín se dice que se concede el palio ad sola missarum sollemnia agenda que coincide con los siguientes documentos: a Constancio de Mi lán, a Leandro de Sevilla, a Siagrio de Autún, a Máximo de Salona y a algunos de los primeros privilegios destinados a los obispos de Ravena. Se observa en los últimos años del pontificado de Gregorio 30 Conversión del rey Recaredo. Conversión de los reyes longobardos. Deseo de la convo cación de un concilio reformador en Francia.
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EL PALIO
Magno una reticencia en conceder el uso del palio fuera de la igle sia. Obviamente el palio es fundamentalmente una insignia litúrgi ca, según Gregorio Magno. La obediencia que los sufragáneos deben al metropolitano que ha recibido el palio, viene varias veces expuesta en los diversos pri vilegios del palio de Gregorio Magno y de sus antecesores. En nues tro privilegio (cum certum sit) también se dice que los doce obispos ordenados deberán obedecer, ya sea a san Agustín, ya sea al obispo de York y a los sucesivos sucesores. Resumiendo cabe decir: el privilegio de concesión del palio a san Agustín, a pesar de accidentales coincidencias con los anteriores privilegios de Gregorio Magno, representa un nuevo estadio en la historia de tales documentos, principalmente porque une (ita ut} quia)5i al palio la concesión de ordenar obispos (sufragáneos). En el transcurso de nuestro estudio tendremos siempre presen te este documento (cum certum sit) (doc. 23) y lo compararemos con los posteriores para observar si se sigue esta característica for mulación, o si se vuelve a los formularios y a las ideas de los ante riores privilegios. » MGHEE II, 312,12,24.
Capítulo
IV
SUCESORES DE SAN AGUSTÍN EN CANTERBURY
1. Dos sedes metropolitanas: Canterbury y York Después de la exposición del plan ideado por Gregorio Magno sobre la organización de la «nueva Iglesia de los ingleses» conteni do en el privilegio cum certum sit (doc.23) de concesión del palio a san Agustín1, surge espontáneamente una pregunta: ¿Se siguieron las normas establecidas por el Papa? Y en orden a los documentos: ¿Continuó el mismo formulario del anterior documento? ¿Cuá les son las diversidades o semejanzas entre los dos períodos (el de san Agustín y el de los sucesores del santo)? El principio fundamental y gracias al cual todos los hechos pue den quedar iluminados es el siguiente: la Iglesia de Inglaterra durante los años 601 al 670 está en estado de formación (in fieri). 1 Antes de estudiar los documentos de concesión del palio a los inmediatos sucesores de san Agustín, queremos referimos, muy brevemente, a una de la cuestiones más debatidas de los docu mentos de Gregorio Magno: se trata del llamado Libellus o Responsa Gregorii ad Agustinum (JE 1943; MGH EEII, 331-343) (julio del 601). En el c.VH del mencionado Libellus hay un frag mento que se refiere al palio:«(...] In Galliarum episcopis nullam tibi auctoritatem tribuimus, quia ab antiquis praedecessorum meorum temporibus pallium Arelatensis episcopus accepit» (MGH EE II, 337). San Bonifacio, el gran misionero de Germania del siglo VIH, pidió a Roma que se le enviara un documento (Libellus) que tratase de la organización de la Iglesia en Inglaterra en el tiempo de san Agustín. Pero Roma respondió que no existía ese documento en sus archivos. Esto será la causa principal de que una gran parte de autores vean en el Libellus una falsificación. El benedictino S. Brechter, después de un concienzudo estudio, afirma cjue es una falsificación del año 731 (cf. S. Brechter, Die Quellen zur Angelsachsenmission Gregors aes Grossen, o.c., 184-187). La misma opinión fue defendida más tarde por el mencionado autor (ÍD., «Zur Bekehrungeschichrc der Angelsachsen», en La conversione al cristianesimo nellEuropa dellAlto Medioevo [Settimane di studio del Centro Italiano di Studi sulfAlto Medioevo, 14; Espoleto 1967; reimp. 2000]). Hay otros autores, principalmente ingleses, que apoyan la autenticidad del documento: cf., por ejemplo, J. Godfrey, The Church in anglo-saxon society, o.c., 74-80; J.-M. WaliaceHÁdril, «Rome and the early english Church», en Le Chiese nei regni delTEuropa occidentale (Settimane di studio del Centro Italiano di Studi sulfAlto Medioevo, 7; Espoleto 1960) 523-525; P. H. Blair, «The historical wri rings of Bede», en La storiografia altomedievale (Settimane dí stu dio del Centro Italiano di Studi sulfAlto Medioevo, 17; Espoleto 1970) 219-220. (Discusiones: ibíd. 249-257).
