Tragedias. Vol. VII, El cíclope; Las fenicias 8400098269, 9788400098261

Edición crítica de dos tragedias del poeta griego Eurípides: "El cíclope", único drama satírico de la antigüed

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Spanish Pages 260 [263] Year 2014

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ÍNDICE
CYCLOPS
INTRODUCCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
SIGLA
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Tragedias. Vol. VII, El cíclope; Las fenicias
 8400098269, 9788400098261

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EURÍPIDES

TRAGEDIAS, VII EL CÍCLOPE. LAS FENICIAS

ALMA MATER COLECCIÓN DE AUTORES GRIEGOS Y LATINOS

Director: Francisco R. Adrados Secretaria: Helena Rodríguez Somolinos Consejo Editorial: José Luis Calvo Vicente Cristóbal Luis Alberto de Cuenca Emilio Fernández-Galiano Antonio Ramírez de Verger

Ha revisado este volumen Arturo Echavarren

EURÍPIDES

TRAGEDIAS, VII EL CÍCLOPE. LAS FENICIAS

INTRODUCCIÓN, EDICIÓN Y TRADUCCIÓN DE

LUIS ALBERTO DE CUENCA PROFESOR DE INVESTIGACIÓN DEL CSIC

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS M A D R I D

2014

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.

Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicacionesoficiales.boe.es EDITORIAL CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])

© Consejo Superior de Investigaciones Científicas © Luis Alberto de Cuenca y Prado ISBN: 978-84-00-05044-3 (Obra completa) ISBN: 978-84-00-09826-1 (volumen VII) e-ISBN: 978-84-00-09828-5 (Obra completa) e-ISBN: 978-84-00-09827-8 (volumen VII) NIPO: 723-14-086-6 e-NIPO: 723-14-087-1 Depósito Legal: M-19088-2014 Maquetación, impresión y encuadernación: IMPRENTA KADMOS IMPRESO EN ESPAÑA. PRINTED IN SPAIN

EURIPIDIS TRAGOEDIAE

VOLUMEN VII CYCLOPS. PHOENISSAE

ÍNDICE

EL CÍCLOPE INTRODUCCIÓN ................................................................................ SINOPSIS DE EL CÍCLOPE ................................................................... BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. SIGLA ............................................................................................. ARGUMENTO ................................................................................... PERSONAJES ..................................................................................... TEXTO Y TRADUCCIÓN .....................................................................

XIII XXIII XXV XXXV 1 2 3

LAS FENICIAS INTRODUCCIÓN ................................................................................ SINOPSIS DE LAS FENICIAS .................................................................. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. SIGLA ............................................................................................. ARGUMENTO ................................................................................... ORÁCULO ........................................................................................ EL ENIGMA DE LA ESFINGE ................................................................ SOLUCIÓN DEL ENIGMA ..................................................................... ARGUMENTO DEL GRAMÁTICO ARISTÓFANES ....................................... PERSONAJES ..................................................................................... TEXTO Y TRADUCCIÓN .....................................................................

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XXXIX XLIX LI LXI 31 33 34 35 36 37 38

CYCLOPS

INTRODUCCIÓN Sabido es que el teatro griego estaba estrechamente vinculado a la religión, especialmente a la de Dioniso. Era, en efecto, en el curso de las llamadas Grandes Dionisias, fiestas públicas en honor de este dios, cuando se celebraban en Atenas los grandes concursos teatrales. Los dramaturgos que, en el siglo v a. C., competían en dichos concursos presentaban, por lo general, tetralogías al certamen: tres de las piezas eran trágicas y funcionaban a menudo como tres actos de una misma historia, agrupándose en una trilogía —caso de la Orestíada u Orestea de Esquilo, formada por Agamenón, Coéforos y Euménides—, mientras que la cuarta pieza, denominada drama satírico, no tenía por qué estar relacionada con la temática de la trilogía y se representaba al comienzo o, más frecuentemente, al final de la misma. Dotado de una naturaleza mixta, entre lo trágico y lo cómico, en el drama satírico aparecía siempre un Coro de Sátiros, estrambóticos seres de aspecto caprino, servidores de Dioniso. El Cíclope es el único drama satírico de la antigüedad helénica que ha llegado íntegro hasta nosotros1. El origen de la tragedia, que tanto dio que pensar y escribir a Nietzsche, a Wilamowitz y a tantos otros, continúa siendo oscuro, aunque va siéndolo menos, gracias a los trabajos exegéticos del Prof. Rodríguez Adrados2. En la literatura del Ática fue donde se introdujo 1 Desde 1912, gracias a los papiros de Oxirrinco (núm. 1174, ed. Hunt), poseemos extensos fragmentos de Los rastreadores de Sófocles, y gracias a un papiro de la Sociedad Italiana encontrado en 1932 y a varios de los de Oxirrinco conocemos algunos restos de Los arrastradores de redes de Esquilo, por lo que hoy día nuestro conocimiento del drama satírico griego es mucho mayor. 2 Cf. F. R. Adrados, Fiesta. Comedia y Tragedia: sobre los orígenes griegos del teatro, Barcelona, Planeta, 1972 (traducción inglesa Festival, Comedy and Tragedy,

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INTRODUCCIÓN

antes el arquetipo trágico o heroico, mientras que el arquetipo satírico se desarrolló en el Peloponeso, siendo un dorio contemporáneo de Esquilo, Prátinas de Fliunte, quien, hacia 500 a. C., introdujo el drama satírico como forma dramática perdurable en Grecia. El drama satírico podía tratar, o no, del mismo tema y personajes que la trilogía trágica y solía representarse al final de la misma. Con los Sátiros y Sileno como presencias obligatorias, constituía una extraña mezcla de farsa y drama heroico, desprendiendo con frecuencia un tufo rural, derivado de la naturaleza agreste y rústica de sus protagonistas. Y es que los Sátiros, con sus volatines caprinos, su elemental y burda alegría de vivir y su absoluta carencia de sentido ético, son la cifra manifiesta de la grosería y la zafiedad. Por no hablar de Sileno, otro símbolo de la rusticidad más palmaria, que en él se relaciona siempre con la ebriedad permanente y la cobardía, dos de sus rasgos más característicos. Ese abanico de ordinarieces y de tosquedades buscaba provocar la sonrisa, y hasta la carcajada, en el espectador, pues la comicidad no dejaba de ser un elemento nuclear en el drama satírico. Lo cierto es que, en lo que atañe a forma y estructura, el drama satírico se parece mucho a la tragedia. Tiene sus mismas divisiones, el mismo número de actores, un Coro, los mismos metros y casi la misma extensión. Los personajes heroicos —que siempre los hay en el drama satírico: piénsese en el Odiseo de El Cíclope— hablan con el empaque y gravedad con que lo harían en una tragedia. Solo cuando Sileno y los Sátiros intervienen, sabemos, por su tono más coloquial y desenfadado, que nos encontramos inmersos en la acción de un drama satírico. Hasta siete dramas satíricos de Eurípides considerados auténticos se guardaban en la Biblioteca de Alejandría, a los que hay que añadir un octavo considerado apócrifo. Todos ellos han desaparecido salvo El Cíclope. Su argumento deriva de la historia de Odiseo y el Cíclope Leiden 1975), y, en prensa, «Heroic Cult, Lyrics and Komos in the Origins of Greek Theater», dentro de una obra In honor of Prof. Georgia Xanthakis Karamanos, Atenas 2014.

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INTRODUCCIÓN

narrada en el libro IX de la Odisea. Antes de Eurípides, Epicarmo había escrito una comedia titulada El Cíclope, y Aristias, hijo de Prátinas, había compuesto con ese mismo título un drama satírico que sin duda influiría en Eurípides, lo mismo que una pieza del ácido y politizado Cratino, titulada ᾿Οδυσσῆς, cuyos escasos fragmentos conservados presentan apreciables semejanzas de expresión con algunos pasajes de El Cíclope euripideo. En cuanto a la fuente principal, hay detalles de la narración homérica que son omitidos en El Cíclope debido a problemas escénicos, y hay también elementos añadidos al relato original en virtud de la especial naturaleza del drama satírico. Además de ignorar de qué tetralogía formaba parte El Cíclope, tampoco sabemos cuándo fue compuesta la pieza. Hay estudiosos que ven en ella una obra de juventud, anterior a Hécuba e incluso a Alcestis (438 a. C.), y otros —los más— la ubican en la fase final de la carrera de Eurípides como dramaturgo. Homero cuenta cómo Odiseo, en el curso de sus vagabundeos mediterráneos, llega al país de los Cíclopes, una monstruosa raza de gigantes que tenían un solo ojo en mitad de la frente. Cuando la nave se acerca a la costa, es perceptible una gran caverna en el talud costero a la que se accede por una hendidura en medio de grandes rocas y troncos de árboles derribados. Odiseo desembarca y se dirige, con doce de sus compañeros, a la boca de la cueva. Lleva consigo un gran odre de vino, que espera ofrecer como regalo al dueño del lugar. Cuando llegan a la caverna, el Cíclope está ausente cuidando sus rebaños. Encuentran allí una buena provisión de quesos, corderos y cabritos. Los marineros sugieren sin tapujos arramblar con todo y hacerse a la mar antes de que regrese el monstruo, pero Odiseo dice que prefiere esperar a que el Cíclope vuelva. Así que encienden fuego y se disponen a comer. De repente aparece el Cíclope, guiando sus rebaños de vuelta al aprisco. En un principio no advierte la presencia de Odiseo y sus hombres, que, al apercibirse de su llegada, han buscado refugio en un rincón de la caverna. Al entrar, cierra el acceso de la cueva por medio de una roca tan enorme que veintidós carretas no serían capaces de [XV]

INTRODUCCIÓN

quitarla de allí. Pasa un buen rato ordeñando sus cabras, y después, enterado por fin de la presencia de los extranjeros, les pregunta qué vienen buscando con voz terrible y estremecedora. Odiseo le dice quiénes eran y le suplica en nombre de Zeus que se atenga a las normas de la hospitalidad. El Cíclope declara, desdeñosamente, que no teme a Zeus ni a ninguno de los demás dioses y, sin más, agarra a dos de los marineros, los levanta y los deja caer de cabeza sobre el suelo de la caverna, aplastándoles el cerebro; luego los descuartiza y los devora «como un león de las montañas». Harto de carne, se echa al coleto un trago bien largo de leche y se echa a dormir en medio de su rebaño. A Odiseo le asalta el pensamiento de robar al monstruo mientras duerme y despacharlo de un tajo, pero piensa que si lo logra nunca será capaz de mover la enorme roca con que el Cíclope ha cegado la cueva. Al día siguiente, el Cíclope se desayuna con otros dos marineros y saca su rebaño a pastar, cuidándose de cerrar la entrada tras él con la roca de siempre, «del mismo modo que si a un carcaj le pusiera su tapa»3. En ausencia del monstruo, Odiseo urde su plan de venganza. Había, en un rincón de la cueva, un enorme bloque de madera de olivo salvaje, tan alto como el mástil de un navío. De ese bloque corta Odiseo un fragmento de casi dos metros de longitud y, secundado por sus compañeros, afila uno de sus extremos. Su plan consiste en clavar esa estaca en el único ojo del Cíclope cuando éste duerma. Por la tarde, el Cíclope regresa y, después de volver a poner la roca en su sitio y de ordeñar las cabras como acostumbra, se zampa otros dos marineros. Entonces Odiseo le ofrece una copa del dulce vino que había traído consigo. El Cíclope lo encuentra muy de su agrado y, en un tono más amistoso del habitual, promete a Odiseo un don de hospitalidad y le pregunta su nombre. El héroe, ocultando su verdadero nombre, responde que su nombre es Nadie. «Me comeré a Nadie —dijo el monstruo— el último de todos. Ése será mi don hospitalario.» Odiseo atiborra de alcohol a su enemigo, con vistas a que 3

Odisea IX 314, traducción de Luis Segalá y Estalella.

