Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras: Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz 9781407314655, 9781407343976

The strategies of production and consumption of lithic artifacts implemented by the hunter-gatherer societies who partic

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Spanish; Castilian Pages [211] Year 2015

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Agradecimientos
TABLA DE CONTENIDOS
Resumen
Abstract
Capítulo 1. Introducción
Capítulo 2. Enfoque teórico
Capítulo 3. Procedimientos metodológicos
Capítulo 4. Antecedentes de investigación
Capítulo 5. Experimentaciones de uso con artefactos líticos
Capítulo 6. Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio
Capítulo 7. Análisis de los conjuntos arqueológicos
Capítulo 8. Discusión
Capítulo 9. Conclusiones
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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras: Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz
 9781407314655, 9781407343976

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He has studied the ways of life of the first hunter-gatherer societies which inhabited Southern Patagonia, focusing on the analysis of lithic technology and on the understanding of the use given to stone tools through the functional analysis of usewear and microscopic residues. Manuel is co-director of the project of scientific communication: Primeros pobladores de nuestro suelo: Arqueología y Comunicación en la Comunidad de Puerto San Julián. In this project he works together with the present inhabitants of the study area in the critical analysis of “human nature” and social reality, trying to highlight the wide variety of cultural productions, ways of doing, being and seeing the world of the ancient indigenous people of Patagonia.

ARTEFACTOS LÍTICOS EN SOCIEDADES CAZADORAS-RECOLECTORAS

Manuel Enrique Cueto is an anthropologist specializing in archaeology. He obtained a PhD from the Universidad Nacional de Buenos Aires in archaeology. He is a Postgraduate Researcher at the Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas (CONICET) and works in the Archaeology Division at the Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, where he teaches “Prehistoria Extra-Americana del Viejo Mundo”.

CUETO

________

2015

This research extends the knowledge of the dynamics of tool production and resource exploitation, rather than just analyzing the procurement and manufacturing practices. The differences in and continuities of the technological preferences of the early huntergatherer societies are recorded, especially regarding the use and design of edges. This study presents a model of how to analyze the variability in use of artifacts from a perspective which goes beyond the idea of tools having a univocal nature.

BAR S2776

The strategies of production and consumption of lithic artifacts implemented by the hunter-gatherer societies who participated in the first peopling (final Pleistocene - 13,000/10,000 BP - and early Holocene - 10,000/7500 BP) of the southern end of the American continent are investigated in this book. The analyzed materials were recovered from rock shelters in the Central Plateau of Santa Cruz, Patagonia Argentina. The lithic materials are approached from a dynamic concept of technology.

B A R

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz

Manuel E. Cueto

BAR International Series 2776 2015

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz

Manuel E. Cueto

BAR International Series 2776 2015

First Published in 2015 by British Archaeological Reports Ltd United Kingdom BAR International Series 2776 Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadorasrecolectoras. Ocupaciones correspondientes a la transición Pleistoceno/Holoceno, Meseta Central de Santa Cruz

© Manuel E. Cueto 2015 The Author’s moral rights under the 1988 UK Copyright, Designs and Patents Act, are hereby expressly asserted. All rights reserved. No part of this work may be copied, reproduced, stored, sold, distributed, scanned, saved in any form of digital format or transmitted in any form digitally, without the written permission of the Publisher.

ISBN 9781407314655 paperback ISBN 9781407343976 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407314655 A catalogue record for this book is available from the British Library

Cover Image: Dibujo de tapa: anónimo, técnico del Museo de La Plata, año 1984

All BAR titles are available from: British Archaeological Reports Ltd Oxford United Kingdom Phone +44 (0)1865 310431 Fax +44 (0)1865 316916 Email: [email protected] www.barpublishing.com

A Florencia mi compañera de vida a Felipe y Juana mis hijos a mis padres que siempre apoyaron mi interés por la Arqueología

a la memoria de los pueblos originarios que con su paciente trabajo y sabiduría humanizaron la Patagonia durante milenios

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de origen vegetal alojados en artefactos lítios experimentales y arqueológicos. Una especial gratitud para con las Dras. Patricia Allegretti y Danila Ruiz del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas-UNLP, quienes en el marco de un verdadero trabajo interdisciplinar cooperaron con toda vocación y compromiso científico en el análisis de ácidos grasos sobre muestras arqueológicas.

Agradecimientos Numerosas personas han colaborado directa o indirectamente de diferentes formas y contribuido a la realización de este trabajo. Dedico un agradecimiento especial a mis directores por su ejemplo. Al Lic./Prof. Rafael Paunero quien de una manera muy humana me ha transmitido valiosos conocimientos prácticos y conceptuales a lo largo de este trayecto. A su vez me ha brindado su estimulante amistad. A la Dra. Alicia Castro con quien he desarrollado mis habilidades y aprecio por develar las problemáticas vinculadas a la funcionalidad de los artefactos empleados por antiguas sociedades. Por su guía, su amistad y el aliento permanente.

Al Lic. Bruno Pianzola, amigo y encargado del Laboratorio de Fotografía del Museo de La Plata, quien en todas las oportunidades en las que recurrí a sus conocimientos me brindó una gran ayuda. Al Ing. Agrónomo Bernardo Ferraris (FCAyF-UNLP) quien colaboró en la identificación de las especies vegetales procesadas con los artefactos líticos de la Colección de referencia. Al Dr. Eugenio Aragón especialista en petrología ígnea (CIG-UNLP/CONICET) por su generosa contribución en la caracterización y determinación de diversas rocas. Mi reconocimiento a los Dres. Carlos Bartoli y Juan José Guiamet, quienes de manera desinteresada facilitaron el acceso a los laboratorios y al empleo de equipamiento del Instituto de Fisiología Vegetal (INFIVE-UNLP/CONICET) necesario para mis estudios. También merece un agradecimiento la Lic. Florencia Mari integrante del Laboratorio de Tritio y Radio Carbono (LATYR-CIG/CNICET) del Museo de la Plata por el asesoramiento y ayuda otorgado en relación con el trabajo y manipulación de sustancias químicas.

A mis compañeros de equipo el Dr. Ariel Frank y Dra. Fabiana Skarbun con quienes he compartido y aprendido desde una enorme cantidad de experiencias de investigación, trabajos de campo, talleres de comunicación y discusiones estimulantes acerca de la forma de vida de las más antiguas sociedades de cazadores recolectores que habitaron la Patagonia meridional. A Ariel Frank por su apoyo en la traducción del resumen de este libro. Quisiera extender mi agradecimiento a todos los integrantes del Proyecto de Investigaciones Arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz, con quienes he vivenciado gratos momentos durante trabajos de campo, laboratorio y participaciones en Congresos, ellos son: Matías Paunero, Martín Del Giorgio, Lic. Natalia Lunazzi, Lic. Catalina Valiza, Lic. Gabriela Rosales, Gonzalo Zapata, Lic. Diana Ramos, Sol Oronó y la Lic. Gabriela Ghidini.

Reconozco el impulso de la Lic. Zunilda Quatrín quien me diera la posibilidad, allá por 1994, de llevar por primera vez a la práctica mi pasión por la Arqueología y dar los primeros pasos de este largo camino. Conservo muy gratos recuerdos de los trabajos de campo y las jornadas de Laboratorio en el Proyecto Arqueológico Quilmes (PAQ-FADU/UBA).

Un reconocimiento destacable merecen los pasantes Matías Paunero, Natalia Barreto y Florencia Muiña, estudiantes de la licenciatura en Antropología (FCNyMUNLP) quienes colaboraron y me acompañaron en diversas experimentaciones que conforman la base de referencia funcional de esta investigación, actividades de trabajo dignas de cazadores-recolectores.

A mi gran amigo y maestro el Lic. Alfio Amado Marinnetti, uno de los primeros Antropólogos (UBA) del país, quien en incontables horas de lectura y discusión compartidas a fines de los años 1990s supo cautivar mi atención sobre las más diversas experiencias históricas y sociales, y consolidar mi elección por la disciplina.

A la Dra. Nora Franco por su asistencia generosa y atenta como Consejera de estudios durante la Carrera de Doctorado. A los integrantes del equipo de investigación dirigido por Alicia Castro, en especial Laura Ciampagna, Pablo Ambrústolo, Lucia Mazzitelli, Mikel Zubimendi, Marcelo Beretta, Heidi Hammond, y Leandro Zilio, con quienes he compartido trabajos de laboratorio, lecturas y charlas enriquecedoras.

A Martín Cueto por su asistencia técnica en la instalación y manejo de programas informáticos así como en el mantenimiento de los equipos de computación. A la Lic. Lucía Cueto por el estímulo, el sostén y la promoción de mis esfuerzos. A numerosos amigos y colegas de los cuales a lo largo de este trayecto he recibido apoyo, información, bibliografía, consejos y por sobre todo su sincera compañía: Dr. Enrique Terranova, Lic. Ariel Herrera, Dr. Darío Hermo, Lic. María Elena Ferreyra, Lic. Antonio Ceraso, Lic. Edgardo Ferraris, Lic. Gervasio Cieza, Lic. Facundo Escobar, Lic. Diego Andreoni, Dra. Celeste Weitzel, Lic. Juan Castro, Dr. Hernán De Angelis, Dr. Reinaldo Moralejo, Dra. Natalia Mazzía, Dr. Marco Giovannetti,

A la Dra. Laura Miotti e integrantes de su equipo: Dra. Laura Marchionni, Lics. Rocío Blanco, Virginia Lynch, Bruno Mosquera por su asistencia, préstamo bibliográfico, intercambio de opiniones en torno a problemáticas arqueológicas y tantos buenos momentos. A la Dra. Aylen Capparelli, la Lic. Laura Ciampagna, y la Dra. Verónica Lema quienes brindaron sus saberes y excelente predisposición al análisis de los microrresiduos

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Dr. Hugo Tucker y Laura Uehara. Asimismo a Daniel Pineda y a Julia Pérez por todo el apoyo brindado. A Josefina Ortolá y Fernando Behm propietarios de la estancia, a Jara y a Soto trabajadores de la meseta, todos ellos habitantes contemporáneos de la Ea. La María quienes han colaborado con nuestro trabajo y con quienes hemos compartido gratas jornadas de campo. A la Municipalidad, en especial a la Directora de Cultura Elizabeth Zabala y a la comunidad de Puerto San Julián (Provincia de Santa Cruz) que han estado siempre presentes, brindándonos su colaboración y trabajando en conjunto en la resignificación de la memoria histórica local.

Proyectos de Investigación en los que participo, y por los diversos subsidios que han contribuido al desarrollo de mi labor. A los integrantes de la Secretaria de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) quienes en numerosas ocasiones atendieron con toda gentileza mis consultas. Reconozco la buena predisposición y la ayuda en las búsquedas de material bibliográfico de todas las integrantes de la Biblioteca Florentino Ameghino del Museo de La Plata. Asimismo agradezco a las autoridades del Museo de La Plata y de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, por el espacio concedido para llevar adelante los trabajos de investigación. Con la convicción que por apuro o distracción no he hecho referencia a numerosos investigadores, colegas y amigos, a todos aquellos que puedan reconocer su huella y sentirse parte de algún aspecto de esta labor extiendo mi reconocimiento y gratitud.

Agradezco al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) por el financiamiento de estos cinco años de investigación a través de la beca doctoral. A su vez a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) por el apoyo brindado con una Beca de Iniciación a la Investigación. A la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNLP por el apoyo otorgado a los

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Tabla de contenidos

Capítulo 1: Introducción

1

1.1 Objetivo general

2

1.2 Objetivos específicos 1.3 Hipótesis

2 3

1.4 Justificación de la organización de la investigación

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1.5 Bibliografía

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Capítulo 2: Enfoque teórico 2.1 Modelos de poblamiento de la Patagonia durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano 2.2 Modelos acerca de la tecnología lítica de las ocupaciones del Pleistoceno final y el Holoceno temprano 2.3 La Arqueología Experimental 2.4 Conceptos empleados en esta investigación El concepto de tecnología El concepto de producción Secuencia de producción Consumo de artefactos El contexto de uso Modalidades de uso Organización tecnológica Estrategias de diseño 2.5 Bibliografía

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Capítulo 3: Procedimientos metodológicos 3.1 Acerca del instrumental óptico empleado El microscopio metalográfico. Propiedades La lupa binocular. Propiedades La microfotografía 3.2 Preparación de la superficie de los artefactos para el análisis de microhuellas 3.3 El análisis funcional de base microscópica de artefactos líticos Niveles de aproximación óptica Consideraciones acerca de los indicadores de uso y sus atributos Variables de control: no modificables y modificables Variables no modificables Variables modificables 3.4 Clasificación y descripción de los conjuntos líticos 3.5 Bibliografía

28 28 28 29 29 31 31 32 32 33 33 34 35 38

Capítulo 4: Antecedentes de investigación 4.1 El estudio de la funcionalidad de los artefactos líticos. Revisión histórica. Primeras aproximaciones. Siglo dieciocho y diecinueve 4.2 El interés por los rastros de uso: la observación directa, el empleo de aumentos y un giro trascendente para el estudio funcional. Siglo veinte 4.3 El impacto del análisis funcional de base microscópica a nivel mundial 4.4 El estudio de residuos orgánicos. Complemento del examen funcional 4.5 La aplicación del análisis funcional en la Argentina 4.6 Estudios de funcionalidad de conjuntos líticos del Pleistoceno final/Holoceno temprano, en el área de investigación (Meseta central de Santa Cruz) Localidad Arqueológica Los Toldos: sitio Cueva 3 Localidad Arqueológica El Ceibo: sitio Cueva 7 Localidad Arqueológica Piedra Museo: sitio Alero el Puesto 1 Localidad Arqueológica Cerro Tres Tetas: sitio cueva 1 4.7 Bibliografía

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8 9 10 12 12 12 13 13 13 14 14 15 18

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Capítulo 5: Experimentaciones de uso con artefactos líticos 5.1 Programa Experimental Principales materias primas empleadas para formar la colección de referencia. Características Manufactura –experimental- de artefactos líticos Sustancias procesadas 5.2 Colección de referencia de artefactos líticos Experimentos por serie Controles realizados durante la experimentación 5.3 Resultados del programa experimental Descripción de las superficies frescas (sin uso) de las rocas Superficie del silex marrón-rojizo Superficie de la toba silicificada Superficie del xilópalo 5.4 Descripción de las huellas de uso de artefactos experimentales Huellas del trabajo sobre hueso Huellas de trabajo sobre madera Huellas de trabajo sobre piel Huellas de trabajo sobre carne Huellas de trabajo sobre rocas 5.5 Bibliografía Capítulo 6: Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio 6.1 Localidad Arqueológica La María 6.2 Características geológicas de la Meseta Central y la Localidad 6.3 Características ambientales de la Meseta Central Ambiente actual Paleoambiente 6.4 El Pleistoceno final y el Holoceno temprano (ca. 13.000 - 7.500 AP). Generalidades 6.5 El paleoambiente en la Meseta Central 6.6 Caracterización de los sitios arqueológicos en estudio 6.7 Sitio Casa del Minero 1 Unidad Estratigráfica 4 Unidad Estratigráfica 3 inferior (o 3C) Unidad Estratigráfica 3 Medio (o 3b) 6.8 Sitio Cueva Túnel Componente Inferior (Unidad 8, 9 y 10) 6.9 Sitio La Mesada Unidad 8 6.10 Sitio Cueva de La Ventana Unidad 6 6.11 Bibliografía Capítulo 7: Análisis de los conjuntos arqueológicos 7.1 Estudio de los conjuntos arqueológicos correspondientes a las ocupaciones del Pleistoceno final 7.2 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico inferior del sitio Casa del Minero 1 Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Análisis funcional del conjunto lítico UE4 CDM1 Alteraciones postdepositacionales Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE4 7.3 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico superior del sitio Casa del Minero 1 Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Análisis funcional del conjunto lítico UE3C CDM1 Alteraciones postdepositacionales

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67 67 70 71 72 74 75 77 79 79 79 79 80 81 82 83 84 85 85 86

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Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE3C 7.4 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico del sitio Cueva Túnel Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Descripción e hipótesis funcional de los Ecofactos Análisis funcional del conjunto lítico UE8-10 CT Alteraciones postdepositacionales Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE8-10 7.5 Estudio de los conjuntos arqueológicos correspondientes a las ocupaciones del Holoceno temprano 7.6 Resultados tecnológico funcionales para el componente del Holoceno temprano del sitio Casa del Minero 1 Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Análisis funcional del conjunto lítico UE3b CDM1 Alteraciones postdepositacionales Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE3b 7.7 Resultados tecnológico funcionales del componente del Holoceno temprano del sitio La Mesada Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Análisis funcional del conjunto lítico UE8 LM Alteraciones postdepositacionales Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE8 7.8 Resultados tecnológico funcionales del componente del Holoceno temprano del sitio Cueva de la Ventana Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico Análisis de los filos Análisis funcional del conjunto lítico UE6 LV Alteraciones postdepositacionales Artefactos formatizados Productos de la talla Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE6 Bibliografía

133 134 134 135 135 138 141 141 141 142 142 142 149

Capítulo 8: Discusión 8.1 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico inferior –U4- del sitio CDM 1 Producción de artefactos en sílex Producción de artefactos en xilópalo Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente 8.2 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico –U3 inferior- del sitio CDM 1 Producción de artefactos en sílex Producción de artefactos en calcedonia Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente 8.3 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico –U8, 9 y 10- del sitio Cueva Túnel Producción de artefactos en ópalo translúcido Producción de artefactos en sílex Producción de artefactos en riolita Empleo de útiles de basalto

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Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente 8.4 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE3b- del sitio CDM 1 Producción de artefactos en sílex Producción de artefactos en calcedonia Producción de artefactos en toba silicificada Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas de producción – consumo en el componente 8.5 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE8- del sitio La Mesada Producción de artefactos en sílex Producción de artefactos en calcedonia Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente 8.6 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE6- del sitio La Ventana Producción de artefactos en sílex Consumo de artefactos líticos Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente 8.7 Integración de las estrategias de producción y consumo desarrolladas durante el Pleistoceno final en la Localidad Arqueológica La María 8.8 Integración de las estrategias de producción y consumo desarrolladas durante el Holoceno temprano en la Localidad Arqueológica La María. Continuidades y diferencias con las ocupaciones del Pleistoceno final 8.9 Bibliografía

177 179 179

Capítulo 9: Conclusiones

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180 180 181 181 182 183 183 183 183 184 185 185 185 186 186

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consumo para ambos momentos existe una preferencia por el uso de filos con formatización secundaria, además los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia. Predominan los diseños con alto grado de especificidad funcional, sin embargo las clases con mayor frecuencia entre los artefactos con uso, lasca retocada (Pleistoceno) y raedera (Holoceno) constituyen diseños versátiles con escasa especificidad funcional. Además se identificó el aprovechamiento de sustancias que habitualmente no se preservan en el registro y que habrían ocupado un rol importante en la alimentación y la manufactura de bienes.

Resumen En este libro se presenta un estudio cuyo objetivo es evaluar las estrategias de producción y consumo implementadas por las sociedades de cazadoresrecolectores que protagonizaron el primer poblamiento del extremo sur del continente americano. Con este propósito se efectúa un exámen de la tecnología lítica dirigido a abordar el uso de los artefactos, el modo de empleo, la relación forma-función y la distribución espacial de las actividades desarrolladas en un grupo de sitios arqueológicos. Los objetivos específicos incluyen la caracterización de huellas de utilización en colecciones experimentales; el examen de las secuencias de producción de instrumentos con énfasis en las características morfo-funcionales de las porciones activas; y la identificación de similitudes y diferencias en las técnicas de manufactura y uso de los artefactos.

Esta investigación permitió profundizar la comprensión de las dinámicas de producción de artefactos y explotación de recursos respecto a estudios que solo indagan sobre el aprovisionamiento y la manufactura. Se registran continuidades a nivel de las preferencias tecnológicas de uso y diseño de los filos por las sociedades cazadoras-recolectoras durante los primeros momentos de ocupación de la Meseta. Esto permite pensar más en la continuidad de los modos de hacer y de otras prácticas culturales entre las sociedades que poblaron el área, que en un posible abandono por parte de los primeros pobladores y la consiguiente reocupación. Sin pretender abarcar todas las relaciones de forma y función, este estudio conforma un modelo de como aproximarnos a la variabilidad de uso de los instrumentos desde una perspectiva que trasciende la concepción de los artefactos como de naturaleza unívoca.

Los materiales analizados proceden de conjuntos artefactuales de dos momentos de ocupación, el Pleistoceno Final (13.000-10.000 AP) y el Holoceno Temprano (10.000-7500 AP), recuperados en sitios reparados de la Meseta Central de Santa Cruz, Patagonia Argentina. Esta región destaca por su alta visibilidad arqueológica, con numerosos sitios en cuevas y reparos rocosos, sectores de acampe a cielo abierto, fuentes de materia prima lítica y gran cantidad de manifestaciones rupestres. La problemática se aborda desde un concepto dinámico de tecnología que resulta de la articulación de la teoría de las prácticas sociales y la organización de la tecnología lítica. Se entiende la tecnología como un conjunto de conocimientos y procedimientos intencionales que permiten tanto la explotación de recursos como la realización de un producto. Así el instrumento es visto como el punto relacional entre ambos fenómenos dado que es la culminación de un proceso productivo y al mismo tiempo es un implemento que será utilizado en otra actividad. Para el estudio de la funcionalidad de los artefactos se realizó el análisis funcional de base microscópica. La clasificación de los conjuntos se hizo desde una perspectiva que integra criterios morfológios y tecnológicos relevantes para el examen funcional. Se ordenaron los artefactos de cada litología según estadíos de reducción y se integraron los enfoques tecnomorfológico y funcional para determinar las estrategias de consumo que caracterizan a cada conjunto. Se evaluó el grado de integridad funcional de los artefactos por medio del análisis de correspondencia entre elementos del diseño artefactual y las operaciones de trabajo según sustancia procesada y tipo de movimiento. Los resultados sugieren que en ambos períodos se explotaron rocas locales y se realizaron las etapas finales de la manufactura dentro de las cuevas. Los artefactos producidos se caracterizan por la talla unifacial sobre soportes no estandarizados, siguiendo secuencias con baja inversión de trabajo. En cuanto a las estrategias de

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However, the more frequent artifact classes among used tools, retouched flakes (during the Pleistocene) and sidescrapers (during the Holocene) are versatile designs almost without functional specificity. Furthermore, the exploitation of substances which usually are not preserved in the archaeological record was identified. These substances would have played an important role in the diet and in the manufacture of goods.

Abstract The aim of the study presented in this book is to evaluate the strategies of production and consumption implemented by the hunter-gatherer societies who participated in the first peopling of the southern end of the American continent. An examination of the lithic technology is performed, which deals with the use of the artifacts, the relationship between shape and function and the spatial distribution of the activities developed in a group of archaeological sites. The specific goals are to characterize use traits in experimental collections, the study of production sequences with an emphasis in the morpho-functional characteristics of the active parts and the identification of similarities and differences in the techniques of manufacture and use of the tools.

This research delved into the dynamics of tool production and resource exploitation, compared to others which only analyze procurement and manufacture practices. Continuities about the technological preferences by the early hunter-gatherer societies from the Plateau were recorded, especially regarding the use and design of the edges. These observations support an idea of continuity in the ways of doing as well as of other cultural practices, rather than the abandonment of the area by the first inhabitants and a later reoccupation. Although it does not intend to reach all the relationships between shape and function, this study can be considered a model of how to analyze use variability in artifacts, from a perspective which goes beyond the idea of tools as having a univocal nature.

The analyzed materials are lithic assemblages from two occupation periods: the final Pleistocene (13,000-10,000 BP) and the early Holocene (10,000-7500 BP). They were recovered from sheltered sites in the Central Plateau of Santa Cruz, Patagonia Argentina. This region has a high archaeological visibility and has many sites in caves and rock shelters, open-air camps, sources of lithic raw material and a great amount of rock paintings. The theoretical framework of the study has a dynamic concept of technology. The theories of social practices and the organization of lithic technology are articulated. Technology is understood as a combination of knowledge and intentional procedures which allow both the exploitation of resources and the manufacture of products. The tool is the relational point between both phenomena, because it is the final product of a manufacturing process as well as an implement which will be used in another task. For the study of the function of the tools, a microscopic based functional analysis was performed. The assemblages were classified following a perspective which integrates morphological and technological criteria which are relevant for the functional study. The artifacts of each raw material were grouped by reduction stages. Then, the technomorphological and functional approaches were integrated in order to determine the consumption strategies which characterize each assemblage. The degree of functional integrity of the tools was evaluated, through the analysis of correspondence between artifact designs and working activities, taking into consideration the kind of processed material and movement applied. Results suggest that in both periods local raw materials were exploited and that the final stages of production were performed inside caves. Most tools are made on unstandardized blanks by unifacial knapping; production sequences demanded a low investment of work. Regarding production strategies, in both periods there is a preference for the use of edges which have secondary shaping. Besides, the edges were selected to make only one action and work on just one substance. Designs with a high degree of functional specificity predominate.

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estudio de los procesos de trabajo a través de la materialidad social, estableciendo relaciones físicas significativas entre trabajo humano y materia, posibilitándo explorar cuestiones como: ¿qué recursos se explotan?, ¿qué bienes y cómo se producen? (Cueto y Castro 2009). La identificación de las secuencias de producción y las actividades de trabajo desarrolladas con los distintos diseños de artefactos constituyen líneas de evidencia relevantes para conocer las estrategias, las decisiones y las prácticas productivas y de explotación de recursos adoptadas por una sociedad en un contexto espacio-temporal determinado (Álvarez 2003, 2009b; Briz 2004).

Capítulo 1. Introducción En este capítulo se presenta la problemática general que se desarrollará en el libro. Se mencionan los aportes que puede brindar el tema, se presentan los objetivos tanto de carácter general como específicos y las hipótesis que se intentan contrastar. El desarrollo de esta investigación se enmarca dentro de un Proyecto regional más amplio denominado Investigaciones Arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz: Pasado humano y comunicación, dirigido por el Lic./Prof. Rafael S. Paunero, y que registra sus inicios a fines de la década del ´80. El mismo se propone analizar entre otras cosas, el poblamiento de la región, el modo de vida, la tecnología, el sistema de subsistencia y asentamiento, las manifestaciones artísticas, y los cambios y continuidades en las prácticas de las sociedades cazadoras recolectoras que habitaron la Meseta a través del tiempo. Desde este proyecto se consideran diversas líneas de investigación y análisis que nos permiten poner a prueba diferentes hipótesis relacionadas con cada una de las áreas de interés propuestas como el poblamiento de la región durante la transición Pleistoceno-Holoceno (Paunero 2000a, b, 2003a, b, 2009; Paunero et al. 2005, 2010a), las estrategias de explotación de recursos (Cueto et al. 2012; Cueto 2013; Paunero et al. 2010b), la circulación y aprovechamiento de las materias primas (Frank et al. 2007, 2013; Skarbun 2011), o la interpretación acerca de las ocupaciones humanas realizadas en los sitios de la región (Frank 2011; Paunero et al. 2005, 2007a; Paunero y Castro 2001).

Si bien en la región patagónica la aproximación a los trabajos desarrollados con artefactos líticos a partir del análisis funcional de base microscópica cuenta con una trayectoria que ha ido en ascenso, no se han analizado aun gran cantidad de conjuntos de interés para el primer poblamiento. Estos proceden de sitios con historias ocupacionales, de explotación de recursos y tafonómicas particulares y se emplazan en microambientes diversos. Es común que los conjuntos líticos recuperados en contextos asignables a momentos iniciales en la ocupación regional presenten evidencias claras de utilización, asimismo rastros y otras huellas de origen no funcional que reflejan una variedad de procesos postdepositacionales capaces de confundir al analista, como enmascarar o impedir la formación de huellas de utilización diagnosticas (Álvarez 2009a; Mansur 1983; 1986-1990; 1987). En este sentido, a traves de un Programa Experimental, nos hemos propuesto evaluar el potencial de formación de huellas de uso que presentan las litologías locales, así como describir sus características principales para utilizarlas en el estudio de conjuntos originales. A su vez mediante experimentaciones especiales complementarias al Programa experimental buscamos reconocer distintos tipos de huellas y residuos a nivel de los artefactos con origen en procesos técnicos, postdepositacionales o que remitan de manera indirecta al uso de los mismos. Se espera que estos indicadores puedan ser utilizados para analizar el registro arqueológico y nos permitan distinguir las causas que los originaron (Cueto 2009, 2012; Cueto et al. 2010; Cueto y Frank 2008, 2008-2010, 2009; Cueto y Muiña 2013).

El interés en este libro es estudiar la problemática vinculada al uso de los artefactos de roca, como el modo de empleo, la relación forma-función y la distribucion espacial de actividades para dos momentos de ocupación consecutivos, Pleistoceno Final/Holoceno Temprano, en sitios reparados de la meseta central de Santa Cruz. Los artefactos serán abordados desde una concepción dinámica de la tecnología, desde la cual se entiende a los mismos como la materialización de relaciones sociales de producción y consumo (uso), fuerzas que en última instancia forman una sociedad (Álvarez 2003; Briz 200607). En este sentido nos proponemos profundizar en las correspondencias entre las estrategias de producción y consumo de artefactos liticos, a partir de una propuesta que integra información funcional, tecno-morfológica y experimental. Asimismo interesa examinar los cambios y continuidades ocurridos a nivel de las secuencias de producción, las características morfológicas y funcionales de los diseños utilizados en ocupaciones correspondientes a dos épocas consecutivas –Pleistoceno final/Holoceno temprano- en el poblamiento de la meseta central. Consideramos necesario diferenciar si existieron preferencias de uso de artefactos formatizados o productos de talla, si las diversas morfologías fueron usadas en labores exclusivas o múltiples, y distinguir gestos y operaciones técnicas particulares (prensión, ángulo de trabajo, dirección del movimiento). De este modo el análisis funcional permite la identificación y el

El interés por abordar los distintos procesos de trabajo que involucran la explotación de recursos y la producción de bienes e instrumentos, como manera de analizar, describir y caracterizar los saberes, desarrollos tecnológicos y productivos que identifican algunos aspectos de la economía de las primeras sociedades de cazadores recolectores que poblaron la Patagonia, surgió en primera instancia de la observación de los conjuntos líticos de sitios cuyos materiales presentan variabilidad a nivel artefactual. Esta última se manifiesta a nivel de la materia prima, los diseños, las frecuencias absolutas de estos últimos y los caracteres de las porciones activas de los artefactos formatizados (Paunero et al. 2004a, b; Paunero et al. 2005, 2007b y c).

1

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Otras razones que influyeron en la selección de los componentes a analizar son los siguientes: 

la circunscripción de los sitios a un área de la meseta central que comprende una superficie de 200 km2, porción del paisaje que presenta estudios sistemáticos en superficie como en estratigrafía desde hace más de veinte años.



la conservación óptima de los materiales líticos, zooarqueológicos y arqueobotánicos por tratarse de sitios reparados que favorecen esta condición en zonas áridas y ventosas como la estepa patagónica. En estos microambientes de tipo cueva se encuentran las mas altas tasas de depósito de material arqueológico en estratigrafía, por ello son considerados lugares clave para explorar el poblamiento inicial de Patagonia.



el tratarse de sitios con componentes cronológicamente bien demarcados por fechados radiocarbónicos, estudios geoarqueológicos y marcadores temporales como fauna extinta.



la existencia, entre los sitios seleccionados, de al menos tres componentes asignables a cada una de las etapas de ocupación en estudio, ubicados en distintos microambientes de la Localidad, y que nos posibilitan establecer comparaciones de carácter sincrónico y diacrónico.



la posibilidad de articular la información surgida del análisis funcional con la obtenida a partir de otras evidencias y líneas de investigación.



de contexto remiten a distintas actividades productivas y de explotación de recursos vinculadas al consumo directo como a la producción de bienes e intermediarios, por último el grado de integridad del registro es bueno (en especial los artefactos líticos) aunque dispar entre los distintos componentes (Paunero et al. 2005; Skarbun 2011). En este trabajo se propone la aplicación del análisis funcional de base microscópica a los equipos de artefactos formatizados y los productos de la talla, integrado al estudio de la organización de la tecnología lítica (Mansur 1983; Nelson 1991; Castro 1994; Clemente 1997; Álvarez 2003). Desde esta perspectiva es posible generar información relevante en el estudio de las estrategias de producción y consumo de artefactos líticos, así como de las actividades de trabajo desarrolladas, las técnicas de procesamiento y manufactura empleadas y los recursos explotados. A su vez aporta información sensible para evaluar la estructuración espacial de las actividades al interior del sitio y caracterizar la funcionalidad de estos. 1.1 Objetivo general Realizar una contribución al conocimiento de la tecnología lítica en relación a las estrategias de producción y consumo, para las primeras sociedades cazadoras recolectoras que habitaron la Meseta central de Santa Cruz. Se busca generar información acerca de los trabajos desarrollados con los distintos tipos de artefactos líticos, en cuanto a las decisiones sociales adoptadas en su fabricación y empleo, y a la comprensión de la organización espacial de las actividades inferidas al interior de los sitios. 1.2 Objetivos específicos

la posibilidad de comparar los descubrimientos en cuanto a las actividades humanas realizadas en el sitio con los resultados obtenidos por otros investigadores en la región, integrándolos sincrónica y diacrónicamente en un proceso de cambio social.

Los sitios de la Localidad Arqueológica La María: Casa del Minero 1 (CDM1), Cueva Túnel (CT), Cueva de la Ventana (LV) y Cueva La Mesada (LM), analizados en esta investigación fueron tomados –junto con otros sitios: Los Toldos cueva 3 (LTc3), El Ceibo cueva 7 (EC7), Piedra Museo AEP1, Cerro Tres Tetas 1 (C3T1)- como base de referencia empírica en numerosas investigaciones para evaluar cuáles fueron los recursos líticos ingresados, los modos y las distancias de traslado, así como las formas de aprovechamiento, en cuanto a las etapas de producción y consumo de los mismos en las fuentes y en los sitios reparados. Cada uno de estos sitios representa una problemática particular en relación a estos aspectos de la tecnología lítica a través del espacio y del tiempo en la región (Paunero 2000a, 2003b; Paunero et al. 2005, 2007b; Paunero y Castro 2001; Frank 2011; Skarbun 2011). A su vez, las características mineralógicas de las rocas presentes en los conjuntos son aptas para la formación de huellas de uso (Cueto 2012), las evidencias

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Efectuar experimentaciones enfocadas en el uso de artefactos formatizados (AF) y productos de talla (XT) confeccionados con material lítico del área de estudio mediante distintas operaciones de trabajo.



Estudiar aquellos atributos, huellas de utilización macro y microscópicas, que permitan identificar el uso de los artefactos tallados en roca.



Reconocer distintos tipos de huellas y residuos a nivel de los artefactos con origen en procesos técnicos (talla, tratamiento térmico), postdepositacionales (pisoteo, alteración térmica no intencional) o que remitan de manera indirecta al uso de los mismos (residuos de origen vegetal). Se espera que estos patrones experimentales puedan ser utilizados para analizar el registro arqueológico y permitan distinguir las causas que los originaron.



Determinar las funciones y los trabajos a los que fueron destinados los artefactos líticos de origen arqueológico (AF y XT) de cuatro sitios de la

Introducción meseta central con ocupaciones correspondientes a dos épocas consecutivas, Pleistoceno Final/Holoceno Temprano. 

Examinar las secuencias de producción de los artefactos de roca tallada con énfasis en la etapa de formatizacion final y las características morfo-funcionales de las porciones activas.



Evaluar la existencia de áreas de actividad intrasitio integrando los resultados del análisis funcional de base microscópica sobre los conjuntos líticos en cuanto actividades humanas, con la información aportada por el resto de los referentes característicos del registro arqueológico -fogones, evidencia zooarqueológica y macro y microrestos de origen vegetal-.



Identificar comparativamente similitudes y diferencias en cuanto a técnicas de manufactura y uso de artefactos líticos evidenciadas en conjuntos correspondientes a los dos momentos de ocupación en estudio.



Las operaciones de trabajo se llevaron a cabo principalmente con artefactos líticos provistos de uno o más filos formatizados. En menor medida fueron requeridos para cumplir funciones aquellos filos o puntas naturales correspondientes a productos de talla.



Los espacios reparados habrían sido utilizados con propósitos diversos y complementarios. En este sentido, además de las huellas de uso en los instrumentos, se hallaran restos de los recursos naturales procesados en asociación directa a los artefactos líticos, ya sea en sus bordes o superficies activas (residuos), o en asociación por menor o mayor proximidad espacial en el contexto, incluidos soportes –de origen animal, vegetal, o mineral- con marcas de procesamiento.



Las clases de artefactos registradas en los conjuntos líticos de los componentes tempranos presentarán una baja especificidad funcional, al haberse cumplido con ellas múltiples tareas.



Las cuevas habrían sido ocupadas por períodos cortos. Durante el Pleistoceno final estas ocupaciones habrían sido más recurrentes, tendencia que en el Holoceno temprano se evidencia a partir del 9.000 AP, por lo que se registrarán principalmente continuidades en cuanto a los recursos explotados, y las formas de trabajo con los artefactos entre ambas ocupaciones.



No obstante las continuidades funcionales, los cambios entre los momentos de ocupación propuestos, cuando los hubiese, serían evidentes a nivel de las frecuencias absolutas de las clases de artefactos producidos y utilizados en los conjuntos, y en el grado de inversión laboral puesto en su manufactura, entre otros caracteres de forma-función.



Como consecuencia se espera que los caracteres que inciden directamente sobre la eficacia de los artefactos en el desarrollo de una tarea presenten mayor estandarización en los conjuntos del Holoceno temprano.

1.3 Hipótesis Un conjunto de hipótesis guió el desarrollo de esta investigación: 



Los artefactos manufacturados en rocas (sílex, toba silicificada y xilópalo) seleccionadas de fuentes de la Localidad Arqueologica La María, resultan aptos para la formación de huellas de uso y su reconocimiento a nivel experimental. Las huellas de uso formadas sobre los artefactos manufacturados con rocas de la localidad pueden distinguirse de los rastros o huellas originadas por otros factores (tecnolgicos, postdepositaccionales o accidentales).

Los pobladores de la Meseta Central de Santa Cruz durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano se valieron de los artefactos de roca, como de artefactos hechos en otras materias, y del empleo de recursos sin modificar (e.g. vegetales como combustible) para el procesamiento de recursos y la manufactura y preparación de bienes y herramientas que permitieran resolver sus necesidades de equipamiento, alimentación y abrigo (Mansur 1983; Cattáneo 2002; Miotti y Cattaneo 2003; Miotti y Salemme 2005; Paunero et al. 2005, 2010a; Frank 2011). 

1.4 Justificación de la Organización de la investigación Este libro se encuentra organizado en tres partes que comprenden un total de nueve capítulos. La primer parte se refiere a las consideraciones generales que enmarcan y guían la investigación. Aquí se presenta el tema de investigación, los objetivos perseguidos y las hipótesis que se intentan contrastar. Asimismo se desarrollan las herramientas conceptuales y metodológicas utilizadas en el abordaje y análisis de las estrategias de producción y consumo (uso) de artefactos líticos y su integración en el

Los artefactos de roca, de los conjuntos del Pleistoceno final y el Holoceno temprano, han sido utilizados para el procesamiento de diversas sustancias ingresadas al sitio, en consecuencia y en relacion con las hipótesis previas presentarán evidencias de uso macro y microscópicas.

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras marco de la organización de la tecnología lítica. En este sentido se explicitan los procedimientos que permitirán el abordaje de la información empírica. Estos comprenden la delimitación de las escalas espacial y temporal empleadas, el análisis tecno-morfológico y morfológicofuncional de los conjuntos líticos, el examen de las secuencias de producción de artefactos, y el análisis funcional de base microscópica aplicado a los conjuntos. La segunda parte está compuesta por antecedentes que provienen de diversas fuentes con el objeto de generar un marco amplio de información empírica con el cual articular las interpretaciones a partir de la materialidad examinada. En los capítulos que integran esta parte, se desarrollan los antecedentes en cuanto a recursos naturales disponibles en el área para los momentos de ocupación en estudio, los modos de procesamiento y las actividades de trabajo efectuados sobre los mismos por las sociedades del pasado. Se exponen antecedentes de investigación referentes al análisis de la función de los artefactos líticos, el estado actual del conocimiento alcanzado en los estudios arqueológicos en la región y en particular de los sitios que analizamos. A su vez se exponen los trabajos experimentales realizados para observar las relaciones entre los distintos modos de empleo de los artefactos y las características y causas de origen de las huellas de uso formadas durante las diversas tareas de procesamiento de recursos.

Patagonia: una mirada desde el último confín 1, editado por M. Salemme, F. Santiago, M. Álvarez, E. Piana, M. Vázquez and M. E. Mansur, pp. 19-33. Utopías, Ushuaia. Briz, I. 2004. Dinàmiques econòmiques de producció-consum en el registre lític caçador-recol.lector de l’extrem sud americà. La societat yàmana, Universitat Autònoma de Barcelona, Facultat de Lletres. 2006-2007. Piedras, dinámicas, producciones y consumos: propuesta desde la Dialéctica para el análisis de los conjuntos líticos, Krei 9, 27-46. Castro, A. 1994. El análisis funcional de materiales líticos por medio de la observación microscópica de huellas de uso: un modelo alternativo de clasificación tipológica. Tesis Doctoral. FCNyM-UNLP. Cattáneo, G. R. 2002. Una aproximación a la organización de la tecnología lítica entre los cazadores recolectores del Holoceno Medio/Pleistoceno Final en la Patagonia Austral, Argentina. Tesis doctoral, Universidad Nacional de La Plata.

La tercera parte está dedicada a la exposición y discusión de los resultados surgidos de los análisis aplicados a los artefactos líticos de los conjuntos arqueológicos correspondientes a las ocupaciones del Pleistoceno final y Holoceno temprano. Se desarrolla la discusión integrando las inferencias formuladas sobre la tecnología lítica, las formas de trabajo y uso del espacio, a los antecedentes regionales. Finalmente se esbozan las conclusiones generadas como resultado de esta investigación y se plantean nuevas problemáticas en torno a los modos explotación de recursos y subsistencia de las sociedades cazadoras recolectoras surgidas en el transcurso de la investigación. Por último se presenta la Biliografía consultada.

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conocer las cualidades de los ambientes, la fauna, la flora, las canteras o la ubicación del agua potable (Paunero 2003a).

Capítulo 2. Enfoque teórico “Las `causas´ de la conducta social están en ella misma, en primer lugar, y nunca fuera de ella; la imagen metafísica de las `causas divinas´ esta fuera de todo debate… Las `causas´ corresponden a la dialéctica de los elementos que constituyen la `conducta social´; es pues menester, en primer lugar, determinar cuales son esos elementos. Los hombres, para subsistir, necesitan trabajar, es decir desplegar una actividad productiva aprendida socialmente. En consecuencia un primer elemento de la conducta social es el Trabajo.”

Se postula que los grupos habrían desplegado una estrategia de subsistencia de tipo generalísta, de caza del guanaco con un uso oportunístico de los mamíferos pleistocénicos, principalmente especies gregarias, que formaban manadas o rebaños como el Hippidion saldiasi o Lama gracilis, muy frecuentes en los sitios arqueológicos (Miotti y Salemme 1999, 2004). En este sentido Borrero (1999b) sugiere que estos últimos mamíferos no habrían sido un recurso crítico.

Luis G. Lumbreras

Miotti y Salemme (2004) proponen para el área de la Meseta Central un modelo de movilidad residencial restringida, debido a la existencia de áreas donde se concentran la mayoría de los recursos. Éstas también reúnen condiciones estratégicas para la caza y el óptimo control de la región (Miotti y Salemme 2004; Paunero 2009b). Además, se postula que para el 11.000 AP la exploración en varias regiones de la Patagonia habría finalizado y que las poblaciones tenían ya un conocimiento acabado del espacio que ocupaban. Así, estas sociedades debían conocer las cualidades de los ambientes que habitaban, las propiedades de los recursos disponibles, portar importantes potencialidades tecnológicas, funcionales y simbólicas, como el desarrollo de un sistema de comunicación a diferentes distancias (Borrero 2001a; Miotti 2006; Miotti y Salemme 2004; Paunero et al. 2004).

En este capítulo se presentan los lineamientos teóricos, los modelos y las herramientas conceptuales que forman parte de la propuesta teórica tomada como referencia para el desarrollo de esta investigación. La propuesta se constituye a partir de las relaciones que se establecen durante el empleo y aplicación de las ideas y conceptos sugeridos para abordar las prácticas sociales desde la tecnología lítica. Este andamiaje conceptual opera en la elaboración del Programa experimental, y en la selección, articulación e implementación de los Procedimientos metodológicos. A su vez, juega un rol indispensable en el análisis y discusión de la variabilidad a nivel de las estrategias de producción y consumo de artefactos líticos, adscribibles a sociedades cazadoras recolectoras que habitaron la Meseta Central durante la transición Pleistoceno/Holoceno. No obstante, los desarrollos teórico-metodológicos propuestos son perfectamente aplicables a otras situaciones en espacio y tiempo, no necesariamente transicionales.

Las cuevas no respondían a un único patrón de ocupación y habrían sido utilizadas tanto como parte de campamentos mayores así como campamentos de usos específicos –procesamiento primario y secundario, talleres, sitios de caza, divisaderos o uso ceremonial (Paunero 2003a)- y en ellas se habrían producido diferentes actividades como el trabajo en cuero y en hueso, el procesamiento primario, la elaboración de intermediarios y de diferentes bienes. Asimismo, habría una estructuración del espacio para el trabajo, con diferencias en las actividades productivas intra e intersitio –preparación de núcleos en las canteras y existencia de sitios con tareas de retalla y retoque– (Paunero 2003a y b; Paunero et al. 2005, 2007a y c).

2.1 Modelos de poblamiento de la Patagonia durante el Pleistoceno final y el Holoceno temprano La primera ocupación del territAorio patagónico ocurrió durante el Pleistoceno final (ca. 13.000-10.000 AP) en un marco de fluctuaciones ambientales. Esta habría sido un proceso lento caracterizado por una demografía muy baja (Borrero 1989-90, 1994-1995; Miotti y Salemme 2004; Paunero 2004, 2009a) con ritmos no constantes, avances y retrocesos de las poblaciones y ocupaciones de corta duración (Borrero 1999a; Paunero 2009b). Se considera que debió haber existido una jerarquización de los espacios ocupados. Aquellos de mayor jerarquía estarían vinculados con espacios de mayor disponibilidad de recursos como el agua o las materias primas; mientras que ciertos ámbitos debieron haber funcionado como barreras geográficas o no eran óptimos para su ocupación, otros resultaban más atractivos (Borrero 2001a; Miotti y Salemme 2004). Este proceso se habría iniciado como una fase colonizadora, con eventos exploratorios, donde las sociedades paulatinamente ocupan territorios nuevos y diferentes, pero siempre viviendo en su territorio propio (Paunero 2003a). La alta movilidad de los grupos podría haber permitido un conocimiento más eficiente de los lugares más aptos para la instalación (Miotti y Salemme 2004). Se habrían necesitado pocas generaciones para

Las ocupaciones de este periodo conocidas para la Meseta provienen de sitios arqueológicos reparados, Cerro Tres Tetas, Cueva 1 (Paunero 2000, 2003a; Paunero y Castro 2001); Los Toldos, Cueva 3 (Cardich y Flegenheimer 1978); Piedra Museo (Miotti 1992; Cattáneo 2002; Miotti y Cattáneo 2003; Miotti et al. 1999); y La Gruta (Franco et al. 2010). Fuera de la región de estudio se identificaron Cueva Fell I y III (Bird 1993; Borrero 1999a); Cueva del Medio (Nami 1986b; Nami y Menegaz 1991; Borrero 1999a) y Tres Arroyos (Massone 2004), entre otras. La retirada de los hielos y la disminución de las características de continentalidad durante el Holoceno temprano (ca. 10.000-7.500 AP) habrían producido un

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Enfoque teórico aumento en las posibilidades de contacto y en las oportunidades de expansión territorial y de formación de redes sociales en un contexto de aumento poblacional (Borrero 1999ay b, 2001a, b). En consecuencia algunas áreas periglaciares estuvieron disponibles para la ocupación humana hacia el 9.000 AP, como lo muestran los registros de Chorrillo Malo cerca al Lago Argentino y Casa de Piedra 7, en el área del Lago Posadas (Civalero y Franco 2003). Más al oeste pudo ser difícil la ocupación de la Cordillera por un aumento en la estacionalidad, mientras que en el este debió volverse crítico el recurso del agua debido a las bajas precipitaciones anuales (Borrero 1999b). Si bien es aceptado el aumento poblacional para la zona de precordillera, Paunero (2009a) sugiere que en la Meseta central, a partir de los fechados disponibles, se habría dado “una probable disminución de la ocupación humana en los primeros 1000 años del Holoceno, y un incremento a partir de 9000 años 14C AP, por lo menos en los sitios reparados”. Mientras Miotti y Salemme (2004) proponen que durante el Holoceno temprano se iniciaría una fase de consolidación territorial por parte de las sociedades que habitaron la Meseta Central. Se ha postulado una estrategia de movilidad logística con una restructuración de los espacios, definición de áreas específicas de actividades, redundancia en el uso de lugares, un mejor conocimiento de los ambientes y de la distribución de los recursos (Borrero 1999a, 2001a; Miotti y Salemme 2004). Según Borrero (1999b) si bien los cambios climáticos fueron muy importantes –habrían gravitado en la extinción de la megafauna–, no habrían tenido un fuerte impacto sobre las poblaciones humanas, que estarían recién comenzando con el proceso de ajuste a un nuevo ambiente. Sin embargo otros investigadores proponen un cambio en la estrategia de subsistencia, pasando de una más generalizada hacia otra tendiente al consumo casi especializado del guanaco (Aschero 2000; Aguerre 2003; Miotti y Salemme 2004).

y minerales), en un proceso de aprendizaje constante, puesto que permiten modificar todo tipo de recursos y extender las capacidades de transformación e incidencia sobre el medio que poseen los individuos y las sociedades (Álvarez 2003; Ingold 1997). Entre los conocimientos se registran, aunque con fluctuaciones en su ocurrencia, técnicas de preparación de núcleos y de extracción de formas líticas con mayor predeterminación (láminas, lascas anchas y lascas triangulares), retoque a presión, adelgazamiento bifacial y tratamiento térmico de diversas rocas (Borrero 1999a; Cattáneo 2002; Paunero 2004; Paunero et al. 2005; Skarbun et al. 2007; Frank 2011; Skarbun 2011). El predominio en la explotación de materias primas locales, abundantes en el paisaje y de muy buena calidad para la talla (v.g. sílex, toba silicificada y xilópalo), aunque también el empleo, en menor medida de rocas alóctonas (Aschero 2000; Frank et al. 2007; Miotti y Cattáneo 2003; Paunero et al. 2007b; Skarbun 2011). Los artefactos formatizados se fabricaron principalmente sobre lascas, por retoque unifacial y marginal. Estos poseen principalmente tamaño grande (Cardich y Flegenheimer 1978; Cardich et al. 1981-82; Cattáneo 2002; Paunero 1993-94; Paunero y Castro 2001). También se evidencia presencia de artefactos bifaciales, entre los cuales se identificaron dos fragmentos de puntas cola de pescado en Piedra Museo (Miotti 1992; Miotti y Salemme 2003), y un artefacto bifacial en Cerro Tres Tetas (Paunero 2003a). Por otra parte se identificó una selección funcional de las formas base: los artefactos cortantes tienen una tendencia hacia las formas laminares y los raspadores siempre fueron confeccionados sobre lascas (Cardich y Flegenheimer 1978; Cardich et al.1981-82; Paunero 1993-94; Cattáneo 2002). La información vinculada a la funcionalidad de los conjuntos y de los sitios, para ambos períodos, se presenta con más detalle en el Capitulo 4, Antecedentes de Investigación. En relación a las secuencias de producción de artefactos, si bien en todos los casos se evidenciaron actividades de talla, la variabilidad de las mismas es grande. En algunos sitios como Cerro Tres Tetas y El Ceibo, no se realizaron las primeras etapas de la secuencia (descortezamiento y preparación de núcleos), las cuales pudieron realizarse en las canteras próximas a los sitios, y sí se retocaron sus instrumentos, formatizándolos o reactivando sus filos (Cardich et al. 1981-82; Paunero 1993-94; Paunero y Castro 2001). En otros sitios como Piedra Museo, se evidencia manufactura y descarte de artefactos fracturados (Cattáneo 2002).

Las ocupaciones conocidas para la Meseta provienen de sitios arqueológicos reparados, Los Toldos, Cueva 3 (Cardich y Flegenheimer 1978), El Ceibo, Cueva 7 (Cardich 1979), La Martita (Aguerre 1982, 1987, 2003), El Verano (Durán 1990; Durán et al. 2003) y Piedra Museo (Miotti 1992; Cattáneo 2002; Miotti y Salemme 2003; Hermo 2008; Hermo y Magnin 2012). Fuera de la región de estudio destacan el componente Río Pinturas I (Gradin et al. 1979) y el sitio Cerro Casa de Piedra, Cueva 7 (Civalero 2000-2001), entre otros. 2.2 Modelos acerca de la tecnología lítica de las ocupaciones del Pleistoceno final y el Holoceno temprano

Durante la colonización inicial de la Meseta central, debido a que la estadía en los sitios debió haber sido breve aunque recurrente, los grupos de pequeño tamaño, la materia prima empleada, local y alóctona, de buena calidad y abundante, y las prácticas productivas disímiles, los artefactos líticos debieron haber sido fabricados, consumidos y conservados combinando estrategias que implicarían el despliegue de mayor y menor inversión de energía (Borrero et al. 1998; Borrero 2001a; Franco 2002; Paunero et al. 2005; Skarbun 2011; Cueto et al. 2013a; Skarbun et al. 2013). Esto sería reflejo de un

Las sociedades que habitaron la región a fines del Pleistoceno eran portadoras de un conocimiento tecnológico amplio, con un gran manejo de recursos en la producción lítica, ósea, manejo del fuego y arte rupestre (Paunero 2003a y b). En este contexto, los artefactos de roca habrían jugado un papel muy importante en la ocupación de estos nuevos espacios y en la explotación de los diversos recursos disponibles (animales, vegetales

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras repertorio tecnológico amplio, con un gran manejo de recursos en la producción lítica (Cueto et al. 2012; Paunero 2004; Paunero et al. 2007b) acorde a situaciones particulares y a la funcionalidad de los sitios, en especial las cuevas (Borrero 2001a; Miotti 2010; Paunero 2003a).

formatizados se utilizaron filos naturales correspondientes a productos de la talla en especial láminas (Cardich et al. 1993-1994). Estas actividades podrían vincularse al procesamiento primario de recursos, aunque también al procesamiento secundario y producción de bienes. La presencia, en varias ocupaciones, de artefactos óseos (punzones, retocadores, agujas) y las huellas tecnológicas que estos retienen refuerzan los indicios de su posible manufactura con instrumentos líticos (Aguerre 2003; Paunero et al. 2005, 2010). A partir de la determinación funcional expuesta Cardich y colaboradores proponen que las láminas habrían sido formas tecnológicamente buscadas y sistematizadas, no de manera expeditiva, ya que la predeterminación y la “formatización” estarían en la técnica de obtención de la lámina (Cardich et al. 19931994).

En relación a los grupos que habitaron la Meseta durante el Holoceno temprano, si bien se entiende que traen consigo un amplio background de conocimiento en cuanto a la tecnología lítica, se han planteado algunas distinciones y semejanzas respecto a las ocupaciones previas. Se registra una mayor regularidad en la morfología y en la tecnología de los artefactos, predominan los instrumentos unifaciales grandes, confeccionados por retoque marginal, como raspadores y raederas (Aguerre 2003). Las formas bases características son lascas, en menor medida lascas laminares y unas pocas láminas (Cardich y Flegenheimer 1978). Predominan los módulos medianos, y aumenta la representación de aquellos alargados. Aparecen piezas de adelgazamiento bifacial y productos de la talla pequeños que evidencian un trabajo orientado a la reactivación. Los raspadores tienden a poseer módulos alargados, con filo frontal corto y/o puntas angulares para la función de perforar (Aguerre 2003). Se produce un incremento de la bifacialidad en relación a los conjuntos del Pleistoceno final. Se adoptan puntas de proyectil apedunculadas, de forma subtriangular, delgadas y de tamaño pequeños y medianos, también aparecen puntas de limbo triangular mediano o alargado, con pedúnculo esbozado. En algunos sitios como El Verano se identificó la conservación de puntas por el reacondicionamiento luego de su fractura posiblemente vinculada a la inversión de energía en su fabricación (Aguerre 2003; Durán et al. 2003). Debido al tamaño grande de los raspadores de El Verano, Durán et al. (2003) proponen que pudieron ser usados directamente sin auxilio de intermediarios (mango). Se emplearon principalmente las mismas materias primas locales, abundantes y de muy buena calidad que en el período previo, y también se explotaron en menor medida rocas alóctonas (v.g. obsidiana, riolita) (Cardich et al. 1993-1994; Aguerre 2003; Durán et al. 2003).

Por su parte, las ocupaciones del Holoceno temprano durante un primer momento habrían sido más cortas y espaciadas en el tiempo, revirtiéndose esta situación desde el 9000 14C AP en adelante, en un territorio social propio más amplio, con relaciones intergrupales más numerosas, en un contexto dominado por una estrategia de susbsistencia generalizada con especialización en el consumo de guanacos (a nivel de los mamíferos terrestres). Estos grupos continuaron empleando materia prima local de buena calidad y abundante, asimismo rocas no locales, realizando prácticas productivas disímiles, utilizando artefactos líticos fabricados, consumidos y conservados combinando estrategias que implicarían el despliegue de mayor y menor inversión de energía (Aguerre 2003; Cardich et al. 1993-1994; Durán et al. 2003; Skarbun 2011). Sin embargo a nivel de los conjuntos podrían registrarse modificaciones en la frecuencia de las clases artefactuales, un aumento en la selección de soportes laminares y láminas, mayor producción de artefactos bifaciales, el empleo de filos, bordes o superficies con o sin formatización, escasa integridad funcional de los equipos excepto diseños particulares empleados en trabajos específicos (Cardich et al. 1993-1994; Cattáneo 2002; Cueto et al. 2013a). 2.3 La Arqueología Experimental

Las primeras actividades de talla se habrían realizado principalmente fuera de la cueva (v.g. Los Toldos) y dentro de las mismas las etapas de talla y formatizacion final (Cardich y Flegenheimer 1978; Cardich et al. 19931994), sin embargo en algunos sitios como El Verano y Piedra Museo se registran los productos esperables para cada etapa de la secuencia de producción (Cattáneo 2002; Durán et al. 2003). No obstante dado que los productos de talla son más pequeños que los artefactos, se propuso que se obtenían para utilizar los filos naturales en diversas funciones, mientras los artefactos formatizados habrían entrado al sitio ya elaborados (Durán et al. 2003). Las huellas de utilización registradas en los artefactos evidencian principalmente el procesamiento de sustancias de origen animal como el hueso, y vegetal como la madera. La mayor parte de estas actividades involucra acciones con movimiento transversal como raspar, pulir o descortezar. Para estos trabajos además de los filos

El uso de artefactos líticos constituye un proceso en el cual se modifican las propiedades de los materiales alterando sus características macro y microscópicas, en ese sentido es factible estudiarlo a partir del desarrollo de programas experimentales. La arqueología experimental (investigación actualística) es una rama de la arqueología que incluye la replicación, el análisis y/o la interpretación de materiales arqueológicos por medio de la experimentación científica (Ascher 1961; Nami 1997-1998; Scarano et al. 1994). Ésta posee un largo desarrollo teórico y metodológico que se inicia en el siglo diecinueve (Coles 1979; Trigger 1992). La implementación de estudios experimentales en campo como en laboratorio implica la realización de tareas de manera artificial, producción de los objetos de estudio, por parte del investigador (Nami 1997-1998).

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Enfoque teórico Éste, por lo tanto, puede manipular y controlar las condiciones bajo las cuales los experimentos son producidos y obtener datos confiables acerca de las causas que generaron ciertos efectos (Curtoni 2000). Los experimentos en arqueología tienen como propósito resolver problemas relativos al pasado. Estos permiten generar valiosa información empírica para analizar los procesos que pueden estar vinculados con la formación y depositación de los restos arqueológicos. En el caso de la tecnología litica posibilita evaluar aspectos desde el aprovisionamiento de las rocas hasta el artefacto terminado/usado (Nami 1997-1998). Se ha propuesto que las experimentaciones ayudan a comprender las dinámicas de comportamiento que subyacen al registro arqueológico mediante la elaboración de teorías de rango medio (Binford 1981; Johnson 1978; Amick et al. 1989; Nami 1997; Yacobaccio 1991).

sistema en este caso es construido y por eso controlado en alto grado, garantizando la variación de un factor y el mantenimiento constante del resto. Todo experimento debe ser factible de ser reproducido (Scarano et al. 1994). En el terreno del análisis funcional de artefactos líticos las experimentaciones encuentran su correlato y se agrupan en dos tipos según el menor o mayor grado de control sobre las variables. La experimentación exploratoria (Clemente 1997), también denominada replicativa o real (Mansur 1983; Gutierrez 1998; Gonzalez y Estevez 1994), natural (Vaughan 1981) o aproximación diagnóstica (Castro 1996; Reyes et al. 2008), se caracteriza por un escaso control de las variables, constituye el primer contacto experimental con el objeto de estudio y aporta información generalizada a partir de las propuestas experimentales desarrolladas. No incide en detalle sobre cuestiones específicas y posee un carácter práctico. Las actividades se orientan a reproducir experimentalmente un bien –v.g. astil, punzón, arpóncon una clase de artefacto lítico determinado. Proporciona información respecto a la posibilidad de formación de huellas de uso diagnósticas en una determinada litología, de los caracteres generales de los rastros que se generan durante cada labor particular y si la operación ha sido factible. Se deja de lado el control de variables significativas (ángulo de trabajo, ángulo de filo, tiempo de uso, entre otras). Esto puede ser considerado una limitante si lo que se busca es estudiar en qué medida inciden las diferentes variables, sobre las huellas de uso, durante la cinemática.

Las observaciones actualísticas sobre los productos y procesos replicados de manera experimental, permiten formular nuevos patrones y conceptos teóricos acerca de estos y de las variables que intervienen en su formación. Normalmente se busca que los conceptos se integren en un marco de referencia más amplio que sea de utilidad para generar hipótesis, proposiciones y suposiciones, mediante el uso de analogías (en base al principio de uniformismo) acerca de la tecnología lítica y del pasado en general (Shick y Toth 1993; Yacobaccio 1991). La analogía sustancial en los trabajos arqueológicos es factible de hacer cuando los patrones a interpretar pueden responder a conductas que tengan como consecuencia un efecto físico no ambiguo en el registro arqueológico (Yacobaccio 1991).

La experimentación controlada (Clemente 1997), analítica (González y Estévez 1994) o mecánica (Vaughan 1981), implica la existencia de un mayor control sobre todas aquellas variables consideradas significativas para una labor. Este tipo de experimentación se relaciona de manera estrecha con el experimento en sentido estricto sensu Scarano et al. (1994). En relación al uso de los artefactos líticos, los controles implementados permiten obtener información mas objetiva de por qué se producen determinadas huellas de uso y establecer las relaciones con las distintas variables. A diferencia de la experimentación exploratoria, en este caso el analista puede inferir con mayor “seguridad” el tipo de actividad desarrollada cuando se encuentra con un rastro desconocido, debido al conocimiento que tiene sobre el comportamiento de cada variable durante el uso de un útil (González y Estévez 1994).

En la actualidad, en todos los campos de la ciencia, se acepta la existencia de distintos tipos de estudios experimentales que conllevan diferentes niveles de control (Scarano et al. 1994). Entre estos pueden diferenciarse el estudio observacional controlado que implica la búsqueda de variadas situaciones para definir si un fenómeno determinado se produce de la misma manera o de maneras distintas. La experiencia activa, es aquella provocada por el observador sin esperar a que sucedan los hechos. Posee un diseño rudimentario, la selección deliberada de algunos factores y un bajo grado de control, sin llegar a constituir un experimento. Dado que no se informa de manera precisa las condiciones (sistema) mediante las cuales se obtuvieron los resultados, no está garantizada la replicación. En el experimento de campo el sistema experimental también es natural, pero conscientemente seleccionado por ser relativamente estable y controlable, se puede describir precisamente y variar uno o más factores dentro de cierta gama. Por su parte en el experimento en sentido estricto, el experimentador puede manipular ciertos aspectos de una situación (factores o variables) que supone que constituyen las condiciones para la aparición de los fenómenos estudiados. Al variar repetidamente algunos de ellos, pero conservando los otros constantes, el observador puede estudiar los efectos de tales cambios sobre dicho fenómeno y descubrir relaciones constantes de dependencia entre el fenómeno y las variables. El

Para el desarrollo de este estudio hemos optado, como proponen diversos investigadores (González y Estevez 1994; Castro 1994; Gibaja 2002), por el desarrollo complementario de estos dos tipos de experimento. En este sentido, el énfasis puesto en la definición de los indicadores de uso, de las variables de control (modificables y no modificables), además de la descripción de los materiales empleados y de los procedimientos seguidos en el Programa Experimental (Capítulos tres y cinco). Consideramos que esta metodología permitiría generar información valiosa para comprender la forma en que consumieron los artefactos

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras en las últimas décadas algunos arqueólogos “han adoptado la reconstrucción de secuencias de artefactos manufacturados para una variedad de materiales, proveyendo directa y empíricamente conexiones para hacer inferencias acerca de actividades productivas de las culturas pasadas” (Dobres y Hoffman 1994).

las antiguas sociedades patagónicas y, más específicamente, resulta útil para determinar qué tipo de acción se realizó, sobre qué sustancia, y en qué proceso productivo se inscribió este trabajo en los conjuntos arqueológicos de la región en estudio. 2.4 Conceptos empleados en esta investigación

El examen tecnológico de la cultura material, encarado a partir de una de sus producciones específicas como los artefactos líticos tallados, debe enmarcarse en su contexto social y económico, de forma de abordar el comportamiento tecnológico como parte componente del comportamiento humano (Lemmonier 1986; Torrence 1989; Nelson 1991; Inizan et al. 1999). Debido a la diversidad presente en este último, numerosas aproximaciones se han centrado en explorar la variabilidad tecnológica en materiales líticos tallados desde las secuencias de producción (Schiffer y Skibo 1987; Torrence 1989; Bleed 1986). No obstante desde otras aproximaciones, con el propósito de evaluar las estrategias tecnológicas y las dinámicas de explotación de recursos desplegadas por un grupo, se han adoptado perspectivas que implican el análisis funcional de base microscópica en combinación con otras vías de análisis de la tecnología lítica, como las secuencias de producción, el análisis de residuos, el examen de la alteración térmica de los artefactos y el análisis espacial de las actividades (Boeda et al. 1990; Odel 2001; Paunero y Castro 2001; van Ginj 2003; Cueto et al. 2012). Dado que la tecnología no está constituida simplemente por los ítems físicos de la cultura material, sino que, asimismo, se deben considerar el comportamiento tecnológico y la acción humana (Ingold 1988), una aproximación a la tecnología lítica desde esta perspectiva debe emprender el estudio combinado de instrumentos y otros artefactos, materias primas, acciones físicas y destreza técnica (Inizan et al. 1999). Se considera que los abordajes desde enfoques metodológicos aislados posibilitan conocer de manera parcializada los procesos y las decisiones sociales que formaron parte de la vida de los artefactos (Andrefsky 2005; Gibaja 2002).

El concepto de tecnología El concepto de tecnología empleado surge de una perspectiva que articula la teoría de las prácticas sociales y la organización de la tecnología lítica. De este modo la tecnología es entendida como un conjunto de conocimientos y procedimientos materiales que mediante la implementación de una serie de gestos y operaciones permiten la explotación de diversos recursos como la realización de un producto (Álvarez 2003, 2010; Álvarez et al. 2008, 2010; Pal 2012; Castro et al. 2013, Cueto et al. 2013a). Se parte de la base de que la tecnología no implica sólo los objetos y medios usados por la sociedad para actuar sobre el ambiente físico (Bousman 1993; Bamforth y Bleed 1997), o que refiere solamente a los instrumentos y a sus modos de uso (para una crítica a esta posición ver Ingold 1993), sino que la tecnología involucra todos los aspectos posibles del proceso de acción sobre la materia (Lemmonier 1993). Según Sigaut (1994) la tecnología está formada por actividades que definen acciones materiales (producen un cambio material en algo) y que son intencionales. Así, se entiende por tecnología a todo corpus de artefactos, comportamientos y conocimiento para crear y usar productos que es transmitido intergeneracionalmente (Schiffer y Skibo 1987). Cada actividad tecnológica, con independencia de los recursos explotados (mineral, óseo, vegetal), incluye operaciones de manipulación y conocimientos diferentes para su transformación. Sin embargo comparten una serie de aspectos dinámicos (relaciones entre tecnología y entornos: sociedad y ambiente; tiempo y espacio) y aspectos estructurales (elementos participantes en la esfera de la producción tecnológica: recursos, instrumentos, trabajo, técnicas, conocimientos y habilidades) (Sigaut 1994). Un buen desarrollo de estos aspectos puede hallarse en el trabajo de Tesis de la Dra. Álvarez (2003). Esta concepción trasciende al objeto material finito, involucrando los gestos y las técnicas, pero también los conocimientos y las ideas que operan en una secuencia de actos para la producción de un bien o un artefacto, entendiendo la globalidad del fenómeno tecnológico como un hecho cultural comprensible en su contexto socio-histórico particular (Dobres 2000; Torrence 2001; Álvarez 2003; Pfaffenberger 1992). Factores como materia prima y condiciones ambientales forman parte de esta concepción, pero no son los únicos ni poseen un papel determinante haciendo de la tecnología una respuesta mecánica de ellos. A partir de esta perspectiva social, cualquier tipo de sociedad es entendida como el resultado de la construcción de un sistema sociotecnológico, donde la tecnología propiamente dicha es la manifestación material de un grupo de hombres y mujeres a través del tiempo que han elegido definir su existencia. Es así como

El concepto de producción La producción es el proceso mediante el cual los miembros de una sociedad generan artefactos para satisfacer necesidades sociales mediante el uso, de acuerdo con las características de su tecnología y según el modo en que se organiza la fuerza de trabajo. En este sentido, el instrumento es el punto relacional entre ambos fenómenos dado que es la culminación de un proceso productivo y al mismo tiempo es un implemento que será utilizado en otra actividad (Briz 2006-2007). La planificación y las estrategias implementadas por un grupo durante el proceso de producción están orientadas hacia la función específica del artefacto, como cortar, raspar, cepillar, entre otras (Bamforth 1986; Álvarez 2003). En este caso las decisiones se relacionan con aspectos como la dureza de la materia prima necesaria para cumplir con la función deseada; la morfología adecuada para la prensión manual o el enmangue; los

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Enfoque teórico atributos morfológicos del filo, punta o superficie activa requeridos. A nivel de las actividades en las que será utilizado el artefacto (recolección, caza, producción de bienes), las decisiones se vinculan con factores como el tipo de sustancia procesada, el tiempo de uso, la presión a ejercer, el riesgo de embotamiento y la cantidad de funciones en que se utilizará la pieza. A su vez, la producción se desarrolla considerando distintas variables sociales, económicas y ambientales (Nelson 1991; Nami 1997; Ingold 1997) como la estructura del asentamiento, la duración e intensidad de una ocupación, la movilidad, la estructura de recursos líticos, las estrategias de aprovisionamiento de alimento, las relaciones con grupos vecinos y el riesgo.

Consumo de artefactos Se entiende por estrategia de consumo o uso a toda operación de trabajo realizada por un sujeto que involucra la manipulación de un artefacto lítico. Por medio de estos objetos los individuos, en tanto miembros de un contexto social determinado, extienden su capacidad de operar sobre el mundo. Así, luego de confeccionar los artefactos, pueden convertirlos en el vehículo de una acción que genera la modificación en la materia sobre la que son aplicados (Ingold 1997; Álvarez 2003). Las sociedades en su desarrollo han perfeccionado tanto los planes como los modos de hacer que guían la acción, y junto con ellos las técnicas y las operaciones realizadas con los instrumentos como respuesta a necesidades circunscriptas por el medio social y ambiental (Lemmonier 1986; Dobres y Hoffman 1994). Desde este marco concebimos que los cazadores recolectores han utilizado los instrumentos con diferentes fines a través del tiempo (Mansur 1983; Franco y Borrero 1999; Cueto et al. 2012).

Secuencia de producción Los procesos productivos de una sociedad pueden entenderse analizando su secuencia de producción; esto es, las distintas etapas involucradas en la manufactura de un determinado producto. Los modelos secuenciales (Bleed 2001) han sido frecuentemente utilizados en la arqueología desde diversas tradiciones (Boëda et al. 1990; Collins 1989-90; Skarbun 2011; Terradas y Gibaja 2001), en especial en lo referente a los estudios sobre material lítico, aunque es potencialmente aplicable a otros tipos de artefactos, como los óseos (Jurgens 2005).

Se conoce, para diversos grupos, la preferencia por algunas litologías destinadas a la confección de instrumentos relacionados con trabajos específicos como la percusión de maderas y el ablandamiento de pieles. A su vez se han detectado rasgos en los artefactos que responden a factores estilísticos, a partir de la determinación de funciones similares en instrumentos con morfologías diferentes. También se registra la producción de determinadas clases de artefactos con baja inversión de trabajo que cumplieron múltiples funciones (Hyden 1979; Mansur 1983; Álvarez 2010). Mediante exámenes de la relación forma-función se ha propuesto que instrumentos conocidos como raederas y cuchillos, procedentes de conjuntos de Patagonia insular y Pampa, fueron usados para el procesamiento de diversos recursos a partir de distintas acciones. Mientras los raspadores constituyen el instrumento que presenta mayor integridad funcional a través del tiempo, dado que fue usado principalmente para el raspado de cuero (Álvarez 2003, 2010; Leipus 2006; Pal 2009).

El proceso de producción de artefactos líticos, por la naturaleza de este material, se constituye básicamente como un proceso reductivo, que implica una serie de pasos articulados (Bleed 2001), y el análisis de la secuencia de producción es conocido frecuentemente como secuencia de reducción. Desde esta perspectiva se considera que el proceso de producción se inicia en el momento de aprovisionamiento de la materia prima y termina con la formatización final de los instrumentos y las posibles actividades de reactivación o mantenimiento. Collins (1989-90) divide el proceso de manufactura en pasos que son distintivos en términos de procedimientos y productos. Cada uno de estos está compuesto por uno o más conjuntos de actividades, que dan como resultado dos clases de materiales: elementos que serán descartados y objetos destinados a mayor formatización y/o uso. Los pasos técnicos considerados, parcialmente modificados, son: 1. obtención de la materia prima; 2. preparación y reducción inicial del núcleo (descortezamiento), 3. talla y extracción de formas bases, 4. formatización final de los artefactos (retalla, retoque y adelgazamiento bifacial); 5. conservación/reactivación y 6. descarte. Si bien las etapas así planteadas aparecen como consecutivas y lineales, no necesariamente lo son. Es posible saltar alguna (por ejemplo la obtención de soportes a partir de material crudo) o bien retomar etapas que ya habían sido superadas (por ejemplo al reciclar núcleos). El modelo también considera la posibilidad de que entre los distintos pasos de la manufactura se lleven a cabo otras acciones sobre el material tales como el almacenamiento o el tratamiento térmico (Frank 2011).

En estas sociedades, numerosas tareas de obtención, acondicionamiento, producción y consumo de recursos que implican el uso de artefactos, se llevan a cabo en diversos sectores del paisaje o de un sitio de modo diferido o en simultáneo. En ocasiones pueden distinguirse patrones de distribución y asociación de restos, intra e intersitio, que dan cuenta de la distribución espacial de las actividades y de los diversos patrones de ocupación de los sitios. En algunos casos se ha planteado la manufactura anticipada de artefactos para funciones específicas en locaciones distantes, tal el caso de la producción de cuchillos para emplear en tareas de faenamiento futuras asociadas a matanzas comunales (Keeley 1991; Ingold 1997; Odell 2001; Paunero y Castro 2001).

El contexto de uso Se ha expuesto la idea que los artefactos sólo se convierten en instrumento cuando se desarrolla con ellos

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras una determinada práctica productiva como cazar y despostar animales, separara las pieles, manufacturar abrigos, fabricar una vivienda, entre otras, por los sujetos en un contexto social determinado. En un ejemplo muy ilustrativo sobre la articulación entre la producción y el consumo Marx (1974) señaló: unas vías férreas sobre la cual no marchan trenes, y que por lo tanto no se usan, no son consumidas, sólo son vías férreas en el dominio de la posibilidad y no en el de la realidad. Esto significa que cualquier producto obtenido como resultado del desarrollo de actividades productivas carece de sentido si no es consumido (Risch 1998).

desconoce a qué tareas estaban destinados los utensilios. La tecnología está estructurada por los requerimientos de una actividad o serie de actividades que condicionan la variación en todos los aspectos de la manufactura y al uso de utensilios (Bamforth 1986:39). A su vez la existencia de variaciones en la demanda de instrumentos y en la disponibilidad de herramientas adecuadas para llevarlos a cabo genera el desarrollo de diseños y estrategias de reducción diferentes para instrumentos funcionalmente similares, dependiendo del rol que juegan en determinada organización tecnológica (Binford 1979:271). Estas observaciones ponen de manifiesto la necesidad de no asumir la relación forma-función de manera unívoca y comprender las estrategias tecnológicas como una totalidad que integre indisolublemente el análisis de la producción y el uso de instrumentos líticos.

En relación al posicionamiento teórico que he delineado hasta el momento resulta adecuada la perspectiva del contexto de uso (Álvarez 2003) para el análisis del consumo de artefactos líticos. Desde esta herramienta conceptual se sugiere que el abordaje de las secuencias de producción artefactual debe efectuarse en articulación a la naturaleza del material procesado (vegetal, animal, mineral) con los artefactos, el estado (fresco o seco) del material, y la cinemática del trabajo desarrollada, el ordenamiento espacio-temporal de la actividad desplegada así como su carácter o periodicidad (doméstica/ceremonial, cotidiana/excepcional) y los conocimientos relacionados con el desarrollo de esa tarea. Es un concepto más abarcativo que el término “función” que en general sólo alude a la finalidad de la herramienta (cortar, raspar). Tal como lo ha afirmado Sigaut (1994) considerar al chopper, el hacha de mano, la raedera magdalenense, o nuestro cuchillo de cocina como variantes incidentales de un mismo utensilio significa deshistorizar las prácticas tecnológicas, aislar su vinculación con la sociedad que las genera (sonambulismo tecnológico) y confundir el efecto con la técnica.

Organización tecnológica La organización tecnológica puede entenderse como la forma en que una sociedad diseña sus herramientas y estructura su producción, uso y mantenimiento, para que respondan adecuadamente a los requerimientos sociales durante el desenvolvimiento cotidiano de sus trabajos (Koldehoff 1987). La necesidad de resolver problemas en distintas circunstancias que como tales combinan elementos sociales, ambientales y temporales, llevó a los grupos humanos a producir diferentes herramientas y tratarlas de distintas maneras (Bamforth 1991). En este sentido la tecnologia lítica es organizada considerando los diferentes factores de la dinámica del contexto social, económico y ambiental dentro del cual es producida. Esta organización se realiza según planes o estrategias que guían el comportamiento tecnológico. Los estudios sobre la organización de la tecnología lítica integran estrategias que van desde la búsqueda y selección de materias primas hasta la producción, consumo (uso), reactivación, mantenimiento y descarte de los instrumentos, así como los factores que influecian esas estrategias (Nelson 1991). Bajo el nombre de estrategias de aprovisionamiento (procuramiento u obtención) se agrupan las actividades de busqueda, selección y conservacion de rocas para la talla (Collins 1989-90). Estas estrategias se dividen en formas de adquisición directa o indirecta. Dentro de la primera de estas formas se pueden implementar estrategias de procuramiento específico en el cual la gente realiza viajes especiales para procurarse de materias primas; y de procuramiento incorporado o “embedded”, en el cual la gente se abastece en el contexto de viajes realizados por otros propósitos (Binford 1979). Una vez en la fuente las estrategias de obtención se distinguen según si el aprovisionamiento se da a partir de la recolección de nódulos disponibles sobre la superficie o la extracción de los mismos por medio de excavaciones, hasta la construccion de galerias y túneles para recuperar los nodulos de calidad y tamaños adecuados (Borziyak 1993; Ericson 1984; Franco y Borrero 1999). La selección de algunas materias primas puede vincularse a su preferencia para desarrollar determinadas tareas, por la calidad de las mismas o por una combinación de estas (Aragón y Franco 1997; Nami 1986a; Álvarez 2003). A su vez es posible que determinadas rocas sean preferidas

Modalidades de uso El análisis de las modalidades de uso u operaciones de trabajo1 constituye una instancia de articulación clave entre la dinámica de la secuencia de producción de artefactos líticos y el desarrollo de diferentes procesos de obtención, producción y consumo de recursos en los que los instrumentos líticos participan como instrumentos de trabajo. En lo que respecta al primer punto, Binford (1979:268-269) señala con respecto a los comportamientos técnicos de los Nunamiut: “Planning or designing a tool to be incorporated in personal or household gear is very different, since it will be seen in the context of long-term usage and the requirement that it meet many different types of tool”. Asimismo, Nelson y Lippmeier (1993) sugirieron que el diseño de un instrumento está condicionado principalmente por la tarea a la que va a ser destinado. Por lo tanto, no es posible explicar la composición, la diversidad artefactual o los factores que intervienen en la manufactura si se

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También se lo denomina en este libro como trabajo específico, en referencia a la determinación de los términos de la relación movimiento/acción y sustancia procesada, v.g.: percutir madera, cortar carne, raspar cuero, pulir hueso, movimiento longitudinal sobre cuero, o raspar sustancia dura.

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Enfoque teórico por valores esteticos, por pertenecer a lugares sagrados o para mantener las relaciones sociales entre grupos mas alla de su calidad (Gould y Saggers 1985; Bayon et al. 1999). Las estrategias de selección que respetan la disponibilidad local de materias primas involucran una inversión menor de trabajo; sin embargo su explotación depende también de la distribución y la calidad de las materias primas. Los patrones locales de la disponibilidad de recursos líticos tienen un lugar importante en la limitación de la tecnología (Bamforth 1991). Cuando no existe tal disponibilidad local de rocas, las estrategias tecnológicas tenderán a una mayor inversión de energía en la conservación de las mismas, mientras en zonas con alta disponibilidad de materias primas se espera que haya mayor flexibilidad en las estrategias de producción de instrumentos, siendo factible que se invierta menor energía en la conservación de las mismas y sea mas probable encontrar artefactos correspondientes a estrategias expeditivas (Andrefsky 1991, 1994). En areas donde las rocas presenten utilidades potenciales similares es probable que no haya diferencias en el aprovechamiento de las distintas materias primas ni en las técnicas de transformación (Álvarez 2003). Las estrategias de conservación de las materias primas refieren a la obtención de filos a partir de formas base muy pequeñas, talla bipolar, tecnologías de núcleos, laminares, bifaciales y discoidales, al almacenamiento de núcleos en escondrijos y al mantenimiento y reciclaje de instrumentos (Kelly 1988; Nelson 1991; Flegenheimer et al. 1995).

variables reciban dependerá, entonces, de las condiciones y estrategias apropiadas al contexto. Se entiende el diseño de los artefactos como una imposición de forma (Aschero 1988) o una respuesta óptima a una función común o específica mediada por el conocimiento y las expectativas sociales (Bleed 1986; Bayon et al. 1999). Se han propuesto una serie de distintas estrategias de diseño entre ellas expeditivas, conservadas, confiables, mantenibles, flexibles y versátiles (Escola 2004a). Si bien en sus formulaciones iniciales es posible hallar distinciones entre estas, se considera que dentro del diseño de cualquier artefacto individual, los objetivos de diseño de las estrategias no son exclusivos (Bousman 1993, 2005). Las estrategias (o tecnologías) expeditivas y conservadas fueron caracterizadas inicialmente por Binford (1979). Aquellas basadas en la expeditividad comprenden instrumentos manufacturados, usados y descartados instantáneamente, de acuerdo a las necesidades del momento (Bamforth 1986). Los artefactos se caracterizan por poseer poca alteración o formatización secundaria. La tecnología expeditiva es una respuesta planeada a una tarea esperada incluyendo la formatizacion mínima de las herramientas, cortos períodos de uso y descarte de artefactos en el locus de actividad. Para que puedan realizarse estrategias expeditivas es necesario que haya materia prima disponible (Nelson 1991). Esta tecnología reduce el costo asociado al transporte de materias primas, y de la manufactura y reparación de las herramientas, pero ofrecen baja utilidad de herramientas, porque no son formatizadas (v.g. una lasca) o reparadas (Bousman 2005). En esta estrategia se utilizan y/o formatizan filos con formas que permiten enfrentar necesidades funcionales variadas con una mínima inversión de trabajo en su producción (Escola 2004b).

Estrategias de diseño Las estrategias de producción y consumo de artefactos pueden concebirse de manera integrada como estrategias de diseño. La tecnología se estructura por los requerimientos de una actividad o de un conjunto de actividades que limitan la variación en el diseño específico de los artefactos y en el diseño del conjunto instrumental en la secuencia de producción y en el uso (Binford 1979; sensu Bleed 1986; Aschero et al. 1995). Tales artefactos no son en sí mismos un producto final ya que serán consumidos en alguna operación de trabajo (Hayden 1989; Torrence 1989; Bamforth 1991; Álvarez 2003). El concepto de diseño de los artefactos forma parte del estudio de la tecnología lítica y es considerado una estrategia para enfrentar las dificultades en la explotación de recursos (Bleed 1986; Nelson 1991; Odell 2001). En base a estas dificultades y demás factores situados espacio-temporalmente se espera que se manifiesten diferencias en los conjuntos líticos en relación a la implementación de estrategias, técnicas alternativas de manufactura y mantenimiento/reactivacion de artefactos, así como en el descarte de los mismos (Escola 2004a; Franco 2004). La manufactura de un artefacto como de un conjunto lítico es el resultado de un proceso de diseño, el cual puede ser explícito o implícito. El sujeto (diseñador) selecciona entre alternativas disponibles (v.g. sociales: preferencias, restricciones, prohibiciones; condiciones ambientales, disponibilidad de recursos) para crear una solución a un problema identificado. El mayor o menor énfasis que estas

Según datos etnográficos Parry y Kelly (1987) proponen que desde una tecnología expeditiva no se intenta controlar la forma de las lascas resultantes, los núcleos no son preparados (tampoco estandarizados), y no existe una distinción explícita entre herramientas y desechos. En este contexto todas las piezas son consideradas herramientas potenciales y aquellas que mejor se adaptan a una determinada tarea son seleccionadas para el uso. Si el artefacto tiene una forma no adaptable a la función, a la prensión o el filo esta embotado generalmente se descarta. La mayoría de las herramientas solo son usadas una vez. Por otra parte Nelson (1991) distingue el comportamiento oportunístico del expeditivo como respuestas tecnológicas inmediatas, no planeadas a una necesidad no anticipada. Las estrategias conservadas comprenden artefactos formatizados manufacturados con anticipación al uso, mantenidos a través del tiempo, transportados de una localidad a otra, efectivos para una variedad de tareas y reciclados para nuevas tareas cuando no son más útiles para su propósito primario. La conservación produce conjuntos tecnológicamente sofisticados y probablemente formalmente distintos (Bamforth 1986). La

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras implementación de esta tecnología puede depender tanto de la incongruencia en la distribución de artefactos líticos y los recursos faunísticos (que obligarían a confeccionar y transportar las materias primas, los núcleos o los instrumentos al lugar de uso), como de la existencia de situaciones de riesgo o estrés temporal (Franco 2004). A partir de sus análisis tecnológicos Bleed (1986) propone distintas estrategias de diseño de las herramientas, las cuales pueden fusionarse a la clasificación dada de estrategias (o tecnologías) expeditivas y conservadas. Estas distinguen entre tecnologías confiables y mantenibles, y son consideradas diferentes estrategias para el diseño de los artefactos conservados.

enfrentar a una variedad de necesidades. En este último puede definirse el número de tareas para la cual una clase de instrumento puede emplearse y requiere un filo de morfologia generalizada o una forma de instrumento con muchos filos funcionales diferentes. En relación con las estrategias de diseño expeditivas y conservadas (Binford 1979; Bamforth 1986; Nelson 1991; Bleed 1986) consideramos oportuno exponer que haremos uso de ellas aunque no de manera cabal ni excluyente de otros enfoques atinentes al diseño y al estudio de la tecnología. Procedemos de esta manera atendiendo a las críticas formuladas a estos modelos sobre aspectos relevantes, las cuales imponen hacer uso al menos de manera flexible y no mecánica o directa de los mismos. Estas reclaman además una evaluación de los conjuntos en su dimensión espacio-temporal particular. Precisamente el otro enfoque adoptado en este trabajo articula la teoría de las prácticas sociales y la organización de la tecnología lítica (Álvarez 2003, 2009b; Álvarez et al. 2010; Pal 2012) desde donde se plantea el exámen de la relación entre caracteres de forma-función, incluído el análisis funcional de huellas microscopicas en la perspectiva de buscar el conociemiento de las regularidades que han regido las estrategias tecnológicas y los procesos sociales.

La tecnologia confiable (confiabilidad) incluye herramientas diseñadas para trabajar cuando son necesarias. Este diseño se relaciona con el riesgo de fallar de una actividad, esta posibilidad de falla puede insumir un costo alto si el hecho ocurre fuera del sitio, incluída la falla total de la actividad que se está desarrollando (Torrence 1989; Bamforth 1991). Las herramientas extractivas confiables según Bousman (2005) estan funcionalmente especializadas, se caracterizan por una construcción extrafuerte, partes críticas sobrediseñadas y partes separadas, entre otros caracteres. Esta estrategia provee de una alta utilidad, pero con costos altos en términos de adquisición de materias primas y de transporte. Las armas confiables reflejan un alto grado de planeamiento avanzado.

Se exponen a continuación algunas de las críticas formuladas a los modelos elaborados en base a las estrategias expeditivas y conservadas. En primer término se señala que estos diseños que incluyen asignación funcional y características al modo de uso de los artefactos fueron propuestos a priori, prácticamente en base a caracteres tecnomorfológicos, careciendo del aporte de indicadores funcionales de base microscópica de primer orden (micropulidos y estrías) y de segundo orden (residuos organicos, microvestigios vegetales, acidos grasos, entre otros) (Hayden 1990; Álvarez 2003). Además se ha criticado la manera de emplear la información etnográfica referente a la manufactura y uso de instrumentos. Especialmente la generación de analogías directas con carácter explicativo proyectadas sobre los artefactos líticos sin considerar las diferencias del contexto socio-histórico que existen entre los grupos etnográficos y las sociedades pasadas estudiadas a traves del registro arqueológico (Terradas 2001; Álvarez 2003). Para una crítica detallada sobre el uso de la analogía etnográfica ver Vila et al. (2006) y Gándara (2006). El hecho de soslayar las diferencias históricas y sociales particulares de los grupos de referencia incluídos en los modelos referidos y los de las sociedades en estudio (v.g. cazadores recolectores del Pleistoceno final de Sudamérica) corresponde a un razonamiento ahistórico (Bate 1992a; Gándara 1993).

