Contingencia, hegemonía, universalidad. Diálogos contemporáneos en la izquierda 1859847579, 9505575122


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Contingencia, hegemonía, universalidad. Diálogos contemporáneos en la izquierda
 1859847579, 9505575122

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Traducción de

CRJSTINA SARDOY GRACIELA HoMs

JUDITH BUTLER, ERNESTO LACLAU y SLAVOJ ZIZEK

CONTINGENCIA, HEGEMONÍA, UNIVERSALIDAD Diálogos contemporáneos en la izquierda

FONDO DE CULTURA ECONóMICA MÉXICO - ARGENTINA BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA EsTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - GUArEMALA - .PERú VENEZUELA -

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Primera edición en inglés, 2000 Primera edición en español, 2003 Segunda reimpresión, 2004 (FCE, Argentina)

Título original: Contingency, Hegemony, Universality ISBN de la edición original: 1-85984-757-9 ©

2000, Judith Buder, Ernesto Laclau, Slavoj ZiZek

D.R. © 2000, FONDO DE Cm:ruRA EcoNóMICA DE ARGENTINA, S.A

El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina E-mail: [email protected] I wwvv.fce.co111.ar

Av. Picacho Ajusco 227; 14200 México D.F. ISBN: 950-557-512-2 Fotocopiar libros está penado por la ley. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión o digital, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idio1na, sin autorización expresa de la editorial. IMPRESO EN LA ARGENTINA

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PRINTED IN .ARGENTINA

Hecho el depósito que previene la ley 1 l .723

INTRODUCCIÓN Durante varios años, los tres hablamos de cómo dar forma a un libro que in­

tentara establecer la trayectoria común de nuestro pensamiento y a la vez

presentar de una manera productiva nuestros diferentes con1promisos inte­ lectuales. Iniciamos este proceso elaborando tres cuestionarios gue aparecen al comienzo de este volwnen. El resultado que tienen ante ustedes representa, pues, la culminación de varias conversaciones, de varias reseñas escritas y diá­ logos y, en el caso de Slavoj Zizek y Ernesto Laclau, una colaboración que se remonta a

1985, el año en que Chanta! Mouffe y Laclau publicaron Hegemo­

nía y estrategia socialista.* De hecho, ese

libro constituye el antecedente de es­

te diálogo, no sólo porque fijó una nueva dirección para la idea de hegemonía de Antonio Gramsci, sino porque tarr1bién representó un giro para la teoría posestructuralista dentro del marxismo, que tomó el proble1na del lenguaje como esencial para la formulación de un proyecto democrático anti-totalita­ rio radical. En ese libro aparecen argurnentos que en éste son considerados a través de distintas lentes teóricas; tarnbién se presentan argumentos en contra de aquel texto, que son retomados implícitainente en el diálogo escrito que sigue. Un argumento del libro adoptó la siguiente forma: los nuevos movimientos socia­ les se apoyan c:on frecuencia en los reclamos de .identidad, pero la "identidad" en sí nunca se constituye plenamente; de l1echo, puesto que la identifiCación no es reducible a la identidad, es importante considerar la brecha o incon­ mensurabilidad entre ambas. Esto no quiere decir que el hecho de que la identidad no alcance su determinación total debilite los movimientos socia­

les en discusión; al contrario, esa incompletitud es esencial para el proyecto mismo de hegemonía. Ningún 1novimiento social puede, de hecho, gozar de

su estatus en una articulación política democrática abierta sin presuponer y operacionalizar la negatividad en el corazón de l.a identidad. * De próxima aparición en FCE.

