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Spanish; Castilian Pages [249] Year 2014
BAR S2687 2014 TANTALEÁN & ZAPATA BENITES CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA
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Chaupisawakasi y la formación del estado Pukara (400 a.C. – 350 d.C.) en la Cuenca norte del Titicaca, Perú Henry Tantaleán Carlos Zapata Benites
BAR International Series 2687 2014
Chaupisawakasi y la formación del estado Pukara (400 a.C. – 350 d.C.) en la Cuenca norte del Titicaca, Perú Henry Tantaleán Carlos Zapata Benites
BAR International Series 2687 2014
ISBN 9781407313337 paperback ISBN 9781407342962 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407313337 A catalogue record for this book is available from the British Library
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PUBLISHING
Dedicado a las mujeres y hombres que lucharon y luchan por conquistar al altiplano del Titicaca
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ RESUMEN Este libro tiene como objetivo principal incrementar el conocimiento de los yacimientos y artefactos arqueológicos relacionados con las sociedades del periodo Formativo conocidas como Qaluyu y Pukara (1400 a.C.-350 d.C.) que se desarrollaron en la cuenca norte del Titicaca, Departamento de Puno, Perú, con énfasis en nuestros trabajos de excavación en el sitio de Chaupisawakasi. En el Capítulo 1 abordamos la descripción de las características naturales de la cuenca norte del Titicaca y, en especial, del valle del río Quilcamayo-Tintiri, un afluente del río Azángaro. En el Capítulo 2 enmarcamos nuestra investigación en los antecedentes arqueológicos del valle Quilcamayo-Tintiri y se presentan los resultados de su prospección durante los años 2007 y 2008; la cual estuvo centrada en el fenómeno formativo: los asentamientos vinculados a Qaluyu y Pukara. En el Capítulo 3 hacemos una descripción pormenorizada de nuestras excavaciones arqueológicas realizadas en el 2010 en el sitio de Chaupisawakasi, uno de los principales yacimientos arqueológicos descubiertos durante nuestras prospecciones sistemáticas e intensivas en el valle del Quilcamayo-Tintiri. En el Capítulo 4 se describen los análisis realizados a los materiales procedentes de las excavaciones en el sitio de Chaupisawakasi durante el 2012. En especial, se detallan los análisis realizados a la muestra de cerámica recuperada, aunque también se aportan importantes datos basados en el análisis del material lítico y zoológico. Finalmente en el Capítulo 5 se presenta una explicación arqueológica en base a lo conocido en el sitio de Chaupisawakasi. Explicamos no solo la historia del sitio, sino también su relación con el paso de una sociedad comunitaria relacionada con Qaluyu hacia una sociedad diferenciada que parece ser impuesta por el Estado Pukara. Para dicho cometido es necesario contextualizar al sitio en mención con otros sitios de los mismos periodos de tiempo del valle del Quilcamayo-Tintiri y de la cuenca norte del Titicaca. Por último, se ofrecen algunas conclusiones sobre la base del trabajo previamente descrito como también se señalan los caminos a seguir para desarrollar la arqueología en el futuro en el valle Quilcamayo-Tintiri y en la cuenca del lago Titicaca en general.
CHAUPISAWAKASI AND THE FORMATION OF THE PUKARA STATE IN THE NORTH TITICACA BASIN, PERU ABSTRACT This book focuses on archaeological sites and artifacts related to the Formative societies known as Qaluyu and Pukara (1400 BC-350 AD). These societies developed in the northern basin of Titicaca, in the Department of Puno, Peru. We will focus on the site of Chaupisawakasi. In Chapter 1 we describe the natural environment of the northern Titicaca Basin, and in particular the valley of Quilcamayo-Tintiri, a tributary of Azángaro River. In Chapter 2 we assess our work in regard to previous research in the region with a focus on the survey results from 2007 and 2008. Chapter 3 provides detailed descriptions of our archaeological excavations carried out in 2010 at the site of Chaupisawakasi. As we describe, this site is one of the principle Formative period settlements discovered in the survey area. Chapter 4 describes the analysis performed on materials from the excavations at the site of Chaupisawakasi. Specific data analyzed include pottery, lithic, botanical and zoological. Finally, chapter 5 presents our interpretations of Chaupisawakasi. We explain the history of the site and its passage from a communitarian society in Qaluyu to a different society that was imposed by the Pukara state, using comparative data from sites from the same period in the Quilcamayo-Tintiri valley and other areas of the northern Titicaca Basin. Finally, we offer some suggestions for future research in the Quilcamayo-Tintiri valley in particular in the northern basin of Titicaca in general.
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AGRADECIMIENTOS
En primer lugar, queremos agradecer a la familia Calcina Quispe, en especial a la Señora Margarita Quispe Ccaso por dejarnos trabajar en sus tierras que incluyen un sector del sitio arqueológico de Chaupisawakasi. Sin su apoyo y asistencia durante nuestra temporada de excavación este libro no existiría. De la misma manera queremos agradecer a las autoridades de la comunidad de Chaupi Sahuacasi por habernos permitido investigar en las tierras comunales. También queremos agradecer al Ministerio de Cultura del Perú y, en especial, al arqueólogo Jimmy Bouroncle de la Dirección Regional de Puno, por su apoyo durante nuestros trabajos. También queremos agradecer al Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) de Lima, en especial a su exdirector Georges Lomné por apyarnos en esta investigación. De la misma manera, queremos agradecer al Instituto Cotsen de Arqueología de la Universidad de California en Los Angeles, en especial a Charles Stanish, por facilitar los fondos económicos y la logística necesaria para nuestras investigaciones. Chip Stanish siempre apoyó nuestra investigación e, incluso, nos transportó con todos los materiales de trabajo al mismo sitio. Cecilia Chávez puso a nuestra disposición muchas de las herramientas que utilizamos en la excavación y en el análisis de los materiales en la casa del Programa Collasuyo en Puno. Queremos agradecer a las personas que nos acompañaron durante varias temporadas, de campo y de gabinete, como Astrid Suarez, Alex Gonzáles, Michiel Zegarra, Harry Vargas y María Ysela Leyva. Mención especial merecen Miguel Ortíz y Kelita Pérez quienes nos ayudaron con el análisis de laboratorio y con los dibujos que ilustran este libro. Finalmente, queremos agradecer a todas las personas de las diversas comunidades del valle del Quilcamayo-Tintiri y de la ciudad de Azángaro que nos apoyaron de una u otra forma para la conclusión de nuestra investigación. Este libro representa un homenaje a la gente de estas localidades porque son la herencia y memoria viva de sus ancestros.
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ÍNDICE
DEDICATORIA ........................................................................................................................................................ i RESUMEN ................................................................................................................................................................ iii ABSTRACT ............................................................................................................................................................... iii AGRADECIMIENTOS .............................................................................................................................................. v ÍNDICE ...................................................................................................................................................................... vi INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................................
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CAPÍTULO 1. LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI ..............................................................................................................................
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1.1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 3 1.2. UBICACIÓN GEOGRÁFICO-POLÍTICA ..................................................................................................... 3 1.3. CARACTERÍSTICAS NATURALES DEL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI ................................... 8 1.4. COMENTARIOS ........................................................................................................................................... 17 CAPÍTULO 2. LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y SUS OCUPACIONES PREHISPÁNICAS .......................................................................................................... 19 2.1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 2.2. ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA .................................................................... 2.3. LAS PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI ........................................................................................................................... 2.4. ASENTAMIENTOS PREHISPÁNICOS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI............................ 2.5. UNA EXPLICACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES SEDENTARIAS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI ........................................................................................................ 2.6. COMENTARIOS ...........................................................................................................................................
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CAPÍTULO 3. LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI .............................. 49 3.1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 3.2. UBICACIÓN GEOGRÁFICO-POLÍTICA ..................................................................................................... 3.3. MARCO TEÓRICO ....................................................................................................................................... 3.4. OBJETIVOS .................................................................................................................................................. 3.5. HIPÓTESIS ................................................................................................................................................... 3.6. METODOLOGÍA .......................................................................................................................................... 3.7. DESCRIPCIÓN DE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS............................................................... 3.8. DESCRIPCIÓN DE LA ESTRATIGRAFÍA OBSERVADA EN LAS EXCAVACIONES ............................ 3.9. COMENTARIOS ...........................................................................................................................................
49 49 49 50 52 52 55 78 80
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI............... 85 4.1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 85 4.2. ANÁLISIS DEL MATERIAL ARQUEOLÓGICO RECUPERADO .............................................................. 85 4.3. ANÁLISIS CERÁMICO ................................................................................................................................ 86 4.4. ANÁLISIS LÍTICO ....................................................................................................................................... 149 4.5. ANÁLISIS ARQUEOZOOLÓGICO .............................................................................................................. 163 4.6. ANÁLISIS MALACOLÓGICO ..................................................................................................................... 171 4.7. MATERIALES NO ANALIZADOS .............................................................................................................. 171 4.8. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS ............................................................................................................ 171 4.9. SÍNTESIS DE LOS ANÁLISIS REALIZADOS A LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS EXCAVADOS EN CHAUPISAWAKASI ............................................................................................................ 171 4.10. SECUENCIA DE EVENTOS EN CHAUPISAWAKASI EN BASE A LAS EXCAVACIONES Y LOS ANÁLISIS DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS ................................................................................. 173 4.11. COMENTARIOS ......................................................................................................................................... 174
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CAPÍTULO 5. CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA ......................................................................................................... 177 5.1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................................... 177 5.2. EL SITIO FORMATIVO DE CHAUPISAWAKASI Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI .................................................................................................................................... 177 5.3. LA CRONOLOGÍA ABSOLUTA DEL PERIODO FORMATIVO EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA .................................................................................................................... 179 5.4. UNA EXPLICACIÓN DEL DESARROLLO DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA (8000 AC - 400 AC) ............................................................................. 184 5.5. EL ESTADO PUKARA (400 AC - 350 DC) ................................................................................................. 187 5.6. COMENTARIOS ........................................................................................................................................... 191 CONCLUSIONES .................................................................................................................................................... 193 ANEXO: SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 ....................................................................................................... 195 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .................................................................................................................... 227
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INTRODUCCIÓN
El Altiplano de la sierra sur del Perú tiene como principal protagonista al lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, al filo de los 4000 metros sobre el nivel del mar. Casi todos los ríos que atraviesan el altiplano desaguan en dicho lago, permitiendo que haya vida más allá de las orillas del propio lago. Sin embargo, el altiplano, por su altura, es un ambiente con poco oxígeno y variaciones extremas de temperatura y, por consecuencia, con escasos recursos naturales tanto vegetales como animales. A pesar de esto, en esta región que comparten el Perú y Bolivia, a lo largo de la historia ha sido el hogar de importantes sociedades, desde aproximadamente los 8000 años AC hasta la actualidad, donde existe una población que, aunque es una de las más pobres del Perú, sigue forjando su propia historia.
investigación en la zona nuclear de las sociedades Qaluyu y Pukara, nos parecía relevante enfocarnos en nuevas áreas de investigación vinculadas preliminarmente a dichas sociedades para completar la imagen que teníamos de estas. Así, nuestras investigaciones desde el 2006 se orientaron al valle del río Quilcamayo-Tintiri en la cuenca de uno de los principales afluentes del Titicaca: el río Azángaro. Conocedores, por lecturas y prospecciones, de muchos de los sitios formativos de la cuenca del Titicaca elegimos este valle por una serie de características y, porque allí, se reconoció desde la década de los 70’s la presencia del sitio Cancha CanchaAsiruni, un importante yacimiento con restos Qaluyu y Pukara y donde se encuentra la estela lítica con el diseño serpentiforme que adorna la portada de este libro (también ver figura 27). Creímos que en este valle podríamos encontrar mayores evidencias del desarrollo de las sociedades Qaluyu y Pukara que las ya conocidas pero, sobre todo, explorar de manera sistemática todo un valle y comprender como se dio el desarrollo de la sociedad autónoma Qaluyu y cuáles fueron las características de la aparición de lo Pukara. Así, como parte de un proyecto que venía de años atrás, nuestro objetivo principal era reunir las evidencias materiales para comprobar o desechar la hipótesis de que Pukara fue el primer estado que surgió en la cuenca norte del Titicaca.
En ese desarrollo histórico, en la cuenca norte del Titicaca se desarrollaron una serie de sociedades prehispánicas que atravesaron por diferentes expresiones de vida. Después de lo conocido como el periodo Precerámico o “Arcaico” en esta área y tras las primeras aldeas sedentarias, aparece lo que conocemos en la literatura arqueológica como Qaluyu (1500 AC - 400 AC), un grupo social asociado a la primeras cerámicas decoradas y arquitectura comunitaria o “corporativa” que produce su subsistencia, alejándose de la cazarecolección para enfocarse en las actividades agrícolas y ganaderas, principalmente. Estas comunidades tempranas comienzan a experimentar cambios económicos y políticos en sus desarrollos autónomos pero será a partir del IV siglo antes de Cristo, cuando el panorama cambia dándose un quiebre en el proceso histórico que, como veremos, estuvo asociado a la aparición de lo Pukara (400 AC-350 DC). Así, durante el desarrollo de los grupos humanos relacionados con el estilo Pukara se dinamiza e incrementa su forma de producir y se elabora arquitectura y artefactos diferenciados tanto cualitativa como cuantitativamente. Como veremos, esta visión esquemática de las primeras sociedades sedentarias de la zona, todavía, necesita profundizarse para comprender la verdadera historia que debe haber sido mucho más compleja de como la conocemos en la actualidad. Así pues, conscientes de esta realidad arqueológica decidimos embarcarnos en la tarea de ofrecer un aporte desde nuestra disciplina para explicar la prehistoria de esta zona y que esperamos sirva de una forma u otra a nuestros colegas actuales y futuros, como también al público en general.
De esta manera, a nivel empírico, este libro tiene como objetivo comunicar los conocimientos acumulados sobre las sociedades sedentarias tempranas (1400 AC-350 DC) asentadas en el valle del Quilcamayo-Tintiri (Azángaro, Puno), a través de sus materiales, principalmente provenientes de la excavación del sitio arqueológico de Chaupisawakasi, uno de los principales sitios formativos del valle. Adicionalmente se utilizan los datos recuperados durante nuestras prospecciones del valle, muchos de los cuales ya fueron reportados en un trabajo anterior (Tantaleán 2010a) y que fueron la base desde la cual se plantearon una serie de hipótesis que orientaron nuestro trabajo y las investigaciones en el sitio mencionado. Por ello, la parte central de este trabajo corresponde a los resultados de las excavaciones del sitio de Chaupisawakasi y al análisis de los materiales allí recuperados. Finalmente, discutimos algunos aspectos en torno a las primeras sociedades sedentarias comenzando en el mismo sitio de Chaupisawakasi, continuando con el valle del Quilcamayo-Tintiri hasta llegar a presentar una imagen regional de los grupos sociales relacionados con la cerámica del estilo Qaluyu y terminar explicando la formación del Estado Pukara en la cuenca norte del Titicaca.
En esa senda de investigación, durante la última década nos hemos enfocado en la explicación desde la arqueología de las sociedades mencionadas arriba. Sobre todo porque se han dado algunos proyectos de
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CAPÍTULO 1 LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
La cuenca del Titicaca ocupa la parte norte del altiplano andino y llega a cubrir una extensión de aproximadamente 57.500 km2 (Erickson 1996: 47, 2000: 311, Roche et al. 1991: 84, D’Agostino et al. 2002, Stanish 2003: 34), dispuestos en un eje NNO-SSE de 425 km de longitud con un ancho máximo de 200 km (Erickson 1996: 47). El lago Titicaca se encuentra a un altura aproximada de 3810 msnm (Mujica 1997: 1, Roche et al. 1991: 83), ocupa una superficie de alrededor de 8500 km2 (Erickson 1996: 47, 2000: 318, Roche et al. 1991: 84), tiene un perímetro de 195 km (Ibíd.), 175 km de longitud (NNO-SSE) por 50 km de ancho (SSO-NNE) y una profundidad máxima de 281 m con un promedio general de 107 m (Erickson 1996: 47).
1.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo describimos las características naturales de la cuenca norte del lago Titicaca y, en especial las especificidades geográficas y ecológicas del valle del Quilcamayo-Tintiri. Para ello describiremos la geografía, geología, ecología, fauna y flora de la cuenca del Titicaca y, sobre todo, tomaremos en cuenta los conocimientos de estas cuestiones para el valle del Quilcamayo-Tintiri. Estos estudios serán acompañados por nuestras observaciones arqueológicas y antropológicas con el fin de ofrecer una visión más integral del espacio físico que le tocó habitar al ser humano altiplánico. Así, el objetivo de este capítulo es familiarizar al lector con el paisaje altiplánico en el cual se desarrollaron las sociedades formativas de la cuenca norte del Titicaca y establecer el contexto físico en el cual se realizaron las investigaciones arqueológicas previamente así como presentar al valle del Quilcamayo Tintiri, área en la cual nos enfocaremos en los siguientes capítulos del libro.
Antes de continuar con las descripciones geográficopolíticas debemos de apuntar el problema en la definición de la cuenca norte del Titicaca, definición que solo responde a una división arbitraria de carácter cardinalgeográfico y que a pesar de que en ciertos casos y en cierta medida puede llegar a correlacionarse con lo histórico-social, en mayor parte supone un traba tanto geográfica como social. A pesar de esto, la usamos en la medida que es la división más utilizada en la arqueología de la cuenca del Titicaca (Kidder II 1943; Bennett 1950; Mujica 1987, 1991, 1997; Stanish 2003) y porque no es motivo del presente trabajo la superación de este problema, que si deberá hacerse en el futuro.
1.2. UBICACIÓN GEOGRÁFICO-POLÍTICA El altiplano andino, también conocido como “Provincia fisiográfica del Altiplano”, es una región geográfica que se extiende desde de la falda oriental de la Cordillera Occidental y llega hasta las estribaciones de la Cordillera Oriental, abarcando las depresiones de las cuencas de los lagos Titicaca y Poopó (ONERN 1965a: 24) por el sur y hasta el nudo de Vilcanota por el norte (Mujica 1991: 273). Se puede considerar al altiplano andino como una meseta amplia y elevada que se encuentra entre los 3800 y 4200 msnm (ONERN 1965a: 24), aunque en las zonas de las cumbres nevadas que rodean el altiplano andino puede llegar a los 5000 – 6000 msnm (Mujica 1997: 1, Wheeler y Mujica 1981: 3). El altiplano andino contempla un territorio tan vasto que comprende unos 200 km de largo por 200 km de ancho (Lavenu 1991: 19) superando los 30.000 km2. Políticamente el altiplano andino abarca en el territorio del Perú todo el Departamento de Puno y las partes más orientales de los departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna; en Bolivia abarca todo el departamento de Oruro y las partes occidentales de los departamentos de La Paz y Potosí; en Chile se extiende por gran parte de la provincia de Parinacocha, la parte más oriental de Iquique y una pequeña zona nor-oriental de El Loa.
El primero en utilizar esta división fue Kidder II (1943) y que luego fue sintetizada por Bennett (1950) quien aprovechó todo el conocimiento producido hasta ese momento (vide Kidder II 1943 y Tschopik 1946). Así Bennett (1950: 89, fig. 35) va más allá y define no solo dos grandes áreas en la cuenca del Titicaca, sino también seis sub-áreas, que tienen un correlato con su periodificación desarrollada y su arqueología históricocultural. Entonces el área de la cuenca norte del Titicaca comprendería las áreas de Moho, Taraco, Puno y Juli 1. Las posteriores investigaciones han reproducido esta división, aunque ya se han expresado algunas críticas (v.g. Tantaleán 2010a). El área de estudio, políticamente se encuentra en el Distrito de Azángaro, en la Provincia de Azángaro, en el Departamento de Puno. El valle del Quilcamayo-Tintiri, es parte de la subcuenca del río San José que, a su vez, forma parte de la cuenca del río Azángaro que al confluir 1
La cuenca sur del Titicaca según Bennett (1950) comprende las zonas de Copacabana, Tiahuanaco y Achacache
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ al sur con el río Pukara, finalmente, se denomina como Ramis, en la cuenca norte del Titicaca. Definimos al valle del río Quilcamayo-Tintiri a la unión de los dos principales ríos que forman este valle y que, finalmente, confluye con el río principal de la zona que es el Azángaro. El río más largo es el Tintiri que se origina en las alturas de la cordillera oriental y desciende de noreste a suroeste, y que toma el nombre de Tintiri a la altura de la localidad de Ojra para fluir hacia el suroeste hasta unirse con el Quilcamayo a la altura de la localidad de Pancañe. El otro río que confluye con el Tintiri es el Quilcamayo, el cual se origina por la confluencia del río
San José y el río estacional Carcapunco a la altura del sitio de Chaupisawakasi. Como dijimos, el Tintiri y el Quilcamayo, se unen a la altura del sitio de Pancañe muy cercano a la localidad de Primero Choquechambi. El valle del Quilcamayo-Tintiri presenta una altitud que va desde los 3850 msnm hasta los 3900 msnm. Sus coordenadas geográficas se hallan comprendidas entre los paralelos 3º 72' 00’’ y 3º 88' 00’’ de latitud sur y los meridianos 83º 51' 00’’ y 83º 63' 00’’ de longitud oeste de Greenwich (figura 4).
Figura 1. Ubicación del Perú con respecto a Sudamérica. Se resalta el Departamento de Puno.
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
Figura 2. Vista de Google Earth donde se observa el lago Titicaca y la frontera entre Perú y Bolivia.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 3. Principales sitios Formativos de la Cuenca del Titicaca.
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
Figura 4.Vista de Google Earth de la cuenca del valle del Quilcamayo-Tintiri. Se indica la ciudad de Azángaro, las localidades de Pancañe, Chaupisawakasi. Cancha Cancha-Asiruni y Ojra.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ 1.3. CARACTERÍSTICAS NATURALES VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
granodiorita [Lampa y Laguna de Arapa], tonalita [Santiago de Pupuja], dacita [Oeste de Pucará], etc.) y extrusivas. Se ha estimado que la edad de estas rocas va desde el Paleozoico Medio hasta el Cenozoico-Neógeno. (ONERN 1965a: 50-52, 1965b: 3-4)2.
DEL
En esta sección describimos la fisiografía, geología, geomorfología, hidrología, clima, ecología, fauna y flora de la cuenca norte del Titicaca, y en especial, las del valle de Quilcamayo-Tintiri. Observaciones propias completan el marco físico en el cual se desarrollaron los grupos humanos que habitaron el área en discusión.
Los distintos procesos geológicos acaecidos en el Altiplano han generado diversas formaciones geológicas, que como hemos mencionado van desde el Paleozoico hasta el Cenozoico. El valle Quilcamayo-Tintiri se encuentra dentro de la formación denominada como “Depósitos recientes”. Esta formación geológica es una de las más jóvenes, dentro de las formadas durante el Neógeno (ONERN 1965b: 6). “Bajo esta denominación se han agrupado a los depósitos fluvioglaciales y aluviales. De acuerdo a la génesis de sus suelos, representan los más recientes y los más profundos del sector” (Ibíd.).
FISIOGRAFÍA, GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA Ya hemos visto que la cuenca norte del Titicaca se encuentra dentro de la Provincia Fisiográfica del Altiplano. Esta región, en general, presenta terrenos planos de ligero ondulamiento, recortados por valles de varios kilómetros de ancho que atraviesan las cadenas montañosas (ONERN 1965a: 24, 45-50). Como características secundarias presenta numerosas terrazas fluvio-aluviales y de aluvionamiento (ONERN 1965b: 2), así como algunos afloramientos dispersos a manera de monadocks (ONERN 1965b: 13). Esta peneplanicie se comenzó a formar en el Terciario Medio o Superior y se comenzó a elevar a fines del Terciario o principio del Cuaternario (ONERN 1965b: 2-3).
Así también existen otras formaciones geológicas que se vinculan al valle como la formación Muni al norte y al sur, la formación Vilquechico hacia el este, el Grupo Cabanillas hacia el oeste y algunos afloramientos de rocas ígneas como la Diorita. RECURSOS MINEROS ARQUEOLÓGICA
La morfología geográfica de la cuenca del Lago Titicaca es básicamente la misma que la de todo el Altiplano. Stanish (2001: 1997) se refiere a la geomorfología de la zona de la siguiente manera:
DE
IMPORTANCIA
Según el estudio de la ONERN (1965) sobre los recursos mineros de Puno, se trata de yacimientos de baja y mediana potencialidad. Los yacimientos existentes son de orden metálico y no metálico. Entre los yacimientos de orden metálico tenemos los de oro, plata, cobre, estaño, zinc, plomo, antimonio, manganeso y fierro, a pesar de la variedad el número de yacimientos es reducido (ONERN 1965a: 55, 1965b: 17-18). En cuanto a los yacimientos no metálicos en la zona existen depósitos de sal gema, yeso, arcilla y material de construcción, entre otros (ONERN 1965a: 56, 1965b: 18).
“Los ríos cortan el paisaje y desembocan en el lago. Estos ríos forman la puna. Grandes pampas se encuentran en algunas áreas de las márgenes del lago que constituyen lugares favorecidos para la ubicación de los campos elevados. En otros casos, las colinas bajas y ondulantes, y las montañas abruptas se encuentran cerca del lago. También hay pequeños bolsones de valles que se ubican ocasionalmente, de tal manera que sirven de protección contra los vientos fríos.”
Arqueológicamente, y para nuestro caso, nos interesa el cobre, la plata y el oro ya que han sido los metales que han sido identificados (vide Kidder 1943: 5, Schultze et al. 2009) como materia prima para la producción de artefactos en metal; así también son de gran importancia los yacimientos de sal gema y arcilla, sin dejar de lado los otros materiales.
Por la parte norte de la altiplanicie del lago Titicaca, donde se ubica el valle, la superficie es relativamente plana. El relieve del valle es relativamente accidentado, con llanuras de pendientes suaves y algunas elevaciones montañosas hacia los lados del río. En la zona de Puno y el área Circun-Titicaca en general, se distingue rocas sedimentarias ígneas y metamórficas, dichos afloramientos en su mayoría pertenecen al Cenozoico. Esta zona ha estado expuesta a diversos periodos geológicos, movimientos orogenéticos y epirogenéticos, que han causado el levantamiento de los Andes (ONERN 1965a: 50).
La zona donde se ubica el valle es parte de la zona minera del sur (ONERN 1965b: 19-28) que comprende las localidades de Ayaviri, Ñuñoa, Orurillo, Azángaro y Surupana. Los yacimientos que predominan en esta zona son los de Antimonio, Plomo y Plata. Sin embargo en la Zona Minera del Norte (ONERN 1965b: 30) predominan los yacimientos cupríferos que en algunos casos están asociados a oro. Más al sur en la bahía de Puno en el sitio de Huajje (Schultze 2008, Schultze et al. 2009) ha sido identificada una importante mina de plata.
Los tipos de rocas presentes en la cuenca norte del Titicaca son sedimentarias (areniscas [alrededores de Azángaro, Antaute, Tulane], calizas[Noreste de Antaute, Tulane], lutitas [Antaute, Tulane, Muni Grande y al Sureste de Azángaro], pizarra [Noreste de Antaute, Tulane] etc.), metamórficas e ígneas intrusivas (cuarcitas [José Domingo Choquehuanca], granito [Lampa],
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Para conocer el área que abarca el estudio de la ONERN (1965a), llamada Zona de Prioridad I, consultar las páginas 22 y 23.
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
Figura 5. Áreas de producción de sal al borde de un lago en la localidad de San Juan de Salinas, Azángaro.
Figura 6. Minas de ch’aqu (tierra comestible) ubicada a unos kilómetros al nor-este del sitio de Chaupisawakasi. La familia Calcina Quispe que también habita en el sitio de Chaupisawakasi extrae el ch’aqu para consumo propio y venta en el mercado.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Dentro de los yacimientos no metálicos existen varios depósitos de sal gema, algunos depósitos de arcilla, betas de piedra caliza, yacimientos de yeso y canteras de material constructivo en la cuenca norte del lago (ONERN 1965b: 33-37). Entre los depósitos de sal gema tenemos las Salinas de Azángaro, que se encuentran a 12 km al suroeste de Azángaro y también se conectan con Arapa; las salinas de Muni que se ubica en las pampas de Muni Grande y se encuentra a aproximadamente 5 km al oeste de Taraco (ONERN 1965b: 34-35). En cuanto a las canteras de materiales de construcción encontramos principalmente rocas como arenisca, basalto, andesitas y tobas dacíticas, estas canteras pertenecen a la Formación Huancané, existen importantes canteras cerca a Azángaro, Pucará, Ayaviri, Arapa, Asillo, Taraco, etc., también debemos mencionar la cantera de cuarcita cerca al sitio de Arapa (Chávez 1975) y la cantera de basalto olivínico cerca al sitio de Ichu-Incatunuhuiri (Tantaleán 2005b: 105). Los afloramientos de caliza se encuentran ampliamente distribuidos en la cuenca norte, se ubican principalmente en las áreas de: Juliaca-Caracoto, Ayabacas-Capachica, Orurillo-Nuñoa y Tirapata-José Domingo Choquehuanca y constituyen extensas áreas. La principal fuente de arcilla de la cuenca norte se encuentra cerca a Pucará, aunque también existen otras fuentes de menor importancia en las localidades de Azángaro y Arapa (ONERN 1965b: 37, MPA 2007: 45-46). Aunque su uso arqueológico aún no está confirmado para las sociedades que comprende nuestro estudio debemos de mencionar los yacimientos de yeso, los cuales tienen sus principales depósitos en Capachica-Samán, Pucará-Juan Domingo Choquehuanca, Colque (ONERN 1965b: 37), Cruscunca y Sancolla (MPA 2007: 45).
Browman y Gundersen (1993), Browman (2004) y Guinea (2006). EDAFOLOGÍA Los suelos, de acuerdo a su fisiografía y origen, en esta parte de la cuenca norte pueden ser de cinco tipos, según la ONERN (1965c: 8-9). Estos son: Los suelos lacustres o aluvio-locales de áreas depresionadas, suelos lacustres y aluvio locales de la altiplanicie, suelos aluviales y aluviolocales propios de la altiplanicie y quebradas, suelos aluvio-locales y glacio-fluviales, suelos residuales o in situ en ladera y cima de cerros. Seria innecesario recurrir a la descripción de todos estos, ya que nuestro principal interés está centrado sobre el valle Quilcamayo-Tintiri describiremos la edafología correspondiente a los tipos de suelo a los que está relacionado y que en algunos casos comparte características con otros importantes valles de la cuenca. El valle Quilcamayo-Tintiri pertenece a los suelos lacustres y aluvio-locales de la altiplanicie. “Los suelos pertenecientes a este grupo extenso e importante se han formado a partir de sedimentos relativamente finos y profundos de origen lacustre y aluvio locales. Ocupan la mayor parte del altiplano central…”. El valle pertenece a la asociación Pucará, al gran grupo de la Pradera rojiza cálcica andina, al sub-orden de los suelos oscuros de las regiones semi-áridas y sub-húmedas de las Praderas andinas y al orden zonal (ONERN 1965c: 89, Tabla B). La pradera Rojiza Cálcica Andina (Ibíd.: ver Mapa de Grandes Grupos de Suelos) es un área de los grandes grupos de suelos que abarca íntegramente el área del valle Quilcamayo-Tintiri, y forma parte de los suelos zonales o climatogénicos de la formación del Bosque Húmedo Montano (Ibíd.: 17). Estos suelos son los de mayor productividad agronómica, en el estudio realizado por la ONERN (Ibíd.) En el área ocupada por el valle se han identificado dos asociaciones de suelos: la asociación Pucará y la asociación Pusi (Ibíd: ver Mapa de Asociaciones de suelos). Estas asociaciones contrastan con respecto a su capacidad productiva agrícola (en la actualidad), ya que la asociación Pucará (Ibíd.: 89) es una de las más productivas, mientras que la asociación Pusi (Ibíd.: 92-93) es una de las que tiene más baja capacidad productiva. Aunque la asociación Pucará es la que más se vincula al valle, ya que comprende toda la zona dominada por el río Tintiri, y la asociación Pusi solo ocupa una reducida zona en el sector noroeste del río Quilcamayo. Esta importante asociación es descrita de la siguiente manera:
De los recursos mineros mencionados podemos discriminar los que se encuentran dentro de nuestro valle en estudio y los de relativa cercanía al valle. Dentro del valle tenemos fuentes de arcilla 3 y cerca de este en Santiago de Pupuja al suroeste también existen depósitos de arcilla (MPA 2007: 45). Las salinas de Azángaro se encuentran fuera del valle pero su relativa cercanía hacia el sur del valle lo hacen un recurso de importancia para el valle. La cantera de roca ubicada al este de la ciudad de Azángaro se encuentra dentro del valle, las canteras reportadas por Tantaleán (2010a: 172-375) en los sitios QT-03, QT-06, QT-09, QT-24 y los sitios QT-05, QT-20 y QT-23, que son descritos como recursos disponibles pero no se precisa su uso como cantera, además del sitio QT-36 (Chaupisawakasi) y QT-28, descritos en la presente monografía; así también debieron de establecerse otras canteras en los ríos del valle y sus arenas debieron ser aprovechadas. Adicionalmente, a unos kilómetros al nor-este del sitio de Chaupisawakasi se encuentran minas de ch’aqu, una tierra arcillosa del grupo de los filosilicatos, que es una tierra comestible muy apreciada por la gente de la localidad y que se vende en los mercados y ferias de la zona de Azángaro (figura 6). Para mayores detalles sobre su explotación, variedades y consumo se recomienda consultar a
“Esta vasta Asociación edáfica, una de las más importantes tanto por su extensión como por la calidad de los suelos que integra, cubre aproximadamente una superficie de 111,268* Has. [sic] dentro de la zona reconocida. Geográficamente, se distribuye ocupando las planicies extensas y terrazas altas disectadas de las cuencas de los ríos Ayaviri, Azángaro y Ramis, principalmente… La Asociación Pucará consiste de suelos ZONALES relativamente maduros, profundos,
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Desconocemos su ubicación pero son indicadas en el texto de la ONERN (1965a:37)
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI pardo rojizos a pardo rojizo oscuros, franco a franco arcillosos, bien drenados, de buena fertilidad natural y capacidad productiva. Esta Asociación se desenvuelve bajo una configuración topográfica dominante casi plana a ligeramente inclinada.” (ONERN 1965c: 37)
2. Campos a la orilla del lago. Estos campos son considerados como los segundos mejores suelos para la agricultura. En la actualidad se utilizan canales para regar estos campos. 3. Campos de ladera de montaña. Estas extensas áreas tienen suelos delgados y rocosos, de acuerdo a los informantes de Tschopik. En la actualidad estas áreas están fuertemente aterrazadas y son cultivadas bajo el sistema de barbecho largo.
Los suelos del valle, de acuerdo a su capacidad de uso, pertenecen a la clase III (Ibíd.: ver Mapa de Capacidad de Uso). Estas tierras poseen una fertilidad natural y una capacidad productiva de las más óptimas, las cuales son apropiadas para cultivos temporales propios de altura y la fijación de pastos permanentes (Ibíd.: 95).
4. Pampas plana. Estas áreas alejadas de la orilla del lago son considerados los peores suelos, de acuerdo con los informantes de Tschopik, que dicen que el riego no se practica en esta región…” (Stanish 2003: 35. Traducción nuestra).
Por otro lado, con respecto a la capacidad de uso de los suelos, el estudio pionero de Tschopik (1946) recupera datos etnográficos recogidos de la población Aymara, y establece una tipología de suelos. Dentro de estos suelos existen cuatro tipos de tierra cultivable según los Aymara:
Onofre (Stanish et al. 1997: Apén. 1, ver también Stanish 2003: Tabla 3.1) también establece una tipología de suelos y tierra en base a las informaciones de los agricultores Aymara, definiendo nueve tipos según once criterios: color, textura, retención de agua, presencia de rocas, plantas silvestres, geografía, cultivos, calidad del suelo, clima, fertilidad y presencia de campos elevados.
“1. Campos de fondo de valle. Los informantes de Tschopik dicen que estos suelos son los mejores de la región. Están situados en la base de varias quebradas (o barrancos) que cortan las montañas cerca al lago.
Figura 7. Campos de ladera de montaña. Localidad de Yacchata, cuenca del Quilcamayo-Tintiri.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ HIDROLOGÍA4
- De 7.700 a 7.2S0 años B.P., la disminución del nivel del lago alcanza por lo menos 50 metros en el Lago Mayor,... El Titicaca se caracterizaba entonces por cuencas individualizadas muy poco profundas, pequeñas y espaciadas en el Huiñaimarca (fosa de Chúa, depresión del centro oeste) y alrededor de la depresión central del lago Chucuito. La consecuencia de este período de sequía es una reducción de 42 % de la superficie en agua del lago y una pérdida de 30 % de su volumen de agua. La comunicación entre el Lago Mayor y el Lago Menor y entre la fosa de Chúa y la depresión del centro oeste estaban cortadas.
Como Michel Roche, Jacques Bourges, José Cortes y Roger Mattos (1991: 84) señalan: “La superficie total de la hondonada del lago Titicaca, hasta el comienzo del Desaguadero es de 57.500 km2, incluidas las aguas superficiales, 1/4 de las cuales están en Bolivia y 3/4 en el Perú. La superficie de la cuenca de drenaje es de 49.010 km2, o sea 85 % de la cuenca total, 1/5 de la cual situada en Bolivia y 4/5 en el Perú. Las tres cuartas partes de la cuenca vertiente del lago están drenadas por seis ríos (cuadro 1): los ríos Ramis (31 %), llave (15 %), Coata (11 %), Catari (7 %), Huancané (7 %) y Suchez (6 %).
- De 7.250 años B.P. a 4.000 años B.P. se establece un período de nivel lacustre muy bajo, entre 10 y 45 metros por debajo del nivel actual, con el mantenimiento de cuencas individualizadas… Posteriormente,… un aumento lento y progresivo del nivel de agua.
Una proporción del 4 % de la hondonada está situada a una altitud comprendida entre 5.000 y 6.400 m. La planicie del Altiplano representa 28 %, en tanto que el lago mismo se extiende sobre 15 % de la superficie. La pendiente media de los tributarios puede variar de 35 m km-l, en la parte superior de la cuenca, a 0,8 m km-1 en su curso inferior. La longitud de los principales ríos está comprendida entre 120 y 180 km, con excepción del río Ramis que mide 283 km.”.
- De 4.000 años B.P. a 2.000 B.P. aproximadamente, después de una fase de disminución de nivel corta pero notable, ocurre una fase de aumento progresivo y el nivel se establece a alrededor de 10 metros debajo del actual. Se notan aportes notables de aguas enriquecidas en NA+ y Cl-, pero las aguas son dulces desde hace 3.600 años B.P. La comunicación entre el Lago Mayor y el Lago Menor se restablece al final de este período.
El nivel del lago varia anualmente (Ibíd.: 84), desde el siglo pasado (Erickson 2000: 318) debido a las variaciones climáticas y también debido a las condiciones paleoclimáticas (Abbott et al. 1997, Abbott et al. 1997, Talbi et al. 1999) ha variado a través de toda su historia paleohidrológica desde su formación a principios del Pleistoceno (Wirrmann et al. 1991: 61). Estos cambios en los niveles del lago son de importancia, debido a que la elevación o descenso de 1 m en nivel de las aguas puede llegar a exponer o inundar 120.000 Ha de superficie terrestre (Erickson 2000: 318); como referencia de los cambios que pudieron suceder sabemos que el lago ha variado en su nivel alrededor de 6,37 m desde el siglo pasado (Roche et al. 1991: 84).
- Después de 2.000 años B.P. y antes de 1.000 años B.P., el lago Titicaca adquiere su estado actual y el Desaguadero tiene su rol de efluente. Se notan oscilaciones de nivel de 5 a 10 metros. Alrededor de 350 años B.P., según las crónicas históricas (Ramos Gavilán, 1621) un leve aumento del nivel tuvo lugar.” Las principales cuencas en la parte norte del Titicaca son las de los ríos de Coata, Ramis y Huancané. Dentro de la bibliografía consultada hemos encontrado dos tipos de delimitación de la cuenca, la primera que divide a la cuenca del río Ramis en subcuenca del Azángaro, subcuenca del río Ayaviri y cuenca propia del río Ramis (ONERN 1965b), y la segunda que divide a la cuenca del Ramis en varias subcuencas, donde se detalla la subcuenca de San José (INRENA 2003). Solo nos centraremos en la descripción de la cuenca del río Ramis y la subcuenca del río San José donde se encuentran los ríos Quilcamayo y Tintiri.
Los cambios paleohidrológicos que nos interesan son los que comprenden el periodo que va entre los 8000 a.C., que es donde se registra los primeros indicios de actividades humanas (vide Cipolla 2005, Klink 2005: 16, Klink y Aldenderfer 2005: 27, Aldenderfer 2012: 27), hasta la invasión española, aunque bien podríamos remontarnos mucho más. Para el Holoceno Wirrmann y colegas (1991: 66-67) han definido cinco estados principales5:
“Geográficamente se ubica entre las coordenadas 271,888 (71°07´4,7”) Este a 454,337 (69°25´26,4”) Oeste y de los 8’290,627 (15°27´33,7”) Sur a los 8’445,589 (14°03´26,6”) Norte, entre los 3,802 msnm que es la desembocadura al lago y hasta los 5,750 msnm en el nevado Ananea Chico.
- Desde hace aproximadamente 10.500 B.P. hasta 7.700 B.P.; un período de descenso lacustre se establece,… El lago Titicaca registra una fuerte baja de nivel, al principio de manera progresiva y luego volviéndose cada vez más intenso…; a 9.600 años B.P., el nivel de agua se establecía a cerca de 15metros debajo del nivel actual...
Hidrográficamente pertenece a la cuenca del lago Titicaca y limita por el norte con la cuenca del río Inambari, por el sur con la cuenca del río Coata, por el este con las cuencas de Huancané y Suches y por el oeste con la cuenca del río Vilcanota.” (INRENA 2003: 6)
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Para una síntesis de todos los estudios limnológicos realizados sobre la principal fuente hídrica de la cuenca, el Lago Titicaca, recurrir a Claude Dejoux y André Iltis (1991). 5 Los datos del Binford, Brenner y Leyden (1996: 95) discrepan en relación al bajo nivel del lago entre 7700 y 3650 a.C.
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
Figura 8. Confluencia del río Quilcamayo (derecha) y el río Azángaro (izquierda). En el extremo izquierdo se aprecia parte de la ciudad de Azángaro.
Los ríos Quilcamayo y Tintiri, pertenecen a la subcuenca de San José, de la cuenca del río Ramis que forma parte de la Hoya hidrográfica del Titicaca. El río Quilcamayo tiene su origen en la confluencia del río San José y la quebrada Carcapuncu, y el río Tintiri se origina en la conjunción del río Jarjapunco y el río Condoriri. Ambos ríos se juntan a pocos kilómetros al este de la ciudad de Azángaro, antes de desembocar en el río epónimo. Ambos ríos presentan un recorrido bastante sinuoso. Presenta escurrimiento superficial entre enero y mayo, teniendo un período de sequía entre junio y septiembre, y durante los meses de enero a marzo se dan las mayores descargas pluviales. El régimen de descarga que lo caracteriza es torrentoso e irregular, lo que la mayoría de las veces crea problemas a los agricultores que hacen uso de sus aguas.
CLIMA Las condiciones climáticas, al igual que todos los condiciones de existencia de las sociedades andinas están sujetas a cambios, ya que disponemos de datos paleoclimáticos6 comenzaremos por exponer los resultados de Ybert (1991), con respecto a los periodos históricos de nuestro interés. Ybert obtiene cinco periodos de tiempo que representan una sucesión de paisajes, de ahí solo tomaremos los dos finales: Entre 11.000 y 4.100 años BP aproximadamente “La temperatura era entonces inferior a la actual de 1 a 3°C durante el período correspondiente a la sub-zona B5 (11.000-9.500 años BP aproximadamente), temperatura semejante de la que conocemos entre 9.500 y 5.500 años BP, con leves enfriamientos hacia los 8.700 y 6.500 años BP, luego nuevamente más fría de 1 a 2°C a partir de
La subcuenca de San José tiene forma de “Pera”, al igual que la mayoría de los ríos presenta características propias de torrente, aunque no se tiene datos exactos la descarga promedio parece estar alrededor de los 94,6 m3/s (INRENA 2003: 13). Esta subcuenca presenta varios recursos hídricos entre los cuales se encuentran manantiales, quebradas, ríos bofedales y lagunas de los cuales los más importantes son los ríos Quilcamayo y Tintiri.
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Existen otros estudios paleoclimáticos (Shimada et al. 1991; Thompson et al. 1985; Thompson et al. 1988; Thompson and MoselyThompson 1987, Abbott, Binford, Brenner, and Kelts 1997; Abbott, Seltzer, Kelts, and Southon 1997; Binford et al. 1997; Binford and Brenner 1989; Leyden 1989) pero que principalmente se centran en la historia del paleoclima reciente (500 ne - actualidad) o que tienen más importancia para investigaciones en sociedades, épocas y lugares, que para las sociedades que aquí tratamos. Para una discusión acerca de las investigaciones, paleohidrológicas, paleoclimáticas y paleoecológicas del Altiplano Andino se puede recurrir a Stanish (2003: 40-43).
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ 5.000 años BP aproximadamente…medio comparable al del lago Poopó.”
salado
climática presenta condiciones favorables durante todo el año para el desarrollo de actividades agropecuarias, y siendo durante los meses de setiembre a marzo, la mejor época para las actividades agrícolas (Ibíd.: 43-44). “En esta zona, la temperatura presenta valores medios mensuales relativamente altos, de 9° C a 12° C, pero con registros extremos altamente ondulantes, pues varían de 23° C a los -5° C. La variación y distribución anual de la temperatura pueden considerarse como uniformes.” (Ibíd.: 47). Las condiciones climáticas favorables de este subtipo climático indudablemente tienen que ver con la posición topográfica de la zona, que se encuentra abrigada por las altas que circundan la zona.
A partir de 4.100 años BP aproximadamente “Las temperaturas son vecinas de las actuales pero enfriamientos de baja amplitud debieron producirse a los 3.000, 1.200 y 6000 años BP…las aguas eran aún saladas… y es solamente a partir de esta época, 3.000 años BP aproximadamente, que las totoras han debido desarrollarse, dando al lago Titicaca el aspecto que conocemos hoy día.” (Ybert 1991: 77). Antes de continuar con este apartado debemos de prevenir sobre los datos de la ONERN (1965a), con respecto a las cuestiones climatológicas, que tomaremos para desarrollar este punto. Estos nos advierten sobre las deficiencias técnicas y de registro (Ibíd.: 42) que se produjeron en la realización de su estudio. No obstante, es el estudio que más se acerca (instalaron una estación meteorológica en la ciudad de Azángaro) con respecto al valle Quilcamayo-Tintiri. Para las descripciones climáticas generales, de la cuenca del Lago Titicaca, tomaremos principalmente los datos de Roche y colegas (1991).
Las precipitaciones son abundantes para el Altiplano durante la estación de verano, escasas durante las de otoño e invierno y de mediana intensidad en la de primavera. La precipitación promedio anual alcanza aproximadamente a 720 mm según la ONERN (1965a: 44) y de 759 mm año-1 según Roche y colegas (1991: 88). “Las cinco cuencas peruanas para las cuales se observaron los caudales, reciben juntas una precipitación media interanual de 769 mm año-1, mientras que el resto de la cuenca recibe 682 mm año1 …La época de lluvias está centrada en enero. Comienza generalmente en diciembre para terminarse en marzo. La época seca, centrada en junio, se escalona de mayo a agosto. Dos períodos de transición separan estas dos épocas, uno en abril y el otro de septiembre a noviembre.” (Roche et al. 1991: 89).
En términos generales la cuenca norte del Titicaca posee un clima “…semiseco y frio, con estaciones de Otoño e Invierno carentes de lluvia y sin cambio térmico invernal definido.” (ONERN 1965a: 42). A pesar de tener un clima casi homogéneo, las distintas alturas del altiplano y la cercanía o lejanía del lago hacen diferencias climáticas. “En las zonas de altitud inferior a 4.000 m, las temperaturas medias anuales varían entre 7 y 10°C. Alrededor del lago mismo, las temperaturas son sin embargo superiores a 8°C…El lago tempera el clima sobre todo disminuyendo la amplitud de las temperaturas, pero no parece ocasionar en su contorno un aumento de la temperatura media anual superior a 2°C… El gradiente térmico es de 0,76°C 100 m-1.
En cuanto a las precipitaciones en el área del sub-tipo climático “B” se recibe una mayor cantidad de precipitación, que alcanza los 760 mm de promedio anual, lo que genera un registro de lluvias adecuadas y excesivas para los meses agrícolas (ONERN 1965a: 45). Estos datos contrastan con los datos establecidos para la subcuenca de San José, con “…un promedio anual de 631mm y se distribuyen de manera desigual durante el año produciéndose las mayores precipitaciones en los meses de Noviembre a abril.” (INRENA 2003: 13). En el sub-tipo Climático “B” las precipitaciones pluviales son más uniformes en su variación y distribución anual con respecto a los otros sub-tipo climáticos, teniendo un rango de oscilación de 80 mm entre los valores medios mensuales extremos durante el verano y la primavera. Durante el otoño e invierno, las lluvias son escasas, desapareciendo en el período mayo-junio (ONERN 1965a: 47).
Para la zona comprendida entre 3.800 y 4.000 m, la dispersión de las temperaturas es grande debido a los efectos de exposición, de abrigo y de distancia al lago. En las cimas más altas que delimitan la cuenca, la temperatura media anual desciende bajo cero alrededor de 5.100 m. En toda la cuenca, las temperaturas medias más bajas tienen lugar en julio, en pleno invierno, mientras que las más elevadas se sitúan de diciembre a marzo, generalmente centradas en febrero…” (Roche et al. 1991: 86).
En cuanto al registro de las magnitudes de los vientos de superficie, solo se posee los datos del observatorio de Chuquibambilla al noroeste del Quilcamayo-Tintiri. “Los vientos del Sur-Este [en relación a la estación de Chuquibambilla] alcanzan su máxima intensidad de frecuencia en Verano, y su mínima en Invierno, originándose en la brisa del Lago, que sopla hacia las extensas pampas del Altiplano. Los valores absolutos máximo y mínimo extremos de los vientos, son de 10.0 m/seg. y 0.5 m/seg., respectivamente.” (ONERN 1965a: 46. Entre corchetes, nuestro).
Particularmente la zona de Azángaro donde se ubica nuestro valle, el clima presenta una variante, que la ONERN (1965a: 43) ha definido como el sub-tipo climático “B” o “clima de Orurillo, Asillo y Azángaro”, donde se dan temperaturas máximas promedio de 13° C y 6° C de temperatura mínimo promedio, con un rango de oscilación de 7°C. Estas variaciones son indicador de los súbitos descensos en la temperatura lo que produce “heladas” más o menos intensas. A pesar de estas condiciones la zona donde se presenta esta variante
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LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI La humedad relativa del altiplano gira alrededor de 50 a 65% en las zonas aledañas al lago y aumentan de acuerdo al aumento de la altitud, esta puede llegar a un valor máximo de 83 % en Chacaltaya a 5200 msnm; la variación anual llega al máximo en enero o febrero, siguiendo las precipitaciones y al mínimo en julio (Roche et al. 1991: 86). No hemos conseguido datos sobre la humedad relativa en la zona del valle.
El área que comprende el valle Quilcamayo-Tintiri se encuentra dentro de la Pradera o bosque húmedo montano8, el cual comprende los subtipos climáticos “A”, “B” y “C”, antes mencionados. Esta formación se extiende desde el Lago Titicaca hasta los 4100 msnm, es una zona integrada en su mayoría por pampas con pastos naturales, planicies extensas de pendiente suave, de un clima frio pero no extremo (ONERN 1965a: 107)
El tiempo de insolación en el Altiplano es elevado así tenemos unas 2915 h año -1 en Belén y 3000 h año -1 (Roche et al. 1991: 86), aunque estas localidades se encuentran en los alrededores del lago. Los valores mínimos son de 167 h y 180 h, en relación a Belén y Puno, para los meses de enero y febrero, que ocurren dentro del periodo máximo de precipitaciones, así coherentemente se observan los periodos máximos de exposición a mediado del invierno con 298 h y 296 h, respectivamente.
FAUNA La fauna altiplánica posee una vasta riqueza y diversidad zoológica, tanto en esta zona como en el resto de los Andes. Las principales especies de la fauna altiplánica y en particular de Puno son: Aves: Plegadis ridgwayi (Yanavico), Fulica americana (Choka), Fulica gigantea (Ajoya), Anas versicolor (Pato Puna), Lophoneta specularioides (Pato Cordillerano), Anas cyanoptera (Pato Colorado), Egretta thula (Garza blanca pequeña), Anas flavirostris (Pato Sutro), Centropelma micropternum (Kele), Lessonia oreas (Chenko), Oxiura ferrugínea (Pato Pana), Tringa menaloneuca (Tiuntico grande), Rollandia rolland (Pkoko), Phalcobaenus albogularis (Alcamarí o Kerokenke), Larus serranus (Gaviota), Zonotrichia capensis (Gorrión Americano), Podiceps occipitales (Queñola), Gallinula chloropus (Tiquicho), Vanellus resplendens (Lequecho), Phleocrypytes melanops (Totorero), Phoenicopterus rubber (Flamenco), Sicalis uropigiales. Mamíferos: Cavia sp. (Cuy), Choelphaga melanoptera, Colaptes rupícola, Conepatus rex (Zorrino), Falco sp., Lagidium peruvianum (Vizcacha), Liolalemus sp., Mustela sp., Musxisacxicola sp., Nothoprocta pentlandii, Odocoileus virginianus (Venado), Tinamotis pentlandii, Oreailurus jacobita, Theristicus caudatus, Vicugna vicugna (Vicuña), Lycalopex culpaeux (Zorro Andino). (CEDESOS s/f)
La evaporación, que por lo general está íntimamente relacionada con el tiempo de insolación y la temperatura, no es uniforme en la zona del Sub-tipo climático “B”: “La evaporación, en general, es muy desuniforme en su variación y distribución anual, con excepción de los últimos cuatro meses del año, durante los cuales se observa una cierta relación termo-evaporimétrica, a diferencia del resto del año, en el que es notoria la falta de correspondencia entre ambos factores meteorológicos, ésta llega a alcanzar un promedio anual de 1,310 mm. y su notable variación, en los primeros ocho meses del año, parece tener su origen en la presencia de esporádicas corrientes de vientos fuertes que circulan sobre el área, así como también aun mayor número de horas de sol.” (ONERN 1965a: 197). ECOLOGÍA La cuenca norte del Titicaca según el sistema de los pisos ecológicos de Pulgar Vidal (1967) se encuentra dentro de la zona Suni y de la Puna; la región Suni se encuentra entre los 3800 msnm y los 4000 msnm, y es el límite superior de la agricultura; la región Puna se encuentra entre los 4000 msnm y los 4800 msnm, y es una zona de pastos, ideal para el pastoreo de camélidos. Siguiendo el sistema de clasificación de las Formaciones vegetales o zonas de vida natural del mundo de Holdridge, posee seis formaciones ecológicas7 (ONERN 1965c: 3-8): Pradera o bosque húmedo montano (PBHM), Monte muy húmedo sub-alpino, Monte húmedo sub-alpino, Tundra pluvial alpino, Tundra muy húmeda alpina y Nival, los que responden a cuatro pisos altitudinales: Montano, Subalpino, Alpino y Nival. Carl Troll (1968) también elaboró una clasificación geográfico-ecológica para el altiplano dividiéndolo en Puna, entre 3800 msnm y 4500 msnm, y Puna brava, entre 4500 msnm y 5300 msnm.