El diseño de herramientas mantenibles (mantenibilidad) posibilita una rápida modificación o reparación (utilidad renovable), importan un costo de manufactura moderado y se descartan al hallarse agotadas o rotas. Son adecuadas a situaciones en las que son impredecibles las herramientas que se van a necesitar –la incertidumbre espacial y temporal de las tareas a realizar fuera de las bases residenciales es relativamente alta– y el costo de fallar en operar correctamente es relativamente bajo. La probabilidad de pérdida también determina la necesidad de emplear estas herramientas. Generalmente son livianas y transportables, pueden usarse para tareas distintas de las que fueron diseñadas (v.g. mediante el reciclaje) y ayudan a reducir los costos de la adquisición de materias primas extendiendo la vida útil de un artefacto. El uso de instrumentos generalizados consume más tiempo de trabajo para muchas tareas que el uso de formas de filo especializadas confeccionadas para una tarea especifica. Entre las ventajas de portar estos artefactos se propone que permite disponer de un rango potencialmente amplio de opciones de instrumentos de uso, simplifica el conjunto de instrumentos y acota la cantidad de equipo transportado (Torrence 1989; Nelson 1991; Bamforth 1991; Bousman 2005). En relación con los diseños mantenibles (Bleed 1986) se proponen dos estrategias que pueden distinguirse dentro de sus límites, a saber, el diseño flexible y el diseño versátil (Shott 1986; Nelson 1991). El primero contempla aquellos artefactos a los que puede cambiarse su forma para alcanzar demandas multifuncionales, mientras en el diseño versátil se mantiene una forma generalizada para

Los fundamentos de este procedimiento estan expuestos en diversos pasajes de la obra de Binford, como cuando plantea que “…los nexos entre lo que encontramos y las condiciones que dieron lugar a su producción sólo puede estudiarse a partir de pueblos actuales…” (1988:28). En relación con este punto puede adicionarse la crítica de que muchas conductas del pasado difícilmente pueden observarse en el presente, y tampoco podrían replicarse

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Enfoque teórico como arqueología experimental (Bate 1992a). No obstante Binford desarrolla su programa de observaciones para explicar procesos de formación de contextos a partir del estudio de “algunos pueblos situados en partes remotas del mundo moderno que aún no se han visto afectados por la revolución industrial y, por lo tanto, sus procesos están en pleno desarrollo (1988:33). Frente a este planteo Bate (1992a) señala que contiene una “asepsia sociocultural” que corresponde a una idealización y que las observaciones de Binford parecen haber sido bastante selectivas, limitandose arbitrariamente a las conductas y componentes estimados como primitivos y prescindiendo del contexto histórico, cuya consideración no puede obviarse al intentar responder a las preguntas de ¿qué significa?. Por otra parte el empleo de modelos basados sobre datos etnográficos resulta muy frágil puesto que siempre surgen nuevas evidencias procedentes de otros grupos que contradicen la información proporcionada por sus antecesores (Álvarez 2003). Como en el caso australiano donde Gould y Saggers (1985) registran traslados específicos para la obtención de materias primas, evidencia que les permite discutir el modelo propuesto por Binford (1979) de aprovisionamiento integrado o “embedded”, ampliamente utilizado en el ámbito de las investigaciones arqueológicas.

Esto expone que la mayoría de las veces la rigidez de estos modelos se da por tierra al constatar la realidad (Álvarez 2003). La imprecisión de estos conceptos generó un escepticismo creciente sobre su validez y aplicabilidad (Odell 1996), incluso llevó a distintos autores a abandonar el término de conservación y reemplazarlo por “términos descriptivos más precisos”, que evitaran la ambigüedad del concepto (Hayden et al. 1996). Los modelos comentados tienen en cuenta la inversión de tiempo en las actividades productivas. Si bien resulta valisosa su consideración, esta propuesta tal como se presenta en los trabajos de Torrence (1983, 1989) contempla en general sólo el tiempo vinculado con las actividades de subsistencia o las armas destinadas a la captura de presas. De esta manera queda excluido del análisis el tiempo invertido en la manufactura de las armas o los utensilios destinados al procesamiento de los recursos, así como todas aquellas actividades fuera de la esfera de obtención de recursos alimenticios. Frente a esta inconsistencia Álvarez (2003) propone que es necesario considerar la inversión del tiempo en la transformación y en el uso de todos los artefactos líticos. Este constituye un elemento de consumo inseparable de las esferas de producción de una sociedad, cuya organización permite incrementar la productividad de las actividades técnicas. Por lo tanto, el análisis de las modalidades de consumo del tiempo cumple un rol esencial en la definición de las estrategias tecnológicas.

Otro aspecto cuestionable a los modelos es que consideran que la simple presencia, en el ambiente, de un recurso como las rocas constituye una condición suficiente para su explotación, v.g. “para que puedan realizarse estrategias expeditivas es necesario que haya materia prima disponible” (Nelson 1991). Álvarez (2003) propone que esto no es así y sostiene que considerar a la tecnología como respuesta inevitable a constreñimientos inmutables niega la dinámica inherente a los fenómenos ambientales, el rol de los organismos en su modificación, incluso las decisiones sociales. En ese sentido señala como ejemplo que la disponibilidad de arcillas en el norte de Patagonia estuvo presente antes que la ocupación de los primeros grupos y sin embargo varios siglos después fue considerada como un recurso y empleada para la producción alfarera. Esto significa que los conocimientos específicos que una sociedad tenga de su ambiente y el dominio tecnológico que tenga para explotarlo desempeñan un rol activo en las estrategias de obtención y transformación de recursos.

Desde la perspectiva propuesta por Álvarez (2003, 2009a) y Álvarez y otros (2010) el análisis del diseño sin un estudio del contexto de uso implica atomizar la dinámica inherente a la tecnología lítica y su rol en la continuidad social. El simple análisis de las propiedades estructurales de los artefactos no basta para explicar y entender la dinámica de la esfera de producción tecnológica (Ingold 1997; Álvarez 2009a; Castro et.al. 2013; Cueto 2013). El planteo de una dicotomía estilofunción reproduce la separación entre materia e idea, forma de razonamiento que conduce a descontextualizar y deshistorizar a los objetos culturales (Pfaffenberger 1992). En contraposición a esa forma de razonamiento se ha propuesto que los requisitos o las circunstancias de utilización de cada clase de instrumento condicionan al menos en parte las modalidades de producción (Perles 1991; Bate 1992b). Estas no solo tienen un correlato en la forma del instrumento a nivel individual sino también sobre el conjunto (Nelson 1991). Otros investiadores consideran que la principal fuente del cambio tecnológico reside en el campo funcional, el que a su vez responde a modificaciones en el modo de vida y en la organización social (Schiffer y Skibo 1987:598). Dichos cambios se traducen algunas veces en la aplicación de formas existentes a usos distintos y otras requieren la manufactura de nuevos productos.

Según como estan formulados los diseños es posible, a nivel teórico, hallar distinciones entre estos. Sin embargo Bousman (1993, 2005) propuso que dentro del diseño de cualquier artefacto individual, los objetivos de diseño de las estrategias no son exclusivos. En consecuencia resulta improbable hallar instrumentos que reunan todas las características que contempla la definición de una estrategia. Otro aspecto importante que subyace a estas propuestas y que fue bien señalado por Hayden et al. (1996) es la vaga definición de unidades analíticas operativas para poder confrontar estas propuestas con la evidencia arqueológica disponible. En general, estos conceptos aluden a referentes difusos: instrumentos, conjuntos líticos o atributos específicos de los artefactos.

En lo que respecta al diseño de los instrumentos líticos, un aspecto fundamental es la vinculación entre variables tecno-morfológicas y funcionales a las que fueron

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras destinados los artefactos líticos (sensu Aschero 1988). Su análisis es esencial como vía teórico-metodológica para acercarse a una comprensión más profunda de la tecnología que implementaron las sociedades en el pasado. El problema básico consiste en determinar cuáles son las características de perfomance (sensu Schiffer y Skibo 1987) que inciden en la utilidad del artefacto para desempeñar una tarea determinada. El concepto de performance vincula caracteristicas de forma de los objetos y/o los bordes activos (v.g. ángulo, longitud y delineación) con el desempeño o las capacidades comportamentales de los objetos. En línea con la propuesta de Álvarez (2003, 2004, 2009a) el análisis debe orientarse a determinar qué caracteres inciden directamente sobre la eficacia2 del utensilio en el desarrollo de una tarea y si estos presentan mayor o menor estandarización. De acuerdo a las expectativas generadas a partir de estudios experimentales y etnográficos, las variables morfométricas que influirían sobre la actividad realizada por un instrumento son las que se vinculan con el filo, las características dimensionales de la pieza y la materia prima. En consecuencia Álvarez (2003) propone examinar un conjunto destacado de características de performance en los distintos grupos tecno-morfológicos, que incluyen la forma del borde, el ángulo del filo, el tipo de filo (natural/retocado), el largo del filo, la cantidad de bordes retocados por pieza, la materia prima, el tipo de soporte, el tamaño y el módulo de espesor. El análisis de estas relaciones permite discutir la integridad forma-función en las clasificaciones tecno-morfológicas habituales y evaluar finalmente las distintas elecciones realizadas por los artesanos en la producción de artefactos. Además el estudio del rango de variación de las variables morfométricas dentro de cada uno de los grupos tecnomorfológicos que componen el conjunto instrumental posibilita determinar el grado de estandarización en el diseño tanto a nivel intergrupo como intragrupo. Se considera que la estandarización en el diseño de un utensilio covaríe positivamente con su especificidad funcional. Cuanto más específica es la tarea en la que un instrumento es utilizado es esperable que su morfología se ajuste a los requerimientos de perfomance a fin de lograr una mayor efectividad en los resultados buscados. En cambio, para los instrumentos versátiles o multifuncionales con los cuales se espera cumplir tareas múltiples a expensas de la eficiencia de uso, las exigencias sobre las habilidades cognitivo-motrices y los procedimientos de manufactura son menores, y por lo tanto esos instrumentos admiten una mayor variabilidad morfológica. Por su parte la especialización productiva se refiere a la división social del trabajo y no a la existencia de artefactos con un uso específico. Un instrumento especializado es aquel que presenta una forma estandarizada y una acentuada diferencia morfológica con otros utensilios (Orquera 1984:79). Aunque la estandarización funcional de un artefacto está vinculada

con la especialización, no requiere necesariamente un marcado reparto de las tareas entre los distintos individuos de una sociedad (Álvarez 2003).

2 Entendida como la “capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera.” según Real Academia Española (Del lat. efficacia). http://www.rae.es/

1987. Investigaciones arqueológicas en el área de La Martita, Dto. de Magallanes, pcia. de Santa Cruz.

Otro aspecto destacable en el estudio de las estrategias tecnológicas comprende el examen de la cantidad de trabajo invertido en las diversas actividades productivas (manufactura de bienes y artefactos, explotación de recursos alimenticios, entre otros). Los trabajos pioneros en la cuantificación de la labor invertida en la obtención de los recursos básicos de la subsistencia se enmarcan en la ecología cultural (Lee 1969; Sahlins 1974), secundados por las investigaciones desarrolladas en el ámbito de la ecología comportamental como el modelo de amplitud de la dieta (Smith 1983; Kelly 1995; Bettinger 2000) que miden los costos de adquisición de los recursos en función del tiempo empleado en su localización, el tiempo de obtención y/o procesamiento del recurso y su relación con el retorno energético que le brinda en función de las calorías. Según la perspectiva propuesta por Álvarez (2003) el trabajo se define como la capacidad humana de transformar la materia, es un factor inseparable de la esfera de producción tecnológica y por lo tanto ineludible del análisis vinculado con su organización. Constituye la medida objetiva del valor de los productos sociales (Gassiot 2000). En este sentido el trabajo invertido en la elaboración de un producto pude cuantificarse en unidades de tiempo, en cantidad y calidad de los instrumentos participantes en los procesos de transformación (mensurables también a partir del trabajo acumulado en cada uno de los medios de producción participantes), cantidad de personas necesarias para su desarrollo y grado de conocimiento y habilidades cognitivo-motrices puestas en marcha para su obtención. En relacion con esta evaluacion la arqueología experimental y la etnoarqueología juegan un rol importante en la delimitación de las alternativas técnicas utilizadas en la manufactura de un utensilio. Poder abordar la intensidad o el grado de trabajo desde el registro arqueológico se requiere el empleo de unidades operativas que posibiliten su identificación y medición a partir de los productos resultantes del trabajo humano. A su vez resulta sumamente interesante examinar las modificaciones a lo largo del tiempo entre la inversión laboral en la manufactura de artefactos y sus utilidades (Álvarez 2003). 2.5 Bibliografía Aguerre, A. 1982. Informe preliminar de las excavaciones en la Cueva 4 de La Martita - Departamento de Magallanes- Pcia. de Santa Cruz. Mecanografiado Comunicación presentada al VII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. San Luis.

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Enfoque teórico Primeras Jornadas de Arqueología de la Patagonia Serie Humanidades 2: 11-16.

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aproximación óptica no sólo es complementaria sino imprescindible para la comprensión de la funcionalidad del artefacto y del equipo de herramientas y útiles de un conjunto (Jensen 1988; Gonzalez y Estevez 1994; Castro 1996; Clemente 1997).

Capítulo 3. Procedimientos metodológicos En este apartado se procura exponer los procedimientos metodológicos seguidos en esta investigación, los criterios que se tuvieron en cuenta en su confección y la terminología empleada para describir los distintos indicadores -rastros de uso y caracteres tecnomorfológicos- observados en el material experimental y arqueológico.

El empleo de cada instrumental esta acotado por sus propiedades ópticas específicas y por las características y procesos de formación de las huellas de uso que buscamos analizar. En nuestro caso, hemos utilizado, una Lupa Binocular (10X a 90X) y un microscopio metalográfico UNION ME-D (1), de campo claro y oscuro, con objetivos de larga distancia (75X-300X).

Se presenta la metodología utilizada con el propósito de permitir al lector una visión más clara del tipo de trabajo realizado y de los resultados obtenidos. Estos procedimientos permitirán el abordaje de la información empírica y la validación de los pasos seguidos en la adquisición de conocimientos. Por lo tanto es imprescindible puntualizar cuáles son las variables que considero significativas e influyentes con respecto a la formación de los rastros de uso, entre otros indicadores.

El microscopio metalográfico. Propiedades. El microscopio posee una serie de rasgos fundamentales a nivel teórico que permiten comprender los principios en los cuales se basan las técnicas de microscopia. Para esta breve intervención, evitaré en la medida de lo posible, las fórmulas matemáticas en favor de las explicaciones concretas o representaciones gráficas, puesto que suelen entenderse con más facilidad y retenerse mejor en la memoria. En definitiva se busca captar el interés de quienes desanden esta lectura, a favor del cautivante camino del estudio de los procesos de trabajo y explotación de recursos por medio del análisis funcional de herramientas prehistóricas.

Aunque las cuestiones metodológicas expuestas en esta sección se hallen separadas de los aspectos teóricos, está claro que es en relación donde ambas cobran sentido. La metodología está influida desde el primer momento por un cuerpo teórico definido. “Los experimentos siempre han estado indisolublemente unidos a la teoría pues son creados por ésta” (Fedoséev et al. 1978: 248). La metodología que hemos adoptado para el estudio de la funcionalidad de los artefactos líticos corresponde al análisis funcional de base microscópica con características propias de las propuestas de Semenov (1981), Mansur (1983), Castro (1994) y Álvarez (2003). El examen de los materiales experimentales y arqueológicos, se efectuó según tres niveles de aproximación óptica, donde se combina el análisis macroscópico, el uso de lupa binocular y de microscopio metalográfico (Mansur 1983; Castro 1994).

El sistema de lentes de un microscopio opera de manera determinada que produce una imagen aumentada a partir de una muestra diminuta. En el esquema del microscopio tradicional (ver Figura 1 en Leica 2000) puede verse que la función del objetivo es comparable a la de una pequeña lente de proyección. Sin embargo, en vez de proyectar la imagen en una pantalla, proyecta la imagen primaria aumentada del objeto hacia arriba, cerca del extremo superior del tubo del microscopio. De este modo la imagen primaria se forma en el aire y por lo tanto se denomina "imagen aérea”. Esta imagen podría visualizarse si se retirara el ocular y se instalara una pequeña pantalla translúcida en el plano de la imagen aérea. En la realidad, no utilizamos una pantalla sino que visualizamos esta imagen a través del ocular, que funciona prácticamente como una lupa, con la diferencia principal de que aumenta una imagen aérea en vez de un objeto real.

La replicación actualística de herramientas y la generación de colecciones de referencia con artefactos de roca utilizados en distintas acciones nos brinda información de base acerca de cuáles son los caracteres diagnósticos de las huellas de utilización (macro y microscópicas). Dichos caracteres nos permiten interpretar qué sustancia se explotó y cómo fueron realizadas las operaciones de trabajo por parte del hombre en el pasado.

La imagen final se forma en la retina del ojo, pero el ojo la percibe como si estuviera en el plano de la imagen virtual, situado cerca del pie del diagrama. Esta última imagen se llama 'imagen virtual' ya que los rayos de luz no provienen en realidad de esta imagen, tan sólo parece que se originan allí. Las líneas trazadas hacia ambos extremos de la imagen virtual están punteadas para indicar que no se trata de verdaderos rayos de luz, sino sólo de extensiones de los rayos reales (Roca y Corominas 1998; Leica 2000).

3.1 Acerca del instrumental óptico empleado El estudio de las huellas de uso requiere el empleo de distintos instrumentos ópticos. Para el examen que nos hemos propuesto desarrollamos una aproximación convencional que combina altos y bajos aumentos (para ahondar en los fundamentos de estos últimos Ver Antecedentes), empleada tanto a nivel nacional e internacional (Keeley 1980; Anderson 1995; Clemente 1997; Mansur 1997; Álvarez 2003; Dubreuil 2004; Lemorini et al. 2006). Como muchos otros analistas consideramos que restringirse exclusivamente al uso de uno u otro tipo de instrumental óptico (lupa y microscopio) puede llevarnos a perder datos. La información que podemos extraer de las huellas observables en cada uno de los niveles de

Los rayos verdaderos están dibujados con trazo continuo entre el ocular y el punto focal. El trazar líneas punteadas ayuda a clarificar el hecho de que éstas son extensiones de rayos reales. El aumento total del microscopio se produce en dos pasos. El inicial por medio del objetivo y el secundario por el ocular. El aumento total es el producto matemático de

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Procedimientos metodológicos ambos. Trabajando con un objetivo de 10X y un ocular de 10X, el aumento total es el producto de ambos, o sea 100X.

imagen que nos proporciona el instrumento a partir de objetos pequeños y próximos (Roca y Corominas 1998).

Las propiedades ópticas relevantes del microscopio corresponden a la resolución, la profundidad de campo y la orientación del haz de luz.

La óptica de la lupa binocular se caracteriza por producir una imagen estereoscópica con volumen (a diferencia del microscopio metalográfico), que resulta muy apropiada para el examen de rastros macroscópicos (cicatrices – también llamadas microcicatrices-, redondeamiento del filo, machacaduras, agrietamientos y estrías).

En un microscopio no hay un límite máximo de aumentos, sino un límite en cuanto a los aumentos útiles. En este sentido la limitación fundamental no consiste en el aumento sino en el poder de resolución, o sea, la capacidad del microscopio de visualizar los detalles más finos del objeto. Una vez que el objeto se ha aumentado hasta el punto que la imagen se vuelve borrosa, aumentar el objeto aún más producirá, debido al límite del poder de resolución, una imagen de mayor tamaño, pero también más borrosa y sin visualización de más detalles.

El límite impuesto por las lupas al microanálisis se encuentra en el restringido poder resolutivo de estos aparatos, con aumentos que oscilan entre 5X y 160X. Pero la posibilidad de observar imágenes tridimensionales de los objetos (a partir de imágenes procedentes de ángulos sensiblemente distintos) permite distinguir cambios que se producen a nivel de la superficie, gracias a su considerable profundidad de campo, como rayas, estrías, melladuras, roturas y comparar las porciones desgastadas con las no usadas (Semenov 1981; Roca y Corominas 1998; Álvarez 2003). Se requiere que los lentes objetivo estén juntos para que la divergencia de los dos haces de luz se mantenga próxima al ángulo de convergencia natural de la vista. De lo contrario se observarían dos aspectos diferentes del objeto y no podríamos conformar una verdadera visión tridimensional. La profundidad de campo, por su parte, debe ser lo suficientemente amplia como para permitir la formación de una tercera dimensión de la imagen, lo que genera una pérdida de resolución.

La resolución consiste en la capacidad de registrar detalles pequeños y se define como la distancia mínima entre dos puntos de la muestra que pueden ser distinguidos como entidades separadas. Esta propiedad depende del diseño del objetivo y se expresa por su apertura numérica (A.N.). Un objetivo capaz de aprovechar un gran cono angular de luz procedente de la muestra, tendrá mejor poder de resolución que un objetivo limitado a un cono de luz más pequeño –ver Figura 2 en Leica 2000- (Union Optical Company 1987; Leica 2000; Álvarez 2003). La segunda de las propiedades ópticas destacadas denominada profundidad de campo, corresponde a la distancia axial en la que se desplaza el instrumento en relación al objeto, y a partir de la cual se obtienen imágenes aceptables. Esta propiedad aumenta de manera inversa a la apertura numérica del objetivo (Roca y Corominas 1998; Álvarez 2003). Por su parte la orientación del haz de luz esta relacionada con la formación y resolución de la imagen. Para aprovechar un objetivo al máximo, la lente condensadora tiene que ser capaz de producir un haz luminoso del mayor tamaño que el objetivo sea capaz de captar (Leica 2000). En su recorrido la luz se refleja en la muestra e ingresa al objetivo como un cono invertido: “cuanto mayor es el ángulo de los haces que forman la imagen mejor es la resolución obtenida. Por lo tanto sólo cuando los rayos de luz de órdenes más altos se recombinan, la imagen representa la topografía real de la muestra.” (Álvarez 2003:152).

La microfotografía El desarrollo de la disciplina arqueológica se ha caracterizado por la necesidad y el ejercicio de la documentación gráfica (Petrie 1907; Trigger 1992; Roskams 2003) tanto de los yacimientos, de los materiales, como de los hechos y de las observaciones realizadas. Para el estudio de las huellas de uso de las herramientas y útiles de roca se utiliza la macro y microfotografía (Tringham et al. 1974; Anderson 1981; Semenov 1981; Castro 1994; Clemente 1997). Esta última se ha empleado mediante cámaras fotográficas de tipo réflex de 35mm con adaptadores al instrumental óptico con aumentos (lupa o microscopio), o mediante otros sistemas fotográficos incorporados al microscopio (v.g. cámaras digitales para microscopios), como evidencian los trabajos de Semenov (1964), Grace (1989), Castro (1994), Álvarez (2003) y Cueto y Frank (2008-2010). La microfotografía ha desarrollado su propia metodología (posicionamiento del objeto a fotografiar, tomas desde distintos ángulos) y su técnica (iluminación, exposición, revelado, etc.) como procedimiento de la documentación de la evidencia. Sin embargo el registro de las huellas de uso ha presentado dificultades como permitir un menor límite de aumentos que la fotografía de objetos planos, o el impedimento de obtener en una captura el área deseada (con huellas) en foco, sin contar que la calidad de las tomas no siempre responde a todas las exigencias. No obstante estos obstáculos pueden ser superados por la

La lupa binocular. Propiedades El instrumental conocido como lupa binocular o estereomicroscopio constituye la primer tecnología implementada en el análisis de la superficie de los objetos de roca antiguos con el propósito de hallar las huellas generadas por los diferentes trabajos realizados por hombres y mujeres (ver Capítulo cuatro. Antecedentes de investigación). Se dice que la lupa es un instrumento subjetivo, ya que el ojo observa directamente, pero de manera aumentada, la

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras propia práctica del analista y la incorporación de equipamiento moderno.

diferencias detectadas en la miscrosuperficie de las piezas luego de cada etapa de su desarrollo (las piezas se analizaron cada intervalos constantes de tiempo: inicialmente de 5 min., luego de 15 min) durante el uso. Este criterio se basa en la dificultad que implica distinguir las microhuellas (y su desarrollo) vinculadas a una cinemática de trabajo particular, incluso de procesos ajenos al uso. Luego este conjunto de imágenes se utilizo para el análisis de las distintas herramientas y el establecimiento de patrones de desgaste vinculados al procesamiento de sustancias particulares (v.g. madera y piel) y modos de operar las herramientas (ej. ángulo de trabajo, dirección de movimiento del filo, presión ejercida). Ocurre que hay relaciones huella/cinemática muy difíciles de determinar en las primeras etapas del aprendizaje, mas allá de lo sistemático y controlado que se haya realizado el experimento de uso. Incluso hay relaciones más tenues que con la experiencia adquirida en el análisis al microscopio pueden volverse evidentes (la longitud de las estrías, sus diferentes orientaciones, entre otras).

Los desarrollos tecnológicos recientes nos permiten contar con un moderno instrumental de fijación y documentación de las observaciones que se realizan sobre artefactos experimentales o de origen arqueológico. Utilizamos una cámara de foto y videomicroscopía MOTIC Modelo 352 / 2.03, con una resolución de imagen de 2 megapixeles, incorporada por medio de adaptadores a lupa y microscopio (Cueto 2008; Cueto y Frank 20082010; 2009). Esta nueva tecnología de carácter digital, utilizada hoy en día en diversas ramas de la ciencia (medicina, ingeniería, biología) posibilita la captura de imagen y video, además de la visualización en tiempo real en el monitor de una computadora personal que opere con el programa adecuado (en mi caso empleo el Motic Image Plus 2.0) y esté conectada a la cámara. Estas cámaras presentan como ventaja la posibilidad de obtener una cantidad innumerable de tomas (de un mismo sector, en distinto ángulo y con diversos puntos en foco) en un plazo corto de tiempo, la visualización y procesamiento inmediato, el almacenamiento informático como medio de archivo (a largo plazo, ventajas del recurso en relación a la copia papel), frente a la mayor inversión de tiempo y recursos que requieren las tradicionales fotografías, de excelente calidad, tomadas con cámaras reflex.

Durante el trabajo de investigación hemos utilizado exhaustivamente el registro fotográfico en la etapa experimental y en la etapa de análisis de material arqueológico. Además de la cámara MOTIC para microfotografía, se utilizó una cámara digital compacta Olympus Modelo X-775 con 7,1 megapixeles para el registro macroscópico.

A partir de las capturas digitales se puede aumentar la nitidez (o precisión) de una imagen combinando varias tomas desde distintos planos (ángulos). Este recurso puede implementarse con el manejo de la potente herramienta de ensamble de imágenes del programa que controla la cámara Motic Image Plus ML v.2.0 (MIP), o el empleo de otros como Adobe Photoshop CS5, CombineZP4, Hugin y Autopano Pro. De este modo se logra destacar una cantidad de detalles que con frecuencia no son posibles de descubrir en una sola toma digital o de película.

Cada instancia del proceso de registro gráfico que se realizó y se expone a continuación es el resultado de una aproximación sistemática al registro, y no una respuesta puramente intuitiva o aislada. Durante la etapa experimental se tomó registro previo a su modificación, en formato de Bloque, Nódulo y Núcleo, de las materias primas líticas con las que se elaboró la colección de artefactos de referencia (raspador, raedera, lascas retocadas, entre otras), las herramientas con las que se fabricaron las piezas (percutores y retocadores de roca, hueso, hasta y madera), asimismo se registraron las medidas de los recursos naturales (piel, carne, madera, hueso) usados como soporte durante el trabajo con las herramientas (ver Capítulo cinco. Experimentaciones de uso con artefactos líticos).

El software que controla la cámara, MIP, permite realizar múltiples ajustes durante el proceso de captura y edición de imágenes. Entre las prestaciones destacadas se encuentra la configuración manual de la ganancia y la exposición de luz, la corrección del color, la selección de áreas sobre la imagen observada, la toma de medidas con distintas escalas en diversas unidades (micrones, micras, milímetros), así como realizar vistas previas, entre muchas otras (Motic 2001/2004.; 2003/2005).

El recurso fotográfico y fílmico fue utilizado para documentar las instancias de trabajo experimental, desde la colecta de los materiales, la elaboración de los

Para el registro de las microhuellas de uso durante el periodo de aprendizaje como analista, que incluyó el análisis de la colección de referencia propia y de colecciones de referencia pertenecientes a otros investigadores5, se siguió el criterio de fotografiar las

pertenecientes a la colección de referencia de la Dra. Alicia S. Castro. Asimismo tuve el privilegio de compartir una estancia de trabajo de un mes, en 2008, junto a la Dra. Myrian Álvarez en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC/CONICET), Ushuaia. En esa oportunidad cumplí un plan de trabajo de análisis de piezas experimentales pertenecientes a las colecciones de referencia de la Dra. Álvarez y la Dra. M. Estela Mansur. Asimismo se analizaron artefactos arqueológicos de sitios del Canal de Beagle (Túnel I y Mischiuen I), y de sitios de la Meseta central de Santa Cruz (Los Toldos Cueva 3 y Cerro Tres Tetas 1). También tuve oportunidad de intercambiar ricas experiencias en torno al análisis de huellas de uso con el Lic. Hernán De Angelis, la Dra. M. Estela Mansur y la Profesional Técnica de CONICET Adriana Lasa.

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En algunos casos se utilizó una cámara réflex digital 35mm marca Nikon modelo D-90 con 10 megapixeles de calidad perteneciente a Laboratorio de Fotografía del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. 4 Software libre (Creative Commons), de descarga gratuita. http://www.hadleyweb.pwp.blueyonder.co.uk/CZP/Installation.htm 5 Junto a los primeros análisis de piezas experimentales propias, y como parte del proceso pedagógico en la materia pude analizar piezas

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Procedimientos metodológicos artefactos, las actividades de trabajo realizadas con los mismos, como el procesamiento y análisis de las piezas.

Para sujetar y posicionar los artefactos en el porta objetos del microscopio utilicé una masa adhesiva (UHU patafix) que posee menos grasa que la plastilina común, y sus residuos pueden removerse con el alcohol mencionado.

En todos los casos ya sea en campo como en laboratorio se utilizaron distintos instrumentos para calibrar la medida de las muestras. Las materias primas colectadas in situ se midieron con cinta métrica y escalas graduadas, la medida de las piezas previa y posteriormente al uso se tomaron con calibre de acero y digital para el ingreso a la base de datos, y se usaron escalas graduadas para microscopía en diversas unidades de longitud. Por otra parte la medida del ángulo de filos y bordes activos se levantó utilizando un goniómetro de acero, siguiendo el método expuesto en el subtítulo clasificación morfológica.

El uso de reactivos químicos para remover residuos ha sido propuesto por algunos investigadores como Mansur (1986) quien ha sugerido el empleo de hidróxido de sodio (Na OH) y agua oxigenada (H2 O2); también se ha sugerido el uso de ácido clorhídrico (HCl), gasolina para mecheros, acetona y agua oxigenada caliente (H2O2) esta última para residuos orgánicos (Keeley 1980; Anderson 1981; Mansur 1983; Plisson 1985; Clemente 1997; Álvarez 2003) y de ácido acético (CH3 CO2 H) en soluciones con agua. También se ha propuesto que la inmersión de las piezas en estas sustancias debe realizarse por intervalos de tiempo controlados, puesto que los micropulidos pueden llegar a sufrir alteraciones de diversa índole y en algunos casos pueden desaparecer (Plisson 1985).

3.2 Preparación de la superficie de los artefactos para el análisis de microhuellas En primera instancia las muestras experimentales y arqueológicas fueron observadas sin aplicar tratamientos de limpieza con el propósito de detectar posibles residuos orgánicos adheridos a los filos u otras porciones del artefacto. No obstante el análisis funcional comprende un procedimiento metodológico que implica la limpieza de las superficies de los artefactos líticos, para remover sustancias orgánicas e inorgánicas que puedan obstaculizar la identificación de las huellas de uso, antes de efectuar nuevas observaciones y durante las mismas.

3.3 El análisis funcional de base microscópica de artefactos líticos En esta sección se detallan y justifican los procedimientos seguidos para estudiar la problemática central de mi trabajo de investigación, la funcionalidad que le dieron los primeros pobladores a los artefactos de roca de cuatro sitios de la Localidad Arqueológica La María y sus implicancias en la organización de la tecnología lítica.

Según el tipo y la cantidad de residuos presentes en los artefactos empleé distintos procedimientos de limpieza sobre el material lítico. En principio realicé lavados en una solución de agua y jabón neutro (no graso), que es eficaz para remover los depósitos orgánicos (Álvarez 2003; Leipus 2006); en caso que persistieran residuos utilicé baños de inmersión en una solución de Hidróxido de sodio (NaOH) al 20 por ciento durante 15 min. para remover residuos orgánicos -grasa y residuos vegetales-, y baños en una solución de Ácido clorhídrico (HCl) al 10 por ciento6 durante 15 min. para remover residuos inorgánicos –sedimento, carbonatos- (Keeley 1980; Castro 1994). Luego de realizar alguno de estos dos últimos lavados, realicé el enjuague de las piezas con agua destilada. Estos tratamientos fueron necesarios en el caso de artefactos experimentales que se usaron sobre pieles, huesos y maderas frescas, ya que formaron capas de residuos o pátinas que impidieron ver la superficie original de la roca (Cueto 2012).

La metodología de análisis funcional de base microscópica7 por medio de la búsqueda y examen de huellas de utilización en los artefactos que llevo a cabo en esta obra, se basa principalmente en las propuestas realizadas por el investigador Sergei Semenov (1981), y las doctoras Mansur (1983), Castro (1994) y Álvarez (2003). Sobre esa base se han empleado además, criterios y experiencias alcanzados y discutidos por otros investigadores (Keeley 1980; Vila 1987; Clemente 1997; Álvarez 2000/2002; Gibaja 2002; Briz 2004; Clemente y Pijoan 2005; Rots 2010). El estudio pormenorizado de los rastros de uso macro y microscópicos consiste en la aplicación de métodos de observación a partir del supuesto de que determinadas sustancias producen rastros específicos en el instrumental de roca cuando entran en contacto por actividades laborales (Hayden 1979; Keeley 1980; Semenov 1981). El desarrollo de la metodología del análisis funcional orientada a la identificación de las microalteraciones de uso, más allá de registrar intentos por acotar y agilizar los procedimientos (Tringham et al. 1974; Odell 1981; Phillips 1988), o aplicar nuevas técnicas analíticas (Grace 1989; Barceló et al. 2000; Toselli et al. 2002; Evans and Donahue 2008), continúa basándose principalmente en el

Durante el análisis con instrumental óptico y manipulación de los artefactos realicé la limpieza de los bordes, filos y superficies con alcohol etílico al 96°, para remover la grasitud adherida que puede enmascarar las huellas de uso.

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Para la manipulación y preparación de las soluciones de NaOH al 20 % y HCl al 10 % conté con la asistencia del personal del Laboratorio de Tritio y Radiocarbono (LATYR) del Museo de Ciencia Naturales (UNLP). Ambas soluciones se efectuaron con agua destilada.

Esta aproximación analítica a su vez ha recibido según las tradiciones académicas denominaciones como Traceología, e icneología. Consideramos que tal como concebimos el método, éste trasciende el estudio en sí mismo de las trazas -huellas de uso- (Clemente 1995).

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras método traceológico formulado por Semenov (1981) para más detalles sobre el desarrollo del Método ver Capítulo cuatro. Antecedentes de Investigación-. No obstante, si bien se produjeron actualizaciones y cambios de este procedimiento a nivel técnico, constituye en la actualidad el modo de aproximación empírica y cualitativa mayormente utilizado a la hora de estimar los usos realizados con los artefactos líticos y las actividades productivas a nivel arqueológico (Castro et al. 2013).

caso emplearé una lupa binocular con aumentos entre 10X y 90X (Cueto 2012). Si bien su empleo no permite definir la sustancia, facilita una aproximación a ciertos componentes de la cinemática (dirección de movimiento, ángulo de trabajo) y en algunos casos es sólo la única opción de análisis, de manera que permite marcar tendencias funcionales (Castro 1996). Consideraciones acerca de los indicadores de uso y sus atributos

Niveles de aproximación óptica Para poder identificar las funciones que cumplieron los artefactos originales, estimar los modos de manipularlos y/o generar otras inferencias sociales a nivel tecnológico y económico, es necesario haber realizado las dos etapas, experimental y analítica, que integran el análisis funcional de base microscópica. La primera contiene a su vez dos instancias de aproximación, diagnóstica y relacional, y la segunda corresponde al análisis e interpretación que se realiza de manera directa sobre el material arqueológico, en base a la experiencia adquirida en el estudio de colecciones experimentales.

En cada una de las etapas del análisis funcional experimental y analítica- la combinación del exámen óptico macro (ojo desnudo) y microscópico (lupa binocular y microscopio metalográfico) constituye un paso fundamental. Este procedimiento ha sido expuesto en distintas investigaciones donde se articulan los tres niveles de análisis (Mansur 1986-1990; Castro 1987/88, 1994, 1996; Paunero y Castro 2001; Gibaja 2002; Cueto et al. 2012; Cueto 2012). La aplicación consecutiva y combinada de estos niveles redunda en el examen exhaustivo de indicadores de uso, la contrastación de los resultados de cada nivel y la superación de las limitantes materiales (principalmente tipo de materia prima, tamaño de la muestra y tamaño de los artefactos).

Para el desarrollo del análisis durante la etapa experimental y analítica, que consiste en la observación, descripción y caracterización de las macro y microhuellas de uso (indicadores de función), me baso en una selección de atributos establecidos por Mansur (1983) Castro (1994) y Álvarez (2003), y la elaboración propia de códigos y planillas de registro.

El examen a ojo desnudo o primer nivel, nos enfrenta de manera macroscópica con el objeto y no más allá de él con las variables intrínsecas de la talla, el uso y procesos postdepositacionales. En esta instancia la experiencia del analista y la información del contexto –e.g. posición y distribución de los artefactos en el sitio, otros materiales asociados, factores tafonómicos- juegan un rol fundamental. Puede permitirnos discriminar la incidencia de procesos (talla, pisoteo, alteración o tratamiento térmico, lustre de suelo, lixiviación, entre otros) que intervinieron en la formación del resto y del sitio (Schiffer 1972; Burroni et al. 2002; Howard 2002; Borrazzo 2004; Cueto y Frank 2008; Frank 2011) para entender la morfología, la presencia de alteraciones por uso u otros estigmas, y el aspecto del artefacto.

Las alteraciones de tipo funcional –indicadores- que pueden formarse por los distintos trabajos realizados con los artefactos, a nivel del filo, borde, o superficie, pueden agruparse según el instrumental óptico requerido para su identificación. Las huellas detectables con microscopio metalográfico, con aumentos que oscilan entre 75X 500X, alcanzan micropulidos y estrías: 1. Micropulido: comprende alteraciones de la microsuperficie de la roca, específicas para cada tipo de sustancia, que reflejan la luz incidente de modo diferente a aquellas zonas no utilizadas. Con esta definición coinciden numerosos investigadores (Keeley 1980; Anderson 1981; Mansur 1983). En este trabajo se los define por las siguientes características o atributos: brillo, regularidad, espesor, distribución, extensión, micropulido en negativo, micropulido en arista, rasgos superficiales, y grado de desarrollo.

El análisis de los artefactos a Altos aumentos corresponde a la aproximación que definiera el método (Semenov 1964; Keeley 1980; Vaughan 1981; Plisson 1985; Vila 1987). Concierne al nivel denominado diagnóstico porque permite la observación y descripción de los micropulidos de uso y las micro estrías, dos variables características de sustancia y cinemática (Mansur 1986-1990; Álvarez 2003). Este análisis se lleva a cabo con microscopio metalográfico, con aumentos en este caso entre 75X y 300X (Cueto 2012), en otros estudios se han empleado aumentos hasta de 500X (Álvarez 2003). La aplicación de los aumentos varia debido a las características de reflectividad de cada materia prima.

2. Estrías: corresponde a pequeñas surcos formados en las superficies que entraron en contacto con las sustancias procesadas durante el uso. Aparecen asociadas a las superficies alisadas. Son diagnósticas del movimiento de la pieza -transversal, longitudinal- (Semenov 1981). Las defino según las siguientes características: orientación, longitud, disposición.

Un examen intermedio corresponde al de bajos aumentos. Se refiere a la observación de los daños morfológicos de los filos y del cuerpo de la pieza, por lo que no es tan diagnóstico como el nivel anterior. En este

A nivel de lupa binocular se analizan las siguientes variables:

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Procedimientos metodológicos 1. Microcicatrices (cicatrices o esquirlamientos8): se trata de pequeños negativos de lascado que se producen en las caras adyacentes a la arista del filo como producto de las fuerzas y presiones que operan sobre el mismo durante el uso. A su vez influyen en su manifestación las características de la materia prima (fragilidad, dureza, granulometría), la morfología de la herramienta y del borde, el tipo y naturaleza de las sustancias trabajadas, la función de la herramienta y los gestos que intervienen en su utilización. Las definimos según: continuidad, morfología, regularidad, terminación, y dimensión, según Keeley (1980) y Álvarez (2003).

corte), este ha sido considerado como medida de la cantidad de trabajo realizada (Castro 1994). Para el desarrollo de este estudio sistematicé el conjunto de las variables de control y los atributos de los indicadores de uso en un Código de Experimentación. Este contiene las referencias que utilicé para registrar la información de los experimentos en la Planilla de referencia experimental (ver Figura 10 en Capítulo cinco), las referencias que use para volcar los resultados del análisis de la muestra original en la Planilla de análisis de conjuntos arqueológicos y para cargar las datos en las bases Excel.

2. Redondeamiento del filo: evidencia el desgaste por desprendimiento de materia y la modificación de la morfología del borde activo, se presenta asociado al micropulido. Carece de valor funcional diagnóstico independiente (Castro 1994). Se registra su presencia/ausencia.

Variables no modificables Este grupo comprende las variables de carácter constante, que el experimentador no puede cambiar. La materia prima que se emplea en la elaboración de los artefactos experimentales es una variable de este tipo. En el Capitulo 5 se ofrece una caracterización de las rocas utilizadas para conformar la Colección de referencia de este estudio.

Variables de control: no modificables y modificables Considero como variables de control, aquellos factores o procesos que más influyen en la formación de los rastros de uso y condicionan la experimentación. Las variables registradas en este estudio fueron seleccionadas a partir de las propuestas metodológicas formuladas por Mansur (1983) Castro (1994) y Álvarez (2003), asimismo se consideraron las experimentaciones propias (Cueto 2008, 2012; Cueto y Frank 2008, 2008-2010; Cueto et al. 2010a). Las variables fueron agrupadas según el criterio empleado por Gibaja (1994) y Clemente (1997) según variables no modificables y variables modificables. A su vez registré otras variables particulares de cada experimento, aunque no guardan relación directa con la formación de los rastros de uso. Estas se presentan en el Capítulo cinco. Experimentaciones de uso con artefactos líticos. Las variables no modificables comprenden aquellas que son constantes, inherentes a la materia y que el experimentador no puede cambiar (materia prima del artefacto y la sustancia trabajada), las variables modificables por su parte involucran aquellas que se pueden cambiar, dejar de lado o introducir en distintos momentos del experimento (acción realizada, ángulo de trabajo y del filo, presión y duración del trabajo, entre otras).

La composición y estructura mineralógica de las rocas juegan un papel importante en la formación y características ópticas diferenciales de los rastros de uso (Greiser and Sheets 1979; Vaughan 1985; Castro 1987/88; Mansur 1999). En consecuencia el procesamiento de una misma sustancia con artefactos manufacturados en distintas rocas, implican en cada caso una experimentación distinta. Es posible alterar las propiedades físicas de ciertas rocas incorporando variables como el tratamiento térmico y el daño térmico. Es importante considerar estas variables durante el análisis de los experimentos (Clemente 1995; Gibaja y Clemente 1997; Cueto y Frank 2008, 20082010; Frank 2011). Se ha podido comprobar que por su estructura y composición hay rocas que poseen mayor tendencia a la fractura: el cristal de roca, la obsidiana, el ópalo, el sílex de grano fino, entre otras. Mientras otras rocas se fracturan menos e incluso es rara la formación de microcicactrices o melladuras: sílex de grano grueso, cinerita, riolita, cuarcita, etc (Castro 1994; Clemente 1997; Reyes et al. 2008; Cueto 2012)

En este estudio he optado por no registrar algunas variables que fueran consideradas en su momento por otros investigadores, por no considerarlas determinantes en la formación de las huellas de uso. Estas comprenden el lugar de experimentación, que refiere a experiencias hechas en medio natural o en laboratorio (Castro 1994); la velocidad de la acción durante el experimento (Keeley 1980) y el número de golpes -o strokes- (Tringham et al. 1974; Odell 1978), que corresponde al intervalo mínimo de movimiento realizado durante un tipo de acción (alejar y acercar el cuchillo del operador durante el trabajo de

Se considera a la sustancia procesada (objeto de trabajo) como variable no modificable, en relación a que no puede transformarse su composición y estructura; esta definición no hace referencia a las modificaciones morfológicas. Se trata de una de las variables que más influyen en el tipo de huellas que se generan durante el trabajo. En relación directa a esta variable se registran otras como el estado, el tipo y la especie. En el Capítulo cinco se ofrece una caracterización de las sustancias utilizadas para conformar la Colección de referencia de este estudio.

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También se las denomina desconchados en la bibliografía española (González y Estevez 1994).

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras En cuanto a las sustancias puede variar el estado en que se encuentren, seco o fresco, aunque no se trata de características inherentes a la propia materia. Si durante el experimento se añade agua u otro elemento, la materia trabajada sigue siendo la misma (madera seca humedecida), solo se incorpora una variable modificante que cambia las condiciones del experimento.

orientación de desarrollo de los micropulidos. El tipo de acción corresponde a una variable compuesta que puede dividirse en variables menores, como la delineación y el ángulo del filo, la forma de aplicación de la fuerza, la clase de movimiento (comentada arriba), el tiempo de trabajo, el ángulo de trabajo y el tipo de prensión (Gonzalez y Estevez 1994; Cueto 2012).

Las características de la sustancia procesada que más se han relacionado con las huellas de uso han sido: la dureza, el grado de humedad, la flexibilidad, la elasticidad, entre otras (Castro 1994; Gonzalez y Estevez 1994; Clemente 1997). El grado de humedad influye notablemente en el desarrollo de las huellas de uso, principalmente en relación a la velocidad de formación del micropulido (Mansur 1983; Plisson 1985; Castro 1987/88). Otros autores han considerado influyente la textura de la superficie (Kamminga 1982), la estructura interna de las sustancias (Anderson 1981), y la cantidad de sílice presente en el sustrato procesado (Anderson 1981; Jensen 1994). Variables modificables Esta categoría agrupa las variables que pueden cambiar, introducirse o dejarse de lado durante el experimento, y que también influyen en la formación de las huellas de uso. La acción (o función) corresponde al tipo de trabajo realizado sobre una determinada sustancia, como por ejemplo raspar, cortar y percutir (Figura 1). Estas acciones se agrupan en tres clases de movimiento: transversal, longitudinal e incidente -respecto al filo(Figura 2). Entre las acciones transversales, alisar consiste en frotar una superficie con un artefacto que se desplaza en forma bidireccional y con un ángulo de trabajo agudo; raspar consiste en la modificación de una superficie con un artefacto que se desplaza en un ángulo mayor a 45°, y con frecuencia cercano a 90°; descortezar implica la remoción de materia de una superficie con un movimiento bidireccional del artefacto y con un ángulo de trabajo agudo.

FIGURA 1. ACCIONES DE TRABAJO QUE PUEDEN REALIZARSE CON LAS SUPERFICIES ACTIVAS DE LOS ARTEFACTOS.

Entre las acciones longitudinales, cortar consiste en insertar el filo de manera oblicua o perpendicular en la sustancia trabajada, ejerciendo un movimiento unidireccional o bidireccional. En general se aplica sobre sustancias blandas; aserrar consiste en insertar el filo de manera perpendicular a la sustancia trabajada, desplazando el artefacto de manera bidireccional. Se aplica generalmente a sustancias resistentes (Álvarez 2003). Entre las acciones incidentes, percutir y machacar consisten en golpear las sustancias con el filo o superficie en posición oblicua o perpendicular, mediante un movimiento unidireccional en línea recta o curva. La percusión se aplica principalmente sobre sustancias muy duras (rocas), y el machacado sobre sustancias duras hueso y madera- (Baena 1998; Cueto 2012). La diferencia entre estos se halla en la distribución de los rastros y en la

FIGURA 2. ESQUEMAS QUE ILUSTRAN LAS CLASES DE MOVIMIENTO. A. ACCIÓN TRANSVERSAL, B. ACCIÓN LONGITUDINAL. C. ACCIÓN INCIDENTE.

La delineación del filo hace referencia a la forma geométrica simple que inscribe el filo en vista superior.

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Procedimientos metodológicos Los rastros se desarrollaran más o menos y se distribuirán de manera diferencial si el filo es recto, cóncavo o convexo (Castro 1994; Clemente 1997). Otros investigadores han considerado la forma del filo (forma sobre la arista según Aschero 1975), teniendo en cuenta que los filos sinuosos se fracturan y se mellan más que los filos rectos (Tringham et al. 1974; Moss 1983; Clemente 1997). El ángulo del filo (o del bisel según Aschero 1975), esta formado por el plano de las dos caras que definen al filo activo. Es un carácter dimensional, directamente ligado a la función, delineación y demás caracteres de forma del bisel. Su significación funcional está dada por su influencia en la formación de las huellas de uso, también por su efectividad o nulidad productiva ante distintos trabajos. Por ejemplo resulta difícil, para otros imposible, poder cortar alguna materia con un filo que tenga ángulo recto. Mientras, cuanto más agudo es un filo, ofrece menos resistencia al material trabajado y tiende a mellarse más que los filos más abruptos. Con el desprendimiento de estas microcicactrices son removidos los pulidos que pudieran haberse formado previamente. Los filos formatizados por retoque resultan más fuertes y presentan mayor resistencia al esquirlamiento que los filos naturales (Castro 1994; Clemente 1997).

micropulidos. En relación a esta variable se define el contacto (cara de mayor y cara de menor contacto) como el producto de la situación de las caras que forman el borde activo con respecto al material trabajado. Su distinción es válida para los trabajos donde el ángulo de ataque es menor a 90º, pues si este es perpendicular ambas caras presentan un grado de contacto similar con el sustrato. El contacto puede ser: ventral, dorsal o bifacial. La extensión de los pulidos hacia el interior del artefacto depende del ángulo de contacto, cuanto más bajo sea éste más contacto habrá entre la superficie del instrumento y la sustancia trabajada, por lo tanto las huellas de uso ocuparan mayor superficie que en los ángulos de trabajo más altos o rectos. La variable presión relativa también influye significativamente en la formación de las microhuellas y esquirlamientos. Esas huellas presentan mayor probabilidad de producción e intensidad frente a mayores presiones (Castro 1994). Se encuentra en relación directa a la fuerza ejercida durante el trabajo. Si bien es una variable cualitativa difícil de medir, realizamos un control aproximado. 3.4 Clasificación y descripción de los conjuntos líticos

La forma de aplicación de la fuerza se vincula con la clase de movimiento realizado durante la operación de los artefactos sobre una sustancia. A partir de esta se distingue a los artefactos empleados mediante presión en los que la fuerza se ejerce de modo transversal (raspar, pulir) o paralelo al filo (cortar, aserrar), por movimientos que generan fricción. De aquellos en los cuales la fuerza se aplica por percusión, generando acciones de golpe, como el machacado y el piqueteado. En este caso la fuerza se ejerce de manera incidente y por contacto puntual, sin generarse fricción, sobre el sustrato a modificar (Gonzalez y Estevez 1994).

Partiendo de la premisa que la producción es el proceso mediante el cual los miembros de una sociedad fabrican los artefactos para satisfacer distintas necesidades sociales mediante el uso, he decidido implementar un enfoque metodológico que permita articular ambos procesos. Desde este marco, el instrumento lítico se posiciona como el punto relacional entre ambos fenómenos dado que es la culminación de un proceso productivo y al mismo tiempo es un implemento que será utilizado en otra actividad (Briz 2006-2007; Boeda et al. 1990; Odell 2001; Jover 1998-1999).

La duración o el tiempo de trabajo, indica el periodo durante el cual se llevó a cabo una acción, medida en minutos. Se la considera una de las principales variables modificables, que influye en la formación de las microhuellas. Cuanto más tiempo dura la fricción entre la materia trabajada y el artefacto, más se desarrollan las microhuellas en la superficie lítica. No obstante la velocidad y el grado de desarrollo de las huellas dependen también de la sustancia trabajada. Aquellas con mayor grado de abrasividad, como el hueso, influyen en el desarrollo más rápido del micropulido (Mansur 1983; Clemente 1997). Resulta muy útil el control de la variable duración, a intervalos de tiempo pautados (v.g. 5 a 10 minutos), durante la primera etapa de aprendizaje y ejecución del Programa Experimental, para el examen preciso del desarrollo de las microhuellas.

La perspectiva teórico-metodológica de carácter contextual que seguiré para el análisis de la tecnología lítica, se nutre de la integración, revisión y reformulación de los criterios desarrollados a partir de las investigaciones arqueológicas en la Meseta central de Santa Cruz (Cardich y Flegenheimer 1978, Paunero y Castro 2001; Paunero et al. 2007a; Hermo 2008; Skarbun 2011; Frank 2011; Cueto et al. 2013a), complementados con elementos de la bibliografía específica sobre conjuntos de Patagonia en general (Aschero 1975, 1983; Orquera y Piana 1986; Álvarez 2003). En ese sentido realizaré una descripción y clasificación morfológica y tecnológica del material lítico en base a un set de caracteres relevantes para el examen funcional, sustentado en criterios construidos por el equipo de investigación al que pertenezco (Cardich et al. 19811982, 1993-1994; Mansur 1983; Castro 1994; Paunero y Castro 2001; Cueto 2013; Cueto et al. 2013b).

El ángulo de trabajo se forma por la intersección de la superficie de la sustancia trabajada con la cara del artefacto que entra principalmente en contacto con ella. Es difícil realizar un estricto control de esta variable, ya que los medios de control son aproximativos, y el ángulo varía durante el trabajo. Su registro permite interpretar variaciones de producción y distribución de cicatrices y

En primera instancia se examinan las piezas a nivel individual tomando al artefacto como unidad de análisis, luego se realiza el estudio de conjunto. A continuación en base a la recurrencia de caracteres se establecen los patrones y tendencias del equipo artefactual de cada

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras ocupación. Asimismo el análisis incluye la determinación del estadio de reducción en el que se inscriben los materiales del conjunto. Con este propósito se analizan tanto los productos de talla como los artefactos formatizados, ya que cada uno brinda información específica sobre las distintas etapas que conforman la secuencia de producción, así como sobre la forma de ingreso de los materiales al sitio.

- Nivel: unidad mayor de segmentación de la columna estratigráfica. Indica la posición del artefacto en la columna (v.g. Unidad Estratigráfica 4). - Subnivel: unidad de segmentación de la columna estratigráfica, inferior al nivel. Indica la posición del artefacto dentro del Nivel (v.g. Subnivel 2). - Sector: unidad de segmentación en el plano horizontal del nivel o subnivel (v.g. s.A). - Tridi: coordenadas expresadas en cm ó mm que indican la ubicación precisa del artefacto en la capa.

De esta manera teniendo en cuenta la obtención y el tipo de materia prima, los artefactos se ordenan según los siguientes pasos técnicos (o estadíos): 1. preparación y reducción inicial del núcleo (descortezamiento), 2. talla y extracción de formas bases, y 3. formatización final de los artefactos -retalla, retoque y adelgazamiento bifacial(Paunero 1993-1994; Skarbun et al. 2007; Skarbun 2011; Frank 2011; Cueto et al. 2010b). Los atributos considerados para el ordenamiento de los materiales en la secuencia son: presencia y porcentaje de corteza, dimensiones, forma del talón, presencia/ausencia y tipo de bulbo, clase de producto de talla y forma base para los artefactos formatizados.

Criterios de análisis de los artefactos y del material lítico en general: Grupo: primer nivel de segmentación del conjunto lítico. Nódulo (NO), Núcleo (NU), Artefacto formatizado (AF), Productos de talla (XT), Lito no modificado (LNM), Fragmento Indeterminado (FI), Producto técnico (PT). Clase: segundo nivel de segmentación que involucra a los artefactos formatizados y los productos de la talla, refiere a lo que Aschero (1975) denomina grupo tipológico y subgrupo tipológico.

Por otra parte se realiza la integración de los enfoques tecnomorfológico y funcional en pos de determinar las estrategias de consumo que caracterizan a cada conjunto. Se evalúa así, el grado de integridad funcional de los artefactos por medio del análisis de correspondencia entre elementos del diseño artefactual (caracteres de las porciones activas, y el tipo de roca) y las operaciones de trabajo desarrolladas, según sustancia procesada, función específica y/o tipo de movimiento. Este análisis, a su vez permite discutir las elecciones realizadas por los artesanos durante la producción artefactual (Nami 1997; Álvarez 2003; Cueto 2013).

Tipo: para los productos de talla se refiere a la distinción entre potencial forma base (PFB) y potencial filo funcional (PFF), lascas genéricas y fragmentos de talla. PFB: Son aquellos elementos con dimensiones suficientes y atributos tecno-morfológicos aptos para el soporte de un instrumento (Paunero y Castro 2001). PFF: Productos de talla que presentan potenciales filos funcionales. Poseen tamaño adecuado para la prensión manual (longitud o anchura mayor o igual a 20 mm), y tienen bordes naturales de al menos 20 mm de largo. Estos bordes registran delineación recta o convexa y un ángulo menor a 70°. A su vez pueden presentar microcicatrices como consecuencia de los procesos tecnológicos, funcionales o postdeposicionales. Esta definición fue propuesta a partir variables que caracterizan las lascas no retocadas de contextos arqueológicos de la Meseta central y costa de Santa Cruz. Al caracterizar así estos tipos se plantea la hipótesis de su uso, que será contrastada a través del análisis funcional (Paunero y Castro 2001; Castro et al. 2013).

Por último se evalúa la estrategia de uso del espacio intrasitio para cada ocupación, considerando la información referente a las estrategias de producción y consumo de los artefactos de manera articulada a un enfoque distribucional. Este procedimiento permite distinguir la existencia de áreas de actividad, según la forma en que se distribuyen y relacionan los artefactos líticos y demás referentes de capa. Tendré en cuenta variables como el tipo de artefacto, el tamaño, la materia prima y la presencia de indicadores de uso (Keeley 1991; Paunero y Castro 2001). Para la descripción y clasificación del material lítico se siguieron criterios tecnológicos, morfológicos y espaciales observables a nivel macroscópico en el sentido de Aschero (1975, 1983) y Andrefsky (2005), que permiten avanzar hacia el estudio tecnológico-funcional de los conjuntos según lo planteado por Mansur (1983), Castro (1994) y Álvarez (2003). Estos criterios se presentan sistematizados a continuación:

Tipo de materia prima (mp): se refiere a litologías como el sílex, el xilópalo y la toba silicificada, caracterizadas en el Capítulo cinco de este libro. A su vez hace referencia al resto de las materias primas caracterizadas a partir del análisis de los conjuntos, y de las fuentes primarias y secundarias registradas en la Localidad Arqueológica La María (Paunero et al. 2007a, b; Skarbun 2011; Frank et al. 2007, 2013; Cueto et al. 2012 y bibliografía citada en estos trabajos).

Criterios espaciales:

- Color 1: color que predomina en la pieza - Color 2: color el segundo color en cantidad

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Procedimientos metodológicos

Modificación de la mp: refiere a determinados defectos de las rocas que limitan en ciertos aspectos la confección de los instrumentos (Nami 2010). Por ejemplo: inclusión cuarzo, inclusión calcedonia; craquelado, manchado, puntos, venas, veteado, fisuras, cambio de textura, entre otras.

Tamaño: se establece según la longitud máxima de la pieza. Para la agrupación por tamaños se utilizaron las categorías propuestas por Aschero (1975): 1. Muy chico: 0,1 – 1,99 cm 2. Chico: 2 – 3,99 cm 3. Mediano: 4 – 5,99 cm 4. Grande: 6 – 7,99 cm 5. Muy Grande: 8 – 9,99 cm 6. Grandísimo: 10 – 11,99 cm 7. Excepcional: mayor a 12 cm

Formas base: según las características de las caras de lascado, la posición del eje morfológico, la convergencia en punta de los filos naturales y el módulo de longitud media de la pieza (Aschero 1975).

Estos rangos son sensiblemente diferentes a los empleados por Gradín et al. (1987), para analizar los conjuntos de los componentes iniciales de sitios emplazados en áreas como: Río Pinturas, Meseta Central y Magallanes. Esta constatación permitirá establecer comparaciones más precisas con los conjuntos referidos.

Clase de forma base: - Lasca y lasca laminar (o larga) sensu Aschero (1975). - Lasca ancha: el ancho es igual o mayor que dos largos (midiendo la longitud como un segmento de recta transversal al talón y la anchura como otro segmento transversal al de longitud).

Módulo de Longitud (largo/ancho): 1. Corto (índice 1 ó menor) 2. Medio (entre 1,1 y 1,9) 3. Largo (2 ó mayor)

- Microlasca: lascas con un largo y ancho igual o menor a 0,5 cm. - Lasca triangular: posee talón facetado, negativos de lascados previos convergentes, ausencia de retoque salvo el producido por el uso. El largo de las piezas oscila entre 4 y 7 cm y su espesor es escaso (Cardich y Paunero 19911992).

Módulo de Espesor (Ancho/Espesor):

- Laminilla: Lascas largas de ancho menor a 1 cm.

Talón (o forma del talón): parte de la lasca que corresponde a la superficie del núcleo sobre la cual se aplicó la fuerza para desprenderla y que se desprende con ésta (Bate 1971). Preparados: facetado, diedro, liso, preparado; No preparados: natural y liso natural (Civalero 2009); puntiforme, lineal, ausente, desbastado, indeterminado.

1. Muy delgado: 5 ó mayores 2. de espesor Medio: entre 4,9 y 2,8 3. Grueso: índice 2,7 ó menor

- Lámina: (hoja según Aschero 1975): teóricamente son producto de una determinada técnica de talla de longitud apreciable, bordes subparalelos y gran delgadez. En la práctica la longitud relativa y la delgadez no son tan definitorios para diferenciar hojas como lo son el paralelismo de los bordes y las aristas de lascado de la cara dorsal. En Orquera y Piana (1986) se agrega que sobre la cara dorsal muestra dos o más negativos correspondientes a hojas extraídas con anterioridad, con líneas de fuerza y ondas de compresión que indiquen que la percusión que las extrajo fue aplicada en la misma dirección que en el caso de la pieza que se tiene entre manos.

Criterios para filos: Cantidad de filos (retocados/naturales): n°/n° Posición del filo: Frontales: transversal y oblicuo; Laterales: paralelo o inclinado; Convergentes: simétrico o asimétrico; Puntas axiales: normales y desfasadas; Perimetrales (Aschero 1975)

- Lámina corta: láminas cuyo largo es menor a dos veces el ancho.

Morfología del filo: normal, dentado, natural, festoneado, muesca, combinado. Aschero (1975) lo denomina: Forma primaria.

Dentro de estas clases se distinguen: lasca primaria; lasca secundaria; lasca angular recta; lasca angular inclinada; lasca angular oblicua; lasca de arista recta; lasca de arista inclinada; lasca con dorso natural; lasca con dorso preparado; lasca de reactivación directa; lasca de reactivación inversa; lasca en cresta; punta de arista recta (lascas con filos convergentes en punta), lámina primaria, lámina secundaria; lámina en cresta; lamina de arista (Aschero 1983).

Delineación del filo: Para filos frontal, lateral o convergentes: recto, cóncavo, convexo tenue -atenuado en Aschero (1975)-, convexo extendido, semicircular, semicircular extendido, combinado. Este carácter Aschero (1975) lo denomina Forma secundaria. Extensión (relativa) del filo: restringido, corto, largo, extendido y perimetral. Ángulo del filo (o bisel): es un carácter dimensional directamente ligado a la función (Aschero 1975). Para

Dimensiones: para las medidas de largo, ancho y espesor se siguieron los lineamientos de Orquera y Piana (1986).

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras estimar el valor se toman cuatro medidas con el Goniómetro, una en cada extremo del filo y dos próximas al centro del mismo. En base a estos valores se calcula un promedio y se lo clasifica en:

3.5 Bibliografía Álvarez, M. 2000/2002. El trabajo del hueso en la costa norte del Canal de Beagle. Técnica de manufactura a través del análisis funcional de instrumentos líticos. Cuadernos del INAPL 19: 49-70.

- Bisel abrupto (70° o >): abrupto oblicuo (70° - 85°), abrupto recto (86° - 95°), abrupto obtuso (96°o >) - Bisel agudo (< a 70°): agudo muy oblicuo (46°- 69°), agudo oblicuo (30° - 46°), agudo rasante (10° - 29°) (Aschero, 1975).

2003. Organización Tecnológica en el Canal Beagle. El caso Túnel I (Tierra del Fuego, Argentina). Tesis Doctoral Buenos Aires, FFyL-Universidad Nacional de Buenos Aires.

Esquirlamientos de los bordes: se registra presencia/ausencia y sobre qué borde se ubica. Se somete la pieza a análisis funcional para determinar el origen de los esquirlamientos (tecnológicos, por uso, postdepositacionales o accidentales). Aschero (1975) denomina este carácter Rastros de utilización.

Anderson-Gerfaud, P. 1981. Contribution methodologique a l'analyse des microtraces d'utilisation sur les outils prehistoriques. Tesis de Doctorado, Universidad de Bordeaux I, 1607, Bordeaux.

Anchura de lascados: microrretoque (0-2mm), retoque (2,1-7mm), talla y retalla (>7mm). Continuidad de lascados: contínuos, discontínuos, sumarios.

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to

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Corteza: cantidad de corteza que presenta la pieza. - Muy abundante: abarca la totalidad de la cara dorsal y el talón. - Abundante: abarca más del 75 por ciento de la cara dorsal y/o dorso. - Parcial: abarca entre el 75 y 25 por ciento de la cara dorsal y/o dorso. - Escasa abarca menos del 25 por ciento de la cara dorsal y/o dorso. - No posee.

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los que los investigadores llegaban a fraguar documentos para satisfacer sus inclinaciones personales o patrióticas (Trigger 1992).

Capítulo 4. Antecedentes de investigación “ningún problema histórico debería ser tratado sin estudiar antes… la historia del pensamiento histórico sobre él”. R.G. Collinwood, 1939.

Fue Christian J. Thomsem, uno de los pilares de la arqueología danesa, quien alrededor de 1816 clasificó y sistematizo materiales arqueológicos depositados en colecciones de museos y otras instituciones. Dando un paso mas ordenó los artefactos, incluidas las herramientas de piedra, en varias categorías de uso como cuchillos, azuelas, puntas de lanza, recipientes de cocina, entre otras (Trigger 1992). Esto lo hizo a partir de un examen convergente de presencia/ausencia de distintas clases de artefactos hallados en conjunto, y sobre el análisis estilístico en base a la forma y la decoración de los mismos. Si bien evidencia el avance hacia un análisis contextual del artefacto, que busca informar sobre “la función que desempeñaba en la vida de la sociedad que lo fabrico y lo uso” (Childe 1973), se trata aun de inferencias signadas por la intuición.

En este capitulo haremos un breve repaso a la historia de las investigaciones sobre la funcionalidad de los artefactos formatizados en roca. Se ha realizado un relevamiento amplio de investigaciones publicadas sobre el tema, tanto en el ámbito nacional e internacional. Sin embargo no se ha agotado la totalidad de las obras que de una u otra manera contienen tópicos vinculados a la temática principal. 4.1 El estudio de la funcionalidad de los artefactos líticos. Revisión histórica. Primeras aproximaciones. siglo dieciocho y diecinueve. La inquietud como el objetivo de conocer las funciones dadas a los artefactos confeccionados en roca forma parte del desarrollo mismo de la disciplina arqueológica desde sus inicios (Childe 1973; Semenov 1981; Trigger 1992; Gonzalez y Estevez 1994). En este sentido encontramos menciones que asignan funciones a las herramientas de roca desde hace más de tres siglos. El investigador francés Antoine de Jessieu luego de efectuar comparaciones entre los utensilios de piedra europeos y las piezas de interés etnográfico traídas de Nueva Francia y del Caribe (América), constató por 1723 que los antiguos pueblos de Europa habían compartido instrumentos y necesidades similares que aquellos, infiriendo funciones como aserrar madera, extraer corteza, cortar ramas, matar animales salvajes, cazar para comer y defenderse de los enemigos (Heizer 1962a –en Trigger 1992).

Por ese entonces el investigador sueco Sven Nilsson (1838), discípulo del paleontólogo francés Georges Cuvier, quien se hallaba interesado en el desarrollo de las economías de subsistencia, y en el paso de estas a las economías basadas en el pastoralismo y la agricultura, realizo aportes importantes al estudio de la prehistoria. Entre estos interesa destacar su esfuerzo por determinar el uso que se había hecho de los artefactos de piedra y hueso por medio de detalladas comparaciones con especimenes etnográficos de todo el mundo. De esta manera propuso modelos prehistóricos de caza o pesca. A su vez trato de dilucidar la morfología y uso de artefactos compuestos por distintas partes algunas de las cuales no se habían conservado en el registro. A partir de estos esfuerzos sistemáticos se configura un tipo de procedimiento analítico que caracterizó los primeros intentos de interpretación funcional, utilizando la comparación morfológica con armas metálicas y la analogía etnográfica (Fabregas 1988; Trigger 1992).

Durante la primera mitad del siglo veinte la disciplina se configura con diferencias de método, perspectiva y objetivos entre Europa continental y Escandinavia. En ese entonces se desarrolla de manera independiente y sistemática el estudio de la Prehistoria9, como algo diferente al anticuarismo. Este ultimo fue el carácter predominante en los estudios realizados entre 1500 hasta entrado el siglo diecinueve, que centraba su interés en los grandes monumentos de la antigüedad, dejando de lado mayormente los pequeños artefactos (roca, hueso, madera, entre otros) y los productos desechados de su manufactura. Las interpretaciones se fundaban en textos bíblicos, leyendas y crónicas que servían para explicar el pasado de Próximo Oriente y por extensión de toda la humanidad. La crítica estaba ausente de estos estudios en

En trabajos de revisión contemporáneos (Mansur 1983; Castro 1994; Cueto 2012) como el que nos ocupa en este apartado, encontramos la denominación de “aproximación funcional especulativa” asignada por Hayden y Kamminga (1979) al tipo de procedimiento comentado. Puede observarse que su aplicación se extendió mas allá del siglo diecinueve, hecho que se encuentra reflejado en los trabajos de gran cantidad de investigadores como J. Lubbock (1872); W. Smith (1874); G. de Mortillet (1883); Sir J. Evans (1872) y L. Pfeiffer (1912) y Curwen (1937). Este último afirmo en su obra, bien entrado ya el siglo veinte, que “this book may perhaps help to mark a stage in the advance of British prehistoric studies when ethnographic comparison may return to a more useful place in their equipment”.

9

El termino Prehistoria fue acuñado por el anticuario escoses Daniel Wilson en su libro The Archaeology of Prehistoric Annals of Scotland publicado en 1851. Lo definió como el estudio de una región antes del primer documento escrito que a ella se refiera. Consideraba que el conocimiento que podía extraerse de los artefactos era diferente a la información que brindan los registros escritos, y creía que los arqueólogos pronto estarían en condiciones de saber más sobre la vida social y las creencias religiosas de los tiempos prehistóricos (Trigger 1992).

El desarrollo de la disciplina durante el siglo diecinueve, estuvo caracterizado por el perfeccionamiento de las técnicas de campo, los procedimientos de asignación cronológica y el trabajo interdisciplinario con geólogos,

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Antecedentes de investigación paleontólogos y biólogos. En esta dinámica se fue afianzando la perspectiva contextual que atendía a la distribución de los ítems materiales (artefactos, ecofactos y estructuras) de diverso origen (roca, hueso, fogón, muro) dentro de los sitios, con el objeto de conocer más a fondo las actividades humanas, incluidas la manufactura, el uso de los artefactos y el procesamiento de recursos, entre otras.

4.2 El interés por los rastros de uso: la observación directa, el empleo de aumentos y un giro trascendente para el estudio funcional. Siglo veinte Se registran nuevos desarrollos teóricos en los estudios funcionales durante el primer cuarto del siglo veinte. Estos se relacionan con las primeras críticas al método tradicional de la “analogía etnográfica”, formuladas por Vayson en 1922, quien sostuvo que el uso de paralelos etnográficos, no acompañados por el estudio de alteraciones de filos podría derivar en falsas interpretaciones. Sus postulados sintetizan planteos y practicas que ya eran parte de los estudios desde finales del siglo diecinueve, cuando los prehistoriadores comienzan a darle importancia a los rastros de utilización para obtener interpretaciones mas ajustadas de las funciones dadas a los artefactos. Como producto de estos adelantos se conformo un tipo de aproximación metodológica donde el investigador realizaba las pruebas de uso de una herramienta solo para determinar una función hipotética previamente adjudicada. Entonces si la conclusión alcanzada permitía calificar a un instrumento como raspador, punzón, etc, se raspaba o agujeraba con el mismo para comprobar su efectividad, pero no se establecieron mayores controles sobre el gesto de manipulación y las variables de uso (ángulo, fuerza ejercida, estado de la sustancia y demás). Un trabajo vinculado a esta perspectiva es el de Ray (1937), quien en el marco de un intercambio de evidencias y argumentos con otros investigadores en cuanto a las posibles funciones desarrolladas con una morfología particular de raspador del sur de los EE.UU. propone una variedad de usos posibles en base a información primaria y secundaria. Se basa en estudios de colecciones particulares, entrevistas, publicaciones del paleolítico europeo y crónicas de la conquista en norteamérica (información secundaria); por otra parte realiza trabajos experimentales utilizando los filos de los raspadores originales en diversas tareas y observa los trabajos efectuados por parte de pobladores locales contemporáneos (información primaria). A continuación comprueba que los raspadores podrían haber sido usados para pelar animales, limpiar los cueros (sin dañarlos) y raspar minerales para obtener un polvo útil como pintura. La siguiente sentencia del autor evidencia la confianza de la epoca en el procedimeiento experimental “Previously I had neither seen nor heard of anything like them, but alter experimenting, I decided that they must be scrapping or planning tools” (Ray 1937: 303). Según información secundaria sugiere otros usos vinculados al procesamiento (raspar, pulir) y manufactura de artefactos en madera y hueso (e.g. arcos y flechas, mangos). Ejemplos de esta metodología encontramos en los trabajos de Over (1937); Withehead (1936); Casson (1937); Spurrel (1884); Warren (1914) y Curwen (1941), y otros citados por Castro (1994) y Mansur (1983).

En su interés por conocer las tecnologías y las economías de subsistencia de los pueblos prehistóricos, los arqueólogos escandinavos intentaron obtener todo el conocimiento que la evidencia permitiese sobre los modos de vida de cada período. Además de las comparación de datos arqueológicos y etnográficos, un hecho formidable en el progreso de la disciplina fue el incipiente desarrollo de experimentos, e.g. los realizados por Nilsson y otros relativos a replicas de artefactos de piedra y hueso, para determinar como se habían fabricado y utilizado; las experiencias de alimentar perros con huesos de animales, para poder descifrar incógnitas relacionadas al hallazgo en algunos sitios de numerosos huesos largos de pájaros, a los que les faltaban los extremos, hecho que contrastaba con el escaso numero de huesos del esqueleto (Trigger 1992). Por diversas razones en el resto de Europa, principalmente en Francia e Inglaterra los anticuarios se demostraron reacios a seguir los avances de un país periférico como Dinamarca y no comenzaron el estudio científico de la prehistoria hasta fines de la década de 1850. Esto genero un desarrollo independiente de la arqueología, con intereses diferentes centrados en el estudio del Paleolítico, que recibe esta denominación a partir de 1865. Desde esta perspectiva los artefactos que se recuperaban de las excavaciones para su estudio se reducían con frecuencia a aquellos que podían ofrecer datos para determinar la cronología y las afinidades culturales del yacimiento. Los restos de talla, materiales fragmentados y los objetos que no se consideraba que aportasen ningún dato en este sentido, generalmente se desechaban. Esto alentó una visión no cultural de los artefactos como elementos de datación y como pruebas de progreso muy diferente al enfoque escandinavo, interpretando los datos desde una perspectiva unilineal (Huxley 1879 en Trigger 92). No obstante y de forma paralela al desarrollo de la metodología de estudios funcionales por analogía etnográfica, se desarrolla otra aproximación metodológica que consistía en el examen macroscópio directo de las alteraciones en la morfología de los artefactos líticos. A través de la determinación de alteraciones en su morfología se derivaban las posibles actividades desempeñadas. La aplicación de esta metodología se encuentra en los trabajos de Rau (1864), Grenwell (1865), Evans (1872) y Pfeiffer (1912), entre otros citados en el apartado correspondiente a la historia de los estudios funcionales en el trabajo de Tesis de la Dra. Castro (1994).

Mas allá de los adelantos que esta aproximación supuso en el análisis funcional de artefactos de roca, los investigadores no lograban “avanzar un ápice en el conocimiento de su función” (Fabregas 1988), y a pesar de la implementación de nuevas metodologías “no

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras lograron superar las limitaciones de la simple observación de los filos; limitación que puso en evidencia la necesidad metodológica de realizar experimentaciones controladas como un medio para reproducir patrones de uso comparables a los especimenes arqueológicos originales” (Castro 1994: 72).

halla una explicación detallada del método traceológico, sobre cómo preparar el material, con qué instrumentos estudiarlo, cómo identificar las distintas huellas de uso y de qué manera realizar el registro de los datos (Cueto 2012). Por su parte el prehistoriador francés Francois Bordes (1969) ante la posibilidad real planteada por la traceología de descubrir cómo fueron utilizadas las herramientas prehistóricas, cosa que, hasta entonces, había pertenecido al campo de la especulación, sostuvo que “Todo el mérito es de Semenov por haber realizado una serie de observaciones sistemáticas y por haber desarrollado las técnicas necesarias para su estudio. Su trabajo ´Tecnología Prehistórica´ permanecerá durante mucho tiempo como el libro de referencia”.

A partir de ese momento y con auxilio de la analogía etnográfica para la formulación de modelos de uso a contrastar, comienzan a desarrollarse estudios experimentales controlados. Estos incluían la replica de artefactos y actividades de uso, con el objeto de establecer una concordancia entre forma y función, sin el examen mediante implementos ópticos con aumento, para su comparación con herramientas arqueológicas (Ives 1940). Sucede que a pesar que con alguno de ellos se logró realizar una determinada labor, no había seguridad de que el hombre prehistórico lo hubiera empleado con idéntica finalidad. Mansur (1983) emplea la denominación “Experiencias de simulación” para esta etapa de desarrollo del análisis funcional y menciona, a su vez, como característicos los trabajos de Spurrel (1892) y Warren (1914).

El descubrimiento más importante de Semenov que sirvió de base a todas las investigaciones funcionales posteriores fue demostrar mediante experiencias controladas, que la utilización de los artefactos líticos y óseos deja en sus filos y superficies activas, señales microscópicas especificas (estrías y micropulidos) para cada tipo de trabajo que dependen, entre otras variables, del material procesado.

Los estudios enmarcados en el periodo cronológico tratado hasta el momento, se caracterizan por el uso de metodologías de análisis de tipo macroscópico. Por otra parte atestiguan el interés sobre el significado funcional de las herramientas, y arrojan como resultado un conjunto de denominaciones asociados a morfologías concretas como raspadores, puntas o cuchillos, que refleja el intento por aportar datos sobre el sentido funcional de las piezas.

La propuesta de investigación de este científico involucra de manera fundamental el análisis microscópico de los útiles, con auxilio de microscopio metalográfico, y la contrastación del resultado de este análisis mediante la comparación etnohistórica y la experimentación sistemática. En sus trabajos queda claro que su interés no apunta a conocer las clásicas divisiones culturales, sino que va mas allá, buscando descubrir los progresos técnicos que implican los cambios de todo tipo, observables en los útiles; busca en ultima instancia, las leyes del desarrollo tecnológico para poder así reconstruir los procesos de trabajo que contribuyen al desarrollo social expresado en la paulatina superación de la lucha hombre-naturaleza (Vila en Semenov 1981; Vila 2002; Anderson et al. 2005).

A su vez a inicios del siglo veinte se produce una innovación importante a nivel técnico, con la incorporación de instrumental óptico de aumento y fotográfico (Quente 1914; Willson y Sayre 1935; Curwen 1930; Ray 1937), que sentara las bases para futuros desarrollos en el campo del análisis de las huellas de utilización de antiguas herramientas utilizadas por las sociedades humanas. Para obtener información adicional detallada y sistematizada acerca de estos primeros momentos de la historia de la investigación en análisis funcional sugerimos abordar los estudios de diversos autores como Keeley (1980), Anderson (1981), Vaughan (1981), Plisson (1985), Mansur (1983), Castro (1994), entre otros.

4.3 El impacto del análisis funcional de base microscópica a nivel mundial Esta nueva tendencia en el campo de los estudios funcionales, comenzó a conocerse fuera de la Unión Soviética a partir de la traducción al inglés y la publicación del trabajo de Semenov en (1964). Si bien su difusión e implementación en instituciones académicas fue lenta, con el tiempo tuvo mucha repercusión en Europa occidental y en America donde no se había aplicado el miscroscópio para este tipo de análisis más que esporádicamente (Curwen 1930; 1935) y a partir de entonces se empieza a aplicar el método funcional en varios países.

Existe consenso entre los investigadores que realizamos estudios a partir del análisis funcional de conjuntos líticos (Cueto 2012; Castro 1994; Mansur 1984a; Clemente 1997; Álvarez 2003) que la historia de esta aproximación metodológica registra un giro trascendente a partir de los trabajos del arqueólogo soviético Sergei Semenov, perteneciente a la Academia de Ciencias de Leningrado. La investigadora catalana Assumpció Vila Mitjá ha propuesto (Semenov 1981) que “el paso decisivo, científica y metodológicamente (...) que marcó un hito dentro de los estudios funcionales” fue el trabajo de Tesis de Semenov, llevado a cabo durante 20 años y publicado en su país (U.R.S.S.) en 1957, en el cual se

El método y los resultados han sido contrastados en una gran cantidad de investigaciones a lo largo del tiempo hasta la actualidad. Se registran diversas innovaciones tecnológicas, como el uso de microscopios más modernos, microscópico electrónico de barrido (MEB), rayos X, etc., pero no han modificado en lo básico la

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Antecedentes de investigación metodología propuesta por Semenov (Anderson et al. 2005).

aproximación a las huellas de uso mediante el trabajo con instrumental óptico de altos aumentos como microscopio metalográfico o de reflexión (magnificaciones de hasta 400X) y MEB. Desde esta aproximación las huellas diagnosticas del uso de los artefactos serian los micropulidos, superficies de la roca con diferente reflexión de la luz. Estas se asocian a sustancias de distinto origen –animal, mineral y vegetal-. Los resultados experimentales sirvieron de base para el análisis de conjuntos líticos del Paleolítico Inferior y Medio, como el caso del yacimiento de Swamscombe en Inglaterra (Keeley 1974, 1980; Keeley y Newcomer 1977). Sin embargo no descartan el examen de los daños macroscópicos detectables con lupas. Resulta así una propuesta integradora de perspectivas que se asemeja a los planteos iniciales de Semenov.

Es a partir de la década de 1970 que la perspectiva recobra fuerza y registra un aumento de las investigaciones desde el análisis funcional de artefactos líticos (Keeley 1974; Tringham et al. 1974; Vila 1977). Este hecho se relaciona con las estancias de trabajo y visitas llevadas a cabo por arqueólogos “occidentales” como Ruth Tringham y Charles MacBurney al Laboratorio de Traceología de Leningrado, dependiente del Instituto de Arqueología de la misma ciudad (Phillips 1988). Fue Tringham quien llevo del programa soviético los procedimientos de investigación con bajos aumentos a los Estados Unidos, al tiempo que Keeley trabajaba en Oxford desarrollando una metodología basada en los altos aumentos con microscopio, que luego seria utilizada por la mayoría de los científicos europeos.

El debate fue abonado por una gran cantidad de trabajos desde ambas perspectivas. Los estudios experimentales testearon la respuesta al uso de distintas litologías y controlaron diversas variables de la cinemática como, sustancia trabajada, presión, movimiento, daños naturales y tecnológicos, entre otros (Owen et al. 1984). Asimismo se efectuaron tests ciegos entre diferentes analistas, sobre herramientas usadas en tareas específicas. Estas pruebas señalaron en parte los puntos fuertes y las posibles áreas de dificultad (variabilidad de criterios inter-observador) de la aproximación a altos aumentos. Para lograr un detalle mayor acerca de este debate pueden verse los trabajos de tesis de Mansur (1983) y Castro (1994).

Los trabajos de este periodo “inicial”, sobre colecciones experimentales y materiales arqueológicos, tuvieron por objeto definir de manera mas precisa los usos a los cuales han estado destinados los instrumentos, contribuyendo así a discernir el tipo de recurso explotado y las actividades que se llevaron a cabo en el pasado en los sitios arqueológicos. Para ese entonces surgen diferencias entre los investigadores a nivel metodológico, en cuanto a las técnicas de observación necesarias para determinar la función de los artefactos y el tipo de huella diagnostica del uso. Por un lado, desde la tendencia conocida como “Low power approach”, se esgrimía que era posible determinar el uso de las herramientas utilizando solamente instrumental óptico de bajos aumentos como la lupa y lupas estereoscópicas, con aumentos entre 50X y 160X. Estos equipos permiten identificar las transformaciones que provoca el uso a nivel de los filos, a partir indicadores como las microcicatrices (desconchados en la bibliografía española; damage scar en ingles), cicatrices pequeñas, estrías, fracturas del filo y redondeamientos de la arista (Tringham et al. 1974; Broadbent y Knutsson 1975; Odell 1981; Kamminga 1982).

Fue en 1977 cuando se realizó la primera reunión de analistas de huellas de uso: Lithic Use-Wear Análisis, organizada por Bryan Hayden en Burnaby (Columbia Británica), Canadá. Allí se trataron múltiples cuestiones de tipo teórico-metodológico, como el uso de aparatos de microscopía, nomenclaturas, caracterización de la experimentación y peculiaridades de los rastros de uso (Hayden 1979). El evento ofició como instancia integradora de los desarrollos alcanzados hasta ese momento. Unos años mas tarde el debate continuo en la Tubingen microwear conference (Alemania) en 1985, cuyos resultados y discusiones fueron publicados en varios volúmenes (Unrath et al. 1986).

Esta perspectiva de análisis recibió diversas críticas al ser implementada para estudiar los artefactos líticos de contextos arqueológicos. Se cargaron tintas sobre la gran variabilidad observada entre los atributos de las microcicatrices y daños del filo empleados como criterio diagnóstico del uso. Se propuso la posibilidad de la equifinalidad -tecnológica, accidental, pisoteo, entre otros agentes naturales- en la formación de daños semejantes; y se destaco la ausencia de microcicatrices y daños en algunas piezas experimentales utilizadas, considerándolos un medio poco confiable para determinar el uso de un instrumento lítico (Brink 1978; Vaughan 1981; Keeley 1980; Anderson 1981; Mansur 1983, 1986; Fabregas 1988, entre otros).

Para ese entonces el debate entorno a que aumentos realizar el análisis se saldó a favor de la integración y complementariedad de las dos perspectivas. Ambas se hallaban destinadas a caracterizar diversos tipos de rastros desarrollados a partir mecanismos diferentes, evidencias que al momento de evaluar la funcionalidad del artefacto fueron integradas en una sola perspectiva con el objetivo de realizar una interpretación global. Esta síntesis caracterizó los estudios durante los años 1980s, que continúan indagando sobre aspectos experimentales y se aplican progresivamente a conjuntos líticos de contextos arqueológicos (Anderson 1981; Plisson 1985; Vaughan 1984) y prevalece hasta nuestros días, con la incorporación de estudios particulares (residuos vegetales y animales; ácidos grasos; ADN; etc),

Por otro lado, se encontraban los defensores del “High power approach” (Jensen 1988) que consistía en la

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras innovaciones tecnológicas y alternativas teóricas en el abordaje de las problemáticas arqueológicas.

realizan cinco encuentros específicos entre 1982 y 1990 (Gibaja 2007), que no encuentran continuidad en los años 1990s, aunque desde estonces aumentan significativamente las comunicaciones sobre análisis funcional en congresos de arqueología de carácter generalista y se retoman las reuniones y workshops internacionales en estos últimos doce años10. A partir de esta trayectoria de estudios y de la sucesión de eventos mencionados es que el análisis funcional de base microscópica adquiere un amplio desarrollo y consolidación como línea de investigación en occidente, superando aquellos intentos de definición funcional llevados a cabo desde las aproximaciones tipológicas tradicionales por parte de investigadores de fines del siglo diecinueve y principios del veinte.

En esta década se concretan estudios sistemáticos y profundos, tanto a nivel metodológico como de aplicación a casos arqueológicos, que evidencian el interés por capitalizar el acervo de conocimiento generado a partir de la perspectiva funcional. Entre ellos se encuentran diversos trabajos de tesis doctorales y de licenciatura, ejemplo de este último es el de Vila (1980) quien analizo huellas de uso en artefactos líticos de diversos yacimientos del paleolítico español y se posiciona como la primera investigadora en desarrollar el análisis funcional en la Península Ibérica. Entre las Tesis doctorales se publica en los Estados Unidos el trabajo de Lawrence Keeley (1980) sobre la determinación de las huellas de uso, surge la Tesis de John Brink (1978) en Canadá que realiza un estudio experimental – a bajos aumentos- para examinar en que medida los patrones de desgaste que se forman en las herramientas son diagnósticos del material usado, otro estudio experimental sobre huellas de uso es el de Sussman (1986), por su parte Patrick Vaughan (1981) analizó conjuntos líticos originales elaborados en sílex y obsidiana de varios niveles del sitio Cassegros correspondiente al Magdaleniense Inferior, Patricia Anderson (1981) estudió algunos conjuntos líticos Musterienses de los sitios Pech de l’ Aze I, Pech de l’ Aze IV y Corbiac, el trabajo doctoral de Vila (1985, 1987) donde desarrolla una propuesta global con el análisis de huellas de uso integrado en el análisis lítico y éste en la comprensión de la obtención y aprovechamiento de los recursos. Por su parte en Francia se publica el trabajo de Plisson (1985) quien analizó el desarrollo de los diversos rastros de uso de manera comparativa sobre materias primas como sílex, cuarcitas y basaltos. Por último podría hacer referencia a numerosos estudios, que enfocan la problemática de las actividades de trabajo y la explotación de recursos desarrolladas con artefactos líticos, durante distintos momentos de ocupación del Paleolítico europeo (Anderson et al. 1993; Clemente 1995).

Desde una perspectiva teórica no hegemónica, caracterizada por el enfoque histórico y social la investigadora catalana Assumpció Vila (2002) formuló críticas acerca del grado en que se ha desvirtuado la metodología de análisis lítico desde la funcionalidad tal como fuera propuesta por Semenov. Recordemos que los intereses que guiaban los estudios de este último, no solo buscaban reconocer las sustancias procesadas, las actividades realizadas y establecer asociaciones entre forma y función por medio de la generalización de resultados. Sino que su propuesta iba mas allá, buscando descubrir los progresos técnicos que implican los cambios de todo tipo, evidentes en los útiles; buscaba develar en último término, las leyes del desarrollo tecnológico para poder reconstruir los procesos de trabajo que contribuyen al desarrollo social expresado por la paulatina superación de la lucha del hombre por dominar la naturaleza (Semenov 1981). La autora sugiere que estos cambios u omisiones a los planteos de Semenov se deben al carácter de un paradigma distinto al dominante en la Academia de los años 1970s que fue traspasado al denominado mundo occidental11. Considera que se la redujo a una técnica, interesante para conocer los materiales sobre los que habrían operado determinados artefactos formatizados incluidos en las tipologías líticas; que se busco establecer una única huella de uso como diagnóstico, a modo de fósil director, cuya sola presencia bastaba para determinar el material trabajado; olvidando cinemáticas y cambios en el modo de uso sincrónicos y diacrónicos; se insistió en los medios técnicos utilizados en la observación; se

En un intento por responder a interrogantes básicos como ¿cuáles son los mecanismos que llevan a la formación de los micropulidos? se llevaron a cabo una gran cantidad de programas de investigación para indagar sobre el origen de estas huellas con el auxilio de modernas técnicas analíticas como el MEB -SEM en Ingles- (Anderson 1981; Vaughan 1981). A su vez se realizaron otros avances metodológicos que comprendieron el estudio de los mecanismos de formación y de desarrollo de los rastros de uso, con lo cual se corroboraron los modelos propuestos por Semenov y Keeley y se propusieron otros nuevos, incluyendo hipótesis del desarrollo de las estrías (Mansur 1983, 1997) y de los micropulidos (Anderson 1981; Fullagar 1991; Kaminska-Szymczak 2002; Mansur 1983, 1986, 1997; Yamada 1993; Vaughan 1981).