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INTRODUCCIÓN

éste, borracho, se desplome en un sueño pesado y profundo. Es el momento, pues, de llevar a la práctica el plan urdido de antemano. Odiseo aplica fuego al extremo de la estaca hasta ponerlo al rojo y, entonces, con la ayuda de cuatro de sus camaradas, lo introduce en el ojo del monstruo, girándolo como si fuese una taladradora. El globo ocular queda abrasado, y la estaca silba como silba el hierro al rojo cuando se sumerge en agua fría para templarlo. En medio del dolor, el monstruo llama en su ayuda a los demás Cíclopes, y éstos llegan a la cueva y le preguntan qué ha ocurrido. Cuando les responde que Nadie le había causado el daño, ellos vuelven a sus cubiles, obteniendo Odiseo el fruto de su previsión al ocultar su verdadero nombre. Pero los griegos tienen aún que escapar de la caverna, lo que constituye tal vez la parte más peligrosa de la aventura. Por la mañana, el Cíclope quita la roca para permitir que sus rebaños salgan a pastar, pero él mismo se sienta a la entrada de la cueva para evitar que los extranjeros intenten huir. Para solventar esa dificultad, Odiseo ata a sus hombres al vientre de los carneros, de manera que el Cíclope no pueda descubrirlos. Y él mismo se amarra a la abundante lana del estómago del carnero más vedijudo del rebaño, al que interpela el Cíclope, reconociéndolo por el tacto, extrañándose de que salga de la gruta en último lugar, sin que en ningún momento se dé cuenta de que lleva bajo su vientre al taimado Nadie. Odiseo y sus compañeros supervivientes logran, pues, escapar, embarcando en su nave no sin antes haberse apoderado de numerosas piezas del ganado del Cíclope. Una vez a bordo, Odiseo afea a gritos al Cíclope su conducta inhospitalaria, a lo que éste responde arrancando la cumbre de una montaña y arrojándola en dirección a la nave, pero sin acertar. Por segunda vez Odiseo se dirige al Cíclope, diciéndole, ahora sí, su verdadero nombre. Entonces el Cíclope reconoce el cumplimiento de una profecía según la cual sería cegado por Odiseo y, acto seguido, reclama a Posidón, su padre, que el mar se torne hostil para Odiseo y que éste no logre volver nunca a su patria. Y arroja un nuevo peñasco, aún mayor, al océano que pasa rozando la nave de Odiseo, que ahora sí emprende veloz fuga. [XVII]

INTRODUCCIÓN

Ésta es la historia sobre la que Eurípides ha urdido el argumento de El Cíclope. En líneas generales la sigue muy de cerca. Las tormentas conducen a Odiseo a la isla de Sicilia. Al desembarcar, divisa una cueva adonde se dirige en busca de alimentos y de bebida. Esa cueva es el hogar del Cíclope. Mientras el héroe se dispone a robar los rebaños de Polifemo, regresa el monstruo a la caverna, quien permanece insensible ante las súplicas de misericordia por parte de Odiseo y devora a dos de sus compañeros. Odiseo le sirve vino al Cíclope hasta que éste cae en un profundo sueño y, entonces, lo ciega por medio de la estaca al rojo. Como en el episodio homérico, Odiseo dice llamarse, primero, Nadie, y cuando revela su verdadero nombre, el monstruo reconoce su ceguera como el cumplimiento de un oráculo y amenaza con destruir la nave arrojando enormes peñascos sobre ella. Los cambios más importantes llevados a cabo por Eurípides se fundamentan en la necesidad de introducir un elemento dionisíaco, a fin de satisfacer las convenciones del drama satírico. De ahí que nos encontremos con una cuadrilla de Sátiros y con su padre, Sileno, viviendo en la isla de Sicilia. Sileno mismo explica su presencia allí al comienzo de la pieza. Iban en busca de su amo Dioniso, que había sido secuestrado por piratas etruscos, y fueron desviados de su ruta por una tempestad. Desembarcaron en Sicilia, donde fueron capturados por el Cíclope, Polifemo, y obligados a trabajar como pastores suyos. Cuando Odiseo y sus marineros llegan, Sileno accede a entregar algo que es propiedad del Cíclope, como corderos y quesos, a cambio del dulce vino de Marón que Odiseo ha traído consigo. La transacción es interrumpida por la aparición del monstruo. Sileno declina toda responsabilidad por el robo de los corderos y los quesos, y astutamente se hace pasar por víctima de un criminal asalto por parte de Odiseo. Una vez que el Cíclope se encuentra atiborrado de carne humana, los Sátiros deciden ayudar a Odiseo en sus planes de venganza. Están encantados con la perspectiva de emprender la fuga y ayudan a emborrachar al Cíclope. El elemento cómico lo ponen los intentos de Sileno por obtener su ración de vino. Pero cuando el Cíclope se sume, [XVIII]

INTRODUCCIÓN

por fin, en el profundo sueño de los borrachos, el valor de los Sátiros decae, y éstos ponen todo tipo de excusas para no tomar parte en el supremo acto de venganza. El propio Sileno está incapacitado para ello por la borrachera en que está sumido, y es incapaz de prestar ayuda. Son Odiseo y sus marineros quienes acometen en soledad la acción. Una vez cegado el Cíclope, los Sátiros recuperan el coraje y se mofan del monstruo cuando dice que ha sido destruido por Nadie. «Nadie me ha cegado», grita; y ellos contestan: «Entonces no estás ciego.» Es evidente que los cambios introducidos en el relato homérico por la introducción de los Sátiros son comparativamente pequeños. La naturaleza grotesca del propio Cíclope, la broma en torno a Nadie y el protagonismo que cobra el vino de Marón dan al drama satírico visos de comedia. Eurípides explota esos visos, aunque, como era de esperar, respeta el carácter heroico que tenía Odiseo en la Odisea, y la pieza no es pura comedia. La historia odiseica presenta el tipo de final feliz que conviene a la esencia del drama satírico. Es como en nuestras historias de ogros y de brujas, en las que siempre presentimos que el héroe triunfará al final. Al alterar el relato homérico, Eurípides se ha visto influido no solo por la necesidad de introducir un Coro de Sátiros, sino por las innegables dificultades de puesta en escena. En la Odisea casi todos los acontecimientos tienen lugar dentro de la cueva. Dada la extrema dificultad que ofrece mostrar un interior en el teatro griego, Eurípides hace que casi todo suceda enfrente de la cueva. Así, el Cíclope se emborracha fuera de la caverna y se retira dentro de la misma a dormir su cogorza. Por su parte, tanto el acto de devorar a los marineros como el de ser cegado por Odiseo ocurren dentro de la cueva. Esas acciones no podrían ser fácilmente mostradas en el escenario, y, además, se oponía al decoro de los griegos el que cualquier acto violento tuviera lugar ante los ojos de los espectadores. El asesinato de los marineros es descrito de forma muy gráfica por Odiseo mismo en presencia de los Sátiros. El acto de cegar al Cíclope no se describe, pero los espectadores pueden hacerse una idea cabal del mismo a partir de los cantos del Coro y los gritos agónicos del Cíclope, que se oyen dentro. [XIX]

INTRODUCCIÓN

La fuga de la cueva es un elemento importante en la Odisea que no es posible presentar en un escenario. Toda mención de la roca que taponaba la puerta ha sido omitida, para que la fuga de la caverna sea mucho más fácil. Esta omisión da origen a una considerable incongruencia. Es necesario que Odiseo salga de la caverna para describirnos el asesinato de sus dos camaradas, y parece que puede entrar en la cueva y salir de ella a su voluntad. Podríamos suponer, pues, que nada puede hacerse para evitar su huida. Es cierto que Eurípides intenta remediar esa incongruencia haciendo que diga Odiseo (versos 478-482): «No quiero salvarme yo solo, dejando dentro a mis hombres, aunque podría huir y estoy ya fuera de la sinuosa caverna. Pero no es justo que me salve yo y que abandone a los amigos con los que vine aquí.» Debemos, pues, concluir que los marineros estaban demasiado aterrorizados como para moverse, o bien que eran sometidos a una vigilancia más estrecha por parte del Cíclope. El hecho de que la puerta no esté taponada hace que la ceguera del Cíclope pierda sentido. Tendrían que haberle dado muerte o dejarle dormir la mona. Eurípides no se esfuerza en corregir este desajuste, sino que sigue simple y llanamente la narración homérica. La broma homérica en torno a Nadie permanece en el drama satírico. Pero es usada simplemente como un tema para hacer burla, no como un medio de evitar la poco amistosa intervención de los demás Cíclopes. Sería ciertamente difícil que aparecieran en el escenario esos gigantones, e incluso contrario a la tradición dramática griega, según la cual el número de actores en escena estaba limitado a tres. Esta broma es virtualmente el final de la pieza. El lanzamiento de las rocas sobre la nave no podía mostrarse, como es natural. Al conocer el nombre verdadero de Odiseo, el Cíclope se retira a la cueva, amenazando con hundir la nave por el procedimiento de arrojar rocas sobre ella. Hay tres personajes principales en la obra: Odiseo, Polifemo y Sileno. Dado que a veces aparecen en escena juntos, se necesitaban tres actores distintos para cada uno de ellos. Además, está el Coro de [XX]

INTRODUCCIÓN

sátiros, y otros actores que no hablan (κωφὰ πρόσωπα) para representar a los marineros de Odiseo, y posiblemente otros para representar a los sirvientes del Cíclope. Odiseo es muy similar al Odiseo homérico: guerrero y aventurero, acostumbrado al peligro y comportándose con gran valor en medio del mismo. Cuando entra con sus hombres en busca de alimentos y de agua, su manera de hablar y su porte podrían equivaler al de un personaje de tragedia. Pronto evidencia otro de sus rasgos homéricos: una extrema agudeza en el trato con la gente, cuando utiliza el vino para inducir a Sileno a procurarle lo que necesita. Se adapta perfectamente a su descripción como πολύμητις de Homero, sin identificarse con el embaucador y el granuja que a veces aparece con su nombre en la tragedia (como en el Filoctetes de Sófocles). Actúa con dignidad cuando, traicionado por Sileno, habla en genuino estilo trágico al Cíclope y cuando luego, valerosamente, pasea por el interior de la cueva. Rehúsa abandonar a sus camaradas cuando bien podría haberse escapado solo. Está lleno de recursos, y tiene astucia y fuerza de voluntad para llegar a cabo sus designios. En la escena de la borrachera se adapta a la situación sin caer en las bufonerías de Sileno. Y cuando ciega al Cíclope su valor contrasta con la cobardía de los Sátiros. El Cíclope es un salvaje sin ley. En ese lenguaje retórico, tan característico de Eurípides, defiende su filosofía vital y rechaza los argumentos de Odiseo. Ha oído hablar de las leyes y costumbres de los hombres justos, pero las mira desdeñosamente. El poder es lo justo: el único dios que encuentra digno de culto es su propio vientre. Siente debilidad por la carne humana. Sin embargo, su salvajismo es más bien irreal. Oímos los horribles detalles de su festín sin pestañear. Aunque el Cíclope homérico tiene rasgos dialécticos similares, la impresión que nos produce el de Eurípides es diferente: es, más bien, un salvaje que habla en una época civilizada. En la escena de la borrachera desarrolla una simpleza infantil que contrasta con sus anteriores razonamientos, tan brutales; pero puede llegar a ser muy cómico y se convierte en un borracho glorioso. Cuando es cegado, lo [XXI]