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Por esto es difícil señalar unas normas de actuación en el desarrollo de la misma2. Brevemente expondremos la sucesión de las sedes de Canterbury y York después de la muerte del fundador de la Iglesia de Inglaterra, san Agustín de Canterbury, para que sirva de marco de los docu mentos que estudiaremos. San Agustín muere siendo obispo-metropolitano de Canter bury. El sucesor, Lorenzo, discípulo de san Agustín y compañero de los primeros pasos de la misión del santo, será obispo de Can terbury del 608 (o 604) al 619. A éste le suceden Mellitus (Melitón) y después Justo, ambos compañeros de san Agustín, dejando respectivamente las diócesis de Londres y de Rochester para ocupar la de Canterbury; a la muerte de Justo le sucede Honorio (627653); el pontificado de Diosdado en la sede de Canterbury dura unos nueve años (655-664); Teodoro, en el siglo VII será, después de san Agustín, el más eminente obispo de Canterbury (su pontifi cado abarcará del 668 al 690). La sucesión de los arzobispos de York fue muy accidentada en el siglo VII. El primer arzobispo fue Paulino (625-633); durante 30 años (633-664) York no tuvo obispo; Ceadda, Wilfrido I y Bosa fueron los obispos en las últimas décadas del siglo VII3. San Agustín, paulatinamente, fue colocando a sus compañeros en lugares (obispados y abadías) que asegurasen la continuidad de su misión. Lorenzo, ordenado obispo por el mismo san Agustín, le suce de en la sede de Canterbury4. Mellitus (Mellito), también ordenado por Agustín, es enviado a la provincia del «este de los Sajones» para que evangelice y funde la Iglesia de Londres (esta región estaba gober nada por Saberto, un sobrino del rey Etelbcrto). A Justo, san Agustín lo manda, después de ordenarle obispo, al oeste de Kent para que funde la Iglesia de Rochester. También san Agustín provee un sucesor para la abadía de San Pedro y San Pablo (una de las primeras funda ciones del santo): es el monje Pedro (compañero del santo)5. El radio 2 M, A. DEAN ES LE Y, The Pre-Conquest Church in England\ O.C., 54-60. 3 M. F. PowiCKE — E. B. Fryde (edsj, Handbook of brítish chronology (Londres 21961; 31986) 209 y 263· 4 M. A. Deanesley, o.a, 54. 5 La Iglesia de Inglaterra, desde sus orígenes, tiene una íntima relación con la organización monástica benedictina; de aquí que lo primero que hacen los misioneros es construir monaste rios para así dar un signo de estabilidad a su evangelización.
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de la evangelización de san Agustín y de sus inmediatos sucesores abarca, pues, la zona de influencia del rey de Kent y del de Essex.
2.
Privilegio de concesión del palio a Justo de Canterbury6
Justo, según nos refiere Leda, fue uno de los misioneros envia dos por Gregorio Magno en el año 601 juntamente con Paulino, Rufino, Mellitus...7 Justo fue consagrado obispo de Rochester por san Agustín. En el 616 muere Etelberto, rey de Kent y jefe de la confedera ción anglosajona (bretwalda). La hegemonía pasa a Edwino, rey de Northumbria. A Etelberto le sucede Eadbaldo, su hijo. Este restau ra el paganismo y Justo, como la mayoría de los misioneros, deja Inglaterra y se refugia en Francia8. Entre los años 621 y 623 Eadbaldo se convierte al cristianismo. En la sede de Canterbury, Justo sucederá a Mellito. El pontificado de Justo supone la segun da fase de la misión anglosajona. En ésta también el Papa concede rá amplias atribuciones, según estudiaremos a continuación, en el privilegio de Bonifacio V a Justo de Canterbury. El privilegio viene fechado el 23 de diciembre del 624 (doc.26). El texto del mismo lo encontramos en la Historia ecclesiastica de Leda. Tiene dos amplias introducciones «narrativas»: el cuerpo del texto y las posteriores cláusulas, que se distinguen bien gramatical mente por el cambio de persona (pasa de la segunda persona del plural a la segunda persona del singular). En la primera introducción el Papa expone que ha recibido una carta de Justo en la que le indica el éxito de la misión. La ayuda del Señor —dice Bonifacio V— se ha manifestado abriendo los cora zones de los gentiles, para que recibieran el singular ministerio de la predicación de Justo. «El fruto ubérrimo de la negociación de vuestros talentos (de Justo) es el preparar la evangelización de aque6 JE 2006; Beda, Historia ecclesiastica, II, 8, en Bedae opera historica, I, o.c., 95-97. 7 Para el resumen histórico de san Justo hemos utilizado, además de la bibliografía anun ciada en la n.I, P. Grosjean, «Lc iaux de 606 piovicnt-il de Cantorbéry? Date de la íettre des ss. Laurent, Mellitos et. Justus aux irían dais»: Analecta Bollandiana 64 (1946) 231-244. 8 NiCCOLó del Re, «Giusto di Canterbury», en Bibliotheca sanctorum, VIL GiustinianiLhuilier (Roma 1966; reímp. 1988) 28.