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El Primer Congreso de análisis funcional de España y Portugal, en 2001, Barcelona; el workshop sobre traceología celebrado en Faro (Portugal) en 2004 con motivo del IV Congreso de Arqueología Peninsular, el Congreso celebrado en el 2005 dedicado a la memoria de S.A. Semenov realizado en Verona (Italia): Prehistoric Technology. 40 years later: Functional Analysis and the Russian Legacy, y la International Conference on Use-Wear Analysis realizada en 2012, en la ciudad de Faro, Portugal. 11 Para ejemplificar la situación de la época Ramón Fábregas (1988) investigador de la U. de Santiago de Compostela (España), recuerda que “en la Universidad del tardofranquismo se generalizaron unas hojas clandestinas” acerca de la metodología de análisis funcional en la perspectiva de Semenov. Estas “circulaban con su mensaje subversivo de mano en mano” bajo el encabezamiento de la siguiente frase: “Léelo, pásalo y coméntalo”.

La intensa actividad desplegada en este período comprende también el desarrollo de nuevos eventos científicos sobre esta línea de investigación. En Europa se

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Antecedentes de investigación realizaron estudios puntuales de determinadas piezas generalizando los resultados para formas parecidas; se enfatizaron las diferencias y no las recurrencias (e.g. en cuanto a la incidencia de la materia prima) insistiendo en que la cantidad y variedad de los aspectos que intervenían en el resultado final hacían imposible una objetivación del método; proponiendo la posibilidad de muestreos (dada la elevada cantidad de piezas a analizar si se pretendía ir más allá de piezas concretas) como si la distribución espacial de las actividades representadas en las piezas fuera por definición homogénea. En definitiva su critica apúnta a señalar el reduccionismo que operó en pos de limitar la investigación a las propias “trazas”, de ahí la denominación de Traceología a esta línea.

recursos locales, que pongan a prueba los procedimientos metodológicos y contrasten los resultados sobre materiales arqueológicos de cada región en estudio. Entre los antecedentes se registran análisis de microrrestos vegetales (silicofitolitos y pseudomorfos de oxalato de calcio) aplicados al estudio experimental de instrumentos líticos, por parte de Anderson en los años 1980s, quien identificó la presencia de pátinas y partículas atribuibles a especies concretas, en la superficie de útiles de silex. Sin embargo, la primera noticia sobre aplicación arqueológica del uso de fitolitos en la identificación de especies domesticadas, procede de estudios realizados en Turquía, por parte de Schellenberg en 1908 (Hoyas et al. 1990). Intentando reconstruir antiguos procesos de trabajo con herramientas de piedra, como el procesamiento de cereales entre otros recursos vegetales, Clemente et al. (2002) complementan el estudio de las microhuellas de uso con el análisis de residuos, sobre conjuntos macrolíticos del país Dogón (Mali). Esta combinatoria les permite constatar la cinemática de utilización de los artefactos líticos e identificar las especies procesadas. A nivel local, cabe mencionar el estudio realizado por Babot et al. (2009) quienes evalúan las hipótesis sobre la función de un grupo particular de artefactos líticos, aplicando múltiples técnicas como el análisis de las microhuellas y residuos, hallando microfósiles de tubérculos y raíces. Con el propósito de ampliar las herramientas de análisis disponibles para abordar la problemática de uso de los artefactos en contextos de cazadores recolectores, desarrollé junto a la Dra. Capparelli y equipo un programa experimental orientado a analizar los residuos producto del procesamiento de plantas leñosas adheridos a los artefactos líticos, identificarlos anatómicamente y detectar rasgos que indiquen procesamiento (Cueto et al. 2010a, 2010b). La combinación del estudio tecno-morfológico, funcional y de residuos es una de las vías complementarias con que contamos para hacer que ciertas actividades de procesamiento y consumo correspondientes a la etapa de post-aprovisionamiento de vegetales (Capparelli et al. 2010; Capparelli y Lema 2010; Ciampagna y Capparelli 2012), que habitualmente no dejan restos –dieta, medicina, ceremonial, etc.- sean visibles en el registro arqueológico, a través de los artefactos de roca.

Todo ello era consecuente con el paradigma dominante en los 1970s y 1980s. En general esta “deformación” del método no fue replanteada sino asumida, olvidando o desconociendo según los casos la propuesta original. 4.4 El estudio de residuos orgánicos. Complemento del examen funcional Se han realizado numerosas investigaciones tendientes a evaluar el uso de los artefactos líticos a través del análisis de residuos de origen animal o vegetal (Mansur 1983; Álvarez 2003, 2004; Roots 2010; Lema et al. 2012). Estos estudios componen hoy en día a nivel internacional una línea de investigación común a partir de un conjunto de técnicas que aportan valiosos datos en la determinación de las funciones para herramientas de roca (Anderson 1981; Sobolik 1996; Clemente et al. 2002). Tales evidencias complementan el exámen de huellas microscópicas en pos de la determinación del uso de los artefactos, de las sustancias procesadas y de las practicas productivas en las que estos se inscríben. En los artefactos líticos pueden conservarse dos tipos de residuos procedentes de los materiales trabajados, macro y microscópicos, que difieren tanto por su aspecto como por sus mecanismos de conservación (Mansur 1997; Castro 1994). Los primeros, restos de las sustancias trabajadas, como grasas o macrorestos vegetales, se conservan de manera excepcional según condiciones ambientales específicas (Briuer 1976; Shafer y Holloway 1979). En el caso de los residuos microscópicos son partículas del material trabajado, que se observan en los filos utilizados, por medio de microscopio óptico y/o electrónico de barrido (Mansur 1997, 1999). Algunos restos se conservan como adherencias, otros como verdaderas inclusiones en el micropulido (Anderson 1981).

4.5 La aplicación del análisis funcional en la Argentina Hemos mencionado como la metodología de base microscópica se ha aplicado a conjuntos líticos procedentes de diferentes regiones y cronologías a nivel mundial.

En nuestro país, hasta mediados de los ´90, estos análisis se desarrollaron de manera discontinua (Mansur 1983 y 1991). A partir de este momento se registra una mayor frecuencia, desde diversas aproximaciones analíticas al abordaje de los residuos, buscando precisar la función e identidad de los artefactos líticos (Álvarez 2003; Babot et al. 2008 y 2009; Lombard y Wadley 2007). No obstante, se requieren aun estudios experimentales que formulen diseños de análisis a partir de hipótesis de explotación de

En nuestro país existen antecedentes de aplicación de la metodología de análisis funcional de base microscópica sobre conjuntos de instrumentos líticos característicos de diversas regiones, confeccionados sobre diferentes materias primas: como las cuarcitas, cuarzos, riolitas, cineritas, calcedonias, obsidianas, basaltos y sílices. Entre estos estudios destacan los desarrollados en la región patagónica (Mansur 1983; Castro 1994; Srehnisky 1999; Paunero y Castro 2001; Álvarez 2003; Cueto 2012; Cueto

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras et al. 2012), en la región pampeana (Castro 1987/88; Mansur 1991; Leipus 1999, 2006; Landini et al. 2000; Pal 2009 y 2010); y en menor cantidad en el NOA (Toselli 2004; Pérez 2003; Babot et al. 2009). La implementación de esta perspectiva en cada uno de estos estudios responde a problemas de investigación particulares, como el análisis funcional únicamente de los artefactos formatizados de un sitio en particular como Los Toldos -Nivel 11- (Mansur 1984b), o el conjunto lítico de la ocupación del Holoceno Medio –U4- del sitio Cerro Tres Tetas 1 (Paunero et al. 2007a), el estudio sincrónico de componentes paleoindios -Los Toldos Nivel 11 y El Ceibo Nivel 12- (Cardich et al. 1981-82; Mansur 1987), el estudio de la génesis de las huellas de uso sobre diversos tipos de roca (Mansur 1981, 1983, 1991, 1997, 1999), el estudio de ocupaciones posteriores a la conquista europea como el sitio Fortín Necochea y Túnel VII (Castro 1987/88; Clemente 1997), el examen de los residuos orgánicos e inorgánicos asociados a las huellas de uso (Mansur 1983; Álvarez et al. 2009; Babot et al. 2009; Cueto et al. 2010a), la explotación de materias primas vegetales en un sector particular del paisaje, como la costa norte del Canal Beagle (Álvarez 2004) o el área Interserrana bonaerense (Leipus 2004), entre otras.

proyecto Investigaciones arqueológicas en la provincia de Santa Cruz, Argentina, dirigido por el Ing. Augusto Cardich (Cardich et al. 1981-82; Mansur 1983). Para aplicar lo que ella denomino “…la nueva metodología de análisis de huellas de utilización…” (Cardich et al. 198182:194), seleccionó una muestra de artefactos líticos correspondientes a las ocupaciones iniciales de la Cueva 3 de Los Toldos (Nivel 11; 12.600 años +/-600 AP) y de la Cueva 7 de El Ceibo (capa 12; ca. 9.500 años AP), ambos sitios emplazados en la Meseta central de Santa Cruz y que poseen conjuntos equivalentes en términos tecno-morfológicos y de materias primas explotadas (Cardich et al. 1973; Mansur 1983; Paunero y Castro 2001). Progresivamente en distintos proyectos de investigación se han podido establecer las funciones y trabajos desarrollados con herramientas de piedra tallada a través de la evidencia de huellas de utilización y residuos en diversas áreas de la Patagonia argentina. Para la Meseta Central y regiones aledañas se ha sugerido que los grupos que allí habitaron han realizado una variedad importante de operaciones de trabajo con los artefactos que componen el registro (Tabla 1) (Mansur 1983; Castro 1994; Cattáneo 2002; Álvarez 2003). Desde un punto de vista arqueológico esta región presenta evidencias de haber sido ocupada desde fines del Pleistoceno por grupos cazadores recolectores. Entre los restos recuperados abundan los artefactos líticos y en menor medida el instrumental óseo. Es común encontrar huesos con marcas de procesamiento, manifestaciones rupestres, restos vegetales carbonizados y estructuras de fogón (Miotti y Salemme 2004; Borrero 2001; Paunero 2009a). En este contexto ha cobrado importancia conocer de qué modo fueron utilizados los artefactos líticos en los distintos momentos de ocupación del área. La identificación de las huellas de uso en un objeto, se ha convertido paulatinamente en una problemática clave a la hora de definir los conjuntos líticos y dotar a la investigación de una base empírica sólida en relación a los trabajos realizados.

4.6 Estudios de funcionalidad de conjuntos líticos del Pleistoceno final/Holoceno temprano, en el área de investigación (Meseta Central de Santa Cruz) El inicio de las investigaciones arqueológicas en la Meseta central puede establecerse a partir de las visitas y descripciones realizadas en la década del ´30 por el geólogo Joaquín Frenguelli, y Franciasco de Aparicio (ex Director del Museo Etnográfico UBA), al área donde se encuentran la Localidad Arqueológica Los Toldos y La Localidad Arqueológica Piedra Museo (Frenguelli 1933; Aparicio 1935). Los estudios en esta regíon fueron retomados por Menghin en la década del ’50, quien realiza los sondeos de las cuevas 2 y 3 de Los Toldos y formula un esquema del desarrollo cultural de Patagonia (Menghin 1952). Para elaborar su modelo empleó los resultados de los sondeos y sus interpretaciones de la sucesión de estilos de arte rupestre, combinándolos con los datos de Bird para el área de Magallanes (Menghin 1952; 1957; 1962). En relación al material lítico, desde su propuesta se asignan nombres a los distintos componentes o conjuntos, conceptualizándolos como “Industrias” a partir de criterios morfológicos (Menghin 1952; 1957). Las investigaciones durante la década del sesenta e inicios de los setenta prosiguen signadas por este concepto de Industria vinculado a postulados difusionistas. La actividad se centra en la recolección de materiales para efectuar estudios tipológicos, estadísticos y comparativos (Menghin 1952; Bórmida 1964; Cardich et al. 1973), entre los cuales no forman parte de los intereses principales la materia prima empleada y la función de los artefactos (Flegenheimer y Bellelli 2007). La perspectiva del análisis funcional para el estudio de la tecnología lítica en Patagonia se aplico por primera vez a inicios de los años 1980s. Fue la Dra. M. Estela Mansur quien realizó estos estudios pioneros en el marco del

Localidad Arqueológica Los Toldos: sitio Cueva 3 En 1971 Cardich da inicio a sus investigaciones en la Localidad Arqueológica Los Toldos, realizando excavaciones sistemáticas. Entre ellas se encuentran los trabajos en el sitio Cueva 3 ubicado en el Cañadón de Las Cuevas, que pertenece a un conjunto de 14 cavernas principales. Al interior del sitio hay manifestaciones rupestres (como en las otras cuevas) entre las que predominan las pinturas de mano en negativo de color rojo, estilo que fue propuesto por Menghin (1952, 1957) como el mas antiguo de la Patagonia, asignándole una edad de 11.000-10.000 años AP, correspondiente según él al “complejo cultural” Toldense (Cardich et al. 1973), cuyo registro material hoy es asignable al Holoceno temprano (Paunero 2009a). En la unidad de ocupación Nivel 11 (nivel 11a y nivel 11b, Pleistoceno final) del sitio se encontraron restos de pintura amarilla, asimismo en la capa superior (nivel 10,

50

Antecedentes de investigación Holoceno temprano) se registran porciones de pintura roja y dos fragmentos de roca del techo que parecen contener parte de un dibujo rupestre en rojo. Cardich y otros (1973) sugieren que estos se habrían desprendido durante su ocupación, hecho que presenta similitud y contemporaneidad con los desprendimientos de roca de caja inferidos por Paunero para el sitio Casa del Minero 1 y Cerro Tres Tetas 1 (Paunero 2000, 2009b; Paunero et al. 2005). Sobre el componente Nivel 11 solo se realizo un fechado radiocarbónico a partir de carbón vegetal, en el Laboratorio BVA Arsenal de Viena, Austria, que arrojó una edad de 12.600 años +/-600 AP (Cardich et al. 1973). Si bien este fechado es discutido por la comunidad científica (Rubinos 2003; Waters and Stafford 2007; Goebel et al. 2008) y podría dejarse de lado, las evidencias indican que la ocupación del componente Nivel 11 corresponde al Pleistoceno final y sería contemporáneo al episodio EFRA (Hajdas et al. 2003; Paunero 2009a).

La estructura del conjunto lítico de este componente (Mansur 1983) esta conformada por: * MANSUR (1983) PRESENTA LOS PRODUCTOS DE TALLA Artefactos formatizados Productos de talla

Lascas enteras*

48 171

421 Desechos de talla*

250

Núcleos

4

Percutores

1

DESAGRUPADOS EN ESTAS CATEGORÍAS.

Cronología 14C AP Sitio

Los Toldos Cueva 3 (LTC3)

El Ceibo Cueva 7 (ECC7)

Comp.

Nivel 11

Nivel 12

4/5 Piedra Museo Alero el Puesto 1 (AEP1)

6

Referencias bibliográficas Código

edad

F.R.A. 98

12.600±600 (dudoso) ---Pleistoceno final

-

ca. 9500

LP-949 LP-859 AA-8426 OxA-8527 OxA-9249 GRA-9837 OxA-8528 AA-27950

9.230±105 9.710±105 10.400±80 10.390±70 10.470±60 10.470±65 10.925±65 11.000±65

Mansur 1983; 1984b; Paunero 2009a

Cardich et al. 1981-1982; Mansur 1983; Miotti 2003 Paunero 2009a

Miotti et al.1999; Miotti y Salemme 2004 Cattáneo 2002

---AA-20125 12.890±90 (dudoso) LP-800 LP-781 10.260±110 U5 Paunero y Castro 2001 AA:39366 10.850±150 OxA-9244 10.853±70 AA-39368 10.915±65 TABLA 1. OCUPACIONES INICIALES DE LA MESETA CENTRAL CUYOS CONJUNTOS LÍTICOS PRESENTAN ANÁLISIS FUNCIONAL. AA-22233 11.015±66 ----11.100±150 Entre los artefactos formatizados LP-525 se encuentran lascas ---- artefactos en esta roca. Entre los productos de talla retocadas, raspadores distales, raederas transversales, destacan las lascas grandes y espesas. El conjunto óseo 11,560±140 (dudoso) Cerro Tres Tetas 1 (C3T1)

cuchillos, entre otras clases con menor representación (raederas dobles, lasca o lámina con muesca, cepillo), una probable punta de proyectil y no presenta piezas bifaciales. Las materias primas mayormente empleadas son los sílices en su forma de toba silicificada y xilópalo. Hay algunas lascas de obsidiana, aunque no se hallaron

esta compuesto principalmente por restos muy fragmentados (Cardich et al. 1973; Cardich y Flegenheimer 1978). Se determino la presencia de fauna extinta en base a partes de bajo contenido economico de Hippidion sp. y elementos de los cuartos de Lama gracilis mas algunos huesos largos de este taxón con

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras fracturas intencionales. No obstante, el recurso económico básico de esta ocupación fue el guanaco, del cual se registraron principalmente elementos de los cuartos traseros y delanteros (Miotti 1998). La presencia de fauna extinta fue interpretada como resultado de consumo ocasional por parte de los grupos, mientras que los guanacos eran cazados en los sitios de matanza, donde se dejaban las partes con poca carne y mucho peso esquelético, ingresando a la cueva solo los cuartos y la mandíbula (Miotti 1998). El conjunto registra estadíos bajos de meteorización, ausencia de alteración térmica, presencia de marcas de procesamiento, distintos tipos de fracturas –e.g. espiral, longitudinal, curvada, transversaly presencia de instrumental óseo. Esta ocupación fue interpretada por Miotti como un campamento base en el que se llevo a cabo el trozamiento secundario de los guanacos. Esta actividad presenta similitudes con lo practicado por los Tehuelches históricos (Miotti 1998).

se presentaron fechados radiocarbónicos, sin embargo Miotti (2003) comunica una datación de ca. 9.500 años AP para la capa 12, la cual procede de un fechado obtenido por AMS en base a una falange de Hippidion saldiasi (Hermo 2008; Paunero 2009a). El conjunto lítico de este componente posee la siguiente estructura:

Localidad Arqueológica El Ceibo: sitio Cueva 7

Entre los artefactos formatizados se encuentran principalmente raederas, seguidas de raspadores y lascas retocadas. Entre otras clases con menor representación se encuentra un cuchillo de dorso natural, un denticulado y un biface. También se hallaron siete percutores ovales y esféricos de basalto, materia prima inmediatamente disponible al sitio.

Artefactos formatizados Productos de talla

850

Lascas enteras*

Desechos de talla* Núcleos

47 492 358

Percutores

4 7

* MANSUR (1983) PRESENTA LOS PRODUCTOS DE TALLA DESAGRUPADOS EN ESTAS CATEGORÍAS

El sitio Cueva 7 se encuentra en la Localidad Arqueológica El Ceibo y es parte de una serie de 11 cuevas formadas en una barranca ubicada al norte de un bajo colector de agua de varios kilómetros de diámetro, en el cual se forma una laguna (Figura 1). Varias de estas cuevas presentan arte rupestre (Cardich 1979). Esta localidad es colindante al N con la localidad arqueológica La María y posee una distancia de aproximadamente 150 km al SE de la Localidad arqueológica Los Toldos. Como antecedente de estudio se registra una visita a la zona por Junius Bird en su primer viaje por Patagonia (Bird 1938) y posteriormente por Bird y Rex González quienes advierten de la importancia arqueológica de la misma (Mansur 1983; González 1998).

Se emplearon mayormente materias primas silíceas, en primer lugar el ópalo, seguido por la calcedonia, el sílex, el xilópalo, y la cinerita silicificada. En menor proporción aparecen entre otras pórfido, cinerita y obsidiana. A su vez Mansur (1983) da cuenta de la existencia de fuentes de aprovisionamiento cercanas a las cuevas (entre 1 y 8 km), que poseen rocas de excelente calidad para la talla, y propone que las mismas habrían sido utilizadas en las capas más bajas del sitio.

La excavación de la Cueva 7 se realizó entre los años 1979-1982 bajo la dirección del Ing. Augusto Cardich. La capa 12 de esta cueva se encontraba sellada en gran parte por grandes rocas de derrumbe -situación similar a los componentes pleistocénicos U4 de CDM1 y U5 de Cerro Tres Tetas 1- procedentes del voladizo de la cueva (Paunero 2009b). Este componente posee abundante carbón, escasa cantidad de restos óseos, representados por fauna extinguida, Hippidion sp. y Lama gracilis, y camélidos actuales (Lama), puma (Felix concolor) y ñandú (Cardich 1979; Cardich et al. 1981-82; Mansur 1983; Miotti 1998). La fauna pleistocénica no presenta modificaciones antrópicas. El guanaco fue el recurso principal, ingresando a la cueva los cuartos completos. Las partes esqueletarias evidencian las etapas finales del procesamiento y el uso de las presas para consumo de carne y médula así como tratamiento de cueros y pieles. No se registran marcas de carnívoros y hay escasa alteración térmica de los especímenes (Miotti 1998). Se ha propuesto que el sitio fue utilizado temporariamente en la estación veraniega, coincidiendo con la época de la caza de animales jóvenes posiblemente para la obtención de cueros de mejor calidad (Miotti 1998).

En un primer momento se presento un estudio parcial del conjunto correspondiente a la ocupación inicial de esta cueva (Cardich et al. 1981-82), luego incorporando nuevos materiales de capa, el mismo fue sometido a un reestudio desde una aproximación que integraba caracteres tecnológicos, morfológicos y funcionales (Mansur 1983). Los resultados obtenidos permitieron ajustar las relaciones que se venían formulando entre este conjunto con el del Nivel 11 de Los Toldos, considerando también la presencia de fauna extinta (Mansur 1983, 1987).

FIGURA 1. A. VISTA DESDE EL INTERIOR DE CUEVA 7 DE EL CEIBO (FOTO: N. LUNAZZI). B. SECTOR EXTERNO DE LA CUEVA, ROCAS DE DERRUMBE Y CUENCA ENDORREICA CON LAGUNA INTERMITENTE (FOTO: E. MARKOVACIC).

En las publicaciones realizadas por Cardich y colaboradores (Cardich 1979; Cardich et al. 1981-82) no

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Antecedentes de investigación Con el propósito de examinar la funcionalidad de los conjuntos líticos del Pleistoceno final (o Industria Nivel 11), la Dra. Mansur (1983, 1987) aplicó el análisis funcional de base microscópica sobre una muestra de artefactos. Del componente Nivel 11 de Los Toldos estudio 5 artefactos formatizados y 2 productos de talla, mientras de la capa 12 de El Ceibo examinó 13 artefactos formatizados y 2 productos de talla. En numerosas piezas de ambos componentes detecto la presencia de lustre de suelo. Esta alteración se presenta generalizada o restringida a un sector en la superficie de los artefactos. Atribuyó la misma a la friccion entre las piezas y el sedimento arenoso de la matriz sedimentaria, propia de los sitios de la región. También adoptó procedimientos que le permitieran evaluar el grado de similitud/diferencia tecnológica entre los conjuntos iniciales de Los Toldos (Nivel 11) y El Ceibo (capa 12). A su vez comparó estos conjuntos con los del Toldense (capas 9 y 10 de Los Toldos) para verificar si la concepción de ambos como entidades tecnológicas diferenciales se justificaba. A diferencia de las investigaciones de la época, caracterizadas por descripciones morfológicas y clasificaciones tipológicas, analizó los conjuntos de un modo mas completo, siguiendo categorías técnicas, teniendo en cuenta la disponibilidad de las materias primas, los criterios de selección, aprovisionamiento y transporte. Ademas examinó las técnicas de talla, e incorporó al estudio los caracteres morfológicos de los productos de talla (otras veces agrupados según el número total bajo la denominación de desechos), dado que hasta el momento solo se habían analizado los artefactos formatizados del Nivel 11. Estos procedimientos estuvieron orientados a estudiar todos los caracteres del conjunto que pudieran guardar relación con las estrategias de uso de los artefactos, y poder decidir luego del análisis microscópico si esa relación existía o no.

traídos a la cueva, donde se desarrollaban actividades domesticas (Cardich et al. 1981-82; Mansur 1987). Localidad Arqueológica Piedra Museo: sitio Alero el Puesto 1 Luego de los primeros relevamientos del área comentados mas arriba, los trabajos arqueológicos sistemáticos en esta localidad comenzaron hacia fines de la década de 1980, bajo la dirección de la Dra. Laura Miotti. Esta localidad dista unos 100 km en dirección NE con la localidad arqueológica La María. El abrigo rocoso excavado en Piedra Museo, denominado Alero El Puesto 1 (AEP-1), se abre sobre un conglomerado tobáceo de la Fm El Museo y se encuentra a orillas de un extenso lago pleistocénico en el cauce de un zanjón actual. Este se halla rodeado por aleros y abrigos rocosos (Hermo 2008). El sitio cuenta con valioso arte rupestre, numerosos motivos grabados y petroglifos (Carden 2007), fue descripto como un punto estratégico dentro del paisaje por la presencia de fuentes de agua que pudo funcionar como atractor de fauna; por la visibilidad sobre gran parte de la comarca, por la cercanía a fuentes de aprovisionamiento de rocas aptas para la talla, entre otros recursos naturales (Miotti 1996; Miotti et al. 1999). En estratigrafía se diferencian dos componentes arqueológicos, en este trabajo haremos foco en el Inferior, caracterizado por una distinción entre dos pulsos ocupacionales, uno en la unidad estratigráfica 6 (UE 6), Pleistoceno Final; el otro en la UE 4/5, del Holoceno temprano (Miotti et al. 1999; Miotti 2000). La UE 4/5 asociada a fechados de entre 9.200 y 10.400 años aproximadamente, presenta un conjunto óseo en el cual predominan los guanacos seguidos por los rheidos Rhea sp. y Pterocnemia sp. (taxón extinto), mientras que las proporciones de mamíferos pleistocénicos son mas pequeñas respecto a la UE 6 (Miotti et al. 1999; Miotti y Salemme 2005). El conjunto presenta baja meteorizacion (Miotti 2003). Están representadas todas las unidades anatómicas del guanaco, con predominio de las partes con bajo rendimiento económico.

El análisis de la funcionalidad de los conjuntos le permitió a Mansur (1987) proponer ciertas tendencias, entre las cuales destaca que todos los artefactos estudiados fueron utilizados en prehensión directa, sin dispositivo de enmangue; que algunos filos fueron reactivados durante el trabajo, y presentan diferencias en el desarrollo del micropulido entre la zona reactivada y el resto de la superficie; que todas las piezas observadas que tienen retoque y una lasca sin retoque presentan huellas de utilización; que la mayor parte de las piezas se uso para trabajar pieles, cortar carne y trabajar madera; que la mayoría de las piezas se uso para trabajar un solo material y solo en tres casos hay utilización doble (ver resultados funcionales en Tabla 2), aunque no parece haber correspondencia directa entre la clase tipológica, la morfología del instrumento o el ángulo del filo y el material trabajado, por ejemplo entre las raederas simples convexas no es posible separar tipológicamente las destinadas a uno u otro uso; que entre los filos usados para cortar carne, ninguno muestra signos de haber atravesado tendones o tocado hueso, lo que indica que después de la matanza y descuartizamiento de los animales fuera de la cueva, ciertos trozos de carne eran

Las mayores frecuencias se observan para el esqueleto axial, donde el máximo pocentaje MAU se obtiene a partir de las vértebras lumbares, seguido por el cráneo, las vértebras cervicales, entre otras (Miotti et al. 1999). La distribución horizontal de los restos permitió proponer la existencia de pilas óseas, en forma de concentraciones de descarte primario donde partes de las patas y de la columna vertebral se presentan articuladas (Miotti et al. 1999).

53

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

Matérie premiere

Type

Angle Tranch.

Viande

Peau fraiche

Peau seche

Bois

Autres

EL CEIBO, couche 12 Opale grise

Grattoir

Calcedoine grise translucide Opale róuge et noire zonée Calcedoine blanchatre translucide Cinerite marron avec inclusions Lutite

Racloir simple

80° 30°-40° 50°

Racloir simple

45°

Racloir simple

30°-40°

Racloir simple

30°-40°

Racloir simple

20°

Opale jaune-marron

Racloir simple

55°

Cinerite grisátre

Racloir simple

Opale róuge et jaune zonée Opale blanche

Racloir simple

60° 45°-70° 40°-70°

Racloir circulaire Eclat retouche

60°

60°-90°

Opale rouge

Grattoir sur plaquette Eclat retouche

Opale grise zonee

Eclat brut

Opale rouge

Eclat brut

25°-30° 80° 25°

Opale blanchatre Ignimbrite jaune-doree

Gratter Couper Gratter Lisser et perforer Gratter / couper Couper Couper / gratter Gratter et couper Gratter couper

Gratter

Gatter Lisser

40°-50°

Indet. Lisser

60°-80°

Lisser Lisser Gratter Nonutilisé

LOS TOLDOS, couche 11 Opale jaune-marron

Racloir dejete

45°

Opale rouge/jaune

Grattoir

70°

Opale verte

25°

Bois silicifié

Pointe? Non finie, cassee Couteau a dos nat. Racloir double

Opale jaune

Eclat brut

40°

Opale jaune

Eclat brut

35°

Cinerite ou tuf

Depecage Gratter Nonutilisé Plantes

40° 70°

Gratter Nonutilisé Nonutilisé

TABLA 2. RESULTADO DEL ANALISIS FUNCIONAL DEL CONJUNTO LÍTICO DEL NIVEL 11 (LOS TOLDOS) Y DEL CONJUNTO DE LA CAPA 12 (EL CEIBO). TOMADO DE MANSUR (1983:397).

Esta unidad esta separada del componente Superior por un área que representa rocas de caja que corresponden a un derrumbe del alero en los sectores externos a la línea de goteo actual, cuya disposición permitió interpretar que el tamaño del alero –superficie de reparo- habría sido mayor durante las ocupaciones pleistocénicas (Miotti et al. 1999). Se recuperaron abundantes pigmentos de color amarillo, rojo y blanco. Se definieron áreas de fogón a partir del hallazgo de algunas lentes de tierra quemada y la concentración de materiales alterados térmicamente, sin embargo no se pudo precisar la estructura de los

mismos (Cattáneo 2002). El conjunto lítico presenta la siguiente estructura: Artefactos formatizados Productos de talla (lascas y desechos de talla*) Núcleos Percutores

21 51 1 2

* CATTANEO (2002) PRESENTA LOS PRODUCTOS DE TALLA CON ESTA DENOMINACIÓN.

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Antecedentes de investigación Entre los artefactos formatizados predominan ampliamente las raederas. Con menor representación aparecen dos fragmentos de puntas de proyectil –lanza(PCP), cepillos, una muesca y un disco. Un instrumento inferido por las evidencias de uso es el cuchillo de filo natural, que se presenta solo en menor frecuencia que las raederas. También se hallaron percutores. Se emplearon mayormente materias primas silíceas, en primer lugar el ópalo representando el 57 por ciento de la muestra, seguido por la toba silicificada con el 19 por ciento, la calcedonia 9,52 por ciento y el granito, el xilópalo y el cuarzo con un 4,76 por ciento cada uno. Los percutores son de toba silicificada y granito. Las fuentes de aprovisionamiento se encuentran cercanas al sitio (microlocales y locales, según el criterio empleado por Miotti y Cattáneo 2003), como las canteras de sílices, de toba silicificada y de xilópalo, entre otras, a partir de las cuales se seleccionaron rocas de buena a muy buena calidad para la talla (Miotti y Cattáneo 1997; Cattáneo 2002).

percutores- fue definida como un locus de actividades limitadas, relacionadas al procesamiento primario (aprovisionamiento, desmembramiento y descarte) de grandes animales. Las cuales se encontraban mas pautadas que en la ocupación inicial, con zonas de descarte estructuradas (pilas óseas) en un contexto de matanza de animales con una menor biodiversidad para las sociedades colonizadoras (Miotti et al. 1999; Miotti y Salemme 1999, 2005). La UE 6 asociada a fechados de entre 10.400 y 10.900 años aproximadamente, comprende los materiales recuperados en la última porción del perfil, apoyando sobre la roca base. En esta primera ocupación del sitio se observa una distribución de elementos mayoritaria en el área externa al paredón, la llamada zona de V. Esta posee mas reparo e incluso en tiempos pleistocénicos habría tenido aún más cubierta, hecho evidenciado en las rocas caídas del alero. Se encontró un fragmento de roca con restos de pintura roja, a su vez abundantes pigmentos de color amarillo, rojo y blanco en la matriz sedimentaria. Estos vestigios permitieron a los investigadores inferir que durante la transición Pleistoceno/Holoceno el alero pudo haber estado pintado, o que se preparó y utilizó pintura en su interior (Carden 2007).

En la ocupación se definieron tres áreas de concentración de restos líticos, también se determino que la zona de alero prácticamente no contiene restos de este tipo. Estas concentraciones permitieron establecer la existencia de una superposición de áreas de descarte de materiales líticos (principalmente piezas rotas) y óseos, asociadas a fogones y especialmente alejadas del paredón rocoso. La mayor parte de las alteraciones registradas en el conjunto lítico se deben a procesos de alteración térmica (no intencional), estas se manifiestan principalmente en productos de la talla y también en los artefactos. Sin embargo no hay evidencias claras de la aplicación de la técnica de tratamiento térmico (Cattáneo 2002).

Los restos faunísticos recuperados en esta unidad corresponden mayormente a mamíferos pleistocénicos como Hippidion saldiasi, Mylodon sp. y Lama gracilis; seguidos en menor proporción por restos de fauna actual como el guanaco (Lama guanicoe) y aves de tamaño grande (Rhea sp. y Pterocnemia pennata) y mediano (falconiformes y anseriformes). Se infiere para esta ocupación un área de fogón en base a la distribución unos pocos restos líticos alterados térmicamente, asociados entre sí por su cercanía espacial. La distribución del material lítico no se halla separada por tamaños, esto se debe a procesos de descarte no intencional, primarios o in situ. Los instrumentos, tanto grandes como pequeños se encuentran en las áreas exteriores a las dos concentraciones de desechos poco densas y el fogón. El conjunto lítico presenta la siguiente estructura:

En este conjunto, el análisis funcional se aplicó sobre todos los artefactos formatizados y algunas lascas grandes sobre las que no se especifica la cantidad. La totalidad de los resultados funcionales corresponden a huellas de utilización de “asignación probable” (Cattáneo 2002:317). En relación a los artefactos formatizados se identificaron huellas de enmangue en dos raederas, se trata de las piezas C621 y C737. Para el resto de los artefactos la autora sostiene que “Varios de ellos no presentaron ningún tipo de rastro de utilización. Esto puede explicarse en algunos de los casos debido a una pátina que los recubría, producto probablemente de la meteorización eólica o química.” (Cattáneo 2002:316).

Artefactos formatizados

3

Útiles

412

Lascas y desechos de talla

33

El grupo de artefactos formatizados es muy escaso, se recuperaron solamente tres raederas de filo frontal, a su vez en base al análisis funcional se definió el empleo de cuatro cuchillos de filo natural lateral, sobre lasca. No se hallaron núcleos ni percutores. En la producción de las raederas como de los cuchillos se observa el uso de dos tipos de materia prima, entre las disponibles en canteras

Por su parte entre las lascas analizadas pudo identificar el empleo del mismo filo natural de una de ellas, la pieza F131, para realizar dos trabajos diferentes, por un lado el “corte de cuero fresco o grasoso” y por otro el “corte de hueso con carne”. También precisó que otra lasca de filo natural (C673) presenta huellas de prensión manual en su superficie. Esta ocupación del Holoceno temprano en base a la estructura taxonómica, la distribución de los materiales óseos, las evidencias de actividades de procesamiento de carcazas y descarte primario -aunque aparecen dos

12

Se trata de 4 piezas clasificadas originalmente como lascas, y clasificadas como útiles por medio del análisis funcional de base microscópica. Estos 4 útiles y los 3 artefactos formatizados (raederas de filo fronto-lateral) tienen filos de angulo entre 0-30°.

55

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras locales, como la calcedonia y el xilópalo, ambas de excelente calidad. En el caso de las raederas se privilegió la dureza de la roca (Miotti y Cattáneo 1997; Cattáneo 2002).

Localidad Arqueológica Cerro Tres Tetas: sitio Cueva 1 La localidad arqueológica Cerro Tres Tetas se encuentra en la estancia San Rafael, departamento Deseado. Sus coordenadas geográficas son 48° 08´ S y 68° 56´ O. Dista 55km en direccion norte de las localidades La María y El Ceibo, 80km en dirección sur de la Localidad Los Toldos y 70km en direccion sudoeste de la Localidad Piedra Museo (Paunero 1993-1994, 1996, 2000, 2001, 2003, 2004, c; Paunero y Castro 2001; Paunero et al. 2007b). El sitio Cueva 1 se orienta hacia el oeste, a 110 m de distancia de una vertiente actual y a 9,13 m sobre ésta (Figura 2). Es una cueva oscura, con el techo cubierto de hollín y con manifestaciones rupestres en sus paredes, entre ellas una escena de caza mediante lazo cuya antigüedad correspondería al Pleistoceno final (Podestá et al. 2005). La cueva presenta una profundidad de 11 m entre la línea de reparo y el fondo, una altura de 1,50 m en el interior y de 2,60 m en el exterior, y un ancho de 11 m en el interior y de 21 m en la parte externa pues se continúa con un alero. La excavación se realizó en dos campañas durante los años 1994 y 1995. Se abrieron 9 cuadrículas que cubren una superficie total de 12,25 m2, revelando una estratigrafía con evidencias de ocupaciones humanas desde el Pleistoceno Final hasta momentos historicos recientes. Estas poseen buena conservación de los elementos arqueológicos y relativa horizontalidad (Paunero 2000).

La mayor parte (38,5 por ciento) de las alteraciones registradas en el conjunto lítico se deben a procesos de alteración térmica (no intencional), estas se manifiestan principalmente en productos de la talla (n= 12) y también en los artefactos formatizados (n= 2). Sin embargo no hay evidencias claras de la aplicación de la técnica de tratamiento térmico (Cattáneo 2002). Según la estructura taxonómica y la distribución de los materiales óseos, también se propuso que esta unidad formó parte de un contexto de matanza de animales, siguiendo una estrategia generalizada de obtención de recursos faunísticos en un paisaje que ofrecía una alta biodiversidad y biomasa a los colonizadores iniciales (Miotti et al. 1999; Miotti y Salemme 1999, 2005). Estas ocupaciones corresponderían a eventos de actividades limitadas relacionadas con el procesamiento primario de grandes animales (Miotti 1995). La distribución de artefactos, desechos y restos óseos remiten a sucesivos eventos ocupacionales los cuales no habrían sufrido disturbios tafonómicos importantes. Este hecho evidencia una resolución alta con gran integridad del contexto. El análisis funcional le permitió a Cattáneo (2002) establecer el uso de los bordes activos con angulo agudo (entre 0-30°) de los desechos de talla (n= 4) de tamaño grande, y redefinirlos como cuchillos de filo natural. Estos se suman a los instrumentos empleados por los ocupantes del sitio. Dos de las tres raederas recuperadas se encuentran fracturadas, sin embargo se observa que las raederas son más pequeñas y más pesadas que los cuchillos. Esta consideración apoyaría las atribuciones a su funcionalidad y asignación al grupo tipológico que se realizó conjuntamente con el estudio de los filos líticos (Cattáneo 2002). En este conjunto, el análisis funcional se aplicó aparentemente sobre todos los artefactos formatizados y algunas lascas grandes (no se especifíca la cantidad). Asimismo los resultados funcionales corresponden a huellas de utilización de “asignación probable” (Cattáneo 2002:317).

El componente pleistocénico se encuentra en la Unidad estratigráfica 5 (ver fechados en Tabla 1; Figura 3). Es un estrato de color ocre muy claro, limo-arenoso separado de la capa 4, correspondiente al Holoceno medio, por una línea de discordancia erosiva y por un conjunto de rocas de derrumbe del techo de la cueva que conforman un sello natural (evento contemporaneo con derrumbes en U4 CDM1 y Nivel 11 LTC3). En las cuadrículas exteriores la capa 5 es delgada (6 cm) mientras en el interior alcanza los 38 cm. Debajo se encuentra la unidad 6 que es una capa arqueológicamente estéril.

En relación a los artefactos formatizados se identificaron huellas de corte de carne sobre los dos filos laterales de la raedera E130. En el caso de la raedera E135 (Cattáneo 2002:317) se identificaron pulidos correspondientes al trabajo de corte de carne. Finalmente la lasca K46 posee evidencias de uso en sus dos filos naturales, uno empleado en el “corte de carne con hueso” que podría contener sedimento arenoso, el otro según el micropulido empleado en el corte de hueso, aunque asociado a estrías provocadas por un remanente de sedimento arenoso en el soporte.

FIGURA 2. SITIO CUEVA 1 C3T.

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Antecedentes de investigación oscuro y un brillo vítreo característico de los huesos termoalterados. Esta tibia también evidencia un brillo graso en el borde retocado que se concentra exclusivamente en el filo, por lo que se considera que estaría vinculado con su uso. De acuerdo al análisis contextual, así como a las características de los artefactos, se ha postulado que éstos fueron utilizados para tareas de procesamiento secundario en cuero (Paunero et al. 2010). Además se halló un pequeño fragmento de diáfisis indeterminada que también contaba con retoques en uno de sus bordes, así como signos de termoalteración.

FIGURA 3. PERFIL ESTRATIGRAFICO DE C3T1. ADAPTADO DE PAUNERO (2000).

La Unidad 5 presenta cuatro fogones de estructura plana dentro de la cueva, en la zona más oscura. Tres fueron identificados en la base de la unidad, de donde procede la mayor parte de los elementos recuperados. El restante, se ubica en mayor proporción en la cuadricula G2 e inmediatamente debajo del nivel de rocas de derrumbe, y se superpone a otro fogón que ocupa las cuadrículas G2 y H1 (Figura 4). El estudio arqueobotanico realizado sobre una de las muestras de carbón para datación radiocarbónica, dio como resultado la pertenencia al género Schinus por lo que probablemente corresponda a Molle (Schinus polygamus) (Paunero y Castro 2001; Frank 2011). Tanto los restos líticos como los fragmentos óseos se hallaron fuera de los fogones; sin recuperarse restos dentro de estas estructuras. Los instrumentos líticos se encontraban a una distancia de entre 20 y 75 cm en torno a los fogones (Paunero 2001; Paunero y Castro 2001). En base a las caracteristicas espaciales (posición estratigráfica, distribución, proximidad) de estas estructuras y a las dataciones radiocarbónicas, se considera que estos fogones no representan eventos sincrónicos producto de una sola ocupación, sino que en sucesivas ocupaciones se habría seleccionado el mismo sector de la cueva para encender sus fogones (Paunero 2001).

FIGURA 4. PLANTA DE LA EXCAVACIÓN DE C3T, UNIDAD 5. FOGONES Y AREAS DE ACTIVIDAD IDENTIFICADAS. TOMADO DE PAUNERO Y CASTRO (2001:193).

El conjunto lítico del componente presenta 514 artefactos y posee la siguiente estructura (Paunero y Castro 2001; Frank 2011): Artefactos formatizados

Se recuperaron escasos restos óseos (n= 106), que muestran un buen estado de conservación. Son en su mayoría fragmentos indeterminados (n= 96). En pocos casos (n= 9) pudo determinarse el taxón, que corresponde a Lama guanicoe, y un elemento corresponde a un mamifero pequeño. Esto llevó a Paunero (2001) a considerar que la fractura intencional de huesos largos y el consumo de médula ósea fueron realizados en el sitio solo circunstancialmente.

Productos de talla

30 478

Nucleos

5

Percutor

1

Entre los artefactos formatizados se encuentran principalmente lascas retocadas (n= 9), seguidas de raspadores (n= 7) y raederas (n= 7). Entre otras clases con menor representación se encuentran cuchillos (n= 3), artefactos bifaciales (n= 3) y un raspador/raedera. La mayor parte de los artefactos son unifaciales, salvo tres casos, una muesca y dos preformas con retoque bifacial. Entre los productos de talla identificados el 98,6 por ciento son lascas y hay una muy escasa producción de láminas (1,2 por ciento). Como evidencia de bifacialidad entre las lascas se reconocieron cinco lascas de adelgazamiento (Paunero y Castro 2001; Frank 2011).

Se recuperaron dos instrumentos manufacturados en hueso: un punzón y una diáfisis retocada. El punzón fue elaborado sobre un fragmento de hueso largo, presenta brillo graso, en la zona potencialmente útil y de manera más intensa en el extremo apical, que enmascara las marcas de su fabricación. El otro artefacto corresponde a una diáfisis de tibia de guanaco con retoques marginales en uno de sus bordes, que presenta un color marrón

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Para la manufactura de artefactos se seleccionaron como preformas, lascas y lascas anchas aptas por su forma y dimension para la prensión manual. Ademas mayormente se emplearon materias primas locales, en especial sílex, seguido de calcedonia y xilópalo, entre otras. También se registraron materias primas alóctonas, como la obsidiana procedente de Pampa del Asador a 200 km (Espinosa y Goñi 1999; Paunero 2001; Paunero y Castro 2001; Stern 2004). El análisis de las secuencias de producción indica que en el sitio se habrían realizado las últimas etapas de la formatización de instrumentos (69,77 por ciento), mientras que los estadios de descortezamiento (17,57 por ciento) y talla (12,66 por ciento) tienen valores similares bajos, sugiriendo su realización fuera de la cueva.

Se identificaron huellas de uso en 17 (77,27 por ciento) artefactos formatizados13 y en tres (9,37 por ciento) lascas. Además se confirmó el empleo del percutor, mientras los nucleos no presentan evidencias de uso. Según Paunero y Castro (2001) el conjunto presenta una posible alteración termica superficial en 13 piezas (22,80 por ciento), a saber 5 artefactos y 8 productos de talla. Sin embargo considerando el estudio de Frank (2011) podemos sostener como probable solo la alteración termica de una raedera y descartar este tipo de alteración de las lascas retocadas (n= 2) y los cuchillos (n= 2). En consecuencia la alteración en superficie de estos artefactos podria atribuirse a otro factor. Sobre la raedera se determinó el trabajo realizado y la sustancia procesada, en los cuchillos se identificó unicamente la acción o movimiento y en las lascas retocadas como en los productos de talla ambos factores se definen dudosos o indeterminados, salvo en un caso (Paunero y Castro 2001).

Paunero y Castro (2001) detectaron de manera preliminar evidencias de termoalteracion en los conjuntos litico y oseo, y plantearon a modo de hipótesis que en algunos casos podria deberse al tratamiento termico de los materiales. Esta problemática fue estudiada luego por el Dr. Frank (2011) en su Tesis Doctoral, registrando de manera precisa las evidencias de alteración termica, de artefactos líticos (n= 107; 20,8 por ciento) y oseos (46,2 por ciento), en el componente. Frank (2011) plantea que la mayor parte de las piezas, productos de talla muy pequeños o asignados al estadio de formatizacion final (93 por ciento), se habrían termoalterado en eventos no relacionados con un tratamiento termico intencional. Expone que hay instrumentos que presentan alteración termica posterior a su formatizacion, una raedera con daño termico en los negativos de retoque, y otra raedera con alteración de tipo cambio de color en uno de los fragmentos remontados. Identificó el tratamiento termico de numerosos restos liticos, mayormente de los artefactos producidos durante la formatizacion final de los instrumentos, en especial lascas de retoque y adelgazamiento bifacial. A su vez registró un núcleo sobre el que se remontó en laboratorio un conjunto de lascas con evidencias de cambio de color, mientras que el propio núcleo no presenta esta característica. Ademas detectó que entre los instrumentos solo se trataron térmicamente los artefactos bifaciales (dos preformas y un biface) que fueron recuperados con fracturas.

Los artefactos formatizados fueron usados para realizar un solo movimiento de trabajo, sobre una sola sustancia. Solo dos de ellos fueron usados para realizar más de una acción (un raspador con el cual se proceso cuero y hueso con un movimiento transversal, y una raedera con la que se raspo y cortó cuero). El 71,4 por ciento de los raspadores analizados presentan huellas de uso. Estos se emplearon en acciones con moviemiento transversal, ademas el 80 por ciento de los filos de raspador estudiados se usaron para procesar cuero, mientras con uno de ellos tambien se trabajó sobre hueso. Si bien tecnomorfologicamente cuchillos, raederas y lascas retocadas se clasifican de manera separada, el analisis funcional mostró que el 66,67 por ciento de sus filos fueron usados para cortar, en tareas relacionadas con el procesamiento de cuero y en segundo lugar de hueso (Figura 5). Se reconoció una escasa utilización de los productos de la talla. Una lámina fue empleada para cortar cuero, mientras dos lascas poseen huellas de uso indeterminadas. Las sustancias trabajadas incluyen principalmente cuero, seguido de hueso y en algun caso indeterminado podria tratarse del procesamiento de carne. Parece no haber correspondencia entre los angulos de filo y la función desarrollada con los artefactos. La prension de estos habría sido principalmente manual, excepto en tres casos (dos dudosos y uno seguro) que presentan huellas de enmangue (Paunero y Castro 2001; Castro et al. 2013).

Se realizo el analisis funcional sobre una muestra de artefactos liticos, conformada por 57 piezas (Tabla 3). Entre ellos se encuentran 22 artefactos formatizados (70,97 por ciento), dos núcleos y el 54,24 por ciento de los productos de talla con potencial filo funcional (30 lascas y dos láminas). Artefactos formatizados

22

Percutor

1

Productos de talla

32

Nucleos

2

TABLA 3. ARTEFACTOS CON ANALISIS FUNCIONAL. 13

En 16 artefacos se identificaron microhuellas. En el artefacto restante (pieza número 848) la funcionalidad se infiere a partir de huellas macroscopicas que incluyen el daño o alteración del filo.

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FIGURA 5. A Y B. CUCHILO UNIFACIAL SOBRE LASCA LARGA, USADO PARA CORTAR CUERO. A. FIGURA 10 TOMADA DE PAUNERO Y CASTRO (2001).

Anderson P., Korobkova G., Longo L., Plisson H. y Skakun N.

El estudio funcional en articulacion con el analisis distribucional intrasitio, permitio proponer la existencia de dos areas de actividad situadas alrededor de los fogones y vinculadas al procesamiento de productos animales. Una de estas areas estuvo dedicada principalmente al curtido (raspado) de cuero y la otra dedicada al seccionamiento (cortado) de cuero, aunque en ambas se procesó hueso en menor medida (Figura 4) (Paunero y Castro 2001). La escasez de restos oseos recuperados indica que no se trata de areas específicas de alimentación, ademas se ha propuesto que las herramientas de hueso encontradas fueron utilizadas probablemente durante el procesamiento de cuero (Paunero et al. 2010). Los integrantes de los primeros momentos habrían producido instrumentos funcionalmente diseñados para el desarrollo de tareas específicas, sin necesidad de usar filos naturales. En el espacio intrasitio los fogones se habrían utilizado para tratar térmicamente artefactos líticos como forma de optimizar la materia prima, a su vez habrían jugado un rol importane en el diseño de los espacios y en la posible organización de los procesos productivos, entre otras funciones (Paunero y Castro 2001; Frank 2011; Castro et al. 2013).

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científico (Fedoseev et al. 1978; Castro 1994; Clemente 1997).

Capítulo 5. Experimentaciones de uso con artefactos líticos “…con la esperanza de encontrar algo que pueda superar la conjetura…” William Cunnington 1803, en Cunnington (1975)

Durante el desarrollo del PE se hizo especial referencia a la documentación y registro sistemático de las observaciones efectuadas durante el experimento, registrando tanto los materiales empleados en la manufactura de los artefactos líticos (tipos de roca, herramientas para la talla), las sustancias procesadas con los artefactos de la colección (madera, piel, hueso, etc.) como las variables involucradas en la operación de los artefactos (ángulo de trabajo, ángulo del filo, fuerza, tiempo, operador, estado de la sustancia, entre otras). En algunas instancias para realizar estas observaciones y documentarlas, se elaboraron fichas de registro experimental (ver Figura 10), aislando en diferentes campos las variables utilizadas, v.g. en las labores desarrolladas con los artefactos, y en el análisis de las huellas de uso. A su vez se realizó el registro gráfico de materiales, huellas de uso y experimentos, mediante dibujo, fotografía y video. Por último para la operatividad del registro de información en las fichas y las descripciones en general se elaboraron códigos experimentales.

En este capítulo presentamos la información atinente al trabajo experimental. Se exponen los materiales empleados y los procedimientos seguidos para la realización del Programa Experimental y las distintas series que lo componen, los indicadores de uso considerados, los rasgos principales de estos últimos, y un conjunto de conclusiones de carácter empírico con valor interpretativo, para el estudio de conjuntos originales. En definitiva el interés principal de esta investigación es reconocer los distintos tipos de trabajos realizados con los artefactos líticos que hallamos en el registro arqueológico. Anteriormente, en el Capítulo dos. Enfoque Teórico, expusimos algunas características que consideramos relevantes acerca de los estudios experimentales, asimismo presentamos información antecedente, en el Capítulo cuatro. Antecedentes de investigación, sobre las experimentaciones vinculadas al estudio de las funciones de los artefactos líticos de Patagonia.

5.1 Programa Experimental Se diseñaron experimentaciones con el propósito de identificar los rastros de uso en los bordes, filos y superficies activas de los artefactos líticos de los sitios de la Localidad Arqueológica La María (LALM). Las mismas se efectuaron con diversas clases de instrumentos experimentales. Estos fueron manufacturados con los mismos tipos de roca que utilizaron las primeras sociedades que poblaron la región (Cueto 2008, 2009a y b). Las muestras de roca se colectaron especialmente durante los trabajos de campo realizados en la Localidad Arqueológica, durante los veranos de 2002, 2003, 2004, 2008 y 2010. Asimismo se emplearon rocas reunidas por nuestro equipo de investigación, durante los viajes de campo realizados entre 2001 y 2010, que se hallan depositadas en colecciones de referencia pertenecientes al Laboratorio N° 17 de la División de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (FCNyM-UNLP).

Presentamos aquí el diseño del Programa Experimental (PE) orientado a conocer las relaciones entre los distintos modos de uso de artefactos de roca tallada y los principales indicadores de uso generados durante el empleo de los instrumentos (Figura 1). En primer lugar se evalúa si los tipos de roca empleados responden de manera positiva en cuanto a la formación de huellas de uso; en segundo término se realiza una caracterización de las huellas de uso (considerando la combinatoria de factores que operó en su manifestación), que serán aisladas como indicador para el estudio de las colecciones arqueológicas. Si bien es necesaria la confección de una colección experimental para la formación del analista, ésta a su vez posee importancia ya que es posible que los distintos indicadores funcionales puedan manifestarse con ciertas particularidades diferenciales, según el tipo de roca empleado, en cuanto aspecto y proporción, respecto de aquellas consensuadas en los inicios de esta aproximación analítica para la descripción y caracterización del sílex o el chert en Europa u otras litologías de sectores próximos al área de estudio (Alonso y Mansur 1986-1990; Mansur 1991).

Durante las campañas mencionadas se procedió a la colecta de materias primas líticas, en forma de nódulos, núcleos y otros soportes, de manera directa a partir de sus fuentes primarias: afloramientos, canteras; y secundarias: cauces secos, cursos de agua u otras locaciones. Esta actividad se realizó en el marco de prospecciones sistemáticas (transectas de varios andariveles, registro en planilla, y geoposicionamiento de hallazgos), y recorridos iniciales no dirigidos de distintos sectores de la localidad (uno o más prospectadores, registro en libreta de campo, y geoposicionamiento de hallazgos). Asimismo fueron tomadas muestras de roca de algunas fuentes (cantera, cantera-taller), durante el estudio sistemático de las mismas (Paunero et al. 2005; Frank et al. 2007, 2013). El abastecimiento estuvo orientado principalmente a tres tipos de roca que se encuentran disponibles en múltiples

La experimentación constituye un método analítico, basado en la observación y la medición, que es empleado para abordar diversas problemáticas de reconstrucción del registro material. Por esta vía se genera evidencia empírica valida para contrastar total o parcialmente las distintas hipótesis formuladas, y realizar inferencias a nivel del referente arqueológico, en este caso acerca del modo de uso de los artefactos de roca (Ascher 1961; Schiffer 1988; Nami 1997). Según distintos investigadores se trata del método más importante del conocimiento empírico y fuente del conocimiento

67

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras ubicaciones del paisaje mesetario de la localidad: sílex marrón-rojizo (SM), xilópalo (XIL), y toba silicificada amarilla (TBS), semejantes a aquellas conocidas para conjuntos líticos en estratigrafía, de los sitios arqueológicos de la Localidad Arqueológica La María y otros sectores de la Meseta (Figura 2). A su vez fueron colectados, en menor cantidad, otros tipos como basalto, ópalo, toba silisificada marrón y calcedonia (Paunero et al. 2005, 2007; Cueto 2012). Esto se debe al desconocimiento de sus fuentes a nivel local, a hallazgos aislados en terreno o material rodado en fuentes secundarias, como a su menor o nula presencia en los contextos originales. En cuanto al material reunido se registró su procedencia, tipo de fuente, tipo de materia prima, calidad para la talla, medidas, entre otros caracteres (Nami 1992; Cueto 2008), en la Tabla 1 y en la Figura 3 se exponen algunos ejemplos de los materiales colectados.

FIGURA 1. ESQUEMA CONCEPTUAL QUE RESUME EL DISEÑO DEL PROGRAMA EXPERIMENTAL DESARROLLADO.

68

Experimentaciones de uso con artefactos líticos

FIGURA 3. MUESTRA DE SOPORTES DE MATERIA PRIMA DE LA COLECCIÓN DE REFERENCIA. A. SÍLEX MARRÓN ROJIZO. B. ÓPALO. C. TOBA SILICIFICADA AMARILLA. D. XILÓPALO.

FIGURA 2. FORMACIONES GEOLÓGICAS, FUENTES DE APROVISIONAMIENTO Y SITIOS CUEVA DE LA LOCALIDAD. SX: SÍLEX; OMPS: OTRAS MATERIAS PRIMAS SILÍCEAS; XL: XILÓPALO. MODIFICADO DE FRANK ET AL. 2013 N°

Clase

MP

Procedencia

L

A

E

Peso gr.

1

Nódulo

SM

Cañadón Cueva de La Ventana. LM

14,8

11,7

9,5

1580

2

Núcleo

XIL

Cantera Bosque Petrificado. LM.

13,1

10,6

8,4

1400

3

Núcleo

SM

Cantera de Sílex de CDM. LM.

15,3

11,2

9,6

1900

4

Nódulo

SM

Cañadón Cueva de La Ventana. LM

7,7

5,7

6

210

5

Nódulo

SM

Cantera de Sílex de CDM. LM.

7,3

5,4

4,5

190

6

Nódulo

TBS

Cantera El Morro. LM.

6,7

5,7

4,5

170

7

Núcleo

XIL

Sector Cuevas del Camino. LM.

14

14,6

14,4

2600

8

Núcleo

SM

Cantera de Sílex de CDM. LM.

16

14,4

12

1400

9

Núcleo

TBS

Cantera de Sílex de CDM. LM.

15

17

11

1300

10

Nódulo

S

Cauce vega, Estancia Vega Grande

8

6

3,2

190

11

Nódulo

S

Cauce vega, Estancia Vega Grande

6

5,8

4

150

12

Núcleo

OP

Sector La María Quebrada. LM.

15,3

11,6

12

1800

13

Rodado

S

Cañadón de la Mina. LM.

9

7,4

5,7

210

14

Núcleo

S

Cantera-taller Cañadón Negro. LM.

19

16

12

1500

15

Nódulo

XIL

Cantera Bosque Petrificado. LM.

13,1

10,6

8,4

1200

16

Nódulo

CC

Cantera-taller Cañadón Negro. LM.

12

8

7

700

17

Núcleo

TBS

Cantera de Sílex de CDM. LM.

18

11

14

1200

18

Rodado

S

Sector La María Quebrada. LM.

11

9

6

450

19

Nódulo

SM

Sector La María Bajo. LM.

17

10

8

1100

20

Nódulo

XIL

Cantera Bosque Petrificado. LM.

12

6

4

400

TABLA 1. SOPORTES USADOS PARA CONFORMAR LA COLECCIÓN DE REFERENCIA. COLECTADOS EN LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA (LM) Y OTRA. MP: MATERIA PRIMA, L: LARGO, A: ANCHO Y E: ESPESOR. SM. SÍLEX MARRÓN-ROJIZO. OP. ÓPALO. S. SÍLEX.

69

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras compacta, posee dureza siete, similar al cuarzo según escala de Mohs. Se presenta en forma de troncos enteros o fragmentados, y nódulos. Esta roca puede presentar variabilidad a nivel macroscópico, vinculada a atributos como el color, el tamaño de granos, el grado de silicificación y la presencia de inclusiones. Esta litología se forma sobre material orgánico (vegetal leñoso: madera), producto de procesos por los cuales los espacios de las células muertas son ocupados por minerales, mayormente silicatos, como el cuarzo o la calcedonia. Como materia prima presenta buena calidad para la talla (Bayly 1972; Baena 1998).

Principales materias primas empleadas para formar la colección de referencia. Características. Para conformar la colección de referencia de instrumentos líticos hemos empleado, en primer lugar el sílex (SiO2), también conocido como pedernal -o chert en la bibliografía anglosajona-. Se trata de una roca del grupo del cuarzo, formado por sílice, arcilla y alúmina, entre otros componentes. Posee una estructura microcristalina, de grano fino, compacta, es de dureza 7, y se presenta generalmente en forma de nódulos. Destaca la gran variabilidad macroscópica que puede presentar esta roca, vinculada a diversos atributos como el color, el tamaño de granos, el grado de silicificación y la presencia de inclusiones. Características que inciden en su variabilidad respecto a la calidad para la talla (Bayly 1972; Tixier et al. 1980; Baena 1998).

La Patagonia en general y la meseta central en particular presentan numerosos yacimientos donde esta roca se concentra en gran cantidad, aunque también se registran materiales aislados (Teófilo 1971; Hermo 2005; Channing et al. 2007; Frank et al. 2013). En esta región su origen se remontaría a tiempos Jurásicos (Panza 1994; Zamuner y Falaschi 2005). Si bien en la bibliografía geológica suele asociarse a la Formación La Matilde como la portadora de grandes troncos silicificados (Panza 1994; Gnaedinger y Herbst 2006), la fuente donde obtuvimos las muestras –nódulos y núcleos-, Bosque Petrificado de la Localidad Arqueológica La María, según la hoja geológica 4969-II-Tres Cerros afloraría sobre las formaciones Chon Aike y Bajo Pobre (Panza 1994). Esta divergencia es atribuible a las diferencias en el grado de resolución que implica el examen de la hoja geológica y el relevamiento arqueológico en terreno (Frank et al. 2013). Los estudios que realizamos en esta cantera-taller nos permitieron constatar a nivel macroscópico el predominio absoluto de xilópalo como materia prima. El análisis de secciones delgadas confirma que en general se trata de maderas fosilizadas (Figura 4), aunque reconoce la presencia de tres grupos litológicos en total (Skarbun y Páez 2012). Es una fuente primaria (Nami 1992), en la cual la materia prima se presenta en forma de troncos de gran tamaño correspondientes probablemente a Araucaria mirabilis-, bloques menores y guijarros (Figura 2). Según el color hemos clasificado la variedad predominante como Tipo 6 (Hue 5 YR 2/2) brownish black –negro/marrón- (x s/f). La calidad de la materia prima se encuentra entre regular y buena en proporciones similares. Esto probablemente se deba a que, si bien el xilópalo muestra buena silicificación15, las vetas remanentes de los sistemas vasculares de la madera guían en ciertos casos las fracturas, puesto que conforman un clivaje de tipo tabular. Si bien esta roca presenta un alto grado de silicificación, su homogeneidad (Nami 1992) es inferior a los sílices de la Cantera de Silex de CDM (Frank et al. 2007) dado que contiene sectores internos con microporosidades. Estas últimas junto a los sistemas vasculares provocarían la mayor fragilidad de la roca durante la talla (Nami 1992) en comparación con los materiales de la Cantera de Sílex de CDM. A esto se suma la presencia abundante de corteza (Frank et al.

En la meseta central este tipo de roca se corresponde a la Formación Baqueró y Chon Aike (Panza 1994; Echavarria 2004), y en efecto, a nivel de la localidad aflora sobre ambas formaciones, tratándose de una de las rocas más ampliamente distribuidas (Skarbun 2011). Hemos seleccionado principalmente, nódulos y núcleos, de la variedad marrón-rojizo, que clasificamos como Tipo 1 –marrón rojizo- (Hue 2.5 YR reddish brown 4/6) y Tipo 2 -marrón rojizo pálido- (Hue 2.5 YR dull reddish brown 4/3) según la escala Revised Standard soil Color Chart (x s/f) (en adelante RSSCC), proveniente de distintas fuentes y sectores de la localidad14 (Cueto 2008; 2012). Se han realizado estudios particulares (v.g. análisis de disponibilidad y propiedades de las rocas, así como de las características tecnológicas de los materiales) sobre fuentes de esta materia prima, que evidencian su abundancia, su presentación en forma de nódulos, con un diámetro menor a 20 cm, y la calidad para la talla generalmente muy buena, debido a la homogeneidad y la fractura concoidea. La corteza, de poco espesor y grano fino, posee mejor calidad que otras espesas y de grano grueso también presentes en el sitio (Nami 1992; Frank et al. 2007). Se trata de un material originado a partir del precipitado de un fluido (frío) sobresaturado en sílice o por reemplazo silicio masivo de rocas de grano fino. Esta caracterización la efectuó el Dr. Ramiro López –geólogo(2004) a partir de muestras de mano procedentes de la Cantera de Sílex (Frank et al. 2007) y de observaciones directas de las fuentes durante los trabajos compartidos en campo con nuestro equipo. En segundo lugar se usó el xilópalo, también denominado madera petrificada. Se trata de una roca silícea. Posee una estructura microcristalina, de grano fino a intermedio, es 14

Se tomaron muestras de las canteras de sílex y toba silicificada de los Sectores La María Baja y Cañadón Cueva de la Ventana, como de afloramientos más pequeños y de concentraciones o materiales aislados procedentes del Sector del casco de la Estancia Vega Grande lindera al oeste con Ea. La María.

15

En la localidad se registran materiales aislados de esta materia prima que poseen menor grado de silicificación que los hallados en esta cantera-taller.

70

Experimentaciones de uso con artefactos líticos 2013). Muchas de las características apuntadas arriba en cuanto a la calidad para la talla y el tipo de fractura de esta roca, las pude registrar durante las labores experimentales de manufactura de artefactos y el empleo de los instrumentos. En relacion con esto último se observó un astillamiento y fractura recurrente de los bordes naturales y retocados de angulo agudo principalmente en acciones longitudinales sobre susrtancias duras.

litorales, por proximidad también podría corresponder a la Formación La Matilde (Panza 1994; Echavarria 2004; Frank et al. 2007; Skarbun 2011). De ambas fuentes hemos obtenido nódulos y núcleos, principalmente de toba silicificada de variedad amarilla del Tipo 18 (Hue 2.5 Y 6/4) –amarillo pálido- (Cueto 2008, 2012). Estos poseen un diámetro menor a 20 cm, y la calidad para la talla, testeada en nuestros experimentos, generalmente es muy buena a buena, aunque varía dependiendo del grado de silicificación y de la homogeneidad de la pasta. La corteza que los recubre presenta gran espesor y grano grueso, y no es de buena calidad para la talla (Nami 1992; Frank et al. 2007; Cueto 2012). Según la caracterización macroscópica se trata de un material originado a partir del precipitado de un fluido (frío) sobresaturado en sílice o por reemplazo silicio masivo de rocas de grano fino (López 2004). Manufactura –experimental- de artefactos líticos Reunido el material lítico, se procedió a la confección de un conjunto de artefactos con filos naturales y retocados, aptos para ser utilizados. Se implementaron técnicas convencionales de talla, con variantes en los gestos técnicos y posiciones o formas de sostén, por percusión directa y presión, con percutor duro de roca y asta, y blando de hueso y madera. La abrasión de bordes y superficies se realizó con percutor-pulidor de roca (Figura 4 y 5; Tabla 2). Para la manufactura de los percutores blandos utilizamos material óseo de guanaco (Lama guanicoe) colectado en la Loc. Arq. La María; y madera de molle (Shinus polygamus) procedente de la Loc. Arq. Cerro Tres Tetas. Respecto a la explotación del guanaco por parte de sociedades de cazadores recolectores en la meseta central, contamos con contundentes evidencias arqueológicas y también etnohistóricas, desde fines del pleistoceno hasta momentos recientes. Entre diversos propósitos se registra el empleo de sus elementos óseos para la manufactura de artefactos del tipo retocador, punzón, artefactos de punta roma, agujas, koolo, entre otros (Miotti 1998; Mengoni 1999; Musters 2005; Paunero et al. 2005, 2010). En cuanto al género Schinus al cual pertenece el molle, hay evidencias palinológicas de su existencia en el ambiente mesetario a nivel regional, y registros de su ingreso en numerosos sitios arqueológicos desde el pleistoceno final a la actualidad (Mancini et al. 2005; de Porras et al. 2009, 2010). Éste habría sido empleado como leña en estructuras de combustión, citamos como ejemplo las identificaciones realizadas sobre leños carbonizados del componente finipleistocénico de Cerro Tres Tetas 1, y los componentes holocénicos del sitio Campo Moncada 2 capa 2a, 3b y 4a- y Alero Don Santiago -capa 2 y 4- en el valle de Piedra Parada, Chubut (Marconetto 2002; Paunero 2009). No obstante estas maderas también pueden haber sido descartadas allí sin intención de emplearse como leña, en el marco de un proceso tecnológico de modificación de soportes leñosos, con el propósito de elaborar una tecnofactura. Apoyan esta idea determinados hallazgos arqueobotánicos, como un arpón recuperado en el sitio Cueva del Negro (costa norte de Santa Cruz), confeccionado sobre Berberis sp.

FIGURA 4. A Y B. FORMA EN QUE SE PRESENTA LA MATERIA PRIMA. C. ZOOM MOSTRANDO NEGATIVOS DE LASCADOS EN UN TRONCO FOSILIZADO. LA ESCALA USADA EN B Y C ES DE 10 CM. D. MICROFOTOGRAFÍA. SECCIÓN DELGADA DE MADERA FOSILIZADA. AUMENTO 50X.

En tercer lugar se empleó toba silicificada. En términos generales se trata de una roca de origen volcánico, de grano fino a muy fino, de estructura compacta y dureza seis. De manera similar a riolitas y andesitas, proviene de coladas que según la mayor o menor velocidad de enfriamiento adquiere una naturaleza más o menos vítrea. Durante este proceso, dependiendo de los elementos constitutivos –SiO2, Mg, Ca o Fe- puede conformarse una toba o un basalto. Rocas que se presentan generalmente en forma de nódulos. En relación a las características para la talla es preferible contar con ejemplares más cristalizados frente a aquellos de tipo vítreo (Bayly 1972; Tixier et al. 1980; Baena 1998). En la localidad en estudio, la toba silicificada es el segundo tipo de roca con más amplia distribución, seguido por otros sílices. Se presenta en el paisaje en canteras, afloramientos menores o materiales aislados. En el sector del Cañadón de la Mina, entorno del sitio Casa del Minero 1 (CDM1), se encuentran dos canteras de grandes dimensiones y fácil acceso, con abundante materia prima de este tipo. Se trata de la cantera de Sílex de CDM, antes mencionada, y la cantera El Morro. Los estudios realizados sobre estas fuentes permiten precisar que la primera de ellas aflora sobre la Formación Baqueró y Chon Aike, y en el caso de El Morro si bien aflora sobre depósitos de antiguas playas y cordones lacustres

71

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras (Capparelli et al. 2009), las cañas colihue con huellas de ataduras –usadas posiblemente en cunas para transportar niños- recuperadas en chenques de Chubut (Perez 2002; Casamiquela 1960; Gradin 1978), una pinza hecha con caña recuperada en el sitio Piedra Parada 1 (Perez 19791982), entre otros. Según las fuentes etnohistóricas y etnográficas el uso post-aprovisionamiento dado a diversas maderas habría implicado la elaboración de artefactos. Hay registro del empleo de leños de molle para confeccionar sistemas de soporte (mangos) de palas y raspadores, como parantes en la estructura de los toldos, y para elaborar mástic a partir de la resina de este vegetal (Aguerre 2000). Los leños de Nothofagus se habrían empleado para confeccionar parantes de toldos, entre otras (Marconetto 2002; Guinnard 2006 [1856-1859]), los cronistas informan de la factura de escudillas, vasijas, tambores, pipas, cunas, clavos, agujas, cucharas, astíles, arcos entre otros artefactos con maderas no identificadas (Boschin y Nacuzzi 1979; Claraz 1988 (1865-66); Musters 2005; Guinnard 2006 [1856-1859]), o el empleo de varillas para encender el fuego por frotado (Claraz 1988 (1865-66)).

elaborado dispositivos de este tipo (Mansur 1983; Paunero y Castro 2001; Cattáneo 2002). La manufactura experimental de los artefactos nos permitió generar información, acerca de las propiedades de las rocas, de la relación entre la técnica implementada –tipo de golpe/presión y herramienta empleada- y los resultados obtenidos a nivel de los artefactos y productos de talla, que es imposible de alcanzar mediante la observación directa de los artefactos arqueológicos.

FIGURA 5. A. TRABAJO DE TALLA DURANTE LA MANUFACTURA DE ARTEFACTOS LÍTICOS. B. ACCIÓN DE RASPADO / PULIDO DE HUESO DURANTE LA MANUFACTURA DEL RETOCADOR-PUNZÓN N°15 DE FIGURA 6 C.

En base a criterios tecnomorfológicos y de uso conocidos respecto a los conjuntos de artefactos de las primeras ocupaciones -Pleistoceno final/Holoceno temprano- de la región, se confeccionaron y seleccionaron los soportes para manufacturar los artefactos experimentales. Se consideraron datos publicados de los conjuntos líticos de Los Toldos, El Ceibo, Piedra Museo, Cerro Tres Tetas y Cueva de las Manos (Aguerre 1979; Gradín et al. 1987; Mansur 1987; Paunero y Castro 2001; Cattáneo 2002). Además del tipo de roca y las herramientas de talla empleadas, se tuvo en cuenta: 

La selección de lascas como forma base, de tipo angular, seguidas por secundarias y primarias



La producción de formas predeterminadas como láminas



El preparado de plataformas



El predominio del retoque marginal unifacial y escamoso, ubicado principalmente en cara dorsal



El tamaño de los artefactos usualmente grande



El predominio de las siguientes clases de artefactos: raspadores, raederas, cuchillos y lascas retocadas



FIGURA 6. A. 1-3. PERCUTORES (BASALTO), Y 4. PERCUTORPULIDOR DE ROCA (GRANITO). B. 5. RETOCADOR, 6-7. RETOCADOR-COMPRESOR, 8-9. COMPRESOR DE ASTA. C. 15. RETOCADOR-PUNZÓN (SOBRE FÉMUR), 16-17. COMPRESORES DE HUESO (SOBRE RADIO-ULNA Y TIBIA).

Sustancias procesadas Fueron seleccionadas diversas sustancias para realizar los experimentos de trabajo con los instrumentos. Se privilegió el empleo de sustancias locales para el área de estudio, o aquellas para las cuales existiese algún registro de su procesamiento en contextos con características similares o contemporáneos, también se consideraron sustancias con posibilidades de haber sido usadas en el pasado (aquellas para las cuales no hay registro preciso de su empleo) o inferidas en base a diversos indicadores.

La ausencia de estandarización morfológica

Preferentemente se eligieron soportes aptos para la prensión manual según criterios de tamaño y morfología de los bordes. Dado que no se registran huellas diagnósticas que remitan al empleo de dispositivos de enmangue para las primeras ocupaciones, salvo en un caso en la Unidad 5 de Cerro Tres Tetas 1, no hemos

72

Experimentaciones de uso con artefactos líticos



Clase

MP

Procedencia

L

A

E

Peso

Borde activo

gr.

L

A

E

1

Percutor

roca

Loc. Arq. La María

10,8

6,5

4,3

482

-

-

-

2

Percutor

roca

Loc. Arq. La María

9,2

6,4

3,2

295

-

-

-

3

Percutor

roca

Loc. Arq. La María

8,1

5,2

3,5

207

-

-

-

4

roca

Loc. Arq. La María

5,4

5,4

4,9

190

-

-

-

5

Percutor – pulidor Percutor

asta

EE.UU.

26

3,2

2,8

265

7,2

3,1

2,8

6

Retocador

asta

EE.UU.

19,7

2,2

2,1

102

3,1

0,8

0,7

7

asta

EE.UU.

17,4

1,9

3

123

2,7

1

0,6

8

Retocador percutor Retocador

asta

EE.UU.

9

3,8

3

113

1,1

0,6

0,4

9

Retocador

asta

EE.UU.

11,9

1,7

1,3

25

1,2

0,6

0,6

10

Percutor*

madera

Loc. Arq. Cerro

21,5

3,5

3,5

96

6

3,7

0,5

Tres Tetas 11

Protector

cuero

EE.UU.

15

50

0,3

-

-

-

-

12

Protector

cuero

Loc. Arq. La María

20

28

02

-

-

-

-

13

Percutor

roca

Playa Unión /

13

7,5

6,6

320

-

-

-

9

7

4,6

270

-

-

-

Chubut 14

Percutor

roca

Playa Unión / Chubut

15

hueso

Loc. Arq. La María

16,2

2,7

0,5

20

2

2,2

0,4

16

Retocadorpunzón* Compresor*

hueso

Loc. Arq. La María

12

2,3

0,5

17

1,5

1,7

0,4

17

Compresor*

hueso

Loc. Arq. La María

12,9

1,8

0,4

15

1,1

1

0,4

TABLA 2. COLECCIÓN DE HERRAMIENTAS PARA LA TALLA. * HERRAMIENTAS QUE ELABORÉ DURANTE EL TRABAJO DEL HUESO Y LA MADERA CON LOS ARTEFACTOS LÍTICOS EXPERIMENTALES.

La colección de sustancias para ser procesadas se conformó con elementos de origen animal, vegetal y mineral. El primer grupo de elementos se conformó con hueso -de guanaco, zorro, vaca y cordero-, carne – de guanaco y vaca- y piel –de guanaco y cordero-; el segundo grupo por madera –de molle (Schinus patagonicus), calafate (Berberis buxifolia), algarrobo (Prosopis alba), chal chal (Vassobia breviflora)-, y gramíneas; y el tercero por rocas –sílex, xilópalo, toba y pizarra-, y óxido de hierro (Figura 6).

siguientes variables, entre otras, al momento de la colecta y el empleo de las mismas: (Tabla 3) - Dureza: Blanda, dura o algún estado intermedio. La dureza corresponde a la oposición que ofrecen los materiales a ser modificados por acciones como raspar, pulir, cortar, entre otras. En este estudio he considerado una escala relativa de dureza que permite ordenar las sustancias procesadas con fines prácticos de la siguiente manera: dureza 1. Blanda: cuero/piel en estado fresco, carne, otros tejidos blandos; gramíneas. dureza 2. Intermedia: hueso cocido; cuero seco, cuero seco humedecido; madera fresca. dureza 3. Dura: hueso fresco, seco, humedo y congelado; madera seca; rocas.

Es sabido que el contacto con las distintas sustancias trabajadas genera una serie de rastros de uso (con variaciones en cuanto a desarrollo e intensidad) que, en su conjunto, pueden ser distintivos para cada caso (Keeley 1980; Castro 1994; Gibaja 2002). La variabilidad de las huellas puede asociarse al tipo de sustancia, pero a su vez con el estado de la misma al momento del procesamiento. Para distinguir los rastros y las variaciones que puedan manifestarse en relación a las propiedades de las sustancias, hemos controlado las

- Estado: Fresca, seca o algún estado intermedio. - Especie, clase o familia. Se espera que estas labores experimentales que involucran el procesamiento de distintas sustancias aporten información relevante en cuanto a la resistencia

73

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras mecánica, el tipo y grado de reacción de cada una frente a las diversas cinemáticas a las que han sido sometidas. Se trata de información que no es posible obtener mediante la observación directa de objetos arqueológicos.

5.2 Colección de referencia de artefactos líticos La colección experimental de artefactos líticos quedó conformada por 141 piezas, 130 fueron usadas, las 11 restantes conforman un grupo de referencia acerca de las características de la roca sin uso. Estos artefactos fueron elaborados principalmente sobre lascas y láminas. La colección se encuentra estructurada en 11 series con características experimentales particulares que se exponen a continuación. Con el propósito de distinguir las huellas de uso de las modificaciones generadas por causas no vinculadas al empleo de los artefactos se consideraron los resultados de experimentaciones especiales. Entre estas se encuentra el estudio de modificaciones causadas a partir de procesos emparentados con la alteración térmica no controlada (daño térmico), procesos tecnológicos como el tratamiento térmico de rocas (Cueto y Frank 2008, 2008-2010, 2009), accidentes durante la excavación (contacto con herramientas metálicas) y la manipulación del material arqueológico en laboratorio (contacto con sustancias empleadas para rotular: grafito y extracto de banana; golpes y presiones generados al embolsar piezas en conjunto; consecuencias del lavado de artefactos en soluciones de HCl y NaOH) que pueden provocar estigmas particulares, o el encubrimiento, remoción o alteración de las huellas de uso (Cueto 2009a, 2012; Cueto et al. 2010a; Cueto y Muiña 2013).

FIGURA 7. SUSTANCIAS EMPLEADAS EN EL PROCESAMIENTO CON ARTEFACTOS LÍTICOS. A. HUESO FRESCO Y SECO DE GUANACO; B. HUESO FRESCO DE VACA; C Y D. MADERA SECA DE MOLLE; E Y F. MADERA FRESCA, CALAFATE Y ALGARROBO; G. CARNE DE GUANACO, H. CUERO DE GUANACO. Especie /

Sustancia

Dureza

Estado

hueso

dura

seco*

Lama guanicoe

Loc. Arq. La María

hueso

dura

fresco

Bos taurus

Pcia. Buenos Aires

madera

dura

fresco

Schinus polygamus

Loc. Arq. La María

madera

blanda

fresco

Vassobia breviflora

La Plata (Bs.As.)

madera

dura

fresco

Berberis buxifolia

Loc Arq. La María

cuero / piel

blanda

fresco

Lama guanicoe

Loc. Arq. La María

cuero / piel

blanda

seco

Ovis aries

Gral. Conesa (Pcia. Río Negro)

carne

blanda

fresca

Lama guanicoe

Loc. Arq. La María

carne

blanda

fresca

Bos taurus

Pcia. Buenos Aires

roca

dura

seco

sílex

Cantera de sílex, Loc. Arq. La María

denominación

Procedencia

TABLA 3. REGISTRO DE CARACTERÍSTICAS PARA LAS SUSTANCIAS PROCESADAS, AL MOMENTO DE LA COLECTA. * ESTADIOS DE METEORIZACIÓN 0 Y 1 (BEHRENSMEYER 1978).

74

Experimentaciones de uso con artefactos líticos Los artefactos de la colección fueron empleados en una amplia gama de acciones como raspar, cortar, aserrar, pulir, desbastar, percutir, machacar, entre otras. Las mismas fueron ejecutadas sobre diversas sustancias de origen animal, mineral y vegetal (ver acápite Sustancias procesadas), con el propósito de obtener una muestra considerable de los diversos tipos de huella de uso (micropulidos, estrías, microesquirlas, melladuras, entre otras). A partir de esta muestra se llevó a cabo el examen y determinación de las características particulares y grado de desarrollo de las huellas. A continuación presentamos en la Tabla 4 una síntesis de los experimentos según las particularidades de cada serie.

Serie experimental 4: está compuesta por 6 artefactos confeccionados en toba silicificada amarilla, color 5 Y 7/3 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 3 filos retocados y 3 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol (molle). Estos leños fueron procesados en estado fresco y seco. Se realizaron acciones de corte, corte inclinado y descortezamiento durante periodos de 30 y 45 minutos. Serie experimental 5: está compuesta por 9 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo, color 7,5 R 3/3 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 6 filos retocados y 3 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol (chal chal). Estos leños fueron procesados en estado fresco. Se realizaron acciones de corte, raspado y aserrado, durante periodos de 15 a 60 minutos.

Experimentos por serie Serie experimental 0: esta compuesta por 19 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo, color 7,5 R 3/3 según escala RSSCC (Figura 7). Sobre los bordes de estas piezas se formatizaron 9 filos, que a su vez registran otros 10 filos naturales. Estos instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol (algarrobo) y elementos óseos de mamíferos terrestres medianos y grandes (cordero, guanaco y vaca). Todas estas sustancias fueron procesadas en estado fresco y seco. Sobre la madera se realizaron acciones de descortezamiento y raspado durante periodos de 15 a 20 minutos, y sobre los huesos se realizaron acciones de raspado, corte y pulido durante periodos de 15 a 60 minutos.

Serie experimental 6: está compuesta por 6 artefactos confeccionados en xilópalo marrón, colores 5 Y 3/1 y 2,5 Y 6/6 según escala RSSCC (Figura 8.c). Estas piezas presentan 4 filos retocados y 2 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol (chal chal). Estos leños fueron procesados en estado fresco. Se realizaron acciones de descortezamiento, corte y corte inclinado, durante periodos de 15 a 45 minutos.

Serie experimental 1: está compuesta por 10 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo, color 7,5 R 3/3 según escala RSSCC (Figura 8.a). Estas piezas presentan 7 filos naturales y 3 formatizados. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de elementos óseos de mamíferos terrestres medianos y grandes (guanaco y vaca) y carne (vaca). Estos elementos fueron procesados en estado fresco. Se realizaron acciones de corte y corte inclinado durante periodos 30 a 38 minutos en el caso del hueso y de 5 a 15 minutos durante el corte de carne.

Serie experimental 7: está compuesta por 11 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo color 7,5 R 3/3, toba silicificada color 5 Y 7/3, y xilópalo marrón colores 5 Y 3/1 y 2,5 Y 6/6 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 9 filos retocados y 2 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de piel de guanaco y cordero, y en un caso sobre madera de árbol (molle). Las pieles fueron procesadas en estado seco y seco húmedo (por remojado), por su parte la madera se proceso en estado fresco. Sobre las pieles se realizaron acciones de raspado y corte; sobre la madera se raspo. En todos los casos durante periodos de 15 a 30 minutos.

Serie experimental 2: está compuesta por 11 artefactos confeccionados en toba silicificada amarilla, color 5 Y 7/3 según escala RSSCC (Figura 7.b). Estas piezas presentan 6 filos naturales y 5 formatizados. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de elementos óseos y carne de mamífero terrestre grande (vaca). Estos elementos fueron procesados en estado fresco. Sobre el primer sustrato se realizaron acciones de corte y raspado, y sobre el segundo de corte, durante periodos de 15 a 30 minutos (Figura 10.a-b).

Serie experimental 8: está compuesta por 8 artefactos confeccionados en xilópalo marrón, colores 5 Y 3/1 y 2,5 Y 6/6 según escala RSSCC (Figura 7.d). Estas piezas presentan 5 filos retocados y 3 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de huesos y carne de mamífero terrestre grande (guanaco y vaca). Estos elementos fueron procesados en estado fresco. Se realizaron acciones de corte y raspado sobre el hueso y de corte sobre la carne durante periodos de 15 a 45 minutos (Figura 9.b).

Serie experimental 3: está compuesta por 15 artefactos confeccionados en toba silicificada amarilla, color 5 Y 7/3 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 11 filos retocados y 4 naturales. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol (molle). Estos leños fueron procesados en estado seco. Se realizaron acciones de raspado, corte y aserrado durante periodos de 45 minutos.

Serie experimental 9: está compuesta por 11 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo color 7,5 R 3/3 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 11 filos retocados. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de maderas de árbol y arbusto (algarrobo y calafate respectivamente). Estos elementos fueron procesados en estado fresco. Se realizaron acciones de descortezamiento y raspado durante periodos de 15 a 20 minutos (Figura 10.c-d).

75

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

prima

Acción

acción

Materia

hueso de guanaco, y a su vez de rocas (sílex, xilópalo y toba silicificada). Los elementos de origen animal fueron procesados en estado fresco, seco, congelado, cocido y húmedo. Sobre estos se realizaron acciones de corte y raspado durante periodos de 5 a 20 min. Por otra parte se percutieron rocas por intervalos de 90 a 150 min. (Figura 9.a). N° filos /

usados

N° Filos

N° Piezas

N° Serie

Serie experimental 10: está compuesta por 24 artefactos confeccionados en sílex marrón rojizo color 7,5 R 3/3, toba silicificada amarilla color 5 Y 7/3 y riolita gris color Hue N 1.5/0 según escala RSSCC. Estas piezas presentan 15 filos retocados, 6 naturales y 6 superficies activas. Los instrumentos se emplearon en el procesamiento de piel y

Sustrato

Estado

Fresco

0

19

19

Hueso

Raspar / descortezar

8

Madera

Fresco

15 a 60

Cortar / cortar con inclinación

7

Hueso

Fresco

30 a 38

cortar

3

Carne

Fresco

15 a 30

Toba

Cortar / raspar

8

Hueso

Fresco

15 a 30

silicificada

Cortar

3

Carne

Fresco

15 a 30

Raspar / cortar / aserrar

15

Madera

seco

45

Toba

Cortar / cortar con inclinación /

3

silicificada

descortezamiento

3

Cortar / raspar / aserrar

9

Madera

fresco

15 a 60

6

Madera

Fresco

15 a 45

9

Piel

10

2

11

11

3

15

15

4

6

6

5

9

9

Sílex

6

6

6

Xilópalo

8

9

8

11

8

11

Toba silicificada

10

15 a 20

Descortezar / cortar / cortar con inclinación

Fresco Madera

Toba

Raspar / cortar

Seco

y Sílex

Raspar

Xilópalo

Cortar / raspar

Sílex

2

Madera

6

Hueso

Cortar

2

Carne

Descortezar / raspar

11

Madera

Cortar / raspar

10

Piel

30 y 45

Seco / seco húmedo

silicificada

Sílex, Toba

21

Seco

Sílex

Xilópalo,

11

15 a 20

11

10

11

(min.)

Raspar / pulir / cortar Sílex

1

7

Tiempo

15 a 30

Fresco

Fresco

15 a 45

Fresco

15 a 20

Fresco

5 a 20

Seco

5 a 20

Fresco

silicificada

Congelado

24

Cortar / raspar

11

Hueso

5 a 20 Cocido Húmedo

6*

Riolita

Percutir

6*

roca

-

90 a 150

TABLA 4. SÍNTESIS DE LOS EXPERIMENTOS REALIZADOS EN CADA SERIE EXPERIMENTAL DE ARTEFACTOS LÍTICOS. * CORRESPONDE A SUPERFICIES ACTIVAS.

76

Experimentaciones de uso con artefactos líticos

FIGURA 8. MUESTRA DE ARTEFACTOS DE SÍLEX MARRÓN ROJIZO. SERIE EXPERIMENTAL 0

FIGURA 10. A. TRABAJO DE TALLA CON PERCUTOR DE RIOLITA. B. TRABAJO DE DESCARNE DE HUESOS DE VACA CON RAEDERA DE XILÓLPALO.