INTRODUCCIÓN

que se resalta es el aspecto cómico de la situación. No abrigamos sentimientos de piedad hacia él, al contrario de lo que nos ocurre, en algún momento, con el Cíclope del relato homérico. Los Sátiros son los hijos de Sileno y las Ninfas, mitad cabras, mitad hombres. En escena llevan un taparrabos de piel de cabra con cola incorporada. Son tratados como hombres, pero en un nivel infrahumano, y, así, aparecen como criaturas infantiles e irresponsables, llenos de vida y de instintos animales. Su danza, la σίκιννις (llamada así por su supuesto inventor, un tal Sicinno), es violenta y bulliciosa. En Los rastreadores de Sófocles son regañados por la ninfa Cilene, que les dice que son como niños, aunque estén ya crecidos y ostenten tupidas barbas, y sean tan juguetones como las cabras que se alimentan de cardos. Este rasgo se ve bien en El Cíclope, cuando los Sátiros en tropel rodean a Odiseo pidiéndole que les cuente acerca de Paris y Helena; y también cuando acogen el plan de Odiseo de cegar al Cíclope con gritos de placer, y le preguntan, excitados, si pueden ayudarle. Pero, cuando llega el momento de la verdad, su valor se volatiliza. No tienen sentido moral. Aunque se niegan a apoyar las mentiras de Sileno ante el Cíclope, no es por reparos de conciencia, sino porque le han tomado cariño a Odiseo. Sileno es un viejo gordo con la cabeza calva, cara colorada y aspecto de borracho. No es un más que un Sátiro viejo. Es tan poco de fiar y tan falto de sentido moral como sus hijos, pero él ha perdido ya la gracia puramente física de la juventud. Al mismo tiempo exhibe una inteligencia tan divertida como deshonesta que es plenamente humana y lo separa marcadamente de sus hijos los Sátiros: tiene, por tanto, más de Falstaff que de Calibán. Se jacta de su bravura, pero se comporta como un perfecto cobarde. Está dispuesto a traicionar a Odiseo ahora y al Cíclope a continuación. Hará todo lo que esté en su mano para evitarse problemas y peligros, excepto esforzarse lo más mínimo. Y es un insaciable bebedor.

[XXII]

SINOPSIS DE EL CÍCLOPE Prólogo (1-40), a cargo de Sileno. Párodo (41-81), a cargo del Coro de Sátiros. Episodio 1.o (82-355). Consta de seis escenas: Sileno y el Coro (8295); Sileno, Odiseo y el Coro (96-174); Odiseo y el Coro (175-187); Odiseo, Sileno y el Coro (188-202); Odiseo, Sileno y el Cíclope (203-346), y Odiseo y el Coro (347-355). Estásimo 1.o (356-374). El Coro describe, aterrado, la antropofagia del Cíclope. Episodio 2.o (375-482). Odiseo y el Coro. Estásimo 2.o (483-518). En la primera parte el Coro profetiza la ceguera del Cíclope. En la segunda quienes cantan son el Cíclope, ya ebrio, y el Coro. Episodio 3.o (519-607). Consta de dos escenas: Odiseo, Sileno y el Cíclope (519-589), y Odiseo y el Coro (590-607). Estásimo 3.o (608-623). El Coro imagina, feliz, la atroz escena de la ceguera del Cíclope y hace votos por el regreso a casa. Episodio 4.o (624-655). Odiseo y el Coro. Estásimo 4.o (656-662). El Coro retransmite, encantado, la violenta escena que tiene lugar en la cueva. Éxodo (663-709). Consta de tres escenas: el Cíclope y el Coro (663687); el Cíclope, Odiseo y el Coro (688-703), y el Cíclope y el Coro (704-709).

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BIBLIOGRAFÍA EDICIONES

Y TRADUCCIONES

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[XXXIII]

SIGLA L P apogr. Par.

Tr

Laurentianus 32, 2 Palatinus Vaticanus 287 apographa Parisina codicis L, quae in duobus codicibus continentur: Parisinus graecus 2887 et Parisinus graecus 2817 Demetrius Triclinius codicis L emendator

[XXXV]

saec. XIV in. in.

XIV

XV XVI

ex.-XVI in.

ΥΠΟΘΕΣΙΣ ΚΥΚΛΩΠΟΣ Ὀδυσσεὺς ἀναχθεὶς ἐξ Ἰλίου εἰς Σικελίαν ἀπερρίφη, ἔνθα ὁ Πολύφημος· εὑρὼν δὲ δουλεύοντας ἐκεῖ τούς Σατύρους, οἶνον δοὺς ἄρνας ἤμελλε λαμβάνειν καὶ γάλα παρ᾿ αὐτῶν. ἐπιφανεὶς δ᾿ ὁ Πολύφημος ζητεῖ τὴν αἰτίαν τῆς τῶν ἰδίων ἐκφορήσεως. ὁ Σιληνὸς δὲ τὸν ξένον λῃστεύοντα καταλαβεῖν φησιν...

[1]

ARGUMENTO DE EL CÍCLOPE Odiseo, viajando por mar desde Ilión, es arrojado a Sicilia, donde vive Polifemo. Allí se topa con unos Sátiros que trabajan como esclavos y les ofrece vino para obtener de ellos, a cambio, corderos y leche. Pero aparece Polifemo, indagando el motivo de que le arrebaten sus bienes. Y Sileno dice que ha sorprendido al extranjero cuando los robaba...

[1]

ΤΑ ΤΟΥ ΔΡΑΜΑΤΟΣ ΠΡΟΣΩΠΑ ΣΙΛΗΝΟΣ ΧΟΡΟΣ ΣΑΤΥΡΩΝ ΟΔΥΣΣΕΥΣ ΚΥΚΛΩΨ

[2]

PERSONAJES DEL DRAMA SILENO, padre de los Sátiros que dirige el Coro CORO de Sátiros capturados por el Cíclope ODISEO El CÍCLOPE, Polifemo

[2]

ΚΥΚΛΩΨ ΣΙΛΗΝΟΣ

5 δ’ Heath

Ὦ Βρόμιε, διὰ σὲ μυρίους ἔχω πόνους νῦν χὤτ’ ἐν ἥβῃ τοὐμὸν εὐσθένει δέμας· πρῶτον μέν, ἡνίκ’ ἐμμανὴς Ἥρας ὕπο Νύμφας ὀρείας ἐκλιπὼν ᾤχου τροφούς· ἔπειτά δ’ ἀμφὶ γηγενῆ μάχην δορός, ἐνδέξιος σῷ ποδὶ παρασπιστὴς γεγώς, Ἐγκέλαδον ἰτέαν ἐς μέσην θενὼν δορὶ ἔκτεινα – φέρ’ ἴδω, τοῦτ’ ἰδὼν ὄναρ λέγω; οὐ μὰ Δί’, ἐπεὶ καὶ σκῦλ’ ἔδειξα Βακχίῳ. καὶ νῦν ἐκείνων μείζον’ ἐξαντλῶ πόνον, ἐπεὶ γὰρ Ἥρα σοι γένος Τυρσηνικὸν λῃστῶν ἐπῶρσεν, ὡς ὁδηθείης μακράν, πυθόμενος σὺν τέκνοισι ναυστολῶ



6 γεγὼς] βεβὼς Kassel



13 ἐγὼ add. Tr : Diggle

[3]

5

10

EL CÍCLOPE (La escena representa la cueva de Polifemo. Sale Sileno. Su primer parlamento va dirigido al dios Dioniso) SILENO. ¡Oh Bromio1, me procuras infinitas fatigas, ahora y entonces, cuando aún era joven y el vigor habitaba en mi cuerpo! Primero, cuando Hera te volvió loco y abandonaste a tus nodrizas, las Ninfas montaraces2. Luego, en la batalla contra los nacidos de la Tierra3, cuando me planté a tu lado, protegiendo tu flanco diestro con mi escudo, y di muerte a Encélado4 tras descargar en él un lanzazo que le atravesó la tarja. (Vamos a ver, ¿no habré soñado todo eso? No, por Zeus, que mostré sus despojos a Baco.) Pero ahora tengo que soportar una fatiga aún mayor, pues, cuando supe que Hera envió contra ti a una banda de piratas tirrenos5 con idea de que te llevasen lo más lejos posible y te vendiesen como esclavo, me hice a la mar con mis hijos 1 Epíteto de Dioniso a partir del estrépito (βρόμος) que armaban las Bacantes en los cultos orgiásticos. 2 Hera, celosa por los amores de Zeus con Sémele, que dieron como fruto a Dioniso, infundió a éste la locura de viajar por todo el mundo, hasta la lejana India, dejando atrás a las Ninfas del monte Nisa. Allí el dios fue criado por las Ninfas, que cuidaron de él en su niñez. 3 Los Gigantes, hijos de la Tierra y de la sangre que brotó del castrado Úrano. Se rebelaron contra los dioses, lo que desencadenó la célebre Gigantomaquia, de tan desastrosos resultados para ellos. 4 Uno de los Gigantes, a quien dio muerte Atenea. Aquí Sileno se jacta, cómicamente, de haberlo matado él. 5 Durante un viaje por mar a la isla de Naxos, Dioniso fue capturado por unos piratas etruscos con ánimo de venderlo como esclavo. Pero el dios acabó convirtiendo a sus captores en delfines, como nos cuenta el séptimo himno homérico.