No hemos encontrado investigaciones sobre la fauna del valle, pero se han realizado estudios (CEDESOS s/f) en el distrito de Asillo, Provincia de Azángaro, dicho distrito comparte la misma formación ecológica con el valle Quilcamayo-Tintiri, además agregamos nuestra observación de la fauna del lugar. Las especies más representativas son: Lama glama (Llama), Lama pacos (Alpaca), Bubulcus ibis (Garza Ganadera), Zenaida aurícula (Tórtola), Columba sp. (Paloma), Lagidium peruanum (Vizcacha), Vanellus resplendens (Avefría Andina o Tero Serrano), Phalcobaenus albogularis (Kerokenke), Lycalopex culpaeux (Zorro andino), Conepatus rex (Zorrino), Odocoileus virginianus (Venado), Mustela sp. (Oscollo), etc.
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De acuerdo al estudio de la Municipalidad Provincial de Azángaro (2007: 65), la formación ecológica del valle corresponde a la formación de Bosque húmedo montano subtropical (o montano bajo), lo que no se corresponde con el esquema de Holddridge.
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Tosi (1960) en su “Zonas de vida natural en el Perú” asigna ocho formaciones ecológicas para todo el altiplano.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 9. Rebaño de Alpacas en el valle alto del Tintiri, en la localidad de Condoriri.
Baccharis sp., Solanum sp., Rives sp., Grindelia “Karwaya”, Senecio, Buddleia “ccolli”, Polylepis y “Kceñua”.” (ONERN 1965c: 6).
FLORA En términos generales la vegetación del Altiplano está compuesto principalmente por pastizales de abundante riqueza forrajera y que principalmente pertenecen a la familia de las gramíneas, las que destacan porque prolongan su ciclo vegetativo y están disponibles casi todo el año, leguminosas y juncáceas. Estas son bastante uniformes y forman la cubierta de esta área de los Andes (ONERN 1965c: 12). A pesar de su homogeneidad existen algunas diferencias en los tipos de pastos y su palatibilidad para su uso como forraje.
Debido a la importancia de los pastos, se han realizado estudios agrostológicos que han definido múltiples asociaciones vegetales9, las que se distribuyen por la cuenca norte obedeciendo a las distintas condiciones ecológicas. Para el valle domina la asociación “Festuchetum y Muhlembergetum”, aunque en las zonas más montañosas domina la asociación Stupetum. Por ahora solo describiremos la primera asociación.
Dentro de la formación ecológica del PBHM se desarrolla la formación vegetal del Bosque húmedo montano matorral, pero que corresponde al área del sub-tipo climático “A”. A parte de la formación vegetal mencionada podemos decir que en general la formación PBHM tiene:
“Estas asociaciones conocidas con los nombres de “chillihuares” y “gramales”… comprenden por lo general los campos llanos de pendientes suaves y de poca altitud de la meseta altiplánica… Estas especies son muy palatables, es decir, tienen una gran aceptación de parte del animal. La densidad de las mismas podría promediarse en alrededor del 70%, porcentaje que, agregado a sus otras características, permiten calificarlas como pasturas de buenas a excelentes. Estos pastizales, considerados como los de mayor valor entre todos los demás, presentan una capacidad receptiva de 1 a 2 ovinos por hectáreas en la zona Sur del Sector, siendo de 3 ovinos por hectárea hacia el Norte y llegando algunas veces a 3.5 ovinos/Ha., como en el caso de Azángaro.” (Ibíd.: 111. Formato en negrita nuestro).
“[…] una cubierta vegetal cuya fisionomía es muy característica por la densidad y variedad de especies, constituida en un alto porcentaje por hierbas graminosas de muy buen vigor. También son abundantes los arbustos; en cambio, los árboles son más bien escasos por razones de un intensivo uso por el hombre. Las especies más frecuentes que perduran durante todo el año son: Festuca dolychophylla “chillihua”, Muhlembergia ligularis “grama dulce”, Trifolium amabile “layo”, Carex, Calamagrostis vicunarum y C. heterophylla “crespillos”. Especies leñosas: Berberís sp.,
9
Definidas en base a la dominancia o co-dominancia de algunas especies (ONERN 1965c: 12).
16
LA CUENCA NORTE DEL LAGO TITICACA Y EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
Figura 10. Asociaciones de Festuchetum-Muhlembergetum en la localidad de Callacayani, valle del Quilcamayo-Tintiri.
las condiciones materiales y a las sociedades mismas, en una relación dialéctica que nos ha traído hasta este punto y que transforma constantemente la realidad, que aún queda por comprender. Estas formas de responder a las condiciones materiales han cambiado y se han desarrollado de distintas maneras a través del tiempo, presentando distintas formas de producirse y reproducirse en los distintos periodos de tiempo que les ha tocado enfrentar y que en muchos de los casos no terminan siendo de la forma en que los arqueólogos tratamos de encasillarlas.
1.4. COMENTARIOS En una zona de las más altas de los Andes, las sociedades que se establecieron en el Altiplano, han lidiado con las condiciones que hemos descrito líneas atrás. El factor climático es principalmente el que supone la principal resistencia para la vida en el Altiplano, con un clima muy cambiante diaria y estacionalmente. Así, el clima, los recursos hídricos y la ecología en general han sido los que han tenido un mayor cambio a través del tiempo y que han sido un factor significativo dentro del devenir histórico de las sociedades establecidas aquí. La geomorfología y los suelos relativamente aprovechables, presentan diferencias dentro de la gran homogeneidad de lo que supone el término “Altiplano”. Así, la ubicación de los recursos naturales que hemos identificado durante el desarrollo de este capítulo nos ha mostrado una determinada heterogeneidad. Cada uno de estos factores o condiciones materiales suponen una diferencia, así como una coincidencia dentro de lo que llamamos Cuenca norte del Titicaca10, y nos ayudarán a comprender mejor el aún incipiente conocimiento arqueológico de esta parte de los Andes.
Nuestras descripciones y referencias de textos científicos pueden ser incompletas. Así, a pesar de que hemos tomado como referencia principal los estudios científicos más antiguos, corremos el serio riesgo de caer en actualismos y de generalizar estudios que tienen ciertos limitantes metodológicos11. Aun así hemos tomado estos estudios como referencias para generar nuestra explicación arqueológica, estudios que deben de ser superados por investigaciones que emprendan y consideren el aspecto arqueológico y en donde los datos se correspondan con fuentes más diversas. Con todo esto, los estudios actuales nos permitirán una primera explicación de las condiciones materiales y su relación con las sociedades prehispánicas.
El encuentro de las sociedades y estas condiciones materiales han generado nuevos objetos, formas de producir, formas de organizarse, etc., que han modificado 10
11
Quizás estamos siendo muy ambiciosos al referirnos a la cuenca norte, ya que nuestras descripciones se han centrado básicamente en una zona de la cuenca norte, el valle Quilcamayo-Tintiri y sus valles vecinos.
Los paleo-estudios del proyecto ORSTOM (Dejeux e Iltis 1991) están limitados porque sus datos provienen principalmente del lago Huiñamarca. Los demás paleo estudios, como ha mencionado Stanish (2003), poseen metodologías que son difícilmente comparables.
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18
CAPÍTULO 2 LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y SUS OCUPACIONES PREHISPÁNICAS
arqueológico se entiende mejor en relación con la mencionada mina de sal, recurso de importancia alimenticia y económica. Así, Kidder II también reporta para el sitio, la existencia de cerámica Pukara Policroma (Ibíd.). El sitio arqueológico de Ayrampuni se ubica en la antigua Hacienda Santa Ana, consignada en la carta nacional como Hacienda Huito; a unos 23 km del sitio de Pukara por camino directo y aproximadamente a 2 Km al oeste del camino Azángaro-Arapa. Sin embargo, Kidder II no realizó un reconocimiento total del área aledaña al sitio de Ayrampuni.
2.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo describimos los antecedentes de investigación realizados en el valle formado por las aguas de los ríos Quilcamayo y Tintiri. A través de estos antecedentes podemos darnos una idea más precisa de la naturaleza de los restos arqueológicos aquí encontrados. A pesar que hay ocupaciones prácticamente hasta la era de contacto hispano, en este capítulo nos enfocamos especialmente en los restos materiales de las sociedades más tempranas, las cuales fueron desde el principio de nuestra investigación, nuestro principal objetivo. Por ello, un texto que puede ser complementario a este capítulo es el de Elizabeth Arkush (2005, 2011) quien investigó dos fortalezas de altura o “pukaras” del período Intermedio Tardío en este valle. Finalmente, con los antecedentes y los hallazgos realizados en este valle, al final del capítulo, ofrecemos una explicación del desarrollo de las sociedades prehispánicas en el valle.
Con respecto a otros artefactos presentes en la bibliografía de Kidder II, que posiblemente provendrían de la zona de Azángaro, Tantaleán (2010a: 165-166) ha identificado dos. El primer artefacto es una escultura lítica antropomorfa (Kidder 1943: lámina VI, figura 4) relacionada estilísticamente con Pukara (Tantaleán 2010a: Figura 91), que en la actualidad se encuentra en los depósitos de material lítico del Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima (Ibíd.: 165). El segundo artefacto es una estela escalonada (Kidder 1943: 21, lamina VII, figs. 8 y 9) de estilo Pukara, que procede de la localidad de Asillo, al norte de la ciudad de Azángaro; esta estela actualmente se encuentra en el Museo Inka de la ciudad de Cusco (Tantaleán 2010a: 166).
De este modo, el objetivo de este capítulo es referenciar todos los trabajos arqueológicos que se han realizado en el valle del Quilcamayo-Tintiri con lo cual se establecerá el nivel de conocimiento acumulado, así también dejar patente la necesidad de realizar investigaciones más profundas aquí, cuestión que en parte se ha paliado con el desarrollo de nuestras prospecciones sistemáticas e intensivas en el valle aquí presentadas (también ver Tantaleán 2010a) como la excavación de un sitio arqueológico de este valle que será descrita en el siguiente capítulo. Una explicación arqueológica basada en los conocimientos acumulados será planteada al final del capítulo, lo cual nos servirá para ofrecer un esquema de la sucesión de eventos que podemos articular desde lo vertido en este capítulo. 2.2. ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICA
DE
Posteriormente, John Rowe (1963: 7) indica la existencia de un sitio “Pukara” en la zona del valle de Tintiri y menciona que no se habían encontrado sitios habitacionales en los asentamientos urbanos conocidos en ese entonces. El sitio identificado por Rowe, según Chávez y Mohr-Chávez (1970: 26) se trataría del sitio Cancha Cancha-Asiruni y no se llamaría Tintiri como lo denomina Rowe en un primer momento.
INVESTIGACIÓN En un reconocimiento arqueológico realizado en 1968 por Sergio Chávez y Karen Mohr-Chávez (1970), en su artículo sobre litoescultura del altiplano, reportan la existencia de cuatro monolitos decorados y de tres monolitos sin decorar, en el sitio de Cancha CanchaAsiruni en la zona del valle de Tintiri (Ibíd.: 26-31). Así también, indican la ubicación de Cancha Cancha-Asiruni: “El sitio de Cancha Cancha-Asiruni, localizado en el rancho del Sr. Sebastián Manrique, está situado cerca al río Tintiri y a la Hacienda Tintiri, en el lado izquierdo de la carretera que va de Azángaro a Muñani, en la
El primero en realizar estudios arqueológicos en el Altiplano Andino fue el investigador norteamericano Alfred Kidder II en 1939. Así, de su producción bibliográfica podemos rescatar algunos sitios arqueológicos y otros tipos de artefactos arqueológicos de la zona de Azángaro; aunque no prospectó totalmente el área de nuestro estudio (Kidder 1943: 21). En la localidad de Ayrampuni, a orillas de una laguna, Kidder II (Ibíd.: 19-22) identifica un yacimiento arqueológico ubicado cerca de una mina de sal, de época prehispánica; este sitio
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ provincia de Azángaro, departamento de Puno”. (Ibíd.: 26. Traducción nuestra).
% procedió de la fuente de Chivay en Arequipa y el 25 % del “Tipo Raro 9”.
Elías Mujica también se ha ocupado de la arqueología en la zona de Azángaro, en un par de artículos nos indica la existencia de dos sitios arqueológicos en el valle de Azángaro, mediante mapas donde se indican los sitios (Mujica 1985: fig. 6.3., 1988: fig. 4). Lamentablemente el investigador no refiere la metodología empleada.
Otros investigadores que han realizado estudios en la zona, son Stanish (2003: 112) y colegas (Stanish et al. 2005, Plourde y Stanish 2006). Ellos han efectuado algunos reconocimientos en el altiplano, donde han identificado algunos asentamientos; sin embargo, para la zona de Azángaro solo se señala la existencia del sitio de Cancha Cancha-Asiruni, como vimos, ya identificado por otros investigadores con anterioridad. Para el sitio identifican ocupación Qaluyu y Pukara y una extensión de 12 Ha, lo que hace del sitio uno de los principales y más grandes, para las dos épocas que comprenden lo Qaluyu y lo Pukara, en la cuenca norte del Titicaca.
En estudios más específicos tenemos que Richard Burger, Karen Mohr-Chávez y Sergio Chávez (2000: 312) señalan con respecto a los artefactos de obsidiana recolectados del sitio Cancha Cancha-Asiruni que el 75
Figura 11. Cuadro cronológico de la cuenca norte del Titicaca y su correlación con secuencias de otras regiones cercanas y la periodificación de Ica desarrollada por John Rowe. Redibujado de Stanish 2003: fig. 5.2.
marco del desarrollo de la tesis doctoral del director del programa, Henry Tantaleán, quien es el principal gestor de este. El objetivo principal del programa es “explicar el desarrollo de las primeras sociedades sedentarias de la cuenca norte del lago Titicaca.” (Tantaleán 2011a: 181). El PIARA es de los pocos programas que se han encargado del reconocimiento sistemático de todo un valle, con las excepciones antes mencionadas. El
2.3. LAS PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Como ya hemos indicado, la presente investigación se encuentra dentro de un programa de investigación arqueológica, el PIARA. Dicho programa nace por la necesidad de reconocer de otra forma la realidad arqueología de la cuenca norte del lago Titicaca, y en el
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y… mencionado programa ha albergado a colegas de distintas partes del Perú12, que han ido aportando al programa tanto en la parte empírica como en la producción de textos científicos, los que contienen representaciones que tienen como base el materialismo histórico. Así en el año 2006 da comienzo el programa (Tantaleán 2008: 268) y se mantiene hasta la actualidad.
Quilcamayo-Tintiri, al Sureste (ver anexo). Durante esta temporada se reconoció un total de once sitios arqueológicos, donde destaca el sitio Chaupisawakasi, sitio que posteriormente fue excavado en la temporada 2010; y también se recolectó y analizó material arqueológico, análisis que incluimos en la presente investigación. Así se concluyó la prospección del valle Quilcamayo-Tintiri, abarcando una superficie de 60 km2 aproximadamente.
Con el objetivo de estudiar un área en concreto de la cuenca norte del lago Titicaca, principalmente en base a la experiencia acumulada por Tantaleán13 y a la bibliografía existente, en noviembre de 2006 se decide hacer un reconocimiento inicial de los principales sitios14 del “Formativo” de esta área. Se visitaron un total de quince sitios arqueológicos en la cuenca norte. En base a la experiencia acumulada en esta primera temporada se tomaron las decisiones posteriores.
Con los datos de la prospección de todos los sitios arqueológicos que se pudieron identificar en el valle, se ha podido completar la explicación arqueológica expuesta por Tantaleán (2010a) anteriormente, aunque esta nueva propuesta (vide Tantaleán et al. 2012) no dista mucho de la anterior incluye la importante zona del Quilcamayo e ingresa a la historia del valle al sitio de Chaupisawakasi, sitio de especial importancia para nosotros.
Gracias a la temporada anterior, ya en 2007, se toma la decisión de iniciar las investigaciones en el valle Quilcamayo-Tintiri, teniendo como objetivo principal el reconocimiento sistemático de esta área. Así durante este periodo de investigación se prospectó el área dominada por el río Tintiri, que comprendió 20 km lineales, siguiendo el cauce del río, y 2 km de ancho promedio, lo que corresponde a un total de 40 km2. En esta temporada se logró reconocer un total de veintisiete sitios arqueológicos15, Cancha Cancha-Asiruni, Callacayani, Tintiri y Pancañe, entre los más importantes; y se recolectó y analizó material de la superficie 16 de estos sitios. Con la materialidad arqueológica reconocida se ha podido producir la primera explicación arqueológica para el valle (vide Tantaleán 2010a), así se han reconocido distinto tipos de prácticas sociales para la época Qaluyu (prácticas sociales simétricas) y Pukara (prácticas sociales asimétricas), lo que ha llevado a reconocer al primer Estado de la zona del Altiplano, en lo Pukara (Tantaleán 2010a, 2010b).
METODOLOGÍA La metodología que explicitamos aquí es la que pone en práctica el PIARA (Tantaleán 2010a: 167-169, Tantaleán 2011b: 16-23), en la actual investigación y en las anteriores temporadas. Así por ser esta investigación, y las precedentes, materialista histórica los métodos parten de los materiales analizados y se desarrollan con la misma praxis superando las trabas surgidas en el entendimiento de la producción social de las sociedades pretéritas. PROSPECCIÓN La prospección del valle se realizó utilizando la técnica de los “transectos paralelos” (Banning 2002: 89), recorriendo el área en línea recta y paralelamente. Se ha establecido como límites del área prospectada una “unidad natural”, el valle o cuenca del río (Plog et al. 1978: 385). Los prospectores fueron separados entre ellos por un espacio máximo de 75 m (espacio entre prospectores/as dentro de los límites máximos planteados por Schiffer y asociados (1978: 13) y dentro del rango mínimo de tamaño de los sitios de la tipología desarrollada por Stanish y colegas [1997]). Además de esto, el recorrido trazado por el equipo prospector fue registrado a través de la captura de puntos GPS y anotaciones en ampliaciones de la carta nacional 15K.
Durante la temporada 2008 se completó la prospección del valle del río Tintiri, llegando a cubrir una pequeña porción del río Jarjapunco, y la del valle del río Quilcamayo; además de un área asociada al valle 12
El programa ha tenido la participación de arqueólogos egresados y estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de San Luis Gonzaga de Ica y de la Universidad Nacional de Trujillo. El PIARA inicio con Henry Tantaleán, María Ysela Leyva y Omar Pinedo. En el 2007 se unieron Michiel Zegarra y Astrid Suárez. En 2008 Alex González se unió al equipo. En 2010 junto con Harry Vargas me sume al equipo. Y recientemente, en 2012, Kelita Pérez y Miguel Ortiz han participado del PIARA. 13 Tantaleán se ha encontrado con la arqueología del altiplano desde fines de los 90, donde había realizado prospecciones, excavaciones entre otras experiencias. Además ha recibido el apoyo de sus colegas, como el Dr. Charles Stanish quien le cedió una lista de sitios con sus ubicaciones y ha compartido su experiencia en la arqueología de la zona (Tantaleán 2010a: 160, nota 229). 14 Para revisar los sitios visitados por el PIARA en el temporada 2006 se puede acudir al Cuadro 6 de la tesis doctoral de Tantaleán (2010a: 438441) 15 Para una descripción detallada de los sitios identificados en esta temporada se puede recurrir a la tesis doctoral de Tantaleán (2010a: Cap. 5) 16 Se recolecto tiestos de cerámica y restos líticos, las estelas o huancas fueron registradas in situ.
Reconocimiento Superficial de los Sitios Para determinar la extensión del sitio, realizamos una prospección a nivel semi-micro (García 2005: 99). Esto consistió en recorrer sistemáticamente la superficie del sitio con un equipo de tres personas, en línea recta, separadas 3 m entre sí. En esta etapa solo se buscó determinar la ausencia o presencia de materiales arqueológicos y su grado de concentración mas no se realizaron recolecciones de material de superficie, a menos que hayan sido muy significativos y/o diagnósticos para lo cual se ubicó el lugar de la recolección mediante un punto GPS. Solo se registraron las estructuras arquitectónicas, monolitos o grandes concentraciones de material que se investigarán a futuro. El Programa ha determinado, con ejemplos, que las
21
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ unidades de muestreo de 4 m2. En estas unidades se recogieron todos los objetos arqueológicos, especialmente elementos cerámicos y líticos diagnósticos. La elección de la ubicación de las unidades de muestreo fue en base a la mayor densidad de los materiales arqueológicos. Se tomaron fotos del estado inicial y final de la unidad de muestreo para graficar su localización y para efectos comparativos, además de registrar su ubicación mediante puntos de GPS.
recolecciones superficiales intensivas de los sitios arqueológicos de la zona del Titicaca degradan considerablemente el potencial de investigación futura puesto que alteran la dispersión de los materiales hallados por los arqueólogos (Tantaleán 2011b: 18), por eso la utilización de la metodología especificada. Registro de los materiales en superficie Sitios arqueológicos Los sitios fueron registrados en una ficha de registro con las siglas QT que significan valle Quilcamayo-Tintiri, seguidas de un número correlativo (01, 02). Cuando se identificó sectores diferenciados (espacial o temporalmente), se añadió una letra en mayúscula (A, B, C). Si no se tenía la certeza de que el sector fuera parte del mismo sitio, se le tomó como otro sitio y se le otorgó otro número correlativo. Los sitios fueron ubicados en un mapa a escala realizado a partir de la carta nacional. Se realizaron croquis de los sitios hallados y se tomaron puntos GPS para desarrollar planos aproximados en base a estos puntos de geo-referencia. Además, se capturó información relevante y/o adicional durante el registro del sitio en un cuaderno de notas y una grabadora de audio en formato MP3.
2.4. ASENTAMIENTOS PREHISPÁNICOS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI El valle de Quilcamayo-Tintiri ha presentado una diversidad de asentamientos arqueológicos de diferentes momentos prehispánicos, un total de treinta y ocho sitios identificados. Sin embargo, es relevante que la gran mayoría de sitios con una extensión y volumen de grandes proporciones, pertenezcan a las primeras sociedades sedentarias. En este análisis trataremos primordialmente los sitios mencionados; aunque la existencia de los otros, que abordaremos someramente, da cuenta de una trayectoria histórica que es característica de la cuenca norte del Titicaca.
Cuando se hizo una de sectorización, se utilizó puntos tomados con un receptor GPS y croquis de las áreas visibles o estructuras que acusaron una sectorización obvia del mismo sitio. Según la morfología superficial de los sitios, que podría sugerir la existencia de plazas hundidas, se procedió a tomar puntos con el receptor GPS para luego elaborar un croquis (Amado 1999: 1112). También se realizaron algunos croquis, de algunos sectores o estructuras arquitectónicas (como volúmenes monticulares, cabeceras de muros importantes o elevaciones producidas por ellas), que se adjuntaron a las fichas de registro de cada sitio.
La materialidad social en el valle de Quilcamayo-Tintiri ha sufrido una serie de factores que han intervenido en su aspecto físico hasta nuestro encuentro con ella. Los factores meteorológicos y humanos son los que más han incidido en su apariencia. La mayoría de sitios han estado expuestos a lluvias, viento, crecidas o modificaciones de los cauces de los ríos, básicamente, erosionando los sitios arqueológicos. Asimismo, creemos que si bien los montículos son las formas de asentamiento más conocidas y obvias en el paisaje es posible que dichos factores hayan cubierto o erosionado sitios no monticulares. Por el momento, esto será difícil de comprobar y no se cuenta con las evidencias materiales exigidas.
Litoesculturas Para las litoesculturas identificadas en los sitios, se diseñaron fichas de registro que detallaban ubicaciones, medidas y características físicas de dichos artefactos. Estas fichas fueron añadidas a las fichas de sitio y servirán para realizar un análisis de dichos objetos. Recolección del material arqueológico El material arqueológico recuperado está conformado por los restos recuperados de la capa superficial de las unidades establecidas en los sitios identificados en el valle. Se realizaron recolecciones superficiales de cerámica y artefactos líticos (excluyendo las litoesculturas) principalmente de los sectores centrales de los sitios o en sectores con espacios definidos por sus muros o terrazas. Para las recolecciones se utilizaron
Asimismo, la intervención humana desde tiempos prehispánicos y, sobre todo, en la actualidad por ocupación de viviendas en los sitios arqueológicos ha afectado considerablemente la fisonomía de los mismos. Además, los habitantes de la zona durante mucho tiempo han utilizado y siguen utilizando los sitios arqueológicos prehispánicos como canteras de barro y piedras para construir sus viviendas u otras edificaciones e, incluso las estelas o huancas han sido reutilizadas extrayéndolas de su lugar de origen. Asimismo, el vandalismo se ha seguido practicando en sitios tan relevantes como Cancha Cancha-Asiruni.
22
LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y…
Figura 12. Mapa de la cuenca del Quilcamayo-Tintiri realizado en base a la Carta Nacional (1: 100.000). En el mapa se ha delimitado en área prospectada en la Temporada 2007.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 13. Mapa de la cuenca del Quilcamayo-Tintiri realizado en base a la Carta Nacional (1: 100.000). En el mapa se ha delimitado el área total que incluye las prospecciones del PIARA del 2007 y 2008.
24
LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y…
Figura 14. Mapa de los sitios arqueológicos en el valle del Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
25
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 1. Ocupaciones humanas de los sitios arqueológicos del valle Quilcamayo-Tintiri de acuerdo a las sociedades establecidas en el valle. SITIO
Precerámico
Formativo Pre-cerámico
Collao
Inca
QT-01
X
X
QT-02
X
QT-03
Qaluyu
Pukara
X
QT-04 QT-05 QT-06
X
X
X
X X
Colonial
X
X X
QT-07
X
QT-08 QT-09
X
QT-10
X
X
QT-11
X
X
QT-13
X
X
QT-14
X
QT-15
X
QT-16
X
QT-12
X
X
QT-17
X X
QT-18
X
QT-19
X
QT-20
X
X X
X
X
X
X
QT-23
X
X
QT-24
X
QT-25
X
QT-21 QT-22
X
QT-26
X
QT-27
X
X
QT-28
X
X
QT-29
X
QT-30
X
QT-31
X
X
QT-32
X
QT-33
X
QT-34
X
QT-35
X
QT-36
X
X
QT-37
X
X
QT-38
X
X X
26
X
X
LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y…
QT-38
1075
QT-37
225
QT-36
98000
QT-35
194
QT-34
990
QT-33
15416
QT-32
60000
QT-31
9000
QT-30
24
QT-29
20
QT-28
1080
QT-27
945
QT-26
10000
QT-25
100
QT-24
3600
QT-23
13800
QT-22
38500
QT-21
2800
QT-20
80000
QT-19
10000
QT-18
54000
QT-17
100
QT-16
15000
QT-15
3400
QT-14
100
QT-13
48
QT-12
52500
QT-11
3900
QT-10
890
QT-09
860
QT-08
100
QT-07
500
QT-06
128100
QT-05
8000
QT-04
100
QT-03
600
QT-02
500
QT-01
15000
0
20000
40000
60000
80000
100000
120000
140000
Figura 15. Extensión en metros cuadrados de los sitios arqueológicos del valle Quilcamayo-Tintiri.
27
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ 30 25
25 20 15
13
13
10 5
3
3
Pre-cerámico
Formativo Pre-cerámico
4 2
0 Qaluyu
Pukara
Collao
Inka
Colonial
Figura 16. Número de ocupaciones de los sitios arqueológicos del valle Quilcamayo-Tintiri de acuerdo a las sociedades establecidas en el valle.
Figura 17. Mapa de los sitios arqueológicos con ocupación Pre-cerámica del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
28
LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y…
Figura 18. Mapa de los sitios arqueológicos con ocupación “Formativa Precerámica” del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
Es necesario anotar también las dificultades que se presentaron al momento de desarrollar el reconocimiento. Los principales problemas tienen que ver con las vías de acceso a los sitios y el transporte disponible. Estos fueron problemas que limitaron y condicionaron el desarrollo de las labores. Por otro lado, otro factor que incidió también en el trabajo fue el desconocimiento por parte de la población local sobre la naturaleza y función de los trabajos arqueológicos, a pesar que la Gobernación de Azángaro y muchas comunidades fueron comunicadas del objetivo de nuestra presencia en la zona. Así, algunas de las comunidades se mostraban reacias a colaborar con nuestro trabajo. Sin embargo, esto no se presentó en todas las comunidades. Incluso, algunas de ellas o sus integrantes colaboraron con nosotros y nos ayudaron a ubicar sitios o restos arqueológicos relevantes.
Sin embargo, no redundaremos más en este asunto y pasaremos a analizar los asentamientos y artefactos que hemos reunido en nuestra investigación y en las investigaciones precedentes del PIARA. ASENTAMIENTOS PRE-CERÁMICOS (6000 A.C. 2000 A.C.) En nuestra prospección no hallamos ningún sitio que tuviera únicamente una ocupación correspondiente al periodo conocido en la literatura arqueológica de la cuenca norte del Titicaca como Arcaico (Aldenderfer 1989, 2012, Cipolla 2005). Sin embargo, al menos en tres sitios (QT-22, QT-36 (Chaupisawakasi) y QT-37 (Tintiri 2). En estos sitios hemos hallado artefactos líticos (especialmente puntas de forma romboidal.) que corresponderían a dicho periodo.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Debemos anotar que todos los sitios con ocupación precerámica han sido identificados en la prospección de 2008 y que recientemente, durante la recolección superficial en 2010 en el sitio de Chaupisawakasi, hemos identificado puntas romboidales, lo que nos permite inferir una ocupación precerámica para este sitio, aunque no es del todo determinante.
podemos apreciar que existieron, al menos, ocho sitios durante esa época en el valle (considerando el sitio QT-19 y QT-20 como un solo sitio, al igual que el sitio QT-23 y QT-24), espaciados entre sí de 1 a 5 km. Así también existen algunos asentamientos que pudieron pertenecer a la sociedad vinculada al estilo Qaluyu, pero que no presentan evidencias suficientes para poder incluirlos. Otros sitios relacionados con artefactos de estilo Qaluyu son QT-36 (Chaupisawakasi) y QT-37 (Tintiri 2). Este último sitio es un campamento temporal de caza en el cual no se ha registrado cerámica pero si puntas y desechos de obsidiana, por lo que sería un sitio Precerámico o de caza durante el “Formativo”. Esto último, debido a que se encuentra vinculado al sitio QT18 (Tintiri).
De esta manera, un fenómeno que se da en otras cuencas como las del Pukara-Ayaviri también está presente aquí: sobre una ocupación de cazadores-recolectores o “Arcaica” se superpuso un asentamiento plenamente sedentario que, muchas veces, incluyó cerámica del estilo Qaluyu. Esto refiere que los lugares elegidos por las poblaciones de este valle fueron espacios que, para tiempos tempranos, tenían una óptima ubicación para diferentes prácticas de subsistencia y económicas. De hecho, como se ha observado en otros sitios, la caza de animales sigue siendo importante; aunque para épocas posteriores, como las relacionadas con cerámica de estilo Qaluyu, las puntas se reducen y se prefiere la obsidiana como materia prima.
Los asentamientos asociados con el estilo Qaluyu se ubican en las elevaciones de las partes superiores de cauces fósiles y sobre ellas se extienden las estructuras arquitectónicas de forma paralela al río. Por ello, tienen una gran visibilidad del entorno, sobre todo, del área relacionada con el cauce del mismo río, a la vez que existe una visibilidad entre sitios de la misma época. Asociados a ellos se ha reconocido una gran cantidad de qochas pero no de campos hundidos.
ASENTAMIENTOS DEL “FORMATIVO PRECERÁMICO” (2000-1400 A.C.) Durante nuestro recorrido hemos localizado en la quebrada de Laliuyu y cerca de la localidad de Ojra, ubicadas en la parte superior del valle del Tintiri, un par de sitios (QT-31 y QT-33) que carecen de cerámica y que, provisionalmente (pues, deberemos analizar mejor dichos sitios), adscribir a lo que en los recientes años se ha venido denominando en la literatura arqueológica andina como un “Formativo Pre-cerámico” (Makowski 2004: 13, Goldhausen et al. 2006. Aunque ver critica de Kaulicke 2008: 17. Ver también discusión de Lumbreras 2006). En ese sentido, en este sitio tendríamos arquitectura monticular pre-cerámica pero que ya comporta ciertas características que se hacen más claras con la aparición de la cerámica del estilo Qaluyu, es decir, acumulaciones de barro y piedras que conforman montículos platafórmicos. Asimismo, hemos observado algunas huancas que podrían indicarnos su convivencia con los asentamientos asociados con el estilo cerámico Qaluyu o también probablemente anteriores. El sitio de Cancha Cancha (QT-26) ubicado en las afueras de la comunidad de Yacchata también es otro posible sitio de este Formativo Precerámico.
Un sitio típico y que, además, parece ser un asentamiento doméstico sin estructuras arquitectónicas monumentales es el sitio QT-23 cercano a la localidad de Larancahuane. En este sitio, destacan la construcción de terrazas en la ladera de un cerro y su vecindad a una extensa área de filtraciones de agua o bofedales. Otro caso, es el sitio QT22 ubicado cerca al anterior, en la margen opuesta y que es un sitio más extenso, posiblemente con estructuras no domésticas y/o reocupado que posee una huanca de estilo Qaluyu. Por otro lado, si bien el sitio QT-19 podría formar parte del sitio QT-20 (Cancha Cancha- Asiruni) este posee una huanca de estilo Qaluyu que, además, está asociada a una posible plaza hundida. Sin embargo, en el mismo sitio también aparecieron fragmentos de objetos cerámicos de estilo Pukara. Lito-escultura La litoescultura, también, es bastante frecuente en los sitios asociados con el estilo Qaluyu. A pesar que muchos de ellos han sido ocupados posteriormente, en cuatro sitios (QT-19, QT-06 Pancañe y QT-22 Callacoyo y QT36 Chaupisawakasi ) hemos hallado huancas con las características Qaluyu, e incluso, uno de ellos asociados a una posible plaza hundida (QT-19) (vide Tantaleán 2010a). Las huancas se hallan ubicadas en los sectores más relevantes de los asentamientos y específicamente en la parte superior de los montículos. Como ya habíamos visto, las huancas tienen una forma alargada paralelepípeda, con tendencia a aristas redondeadas y no incluyen diseños en sus superficies. Asimismo, ninguna de las huancas observadas en los sitios del QuilcamayoTintiri estuvo hecha con arenisca.
ASENTAMIENTOS QALUYU (1400 A.C. – 400 A.C.) Hemos identificado 12 sitios con presencia de materiales cerámicos de estilo Qaluyu: QT-3, QT-5, QT-6, QT-12, QT-18, QT-19, QT-20, QT-22, QT-23, QT-24, QT-25, QT-36, QT-37. Los asentamientos asociados con artefactos de estilo Qaluyu representan un porcentaje elevado de la muestra de sitios reconocidos en nuestra prospección. Sin embargo, dada su historia de ocupaciones no es posible definir cuál fue su extensión propia en un momento histórico concreto. Pese a ello,
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y…
Figura 19. Vista desde el sur-oeste del sitio QT-23.
Figura 20. Vista desde el oeste del sitio QT-22. El montículo oeste se eleva en la llanura.
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Figura 21. Vista desde el nor-este del sitio QT-19.
CERÁMICA La cerámica hallada en estos sitios es típica del estilo Qaluyu y entre los sitios no se halló mayor diferenciación morfológica, funcional o decorativa de esta. Los fragmentos de cerámica se hallan en gran cantidad en los asentamientos a lo largo y ancho de las ocupaciones. Las formas son todas domésticas y las decoraciones geométricas y, en el único caso identificado en un fragmento del sitio San Antonio (QT-24), este fue naturalista y representó una serpiente.
Asimismo, en un caso (QT-22) se ha hallado una punta que correspondería a la época Arcaica (vide Tantaleán 2010a: Fig. 301) según su morfología y por el material empleado (según la tipología de Klink y Aldenderfer 2005), algo que no sorprende, pues, muchos sitios Qaluyu se asientan sobre ocupaciones sin cerámica, como vimos arriba. AZADAS Las azadas aparecen en la mayoría de estos sitios y poseen las mismas morfologías y se corresponden con las de otros sitios contemporáneos de la cuenca norte del Titicaca. Es significativo que casi todos los sitios tempranos incluyen artefactos enteros o fragmentados, lo que plantea tanto su producción in situ como la práctica agrícola en terreno cercano.
La producción cerámica mantiene los mismos tipos de desgrasantes conocidos para esta época, es decir, desgrasantes minerales como Cuarzo, Feldespato, Mica y Pirita. Si seguimos la cronología y la secuencia de Camata (Steadman 1995) tenemos que en los sitios del valle de Quilcamayo-Tintiri la cerámica del estilo Qaluyu apareció básicamente en la fase “Qaluyu Temprano”, porque en varios de estos sitios se ha hallado fragmentos de ollas sin cuello. Asimismo, se han recuperado en dos sitios del Quilcamayo-Tintiri (QT-12 y QT-22), fragmentos de trompetas de cerámica con la técnica y las decoraciones típicas Qaluyu.
TUMBAS En uno de los perfiles del sitio Callacayani (QT-12) se observaron dos tumbas de morfología Qaluyu. Estas son semejantes a las observadas en Camata, es decir, tumbas incluidas en las capas arqueológicas pero que, en su momento, serían subterráneas construidas con lajas de piedra (cistas) con un individuo en posición fetal. Asimismo, se pudo apreciar que tenían la modificación craneana fronto-occipital. En ninguno de estos casos, observamos artefactos asociados al esqueleto o en el interior de las cistas.
PUNTAS Las puntas siguen la morfología descrita por Burger y colegas (2000) para la cuenca norte del Titicaca.
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Figura 22. Mapa de los sitios arqueológicos con objetos de estilo Qaluyu del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA. Los sitios en verde son sitios probablemente Qaluyu.
espacios que controlan un gran rango de visibilidad y están espaciados entre sí algunos kilómetros.
ASENTAMIENTOS PUKARA (400 A.C. – 350 D.C.) Los asentamientos asociados con objetos del estilo Pukara fueron 4, concretamente Pancañe (QT-06), Callacayani (QT-12), Cancha Cancha-Asiruni (QT-20) y Chaupisawakasi (QT-36) parecen tener una fundación previa en el momento de existencia de objetos del estilo Qaluyu. El sitio QT-36 (Chaupisawakasi), el cual es el sitio arqueológico de mayor extensión (98.000 m2) y volumen de todo el valle Quilcamayo-Tintiri. Además es el sitio donde se han realizado las primeras excavaciones de este valle y el cual es la principal fuente de información para la presentación de este reporte.
Los sitios pueden dividirse fácilmente en sectores domésticos y sectores no domésticos. En estos últimos, se concentra mayor volumen de materiales (tierra y piedra) que le otorgan aspecto monticular y con recintos que se pueden apreciar en superficie. En el caso de Pancañe (QT-06), Cancha Cancha-Asiruni (QT-20) y Chaupisawakasi (QT-36), es posible observar plazas hundidas y recintos rectangulares de grandes dimensiones. Asimismo, aparecen grandes bloques de piedra trabajados que formarían parte de estructuras arquitectónicas monumentales. Una gran laja cuadrangular de arenisca blanca se halló en el sitio QT-08 y sería un ortostato de la pared de una plaza hundida cuya ubicación en la actualidad es desconocida aunque esta se
Los asentamientos Pukara crecieron adosados o sobre espacios monticulares con ocupación doméstica Qaluyu y a la que se le han añadido mayores volúmenes y espacios abiertos de grandes dimensiones. Aprovechan los mismos
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ encuentra vecina a un sitio con ocupación Pukara (Pancañe o QT-06).
objetos. La arenisca es el material más aprovechado y las canteras se hallan en los cerros vecinos. Las decoraciones en estos objetos ahora describen seres serpentiformes de forma y técnica conocida en el estilo Pukara en otras áreas. Justamente, la estela escalonada más grande se halla en el sitio de Cancha Cancha-Asiruni y representa a este ser serpentiforme con el circulo en alto relieve en la parte inferior de la escena. Tres litoesculturas también comparten dichas características. Asimismo, la escultura de la cabeza humana decapitada hallada en Cancha Cancha-Asiruni, es similar a otra hallada por Mujica en Pukara y que se hallaba en un nicho de la pared de un recinto cerrado y de acceso restringido en el seno de un edificio en Qalasaya que fue cubierto por la última gran fase de construcción (Mujica 1991, Klarich 2005b: 199, Fig.14). Por su parte, en el sitio Callacayani, se halló una de las estelas más grandes del valle, la misma que mide 4,42 m. de alto, aunque, en este caso, la superficie de esta en la actualidad no describe ningún diseño en alto relieve. Sin embargo, en el mismo sitio sí se halló un monolito que representa el cuerpo en bulto de un ser antropomorfo que, aunque relacionado con la técnica y morfología de la escultura antropomorfa del estilo Pukara, presentó algunas características propias como la posición sedente con las piernas cruzadas, nunca antes visto en ejemplos conocidos del área. Por lo demás, en ningún sitio del valle se han observado ni tenido noticias de estelas u otras litoesculturas con decoraciones geometrizantes o altamente estilizadas, como en el caso de la estela de Pukara o de Arapa.
Las excavaciones en el sitio, resultados que se exponen más adelante, de Chaupisawakasi (QT36), han revelado la presencia de recintos habitacionales de “élite” en la parte superior del montículo hechos con ortostatos. En este sitio se consumió cerámica Pukara lo que plantea que este sitio fue fundado por gente procedente del valle de Pukara o que los objetos llegaron al sitio por intercambio desde el valle de Pukara y utilizados por una élite local del valle. Esto será tratado a profundidad en el Capítulo 4, lo que si podemos avanzar aquí es que se trataría efectivamente de un centro regional Pukara que generó una estructura monticular con un edificio asociado a cerámica del estilo Pukara Polícromo. LITOESCULTURA La litoescultura asociada con los sitios de este momento crece en volumen, variedad y calidad con respecto al momento anterior. De lejos, el material preferido para la litoescultura es la piedra arenisca. Dentro de las morfologías hacen su aparición la estela escalonada, la estela rectangular, el monolito antropomorfo y la cabeza decapitada. Estas variedades de litoesculturas se hallan concentradas en sitios como Cancha Cancha-Asiruni, Callacayani y Pancañe. En menor cantidad, se pueden ver en Chaupisawakasi, Tintiri y San Antonio. Algunos sectores de los sitios más relevantes concentran una gran cantidad de lito-esculturas y existen jerarquías entre estos
QT-36 QT-33 QT-31 QT-26 QT-25
Huanca
QT-24
Monolitos antropomorfos
QT-22
Grandes bloques trabajados
QT-20
Bloques decorados
QT-19
Estela rectangular
QT-18
Estela escalonada
QT-12
QT-08 QT-06 0
2
4
6
8
10
12
14
16
Figura 23. Distribución de la litoescultura por sitio arqueológico en el valle Quilcamayo-Tintiri.
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Figura 24. Vista desde el norte (margen derecha del Tintiri) del QT-12.
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Figura 25. Vista de QT-20 desde el nor-oeste.
CERÁMICA Las formas y decoraciones de la cerámica del estilo Pukara se encuentran presentes en algunos asentamientos del Quilcamayo-Tintiri. Sin embargo, la cerámica Pukara Polícroma se halla solamente en algunos sitios concretos (Cancha Cancha-Asiruni, Pancañe, Callacayani y Chaupisawakasi) en algunos sectores correspondientes a las partes superiores de los montículos o estructuras arquitectónicas relevantes relacionadas con estos. Por ejemplo, en el sitio QT-19 (en realidad, un sector del sitio Cancha Cancha-Asiruni o QT-20) solamente se halló un fragmento cerámico con la decoración y técnica del estilo Pukara Polícromo (Tantaleán 2010a: Fig. 265a y 265b) cercano a una posible plaza hundida. De la misma manera, en el sitio de Pancañe (QT-06) se documentó un gran fragmento de tazón Pukara (Tantaleán 2010a: fig. 126) y otro de un vaso (Tantaleán 2010a: fig. 139a) en un sector asociado con una posible plaza hundida o recinto abierto monumental. Finalmente, durante la prospección del sitio de Chaupisawakasi encontramos la mayor concentración de cerámica del estilo Pukara Polícromo, incluyendo un fragmento de una trompeta realizada en este estilo. Como dijimos arriba, las excavaciones preliminares de 2010 nos han ofrecido varias muestras de cerámica de este estilo (asociados con la ocupación de una estructura monumental.
PUNTAS Las puntas de obsidiana siguen la morfología presentada por Burger y colegas (2000) para este momento. De hecho la obsidiana abunda en sitios que presentan alta frecuencia de otros objetos del estilo Pukara, como Pancañe. En comparación con las puntas de estilo Qaluyu, un ejemplo hallado en el sitio de Pancañe (QT06) tuvo una morfología y un tamaño de estilo Pukara (Tantaleán 2010a: Fig. 142b). AZADAS No se encuentra gran diferencia morfológica entre las azadas anteriores y las del momento asociado con objetos del estilo Pukara. Sin embargo, aparece en mayor proporción el basalto olivino como material más empleado para la producción de azadas, posiblemente relacionado con la mayor distribución de este material desde una cantera administrada por agentes asociados con el sitio de Pukara en el valle del mismo nombre. TUMBAS No se han detectado tumbas o restos humanos relacionados directamente con los sitios con objetos del estilo Pukara. Sin embargo, habría que ver sí las supuestas plazas hundidas que hemos ubicado en nuestra prospección, al igual, que sus pares contemporáneos del sitio de Pukara, insertan algunos individuos en sus estructuras arquitectónicas.
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Figura 26. Mapa de los sitios arqueológicos con objetos de estilo Pukara del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
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Figura 27. Estela Escalonada (Estela 1) en el sitio QT-20.
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Figura 28. Escultura de cabeza decapitada de estilo Pukara en el sitio Cancha-Cancha Asiruni.
Figura 29. Monolito antropomorfo de arenisca en el sitio QT-12.
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Figura 30. Mapa de los sitios arqueológicos con objetos de estilo Collao del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
lugares de enterramiento, pero que en términos de extensión no se equiparan a los sitios “Formativos”.
ASENTAMIENTOS COLLAO (1100-1450 D.C.) Durante nuestro recorrido del valle Quilcamayo-Tintiri se han identificado numerosos sitios con una ocupación del Intermedio Tardío o periodo del Collao que en varios casos eran nuevos sitios o re-ocupaciones de sitios preexistentes. Los sitios relacionados a artefactos Collao, como cerámica y tumbas (cistas), son un total de 25. Estos sitios son: QT-01, QT-0 2, QT-03, QT-04, QT-05, QT-07, QT-09, QT-10, QT-11, QT-13, QT-14, QT-15, QT-16, QT-23, QT-21, QT-22, QT-27, QT-28, QT-29, QT-30 (Tiendachupa), QT-32, QT-34, QT-35, QT-36 (Chaupisawakasi) y QT-38. Asimismo, durante las excavaciones de Chaupisawakasi y la recolección superficial del 2010 en dicho sitio hemos podido encontrar restos de cerámica Collao y estructuras tardías sobre el sitio. Los sitios Collao son los más numerosos dentro de esta prospección, los cuales son principalmente
Dentro de los sitios que hemos reconocido tenemos sitios de función doméstica y sitios funerarios. En ninguno de estos se han identificados pukaras, esto debido a que este fenómeno de sitio-tipo requiere de zonas elevadas o cimas de cerros como soporte del sitio, puesto que nuestra prospección se ha restringido al valle, ya que aquí se ubican los sitios “Formativos”, y ha discriminado las zonas elevadas en su recorrido, no se han identificado estos sitios; aunque esto no excluye su existencia, los cuales han sido avistados por el equipo, pero no han sido registrados. Las representaciones de la sociedad o sociedades Collao como grupos sociales en constante conflicto (v.g. Arkush 2005, 2009, etc.) hacen coherente que los sitios de valle
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y… hayan tenido ocupaciones efímeras o temporales y que los sitios con ocupaciones prolongadas estén asociados a pukaras. Los sitios domésticos reconocidos por lo general se ubican a la orilla de los ríos o en las bases de los cerros cercanos. Dichos sitios han servido como zonas de ocupación temporal, en algunos casos han funcionado como sitios de caza y pastoreo, por los artefactos líticos asociados y los pastizales, donde se tenía materias primas disponibles, para una fácil subsistencia. Así, el sitio QT09 ha servido como sitio de extracción de piedra, en los sitios QT-14 y QT-34 se han desarrollado prácticas socioeconómicas como la caza y el pastoreo y en los sitios QT21 y QT-23 se han identificado zonas agrícolas. El único sitio que hemos podido denominar como aldea es el QT10 y que junto al QT-23 se encuentran asociados a la
pukara del cerro Chijurani, lo que encaja como el patrón observado por Arkush (2012: 297-300). Los sitios funerarios o cementerios incluyen lo que se conoce como cistas, “tumbas colleradas” (“slab cist”) y chullpas, estos sitios al igual que los sitios domésticos también se encuentran en la orilla del río, y en algunos casos se ubican en zonas elevadas del terreno, en montículos, los cuales pueden ser naturales o artificiales, re-ocupaciones de sitios precedentes. Según Arkush (2012: 297, 308) los sitios funerarios Collao se concentran en cementerios y pueden encontrarse tanto dentro como fuera de la pukaras; aunque generalmente se encuentran disociados de las áreas habitacionales y sobre montículos.
Figura 31. Mapa de los sitios arqueológicos con objetos de estilo Inca del valle Quilcamayo-Tintiri reconocidos durante la prospección desarrollada por el PIARA.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Así, creemos que el enfoque de nuestra prospección puede revelar mucha más información importante con respecto a las sociedades formativas de valle. Obviamente, es una visión que parte de la evidencia superficial y por tanto mermada por diferentes procesos posdeposicionales pero nos servirá para establecer una serie de planteamientos y generar hipótesis de trabajo. De hecho, este panorama desde la superficie nos permitió elegir al sitio de Chaupisawakasi como uno de los que deberían seguir dentro de nuestro programa de investigación.
ASENTAMIENTOS INCA (1450-1532 D.C.) La prospección del valle Quilcamayo-Tintiri nos ha permitido identificar también numerosos sitios con ocupación Inca o con indicios que nos permitan inferir esta, por lo general estas ocupaciones constituyen reocupaciones sobre la materialidad Collao. Estos sitios ascienden a 13 y son: QT-01, QT-04, QT-10, QT-11, QT13, QT-15, QT-17, QT-21, QT-27, QT-28, QT-29, QT-30 (Tiendachupa) y QT-38. Los sitios que reconocimos son en su mayoría sitios de carácter funerario y algunos pocos sitios domésticos, en casi todos los casos, como ya mencionamos, estos se asientan sobre los sitios Collao con excepción del sitio funerario QT-17.
DE LOS 1400 AC A LOS 400 AC: LA SOCIEDAD COMUNITARIA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI
No nos llama la atención no encontrar grandes sitios urbanos Inca en el valle Quilcamayo-Tintiri, puesto que los principales sitios del Incario fueron construidos alrededor del Qhapaq Ñan (Hyslop 1984, Julien 1983, Stanish 2012: 345, López 2012), es así que nuestro valle es una zona marginal durante la ocupación Inca del Altiplano.
Los asentamientos asociados con objetos del estilo Qaluyu representan un porcentaje elevado de la muestra de sitios reconocidos en nuestra prospección. Sin embargo, dada su historia de ocupaciones no nos es posible definir cuál fue su extensión propia en un momento histórico concreto. Pese a ello, podemos apreciar que existieron al menos ocho sitios durante esa época en el valle, espaciados entre sí de 2 a 5 Km.
Los sitios domésticos identificados presentan la misma distribución de los sitios domésticos Collao, por constituir estos reocupaciones Inca de sitios Collao. Debemos decir que no se reocupar todos los sitios Collao sino únicamente los más importantes, es decir los que presentan mejor condiciones materiales para la producción. La única aldea reconocida en la zona del valle, el sitio QT-10, fue probablemente reocupada o los habitantes de esta aldea comenzaron a consumir cerámica Inca, los otros sitios reocupados están asociados a zonas de pastoreo y agricultura como el QT-21 que está asociado a varias terrazas agrícolas.