FIGURA 11. TRABAJOS EXPERIMENTALES. A. HUESO FRESCO DE VACA (BOS TAURUS). B. ACCIÓN DE RASPADO SOBRE SUPERFICIE ÓSEA CON ARTEFACTO CONFECCIONADO EN TOBA. C. MADERA FRESCA DE CALAFATE (BERBERIS BUXIFOLIA). D. DESCORTEZAMIENTO DEL LEÑO CON ARTEFACTOS CONFECCIONADO EN SÍLEX. FIGURA TOMADA DE CUETO 2012.

FIGURA 9. A. MUESTRA DE ARTEFACTOS DE SÍLEX. SERIE EXPERIMENTAL 1. B. MUESTRA DE ARTEFACTOS DE TOBA SILICIFICADA. SERIE EXPERIMENTAL 2. C. MUESTRA DE ARTEFACTOS DE XILÓPALO. SERIE EXPERIMENTAL 6.

Controles realizados durante la experimentación Durante los trabajos de procesamiento de sustancias realizados con los artefactos experimentales se siguió un estricto control de las variables de uso, a saber: tiempo de uso, morfología del filo, ángulo de trabajo, presión, sustancia trabajada, estado, entre muchas otras que se expondrán en este apartado. En relación a este procedimiento se tuvo en cuenta que gran parte de los

77

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras analistas sugiere controlar la mayor cantidad de variables durante los experimentos, con el propósito de reducir los márgenes de error al interpretar las variaciones funcionales (Keeley 1980; Anderson 1981; Plisson 1985; Vila 1987; Castro 1994). De estas formulaciones se desprende que a partir de una rigurosa observación, medición, control y registro de las variables de uso y de las huellas funcionales durante la etapa experimental surgirán los datos que posteriormente serán empleados para realizar inferencias acerca de la manipulación de los instrumentos y de los trabajos ejecutados, asimismo para contrastar hipótesis acerca del modo de uso de los artefactos (Cueto 2012).

Delineación: hace referencia a la forma geométrica simple que inscribe el filo (forma secundaria en Aschero 1975). En el sector medio de la Planilla se ingresan las variables que caracterizan al experimento de uso: Usuario: identifica al operador del artefacto, v.g. MC. Manuel Cueto; MP. Matías Paunero. Fecha: fecha de trabajo con el artefacto. Acción: corresponde a los diversos trabajos realizados con las herramientas sobre un determinado sustrato, v.g. C. cortar, AS. aserrar, R. raspar, P. percutir, entre otros. Ángulo de trabajo: ángulo que forma la bisectriz del ángulo del filo con el material procesado (agudo 0-35°, intermedio 36-70° y recto 71-90°). Contacto: hace referencia a la cara/s del artefacto que entra/n en contacto con el material procesado. Puede ser: V. ventral, D. dorsal o B. bifacial. Presión relativa: registra la presión ejercida durante el trabajo. Puede ser: S. suave, I. intermedia y F. fuerte. Duración (en min.): tiempo en que se realiza el trabajo sobre una sustancia. Sustancia procesada: B. corteza, C. carne, H. hueso, M. madera, entre otros. Estado: indica el estado de la sustancia procesada, F. fresco, S. seco, H. húmedo, entre otros. Tipo: clasifica a cada material trabajado según la forma en que se presenta en la naturaleza MTG mamífero terrestre grande, MTM. mamífero terrestre mediano MTP. mamífero terrestre pequeño, A. árbol, a. arbusto, entre otros Especie: refiere al material trabajado, Mo. Schinus patagonicus, Be. Berberis buxifolia, Gu. Lama guanicoe, V. Bos Taurus, entre otros Dificultad: remite a un continuo de facilidad-dificultad en cuanto al trabajo del material con determinado artefacto, F. fácil, I. intermedio, D. difícil, M. muy difícil Efectividad: registra como se adecua un determinado filo a la realización de una tarea particular, E: efectivo, I. intermedio y N. no efectivo. Observaciones: contempla el apunte de apreciaciones cualitativas durante los trabajos.

Con el propósito de registrar las variables involucradas en las labores experimentales de producción y uso de los artefactos, incluido el análisis de las huellas generadas, se confeccionó una Planilla de referencia experimental (Figura 11) donde se ingresó la información de manera codificada. Las referencias están en el Código de Experimentación (ver Capítulo tres. Procedimeintos Metodológicos) que contiene la clave para ingresar la información a esta planilla, como a las otras Planillas y Bases de datos empleadas en este estudio. Para la confección de estos insumos tuve en cuenta las propuestas realizadas en los trabajos de Tesis de las doctoras María Estela Mansur (1983), Alicia Castro (1994), Myrian Álvarez (2003) y el Dr. Juan F. Gibaja (2002). En el sector superior de la Planilla de referencia experimental se registran variables vinculadas a la producción del artefacto. N° Serie experimental: señala el conjunto al que corresponde el artefacto. Para el desarrollo de este trabajo hemos elaborado 11 series experimentales (ver acápite Colección de referencia). N° de pieza: un número consecutivo que identifica cada artefacto. Materia prima: roca usada como soporte en la producción de artefactos. N° de Nódulo/Núcleo: vincula al producto con la colección de referencia de materias primas. Tallador: identifica al artesano, v.g. MC Manuel Cueto; MP Matías Paunero; AF Ariel Frank Fecha de obtención: fecha de fabricación del artefacto. Clase de artefacto: raspador, raedera, entre otros. N° de filos usados: registra la cantidad de filos usados del instrumento. Limpieza: registra el tipo de tratamiento previo al análisis, v.g. JA. Solución jabonosa; AC acido clorhídrico.

En el sector inferior de la Planilla se registra información que corresponde al análisis funcional de los artefactos. Equipamiento: con que equipo fue analizado el filo de la pieza. Microscopio o Lupa binocular. Fotografías: se registra la cantidad y la cara de la pieza sobre la que fueron tomadas. Redondeamiento del filo: se registra presencia o ausencia de este tipo de daño. Redondeamiento arista negativo: se registra presencia o ausencia de este tipo de daño.

A su vez se registran los siguientes caracteres del filo usado, y se deja un espacio denominado Imágen, para graficar la ubicación del/los filo/s en la pieza: N° de filo: un número consecutivo que identifica cada filo. Situación: remite a la ubicación del filo o superficie activa en la pieza (Aschero 1975).

Finalmente y según la cara de la pieza -dorsal y ventralse registran las huellas de uso macroscópicas y microscópicas. Presencia esq (esquirlamientos): se registra presencia o ausencia. Continuidad esq: se registra si se disponen a lo largo del filo de manera continua.

78

Experimentaciones de uso con artefactos líticos Morfología esq: se registra la forma total del esquirlamiento. Regularidad esq: indica si existe regularidad o no en la forma de los esquirlamientos. Terminaciones esq: señala la forma en que termina el esquirlamiento en la porción mas interna de la pieza. Dimensiones esq: medidas de los esquirlamientos en relación al diámetro de campo.

Superficie del sílex marrón-rojizo En relación al sílex las superficies internas no usadas o naturales presentan una macro y microtopografía de aspecto liso y suave, de brillo mate. Se trata de una superficie de grano muy fino y homogéneo. No obstante alternan sectores de topografía con irregularidades contrastantes, de aspecto rugoso. Esta roca presenta en baja proporción pequeños cristales de colores o tonalidades distintas al predominante en la roca. A su vez posee pequeños agrietamientos asignables a desprendimientos de materia que no llegaron a consumarse. En muchos casos estos delimitan porciones de materia que evidencian un color más claro internamente, respecto al resto de la superficie. Posiblemente deban su origen a la acción y formas de difusión de las fuerzas durante la talla. Las superficies naturales pueden presentar algún brillo en las aristas, aunque no atribuible al uso (Cueto et al. 2010b).

Presencia de estrías: se registra presencia o ausencia Orientación: registra su disposición respecto al filo. Longitud: medidas en relación al diámetro de campo. Disposición: indica si se presentan aisladas o en grupo Presencia mp (micropulido): se registra presencia o ausencia. Brillo mp: se registran los pulidos según su intensidad y caracteres particulares. Regularidad mp: corresponde al aspecto superficial de la huella, L. liso, R. rugoso e I. intermedio. Espesor mp: corresponde al grosor de la huella, P. plano, E. espeso e I. intermedio. Distribución mp: corresponde a la forma en que se dispone la huella sobre la microsuperficie de la roca, B. en banda o bandas, C. en cúspides, D. digitado, H. homogéneo o R. reticulado. Extensión mp: indica las medidas de la huella en relación al diámetro de campo. Micropulido en negativo: se registra presencia o ausencia. Micropulido en aristas: se registra presencia o ausencia. Rasgos superficiales: refiere a rasgos particulares que puede presentar cada huella. H. depresiones en forma de cometa (relacionadas al trabajo de plantas no leñosas), C. huecos de corrosión, S. huecos semiesféricos (relacionados al trabajo de piel), I. huecos irregulares, R. resquebrajaduras (relacionadas al trabajo de hueso y valvas), Z. zonas con surcos superficiales paralelos entre si, perpendiculares al filo (relacionadas al trabajo de piel). Grado de desarrollo: indica el mayor o menor grado de desarrollo de las huellas, N. indiferenciado, I. intermedio, D. desarrollado.

Los bordes, filos y aristas de los artefactos presentan un aspecto vivo. De flancos abruptos, delineación recta, superficie lisa y contínua, a diferencia de los bordes y aristas de instrumentos que presentan aspecto discontínuo por los daños de uso. No obstante algunos filos naturales también presentan un aspecto microdentado -contínuo o espaciado- que se relaciona a causas tecnológicas, específicamente a las propiedades de fractura de la roca. Se distinguen también otros rasgos tecnológicos: ondas de percusión, estriaciones (paralelas a subparalelas), y pequeñas charnelas. En algunos artefactos se encuentra corteza remanente, de poco espesor y grano fino, apta para la talla y el uso (Frank et al. 2007). Su topografía evidencia ondulaciones, presenta aspecto liso, suave, sedoso, y un brillo intenso a diferencia de las superficies internas de la roca (Figura 12). Superficie de la toba silicificada La superficie interna de esta materia prima en estado natural presenta una macro y microtopografía que combina aspectos liso y suave e irregular y áspero. A nivel macroscópico de brillo mate y sedoso, y a nivel microscópico más brillante que el sílex.

5.3 Resultados del programa experimental Descripción de las superficies frescas (sin uso) de las rocas

Se trata de una superficie de grano fino y homogéneo, con sectores de grano más grueso, oquedades e inclusiones (aspecto sacaroso), que otorgan a estas partes un tono más claro al color predominante. Presenta cristales de cuarzo en baja proporción, en algunos sectores agrupados (coincidente con partes más claras) y en otros dispersos. Estas superficies pueden presentar algún brillo opaco en las aristas, aunque no atribuible al uso (Figura 13). Los bordes, filos y aristas de los artefactos presentan un aspecto vivo, aunque en algunos casos de naturaleza más redondeada que en el sílex. Sin embargo en su mayoría se trata de flancos abruptos, con delineación recta, superficie lisa y contínua. Los rasgos tecnológicos se distinguen de manera menos evidente que en el sílex.

Se realizó la descripción de las superficies frescas de las rocas con el propósito de identificar aquellos caracteres propios o de origen tecnológico que pudieran prestar a confusión durante el examen de las huellas de uso. Esta instancia nos permitió atenuar el margen de error durante el análisis de la colección experimental y arqueológica. Se describe la microtopografía de las rocas a partir del análisis a ojo desnudo, lupa binocular y microscopio metalográfico de muestras de mano (productos de la talla del núcleo) y artefactos formatizados sin uso (n= 12) que componen la muestra de referencia. Con este propósito se emplearon 4 piezas por cada tipo de roca –sílex, xilópalo, toba-, y demás artefactos de las series experimentales.

79

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

FIGURA 12. PLANILLA DONDE SE REGISTRAN LAS VARIABLES DEL TRABAJO EXPERIMENTAL DE PRODUCCIÓN Y USO DE LOS ARTEFACTOS, A SU VEZ SE REGISTRAN LOS RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE LAS HUELLAS GENERADAS.

A diferencia de la superficie interna, presenta una capa de corteza de gran espesor, de aspecto rugoso, de grano más grueso que el sílex y de muy mala calidad para la talla (Frank et al. 2007).

Superficie del xilópalo A nivel macro y microscópico la superficie interna de esta roca en estado natural se presenta lisa, ondulada y suave. A nivel macro posee brillo sedoso mientras que a nivel de la microsuperficie éste se torna opaco.

80

Experimentaciones de uso con artefactos líticos Se trata de una superficie de grano muy fino y homogéneo. No obstante, en menor proporción y a modo de vetas y venillas alternan otros minerales (v.g. cuarzo) de grano más grueso, que dan aspecto rugoso (sacaroso) a estas porciones. Por lo general se trata de pequeños cristales traslúcidos o de colores distintos al predominante en la roca (marrón oscuro/negro). Esta superficie también presenta partes más ásperas (irregulares) que coinciden con la disposición de los minerales alineados a modo de “fibras” y vetas remanentes de los sistemas vasculares de la madera. Estas últimas partes son de mala calidad para la talla (Frank et al. 2013).

(indicadores), que luego serán empleados para examinar los conjuntos originales.

En la superficie de la roca se encuentran pequeños agrietamientos y escamaciones, asignables a desprendimientos de materia de origen tecnológico que no llegaron a consumarse. En muchos casos estos delimitan porciones de materia que evidencian un color más claro internamente, respecto al resto de la superficie. Estas características provocan cambios de brillo y reflección de la luz durante el análisis microscópico. La microsuperficie de la roca en general (interna, bordes naturales y filos tecnológicos) se presenta opaca aunque posee un brillo dispuesto en una red anastomosada, sin orientación definida. Sin embargo es posible distinguirlo de los brillos propios de los micropulidos descriptos mas abajo.

FIGURA 13. SÍLEX. A. SUPERFICIE INTERNA Y CORTEZA. LA PRIMERA PRESENTA ARISTAS TECNOLÓGICAS. B. MICROFOTOGRAFÍA DE LA SUPERFICIE. 300X.

Los bordes, filos y aristas naturales de los artefactos presentan en general aspecto vivo. Con flancos abruptos, delineación recta, superficie lisa y contínua, sin microdentado por causas tecnológicas. No obstante algunos filos naturales también presentan un aspecto redondeado y suave que se relaciona con las propiedades de fractura de la roca. Es posible distinguir en ocasiones con menos precisión que en el sílex otros rasgos tecnológicos como ondas de percusión, estriaciones y charnelas (Figura 14) La superficie de la corteza es ondulada, posee un espesor intermedio respecto a las otras litologías, es de grano fino y de brillo intenso. Presenta una estructura de clivaje tabular que no es apta para la talla (Frank et al. 2007). 5.4 Descripción de las huellas de uso de artefactos experimentales Numerosos investigadores han dado cuenta de la existencia de variaciones en las características ópticas de los rastros de uso en función del tipo de roca utilizada (Castro 1987/88; Greiser y Sheets 1979; Mansur 1999). Esto se debe a que han trabajado con un espectro mayor de rocas (cuarzo, cuarcita, basalto, riolita, obsidiana) que las agrupadas como variedades del sílex. Materia prima tradicionalmente seleccionada como referencia para caracterizar los rastros de uso sobre diversas litologías, en base al grado de similitud/disidencia con lo que se consideraba los “micropulidos típicos”. Finalmente estos estudios señalan la importancia de experimentar con rocas locales para caracterizar los rastros de uso

FIGURA 14. TOBA SILICIFICADA. A. SUPERFICIE INTERNA. B. MICROFOTOGRAFÍA DE LA SUPERFICIE INTERNA CON CRISTALES. 150X. C. SUPERFICIE INTERNA A 300X.

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras El tipo de huellas formadas se asemeja en términos generales a aquellas propuestas para las rocas silíceas en general, y que fueran tomadas como modelo en la caracterización de alteraciones de otras materias primas (Keeley 1980; Mansur 1983, 1986; Castro 1994; Álvarez 2003; Toselli 2004; Leipus 2006). Considero que los resultados alcanzados aquí revisten un formidable potencial, en cuanto a la posibilidad de distinguir las huellas de trabajo, para el estudio de los modos de vida (cambios y continuidades) de las sociedades cazadoras-recolectoras que habitaron este sector de la meseta central. A continuación se presenta la caracterización de las huellas de uso diagnósticas del procesamiento de distintas sustancias observadas en artefactos experimentales. Las mismas serán empleadas como indicador al momento de abordar los conjuntos arqueológicos de la microrregión. Huellas del trabajo sobre hueso FIGURA 15. XILÓPALO. A. SUPERFICIE INTERNA EN ESTADO NATURAL, ATRAVESADA POR VENAS OBLICUAS DE CUARZO Y SECTORES DE GRANO GRUESO. B. SUPERFICIE INTERNA A

Como consecuencia del procesamiento y la elaboración de artefactos sobre hueso se han formado micropulidos diagnósticos. En algunos casos presentan variaciones leves. Tales matices se asocian al tipo de roca usada, al estado de la sustancia procesada o al tiempo de trabajo, pero no a la especie animal a la que corresponde el elemento óseo.

150X.

En esta investigación los trabajos realizados con los artefactos líticos del Programa experimental, nos han permitido extraer un conjunto de tendencias y conclusiones en cuanto a las huellas de uso características de las diferentes labores. Asimismo permitieron distinguir aspectos generales de carácter cualitativo sobre el empleo y manipulación de los artefactos.

El trabajo de esta sustancia produce micropulidos que se constituyen como capas que forman un escalonado (o escamado), poseen aspecto liso y espesor plano. Este tipo de huella se caracteriza por ser muy brillante, en consecuencia ha recibido entre otras denominaciones la de brillo “graso” (Castro 1994; Cueto 2012). A su vez este tipo de pulido presenta un brillo mayor que el que se genera por el trabajo de la piel y la madera.

En primer lugar se pudo confirmar la posibilidad de formación de huellas de uso sobre artefactos confeccionados en litologías silíceas (sílex, xilópalo y toba silicificada), de fuentes provenientes de la Localidad Arqueológica La María, pertenecientes a las Formaciones Baquero, Chon Aike y La Matilde (Panza 1994; Skarbun 2011), que no presentaban hasta el momento estudios de este tipo. Se ha generado un amplio y valioso registro experimental en cuanto a huellas y alteraciones a nivel de macro y microsuperficie como producto del contacto de estas rocas con las sustancias procesadas, de origen animal, vegetal y mineral (Cueto 2008, 2009a, 2012; Cueto et al. 2010a).

El micropulido de hueso se distribuye en la superficie de los artefactos a modo de banda o bandas orientadas respecto al filo empleado, según el movimiento realizado. A su vez esta formación se inicia en las partes más destacadas (elevadas) de la microsuperficie o aristas naturales y tecnológicas, con menor frecuencia se forma en aquellas porciones deprimidas de la superficie, oquedades, interior de fisuras y negativos de lascado. Esto último es muy evidente entre los artefactos de xilópalo, ya que esta roca presenta irregularidades como oquedades, inclusiones y microfisuras con mayor frecuencia.

Por un lado se distinguieron melladuras, microcicatrices y redondeamiento del filo, por otro la manifestación de micropulidos y estrías con diversos grados de desarrollo. Tales resultados provienen del uso de los artefactos y la comparación de sus bordes y superficies, con las superficies frescas de las rocas sin utilizar; y el establecimiento de tendencias generales a nivel de las huellas esperadas por la realización de determinado trabajo, en base al examen de conjunto de los artefactos que procesaron la misma sustancia con variables semejantes a nivel de la cinemática.

Como rasgos superficiales característicos, este pulido presenta huecos de “corrosión” (microorificios o black pits en la bibliografía de lengua inglesa), y las resquebrajaduras propias de su desarrollo en capas. Acorde a lo planteado por otros autores, estas últimas son más abundantes por el trabajo de hueso seco que fresco (Mansur 1983; Pilisson 1985; Castro 1994). Estos signos otorgan a la superficie del pulido un aspecto irregular (Figura 15).

82

Experimentaciones de uso con artefactos líticos Desde el borde del filo empleado el micropulido alcanza una extensión de marginal a intermedia, esto se encuentra en relación al ángulo de trabajo y al tiempo de trabajo.

al tipo de roca usada, al estado de la sustancia procesada, al tiempo de trabajo y a algunas propiedades de la madera El trabajo de la madera genera micropulidos que presentan una superficie de aspecto regular, liso y espeso (mayor espesor respecto al pulido de hueso). En su desarrollo diagnóstico puede presentar lóbulos o formas semejantes al derrame de un líquido (melting like, según Keeley 1980), que por su disposición pueden indicar la dirección del movimiento. Se trata de una superficie reflexiva clara que se caracteriza por ser muy brillante, aunque en menor grado que el pulido de hueso (Castro 1994; Cueto 2012). Se distribuye sobre la microsuperficie de los artefactos a modo de banda -orientada según el movimiento realizado-, sobre cúspides o partes destacadas y en las porciones deprimidas -oquedades y negativos de lascado-. Al contrario que el pulido de hueso tiende a ocupar estos desniveles. Desde el borde del filo empleado el micropulido alcanza una extensión de marginal a intermedia, esto se vincula al ángulo de trabajo y al tiempo de trabajo (Figura 16).

Las diferencias en el desarrollo de los pulidos vinculadas al tipo de movimiento realizado, longitudinal (cortar) o transversal (pulir, raspar), no presentan variaciones sustanciales entre sus atributos. No obstante el desarrollo de las huellas por movimientos longitudinales tienden a ser mas débiles, menos desarrolladas y se disponen acotadas en torno a la arista del filo, cubriendo menos superficie. Otras diferencias entre los pulidos, en cuanto a la intensidad del brillo y el tiempo necesario para su manifestación diagnóstica, se vinculan a los diferentes estados del hueso. Los elementos en estado fresco, cocido o remojado se relacionan con huellas que alcanzan un mayor brillo y el desarrollo diagnóstico en menor tiempo de trabajo que aquellos formados durante el procesamiento de hueso seco o congelado. Esto se encuentra en relación directa a la humedad que presenta el elemento. Según el tipo de roca del artefacto, se presentan leves diferencias en cuanto a la formación de las huellas (Cueto 2012). Por un lado se registra una tendencia que señala la necesidad de tiempos de uso más breves (5–15 min) en la formación de huellas diagnósticas para el sílex -marrónrojizo-, frente a las otras litologías. A este lo sigue el xilópalo (12–25 min), y por último la toba silicificada que requiere de un mayor tiempo de uso (25–45 min) y una mayor presión durante el trabajo hasta alcanzar un desarrollo diagnóstico. En relación al micropulido se forman estrías. Estas poseen longitud corta y se disponen mayormente aisladas o en pequeños grupos. Aquellas con orientación perpendicular al filo, se asocian con acciones transversales (raspar, pulir), mientras las que poseen orientación paralela u oblicua se relacionan con acciones longitudinales (corte, aserrado). Se presentan en mayor cantidad en los artefactos que trabajaron hueso en estado fresco o mojado. En cuanto a daños macroscópicos el trabajo del hueso generó mayor cantidad de esquirlamientos, sin embargo no se forman en todos los artefactos y son escasos. Las acciones con movimiento transversal presentan microesquirlamientos continuos y discontinuos, de forma rectangular y semicircular, y poseen dimensiones micro. Debido a acciones longitudinales se presentan esquirlamientos continuos, con forma semicircular y en media luna. El redondeamiento del filo se produce con mayor frecuencia por acciones transversales.

FIGURA 16. MICROPULIDOS DE HUESO. A. ACCIÓN DE RASPADO DE HUESO SOBRE ARTEFACTO DE SÍLEX. 300X. B Y C. ACCIÓN DE CORTE DE HUESO. ARTEFACTO DE SÍLEX Y XILÓPALO RESPECTIVAMENTE. 300X

No se hallaron diferencias significativas en la expresión de los pulidos relacionadas con el tipo de trabajo realizado –v.g. cortar, raspar, descortezar-. Las diferencias en cuanto a intensidad del brillo y el tiempo necesario para su manifestación diagnóstica, se vinculan a los diferentes estados de la madera, y a sus propiedades. Los leños en estado fresco se relacionan con huellas que alcanzan un mayor brillo y un desarrollo diagnóstico en menor tiempo de trabajo que aquellos formados durante

Huellas de trabajo sobre madera Se realizó el procesamiento de maderas de diversas durezas y en estados fresco y seco. Esto posibilitó la formación de micropulidos diagnósticos. En algunos casos estos presentan variaciones leves, que se vinculan

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras el procesamiento de leños secos. Esto se vincula con la humedad que conserva la madera. Por otra parte entre maderas de dureza similar procesadas en estado fresco (durante tiempos de trabajo y rocas similares), pudimos detectar diferencias en cuanto a la intensidad del brillo, cobertura y extensión del pulido. Las huellas más desarrolladas se vinculan al genero Prosopis, que debido a sus caracteres fisiológicos registra la presencia en sus tejidos de cristales –en gran cantidad- como producto del metabolismo secundario. La fricción ejercida sobre estos tejidos habría provocado un mayor desarrollo de las trazas (Cueto et al. 2010a y b).

(porciones deprimidas). Desde el borde del filo empleado el micropulido alcanza una extensión de marginal a intermedia, esto se vincula al ángulo de trabajo y al tiempo de trabajo (Figura 17).

Según el tipo de roca empleada existen leves diferencias en cuanto al tiempo de trabajo requerido en la formación del pulido diagnóstico. El sílex, seguido por el xilópalo requieren de tiempos de uso más breves (12-18 min y 1530 min respectivamente). Por su parte la toba silicificada requirió de tiempos que generalmente excedieron los 30 min de trabajo (Cueto 2012). En relación al micropulido se forman pocas estrías. Estas poseen longitud corta y se disponen mayormente aisladas o en pequeños grupos. Se orientan en relación al sentido de trabajo y se presentan con más frecuencia en los artefactos que trabajaron madera en estado seco. Los daños macroscópicos a nivel del filo no se forman en la mayor parte de los artefactos. Las acciones con movimiento transversal presentan microesquirlamientos discontínuos, de forma semicircular y trapezoidal, y poseen dimensiones micro. Debido a acciones longitudinales su representación es aún menor.

FIGURA 17. MICROPULIDOS DE MADERA A. ACCIÓN DE DESBASTE, ARTEFACTO DE XILÓPALO. 300X. B. ACCIÓN DE DESBASTE, ARTEFACTO DE SÍLEX 150X. C. ACCIÓN DE ASERRAR MADERA, ARTEFACTO DE TOBA SILICIFICADA. 300X.

Huellas de trabajo sobre piel Se realizó el procesamiento de piel de distintas especies animales, en estados fresco, seco y seco-húmedo. Se trabajó el lado interno de la piel. Se trata de una sustancia relativamente blanda aunque muy abrasiva. Esto posibilitó la formación de micropulidos diagnósticos. En algunos casos estos presentan variaciones leves, que se vinculan al tipo de roca usada, al estado de la sustancia procesada y al tiempo de trabajo.

Los artefactos de sílex y xilópalo evidencian los desarrollos más brillantes por el trabajo de piel seca humedecida, seguido por el pulido de piel fresca. Entre los artefactos de toba silicificada las huellas poseen menor brillo (mate), se ubican puntualmente y son poco extensivos, en consecuencia resultan menos evidentes. No se hallaron diferencias significativas en la expresión de los pulidos relacionadas con el tipo de trabajo realizado –v.g. cortar, raspar -, las variaciones corresponden a la ubicación y orientación de las huellas. La formación de este tipo de pulido es más lento que el del hueso y la madera. Las diferencias en cuanto al tiempo necesario para su manifestación diagnóstica, se vinculan a los diferentes tipos de roca. El sílex y el xilópalo requieren de intervalos de 15 a 25 min de trabajo, por su parte la toba silicificada requiere de intervalos mayores a 30 min (Cueto 2012).

El trabajo de la piel genera micropulidos con una superficie de aspecto rugoso y de espesor intermedio observable en sus líneas de formación onduladas. En su desarrollo diagnóstico puede presentar algunos rasgos superficiales como depresiones o pequeños hoyos semiesféricos, y en ocasiones surcos perpendiculares a la dirección de uso, que proporcionan un aspecto discontínuo a la superficie (Álvarez 2003; Cueto 2012). La superficie de este pulido es poco reflexiva con un aspecto que varía entre mate (opaco) y ligeramente brillante, según el grado de humedad del sustrato procesado (Castro 1994; Cueto 2012). Se distribuye sobre la microsuperficie de los artefactos de modo extensivo a modo de banda -orientada según el movimiento realizado-, cubriendo inicialmente las partes altas (cúspides), e invadiendo paulatinamente las bajas

En relación al micropulido se forman pocas estrías. Éstas poseen longitud corta, se disponen mayormente aisladas o en pequeños grupos, y son más finas que las generadas por el trabajo de hueso o madera. Se orientan paralelas o perpendiculares al filo en relación al sentido de trabajo.

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Experimentaciones de uso con artefactos líticos Se observan daños macroscópicos en la mayor parte de los artefactos. Las acciones con movimiento transversal presentan esquirlamientos contínuos y discontínuos, de forma semicircular y trapezoidal, y poseen dimensiones micro. Se produce un importante redondeamiento del filo con mayor frecuencia por acciones transversales.

las huellas. El único rasgo complementario corresponde a algunos locus específicos de pulido de hueso que destacan por su brillo dentro de un sector de la microsuperficie cubierta por el pulido intermedio de carne u otros tejidos blandos –v.g. grasa y tendones-. Se trata en estos casos de aquellos artefactos empleados para separar la carne remanente en un hueso (descarne).

Huellas de trabajo sobre carne La formación de este tipo de pulido, para un grado intermedio de desarrollo, es más lento que el del resto de las sustancias procesadas en esta colección experimental, y se vincula a los diferentes tipos de roca. El sílex y el xilópalo requieren de intervalos de trabajo de 45 min, y por su parte para la toba silicificada se pueden distinguir a partir de los 60 min. La ocurrencia de microesquirlamientos resulta ocasional y su frecuencia es muy baja. Tampoco se registran estrías.

Se realizó el seccionamiento de carne de distintas especies en estado fresco. Las porciones de carne se hallaban en algunos casos adheridas a elementos óseos, y generalmente conservaban otros tejidos blandos como grasa y tendones. Se formaron huellas con un grado de desarrollo no diferenciado y en algunos casos intermedio. Las variaciones que presentan se vinculan al tipo de roca usada y al tiempo de trabajo. El descuartizado de la carne genera microhuellas difíciles de distinguir que poseen una superficie de aspecto y espesor intermedio. Se trata de una superficie reflexiva clara que se caracteriza por ser muy poco brillante o de brillo mate. Fue posible detectarlo por el leve contraste que posee frente a las superficies no trabajadas. Presenta una distribución principalmente acotada a la arista del filo, a su vez se ubica sobre la microsuperficie de los artefactos a modo de banda -orientada según el movimiento realizado-, sobre cúspides o partes destacadas y en menor medida en porciones deprimidas. Desde el borde del filo empleado el micropulido alcanza una extensión de marginal a intermedia, esto se vincula al ángulo de trabajo y al tiempo de trabajo (Figura 18).

Nuestros resultados se encuentran en línea con los planteos de diversos autores que señalan la dificultad que existe al intentar establecer de manera precisa los caracteres del micropulido de carne, o dan cuenta de su carácter poco notorio e indiferenciado (Keeley 1980; Mansur 1983; Castro 1994; Clemente 1997; Gibaja 2002). A su vez se trata de un pulido que puede enmascararse fácilmente por reutilizaciones, entre otras alteraciones físicas y químicas (Mansur 1983; Plisson y Mauger 1988). Algunos investigadores reportan que la manifestación relativamente clara de este tipo de huella se produce sólo en piezas de sílex de buena calidad y bien conservado (Gibaja 2002). Huellas de trabajo sobre rocas Mediante el empleo de percutores sobre rodados (Martinez et al. 2009) de granito, basalto y riolita, se realizó la talla de rocas -sílex, toba silicificada y xilópalopor percusión directa para la producción de artefactos. Se trata de útiles de forma ovoide o alargada, con una o dos superficies activas convexas de emplazamiento restringido generalmente en los extremos. Las superficies empleadas son pequeñas en relación a una gran masa necesaria para obtener más tensión y consecuentemente extracciones más masivas o controladas (Baena 1998). Se formaron huellas en algún caso distintivas de esta actividad. Éstas son identificables principalmente a ojo desnudo y lupa binocular, asimismo a nivel microscópico. Las variaciones que presentan se vinculan al ángulo de impacto y al tiempo de trabajo. Por las características del tipo de acción realizada, percutir, no se forman micropulidos sino daños diversos sobre la superficie activa.16 Este hecho junto a algunas descripciones de estas huellas han sido planteadas por otros analistas funcionales (Aschero 1975; Semenov 1981; Gutiérrez 1998; Gibaja 2002; Méndez 2008).

FIGURA 18. MICROPULIDOS DE PIEL. A. ACCIÓN DE RASPADO, ARTEFACTO DE TOBA SILICIFICADA. 300X B. ACCIÓN DE CORTE, ARTEFACTO DE SÍLEX. 150X. C. ACCIÓN DE CORTE, ARTEFACTO DE TOBA SILICIFICADA. 300X. D. ACCIÓN DE RASPADO, ARTEFACTO DE SÍLEX. 300X.

Los artefactos de sílex evidencian el mayor grado de desarrollo (intermedio) para estas huellas, seguidos por el xilópalo. Entre los artefactos de toba silicificada estas huellas resultan prácticamente imperceptibles. No se hallaron diferencias en la expresión de estas huellas relacionadas con el tipo de trabajo realizado, las variaciones corresponden a la ubicación y orientación de

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Esto se debe al tipo de contacto (fricción) que se produce entre las superficies. En este caso se trata de un contacto discontíuo con la aplicación de una fuerza instantánea; a diferencia del contacto contínuo que implica mayor duración de la fricción y de la fuerza permitiendo la aparición de huellas masivas como el pulimento o redondeamiento del filo (Gutiérrez 1998).

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Los golpes sucesivos y reiterados a los que fueron sometidas las superficies activas de estos útiles provocaron la formación de marcas de percusión del tipo hoyuelos o “puntos” de picado, agrietamientos, fisuras – con delineación recta a semicircular- y fracturas. En general se trata de huellas heterogéneas en tamaño y forma (v.g. estrelladas por intersección de pequeñas grietas), que no presentan una orientación definida, salvo excepciones (Figura 19 y 20). Estas trazas de uso pueden hallase en grupos grandes, pequeños e incluso aisladas y se presentan en todas las porciones de la superficie que entran en contacto. Debido a la estresante actividad a la que se someten estas superficies, las huellas que se forman inicialmente y que en algún caso pueden distinguirse sus atributos, se ven alteradas (rotas, removidas o deformadas) sucesivamente por la propia actividad. En los momentos iniciales del proceso de uso fue posible agrupar alguna/s de estas huellas por sus atributos. No se hallaron diferencias significativas en la expresión de las huellas relacionadas con el tipo de roca tallada, o a la materia prima del percutor. Las variaciones corresponden a la ubicación y orientación de las marcas de percusión. En este sentido producto de los golpes en dirección oblicua se formaron marcas de percusión con forma de “cometa” y la misma orientación que el golpe. Otras variantes se relacionan con la extensión en el tiempo de la actividad de percusión, que provoca la formación paulatina de agrietamientos, fisuras y fracturas que implican el desprendimiento de materia. Asimismo la superficie activa adopta un aspecto irregular, rugoso, de color claro opaco a ojo desnudo y con un brillo leve al microscopio. Esto se debe a la recurrente destrucción y remoción de materia.

FIGURA 20. A. MARCA DE PERCUSIÓN CON FORMA DE “COMETA”. B. AGRIETAMIENTO, HOYUELOS Y MARCAS DE PERCUSIÓN EN “COMETA”. FOTO LUPA BINOCULAR. 0,7X. C. MARCAS DE PERCUSIÓN DE TIPO HOYUELOS. FOTO LUPA BINOCULAR. 15X. D. SUPERFICIE ACTIVA ALTERADA –HOYUELOS- POR EL USO RECURRENTE. E-G. PERCUTOR DE RIOLITA. EN E. SE OBSERVAN LOS PUNTOS DE PICADO EN LOS EXTREMOS UTILIZADOS. EN F .Y G. SE OBSERVA LA FRACTURA DEL INSTRUMENTO DE UN EXTREMO AL OTRO.

FIGURA 21. ALTERACIONES MACROSCÓPICAS DE USO. VISTA DESDE LUPA. A. MICROCICATRICES EN ESCALÓN POR RASPADO DE HUESO, ARTEFACTO DE SM. 80X. B. MICROCICATRICES SIMPLES POR CORTE DE MADERA, ARTEFACTO DE X. 60X.

5.5 Bibliografía Aguerre, A. FIGURA 19. MICROPULIDOS DE CARNE. A Y B. ACCIÓN DE CORTE, ARTEFACTOS DE SÍLEX. LOS PUNTOS DE MAYOR BRILLO CORRESPONDEN A PULIDOS POR EL CONTACTO CON ELEMENTOS ÓSEOS. A. 300X B. 150X.

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mayor atención a las ocupaciones iniciales, asignables a la transición Pleistoceno/Holoceno, de estos sitios. Como en otras áreas de la región, las evidencias relevantes referidas a los momentos de colonización humana inicial provienen de sitios en reparos rocosos con estratigrafía, tal el caso de Los Toldos –2 y 3–, Cerro Tres Tetas 1, El Ceibo 7 y Piedra Museo, entre otros (Cardich et al. 198182; Miotti 1996; Paunero 2009a). Este tipo de sitio, cueva, constituye un elemento particular dentro del paisaje mesetario. Son trampas sedimentarias y presentan mejores condiciones de conservación de los elementos arqueológicos que los sitios a cielo abierto, no forman suelos hacia el interior de la línea de goteo, poseen muy buenas posibilidades para marcar límites temporales y espaciales, son identificables las unidades estratigráficas y pueden obtenerse dataciones radiocarbónicas confiables (Paunero 2003a, 2009a).

Capítulo 6. Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio En este capítulo se describen las características del paisaje de la Localidad Arqueológica La María, con especial atención en los recursos minerales, animales y vegetales disponibles, y a su vez las condiciones climáticas. A continuación se presenta una descripción general de los sitios en estudio y una actualización de los antecedentes arqueológicos con énfasis en los componentes en estudio. 6.1 Localidad Arqueológica La María La Localidad Arqueológica La María (LM) se encuentra ubicada a 150 kilómetros de la ciudad de Puerto San Julián, departamento de Magallanes, en el ámbito de la meseta central (Borrelli et al. 1987) de la Provincia de Santa Cruz, también denominada distrito central (Soriano 1956). Su ubicación geográfica se delimita por un rectángulo demarcado por los paralelos 48° 24’ S y 48° 35’ S y entre los meridianos 68° 47’ O y 68° 56’ O (Figura 1). El estudio de esta Localidad comienza a principios de la década de 1980, con la delimitación de sectores, el estudio de materiales en superficie y el relevamiento de arte rupestre, bajo la dirección del Ing. Augusto Cardich (Cardich 1987; Cardich et al. 1981-82), y luego esta labor es desarrollada por el Lic. Rafael Paunero y su equipo, quienes despliegan diversas líneas de investigación en el marco del proyecto “Investigaciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz, Pasado Humano y Comunicación” (Cueto et al. 2012; de Porras et al. 2009b; Frank 2011; Frank et al. 2007; Paunero 2000a, b, c, d, e, f, 2003b, 2004, 2010; Paunero et al. 2004, 2005, 2007a, b, 2008, 2010a, b; Skarbun 2008, 2011; Skarbun et al. 2007).

El área de estudio se encuentra en la Meseta Central de Santa Cruz (o Macizo del Deseado), que junto a la Meseta Nordpatagónica (o Somún Cura), corresponde a uno de los grandes Macizos en que fueron agrupados los afloramientos de Patagonia, sin considerar la Cordillera. Estos Macizos se encuentran rodeados por cuencas pericratónicas Mesozoicas que los comunican entre sí. El Macizo del Deseado es una de las provincias ígneas silíceas más grandes del mundo que se originó en un vulcanismo continental durante el Jurásico, esta compuesto principalmente por lavas riolíticas, tobas e ignimbritas, limita al norte con la Cuenca de San Jorge y al sur con la Cuenca Austral (Feruglio 1949; Panza 1995; Echavarría 2004; Ramos 2008). El ambiente de mesetas se extiende desde la margen oriental de la cordillera hasta la costa. Existen distintos niveles mesetarios que se encuentran separados por fuertes escarpas conectadas por sistemas de cañadones. Sus cotas oscilan desde los 900 1.000 m.s.n.m. hasta los 150 m.s.n.m. aproximadamente. Frecuentemente, estas geoformas están coronadas por crestas o planchas basálticas (León et al. 1998). La Meseta central se halla atravesada por el Río Chico que escurre en dirección NO-SE. El paisaje geomorfológico del área de estudio ha sido configurado principalmente por acción fluvial, aunque coexisten importantes formas y efectos producidos por la actividad volcánica, la acción eólica y la acción marina (Panza 1995).

Desde el año 1995, se ha desarrollado un intenso relevamiento de las 22.000 ha. que componen la localidad. Se pudo constatar que el paisaje de la misma esta compuesto por una topografía diversa, caracterizada por alturas variables, mesetas elevadas, cañadones, numerosos bajos y cuencas endorreicas (Figura 2). A su vez se constató que esta localidad destaca por su alta visibilidad arqueológica, que involucra numerosos sitios en cuevas y reparos rocosos, sectores de acampe a cielo abierto, numerosas fuentes de materia prima con signos de explotación, y gran cantidad y variedad de pinturas rupestres, bien conservadas en cuevas y aleros. Como resultado de los relevamientos fueron determinados 14 sectores, a partir de variables arqueológicas, ambientales y paisajísticas (Paunero 2000e; Paunero et al. 2004, 2005).

6.2 Características geológicas de la Meseta Central y la Localidad La diferenciación que existe en cuanto a la composición y génesis de las formaciones geológicas que conforman el Macizo del Deseado y las cuencas pericratónicas que lo circundan ha sido apuntada por diversos investigadores (Miotti 1998; Hermo 2008a; Skarbun 2011) en relación a la importancia que revisten en cuanto al uso de las materias primas líticas en la región. Esto se debe al origen principalmente volcánico (vulcanismo ácido) de las unidades geológicas del Macizo; resultando en una distribución bastante homogénea de las rocas con las características necesarias para la manufactura de artefactos.

Se ha realizado la excavación de los sitios La Mesada (LM), Cueva Túnel (CT), Cueva de La Ventana (LV) y Casa del Minero 1 (CDM1). Se trata de sitios en reparos rocosos que dieron como resultado una secuencia cultural de varios componentes con datación radiocarbónica, desde el Pleistoceno final hasta tiempos históricos recientes (Paunero et al. 2005). En este libro prestamos

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Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

FIGURA 1. MAPA DE SANTA CRUZ CON LA UBICACIÓN RELATIVA DE LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA. DETALLE DE LA LOCALIDAD Y UBICACIÓN DE LOS SITIOS EN ESTUDIO. IMAGEN SATELITAL GOOGLE EARTH, 2010.

Esta característica fue notada por Miotti ([1989] 1998:276) donde propone que: “... al norte [del río Santa Cruz] las formaciones de tobas que contienen materiales silíceos de excelente fractura para la confección de instrumental, afloran sobre las capas sedimentarias y su disponibilidad es abundante y frecuente en el entorno inmediato de los grandes sitios de actividades múltiples, ejemplo de esto son las canteras de El Ceibo, Los Toldos y La María (...) Esta disponibilidad se presenta desde los contrafuertes cordilleranos hasta los acantilados costeros”. “Al sur dichas formaciones rocosas, correspondientes al grupo de pórfidos de Bahía Laura, desaparece, enterrada bajo espesos mantos sedimentarios o volcánicos. Por tal motivo no hay la abundancia de materias primas y las calidades de rocas es generalmente inferior”.

FIGURA 2. A. PAISAJE DE LA LOCALIDAD, CON MESETAS BASÁLTICAS AL FONDO Y UN BAJO CENTRÍPETO A LA DERECHA. B. FLANCO DE CAÑADÓN CON CUEVAS SOBRE IGNIMBRITAS DE LA FM. CHON AIKE.

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras La Localidad Arqueológica La María se caracteriza por la presencia de rocas del grupo Bahía Laura configurando un paisaje caracterizado por amplias mesetas basálticas, abundantes afloramientos minerales, bajos centrípetos y zanjones enmarcados en cañadones conformados por paredones de ignimbritas ácidas de la formación Chon Aike que contienen numerosas cuevas y aleros aptos para la ocupación humana (Figura 2) (Frank 2011). A su vez constituye un paisaje de alta disponibilidad de rocas de excelente calidad para la talla, propiedad que puede proyectarse al resto del Macizo del Deseado (Paunero et al. 2005; Frank et al. 2007; Skarbun et al. 2013; Hermo 2008a). A escala regional el mayor aporte de rocas tallables proviene de las formaciones Chon Aike aglomerados, tobas riolíticas e ignimbritas-, Baqueró tobas, cineritas, pelitas, areniscas gruesas a conglomerados-, Bajo Pobre -basaltos, andesitas y aglomerados- y La Matilde -tobas y tufitas- (Panza 1995; Echavarría 2004). En la localidad hasta el momento se han registrado de manera ubicua fuentes potenciales de aprovisionamiento con abundante material de sílex, xilópalo, toba silicificada y basalto, las cuales, de acuerdo a los estudios realizados, en muchos casos han servido como canteras. Estas fuentes de materia prima principalmente son de tipo primario, afloramientos y filones; y en menor medida de tipo secundario procedentes de cursos fluviales permanentes o intermitentes. La distancia de las fuentes a los sitios es variada, presentándose diversos tipos de roca (sílex, calcedonia17, toba silicificada) en gran parte a menos de 5 km, aunque en otros casos a distancias mayores. El material de estratigrafía como el de las fuentes evidencia que estas han sido utilizadas por los pueblos originarios a lo largo de toda la secuencia de ocupación del área. Estas formaciones a su vez contienen minerales, presentes a modo de tierras de color, tales como hematitas, goethitas, illitas, óxidos de manganeso y yeso que resultan aptos para ser utilizados como colorantes y fijadores en la confección de pinturas rupestres, abundantes en esta zona, así como en la decoración de otros elementos (Figura 3 a y b) (Paunero et al. 2005; Cueto et al. 2012; Frank 2011; Skarbun 2011; Skarbun et al. 2013).

FIGURA 3. A. CONCENTRACIÓN DE MINERAL DE ÓXIDO DE MANGANESO. B. MANIFESTACIONES RUPESTRES REALIZADAS CON PIGMENTOS MINERALES.

6.3 Características ambientales de la Meseta central En este acápite se describen en líneas generales algunos aspectos ambientales actuales y pasados. Se presenta información que permite delinear el paisaje en el que se desarrollaron las investigaciones y las características ambientales predominantes que dieron marco al desarrollo de las sociedades de cazadores recolectores durante la transición Pleistoceno – Holoceno. La caracterización ambiental del área de estudio ha sido desarrollada en otras oportunidades, en trabajos en los cuales se puede encontrar mayor detalle sobre los diversos aspectos reseñados aquí (Carden 2007; Cattáneo 2002; de Porras 2010; Frank 2011; Miotti 1998 ; Paunero 2000e, 2009a; Skarbun 2011).

La caracterización de los afloramientos de materias primas de la localidad ha sido desarrollada de manera más extensa y con mayor grado de detalle en el trabajo de Tesis de la Dra. Skarbun (2011), por lo que recomiendo su lectura para profundizar en tales aspectos. Aquí realizo una descripción general que permita oficiar de marco de referencia, centrándome en aquellos factores que tengan mayor congruencia con los objetivos de esta investigacion.

Ambiente actual El ambiente que caracteriza la Meseta Central santacruceña, región extensa con paisajes diversos, se distingue justamente por la presencia de mesetas de grandes extensiones, con ocurrencia abundante de cañadones, depresiones de terreno ocupadas por bajos y cuencas endorreicas –sin desagües- (Caballero 2004).

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Las condiciones climáticas de este paisaje se ven afectadas por la presencia de la Cordillera de los Andes que se orienta de norte a sur y por la incidencia predominante de vientos del oeste generados por el

Es una materia prima local procedente de la Fm. Chon Aike. Se halla escasamente distribuida en comparación a las otras rocas locales (sílex y toba silicificada). Se encuentra en el sector Bosque Petrificado, aunque también es factible hallarla de manera discontinua en otros sectores de la Localidad, aunque en menor cantidad que el sílex (Skarbun 2011; Skarbun y Páez 2012).

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Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio Anticiclón del Pacífico Sur. Por un lado la cordillera conforma una barrera para las masas de aire húmedo que ingresan al continente desde el Océano Pacífico. Por otro lado las nubes descargan su humedad en la vertiente occidental de los Andes y, al descender del lado oriental, se calientan y se secan. Esto se evidencia en el hecho de que en la provincia de Santa Cruz las precipitaciones disminuyen de oeste a este y de norte a sur, registrando un promedio de precipitaciones anuales de 200 mm, característico de las estepas áridas y semidesiertos de Patagonia oriental. La escasez de precipitaciones y la mayor concentración invernal de ésta, determinan un fuerte déficit hídrico estival (Paruelo et al. 2005). Debido a esta combinación de factores los vientos que alcanzan la vertiente oriental de la cordillera poseen un gran poder desecante y afectan a la génesis de los suelos y provocan su erosión. Los suelos característicos de esta región son Argides y Ortides (Bran 1992).

excavaciones. Estos restos han sido interpretados como derivados del consumo ampliado de partes de plantas, como Anarthrophyllum rigidum, Schinus polygamus y Chuquiraga avellanedae cuyos leños carbonizados evidencian el uso como combustible, y las evidencias de Ephedra sp. que remiten a la recolección y procesamiento de fibras para la producción de cestería (Ciampagna y Capparelli 2012; Paunero y Castro 2001).

Predomina el clima templado-frío árido de meseta, que presenta una temperatura media anual que oscila entre 11° y 6°C, con un gradiente de temperatura similar al de la región patagónica NO-SE. Las temperaturas mínimas se ubican alrededor de 0° C y las máximas alcanzan los 17°C. El área estudiada corresponde desde un punto de vista biogeográfico al Distrito Patagónico Central de la Provincia de Santa Cruz (Cabrera y Willink 1980). Su vegetación principalmente es de tipo estepa arbustiva, la cobertura vegetal oscila entre el 10 y el 40 por ciento, siendo las partes más altas las de menor cobertura. A su vez destacan por su adaptación a los fuertes vientos los subarbustos de hojas resinosas y coriáceas, asociados a gramíneas, tales asociaciones se hacen más densas en sectores bajos y cañadones. En este sentido la vegetación se divide en dos fisonomías principales: 1. La estepa arbustiva, que se encuentra dominada por arbustos altos y medianos de entre 20 y 80 cm de altura, dispuestos a modo de “parches-manchones” asociados a geoformas particulares como planicies aluviales, fondos de valle, dunas, líneas de escorrentía, cañadones, entre otras. Esta compuesta por diferentes arbustos como duraznillo (Colliguaya integerrima), Senecio sp., mata amarilla (Anarthrophyllum rigidum), molle (Schinus polygamus), calafate (Berberis heterophylla), mata negra (Junellia tridens), coirones (Poaceae), entre otros. 2. La estepa subarbustiva, que se caracteriza por la presencia de arbustos enanos o en cojín que no superan los 20 cm de altura, mezclados con gramíneas, está dominada por Colapiche (Nasauvia glomerulosa), Nasauvia ulicina, Ephedra frustillata, Acantholippia seriphioides, Chuquiraga aurea, Chuquiraga kingii, Azorella sp., Mulinum mycrophyllum, entre otros. Estos arbustos se encuentran combinados con gramíneas (Figura 4) cortas como Poa dusseniiy, Stipa speciosa, S. neanei, S. humilis, S. chrysophylla y Festuca pallescens (Baetti et al. 1988; Bran 1992; de Porras 2010; León et al. 1998). Si bien Santa Cruz, actualmente, es la provincia patagónica que registra menor diversidad de vestigios arqueológicos de origen vegetal, varias de las especies reseñadas aquí y otras emparentadas se han recuperado en diversas

FIGURA 4. VEGETALES DE LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA. A. ARBUSTO ALTO SCHINUS POLYGAMUS, MOLLE. B. EN PRIMER PLANO ARBUSTO ENANO EPHEDRA SP. ASOCIADO A GRAMÍNEAS.

Desde el punto de vista zoogeográfico la porción extraandina de la Provincia de Santa Cruz corresponde a la Subregión Patagónica (Provincia Patagónica) de la Región Neotropical (Cabrera y Yepes 1940). Las especies faunísticas de este distrito están adaptadas a la vida al resguardo de las plantas achaparradas, debido al viento constante, a la escasez de agua y a la marcada amplitud térmica diaria y estacional. Actualmente se registra una importante diversidad de fauna autóctona e introducida. Destacan las poblaciones de guanaco (Lama guanicoe) y las aves como el ñandú petiso o choique (Pteronemia pennata) debido al interés económico que han representado para los pueblos originarios que habitaron la región (Figura 5). Esto último se encuentra bien documentado en estudios arqueofaunísticos como los de Miotti (1998), Mengoñi Goñalons (1999), Paunero et al. (2010b) y Valiza et al. (2013). A su vez las manifestaciones rupestres, entre las que se registran guanacos en abundancia, felinos, huellas de choique, puma, y escenas de caza, constituyen otra línea de evidencia de la relación que mantuvieron las sociedades que poblaron esta región desde fines del Pleistoceno hasta momentos recientes, tal como plantean Paunero y

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras colaboradores (2005). Además en este paisaje abundan los armadillos como el piche (Zaedius pichiy), entre los marsupiales se presenta la comadreja overa (Didelphis sp.), y entre los carnívoros el zorro gris (Pseudalopex griseus), el zorro colorado (Pseudalopex culpaeus), el puma (Felis concolor), el zorrino (Conepatus humboldti) y el gato de los pajonales (Felis colocolo). Los roedores son muy abundantes en variedad y en el número de individuos, entre los principales se encuentra la mara o liebre patagónica (Dolichotis patagonum), varias especies de tucu-tucu (Ctenomys sp.), numerosos ratones o ratas de la Familia Cricetidae y cuises de la Familia Caviidae. Se registra una gran variedad de reptiles, entre los que destacan serpientes como la yarará ñata (Bothops ammodytoides), la víbora de la cruz (B. alternata) y la coral (Micrurus). Hay culebras como Leimadophis, Tomodon, Chlorosoma, y Geckonidos e iguánidos: Homdonta, Liolaemus, Phymaturus, Diplolaemus. Entre las numerosas especies de aves podemos destacar los patos (Anas, Oxyura, Merganeta), avutardas (Chloephaga), el cisne de cuello negro (Cygnus), las martinetas (Eudromia elegans) y las rapaces (Polyborus, Milvago y Falco), también hay palomas (Zenaida) y numerosos pájaros (Turdus, Mimus, Microsittace) (Oliva 1993; Paruelo et al. 2005; Paunero 2000e).

Paleoambiente Como se introdujo al inicio del acápite se presenta aquí información que permita delinear el paisaje y las características ambientales predominantes que dieron marco al desarrollo de las sociedades de cazadores recolectores durante la transición Pleistoceno–Holoceno. Estos factores inciden sobre las decisiones sociales, y son considerados al momento de diseñar e implementar las estrategias de explotación de los recursos. En concreto según las utilidades obtenidas y las propiedades mecánicas que los recursos -animal, vegetal y mineraloponen frente al intento de modificación, estos factores pueden gravitar en la elección de los elementos de diseño de un artefacto, o sobre los caracteres de forma-función de sus filos, bordes o superficies activas. Finalmente los factores ambientales forman parte de cálculos y prácticas más amplios que dan estructura y funcionamiento al sistema económico -producción, distribución y consumode una sociedad determinada. 6.4 El Pleistoceno final y el Holoceno temprano (ca. 13.000 - 7.500 AP). Generalidades. Durante la denominada transición Pleistoceno–Holoceno, período al que corresponden los conjuntos arqueológicos en estudio, finaliza la última era glacial, que tuvo su último máximo entre 20.000 y 18.000 años AP (Clapperton 1995). Hacia el Pleistoceno final se produjo la llegada de las primeras sociedades a la Patagonia. La mayor concentración de fechados correspondientes a las ocupaciones iniciales se encuentra en la Meseta Central, la cuenca Magallánica, el noroeste de la provincia de Santa Cruz y la región de las cuencas andinas chilenas (Méndez 2012; Miotti y Salemme 2003). Para la Meseta Central en particular las primeras ocupaciones se ubican entre los ca. 11.200 y 10.000 años 14C AP, siendo contemporáneas al episodio Frío Reverso Antártico (EFRA) (Paunero 2003b, 2009b).

Entre la fauna introducida se encuentra la liebre europea (Lepus europaeus) y la oveja (Ovis aries). Esta última fue explotada a gran escala en emprendimientos económicos de producción ovina desde fines del siglo diecinueve hasta el último cuarto del siglo veinte, y su producción continúa en la actualidad a menor escala. Esta actividad ganadera se asocia al sobrepastoreo de los campos, factor que ha incidido de manera negativa sobre la vegetación patagónica generando distintos focos de erosión en Santa Cruz (Andrade 2003).

Se ha propuesto que el proceso de poblamiento de la Patagonia habría sido lento y con muy baja demografía, aunque con un componente de dinamismo, marcado por avances, retrocesos, la ocupación de nuevos espacios y la reocupación de otros por parte de los grupos de cazadores-recolectores (Borrero 1999; Miotti y Salemme 2004; Paunero 2003b, 2009b). Estas decisiones y movimientos sociales se produjeron en un período de transición a nivel climático y ambiental que estuvo sujeto a grandes cambios y que no se caracterizó por su estabilidad (Glasser et al. 2004; Rabassa y Clapperton 1990). Estos cambios generaron modificaciones en la estructura del paisaje (disminución del volumen de los hielos y aumento del nivel del mar) y en la disponibilidad de los recursos vegetales, faunísticos (extinción de megamamíferos) y minerales. Se cuenta con una enorme variedad de datos proxy relevados en diferentes lugares de Patagonia y el mundo, que proporcionan información acerca de los fenómenos desarrollados en ese lapso, y señalan la preeminencia de condiciones muy diferentes a las actuales (Jorda 1995).

FIGURA 5. ANIMALES DE LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA. A. GUANACO. B. ÑANDÚ PETISO.

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Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio Hasta los 13.000 años AP predomina en la región un clima frío, con mayor continentalidad y aridez. En relación a las características geológicas para el período comprendido entre 13.000 y 8.000 años AP, los datos proxy que surgen de estudios glaciológicos y sedimentológicos refuerzan la imágen de un ambiente de condiciones climáticas inestables, en momentos de retroceso de las grande masas glaciares que se extendían de norte a sur a lo largo de 1800 km entre los paralelos 41° S y 55° S. En este contexto el clima comienza a templarse gradualmente alcanzando temperaturas cálidas y la disminución de las precipitaciones hacia el final del período según Glasser et al. (2004), aunque el proceso también involucra episodios menores de enfriamiento, a través de por lo menos dos reavances glaciales (Rabassa y Clapperton 1990; Hulton et al. 2002). Estos últimos ocurren principalmente en el sur de Patagonia entre los 11.000 y 10.000 años AP, período en el cual se destaca el evento conocido como EFRA (o Huelmo Mascardi), que fue vinculado con el Younger Dryas del Hemisferio norte (Coronato et al. 1999; Hulton et al. 2002; Hajdas et al. 2003; Miotti 2006; Paunero 2009a).

que para el período entre 11.000 y 10.000 años AP los cambios indican el predominio hacia una estepa herbácea de ambiente frío caracterizada por Poaceae, Asteraceae y Chenopodiineae, con un aumento de la humedad ambiente y las precipitaciones (Mancini 1998; Páez et al. 1999, 2003; Borromei 2003). Según la propuesta de de Porras (2010) surgen algunas diferencias respecto al planteo anterior, en relación a las asociaciones polínicas presentes en Los Toldos para el periodo comprendido entre ca. 12.000 y 10.250 años AP, las cuales corresponden a una comunidad subarbustiva-graminosa de Ephedra frustillata y Nassauvia con Asteraceae subf. Asteroideae. Esta investigadora a su vez plantea que en la Localidad Arqueológica La María se registra la misma asociación polínica, e incluso que la historia vegetacional de estas localidades ha sido muy similar desde hace 12.000 años AP (de Porras 2010). Si bien en la actualidad no existen conjuntos modernos análogos a lo registrado en Los Toldos, la predominancia de Ephedra, para el periodo entre 12.000 y 10.000 años AP, indicaría que las condiciones medioambientales eran más frías que las actuales y las precipitaciones menores a 200 mm anuales. A partir de los 10.000 años AP comenzó a dominar la estepa arbustiva del Holoceno temprano, que fue reemplazando a los pastizales del Pleistoceno final, marcando ambientes de estepa árida a semiárida similares a los actuales (Páez et al. 1999). De manera concomitante, aunque mas tardíamente que otras áreas de la región, los espacios de terreno en torno a los glaciares comenzaron a estar disponibles para la instalación de grupos sociales (Gradin et al. 1979; Civalero y Aschero 2003; Franco y Borrero 2003; Miotti y Salemme 2004).

Entre los principales cambios a largo plazo que se produjeron durante esta transición se registra el ascenso gradual del nivel del mar, que se encontraba aproximadamente 150 m por debajo del nivel actual, configurando una nueva línea de costa que habría dejado bajo agua evidencias arqueológicas asignables al poblamiento temprano. Este cambio estaría vinculado al derretimiento de las grandes masas de hielo cordillerano, junto a otros factores como la eustacia (Codignotto 1997; Miotti 2006; Kaplan et al. 2008). Según datos polínicos hasta los 10.000 años AP la región se halla dominada por ambientes esteparios, con alternancia de estepas herbáceas y arbustivas acorde a las fluctuaciones en las temperaturas y precipitaciones, evolucionando paulatinamente a áreas boscosas en los sectores más cercanos a la cordillera de los Andes (Páez et al. 1999, 2003; Miotti y Salemme 2004). Otra modificación importante que se registra hacia el final del Pleistoceno es la extinción de los megamamíferos. Sus restos constituyen evidencia de un período caracterizado por alojar una mayor diversidad taxonómica que la actual, incluyendo ejemplares de caballos, camélidos, milodontinos, félidos y cánidos hoy ausentes (Martín 2007). Finalmente cabe mencionar que antes de los 8.000 años AP, la actual isla de Tierra del Fuego estaba unida al continente a través de dos lagos proglaciales. Después de esta fecha se fue configurando el Estrecho de Magallanes como un canal inundado por el mar (Clapperton 1992; Borrero 1994-95).

Las evidencias faunísticas de la meseta para el momento de la transición Pleistoceno-Holoceno señalan la presencia de diversos taxones en un ambiente de abundantes pastizales, recurso hídrico y condiciones menos erémicas que las actuales (Miotti y Salemme 2004). Los hallazgos en distintos sitios arqueológicos se componen principalmente de especies adaptadas a las condiciones ambientales descriptas, como Lama gracilis, Rhea americana e Hippidion saldiasi, registradas en las localidades arqueológicas La María, El Ceibo, Los Toldos y Piedra Museo (Cardich et al. 1981-82; Cardich y Miotti 1983; Miotti y Salemme 1999, 2005; Miotti 1998; Paunero et al. 2005, 2008; Paunero 2010). En el caso de Lama gacilis, camélido de menor porte que el guanaco, se han hallado evidencias en Casa del Minero y Cueva Túnel (La María), Los Toldos, Piedra Museo y El Ceibo, mientras que Hemiauchenia Paradoxa, el camélido de mayor tamaño en la región, sólo ha sido hallado en los sitios Casa del Minero y Cueva Túnel (La María) (Cardich 1987; Miotti y Salemme 1999, 2005; Paunero et al. 2007d, 2010b). Por su parte los restos de Hippidion saldiasi (caballo americano adaptado a suelos más blandos y a ambientes más húmedos) fueron recuperados en diversos sitios de la región tales como Cuevas 2 y 3 (Los Toldos), Cueva 4 (El Ceibo), Alero El Puesto (Piedra Museo), Cueva Túnel (La María) y el sitio paleontológico Cerro Bombero (Alberdi et al. 2001; Miotti y Salemme 1999; Paunero 2010; Paunero et al. 2008). La especie Rhea americana actualmente no habita

6.5 El paleoambiente en la Meseta Central El registro paleoambiental para el sector norte de la Meseta Central que surge de los estudios palinológicos, indica que en las localidades arqueológicas de Los Toldos y Piedra Museo entre los 12.800 y 11.000 años AP había una estepa arbustiva en general con alta proporción de Ephedra y en menor medida Poaceae y Asteraceae, bajo condiciones de escasa disponibilidad hídrica. Mientras

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras en la región patagónica debido a que se encuentra adaptada a pastos más tiernos. Asimismo, se registran en distintos sitios arqueológicos otras especies extintas como Megatherium sp., Mylodon, Dusicyon avus (zorro), Arctotherium tarijense (oso), Smilodon sp. y Panthera onca mesembrina (ambos felinos); y no extintas como Lama guanicoe y Dusicyon griseus (Martín 2007; Miotti y Salemme 2003, 2005; Paunero et al. 2007d, 2010b).

Ephedra y Nassauvia, asociada con Verbena, Adesmia, Azorella, Chuquiraga, Colliguaja y algunos pastos. Esta comunidad también se presenta en el sitio Cueva Túnel de La María (de Porras 2010). Además los datos polínicos de Piedra Museo indican que en torno a los 9.500 años AP hubo un aumento en los pastizales y de la humedad del área (Miotti y Salemme 2004), mientras en La Martita la evidencia de estepas arbustivas con sustrato herbáceo apunta hacia los 8.000 años AP, relacionándose este último elemento con un aumento de temperatura respecto al período anterior (Mancini 1998).

El proceso de extinción de las poblaciones faunísticas características del Pleistoceno, se inicia hace aproximadamente 15.000 años AP en relación a múltiples factores, entre los cuales destacan los grandes cambios climáticos que se venían produciendo. A su vez la acumulación de cenizas volcánicas y el ascenso del nivel del mar provocaron la disminución de la diversidad de hábitats para la fauna, contribuyendo a la extinción de muchas de especies, al desplazamiento de pequeños grupos hacia parches ambientales favorables y la paulatina disminución de otras especies hasta el ocaso (Martín 2007; Mengoni 1988; Miotti y Salemme 2003; Paunero et al. 2008).

La variación en las concentraciones de polen de algunos taxones sugeriría cambios en la disponibilidad del agua, lo que determinaría cambios a pequeña escala en la distribución de las plantas. Por otro lado, las fluctuaciones en los porcentajes y concentraciones de Chenopodiineae sugieren la alternancia de los períodos húmedos y áridos, propio de condiciones semiáridas (Páez et al. 1999). Si bien la precipitación mantenía los niveles del periodo anterior, el aumento de la cobertura arbustiva podría explicarse por un incremento en la temperatura y la consiguiente disminución en la disponibilidad de agua (Páez et al. 1999). En general a partir de los 9.000 años AP el paleoambiente de la meseta se torna más seco y cálido. En consecuencia se produce una disminución en las precipitaciones y en la humedad ambiente, y se registra el predominio de Chenopodiineae y Asteraceae (Coronato et al. 1999).

Entre los 11.000 y 10.000 años AP se registra un período caracterizado por una mayor energía del régimen hídrico de las fuentes de agua (ríos, arroyos, lagos y lagunas), incluso se produjo la progradación de la faja costera debido que los ríos contaban con mayor carga y aportaban más sedimentos sobre esta zona (Kokot 2004). Las evidencias sedimentológicas de la estratigrafía de Piedra Museo, Casa del Minero, Cueva Túnel, El Ceibo 7, La Mesada y Cerro Bombero, muestran para el EFRA un mayor caudal en los bajos próximos a los sitios (Paunero 2009b). A partir de la evidencia sedimentaria del sitio Cueva 2 de Los Toldos -concentración de arena gruesa, gravas y arena intercalada en la secuencia- se infiere la acción fluvial de alta energía a partir del arroyo próximo, de manera contemporánea a los primeros indicios de ocupación humana en el sitio (Páez et al. 1999; Paunero 2009b; Paunero y Blasi 2009). A su vez en esta localidad, y de acuerdo a estudios sedimentológicos, a partir del Holoceno temprano las condiciones empiezan a semejarse a las actuales, con menor energía y régimen estacional del arroyo, y depósitos, principalmente, de arenas finas (Paunero 2009b). En Cerro Bombero, yacimiento ubicado en un área intermedia entre la meseta y la costa atlántica, también se evidencian cambios en el régimen hídrico, presentando la unidad estratigráfica inferior rodados de tamaño mediano a grande (Paunero 2009b).

6.6 Caracterización de los sitios arqueológicos en estudio En este apartado presentamos la información disponible hasta el momento para los sitios arqueológicos en estudio. Realizamos una descripción general de ellos y hacemos foco en los componentes sobre los que desarrollamos nuestras investigaciones, enmarcados temporalmente en el Pleistoceno final y el Holoceno temprano. 6.7 Sitio Casa del Minero 1 La cueva de CDM1 se encuentra orientada hacia el oeste, a 29 m de un zanjón, a una altura de 5,83 m sobre el cauce del mismo. Sus coordenadas geográficas son 48° 33’ 34’’ S y 68° 51’ 19’’ O. Las entradas naturales de la cueva actualmente están cerradas por un empircado realizado por mineros que ocuparon el lugar entre los años 1920 y 1960 (Paunero et al. 2007d). El largo máximo de la cueva es de 11,76 m, medido de N a S, el ancho máximo de E a O es de 5,80 m; la cueva abarca una superficie de 68,20 m2. La altura medida desde el piso actual al techo oscila entre 1,20 a 2,20 m. Se excavaron 15,32 m2, lo que representa el 22,5 por ciento de la superficie total (Paunero et al. 2007a, d).

Un fenómeno común en la Patagonia a partir de los ca. 10.000 años AP comprende los derrumbes de los techos de las cuevas. En la provincia de Santa Cruz esto se registra en los sitios Casa del Minero 1, Cueva 7 de El Ceibo, Piedra Museo, Cueva de Las Manos, Arroyo Feo 1 y Las Buitreras, probablemente vinculados a actividad volcánica (Páez et al. 1999; Paunero 2009b; Paunero y Blasi 2009).

Es un sitio multicomponente con evidencias de ocupaciones desde el Pleistoceno final hasta inicios del siglo veinte (Tabla 1). Su excavación se realizó entre los años 2000 y 2004. Los niveles estratigráficos presentan horizontalidad y buena conservación de los elementos. La

Entre los ca. 10.000 y los 8.750 años AP domina en Los Toldos una estepa arbustiva caracterizada por Asteraceae,

98

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio estratigrafía definida para el sitio (Figura 6) es la siguiente:

Unidad Estratigráfica 4 La unidad estratigráfica 4 está conformada por sedimentos areno-limosos de origen principalmente eólico, espélico y antrópico, con aporte de elementos de partículas en suspensión. Posee fechados de ca. 11.000 años 14C AP (Tabla 1), y se encuentra sellado por una clara línea de rocas de derrumbe (Paunero et al. 2007d). Por encima de este derrumbe se encuentra la unidad 3 inferior. Las características de esta unidad remiten a ocupaciones tempranas en el poblamiento de la región, con características diagnósticas de fase colonizadora. Se identificaron diez fogones que ocupan un sector restringido del espacio excavado (Figura 7). Estas estructuras son planas y elípticas (Paunero et al. 2007d; Frank 2011).

C. Cenizas del Volcán Hudson - agosto de 1991. Espesor: 1-2 cm. 1. Sedimento suelto gris claro de arenas medianas con restos culturales históricos de la ocupación de los mineros. Espesor: 6 - 8 cm. 2. Arena compactada con tenues líneas de carbón en la base y restos arqueológicos holocénicos. Espesor: 5 - 10 cm. 3. Sedimento ocre areno limoso fuertemente compactado y con piedras de tamaño mediano. Posee material arqueológico lítico y fragmentos óseos, ubicados en tres niveles de ocupación: Superior, Medio e Inferior. Este último descansa sobre rocas de derrumbe, sobre un lente estéril o sobre la unidad 4. Espesor: 10 - 16 cm. RD. Rocas de derrumbe E. Lente estéril. Espesor: hasta 5 cm. 4. Sedimento compactado areno limoso de color ocre claro. Con importante contenido cultural y fogones. Espesor: 8 - 20 cm. 5. Sedimento limo arenoso claro que sobreyace a la roca de base, sin contenido arqueológico. Espesor: 8 - 14 cm. Época

Unidad

Edad Radiocarbónica

Siglo XX Holoceno tardío Holoceno medio Holoceno temprano

1 2

-

3 Superior 3 Medio 3 Inferior 4

LP-1552: 5.190 +/- 80 años 14C AP -

Pleistoceno final

El registro zooarqueológico incluye tres especies de camélidos: el guanaco y dos extintos (Hemiauchenia paradoxa y Lama gracilis), dos variedades de cánidos (Dusicyon griseus y Dusicyon sp. -éste último puede corresponder, a Dusicyon culpaeus ó a Dusicyon avus-) y Rhea sp. (Tabla 2) (Paunero et al. 2007a, d). El estado de conservación de los restos es bueno. Se han registrado evidencias de fracturas helicoidales, longitudinales, lascados y marcas de corte en el conjunto (Tabla 3) (Paunero et al. 2007c). La concentración de los restos se asocia a los sectores de la cueva donde se presentan los fogones y coincide en términos generales con la de los artefactos líticos. No existe una distribución diferencial de acuerdo a la especie (Frank 2011). En cuanto a los camélidos (familia más abundante), se registran elementos del zeugopodio y autopodio posterior de Hemiauchenia paradoxa; en Lama gracilis, si bien predominan elementos zeugopódicos y autopódicos posteriores, también están representados los autopodios anteriores. En el caso de Lama guanicoe además se identificaron otras partes esqueletarias como costillas y molares (Paunero et al. 2007d).

AA 45705: 10.250 +/- 110 años 14C AP AA 37208: 10.967 +/- 55 años 14C AP AA 37207: 10.999 +/- 55 años 14C AP

Los elementos del esqueleto apendicular de camélidos se concentran en B1 y B2, y los del esqueleto axial lo hacen en A2, A1 y B1 (Frank 2011). El 10,4 por ciento de los restos muestran evidencias de termoalteración, corresponden en su gran mayoría (89,4 por ciento) a fragmentos indeterminados, y no se registran en este conjunto instrumentos óseos termoalterados (Frank 2011). Los restos con alteración representan en su mayoría los estadios iniciales de combustión, parcialmente carbonizados (35,8 por ciento) y parcialmente quemados (19 por ciento) (Gráfico 1). El 69,9 por ciento de los restos muestra evidencias de calentamiento en la cara externa e interna del hueso, mientras el 30,1 por ciento presenta calentamiento sólo en su cara externa. En pocas piezas se observan fracturas producidas por termoalteración, y entre ellas predominan las fracturas longitudinales. El conjunto que no presenta modificaciones en su cara interna evidenciaría que estos se encontraban enteros al momento del contacto con el fuego. Los que poseen termoalteración irregular de la superficie podrian haber presentado carne al momento de

TABLA 1. UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS Y EDAD RADIOCARBÓNICA. CASA DEL MINERO 1

FIGURA 6. PERFIL ESTRATIGRAFICO B2 SUR DE CDM1. 3A=3 SUPERIOR. 3B= 3 MEDIO. 3C= INFERIOR. DIBUJO DE R. PAUNERO

99

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras ser calentados. Ambas evidencias remiten a la cocción de carne con hueso. A su vez las marcas de corte y fracturas helicoidales identificadas en el componente apoyarían esta idea, ya que indican procesamiento primario y consumo (Paunero et al. 2010b) Sin embargo esto se sostiene sólo a modo de hipótesis debido al predominio de los restos indeterminables en el conjunto, y a que no fue posible analizar si hubo selección de especies o de partes entre los restos termoalterados. Por otra parte, los elementos con alteración térmica en su cara interna indicarían que el hueso se encontraba fragmentado y sin carne al momento del calentamiento. Este hecho podría evidenciar un contacto accidental de estos elementos con el fuego, en el marco de las actividades desarrolladas en torno a los fogones, que es donde se concentran estas piezas (Frank 2011).

este contexto, los punzones fueron, muy probablemente, utilizados para perforar cuero. Mientras el retocador extremo lateral fue posiblemente utilizado en la confección de artefactos líticos bifaciales, mediante técnicas de presión (Paunero et al. 2010b).

FIGURA 7. PLANTA DE EXCAVACIÓN Y UBICACIÓN DE FOGONES. CDM1. U. 4. DIBUJO DE R. PAUNERO.

GRÁFICO 1. PORCENTAJE DE RESTOS ÓSEOS TERMOALTERADOS SEGÚN ESTADIO DE COMBUSTIÓN.

En este componente se registró la presencia de instrumental sobre hueso, se trata de 2 punzones y un retocador extremo lateral elaborados sobre diáfisis de camélido (Figura 8). Estos habrían sido confeccionados en el lugar de acuerdo con los remontajes de elementos realizados en el laboratorio. Uno de los punzones presenta brillo intenso en el extremo activo y posee finas marcas transversales, lo que indicaría la técnica de pulido en la formatización previa al uso; el otro posee un lustre más parejo y estrías longitudinales. Con respecto al retocador extremo lateral, para su elaboración se utilizó como forma base un fragmento producto de fractura longitudinal. Posee sus dos extremos rebajados, uno de ellos en forma aguzada y el otro más redondeado o romo. El extremo agudo presenta mayor brillo; para su afinamiento probablemente se utilizó la técnica de lascados, complementada con un probable pulido, ya que se observaron tres negativos y marcas transversales. El otro extremo fue formatizado probablemente por lascados, en su borde distal presenta desgaste por probable presión sobre piedra y en el lateral lustre (Paunero et al. 2004b, 2010b). Esta evidencia, sumada a la marcada presencia de elementos de zeugopodio y autopodio, señalan la posible elaboración de intermediarios para el procesamiento secundario de los productos derivados principalmente de los camélidos y cánidos (Cueto et al. 2012; Paunero et al. 2007d). En

FIGURA 8. UN PUNZÓN-RETOCADOR Y DOS PUNZONES, CDM1 U4. FOTO: MANUEL CUETO. Taxón Mamíferos indet. Dusicyon sp. Dusicyon griseus Camélidos indet. Hemiauchenia paradoxa Lama sp. Lama gracilis Lama guanicoe Roedores indet. Aves indet. Rheidos Total General

NISP 67 12 14 55 11 128 18 36 8 14 8 371

NISP% 18,7 2,1 3,3 16,1 2,5 32,7 4,1 11 1,8 4 3,4 100

TABLA 2. NÚMERO Y PORCENTAJE DE ESPECÍMENES ÓSEOS IDENTIFICADOS. CDM1 UNIDAD 4. TOMADO DE FRANK (2011).

100

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

Marcas y fracturas Marcas de corte Lascados Marcas de golpe Fracturas helicoidales Fracturas longitudinales Fracturas helicoidales y lascados Fracturas longitudinales y lascados

lasca retocada, ambos con regularización del filo por presión sobre sílex rojo.

n 17 15 2 13 6 6 2

Entre los productos de talla, predominan las esquirlas (57,49 por ciento), seguidas de lascas y fragmentos de talla (Tabla 7). Desde la perspectiva de la secuencia de producción, el 78,6 por ciento corresponde a la formatización final, el 18,3 por ciento corresponde a la talla del núcleo y el 3,1 por ciento corresponde al descortezamiento. Se trata principalmente (94,5 por ciento) de piezas con dimension muy chica y chica. Por las caracteristicas macroscópicas que presentan las lascas de adelgazamiento y un instrumento de sílex con tratamiento se propuso que muy probablemente corresponderían al mismo núcleo (Frank 2011).

TABLA 3. MARCAS Y FRACTURAS IDENTIFICADAS PARA RESTOS DE CAMÉLIDOS. CDM1 UNIDAD 4. TOMADO DE FRANK (2011).

El conjunto lítico de este componente está compuesto por 1240 artefactos (11 artefactos formatizados y 1229 productos de talla). El 80,5 por ciento de las piezas se encuentra en siete cuadrículas que presentan evidencias de estructuras de combustión (6,3 m2 aprox.) mientras que el 19,5 por ciento restante se ubica en seis que no presentan fogones (3,8 m2 aprox.). Otras cuatro cuadrículas (2,6 m2) no presentan restos líticos ni estructuras de combustión (Frank 2011). Este conjunto si bien permite inferir actividades de talla, muestra una importante actividad de formatización final (Tabla 4), observándose abundante cantidad de lascas de retalla, retoque y adelgazamiento bifacial (Tabla 5). El porcentaje de lascas primarias es bajo. Esto indicaría que, en general, los primeros pasos de la secuencia de producción de artefactos –descortezamiento y preparación de los núcleos– debieron ser realizados en otros sectores del paisaje, mientras que la implementación de los últimos pasos de la secuencia de reducción fue la actividad más frecuente en el sitio.

En el conjunto tratado la mayor parte de las piezas son de sílex (85,9 por ciento), en especial rojo (n= 367), seguidas por piezas de calcedonia (12,1 por ciento), y otras indeterminadas (2 por ciento). Según Frank (2011) esto indicaría que hubo una preferencia en el empleo del sílex rojo al momento de confeccionar instrumentos tratados térmicamente. Además, que estos grupos conocían las propiedades de esta roca y los óptimos resultados que su tratamiento arrojaba. En este sentido destaca el hecho que el 70,8 por ciento (n= 72) de lascas de adelgazamiento bifacial del conjunto presenten tratamiento térmico, ya que sólo dos instrumentos tienen retoque bifacial. Esto podría indicar que la aplicación del tratamiento térmico se realizó antes del empleo de técnicas específicas de manufactura como el adelgazamiento bifacial, y lleva a pensar en una correlación entre el calentamiento y ciertas cadenas operativas vinculadas a instrumentos confeccionados en el sitio que no fueron descartados allí. Entre ellos se encontrarían artefactos bifaciales tratados térmicamente de los cuales sólo se encontraron las piezas de adelgazamiento. Estos instrumentos conservados habrían requerido mayor inversión de energía y formarían parte del equipo trasladado del grupo (Skarbun 2011; Skarbun et al. 2007). En base a estas líneas de evidencia, junto a antecedentes arqueológicos regionales, extrarregionales (Bird 1938; Miotti 1996; Massone 2004; Hermo 2008b) y a estudios experimentales sobre secuencias de producción (Nami 2010), se ha inferido que podría tratarse de la secuencia de manufactura de artefactos bifaciales o puntas de proyectil (Cueto et al. 2012, 2013).

Entre los productos de talla identificados18, predominan las lascas (84,9 por ciento), seguidas por otras clases en proporciones muy bajas (Tabla 6). También se observa la existencia de técnicas de extracción de lascas triangulares, considerando que una lasca retocada fue confeccionada sobre este tipo de soporte (Skarbun 2011; Cueto et al. 2012). Estos materiales presentan paridad en el estado de conservación, con un 50,7 por ciento de productos enteros y un 49,3 por ciento de productos fragmentados. Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (46,31 por ciento) y chico (45,57 por ciento), por sobre aquellos de dimensiones mediano (7,14 por ciento) grande (0,74 por ciento) y muy grande (0,24) (Cueto et al. 2012).

El conjunto de las evidencias registradas para este sitio ha llevado a proponer que en esta localización se realizaron múltiples actividades incluyendo la formatización de artefactos óseos y líticos, el procesamiento primario y secundario de las presas cazadas en las cercanías así como su consumo y el trabajo en cuero (Paunero et al. 2007b).

Un 36,5 por ciento (n= 453) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas 44 presentan evidencias de daño térmico y 409 poseen evidencias de tratamiento térmico (cambio de color, lustre o pátina). Todos estos materiales se concentran en un sector acotado del espacio, próximos a la mayor parte de las estructuras de combustión en las cuadriculas B1, B2 y A1. El 99,6 por ciento de los artefactos con tratamiento térmico son productos de la talla y el resto corresponde a dos instrumentos (0,4 por ciento) que sólo presentan lustre. Un cuchillo confeccionado sobre lámina y una 18

Sin contabilizar esquirlas y microesquirlas (n= 665).

101

Total

Sílex Calcedonia Xilópalo Otras siliceas Indet. Total

25,51 60,48 47,05 100

69,11 35,92 47,05 -

100 100 100 100

4,7

1,89 31,84

98,11 63,46

100 100

Talla

5,37 3,5 5,95 -

Materia prima

Formatización final

Descortezamiento

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras poseen características similares a los de la U4 (estructura plana lenticular y forma elíptica), aunque se encuentran mas dispersos que en aquella (Paunero et al. 2007b; Frank 2011). Se registró más de un fogón en una misma cuadrícula o en cuadrículas adyacentes. Esto indicaría, al igual que en la unidad 4, que estos fogones no representan eventos sincrónicos producto de una sola ocupación, sino que serían acordes con ocupaciones reiteradas pero poco intensas (Frank 2011).

29,12 33,33 37,5 5,77 28,87

0,97 5 1,35

Total

Retalla

Sílex Calcedonia Xilópalo Indet. Total

Indet.

Adelgazamiento bifacial 14,32 18,33 12,5 13,95

Retoque

Materia prima

TABLA 4. ESTADIOS DE PRODUCCIÓN SEGÚN MATERIA PRIMA, EXPRESADO EN PORCENTAJE. CDM1, U4. MODIFICADO DE SKARBUN (2009).

55,58 43,34 50 94,23 55,81

FIGURA 9. PLANTA DE EXCAVACIÓN Y UBICACIÓN DE FOGONES. CDM1. U. 3 INF. REALIZADO POR R. PAUNERO

100 100 100 100 100

El conjunto faunístico es pequeño, presenta una disminución en el número de taxones en comparación con la unidad 4 y muestra un buen estado de conservación de los elementos, al igual que en el componente anterior. Estos restos se concentran en el sector sudeste de la cueva, mayormente en cuadriculas (B2, F1 y A2) con evidencias de estructuras de combustión, al igual que el material lítico (Frank 2011). Son mayoritarios los elementos indeterminados (n= 242). Por su parte los restos identificados se concentran en B2 y entre ellos predomina Lama guanicoe (Tabla 8). Observamos una mayor presencia de fragmentos de huesos largos para las especies representadas, con escasas evidencias de acción humana. Se hallaron dos artefactos óseos, que no presentan evidencias de termoalteración. Un artefacto fue elaborado sobre diáfisis de Lama sp. Se trata de una porción con punta roma en un extremo que presenta desgaste por probable presión sobre piedra u otro elemento duro; fue elaborada sobre un fragmento producto de fractura helicoidal, registra negativos de lascados de formatización para achicar el extremo útil y marcas de golpes en la cara externa (Paunero et al. 2007a, d, 2008). El otro instrumento es un punzón confeccionado sobre un fragmento de diáfisis indeterminada. Si consideramos los restos de camélidos, observamos que no existe una diferencia en la distribución del esqueleto apendicular en relación con el axial, ambos se concentran en B2 (Frank 2011).

TABLA 5. PORCENTAJE DE TIPO DE FORMATIZACIÓN DEL FILO SEGÚN MATERIA PRIMA. CDM1, U4. MODIFICADO DE SKARBUN (2009). Lasca

Laminilla

Lámina

Lasca larga

Lasca ancha

84,9

5,6

4,6

3,4

1,5

TABLA 6. PROPORCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA, SEGÚN CLASE. CDM1, U4. ESQ

FT

L

LAS

LL

LM

TOT

n

234

24

129

10

7

3

407

%

57,49

5,89

31,69

2,45

1,71

0,73

100

TABLA 7. PRODUCTOS DE TALLA CON TRATAMIENTO TÉRMICO POR CLASE, MODIFICADO DE FRANK (2011:174)

Unidad Estratigráfica 3 inferior (o 3C) Esta unidad está conformada por una matriz sedimentaria fuertemente compactada, con una granulometría areno limosa con clastos medianos. El origen de los sedimentos es eólico, sin evidencias de aporte de partículas en suspensión, el material de procedencia espélica es más importante que en la unidad inferior (Paunero 2009b). Posee un fechado de 10.250 +/- 110 años 14C AP. Se han registrado evidencias de nueve fogones (Figura 9) que

102

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

El 5,8 por ciento de los restos están termoalterados, corresponden (93,8 por ciento) a restos indeterminados, y prácticamente no superan los 2 cm de largo. En su mayoría representan los estadios iniciales de combustión: totalmente quemados (56,3 por ciento) y parcialmente carbonizados (18,8 por ciento). Todos los restos poseen evidencias de termoalteración en la parte interna y externa. No se registran fracturas por la acción térmica. Estos elementos tienden a concentrarse en el sector central de la cueva, principalmente en cuadricula A2. A partir de estas evidencias Frank (2011) propone que la termoalteración de los restos se dio como consecuencia del contacto accidental de las piezas en los fogones. El componente posee 1200 artefactos líticos (9 artefactos formatizados y 1191 productos de talla). El 98,2 por ciento de las piezas se encuentra en nueve cuadrículas que presentan evidencias de estructuras de combustión (7,8 m2 aprox.) y el 1,8por ciento restante se ubica en dos cuadriculas sin fogones (alrededor de 1,1 m2). Otras seis (3,8 m2) no presentan restos líticos ni fogones (Frank 2011). En este conjunto se ha observado que las actividades están más centradas en la confección de soportes que en la regularización de los filos, evidenciado por porcentajes más altos de lascas de talla en relación a las de formatización final (Tabla 9). Al igual que en el componente inferior, no se presentan núcleos y son muy bajos los porcentajes de lascas de descortezamiento. Esto indicaría que, también para este componente, los primeros pasos de la secuencia de producción de artefactos debieron ser realizados en otros sectores del paisaje (Skarbun 2009).

Materia Prima

En cuanto a la formatización final, se observa predominancia de piezas de retoque, en especial en el sílex. Por otro lado, si bien hay abundantes piezas de adelgazamiento bifacial, no se evidencian artefactos bifaciales. De esta manera, parece probable que no todos los artefactos manufacturados en el sitio se hayan descartado allí. El resto de las materias primas presenta muy escasas piezas en este estadio (Tabla 10).

Sílex Calcedonia Xilópalo Indet. Total

Entre los productos de talla identificados19, predominan las lascas (90 por ciento), seguidas por otras clases en proporciones muy bajas (Tabla 11). Según el estado de 19

3,61 3,36

55,13 71,43 66,67 100 56,28

Total

TABLA 8. NÚMERO Y PORCENTAJE DE ESPECIMENES ÓSEOS IDENTIFICADOS. CDM1 UNIDAD 3 INFERIOR. MODIFICADO DE PAUNERO ET AL. (2007D)

Format. final

conservación estos materiales se presentan princiaplmente fragmentados (63,1 por ciento). Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (47,49 por ciento) y chico (43,89 por ciento), por sobre aquellos de dimensiones mediano (7,91 por ciento) y muy grande (0,71 por ciento). Un 5,1 por ciento (n= 61) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas 34 presentan evidencias de daño térmico y 27 poseen evidencias de tratamiento térmico (cambio de color, lustre o pátina). Estos materiales se ubican dispersos en el espacio, presentándose en valores bajos en varias cuadrículas; las que más piezas tienen son A2 y C1. Todos los artefactos con tratamiento térmico son productos de la talla, entre los cuales predominan las esquirlas (55,56 por ciento) (Tabla 12). En este conjunto, el 75 por ciento corresponde a la formatización final de artefactos (n= 8, 72,2 por ciento son de retoque y n= 3; 27,8 por ciento de adelgazamiento bifacial), mientras que un 5 por ciento al descortezamiento y el 20 por ciento restante corresponde a la talla del núcleo. Se trata principalmente (92,6 por ciento) de piezas con dimensión muy chica y chica. En el conjunto tratado la mayor parte de las piezas son de sílex rojo (44,4 por ciento), seguidas por piezas de calcedonia (22,2 por ciento) (Frank 2011). Es clara la evidencia de tratamiento térmico en el conjunto sobre productos de talla que corresponden a la formatización final de artefactos de sílex rojo. Sin embargo la escasa cantidad de piezas no permiten profundizar el análisis en torno a esta práctica tecnológica (Frank 2011). En la U3C los restos tienden en su mayoría a ubicarse en las cercanías a las fuentes de calor, lo que indicaría que los ocupantes habrían seleccionado realizar las actividades (v.g. talla lítica y el procesamiento de carcasas) en torno a los fogones. Se ha observado además, que existen recurrencias y similitudes entre los componentes Pleistocénicos de CDM1 en cuanto al tratamiento del espacio. Los habitantes habrían elegido prácticamente los mismos sectores para emplazar las estructuras de combustión. Predomina el descarte de restos líticos y óseos muy pequeños, en algunos casos termoalterados, en torno a los fogones y la escasa presencia de piezas mayores en el caso del material lítico (v.g. instrumentos líticos). Este patrón de descarte y distribución remite a contextos de depositación primaria, donde se realizan escasas tareas de mantenimiento del espacio. Estas prácticas son características de sitios con ocupaciones de baja intensidad (Frank 2011).

