Un nuevo Marx [1 ed.]
 9788419200334

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ROBERTO FINESCHI

UN NUEVO MARX Filología e interpretación tras la nueva edición histórico-crítica (MEGA2) Traducción de

Konkreto

EL VrnJo Toro

© 2008 Carocci editare, Roma

Edición propiedad de Ediciones de Intervención Cultural / El Viejo Topo Diseño: M. R. Caboc ISBN: 978-84-19200-33-4 Depósito Legal: B 12886-2022 Impreso tn España

Sumario

Nota de los textos l. La MEGA y el debate alemán 1.1 Para la historia de la MEGA 1.1.1 La "primera'' MEGA 1.1.2 La "segunda'' MEGA 1.1.3 Historia de la MEGA bajo la dirección de la lnternationale Marx-Engels-Stiftung 1.1.4 El papel de las publicaciones especializadas 1.2 La MEGA2: de la filología a la interpretación crítica. Un relato del debate alemán sobre la teoría del valor en la década de 1970 - 1980 1.2.1 El debate en Alemania Occidental 1.2.2 El debate en Alemania del Este 1.2.3 Conclusiones 1.3 Las ediciones del Libro I de El Capital 1.3.1 Introducción 1.3.2 Consideración general de las diferentes ediciones de Marx y Engels del Libro I de El Capital 1.3.3 Comparación entre la primera y la segunda edición alemana del Libro I de El Capital 2. Introducción a El Capital (libro I) 2.1 Antes de los Grundrisse (1843-57) 2.2 De los Grundrisse a El Capital (1857-67) 2.2.1 De 1857-58 a 1861-63 2.2.2 De 1861-63 a 1863-65

11 15 15 15 16 24 28

34 35 55 83 89 89

90 95

113 114 121 121 129

2.2.3 1863-65 2.2.4 El libro sobre el trabajo asalariado 2.3 El Capital, Libro I (1867-90) 2.3.1 Historia de la redacción 2.3.2 ¡Cuál es la edición definitiva del Libro I de El Capital/ 2.3.3 Modificaciones y avances teóricos 2.3.4 El manuscrito frgiinzungen und \1eriil1der1mgen zum ersten Band des 'Kapitals'. (Dezember 1871-]anuar 1872) 2.4 El libro I de El Capital entre el pasado y el presente

140 150 152 152 158 160

173 180

3, Para una teoría política inspirada en El Capital 3.1 Para una teoría marxiana del Estado 3.2 Formas y figuras en Marx: en busca de un sujeto histórico 3.2.1 Para una definición del concepto de historia en Marx 3.2.2 Subsunción del trabajo bajo el capital: formas y figuras

18 5 189

4. El marxismo italiano y El Capitak algunos ejemplos 4.1 Sobre el concepto de historia en el debate marxista italiano 4.1.1 Introducción 4.1.2 La discusión italiana de finales del siglo XIX-principios del XX: un momento decisivo para la interpretación de Marx en toda Europa 4.1.3 La reanudación del debate tras la Segunda Guerra Mundial 4.1.4 Desde los años setenta hasta hoy 4.1.5 Conclusiones 4.2 Cario Cafiero intérprete de El Capital

221

206 207 211

221 221

222 . 244 257 285 287

4.3 Apéndice. Marx, Hegel y el marxismo en la lectura de Luciano Amodio

300

Apéndice. Plan general de la MEGA2

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Bibliografía

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Nota a los textos

Reúno en este volumen -con el añadido de un par de inéditosuna serie de ensayos aparecidos en los últimos años sobre la MEGA, Marx y el marxismo italiano, todos ellos girando más o menos en torno a El Capital. Se trata del tercer libro de una serie de intervenciones monográficas (Fineschi, 2001 b, 2006) dedicadas al autor alemán y que forma parte de un proyecto unitario de relectura de su obra. La exposición se divide en cuatro núcleos temáticos. El Capítulo I está referido a la MEGA, su historia y al debate alemán que se desarrolló en torno a su publicación en las entonces Alemania Occidental y Alemania Oriental. El apartado l. 1, sobre la historia de la edición, estructura un texto publicado en dos versiones (Fineschi, 1999, 2002b). El aparrado l. 2., dedicado al debate alemán sobre la teoría del valor en la década de 1970, es una versión ampliada en varias parres de un ensayo que apareció bajo el mismo rítulo (Fineschi, 2002a). El Aparrado l. 3 presenta la discusión sobre las diferentes ediciones del Libro I de El Capital que tuvo lugar en Alemania Oriental entre los filólogos que editaron los volúmenes correspondientes de la MEGA. El texto es inédito. El Capírulo 2 ofrece un estudio analítico de los cambios estructurales en el marco general de la teoría dd capital desde 1857 hasta 1883, con especial atención al Libro I para el período de 1867-83. Es una versión mucho m,í.s amplia de la Introducción 11

a la nueva edición del Libro I de El Capital (Marx, 2011) 1• El apartado 2. 2 es inédito. Un primer tratamiento de su contenido apareció en Fineschi (2001b, cap. V), del que se extrajo luego un trabajo temáticamente más orgánico titulado 7he Four Levels

ofAbstraction of Marx's Concept of Capital (Los cuatro niveles de abstracción del concepto de capital de Marx, ntd) presentado en México D. F. en 2005 con ocasión de un encuentro del Internacional Symposium on .Marxian (Fineschi, 20096). El texto en este libro es una profundización posterior de estos temas y, aunque retoma lo ya expuesto en los lugares indicados, es autónomo. El apartado 2. 3 es una combinación de Fineschi (2003a y 2003b). Los apartados 2. 1y 2. 4 son los mismos que los de la mencionada l11h·od11cció11. En el Capfrulo 3, sobre la base de lo desarrollado en los dos primeros capfrulos y en los estudios mencionados anteriormente (Fineschi, 2001 b, 2006), he tratado de exponer algunas reflexiones sobre la relación entre la abstracta teoría del modo de producción capitalista y el ámbito más concreto de la teoría polírica, tratando de contextualizar en qué términos se puede hablar en Marx de "sujetos históricos". El aparrado 3. 1 muestra el inicio de esta reflexión. Ya había aparecido con el mismo rírulo (Fineschi, 2000). El apartado 3. 2 desarrolla en cambio un análisis más maduro y articulado sobre el rema. Retoma temas abordados en Fineschi (20016, cap. IV). Una primera versión fue presentada en el congreso de la lnternarionale Gesellschafr Hegel-Marx für dialekrisches Denken en el 2000 (Fineschi, 2004) y, reelaborada,

l. Junro a la cuana alemana ~1 texto de referencia tradicional- se presentan aquí las principales varianres de las demás ediciones editadas en vida de Marx y (en parre) por Engcls. También hay una nueva traducción del capítulo VI inédito y la primera craducción al italiano de un manuscrico escrico por Marx para modificar la primera edición alemana en preparación de la segunda. Es la primera versión de El Capital, libro 1, después de la MEGA.

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después, en italiano (Fineschi, 2003a, 2003b). Por último, la versión actual se redactó para el encuentro organizado por el Centro de Estudios Livio Maitán, celebrado en Roma en enero de 2007. El Capítulo 4 está dedicado al análisis de algunos temas relativos al marxismo italiano, siempre desde el punto de vista de la teoría del "capital" y de la MEGA. El aparcado 4. 1 es la traducción italiana modificada de Fineschi (1999, 2001c) y está reservado al concepto de historia. El capítulo II de Fineschi (2001c), ampliamente revisado, ya había aparecido en italiano (Fineschi, 2007). El apartado 4. 2 es la traducción modificada de Fineschi y Hecker (2002) y analiza la recepción de El Capital por parte de Cafiero en su famoso compendio, con especial atención a las notas marginales de Engels en su volumen personal. El apartado 4. 3 sobre Luciano Amodio es en cambio una nueva versión de Fineschi (2005); recoma algunos temas del apartado 4. 1 en una perspectiva ligeramente diferente. En la elaboración y revisión de los textos mencionados, he podido tener en cuenta las discusiones y los debates con colegas y amigos. Me gustaría dar las gracias en particular a: Chris Arthur, Riccardo Bellofiore, Martha Campbell, Luigi Cavallaro, Nicola De Domenico, Alberto Gajano, Rolf Hecker, Michael Heinrich, Alessandro Mazzone, Fred Moseley, Patrick Murray, Gianfranco Pala, Geert Reuten, Ernesto Screpanti, Tony Smith, Giuseppe Varnier y Luciano Vasapollo. Solo mía, por supuesto, es la responsabilidad de lo que se escribe.

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1

La MEGA y el debate alemán

l. l. Para /,a historia de /,a MEGA 1.1.1. La "primera'' MEGA A mediados de la segunda década del siglo XX, David Borisovich Riazánov, hábil filólogo y agudo intelectual de la izquierda, trabajaba en Alemania en la publicación de parte del legado de Marx y Engels. Se trata de los Gesammelte Schriften, interrumpidos en el año 1917 y que quedaron en gran parte incompletos. Debían contener las obras del periodo 1852-62 (Marx, Engels, 1917). En 1917, tras la Revolución de Octubre, se empezó a debatir en Moscú sobre la publicación completa de las obras de los dos autores, a cargo de Riazánov, que se había convertido en bolchevique. En 1921, cuando fue llamado a dirigir el recién fundado Instituto Marx-Engels y conseguido el apoyo del Partido Socialdemócrata Alemán (poseedor de gran parte de los manuscritos originales de Marx), se inició la preparación de las obras completas 1 de los dos autores: la

l. Para la reconstrucción general de la historia de la MEGA nos hemos basado en Rojahn (1994) y Dlubek (1994). Para la hiscoria de la puhlicacitín de las obras de Marx y Engels ames de la MEGA, véase Bongim~mni (1995). Véanse también los cuatro fundamentales S011derbii11d,· de los "Bcirriige zur ~larx-Eng~~ ls-Forschung. Neue Folgc": Vollgraf. Spcrl, Hccker (1997, 21100, 1001 y 2006). 15

Marx-E11gels-Gesamta11sgabe (MEGA). En 1927 aparece en Fránc-

fort del Meno el primervolumen de los cuarenta y dos previstos de la MEGA-denominada posteriormente la "primera'' (MEGA1) para distinguirla de la actual, la "segunda'' (MEGA2). Entre 1929 y 1932 se publicaron otros ocho volúmenes por la editorial Marx-EngelsVerlag de Berlín. El plan general preveía tres secciones: la primera dedicada a las obras, excluido El Capital, la segunda a El Capital y a los trabajos preparatorios y la tercera a la correspondencia. Tras la toma del poder por parte de Hitler y la exacerbación del terror estalinista -que afectó, entre otros, al propio Riazánov (Rokitjanskij, 1993) y a muchos de sus colaboradores- la edición se quedó en el estado de"torso". No obstante, entre 1933 y 1935 aparecieron cuatro volúmenes más en Moscú-Leningrado en la Editorial para la literatura extranjera. Entre 1939 y 1941 se publicaron en dos volúmenes los Grundrisse der Kritik der politischen ókonomie (título editorial del manuscrito marxiano de 1857-58) (Marx, 1939-41), que formalmente no formaban parte de la MEGA, pero estaban redactados según los mismos principios filológicos. Después de la Segunda Guerra Mundial, tanto en Moscú como en Europa, en el Este y en el Oeste, hubo intentos de una nueva edición. la situación política internacional descartó de inmediato una amplia cooperación europea, e incluso se rechazó la propuesta de continuar con la edición de Riazánov, que, aunque representaba el primer esfuerzo filosófico y crítico por ofrecer una edición completa de las obras de los dos autores, era deficiente en varios aspectos, especialmente porque adoptaba criterios filológicos ya superados.

1.1.2. La "segunda'' MEGA la publicación de la MEGA2 comenzó "tipográficamente" muchos años después de que se abandonara el primer proyecto, solo en 1975, gracias a los Institutos de Marxismo-Leninismo (IML)

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del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Comité Central del Partido Socialista Unido de Alemania. Desde 1990, la responsabilidad de la edición pasó a la lnternationale Marx-Engels-Stiftung (IMES), con sede en Ámsterdam. Durante los años de las dictaduras de Hitler y Stalin, el legado marxista fue custodiado en Ámsterdam, donde en 1935 se había fundado el Instituto de Historia Social. Sin embargo, no fue posible organizar una MEGA en Europa Occidental, debido a problemas de recursos y a la oposición política de los "estados burgueses". En la Unión Soviética, en 1931, el Instituto Marx-Engels fue incorporado al Instituto Lenin; esto aumentó la presión ideológica del estalinismo sobre la primera MEGA, ya que la elaboración y la publicación estaban ahora bajo el control directo del Comité Central del Partido. La edición crítica solo pudo continuar según los cánones científicos gracias a los esfuerzos de los investigadores que se aprovecharon de la incompetencia de los burócratas. Dada esta situación, las iniciativas para la continuación de la primera MEGA después de la Segunda Guerra Mundial solo pudieron venir de Moscú tras la muerte de Stalin (1953), en particular con el ascenso de Jrushchov a la secretaría. A partir de 1955, los investigadores moscovitas intentaron establecer relaciones de colaboración tanto con Berlín como a nivel internacional. El deseo de publicar Íntegramente los escritos de Marx y Engels fue especialmente bien acogido en Berlín, donde en el período 1955-58 se ideó un esbozo de plan: se pensaba en revisar la obra ya publicada en la primera MEGA (sección 1, vols. 1-VII) y tomar el relevo a partir del octavo volumen. De los iniciales 42 volúmenes previstos se pasaría a 50 en un primer proyecto y en un segundo a 55-60. Se comenzó a pensar también en una eventual IV sección dedicada a los extractos y las notas, pero sin tomar una decisión definitiva. Sin embargo, el proyecto cayó bajo el veto del Partido Comunista de la Unión Soviética. Los académicos rusos instaron a sus colegas de Berlín a que propusieran una iniciativa 17

a través del partido alemán, lo que se produjo en 1956; el partido ruso, sin embargo, rechazó la resolución, aceptando únicamente una ampliación de la edición rusa (1957). Al no ser posible su publicación en la Unión Soviética, la iniciativa pasó a manos del Instituto Alemán para el Marxismo-Leninismo. En la República Democrática Alemana, a principios de la década de l 960, la dirección del partido sintió la necesidad de establecer una nueva identidad nacional, y para ello se consideró útil profundizar analíticamente en el conocimiento de la obra de dos figuras determinantes de la cultura alemana: Marx y Engels. Por ello, se habló de una nueva edición crícica completa de su legado. Sin embargo, como la publicación de las Marx-Engels-Werke (MEW) estaba en curso en Dietz, el instituto berlinés no tenía la fuerza necesaria para llevar a cabo una iniciativa de ese calibre; por lo canco, se decidió posponer su lanzamiento hasta 1963 (el año en que se esperaba que las MEW estuvieran terminadas). En 1964, el secretario general alemán Ulbrichc envió a J rushchov una solicitud oficial de permiso para llevar a cabo el proyecto. Al mismo tiempo, se solicitó la cooperación del Instituto ruso y la disponibilidad de los microfilms de los manuscritos depositados en la Unión Soviética. La solicitud fue aceptada (1964). Sin embargo, el presidente del Instituto ruso para el Marxismo-Leninismo, Peer N. Pospelov, tenía una idea de la MEGA muy diferente a la de los académicos de la República Democrática Alemana: pensaba en una especie de pendant de la segunda edición rusa de las obras en treinta y nueve volúmenes acabada en 1965. En vista de ello, limitó el número de volúmenes a cincuenta y las secciones a eres, sin una cuarta para extractos y nocas; además, el plan del proyecto debía elaborarse en Moscú y, por último, las filmaciones se enviarían a Berlín de forma irregular. Esca forma de proceder comenzó a ser criticada también en la Unión Soviética, aunque sin resultados. La caída de Jrushchov no tuvo repercusiones significativas. 18

