Como escribir cuentos. 66 propuestas 9788498424775


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Créditos
Dedicatoria
Índice
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO 1: EL CUENTO Y CÓMO ESCRIBIRLO
1. La importancia del cuento
2. El cuento literario
3. El cuento tradicional
4. Normas prácticas para escribir un cuento
CAPÍTULO 2: PROPUESTAS DE ESCRITURA
1. Lo que cuenta el cuento
2. Las partes de un todo
3. Fórmulas fijas
4. Redactar un cuento que se acaba de leer
5. Completar un cuento
6. Principio y final
7. Variación sobre un mismo tema
8. Pasar un cuento a noticia periodística
9. Ordenar los bloques de un cuento
10. Recomponer en columnas un cuento desordenado
11. Reconstruir la historia con el índice del libro
12. El cuento encadenado
13. Completar un cuento con los nombres y verbos que faltan
14. Reconstruir un cuento
15. Pasar una fábula a cuento
16. Pasar un cuento a fábula
17. Crear un cuento siguiendo el significado de un dicho
18. Elegir el dicho apropiado a un cuento
19. Crear un cuento con el título de un refrán
20. Dramatizar un cuento
21. Lectura dramatizada
22. Proporcionar datos aislados y reconstruir un cuento
23. El binomio fantástico
24. Sustantivos de cuento
25. El cuanto al revés
26. Elaboración y grabación de un guión radiofónico
27. Elaboración y grabación de un guión cinematográfico
28. El cuento y el refrán
29. El cuento y los chistes
30. Cartas de cuento
31. Comenzar con buen pie
32. El título
33. Cuento con muchas «bes»
34. El cuento de la «A»
35. Un relato con «B»
36. Un relato con «V»
37. Cuento modificado
38. Pasar un cuento a cómic
39. Elaboración de un cuento
40. Modificar el final
41. Borrón y cuenta nueva
42. El cuento de nunca acabar
43. La intriga
44. ¿Qué pasaría si.?
45. Más sordo que una tapia
46. El canto del gallo
47. Personajes de cuento
48. Cuentos sin título
49. Cuentos con valor
50. Cuentos con juicio
51. Cuento con juego
52. Cuentos con pictogramas
53. Cuentos con ayuda
54. Al que madruga, Dios le ayuda
55. Un nuevo cuento popular
56. Cuentos a dúo
57. Cuentos ilustrados
58. El cuento de las tres preguntas
59. Creación literaria
60. Entrevista a un personaje de cuento
61. Cuento colectivo
62. El libro de los cuentos
63. Cuentos de exposición
64. Un día de cuento
65. Cuentos de vídeo
66. Recogida de cuentos populares
ANEXO 1. Plantillas para recoger datos
ANEXO 2. Listado de cuentos que aparecen en este libro
Bibliografía
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Como escribir cuentos. 66 propuestas
 9788498424775

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CÓMO ESCRIBIR CUENTOS 66 propuestas

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Colección TALLERES

1. ¡A jugar con los poemas! Carmen Gil. 2. Taller de cuentacuentos. Alicia Casado. 3. Danzas y dramatizaciones. Marisa Fernández. 4. Leer, contar y jugar. Carmen Gil. 5. Maquillaje. Mª Ángeles Martínez. 6. Diviértete reciclando. Maripi Gadet / Andrés Prieto. 7. Decorados y vestuario. Marisa Fernández. 8. Manos libres. Ana I. González / Francisco J. Iglesias. 9. Taller de interpretación teatral. Miguel Ángel Ontanaya. 10. Taller de equipo técnico teatral. Miguel Ángel Ontanaya. 11. Compartir los sabores. Teresa Gail. 12. El viaje de las palabras. Mar Cantero. 13. Taller de danzas de animación. Mariano Fuertes. 14. Talleres de buen humor. Antonio González. 15. Juan Ramón Jiménez en la escuela. María Domínguez. 16. Cómo escribir cuentos. Germán Díez.

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Germán Díez Barrio

CÓMO ESCRIBIR CUENTOS 66 propuestas

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EDITORIAL CCS

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Parte de este trabajo fue realizado durante una licencia por estudios retribuida por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León.

Página web de EDITORIAL CCS: www.editorialccs.com

© Germán Díez Barrio © 2007. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166 / 28028 MADRID Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin con tar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Dere chos Re pro gráficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

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Diagramación editorial: Concepción Hernanz Portada: Olga R. Gambarte ISBN (pdf): 978-84-9842-477-5 Fotocomposición: M&A, Becerril de la Sierra (Madrid)

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Este libro se lo dedico a todas las personas que con sus cuentos, leyendas, refranes, dichos… han enriquecido mi curiosidad y formación.

Tener mucho cuento. Tener más cuento que Calleja. Ser el cuento de la lechera. Ser el cuento de la pela Murcia. Ser el cuento de María Sargento. Ser el cuento del portugués. Ser un cuento chino. Vivir del cuento. Esto es el cuento de la soledad. Ser una cosa cuento de cuentos. Ser una cosa cuento de viejas. Ser una cosa el cuento de la buena pipa. Venir a uno con cuentos. Ser el cuento de nunca acabar. Como me lo contaron te lo cuento.

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Índice

Introducción CAPÍTULO 1 EL CUENTO Y CÓMO ESCRIBIRLO 1. La importancia del cuento 2. El cuento literario 3. El cuento tradicional 4. Normas prácticas para escribir un cuento CAPÍTULO 2 PROPUESTAS DE ESCRITURA 1. Lo que cuenta el cuento 2. Las partes de un todo 3. Fórmulas fijas 4. Redactar un cuento que se acaba de leer 5. Completar un cuento 6. Principio y final 7. Variación sobre un mismo tema 8. Pasar un cuento a noticia periodística 9. Ordenar los bloques de un cuento 10. Recomponer en columnas un cuento desordenado 11. Reconstruir la historia con el índice del libro 12. El cuento encadenado 13. Completar un cuento con los nombres y verbos que faltan 14. Reconstruir un cuento 15. Pasar una fábula a cuento 16. Pasar un cuento a fábula 17. Crear un cuento siguiendo el significado de un dicho 18. Elegir el dicho apropiado a un cuento 19. Crear un cuento con el título de un refrán 20. Dramatizar un cuento 21. Lectura dramatizada 22. Proporcionar datos aislados y reconstruir un cuento 23. El binomio fantástico

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24. Sustantivos de cuento 25. El cuanto al revés 26. Elaboración y grabación de un guión radiofónico 27. Elaboración y grabación de un guión cinematográfico 28. El cuento y el refrán 29. El cuento y los chistes 30. Cartas de cuento 31. Comenzar con buen pie 32. El título 33. Cuento con muchas «bes» 34. El cuento de la «A» 35. Un relato con «B» 36. Un relato con «V» 37. Cuento modificado 38. Pasar un cuento a cómic 39. Elaboración de un cuento 40. Modificar el final 41. Borrón y cuenta nueva 42. El cuento de nunca acabar 43. La intriga 44. ¿Qué pasaría si…? 45. Más sordo que una tapia 46. El canto del gallo 47. Personajes de cuento 48. Cuentos sin título 49. Cuentos con valor 50. Cuentos con juicio 51. Cuento con juego 52. Cuentos con pictogramas 53. Cuentos con ayuda 54. Al que madruga, Dios le ayuda 55. Un nuevo cuento popular 56. Cuentos a dúo 57. Cuentos ilustrados 58. El cuento de las tres preguntas 59. Creación literaria 60. Entrevista a un personaje de cuento 61. Cuento colectivo 62. El libro de los cuentos 63. Cuentos de exposición 64. Un día de cuento 65. Cuentos de vídeo 66. Recogida de cuentos populares ANEXO 1. Plantillas para recoger datos ANEXO 2. Listado de cuentos que aparecen en este libro Bibliografía

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Introducción

Cómo escribir cuentos es un libro pensado para acercar las técnicas de escritura a los jóvenes. Junto a la actividad comprensiva, lectora, debemos animarles a que cojan el bolígrafo y comuniquen por escrito sus ideas, sus experiencias, su visión del mundo. No se trata de formar escritores, sino de agudizar su capacidad de observación y ejercitar sus dotes imaginativas. Sólo desdoblando su capacidad expresiva, volcándola en un texto, podrán manifestar la visión que tienen del mundo desde su propia experiencia. Nos tenemos que convencer todos de que escribir es una técnica que se puede aprender. En todo proceso de aprendizaje van implícitos el esfuerzo y la dedicación. Para facilitar esta actividad creadora se explican en este libro 66 actividades, técnicas, mecanismos, todos ellos diferentes, sustentados en la mayoría de los casos en el cuento popular, género literario muy cercano a la adolescencia. Cómo escribir cuentos es una obra personal basada en mi experiencia como profesor de Lengua y Literatura y puesta en práctica tanto en el aula como en los muchos cursos y seminarios que he impartido en los centros de profesores (CFIE). Las técnicas de creación que aquí ofrezco son originales, como también son originales los cuentos en las que se apoyan, lo cual no quiere decir que haya versiones de ellos en algunos manuales y antologías. Yo los he recogido de viva voz entre las personas mayores. Sí puedo demostrar que varios cuentos popu-lares se publican en este libro por primera vez. Las propuestas de creación de relatos están pensadas para el alumnado de Educación Secundaria, que es la etapa en la que yo imparto la docencia. Me mueve el deseo de acercar la escritura a estos años tan decisivos para desarrollar la observación, la sensibilidad artística y la imaginación. Quiero dejar constancia de mi agradecimiento a la Junta de Castilla y León a través de su Consejería de Educación por concederme una licencia por estudios, sin la cual difícilmente este trabajo pudiera haberlo llevado a cabo.

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Capítulo 1

EL CUENTO Y CÓMO ESCRIBIRLO

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1. LA IMPORTANCIA DEL CUENTO Narrar es dar a conocer, de palabra o por escrito, unos hechos que ocurren a unos personajes en un lugar y tiempo determinados. Para Fernando Lázaro Carreter «el cuento es un relato breve de peripecias inventadas, normalmente ingeniosas, realistas o fantásticas, que, a veces, poseen una intención moralizadora; en este caso se denominan también apólogos». Sin duda es el género más familiar a los alumnos y del que se puede sacar más partido en todos los niveles de la enseñanza, permitiendo un mayor o menor grado de dificultad en su aplicación. En todas las civilizaciones y en todos los pueblos, siempre han existido cuentos populares o de tradición popular, anónimos, que se mantienen vivos gracias a la tradición oral. Estas narraciones populares forman parte de la riqueza cultural y de la manera de entender la vida de un país o de una comunidad. También tenemos cuentos literarios o artísticos que son obras de escritores como Miguel de Cervantes o Juan de Timoneda. En el Romanticismo florece especialmente el cuento. Los escritores románticos recogieron leyendas y tradiciones y crearon muchos cuentos originales. Hay que mencionar en el siglo XIX a Pedro Antonio de Alarcón, José María Pereda, Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas «Clarín». Dentro del siglo XX la producción cuentística es muy extensa: Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Valle-Inclán, Camilo José Cela, Jorge Campos, Ignacio Aldecoa, Ana María Matute, Miguel Delibes…

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2. EL CUENTO LITERARIO Es una narración breve, de creación personal, que se transmite por medio de la escritura. Podemos considerarlo un género mixto desde el momento en que aparecen mezclados elementos líricos, épicos y dramáticos. El cuento literario se caracteriza por: — La relación cercana entre el escritor y el lector al abordar temas próximos a la sensibilidad del lector-receptor. — Los personajes son pocos y sus características se perciben con facilidad por el lector. — El tiempo desempeña un papel poco importante en el relato y a veces se busca su indefinición. — El espacio aparece poco concreto. — El lenguaje es connotativo. — La estructura es abierta y corta. — Alternan las partes dialogadas y descriptivas. — Se pueden dividir en (Martín Duque y Fernández Cuesta, Iniciación a los estudios literarios): infantiles, poéticos, fantásticos o de misterio, realistas (modalidades: psicológica, humorística, satírica, social, filosófica, histórica, costumbrista o regionalista).

3. EL CUENTO TRADICIONAL El cuento es una narración que recoge una historia, un suceso, breve, enmarcado en una estructura muy general y con estas características: — Son narraciones breves. — Narra sucesos inventados reales o fantásticos. — Autor anónimo. — Argumento sencillo, que recoge la secuencia de incidentes de principio a fin. Se estructura en tres partes: introducción, desarrollo y desenlace. 14

— Se transmite oralmente (o por escrito). — Empleo de fórmulas fijas tanto al principio como al final del texto. — La transmisión de valores: el cuento transmite unos valores estéticos, ideológicos, sociales, éticos, religiosos, de comportamiento humano, de advertencia ante determinados peligros… — Cierta ligereza al hablar sobre la muerte, quitando importancia a este hecho. — Final feliz: se resuelve el conflicto planteado. Si tuviéramos que diferenciar en cuatro rasgos el cuento literario y el tradicional, serían estos: CUENTO LITERARIO

TRADICIONAL

• Autor conocido • Origen culto • Estilo artístico • Variedad de manifestaciones

• Anónimo • Origen remoto • Valor folclórico • Fondo moral

Nos centraremos más en el cuento popular por ser más asequible, más cercano a los alumnos y más fácil de hacer una recopilación escolar. Además, hay que destacar que en el currículo de Lengua Castellana y Literatura la narración ocupa una parte importante. Todos hemos disfrutado con los relatos que nos contaban nuestros familiares y luego leíamos. A veces, en clase nos olvidamos de que nuestros alumnos tienen muy cercana su infancia y que el cuento puede ser un buen puente de acercamiento a la Literatura. El cuento, tanto tradicional como de autor, es un soporte literario para favorecer los hábitos de lectura. Estos relatos breves son muy asequibles y motivadores para alumnos poco acostumbrados a la lectura. A partir de ellos se podrán emprender metas más altas. Uno de los aspectos más importantes de los pueblos es la lengua como instrumento de comunicación y como vehículo transmisor de su cultura. En este sentido el cuento oral siempre ha estado presente y se ha pasado de unos pueblos a otros y de unas generaciones a otras. Otro factor que hay que tener en cuenta es la transmisión de valores y el rechazo de antivalores a través de la Historia. A esto añadimos que los relatos populares 15

desarrollan la imaginación, la fantasía, la creatividad, la sensibilidad, la ilusión. Además, el trabajo sobre el cuento permite un rastreo sobre el acervo cuentístico oral, lo cual lleva a nuestros alumnos a valorar la importancia de sus raíces culturales. Si potenciamos la recopilación de cuentos, leyendas, tradiciones, lograremos que nuestro alumnado se sienta más protagonista. También se busca la creación literaria basada fundamentalmente en la estructura, más sencilla, del relato tradicional, que sigue el consabido esquema: plantea miento, nudo y desenlace. De este entramado tan sencillo, pasaremos a estructuras más complejas.

4. NORMAS PRÁCTICAS PARA ESCRIBIR UN CUENTO Un cuento es como una casa y no se puede empezar por el tejado. Su construcción se inicia por los cimientos: — Partimos de una idea que desarrollaremos en un pequeño esquema donde seleccionaremos el tema, la estructura que le vamos a dar (presentación, nudo y desenlace), quién va a contar la historia (en 1ª, en 3ª persona…)1, los personajes, el espacio, el tiempo, lo que pretendemos con el relato, e incluso podemos poner el final, sabiendo que seguramente lo cambiaremos. — Utilizaremos un borrador donde tacharemos y corregiremos tantas veces como sea necesario. Los escritores corrigen y tachan, rompen hojas; nosotros, que estamos en camino, no vamos a ser menos. — Con el fin de no repetir palabras, que indica pobreza de estilo, tendremos siempre a mano un buen diccionario de antónimos y sinónimos, además del de la Real Academia Española u otro similar. El diccionario es un arma imprescindible para todo aspirante a escritor. — Se aconseja seguir el esquema de planteamiento, nudo y desenlace y no resolver el conflicto en dos líneas. — No se debe cambiar el tiempo verbal, por ejemplo de presente a perfecto simple, sin previa justificación. — Los tiempos verbales más utilizados en la narración son: pretérito imperfecto de indicativo (decía), perfecto simple (dijo), presente histórico (dice don Quijote), condicional (diría), pretérito pluscuamperfecto de indicativo (había dicho).

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— Emplearemos guiones en las partes dialogadas donde se procurará no repetir el verbo dijo. Estas series de verbos son muy útiles:

Hablar, afirmar, opinar, expresar, exteriorizar, conversar, departir, pronunciar, articular, razonar, proferir, ensartar, tomar la palabra, hacer uso de la palabra, traer a cuento, sacar a colación, despegar la boca, descoser los labios. Contar, referir, narrar, relatar, dar a conocer, detallar, exponer, dar cuenta, describir, reseñar, novelar, fabular, extenderse. — En todas las descripciones hay que seguir un orden, procurando no mezclar cada parte. Si se tratara de una persona, podríamos escribir: • Cara: delgada, redonda, llena, roja, pálida… • Ojos: tristes, tiernos, oscuros, azules… • Nariz: chata, alargada, respingona… • Boca: fresca, expresiva, pequeña… • Labios: delgados, finos, carnosos… • Dientes: amarillentos, anchos, afilados… • Pestañas • Cejas • Orejas … No se nos pide que nos detengamos en todas las partes, sino en aquellas que nos resulten más llamativas. Haremos lo mismo si describimos animales, paisajes, ambientes, lugares, cosas, objetos. — En la narración son muy habituales las comparaciones. Al principio puedes recurrir a las conocidas: deshacerse como un azucarillo, negro como boca de lobo, rojo como un campo de amapolas, colorado como un salmonete, más liado que un gato con una morcilla; después debes inventártelas. — No hay que abusar de los adverbios en mente que restan dinamismo al texto. Se prefiere con celeridad, con rapidez a rápidamente, 17

con moderación a moderadamente, con dificultad a difícilmente, con insistencia a insistentemente, con intensidad a intensivamente, con sequedad a secamente, con seguridad a seguramente. — Se debe procurar que las palabras no rimen en un texto narrativo: «Respiraba con agitación mientras permanecía solo en la habitación». (La sustituimos por cuarto, estancia, sala, aposento, pieza…) — Debes redactarlo a mano y cuando consideres que el relato está a tu gusto, lo pasarás a ordenador.

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Capítulo 2

PROPUESTAS DE ESCRITURA

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Los escritores han aprendido un oficio después de haber leído mucho, después de entrenarse, después de practicar, tachar, corregir, perfeccionar el estilo, hasta lograr dar a sus ideas una entidad propia. Nos tenemos que convencer de que escribir es una técnica que se puede aprender. Miguel de Cervantes, excelente narrador, se esforzó en ser poeta, reconociendo que no tenía ese don («la gracia que no quiso darme el cielo»). Federico García Lorca, renombrado poeta de la Generación del 27, fue poeta gracias al cielo y a su esfuerzo. Y lo mismo les ocurrió a otros muchos escritores. Está demostrado que se puede aprender a escribir bien, con esfuerzo, pero se puede. Prueba de ello es la proliferación de cursos para escribir relatos, novelas, guiones de cine… En este trabajo facilitamos mecanismos, modelos que se pueden imitar, técnicas de creación, para más adelante pasar a una creación personal de textos. Las propuestas que a continuación se ofrecen en la mayoría de los casos se apoyan en cuentos populares que he recogido de viva voz entre personas mayores. Como he podido comprobar, algunos relatos no están recogidos en ningún libro o antología por lo que se publican por primera vez. Debo aclarar que al transcribir estas narraciones, he modificado palabras, suprimido vulgarismos, expresiones en desuso, repeticiones innecesarias…, con el fin de agilizar el texto, ahora bien, siempre he procurado mantener la esencia del mismo.

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Lo que cuenta el cuento PROPUESTA

1 Objetivo Desarrollar la capacidad de síntesis.

Descripción de la actividad Leemos atentamente el cuento titulado «Para mí tres y para ti dos» y pedimos a los alumnos que resuman su argumento. Para que todos lo podamos entender, los hechos deben estar redactados cronológicamente. Además de sintetizar el contenido del relato, deben prestar atención a la forma de redactar y a la ortografía.