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C:ONTINGENC!i\, HEGEMONÍi\, UNIVERSALIDAD

La categoría teórica que intentó co1nprender este fracaso, n.egatividad, brecha o incornpletitud fue la de "antagonismo" fon nulada en ese trabaj o previo. Posteriormente, Laclau, que continúa ubiciadose dentro .de la tradj­ ción gr:unsciana, elaboró la ca tegoría de "dislocación", torr1ando sus herra-· inientas de un espectro intelectual que va de Derrida y l,acan a Whtgenstein. Si bien Zi .z.ek utiliza con más énfasis la teoría lacaniana para abordar este :te­ ma, especialn1ente median.te el recurso a "lo Real", también usa a Hegel, y ofrece razones para evitaT la estructura de referencia .derridana. Puede decirse que Butler usa un Hegel diferente, poniendo el acento en las posibilidades de negación en su obra, junto con Foucault y algo de Derrida, para considerar lo que sigue siendo no realizable en la constitución discursiva del sujeto. Existen diferencias significativas entre nosotros respecto de .la cuestióB del "sujeto", y esto se percibe cuando cada uno trata de tomar en cuenta lo que constituye o condiciona el &acaso de toda afinnación de identidad de alcan­ zar una determinación final o total. Es cierto, no obstante, que cada ·uno de nosotros valora ese "fracaso" con�o condición de la contienda democrática propiamente dicha. En lo que difi:;rin1os es en córno concebir el süjeto ·-si es fundacional, cartesiano; si está estructurado por la diferencia sE'.xual, y a través de qué medio está garantizada la definición de esa mis1na diferencia-. También disentimos en cuanto a si entender el fracaso de la identidad co1no un elemen­ to estructural o necesario de toda constitució n identitaria, y cómo tomar .en cuenta esa estructura y necesidad. En tanto Butler se alinea con una explica­ ción históricamente variable de la constitución del sujeto (una línea foucaul­ tiana), Zi:Z.ek basa sus afirmaciones acerca de la negativa fllndacional de 'la identidad en el trabajo de Lacan, y- Laclau, en un enfoque que, sin ser estric­ tamente lacaniano, tiene varios puntos de convergencia con lo :Real lacaniano. Una de las críticas que se hicieron contra Hegemonía y estrategia socialista -y, más aun, contra las intervenciones estructuralistas y posestructuralistas en la teoría política� es que no toma en cuenta el concepto de universalidad o erosiona su fuerza cuestionando su estatus fundacional. Los tres sostenemos, sin embargo, que la universalidad no e� un presupuesto está_tico, ni un a priori dado, y que debería en ca1nbio ser entendida como un proceso o una condi­ ción irreductible a cualesquiera de sus modos determinados de aparición. Si bien a veces diferimos respecto de la manera en que debe ponerse el énfasis, cada uno de nosotros ofrece exposiciones de unive rsalidad que suponen que la condición negativa de toda articulación política es "universal" (Zizek) , que el proceso contestatario determina fonnas de universalidades que son lleva-

INTRODUCCIÓN

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das a entrar en un conflicto productivo y, en definitiva, insoluble entre sí (La­

clau), o que existe un proceso de traducción por el cual 10 repudiado dentro

de la universalidad es admitido nuevarnente en el ténnino en el proceso de su

nueva formación (Butler), En algún momento, cada uno de nosotros considera despliegues ideológi­

co. diferentes de la universalidad y alerta contra abordajes de la cuestión tanto sustanciales como:procesales< De n1odo que nos diferencia1nos (ya diferencia­

dos internamente) del esfuerzo habennasiano de descubrir o conjurar una universalidad preestablecida con10 presuposición del acto de habla, una uni­ versalidad que supuestarr1ente concierne a un rasgo racional de "ho1nbre'', una concepción sustantiva de la universalidad que la iguala a una determina­

ción cognoscible y predecible, y una forrna procesal que presupone .que el campo político está constituido por actores racionales.