[3]

ΚΥΚΛΩΨ

σέθεν κατὰ ζήτησιν. ἐν πρύμνῃ δ’ ἄκρᾳ αὐτὸς λαβὼν ηὔθυνον ἀμφῆρες δόρυ, παῖδες δ’ ἐρετμοῖς ἥμενοι γλαυκὴν ἅλα ῥοθίοισι λευκαίνοντες ἐζήτουν σ’, ἄναξ. ἤδη δὲ Μαλέας πλησίον πεπλευκότας ἀπηλιώτης ἄνεμος ἐμπνεύσας δορὶ ἐξέβαλεν ἡμᾶς τήνδ’ ἐς Αἰτναίαν πέτραν, ἵν’ οἱ μονῶπες ποντίου παῖδες θεοῦ Κύκλωπες οἰκοῦσ’ ἄντρ’ ἔρημ’ ἀνδροκτόνοι. τούτων ἑνὸς ληφθέντες ἐσμὲν ἐν δόμοις δοῦλοι· καλοῦσι δ’ αὐτὸν ᾧ λατρεύομεν Πολύφημον· ἀντὶ δ’ εὐίων βακχευμάτων ποίμνας Κύκλωπος ἀνοσίου ποιμαίνομεν. παῖδες μὲν οὖν μοι κλιτύων ἐν ἐσχάτοις νέμουσι μῆλα νέα νέοι πεφυκότες, ἐγὼ δὲ πληροῦν πίστρα καὶ σαίρειν στέγας μένων τέταγμαι τάσδε, τῷδε δυσσεβεῖ Κύκλωπι δείπνων ἀνοσίων διάκονος. καὶ νῦν, τὰ προσταχθέντ’, ἀναγκαίως ἔχει σαίρειν σιδηρᾷ τῇδέ μ’ ἁρπάγῃ δόμους, ὡς τόν τ’ ἀπόντα δεσπότην Κύκλωπ’ ἐμὸν καθαροῖσιν ἄντροις μῆλά τ’ ἐσδεχώμεθα. ἤδη δὲ παῖδας προσνέμοντας εἰσορῶ ποίμνας. τί ταῦτα; μῶν κρότος σικινίδων ὁμοῖος ὑμῖν νῦν τε χὤτε Βακχίῳ κώμοις συνασπίζοντες Ἀλθαίας δόμους προσῇτ’ ἀοιδαῖς βαρβίτων σαυλούμενοι;

15 ηὔθυνον Heath : εὔθυνον L • 27 κλειτύων Wackernagel • 39 κώμοις Bothe : κωμοι L : κῶμοι Diggle

[4]



15

20

25

30

35

40

37 σικιννίδων Barnes

EL CÍCLOPE

en tu busca. Situado en lo más alto de la popa, yo mismo dirigía la nave de dos filas de remos, y mis hijos, sentados en los bancos, blanquecían de espuma el glauco mar mientras te buscaban, señor. Navegábamos ya cerca del cabo Málea6 cuando se levantó sobre la nave un viento del Este que nos arrojó a los pies de esta roca del Etna7, donde viven los Cíclopes de un solo ojo, hijos del dios del mar8, asesinos de hombres, en aisladas cavernas. Capturados por uno de ellos, estamos en su casa como esclavos. A aquel a quien servimos lo llaman Polifemo. En lugar de entonar himnos báquicos, pastoreamos los rebaños del impío Cíclope. Mis hijos, como jóvenes que son, apacientan los jóvenes rebaños en lo alto de las colinas, mientras que a mí me toca no moverme de aquí, llenando los abrevaderos y limpiando esta vivienda, y servir a este abominable Cíclope comidas impías. Ahora, según las órdenes recibidas, debo limpiar la casa con este rastrillo de hierro para que esté la cueva impoluta cuando vuelva mi señor el Cíclope, que está ausente, y sus animales. Pero ya veo acercarse a mis hijos apacentando los rebaños. ¿Qué es esto? ¿Seguís ahora el mismo son de baile que cuando os encaminabais, formando parte del séquito de Baco, a casa de Altea9, meneando los cuerpos al ritmo de las liras?

6

Al sur del Peloponeso, paraje conocido por las tormentas que lo azotan. El célebre volcán de Sicilia. 8 Posidón. 9 En el curso de una visita que hizo Baco a Eneo, rey de Calidón, se prendó de Altea, esposa del monarca, y, con el consentimiento de éste, yació con ella, que concibió a Deyanira. Baco recompensó a Eneo con el don de la viña. Véase Higino, Fab. 129, y Apolodoro, I 8, 1. 7

[4]

ΚΥΚΛΩΨ

ΧΟΡΟΣ ΣΑΤΥΡΩΝ παῖ γενναίων μὲν πατέρων γενναίων δ’ ἐκ τοκάδων, πᾷ δή μοι νίσῃ σκοπέλους; οὐ τᾷδ’ ὑπήνεμος αὔρα καὶ ποιηρὰ βοτάνα, δινᾶέν θ’ ὕδωρ ποταμῶν ἐν πίστραις κεῖται πέλας ἄντρων, οὗ σοι βλαχαὶ τεκέων;

[στρ.

45

ψύττ’· οὐ τᾷδ’, οὔ; οὐ τᾷδε νεμῇ κλιτὺν δροσεράν; ὠή, ῥίψω πέτρον τάχα σου· ὕπαγ’ ὦ ὕπαγ’ ὦ κεράστα μηλοβότα στασιωρὸν Κύκλωπος ἀγροβάτα.

[μεσῳδ.

σπαργῶντας μαστοὺς χάλασον· δέξαι θηλαῖσι τροφὰς ἃς λείπεις ἀρνῶν θαλάμοις. ποθοῦσί σ’ ἁμερόκοιτοι βλαχαὶ σμικρῶν τεκέων. εἰς αὐλὰν πότ’ ἀμφιβαλεῖς ποιηροὺς λιποῦσα νομοὺς Αἰτναίων εἴσω σκοπελῶν;

[ἀντ.

οὐ τάδε Βρόμιος, οὐ τάδε χοροὶ Βάκχαι τε θυρσοφόροι, οὐ τυμπάνων ἀλαλαγμοὶ κρήναις παρ’ ὑδροχύτοις, οὐκ οἴνου χλωραὶ σταγόνες·

[ἐπῳδ.

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41 παῖ Dindorf : πᾶ δή μοι L • 42 δ’ L. Dindorf : τ’ L • 44 αὐλὰ Musgrave • 48 οὗ Casaubon : οὔ L • 52 ὕπαγ’ ὦ ὕπαγ’ ὦ apogr. Par. : ὑπάγω ὑπάγω L • 56 θηλαῖσι τροφὰς Wieseler : θηλαῖσι σπορὰς L : θηλὰς πορίσασ’ Broadhead Diggle • 60 ἀμφιβαλεῖς Tr : ἀμφιβαίνεις L : ἀμφιλαφῆ Hartung

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EL CÍCLOPE

CORO. (Estrofa) (Dirigiéndose a un carnero errante) Hijo de padre y madre de excelente linaje, ¿por qué camino, dime, llegarás a las rocas? ¿No es éste un lugar de dulce brisa y herbosos pastos? El agua serpenteante de los arroyos reposa en los abrevaderos, junto a la cueva donde balan tus retoños. (Intermedio) ¡Pst! ¡Ven a pacer aquí, en este altozano húmedo de rocío! ¡Mira que te tiro una piedra! ¡Vamos, cornudo, vamos al establo del pastor, al aprisco del Cíclope agreste! (Antistrofa) (Dirigiéndose a una oveja) Afloja tus hinchadas ubres y acoge en sus pezones a las crías que dejaste en el redil. Te buscan los balidos de tus hijos que duermen todo el día. ¿Cuándo vas a volver al cobertizo, dentro de las rocas etneas, dejando atrás los prados herbosos? (Epodo) No está aquí Bromio, ni los coros, ni las Bacantes con sus tirsos, ni el fragor de los tamboriles junto a las fuentes que agua ma-

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ΚΥΚΛΩΨ

οὐδ’ ἐν Νύσᾳ μετὰ Νυμφᾶν ἴακχον ἴακχον ᾠδὰν μέλπω πρὸς τὰν Ἀφροδίταν, ἃν θηρεύων πετόμαν Βάκχαις σὺν λευκόποσιν. ὦ φίλος, ὦ φίλε Βακχεῖε, ποῖ οἰοπολῶν ξανθὰν χαίταν σείεις; ἐγὼ δ’ ὁ σὸς πρόπολος θητεύω Κύκλωπι τῷ μονοδέρκτᾳ δοῦλος ἀλαίνων σὺν τᾷδε τράγου χλαίνᾳ μελέᾳ σᾶς χωρὶς φιλίας. Σ Ι. Χ Ο. Σ Ι.

σιγήσατ’, ὦ τέκν’, ἄντρα δ’ ἐς πετρηρεφῆ ποίμνας ἀθροῖσαι προσπόλους κελεύσατε. χωρεῖτ’· ἀτὰρ δὴ τίνα, πάτερ, σπουδὴν ἔχεις; ὁρῶ πρὸς ἀκταῖς ναὸς Ἑλλάδος σκάφος κώπης τ’ ἄνακτας σὺν στρατηλάτῃ τινὶ στείχοντας ἐς τόδ’ ἄντρον· ἀμφὶ δ’ αὐχέσιν τεύχη φέρονται κενά, βορᾶς κεχρημένοι, κρωσσούς θ’ ὑδρηλούς. ὦ ταλαίπωροι ξένοι· τίνες ποτ’ εἰσίν; οὐκ ἴσασι δεσπότην Πολύφημον οἷός ἐστιν ἄξενόν τε γῆν τήνδ’ ἐμβεβῶτες καὶ Κυκλωπίαν γνάθον τὴν ἀνδροβρῶτα δυστυχῶς ἀφιγμένοι. ἀλλ’ ἥσυχοι γίγνεσθ’, ἵν’ ἐκπυθώμεθα πόθεν πάρεισι Σικελὸν Αἰτναῖον πάγον.

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ΟΔΥΣΣΕΥΣ ξένοι, φράσαιτ’ ἂν νᾶμα ποτάμιον πόθεν δίψης ἄκος λάβοιμεν εἴ τέ τις θέλει βορὰν ὁδῆσαι ναυτίλοις κεχρημένοις;

74 οἰοπολῶν Nauck : οἰοπολεῖς L • 77 θητεύω Κύκλωπι] Κύκλωπι θητεύω Fritzsche 91 στέγην] τε γῆν Jacobs • 93 τὴν apogr. Par. : τήνδ’ L

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EL CÍCLOPE

nan, ni los frescos chorros de vino. Y no estoy en Nisa10, entre las Ninfas, ni entono el «¡Yaco, Yaco11!» en honor de Afrodita, mientras vuelo en su busca junto con las Bacantes de blancos pies. ¡Oh querido, oh querido Baco! ¿Dónde vas, solitario, agitando la rubia cabellera? En cuanto a mí, tu servidor, he caído en poder del Cíclope de un solo ojo, y soy su esclavo, y deambulo con esta triste piel de macho cabrío, privado de tu amor. SILENO. ¡Silencio, hijos! Ordenad a los sirvientes que reúnan el ganado en la cueva excavada en la roca. CORIFEO. ¡Hacedlo! Pero, ¿qué te preocupa, padre? SILENO. Estoy viendo en la playa el casco de una nave griega y a sus remeros dirigiéndose hacia esta cueva, acompañados de su capitán. Llevan vasijas vacías alrededor del cuello, como si necesitaran víveres, y cántaros para el agua. ¡Infelices extranjeros! ¿Quiénes serán? A buen seguro ignoran cómo es nuestro amo Polifemo puesto que han desembarcado en esta tierra tan poco hospitalaria y han venido a parar, para su desgracia, a las fauces del Cíclope, devorador de hombres. Pero guardad la calma, para que nos podamos enterar desde dónde han llegado a esta colina siciliana al pie del Etna. ODISEO. Extranjeros, ¿podríais indicarme dónde encontrar agua potable para aliviar la sed, y si hay alguien que quiera vender comida a unos marineros tan necesitados como nosotros? Pero ¿qué es esto?