Sugerencia Es aconsejable utilizar un borrador y después pasarlo a limpio. *** Cuento: «Para mí tres y para ti dos» Era un matrimonio que tenía cinco huevos e iban a repartirlos. Los dos querían la mejor parte. La mujer le decía al marido: 21

—Mira, para mí tres y para ti dos. Y el marido contestaba: —No, para mí tres y para ti dos. Y la otra le decía: —No, no, no, para mí los tres y para ti los dos. Y el otro le contestaba: —Mira, si no me das para mí tres y para ti dos, me muero. —Pues haz lo que quieras. Si quieres morirte, muérete, pero para mí tres y para ti dos. Y todos los días con la misma canción. Hasta que ya un día dice el marido: —Pues ahora me muero. —Pues muérete. El otro se murió. Le llevaron a enterrar y la mujer iba al lado de las andas diciendo: —Oye, para mí tres y para ti dos. —No, para mí tres y para ti dos. —Que ya te llevan a la iglesia. —Que me lleven, pero para mí tres y para ti dos. Iba por el camino la mujer diciendo: —Para mí tres y para ti dos. Y el marido: —No, no, para mí tres y para ti dos. Llegaron a la puerta del cementerio y la misma canción: —Oye, que te van a enterrar. Para mí tres y para ti dos. —No, no, no, para mí tres y para ti dos. —Que te entierran. —Pues que me entierren. 22

Ya cuando le iban a meter al hoyo, se volvió a la mujer y le dijo: —Oye, para mí tres y para ti dos. —No, para mí los tres y para ti los dos. —Que te van a meter en el hoyo. —Pues que me metan. Y por fin cedió la mujer: —¡Cómetelos tú todos! Entonces el marido se levantó y se incorporó. Al ver esto, los que le llevaban en las andas le tiraron al suelo y él se marchó corriendo. Colorín, colorado, este cuento se ha acabado, y el que no se levante se queda pegado.

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Las partes de un todo PROPUESTA

2 Objetivo Captar la estructura narrativa de un relato.

Descripción de la actividad La unidad narrativa se estructura en tres partes: introducción, nudo y desenlace. Después de la lectura atenta del cuento «El niño y el señor cura», señalamos cada una de las partes en que está organizado el relato. *** Cuento: «El niño y el señor cura» Venía un niño de buscar agua de la fuente del pueblo, y el señor cura, que estaba en el pórtico de la iglesia, le preguntó: —¿Me das agua, niño? El niño le contestó: —No, señor cura. El señor cura le recriminó: —¿No sabes cuáles son las obras de misericordia?

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—Sí, señor cura. Dijo el sacerdote: —Una de ellas dice: «Dar de beber al sediento». Y le contestó el niño: —Yo también sé otra. —Venga, dímela. —Enseñar al que no sabe. Mire, señor cura, allí está la fuente —concluyó el niño señalando el lugar con la mano derecha.

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Fórmulas fijas PROPUESTA

3 Objetivo Diferenciar las fórmulas fijas que encabezan y finalizan los cuentos populares.

Descripción de la actividad En muchos de los cuentos tradicionales se emplean fórmulas fijas tanto al principio, para captar la atención del oyente, como al final, para despedir el relato. FÓRMULAS FIJAS PRINCIPIO — Érase una vez… — Érase que se era… — Cierto día… — Había una vez…

FINAL … y fueron felices y comieron perdices y a mí me dieron con un hueso en las narices. … los cuentos los lleva el viento. … y vivieron felices hasta el fin de sus días. … con sal y pimiento se acabó este cuento.

— En un país lejano… — Vivía una vez… — Hace mucho tiempo… — En un pueblo de… 26

— Estos eran dos… — Estaba un día…

Los principios y finales de los cuentos tradicionales suelen ser sencillos y conocidos por todos; no obstante, algunos rompen esta norma. Les pedimos que construyan principios y finales como los que siguen: — Allá por los tiempos de Maricastaña… — Esto es verdad y no miento, como me lo contaron, te lo cuento.

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Redactar un cuento que se acaba de leer PROPUESTA

4 Objetivo Ejercitar la concentración y la retención.

Descripción de la actividad Después de leer dos veces detenidamente el cuento «El sastre y la zarza», pedimos a nuestros alumnos que lo redacten con la máxima fidelidad al original. Aunque las palabras no sean exactas, sí deben acercarse a las empleadas por el narrador.

Sugerencia Se debe utilizar borrador. *** Cuento: «El sastre y la zarza» Venía una vez un sastre de un pueblo de cortar un traje y, como le gustaba mucho el vino, se metió en la cantina y empinó el codo algo más de la cuenta. Resulta que se le hizo de noche y se montó en el burro y emprendió el camino de regreso. Era una noche cerrada que daba miedo al más plantado. 28

Entonces el burro tropezó y tiró al amo que fue a caer a un zarzal. El animal continuó camino a casa como otras veces y llegó solo. El sastre, como estaba como una cuba, no se daba cuenta de las cosas, y creyó que la zarza era un hombre, pues cuanto más se movía más le atrapaba. El sastre mueve que te mueve y la zarza agarra que te agarra. —¡Buen hombre! ¡Tenga piedad de mí! ¡Suélteme —exclamaba— que soy un pobre sastre y tengo mujer y siete hijos! El sastre intentaba escaparse y la zarza le agarraba más. De tanto moverse, le vencieron las fuerzas y se durmió. A la mañana siguiente se despertó con el rocío que le calaba hasta los huesos, y la misma copla: —¡Suélteme que soy un pobre sastre! Entonces se dio la vuelta y vio que era una zarza, sacó la navaja y, todo valentón, dijo: —¡Si es un tío le rajo!

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Completar un cuento PROPUESTA

5 Objetivo Potenciar la concentración y desarrollar la lógica de un relato.

Descripción de la actividad Leer atentamente la parte que se da del cuento y continuarlo, procurando que lo que se aporta tenga sentido con lo anterior. No se trata de adivinar lo que el anónimo autor escribió. *** Cuento: «El consejero del rey» Parte que se da: Hace muchísimos años hubo un rey que ponía en duda la bondad de Dios. —No os desaniméis, mi señor, porque lo que Dios hace es perfecto. Nunca se equivoca —le repetía el consejero. Un día salió el monarca a cazar y una fiera del bosque le atacó. El consejero logró matar a la fiera, pero no pudo evitar que el soberano perdiera un dedo. El rey, enfurecido, le replicó: —¿Y ahora qué me vas a decir, que Dios es bueno? Si lo fuese, no hubiera 30

permitido que me atacara el animal ni que perdiera el dedo. El consejero le contestó: —Mi señor, yo le aseguro que si Dios lo ha permitido es por su bien. Dios es perfecto y nunca se equivoca. No le sentó bien la respuesta e indignado, echó del palacio al consejero. Unos meses después el rey salió otra vez a cazar y… Parte que no se da: … un grupo de desalmados le atacó y le hizo prisionero. Eran personas muy temidas porque ofrecían a sus ídolos sacrificios humanos. Cuando ya estaba todo dispuesto para el sacrificio, el jefe viendo al rey, advirtió disgustado: —No podemos ofrecer este hombre a los dioses porque es imperfecto, le falta un dedo. De esta manera el rey salvó su vida. Una vez que regresó al palacio, contento y feliz, mandó llamar al consejero despedido. Al verlo le abrazó muy efusivo: —Mi querido amigo. Dios realmente fue bueno conmigo pues me salvó de la muerte porque me faltaba un dedo. Sin embargo, tengo una duda: Si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que tú, que tanto le defiendes, fueses echado del palacio? El criado sonrió y le aseguró: —Mi señor, si yo hubiera estado cazando con vos, me habrían sacrificado a mí, pues no me falta ningún dedo.

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Principio y final PROPUESTA

6 Objetivo Desarrollar la imaginación siguiendo la lógica de los acontecimientos.

Descripción de la actividad Damos el principio y el final de un cuento no conocido y les proponemos que escriban lo que falta. *** Cuento: «El rastro» Parte que se da: Era un labrador que tenía un hijo y le había mandado a estudiar al Seminario para que de mayor fuese más que él. El hijo aprendió muchas cosas; aprendió latín y aprendió a hablar bien. Volvió al pueblo hablando muy fino y decía palabras en latín. Como el hijo había estado haciendo el verano con su padre, sabía cómo era el rastro y cómo eran todos los aperos de labranza. Va y le pregunta a su padre: —Oiga, padre, ¿y esto qué es?

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Parte que no se da: Y el padre se extrañó mucho. —¿Qué es esa herramienta tan rara? —volvió a preguntar el estudiante. —Hijo, písalo ahí en los dientes y te diré lo que es. Según lo pisó, el apero le dio en todos los morros. Y exclamó el hijo: —¡Pero si es un rastro! ¡Me cago en el rastro! ¡Vaya trancazo que me ha dado!

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Variación sobre un mismo tema PROPUESTA

7 Objetivo Apreciar las variaciones de los cuentos tradicionales.

Descripción de la actividad Una de las características de los cuentos tradicionales es la transmisión oral y la consiguiente variación de los mismos. Escribid «El cuento de la lechera» u otro que sepáis todos y veréis la cantidad de diferencias que hay de unos textos a otros. *** Damos la versión de Don Juan Manuel que incluye en El conde Lucanor2 titulada «Lo que sucedió a una mujer llamada doña Truhana»: Otra vez habló el conde Lucanor con Patronio, su consejero, del siguiente modo: —Patronio, un hombre me ha aconsejado que haga una cosa, y aun me ha dicho cómo podría hacerla, y os aseguro que es tan ventajosa que, si Dios quisiera que saliera como él lo dijo, me convendría mucho, pues los beneficios se encadenan unos con otros de tal manera que al fin son muy grandes. Entonces refirió a Patronio en qué consistía. Cuando hubo terminado, respondió Patronio: 34

—Señor conde Lucanor, siempre oí decir que era prudente atenerse a la realidad y no a lo que imaginamos, pues muchas veces sucede a los que confían en su imaginación lo mismo que sucedió a doña Truhana. El conde le preguntó qué le había sucedido. —Señor conde —dijo Patronio—, hubo una mujer llamada doña Truhana, y era bastante más pobre que rica, y un día iba al mercado llevando sobre su cabeza una olla de miel. Y yendo por el camino empezó a pensar que vendería aquella olla de miel y que compraría con el dinero una partida de huevos, y de aquellos huevos nacerían gallinas, y después, con ese dinero, compraría ovejas, y así fue comprando tantas cosas con las ganancias, que se vio más rica que ninguna de sus vecinas. Y con aquella riqueza que creía tener, pensó cómo casaría a sus hijos e hijas, y cómo iría acompañada por la calle de yernos y nueras, y cómo hablaría la gente de su buena ventura en conseguir riqueza, siendo tan pobre como era antes. Y pensando en esto se empezó a reír con gran placer de su buena suerte, y, al reírse, se dio con la mano un golpe en la frente, y entonces se le cayó la olla de miel al suelo y se partió en pedazos. Cuando vio la olla rota, empezó a lamentarse por haber perdido lo que creía tener si no se hubiera roto. Como puso todo su pensamiento en una esperanza vana, al final no se hizo nada de lo que quería. Vos, señor conde Lucanor, si queréis que las cosas que os dicen y las que pensáis sean un día realidad, fijaos bien en que sean posibles y no fantásticas, dudosas y vanas, y si quisiereis intentar algo, guardaos muy bien de aventurar nada que estiméis por la incierta esperanza de un galardón de que no estéis seguro. Al conde agradó mucho lo que dijo Patronio, hízolo así y le salió muy bien. Y como don Juan gustó de este ejemplo, lo mandó poner en este libro y escribió estos versos: En las cosas ciertas confiad y en las fantásticas evitad. El escritor Félix María Samaniego plasmó este cuento en la fábula titulada «La lechera»3: Llevaba en la cabeza una lechera el cántaro al mercado con aquella presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado que va diciendo a todo el que lo advierte: ¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!

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Porque no apetecía más compañía que su pensamiento, que alegre le ofrecía inocentes ideas de contento, marchaba sola la lechera, y decía entre sí de esta manera: «Esta leche, vendida, en limpio me dará tanto dinero: y con esta partida, un canasto de huevos comprar quiero para sacar cien pollos, que al estío me rodeen cantando el pío-pío. Del importe logrado de tanto pollo, mercaré un cochino: con bellota, salvado, berza y castaña, engordará sin tino; tanto, que puede ser que yo consiga el ver cómo le arrastra la barriga. Llevarelo al mercado, sacaré de él, sin duda, buen dinero; compraré de contado una robusta vaca y un ternero que salte y corra toda la campaña, desde el monte cercano a la cabaña». Con este pensamiento enajenada, brinca de manera que a su salto violento el cántaro cayó. ¡Pobre lechera! ¡Qué compasión! ¡Adiós, leche, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero! ¡Oh, loca fantasía! ¡Qué palacios fabricas en el viento! Modera tu alegría, no sea que saltando de contento al contemplar dichosa tu mudanza, quiebre tu cantarillo la esperanza. No seas ambiciosa de mejor o más próspera fortuna, 36

que vivirás ansiosa sin que pueda saciarte cosa alguna. No anheles impaciente el fin futuro: mira que ni el presente está seguro.

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Pasar un cuento a noticia periodística PROPUESTA

8 Objetivo Diferenciar el lenguaje narrativo del lenguaje periodístico.

Descripción de la actividad Cogemos como referencia el cuento «La bruja y el caballo». Lo redactamos en forma periodística, siguiendo las partes de una noticia: • Un título llamativo (el titular). • Un breve resumen del contenido de la noticia (la entradilla). • Desarrollo de la noticia, que deberá responder a estas preguntas: — ¿Quiénes protagonizan los hechos? — ¿Qué sucede? — ¿Cuándo? — ¿Dónde? — ¿Cómo? — ¿Por qué? *** Cuento: «La bruja y el caballo» Esto pasó en un pueblo donde había una mujer que decían que era bruja. Resulta que esta mujer tenía una hija y el novio la había dejado porque decían que era como su madre, vamos, que se dedicaba a hacer bruje rías por 38

la noche a los vecinos del pueblo. Entonces el que fue novio de la hija de la bruja se casó con otra y todos los días la bruja, la que decían que era bruja, quería hacerles algo al matrimonio. Estaban un día por la noche cenando y empezó a relinchar el caballo. —¿Qué ha sido eso? —preguntó la mujer. —Un relincho del caballo —dijo el marido. Y el caballo volvió a relinchar y se asustaron. Y la mujer dijo: —¿No será la bruja? La he visto esta mañana cuando iba a la panadería y se me ha quedado mirando. Conque el marido fue a la cuadra, cogió una estaca y se lió a estacazos con el caballo y ya no volvió a relinchar. A los pocos días vieron a la bruja por la calle y llevaba la cabeza vendada.

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Ordenar los bloques de un cuento PROPUESTA

9 Objetivo Con esta actividad pretendemos potenciar la lógica interna que posee todo texto narrativo.

Descripción de la actividad Cogemos un cuento cortito «La bruja y el botijo» y lo desordenamos en bloques. Se trata de ordenar con sentido cada una de las partes del cuento. *** Cuento: «La bruja y el botijo» Parte que se da: Entonces una vez echó el mal de ojo en una casa, y cuando estaban cenando, dijo la mujer mirando para la ventana que daba a la calle: Entonces la mujer cogió el mango de la escoba y de un estacazo rompió el asa de la botija. —¿Quién ha puesto ahí el botijo? —Yo no he sido —respondió el marido. —¿No habrá sido la bruja? 40

Al día siguiente vieron a la bruja por la calle. Llevaba un brazo en cabestrillo. Había en un pueblo una que decían que era bruja, y todos le tenían miedo porque echaba el mal de ojo. Al que tenía entre ceja y ceja, nada bueno podía esperar. —Pues ahora que lo dices… —Seguro que ha sido ella. —Dale con el mango de la escoba. Parte que no se da (el cuento ordenado): Había en un pueblo una que decían que era bruja, y todos le tenían miedo porque echaba el mal de ojo. Al que tenía entre ceja y ceja, nada bueno podía esperar. Entonces una vez echó el mal de ojo en una casa, y cuando estaban cenando, dijo la mujer mirando para la ventana que daba a la calle: —¿Quién ha puesto ahí el botijo? —Yo no he sido —respondió el marido. —¿No habrá sido la bruja? —Pues ahora que lo dices… —Seguro que ha sido ella. —Dale con el mango de la escoba. Entonces la mujer cogió el mango de la escoba y de un estacazo rompió el asa de la botija. Al día siguiente vieron a la bruja por la calle. Llevaba un brazo en cabestrillo.

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Recomponer en columnas un cuento desordenado PROPUESTA

10 Objetivo Se trata de ordenar un cuento siguiendo la lógica del relato, no de adivinar exactamente cómo lo contó el narrador.

Descripción de la actividad Comenzamos por el número 1, que está colocado en su sitio, y buscamos las demás columnas. Lo normal es que se coincida, pero a veces variando algún recuadro se mantiene perfectamente el sentido, con lo cual la actividad es correcta. *** Ejemplo: «El padre, el hijo y los lobos»

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Solución: El orden correcto del cuento «El padre, el hijo y los lobos» 157936284 Un día de invierno, un padre y un hijo fueron a cazar; y como los días eran más cortos, en seguida se les hizo de noche, empezó a nevar y hacía mucho frío. Entonces el padre metió prisa a su hijo para que llegasen cuanto antes a casa, pues les quedaba un buen trecho. Cuando se acercaron a la Peña Grande oyeron aullidos de lobo, y a medida que iban andando, los aullidos sonaban más cerca. Padre e hijo apretaron el paso, pero de repente y sin poder hacer nada, se vieron rodeados de una gran manada de lobos. Los dos se metieron, como pudieron, en una cueva que encontraron en el camino. El padre pegó unos tiros con la escopeta para ahuyentarlos; sin embargo, los lobos ni caso. De pronto, el hijo se acordó de que su madre le había metido una vela en el morral, además de un cacho de pan y un trozo de queso. Su padre la encendió, y los lobos, al ver el fuego, se marcharon. Así ellos pudieron llegar a casa sanos y salvos, aunque un poco asustados.

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Reconstruir la historia con el índice del libro PROPUESTA

11 Objetivo Ordenar los capítulos de un libro siguiendo la lógica de la matanza del cerdo.

Descripción de la actividad Tomamos como referencia el libro Mi amigo Agapito4 y tratamos de ordenar los capítulos. Una vez puestos en el lugar que deben ocupar, se puede reconstruir la historia o inventarse una escogiendo los títulos de los capítulos que más gustan. Capítulos del libro: Cuando se mata el marrano y se muere la abuela, el niño no va a la escuela. Por san Bartolomé, coge el cerdo por los pies. El cerdo no quiere rosas, sino aguas cenagosas. El menudo cerdo tiene nombres ciento. ¿Cómo hará morcillas quien no tiene sangre ni tripas? Por santa Sabina, mata tu cochina. La morcilla reciente, cómela con tu pariente. El nombre del cerdo es calamitoso, pero lo que lleva dentro es muy delicioso. A cada cerdo le llega su san Martín. 44

Con la ayuda del vecino, mató mi padre un cochino. El que al año no mata un puerco, anda con nosotros, pero anda muerto. Solución: 1. Por san Bartolomé, coge el cerdo por los pies. 2. El menudo cerdo tiene nombres ciento. 3. El nombre del cerdo es calamitoso, pero lo que lleva dentro es muy delicioso. 4. El cerdo no quiere rosas, sino aguas cenagosas. 5. A cada cerdo le llega su san Martín. 6. Por santa Sabina, mata tu cochina. 7. Cuando se mata el marrano y se muere la abuela, el niño no va a la escuela. 8. Con la ayuda del vecino, mató mi padre un cochino. 9. ¿Cómo hará morcillas quien no tiene sangre ni tripas? 10. La morcilla reciente, cómela con tu pariente. 11. El que al año no mata un puerco, anda con nosotros, pero anda muerto.

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El cuento encadenado PROPUESTA

12 Objetivo Crear un cuanto a partir de una frase sencilla.

Descripción de la actividad Elegimos una frase que nos guste, la siguiente frase empezará con la última palabra de la anterior, y así sucesivamente. *** Tomamos como modelo el siguiente poema: El plomero a la llave, la llave al agua, el agua a la lumbre, la lumbre a la escoba, la escoba a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la rana. La rana en el agua se echa a nadar. *** 46

Partimos de la frase Acaban de llegar a Buenavista las cigüeñas5: Las cigüeñas en la torre tienen su nido. En el nido pondrán huevos. De los huevos nacerán cigüeñines. A los cigüeñines les darán de comer los padres. Los padres les enseñarán a volar. Volarán alrededor de la torre de la iglesia. De la torre de la iglesia irán a la charca. En la charca se alimentarán de renacuajos y pececillos. Los pececillos se quedarán tranquilos cuando se junten las cigüeñas en una laguna y vuelen a un país cálido.

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Completar un cuento con los nombres y verbos que faltan PROPUESTA

13 Objetivo Conocer nuestra tradición cultural reflejada en los cuentos populares de animales.

Descripción de la actividad La popularidad, el respeto y el cariño que siempre se ha tenido a la cigüeña, aparece reflejado en los cuentos tradicionales dedicados a esta zancuda. Se trata de completar el texto con los siguientes nombres y verbos que faltan:

*** Cuento: «La zorra y la cigüeña» Una vez la cigüeña, que estaba dando un ______, se encontró con la zorra, y en su buena conversación se hicieron ________. Como resultas de tal amistad, la zorra _________ a merendar a la cigüeña a su casa. La zorra para burlarse de su amiga, fue y le echó unas natillas en una fuente muy grande, y como la cigüeña no podía _______ con ese pico tan grande que tiene, se quedó sin merendar. 48

—El próximo día te invito yo a merendar a mi casa —dijo la cigüeña. —De acuerdo —contestó la zorra. Llega el día convenido, y la _________ de la zorra fue morrocotuda cuando observó que la cigüeña le ____________ las natillas en un recipiente con el cuello muy alto y largo. La zorra, como no pudo meter el __________ por más esfuerzos que hizo, se quedó en ________ y tuvo que conformarse con otras ___________ que no eran de su gusto. Y la cigüeña se lo comió todo. Así la cigüeña le devolvió la _________ y la zorra se quedó con la _________ abierta.