Es de importancia a lo largo de estos textos la cuesti6n estratégica de la

hegemonía: cómo se constituye el cam _p o político, qué posibilidades emergen

de un enfoque de ese can1po que indaga acerca de las condiciones de su po­

sibilidad y articulación. Significativamence, Laclau detecta un 111ovimiento de

la teoría marxista desde la postulación de una "clase universal", que en defini­

tiva eliminaría la mediación política y las relaciones de representación, a una universalidad "hege1nónica" por la cual lo político es constitutivo del víncu­ lo social. El posestructuralismo de este enfoque se alinea, por lo tanto, con la crítica del totalitaristno y, específicamente, el tropo de un sujeto "conocedor" de vanguardia que "es" todas las relaciones sociales que articula y inoviliza. Mientras Laclau asocia a I-Iegel con la metafísica del cierre, Zizek lo entien­ de como un teórico de la reflexividad en confrontación con lo Real, y Butler lo usa para indagar acerca de los lírnites necesarios del fonnalismo en cual­ quier exposición de la socialidad. Laclau exp'lica el anti-totalitarismo de un enfoque lógico y lingüístico del problema de la representación que insiste en el carácter irreductible de la diferencia. Zizek nos tecuerda que el capital glo­ bal no puede ser excluido del análisis "posmoderno" del lenguaje y la cultu-·

ra, y continúa exponiendo el revés Obsceno del poder. Buder plantea la

cuestión de córno los nuevos moviffiientos sociales rearticulan el problema de la hegemonía, consideran.do el cuestionarrriento de las políticas sexuales re­ cientes a la teoría de la diferencia sexual y propone una concepción ·GDntra­ in1perialista de la traducCión.

Los tres estamos empeñados en formas radicales de la democracia �ue tra­ tan de co1nprender los procesos de representación a través de los cuales pro:.

Universidad i\lt;cicnal de Villa Maria

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CONTINGENCIA, HEGEMONÍA, UNIVERSALIDAD

cede la articulación política, el problema de la identificación --y sus fracasos necesarios- a través del cual tiene lugar la movilización política, la cuestión del futuro tal co1no surge para los rnarcos teóricos que insisten en la fuerza productiva de lo negativo. Aunque no reflexionaJnos de manera autocons­ ciente acerca del lugar del intelectual en la izquierda, quizás este texto actúe co1no una suerte de colocación capaz de refundir (y recuperar) la filosofía co­ Ino un modo crítico de investigación que pertenece --antagónicamente-- a Ja esfera de la política. E n nuestros debates, citamos considerable1nente nuestras correspondien­ tes colaboraciones. Las referencias cruzadas se identifican con las iniciales del autor, seguidas por el número de página correspondiente. Este volumen fue escrito en su 1nayor parte en la primavera y el verano de 1999, coordinado por los editores Jane Hindle y Sebastian Budgen, en Verso. A ellos todo nuestro agradecimiento por haber organizado nuestra tarea. Judirh Butler también agradece a Stuart Murray por su asistencia indispensable con el manuscrito.

I B.,

E

L., S. Z.,

septiembre de 199.9

PREGUNTAS Estas son las preguntas que cada autor quiso forn1ular a los otros; forman la base de los diálogos de este libro.

Preguntas de ]udith Butler 1. Me gustaría saber con mayor precisión si la visión lacaniana de la constitu­ ción del sujeto es compatible con la idea de hegemonía. Entiendo que la noción del sujeto incompleto o del sujeto barrado parece garantizar cierta incomple­ titud a la interpelación, pero ¿no lo hace instalando una barra como condición y estructura de toda constitución del sujeto? ¿La incompletitud de la forma­ ción del sujeto que requiere la hegemonía es una incompletitud en la que el sujeto-en-curso es incompleto precisaJ:nente porque está constituido a través de exclusiones que son políticamente salientes, no estru_cturalmente estáticas? En otras palabras, la incompletirud de Ja formación del sujeto, ¿no se vincula con el proceso democrático de la disputa sobre los significantes? ¿Puede el re­ curso ahístórico de la barra lacaniana reconciliarse con la cuestión estratégica que plantea la hegemonía o se presenta como una limitación casi trascenden­ tal a toda posible constitución del sujeto y, por ende, indiferente a la política?

2. ¿Qué es lo que constituye una teoría viable de la representación para la vi­ da política contemporánea? ¿La noción derridana de "decisión)) basta para ex­ plicar los tipos de negociación que requiere la representación política? ¿La "decisión)' es una categoría ética o existencial?, y, en ese caso, ¿cómo debe re­ lacionarse con la esfera de lo político?