NISP% 2,9 20 37,1 8,6 25,7 5,7 100

Talla

NISP 1 7 13 3 9 2 35

Descort.

Taxón Mamíferos indet. Lama sp. Lama guanicoe Roedor Aves indet. Rheidos Total

41,25 28,57 33,33 40,35

100 100 100 100 100

TABLA 9. ESTADIO DE REDUCCIÓN POR MATERIA PRIMA. DESCORT.: DESCORTEZAMIENTO; FORMAT.: FORMATIZACIÓN.

Sin contabilizar esquirlas y microesquirlas (n= 802).

103

Total

45,41

14,68

4,13

0,92

34,86

100

Calced.

40

50

-

-

10

100

Xilópalo

-

100

-

-

-

100

44,98

16,59

3,93

0,87

33,62

100

Sílex

Total

filo

Indet.

Reactivación del

Retalla

bifacial

Adelgazamiento

Retoque

Prima

Materia

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras todos en B2. En este sentido cabe señalar que las únicas evidencias de corte, lascado y machacado corresponden a Lama guanicoe y Lama sp. En F1 se registra una alta concentración de restos menores a 2 cm hecho que se atribuye al posible mantenimiento del espacio. No se identificaron artefactos óseos en este componente. El conjunto se presenta en un buen estado de conservación (Paunero et al. 2007d; Frank 2011). Un escaso 2,7 por ciento de los restos (n= 7) muestra evidencias de termoalteración. Cuatro de estos se ubican en F1, otro en la cuadricula adyacente G1 y el resto en K2 y B1. Son elementos indeterminados. Representan en su mayoría los estadios finales de combustión: el 57,1 por ciento está total o parcialmente calcinado. Todos los elementos presentan evidencias de alteración tanto en la cara externa como en su interior. No se registran fracturas producidas por el fuego. Estas características, sumada la inexistencia de fogones dificultan establecer las causas de la termoalteración. Sin embargo las evidencias tienden a indicar que los huesos se habrían alterado durante al cocción -estado frescos o con carne- (Frank 2011).

TABLA 10. ESTADIO DE FORMATIZACIÓN DEL FILO (PORCENTAJE) SEGÚN MATERIA PRIMA. CDM1. UNIDAD 3 INFERIOR. CALCED.: CALCEDONIA; DESCORT.: DESCORTEZAMIENTO. MODIFICADO DE SKARBUN (2009) Lasca

Laminilla

Lámina

Lasca ancha

Lasca triangular

90

3,9

4,3

1,4

0,36

TABLA 11. PROPORCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA, SEGÚN CLASE. ESQ

FT

L

MESQ

n

15

1

9

2

%

55,56

3,71

33,33

7,4

Taxón

NISP

NISP%

Mamíferos indet. Lama sp. Lama guanicoe Roedores indet. Aves indet. Total

9 5 8 13 11 46

19,6 10,9 17,4 28,2 23,9 100

TABLA 13. NÚMERO Y PORCENTAJE DE ESPECÍMENES ÓSEOS IDENTIFICADOS. CDM1 UNIDAD 3 MEDIO. MODIFICADO DE PAUNERO ET AL. (2007D)

TABLA 12. PRODUCTOS DE TALLA CON TRATAMIENTO TÉRMICO POR CLASE, MODIFICADO DE FRANK (2011:186)

El conjunto lítico de este componente esta compuesto por 539 artefactos (1 Núcleo20, 9 artefactos formalizados y 529 productos de talla). Los restos se concentran principalmente en tres sectores, uno la cuadrícula A2 (28,6 por ciento), el segundo K2 (19,6 por ciento) que coincide con el área de mayor densidad de restos óseos, y el tercero definido por B1 y B2 que acumula el 24,9 por ciento de los artefactos. En el resto hay muy poco material de roca (Frank 2011). En el componente se habría realizado una mayor actividad de talla (59,82 por ciento), seguida por la formatización final de artefactos, y muy pocas piezas producidas por el descortezamiento del núcleo (Tabla 14). Esto indica que, al igual que en los componentes anteriores, los primeros pasos de la secuencia de producción de artefactos debieron ser realizados en otros sectores del paisaje. Los restos indican que el retoque fue la actividad predominante durante la formatización de los filos, y que se realizó escasa actividad de adelgazamiento bifacial (Tabla 15). Sin embargo, no se hallaron artefactos bifaciales en el sitio, evidenciando esto que se produjeron artefactos que se descartaron en otro sector. Existen diferencias entre las diversas materias primas. Mientras que en el sílex predomina el estadio de talla, en la calcedonia son más

Unidad Estratigráfica 3 Medio (o 3b) El nivel de ocupación 3 Medio, al igual que el resto de la unidad 3 inferior está compuesta por un sedimento ocre areno limoso fuertemente compactado. Si bien no cuenta hasta el momento con fechados radiocarbónicos, su ubicación estratigráfica y algunas de las características del conjunto artefactual han llevado a postular que este componente podría ser asignado al Holoceno temprano (Paunero et al. 2007d). En este componente es notable la ausencia de fogones, así como la baja densidad de artefactos líticos y restos óseos, que indicaría una ocupación humana eventual del sitio para el Holoceno temprano (Paunero et al. 2007d; Paunero 2009b). Se ha propuesto que el espacio se estructuró de manera diferente a lo observado en las unidades inferiores (Paunero et al. 2007d). Al igual que el componente anterior, la evidencia faunística es escasa, continúa la disminución en el número de especies y se registra exclusivamente fauna actual (Tabla 13). Los restos óseos se concentran en el sector oeste de la cueva, en las cuadrículas K2 (29,1por ciento) y G1 (20,3 por ciento). Corresponden principalmente a elementos indeterminados, sin embargo el 28,3 por ciento de la muestra son camélidos y se hallan

20

De sílex amarillo, con negativos de extracción de lascas, amorfo, de plataformas lisas y naturales, y activo (Skarbun 2011).

104

1,58 50 1,81

61,08 30,77 50 59,82

37,34 69,23 38,37

100 100 100 100

Adelg. bifacial

Retalla

Total

57,63

38,14

2,54

0,8

0,85

100

Calced.

55,56

22,22

22,22

-

-

100

Total

57,48

37,01

3,94

0,79

0,79

100

filo

Indeterminado

Sílex

Materia prima

Retoque

Reactivación del

TABLA 14. ESTADIOS DE REDUCCIÓN (PORCENTAJE) SEGÚN MATERIA PRIMA. CDM1. UNIDAD 3 MEDIO. DESCORT.: DESCORTEZAMIENTO.TOMADO DE SKARBUN (2009).

Un 1,1 por ciento (n= 6) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas 5 presentan evidencias de daño térmico y 1 posee evidencias de tratamiento térmico (lustre en ambas caras). Estos materiales se concentran principalmente en un sólo sector definido por la cuadrícula K2. Los restos óseos termoalterados en su mayoría no coinciden con este espacio. La pieza con tratamiento es una lasca de sílex rojo correspondiente a la talla del núcleo y dimensión chica. Tiene un talón natural, un bulbo levemente espeso. Los materiales con daño térmico son todos productos de talla de sílex de diversos colores, que corresponden en su mayoría, 50 por ciento, a la talla del núcleo (Tabla 17) (Frank 2011).

TABLA 15. ESTADIO DE FORMATIZACIÓN DEL FILO (PORCENTAJE) SEGÚN MATERIA PRIMA. CDM1. UNIDAD 3 MEDIO. TOMADO DE SKARBUN (2009).

Debido a las pocas evidencias de tratamiento térmico, que las piezas dañadas son pequeñas para emplearse como forma base, que sólo una lasca presenta lustre térmico, y la ausencia de fogones, no es posible plantear el uso de esta técnica en este componente. Sin embargo la presencia de restos termoalterados –líticos y óseos-, indicaría que se habrían encendido fogones en sectores aun no excavados.

Lasca

Laminilla

Lámina

Lasca larga

Lasca ancha

83,53

11,54

3,29

1,09

0,55

TABLA 16. PROPORCION DE PRODUCTOS DE TALLA, SEGÚN CLASE.

Las divergencias respecto a los componentes inferiores, estan dadas por la ausencia de fogones y la no superposición de los restos termoalterados óseos y líticos. Ademas hay cuadrículas que solo muestran restos óseos de más de dos cm, mientras que una presenta un valor elevado de restos muy pequeños, y escasos elementos mayores. Por su parte los restos líticos muestran un patrón similar al de los componentes inferiores, con sectores de alta concentración de piezas pequeñas y distribución acotada de ciertas materias primas. En consecuencia se considera que los restos líticos corresponden a zonas de descarte primario y que las actividades de talla no se realizaron en torno a las estructuras de combustión. La distribución de los restos oseos podría indicar que se practicaron actividades de mantenimiento del espacio ocupado (Frank 2011).

21

Total

Sílex Calcedonia Otras Total

Formatización final

Entre los productos de talla identificados21, predominan las lascas (83,53 por ciento), seguidas por las laminillas (11,54 por ciento) y otras clases en proporciones muy bajas (Tabla 16). Si bien predominan los artefactos fragmentados 52,49 por ciento, es muy alto el porcentaje de productos enteros 47,51 por ciento. Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (57,9 por ciento) y chico (32,9 por ciento), por sobre aquellos de dimensiones mediano (7,2 por ciento) grande (1,3 por ciento) y muy grande (0,7).

Talla

Materia prima

abundantes las de formatización final (Skarbun 2009; Skarbun et al. 2007).

Descort.

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

FT

L

ESQ

TOT

n

2

3

1

6

%

33,33

50

16,66

100

TABLA 17. PRODUCTOS DE TALLA CON TRATAMIENTO TERMICO POR CLASE, MODIFICADO DE FRANK (2011:193)

6.8 Sitio Cueva Túnel El sitio Cueva Túnel (CT) se encuentra ubicado a la entrada de La María Quebrada, cercano al bajo colector de aguas. Sus coordenadas geográficas son 48° 24’ 27’’ S 68° 52’ 21’’ O. Se trata de una cueva conformada por dos lóbulos que convergen en un umbral orientado mirando hacia el oeste. En el techo de ésta registramos un conjunto de puntos pintados de rojo claro que forman una aparente figura de tamaño mayor a un metro y de difícil identificación. El ancho máximo, considerando toda la cueva, medido de norte a sur es de 6 m; el lóbulo izquierdo mide 2,50 m de ancho y el derecho 4,30 m. El largo máximo medido de este a oeste desde línea de goteo

Sin contabilizar esquirlas y microesquirlas (n= 285).

105

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras al fondo es de 10,10 m. La superficie total de la cueva es de 60,6 m2. Al momento de la excavación inicial la cueva se encontraba prácticamente saturada por sedimentos; la altura del sector excavado medida desde el piso original al techo oscila entre 0,17 a 0,86 m. Hemos excavado en el umbral y parte exterior de los vestíbulos 17,25 m2, es decir el 28,5 por ciento de la superficie total de la cueva (Figura 10) (de Porras et al. 2009b; Paunero 2009b; Paunero et al. 2005, 2007c, 2008a; 2010b; Skarbun 2009; Skarbun et al. 2013). Se identificaron 11 unidades estratigráficas (Figura. 11): Unidad 1: Sedimento limo arenoso suelto gris claro con ceniza volcánica. Presencia de abundante guano de oveja, roca desprendida de la cueva, elementos óseos principalmente de oveja y escasos restos líticos. Espesor: 5,5 - 7 cm. Unidad 2: Sedimento pardo grisáceo limo arenoso compacto. Presencia de estructuras de fogones y algunos restos líticos. Espesor: 15 - 16,5 cm. Unidad 3: Sedimento gris oscuro de carácter limoso. Presencia de un importante fogón de amplias dimensiones, pero escasos restos culturales. Espesor: 7 8 cm. Unidad 4: Sedimento pardo oscuro limoso compacto. Con abundantes artefactos líticos y óseos. Espesor: 2,56,5 cm. Unidad 5: Sedimento ocre limoso poco compacto. Sin evidencias de artefactos. Espesor: 2,5-7,5 cm. Unidad 6: Sedimento gris areno limoso muy compacto con escasos restos. Espesor: 25-26,5 cm. Unidad 7: Lente de sedimento gris areno limoso compacto sin presencia de restos arqueológicos ni carbones, ubicado en la cuadrícula A1. Espesor: 2-5 cm. Las unidades 6 y 7 representan una discontinuidad ocupacional con respecto al componente inferior (Paunero 2009b). Unidad 8: Sedimento ocre limo arenoso compacto con presencia de escasos restos arqueológicos y carbones dispersos, se obtuvieron dos dataciones sobre huesos de 10.420 ± 180 años 14C AP y 10.510 ± 100 años 14C AP (Tabla 12). Espesor: 8,5-10 cm. Unidad 9: Sedimento ocre limo-arenoso con líticos, óseos y carbones dispersos. Espesor: 4-6,5 cm. Unidad 10: Sedimento ocre limo-arenoso con pedregullo, restos líticos y óseos. Se obtuvieron dos fechados: 10.408 ± 59 años 14C AP (fechado sobre carbón) y 10.400 ± 100 años 14C AP (sobre falange de Hippidion) (Tabla 18). Espesor: 30-32,5 cm. Las unidades 8, 9 y 10 corresponden al Pleistoceno final. El origen de los sedimentos es principalmente eólico, espélico y antrópico. Unidad 11: capa areno-limosa muy clara, sin contenido arqueológico.

FIGURA. 10. PLANTA DE EXCAVACIÓN. CT. MODIFICADO DE PAUNERO ET AL. (2007C).

FIGURA. 11. PERFIL DE LA EXCAVACIÓN. CT. MODIFICADO DE DE PORRAS ET AL. (2010).

Componente Inferior (Unidad 8, 9 y 10) Por las características sedimentarias similares, los fechados radiocarbónicos concordantes y la semejanza en los conjuntos arqueológicos, se ha considerado que los niveles 8, 9 y 10 constituyen un único componente, denominado Componente Inferior. Está compuesto por sedimentos limo-arenosos de color ocre, fuertemente compactado en algunos sectores y con presencias de clastos desprendidos del techo de la cueva. El origen de los sedimentos es principalmente eólico, espélico y antropico. Arqueológicamente presenta restos de fauna actual y extinta en asociación con un escaso pero particular conjunto lítico. Está fechado entre 10.500 y

106

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio 10.400 años 14C AP aproximadamente. Este componente no presenta fogones, sin embargo la evidencia arqueobotánica incluye espículas de carbones dispersos22. También se identificaron pequeños fragmentos de madera no determinada y granos de pólen de Poaceae, Asteraceae subf Asteroideae, Ephedra frustillata y Nassauvia, lo que estaría indicando una comunidad subarbustiva-graminosa que no tiene análogos en la actualidad (de Porras 2010). Época

Unidad

Fechados 14C AP

Siglo XX

1

-

Holoceno Tardío

2y3

-

4

AA 81417 4.177 +/- 43 años

Holoceno

5

AA 81423 5.577 +/- 44 años

Medio

6y7

-

8 Pleistoceno Final

9 10

superan los dos cm (52,4 por ciento) (Frank 2011). El estado de conservación de los elementos del conjunto óseo es bueno, no superan el estadio 2 de Beherensmeyer (Valiza et al. 2013; 2014). Para los tres taxones de camélidos se registran marcas de corte, percusión y termoalteración en frecuencias bajas, por lo que se propuso el origen antrópico del conjunto. Las marcas se concentran en las epífisis y en su mayor parte corresponden a actividades de desarticulación. Específicamente para Lama guanicoe se verificó una correlación entre la representación de partes esqueletarias y la calidad de la médula. Además, se identificaron fragmentos de huesos largos de camélidos con fracturas longitudinales, transversales y helicoidales (Paunero et al. 2005, 2007c; 2010b; Valiza et al. 2013). Se recuperaron tres artefactos óseos, dos de ellos elaborados sobre diáfisis de camélido. Se trata de un fragmento con punta roma en el extremo y de un punzón doble. La punta roma muestra un aspecto de pulido en su elaboración; no posee brillo y se observan rastros de probable presión sobre elementos más duros. Esta pieza presenta marcas de corte transversales previas a su formatización y su forma base ha sido un fragmento de hueso largo de fractura longitudinal. El punzón se elaboró sobre un fragmento de hueso largo de fractura longitudinal y presenta los dos extremos rebajados y aguzados. Un extremo muestra marcas transversales en la cara externa y un brillo acotado a los últimos 4 mm, en el otro se observan rastros de fabricación del aguzamiento, pero no así, brillo ni probables huellas de uso. Finalmente, se ha reconocido un machacador confeccionado sobre un fémur de Lama gracilis fracturado transversalmente con marcado perimetral, que muestra marcas de lascados en el borde activo (Paunero et al. 2010).

LP-1965 10.420 +/- 180 años; AA82496: 10.510 +/- 100 años AA 71147: 10.408 +/- 59 años; AA 71148: 10.400 +/- 100 años

TABLA 18. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS. CUEVA TÚNEL

El conjunto zooarqueológico es abundante (n= 2880) y diverso en relación a los componentes contemporáneos de la localidad (U4 y U3C de CDM1). La fauna registrada consta de especies extinguidas: Hemiauchenia sp., Lama gracilis, Panthera sp., Hippidion saldiasi y Megatherium sp. Además presenta restos de Lama guanicoe –taxón más abundante–, Rhea sp., Dusicyon sp., felinos, roedores y otros mamíferos y aves indeterminados (Tabla 19) (Paunero et al. 2005; Valiza et al. 2013). Se observa que practicamente todas las cuadrículas presentan abundantes restos, aunque algunas muestran mayor cantidad. En particular I2 posee el 21 por ciento de los huesos, entre los que hay gran cantidad de restos de roedores. Los elementos de Lama sp. son más abundantes en B3 (14,6 por ciento), los de Lama guanicoe en I2 (37,5 por ciento) y los de Lama gracilis en H1 (57,1 por ciento), mientras que los de rheidos se hallan mayormente al este del sector excavado, principalmente en C1 (37,8 por ciento). En cuanto a los camélidos, familia más abundante, los elementos del esqueleto apendicular se concentran en B3 (11,4 por ciento), B2 (10,8 por ciento), A2 (10,1 por ciento) e I2 (10,1 por ciento), y los del esqueleto axial lo hacen en D1 (17,2 por ciento), C1 e I2 (10,3 por ciento cada una) (Frank 2011). Solo el 0,68 por ciento de los huesos de camélido presentan huellas de carnívoro (n= 2) (Valiza et al. 2013).

El siete por ciento de los restos oseos está termoalterado y representan mayormente los estadios iniciales de combustión: parcialmente carbonizados (36,8 por ciento) y parcialmente quemados (19,4 por ciento). Estos corresponden (89,4 por ciento) a elementos indeterminados. El 80,8 por ciento de los huesos presenta evidencias de termoalteración en la cara externa e interna, mientras que en el 19,2 por ciento restante no se observan evidencias de combustión interna. La mayor parte de los elementos termoalterados proceden de D1 (25,9 por ciento), seguido por los restos recuperados de un grupo de cuadriculas adyacentes: C1, B2, B1 y A2 (12,4 por ciento, 9,5 por ciento, 8,5 por ciento y 8 por ciento respectivamente). El 65,7 por ciento de estos huesos es mayor a 2 cm. Los instrumentos de hueso no registran evidencias de termoalteración, no obstante se identificaron dos lascas óseas totalmente quemadas (Frank 2011).

El tamaño de los elementos, para el conjunto, indica que en todas las cuadrículas hay mayor cantidad de restos que

El conjunto óseo de este componente posee características de termoalteración similares a las de la unidad 4 de CDM1. Incluso ambos poseen cerca de un 20 por ciento de elementos con evidencias de calentamiento sólo en la cara externa del hueso, patron que los distingue del resto de los componentes analizados por Frank (2011)

22

Estos carbones se encuentran en proceso de analisis: determinación anatómica y taxonómica. Para este estudio cuento con el asesoramiento y apoyo del Lic. Diego Andreoni, Laboratorio de Arqueobotanica (FCNyM-UNLP/CONICET).

107

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras para la region. Los restos del componente inicial de CT remiten mayormente a los estadios iniciales y medios de combustión. Por accion del fuego se generaron fracturas y grietas principalmente longitudinales, entre otras. Las piezas termoalteradas se agrupan mayormente al este del sector excavado, en las cuadrículas adyacentes D1 y C1. Por estas evidencias se sostiene como hipótesis que los huesos presentarían carne al momento de la cocción. Los patrones de fractura, los lascados y las marcas de corte dan la pauta del consumo de presas en el sitio. Entre los huesos termoalterados para consumo predominan los camélidos. A su vez se evidencia el contacto accidental de fragmentos de hueso sin carne con el fuego, debido a la termoalteración intensa en su cara interna. Taxón

NISP t

NISP%

Lama sp. Lama guanicoe Lama (vicugna) gracilis Hemiauchenia cf. paradoxa Panthera onca mesembrina Felis concolor? Megatherium cf. Americanum Hippidion saldiasi Dusicyon griseus Dusicyon sp. Zaedyus pichi Chloephacta picta Ptenocnemia pennata Rhea sp. Felidae Mamifero grande Total

20 238 37 16 1 4 1

5,22 62,14 9,66 4,17 0,26 1,04 0,26

2 3 4 1 1 1 15 6 33 383

0,52 0,78 1,04 0,26 0,26 0,26 3,91 1,56 8,61 100

han identificado hasta el momento fuentes de este material en los alrededores de CT, a pesar de haber realizado numerosos relevamientos (Paunero et al. 2005; Skarbun 2011, Skarbun y Páez 2012). Por ello, se infiere que esta roca no procedería de las inmediaciones de la cueva. En el caso en que la fuente de ópalo traslúcido se encuentre dentro del radio de los 15 km, esta se hallaría en un sector localizado del paisaje y/o en muy baja frecuencia (Skarbun et al. 2013). Entre los productos de talla son muy escasas las piezas de descortezamiento, la mayoría de las piezas se divide entre el estadio de talla y formatización del filo, siendo mayores los porcentajes del estadio de talla en el sílex y más altos los de formatización final en el ópalo translucido (Tabla 20). Los productos de la formatizacion final tienden a concentrarse en E1 (32 por ciento), mientras que los productos de la talla del nucleo se encuentran relativamente dispersas (Frank 2011). Entre las piezas de la formatizacion final, las de ópalo traslucido son principalmente de retoque, y hay solo tres lascas de adelgazamiento bifacial. Mientras en las piezas de sílex dominan los productos del retoque (Tabla 21) (Paunero et al. 2007c; Skarbun 2009). No se identificaron artefactos formatizados de sílex. Esto indica que, si bien se debieron realizar actividades de manufactura de artefactos en el sitio, éstos no fueron descartados allí o fueron utilizados sin formatizar sus filos. Sin embargo, no se identificaron piezas con características de morfología y tamaño que indiquen que podrían haber sido instrumentos (Paunero et al. 2007c; Skarbun 2009). Entre los productos de talla identificados23 predominan las lascas (79,06 por ciento), seguidas por otras clases en proporciones muy bajas (Tabla 22). Estos materiales se presentan principalmente enteros 60,31 por ciento, mientras el 39,69 por ciento se hallan fragmentados. Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (65,12 por ciento) por sobre aquellos de dimensiones chico (27,98 por ciento) y mediano (6,98 por ciento).

TABLA 19. FRECUENCIA Y PORCENTAJE DE ESPECÍMENES ÓSEOS IDENTIFICADOS. CT. TOMADO DE VALIZA ET AL. 2013.

El conjunto lítico de este componente solo posee 147 artefactos (103 productos de talla, 7 artefactos formatizados, 3 productos técnicos y 34 fragmentos indeterminados) (Skarbun et al. 2013) y se halla disperso por todo el sector excavado, con porcentaje mas alto (14,1 por ciento) en E1 (Frank 2011). En las cuadriculas se hallaron piezas de diversos tamaños, con predominio de los más pequeños. Las materias primas también se hallan dispersas, aunque, en las más abundantes (v.g. sílex y ópalo translucido), hay una tendencia a concentrarse en cuadrículas determinadas. El sílex presenta caracteres macroscópicos que permiten vincularla con la fuente La María Quebrada, ubicada a 0,59 km del sitio, estando inmediatamente disponible (Skarbun et al. 2013). El 57,1 por ciento de las piezas de ópalo translucido gris se ubican en F1 y el 41,7 por ciento de las de ópalo translucido marrón de E1, de donde también proviene el 28,6 por ciento de las piezas de ópalo translucido naranja. Esta materia prima, ópalo trasnlucido, es la más frecuente entre los artefatos formatizados. Pertenece al Grupo Bahía Laura, afloramiento con mayor representación en la región (Panza 1994), por lo que su procedencia podría ser local cercana (distancia menor a 15 km). Sin embargo, no se

Un 13,1 por ciento (n= 13) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas 8 presentan evidencias de daño térmico y cinco poseen evidencias de tratamiento térmico. Todos estos materiales se concentran principalmente en la cuadricula I2. De las piezas con tratamiento termico el 92,3 por ciento (n= 4) son productos de talla, el restante es el fragmento de un instrumento (chopping tool-percutor) confeccionado sobre un rodado de riolita. Las otras porciones recuperadas remontan el artefacto completo y no poseen evidencias de alteración. Esto indica que el fragmento contactó con el fuego luego de ocurrida la fractura (Frank 2011; Skarbun et al. 2013). Los productos de talla, corresponden a tres lascas y una esquirla. Son de silex gris y marron 50 por ciento respectivamente. En dos casos corresponden a la formatizacion final (una lasca de reactivacion, la otra indeterminada), en un caso al descortezamiento y el restante a la talla del nucleo. Se 23

108

Sin contabilizar esquirlas (n= 19).

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

Talla

Formatización

Total

3,85

30,77

65,38

100

Sílex

11,54

53,85

34,62

100

Toba

0,00

100,00

0,00

100

7,55

43,40

49,06

100

Materia prima

Descort.

trata principalmente de piezas con dimension muy chica (n= 3) y chica (n= 1). La escasez y la clase de piezas tratadas térmicamente permite sostener que este procedimiento se habria desarrollado fuera del sitio, introduciendo a la cueva los artefactos una vez tratados (Frank 2011). Las características del conjunto arqueofaunístico, y el estudio preliminar de los artefactos líticos permitieron proponer como hipótesis que el sitio habría funcionado como un espacio destinado al procesamiento primario, secundario y consumo de presas cazadas en las cercanías, en un contexto de etapa exploratoria en el proceso de colonización del área. El procesamiento secundario habria involucrado el trabajo en cuero y la manufactura de artefactos líticos y oseos (Paunero et al. 2007b; Paunero 2009). La baja cantidad de productos de talla con relación a los instrumentos, y la mayor proporcion de piezas de formatización final indicarían, que en el sitio predominaron los últimos pasos de la secuencia de producción. Ademas se postula que los ocupantes del sitio invirtieron mayor energía en la conservación de las materias primas, las cuales fueron ingresadas al sitio preparadas de tal manera que solo fue necesario realizar los últimos pasos de la secuencia de manufactura (Skarbun 2009).

Ópalo

Adelgazamiento

Reactivación

Retoque

Indet.

Total

58,82

23,53

100

Sílex

0,00

11,11

55,56

33,33

100

Total

11,54

3,85

57,69

26,92

100

Materia prima

0,00

Lasca larga

79,07

9,30

4,65

6,98

El sitio La Mesada (LM) es una pequeña cueva ubicada a menos de 100 metros de CT. Está compuesta por dos oquedades, una superior, que cuenta con un panel de variadas manifestaciones rupestres, y la inferior en la cual se desarrollaron las excavaciones durante los años 1996, 1999 y 2000. La superficie total de la cueva, desde la línea de goteo, es de 12,50 m2 (Figura 12). Se realizaron 2 cuadrículas divididas en hemicuadrículas, lo que representó un área excavada de 4,50 m2 (36 por ciento) (Figura 13). Se comprobó que existe fluctuación en el régimen hídrico, que ha llegado a cubrir de agua los niveles medios, y que podría haber afectado los restos arqueológicos de las unidades 5 a 8. En un estudio funcional preliminar del conjunto litico del nivel 8 se evidencio la dificultad de realizar el mismo debido a la presencia de lustre por posible lixiviado. Se estima que este fenómeno debe haber ocurrido varias veces a lo largo de la transición Pleistoceno-Holoceno (Paunero 2000b, 2009b; Paunero et al. 2005; Skarbun 2009). La estratigrafía registrada en esta cueva indica 9 unidades (Figura 14): 1: Ceniza del Hudson de 1991, areno limosa. Espesor: 1 – 3 cm. 2: Arena gris clara. Espesor: 2 – 4 cm. 3: Capa areno limosa clara con pedregullo. Con huesillos de roedores en locus, productos de bolos de regurgitación de lechuza. Muy escasos materiales y líneas de carbón. Espesor: 14 – 23 cm. 4: Areno limosa clara con rocas en su interior y sin material arqueológico. En su parte superior presenta piedras medianas de derrumbe de techo. Espesor: 15 – 19 cm. 5: Arena fina de tamaño variable. En este nivel comienza a registrarse un aumento de la humedad. Dividida en 5a y 5b. La 5a es más clara y con escaso material arqueológico. La 5b es castaño oscura y con variación según el sector. Posee lentes de fogón, elementos líticos y óseos presentando astillas y fragmentos quemados. Espesor: 13– 23 cm. 6: Capa Arenosa con pedregullo, marrón grisácea, un poco más clara y más húmeda. Con material arqueológico: lítico, óseo y restos de carbón. Espesor: 7 – 11 cm. 7: Areno limosa clara. Con muy escaso material arqueológico. Espesor: 12- 16 cm. 8: Limosa a arena fina, de color pardo y muy húmeda. Los sedimentos son de origen eólico y espélico. En esta unidad se registra el nivel de ocupación inicial de este sitio. Se encuentran materiales culturales en A1, B1 y B2. En la base de esta unidad, a partir de un pequeño lente carbonoso se obtuvo un fechado de 9090 +/- 40 años 14C AP (Tabla 23).

TABLA 20. PORCENTAJE DE ESTADIOS DE REDUCCIÓN SEGÚN MATERIA PRIMA. CT. COMPONENTE INFERIOR.

17,65

Lámina

6.9 Sitio La Mesada

Silicificada

Ópalo

Laminilla

TABLA 22. PROPORCION DE PRODUCTOS DE TALLA POR CLASE.

Translúcido

Total

Lasca

translucido

TABLA 21 ESTADIO DE FORMATIZACIÓN DEL FILO (PORCENTAJE).

109

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Unidad

Fechados 14C AP

Holoceno

1, 2,

-

tardío

3y4

Holoceno

5a

medio

5b

Beta – 135964: 4.500

6

+/- 40 años

8

Beta – 135963: 9.090

Holoceno temprano

+/- 40 años

TABLA 23. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS. CUEVA DE LA MESADA. FIGURA 12. PERFIL TRANSVERSAL. CUEVA DE LA MESADA.

Unidad 8 El componente no presenta fogones delimitados, pero si un pequeño lente carbonoso en la cuadrícula B1. Los restos faunísticos son muy exiguos. La mayoría (n= 4) son fragmentos indeterminados y se identifico solo un molar y una falange de Lama guanicoe (Paunero 2000b, 2009b; Paunero et al. 2005). Todos estos elementos son mayores a dos cm y se presentan en la cuadrícula A. Sólo un fragmento indeterminado muestra evidencias de termoalteración en ambas caras –interna y externa(Frank 2011). El conjunto lítico posee 33 productos de talla y 5 artefactos formatizados (Paunero 2000b; Skarbun 2009). Los restos líticos se presentan en mayor proporción en B1 (43,6 por ciento) y B2 (38,4 por ciento), mientras que hay menor cantidad en A1 (17,9 por ciento) (Frank 2011). Entre los productos de talla identificados24 predominan las lascas (83,3 por ciento), seguidas por laminillas y lascas largas en proporciones menores (Tabla 24). Desde la perspectiva de la secuencia de producción, prevalecen las lascas de la talla del nucleo, mientras que hay muy escasos elementos correspondientes al descortezamiento y la formatizacion final (Tabla 25). La materia prima más abundante, entre los productos de talla es el sílex, las otras piezas son de calcedonia y solo se registró una pieza de obsidiana. La mayoría de los restos de sílex son de color marrón (Skarbun 2009). Estos materiales presentan una mayor proporcion de piezas fragmentadas 62,5 por ciento, sobre los productos enteros 37,5 por ciento. Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (55,55 por ciento) y chico (22,23 por ciento), por sobre aquellos de dimensiones mediano (11,11 por ciento) grande (5,55 por ciento) y muy grande (5,55). La cantidad de productos de talla identificados es muy baja para sacar conclusiones definitivas, sin embargo parecería que dentro de la cueva se procedió a realizar principalmente tareas de extracción de formas base de sílex (Skarbun 2009). Un 15,4 por ciento (n= 6) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas piezas 4 presentan evidencias de daño térmico y 2 poseen evidencias que remiten al tratamiento térmico. No obstante la evidencia es muy escasa como para

FIGURA 13. PLANTA DE LA EXCAVACIÓN. CUEVA DE LA MESADA. .

FIGURA 14. PERFIL ESTRATIGRÁFICO. CUEVA DE LA MESADA.

24

110

Sin contabilizar las esquirlas (n= 9).

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio m2 y un sector exterior hasta la línea de goteo de 40 m2. Se excavaron 6 m2 del sector interno (Figura 15). Se registró una estratigrafía con 7 unidades, que presentan buena horizontalidad (Figura 16):

afirmar el uso de este procedimiento en esta ocupación (Frank 2011). En este componente la acción del agua pudo haber jugado un papel en la conformación del registro arqueológico, por fluctuaciones intermitentes de la napa freática (Paunero 2000b). En este sentido Frank (2011) estima que este agente pudo haber destruido los huesos, que están prácticamente ausentes en el sitio, removido los elementos líticos más pequeños, que se presentan en forma escasa y, posiblemente haber afectado las estructuras de combustión. No obstante este investigador propone que es necesario realizar otros estudios para poder evaluar de manera más fehaciente si éste factor, u otros, han actuado en la conformación del registro arqueológico de LM. Ademas concluye que desde la perspectiva distribucional no fue posible evaluar si las actividades se desarrollaron en torno a estructuras de combustión. Al momento las características del registro indicarían que esta sería una ocupación eventual de probables características exploratorias (Skarbun 2009). Lasca

Laminilla

Lasca larga

83,3

11,1

5,6

1: Guano suelto con ceniza del Hudson de 1991, areno limosa. Espesor: 4 – 7 cm. 2: Guano muy compactado. Espesor: 7 – 10 cm. 3: Ceniza volcánica con algo de guano. Espesor: 5 – 9 cm. 4: Limo color pardo obscuro suelto, con importantes fogones. Variando mucho el espesor en cada sector. Espesor: 3,5 – 14 cm. 5: Limo ocre claro sin compactación. Con espesores variables según el sector. Sin restos de carbón. Espesor: 1 – 8 cm. 6: Limo-arcilloso claro y sin compactar, oscurecido por una línea de fogones. El origen de los sedimentos, además del aporte antrópico, es casi exclusivamente eólico. En esta unidad registramos el nivel de ocupación inicial de este sitio. De un fogón de la base de esta unidad, en la cuadrícula B1 se obtuvieron los siguientes fechados: 7,970 ± 40 14C años AP y 7,665 ± 75 14C años AP (Tabla 26). Espesor: 3 – 9 cm. 7: Limo- arcilloso muy claro sin compactar y sin restos culturales, también con espesores variables, descansa sobre la roca de base. Espesor: 2 – 6 cm.

TABLA 24. PROPORCION DE PRODUCTOS DE TALLA, SEGÚN CLASE. Sílex

Calcedonia

Obsidiana

Total

Descort.

2

-

-

2

Talla

17

-

-

17

Formatiz.

1

1

1

3

Total

20

1

1

22

TABLA 25. ESTADIOS DE REDUCCIÓN. LM. UNIDAD 8. DESCORT.: DESCORTEZAMIENTO; FORMATIZ.: FORMATIZACION FINAL. MODIFICADO DE SKARBUN (2009).

6.10 Sitio Cueva de La Ventana La Cueva de La Ventana (LV) se encuentra en el cañadón homónimo que es atravesado por un zanjón con desembocadura a 1300 m en la Laguna de La María. En las partes altas que rodean al cañadon se registran afloramientos de sílex y concentraciones de productos de talla de esta roca que han sido interpretados como posibles sitios cantera-taller. La cueva presenta características particulares, es muy oscura y posee una “ventana” circular pintada con “rayos” a su alrededor de color rojo claro. Este y otros motivos abstractos y abstractos representativos registrados en reparos rocosos del Cañadon de la Cueva de La Ventana han sido asignados al momento estilístico Grupo 2. El mismo sería cronológicamente posterior al Grupo 1 correspondiente a ocupaciones del Pleistoceno final de la región, v.g. C3T U5 (Paunero et al. 2005:162).

FIGURA 15. PLANTA DE EXCAVACIÓN. LV.

El sitio abarca una superficie de 76 m2, pudiéndose diferenciar dos sectores: un recinto interior oscuro de 36

111

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras El conjunto litico esta compuesto por 3 artefatos formatizados y 39 productos de talla. Entre los productos de talla identificados25 el 76,5 por ciento son lascas y 23,5 por ciento láminas. Entre ellos predomina el sílex, en especial el de color marrón, seguido por el rojo (Skarbun 2009). En su mayoria son piezas del estadio de talla (66,67 por ciento), con muy escasa representación de aquellas de formatización final, y ausencia de piezas de descortezamiento (Tabla 27). Estos materiales se encuentran enteros en un 48,27 por ciento, y fragmentados en un 20,68 por ciento, el resto se halla indeterminado. Además, predominan los productos de dimensiones muy chico (40 por ciento) seguidos por aquellos de dimensiones chico y mediano en la misma proporcion (30 por ciento).

FIGURA 16. PERFIL ESTRATIGRÁFICO. CUADRICULA A2/B1. LV. Unidad

Fechados 14C AP

Siglo XX

1

-

Holoceno tardío

2

-

Holoceno medio

4

-

El 42,9 por ciento de las piezas del conjunto se encuentra en dos cuadrículas (C1 y B1) que presentan evidencias de estructuras de combustión (1,3 m2 aprox.) mientras que el 57,1 por ciento restante se ubica en cuatro que no presentan fogones (alrededor de 2,1 m2). En C2 (0,5 m2) no hay restos líticos ni fogones, mientras que en A2 (0,8 m2), se observa parte de un fogón y no posee restos líticos (Frank 2011).

AA – 35237: 7.665 Holoceno temprano

6

+/- 75 años; Beta – 135965: 7.970

Un 35,7 por ciento (n= 15) del conjunto lítico presenta evidencias de alteración térmica. De estas 12 presentan evidencias de daño térmico y 3 poseen evidencias de tratamiento térmico. Todos estos materiales se concentran en el sector noroeste de la excavacion principalmente en B1 y B2. Entre los artefactos con tratamiento se encuentran 2 instrumentos y una esquirla. Ambos instrumentos fueron confeccionados sobre sílex, uno de color rojo y el otro marrón. Uno presenta lustre en ambas caras, procede de E1 y mide 4,4 cm de largo; el otro es un fragmento distal que presenta un leve cambio de color en la cara dorsal, procede de B2 y mide 3,2 cm de largo. La esquirla es de sílex naranja, procede de B2, mide 0,5 cm de largo y presenta lustre en ambas caras.

+/- 40 años TABLA 26. FECHADOS RADIOCARBÓNICOS. CUEVA DE LA VENTANA

Unidad 6 En este componente correspondiente al Holoceno temprano se reconoció un fogón de estructura plana, ubicado en las cuadrículas B1, B2 y A2. Se recuperaron muy escasos fragmentos óseos: 31 elementos de roedor y 24 fragmentos indeterminados (Paunero 2000b; Frank 2011). Los restos oseos se concentran en el sector norte del área excavada. El 54,5 por ciento de los elementos, en su mayoria indeterminados, se encuentra en dos cuadrículas (B1 y B2) que presentan evidencias de estructuras de combustión (1,3 m2 aprox.) mientras que el 45,4 por ciento se ubica en cinco sin presencia de fogones (2,6 m2 aprox). La cuadrícula A2 (2,8 m2) no presenta restos óseos pero sí una porción de la estructura de combustión (0,8 m2). El 20 por ciento de los huesos muestran evidencias de termoalteración. Son 11 astillas con estadios iniciales de combustión: parcialmente carbonizados (63,6 por ciento) y totalmente quemados (36,4 por ciento). Todos los elementos presentan evidencias de alteracion en ambas caras. No se hallaron fracturas producidas por la acción del fuego.

Si bien las caracteristicas del componente -unico gran fogon, escasez de material arqueológico, restos liticos y oseos concentrados en cercanías del fogón- resultan acordes con una ocupación eventual de la cueva. Existen ciertas características que lo diferencian de los otros componentes que poseen estructuras de combusrtion. Por un lado, las cantidades de restos óseos y líticos son muy bajas, por el otro, ambos conjuntos muestran un alto porcentaje de piezas termoalteradas. Esto último es coherente con componentes del Holoceno medio, como por ejemplo la unidad 4 de C3T1 y con lo propuesto por otros investigadores para momentos de ocupación efectiva del espacio. Además, este es el único componente en el cual se reconoció sólo un fogón de gran tamaño. Estos rasgos le brindan a LV un patrón propio, que permiten proponer una serie de hipótesis alternativas. Es dable que el conjunto corresponda a una serie de ocupaciones eventuales que dejaron muy escasos restos. También es factible que se hayan llevado a cabo tareas de limpieza y mantenimiento del espacio y que sólo se haya

Los elementos con alteración termica proceden de B1 y B2, al interior de la estructura de combustión, lo que indicaría que su combustión habría sido causada por su caída dentro de éste (Frank 2011).

25

112

Sin contabilizar esquirlas y microesquirlas (n= 11).

Caracterización de la Localidad Arqueológica La María y los sitios en estudio

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Total

Indet.

Formatización final

Talla

Materia prima

recuperando aquellos restos que no han sido removidos de los alrededores del fogón. Una tercera posibilidad es que en este sitio se hayan desarrollado actividades que no dejaron restos (Frank 2011). Se ha propuesto que esta cueva presenta características particulares: es muy oscura, tiene una “ventana” casi exactamente circular y pintada con “rayos” rojo claro que podrían estar representando un sol, y que está ubicada hacia el naciente de verano. Esto, sumado a los escasos indicadores de consumo, de procesamiento de derivados animales o vegetales o de actividades de producción lítica, podrían señalar un empleo particular de esta cueva, como por ejemplo su uso ceremonial (Paunero 2000b; Paunero et al. 2005).

66,67 100 58,33 100

16,67 0 4,17 0

16,67 0 37,50 0

100 100 100 100

100 66,67

0 5,56

0 27,78

100 100

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TABLA 27. PORCENTAJE DE ESTADIOS DE REDUCCIÓN.

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118

Capítulo 7. Análisis de los conjuntos arqueológicos

Componente Grupo

“[…] se denominan comúnmente azadas a determinado tipo de herramientas, independientemente de las condiciones y de las posibilidades de su utilización como herramientas agrícolas. Incluso en el caso de que el investigador negara la existencia de la agricultura en un territorio dado y en una época dada, todas las herramientas con una forma determinada en una tipología, debían llamarse azadas.” Foss y Elnitsky en Semenov (1981: 235).

Artefactos formatizados Productos de talla Lítos no modificados Total

4 n

%

11

0,89

1229

99,11

205

-

1445

100

TABLA 1. UE4. ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES.

En este capítulo presentamos los resultados de los estudios desarrollados sobre los conjuntos arqueológicos correspondientes a los dos momentos de ocupación, Pleistoceno final y Holoceno temprano, que hemos definido según la escala temporal empleada en esta investigación. Se exponen los resultados de los estudios sobre caracteres tecno-morfológicos y funcionales de cada conjunto. La propuesta seguida nos permitió descomponer los rasgos que constituyen los artefactos en diferentes variables cualitativas y cuantitativas contrastables. El ejercicio consta del examen a diversos grados de resolución, donde la unidad de análisis en primera instancia es el artefacto que posteriormente pasa a ser descompuesto en diversos caracteres relevantes al estudio de la forma y la función. Finalmente estos caracteres se vuelven a integrar al artefacto y a niveles superiores de agregación como el propio conjunto e interconjunto desde la perspectiva de la clase artefactual y de las características diversas o similares de los filos. Consideramos que este ejercicio nos permite expresar la complejidad y la variabilidad tanto de un filo y de una pieza así como de uno o varios conjuntos.

Unidad Volumen excavado (en m3) Artefactos formatizados Productos de talla Densidad artefactos líticos / m3 Densidad artefactos formatizados / m3 Densidad productos de talla / m3

4 2,14 11 1229 579,43 5,14 574,29

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN UE4 CDM1 SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO.

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de los productos de talla y los artefactos formatizados del conjunto. Se registra un claro predominio de los artefactos confeccionados en silex marrón-rojizo para ambos grupos, 61,4526 por ciento y 0,48 por ciento respectivamente; seguidos por productos de talla y artefactos formatizados de xilópalo; de manera decreciente se registran productos de talla de calcedonia, toba y otras rocas (Tabla 3). En el conjunto, para todas las materias primas prevalece el porcentaje de productos de talla respecto de los artefactos (Tabla 3). Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el silex registra el valor más alto (Tabla 4).

7.1 Estudio de los conjuntos arqueológicos correspondientes a las ocupaciones del Pleistoceno final 7.2 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico inferior del sitio Casa del Minero 1 Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico

Los artefactos formatizados suman 11, y se agrupan en seis clases artefactuales, de la siguiente manera: 6 Lascas retocadas; 1 Cuchillo; 1 Raspador/raedera (artefacto compuesto); 1 Raspador; 1 Raedera; y 1 artefacto bifacial27. Las lascas retocadas dominan el conjunto con el 55 por ciento (Gráfico 1). Según el estado de conservación, entre los artefactos formatizados, son preponderantes los ejemplares enteros (55 por ciento), frente a los fragmentados (45 por ciento) (Tabla 5).

El conjunto lítico procedente del Componente pleistocénico inferior –Unidad Estratigráfica 4- (en adelante UE4), está compuesto por 1445 piezas, y ha sido segmentado en tres grupos: artefactos formatizados, productos de talla, y litos no modificados (ecofactos). Es para destacar la ausencia de nódulos y núcleos en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (99,11 por ciento), seguidos por los artefactos formatizados (0,89 por ciento) (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 1240 y el volumen excavado en el componente, de 2,14m3, se observa una densidad de 579,43 artefactos/m3 (Tabla 2).

26

De los XT de silex del conjunto (69,27 % del total), el 61,45 % corresponde a la variedad del silex marrón-rojo. 27 El fragmento de artefacto bifacial presenta una fractura producto de la manufactura, esto implicaría que su formatización final se habría realizado en el sitio.

119

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

Materia Prima

Grupo

N

raedera, raedera, raspador, lasca retocada y artefacto bifacial (Figura 1).

%

Unidad 4 XT AF

Sílex

859 6 865 42 5 47 249 3 2 1 1 72 1229 11 1240

subtotal Sílex XT AF subtotal Xilópalo Calcedonia XT Toba XT Toba Silicificada XT Obsidiana XT Ignimbrita XT Indeterminada XT XT Total por grupo AF Total conjunto Xilópalo

69,27 0,48 69,75 3,38 0,40 3,79 20,08 0,24 0,16 0,08 0,08 5,80 99,11 0,89 100

Estado N

Enteros Fragmentados Total

Sílex

143,16

Xilópalo

8,4

11

45 100

Entre las características morfológicas y dimensionales del grupo, el módulo de tamaño de los artefactos enteros se ubica entre chico y mediano, y para los artefactos fragmentados es chico. Sin embargo si consideramos juntos los artefactos enteros y los fragmentados, es posible estimar un modulo teórico promediado para el conjunto de tipo mediano. En esta operación adicionamos a los artefactos enteros, dos artefactos fragmentados, uno de modulo grande y otro de modulo mediano. También se considera el fragmento de artefacto bifacial de modulo chico (n° 753= 3,3 cm largo y 4 cm ancho), dado que en estado entero su dimensión al menos podría haber sido de tipo mediano. De esta manera contabilizamos 3 artefactos chicos, 2 artefactos grandes y 4 artefactos medianos para estimar el modulo teórico promedio (Tabla 6). Para los artefactos enteros el modulo largo/ancho es principalmente corto, y el modulo ancho/espesor se reparte equitativamente entre medio y delgado. Los artefactos hechos en silex poseen modulo largo/ancho mayormente medio, y modulo ancho/espesor medio. Estos se diferencian de los artefactos de xilópalo, que poseen modulo largo/ancho corto, y ancho/espesor delgado. Las lascas retocadas poseen ambos módulos de tipo medio, mientras el raspador, la raedera y el raspador/raedera poseen modulo largo/ancho corto y ancho/espesor delgado (Tabla 7). Las dimensiones desagrupadas de los artefactos oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 1,7 a 7,5 cm, el ancho: 1,2 a 5,5 cm, y el espesor: 0,4 a 1,4 cm. La forma base seleccionada para su confección corresponde principalmente a lascas (81,81 por ciento), y en un caso se registra la selección de una lámina (Gráfico 3). Según la clase de artefacto, para la manufactura de: lasca retocada, raspador, raedera y raspador/raedera se seleccionaron lascas (3 secundaria, 2 angular, 2 descortezamiento, 1 angular inclinada y 1 triangular) como forma base, para el único cuchillo del conjunto se optó por una lámina, y para el artefacto bifacial la forma base no pudo ser determinada. Según la materia prima, para los artefactos de silex y xilópalo la forma base principal es la lasca, n= 5 y n= 4 respectivamente, solo en un caso se selecciono una lamina de silex y hay otra indeterminada. Prevalecen los talones preparados (45,45 por ciento) sobre aquellos no preparados (9,09 por ciento)

CDM1. Índice

5

55

TABLA 5. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE ARTEFACTOS FORMALIZADOS. UE4, CDM1

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA. UE4,

Materia Prima

6

%

TABLA 4. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE4, CDM1.

GRAFICO 1. FRECUENCIA RELATIVA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. UE4, CDM1

Los artefactos formatizados fueron confeccionados sobre dos tipos de roca silícea, entre las cuales, predomina el sílex marrón-rojizo con el 54,54 por ciento (n= 6) de los casos, seguido por el xilópalo con el 45,45 por ciento (n= 5) (Gráfico 2). Considerando el conjunto, la diferencia porcentual que existe entre los artefactos formatizados en silex marrón-rojizo y en xilópalo, 0,48 por ciento y 0,40 por ciento respectivamente, es menor a la registrada entre los productos de talla de estas rocas dentro del conjunto (Tabla 3). Con el silex se confeccionaron artefactos de dos clases, lascas retocadas y cuchillo; con el xilópalo se fabricó una mayor diversidad de clases (n= 5), raspador-

120

Análisis de los conjuntos arqueológicos como producto de las técnicas de talla aplicadas, asimismo un 45,45 por ciento de los artefactos presenta ausencia o desbaste del talón (Grafico 4). La mayor parte de los artefactos (n= 7) no posee corteza en cara dorsal, sin embargo dos lascas retocadas (de sílex) presentan corteza muy abundante (100 por ciento) y otras dos (una de sílex y una de xilópalo) corteza parcial (25-74 por ciento) (Gráfico 5). Módulo de tamaño

Entero

Fragmentado

Muy Chico

-

1

Chico

3

2

Mediano

2

1

Grande

1

1

Materia prima

Largo / ancho

Sílex

medio

Sílex

medio

Sílex

corto

Raspador

Xilópalo

corto

Raedera

Xilópalo

corto

Raspador / raedera

Xilópalo

corto

Clase Lasca retocada Lasca retocada Lasca retocada

Ancho/ espesor

medio medio medio delgado delgado delgado

TABL A 7. MÓDULOS

DE TAMAÑO LARGO/ANCHO Y ANCHO/ESPESOR PARA ARTEFACTOS ENTEROS, UE4, CDM1

TABLA 6. MODULO DE TAMAÑO DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

GRÁFICO 5. CANTIDAD DE CORTEZA EN CARA DORSAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE4, CDM1. GRÁFICO 2. MATERIAS PRIMAS EMPLEADAS EN LA CONFECCIÓN DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

GRÁFICO 3. TIPO DE FORMA BASE SELECCIONADA PARA LA MANUFACTURA DE ARTEFACTOS, EXPRESADO EN PORCENTAJE.

FIGURA 1. MUESTRA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS DE UE4, CDM1. A. RASPADOR-RAEDERA DE XILÓPALO, B. LASCA RETOCADA DE SILEX, Y C. CUCHILLO DE SILEX. GRÁFICO 4. ARTEFACTOS FORMATIZADOS, DISTRIBUCIÓN DE LOS TIPOS DE TALONES. NO PREP.: NO PREPARADOS.

121

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Análisis de los filos El conjunto de artefactos formatizados (n= 11) presenta un total de 21 filos y bordes naturales activos, que se desagregan en 18 filos formatizados y tres naturales. Cinco de estos artefactos presentan dos filos retocados, otros cinco poseen un filo retocado y tres de ellos además un filo natural, y el artefacto restante posee tres filos retocados (Tabla 8). Debido a la significación que también presentan los filos naturales para el estudio de las estrategias de consumo, se analizarán los caracteres de forma de sus bordes, en adición al resto de los filos.

GRAFICO 7. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS RELATIVAS RESPECTO A LA POSICIÓN DEL FILO EN EL CONJUNTO.

Entre los artefactos, el conjunto de los filos retocados se ubica principalmente en posición lateral (56 por ciento) respecto al eje morfológico de la pieza (Gráfico 6). A su vez el conjunto de filos se halla dominado por los tipos de posición frontal transversal y lateral inclinado, con el 33,33 por ciento cada uno (Gráfico 7). Por su parte los filos naturales se hallan en posición lateral inclinado (100 por ciento) (Tabla 8).

La forma geométrica o delineación que inscribe el filo sobre los bordes manifiesta un amplio predominio del filo convexo atenuado (47 por ciento), seguido por aquellos de tipo recto (28 por ciento), y los de tipo convexo extendido (10 por ciento), entre otros (Gráfico 10). En relación a la clase artefactual, entre las lascas retocadas predominan los filos convexos atenuados (n= 8), los filos de raspador se reparten entre recto (n= 1) y convexo extendido (n= 1), mientras los de raedera se distribuyen entre convexo atenuado (n= 1) y extendido (n= 1). El cuchillo presenta filos con tres delineaciones diferentes y el artefacto bifacial dos filos rectos (Grafico 11).

A continuación se analiza como se presentan y distribuyen en el conjunto los siguientes caracteres de forma de los filos -retocados y naturales-: la morfología que presentan los filos sobre las caras de la pieza, su delineación sobre los bordes de la pieza, la extensión relativa respecto al borde, y el ángulo del bisel. En primer lugar el conjunto registra una paridad en los porcentajes de filos con morfología normal regular y normal irregular con un 43 por ciento respectivamente (Gráfico 8). Según la clase artefactual, se observa que entre las lascas retocadas son mas abundantes los filos de forma normal irregular (n= 5), por su parte en el cuchillo y el raspador predominan los filos de forma normal regular y en el resto de las clases estas formas se presentan con frecuencias equivalentes (Gráfico 9).

GRÁFICO 8. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA MORFOLOGÍA DE LOS FILOS. UE4, CDM1.

GRAFICO 9. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL. GRAFICO 6. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA POSICIÓN DEL FILO EN LOS ARTEFACTOS. UE4, CDM1.

122

Lasca retocada

2

Lasca retocada

2

Lasca retocada

2

Lasca retocada

2

Lasca retocada Lasca retocada Raspador Raedera

Cuchillo

2 1 1 2

3

Raspador/ raedera

2

Artefacto bifacial

2

1 2 1 2 1 2 1 2 1 2 1 1 1 2

retocado natural retocado natural retocado natural retocado retocado retocado retocado retocado retocado retocado retocado

lateral paralelo lateral inclinado frontal transversa lateral l inclinado frontal transversa lateral l inclinado frontal transversa lateral l inclinado lateral

1

retocad retocado o

inclinado lateral

2 3 1 2 1 2

retocado retocado retocado retocado retocado

En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, el conjunto presenta un leve predominio de filos cortos (42 por ciento), sobre los largos (38 por ciento), estas dos categorías se diferencian significativamente de aquellas con menor valor porcentual (Gráfico 12). En relación a las clases de artefactos se observa que las lascas retocadas presentan principalmente filos cortos (n= 7) y en segundo lugar largos (n= 3), los filos de raspador y raedera son largos, n= 2 respectivamente, y el cuchillo posee filos cortos (n= 2) y largo (n= 1) (Gráfico 13). Los filos de los artefactos presentan ángulos agudos en el 90,47 por ciento de los casos. Dentro de este segmento -filos agudos- la mayor parte se agrupa en la categoría agudo oblicuo con el 30,09 por ciento (Gráfico 14). Considerando el ángulo de filo según la clase artefactual se observa que las lascas retocadas presentan una mayor variedad de tipos de ángulo (n= 3) respecto al resto de los artefactos. Entre los filos de las lascas retocadas predominan los tipos agudo rasante y agudo oblicuo con la misma frecuencia (n= 4). El cuchillo presenta un filo agudo rasante y otros dos agudo oblicuo. Los dos filos de raspador28 son de tipo abrupto oblicuo. Los filos de raedera y del artefacto bifacial se distribuyen con distinta frecuencia en agudo oblicuo y agudo muy oblicuo (Gráfico 15).

Posición del filo

Tipo de filo

N° de filo

Cantidad de filos

Clase

Análisis de los conjuntos arqueológicos

lateral inclinado frontal transversa frontal l transversa frontal l oblicuo lateral frontal inclinado transversa lateral l paralelo frontal oblicuo lateral lateral inclinado lateral inclinado

TABLA 8. FRECUENCIA Y TIPO DE FILOS POR CLASE DE ARTEFACTO. UE4, CDM1.

GRÁFICO 12. FRECUENCIA RELATIVA DE LA EXTENSIÓN DE LOS FILOS. DOS FILOS CORTOS Y UNO LARGO SON FILOS NATURALES.

GRÁFICO 10. FRECUENCIA RELATIVA DE LA DELINEACIÓN DEL FILO. 2 FILOS CONVEXO ATENUADO Y 1 RECTO SON NATURALES.

GRÁFICO 13. FRECUENCIA ABSOLUTA DE LA EXTENSIÓN RELATIVA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

28

En todos los componentes los filos se contabilizan en conjunto, desagregados de las piezas en que se encuentran, según sus caracteres de forma –v.g. raspador y raedera- .

GRAFICO 11. FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA DELINEACIÓN DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

123

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras con un 80 por ciento en el caso de los artefactos de sílex y un 100 por ciento en los de xilópalo. En relación a la situación de los lascados en ambos tipos de roca predomina el trabajo directo con un 40 por ciento en el sílex y un 62,5 por ciento en el xilópalo. En cuanto a la profundidad de los lascados, en las piezas de sílex predomina el lascado de tipo marginal con el 60 por ciento, seguido por el ultramarginal con el 30 por ciento, mientras en las piezas de xilópalo la proporción se invierte entre estos tipos con un 62,5 por ciento frente a un 25 por ciento respectivamente. En las piezas de sílex predominan los lascados de tipo escamoso irregular (40 por ciento), mientras en aquellas de xilólpalo dominan los de tipo escamoso regular (62,5 por ciento). La mayor diferencia se presenta en que los filos sobre sílex se modificaron principalmente por retoque y microrretoque (70 por ciento), mientras en los filos de xilópalo este tipo de modificación se aplicó al 25 por ciento de los casos, predominando la retalla, retoque y microrretoque (37,5 por ciento).

GRÁFICO 14. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DEL ÁNGULO DE FILO DE LOS ARTEFACTOS. UE4, CDM1.

Análisis funcional del conjunto lítico UE4 CDM1 Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. La muestra quedó conformada por 59 artefactos, se trata de los 11 artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 48 productos de la talla seleccionados a partir de un criterio de muestreo estratificado, considerando tipo de materia prima y ubicación en las cuadrículas. Además tuve en cuenta que los mismos tuvieran alguna dimensión de ancho y longitud mayor o igual a 2 cm. Los mismos conforman un n de 323, sobre un total de 1229 para el grupo. Dentro de estos 323 productos se seleccionó la muestra entre aquellos clasificados por tipo como potencial filo funcional (PFF) que contabilizan 69 (100 por ciento), resultando de ellos la muestra a analizar de 48 productos con filos potenciales (69,56 por ciento).

GRÁFICO 15. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE ÁNGULOS DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO. UE4, CDM1. AG.: AGUDO; AB.: ABRUPTO.

Los filos del conjunto lítico, del componente pleistocénico UE4 de CDM1, se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 50 por ciento, seguidos por aquellos elaborados por retalla, retoque y microrretoque (16,66 por ciento), entre otros. Estos filos presentan una modificación continua –por lascados- en un 88,88 por ciento de los casos, mientras el 11,11 por ciento restante presenta discontinuidad en los lascados. A su vez esta modificación se realizó preponderantemente por retoque directo (50 por ciento), seguido por el trabajo bifacial de los filos (33,33 por ciento), optando en último término por el retoque inverso (16,66 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, se presentan preponderantemente los tipos marginal (44,4 por ciento) y ultramarginal (44,4 por ciento), y en menor medida los tipos marginal y profundo (5,6 por ciento) y profundo (5,6 por ciento). Por último, en todos los casos, la forma de lascado es escamoso (100 por ciento), y dentro de esta categoría se distinguen con la misma proporción las formas de lascado escamoso regular (38,9 por ciento) y escamoso irregular (38,9 por ciento).

Alteraciones postdepositacionales La mayor parte de los artefactos de la muestra (72,89 por ciento, n= 43) presenta una superficie en buen estado de conservación, sin registrar alteraciones atribuibles a procesos físico-químicos, dejando de lado los esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Sin embargo un grupo de 16 artefactos (27,11 por ciento) presenta variaciones en el estado superficial. Entre estos, 14 productos de talla evidencian indicadores de lustre térmico -cuatro de estas son lascas de adelgazamiento bifacial- (Figura 2) y otro producto de talla presenta agrietamientos y cambio de color, producto de la alteración térmica. Un último artefacto, el cuchillo sobre lámina, presenta evidencias de lustre atribuible al tratamiento térmico y a su vez lustre de suelo distinguible a nivel microscópico. Si bien el lustre térmico puede encubrir la manifestación de ciertos pulidos, principalmente de sustancias blandas, el lustre de suelo en este caso enmascaró partes de la superficie impidiendo un análisis preciso y diagnóstico. Las alteraciones

Al examinar la regularización de los filos teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos, se evidencian similitudes y diferencias. Para ambos tipos de roca predomina la continuidad en la modificación de los filos

124

Análisis de los conjuntos arqueológicos

B 1 C 1 C 1 C 1 C 2

Movimiento

Sustancia

Uso

B 1 B 2

Cant. filos

A 1 A 1

N° filo usado

Los 11 artefactos formatizados analizados presentan 21 filos y bordes naturales activos. Seis de estos artefactos se confeccionaron sobre sílex y los cinco restantes en xilópalo. Se pudo constatar que 13 filos (61,9 por ciento) correspondientes a 9 artefactos no fueron utilizados. Al menos no se detectaron en ellos huellas de uso, a pesar de tratarse en su mayoría de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Otros 8 filos (38,1 por ciento) presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo y corresponden a 7 artefactos. Estos filos con huellas se distribuyen en 5 filos (23,8 por ciento) con uso seguro (SG) y 3 filos (14,3 por ciento) con uso probable (PR) (Tabla 9). Todos los filos con huellas de uso (SG y PR) corresponden a filos con formatización secundaria. Estos filos (n= 4) se encuentran principalmente en artefactos con un solo filo formatizado (n= 4), los otros 4 filos corresponden en 3 artefactos compuestos (con mas de un filo formatizado).

MP

Artefactos formatizados

Clase

talla no fueron utilizados, a pesar de tratarse, en su mayoría, de soportes con mas de un filo fresco y dimensiones adecuadas (mayor a 20 mm) para la prensión manual. Solo se registraron huellas de uso en 3 filos (3,61 por ciento), correspondientes a 3 productos de talla. Estos presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo. Un filo (33,33 por ciento) posee rastros de uso seguro, y los 2 restantes (66,66 por ciento) con uso probable.

Cuadricula

pirotecnológicas se observan en piezas que provienen de áreas cercanas a fogones. Ocho de los 15 productos de talla corresponden al sector de la cueva más reparado y con mayor número de lentes de fogón, seis proceden de la cuadricula A1 y dos de la cuadrícula F2. Otros seis provienen de cuadrículas linderas a aquellas con fogones -C1, C2, y G1- y el ultimo a una cuadricula alejada de las estructuras de combustión -K1-. La ubicación de estas estructuras puede verse en la Figura 7 del Capítulo seis. A su vez, un total de 17 productos de talla (35,41 por ciento) presentan esquirlamientos no funcionales sobre los bordes, de origen tecnológico o postdepositacional.

Cuchillo

S

3

1

L

Blanda (TBa)

PR

S

2

1

T

dura

PR

X

2

2

T (raspar)

cuero

seguro

S

2

-

-

-

sin uso

Lasca retocada Raspador / raedera Lasca retocada Lasca retocada

S

2

1

T (raspar / descorte zar)

Raedera

X

2

-

-

-

Lasca retocada

X

1

-

-

-

Lasca retocada

S

2

1 / 2

T (raspar)

cuero

seguro

S

2

1

L (cortar)

hueso

X

2

-

-

-

seguro sin uso

X

1

1

T

Blanda (cuero)

Lasca retocada

Bifacial E F 1 Raspador A

dura (H o M)

seguro sin uso sin uso

PR

Productos de la talla

TABLA 9. RESULTADO DEL ANÁLISIS FUNCIONAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE4, CDM1. MP.: MATERIA PRIMA. CANT. FILO: CANTIDAD DE FILOS; S.: SÍLEX; X.: XILÓPALO; L.: LONGITUDINAL; T.: TRANSVERSAL; PR.: PROBABLE; TBA: TEJIDO BLANDO ANIMAL, H: HUESO, M: MADERA.

Se realizó el análisis microscópico de 48 productos de talla (Figura 3), que poseen 83 filos naturales o bordes activos. Estos artefactos corresponden a 36 lascas, 8 láminas, 1 lasca larga y 3 laminillas. Se trata principalmente de lascas de talla (63,4 por ciento), seguidas por lascas de desbaste (27,51 por ciento), y en menor cantidad de formatización final (9,09 por ciento); por su parte las láminas son de talla (100 por ciento). La mayoría de las piezas de esta muestra son de tamaño chico y mediano. En la Tabla 10, se señalan las rocas sobre las que se confeccionaron estos productos de talla.

El filo con huellas de uso seguro (SG) se encuentra en una pieza de sílex con 3 filos naturales. El borde empleado se uso para cortar cuero. Este se ubica en posición lateral inclinada, con delineación cóncava, una extensión de tipo largo (22 mm), y un ángulo agudo rasante (28°). Los bordes con uso probable presentan una distribución de las huellas que remite en ambos casos a movimientos longitudinales relacionados con acciones de corte, en un caso de sustancia dura y en otro blanda (Tabla 11). En ambos casos se trata de filos largos, rectos y agudos (Tabla 12).

FIGURA 2. LASCAS DE ADELGAZAMIENTO BIFACIAL CON LUSTRE TÉRMICO EN CARA DORSAL. UE4, CDM1.

Dentro de este conjunto se pudo constatar que 80 filos (96,38 por ciento) correspondientes a 45 productos de la

125

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE4 En el conjunto analizado compuesto por artefactos formatizados y productos de talla del componente UE4, se han identificado señales de uso en 11 filos. De ellos 7 (63,63 por ciento) se emplearon en el procesamiento de recursos faunísticos como cuero, hueso y tejido blando animal (carne, tendones y otros tejidos), 3 (27,28 por ciento) se usaron para procesar sustancias duras indeterminadas, aunque en un caso el desarrollo intermedio de un pulido brillante, de espesor intermedio, ubicado solo en cúspides y aristas tecnológicas, sumado al esquirlamiento del filo, sugiere que podría tratarse de una sustancia de origen animal (hueso) o vegetal (madera). El filo restante (9,09 por ciento) se habría usado para procesar una sustancia blanda indeterminada. En el Grafico 16 se presenta el porcentaje de sustancias procesadas en el componente de manera desagrupada.

FIGURA 3. MUESTRA DE PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. UE4, CDM1. A. SILEX MARRÓN-ROJIZO, B. CALCEDONIA. Clase

Lasca Lámina larga

Lasca

Laminilla

Sílex

17

3

-

5

Calcedonia

10

-

1

3

Xilópalo

9

-

-

-

Total

36

3

1

8

XT Tipo MP

Se emplearon diversos artefactos líticos (n= 5) para el procesamiento del cuero mediante la realización de diferentes operaciones de trabajo (Figura 4). Este grupo presenta una cierta variabilidad interna. A saber se identificaron 3 filos con rastros típicos y 1 con indicios probables de haber realizado acciones transversales sobre cuero: se trata de filos con formatización secundaria, 2 retocados en forma de raspador y 2 de lasca retocada. La mayoría (50 por ciento, n= 2) presentan ángulos abrupto oblicuo, mientras que los restantes presentan ángulos agudo oblicuo (25 por ciento, n= 1) y agudo rasante (25 por ciento, n= 1). El modulo de espesor predominante es el delgado con el 66,67 por ciento de los casos (n= 2), seguido por el medio con el 33,33 por ciento (n= 1). En la mayor parte de los casos fueron seleccionados para el uso los filos largos de los artefactos (75 por ciento, n= 3). Con el filo restante de morfología natural, perteneciente a una lasca, se cortó cuero. Este útil presenta un ángulo agudo rasante, un modulo de espesor delgado, y un filo largo.

lasca

2 2

Uso

G1

1

Sustancia

lámina

3

Movimiento

C2

S. m-r Cal. S. gris

N° filo usado

lasca

Cantidad filos

Clase

A1

Materia Prima

Cuadrícula

TABLA 10. DISTRIBUCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE TALLA (XT) ANALIZADOS FUNCIONALMENTE POR MATERIA PRIMA (MP).

cuero

seguro

2

L (corte) L

blanda

PR

1

L

dura

PR

recto

24

28°

L (c)

cuero

59°

L

blanda

44°

L

dura

Por otra parte, hay 2 filos que realizaron acciones transversales sobre sustancias duras, en un caso con indicios de trabajo sobre hueso o madera. En este se registran micropulidos levemente brillantes, de aspecto liso, espesor intermedio, sin rasgos superficiales claros, ubicado en cúspides de la microtopografía, y atribuible a un desarrollo intermedio. A su vez este filo presenta esquirlamientos de uso, continuos y regulares de forma. Los dos filos de estas piezas son retocados y están confeccionados sobre el borde de distintas lascas (lascas retocadas) (Figura 5). Presentan, en un caso ángulo agudo muy oblicuo (50 por ciento) y en el otro agudo oblicuo (50 por ciento). Las piezas elegidas poseen un módulo de espesor medio, y una extensión de filo corto en ambos casos (100 por ciento, n= 2).

Uso

Extensión mm 53

Sustancia

S.g Front.o

recto

22

Movimiento

L

cónc.

Ángulo

L M

S. Lat.inc m-r . Lat.par Cal .

L

Delineación

Posición

Materia Prima

Clase

TABLA 11. PRODUCTOS DE TALLA CON HUELLAS DE USO. UE4, CDM1. S.M-R: SILEX MARRÓN-ROJIZO. CAL.: CALCEDONIA; S.GRIS: SÍLEX GRIS; L.: LONGITUDINAL; PR.: PROBABLE.

S G P R P R

TABLA 12. CARACTERES DE FILOS DE PRODUCTOS DE TALLA CON USO. L: LASCA; LM: LÁMINA; S.M-R: SILEX MARRÓNROJIZO; CAL.: CALCEDONIA; S.G.: SILEX GRIS; LAT.INC: LATERAL INCLINADO; LAT.PAR: LATERAL PARALELO; FRONT.O: FRONTAL OBLICUO; CÓNC.: CÓNCAVO; L.: LONGITUDINAL; (C): CORTE; SG.: SEGURO; PR.: PROBABLE.

Asimismo se halló un filo natural que realizó una acción longitudinal sobre una sustancia dura que no pudo ser precisada. Este posee un ángulo agudo muy oblicuo, un modulo de espesor delgado, y un filo largo. Registra un micropulido levemente brillante en ambas caras del bisel,

126

Análisis de los conjuntos arqueológicos sobre cúspides y aristas, a su vez presenta redondeamiento del filo y esquirlamientos continuos e irregulares. Por último se identificaron dos filos que trabajaron sobre sustancias blandas por medio de acciones longitudinales. Uno de estos, con morfología de cuchillo (Figura 6), registra un micropulido levemente brillante de aspecto intermedio, aunque en algunos puntos destaca un brillo grasoso. El pulido se extiende de modo marginal sobre la arista del filo como en porciones elevadas mas internas, y presenta orientación paralela al filo. Del mismo modo esta pieza presenta alteraciones generalizadas como el lustre térmico y el lustre de suelo, que limitaron el análisis preciso de la pieza, no obstante en base a los indicadores descritos se infiere el procesamiento de tejido blando de origen animal. Sobre el otro filo, de tipo natural sobre lámina, no fue posible determinar la sustancia trabajada. El primero de estos filos presenta un ángulo agudo rasante (50 por ciento) y en el otro agudo muy oblicuo (50 por ciento). Las piezas elegidas para estas acciones longitudinales poseen un módulo de espesor medio, y una extensión de filo largo en ambos casos (100 por ciento, n= 2).

GRÁFICO 16. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS EN UE4. TBA: TEJIDO BLANDO ANIMAL, H O M: HUESO O MADERA.

En el conjunto fueron preferidos, para realizar los distintos trabajos, los filos de sílex retocados o naturales (72,72 por ciento, N=8), seguidos por los filos sobre xilópalo (18,19 por ciento, n= 2) y sobre calcedonia (9,09 por ciento, n=1) (Gráfico 17). El sílex se empleó para procesar mayor diversidad de sustancias que con el resto de las litologías. Entre las sustancias procesadas con esta roca predomina el cuero (37,5 por ciento, n= 3), mientras que se trabajó hueso, tejido blando de origen animal y una sustancia dura –hueso o madera- con un 12,5 por ciento (n= 1) de los casos respectivamente, y otras sustancias duras en un 25 por ciento (n= 2). Con el xilópalo se trabajó solamente cuero (100 por ciento, n= 2), y con la calcedonia solo una sustancia blanda (100 por ciento, n=1) (Gráfico 18).

GRÁFICO 17. FILOS USADOS POR MATERIA PRIMA.

Según el tipo de movimiento por materia prima, el sílex se empleó de manera equivalente en acciones transversales y longitudinales (50 por ciento, n= 4). Mientras que el xilópalo se usó solo en acciones transversales (100 por ciento, n= 2) y la calcedonia exclusivamente en trabajos longitudinales (100 por ciento, n= 1). Con el silex se procesaron cuero y sustancias duras -en un caso H o M- con movimientos transversales en el 25 por ciento (n= 2) de los casos respectivamente, mientras que con movimientos longitudinales se proceso hueso, cuero, tejido blando animal y una sustancia dura indeterminada en un 12,50 por ciento (n= 1) de los casos respectivamente. Con los filos de xilópalo se procesó cuero y otra sustancia blanda indeterminada en un 50 por ciento (n= 1) de los casos cada una. Con la calcedonia solo se realizó una acción longitudinal (100 por ciento, n=1) (Gráfico 19).

GRÁFICO 18. FRECUENCIA DE SUSTANCIAS PROCESADAS POR MATERIA PRIMA. UE4, CDM1

GRÁFICO 19. FRECUENCIA DE MOVIMIENTOS REALIZADOS POR MATERIA PRIMA. UE4, CDM1

127

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras 7.3 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico superior del sitio Casa del Minero 1 Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico El conjunto lítico procedente del Componente pleistocénico superior –Unidad Estratigráfica 3C- (en adelante UE3C), está compuesto por 1310 piezas, y ha sido segmentado en tres grupos: artefactos formatizados, productos de talla, y litos no modificados (ecofactos). Es para destacar la ausencia de nódulos y núcleos en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (99,25 por ciento), seguidos por los artefactos formatizados (0,75 por ciento) (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 1200 y el volumen excavado en el componente, de 3,29m3, se observa una densidad de 364,74 artefactos/m3 (Tabla 2). Esta unidad presenta una menor densidad de artefactos y productos de talla en relación al componente pleistocénico 4 de CDM1, a pesar de registrar un volumen de 1,15 m3 superior de sedimento excavado (Tabla 2).

FIGURA 4. A Y B. RASPADOR RAEDERA DE XILÓPALO, FILO USADO INDICADO CON FLECHA. C. ESTRÍAS Y MICROPULIDOS DEL RASPADO DE CUERO. 300X. UE4, CDM1.

Componente

3C

Grupo

Artefactos formatizados Productos de talla Lítos no modificados Total

n

%

9

0,75

1191

99,25

110

-

1310

100

TABLA 1. ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES. UE3C, CDM1. Unidad Volumen excavado (en m3)

3C 3,29

Artefactos formatizados Productos de talla FIGURA 5. A. LASCA RETOCADA DE SÍLEX ROJO, FILO USADO INDICADO CON FLECHA Y B. MICROPULIDO DEL CORTE DE HUESO. 300 X. UE4, CDM1.

Densidad artefactos líticos / m3

9 1191 364,74

Densidad artefactos formatizados / m3

2,73

Densidad productos de talla / m3

362

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN LA UE3C CDM1, SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO.

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de los productos de talla y los artefactos formatizados del conjunto. En el conjunto, en todas las materias primas prevalece el alto porcentaje de productos de talla respecto de los artefactos (Tabla 3). Se registra un claro predominio de los artefactos confeccionados en silex para ambos grupos, 91,58 por ciento y 0,67 por ciento respectivamente; seguidos por productos de talla y artefactos formatizados de calcedonia; de manera decreciente se registran productos de talla de Toba

FIGURA 6. CUCHILLO DE SÍLEX ROJO SOBRE SOPORTE LAMINAR.

128

Análisis de los conjuntos arqueológicos silicificada y Xilópalo, entre otras (Tabla 3). Entre los productos de talla de sílex se registran siete variedades de color, entre las cuales predomina el marrón-rojizo con el 93,36 por ciento (Tabla 4), mientras el 88,89 por ciento de los artefactos formatizados corresponde a esta variedad. Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el silex m-r registra el valor más alto (Tabla 5). Los artefactos formatizados suman 9, y se agrupan en cuatro clases artefactuales, de la siguiente manera: 5 Lascas retocadas; 2 Raspadores; 1 Raedera y 1 Cuchillo. Las lascas retocadas dominan el conjunto con el 56por ciento (Gráfico 1). En este trabajo se consideran dos artefactos mas integrando el conjunto, en relación a estudios previos. Estos se han incorporado en base a información estratigráfica y a la afinidad entre el tipo de materia prima -con inclusiones- que presentan, en relación a otros artefactos del conjunto. Según el estado de conservación, entre los artefactos formatizados, son preponderantes los ejemplares fragmentados (77,78 por ciento), frente a los enteros (22,22 por ciento) (Tabla 6). Materia Prima

Grupo

N

%

Sílex

XT AF

1099 8 1107 66 1 67 6 3

91,58 0,67 92,24 5,5 0,08 5,58 0,5 0,25

2 15 1191 9

0,17 1,25 99,25 0,75

1200

100

subtotal Sílex XT AF subtotal Calcedonia Toba Silicificada XT Xilópalo XT Ignimbrita silicificada XT Indeterminada XT XT Total por grupo AF Calcedonia

Total conjunto

Color

n

%

marrón-rojizo

1026

93,36

amarillo

43

3,91

gris

16

1,46

negro

8

0,73

otros

6

0,54

Total

1099

100

TABLA 4. PRODUCTOS DE LA TALLA DEL SÍLEX. VARIEDADES SEGÚN COLOR. UE3C, CDM1. Materia Prima

Índice 128,25

Sílex (marrón-rojizo)

66

Calcedonia

TABLA 5. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE3C, CDM1.

GRAFICO 1. FRECUENCIAS RELATIVAS DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS DE LA UE3C, CDM1 Estado Enteros

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA.

Los artefactos formatizados fueron confeccionados sobre dos tipos de roca silícea, entre las cuales, predomina el sílex marrón-rojizo con el 88,89 por ciento (n= 8) de los casos, seguido por la calcedonia con el 11,11 por ciento (n= 1) (Gráfico 2). Considerando el conjunto, la diferencia porcentual que existe entre los artefactos formatizados en silex marrón-rojizo y en calcedonia, 0,67 por ciento y 0,08 por ciento respectivamente, es menor a la registrada entre los productos de talla de estas rocas dentro del conjunto (Tabla 3). Con el silex se confeccionaron artefactos de cuatro clases, lascas retocadas, raspador, raedera y cuchillo; con la calcedonia se fabricó solo un raspador (Figura 1).

Unidad 3C N % 22,22 2

Fragmentados

7

77,78

Total

9

100

TABLA 6. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LOS ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE3C, CDM1

Entre las características morfológicas y dimensionales del grupo, el modulo de tamaño de los artefactos enteros se reparte entre chico (n= 1) y grande (n= 1) en un 50 por ciento respectivamente, y entre los artefactos fragmentados predomina el modulo mediano (57,14 por ciento; n= 4) sobre los de modulo chico (42,85 por ciento; n= 3). Sin embargo si consideramos juntos los artefactos enteros y los fragmentados, es posible estimar un modulo teórico promediado para el conjunto de tipo grande. En esta operación adicionamos al artefacto entero de modulo grande, tres artefactos fragmentados de modulo mediano, n°= 627, 1750, 1886, con medidas de largo x ancho de 5,9 x 4,7; 5 x 4,3 y 5,5 x 3,6 cm

129

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras respectivamente, que presentan fracturas que podrían haberse originado durante el uso o durante el retoque del filo según el caso. También se considera que el fragmento de artefacto de modulo chico (n° 4206, largo x ancho 3,9 x 1,6 cm), en estado entero, podría haber alcanzado una dimensión de tipo mediano. De esta manera contabilizamos 4 artefactos grandes, 3 chicos y 2 medianos para estimar el modulo teórico promedio (Tabla 7). El estudio de las fracturas del conjunto se presenta al final de este acápite. Los artefactos enteros (n= 2) presentan modulo largo/ancho de tipo corto y medio respectivamente, y modulo ancho/espesor de tipo delgado y medio. La raedera hecha en silex posee ambos módulos de valor medio, mientras el raspador confeccionado en calcedonia posee modulo largo/ancho corto, y modulo ancho/espesor delgado. Las dimensiones desagrupadas de los artefactos oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 2,2 a 7,8 cm, el ancho: 1,6 a 5,2 cm, y el espesor: 0,4 a 1,6 cm. La forma base seleccionada para su confección corresponde exclusivamente a lascas (100 por ciento). Según la clase de artefacto, para la manufactura de las lascas retocadas, se seleccionó en mayor parte lascas secundarias (60 por ciento; n= 3), seguidas por lascas angulares oblicuas (40 por ciento; n= 2); para la manufactura de los raspadores (n= 2) se seleccionó una lasca secundaria y otra lasca angular, para confeccionar una raedera se seleccionó una lasca secundaria, y para fabricar un cuchillo se empleo una lasca angular como forma base. Según la materia prima, para los artefactos de silex la forma base principal es la lasca secundaria (62,5 por ciento; n= 5), y en caso del artefacto de calcedonia se selecciono una lasca angular. Se registra un talón preparado de tipo liso (11,11 por ciento), mientras la mayor parte de los talones se encuentra ausente o desbastado (77,78 por ciento; n= 7), y en un caso indeterminado (11,11 por ciento). Los artefactos presentan corteza parcial, en cara dorsal, en tres casos (33,33 por ciento), mientras otros dos (22,22 por ciento) poseen escasa corteza y los 4 restantes (44,45 por ciento) no poseen (Gráfico 3).

FIGURA 1. MUESTRA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS EN SÍLEX. A. CUCHILLO; B. RAEDERA DOBLE; C. LASCAS RETOCADAS. Módulo de tamaño

Entero

Fragmentado

Chico

1

3

Mediano

-

4

Grande

1

-

TABLA 7. MODULO DE TAMAÑO DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

Clase

Materia prima

Largo /ancho

Ancho /espesor

Raspador Raedera

Calcedonia Sílex

corto medio

delgado medio

TABLA 8. MÓDULOS DE TAMAÑO LARGO/ANCHO Y ANCHO/ESPESOR PARA LOS ARTEFACTOS ENTEROS.

GRÁFICO 2. MATERIAS PRIMAS DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

GRÁFICO 3. CANTIDAD DE CORTEZA EN CARA DORSAL DE LOS ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE3C, CDM1.

130

Análisis de los conjuntos arqueológicos Análisis de los filos El conjunto de artefactos formatizados (n= 9) presenta un total de 13 filos y bordes naturales activos, que se desagregan en 12 filos formatizados y 1 natural. Tres de estos artefactos presentan dos filos retocados, otro posee un filo retocado y un filo natural, y los cinco restantes poseen un filo retocado (Tabla 9). Se analizan los caracteres de forma de los filos naturales, en adición al resto. Entre los artefactos, el conjunto de los filos retocados se ubica principalmente en posición lateral (75 por ciento) respecto al eje morfológico de la pieza (Grafico 4). A su vez el conjunto de filos retocados se halla dominado por los tipos de posición lateral inclinado con el 58,33 por ciento (Grafico 5). Por su parte el filo natural se halla en posición lateral inclinado (100 por ciento) (Tabla 9).

Clase

Cantidad de filos

Lasca retocada

1

Cuchillo

2

N° de filo

Tipo de filo

Posición del filo

1

retocado

frontal transversal

retocado

lateral inclinado lateral inclinado lateral inclinado

1 2 Raspador

1

1 1

Raedera

2 2

retocado retocado retocado retocado retocado

1 Raspador

Lasca retocada Lasca retocada

retocado retocado

1

1

1

1 1

2 2

Lasca retocada

GRAFICO 5. DISTRIBUCIÓN DE LAS FRECUENCIAS RELATIVAS RESPECTO A LA POSICIÓN DEL FILO EN EL CONJUNTO.

lateral inclinado lateral inclinado frontal transversal

El conjunto registra un predominio de filos con morfología normal irregular con un 61,54 por ciento (n= 8), seguidos por filos con morfología normal regular 30,77 por ciento (n= 4) (Gráfico 6). Según la clase artefactual, se observa que las lascas retocadas poseen más variedad, tres tipos, en la forma de los filos. Entre estos predominan los de forma normal regular (n= 3). Por su parte los filos de cuchillo se reparten en idéntica cantidad (n= 1) entre filos normal regular y normal irregular, mientras las otras clases de artefacto -raspador y raedera- solo presentan filos de forma normal irregular (Gráfico 7). La delineación que inscribe el filo sobre los bordes manifiesta un predominio de los tipos de filo convexo atenuado y recto, con un 31 por ciento (n= 4) respectivamente, seguido por aquellos de tipo convexo extendido (23 por ciento; n= 3), y los de tipo cóncavo (15 por ciento; n= 2) (Gráfico 8). En relación a la clase artefactual las lascas retocadas presentan mayor variedad, predominando los filos rectos (n= 3). Los filos de raedera son de tipo convexo extendido (n= 2), los de raspador se reparten entre recto, convexo tenue y convexo extendido, con un caso (n= 1) cada uno. Los filos de cuchillo presentan dos delineaciones diferentes (Grafico 9).

2 2

Lasca retocada

GRAFICO 4. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA POSICIÓN DEL FILO EN LOS ARTEFACTOS. UE3C, CDM1.

1 1

lateral inclinado lateral paralelo

retocado

lateral inclinado

retocado

lateral paralelo lateral inclinado frontal oblicuo

natural retocado

TABLA 9. FRECUENCIA Y TIPO DE FILOS POR CLASE DE ARTEFACTO. UE3C, CDM1.

En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, el conjunto presenta un predominio de filos largos (54 por ciento), sobre los cortos (31 por ciento), y extendidos (Gráfico 10). En relación a las clases de artefactos se observa que las lascas retocadas presentan principalmente filos largos (n=

131

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras 3), seguidos de filos cortos (n= 2) y extendido (n= 1), los filos de raspador son principalmente cortos (n= 2), mientras los de raedera y cuchillo son largos (Gráfico 11).

los de raedera uno es agudo muy oblicuo y el otro es abrupto oblicuo (Gráfico 13).

GRÁFICO 6. FRECUENCIA DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO.

GRAFICO 9. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA DELINEACIÓN DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRAFICO 7. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 10. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA EXTENSIÓN DE LOS FILOS. UN FILO LARGO ES NATURAL. UE3C, CDM1.

GRÁFICO 11. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA EXTENSIÓN RELATIVA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 8. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA DELINEACIÓN DE LOS FILOS. UN FILO CONVEXO ATENUADO ES NATURAL.

Los filos de los artefactos presentan ángulos agudos en el 76,92 por ciento (n= 10) de los casos, frente a un 23,08 por ciento (n= 3) de filos con ángulo abrupto. Dentro del primer segmento -filos agudos- la mayor parte se agrupa en la categoría agudo muy oblicuo con el 38,46 por ciento (Gráfico 12). Considerando el ángulo de filo según la clase artefactual se observa que las lascas retocadas presentan una mayor variedad de tipos de ángulo (n= 4) respecto al resto de los artefactos. Entre los filos de las lascas retocadas predominan los tipos agudo oblicuo y agudo muy oblicuo con la misma frecuencia (n= 2). Los tres filos de raspador se presentan en tipos de ángulo diversos - agudo oblicuo, agudo muy oblicuo y abrupto oblicuo-. Los dos filos de cuchillo son agudos, mientras

GRÁFICO 12. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DEL ÁNGULO DE FILO DE LOS ARTEFACTOS. UE3C, CDM1.

132

Análisis de los conjuntos arqueológicos proporción el lascado de tipo escamoso (36,37 por ciento; n= 4), mientras la pieza de calcedonia presenta un lascado paralelo laminar. Análisis funcional del conjunto lítico UE3C CDM1 Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra de 24 piezas para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. Se trata de los nueve artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 15 (30 por ciento) productos de la talla seleccionados por muestreo estratificado a partir de 50 (100 por ciento) productos de la talla con potencial filo funcional y alguna medida de largo o ancho mayor o igual a 2 cm.

GRÁFICO 13. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE ÁNGULOS DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO. UE3C, CDM1.