Entre 1965 y 1968 se celebraron cuatro reuniones entre los comités alemán y ruso de los institutos para el marxismo-leninismo con el fin de discutir la naturaleza de la obra que debía publicarse. En la primera reunión los alemanes sugirieron una edición histórico-crÍtica, pero no presentaron un proyecto preciso; la MEGA 1 "no podía ser un punto de partida" porque, como argumentaban los moscovitas, ya había sido superado en cientificidad por la segunda edición rusa de las obras. Se llegó a la conclusión, por tanto, de que era necesario un amplio trabajo de preparación: la nueva MEGA debía tener en cuenta los logros metodológicos de la filología alemana de aquellos años en la preparación y publicación de ediciones histórico-crÍticas de los grandes clásicos de la literatura alemana. Teniendo en cuenta el trabajo previsto para las MEW se consideró que el diseño duraría hasta 1970. Se había previsto un volumen de prueba para que fuera objeto de debate internacional. Para la realización del proyecto también era necesario el apoyo de importantes instituciones del Oeste, en particular el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde se conservaban la mayoría de los originales. No se habló de un número limitado de volúmenes y se estableció la necesidad de una IV sección que incluyese extractos, anotaciones y "notas marginales"; que por sí sola ocuparía 3040 volúmenes. En conjunto, se preveían cerca de 100 volúmenes para publicar en un plazo indefinido. La articulación de la obra en secciones se encargó al sector de Moscú, que acababa de terminar la edición rusa. El instituto de Berlín, por su parte, se encargó de las líneas editoriales, ya que el idioma establecido para la publicación era el alemán, en el que estaban escritos la mayoría de los textos. La oposición de principio de Pospelov a una edición crítica se hizo sentir una vez más; hizo repetidas gestiones ante el comité central del partido ruso para que redujera el proyecto, en 19

defensa de la segunda edición rusa de las obras, consiguiendo la adopción de una decisión que preveía tres secciones, cincuenta volúmenes y diez años de trabajo. No ocurrió nada más a nivel político hasta la segunda reupión de las comisiones (febrero de 1967). Ambas partes intentaron reconducir la discusión a los términos de la primera reunión: los rusos aportaron el proyecto de las dos primeras secciones, los alemanes el primer borrador general de las líneas editoriales, también basado en las indicaciones del germanista Bruno Kaiser. Con el nombramiento de Petr N. Fedoseev para la presidencia del Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú las cosas cambiaron, ya que éste, tras analizar el proyecto, optó por la edición crícica y reconoció la necesidad de una amplia sección de extractos {mayo de 1967). Las otras dos reuniones (julio de 1967 y 1968) confirmaron con posterioridad la necesidad del carácter histórico-crítico de la edición. En la cuarta reunión se decidió la editorial: Dietz de Berlín. Incluso antes de plantear la cuestión fundamental de la reproducción Íntegra de las obras sin decisiones arbitrarias del editor, para garantizar el carácter histórico-crítico del proyecto era necesario establecer la revisión de los manuscritos y los textos impresos mediante una comparación rigurosa con el original. Este trabajo se vio dificultado por el desciframiento del material. También se consultó a expertos criminales con larga experiencia en caligrafía y se elaboró un texto básico para interpretar los signos. Esta cuestión dio lugar a varias discusiones, ya que gran parte de la primera MEGA se había redactado trabajando con fotocopias, que constituían dos tercios del fondo moscovita. Se imponía la necesidad de llegar a un acuerdo con el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, que poseía muchos de los originales. Tras varios fracasos, se llegó a un acuerdo: los dos institutos de marxismo-leninismo, a cambio de los manuscritos originales, pusieron a disposición una parte importante de sus propios archivos. Sin

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embargo, la condición sine qua non era el carácter rigurosamente científico de la publicación. Aunque el Instituto holandés no quiso participar directamente en la elaboración de la obra, reconoció su importancia científica, también porque en el Oeste no había editores que quisieran imprimir obras de Marx; existían varias ediciones, pero ninguna completa y orgánica. El acuerdo marcó un momento muy importante en la historia del proyecto, porque estableció el final de la prehistoria de la MEGA; ahora, con todas las condiciones necesarias, era posible pasar a la parte operativa verdadera y real. En el plano editorial, la conclusión de las Marx-Engels-Werke liberó fuerzas para la MEGA2. Los dos institutos del marxismo-leninismo se repartieron el trabajo: la sección I fue entregada al instituto de Berlín, la sección III al instituto de Moscú y las secciones II y N serían trabajadas conjuntamente. La cuestión del condicionamiento político volvió a surgir en el año 1969, cuando el Partido Socialista Unificado de Alemania expresó su voluntad de emprender una campaña ideológica-política de apoyo a las iniciativas del gobierno. Incluso llegó a cuestionar el carácter histórico-crítico de la obra, limitando el tiempo disponible a diez años. Esca operación fue juzgada ilegítima y absurda por los institutos del marxismo-leninismo; eras largos debates, el partido alemán reconoció la necesidad de garantizar un plazo más largo; en la Unión Soviética, debido a la subordinación a las exigencias políticas, esto no pudo admitirse todavía durante años. Sin embargo, el proyecto era muy amplio y los distintos grupos de trabajo pronto se dieron cuenta de que necesitaban la colaboración de un número de investigadores superior al disponible. En Alemania también hubo un problema de preparación, ya que falcaba personal cualificado. En Mosci'.1, donde por el contrario si había disponibilidad, se ocupaban de la publicación de los extractos para la edición rusa. En la República Democrática Alemana, sobre todo, se consideró necesario ampliar la colaboración a es21

tudiosos que no pertenecieran al Instituto del Marxismo-Leninismo; en particular, se contactó con la Academia de Ciencias de Berlín, la Universidad de Halle y la Escuela Superior de Educación de Erfurt/Mühlhausen. Además de personal cualificado, también se incorporaron estudiosos que no estaban estrechamente relacionados con el Partido Socialista Unificado de Alemania. Dado que el principio básico del proyecto era la obra completa, la catalogación y estructuración de todo el legado de los dos pensadores, llevó mucho tiempo. En la primera MEGA también se distinguía entre obras y correspondencia, reservando una sección propia para El Capital; se añadió en la MEGA2 la sección IV sobre los extractos. Se estableció un orden cronológico dentro de las distintas secciones. Pero veamos la disposición general: - Sección I: obras, artículos, borradores, excluido El Capital, rigurosamente separados de la correspondencia, situada en la Sección III; también se distinguió con precisión entre los borradores que debían colocarse allí y los extractos de la Sección N; se excluyeron los volúmenes temáticos y para esta sección fueron previstos treinta y dos volúmenes. - Sección II: El Capital y los trabajos preparatorios {es decir, los manuscritos económicos a partir de 1857-58); en el plan dieciséis volúmenes en veinticuatro tomos (quince volúmenes en veintitrés tomos después de la reestructuración). Para la sección III-N la cuestión de la edición completa era más delicada, sobre todo por la amplitud del material. Por este motivo, la elaboración del plan de publicación avanzó más lentamente respecto a las otras y se prolongó hasta mediados de los años ochenta, cuando se decidió optar por la exhaustividad: - Sección III: el epistolario, que a diferencia de la edición de la correspondencia en las Marx-Engels-Werke, donde solo aparecían las carras de Marx y Engels, aquí se publican también las dirigidas a ellos: este criterio parece innovador incluso respecto a la primera MEGA, sobre codo porque una parte estaba 22

destinada a incluir las cartas de terceros a terceros relativas a los dos autores; estaban previstos cuarenta y cinco volúmenes (reducidos a treinta y cinco tras la reestructuración). - Sección N: extractos, anotaciones y notas marginales; la situación es problemática en cuanto al plan y las previsiones generales, dada la variedad y generalidad de los materiales {según el último plan hay treinta y dos volúmenes). Del análisis global de la obra, el proyecto final preveía 133 volúmenes (en 142 tomos), excluyendo las notas marginales, todos ellos dobles al ir acompañados de un aparato crÍtico. ¡En general, por lo tanto, se habría tratado de 284 tomos (reducidos después de los cambios a 114 volúmenes, en varios tomos -228 con aparatos crÍticos)! En 1972 aparece el volumen de prueba que tuvo un discreto eco. La cuestión del comentario pasó a ser central: en un principio se decidió evitar introducciones o prólogos para no comprometer "ideológicamente" la edición. Este aspecto fue muy criticado, no solo por los moscovitas, sino también en el extranjero, ya que se creía que la edición sería así inferior a la lv/EW; por lo tanto, se introdujeron aclaraciones sobre partidos, personajes y hechos; incluso la información sobre las personas mencionadas se enriqueció con comentarios. Sin embargo, el problema más importante seguía siendo el de las traducciones. Era difícil distinguir con precisión entre las aclaraciones y los juicios de valor, porque estos últimos en sí mismos no son adecuados para una edición académica; era imposible que los investigadores no estuviersen influenciados por la visión del mundo marxista-leninista y la ideología del partido al que pertenecían. Con ocasión de la quinta (1973) y sexta (1974) reunión conjunta de los dos grupos de trabajo se dieron los 1.'iltimos retoques al proyecto, también sobre la base de las crÍticas y comentarios sobre el volumen de prueba. Se establecieron los siguientes principios generales:

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a) Reproducción absolutamente completa de todo

el legado

literario. b) Reproducción completa de todos los niveles de trabajo (bocetos, borradores, manuscritos, etc.). c) Reproducción en la lengua original, conservando la ortografía y la puntuación originales. d) Inserción de aclaraciones textuales e histórico-filosóficaspolíticas.

La publicación de la MEGA2 comenzó con el primer volumen de cada sección: los de la secciones I y III aparecieron en el otoño de 1975, los de las secciones II y Nen 1976. Los demás volúmenes salieron y siguen saliendo a medida que se completa su preparación. Dada la naturaleza de la sección rv, a partir de mediados de los años ochenta se decidió coordinar los trabajos no según criterios de sucesión numérica sino sobre la base de la elaboración de las obras de la sección I; esto también se decidió para la correspondencia (1984), de forma diferente a como se había hecho anteriormente. Pronto los editores se dieron cuenca de que el trabajo avanzaba más lentamente de lo previsto: a principios de los años ochenta no se publicaban más de dos volúmenes al año, que luego aumentaron a tres y a un máximo de cuatro al final de la década; según este calendario, las secciones I-II se completarían en 2005-10 y las secciones III-N en 2020.

1.1.3. Historia de la MEGA bajo la dirección de la l11ten1atio11ale Marx-Engels-Stiftimg Con el colapso del socialismo real, la existencia de los propios institutos del marxismo-leninismo quedó en entredicho; la búsqueda de instituciones que pudieran continuar el proyecto, redefiniendo quizás sus características generales a nivel político-ideo-

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lógico, comenzó inmediatamente; se pensó en el Instituto de Historia Social de Ámsterdam y la Karl-Marx-Haus de Tréveris. Marx y Engels fueron finalmente considerados grandes pensadores de su tiempo, independientemente del papel político que tuvieron y han tenido en la historia del marxismo; el interés que suscitaron sus obras fue, por tanto, mundial y superó la estrechez de los contrastes vinculados tanto interna como externamente al desarrollo del marxismo. En el transcurso de los coloquios internacionales, se llegó a las siguientes dos conclusiones generales: a) ];l proyecto tenía que llevarse a cabo a nivel internacional. b) Había que eliminar toda interferencia política e ideológica. En 1990, el Instituto de Historia Social deÁmsterdam, el Instituto de Marxismo-Leninismo de Moscú, la Academia de Ciencias de Berlín (sucesora del Instituto de Marxismo-Leninismo de Berlín) y la Karl-Marx-Haus de Tréveris fundaron el IMES, una sociedad conforme a la legislación holandesa. Rápidamente se organizó una nueva oficina editorial con tareas de coordinación general del proyecto: control del conjunto de la obra, control del carácter único de los volúmenes, de su calidad científica y la preparación del consejo de redacción. El problema más acuciante resultó ser el de la base financiera del proyecto, que hasta entonces había dependido de las asignaciones del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Partido Socialista Unificado de Alemania. En cuanto a los grupos de trabajo, se decidió mantener operativos los existentes en la antigua Alemania del Este (Berlín, Leipzig, Jena, Erfurt/Mühlhausen) y en Moscú. Sin embargo, tras la unificación, también se recortaron los fondos prometidos tras la caída del Muro de Berlín. Fue necesaria una importante reducción de personal. Lo mismo ocurrió en la Unión Soviética tras el fallido golpe de Estado de 1991; el Instituto de Teoría e Historia del Socialismo, que acababa de ser fundado, fue clausurado y en

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su lugar se creó el Instituto de Investigación de Problemas Sociales y Nacionales como fundación apolítica. Los archivos del partido fueron confiados al Centro de Conservación y Estudio de Documentos para la Historia Reciente. Estas dos instituciones se mostraron dispuestas a continuar el trabajo en la MEGA2 • El reconocimiento de la importancia y la validez del trabajo por parte del consejo científico alemán fue importante; se hizo cargo en el marco de sus propias iniciativas de la financiación de siete colaboradores. El Ministerio de Cultura y los Ministerios de Tecnología e Investigación franceses también reconocieron la validez del proyecto y aprobaron la financiación de cuatro empleados durante dos años. A principios de 1992, el acuerdo entre la Karl.Marx-Haus y una fundación francesa con sede en Aix-en-Provence dio lugar a la formación de un grupo franco-alemán que, sin embargo, no limitó su compromiso solo a la MEGA2 • Una conspicua financiación para los dos grupos rusos llegó (1992) también de la Organización Holandesa para la Investigación Científica. El comité ejecutivo central fue formado por Georgij A. Bagaturija (Moscú), Jacques Grandjonc (Aix-en-Provence), Martin Hunde (Berlín) y Jürgen Rojahn (Amsterdam). Con esta financiación se consiguió la suficiente seguridad financiera para continuar el trabajo. La especificidad de la operación del IMES consistió en continuar un proyecto iniciado veinte años antes en condiciones y forma diferentes. Ahora ya no se publicaban los clásicos del marxismo-leninismo, sino las obras de dos grandes pensadores del siglo XIX. La evaluación del trabajo realizado hasta ahora puede resumirse en tres puntos: 1. A pesar de la instrumentalización polírica, este proyecto era científicamente serio. Después de 1990 se decide internacionalizar la investigación y liberarla de las implicaciones políticas e ideológicas del pasado, pero sin interrumpir la publicación. 26