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Reconstruir un cuento PROPUESTA

14 Objetivo Pretendemos ordenar los datos importantes de un relato y reconstruirlos.

Descripción de la actividad Para que esta actividad realmente sea atractiva, debemos seguir los siguientes pasos: — Un alumno narra al resto de la clase un cuento que él sólo conoce. — Los alumnos se agrupan de cuatro en cuatro e inician la reconstrucción de los hechos. — Pueden preguntar detalles al que conoce la narración, el cual únicamente responderá sí o no. — Cuando cuenten con los datos suficientes, ordenarán el cuento y lo redactarán. — La clase escucha todos los cuentos. — El alumno que conoce el cuento lo narra enteramente y se compara este relato con los demás.

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Sugerencia El narrador podrá ayudar a algún grupo si se desvía demasiado del argumento. *** FINAL DEL CUENTO —No, hombre, no, es de broma —contestó el gavilán. Subieron más arriba, y le dijo: —¡Zorra, zorra, que te tiro! —¡No me tires, por Dios, no me tires! Y a la tercera vez, le dijo: —¡Zorra, que te tiro! Encogió las alas y la tiró. Y se ponía la zorra, mientras iba cayendo: —¡Quítate, guijarro, que te enchisparro! (aplasto) Y ya cuando cayó encima de una peña, decía la zorra: —Si de esta escapo, y no muero, no quiero más bodas en el cielo. *** Cuento completo (sólo conocido por el alumno que lo narra): «La zorra y la aguilita» Era una aguilita que tenía siete hijos, y estaba en un árbol subida. Desde que se subió al árbol, la zorra no hacía más que decirle: —Aguilita, aguilita, tírame un hijito. —No quiero. —Si no me lo tiras, con el rabo tieso corto las ramas de la encina y te como a ti y a ellos. La pobre aguilita para que no cortara la encina, le tiró un hijito. Y la zorra se lo comió. 51

Al día siguiente, volvió la zorra: —Aguilita, aguilita, tírame un hijito. —No quiero. —Si no me lo tiras, con el rabo tieso corto las ramas de la encina y te como a ti y a ellos. La pobre aguilita para que no cortara la encina, le tiró otro hijito. Y la zorra se lo comió. Llegó el día siguiente, y volvió la zorra con la misma canción: —Aguilita, aguilita, tírame un hijito. —No quiero. —Si no me lo tiras, con el rabo tieso corto las ramas de la encina y te como a ti y a ellos. La pobre aguilita para que no cortara la encina, le tiró otro hijito. Y la zorra se lo comió. Y así todos los días hasta que se comió a los siete. Y ya no volvió más. Se quedó la madre muy apenada llorando. Pasó por allí un gavilán y le preguntó: —Aguilita, ¿qué te pasa? —Que tenía siete hijos y ha venido la zorra y me ha dicho: «Aguilita, aguilita, tírame un hijito, si no con el rabo tieso corto las ramas de la encina y te como a ti y a ellos». Y uno a uno me los ha comido a todos. Y dijo el gavilán: —Boba, ¿y lo has creído? —Claro que sí —contestó la aguilita muy apenada. —Pues, mira, cuando venga la zorra le vas a decir: «Mira, zorra, que tu rabo no corta encina, que lo corta un varón con un segurón, con un segurón». Al otro día volvió la zorra y dijo: —Aguilita, aguilita, bájate tú ahora que si no te corto la encina y te como a ti. Entonces le contestó la aguilita:

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—«Mira, zorra, tu rabo no corta encina, que lo corta un varón con un segurón, con un segurón». —¿Quién te ha dicho eso? —El gavilán. —Deja que coja al gavilán —le dijo la zorra. Conque unos días más tarde se encontraron en un prado el gavilán y la zorra. Y habló primero ésta: —Anda, que le has dicho a la aguilita que «mi rabo no corta encina, que la corta un varón con un segurón, con un segurón». Pues ahora te voy a comer a ti. —¡Bah! Pues cómeme, porque yo ya estoy cansado de este mundo. Si me quieres comer, cómeme; pero antes quisiera que me dejaras ir a una boda que tengo en el cielo, que me han invitado. —Bueno —le contestó la zorra—, lo mismo me da comerte ahora que después. —Entonces me comes después. —¿Por qué no me dejas ir contigo a la boda? —Pues bueno, te llevaré conmigo a la boda —repuso el gavilán. Conque fue el gavilán y extendió las alas y la subió muy arriba, muy arriba, y le decía: —¡Zorra, que te tiro! —¡Ay, no me tires, no, por Dios! —No, hombre, no, es de broma —aseguró el gavilán. Subieron más arriba, y le dijo: —¡Zorra, zorra, que te tiro! —¡No me tires, por Dios, no me tires! Ya a la tercera vez, lo habló en serio: —¡Zorra, que te tiro! Encogió las alas y la tiró.

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Y exclamaba la zorra, mientras iba cayendo: —¡Quítate, guijarro, que te enchisparro! (aplasto) Y ya cuando por fin cayó encima de una peña, decía la zorra: —Si de esta escapo, y no muero, no quiero más bodas en el cielo.

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Pasar una fábula a cuento PROPUESTA

15 Objetivo Dar estructura cuentística a un género muy próximo al cuento, como es la fábula.

Descripción de la actividad Cualquiera de las dos fábulas que a continuación se copian, sobre el mismo tema, nos puede servir de modelo. Se debe respetar la estructura lógica del cuento —exposición, nudo y desenlace— y lo relataremos en tercera persona, concluyendo con una moraleja. *** «La gallina de los huevos de oro» La avaricia rompe el saco. No necesito otro ejemplo que el de aquel hombre, que según cuenta la fábula, tenía una gallina que todos los días le ponía un huevo de oro. El rústico pensó que dentro de su cuerpo tenía un tesoro. La mató, pues, la abrió y encontró que por dentro era igual a aquellas que le ponían huevos ordinarios. Y así él mismo se privó de su fortuna. ¡Hermosa lección para los avaros! ¿Cuántos hemos visto que en estos últimos tiempos de la noche a la mañana de ricos se han visto pobres por querer ser lo primero en exceso? 55

La Fontaine

*** Érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aun con tanta ganancia malcontento, quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de oro y hallar en menos tiempo más tesoro. Matola; abriola el vientre de contado; pero después de haberla registrado, ¿qué sucedió? Que muerta la gallina, perdió su huevo de oro y no halló mina. ¡Cuántos hay que teniendo lo bastante, enriquecerse quieren al instante, abrazando proyectos a veces de tan rápidos efectos, que sólo en pocos meses, cuando se contemplan ya marqueses, contando sus millones, se vieron en la calle sin calzones! Samaniego

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Pasar un cuento a fábula PROPUESTA

16 Objetivo Distinguir las diferencias que existen entre el cuento y la fábula.

Descripción de la actividad Con los modelos que tenemos de la anterior actividad, podemos ahora pasar un cuento a fábula, tanto en prosa como en verso. Proponemos el cuento «El hijo seminarista», que encierra una enseñanza bien concreta y del cual se desprende una moraleja perfecta.

Sugerencia Conviene escoger una estrofa métrica sencilla, por ejemplo un romance (es una serie ilimitada de versos de ocho sílabas, en los que sólo riman los pares en asonante) o una redondilla (estrofa de cuatro versos de arte menor cuya rima es abba). *** Cuento: «El hijo seminarista» Era una familia muy pobre que tenía un hijo y le habían mandado al Seminario para que se hiciera un hombre de provecho.

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Conque al año volvió el hijo, y venía muy fino, dándoselas de que sabía mucho, y a sus padres les hacía de menos. Cada poco decía: —Porque allá en el Seminario yo he aprendido esto y aquello. Los padres se quedaban un poco extrañados al ver lo que había cambiado su hijo. Llegó la hora de la cena y resulta que sólo tenían dos huevos. Y dijo la madre: —El caso es que sólo tenemos dos huevos. Los repartiremos como buenos hermanos. —Sí, los repartiremos —contestó el padre. —No, no, tenemos tres. En el Seminario me han enseñado muchas matemáticas, y yo aquí cuento tres huevos. Se puso a contar el estudiante: —Uno y uno son dos, más uno, tres. Hay uno para cada uno. —No, hijo, hay dos: uno y dos —contaba la madre. —No, no, hay tres —insistía el hijo—: uno y uno son dos, más uno, tres. Entonces el padre ya se puso serio: —Mira, hijo, no nos hagas comulgar con piedras de molino. Tu madre y yo sólo vemos dos huevos. —Uno y dos —recalcaba la madre. —No nos tomes el pelo. —No se lo tomo, padre. Uno y uno son dos, más uno, tres. —No porfíes, hijo —decía la madre—, que tu padre tiene razón. Y el hijo no daba el brazo a torcer. Conque se levantó el padre y zanjó la discusión: —Vamos a coger un huevo cada uno: tu madre el de ese plato, yo el de este y para ti, el que queda.

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Crear un cuento siguiendo el significado de un dicho PROPUESTA

17 Objetivo Desarrollar la capacidad creativa partiendo de un argumento mínimo.

Descripción de la actividad Muchos dichos del lenguaje popular tienen un origen concreto, quizá a veces inventado, que se aproxima mucho a un cuento tradicional. Animamos a nuestros alumnos a que, siguiendo el significado del dicho «Apaga y vámonos», creen un cuento. *** Ejemplo 1: «Apaga y vámonos» Empleamos el modismo «Apaga y vámonos» al ver que una cosa toca a su fin, y también cuando se oye o se ve algo disparatado o absurdo. El origen hay que buscarlo en una historia andaluza, ocurrida en el pueblo de Pitres (Granada). Dos sacerdotes hicieron una apuesta para ver quién de los dos decía la misa más rápido. Como uno de ellos oyera que el otro, en lugar del Introibo ad altare Dei, empezaba diciendo el Ite, misa est, le dijo al monaguillo: Apaga y vámonos. *** 59

Ejemplo 2: «Al freír será el reír» Censura el dicho al que da por seguro lo que no está demasiado claro y, también, advierte que se sea parco en los gastos si no se quiere al final dejar de cumplir los compromisos. Cuentan que en tiempos de Felipe IV había en la Corte un calderero que tenía fama de truhán. Otro pillo, dispuesto a reírse, pasó por la calderería y le pidió una sartén. El calderero le dio una que estaba rota por abajo; el pillo no lo advirtió, pero le pagó con una moneda falsa, que el sartenero guardó sin mirar. Viendo que el comprador se reía, le dijo: Al freír será el reír. A lo cual contestó el comprador: Al contar será el llorar.

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Elegir el dicho apropiado a un cuento PROPUESTA

18 Objetivo Pretendemos desarrollar la capacidad de síntesis, pues el dicho es «una frase hecha que contiene una máxima o una observación o consejo de sabiduría popular»6.

Desarrollo de la actividad En el cuento «El cura y el jato» se encuentra la síntesis de un pensamiento o de una idea, que se puede concretar en un dicho o una expresión concreta del lenguaje popular. Animamos a los alumnos a que localicen la expresión, que no tiene que ser única, puesto que hay más de una. *** Cuento: «El cura y el jato» Había en un pueblo un cura muy renovero. Resulta que se fue a la feria y compró un jato. Lo tuvo cierto tiempo en casa y después de una temporada, lo vendió. Subió a la feria, y el cura todos los días estaba pensando que qué barato había dado el jato. Fue un día a decir misa y al volverse al público, en lugar de decir dominus vobiscum, dijo:

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—(Cantando) Qué barato di el jato. Y le contestó el monaguillo: —(Cantando) Le hubiera dado usted más caro.

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Crear un cuento con el título de un refrán PROPUESTA

19 Objetivo Desarrollar la capacidad creativa tomando como referencia la síntesis de un pensamiento.

Descripción de la actividad Apoyándonos en el significado de un refrán, proponemos la creación de un cuento sencillo al estilo de los cuentos tradicionales.

Sugerencia El primer paso es saber el significado del refrán. Lo podemos localizar en un refranero o preguntando a los familiares, que son más dados a utilizarlos que nosotros, sobre todo nuestros abuelos. El refrán es este: El que trabaja el día de los santos, la pipa se le llena de cantos. ***

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Ejemplo: «El trabajador» Este era un hombre que acostumbraba a trabajar los días de fiesta. Y estaba casado. Y tenía una pipa de vino. Entonces a la mujer como le gustaba el vino, aprovechaba cuando no estaba su marido y sacaba un cuartillo y otro, y para que no se diese cuenta el hombre, echaba cantos en la cuba y así el vino siempre quedaba arriba. Conque un día fue el marido por vino y se encontró con una sorpresa que no esperaba: en la pipa sólo había cantos. Y fue y se lo dijo a su mujer, y ésta, muy dicharachera, le contestó: —El que trabaja el día de los santos, la pipa se le llena de cantos. Otro refrán: Más vale un agua de abril y mayo que las mulas y el carro *** Ejemplo: «El carro y las mulas» Hicieron una vez en un pueblo un carro de la mejor madera, con los clavos de oro, y le uncieron un par de mulas, las mejores que había entonces. Se le ocurrió al alcalde llamar a los vecinos para ver quién acertaba lo que valían el carro y las mulas. Iban pasando uno a uno y todos decían lo que les parecía. Pero como no acertaba nadie, ya por fin decidieron llamar al tonto del pueblo, a ver si por lo menos éste se acercaba. Fue el alcalde y le preguntó: —Tú… —Dígame, señor alcalde. —¿Cuánto vale este carro y este par de mulas? A lo que contestó el tonto: —Eso es muy sencillo: más vale un agua de abril y mayo que las mulas y el carro. Sugerimos que se basen en estos refranes: —En casa de Gonzalo, manda más la gallina que el gallo. 64

—Donde quita y no pon, pronto se llega al hondón. —Aunque me des castañas, no me engañas. —Consejos vendo y para mí no tengo. —Hay bodas, bodorrios y casamientos de los demonios.

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Dramatizar un cuento PROPUESTA

20 Objetivo Diferenciar la estructura narrativa de la teatral.

Descripción de la actividad Proponemos pasar un cuento «El avaro y el cerdo» a texto dramático. Para ello debemos saber que dramatizar es transformar una obra concreta —poema, cuento, noticia periodística, etc.—, dándole una estructura teatral, modificando la forma originaria y acomodándola a las particularidades del esquema teatral: — — — — — —

Argumento. Tema. Personajes. Conflicto. Espacio. Tiempo.

A veces, se adapta un texto dramático que hay que adecuarlo al tiempo, espacio o medio de los que disponemos. Otras, en cambio, se adapta un texto, que no tiene esquema dramático para darle una forma teatral y poderla representar.

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Sugerencias Tenemos varias posibilidades de adaptar un texto: a) Dar forma teatral a un texto siendo fiel al original, suprimiendo aquellos aspectos (personajes, párrafos…) que apenas añaden algo a la idea esencial que quiere destacar el autor. b) Introducir el personaje del narrador que aligera la carga descriptiva de un texto narrativo, sintetiza la acción y nos sitúa a los personajes en escena. c) Adaptación libre, introduciendo nuevos personajes e incluso cambiando el final. Se propone adaptar un cuento y darle la estructura teatral. Para lograr un buena adaptación, se sugiere seguir estos pasos: 1. Leer detenidamente el texto elegido. 2. Especificar la idea o ideas centrales del mismo. 3. Redactar los acontecimientos en orden cronológico. 4. Estructurar el texto en actos (si es largo) y escenas (se denomina escena al texto en que intervienen los mismos personajes; la entrada o salida de alguno señala el cambio de escena), donde haya choque entre intereses contrapuestos. 5. Caracterización de los personajes; ésta se completa con los diálogos y con otros elementos de la puesta en escena. 6. Crear el lugar y el ambiente con decorados, iluminación, efectos especiales… 7. Elaboración de un diálogo vivo, ágil y sugestivo, ayudado por las acotaciones precisas. (Las acotaciones, muy importantes en teatro, son esas frases que van entre paréntesis, no pronunciadas por los personajes, que el autor incluye para ayudar a la comprensión del texto y a la puesta en escena de la obra.) *** Cuento: «El avaro y el cerdo» Antes en los pueblos, cuando se mataba, se tenía la costumbre de repartir algo con los vecinos, y todos hacían lo mismo. Entonces en un pueblo había un hombre muy avaro que había matado el cerdo. Y, claro, como era tan avaro, a la hora de tener que repartir con los vecinos, se dijo: —Si les doy a todos un poco, me quedo sin cerdo, y eso ni hablar. Y andaba preocupado pensando cómo se las podría apañar para no repartir 67

con los otros. Conque a fuerza de pensar, se acordó del herrero. Fue a su casa y le dijo lo que le pasaba. —No te preocupes —le contestó el herrero—, vamos a engañarles a todos. —¿Cómo, cómo? —Mira, tú cuelgas el cerdo abierto en canal a la puerta de tu casa para que se vea bien, para que se enteren todos de que has matado. Lo tienes colgado toda la noche. Por la mañana, te levantas el primero, metes el cerdo en casa sin que te vea nadie y empiezas a vocear diciendo que te lo han robado. —¡Qué bien pensado! Así no reparto con nadie, bueno, menos contigo. —Y todos se creerán que tú querías repartir con ellos, pero… —Eso, eso. Conque así lo hicieron. El avaro colgó el cerdo a la puerta de su casa. Por la noche fue el herrero y se lo robó. Ya de madrugada, se levantó el avaro, fue a buscar el cerdo y no estaba. ¡Menudo susto! Y decía: —¡Vecinos, vecinos, que me han robado el cerdo! ¡Lo he dejado esta noche a la puerta y ya no está! Entonces asomó la cabeza el herrero y le dijo: —Sigue voceando así que lo haces muy bien. Ejemplo de dramatización: ESCENA I

(Patio de una casa de pueblo. Vemos un cerdo colgado de una viga.) AVARO: (Pensativo.) Si les doy un poco a todos los vecinos, me quedo sin cerdo, y eso ni hablar. ¿Cómo me las apañaré para no repartir con los otros? (Dándose con la mano en la cabeza.) ¡Ya está! Se lo diré al herrero ESCENA II

(En la fragua. El HERRERO está trabajando.) AVARO:

Buenas. 68

HERRERO:

¿Qué te trae por aquí, amigo?

Ya ves, nada de particular. (Tras una pausa.) El caso es que he matado el cerdo y no quiero repartir con los vecinos.

AVARO:

(Dándole una palmada en el hombro.) No te preocupes, vamos a engañarlos a todos.

HERRERO:

AVARO:

(Se frota las manos de alegría.) ¿Cómo, cómo?

HERRERO:

Mira, tú cuelgas el cerdo abierto en canal a la puerta de tu casa para que se vea bien, para que se enteren todos de que has matado. Lo tienes colgado toda la noche. Por la mañana te levantas el primero, metes el cerdo en casa sin que te vea nadie y empiezas a vocear diciendo que te lo han robado. (Contentísimo.) ¡Qué bien pensado! Así no reparto con nadie, bueno, menos contigo.

AVARO:

HERRERO: AVARO:

Y todos creerán que tú querías repartir con ellos, pero…

(Que no para de frotarse las manos.) Eso, eso. ESCENA III

(Puerta de entrada a la casa del cerdo.) AVARO:

AVARO.

Escenario en penumbra. EL AVARO cuelga el

(Entrando en casa.) Ya está todo arreglado.

(Aparece el HERRERO, descuelga el cerdo y se lo lleva.) (Marchándose.) Todo me ha salido a pedir de boca. Me voy a poner como el hijo del esquilador.

HERRERO:

ESCENA IV

(En el mismo escenario. Luz de amanecida. Sale el AVARO desesperado.) AVARO: (Dando voces.) ¡Vecinos, vecinos, que me han robado el cerdo! ¡Lo he dejado esta noche a la puerta y ya no está! ¡Qué voy a comer este año! ¡Qué va a ser de mí! HERRERO:

(Asomando la cabeza.) Sigue voceando así que lo haces muy bien.