Los filos del conjunto lítico, del componente pleistocénico UE3C de CDM1, se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 33,33 por ciento, seguidos por aquellos elaborados por retalla, retoque y microrretoque, como por otros que solo poseen microrretoque, abarcando un 25 por ciento de los casos respectivamente. Por ultimo se presentan filos modificados por retoque con un 16,67 por ciento. Los filos presentan una modificación continua –por lascadosen el 100 por ciento de los casos. A su vez esta modificación se realizó preponderantemente por retoque directo (83,33 por ciento), y en menor medida por el trabajo indirecto de los filos (16,67 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, predomina el tipo ultramarginal (58,34 por ciento), seguido por el profundo (33,33 por ciento), y en menor medida el marginal (8,33 por ciento). En relación a la forma de los lascados destacan los escamosos (75 por ciento; n= 9), sobre los paralelos (25 por ciento; n= 3). Dentro de los primeros se distinguen los tipos escamoso (n= 4), escamoso regular y escamoso irregular con 2 casos respectivamente, y escamoso escalonado con un caso. Los lascados paralelos se reparten en paralelo laminar en dos casos y paralelo corto en uno.

Alteraciones postdepositacionales La mayor parte de los artefactos de la muestra (95,83 por ciento, n= 23) presenta una superficie en buen estado de conservación, que no registra alteraciones atribuibles a procesos físico-químicos, sin considerar los esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Solo un producto de la talla (4,17 por ciento) del estadio 3, presenta evidencias de lustre térmico en ambas caras (dorsal y ventral) (Figura 2). Se trata de una lasca de adelgazamiento bifacial sobre sílex marrón, que previo a su extracción, mientras formaba parte de un soporte mayor habría recibido tratamiento térmico. Esta pieza (Figura 2) procede de la cuadricula C2 que posee parte de un lente de fogón, y a su vez limita con las cuadriculas C1 y F1- que también presentan lentes de fogón, y las mas altas densidades de artefactos con alteración térmica en el componente. A su vez, un total de 7 productos de talla (46,67 por ciento) presentan esquirlamientos no funcionales sobre 9 de sus bordes. Se trata de alteraciones de origen tecnológico o postdepositacional.

Al examinar la regularización de los filos teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos, se evidencia que en ambos tipos de roca –silex y calcedonia- hay continuidad en la modificación de los filos en el 100 por ciento de los casos. En relación a la situación de los lascados, en el sílex predomina el trabajo directo con un 81,81 por ciento (n= 9), seguido por el indirecto 18,19 por ciento, mientras en la calcedonia también predomina el trabajo directo con un 100 por ciento (n= 1). Los filos sobre silex se modificaron principalmente por retoque y microrretoque (36,37 por ciento), seguidos por aquellos modificados por retalla, retoque y microrretoque, y por microrretoque solamente, en un 27,27 por ciento de los casos respectivamente, por último se presenta un filo modificado por retoque 9,09 por ciento. El filo de calcedonia a su vez se encuentra modificado solo por retoque. En cuanto a la profundidad de los lascados, en las piezas de sílex destaca el lascado de tipo ultramarginal con el 63,63 por ciento (n= 7), seguido por el profundo con el 27,27 por ciento (n= 3) y el marginal 9,09 por ciento (n= 1), mientras la pieza de calcedonia presenta lascados profundos. En las piezas de sílex alcanza mayor

FIGURA 2. LASCA DE ADELGAZAMIENTO BIFACIAL CON LUSTRE TÉRMICO EN AMBAS CARAS. UE3C, CDM1.

Artefactos formatizados Los nueve artefactos formatizados analizados presentan 13 filos y bordes naturales activos. De estos artefactos ocho se confeccionaron sobre sílex y el restante en calcedonia. Dentro de este conjunto se pudo constatar que 8 filos (61,53 %), correspondientes a 8 artefactos, no fueron utilizados. Al menos nose detectaron en ellos huellas de uso, a pesar de tratarse, en su mayoría, de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Otros 5 filos (38,47 por ciento) presentan

133

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

2

C

1

S S

2 2

1 1 2

L

dura (H o M)

-

-

L T (ras.)

hueso blanda (cuero)

Uso

S

-

Sustancia

1

Movimiento

S

N° filo usado

Cant. filos

B Lasca 2 retocada C 1 Cuchillo C 1 Raspador C 1 Raedera C Raspador 1

Materia prima

Clase

Cuadricula

huellas de uso con diferente grado de desarrollo y corresponden a 5 artefactos. Estos filos con huellas se distribuyen en 2 filos (15,39 por ciento) con uso seguro (SG) y 3 filos (23,08 por ciento) con uso probable (PR) (Tabla 10). La mayor parte de los filos (n= 4) con huellas de uso (SG y PR) corresponden a filos con formatización secundaria. Estos filos se encuentran principalmente (en 3 casos) en artefactos con dos filos formatizados, los otros dos filos usados se encuentran en artefactos con un solo filo formatizado, aunque en uno de estos el filo usado no posee formatizacion.

sin uso PR sin uso

FIGURA 3. MUESTRA DE PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. UE3C. A. DOS LASCAS DE SILEX MARRÓN-ROJIZO Y UNA LASCA DE CALCEDONIA. B. LASCAS Y LÁMINA DE SILEX MARRÓN-ROJIZO

SG PR

Clase XT

Lasca

Lámina

Sílex

13

1

Calcedonia

1

-

Total

14

1

Tipo MP A 2 F 1 s . d A

Lasca retocada Lasca retocada Lasca retocada Lasca retocada

S 1 S 1

1

-

-

sin uso

L

cuero

SG

L

Indet.

PR

TABLA 12. PRODUCTOS DE TALLA POR MATERIA PRIMA.

-

-

-

Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE3C

2 S

2

S

1

-

TABLA 10. RESULTADO ANÁLISIS FUNCIONAL DE INSTRUMENTOS. S: SILEX; C: CALCEDONIA; L: LONGITUDINAL; T.(RAS): TRANSVERSAL (RASPAR); H O M: HUESO O MADERA; INDET.: INDETERMINADO; PR: PROBABLE; SG.: SEGURO.

En el conjunto analizado compuesto por artefactos formatizados y productos de talla del componente UE3C, se han identificado señales de uso en 5 filos (100 por ciento). De ellos, 3 (60 por ciento) se emplearon en el procesamiento de recursos faunísticos como cuero y hueso, uno (20 por ciento) se usó para procesar una sustancia dura de origen animal o vegetal, posiblemente hueso o madera. Este filo presenta un pulido levemente brillante y en partes muy brillante de desarrollo intermedio, se ubica en cúspides y reticulado sobre la microsuperficie, también se encuentra en negativos y aristas, y posee una extensión marginal (Figura 4b). Además posee esquirlamientos aislados, irregulares, y de forma en media luna y semicircular que sugieren el contacto con una sustancia de mayor resistencia mecánica que el cuero, la carne o los tejidos vegetales. En el filo restante (20 por ciento) se registran huellas de uso sobre una sustancia indeterminada. En el Grafico 14 se presenta el porcentaje de sustancias procesadas en el componente de manera desagrupada. Se emplearon dos artefactos líticos para el procesamiento del cuero mediante la realización de diferentes operaciones de trabajo. Entre

Productos de la talla Se realizó el análisis microscópico de 15 productos de talla (Figura 3) que poseen 26 filos naturales o bordes activos. Son 14 lascas y 1 lámina. Se trata principalmente de lascas de talla (86,66 por ciento), seguidas por una lasca de formatizacion final (6,67 por ciento); por su parte la lámina es de talla (6,67 por ciento). Las piezas de esta muestra presentan tamaños mediano y grande en la misma proporción (46,67 por ciento) y en menor medida tamaño chico (6,66 por ciento). En la Tabla 11, se señalan las rocas sobre las que se confeccionaron estos productos. Dentro de este conjunto se pudo constatar que los 26 filos (100 por ciento) correspondientes a 15 productos de la talla no fueron utilizados, a pesar de tratarse, en su mayoría, de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas (mayor a 20 mm) para la prensión manual.

134

Análisis de los conjuntos arqueológicos estos se identifico un filo largo, formatizado sobre una lasca retocada, de ángulo agudo rasante con rastros típicos producto de una acción de corte. Este artefacto posee un modulo de espesor grueso. El otro filo corto, formatizado en forma de raspador, presenta un ángulo agudo muy oblicuo e indicios probables de haber realizado una acción transversal sobre cuero. Este artefacto posee un modulo de espesor medio. Por otra se identifico un filo largo, formatizado como raedera, de ángulo abrupto oblicuo con rastros típicos de corte de sustancia ósea. Este artefacto presenta un modulo de espesor medio. El otro filo que proceso una sustancia dura (hueso o madera), es un filo largo, formatizado como cuchillo, con un ángulo agudo oblicuo y un modulo de espesor delgado. Un último filo largo, corresponde a un borde natural de una lasca retocada, con modulo de espesor medio. Este filo posee un ángulo agudo oblicuo con rastros no diferenciados, de orientación paralela al filo que sugieren una acción longitudinal sobre una sustancia indeterminada. En el conjunto fueron preferidos, para realizar los distintos trabajos, los filos de silex retocados o naturales (100por ciento, n=5). Con esta roca se procesaron distintas sustancias, entre las que predomina el cuero (40 por ciento, n= 2), seguido por el hueso (20 por ciento, n= 1), una sustancia dura de origen animal o vegetal –hueso o madera- (20 por ciento n= 1), y otra sustancia indeterminada (20 por ciento, n= 1). A su vez los artefactos confeccionados en sílex se emplearon principalmente en acciones longitudinales (80 por ciento, n= 4), y en menor proporción en acciones transversales (20 por ciento, n= 1) (Gráfico 15).

FIGURA 4. A. CUCHILLO O ARTEFACTO COMPUESTO DE (1) FILO LARGO, ÁNGULO AGUDO OBLICUO Y MODULO DE ESPESOR DELGADO, MANUFACTURADO EN SILEX. B. MICROPULIDO POR ACCIÓN LONGITUDINAL SOBRE SUSTANCIA DURA POSIBLEMENTE HUESO O MADERA. 150X. C. DETALLE DEL FILO (1) UTILIZADO.

GRÁFICO 14. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS EN EL COMPONENTE UE3C, CDM1. H: HUESO, M: MADERA. FIGURA 5. A. MICROPULIDO PRODUCTO DE LA ACCIÓN LONGITUDINAL (CORTE) DE CUERO, 200X. B. MICROPULIDO POR ACCIÓN LONGITUDINAL (CORTE O ASERRADO) SOBRE HUESO. 200X. UE3C, CDM1.

7.4 Resultados tecnológico funcionales del componente pleistocénico del sitio Cueva Túnel Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico El conjunto lítico procedente del Componente pleistocénico –Unidad Estratigráfica 8, 9 y 10- (en adelante UE8-10), está compuesto por 696 piezas, y ha sido segmentado en cinco grupos: artefacto formatizado, producto de talla, producto técnico, fragmento indeterminado y lito no modificado. Es para destacar la

GRÁFICO 15. FRECUENCIA DE MOVIMIENTOS Y SUSTANCIAS PROCESADAS CON EL SÍLEX.

135

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras ausencia de nódulos y núcleos en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (70,07 por ciento), seguidos por los fragmentos indeterminados (23,12 por ciento), los artefactos formatizados (4,77 por ciento) y los productos técnicos (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 147 y el volumen excavado en el componente, de 5,39m3, se observa una densidad de 27,27 artefactos/m3 (Tabla 2). Componente

Artefactos formatizados

Total

n

por ciento

7

4,77

103 3

70,07 2,04

34

23,12

Productos técnicos Fragmentos indeterminados Lítos no modificados

Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el sílex registra el valor más alto (Tabla 4). Los artefactos formatizados suman 7, y se agrupan en seis clases artefactuales, de la siguiente manera: 2 Cuchillos; 1 Cuchillo/raedera (artefacto compuesto); 1 Lámina retocada; 1 Lasca retocada; 1 Raedera y 1 Choppingtool/percutor. Los cuchillos dominan el conjunto con el 28,57 por ciento (Gráfico 1). Según el estado de conservación, entre los artefactos formatizados, son preponderantes los ejemplares fragmentados (71,42 por ciento) (Tabla 5).

4

Grupo

Productos de talla

los de sílex y riolita con el 0,89 por ciento respectivamente (Tabla 3). En el conjunto, para todas las materias primas prevalece el porcentaje de productos de talla respecto de los artefactos, salvo para la riolita que el porcentaje es similar. Los tres productos técnicos son de riolita bordó (Tabla 3). Además el conjunto presenta 549 litos no modificados, entre los cuales destacan dos ecofactos de grandes dimensiones de basalto gris.

549 696

100

TABLA 1. UE8-10.

5,39

Artefactos formatizados

7

Productos de talla

103

Producto técnico

34

Densidad artefactos líticos / m3

27,27

Densidad artefactos formatizados / m3

1,29

Densidad productos de talla / m3

19,10

%

Sílex

XT AF

56 1 57 37 5 42 1 3 1 5 6 2 1 103 3 7 113

49,55 0,89

XT AF

subtotal Xilópalo Riolita

XT PT AF

subtotal Riolita Toba silicificada XT Xilópalo XT Indeterminada XT XT Total por grupo PT AF Total conjunto

3

Fragmentos indeterminados

N

Ópalo translúcido

8-10

Volumen excavado (en m3)

Grupo

subtotal Sílex

ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES. Unidad

Materia Prima

32,75 4,42 0,89 2,66 0,89 5,30 1,76 0,89 91,15 2,66 6,19 100

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT), PRODUCTOS TÉCNICOS (PT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA. UE8-10 DE CT.

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN LA UE8-10, SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO.

Materia Prima Sílex Ópalo translúcido Riolita

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de los productos de talla y los artefactos formatizados del conjunto. Se registra un predominio de los artefactos confeccionados en sílex entre los productos de talla con el 49,55 por ciento29, seguidos por aquellos hechos en ópalo translúcido 32,75 por ciento; este dominio se invierte para los artefactos formatizados entre los que predominan los de ópalo translúcido con el 4,42 por ciento, seguidos por

Índice 56 7,4 1

TABLA 4. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE8-10, CT.

29

Entre los productos de talla de sílex, hay un 17,69 % de sílex marrón, que es la misma variedad usada en la confección del único artefacto hecho con esta roca.

136

Análisis de los conjuntos arqueológicos el artefacto entero. También se considera el fragmento de cuchillo de modulo mediano (n° 252= 5,2 cm largo y 3 cm ancho), y el fragmento de lámina retocada de modulo mediano (n° 257= 4,4 cm largo y 1,6 cm ancho) dado que en estado entero su dimensión al menos podría haber sido de tipo grande. Además contabilizamos una lasca retocada de modulo chico (n° 263= 2 cm largo y 3,1 cm ancho) y un cuchillo de modulo grande (n° 1043= 6,1 cm largo y 4,5 cm ancho). De esta manera contabilizamos 1 artefacto excepcional, 1 muy grande, 4 grandes y 1 artefacto chico para estimar el modulo teórico promedio (Tabla 6). Para los artefactos enteros32 el modulo largo/ancho es largo, y el modulo ancho/espesor es principalmente medio. Los artefactos –cuchillo/raedera y raedera- hechos en rocas silíceas comparten un modulo ancho/espesor medio, y se diferencian del artefacto – chopping-tool / percutor- de riolita que posee modulo ancho/espesor grueso (Tabla 7).

GRAFICO 1. FRECUENCIAS RELATIVAS DE ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE8-10 DE CT Unidad 8-10 Estado

N

%

Enteros

2

28,58

Fragmentados

5

71,42

Total

7

100

Las dimensiones desagrupadas de los artefactos oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 2 a 20,9 cm, el ancho: 1,6 a 5,8 cm, y el espesor: 0,2 a 3,5 cm. La forma base seleccionada para su confección corresponde a lascas y láminas con un 42,86 por ciento respectivamente, y en un 14,28 por ciento (n= 1) se registra la selección de un rodado (Gráfico 3). Según la clase de artefacto, para la manufactura de: dos cuchillos y una lasca retocada se seleccionaron lascas (1 secundaria y 2 angular oblicua), como forma base, mientras para un cuchillo/raedera, una lámina retocada y una raedera se seleccionaron láminas (2 secundaria, 1 de arista), para el único choppingtool/percutor del conjunto se optó por un rodado. Según la materia prima, para los artefactos de ópalo translúcido la forma base principal es la lasca (n= 3), seguido por láminas (n= 2), el único artefacto de silex se manufacturo sobre lámina, y el artefacto de riolita sobre rodado. Prevalecen los talones preparados (42,86 por ciento) sobre aquellos no preparados (14,28 por ciento) como producto de las técnicas de talla aplicadas, asimismo un 42,86por ciento de los artefactos presenta ausencia del talón (Grafico 4). La mayor parte de los artefactos (n= 4) presentan escasa corteza (1–24 por ciento) en cara dorsal, un artefacto presenta corteza abundante (75-99 por ciento) y otros 3 no poseen (Gráfico 5).

TABLA 5. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LOS ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE8-10 DE CT

Los artefactos formatizados fueron confeccionados sobre dos tipos de roca silícea y uno de tipo riolítica, entre las cuales predomina el ópalo translúcido con el 71,42 por ciento (n= 5) de los casos, seguido por el sílex con el 14,29 por ciento (n= 130) (Gráfico 2). Considerando el conjunto, la diferencia porcentual que existe entre los artefactos formatizados en ópalo translúcido 4,42 por ciento, con los de sílex y riolita 0,89 por ciento respectivamente, no se condice con la registrada entre los productos de talla, entre los cuales predominan los de sílex (49,55 por ciento) con menor diferencia porcentual sobre los de ópalo translúcido (32,75 por ciento), aunque ampliando la diferencia con los de riolita (Tabla 3). Con el ópalo se confeccionaron artefactos de cuatro clases, cuchillos, cuchillo/raedera, lámina retocada y lasca retocada; con el sílex se fabricó una clase, raedera; al igual que con la riolita, chopping-tool/percutor (Figura 1). Entre las características morfológicas y dimensionales del grupo, el módulo de tamaño de los artefactos enteros se ubica entre grande y muy grande, y para los artefactos fragmentados es mediano. Sin embargo si consideramos juntos los artefactos enteros y los fragmentados, es posible estimar un modulo teórico promediado para el conjunto de tipo grande. En esta operación adicionamos a los artefactos enteros (grande y muy grande), cinco artefactos fragmentados, uno de modulo excepcional del cual se recuperaron dos fragmentos31 (n° 144 + n° 250 = 20,9 cm largo y 6,6 cm ancho) que remontan y exponen

GRÁFICO 2. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LAS MATERIAS PRIMAS EMPLEADAS EN LA CONFECCIÓN DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. UE8-10 DE CT

30

En este estudio se incorpora al conjunto el artefacto formatizado de sílex, recuperado en la campaña 2008. 31 Aquí consideramos los dos fragmentos mayores que inscriben el tamaño original del artefacto. Además se recuperaron tres productos técnicos que remontan y una lasca de retalla que corresponde a la formatizacion del filo.

32

137

También se considera el chopping-tool/percutor.

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

GRÁFICO 3. TIPO DE FORMA BASE SELECCIONADA PARA LA MANUFACTURA DE ARTEFACTOS, EXPRESADO EN PORCENTAJE.

FIGURA 1. MUESTRA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS DE UE810, CT. A Y B. CUCHILLO DE ÓPALO, C. RAEDERA DE SILEX, D. CUCHILLO-RAEDERA DE ÓPALO. Módulo de tamaño

Entero

Fragmentado

Chico

-

Mediano

-

Grande

1

Muy Grande

1

-

Excepcional

-

1

1 GRAFICO 4. ARTEFACTOS FORMATIZADOS, DISTRIBUCIÓN DE LOS TIPOS DE TALONES. UE8-10, CT.

2 1

TABLA 6. MODULO DE TAMAÑO DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. UE8-10, CT.

Clase

Materia prima

Largo / ancho

Ancho / espesor

Choppingtool / percutor

Riolita

largo

grueso

Cuchillo / raedera

Ópalo

largo

medio

Raedera

Sílex

largo

medio

GRÁFICO 5. CANTIDAD DE CORTEZA EN CARA DORSAL DE LOS ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE8-10, CT.

Análisis de los filos El conjunto de artefactos formatizados (n= 7) presenta un total de 12 filos y 2 superficies activas, los primeros se desagregan en 11 filos formatizados y uno natural. Cuatro de estos artefactos presentan dos filos retocados, uno de ellos además posee un filo natural. Otro artefacto presenta un filo retocado y dos superficies activas, mientras otros dos artefactos poseen un solo filo retocado (Tabla 8).

TABLA 7. MÓDULOS DE TAMAÑO LARGO/ANCHO Y ANCHO/ESPESOR PARA LOS ARTEFACTOS ENTEROS, UE8-10, CT.

En los artefactos, el conjunto de los filos retocados se ubica en posición lateral (100 por ciento) respecto al eje morfológico de la pieza. Entre estos predomina el tipo lateral paralelo con el 63,63 por ciento, seguido por el lateral inclinado, con el 36,37 por ciento (Grafico 6). Por su parte el filo natural se halla en posición lateral

138

Análisis de los conjuntos arqueológicos

Choppingtool / percutor Cuchillo / raedera

2

2

Lámina retocada

1

Lasca retocada

1

Raedera

2

3

La forma geométrica que inscribe el filo sobre los bordes manifiesta un predominio de filos rectos (50 por ciento), con un alto porcentaje de filos convexo atenuado (41,67 por ciento), entre otros (Gráfico 9). En relación a la clase artefactual, entre los cuchillos predominan los filos convexos atenuados (n= 4), otro filo formatizado como cuchillo en un artefacto compuesto (cuchillo/raedera) presenta filo recto, un filo de la raedera y el filo formatizado como raedera de un artefacto compuesto (cuchillo/raedera) a su vez son rectos (n= 2), mientras otro filo de la raedera es convexo atenuado y el restante filo natural es recto. De la misma manera los filos de la lasca retocada y la lámina retocada son rectos (n= 2), por último el filo del chopping-tool/percutor es cóncavo (Grafico 10).

Posición del filo

Tipo de filo

1

retocado

1

retocado

2

retocado

1

retocado

2

retocado

1

retocado

1

retocado

lateral paralelo

1

retocado

2

retocado

1

retocado

2

retocado

3

natural

lateral paralelo lateral paralelo lateral inclinado lateral inclinado lateral inclinado

1

Cuchillo

Cuchillo

N° de filo

Cantidad de filos

Clase

inclinado (Tabla 8), mientras ambas superficies naturales se disponen en posición frontal transversal.

lateral paralelo lateral paralelo lateral paralelo lateral inclinado lateral inclinado lateral paralelo

GRÁFICO 7. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA MORFOLOGÍA DE LOS FILOS. CT, UE8-10.

TABLA 8. FRECUENCIA Y TIPO DE FILOS POR CLASE DE ARTEFACTO. UE8-10, CT.

GRAFICO 8. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRAFICO 6. DISTRIBUCIÓN DE LAS FRECUENCIAS RELATIVAS RESPECTO A LA POSICIÓN DEL FILO EN EL CONJUNTO.

El conjunto registra un predominio de los filos con morfología normal irregular (55 por ciento), sobre los de tipo normal regular con un 36 por ciento, entre otros (Gráfico 7). Según la clase artefactual, se observa que entre los cuchillos son mas abundantes los filos de forma normal regular (n= 2), frente a los de tipo normal irregular (n= 1) y festoneado irregular (n= 1), por su parte la raedera, el cuchillo/raedera y el chopping-tool/percutor presentan filos de tipo normal irregular (n= 5), mientras la lasca retocada y la lámina retocada poseen filos de forma normal regular (n= 2) (Gráfico 8).

GRÁFICO 9. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA DELINEACIÓN DE LOS FILOS. DOS FILOS CONVEXO ATENUADO Y UNO DE TIPO RECTO SON FILOS NATURALES.

139

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

GRÁFICO 12. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA EXTENSIÓN RELATIVA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 10. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA DELINEACIÓN DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, el conjunto presenta una paridad dominante de filos largos y cortos (41,67 por ciento), estas dos categorías se diferencian significativamente de aquellas con menor valor porcentual (Gráfico 11). En relación a las clases de artefactos se observa que los cuchillos presentan principalmente filos largos (n= 4) incluido uno correspondiente al artefacto compuesto cuchillo/raedera, y en segundo lugar corto (n= 1). Las raederas incluido un filo natural y el filo formatizado como raedera de un artefacto compuesto (cuchillo/raedera) presentan filos cortos (n= 3). Asimismo el chopping-tool/percutor presenta un filo corto. La lasca retocada y lámina retocada poseen filos extendidos (n= 2) (Gráfico 12).

GRÁFICO 13. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DEL ÁNGULO DE FILO DE LOS ARTEFACTOS. CT, UE8-10.

Los filos de los artefactos presentan ángulos agudos en el 92,30 por ciento de los casos. Dentro de este segmento filos agudos- la mayor parte se agrupa en la categoría agudo oblicuo con el 41,66 por ciento (Gráfico 13). Considerando el ángulo de filo según la clase artefactual se observa que los cuchillos presentan mayor variedad de tipos de ángulo (n= 3) respecto al resto de los artefactos. Entre los filos de los cuchillos –incluido el filo de un artefacto compuesto, cuchillo/raedera- predominan los tipos agudo oblicuo y agudo muy oblicuo con dos casos respectivamente. La raedera presenta filos de ángulo agudo oblicuo (n= 3) y agudo muy oblicuo (n= 1), la lasca retocada y la lámina retocada poseen filos agudo rasante. Por último el chopping-tool/percutor evidencia el único filo abrupto oblicuo del conjunto (Gráfico 14).

GRÁFICO 14. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE ÁNGULOS DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO.

Los filos del conjunto lítico, del componente pleistocénico UE8-10 de CT, se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 41,67 por ciento, seguidos por aquellos elaborados por retalla, retoque y microrretoque (25 por ciento), entre otros. Estos filos presentan una modificación continua –por lascados- en el 100 por ciento de los casos. A su vez esta modificación se realizó preponderantemente por retoque directo (72,72 por ciento), seguido por el trabajo inverso de los filos (18,19 por ciento), optando en último término por el retoque bifacial (9,09 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, se presentan preponderantemente los tipos ultramarginal (72,72 por ciento) y marginal (27,28 por ciento). Por último, en todos los casos, la forma de lascado es escamoso (100 por

GRÁFICO 11. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA EXTENSIÓN DE LOS FILOS. UN FILO CORTO ES NATURAL. CT, UE8-10.

140

Análisis de los conjuntos arqueológicos ciento), y dentro de esta categoría destaca la forma de lascado escamoso irregular (45,46 por ciento). Al examinar la regularización de los filos teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos, se evidencian similitudes y diferencias. Para los tres tipos de roca predomina la continuidad en la modificación de los filos con un 100 por ciento. En relación a la situación de los lascados en el ópalo translúcido y el silex predomina el trabajo directo con un 75 por ciento y un 100 por ciento respectivamente, mientras en la riolita es bifacial en un 100 por ciento. En cuanto a la profundidad de los lascados, en las piezas de ópalo predomina el lascado de tipo ultramarginal con el 75 por ciento, este tipo representa a su vez el 50 por ciento en el silex y el 100 por ciento en la riolita. En las piezas de ópalo predominan los lascados de tipo escamoso irregular (37,5 por ciento) y los escamosos (37,5por ciento), en los artefactos de sílex dominan los de tipo escamoso irregular (100 por ciento), mientras en el artefacto de riolita el lascado posee forma escamoso regular (100 por ciento). La mayor diferencia se presenta en que los filos sobre ópalo se modificaron principalmente por retoque y microrretoque (62,5 por ciento), mientras en los filos de sílex se modificación por retoque microrretoque y retalla en un 100 por ciento de los casos, y en la riolita se modifico por talla (100 por ciento).

Con el propósito de ajustar los exámenes y a modo de recaudo metodológico, se analizó la presencia/ausencia de ácidos grasos y microrresiduos vegetales a partir de muestras de la matriz sedimentaria que contenía los ecofactos. De esta manera se buscó evaluar la posibilidad de contaminación por migración de lípidos o microrrestos vegetales presentes en el sedimento circundante, ya que al ser los lípidos parte constitutiva del medioambiente pueden adherirse a los artefactos directamente del sedimento, y en consecuencia ser erróneamente interpretados como evidencias de recursos procesados con los artefactos arqueológicos (Buonassera 2007). N°

Cuadrícula

192 1032

E1 H1

Largo cm 25 22

Ancho cm 20 8,2

Espesor cm 7 5,5

TABLA 9. UBICACIÓN Y DIMENSIONES DE LOS ECOFACTOS. CT,

Descripción de los Ecofactos. Hipótesis funcional. En el conjunto de litos no modificados (n= 549) de la cueva, destaca la presencia de dos ecofactos de grandes dimensiones, de espesor medio y grueso, de basalto gris (Tabla 9, Figura 2) que habrían sido obtenidos del manto volcánico circundante. Estas piezas se presentan enteras y sin fracturas. Se recuperaron en el umbral de los lóbulos de la cueva, en torno al sector con mayor densidad de elementos óseos del componente y ausencia de restos macrovegetales. A nivel de hipótesis se ha propuesto que podría tratarse de yunques (Paunero et al. 2005) destinados al posible procesamiento de sustancias de origen animal (hueso) y/o vegetal (madera). La primer aproximación funcional surge de la observación macroscópica de las piezas, que presentan sectores aplanados y otros deprimidos de contorno ovalado o semicircular (Figura 2 c y d). Estos últimos podrían haberse generado por el desgate paulatino de la superficie en relación a la recurrente incidencia de impactos por golpe. Debido a las dimensiones que presentan las piezas no fue posible el examen microscópico de estas superficies. Sin embargo, con el propósito de contrastar la hipótesis de uso, y desde una aproximación que combina técnicas complementarias para la determinación funcional de los restos, ambos ecofactos fueron seleccionados, junto a una muestra de artefactos, para ser sometidos al análisis de ácidos grasos mediante cromatografía gaseosa (Evershead et al. 1992; González 2005; Mazzia 2011) y al examen de microrrestos de origen vegetal mediante análisis microscopio (Cueto et al. 2010a; Capparelli et al. 2009, etc.). La roca basáltica de estos ecofactos ofrece óptimas condiciones como presencia de oquedades, poros y la permeabilidad, para alojar residuos orgánicos e inorgánicos.

FIGURA 2. ECOFACTOS DE BASALTO. A. N° 192, B. N° 1032.

Análisis funcional del conjunto lítico UE8-10 CT Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. La muestra quedó conformada por 32 artefactos, se trata de los 7 artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 25 (100 por ciento) productos de la talla con potencial filo funcional y alguna medida de largo o ancho mayor o igual a 2 cm. A su vez se analizaron por medio de técnicas auxiliares 2 ecofactos en busca de evidencias secundarias de utilización. Alteraciones postdepositacionales La mayor parte de los artefactos de la muestra (71,87 por ciento, n= 23) presenta una superficie en buen estado de conservación, que no registra alteraciones atribuibles a procesos físico-químicos, sin considerar los

141

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Cinco productos de la talla (15,63 por ciento), dos de formatización final, uno de la talla del núcleo, uno de descortezamiento y un fragmento de talla, presentan evidencias de alteración térmica (lustre y cambio de color), uno de ellos además presenta daño térmico (escamación y hoyuelos). Son cuatro piezas de sílex (3 marrón, 1 gris) y una de riolita. Otros tres productos de talla (9,38 por ciento) de silex gris presentan evidencias de daño térmico (hoyuelo, rugosidad, escamaciones y craquelado) (Figura 3). Por ultimo una lasca larga (3,12 por ciento), de silex marrón rojo, posee abrasión de suelo, que se evidencia a nivel microscópico, en claras playas de abrasión de brillo muy intenso. Asimismo, un conjunto de 4 productos de talla (16 por ciento) sobre el total de este grupo presentan esquirlamientos no funcionales sobre uno de sus bordes. Se trata de alteraciones de origen tecnológico o postdepositacional.

compuesto que a su vez posee dos superficies activas con uso. Productos de la talla Se realizó el análisis microscópico de 25 productos de talla (Figura 4), que poseen 37 filos naturales o bordes activos. Estos artefactos corresponden a 18 lascas, 5 fragmentos de talla, 1 lámina y 1 laminilla. Se trata principalmente de lascas de talla (n= 8; 32 por ciento), seguidas por lascas de formatización final (n= 7; 28 por ciento), y tres de desbaste (12 por ciento); una lámina de talla (n= 1; 4 por ciento), y una laminilla que corresponde al estadio de desbaste (4 por ciento). El resto de la muestra se compone por fragmentos de talla (n= 5; 20 por ciento). La mayoría de las piezas de esta muestra son de tamaño chico (n= 12) y muy chico (n= 10) y tres casos medianos. En la Tabla 10 se señalan las rocas sobre las que se confeccionaron estos productos de talla. Se pudo constatar que no se utilizaron los filos de estos artefactos, a pesar de tratarse, en su mayoría, de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas para la prensión manual.

FIGURA 3. PRODUCTOS DE TALLA CON ALTERACIÓN TÉRMICA. A. LASCA DE SÍLEX GRIS CON RUGOSIDAD. B. LASCA DE SILEX MARRÓN CON CAMBIO DE COLOR. CT, UE8-10.

SÍLEX ÓPALO RIOLITA TOTAL

Dentro de este conjunto se pudo constatar que 4 filos (33,33 por ciento), correspondientes a 4 artefactos, no fueron utilizados. Al menos no se detectaron en ellos huellas de uso, a pesar de tratarse, en su mayoría, de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Otros 8 filos (66,67 por ciento) y 2 superficies activas (100 por ciento) presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo y corresponden a 5 artefactos. Estos filos con huellas se distribuyen en 4 filos (33,33 por ciento) con uso seguro (SG), y 4 filos (33,33 por ciento) con uso probable (PR). Además hay 2 (100 por ciento) superficies activas con uso seguro (SG) (Tabla 10). Todos los filos con huellas de uso (SG y PR) corresponden a filos con formatización secundaria. Siete de estos filos se encuentran en artefactos (n= 4) con mas de un filo formatizado, el otro filo corresponde a un artefacto

11 6 1 18

1 1

1 1

FRAGMENT

TIPO MP

O DE TALLA

Los 7 artefactos formatizados analizados presentan 12 filos y 2 superficies (naturales) activas. Cinco de estos artefactos se confeccionaron sobre ópalo translúcido, uno en sílex y uno en riolita.

LAMINILLA

CLASE XT

LÁMINA

Artefactos formatizados

LASCA

FIGURA 4. MUESTRA DE LOS PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. UE8-10, CT. A. LASCAS Y FRAGMENTOS DE TALLA DE SILEX Y ÓPALO. B. LÁMINA DE ÓPALO.

3 2 5

TABLA 10. DISTRIBUCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE TALLA (XT) POR MATERIA PRIMA (MP). CT, UE8-10.

Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE8-10 En el conjunto del componente UE8-10 se hallaron huellas de uso solo en los artefactos formalizados (Tabla 11). Estas huellas se registran sobre 8 filos (100 por ciento) y señalan en siete casos (87,5 por ciento) su empleo en el procesamiento de recursos faunísticos como

142

Análisis de los conjuntos arqueológicos LONGITUDINAL; TB-H: TEJIDO BLANDO Y HUESO, H-M: HUESO O MADERA; SU: SIN USO; SG: SEGURO; PR: PROBABLE

2 1

2

L

1

L (corte)

2

L (corte)

2

PR PR PR

blanda (carnehueso) blanda (carnehueso)

SU

SG

-

-

SU

1

1

-

-

SU

1

L (corte)

blanda (carne) blanda (TB - H) dura (H - M) dura (roca) dura (roca)

2

1 1y 2 SA

2 SA 3 SA

L perc. o mach. perc. o mach perc. o mach.

En el conjunto fueron preferidos, para realizar los trabajos de corte (movimiento longitudinal), los filos retocados en ópalo (62,5 por ciento, N=5), seguidos por los filos sobre silex (25 por ciento, n= 2). Por su parte el filo confeccionado en riolita (12,5 por ciento, n= 1) se empleo con movimiento incidental en trabajos de percusión/machacado (Gráfico 16). El ópalo se empleó para procesar un mismo tipo de sustancias de origen animal (tejido blando, carne y hueso), con el silex, al igual que el anterior tipo de roca, se procesaron las mismas sustancias, y con la riolita sustancias duras de diverso origen como hueso y madera. Entre las sustancias procesadas con ópalo predomina el tejido blando y el hueso (37,5 por ciento, n= 3), mientras se trabajo una sustancia blanda (carne y hueso) en un 25 por ciento. Con el sílex se trabajo carne (12,5 por ciento, n= 1), y una sustancia blanda -tejido blando y hueso- (12,5 por ciento, n= 1). Por último con la riolita se procesaron sustancias duras del tipo hueso y madera (12,5 por ciento, n= 1) (Gráfico 17).

SG

1

3

Se trata, de un conjunto de 7 filos con fromatización secundaria, 4 retocados en forma de cuchillo y 3 de raedera. Se reparten, con poca diferencia, entre filos con ángulos agudo oblicuo (57,14 por ciento, n= 4), y filos con ángulos agudos muy oblicuo (42,86 por ciento, n= 3). El modulo de espesor de los artefactos es equivalente, en dos casos medio (un cuchillo/raedera y una raedera) y en dos delgado (dos cuchillos). En la mayor parte de los casos fueron seleccionados para el uso los filos largos de los artefactos (71,42 por ciento, n= 5), y en menor medida cortos (28,58 por ciento, n= 2). En el Grafico 15 se presenta el porcentaje de sustancias procesadas en el componente de manera desagrupada.

Uso

Sustancia

L

blanda (TB - H) blanda (TB - H)

1

Riolita

Choppingtool/ percutor

blanda (TB - H)

Se emplearon diversos artefactos líticos (n= 4) para el procesamiento de tejido blando del tipo carne, grasa, tendones, cartílago, y una sustancia dura como el hueso mediante operaciones de trabajo con movimiento longitudinal del filo en relación al sustrato. Este grupo presenta cierta variabilidad interna. A saber, a nivel microscópico, se identificaron 3 filos con rastros típicos y otros 4 con indicios probables de haber realizado acciones longitudinales sobre tejidos blandos y hueso (Figura 6 y 7). Estos últimos evidencian un patrón en los daños observables -en tres casos33- a la lupa binocular. Los filos presentan redondeamiento y microesquirlamientos atribuibles al uso. Estos se formaron de manera continua en la cara dorsal del filo y discontinua en la cara ventral, poseen forma semicircular de manera regular, con terminación afinada y dimensión micro34.

2

3 A1 y B1

Movimiento

Materia Prima Cantidad filos y SA N° filo usado Ópalo Ópalo Ópalo

2

L

Ópalo

L1

1

Ópalo

Cuchillo Lasca retocada

E1

Raedera

E2

Lámina retocada

C1

Cuchillo/ raedera

B2

Sílex

Clase

I2

Cuchillo

Cuadricula

hueso y tejido blando animal (carne, tendones y otros tejidos), el filo restante (12,5 por ciento) se uso para procesar sustancias duras de diverso origen (hueso o madera). Este último corresponde a un choppingtool/percutor, artefacto poco frecuente para el Pleistoceno final de la región, que presenta un modulo de espesor grueso. El filo corto y de ángulo abrupto oblicuo, a nivel microscópico, presenta crushing -cristales rotos-, oquedades producto del impacto y redondeamiento del filo por desprendimiento de materia. El examen del filo a la lupa binocular evidencia huellas de uso del tipo marcas de percusión y microfracturas. A su vez, sobre las caras de la pieza en los laterales del filo, registra marcas de percusión con forma de “cometa” (Figura 5) que remiten al empleo del artefacto en acciones de percusión/machacado de sustancias duras, posiblemente madera o hueso, para obtener fragmentos, soportes menores o acceder a la médula ósea.

SG PR SU SG SG SG

33

El filo restante no presenta daños (microesquirlamientos) a nivel de lupa. 34 Estos daños coinciden con los registrados en los filos con microrrastros diagnósticos y uso seguro.

TABLA 11. RESULTADO DEL ANÁLISIS FUNCIONAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. SA: SUPERFICIE ACTIVA; L:

143

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Según el tipo de movimiento por materia prima, el ópalo se empleo exclusivamente en acciones longitudinales – vinculadas al seccionamiento o corte de sustancias- (100 por ciento, n= 5). A su vez, con el sílex se realizaron movimientos longitudinales (100 por ciento n= 2). Mientras la riolita se uso en acciones incidentales (100 por ciento, n= 1).

de grano fino, posiblemente de edad jurásica y perteneciente a la Fm. Chon Aike. Si bien esta es una materia prima no local, pudo haber sido recolectada en algunas de las múltiples fuentes secundarias presentes en la localidad tales como zanjones y bajos endorreicos. La caracterización y determinación de esta litología fue realizada con la colaboración del Dr. Eugenio Aragón especialista en petrología ígnea e investigador del Centro de Investigaciones Geológicas (CIGUNLP/CONICET)35.

GRÁFICO 15. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS CON LOS FILOS EN EL COMPONENTE UE8-10. TB-H: TEJIDO BLANDO Y HUESO; DURA H-M: DURA HUESO-MADERA

FIGURA 5. A Y B. CHOPPING-TOOL/PERCUTOR DE RIOLITA, EXTREMO PROXIMAL EL MÁS ANGOSTO. C. FRAGMENTOS DEL ARTEFACTO. D. MARCAS DE PERCUSIÓN CON FORMA DE “COMETA” Y ORIENTACIÓN OBLICUA, DEL SECTOR LATERAL Y POSTERIOR AL FILO QUE SE OBSERVA EN A. MICROFOTO DE LUPA BINOCULAR 70X. E. MARCAS DE PERCUSIÓN DE DIVERSO TAMAÑO Y MORFOLOGÍA, DEL SECTOR LATERAL Y POSTERIOR AL FILO QUE SE OBSERVA EN D. 40X.

GRÁFICO 16. FRECUENCIA DE FILOS USADOS POR MATERIA PRIMA. UE8-10, CT

Las dos superficies naturales activas del artefacto se hallan en posición frontal transversal, y poseen forma secundaria de tipo convexo extendido. A nivel de lupa binocular se registro la presencia de marcas de percusión, crushing y fisuras sobre ambas superficies, incluido el desprendimiento de productos técnicos (Figura 5 y 8). Por las características de las huellas se infiere que ambos extremos del artefacto habrían sido usados como percutor de sustancias duras del tipo roca, durante labores de talla. Con el chopping-tool/percutor se habrían efectuado tareas de percusión y machacado tanto con las superficies activas como con el filo. La recurrencia de estas acciones que implican impacto habría aportado al desgaste progresivo -microfracturas internas y fisuras externas- del instrumento. Inicialmente se habría desprendido el producto técnico señalado en la Figura 6d con la letra a., de 4 cm de largo, 2,7 cm de ancho y 0,5 cm de espesor. Esta pieza a su vez registra alteración térmica, cambio de color, en ambas caras (Figura 5c porción inferior

GRÁFICO 17. FRECUENCIA DE SUSTANCIAS PROCESADAS POR MATERIA PRIMA. UE8-10, CT

Además del examen de los filos se analizaron las superficies activas que posee el chopping-tool/percutor en ambos extremos (Figura 5 a - c). Este artefacto posee tamaño excepcional (21 cm largo), modulo ancho/espesor grueso, y forma geométrica del contorno de tipo oval irregular. Esta manufacturado sobre un rodado de riolita

35

En trabajos previos se caracterizo esta roca como basalto (e.g. Paunero et al. 2005; 2007c).

144

Análisis de los conjuntos arqueológicos derecha). Este hecho permite inferir un momento inicial de desprendimiento y un momento posterior en el cual este producto técnico, de manera aislada, habría entrado en contacto con altas temperaturas procedentes de un fogón. De esta u otra secuencia similar habría participado una lasca del estadio 3 generada durante la talla del filo del artefacto, que posee alteración térmica del tipo cambio de color. Finalmente con el mayor desgaste de la roca asociado al uso, el artefacto se habría fracturado en una pequeña cantidad de productos técnicos, de los cuales hemos recuperado cinco. Los mismos se observan en la Figura 5c.

FIGURA 8. A. FISURAS CON DELINEACIÓN RECTA A SEMICIRCULAR Y MACHACADURAS. DORSO DEL ARTEFACTO PRÓXIMO AL EXTREMO DISTAL. B. MARCAS DE PERCUSIÓN EN SUPERFICIE ACTIVA DISTAL. C. FISURAS Y MACHACADURAS, POSICIÓN LATERAL DEL ARTEFACTO HACIA CARA VENTRAL. A-C. MICROFOTOS TOMADAS CON LUPA BINOCULAR A 70X. D. GRÁFICO CON VISTA DEL LATERAL IZQUIERDO, DONDE SE EXPONEN DOS (PT) PRODUCTOS TÉCNICOS: A Y B, GENERADOS POR EL DESGASTE DE USO DEL ARTEFACTO. FIGURA 6. A Y B. CUCHILLO DE ÓPALO. C. MICROPULIDO DE ACCIÓN LONGITUDINAL SOBRE ARISTAS DEL FILO DERECHO. PROBABLE TEJIDO BLANDO Y HUESO. 150X.

Con el propósito de contrastar la hipótesis funcional de los Ecofactos (LNM: Nº 192 y 1032) se sometió a estas piezas (Tabla 10 y Figura 2 del presente Capítulo) y a muestras del sedimento del estrato que las contenía, cuadrículas E1 y H1 respectivamente, a distintas técnicas de examen, como el análisis de ácidos grasos (Química analítica) y al examen de microrrestos de origen vegetal (Arqueobotánica). Con la aplicación de estas técnicas se apunta a recuperar las sustancias o bioindicadores que puedan haber quedado adheridas en los artefactos, y discutir la funcionalidad de estas piezas. Habitualmente desde un enfoque arqueométrico, se espera que el análisis por cromatografía gaseosa de los ácidos grasos extraídos de las piezas arqueológicas brinde información relevante para evaluar aspectos de producción y uso de los artefactos, e incluso dietarios del pasado (Evershed et al. 1992). Sin embargo estos estudios poseen limitantes debidas a las alteraciones en la composición lipídica de las grasas ocasionadas por procesos físico-químicos (e.g. condiciones ambientales y altas temperaturas), que comprometen la identificación de los recursos que originaron los residuos observados (Evershed et al. 1992). No obstante, a partir de resultados de experimentos que simulan la degradación de los ácidos grasos a partir de grasas animales y vegetales modernas, Malainey y colaboradores (1999) detectaron que algunos compuestos como los ácidos grasos de cadena media (C12, C14 y C15), el ácido esteárico (C18:0) y el ácido oléico (C18:1), mantienen proporciones relativamente estables bajo ciertos procesos de degradación que implican condiciones de cocción y envejecimiento.

FIGURA 7. A Y B. CUCHILLO/RAEDERA DE ÓPALO. C. MICROPULIDO DE ACCIÓN LONGITUDINAL EN ARISTA ELEVADA SOBRE FILO DE RAEDERA. CORTE DE CARNE Y HUESO. 150X.

145

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Finalmente proponen que tales elementos se presentan como indicadores aptos para la identificación de grupos de alimentos en materiales arqueológicos (Malainey et al. 1999; Malainey 2007).

de las muestras correspondientes a las distintas superficies de los ecofactos. Asimismo se precisó la ausencia de ácidos grasos en las muestras de sedimento de la matriz circundante a estas piezas.

Para este trabajo, el estudio de ácidos grasos mediante cromatografía gaseosa se realizó con la colaboración las Dras. Patricia Allegretti y Danila Ruiz del Departamento de Química Orgánica (DQO) de la Facultad de Ciencias Exactas-UNLP. Este análisis se efectuó luego de la extracción de muestras para el examen de microrrestos de origen vegetal. En relación a los métodos y protocolos de laboratorio necesarios para el tratamiento de las muestras arqueológicas, además de la pericia de los investigadores del DQO, hemos seguido en términos generales la propuesta de Mazzia (2011). En línea con esta investigadora compartimos su reflexión en cuanto que los protocolos varían en cada caso “de acuerdo con el equipamiento utilizado (…), las prácticas particulares de los laboratorios y con las características de los materiales muestreados” (Mazzia 2011).



Muestra

Cuadrícula

1

CD Ec. 192

E1

2

CV Ec. 192

E1

3

CD Ec. 1032

H1

4

CV Ec. 1032

H1

5

En primer término se realizaron extracciones de la superficie de las piezas por medio de enjuagues, muestras N° 1 a 4, y la inmersión de fracciones trituradas (15 gr.) del sedimento circundante, muestras N° 5 y 6. Los enjuagues y la inmersión se realizaron en solventes como diclorometano (CH2CL2) y acetato de etilo (CH3COOCH2CH3), y se realizó el posterior filtrado de la solución resultante, con el propósito de obtener una solución como muestra o fase original de cada uno de ellos. En el caso del sedimento, la fracción inmersa se procesó en el Agitador Magnético (Marca: Carnin stiner/Hot place) y dentro del recipiente se coloco un buzo (imán) para mezclar aun más la solución. Se obtuvieron muestras por separado de cada una de las caras -dorsal y ventral- de los ecofactos (Tabla 12). Luego se vaporó el solvente de cada solución colectada en el Rotovapor R-200 (Marca: Buchi), para lograr una mayor concentración de la muestra y dejarlas listas para ser inyectadas y analizadas en el cromatógrafo gaseoso acoplado al espectrómetro de masas (CG-EM) (Marca y modelo: Agilent Technologies LC/MSD VL). Obtuvimos un segundo grupo de muestras N° 7 y 8 de ambos ecofactos, empleando la técnica de sonicado por inmersión en acetona. Cada pieza fue sonicada durante un segmento de tiempo de 40 minutos, y a la mitad de este segmento las piezas fueron cepilladas en una cara de su superficie para favorecer la extracción de sedimento de las oquedades y porosidades que presenta esta roca. Gracias a la colaboración de los Dres. Carlos Bartoli y Juan José Guiamet, tuvimos acceso a los laboratorios y al equipamiento, como la campana de gases y el Sonicador (Marca: Denimed. 2500ml, Heater) del Instituto de Fisiología Vegetal (INFIVE-UNLP/CONICET).

6

Sedimento circundante a Ec. 192 Sedimento circundante a Ec. 1032

E1

H1

7

Ec. 192

E1

8

Ec. 1032

H1

TABLA 12. MUESTRAS ANALIZADAS AL CROMATÓGRAFO. CD: CARA DORSAL, CV: CARA VENTRAL, EC. ECOFACTO.

Dos exámenes realizados a partir de la muestra N° 3, de la cara dorsal del ecofacto 1032, evidencian la presencia de ácido oleico (C18H34O2), este constituye un ácido graso insaturado con 18 átomos de carbono y un única ligadura (C 18:1). La presencia de este ácido, entre otros (linoleico, esteárico, mirístico), es esperable ya que es uno de los más frecuentes entre las grasas de animales y vegetales, aunque en estos últimos hay mayor proporción de ácidos insaturados. Por su parte en componentes del tipo carne y hueso, de animales hervívoros como el guanaco, predominan los ácidos grasos saturados y es esperable un registro combinado en diversas proporciones de ácido mirístico, palmitito y esteárico (González 2005; Saadoun 2007; Noller 1968). Asimismo los cromatogramas resultantes de la muestra N° 8, confirman la presencia de ácido oleico, con un 86 por ciento de correspondencia, en el ecofacto 1032 (Figura 9). Por otra parte, el análisis de una submuestra, de la muestra N° 3, arrojó la presencia de acido oleico y linoleico36. Este último está presente en menor porcentaje y con un grado de correspondencia débil (57 por ciento) respecto a la base de referencia, debido posiblemente a procesos de degradación físico-químicos. En este sentido, por tratarse

Cada muestra (N° 1 a 8) fue fraccionada en submuestras de tal manera que pudo efectuarse más de una pasada – análisis- por el cromatógrafo. Los resultados de estos exámenes se expresan en la determinación de una clase de ácido graso en uno de los ecofactos, y la constatación de la ausencia de estos bioindicadores en la mayor parte

36

Es un ácido graso poliinsaturado con 18 átomos de carbono y dos dobles ligaduras (C 18:2), se encuentra principalmente en vegetales, aunque también en animales terrestres herbívoros.

146

Análisis de los conjuntos arqueológicos de una señal débil y aislada, se descarta la consideración de este ácido en la estimación funcional del ecofacto.

Arqueobotánica del Laboratorio Nº 1 del Museo de Ciencias Naturales de la UNLP.

Dado que la cantidad de restos arqueológicos y muestras analizadas al cromatógrafo es acotada, en función de contrastar la hipótesis formulada inicialmente, se destaca el carácter exploratorio de la aplicación de esta técnica para este caso de estudio de funcionalidad. Sin embargo podemos sostener que existe preservación de ácidos en ocupaciones del Pleistoceno final, al menos en grado variable, en las cavidades de la roca basáltica analizada. A su vez se demuestra la factibilidad de la aplicación de esta técnica sobre el conjunto lítico de los primeros pobladores. Por otra parte, la presencia del mismo tipo de acido graso (oleico) en diversas muestras tomadas del ecofacto 1032 nos permite sustentar con mayor fuerza la hipótesis inicial y ajustar su nivel de predictibilidad en relación al procesamiento de recursos vegetales.

Se analizaron los ecofactos (N° 192 y 1032) y las muestras del sedimento circundante a los mismos, a modo de control, con el propósito de registrar, identificar anatómica/ taxonómicamente y analizar los residuos vegetales que pudieran contener, producto del procesamiento o no de recursos vegetales. En relación a los métodos y protocolos de laboratorio necesarios para el tratamiento de las muestras arqueológicas, hemos seguido en términos generales las propuestas de Piperno y Holst (1998), Capparelli et al. (2009), Cueto et al. (2010b) y Lema et al. (2012). La obtención de muestras arqueobotánicas (sedimentos y adherencias) consistió en la extracción de materia a partir de diferentes áreas de los ecofactos, unas asumidas como superficies activas, o que se estima fueron usadas como yunque durante el procesamiento de recursos vegetales en el pasado (Figura 10). Las superficies activas son aquellas que representan áreas de mayor dimensión, a partir de las cuales es factible el apoyo y sostén del artefacto sobre el sustrato, o sobre las cuales podrían haberse colocado los materiales a procesar.

Este hecho demuestra que, a pesar del escaso registro y/o preservación diferencial de los macrorrestos vegetales en contextos tempranos de sociedades cazadoras recolectoras, los intersticios en el interior de la roca basáltica resultaron un ambiente propicio para la preservación de biomoléculas.

En principio se removió el sedimento superficial con un paño sintético sin uso, para atenuar las posibilidades de contaminación de las muestras. Luego se terminó de remover el sedimento de la superficie a analizar, por medio del cepillado suave con un pincel de cerdas descartable. A continuación se realizó el raspado con una pinza de acero inoxidable, de las oquedades naturales de la roca que pudieran haber actuado como “trampas” de sedimento y restos del procesamiento de vegetales. Sobre las oquedades raspadas con sedimento removido se aplicó agua desmineralizada mediante pipeta graduada. Luego de dejar reposar el agua unos instantes se volvió a pipetear arrastrando consigo el sedimento y posibles microrrestos adheridos a la roca conformando las muestras de las superficies activas. Se obtuvo un total de nueve muestras por ecofacto, tres a partir de cada cara activa (dos por pieza) y tres de las caras pasivas, que fueron conservadas en tubos Eppendorf. A su vez se obtuvieron otras seis muestras, tres a partir de los sedimentos de la matriz que contenía cada ecofacto. El análisis de las muestras lo efectuó la Lic. Ciampagna por medio de un microscopio óptico de luz normal y polarizada. Se registró la presencia de microresiduos de origen vegetal en muestras correspondientes a ambos ecofactos, procedentes de las oquedades de la roca. Sin embargo no se hallaron residuos de este tipo en las muestras de sedimento analizadas. Además el análisis de las superficies pasivas arrojó ausencia de microrrestos de origen vegetal para ambas piezas. Este hecho refuerza el supuesto que se busca contrastar con este procedimiento de control, que la presencia de microrrestos en las

FIGURA 9. ARRIBA. CROMATOGRAMA DE LOS COMPONENTES QUÍMICOS DE LA MUESTRA N°8 DEL ECOFACTO 1032. ABAJO. ESPECTRO DE MASAS QUE INDICA EL 86 POR CIENTO DE SIMILITUD CON EL ÁCIDO OLEICO. CT, UE8-10.

El examen de microrrestos de origen vegetal se realizó con la colaboración las Dras. Aylen Capparelli, Verónica Lema y la Lic. Laura Ciampagna, especialistas en

147

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras superficies activas de los ecofactos y su ausencia en los sedimentos circundantes y en las superficies pasivas, constituye una diferencia significativa que refleja las actividades de procesamiento de recursos vegetales en que se vieron involucrados estos útiles concebidos a partir de nódulos de roca basáltica.

procesar recursos vegetales. La fiabilidad de estos resultados me permiten revisar la clasificación de estas piezas como ecofacto, y el postulado hipotético inicial respecto a la funcionalidad de los mismos.

La mayor parte de las muestras procedentes de las superficies activas de ambos ecofactos evidencian distintos microrrestos de origen vegetal bien conservados que pudieron ser identificados anatómicamente, a su vez el ecofacto de basalto N° 192 presenta la mayor cantidad de restos. En relación a esta pieza (N° 192), en la superficie activa de la cara dorsal se registraron fibras libriformes en estado entero y fragmentadas con signos de rotura, una fibrotraqueida, y tres elementos de vaso todos elementos celulares correspondientes al leño. Mientras en la superficie activa de la cara ventral se hallaron fibras enteras y fragmentadas con roturas. Por su parte, en las muestras de la superficie activa de cara dorsal del nódulo de basalto N° 1032 solo se registran fibras libriformes correspondientes a vegetal leñoso (Figura 11).

FIGURA 11. RESIDUOS VEGETALES. A-D. HALLADOS EN SUPERFICIES ACTIVAS DE PIEZA N° 192. A. ELEMENTO DE VASO, B Y C. FIBRAS ROTAS, D. FIBROTRAQUEIDA, E-F. FIBRAS LIBRIFORMES HALLADAS EN SUPERFICIES ACTIVAS DE PIEZA N°

FIGURA 10. PIEZAS ANALIZADAS EN VISTA DORSAL. A. N° 192 Y B. N° 1032. LAS FLECHAS NEGRAS INDICAN EL ÁREA DE

1032. CT, UE8-10.

EXTRACCIÓN EN LAS SUPERFICIES ACTIVAS Y LAS FLECHAS BLANCAS EL ÁREA DE EXTRACCIÓN EN LAS SUPERFICIES PASIVAS. CT, UE8-10.

A su vez se ha considerado información etnohistórica con el propósito de establecer vínculos entre los útiles analizados y los vegetales leñosos a los que remiten las evidencias detectadas.

Los ecofactos analizados presentan evidencias de microresiduos correspondientes a vegetales leñosos, precisamente del tallo, y entre ellos se registran fibras, fibrotraqueidas y elementos de vaso, aunque con distinta frecuencia, variedad y estado de conservación. Aun no ha sido posible la identificación taxonómica a partir de estos restos celulares, debido a la escasez de elementos diagnósticos.

La consideración del conjunto de evidencias, del tipo ácidos y microrrestos vegetales, combinadas con las evidencias macro, como el desgaste de la superficie de las piezas por uso (impactos), y las huellas microscópicas como las microfracturas registradas a nivel del filo y las superficies adyacentes del chopping-tool, asociado en el componente, permiten inferir el contexto de uso en el que se inscribieron estas piezas en el pasado. En este sentido se considera que en lugar de ecofactos, se trataría de útiles que habrían sido utilizados como yunques con el propósito de procesar ramas, troncos, raíces o leños de diversos diámetros. En todos los casos se trata de sustancias que por su estructura interna imprimen mayor resistencia mecánica y dureza, ante el intento de ser modificados, que los vegetales no leñosos. En consecuencia se habría requerido del despliegue de un dispositivo tecnológico que involucraría diversos elementos, como los yunques para el soporte de los leños, y el chopping-tool/percutor para las acciones de golpe y machacado.

Estos microrrestos podrían haber sido parte de alguna de las maderas halladas en el componente U8-10, y que no pudieron ser determinadas taxonómicamente37, a su vez corresponderían a la vegetación subarbustiva registrada en la localidad a partir de estudios polínicos del sitio (de Porras 2010), o formarían parte de vegetales leñosos no disponibles en el área inmediata. Asimismo una de las piezas, N° 1032, contenía en sus oquedades elementos que arrojaron una señal química clara que remite al acido oleico, y sugiere que esta pieza se habría utilizado para 37

Los fragmentos de madera, de tamaño chico, hallados en el componente fueron analizados junto al Lic. Diego Andreoni y no pudieron ser determinados taxonómicamente, dado el estado de conservación.

148

Análisis de los conjuntos arqueológicos 7.5 Estudio de los conjuntos arqueológicos correspondientes a las ocupaciones del Holoceno temprano

Raederas; 2 Lascas retocadas; 2 Raspadores; 1 Cuchillo; 1 Cepillo. Las raederas dominan el conjunto con el 33,34 por ciento (Gráfico 1). Según el estado de conservación, entre los artefactos formatizados, son preponderantes los ejemplares fragmentados (77,78), frente a los enteros (22,22 por ciento) (Tabla 5).

7.6 Resultados tecnológico funcionales para el componente del Holoceno temprano del sitio Casa del Minero 1

Unidad

Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico

Volumen excavado (en m3)

El conjunto lítico procedente del Componente del Holoceno temprano –Unidad Estratigráfica 3b- (en adelante UE3b) del sitio Casa del Minero 1, está compuesto por 575 piezas, y ha sido segmentado en cuatro grupos: artefacto formatizado, producto de talla, núcleo y lito no modificado, mientras los nódulos están ausentes en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (98,14 por ciento), seguidos por los artefactos formatizados (1,67 por ciento) y núcleos (0,19 por ciento) (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 539 y el volumen excavado en el componente, de 1,96m3, se observa una densidad de 275 artefactos/m3 (Tabla 2). Componente Grupo Artefactos formatizados Productos de talla Núcleos Lítos no modificados Total

3b 1,96

Artefactos formatizados

9

Productos de talla

529

Núcleos

1

Densidad artefactos líticos / m3

275

Densidad artefactos formatizados / m3

4,59

Densidad productos de talla / m3

269,89

Densidad de Núcleos / m3

0,51

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN LA UE3B, CDM1 SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO.

3b n

%

9

1,67

529

98,14

1

0,19

36

-

575

100

Materia Prima

Grupo

N

%

Sílex

XT AF NU

475 6 1 483 38 2 39 9 1 10 4 1 1 1 529 9 1 539

88,12 1,11 0,19 89,42 7,05 0,37 7,42 1,66 0,19 1,85 0,74 0,19 0,19 0,19 98,14 1,67 0,19 100

subtotal Sílex XT AF

Calcedonia subtotal Calcedonia TABLA

XT AF subtotal Toba silicificada Obsidiana XT Xilópalo XT

Toba Silicificada

1. UE3B. ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES.

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de productos de talla, artefactos formatizados y núcleos del conjunto. Se registra un claro predominio de los artefactos confeccionados en sílex para los tres grupos 88,12 por ciento, 1,11 por ciento y 100 por ciento respectivamente38; seguidos por productos de talla y artefactos formatizados de calcedonia; de manera decreciente se registran productos de talla y artefactos de toba silicificada, obsidiana y otras rocas (Tabla 3). En el conjunto, para todas las materias primas prevalece el porcentaje de productos de talla en relación al resto de los artefactos (Tabla 3). Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el silex registra el valor más alto (Tabla 4).

Ignimbrita silicificada Indeterminada Total por grupo

XT XT XT AF NU

Total conjunto

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA. Materia Prima Sílex Calcedonia Toba silicificada

Los artefactos formatizados suman 9, y se agrupan en cinco clases artefactuales, de la siguiente manera: 3

Índice 79,16 19 9

TABLA 4. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE3B, CDM1.

38

Del 88,12 % de los XT, el 83,36 % corresponde a la variedad del silex marrón-rojo. Del 1,11 % de los AF, el 0,93 % corresponde a la variedad del silex marrón-rojo. El núcleo (100 %) también es de sílex marrón-rojo.

149

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

GRAFICO 1. FRECUENCIAS RELATIVAS DE ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE3B, CDM1 Estado

Unidad 3b

Enteros

N 2

% 22,22

Fragmentados

7

77,78

Total

9

100

FIGURA 1. MUESTRA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. A. RAEDERA Y B. CUCHILLO, DE SILEX C. CEPILLO DE CALCEDONIA.

Entre las características morfológicas y dimensionales del grupo, el modulo de tamaño de los artefactos enteros se ubica entre grande y excepcional, y para los artefactos fragmentados es chico. Sin embargo si consideramos juntos los artefactos enteros y los fragmentados, es posible estimar un modulo teórico promediado para el conjunto de tipo mediano. En esta operación adicionamos a los artefactos enteros (grande y excepcional), los siete artefactos fragmentados. Las dos lascas retocadas de modulo muy chico pueden estimarse al menos como artefactos de modulo chico. Tres artefactos de modulo chico (dos raspadores y un cuchillo), en estado entero podrían haber sido de modulo mediano, y la raedera restante de modulo grande. Para la otra raedera de modulo mediano también puede estimarse un modulo grande en estado entero (n° 4217= 4,4 cm largo y 4,9 cm ancho). De esta manera contabilizamos 2 artefactos chicos, 3 medianos, 3 grandes y 1 excepcional para estimar el modulo teórico promedio (Tabla 6). Entre los artefactos enteros, cepillo de calcedonia y raedera de toba silicificada, el modulo largo/ancho es medio, y el modulo ancho/espesor grueso.

TABLA 5. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LOS ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE3B, CDM1

Los artefactos formatizados fueron confeccionados sobre tres tipos de roca silícea, entre las cuales, predomina el sílex 66,67 por ciento (n= 6)39, seguido por la calcedonia (22,22 por ciento) y la toba silicificada (11,11 por ciento) (Gráfico 2). Considerando el conjunto, la diferencia porcentual que existe entre los artefactos formatizados en sílex 1,29 por ciento y en calcedonia o toba silicificada 0,19 por ciento respectivamente, si bien es amplia (en relación de 6:1 para el sílex), es menor a la registrada entre los productos de talla de estas rocas dentro del conjunto -en relación superior a 10:1 para el sílex- (Tabla 3). Con el silex se confeccionaron artefactos de cuatro clases, lascas retocadas, raederas, cuchillo y raspador; con la calcedonia se fabricó una menor diversidad de clases (n= 2), raspador y cepillo; mientras con la toba silicificada solo se manufacturo una raedera (Figura 1).

Las dimensiones desagrupadas de los artefactos oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 1,6 a 13 cm, el ancho: 1,1 a 7,5 cm, y el espesor: 0,2 a 4,5 cm. La forma base seleccionada para su confección corresponde a lascas (44,44 por ciento) y a lasca nodular (11,11 por ciento), aunque en gran parte (44,44 por ciento) esta no pudo determinarse dado el estado de fragmentación (Gráfico 3). Según la clase de artefacto, para la manufactura de dos raederas y un raspador se seleccionó lascas secundarias como forma base, y para el cepillo se optó por una lasca nodular. Según la materia prima, para los artefactos de silex y toba silicificada la forma base principal es la lasca, n= 1 en cada caso, asimismo entre los artefactos de calcedonia en un caso se selecciono una lasca secundaria y en otro una lasca nodular. Prevalecen los talones lisos (33,33 por ciento), aunque en la mayor parte de los artefactos se encuentran ausentes o desbastados (66,67 por ciento) (Grafico 4). La mayor parte de los artefactos (n= 5) no posee corteza en cara

GRÁFICO 2. FRECUENCIAS RELATIVAS DE ROCAS EMPLEADAS EN LA CONFECCIÓN DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

39

Cinco de estos seis artefactos fueron manufacturados en sílex marrónrojo.

150

Análisis de los conjuntos arqueológicos dorsal, sin embargo una raedera y el cepillo presentan corteza abundante (99-75 por ciento), mientras una lasca retocada y una raedera exhiben corteza escasa (24-1 por ciento) (Gráfico 5). Módulo de tamaño

Entero

Muy Chico

-

Chico

-

Mediano

-

Grande

1

Excepcional

1

Fragmentado 2 4 GRAFICO 3. TIPO DE FORMA BASE SELECCIONADA PARA LA MANUFACTURA DE ARTEFACTOS, EXPRESADO EN PORCENTAJE.

1

-

Lasca retocada

1

Raspador

1

Lasca retocada

1

Cepillo

1

Raedera Raedera

2

1

Raedera 2

Cuchillo

1

Raspador

1

Posición del filo

Tipo de filo

N° de filo

Cantidad de filos

Clase

TABLA 6. MODULO DE TAMAÑO DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS.

1

retocado

lateral

1

retocado

frontal oblicuo

1

retocado

frontal

1

retocado

perimetral

1

retocado

2

natural

1

retocado

1

retocado

2

retocado

1

retocado

lateral inclinado lateral inclinado frontal transversal lateral inclinado lateral inclinado lateral paralelo

1

retocado

GRAFICO 4. ARTEFACTOS FORMATIZADOS, DISTRIBUCIÓN DE LOS TIPOS DE TALONES. UE3B, CDM1.

GRÁFICO 5. CANTIDAD DE CORTEZA EN CARA DORSAL DE LOS ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE3B, CDM1.

Análisis de los filos El conjunto de artefactos formatizados (n= 9) presenta un total de 11 filos y bordes naturales activos, que se desagregan en 10 filos formatizados y uno natural. Un artefacto presenta dos filos retocados, otro posee un filo retocado y uno natural, y el resto de las piezas posee un filo retocado (Tabla 8).

frontal transversal

TABLA 8. FRECUENCIA Y TIPO DE FILOS POR CLASE DE ARTEFACTO. UE3B, CDM1.

Entre los artefactos, el conjunto de los filos retocados se ubica principalmente en posición lateral (50 por ciento) respecto al eje morfológico de la pieza (Grafico 6). A su vez el conjunto de filos se halla dominado por los tipos de posición lateral inclinado con el 40 por ciento (Grafico 7). Por su parte el filo natural se halla en posición lateral inclinado (100 por ciento) (Tabla 8).

151

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

El conjunto registra un predominio en términos porcentuales de filos con morfología normal irregular con un 64 por ciento (Gráfico 8). Según la clase artefactual, entre las lascas retocadas solo se registran filos de forma normal irregular (n= 2), por su parte entre las raederas predominan los filos de forma normal irregular (n= 3) sobre aquellos de tipo normal regular (n= 1), los raspadores se reparten en frecuencias equivalentes entre los tipos anteriores (Gráfico 9).

GRÁFICO 8. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA MORFOLOGÍA DE LOS FILOS. UE3B, CDM1.

GRAFICO 6. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA POSICIÓN DEL FILO EN LOS ARTEFACTOS. UE3B, CDM1.

GRÁFICO 9. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 7. DISTRIBUCIÓN DE LAS FRECUENCIAS RELATIVAS RESPECTO A LA POSICIÓN DEL FILO EN EL CONJUNTO.

La forma geométrica o delineación que inscribe el filo sobre los bordes manifiesta un amplio predominio del filo convexo atenuado (46 por ciento), seguido por la categoría convexo extendido (18 por ciento), entre otras (Gráfico 10). En relación a la clase artefactual, entre las raederas predominan los filos convexos atenuados (n=3), por su parte en los raspadores los filos corresponden únicamente a la misma categoría (n= 2), mientras el cepillo presenta un filo semicircular extendido (Grafico 11).

GRÁFICO 10. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA DELINEACIÓN DE LOS FILOS. UN FILO CONVEXO ATENUADO ES DE MORFOLOGÍA NATURAL Y CORRESPONDE A UNA RAEDERA. UE3B, CDM1.

GRÁFICO 11. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA DELINEACIÓN DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL. UE3B.

En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, el conjunto presenta un

152

Análisis de los conjuntos arqueológicos predominio de filos cortos (n= 6, 55 por ciento), sobre los largos (n= 4; 36 por ciento), sin embargo solo seis filos del conjunto se presentan enteros (Gráfico 12). En relación a las clases de artefactos se observa que las raederas presentan principalmente filos largos (n= 3) y en segundo lugar cortos (n= 2), mientras los filos de lasca retocada (n= 2), raspador (n= 2) y cuchillo (n= 1) son cortos (Gráfico 13). Los filos de los artefactos presentan ángulos predominantemente agudos en el 72,72 por ciento (n= 8) de los casos. Dentro de este segmento -filos agudos- la mayor parte se agrupa en la categoría agudo muy oblicuo con el 45,46 por ciento (Gráfico 14). Considerando el ángulo de filo según la clase artefactual se observa que las raederas presentan mayor regularidad con predominio de ángulos de filo agudo muy oblicuo (n= 4), mientras las lascas retocadas y los raspadores presentan ángulos diversos. El cepillo presenta un filo abrupto recto (Gráfico 15).

GRÁFICO 15. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE ÁNGULOS DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO. UE3B, CDM1.

Los filos del conjunto lítico, del componente holocénico UE3b de CDM1, se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 60 por ciento, mientras el resto se reparte en partes iguales entre aquellos elaborados por retalla, retoque y microrretoque (20 por ciento) o solo microrretoque (20 por ciento). Estos filos presentan una modificación continua –por lascados- en un 70 por ciento de los casos, siendo indeterminado el 30 por ciento restante. A su vez esta modificación se realizó preponderantemente por retoque directo (80 por ciento), seguido por el trabajo inverso de los filos (20 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, se presentan preponderantemente los tipos marginal (50 por ciento) y ultramarginal (30 por ciento). Por último, en todos los casos, la forma de lascado es escamoso (100 por ciento), y dentro de esta categoría predominan las formas de lascado escamoso irregular (50 por ciento) y escamoso regular (40 por ciento).

GRÁFICO 12. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA EXTENSIÓN DE LOS FILOS. UN FILO CORTO ES NATURAL.

Al examinar la regularización de los filos teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos, se evidencian similitudes y leves variaciones. Los filos sobre silex se modificaron principalmente por retoque y microrretoque (57,14 por ciento), a su vez en el filo de toba silicificada se aplicó este tipo de modificación (100 por ciento), mientras en los artefactos de calcedonia la modificación se reparte entre retoque, microrretoque (50 por ciento) y la talla, retoque y microrretoque (50 por ciento). En la mayor parte de las rocas usadas predomina la continuidad en la modificación de los filos, con un 71,42 por ciento en el caso de los artefactos de sílex, un 50 por ciento en la calcedonia y un 100 por ciento en los de toba silicificada. En relación a la situación de los lascados en silex y toba silicificada predomina el trabajo directo con un 85,71 por ciento y un 100 por ciento respectivamente. Mientras en la calcedonia alcanza un 50 por ciento. En cuanto a la profundidad de los lascados, en las piezas de sílex predomina el lascado de tipo marginal con el 57,14 por ciento, seguido por el ultramarginal con el 28,57 por ciento, mientras la pieza de toba silicificada posee lascado ultramarginal (100 por ciento). En la calcedonia la profundidad se reparte en partes iguales entre marginal (50 por ciento) y profundo (50 por ciento). En las piezas de sílex predominan los lascados de tipo escamoso regular (57,14 por ciento), seguido por escamoso irregular (42,86 por ciento), asimismo la pieza de toba

GRÁFICO 13. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA EXTENSIÓN RELATIVA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 14. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DEL ÁNGULO DE FILO DE LOS ARTEFACTOS. UE3B, CDM1

153

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras silicificada posee lascado escamoso irregular (100 por ciento). Los artefactos de calcedonia poseen lascado escamoso irregular (50 por ciento) y escamoso escalonado (50 por ciento).

Dentro de este conjunto se pudo constatar que la mayor parte de los filos (n= 16) no presentan huellas de uso. Los otros 5 filos correspondientes a tres productos de la talla fueron utilizados. Estos presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo. Tres filos poseen rastros de uso seguro (60 por ciento), y los dos restantes rastros de uso probable (40 por ciento).

Análisis funcional del conjunto lítico UE3b CDM1 Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. La muestra quedó conformada por 19 artefactos, se trata de los 9 artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 10 (6,57 por ciento) productos de la talla seleccionados por muestreo estratificado a partir de 152 (100 por ciento) productos de la talla con potencial filo funcional y alguna medida de largo o ancho mayor o igual a 2 cm.

Una lámina de sílex de espesor medio presenta dos filos con huellas de uso SG, ambos empleados para cortar madera. Estos se ubican en posición lateral paralelo y poseen delineación recta, uno registra extensión de tipo largo y el otro corto. Ambos posen un ángulo agudo oblicuo, con 35° y 37° respectivamente. El otro filo con huellas de uso seguro se encuentra en una lasca de espesor muy delgado que posee otros dos filos sin uso. Este filo se uso en una acción de corte de elementos óseos. El mismo se ubica en posición lateral inclinado, es largo, posee delineación recta y un ángulo agudo oblicuo (37°).

Alteraciones postdepositacionales Todos los artefactos de la muestra presentan una superficie en buen estado de conservación, sin registrar alteraciones atribuibles a procesos físico-químicos, salvo los esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Estos últimos se presentan sobre un total de nueve filos naturales correspondientes a 4 productos de talla (60 por ciento) de la muestra. Se trata de esquirlamientos de origen tecnológico o postdepositacional.

Los dos bordes con huellas de uso probable son parte de una lámina de espesor medio. Estos presentan una distribución de las huellas que remite en ambos casos a movimientos longitudinales relacionados con acciones de corte de una sustancia blanda indeterminada (Tabla 10). En ambos casos se trata de filos laterales (uno inclinado, el otro paralelo), de ángulo agudo muy oblicuo. Se diferencian en que el primero es corto con delineación combinada y el segundo largo y recto (Tabla 11).

Artefactos formatizados Los 9 artefactos formatizados analizados presentan 11 filos y bordes naturales activos. Seis de estos artefactos se confeccionaron sobre sílex, dos en calcedonia y uno en toba silicificada. Dentro de este conjunto se pudo constatar que 3 filos (27,28 por ciento), correspondientes a dos artefactos, no fueron utilizados. Otros 8 filos (72,72 por ciento) presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo y corresponden a 8 artefactos. Estos filos con huellas se distribuyen en 5 filos (45,45 por ciento) con uso seguro (SG), y 3 filos (27,27 por ciento) con uso probable (PR) (Tabla 9). Todos los filos con huellas de uso (SG y PR) corresponden a filos con formatización secundaria. Estos filos (n= 8) se encuentran principalmente en artefactos con un solo filo formatizado (n= 7), el otro filo corresponde a un artefacto compuesto (con mas de un filo formatizado).

FIGURA 2. MUESTRA DE PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. DOS LASCAS Y UNA LÁMINA DE SÍLEX MARRÓN-ROJIZO.

Productos de la talla Se realizó el análisis microscópico de 10 productos de talla (Figura 2), que poseen 21 filos naturales o bordes activos. Estos artefactos corresponden a siete lascas y tres láminas, todos del estadío de talla del núcleo (100 por ciento). La mayoría de las piezas de esta muestra son de tamaño mediano (n= 5), seguidas por artefactos muy chicos (n= 3) y grandes (n= 2).

154

Uso

Sustancia

Movimiento

L (cortar) madera L (cortar) hueso

N° filo usado

Cant. filos

Materia prima

Clase lámina

Uso

agudo muy oblic. 53°

Sustancia

largo / 60

madera

agudo muy oblic. 49°

madera

Movimiento L (cortar) L (cortar) L (cortar)

corto / 33

hueso

Ángulo agudo oblic. 37°

SG

SG

Indet. blanda

Extensión / mm. largo / 42

SG

PR

Indet.. blanda

Delineación recto recto

sílex m-r

agudo oblic. 37°

recto

PR

TABL

A 9. RESULTADO DEL ANÁLISIS FUNCIONAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. CANT. FILOS: CANTIDAD DE FILOS; INDET. INDETERMINADA; PR: PROBABLE; SG: SEGURO; SU: SIN USO.

PR

L

Blanda (cuero)

L

1

sílex m-r

corto / 20

comb.

lasca

Blanda (cuero)

PR

1

silex m-r

agudo oblic. 35°

recto

1

T (raspar)

SG

1

PR

largo / 30

T

1

Posición

SG madera 2

sílex m-r

lámina

T

1

sílex m-r

lateral paralelo

SU madera 1

1y 2

SG

-

-

2

lateral paralelo

SG 2

Sílex m-r

lateral inclinado

Clase

T (raspar)

1

2

SG

TABLA 10. PRODUCTOS DE TALLA CON HUELLAS DE USO. CANT. FILOS: CANTIDAD DE FILOS; SILEX M-R: SILEX MARRÓN-ROJIZO. L: LONGITUDINAL; INDET.: INDETERMINADA; SG: SEGURO; PR: PROBABLE.

cuero 1

3

lateral inclinado

1

Sílex m-r

lateral paralelo

1

T (raspar)

cuero

1y 2

Indet. blanda

B 2

2

L

SG

lasca

madera

T

1

Sílex m-r

Materia prima

Indet.

PR

lámina

Cuadrícula

Uso

Sustancia

Movimiento

N° filo usado

Cant. filos

Materia prima Sílex Calcedonia Silex Calcedonia Toba silicificada Silex

Clase Lasca retocada Raspador Lasca retocada Cepillo

Indet. (Dura?)

lámina

A2

1

T (raspar)

E

1

SG

Silex

A

1

B 2

Sílex

B1

K 2

Sílex

K1

Raedera

F2

Raedera

F2

Raedera

G1

Cuchillo

F1

Raspador

Cuadricula

Análisis de los conjuntos arqueológicos

TABLA 11. CARACTERES GENERALES DE LOS FILOS DE PRODUCTOS DE TALLA CON HUELLAS DE USO. SILEX M-R: SILEX MARRÓN-ROJIZO, COMB: COMBINADO; OBLIC.: OBLICUO; L: LONGITUDINAL; SG: SEGURO; PR: PROBABLE.

155

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras corto y otro largo. Registran un micropulido mate en ambas caras del bisel, de aspecto intermedio, que se extiende de modo marginal sobre la arista del filo y según el sector presenta orientación paralela o perpendicular al filo. Estos filos a su vez presentan esquirlamientos discontinuos y regulares. En base a los indicadores descritos podría tratarse del procesamiento de tejido blando de origen animal (Figura 4).

Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE3b En el conjunto analizado, compuesto por artefactos formatizados y productos de talla del componente UE3b, se han identificado señales de uso en 13 filos (100 por ciento). De ellos, 5 (38,46 por ciento) se emplearon en el procesamiento de recursos faunísticos como cuero y hueso, otros 5 (38,46 por ciento) para procesar recursos vegetales de tipo leñoso (madera), en menor frecuencia se registran 2 filos (15,39 por ciento) usados para procesar alguna sustancia blanda indeterminada. El filo restante (7,69 por ciento) presenta el desarrollo intermedio de un pulido brillante, de espesor intermedio, ubicado en partes destacadas de la microtopografía, esto sumado al esquirlamiento del filo, sugiere que podría tratarse de una sustancia dura indeterminada. En el Gráfico 16 se presenta el porcentaje de sustancias procesadas en el componente de manera desagrupada.

En el conjunto fueron preferidos, para realizar los distintos trabajos, los filos de silex retocados o naturales (84,61 por ciento, n= 11), seguidos por los filos retocados sobre calcedonia (15,39 por ciento, n= 2) (Gráfico 17). El sílex se empleó para procesar mayor diversidad de sustancias respecto a la calcedonia. Entre las sustancias procesadas con el silex predomina la madera (36,36 por ciento, n= 4), seguido por el trabajo del cuero (27,27 por ciento, n= 3), de sustancias indeterminadas, y del hueso (9,09 por ciento, n= 1). Con la calcedonia se trabajo madera y cuero en la misma proporción (50 por ciento, n= 1) (Gráfico 18).

Se emplearon distintas clases de artefactos líticos (n= 4) para el procesamiento del cuero mediante la realización de operaciones de trabajo restringidas. Cada pieza posee un filo formatizado con rastros típicos producto de acciones transversales (raspar) sobre cuero, uno retocado en forma de raspador, uno con forma de cuchillo, un filo de cepillo y uno sobre lasca retocada. La mayoría (75por ciento, n= 3) presenta ángulos agudos, la lasca retocada agudo rasante, el cuchillo agudo oblicuo y el raspador agudo muy oblicuo. Mientras que el filo del cepillo presenta un ángulo abrupto recto (25 por ciento, n= 1). El modulo de espesor predominante es el grueso con el 50 por ciento de los casos (n= 2), seguido por el delgado y el medio con el 25 por ciento (n= 1) respectivamente. En la mayor parte de los casos fueron seleccionados para el uso los filos cortos de los artefactos (50 por ciento, n= 2). Con un filo de morfología natural, perteneciente a una lasca, se cortó hueso. Este útil presenta un ángulo agudo oblicuo, un modulo de espesor delgado, y un filo largo.

Según el tipo de movimiento por materia prima, el sílex se empleo de manera equivalente en acciones transversales y longitudinales (45,45 por ciento, n= 5), y en una acción indeterminada. Mientras la calcedonia se uso solo en acciones transversales (100 por ciento, n= 2). Con el silex se procesaron cuero (27,28 por ciento) y madera (18,18 por ciento) con movimientos transversales. A su vez se proceso madera y sustancias blandas indeterminadas con movimiento longitudinal en el 18,18 por ciento (n= 2) de los casos respectivamente. Por último con un movimiento semejante se proceso hueso (9,09 por ciento). Con los filos de calcedonia se proceso cuero y madera con movimiento transversal en un 50 por ciento (n= 1) de los casos cada una. (Gráfico 19).

Por otra parte, hay 3 filos retocados y 2 naturales con los que se realizaron acciones transversales sobre madera, como raspar, pulir o descortezar (Figura 3). La mayoría (80por ciento, n= 4) presenta ángulos agudos (2 agudo oblicuo y 2 agudo muy oblicuo), el restante abrupto oblicuo. El modulo de espesor predominante es el grueso con el 50 por ciento de los casos (n= 2), seguido por el delgado y el medio con el 25 por ciento (n= 1) respectivamente. En la mayor parte de los casos fueron seleccionados para el uso los filos cortos de los artefactos (60 por ciento, n= 3).

GRÁFICO 16. PORCENTAJE DE

SUSTANCIAS PROCESADAS EN EL COMPONENTE UE3B, CDM1.

El filo perteneciente a una lasca retocada, presenta probables huellas de uso sobre una sustancia dura, aunque no diferenciadas en cuanto al tipo de movimiento. Este artefacto presenta un ángulo agudo oblicuo, un modulo de espesor medio, y un filo corto. Asimismo se hallaron huellas de uso en los dos filos naturales de una lámina, con los que se realizaron acciones longitudinales (corte) sobre sustancias blandas que no pudieron ser precisadas. Estos poseen ángulo agudo muy oblicuo, un modulo de espesor medio y solo difieren en la longitud del filo, uno

156

Análisis de los conjuntos arqueológicos

FIGURA 4. MICROPULIDO MATE DE ASPECTO INTERMEDIO, ACCIÓN LONGITUDINAL SOBRE TEJIDO BLANDO DE ORIGEN ANIMAL, POSIBLEMENTE CUERO. 300X. UE3B, CDM1.

GRÁFICO 17. FRECUENCIA DE FILOS USADOS POR MATERIA PRIMA. UE3B, CDM1

7.7 Resultados tecnológico funcionales del componente del Holoceno temprano del sitio La Mesada Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico El conjunto lítico procedente del Componente del Holoceno temprano –Unidad Estratigráfica 8- (en adelante UE8), está compuesto por 42 piezas, y ha sido segmentado en cuatros grupos: artefactos formatizados, productos de talla, productos técnicos y litos no modificados. Es para destacar la ausencia de nódulos y núcleos en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (76,19 por ciento), seguidos por los artefactos formatizados (11,90 por ciento) (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 38 y el volumen excavado en el componente, de 0,58m3, se observa una densidad de 65,52 artefactos/m3 (Tabla 2).

GRÁFICO 18. FRECUENCIA DE SUSTANCIAS PROCESADAS POR MATERIA PRIMA. UE3B, CDM1

Componente Grupo Artefactos formatizados Productos de talla Litos no modificados Productos técnicos Total

8 n

%

5 32 4 1 42

11,90 76,19 9,52 2,39 100

TABLA 1. UE8. ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES.

GRÁFICO 19. FRECUENCIA DE MOVIMIENTOS REALIZADOS POR MATERIA PRIMA. UE3B, CDM1

Unidad

FIGURA 3. RAEDERA DE SILEX DE MODULO GRUESO Y FILO AGUDO. B. MICROPULIDO POR ACCIÓN TRANSVERSAL SOBRE MADERA SOBRE EL FILO DE LA RAEDERA. UE3B, CDM1.

8

Volumen excavado (en m3)

0,58

Artefactos formatizados

5

Productos de talla

32

Densidad artefactos líticos / m3

65,52

Densidad artefactos formatizados / m3

8,62

Densidad productos de talla / m3

55,17

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN LA UE8, SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO.

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de los productos de talla y los artefactos formatizados del

157

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras conjunto. Se registra un claro predominio de los artefactos confeccionados en silex para ambos grupos, 63,16 por ciento y 10,53 por ciento respectivamente; seguidos por productos de talla y artefactos formatizados de calcedonia; de manera decreciente se registran productos de talla de xilópalo y obsidiana (Tabla 3). En el conjunto, para todas las materias primas prevalece el porcentaje de productos de talla respecto de los artefactos (Tabla 3). Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el silex y la calcedonia registran el mismo valor (Tabla 4).

TABLA 4. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE8, LM.

Los artefactos formatizados suman 5, y se agrupan en cuatro clases artefactuales, de la siguiente manera: 2 Raederas; 1 Lasca retocada; 1 Raspador/denticulado (artefacto compuesto); 1 Punta de proyectil. Las raederas dominan el conjunto con el 40 por ciento (Gráfico 1). Según el estado de conservación, entre los artefactos formatizados, son preponderantes los ejemplares enteros (80 por ciento), frente a los fragmentados (20 por ciento) (Tabla 5).

GRÁFICO 1. FRECUENCIAS RELATIVAS DE ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE8, LM Estado

Los artefactos formatizados fueron confeccionados sobre dos tipos de roca silícea, entre las cuales, predomina el sílex con el 80 por ciento (n= 4) de los casos, seguido por la calcedonia con el 20 por ciento (n= 1) (Gráfico 2). Aquellos confeccionados en silex corresponden a las siguientes variedades: amarillo (n= 2), gris (n= 1) y marrón-amarillo (n= 1). A diferencia de los conjuntos de ocupaciones pleistocénicas y a otros conjuntos del Holoceno temprano no se hallaron artefactos formatizados en silex marrón-rojizo. Sin embargo predomina esta variedad entre los productos de la talla de silex (55,33 por ciento, n= 14), y entre los productos de talla en general (43,75 por ciento). Materia Prima

Grupo

N

%

Sílex

XT AF PT

24 4 1 29 6 1 7 1 1 32 5 1 38

63,16 10,53 2,63 76,31 15,79 2,63 18,42 2,63 2,63 84,21 13,16 2,63 100

subtotal Sílex XT AF subtotal Calcedonia Xilópalo XT Obsidiana XT XT Total por AF grupo PT Total conjunto Calcedonia

Unidad 8 n %

Enteros

4

80

Fragmentados

1

20

Total

5

100

TABLA 5. ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LOS ARTEFACTOS FORMALIZADOS DE LA UE8, LM

Considerando el conjunto, la diferencia porcentual que existe entre los artefactos formatizados en silex y en calcedonia, (4:1) 10,53 por ciento y 2,63 por ciento respectivamente, es la misma que la registrada entre los productos de talla de estas rocas dentro del conjunto (Tabla 3). Con el silex se confeccionaron cuatro clases de artefactos, raedera, punta de proyectil (bifacial), lasca retocada y raspador-denticulado; con la calcedonia se fabricó una clase, raedera (Figura 1). Entre las características morfológicas y dimensionales del grupo, el modulo de tamaño de los artefactos enteros es grande, y para el artefacto fragmentado mediano. Sin embargo si consideramos juntos los artefactos enteros y el fragmentado, es posible estimar un modulo teórico promediado para el conjunto de tipo grande. En esta operación adicionamos a los artefactos enteros, el artefacto fragmentado compuesto por tres fragmentos que remontan, y es de modulo mediano (n° 644, 1162 y 1165= 5,9 cm largo y 3,3 cm ancho), dado que en estado entero su dimensión al menos podría haber sido de tipo grande. De esta manera contabilizamos 4 artefactos grandes y 1 artefacto Materia Prima Índice mediano para estimar el Sílex 6 modulo teórico

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA. UE8, LM.