Los asentamientos Qaluyu se ubican en las elevaciones de las partes superiores de los cauces fósiles y sobre ellas se extienden las estructuras de forma paralela al río. Por ello, tienen una gran visibilidad del entorno, sobre todo, del área relacionada con el cauce del río, a la vez que existe una visibilidad entre sitios contemporáneos. Un sitio típico de este momento y que, además, parece ser un asentamiento doméstico sin estructuras arquitectónicas monumentales es el sitio QT-23 cercano a la localidad de Larancahuane. En este sitio destaca la construcción de terrazas en una ladera de cerro y su vecindad a una extensa área de filtraciones de agua o humedales. Otro caso, es el sitio QT-22 ubicado cercano al anterior, pero en la margen opuesta y que es un sitio más extenso, posiblemente con estructuras no domésticas y/o reocupado que posee una huanca de estilo Qaluyu. Por otro lado, si bien el sitio QT-19 podría formar parte del sitio QT-20 (Cancha Cancha-Asiruni) este posee una huanca de estilo Qaluyu que, además, está asociada a una posible plaza hundida. Sin embargo, como dijimos arriba, en el mismo sitio también aparecieron objetos cerámicos Pukara. Por último en el sitio de Chaupisawakasi, la primera ocupación sedentaria también estuvo asociada a Qaluyu, pero al igual que los demás sitios sobre esta se asienta la materialidad Pukara; asimismo en este sitio observamos al Oeste, en el área adyacente a la zona monticular, una especie de área llana con varias huancas asociadas, lo que podría ser el área pública del sitio y probablemente la ocupación doméstica Qaluyu es la que hemos registrado asociada a la Capa F en la zona monticular, la 1raocupación del sitio.
Los asentamientos funerarios son los sitios más números de los sitios Inca identificados, constituyen re-usos de los sitios funerarios Collao, y por consiguiente se ubican sobre los mismos lugares y soportes. 2.5. UNA EXPLICACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES SEDENTARIAS EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Gracias a la información generada a través de nuestra prospección sistemática del valle estamos en condiciones de avanzar un panorama de las ocupaciones formativas, en especial de las relacionadas con los estilos Qaluyu y Pukara. Dejamos de lado la explicación de las sociedades previas y posteriores. En el caso de las previas (arcaicas) nuestra muestra es tan reducida que no nos permite generar un escenario viable de estas ocupaciones. Por el lado de las ocupaciones post-Pukara al no estar relacionado nuestro enfoque con las ocupaciones Collao e Inca las dejamos de lado por el momento. Asimismo, creemos que nuestra prospección al no alcanzar a registrar las pukaras deja de lado este rasgo, tan importante en el paisaje, sin articular con los sitios de fondo de valle.
En este valle se ha reconocido que los asentamientos se acomodan a una forma de producción relacionada con las áreas inundables del río pero específicamente en las áreas
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y… que controlan el paisaje relacionado con los humedales (“bofedales”) o filtraciones de agua de los ríos y manantiales.
lugar donde este se ubicaría. En cualquier caso, como hemos observado en los sitios del valle, no existen evidencias materiales de espacios arquitectónicos que se diferencien o alejen de los espacios sociales comunes.
En ese sentido, es posible plantear por el momento que dichos asentamientos se hallan concentrados en las terrazas que se elevan sobre el cauce del río, entre el encuentro de la pampa que desciende de los primeros cerros que cierran el valle y los cauces actuales o fósiles del río. Así pues, en tanto potencialidad y posibilidad, la forma de producción principal estaría orientada al pastoreo de camélidos, una actividad factible en y desde estas áreas de control.
Por otro lado, los restos de los estilos cerámicos recogidos en estos asentamientos son muy semejantes a los definidos como Qaluyu, lo que plantea una relación bastante directa con otros/as productores/as y distribuidores/as cerámicos del valle del río Pukara u otros donde se ha comprobado su producción. Asimismo, como ruta natural entre el altiplano y otras áreas, los pobladores de este valle realizarían una uniformización en la producción cerámica mediante una producción local de cerámica y mediante la distribución e intercambio de la misma, de forma inter-regional. Después de todo, las formas y decoraciones cerámicas suponen una producción que se puede realizar domésticamente, pues no plantea ningún problema tecnológico ni un control de las materias primas básicas. En consecuencia, la cerámica no incluye ningún valor adicional (o de cambio) en su producción, pues es fácil de hacer sin apropiarse de nada que la constituya y se puede realizar libremente con instrumentos simples.
Asimismo, sistemas de qochas han sido reconocidos por nosotros asociados a dichos asentamientos y observados en las vistas satelitales y serían la principal tecnología agrícola del valle en este momento. A diferencia de lo que se esperaría, campos elevados, como los reconocidos por Clark Erickson (1983, 1984) en la localidad de Huatta, no han sido hallados en este valle. Sin embargo, las qochas del Quilcamayo-Tintiri serían contemporáneas a dichos “campos elevados”, siendo una respuesta local para incrementar la productividad agrícola colectivamente en este valle y una técnica adecuada a condiciones distintas que las del área cercana a la orilla del lago Titicaca. Las azadas halladas en los sitios plantearían esa relación entre los asentamientos y los sistemas de cultivo mencionados. La zona donde se halla la mayor concentración de qochas es en la desembocadura del Quilcamayo en el río Azángaro, en la amplia pampa interfluvial que se extiende entre los mencionados ríos.
En general, se puede decir que en esta época el valle se hallaba ocupado por una serie de asentamientos similares en características que produjeron su materialidad social autónomamente o con poca intervención externa al valle. Asimismo, estaban orientados hacia actividades basadas en la producción básica, de mantenimiento y de artefactos45. Si bien, no existe ningún indicio de división socioeconómica o sociopolítica, es posible plantear que existió algún tipo de división de tareas que hicieron posible la reproducción de la vida comunitaria, como la cerámica, la agricultura, la ganadería y el caravaneo46. Esta última actividad explicaría la distribución de materias primas, instrumentos, y productos en el valle y más allá de este.
Como se ha descrito en otros lugares (Flores Ochoa y Paz 1983b), las qochas también pueden ser utilizadas para el pastoreo, una alternativa para su existencia en áreas alejadas del río y más bien cercanas a las partes altas de los asentamientos contemporáneos. Así como también pudieron funcionar como zonas para la caza, debido a que la concentración de agua pudo atraer a animales, para práctica socio-económica (Flores et al. 2012).
Asimismo, las huancas como indicador de espacios abiertos de reunión o inclusión social, en sí mismas no
Adicionalmente debemos mencionar que hemos identificado un sistema de cultivo que combina qochas y “campos elevados”, como el ejemplar descrito por Flores y colegas (2012: fig. 4), esta única manifestación se ha encontrado asociada al sitio Cancha Cancha-Asiruni, el sitio que aunque tiene ocupación Qaluyu, constituye uno de los sitio de mayor tamaño, la cual probablemente la obtuvo, durante su asociación a Pukara como sucede con Chaupisawakasi.
indicaciones se encuentran fuera del tipo, género o música de los objetos que respetan su dictado. Se trata de objetos que exigen a los otros cambios de propiedad o cualidad, objetos que ostentan cierto poder determinante en las relaciones en las que están inmersos. Constituyen la atmosfera que atrae a los demás objetos, la que decide su comportamiento, y hasta opera en ellos comportamientos insospechados. Desde el momento en que cualquier objeto responde al dictado de un objeto clave se carga de su sentido y conforma a la luz de aquel un eslabón sólido e inevitable que condiciona su relación con los otros. (…) Los objetos clave denotan tan directamente una actividad, que sin su presencia esta no sería posible. En algunos casos, pueden compartir responsabilidad con otros instrumentos, pero estos frente a ellos siempre adquieren un aire circunstancial. El objeto clave especializa el lugar que ocupa cuando desaloja a los otros fuera de su lugar y radio de acción. Sin embargo, en un contexto de reunión de actividades, los objetos clave, obligados a convivir, indican que las actividades que componen son compatibles o están secuenciadas. Por eso, en ciertos casos, el espacio que los contiene aparenta ser el objeto primordial.” (Lull 2007: 226). 45 Para las definiciones de estos tipos de producción se puede recurrir a Castro y colegas (1998: 31-32). 46 Para ver la relación entre agricultura y pastoreo (“agro-pastoreo”) como una forma de producción importante en las sociedades sedentarias en los Andes prehispánicos, se puede ver Lane 2006.
En los montículos Qaluyu se incluirían estructuras públicas donde se realizarían prácticas sociopolíticas relacionadas con ideologías corporativas (vide Stanish y Hayley 2004: 62, para un planteamiento parecido) y no solamente “espacios rituales” (v.g. Hastorf 2003). Los montículos hallados en el Quilcamayo-Tintiri poseerían estos espacios y, como planteamos, la huanca apuntaría y señalaría, en tanto “objeto clave” (Lull 2007: 226)44, el 44
“El objeto clave o primordial es aquel que alienta sentido en los demás objetos. Constituye un fósil-director de orquesta cuyas
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ supusieron una actividad especializada y, en todo caso, esos espacios no fueron monumentales. Lo que se plantea aquí es que dichos espacios serían lugares de reunión donde se organizaría (objetiva y subjetivamente) la vida de la comunidad y que realmente fueron espacios comunes en tanto producción como uso.
Lo novedoso en esta situación en los sitios de este valle, es la presencia de objetos que antes no se producían o no entraban en los asentamientos humanos. En primer lugar, estos aparecen en los mismos lugares donde la vida social había transcurrido sin mayores cambios observables en el registro arqueológico, por lo menos, desde la sedentarización permanente de los habitantes del valle (unos mil años antes). Dichos objetos aparecen como parte de la construcción de arquitectura que se halla más allá de las necesidades básicas domésticas, es decir, espacios abiertos para la concentración de sujetos y objetos47.
La sociedad de esta manera parece haber logrado una autosuficiencia y generó durante mucho tiempo una vida social en las que su satisfacción se hallaba colmada por sus actividades cotidianas y rutinarias. DE LOS 400 AC A LOS 350 DC: LA SOCIEDAD ESCINDIDA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYOTINTIRI
Así pues, los asentamientos en este valle se comienzan a construir asociados a las áreas, que antes eran principalmente domésticas, áreas con arquitectura monumental48. Esto, conllevará, el crecimiento horizontal y vertical de los asentamientos, confiriéndoles un aspecto monticular y masivo, mayor que en momentos previos y; consecuentemente, los asentamientos escinden sus actividades entre cotidianas y extra-cotidianas. Asimismo, asociada a esta arquitectura aparecen objetos con formas estandarizadas como las estelas escalonadas de arenisca y la cerámica, conocida en la literatura arqueológica como, Pukara Polícromo. Si bien, la estela lítica tendría un precedente en la huanca, aquella crece en volumen, diseño y, sobre todo, en sus implicaciones relacionales con espacios sociales públicos donde estaría inserta o asociada. De suerte que se habría dado una mutación49 del sentido original de dicho objeto: donde antes señalaba espacios comunes, ahora señala espacios exclusivos. En ese sentido, la estela escalonada es el objeto clave en los sitios Pukara del Quilcamayo-Tintiri
Los asentamientos Pukara, concretamente Cancha Cancha-Asiruni (QT-20), Callacayani (QT-11), Pancañe (QT-06) y Chaupisawakasi (QT-36) tienen una base material o coexistieron con objetos del estilo Qaluyu. Han crecido adosados o sobre espacios monticulares con ocupación doméstica que poseyeron objetos de estilo Qaluyu y a la que se le han añadido mayores volúmenes y espacios abiertos de grandes dimensiones. Aprovechan los mismos espacios que controlan un gran rango de visibilidad y están algunos kilómetros espaciados entre sí. Sin embargo, no es posible concluir tajantemente que espacios o sectores pertenecen a que periodo, ya que aún no se cuenta con excavaciones que por medio de estratigrafía nos dé más luces al respecto. La excepción la constituye Chaupisawakasi, aunque el carácter restringido de las excavaciones solo nos permite decir que la mayor parte del área monticular fue construida durante la ocupación de la sociedad que consumía objetos Pukara y es con la que se da un gran despliegue constructivo del sitio y con la cual obtiene su mayor volumen.
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En ese sentido, se podría estar hablando de producciones que involucran la utilización de la fuerza de trabajo más allá de las necesidades básicas de la sociedad y, concretamente, del uso de esta fuerza por un grupo de personas. Como el mismo Bruce Trigger (1990: 125) plantea en su clásico artículo acerca de la arquitectura monumental temprana, con énfasis en este como parte de la concreción del paso a sociedades clasistas: “El consumo conspicuo es, así, una violación flagrante del principio del mínimo esfuerzo. El concepto básico que subyace en tal comportamiento es el que sigue: sí la economía del esfuerzo es el principio básico que gobierna la producción y la distribución de esos bienes que son necesarios para el sustento de la vida humana, la capacidad para gastar energía, especialmente en la forma de la fuerza de trabajo de otra gente, en formas no utilitarias es el más básico y universalmente entendido símbolo de poder. La arquitectura monumental y los bienes de lujo personal llegan a ser símbolos de poder porque son vistos como encarnación de grandes cantidades de energía humana y, por tanto, simbolizan la capacidad de aquellos para quienes estos fueron hechos para controlar dicha energía en un grado inusual. Además, al participar en la construcción de monumentos que glorifican el poder de las clases superiores, a los trabajadores se les hace reconocer su status subordinado y su propio sentido de inferioridad es reforzado.” 48 Es significativo que investigadores/as con diferentes aproximaciones teóricas como Moore (1996), Hastorf (2003) y Stanish y Haley (2004: 64) coinciden en que existe un proceso de exclusión social manifestado en la modificación de los espacios arquitectónicos que pasan de ser públicos (“abiertos”) a ser cada vez más restringidos y exclusionistas (“cerrados”), algo observado con más detalle por Elizabeth Klarich (2005b, 2009) para el área central del sitio de Pukara. 49 “Una mutación acontece en el objeto cuando pierde totalmente su significado original y se abre a otro alejado de las formas y usos adecuados a sus cualidades. La mutación produce novedades formales y objetivas, y grandes cambios en los objetivos de la producción social” (Lull 2007: 204).
Los sitios pueden dividirse grosso modo en sectores domésticos y sectores no domésticos o “públicos”. En estos últimos, se concentra mayor volumen de materiales (tierra y piedra) que le otorgan aspecto monticular y con recintos que se pueden apreciar en superficie. En el caso de Pancañe (QT-06), Cancha Cancha-Asiruni (QT-20) y Chaupisawakasi (QT- 36), es posible observar plazas hundidas y recintos rectangulares de grandes dimensiones. Asimismo, aparecen grandes bloques de piedra trabajados que formarían parte de estructuras arquitectónicas monumentales. Una gran laja cuadrangular de arenisca blanca se halló en el sitio QT-08 y sería un ortostato de la pared de una plaza hundida cuya ubicación en la actualidad es desconocida aunque esta se encuentra vecina a un sitio con ocupación Pukara: Pancañe (QT-06). Finalmente el gran sitio QT-36 (Chaupisawakasi), ubicado en la llanura próxima a los cerros y a la confluencia del río San José y un tributario estacional del Quilcamayo, presenta grandes espacios delimitados por grandes bloques de piedra, entre ellos, un posible patio hundido, típico Pukara y las recientes excavaciones nos indican que probablemente se trate de una “vivienda de élite”.
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y… como se puede observar en el sitio Cancha CanchaAsiruni, donde es de lejos el objeto lítico más importante del asentamiento y el más representativo del valle en la actualidad.
De este modo, la fuerza de trabajo que se utilizaba en la producción básica, sigue ocupándose de tareas previas, pero una parte de ella se re-orienta a la producción de espacios y objetos que no son consumidos ni utilizados por sus propios productores y que sirven en tanto medio y fin para la reproducción de prácticas sociales relacionadas con una nueva política o “religión”51. Dicha política estaría dirigida por sujetos que disponen de tiempo y medios suficientes para elaborar un discurso que reproduzca dichas prácticas, la mayoría de ellas basadas en objetos estandarizados que describen prácticas violentas como el sacrificio humano. Los objetos que materializarían y son consecuencias de dichas prácticas son la arquitectura monumental, la litoescultura, la cerámica Pukara Policroma (sea producida o no, localmente) y la producción de artefactos en soportes no existentes en la misma región (obsidiana, basalto olivino). En ese sentido, dicha orientación se puede observar en que el valle del Quilcamayo-Tintiri en tanto corredor natural, en este momento, está claramente articulado con el valle de Pukara. Esto se patenta en los asentamientos del Quilcamayo-Tintiri que ofrecen concentraciones de espacios abiertos y espaciados entre sí que concentran el movimiento de objetos semejantes a los hallados en el valle y el sitio de Pukara.
Otro de los nuevos objetos significativos que llegan a los asentamientos son los realizados con obsidiana, que ahora aparece en mayor volumen en los asentamientos y, sobre todo, adentro de las tipologías líticas desarrolladas para la zona de la cuenca norte del Titicaca (Klink y Aldenderfer 2005, Cipolla 2005, Burger et. al. 2000). Estos artefactos líticos presentan morfologías, también, estandarizadas y estarían asociadas con una práctica de caza menos extensiva (las puntas se reducen)50, que en el momento anterior, o con prácticas creadas en ese momento. Como vimos, la producción lítica de artefactos de obsidiana también incluye cuchillos de gran tamaño y se representan en la cerámica o litoescultura asociados con la decapitación humana. De este modo, se puede plantear a la luz de estos indicadores concretos que la forma de producción de los asentamientos en este valle, supone que la arquitectura monumental emergió de las fuerzas productivas existentes y disponibles en los mismos asentamientos del valle. Es decir, los ocupantes de las aldeas pre-existentes son los protagonistas del incremento y producción de espacios públicos, obviamente, como producto y consecuencia de nuevas prácticas sociales y que son demandadas por nuevas prácticas socio-económicas y sociopolíticas extra-domésticas. Son los mismos ocupantes de los asentamientos previos, los que se encargan de la concentración de arquitectura cercana a sus espacios domésticos.
Así pues, sería interesante reconocer que si bien, en este momento, la población local tuvo una historia bastante relacionada con los pobladores del valle de Pukara desde la co-participación en el estilo cerámico Qaluyu; será con la aparición de artefactos estandarizados (que incluyen un discurso religioso-coercitivo, un ritual político y también estandarizado) cuando ambas áreas se hallen inscritas dentro de un movimiento sociopolítico que no pertenece a una sola localidad y que supone la existencia de un grupo de personas que hacen uso de este, para reproducirse socioeconómica y sociopolíticamente.
En el mismo sentido, es interesante reconocer que la cerámica del estilo Pukara, que nos sirve como límite para definir el inicio y el final de una nueva producción de artefactos dominantes, aparece junta con la Qaluyu en los mismos asentamientos. Este fenómeno ya se ha observado en otras áreas de la cuenca norte del Titicaca, incluso mediante excavaciones. Así pues, por el momento, se puede plantear que la cerámica del estilo Qaluyu no cesa de producirse y; aunque aparece una nueva cerámica como la Pukara Policroma, esta es bastante exigua en los asentamientos que incorporan otros elementos relacionados con esta nueva forma de producción. La producción de esta, es una cuestión que nos habla de su valor de producción en tanto materias de difícil obtención (no producidas localmente), de una mejor tecnología y que adicionalmente se consume en espacios públicos en prácticas no cotidianas. Por el momento, nos parece posible plantear que el estilo cerámico Qaluyu coexistió con el estilo cerámico Pukara Polícromo.
Se podría proponer que habría existido una invasión o migración de sujetos o influencia de las ideas desde Pukara hacia el valle de Quilcamayo-Tintiri. Sin embargo, también es factible establecer objetivamente que las bases sociales de este valle posibilitaron este proceso sociopolítico en su seno, en tanto la especialización de la producción de artefactos ya suponía la existencia de un grupo de personas que se hallaba distanciado de la producción de subsistencia. De hecho, un precedente como la existencia de rutas de caravanas entre el altiplano y las zonas altas a través del 51
La mayoría de los investigadores/as (Chávez 1992, Stanish 2003, Hastorf 2003 y para una crítica de este planteamiento en los Andes centrales ver Siveroni 2006) asumen tácitamente que los sitios que reúnen plazas hundidas, cámaras funerarias, estelas y cerámica altamente decorada son solamente “templos” o “espacios rituales”. Sin desmerecer esta apreciación creemos que también son, ante todo, espacios donde se dirimen ubicaciones sociales mediante el ejercicio de prácticas políticas. En este caso, también habría habido una mutación, como en el caso de las estelas, de la plaza hundida primigenia (incluyendo o no enterramientos en su interior (siguiendo a Hastorf (2003) los “ancestros”) que aun teniendo características formales básicas similares fueron espacios apropiados y gestionados por un grupo de individuos con el objetivo de re-crear relaciones asimétricas objetiva y subjetivamente.
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Una interpretación alternativa de este fenómeno (Craig 2005: 683688, 2012: 105-108) es que al disminuir la caza debido al agropastoreo, las puntas líticas de obsidiana se siguieron produciendo pero esta vez como “bienes de prestigio”, con lo cual obtuvieron un valor simbólico.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Quilcamayo-Tintiri supondría la participación indirecta de las gentes de este valle adentro de la circulación de artefactos con un valor de cambio producido en las áreas de producción principal de lo Pukara.
son caminos naturales que conectan otras localidades del área, incluso, intervalles. Adicionalmente, en una vista satelital de la zona se puede observar que en el área de Cancha Cancha-Asiruni como en la que controla el sitio de Chaupisawakasi existen importantes concentraciones de qochas. Además resulta importante que el único ejemplar que combina qochas y “campos elevados” se encuentre asociado al sitio de Cancha Cancha-Asiruni (uno de los sitios más extensos y con mayor concentración de objetos Pukara, en superficie), no sabemos exactamente si la introducción de este tipo de tecnología en el valle estuvo a cargo de los habitantes de Cancha Cancha-Asiruni, si este tipo de tecnología resulto inadecuada para la zona o si este proceso se vio truncado por algún otro motivo; pero de lo que si estamos seguros es que la utilización de esta tecnología y de la construcción de este tipo de campo de cultivo requiere el manejo de determinados conocimientos y de la disposición de fuerza de trabajo, que al parecer estaban a la disposición de la élite de Cancha Cancha-Asiruni.
Así pues, los grupos sociales potenciales locales serían los encargados de establecer directamente su relación con un proceso regional (principalmente, con el valle de Pukara) que les supuso un espacio de distribución gestionado por ellos mismos dentro de su espacio de vida, una ideología que justificaba y reproducía prácticas sociales políticas (religiosas) en espacios que antes eran comunales, pero ahora se hacen privados y excluyentes. Sin embargo, la alta concentración y normalización de artefactos de estilo Pukara en el sitio de Cancha CanchaAsiruni y, posiblemente, Callacayani, Pancañe y Chaupisawakasi también podría plantearse como una ocupación directa de individuos (artesanos y dirigentes) desde el mismo sitio de Pukara, el sitio más cercano 52 y de lejos el más grande de toda la cuenca norte del Titicaca durante este tiempo. En cualquiera de los dos casos planteados anteriormente, estructuras arquitectónicas y artefactos que antes no existían en el valle aparecen porque existen prácticas sociales que las requieren (producen, utilizan y/o consumen). Al ser estas prácticas realizadas en una secuencia y reiteración formalizada se hacen necesarios mantenerlos o crear nuevos espacios arquitectónicos y artefactos consumibles para ejecutar los “rituales”. Así, el circuito producción, distribución y consumo se concentra en dichos espacios y crea una necesidad que se satisface con productos originados ya no en las comunidades (aunque las suelen acompañar) si no en lugares específicos producidos y sancionados mediante la política.
Volviendo a las qochas, sí estas fueron pre-existentes a la aparición de lo Pukara en el valle habrían sido controladas desde estos sitios. Si fueron construidas a partir de la aparición de lo Pukara estas habrían sido gestionadas, mantenidas y, sobre todo ampliadas durante este momento para generar un excedente consumido por las élites del valle o fuera de este. ABANDONO DE LOS ESPACIOS PUKARA Y DESAPARICIÓN DE LOS ARTEFACTOS DE ESTE ESTILO ¿QUÉ SUCEDIÓ? Según los fechados radiocarbónicos, alrededor de los 350 d.C., los asentamientos asociados con el estilo Pukara en la cuenca norte del Titicaca se abandonan y los artefactos de ese estilo dejan de producirse y consumirse. En el valle de Quilcamayo-Tintiri, se observa algo similar también, los sitios monumentales ya no cobijaran en su seno otra forma de hacer objetos ni se halla algo diferente a lo precedente que se les superponga. Definitivamente, algo tuvo que complicarse en las relaciones sociales y no es difícil apreciar que las prácticas sociales instituidas en el sitio de Pukara ya no se siguieron realizando en los sitios asociados directa o indirectamente con este.
Asimismo, cualquiera que haya sido la forma que se originaron los sitios Pukara más importantes de esta época (Pancañe, Callacayani, Cancha Cancha-Asiruni y Chaupisawakasi), la mayoría de ellos se hallan en la misma margen sur del río y podrían haber crecido en extensión y volumen a consecuencia del desplazamiento (rutas) y uso continuo de dichos espacios para las prácticas socioeconómicas y sociopolíticas relacionadas con los objetos Pukara en una suerte de “centros administrativos”53. En este sentido, es significativo que tanto Cancha Cancha-Asiruni, Pancañe, Callacayani y Chaupisawakasi, sitios conteniendo litoescultura y cerámica de estilo Pukara, que se distinguen por su volumen y extensión, también se hallen en la conjunción de quebradas laterales con el río Quilcamayo-Tintiri que, además de poseer una fuente adicional de agua también
El abandono de estos sitios y el uso/consumo de artefactos de este estilo nos sugieren que esas relaciones no fueron satisfactorias sin un elemento que las justificase y, obviamente, no fueron indispensables para la vida social de las poblaciones locales como para seguir manteniéndolas. Es interesante anotar que en la prehistoria de este valle y en la mayoría de la cuenca norte del Titicaca nunca se volvió a producir y utilizar artefactos que describiesen personajes y/o escenas complejas de forma estandarizada.
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Ubicado a una distancia de 43 km siguiendo las rutas naturales y aun utilizadas por los habitantes de la zona. 53 Aquí utilizamos el concepto y categoría “Centro Administrativo”, pues, es la fórmula más ampliamente conocida en la literatura arqueológica andina para describir la existencia de un sitio con características formales, económicas y políticas inserto en una red de asentamientos relacionados físicamente (incluso mediante caminos) con un gran centro económico y político del cual dependen directamente.
Sin embargo, en nuestra investigación no existieron, aparentemente, otros sitios y otra forma de hacer cerámica. Se podría plantear que los sectores y sitios
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LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y… domésticos siguieron siendo habitados por sus pobladores con cerámicas no distinguibles entre los objetos conocidos en la cuenca norte del Titicaca o que fueron similares a lo conocido como Qaluyu que bien pudo haber sido la vajilla que siempre fue el objeto común durante la existencia de lo Pukara: ¿Será por esto que no somos capaces de distinguirlos en el tiempo?
los primeros cazadores-recolectores hasta la llegada de los hispanos. Como se puede ver, gracias a las investigaciones precedentes, en el valle existían toda una serie de grandes sitios formativos que contenían esculturas líticas de gran formato, especialmente las relacionadas con el estilo Pukara como el sitio de Cancha Cancha-Asiruni. Sin embargo, nuestra prospección intensiva completó un panorama mucho más rico de los sitios.
Nuestras recientes excavaciones en el sitio de Chaupisawakasi registran un estrato, “Capa C”, posterior a la presencia de cerámica Pukara Policroma, donde solo hemos registrado cerámica doméstica 54 no equiparable en cuanto a la tecnología decorativa de sus precedentes, Pukara y Qaluyu. Tal parece ser que como sugerimos los pobladores del valle siguen habitándolo pero sin requerir de la producción de objetos que diferencien en un estilo reconocible arqueológicamente, es decir objetos que requerían de una producción diferenciada y especializada.
Así, luego de concluir la prospección de todo el valle Quilcamayo-Tintiri, se eligió el sitio de Chaupisawakasi para realizar las primeras excavaciones en el valle y así obtener la primera secuencia estratigráfica para este. La elección de este sitio obedece a que es uno de los más extensos del valle (98.000 m2), que posee evidencias de cerámica Qaluyu y Pukara, que existe una relación con el área de qochas que se extiende desde el río Quilcamayo hasta el río Azángaro y por otras razones de orden logístico (Tantaleán 2011a: 183-184). La temporada 2009 sirvió para realizar un reconocimiento más exhaustivo del sitio de Chaupisawakasi, con el objetivo de preparar y gestionar las condiciones para su posterior excavación. Así en esta temporada se recorrió y registró el sitio, nuevamente, y se determinó las mejores zonas para las excavaciones del siguiente año. Además se establecieron mayores lazos con la familia Calcina Quispe, que tiene bajo su propiedad la mayor parte del sitio arqueológico.
Sea como fuere, los sitios asociados con artefactos de estilo Pukara u otros contemporáneos no ofrecen evidencias contundentes de otra ocupación diferente a la establecida por los materiales conocidos por el momento hasta tiempos prehispánicos muy tardíos (alrededor de 1000 d.C.), es decir, con la ocupación de su superficie por estructuras funerarias de estilo Collao. Asimismo, los sitios Collao que hemos observado en el QuilcamayoTintiri se caracterizan por asentamientos de altura (como el que ocupa el cerro Yacchata) que supone una producción primaria basada en el pastoreo de camélidos y agricultura de terrazas. Sin embargo, también hay que tomar en cuenta que según los estudios de Arkush (2005, 2012) estos asentamientos fortificados serían una respuesta a la invasión Inca del Altiplano. Sin embargo, también hemos encontrado sitios cercanos al río (QT-07, QT-08, QT-09 y QT-10, por ejemplo) que aunque fueron pequeños, casi todos necrópolis y no evidenciaban en superficie estructuras habitacionales, si contenían artefactos domésticos, lo que completa el panorama de las ocupaciones Collao del valle. En todo caso, sí existe una gran diferencia entre este grupo social y los anteriores, esta se debería explicar en la búsqueda de la satisfacción y reproducción de su vida social en espacios naturales que les brindasen condiciones materiales básicas para ello. Así pues, la diferencia entre estos grupos y los anteriores en tanto ubicación de sus asentamientos podría también deberse a la disminución de fuentes de agua en la zonas del fondo del valle como se venía realizando desde la primeras sociedades sedentarias, un cambio que se dio en el tiempo y que habría modificado su forma de producción y la consecuente forma de organizarse económica y políticamente y que nos los presentan tan diferentes a lo previo. 2.6. COMENTARIOS Como hemos visto, el valle del Quilcamayo-Tintiri fue el hogar de una serie de grupos humanos desde la época de 54
Otra posibilidad es que debido al área reducida de la Unidad 4, por una cuestión probabilística en esa área no se haya encontrado material Pukara. Aún no contamos con fechados para este estrato.
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CAPÍTULO 3 LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
donde, a partir de allí, es denominado como río Quilcamayo. El sitio se ubica en la margen sur del río, opuesta a un promontorio rocoso que es parte de una estribación andina que corre paralela al río Azángaro en dirección noroeste. El sitio de Chaupisawakasi se encuentra enclavado en un típico paisaje altiplánico con suaves ondulaciones en superficie correspondiente al piso ecológico de Puna (Pulgar Vidal 1967) de vegetación arbórea escasa y cubierta en su mayoría por pastos e ichu.
3.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo se describen las investigaciones arqueológicas realizadas en el sitio de Chaupisawakasi, un sitio que como vimos previamente fue elegido de entre todos los reconocidos por nuestras prospecciones del valle del Quilcamayo-Tintiri por una serie de características. Aparte de su monumentalidad, extensión y la gran cantidad de restos materiales observables en superficie, este sitio no era conocido previamente en la literatura arqueológica. Asimismo, el apoyo de la familia Calcina Quispe nos proporcionó la posibilidad de poder realizar nuestras excavaciones en dicho sitio.
En la actualidad estas márgenes del río están ocupadas por caseríos con grandes áreas delimitadas por muros, casas pequeñas y medianas hechas de barro y piedra con techumbres de ichu o paja. La altura promedio sobre el nivel de mar es de 3950 m. Las lluvias se dan en los meses de Noviembre-Abril, aunque hay años en que las precipitaciones varían e incluso se pueden dar sequías (Morlon 1987: 254). De hecho, en estos últimos años se han ido retrasando cada vez más las lluvias.
Empezamos este capítulo señalando la ubicación geográfica y política del sitio. Luego continuamos con la descripción de los objetivos que alcanzamos, parcial o totalmente en algunos casos, con nuestras investigaciones. Luego indicamos el marco teórico empleado con sus correspondientes hipótesis de trabajo, formuladas al iniciar nuestro trabajo de campo, y la metodología empleada para empezar a contrastarlas. En gran parte, este capítulo, describe los contextos arqueológicos que hemos descubierto mediante nuestras excavaciones arqueológicas con el fin de entender la forma y características de dichos depósitos arqueológicos. Finalmente, ofrecemos una secuencia estratigráfica que ordena los contextos arqueológicos de tal manera que tengan cierta coherencia con el proceso mismo de la excavación como con los rasgos y materiales.
3.3. MARCO TEÓRICO La teoría social materialista histórica es materialista porque fundamenta su explicación en la materia en transformación, que antecede a la idea y la condiciona a la misma vez. Es histórico por cuanto reconoce y parte de las condiciones materiales de existencia que son transformadas históricamente a través de la producción social. En este sentido, al establecer que la producción social es lo que genera a la materia constituida históricamente también busca transformar la historia en su continuo avance. De esta manera, metodológicamente, el materialismo histórico propone el estudio de las condiciones objetivas materiales de existencia de las sociedades y, con ello, entender a la historia como un proceso dialéctico. Así, la concepción materialista histórica en resumen y en palabras de Karl Marx y Frederic Engels:
3.2. UBICACIÓN GEOGRÁFICO-POLÍTICA El sitio arqueológico de Chaupisawakasi se encuentra ubicado en la comunidad de Chaupi Sahuacasi, en el distrito de Azángaro, Provincia de Azángaro en el Departamento de Puno, en el sur del Perú. Sus coordenadas UTM son 19L 0375480 E, 8356888 S. El sitio está emplazado sobre la margen sur del río San José que es tributario del río Quilcamayo que luego, a aproximadamente 4 Km al este de la ciudad de Azángaro se une con el río Tintiri, luego el río sigue su curso conservando el nombre de Quilcamayo, hasta desembocar en el cauce del río Azángaro, al sureste y muy cerca de la ciudad del mismo nombre. Este, a su vez, es uno de los dos principales afluentes (junto con el río Pucara) del río Ramis que desemboca en el Lago Titicaca.
“…consiste, pues, en exponer el proceso real de producción partiendo para ello de la producción material de la vida inmediata, y en concebir la forma de intercambio correspondiente a este modo de producción y engendrada por él, es decir, la sociedad civil en sus diferentes fases como el fundamento de toda la historia,…Esta concepción, a diferencia de la idealista, no busca una categoría en cada período, sino que se mantiene siempre sobre el terreno histórico real, no explica la práctica partiendo de la idea, sino explica las formaciones ideológicas sobre la base de la práctica
El sitio se encuentra en la parte inferior del río San José cercano a la confluencia con la quebrada Carcapunco
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ material,…Esta concepción revela que la historia…en cada una de sus fases se encuentra un resultado material una suma de fuerzas productivas, una actitud históricamente creada de los hombres hacia la naturaleza y de los unos hacia los otros, que cada generación transfiere a la que le sigue, una masa de fuerzas productivas, capitales y circunstancias...” (Marx y Engels 1973 [1846]: 39).
Estado Teocrático Andino desarrollada por Tantaleán (2009c). 3.4. OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL
En concordancia, los arqueólogos materialistas históricos manifiestan que: “El marxismo se propone identificar y explicar las condiciones objetivas materiales en las que se basa la producción de la vida social, así como definir si las relaciones sociales que se establecen en y entre las sociedades, explotan, ocultan y/o alienan al individuo social” (Castro et al. 1998: 25).
Explicar la formación y naturaleza del estado Pukara en la cuenca norte del Titicaca a través de la investigación de un sitio con ocupación de esta sociedad en el valle del Quilcamayo-Tintiri.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
En cuanto a la arqueología y el materialismo histórico existen múltiples desarrollos de esta teoría con respecto a nuestra ciencia (Lumbreras 1974b, 1981; Spriggs 1984; Patterson 1986; Hakken y Lessinger 1987; Gilman 1989; McGuire 1992; Bate 1998; Lull 2005, 2007). Nosotros particularmente usaremos algunas de las teorías desarrolladas por dichos arqueólogos materialistas históricos. Así, nuestra explicación y metodología arqueológica estará inspirada en la teoría de la producción de la vida social (Castro et al. 1998), la teoría de la prácticas sociales (Castro et al. 1996), la teoría del objeto (Lull 2007). Específicamente para nuestra área de estudio trabajaremos con la teoría particular sobre el
Analizar todos los datos referentes a la prospección del valle y la excavación del sitio Chaupisawakasi.
Establecer una secuencia arqueológica del sitio Chaupisawakasi, mediante el análisis de la cerámica, elaboración de una tipología y composición de pastas, en relación con la estratigrafía del sitio.
Reconocer las actividades desarrolladas en el edificio principal de Chaupisawakasi a través del análisis de la cerámica, el material lítico y una muestra del material óseo proveniente de las excavaciones en el sitio.
Explicar las prácticas sociales del sitio Chaupisawakasi y las relaciones sociales dentro y fuera del valle del Quilcamayo-Tintiri.
Figura 32. Vista de Google Earth donde se delimita en base a las evidencias arqueológicas en superficie la extensión del sitio arqueológico de Chaupisawakasi.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 33. Vista de Google Earth del sitio arqueológico de Chaupisawakasi. La cima del montículo principal se encuentra a la derecha de la principal concentración de casas modernas.
Figura 34. Vista del sitio de Chaupisawakasi desde el sur-oeste. La concentración de casas se encuentra sobre el montículo principal.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ identificado algunos problemas de orden metodológico. Así por ser esta investigación, y las precedentes, materialista histórica los métodos parten de los materiales analizados y se desarrollaran con la misma praxis superando las trabas surgidas en el entendimiento de la producción social de las sociedades pretéritas.
3.5. HIPÓTESIS HIPÓTESIS GENERAL
En el valle Quilcamayo-Tintiri se estableció una sociedad/es sedentaria que produjo artefactos de estilo Qaluyu (asentamientos, cerámica, lítico, etc.) y desarrolló la agricultura (qochas y camellones) como principal forma de producción. Esta forma de producir sus medios de subsistencia no generó en su organización social relaciones asimétricas, lo que se evidencia en la simetría de la producción, distribución y consumo de los objetos. Luego de la época Qaluyu se desarrolló una sociedad asimétrica, en la cual un grupo social consumió artefactos de estilo Pukara (arquitectura, cerámica Pukara Policroma, estelas escalonadas, etc.). A su vez, estos nuevos artefactos sirvieron para justificar nuevas prácticas asimétricas, donde se desplegó un discurso político-religioso violento y coercitivo. Esta nueva forma de organizarse generó una élite que pudo controlar la utilización de estos nuevos artefactos en espacios exclusivos. Dicha élite se asienta sobre la sociedad del valle y transforma su forma de producir. En el valle no se desarrollaba aún una élite. La aparición de una élite en el valle se debió a la instalación de individuos, que provenían de Pukara y colonizaron el valle del Quilcamayo-Tintiri.
SISTEMA DE SECTORIZACIÓN DEL SITIO Y SISTEMA DE COORDENADAS La ubicación del sitio se realizó mediante los datos obtenidos con el GPS y de la ubicación realizada en la primera fase de reconocimiento. De esta manera, nuestro reconocimiento del sitio avanzó paralelamente a la producción de un croquis del sitio. No se planteó la generación de un mapa topográfico detallado del sitio puesto que la comunidad campesina de Chaupi Sahuacasi no permite que se hagan levantamientos de datos topográficos en sus tierras comunales a las que pertenece gran parte de sitio. El registro de la arquitectura, topografía, y ubicaciones de sondeos ha sido mediante coordenadas UTM. Hicimos una sectorización del sitio muy general: cima del montículo y laderas del montículo. EXCAVACIÓN Solo se han realizado excavaciones restringidas (pozos o unidades de sondeo). Se ha escogido esta técnica por el carácter exploratorio que tuvo la investigación y porque ofrecería rápidamente una secuencia de las ocupaciones arqueológicas del sitio, la cual se constituye como la primera realizada en la cuenca del valle de Azángaro. Asimismo, se escogió esta técnica puesto que nuestras observaciones del sitio, nuestra experiencia y la literatura existente sobre los sitios formativos de la cuenca del lago Titicaca señalan que los depósitos culturales son bastante profundos y con una gran densidad de materiales cerámicos, líticos y óseos. De esta manera, las unidades de excavación fueron ubicadas en sectores del sitio que prometían proporcionar buenas muestras de cerámica y/o materia orgánica fechable con buena asociación con la construcción y uso de la arquitectura.
HIPÓTESIS PARTICULARES
En el sitio de Chaupisawakasi, en primer lugar se desarrolló una sociedad igualitaria (Qaluyu) y luego una sociedad desigual (Pukara) que desarrolló la arquitectura monumental y consumió los nuevos artefactos de estilo Pukara. Asimismo, este grupo social controló la producción agrícola de la vasta zona que se ubica entre el río Quilcamayo y el río Azángaro.
El montículo principal de Chaupisawakasi fue construido en época Pukara u ordenado construir por gente que consumía cerámica Pukara Policroma. El edificio principal del sitio arqueológico Chaupisawakasi fue parte de la residencia principal del sitio donde residían la familia o grupo social dominante, y donde reproducían, aparte de sus actividades domésticas, un conjunto de prácticas sociales orientadas a validar su posición de élite. Así, este sitio se constituyó en uno de los principales centros administrativos del valle, el cual se relacionaba con otras zonas productivas tanto dentro del valle como fuera de sus límites naturales.
Las unidades han sido excavadas con badilejos y brochas, por capas y rasgos estratigráficos todos unificados bajo la categoría de “locus”. Un locus es cualquier unidad discriminada por el excavador que contenga un conjunto de elementos que lo aísle materialmente y lo diferencie objetivamente de otros dentro de la excavación. Todo el suelo ha sido cernido con malla de 5 mm, reservando la opción de usar malla de 1 mm para casos especiales de materiales de pequeñas dimensiones. Se han tomado muestras para flotación y algunas muestras de manera sistemática para separación seca.
3.6. METODOLOGÍA
REGISTRO
En tanto nuestra investigación se desenvuelve dentro del PIARA, seguiremos la metodología (Tantaleán 2010a: 167-169, Tantaleán 2011b: 16-23) que ya ha sido puesta en práctica en las anteriores temporadas del programa, la que hemos desarrollado en la medida que hemos
En la prospección del valle, el sitio Chaupisawakasi fue registrado como QT- 36. Así, cada sondeo fue identificado con el código del sitio y un número único en el proyecto. Por ejemplo, el sondeo 1 tiene el código QT36-001, pero para el caso del presente texto solo
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI utilizamos la denominación de “Unidad” seguido del número del sondeo, siendo para el caso mencionado “Unidad 01”, ya que las unidades en nuestras excavaciones no superan la decena. Este sistema debe minimizar oportunidades para la comisión de errores de procedencias. Se usaron códigos de tres cifras para coordinar posibles trabajos futuros en los sitios a fin de reducir probables errores.
Durante el trabajo de campo se han distribuido los números de locus dependiendo de la unidad, asignando un intervalo de cincuenta números para el locus por unidad de excavación. Así la Unidad 01 se le asignaría los locus entre 01 y 50, a los de la Unidad 02 los locus entre 51 y 100, y así sucesivamente. Estos locus se numeraban correlativamente dependiendo de la aparición o diferenciación que se hacía de los locus. La finalidad de esta asignación de intervalos de locus sirvió para evitar la duplicación de locus con el mismo número y para un registro independiente por unidad, sobre todo cuando se excavaron unidades paralelamente.
Dentro de los sondeos, excavados estratigráficamente, cada volumen distinto de suelo, sea capa, lente, relleno de un rasgo, u otra forma, ha recibido un número secuencial en el campo. Este número identifica una procedencia o “locus”, nomenclatura que se extiende para el registro de los artefactos y se consignó en los apuntes de campo, dibujos, y fotografías asociadas. Cuando ha sido necesario identificar una procedencia más específica o un objeto específico dentro de un locus, se otorgó a cada uno un número adicional (“número de recolección especial”). Una procedencia completa podría ser: QT-36-003-104/2. Eso significaría sitio QT-36, unidad 003, locus 104 (la cuarta capa, lente, o que sea sacada del sondeo) colección especial 2. La mayoría de nuestros locus han requerido de subdivisiones con colecciones especiales.
La ventaja que da este sistema con números arbitrarios para cualquier locus es que el registro de procedencias y artefactos permanece independiente de su interpretación, que puede cambiar durante el trabajo de gabinete, como consecuencia de la evaluación de la documentación y artefactos. La decisión del tipo de contexto cultural de cada locus (desmonte, basural, capa encima del piso, fogón, etc.) se realizó en base a las sugerencias en los apuntes de campo y otros datos apropiados, y se asoció estas interpretaciones a los códigos de locus en la etapa de manejo de datos para el análisis en gabinete.
Figura 35. Equipo de excavación arqueológica en Chaupisawakasi, setiembre de 2010. De izquierda a derecha: Alex Gonzáles, Carlos Zapata Benites, Harry Vargas y Henry Tantaleán.
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Figura 36. Ubicación de la Unidad de Excavación 01 en el extremo norte del sitio de Chaupisawakasi. Se observa el rio San José. De izquierda a derecha Harry Vargas, Carlos Zapata Benites y Alex Gonzáles.
REGISTRO DESCRIPTIVO Ficha de Locus Para cada locus, se ha completado una ficha de locus. Esta ficha consigna datos logísticos como la fecha y el nombre del anotador y los excavadores del locus; descripciones del suelo y de la forma del locus (capa, mancha delgada, relleno de pozo, etc.); relaciones estratigráficas con otros locus cercanos; el volumen de suelo cernido del locus; elementos encontrados; interpretaciones del contexto cultural de la deposición (desmonte, basural, relleno de construcción, etc.); elevaciones relativas a un datum local, ubicado en tres dimensiones; y referencias a otros documentos asociados, como dibujos y fotografías. El formato tiene espacio abierto para una descripción discursiva, en lugar de solamente mantener diarios de campo aparte. De esta manera, toda la información descriptiva que pertenece al locus se encontrará dentro de una sola hoja, o en otras explícitamente indicadas en la misma. Eso evita complicaciones para cruzar documentación de diferentes formatos y lugares físicos, y asegura que las copias de la documentación sean completas y que el análisis en gabinete esté basado en toda la información registrada. Facilita, también, el ingreso de datos comparables y completos en una base de datos de los locus excavados.
Diario de campo Además de la ficha de locus, se ha contado con cuadernos de campo en donde se anotan problemas y posibilidades que despierten los objetos recolectados y sus asociaciones para los investigadores. Así, el cuaderno de campo sirve como un soporte para que los excavadores se explayen en algunas situaciones además de facilitar un lugar donde escribir temas a recordar para la excavación y que no están contempladas en la ficha. Etiquetas de registro de campo Los materiales recuperados se embolsaron de acuerdo a su naturaleza (cerámica, lítico, óseo, vegetal, muestras y varios), especificándose en las etiquetas: sitio, unidad, locus, relación con otros locus, tipo de material, observaciones, fecha, nombre de la persona que registró, y número de bolsa. Registro gráfico Cada locus ha sido dibujado en vista horizontal (plana) en papel milimetrado, con una escala gráfica de 1:20, flecha norte, fecha, nombre del dibujante, los códigos del sitio, sondeo, y locus, y las elevaciones superiores e inferiores del locus en varios lugares. Como punto de referencia para las alturas hemos utilizado generalmente una de las esquinas más elevadas de la unidad, la cual ha sido medida altimétricamente con un GPS. En ciertos casos, varios locus han sido indicados en un solo dibujo.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI Asimismo se han dibujado los perfiles y/o corte de rasgos en una escala de 1:10, para mayor detalle. Al terminar cada sondeo, se dibujó por lo menos dos perfiles, generalmente dos perfiles perpendiculares (que formen una esquina).
La literatura arqueológica disponible para el área, la época de estudio (Tello 1943: 153, Kidder 1943, Klarich 2005a, Tantaleán 2005a, etc.) y los datos recogidos en la prospección del año 2008 (Tantaleán 2009b) plantean que cerca de la ribera de los ríos están los sectores de los sitios arqueológicos formativos donde se puede hallar la mayor cantidad de materiales arqueológicos superpuestos. Por esto, se planteó en un primer momento realizar la mayoría de los sondeos en esta zona. Sin embargo, por problemas descritos líneas arriba tuvimos que excavar tres de las unidades en el núcleo del asentamiento o cima del montículo, la Unidad 04, Unidad 05 y Unidad 06. Adicionalmente una de las unidades excavadas cerca de la ribera del río, Unidad 03, no ofreció información relevante para la investigación.
Registro fotográfico Todas las fotos han sido digitales. Cada locus y perfil ha sido fotografiado por lo menos una vez. Detalles, vistas de contexto, artefactos in situ o recién recolectados, y otros aspectos también han sido fotografiados. Cada foto incluye una escala gráfica, flecha dirigida hacia el norte (cuando ha sido apropiado), y un número que identifica la toma. Cada cámara ha tenido su registro de números únicos de fotos, el que ha sido llenado en las fichas al momento de tomar la foto. Asimismo, se han identificado las fotos con un letrero pequeño que no cubra la vista excesivamente. Las imágenes fueron descargadas diariamente a una computadora y los archivos renombrados para indicar el sitio, número de la cámara, toma, y la fecha, además fueron grabadas con frecuencia en varios discos compactos (CD). Esto con el objetivo de asegurar que no se pierdan fotos por accidentes.
Así tenemos una división espacial de los sectores donde se han excavado las unidades, la ladera norte del montículo, cerca de la ribera del río y la cima del montículo. Debido a la reducida cantidad de personas que participamos en las excavaciones (figuras 35 y 36), la excavación de las unidades se realizó una a la vez y en algunos de casos hasta dos simultáneamente. Las primeras unidades que excavamos han sido las ubicadas en la ladera norte del montículo, la Unidad 01, Unidad 02 y Unidad 03. Posteriormente realizamos la excavación de las unidades en la cima del montículo, Unidad 04, Unidad 05 y Unidad 06.
3.7. DESCRIPCIÓN DE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS Al principio de la temporada 2010 del PIARA se buscó ubicar los sondeos (Unidad 01, Unidad 02 y Unidad 03) en los cortes naturales hechos por la erosión del río en la zona norte del asentamiento, con el fin de obtener información estratigráfica controlada y guiarnos de lo observado en el corte expuesto. Además se planteó esto por ser el área más cercana al montículo y donde supusimos encontraríamos una fuerte ocupación doméstica. Sin embargo, no se pudo cumplir con este objetivo porque la propietaria del terreno adjunto nos negó el permiso para la excavación en esta área, pues nos señaló que esa parte del río le correspondía como propiedad privada. Esta situación solo permitió culminar la excavación de la Unidad 03, la Unidad 02 solo se delimitó y la Unidad 01 se excavó parcialmente.
DESCRIPCIÓN DE LAS EXCAVACIONES EN CHAUPISAWAKASI POR UNIDADES Y LOCUS UNIDAD 01 Esta unidad se encuentra ubicada a 3883 msnm, en las coordenadas UTM 19L 0375478 Este y 8356886 Sur. Tuvo una extensión de 2 m por 2 m y estuvo orientada hacia el Norte. Ubicamos la unidad en esta parte, debido a la presencia de grandes rocas que forman parte de uno de los muros integrantes de la estructura monticular, probablemente uno de los muros perimetrales, debido a las dimensiones de las rocas. Esta unidad no se terminó de excavar debido a la hostilidad de la propietaria del terreno adjunto.
Cuadro 2. Ubicación y altura de las unidades de excavación en Chaupisawakasi. Unidad 01 02 03 04 05 06
Cota 3883 No se excavó 3883 3889 3890 3889
UTM 19L 0375478 19L 0375465 19 L 0375434 19 L 0375438 19L 0375445
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8356886 8356897 8356838 8356841 8356838
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Figura 37. Vista norte del sitio Chaupisawakasi (QT-36). En la foto se indican las ubicaciones de las unidades de excavación.
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Figura 38. Vista de Google Earth con delimitación de extensión de restos arqueológicos superficiales en Chaupisawakasi y las unidades de excavación.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Locus 02 Compuesto por tierra limosa, algunos restos de raíces y material cultural; de color marrón claro; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 2 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor que varía entre 0,05 m y 0,07 m. Este locus es de material aluviónico y también ha sido afectado por las raíces del pasto que crece en la zona. Se retiró todo el locus de sur a norte, usando badilejo para remover la tierra, hasta llegar al locus subyacente; usamos picota para las zonas donde se concentraban las raíces. El locus se ubica bajo el Locus 01 y sobre el Locus 03, Locus 04 y Locus 05.
Locus 01 Compuesto por tierra limosa, pasto natural y material cultural disturbado; de color marrón claro; y de consistencia suelta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 2 m, en el eje Este-Oeste y un espesor que varía entre 0,02 m y 0,03 m. Este locus es el nivel superficial y esta disturbado naturalmente por los pastos, entre ellos el ichu, presentes en la superficie de la zona. Al iniciar la excavación identificamos concentraciones de material arqueológico en la parte central y noroeste, así como la presencia de grandes rocas que forman parte del muro, antes mencionado, al sur de la unidad. Primero se recolectó el material arqueológico identificado y se recortó todo el ichu. El locus se ubica sobre el Locus 02, Locus 03 y Locus 04.
Figura 39. Vista Norte de la Unidad 01, Locus 01.
Figura 40. Vista Norte de la Unidad 01, Locus 02.
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Figura 41. Vista Este de la Unidad 01, Locus 03, Locus 04 y Locus 05.
Figura 42. Dibujo de la Unidad 01, Locus 02, Locus 03, Locus 04 y Locus 05.
arquitectónico. Se retiró con picota de sur a norte, bajando por niveles arbitrarios cada 0,05 m. El locus se ubica bajo el Locus 02.