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Lectura dramatizada PROPUESTA

21 Objetivo Leer los textos escritos con la debida entonación.

Descripción de la actividad Una vez escritos los textos teatrales adaptados del cuento, pasaremos a leerlos. En clase pondremos unas mesas para los actores, situando al resto de los compañeros frente a ellos. Cada actor va siguiendo el texto hasta el momento en que le toca intervenir. Delante de cada actor, sobre la mesa, habrá un rótulo con el nombre del personaje que interpreta, retirando este nombre cuando el personaje sale de escena y descubriéndolo cuando aparece. A un lado habrá un narrador que leerá las acotaciones de la obra: descripción del decorado, caracterización de los personajes, situación en la escena, etc. Se pueden ambientar las escenas con música.

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Proporcionar datos aislados y reconstruir un cuento PROPUESTA

22 Objetivo Seguir el orden cronológico de un relato.

Descripción de la actividad Tomamos como referencia un cuento bastante conocido «La raposa y el barquero» y proporcionamos los siguientes datos: — Una raposa quería pasar el río y no tenía dinero para pagar el viaje. — Como era muy astuta, propuso al barquero que le pagaría con tres verdades. — Cuando llegaron al otro lado del río, la zorra le dijo la última verdad y se marchó. También podemos partir de otro totalmente desconocido: «El molinero y los burros». Señalamos estos datos sobre el segundo cuento: — Un molinero tenía cuatro burros. — Fue con ellos al molino. — Perdió un burro.

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— Llegó al molino y tenía los cuatro. *** Cuento completo: «La raposa y el barquero» Había una vez una raposa que quería pasar el río, entonces se acercó muy sonriente al barquero: —¿Qué quieres, raposilla? —le preguntó el barquero. —Quiero pasar al otro lado. —¿Qué me das si te paso en mi barca? —Dinero no tengo, pero en el camino te diré tres verdades que te vendrán muy bien. —De acuerdo —dijo el barquero. Subieron a la barca, y empezó la raposilla con la primera verdad: —Dicen muchos que la noche de luna es más clara que el día sin sol, pero el día es más hermoso. Cuando estaban hacia la mitad del camino, dijo la raposa: —Cuando las mujeres hacen la amasada, pegan suavemente con la mano en la torta de maíz: pan, pan, pan… y dicen: «¡Oh, qué buen talo! Esto es mejor que el pan». Sin embargo, yo prefiero el pan malo al talo bueno. Una vez que llegaron al otro lado del río, la zorra, que es un animal muy astuto, dijo: —¡Ay, barquero, barquero! Tienes los pantalones rotos; pero si a todos los que pasas el río te pagan como yo, más rotos los tendrás. Y se marchó. *** Cuento completo: «El molinero y los burros» Un molinero tenía cuatro burros. Un día por la mañana aparejó a los burros y les cargó un saco de trigo a cada uno. Iba todo decidido a moler el trigo para obtener harina. Y los cuatro burros caminaban delante de él. Cada poco, el molinero contaba: 72

—Uno, dos, tres y cuatro. Como estaban todos, tiraba para adelante. Ya había andado un buen trecho a pie y decidió subirse a un burro. Conque se subió al último. Al cabo de un ratillo contó: —Uno, dos, tres… ¡Un burro me falta! Volvió a contar: —Uno, dos, tres… ¡Un burro me falta! ¿Dónde estará el burro? Y ya por fin cayó en la cuenta y dijo: —Uno, dos, tres… Un burro me falta y voy montado en él.

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El binomio fantástico PROPUESTA

23 Objetivo Desarrollar la imaginación.

Descripción de la actividad Cada alumno piensa dos palabras, a ser posible que no tengan relación entre ellas. Se trata de inventar una historia con las dos palabras haciendo volar la imaginación. Posteriormente se leerá la historia a los demás compañeros, siempre que el interesado quiera.

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Sustantivos de cuento PROPUESTA

24 Objetivo Desarrollar la creatividad.

Descripción de la actividad Animamos a los alumnos a que escojan dos sustantivos de cualquiera de los títulos de los cuentos y los relacionen mediante artículos y preposiciones. Como resultado tendrán nuevos títulos que sin duda esconderán historias para ser contadas. padre molinero chaqueta bruja cerdo avaro caballo …

lobo mar rey consejero aguilita zorra lechera

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El cuento al revés PROPUESTA

25 Objetivo Desarrollar la capacidad de concentración y de atención.

Descripción de la actividad Damos la vuelta a los cuentos, igual que lo hacemos con el calcetín. Por ser una actividad delicada, que exige máxima concentración, elegimos un cuento sencillo. Es preferible que se cuente oralmente. No es preciso acordarse de todas las palabras, pero sí ser fiel al contenido del relato. *** Ejemplo: «El inocente» Era un inocente que se ponía empinado en la iglesia y decía al cura y al pueblo: —¡Ay, no se dan ustedes cuenta, que han robado en la iglesia! ¡Yo lo vi, lo vi! Conque decían todos: —Madre, han robado en la iglesia y no lo hemos visto nadie. Al día siguiente iban a misa y volvía otra vez a insistir el inocente: —Ah, no habéis visto nada, ¿eh? Yo he visto que han robado en la iglesia. 76

Entonces fueron a preguntarle: —Oye, dinos: ¿quién ha robado en la iglesia? ¿Qué han robado? —Yo lo vi, lo vi —contestaba. —¿Qué viste? —Es que lo vi, y que marchaban con ello. —¿Con qué marchaban? —Pues con cosas de la iglesia. Ya por fin dijo el señor cura: —Vamos a mirar a ver. Acudieron a la iglesia y vieron que habían robado un santo. Nadie se había dado cuenta, como había tantos santos… —Falta un santo —se dijeron unos a otros. —Pues lo han robado. Ese inocente va a saberlo. Fueron a hablar con él: —Oye, mira, te damos lo que quieras, pero nos tienes que decir quién ha robado en la iglesia. ¿Quién ha sido? ¿Tú lo viste? —Lo vi, lo vi. —¿Y por dónde lo viste? —Pues lo vi, lo vi. —¿De dónde? —Salir de la iglesia. —¿Por dónde salieron? —Sí salieron, sí salieron. —Tú dinos por dónde salieron. —Pues salieron por… por… una ventana. —¿No sabes quién fue? ¿No los conociste? —No, no, no los conocí. 77

—Sí los conociste, sí. —No, no, no. —¿Qué te damos si nos lo dices? ¿Qué quieres que te hagamos? Dijo el inocente: —Me vais a llevar como los santos, en procesión, por todo el pueblo, ¿eh? Yo, el santo, y vais cantando, claro. —Bueno —contestaron. El señor cura preparó la procesión y habló a los feligreses: —Mirad, hijos, me ha dicho el tonto que tenemos que llevarle en procesión, pero una procesión bien hecha. Así que, por favor, os pido que cantéis bien el Kirieleisón y el Santa María. Tenemos que hacerlo bien para que el tonto nos diga lo del robo, que es un santo que valía mucho dinero. Y esto lo sabéis todos mejor que yo. Dijeron todos que sí, que no faltaría más. Ordenó todo, lo preparó todo, hicieron unas andas porque las que te nían eran pequeñas para él. Le pusieron en las andas y empezó la procesión. Cantaban el Santa María y el 5irieleisón. Iban por todo el pueblo, por las eras… y él más bien que no sé. De vez en cuando cantaban: —¿Quién ha robado en la iglesia? Decía el tonto (cantando): —Ya te lo lilé. —¿Quién ha robado en la iglesia? —Ya te lo lilé. Y pensaban: «Hasta que no llegue a la iglesia seguro que no nos lo dice». Cantaban el Kirieleisón, y otra vez: —¿Quién ha robado en la iglesia? —Ya te lo lilé. Llegaron a la iglesia y se pararon. Entonces el señor cura entonó:

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—Ahora ya nos tienes que decir, ¿quién ha robado en la iglesia? Y saltó el tonto (cantando): —Habrán sido los lalones.

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Elaboración y grabación de un guión radiofónico PROPUESTA

26 Objetivo Familiarizarse con la radio como instrumento para emitir mensajes.

Descripción de la actividad Para la realización elegimos el cuento «El gallo Quirico» En un guión de radio son muy importantes los sonidos, la ambientación, como en este caso el canto del gallo, el balar de la oveja, el rebuznar del burro… La intervención de un narrador permitirá seguir con claridad el argumento. El guión se puede organizar como si fuera una obra de teatro, señalando la intervención de cada uno de los personajes, teniendo muy presente que los efectos especiales tienen que aparecer en acotaciones para que los que monten el guión sepan a qué atenerse.

Sugerencia Existen cintas con grabación de sonidos y voces de animales que nos serán de mucha utilidad. *** Cuento: «El gallo Quirico» 80

Este era un gallo que se llamaba Quirico, que iba a la boda de su tío Juan Periquito. En el camino encontró una boñiga con granos de trigo, y se puso a pensar: «¿Qué haré, picaré o no picaré? Si pico, me mancho el pico y no podré ir a la boda de mi tío Juan Periquito, y si no, me muero de hambre». No picó. Siguió andando, andando y encontró otra boñiga y pensó otra vez: «¿Qué haré, picaré o no picaré? Si pico, me mancho el pico y no podré ir a la boda de mi tío Juan Periquito, y si no, me muero de hambre». No picó. Siguió andando, andando y encontró otra boñiga: «¿Qué haré, picaré o no picaré? Si pico, me mancho el pico y no podré ir a la boda de mi tío Juan Periquito, y si no, me muero de hambre». Picó, y se manchó el pico. Andando, andando, encontró una malva: —Malva, límpiame el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró una oveja: —Oveja, pace a malva porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró a un lobo. —Lobo, come a oveja porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró a un perro: —Perro, corre a lobo porque lobo no quiso comer a oveja, porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró un palo: —Palo, pega a perro porque perro no quiso correr a lobo, porque lobo no quiso comer a oveja, porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. 81

Andando, andando, encontró una lumbre: —Lumbre, quema a palo porque palo no quiso pegar a perro, porque perro no quiso correr a lobo, porque lobo no quiso comer a oveja, porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró agua: —Agua, apaga a lumbre porque lumbre no quiso quemar a palo, porque palo no quiso pegar a perro, porque perro no quiso correr a lobo, porque lobo no quiso comer a oveja, porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. Andando, andando, encontró a un burro: —Burro, bebe a agua porque agua no quiso apagar a lumbre, porque lumbre no quiso quemar a palo, porque palo no quiso pegar a perro, porque perro no quiso correr a lobo, porque lobo no quiso comer a oveja, porque oveja no quiso pacer a malva, porque malva no quiso limpiarme el pico para ir a la boda de mi tío Juan Periquito. —No quiero. (Ahora se espera un poquito, y luego se pregunta:) —¿Cuál es el último que he dicho? —El burro. —Álzale el rabo y bésale en el culo.

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Elaboración y grabación de un guión cinematográfico PROPUESTA

27 Objetivo Familiarizarse con el lenguaje y las técnicas cinematográficas.

Descripción de la actividad El cine constituye un medio de comunicación de mensajes y una forma artística muy creativa. Muchas veces ha tomado temas y argumentos de obras literarias, tanto de novelas como de textos teatrales y de cuentos. Antes de realizar una pelícu la es necesario escribir el guión cinematográfico. Proponemos escribirlo sobre el cuento «El padre, el hijo y el burro». El guión cinematográfico sirve de guía para la realización de la película. Normalmente se escribe en dos columnas: en la izquierda van todas las acotaciones e indicaciones técnicas relacionadas con las imágenes y el sonido; en la derecha, los diálogos de los personajes. Como está ambientado en un pueblo, no será difícil su realización.

Sugerencias Indicamos algunos de los movimientos que se pueden realizar con la cámara: — Panorama: plano general. — Primer plano. 83

— Traveling: la cámara sigue a los actores, la cámara avanza, retrocede, gira… *** Cuento: «El padre, el hijo y el burro» Una mañana, padre e hijo pusieron el aparejo al burro y se marcharon a pedir limosna por los pueblos. Cuando llegaron al primer pueblo, los dos iban andando y el burro detrás sin carga. Les dieron algunas monedas y algo para comer. A la salida del pueblo, se cruzaron con dos señoras que iban murmurando: —Estos dos parecen tontos de remate, llevan un burro y van los dos andando. Siguieron camino adelante sin dar importancia a lo que habían oído. Pero cuando ya se veían las casas del siguiente pueblo, el padre montó en el burro y el hijo le siguió andando. Recorrieron el pueblo pidiendo limosna, lo mismo que hacían en todos los lugares que iban. Al salir del pueblo, pasaron al lado de un grupo de mujeres que comentaban: —¡Vaya padre! El pobre chico andando y él tan sentadazo. —¡Lo que hay que ver! Ante estas palabras, el padre, que creía que estaba obrando mal, bajó del burro y subió su hijo. Continuaron su camino y llegaron al tercer pueblo. Pidieron limosna, como en todos, y cuando ya lo iban a abandonar, vieron cómo dos ancianas les observaban y una de ellas decía a la otra: —¡Menuda juventud! Parece que ha nacido cansada. El pobre hombre va casi arrastrando los pies y él con lo buen mozo que es… ¡No sé adónde vamos a llegar! —Ni que lo digas, hija. —Lo que nos queda por ver todavía. El padre y el hijo ya no sabían qué hacer. Al llegar al cuarto y último pueblo, se montaron los dos en el burro. Recorrieron el pueblo pidiendo y ya de vuelta a casa, oyeron una voz de mujer que decía: —Desde luego, mira esos dos gandules, va el pobre animalico reventado. GUIÓN CINEMATOGRÁFICO DE «EL PADRE, EL HIJO Y EL BURRO » 84

PANORAMA DEL EXTERIOR DE UN PUEBLO Padre e hijo ponen el aparejo a un burro. Silencio. PADRE.- Vamos a ver qué tal se nos da el día. HIJO.- ¿Por qué pueblo empezamos a pedir, padre? PADRE.- Por el primero que se ve a la derecha. Padre e hijo llegan al pueblo. Primer plano de ambos. Este es sólo el comienzo de la primera escena, luego hay que continuar.

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El cuento y el refrán PROPUESTA

28 Objetivo Dar a conocer que algunos refranes son la síntesis de un cuento.

Descripción de la actividad A veces el refrán tiene su origen en un cuento o en una fábula con fines didácticos. *** Ejemplo: Con el amigo incierto, cerrado un ojo y el otro abierto. El origen es el relato «La zorra y el mochuelo». En una ocasión acertaron a caer en una posada la zorra y el mochuelo. Se hizo de noche y a éste le entró sueño. La zorra muy amable le dijo que podía dormir tranquilamente, pues ella le velaría el sueño. Se durmió el mochuelo, pero con la mosca detrás de la oreja, y únicamente cerró el ojo del lado contrario en que se hallaba la zorra. Ésta, astuta como ella sola, dio unas cuantas vueltas en torno al ave rapaz y vio que cada vez que ella pasaba de un lado a otro su compañero abría el ojo que antes tenía cerrado. La zorra, extrañada, le preguntó qué significaba esto, a lo que respondió con sabiduría el mochuelo: —Con el amigo incierto, cerrado un ojo y otro abierto. Ejemplo: La mujer que no come con su marido, lo mejor del puchero se ha comido. 86

El origen está en este resumen del cuento: Había una vez una mujer muy gorda que no tenía hambre ni a la hora del desayuno, ni de la comida ni de la cena. El hombre no acertaba a comprender cómo su mujer podía estar tan gorda, sin probar apenas bocado. Pensó en un plan para saber si su mujer le engañaba: fingió un inesperado viaje y apenas recorrió unos metros, se dio la vuelta, se escondió y comprobó lo que se temía: la mujer se dirigió a la cocina, cogió la sartén, y frió unas migajas, torreznos, costillas… Para comer se zampó una tortilla y cenó un pollo de corral. Cuando el marido decidió volver a casa, la mujer se extrañó de la rapidez con que había vuelto. A lo que respondió éste: —Pues, mira, mujer, lo que me ha pasado: resulta que nada más salir de casa, empezaron a caer del cielo migas y migajas de pan, sí mujer, como las que tú te desayunaste; si no me arrimo a la pared tan gorda como la tortilla que tú te comiste, estoy más tieso que el pollo que tú te cenaste. Pertenece al cuento «Una mujer gorda». Lo mismo se puede inventar el hipotético origen de estos refranes en forma de cuento: —A mal pagador, buen cobrador. —Si el pastor duerme, la ovejilla se pierde. —El que busca las escogidas, se queda con las raídas. —Cerezas y mentiras, unas de otras tiran. —En casa del jabonero, el que no cae resbala. *** Cuento completo: «Una mujer gorda» Érase una vez un pueblecito en el cual vivía un matrimonio que no tenía hijos. El marido era alto y fuerte y la mujer muy gorda, tan gorda que su marido tuvo que ampliar la puerta de entrada a la casa varias veces. El hombre se quedaba sorprendido ante la respuesta de su mujer cada vez que le preguntaba a la hora de comer: —Pero mujer, ¿no comes? —No, la verdad es que no tengo mucha hambre. Y así respondía a la hora del desayuno, de la comida y de la cena, y durante días y días. El hombre no acertaba a comprender cómo su mujer podía estar tan gorda, sin probar apenas bocado. 87

Conque un día pensó en un plan para poder saber si era verdad que su mujer no comía o si por el contrario le engañaba. Dijo a su mujer que iba a salir de viaje a la mañana siguiente y se acostó ese día temprano. Al día siguiente de madrugada, cogió sus mulas, las puso el aparejo y se fue a despedir de su mujer. Una vez que anduvo unos cuantos metros, volvió con las mulas y se escondió para poder ver con todo lujo de detalles lo que en su casa ocurría. Entonces vio cómo la mujer se dirigía a la cocina, cogió la sartén y volcó un cuartillo de aceite en ella. Cogió después un montón de migajas de pan, que tenía escondidas de varios días, y comenzó a freírlas. Se las comió todas para almorzar, además de un buen tazón de leche. A la hora de la comida, la mujer se dirigió otra vez a la cocina y se hizo una tortilla de patata tan grande como la mesa en la cual la apoyaba. Y acabó con toda ella en menos que canta un gallo. Al atardecer, no contenta con lo que había comido durante el día, se dirigió al corral, cogió uno de los pollos más lucidos, lo guisó bien y se lo comió entero para la cena. No dejó ni un solo hueso sin chupar. El marido al ver todo lo que había pasado, decidió volver a casa. Cuando entró por la puerta, vino hacia él la mujer para recibirle. Y la mujer le preguntó: —¿Qué tal viaje has tenido? Y el marido contestó: —Pues mira, mujer, lo que me ha pasado: resulta que nada más salir de casa, empezaron a caer del cielo migajas y migajas de pan. Sí, mujer, como las que tú te desayunaste; si no me arrimo a una pared tan gorda como la tortilla que tú te comiste, estoy más tieso que el pollo que tú te cenaste.

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El cuento y los chistes PROPUESTA

29 Objetivo Observar la cercanía entre ambos géneros.

Descripción de la actividad Hay cuentos como el de «Los dos gitanos», «El cura y el herrero» y «Los borrachos y el mar», que están muy próximos al chiste. Les animamos a que escriban chistes en esta línea de los tres mencionados. Al final podemos encuadernarlos con anillas que se abran y cierren para así aumentar el libro.

Sugerencia Más que escribir un chiste debemos intentar adornarlo hasta que se acerque a la categoría de cuento. *** Ejemplo: «Los dos gitanos» Estos eran dos gitanos que no tenían dinero, y le dijo uno al otro: —¿Qué haríamos para sacar algo de dinero? 89

—Yo voy a ir a la iglesia y a san Antonio bendito le pido dinero. Conque fue a la iglesia y se puso a decir: —San Antonio, dame dinero, que me hace mucha falta. Y no le contestaba nadie. Así estuvo yendo unos días. Después fue un día, y el sacristán que ya lo guipó, se escondió detrás de la cortina que cubría a la imagen del santo. El gitano apenas llegaba decía: —San Antonio, dame dinero, que me hace mucha falta. Estaba el sacristán escondido detrás y en voz baja le contestó: —No lo mereces. Como el santo tiene un niño en brazos, el gitano creyó que le había hablado el niño. Y le dijo a éste: —Tú cállate, mocoso, lo que diga tu padre. Así se quedó todo aquel día. Y se lo contó al otro gitano que estaba a la puerta. Volvió otro día y estaba escondido el sacristán, y dijo el gitano: —San Antonio, dame dinero. Entonces el sacristán le contestó en voz alta, de hombre ya: —Mañana te lo daré. Salió más contento y le dijo al otro gitano: —Me ha dicho que mañana me lo dará. Conque volvieron muy alegres al día siguiente. El sacristán estaba escondido y había cogido unos cuantos ladrillos de una obra. Nada más llegar el gitano, se puso de rodillas y le pidió lo de siempre: —San Antonio, dame dinero. Y le contestó el sacristán: —Pero vuélvete de espaldas. Cogió el sacristán los ladrillos y le empezó a pegar ladrillazos en las 90

costillas, ladrillazos van y ladrillazos vienen. Salió corriendo para afuera, y el que estaba esperando le preguntó: —¿Qué? ¿Te dio por fin el dinero? —Sí, sí. Ahora entra tú que tiene el portamonedas abierto. *** Ejemplo: «El cura y el herrero» Estaba un día el cura de un pueblo predicando desde el púlpito de la iglesia y decía: —Jesucristo hizo muchos milagros a lo largo de su vida, siempre ayudando a los necesitados. En una ocasión se hallaba en una montaña predicando a un enorme gentío de personas pobres y como tenían hambre, el Maestro hizo el milagro: con cinco mil panes y dos mil peces dio de comer a cinco hombres, y todavía sobró comida. El herrero del pueblo, que era un protestón, lo oyó y levantó la voz desde el coro: —Señor cura, eso lo hace cualquiera. El cura se dio cuenta del error y se calló. Conque al año siguiente fue otra vez a predicar sobre la multiplicación de los panes y los peces, se lo pensó bien para no equivocarse y dijo: —Porque Jesucristo con cinco panes y dos peces dio de comer a cinco mil personas. Eh, herrero, ¿qué te parece ahora? Y contestó el herrero: —Con lo que sobró del año pasado también les daba yo de comer. *** Ejemplo: «Los borrachos y el mar» Eran dos borrachines que fueron una vez a Santander a ver el mar. —No hemos visto nunca el mar, ¿por qué no vamos? —dijo uno. —Pues vamos —le contestó el otro. Conque se marcharon para allá, y al llegar allí se entretuvieron en los bares. 91

Y como les gustaba mucho empinar el codo, pues cogieron una buena manguana, de estas de aquí te espero. Entonces fueron después a ver el mar, y al ver tanta agua, dijo uno: —¡Dios mío! ¡Si todo esto fuera vino! Y entonces le contestó el otro: —¡Anda, que hasta que lo echásemos en agua!