Calcedonia

158

6

Análisis de los conjuntos arqueológicos promedio (Tabla 6). Para los artefactos enteros el modulo largo/ancho es medio y el modulo ancho/espesor es principalmente medio. Asimismo los artefactos hechos en silex poseen modulo largo/ancho medio, y modulo ancho/espesor principalmente medio. El artefacto de calcedonia comparte estos valores para los módulos. Las raederas y la lasca retocada poseen ambos módulos de tipo medio, mientras la punta de proyectil se diferencia por su modulo ancho/espesor delgado (Tabla 7). Las dimensiones desagrupadas de los artefactos oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 5,2 a 7,4 cm, el ancho: 3 a 7,2 cm, y el espesor: 0,5 a 1,7 cm. La forma base seleccionada para la confección de todas las clases de artefactos (y tipo de roca) corresponde a lascas – secundarias- (100 por ciento). Prevalecen los talones preparados (40 por ciento) sobre aquellos no preparados (20 por ciento) como producto de las técnicas de talla aplicadas, asimismo un 40 por ciento de los artefactos presenta ausencia o desbaste del talón (Grafico 3). La mayor parte de los artefactos (n= 4) posee corteza en cara dorsal, dos raederas presentan corteza escasa (24-1 por ciento), el raspador-denticulado corteza parcial (74-25 por ciento), la lasca retocada corteza abundante (99-75 por ciento) (Gráfico 4).

FIGURA 1. MUESTRA DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS DE UE8, LM. A. PUNTA DE PROYECTIL DE SILEX, B. RAEDERA DE CALCEDONIA, C. RAEDERA DE SÍLEX.

Clase

Materia prima

Largo/ ancho

Ancho/ espesor

Raedera

Sílex

medio

medio

Raedera

Calcedonia

medio

Sílex

medio

medio muy delgado

Sílex

medio

medio

Punta de proyectil Lasca retocada

TABLA 7. MÓDULOS DE TAMAÑO LARGO/ANCHO Y ANCHO/ESPESOR PARA LOS ARTEFACTOS ENTEROS, UE8, LM.

GRÁFICO 2. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LAS MATERIAS PRIMAS EMPLEADAS EN LA CONFECCIÓN DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. UE8, LM

Módulo de tamaño

Entero

Fragmentado

Mediano Grande

1 3

1 -

TABLA 6. MODULO DE TAMAÑO DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. GRÁFICO 3. ARTEFACTOS FORMATIZADOS, DISTRIBUCIÓN DE LOS TIPOS DE TALONES. UE8, LM.

159

Raedera

Raedera

Punta de proyectil

El conjunto de artefactos formatizados (n= 5) presenta un total de 11 filos, puntas y bordes naturales activos, que se desagregan en 9 filos formatizados, una punta y un filo natural. Cuatro de estos artefactos presentan dos filos retocados, uno de ellos además posee una punta y otro registra un filo natural. El artefacto restante posee un filo retocado (Tabla 8).

Raspadordenticulado

Lasca retocada

Entre los artefactos, el conjunto de los filos retocados se ubica principalmente en posición lateral (80 por ciento) respecto al eje morfológico de la pieza (Grafico 5). A su vez el conjunto de filos se halla dominado por los tipos de posición lateral inclinado, con el 60 por ciento (Grafico 6). Por su parte el filo natural se halla en posición lateral paralelo (100 por ciento) (Tabla 8).

2

3

2

3

Posición del filo

Tipo de filo

1

retocado

lateral inclinado

1

retocado

2

retocado

1

retocado

2

retocado

3

retocado

1

retocado

2

retocado

1

retocado

2

retocado

3

natural

lateral inclinado lateral inclinado frontal transversal lateral inclinado lateral inclinado frontal transversal lateral paralelo lateral paralelo lateral inclinado lateral paralelo

1

GRÁFICO 4. CANTIDAD DE CORTEZA EN CARA DORSAL DE LOS ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE8, LM.

Análisis de los filos

N° de filo

Cantidad de filos

Clase

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

TABLA 8. FRECUENCIA Y TIPO DE FILOS POR CLASE DE ARTEFACTO. UE8, LM.

El conjunto registra un predominio de los filos con morfología normal irregular (55 por ciento), sobre los de tipo normal regular con un 18 por ciento, entre otros (Gráfico 7). Según la clase artefactual, se observa que entre las raederas son mas abundantes los filos de forma normal irregular (n= 2), frente a los de tipo normal regular (n= 1), asimismo el tratamiento de la punta y los filos de los limbos presentan morfología normal irregular (n= 3), por su parte el raspador-denticulado presenta un filo de tipo normal regular y otro denticulado irregular, mientras la lasca retocada presenta filos de diversas morfologías (Gráfico 8). La forma geométrica que inscribe el filo sobre los bordes manifiesta un predominio de filos convexo extendidos (40 por ciento), con altos porcentajes de las categorías convexo atenuado y recto (Gráfico 9). En relación a la clase artefactual, las raederas poseen filos convexos extendidos (n= 3), la punta posee filos rectos (n= 2), el filo de raspador del artefacto compuesto es convexo tenue y el filo denticulado de ese mismo artefacto es convexo extendido. Mientras la lasca retocada presenta tres filos diversos (Gráfico 10).

GRÁFICO 5. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA POSICIÓN DEL FILO EN LOS ARTEFACTOS. UE8, LM

GRÁFICO 6. DISTRIBUCIÓN DE LAS FRECUENCIAS RELATIVAS RESPECTO A LA POSICIÓN DEL FILO EN EL CONJUNTO. UE8, LM

160

Análisis de los conjuntos arqueológicos las clases de artefacto se observa que las raederas presentan principalmente filos largos (n= 2) y en segundo lugar corto (n= 1). Los filos de la punta son largos (n= 2), al igual que dos filos de la lasca retocada, mientras los filos del raspador-denticulado son cortos (n= 2). (Gráfico 12). Los filos de los artefactos presentan ángulos agudos en el 90 por ciento de los casos. Dentro de este segmento -filos agudos- la mayor parte se agrupa en la categoría agudo oblicuo con el 40 por ciento (Gráfico 13). Considerando el ángulo de filo según la clase artefactual se observa que las raederas y lascas retocadas presentan mayor variedad de tipos de ángulo (n= 2) respecto al resto de los artefactos. Entre los filos de raedera predomina el tipo agudo oblicuo con dos casos. Los filos de la punta presentan ángulos agudo rasante (n= 2), mientras el filo denticulado, el filo de raspador y un filo de lasca retocada son de tipo agudo muy oblicuo (Gráfico 14).

GRÁFICO 7. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA MORFOLOGÍA DE LOS FILOS. UE8, LM

GRÁFICO 8. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA MORFOLOGÍA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL. UE8, LM

GRÁFICO 11. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA EXTENSIÓN DE LOS FILOS. UN FILO LARGO ES NATURAL. UE8, LM.

GRÁFICO 9. FRECUENCIAS RELATIVAS DE LA DELINEACIÓN DE LOS FILOS. UN FILO CONVEXO ATENUADO ES NATURAL.

GRÁFICO 12. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA EXTENSIÓN RELATIVA DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL.

GRÁFICO 10. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE LA DELINEACIÓN DEL FILO SEGÚN CLASE ARTEFACTUAL. UE8, LM

En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, hay un predominio de filos largos en el conjunto (60 por ciento) (Gráfico 11). En relación a

GRÁFICO 13. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DEL ÁNGULO DE FILO DE LOS ARTEFACTOS.

161

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. La muestra quedó conformada por 9 artefactos, se trata de los 5 artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 4 productos de la talla (100 por ciento) con potencial filo funcional y alguna medida de largo o ancho mayor o igual a 2 cm (Figura 2a). Alteraciones postdepositacionales La mayor parte de los artefactos de la muestra (66,67 por ciento, n= 6) presenta una superficie en buen estado de conservación, sin registrar alteraciones atribuibles a procesos físico-químicos, dejando de lado los esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Sin embargo actualmente 3 artefactos (33,33 por ciento, dos artefactos formatizados y un producto de talla) presentan variación en el estado superficial. Esta corresponde a un lustre blanquecino, observable a nivel macroscópico, que afecta solo una de las caras (ventral y dorsal), y enmascara parte de la superficie de las piezas, impactando en menor medida sobre los bordes de las mismas (Figura 2b). Dicha alteración es atribuible a un proceso de lixiviado que habría ocurrido en el sitio en mas de una ocasión (Paunero 2009). A su vez, dos productos de talla (50 por ciento) presentan esquirlamientos no funcionales sobre los bordes, de origen tecnológico o postdepositacional.

GRÁFICO 14. DISTRIBUCIÓN DE FRECUENCIAS ABSOLUTAS DE ÁNGULOS DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO. UE8, LM

Los filos del conjunto lítico, del componente pleistocénico UE8 de LM, se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 44,45 por ciento, seguidos por aquellos elaborados por retoque 22,22 por ciento y por retalla, retoque y microrretoque 22,22 por ciento, entre otros. Estos filos presentan una modificación continua –por lascados- en el 88,89 por ciento de los casos. A su vez esta modificación se realizó preponderantemente por retoque directo (66,67 por ciento), seguido por el trabajo bifacial de los filos (22,22 por ciento), optando en último término por el retoque inverso (11,11 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, se presentan preponderantemente los tipos ultramarginal (44,45 por ciento) y marginal (33,33 por ciento). Por último, en todos los casos, la forma de lascado es escamoso (100 por ciento), y dentro de esta categoría destaca la forma de lascado escamoso irregular (66,67 por ciento). Al examinar la regularización de los filos teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos, se evidencian similitudes y diferencias. Para los dos tipos de roca predomina la continuidad en la modificación de los filos con un 85,71 por ciento en el sílex y un 100 por ciento en la calcedonia. En relación a la situación de los lascados en el silex y la calcedonia predomina el trabajo directo con un 57,14 por ciento y un 100 por ciento respectivamente. En cuanto a la profundidad de los lascados, en las piezas de silex predomina el lascado de tipo ultramarginal con el 57,14 por ciento, mientras en la calcedonia solo se realizaron lascados de tipo marginal 100 por ciento. En las piezas de sílex predominan los lascados de tipo escamoso irregular (57,14 por ciento), sobre los de tipo escamoso regular (42,86 por ciento), por su parte en los artefactos de calcedonia solo se realizaron lascados de tipo escamoso irregular (100 por ciento). La mayor diferencia se presenta en que los filos sobre calcedonia se modificaron solamente por retalla, retoque y microrretoque (100 por ciento), mientras en los filos de sílex se modificación por retoque y microrretoque en un 57,14 por ciento, y por retoque (28,57 por ciento) y microrretoque (14,29 por ciento).

FIGURA 2. A. MUESTRA DE PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. B. CARA VENTRAL LASCA DE SILEX, INDICADA CON N° 1 EN A. PRESENTA LUSTRE SUPERFICIAL POR LIXIVIADO. UE8, LM

Artefactos formatizados Los 5 artefactos formatizados analizados presentan 11 filos, puntas y bordes naturales activos. Cuatro de estos artefactos se confeccionaron sobre sílex y uno en calcedonia. Dentro de este conjunto se pudo constatar que 7 filos, puntas y superficies naturales (63,63 por ciento), correspondientes a 3 artefactos, no fueron utilizados. Al menos no se detectaron en ellos huellas de uso, a pesar de tratarse, en su mayoría, de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Otros 4 filos (36,37 por ciento) presentan huellas de uso con diferente grado de desarrollo y corresponden a 3 artefactos. Estos filos con huellas se distribuyen en 2 filos (18,19 por ciento) con uso seguro (SG), y 2 filos (18,18 por ciento) con uso probable (PR) (Tabla 9). Todos los filos con huellas de uso (SG y PR) corresponden a filos con formatización

Análisis funcional del conjunto lítico UE8 LM

162

Análisis de los conjuntos arqueológicos

-

1 Síl.

2

y

Sustancia

Uso

Dura (H o M) Blanda Indet.

3

-

Síl.

PR

SU

-

-

-

3

-

Síl.

T (raspar)

B1 y B2

2

PR

SU

madera

N° filo usado

B2

2

Movimiento

Cant. Filos – punta y S/A

B1

Cal.

Raspador / denticulado

B1

L

Materia prima

1

L

Clase Raedera

1

Raedera

Síl.

Punta

B1

Lasca retocada

Cuadricula

secundaria. Estos filos (n= 4) se encuentran principalmente en artefactos con dos filos formatizados (n= 2), el filo restante corresponde a un artefacto con un solo filo.

artefactos corresponden a 2 lascas, 1 lasca larga y 1 fragmento de talla. Se trata principalmente de lascas de talla (75 por ciento), seguidas por una lasca de desbaste (25 por ciento). Estos productos de talla se confeccionaron principalmente en sílex, y la mayor parte de estas piezas (n= 2) posee tamaño chico (Tabla 10). Se pudo constatar que los 9 filos (100 por ciento) de la muestra no fueron utilizados, a pesar de tratarse, en su mayoría, de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas (mayor a 20 mm) para la prensión manual. Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE8 En el conjunto analizado compuesto por artefactos formatizados y productos de talla del componente UE8, se han identificado señales de uso en 4 filos (100 por ciento). De ellos 2 (50 por ciento) se emplearon en el procesamiento de recursos vegetales leñosos (madera), 1 (25 por ciento) se usó para procesar una sustancia dura posiblemente hueso o madera, y en un caso (25 por ciento) el desarrollo de un pulido mate, de espesor intermedio, ubicado paralelo al filo sobre partes elevadas de la microtopografía, sumado al esquirlamiento del filo, sugiere que podría tratarse de una sustancia blanda indeterminada (posiblemente de origen animal). En el Gráfico 15 se presenta el porcentaje de sustancias procesadas en el componente de manera desagrupada. Se emplearon filos de diversa morfología aunque de un mismo artefacto lítico para el procesamiento de la madera, mediante la realización de una misma operación de trabajo, raspar. Este pequeño grupo presenta cierta homogeneidad interna. Se trata de 2 filos de formatización secundaria con rastros típicos de haber realizado acciones transversales sobre madera: uno retocado en forma de raspador y el otro como denticulado. Ambos presentan filo corto, ángulos agudo muy oblicuo, y forman parte de un artefacto con modulo de espesor medio (Figura 3b).

SG

2

TABLA 9. RESULTADO DEL ANÁLISIS FUNCIONAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS. CANT. FILO: CANTIDAD DE FILOS; SÍL.: SILEX; CAL.: CALCEDONIA; L: LONGITUDINAL; T: TRANSVERSAL; H: HUESO, M: MADERA, INDET.: INDETERMINADA; PR.: PROBABLE; SU.: SIN USO; SG.: SEGURO

Clase XT Lasca larga Fragmento de talla Lasca Lasca

MP

Color

Tamaño largo

Estadio

Sil.

gris

grande

desbaste

Cal Sil Sil

gris gris amarillo

chico chico mediano

talla talla talla

El filo retocado de morfología raedera, que se empleó para procesar una sustancia dura (hueso o madera) con un movimiento longitudinal, es corto, presenta ángulo abrupto oblicuo, y se encuentra en un artefacto de modulo de espesor medio (Figura 3a). Por último se identificó un filo retocado de morfología raedera con el que se trabajó sobre una sustancia blanda mediante una acción longitudinal. Es un filo largo con un ángulo agudo oblicuo y forma parte de un artefacto con modulo de espesor medio. En el conjunto fueron preferidos, para realizar los distintos trabajos, los filos retocados sobre sílex (75 por ciento, n= 3), seguidos por los filos sobre calcedonia (25 por ciento, n= 1) (Gráfico 16). El sílex se empleó para procesar sustancias duras, como madera con movimiento transversal (66,67 por ciento, n= 2) y posiblemente hueso con movimiento longitudinal (33,33 por ciento, n= 1), mientras con la calcedonia se procesó una sustancia

TABLA 10. CARACTERÍSTICAS DE LOS PRODUCTOS DE TALLA (XT) DE LA MUESTRA. MP: MATERIA PRIMA. SIL.: SÍLEX; CAL.: CALCEDONIA.

Productos de la talla Se realizó el análisis microscópico de 4 productos de talla que poseen 9 filos naturales o bordes activos. Estos

163

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras blanda posiblemente un tejido animal (100 por ciento, n= 1) con movimiento longitudinal (Gráfico 17).

7.8 Resultados tecnológico funcionales del componente del Holoceno temprano del sitio Cueva de la Ventana Análisis tecno-morfológico del conjunto lítico El conjunto lítico procedente del Componente del Holoceno temprano –Unidad Estratigráfica 6- (en adelante UE6), está compuesto por 41 piezas, y ha sido segmentado en cuatro grupos: artefactos formatizados, productos de talla, fragmentos de estallido térmico y litos no modificados (ecofactos). Es para destacar la ausencia de nódulos y núcleos en el conjunto. Los productos culturales están conformados principalmente por productos de talla (94,29 por ciento), seguidos por los artefactos formatizados (5,71 por ciento) (Tabla 1). En relación a la cantidad de artefactos recuperados n= 35 y el volumen excavado en el componente, de 0,36m3, se observa una densidad de 97,22 artefactos/m3 (Tabla 2).

GRÁFICO 15. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS EN EL COMPONENTE UE8. H: HUESO, M: MADERA, INDET.: INDETERMINADA.

El análisis tecnomorfológico se focalizó sobre la totalidad de los productos de talla y los artefactos formatizados del conjunto. Se registra un claro predominio de productos de talla confeccionados en silex marrón-rojizo con un 48,49 por ciento, seguidos por aquellos confeccionados en otros sílices y en calcedonia con un 12,12 por ciento respectivamente. Por su parte los dos artefactos formatizados se confeccionaron en dos variedades del sílex, uno de ellos en sílex marrón-rojizo 50 por ciento y el otro en sílex crema 50 por ciento (Tabla 3). En el conjunto, para todas las materias primas prevalece el porcentaje de productos de talla respecto de los artefactos (Tabla 3). Según el índice de productos de talla por artefacto formatizado, el silex registra el valor más alto (Tabla 4).

GRÁFICO 16. FRECUENCIA DE FILOS USADOS POR MATERIA PRIMA. UE8, LM

Se registran solo 2 artefactos formatizados, y se agrupan en una sola clase artefactual, la de Raspador. Según el estado de conservación, los artefactos formatizados se reparten equitativamente en enteros (50por ciento), y fragmentados (50por ciento) (Figura 1). Entre las características morfológicas del grupo, el modulo de tamaño tanto para el artefacto entero como para el artefacto fragmentado es mediano. Si consideramos juntos estos artefactos el modulo teórico promediado para el conjunto a su vez sería de tipo mediano. Para el artefacto (raspador) de sílex entero el modulo largo/ancho es corto, y el modulo ancho/espesor grueso.

GRÁFICO 17. FRECUENCIA DE MOVIMIENTOS REALIZADOS POR MATERIA PRIMA. UE8. L.: LONGITUDINAL; T.: TRANSVERSAL.

Las dimensiones desagrupadas de los artefactos, ambos raspadores de sílex, oscilan entre los siguientes rangos, según el largo: 4,4 a 4,8 cm, el ancho: 2,5 a 2,6 cm, y el espesor: 0,6 a 1,6 cm. La forma base seleccionada para su confección corresponde a una lámina de aristas paralelas (50 por ciento), y en el otro caso está indeterminada (50 por ciento). Los talones se reparten en igual proporción en facetado y preparado (50 por ciento). Ambos artefactos no presentan corteza en cara dorsal.

FIGURA 3. A. MICROPULIDO PRODUCTO DEL TRABAJO LONGITUDINAL SOBRE SUSTANCIA DURA, FILO DE RAEDERA 175X. B. MICROPULIDO POR ACCIÓN TRANSVERSAL (RASPAR O DESCORTEZAR) MADERA, SOBRE FILO DE RASPADOR 300X.

164

Análisis de los conjuntos arqueológicos Componente

6

Grupo Artefactos formatizados Productos de talla Lítos no modificados Fragmento de estallido térmico Total

n

%

2

5,71

33

94,29

5

-

3

-

43

100

TABLA 4. ÍNDICE DE PRODUCTOS DE TALLA POR ARTEFACTO FORMATIZADO. UE6, LV.

TABLA 1. UE6, LV. ESTRUCTURA DEL CONJUNTO LÍTICO, FRECUENCIA ABSOLUTA Y RELATIVA. ESTA ÚLTIMA FUE CALCULADA EN BASE A LOS PRODUCTOS CULTURALES.

Unidad

6

Volumen excavado (en m3)

FIGURA 1. ARTEFACTO FORMATIZADO. RASPADOR DE SILEX FRAGMENTADO, CON LUSTRE TÉRMICO.

0,36

Artefactos formatizados

Análisis de los filos

2

Productos de talla

El conjunto de artefactos formatizados (n= 2, raspadores), presenta un total de 2 filos formatizados, que se reparten uno por artefacto (Tabla 5). Estos filos se ubican en posición lateral respecto al eje morfológico de la pieza, y en ambos casos corresponden al tipo lateral inclinado, presentan morfología normal irregular, y forma geométrica del filo sobre los bordes de tipo convexo atenuado. En cuanto a la extensión relativa de los filos respecto a los bordes de la pieza, el conjunto presenta filos cortos y ángulos agudos, de la categoría agudo muy oblicuo (100 por ciento).

33

Densidad artefactos líticos / m3

97,22

Densidad artefactos formatizados / m3

5,56

Densidad productos de talla / m3

91,66

TABLA 2. DENSIDAD DE ARTEFACTOS RECUPERADOS EN LA UE6, LV SEGÚN VOLUMEN EXCAVADO. Materia Prima

Grupo

N

%

Sílex

XT AF

20 2 22 4

57,15 5,71 62,85 11,42

2 2 1 1 3 33 2 35

5,71 5,71 2,86 2,86 8,58 94,29 5,71 100

subtotal Sílex Calcedonia Volcánica silicificada Xilópalo Toba Silicificada Obsidiana Indeterminada Total por grupo Total conjunto

XT XT XT XT XT XT XT AF

El examen de la regularización de los filos, del componente UE6 de LV, teniendo en cuenta la materia prima de los artefactos evidencia principalmente similitudes. Estos filos de sílex se caracterizan por estar configurados por retoque y microrretoque en un 100 por ciento y a su vez presentan una modificación continua – por lascados- en un 100 por ciento de los casos. Una diferencia en el tratamiento de los filos surge a partir de la modificación que se realizó en un caso por retoque directo (50 por ciento), y en el otro por trabajo inverso (50 por ciento). En cuanto a la profundidad de los lascados, relacionados con la regularización de los bordes, se presentan en igual proporción el tipo marginal (50 por ciento) y el profundo (50 por ciento). Por último, la forma de los lascados es escamoso (100 por ciento), y dentro de esta categoría se distinguen con la misma proporción las formas de lascado escamoso irregular (50 por ciento) y escamoso escalonado 50 por ciento).

TABLA 3. DISTRIBUCIÓN DE PRODUCTOS DE TALLA (XT) Y ARTEFACTOS FORMATIZADOS (AF) POR MATERIA PRIMA. UE6, LV.

N° Cantidad Tipo Clase Materia Prima de Índice de filos de filo filo Sílex 10 1 retocado Raspador 1 Raspador

1

1

retocado

Posición del filo lateral inclinado lateral inclinado

TABLA 5. TIPO DE FILO POR CLASE DE ARTEFACTO.

165

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras

Solo cinco artefactos (45,45 por ciento) de la muestra no presentan alteración superficial. Mientras la mayor parte (54,54 por ciento, n= 6) registra una superficie con algún tipo de alteración atribuible a procesos físico-químicos, dejando de lado los esquirlamientos no funcionales sobre los bordes. Entre estos, 2 productos de talla presentan evidencias de daño térmico, otros dos artefactos poseen indicadores de alteración térmica de tipo lustre térmico un artefacto formatizado- (Figura 1) y cambio de color un producto de talla- (Figura 2). Las alteraciones pirotecnológicas se observan en piezas que provienen de una de las cuadriculas donde se halla el fogón (B2) o lindantes a estas (C1, E1) (Frank 2011). Otros dos productos de talla presentan lustre de suelo, a nivel microscópico, sobre las aristas tecnológicas y otros sectores de la superficie impidiendo efectuar un análisis preciso y diagnóstico sobre los mismos. A su vez, solo 2 productos de talla (22,22 por ciento) del conjunto presentan esquirlamientos no funcionales sobre los bordes, de origen tecnológico o postdepositacional.

N° filo usado

Movimiento

Raspador

Sil

1

1

T

C1

Raspador

Sil

1

-

-

blanda (cuero) -

Uso

Cant. filos

E1

Sustancia

MP

Alteraciones postdepositacionales

Clase

Del total del conjunto lítico se seleccionó una muestra para realizar el análisis funcional de huellas de utilización. La misma quedó conformada por 11 artefactos, se trata de los 2 artefactos formatizados (100 por ciento) del conjunto, y 9 productos de la talla con potencial filo funcional y alguna medida de largo o ancho mayor o igual a 2 cm.

Cuadricula

otro artefacto presenta huellas de uso seguro del curtido de cuero con un movimiento transversal (Tabla 6).

Análisis funcional del conjunto lítico UE6 LV

SG SU

TABLA 6. RESULTADO DEL ANÁLISIS FUNCIONAL DE ARTEFACTOS FORMATIZADOS UE6, LV. MP.: MATERIA PRIMA.; CANT. FILO: CANTIDAD DE FILOS; SUST.: SUSTANCIA. SIL.: SÍLEX

Productos de la talla Se realizó el análisis microscópico de 9 productos de talla (Figura 3), que poseen 14 filos naturales o bordes activos y una punta. Estos artefactos corresponden a 6 lascas y 3 láminas. Se trata de lascas y láminas de talla (100 por ciento). La mayoría de las piezas de esta muestra son de tamaño mediano. En la Tabla 7, se señalan las rocas sobre las que se confeccionaron estos productos de talla. Dentro de este conjunto se pudo constatar que 13 filos (92,86 por ciento) y una punta (100 por ciento) correspondientes a 8 productos de la talla no fueron utilizados a pesar de tratarse, en su mayoría, de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas (mayor a 20 mm) para la prensión manual. Solo se registraron huellas de uso probable en 1 filo (7,14 por ciento), correspondiente a un producto de talla (lacsa). Las huellas se disponen de manera transversal al borde y sugieren el trabajo de raspado de cuero. El borde se ubica en posición frontal inclinada, con delineación recta, una extensión de tipo corto (18 mm), y un ángulo agudo rasante (25°).

FIGURA 2. LASCA DE TALLA CON ALTERACIÓN TÉRMICA EN CARA DORSAL Y CARA VENTRAL. UE6, LV.

Artefactos formatizados Los 2 artefactos formatizados analizados presentan en total 2 filos formatizados. Estos artefactos fueron confeccionados sobre sílex. Dentro de este conjunto se pudo constatar que 1 filo (50 por ciento), correspondiente a 1 artefacto, no fue utilizado. Al menos no se detectaron en él huellas de uso, a pesar de tratarse de un filo con clara inversión de trabajo en su regularización. El filo (50 por ciento) del

FIGURA 3. MUESTRA DE LOS PRODUCTOS DE TALLA ANALIZADOS. UE6, LV. A. Y B. XILÓPALO, C. OBSIDIANA. D. SILEX MARRÓN-ROJIZO.

166

Análisis de los conjuntos arqueológicos

Clase XT Tipo MP Sílex Calcedonia Obsidiana Xilópalo Total

Lasca

Lámina

5 1 6

1 2 3

1975. Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicado a estudios tipológicoscomparativos. Informe presentado al CONICET. Buenos Aires. MS. Buonasera, T. 2007. Investigating the presence of ancient absorbed organic residues in groundstone using GCeMS and otheranalytical techniques: a residue study of several prehistoric milling tools from central California. Journal of Archaeological Science 34: 1379-1390. Capparelli, A., Castro A. y Ciampagna M.L.

TABLA 7. DISTRIBUCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE TALLA (XT) POR MATERIA PRIMA (MP). UE6, LV.

2009. Descripción microscópica e identificación anatómica de un fragmento de instrumento de madera (¿arpón?) hallado en el sitio Cueva del Negro (Costa norte de Santa Cruz). En: Arqueología de Patagonia: una mirada desde el último confín, editado por M. Salemme, F. Santiago, M. Álvarez, E. Piana, M. Vázquez y M.E. Mansur, pp.433-444 Editorial Utopías, Ushuaia, Tomo 1.

Recursos trabajados y actividades realizadas en el componente UE6 En el conjunto analizado compuesto por artefactos formatizados y productos de talla del componente UE6, se han identificado señales de uso en 2 filos (100 por ciento). Ambos se emplearon en el procesamiento de un recurso faunístico como el cuero. Uno de estos ejemplares presenta el desarrollo intermedio de un pulido mate, de espesor intermedio, ubicado solo en cúspides y aristas tecnológicas. Esto sumado al esquirlamiento del filo (discontinuo, irregular), y la ausencia de huellas en estos sectores (negativos de esquirlamiento) sugiere que podría tratarse de una sustancia blanda de origen animal (cuero). Esta lasca además presenta cambio de color debido al daño térmico, sin embargo este no imposibilitó el reconocimiento de las huellas.

Cueto, M., A. Capparelli, Ciampagna L, Paunero M y Castro A. 2010a. Practicas postcoleta y material leñoso: análisis de residuos y huellas microscópicas de origen vegetal, sobre artefactos de roca tallada, utilizados en contextos experimentales. Arqueología Argentina en el Bicentenario de la Revolución de Mayo. B. R. and H. Chiavazza. Mendoza, Zeta. Tomo III: 1205-1210.

Estos artefactos líticos distintos se emplearon para el procesamiento del cuero mediante la realización de idéntica operación de trabajo. Se identificó 1 filo con rastros típicos (Figura 4) y 1 con indicios probables de haber realizado acciones transversales sobre cuero: se trata de un filo con formatización secundaria en forma de raspador y un borde natural sobre lasca. El primero (50 por ciento) presenta un ángulo agudo muy oblicuo, mientras que el restante presenta un ángulo agudo rasante (50 por ciento). El modulo de espesor del artefacto formatizado es grueso y el de la lasca muy delgado. En los dos casos (100 por ciento) fueron seleccionados para el uso filos cortos.

2010b. Ponencia presentada al XVII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Practicas postcoleta y material leñoso: análisis de residuos y huellas microscópicas de origen vegetal, sobre artefactos de roca tallada, utilizados en contextos experimentales, Mendoza. de Porras, M. E. 2010. Dinámica de la vegetación de la Meseta Central de Santa Cruz durante los últimos 11.000 años: forzantes bióticos y abióticos. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Mar del Plata, Universidad Nacional de Mar del Plata.: 132. Evershead R., C. Heron, S. Charters y L. Goad. 1992. Chemical Analysis of Organic Residues in Ancient Pottery: Methodological Guidelines and Applications. En Organic Residues in Archaeology: Their identification and Analysis, edited by R. White y H. Page: 11-25. United Kingdom Institute for Conservation, York. González, M. I.

FIGURA 4. A. MICROPULIDO PRODUCTO DEL TRABAJO DE RASPADO SOBRE CUERO, FILO DE RASPADOR 300X.

2005. Arqueología de alfareros, cazadores y pescadores pampeanos. Sociedad Argentina de Antropología. Buenos Aires.

Bibliografía Aschero, C. A.

Lema V., Della Negra C. y Bernal Valeria.

167

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras 2012. Explotación de recursos vegetales silvestres y domesticados en Neuquén: implicancias del hallazgo de restos de maíz y algarrobo en artefactos de molienda del Holoceno tardío. Magallania, Vol. 40(1):229-247. Malainey, M.E. 2007. Fatty Acid Analysis of Archaeological Residues: Procedures and Possibilities. In Theory and Practice of Archaeological Residue Analysis. Hans Barnard and Jelmer W. Erkens, eds. Pp 77-89. Oxford: Archaeopress. Malainey, M. E., Przybylski, R. & Sherriff, B. L. 1999. The Fatty Acid Composition of Native Food Plants and Animals of Western Canada. Journal of Archaeological Science 26: 83– 94. Mazzia, N. 2011. Lugares y paisajes de cazadores-recolectores en la pampa bonaerense Cambios y continuidades durante el Pleistoceno finalHoloceno. Tesis doctoral. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP Noller, C. R. 1968. Química de los compuestos orgánicos. 2ed castellano. Ed. Médico – Quirúrgica. Buenos Aires. Paunero, R. S.2009. La colonización humana de la meseta central de Santa Cruz durante el Pleistoceno final: indicadores arqueológicos, referentes estratigráficos y nuevas evidencias. En Arqueología de Patagonia: una mirada desde el último confín, editado por M. C. Salemme, F. Santiago, M. Álvarez, E. Piana, M. Vazquez y M. E. Mansur, pp. 85-100. vol. 1. Editorial Utopías, Ushuaia. Paunero, R. S., A. D. Frank, F. Skarbun, G. Rosales, G. Zapata, M. E. Cueto, M. F. Paunero, D. G. Martinez, R. López, N. Lunazzi y M. Del Giorgio. 2005. Arte Rupestre en Estancia La María, Meseta Central de Santa Cruz: Sectorización y contextos arqueológicos. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXX:147-168. Piperno, D. and I. Holst. 1998. The presence of starch grains on prehistoric stone tools from the humid neotropics: indications of early tuber use and agriculture in Panama. Journal of Archaeological Science 25: 765-776.

168

claro patrón en la manufactura de filos con delineación convexa.

Capítulo 8. Discusión En este capítulo sintetizamos y discutimos los resultados de los estudios realizados a los conjuntos arqueológicos en referencia a la producción y consumo de artefactos líticos, en el marco de los objetivos e hipótesis planteados.

Producción de artefactos en sílex En relación con la producción de los artefactos de sílex se siguieron tres secuencias distintas. Estas comparten la escasa representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos y/o lascas nodulares en el sitio. Hay evidencias que indican que estas piezas se ingresaron parcialmente descortezadas o que se introdujeron los soportes preparados (ínfima proporción de piezas de descortezamiento, predominio de artefactos formatizados sin reserva de corteza, predominio de talones preparados en los instrumentos). Sin embargo hay escasos artefactos de sílex que presentan corteza muy abundante, lo que indicaría a su vez el aprovechamiento de soportes de la primera etapa de la producción. Los núcleos y/o lascas nodulares no fueron descartados allí luego de su reducción, lo que implicaría estrategias de transporte de materia prima o bien de descarte en lugares especiales. La reducción de los núcleos, tanto dentro como fuera del sitio, no habría implicado la estandarización de los mismos. Durante este proceso se habrían generado gran cantidad de piezas principalmente lascas, entre otros, con morfologías tamaños y espesores variables, a partir de la percusión con percutor duro. Entre estas piezas se seleccionaron los soportes -frecuentemente lascas de tamaño mediano- para la confección de los artefactos formatizados. Sobre estos soportes los talladores articularon distintos modos de formatización produciendo lascas retocadas, cuchillos y probablemente artefactos bifaciales.

8.1 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico inferior –U4- del sitio CDM 1. En este componente predominan las acciones propias de las etapas finales de la producción lítica, con más actividad de formatización final de artefactos, seguida por la producción de soportes (extracción de formas base). La ausencia de núcleos y las pocas lascas de descortezamiento recuperadas en la cueva se complementan con las evidencias obtenidas en las fuentes exponiendo que la preparación de los núcleos y su descortezamiento fueron realizados principalmente en las canteras. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación absoluta de artefactos formatizados es baja en relación al número de piezas totales recuperadas y al estadio de formatización al que corresponden la mayor parte de los productos de talla, hecho que implica la manufactura de artefactos que no fueron descartados en el sitio. La variedad de materias primas utilizadas concuerda con la encontrada en los afloramientos de la localidad. Entre ellas se empleó principalmente sílex, en mayor medida marrón-rojo proveniente probablemente de la Cantera de sílex (CSCDM) ubicada a menos de un kilómetro del sitio. Esta preferencia puede vincularse a la muy buena calidad para la talla, a la inmediata disponibilidad, a la abundancia, al fácil acceso a la fuente de este tipo de roca desde el sitio y a que resulta optima en el procesamiento de diversos recursos. También se manufacturaron artefactos de xilópalo, aunque hay mucha menos evidencia de esta litología en el componente respecto al sílex. El xilópalo procede de la cantera BP ubicada a 13,25 km y posee menor calidad para la talla que el sílex. Además se manufacturaron artefactos de calcedonia.

La primera secuencia implicó la formatización de lascas a partir de una escasa regularización marginal de los bordes, por retoque o microretoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Siguiendo esta secuencia, caracterizada por la baja inversión de trabajo, se configuraron lascas retocadas. La segunda secuencia involucró la selección, poco frecuente, de un soporte laminar muy escaso en el conjunto sobre el que se formatizaron dos filos laterales de manera marginal, y un filo frontal (ápice) de manera marginal y profunda. Estos filos se regularizaron por retoque y microrretoque bifacial (en dos casos), continuo. La técnica utilizada durante la formatización final fue la presión, posiblemente mediante el empleo del retocador extremo lateral de hueso recuperado en el conjunto. La idea del empleo de este artefacto óseo además encuentra sustento en las huellas de desgaste y el lustre que presenta en su borde distal (ver Cap 6). Asimismo, previo a la formatizacion final, sobre el soporte elegido se aplico tratamiento térmico. Con este procedimiento se preparó la roca para la aplicación de la técnica de presión por la que se logró la detallada regularización de los filos. De esta manera se confeccionó el único cuchillo recuperado, que caracteriza una secuencia con una inversión de trabajo media.

En esta unidad observamos la mayor variedad de clases de artefactos formatizados (n= 6) producidas para los componentes contemporáneos estudiados. Si bien para la producción de estos artefactos se seleccionó principalmente el silex rojo, con el xilópalo se fabricaron más clases. De acuerdo a los caracteres morfológicos y dimensionales presentes en los artefactos formatizados, podemos decir que existiría una preferencia por la producción de artefactos sobre lascas de módulo de tamaño mediano. Además se observa como práctica dominante la regularización de más de un filo por artefacto formatizado. El estudio de caracteres generales de los filos indica que para su confección fueron seleccionados principalmente los bordes laterales, aunque también se aprovecharon los bordes frontales. A su vez se deduce un

A partir de la presencia de lascas de adelgazamiento (ver Cap.6) se infiere una tercera secuencia de producción de artefactos bifaciales, que no fueron descartados en el

169

Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras sitio. Esta pudo incluir el acondicionamiento inicial de los soportes. A continuación la aplicación, en ciertas ocasiones, del tratamiento térmico con el fin de mejorar la calidad de las rocas (ver Cap. 6.). Una vez realizado este procedimiento se adelgazó con percutor y retocador de origen animal por presión. Por último, se habrían retocado los filos. Las materias primas utilizadas para la confección de estos artefactos fueron el sílex y la calcedonia. Aunque no se hallaron en el sitio los artefactos formatizados adelgazados bifacialmente, se infiere que esta secuencia, con una inversión de trabajo alta, podría corresponderse a la manufactura de puntas de proyectil, que habrían sido descartadas en otras locaciones.

Consumo de artefactos líticos Si bien la mayor parte de los artefactos analizados de esta unidad posee buen estado de conservación de la superficie, el cuchillo presenta porciones con lustre de suelo que pudo haber enmascarado los rastros de uso. Esta alteración seguramente se deba a la fricción de la pieza con el sedimento arenoso del componente. Se trata de un fenómeno común a conjuntos de la meseta contenidos en una matriz arenosa. Esto fue registrado a su vez por Mansur (1983) entre los artefactos de Los Toldos-C3 (N11) y El Ceibo C7 (N12). A su vez es posible que este proceso corresponda a la compactación, al pisoteo de personas o animales, o a presiones ejercidas por las rocas de derrumbe como las recuperadas en el componente. Es precisamente la cuadrícula (A1) donde fue recuperado el cuchillo, la que presenta la mayor densidad y volumen de estas rocas.

A su vez, se identificaron productos de talla de otras rocas silíceas, sin embargo no se identificaron los artefactos formatizados manufacturados con las mismas. Esto indicaría que fueron transportados, utilizados y/o descartados en otros sectores del espacio.

Al analizar el consumo de los artefactos formatizados se observa que las evidencias de uso se han detectado en todos los casos en filos con formatización secundaria. De este hecho surge como patrón la formatización de los bordes previo al uso. Estos filos se distribuyen mayormente uno por artefacto, salvo un caso donde se presentan dos filos con rastros de uso en un artefacto compuesto. Además los filos utilizados provienen tanto de artefactos que poseen uno o más filos formatizados (aparte de los filos naturales), con leve predominio de los primeros. En este contexto, el hecho que se haya usado mayormente un filo formatizado por artefacto puede vincularse con la buena performance del filo seleccionado en el desarrollo de una tarea. Esta situación en consecuencia habría operado en la reiterada elección del mismo filo en tanto estuviese activo. Mientras se habrían empleado filos alternativos de un mismo artefacto para efectuar una operación de trabajo similar –como en esta ocupación-, en situaciones en las que la cantidad de trabajo a realizar planteara esto como necesidad; o por resultar más cómodo para el operador el cambio de filo y de posición durante la prensión manual; o por el embotamiento circunstancial de uno de estos bordes durante el procesamiento de una sustancia.

Producción de artefactos en xilópalo En relación con el xilópalo se siguieron dos secuencias de producción. Estas se caracterizan por el ingreso al sitio de los artefactos formatizados ya terminados o en estados avanzados de formatización, habiéndose finalizado su manufactura allí (muy escasos productos de talla, mayoritariamente productos de la formatizacion final y de la talla). Esto indicaría que se realizaron escasas tareas de manufactura con este material en el sitio. Para la confección de los artefactos se seleccionaron lascas como soportes. La lasca retocada, la raedera y el raspador fueron formatizadas principalmente por microretoque y retoque ultramarginal, unifacial y continuo, por percusión. En la lasca y el raspador solo se regularizó un filo, mientras que en la raedera se regularizaron dos. Estas características remiten a una secuencia caracterizada por la baja inversión de trabajo, concordante con la primera secuencia de producción en sílex. La segunda secuencia comprende el raspadorraedera, y el artefacto bifacial, ambos con dos filos formatizados. Estos fueron regularizados por retalla, retoque y microrretoque, ultramarginal, bifacial y continuo, por percusión. Solo el borde regularizado como raedera presenta variaciones a este patrón. Esta secuencia se caracteriza por la ejecución de más pasos técnicos en la regularización de los bordes, el adelgazamiento de los soportes y el tratamiento bifacial de los filos. En consecuencia conlleva una inversión de trabajo alta en la confección de los artefactos. Si bien esta secuencia presenta similitudes (adelgazamiento de soportes, producción de artefactos bifaciales) con la tercera secuencia de producción en sílex, registra diferencias más significativas (aplicación del tratamiento térmico). A su vez difiere de la segunda secuencia en la morfología del soporte seleccionado, la aplicación del tratamiento térmico, y la técnica de formatización por presión. En consecuencia se trataría de una secuencia alternativa para el xilópalo, al menos en este componente.

En este aspecto operaría también la alta disponibilidad de materia prima apta para la talla, y la buena performance o utilidades potenciales de los artefactos manufacturados con estas rocas ante distintas operaciones de trabajo (ver Cap. 5). Asimismo se identificó que la mayoría de los filos (retocados y naturales) y de los artefactos del equipo de herramientas de esta ocupación no presentan evidencias de uso, a pesar de tratarse en su mayoría, de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Considero que estos artefactos no habrían sido utilizados, al menos de manera recurrente, con el tiempo y la intensidad necesario para la manifestación de los rastros de uso. En caso de haber sido usados, en algunas piezas podría haberse alterado o enmascarado las huellas de uso por agentes y/o procesos postdepositacionales que exceden el alcance de los esfuerzos y los análisis aplicados en este estudio.

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Discusión En el caso de los productos de talla se registraron huellas de uso en un grupo muy pequeño y proporcionalmente no significativo de la muestra analizada. Se trata en todos los casos de filos naturales, que se distribuyen en dos lascas de sílex, materia prima que también registra mas evidencias de uso entre los artefactos formatizados, y de una lámina de calcedonia. Además la enorme mayoría de los bordes naturales no ha sido utilizada, a pesar de tratarse de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas para la prensión manual. Si bien los filos naturales responden de manera adecuada a diversas operaciones de trabajo (ver Cap. 5) no habría sido prioritario su empleo debido a la presencia de artefactos dotados de diversos bordes formatizados activos en el conjunto, y a la posibilidad de fabricar otros fácilmente en un contexto de alta disponibilidad de materia prima. El trabajo con los productos de talla como con los artefactos formatizados se habría realizado solo por prensión manual. Los instrumentos no presentan huellas de enmangue, y posiblemente este dispositivo no halla sido necesario debido a la dimensión y al modulo de tamaño promedio (grande) que presentan las piezas, adecuadas para este tipo de sujeción.

corresponden al filo natural de una lámina, y al filo del cuchillo para el cual se infiere el procesamiento de tejido blando de origen animal. En ambos casos se seleccionaron filos largos, con ángulo agudo, sobre piezas de espesor medio. Los ocupantes prefirieron los filos de sílex, tanto retocados como naturales, para realizar las distintas operaciones de trabajo, aunque también emplearon filos de otras litologías. Asimismo con el sílex se procesó mayor diversidad de sustancias que con el resto. Entre estas predomina el cuero, hecho que evidencia la práctica productiva más recurrente, procesamiento y manufactura de bienes en cuero, realizada con los artefactos líticos durante esta ocupación del sitio. Además se trabajó hueso, tejido blando de origen animal y diversas sustancias duras. El empleo del xilópalo también se inscribe de manera exclusiva en la órbita de la práctica más común, el procesamiento del cuero. Finalmente con la calcedonia solo se procesó una sustancia blanda. En lo que respecta al movimiento realizado con artefactos de cada litología, se observa, que con el sílex se procesó cuero con movimiento transversal (raspado) en mayor proporción, seguido de sustancias duras (descortezar y pulir), mientras que con movimiento longitudinal (aserrado y corte) se proceso hueso, cuero, y una sustancia dura en proporciones menores. A su vez con los filos de xilópalo se procesó cuero con movimiento transversal; mientras con la calcedonia solo se realizó una acción longitudinal sobre una sustancia blanda.

Al considerar el procesamiento de recursos en el componente, a partir de la muestra de artefactos analizada, podemos decir que la mayor parte de los filos fueron empleados en el procesamiento de recursos faunísticos (cuero, hueso y tejido blando animal) y a estos le siguen los filos usados para procesar sustancias duras indeterminadas, que en un caso se advierte que podría tratarse de hueso o madera. En último lugar se halla un filo empleado para procesar una sustancia blanda indeterminada. Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia.

No es posible evaluar la estandarización en el diseño de la mayoría de las clases de artefactos debido a la baja frecuencia que registra cada una. En el caso de las lascas retocadas (clase con mayor frecuencia) si bien existen numerosas regularidades en cuanto al tipo de materia prima usada en su confección, la forma base elegida, el módulo de tamaño y espesor, los caracteres de los lascados y la baja inversión de trabajo en su manufactura, se registra variabilidad en cuanto a las operaciones de trabajo desarrolladas. A su vez estas operaciones presentan cierta diferenciación en relación a la longitud y ángulo de filo, y al módulo de espesor del soporte. Esto permite postular la escasa o nula especificidad funcional de las lascas retocadas, al menos en este componente.

Para el trabajo del cuero, principalmente por raspado, se empleó la mayor variedad de clases de artefactos (lasca retocada, raspador y el filo formatizado como raspador de un raspador/raedera). Los mismos se caracterizan por poseer filos largos, ángulo abrupto oblicuo aunque también agudo, y estar fabricados sobre soportes delgados. Sin embargo la operación de corte de cuero se realizó con el filo natural de una lasca de filo largo, ángulo agudo rasante, cuyo espesor coincide con los artefactos usados para raspar.

Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente

A diferencia de lo observado para el procesamiento de sustancias blandas como el cuero, para el trabajo de sustancias duras en acciones transversales fueron empleados filos cortos, agudos, que corresponden a lascas retocadas de espesor medio. Esto podría deberse a la mayor resistencia (capacidad de resistir esfuerzos) y efectividad para este tipo de trabajo que puede lograrse al ejercer la fuerza con un filo corto manufacturado en un soporte espeso. Mientras que para realizar una acción longitudinal (de corte) sobre una sustancia dura, se escogió un filo natural, largo, de ángulo agudo muy oblicuo, manufacturado sobre un soporte de espesor delgado. Por su parte los filos con los que se trabajaron sustancias blandas por acciones longitudinales,

En el espacio intrasitio se observa una superposición de actividades complementarias en los sectores circundantes a las estructuras de combustión. Estas últimas habrían operado como articuladores del espacio, y los materiales recuperados en torno a las mismas serían el resultado de ocupaciones breves aunque recurrentes de la cueva. La ocupación reiterada (diacrónica) del espacio está evidenciada por la presencia de más de un fogón en una misma cuadrícula o en sectores acotados entre cuadrículas adyacentes. En el espacio interno en general y principalmente en torno a los fogones predominan las etapas finales de la producción lítica. En los fogones

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras además se realizó el tratamiento térmico de rocas. A su vez se evidencian distintas secuencias de manufactura de artefactos caracterizadas principalmente por una escasa inversión de trabajo. Al contrario el descarte de núcleos y lascas nodulares se habría efectuado fuera del sitio. Los artefactos no presentan especificidad funcional y fueron utilizados por prensión manual. Por su parte el encendido del fuego se habría dado en un sector restringido del espacio. En torno a las estructuras de combustión (sector con mayor concentración de restos óseos) además se habrían realizado actividades de procesamiento de camélidos extintos y actuales, entre otras presas cazadas en las inmediaciones. Este espacio a su vez reúne la mayor cantidad de artefactos con rastros de utilización. Los mismos se habrían empleado en trabajos de trozamiento inferidos a su vez por las marcas antrópicas de corte sobre los huesos y diversas fracturas. Como resultado del procesamiento se habrían descartado principalmente elementos de los miembros de camélidos. Además las evidencias de termoalteración del conjunto óseo indican, al menos como hipótesis, que distintas porciones de estas presas se habrían cocido para consumo. Aparte del procesamiento primario y consumo de presas, se han identificado operaciones de trabajo con los artefactos que exponen como actividad principal el procesamiento del cuero. Esta podría vincularse con prácticas productivas como la manufactura de abrigos, el acondicionamiento de pieles para la producción de toldos y paravientos, entre otros bienes. Es posible que algunos instrumentos líticos se hayan empleado en la producción de los artefactos óseos manufacturados en el sitio, a partir de fragmentos obtenidos por fractura longitudinal. A su vez los artefactos óseos, como los punzones se habrían inscripto en las prácticas productivas de fabricación de vestimenta o acondicionamiento de pieles para abrigo. Mientras el retocador se habría usado para desarrollar la técnica de presión en la formatizacion final de artefactos líticos. La diversidad de operaciones de trabajo, de procesos productivos y las dinámicas inferidas en la ocupación inicial de la cueva remite a un sitio de actividades múltiples.

La variedad de materias primas utilizadas concuerda con la encontrada en los afloramientos de la localidad. Al igual que en el componente inferior se empleó principalmente sílex, en mayor medida marrón-rojo proveniente probablemente de la Cantera de sílex (CSCDM) próxima al sitio. Esta preferencia puede vincularse a la muy buena calidad para la talla, a la inmediata disponibilidad, a la abundancia, al fácil acceso a la fuente de este tipo de roca desde el sitio y a que resulta óptima en el procesamiento de diversos recursos. También se manufacturó un artefacto de calcedonia, aunque hay mucha menos evidencia de esta litología en el componente respecto al sílex. Esta roca colectada en el sector Bosque Petrificado ubicado a 13,25 km, o en otros sectores de la localidad, habría sido seleccionada por la buena calidad para la talla que presenta. Debido a la escasez de materiales no es posible proponer que los ocupantes hayan manufacturado artefactos con el resto de las rocas. En esta unidad observamos la menor variedad de clases de artefactos (n= 4) producida para los componentes pleistocénicos. Si bien para su fabricación se seleccionó casi exclusivamente el sílex rojo, también se produjo un artefacto en calcedonia. De acuerdo a los caracteres morfológicos y dimensionales presentes en los artefactos formatizados, podemos decir que para su manufactura únicamente se seleccionaban lascas, en combinación con una preferencia por aquellas de modulo de tamaño grande. Además se observa como práctica dominante la regularización solo de un filo por artefacto formatizado. El estudio de caracteres generales de los filos indica que para su confección fueron seleccionados principalmente los bordes laterales, aunque también se aprovecharon los bordes frontales. A su vez se deduce un claro patrón en la manufactura de filos con delineación convexa. Producción de artefactos en sílex

8.2 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico –U3 inferior- del sitio CDM 1.

En relación con la producción de los artefactos de sílex se siguieron tres secuencias distintas. Estas comparten la escasa representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos y/o lascas nodulares en el sitio. Hay evidencias que indican que estas piezas se ingresaron parcialmente descortezadas o que se introdujeron los soportes preparados (ínfima proporción de piezas de descortezamiento, predominio de artefactos formatizados sin reserva de corteza, ausencia de talones naturales). Los núcleos y/o lascas nodulares no fueron descartados allí luego de su reducción, lo que implicaría estrategias de transporte de materia prima o bien de descarte en lugares especiales. La reducción de los núcleos –tanto dentro como fuera del sitio– no habría implicado la estandarización de los mismos. Durante este proceso se habrían generado gran cantidad de piezas principalmente lascas entre otros, con morfologías, tamaños y espesores variables, a partir de la percusión con percutor duro. Entre estas piezas se seleccionaron los soportes frecuentemente lascas de tamaño grande- para la

En este componente predominan las acciones propias de las etapas finales de la producción lítica, con más actividad de talla y extracción de soportes, seguida por la formatizacion final de artefactos. La ausencia de núcleos y las pocas lascas de descortezamiento recuperadas, al igual que en la ocupación anterior (U4) del sitio, se complementan con las evidencias obtenidas en las fuentes exponiendo que la preparación de los núcleos y su descortezamiento fueron realizados principalmente en las canteras. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación absoluta de artefactos formatizados es baja en relación al número de piezas totales recuperadas y al estadio de formatizacion al que corresponden la mayor parte de los productos de talla, hecho que implica la manufactura de artefactos que no fueron descartados en el sitio.

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Discusión confección de los artefactos formatizados. Sobre estos soportes los talladores articularon distintos modos de formatización produciendo lascas retocadas, raspadores, raederas y cuchillos.

mismas. Estos productos podrían ser resultado de la manufactura de algún artefacto que fue transportado, utilizado y/o descartado en otros sectores del espacio. Consumo de artefactos líticos

La primera secuencia implicó la formatización de lascas a partir de una escasa regularización ultramarginal de los bordes, por retoque o microretoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Siguiendo esta secuencia, caracterizada por la baja inversión de trabajo, se configuraron lascas retocadas con un solo filo formatizado. La segunda secuencia también involucró la selección de lascas como soporte, sobre los que se formatizaron en igual medida filos ultramarginales y profundos, regularizados principalmente por retalla, retoque y microrretoque unifacial, continuo, por percusión. Siguiendo esta secuencia que se caracteriza a su vez por la baja inversión de trabajo, se configuró un raspador, una raedera y un cuchillo, cada uno con dos filos formatizados.

La mayor parte de los artefactos analizados de esta unidad posee buen estado de conservación de la superficie, solo un producto de la talla del tipo lasca de adelgazamiento bifacial, presenta evidencias de lustre térmico. Al analizar el consumo de los artefactos formatizados se observa que las evidencias de uso se han detectado principalmente en filos con formatización secundaria, salvo un caso. Al igual que en el componente inferior se deduce como patrón la formatización de los bordes previo al uso. Estos filos se distribuyen uno por artefacto. Además los filos utilizados provienen tanto de artefactos que poseen uno o más filos formatizados (aparte de los filos naturales), con predominio de los segundos. En este contexto, el hecho que se haya usado solo un filo (formatizado o no) por artefacto puede vincularse con la buena performance del filo seleccionado en el desarrollo de una tarea. Esta situación en consecuencia habría operado en la reiterada elección del mismo filo en tanto estuviese activo. Además dada la menor intensidad de las ocupaciones para este componente no habría sido necesario reutilizar con elevada frecuencia los mismos artefactos. Estas condiciones disminuirían las posibilidades de esquirlamiento o embotamiento de los filos, que podrían haber generado la necesidad de emplear bordes alternativos como en el componente inferior de este sitio. Esto se dio en un contexto en el cual de ser necesario manufacturar nuevos artefactos se disponía de materia prima (sílex, toba silicificada) apta para la talla, la que a su vez registra experimentalmente un buen rendimiento, entre los artefactos, ante distintas operaciones de trabajo (ver Cap. 5). El hecho que se haya optado por el uso del borde natural de una lasca retocada para realizar una acción longitudinal probablemente de corte, descartando el empleo del filo retocado, puede explicarse de dos maneras. Una posibilidad es que frente a esta acción resultara más adecuado el empleo del borde natural largo, con delineación convexa y ángulo agudo rasante, frente al filo retocado con delineación recta, corto y ángulo agudo muy oblicuo. Este último podría haber sido descartado durante el procesamiento aunque no registra huellas de uso, o a priori debido al conocimiento de las dificultades que presentaría para efectuar esta tarea. Esta misma relación forma-función (borde natural- largo-convexo-ángulo agudo/acción longitudinal) se registró en el empleo de productos de talla en la ocupación pleistocénica de Cerro Tres Tetas 1, y en la Unidad 6 de AEP-1, para el corte de cuero, carne y sustancias indeterminadas. Otra opción es que se trate del empleo del borde natural de un producto de talla, y que la formatización del filo retocado se haya producido con posterioridad al hecho. No obstante el uso del borde natural de esta lasca retocada se produjo en un contexto donde se desestimó el empleo de los bordes naturales (n= 26) del los productos de talla. Considero que, si bien este

Producción de artefactos en calcedonia A partir de la gestión de la calcedonia en el momento de esta ocupación se identifican dos secuencias de producción. La primera se caracteriza por la formatizacion de una lasca a partir de la regularización profunda del borde, por retoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Esta secuencia implica una baja inversión de trabajo. Si bien contiene un solo artefacto, hecho que indica las escasas tareas de manufactura realizadas con este material, es posible plantear su semejanza con la primera secuencia de producción realizada con el sílex en el mismo componente. A partir de la presencia de lascas de adelgazamiento de sílex y calcedonia (ver Cap.6) se infiere una secuencia común de producción de artefactos bifaciales, que no fueron descartados en el sitio. Esta sería la tercera secuencia para el sílex y la segunda para la calcedonia y se caracterizaría por una inversión de trabajo alta. La misma incluiría el acondicionamiento inicial de los soportes. A continuación la aplicación, en ciertas ocasiones, del tratamiento térmico con el fin de mejorar la calidad de las rocas (ver Cap. 6.). Una vez realizado este procedimiento se pudo adelgazar las piezas por presión empleando artefactos óseos como el de punta roma recuperados en el componente. Por último, se habrían retocado los filos. Estos artefactos formarían parte de una estrategia conservada, que da cuenta además de una mayor planificación dado que los mismos fueron producidos en un espacio para ser trasladados a otros escenarios. En estos últimos fueron empleados en funciones posiblemente específicas en un lapso de tiempo diferido a su manufactura, formando parte de diversos contextos de uso como cacerías, procesamiento de recursos en otros sectores de acampe, aprovisionamiento en fuentes de recursos, o en instancias de reunión e intercambio con otros grupos. A su vez, se identifico un pequeño conjunto de productos de talla de distintas rocas silíceas, aunque no se identificaron los instrumentos manufacturados con las

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras patrón responde a una decisión social muy marcada, la elección por el uso de este borde natural se inscribiría en una estrategia de resolución expeditiva frente a una necesidad planteada de manera inmediata. En el conjunto además se identificó que la mayoría de los filos (todos retocados) y cuatro artefactos del equipo de herramientas de esta ocupación no presentan evidencias de uso a pesar de tratarse de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Considero que estos artefactos no habrían sido utilizados, al menos de manera recurrente, con el tiempo y la intensidad necesario para la manifestación de los rastros de uso. De haber sido usados, podrían haberse alterado o enmascarado las huellas de uso por agentes y/o procesos postdepositacionales que exceden e alcance de los análisis aplicados en este estudio. El trabajo con los artefactos formatizados se habría realizado solo por prensión manual. Los instrumentos no presentan huellas de enmangue, y posiblemente este dispositivo no halla sido necesario debido a la dimensión y al modulo de tamaño promedio (grande) que presentan las piezas, adecuadas para este tipo de sujeción.

ángulo de este filo y posiblemente del espesor del soporte puede vincularse con los límites que impone la transformación de recursos óseos, en este caso la mayor resistencia mecánica. A su vez para realizar otra acción longitudinal (posible corte o aserrado) sobre una sustancia dura (hueso o madera), también se escogió un filo convexo, largo, aunque de ángulo agudo oblicuo y manufacturado sobre un soporte de espesor delgado. Además para realizar otras acciones longitudinales también se escogieron filos largos y convexos. Aunque en una de estas para procesar (posible corte o aserrado) una sustancia dura (hueso o madera), se eligió un ángulo agudo oblicuo y manufacturado sobre un soporte de espesor delgado, mientras en la segunda para modificar una sustancia indeterminada se eligió un ángulo agudo rasante, manufacturado sobre un soporte de espesor medio. Los ocupantes de este componente como los del componente inferior prefirieron los filos de sílex, tanto retocados como naturales, para realizar las distintas operaciones de trabajo, aunque en 3C no se emplearon filos de otras litologías. Procesaron prácticamente la misma variedad de sustancias que en la Unidad 4. Entre estas predomina el cuero, evidenciando la práctica productiva más recurrente, referida al procesamiento y manufactura de bienes con esta sustancia, asimismo durante esta ocupación del sitio. Además se trabajó hueso, y una sustancia dura que podría ser hueso o madera, y otra sustancia indeterminada.

En el caso de los productos de talla no se registraron huellas de uso en los bordes naturales de la muestra analizada. Atribuimos este patrón a la no utilización de los productos de talla a pesar de tratarse de soportes con más de un filo fresco, dimensiones adecuadas para la prensión manual y de estar hechos de la misma materia prima (sílex) de los instrumentos que registran evidencias de uso en el componente. Si bien como hemos visto en el equipo artefactual de esta ocupación, en ocupaciones contemporáneas e incluso experimentalmente (ver Cap. 5) los filos naturales responden de manera adecuada a diversas operaciones de trabajo. Sin embargo no habría sido necesario su empleo en este componente debido a la presencia de artefactos dotados de diversos bordes formatizados activos en el conjunto, y a la posibilidad de fabricar otros en un contexto de alta disponibilidad de materia prima.

En lo que respecta al movimiento realizado con los artefactos, se observa, que con el silex se procesó cuero con movimiento transversal (raspado), mientras que por movimiento longitudinal (corte o aserrado) se proceso cuero, hueso, una sustancia dura (hueso o madera), y una sustancia indeterminada. No es posible evaluar la estandarización en el diseño de la mayoría de las clases de artefactos debido a la baja frecuencia que registra cada una. Sin embargo se ha mencionado que los instrumentos en conjunto comparten haber sido manufacturados sobre la misma materia prima –silex-, a partir de lascas de tamaño grande como forma base. No obstante se efectuaron con ellos diversos trabajos específicos. Las lascas retocadas (clase con mayor frecuencia) además presentan otros caracteres de diseño en común. Ambas poseen espesor mayor o igual a medio, posición (lateral) y ángulo (agudo rasante) del filo, baja inversión de trabajo en su manufactura, y registran regularidad en cuanto al movimiento desarrollado. Sin embargo difieren en delineación, longitud y tipo de filo (retocado y natural), e incluso podría haber diferencias a nivel de las operaciones de trabajo desarrolladas. Esto refuerza la idea formulada para el componente inferior, de una escasa o nula especificidad funcional entre las lascas retocadas, al menos en estos componentes. Además se ha encontrado una relación entre el tipo de movimiento y un grupo de caracteres de diseño a nivel del filo. Entre los artefactos, de diversas clases, empleados en operaciones de trabajo con movimiento longitudinal destacan proporcionalmente

Al considerar el procesamiento de recursos en el componente, a partir de la muestra de artefactos analizada, podemos decir que la mayor parte de los filos fueron empleados en el procesamiento de recursos faunísticos (cuero y hueso), y a estos le sigue un filo usado para procesar una sustancia dura del tipo hueso o madera, y otro usado sobre una sustancia indeterminada. Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia. Para el trabajo del cuero, realizado en similar proporción por corte y raspado, se empleó la mayor variedad de clases de artefactos (lasca retocada y raspador). El raspador posee un filo recto, corto, de ángulo abrupto oblicuo, y esta fabricado sobre un soporte medio. La lasca retocada, usada en la operación de corte, presenta un filo recto, largo, de ángulo agudo rasante, y se fabricó sobre un soporte grueso. A diferencia de lo observado para el corte de una sustancia blanda como el cuero, para el aserrado del hueso, se empleó un filo de raedera convexo, largo, de ángulo abrupto oblicuo, fabricado sobre un soporte de espesor medio. La preferencia por el

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Discusión los filos convexos (75 por ciento), largos (100 por ciento) y agudos (75 por ciento), con retoque de ancho variable, en todos los casos continuo y unifacial directo, de profundidad predominantemente ultramarginal. Sin embargo estos filos difieren en cuanto a las sustancias procesadas.

inferidos a su vez por las marcas antrópicas y fracturas sobre los huesos. Como resultado de estas actividades se habrían depositado principalmente fragmentos de huesos largos de los miembros de camélidos y del esqueleto axial en el extremo sudeste de la cueva. Las escasas evidencias de termoalteración del conjunto óseo se concentran en el centro-este del sector con fogones. Estas indican la alteración de los restos por contacto accidental. El procesamiento de presas con artefactos líticos además habría involucrado su adecuación para el consumo, y la producción de artefactos óseos como los recuperados en el componente, uno de ellos a partir de un fragmento obtenido por fractura helicoidal. A su vez se ha identificado que la actividad principal corresponde al procesamiento del cuero seguramente de los camélidos ingresados. Esta podría vincularse con prácticas productivas como la manufactura de abrigos, el acondicionamiento de pieles para la producción de toldos y paravientos, entre otros bienes. Asimismo el punzón manufacturado en hueso se habría inscripto en esta práctica productiva en base a pieles. La importancia del procesamiento del cuero se correlaciona con el predominio de los restos de camélidos (Lama guanicoe y Lama sp.) en el conjunto zooarqueológico asociado en el componente. Por su parte el artefacto óseo de punta roma se habría usado para desarrollar la técnica de presión en la formatización final de artefactos líticos. La diversidad de operaciones de trabajo, de procesos productivos y las dinámicas inferidas en esta ocupación remite a un sitio de actividades múltiples.

Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente En el espacio intrasitio se observa una superposición de actividades complementarias en los sectores circundantes a las estructuras de combustión. Estas últimas habrían operado como articuladores del espacio, y los materiales recuperados en torno a las mismas serían el resultado de diversas ocupaciones de la cueva. A pesar que en la unidad 3C se excavó un volumen mayor de m3 que en el componente inferior, esta ocupación finipleistocénica con fechados mas cercanos al 10.000 AP registra menor densidad de artefactos líticos, menor frecuencia de estructuras de combustión y un conjunto faunístico más pequeño que el de la U4. A su vez el descarte y distribución de los materiales remite a contextos de depositación primaria. Esto si bien puede deberse a las ocupaciones de corta duración que caracterizan este momento, las mismas pueden haberse efectuado luego de intervalos de tiempo mayores que las ocupaciones de U4. Este hecho también podría relacionarse al descenso de la ocupación por parte de los grupos, al menos de las cuevas, si retrotraemos poco más de cien años el inicio del cambio sugerido para la meseta durante el primer milenio del Holoceno. Además si bien el Pleistoceno final se caracteriza por una buena disponibilidad de recursos (hídricos, animales y vegetales), podría haberse tornado más frágil la permanencia de los grupos dentro de las cuevas debido a los recurrentes derrumbes registrados, probablemente provocados por la actividad volcánica.

8.3 Dinámicas de producción y consumo en el componente pleistocénico –U8, 9 y 10- del sitio Cueva Túnel. En este componente predominan las acciones propias de las etapas finales de la producción lítica, con más actividad de formatización final de artefactos, seguida por la producción de soportes (extracción de formas base). La ausencia de núcleos y las muy pocas lascas de descortezamiento recuperadas en la cueva se complementan con las evidencias obtenidas en las fuentes, exponiendo que la preparación de los núcleos y su descortezamiento fueron realizados, en este caso casi exclusivamente en las canteras o fuera del sitio. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación de artefactos formatizados es media en relación al número de piezas totales recuperadas y al estadio de formatización al que corresponden la mayor parte de los productos de talla. Esto implica poca actividad de manufactura en el componente en relación a la cantidad de artefactos formatizados descartados. La variedad de materias primas utilizadas concuerda en parte con la encontrada en los afloramientos de la localidad, aunque también se presentan rocas de las cuales se desconoce su procedencia con precisión. Entre ellas se empleó principalmente sílex, de distintas variedades, proveniente de la fuente La María Quebrada inmediatamente disponible y de otras fuentes cercanas al sitio. Sin embargo la mayor parte de los artefactos formatizados se manufacturó en ópalo, materia prima que se supone de procedencia cercana, aunque de un sector

En el espacio interno precisamente en torno a los fogones se efectuaron principalmente las etapas finales de la producción lítica, con predominio de la actividad de talla. Por su parte el descarte de núcleos y lascas nodulares se habría efectuado fuera del sitio. Alrededor de las estructuras de combustión se evidencian distintas secuencias de manufactura de artefactos caracterizadas principalmente por una escasa inversión de trabajo. Asimismo se trataron térmicamente distintas rocas incorporadas a una secuencia de producción de artefactos bifaciales, con alta inversión de trabajo, cuyos productos se habrían descartado fuera del sitio. Las distintas clases de artefactos no presentan especificidad funcional y fueron utilizados por prensión manual. Por su parte el encendido del fuego se habría dado en un sector restringido del espacio. En torno a las estructuras de combustión (sector con mayor concentración de restos óseos) además se habrían realizado actividades de procesamiento de camélidos actuales, cazados en las inmediaciones. Este espacio asimismo reúne todos los artefactos con rastros de utilización. Los mismos se habrían empleado en trabajos de trozamiento y carnicería

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras acotado del paisaje y/o presente en muy baja frecuencia. La elección de ambas litologías se vincula a la muy buena calidad para la talla y a que resultan óptimas en el procesamiento de recursos y en operaciones de trabajo desarrolladas en el componente, no obstante en el predominio del sílex también influye la inmediata disponibilidad, la abundancia y el fácil acceso a la fuente desde el sitio. Además se manufacturó un artefacto poco frecuente en riolita, si bien esta es una roca no local, probablemente fue recolectada en alguna de las fuentes secundarias de la localidad (zanjones y bajos endorreicos). El escaso trabajo de talla con otras rocas locales no permite inferir la manufactura de artefactos en el sitio.

de piezas principalmente lascas laminares y láminas, a partir de la percusión con percutor duro. Entre estas piezas se seleccionaron los soportes -frecuentemente lascas y láminas de tamaño grande- para la confección de los artefactos formatizados. Sobre estos soportes los talladores articularon modos similares de formatización produciendo cuchillos, cuchillo/raedera, lasca retocada y lámina retocada. La secuencia de producción de los artefactos implicó una escasa regularización principalmente ultramarginal de dos bordes, por retoque y microretoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Como resultado se habrían confeccionado filos largos y agudos. Si bien la formatización final de la secuencia se caracteriza por la baja inversión de trabajo, la secuencia completa involucra etapas de trabajo dentro y fuera del sitio que permiten dar un paso más en su interpretación y proponer una inversión de trabajo media en la manufactura. Considero que la mayoría de estos artefactos cortantes ingresaron a CT ya terminados y que sólo algunas preformas fueron finalizadas allí. Al igual que en los sitios contemporáneos existió una preferencia por el empleo de filos retocados por sobre naturales, mediante prensión manual. Teniendo en cuenta que los instrumentos presentan más de un filo utilizado distinguiéndose de la mayor parte de los instrumentos conocidos para el período- considero que algunos de estos artefactos pudieron ser llevados al sitio con sólo uno de los filos ya formatizado, retocando un segundo borde en la cueva. Esta alternativa explicaría la escasez de lascas de adelgazamiento y retoque, así como la ausencia de lascas de retalla y reactivación en el conjunto. Estos procedimientos son coherentes con una estrategia de planificación y anticipación de las actividades a realizar, propio de la implementación de estrategias tecnológicas conservadas (sensu Nelson 1991). En este sentido, si quienes visitaron el sitio procedían de un sector alejado del paisaje, producir artefactos sobre láminas y lascas laminares con más de un potencial filo funcional podría ser interpretado como una estrategia que buscaba economizar materia prima y minimizar riesgos, a la vez que estaba perfectamente adaptada a las tareas a llevar a cabo, como el desposte y procesamiento de camélidos. Esto sugiere que la regularización de los filos pudo haber seguido una estrategia mixta, realizándose en algunos casos de modo simultáneo y en otros en momentos y espacios diferidos, acorde a las estrategias de uso implementadas.

En esta unidad se observa una variedad de clases de artefactos formatizados (n= 6) similar a la del componente inicial de CDM1. Es el único componente pleistocénico que no presenta raspadores. Con el ópalo translúcido se fabricó la mayor cantidad de artefactos formatizados y a su vez la mayor variedad de clases. Según los caracteres morfológicos y dimensionales de los artefactos formatizados, podemos decir que existiría una preferencia por la producción de artefactos sobre lascas y láminas de módulo de tamaño grande. Además se observa como práctica dominante la regularización de más de un filo por artefacto. El estudio de caracteres generales de los filos indica que para su confección fueron seleccionados exclusivamente los bordes laterales, y que fueron preferidos los filos con delineación recta, y convexa atenuada. Producción de artefactos en ópalo translúcido En relación con la producción de los artefactos en ópalo se siguió sólo una secuencia. Esta se caracteriza por la ínfima representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos. Hay evidencias que indican que se ingresaron piezas totalmente descortezadas o que se introdujeron los soportes preparados (ínfima proporción de piezas de descortezamiento, ninguna pieza de talla con corteza, artefactos formatizados con escasa o nula reserva de corteza). Se considera también que se habrían ingresado artefactos ya formatizados, con al menos un filo regularizado (escasez de lascas de retoque en capa). Esta decisión en cuanto a como era ingresada la materia prima, también se evidencia en la razón de productos de talla por artefacto formatizado de ópalo translucido (roca con la que se fabricaron mas instrumentos), 7,4 a 1, donde los primeros fueron generados predominantemente durante la formatización final. Además, la mayor parte de los productos de talla son muy pequeños, y sólo una lámina cuenta con un potencial filo funcional largo. En general los soportes sobre los que se formatizaron los artefactos poseían talones lisos, eran delgados y de módulo largo y mediano. La combinación de estos caracteres tecnológicos y morfológicos indica que algunos soportes fueron extraídos a partir de núcleos prismáticos. La reducción de estos núcleos, fuera del sitio, habría implicado la estandarización de los mismos. Durante este proceso se habrían generado gran cantidad

Producción de artefactos en sílex La producción de artefactos sobre sílex se caracteriza por la escasa representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos y/o lascas nodulares en el sitio. Las evidencias indican que estas piezas se ingresaron parcialmente descortezadas o que se introdujeron los soportes preparados (ínfima proporción de piezas de descortezamiento, artefacto formatizado con escasa reserva de corteza). Los núcleos y/o lascas nodulares no fueron descartados allí luego de su reducción, lo que implicaría estrategias de transporte de materia prima o

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Discusión bien de descarte en lugares especiales. La reducción de los núcleos en el sitio no habría implicado la estandarización de los mismos; durante este proceso se habrían generado gran cantidad de piezas principalmente lascas, entre otros con morfologías, tamaños y espesores variables, a partir de la percusión con percutor duro. Entre estas piezas se seleccionó una lámina de tamaño muy grande para la confección de un artefacto. Sobre este soporte el tallador articuló un modo de formatización para la producción de una raedera. Este artefacto se inscribe en una secuencia que implicó la regularización marginal de dos bordes, por talla, retoque y microretoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Esta pieza además presenta un filo natural. La secuencia, se caracteriza por la baja inversión de trabajo.

de basalto próximo al sitio. Estos fueron ingresados a la cueva sin habérseles practicado modificaciones tecnológicas por talla u otra técnica. Una vez en el sitio fueron utilizados como yunques para procesar vegetales leñosos. Considero que la función a la que fueron destinados estos litos estuvo presente al momento de la selección y traslado al sitio, evidenciando el carácter planificado de esta secuencia. En este sentido se habrían tenido en cuenta sus características petrológicas (dureza, densidad), morfológicas (forma tabular, superficies planas y amplias en ambas caras) y el tamaño excepcional de los soportes, para ser usados como yunque. En adición destaca la mala calidad para la talla que posee esta roca.

Si bien existen indicios de manufactura de más cantidad de artefactos con rocas silíceas, materia prima con la frecuencia más alta entre los productos de talla, la mayor parte de estos artefactos formatizados no habrían sido descartados en el componente.

Si bien la mayor parte de los artefactos analizados posee buen estado de conservación de la superficie, una lasca de sílex presenta abrasión de suelo, modificación que pudo haber enmascarado rastros de uso. Esta alteración seguramente se deba a la fricción de la pieza con el sedimento limo-arenoso del componente, aunque puede atribuirse a otros factores como los propuestos para las piezas del componente 4 de CDM1. Este fenómeno también fue registrado por Mansur (1983) en conjuntos contemporáneos de la meseta. Otros cuatro productos de talla y un fragmento de talla presentan evidencias de alteración térmica que podrían haber enmascarado principalmente huellas de uso de sustancias blandas, justamente las más identificadas en los artefactos usados del conjunto.

Consumo de artefactos líticos

Producción de artefactos en riolita La secuencia de producción sobre riolita, se caracteriza por la ausencia de productos del descortezamiento y la talla. Se ingresó al sitio un artefacto ya formatizado o en estado avanzado de su formatizacion, habiéndose finalizado su manufactura allí (se recupero sólo un producto de la fromatización final de corteza muy abundante). Esto indica que se realizó una escasa tarea de manufactura con este material en el sitio. Se confeccionó un chopping-tool/percutor, propósito para el cual se seleccionó un rodado de riolita en alguna fuente secundaria de la Localidad. Sobre este soporte de tamaño excepcional se confeccionó un filo bifacial, continuo, mediante talla ultramarginal, por percusión. Además se aprovecharon las superficies activas de morfología convexa de ambos extremos, para la actividad de talla lítica. En relación sólo a la formatización final esta secuencia se caracteriza por la baja inversión de trabajo. Sin embargo si consideramos la elección y la colecta en la fuente, más el transporte del rodado o artefacto formatizado hasta el sitio, se evidencia una estrategia conservada, orientada a realizar uno o varios usos específicos. Esta elección se vincula con las características petrológicas y morfológicas del soporte necesarias para efectuar labores que impliquen acciones de golpe y que requieran de un artefacto de mayor resistencia. Los elementos que componen esta estrategia aportan un plus de trabajo extra a la manufactura de la pieza, en consecuencia se la considera producto de una inversión de trabajo media. A su vez esta constituye una estrategia particular que no encuentra análogos en los componentes contemporáneos analizados.

Al analizar el consumo de los artefactos se observa que las evidencias de uso se han detectado predominantemente en filos con formatización secundaria, y en menor medida en superficies activas, incluso las de los útiles. De este hecho surge como patrón la formatización de los bordes previo al uso, aunque también se registra el empleo de superficies naturales. Este último fenómeno marca una distinción respecto a las prácticas desarrolladas en los componentes contemporáneos CDM1 U4 y CDM1 U3c. Los filos con rastros se distribuyen mayormente dos por artefacto (dos de ópalo, uno de sílex), salvo dos casos (uno de ópalo y uno de riolita) donde se presenta un filo con rastros de uso. En uno de estos instrumentos (de riolita) el filo y las dos superficies activas se usaron para machacar diversas sustancias duras. Los filos utilizados provienen principalmente de artefactos que poseen dos filos formatizados (aparte de los filos naturales), mientras se ha usado solo uno de los artefactos que presentan un solo filo formatizado (aparte de las superficies activas). En este contexto, que se hayan usado mayormente dos filos formatizados por artefacto, tres de ópalo y uno de sílex, para efectuar tareas de corte de carne o sustancias blandas de origen animal puede vincularse en el caso del ópalo, con una selección planificada y una gestión conservada de la materia prima. A su vez, para ambos tipos de roca, se vincularía con la producción/selección de determinados caracteres de forma y dimensión de los soportes, asimismo de los caracteres de forma-función de los filos (ver Producción de artefactos en ópalo

Empleo de útiles de basalto En relación con empleo de útiles de basalto, se siguió una secuencia que previo al uso solo implicó elección, colecta y traslado de las piezas. Se seleccionaron dos litos de basalto de tamaño excepcional, posiblemente del manto

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras translúcido en pág. 354) que redundaría en una buena performance para su empleo en el desposte y procesamiento de mamíferos medianos. Mientras la elección de uso de dos filos formatizados por artefacto no estaría vinculada con una opción circunstancial (expeditiva) entre filos que podrían adecuarse bien a una tarea. Este hecho estaría vinculado al volumen de trabajo elevado que se habría generado como necesidad en relación al mayor número de presas ingresadas al sitio, principalmente camélidos actuales y extintos, respecto a las ocupaciones contemporáneas de la Localidad.

observado para el procesamiento de las sustancias de origen animal principalmente blandas; para el procesamiento de sustancias duras de origen mineral, animal o vegetal por acciones que implican golpes (movimiento incidental) o el soporte de las sustancias y la absorción de los impactos se empleó una clase de artefacto formatizado (chopping-tool/percutor) y una clase de útil (yunque). Con el filo del primero se procesó hueso y/o madera por medio de acciones de percusión/machacado. Es un filo corto, de ángulo abrupto, y esta fabricado sobre un soporte grueso. Las superficies activas de este mismo artefacto se usaron para percutir rocas. Estas superficies son cortas, convexas y se hallan en posición frontal. Por su parte para el procesamiento de vegetales leñosos (sustancia dura) se emplearon como soporte las superficies activas de los yunques. Alguna de estas superficies son aplanadas y otras deprimidas de contorno ovalado que abarcan una porción de las caras. Estas superficies se emplazan sobre piezas de espesor medio y grueso.

El trabajo con los artefactos formatizados se habría realizado solo por prensión manual. Los instrumentos no presentan huellas de enmangue, y seguramente no se requirió de este dispositivo debido la necesidad de empleo de artefactos con mas de un filo formatizado, de tipo largo. Esta elección también se vio favorecida por la dimensión y el modulo de tamaño promedio (grande) que presentan las piezas, adecuados a la sujeción manual. Además se identificó que una minoría de los filos (retocados y naturales) y de los artefactos del equipo de herramientas no presenta evidencias de uso, a pesar de tratarse en su mayoría, de filos con clara inversión de trabajo en su regularización. Considero que estos artefactos no habrían sido utilizados, al menos de manera recurrente, con el tiempo y la intensidad necesario para la manifestación de los rastros de uso.

Los ocupantes prefirieron los filos formatizados de ópalo, para realizar una misma operación de trabajo, aunque también se emplearon filos de otras litologías. Además se emplearon superficies activas de riolita y basalto para realizar tareas similares respectivamente. Con el ópalo se procesó una mayor variedad de sustancias que con el resto de las materias primas. Entre estas sustancias se encuentran los tejidos blandos, la carne y el hueso, hecho que evidencia la práctica productiva más recurrente, desposte y procesamiento de presas. El empleo del sílex también se inscribe de manera exclusiva en la órbita de esta práctica. Finalmente con la riolita y el basalto solo se procesaron sustancias duras.

En esta ocupación los bordes naturales de los productos de talla y los fragmentos de talla no fueron utilizados a pesar de tratarse de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas para la prensión manual. Si bien los filos naturales responden de manera adecuada a diversas operaciones de trabajo, no habrían sido usados debido a la necesidad de emplear artefactos formatizados en ópalo (que ingresaron prácticamente terminados) y con características funcionales adecuadas al faenamiento de presas.

En lo que respecta al movimiento realizado con artefactos de cada litología, se observa que con el ópalo y el sílex se procesaron sustancias blandas con movimiento longitudinal (corte). A su vez con el filo y las superficies activas de riolita se procesaron sustancias duras (madera y/o hueso, y rocas). Mientras con las superficies activas de basalto se realizó el soporte de vegetales leñosos para su modificación.

Al considerar el procesamiento de recursos en el componente, a partir de la muestra de artefactos y útiles analizada, podemos decir que prácticamente todos los filos fueron empleados en el procesamiento de recursos faunísticos (tejido blando, carne y hueso), y solo uno se usó para procesar sustancias duras (hueso o madera). Por su parte todas las superficies activas se emplearon para procesar sustancias duras. En dos casos en la modificación de material lítico, y en otros dos para procesar vegetal leñoso. Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre sustancias de origen animal, mientras las superficies activas de forma convexa extendida se emplearon en una misma acción sobre una sustancia, esto mismo ocurre con las superficies ovaladas deprimidas.

No es posible evaluar la estandarización en el diseño de la mayoría de las clases de artefactos debido a la baja frecuencia que registra cada una. No obstante en el caso de los cuchillos (clase con mayor frecuencia) considero que existe estandarización debido a que presentan numerosas regularidades. Estas se registran en la materia prima usada en su confección, la forma base elegida, el módulo de tamaño y espesor, los caracteres de los filos (longitud y ángulo) y los lascados. Además comparten una inversión de trabajo media en su manufactura, y se registra uniformidad en cuanto a la modalidad de uso desarrollada. Esta combinación de caracteres tecnomorfológicos y funcionales permite postular la alta especificidad funcional para los cuchillos en este componente. A esta caracterización adiciono la raedera que si bien fue confeccionada en sílex posee similitudes respecto a los cuchillos a nivel de la forma base elegida, el módulo de tamaño y espesor, los caracteres de los

Para el trabajo de tejido blando, carne y eventualmente hueso (origen animal), por corte o acción longitudinal, se empleó la mayor variedad de clases de artefactos (cuchillos, cuchillo/raedera y raedera). Los mismos se caracterizan por poseer filos largos, ángulo agudo, y estar fabricados sobre soportes delgados. A diferencia de lo

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Discusión lascados, el ángulo del filo y la modalidad de uso. Sin embargo difiere en la longitud del filo y en el grado de inversión de trabajo en su manufactura (baja).

espacio reúne una alta proporción de restos óseos y menor cantidad de artefactos líticos que el sector externo, estos últimos con evidencias de uso. Las tareas desarrolladas aquí son similares a las del sector externo, este hecho expone como actividad principal de la ocupación el trozamiento y desarticulación de presas. Si bien en este ámbito se concentran unos pocos artefactos líticos con alteración térmica, se supone que la técnica de tratamiento térmico se habría desarrollado fuera del sitio.

Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente En el espacio intrasitio se observa adyacencia y superposición de actividades complementarias. A modo de hipótesis puede plantearse que se han encendido fogones, sin embargo la evidencia es escasa. Los ocupantes habrían ingresado piezas totalmente descortezadas, soportes preparados, y artefactos formatizados terminados o con al menos un filo regularizado, formatizando otros bordes en el sitio. Por su parte, el equipo de instrumentos y útiles del conjunto evidencian diversas secuencias de manufactura o aprovisionamiento de útiles con una inversión de trabajo principalmente media y baja, con un claro componente de planificación y anticipación a las actividades a realizar.

Entre los artefactos líticos de esta ocupación no se hallaron piezas empleadas en el procesamiento de pieles, justamente la actividad principalmente desarrollada en las ocupaciones contemporáneas de Casa del Minero 1 U4 y U3C. En este sentido cobra importancia para entender las dinámicas de trabajo la ausencia de raspadores o artefactos de filo abrupto en el conjunto. Además a partir de los rastros de utilización detectados no es posible proponer el uso de instrumentos líticos en la manufactura de bienes en hueso. Sin embargo los ocupantes del sitio se valieron de un conjunto de artefactos óseos. Probablemente, aunque es necesario realizar estudios específicos, los artefactos óseos del componente se hayan usado en diversas secuencias de producción (punzón doble: acondicionamiento de pieles y manufactura de abrigos) y/o explotación de recursos (machacador: ablandamiento de pieles, vegetales o carne). En este sentido se considera el empleo posible del fragmento de punta roma en la técnica de presión sobre elementos más duros, tal vez en la formatización final de artefactos de roca. La escasa evidencia en cuanto al encendido de fogones, junto a una acotada actividad de producción lítica y el empleo preponderante de artefactos y útiles en operaciones de trabajo orientadas al procesamiento y consumo de alimentos, en articulación con evidencias de fractura de huesos y cocción, sería el resultado de ocupaciones breves, menos frecuentes que en los componentes contemporáneos de la Localidad y característico de un uso específico del espacio intrasitio.