10 11

Montaña en los confines del mundo conocido. Véase nota 2. Uno de los epítetos con que era invocado Dioniso y, también, canción en su

honor.

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ΚΥΚΛΩΨ

Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ.

τί χρῆμα; Βρομίου πόλιν ἔοιγμεν ἐσβαλεῖν· Σατύρων πρὸς ἄντροις τόνδ’ ὅμιλον εἰσορῶ. χαίρειν προσεῖπα πρῶτα τὸν γεραίτατον. χαῖρ’, ὦ ξέν’, ὅστις δ’ εἶ φράσον πάτραν τε σήν. Ἴθακος Ὀδυσσεύς, γῆς Κεφαλλήνων ἄναξ. οἶδ’ ἄνδρα, κρόταλον δριμύ, Σισύφου γένος. ἐκεῖνος αὐτός εἰμι· λοιδόρει δὲ μή. πόθεν Σικελίαν τήνδε ναυστολῶν πάρει; ἐξ Ἰλίου γε κἀπὸ Τρωϊκῶν πόνων. πῶς; πορθμὸν οὐκ ᾔδησθα πατρῴας χθονός; ἀνέμων θύελλαι δεῦρό μ’ ἥρπασαν βίᾳ. παπαῖ· τὸν αὐτὸν δαίμον’ ἐξαντλεῖς ἐμοί. ἦ καὶ σὺ δεῦρο πρὸς βίαν ἀπεστάλης; λῃστὰς διώκων οἳ Βρόμιον ἀνήρπασαν. τίς δ’ ἥδε χώρα καὶ τίνες ναίουσί νιν; Αἰτναῖος ὄχθος Σικελίας ὑπέρτατος. τείχη δὲ ποῦ ’στι καὶ πόλεως πυργώματα; οὐκ ἔστ’· ἔρημοι πρῶνες ἀνθρώπων, ξένε. τίνες δ’ ἔχουσι γαῖαν; ἦ θηρῶν γένος; Κύκλωπες, ἄντρ’ ἔχοντες, οὐ στέγας δόμων. τίνος κλύοντες; ἢ δεδήμευται κράτος; νομάδες· ἀκούει δ’ οὐδὲν οὐδεὶς οὐδενός. σπείρουσι δ’ – ἢ τῷ ζῶσι; – Δήμητρος στάχυν; γάλακτι καὶ τυροῖσι καὶ μήλων βορᾷ. Βρομίου δὲ πῶμ’ ἔχουσιν, ἀμπέλου ῥοάς; ἥκιστα· τοιγὰρ ἄχορον οἰκοῦσι χθόνα. φιλόξενοι δὲ χὤσιοι περὶ ξένους;

105 αὐτός L. Dindorf : οὗτóς L Schenk : εἴσ’ L



108 ᾔδησθα Matthiae : ἤδεισθα L

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116 ἔστ’

EL CÍCLOPE

Se me antoja que hemos arribado a la ciudad de Bromio. Veo junto a la cueva una muchedumbre de Sátiros. Saludaré, primero, al más anciano. SILENO. ¡Salud, extranjero! Dime quién eres y cuál es tu patria. ODISEO. Odiseo de Ítaca, señor del país de los Cefalenios12. SILENO. Sé quién eres, astuto parlanchín, linaje de Sísifo13. ODISEO. Ése soy yo, pero ahórrate los insultos. SILENO. ¿De dónde viene la nave que te ha traído a Sicilia? ODISEO. De Ilión y de la guerra de Troya. SILENO. ¿Cómo? ¿Es que no conocías el camino a tu patria? ODISEO. Vientos de tempestad me arrebataron hasta aquí. SILENO. ¡Ay, has padecido el mismo destino que yo! ODISEO. ¿Es que tú también llegaste aquí contra tu voluntad? SILENO. Sí, cuando perseguía a los piratas que habían capturado a Bromio14. ODISEO. ¿Qué país es éste y quiénes lo habitan? SILENO. La región del Etna, el monte más alto de Sicilia. ODISEO. ¿Dónde están las murallas y las torres de la ciudad? SILENO. No las hay. Estos riscos están desiertos, extranjero. ODISEO. ¿Y quiénes habitan la tierra? ¿Algún tipo de fieras? SILENO. Los Cíclopes, que residen en cavernas, no en casas. ODISEO. ¿Quién los manda? ¿O es el pueblo quien gobierna? SILENO. Son nómadas. Nadie obedece a nadie. ODISEO. ¿Siembran el grano de Deméter, o de qué viven? SILENO. De la leche, del queso y de la carne de sus rebaños. ODISEO. ¿Conocen la bebida de Bromio, hecha con los jugos de la vid? SILENO. No, y por eso no hay danzas en el país que habitan. ODISEO. ¿Son hospitalarios y piadosos con los extranjeros? 12 Con este nombre se designa el conjunto de islas jónicas bajo el dominio de Odiseo. Véase Ilíada II 631 ss. 13 Según una tradición posthomérica, Odiseo-Ulises no era hijo de Laertes, sino del artero Sísifo. 14 Véase nota 5.

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ΚΥΚΛΩΨ

Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι.

γλυκύτατά φασι τὰ κρέα τοὺς ξένους φορεῖν. τί φῄς; βορᾷ χαίρουσιν ἀνθρωποκτόνῳ; οὐδεὶς μολὼν δεῦρ’ ὅστις οὐ κατεσφάγη. αὐτὸς δὲ Κύκλωψ ποῦ ’στιν; ἦ δόμων ἔσω; φροῦδος, πρὸς Αἴτνῃ θῆρας ἰχνεύων κυσίν. οἶσθ’ οὖν ὃ δρᾶσον, ὡς ἀπαίρωμεν χθονός. οὐκ οἶδ’, Ὀδυσσεῦ· πᾶν δέ σοι δρῴημεν ἄν. ὅδησον ἡμῖν σῖτον, οὖ σπανίζομεν. οὐκ ἔστιν, ὥσπερ εἶπον, ἄλλο πλὴν κρέας. ἀλλ’ ἡδὺ λιμοῦ καὶ τόδε σχετήριον. καὶ τυρὸς ὀπίας ἔστι καὶ βοὸς γάλα. ἐκφέρετε· φῶς γὰρ ἐμπολήμασιν πρέπει. σὺ δ’ ἀντιδώσεις, εἰπέ μοι, χρυσὸν πόσον; οὐ χρυσὸν ἀλλὰ πῶμα Διονύσου φέρω. ὦ φίλτατ’ εἰπών, οὗ σπανίζομεν πάλαι. καὶ μὴν Μάρων μοι πῶμ’ ἔδωκε, παῖς θεοῦ. ὃν ἐξέθρεψα ταῖσδ’ ἐγώ ποτ’ ἀγκάλαις; ὁ Βακχίου παῖς, ὡς σαφέστερον μάθῃς. ἐν σέλμασιν νεώς ἐστιν ἢ φέρεις σύ νιν; ὅδ’ ἀσκὸς ὃς κεύθει νιν, ὡς ὁρᾷς, γέρον. οὗτος μὲν οὐδ’ ἂν τὴν γνάθον πλήσειέ μου. νᾷ δὶς τόσον πῶμ’ ὅσον ἂν ἐξ ἀσκοῦ ῥυῇ. καλήν γε κρήνην εἶπας ἡδεῖάν τ’ ἐμοί. βούλῃ σε γεύσω πρῶτον ἄκρατον μέθυ; δίκαιον· ἦ γὰρ γεῦμα τὴν ὠνὴν καλεῖ. καὶ μὴν ἐφέλκω καὶ ποτῆρ’ ἀσκοῦ μέτα. φέρ’ ἐγκάναξον, ὡς ἀναμνησθῶ πιών.

131 δρᾶσον Canter : δράσεις L • 147 νᾷ Cerri : ναί L ἐγκάναξον Valckenaer Pierson : ἐκπάταξον L

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148 τ’ Reiske : γ’ L

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EL CÍCLOPE

SILENO. Afirman que la carne de extranjero es la más sabrosa. ODISEO. ¿Qué dices? ¿Se complacen en comer carne humana? SILENO. Nadie ha venido aquí que no haya sido devorado. ODISEO. Y el Cíclope, ¿dónde está?15 ¿Dentro de su morada? SILENO. Se fue al Etna, a rastrear fieras con sus perros. ODISEO. ¿Sabes qué vas a hacer para que podamos irnos de aquí? SILENO. No lo sé, Odiseo. Pero por ti haríamos cualquier cosa. ODISEO. Véndenos pan, pues carecemos de él. SILENO. Te dije que aquí no hay nada más que carne. ODISEO. Tampoco es mal remedio para aplacar el hambre. SILENO. También hay queso bien cuajado y leche de vaca. ODISEO. Traedlo, que para cerrar un trato conviene que haya luz. SILENO. Y dime, ¿cuánto oro darás a cambio? ODISEO. Oro no, pero traigo conmigo bebida de Dioniso. SILENO. ¡Palabra queridísima! ¡Tiempo hace que carecemos de su contenido! ODISEO. Marón16 ha sido, el hijo del dios, quien nos regaló la bebida. SILENO. ¿Aquel a quien yo en tiempos crié entre mis brazos? ODISEO. El hijo de Baco, para que te enteres de una vez. SILENO. ¿Está a bordo de la nave, o lo traes contigo? ODISEO. Aquí puedes ver, anciano, el odre que lo guarda. SILENO. ¡Con eso no tendría ni para llenarme la mandíbula! ODISEO. Lo que bebas va a parecerte el doble de lo que saques del odre. SILENO. Hermosa y grata es para mí la fuente de la que me hablas. ODISEO. ¿Quieres probar primero el vino puro? SILENO. Justo es, pues la degustación invita a la compra. ODISEO. Precisamente traigo una copa con el odre. SILENO. ¡Vamos, echa sin miedo, que quiero recordar lo que es beber! 15

Odiseo pregunta por el Cíclope por excelencia, Polifemo. Hijo de Dioniso y personificación del vino puro (recuérdese que los griegos solían tomar el vino mezclado con agua). 16

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ΚΥΚΛΩΨ

ΟΔ. ΟΔ. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι.

Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο.

ἰδού.