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Cartas de cuento PROPUESTA

30 Objetivo Con esta actividad, al tiempo que familiarizarse con la lectura, pretendemos que el alumnado practique la escritura de una misiva y se fije en cada una de sus partes

Descripción de la actividad Escribir una carta al erizo dando tu opinión sobre el cuento y alabando su ingeniosidad para derrotar en la carrera a la liebre y ganarle la apuesta. *** Ejemplo: «La liebre y el erizo» Un día se encontraron la liebre y el erizo y empezaron a decir que si yo corro mucho, que si tú corres poco. Como no se ponían de acuerdo, hicieron una apuesta: el que menos corra de los dos, paga una cena. La carrera se iba a celebrar al día siguiente en la tierra de Fulanito, que era una tierra que tenía los surcos muy largos y muy derechos. Quedaron en dar tres vueltas a la tierra. El erizo se lo dijo a la eriza: —Mira, que he hecho una apuesta con la liebre a ver quién corre más. —¡Pero tú estás loco! —le contestó la eriza—. ¡Cómo vas a correr más que 93

ella! Empezaron a pensar, y después de mucho pensar y pensar, quedaron de acuerdo en que a la mañana siguiente el erizo se pondría al principio del surco y la eriza al final. Como eran iguales, la liebre no se daría cuenta. Se presentaron al día siguiente en la tierra, se saludaron y dijo la liebre: —Yo ya estoy preparada, cuando tú quieras empezamos la carrera. —Pues por mí que no sea —le contestó el erizo. —Cuando yo diga tres, empezamos. —Vale. Contó una, dos y tres, y empezó la carrera. La liebre a todo correr llegó al final del surco y se encontró con la eriza que le dijo: —¡Ya estoy aquí! Se dio media vuelta y al llegar a la otra punta del surco, se encontró con el erizo que le dijo lo mismo: —¡Ya estoy aquí! Y esto mismo ocurrió tres veces. La pobre liebre terminó reventada de puro correr y encima tuvo que pagar la cena. Partes de una carta:

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Comenzar con buen pie PROPUESTA

31 Objetivo Potenciar la creación literaria.

Descripción de la actividad Damos el comienzo de un cuento y los alumnos, partiendo de este inicio, escribirán uno.

Sugerencia Como en la mayoría de las actividades, el borrador es imprescindible. *** Ejemplo: «El secreto» Había una vez un joven matrimonio que vivían en un pequeño pueblo. Juan, el marido, era granjero y un día oyó decir a dos pájaros que las mujeres no sabían guardar un secreto… *** Cuento completo: «El secreto» 96

Había una vez un joven matrimonio, que vivía en un pequeño pueblo. Juan, el marido, era granjero y un día oyó decir a dos pájaros que las mujeres no sabían guardar un secreto, y Juan se propuso comprobar si era verdad, inventando algo para ver si su mujer sabía guardar un secreto. A la mañana siguiente, Juan dijo a su esposa que no le contara a nadie que había puesto un huevo, pero cuando Juan se fue, su esposa se lo fue a contar a su mejor amiga, y la amiga a otra, pero cada vez aumentaban más los huevos, hasta que una gitana le dijo a Juan que había un hombre que había puesto dos mil huevos. Y Juan les dijo a los pájaros que tenían razón: las mujeres no sabían guardar secretos. Colorín, colorete por la chimenea sale el cohete.

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El título PROPUESTA

32 Objetivo Desarrollar la imaginación.

Descripción de la actividad Con las letras que dan título a los cuentos «Los estudiantes y el hortelano», «El trabajador» y «La ballena de Marcilla» se pueden formar muchas palabras (por ejemplo cogemos la palabra hortelano: norte, lona, tela, tonel, talón, etc.). Sugerimos a los alumnos que procuren construir el mayor número de palabras posibles y con ellas escribir un relato. *** Cuento completo: «Los estudiantes y el hortelano» Había una vez tres estudiantes pobres que fueron a un pueblo donde había feria. —Tenemos que hacer algo para divertirnos —dijo uno. En ese momento pasaban por una huerta y allí había un burro que estaba sacando agua de la noria. —Ya he pensado la manera de divertirnos —se adelantó el otro. —Pues dínosla —añadió el tercero. 98

—Yo me pongo en la noria y vosotros os lleváis el borrico y lo vendéis en la feria. Y así lo hicieron. Cuando ya estaban lejos los estudiantes y el burro, el que se había quedado en lugar del animal, se paró. —¡Arre! —gritaba el amo que estaba trabajando no muy lejos. Y el burro no se movía. Entonces el hortelano se acercó a la noria, y casi le da algo cuando vio que su burro se había convertido en estudiante. —¡Pero qué es esto! —exclamó. Entonces el pícaro del estudiante le contestó: —Mi amo, unas brujas me convirtieron en burro, pero no tenga usted miedo que ya cumplí el tiempo de mi encantamiento, y he vuelto a como era al principio. El hortelano no sabía qué pensar de todo esto que le estaba pasando. No entendía nada. Quitó los arreos al estudiante y le dijo: —Vete con Dios. El amo cogió el camino de la feria dispuesto a comprar otro burro. Al llegar allí, unos gitanos le ofrecieron un burro que acababan de comprar, era su propio burro. Cuando lo vio, echó a correr muy asustado, al tiempo que decía: —Quien no te conozca, que te compre.

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Cuento con muchas «bes» PROPUESTA

33 Objetivo Manejar un diccionario de sinónimos.

Descripción de la actividad Proponemos a los alumnos y alumnas que copien el cuento titulado «La bruja y el botijo», que son dos palabras que empiezan por b, y sirviéndose de un diccionario de sinónimos, sustituyan el mayor número posible de palabras por otras que empiecen también por b. *** Cuento: «La bruja y el botijo» Había en un pueblo una que decían que era bruja, y todos le tenían miedo porque echaba el mal de ojo. Al que tenía entre ceja y ceja, nada bueno podía esperar. Entonces una vez echó el mal de ojo en una casa, y cuando estaban cenando, dijo la mujer mirando para la ventana que daba a la calle: —¿Quién ha puesto ahí el botijo? —Yo no he sido —respondió el marido. —¿No habrá sido la bruja? —Pues ahora que lo dices… 100

—Seguro que ha sido ella. —Dale con el mango de la escoba. Entonces la mujer cogió el mango de la escoba y de un escobazo rompió el asa de la botija. Al día siguiente vieron a la bruja por la calle. Llevaba un brazo en cabestrillo.

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El cuento de la «A» PROPUESTA

34 Objetivo Despertar la curiosidad.

Descripción de la actividad Aunque parezca que la A es una letra imprescindible, también se puede sustituir por otras vocales. En este caso vamos a reemplazarla por la E en el relato «La ballena de Marcilla» y tendremos palabras muy graciosas. *** Ejemplo: «La ballena de Marcilla» En Marcilla de Campos cuentan que un día, de esto hace mucho tiempo, se cayó un burro a una laguna. El amo no pudo sacar al animal con todos los aparejos que llevaba y dejó flotando la albarda en la laguna. Al poco tiempo pasó por allí un pastor a dar de beber a las ovejas. El hombre, que no tenía muchas luces, creyó que lo que flotaba era una ballena y corrió al pueblo a decírselo a los vecinos: —¡Que en la laguna hay una ballena! ¡Corred todos a verla! —¿Dónde, dónde? —le decían. —En la laguna, que la he visto yo. 102

Salió todo el vecindario armado con horcas, escopetas, palos y lo que pillaron, para dar caza al gran animal. Como hacía aire, poco a poco la albarda se fue acercando a la orilla y los vecinos vieron que era el aparejo de un burro.

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Un relato con «B» PROPUESTA

35 Objetivo Manejar el diccionario con fines creativos.

Descripción de la actividad Se trata de escribir un relato que contenga el mayor número posible de palabras que empiecen por la letra B. Cuantas más palabras, mejor se concluye la actividad. Modelo: Tras cien intentos, conseguí por fin sacar una palabra bastante conveniente: cazo. Es decir, que contaba ahora con un recipiente más ancho por la boca que por el fondo, con mango largo, un pico para verter, un objeto que me permitía pescar mejor. Como solían decir los furtivos: más vale cazo que mano (Bernardo Atxaga).

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Un relato con «V» PROPUESTA

36 Objetivo Manejar el diccionario con fines creativos.

Descripción de la actividad Siguiendo el modelo que a continuación se propone, les animamos a que escriban un relato que contenga el mayor número posible de palabras que empiecen por la letra V. Nos serviremos del diccionario. Modelo: Carlos Calero Cantón cuenta en su cuento sobre las culebras que comen cualquier cosa con tal de coexistir en los campos carentes de comida para…

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Cuento modificado PROPUESTA

37 Objetivo Redactar un cuento siguiendo un modelo literario.

Descripción de la actividad Damos un relato literario y a partir de él creamos otro parecido. Se trata de sustituir las palabras en cursiva por otras que tengan sentido en el conjunto del texto. Si decimos que Andrés era pescador y sustituimos el nombre y la profesión (Jesús era labrador), las palabras referidas a la pesca serán a la agricultura. *** Partimos de un texto de Juan Farias, «Los corredoiras»7, y sustituimos los vocablos en cursiva. Texto original: 1. Andrés era pescador. Estaba casado con Manuela, una buena mujer que le dio dos hijos, Pedro y Marta. La familia se apellidaba Corredoiras y vivía en San Benito, que es un pueblo a la orilla del mar. 2. El trabajo de Andrés era de marinero a bordo del María Segunda, el barco de Rapaciño, un patrón de muchos años que nunca volvía de vacío. 106

Andrés, antes de casarse, fue medio aventurero, corrió mucho, tanto por mar como por tierra, y no le tuvo miedo a casi nada, pero de casado se hizo prudente. 3. Andrés, cuando salía a la mar, dejaba dicho: —En caso de desgracia, iros a San Julián, a casa del tío José, que él sabrá cómo ayudaros. Manuela se enfurecía: —Tú cuida de volver y no digas bobadas. 4. Andrés, cuando volvía de la mar, traía el jornal y un cubo lleno de pescado, rodaballo o sardinas, cuando no centollos. Entonces Manuela cocinaba aquellas caldeiradas que, en cuanto empezaban a hervir, ya no te dejaban pensar en otra cosa, que el olor tenía hechizo. 5. Andrés era pescador. Estaba casado con Manuela, una buena mujer que le dio dos hijos, Pedro y Marta. La familia se apellidaba Corredoiras y vivía en San Benito, que es un pueblo a la orilla del mar. 6. Jesús era labrador… 7. El trabajo de Andrés era de marinero a bordo del María Segunda, el barco de Rapaciño, un patrón de muchos años que nunca volvía de vacío. Andrés, antes de casarse, fue medio aventurero, corrió mucho, tanto por mar como por tierra, y no le tuvo miedo a casi nada, pero de casado se hizo prudente. 8. Andrés, cuando salía a la mar, dejaba dicho: —En caso de desgracia, iros a San Julián, a casa del tío José, que él sabrá cómo ayudaros. Manuela se enfurecía: —Tú cuida de volver y no digas bobadas. 9. Andrés, cuando volvía de la mar, traía el jornal y un cubo lleno de pescado, rodaballo o sardinas, cuando no centollos. Entonces Manuela cocinaba aquellas caldeiradas que, en cuanto empezaban a hervir, ya no te dejaban pensar en otra cosa, que el olor tenía hechizo. Ahora vamos a hacer lo mismo con el cuento «Los dos amigos», modificando 107

aquellas palabras que aparecen en letra cursiva. *** «Los dos amigos» Esto eran dos amigos que iban de viaje. Al cabo de un rato vieron una posada y se dijeron: —Parece que van entrando ganas de comer. —Vamos a ver qué nos dan. Y entraron en la posada y le preguntaron al posadero: —¿Qué tiene usted para comer? —Poca cosa —les respondió—. Hoy han pasado muchos por aquí y se lo han comido todo. Entonces salió la posadera con su mandil y todo, y dijo: —Quedan dos tajadas de cordero, si les sirve para matar el hambre… Respondieron los dos amigos: —Menos da una piedra. Se sentaron a la mesa. El posadero les sirvió una jarra de vino y su mujer les puso las dos tajadas. Pero resulta que una era grande y la otra pequeña, y no se atrevía ninguno a empezar. —Empieza tú —decía uno. —No, hombre, tú primero —respondía el otro. Conque así estuvieron un buen rato. Los dos pensaban que el que cogiera el primero iba a escoger, por educación, la tajada más pequeña, y por eso no se decidían. —Vamos, empieza. —¡Faltaría más! Tú, primero. Por fin va uno y coge la tajada más grande. Claro, al otro le pareció mal. —Hombre, eso no se le hace a un amigo. Yo creo que por educación… Le interrumpió el otro:

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—¿Tú si llegas a escoger el primero qué tajada habrías elegido? —Eso ni se pregunta: la más pequeña. Entonces le contestó el otro: —Pues ahí la tienes. Y le dejó con la boca abierta.

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Pasar un cuento a cómic PROPUESTA

38 Objetivo Familiarizarse con el lenguaje y las viñetas del cómic.

Descripción de la actividad Damos el cuento de «El chaval que no quería ir a la escuela» y les animamos a que lo pasen a cómic, un lenguaje que ellos conocen habitualmente.

Sugerencias Valoraremos sobre todo el texto y la técnica para elaborar el guión. *** Ejemplo: «El chaval que no quería ir a la escuela» Era un chaval que no quería ir nunca a la escuela. Y los padres le decían que tenía que estudiar para ser alguien de mayor y no verse como su padre, que era labrador. Y él ni por esas. Entonces un buen día que iba camino de la escuela, como siempre de mala gana, oyó gruñir a un cerdo, un marrano como decimos aquí, que lo estaban 110

matando, era la época de la matanza, allá por la Concepción; y fue y le dijo el niño: —Anda, delicado, ¿de qué te quejas? Te quejas de vicio. ¡Mira que si te hicieran ir a la escuela como a mí! Guíate por estas orientaciones: • Viñeta: cada una de las unidades de la narración. •

Cartela: es un texto que no se integra en la imagen y lo identificamos como la voz del narrador, completa el sentido de la imagen y contribuye al desarrollo de la acción.



Bocadillo o globo: el espacio donde aparecen los textos. La parte superior se llama globo o silueta, y el rabillo, que señala a quien habla o piensa.



Nube o burbuja: cuando el personaje está pensando.



En off: cuando el personaje no está presente, pero debemos oír lo que dice.

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Onomatopeya: reproducción de sonidos y ruidos. Aquí por ejemplo, los gruñidos del cerdo.



Cartucho: es una viñeta que enlaza con otra.

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Elaboración de un cuento PROPUESTA

39 Objetivo Ver la similitud y diferencia entre una historia y un cuento.

Descripción de la actividad Un alumno cuenta una historia que sólo sabe él y a partir de ella el resto elabora un cuento. *** Puede servir la siguiente: Fue una vez Eliseo a la consulta del médico más que nada por pasar el rato. —¿Qué le pasa? —le preguntó el médico. —Las piernas —contestó el buen hombre—, me fallan las piernas. —¿Cuántos años tiene? —Voy a hacer 87. —Mal arreglo tienen. Ya sabe usted que la circulación de la sangre a estas edades… —Es que por las mañanas… 113

El médico le interrumpió: —¿Qué desayuna usted? —Siempre lo mismo: una copita de orujo, un trozo de pan y dos galletas del país. Me hacen buen cuerpo y no me entra el hambre en toda la mañana. —¿No bebe más? —Hombre… —¿Bebe vino? —Algunos vasillos. Después de mirarle, repuso el doctor: —Tiene usted una salud de hierro. Si sigue con ese régimen, vivirá 130 años. —Quite, quite, quite diez años que con 120 tengo suficiente.

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Modificar el final PROPUESTA

40 Objetivo Cambiar la avaricia por la generosidad.

Descripción de la actividad En el cuento «El avaro y el rey» el final es demoledor: el avaro le pide al rey que le saque un ojo para que al que venga detrás le saque los dos. Como no es corriente que un cuento termine así, vamos a modificar el relato a partir del ofrecimiento que el rey le hace al paje. *** Ejemplo: «El avaro y el rey» Había una vez un rey que tenía un paje muy avaricioso. Un día el rey le llamó a palacio y le dijo: —Puedes pedirme lo que quieras, con la condición de que al que venga detrás de ti le voy a dar doble de lo que tú me pidas. *** Cuento completo: «El avaro y el rey» Había una vez un rey que tenía un paje muy avaricioso. Un día el rey le llamó 115

a palacio y le dijo: —Puedes pedirme lo que quieras, con la condición de que al que venga detrás de ti le voy a dar doble de lo que tú me pidas. Y el paje le preguntó: —¿Cuánto tiempo me da, majestad, para pensarlo? —Veinticuatro horas te doy —dijo su majestad. Al día siguiente volvió el paje y le dijo: —Ya lo he pensado, majestad. ¡Y cuál fue la sorpresa del rey cuando le pidió que le sacase un ojo! —¡Pero sabes bien lo que pides! Entonces le contestó el avaro: —Sí, majestad, para que al que venga detrás de mí le saque los dos ojos.

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Borrón y cuenta nueva PROPUESTA

41 Objetivo Unir lógica y creatividad.

Descripción de la actividad Se trata de poner las palabras que se han borrado en el cuento «Cosas son cosaz». Si se coincide con las palabras exactas del relato, el resultado es perfecto; pero si las empleadas por los alumnos tienen sentido, la actividad se puede considerar totalmente válida. *** Ejemplo: «Cosas son cosas» En una aldea vivía un ______ que trabajaba sin descanso de la ____ a la noche, construyendo lo que iba a ser su nueva _____. Trabajaba sin parar y sin la ayuda de nadie ya que no tenía ______; simplemente le prestaba ayuda su compañero de fatiga, que era un _______, que cargaba y transportaba los ______ para la construcción de la casa. Pero las dificultades llegaron cuando una mañana tuvieron que bajar al _________ más cercano para cargar unas _______ que había encargado el amo. Eran muchas y, por tanto, el peso para el pobre ______ también era mucho. 117

El ______ pensó y pensó cómo podrían llevar entre los dos todo aquel____. El___ no podría solo y además el____ también debería montar en el ____. Por fin el ______ metió las _______ en un gran saco y se las echó al hombro y a continuación se montó en el ______. Cuando iban caminando hacia la _____, al hombre se le ocurrió pensar: Cosas son _ ______, tú me llevas a mí y yo llevo las ______. *** Cuento completo: «Cosas son cosas» En una aldea vivía un hombre que trabajaba sin descanso de la mañana a la noche, construyendo lo que iba a ser su nueva casa. Trabajaba sin parar y sin la ayuda de nadie ya que no tenía familia; simplemente le prestaba ayuda su compañero de fatiga, que era un burro, que cargaba y transportaba los materiales para la construcción de la casa. Pero las dificultades llegaron cuando una mañana tuvieron que bajar al pueblo más cercano para cargar unas losas que había encargado el amo. Eran muchas y, por tanto, el peso para el pobre burro también era mucho. El hombre pensó y pensó cómo podrían llevar entre los dos todo aquel peso. El burro no podría solo y además el hombre también debería montar en el burro. Por fin el hombre metió las losas en un gran saco y se las echó al hombro y a continuación se montó en el burro. Cuando iban caminando hacia la casa, al hombre se le ocurrió pensar: Cosas son cosas, tú me llevas a mí y yo llevo las losas.