2. El IMES no podía rechazar en bloque ni aceptar en general las antiguas líneas editoriales. Estas respetaban las normas científicas internacionales, pero había que eliminar las influencias ideológicas. El conocimiento de esta evolución permite comprender mejor las directrices actuales. 3. Los antiguos volúmenes se conservaron y hubiera sido imposible someterlos a una revisión o a una sola crítica; se consideró que eran buenos instrumentos, siempre que se tuviera en cuenta lo anterior. Ahora el problema era de calendario: en vista de la reducción del grupo de trabajo, el período de actividad necesario para la producción de un volumen se estimó en siete años, con grupos de cinco personas por volumen. En ese momento, se empezó a hablar de la reducción del plan o de diversas estrategias para reducir el tiempo de producción, pero todo ello a costa de la integridad o la calidad. Los cambios podrían referirse a los siguientes ámbitos: concepción de la edición, principios editoriales, organización del trabajo, modernización tecnológica o métodos de trabajo. También se decidió continuar la publicación de los dos autores dentro del mismo proyecto, pero sin apoyar la coincidencia de sus pensamientos. Una efectiva división editorial habría sido difícil de lograr, tanto porque varios textos son obras escritas conjuntamente, como porque los volúmenes publicados hasta ahora ofrecían una solución unitaria y la intención era precisamente continuar la obra. Actualmente, la Academia de Ciencias de Berlín y de Brandeburgo, donde se financian las publicaciones hasta 2014, tiene la responsabilidad final de cada volumen. Sin embargo, los problemas económicos siguen afectando al proyecto, que continúa gracias a la participación espontánea de colaboradores de todo el mundo. Una importante contribución vino de Japón. En esta situación, se consigue mantener un ritmo m.is que aceptable con la publicación de dos volúmenes al año. 27

1.1.4. El papel de las publicaciones especializadas Las p11blicacio11es e11 Ale111a11ia O,·iental Paralelamente a la publicación de la MEGA2 se editaron una serie de revistas especializadas en las que se exponían y discutían los problemas que surgían en el transcurso del trabajo filológico; de hecho, fueron elaboradas por los mismos estudiosos que se encargaban de la publicación de la obra y constituían el medio a través del cual se difundían los resultados de la investigación. Este proyecto se llevó a cabo a varios niveles: desde la indispensable y preliminar reconstrucción textual, basada en la comparación de libros impresos, de las variantes, a la puesta en evidencia de los avances en los diferentes manuscritos, etc., hasta llegar a una fase crÍticamente más avanzada que tomaba posición sobre las cuestiones más candentes del debate teórico contemporáneo. El propósito de este apartado no es presentar ese debate, sino proporcionar alguna información general sobre las revistas en cuestión. Su papel ha sido tan importante como poco considerado, ya que en ellas se presentaron, por primera vcr en la historia de la exégesis marxiana, los resultados de un análisis textual preciso de manuscritos y obras inéditas. Estas novedades no podían dejar de arrojar una luz diferente sobre la interpretación de las obras ya publicadas. Las revistas más importantes en las que se discutían los resultados de la MEGA2 se editaban en las mismas ciudades donde se encontraban los comités de trabajo. Debido a las limitaciones de esta investigación, nos centraremos en las publicaciones dentro de la antigua República Democrática Alemana y no consideraremos necesariamente lo que ocurría conremporáneamenre en la Unión Soviética2• Sin embargo, esto no tiene mayor importancia

2. Merece la pena destacar, para completar, la "Naucno-informacionnyj bjuIleten sektora proiz- vedenij K. Marksa i F. Engclsá', cuyas publicaciones co-

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si se tiene en cuenta la estrecha colaboración entre los institutos del marxismo-leninismo de ambos países, lo que significó que los resultados obtenidos en la Unión Soviética encontraran audiencia en Alemania precisamente gracias a las revistas de las que se está hablando {al igual que ocurría con las correspondientes publicaciones soviéticas). Las ciudades en las que se desarrollaba la investigación y en las que se editaron las revistas fueron Berlín Oriental, Halle y Leipzig. La revista publicada por la Karl-Marx-Universitat de esta ciudad, la "Marx-Engels-Forschungsberichte", tiene, sin embargo, un peso menor, principalmente por su carácter ocasional (aparecieron seis números en el período 1981-90). Sin embargo, son mucho más interesantes y sistemáticas las publicaciones de los centros de investigación de Berlín y Halle. En Halle, el trabajo sobre la MEGA2 se desarrolló en la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg, Sección de Marxismo-Leninismo. La revista en la que se hicieron públicos los resultados llevaba el título ''Arbeitsblatter zur Marx-Engels-Forschung" ("Hojas de trabajo sobre la investigación de Marx-Engels", ntd) y fue impresa por la misma universidad, en su sección de publicaciones científicas (con resultados tipográficos objetivamente pobres). La publicación comenzó en 1976 y continuó hasta 1988, con un total de veintitrés números; su carácter periódico no implicaba un plazo fijo, por lo que había años en los que solo aparecía un número frente a otros en los que aparecían hasta cinco. En Berlín, el equivalente a las ''Arbeitsblatter" eran los "Beitrage zur Marx-Engels-Forschung" ("Contribuciones a la investigación de Marx-Engels", ntd), publicados por el Instituto de Marxismo-Leninismo del Comité Central del Partido Socialista

menzaron en 1958, en el Instituto de Marxismo-Lcninismo de Moscí1, y continuaron hasta 1989 (con cuarenta y siete números en coral).

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de Alemania, sección Marx-Engels-Forschung. La publicación, iniciada en 1978, se prolongó hasta 1989, con un total de veintinueve números. También en este caso la periodicidad era libre. Las ''.Arbeicsblatter" y los "Beitrage" constituían un verdadero laboratorio, donde las cuestiones a menudo se presentaban de forma directa, sin especiales preámbulos; estas revistas tenían un carácter divulgativo, pero solo en la medida en que el público estaba formado por especialistas, o al menos por personas con un conocimiento medio-alto de la obra de Marx y Engels, pero que no participaban directamente en la investigación filológica. Esta característica también implicaba a menudo limitaciones expositivas y un tratamiento sumario, que a menudo remida al número anterior o al siguiente para las premisas y la continuación, respectivamente, o aludía a un debate dentro de la propia revista y, por lo tanto, solo podía seguirse a condición de tener un conocimiento exhaustivo del tema. La publicación anual del "Marx-Engels-Jahrbuch" (''.Anuario Marx-Engels", ntd), editada conjuntamente por los institutos berlinés y moscovita para el marxismo-leninismo en Dietz (Berlín), tenía como objetivo una mayor difusión -esta intención se manifiesta también en una calidad tipográfica decididamente superior-, pero conservando un alto grado de especialización. Aquí se daba una formulación unificada de los procesos de investigación que habían tenido lugar en las revistas anteriormente mencionadas; a menudo se trataba de una formulación clara y orgánica de los resulrados ya alcanzados. La periodicidad era regular; la publicación comenzó de hecho en 1978 y continuó hasta 1991, para un total de trece volúmenes. Solo el último apareció en 1991 en vez de en 1990. Como habrá notado el lector, hablamos de estas revistas en pasado, puesto que que ya no se publican o al menos han cambiado de aspecto. Las razones de ello se encuentran, obviamente, en los acontecimientos políticos que han caracterizado la historia 30

alemana a partir de 1989 y que ciertamente no es necesario repasar aquí; nos limitaremos a señalar que la crisis progresiva y luego la desaparición de la República Democrática Alemana hicieron que las revistas en cuestión se quedaran sin fondos y, por tanto, dejaran de publicarse (con la excepción del decimotercer volumen del "Marx-Engels-Jahrbuch", que no tuvo continuidad). En la actualidad, la única revista heredera de esa experiencia es "Bei-trage zur Marx-Engels-Forschung. Neue Folge" ("Contribuciones a la investigación de Marx-Engels. Nueva serie", ntd), publicado por Argumenc en Berlín-Hamburgo, a partir de 1992, con periodicidad anual. Además de estas revistas especializadas, en la República Democrática Alemana aparecieron otras revistas de carácter político, cultural y económico, en las que se sentía el eco de las problemáticas desarrolladas en las 'J\.rbeitsblatter" y los "Beitrage".3

Las p11hlicaciones en Alemania Occidental En Alemania Occidental no había centros filológicos en los que se trabajara directamente en la MEGA2; sin embargo, la atención a este proyecto fue constante. La fuerte oposición inicial se fue diluyendo gracias a la convergencia en las líneas básicas, derivadas de los resultados filológicos. Ciertamente, esto no se aplica a todo el panorama editorial, sino solo para algunas publicaciones especializadas interesadas en cuestiones exegético-interpretativas. Una de las más importantes fue la Gesellschaft. Beitriige wr .Mar-

xschen 1heorie (Sociedad. Contribuciones a la teoría de lvlarx, ntd), editada por Hans-Georg Backhaus y otros en Frankfurt am Main

3. "Beicrage zur Geschichte der Arbcitcrbewegung" ("Contribuciones a la historia del movimiento obrero", ntd) o "Zcitschrifi: llir Gcschicht~·wissenschafi:" ("Revista de Historia", ntd). Otras revistas fueron publicad:1s por otras facultades universitarias, como por ejemplo, la "Wirtschati~,vissenschafi:" ("Cic:ncias económicas", ntd) de la Universidad Humboldt de Berlín.

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en la célebre serie "Edition Suhrkamp". Tenía periodicidad libre; en total aparecieron trece volúmenes: el primero de 1974, el último de 1979 (Backhaus et al., 1974-79). En ella se abordaron problemas que abarcaban distintos temas marxianos, ya sean de carácter más específicamente filosófico o histórico, o de carácter económico, gracias a intervenciones, por ejemplo, sobre la cuestión de la transformación de los valores en precios. A través de las contribuciones de Backhaus, en particular, se sentaron las bases para una nueva interpretación de Marx que fue seguida y confirmada, con algunas precisiones necesarias, por los resultados filológicos y los estudios en la antigua Alemania del Este. En Tréveris, se publicó en la Karl-Marx-Haus la revista "Schriften aus dem Karl-Marx-Haus" ("Los escritos de la Casa de Karl Marx", 11td), activa en el período entre 1969-2000, editando 49 números. Durante cierto tiempo, el instituto también participó en la labor editorial de la MEGA. En la mencionada colección de la Suhrkamp, aparecieron también, entre 1973 y 1974, dos volúmenes titulados Aspekte der Marxschen Theorie- respectivamente J y 2 (Eberle, 1973; Holt, Pasero, Roth, 1974). Ellos se proponían una reconstrucción del sistema marxiano, y el primero, a cargo de Friedrich Eberle, es particularmente interesante: se trata de una monografía dedicada al problema de la transformación, considerada desde el punto de vista metodológico. Otro centro importante de investigación marxiana es la Marx-Engels-Stifrung de Wuppertal. Desde hace muchos años, promueve estudios y debates sobre Marx y Engels en relación con los más diversos aspectos de su pensamiento. En particular, la fundación ha publicado cuatro volúmenes bajo el título Marx-EngelsForsch1mg heute (La investigación de Marx-Engels hoy, ntd}: el tercero y el cuarto de forma independiente, este último publicado en Fráncfort del Meno en 1992; los dos primeros como volúmenes XIII-XIV de los Schriften der Marx-Engels-Stiftung (Escritos 32

de la Fundación Marx-Engels, ntd), publicados respectivamente en Neuss en 1989 y en Wuppertal en 1990. Al hojear los índices uno se percata inmediatamente de contribuciones tanto de antiguos investigadores occidentales como orientales, demostración del diálogo mencionado anteriormente. Otra experiencia interesante fue la del lnstitut für Marxistische Studien und Forschung (Instituto de Estudios e Investigaciones Marxistas, ntd); fundado en 1968 en Fráncfort del Meno, tras veinte años de actividad fue cerrado en 1989 a raíz de las repercusiones económicas de la caída del Muro de Berlín. También para esta fundación vale lo señalado para la anterior: en ella colaboraban de forma fructífera representantes de ambas "partes". La publicación oficial del instituto eran los "Marxistische Studien. Jahrbuch des IMSF" ("Estudios Marxistas. Anuario del Instituto de Estudios de Investigaciones Marxistas, IMSF", ntd), que alcanzó un total de quince números. La serie 1-7 tuvo efectivamente una periodicidad anual; la serie 8-15 se convirtió más tarde en semestral (1985-89). Además de estos quince volúmenes, se publicó un Sonderband (un volumen extraordinario, ntd) en 1983 con motivo del centenario de la muerte de Marx. Por último, cabe destacar la editorial Argument, con sede en Berlín-Hamburgo. Su fundador, Wolfgang Frirz Haug, antiguo profesor de filosofía en la Universidad Libre de Berlín, fue uno de los marxistas más influyentes de Alemania Occidental, especialmente en Berlín, donde también fue editor de la revista "Das Argument". La revista comenzó a publicarse en la década de 1960 y sigue activa en la actualidad. Dentro encuentran espacio un amplio abanico de artículos filosóficos, políticos, culturales y de divulgación, con especial interés por el movimiento feminista. De ella nació la casa editorial. Argumentes digna de especial atención porque, tras la caída del Muro y el fin del llamado "socialismo real", fue el principal punto de referencia para codos aquellos estudiosos, muchos de ellos de 33

la antigua República Democrática Alemana, que siguen trabajando en los textos marxianos. Pensemos, por ejemplo, en los citados "Beitrage zur Marx-Engels-Forschung. Neue Folge", herederos de los antiguos "Beitrage", publicados precisamente por Argument. El otro gran proyecto de la editorial, aún en curso, es la publicación del Historisch-kritisches Worterbuch des Marxismus (Diccionario histórico-crítico del marxismo, ntd), en doce volúmenes.

Hoy Tras la caída del "socialismo real", la revista oficial de la MEGA, los "MEGA-Studien", fueron publicados por el Instituto de Historia Social de Ámsterdam. Entre 1994 y 1999 se han publicado once números. Cuando se interrumpió esta serie, se inició otra, el "Marx-Engels-Jahrbuch", también editado por el instituto, cuyo primer volumen -2003- se publicó en 2004 (no confundir con la mencionada revista del mismo título aparecida entre 1978-91 ). Posteriormente aparecieron en las anualidades de 2004, 2005 y 2006. Entre los numerosos grupos activos en Alemania, cabe destacar la Marx-Gcsellschaft de Fráncfort del Meno y la Berliner Verein zur Forderung der MEGA-Edition (Asociación de Berlín para la promoción de la edición MEGA, ntd'), esta última editora de la mencionada "Neue Folge".

1.2. MEGA2: de la filología a la interpretación crítica. Un rel.ato del debate alemán sobre la teoría del valor en /,a década de 1970-1980 A partir de los textos publicados en la MEGA2, se retomó la discusión de muchos temas tradicionales de la exégesis marxista-engelsiana. Este trabajo se llevó a cabo en las revistas especializadas publicadas principalmente en la antigua República Democrática Alemana (y la antigua Unión Soviética) y en los centros universita34

rios más atentos de Alemania Occidental. Más allá de las contraposiciones ideológicas, el debate se ha desarrollado cada vc:z más sobre un terreno científico común: el que ofrecen los textos de la edición crítica. Lo que al principio eran dos facciones han ido convergiendo progresivamente en varias cuestiones fundamentales. Entre los muchos cernas tratados en este renacimiento, la teoría marxiana del valor ha tenido un gran protagonismo. Lo que se explicará aquí es la reconstrucción de la teoría del valor en su desarrollo desde la mercancía hasta la transformación del dinero en capital (exclusivamente), es decir, hasta que la fuerza de trabajo aparece en el mercado como mercancía. No entraremos en la (denominada) cuestión de la transformación de los valores en precios. El contenido de este debate puede agruparse en torno a eres temas principales: - Forma de valor. - Relación Marx-Engels. - Relación Marx-Hegel. 1.2.1. El debate en Alemania Occidental

En Alemania Occidental, entre las muchas tendencias existentes, ha surgido una que podría denominarse "escuela logicisca". Ha conseguido dirigir el debate también al Este, encontrando confirmación en la investigación filológica. Sus principales autores son Hans-Georg Backhaus y Helmut Reichelt.