3. ¿Cuál es el estatus de la "lógica'' al describir el proceso social y político y en la descripción de la formación del sujeto? Una lógica que invariablemente de­ riva en aporías, ¿produce una suerte de estatus opuesto al proyecto de hegemo-

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CONTINGENCIA, HEGEMONÍA, UNIVERSALIDAD

nía? (Esta pregunta es subsidiaria de la pregunta

1). ¿Estas lógicas están encar­

nadas en la práctica social? ¿Cuál es la relación entre lógica y práctica social?

4. ¿Cuál es la relación entre versiones psicoanalíticas de la identificaciÓLl y

formas de -ídentificación política? ¿El psicoanálisis apnrta la teoría para J_a po­ lítica? ·¿\Y qué psicoanálisis?

5.

¿Es .posible hablar de "la lógica metafísica de la identidad" como si fuera

singular?

6. ¿Qué significa performativamenre suponer una posición de sujeto?, ¿resulta

alguna vez simple?

7. Si la diferencia sexual es un callejón sin salida, ¿significa que el feminisn10

es un Lallejón sin silida? Si, en el sentido lacanian _0 , la diferencia sexual es "real", .¿significa que .no tiene un lugar en las luchas hegemó-riicas? ¿O acaso

es el límite casi trascendental de toda esa lucha, y, p0r ende, está inmovilizada co.mo pre o ahistórica?

8.

El reciente esfuerzc:> por dividir las teorías críticas en universalismos e his­

toricismos, ¿forma parte de una dialéctica fallida y cegada que se niega a dis­

criminar entre poSiciones matizadas? ¿Tiene esto que ver con .e-1 lugar de Kant en Jas-fo.rmas resurgentes de la deconstrucci6n y el lacanianismo? ¿Existe tarn­

bién una doxa lacaniana.que impide la apropiación heterodoxa de Lacan pa·­ ra el pensarriiento de .la :hegemonía?

"Sa. ¿SE;guimos coincidiendo todo-s en que la hegemonía es una categoría útil para describir nuestras inclinaciones políticas? .¿Clarificar esto sería un buen

lugar para empezar?

9. Una consideración serla ·de Hegel, ¿nos 1leva a repensar las oposiciones

kantianas entre forma y contenido, Cntre las afiTmaciones casi trascendentales y los ejemplos ·históricos que se .invocan para ilusn·ar su veracidad?

10. ¿En qué consiste la autoridad crítica del teórico crítico·? ¿Nuestras propias

afirmaciones están sometidas a una autocrítica?, ¿cómo aparece ésta en el nivel de la retórica?

PREGUN1AS

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Preguntas de BrnestJJ Ladau. 1,. En nu1nerosos debates co-ntempnráne_us, se -pr.esrofil eL uniVersalis1n_0; emi

o.p0sición· a:- la; plui:«lid�d de acrortts social;es. qµ:e· yu_c0fifm-an en el m;r:Dnd:o. c.ontempo·ráneo. En: esta, cuestió-n de la rekuzión nrrkVer.s-a:lisn1-o. ve:nsu,s, _¡pwuri­ cularism-o,. aparece;_ sirt ernba:..TigP�- cierta p.-ml:.iaemia. rellarivra. alas. tlQi.s; fn:Dlb.s,_

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Véase Ernesto Laclau, "Power and Representation", en .Emancipation(s), Londres y Nueva York, Verso, 1996, pp. 84-104.

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CONTINGENCIA, HEGEMONÍA, UNIVERSALIDAD