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El cuento de nunca acabar PROPUESTA

42 Objetivo Desarrollar el ingenio.

Descripción de la actividad Sugerimos la escritura de un cuento nuevo que saldrá de la unión, mezcla o revoltijo de los cuentos de nunca acabar: *** Cuento: «El pastor y las ovejas» Era una vez un pastor que estaba en el monte cuidando las ovejas y vio venir al lobo. Entonces cogió una oveja y la metió en la tenada. Cogió otra oveja y la metió en la tenada, cogió otra oveja y la metió en la tenada, cogió otra… —¿Y después qué pasó? —pregunta el niño. —Cogió otra oveja y la metió en la tenada. —Cuando las metió todas… —Espera, hijo, que el pastor tenía muchas ovejas. ***

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«Mi abuela tenía un gato…» —Mi abuela tenía un gato con las orejas de trapo y el culo de papel, ¿quieres que te lo cuente otra vez? —No. —No se dice que no, que se dice que sí. Que mi abuela tenía un gato con las orejas de trapo y el culo de papel, ¿quieres que te lo cuente otra vez? —Sí. —No se dice que sí, que se dice que no. Que mi abuela tenía un gato con las orejas de trapo y el culo de papel, ¿quieres que te lo cuente otra vez? *** «El cuento de la buena pipa» —¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa? —Sí. —Yo no digo que digas sí, sino que si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa. —No. —Yo no digo que digas no, sino si quieres, etc.

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La intriga PROPUESTA

43 Objetivo Sugerir intriga.

Descripción de la actividad Les mostramos un texto que se preste a mantener la intriga. Para ello borramos ciertas palabras esenciales en el desarrollo del mismo. Lo normal es que salgan varias soluciones sobre el personaje misterioso. Lo importante es que lo que se escribe tenga sentido. *** Proponemos un fragmento de La cueva del Toloño, de Pablo Zapata8: En medio de la noche me despertó un ruido ____________, repetido. Los demás __________ confiados. Me quedé quieto, contuve la respiración, y escuché: parecía el sonido de una voz. Cogí la linterna, abrí con cuidado la cremallera de la tienda, enfoqué al frente… Quedé sobresaltado. Un _____ — no sé cómo explicarlo— me corrió desde la frente, por encima de la cabeza, hasta la espalda, como si fuera un _______. Sentí que mi _______, y los dientes me castañetearon: la luz me mostró la figura clara y precisa de _________, con la cabeza ligeramente inclinada, y una larguísima _______. Sus ojos no se veían bajo la _______. Apagué la linterna y, sin saber por qué, volví a encenderla. El ______ seguía allí, pero el ambiente cambió. 121

*** Texto completo del fragmento de «La cueva del Toloño» En medio de la noche me despertó un ruido ronco, repetido. Los demás dormían confiados. Me quedé quieto, contuve la respiración, y escuché: parecía el sonido de una voz humana. Cogí la linterna, abrí con cuidado la cremallera de la tienda, enfoqué al frente… Quedé sobresaltado. Un escalofrío —no sé cómo explicarlo— me corrió desde la frente, por encima de la cabeza, hasta la espalda, como si fuera un halo eléctrico. Sentí que mi carne se estremecía, y los dientes me castañetearon: la luz me mostró la figura clara y precisa de un monje arrodillado, con la cabeza ligeramente inclinada, y una larguísima barba blanca. Sus ojos no se veían bajo la cogulla. Apagué la linterna y, sin saber por qué, volví a encenderla. El monje seguía allí, pero el ambiente cambió.

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¿Qué pasaría si…? PROPUESTA

44 Objetivo Ver las cosas al revés echando a volar nuestra imaginación.

Descripción de la actividad En el cuento «La cabra y los siete cabritines», la madre se fue a pacer al monte y dejó solos a los cabritines advirtiéndoles que no abrieran al lobo; pero éste, muy astuto, logró engañarlos y comerlos a todos menos a uno. Pero, ¿qué pasaría si el que es comido es el lobo? Les animamos a que cuenten el cuento al revés, desde el lado del lobo. *** Cuento: «La cabra y los siete cabritines» Era una cabra que tenía siete cabritines. Ella se fue al monte a pacer y a los cabritines les dijo que no abriesen la puerta a nadie hasta que ella viniese de pacer porque el lobo estaría por allí cerca del corral e intentaría comerlos. Se marchó y al poco tiempo llegó el lobo y llamó a la puerta: —Tan, tan. Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre. Ellos contestaron: —Tú no eres nuestra madre, nuestra madre tiene la voz fina y tú la tienes muy basta. Tú eres el lobo. 123

Se marchó el lobo enfadado porque no logró lo que quería: entrar y comerse a los siete cabritines. Y se fue a una cantina y pidió un ponche para que así se le pusiera la voz fina y luego volvió al corral a llamar a la puerta: —Tan, tan, tan. Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre. A lo que los cabritines contestaron: —Enséñanos una patita por este agujero de la puerta. Y al verla exclamaron: —¡Hum, hum, qué mal huele! Tú no eres nuestra madre, nuestra madre huele muy bien y tú hueles muy mal. Tú eres el lobo. Se marchó todo enfadado de nuevo por no lograr lo que quería y se fue a una perfumería y se compró perfume y se lo echó y de nuevo volvió al corral a llamar a la puerta: —Tan, tan, tan. Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre. Y ellos contestaron: —Enséñanos una patita. Y al verla y ver que era muy negra, le dijeron: —Nuestra madre es muy blanca y tú eres muy negro. Tú eres el lobo. Después el lobo se marchó y se fue a un molino y se enharinó por completo el cuerpo y luego volvió al corral a llamar a la puerta: —Tan, tan, tan. Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre. Y ellos al verle blanco, abrieron y !zas!, les comió a todos menos al pequeñín que se escondió detrás del trillo, y cuando vino la madre se lo contó todo lo que había pasado. Entonces la cabra y su hijo pequeño fueron en busca del lobo al monte y le encontraron durmiendo en una hoya con una tripa muy grande. La cabra con una tijera le cortó la barriga y salieron los cabritines saltando. Y le metieron al lobo en la barriga cantos y luego se la cosió la cabrita. Cuando el lobo despertó, tenía mucha sed y se fue a buscar un río para beber agua y al agacharse, como le pesaba la tripa, se cayó de cabeza en el río y se ahogó. Colorín, colorete, por la chimenea sale el cohete.

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Más sordo que una tapia PROPUESTA

45 Objetivo Crear respuestas disparatadas.

Desarrollo de la actividad En el cuento «El labrador sordo», el protagonista es duro de oído y responde lo que se imagina que le van a preguntar, desesperando con sus contestaciones a los dos señores con los que se encuentra. Animamos a los alumnos a que tomen este particular personaje y lo conviertan en protagonista de otra historia, también con respuestas sin sentido. *** Ejemplo: «El labrador sordo» En un pueblo de León vivía un labrador sordo como una pared y muy desconfiado. Estaba un día trabajando en las tierras, cuando vio venir a dos señores y se dijo: —Por ahí vienen dos señores, me preguntarán que si he arado mucho y les responderé: «Desde la capa acá». Me dirán que si he sembrado mucho y les contestaré: «Tres esportillas llenitas». Me preguntarán que si son mías las yeguas y yo les diré: «Dos potrillas que tengo en casa de ellas». Además me preguntarán que si tiene mucha agua esta fuente y responderé: «Desde la 125

punta hasta el nudo». Ellos querrán saber si tengo mujer y les diré: «Y tres hijas también». Y, finalmente, me preguntarán que por dónde se va al pueblo más próximo y yo responderé: «Por este carrascal adelante». Todavía seguía el buen hombre dando vueltas a las contestaciones, cuando se acercaron los dos señores. —Buenos días, labrador —saludaron. —Desde la capa acá —contestó. —¡Cagajones mondes, que bien respondes! —Tres esportillas llenitas. —¡Malos demonios te coman las yeguas! —Y dos potrillas que tengo en casa de ellas. —¡Malos rejones te metan por el culo! —Desde la punta hasta el nudo. —¡Buena lagarta será tu mujer! —exclamó muy enfadado uno de los señores. —Y tres hijas que tengo también. —¡Malos demonios te arrastren! Y el labrador contestó: —¡Por ese carrascal adelante!

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El canto del gallo PROPUESTA

46 Objetivo Desarrollar la fantasía.

Descripción de la actividad En el cuento titulado «Tres gallos», estos animales cantan explicando su situación. El canto del gallo al amanecer es un sonido muy familiar en los pueblos, pero, ¿por qué cantan los gallos al amanecer y no a otra hora? Proponemos a nuestros alumnos que creen un cuento explicando el posible origen de este hecho. Es preferible que la explicación esté llena de fantasía. *** Ejemplo: «Tres gallos» Eran tres gallos que cada uno cantaba en su muladar. Resulta que se encontraron los tres gallos: el uno pasaba bastante hambre, el otro también y el tercero estaba a sus anchas porque tenía mucho que comer. Entonces decía el uno: —(Cantando) Necesidad. Decía el otro: 127

—(Cantando) Bastante hay acá. Y ya el tercero, como comía bien, decía: —(Cantando) Aguantarse, don Juan.

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Personajes de cuento PROPUESTA

47 Objetivo Familiarizarse con los personajes de los cuentos y sacarlos de su medio natural.

Descripción de la actividad Imaginémonos que un día se encuentran en la plaza Mayor o en un lugar muy concurrido (cine, colegio, campo de fútbol…) dos personajes de cuento: la gata (del cuento «La bruja gata») y la raposilla (del conocido cuento «La Raposilla»). Sugerimos a los alumnos y alumnas que se inventen una hipotética conversación que se podría establecer entre ambos, siguiendo el modo de ser y de actuar de estos dos personajes en los relatos que a continuación se copian. *** Cuento: «La bruja gata» Este es el cuento de una bruja que se convirtió en gato. En aquellos tiempos que había mucha pobreza y mucha miseria, vosotros no lo habéis llegado a conocer, vivía una familia sin hijos en una pequeña aldea. La mujer era una sencilla ama de casa, que vestía siempre con grandes faldas y mantillas negras, vamos, que casi no se le veía el cuerpo con esas ropas que llevaba. Tenía la costumbre de quedarse a hilar cuando su marido se iba a la cama. 129

Uno de los días en que la mujer estaba en la cocina hilando, entró por la chimenea un enorme gato negro, que se le quedó mirando un largo tiempo y después se marchó. No dio más importancia al hecho, pero el gato siguió volviendo días y días. Entonces la mujer empezó a sentir miedo y se lo dijo al marido: —A partir de hoy no me quedo más noches hilando en la cocina. —¿Por qué, mujer? —Porque un gran gato negro se mete por el hueco de la chimenea todas las noches, se me queda mirando un rato y luego se va. —Pues sí que es raro. El matrimonio dio muchas vueltas al asunto. Por fin al marido se le ocurrió una idea: —Hoy tú te vas a la cama y yo me quedaré hilando en tu lugar, a ver qué pasa. —Bueno —dijo la mujer. Y así lo hicieron. El marido se vistió con las ropas de su mujer y empezó a hilar como si fuese su esposa. Igual que todas las noches, el gato bajó por el hueco de la chimenea. Se acercó al hombre, le miró y dijo: —¿Con barbas e hilando? Y respondió el marido: —Y tú…, ¿un gato y hablando? El hombre cogió el hierro de atizar la cocina y de un golpe mató al gato. A continuación lo tiró por la ventana a la calle. Al día siguiente apareció en el pueblo una mujer muerta, con la ropa rota. Todos le llamaban la bruja. *** Cuento: «La Raposilla» Estaba la Raposilla barriendo un cuarto y se encontró diez céntimos, y dijo: —¿En qué los echaré? Si los echo en cintas, me llamarán presumida y si los 130

echo en avellanas, me llamarán golosa. Pensando, pensando, por fin los echó en cintas. Se puso unos lacitos en el pelo y se sentó en el balcón para ver si le salía novio, pues tenía muchas ganas de casarse. Pasó por allí un lobo: —¡Huy, Raposilla, qué guapa estás! Y ella contestó: —Pero no con lo que tú me das. —¿Quieres casarte conmigo? —A ver cómo me vas a arrollar al niño. —Aum, aum, aum. —No, no, que me lo comerás. Pasó por allí un perrito: —¡Huy, Raposilla, qué guapa estás! —Pero no con lo que tú me das. —¿Quieres casarte conmigo? —A ver cómo me vas a arrollar al niño. —¡Guau, guau, guau! —No, no, que me lo morderás. Pasó por allí un gato: —¡Huy, Raposilla, qué guapa estás! —Pero no con lo que tú me das. —¿Quieres casarte conmigo? —A ver cómo me vas a arrollar al niño. —¡Miau, miau, miau! —No, no, que me lo arañarás. Pasó por allí un patito: 131

—¡Huy, Raposilla, qué guapa estás! —Pero no con lo que tú me das. —¿Quieres casarte conmigo? —A ver cómo me vas a arrollar al niño. —¡Cua, cua, cua! —No, no, que me lo despertarás. Pasó por último un ratoncito muy presumido, meneando el rabito, con su corbata y su bastoncito: —¡Huy, Raposilla, qué guapa estás! —Pero no con lo que tú me das. —¿Quieres casarte conmigo? —A ver cómo me vas a arrollar al niño. —Rorro, rorro de la cuna que a los pies está la luna y a la cabecera el sol, ro, ro. —Sí, sí, contigo me casaré. Se casaron y fueron a la cama y el ratoncito quería mear. —Raposilla, quiero mear. —Levanta, debajo la cama está el orinal. —No, que me come el gato. —No, que lo he encerrado en un cuarto. Se levantó y ¡zas!, le comió el gato. Luego la Raposilla le llamaba: —Ratoncito, ven a acostarte. —Miaragau, miaragau, que en mi panza está. Se levantó la Raposilla y dio una patada a la tripa del gato y salió volando el ratoncillo. Se volvió a la cama y… fueron muy felices, comieron perdices y a mí me dieron 132

con un plato en las narices.

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Cuentos sin título PROPUESTA

48 Objetivo Titular un relato.

Descripción de la actividad Hay títulos de cuentos que son muy sencillos y elementales, donde se menciona a los protagonistas: «La zorra y la cigüeña», «El zapatero y las brujas», «La pavera, El diablo y el baile», «El avaro y el jornalero». Sin embargo, los cuentos de autor recurren a veces a una frase que resume el texto, a una palabra llamativa, a dos palabras que riman: «Fray Perico y su borrico» (Juan Muñoz), «La princesa que perdió su nombre» (Pilar Mateos), «El cartero que se convirtió en carta» (Alfredo Gómez Cerdá), «Ojos como teles» (Braulio Llamero), «El terrible y temido Billy el Niño en las aulas» (Jesús Zatón), «El cielo en la buhardilla» (Carmen Gómez Ojea). Tenemos ahora la oportunidad de proponer que titulen una serie de cuentos con la frase o las palabras que les parezcan más oportunas. Pon título a estos cuentos: —El pastor y marzo. —El jorobado. —La asadura. —La chaqueta. —El gallo Quirico.

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*** Ejemplos: Cuento completo: «El pastor y marzo» Cuando marzo vuelve el rabo, no deja cordero con cencerro, ni oveja con pelleja ni pastor enzamarrado. En una ocasión un zagal prometió a marzo un cordero si le deparaba buen tiempo. Marzo se lo concedió y al exigirle el cordero, cuando sólo quedaban dos días para acabar el mes, el zagal insensato se lo negó porque, como él decía, en dos días que le quedaban ¿qué podría hacerle? El mes se enfureció y le dijo: —Con dos días que me quedan y uno que me preste mi hermano abril, aún he de hacerte sufrir. Y armó el tiempo tal rebotada que entre granizos y huracanes no le quedó al zagal un solo cordero en el rebaño, ni ganas de volver a jugársela a marzo. *** Cuento completo: «El jorobado» Hace muchísimos años vivía en una ciudad un honrado sastre en compañía de su mujer. Un día llamó a la puerta de su casa un jorobado que cantaba muy bien al son del tamboril. Al sastre le gustó cómo cantaba y le mandó pasar para que le escuchase su esposa. Después de que cantó cuanto ellos quisieron, le invitaron a cenar. Tenían de cena pescado. El jorobado se tragó una espina y se murió. Les entró miedo por si la justicia les castigaba sin creerles lo que había pasado. Así que decidieron llevar al pobre hombre a casa del médico. Cogieron a media noche al muerto y se plantaron en casa del médico. Les abrió la puerta un criado. —Traemos a un pobre enfermo que necesita que le mire urgentemente el médico —dijo el sastre. Le dio una moneda para que pagase a su amo. Cuando el sirviente fue a avisar al médico, dejaron el cadáver en lo alto de la escalera y salieron con rapidez de la casa.

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Entonces vino el médico a ver al enfermo, pero con las prisas no dio la luz y tropezó con el jorobado que fue rodando por las escaleras abajo. Dio la luz y cuando comprobó que el jorobado estaba muerto, creyó que lo había matado él al empujarlo. El médico subió el cadáver a su cuarto y se pasó toda la noche pensando cómo podría librarse de este muerto. Al día siguiente de madrugada, creyó que lo mejor era tirar el cadáver por la chimenea del vecino. Y así lo hizo. Ató al jorobado con una cuerda por debajo de los brazos y le dejó caer poco a poco por la chimenea, quedando de pie, de tal manera que parecía que estaba vivo. Cuando llegó el vecino a casa y vio al pobre jorobado de pie frente a la chimenea, creyó que había entrado en la casa para robar. Cogió un palo, se tiró sobre él y le molió a golpes, hasta que notó que ya no se movía. —¡Dios mío! —exclamó el vecino—. No he pensado lo que estaba haciendo. He llegado demasiado lejos: le he matado. Me cogerán y me ahorcarán. Pronto pensó que había que darse prisa y sacar el cadáver a la calle y colocarlo delante de cualquier puerta. En la primera tienda que vio, allí lo dejó a la puerta y se marchó corriendo a su casa. Pasó por allí un mercader que estaba borracho y se tropezó con el cuerpo del jorobado. Creyó que era un ladrón, le pegó un puñetazo y le tiró al suelo. —¡Socorro! —gritaba el mercader. Entonces llegaron los guardias y al ver al jorobado muerto, culparon de su muerte al mercader y le llevaron preso. —Quiso robarme —decía el mercader—, me cogió por el cuello y casi me ahoga. Menos mal que yo me volví y… —Le mataste —dijo un guardia. Le llevaron ante el juez, le juzgaron culpable y le condenaron a muerte. Cuando se le pasó la borrachera, no acertaba a comprender cómo de un simple puñetazo había matado a un hombre. Después le condujeron al patíbulo. Y una vez que tenía la soga al cuello, se oyó al vecino gritar: —¡Deteneos! ¡Deteneos! Ese hombre es inocente, yo soy el que ha matado al jorobado. Al oír estas palabras, los guardias mandaron al verdugo que ahorcara al 136

vecino. Pero cuando ya lo iba a ahorcar, apareció el médico diciendo: —Yo, sin querer, he matado a ese hombre. Entonces el juez mandó que ahorcaran al médico. Cuando ya tenía la soga al cuello, apareció el sastre gritando: —Señor, ese hombre también es inocente. Si me escucháis, pronto sabréis quién mató al jorobado. Contó a todos las cosas tal cual habían sucedido. Al juez le pareció que la confesión del sastre era verdad y que, por tanto, la muerte era involuntaria. Entonces les absolvió a todos. *** Cuento completo: «La asadura» Era una vez una tía que se murió. Como los familiares eran muy pobres y no tenían para comer, fueron al cementerio, abrieron la tumba y sacaron la asadura a la tía muerta. Cenaron y se fueron a acostar. Entonces cuando estaban en la cama, los chiquitos oían a la tía que decía: —Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que debajo de la escalera estoy. —Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que en la primera escalera estoy. —Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que en la tercera escalera estoy.

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—Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que cerca de la puerta estoy. —Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que debajo de la cama estoy. —Asadura ura que me cogiste debajo de la sepultura. —Ay, madre, ¿quién será? —Déjalo, hijo, que ya se marchará. —No me marcho, no, que agarrándote de los pelos estoy. *** Cuento completo: «La chaqueta» Este era un señor que era un poco borrachillo, no mucho, pero lo suficiente. Siempre que iba a trabajar tenía que llevar el burro con las alforjas para meter las herramientas. El burro iba delante y él detrás. Resulta que un día que venía de trabajar, hacía mucho calor, y dijo: —Voy a quitarme la chaqueta y ponerla en el burro. Parece que hoy me sobra todo, no sé si será por el calor o por el vino o por las dos cosas. El caso es que se quitó la chaqueta y la puso en el burro. Al cabo de un rato, se cayó la chaqueta y dijo: —¡Ridiez, una chaqueta! ¡Al burro con ella! Y la puso en el burro. Sigue andando, y al cabo de otro rato, vuelve a caer la misma chaqueta. —¡Ridiez, otra chaqueta! ¡Al burro con ella! Volvió a caminar, a caminar y llegó ya a un puente —había un río—, se cayó la chaqueta, y exclamó el señor: 138

—¡Ridiez, otra chaqueta! ¡Para qué quiero yo tantas chaquetas! ¡Al río con ella! Y la tiró.