ΣΙ. παπαιάξ, ὡς καλὴν ὀσμὴν ἔχει. εἶδες γὰρ αὐτήν; ΣΙ. οὐ μὰ Δί’, ἀλλ’ ὀσφραίνομαι. γεῦσαί νυν, ὡς ἂν μὴ λόγῳ ’παινῇς μόνον. βαβαί· χορεῦσαι παρακαλεῖ μ’ ὁ Βάκχιος. ἆ ἆ ἆ. μῶν τὸν λάρυγγα διεκάναξέ σου καλῶς; ὥστ’ εἰς ἄκρους γε τοὺς ὄνυχας ἀφίκετο. πρὸς τῷδε μέντοι καὶ νόμισμα δώσομεν. χάλα τὸν ἀσκὸν μόνον· ἔα τὸ χρυσίον. ἐκφέρετέ νυν τυρεύματ’ ἢ μήλων τόκον. δράσω τάδ’, ὀλίγον φροντίσας γε δεσποτῶν. ὡς ἐκπιεῖν γ’ ἂν κύλικα μαινοίμην μίαν, πάντων Κυκλώπων ἀντιδοὺς βοσκήματα ῥῖψαί τ’ ἐς ἅλμην Λευκάδος πέτρας ἄπο ἅπαξ μεθυσθεὶς καταβαλών τε τὰς ὀφρῦς. ὡς ὅς γε πίνων μὴ γέγηθε μαίνεται· ἵν’ ἔστι τουτί τ’ ὀρθὸν ἐξανιστάναι μαστοῦ τε δραγμὸς καὶ παρεσκευασμένου ψαῦσαι χεροῖν λειμῶνος ὀρχηστύς θ’ ἅμα κακῶν τε λῆστις. εἶτ’ ἐγὼ οὐκ ὠνήσομαι τοιόνδε πῶμα, τὴν Κύκλωπος ἀμαθίαν κλαίειν κελεύων καὶ τὸν ὀφθαλμὸν μέσον; ἄκου’, Ὀδυσσεῦ· διαλαλήσωμέν τί σοι. καὶ μὴν φίλοι γε προσφέρεσθε πρὸς φίλον. ἐλάβετε Τροίαν τὴν Ἑλένην τε χειρίαν; καὶ πάντα γ’ οἶκον Πριαμιδῶν ἐπέρσαμεν. οὔκουν, ἐπειδὴ τὴν νεᾶνιν εἵλετε, ἅπαντες αὐτὴν διεκροτήσατ’ ἐν μέρει, ἐπεί γε πολλοῖς ἥδεται γαμουμένη;

169 τ’ ὀρθὸν Seidler : τοὐρθὸν L ὠνήσομαι Tyrwhitt : κυνήσομαι L



171 ὀρχηστύς Canter : ὀρχηστύος L

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172 οὐκ

EL CÍCLOPE

ODISEO. Ahí tienes. SILENO. ¡Ah, ah, qué buen aroma tiene! ODISEO. ¿Es que puedes ver el aroma? SILENO. No, por Zeus. Me limito a olerlo. ODISEO. Pruébalo de una vez. No lo alabes tan solo de palabra. SILENO. (Después de beber) Mmmm… Baco me está invitando a bailar. ¡Tralarí, tralará! ODISEO. ¿Ha gorgoteado como es debido al pasar por tu gaznate? SILENO. Tanto que me ha llegado hasta la punta de las uñas. ODISEO. Pues, además de esto, te daremos dinero. SILENO. Deshincha el odre y déjate de oro. ODISEO. Tráeme entonces los quesos o los corderos. SILENO. Lo haré, sin hacer caso de sus dueños. Perdería el seso por una sola copa, dándote a cambio los rebaños de todos los Cíclopes, y por una borrachera feliz me arrojaría al mar desde la Roca Blanca17 con el ceño distendido. Porque está loco aquel que no disfruta bebiendo, cuando se puede poner tieso éste (señalando a su falo) y, además, acariciar un pecho, y poner ambas manos en un prado mojado, y bailar, y olvidar los males. ¿Cómo no voy a comprar bebida tal, mandando al diablo la estupidez del Cíclope y su único ojo en medio de la frente? CORIFEO. Escucha, Odiseo. Queremos conversar un momento contigo. ODISEO. Cómo no. Habladme como hablan unos amigos a un amigo. CORIFEO. ¿Habéis echado mano a Troya y a Helena? ODISEO. Sí, y hemos saqueado la casa entera de los hijos de Príamo. CORIFEO. Después de haber cogido a la moza, ¿no la habéis taladrado todos, uno tras otro, ya que tanto le gusta irse casando con la

17 Promontorio al sur de la isla de Léucade («la Blanca»), en el mar Jónico, desde donde solían arrojarse al mar los amantes desdichados, la poetisa Safo entre ellos.

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ΚΥΚΛΩΨ

Σ Ι.

ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ. Σ Ι. ΟΔ.

τὴν προδότιν, ἣ τοὺς θυλάκους τοὺς ποικίλους περὶ τοῖν σκελοῖν ἰδοῦσα καὶ τὸν χρύσεον κλῳὸν φοροῦντα περὶ μέσον τὸν αὐχένα ἐξεπτοήθη, Μενέλεων ἀνθρώπιον λῷστον λιποῦσα. μηδαμοῦ γένος ποτὲ φῦναι γυναικῶν ὤφελ’, εἰ μὴ ’μοὶ μόνῳ. ἰδού· τάδ’ ὑμῖν ποιμένων βοσκήματα, ἄναξ Ὀδυσσεῦ, μηκάδων ἀρνῶν τροφαί, πηκτοῦ γάλακτός τ’ οὐ σπάνια τυρεύματα. φέρεσθε· χωρεῖθ’ ὡς τάχιστ’ ἄντρων ἄπο, βότρυος ἐμοὶ πῶμ’ ἀντιδόντες εὐίου. οἴμοι· Κύκλωψ ὅδ’ ἔρχεται· τί δράσομεν; ἀπολώλαμέν τἄρ’, ὦ γέρον· ποῖ χρὴ φυγεῖν; ἔσω πέτρας τῆσδ’, οὗπερ ἂν λάθοιτέ γε. δεινὸν τόδ’ εἶπας, ἀρκύων μολεῖν ἔσω. οὐ δεινόν· εἰσὶ καταφυγαὶ πολλαὶ πέτρας. οὐ δῆτ’· ἐπεί τἂν μεγάλα γ’ ἡ Τροία στένοι, εἰ φευξόμεσθ’ ἕν’ ἄνδρα, μυρίον δ’ ὄχλον Φρυγῶν ὑπέστην πολλάκις σὺν ἀσπίδι. ἀλλ’, εἰ θανεῖν δεῖ, κατθανούμεθ’ εὐγενῶς ἢ ζῶντες αἶνον τὸν πάρος συσσώσομεν.

ΚΥΚΛΩΨ ἄνεχε πάρεχε· τί τάδε; τίς ἡ ῥᾳθυμία; τί βακχιάζετ’; οὐχὶ Διόνυσος τάδε, οὐ κρόταλα χαλκοῦ τυμπάνων τ’ ἀράγματα. πῶς μοι κατ’ ἄντρα νεόγονα βλαστήματα; ἦ πρός γε μαστοῖς εἰσι χὐπὸ μητέρων πλευρὰς τρέχουσι, σχοινίνοις τ’ ἐν τεύχεσιν

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184 κλῳὸν Dindorf : κλοιὸν L • 188 ποιμένων] ποιμνίων Scaliger • 202 συσ? σώσομεν Schenk : εὖ σώσομεν L : πάροιθε σώσομεν Hartung • 204 οὐχὶ Musgrave : οὐ L • 207 γε] τε L. Dindorf

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EL CÍCLOPE

gente? A esa traidora, que, a la vista de los vistosos pantalones que ceñían sus piernas y del collar de oro que rodeaba su cuello18, se quedó deslumbrada y abandonó a Menelao, un hombrecillo tan estupendo. ¡Jamás debiera haber existido en ninguna parte la ralea de las mujeres… más que para mí solo! SILENO. Aquí tenéis para vosotros, soberano Odiseo, lo que suele servir de alimento a los pastores: ovejas baladoras y abundantes quesos de leche cuajada. Lleváoslo todo y alejaos lo antes posible de la cueva, pero no sin haberme dado a cambio el licor del racimo báquico. (Viendo llegar al Cíclope) ¡Ay de mí, el Cíclope se acerca! ¿Qué puedo hacer? ODISEO. Estamos perdidos, anciano. ¿Adónde huir? SILENO. Podéis esconderos dentro de esta misma caverna. ODISEO. Extraño es lo que dices: que nos metamos en sus redes. SILENO. Nada de extraño. La cueva ofrece muchos escondrijos. ODISEO. De ningún modo, pues mucho tendría que gemir Troya si huyésemos ante un solo hombre, cuando yo mismo me he enfrentado a millares de frigios con mi escudo. Si hay que morir, hagámoslo con valentía, o salvemos la vida conservando nuestra reputación de siempre. (Entra el Cíclope, sorprendiendo a los Sátiros, que danzan alrededor del odre de vino) CÍCLOPE. ¡Alto! ¡Abrid paso! ¿Qué es esto? ¿Qué laxitud es ésta? ¿A qué esas danzas báquicas? Aquí no está Dioniso, ni hay crótalos de bronce ni estruendo de tambores. ¿Cómo les va a mis crías recién nacidas en la cueva? ¿Se aplican a las ubres, corriendo a los costados de sus madres? ¿Están llenos de quesos de leche fresca los cestillos de

18

Las piernas y el cuello del príncipe troyano Paris, raptor de Helena.

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ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο. ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ.

Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι.

πλήρωμα τυρῶν ἐστιν ἐξημελγμένον; τί φάτε, τί λέγετε; τάχα τις ὑμῶν τῷ ξύλῳ δάκρυα μεθήσει. βλέπετ’ ἄνω καὶ μὴ κάτω. ἰδού· πρὸς αὐτὸν τὸν Δί’ ἀνακεκύφαμεν καὶ τἄστρα καὶ τὸν Ὠρίωνα δέρκομαι. ἄριστόν ἐστιν εὖ παρεσκευασμένον; πάρεστιν· ὁ φάρυγξ εὐτρεπὴς ἔστω μόνον. ἦ καὶ γάλακτός εἰσι κρατῆρες πλέῳ; ὥστ’ ἐκπιεῖν γέ σ’, ἢν θέλῃς, ὅλον πίθον. μήλειον ἢ βόειον ἢ μεμειγμένον; ὃν ἂν θέλῃς σύ· μὴ ’μὲ καταπίῃς μόνον. ἥκιστ’· ἐπεί μ’ ἂν ἐν μέσῃ τῇ γαστέρι πηδῶντες ἀπολέσαιτ’ ἂν ὑπὸ τῶν σχημάτων. ἔα· τίν’ ὄχλον τόνδ’ ὁρῶ πρὸς αὐλίοις; λῃσταί τινες κατέσχον ἢ κλῶπες χθόνα; ὁρῶ γέ τοι τούσδ’ ἄρνας ἐξ ἄντρων ἐμῶν στρεπταῖς λύγοισι σῶμα συμπεπλεγμένους τεύχη τε τυρῶν συμμιγῆ γέροντά τε πληγαῖς πρόσωπον φαλακρὸν ἐξῳδηκότα. ὤμοι, πυρέσσω συγκεκομμένος τάλας. ὑπὸ τοῦ; τίς ἐς σὸν κρᾶτ’ ἐπύκτευσεν, γέρον; ὑπὸ τῶνδε, Κύκλωψ, ὅτι τὰ σ’ οὐκ εἴων φέρειν. οὐκ ᾖσαν ὄντα θεόν με καὶ θεῶν ἄπο; ἔλεγον ἐγὼ τάδ’· οἱ δ’ ἐφόρουν τὰ χρήματα, καὶ τόν γε τυρὸν οὐκ ἐῶντος ἤσθιον τούς τ’ ἄρνας ἐξεφοροῦντο· δήσαντες δὲ σὲ κλῳῷ τριπήχει, κατὰ τὸν ὀφθαλμὸν μέσον τὰ σπλάγχν’ ἔφασκον ἐξαμήσεσθαι βίᾳ, μάστιγί τ’ εὖ τὸ νῶτον ἀποθλίψειν σέθεν,