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lia gente». El inicial éxito será la remuneración de los esfuerzos de Justo en el ministerio de la predicación, «pero a la vez estímulo para que con loable paciencia espere de la misericordia del Señor que limpie de la enfermedad de la superstición el corazón de los infieles». Digno de especial atención es este inicio de la carta de Bonifacio V, en el que no sólo se manifiesta la satisfacción del Papa ante los esfuerzos del misio nero, sino que también, al igual que el privilegio de san Agustín, se esti mula para que con más ahínco continúen la labor iniciada. La segunda introducción es más particular: hace referencia a la con versión del rey, la cual considera que ha sido un signo de hasta qué punto de perfección Justo conduce su ministerio de evangelización. Insiste otra vez el Papa, en que este ministerio de la predicación se exten derá no sólo en las regiones cercanas, sino en otras más lejanas, cum pliéndose así lo del salmo 18: «Por toda la tierra se extendió su palabra». Sigue, después, el texto concediendo el palio y el poder de orde nar obispos para que así se extienda más el evangelio en aquellas regiones que todavía no han recibido la «buena nueva». Esta disposi tio (o núcleo del privilegio) coincide con la de san Agustín, en cuan to que en ambas se concede el palio y el poder de ordenar; pero diverge en cuanto que aquí, entre las dos concesiones, hay una mera yuxtaposición «concediendo también» (concedentes etiam), mientras que en la de san Agustín había una verdadera subordinación «de tal manera que, porque» (ita ut, quia). Siguiendo la comparación de los dos documentos, vemos que tanto san Agustín como Justo poseen el «carácter fundacional» de la nueva Iglesia inglesa. En cuanto a las divergencias de los dos privilegios, además de las introducciones, a las que ya hemos aludido anteriormente, hay en el privilegio de san Agustín una mayor amplitud de atribuciones. San Agustín debía ser la cabeza de toda la Iglesia de Inglaterra incluyen do al metropolitano de York: debía ser la cabeza espiritual, el maes tro de todos los obispos de la Isla. En cambio, a Justo no le concede estas atribuciones. Sin embargo, creemos que no se le puede negar el carácter fundacional, ya que Justo podrá ordenar, por primera vez, obispos en las regiones que todavía no han sido evangelizadas, lo cual significa que fundará nuevas diócesis. El mencionado privilegio termina con una fórmula de admoni ción: el ornamento tan importante, que ha recibido de la benigni-
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dad de la sede apostólica, cumpla en Justo obispo (metropolitano) el significado del mismo (el pastoreo), y así podrá presentarse ante el tribunal del Juez, que ha de venir no cum reatitudine sed cum com modis animarum. En estas frases hay varias coincidencias con los anteriores privilegios de concesión del palio. Así, se puede decir que es bastante común, en los privilegios de Gregorio Magno, el amonestar al agraciado a que su vida coincida con el significado del palio. Lo mismo cabe decir de la significación del oficio de pastor, la cual viene implícita en las palabras «ornato que debe cubrir tus hombros» y «para el bien de las almas» del actual privilegio. De todo este estudio podríamos concluir que, a pesar de las dife rencias que existen entre los dos privilegios (el de san Agustín y el de san Justo), hay una coincidencia que es fundamental en la his toria de la misión inglesa: el unir el palio con el poder de ordenar obispos, fundando, así, nuevas diócesis. Pero, también, hay una diferencia importante entre ambos privilegios: en el primero, la unión entre la concesión del palio y la potestad de ordenar se expre sa por partículas de subordinación9, mientras que, en el segundo, hay una mera yuxtaposición1011 .
3. Privilegio de concesión del palio de Honorio I a Paulino de York y a Honorio de Canterbury (11 de junio del 634, docs. 30 y 31)11 En el año 617 la hegemonía de la confederación anglosajona pasó al rey de Northumbria, Edwino. Éste fue reconocido tanto por 9 Ita uti quid. 10 Concedentes etiam. 11 JE 2020; Bedae opera historica, 1» o.c.» 120-122. Paralelos a este documento y al que hemos estudiado anteriormente, hay dos falsificaciones: JE 2007 y JE 2021, En ambas hay fra ses que descaradamente afirman la supremacía de Canterbury: «Ubi caput totius gentis Anulorum a diebus paganorum habeatum». «In posterum in Doribernia civitate semper metropohtanus totius Brittanniae locas habeatur omnesque provincias regni Anglorum prefati loci Metropolitanae ecclesiae subiciacur». «Primatum ecclesiarum Brittanniae tibi Honorio tuisque successoribus in perpetuam obtinere concedimus» (WillíAM OF MalmESBURY, Gesta pontifi cum, ed. H. E. 8. A. Hamilton [Londres 1870] 47-51). Posiblemente estas falsificaciones (tan contradictorias a los genuinos documentos que nos presentan un equilibrio mesurado y razo nable entre las dos metropolitanas) fueron realizadas en el siglo XI, cuando arreciaba la lucha entre las dos sedes.
