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Spanish Pages [205]
GREGORIO MAYANS Y SISCAR
VIDA DE
CERVANTES
PROMETEO SOCIEDAD EDITORIAL Gcrmanías, 35.— VALENCIA
EL PRIMER BIÓGRAFO DE CERVANTES,
DON GREGORIO MAYÁNS
Y
SISCAR
(1699-1781)
Más de una centuria había transcurrido desde la muerte del ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra, y ni la popularidad que alcanzara su nombre, ni las numerosas ediciones que de sus obras habían gemido las prensas del orbe civilizado, ni el constituir el más legítimo orgullo de la raza neolatina, hubieron de ser causas suficientes que obligaran á los humanistas, historiadores y críticos á darnos una siquier sucinta biografía del ilustre «Manco», digna de ser tan conocida, por lo menos, como lo era la del loco manchego que Cervantes concibiera con su creadora fantasía y -dio forma con el mágico estilo de su bien cortada pluma. Hubo necesidad de que un hispanista ilustre, ferviente admirador del más excelso de los novelistas, se diera cuenta del imperdonable olvido en que se
tenía al «Príncipe de los ingenios» é hiciese
partícipe de sus ideas al más docto escritor que en ^quel tiempo florecía en España, el insigne y eruditísimo valenciano don Gregorio Mayáns y Sisear.
Era don Gregorio,
á la sazón, biblioíecario def
rey Felipe V, cargo que se
le
su profundo saber y talenro distinguido
Mayáns por sus
había conferido por portentoso.
Habíase
trabajos de biografía
y
y á él se dirigió lord Carteret, conde de Grandville, en súplica de que honrara la crítica
literaria,
memoria de Cervantes escribiendo su azarosa y singular vida.
No tardó mucho tiempo el polígrafo Mayáns en complacer al noble hispanista inglés, y el año 1757 salía en Madrid, de las prensas de Juan de Zúñiga, la «Vida de Miguel de Cervantes Saavedra, autor don Gregorio Mayáns y Sisear, bibliothecario del Rei Catholico»
(1).
El conde de Grandville, deseoso de correspon-
der al obsequio de don Gregorio, la hizo reimprimir en Londres, en 1758, ai frente de la bellísima edición del Quijote, por los hermanos Juan y Ro-
Tonson (2). En la «Dedicatoria al barón de Carteret», intenta Mayáns explicar el desvío de los literatos hacia berto
Cervantes, diciendo que era «dignísimo de mejor porque aunque dicen que la edad en que vivió era de oro, yo sé que para él y algunos otros siglo,
beneméritos fué de hierro. Los envidiosos de su ingenio y elocuencia le murmuraron y le satirizaron. Los hombres de escuela, incapaces de igualarle en la
(1)
En
(2)
Cuatro tomos en
8.°
4 hjs. prels. 4.'*
r 204 págs. mayor.
desdeñaron como á escritor no científico. Muchos señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones, sin querer favorecer al mayor ingenio de su tiempo. Los escritores de aquella edad (habiendo sido tantos), ó no hablaron de él, ó le alabaron tan fríamente, que su silencio y sus mismas alabanzas son indicios ciertos, ó de su mucha envidia, ó de su poco conocimiento». Tarea dificultosa debió ser la de don Gregorio para reunir los datos de la biografía de nuestro gran novelista, tanto más si se tiene en cuenta que las veladas alusiones y detalles autobiográficos que se hallan esparcidos en las diferentes obras de Cervantes no se presentan, en la mayoría de los casos, con aquella claridad que hubiera deseado el historiador, y se prestan muchas veces á torcidas invención y arte,
le
interpretaciones.
No obstante, la publicación de la Vida de Cervantes obtuvo lisonjero éxito, siendo acogida por los doctos con verdadero entusiasmo, reimprimiéndose, tanto en
España como en
el
extranjero, mul-
de veces, y alcanzó el honor de ser traducida á varios idiomas, constituyendo por espacio
titud
de varios lustros la única fuente en la que pudieron saciar su sed los admiradores del «famoso ex cautivo de Argel».