Locus 03 Compuesto por tierra limosa y material cultural, de color marrón, y de consistencia compacta. Presenta material cultural como restos líticos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 1 m, en el eje Norte-Sur, por 2 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la mitad Sur de la unidad; y el espesor supera los 0,10 m, pero no se conoce su dimensión definitiva, ya que no se excavó totalmente. El locus está asociado al muro ubicado en el sur de la unidad y se trata posiblemente de un relleno
Locus 04 Compuesto por tierra, grava, material orgánico y material cultural; de color plomizo; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Debió tener una extensión aproximada de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 2
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la unidad, desconocemos su extensión real, ya que el locus superpuesto no fue totalmente retirado; y el espesor supera los 0,10 m, pero no se conoce su dimensión definitiva, ya que no se excavó totalmente. Se trata de una deposición producto de la mezcla de material aluviónico y material orgánico. Se retiró con picota de sur a norte, bajando solo 0,10 m. El locus se ubica bajo el Locus 02.
Locus 100 Compuesto por tierra, pasto natural seco y material cultural disturbado; de color marrón; y de consistencia suelta. Solo presentó fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor que varía entre 0,01 m y 0,02 m. Este locus es el nivel superficial y esta disturbado naturalmente por los pastos en la superficie de la zona. Se excavó con badilejo de Sur a Norte. El locus se ubica sobre el Locus 101.
Locus 05 Compuesto por tierra limosa, de color marrón claro, y de consistencia compacta. No identificamos material cultural. Su extensión observable en superficie es de 0,55 m, en el eje Norte-Sur, por 0,42 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la esquina Noreste, desconocemos su extensión real, ya que el locus superpuesto no fue totalmente retirado; no conocemos su espesor, ya que no se excavó. El locus se ubica bajo el Locus 02.
Locus 101 Compuesto por tierra, arena y material cultural; de color marrón claro; y de consistencia semicompacta. Solo presentó fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor que varía entre 0,04 m y 0,07 m. Este locus es tierra removida para uso agrícola y deposiciones naturales. Se retiró todo el locus de sur a norte, usando badilejo y picota para remover la tierra, hasta llegar al locus subyacente; usamos picota para las zonas donde se concentraban las raíces. El locus se ubica bajo el Locus 100 y sobre el Locus 102.
UNIDAD 02 Estuvo ubicada al este del montículo cerca al corte hecho por el río, en la ribera de este. Tuvo una extensión de 2 m en el eje Norte-Sur y de 1 m en el eje Este-Oeste. Ubicamos esta unidad en esta zona por estar cerca de la ribera del río y a la identificación de la esquina donde se intersectaban dos muros. Como ya hemos explicado líneas arriba, no se pudo excavar la unidad debido a la negativa de la posesionaria del terreno donde se ubicaba la unidad.
Locus 102 Compuesto por tierra y arena, de color beige y marrón claro y de consistencia compacta. No presentó material cultural. Tiene una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor que supera los 0,80 m, no hemos excavado totalmente el locus. Este locus es una capa producto de una deposición natural, probablemente se trate de terreno estéril. Se excavó de Sur a Norte con badilejo y picota, mientras fuimos profundizando la compactación aumentaba y usamos solo picota; luego cuando estuvimos a la profundidad de 0,15 m decidimos solo excavar la parte norte de la unidad, de 1 m por 1 m. El locus se ubica bajo el Locus 101.
UNIDAD 03 Esta unidad se encuentra ubicada a 3883 msnm, en las coordenadas UTM 19L 0375465 Este y 8356897 Sur. Tuvo una extensión de 2 m en el eje Norte-Sur y de 1 m en el eje Este-Oeste. Ubicamos la unidad en esta parte, debido a la ribera del río. Esta unidad se culminó, gracias a la cual concluimos que en esta zona no existió una ocupación humana importante.
Figura 43. Vista Norte de la Unidad 02, Locus 50. Nótese la cabecera de muro arriba de la escala.
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Figura 44. Vista Sur de la Unidad 03, Locus 100.
Figura 45. Vista Sur de la Unidad 03, Locus 101.
Figura 46. Vista Sur de la Unidad 03, Locus 102.
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Figura 47. Vista Este de la Unidad 03, Locus 102 (final).
Locus 152 Compuesto por tierra, piedras pequeñas, raíces pequeñas y material cultural; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos líticos y fragmentos de cerámica. Tuvo una extensión de 1,62 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la unidad, con excepción de la parte sur por donde cruza un muro de Este a Oeste; y un espesor que varía entre 0,07 m y 0,08 m. Este locus aún es parte de la tierra removida para actividades agrícolas, tierra que en algún momento debió ser parte del relleno final del montículo, pero que ahora está disturbado. Se retiró con picota de sur a norte. El locus se ubica bajo el Locus 150 y sobre el Locus 153.
UNIDAD 04 Esta unidad se encuentra ubicada a 3889 msnm, en las coordenadas UTM 19L 0375434 Este y 8356838 Sur. Tuvo una extensión de 2 m en el eje Norte-Sur y de 1 m en el eje Este-Oeste. Ubicamos la unidad en esta parte del montículo debido a la presencia de grandes rocas que formaban parte de un muro. Esta unidad es la que nos ha brindado la mayor cantidad de información para la presente monografía y es el material que proviene de esta unidad el de mayor importancia, ya que guarda mayores relaciones estratigráficas debido a toda la secuencia obtenida en la excavación de esta unidad. Locus 150 Compuesto por tierra, piedras pequeñas, pasto suelto y material cultural; de color marrón oscuro; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, fragmentos de cerámica y arcilla. Tuvo una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor que varía entre 0,02 m y 0,07 m. Este locus es el nivel superficial y esta disturbado naturalmente por los pastos en la superficie de la zona. Se retiró todo el locus de sur a norte, usando badilejo. El locus se ubica sobre el Locus 151.
Locus 153 Compuesto por tierra arcillosa, piedras pequeñas, raíces y material cultural; y de consistencia compacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos, entre ellos algunos hechos de obsidiana, fragmentos de cerámica y arcilla. Tuvo una extensión de 1,62 m, en el eje NorteSur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la unidad, con excepción de la parte sur por donde cruza un muro de Este a Oeste; y un espesor que varía entre 0,07 m y 0,08 m. Este locus podría tratarse de un basural in situ, que a la vez es parte de un relleno de la posible unidad arquitectónica Pukara (plaza o recinto). Se retiró con picota y badilejo de sur a norte, se levantó las piedras de arenisca que ubicaban en el lado noroeste y noreste, después se nivelo toda la unidad con excepción de la zona donde se ubicaba el Locus 154 (inicialmente probable cista). El locus se ubica bajo el Locus 152, sobre el Locus 155 y Locus 156, y se contiene al Locus 154.
Locus 151 Compuesto por tierra, piedras pequeñas, restos de raíces y material cultural; de color marrón oscuro; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos, entre ellos una preforma de obsidiana, y fragmentos de cerámica. Tuvo una extensión de 2 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad; y un espesor promedio de 0,05 m. Este locus es parte de la tierra removida para actividades agrícolas. Se retiró con picota y badilejo de sur a norte. El locus se ubica bajo el Locus 150.
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Figura 48. Vista Sur de la Unidad 04, Locus 150.
Figura 49. Vista Sur de la Unidad 04, Locus 151.
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Figura 50. Vista Norte de la Unidad 04, Locus 152.
Figura 51. Dibujo de la Unidad 04, Locus 152.
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Figura 52. Vista Norte de la Unidad 04, Locus 153, Locus 154.
Figura 53. Dibujo de la Unidad 04, Locus 153, Locus 154.
una concentración de piedras dispuestas circularmente, quizá producto de una acción no intencional. Se retiró con picota de sur a norte, delimitando el locus y luego retirando el contenido y luego retirando las piedras que lo demarcaban. El locus se ubica bajo el Locus 152, sobre el Locus 156 y asociado al Locus 153.
Locus 154 Compuesto por tierra, piedras medianas, y de consistencia compacta. No presentó material cultural. Tuvo una extensión de 0,45 m, en el eje Norte-Sur, por 0,44 m, en el eje Este-Oeste, ocupando el centro de la mitad sur de la unidad; y un espesor que promedio de 0,17 m. Se trató de una concentración de piedras de forma circular, la que diferenciamos del Locus 153 pues nos dio la impresión de que la estructura era una cista, sin embargo durante el proceso de excavación se demostró y definió que era solo
Locus 155 Compuesto por tierra, arcilla, grava (piedras pequeñas redondeadas) y material cultural; de color marrón; y de
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ consistencia compacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos (entre ellos un fragmento de batán) y fragmentos de cerámica. Tuvo una extensión de 0,80 m, en el eje Norte-Sur, por 0,60 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la parte oeste de la mitad sur de la unidad; y un espesor que varía entre 0,02 m y 0,08 m. Este locus fue un lente, probablemente depositado sobre una superficie de arcilla; por las características que tiene podría tratarse de un lente producto del arrojo de basura. Se retiró con picota y badilejo de sur a norte, luego de retirar el locus localizamos una piedra en forma de laja, inmediatamente debajo del locus, colocada de manera horizontal. El locus se ubica bajo el Locus 153, contenido y sobre el Locus 156.
óseos (cuenta), líticos (obsidiana), malacológico, pigmento ocre y fragmentos de cerámica (Pukara). Tuvo una extensión de 1,50 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la mitad sur y parte de la mitad norte de la unidad; y un espesor que tiene un promedio de 0,23 m. Este locus es un nivel arbitrario del Locus 156, ya que en este nivel aparece asociado hacia el norte el Locus 157, se tomó esta decisión con el fin de llevar un mejor control estratigráfico del material. Así como el Locus 156 este locus es un relleno arquitectónico compuesto principalmente por basura doméstica. Se retiró con picota de sur a norte. El locus se ubica bajo el Locus 156; sobre el Locus 161, Locus 162 y Locus 157; y asociado al Locus 163.
Locus 156 Compuesto por tierra, arcilla, piedras pequeñas y medianas, y material cultural; y de consistencia compacta. Presenta abundante material cultural como restos óseos (entre ellos artefactos), líticos y fragmentos de cerámica (Pukara). Tuvo una extensión de 1,62 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje este-oeste, ocupando casi toda la unidad, con excepción de la parte sur por donde cruza un muro de este a oeste; y un espesor que varía entre 0,05 m y 0,15 m. Se trata de una deposición cultural, compuesta por gran cantidad de desecho doméstico. Se retiró con picota y badilejo de Sur a Norte, presento algunas piedras de gran tamaño al Sur de la unidad, dentro de las cuales destaca la piedra en forma de laja, que se encuentra bajo el Locus 155. El locus se ubica bajo el Locus 153 y el Locus 155, sobre el Locus 157 y el Locus 158, y asociado al Locus 163.
Locus 159 Compuesto por piedras pequeñas y grandes, y material cultural; y de consistencia compacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Tuvo una extensión aproximada de 0,90 m, en el eje Norte-Sur, por 0,15 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la parte central oeste de la unidad; y una altura promedio de 0,30 m. Este locus es un alineamiento de piedras, probablemente un muro tardío. Se retiraron las piedras mecánicamente cuando estuvieron sueltas. El locus se ubica entre los Locus 152, Locus 153, Locus 156 y Locus 158. Locus 160 Compuesto por arena fina quemada y ceniza de color rojizo, y de consistencia semicompacta. No presenta material cultural. Son dos lentes, el primero tuvo una extensión de 0,78 m, en el eje Norte-Sur, por 0,48 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la parte este de la mitad sur de la unidad; el segundo tuvo una extensión de 0,51 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la parte norte de la unidad; y un espesor promedio de 0,03 m. Estos locus son lentes de material orgánico incinerado, probablemente es parte del Locus 157. Se excavó con badilejo y brocha, delimitando el locus y retirando el contenido, se tomó muestras de tierra. El locus se ubica bajo el Locus 157 y Locus 161, sobre el Locus 162 y Locus 164, y asociado al Locus 162 y Locus 157.
Locus 157 Compuesto por tierra, arena fina, ceniza y material cultural; de color gris; y de consistencia suelta. Presenta abundante material cultural como restos óseos, líticos, carbón, coprolitos, malacológicos, fragmentos de cerámica y arcilla. Debemos mencionar que en el material encontrado destaca, la cerámica Pukara, los artefactos en hueso, los restos óseos de pescado, los líticos en obsidiana y los restos de carbón que nos permitieron fechar el locus. Tuvo una extensión de 2,00 m, en el eje Norte-Sur, por 1,00 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la unidad, esto no se puede observar en los dibujos de planta, ya que la forma del locus es bastante irregular, como ya lo veremos en el apartado correspondiente a la estratigrafía en este mismo capítulo; y un espesor que varía entre 0,10 m y 0,33 m. Se trata de una deposición de material de desecho, probablemente primaria, los desechos en su mayoría son producto de producción de alimentos. Se retiró con picota y badilejo de norte a sur, excavando conjuntamente con los locus que se le asociaban. El locus se ubica bajo el Locus 156, Locus 158 y Locus 161; sobre el Locus 160, Locus 162, Locus 164 y Locus 165; y se asocia y contiene parte del Locus 160 y a los Locus 158 y 161.
Locus 161 Compuesto por tierra, arena fina, arcilla y material cultural; de color rojizo; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos (entre ellos artefactos), malacológicos (probable resto de camarón), líticos (obsidiana) y fragmentos de cerámica (Pukara). Tuvo una extensión promedio de 0,90 m, en el eje NorteSur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando la parte central de la unidad; y un espesor máximo de 0,20 m. Este locus es una concentración de arcilla rojiza mezclada con tierra y arena que presenta desechos domésticos como cerámica quemada y restos óseos quemados, la basura de las actividades domésticas se mezclaron con este material arcilloso, no sabemos si intencionalmente o casualmente. Se retiró con badilejo y picota delimitando el locus y retirando el contenido. El locus se ubica bajo el Locus 158 y sobre los Locus 157 y Locus 160.
Locus 158 Compuesto por tierra, arcilla, piedras pequeñas y medianas, y material cultural; y de consistencia compacta. Presenta materiales culturales como restos
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 54. Vista Sur de la Unidad 04, Locus 155, Locus 156.
Figura 55. Dibujo de la Unidad 04, Locus 155, Locus 156.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 56. Vista Sur de la Unidad 04, Locus 157, Locus 158. Se observa el Locus 159 hilera de piedras al oeste.
Figura 57. Dibujo de la Unidad 04, Locus 157, Locus 158.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 58. Vista norte de la Unidad 04, Locus 157, Locus 160 y Locus 161.
Figura 59. Dibujo de la Unidad 04, Locus 157, Locus 160 y Locus 161.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 60. Vista Norte de la Unidad 04, Locus 157 y Locus 160.
Figura 61. Dibujo de la Unidad 04, Locus 157 y Locus 160.
capítulo; y el espesor o altura supera los 0,85 m, pero no se conoce su dimensión definitiva, ya que no se ha excavado este locus. Se trata de una acumulación uniforme de piedras de tamaño similar a manera de montículo, desconocemos el propósito de esta deposición, probablemente se trate de alguna estructura con un fin relacionado a los desechos encontrados en esta unidad o de un relleno arquitectónico. El locus se ubica bajo el Locus 157 y Locus 160 y asociado al Locus 165.
Locus 162 Compuesto por tierra y gran cantidad de piedras pequeñas; de color plomizo; y de consistencia compacta. Solo presentó fragmentos de cerámica asociados. Tuvo una extensión aproximada de 1 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la mitad norte de la unidad, esto no se puede observar en los dibujos de planta, ya que el locus presenta una considerable altura o espesor, como ya lo veremos en el apartado correspondiente a la estratigrafía en este mismo
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 62. Vista oeste de la Unidad 04, Locus 160, Locus 162 y Locus 163.
Figura 63. Dibujo de la Unidad 04, Locus 160, Locus 162 y Locus 163.
ubica bajo el Locus 153 y Locus 156 y asociado a los Locus 157 y Locus 158.
Locus 163 Compuesto por piedras y barro preparado; y de consistencia compacta. No presentó material cultural en superficie. Debió tener una extensión aproximada de 0,22 m, en el eje Norte-Sur, por 0,81 m, en el eje Este-Oeste, ocupando parte del límite norte de la unidad; y el espesor supera los 0,45 m, pero no se conoce su dimensión definitiva, ya que no se excavó este locus. Se trata de una estructura de piedras de forma circular unidas con argamasa de barro, probablemente una cista. El locus se
Locus 164 Compuesto por tierra, arcilla, carbón y material cultural; de color plomizo; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Tuvo una extensión aproximada de 0,40 m, en el eje Norte-Sur, por 0,25 m, en el eje EsteOeste, ocupando la parte este de la mitad sur de la
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ unidad; y un espesor promedio de 0,05 m. Se trata de una deposición de carbón y desechos de alimentos, entre ellos huesos de camélido con marcas de corte, probablemente de una cocina cercana. Se retiró con picota, badilejo y brocha delimitando el locus y retirando el contenido. El locus se ubica bajo el Locus 157, sobre el Locus 165 y asociado al Locus 162.
una extensión de 0,80 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la mitad sur de la unidad; y el espesor supera los 0,50 m, pero no se conoce su dimensión definitiva, ya que no se excavó totalmente. Se trata de un relleno compuesto básicamente por desechos, la particularidad es que la mayoría de estos desechos se encuentran quemados o con evidencias de ser producto de actividades domésticas, como las ollas con hollín y huesos quemados. Se retiró con picota de sur a norte. El locus se ubica bajo el Locus 157 y Locus 164, sobre el locus 166 y probablemente asociado al Locus 162.
Locus 165 Compuesto por arena, tierra, arcilla, lentes de carbón y material cultural; y de consistencia semicompacta. Presenta material cultural como restos óseos, malacológicos, líticos y fragmentos de cerámica. Tuvo
Figura 64. Vista norte de la Unidad 04, Locus 161 y Locus 163.
Figura 65. Vista oeste de la Unidad 04. Detalle del Locus 162 y Locus 164, de izquierda a derecha.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 66. Vista oeste de la Unidad 04, Locus 162, Locus 163 y Locus 165.
Figura 67. Vista norte de la Unidad 04, Locus 162 y Locus 166.
UNIDAD 05 Esta unidad se encuentra ubicada a 3890 msnm, en las coordenadas UTM 19L 0375438 Este y 8356841 Sur. Tuvo una extensión de 2 m en el eje Norte-Sur y de 1 m en el eje Este-Oeste. Ubicamos la unidad en esta parte para confirmar la continuación del muro identificado en la unidad 04. En esta unidad hemos realizado una ampliación de 1 m2 hacia el sur, llegando a medir 3 m en el eje Norte-Sur, se realizó esta extensión ya que en la
Locus 166 Compuesto por arcilla y de consistencia semicompacta. No presenta material arqueológico en superficie. Tuvo una extensión de 0,80 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la mitad sur de la unidad; se desconoce su espesor, puesto que no ha sido excavado totalmente. Este locus probablemente es la capa estéril, aunque no lo hemos comprobado con certeza, pero no identificamos restos de ocupación en este locus, quizás porque se trate de un relleno arquitectónico. El locus se ubica bajo el Locus 165.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ unidad original no identificamos la prolongación del muro de la Unidad 04.
m y 0,24 m. Este locus es parte de un basural producto de la actividad humana o de procesos tafonómicos, probablemente en la ampliación sur forma parte de un relleno arquitectónico de un probable muro en disposición Este-Oeste. Este muro puede ser parte del límite de un relleno o un muro de contención. Se retiró todo el locus de norte a sur, usando badilejo y picota para remover la tierra, hasta llegar a los locus subyacentes. El locus se ubica bajo el Locus 200 y sobre el Locus 202, Locus 203 y Locus 204.
Locus 200 Compuesto por tierra arcillosa, pasto natural, paja y material cultural disturbado; de color marrón; y de consistencia suelta. Presentó material cultural como restos óseos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 3 m (incluyendo la ampliación Sur), en el eje Norte-sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste y un espesor que varía entre 0,02 m y 0,04 m. Este locus es el nivel superficial, el cual esta disturbado naturalmente por los pastos en la superficie de la zona, por la remoción del terreno para actividades agrícolas y presenta paja debido al acarreo eólico. Se excavó con badilejo de Sur a Norte extrayendo solamente la tierra suelta, el pasto y el material en superficie. Este locus se ubica sobre el Locus 201.
Locus 202 Compuesto por tierra, restos de quema y material cultural; de color gris; y de consistencia compacta. Presentó material cultural como restos óseos, algunos de ellos quemados. Tiene una extensión de 0,51 m, en el eje Norte-Sur, por 0,48 m, en el eje Este-Oeste, ocupando el centro de la mitad sur de la unidad; y un espesor de 0,08 m. Se trata de una deposición a manera de intrusión de un fogón, debido a los restos de quema identificados y a la forma circular del locus. Se excavó con badilejo, delimitando primero los límites del rasgo y retirándolo completamente antes de continuar con la excavación de los otros locus asociados. El locus se ubica bajo el Locus 201 y asociado al Locus 203 y Locus 204.
Locus 201 Compuesto por tierra, piedras pequeñas, raíces y material cultural y de consistencia semicompacta. Solo presentó fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 3 m (incluyendo la ampliación Sur), en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste; y un espesor que varía entre 0,18
Figura 68. Vista sur de la Unidad 05, Locus 200.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 69. Vista norte de la Unidad 05, Locus 201.
Figura 70. Vista sur de la Unidad 05, Locus 202, Locus 203 y Locus 204.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 71. Dibujo de la Unidad 05, Locus 202, Locus 203 y Locus 204.
este contuvo restos de tierra quemada y fragmentos óseos quemados.
Locus 203 Compuesto por tierra y raíces, y de consistencia semicompacta. No presentó material cultural. Tiene una extensión de 1,15 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando toda la mitad norte de la unidad y parte de la mitad sur; tiene un espesor que varía entre 0,02 m y 0,04 m. Este locus es un nivel arbitrario del Locus 201, se realizó esta división con el fin de llevar un mejor control de la densidad en la deposición del material arqueológico en la capa, ya que pensamos que el espesor del Locus 201 se seguiría extendiendo. La interpretación del locus es la misma que la del Locus 201, la de un relleno arquitectónico. Fue excavado de Norte a Sur hasta llegar al Locus 204. El locus se ubica bajo el Locus 201 en asociación al Locus 204 y sobre él.
UNIDAD 06 Esta unidad se encuentra ubicada a 3889 msnm, en las coordenadas UTM 19L 0375445 Este y 8356838 Sur. Tuvo una extensión de 1 m en el eje Norte-Sur y de 2 m en el eje Este-Oeste. Ubicamos la unidad en esta parte debido a la presencia de dos grandes rocas alineadas en orientación Este-Oeste que parecían formar parte del muro identificado en la Unidad 04 y la Unidad 05. Al final de la excavación descubrimos que estas rocas parecen ser parte de monolitos, aunque la excavación no fue concluyente. Locus 250 Compuesto por tierra agrícola, pasto y material cultural disturbado, y de consistencia semicompacta. Presentó material cultural como restos líticos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 1 m, en el eje Nortesur, por 2 m, en el eje Este-Oeste y un espesor que varía entre 0,02 m y 0,05 m. Este locus es el nivel superficial, el cual esta disturbado naturalmente por los pastos en la superficie de la zona y por la remoción del terreno para actividades agrícolas. En superficie observamos dos grandes bloques que inicialmente creíamos que formaban parte de un muro. Se excavó con badilejo y picota de Sur a Norte extrayendo solamente la tierra suelta, el pasto y el material en superficie. Este locus se ubica sobre el Locus 251.
Locus 204 Compuesto por tierra limosa, piedras pequeñas de arenisca y material cultural; y de consistencia semicompacta. Presentó material cultural como restos óseos, líticos y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 1,85 m, en el eje Norte-Sur, por 1 m, en el eje Este-Oeste, ocupando casi toda la unidad; y un espesor que supera los 0,10 m, no hemos excavado totalmente el locus. Este locus es una capa producto de la deposición de basura, principalmente de restos óseos de animal. Se excavó de Sur a Norte con badilejo y picota, pero tuvimos especial cuidado en el retiro del material óseo. El locus se ubica bajo el Locus 201 y el Locus 203 y contiene al Locus 202 y está asociado al mismo. Resulta especial la asociación con el Locus 202, ya que
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI Locus 251 Compuesto por tierra agrícola, raíces y material cultural; y de consistencia semicompacta. Presentó material cultural como restos óseos, líticos, entre estos una punta de obsidiana, y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 1 m, en el eje Norte-Sur, por 2 m, en el eje Este-Oeste; y tiene un espesor que varía entre 0,06 m y 0,14 m. Este locus es parte de la tierra removida para actividades agrícolas. Fue excavado con badilejo y picota de norte a sur hasta llegar al Locus 252. En este locus aún continúan los grandes bloques de piedra que se intrusan en la unidad. El locus se ubica bajo el Locus 250 y sobre el Locus 252.
Locus 252 Compuesto por tierra arcillosa, piedras, material cultural; y de consistencia compacta. Presentó material cultural como restos óseos, líticos, dentro de ellos una punta de obsidiana, y fragmentos de cerámica. Tiene una extensión de 1 m, en el eje Norte-Sur, por 2 m, en el eje Este-Oeste; tiene un espesor que supera los 0,10 m, no hemos excavado totalmente el locus. Este locus es parte de la deposición de basura en el sitio, principalmente de restos animales. Los bloques de piedra que se instrusan en la unidad son dos fragmentos de lo que pudo ser un monolito que se han colocado con una de sus caras menores en la superficie donde fueron asentados. Este locus fue excavado con picota de sur a norte y mientras íbamos descendiendo el material óseo iba en aumento. El locus se ubica bajo el Locus 251.
Figura 72. Dibujo de la Unidad 05 y su extensión sur, Locus 202, Locus 203 y Locus 204.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 73. Vista norte de la Unidad 05 y su extensión sur, Locus 202, Locus 203 y Locus 204.
todas estas ubicadas en la cima del montículo, esto no sucede con la Unidad 01 y la Unidad 03, ubicadas en la ladera norte del montículo. Las cuales indican una ausencia de ocupación de esta parte del sitio, en especial la Unidad 03, la que luego de la primera capa no evidencia ningún tipo de material arqueológico.
3.8. DESCRIPCIÓN DE LA ESTRATIGRAFÍA OBSERVADA EN LAS EXCAVACIONES Debemos de comenzar mencionando que nuestra estratigrafía es un reordenamiento de los locus identificados en el campo. Los locus se encuentran en la imposibilidad de señalarnos periodos de ocupación o “épocas” debido que responden solo a deposiciones culturales, que pueden ser aisladas, y en varios casos a la separación arbitraria hecha por los investigadores. Las deposiciones culturales obedecen a las características físicas del material depositado y puede tratarse de pequeños lentes que se encuentran incluidos en otro locus, en algunos casos. Este reordenamiento obedece tanto a las características físicas como temporales de los estratos y elimina la arbitrariedad.
UNIDAD 04 Hemos identificado siete capas denominadas con una letra del alfabeto desde la más tardía a la más temprana: CAPA A Esta capa está integrada por el Locus 150 y el Locus 151. El Locus 150 se superpone al Locus 151. Ambos locus presentan la misma composición de tierra, piedras y raíces, y se encuentran disturbados por la agricultura moderna. Esta capa corresponde a la ocupación contemporánea del sitio.
Las excavaciones realizadas en el sitio nos han permitido elaborar una secuencia estratigráfica para el sitio a partir de los sondeos hechos. La estratigrafía está elaborada básicamente a partir de los datos de la Unidad 04, que es la unidad de mayor profundidad; aunque los datos de las demás unidades no se mencionan a detalle, por la poca profundidad de las unidades, estas nos han servido para corroborar la secuencia obtenida de la Unidad 04 y de algunas diferencias en la ladera norte del montículo.
CAPA B Esta capa corresponde al Locus 152. Su composición es de tierra y piedras, y aún presenta algunas raíces en su parte más superficial. Esta capa se encuentra también disturbada por la vegetación, pero en menor medida que la Capa A. Debió corresponder al relleno final del montículo.
Si bien los datos de la Unidad 05 y de la Unidad 06 han permitido corroborar los datos obtenidos de la Unidad 04,
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 74. Vista norte de la Unidad 06, Locus 250.
Figura 75. Vista sur de la Unidad 06, Locus 251.
Figura 76. Vista sur de la Unidad 06, Locus 252.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ CAPA C Esta capa está integrada por el Locus 153, el Locus 154 y el Locus 155. El Locus 153 es el principal superponiéndose a los demás locus, el Locus 155 es un pequeño lente y el Locus 154 es una división arbitraria del Locus 153 debido a la concentración de piedras. Compuesta por tierra, arcilla y grava. Es el relleno final depositado después de la última construcción en el montículo, probablemente al abandonarse el sitio.
UNIDAD 03 Esta unidad se ubica en la ladera norte del montículo, donde la estratigrafía es diferente a la de la cima del montículo. Hemos identificado dos capas denominadas con una letra del alfabeto desde la más tardía a la más temprana: CAPA A Esta capa está integrada por el Locus 100 y el Locus 101. Compuesta por tierra, arena y raíces. Esta capa corresponde a ocupación contemporánea del sitio y esta disturbada por el pasto natural.
CAPA D Esta capa está integrada por el Locus 156, el Locus 158 y el Locus 161. El Locus 156 se superpone al Locus 158 y ambos son divisiones arbitrarias, y el Locus 161 es un lente de la misma composición que los dos anteriores, pero de coloración rojiza. Compuesta por tierra arcilla y piedras. Sobre esta capa se construyó la última arquitectura del sitio, aunque las bases del muro identificado se asientan sobre los primeros centímetros de la deposición de la capa. En algunas zonas intrusa la Capa E.
CAPA B Esta capa corresponde al Locus 102. Compuesta por tierra y arena. No presenta evidencias de ocupación humana. 3.9. COMENTARIOS
CAPA E Esta capa está integrada por el Locus 157, el Locus 160, el Locus 163 y el Locus 164. El Locus 157 es el componente principal de esta capa, superponiéndose a los Locus 160 y Locus 164, lentes con restos de carbón y ceniza. El Locus 163 es una estructura que se construyó antes que toda la Capa E se deposite completamente. Compuesta por tierra, arena fina y ceniza. Esta capa de acuerdo a lo que indican los objetos arqueológicos corresponde a la ocupación más temprana de la sociedad conocida y/o relacionada a lo Pukara.
Las excavaciones en el sitio arqueológico de Chaupisawakasi fueron mínimas con relación a la extensión y potencia de los depósitos arqueológicos. De hecho, como se habrá apreciado estamos ante un sitio aldeano con una estructura arquitectónica de tipo monticular en la que se emplea grandes bloques de piedra que fueron tallados. Con respecto a este sector, las excavaciones demostraron que el montículo principal fue un espacio construido en varios eventos a lo largo del tiempo. Encontramos que existieron bases de una estructura arquitectónica hecha con piedra trabajada, esta probablemente constituyó arquitectura de la élite. La cual estuvo asociada a los restos materiales que, como veremos, fueron de acceso limitado para gran parte de la sociedad del área y del valle. Gracias a las excavaciones podríamos decir que las hipótesis planteadas fueron corroboradas al definir inicialmente que Chaupisawakasi fue un sitio extraordinario dentro del paisaje económico y político del valle; lo cual, como veremos, se puede inferir rápidamente por la cantidad, calidad y uso de la cerámica, en especial la relacionada con iconografía Pukara. Así, nuestras excavaciones han proporcionado una importante cantidad y calidad de materiales arqueológicos, en contexto, los cuales en el siguiente capítulo son analizados detenidamente.
CAPA F Esta capa está integrada por el Locus 162 y el Locus 165. El Locus 165 es el componente principal en esta capa, el Locus 162 se construyó a unos cuantos centímetros del inicio de la capa. Compuesta por tierra, arcilla, arena y restos de carbón. Esta capa, hasta el momento, constituye la primera ocupación humana en el sitio, aunque tenemos algunas consideraciones que abordaremos más adelante. CAPA G Esta capa corresponde al Locus 166. Compuesta de arcilla. La capa no presenta evidencias de ocupación humana, aunque no se ha excavado totalmente.
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LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 77. Dibujo de los perfiles de la Unidad 04, se indica los locus y las capas.
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NOTA Tenga en cuenta que una versión más grande de la imagen de la página anterior está disponible para descargar desde www.barpublishing.com/additional-downloads.html
LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CHAUPISAWAKASI
Figura 78. Perfil oeste de la Unidad 03, se indica los locus y las capas (para leyenda ver Figura 77).
Figura 79. Perfil este de la Unidad 04, se indica los locus, las capas, las ocupaciones y el lugar de procedencia de los fechados radiocarbónicos.
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CAPÍTULO 4 ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
realizó un análisis de pastas cerámicas, identificación del material lítico y análisis de una muestra del material óseo. La elección de la Unidad 04 como principal unidad de investigación obedece tanto a la calidad como a la cantidad del material recogido en comparación con el resto de unidades de la temporada de excavación. Los materiales y datos recuperados son: fragmentos cerámicos, artefactos líticos, restos malacológicos, restos vegetales, muestras de carbón, muestras de tierra, coprolitos, entre otros. Los materiales se dividieron entre materiales inorgánicos y materiales orgánicos.
4.1. INTRODUCCIÓN En este capítulo se describen los hallazgos realizados durante las excavaciones del sitio arqueológico de Chaupisawakasi y los análisis realizados atendiendo a la naturaleza de cada artefacto o material significativo para la comprensión de los eventos sucedidos en las áreas del sitio que hemos intervenido. En esta parte del proceso de investigación, el material arqueológico se limpió, ordenó, clasificó y se analizó tanto cuantitativa como cualitativamente, permitiéndonos la elaboración de los cuadros estadísticos que dan cuenta de la realidad que representaremos. Una parte importante de nuestro análisis fue la realizada con el material cerámico, esto debido a la rápida identificación, que se pudo hacer, de los estilos conocidos en la cuenca norte del Titicaca y por su relativa abundancia en los contextos arqueológicos explorados. Con la cerámica hemos producido una tipología cerámica y, a la vez, hemos establecido su funcionalidad a través de la identificación de su forma y uso. Asimismo, hemos relacionado los conjuntos cerámicos a los contextos arqueológicos para integrarlos posteriormente dentro de nuestra explicación de la sucesión de eventos ocurridos en las áreas que hemos investigado. Con el material lítico, malacológico y zoológico hemos realizado un análisis cualitativo y cuantitativo definiendo su naturaleza, especies y usos dentro de los contextos en los que fueron hallados. Toda esta es una información valiosa para comprender las actividades sociales que se dieron en las áreas intervenidas. Finalmente, una serie de dataciones radiocarbónicas nos ofrecen la oportunidad de poder fechar de manera absoluta algunos de los contextos arqueológicos, especialmente los relacionados con la arquitectura y la cerámica de estilo Pukara Polícromo. 4.2. ANÁLISIS DEL ARQUEOLÓGICO RECUPERADO
ANÁLISIS DEL MATERIAL INORGÁNICO El material corresponde a las muestras cerámicas y líticas. Para cada caso se aplicó una metodología, de acuerdo al material, que será explicada en las líneas siguientes. La limpieza de los fragmentos de cerámica y material lítico se desarrolló en dos semanas. El PIARA desarrolló esta actividad en un área en la casa del Programa Collasuyo en la ciudad de Puno. Los implementos utilizados para la limpieza del material fueron: agua, bateas, cepillos dentales, y telas; con la finalidad de remover restos de arena y tierra adheridos en los fragmentos que dificultaron la identificación de decoraciones, temperantes, color de la pasta y las partes diagnosticas de los materiales líticos. En el caso de la cerámica, en los tiestos que presentaron pintura decorativa se tuvo mayor cuidado, por ello se limpió con telas suaves húmedas. Con respecto a la cerámica, la mayoría del material fue limpiado en los últimos días de la temporada 2010; pero el material lítico se encontró sin limpiar, en su totalidad. ANÁLISIS DEL MATERIAL ORGÁNICO El material orgánico recuperado, de las excavaciones de la temporada 2010 en el sitio, fue seleccionado de acuerdo a su naturaleza (malacológico y óseo).
MATERIAL
En el sitio Chaupisawakasi (QT-36) el material recuperado procede de las seis unidades excavadas (pozos de sondeo) de las cuales se dibujó todo el material cerámico diagnóstico (bordes, bases y fragmentos decorados) y los utensilios líticos identificados (principalmente puntas). En el caso de la Unidad 04 se
Para este tipo de materiales solo se usaron los cepillos dentales y punzones de madera con el objetivo de remover la tierra adherida a los huesos y restos malacológicos. Los punzones se usaron en los lugares donde la tierra se encontraba muy endurecida.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 80. Leyenda de los colores identificados en la cerámica y sus equivalentes en la tabla de colores MUNSELL.
DIBUJO, CODIFICACIÓN Y FOTOGRAFIADO DEL MATERIAL CERÁMICO Se realizó una selección del material diagnóstico, de cada bolsa, bordes, fragmentos decorados (alteración de la superficie o adición de otro material a la superficie), aplicaciones y bases. Luego se procedió a rotular cada fragmento de cerámica, para tal actividad se utilizó “corrector líquido”, y un marcador fino (0,6 mm) de color negro. Esta inscripción se realizó en la parte posterior de cada tiesto, en una zona lisa, donde aplicamos una pequeña cantidad de “corrector” y sobre esta base ya seca se anotó la nomenclatura, indicando el código del sitio (QT-36), el número de unidad y el número correlativo de tiesto, de la siguiente manera: QT36-004-02. Los fragmentos más pequeños o con una superficie que no debería de dañarse no se rotularon y se les colocó en una bolsa con una anotación en la etiqueta de la bolsa que procede.
con círculos concéntricos centimetrados (diametrador) y calibrador de 0 – 150 mm. Primero se plasmó el dibujo en papel bond, utilizando alambre de plomo para definir la forma, la madera para orientar el fragmento y el diametrador para calcular el diámetro de la boca o base de la vasija, luego se calcó el lado dibujado (si se trata de un borde o base) para trasladar la imagen al lado opuesto, cuando el fragmento tuvo decoración esta se dibujó en la parte interna del dibujo (si la decoración es externa, en la mitad izquierda y si la decoración es interna, en la mitad derecha), en los casos especiales (aplicaciones o fragmentos decoradas sin borde o base) se dibujó las principales características del fragmento y su perfil o corte. En la hoja de dibujo consignamos el nombre del sitio (Chaupisawakasi QT-36), el número de unidad, el locus de procedencia, el código del fragmento, la fecha del dibujo, el nombre del dibujante. Así en esta misma hoja se realizó una descripción de las principales características del fragmento, indicando el tratamiento superficial (alisado, pulido, bruñido), el color externo (se usó la tabla de colores MUNSELL), el tipo de cocción, y los desgrasantes identificados a simple vista.
El análisis del material cerámico se realizó con el fin de identificar la morfología, la función y la tecnología presente en cada uno de los materiales analizados. Así también, este análisis nos permitió identificar diversos estilos cerámicos vinculados a las sociedades o grupos de las sociedades en estudio, esto mediante la identificación de las técnicas de elaboración, componentes, decoración, calidad y características de la pasta.
Todos los fragmentos diagnósticos dibujados han sido fotografiados por las dos vistas del fragmento y cuando se ha requerido se fotografió en vista de corte, para esto utilizamos una cámara digital semi-profesional con 10 megapíxeles de resolución y como parámetro para las dimensiones hemos utilizado una escala internacional IFRAO de 0,10 m con gama de colores que incluye azul, verde, amarillo, rojo, plomo, blanco y negro.
Una vez rotulados los fragmentos se procedió a dibujarlos. Para el dibujo utilizamos papel bond de tamaño A4 de 90 g, papel CANSON de 110 g, portaminas, borrador blanco, regla y escuadras, alambre de plomo, una madera de forma paralelepípeda, diagrama
Concluido esto, los dibujos fueron escaneados y digitalizados para su publicación. Para esto hemos utilizado el programa “Adobe Photoshop CS5”, para el trazo general de las formas de los fragmentos hemos utilizado solo pincel negro, variando los tamaños para las
4.3. ANÁLISIS CERÁMICO METODOLOGÍA
86
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI distintas características de los fragmentos; para los contornos de los fragmentos y línea de diámetro utilizamos un pincel de 4 pixeles (px), para las decoraciones un pincel de 3 px y para los punteados un pincel de 2 px. Los dibujos han sido reducidos al 50 % de su tamaño original, para los bordes, y son presentados en tamaño real, para los fragmentos decorados y están acompañados de una escala 0,05 m ubicada en la parte inferior izquierda.
código (si el fragmento es diagnóstico), estilo (Pukara, Qaluyu, Collao u otro), forma general (cerrada, abierta o parte de vasija), forma específica (cántaro, tazón, cuenco, etc.), forma de labio (redondeado, aplanado, biselado, puntiagudo, etc.) diámetro, espesor de la pasta, tratamiento superficial (alisado, pulido o bruñido), cocción (oxidante, reductora o mixta), color de pasta (tabla de colores MUNSELL), color de superficie, decoración externa, decoración interna, tipos de antiplásticos presentes, porosidad, frecuencia, granulometría, forma de antiplástico. Como apreciamos esta base de datos en “Excel” nos ha servido no solo para el análisis de pastas sino también para elaborar los cuadros estadísticos para la tipología y cocción.
TIPOLOGÍA Con las formas plasmadas en los dibujos y digitalizadas, realizamos una identificación tecno-morfológicofuncional. Como primer paso dividimos las vasijas en dos grandes grupos: vasijas abiertas y vasijas cerradas (Lumbreras 2005: 116, Orton et al. 1993: 78), luego valiéndonos de los estudios precedentes (Steadman 1995, Chávez 1992, Klarich 2005a) separamos las vasijas de acuerdo a su forma (botellas, tazones, ollas, platos, etc.), después por alguna característica particular de alguna de las partes de la vasija (paredes divergentes, cuello recto, etc.) y finalmente por la forma del labio del borde55 (redondeado, plano, biselado, etc.). Con respecto a la decoración tomamos como base los estudios de Steadman (1995: 75-93) para definir algunos tipos decorativos. A pesar de que tomamos en cuenta los estudios mencionados, identificamos variantes y problemas en cuanto a la metodología clasificatoria, esta fue subsanada con nuevas categorías que están más ajustadas a nuestra materialidad.
Para medir el grosor de la pasta se utilizó un calibrador de 0 - 150 mm de marcas LITZ, para los colores se usó la tabla de colores “Munsell Color Chart” la cual nos ayudó a reducir la subjetividad presente en nuestras observaciones, al momento de definir un color o un matiz de este. Para el análisis de los antiplásticos usamos un estereoscopio con un aumento máximo de 50X, el cual nos permitió observar los antiplásticos presentes en la pasta, la porosidad, la frecuencia, la granulometría y la forma de los antiplásticos. La porosidad se determinó de manera relativa usando una escala que va de 0 a 2, siendo 0 = casi nula, 1 = semi-porosa, 2 = porosa. Con respecto a la frecuencia usamos la Tabla de Matthew y colegas (1991 en Orton et al. 1993: 238, Fig. A.4), la cual utiliza una escala de 5%, 10%, 20% y 30% de presencia de antiplástico en la pasta. Para la granulometría se utilizó una escala que va de 0 a 3, donde: 0 es menor de 0,5 mm, 1 está entre 0,5 mm y 1 mm, 2 está entre 1 mm y 2 mm, 3 es de 2 mm o mayor tamaño. La forma de los antiplásticos se definió usando la Tabla de Barraclough (1992 en Orton et al. 1993: 238, Fig. A.5), que pueden ser muy angulares, angulares, sub-angulares, subredondeados, redondeados y muy redondeados. Al final de todo este análisis hemos fotografiado las pastas de todos los fragmentos diagnósticos, para esto hemos utilizado un microscopio electrónico Dino-lite y almacenado las fotografías en el ordenador; en dichas fotos no hemos utilizado ningún tipo de escala ya que lo que hemos querido es representar los componentes y características de las pastas identificadas.
Los datos obtenidos nos sirvieron para relacionarlos con la estratigrafía del sitio, así pudimos observar “modas” y cambios en estas de acuerdo a las ocupaciones del sitio. Así, elaboramos distintos cuadros estadísticos que reflejan bien estas relaciones, aunque nuestra muestra es exigua y podría caer en un error estadístico. Aquí debemos de aclarar que estas clasificaciones solo sirven cuando están relacionadas con otros artefactos y dan cuenta de su participación en el proceso productivo, ya que estas clasificaciones solo existen dentro del análisis subjetivo del investigador. ANÁLISIS DE PASTAS Para el análisis de pastas se utilizaron todos los tiestos provenientes de la Unidad 04, por ser la que nos ha brindado datos más abundantes, tanto en cantidad como en calidad; aunque por cuestiones metodológicas y de tiempo hemos decidido discriminar de la muestra aquellos fragmentos que no sobrepasen los 2 cm2 de superficie. Para el análisis de las pastas utilizamos una hoja de cálculo de Microsoft Excel donde se contiene los principales datos del registro del fragmento, sus características y dimensiones. En la hoja de cálculo se contiene los datos de cada tiesto como: número de caja, número de bolsa, unidad de excavación, número de locus,
En cuanto a nuestra taxonomía de pastas debemos de aclarar que nuestro análisis no responde a los estándares comunes de organización de pastas y alfares (siguiendo Lumbreras 2005: 119), ya que a pesar de que existen excelentes trabajos en taxonomías de pastas y alfares para las sociedades arqueológicas que nos competen (v.g. Steadman 1995, Oshige 2010, Chávez 1992) creemos de que se siguen generando demasiado tipos y subtipos de pastas y alfares, aquí hemos querido representar grandes grupos de pastas; y más que guiarnos en aspectos como la
55
Estas dos últimas divisiones solo han sido realizadas a manera de contribución con otros estudios que dan mayor importancia a las tipologías, ya que de por sí creemos que estas divisiones caen en gran medida en la subjetividad de las taxonomías que no tienen mayor correlato con alguna actividad social diferenciada y con una diferencia comprobable en la producción de estos artefactos.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ cocción y color56, que también hemos considerado, nos hemos centrado en la obtención y utilización de los antiplásticos (Cuarzo, Feldespato, Mica, Pirita, entre otros identificados) y en las cantidades presentes en las pastas, esto podría indicar distintas fuentes de obtención de los antiplásticos. Para esto hemos considerado las cantidades de temperante en una escala de 0 a 3, donde 0 es inexistente o muy mínimo, 1 es poco, 2 es regular y 3 es abundante, si bien estos criterios son subjetivos están en íntima relación con la frecuencia del temperante en la pasta, lo que los hace cuantificables.
de las vasijas y la descripción por contextos de estos tipos. Además incluimos un análisis de pastas, de los tipos de decoración, y del tipo de cocción. TIPOLOGÍA Para este análisis utilizamos todos los fragmentos diagnósticos recogidos, tanto de las excavaciones como de las recolecciones superficiales. La muestra comprende un total de ciento ochenta tiestos, los cuales están divididos en Vasijas abiertas, Vasijas cerradas, Partes de vasijas y Otros objetos. De estos las Vasijas abiertas concentran la mayor cantidad de tiestos con setenta y cinco fragmentos que representan el 41,65% de la muestra.
Para las pastas hemos determinado temperantes principales y secundarios, de manera que cada una de las pastas se caracteriza por su componente principal o componentes principales. Así los antiplásticos presentes en tal o cual fragmento que tuvieron un valor de 2 o 3 en nuestra escala han sido considerados como componentes principales y los que se encontraron con un valor entre 1 y 0 fueron incluidos como componentes secundarios.
Vasijas abiertas Identificamos setenta y cinco bordes que corresponden al 41,65% del total del material cerámico. Dentro de esta categoría los tazones representan a la mayoría con sesenta y un tiestos que conforman el 33,89% del total de la muestra.
Los grupos de pastas los hemos definido dependiendo de los temperantes principales en relación con los componentes secundarios en las pastas. Acá hemos dado especial importancia a la Pirita-Mica, debido a que es el componente presente en la cerámica durante todo el “Formativo”. Más adelante detallamos la conformación de los grupos pastas.
Tazones Se contabilizaron sesenta y un bordes que equivalen al 33,89% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04. Dentro de esta clase de vasija tenemos las de cuello divergente y las de cuello recto.
Una vez completada nuestra hoja de cálculo, pudimos obtener cuadros estadísticos que nos den cuenta de la inversión de la fuerza de trabajo utilizada en la producción de la cerámica. Por ejemplo, el uso de antiplásticos no disponibles en zonas cercanas (así como su cantidad presente en la pasta), la selección de los antiplásticos que se refleja en el tamaño de los mismos y la calidad de estos al utilizarse en la producción de la cerámica, las decoraciones utilizadas, la calidad de las arcillas, el control de la cocción de las mismas que requirió un mayor control al momento de la fase final de la producción cerámica. Así estos indicadores durante el proceso de análisis nos han ido mostrando el grado de organización en la producción cerámica.
Los tazones de cuello divergente están conformados por treinta bordes que son el 30,00% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen veintisiete bordes (15,00%), los de labio biselado tienen tres bordes (1,67%), los de labio plano horizontal tienen seis bordes (3,33%), los de labio plano horizontal alargado tienen dos bordes (1,11%), los de labio plano inclinado tienen ocho bordes (4,44%), los de labio puntiagudo externo tienen siete bordes (3,89%) y los de labio puntiagudo interno tienen un borde (0,56%). Los tazones de cuello recto están conformados por siete bordes que son el 3,89% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen cuatro bordes (2,22%), los de labio biselado tienen un borde (0,56%), los de labio plano horizontal tienen un borde (0,56%) y los de labio plano inclinado alargado tienen también un borde (0,56%).
DESCRIPCIÓN DEL ANÁLISIS CERÁMICO En la temporada 2010 recuperamos un total de dos mil doscientos ochenta y ocho fragmentos de cerámica, veintinueve en la recolección superficial de 2008 y cuarenta y uno en la de recolección superficial de 2012, los que conforman un total de dos mil trescientos cincuenta y ocho tiestos. A partir de estos hemos seleccionado distintas muestras dependiendo del tipo de análisis en el que iban a ser empleados, dichas muestras y su procedencia serán precisadas en las siguientes líneas.
Cuencos Se contabilizaron ocho bordes que equivalen al 4,44% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en la Unidad 04. Esta clase de vasija solo puede tener el cuello convexo, aunque también podríamos referirnos a estos como tazones de paredes convexas. Los cuencos de labio redondeado tienen seis bordes (3,33%), los de labio biselado tienen un borde (0,56%) y los de labio plano horizontal también tienen un borde (0,56%).
Los análisis realizados corresponden a la tipología que en nuestro caso obedece a una clasificación morfo-funcional 56
Estos aspectos pueden conducirnos fácilmente al error, si no contamos con tecnologías adecuadas, dependiendo del tipo de cocción que se realizó y como fue controlada (vide Lumbreras 2005: 132-134).
88
Cuadro 4. Clasificación de la cerámica registrada por forma y locus de procedencia.
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Otros objetos
Partes de vasijas
Vasijas Cerradas
Vasijas Abiertas
General (4)
Bases
Olla
Cántaro
Cuenco
Tazón
Específica (3)
1 2
Puntiagudo externo
1
Puntiagudo externo
Tortero 2
2
1 2
2
1
6
2
18 10
66 36.67
% por unidad
36.67 6.67 1.11 1.11 1.11 3.33
12
3
1
Total por unidad
% por locus
66
3
1
Fragmento
Cóncava 1
Total por locus
1
1
2
151
1
1
1
152
1.67
3
2.78
5
3
1
1
153
1
1
155
1
3
1
156
6
1
3
1
1
1
1
6
157
5
1
1
1
158
1
1
161
1
1
162
4
1
1
1
1
164
1
1
1
1
1
165
1.11
2
25
4
10
1
41.11
74
3.89 13.89 5.56
7
2
1
1
2 1.11 1.11
2
2.22
1
1
200
12
1
3
1
1
1
3
2
201
2
1
1
204
Unidad 05
8.33
15
4.44 0.56 6.67 1.11
8
1
1
Pedestal
6
04
Plana
Redondeado
1
1
03
Unidad 04
1
1 6
Plano horizontal
02
Unidad 01
Plano horizontal
1
Redondeado
1
1
Sin borde
1
Plano horizontal
1
2
1
1
01
Biselado
Redondeado
1 1
Puntiagudo externo
Redondeado
Redondeado
Sin borde
4
Redondeado
Plano inclinado
Plano inclinado
Plano horizontal
1
1
Plano horizontal
Redondeado
1
2
Redondeado
Biselado
1
1
Biselado
1
1
Redondeado
Plano inclinado alarg.
1
Puntiagudo interno
Plano horizontal
6
5
Plano inclinado
Puntiagudo externo
2
1
13
Plano horizontal alarg.
Plano horizontal
Biselado
Redondeado
Labio (1)
Sup.
Aplicación
Sin cuello
Convergente
Divergente
Recto
Convergente
Divergente
Plato
Convexo
Recto
Divergente
Unidad y Locus Cuello o pared (2)
7
2.78
5
1
1
1
1
1
252
3.89
1.11
2
1
1
250
Unidad 06
100
180
100
180
1
20
5
1
1
30
1
7
3
2
1
1
1
6
1
1
1
1
1
2
1
17
1
1
4
1
1
6
1
1
1
4
1
7
8
2
6
3
27
Total (1)
100
0.56
11.11
2.78
0.56
0.56
16.67
0.56
3.89
1.67
1.11
0.56
0.56
0.56
3.33
0.56
0.56
0.56
0.56
0.56
1.11
0.56
9.44
0.56
0.56
2.22
0.56
0.56
3.33
0.56
0.56
0.56
2.22
0.56
3.89
4.44
1.11
3.33
1.67
15.00
%
11.11 0.56
20 1
100
2.78
5
180
0.56
0.56
16.67
4.44
2.78
5.00
1.11
1.11
11.67
3.33
4.44
3.89
30.00
%
1
1
30
8
5
9
2
2
21
6
8
7
54
Total (2)
180
1
20
5
32
22
25
6
8
61
Total (3)
100
0.56
11.11
2.78
17.78
12.22
13.89
3.33
4.44
33.89
%
180
1
57
47
75
Total (4)
100
0.56
31.67
26.11
41.67
%
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
NOTA Tenga en cuenta que una versión más grande de la imagen de la página anterior está disponible para descargar desde www.barpublishing.com/additional-downloads.html
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ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 81. Tazones de pared divergente, labio redondeado; g) Bícromo oscuro/claro; f) Monocromo, Qaluyu; i) Policromo inciso/pintado, Pukara.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 82. Tazones de pared divergente, labio redondeado; b, c, d) Qaluyu polícromo, Qaluyu; e, f) Monocromo; g) Bícromo oscuro/claro.