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los anglosajones como por los británicos. Edwino se casó con la princesa Etel berta del reino de Kent. Paulino (benedictino romano y hombre de confianza de Etelberta) fue constituido obispo de York. Éste desarrolló una amplia misión en la evangelización de Northumbria. En la Pascua del 627 Edwino y los proceres de su reino son bau tizados. Desde este momento el cristianismo florece, no sólo en las amplias regiones de la Northumbria, sino también en el oriente de Inglaterra. La misión anglosajona no fue conducida desde Roma de un modo sistemático por los sucesores de Gregorio Magno. A pesar de esto, el papa Honorio I (625-638), aunque no se muestra muy dili gente en la cuestión del monotelismo, pone toda su atención tam bién en los problemas de las islas de Inglaterra y de Irlanda. En cuanto a Inglaterra, el privilegio que vamos a estudiar es una buena muestra de su solicitud por la misión inglesa12. La concesión de los dos palios para Paulino y Honorio13 es anunciada en la carta que envía Honorio I al rey Edwino el 11 de junio del 63414, en la cual el Papa, después de alegrarse de que el rey haya abrazado el cristianismo, afirma: «Mandamos dos palios para cada uno de los metropolitanos (para Honorio y para Paulino), y así, cuando uno de los dos muera, él (segundo) debe, )or nuestra autoridad, proveer a la elección de otro obispo en el ugar del difunto». Y esto el Papa lo concede tanto por el afecto que tiene al rey, como por causa de la distancia que separa Roma de Inglaterra. Se dice, por lo tanto, que el que sobreviva debe «por nuestra autoridad» hacer elegir (proveer a la elección de) otro obispo 12 Th. Schieffer, Winfrind-Bonifatius and die christliche Grundlegung Europas (Fri burgo 1954) 67. 13 Honorio fue obispo de Canterbury del 627 a! 653 (c£ M. F. POWICKE - E. B. FRYDE [eds.]> Handbook ofbritish chronology, o.c., 209). " JE 2019; Beda, Historia ecclesiastica\ II, 17, en Bedae opera historica, I, o.c. No rodos los autores de los siglos posteriores interpretaron rectamente este documento. Así, por ejemplo, Gervasio de Canterbury, Acta pontificum, ed. W. Stubbs, en RBMAS 73/2 (Londres 1879/1880) 333-334, afirma: «Honorius quem sacravit Paulinas. Verum cum rex Edwinus totam Angliam suo subiugasset imperio, Honorius papa duobus archiepiscopis missit pallia Honorio [...] et Paulino [..J, inter alia sic scribens regi: "et duo (JE 2019). Haec eadem idem papa literis suis patentibus Honorio insinuavit Cartuaricnsi archiepiscopo. Unde miran dum est quo ratione vel quo fronte Eboracenses de primatu Jacti tare presumant». Las actas de Gervasio son verdaderamente objetivas cuando nos relata las mentes; pero cuando glosa siempre se observa que está a favor de la causa de Canterbury.
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en el lugar del difunto. Aquí la palabra subrogare debe entender se en un sentido amplio. En el próximo privilegio que estudiaremos se determinará este concepto: se dirá en qué consiste este proveer la elec ción del nuevo obispo. La expresión ex auctoritate nostra indica hasta qué punto el Papa tiene conciencia de que lo que concede (subrogare) procede radicalmente de su especial poder primacial. El privilegio de concesión del palio a Honorio de Canterbury y a Paulino de York (doc.30) va dirigido (inscriptio) al primero, aun que todo el contexto se refiere tanto a Honorio como a Paulino15. Posee una larga «arenga» (introducción) en la que se exalta el don divino de la evangelización y el de la perseverancia en el traba jo iniciado por los anteriores misioneros bajo los auspicios de san Gregorio Magno. Se compara la misión inglesa a una semilla plan tada por Gregorio Magno que debe desarrollarse y fructificar gra cias al constante trabajo de los infatigables misioneros que seguirán a Gregorio Magno y a su maestro (san Agustín). San Gregorio es considerado como la cabeza de la misión agustiniana y san Agustín el maestro de los posteriores misioneros (los dos metropolitanos). Actuando de este modo, éstos podrán dar perpetua estabilidad a la obra misionera iniciada y el Señor les concederá el premio eterno prometido a los trabajadores y buenos administradores de los talen tos. Por parte del Papa, también se les concederá de nuevo aquellos privilegios que convengan a sus respectivas Iglesias. Observamos en esta primera parte del documento que según el Papa la misión en Inglaterra está en una fase débil e incipiente en la que requiere la protección de Roma, «que concederá oportunos privilegios para que pueda desarrollarse hasta una estabilidad apro piada». Significa esto que la potestad de ordenar, que a continua ción se detalla, se concede teniendo presente el estado de misión de la Iglesia en Inglaterra. Vemos, también, algunas coincidencias con los dos anteriores documentos (el de san Agustín y el de Justo de Canterbury): en el de san Agustín, en la «arenga» (o parte introductoria del texto del 15 Exceptuando esta inscriptio en la que se nombra al obispo de Canterbury, en todo el «con texto» del documento no aparece ningún otro nombre que no sea el de san Gregorio. En los otros documentos de concesión del palio hay normalmente la indicación de algunos nombres. Además de no aparecer el nombre de Paulino, ni el de la diócesis, no se mencionan los nombres de los reyes que han pedido el palio para estos dos metropolitas.