La casualidad, unas veces, y el ímprobo trabajo de ios cervantistas, otras, han venido posteriormente á poner en claro muchos puntos obscuros ó
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simplemente indicados en la obra de Mayáns. Hasta el año 1752 se tuvo como verdad inconcusa que la patria de Cervantes fué Madrid, pero el benedictino Fr. Martín Sarmiento hubo de leer en la Topographia é historia general de Argel, compuesta por el P. M. Haedo, los sucesos de Cervantes durante el cautiverio, donde se afirma que era un «hidalgo principal de Alcalá de Henares». Transmitida esta noticia á los amigos del sabio continuador de Feijóo, buscaron en aquella ciudad la partida de bautismo del autor de La Calatea, documento que fué el primero en publicar don Agustín de Moníiano y Luyando, en 1755, y que figura en la página 10 del Discurso segundo sobre las Tragedias españolas, impreso en Madrid por el tipógrafo Orga, establecido más tarde en Valencia. Los posteriores trabajos de los cervantistas Pellicer, Clemencín, Navarrete, Asencio, Pérez Pastor y otros son tan conocidos como las obras del inmortal creador de Don Quijote de la Mancha.
En cambio,
la
obrita de
Mayáns ha
sido injusta-
mente olvidada, pues, aparte de haber sido la primera en el orden cronológico, todavía conserva en algunos puntos verdadero interés y se lee con delectación por
la
viveza de su estilo y las curiosas
noticias que contiene. J.
Gil y Calpe
AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON JUAN,
BARÓN DE CARTERET,
ETC., ETC.
Excelentísimo señor:
Un tan insigne escritor como Miguel de Cervantes Saavedra, que supo honrar !a memoria de tantos españoles y hacer inmortales en la de los hombres á los que nunca vivieron, no tenía hasta hoy, escrita en su lengua, vida propia. Deseoso V. E. de que la hubiese, me mandó recoger las noticias pertenecientes á los hechos y escritos de tan gran varón. He procurado poner la diligencia á que me obligó tan honroso precepto, y he hallado que la materia que ofrecen las acciones de Cervantes es tan poca, y la de sus escritos tan dilatada, que ha sido menester valerme de las hojas de éstos para encubrir de alguna manera con tan rico y vistoso ropaje la pobreza y desnudez de aquella persona dignísima de mejor siglo, porque aunque dicen que la edad en que vivió era de oro, yo sé que para él y algunos otros beneméritos fué de hierro. Los envidiosos de su ingenio y elocuencia le murmuraron y satirizaron. Los hombres de escuela, incapaces de igualarle en la invención y arte, le desdeñaron como á escritor no científico. Muchos señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones, sin querer favorecer al mayor ingenio de su tiempo. Los escritores de aquella edad (ha-
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hiendo sido tantos), ó no hablaron de él, ó le alabaron tan fríamente, que su silencio y sus mismas alabanzas son indicios ciertos, ó de su mucha envidia, ó de su poco conocimiento. V. E. le tiene tan justo de sus obras, que ha manifestado ser el más liberal mantenedor y propagador de su memoria; y es por quien Cervantes y su Ingenioso Hidalgo logran hoy el mayor aprecio y estimación. Salga, pues, nuevamente á la luz del mundo el gran Don Quijote de ¡a Mancha, si hasta hoy caballero desgraciadamente aventurero, en adelante por V. E. felizmente venturoso. Viva la memoria del incomparable escritor Miguel de Cervantes Saavedra. Y reciba V. E. estos apuntamientos como cierta y perpetua señal de la gustosa y pronta obediencia que profeso á V. E. Y cuando yo en ello no haya conseguido el acierto que merecen los preceptos de V. E. (que no vivo tan satisfecho de mí, ni soy tan ambicioso que presuma y espere tanto), á lo menos quedaré contento con la gloria de mi obsequio.
Don Gregorio Maváns
y Siscar
CERVANTES SAAVEDRA
VIDA DE MIGUEL DE
NATURAL DE MADRID