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Cuentos con valor PROPUESTA

49 Objetivo Reconocer los valores que se encierran en los cuentos.

Descripción de la actividad Es innegable la cantidad de valores que transmiten los cuentos populares: amistad, amor, respeto, generosidad, constancia, libertad, solidaridad, etc. Consiste la propuesta en identificar los valores en los dos cuentos que se proponen. *** En el cuento «El montón de paja y el montón de trigo» se pueden ver los valores que encierra. Hace muchos años en un pueblecito de Segovia vivían dos labradores: uno muy rico y otro muy pobre. Un día pasó por el pueblo un hombre pobre y viendo el gran montón de paja que tenía el señor rico, le dijo: —Yo soy un pobre hombre y me gustaría que me diese usted un grano de trigo, para que de él saliese una espiga, de la espiga cogería los granos y los volvería a plantar, hasta que lograse una gran cosecha y poder vivir del campo como ustedes.

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Entonces el campesino rico le contestó: —Yo no doy ni un grano de trigo a nadie, bastante me ha costado conseguir esta cantidad de trigo y paja como para andar por ahí regalándosela a cualquiera que pase. El pobre hombre se acercó después al campesino pobre, el cual tenía un montón de paja muy pequeño y un montón de trigo más pequeño todavía. Le dijo el pobre hombre: —¿Me podría dar un grano de trigo usted? Y el campesino sin pensárselo dos veces y sin darle tiempo a que el otro se lo explicara, le dio un puñado de trigo, y entonces el pobre hombre le dijo: —Ojalá que el montón de trigo y paja de aquel campesino se convierta en arena y el suyo en oro. Y así ocurrió. El campesino pobre se hizo rico y el rico, pobre. Desde entonces en el pueblo hay dos montañas que se parecen a un montón de trigo y otro de paja. Lo mismo se puede decir del cuento titulado «La capa» que también contiene valores: Eran dos señores, que debía uno cierta cantidad a otro. Y todo el día le estaba molestando: —¿Cuándo me pagas lo que me debes? —Ten paciencia, que tan pronto como pueda te lo pagaré. —¿Eso me lo dirás delante de un abogado si te llevo? Y contestaba el otro: —Pues por qué no. No tengo ningún inconveniente. Es cierto que te lo debo. —Pues vamos ahora mismo. —Vamos. Conque fueron, y a la entrada de la casa del abogado, el señor estaba un poquito sucio y decía que con aquella ropa no se atrevía a entrar. Lo que quería es que le prestase la capa que llevaba el otro puesta. —Podías prestarme tu capa. —No tengo ningún inconveniente —le respondió el otro.

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Y se la dio y la puso. Entraron los dos a la vez. Y, claro, les preguntó el abogado que qué deseaban. —Venimos porque este señor me debe cierta cantidad de dinero. Yo quiero que usted lo ponga por escrito para que quede fijo que es cierto que me lo debe. Y dijo el abogado: —¿Es cierto que usted le debe a este señor esa cantidad de dinero? —¡Pues qué le voy a decir a usted! Ha empezado a decir que todo el mundo le debe, que todo el mundo le debe, y mucho es que no le dé por decir que esta capa que llevo yo puesta es de él también. —Pues claro que lo digo, que te la he prestado a ti para entrar aquí porque tenías la ropa sucia. Entonces dijo el abogado: —Bueno, bueno. Está visto que está usted loco. Vaya con sus locuras a la calle y no vuelva a molestar más a este señor. Déjele en paz. Completa los datos que faltan: CUENTO

VALOR

El avaro y el cerdo Para mí tres y para ti dos La zorra y la cigüeña La gallina de los huevos de oro El padre, el hijo y el burro La zorra y el mochuelo Una mujer gorda Los dos amigos El avaro y el rey Cosas son cosas

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Cuentos con juicio PROPUESTA

50 Objetivo Potenciar el trabajo en grupo y familiarizarse con un juicio.

Descripción de la actividad En el relato «Los muertos no hablan» encargan a un carpintero que vele a un supuesto muerto. Para meterle miedo, se introdujo uno en la caja. El ebanista llevó las herramientas con el fin de entretenerse durante el velatorio. A media noche se movió la caja y salió de ella una voz: «Velando a los muertos no se trabaja». Le contestó el carpintero dándole un martillazo: «Los muertos no hablan». Y le mató. Organizamos un juicio al ebanista. En él intervendrán la defensa, la acusación, el jurado, el juez, los testigos, se expondrán las pruebas, etc. Un grupo recogerá las conclusiones del juicio y otros, haciendo de periodistas, publicarán la noticia en la prensa. *** Cuento: «Los muertos no hablan» Había en un pueblo un velatorio para los muertos, y en ese pueblo vivía un señor que se había acomodado para ir a velarle. El señor era un poco ebanista. Entonces un señor propuso a otro: 143

—Vamos a meterle miedo, como que se ha muerto uno, y le mandamos que vaya a velar al difunto. Se metió uno en la caja y llamaron al que iba a hacer el velatorio: —Oye, que se ha muerto Fulano, a ver si puedes ir esta noche a velarle. —Sí, sí, de acuerdo. Voy a coger unas herramientas y así me entretengo un poco allí. Cogió el serrucho, la zuela y el martillo y se encaminó para allá. Llegó y se puso a trabajar. A eso de la media noche vio que la caja se movía un poco y se oyó una voz que decía: —Velando a los muertos no se trabaja. Levantó el otro el martillo y dijo: —Los muertos no hablan. Le pegó un martillazo y le mató.

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Cuento con juego PROPUESTA

51 Objetivo Ser capaz de integrar una secuencia dentro de una narración.

Descripción de la actividad Elegimos un cuento popular no demasiado conocido por los alumnos, con una línea argumental muy clara. El texto escogido se titula «La zorra y la cigüeña siembran a medias». Si en clase hay 30 alumnos, dividimos el cuento en 15 fragmentos. Cada fragmento a su vez se dividirá en dos: el principio se escribe en una ficha y el final del párrafo en otra, con lo cual tenemos una ficha para cada alumno. Cada uno tiene que buscar a su pareja para completar el párrafo. Cuando se encuentren, se sientan juntos. El siguiente paso, una vez formadas las parejas, será colocarse ordenadamente siguiendo el desarrollo del cuento. Después se leerá el cuento entonando con corrección. *** Cuento: «La zorra y la cigüeña siembran a medias» Estaba una cigüeña en una tierra abandonada y pasó por allí una zorra. Ésta le dijo a la cigüeña: —Si tú quieres, podemos sembrar esta tierra de trigo a medias y así el 145

invierno que viene no pasamos hambre ninguna de las dos. A la cigüeña le pareció bien y sembraron la tierra a medias. Un día, cuando el trigo estaba crecido, pasó por allí volando la cigüeña y al ver que el trigo tenía hierbas malas, fue a casa de la zorra y le dijo: —Vamos a quitar las hierbas malas del sembrado porque si no comerán el trigo. La zorra, que es muy astuta, se hizo la mala y le contestó: —Ay, hazlo tú por mí que yo estoy muy mala. Y la pobre cigüeña con su pico fue arrancando una a una las hierbas. Cuando el trigo estuvo seco, fue la cigüeña a casa de la zorra para que le acompañase a segar el trigo, y la zorra la misma canción: —Ay, que estoy muy mala, hazlo tú por mí. Y la cigüeña segó el trigo ella sola. Cuando ya estuvo segado el trigo, la cigüeña fue a casa de la zorra para que la acompañara a traerlo a la era para trillarlo; pero la zorra siempre contestaba: —Ay, hazlo tú por mí que estoy muy mala. Cuando ya estaba el trigo trillado, fue otra vez la cigüeña a casa de la zorra para que la acompañara para beldarlo, y la zorra siempre lo mismo: —Ay, hazlo tú por mí que estoy muy mala. Cuando el trigo estuvo beldado y limpio en un montón, fue de nuevo la cigüeña a casa de la zorra para que trajera los sacos y de esta manera poder repartir el grano entre las dos. Entonces se levantó muy airosa la zorra y le contestó: —¡Qué repartos y qué ocho cuartos! Para ti la paja y para mí el grano. Se marchó la cigüeña muy triste y fue a la era y se puso al lado del montón de paja muy acongojada. Pasó por allí un galgo, y al verla tan triste, le preguntó: —¿Qué te pasa? Y la cigüeña le contó todo lo que le había sucedido con la zorra. Entonces el galgo le dijo: 146

—Tú no te apures, que esta por mala y astuta las va a pagar todas juntas. El galgo se metió en el montón de trigo y dejó destapado un ojo. Vino la zorra con los sacos para llevarse el trigo y al ver el ojo creyó que era una uva, y enseguida exclamó: —¡Mira, una uva! Y destapándose el galgo, le contestó: —Pero no está madura. Entonces la zorra echó a correr y el galgo detrás de ella hasta alcanzarla y darle su merecido. La cigüeña metió el trigo en los sacos y se marchó. Pasó un invierno feliz, en tanto que la zorra por mala, se murió de hambre. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Cuentos con pictogramas PROPUESTA

52 Objetivo Sustituir las palabras por figuras o símbolos.

Descripción de la actividad Pretendemos que los alumnos sustituyan las palabras que se subrayan por una figura o un símbolo que las identifique.

Sugerencia La elección de palabras que dibujarán puede ser libre o bien coger sustantivos, verbos, etc. *** Cuento: «Los tres peces» Un hombre fue a pescar un día tres peces porque venía a su casa el alcalde del pueblo y le quería invitar a comer. Estuvo un rato pescando y cogió tres peces. Se los llevó a su mujer para que los preparase, pero ésta se los comió. Mientras, el marido fue a afilar el cuchillo para cortar el pan. En ese 148

momento llegó el alcalde y preguntó por el hombre. —¿Dónde está tu marido? La mujer, que ya lo tenía pensado, respondió: —Está afilando el cuchillo para cortarle a usted las orejas. El alcalde cuando oyó esto se echó a correr. Al llegar el marido a la cocina, la mujer se lo explicó todo. Entonces el marido, con el cuchillo en la mano, la hizo correr día y noche.

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Cuentos con ayuda PROPUESTA

53 Objetivo Completar un texto.

Descripción de la actividad Animamos a nuestros alumnos a que escriban un cuento apoyándose en una serie de frases y fórmulas hechas que previamente les damos. Lo importante es que lo que escriban tenga sentido. Lo normal es que haya diferentes soluciones entre los alumnos. *** Había una vez dos hermanos, uno rico y poderoso, que se llamaba ______, y el otro más pobre que____, que se llamaba____ Éste para conseguir algo de comida, sembró un campo de _____ Crecieron los ______ y uno se hizo tan grande que no cabía en ______ Como no podía comerlo ni venderlo en ______., decidió regalárselo al ______ Entonces el que recibió el regalo le dio al campesino todo el peso de su ______ en ______. Cuando se enteró el otro ______, pensó que si por un regalo tan poc ______, fue tan recompensado, ¡cómo lo sería por uno más …… ! Ni corto ni perezoso, metió en un ______ todas las ______ que pudo y se las ofreció al ______ Éste le regaló lo más ______ que tenía: el ______ tan grande que le había dado el ______ pobre.

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Al que madruga, Dios le ayuda PROPUESTA

54 Objetivo Manejar el diccionario.

Descripción de la actividad Elegimos el cuento «Al que madruga, Dios le ayuda» y pedimos a los alumnos que, con la ayuda del diccionario, sustituyan las palabras que subrayamos por sus definiciones. El resultado final cuanto menos, es curioso, y el objetivo se cumple. *** Un padre reñía a su hijo porque no se levantaba de mañana. —Levántate, hijo —le decía. —Tengo mucho sueño. —Mira que el madrugar trae provecho. —Yo no quiero provecho. —Que al que madruga, Dios le ayuda. Uno que madrugó, una bolsa con muchos dineros se encontró. Y le respondió el hijo:

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—Más madrugó el que la perdió.

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Un nuevo cuento popular PROPUESTA

55 Objetivo Dar a conocer la estructura y las características del cuento popular.

Descripción de la actividad Presentamos a los alumnos un cuento popular, por ejemplo «Garbancito», «Juan Sin Miedo» u otro cuento, con unos detalles de introducción, y les pedimos que escriban un cuento sobre uno de estos personajes, siguiendo la estructura de los relatos tradicionales. Finalizada la actividad, leemos el cuento original y los escritos por ellos.

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Cuentos a dúo PROPUESTA

56 Objetivo Buscar la relación directa entre escritor e ilustrador.

Descripción de la actividad Sabemos por experiencia propia que muchas veces el escritor y quien ilustra su cuento no se conocen. Ahora tenéis la oportunidad de trabajar conjuntamente: uno escribe un cuento y el compañero de pupitre lo ilustra. Otra posibilidad es ilustrar un cuento popular, por ejemplo el titulado «El lobo hambriento». Debéis leerlo con detenimiento y empezar con apuntes y bocetos hasta dar la forma definitiva a las ilustraciones. *** Cuento: «El lobo hambriento» Era un lobo que estaba en un monte, y cuando le cascaba el rabo, pues encontraba caza para comer, pero se arreglaba siempre para no comer nada. Se ponía la cosa mal, lo engañaban y no comía. Una vez llegó a un prado, había un muleto, cerril, gordo y bueno. Se puso el lobo más contento… Le dijo el muleto:

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—¿Cómo estás tan contento? —Porque te voy a comer. —¡Ah! Me alegro de que me lo digas —le dijo el muleto—, porque me está recriando mi amo y luego me va a reventar a trabajar, así que me comes tú. Mira, te voy a decir una cosa: antes de que me comas, tengo en esta pata una espina que me la tienes que quitar. —Bueno, pues te la arrancaré. Vamos a ver si te la puedo arrancar. Y según se la estaba arrancando, ¡pa!, le pegó una patada y el muleto se escapó. Lo engañó. Al día siguiente por la mañana, le volvió a cascar el rabo y encontró una cabra sarnosa. Le dijo la cabra: —¿Me vas a comer? —Sí, tengo mucha hambre. Llevo unos días que no como y te voy a comer a ti. —Pues, mira, tienes que esperar unos días, vas a esperar dos o tres días a ver si me acabo de curar la sarna porque me la está curando el amo con una botica. Si me comes con la sarna, tú también te mueres. Esto es veneno. —Bueno, pues aguardaré un par de días a ver si sanas y te como. Lo engañó también. Ya no volvió a ver a la cabra. Y se quedó sin comer. Entonces otro día encontró a los cuatro borregos. Y se puso muy contento. Cuatro borregos gordos, bien llenitos, bien cuidados… Y dijo un borrego: —Mira, nos vas a comer tú porque si no nos comes tú nos va a comer el amo. Nos tiene aquí engordando para comernos. —Lo mismo nos da que nos comas tú que nos coma el amo —habló otro borrego—. Pero mira, andamos aquí los cuatro en una pelea: queremos dejar partido este prado. Tú te vas a poner en el centro y nosotros nos vamos a poner uno en cada esquina. Conque el lobo se puso en el centro y van los cuatro a la par y ¡pum! Lo dejaron por muerto. Así los cuatro borregos se escaparon. Y el lobo se fue sin comer. Finalmente se encontró con una cerda que acababa de parir. 155

—Ahora sí que me voy a poner… Voy a comer los tostones, tiernines que están, y a la cerda. Ahora sí que me voy a quitar el hambre. Me voy a pegar un banquete… Con el hambre que arrastro… —dijo para sus adentros el lobo. Y después se dirigió a la marrana: —Te voy a comer. —Bueno, pues cómeme. Mira, estos tostones no están bautizados, hay que bautizarlos antes de comerlos. Se pusieron en una tubería de un canal de agua. Y dijo la cerda: —Yo me pongo a un lado y tú a otro. Yo te los voy a dar uno a uno y tú les echas un poco de agua en la cabeza. Después los vas poniendo ahí, a tu lado, y una vez que estén bautizados, ya los comes todos juntos. Pues así lo hizo. Era un canal con mucha corriente de agua que iba a dar a un molino. La cerda le daba un cochinillo, el lobo le echaba un poco de agua y le colocaba en la orilla. Así hasta que ya no faltaba más que uno por bautizar. Entonces la cerda…, ¡pumba!, le pegó un hocicazo y le tiró para abajo. Le llevó la corriente, que casi se ahoga. Y el lobo se quedó en una rejilla que tenía puesta el molinero para que no entrara broza en el molino. Allí quedó medio ahogado, medio muerto. El molinero vio que entraba poca agua. Subió con una horca de estas de gancho de hierro y vio que estaba aquello tupido. No vio si era el lobo o qué era. Lo enganchó con la horca de hierro, lo sacó y lo tiró para allí, para un bosque. Resulta que el lobo estaba vivo. Se fue arrastras a la cueva como pudo y allí se murió.

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Cuentos ilustrados PROPUESTA

57 Objetivo Ilustrar un cuento.

Descripción de la actividad Cogemos como referencia el cuento de «El ambulante» y les animamos a que vayan ilustrando el texto siguiendo la historia que en él se cuenta.

Sugerencia Para un cuento de esta extensión será suficiente con cuatro ilustraciones; no obstante, cada uno puede dibujar algunas más si considera que el texto lo pide. Completaremos la actividad dibujando individualmente la portada. *** Cuento: «El ambulante» En cierta ocasión había un ambulante vendiendo. Llegó la hora de comer, le entró hambre y se metió en una fonda. Mandó poner dos huevos fritos. Se los sirvieron lo más rápido que pudieron, los comió y acto seguido pidió la cuenta. 157

Le pusieron la cuenta y comprobó que no tenía con qué pagar. Entonces le dijo al señor de la fonda: —No tengo dinero para pagarle. —Pues qué le vamos a hacer, no le voy a denunciar por dos huevos. Y se marchó el vendedor. Siguieron pasando los años, pasando los años, y aquel hombre que vendía por la calle se hizo rico y soberbio a la vez. Y se dijo un buen día: —Voy a ponerme en camino y pagaré los dos huevos fritos que dejé a deber en aquella ocasión. Conque llegó a la fonda. Entró, saludó y, como es normal, no le conocieron. Él dijo quién era. Y el señor de la fonda le respondió: —Hombre, encantado de verle a usted por aquí después de tanto tiempo. —Vengo a pagarle los dos huevos fritos que le dejé a deber hace no sé cuánto, así que póngame usted ahora la cuenta. El de la fonda escribió, escribió y escribió y no acababa de escribir. Resulta que entraba en la cuenta el cuento de la lechera: los huevos se habían convertido en gallinas, las gallinas… Entraban trenes, barcos y de todo lo imaginable. ¡Vaya cuenta que le preparó! Dijo el ambulante: —Pues no tengo con qué pagarle. —Entonces le voy a demandar. Al día siguiente se celebraba el juicio, y uno de los criados de la fonda le vio muy triste al deudor y le preguntó qué le pasaba. Él le contó la faena. —No se apure usted —habló el criado—. Yo seré su defensor si quiere. El hombre se quedó muy sorprendido. Se decía: «¡Qué me hará a mí este hombre!». Llegó la hora del juicio, y el hombre iba a subir al juzgado. A continuación el criado le contestó: —No tenga usted prisa. Ya subiremos cuando yo lo mande. 158

Habían transcurrido ya unos quince minutos, y subieron. Según entraron, el juez se dirigió a ellos: —¡Pero oigan ustedes! ¡Ustedes creen que estas son horas de pasar por aquí! ¿No sabe usted que hora pasada, juicio perdido? —Ay, señor juez —contestó el defensor—, perdónenos, hemos estado cociendo unos fréjoles para sembrarlos mañana. Y exclamó el juez: —¡Pero usted es burro: cociendo unos fréjoles para sembrarlos mañana! ¿Usted ha visto alguna vez cocer fréjoles para sembrarlos al día siguiente? —Señor juez, ¿y usted ha visto alguna vez que unos huevos fritos saquen pollos, terneras, vacas, trenes, barcos y la mar entera que ha metido este señor en la cuenta? —Unos huevos fritos siempre serán un capital amortizable. Cóbrele a este señor los huevos fritos. Si merece un recargo, bien; y si no, ahí se acaba todo.