Backha,u El enfoque que pretendía leer la teoría marxiana del modo de producción capitalista como un modelo lógico de una fase de la reproducción material de la humanidad en la naturaleza, frente a una interpretación que la reducía a una especie de descripción histórica del capitalismo decimonónico y de la producción de mercancías precapitalista, tiene su progenitor en Backhaus. Su 35

interpretación se delinea en sus trazos esenciales entre los años 1969 y 1978 (los trabajos posteriores vuelven a proponer esencialmente las ideas desarrolladas en este periodo). La "reconstrucción"4 lógica del capital significa que es la dialéctica inmanente a las propias categorías, en este caso la del valor, la que "mueve" la mercancía y determina su posición como dinero. Esta exposición no tiene su causa en un movimiento histórico correspondiente, ni es una descripción de una historia fenoménica, sino que es el despliegue conceptual de la mercancía como tal. Se considera que la exposición define el concepto de mercancía y su validez está relacionada con esta dialéctica, no con la correspondencia empírica precisa de las' leyes con los acontecimientos históricos. Este enfoque lógico, sin embargo, según Backhaus, no es seguido por Marx de forma unívoca, ya que se puede distinguir en su obra, al igual que en la de Smith, una teoría esotérica de una exoteria, es decir, una parte que efectivamente conceptualiza el modo de producción capitalista, de una parte en la que Marx se perdería en el desconocimiento de su propio método. De esta ambigüedad interna en el propio Marx se derivaría la reducción progresiva de la exposición dialéctica en las obras publicadas y la interpretación errónea de la teoría del valor por parre de Engels en los primeros capítulos de El Capital esotéricamente hablando, porque es exotéricamente plausible. 1. En la recepción marxista ortodoxa, según Backhaus, se abandonó esencialmente la conexión interna de las categorías de valor y dinero: se abordaron independientemente una de otra y se analizaron en contextos separados. Habría, pues, grandes diferencias

4. M111eri11/ien zur Rtko11sm1ktio11 der Marxschen Werttheorie es el árulo de los eres anículos que salieron en la Gesellscheft. Beitriige zt1r Mnrxschen Theorie en la editorial Suhrkamp de Fráncfon del Meno en los años 70 (ahora recogido en Backhaus, 1997, pp. 67-227; publicada aquí por primera ve:z la cuarta parte inédita, pp. 229-98).

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en la teoría del valor entre las concepciones marxiana y marxista. En cambio, la teoría marxista y la subjetivista tienen varios rasgos en común: ambas pueden describirse como defensoras de una economía natural preexistente. Estas teorías son denominadas por Backhaus como teorías premonetarias del valor {la misma crítica se aplica a la interpretación neorricardiana: Backhaus, 1975, p. 124). Los dos enfoques también tienen en común una metodología que no se remite a Marx, a saber, la adialecticidad: no muestran la íntima conexión existente entre el valor y el dinero. La limitación fundamental de esta literatura radica en no haber seguido la propia indicación que da Marx en su crítica a Ricardo, es decir, atender exclusivamente a los aspectos cuantitativos del intercambio e ignorar los cualitativos. En la tradición marxista y en la tradición subjetiva se trata siempre de determinar la relación cuantitativa de intercambio, una vez a través del trabajo objetivado, la otra a través de la utilidad. Este planteamiento del problema como una cuestión de mensurabilidad no abandona, sin embargo, el premonetarismo (íbid., p. 127): el dinero figura solo como un fenómeno de superficie más complejo, no porque se desarrolle, sino simplemente porque es accesorio y puede ser eliminado sustancialmente para volver a la relación de intercambio como una relación de mercancías, como si el dinero no fuera una mercancía. Estas teorías aparentemente diferentes entre ellas, estarían vinculadas ya que todas se abstraen del velo del dinero para fijar la esencia de la economía monetaria moderna en un modelo ficticio de economía natural, en lugar de en sus primeros esbozos, la crítica marxiana de las categorías económicas estaba todavía muy claramente determinada por la intención de destruir las premisas de la teoría premonetaria del valor[... ]. Esto incluye, en primer lugar, la afirmación de que la construcción de un proceso de intercambio de mercancías premonetarias debe necesariamente fmcasar (íbid, p. 38). 37

2. Según Backhaus, hay deficiencias en la exposición marxiana, especialmente en lo que se refiere a la dialéctica entre substancia y forma de valor: los errores interpretativos esbozados anteriormente se derivan del hecho de que este pasaje sigue sin probarse; esto se ha vuelco menos inteligible debido a la desaparición gradual de la exposición dialéctica (Backhaus, 1969, pp. 129 s.). Se dice que a codo esto habría contribuido, después, de forma determinante la interpretación engelsiana de la circulación simple como producción mercantil simple (PMS): según ella, la primera parte de El Capital describe una sociedad precapicalista en la que la ley del valor sería válida, cuya vigencia, sin embargo, cesaría en la sociedad capitalista desarrollada, donde la ley de los precios de producción toma el relevo. Con su error Engels también habría favorecido el desarrollo de la nefasta tesis de la contradicción entre el Libro I y el Libro III de El Capital. Este error deriva, según Backhaus, de la confusión entre formas fenoménicas y esencia, y sobre todo por la limitación del análisis al problema de la substancia de valor ignorando el de la forma. La interpretación de Engels hace imposible comprender la concepción marxiana de la circulación simple como momento abstracto de la totalidad del capital y del valor como procesualidad. La crítica se extiende en este punto a la propia comprensión engelsiana del modo de proceder dialéctico de Marx: se dice que Engels (1980, pp. 252 s., trad. esp. p. 340) le dio una interpretación "historicista" que veía en la confirmación histórica la verificación real de la teoría dialéccica. Engels aconseja a Marx que incluya representaciones históricas de la teoría del valor5; Backhaus (1975, p. 139) comenta: "¿Cómo se puede hacer esto? ¿El análisis histórico sirve simplemente para "completar" e "ilustrar" las de-

5. Carta de Engds a Marx, 16 de junio de 1867, en Marx, Engels (1974, p. 303). Para la respuesta de Marx, del 22 de junio de 1867, véase ibi, p. 306.

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finiciones esenciales o para "corregirlas" y "verificarlas"?". Engels no lo aclararía y hablaría entonces de la teoría como el proceso histórico liberado de sus accidentalidades. Se trataría de una descripción dialéctica de algo históricamente devenido, pero no en el sentido de la dinámica global, sino en el de una correspondencia casi fotográfica6• Según Backhaus (1975, p. 140) Engels sería partidario del método lógico exclusivamente para conseguir escribir una historia que de otro modo se perdería en el trabajo infinito de abstracción del nexo lógico de la accidentalidad. Por el contrario, para Backhaus, el desarrollo lógico-dialéctico del dinero no requiere ninguna demostración histórica; por el contrario, es el proceso histórico el que puede ser reordenado sobre la base de la teoría. El desarrollo dialéctico procede a través de determinaciones esenciales que se desarrollan totalmente a priori. Por lo tanto, ¿ha comprendido Engels realmente la naturaleza de la estructura conceptual marxiana? Seguramente se equivoca en la introducción del Libro III de El Capital cuando habla de producción mercantil simple (íbid., p. 142). 3. En la elaboración de la tercera parte de los Materialien Backhaus (1978, p. 19) tiene dudas sobre esta interpretación: Si interpreto correctamente los lugares textuales completamente ignorados por las distintas direcciones de la literatura secundaria, estos son indicios de una cierta inseguridad marxiana para determinar el origen y la validez de los conceptos que utiliza. Esa inseguridad se manifiesta sobre todo en una forma diferente y más o menos dogmática de tratamiento de lo "histórico".

6. Por ejemplo, a la producción mercantil simple dcberfa corresponder una histórica, efecrivameme existente, sociedad así limcionante. Así. comcnta Backhaus, a cada nuevo descubrimiento arqueoll\gico que no confirme su existencia, tal teoría tendría que caer o ser modificada.

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De estas comas de posición derivó sobre todo la necesidad de verificar en profundidad el concepco de "reconstrucción" situado en la base de las dos primeras parces de los Materialien. De hecho, mi concepción parda más o menos cácitamente de la idea decididamence ingenua de que la crítica marxiana de la economía política consisda, por así decirlo, en dos capas superpuestas que podían distinguirse claramente: una superficie exotérica y un esocérico nivel de profundidad. Esta idea me parece ahora bascante ingenua. Backhaus sostiene ahora que el propio Marx no habría sido plenamente consciente de su propio método. Es necesario entonces a) aclarar esta distinción implícita entre lo esotérico y lo exotérico y mostrar cómo las concepciones de origen engelsiano-leninista, en la base de las malas interpretaciones ortodoxas, se fundan en el plano exotérico, y b) sacar a la luz el jugo esotérico que afortunadamente habría permanecido con cierta pureza en los Grrmdrisse. Backhaus tratará de demostrar que es el Marx esotérico y logicista el que elabora correctamente la teoría. El carácter lógico de esta reconstrucción debe distinguirse del pseudo-método de un desarrollo lógico-histórico de los modos de producción económicos. Admitido que Engels haya historizado, la cuestión sigue estando, primero, en ver cómo conecta efectivos elementos de la teoría y, en segundo lugar, reconocer que el mismo Marx procede progresivamente a una historización de lo lógico, buscando una mediación entre los dos aspectos. A la luz de estos problemas, según Backhaus, es imposible decir una palabra concluyente sobre la teoría del valor, e incluso el intento lógico sigue siendo una interpretación: si se quiere salvar la unidad del método marxiano, hay que abandonar la interpretación lógica; si se quiere privilegiar esta última, se pierden algunos aspectos del método. Seguramente Marx "coqueteó" con lo "histórico" o, en todo caso, no superó 40

las dificultades inherentes al desarrollo de una representación lógica de las categorías. La incertidumbre se mantiene también por otras razones: - No hay claridad aún en cuanto a lo que Marx quería decir con método y no hay claridad en el propio Marx, ya que no acabó su proyecto. - También la interpretación logicista no supo dar una respuesta prefiriendo omitir los pasos que llevaron a Engels a una lectura tan equivocada. Backhaus (1978, p. 81) acaba así encontrando los defectos de la exposición dialéctica marxiana en los defectos del propio contenido que se expone: Marx no habría formulado adecuadamente los conceptos fundamentales de su teoría y, por tanto, tampoco el método, siendo este el despliegue propio de la lógica interna de los conceptos. Esto da lugar a ambigüedades también con respecto a la relación entre lo lógico y lo histórico. Esta aporía se vería confirmada por todos los intentos infructuosos de escribir el famoso esbozo sobre la dialéctica: el proyecto no solo no fue completado por Marx, sino ni siquiera por toda la tradición interpretativa ortodoxa7• Este esbozo debería haber proporcionado un aparato categórico capaz de sentar las bases conceptuales de la ciencia social; Marx no lo escribió por razones de principio y de contenido: una cosmovisión prejuiciosa de tipo "materialista" le habría impedido desarrollar sistemáticamente una "lógica peculiar" adecuada a los "objetos peculiares" "dinero" y "capital", es decir, un método que diera fundamento a estas categorías. Si, de hecho, las determinaciones dialécticas que surgieron de las categorías económicas eran atribuibles a una concepción dialéctica de lo real 11t sic, esto no podía sino tener consecuencias en la estructura filosófica de la

7. Véase la famosa carca de Marx a Engds dd 16 de em:ro de 1858 (Marx, Engels, 1973, pp. 259 s.).

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teoría. Si, de hecho, estas determinaciones tenían un fundamento en la "cosa", Marx no podía dar cuenta de ellas con los instrumentos conceptuales de la filosofía post-hegeliana, incluyendo los principios materialistas. En substancia, Marx habría percíbido que la dialéctica hegeliana "impregnaba" la realidad y profundizar en la conceptualización de su propio método significaba reconocerlo. Esta indecisión habría generado la confusa teoría del reflejo y, por tanto, los intentos de mostrar la conexión entre el desarrollo lógico y la realidad (el método lógico-histórico de Engels: íbid., p. 97). En cualquier caso, sostiene Backhaus, todas las leyes presentes en El Capital están ya deducidas lógicamente en los Grundrisse o en Co11trib11ció11 a la crítica de la economía política (en adelante la Co11trib11ció11), donde falta por completo su fundamento desde el punto de vista histórico. En relación con la forma de valor hay dos cosas a tener en cuenta: - En la primera edición de El Capital no hay rastro de construcciones lógico-históricas; solo las tenemos a partir de la segunda edición, pero de ninguna manera en la exposición original (Gnmdrisse). - Marx llevaba mucho tiempo trabajando en la elaboración de dicha teoría, por lo que la aportación de la construcción lógico-histórica debió ser tardía y no fundamental.