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ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 83. Tazones de pared divergente y recta, labio redondeado; a, b, j, k) pared recta; c - i) pared divergente; a) Monocromo (externo e interno); j) Monocromo (externo), doble engobe (interno).
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 84. Tazones de pared divergente y recta, labio puntiagudo externo y biselado; solo g) pared recta; a) Monocromo; g) Policromo inciso/pintado, Pukara; j) Qaluyu policromo, los colores inferiores son hipotéticos pudiendo considerarse una decoración policroma de un estilo local.
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ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 85. Tazones de pared divergente y recta, labio aplanado horizontal y aplanado horizontal alargado; solo e) cuello recto; a - g) labio aplanado horizontal; h, i) labio aplanado horizontal alargado.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 86. Tazones de pared divergente y recta, labio aplanado inclinado y aplanado inclinado alargado; solo d) pared recta y labio aplanado inclinado alargado; a) Policromo inciso/pintado; c, d) Qaluyu policromo, Qaluyu.
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ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 87. Cuencos y platos; b, d, g, j, k, n) platos Collao; a, c, e, f, h, i, l, m) cuencos; b, h) labio aplanado horizontal; n) aplanado inclinado; l) labio biselado; b, l) Monocromo, k) Monocromo (externo), Bícromo oscuro/claro; m) Monocromo inciso.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Platos Se contabilizaron seis bordes que equivalen al 3,33% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 01 de la Unidad 01 y el Locus 201 de la Unidad 05. Esta clase de vasija es casi plana o sus paredes son ligeramente cóncavas.
Ollas Se contabilizaron veintidós bordes que equivalen al 12,22% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 165 de la Unidad 04. Dentro de esta clase de vasija tenemos las de cuello divergente, las de cuello convergente y las de cuello recto.
Los platos de labio redondeado tienen cuatro bordes (2,22%), los de labio plano horizontal tienen un borde (0,56%) y los de labio plano inclinado también tienen un borde (0,56%).
Las ollas de cuello divergente están conformadas por ochos bordes y un cuerpo que son el 5,00% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen seis bordes (3,33%), los de labio biselado tienen un borde (1,67%), los de labio plano horizontal tienen un borde (3,33%) y un cuerpo (0,56%).
Vasijas cerradas Identificamos cuarenta y siete bordes que corresponden al 26,11% del total del material cerámico. Dentro de esta categoría los cántaros representan a la mayoría con veinticinco tiestos que conforman el 13,89% del total de la muestra.
Las ollas de cuello convergente están conformadas por cinco bordes que son el 2,78% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen dos bordes (1,11%) y los de labio plano horizontal tienen tres bordes (1,67%).
Cántaros Se contabilizaron veinticinco que equivalen al 13,89% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04. Dentro de esta clase de vasija tenemos las de cuello divergente, las de cuello convergente y las de cuello recto.
Las ollas sin cuello están conformadas por ocho bordes que son el 4,44% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen siete bordes (3,89%) y los de labio plano horizontal tienen un borde (0,56%). Partes de vasijas Identificamos cincuenta y siete fragmentos que corresponden al 31,67% del total del material cerámico. Dentro de esta categoría las bases representan a la mayoría con treinta y dos tiestos que conforman el 17,78% del total de la muestra.
Los cántaros de cuello divergente están conformados por veinte bordes y un cuerpo que son el 11,67% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen diecisiete bordes (9,44%), los de labio plano inclinado tienen un borde (0,56%), los de labio puntiagudo externo tienen dos bordes (1,11%) y un cuerpo (0,56%).
Bases Se contabilizaron treinta y dos bases que equivalen al 17,78% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 y el Locus 158 de la Unidad 04. Dentro de las bases tenemos las planas, las pedestales y las cóncavas.
Los cántaros de cuello convergente están conformados por dos bordes que son el 1,11% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen un borde (0,56%) y los de labio puntiagudo externo también tienen un borde (0,56%).
Las bases planas poseen treinta fragmentos (16,67%). La base pedestal es solo una (0,56%) y corresponde a la forma conocida como “incensario”. La base cóncava también posee un solo elemento (0,56%)
Los cántaros de cuello recto están conformados por dos bordes que son el 1,11% de la muestra. Dentro de estos: los de labio redondeado tienen un borde (0,56%) y los de labio puntiagudo externo también tienen un borde (0,56%).
Cuadro 5. Clasificación de las bases por forma de vasija y locus de procedencia. Unidad y Locus Bases
Planas
Unidad 01
Forma especifica
Sup.
Tazones
3
01
04
Unidad 04 151
152
153
156
157
2
1
2
1
3
Forma cerrada Indeterminada
Pedestal
Incensario
Cóncava
Forma cerrada
Total por locus % por locus
3
1
1
1
U 05 U 06 158
1
3
2
2
162
165
204
Total
%
12
37.50
5
15.63
13
40.63
1
3.13
1
3.13
1
32
100.00
3.13
100.00
252
1 1
1
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1 1 7
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6
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1
1
1
21.88 3.13 3.13 6.25 3.13 9.38 3.13 18.75 18.75 3.13 3.13 3.13
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j
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b
k
h
l
c
i
f
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 88. Cántaros de cuello divergente, labio redondeado; l) Monocromo.
99
b
a
c
h
d
f
e
g
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 89. Cántaros de cuello divergente, labio redondeado, aplanado inclinado y puntiagudo externo; a, b, c, g, h) labio redondeado; d, f) puntiagudo externo; e) aplanado inclinado.
100
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
a
b
c
d
Figura 90. Cántaros de cuello convergente y recto; a, b) cuello convergente; c, d) cuello recto; a, c) labio redondeado; b, d) labio puntiagudo externo.
101
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 91. Cuerpo de cántaro, probablemente de cuello divergente.
102
e
h
c
a
f
i
g
b
d
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 92. Ollas de cuello divergente y cuerpo de olla; a - c, f - h) labio redondeado; d) labio biselado; e) labio aplanado inclinado; i) cuerpo de olla.
103
j
k
i
e
g
c
a
l
b
m
d
f
h
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 93. Ollas de cuello convergente y sin cuello; a - h) sin cuello; i - m) cuello convergente; a - c, e - h, j, k) labio redondeado; d, i, l, m) labio aplanado horizontal.
104
m
i
j
g
k
e
c
a
l
h
d
b
f
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 94. Bases planas (tazones); k) tazón – incensario; h) Monocromo.
105
Figura 95. Bases planas; a - e) forma cerrada.
106
i
a
e
c
g
h
j
f
b
d
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
f
c
a
g
d
h
b
e
i
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 96. Bases planas y base cóncava; a - h) base plana; i) base cóncava.
107
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
b a
d c
e
Figura 97. Aplicaciones; a, b, d) aplicaciones incisas; c, e) aplicación simple.
108
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
a
b
d
c
e f
g
h
i j
Figura 98. Fragmentos decorados incisos; a - f) Policromo inciso/pintado, Pukara; g - j) Inciso monocromo.
109
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
b
a
d c
e
Figura 99. Fragmentos decorados monocromos y tortero; d) tortero.
110
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
a
b
d
c
f e
Figura 100. Fragmentos decorados Bícromos; a - d) Bícromos oscuro/claro; e) Bícromo claro/oscuro.
111
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 101.Fragmentos decorados destacados; a) QT36-4-75, b) QT36-sup-1, c) QT36-sup-2, d) QT36-4-51, e) QT36-sup-3 f) QT36-4-65 g) QT36-4-64, h) QT36-4-60, i) QT36-4-67.
112
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 102. Cerámica diagnóstica registrada en el Locus 01, Unidad.
113
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Con respecto a las bases no solo realizamos la estadística que corresponde al número de estas sino también a partir de las bases, como muestra, las clasificamos dentro de las vasijas a las que pudieron corresponder. Esto fue posible debido a las características tanto morfológicas, tecnológicas, como decorativas de las bases. A continuación exponemos los resultados:
DESCRIPCIÓN POR CONTEXTOS Esta descripción está ligada a la tipológica, por ende también utilizamos todos los fragmentos diagnósticos recogidos, tanto de las excavaciones como de las recolecciones superficiales. La muestra comprende un total de ciento ochenta tiestos. Estos se concentran en la Unidad 04 con setenta y cuatro fragmentos que representan el 41,11% de la muestra.
De las bases planas tenemos doce que pertenecen a tazones siendo 36,36% del total de bases, cinco que pertenecen a vasijas cerradas siendo 15,15% de las bases y catorce fragmentos que pertenecen a formas no identificadas siendo el 42,42%. La base pedestal corresponde a un “incensario” siendo el 3,03% del total del bases. Y la base cóncava corresponde a una vasija cerrada siendo el 3,03% del total de bases.
En las descripciones de los locus que incluyen a los tipos de vasijas, solo mencionaremos las clases de vasijas o formas específicas, ya que consideramos que las siguientes subdivisiones no afectan la funcionalidad de dichos artefactos. Recolecciones superficiales Estas recolecciones se hicieron en la temporada 2008 y también durante el desarrollo de la temporada 2010. Se recuperaron veintinueve tiestos en la recolección superficial de 2008 y cuarenta y uno en la de recolección superficial de 2012. De estos, sesenta y seis tiestos fueron utilizados para el análisis tipológico, más que contextualmente, estos fragmentos nos han servido para enriquecer nuestra tipología y representan 36,67% de la muestra total.
Agarraderas Se contabilizaron dos fragmentos que equivalen al 1,11% del total de la muestra. Estos ubican en el Locus 01 de la Unidad 01 y en la recolección superficial. Aplicaciones Se contabilizaron tres fragmentos que equivalen al 1,67% del total de la muestra. Estos se ubican en el Locus 02 del Unidad 01, en el Locus 157 de la Unidad 04 y en el Locus 252 de la Unidad 06.
Unidad 01 Se recuperaron dieciocho fragmentos que pertenecen a tazones, platos, cántaros, ollas, bases, agarraderas, aplicaciones, fragmentos decorados y torteros, representando 10,00 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 01.
Fragmentos decorados Se contabilizaron veinte fragmentos que equivalen al 11,11% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 158 de la Unidad 04.
Locus 01 Presenta doce tiestos que equivalen a 6,67% de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: dos tazones, dos platos, un cántaro, dos ollas, una base, una agarradera y tres fragmentos decorados.
Otros objetos Identificamos un solo objeto que corresponde al 0,56% del total del material cerámico. Dentro de esta categoría solo hemos identificado un tortero. Tortero Se contabilizó un solo fragmento que equivale al 0,56% del total de la muestra. Este se encuentra en el Locus 02 de la Unidad 01.
Locus 02 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: una aplicación y un tortero.
Figura 103. Cerámica registrada en el Locus 02, Unidad 01.
114
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 104. Cerámica registrada en el Locus 03, Unidad 01.
Figura 105. Cerámica registrada en el Locus 04, Unidad 01.
115
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 106. Cerámica registrada en el Locus 151, Unidad 04.
Figura 107. Cerámica registrada en el Locus 152, Unidad 04.
116
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 108. Cerámica registrada en el Locus 153, Unidad 04.
117
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 109. Cerámica registrada en el Locus 155, Unidad 04.
Locus 03 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un cántaro y una olla.
Locus 157 Presenta veinticinco tiestos que equivalen a 13,89 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: nueve tazones, un cuenco, cuatro cántaros, seis bases, una aplicación y cuatro fragmentos decorados.
Locus 04 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: una base y un fragmento decorado.
Locus 158 Presenta diez tiestos que equivalen a 5,56 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón, dos ollas, seis bases y un fragmento decorado.
Unidad 04 Se recuperaron setenta y cuatro fragmentos que pertenecen a tazones, cuencos, cántaros, ollas, bases, aplicaciones y fragmentos decorados, representando 41,11% de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 157.
Locus 161 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón y un fragmento decorado. Locus 162 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón y una base.
Locus 151 Presenta seis tiestos que equivalen a 3,33% de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: dos cántaros, dos bases y dos fragmentos decorados.
Locus 164 Presenta cuatro tiestos que equivalen a 2,22 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón, dos cántaros y una olla.
Locus 152 Presenta tres tiestos que equivalen a 1,67% de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón, un cuenco y una base.
Locus 165 Presenta ocho tiestos que equivalen a 4,44 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: dos tazones, un cántaro, tres ollas, una base y un fragmento decorado.
Locus 153 Presenta cinco tiestos que equivalen a 2,78 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un cuenco, una olla y tres bases. Locus 155 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: una olla y un fragmento decorado.
Unidad 05 Se recuperaron quince fragmentos que pertenecen a tazones, cuencos, platos, ollas, bases y fragmentos decorados, representando 8,33 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 201.
Locus 156 Presenta siete tiestos que equivalen a 3,89 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón, tres cántaros, una base y dos fragmentos decorados.
Locus 200 Presenta un tiesto que equivale a 0,56 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados solo tenemos un plato.
118
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 110. Cerámica registrada en el Locus 156, Unidad 04.
119
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 111. Cerámica registrada en el Locus 157, Unidad 04.
120
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 112. Cerámica registrada en el Locus 157, Unidad 04.
121
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 113. Cerámica registrada en el Locus 157, Unidad 04.
122
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 114. Cerámica registrada en el Locus 157, Unidad 04.
123
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 115. Fragmento de vasija cerámica QT36-4-100.
124
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 116. Cerámica registrada en el Locus 158, Unidad 04.
125
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 117. Cerámica registrada en el Locus 161, Unidad 04.
Figura 118. Cerámica registrada en el Locus 162, Unidad 04.
126
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 119. Cerámica registrada en el Locus 164, Unidad 04.
127
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 120. QT36-4-70 y 72. Compárese con figura 119.
128
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 121. Cerámica registrada en el Locus 165, Unidad 04.
129
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 122. Cerámica registrada en el Locus 200 (Solo QT-36-5-83) y Locus 201, Unidad 05.
130
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 123. Cerámica registrada en el Locus 204, Unidad 05.
Figura 124. Cerámica registrada en el Locus 250, Unidad 06.
131
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 125. Cerámica registrada en el Locus 252, Unidad 06.
Locus 201 Presenta doce tiestos que equivalen a 6,67 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: cinco tazones, un cuenco, dos platos, tres ollas y un fragmento decorado.
ANÁLISIS DE PASTAS Para este análisis utilizamos todos los fragmentos diagnósticos y no diagnósticos que provienen de la Unidad 04, por ser esta la unidad con la secuencia estratigráfica más completa de nuestras excavaciones. La muestra comprende un total de quinientos setenta tiestos, los cuales están organizados en grupos de pasta y tipos de pasta de acuerdo al temperante presente y a la cantidad de este frente a los demás temperantes de la pasta. De estos el Grupo III concentra la mayor cantidad de tiestos con doscientos diecisiete fragmentos que representan el 38,07% de la muestra.
Locus 204 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: un tazón y una base. Unidad 06 Se recuperaron siete fragmentos que pertenecen a tazones, cántaros, bases y aplicaciones, representando 3,89 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 252.
Grupo I Este grupo comprende todas las pastas que tienen como componente principal Pirita-Mica, aunque pueden compartir su presencia con el Cuarzo y el Feldespato. En general este grupo presenta una granulometría de 1 en nuestra escala, y la forma de los antiplásticos tiende mayoritariamente al 4, de nuestra escala, o subredondeada.
Locus 250 Presenta dos tiestos que equivalen a 1,11 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos solo dos tazones. Locus 252 Presenta cinco tiestos que equivalen a 2,78 % de la muestra. Entre los fragmentos recolectados tenemos: dos tazones, un cántaro, una base y una aplicación.
132
133
E
II
H
IV
% por locus
Total por locus
G
III
F
D
I
C
B
A
Grupo de pasta (2) Pasta (1)
Unidad y Locus
31
2
26
9
10
2
4
1
152
41
4
20
4
3
3
2
4
1
153
3
1
2
155
58
8
17
6
1
14
4
8
156
220
48
45
14
23
50
21
15
4
157
50
10
10
7
8
5
3
6
1
158
2
1
1
161
13
5
3
3
1
1
162
45
3
15
3
2
7
10
4
1
164
79
12
32
7
6
1
3
16
2
165
570
102
170
47
51
89
44
55
12
Total (1)
0.35% 5.44% 4.56% 7.19% 0.53% 10.18% 38.60% 8.77% 0.35% 2.28% 7.89% 13.86% 100.00%
5
14
5
5
1
1
151
1
1
150
Unidad 04
100.00%
17.89%
29.82%
8.25%
8.95%
15.61%
7.72%
9.65%
2.11%
%
570
102
217
51
200
Total (2)
100.00%
17.89%
38.07%
8.95%
35.09%
%
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 6. Distribución de las pastas por locus de procedencia, Unidad 04.
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Cuadro 7. Distribución de las pastas según la granulometría. Granulometría
Escala granulométrica 1
A
7
5
B
21
23
7
C
18
22
4
I
D
40
43
3
3
89
II
E
30
18
1
2
51
F
36
8
3
III
G
84
67
15
4
170
IV
H
72
24
4
2
102
308
210
37
15
570
Total por granulometría
2
Total
0
Grupo de pasta Pasta
3
12 4
55 44
47
54.04% 36.84% 6.49% 2.63% 100.00%
% por granulometría
Cuadro 8. Distribución de las pastas según la forma del antiplástico. Forma antiplástico Grupo de pasta
Pasta
Escala forma antiplástico 1
2
A
Total
3
4
5
2
9
1
12
B
2
14
37
2
55
C
2
1
39
2
44
I
D
1
4
74
10
89
II
E
2
4
45
F III
G
IV
H
Total forma antiplástico % forma antiplástico
51
38
9
47
4
40
115
11
170
1
2
4
88
7
102
1
13
69
445
42
570
0.18% 2.28% 12.11% 78.07% 7.37% 100.00%
134
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
19.65%
20.00% 18.00% 16.00%
13.51%
14.00% 12.00%
I II
10.00%
8.95% 8.25%
8.00%
7.19%
6.00%
IV
4.56%
4.39%
4.21%
3.33%
4.00% 2.46%
2.00%
III
1.40%
1.05%
0.88%
2.11% 1.58%
0.88%
1.75%
1.58%
0.53%
1.58%
2.11%
0.88%
0.00% A
B
C
D
E
F
Figura 126. Distribución porcentual del total de la muestra por grupo de pasta en las capas de la Unidad 04.
100% 11.36%
90%
17.27%
18.18%
13.04% 19.25%
34.62%
80% 70% 37.27%
60%
42.42%
29.06% 51.09%
59.09%
IV III
50%
9.43% 46.15%
II
8.18%
40%
I 15.15%
9.78%
30%
6.82%
20%
37.27% 24.24%
10%
19.23%
42.26% 26.09%
22.73%
0% A
B
C
D
E
F
Figura 127. Distribución porcentual de los grupos de pasta en los totales de cada capa de la Unidad 04.
135
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Identificamos doscientos fragmentos dentro de este grupo que representan el 35,09% de la muestra. Dentro de este grupo se contienen cuatro pastas: Pasta A, Pasta B, Pasta C y Pasta D, las que se diferencian entre sí por el temperante que acompaña a la Pirita o Mica y en la cantidad en que se encuentra presente. De estas pastas la Pasta D tiene mayor cantidad de fragmentos, con ochenta y nueve tiestos que representan el 15,61% de los fragmentos analizados.
Locus 158 tenemos seis, en el Locus 164 tenemos cuatro y en el Locus 165 tenemos dieciséis. En cuanto a la granulometría la pasta tiene más fragmentos en la escala de 1, teniendo diez fragmentos con una granulometría de 0, treinta y cuatro con una granulometría de 1, siete con una granulometría de 2 y cuatro con una granulometría de 3. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo dos fragmentos en la escala de 2, catorce en la escala de 3, treinta y siete en la escala de 4 y dos en la escala de 5.
Pasta A Esta pasta presenta Cuarzo y Feldespato en cantidad similar a la Pirita-Mica, siendo los tres componentes principales. Esta pasta se destaca dentro de este grupo debido a que es más fina granulométricamente que las demás.
Pasta C Esta pasta presenta Cuarzo en cantidad similar a la PiritaMica y Feldespato en menor cantidad que ambos, siendo los dos primeros componentes principales y el último componente secundario.
Encontramos doce fragmentos con esta pasta que equivalen a 2,11% de la muestra. En el Locus 157 tenemos cuatro fragmentos, en el Locus 165 tenemos dos y un fragmento en el Locus 150, Locus 151, Locus 153, Locus 158, Locus 162 y Locus 164, respectivamente.
Hallamos cuarenta y cuatro fragmentos con esta pasta que equivalen a 7,72% de la muestra. En el Locus 153 tenemos dos fragmentos, en el Locus 156 tenemos cuatro, en el Locus 157 tenemos veintiuno, en el Locus 158 tenemos tres, en el Locus 162 tenemos uno, en el Locus 164 tenemos diez y en el Locus 165 tenemos tres.
En cuanto a la granulometría la pasta tiende al 0, teniendo siete fragmentos con una granulometría de 0 y cinco con una granulometría de 1. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo dos fragmentos en la escala de 3, nueve en la escala de 4 y uno en la escala de 5.
En cuanto a la granulometría la pasta tiene más fragmentos en la escala de 1, teniendo catorce fragmentos con una granulometría de 0, veintiséis con una granulometría de 1 y cuatro con una granulometría de 2. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo dos fragmentos en la escala de 2, uno en la escala de 3, treinta y nueve en la escala de 4 y dos en la escala de 5.
Pasta B Esta pasta presenta Feldespato en cantidad similar a la Pirita-Mica y Cuarzo en menor cantidad que ambos, siendo los dos primeros componentes principales y el último componente secundario.
Pasta D Esta pasta presenta solo a la Pirita-Mica en mayor cantidad y al Cuarzo y Feldespato en menor cantidad, siendo el primero el componente principal y los dos últimos los componentes secundarios.
Hallamos cincuenta y cinco fragmentos con esta pasta que equivalen a 9,65% de la muestra. En el Locus 151 tenemos un fragmento, en el Locus 152 también tenemos uno, en el Locus 153 tenemos cuatro, en el Locus 156 tenemos ocho, en el Locus 157 tenemos quince, en el
Figura 128. Detalle de las superficies de los fragmentos que pertenecen al Grupo I.
136
Figura 129. Pasta A. QT36-4-41.
Figura 130. Pasta B. QT36-4-37.
Figura 131. Pasta C. QT36-4-50.
137
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Hallamos ochenta y nueve fragmentos con esta pasta que equivalen a 15,61% de la muestra. En el Locus 151 tenemos cinco fragmentos, en el Locus 152 tenemos cuatro, en el Locus 153 tenemos tres, en el Locus 156 tenemos catorce, en el Locus 157 tenemos cincuenta, en el Locus 158 tenemos cinco, en el Locus 164 tenemos siete y en el Locus 165 tenemos solo uno.
principal. En general este grupo presenta una granulometría de 0 en nuestra escala y la forma de los antiplásticos se ubica mayoritariamente en el 4, de nuestra escala, o sub-redondeada. Identificamos doscientos diecisiete fragmentos dentro de este grupo que representan el 38,07% de la muestra. Dentro de este grupo se contienen dos pastas: Pasta F y Pasta G, las que se diferencian entre sí por el temperante principal, entre el Cuarzo y el Feldespato. De estas pastas, la Pasta G tiene mayor cantidad de fragmentos, con ciento setenta tiestos que representan el 29,82% de los fragmentos analizados.
En cuanto a la granulometría la pasta tiene más fragmentos en la escala de 1, teniendo veintitrés fragmentos con una granulometría de 0, sesenta con una granulometría de 1, tres con una granulometría de 2 y también tres con una granulometría de 3. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo un fragmento en la escala de 2, cuatro en la escala de 3, setenta y cuatro en la escala de 4 y diez en la escala de 5.
Pasta F Esta pasta presenta solo al Cuarzo en mayor cantidad, y al Feldespato y Pirita-Mica en menor cantidad, siendo el primero el componente principal y los dos últimos los componentes secundarios.
Grupo II Este grupo comprende a la pasta que tiene como componentes principales al Cuarzo y Feldespato, y la Pirita-Mica en cantidad menor o secundaria. En general este grupo presenta una granulometría de 1 en nuestra escala y la forma de los antiplásticos se ubica mayoritariamente en el 4, de nuestra escala, o subredondeada.
Hallamos cuarenta y siete fragmentos de esta pasta que equivale a 8,25% de la muestra. En el Locus 152 tenemos dos fragmentos, en el Locus 153 tenemos cuatro, en el Locus 156 tenemos seis, en el Locus 157 tenemos catorce, en el Locus 158 tenemos siete, en el Locus 161 tenemos uno, en el Locus 162 tenemos tres, en el Locus 164 tenemos tres y en el Locus 165 tenemos siete.
Identificamos cincuenta y un fragmentos dentro de este grupo que representan el 8,95% de la muestra. Dentro de este grupo se contiene solo una pasta, la Pasta E.
En cuanto a la granulometría la pasta tiende al 0, teniendo treinta y seis fragmentos con una granulometría de 0, ocho con una granulometría de 1 y tres con una granulometría de 2. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo treinta y ocho fragmentos en la escala de 4 y nueve en la escala de 5.
Pasta E Esta pasta presenta Cuarzo y Feldespato como antiplásticos principales y Pirita-Mica en menor cantidad que los mencionados. A pesar que la mayoría de los fragmentos de la pasta se ubican en la escala 1 de granulometría y que dentro de cada fragmento la mayor proporción la tiene las partículas en la escala de 1 también existen partículas en la escala de 2 que se destacan por su mayor volumen.
Pasta G Esta pasta presenta solo al Feldespato en mayor cantidad, y al Cuarzo y Pirita-Mica en menor cantidad, siendo el primero el componente principal y los dos últimos los componentes secundarios.
Encontramos cincuenta y un fragmentos de esta pasta que equivale a 8,95% de la muestra. En el Locus 151 tenemos cinco fragmentos, en el Locus 153 tenemos tres, en el Locus 156 tenemos uno, en el Locus 157 tenemos veintitrés, en el Locus 158 tenemos ocho, en el Locus 162 tenemos tres, en el Locus 164 tenemos dos y en el Locus 165 tenemos seis.
Hallamos ciento setenta fragmentos de esta pasta que equivale a 29,82% de la muestra. En el Locus 151 tenemos catorce fragmentos, en el Locus 152 tenemos diez, en el Locus 153 tenemos veinte, en el Locus 155 tenemos dos, en el Locus 156 tenemos diecisiete, en el Locus 157 tenemos cuarenta y cinco, en el Locus 158 tenemos diez, en el Locus 162 tenemos cinco, en el Locus 164 tenemos quince y en el Locus 165 tenemos treinta y dos.
En cuanto a la granulometría la pasta tiende al 0, teniendo catorce fragmentos con una granulometría de 0, treinta y dos con una granulometría de 1, tres con una granulometría de 2 y dos con una granulometría de 3. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo dos fragmentos en la escala de 2, cuatro en la escala de 3 y cuarenta y cinco en la escala de 4.
En cuanto a la granulometría la pasta tiende al 0, teniendo ochenta y cuatro fragmentos con una granulometría de 0, sesenta y siete con una granulometría de 1, quince con una granulometría de 2 y cuatro con una granulometría de 3. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo cuatro fragmentos en la escala de 2, cuarenta en la escala de 3, ciento quince en la escala de 4 y once en la escala de 5.
Grupo III Este grupo comprende todas las pastas que tienen como componente principal al Cuarzo o al Feldespato, y como componente secundario a la Pirita-Mica y al Cuarzo o al Feldespato dependiendo de cuál sea el antiplástico
138
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 132. Pasta D. QT36-4-4, 7 y 9.
Figura 133. Pasta E1. QT36-4-21.
Figura 134. Pasta E2. QT36-4-49.
139
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 135. Pasta F. QT36-4-66.
Figura 136. Pasta G. QT36-4-40.
Figura 137. Pasta H. QT36-4-73.
140
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Grupo IV Este grupo comprende a la pasta que tiene como antiplásticos al Cuarzo, Feldespato y la Pirita-Mica pero en bajas cantidades. En general este grupo presenta una granulometría de 0 en nuestra escala y la forma de los antiplásticos se ubica mayoritariamente en el 4, de nuestra escala, o sub-redondeada.
Oxidante Hallamos doscientos ocho fragmentos con esta cocción que equivalen a 36,49% de la muestra. En el Locus 151 tenemos diez fragmentos, en el Locus 152 tenemos catorce, en el Locus 153 tenemos dieciocho, en el Locus 155 tenemos uno, en el Locus 156 tenemos veintiuno, en el Locus 157 tenemos ochenta y tres, en el Locus 158 tenemos diecisiete, en el Locus 161 tenemos dos, en el Locus 162 tenemos siete, en el Locus 164 tenemos nueve, y en el Locus 165 tenemos veintiséis.
Identificamos ciento dos fragmentos dentro de este grupo que representan el 17,89% de la muestra. Dentro de este grupo se contiene solo una pasta, la Pasta H.
Reductora Encontramos sesenta y dos fragmentos con esta cocción que equivalen a 10,88% de la muestra. En el Locus 151 tenemos ocho fragmentos, en el Locus 152 tenemos dos, en el Locus 153 tenemos cinco, en el Locus 156 tenemos siete, en el Locus 157 tenemos veintisiete, en el Locus 158 tenemos dos, en el Locus 162 tenemos uno, en el Locus 164 tenemos dos, y en el Locus 165 tenemos ocho.
Pasta H Esta pasta presenta Cuarzo, Feldespato y Pirita-Mica en bajas cantidades. Debido a la baja presencia de antiplásticos y de la fina granulometría esta pasta da un aspecto homogéneo y fino a la pasta. Encontramos ciento dos fragmentos con esta pasta que equivalen a 17,89% de la muestra. En el Locus 150 tenemos un fragmento, en el Locus 151 tenemos cinco, en el Locus 152 tenemos nueve, en el Locus 153 tenemos cuatro, en el Locus 155 tenemos uno, en el Locus 156 tenemos ocho, en el Locus 157 tenemos cuarenta y ocho, en el Locus 158 tenemos diez, en el Locus 161 tenemos uno, en el Locus 164 tenemos tres y en el Locus 165 tenemos doce.
TIPOS DE DECORACIÓN Para este análisis utilizamos solo los fragmentos diagnósticos que presentaran algún tipo de decoración, tanto de las excavaciones como de las recolecciones superficiales. La muestra comprende un total de ciento veinticinco tiestos, los cuales hemos divido siguiendo las clasificaciones preexistentes (principalmente Steadman 1995) para sitios similares. De las decoraciones, la Monocroma concentra la mayor cantidad de tiestos con ochenta y cuatro fragmentos que representan el 67,20% de la muestra.
En cuanto a la granulometría la pasta tiende al 0, teniendo setenta y dos fragmentos con una granulometría de 0, veinticuatro con una granulometría de 1, cuatro con una granulometría de 2 y dos con una granulometría de 3. En la forma de los antiplásticos tiende a la redondez, teniendo tres fragmentos en la escala de 2, cuatro en la escala de 3, ochenta y ocho en la escala de 4 y siete en la escala de 5.
Acanalado Este tipo de decoración hace referencia a una depresión en la superficie del fragmento a manera de surco, la cual debió de realizarse con un punzón u otro objeto de punta ancha; posee mayores dimensiones que una incisión.
COCCIÓN Para este análisis utilizamos todos los fragmentos diagnósticos y no diagnósticos que provienen de la Unidad 04, es la misma muestra que utilizamos para las pastas. La muestra comprende un total de quinientos setenta tiestos, los cuales están divididos por su tipo de cocción. De estos la cocción incompleta concentra la mayor cantidad de tiestos con trescientos fragmentos que representan el 52,63% de la muestra.
Solo hallamos un fragmento con este tipo de decoración, representando a 0,80% de la muestra. El fragmento es parte de las recolecciones superficiales. Aplicación Incisa Se trata de aplicaciones sobre las cuales se ha realizado una depresión con un punzón u otro objeto, estas incisiones son por lo general de pequeña longitud y profundas. Debemos de mencionar que las aplicaciones por si solas han sido descartadas de esta tipología debido a su cualidad utilitaria; nuestros ejemplares son agarraderas.
Incompleta Encontramos trescientos fragmentos con esta cocción que equivalen a 52,63% de la muestra. En el Locus 150 tenemos dos fragmentos, en el Locus 151 tenemos trece, en el Locus 152 tenemos diez, en el Locus 153 tenemos dieciocho, en el Locus 155 tenemos dos, en el Locus 156 tenemos treinta, en el Locus 157 tenemos ciento diez, en el Locus 158 tenemos treinta y uno, en el Locus 162 tenemos cinco, en el Locus 164 tenemos treinta y cuatro, y en el Locus 165 tenemos cuarenta y cinco.
Hallamos tres fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 06, representando el 2,40% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos solo uno en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos también uno en el Locus 157. En la Unidad 06 tenemos solo uno en el Locus 252.
141
142 26
10
2
14
152
41
18
5
18
153
3
2
1
155
58
30
7
21
156
220
110
27
83
157
Unidad 04
50
31
2
17
158
2
2
161
13
5
1
7
162
45
34
2
9
164
79
45
8
26
165
570
300
62
208
Total
0.35% 5.44% 4.56% 7.19% 0.53% 10.18% 38.60% 8.77% 0.35% 2.28% 7.89% 13.86% 100.00%
31
2
Total por locus
% por locus
13
2
Incompleta
10
151 8
150
Reductora
Oxidante
Cocción
Locus
100.00%
52.63%
10.88%
36.49%
%
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Cuadro 9. Distribución del tipo de cocción por locus de procedencia, Unidad 04.
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
30.00% 25.26%
25.00%
20.00% 16.14%
oxidante
15.00%
reductora Incompleta
10.70% 8.77%
10.00% 7.02% 5.09%
5.00%
2.63%
1.75% 1.40%
2.46%
1.75% 0.35%
3.33%
5.79%
3.51%
0.88%
1.58%
1.58%
0.00% A
B
C
D
E
F
Figura 138. Distribución porcentual del total de la muestra por tipo de cocción en las capas de la Unidad 04.
100% 90% 80%
38.46% 45.45%
45.45% 55.45%
54.34%
54.35%
70% 60%
7.69%
50%
Incompleta
24.24%
40% 30% 20%
reductora
11.36% 8.18%
10.94%
9.78%
36.36%
34.72%
35.87%
oxidante
53.85% 43.18% 30.30%
10% 0% A
B
C
D
E
F
Figura 139. Distribución porcentual del tipo de cocción en los totales de cada capa de la Unidad 04.
143
144
5
18
2
6
33
Monocromo
Policromo inciso/pintado
Qaluyu policromo
Total por locus
1
1
4
2
1
1
2
2
10
1
9
2
1
1
9
1
8
151 152 153 155 156
22
2
2
16
1
1
157
Unidad 05
9
1
1
7
2
1
1 4
4
4
4
9
7
2
1
1
6
1
1
4
1
1
158 161 162 164 165 200 201 204
Unidad 04
8
6.40
33
26.40
% por unidad
60.00
75
6.40
8
26.40 4.00 1.60 0.80 1.60 1.60 8.00 1.60 7.20 17.60 7.20 1.60 3.20 3.20 7.20 0.80 4.80 0.80
2
1
1
2
Total por unidad
% por locus
1
4
Inciso monocromo
2
1
Bícromo oscuro/claro
2
1
Unidad 01
1
1
Sup.
Bícromo claro/oscuro
Aplicación incisa
Acanalado
Tipo de decoración
Unidad y locus
0.80
1
0.80
1
1
252
Unidad 06
100.00
125
100.00
125
14
9
84
10
3
1
3
1
Total
100.00
11.20
7.20
67.20
8.00
2.40
0.80
2.40
0.80
%
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 10. Distribución del tipo de decoración por locus de procedencia, Unidad 01, Unidad 04, Unidad 05 y Unidad 06.
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
30.00% 26.67%
25.00%
20.00%
Aplicación incisa 14.67%
15.00%
Inciso monocromo Monocromo
13.33%
Policromo inciso/pintado Qaluyu policromo
10.00%
4.00%
5.00% 2.67% 1.33%
2.67% 1.33% 1.33%
2.67% 2.67% 1.33%
0.00% A
B
C
D
E
F
Figura 140. Distribución porcentual del total de la muestra por tipo de decoración en las capas de la Unidad 04.
100%
8.33%
10.00%
90%
7.69% 7.69%
15.00%
80%
50.00%
70%
Qaluyu policromo
60%
84.62% 100.00%
50%
83.33%
Monocromo
76.92%
Inciso monocromo
40% 30%
Policromo inciso/pintado
Aplicación incisa 50.00%
20% 10%
3.85% 3.85%
8.33%
0% A
B
C
D
E
15.38%
F
Figura 141. Distribución porcentual del tipo de decoración en los totales de cada capa de la Unidad 04.
145
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ locus 161. En la Unidad 05 solo tenemos uno en el Locus 201.
Monocromo Decoración que adhiere color único a la pieza, en nuestro caso los elementos con este tipo de decoración son engobes de la pieza. En muchos de los casos identificados el engobe es del mismo color de la pasta cerámica57, por lo que no se indica con simbología en el dibujo.
Inciso monocromo Se caracteriza por incisiones sobre un fondo de un solo color, engobado o no, las superficies más comunes son incisiones sobre fondos de color rojo, marrón rojizo, negro o gris (Steadman 1995: 88-91).
Encontramos ochenta y cuatro fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en las recolecciones superficiales, en la Unidad 01, en la Unidad 04, en la Unidad 05 y Unidad 06, representando el 67,20% de la muestra. Tenemos dieciocho fragmentos de las recolecciones superficiales. En la Unidad 01 tenemos dos en el Locus 01 y uno en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 152, nueve en el Locus 153, uno en el Locus 155, ocho en el Locus 156, dieciséis en el Locus 157, siete en el Locus 158, cuatro en el Locus 162, cuatro en el Locus 164 y siete en el locus 165. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 200 y cuatro en el Locus 201.
Hallamos diez fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en las recolecciones superficiales, en la Unidad 04 y Unidad 05, representando el 8,00% de la muestra. Tenemos cuatro fragmentos de las recolecciones superficiales. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 151, uno en el Locus 155, uno en el Locus 157 y dos en el locus 165. En la Unidad 05 solo tenemos uno en el Locus 204. Polícromo Inciso/Pintado Decoración caracterizada por pintura negra, crema, amarilla o blanca sobre un engobe rojo, combinado con incisiones que delimitan las áreas de color; los motivos incluyen bandas, elementos escalonados, triángulos, zigzag, entre otros motivos (Steadman 1995: 83-87).
Bícromo Oscuro/Claro Decoración que se caracteriza por superponer un color oscuro sobre un fondo claro, generalmente los colores negro y marrón se superponen a un crema, naranja o rojo.
Ubicamos nueve fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en las recolecciones superficiales, en la Unidad 04 y Unidad 05, representando el 7,20% de la muestra. Tenemos dos fragmentos de las recolecciones superficiales. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 151, uno en el Locus 156, dos en el Locus 157, uno en el Locus 158 y uno en el Locus 161. En la Unidad 05 solo tenemos uno en el Locus 201.
Hallamos tres fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en las recolecciones superficiales y en la Unidad 01, representando el 2,40% de la muestra. Tenemos un fragmento de las recolecciones superficiales. En la Unidad 01 tenemos dos en el Locus 01. Bícromo Claro/Oscuro El único fragmento hallado superpone dos bandas de color crema a un fondo de color negro. Hallamos solo un fragmento con este tipo de decoración en las recolecciones superficiales representando el 0,80% de la muestra.
ANÁLISIS CRUZADOS Formas específicas - grupos de pasta En este análisis la muestra se reduce a los bordes y bases que nos indican una forma específica de vasija y que fueron recogidas en la Unidad 04. La muestra comprende un total de cuarenta y ocho fragmentos. Por la reducida cantidad de la muestra hemos utilizado para la comparación los grupos de pasta.
Qaluyu polícromo Siguiendo a Steadman (1995: 78-81) este tipo de decoración se caracteriza por ejecutar un color oscuro sobre fondo claro en las paredes exteriores de tazones y presentar una banda de engobe rojo en el borde y base y engobe rojo en el interior de la vasija. Para nuestros especímenes no hemos identificado las bandas de engobe rojo.
Así, para los cántaros tenemos dos fragmentos en el Grupo I, tres en el Grupo II, cinco en el Grupo III y uno en el Grupo IV. Para los cuencos tenemos un fragmento en el Grupo I y dos en el Grupo 3. Para las ollas tenemos un fragmento en el Grupo II, cinco en el Grupo III y uno en el Grupo IV. Para los tazones tenemos tres fragmentos en el Grupo I, cuatro en el Grupo II, quince en el Grupo III y cinco en el Grupo IV.
Encontramos catorce fragmentos con este tipo de decoración, repartidos en las recolecciones superficiales, en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 05, representando el 11,20% de la muestra. Tenemos seis fragmentos de las recolecciones superficiales. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 01 y otro en el Locus 04. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 153, dos en el Locus 157, uno en el Locus 158 y uno en el
Formas específicas - cocción En este análisis la muestra se reduce a los bordes y bases que nos indican una forma específica de vasija y que fueron recogidas en la Unidad 04. La muestra comprende un total de cuarenta y ocho fragmentos.
57
Muchos autores solo consideran engobe al baño de arcilla diluida que se realiza con la misma arcilla con la que se está manufacturando la pieza, y por ende el mismo color; al contrario otros manifiestan que el engobe puede ser de un color distinto. No ahondaremos sobre este problema de la ontología decorativa, solo queremos dejar constancia.
146
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 11. Distribución de las formas por grupo de pasta. Grupo de pasta I
II
III
IV
Total
Cántaro
2
3
5
1
11
Cuenco
1
Forma especifica
2
Olla
3
1
5
1
7
Tazón
3
4
15
5
27
Total por grupo de pasta
6
8
27
7
48
12.50% 16.67% 56.25% 14.58% 100.00%
% por grupo de pasta
35.00%
31.25%
30.00% 25.00% I 20.00%
II III
15.00% 10.42%
10.00% 5.00%
10.42%
10.42%
8.33% 6.25%
IV
6.25%
4.17%
4.17% 2.08%
2.08%
2.08% 2.08%
0.00% cantaro
cuenco
olla
tazón
Figura 142. Distribución porcentual del total de la muestra por grupos de pasta de acuerdo a las formas cerámicas.
100%
9.09%
14.29%
90%
18.52%
80% 70%
45.45%
66.67%
IV
60% 71.43%
50%
55.56%
III II
40%
I
27.27%
30% 20% 10%
14.81%
33.33% 18.18%
14.29%
11.11%
0% cantaro
cuenco
olla
tazón
Figura 143. Distribución porcentual de los grupos de pasta en los totales de cada forma cerámica.
147
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Cuadro 12. Distribución de las formas por tipo de cocción. Cocción
Tipo de cocción
Forma especifica
Incompleta Oxidante Reductora
Cántaro
3
6
Cuenco
2
3
Total
%
11
22.92%
3
6.25%
Olla
3
3
1
7
14.58%
Tazón
9
17
1
27
56.25%
Total por tipo de cocción
15
29
4
48
100.00%
% por tipo de cocción
31.25%
60.42%
8.33%
100.00%
40.00% 35.42%
35.00% 30.00% 25.00%
Incompleta 18.75%
20.00% 15.00% 10.00% 5.00%
oxidante reductora
12.50%
6.25%
6.25%
6.25%
4.17% 2.08%
2.08%
0.00% cantaro
cuenco
olla
tazón
Figura 144. Distribución porcentual del total de la muestra por tipo de cocción de acuerdo a las formas cerámicas.
3.70%
100% 90%
14.29%
18.18%
80% 70% 60%
42.86%
62.96%
reductora
54.55%
100.00%
50%
oxidante Incompleta
40% 30% 20%
42.86% 33.33%
27.27%
10% 0% cantaro
cuenco
olla
tazón
Figura 145. Distribución porcentual de los tipos de cocción en los totales de cada forma cerámica.
148
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI Así, para los cántaros tenemos tres fragmentos de cocción incompleta, seis de cocción oxidante y dos de cocción reductora. Para los cuencos solo tenemos tres fragmentos de cocción oxidante. Para las ollas tenemos tres fragmentos de cocción incompleta, tres de cocción oxidante y uno de cocción reductora. Los tazones tienen nueve fragmentos de cocción incompleta, diecisiete de cocción oxidante y uno de cocción reductora.
tenemos decoración Acanalada con un fragmento, decoración Inciso monocromo con dos, decoración monocroma con veintiséis, decoración Policromo inciso/pintado con tres y decoración Qaluyu policromo con siete. 4.4. ANÁLISIS LÍTICO METODOLOGIA
Decoración - grupos de pasta Para este análisis la muestra comprende a los fragmentos diagnósticos que presentan decoración y que fueron recogidas en la Unidad 04. La muestra comprende un total de setenta y cinco fragmentos.
Una vez limpio el material lítico, se rotuló (usando el mismo código que para la cerámica y solo se dio cuenta del código anotándolo en una etiqueta dentro de la bolsa del objeto), luego se dibujaron los objetos líticos seleccionados (principalmente dibujamos puntas líticas y otros objetos de relevancia). Para el dibujo se usó principalmente los mismos materiales que para el dibujo cerámico, pero enfatizando en el registro de la nervaduras y negativos que presentaron los restos líticos.
Así, para los de decoración Aplicación incisa el único fragmento es de Pasta F. Para los fragmentos con decoración Inciso monocromo tenemos un fragmento de Pasta F, dos de Pasta G y dos de Pasta H. Para los fragmentos con decoración Monocroma tenemos dos fragmentos de Pasta B, seis de Pasta E, siete de Pasta F, treinta y cuatro de Pasta G, y nueve de Pasta H. Para los fragmentos con decoración Policromo inciso/pintado tenemos cuatro fragmentos de Pasta F, uno de Pasta G y uno de Pasta H. Para los fragmentos con decoración Qaluyu Policromo tenemos un fragmento de Pasta E, dos de Pasta G y dos de Pasta H.
Luego se clasificaron los elementos según su forma y función. La muestra incluyo la totalidad de los restos líticos recogidos. Asimismo también usamos una hoja de cálculo de Microsoft Excel para registrar los principales datos del material analizado, donde se anotó del número de caja, bolsa, unidad, locus, código (si lo tuviera), tipo de utensilio o resto, soporte o materia prima utilizada en la elaboración.
Decoración - cocción Para este análisis la muestra comprende a los fragmentos diagnósticos que presentan decoración y que fueron recogidos en la Unidad 04. La muestra comprende un total de setenta y cinco fragmentos.
Con esta información se procedió a elaborar cuadros estadísticos, que nos sirvieron para mesurar la producción de objetos y el tipo de objetos utilizados en el área de la excavación, lo que nos permite inferir prácticas sociales. Así también el soporte utilizado (materia prima) y los retoques empleados para la producción de los restos líticos nos sirvieron para medir la cantidad de trabajo invertido en la producción de estos.
Así, para los de decoración Aplicación incisa el único fragmento es de cocción incompleta. Para los fragmentos con decoración Inciso monocromo tenemos dos fragmentos de cocción incompleta, y tres de cocción oxidante. Para los fragmentos con decoración Monocroma tenemos veinte fragmentos de cocción incompleta, treinta y seis de cocción oxidante y dos de cocción reductora. Para los fragmentos con decoración Policromo inciso/pintado tenemos cinco fragmentos de cocción oxidante y uno de cocción reductora. Para los fragmentos con decoración Qaluyu Policromo tenemos cinco de cocción oxidante.
Para un mejor registro, se fotografió todos los elementos, para ello se utilizó una cámara digital semi-profesional marca NIKON de 10 megapíxeles. DESCRIPCIÓN DEL ANÁLISIS LÍTICO De las excavaciones hemos recuperado ciento setenta y cinco piezas de material lítico, las cuales clasificamos en: Debitage, utensilios tallados, guijarros y cantos rodados, utensilios pulidos, y desechos. Dentro de las mencionadas categorías los objetos se han identificado según su forma y función, y de acuerdo al contexto de donde provienen estos. También realizamos un análisis de la materia prima que sirvió de soporte para los objetos líticos identificados y su relación artefactual y contextual.
Decoración - formas específicas En este análisis la muestra se reduce a los bordes y bases que nos indican una forma específica de vasija y que tienen algún tipo de decoración. La muestra comprende un total de cincuenta fragmentos. Así, para los cántaros tenemos solo decoración Monocroma con cuatro fragmentos. Para los cuencos tenemos decoración Inciso monocromo con un fragmento y decoración Monocroma con tres. Para las ollas tenemos decoración Inciso monocromo con dos fragmentos y decoración Monocroma con uno. Para los platos tenemos decoración Bícroma oscuro/claro con dos fragmentos y decoración Monocroma con uno. Para los tazones
DESCRIPCIÓN POR CATEGORÍAS Debitage Identificamos treinta y nueve piezas líticas que corresponden al 22,29% del total del material lítico. Dentro de esta categoría las lascas simples representan a la mayoría con treinta y seis elementos que conforman el 20,57% del total de la muestra.
149
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 13. Distribución de los tipos de decoración por grupo de pasta. Grupo de pasta I
Tipo de decoración
II
III
IV
Total
%
1
1.33%
Aplicación incisa
1
Inciso monocromo
3
2
5
6.67%
41
9
58
77.33%
5
1
6
8.00%
1
2
2
5
6.67%
7
52
14
75
100.00%
Monocromo
2
6
Policromo inciso/pintado Qaluyu polícromo 2
Total por grupo de pasta % por grupo de pasta
2.67% 9.33% 69.33% 18.67% 100.00%
60.00%
54.67%
50.00% 40.00% I II
30.00%
III 20.00%
IV 12.00% 8.00%
10.00% 1.33%
4.00%
6.67%
2.67% 2.67%
1.33%
1.33%
2.67%
0.00% Aplicación incisa
Inciso monocromo
Monocromo
Policromo inciso/pintado
Qaluyu policromo
Figura 146. Distribución porcentual del total de la muestra por grupo de pasta de acuerdo al tipo de decoración.
100% 15.52%
90%
16.67%
40.00%
80%
40.00%
70%
IV
60%
III
50%
100.00%
70.69% 83.33%
40%
II 40.00%
I
60.00%
30% 20%
20.00%
10.34%
10%
3.45%
0% Aplicación incisa
Inciso monocromo
Monocromo
Policromo inciso/pintado
Qaluyu policromo
Figura 147. Distribución porcentual de los grupos de pasta en los totales de cada tipo de decoración.
150
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI Cuadro 14. Distribución de los tipos de decoración por tipo de cocción. Cocción Incompleta Oxidante Reductora
Tipo de decoración
50.00% 45.00% 40.00% 35.00% 30.00% 25.00% 20.00% 15.00% 10.00% 5.00% 0.00%
Total
Aplicación incisa
1
1
Inciso monocromo
2
3
Monocromo
20
36
2
58
Policromo inciso/pintado
5
1
6
Qaluyu polícromo
5
5
5
Total por tipo de cocción
23
49
3
75
% por tipo de cocción
30.67%
65.33%
4.00%
100.00%
48.00%
26.67%
Incompleta 1.33%
4.00% 2.67%
6.67% 2.67%
6.67%
1.33%
oxidante reductora
Figura 148. Distribución porcentual del total de la muestra por tipo de cocción de acuerdo al tipo de decoración.
100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%
16.67%
60.00%
62.07%
100.00%
100.00% 83.33%
reductora 40.00%
oxidante
34.48%
0.00%
0.00%
Incompleta
Figura 149. Distribución porcentual de los tipos de cocción en los totales de cada tipo de decoración.
151
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 15. Distribución de los tipos de decoración por formas cerámicas. Formas especificas
Total
%
1
1
1.89%
2
4
7.55%
2
5
9.43%
26
35
66.04%
Policromo inciso/pintado
3
3
5.66%
Qaluyu policromo
5
5
9.43%
39
53
100.00%
Tipo de decoración
Cántaro Cuenco
Olla
Plato
Acanalado Bícromo oscuro/claro
2
Inciso monocromo Monocromo
50.00% 45.00% 40.00% 35.00% 30.00% 25.00% 20.00% 15.00% 10.00% 5.00% 0.00%
4
Total por forma
4
% por forma
7.55%
1
2
3
1
4
1
3
3
Tazón
7.55% 5.66% 5.66% 73.58% 100.00%
48.08%
cantaro 13.46%
1.92%
3.85%
7.69% 5.77% 3.85% 3.85% 1.92% 1.92%
5.77%
cuenco olla plato tazón
Figura 150. Distribución porcentual del total de la muestra por forma cerámica de acuerdo al tipo de decoración.
Lasca simple Se contabilizaron treinta y seis elementos que equivalen al 20,57% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
de esta categoría las raederas representan a la mayoría con catorce elementos que conforman el 8% del total de la muestra. Punta Se contabilizaron dos elementos que equivalen al 1,14% del total de la muestra. Se ubican en el Locus 201 de la Unidad 05 y el Locus 252 de la Unidad 06.
Lasca retocada Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 152 de la Unidad 04.
Preforma (punta) Se contabilizaron cuatro elementos que equivalen al 2,29% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
Núcleo Se contabilizaron dos elementos que equivalen al 1,14% del total de la muestra. Se ubican en el Locus 151 y el Locus 152 de la Unidad 04.