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220 μ’ Seidler : γ’ L • 227 πρόσωπον] μέτωπον Tyrwhitt • 235 κατὰ Canter : κἆτα L • 236 ἐξαμήσεσθαι Duport : ἐξαμήσασθαι L • 237 ἀποθλίψειν] ἀπολέψειν Ruhnken : ἀποτρίψειν Fix

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EL CÍCLOPE

junco? ¿Qué respondéis? ¿Qué decís? ¡Alguno de vosotros va a saber lo que son las lágrimas por obra y gracia de este garrote! ¡Levantad la vista, no miréis hacia abajo! CORIFEO. ¡Vale! Hasta el mismo Zeus tenemos levantada la cabeza. Estoy viendo las estrellas y a Orión19. CÍCLOPE. ¿Está preparado mi desayuno como es debido? CORIFEO. Lo está. Solo falta que tu gaznate lo esté también. CÍCLOPE. ¿Están llenas de leche ya las crateras? CORIFEO. Sí, pero si prefieres beberte entera la tinaja… CÍCLOPE. ¿Es de oveja, de vaca o una mezcla de ambas? CORIFEO. De lo que tú quieras, con tal que no sea yo lo que te tragues. CÍCLOPE. Nunca lo haría. Con vuestros saltos y cabriolas en mitad de mi tripa, me mataríais. ¡Eh! ¿Qué gente es esa que veo ante el aprisco? ¿Han llegado a esta tierra piratas o ladrones? Estoy viendo a mis corderos fuera de la caverna, atados sus cuerpos con mimbres retorcidos, y, en medio, los cestillos con los quesos, y al viejo, con la calva hinchada a fuerza de golpes. SILENO. ¡Ay, infeliz de mí! ¡Tengo fiebre! ¡Me han dado una paliza! CÍCLOPE. ¿Quién te molió a puñetazos la cabeza, anciano? SILENO. ¡Esos de ahí, Cíclope! Y todo porque traté de impedir que se llevaran lo tuyo… CÍCLOPE. ¿No sabían que yo soy un dios e hijo de dioses? SILENO. Se lo dije, pero ellos te robaban los bienes y, aunque yo me oponía, se comían tu queso y se llevaban tus corderos. Y decían de ti que te pondrían en el cuello una argolla de tres codos y que, a la vista de tu único ojo, te sacarían las entrañas a la fuerza y te destrozarían la espalda a latigazos, y que luego, te arrojarían encadenado

19 Hijo de Posidón, como Polifemo, Orión es un gigante cazador que quiso violar a Ártemis. Ésta le dio muerte, y el difunto se convirtió en una constelación.

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ΚΥΚΛΩΨ

ΚΥ.

Σ Ι. ΟΔ.

Σ Ι. Σ Ι.

κἄπειτα συνδήσαντες ἐς θἀδώλια τῆς νηὸς ἐμβαλόντες ἀποδώσειν τινὶ πέτρους μοχλεύειν, ἢ ’ς μυλῶνα καταβαλεῖν. ἄληθες; οὔκουν κοπίδας ὡς τάχιστ’ ἰὼν θήξεις μαχαίρας καὶ μέγαν φάκελον ξύλων ἐπιθεὶς ἀνάψεις; ὡς σφαγέντες αὐτίκα πλήσουσι νηδὺν τὴν ἐμὴν ἀπ’ ἄνθρακος θερμὴν ἔδοντος δαῖτα τοῦ κρεανόμου, τὰ δ’ ἐκ λέβητος ἑφθὰ καὶ τετηκότα. ὡς ἔκπλεώς γε δαιτός εἰμ’ ὀρεσκόου· ἅλις λεόντων ἐστί μοι θοινωμένῳ ἐλάφων τε, χρόνιος δ’ εἴμ’ ἀπ’ ἀνθρώπων βορᾶς. τὰ καινά γ’ ἐκ τῶν ἠθάδων, ὦ δέσποτα, ἡδίον’ ἐστίν. οὐ γὰρ οὖν νεωστί γε ἄλλοι πρὸς οἴκους σοὺς ἀφίκοντο ξένοι. Κύκλωψ, ἄκουσον ἐν μέρει καὶ τῶν ξένων. ἡμεῖς βορᾶς χρήιζοντες ἐμπολὴν λαβεῖν σῶν ἆσσον ἄντρων ἤλθομεν νεὼς ἄπο. τοὺς δ’ ἄρνας ἡμῖν οὖτος ἀντ’ οἴνου σκύφου ἀπημπόλα τε κἀδίδου πιεῖν λαβὼν ἑκὼν ἑκοῦσι, κοὐδὲν ἦν τούτων βίαι. ἀλλ’ οὗτος ὑγιὲς οὐδὲν ὧν φησιν λέγει, ἐπεὶ κατελήφθη σοῦ λάθρᾳ πωλῶν τὰ σά. ἐγώ; κακῶς γ’ ἄρ’ ἐξόλοι’. ΟΔ. εἰ ψεύδομαι. μὰ τὸν Ποσειδῶ τὸν τεκόντα σ’, ὦ Κύκλωψ, μὰ τὸν μέγαν Τρίτωνα καὶ τὸν Νηρέα, μὰ τὴν Καλυψὼ τάς τε Νηρέως κόρας, τά θ’ ἱερὰ κύματ’ ἰχθύων τε πᾶν γένος,

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240 ἢ ’ς μυλῶνα Ruhnken : ἢ πυλῶνα L • 243 ὡς apogr. Par. : ὧ L • 245 τοῦ κρεανόμου Ruhnken : τῷ κρεανόμῳ L • 251 οὖν Reiske : αὖ L • 252 οἴκους σοὺς Heimsoeth : ἄντρα τὰ σ’ L : ἄντρα τὰ σά γ’ L. Dindorf • 261 γ’ ἄρ’ Kirchhoff : γὰρ L • 265 τά Hermann : μά L

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EL CÍCLOPE

a los bancos de su nave y te venderían a alguien que te hiciera levantar piedras o dar vueltas a la rueda de su molino. CÍCLOPE. ¿De veras? ¿Querrás ir cuanto antes a afilar mis cuchillos de trinchar y a poner en el fuego un haz grande de leña? Degollados al instante, llenaré mi barriga, dándome un festín con su carne caliente a la brasa y dejando el resto en la olla, para que cueza y se ablande, pues estoy harto ya de comida silvestre, cansado de engullir leones y ciervos, y hace mucho tiempo que no pruebo carne humana. SILENO. La novedad, señor, resulta más apetecible que lo que viene siendo habitual. No fue precisamente ayer cuando llegaron los últimos extranjeros a tu cueva. ODISEO. Cíclope, deja que hablen ahora los extranjeros. Nosotros nos acercamos a tu cueva desde la nave porque necesitábamos comprar comida. Los corderos nos los estaba vendiendo ése (señalando a Sileno) a cambio de una copa de vino y, después de probarlo, nos los entregaba, a satisfacción de ambas partes y sin mediar violencia alguna. Nada es verdad de todo cuanto ha dicho ése: lo has pillado vendiendo lo tuyo a tus espaldas. SILENO. ¿Yo? ¡Mala peste te lleve! ODISEO. Si es que miento. SILENO. ¡Por Posidón que te engendró, oh Cíclope, por el gran Tritón y por Nereo, por Calipso y las hijas de Nereo20, por las sagradas olas y por todo el linaje de los peces, te juro, oh hermosísimo Ciclo-

20 Sileno jura por una serie de divinidades marinas, dado que el Cíclope es hijo del dios del mar por excelencia, Posidón, padre asimismo de Tritón y Nereo.

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ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο. ΚΥ.

ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ.

ἀπώμοσ’, ὦ κάλλιστον ὦ Κυκλώπιον, ὦ δεσποτίσκε, μὴ τὰ σ’ ἐξοδᾶν ἐγὼ ξένοισι χρήματ’. ἢ κακῶς οὗτοι κακοὶ οἱ παῖδες ἀπόλοινθ’, οὓς μάλιστ’ ἐγὼ φιλῶ. αὐτὸς ἔχ’. ἔγωγε τοῖς ξένοις τὰ χρήματα περνάντα σ’ εἶδον· εἰ δ’ ἐγὼ ψευδῆ λέγω, ἀπόλοιθ’ ὁ πατήρ μου· τοὺς ξένους δὲ μὴ ἀδίκει. ψεύδεσθ’· ἔγωγε τῷδε τοῦ Ῥαδαμάνθυος μᾶλλον πέποιθα καὶ δικαιότερον λέγω. θέλω δ’ ἐρέσθαι· πόθεν ἐπλεύσατ’, ὦ ξένοι; ποδαποί; τίς ὑμᾶς ἐξεπαίδευσεν πόλις; Ἰθακήσιοι μὲν τὸ γένος, Ἰλίου δ’ ἄπο, πέρσαντες ἄστυ, πνεύμασιν θαλασσίοις σὴν γαῖαν ἐξωσθέντες ἥκομεν, Κύκλωψ. ἦ τῆς κακίστης οἳ μετήλθεθ’ ἁρπαγὰς Ἑλένης Σκαμάνδρου γείτον’ Ἰλίου πόλιν; οὗτοι, πόνον τὸν δεινὸν ἐξηντληκότες. αἰσχρὸν στράτευμά γ’, οἵτινες μιᾶς χάριν γυναικὸς ἐξεπλεύσατ’ ἐς γαῖαν Φρυγῶν. θεοῦ τὸ πρᾶγμα· μηδέν’ αἰτιῶ βροτῶν. ἡμεῖς δέ σ’, ὦ θεοῦ ποντίου γενναῖε παῖ, ἱκετεύομέν τε καὶ λέγομεν ἐλευθέρως· μὴ τλῇς πρὸς οἴκους σούς ἀφιγμένους φίλους κτανεῖν βοράν τε δυσσεβῆ θέσθαι γνάθοις· οἳ τὸν σόν, ὦναξ, πατέρ’ ἔχειν ναῶν ἕδρας ἐρρυσάμεσθα γῆς ἐν Ἑλλάδος μυχοῖς· ἱερὸς τ’ ἄθραυστος Ταινάρου μένει λιμὴν

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273 τῷδε Canter : τοῦδε L • 274 μᾶλλον Kirchhoff : πολλὰ L • 288 οἴκους Heimsoeth : ἄντρα L • 290 ναῶν Canter : νεῶν L • 291 ἐρρυσάμεσθα Matthiae : εἰρυσάμεσθα L : ἱδρυσάμεσθα Stephanus • 292 ἱερὸς apogr. Par. : ἱερεὺς L