Reichelt l. Helmut Reichelt, refiriéndose explícitamente a Backhaus, sostiene aún más radicalmente el marco logicista de la estructura del capital, subrayando la estrecha dependencia del método marxiano de Hegel. En su obra más importante, Reiche!t (1973) se propone exponer rigurosamente la lógica del concepto de capital como categoría que se aurodetermina con plena fidelidad al Übersichhinausgehen (ir más allá de uno mismo, ntd) hegeliano. 42

En este contexto, surgen una serie de problemas relacionados con el método y el alcance de su aplicación: Reichelt habla de "Methode aufWiderruf" ("Método de retractación', ntd), método revocable, es decir, de un método que es válido mientras existan aquellas categorías de cuyas contradicciones internas surge y por tanto opera solo en la medida en que exista el propio modo de producción capitalista. Esta tesis contrasta abiertamente con el intento, emprendido al menos desde Lenin, de pensar en un método como instrumento global de explicación conceptual de la realidad. La cuestión de la relación entre lo lógico y lo histórico y, por tanto, de la interpretación engelsiana de los primeros capítulos de El Capital está ligada a esta redefinición. Hay que reconocer a Reichelt el mérito de haber sido el primero en proponer una lectura más fiel del texto marxiano a través de la recuperación de la categoría "circulación simple" frente a la "producción mercantil simple" de Engels. En este contexto, siempre de acuerdo con Backhaus, se afirma la insustituibilidad de los Grtmdrisse como única fuente de la exposición efectivamente dialéctica del concepto de capital, en consideración a su progresivo eclipse en las obras siguientes (íbid., p. 92). De ahí que Reichelt desarrolle una crítica a la metodología académica, que "preforma" su contenido de tal manera que siempre lo ordena sobre la base de una metodología tomada de las ciencias naturales; de este modo, se pierde la propia naturaleza del objeto en cuestión, que se reconstruye desde fuera. El carácter subjetivo-social de esta preformación impediría investigar la cosa misma en su desarrollo dialéctico. El objetivo de Marx, en cambio, es siempre mostrar la "génesis" conceptual de las categorías en cuestión, y esto solo puede tener lugar a través del Übersichhinausgehen hegeliano. El desarrollo de las categorías tiene lugar en un proceso unitario en el que el movimiento viene dado por la contradicción interna de la relación de base, la mercancía; este 43

desarrollo se articula en formas específicas, cada una de las cuales es el resultado de la anterior y una condición previa para el devenir conceptual de las posteriores. Estas no son más que la manifestación progresiva de la contradicción interna y, por tanto, la concreción de esta relación en formas cada vez más cercanas a la "realidad fenoménica'', aunque el grado de abstracción en los Gnmdrisse sea siempre muy elevado. 2. En la relación con Hegel, según Reichelt, juega un papel fundamental la segunda lectura de los textos hegelianos hecha por Marx8• Reichelt llega a deducir que el concepto marxiano de capital y el concepto hegeliano de espfritu son estructuralmente idénticos. Esta afirmación se apoya en la similitud de algunos pasajes hegelianos y marxianos en la definición del dinero; el pasaje de Hegel en cuestión está tomado de /a Jenaer Realphilosophie, donde Hegel señala explícitamente esta identidad de la estructura del espíritu y la estructura del dinero: "El principio formal de la razón está presente. (Pero este dinero, que tiene el significado de todas las necesidades es en sí mismo una cosa inmediata) - es la abstracción de toda particularidad, carácter y capacidad del individuo" (Reichelt, 1973, p. 93). Reichelt de nuevo (íbid.): "Esta conexión surge aún más claramente de una expresión que se encuentra en el tercer volumen de El Capital: En una investigación tan general se supone generalmente que las relaciones reales corresponden a su concepto". En este principio se ocultaría la coincidencia añadida de la conceptualización marxiana y hegeliana de la verdad, que se basa en la correspondencia de la cosa con el concepto (una configuración

8. Backhaus se refiere a la carta de Marx a Engels del 16 de enero de 1858 (íbid.).

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muy alejada, hay que precisarlo, de cualquier teoría representativa o "pictórica'' de la verdad). Otro elemento hegeliano evidente es la relación entre esencia y fenómeno: las dos categorías no se conciben como separadas y no comunicadas, sino como una relación dialéctica, en la que el fenómeno no es más que la forma en que se manifiesta la esencia. Si fueran inmediatamente coincidentes, no sería necesaria ninguna ciencia (íbid., pp. 105 s.). Esta relación hace que el fenómeno aparezca inmediatamente, es decir, separado de su relación mediata con la esencia, como forma irracional; la economía vulgar se ocupó exclusivamente de ello y su reflexión fue un intento de conexión lineal de esencia y fenómeno. Ella operó de forma intelectualista, clasificando y tratando de reducir a la unidad. Según Reichelt (1973, p. 114), la expresión "conceptos del intelecto" nos hace saber que Marx entiende el concepto general de capital absolutamente en el sentido hegeliano como un sistema de conceptos de la razón, y que por lo tanto en su sistema los teóricos burgueses se encuentran ocupando la posición asignada por el sistema hegeliano a la moderna ciencia de la experiencia. Reichelt se propone la reconstrucción del núcleo conceptual del método marxiano; cuál sea la relación entre esta investigación y la aplicación de la teoría marxiana al "capitalismo existente" es un problema posterior que el propio Marx no quiso plantearse. El conocimiento científico de El Capital como tal sería válido mientras se presente como un objeto puesto en esa forma específica, es decir, en la teoría pura. En cuanto a la validez del "ámbito de aplicación" del método, se ha dicho que Reichelt utiliza el concepto de "Methode aufWiderruf", el método revocable. Pues tanto en términos de Hegel como de Marx, el método no significa un sistema ya hecho que

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se aplica al contenido desde fuera y que sirve como medio para deducir la verdad, sino un procedimiento según el cual la forma y el contenido pre-existirían y se unirían mecánicamente entre sí; por el contrario, aquí se trata de ver el desarrollo dinámico de la cosa misma en su proceder dialéctico; es decir, este proceder dialéctico no se inserta desde fuera, sino que es la propia mercancía la que, como unidad de valor y valor de uso, se pone categóricamente como dinero y, por tanto, como capital; esta es la naturaleza de la exposición (Darstell1111g). Aunque admite que no hay ningún pasaje específico en el que se afirme directamente esta tesis, Reichelt (1973, pp. 98,319) cree que puede sostener que por método dialéctico Marx no entendía un método de valor supratemporal, sino un método que es tan malo o tan bueno como la sociedad a la que corresponde. Solo es válido donde un universal se impone a costa de un singular. Como dialéctica idealista, es el desdoblamiento filosófico de la inversión real; como dialéctica materialista, es el método revocable que tendrá que desaparecer junto con sus propias condiciones de existencia. 3. En cuanto a la relación entre la exposición lógica y la descripción histórica, Reichelt comparte esencialmente la posición de Backhaus: el proceso de circulación no se muestra en sí mismo como esencial, sino que es la forma fenoménica de un proceso que tiene lugar a sus espaldas y que es el de la producción. Del hecho de que la existencia de trabajadores libres sea el presupuesto de toda la elaboración conceptual del sistema capitalista en la forma de la exposición dialéctica de las categorías, no se sigue que esta forma de exposición coincida inmediatamente con la reproducción teórica de la génesis histórica del capital y del trabajo libre asalariado (íbid., p. 162). Hay que reconocer a Reichelt que fue uno de los primeros en reafirmar el concepro de circulación simple &ente al concepto engelsiano de producción mercantil simple. Comenta (íbid., pp. 165, 316): 46

Si Marx en El Capital expone las relaciones reales solo en la medida en que "corresponden a su concepto", esto significa al mismo tiempo que el capitalismo existente no tiene que corresponder inmediatamente a su concepto y no tiene que ser "adecuado a sí mismo"; sin embargo, la forma en que existe debe ser concebida como el modo de existencia al que tiende el movimiento del valor, que, por así decirlo, le es inherente. A partir de estos criterios, lo dicho en el prefacio de la Contribución relativo a la estratificación de las distintas fases socioeconómicas de la historia queda al margen de la cosa y sirve simplemente como tipología. 4. Este último párrafo pretende presentar posiciones más recientes del autor. El texto de referencia es Reichelt (1996). En él se vuelven a exponer muchas de las consideraciones realizadas en la obra anteriormente analizada, como el "Methode auf Widerruf", como la dialecticidad estructural de la obra y su extrema cercanía a la hegeliana, como la centralidad de los Grundrisse en el análisis de la exposición marxiana. La cuestión de la comprensión incompleta de Marx de su propio método es replanteada por Reichelt en una forma panicular que se distancia de la de Backhaus. Ahora adopta una postura más explícita contra la llamada "reducción de la dialéctica" 9 en los trabajos preparatorios y en las versiones de El Capital a medida que avanza la obra. Reichelt destaca en la obra juvenil de Marx, incluso en la tesis doctoral, la actitud psicológica por un lado y por otro la forma en que esta influye en su filosofar. En esta obra, al tratar de la filosofía griega

9. Esca terminología está cornada de G,;hlcr (1980); sobre este texto, en algunos aspectos muy importante en la discusi,ín, véase el siguicmc aparcado.

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clásica, Marx no debatiría más que consigo mismo 10, objetivando problemáticas propias en las figuras de Epicuro y Demócrito. Marx identificaría en estos autores dos niveles de tratamiento, uno exotérico y otro esotérico. Solo el punto de vista del saber absoluto, siempre según Reichelt, superaría la diferencia entre lo esencial y lo no esencial en una misma teoría y la diferencia entre de lo que el autor de la teoría es consciente y lo que en la teoría está contenido sin que el autor mismo tenga conciencia. En conclusión (Íbid, p. 91), Marx percibió y, al mismo tiempo, volvió a rechazar la forma en que su producción teórica se desarrollaba. En la separación del conocimiento esencial y fenoménico se abrió el acceso al sujeto psicológico, pero en la medida en que no permitió que esta separación valiera para sí mismo, rechazó al mismo tiempo esta percepción. Este rechazo tomó la forma de un conocimiento fenoménico y se expuso como filosofía de la historia. Esta construcción sería la base de todas las obras marxianas que representarían una variación de la misma (íbid., p. 92): Marx se ve a sí mismo como un pensador que se encuentra en un punto culminante de la historia del mundo y que, al mismo tiempo, mira hacia atrás y hacia delante. En la perspectiva de una nueva sociedad, la historia pasada aparece en su conjunto como un "mundo al revés".

1O. "Este texto suscita entonces precisamente una "doble lectura". Por un lado, se puede mostrar cómo Marx, al referirse a la teoría de la autoconciencia de Bauer, intenta interpretar la historia de la filosofía griega de una manera nueva. Por otro, Marx no habla en ningún otro texto tan claramente de sí mismo, precisamente hablando de otros filósofos" (Reichelt, 1996, p. 75).

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En esta culminación, Marx se identifica con un Sujeto, ya sea el género o la clase obrera, en todo caso supraindividual, portador de un conocimiento transparente, que no solo está en posesión del conocimiento absoluto sino que está temporalmente dispensado, como universal, de la limitación de lo individual. De este modo, la seguridad buscada, la tranquilidad del sabio epicúreo por medio de la teoría parece estar garantizada; se trataría de un aseguramiento psicológico proyectado en la teoría de la filosofía de la historia. Sin embargo, la contradicción entre el conocimiento exotérico y el esoterismo es una expresión de la contradicción de la base, que como tal solo existe en la sociedad burguesa. Aquí Reichelt vuelve a conectar con la exposición de 1970. Pero la idea de que este proceso tiene un resultado a través de la praxis, que de un nivel inferior surge necesariamente el superior, le parece ahora a Reichelt un tipo de aseguramiento inconsciente. ¿Qué ocultó entonces Marx sobre el método en sus escritos publicados? Evidentemente, para el Marx de los Gnmdrisse, la dialéctica como método de exposición genética de la forma es inmediatamente idéntica a volver a recorrer teóricamente la dinámica real de una abstracción en un proceso que domina a los hombres mismos y que, en su dinámica, no es la repetición de lo mismo, sino que debe ser conceptualizado como un proceso orientado, que revoluciona continuamente el modo de producción y que finalmente encuentra su punto culminante en la revolución y "en el derrocamiento en el comunismo" (Reichelt, 1996, p. 109). Para Marx, por tanto, la dialéctica habría estado ligada a la idea de un punto culminante en el que el hombre se liberaba de la prehistoria. Sin embargo, a los Gnmdrisse no les siguió ninguna revolución; el fracaso de este proyecto dialéctico, con un punto de culminación revolucionario, debería haber llevado a Marx a

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pensar en una dialéctica reducida, exclusivamente metodológica. Marx, en cambio, no lo habría hecho porque, si hubiera reflexionado sobre la cuestión del método hasta el final, se habría dado cuenta de qué consecuencias implicaba esto en el plano de la filosofía de la historia, y lo harían revelando, finalmente, los motivos secretos de la construcción de una filosofía de la historia: la conceptualización de la historia como la objetivación (exotérica) de la comprensión (eliminada) del entrelazamiento de la propia conciencia esotérica y la propia conciencia exotérica (íbid., p. 11 O). En relación con la dialéctica hegeliana, el problema habría sido explicar en qué consiste el núcleo racional de la dialéctica hegeliana que se nos da en forma mística. Sin embargo, una vez alcanzado este punto, Marx siempre da marcha atrás y rechaza el problema; en lugar de explicar en qué consiste el núcleo racional de la mística hegeliana, procede a la eliminación progresiva de toda referencia. Según Reichelt (1996, p. 110): "Es la racionalidad de su propio misticismo lo que quiere hacer "accesible" y que esta vez "objetiva" no en la filosofía griega, sino en Hegel".

Gohler l. Gohler (1980) propone soluciones muy controvertidas a los problemas que plantea. Es digno de interés particularmente por algunos aspecros: por un lado, porque, aunque no los resuelva, mete el dedo en puntos fundamentales de la exégesis marxiana; por otro lado, la terminología que introduce ha tenido cierto eco en el debate posterior: términos como "dialéctica enfática" y "dialéctica reducida" se encuentran, por ejemplo, en Reichelt; finalmente, la idea de fondo de su tesis fue aceptada, prescindiendo de su argumentación, por otros autores que han hecho una importante contribución (Skredov, 1987, 1989; Schwarz, 1987). 50

El tema central es también aquí, como para Reichelt y Backhaus, la reducción de la dialéctica de los trabajos preparatorios a El Capital y en El Capital mismo. La parte introductoria del texto es un ambicioso programa de investigación que despertaría la atención del marxista más experto; se propone hablar de la posibilidad de dar fundamento a las declaraciones científicas, especialmente en el ámbito de las ciencias sociales y muchos otros temas que no vale la pena mencionar. Sin embargo, este extenso programa gira en torno a la llamada "reducción de la dialéctica". La tesis fundamental de la obra es la siguiente (Gohler, 1980, p. 24): El cambio del desarrollo de la mercancía al dinero en El Capital, frente al desarrollo correspondiente en la Contribución, representa una reducción decisiva de la dialéctica alejándose de Hegel. La reducción no es solo una forma diversa de exponer la estructura de la conexión fundamental, que de otro modo quedaría inalterada, sino que produce una difer~ncia más profunda. De hecho, en las dos diferentes redacciones del desarrollo de la mercancía al dinero encontramos dos tipos de desarrollo dialéctico: en la Crítica, una dialéctica enfática (tipo I) que corresponde a la perspectiva hegeliana, en El Capital en sus diferentes redacciones una dialéctica reducida ante la perspectiva hegeliana (tipo 11). Aquí también se aborda el problema del método lógico entre las matemáticas y la filosofía. En cuanto a la relación lógico-histórica y a la interpretación engelsiana, Gohler acepta básicamente la opinión de Backhaus. 2. ¿Cómo explicar la reducción? Ella podría haber ocurrido porque, en el curso del desarrollo, habrían surgido problemas mayores que los que Marx había resuelto en la Co11h·ib11ció11 y que no eran abordables con las herramientas teóricas disponibles. La nueva dialéctica tiene ventajas, como la más estricta represen-

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tación de la forma del valor, pero también desventajas, especialmente en lo que respecta al nexo fundamental del mismo análisis del capitalismo. La dialéctica enfática, de cuño hegeliano, sería aquella que entiende la sucesión como el desarrollo de las categorías fundamentales sobre la base de la necesidad interna de la cosa misma, por lo que esa sucesión culmina en la conexión fundamental global. Cada paso sucesivo es necesariamente el resultado del anterior. Esto es importante porque en la categoría "pasaje" Gohler ve un demento fundacional para extraer la diferencia entre los dos tipos de dialéctica. Cuando la contradicción "causa'' la sucesión, entonces estamos en el contexto enfático; cuando, en cambio, la sucesión se explica no por la dialéctica de la cosa en sí, o históricamente, estamos en el contexto reducido. No es posible entrar en el entramado lógico construido por Gohler en su formalización de la forma de valor y del proceso de intercambio; se intentará dar el sentido global de su planteamiento. La dialéctica sería enfática en la Contribución por el hecho de que Marx intenta la deducción del dinero directamente a través del proceso de intercambio, es decir, intenta conectarlo con la forma de valor; ahí, de hecho, no tenemos todavía la distinción entre la forma de valor y el proceso de intercambio, según la reconstrucción de Gohler, se dejaría reconstituir "quiásticamente", es decir, constituiría una estructura intrínsecamente contradictoria; este desarrollo derivaría de la dinámica real del intercambio; pero el intento no puede tener éxito por las razones que veremos, así que en El Capital Marx derivaría el dinero de la forma de valor, separándolo del proceso de intercambio; pero éste no se dejaría reconstruir como una estructura quiástica. En esto consistiría, en esencia, la reducción. Es necesario precisar cómo construye Gohler sus estructuras quiásticas y ver así por qué el proceso de intercambio lo es y la forma de valor no. Las estructuras quiásticas -es decir, explica52

tivamente contradictorias, dialécticamente contradictorias- son aquellas que después de la formalización son esquematizables de tal manera que hacen posible las relaciones cruzadas del tipo, por ejemplo: Mercancía