Raedera Se contabilizaron treinta y seis elementos que equivalen al 20,57% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
Utensilios tallados Identificamos treinta y cinco piezas líticas que corresponden al 20% del total del material lítico. Dentro
152
153
Desechos
Lasca simple
Desechos de talla 14
11
4
2
1
1
3
4
3
1
4
8
2
1
2
1
1
1
151
4
1
1
2
152
15
7
1
1
1
1
4
153
1
1
155
4
2
1
1
156
42
18
1
2
1
2
4
2
12
157
Unidad 4
10
4
1
1
1
1
1
1
158
2
1
1
159
3
1
1
1
161
4
1
1
1
1
164
7
5
1
1
165
25
14
1
1
1
1
3
1
3
201
6
5
1
204
Unidad 5
1
1
250
3
1
2
100 57.14
33 18.86
% por unidad
17.71
31
6.29
11
4
7
5
1
1
251 252
Unidad 6
6.29 8.00 2.29 2.29 4.57 2.29 8.57 0.57 2.29 24.00 5.71 1.14 1.71 2.29 4.00 14.29 3.43 0.57 1.71
11
1
1
1
2
5
1
1
1
3
1
Unidad 1
Total por unidad
% por locus
Otros
Recipientes
Pulidor
Asa
Cuenta
Discos
Plaquetas
Proyectil
Azada
Bec
Microdenticulado
Denticulado
Escotadura-Denticulado
Escotadura
Raedera
Preforma (punta)
Punta
Núcleo
Lasca retocada
Total por locus
Utensilios pulidos
Guijarros y cantos rodados
Utensilios tallados
Debitage
Artefactos
Unidad y Locus
100.00
175
100.00
175
86
1
3
1
1
1
3
4
1
2
3
1
4
2
3
14
4
2
2
1
36
Total
100.00
49.14
0.57
1.71
0.57
0.57
0.57
1.71
2.29
0.57
1.14
1.71
0.57
2.29
1.14
1.71
8.00
2.29
1.14
1.14
0.57
20.57
%
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 16. Distribución de los artefactos líticos por locus de procedencia, Unidad 01, Unidad 04, Unidad 05 y Unidad 06.
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
20.00%
19.00%
18.00% 16.00% 14.00%
13.00%
12.00% 10.00% 8.00%
7.00%
7.00%
6.00%
5.00% 4.00%
4.00%
4.00%
4.00% 2.00%
2.00%
2.00% 2.00%
1.00% 1.00%
2.00%
1.00% 1.00% 1.00%1.00%
2.00% 1.00% 1.00% 1.00% 1.00%
0.00% A
B
C
D
E
Azada Bec Cuenta Denticulado Desecho Disco Escotadura Lasca Lasca retocada Microdenticulado Núcleo Objeto cuadrangular Otros Plaqueta Preforma (punta) Proyectil Pulidor Raedera Recipiente
F
Figura 151. Distribución porcentual de los artefactos líticos en las capas de la Unidad 04, según tipología lítica.
Escotadura Se contabilizaron catorce elementos que equivalen al 8% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
cuatro elementos que conforman el 2,29% del total de la muestra. Proyectil Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 157 de la Unidad 04.
Escotadura-denticulado Se contabilizaron dos elementos que equivalen al 1,14% del total de la muestra. Se ubican en el Locus 02 de la Unidad 01 y en el Locus 201 de la Unidad 05.
Plaqueta Se contabilizaron cuatro elementos que equivalen al 2,29% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
Denticulado Se contabilizaron cuatro elementos que equivalen al 2,29% del total de la muestra. Estos se ubican principalmente en la Unidad 04, en el Locus 151 y el Locus 165.
Disco Se contabilizaron tres elementos que equivalen al 1,71% del total de la muestra. Estos se ubican principalmente en la Unidad 04, en el Locus 158 y el Locus 159.
Micro-denticulado Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 153 de la Unidad 04.
Utensilios pulidos Identificamos siete piezas líticas que corresponden al 4% del total del material lítico. Dentro de esta categoría los recipientes o tazones representan a la mayoría con tres elementos que conforman el 1,71% del total de la muestra.
Bec Se contabilizaron tres elementos que equivalen al 1,71% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
Cuenta Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 157 de la Unidad 04.
Azada Se contabilizaron dos elementos que equivalen al 1,14% del total de la muestra. Se ubican en el Locus 158 de la Unidad 04 y en el Locus 201 de la Unidad 05.
Asa Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 02 de la Unidad 01.
Guijarros y cantos rodados Identificamos ocho piezas líticas que corresponden al 4,57% del total del material lítico. Dentro de esta categoría las plaquetas representan a la mayoría con
154
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
a
b
c
d
Figura 152. Artefactos líticos; a) azada; b-d) recipientes o tazones.
155
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
a
b
d
c
Figura 153. Puntas y preformas (puntas) líticas; a, b) preformas (puntas); c, d) puntas.
Pulidor Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 158 de la Unidad 04.
DESCRIPCIÓN POR CONTEXTOS Unidad 01 Se recuperaron treinta y tres restos líticos que pertenecen a lascas simples, raederas, escotaduras, escotaduradenticulados, denticulados, discos, asas y desechos de talla, representando 18,86 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 02.
Recipiente o Tazón Se contabilizaron tres elementos que equivalen al 1,71% del total de la muestra. Se ubican en el Locus 155, el Locus 158 y el Locus 161 de la Unidad 04.
Locus 01 Presenta once restos líticos lo que equivale a 6,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: tres lascas simples, una raedera, una escotadura, un denticulado y cinco desechos de talla.
No clasificado Se contabilizó un elemento que equivale al 0,57% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 157 de la Unidad 04. Se trata de un objeto con una concavidad en el centro de la pieza lítica.
Locus 02 Presenta catorce restos líticos lo que equivale a 8,00 % de la muestra. Entre estos tenemos: una escotaduradenticulado, un disco, un asa y once desechos de talla.
Desechos En esta categoría solo identificamos desechos de talla, los cuales son los restos líticos con mayor cantidad en la muestra.
Locus 03 Presenta cuatro restos líticos lo que equivale a 2,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, una raedera y dos desechos de talla.
Desecho de talla Se contabilizaron ochenta y seis elementos que equivalen al 49,14% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
156
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
a
b
c
d
e
Figura 154. Puntas y preformas (puntas) líticas; a, b) preformas (puntas); c-e) puntas.
Locus 04 Presenta cuatro restos líticos lo que equivale a 2,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: una raedera y tres desechos de talla.
un núcleo, una preforma, un micro-denticulado, un bec y siete desechos de talla. Locus 155 Solo presenta un resto lítico lo que equivale a 0,57 % de la muestra. Se trata de un recipiente o tazón.
Unidad 04 Se recuperaron cien restos líticos que presentan casi todos los objetos líticos descritos líneas arriba con excepción de las escotadura-denticulados y las asas, representando 57,14 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 157.
Locus 156 Presenta cuatro restos líticos lo que equivale a 2,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, una raedera y dos desechos de talla.
Locus 151 Presenta ocho restos líticos lo que equivale a 4,57 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, un núcleo, una preforma, dos raederas, un denticulado y dos desechos de talla.
Locus 157 Presenta cuarenta y dos restos líticos lo que equivale a 24,00 % de la muestra. Entre estos tenemos: doce lascas simples, dos preformas, cuatro raederas, dos becs, un proyectil, dos plaquetas, una cuenta y dieciocho desechos de talla.
Locus 152 Presenta cuatro restos líticos lo que equivale a 2,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: dos lascas simples, una lasca retocada y un objeto no clasificado.
Locus 158 Presenta diez restos líticos lo que equivale a 5,71 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, una raedera, una azada, un disco, un pulidor, un recipiente o tazón y cuatro desechos de talla.
Locus 153 Presenta quince restos líticos lo que equivale a 8,57 % de la muestra. Entre estos tenemos: cuatro, lascas simples,
157
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Locus 159 Presenta dos restos líticos lo que equivale a 1,14 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple y un disco.
MATERIA PRIMA De todo el material lítico analizado, encontramos minerales y rocas, los tres tipos: Rocas Ígneas, Rocas Metamórficas y Rocas Sedimentarias. De estas las Rocas Ígneas presentan la mayor cantidad, con ochenta y ocho objetos líticos que equivalen al 50,29% del total analizado.
Locus 161 Presenta tres restos líticos lo que equivale a 1,71 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, un recipiente o tazón y un desecho de talla.
Rocas ígneas Identificamos setenta y siete piezas líticas que representa el 44,00% de la muestra. Dentro de la rocas identificadas tenemos: Andesita, Basalto, Basalto olivínico, Pómez y Obsidiana. Entre estas rocas la Obsidiana es la que tiene mayor cantidad de elementos, con cincuenta y ocho elementos que representan el 33,14% de las piezas analizadas.
Locus 164 Presenta cuatro restos líticos lo que equivale a 2,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, una escotadura, una plaqueta y un desecho de talla. Locus 165 Presenta siete restos líticos lo que equivale a 4,00 % de la muestra. Entre estos tenemos: una raedera, una escotadura, un denticulado y cinco desechos de talla.
Andesita Hallamos tres elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 05, que equivalen a 1,71% de la muestra. En la Unidad 01 solo tenemos uno en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 158. En la Unidad 05 tenemos solo un elemento en el Locus 201.
Unidad 05 Se recuperaron treinta y un restos líticos que pertenecen a lascas simples, puntas, raederas, escotaduras, escotaduradenticulados, denticulados, azadas y desechos de talla, representando 17,71 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 201.
Entre los objetos hechos en Andesita tenemos: una raedera, un asa y un desecho de talla.
Locus 201 Presenta veinticinco restos líticos lo que equivale a 14,29 % de la muestra. Entre estos tenemos: tres lascas simples, una punta, tres raederas, una escotadura, una escotaduradenticulado, un denticulado, una azada y catorce desechos de talla.
Basalto Encontramos siete elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01 y en la Unidad 04, que equivalen a 4,00% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos dos en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 158 y uno en el Locus 151, Locus 153 y Locus 157, respectivamente.
Locus 204 Presenta seis restos líticos lo que equivale a 3,43 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple cinco desechos de talla.
Entre los objetos hechos en Basalto tenemos: una lasca simple, un núcleo, un proyectil, un pulidor, un recipiente o tazón y dos desechos de talla.
Unidad 06 Se recuperaron once restos líticos que pertenecen a lascas simples, puntas, plaquetas y desechos de talla, representando 6,29 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 252.
Basalto olivínico Hallamos siete elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 05, que equivalen a 4,00% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos dos en el Locus 02 y uno en el Locus 04. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 157, uno en el Locus 158 y otro en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos también solo uno en el Locus 201.
Locus 250 Solo presenta un resto lítico lo que equivale a 0,57 % de la muestra. Se trata de un desecho de talla. Locus 251 Presenta tres restos líticos lo que equivale a 1,71 % de la muestra. Entre estos tenemos: dos lascas simples y una plaqueta.
Entre los objetos hechos en Basalto olivino tenemos: una escotadura-denticulado, una azada y cinco desechos de talla. Pómez Ubicamos dos elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 06, que equivalen a 1,14% de la muestra. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 157 y otro en el Locus 251 de la Unidad 06.
Locus 252 Presenta siete restos líticos lo que equivale a 4,00 % de la muestra. Entre estos tenemos: una lasca simple, una punta y cinco desechos de talla.
Entre los objetos hechos en Pómez solo tenemos dos plaquetas.
158
159
1 1
1 2 7 4.00
3 1.71
Total por roca
% por roca
2
175 100.00
Total
% Total
6.86
6.86
12
44.00
33.14
58
9
% por tipo de roca
1.14
2
20
12
4.00
7
5
77
Desechos de talla
1
Otros
1
Pulidor
1
Recipientes
Asa
Cuenta
Discos
Plaquetas
1
1
Bec 1
1
Microdenticulado
Azada
1
1
6.29
11
4
1
1
1
2 2
44.00
77
2.29
4
1
1
35.43
62
37
1
3
1
2
11
7
Escotadura EscotaduraDenticulado Denticulado
Proyectil
1
Arenisca Caliza Chert
Rocas Sedimentarias
1
1
1
1
Cuarcita
Roca Metamórficas
6
4
Raedera
2
1
21
Punta
1
1
Basalto Pómez Obsidiana olivínico
Preforma (punta)
Núcleo
Lasca retocada
Lasca simple
Andesita Basalto
Rocas Ígneas
Total por tipo de roca
Desechos
Utensilios pulidos
Guijarros y cantos rodados
Utensilios tallados
Debitage
Categorías
Minerales y tipo de roca
1.14
2
1
1
Crisocola o Turquesa
5.14
9
2.86
5
4
1
1.14
2
2
Cuarzo Talco
Minerales
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 17. Distribución de los artefactos por minerales y tipo de roca.
160
0.00%
5.00%
10.00%
15.00%
20.00%
25.00%
0.57%
0.57%
2.29% 1.71% 1.14% 0.57% 1.14% 1.14%
2.86%
5.14%
11.43%
21.14%
0.57%
1.14% 1.14% 0.57%
2.29% 0.57%
1.14%
0.57%
4.00% 3.43%
6.29%
12.00%
Talco
Pómez
Obsidiana
Cuarzo
Cuarcita
Crisocola o Turquesa
Chert
Caliza
Basalto olivínico
Basalto
Arenisca
Andesita
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 155. Distribución porcentual del total de la muestra de artefactos líticos por tipología lítica y la materia prima utilizada.
161
Minerales
Sedimentarias
Metamórficas
Ígneas
Total
Talco
Chert Crisocola o Turquesa Cuarzo 1
9
1
5
1
1
1
1
1
Arenisca
Caliza
1
1
1
2
Cuarcita
Obsidiana
Pómez
Basalto olivínico
2
1
1
3
4
1
2
1
1
1
2
2
8
1
1 1
3
2
2
7
1
7
20
1
1
1
2
1
3
1
2
1
2
Basalto
3 1
2
1
1
1
2
2
1
1
3
1
2
1
1
15
1
6
1
1
3
3
1
2
1
6
1
1.14 100.00
175
2.86
1.14
35.43
2.29
6.29
6.86
33.14
1.14
4.00
4.00
1.71
%
2
5
2
62
4
11
12
58
2
7
7
3
Unidad Unidad 6 5 Total 4 151 152 153 155 156 157 158 159 161 164 165 201 204 250 251 252 Unidad 4
1
1
Unidad 1
Andesita
Minerales y tipo de roca
Unidad y Locus
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 18. Distribución de los minerales y tipos de roca por locus de procedencia
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
25.00% Andesita 21.00%
Arenisca
20.00%
Basalto Basalto olivínico Caliza
15.00%
Chert 10.00%
Crisocola o Turquesa
9.00% 8.00%
8.00%
Cuarcita
7.00%
Cuarzo 5.00%
4.00% 3.00% 2.00% 1.00%
4.00% 3.00% 2.00% 1.00%
1.00%
0.00% A
B
C
2.00%
2.00% 1.00%
2.00%
1.00%
1.00%
E
F
Obsidiana
Pómez Talco
D
Figura 156. Distribución porcentual de los artefactos líticos en las capas de la Unidad 04, por materia prima utilizada.
Obsidiana Encontramos cincuenta y ocho elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04, en la Unidad 05 y Unidad 06, que equivalen a 33,14% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 01 y otro en el Locus 04. En la Unidad 04 tenemos cuatro en el Locus 151, uno en el Locus 152, ocho en el Locus 153, tres en el Locus 156, veinte en el Locus 157, tres en el Locus 158, dos en el Locus 161, uno en el Locus 164 y dos en el locus 165. En la Unidad 05 tenemos seis en el Locus 201 y tres en el Locus 204. En la Unidad 06 tenemos dos en el Locus 251 y uno en el Locus 252.
Rocas sedimentarias Identificamos setenta y siete piezas líticas que representa el 44,00% de la muestra. Dentro de las rocas identificadas tenemos: Arenisca, Caliza y Chert. De estas rocas, el Chert es la que tiene mayor cantidad de elementos, con sesenta y dos elementos que representan el 35,43% de las piezas analizadas. Arenisca Hallamos once elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 05, que equivalen a 6,29% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 02 y otro en el Locus 03. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 152, dos en el Locus 153 y uno en el Locus 157, Locus 159, Locus 161 y Locus 164, respectivamente. En la Unidad 05 solo tenemos uno en el Locus 201
Entre los objetos hechos en Obsidiana tenemos: veintiún lascas simples, una lasca retocada, dos puntas, cuatro preformas de puntas, seis raederas, una escotadura, un denticulado, un micro-denticulado, un bec y veinte desechos de talla.
Entre los objetos hechos en Arenisca tenemos: una lasca simple, una azada, dos plaquetas, un disco, un recipiente o tazón, el objeto no clasificado y cuatro desechos de talla.
Rocas metamórficas Identificamos ochenta y un piezas líticas que representa el 46,29% de la muestra. Dentro de este tipo de rocas solo hemos identificado una sola roca: Cuarcita.
Caliza Hallamos cuatro elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04 y Unidad 06, que equivalen a 2,29% de la muestra. En la Unidad 01 solo tenemos uno en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 155 y otro en el Locus 158. En la Unidad 06 solo tenemos uno en el Locus 250.
Cuarcita Ubicamos doce elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01 y en la Unidad 04, que equivalen a 6,86% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 02 y otro en el Locus 03. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 153, siete en el Locus 157 y uno en el Locus 165.
Entre los objetos hechos en Caliza tenemos: dos discos, un recipiente o tazón, y un desecho de talla.
Entre los objetos hechos en Cuarcita tenemos: una lasca simple, un núcleo, un bec y nueve desechos de talla.
162
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI Chert Establecimos la presencia de sesenta y dos elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01, en la Unidad 04, en la Unidad 05 y Unidad 06, que equivalen a 35,43% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos nueve en el Locus 01, cinco en el Locus 02, uno en el Locus 03 y dos en el Locus 04. En la Unidad 04 tenemos tres en el Locus 151, uno en el Locus 152, uno en el Locus 153, uno en el Locus 156, siete en el Locus 157, dos en el Locus 158, uno en el Locus 159, dos en el Locus 164 y tres en el locus 165. En la Unidad 05 tenemos quince en el Locus 201 y tres en el Locus 204. En la Unidad 06 solo tenemos seis en el Locus 252.
más diagnósticos; esto debido a nuestro, aún, precario conocimiento de la arqueozoología y por cuestiones de tiempo. Luego el material óseo que se seleccionó de cada bolsa fue limpiado utilizando cepillos dentales y pinceles para retirar la arena y tierra adherida al material. Luego clasificamos los elementos según la especie a la que pertenece y a la posición anatómica del resto óseo, como ya mencionamos la muestra incluyo la totalidad de las bolsas registradas, de donde se extrajo los restos más diagnósticos o de más fácil identificación. Ingresamos los datos obtenidos a una hoja de cálculo de Microsoft Excel para registrar los principales datos del fragmento óseo analizado, donde se registró el número de caja, bolsa, unidad, locus, si es un fragmento o un hueso entero, la parte del esqueleto, si el resto ha tenido algún tipo de alteración para producir un artefacto nuevo, la especie, si presenta corte y si los presentara en que parte del hueso identificado se ubica.
Entre los objetos hechos en Sílex tenemos: once lascas simples, siete raederas, dos escotaduras, una escotaduradenticulado, tres denticulados, un bec, y treinta y siete desechos de talla. Minerales Identificamos nueve piezas líticas que representan el 5,14% de la muestra. Dentro de los minerales identificados tenemos: Crisocola o Turquesa, Cuarzo y Talco. Entre estos minerales el Cuarzo es el que tiene mayor cantidad de elementos, con cinco elementos que representan el 2,86% de las piezas analizadas.
- Mamíferos: Para la identificación de estos restos óseos tomaremos en cuenta el patrón anatómico de un esqueleto de Lama glama “llama”, del Laboratorio de la casa del Programa Collasuyo, así como también bibliografía especializada de arqueozoología, tanto en osteología como en marcas de corte, como la producida por: Hesse y Wapnish (1985), Pacheco y otros (1979) y Sisson y Grossman (1990).
Crisocola o Turquesa Encontramos dos elementos hechos en este mineral, encontrados solo en la Unidad 04, en el Locus 157 y equivale a 1,14% de la muestra.
DESCRIPCIÓN ARQUEOZOOLÓGICO
Entre los objetos hechos en Crisocola o Turquesa tenemos: una cuenta y un desecho de talla.
DEL
ANÁLISIS
Aquí se presenta los especímenes identificados dentro del PHYLUM CHORDATA. En el análisis se han logrado identificar dos clases (Mammalia y Osteichthyes), de las cuales solo se ha analizado la clase Mammalia, con cuatro familias, cuatro especies y un NISP de trescientos treinta y cuatro, de los cuales la mayoría se concentra en el Locus 157 de la Unidad 04. Los peces solo han sido identificados a nivel de clase y se describirán marginalmente en este parágrafo. También se describe aquí el análisis de los huesos de camélido, donde hemos identificado huellas de corte. Y finalmente el análisis de los artefactos hechos en hueso.
Cuarzo Hallamos cinco elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 01 y en la Unidad 05, que equivalen a 2,86% de la muestra. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 01, Locus 02 y Locus 03. En la Unidad 04 solo tenemos dos en el Locus 157. Entre los objetos hechos en Cuarzo tenemos: una lasca simple y cuatro desechos de talla. Talco Registramos dos elementos hechos en esta roca, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, que equivalen a 1,14% de la muestra. En la Unidad 04 solo tenemos uno en el Locus 153. En la Unidad 05 también solo tenemos uno en el Locus 201.
DESCRIPCIÓN TAXONÓMICA Mamíferos El material corresponde a la CLASE MAMMALIA, a las taxas de cuatro familias, representadas por cuatro especies identificadas y una no identificada, denominada genéricamente como “mamífero N/I”. La especie con mayor cantidad de restos encontrados es la Lama sp. y la menos representada es la especie Canis familiaris.
Entre los objetos hechos en Talco solo tenemos dos desechos de talla.
Familia: Camelidae Especie: Lama sp “Camélido doméstico”. Biotopo: Domestico, herbazales, puna (alta montaña) y otras zonas abiertas y secas Se contabilizaron trescientos quince restos de esta especie que corresponde al 94,31% de la muestra total. Estos se concentran principalmente en el Locus 157 de la Unidad 04.
4.5. ANÁLISIS ARQUEOZOOLÓGICO METODOLOGÍA De los materiales mencionados analizamos los restos óseos de todas las unidades excavadas en el sitio, dentro de los cuales solo seleccionamos, de cada bolsa, los restos
163
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Familia: ¿Caviidae? Especie: ¿Cavia porcellus “cuy”?. Biotopo: humedales, barranco, páramo, bosque, cultivos, zona urbana, prados templados Se contabilizaron siete especímenes de esta especie que equivalen al 2,10% del total de la muestra. Estos se concentran principalmente en el Locus 164 de la Unidad 04.
muestra. Siendo la unidad con mayor concentración de material óseo. La mayor concentración de este material se encontró en el Locus 157.
Familia: Cervidae Especie: Odocoileus virginianus “Venado de cola blanca”. Biotopo: Lomas y bosques. Se contabilizó un espécimen de la especie que equivale al 0,30% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 165 de la Unidad 04.
Locus 155 Solo presenta cuatro especímenes de Lama sp., lo que equivale a 1,2 % de la muestra.
Familia: Canidae Especie: Canis familiaris “perro doméstico”. Biotopo: Zona urbana, domestica. Se contabilizó un espécimen de esta especie que equivale al 0,30% del total de la muestra. Ubicado en el Locus 01 de la Unidad 01.
Locus 157 Presenta noventa y seis especímenes de Lama sp., un espécimen de Cavia porcellus y cuatro especímenes de Mamífero N/I, lo que equivale a 30,24 % de la muestra.
Locus 153 Presenta catorce especímenes de Lama sp. y un espécimen de Cavia porcellus, lo que equivale a 4,49 % de la muestra.
Locus 156 Solo presenta trece especímenes de Lama sp, lo que equivale a 3,89 % de la muestra.
Locus 158 Presenta sesenta y ocho especímenes de Lama sp. y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 20,66 % de la muestra.
Mamífero N/I Aquí hemos incluido los restos de mamíferos que no han podido ser identificados. Se contabilizaron como mamíferos no identificados a diez restos óseos desgastados y/o quemados que no se pudo reconocer, que equivalen a 94,31% del total de la muestra.
Locus 161 Solo presenta veinticinco especímenes de Lama sp., lo que equivale a 7,49 % de la muestra. Locus 164 Presenta quince especímenes de Lama sp. y tres especímenes de Cavia porcellus, lo que equivale a 5,39 % de la muestra.
Peces El material corresponde a la CLASE OSTEICHTHYES, no hemos llegado a identificar familias, ni especies. Hemos identificado dos restos de pescado, ubicados en el Locus 155 y Locus 157 de la Unidad 04.
Locus 165 Presenta trece especímenes de Lama sp., un espécimen de Cavia porcellus, un espécimen de Odocoileus virginianus, el único en la excavación, y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 4,79 % de la muestra.
DESCRIPCIÓN POR CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS Unidad 01 Se recuperaron siete restos óseos que pertenecen a Lama sp, Canis familiaris y Mamífero N/I, representando 2,10 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 02.
Unidad 05 Se recuperaron cincuenta y siete restos óseos que pertenecen a Lama sp., Cavia porcellus y Mamífero N/I, representando 17,07 % de la muestra. La mayor cantidad se encontró en el Locus 204.
Locus 01 Presenta un espécimen de Canis familiaris y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 0,6 % de la muestra. Locus 02 Presenta tres especímenes de Lama sp y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 1,2 % de la muestra.
Locus 201 Presenta veintiún especímenes de Lama sp., un espécimen de Cavia porcellus y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 6,89 % de la muestra.
Locus 04 Solo presenta un espécimen de Lama sp, lo que equivale a 0,3 % de la muestra.
Locus 202 Solo presenta dos especímenes de Lama sp., lo que equivale a 0,6 % de la muestra.
Unidad 04 Se recuperaron doscientos sesenta y un restos óseos que pertenecen a Lama sp, Cavia porcellus, Odocoileus virginianus y Mamífero N/I, representando 78,14 % de la
Locus 204 Presenta treinta y un especímenes de Lama sp. y un espécimen de Mamífero N/I, lo que equivale a 9,58 % de la muestra.
164
25
18
1
1
21
2
2
1
31
9
9
1
7
315
165 69
16
23
32
261 78.14
7 2.10
% por unidad
17.07
57
0.60 1.20 0.30 4.49 1.20 3.89 30.24 20.66 7.49 5.39 4.79 6.89 0.60 9.58
101
Total por unidad
% por locus
Total por locus
2.69
9
2.69
2.99
0.30
0.30
2.10
94.31
%
100.00
334
100.00
334 100.00
4
1
1
1
13
2
13
3
15
10
4
25
Total
1
1
68
252
1
4
1
96
158 161 164 165 201 202 204
Unidad 06
NN 15
13
157
Unidad 05
1 1
1
4
1
3
14
4 153 155 156
2
Unidad 04
1
1
Unidad 01
Canidae
Familia Cerviidae
Roedor (¿Caviidae?)
Camelidae
Taxa
Unidad y Locus
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 19. Distribución de las familias identificadas por locus de procedencia.
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Unidad 06 Se recuperaron nueve restos óseos donde solo identificamos Lama sp., lo cual representa 2,69 % de la muestra. Los restos se encontraron en un solo locus, el Locus 252.
Atlas Identificamos solo una pieza completa, en la Unidad 05, en el Locus 201, representando un 0,32% de los huesos de camélido analizado. Vértebras Identificamos treinta y cuatro de esta pieza ósea, de los cuales solo tenemos una pieza completa, que están repartidos en la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 10,79% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos trece en el Locus 157, tres en el Locus 158, seis en el Locus 161, tres en el Locus 164 y uno en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos tres en el Locus 201 y tres en el Locus 204. En la Unidad 06 solo tenemos dos en el Locus 252.
Locus 252 Presenta nueve especímenes de Lama sp., lo que equivale a 2,69 % de la muestra. PIEZAS ÓSEAS DE CAMÉLIDO Hemos contabilizado trescientos quince restos de camélido, los cuales identificamos, dentro de estos tenemos: Cráneo, Maxilar, Mandíbula, Dientes, Hioides, Atlas, vertebras, Escápula, Costillas, Húmero, Radiocúbito, Carpiano, Fémur, Rótula, Tibia, Calcáneo, Astrágalo, Tarsiano, Metacarpiano/tarsiano, Falanges, Pelvis y huesos no identificados (N/I). De estos el Metacarpiano/tarsiano presenta mayor cantidad con cuarenta y dos restos óseos siendo un 13,33 % de los huesos de camélido analizado.
Escápula Identificamos veintitrés fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 7,30% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos cuatro en el Locus 157, cuatro en el Locus 158, tres en el Locus 161, dos en el Locus 164 y uno en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 201 y ocho en el Locus 204.
Cráneo Identificamos treinta y dos fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 10,16% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 153, uno en el Locus 155, cuatro en el Locus 156, diez en el Locus 157, once en el Locus 158 y tres en el Locus 161. En la Unidad 05 solo tenemos un fragmento en el Locus 204.
Costillas Identificamos treinta y nueve de esta pieza ósea, de los cuales solo tenemos una pieza completa, que están repartidos en la Unidad 01, la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 12,38% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 01 tenemos uno en el Locus 02 y uno en el Locus 04. En la Unidad 04 tenemos cuatro en el Locus 153, dos en el Locus 156, dieciocho en el Locus 157, seis en el Locus 158, dos en el Locus 161, uno en el Locus 164 y uno en el Locus 165. En la Unidad 05 solo tenemos tres en el Locus 204.
Maxilar Identificamos nueve fragmentos de esta pieza ósea, repartidos solo en la Unidad 04, representando un 2,86% de los huesos de camélido analizado. En esta unidad tenemos cinco en el Locus 157, dos en el Locus 158 y dos en el Locus 161.
Húmero Identificamos cuatro fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 06, representando un 1,27% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 155, uno en el Locus 157 y uno en el Locus 161. En la Unidad 06 solo tenemos un fragmento en el Locus 252.
Mandíbula Identificamos catorce fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y Unidad 05, representando un 4,44% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos siete en el Locus 157, tres en el Locus 158, uno en el Locus 161 y dos en el Locus 165. En la Unidad 05 solo tenemos un fragmento en el Locus 204.
Radio-cúbito Identificamos cuatro fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 1,27% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 158. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 201 y uno en el Locus 204.
Dientes Identificamos veinticuatro piezas y dieciséis fragmentos de diente, que hacen un total de cuarenta para esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 12,7% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos dos en el Locus 153, dos en el Locus 155, seis en el Locus 156, diecisiete en el Locus 157, siete en el Locus 158, uno en el Locus 161 y uno en el Locus 164. En la Unidad 05 solo tenemos cuatro en el Locus 204.
Carpiano Identificamos dos piezas completas, ubicadas en la Unidad 04, una en el Locus 158 y una en el Locus 164, representando un 0,63% de los huesos de camélido analizado.
Hioides Identificamos solo dos piezas completas, en la Unidad 04, en el Locus 161, representando un 0,63% de los huesos de camélido analizado.
166
Hioides
Húmero
Costillas
167
1
1
3
4
1
9
3
4
13
96
14
68
1
13
11
25
1
1
1
15
1
2
13
1
2
21
2
6
3
2
1
1
1
1
1
1
3
8
2
1
31
2
3
4 1.27
Total por unidad
% por unidad
78.73
248
17.14
54
0.95 0.32 4.44 1.27 4.13 30.48 21.59 7.94 4.76 4.13 6.67 0.63 9.84
Total por locus
6
2
2
No identificado 3
1
1
1
1
1
4
1
1
1
1
2
3
4
1
1
204
Tarsiano
1
1
2
3
202
1
3
% por locus
3
201
Unidad 05
Astrágalo
Pelvis
Falanges
1
1
Calcáneo
1 1
1
2
6
Tibia
1
1
18
4
Rótula
Fémur
Carpiano
Meta(carpiano/tarsiano)
Extremidades inferiores
2
4
6
1
2
165
3
3
2
1
164
Vértebra
13
7
1
2
3
161
1
1
6
3
2
11
158
Atlas
4
2
10
157
17
2
4
156
Dientes
1
155
7
2
153
Mandíbula
1
4
Unidad 04
5
1
2
Unidad 01
Maxilar
Cráneo
Extremidades superiores Radio-cúbito
Tórax
Escápula
Columna Vertebral
Cabeza
Pieza ósea
Unidad y Locus
2.86
9
2.86
9
1
3
1
1
1
2
252
Unidad 06
100.00
315
100.00
315
3
8
37
42
6
2
4
6
1
2
2
4
4
39
23
34
1
2
40
14
9
32
Total
100.00
0.95
2.54
11.75
13.33
1.90
0.63
1.27
1.90
0.32
0.63
0.63
1.27
1.27
12.38
7.30
10.79
0.32
0.63
12.70
4.44
2.86
10.16
%
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Cuadro 20. Distribución de las piezas óseas de camélido por locus de procedencia.
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Fémur Identificamos dos fragmentos de esta pieza ósea, en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 0,63% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 157. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 201.
Unidad 04 tenemos dos en el Locus 153, uno en el Locus 156, seis en el Locus 157, trece en el Locus 158, uno en el Locus 161, dos en el Locus 164 y dos en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos seis en el Locus 204, uno en el Locus 202 y dos en el Locus 204. En la Unidad 06 solo tenemos un fragmento en el Locus 252.
Rótula Identificamos una pieza completa, ubicada en la Unidad 04, en el Locus 158, representando un 0,32% de los huesos de camélido analizado.
Pelvis Identificamos ocho fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 2,54% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos tres en el Locus 157, uno en el Locus 158, uno en el Locus 164 y uno en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos dos en el Locus 201.
Tibia Identificamos seis fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 1,9% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 153, uno en el Locus 158, uno en el Locus 164 y uno en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 201. En la Unidad 06 tenemos uno en el Locus 252.
N/I Aquí se encuentran los fragmentos que debido a su estado de conservación y/o fragmentación no hemos podido atribuirle alguna pieza ósea a la que pertenecieron. Contabilizamos tres fragmentos, repartidos en la Unidad 04, dos en el Locus 157 y uno en el Locus 161, representando un 0,95% de los huesos de camélido analizado.
Calcáneo Identificamos cuatro fragmentos de esta pieza ósea, repartidos en la Unidad 01, la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 1,27% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 01 tenemos uno en el locus 02. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 158. En la Unidad 05 tenemos dos en el Locus 201.
MARCAS DE CORTE EN OSAMENTAS DE CAMÉLIDOS La identificación de las piezas óseas de camélido nos ha servido para localizar los huesos que presentan marcas de corte y las partes del hueso donde han sido aplicados estos cortes. Hemos encontrado veintidós restos de camélido con presencia de huellas de corte, las que pueden presentar más de una marca de corte en ellas, por lo general en la misma zona del hueso. Dentro de los huesos con marcas de corte tenemos: Cráneo, Mandíbula, Hioides, vertebras, Escápula, Costillas, Húmero, Fémur, Tarsiano, Metacarpiano/tarsiano, Falanges y Pelvis. De estos las costillas son las piezas en las cuales se ha encontrado mayor número con presencia de marcas de corte.
Astrágalo Identificamos dos de esta pieza ósea, de los cuales uno está completo, repartidos en la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 0,63% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 204. En la Unidad 06 tenemos uno en el Locus 252. Tarsiano Identificamos seis piezas completas, repartidas en la Unidad 04 y la Unidad 05, representando un 1,9% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 158 y uno en el Locus 161. En la Unidad 05 tenemos cuatro en el Locus 204.
Cráneo Tenemos dos restos de cráneo con presencia de marcas de corte, debido al reducido tamaño de los fragmentos no hemos podido localizar la parte del cráneo donde se realizaron.
Meta (carpiano/tarsiano) Identificamos cuarenta y dos fragmentos de estas piezas óseas, repartidos en la Unidad 01, la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 13,33% de los huesos de camélido analizado. En la Unidad 01 solo tenemos un fragmento en el Locus 02. En la Unidad 04 tenemos tres en el Locus 153, nueve en el Locus 157, once en el Locus 158, uno en el Locus 161, tres en el Locus 164 y cuatro en el Locus 165. En la Unidad 05 tenemos tres en el Locus 201, uno en el Locus 202 y tres en el Locus 204. En la Unidad 06 tenemos tres fragmentos en el Locus 252.
Mandíbula Tenemos dos restos de mandíbula con presencia de marcas de corte. En uno de estos presenta el corte en la Fosa masetérica y en el otro hueso también en la Fosa masetérica y Apófisis angular. Hioides Tenemos un hueso con presencia de marcas de corte, en la parte del cuello del Hioides.
Falanges Identificamos treinta y siete elementos de esta pieza ósea, de los cuales once son piezas completas, repartidos en la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 11,75% de los huesos de camélido analizado. En la
Vértebras Tenemos dos vértebras con presencia de marcas de corte. En una presenta las marcas en las facetas articulares y en la otra en la Apófisis espinosa.
168
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI Cuadro 21. Piezas óseas de camélido y la ubicación de las marcas de corte. N° de huesos y lugar del corte Pieza ósea Cabeza
Nº de huesos Partes del hueso donde se ubica(n) la(s) incisión(es) 2 Cráneo 2 Fosa Masetérica (1), apófisis angular y Fosa Masetérica (1) Mandíbula
Hioides Escápula Tórax
1 cuello (1) Vértebra
2 facetas articulares (1), apófisis espinosa (1)
Costillas
2 cuello (1), cerca de la Cavidad Gelonidea (1) 4 cuello (2), cuerpo (1), extremo esternal (1)
Extremidades superiores Húmero Extremidades inferiores
Fémur
Tarsiano Meta(carpiano/tarsiano) Falanges Pelvis Total
2 cuello (1, parte distal), cabeza (1) 1 cabeza (1) 1 2 cuello (2, parte proximal) 2 cuerpo (1), cuello (golpes) 1 Íleon (1), no identificada (1) 22
Escápula Tenemos dos restos con presencia de marcas de corte. En uno de estos presenta las marcas en el cuello y en la otra cerca a la Cavidad Gelonidea.
ARTEFACTOS DE HUESO Los artefactos en hueso son un total de quince objetos que se reparten en la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06. La mayoría se concentra en la Unidad 04 en el Locus 157. Los artefactos reconocidos son: Espada de tejer, Punzón, Cuenta e Indeterminados. La mayoría de objetos son indeterminados debido al carácter fragmentario del artefacto.
Costillas Tenemos cuatro restos con presencia de marcas de corte. En dos de estos presenta las marcas en el cuello, otra en el cuerpo y la ultima en el extremo Esternal.
Espada de tejer Hemos registrado dos fragmentos en la Unidad 04, en el Locus 161, equivalen a 13,33% de los artefactos. Estos se hicieron a partir de meta-tarsiano o meta-carpiano y costillas de camélido.
Húmero Tenemos dos restos con presencia de marcas de corte. En uno de estos presenta las marcas en el cuello, cerca de la parte distal y en el otro en la cabeza del hueso. Fémur Tenemos un fragmento con presencia de marcas de corte, en la zona de la cabeza del Fémur.
Punzón Registramos solo un ejemplar de este artefacto en la Unidad 04, en el Locus 157, equivale a 6, 67% de los artefactos. Hecho a partir de un hueso de pescado.
Tarsiano Tenemos un resto con presencia de marcas de corte.
Cuenta Identificamos dos de estos artefactos en la Unidad 04, uno en el Locus 156 y el otro en el Locus 158, representando un 13,33% de los artefactos. Probablemente están hechos de falanges de camélido.
Meta (carpiano/tarsiano) Tenemos dos restos con presencia de marcas de corte. En ambos huesos las marcas se encuentran en el cuello, en la parte proximal.
Indeterminados Tenemos diez fragmentos indeterminados que se encuentran en la Unidad 04, la Unidad 05 y la Unidad 06, representando un 66,67% de los artefactos. En la Unidad 04 tenemos uno en el Locus 153, uno en el Locus 156, tres en el Locus 157, dos en el Locus 158 y uno en el Locus 161. En la Unidad 05 tenemos uno en el Locus 204. En la Unidad 06 tenemos uno en el Locus 252.
Falanges Tenemos dos restos, uno con presencia de golpes y otro con presencia de marcas de corte. Las marcas de corte de uno se encuentran en el cuerpo y las huellas de golpe se encuentran en el cuello del otro hueso. Pelvis Tenemos dos restos con presencia de marcas de corte. En uno de estos presenta las marcas en el Íleon y en el otro no hemos podido identificar el lugar de la marca.
169
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 22. Distribución de los artefactos de hueso por locus de procedencia. Unidad y Locus Tipo de instrumento
Unidad 04 153
156
157 158 161
Espada de tejer Piezas e instrumentos Punzón Indeterminados Total por locus % por locus
204
252
2 1
Cuenta Fragmentos
U 05 U 06
1 1
1
1
3
2
1 2 4 6.67 13.33 26.67
3 20
Total por unidad
13
% por unidad
86.67
1
1
1
Total
%
2 1
13.33 6.67
2
13.33
10
66.67
3 1 1 15 100.00 20 6.67 6.67 100.00 1
1
15
6.67 6.67 100.00
Figura 157. Espada de tejer o wichuña registrada en el Locus 161, Unidad 04. Hecha probablemente de un meta-tarsiano o metar-carpiano de camélido.
Figura 158. Fragmento de espada de tejer o wichuña registrada en el Locus 161, Unidad 04. Hecha de costilla de camélido.
Figura 159. Punzón registrado en el Locus 157, Unidad 04. Hecho de hueso de pescado.
170
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI
Figura 160. Cuenta registrada en el Locus 158, unidad 04. Hecha probablemente de falanges de camélido. Escala de 2 cm.
Figura 161. Cuenta registrada en el Locus 156, unidad 04. Hecha probablemente de falanges de camélido. Escala de 2 cm.
4.6. ANÁLISIS MALACOLÓGICO
4.8. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS
Aquí se presenta los especímenes identificados dentro del PHYLUM MOLUSCA. En el análisis se han logrado identificar una clase (Gasterópoda), una familia (Bulimullidae), una especie (Scutalus sp.) y un espécimen no identificado, con un NISP de cinco.
Todas nuestras muestras para fechado radiocarbónico provienen de la Unidad 04. Fueron un total de cuatro muestras de carbón vegetal. Una muestra procedió del Locus 151, dos del Locus 157 y una del Locus 161. De estas muestras solo hemos fechado tres de ellas, discriminando la muestra del Locus 151 debido a su contaminación por las actividades agrícolas contemporáneas que se realizan sobre el sitio.
Todos los restos malacológicos identificados se concentran en la Unidad 04. Los individuos de la especie Scutalus sp. fueron encontrados: dos en el Locus 157, uno en el locus 158 y otro en el Locus 165, siendo el 80 % de los restos malacológicos. La especie no identificada se ubica en el Locus 156 constituyendo el 20% del total analizado.
La muestra UCIAMS 137883 extraída del Locus 161 fue fechada en 2070 ± 20 BP 58 y una edad calibrada de 70 cal BC59 – 25 cal AD60. La muestra UCIAMS 137886 extraída del Locus 157 fue fechada en 2100 ± 20 BP y una edad calibrada de 140 cal – 45 cal BC (0.92) y 10 cal BC – 15 cal AD. La muestra UCIAMS 137887 extraída del Locus 157 fue fechada en 1935 ± 20 BP y una edad calibrada de 55 – 160 cal AD y 180 – 205 cal AD.
4.7. MATERIALES NO ANALIZADOS Nuestro análisis no comprendió todos los materiales recolectados, pero creemos necesario mencionarlos ya que servirán para nuestra posterior discusión, por este motivo hemos reservado este espacio para su enunciado. Estos materiales se detallan en el inventario general del material recolectado en la temporada (vide Tantaleán 2011b: 8.1 Inventario general)
4.9. SÍNTESIS DE LOS ANÁLISIS REALIZADOS A LOS MATERIALES ARQUEOLOGICOS EXCAVADOS EN CHAUPISAWAKASI SOBRE LA CERÁMICA
Dentro de los materiales no analizados se incluyen muestras de tierra, muestras de carbón, pigmento ocre, arcilla quemada o cocida y coprolitos.
FORMAS En general observamos que existe una mayor diversidad en las tres primeras ocupaciones del sitio, es decir las que coinciden con las ocupaciones sedentarias tempranas. Los tazones están presentes en toda la secuencia arqueológica del sitio, pero tiene la mayor concentración en la 2 da y 3ra ocupación del sitio, que están relacionadas a Pukara. Asimismo el único incensario que hemos registrado se encuentra en la 3era ocupación.
Las muestras de tierra provienen de los Locus 157 y Locus 160, en la Unidad 04; y el Locus 202 en la Unidad 05. Las muestras de carbón se tomaron de los Locus 151, Locus 157 y Locus 161, en la Unidad 04. El pigmento ocre se recolectó en el Locus 158. Los restos de arcilla se encontraron en el Locus 153, en la Unidad 04; y en el Locus 201, en la Unidad 05. Y los coprolitos se hallaron en los Locus 156, Locus157, Locus 165, en la Unidad 04.
58
Estas siglas obedecen a la convención para los fechados radiocarbónicos no calibrados que provienen de la frase en inglés: Before Present (antes del presente). 59 Estas siglas corresponden a la abreviatura de la expresión en inglés: Before Christ (antes de Cristo). 60 Estas siglas son la abreviatura del latín: Anno Domini (año del Señor).
171
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 3. Fechados radiocarbónicos del sitio de Chaupisawakasi. Código de Laboratorio
Código de muestra
Sitio
Contexto
Edad C14 (Años BP)
Edad C14 calibrada (Años Cal AD/BC)
UCIAMS 137883
T-1135
Chaupisawakasi
Locus 161
2070±20
70 cal BC – 25 cal AD
UCIAMS 137886
T-1138
Chaupisawakasi
Locus 157
2100±20
140 - 45 cal BC (0.92) 10 cal BC - 15 cal AD (0.08)
UCIAMS 137887
T-1139
Chaupisawakasi
Locus 157
1935±20
55 - 160 cal AD (0.87) 180 - 205 cal AD (0.13)
Es interesante que durante la ocupación vinculada a Qaluyu la vajilla de servicio, para consumo de alimentos (tazones y cuencos) tenga la misma proporción que la vajilla de cocina (ollas). En la 2da y 3ra ocupación, la vajilla de servicio sea superior en porcentaje y que las vasijas de almacenaje también aumenten, esto resulta recurrente con lo encontrado en otro sitios Pukara donde la vajilla de consumo aumenta en número no solo por su valor de uso sino por su valor de cambio (Pukara Polícromo). Asimismo esta relación regresa a magnitudes similares a las de Qaluyu en la 4ta ocupación.
en gran medida falseado por el tamaño de los fragmentos, que en muchos casos presentan un tamaño insuficiente, pudiendo pertenecer a una vasija con otro tipo de decoración pero que la superficie seccionada solo presenta un color. Durante todas las fases, esta decoración es dominante. Durante la ocupación Qaluyu no existe la decoración Policromo inciso/pintado, bastante relacionada a Pukara, apareciendo durante la 2da y 3era ocupación, las que están vinculadas a Pukara. Asimismo la decoración Qaluyu polícromo solo la identificamos durante las ocupaciones Pukara.
PASTAS Las pastas y los grupos de pastas que hemos identificado se encuentran presentes en todas las ocupaciones del sitio, aunque existen distintas distribuciones porcentuales entre cada ocupación. Probablemente estos cambios podrían referirse al uso de la fuente de donde provienen dichas arcillas, esto no podemos saberlo debido a que nuestras pastas obedecen solo a la calidad y cantidad de los antiplásticos61. Aunque podríamos arriesgarnos a decir que la vajilla producida procede de por lo menos dos fuentes distintas de arcilla. Aun así no es claro el predominio de ningún grupo de pasta durante la historia del sitio.
FORMAS – GRUPOS DE PASTAS Observamos que hay una tendencia al uso de los grupos de pastas III y IV en las ollas, tazones y cuencos. Estos grupos de pastas presentan la Pirita-Mica en bajas proporciones y presentan solo un componente principal en el caso del Grupo III y los antiplásticos en bajas cantidades en el Grupo IV. FORMAS – COCCIÓN Como ya hemos visto líneas arriba casi todo el material registrado tiende hacia la cocción oxidante, aunque la muestra es reducida, debemos de llamar la atención sobre que las vasijas como tazones y cuencos presentan un mayor porcentaje de especímenes de cocción oxidante. Esto podría implicar un mayor control de la cocción del objeto o el conocimiento de especialistas en la producción.
COCCIÓN Existe un bajo porcentaje de cerámica hecha en cocción reductora, durante toda la secuencia del sitio. Siendo la cocción oxidante e incompleta las de mayor porcentaje. Durante la 1ra y 2da ocupación las relaciones porcentuales entre los tipo de cocción son similares. Es en la 3ra y 4ta ocupación que la cerámica de cocción oxidante eleva su porcentaje en relación a las otras cocciones. Si tomamos en cuenta que la cerámica de cocción incompleta en la mayoría de casos corresponde a cerámica cocida en atmósfera oxidante, existe una tendencia hacia el uso de la cocción oxidante durante todas las ocupaciones del “Formativo” y una tendencia a su perfeccionamiento durante las ocupaciones Pukara.
DECORACIÓN – GRUPOS DE PASTAS Las decoraciones distintivas de los estilos Qaluyu y Pukara, como el Qaluyu Polícromo, el Polícromo inciso/pintado y el Inciso Monocromo, casi todos los fragmentos en sus totalidad se encuentran dentro de los grupos de pastas III y IV, que como ya mencionamos son pastas finas que presentan una inversión de trabajo mayor en la selección o preparación de los antiplásticos de las pastas.
DECORACIÓN Existe una gran cantidad de cerámica de decoración monocroma, este dato estadístico creemos que debe estar
DECORACIÓN – COCCIÓN Casi la totalidad de los fragmentos Qaluyu Polícromo y Polícromo inciso/pintado presentan cocción oxidante, lo que implica una tendencia a una producción especializada de las vasijas decoradas con estos estilos. Con una muestra mayor se podría demostrar sólidamente una
61
Si bien los antiplásticos pueden estar incluidos en la materia prima, muchas veces pueden ser adicionados, además de que una cantera de arcilla puede cambiar sus cantidades de antiplásticos de los estratos superiores a los inferiores.
172
ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI especialización en la producción de estos objetos tan importantes para las primeras sociedades prehispánicas.
algunos límites para las que no se han fechado aún, en el futuro deberíamos realizar una mayor cantidad de fechados para el sitio.
DECORACIÓN – FORMAS Las decoraciones Polícromo inciso/pintado y Qaluyu polícromo están hechas todas sobre un soporte de vasija en forma de tazón, esto reafirma la tendencia de los estilos Qaluyu y Pukara de invertir mayor trabajo en estos objetos los cuales forman parte de los objetos de uso exclusivo.
Poseemos fechados para la Capa E, Locus 157, que corresponde a la 2da ocupación del sitio, la que está vinculada a Pukara. De estos dos, el fechado UCIAMS – 137887 presenta intervalos de tiempo muy tardíos en relación al fechado UCIAMS – 137883 de la Capa D, estratigráficamente superior, y al fechado UCIAMS – 137886, también de la Capa E. Esta anomalía podría deberse a que la muestra para este fechado se extrajo de una zona donde varios locus se encuentran cercanos y fácilmente pudo extraerse de una zona de contacto entre estos, por esta razón hemos decidido obviar este fechado de nuestra cronología.
SOBRE EL MATERIAL LÍTICO Con respecto a las ocupaciones Pukara, la cantidad y variedad de los artefactos es superior, con respecto a la predecesora ocupación Qaluyu. Lo mismo sucede con los porcentajes de las materia primas exóticas en las ocupaciones Pukara.
De lo anterior se desprende que tomaremos en cuenta solo el fechado UCIAMS – 137886, asimismo su intervalo con más probabilidad de ocurrencia: 140-45 a.C. Así tenemos que la primera ocupación asociada al consumo de cerámica Pukara empezó alrededor de la segunda mitad del Siglo II a.C. y la primera mitad del Siglo I a.C. Asimismo esto nos permite inferir que la ocupación Qaluyu es anterior a los 140 a.C. y que en este valle o esta parte del valle la ocupación Qaluyu duró un poco más que en otros valles.
La variedad de artefactos en el sitio indican su utilización en actividades domésticas o socio-parentales, con excepción de las azadas que forman parte de las actividades económicas: agrícolas. De hecho la producción de estos artefactos son parte de actividades socio-económicas, que probablemente se dieron en el sitio mismo, por los desechos existentes parecen haber sido producidos en la “casa de élite” Las puntas de proyectil de obsidiana destacan dentro de todo el material lítico, en las ocupaciones Pukara, solo hemos registrado un par de especímenes de este artefacto. ¿Aún se sigue cazando durante Pukara? o ¿Estos artefactos empiezan a ser utilizados bélicamente?
El fechado UCIAMS – 137883: 70 a.C.-25 d.C. procede de la Capa D, Locus 161, la cual está asociada a la 3ra ocupación del sitio donde también se consume cerámica Pukara. Este fechado es importante porque está vinculado al locus 161 que como hemos mencionado líneas arriba, en este mismo apartado, contiene uno de los pocos fragmentos de claro estilo Pukara Polícromo. Para la 4 ta ocupación no poseemos fechados, esta debe ser posterior a los 25 d.C., como hemos mencionado líneas arriba es probable que aún haya una ocupación vinculada a Pukara. El tiempo de la ocupación final Collao, 5ta ocupación en el sitio es totalmente desconocido para nosotros.
SOBRE EL MATERIAL ARQUEOZOOLÓGICO Son pocas las especies que hemos podido identificar, lo importante, de la estadística de los restos óseos, es el aumento de las cantidades de restos de camélidos en las ocupaciones Pukara, 2da y 3era ocupación del sitio, donde el incremento de estos restos es considerable. El consumo de camélidos se dio en mayor cantidad durante Pukara, esto indica un aumento en la producción de camélidos para consumo tanto dentro de prácticas socio-parentales (domésticas) o socio-políticas (rituales, festines, etc.).
4.10. SECUENCIA DE EVENTOS EN CHAUPISAWAKASI EN BASE A LAS EXCAVACIONES Y LOS ANÁLISIS DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS
Los artefactos de hueso identificados que indican una actividad económica especializada han sido encontrados en los estratos Pukara, pero es muy probable que también existan para Qaluyu. Actividades como la textilería y la producción de otros objetos de consumo, como bienes suntuarios (cuentas), se han desarrollado en el sitio.