En el sitio destacan nodos de mayor actividad como el sector externo a los lóbulos (B1, B2, B3, A2, H1, C1, D1 y E1), y un sector interno al lóbulo sur (entre I2 y L1). En la cueva en general y principalmente en el sector externo a los lóbulos predominan las etapas finales de la producción lítica, talla y formatizacion final. En este sector, incluida una cuadrícula adyacente (F1), se realizó la mayor actividad de talla del conjunto especialmente sobre ópalo. También se realizaron actividades de procesamiento primario de animales extintos y actuales, especialmente camélidos cazados en inmediaciones del sitio. Este espacio reúne la mayor cantidad de artefactos y útiles líticos con evidencias de uso. Los mismos se emplearon principalmente en trabajos de trozamiento y desarticulación de presas, inferidos a su vez por las diversas fracturas, y las marcas antrópicas de corte ubicadas especialmente en las epífisis de los huesos. Además las evidencias de termoalteración del conjunto óseo, concentradas principalmente en este sector, permiten postular que distintas porciones de estas presas se habrían cosido para consumo. Como resultado de estas actividades se descartaron partes del esqueleto, axial y apendicular, de manera diferencial de dentro del sector. En este espacio se han identificado otras operaciones de trabajo, como la posible fractura de huesos por percusión con el filo abrupto del chopping-tool/percutor, para consumo de medula o la producción de soportes para la confección de artefactos. Asimismo el procesamiento de vegetales leñosos por percusión con el mismo artefacto y empleando como yunque, para soporte de los leños, los grandes útiles de basalto. Es posible que se hayan seccionado o ablandado raíces para consumo, fragmentado leños para emplear como soporte en la confección de artefactos, o acondicionado leña para los hogares. Algunas actividades de talla se realizaron empleando las superficies activas que presenta el chopping-tool/percutor. El uso recurrente de este artefacto en acciones de golpe habría provocado su fractura in-situ y posterior descarte. En el sector interno al lóbulo sur a su vez se llevaron a cabo tareas de procesamiento primario de camélidos. Este

8.4 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE3b- del sitio CDM 1 En este componente predominan las acciones propias de las etapas finales de la producción lítica, con más actividad de talla del núcleo (extracción de formas base), seguida por la formatización final y poca actividad de descortezamiento. El descarte de pocas lascas de descortezamiento en la cueva en combinación con las evidencias obtenidas en las fuentes, más allá del descarte de un núcleo activo, señalan que la preparación y descortezamiento de los núcleos se realizaron principalmente en las canteras. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación absoluta de artefactos formatizados es media en relación al número de piezas totales recuperadas y a los productos del estadio de formatización final. Esto podría indicar una mayor producción de artefactos formatizados en relación a la actividad de talla desplegada en el sitio. La variabilidad de materias primas utilizadas concuerda con la encontrada en los

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras afloramientos de la localidad, adema se hallaron unas pocas lascas de obsidiana. Entre ellas se empleó principalmente sílex, en mayor medida marrón-rojo proveniente probablemente de la Cantera de sílex (CSCDM) ubicada a menos de un kilómetro del sitio. Esta preferencia como en las ocupaciones anteriores del sitio, se vincula a la muy buena calidad para la talla, a la inmediata disponibilidad, a la abundancia, al fácil acceso a la fuente desde el sitio y a que resulta óptima en el procesamiento de diversos recursos. Además se manufacturaron artefactos de calcedonia y toba silicificada, aunque hay mucha menos evidencia de estas litologías en el componente respecto al sílex. La toba silicificada también procede de la Cantera de sílex (CSCDM), mientras la calcedonia puede provenir del sector Bosque Petrificado, como de otros sectores de la Localidad. Si bien se recuperó un grupo muy acotado de productos de talla de obsidiana, materia prima alóctona, cabe destacar que este supera la cantidad hallada en las ocupaciones contemporáneas, incluso las del Pleistoceno final entre las que sólo se recupero un producto de talla en la ocupación inicial -U4- de CDM1. La fuente de obsidiana más cercana a la localidad es Pampa del Asador (Espinosa y Goñi 1999) a 190 km al noroeste en línea recta. Materiales de esta fuente fueron empleados en C3T1 -U5- durante el Pleistoceno final y en La Martita capa 7- durante el Holoceno temprano por sus respectivos ocupantes (Paunero y Castro 2001; Stern 1999, 2004). La presencia de obsidiana estaría evidenciando que existieron relaciones y canales de comunicación por parte de los grupos que implicaron el traslado o intercambio de recursos y bienes entre meseta y cordillera.

piezas de descortezamiento, artefactos formatizados principalmente sin corteza). Sin embargo la mayor parte de los núcleos y/o lascas nodulares no fueron descartados allí luego de su reducción, lo que implicaría estrategias de transporte de materia prima o bien de descarte en lugares especiales. La reducción de los núcleos en el sitio no habría implicado la estandarización de los mismos; durante este proceso se habrían generado gran cantidad de piezas principalmente lascas, entre otras, a partir de la percusión con percutor duro. Entre estas piezas se seleccionaron lascas medianas como soporte para la confección de lascas retocadas, raederas, cuchillo y raspador. La secuencia seguida implico una escasa regularización marginal de los bordes (excepto un filo de raedera con regularización profunda) por retoque– microrretoque, unifacial, continuo, realizado por percusión. Esta secuencia se caracteriza por la baja inversión de trabajo. Además se siguió otra secuencia que previo al uso solo implico elección entre los materiales generados durante la actividad de talla. Se trata de productos con bordes naturales de clase lámina y lasca de modulo chico y mediano, para ser usados en tareas de corte de diversas sustancias, sin formatizacion secundaria. Seguramente en la elección de la pieza se consideraron caracteres de forma del borde como la delineación recta, la extensión principalmente larga y el ángulo agudo. Esta secuencia se caracteriza por una muy baja inversión de trabajo. Producción de artefactos en calcedonia A partir de la gestión de la calcedonia en el componente se identifican dos secuencias de producción. Ambas se caracterizan por la nula representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos y/o lascas nodulares en el sitio. La primera secuencia implicó el ingreso de algún núcleo o lasca nodular, ya descortezada. Sobre la selección de un soporte de clase lasca se efectuó escasa regularización marginal de un borde, por retoquemicrorretoque, unifacial, continuo y por percusión, formatizándose un raspador. Esta secuencia habría implicado una baja inversión de trabajo. La segunda secuencia involucra el ingreso de un artefacto formatizado o una lasca nodular con abundante reserva de corteza. Esta secuencia implicó la formatización de un artefacto, dentro o fuera del sitio, a partir de una lasca nodular sobre la que se regularizó un filo extendido, profundo, por retalla, retoque y microrretoque, unifacial, continuo. En cualquiera de sus opciones, ingreso del soporte o del artefacto terminado, esta secuencia implica una inversión de trabajo media, en el marco de una estrategia conservada. En el primer caso debido a la planificación expuesta en la selección por tamaño de la forma base y el posterior traslado hasta el sitio para su regularización y uso; en el segundo caso por la planificación en la elección del soporte para configurar la pieza, y por su traslado premeditado al sitio para su empleo.

En esta unidad observamos la mayor variedad de clases de artefactos formatizados (n= 5) producida en los componentes del Holoceno temprano estudiados. Es un valor sensiblemente menor al de los conjuntos de Pleistoceno final con mayor variedad. Con el sílex (principalmente marrón-rojo) se fabricó la mayor cantidad y variedad de clases de artefactos, seguido en importancia por la calcedonia y luego la toba silicificada. Según los caracteres morfológicos y dimensionales de los artefactos formatizados, podemos decir que existiría una preferencia por la producción de artefactos sobre lascas de módulo de tamaño mediano. Además se observa como práctica dominante la regularización de un solo filo por artefacto formatizado. El estudio de caracteres generales de los filos indica que para su confección fueron seleccionados principalmente los bordes laterales, aunque también se aprovecharon los bordes frontales. A su vez se deduce un claro patrón en la manufactura de filos con delineación convexa. Producción de artefactos en sílex La producción de artefactos sobre sílex se caracteriza por la prácticamente nula representación de los primeros pasos de la reducción de núcleos y/o lascas nodulares en el sitio. Las evidencias indican que estas piezas se ingresaron parcialmente descortezadas o que se introdujeron los soportes preparados (presencia de un núcleo descortezado aún activo, ínfima proporción de

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Discusión borde) y dos láminas (dos bordes cada una). La diferencia entre las operaciones de trabajo desarrolladas con filos retocados (instrumentos) y los bordes naturales (productos de talla) radicaría en que estos últimos fueron seleccionados por su adecuación a la acción longitudinal y a las tareas de corte, mientras los primeros serían necesarios para efectuar el curtido de pieles y el descortezamiento/pulido de madera, tareas (acción transversal) para las cuales se requieren filos mas resistentes y menos frágiles que los bordes naturales agudos.

Producción de artefactos en toba silicificada La explotación de la toba silicificada fue muy escasa durante esta ocupación. Podría haberse ingresado un núcleo o lasca nodular sin reserva de corteza, dado que no se hallaron restos de los primeros pasos de la reducción, y los pocos productos de talla recuperados corresponden a la formatización final y a la talla. No obstante se identificó una secuencia de producción. Sobre la selección de un soporte de clase lasca de módulo grande se formatizó un raspador con escasa regularización ultramarginal de un borde, por retoque y microrretoque unifacial, continuo, realizado por percusión. Esta secuencia implica una baja inversión de trabajo. Si bien contiene un solo artefacto, es posible plantear su semejanza con la secuencia de producción realizada con el sílex y con la primera secuencia de producción realizada con la calcedonia en el componente.

Tanto instrumentos como productos de talla no presentan huellas de enmangue, en consecuencia su empleo se habría realizado por prensión manual. Esta elección se vio favorecida por el modulo de tamaño promedio (mediano) de las piezas. El hecho que se haya usado principalmente un filo por artefacto, en un contexto de menor cantidad, diversidad y concentración de restos respecto a las ocupaciones del Pleistoceno final, se vincularía a un menor volumen de trabajos y actividades desarrolladas en el marco de ocupaciones más esporádicas de la cueva.

Consumo de artefactos líticos Los artefactos analizados poseen buen estado de conservación de la superficie, y no registran alteraciones. Al analizar el consumo de los artefactos formatizados y productos de talla en conjunto, se observa que las evidencias de uso se encuentran principalmente en filos con formatización secundaria. Sin embargo entre los instrumentos las evidencias de uso se encuentran exclusivamente en filos con formatización secundaria. De este hecho surge como patrón la regularización de los bordes previa al uso. Los filos con rastros se distribuyen uno por artefacto (seis de sílex, dos de calcedonia). Incluso estos filos provienen de artefactos sobre los que se regularizó un solo filo, salvo un caso que posee dos. El uso de artefactos de sílex responde a la disponibilidad, cercanía a la fuente, buena calidad y a su efectividad en el desarrollo de diversas operaciones de trabajo. Por su parte si bien la calcedonia es una roca local que se introdujo al sitio en eventos puntuales, se vincularía al menos en un caso a una estrategia conservada con evidente planificación respecto a la tarea a desarrollar. El empleo de los artefactos corresponde al desarrollo de acciones con movimiento transversal. Entre ellos surge una relación entre filos con ángulo mayormente bajo (agudo – rasante, oblicuo y muy oblicuo-) y el procesamiento de una sustancia blanda (cuero), y otra relación entre filos con ángulo más alto (de agudo oblicuo a abrupto) y el procesamiento de una sustancia dura (madera). Además se identificó que un solo artefacto y una minoría de filos (retocados y naturales) del equipo de herramientas no poseen evidencias de uso, a pesar de tratarse principalmente de filos con clara inversión de trabajo en su regularización.

Al evaluar el procesamiento de recursos en el componente, podemos decir que los filos (retocados y naturales) fueron empleados con la misma frecuencia en el procesamiento de recursos faunísticos (cuero y hueso) y vegetal leñoso (madera). En menor medida se procesaron sustancias indeterminadas blandas y duras. Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia. Para el trabajo de recursos faunísticos como el cuero por raspado o acción transversal, se empleó la mayor variedad de clases de artefactos (lasca retocada, cepillo, cuchillo y raspador). Los mismos se caracterizan por poseer filos de longitud variable principalmente cortos y ángulo agudo. Uno se fabricó sobre un soporte grueso. Por su parte para el procesamiento del hueso, sustancia dura, por acción longitudinal se empleó un artefacto muy delgado sin formatización secundaria (lasca). Este posee un filo largo, de ángulo oblicuo. Por su parte para el procesamiento de madera (sustancia dura) por descortezamiento o pulido (acción transversal) se emplearon dos clases de artefacto (raspador y raedera) que poseen principalmente filo corto y ángulo agudo muy oblicuo. Mientras para el corte (acción longitudinal) de esta sustancia solo se empleó una lámina de espesor medio, con filos de longitud variable (corto y largo), ángulo agudo oblicuo. Los filos con los que se trabajaron sustancias blandas por acción longitudinal, corresponden a los filos naturales de una lámina de espesor medio, de longitud variable (corto y largo) y ángulo agudo muy oblicuo. Por último el filo elegido para procesar una sustancia dura en una acción indeterminada, es corto, de ángulo agudo oblicuo y corresponde a una lasca retocada. Los ocupantes prefirieron los filos formatizados de sílex, para realizar distintas operaciones de trabajo, aunque también se emplearon filos de calcedonia. Además se emplearon filos naturales de sílex para realizar otras tareas. Con el sílex se procesó una mayor variedad de

La mayor parte de los productos de talla no fueron utilizados a pesar de tratarse de soportes con más de un filo fresco y dimensiones apropiadas para la prensión manual. Sin embargo se emplearon cinco bordes naturales correspondientes a tres artefactos de sílex marrón-rojo, materia prima con más evidencia de uso a su vez entre los instrumentos. Se trata de una lasca (un

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras sustancias que con la calcedonia. Entre estas sustancias se encuentran la madera, el cuero, el hueso, sustancias blandas y una sustancia dura. La práctica productiva más recurrente corresponde al descortezamiento, pulido y corte de ramas, troncos y demás leños (madera) vinculado posiblemente al acondicionamiento de soportes y la producción de bienes y artefactos. El empleo de la calcedonia también se inscribe en la órbita de esta práctica.

realizó en torno a estas estructuras aunque puede circunscribirse a tres sectores de la cueva, y al descarte primario de restos de fauna en dos sectores coincidentes a aquellos con mayor densidad de restos líticos (K2, G1 y G2; B1 y B2). La alta concentración de restos óseos muy pequeños en un espacio (F1) adyacente a estos sectores se atribuye al posible mantenimiento del espacio (descarte secundario). En el sitio se cocieron porciones de las presas, esto se infiere a partir de los restos óseos termoalterados. Su distribución coincide con el espacio de descarte secundario. En consecuencia se propuso a modo de hipótesis el encendido fogones en la cueva.

En lo que respecta al movimiento realizado con artefactos de cada litología, se observa que con sílex y por movimiento transversal se procesó cuero (raspado), seguido de madera (descortezado o pulido). Con la misma litología y por movimiento longitudinal se procesó madera (corte, aserrado), seguida de sustancias blandas y hueso (corte). Además se realizo una acción indeterminada sobre una sustancia dura. Por su parte con la calcedonia y por acción transversal se procesó madera y cuero.

Los ocupantes habrían ingresado piezas parcialmente descortezadas o los soportes preparados. El equipo de instrumentos y útiles del conjunto evidencian diversas secuencias de manufactura o aprovisionamiento de soportes con una inversión de trabajo principalmente baja y la producción estandarizada de algunas clases de artefacto (principalmente raederas), en el marco de estrategias expeditivas. La producción lítica se caracteriza por el desarrollo de las etapas finales (talla y formatizacion final). Esta se ubica principalmente (72,2 por ciento) en los tres sectores donde se desarrollaron más variedad de actividades: 1 (K2, G1 y G2); 2 (B1 y B2) y 3 (A2).

Si bien es escaso el número de artefactos por clase para evaluar en profundidad la estandarización en el diseño, se extraen algunos patrones en ese sentido. En el caso de las raederas considero que existe estandarización debido a que presentan regularidad en cuanto a la materia prima usada en su confección, la forma base elegida, el módulo de tamaño, los caracteres de los filos (delineación, longitud y ángulo) y los lascados. Además comparten una inversión de trabajo baja en su manufactura, y se registra uniformidad en cuanto a la modalidad de uso desarrollada. Esta combinación de caracteres tecnomorfológicos y funcionales permite postular al menos como hipótesis la especificidad funcional para las raederas en este componente.

El procesamiento de vegetal leñoso si bien es la actividad mas frecuente, se halla disperso en la ocupación y podría vincularse al acondicionamiento de soportes, por descortezamiento y/o pulido, para la producción de bienes. En el sector 1 se trabajó madera, este además reúne evidencias (restos líticos termoalterados) que refuerzan la hipótesis del encendido de fogones, aunque son insuficientes para plantear el tratamiento térmico en la cueva. El sector 2 donde a su vez se trabajaron vegetales leñosos, es el único lugar donde se procesó hueso y sustancias blandas. Estas materias serían parte de los numerosos restos de camélidos actuales descartados en ese espacio, que presentan marcas de corte, entre otras. Mientras tanto en el sector 3 también se trabajó madera y se acondicionaron cueros por raspado. Asimismo esta última operación se realizó en otras locaciones con menos actividades que en los tres sectores destacados, como en el espacio intermedio -F2- entre 1 y 3, y en la cuadrícula E1. Según la frecuencia, el trabajo del cuero ocupa el segundo lugar y es la actividad que posee mayor concentración en el espacio, por la adyacencia de A2 y F2. Por último en el espacio destinado el descarte secundario de restos faunísticos -F1- se recuperó un artefacto empleado para trabajar una sustancia dura, posiblemente hueso.

Además lascas retocadas y raspadores tomados en conjunto comparten regularidades con las raederas en cuanto a materia prima usada en su confección (sílex), forma base (lasca), algunos caracteres del filo como delineación (convexa) y ángulo (agudo), caracteres de los lascados (continuo, unifacial y marginal), e inversión de trabajo (baja) en su producción, incluso en el movimiento que caracteriza las operaciones de trabajo (transversal). Sin embargo se diferencian con aquellas respecto del modulo de tamaño (chico y mediano), la longitud del filo (corto) y en que fueron empleadas para procesar distintas sustancias. Esta combinación de caracteres tecnomorfológicos y funcionales permite postular que poseen un grado de estandarización menor que las raederas y al menos como hipótesis que son más versátiles aunque dentro de las acciones transversales. Síntesis de las dinámicas de producción – consumo en el componente

Para caracterizar las dinámicas del sitio se consideran elementos como el hipotético encendido de fogones, el acotado ingreso de presas, una actividad de producción lítica que si bien es superior a las ocupaciones contemporáneas de la localidad (LM U8 y LV U6) dista significativamente de la desplegada en las ocupaciones pleistocenicas de CDM1 (U4 y U3b). Estos elementos combinados al empleo preponderante de artefactos y útiles en operaciones de trabajo orientadas a la

En el espacio intrasitio si bien se observa superposición de actividades complementarias, la señal arqueológica es mas débil que en las ocupaciones previas de la cueva. Se considera que este espacio se estructuró de manera diferente a las ocupaciones anteriores. Esto se debe a la ausencia de fogones, a que la actividad de talla no se

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Discusión producción de bienes en madera y en cuero, al consumo de alimentos, a la cocción de partes de animales, sería el resultado de ocupaciones breves, con mayor recurrencia que otras ocupaciones contemporáneas, propio del desarrollo de actividades múltiples y del uso diverso del espacio intrasitio.

también se aprovechó un borde frontal. A su vez se deduce un claro patrón en la manufactura de filos con delineación convexa. Producción de artefactos en sílex El trabajo del sílex en la cueva se caracteriza por la actividad de talla (obtención de formas bases). Sin embargo las escasas evidencias sugieren que se habrían ingresado soportes preparados y/o artefactos formatizados y no se habrían ingresado núcleos (ínfima proporción de piezas de descortezamiento y de formatizacion final, instrumentos con poca reserva de corteza, la variedad de sílex mayoritaria entre los productos de talla difiere con la hallada entre los artefactos formatizados). La reducción de los núcleos fuera del sitio y la terminación de algunos artefactos en el interior implicaron la producción de lascas por percusión con percutor duro. Para la producción de artefactos formatizados se siguieron dos secuencias. La primera implicó la selección de lascas grandes como soporte, sobre las que se practicó una escasa regularización ultramarginal de los bordes, mayormente dos por artefacto, por retoque– microrretoque, unifacial, continuo, por percusión. Siguiendo esta secuencia, caracterizada por la baja inversión de trabajo, se configuró una lasca retocada, una raedera y un raspador/denticulado. La segunda secuencia también involucró la selección de una lasca grande, sobre la que se practicó la regularización profunda de dos bordes, por retoque-microrretoque, bifacial, continuo, por presión. Siguiendo esta secuencia, caracterizada por una inversión de trabajo media, se configuró una punta de proyectil apedunculada.

8.5 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE8- del sitio La Mesada En relación con la producción lítica en este componente predomina la actividad de talla del núcleo (extracción de formas base), con una ínfima actividad de descortezamiento y formatizacion final. La ausencia de núcleos y la escasez de lascas de descortezamiento en la cueva en combinación con las evidencias obtenidas en las fuentes, señalan que la preparación y descortezamiento de los núcleos se realizaron principalmente en las canteras. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación absoluta de artefactos formatizados es alta en relación al número de piezas totales recuperadas y a la cantidad de productos del estadio de formatización final. Esto podría indicar una escasa producción de artefactos formatizados en la cueva. La variedad de materias primas utilizadas concuerda con la encontrada en los afloramientos de la localidad, además se halló una lasca de obsidiana. Entre ellas se empleó principalmente sílex, en mayor medida marrón proveniente probablemente de la fuente La María Quebrada inmediatamente disponible y de otras fuentes cercanas al sitio. Esta preferencia se vincula a la muy buena calidad para la talla, a la inmediata disponibilidad, a la abundancia, al fácil acceso a la fuente desde el sitio y a que esta roca es óptima para ser usada en diversas acciones sobre distintos recursos. Además se manufacturó un artefacto de calcedonia, aunque hay mucha menos evidencia de esta litología en el componente respecto al sílex. La calcedonia habría sido colectada en el sector Bosque Petrificado distante a 5 km, o en otros sectores de la Localidad. Se recuperó un solo producto de talla de obsidiana, materia prima alóctona, procedente posiblemente de Pampa del Asador a 190 km. La presencia de esta roca en este y otros componentes contemporáneos (CDM1 U3b; LV U6) estaría evidenciando la existencia de relaciones y canales de comunicación por parte de los grupos a larga distancia.

Producción de artefactos en calcedonia La escasez de artefactos de calcedonia en el componente impide evaluar las tareas de producción desarrolladas con esta materia prima en el sitio. Sólo se recupero una raedera que posiblemente se haya ingresado luego de su manufactura. Esta se elaboró a partir de la selección de una lasca grande, mediante escasa regularización marginal de dos bordes, por talla, retoque y microrretoque, unifacial, continuo y por percusión. Esta secuencia implicó una baja inversión de trabajo. La misma podría agruparse con la primer secuencia seguida con el silex, debido al grado de similitud.

Se observa una variedad de clases de artefactos formatizados (n= 4) apenas inferior a la registrada en el componente con más clases del Holoceno temprano (CDM1 U3b). Si bien con el sílex amarillo se fabricó la mayor cantidad y número de clases de artefactos, esta variedad del sílex no coincide con la más representada en el conjunto, el sílex marrón. Según los caracteres morfológicos y dimensionales de los artefactos formatizados, existiría una preferencia por la producción de artefactos sobre lascas (100 por ciento) de módulo de tamaño grande. Además se observa como práctica dominante la regularización de dos filos por artefacto formatizado. Para la confección de los filos fueron seleccionados principalmente los bordes laterales, aunque

Consumo de artefactos líticos La mayoría de los artefactos posee buen estado de conservación de la superficie. Sin embargo dos instrumentos y un producto de talla presentan un lustre blanquecino que enmascara parte de la superficie de las piezas, con menor impacto en los bordes de las mismas. Dicha alteración se atribuye a un proceso de lixiviado que habría ocurrido en el sitio en mas de una ocasión. Al analizar el consumo de los artefactos formatizados se observa que las evidencias de uso se detectaron únicamente en filos con formatización secundaria. En consecuencia surge como patrón la regularización de los

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras bordes previa al uso. Los filos con rastros se distribuyen uno por artefacto en dos casos (uno de sílex y uno de calcedonia) y otros dos filos en un artefacto compuesto (de silex). Incluso estos filos provienen de artefactos sobre los que se regularizaron dos bordes, salvo un caso en que se regularizó uno. La decisión respecto al empleo de las raederas en acciones con movimiento longitudinal probablemente se vincule con la adecuación a la tarea a realizar que presentan sus filos según los caracteres de forma (extensión y ángulo). Aquella con filo largo y ángulo agudo oblicuo se uso para procesar una sustancia blanda, mientras que la de filo corto y ángulo abrupto oblicuo se uso para procesar una sustancia dura (hueso o madera) la cual opone una mayor resistencia mecánica. Una relación semejante operó en la selección de filos resistentes y poco frágiles, como aquellos del raspador/denticulado empleados en una acción transversal sobre una sustancia dura (madera). Además se identificó que la mayoría de los filos (retocados y naturales) correspondientes a dos artefactos del equipo de herramientas no poseen evidencias de uso, a pesar de tratarse principalmente de bordes con clara inversión de trabajo en su regularización. El uso de estos artefactos se habría efectuado por aprensión manual. Esta elección se vio favorecida por la dimensión y al modulo de tamaño promedio (grande) que presentan las piezas. Los bordes naturales de los productos de talla no fueron seleccionados para realizar operaciones de trabajo. Esto podría deberse a las escasas actividades desarrolladas en el componente principalmente sobre sustancias duras que requieren filos retocados de ángulos mayores a 45° en el marco de ocupaciones de corta duración para usos limitados.

(madera) vinculado posiblemente al acondicionamiento de soportes, y a la producción y/o reparación de bienes y artefactos. La frecuencia de artefactos por clase es escasa para evaluar en profundidad la estandarización en el diseño, sin embargo se extraen algunos patrones a partir de las raederas. En este caso considero que existe una leve estandarización debido a que presentan regularidad en cuanto a la forma base elegida, el módulo de tamaño, los caracteres de los filos (delineación) y los lascados. Además comparten una inversión de trabajo baja en su manufactura, y se registra uniformidad en cuanto al movimiento desarrollado durante el uso. Esta combinación de caracteres tecno-morfológicos y funcionales permite postular al menos como hipótesis que el diseño de estas piezas estaba orientado a los trabajos de corte. Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente El espacio intrasitio presenta una señal arqueológica muy débil que expone una tenue adyacencia de actividades, prácticamente no superpuestas. Se considera que no presenta una estructuración definida de las actividades como se infiere de las ocupaciones finipleistocenicas estudiadas, como la del sitio Cueva Túnel ubicada a menos de 100 metros de La Mesada. Esto se debe a la escasez generalizada de restos, a la ausencia de estructuras de combustión bien delimitadas y a la inexistencia de sectores cuya concentración y asociación de artefactos usados, recursos descartados u otras evidencias de procesamiento (v.g. marcas de corte, fracturas) permitan distinguir dinámicas de producción.

Al evaluar el procesamiento de recursos en el componente, podemos decir que los filos fueron empleados principalmente para procesar vegetal leñoso (madera) y en menor medida sustancias indeterminadas (blanda y dura). Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia.

Al sitio se habrían ingresado unos pocos soportes preparados o artefactos ya formatizados, esto concuerda con el predominio de la actividad de talla en el interior, frente al escaso descortezamiento y formatizacion final. Estas prácticas implican el transporte de las piezas y contienen un elemento de planificación vinculado al consumo de los instrumentos, en el marco de una posibe estrategia conservada. Debido a que la práctica productiva principalmente desarrollada con los instrumentos, implica el procesamiento de madera, si combinamos el hallazgo de una punta de proyectil aun activa, puede plantearse como hipótesis que en la cueva se efectuó ocasionalmente el recambio de astiles de este sistema de arma. Además esta ocupación no se caracteriza por el ingreso y el consumo de presas.

Para el trabajo de la madera por acción transversal (descortezar/pulir), se empleó una clase de artefacto compuesto (raspador/denticulado). Los filos de esta pieza son cortos y poseen ángulo agudo muy oblicuo. Este artefacto se fabricó sobre un soporte de espesor medio. Por su parte para el procesamiento de otra sustancia dura (hueso o madera) por acción longitudinal se empleó una clase de artefacto, raedera, de filo corto y abrupto, fabricado sobre un soporte de idéntico espesor. Finalmente en el procesamiento de una sustancia blanda por acción longitudinal se empleo la misma clase artefactual (raedera) aunque de filo corto y abrupto, manufaturada sobre un soporte similar a los anteriores.

El equipo de instrumentos recuperados evidencia secuencias de manufactura caracterizadas por una baja inversión de trabajo, excepto la secuencia seguida para la confección de la punta de proyectil. Solo en el diseño de las raederas se distingue una leve estandarización vinculada a la adecuación que presentan en acciones longitudinales desarrolladas durante el consumo de las mismas. No es posible plantear que se haya efectuado el tratamiento térmico de rocas o la cocción de presas en la

Los ocupantes prefirieron los filos formatizados de sílex, para realizar distintas operaciones de trabajo. Con esta roca posiblemente se procesó más variedad de sustancias (madera y sustancia dura) que con la calcedonia. La práctica productiva más recurrente corresponde al descortezamiento/pulido de ramas, troncos y demás leños

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Discusión cueva debido a los exiguos restos termoalterados y a la presencia de un pequeño lente carbonoso. Es posible que la acción del agua haya jugado un papel en la conservación y distribución de los restos en el componente. Este agente pudo haber destruido huesos, removido los elementos líticos más pequeños y alterado las estructuras de combustión. En este sentido es necesario efectuar estudios específicos para evaluar la incidencia de este u otros agentes tafonómicos en la conformación del registro. Mientras tanto según el tipo de material recuperado, las frecuencias observadas, la asociación de los restos, y las estrategias de producción y consumo inferidas se propone que el componente inicial de la cueva se conformó por pocas ocupaciones, espaciadas en el tiempo y durante períodos breves. En las mismas se habrían desarrollado actividades restringidas. Considero a modo de hipótesis que el uso de este espacio podría haber sido parte de un aprovechamiento generalizado de la entrada al cañadon de La María Quebrada, tanto del espacio a cielo abierto como de otras cuevas y aleros que este contiene, para la instalación de campamentos. Esta porción del paisaje reúne condiciones óptimas para el asentamiento (amplio espacio para acampe, reparos rocosos y grandes paredones para reparo del viento) y la caza (bajo colector de aguas –a inicios del Holoceno se habría registrado mayor caudal que antes del EFRA y que en la actualidad-, arbustos y pastos, factores propicios para la afluencia de camélidos y otros animales). De esta manera la ocupación inicial de La Mesada sería un espacio que reuniría solo una porción acotada de las actividades desplegadas en estos asentamientos.

distintos recursos. Entre productos de otras rocas se recuperó una lasca de obsidiana, materia prima alóctona, procedente posiblemente de Pampa del Asador a 190 km. La presencia de esta roca estaría evidenciando la existencia de relaciones y canales de comunicación por parte de los grupos a larga distancia. Se observa solo una clase de artefacto formatizado, en consecuencia constituye el componente con menos clases del Holoceno temprano. Estos artefactos fueron manufacturados en silex marrón-rojo, esta variedad coincide con la más representada en el conjunto. Según los caracteres morfológicos y dimensionales de los artefactos formatizados para su producción se seleccionó una lámina y un soporte indeterminado, ambos de módulo de tamaño mediano. Además se observa como práctica dominante la regularización de un filo por artefacto. Para la confección de los filos fueron seleccionados los bordes laterales y manufacturados con delineación convexa. Producción de artefactos en sílex El trabajo del sílex en la cueva se caracteriza por la actividad de talla (obtención de formas bases). Sin embargo las escasas evidencias sugieren que se habrían ingresado soportes preparados y/o artefactos formatizados y no se habrían ingresado núcleos (pocos productos de formatizacion final, ausencia de piezas de descortezamiento, instrumentos sin reserva de corteza). La reducción de los núcleos fuera del sitio y la terminación de algunos artefactos en el interior implico la producción de lascas por percusión con percutor duro. Para la manufactura de artefactos se siguió una secuencia que implicó la selección de un soporte indeterminado de modulo mediano, sobre este se practicó una regularización profunda de un solo borde, por retoque– microrretoque, unifacial, continuo, por percusión. Siguiendo esta secuencia, caracterizada por la baja inversión de trabajo, se configuró un raspador.

8.6 Dinámicas de producción y consumo en el componente del Holoceno temprano –UE6- del sitio La Ventana En relación con la producción lítica en este componente predomina la actividad de talla del núcleo (extracción de formas base) seguida por una escasa actividad de formatización final. La ausencia de núcleos y de lascas de descortezamiento en combinación con las evidencias obtenidas en las fuentes, señalan que la preparación y descortezamiento de los núcleos se realizó principalmente en las canteras. Esto implica una distribución intersitio de las actividades de talla. La representación absoluta de artefactos formatizados es media en relación con el número de piezas totales recuperadas y a los pocos productos del estadio de formatización final. Este hecho podría indicar una escasa producción de artefactos formatizados en la cueva. La variedad de materias primas utilizadas concuerda con la encontrada en los afloramientos de la localidad, además se halló una lasca de obsidiana. Entre ellas se empleó principalmente sílex, en mayor medida marrón-rojo proveniente probablemente de la fuente de Sílex y Otras materias primas silíceas ubicada a 600 m (ver Figura 2, Cap. 5) o de otras fuentes cercanas al sitio emplazadas sobre el cañadon. Esta preferencia se vincula a la muy buena calidad para la talla, a la inmediata disponibilidad, a la abundancia, al fácil acceso a las fuentes desde el sitio y a que esta roca es óptima para ser usada en diversas acciones sobre

Además se siguió otra secuencia que previo al uso solo implico elección entre los materiales generados durante la actividad de talla. Se trata de un producto con bordes naturales de clase lasca de modulo mediano, para ser usado en tareas de raspado de cuero, sin formatizacion secundaria. Seguramente en la elección de la pieza se consideraron caracteres de forma del borde como la delineación recta, la extensión corta y el ángulo agudo rasante. Esta secuencia se caracteriza por una muy baja inversión de trabajo. Consumo de artefactos líticos La mayor parte de los artefactos de la muestra analizada presenta alteración superficial. Entre los productos de talla hay dos con daño térmico, y dos con lustre de suelo, mientras los artefactos formatizados poseen tratamiento térmico. Solo el lustre de suelo impidió el análisis de preciso de las superficies y puede haber enmascarado huellas de uso. Esta alteración probablemente se deba a la

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras fricción de las piezas con el sedimento del componente, ocasionada por pisoteo, compactación u otro factor. Al analizar el consumo de los artefactos formatizados se observa que las evidencias de uso se detectaron únicamente en un filo con formatización secundaria. Este filo corresponde a un artefacto de sílex sobre el que se regularizó un solo borde. La decisión respecto al empleo del raspador en una acción con movimiento transversal probablemente se vincule con la adecuación a la tarea a realizar que presenta su filo según los caracteres de forma (extensión y ángulo). El filo de otro raspador del equipo no posee evidencias de uso a pesar de tratarse de un borde con clara inversión de trabajo en su regularización. Además se identificó el uso del borde natural de una lasca de sílex en una acción con movimiento transversal. Sin embargo no se usaron los otros bordes naturales de los productos de talla. Esto podría deberse a las escasas actividades desarrolladas en el componente.

pocas ocupaciones alejadas en el tiempo. Al interior de la cueva en general y principalmente desde el margen oeste del fogón en B1 incluyendo C1, se realizó predominantemente la actividad de talla (extracción de formas base). A su vez se efectuó muy poca actividad de formatización final y no se realizaron tareas de descortezamiento. Los ocupantes no habrían implementado la técnica de tratamiento térmico dentro de la cueva. Esto se estima en base a las insuficientes evidencias con indicadores de tratamiento recuperadas. Los ocupantes habrían ingresado soportes preparados o artefactos formatizados. Para la manufactura de los mismos se siguió una secuencia caracterizada por la baja inversión de trabajo. Otra secuencia con muy baja inversión de trabajo implico la elección de una lasca de tamaño mediano y borde natural previo al uso. Los artefactos fueron utilizados por prensión manual. Estos se emplearon en el curtido y limpieza de cueros, práctica vinculada posiblemente a la manufactura de bienes en las cuadrículas adyacentes al sector noreste. Por su parte el encendido del fuego se habría efectuado en diversas oportunidades en una porción restringida del espacio (B1, B2 y A2). Los ocupantes habrían ingresado muy pocas presas animales. En coincidencia con la mayor concentración de restos líticos, en torno a la estructura de combustión (B1 y B2) se descarto la mayor parte del conjunto óseo. Esta actividad estaría asociada al consumo de fauna, y en cuanto a la cocción de partes los restos óseos termoalterados solo permiten postular la alteración accidental de los mismos.

El uso del artefacto formatizado y el útil se habría efectuado por prensión manual. Esta elección se vio favorecida por la dimensión y el modulo de tamaño promedio (mediano) que presentan las piezas. En este componente en el cual se uso un filo formatizado y el borde natural de un producto de talla, no se registra como patrón o necesidad la regularización de los bordes previa al uso. Al evaluar el procesamiento de recursos en el componente, podemos decir que los filos fueron empleados solo para procesar recursos de origen animal (cuero). Además, todos los filos fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia.

En base a los materiales recuperados y sus frecuencias, a las prácticas generales y a las estrategias de producción y consumo de artefactos inferidas, considero que este componente se habría originado a causa de pocas ocupaciones, espaciadas en el tiempo y durante períodos breves. En las mismas se habrían desarrollado actividades limitadas. Esta interpretación es complementaria de la hipótesis que plantea el desarrollo de actividades que no dejaron restos en función de un uso ceremonial del espacio. La misma se propuso en base al registro de la capa 6 y a caracteres particulares de la cueva como su gran oscuridad, la abertura a modo de “ventana” circular orientada al naciente de verano, y el motivo abstracto representativo de la pintura a modo de “rayos” rojos en torno a la misma que podrían estar simbolizando al sol. Esta claro que la cueva fue escenario de poca cantidad y diversidad de actividades, sin embargo las mismas pudieron haber sido efectuadas en el marco de ocupaciones generadas por personas asentadas en campamentos que pudieron emplazarse dentro del ámbito del Cañadon de La Ventana o por grupos llegados de otras locaciones y reunidos especialmente para la función ceremonial.

Para el trabajo del cuero por acción transversal (raspar), se empleó una clase de artefacto (raspador). El filo de esta pieza es corto y posee un ángulo agudo muy oblicuo. Este artefacto se fabricó sobre un soporte de espesor medio. A su vez para efectuar la misma operación de trabajo se empleó un producto de talla de clase lasca, de filo corto y ángulo agudo rasante, fabricado sobre un soporte de idéntico espesor. Los ocupantes prefirieron los filos (regularizados y naturales) de sílex, para realizar la misma operación de trabajo. Los ocupantes del sitio solo usaron esta roca para el procesamiento de sustancias. La práctica productiva más recurrente corresponde al curtido y limpieza de cueros vinculado posiblemente a la manufactura de bienes. No es posible evaluar la estandarización en el diseño de los artefactos debido a lo exiguo del conjunto. Síntesis de las dinámicas producción - consumo en el componente El componente presenta una señal arqueológica más clara que la registrada en la ocupación de LM U6. En el espacio intrasitio se observa adyacencia y superposición de actividades complementarias, con epicentro en el sector noreste (B1 y B2) que aloja la mayor parte de una gran estructura de combustión. Esta última habría operado como articulador del espacio y los materiales recuperados en torno a la misma serían el resultado de

8.7 Integración de las estrategias de producción y consumo desarrolladas durante el Pleistoceno final en la Localidad Arqueológica La María. Sobre la base de las evidencias recuperadas en los componentes U4 y U3c de Casa del Minero 1 y U8-10 de Cueva Túnel, es posible interpretar un conjunto de

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Discusión prácticas tecnológicas desarrolladas por los grupos de cazadores recolectores que habitaron la meseta durante el Pleistoceno final.

local probablemente fue colectada en una fuente secundaria cercana. Si bien la cantidad de artefactos en cada componente varía apenas entre 7 y 11, surge una diferencia al contrastar estas cantidades con el total de piezas del conjunto y el estadio de formatización al que corresponden según la materia prima. De esta manera se infiere que en las ocupaciones de CDM1 (U4 y U3c) caracterizadas como de actividades múltiples, la representación de artefactos es baja puesto que se habría producido más cantidad de instrumentos que podrían haber sido empelados y descartados fuera del sitio. Mientras en la ocupación de CT (U8-10) caracterizada como de uso específico, si bien el conjunto lítico es escaso la representación de artefactos es media puesto que la mayor parte de los artefactos se introdujeron al sitio ya formatizados o en estado avanzado de formatización, con el propósito de emplearse en el trozamiento y desarticulación de presas, la actividad principal.

La producción de artefactos líticos en las ocupaciones iniciales del área se caracteriza por la ejecución de las etapas finales de la manufactura dentro de los sitios. En la U4 de CDM1 y en la U8-10 de CT predomina la formatización final de artefactos, esta práctica coincide con lo registrado en la U5 de C3T1, mientras en la U3C de CDM1 predomina la actividad de talla (extracción de formas base). Los grupos que ocuparon la localidad La María durante el Pleistoceno final realizaron la preparación y descortezamiento de núcleos en las fuentes. Posteriormente habrían ingresado núcleos y lascas nodulares parcialmente descortezados a los sitios como CDM1 (U4 y U3c), mientras que en el componente U810 de Cueva Túnel la materia prima se habría ingresado como piezas totalmente descortezadas o soportes preparados. No obstante en estas tres ocupaciones no se hallaron núcleos y se recuperaron pocas lascas de descortezamiento, hecho que implicaría estrategias de transporte o descarte en lugares especiales. A nivel regional la ausencia de núcleos también caracteriza la U6 de AEP1 que presenta un conjunto lítico muy escaso vinculado a eventos de actividades limitadas en torno al procesamiento primario de grandes animales. Sin embargo las ocupaciones iniciales de Los Toldos Cueva 3 (Nivel 11) y la U5 de C3T1, interpretadas como campamentos base o sitios de actividades múltiples, documentan el ingreso de núcleos. En la U5 de C3T1 la actividad de descortezamiento posee más desarrollo que en las ocupaciones de La María, aunque siempre inferior a las etapas finales de la formatización de instrumentos. Durante este momento de ocupación la explotación de recursos líticos incluyó el aprovechamiento de una variedad de rocas locales con predominio del sílex (79,47 por ciento), seguido por la calcedonia y el xilópalo, entre otras con porcentajes inferiores a 1,7 por ciento (Tabla 1). Esta tendencia en cuanto a la clase y la procedencia de las rocas más explotadas concuerda con la registrada a nivel regional según las prácticas de explotación relevadas en C3T1 (U5), AEP1 (U6) y LTC3 (Nivel 11). La elección de estas rocas se debe a la buena a muy buena calidad para la talla, a que se encuentran disponibles localmente y próximas a los sitios, a que se disponen en afloramientos en superficie hecho que permite mayor visibilidad y menor inversión de trabajo en los procedimientos de extracción, a que muchas de estas fuentes ofrecen materiales de litologías variadas, y a que estas rocas resultan óptimas para el procesamiento de recursos.

Durante estas ocupaciones para la manufactura de las distintas clases de artefactos principalmente unifaciales se seleccionaron soportes no estandarizados con predominio de módulo grande. Esta práctica estaría vinculada con la adecuación a la prensión manual de los artefactos, único modo de sujeción que ha sido propuesto para las piezas analizadas. En la mayor parte de las secuencias de producción, más allá de la litología, se requirió de una inversión baja de trabajo. Esta tendencia se debe a la buena performance lograda por los caracteres del filo y las propiedades de las rocas en la función desarrollada, sobre diseños principalmente con alto grado de especificidad funcional. Si bien se recuperaron algunos artefactos y se infiere la producción de otros que se inscriben en secuencias con mayor grado de inversión de trabajo (media o alta) no es posible evaluar la performance y la integridad funcional de muchos de estos debido a que fueron descartados fuera de los sitios (puntas de proyectil y artefactos bifaciales en CDM1, U4 y U3c respectivamente) o no presentan evidencias de uso (artefacto bifacial en U4 CDM1). Los patrones y las tendencias expuestas permiten afirmar que los grupos que ocuparon los sitios de La María durante el Pleistoceno final desarrollaron un conjunto de estrategias de selección de rocas y producción de artefactos semejantes que se mantuvieron vigentes durante al menos un milenio. Se puede establecer que los grupos que ocuparon inicialmente los sitios prefirieron utilizar los filos de los instrumentos con formatización secundaria. Tanto los filos retocados como los naturales y las superficies activas utilizadas fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia. Además se comprobó que no fue una práctica habitual el empleo de los bordes naturales de los productos de talla, al menos para los trabajos realizados en ocupaciones de actividades múltiples (U4 y U3c de CDM1) o específicas (U8-10 de CT) dentro de las cuevas. Solo un ínfimo 2,2 por ciento (n=3) de los bordes analizados presenta evidencias de uso

En estas ocupaciones se manipuló un total de 27 artefactos formatizados que se distribuyen en nueve clases, entre las que predominan las lascas retocadas con el 44,46 por ciento (Gráfico 1). Para la manufactura de artefactos en las ocupaciones de CDM1 (U4 y U3C) se empleó principalmente el sílex inmediatamente disponible. Sin embargo en las ocupaciones de Cueva Túnel (U8-10) se emplearon rocas de las cuales se desconoce la ubicación de la fuente como el ópalo que se supone de procedencia cercana, y la riolita que aunque no

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Muestra

(Tabla 2). Las tres piezas corresponden a la U4 de CDM1, poseen ángulo agudo y se utilizaron en acciones de corte de cuero y sustancias duras y blandas. Si conjugamos las evidencias a nivel regional esta tendencia se mantiene puesto que solo se reconoció el empleo de tres productos de talla en la U5 (C3T1) para efectuar trabajos de corte de cuero en un caso y sustancias indeterminadas en los otros. Asimismo se sugiere el uso probable de cuatro productos de talla de ángulo agudo en la U6 (AEP1) en acciones de corte de presas. Si bien hemos comprobado experimentalmente que los bordes naturales de las principales litologías presentes en los conjuntos de La María responden de manera adecuada ante diversas operaciones de trabajo, se considera que la tendencia por el no uso de estos bordes naturales se debería a la preferencia por los artefactos formatizados y a la posibilidad de fabricar otros fácilmente en un contexto de alta disponibilidad de materias primas y proximidad a las fuentes.

Componente U4 CDM1 U3c CDM1 U8-10 CT Total n / %

Clase Materia prima

U4 CDM1

U3c CDM1

U8-10 CT

Sílex Calcedonia Xilópalo Ópalo Toba Toba silicificada Ignimbrita Obsidiana Riolita Indet. Totales

865 249 47 3 2

1107 67 3 6

57 2 42 6

2029 316 52 42 3 14

79,47 12,37 2,03 1,64 0,11 0,54

1 1 72

2 15

5 1

3 1 5 88 2553

0,11 0,03 0,19 3,44 100

bordes 83 26 37 135 / 100

TABLA 2. PRODUCTOS DE TALLA CON EVIDENCIAS DE USO EN OCUPACIONES DEL PLEISTOCENO FINAL.

Se puede afirmar que los grupos de cazadores recolectores realizaron un uso diversificado de los recursos naturales. En las ocupaciones de CDM1 (U4 y U3C) y de CT (U8-10) se trabajaron principalmente sustancias de origen animal como la carne (25 por ciento) y el hueso (7 por ciento) lo que indica la realización de actividades de faenamiento relacionadas a la alimentación y la posible producción de artefactos óseos como en los componentes de CDM1. El procesamiento de presas estaría a su vez destinada a la manufactura de objetos de cuero (25 por ciento), como en las ocupaciones de CDM1, que no se han conservado en el registro arqueológico. Asimismo se procesaron sustancias como la roca vinculada a la producción de artefactos, la madera y sustancias duras (hueso o madera) relacionado con la alimentación o la producción de bienes, entre otras (Gráfico 2). La diversidad de sustancias procesadas a nivel regional se asemeja a lo registrado en La María. A su vez hay coincidencia en la proporción de las sustancias procesadas con predominio del trabajo sobre cuero como en C3T (U5) y LT (Nivel 11), seguido por el procesamiento de carne AEP1 (U6) y LT (Nivel 11), hueso, roca (C3T U5) y vegetal (LT Nivel 11). Las tendencias expuestas hasta aquí muestran que los artefactos líticos fueron empleados como instrumentos de trabajo a nivel regional en procesos de explotación de recursos tendientes a resolver necesidades semejantes y en un grado de importancia similar.

GRAFICO 1. CLASES DE ARTEFACTOS MANUFACTURADOS EN EL PLEISTOCENO FINAL EN LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA.

n

XT 48 15 25 88 / 100

Evidencias de uso XT bordes 3 3 3/ 3/ 3,4 2,2

%

En las ocupaciones iniciales se emplearon en distintas operaciones siete clases de artefactos formatizados y tres clases de útiles (sobre lasca, lámina y grandes litos) distinguibles entre sí desde un punto de vista tecnomorfológico. Dentro de este grupo, las lascas retocadas constituyen los artefactos cuantitativamente predominantes. Estas si bien fueron manufacturadas siguiendo una secuencia de producción similar caracterizada por la baja inversión de trabajo y comparten algunos caracteres de diseño como el tipo de materia prima (sílex), la forma base (lasca), la cantidad (uno) y la posición de los filos (lateral) y el espesor del soporte (medio), son artefactos versátiles que poseen escasa o nula especificidad funcional. Estas fueron empleadas para realizar distintas operaciones de trabajo como el raspado de cuero y de sustancias duras (en un caso hueso o madera), asimismo para operaciones de corte de cuero, hueso y una sustancia indeterminada (Gráfico 3). Considero que la variación en los caracteres del bode activo de las lascas retocadas se vincularía al menos de manera parcial con la tarea realizada. Aquellas de filo

TABLA 1. CLASE DE MATERIA PRIMA EXPLOTADA EN LAS OCUPACIONES DE CDM1 Y CT DURANTE EL PLEISTOCENO FINAL. INDET.: INDETERMINADA;

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Discusión largo, ángulo abrupto y soporte delgado se relacionan con el raspado de cuero, mientras los filos cortos, de ángulo agudo (oblicuo y muy oblicuo) y soporte de espesor medio se vinculan con acciones transversales sobre sustancias duras. Las empleadas en trabajos de corte (acción longitudinal) poseen menos frecuencia según la sustancia procesada, sin embargo se distingue que con el filo corto y agudo oblicuo sobre soporte medio se cortó hueso, mientras con los filos largos de ángulo agudo rasante sobre soportes grueso y medio se cortó cuero y otra sustancia indeterminada. El principal contraste entre los rasgos morfométrcos se encuentra en el ángulo del filo, considerado como rasgo de performance. En este caso la agudeza sería utilidad potencial aprovechada en la realización de operaciones de trabajo que requieren cinemáticas distintas. Esto explicaría porqué los filos de ángulo mayor fueron empleados en acciones transversales y los mas bajos en acciones longitudinales. Si a su vez consideramos los recursos trabajados según la operación realizada se observa que entre las acciones transversales las piezas de filo corto y espesor medio se usaron para procesar sustancias duras, mientras las de filo largo y modulo delgado se usaron para procesar sustancias blandas como el cuero que imprimen menor dureza y resistencia mecánica a su modificación.

longitud (largo) y ángulo (agudo rasante y agudo) asimismo en los caracteres de los lascados (retoquemicrorretoque, marginal/ultramarginal, unifacial, continuo, por percusión). Solo un filo presenta variantes como el acabado bifacial y el retoque por presión. En este sentido la longitud (largo) y ángulo (agudos) de estos filos surgen como caracteres de performance vinculados de manera plena con la principal tarea realizada (corte de carne). Un único filo que solo se distingue levemente por poseer un ángulo mayor (agudo oblicuo) fue empleado con idéntica cinemática aunque para el corte de una sustancia dura (hueso o madera). Los raspadores se ubican en tercer lugar incluyendo el filo de raspador del artefacto compuesto raspador/raedera para el análisis tecno-morfológico y funcional. Estos instrumentos fueron manufacturados siguiendo distintas secuencias de producción caracterizadas en su mayoría por la baja inversión de trabajo. A su vez comparten algunos caracteres de diseño como el tipo de materia prima (xilópalo, seguido por el sílex), la forma base (lasca), la cantidad de filos (uno), su posición (frontal) y el espesor del soporte (delgado). Tomados en conjunto se observa que poseen un grado de especificidad funcional alto, ya que fueron empleados para realizar una acción con movimiento transversal destinada al raspado de cueros (Gráfico 3). Los caracteres de los bodes activos de los raspadores presentan un grado importante de estandarización tanto en longitud (largo) y ángulo (abrupto oblicuo) como en los caracteres de los lascados (retoque, ultramarginal, unifacial, continuo, por percusión). Solo un filo presenta variantes como el ángulo agudo oblicuo y el retoque profundo. En este caso la longitud (largo) y el ángulo (abrupto oblicuo) de los filos se presentan como caracteres de performance vinculados con la tarea realizada (raspado de cuero). Las raederas incluyendo el filo de esta morfología del artefacto compuesto cuchillo/raedera comparten el tercer lugar con los raspadores. Fueron manufacturadas siguiendo distintas secuencias de producción. Estas se caracterizan por la baja inversión de trabajo y comparten algunos caracteres de diseño como el tipo de materia prima (sílex, seguido por el ópalo), la forma base (lámina, seguido por lasca), la cantidad de filos (dos), la posición de los mismos (lateral) y el espesor del soporte (medio). Además poseen un grado medio de especificidad funcional, ya que fueron empleadas para realizar acciones con movimiento longitudinal entre las que predominan las operaciones de trabajo como el corte de sustancias blandas de origen animal (carne y eventual contacto con hueso), y en un caso el seccionamiento de una sustancia dura (hueso) (Gráfico 3). Los caracteres de los bodes activos se presentan diversos (no estandarizados) tanto en longitud (largo/corto) y en ángulo (agudo oblicuo/agudo muy oblicuo/abrupto oblicuo) asimismo en los caracteres de los lascados (talla-retoque-microrretoque/retoquemicrorretoque, ultramarginal/marginal/profundo) aunque comparten situación (unifacial), continuidad (continuo) y técnica (percusión). Considero que la variación en los caracteres del bode activo de las raederas se vincularía con la sustancia procesada. Aquellas de filo corto y largo

GRÁFICO 2. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS EN LAS OCUPACIONES DEL PLEISTOCENO FINAL. DURA (H O M): HUESO O MADERA, INDET.: INDETERMINADA.

Los cuchillos son la clase que se ubica en segundo lugar según la frecuencia. Para el análisis tecno-morfológico y funcional de estos instrumentos se adiciona el filo con formato de cuchillo del artefacto compuesto cuchillo/raedera. Estos artefactos fueron manufacturados siguiendo una secuencia de producción similar aunque con variantes técnicas. Esta secuencia se caracteriza por la inversión de trabajo media y comparte algunos caracteres de diseño como el tipo de materia prima (ópalo y sílex), la forma base (lámina y lasca), la cantidad de filos (dos, al menos), la posición de los mismos (lateral) y el espesor del soporte (delgado). Además poseen un grado de especificidad funcional alto, ya que fueron empleados para realizar acciones con movimiento longitudinal entre las que predominan las operaciones de trabajo como el corte de sustancias blandas de origen animal (carne y eventual contacto con hueso), y en un caso el seccionamiento de una sustancia dura (hueso o madera) (Gráfico 3). Los caracteres de los bodes activos de los cuchillos se presentan estandarizados tanto en

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras y ángulos agudos se relacionan con el corte de sustancias blandas de origen animal, mientras el filo largo de ángulo abrupto oblicuo se vincula con una acción longitudinal sobre una sustancia dura (hueso) que imprime mayor resistencia mecánica a su modificación, entre otros factores por la dureza.

desarrolladas por los grupos de cazadores recolectores que habitaron la meseta durante el Holoceno temprano. La producción de artefactos líticos en las ocupaciones del Holoceno temprano en el área se caracteriza por la ejecución de las etapas finales de la manufactura dentro de los sitios. En las tres ocupaciones U3b de CDM1, U6 de LV y U8 de LM predominan los productos correspondientes a la talla del núcleo (extracción de formas base), seguida en los dos primeros casos por la formatización final de artefactos, mientras en LM es secundada por una ínfima actividad de descortezamiento y formatizacion final. La actividad de producción artefactual desarrollada dentro de los sitios –etapas finales de la manufactura- coincide con la desarrollada durante el Pleistoceno final, aunque con predominio de la extracción de formas base. Además los grupos que ocuparon la localidad durante el Holoceno temprano continuaron realizando la preparación y descortezamiento de núcleos en las fuentes. Posteriormente en la U3b de CDM1, caracterizada como de actividades múltiples, se ingresaron núcleos y lascas nodulares descortezados o parcialmente descortezados que fueron descartados principalmente fuera del sitio mediante estrategias de transporte o descarte en lugares especiales. Estas prácticas de ingreso y descarte de la materia prima coinciden con las desarrolladas en las ocupaciones iniciales del sitio CDM1 (U4 y U3c) ambas de actividades múltiples. Mientras tanto en las ocupaciones U8 de LM y U6 de LV, caracterizadas como de actividades restringidas, se habrían ingresado los soportes preparados y los artefactos formatizados pero no los núcleos. Esto coincide con la práctica de ingreso de la materia prima seguida en la U8-10 de CT durante el Pleistoceno final que registra un uso específico del espacio. Sin embargo se conoce que a nivel regional durante el Holoceno temprano también se ingresaron núcleos y percutores tanto en ocupaciones caracterizadas de múltiples actividades como el nivel 12 de EC y en ocupaciones de actividades limitadas como la U4/5 de AEP1.

Los útiles sobre productos de talla surgen de la selección de soportes con más de un filo fresco y dimensiones adecuadas (mayor a 20 mm) para la prensión manual. Se caracterizan por la muy baja inversión de trabajo en su producción y comparten algunos caracteres tecnomorfológicos como el tipo de materia prima (sílex, seguido por la calcedonia), la forma (lascas y lámina), la cantidad de filos (dos), la posición de los mismos (lateral) y el espesor del soporte (delgado). Poseen un grado medio de especificidad funcional ya que fueron empleadas para realizar acciones con movimiento longitudinal entre las que predominan las operaciones de trabajo como el corte de sustancias blandas (v.g. cuero) y duras (Gráfico 3). Los caracteres de los bodes activos seleccionados para utilizar presentan un grado importante de regularidad tanto en longitud (largo) como en ángulo (agudo).

GRAFICO 3. MOVIMIENTO Y SUSTANCIA PROCESADA

En los componentes de ambos momentos de ocupación en los que se desarrollaron actividades múltiples U3b, U3C y U4 (CDM1) se distingue una práctica de ingreso de núcleos y lascas nodulares descortezados o parcialmente descortezados. Esta podría deberse a la recurrencia de ocupaciones (más allá de su duración), a la proximidad de las fuentes y a que para llevar a cabo la variedad de actividades productivas registradas en el espacio intersitio y demás actividades complementarias inferidas para el espacio externo sería necesario el ingreso de una cantidad de recurso lítico que permita la manufactura de diversos soportes y artefactos formatizados. En estas ocupaciones la mayor actividad de talla respecto a los sitios de actividades limitadas habría favorecido la reducción total de los núcleos y su ausencia predominante en el registro, además la ocupación de la cueva asociada al menos en ocasiones a campamentos mayores habría aumentado las posibilidades de traslado de los núcleos a otras locaciones en pos de aprovechar el recurso (por los mismos ocupantes de la cueva u otros

SEGÚN CLASE DE ARTEFACTO O FILO DURANTE LAS OCUPACIONES DEL PLEISTOCENO FINAL. CHOPPING-T.: CHOPPING-TOOL; LB(CH/TBA): LONGITUDINAL BLANDA (CARNE-HUESO/TEJIDO BLANDO ANIMAL); LH: LONGITUDINAL HUESO; LC: LONGITUDINAL CUERO; TD(HOM): TRANSVERSAL DURA (HUESO O MADERA); TC: TRANSVERSAL CUERO; PMR: PERCUTIR, MACHACAR ROCA; PMD(HOM): PERCUTIR MACHACAR DURA (HUESO O MADERA); SV: SOPORTAR VEGETAL; LIND.: LONGITUDINAL INDETERMINADO.

8.8 Integración de las estrategias de producción y consumo desarrolladas durante el Holoceno temprano en la Localidad Arqueológica La María. Continuidades y diferencias con las ocupaciones del Pleistoceno final. Sobre la base de las evidencias recuperadas en los componentes U3b de Casa del Minero 1, U8 de La Mesada y U6 de Cueva de la Ventana, es posible interpretar un conjunto de prácticas tecnológicas

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Discusión integrantes del campamento) produciéndose luego su descarte. Por otro lado en los componentes de ambos momentos en los que se desarrollaron actividades limitadas U6 de LV, U8 de LM y U8-10 de CT se diferencia la práctica de ingreso de materia prima a modo de artefactos formatizados y soportes preparados. Esta podría deberse al uso de las cuevas mediante unas pocas ocupaciones, mas espaciadas en el tiempo respecto a aquellas caracterizadas de usos múltiples, y por períodos breves, a la proximidad de las fuentes de materia prima y a que para llevar a cabo la actividad productiva que caracteriza cada ocupación incluido el empleo de instrumentos bastaría el ingreso del recurso lítico en formatos finales o avanzados de la manufactura en el marco de una estrategia planificada. Si la ocupación de las cuevas LM y LV estuvo asociada como se ha sugerido al menos como posibilidad a campamentos mayores se podría proponer que el desarrollo de actividades limitadas en su interior se habría efectuado en el marco de la estructuración social del espacio y de las actividades productivas complementarias desarrolladas por el grupo en el campamento. Como se expuso en este libro, aunque a otras escalas, es esperable reconocer la estructuración de las actividades realizadas por los grupos en el espacio desde las ocupaciones iniciales del área. En ese sentido se ha propuesto una estructuración de las actividades en el espacio intrasitio de las ocupaciones finipleistocénicas de CDM1 (U4 y U3c) y CT (U8-10) así como una distribución intersitio (fuente-cueva) de las actividades de la secuencia de talla para ambos momentos de ocupación.

instrumentos que podrían haber sido empelados y descartados fuera del sitio. Mientras en las ocupaciones de LM (U8) y LV (U6) caracterizadas como de uso restringido, si bien los conjuntos líticos son muy escasos la representación de artefactos es alta en LM y media en LV puesto que la mayor parte de los artefactos se introdujeron al sitio ya formatizados o en estado avanzado de formatización. Estos se habrían ingresado con el propósito de ser empleados en el procesamiento de la madera en LM y en el curtido y limpieza de cueros en LV. Durante estas ocupaciones para la manufactura de las distintas clases de artefactos principalmente unifaciales se seleccionaron soportes no estandarizados con predominio de módulo mediano a grande. Esta práctica se mantiene desde las ocupaciones iniciales de la localidad y estaría vinculada con la adecuación a la prensión manual de los artefactos, único modo de sujeción propuesto para las piezas analizadas. En la mayor parte de las secuencias de producción, más allá de la litología, se requirió de una inversión baja de trabajo. Esta tendencia al igual que en las ocupaciones del Pleistoceno final se debe a la buena performance lograda con los caracteres del filo y las propiedades de las rocas en la función desarrollada, sobre diseños principalmente con alto grado de especificidad funcional. Además se recuperaron dos artefactos (cepillo y punta de proyectil) que se inscriben en secuencias con inversión de trabajo media aunque no es posible evaluar la performance y la integridad funcional de estos debido a su escasez y en el caso de la punta de la U8 (LM) además a que no presenta evidencias de uso.

Durante el Holoceno temprano los grupos continuaron explotando una variedad de recursos líticos locales entre los cuales el sílex (87,25 por ciento) y la calcedonia continúan siendo preferidas, seguidas por la toba silicificada, entre otras con porcentajes inferiores a 1,7 por ciento (Tabla 3). Esta tendencia en cuanto a la clase y la procedencia de las rocas más explotadas concuerda en términos generales con la registrada a nivel regional según las prácticas de explotación relevadas entre las ocupaciones del Holoceno temprano de EC (N12) y AEP1 (U4/5). Como en los momentos iniciales la elección de estas rocas se debe a la calidad para la talla, a su cercanía a los sitios, a la forma en que se presentan en el paisaje y al menor costo de adquisición que esta implica, y a su efectividad en el procesamiento de recursos.

Los patrones y las tendencias expuestas permiten afirmar que los grupos que ocuparon los sitios de La María durante el Holoceno temprano continuaron realizando la mayor parte de las estrategias de selección de rocas y producción de artefactos registradas en las ocupaciones iniciales. Entre las principales diferencias se observa que durante el Holoceno temprano se manufacturó una menor cantidad de artefactos, hecho que podría vincularse al carácter predominante de las ocupaciones (de usos restringidos). Asimismo existe una diferencia a nivel de las clases artefactuales predominantes, con una merma importante en la producción de lascas o láminas retocadas hacia el Holoceno, una disminución en la producción de cuchillos o filos de cuchillo, con paridad en la producción de raspadores y raederas (o estos filos) en ambos momentos, con la desaparición del choppingtool/percutor y el artefacto bifacial, y la aparición de nuevos artefactos o filos (denticulado, cepillo y punta).

En estas ocupaciones se manipuló un total de 16 artefactos formatizados que se distribuyen en siete clases, entre las que predominan las raederas con el 31,25 por ciento (Gráfico 4). Para la manufactura de artefactos en las ocupaciones de CDM1 (U3b) LM (U8) y LV (U6) se empleó principalmente el sílex inmediatamente disponible. La cantidad de artefactos de los componentes varía entre 2 y 9. La diferencia entre estas magnitudes surge al contrastarlas con el total de piezas del conjunto y el estadio de formatización al que corresponden según la materia prima. De este manera se infiere que en la ocupación de CDM1 (U3b) caracterizada como de actividades múltiples, la representación de artefactos es media puesto que se habría producido más cantidad de

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras Clase MP Sílex Calcedonia Xilópalo Volcánica silicificada Toba silicificada Ignimbrita silicificada Obsidiana Indeterminada Totales

U3b CDM1 483 39 1 -

U6 LV 22 4 2 2

U8 LM 29 7 1 -

n

%

534 50 4 2

87,25 8,17 0,66 0,32

10

1

-

11

1,79

1

-

-

1

0,16

4 1 539

1 3 35

1 38

6 4 612

0,99 0,66 100

reconoció el empleo de dos bordes naturales de un mismo producto de talla (lasca) en el nivel 12 (EC). Con el borde agudo se efectuó el pulido de cuero y con el borde abrupto el raspado de la misma sustancia. Asimismo se sugiere el uso de dos bordes de ángulo agudo de una lasca en la U4/5 (AEP1) para el corte de cuero y de carne con hueso respectivamente. Esta tendencia por el no uso de los bordes naturales, como en el momento inicial, se debería a la preferencia por los artefactos formatizados y a la posibilidad de fabricar otros fácilmente en un contexto de alta disponibilidad de materias primas y proximidad a las fuentes. Muestra

TABLA 3. CLASE DE MATERIA PRIMA (MP) EXPLOTADA EN LAS OCUPACIONES DE CDM1, LM Y LV DURANTE EL HOLOCENO TEMPRANO.

Componente U3b CDM1 U8 LM U6 LV Total n / %

XT 10 4 9 23 / 100

bordes 21 9 14 44 / 100

Evidencias de uso XT bordes 3 5 1 1 4/ 6/ 17,39 13,63

TABLA 4. PRODUCTOS DE TALLA CON EVIDENCIAS DE USO EN OCUPACIONES DEL HOLOCENO TEMPRANO.

Los grupos de cazadores recolectores que habitaron la localidad durante el Holoceno temprano continuaron haciendo un uso diversificado de los recursos naturales. En las ocupaciones de CDM1 (U3b), de LM (U8) y LV (U6) se trabajaron principalmente sustancias de origen vegetal como la madera (37 por ciento) y de origen animal como el cuero (32 por ciento) hecho que indica la transformación de leños para la producción de bienes y la manufactura de objetos de cuero que no se han conservado en el registro. Asimismo se procesaron huesos y sustancias blandas posiblemente en torno al seccionamiento de porciones de presas o vinculado a la manufactura de bienes en cuero, y sustancias duras (Gráfico 5). La diversidad de sustancias procesadas a nivel regional (N12 de EC y U4/5 de AEP1) es menor a la registrada en las ocupaciones de La María, sin embargo comparten la explotación del cuero entre las principales sustancias y las pocas evidencias del procesamiento de elementos óseos.

GRAFICO 4. CLASES DE ARTEFACTOS MANUFACTURADOS DURANTE EL HOLOCENO TEMPRANO EN LA LOCALIDAD ARQUEOLÓGICA LA MARÍA.

Los grupos que ocuparon los sitios durante el Holoceno temprano también prefirieron utilizar los filos de los instrumentos con formatización secundaria. A su vez los filos retocados como los naturales fueron seleccionados para ejecutar una sola acción sobre una única sustancia. Además se comprobó que como en las ocupaciones iniciales no fue habitual el empleo de los bordes naturales de los productos de talla. Esta tendencia va en sentido contrario al planteo formulado por Durán y otros (2003) en base a evidencias tecnomorfológicas, según el cual durante el Holoceno temprano en el área los productos de talla al ser más pequeños que los artefactos formatizados habrían sido seleccionados para utilizar sus bordes naturales en diversas funciones. Sin embargo en ambos momentos de ocupación se recurrió al empleo de estos bordes principalmente en ocupaciones de actividades múltiples (U4 y U3b de CDM1) posiblemente como estrategia expeditiva en respuesta a necesidades inmediatas. Solo el 13,63 por ciento (n=6) de los bordes analizados presenta evidencias de uso (Tabla 4). Cinco de estos bordes corresponden a la U3b de CDM1, poseen ángulo agudo y se utilizaron en acciones de corte de madera, hueso y sustancias blandas. Mientras el borde de la U6 de LV posee ángulo agudo y se utilizo en el raspado de cuero. Si conjugamos las evidencias a nivel regional esta tendencia se mantiene puesto que solo se

En términos comparativos en la localidad La María se explotaron los mismos recursos en ambos momentos, registrándose un aumento en la explotación de la madera durante el Holoceno y una práctica mas frecuente de desposte y trozamiento de presas durante las ocupaciones iniciales. Esto último se debería a que el conjunto de este tipo de evidencia procede de la ocupación de un sitio que se encuentra estrechamente vinculado a la actividad de caza y se caracteriza por el ingreso, trozamiento y desarticulación de animales extintos y actuales. Las tendencias expuestas muestran que los artefactos líticos luego del 10.000 AP continuaron siendo empleados como instrumentos de trabajo a nivel regional en procesos de explotación de recursos tendientes a resolver necesidades semejantes y en un grado de importancia similar. Sin embargo se presentan variaciones que pueden tener

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Discusión relación con la clase de sitios analizados (de usos múltiples o restringidos) y las principales actividades desarrolladas en los mismos.

que oponen resistencia mecánica variable a su modificación. Esto explicaría porqué los filos de ángulo más grande (agudo oblicuo y abrupto oblicuo) fueron empleados para procesar sustancias duras (v.g. madera) en acciones transversales y longitudinales. Además se considera al espesor del soporte como un rasgo de performance que en combinación con filos de ángulo grande puede haber redundado en el buen desempeño de las acciones de desbaste sobre sustancias duras y resistentes. Mientras el filo largo de ángulo menor (agudo oblicuo) habría resultado óptimo en el corte de una sustancia blanda y en consecuencia menos resistente. Los raspadores si contabilizamos el filo de raspador del artefacto compuesto raspador/denticulado poseen la misma cantidad de filos que las raederas. Estos instrumentos fueron manufacturados siguiendo secuencias de producción similares caracterizadas por la baja inversión de trabajo. A su vez comparten caracteres de diseño como el tipo de materia prima (principalmente sílex), la forma base (lasca), la cantidad de filos (uno), su posición (principalmente frontal) y se distinguen en el espesor del soporte (mediano, seguido por grueso y delgado). Tomados en conjunto se observa que poseen un grado de especificidad funcional alto, ya que fueron empleados para realizar acciones con movimiento transversal destinadas al raspado de cuero y al desbaste de madera (Gráfico 6). Los caracteres de los bodes activos de los raspadores presentan un grado importante de estandarización tanto en longitud (largo) y ángulo (principalmente agudo muy oblicuo) como en los caracteres de los lascados (retoque-microrretoque, unifacial, continuo, por percusión), salvo en la profundidad principalmente marginal. En este caso la longitud (largo) y el ángulo (agudo muy oblicuo) de los filos se presentan como caracteres de performance vinculados con la tarea realizada (raspado de cuero y madera).

GRÁFICO 5. PORCENTAJE DE SUSTANCIAS PROCESADAS EN LAS OCUPACIONES DEL HOLOCENO TEMPRANO. DURA (H O M): HUESO O MADERA.

En las ocupaciones del Holoceno temprano se emplearon en distintas operaciones seis clases de artefactos formatizados y dos clases de útiles (sobre lasca y lámina) distinguibles desde un punto de vista tecno-morfológico. Dentro de este grupo, las raederas constituyen la clase cuantitativamente predominante. Estas si bien fueron manufacturadas siguiendo una secuencia de producción similar caracterizada por la baja inversión de trabajo y comparten algunos caracteres de diseño como el tipo de materia prima (principalmente sílex), la forma base (lasca), uno a dos filos, la posición de los mismos (lateral) y el espesor del soporte (grueso y medio), son artefactos versátiles que poseen escasa especificidad funcional. Fueron empleadas en distintas operaciones de trabajo como el raspado/descortezado de madera, el corte de una sustancia dura (hueso o madera) y el corte de una sustancia blanda (Gráfico 6). Los caracteres de los bodes activos se presentan diversos (no estandarizados) tanto en longitud (principalmente largo) y en ángulo (principalmente agudo muy oblicuo) sin embargo los caracteres de los lascados presentan mas recurrencias (predominio de retoque-microrretoque, con tratamiento ultramarginal y marginal en idéntica proporción) y todos los filos comparten situación (unifacial), continuidad (continuo) y técnica (percusión). Considero que la variación en los caracteres del bode activo de las raederas se vincularía al menos de manera parcial con la tarea realizada. Aquellas de filo largo, ángulo agudo muy oblicuo y soporte grueso se relacionan con el raspado/descortezamiento de madera. Mientras las raederas de espesor medio se emplearon en acciones longitudinales, entre estas la pieza con filo largo y ángulo agudo oblicuo se vincula con una acción de corte sobre una sustancia blanda, y la pieza de filo corto y ángulo abrupto oblicuo con el corte de una sustancia dura (hueso o madera).

Los útiles sobre productos de talla fueron seleccionados por poseer filos frescos y dimensiones adecuadas para la prensión manual. Se caracterizan por la muy baja inversión de trabajo en su producción y comparten algunos caracteres tecno-morfológicos como el tipo de materia prima (predominantemente sílex), la forma (en la misma frecuencia lascas y láminas), la cantidad de filos (dos), la posición de los mismos (lateral) y el espesor del soporte (medio). Poseen un grado alto de especificidad funcional ya que fueron empleados para realizar acciones con movimiento longitudinal entre las que predominan las operaciones de corte de sustancias duras (madera y hueso) y blandas (Gráfico 6). Solo un útil (lasca) se empleó en una acción transversal de raspado de cuero. El hecho de tratarse de una sola pieza no permite evaluar si presenta caracteres de performance vinculados con la acción efectuada. Por su parte los bodes seleccionados para realizar acciones longitudinales presentan un grado importante de regularidad en cuanto a longitud (largo) y ángulo (agudo oblicuo) que permiten postularlos como caracteres de performance seleccionados para estas tareas.

El principal contraste entre los rasgos morfométricos se encuentra en el ángulo del filo, considerado como rasgo de performance. Este rasgo revestiría utilidad potencial aprovechada en la realización de operaciones de trabajo que involucran movimientos distintos sobre sustancias

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras En ambos momentos de ocupación se manufacturaron raederas con bordes activos diversos (no estandarizados) siguiendo secuencias con un grado bajo de inversión laboral. En las ocupaciones iniciales fueron empleadas para realizar acciones de corte sobre distintas sustancias registrando un grado medio de especificidad funcional, sin embrago en las ocupaciones del Holoceno temprano se las empleó en acciones más diversas presentándose como artefactos versátiles con escasa especificidad funcional. Los filos de estos artefactos presentan continuidades de forma-función en ambos momentos. En este sentido las raederas de filo corto y ángulo agudo oblicuo (100 por ciento, n= 4) se emplearon para el corte de sustancias blandas de origen animal, mientras aquellas de ángulo abrupto oblicuo y de longitud variable (corto y largo) (100 por ciento, n= 2) se emplearon para cortar sustancias duras (hueso y posiblemente madera).

En ambos momentos de ocupación se manufacturaron lascas retocadas con bordes activos estandarizados siguiendo secuencias con un grado bajo de inversión laboral. En las ocupaciones iniciales fueron empleadas para realizar acciones transversales (raspar/descortezar) y longitudinales (corte) sobre distintas sustancias (blandas y duras) registrando escasa especificidad funcional. En las ocupaciones del Holoceno temprano se las siguió empleando en diversas operaciones de trabajo presentándose a su vez como artefactos versátiles con escasa especificidad funcional. La escasez de estos filos para el Holoceno solo posibilita proponer una diferencia en el empleo de los filos cortos de ángulo agudo oblicuo. Mientras en las ocupaciones iniciales se los vincula con acciones transversales sobre sustancias duras y el corte de hueso, en las ocupaciones del Holoceno se lo empleó en una acción transversal (raspado) sobre una sustancia blanda (cuero). Si bien durante el Holoceno disminuye notablemente la producción de lascas retocadas con las cuales se realizaron diversas operaciones de trabajo en el Pleistoceno, considero que el rol de diseño multipropósito (versátil) relevante a nivel de las estrategias tecnológicas es reemplazado por el diseño de los filos de raedera durante las ocupaciones del Holoceno.

A su vez en los dos momentos de ocupación de la localidad se manufacturaron raspadores con bordes activos con un grado importante de estandarización siguiendo secuencias de baja de inversión laboral. En las ocupaciones iniciales estos fueron empleados para realizar acciones transversales sobre una misma sustancia (raspado de cuero) registrando un grado alto de especificidad funcional. En las ocupaciones del Holoceno temprano también se los empleó en acciones transversales sobre cuero y se amplió su utilidad al trabajo de la madera conservando un grado alto de especificidad funcional. Si bien estos artefactos presentan continuidades en cuanto a la acción y las sustancias procesadas, a nivel del filo se registra un cambio desde filos de mayor longitud (largo y extendido) en momentos iniciales hacia la manufactura de filos exclusivamente cortos durante el Holoceno. A nivel del ángulo del filo podría haberse producido una variación más leve desde filos con ángulos agudo oblicuo (30-46°) y abrupto oblicuo (70-85°) hacia la producción dominante de ángulos agudo muy oblicuo (46-69°). Estos cambios se producen sin embargo sobre artefactos que para ambos momentos mantienen un modulo de tamaño mediano.

Durante el Holoceno se manufacturó un solo cuchillo siguiendo una secuencia de producción similar a la del momento inicial a nivel de los lascados (retoquemicrorretoque, ultramarginal, unifacial, continuo, por percusión) y de longitud (largo) y ángulo (agudo oblicuo) del filo. Este además presenta similitudes con los caracteres de diseño menos frecuentes de los artefactos pleistocénicos como la materia prima (sílex) y el espesor del soporte (medio), aunque la secuencia se caracteriza por la baja inversión de trabajo. La diferencia se debe a que la secuencia seguida durante el Pleistoceno involucra etapas de trabajo dentro y fuera del sitio sobre una materia prima (ópalo) que se supone cercana aunque se desconoce la fuente. Este hecho habría implicado un transporte a mayor distancia respecto a las fuentes de La María Quebrada además de la planificación del ingreso (predominante) de los artefactos formatizados especialmente diseñados para la tarea a realizar. Con el cuchillo holocénico se efectuó una acción transversal (raspado de cuero), en este aspecto se diferencia de la operación de trabajo (corte de sustancias blandas de origen animal) por la cual se le asigna un grado de especificidad funcional alto a los cuchillos de fines del Pleistoceno. La disminución en la manufactura de cuchillos o filos de esta morfología durante el Holoceno respecto a las ocupaciones iniciales podría deberse al sesgo que conlleva el análisis de una ocupación como la U8-10 de CT caracterizada por el uso específico del espacio en el cual la actividad principal fue el trozamiento y desarticulación de presas, para la cual fue necesario el empleo filos dotados de los caracteres de performance que se han apuntado oportunamente.

Durante el Pleistoceno final como en el Holoceno temprano se llevo adelante una práctica que involucró la selección y uso directo de productos de la talla. Posiblemente esta práctica se inscriba dentro de una estrategia expeditiva en respuesta a necesidades de trabajo inmediatas originadas principalmente en el marco de ocupaciones de usos múltiples (vg. U4 y U3b de CDM1) donde se desarrolló una mayor cantidad y diversidad de actividades. Estos artefactos presentan continuidades entre ambos momentos como la selección de lascas y láminas principalmente de sílex que se emplearon en acciones de corte sobre sustancias de variada dureza (vg. cuero, madera y hueso) exponiendo un alto grado de especificidad funcional. No obstante durante el Holoceno se registra la selección y el empleo de filos de diversa longitud (largo y corto) respecto a los empleados en las ocupaciones iniciales, exclusivamente largos. Por ultimo a nivel del ángulo del filo se mantiene la selección de bordes agudos en sus diversas categorías.

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Discusión

GRÁFICO 6. MOVIMIENTO Y SUSTANCIA PROCESADA SEGÚN CLASE DE ARTEFACTO O FILO DURANTE LAS OCUPACIONES DEL HOLOCENO TEMPRANO. LASCA RET.: LASCA RETOCADA; TC: TRANSVERSAL CUERO; LB: LONGITUDINAL BLANDA; LD (MOH): LONGITUDINAL DURA (HUESO O MADERA); TDM: TRANSVERSAL DURA MADERA; IND.D.: INDETERMINADA DURA.

8.9 Bibliografía Mansur, M. E. 1983. Traces d´ utilisation et technologie lithique: examples de la Patagonie. Bordeaux, Université de Bourdeaux I. Thèse de 3ème cycle. Nelson, M. 1991. The study of technological organization. Archaeological Method and Theory 3: 57-100.

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consideramos que existe evidencia directa (macro y microhuellas de uso) y evidencia complementaria (microrrestos vegetales y ácidos grasos) suficiente para postular el empleo de los artefactos y útiles en diversas operaciones de trabajo sobre distintos recursos naturales para ambos momentos de ocupación. Además comprobamos que en dichos momentos los grupos que ocuparon los sitios prefirieron utilizar los filos de los instrumentos con formatización secundaria, evidenciándose que no fue habitual el consumo de los bordes naturales de los productos de talla, recurriendo a su empleo principalmente en ocupaciones de actividades múltiples (U4 y U3b de CDM1) posiblemente como estrategia expeditiva en respuesta a necesidades inmediatas.

Capítulo 9. Conclusiones Esta investigación constituye un acercamiento a las estrategias de producción y consumo de los artefactos líticos por parte de las sociedades cazadoras recolectoras que habitaron la Meseta Central de Santa Cruz durante dos momentos consecutivos, el Pleistoceno final y el Holoceno temprano. La información que brinda la articulación de los enfoques tecno-morfológico y funcional al estudio de la organización de la tecnología lítica de un mismo momento de ocupación y de momentos consecutivos si bien encuentra antecedentes en investigaciones de sitios de la Meseta central, registraba hasta el momento un menor desarrollo, como el análisis a partir de menos cantidad de ocupaciones contemporáneas o el estudio de conjuntos aislados de la región.

La articulación de los resultados tecnológicos junto a otras líneas de evidencia e información contextual para los componentes analizados permitieron demostrar la relevancia y la operatividad de la información funcional en la comprensión de las dinámicas de producciónconsumo y en la delimitación de las actividades desarrolladas al interior de cada ocupación y entre las mismas, tanto en perspectiva sincrónica como diacrónica. Nuestro análisis permite proponer que en las ocupaciones donde se desarrollaron actividades múltiples en ambos momentos (U4, U3C y U3b de CDM1) si bien se realizaron labores complementarias, las evidencias de consumo de los artefactos líticos posicionan el procesamiento de cueros posiblemente vinculado con la manufactura de abrigos u otros bienes, como la actividad principal desarrollada al interior de los sitios; mientras que en las ocupaciones donde se efectuaron actividades limitadas si bien se reconoce el desarrollo de otras labores incluso complementarias, las evidencias de consumo de los artefactos líticos señalan el predomino de actividades distintas en cada ocupación como el trozamiento y desarticulación de presas en CT (U8-10), el procesamiento de madera en LM (U8) y el procesamiento de cueros en LV (U6).

Uno de los propósitos de este estudio fue crear un cuerpo organizado de datos experimentales con descripciones detalladas de los distintos tipos de huellas de uso sobre artefactos confeccionados con rocas del área de estudio. Además me propuse delimitar los indicadores que permitieran reconocer las causas involucradas en el origen de los rastros detectados en los conjuntos arqueológicos. Estos tópicos fueron abordados a partir de la aproximación experimental alcanzando ambos objetivos mediante el estudio de una Colección Experimental amplia y variada. Esta aproximación permitió también la formulación de un conjunto de conclusiones de carácter empírico con valor interpretativo para el estudio de los conjuntos originales del Pleistoceno final y el Holoceno temprano, que serán a su vez de mayor utilidad en los abordajes futuros a los conjuntos líticos de las numerosas ocupaciones relevadas para el Holoceno medio y el Holoceno tardío en los sitios del área. Además, hemos desarrollado una aproximación metodológica útil, combinando el examen tecnomorfológico a diversos grados de resolución/agregación (conjunto, artefacto, filo, conjuntos contemporáneos) con el análisis funcional para evaluar la relación entre las características de forma de los artefactos y/o los bordes activos con el desempeño de los mismos, y para calcular el grado de especificidad funcional de los artefactos y los conjuntos. Se trata de una metodología ventajosa para ser aplicada en otros contextos arqueológicos contemporáneos o de momentos de ocupación consecutivos con el propósito de monitorear las tendencias de cambio y continuidad a nivel de las estrategias de producción y uso de los artefactos líticos. Los resultados adquiridos y la discusión desarrollada en torno a las secuencias de producción de artefactos, de las prácticas y las tendencias efectuadas en relación con el consumo de los mismos posibilitaron cumplir con los objetivos propuestos y poner a prueba las hipótesis planteadas inicialmente en el Capítulo uno. En este sentido nuestras investigaciones han arrojado información sustancial que nos permite llegar a las siguientes conclusiones. Respecto al uso de los artefactos líticos

El desarrollo de una aproximación que integra principalmente perspectivas tecnológicas y funcionales permitió alcanzar una mayor comprensión de las dinámicas de producción de artefactos y de la explotación de recursos respecto a los estudios tecnológicos que solo indagan sobre el aprovisionamiento y la manufactura de los artefactos líticos. Estos últimos al no considerar las estrategias de consumo favorecen el sesgo en las interpretaciones acerca de las actividades desarrolladas con los artefactos (en base a criterios de forma) en las sociedades de cazadores recolectores. Los logros propuestos son atribuibles a su vez a la integración de otros estudios como las secuencias de producción lítica, el examen de residuos, y el análisis espacial de las actividades. Los resultados alcanzados en cuanto a la manufactura de artefactos para cada momento de ocupación han permitido dilucidar que en la mayor parte de las secuencias de producción, más allá de la litología, se requirió de una inversión baja de trabajo. La continuidad

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Conclusiones de esta tendencia permite rechazar la hipótesis que propone que uno de los cambios tecnológicos entre el Pleistoceno final y el Holoceno temprano sería evidente en el grado de inversión laboral puesto en la fabricación de los instrumentos. Si tomamos en grupo los conjuntos líticos de cada momento se registra un predominio de los diseños con alto grado de especificidad funcional. Este hecho permite rechazar la hipótesis que propone la baja especificidad funcional (desarrollo de múltiples tareas) para las diversas clases artefactuales de los componentes tempranos. Sin embargo si consideramos por separado las clases de los artefactos para cada momento queda en evidencia que tanto en el Pleistoceno final como en el Holoceno temprano las clases que poseen mayor frecuencia entre los artefactos con uso, lasca retocada y raedera respectivamente, constituyen diseños versátiles con baja o nula especificidad funcional.

aprovechamiento de sustancias que generalmente no se preservan en el registro, al menos en las ocupaciones iniciales de la Meseta central (cuero, vegetal leñoso – madera-, y carne) pero que ocuparon un rol importante en la alimentación, en la manufactura de bienes, y en la respuesta dada a otras necesidades propias de las sociedades de cazadores recolectores. Además posibilitó esclarecer las actividades desarrolladas en las cuevas, y contrastar hipótesis formuladas en estudios previos en relación con el consumo de artefactos y ecofactos, así como de los diversos procesos de trabajo efectuados por los grupos y su distribución en el espacio intrasitio. Sin pretender abarcar todas las relaciones de forma y función, esta investigación constituye un modelo de cómo aproximarnos a la variabilidad de uso de los instrumentos, desde una perspectiva que trasciende la concepción de los artefactos como de naturaleza unívoca. El examen de estas relaciones ha puesto de manifiesto el predominio de las continuidades a nivel de las preferencias tecnológicas, de las estrategias de uso y diseño de los filos o bordes activos adoptadas por las sociedades de cazadores recolectores durante los primeros momentos de ocupación de la Meseta central de Santa Cruz, en la Patagonia argentina. Este hecho nos permite pensar más en la continuidad de los modos de hacer, como de numerosas prácticas culturales entre las sociedades que poblaron el área en dos grandes períodos históricos en torno a la transición Pleistoceno/Holoceno, que en un posible abandono del área por parte de los primeros pobladores y la reocupación por nuevos grupos que desconocieran por completo la misma (disponibilidad y calidad de recursos, espacios de mayor jerarquía, etc.).

En base a los datos generados se puede concluir que las diversas clases artefactuales en general no se corresponden de manera directa y unívoca con las actividades a las que han sido destinados los instrumentos y que con piezas que poseen caracteres de forma similares pudieron haberse realizado operaciones de trabajo distintas. En lo que respecta a las estrategias de uso y diseño de los filos para ambos momentos de ocupación se puede remarcar que para efectuar trabajos de corte sobre sustancias blandas (carne con hueso y tejido blando animal) los grupos cazadores-recolectores confeccionaron filos (cuchillo, raedera) o seleccionaron bordes naturales (lasca y lámina) principalmente largos y de ángulo agudo, especialmente oblicuo. Mientras que para realizar trabajos de corte sobre sustancias duras, posiblemente hueso o madera, seleccionaron filos (cuchillo, raedera) y bordes naturales (lámina, lasca) similares, principalmente largos y de ángulo agudo, aunque especialmente muy oblicuo. Por su parte el trabajo de corte o aserrado de elementos óseos durante el Pleistoceno final se llevo a cabo con filos de longitud (corto y largo) y ángulo variable (agudo oblicuo y abrupto oblicuo) pertenecientes a una lasca retocada y a una raedera.

Si bien los resultados y las discusiones desarrolladas en esta libro aportan información relevante para conocer el modo de vida de las sociedades que habitaron esta región, considero que será necesario llevar a cabo otros estudios que amplíen el conocimiento acerca del contexto de uso de los instrumentos y permitan evaluar con más precisión nuestras derivaciones. En este sentido serán de mayor utilidad los estudios que profundicen sobre las estrategias de captura y procesamiento de recursos faunísticos y vegetales, el estudio de las secuencias de producción y el análisis funcional de los artefactos óseos, igualmente el examen de los procesos de trabajo involucrados en la manufactura de bienes y artefactos en soportes como la madera y el cuero. Asimismo sería importante contar con estudios tafonómicos y microestratigráficos detallados que permitan esclarecer los procesos que podrían alterar o enmascarar las microhuellas de uso, como la distribución de los artefactos, entre otros aspectos. Además sería interesante extender el análisis de microrresiduos vegetales y ácidos grasos a muestras más amplias de artefactos de diversas ocupaciones e incorporar nuevos estudios de residuos orgánicos como el análisis de restos de sangre y proteínas, así como de ADN y fibras de origen animal. Estas aproximaciones aportan valiosas evidencias auxiliares para comprender el uso de los artefactos líticos examen de las estrategias de producción y consumo de artefactos líticos en otras ocupaciones contemporáneas a

En ambos momentos de ocupación la elección de filos para efectuar trabajos de pulido y desbaste de sustancias duras, como hueso y madera, estuvo orientada hacia aquellos principalmente cortos y de ángulo agudo, especialmente muy oblicuo. Estos proceden de diversas clases de artefacto como raedera, raspador, lasca retocada y denticulado. Mientras para el procesamiento de cueros por acciones transversales se seleccionaron filos y bordes naturales predominantemente largos y cortos, de ángulo especialmente abrupto oblicuo aunque se emplearon varios bordes de ángulo agudo. Estos filos proceden a su vez de diversas clases de artefacto como raspador, lasca retocada, cepillo, cuchillo y lasca. En este trabajo de investigación el análisis funcional de base microscópica permitió identificar el y la problemática en torno a la tecnología lítica en general. Por último, considero necesario desarrollar el

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Análisis de los procesos de uso de artefactos líticos en sociedades cazadoras-recolectoras cada momento estudiado para incrementar la casuística en cuanto al consumo de los instrumentos y a la variabilidad acerca de las actividades y procesos de trabajo característicos, exclusivos o complementarios desarrollados en el sitio o entre los sitios. Asimismo profundizar el examen tecnoógico y funcional de los sitios a cielo abierto más próximos a las cuevas en pos de

evaluar las posibles prácticas que involucren la distribución de actividades o de las etapas de procesamiento y modificación de recursos entre diversos sitios o entre diversos espacios de un mismo sitio como podría haber sucedido con las cuevas que en ocasiones hayan formado parte de un campamento mayor.

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