Dinero

Valor de uso

real ~ ideal

Valor de cambio

ideal - - - - - - - ----------- real

o bien: Poseedor B Mercancía A

Valor de uso Valor de cambio

Mercancía B

Valor de uso Valor de cambio

Poseedor A Valor de uso Valor de cambio - Valor de uso Valor de cambio

La oposición quiástica -y por tanto la contradictoriedad interna, la contradicción explicativa, genética- consistiría en que es posible trazar líneas diagonales, signo de la oposición, entre las dos columnas. Sin embargo, esta oposición solo es posible en el proceso de intercambio, porque la forma del valor tiene en cambio una formalización lineal que no puede convertirse en quiástica; la fórmula simple sería Valor de usoa - Valor de cambioa - valor de 11Sob, lo que significa que el valor de cambio de la mercancía a se expresa en el valor de uso de la mercancía b, que en esta función no cuenta como valor de uso. En esta formulación la contradicción no es un elemento constitutivo del desarrollo dialéctico. La dialéctica enfática, es decir, el intento de conectar la forma de valor y la relación de intercambio, está destinada a fracasar porque, por el lado de la forma de valor, es imposible hablar de una estructura dialéctica mientras no se incluya el análisis de las intenciones de los poseedores de las mercancías y, por tamo, de la oposición que

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en base a ella se viene a crear11 , por parte del proceso de intercambio no se deja desarrollar la distinción interna al valor de uso entre su función de satisfacción de necesidades y de material para la expresión del valoru. La forma del valor y la estructura del intercambio, con sus

respectivas afirmaciones adicionales, son necesariamente objeto de interpretación y diferenciación en sentido contrario, pero deben desarrollarse por separado. Ellas describen, en su conjunto, el estado de cosas que Marx querría formular como el desarrollo del dinero y del proceso de intercambio, pero la forma de valor se dirige en particular al desarrollo del dinero, la esuucrura del intercambio, con la perspectiva del poseedor de mercancías, en panicular al desarrollo del proceso de intercambio. Aquí está la raíz de las dificultades del desarrollo dialéctico de la Contribución, pero también de la dialéctica reducida, con sus problemas, en El Capital (Géihler, 1980, p. 82).

11. "El algo más del lado de la estrucrura de intercambio es la perspectiva de los poseedores de mercancías [...]. Pero esto depende del hecho de que la forma de valor, como estructura parcial de la estructura de intercambio, nunca [... ] representa la perspectiva de uno de los dos poseedores de mercancías [... ]. La forma-valor y la perspectiva del poseedor de mercancías no tienen inmediatamente nada que hacer una con las otras; estas se presentan solo en la escrucrura del intercambio" (Giihler, 1980, p. 82). 12. "El algo más del lado de la forma del valor se encuentra en la diferenciación de la función del valor de uso en satisfacción de la necesidad y representación del valor; y esto gracias a la direccionalidad unilateral de la expresión del valor. Escas diferenciaciones de la formulación de la estructura de intercambio no deben deducirse de la perspectiva de los poseedores de las mercancías, y menos aún desde la simple posición de igualdad de las mercancías en la relación de equivalencia. En la escrucrura del intercambio no hay distinción entre las dos funciones del valor de uso y, con ello, tampoco aparece el elemento de la direccionalidad unilateral. Ambas cosas solo están contenidas en la estructura de la forma de valor y, por ello, la propia estructura de intercambio tiene un contenido informativo bastante reducido" (!bid).

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Es interesante ver cómo surge el problema de la conexión sistémica entre la forma de valor y el proceso de intercambio y el por qué, a partir del apéndice de la primera edición alemana de El Capital, Marx incluiría la forma del dinero en la exposición de la forma del valor {antes no).

1.2.2. El debate en Alemania del Este Como hemos visto, el análisis de la teoría del valor está vinculado a una vasta serie de cuestiones; de particular importancia fueron las relativas al método y, por tanto, a la relación entre lo "lógico" y lo "histórico", Marx-Engels y Marx-Hegel. Como se verá, estas cuestiones también fueron el centro de atención del debate en la entonces Alemania del Este. Sobre la relación abstracto-concreto e investigaciónexposición El debate sobre estas categorías, a la luz de los resultados de la MEGN, comenzó en la segunda mitad de la década de 1970. Nos referimos principalmente a los pasajes marxianos sobre el método en los Grundrisse (Marx, 1976-81, p. 36, trad. esp. p. 19 s.) y en el epílogo de la segunda edición alemana de El Capital {Marx, 1987b, pp. 708 s., trad. esp. p. 19 s.). Gran parte de la discusión tuvo lugar en las páginas de las "Arbeitsblatter zur Marx-Engels-Forsch ung". l. La interpretación de Vygodsky se basa en la convicción de que existe una unidad dialéctica entre el modo de exposición y de investigación, es decir, en la distinción. En El Capital predomina el modo expositivo; por lo tanto, para evaluar todo el proceso que llevó a Marx a la elaboración de su teoría, es necesario considerar también el largo trabajo preparatorio (Vygodsky, 1978a, p. 58):

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El estudio del proceso de investigación y de exposición como dos caras del proceso unitario del desarrollo de la teoría económica justifica la hipótesis de que el movimiento de lo concreto a lo abstracto (C -+ A), de la realidad concreta, sin embargo aún no conocida, a las abstracciones iniciales, es característico del proceso de investigación, mientras que el proceso científico expone el ascenso de lo abstracto a lo concreto (A -+ C), de las abstracciones iniciales a la realidad concreta, que ahora aparece como concreto reproducido teóricamente. El proceso completo de conocimiento es entonces C--+ A --+ C Según Vygodsky, en realidad habría que hablar de una relación recíproca entre los dos momentos: en ninguna obra está presente uno de ellos de forma exclusiva; se trata siempre de una cuestión de predominio. En los Gnmd1isse, con el paso del dinero al valor, Vygodsky ve completado d ascenso de lo concreto a lo abstracto, por lo que con la Contribución puede comenzar a la inversa, de lo abstracto a lo concreto. El descenso a lo concreto dentro de los límites de El Capital es tal que la teoría conserva siempre un grado muy alto de abstracción; son necesarias más concreciones para aplicarla a la "economía'' tal como se presenta empíricamente. Este uso es posible a condición de que se lleve a cabo un proceso posterior de investigación en ambas direcciones, ya que la aplicación de la teoría abstracta en sí misma no sería suficiente para dar cuenta de las realidades empíricas individuales, que están condicionadas por la accidentalidad. Vygodsky (1979, p. 5) comenta: Según el pensamiento de Marx, el modo de investigación y de exposición son esencialmente diferentes, utilizados en diferentes etapas de la realización de la teoría científica, que se dividen adecuadamente según el espacio y el tiempo. La diferencia entre ellos es fonnal, porque en la base de uno, como en la base del otro, está el proceso unitario de conocimiento de la realidad efectiva.

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En este sentido están unidos, pero esta unidad no debe hacer desaparecer la distinción. Marx caracteriza el modo de investigación con tres elementos: - Apropiación detallada del material; - análisis de sus diferentes formas de desarrollo; - identificación de su unidad interna. Recapitulando, se sostienen en esencia a) la estrecha proximidad entre la exposición y el descenso de lo abstracto a lo concreto, y b) entre la investigación y el ascenso de lo concreto a lo abstracto, y e) la separación temporal y espacial de ambos, aunque no absoluta. 2. Jahn y Noske sostienen que, en la época en que escriben, el análisis del método marxiano no podía ser completo porque se realizaba solo sobre la base de la Contribución y los Grzmdrisse; es decir, falcaba el conocimiento de los extractos y de las reflexiones de Marx sobre ellos, especialmente en los años 1850-53; con base en ellos, Jahn y Noske llegan a conclusiones diferentes de las de Vygodsky. Sería un error, según ellos, entender el modo de exposición solo como su forma clásica que se da en El Capital; el modo de exposición no puede separarse del modo de investigación, porque también pertenece al proceso de investigación, que también procede mediante errores, incertidumbres y superación de los mismos. El modo de investigación procede a través de la apropiación de los hechos, partiendo de los primeros estudios, juicios, hipótesis, hasta llegar a la exposición. En cualquier caso, antes de llegar a la exposición final, Marx redactó muchas exposiciones de carácter provisional, que solo proporcionaron los primeros intentos de desarrollo sistemático; así, La investigación y la exposición están unidas como formalmente diferentes en el proceso unitario del conocimiento, se mantienen mutuamente en acción recíproca y se desarrollan espiralmente. Dado que la investigación siempre tiene como 57

objetivo la exposición, la exposición misma es el objeto de la inl'estigación, la exposición de los resultados de la investigación y por lo tanto una forma especial de investigación Qahn, Noske, 1979, pp. 1Os.). El resultado de la investigación, según ellos, es la reproducción ideal del movimiento dialéctico inmanente al propio objeto, por lo que este proceso de apropiación no puede ser una generalización intelectualista abstracta, sino que debe ser dialéctico. La relación entre la elaboración de la teoría y su verificación desempeña un papel central: según Jahn y Noske, el criterio de verificación no es el lógico, sino la aplicación de la teoría a la práctica. Esta posición es importante en lo que respecta a la relación entre la teoría y la empiría y es fundamental para la comprensión del método. En Marx no encontramos ningún ascenso directo de la empiría a la teoría, y mucho menos puede decirse que su teoría proceda de la pura especulación independientemente de los datos empíricos: "La teoría está conectada con la empiría de forma compleja, ya que todos los elementos de la lógica dialéctica están activos en su conexión genética" (íbid p. 30). La teoría y la empiría son dos planos diferentes del análisis de la misma realidad objetiva, que se refleja de forma distinta. La empiría se detiene en la superficie, en las cosas tal y como aparecen, mientras que la teoría trata de mostrar la esencia Íntima. La identificación de la esencia no prescinde de la búsqueda de los vínculos mediadores que conducen de nuevo a la empiría, es decir, a la manifestación de la esencia. La historia de la economía política es la historia de este desarrollo y las teorías de los economistas burgueses son válidas en la medida en que contribuyen a ella. Esto significa que la solución no puede prescindir de la empiría, que es el punto de partida y la referencia, que debe tenerse en cuenta. Varios factores influyen en la investigación empírica: a) Los intereses y fines del conocimiento: en este caso la conexión viene dada por los intereses de la lucha de clases de Marx;

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b) la teoría debe explicar la realidad: esto no significa que cada paso de la teoría deba tener su confirmación empírica, sino que la teoría en su conjunto sea "capaz" de la realidad; c) la misma empiría, en definitiva, no consiste en una masa indiscriminada de elementos individuales, sino que tiene su propio carácter de generalización; tal proceder solo tiene sentido si permanece conectado a la praxis, a la historia fáctica: "La praxis determina la finalidad del conocimiento y es el criterio de selección" (íbid. p. 38). Basándose en estas reflexiones, los autores llegan a una conclusión fundamental: "Cuando Marx habla aquí de un "método de elaboración", no se trata de una elaboración en el sentido de la simple representación de resultados ya hechos, sino de una elaboración que conduce a nuevos descubrimientos" (íbid., p. 73). En oposición a Vygodsky, se sostiene (íbid., pp. 76 ss.): La opinión generalizada de que el ascenso de lo concreto a lo abstracto es la característica específica del modo de investigación frente al modo de exposición no se confirma con la reconstrucción del proceso de investigación en Marx [...]. Por lo tanto, en nuestra opinión, el ascenso de lo abstracto a lo concreto debe referirse, como el "método efectivamente científico" de Marx, no solo al modo de exposición sino también al modo de investigación.

Eso es porque Lo esencial en el método marxiano de abstracción es, por el contrario, [al método de la economía burguesa], el ascenso de lo abstracto a lo concreto. Con este método, se asciende desde las formas más simples hasta las más complicadas del objeto que se investiga (íbid., p. 74).

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En los momentos más bajos de la investigación, el ascenso de lo abstracto a lo concreto no refleja la estructura del objeto en su secuencia genética; esto presupone un grado avanzado de investigación. La consecuente conexión genética de lo abstracto y lo concreto y el ascenso de uno a otro se produce cuando el modo de investigación se une al modo de exposición. Esto se debe a que la investigación, en la elaboración de conceptos generales abstractos, no comienza del todo vivo, sino que procede de los sistemas conceptuales anteriores)' avanza tanteando las contradicciones de estos también con la praxis para llegar a la unidad de lo múltiple (íbid., p. 79) 13 •

13. Eckart Schwan también está de acuerdo con esca posición (1978, p. 23): "En la base de ambos momentos se encuentra el método científico del ascenso de lo abstracto a lo concreto. El proceso de ascenso de lo abstracto a lo concreto caracteriza no solo el modo de exposición, comienza en el proceso de investigación. Ya aquí se abstrae y sintetiza, se procede del fenómeno a la existencia". Y añade: "Las obras de Karl Marx dejan claro que no hay confusión en la interacción entre investigación y exposición [... ]. La investigación es un presupuesto de la exposición, pero ya aquí esrá condicionada por elementos propios del modo de exposición, y roda exposición requiere un proceso renovado de investigación. No existe una exposición "pura", ni siquiera en El Capital' (íbid.). Sobre esce punto, Jahn y Nieczold también comentan que Marx no comienza, en el proceso de investigación, corno si partiera de cero o el mundo hubiera comenzado el día anterior; en cambio, tiene en cuenta el trabajo científico ya realizado por sus predecesores y los resultados que alcanzaron Oahn, Marxhausen, 1983). Y también es un error considerar la ernpiría simplemente como el mundo de lo dado: "Para Marx la ernpiría no es solo lo inmediatamente perceptible a los sentidos, sino también las generalizaciones logradas por otros pensadores[...]. Ya en la invesrigación y no solo en la exposición, por tanto, se activa todo el conjunto deherrarniencasdeladialécricarnacerialista" Oahn, Nietrold, 1978, p. 156). Por último, el otro Schwarz, Winfried, también está de acuerdo: "La exposición dialéctica no puede limitarse a cornac conocimientos ya hechos que se han obtenido anees de otra manera" (Schwan, 1978, p. 22); esta es precisamente la forma de proceder de Lassallc que es criticada por Marx, quien, por el contrario, quiere mostrar las formas de desarrollo corno tales y buscar su propia conexión interna. Así pues, las estructuras dialécticas fundamentales caracterizan tanto la forma de investigación corno la de exposición.