Cómo ya hemos visto, la última capa que hemos identificado, la Capa G es hasta el momento nuestra capa estéril y constituye el soporte sobre el cual se empezó a construir la zona monticular de Chaupisawakasi. Sobre la anterior capa se empezó a desarrollar la 1 ra ocupación, Capa F, que se encuentra relacionada a los materiales Qaluyu (ollas sin cuello, principalmente). Se construye la estructura de piedras medianas, Locus 162, a manera de plataforma, de la cual aún desconocemos la función. Posteriormente se depositó el Locus 165, el cual se trata de un relleno arquitectónico del sitio, pero que no llega a cubrir totalmente la estructura Locus 162; este relleno contiene gran cantidad de material doméstico. Dentro de este material ya encontramos restos de camélidos, aunque en bajo porcentaje; es importante
SOBRE LOS FECHADOS RADIOCARBÓNICOS Es menester esclarecer como nuestros fechados nos permiten empezar la construcción de una cronología para el sitio. Si bien es cierto tres fechados son insuficientes para poder establecer una cronología completa del sitio, más aún si solo tenemos muestras de dos de nuestras capas; por otro lado nos permitirán estos fechados algunas consideraciones para las capas fechadas y
173
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ señalar la presencia del único espécimen de cérvido, lo que nos indicaría que se sigue cazando durante esta ocupación. El material lítico se encontró en baja cantidad, a pesar de esto se encuentran algunos desechos de talla, lo que indicaría una producción local de ciertos artefactos, dentro de estos desechos destacan materias no locales como la obsidiana y el basalto olivínico.
también resulta importante el hallazgo de instrumentos de producción textil como las espadas de tejer, lo que parece afirmar la producción de textiles en el sitio; asimismo también identificamos objetos de consumo como cuentas de camélido. Si bien la cantidad de obsidiana se reduce aún encontramos desechos de talla, lo que indica que se sigue produciendo artefactos de este material y que se sigue adquiriendo el mismo; también una azada de basalto olivínico es registrada, lo que nos indica la producción de artefactos agrícolas; así también hemos encontrado algunos pulidores de piedra que probablemente fueron usados en las piezas cerámicas que pudieron ser producidas en el sitio.
Luego de la deposición del anterior relleno se desarrolla la 2da ocupación del sitio, Capa E, la cual está relacionada al establecimiento de personas que empiezan a consumir material Pukara Polícromo. La superficie del Locus 162 y del Locus 165 se usa como “superficie de uso”, sobre el Locus 162 se construye otra estructura de piedra, Locus 163, similar al Locus 162, de función también desconocida; también se deposita un lente de ceniza, desecho de alguna actividad de incineración de algún tipo de material orgánico; así sobre la parte más baja, la superficie del Locus 165, se deposita otro lente de basura el Locus 164. Por último se deposita el Locus 157, el cual termina cubriendo totalmente el Locus 162 y dejando aún en funcionamiento la estructura Locus 163. En términos generales existe un considerable aumento en cuanto al consumo de camélidos, lo que nos indica un aumento en la capacidad de adquisición o en el desarrollo del agropastoreo, lo que explicaría la elevación del consumo de estos animales por parte de las personas que habitan la zona monticular del sitio. En el material lítico también hay un gran aumento en cuanto a cantidad y calidad; aparecen nuevos artefactos dentro la industria lítica, donde se destacan las preformas de punta hechas en obsidiana, así como también distinto artefactos para el procesamiento de la carne u otros productos primarios; la obsidiana alcanza la mayor concentración con respecto a las demás ocupaciones, el basalto olivínico se sigue manteniendo, pero encontramos piedras semi-preciosas, lo que pone en evidencia las relaciones con zonas extraregionales; el hallazgo de desechos de obsidiana y de crisocola o turquesa nos hace inferir que se obtuvo las materias prima y el producto final fue manufacturado en el sitio, como lo demuestra la cuenta de crisocola o turquesa hallada.
Después de cubrir el área se inició la 4ta ocupación del sitio, Capa C, en la cual no hemos encontrado material que podamos clasificar dentro de los estilos de la cuenca norte, aun así la presencia del Muro 1 hace suponer una ocupación Pukara62. El Muro 1, como ya hemos descrito antes, presenta piedras labradas de buena factura, sobre este muro no estamos seguros del momento de su construcción si fue antes de terminar el relleno de la 3 era ocupación o si se levantó después de la deposición del mencionado relleno, durante la 4ta ocupación, la relación es más probable con esta última. Sobre la superficie de uso registramos un lente de basura, Locus 155, lo que reafirma el uso doméstico a lo largo de toda la historia de ocupación de Chaupisawakasi. Hay un importante descenso en el porcentaje de los restos de camélido, lo que podría suponer, algún tipo de crisis en la producción primaria del sitio, un preludio a la desintegración de la sociedad Pukara. No hay cambios significativos del material lítico en cuanto a su relación cuantitativa y cualitativa con la ocupación anterior. La Capa B y Capa A, han sido afectadas por las actividades agrícolas contemporáneas. Por el material hallado en superficie, aunque escaso, debió sucederse una ocupación Collao. Ambas capas debieron ser parte del relleno final del montículo, las actividades agrícolas dividieron la deposición en dos capas. Sobre el Locus 156, se desarrolló la 5ta ocupación del sitio vinculada a material Collao, especialmente en la superficie del sitio. Asimismo en la parte oeste del montículo registramos una estructura tardía probablemente Collao y en la cima del pequeño promontorio rocoso ubicado al norte del sitio también existen estructuras vinculadas a cerámica Collao.
La deposición del Locus 157 generó otra superficie sobre la cual se desarrolla la 3ra ocupación, Capa D, la que también se encuentra relacionada a la sociedad Pukara. Luego de la nivelación, la tercera “superficie de uso” en algún momento durante el uso de esta o hacia el final se le realizó un pozo; la inusual acumulación de tierra en la zona norte de la Unidad 4 del Locus 157, se debió al retiro de este para generar el espacio para la deposición del Locus 161; en este pozo se depositó arcilla, conjuntamente con cerámica con huellas de incineración, otros artefactos de piedra y también restos óseos quemados, probablemente esta deposición se trata de alguna práctica político-religiosa, además en este locus encontramos dos de los escasos fragmentos decorados, uno Pukara y uno de probable estilo local. Finalmente se deposita el Locus 156 y el locus 158, los que cubren totalmente la estructura Locus 163 y generan una nueva superficie. El consumo de camélidos es similar al de la ocupación anterior, aunque con un ligero aumento; así
4.11. COMENTARIOS Los análisis de los materiales arqueológicos excavados por nuestro equipo en el sitio de Chaupisawakasi son una fuente importante de información acerca la ocupación humana del sitio en mención. Sobre todo, porque en todo este valle e, incluso dentro de la misma cuenca del río Azángaro, no tenemos información contextual acerca de los sitios formativos. Más importante aún es su relación con el estilo Pukara, una sociedad que fue innovadora en 62
En otros sitios se ha empezado a atribuir una ocupación post-Pukara al estilo Huaña, aun así asociado a este estilo no se han observado muros de similar factura a la del Muro 1.
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ANÁLISIS DE LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS DE CHAUPISAWAKASI muchos aspectos con relación a las sociedades precedentes e, incluso, generó actividades que no fueron nunca más realizadas en la historia del valle, por ejemplo, la construcción de montículos con arquitectura en sus cimas, la producción de litoescultura, la producción y uso de cerámica policroma con incisiones y la vinculación de los sitios con la agricultura en qochas. Los análisis realizados al material cerámico, lítico y zoológico nos han permitido comprender las prácticas sociales realizadas en este sitio. Resulta interesante que a pesar de
su lejanía con el sitio epónimo de Pukara existe una serie de coincidencias en el uso de los espacios de tipo monticular como este. En el siguiente capítulo trataremos de incorporar toda esta información con otros conocimientos previos y de otros investigadores para proporcionar una explicación de las sociedades formativas de la cuenca norte del Titicaca, empezando desde el mismo sitio de Chaupisawakasi hasta explicar el fenómeno de índole regional que fue Pukara.
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CAPÍTULO 5 CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYOTINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA
del interfluvio. Estas qochas debieron estar agrupadas en sistemas agrícolas, los cuales debieron estar comunicados por canales. Por la disposición de las qochas, en casi todo el interfluvio, asumimos que gran parte de las 1000 ha fueron cultivadas.
5.1. INTRODUCCIÓN En este último capítulo, en primer lugar haremos una explicación de la ocupación formativa del sitio de Chaupisawakasi fundamentada en toda la información recolectada y descrita previamente. Puesto que conocemos el contexto arqueológico del valle del Quilcamayo-Tintiri, y debido a que el sitio de Chaupisawakasi perteneció a un sistema de sitios formativos, en este capítulo explicaremos como el sitio de Chaupisawakasi se articuló sincrónicamente con otros sitios del valle. Asimismo, en este capítulo también recopilamos y discutimos la cronología absoluta que existe para la cuenca norte del Titicaca de tiempos formativos en base a los fechados radiocarbónicos existentes, lo cual se comparará con los fechados obtenidos en Chaupisawakasi. Adicionalmente, correlacionamos nuestra cronología relativa basada en el análisis de la cerámica con la de otros estudios realizados en otras áreas de la cuenca norte del Titicaca. Dada esta información tanto cronológica como de prospecciones y contextos arqueológicos, en este capítulo también se avanzará una explicación del desarrollo de las primeras sociedades de la cuenca norte del Titicaca el cual comienza con los cazadores-recolectores alrededor de los 8000 a.C. pasando por los grupos aldeanos asociados con la cerámica de estilo Qaluyu hasta llegar a la formación del primer estado en esta parte de la cuenca del Titicaca: Pukara. Así, como objetivo general y principal de nuestra investigación en la cuenca norte del Titicaca, toda la información extraída del valle del Quilcamayo-Tintiri, además de nuestras prospecciones y excavaciones previas en el área circum-Titicaca, servirán para proporcionar una explicación de la formación del estado Pukara y su expansión por diferentes áreas, entre ellas la cuenca del valle del Quilcamayo-Tintiri, en la que el sitio de Chaupisawakasi jugó un rol importante.
Chaupisawakasi se ubica en la zona norte, cerca de la confluencia de la quebrada Carcapunco y el río San José, el cual se encuentra adyacente al sitio limitando con este por el Norte y Este. Esta ubicación le da control sobre el recurso hídrico. A partir de su posición hacia el sur se inicia la concentración de qochas en esta parte del valle. Chaupisawakasi es el único sitio formativo existente en la zona de Quilcamayo, su posición elevada le permite una gran visibilidad del valle. Además, dentro del valle el sitio se encuentra de una ruta obligada con dirección hacia el norte. En la zona del río Tintiri también existen concentraciones de qochas, las cuales hemos podido contabilizar en alrededor de 150 unidades (la de mayor dimensión posee un diámetro de 200 m), tanto en el interfluvio Quilcamayo-Tintiri como en la margen sur del río. De esta manera, el sitio de Chaupisawakasi debió “administrar” la zona norte del Quilcamayo, debido a su posición geográfica y topográfica. Debió de compartir esta administración con el sitio sureño de Pancañe (QT6). Siendo Chaupisawakasi el sitio más importante de esta zona del valle.
DE DEL
Aunque la excavación en el sitio ha sido bastante limitada esbozaremos una explicación arqueológica, la cual estamos seguros variará en el futuro cuando se realicen excavaciones extensivas en el sitio que revelen áreas mucho mayores y sirvan para correlacionar los distintos lugares de reproducción social que aún desconocemos. Asimismo, una mayor cantidad de objetos nos ayudarán a paliar los errores a los que nos conducen la pequeña muestra de la que dependemos para la actual explicación.
El interfluvio Azángaro-Quilcamayo es la zona más importante para la producción de las sociedades sedentarias tempranas de este valle, aquí se extiende una totalidad de más 1000 ha de tierra, de las cuales la mayoría son cultivables, existen aproximadamente 400 qochas (con unas dimensiones máximas de 150 m por 100 m), que sobreviven a las condiciones meteorológicas y a las constantes prácticas sociales, en toda la extensión
El sitio se ocupó por primera vez por la sociedad vinculada al estilo Qaluyu, aunque también existen indicios de una ocupación anterior, debido a la presencia de material lítico relacionado a cazadores-recolectores. Aunque la identificación de un único estrato vinculado a Qaluyu sugiere una fundación hacia finales de lo que conocemos como Qaluyu, siguiendo la secuencia de Steadman (1995) probablemente hacia los 650- 400 d.C. Los objetos con los que nos encontramos no presentan
5.2. EL SITIO CHAUPISAWAKASI Y QUILCAMAYO-TINTIRI
FORMATIVO EL VALLE
177
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ una producción diferenciada en lo observado en las cualidades de los objetos, estos cumplen las funciones básicas en el hogar. Aunque debemos de resaltar la existencia de materias no locales como la obsidiana lo que evidencia el comercio o traslado de materia prima desde zonas alejadas al valle. Por otro lado la plaza que se ubica al norte de la zona monticular debió ser parte del sitio, y funcionar conjuntamente con el área doméstica, funcionando como un lugar público, esta no presenta restricciones de ningún tipo, arquitectónicamente hablando; aquí se debieron de dar prácticas sociopolíticas (religiosas) que solventaban la reproducción de esta sociedad comunitaria.
para la elaboración de cerámica no diferenciada, produciendo simplemente cerámica para consumo doméstico. Futuras excavaciones deberán demostrar, no solo en este sitio ni este valle, si la cerámica fue producida localmente o si el sitio de Pukara poseía el monopolio de la producción de cerámica Pukara Polícromo. Esta última opción es la más probable, lo que reafirma el carácter estatal de la sociedad Pukara. Aunque la excavación ha sido bastante limitada, creemos que el último edificio conservado en la parte superior del edificio debió ser un conjunto de estructuras rectangulares hechas con bases de bloques líticos bien trabajados y concertados, sobre el cual se habrían levantado muros de piedra y barro, hoy desaparecidos. El material arqueológico asociado a la estructura arqueológica evidenciada, consiste en una superposición de capas que contienen cerámica. Entre el material, que hemos mencionado, resaltan la cerámica del estilo Pukara Policromo, huesos de camélidos de consumo, artefactos de hueso de camélido, artefactos líticos como puntas de flecha de obsidiana, cuentas de minerales y hueso, fragmentos de conchas, un fragmento cerámico con cal y hasta un, probable, fragmento de tenaza de camarón, etc. Todo este material asociado indicaría que la estructura arquitectónica fue parte de una residencia de un pequeño grupo de personas que tenían acceso a una gran diversidad, cantidad y calidad de objetos diferenciados en relación a las viviendas comunes, como las que podrían estar sincrónicamente asociadas con las que se encuentran a unos metros al este del montículo principal.
Sobre la base material de la producción de la sociedad Qaluyu se desarrolla la sucesora sociedad Pukara, este periodo de la historia de Chaupisawakasi puede haber surgido de dos formas. Un grupo de la sociedad Qaluyu, el que se asienta en el montículo del sitio, empezó a consumir artefactos Pukara (cerámica Pukara Polícroma), en una clara diferenciación y exclusividad en el acceso a estos artefactos con respecto al resto de la población; por otro lado pudo haberse colonizado el sitio por gente proveniente del valle de Pukara, estableciendo una nueva forma de organización social en el sitio y en el valle. Existe pues una clara diferenciación en la producción Pukara de la Qaluyu, aparece la cerámica Pukara Polícroma de fino acabado y con diseños no vistos antes, aumenta también la cantidad de fragmentería (aumento de producción cerámica, producción local o solo consumo) y nuestro análisis deja entrever una especialización en la producción de dichas cerámicas; el consumo de animales aumenta, lo que evidencia una posición privilegiada y un mejor manejo del pastoreo o de la apropiación de sus productos, de parte de los habitantes de la zona monticular; las cantidades de obsidiana, y también minerales como turquesa o crisocola, son superiores, en una clara muestra del incremento del comercio o del traslado de fuerza de trabajo a las zonas de obtención de estos productos. Aunque recién para Pukara tenemos instrumentos (medios) de producción, para textilería, en el registro arqueológico es probable que ya hayan existido también en Qaluyu, así como también objetos suntuarios (de consumo), que en el caso de Pukara están hechos algunos de materias primas exóticas como la turquesa o crisocola. El fortuito hallazgo de un fragmento de cerámica Polícromo inciso-pintado que en su cara interna presenta restos de una sustancia blanca, que aún no hemos podido analizar pero que podría tratarse de cal, es indicio indirecto del consumo de hoja de coca; el uso de cerámica Pukara Polícroma para su uso como calero pone en evidencia la exclusividad de la práctica del “chacchado” y del consumo de la hoja de coca; asimismo la obtención de esta también revela la relación del sitio con zonas no locales donde se producía la coca.
De manera preliminar, podemos avanzar que el montículo principal del sitio de Chaupisawakasi fue construido cuando el estilo cerámico Pukara Policromo estaba circulando o produciéndose en el área. Se puede hipotetizar, por el momento, que el edificio principal de Chaupisawakasi fue ocupado en primer lugar por la gente vinculada a Qaluyu y que sobre esta se construyó, la mayor parte del volumen que ahora presenta el edificio, y se ocupó por gente que utilizó la cerámica Pukara Policromo, un estilo más bien escaso en los sitios del valle según nuestras prospecciones superficiales (Tantaleán 2010a, 2010b; Tantaleán et al. 2012). Se tendrá que definir, con más excavaciones, si la población era gente del lugar que asimiló o utilizó el estilo o si provenían del sitio mismo de Pukara, como ya dejamos ver líneas arriba. Nosotros nos inclinamos por la segunda hipótesis al no hallar en las prospecciones y excavación ningún indicador de una élite local asociada a algún estilo cerámico que la diferencie del fenómeno Pukara. Aunque si identificamos en ulteriores excavaciones se reconocen fragmentos emparentados con el fragmento de tazón identificado en el Locus 161 podríamos hablar del desarrollo de un estilo local.
En relación a producción de cerámica Pukara, esta probablemente provenga del sitio epónimo. Lo mismo se puede inferir puesto que no hemos podido comprobar la producción de cerámica en Chaupisawakasi. Aunque hemos podido registrar punzones y alisadores, medios de producción de cerámica, estos pudieron haber servido
Asimismo, al ver el sitio de Chaupisawakasi dentro del panorama de todo el valle del Quilcamayo-Tintiri tiene sentido que este se ubicara en un punto de control y manejo de la producción de la qochas en esta zona crítica para la agricultura. Sobre todo porque sabemos por nuestras excavaciones que en Chaupisawakasi se
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CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA fabricaban herramientas como las azadas de basalto olivínico, indispensables para la producción agrícola, es decir que Chaupisawakasi, pudo haber sido un lugar de concentración de medios de producción para la producción agrícola, entre otras; esto deberá comprobarse con posteriores excavaciones que demuestren la especialización en la producción de azadas en basalto olivínico, una materia prima no local.
entre los sitios con fechados tenemos: Pukara (Klarich 2005a: fig. 50 y Apén. 1, 2009: fig. 4), Cachichupa (Plourde 2006: Apén. C), Huajje (Schultze 2008: Tabla 8.1. y fig. 8.1, Schultze et al. 2009: fig. 4, Schultze et al. 2012: Tabla 2), Huatacoa (Cohen 2010: Tabla B.4.), Taraco (Stanish y Levine 2011: fig. 4 y fig. 5, Levine et al. 2012: fig. 4, Levine 2012: Apén. C) y también nosotros en Chaupisawakasi.
Se puede ver, al respecto, que los principales sitios asociados con el estilo Pukara del valle se encuentran emplazados en las confluencias de valles y quebradas y, en este caso, en la parte norte de la concentración de qochas, teniendo a Pancañe en el otro extremo del eje norte-sur de tal distribución de asentamientos Pukara de control de la producción agrícola local, probablemente las qochas empezaron a ser producidas desde Qaluyu y debieron alcanzar su máxima producción durante Pukara, aunque como ya sabemos es difícil vincular arqueológicamente estos sistemas agrícolas con los sitios (vide Flores et al. 2012)
Hasta el momento para el sitio de Qaluyu solo se posee siete fechados radiocarbónicos cinco de estos provenientes de las excavaciones de Karen Mohr (1977, 1980) y dos de las excavaciones de Alfred Kidder II y de Chávez Ballón (Ralph 1959). Estos primeros fechados no fueron calibrados, creemos que esto se debe a que la primera curva de calibración aparece hacia finales de la década del 60 y que una de las curvas más seguras aparece recién a finales de los 80. Estos fechados han sido calibrados recientemente, nosotros usamos las calibraciones de Amanda Cohen (2010: Tabla B.4. y Tabla B.5.). Infortunadamente desconocemos las relaciones estratigráficas de los diferentes fechados debido a que las muestras han sido tomadas de niveles arbitrarios que en la mayoría de los casos abarcan gran cubicaje de lo excavado. Podemos decir en general que la ocupación Qaluyu abarca un rango de tiempo desde el 1628 hasta el 393 a.C., aunque a Karen Mohr (1977: 1445) el fechado P-1585 le parece muy temprano en relación al fechado P-1584 que fue tomado de un nivel parecido; y que el único fechado para Pukara es de: 50 a.C.-220 d.C., pero desconocemos si existen otros estratos que anteceden o suceden a este fechado, lo mismo que para los fechados Qaluyu.
Por el momento, todos estos nuevos datos suponen que el valle del Quilcamayo-Tintiri, un valle de proporciones más bien humildes dentro de la cuenca norte del Titicaca, tuvo una importancia capital para la gente relacionada con la cerámica del estilo Pukara Polícromo. Se cree que este, como los otros sitios del valle, fue un centro político religioso que, en el caso de Pancañe, Callacayani y Cancha-Cancha Asiruni, estuvieron articulados en una ruta que unía estos sitios con el centro principal de Pukara. Asimismo, estos sitios se encontrarían dentro de una ruta hacia la puna u otras valles o regiones ecológicas como la ceja de selva, una propuesta que ya ha sido adelantada por otros investigadores (Plourde y Stanish 2006) y que tendría como objetivo principal obtener productos oriundos de esas regiones orientales.
Pukara es el sitio arqueológico con la mayor cantidad de fechados radiocarbónicos, en total veintitrés, los cuales se hayan vinculados a fases Pukara, aunque se ha reportado un estilo antecesor, Cusipata (Franquemont 1986), no se tiene fechados de esta fase ni tampoco de las primeras ocupaciones Pukara, no obstante Mujica (1988) establece Pukara Inicial entre 500 y 200 a.C.. Estos fechados provienen de varias excavaciones, seis de estos provienen de las excavaciones Kidder II y Chávez Ballón (Ralph 1959) en el sector de Huayapata, dos de ellos de las excavaciones de Mujica (1985: 123) en Qalasaya y quince fechados de las recientes excavaciones de Klarich (2005a) en la Pampa. Al igual que para el sitio de Qaluyu los primeros fechados no fueron calibrados por las razones antes mencionadas y también nos valemos de las calibraciones de Cohen (2010: Tabla B.4. y Tabla B.5.). En resumidas cuentas tenemos que los fechados obtenidos abarcan desde 405 a.C. al 660 d.C., siendo el periodo de tiempo más largo vinculado a Pukara, debido a que es el sitio principal de producción y consumo de objetos con este estilo cerámico. Los fechados que Kidder recupera son los más tempranos, pero lamentablemente se desconoce la procedencia estratigráfica de las muestras tomadas. Asimismo Mújica obtiene los fechados para la última ocupación de la pirámide de Qalasaya. La mayoría de fechados del sitio provienen de la pampa y entran en el rango de tiempo definido para el “Pukara Clásico”; a pesar que Klarich (2009: 290) manifiesta que:
5.3. LA CRONOLOGÍA ABSOLUTA DEL PERIODO FORMATIVO EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA Hasta hace poco los fechados radiocarbónicos que poseíamos eran muy escasos y provenían, principalmente, de los sitios epónimos de las sociedades sobre las que venimos discutiendo, los cuales han sido publicados en diversas ocasiones durante la segunda mitad del siglo pasado. Los sitios-tipo de Qaluyu y Pukara tenían fechados que provenían de pozos de sondeo excavados por Alfred Kidder II y Chávez Ballón (Ralph 1959), y Karen Mohr (1977, 1980); adicionalmente hacia finales del siglo XX también se obtuvieron los fechados del sitio de Camata63 (Steadman 1995: Tabla 2) y también dos fechados de Mujica (1985: 123) para Pukara. Esta situación ha cambiado recientemente con las excavaciones realizadas principalmente por proyectos de colegas de EEUU y los datos de sus fechados han sido publicados en las tesis de doctorado de varias de ellas, 63
Erickson (1988) también reporta fechados para los campos de cultivo de Huatta, pero estos fueron fechados mediante el método de Termoluminiscencia, método que ha sido criticado.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ cerámica asociada a las terrazas indica una ocupación Qaluyu (vide Plourde 2006: 310-311). Los fechados de la Pampa Este indican una ocupación entre 200 a.C. y 140 d.C., aunque estos fechados están asociados con el estrato más tardío, es probable que los estratos inferiores puedan ser más tempranos. En relación a la cerámica vinculada al mencionado estrato de la Pampa Este, Plourde (2006: 316) manifiesta que:
“Estos fechados tienen un rango general usando dos sigma entre 360 cal a.C. [AA51768] y 240 cal d.C. y además, 11 de estos 15 tienen un rango entre 180 cal a.C. y 120 cal d.C… Estos resultados son compatibles con los rangos publicados por Kidder y otros proyectos previos ya que tradicionalmente se habla de 200 a.C. hasta 200 d.C. como los límites temporales del periodo Pukara Clásico (Franquemont 1986; Kidder 1956; Lumbreras y Amat 1968). Desafortunadamente, no se puede dividir concretamente las ocupaciones Pukara en fases más cortas (como Inicial, Medio, Tardío) porque los fechados recuperados no se pueden distinguir estadísticamente a nivel de dos sigma.” (Entre corchetes nuestro).
“Estas piezas comparten los cánones estilísticos de los alfares Pukara polícromo-inciso pero son de mucha menor calidad en términos de calidad de la pintura, la claridad de la incisión y el grado de brillo. Esto sugiere que las vasijas fueron producidas localmente, y fueron quizá más un producto de emulación local en lugar de una importación desde el sitio de Pukara o producto de ceramistas entrenados allí.” (Traducción nuestra).
Nosotros creemos que a pesar de esta dificultad, este intervalo de tiempo, puede ser fácilmente dividido para representar sus dos ocupaciones definidas en la pampa, lugar donde se da un cambio arquitectónico que termina restringiendo y subdividiendo el espacio, llevando a una especialización de este (Klarich 2009).
En el Componente A, los fechados provienen de un rasgo que fue practicado sobre el terreno estéril y nos indica la ocupación más antigua del área, esta se encuentra en el rango de 400 a 40 a.C. Entre la cerámica registrada en este sector se encuentran especímenes Pukara entre ellos una trompeta Pukara, aunque también se han registrado algunas aplicaciones que recuerdan el estilo Chiripa (Plourde 2006: 313-315).
Lee Steadman ha obtenido diecinueve fechados de sus muestras recogidas de distintos estratos asociados a sus distintas fases Qaluyu y Pukara, y también precerámicas. Steadman (1995: 35-46) ha ajustado sus fechados y establecido periodos de tiempo bien definidos que se suceden unos a otros, dichas fases se hayan diferenciadas por las tendencias modales de los estilos cerámicos ya que en varios estratos los estilos están conviviendo; así, esta secuencia es de especial importancia porque se convertirá en el mejor referente de la cronología de las primeras sociedades sedentarias para la cuenca norte por reunir una secuencia estratigráfica con un correlato estilístico, siendo usada como base para posteriores investigaciones:
Carol Schultze obtuvo cuatro fechados radiocarbónicos64 para el sitio de Huajje, tres de ellos vinculados a Qaluyu y Pukara. La primera ocupación del sitio registrada en el pozo de sondeo de Huajje tiene un fechado 60 a 240 NE, en el nivel más profundo y de 40 a.C. a 120 d.C., en un nivel superior. Suponemos que esta contradicción entre los fechados y los niveles de donde se tomaron las muestras se debe a que estos últimos responden a una división arbitraria geométrico-espacial de la excavación y no a la deposición cultural; si recurrimos a Schultze (2008: 278-279) comprobamos que los niveles de donde se han tomado las muestras (vide Schultze et al. 2012: Tabla 2) abarcan ambos los dos mismos estratos que se superponen (Estrato IV y V) y no se especifica de que estrato proviene cada muestra. Estos dos niveles esta relacionados a cerámica Qaluyu (Schultze 2008: 278279).
Qaluyu Temprano 1: 1200-1050 a.C. Qaluyu Temprano 2: 1050-850 a.C. Qaluyu Tardío 1: 850-650 a.C. Qaluyu Tardío 2: 650-400 a.C. Pukara Inicial: 400-300 a.C. Pukara 1: 300-100 a.C. Pukara 2: 100 a.C.-100 d.C. Pukara Tardío: 100-350 d.C. Del sitio de Cachichupa se han obtenido dieciocho fechados, de las excavaciones que se ubicaron en tres áreas: Área de terrazas (Área A), Pampa Este (Área B) y Componente A (Área C) (vide Plourde 2006: 255-289). En el área de terrazas se registraron dos terrazas, los datos radiocarbónicos indican que la Terraza K-2 fue construida entre el 1040 y el 1500 a.C., así lo indican los nueve fechados extraídos de diferentes estratos de esta terraza, al parecer la terraza fue concebida como una sola pieza y construida en varios episodios no muy distanciados en el tiempo (Plourde 2006: 265-266). Por otro lado la Terraza K-1 indica una construcción un poco más tardía, en relación a la Terraza K-2, entre el 820 y el 1030 a.C., aunque Plourde señala que ambas terrazas son parte del mismo proyecto (Plourde 2006: 265-266). La
64
La autora también realizó análisis de Termoluminiscencia, pero por lo general no coinciden con los fechados radiocarbónicos, para estos datos se puede recurrir a los distintos artículos citados sobre los fechados de Huajje.
180
CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA
Cuadro 23. Fechados radiocarbónicos del sitio de Qaluyu.
P-1581
Años Radiocarbónicos AP 1949 ± 52
P-1582
2925 ± 61
1313 - 971 a.C. (97.5 %)
Qaluyu
Mohr (1977:1144)
P-1583
2945 ± 61
1320 - 993 a.C. (95.9 %)
Qaluyu
Mohr (1977:1144)
P-1584
3045 ± 56
1427 - 1152 a.C. (97.2 %)
Qaluyu
Mohr (1977:1144)
P-1585
3239 ± 52
1628 - 1415 a.C. (100 %)
Qaluyu
Mohr (1977:1144)
P-155
2522 ± 114
851 - 393 a.C. (98.6 %)
Qaluyu
Ralph (1959: 57)
P-156
2962 ± 120
1450 - 895 a.C. (99.4 %)
Qaluyu
Ralph (1959: 57)
Código de laboratorio
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
Fuente
50 a.C. - 220 d.C.
Pukara
Mohr (1977:1144)
Cuadro 24. Fechados radiocarbónicos del sitio de Pukara. Código de laboratorio
Años Radiocarbónicos AP
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
Fuente
P-152
2101 ± 108
400 a.C.- 150 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
P-153
2041 ± 107
400 a.C. - 250 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
P-154
1847 ± 106
100 a.C. - 450 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
P-170
2032 ± 106
400 a.C. - 250 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
P-172
2040 ± 109
400 a.C. - 250 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
P-217
1960 ± 90
405 a.C. - 150 d.C.
Pukara
Ralph (1959: 57)
Beta 3428
1790 ± 90
20 - 430 d.C.
Pukara Terminal
Mujica (1985: 123)
Beta 3430
1570 ± 100
250 - 660 d.C.
AA51767
2016 ± 33
110 a.C. - 80 d.C.
AA51768
2101 ± 73
260 a.C. - 60 d.C. (81.8 %)
AA51769
1889 ± 40
20 - 240 d.C.
AA51770
1917 ± 33
0 - 180 d.C. (92.5 %)
AA51771
2120 ± 38
240 a.C. - 40 d.C. (87.2 %)
AA51772
2001 ± 37
100 a.C. - 90 d.C.
Pukara Terminal Pukara / Formativo Tardío Medio Pukara / Formativo Tardío Inicial Pukara / Formativo Tardío Inicial Pukara / Formativo Tardío Final Pukara / Formativo Tardío Final Pukara / Formativo Tardío Medio
AA57008
2042 ± 34
170 a.C. - 30 d.C. (93.4 %)
AA57009
2049 ± 42
180 a.C. - 60 d.C.
AA57010
2024 ± 34
120 a.C. - 70 d.C.
AA57011
2012 ± 31
100 a.C. - 80 d.C.
AA57012
2016 ± 34
110 a.C. - 80 d.C.
AA57013
1976 ± 31
50 a.C. - 90 d.C. (92.9 %)
AA57014
1981 ± 35
50 a.C. - 90 d.C. (92.4 %)
AA57015
2072 ± 33
180 a.C. - 10 d.C.
AA57016
2021 ± 33
120 a.C. - 70 d.C.
Mujica (1985: 123) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1) Klarich (2005a: Apén. 1)
181
Pukara clásico Pukara / Formativo Tardío Inicial Pukara / Formativo Tardío, re-usado Pukara / Formativo Tardío Medio Pukara / Formativo Tardío Inicial Pukara / Formativo Tardío Final Pukara / Formativo Tardío Inicial Pukara / Formativo Tardío Medio Pukara / En entierro Colla
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 25. Fechados radiocarbónicos del sitio de Camata.
CAMS 9382
Años Radiocarbónicos AP 3430 ± 50
CAMS 9386
3050 ± 80
1488 -1014 a.C.
1450 - 1050 a.C.
CAMS 9390
2910 ± 60
1292 - 902 a.C.
1260 - 970 a.C.
CAMS 9389
2930 ± 60
1368 - 912 a.C.
1260 - 970 a.C.
CAMS 9388
2660 ± 50
900 - 768 a.C.
925 - 761 a.C.
CAMS 9450
2880 ± 60
1255 - 836 a.C.
1130 - 840 a.C.
CAMS 9447
2550 ± 50
806 - 413 a.C.
804 - 516 a.C.
Precerámico Qaluyu Temprano 1 Qaluyu Temprano 1 Qaluyu Temprano 2 Qaluyu Temprano 2 Qaluyu Tardío 1
CAMS 9384
2660 ± 60
967 - 765 a.C.
940 - 760 a.C.
Qaluyu Tardío 1
CAMS 9391
2400 ± 70
768 - 258 a.C.
770 - 360 a.C.
Qaluyu Tardío 2
CAMS 9446
2450 ± 50
771 - 395 a.C.
762 - 404 a.C.
Qaluyu Tardío 2
CAMS 9448
2580 ± 60
827 - 429 a.C.
830 - 520 a.C.
Qaluyu Tardío 2
CAMS 9385
2800 ± 60
1186 - 810 a.C.
1050 - 810 a.C.
Pukara Inicial
CAMS 9449
2210 ± 60
393 - 55 a.C.
390 - 110 a.C.
Pukara Inicial
CAMS 9393
2190 ± 50
386 - 55 a.C.
379 - 107 a.C.
Pukara 1
CAMS 9387
2160 ± 70
387 a.C. - 2 d.C.
380 - 40 a.C.
Pukara 1
CAMS 9392
2220 ± 60
170 a.C. - 127 d.C.
170 a.C. - 90 d.C.
Pukara 2
CAMS 9394
2070 ± 60
346 a.C. - 66 d.C.
210 a.C. - 70 d.C.
Pukara 2
CAMS 9381
1920 ± 40
3 - 227 d.C.
18 - 182 d.C.
Pukara Tardío
CAMS 9383
1760 ± 60
129 - 422 d.C.
130 - 420 d.C.
Pukara Tardío
Código de laboratorio
Fecha calibrada (2 σ)
Fecha calibrada (ajustada)
Ocupación asociada
1878 -1532 a.C.
1878 - 1532 a.C.
Precerámico
Cuadro 26. Fechados radiocarbónicos del sitio de Cachichupa. Código de laboratori o AA51140
Años Radiocarbónicos AP 2035 ± 60
Fecha calibrada (1 σ)
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
150 a.C. - 90 d.C.
200 a.C. - 90 d.C.
Pukara / Pampa Este
AA45496
3115 ± 45
1440 - 1310 a.C.
1500 - 1260 a.C.
Formativo Temprano / TerrazaK-2
AA51137
3021 ± 61
1380 -1130 a.C.
1420 -1050 a.C.
Formativo Temprano / TerrazaK-2
AA45501
1962 ± 46
40 a.C. - 90 d.C.
60 a.C. - 140 d.C.
Pukara / Pampa Este
AA45497
2984 ± 45
1300 - 1120 a.C.
1380 - 1040 a.C.
Formativo Temprano / TerrazaK-2
AA45502
1968 ± 50
50 a.C. - 90 d.C.
100 a.C. - 140 d.C.
Pukara / Pampa Este
AA51138
2971 ± 45
1300 - 1110 a.C.
1380 - 1040 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA45499
3066 ± 45
1400 -1260 a.C.
1430 -1130 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA51139
3016 ± 50
1380 - 1130 a.C.
1410 - 1110 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA45500
3041 ± 53
1390 - 1210 a.C.
1410 - 1120 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA51136
3045 ± 46
1390 - 1210 a.C.
1420 - 1120 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA45498
3057 ± 30
1400 -1260 a.C.
1430 -1130 a.C.
Formativo Temprano / Terraza K-2
AA51133
2835 ± 49
1050 - 900 a.C.
1130 - 830 a.C.
Qaluyu / Terraza K-1
AA51135
2152 ± 43
360 - 110 a.C.
360 - 50 a.C.
Qaluyu / Terraza K-1
AA51134
2790 ± 43
1000 - 860 a.C.
1050 - 820 a.C.
Qaluyu / Terraza K-1
AA51141
2163 ± 39
360 -110 a.C.
360 -90 a.C.
Pukara / Componente A
AA45503
2131 ± 46
350 -60 a.C.
360 -40 a.C.
Pukara / Componente A
AA45504
2250 ± 36
390 - 210 a.C.
400 - 200 a.C.
Pukara / Componente A
182
CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA De un nivel asociado a cerámica “Pukara 2” se obtuvo un fechado de 220 – 530 d.C., lo cual fecha, probablemente, el final de la ocupación Pukara en el sitio; asimismo aún no se tiene fechado de la primera ocupación relacionada a Pukara. El posterior fechado, asociado a consumo de cerámica Tiwanaku, indica un rango de 580 a 770 d.C., lo cual es coherente con el fechado anterior.
temprano para el Patio Temprano, estratigráficamente más alto, que para la Plaza Abierta. Sin embargo, el rango de los fechados superpuesto, indica que el uso de cada una de estas estructuras puede ser fechado en un rango más reducido: 1390 – 1310 a.C. Este rango aún sitúa estas estructuras dentro del periodo Formativo Temprano y es consistente con la cronología regional.” (Cohen 2010: 157. Traducción nuestra).
En el caso del sitio de Huatacoa solo se tienen tres fechados, los cuales la autora relaciona directamente a “Qaluyu Temprano”, que se relacionan a tres de sus estructuras identificadas: la Casa Qaluyu (Área B), la Plaza Abierta (Área A) y el Patio Temprano (Área A) (vide Cohen 2010: 119-137, 148-158). Para la Casa Qaluyu se tiene un fechado entre 1450 a 1300 a.C., aunque este no es el “event” más profundo pero si es uno de los más cercanos al terreno estéril (vide Cohen 2010: fig. 5.2.), creemos que la ocupación más temprana de la casa no debe de distar mucho de este fechado. Del piso de la Plaza Abierta se tomó una muestra (Ibíd.: 148) que arrojó un fechado entre 1390 y 1130 a.C. Del Patio Temprano también se fechó el piso de este, pero lo que desconcierta es que a pesar de ubicarse sobre la Plaza Abierta, el fechado del Patio Temprano tiene un rango más temprano: 1490 a 1310 a.C., en relación a la Plaza Abierta; por lo tanto creemos que puede deberse a la contaminación de la muestra o a la reutilización de material constructivo en la elaboración de los nuevos pisos, sobre este problema Cohen indica que esta contradicción entre la estratigrafía y el fechado serviría para situar la construcción de ambas estructuras en un rango más reducido:
Para Taraco tenemos diecinueve fechados radiocarbónicos, de los cuales doce fueron tomados de contexto asociados a Qaluyu y Pukara. Estos han sido recogidos, durante las tres temporadas (de la Vega 2005; Chávez Justo 2007, 2008b) del proyecto desarrollado en el sitio, del Área A la cual parece ser una casa de “élite”; estos fechados han sido publicados en la tesis doctoral de Abigail Levine (2012) y otros lugares (Stanish y Levine 2011). La ocupación más antigua de esta área de Taraco corresponde según Levine (2012: 231) a su “Formativo Fase 1” con un fechado de 1260 a 1055 a.C.; aunque no existe mucha cerámica decorada en esta fase, se han encontrado ollas sin cuello y fragmentos con decoración incisa de línea ancha que comúnmente se asocian a Qaluyu. Para el “Formativo Fase 2” de Taraco solo se cuenta con el fechado UCIAMS 86322 el que establece un rango entre 0 y 85 NE. Probablemente este fechado no sea correcto para esta fase debido a que los fechados de los estratos superiores a esta fase abarcan totalmente este rango de años e incluso se remontan hasta los 205 a.C. se debe de esperar más fechados. Esto pues deja un vacío entre los 1055 y el 205 a.C., periodo en el cual debe ubicarse la ocupación de este “Formativo Fase 2”, el cual se encuentra vinculado a estratos en los cuales se consume tanto cerámica Qaluyu como Pukara (vide Levine 2012: 232-234).
“Una comparación entre los fechados antes mencionados para la Plaza Abierta, situada en un nivel estratigráfico más bajo que el Patio Temprano, a primera vista presenta una complicación en la secuencia fechada. La media de los fechados resulta en un fechado más
Cuadro 27. Fechados radiocarbónicos del sitio de Huajje. Código de laboratorio
Años Radiocarbónicos AP
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
Beta 258719
1960 ± 40
40 a.C. - 120 d.C.
Qaluyu
Beta 258776
1870 ± 40
60 -240 d.C.
Qaluyu
Beta 195438
1690 ± 70
220 -530 d.C.
Pukara 2
Beta 195437
1370 ± 60
580 -770 d.C.
Tiwanaku
Cuadro 28. Fechados radiocarbónicos del sitio de Huatacoa. Código de laboratorio
Años Radiocarbónicos AP
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
Beta 214169
3110 ± 40
1490-1310 a.C.
Qaluyu Temprano / Patio Temprano
Beta 214170
3020 ± 40
1390-1130 a.C.
Qaluyu Temprano / Plaza Abierta
Beta 214171
3120 ± 40
1450-1300 a.C.
Qaluyu Temprano / Sector B (Casa)
183
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Cuadro 29. Fechados radiocarbónicos del sitio de Taraco. Código de laboratorio
Años Radiocarbónicos AP
Fecha calibrada (2 σ)
Ocupación asociada
UCIAMS 37489
205 ± 20
1650 - 1950 d.C.
Huaña
UCIAMS 86316
1960 ± 20
0 - 95 d.C.
Pukara / Techo quemado
UCIAMS 86324
1995 ± 20
40 a.C. - 55 d.C.
Pukara / Techo quemado
UCIAMS 86317
2490 ± 20
765 -540 a.C.
Pukara / ¿?
UCIAMS 86322
1955 ± 20
0 - 85 d.C.
Qaluyu y Pukara
UCIAMS 86323
2945 ± 25
1260 - 1055 a.C.
¿Qaluyu?
UCIAMS 86319
2020 ± 20
55 a.C. - 30 d.C.
Pukara/ Techo quemado
UCIAMS 86320
2050 ± 20
115 a.C. - 5 d.C.
Pukara/ Techo quemado
UCIAMS 86318
2115 ± 20
200- 90 a.C.
Pukara/ Viga quemada
UCIAMS 86321
2135 ± 20
205 - 90 a.C.
Pukara/ Viga quemada
UCIAMS 86325
1625 ± 20
385 - 456 d.C. (72 %)
Huaña
UCIAMS 86326
1640 ± 20
345 - 440 d.C.
Huaña
AA66240
1781 ± 37
Huaña
AA66238
1805 ± 37
AA63326
1746 ± 40
AA66239
1811 ± 38
AA63328
1885 ± 40
130 - 350 d.C. 125 - 265 d.C. (84,6 %) 210 - 405 d.C. 120 - 260 d.C. (86,7 %) 50 - 240 d.C.
AA63327
1826 ± 39
80 - 260 d.C.
Pukara
AA63324
2918 ± 40
1260 - 1000 a.C.
¿Qaluyu?
El “Formativo Fase 3” es una ocupación que está asociada casi únicamente a cerámica Pukara (Levine 2012: 234-240) y a un evento de quemado que se encuentra en todos los sectores excavados del Área A (Levine et al. 2012: 142). Para esta fase se dispone de nueve fechados, estando en un rango desde los 205 a.C. hasta los 260 d.C., descartando el fechado UCIAMS 86317 que no concuerda con los demás fechados. Asimismo Levine y colegas (Levine et al. 2012: 142) indican que el evento de quemado está fechado en 50 – 240 d.C., para lo cual usaron el fechado AA63328 el cual es el único extraído directamente del estrato de ceniza del evento de quema (vide Stanish y Levine 2011: fig. 4), aunque los otro fechados indican un rango más amplio. La posterior ocupación Huaña que abracaría un rango entre el 120 y el 456 d.C., aumenta las posibilidades de tener un rango más reducido para el evento de la quema en Taraco: 50 – 120 d.C.
Huaña Huaña Huaña Pukara/ Quema
5.4. UNA EXPLICACIÓN DEL DESARROLLO
DE LAS PRIMERAS SOCIEDADES EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA (8000 AC 400 AC) LAS PRIMERAS SOCIEDADES CAZADORASRECOLECTORAS (8000 A.C.-1400 A.C.) Antes de discutir sobre las primeras sociedades sedentarias en la cuenca norte del Titicaca creemos necesario discutir la presencia de las sociedades cazadoras-recolectoras en esta parte de los Andes. Estas sociedades constituyen el antecedente de las sociedades sedentarias tempranas. Durante esta época que comúnmente es llamada “Arcaico” se empiezan a gestar las condiciones para la nueva vida sedentaria y es necesario tratarlas. Esto se puede observar explícitamente en los sitios donde sobre una ocupación de cazadoresrecolectores o “Arcaica” se desarrollan ocupaciones de las primeras sociedades sedentarias como sucede en los casos de Quelcatani (Aldenderfer y Flores 2011), Jiskairumoko (Craig 2012) y Camata (Steadman 1995), entre otros.
Ya hemos tratado con antelación el tema de la cronología para Chaupisawakasi. A grandes rasgos sabemos que la 2da ocupación del sitio y primera ocupación Pukara se ubica entre los 140 y los 45 a.C. Y que la 3ra ocupación también vinculada a Pukara tiene un intervalo de tiempo entre el 70 a.C. y el 25 d.C. No se han fechado aún la 1ra ocupación vinculada a Qaluyu ni la 4ta ocupación, vinculada probablemente a la última ocupación Pukara del sitio.
Hasta el momento no existen sitios del “Arcaico” que hayan sido excavados en la parte norte de la cuenca del Titicaca. Los sitios más cercanos a los límites naturales de la cuenca norte (vide Stanish y Plourde 2006) son los sitios de Jiskairumoko y Quelcatani en la cuenca sur. Ninguno de estos yacimientos pertenece al “Arcaico
184
CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA Temprano”. De hecho, no existen sitios de este periodo que hayan sido excavados (Aldenderfer y Flores 2011: 538). De estos sitios mencionados, Quelcatani es el que posee los fechados más antiguos: 7300 AP (Klink y Aldenderfer 2005). Desafortunadamente estos fechados aún no han sido publicados completamente ni han sido calibrados. A pesar de esta deficiencia, Aldenderfer (2012: 26) indica que los primero habitantes del Altiplano habrían llegado aproximadamente hacia los 10.000 AP, lo cual es inferido a partir de las semejanzas morfológicas de material lítico, encontrado por Klink (2005) en el valle de Huenque65, con las fases más tempranas de Asana (Aldenderfer y Flores 2011: 538-539).
incipiente de nuevas tecnologías para la producción primaria (de alimentos) durante el “Arcaico Terminal”. En Jiskairumoko la presencia de abundantes cantidades artefactos de molienda (Craig 2005, 2012: 69-94) nos lleva a suponer el consumo de plantas, además del hallazgo de variedades cultivadas de Chenopodium sp. (Aldenderfer 2011, Rumold 2010) y probablemente cría de animales (Craig 2005), vale decir, estamos ante una incipiente domesticación de plantas y animales. Así también en Jiskairumoko se desarrollaron otros artefactos y tecnologías, a parte de las formas iniciales de agricultura y domesticación de animales, como los artefactos destinados a la cocción de alimentos y otros productos: los fogones (vide Craig 2005, 2012: 86-90) y estructuras destinadas probablemente al almacenamiento (Craig 2005, 2012: 114). Por otro lado en Quelcatani se han observado estructuras probablemente usadas como corrales (Aldenderfer y Flores 2011: 539, Aldenderfer 2012: 35); asimismo llama nuestra atención la ausencia de artefactos de molienda, en el sitio (Aldenderfer y Flores 2011: 539), lo que nos conduce a la existencia de diferencias entre los distintos grupos de cazadoresrecolectores producidos por las condiciones materiales de existencia en esa zona, donde es imposible la agricultura.
Con respecto al valle Quilcamayo-Tintiri no hemos identificado sitios que solo poseyeran ocupación del “Arcaico”, pero si hemos encontrado sitios con algunos artefactos líticos del periodo de las sociedades cazadorasrecolectoras. Además valles cercanos como el de Huancané-Putina (Cipolla 2005) o el mismo Ramis (Aldenderfer y Flores 2008) si registran ocupaciones “Arcaicas”. Una de las puntas líticas encontradas en superficie en el sitio de Chaupisawakasi nos recuerda a una de las puntas del sitio de Asana del Tipo 3B (Klink y Aldenderfer 2005: fig. 3.4.c) la cual está asociada a un fechado de 6700 AP (Klink y Aldenderfer 2005: Tabla 3.7.). Probablemente cerca al 6000 a.C. la mayor parte de la cuenca norte debió estar poblada por grupos de cazadores-recolectores, aunque debemos esperar excavaciones de sitios “Arcaicos” para el área.
Para finalizar al respecto de las sociedades cazadorasrecolectoras, Tantaleán (2005b: 200) siguiendo a Estévez et al. 1998 plantea que para el Altiplano de la cuenca norte: “…el paso de las sociedades cazadoras/recolectoras a las agrícolas/ganaderas fue consecuencia de la superación de la contradicción entre las condiciones sociales de producción de bienes materiales y los procesos de reproducción biológica y social”, lo que implicó el desarrollo de las fuerzas productivas, que como hemos visto empezó a hacerse durante el “Arcaico Terminal”. Obviamente durante tan largo periodo de tiempo se han desarrollado distintas dialécticas entre las distintas unidades sociales de cazadores-recolectores llenas de tensiones y distensiones, no siendo tan esquemático como lo planteado acá, que escapan al objetivo de este trabajo.
Algo que es de especial importancia para nosotros es el aumento de las fuerzas productivas durante el “Arcaico”. Tal parece ser que el aumento de la población o de la fuerza de trabajo durante el “Arcaico” es un proceso paulatino. Para el “Arcaico Medio” existe un aumento de los sitios pudiendo deberse a un aumento de la población (Aldenderfer y Flores 2011: 539, Aldenderfer 2012: 32), aun así los índices de crecimiento son bajos (Craig 2005). Para el Arcaico Tardío existe también un nuevo aumento de la cantidad de sitios (Aldenderfer y Flores 2011: 539, Aldenderfer 2012: 33), lo que hace suponer un aumento también de la población (Aldenderfer 2009, 2012). En el “Arcaico Terminal” o “Arcaico Final” es donde acontece un cambio importante en los asentamientos que, aunque disminuyen en número aumentan en tamaño, sugieren la concentración de población en estos nuevos espacios (Aldenderfer y Flores 2011: 539-540, Aldenderfer 2012: 35), dando inicio al fenómeno del semi-sedentarismo que sentará una de las bases para el desarrollo de la vida aldeana. En este último proceso tiene especial importancia el sitio de Jiskairumoko (Craig 2012) donde se observa de primera mano este fenómeno de sedentarización y por ser el sitio más cercano a la cuenca norte.
LAS PRIMERAS SOCIEDADES SEDENTARIAS (1400 A.C.-400 A.C.) EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA: QALUYU El salto cualitativo de las sociedades cazadorasrecolectoras a las sociedades agrícolas-ganaderas, de una forma de vida nómada a una vida sedentaria, del “Arcaico” al “Formativo”, aún permanece poco estudiado a nivel arqueológico en la cuenca norte del Titicaca. Pero ¿qué es el “Formativo” 66?, para el Altiplano Andino se asocia a la aparición de las primeras aldeas sedentarias alrededor de los 2000 a.C. (Stanish 2003: Cap. 6), aunque se habla del sedentarismo como el rasgo fundamental no se deja de lado la aparición de la cerámica:
Quelcatani y Jiskairumoko también nos brindan pruebas de cambios en los medios de producción y el desarrollo
66
El concepto “Formativo” ha atravesado por serias críticas, principalmente por la carga evolucionista que implica su uso (v.g. Ramón 2005). Sin embargo, a pesar de dichas críticas, en la actualidad el término sigue siendo aplicado ampliamente en la arqueología andina e, incluso, ha sido recientemente actualizado (v.g. Kaulicke 2008, 2010).
65
Aldenderfer y Flores (2011: 539) también señalan que en otras prospecciones (v.g. Aldenderfer y Flores 2008, Arizaca y Quispe 2005, Cipolla 2005) en la parte norte de la cuenca.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ “Hasta ahora, la cerámica más temprana en la Cuenca del Titicaca ha sido identificada por Steadman (próximo) en el sitio de Quelcatani, el cual fue excavado por Aldenderfer. Una fecha de carbono-14 de 3660 ± 60 A.P. (calibrado alrededor de 2000 A.C.) está asociada con varios fragmentos de cerámica.” (Stanish 2003: 102. Traducción nuestra).
sociedad, remontándose hacia los 1628 o 1450 a.C., si somos más conservadores. Por lo tanto ¿existe un Formativo Temprano diferenciado de Qaluyu? Los datos que presentamos parecen indicar que no, por lo menos para los sitios con excavaciones en la cuenca norte del Titicaca. Datos que provienen del otro lado de la cuenca, de la contraparte Boliviana, en el sitio tipo de Chiripa también una ocupación sedentaria es precedida por una sociedad precerámica y no-sedentaria.