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documento) se decía que Dios concede a sus trabajadores inefables premios del reino eterno y que el Papa concede también beneficios como remuneración del trabajo. En nuestro privilegio (doc.30) también se aduce el premio eterno a los trabajadores y los privile gios que el Papa concederá. Si lo comparamos con el privilegio de Justo, en éste (en su introducción) también encontramos frases que aluden a la perseverancia en la evangelización, como también la fiel negociación de los talentos y el premio eterno para los trabajadores. Sin duda hay más semejanzas entre nuestro privilegio y el de Justo que entre aquél y el de san Agustín, en cuanto que en ambos hay una más amplia descripción de la misión inglesa. Queremos volver a insistir, antes de pasar a estudiar la dispositio (o núcleo) de nuestro documento, sobre la importancia que posee esta introducción del documento, ya que las atribuciones que con cederá después el Papa tienen como marco el estado de misión (iglesia in fieri) descrito en ella. Por esto será muy interesante obser var en el transcurso de los posteriores privilegios si continúa la con cesión «de ordenar obispos». En la dispostitio (o parte central del documento) se dice: «según vuestra petición (de Paulino y de Honorio) y la de los reyes, nues tros hijos (los reyes de Northumbria y el de Kent), por la presente prescripción (privilegio) haciendo las veces del beato Pedro (yice beati Petri apostolorum) concedemos la autoridad (el poder) que cuando uno de vosotros por la divina gracia sea llamado, el supervi viente deberá en el lugar del difunto ordenar un obispo». Y añade que concederá el palio a ambos obispos «para que pueda celebrar la misma ordenación» (pro eadem ordinatione celebranda)106 conforme a la autoridad de la prescripción del Papa (del presente privilegio), ordenando así según el beneplácito de Dios. Por último, afirma que considera conveniente conceder estos privilegios para que, así, ya que es mucha la distancia que separa Roma de Inglaterra, más ple namente la devoción del pueblo, encomendando a los metropolita nos, se propague y no reciban ambas Iglesias ningún detrimento. Como se puede observar, por la repetición de la palabra ordinare16, en este privilegio se concede, principalmente, el poder de orde 16 Sólo en la dispositio sale tres veces (ordinare, ordinationem, ordinationem).
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nar obispos (sufragáneos) en las condiciones que expondremos. La concesión de los dos palios viene en segundo término. El poder que se les concede también a los dos metropolitanos es el de ordenarse mutuamente; y éste se concede por razón de la dis tancia, para que así no sufran detrimentos las dos Iglesias (de York y de Canterbury) y por razón del estado de misión de ambas Iglesias. Además, esta potestad el Papa la concede «haciendo las veces del beato Pedro, príncipe de los apóstoles» (vice beati Petri apostolorum principis). En el núcleo de la dispositio de nuestro documento nos encon tramos ante un intricado problema de interpretación: ¿Cuál es el significado de la frase: vobis (los dos metropolitanos) praesenti prae ceptione, vice beati Petri apostolorum principis, auctoritatem tribui mus, ut quando unum ex vobis divina ad se ¿usserit gratia vocari, is qui superstes fuerit alterum in loco defuncti debeat episcopum ordina re? En el anterior documento al rey Edwino17 se decía que el obis30 superviviente proveería (haría elegir, subrogare) a otro obispo en ugar del difunto. Sabemos, además, que según lo prescrito en el privilegio de san Agustín, el sínodo (los obispos sufragáneos) debía ordenar a su metropolitano18, como también era costumbre uni versal que tres obispos ordenaran a su metropolitano. Pero esta norma general no se podía cumplir en Inglaterra, ya que, según se deduce tanto por la descripción narrativa de nuestro documento como por otras fuentes, la Iglesia inglesa estaba aún in fteri. Por lo tanto, la frase de la dispositio, antes transcrita, deberá interpretarse de este modo: ya que las provincias metropolitanas (Canterbury y York) están en fase de formación y por lo tanto no poseen los tres obispos para poder ordenar a su metropolitano, a pesar de lo dis puesto por san Gregorio Magno y la costumbre de las restantes igle sias, «haciendo las veces de beato Pedro, príncipe de los apóstoles», el Papa concede a los dos metropolitanos que se ordenen mutua mente; o en otras palabras: al Papa se le presenta la siguiente cues tión: ¿qué se debe hacer si uno de los metropolitanos se muere teniendo presente la especial situación de la Iglesia inglesa? Perse la ” JE 2019. . J8 En el privilegio estudiado anteriormente, al referirse al obispo metropolitano de Londres dice: «A synodo propria debeat consecrari» (MGH EE II, 312,14).