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3. El debate se animó con la intervención de Fabiunke (1980). Critica la parcialidad de la posición de Jahn y Noske, en la que definen el método marxiano de abstracción como el del descenso de lo abstracto a lo concreto. Según Fabiunke es exactamente el contrario: la abstracción llevaría de lo concreto a lo abstracto. Por lo tanto, según Fabiunke, aunque Jahn y Noske excluyan las interpretaciones unilaterales del "modo de exposición'' y no rechacen la validez de este en el ascenso de lo concreto a lo abstracto, acaban negando este mismo ascenso al modo de investigación. Según Fabiunke, habrían dado en el clavo si hubieran argumentado que el ascenso de lo abstracto a lo concreto no concierne solo al método de investigación, sino que también está vinculado al de la exposición, y lo mismo ocurre con el otro proceso de ascenso; se habría superado así la vieja configuración, aún aceptada por Vygodskij, según la cual la investigación es responsable del ascenso de lo concreto a lo abstracto y la exposición del ascenso de lo abstracto a lo concreto. Básicamente, se objeta que no se puede eliminar el papel del ascenso de lo concreto a lo abstracto, ya que el punto de partida es siempre la multiplicidad caótica que hay que explicar. Jahn y Noske sostienen su tesis sobre la observación de que el punto de partida de la investigación ciencifica ya no es la multiplicidad de la realidad, sino que son las teorías anteriores: el desenvolvimiento se produciría a través de la resolución de sus contradicciones y la comparación con la praxis, pero según Fabiunke esto no puede aceptarse. 4. En este mismo número de los ''.A.rbeitsblatter" hay dos contribuciones que concluyen el breve debate: una es de Vygodskij (1980), que básicamente reitera las posiciones anteriores aceptando además algunas consideraciones de Jahn y Nietzold, según las cuales en el proceso de exposición se logran nuevos resultados 14; la otra es la respuesta directa de Jahn y Noske al artículo de Fabiunke.

14. El propio Vygodsky (1974, p. 48; 1975) muc:scra, sin cmb:1rgo, que accpca la \'alía del ascenso de lo ahscmcco a lo concrcco cambién para el modo de in\'escigaci,ín. 61

Jahn y Noske (1980, pp. 38 s.) recoman el discurso, precisando el significado de las categorías fundamentales de abstracto y concreto; evidentemente, esto es diferente de lo que se les atribuye en la vida cotidiana: por concreto hay que entender la "unidad de la multiplicidad" y por abstracto no una pura abstracción espiritual que existe autónomamente, sino un "momento de lo concreto"; "La relación de lo abstracto con lo concreto corresponde a la relación de lo simple con lo complejo". La contraposición debe reconstruirse sobre la base de las nociones fundamentales; la vía universal de conocimiento procede en tres etapas: a) Visión viva de los objetos concretos del mundo material, b) conocimiento de lo concreto en forma de conceptos abstractos como concreto espiritual, y c) aplicación de los conceptos abstractos del concreto espiritual en la actividad práctica (íbid., p. 39). La etapa bes el único camino que se le ha dado al hombre para conocer lo concreto, la etapa a es completamente inadecuada para este propósito. Como escribe Marx en la /11trod11cció11 de 1857 lo concreto es, tal como aparece en el primer nivel, es decir, como intuición y representación, el punto de partida real del conocimiento; pero en este nivel como "concreto representado" es solo una "representación caótica del conjunto". Difícilmente podría ser ya "el método científicamente correcto" de conocimiento. El hombre no tiene otra posibilidad de apropiarse de lo concreto en su totalidad más que en forma de conceptos, categorías, leyes, es decir, de reproducirlo en el pensamiento como un "concreto espiritual" (íbid). Por lo tanto, el método científicamente correcto se refiere al segundo nivel. El análisis empírico no puede ir más allá de la conexión de los elementos, no puede investigar su estructura funda62

mental, que solo el proceso de investigación teórica puede explicar. Si la posición de Fabiunke, de que lo abstracto es el resultado del proceso de abstracción, fuera correcta, esto significaría que lo abstracto debe ser deducido de lo concreto, mientras que lo complejo es el resultado del desarrollo dialéctico de lo elemental. Con Vygodsky, Jahn y Noske están de acuerdo en casi todo, excepto en la separación temporal de la investigación y la exposición. Por el contrario, los dos procesos se desarrollan en espiral: no es que Marx realice primero todas las abstracciones y solo después pase a la exposición; todas las fases intermedias son, en cambio, exposiciones de los resultados de la investigación, ya que el mismo proceso de exposición se convierte en objeto de la investigación. Cuando los autores sostienen que, también en la investigación, el pensamiento científico asciende de lo abstracto a lo concreto, no se refieren a partes del proceso, sino a ello como análisis de la sociedad capitalista en su conjunto, porque solo el proceso de pensamiento puede explicar el todo. La resolución de las contradicciones del desarrollo interno es la misma fuente de la investigación, que así procede y da frutos. La interpretación de la relación Marx-Hegel en la Rep,íblica Democrática Alemana La segunda cuestión expuesta aquí es la interpretación de la relación entre Hegel y Marx. Hay dos tesis principales: a) Entre Marx y Hegel hay una relación de continuidad, especialmente en lo que se refiere a las categorías de totalidad y desarrollo -aspecto que se analizará en el siguiente apartado-; b) Marx en 1843 se distancia definitivamente de las posiciones filosóficas generales de Hegel -materialismo frente a idealismo-. Este segundo aspecto se tratará en este apartado. Mientras en el Oeste se sostenía la estrecha proximidad, y para algunos incluso la coincidencia, de la dialéctica hegeliana y mar63

xiana, en el Este la tesis fundamental veía en la Crítica a la filosofía del Estado de Hegel (1843) el distanciamiento definitivo de Marx respecto al filósofo de Stuttgarr. Las diferentes posiciones son similares y, por tanto, pueden seguirse a partir de la exposición orgánica de Jahn y Noske (1979). De las otras se dará cuenta incidentalmente. Es útil, de forma preliminar, señalar la influencia que tuvieron las posiciones sostenidas en Alemania Occidental: las tesis de los estudiosos de la RDA son respuestas a veces explícitas, a veces impücitas, a las cuestiones planteadas, entre otros, por Reichelt y Backhaus, es decir, desde el enfoque denominado logicista; hay que tener en cuenta este aspecto para valorar con mayor profundidad la naturaleza del debate. La Crítica a la filosofía del Estado de Hegel fue considerada en general en la RDA como el momento fundamental para comprender la inversión de la dialéctica hegeliana, cuyos límites se identificaron en los siguientes puntos (Marx, 1976d, pp. 206, 213, 224 s., trad. esp. pp. 320, 328, 336 s.): a) El pensamiento debe surgir de la cosa misma y no, como sucedería en Hegel, la cosa según un pensamiento concluido consigo mismo, que constituiría la principal crítica. b) Los objetos individuales, como la familia o el Estado, no se desarrollarían desde su propia esencia, sino desde la relación de necesidad y libertad. c) La inadecuada distinción de lo universal y lo particular en la filosofía hegeliana llevaría a la prevalencia de lo universal, que tendría su propia forma completa autónoma, mientras que la esencia debe manifestarse en la existencia. Un segundo conjunto de críticas se refiere a los problemas de método: la contradicción, aunque presente en la filosofía hegeliana, tendría la carencia de ser concradicción de conceptos, desplazamiento de la contradicción real a la idea. Esta transposición implica: 64

a) Que, como antes, se distinguiría de forma no mediada lo particular y lo universal, b) la apariencia de la conciliación de las contradicciones, y c) la insuficiente distinción de Hegel entre contradicción lógica y contradicción dialéctica (íbid., pp. 279-80, trad. esp. pp. 387-8). Un tercer conjunto está referido a la categoría de totalidad: Hegel habría querido construir un sistema que como tal se estableciera por sí mismo, pero no lo consigue porque a) en la dialéctica hegeliana esta totalidad sistemática sería una identidad solo imaginaria, y b) de ahí la oposición entre especulación y ciencia. La teorización del materialismo histórico que se desprende de estas críricas constituiría el punto fundamental sobre el que se basaría roda la futura obra marxiana; su fundamento filosófico está constituido, según esta interpretación, por la ruptura con Hegel, el materialismo de Feuerbach y la lectura de los socialistas franceses e ingleses. Sobre esta base se rechaza la tesis de Althusser, según la cual habría una discontinuidad entre las obras juveniles y El Capital. En codo caso, esa ruptura debería situarse entre las obras anteriores a 1843 y las posteriores. Se sostiene entonces, en respuesta a Backhaus, que Marx elaboró su método paralelamente a la teoría y que, por tanto, debía ser consciente de ella CTahn, Noske, 1979, pp. 14 ss.). Incluso el reconocimiento a Hegel de sus avances científicos fundamentales -especialmente en lo que respecta al método dinámico de abstracción, superior al de la economía política burguesa- no eliminaría la diferencia filosófica básica, que consiste en la relación entre el idealismo y el materialismo, particularmente en lo que respecta a las categorías de lógico e histórico: en Hegel sería la lógica la que tendría la primacía frente a la historia con la que se identificaría; en el método hegeliano falcaría por completo la relación entre lo lógico, como momento de la construcción de la 65

ciencia, y la historia real, por lo que esta lógica es idealista; en el materialismo, en cambio, es la historia la que tiene la primacía y existe indistintamente del grado de reflejo científico de sus leyes; la lógica no sería más que el reflejo conceptual de ese movimiento real (íbid, p. 75). Esta argumentación es retomada por varios autores en términos siempre muy similares, incluso en tiempos recientes, por ejemplo por Hecker (1987b, pp. 164 s.). Noske (1976, p. 80) aboga por una mayor elaboración del contenido de la dialéctica materialista, aunque ésta se diferencia de la dialéctica idealista en que designa el movimiento y la estructura general de la realidad actual y del pensamiento humano como un todo; para la dialéctica idealista se reitera el distanciamiento de 1843, en el sentido de que en Hegel los conflictos se resolvían en el espíritu y que es imposible mediar en los extremos reales. Eckart Schwarz (1978, pp. 19 ss.) también coincide con estas posiciones: reconoce los méritos de Hegel y las dificultades para superar su lógica, pero, aunque no profundice en la explicación, la tesis de fondo es que no sería posible mediar entre lo particular y lo universal; sin embargo, se confirma la posición clásica que ve la culminación de la inversión en la Ideología Alemana y la centralidad de la Crítica a la Jilosofia del Estado de Hegel (Schwarz, 1981, p. 49). Zeleny (1980, p. 6) basa la distinción entre las dos dialécticas en el criterio de la identidad de la realidad y del pensamiento: Marx, negándola, se distanciaría de Hegel. En estas posiciones están tambiénJahn y Nieczold (1978, pp. 154 s.). Para Müller (1978, p. 55) la diferencia entre las dos dialécticas consiste en la forma en que se desarrolla lo universal: en el materialismo a partir de lo particular, en el idealismo es en cambio lo particular lo que se desarrolla a partir de lo universal. Por último, Tuchscheerer (1968, pp. 43 ss.), uno de los padres de la Marx-Engelr-Forschung en el Este, coincide en las tesis de fondo; la siguiente cita caracteriza brevemente las posiciones dominantes (íbid., p. 43):

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A través de la crítica materialista de la religión y de la filosofía especulativa, Feuerbach había logrado destruir por completo la relación entre el ser y el pensamiento, entre la materia y el espíritu, que en Hegel se concebía en términos idealistas y, por tanto, mentales. Como sabemos, Hegel, mistificando la relación real entre el espíritu y la materia, entre la conciencia y el ser, concibió la llamada "idea absoluta'' como el lugar de nacimiento y creador de todo el ser, representando el acto de creación como la auto-expresión de la idea absoluta, del espíritu del mundo, a través de la cual adquiere una existencia natural y humana. El hombre y la naturaleza aparecen, pues, en la filosofía hegeliana no como determinaciones independientes, sino como meras determinaciones de la idea absoluta.

Origen categorial: contenido materialy forma social de las relaciones de prod11cción. El tema del origen categorial (Ausgangskategorie) constituyó uno de los momentos más importantes de la investigación en Alemania Oriental. ¿Cuál es la categoría básica en la exposición de la teoría económica? ¿Cuál es su valor, lógico o histórico? Paralelamente a esta discusión, se procedió a la del desarrollo categorial. En este capítulo trataremos de ilustrar su contenido. El análisis de Vygodsky supuso una contribución fundamental a este tema. Su importante intuición fue evidenciar la distinción marxiana entre contenido material y fo1·ma social en cada modo de producción 15. Esta distinción consiste en sostener que el proceso de trabajo como tal tiene lugar en todos los modos de produc-

15. Véanse los siguientes pasajes marxianos: Marx (1991, pp. 161, 167; 1963a, p. 42, trad. esp. pp. 215, 223, 1988-92, r. I, pp. 56-7). Véase también la primera edición (Marx, 1983b, p. 41 ). Véase finalmemc: Marx ( 1991, pp. 38, 44, trad. esp. p. 43). 67

ción, porque es la cualidad del hombre como cal, es su relación natural específica en y co11 la naturaleza (Marx, 1965a, cap. V, par. I) y, por lo tanto, subyace a la producción y a la acción humanas en todo lugar y tiempo. Sin embargo, en sí mismo es una abstracción conceptual que no tiene existencia; su realidad solo es posible como relación, es decir, en forma social. Las fuerzas productivas, en efecto, como verdaderas portadoras de la relación de producción (Marx, 1965a, pp. 826 s., trad. esp. p. 1042), se conforman en relaciones sociales de las más diversas maneras, pero no arbitrariamente; proceden, en efecto, según su dinámica específica (corno, por ejemplo, el modo de producción capitalista). Este tercer elemento nos permite hablar de la direccionalidad temporal del modo de producción y, por tanto, de su historicidad en un sentido conceptual. Una va. precisado esto, podemos volver a la cuestión del origen categorial; se trata de establecer cuál es el nivel de abstracción adecuado para comenzar la exposición. Vygodsky sostiene que la propia mercancía, como unidad de valor de uso (contenido material) y de valor (forma social), es la "célula económica'' elemental del modo de producción capitalista, y como tal constituye la base del análisis teórico de El Capital: "La distinción de la forma social del fenómeno económico de su contenido material da el criterio exacto de admisibilidad de la acción en cada caso específico" 16 • De lo dicho se desprende la imposibilidad de proceder en el análisis sobre la base del simple contenido material: es una abstracción presente en todos los modos de producción y, por tanto, no permite identificar la especificidad del modo de producción capitalista (Marx, 1976-81, t. I, p. 183, trad. esp., pp. 198 s.). Precisamente en esta identificación de contenido material y forma

16. Véase Vygodsk'}' (I 975, p. 290). Noske también está de acuerdo con esta postura (1976, trad. esp. pp. 44, 52).

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social consiste el error fundamental de los economistas clásicos, que por ello no consiguen pensar en la historicidad del modo de producción capitalista (Marx, 1991, p. 79, trad. esp. I, p. 97 s.). El proceso de abstracción culmina, por tanto, en la consecución de la forma elemental; esta forma debe representar la unidad de los dos elementos del proceso económico: el valor de uso como elemento de las fuerzas productivas y el valor como elemento de las relaciones de producción (Vygodsky, 1975, p. 69), es decir, tanto del contenido material como de la forma social; el valor, por ejemplo, será más abstracto, pero no adecuadamente concreto, mientras que la mercancía representa esta unidad: "No hay duda de que la "forma elemental" de cualquier modo de producción, así como de cualquier otra categoría económica, debe exponer la unidad del contenido material y de la forma social" (Vygodsky, 1978a, p. 60). Marx llega a esca conclusión en los Grtmdrisse: su análisis comenzó con el dinero, y luego llegó al valor; al final del manuscrito, sin embargo, en las últimas páginas donde comienza a escribir el capítulo I, siempre titulado Valor, afirma que es la mercancía la primera categoría de la economía política burguesa y en consecuencia en la Contribución partirá de ella (Marx, 1976-81, t. 2, p. 740, trad. esp., 11, p. 464 s.). Principio categorial y desarrollo: "lógico" e "histórico" l. La contribución fundamental de Jahn (1978) se inspira en las discusiones realizadas en Occidente sobre la falta de conciencia de Marx sobre su propio método. Jahn está de acuerdo con Vygodsky en que es en los Grundrisse donde se alcanza la categoría básica; el problema que se plantea ahora Jahn es el del desarrollo categorial: haber alcanzado un punto de partida abstracto, en sí mismo, no garantiza su carácter fundamental. Para ser efectivameri te tal