¿Cuál es la posibilidad ontológica de relaciones en las cuales las identida­ d.es particulares asurrien la representación de algo diferente de sí mis1nas? Ha­ bíarnos dicho antes que algo a lo que no corresponda ningún concepto (un eso sin un qué [a thatw.ithout a zuhaiJ) puede, sin embargo, tener un nombre--asu­ miendo que una fi1nción universal de representación consisre, en tal sent:ido, en ampliar el hiato entre el orden de la nominación y el de aquello que pue­ de ser conceptualmente aprehendido. Estamos, de algún modo, en una situa­ ción co1nparable a l a descripta por Derrida en La voz y el jf:nómeno a propósito de Husserl: "significado" y "conociniienlo" no se superponen. Co- ___ 1110 resultado de esta brecha constituriva, pode1nos decir quet'...l) cuanto n1ás extensa sea la cadena de equivalencias que un sector parti��lar fe"i:)feSE:nte-y cuanto más se t_ransforn1en sus objetivos en un nombre para la en1ancip;ci-6n global, más indefinidos serán los vínculos entre ese nombre y su signific3.ao original específico y m.ás se aproxiinará al estatus de significante vac \1º 2) co­ mo_, no obstante, esta total coincidencia de lo universal con)a: .Partic�la� es en úlri�a in:stancia iinposible -dada la deficiencia constitutiva d '\ lo� medios de representación-, sie1npre quedará un residuo de particularida d) El proceso de nominación, corno no está constreñido por ningún límite co �ceptual a prio­ ri, es él que determinará en forma retroactiva --dependiendo de articulaciones hegemónicas contingentes-- lo que precisamente se está nombrando, Esto quiere decir que la transición de la en1ancipación política de Marx a la eman­ cipación total nunca puede llega_( Esto nos muestra una tercera dimensión de la relación hege1nónica: que reqil'iere la producción de sígnifi.cantes tendenci;,f:

jó {

·

�ente vacioS -que, rnientras mantienen la inconmensurabilidad entre u�._iversalj particulares, pern1ite que los itltímos tomen la representación de/primerJ:

........ .ror últiino, un corolario de nuestras conclusiones previas es que la "repre­ sent�ción" es constitutiva de la relación hegemónica. _La eliminación de toda �epresentación es la ilusión que acompaña a la noción de emancipación total (Perq� en tanto la universalidad de la comunidad sólo se pueda lograr a través 'de l� 1nediación de una particularidad, la relación de representación pasará a ser constitutiv)) 'fen�.tn% como inherente al vínculo representativo) la mis­ ma dialéctica ehtre nombre y con:cepto que acaba1nos de mencionar. Si la re­ presentación fuese totaJ -si el momento represen tativo fuese enteramente transparente respecto de aquello que representa-, el "concepto" tendría una JO

Véase mi ensayo "Why Do Empty Signifiers Maner to PoLitics?", en Emancipation(s), ob. cit., pp. 34-46.

IDENTIDAD Y HEGEMONÍA . .

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primacía indiscutible sobre el "no mbre" (en términos de Saussure: el signifi­ cado subordinaría con1pletarnente a sí mismo el orden del significante). Pero en ese caso no habrfr1 hegemonía, porque su n1ismo requisito, qu� es la pro­ ducción de significantes tendencial1nente vacíos, no se lograría/tPara tener u-·� '��ji?�_1:r,:._s. p./8. �ecesi�_amos que los objetivos sectorial.�s de un grupo ac�en como etn.orp_b�e de una universalidad que los trascienda,\ ésta es la sinécdoque cons­ rllUtiVa deFV-íilCUlo hegem.ónico. ero si el non1b;e (síi?;nlflcai;:t�y-��J.- tar-{ uni­ _ do 8..f c"oncepto (significado) que \1 0 hay -posíbilidad de desplaza.rniento en la reiaCiün entre los dos, no podé"mos tener ningU:na rearticulación h egemónic;J¡ f La-tde'a de-una sociedad cornpletarnefite emancipada y transparente, de la que se habría elüninado todo movimiento tropológico entre sus partes constituti­ vas, implica el fin de roda relación hegerr:i/óriica (y además, como veremos más adelante, de roda política den1ocrática)./Áquí tenernos una' é� -�"f:t;� dimensión ---\ de "hegemonía'': el terl"eno en el cual se extiende es el de la generalización de _lfts ··�·

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relaciones de representación corno condición de la constitución de un orden soC/'tH¡,,

E�to explica por gué la fonna hegemónica de la polírica óeride a tornarse g�� neral en nuestro mundo globalizado contemporáneo: como el descentran1ien­ to de las estructuras de poder tiende a aumentar y