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Santa Sede debería intervenir, pero, debido a la distancia que sepa ra Roma de Inglaterra y al bien de las almas que pide que no se les deje mucho tiempo sin pastor, el Papa declina su derecho en favor del superviviente metropolitano. Ésta parece ser la interpretación más adecuada; sin embargo, ya en los siglos posteriores (VIII al x), interpretaron algunos autores (principalmente Alcuino) que esta prescripción se refería directamente al «ordenarse los arzobispos entre sí»; «el arzobispo por el arzobispo debe ser ordenado» (archtepiscopus ab archiepiscopo ordinari debet), ya que los arzobispos —decían— deberían ir a ordenarse a Roma, pero por concesión de Honorio I los dos metropolitanos de York y Canterbury pueden ordenarse mutuamente. Además —afirma Alcuino— esto ha esta do determinado por los cánones de un concilio. Esta interpretación la consideramos poco probable, ya que choca con todo el contexto del privilegio y con los acontecimientos tanto anteriores al mismo privilegio como posteriores. Para completar nuestro estudio sobre el privilegio presente, (doc.30) conviene que lo comparemos con los anteriores, principal mente con el de san Agustín (doc.23) y el de san Justo (doc.26). Ya hemos comparado la «arenga» de nuestro privilegio (o parte intro ductoria del documento) con la de san Agustín y con la introduc ción del de san Justo. En la primera lectura parece que hay coinci dencia entre las tres dispositiones; pero una lectura más reflexiva nos conduce a advertir las diferencias y los matices de cada una de ellas. En nuestro privilegio (doc.30), hemos dicho que lo fundamen tal era la concesión del poder de ordenarse mutuamente los dos metropolitanos en el caso de defunción de uno de ellos. En los anteriores documentos también se habla de la ordenación de obis pos. En el de san Agustín se debe distinguir entre el poder que con cede a san Agustín y al metropolitano de York: san Agustín tiene amplísimas atribuciones al poder ordenar tanto al metropolitano de York como a sus sufragáneos; en cambio, el de York sólo podrá ordenar a sus sufragáneos; ambos poderes equivalían a la fundación de nuevas Iglesias (ordenarían por primera vez). En el privilegio de Justo de Canterbury (doc.30) se continúa concediendo el poder de ordenar obispos, también en la linca de fundar nuevas Iglesias («el poder de ordenar obispos por primera vez»). Ciertamente en los dos
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primeros privilegios se insiste que se ordene «por diversos lugares, si lo exige la oportunidad» (per singula loca o exigente opportunitate). En cambio, en nuestro privilegio (doc.30), aunque se explícita el poder de ordenar obispos, éste tiene un carácter diverso: se trata de ordenar obispos metropolitanos, se suponen las dos metrópolis ya constitui das; se trata de subrogar en el lugar del difunto (subrogare in loco difuncti). Es un poder nuevo, tanto por lo que respecta al sujeto de la orde nación como por lo que respecta a las circunstancias. Esta comparación y distinción de documentos la consideramos fundamental para poder dar el significado y la evolución de los mismos. La mayoría de autores sólo se fijan en el poder de ordenar obispos sin establecer los límites y significación de ese poder. En cuanto a los días y los límites del uso del palio observamos que, mientras en los dos primeros privilegios (docs. 23 y 26) venía la concesión limitada a la celebración de la misa y, por lo tanto, dentro de la iglesia, en nuestro privilegio no se determina. Respecto a la datatio varía de los anteriores tanto por la extensión de la misma como por el orden de los datos cronológicos: Es com pletísima en el doc.30: día, mes, año del emperador, afío del procon sulado, año del consulado, año del hijo del emperador, indicción.