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El principio categorial debe poder desarrollarse. La célula, como forma elemental del todo, debe ser al mismo tiempo una unidad de contradicciones, cuyo despliegue conduce a la plenitud del sistema. El punto de partida está contenido en todas las categorías del sistema como elemento, todas las cuales recurren a la categoría básica. Cada concepto posterior recurre al principio categorial. Por eso era posible determinar la categoría básica de manera científicamente exacta solo después de que las categorías fundamentales de todo el sistema de la economía política del capitalismo -al menos en línea de principio- fueran investigadas, para reconstruir después la conexión interna de la exposición (íbid., p. 69). Este enfoque vuelve a plantear la cuestión de la circulación simple y su interpretación como producción mercantil simple por parte de Engels, aunque Jahn no se refiera a ella explícitamente. La cuestión es si la mercancía del capítulo I de El Capital debe considerarse como una categoría del modo de producción capitalista o de la producción precapitalista. La historicidad de la producción mercantil se niega a partir de las Glosas a mtgner. "De donde yo parto es de la forma social más simple en que se presenta el producto en la sociedad actual, y esta forma es la «mercancía1111 (Marx, 1962b, p. 369; trad. esp. p. 176). Así, la pertenencia de la mercancía al modo de producción capitalista se reafirma como su categoría estructural, incrustada orgánicamente en el conjunto de la teoría (Zengerling, 1979, p. 69; Schwarzel, 1981, pp. 44 ss.). No solo eso: Marx señala que también las categorías de los modos de producción anteriores se mantienen y se reforman en el capitalista, donde alcanzan su forma más madura. 2. RolfHecker también comparte este punto de visea. Señala que la forma histórica de tratar no habría sido suficiente por sí misma para descubrir la estructura interna de desarrollo de la relación de producción; pero, igualmente, sin el conocimiento de 70

la historia es imposible una forma lógica de tratamiento (Hecker, 1983, p. 82). Las dos categorías cumplen tareas específicas dentro del sistema: la historia sirve como confirmación, como campo de pruebas para la teoría, pero de nuevo no en sus particularidades, sino como un todo. Sin embargo, lo más importante es que "Marx descubrió que estas categorías y leyes tienen un carácter histórico, que corresponden al carácter del modo de producción. Su exposición en un sistema, sin embargo, está determinada por el método lógico" (íbid. 82). Esta tesis es confirmada por Jahn y Nierzold (1979, p. 38; véaseJahn, Marxhausen, 1983, pp. 58 s.): ''A través de la elaboración lógica de la historia real del modo de producción capitalista, este pierde su forma histórica y adquiere una forma teórico-sistemática". No solo no es posible, sino que es un error suponer que cada uno de los teoremas marxianos se verifica empíricamente; la veri6cación solo puede referirse a la teoría en su conjunto: el dinero y el valor son momentos indispensables, pero nunca autónomos, dentro de ella. Así, la circulación simple, como categoría de la producción precapitalisca, es impensable. Hecker (19876, p. 154) afirma: "Él (Marx] mostró cómo las mercancías se contraponen en el proceso de intercambio, no cómo y bajo qué condiciones se producen". Esca posición se ve confirmada por los diagramas de resumen de sus resultados que Marx elaboró anees de ponerse a trabajar en el Manuscrito de 1861-63, a los que se refieren tanto Jahn como Hecker (Marx,

1976-82, t., p. 28 s.): En el desarrollo del capital es importante tener presente que el único presupuesto, los únicos elementos de los que partimos son la circulación de las mercancías y la circulación del dinero, son las mercancías y el dinero, y los individuos están unos frente a otros solo como poseedores de mercancías. El segundo supuesto es que el cambio de forma que experimenta la mercancía en la circulación es solo formal, es decir, el valor permanece inalterado 71

en cada forma, la mercancía que una ve:z existe como valor de uso existe la siguiente como dinero, pero sin cambiar la magnitud de su valor, por lo que las mercancías se compran y venden a su valor, en relación con el tiempo de trabajo que contienen, es decir, solo se intercambian equivalentes. 3. Voh,amos a Jahn. La distinción entre el capital devenir y el capital devenido, que se desarrolla sobre su propio fundamento y reproduce constantemente sus presupuestos, ya está detrás de El Capital Su objeto, en su determinada estructura lógica, ya no es la historia de la instauración del capitalismo -esto se presupone- sino la exposición teórica de su naturaleza conceptual. La categoría de la mercancía es el concreto más abstracto del todo que debe plantearse, que, sin embargo, no presupone ninguna otra concreción. Aquí comienza el análisis científico que procede desde las determinaciones esenciales a las superficiales; la circulación simple se considera entonces como parte integrante de ese todo, de la totalidad del modo de producción capitalista Qahn,

1978, p. 72): Desde el punto de vista de la totalidad [del modo de producción capitalista] el principio categorial, la mercancía, la forma económica simple que se presupone como ser económico, es un "resultado aún incompleto" que todavía tiene que pasar por "sucesivas transformaciones de forma" para alcanzar su concepto pleno. Por lo tanto, como "resultado incompleto" en el presupuesto, esta simple forma contiene en sí misma el núcleo, la información genética del desarrollo posterior. La validez de la elección del principio categorial no puede venir dada, por tanto, de su correspondencia empírica directa, sino solo por la teoría como totalidad, verificada en su aplicación a la praxis. La no-historicidad o inexistencia de la producción mer72

cantil simple no autoriza, sin embargo, a hablar de la ahistoricidad de la obra marxiana; Jahn (1978, pp. 74 s.) llega aquí a pensar en la "historicidad lógica'' del modo de producción capitalista:

La historia del capitalismo se reproduce esencialmente en forma teórica, en conceptos. Por tanto, el carácter histórico y la unidad del método lógico e histórico vienen dados desde el inicio por el principio interno de la exposición. El todo se expone claramente como un pasaje histórico del desarrollo social. Sin posibilidad de equívocos, la totalidad de las relaciones de producción capicalisras se diferencia conceptualmente de rodas las otras. Por lo tanto, las categorías no pueden ser tratadas en su sucesión histórica. Son el resultado de la abstracción del conjunto histórico y, por tanto, están determinados por su lugar en este sistema. La comprensión teórica exacta del devenir histórico hace accesible al mismo tiempo el pasado. Esta posición no parece oponerse a la aprioridad de la construcción científica: la exposición puede ser a priori -aunque el ·mundo no sea inmediatamente coincidente con ella, ni producido por ella- porque es en ella donde las categorías reciben su significado efectivo; es ella la que es científica en sentido propio y no tiene un referente empírico directo. Estas consideraciones muestran cómo el enfoque logicista influyó en el fondo, más allá de las declaraciones de principios, en la investigación en Alemania del Este, encontrando confirmación en el análisis. 4. Winfried Schwarz (1978, pp. 8 ss.) aborda el problema del método en relación a la cuestión del capital en general. Sus tesis centrales son: a) Alto grado de abstracción de la teoría del capital, aspecto que hay que tener muy en cuenta a la hora de aplicar la teoría al análisis concreto; 73

b) es erróneo concebir la relación abstracto-concreto en términos de irreal-real: en cambio, las leyes abstractas del capital constituyen las líneas de tendencia esenciales del capital como tal, y son por tanto comunes a varias fases históricas del capital; c) la economía política solo puede proceder a través de abstracciones, para superar la limitación de la percepción sensible; d) el carácter materialista de esta forma de proceder viene dado por el hecho de que así la teoría refleja la realidad. El proceso de abstracción científica no se completa hasta que se alcanza el principio categorial adecuado, que debe producir genéticamente todo el sistema -no debe ser, por tanto, un caput mort1111m: "Es la propiedad de ser valor propia de todas las figuras de la producción capitalista, en la que Marx ve la universalidad fundamental de lo concreto y su unidad interna" (íbid., p. 15). La concreción del fenómeno de partida se resuelve ahora en su unidad, pero con esto también ha desaparecido y no reaparece hasta que la unidad interna se desarrolla en forma fenoménica. La concreción de partida no es, pues, más que una representación a partir de la cual, gracias al proceso de abstracción, se alcanza el principio categorial; ella debe ser pensada como sistema y volver a alcanzarla al final del proceso de exposición. La construcción del sistema coincide con el proceso de ascenso de lo abstracto a lo concreto: esto lo define Marx como el único método científico válido. El primer proceso es el de la investigación, el segundo el de la exposición. El ascenso de lo abstracto a lo concreto no es en absoluto sencillo ni directo, ni procede sin contradicciones, ya que lo concreto es una unidad de lo múltiple y, por tanto, de los opuestos (íbid., p. 16). Su desarrollo se basa en la contradicción interna del propio objeto; la reproducción espiritual de lo concreto debe, por tanto, producir lo concreto desde su fundamento interno. Hasta aquí Winfried Schwarz pa74

rece seguir un riguroso enfoque "genético" y lo refuerza citando la categoría hegeliana de "Forcgehen" (Hegel, 1996c, vol. II, p. 569, trad. esp. 11, p. 401). Se reitera así que las categorías de conexión y desarrollo a la totalidad estructuran el concepto de capital (Schwarz, 1978, p. 23): Todas las categorías dentro del proceso de ascenso de lo abstracto a lo concreto están subordinadas al objetivo de reconstruir lo concreto. Solo en vista de este propósito de exposición se concibe tal o cual categoría como necesaria o no, y solo situadas en una lógica interna del proceso de formación de lo concreto así concebido, las categorías individuales exponen, en su complejidad, un desarrollo genético. Este es el principio estructural unitario que recorre toda la exposición. El método histórico, en cambio, no puede considerarse en absoluto fundamental para la investigación científica. Winfried Schwarz llama materialista a este procedimiento porque las categorías reproducen idealmente las relaciones de lo real concreto; el proceso de reproducción solo refleja las inmanentes relaciones de desarrollo del objeto. En este sentido, Marx habla expresamente de un modo de desarrollo dialéctico y se esfuerza por no anticipar, en un nivel de abstracción que no les compete, categorías que conciernen a la esfera fenoménica. Este proceso expositivo también coincide, en mi opinión, con lo que dice Jahn. Para distinguirlo de cualquier reduccionismo esquemático Winfried Schwarz (1978, pp. 16 s.) precisa: Aunque lo concreto como cal es conocible y conceptualizable solo como una forma desarrollada de la ley general, exhibe una forma compleja de desarrollo de la propia ley general y de ninguna manera puede ser reconeccada a ella como una parte ya contenida.

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5. En este sentido, la posición de Skredov (1987) es muy interesante. Parte del supuesto de que lo simple debe explicarse desde lo complejo; el objeto del análisis marxiano es la forma histórico-transitoria específica de todas las categorías económicas. En el plan original también estaba previsto un esbozo histórico del desarrollo de las relaciones y de las categorías; estos elementos, aunque no tuvieron ese tratamiento autónomo, se encuentran en El Capital, en las partes dedicadas al análisis de la teoría del modo de producción. Lo importante es que solo en las formas desarrolladas se manifiestan con toda su fuerza las leyes tendenciales; solo a partir de la comprensión de su acción en ellas puede investigarse el origen de las formas desarrolladas y fijarse el principio categorial, y no al revés. Lo esencial del tratamiento histórico del objeto de El Capital se encuentra en la determinación de todos los cambios esenciales a los que están sometidas las relaciones de producción del capitalismo y las categorías económicas que les corresponden en el curso del tiempo. Esca investigación [...] se concentra en la identificación de las regularidades económicas objetivas y las tendencias históricas de desarrollo del modo de producción capitalista maduro. Sobre la base de este método, el objeto, que históricamente se rransforma, recibió su expresión teórica en forma de un sistema dinámico de categorías económicas en desarrollo (Íbid, pp. 233 s.).

La teoría de El Capital es adecuada para ese período histórico; con la consecución de la teoría del interés y del capital social, sin embargo, se sientan las bases para el análisis de la fase posterior, más desarrollada. Por lo tanto, sería un error querer aplicar la teoría de El Capital 'directamente" a los hechos actuales de la sociedad capitalista modificada (íbid., p. 235). Skredov reconstruye brillantemente lo que Backhaus llamaría la "interpretación ortodoxa'', en la que la cuestión de la relación entre 76

lo lógico y lo histórico no está correctamente planteada (lo lógico no es más que lo histórico corregido y liberado de la accidentalidad, lo histórico se interpreta como el proceso de formación del capital, como su prehistoria): "El error fundamental de esta interpretación consiste, en mi opinión, en que el objeto de lo "lógico" (de la teoría del capitalismo maduro) se busca (y se encuentra) en un pasado que no existe ya". (íbid., p. 236). Por el contrario, el problema debe abordarse dentro del capitalismo maduro sobre el terreno burgués, no pre-burgués; la reflexión teórica no requiere buscar la génesis histórica del capital, incluida producción mercantil simple.

y

El fundamento objetivo de un método, según el cual el conocimiento científico del objeto maduro (del capitalismo ya formado históricamente) no exige el estudio de su historia de formación, consiste en que el propio capital reproduce rodas las condiciones de su existencia [... ] y por ello no necesita ningún presupuesto externo, que sea el resultado de la desintegración de las formas de producción que le preceden históricamente. En la interpretación de El Capital, por tanto, hay que distinguir estrictamente entre los presupuestos internos, propios, del capital y sus presupuestos históricos, externos (íbid., p. 237).

La dialéctica interna del objeto no debe confundirse con su génesis histórica (Marx, 1976-82, t. 4, pp. 1491 s.). En cuanto a las referencias introducidas en la discusión de la teoría económica a épocas históricas pasadas, tienen un carácter secundario e ilustrativo y sirven únicamente para facilitar la comprensión. La concepción engelsiana de la "prod11cció11 merca11til simple" y su recepción e11 el marxismo {pistas) Hecker (1995, 1997) ha mostrado que la categoría "producción mercantil simple" fue vinculada por primera vez por Engels a la 77

primera parte del libro I de El Cflpital en el prefacio al tercero de 1894, donde procedió a una interpretación historicista en sentido equivocado, es decir, en el sentido criticado por Backhaus (Marx, 1965a, p. 20, trad. esp. p. 16 s.): Ni que decir tiene que [...] [si los conceptos] se conciben no como fijos, sino como cambiantes, entonces sus reflejos mentales, los conceptos, están igualmente sujetos a cambios y transformaciones; y que, lejos de encapsularlos en definiciones rígidas, deben desarrollarse en su proceso de formación, tanto lógico como histórico. Entonces quedará claro por qué Marx, al principio del primer libro -