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El cuento de las tres preguntas PROPUESTA

58 Objetivo Hacer partícipe a la familia de los cuentos populares.

Descripción de la actividad En el cuento «El rey, el abad y el cocinero» es el rey quien realiza las tres preguntas al abad. La participación de una tercera persona, en este caso el cocinero, es decisiva para la resolución del enigma. Son varios los cuentos que se conocen con este esquema. El que incluimos aquí es uno de los menos conocidos. Pedimos a los alumnos que cuenten esta narración a sus familiares y que éstos intenten recordar otro de similares características. Después se contarán en clase los cuentos recogidos.

Sugerencias El mejor camino para conseguir un cuento oral auténtico es la grabación directa. Después podemos transcribirlo para leerlo en clase o poner la voz del informante. *** Cuento: «El rey, el abad y el cocinero» Había una vez un rey malvado y cruel que no tenía compasión de nadie y 160

abusaba de su poder. Un día que andaba por el bosque, se perdió; pero vio una luz y se dirigió hacia ella. Era un convento. Allí le dieron de comer y le ofrecieron un lugar donde pasar la noche, pero él ni siquiera dio las gracias y continuó con sus malos modales. Entonces uno de los frailes le reconoció y fue a saludarle, pero él contestó con su mal humor: —He oído hablar de este convento porque tiene mucha fama, sin embargo me han dicho que el padre abad no es muy estudioso, y por lo tanto no cumple bien su cargo. El padre abad contestó con timidez: —Hago lo que puedo, majestad. El rey dijo que le haría tres preguntas para comprobar la verdad y le daría un mes de plazo para contestarlas. Y le formuló las preguntas: —¿Cuánto valgo yo? —¿Cuál es el centro del mundo? —¿Qué es lo que pienso yo? El abad se retiró y consultó todos los libros y a todos los sabios, pero no conseguía las respuestas. Entonces el cocinero, al verle tan preocupado, fue a su cuarto y le preguntó qué le pasaba. Él se lo contó y el cocinero le dijo que le prestara las ropas y que él iría a contestar al rey. Cuando el cocinero llegó a palacio, saludó al rey y comenzó a contestar las preguntas: a la primera respondió que el rey valía una peseta menos que Jesucristo; a la segunda, que el centro del mundo era el lugar que pisaban los pies de su majestad, porque al ser la tierra redonda, donde ponía el pie era el centro; y a la tercera, que el rey estaba pensando que hablaba con el abad, y en realidad estaba hablando con el cocinero. Ante estas respuestas, el rey aseguró el trabajo del abad durante toda su vida.

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Creación literaria PROPUESTA

59 Objetivo Aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo de este trabajo.

Descripción de la actividad Una vez que hemos trabajado con varios cuentos, que hemos realizado las propuestas anteriores, es el momento de que nuestros alumnos se decidan a que creen su propio cuento. Pueden escribir sobre el animal que más les gusta, sobre su tema preferido, sobre algo relacionado con la clase, sobre algo imaginario, etc. Para que la aventura sea perfecta, se necesitan unos personajes (el protagonista, tus amigos y tú) que desarrollan la acción del relato, los cuales viven en un lugar concreto (la ciudad, el campo, el mar…), en una época determinada (actual: verano, otoño…). Y contar una historia divertida formada por varios episodios. Con el fin de que se aproximen más a los hechos y entren mejor en la historia, es preferible que lo narren en primera persona. El tiempo verbal elegido puede ser tanto el presente como el pasado.

Sugerencias

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Serán de mucha utilidad los consejos prácticos para escribir un relato que se dan antes de iniciar las propuestas de este libro.

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Entrevista a un personaje de cuento PROPUESTA

60 Objetivo Conocer cómo se organiza una entrevista.

Descripción de la actividad Para la tradición popular, el lobo siempre se ha considerado como un animal feroz, hambriento, temible, pero no siempre sale bien parado, como en el cuento «El lobo y los burros». Pedimos que realicen una entrevista al protagonista del cuento.

Sugerencias — Buscar la originalidad y no hacer preguntas que sirvan para cualquiera. Para ello debemos leer con atención el cuento. — Las preguntas deben ser abiertas y no sólo admitir como respuesta un sí o un no escueto. — Haz preguntas sencillas y directas. Una entrevista no se improvisa sobre la marcha porque el resultado sería tan vulgar como algunas de las que se escuchan en los medios de comunicación. Para no caer en 164

este defecto, prepara un guión: — Empieza escribiendo una introducción, presentando el tema de la entrevista y al personaje que tenemos delante. — Elabora un guión con las preguntas que desees plantear al entrevistado. No quiere esto decir que tengamos que seguir al pie de la letra el orden de las preguntas; a veces las contestaciones piden otra nueva cuestión y debemos ser ágiles para improvisarla. *** Cuento: «El lobo y los burros» Pasaba un día un burro escuálido por un puente y le salió al encuentro un lobo que tenía mucha hambre, y le dijo que le iba a comer. —Tú verás —le contestó el asno—, pero sólo tengo huesos; el que está gordito es mi hermano que viene detrás. Y le dejó escapar. Vino detrás el segundo burro y el lobo se relamió al verle. Cuando se disponía a zamparlo, el asno le advirtió: —Si quieres comerme, cómeme, tú verás, pero que sepas que tengo la sarna y te va a entrar a ti. El que está gordito es mi hermano que viene detrás, ese sí que tiene buena carne. Y le dejó escapar. Llegó el tercer asno y nada más ver las intenciones del lobo, le pegó una fuerte coz y le tiró al río. Después se escapó al trote y el lobo se quedó a verlas venir.

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Cuento colectivo PROPUESTA

61 Objetivo Valorar la aportación, el esfuerzo y la entrega de los demás.

Descripción de la actividad Vamos a escribir un cuento entre todos los de la clase. Puede empezar el profesor o un alumno escribiendo unas líneas donde se presenta al personaje protagonista de la historia. A partir de aquí, cada uno redactará unas líneas, en consonancia con lo anteriormente redactado, que permita continuar con el texto bien unido. Finalizado el cuento, un alumno revisará y corregirá aquellos detalles que no tengan cabida en el texto y los posibles despistes. Después cada alumno propondrá un título. Se escriben todos en el encerado y se unen aquellos que sean muy parecidos. En una primera votación se suprimen los poco acertados. La votación final se hará sobre tres o cuatro cuentos. Encuadernamos el relato y ya tenemos un libro.

Sugerencias Hay que leer detenidamente todo lo anterior para que el texto tenga sentido. Si en nuestro texto queremos establecer un cambio sustancial, debemos justificarlo 166

debidamente para que se vea que no es un pegote.

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El libro de los cuentos PROPUESTA

62 Objetivo Aportar a la clase dos cuentos por alumno.

Descripción de la actividad Sugerimos en clase la realización de un libro lleno de cuentos. Empezaremos animando a los alumnos a que redacten un cuento de los que saben, de los que les contaron sus familiares. El segundo paso será escribir un cuento original. Con todos ellos formaremos el libro de los cuentos de nuestra clase. Finalmente, haremos una portada y los encuadernaremos.

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Cuentos de exposición PROPUESTA

63 Objetivo Participación en una tarea colectiva.

Descripción de la actividad Vamos a la biblioteca del centro y sacamos de las estanterías los libros que contengan cuentos. Además llevamos de nuestras casas los que tengamos. Con todos ellos, preparamos, de forma atractiva, una exposición de libros de cuentos.

Sugerencia Podemos escoger una fecha significativa, por ejemplo: la Navidad, el Día del Libro, la Semana Cultural…

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Un día de cuento PROPUESTA

64 Objetivo Lograr una participación masiva.

Descripción de la actividad Aprovechando la Semana Cultural o el Día del Libro, se propone pasar una mañana o una tarde contando cuentos sin parar. Esta actividad, que ya han iniciado algunos centros y bibliotecas, da muy buenos resultados cuando un curso se encarga de organizarla y pide la participación al resto de los compañeros del centro y a los profesores. Si logramos que participen algunas familias, la actividad habrá resultado inmejorable.

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Cuentos de vídeo PROPUESTA

65 Objetivo Comentar las características del cuento.

Descripción de la actividad Hay muchos cuentos tradicionales adaptados al teatro o al cine y posteriormente recogidos en cinta de vídeo o DVD. Llevamos a clase una cinta y les pedimos que se fijen en las características del cuento que hemos trabajado en clase. Posteriormente las comentaremos9.

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Recogida de cuentos populares PROPUESTA

66 Objetivo Hacer partícipe a la familia de las narraciones orales.

Descripción de la actividad Proporcionamos unas fichas para la recogida de cuentos populares entre amigos y familiares. Si el alumno realmente se siente protagonista, la labor será mucho más fácil y fructífera.

Sugerencia Es preferible grabar los cuentos y después transcribirlos, eliminando las repeticiones innecesarias y las muletillas.

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Anexo 1 PLANTILLAS PARA RECOGER DATOS

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Anexo 2 LISTADO DE CUENTOS QUE APARECEN EN ESTE LIBRO

LISTADO GENERAL Para mí tres y para ti dos. El niño y el señor cura. El sastre y la zarza. El consejero del rey. El rastro. Lo que sucedió a una mujer llamada doña Truhana. La bruja y el caballo. La bruja y el botijo. El padre, el hijo y los lobos. Mi amigo Agapito. Mis vecinas las cigüeñas. La zorra y la cigüeña. La zorra y la aguilita. La gallina de los huevos de oro. El hijo seminarista. Apaga y vámonos. El cura y el jato. El trabajador. El carro y las mulas. El avaro y el cerdo. La raposa y el barquero. El molinero y los burros. El inocente. El gallo Quirico. El padre, el hijo y el burro. La zorra y el mochuelo. Una mujer gorda. Los dos gitanos. El cura y el herrero. Los borrachos y el mar. La liebre y el erizo. El secreto. Los estudiantes y el hortelano. La ballena de Marcilla. Los dos amigos. El chaval que no quería ir a la escuela. El avaro y el rey. Cosas son cosas. El pastor y las ovejas. Mi abuela tenía un gato… El cuento de la buena pipa. La cabra y los siete cabritines. El labrador sordo. Tres gallos.

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La bruja gata. La raposilla. El pastor y marzo. El jorobado. La asadura. La chaqueta. El montón de paja y el montón de trigo. La capa. Los muertos no hablan. La zorra y la cigüeña siembran a medias. Los tres peces. Al que madruga, Dios le ayuda. El lobo hambriento. El ambulante. El rey, el abad y el cocinero. El lobo y los burros.

LISTADO ALFABÉTICO Al que madruga, Dios le ayuda. Apaga y vámonos. Cosas son cosas. El ambulante. El avaro y el cerdo. El avaro y el rey. El carro y las mulas. El consejero del rey. El cuento de la buena pipa. El cura y el herrero. El cura y el jato. El chaval que no quería ir a la escuela. El gallo Quirico. El hijo seminarista. El inocente. El jorobado. El labrador sordo. El lobo hambriento. El lobo y los burros. El molinero y los burros. El montón de paja y el montón de trigo. El niño y el señor cura. El padre, el hijo y el burro. El padre, el hijo y los lobos. El pastor y las ovejas. El pastor y marzo. El rastro. El rey, el abad y el cocinero. El sastre y la zarza. El secreto. El trabajador. La asadura. La ballena de Marcilla. La bruja gata. La bruja y el botijo. La bruja y el caballo.

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La cabra y los siete cabritines. La capa. La chaqueta. La gallina de los huevos de oro. La liebre y el erizo. La raposa y el barquero. La raposilla. La zorra y el mochuelo. La zorra y la aguilita. La zorra y la cigüeña siembran a medias. La zorra y la cigüeña. Lo que sucedió a una mujer llamada doña Truhana. Los borrachos y el mar. Los dos amigos. Los dos gitanos. Los estudiantes y el hortelano. Los muertos no hablan. Los tres peces. Mi abuela tenía un gato… Mi amigo Agapito. Mis vecinas las cigüeñas. Para mí tres y para ti dos. Tres gallos. Una mujer gorda.

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Bibliografía

DE CUENTOS La recogida de cuentos populares ha sido una constante en Europa: Italia (Basile), Francia (Charles Perrault y Madame D’Aulnoy), Alemania (los hermanos Grimm), Rusia (Afanasiev), Noruega (Asbjörnsen y Moe), Dinamarca (Hans Christian Andersen)… Cada autonomía y cada provincia española es dueña de una rica tradición folclórica que se refleja muy comúnmente en el cuento popular, bien de tipo realista o bien fantástico. Contamos con abundantes recopilaciones: AFANASIEV, A. N., Cuentos populares rusos, Madrid, Anaya, 1985-1987 (tres tomos). ANDERSEN, H. Ch., Cuentos completos, Madrid, Anaya, 1989-1991 (cuatro tomos). CALVINO, I., Cuentos populares italianos, Madrid, Siruela, 1990 (dos tomos). Catálogo tipológico del cuento folclórico español. Cuentos de animales, recopilación de Julio Camarena y Maxime Chevalier, Madrid, Gredos, 1997. (Volumen dedicado por entero a los cuentos de animales, enumerando las distintas versiones según las áreas idiomáticas: castellano, catalán, gallego, vascuence, enclaves judeoespañoles y correlaciones con índices hispanoamericanos y versiones portuguesas.) Cien años de cuentos (Antología del cuento español en castellano), selección y prólogo de José María Merino, Madrid, Alfaguara, 1998. (Noventa ejemplos de escritores desde Unamuno a José Manuel Prada.) Cuentos para el viaje, Madrid, Editorial Popular, 1990. (Escritores del XVI: Juan de Timoneda, Juan Aragonés, Esteban de Garibay… Son relatos de mujeres y maridos engañados, de clérigos y sacristanes, de señores y criados, de reyes, de soldados, de médicos y enfermos, de ladrones, del comer…) Cuentos del realismo y naturalismo, edición de Francisco Muñoz Marquina, Zaragoza, Edelvives (Fernán Caballero, Alarcón, Pereda, Valera, Clarín, Pardo Bazán). Cuentos urbanícolas, Madrid, Editorial Popular, 1990. (Es una selección de cuentos de Ramón Gómez de la Serna, Gabriel y Galán, Moncho Alpuente, Julio Cortázar, Alejandro Gándara, García Hortelano, Cela, etc.)

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CURIEL MERCHÁN, Marciano, Cuentos extremeños, Badajoz, Editorial Regional de Extremadura, 1994. DÍAZ, Joaquín, Cuentos castellanos de tradición oral, Valladolid, Ámbito, 1985. DÍEZ BARRIO, Germán, El cerdo tiene mucho cuento, Madrid, Ediciones Paulinas, 1991. (Quince cuentos recogidos en los pueblos sobre este animal.) ESPINOSA, A., hijo, Cuentos populares de Castilla y León (dos tomos), Madrid, CSIC, 1987. MARTÍNEZ MERCHEN, Antonio, Cuentos populares españoles, Madrid, Servicio de Publicaciones del MEC, 1977. RODRÍGUEZ ALMODÓVAR, A., Cuentos al amor de la lumbre, Madrid, Anaya, 1983-1984. GUELBENZU, José María, Cuentos populares españoles, Madrid, Siruela, 1997. Mil años de cuentos, Zaragoza, Edelvives, 1997.

SOBRE EL CUENTO BORTOLUSSI, Marisa, Análisis teórico del cuento infantil, Madrid, Alhambra, 1981. CONE BRYANT, Sara, El arte de contar cuentos, Barcelona, Nova Terra, 1976. DÍEZ BARRIO y otros, El cuento tradicional, Valladolid, Fundación Municipal de Cultura, 1995. CAMACHO ESPINOSA, J. A. y VELA GÓMEZ, Fernando A., «Juegos o actividades para presentación de libros», en Comunidad Educativa, nº 208, 1993. ANDERSON IMBERT, E., Teoría y técnica del cuento, Barcelona, Ariel, 1992. LAGE FERNÁNDEZ, Juan José, Animar a leer desde la biblioteca, Madrid, Editorial CCS, 2005. PROPP, Vladimir, Morfología del cuento, Barcelona, Akal, 1985. LUENGO, Rosa, «Las cuatro estaciones» (Propuestas de animación lectora), en El Patio, nº 22, 23, 2000. CALLEJA, Seve, Todo está en los cuentos, Bilbao, Ediciones Mensajero, 1992. RODRÍGUEZ SUÁREZ, Mª Teresa, «Valores didácticos de la literatura popular y del folclore infantil inglés», en Signos, CEP de Gijón. RUIZ-TILVE, Carmen, «Oír para ver. Notas sobre el cuento oral», en Platero, nº 102, 1998. COR, M. Pilar, Escribir bien, Madrid, Celeste Ediciones, 1997. SERAFINI, T., Cómo se escribe, Barcelona, Paidós, 1994.

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1Hay dos clases generales de narrador: a) Narrador externo a la acción (puede ser omnisciente, que conoce todo sobre los personajes, usa la 3ª persona; objetivo, sólo conoce lo que hacen y dicen los personajes); b) narrador personaje de la acción (protagonista, cuando el personaje principal cuenta la historia en 1ª persona, y testigo, si la cuenta un personaje secundario). 2Don Juan Manuel, El conde Lucanor, Madrid, Castalia. 3El cantante Paco Ibáñez puso música a este poema en 1979. La cinta se titula A flor de tiempo. Recoge textos desde el Arcipreste de Hita hasta Jaime Gil de Biedma. 4Germán Díez Barrio, Mi amigo Agapito, Zaragoza, Edelvives, Colección Ala Delta, 2003 (10ª edic.). 5Recogido en Mis vecinas las cigüeñas, Edelvives, Ala Delta, Zaragoza, 2003 (9ª edic.) 6Moliner, María, Diccionario de uso del español, Madrid, 1982, acepción de «dicho», pág. 991. 7Juan Farias, Los Corredoiras, Madrid, SM, 1988, págs. 9 y 10. 8Pablo Zapata, La cueva del Toloño, Zaragoza, Edelvives, 1992 (7ª edic.), pág. 19. 9Hay varias colecciones de cuentos adaptados al cine, por ejemplo Los cuentos de las estrellas, Soñar con los ojos abiertos. Cada una tiene al menos diez cuentos.

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Índice Portada Créditos Dedicatoria Índice INTRODUCCIÓN CAPÍTULO 1: EL CUENTO Y CÓMO ESCRIBIRLO 1. La importancia del cuento 2. El cuento literario 3. El cuento tradicional 4. Normas prácticas para escribir un cuento

CAPÍTULO 2: PROPUESTAS DE ESCRITURA 1. Lo que cuenta el cuento 2. Las partes de un todo 3. Fórmulas fijas 4. Redactar un cuento que se acaba de leer 5. Completar un cuento 6. Principio y final 7. Variación sobre un mismo tema 8. Pasar un cuento a noticia periodística 9. Ordenar los bloques de un cuento 10. Recomponer en columnas un cuento desordenado 11. Reconstruir la historia con el índice del libro 12. El cuento encadenado 13. Completar un cuento con los nombres y verbos que faltan 14. Reconstruir un cuento 15. Pasar una fábula a cuento 16. Pasar un cuento a fábula 17. Crear un cuento siguiendo el significado de un dicho 18. Elegir el dicho apropiado a un cuento 19. Crear un cuento con el título de un refrán 20. Dramatizar un cuento 21. Lectura dramatizada 181

2 6 8 9 11 12 13 14 14 16

19 21 24 26 28 30 32 34 38 40 42 44 46 48 50 55 57 59 61 63 66 70

22. Proporcionar datos aislados y reconstruir un cuento 23. El binomio fantástico 24. Sustantivos de cuento 25. El cuanto al revés 26. Elaboración y grabación de un guión radiofónico 27. Elaboración y grabación de un guión cinematográfico 28. El cuento y el refrán 29. El cuento y los chistes 30. Cartas de cuento 31. Comenzar con buen pie 32. El título 33. Cuento con muchas «bes» 34. El cuento de la «A» 35. Un relato con «B» 36. Un relato con «V» 37. Cuento modificado 38. Pasar un cuento a cómic 39. Elaboración de un cuento 40. Modificar el final 41. Borrón y cuenta nueva 42. El cuento de nunca acabar 43. La intriga 44. ¿Qué pasaría si.? 45. Más sordo que una tapia 46. El canto del gallo 47. Personajes de cuento 48. Cuentos sin título 49. Cuentos con valor 50. Cuentos con juicio 51. Cuento con juego 52. Cuentos con pictogramas 53. Cuentos con ayuda 54. Al que madruga, Dios le ayuda 55. Un nuevo cuento popular 56. Cuentos a dúo

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71 74 75 76 80 83 86 89 93 96 98 100 102 104 105 106 110 113 115 117 119 121 123 125 127 129 134 140 143 145 148 150 151 153 154

57. Cuentos ilustrados 58. El cuento de las tres preguntas 59. Creación literaria 60. Entrevista a un personaje de cuento 61. Cuento colectivo 62. El libro de los cuentos 63. Cuentos de exposición 64. Un día de cuento 65. Cuentos de vídeo 66. Recogida de cuentos populares

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ANEXO 1. Plantillas para recoger datos ANEXO 2. Listado de cuentos que aparecen en este libro Bibliografía

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