4. El palio en Inglaterra desde el año 633 al pontificado de Teodoro de Canterbury En el mismo año que el papa Honorio I envió el privilegio men cionado (doc.30) el curso de la historia civil y eclesiástica sufrió un completo viraje: el protector de la obra de evangelización, el rey de Northumbria, Edwino, muere tras la derrota de Doncaster (12 de octubre del 633), y Paulino de York, lo mismo que la mayoría de misioneros y favoritos del vencido rey, son exiliados. El que fuese metropolitano de York (Paulino) debe refugiarse en Rochester y ocupó su sede, que estaba vacante desde la muerte de Romano (afio 627), quien naufragó en su viaje a Roma. York estará vacante hasta el año 66419. 19 M. H POWICKE - E. b. Fryde (eds.), Handbook ofbritish chronology, o.c.» 263.
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A Honorio obispo (metropolitano) de Canterbury le sucede Diosdado en el año 65520. Este fue ordenado por Ithamaro de Rochester21. En el 601 el papa Gregorio Magno prometió a todos los suce sores de san Agustín el palio, lo mismo que a los sucesores del obis po de York. ¿Recibieron todos hasta el año 664 el palio? De los obispos de York sabemos que Paulino lo recibió, según el docu mento estudiado22. En cambio, de los otros sucesores de san Agustín solo tenemos constancia de la recepción del palio en los documentos de Justo (doc.26) y en el de Honorio (doc.30); de los restantes obispos de Canterbury (Lorenzo, Mellitus y Diosdado) sólo tenemos el testimonio de cronistas de los siglos XII y XIII, en una época que se problematiza la supremacía de Canterbury sobre York: para éstos todos los obispos de Canterbury recibieron el palio de Roma (docs. 32, 33 y 34)23. En cuanto al viaje a Roma para recibir el palio, lo más probable es que los anteriormente mencionados obispos no viajaran a la sede del Papa. Tampoco aquí los cronistas distinguen la costumbre de los siglos IX-XII con la del siglo vil. Difícil sería para estos obispos trasladarse a Roma. Piénsese en las difíciles circunstancias que atravesaba la Iglesia en Inglaterra en la primera mitad del siglo Vil, como también el indi cio que nos da el documento de concesión del palio a los metropoli tanos Honorio y Paulino donde se dice explícitamente que por moti vo de la distancia que hay entre Roma e Inglaterra se les concede «el poder de ordenarse» mutuamente24. En conclusión, podemos decir que hasta Teodoro de Canterbury (año 668) la misión anglosajona sufrió muchos altibajos. Los obispos " Ibíd, 21 BEDA, Historia ecclesiastica, III, 20, en Bedae opera historica, I, o.c., 169: «[.,.] et cessante episcopatu per annum et sex menses, electus est archiep¡scopus cathedrae Dorwernensis sextus Deusaedit, de gente occidentalium Saxonum quem ordinaturus venit illus Ithamar antistes eccle siae Hrofensis \Rochester)»· 22 Paulino fue el único obispo de York del siglo vil que recibió el palio. Por esto, en la época de las contiendas entre York y Canterbury este argumento será, para los cronistas pro Canterbury, definitivo para demostrar según ellos la supremacía de ésta: GERVASIO DE CANTERBURY, Acta pon tificum, o.c., 365: legimus autem episcopos eboracenses nonnullos sine pallio toto vitae suae tempore praedictam cboracensem rexisse ecclesiam». 23 C£ por ejemplo: Rodolfo de DlCETO, Indiculus de successione archiepiscoporuni Cartuariensium et a quibus apostolicispallia susceperunt, ed. W. Stubbs, en RBMAS 68/2 (Londres 1876) 208. 24 Bedae opera historica, I, o.c., 121: «Quia ut haec vobis concederemus, longa terrarum marisque intervalla, quae internos ac vos obsistunt [...] coegerunt».
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misioneros van adaptando la organización de la Iglesia a las circuns tancias: así hemos visto que ya san Agustín tuvo que instalar su sede en Canterbury en vez de Londres, como también hemos constatado el cambio de sedes y de obispos (Justo obispo de Rochester pasa a la sede de Canterbury; Mellitus de la sede de Londres pasa a Can terbury; Paulino de la sede de York pasa a la de Rochester).