Sin embargo Stanish no es claro con la procedencia del fechado, debido a que hasta ahora no conocemos en extenso el reporte de los datos de Quelcatani; asimismo Aldenderfer y Flores (2011: 540) hablan de unas estructuras fechadas en 3660 AP y unos tiestos de cerámica “…quizá los más tempranos que se conocen en la cuenca del Titicaca,…”, pero no terminan siendo claros al respecto. Así vemos que aún se sigue usando a la cerámica como uno de los indicadores del sedentarismo.
En todos estos casos revisados después de los cazadoresrecolectores se erige una sociedad sedentaria y cerámica. Este nuevo artefacto es parte y producto de las nuevas relaciones sociales establecidas durante el sedentarismo en las sociedades agrícolas-ganaderas y que va a jugar un papel muy importante en estas relaciones, a nivel local y regional. Pero más allá de esto, parece ser que al inicio de la nueva forma de vida existieron algunas aldeas que no utilizaron la cerámica, en lo que se ha venido a denominar como “Formativo Precerámico”, como en el valle Quilcamayo-Tintiri. Dicha característica de aldeas acerámicas no indica necesariamente una condición de etapa previa, como hemos asumido evolutivamente en otros lugares (Tantaleán et al. 2012: 167), al periodo cerámico, sino que bien pudieron ser contemporáneas a las aldeas que consumían cerámica Qaluyu.
Por otro lado dentro del Formativo se han escindido varios periodos con las típicas divisiones evolucionistas como: “Formativo Temprano”, “Formativo Medio” y “Formativo Tardío”. Así Qaluyu se iniciaría en el “Formativo Medio” (1300-500 a.C.) antecediéndole el “Formativo Temprano” (Stanish 2003: Cap. 6). Otros autores (v.g. Cohen 2010: 55-58) atribuyen a Qaluyu un periodo de tiempo que se extiende desde el “Formativo Temprano” hasta todo el “Formativo Medio”, pero sus rangos de tiempo variaran debido al contexto local de los estudios así podríamos seguir revisando varios casos. Así pues podemos ver que en los sitios estudiados hasta ahora lo Qaluyu va a terminar trasgrediendo estas visiones esquemáticas de la realidad arqueológica.
Entonces ¿qué es Qaluyu? “Qaluyu es un sitio arqueológico, un sitio tipo, un periodo de tiempo, un estilo cerámico y artístico, una cultura, un marcador de horizonte arqueológico,…” (Plourde y Stanish 2006: 247). Nosotros estamos de acuerdo con esta definición, pero a la vez creemos que Qaluyu es mucho más que eso.
Los datos de Jiskairumoko (Craig 2005, 2012), de Camata (Steadman 1995) y de Qaluyu (Mohr 1977, 1980) mismo, indican que las primeras aldeas sedentarias van a aparecer en distintos lapsos de tiempo, siendo un proceso desigual, pero no dejando de ser revolucionario en la forma de vida de los pobladores de esta parte del Altiplano. En Jiskairumoko, por ejemplo, Craig (2012: 64) nos dice que “…, en la cuenca del río Ilave, los fechados de Jiskairumoko indican que esta transición [hacia el sedentarismo o “Formativo”] no tomó lugar hasta ca. 1400 cal. a.C. Esas diferencias en tiempo subrayan la naturaleza del mosaico del cambio cultural” (Entre corchetes nuestro), y que los nuevas estructuras arquitectónicas estaban asociadas al hallazgo de los primeros restos de cerámica (Craig 2005: 655, 2012: 101). En Camata tenemos una ocupación pre-cerámica probablemente de cazadores-recolectores a la que se le superpone el “Qaluyu Temprano”, en la cual conjuntamente con los primeros tiestos cerámicos aparecen también las primeras herramientas agrícolas, “Es probable, por lo tanto, que la fase Qaluyu Temprano represente un cambio hacia una ocupación más sedentaria en el sitio, basada en la agricultura” (Steadman 1995: 491) y tenemos un fechado que sitúa el comienzo de Qaluyu hacia los 1200 a.C. Aunque Qaluyu no presente una ocupación del “Arcaico” que la anteceda, si presenta unos de los fechados más tempranos para esta
Desde un punto de vista materialista histórico, Qaluyu es una nueva forma de producir, una nueva forma de vivir donde se establecieron nuevas relaciones sociales, es principalmente una forma sedentaria de vivir que tuvo como principales forma de producción67 a la agricultura y la ganadería, siendo utilizado o no utilizado el nuevo artefacto cerámico, al inicio de esta. Es pues una sociedad o sociedades que se desarrollaron a partir del trabajo acumulado por las sociedades cazadoras-recolectoras y que empezaron a generar un nuevo modo de producir de forma independiente, o que el establecimiento de relaciones sociales con otras sociedades ya sedentarias, en un proceso de contacto-aprendizaje, las hizo adoptar este nuevo estadío. Durante la historia de Qaluyu los nuevos objetos producidos (principalmente el estilo Qaluyu) y las prácticas socio-políticas acercan cada vez más a estas aldeas que empezaron a consumir y reproducir objetos y prácticas sociales comunes (cerámica, tipos de asentamientos, artefactos líticos, litoescultura, prácticas socio-políticas, etc.), y que a pesar de existir diferencias entre individuos, las relaciones sociales fueron simétricas. No entraremos en más detalles 67
Hablamos de principales formas de producción porque las evidencias indican que la caza y la pesca no se abandonaron y fueron parte de la producción primaria (Mohr 1980, Stanish 2003: Cap 6, Capriles et al. 2014).
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CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA de la caracterización de la sociedad Qaluyu, en aspectos que no son tan controvertibles y que ya hemos dejado en claro a largo de toda este trabajo, además porque el tratamiento de Qaluyu desde un punto de vista materialista histórico ya ha sido tratado por Tantaleán (2005b: 201-209, 2008: 236-247, 2010a: 53-54).
puede hablar de una verdadera jerarquía de asentamientos humanos68. En los sitios donde se encuentran objetos de estilo Pukara, estos artefactos se encuentran ubicados en sectores diferenciados del asentamiento que se construyen en ese mismo momento y que se distinguen, principalmente, por la calidad de su producción. La cerámica decorada se halla en sectores específicos de los sitios y, sobre todo, la variedad no doméstica se halla en espacios destinados a prácticas alejadas de las comunes o cotidianas.
Intentemos ahora discutir sobre Qaluyu desde nuestro valle en relación a la aparición de la sociedad sedentaria, que con el nivel de conocimiento arqueológico para el valle de seguro que nos quedaremos con más interrogantes que certezas. Aún permanece desconocido alrededor de que fecha aparecen las primeras aldeas. Por nuestras excavaciones en Chaupisawakasi parece que el proceso de aparición y/o fundación de las aldeas fue desigual. En este sitio solo la 1ra ocupación está vinculada a Qaluyu y le sucede inmediatamente una ocupación Pukara; esta ocupación Qaluyu creemos que aparece tardíamente y ser apenas anterior a los 140 a.C., aunque debemos esperar nuevos fechados. Probablemente en otros sitios exista una estratigrafía más compleja para lo Qaluyu.
De todos los objetos reconocidos dentro de la cultura material Pukara, la litoescultura, sin lugar a dudas, se constituye como uno de los objetos primordiales o claves (sensu Lull 2007) , tanto por la materia que la compone, como por su producción, volumen y ubicación en los principales sectores de los montículos y plazas hundidas. En este sentido, siguiendo a Vicente Lull (2007: 201), la litoescultura y, concretamente la estela escalonada Pukara, supone una “transformación” de la huanca observada en los sitios asociados a objetos de estilo Qaluyu que, si bien conserva la forma básica y su ubicación central, ha sido convertida en un objeto nuevo ubicado en espacios que ahora son restringidos con una función trascendental en las prácticas sociopolíticas y socioideológicas. De hecho, en el planteamiento de Sergio Chávez y Karen Mohr (1975), este tipo de litoescultura es parte del fenómeno que denomina como la “Tradición Religiosa Yaya-Mama”, en su segunda fase (Yaya-Mama Tardío), reconociendo, de esta manera, una continuidad en las prácticas sociopolíticas e ideológicas enfocadas en los objetos líticos como la estela escalonada. Asimismo, existe una novedosa variedad de objetos en los sitios arqueológicos de la cuenca norte del Titicaca como la obsidiana o el basalto olivino y, que sí estuvieron presentes en algún caso previo, su cantidad fue incrementada durante el desarrollo de los grupos sociales que utilizaban los objetos del estilo Pukara hasta llegar a hacerse altamente visibles en el registro arqueológico.
Un grupo de aldeas en el valle (QT-26, QT-31, QT-33) parece no requerir del uso de la cerámica al inicio de su vida aldeana y agrícola-ganadera, pero posteriormente fueron abandonadas, queda pendiente saber cuánto duró este periodo de resistencia a la cerámica. Ahora bien, ¿estas aldeas fueron contemporáneas a las primeras aldeas cerámicas o anteceden a estas? De ser contemporáneas (para lo cual se necesitará fechados) será un indicador de lo diverso que fue el establecimiento de las primeras aldeas y que por lo menos existió dos grupos de aldeas en el valle y que en algún momento los hombres y mujeres de las aldeas acerámicas, las abandonaron. De ser antecesoras se debería de hallar ocupaciones sedentarias acerámicas a las cuales les suceda una ocupación aldeana cerámica, esto indicaría que el sedentarismo se dio de cierto modo independiente en el valle y que por un tiempo no se consumió cerámica, a diferencia de los casos antes mencionados. Así pues las comunidades Qaluyu asentadas en el valle comparten principalmente la materialidad y las prácticas sociales comunitarias y simétricas con sus homólogas de los valles circundantes que comprenden lo Qaluyu.
En estos nuevos espacios segregados de los asentamientos asociados a objetos de estilo Pukara y con mayor dedicación en su producción, como serían las plazas hundidas, se habrían depositado los cadáveres de individuos en estructuras funerarias complejas y con artefactos singulares, como se reconoció en la plaza hundida de Qalasaya excavada por Kidder en el sitio epónimo (Franco Inojosa 1940:132). Todos estos nuevos objetos y espacios arquitectónicos que los concentran nos señalan prácticas sociales donde la distribución y el consumo fueron asimétricos y concentrados en lugares elegidos y elegidos por un grupo específico de la sociedad. Está situación socioeconómica y sociopolítica se mantendrá relativamente estable hasta los 400 años d.C. cuando nuevas prácticas sociales desconozcan estos objetos y los lugares que los albergaban.
5.5. EL ESTADO PUKARA (400 A.C.-350 D.C.) En el caso de los asentamientos relacionados con los objetos del estilo Pukara (400 a.C.-350 d.C.), estos se construyeron en dos espacios físicos: 1) sitios anteriormente ocupados (Qaluyu) y 2) sitios sin ocupación previa. Cuando se fundan nuevos sitios Pukara que no están relacionados directamente con la producción agrícola precedente, se eligieron lugares que controlaban otros tipos de espacios productivos y/o rutas naturales de acceso a otras zonas ecológicas. Dichos sitios compartieron un diseño arquitectónico básico que incluía edificaciones monumentales de tipo platafórmico, grandes recintos rectangulares, plazas hundidas y, por supuesto, litoescultura. Por primera vez en la región, se
Ver Stanish 2003, Tantaleán 2010, Tantaleán y Leyva 2010 para descripciones más detalladas de los asentamientos Pukara. 68
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ Evidentemente la sociedad Pukara supone una nueva forma de producir y reproducirse socialmente de los hombres y mujeres de esta parte del Altiplano. Resulta significativo que lo que conocemos como Pukara haya sido reconocido como estado tanto desde el procesualismo (Stanish 2001, Stanish y Levine 2011) como desde el materialismo histórico 69 (Tantaleán 2009a). A continuación señalaremos la caracterización socioeconómica y sociopolíticamente de Pukara y los indicadores arqueológicos que nos pueden ayudar a identificar a Pukara como un estado a la luz de la teoría particular del “Estado Teocrático Andino” desarrollada por Tantaleán (2005c, 2009c). Pero antes de ello es importante explicitar que se entiende por Estado Teocrático Andino.
defensa necesariamente supuso la existencia de un grupo de individuos afiliado a la élite que encontraba en la religión y en las armas la justificación de las propiedades de la élite. Y, finalmente, es Andino porque es una manifestación o fenómeno social con características locales (andinas) y que estaba basado en formas de producción también originarias dadas las condiciones sociales de la producción en el territorio andino. Dicha forma de producción andina tuvo un proceso histórico relacionado con los estados pero también independiente de ellos. En algunos casos, los estados asimilan dicha forma original de producción andina y las relaciones sociales que esta supone para su beneficio (por ejemplo, para época Inca, las relaciones sociales establecidas en el ayllu). Entender esta forma de producción y las relaciones sociales que estas suponen en la agricultura, el pastoreo, la caza, la pesca y/o la recolección es crítico para entender las particularidades de las sociedades andinas. Esto se hace necesario, sobre todo, desde una perspectiva arqueológica desarrollada desde una realidad centrada en los Andes que, en primer lugar, está basada en relaciones sociales sin la existencia de capital y donde la acumulación o retención del excedente se da en tributos de especies y la propiedad de la tierra, el principal medio de producción, cambió a lo largo de la historia. Según lo que planteamos acá, durante la existencia de los primeros estados teocráticos en los Andes, la propiedad de la tierra (hecha productiva) siguió en manos de los comuneros y, salvo las tierras sobre las que se asientan los Centros Políticos Religiosos y alrededores directamente relacionados, las demás tierras estaban fuera de su control directo.
Pukara sería un Estado porque supone la institucionalización de las desigualdades sociales donde principalmente se da la estructuración de la sociedad en base a una división clara entre productores y no productores. Un estado, así, supone la existencia de una contradicción objetiva entre dos grupos sociales antagónicos de los cuales uno domina y controla la producción y distribución de los bienes materiales (explotación). En este sentido, un estado no es una cuestión solamente cuantitativa (fenomenológica) o de complejización económica sino, sobre todo, es la consolidación sancionada y reproducida de una nueva organización de las relaciones sociales en las cuales un grupo minoritario de la sociedad se distancia de la producción básica (principalmente, de alimentos y medios de producción como la cerámica, textiles, instrumentos líticos, etc.) y se dedica a manipular, controlar y consumir el trabajo social de la población a la que tiene sujeta. Una forma de manipulación social en este contexto claramente surge de la religión.
A diferencia del sitio de Chavín Huántar, que fue el sitio clave para la definición del Estado Teocrático Andino, Pukara cuenta con menores estudios y evidencias arqueológicas, lo cual representará algunos vacíos en esta contrastación de los indicadores arqueológicos. Como el mismo Tantaleán señala: “[La] cuestión de la magnitud o cuantificación de ciertos indicadores es una cuestión que se deberá valorar local o regionalmente puesto que no son indicadores comparables entre regiones o tiempos debido a la propia trayectoria histórica de generación de dichos estados teocráticos en cada área y tiempo.” (Tantaleán 2009c: 117). Pese a ello, creemos que este ejercicio es posible con las evidencias arqueológicas disponibles para su posible contrastación con metodologías ad hoc con estudios más detallados porvenir.
Asimismo, es Teocrático porque las anteriores desigualdades sociales están originadas, mantenidas, controladas, normadas y justificadas institucionalmente mediante una práctica socio-ideológica llámese religión o mito dominante que se practica y dirige como medio de reproducción de la asimetría social (sistema político y económico) y que tiene como objetivo concentrar productos mediante el monopolio del miedo o terror o la generación y ostentación de violencia fáctica y/o psicológica. De este modo, la religión subsume en sus narrativas las contradicciones objetivas de las clases sociales y se hace necesaria como medio de equilibrar y amainar las tensiones sociales que supone la existencia de la explotación, encubriéndola y haciéndola más dinámica, conformándose en el medio principal de control social. Por ello, sí existió algún cuerpo de guerreros este todavía no fue el principal grupo social ni dominó las relaciones sociales. En este contexto, el “Templo” o Centro Político Religioso, como preferimos denominarlo, es la principal propiedad de los teócratas y su instrumento de producción principal. Su
Así, siguiendo a Tantaleán (2009c), a continuación tomamos en cuenta una serie de indicadores arqueológicos del Estado Teocrático Andino y los correlacionamos con la evidencia arqueológica disponible para Pukara.
Para una perspectiva del estado prehistórico desde el materialismo histórico se puede recurrir en general a Lull y Mico (2007) y para el caso particular de la cuenca norte del Titicaca a Tantaleán (2009a). 69
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CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA y, sobre todo los patios hundidos, se orientan cardinalmente, cuestión que es fácilmente comprobable y que fue reportada en primera instancia por Kidder (vide Chávez 1992: 78-83). Así, las estructuras arquitectónicas como el patio hundido excavado por Kidder y reexcavado por Mujica, tienen sus accesos principales orientados hacia el este, hacia la salida del sol (Mujica 1991: 280-281). Es más, la arquitectura presente en la Pampa Central de Pukara también se orientó cardinalmente (vide Klarich 2005a: 117-173). Todo esto nos indica por lo menos un conocimiento básico de la astronomía.
A. INDICADORES ARQUEOLÓGICOS EN EL ÁREA DE EDIFICIOS PRINCIPALES DE PUKARA 1. UBICACIÓN ESPACIAL PRIVILEGIADA DEL ASENTAMIENTO El sitio de Pukara se ubica en la parte noroeste de una de las más extensas pampas interfluviales de la cuenca norte del lago Titicaca, la del Azángaro-Pukara, que abarca aproximadamente 384 km2 de superficie cultivable (Craig et al. 2011: 2091). Además aquí se tiene la mayor concentración de tecnología prehispánica del formativo conocida como qochas (Flores et al. 2012: 226-229), aproximadamente unas 11.737 (Craig et al. 2011). Esta concentración de qochas vincula al área, probablemente, con uno de los espacios más importantes de producción agrícola de la cuenca norte. Así también Pukara se ubica en una de las zonas por donde atraviesan varias de las rutas que llevan hacia la parte norte del Altiplano (Tripcevich 2007: fig. 3-5.), lo que le daría cierto control sobre las relaciones de intercambio con otras zonas de los Andes, aunque son necesarias más investigaciones al respecto.
5. EXISTENCIA EN LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DE FORMAS Y ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS Y ARTEFACTOS PRE-EXISTENTES O TOMADOS DE OTRAS ÁREAS CERCANAS O LEJANAS Lo que conocemos como “Complejo Kalasasaya” que es un conjunto de rasgos arquitectónicos que se relaciona con patios hundidos, pirámides y recintos amurallados (Stanish 2003: 141) que se desarrollan en todo el Altiplano. Según Levine y colegas (2012: 131) este “complejo arquitectónico” hunde sus raíces en el “Formativo Medio”. Esta tradición que tiene como componente principal a los patios hundidos se inicia en algún momento del desarrollo de lo que conocemos como Qaluyu y llega a tener una amplia difusión en el Altiplano (vide Cohen 2010: 72-94). Como señalan Levine et al. (2012: 132): “Alrededor del tercer siglo después de Cristo, había solamente un puñado de sitios en la región con patios muy grandes, pirámides y recintos amurallados”. Además en estos espacios de reunión mencionados se consume litoescultura, que tiene una larga historia de desarrollo en el Altiplano (vide Stanish 2003: 129-134). Sin embargo, no habría que perder de vista que las pirámides y los patios hundidos existieron en otros tantos sitios formativos importantes de los andes centrales y centro sur.
2. PRINCIPAL CONCENTRACIÓN DE VOLÚMENES ARQUITECTÓNICOS DE LA REGIÓN Se ha calculado las dimensiones en la extensión del sitio de Pukara usando distintos criterios, dándole una extensión desde 1 km2 hasta 6 km2 (Mujica 1991: 278, Chávez 1992: 48, Stanish 2003: 142, Klarich 2005a: 56, Klarich y Román 2012). En cualquiera de los casos, Pukara es de lejos el sitio con mayor extensión y volúmenes arquitectónicos de la cuenca norte, solo con parangón en el sitio de Tiwanaku en la cuenca sur del lago (vide Stanish 2003: Tabla 7.1). El área de la pirámide Qalasaya en Pukara ocupa aproximadamente 9,5 ha (calculado en base a Mujica 1996: 20) sin contar los otros montículos presentes en el sitio. Destaca la gran inversión de fuerza de trabajo tanto cantidad y calidad, la utilización de grandes bloques de piedra y la factura en general de la pirámide.
6. EXISTENCIA DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS ABIERTOS Y CERRADOS EN EL ÁREA DE LOS EDIFICIOS PRINCIPALES A pesar de la ausencia de excavaciones extensivas en Pukara existen algunos datos que nos refieren espacios que incluyen una multitud de personas y otros que restringen determinadas reuniones. El espacio de los tres patios hundidos en la cima de Qalasaya de 15 m por 16 m (Chávez 1992: 79), nos daría un máximo de 240 personas allí reunidas, si pensamos que cada a persona ocupa 1 m2 lo cual resulta exagerado. Así, probablemente dichas prácticas tenían un número más reducido de personas que no debió de sobrepasar el centenar. En contraste con el área de los patios hundidos en la cima del Qalasaya, la extensa Pampa Central pudo fácilmente congregar un gran número de personas. Aunque desconocemos gran parte de la configuración de esta zona de Pukara, Klarich (2009) en sus excavaciones en la pampa del 2001 pudo comprobar la existencia de una gran plaza abierta en la primera ocupación de esta zona.
3. PROLONGADO DESARROLLO ARQUITECTÓNICO Y DE OCUPACIÓN Como hemos discutido arriba, el sitio de Pukara posee el rango de 405 a.C. a 660 d.C., según los fechados obtenidos, aunque como sabemos existen algunas consideraciones al respecto. Siendo más conservadores podemos tomar el intervalo definido por los fechados de Steadman (1995: 35-46) para Camata de 400 a.C. a 350 d.C., o los de Klarich (2009: 290) para la Pampa Central de Pukara: 360 a.C. a 240 d.C.. Lo que nos da un periodo de tiempo de desarrollo del sitio de 600 a 750 años. Este periodo de tiempo puede aumentar si se toman en cuenta las seis ocupaciones, en las cuales se incluyen las fases pre y post-Pukara (Wheeler y Mujica 1981)70. 4. UTILIZACIÓN EN LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DE DISEÑO, ESTRUCTURAS Y/O ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS RELACIONADOS CON FENÓMENOS CELESTES Y/O NATURALES Si bien, no existe un estudio arqueo-astronómico realizado en el sitio de Pukara, las principales estructuras 70
Para un resumen de estas fases se puede acudir a Oshige (2010: 7077).
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ 7. EXISTENCIA EN DIFERENTES SOPORTES (ARQUITECTURA Y OBJETOS) DE REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS COMPLEJAS PRINCIPALES CON RASGOS ANTROPOMORFOS EN EL ÁREA DE LOS EDIFICIOS PRINCIPALES Existen distintos trabajos que presentan, describen y/o discuten la complejidad de las representaciones iconográficas en la cerámica proveniente del sitio (Valcárcel 1935; Kidder 1943: 3; Chávez 1992, 2002; Klarich 2005a: Apén. 5n), las cuales según Chávez (1992, 2002) tienen como tema principal a seres antropomorfos. Por desgracia, algunos factores antrópicos han afectado la materialidad que ha llegado a nosotros y se ha destruido gran parte de la litoescultura del sitio (Tantaleán 2010a: 89). Aun así, Valcárcel (1932b) reporta una estela con el “Gato de agua”, y más importante aún, reporta que cerca del sitio de Pukara fue encontrado el “Personaje Mítico” o “Degollador” (Valcárcel 1925: 12). Fuera del sitio de Pukara existen gran evidencia de litoescultura con iconografía Pukara que representa seres antropomorfos (ver indicador más adelante). Una particularidad histórica de Pukara es que no desarrolló iconografía compleja incluida en sus artefactos arquitectónicos y esta se restringió principalmente a la cerámica y litoescultura.
1943: 5) y láminas de oro encontradas en un entierro Pukara en el patio hundido excavado (Franco Inojosa 1940: 132). Esto toma importancia si tenemos en cuenta que el oro es un mineral exótico. Existe también evidencia indirecta del consumo de coca inferido a partir del hallazgo de cal encontrada en pequeñas vasijas Pukara (caleros) (Chávez 1992: 514). Estos son algunos datos que conocemos hasta ahora, pero Pukara ha sido excavado en un muy reducido porcentaje en relación a su tamaño total y aún guarda gran cantidad de objetos acumulados. B. INDICADORES ARQUEOLÓGICOS EN LAS ÁREAS ASOCIADAS DIRECTAMENTE A LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DE PUKARA 10. EXISTENCIA DE ÁREAS “DOMÉSTICAS” O “LABORALES” ASOCIADAS DIRECTAMENTE CON LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DEL SITIO Aún permanecen imperceptibles las estructuras que deben de extenderse por toda la pampa de Pukara y en las zonas periféricas del sitio, sobre todo las que han sido ocupadas por el pueblo moderno de Pucara. Sin embargo esto no ha sido impedimento para que con las escasas investigaciones se reconozcan “residencias de élite” (Klarich 2005b, 2009), asociadas probablemente a zonas de producción (¿especializada?) de cerámica (Klarich 2009: 292). Nosotros creemos que en la Pampa Central o en algún lugar de Pukara debieron de existir talleres especializados en la producción de cerámica. Esto se hace más factible puesto que Pukara se establece adyacente a una fuente de arcilla (Capítulo 1, ver también Klarich y Tacca 2006), una de las más grandes de la cuenca norte. Asimismo, Pukara debió de controlar gran parte de la producción y distribución de la cerámica de estilo Pukara. Aparte de esto, también se han identificado viviendas rústicas de menor calidad en cuanto a materiales y técnica (Kidder 1943: 5; Mujica 1979: 186-187, 1991: 278, 1996: 19-20; Chávez 1992: 54-59; 1940: 131) que principalmente se ubicaron en zonas alejadas de los edificios principales como en la ribera del río Pukara. A partir de la gran cantidad de desechos, Franco Inojosa (1940: 129) indica que debió existir una gran población en el sitio.
8. EVIDENCIA DE CUERPOS HUMANOS MUTILADOS, ASESINADOS (SACRIFICADOS), CONSUMIDOS Y REPRESENTACIONES DE ACTOS VIOLENTOS REALIZADOS POR ENTIDADES ANTROPOMORFAS Y ARMAS EN LOS EDIFICIOS PRINCIPALES. Kidder en sus excavaciones en la pampa de Pukara encontró una concentración de fragmentos de mandíbulas y cráneos humanos (Chávez 1992: 63-64). Asimismo, los entierros del patio hundido en la cima del Qalasaya excavado por Kidder, sobre todo los individuos sin ajuar funerario, podrían representar “sacrificios”. Asimismo, el tema de la decapitación es recurrente en la iconografía de la cerámica Pukara (Chávez 1992) donde se reconocen personajes antropomorfos que en una mano sostienen un arma y en la otra una cabeza humana. En las representaciones litoescultóricas, como la del “Degollador” se representan las mismas prácticas violentas que incluyen armas y cabezas humanas. Adicionalmente cabezas humanas también han sido representadas aisladamente en la litoescultura. No existen representaciones de armas en los edificios debido a que la sociedad Pukara, a diferencia de otras, no representa ninguna imagen o escena en su arquitectura.
11. EXISTENCIA DE ARTEFACTOS ESTANDARIZADOS PRODUCIDOS EN LOS EDIFICIOS PRINCIPALES Y EN EL ÁREA INMEDIATA La estandarización de los artefactos en Pukara se hace evidente en arquitectura, cerámica, litoescultura y demás artefactos, es lo que conocemos como “Complejo Kalasasaya”. El estilo Pukara se materializa en artefactos muebles, los cuales siguen determinados cánones estilísticos. Esto nos indica claramente un control en la producción de estos artefactos por un grupo de la sociedad.
9. EXISTENCIA DE ESPACIOS DE CONCENTRACIÓN DE OBJETOS MUY ELABORADOS Y ESTANDARIZADOS EN LOS EDIFICIOS PRINCIPALES PRODUCIDOS FUERA DE LA REGIÓN La arquitectura misma del sitio representa la mayor inversión de trabajo en la cuenca norte. En ningún otro sitio se conoce un edificio como la pirámide de Qalasaya. Los ejemplares de cerámica de más calidad y cantidad (Chávez 1992) provienen de las excavaciones de Kidder (1943). Los objetos más elaborados de metal han sido identificados en Pukara: placas de oro y cobre (Kidder
12. ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS DOMÉSTICAS DE MAYOR CALIDAD TECNOLÓGICA Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN Como ya hemos visto, Klarich (2005b, 2009) reporta “residencias de élite” en la Pampa de Pukara. Como se puede apreciar en sus excavaciones el diseño, área de
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CHAUPISAWAKASI, EL VALLE DEL QUILCAMAYO-TINTIRI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA habitación y elementos de construcción los distinguen claramente del resto de viviendas del sitio.
menor escala y que no presentan arquitectura pública y que se ubican en zonas de importancia para la producción. Chaupisawakasi sería un centro secundario asociado con el sitio principal de Pukara.
13. ACUMULACIÓN DE ARTEFACTOS ESTANDARIZADOS PRODUCIDOS LOCALMENTE Y NO, SOLO EN ALGUNOS CONTEXTOS DOMÉSTICOS AFUERA DE LOS EDIFICIOS PRINCIPALES DEL SITIO Las “casas de élite”, de las que hablamos en el indicador anterior, acumulan artefactos exclusivos principalmente de estilo Pukara (Klarich 2005a: Cap. 7).
Gracias a estos indicadores además de la evidencia acumulada podemos sin problemas plantear que Pukara fue uno de los primeros estados prehispánicos en la cuenca norte del Titicaca. Si bien, muchos de los indicadores generados se ajustan al modelo de Estado Teocrático Andino, existen algunas particularidades. Sin embargo, falta la perspectiva regional del fenómeno, que se resolverá a través de más prospecciones sistemáticas y trabajo de campo en sitios específicos. De este modo, se podrá establecer con mayor fundamentación la naturaleza y particularidad del estado Pukara y las diversas relaciones económicas y políticas que mantuvo con otros estados y sociedades durante su trayectoria histórica.
C. INDICADORES ARQUEOLÓGICOS EN LAS ÁREAS ALEJADAS DEL CENTRO POLÍTICO RELIGIOSO Y ZONA RESIDENCIAL DE PUKARA 14. EXISTENCIA DE ASENTAMIENTOS MONUMENTALES QUE REPITEN EL DISEÑO Y TÉCNICA DE PUKARA ASOCIADOS CON MATERIALES ORIGINALES DEL SITIO EPÓNIMO A pesar de las escasa información disponible fuera del sitio de Pukara, algunas prospecciones y reconocimientos han permitido identificar patios hundidos Pukara: Qaluyu (Stanish 2003: 114), Huatacoa (Cohen 2010), Cancha Cancha-Asiruni (Stanish et al. 2005, Tantaleán 2010a), Cerro Chincheros (Stanish et al. 2005), IchuIncatunuhuiri (Kidder 1943), Pancañe (Tantaleán 2010a), Puno Puno (Stanish et al. 2005), Cachichupa (Plourde 2006), varios sitios en los valles del Ramis (Stanish y Umire 2002, 2004), Huancané-Putina (Plourde 2006), en la bahía de Puno (Schultze y Sosa 2003) y Pucará (Cohen 2010). Como hemos visto Chaupisawakasi repite en cierto modo la configuración del diseño platafórmico y tecnología constructiva así como el acompañamiento de esta arquitectura con grandes bloques de piedra tallada.
5.6. COMENTARIOS En este capítulo hemos sintetizado toda la información tanto empírica como teórica producida por nuestros colegas como la nuestra para esbozar una explicación desde la arqueología y la antropología de las sociedades formativas de la cuenca norte del Titicaca. En ese afán hemos desarrollado algunas herramientas teóricometodológicas como la definición de un estado de tipo teocrático que se adecua con la fenomenología de la sociedad Pukara. Unos años atrás cuando la arqueología de la zona era exigua tal empresa era arriesgada y, a lo mucho, se podía avanzar que lo Qaluyu y Pukara eran sociedades de tipo jefatura, la primera simple y la segunda compleja. Sin embargo, la investigación contemporánea deja claro que el fenómeno fue mucho más complejo económica y políticamente y que la sociedad vinculada con el estilo Pukara estaban dentro de las sociedades de tipo estatal. Obviamente, este estado tuvo una serie de especificidades que lo diferencian de sus similares de otras áreas del mundo. Sin embargo, lo que queda claro en esta y otras investigaciones es que existieron una serie de indicadores arqueológicos que no comparten con sociedades de tipo tribal y/o, incluso, con las de jefatura como, por ejemplo, la extensión territorial, la construcción o reconstrucción de sitios precedentes utilizados como centros provinciales como fue el caso de Chaupisawakasi e, incluso, el asedio y destrucción de otras entidades políticas como Taraco. Asimismo, en el contexto de nuestra investigación, el valle de Quilcamayo-Tintiri fue parte de una estrategia de control de rutas y espacios alejados de la cuenca del río Pucara. Posiblemente, Chaupisawakasi además del control local de la producción agrícola y ganadera fue parte de una red de sitios como los encontrados en las márgenes del Quilcamayo-Tintiri y que se extendían por esta y otras partes de la cuenca norte del Titicaca para beneficio de las élites del sitio de Pukara pero también para el beneficio de las mismas élites locales que compartían así los mismos intereses materiales e ideológicos y, por ende, los mismos símbolos de su poder y autoridad sobre las comunidades.
15. EXISTENCIA DE ARTEFACTOS DE LA MISMA MORFOLOGÍA E ICONOGRAFÍA FUERA DEL SITIO ESTUDIADO, ESPECIALMENTE EN OTROS CONTEXTOS DE “ÉLITE” Así también en otros sitios Pukara fuera del valle de Pucará también se reproduce en menor escala la organización urbana del sitio principal, con “casas de élite” que se encuentran asociadas a los edificios principales de estos “sitios secundarios”. Este es el caso de Chaupisawakasi. 16. EXISTENCIA DE ASENTAMIENTOS DOMÉSTICOS ALEJADOS PERO RELACIONADOS DIRECTAMENTE CON EL SITIO ESTUDIADO Se han reconocido sitios vinculados al sitio de Pukara no solo en este valle, sino también en varios otros valles aledaños, llegando a cubrir gran parte de la cuenca norte. En estos sitios se han encontrado fragmentos cerámicos y litoescultura de estilo Pukara (ver indicadores Supra). No solo se han reconocido varios sitios Pukara sino que se ha planteado una jerarquía entre ellos (Mujica 1988: 89-90, 1991: 279-284) teniendo como “centro urbanoceremonial” o “núcleo principal” al sitio de Pukara. A este sitio-capital le siguen los “centros secundarios” o “semi-urbanos” como Cancha Cancha-Asiruni, IchuIncatunuhuiri, entre otros; y como “asentamientos domésticos y productivos” o “aldeas” a todos los sitios de
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CONCLUSIONES
Sobre la base de nuestras investigaciones arqueológicas en el sitio de Chaupisawakasi como nuestro conocimiento del valle y otras áreas de la cuenca norte del Titicaca estamos en condiciones de plantear las siguientes conclusiones:
se ubica entre el río Quilcamayo y el río Azángaro, solo encontrando parangón en cuanto al control de la producción agrícola en el sitio de Pancañe al sur del valle. Probablemente la presencia de azadas de basalto olivínico en el sitio supuso un lugar de producción de estos artefactos, lo que reforzaría el papel en la producción agrícola del valle.
En el valle del Quilcamayo-Tintiri se asentaron grupos sociales que produjeron y consumieron objetos de estilo Qaluyu (arquitectura, cerámica, huancas, etc.). Estos grupos sociales tuvieron como base de su producción primaria a la agricultura (uso de qochas) y la ganadería de camélidos. Esta forma de producir no generó en su organización social relaciones asimétricas y en cambio se realizaron prácticas socio-políticas (rituales) de carácter comunitario, las cuales se concretaron en espacios como plazas abiertas. El proceso de sedentarización en el valle fue desigual y probablemente en algún momento o en algunas comunidades no incluyó la cerámica. Comprendemos a lo Qaluyu como las primeras sociedades sedentarias agrícolas-ganaderas, en las cuales se reproducían principalmente prácticas simétricas y que compartían la producción y consumo de un conjunto de objetos (no solo la cerámica) que los caracterizaba históricamente y los cuales también se fueron transformando con el tiempo. En algún momento de la historia del valle anterior a los 140 a.C., probablemente llegó un grupo de gente desde el sitio de Pukara que colonizó el valle. Esta llegada de los grupos humanos Pukara generó una revolución en la forma de producir de las sociedades pre-existentes. En el valle se redujo el número de sitios, lo que evidenciaría la concentración de seres humanos en las aldeas en donde un grupo de personas consumía nuevos objetos como cerámica y litoescultura Pukara y que, principalmente, desarrollaba un tipo de prácticas socio-políticas exclusivas, que se concretaban en los espacios conocidos como patios hundidos, existentes en sitios como Cancha Cancha-Asiruni, Pancañe y Chaupisawakasi. Estas nuevas prácticas y objetos fueron controlados por la élite de Pukara, que llegó a re-crearlas a un nivel regional. Dichos objetos y prácticas recrearon actos violentos que estaban orientados hacia un tipo de coerción psicológica y/o religiosa. Chaupisawakasi posee una ocupación de época Qaluyu y Pukara, donde primero se desarrolla una sociedad igualitaria y, posteriormente, una sociedad diferenciada que desarrolló la arquitectura monumental y un grupo de su población consumió los nuevos artefactos. Este nuevo grupo social controló la producción agrícola de la vasta zona que
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El montículo principal de Chaupisawakasi fue construido en época Pukara como un proyecto arquitectónico movilizado por la gente que consumía cerámica Pukara Policroma y que probablemente provendrían del sitio epónimo. El edificio principal del sitio arqueológico de Chaupisawakasi tuvo como función principal la residencia de la familia o grupo social dominante. Desde allí reproducían, aparte de sus actividades domésticas, un conjunto de prácticas sociales orientadas a validar su posición como élite local. Este grupo de élite local o familia principal controló de cierto modo la fuerza de trabajo en el sitio, tuvo acceso a bienes con alto costo de producción y valor de cambio (cerámica Pukara, piedras semi-preciosas, probablemente coca, entre otros). Así, este sitio fue uno de los principales centros económicos, políticos y religiosos del valle, el cual se relacionaba con otras zonas productivas tanto dentro del valle como fuera de sus límites naturales.
El valle del Quilcamayo-Tintiri jugó un rol importante en la vida social de las comunidades autónomas vinculadas con la cerámica de estilo Qaluyu en la que la agricultura y pastoreo de camélidos parecen las actividades fundamentales para la producción de alimentos y recursos para la producción de artefactos. Asimismo, su importancia en la producción de estos bienes sería una razón para su asimilación por parte de las élites Pukara, así como también por ser un espacio transitivo entre diferentes zonas ecológicas. La ubicación de los sitios Pukara en este valle lo señalan como una ruta de salida y/o expansión hacia otras áreas, lo cual se puede confirmar por la aparición de estos asentamientos en el valle y la acumulación de personas en dichos sitios.
Las prospecciones en el valle de Quilcamayo-Tintiri y en otros valles de la cuenca norte del Titicaca como las excavaciones en otros sitios arqueológicos del formativo de esta área nos indican que entre los 400 a.C. y los 350 d.C. se desarrolló y extendió un estado de tipo teocrático en la región de la cuenca norte del Titicaca conocido como Pukara.
Futuras investigaciones deberán prospectar en nuevas áreas de la cuenca norte del Titicaca y
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ excavar intensivamente en otros sitios contemporáneos o vinculados con las sociedades formativas para afinar el conocimiento de los desarrollos locales y la integración realizada de esta zona durante el apogeo de Pukara. Las relaciones establecidas a nivel regional seguramente reforzarán
las explicaciones arqueológicas en las cuales un centro como Pukara ejerció influencia, control y alianzas con comunidades de diferentes áreas de la cuenca norte del Titicaca e, incluso, con otras sociedades cercanas y alejadas del altiplano peruano.
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ANEXO SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-28 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Desconocido. NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Ojra. DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L 0388090 x UTM 8362808 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 1080 m2. ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Ladera de cerro y llanura. FUENTES DE AGUA VECINAS: Canal. RECURSOS NATURALES: Pastizales, Agua y Cantera FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Roca arenisca canteada y semi-canteada. VÍAS DE ACCESO: Valle. DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: 5 m2 aprox. ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Muros y posible plaza hundida. Cista: N-S:1,30 m E-W: 1,80 m Base de Chullpa cuadrangular N-S: 1,50 m E-W: 1,10 m (orientadas a los puntos cardinales) MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca Arenisca OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: QALUYU Y PUKARA. OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Líticos.
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cercano al Cerro Añastiralani y a la Quebrada de Juratana SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Canal y chacras modernas. REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna. APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Cementerio FUNCIÓN: Funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio Tardío-Inca INTERPRETACIÓN: Sitio ubicado cerca a la ladera de un cerro, cuya función clara es la de cementerio por el hallazgo de una base de Chullpa y cistas. Por el tipo de construcción se trataría de Intermedio Tardío e Inca.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6198-6202
28 de octubre 2008.
197
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 162. Vista de la cista funeraria desde el este.
Figura 163. Vista oblicua de la cista funeraria desde el sur.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-29 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Desconocido NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Condoriri DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L 0387548 x UTM: 8362365 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 20 m2. ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Las cistas se encuentran en la llanura FUENTES DE AGUA VECINAS: Canal RECURSOS NATURALES: Pastizales y agua FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: 5 m2 ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: 2 cistas: 1ra) N-S: 1 m E-W: 1 m 2da) N-S:1,40 m E-W: 1,40m MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca Arenisca OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerros/Pukara de Condoriri SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas y canal REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Cementerio FUNCIÓN: Funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio tardío INTERPRETACIÓN: Cista aislada en medio de la llanura Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6204-6205
28 de octubre de 2008
199
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 164. Vista oblicua de la cista funeraria.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-30 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Tiendachupa NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0387082 x UTM8360044 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 24 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: En la quebrada Tiendachupa, próxima a los cerros. FUENTES DE AGUA VECINAS: Quebrada Tiendachupa RECURSOS NATURALES: Pastizales FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Areniscas VÍAS DE ACCESO: Quebrada y valle Condoriri DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definida ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Cistas. Una grande y tres subsidiarias, dos al Norte y una al Sur Grande: 2,00 m de diámetro Chica: 0,70 m de diámetro (norte) Chica: 0,70 m de diámetro (sur) MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Piedra canteada y semi-canteada, arenisca blanquecina y rojiza OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerro y quebrada seca SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Cementerio FUNCIÓN: Funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio Tardío e Inca INTERPRETACIÓN: Cementerio tardío Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6304-6307
28 de octubre de 2008
201
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 165. Restos de cista funeraria tardía.
Figura 166. Vista oblicua de la cista funeraria.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-31 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Ninguno NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Laliuyu DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0386806 x 8359947 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 9000 m2
ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Se encuentra en una quebrada, en una elevación consecuencia de la confluencia de dos quebradas (cauces fósiles) FUENTES DE AGUA VECINAS: Quebrada RECURSOS NATURALES: Pastizales y roca arenisca FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Roca arenisca VÍAS DE ACCESO: Quebrada DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definida ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Muros, recintos rectangulares, en el sector este hay una estructura cuadrangular de 50 m por 60 m. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca arenisca y barro OTROS ELEMENTOS: Huanca
ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Quebrada y cerros. SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Doméstico y público FUNCIÓN: Doméstica y espacios públicos CRONOLOGÍA RELATIVA: “Formativo Pre-cerámico” INTERPRETACIÓN: Montículo ubicado en la confluencia de dos quebradas que creció por la acumulación de barro y piedras. No se encuentra cerámica. Posible montículo con arquitectura monumental.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6321-6327
28 de octubre de 2008
203
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 167. Vista panorámica desde el sur del sitio QT-31.
Figura 168. Vista de cabecera de muro de doble hilera.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 169. Vista de base de muro.
Figura 170. Esquina de muro, espacio posiblemente doméstico.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ SITIO QT-32 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Ninguno NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Ojra 2 DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L 0387593 x UTM 8362902 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 60000 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Pendiente de cerro FUENTES DE AGUA VECINAS: Canales, acequias y bofedales RECURSOS NATURALES: Pastizales y agua FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definido ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Cistas, terrazas y muros de contención MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca Arenisca OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerro SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Terrazas domésticas/Terrazas de cultivo(andenes) y cementerio FUNCIÓN: Terrazas de cultivo y funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio tardío INTERPRETACIÓN: Pendiente del cerro aterrazado con muros de contención para el cultivo, a modo de andenes. Esta misma pendiente sirvió como cementerio por la cantidad de cistas encontradas.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6397, 6406, 6416, 6420
29 de octubre de 2008
206
SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 171. Vista de ladera de cerro, se observan restos de terrazas.
Figura 172. Detalle de muro de contención para las terrazas.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 173. Vista panorámica de la parte baja del sitio QT-32 y el fondo del valle. En el lado derecho se ve el sitio QT-31.
Figura 174. Vista general de ladera de cerro en donde se observan claramente las terrazas.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-33 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Ninguno NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Ojra 3 DATOS GPS (núcleo del sitio): punto 498 (medio de la casa) 19L0387702 x UTM8362810 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos):15416 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: A las faldas de un Cerro. FUENTES DE AGUA VECINAS: Canales y bofedales. RECURSOS NATURALES: Pastizales y agua FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definido ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Muros largos y terrazas habitacionales. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Arenisca OTROS ELEMENTOS: Huanca, laja y estela ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerro y Valle SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas, canales y bofedales REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Aldea “Formativa Precerámica” FUNCIÓN: Doméstico y probablemente publico CRONOLOGÍA RELATIVA: Precerámico-Formativo INTERPRETACIÓN: Aldea “Formativa Precerámica”, ubicada a las faldas del cerro. Se trata de un sitio formativo que cuenta también con terrazas, presenta Huancas, estelas y lajas, además un probable templete lo que hace suponer una función pública. Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6382-6438(mezclado con el sitio 5)
29 de octubre de 2008
209
CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 175. Vista panorámica de terrazas posiblemente habitacionales.
Figura 176. Vista panorámica del sitio QT-33.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 177. Detalle de laja, este objeto nos remite al carácter posiblemente público del sitio.
Figura 178. Vista de detalle de huanca.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ SITIO QT-34 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Ninguno NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Chaupisawakasi 1. DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0375181 x 8356542 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 990 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Una pequeña elevación en la llanura. FUENTES DE AGUA VECINAS: Río Quilcamayo a 700 m al Norte RECURSOS NATURALES: Pastizales y agua FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: No ubicadas VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: Ninguno ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: No definidos MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Ninguno OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Obsidiana (preforma)
INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Río a 700 m y cerros. SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguno APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Campamento temporal FUNCIÓN: Control de caza o proceso de carne CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio tardío INTERPRETACIÓN: Sitio ubicado en una pequeña elevación en la llanura. Se trataría de un campamento temporal de caza o para el proceso de carne por la cantidad de desecho de talla encontrado, se recolecto cerámica tardía.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6548-6553
29 de octubre de 2008
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 179. Detalle de dispersión de materiales en sitio QT-34.
Figura 180. Vista general del sitio QT-34.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ SITIO QT-35 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Chaupisawakasi 2 DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0375338 x UTM 8356589 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): Sector A: 144 m2. Sector B: 8 m de diámetro A 100 m del sitio / por lo menos existen tres promontorios parecidos ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Pequeña elevación en la llanura FUENTES DE AGUA VECINAS: Río Quilcamayo a 600 m RECURSOS NATURALES: Agua FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Roca arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definido ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Nueve cistas en el sector A: Una principal y ocho subsidiarias. Cista principal: 1,76 m. Cuatro cistas en sector B : La más grande.1,80 m (más al este)/cista: 1,55 m. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Piedra arenisca y algunas lajas. OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: CERÁMICA TARDÍA/CERÁMICA COLONIAL (SECTOR B) OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Obsidiana INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Río Quilcamayo a 600 m y cerros. SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguno APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Cementerio FUNCIÓN: Funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio Tardío INTERPRETACIÓN: Se encuentra dos sectores: Sector A y Sector B, ambos sobre pequeñas elevaciones en la llanura. Todo el conjunto forma un cementerio. Habiendo cuatro cistas en el Sector B y nueve en el sector A, siendo una la principal y ocho alrededor subsidiarias. Por el tipo de construcción son del Intermedio Tardío. Se ha diferenciado dos sectores (A y B). Se trata de un cementerio tardío. Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6555-6572 (comienza en sector A:6565)
30 de octubre de 2008
214
SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 Sector A
Figura 181. Vista de cista en el sector A del sitio QT-35.
Sector B
Figura 182. Vista general desde el lado del sector B.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 183. Detalle de una cista en el sector B del sitio QT-35, se pueden apreciar material óseo y cerámica.
Figura 184. Vista General del sector A del sitio QT-35.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-36 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Chaupisawakasi 3 NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Chaupi Sahuacasi DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0375480 UTM 8356888 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 98000 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: En la confluencia del río San José y la quebrada Carcapunco. Sobre una llanura próxima a los cerros. FUENTES DE AGUA VECINAS: Río San José RECURSOS NATURALES: Agua y pastizales FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Roca arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle y quebrada DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definido ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Hilera de muros, recintos o espacios rectangulares y un posible patio hundido. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca arenisca OTROS ELEMENTOS: Huancas ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: QALUYU Y PUKARA OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Obsidiana INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerros, río Quilcamayo. SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Complejo/Centro administrativo FUNCIÓN: Doméstica y pública CRONOLOGÍA RELATIVA: Formativo, Qaluyu-Pukara INTERPRETACIÓN: Este sitio se ubica sobre una llanura próxima a los cerros. Se trata de un sitio complejo, que presenta espacios públicos y domésticos. Por la extensión y por la presencia de cochas en el área, el sitio parece representar un asentamiento administrativo.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6575-6585
30 de octubre de 2008
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 185. Vista general del sitio desde el norte.
Figura 186. Detalle de un muro cortado por la crecida del río.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 187. Delimitación de área de recolección.
Figura 188. Detalle de la dispersión de materiales en la unidad de recolección.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 189. Vista de huancas presentes en el sitio.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008 SITIO QT-37 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: Tintiri 2 NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Tintiri (500 m al sur de Tintiri). DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L03803629 x UTM 8355006 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 225 m2 ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Terraza aluvial cortada por cauce de río FUENTES DE AGUA VECINAS: Río. RECURSOS NATURALES: Pastizales FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: No ubicadas VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: Indefinida ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Ninguna visible. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Ninguno OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Puntas y desechos de obsidiana. INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerros SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Chacras modernas REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguna APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Campamento temporal FUNCIÓN: Caza CRONOLOGÍA RELATIVA: Pre-cerámico y Formativo INTERPRETACIÓN: Se trata de un campamento temporal de caza ubicado en una terraza aluvial cortada por el cauce del río. No se encuentra cerámica, pero si puntas y desechos de obsidiana, por lo que sería un sitio Pre-cerámico o de caza durante el Formativo aunque sin presencia de cerámica. Estaría asociado con el sitio Tintiri (QT-18).
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6836-6840
30 de octubre de 2008
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 190. Vista general desde el Nor-Este del sitio QT-36.
Figura 191. Vista general desde el Sur-Este de QT-36.
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 192. Puntas líticas del sitio QT-37.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ SITIO QT-38 DATOS BÁSICOS NOMBRE DEL SITIO ARQUEOLÓGICO: NOMBRE DE LA LOCALIDAD ACTUAL: Cementerio de Anacquía DATOS GPS (núcleo del sitio): 19L0381741 UTM 8354557 EXTENSIÓN DEL SITIO (arquitectura + dispersión de artefactos): 37 m de diámetro/ a 100 m del cementerio actual. ENTORNO NATURAL DESCRIPCIÓN DEL SOPORTE DEL SITIO: Elevación natural en la llanura. FUENTES DE AGUA VECINAS: Canal RECURSOS NATURALES: Pastizales y agua. FUENTES DE MATERIAS PRIMAS: Roca arenisca VÍAS DE ACCESO: Valle DESCRIPCIÓN FÍSICA DEL SITIO ÁREA CONSTRUIDA VISIBLE: No definida ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS VISIBLES: Nueve cistas, la más grande tiene 1,5 m de diámetro como mínimo. MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: Roca arenisca OTROS ELEMENTOS: Ninguno ARTEFACTOS ASOCIADOS ESTILOS CERÁMICOS: NINGUNO OTROS ARTEFACTOS EN SUPERFICIE: Ninguno INFORMACIÓN ADICIONAL VISIBILIDAD DE OTROS SITIOS CERCANOS O ACCIDENTES GEOGRÁFICOS RELEVANTES EN EL PAISAJE: Cerros SISTEMAS AGRÍCOLAS ASOCIADOS: Canal y chacra moderna. REFERENCIAS (BIBLIOGRÁFICAS) ANTERIORES: Ninguno APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA TIPO DE SITIO: Cementerio FUNCIÓN: Funeraria CRONOLOGÍA RELATIVA: Intermedio Tardío e Inca INTERPRETACIÓN: Montículo natural en la llanura que en la cima tiene nueve cistas pertenecientes al Intermedio Tardío o Inca, por el tipo de construcción. Este lugar tiene como función ser un cementerio.
Nº FOTOGRAFÍA DIGITAL
FECHA DE RECONOCIMIENTO
6850-6859
30 de octubre de 2008
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SITIOS Y OBJETOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS EN LA TEMPORADA DE PROSPECCIÓN 2008
Figura 194. Detalle de restos de cista funeraria.
Figura 195. Detalle de cista funeraria.
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CHAUPISAWAKASI Y LA FORMACIÓN DEL ESTADO PUKARA EN LA CUENCA NORTE DEL TITICACA, PERÚ
Figura 196. Cerámica registrada en la recolección superficial del sitio QT 38. a y b) Tazones, c) Base plana.
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