5. Teodoro de Tarso, arzobispo de Canterbury Con el pontificado de Teodoro se puede señalar una nueva etapa en la misión inglesa. Veamos los antecedentes que llevaron a Teodoro de Tarso a la sede de Canterbury. En el año 664 muere el obispo metropolitano Diosdado víctima de la peste que asoló vastísimas regiones de Inglaterra25. Egberto, rey de Kent, manda a Roma a un monje de Canterbury, Wighardo, para que el Papa le ordene obispo de Canterbury (doc.35). Sin embargo, Wighardo muere en Roma antes de ser ordenado por el Papa. Vitaliano (papa) escribe a In glaterra comunicándoles la muerte de Wighardo y, después de agradecer los dones que ha recibido de aquel reino26, afirma que él personalmente encontrará un digno sucesor de Diosdado27. El Papa puscará hombres que le inspiren confianza para poder, así, asegurar la fidelidad a la Santa Sede. Primero escoge al abad Adriano, pero éste renuncia, no sin antes presentar al Papa a Teodoro, un monje origi nario de Tarso residente en Roma. Efectivamente, el Papa ordena a Teodoro y le concede el palio (doc.37), en marzo del 668. Le otorga, además, amplias prerrogativas. En todos estos hechos se ve un deseo de evocar en Teodoro la figura de san Agustín de Canterbury. Teodoro, a diferencia de Wilfrido y de Cuthberto28, que ambos tuvieron su biógrafo, su figura histórica está siempre en la penum25 Los cronistas exponen brevemente los diversos hechos que aducimos (v¿ase, por ejemplo, Gervasio de Canterbury, Acta pontificum, o.c.> 337-338). 26 Quizá aquí se pueda ver la costumbre de dar regalos y dones al Papa para recibir el palio. Costumbre (en parte) prohibida por el concilio de Roma del 565. " JE 2089. 28 De Teodoro sabemos lo que nos refiere 8EDA, Historia ecclesiastica, en Bedae opera histo rica, I, o.c., 87 y 106, y lo que podemos entresacar de la biografía de Wilfrido (Edmero de CANTERBURY, Life ofSt, Wilfricl> ed. B, Colgrave [Cambridge 1927; nueva ed. Londres 1998]) y de los cronistas. Pero las fuentes son escasas.
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bra, siendo, así, muy difícil determinar su actividad en Inglaterra. Pero lo que aparece evidente es que a él se debe la organización de la Iglesia inglesa entre los años 670 al 680; que superó en im portancia a cualquier otra iniciativa de los posteriores obispos de Canterbury. Procedente de Roma, Teodoro pasó por París, en donde recibió noticias del estado de la Iglesia inglesa. Allí estaba un antiguo obis po de Inglaterra, a la sazón obispo de París, llamado Agilberto. Adriano (el abad anteriormente mencionado) acompañó a Teodoro a Inglaterra. Él será para el metropolitano de Canterbury un fiel compañero y consejero. Como primer procedimiento, Teodoro visitará la Isla, para así conocer mejor todos sus problemas. Al poco tiempo ordena obispos en aquellas diócesis que anterior mente los habían tenido29. Determina los límites de los obispados y, al ordenar obispos, funda nuevas diócesis. Así, gracias a Teodoro se crearon dos obispados en la Inglaterra oriental, tres en la Mercia y tres en la Northumbria30. En el 24 de septiembre del 672 tiene lugar el primer concilio de la Iglesia de Inglaterra31. Se reúne bajo le presidencia de Teodoro en la pequeña ciudad de Herford. Este concilio trata principalmente de la organización de la Iglesia inglesa y de la celebración de la Pascua. De él emanaron diez capítulos. Entre otros importantes cánones se manda que ningún obispo debe invadir la jurisdicción de otro obispo; que todos las años, el primer día de agosto, se celebrará un concilio nacional en Cloveshoe; que los obispos sólo tendrán el rango episcopal una vez ordenados; que a medida que vaya aumen tando la población cristiana se irán creando nuevas diócesis32. Podemos decir que, después de este concilio, la Iglesia de Inglaterra va a paso firme hacia una estabilidad creciente. Hasta este concilio las tentativas de organización de la Iglesia inglesa eran vaci29 Al llegar Teodoro a Inglaterra sólo habían cuatro obispos de los cuales tres eran irregu lares» H. F armer, «Teodoro», en Biblioteca sanctorum. XII: Satefano-Zuraire (Roma 1969) col.244. 30 H. Jedin — K. S. Latourette - J, Martin (eds»), Atlas, o.c», mapa 19 y comentario (p.20). 31 EM. STENTON, Anglo-saxon England (Oxford 21947; reimpr. 1962) 133-134. 32 C. J. VON HEFELE, Histoire des Concites d*apris les documents originaux, notas críticas y bibliográficas por H. Leclercq, III/l (París 1909) 310-311; Beda, Historia ecclesiastica> II> 8, en Bedae opera historica, IV, o,c., 5.
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Jantes y no obtuvieron resultados consistentes. Ahora cabe señalar que los planes del Papa de organizar la Iglesia van por camino segu ro gracias a la sólida actividad de Teodoro. Éste se nos presenta, en todos estos acontecimientos, como el verdadero conductor de la Iglesia inglesa: investido de amplias atribuciones papales y del honor del palio funda nuevas Iglesias y provee las vacantes. En él se realiza (en gran parte) el plan organizativo tan acariciado por los papas Gregorio Magno, Bonifacio V, Honorio I y Vitaliano33. El 17 de septiembre del 680 Teodoro, con todos los obispos de Inglaterra, celebra en Hatfield un concilio en el que se proclama la fe ortodoxa y la adhesión al concilio laterano, celebrado bajo el papa Martín, en el cual se condenó el monotelismo3