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EL CÍCLOPE

pito, amito mío, que yo no estaba vendiendo tus cosas a estos extranjeros! Si no, (señalando al Coro de Sátiros) ¡mueran de mala muerte mis hijos, a los que tanto quiero! CORIFEO. ¡Dilo de ti! Yo mismo te he visto mercadear con ellos. Si no digo verdad, ¡que se muera mi padre!, pero tú, Cíclope, no seas injusto con los extranjeros. CÍCLOPE. ¡Mentís! Tengo más fe en él (refiriéndose a Sileno) que en Radamantis, y digo que es aún más justo21. Pero quiero interrogarles. ¿De dónde habéis venido navegando, extranjeros? ¿De qué país? ¿Qué ciudad os crió? ODISEO. Somos de Ítaca y venimos de Ilión, después de haberla arrasado; son los vientos marinos los que nos han traído hasta tu tierra, Cíclope. CÍCLOPE. ¿Sois vosotros los que, para vengar el rapto de la malvadísima Helena, fuisteis a la ciudad de Ilión, ribereña del Escamandro? ODISEO. Los mismos. Tuvimos que llevar a cabo una empresa titánica. CÍCLOPE. ¡Vergonzosa expedición la de quienes, a causa de una sola mujer, navegasteis hasta la tierra de los frigios! ODISEO. Fue obra de un dios. No culpes a ningún mortal. Nosotros, oh noble hijo del dios del mar, te suplicamos y te hablamos como hombres libres: ¡no te atrevas a matar a quienes hemos llegado en calidad de amigos a tu cueva, ni a convertirnos en pasto impío para tus mandíbulas, pues defendimos los templos de tu padre en todos los rincones de la Hélade!22 Intacto permanece el sagrado puerto de Téna-

21 Uno de los jueces, con Minos y Éaco, del infierno helénico. Tanto Minos como Radamantis eran hijos de Zeus y de Europa, hija de Agenor, rey de Tiro, mientras que Éaco lo era de Zeus y de Egina, la hija del dios-río Asopo. 22 La guerra de Troya no supuso en ningún momento una amenaza para las costas de Grecia. Debe de tratarse de un anacronismo voluntario para aludir a las Guerras Médicas, en las que sí peligraron los templos griegos ante la invasión de los persas.

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ΚΥΚΛΩΨ

Σ Ι. ΚΥ.

Μαλέας τ’ ἄκροι κευθμῶνες ἥ τε Σουνίου δίας Ἀθάνας σῶς ὑπάργυρος πέτρα Γεραίστιοί τε καταφυγαί· τά θ’ Ἑλλάδος – δύσφορά γ’ ὀνείδη – Φρυξὶν οὐκ ἐδώκαμεν. ὧν καὶ σὺ κοινοῖ· γῆς γὰρ Ἑλλάδος μυχοὺς οἰκεῖς ὑπ’ Αἴτνῃ, τῇ πυριστάκτῳ πέτρᾳ. νόμος δὲ θνητοῖς, εἰ λόγους ἀποστρέφῃ, ἱκέτας δέχεσθαι ποντίους ἐφθαρμένους ξένιά τε δοῦναι καὶ πέπλοις ἐπαρκέσαι, οὐκ ἀμφὶ βουπόροισι πηχθέντας μέλη ὀβελοῖσι νηδὺν καὶ γνάθον πλῆσαι σέθεν. ἅλις δὲ Πριάμου γαῖ’ ἐχήρωσ’ Ἑλλάδα πολλῶν νεκρῶν πιοῦσα δοριπετῆ φόνον, ἀλόχους τ’ ἀνάνδρους γραῦς τ’ ἄπαιδας ὤλεσεν πολιούς τε πατέρας. εἰ δὲ τοὺς λελειμμένους σὺ συμπυρώσας δαῖτ’ ἀναλώσεις πικράν, ποῖ τρέψεταί τις; ἀλλ’ ἐμοὶ πιθοῦ, Κύκλωψ· πάρες τὸ μάργον σῆς γνάθου, τὸ δ’ εὐσεβὲς τῆς δυσσεβείας ἀνθελοῦ· πολλοῖσι γὰρ κέρδη πονηρὰ ζημίαν ἠμείψατο. παραινέσαι σοι βούλομαι· τῶν γὰρ κρεῶν μηδὲν λίπῃς τοῦδ’· ἤν τε τὴν γλῶσσαν δάκῃς, κομψὸς γενήσῃ καὶ λαλίστατος, Κύκλωψ. ὁ πλοῦτος, ἀνθρωπίσκε, τοῖς σοφοῖς θεός, τὰ δ’ ἄλλα κόμποι καὶ λόγων εὐμορφία. ἄκρας δ’ ἐναλίας ἃς καθίδρυται πατὴρ χαίρειν κελεύω· τί τάδε προυστήσω λόγῳ; Ζηνὸς δ’ ἐγὼ κεραυνὸν οὐ φρίσσω, ξένε, οὐδ’ οἶδ’ ὅτι Ζεύς ἐστ’ ἐμοῦ κρείσσων θεός.

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293 ἄκροι] ἄκρας Seaford • 296 δύσφορά γ’ apogr. Par. : δύσφρονά γ’ Tr : δύσφρον’ L : δύσφορον ὄνειδος per parenthesin Diggle • 297 κοινοῖ Seidler : κοινοῦ L • 299 νόμος Musgrave : νόμοις L • εἰ Reiske : εἰς L • 305 δοριπετῆ Nauck : δορυπετῆ L • 314 τε] δὲ Lenting • 317 εὐμορφία Nauck : εὐμορφίαι L

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EL CÍCLOPE

ro, y a salvo están las profundas gargantas del Málea, la roca argéntea de la divina Atenea en Sunio y los abrigos de Geresto23. No hemos entregado la Hélade a los frigios, ¡intolerable oprobio! A ti también te atañe esto, pues vives en un rincón de la tierra griega, al pie del Etna, la roca que derrama fuego. Es costumbre entre los mortales, si rechazas mis razones, acoger a los suplicantes que han naufragado, ofrecerles regalos de hospitalidad y proporcionarles vestidos, en lugar de ensartar sus miembros con pinchos de asar bueyes para saciar tu estómago y tu mandíbula. Suficiente viudez ha causado ya en la Hélade la tierra de Príamo, bebiéndose la sangre de muchísimos caídos por la lanza y dejando sin maridos a las esposas y sin hijos a las ancianas y a los padres canosos. Si das al fuego a los supervivientes para comértelos en cruel festín, ¿a quién podríamos recurrir? Venga, hazme caso, Cíclope, domina la voracidad de tu mandíbula y antepón la piedad a la impiedad, pues los lucros perversos terminan en castigo para muchos. SILENO. (Al Cíclope) Quiero darte un consejo: no dejes ni ápice de la carne de éste. Y si muerdes su lengua, te volverás astuto y el más charlatán de todos. CÍCLOPE. (A Odiseo) La riqueza, hombrecillo, es el dios de los sabios. El resto es vanidad y bonitas palabras. ¡Me importan un bledo los promontorios marinos en que reside mi padre! ¿A qué viene ponérmelos delante? Yo no tiemblo, extranjero, ante el rayo de Zeus, ni creo que sea Zeus un dios más poderoso que yo. No me preocupa en abso-

23 En el cabo Ténaro (hoy Matapán) se erguía un templo en honor de Posidón. Una estatua de esa misma deidad se veneraba en el cabo Málea (véase nota 6). En el cabo Sunio había dos santuarios, uno consagrado a Atenea y otro a Posidón y en sus proximidades se hallaban las minas de plata de Laurión (de ahí lo de «roca argéntea»). Los abrigos de Geresto se encuentran en el extremo meridional de la isla de Eubea, donde se conservan, también, vestigios de un templo en honor de Posidón.

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ΚΥΚΛΩΨ

ΟΔ.

οὔ μοι μέλει τὸ λοιπόν· ὡς δ’ οὔ μοι μέλει ἄκουσον· ὅταν ἄνωθεν ὄμβρον ἐκχέῃ, ἐν τῇδε πέτρᾳ στέγν’ ἔχων σκηνώματα, ἢ μόσχον ὀπτὸν ἤ τι θήρειον δάκος δαινύμενος, εὖ τέγγων τε γαστέρ’ ὑπτίαν, ἐπεκπιὼν γάλακτος ἀμφορέα, πέπλον κρούω, Διὸς βρονταῖσιν εἰς ἔριν κτυπῶν. ὅταν δὲ βορέας χιόνα Θρῇκιος χέῃ, δοραῖσι θηρῶν σῶμα περιβαλὼν ἐμὸν καὶ πῦρ ἀναίθων, χιόνος οὐδέν μοι μέλει. ἡ γῆ δ’ ἀνάγκῃ, κἂν θέλῃ κἂν μὴ θέλῃ, τίκτουσα ποίαν τἀμὰ πιαίνει βοτά. ἁγὼ οὔτινι θύω πλὴν ἐμοί, θεοῖσι δ’ οὔ, καὶ τῇ μεγίστῃ, γαστρὶ τῇδε, δαιμόνων. ὡς τοὐμπιεῖν γε καὶ φαγεῖν τοὐφ’ ἡμέραν, Ζεὺς οὖτος ἀνθρώποισι τοῖσι σώφροσιν, λυπεῖν δὲ μηδὲν αὑτόν. οἳ δὲ τοὺς νόμους ἔθεντο ποικίλλοντες ἀνθρώπων βίον, κλαίειν ἄνωγα· τὴν ἐμὴν ψυχὴν ἐγὼ οὐ παύσομαι δρῶν εὖ, κατεσθίων τε σέ. ξένιά τε λήψῃ τοιάδ’, ὡς ἄμεμπτος ὦ, πῦρ καὶ πατρῷον τόδε λέβητά θ’ ὃς ζέσας σὴν σάρκα διαφόρητον ἀμφέξει καλῶς. ἀλλ’ ἕρπετ’ εἴσω, τοῦ κατ’ αὔλιον θεοῦ ἵν’ ἀμφὶ βωμὸν στάντες εὐωχῆτέ με. αἰαῖ, πόνους μὲν Τρωϊκοὺς ὑπεξέδυν θαλασσίους τε, νῦν δ’ ἐς ἀνδρὸς ἀνοσίου ὠμὴν κατέσχον ἀλίμενόν τε καρδίαν.

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324 ἔχων Reiske : ἔχω L • 326 εὖ τέγγων τε Reiske : ἐν στέγοντι L : ἑστιῶ τι Kovacs • 327 πέπλον] πέδον Musgrave : βδέλον Jacobs : πλέων Gilbert : πίθον Hartung • 336 τοὐμπιεῖν γε κἀμφαγεῖν Reiske : τοῦ πιεῖν γε καὶ φαγεῖν L • 340 δ’ add. Barnes • 343 τόδε... θ’ Hermann : τόνδε... γ’ L • 344 διαφόρητον Scaliger : δυσφόρητον L : δυσφόρητος Seaford : δυσφάρωτον Barnes • 346 βωμὸν Stephanus : κῶμον L • 349 ὠμὴν Reiske : γνώμην L

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EL CÍCLOPE

luto, y voy a decirte por qué: cuando él hace caer la lluvia desde el cielo, esta roca me sirve de refugio cubierto, donde, después de zamparme un ternero asado o cualquier animal salvaje, me tiendo boca arriba, bien regado mi estómago con una cántara de leche, y hago estallar en ventosidades mi túnica, rivalizando en ruido con los truenos de Zeus. Y cuando el viento helado de Tracia24 trae la nieve, enciendo el fuego y, bien envuelto en pieles, me río de la nieve. Y a la tierra, como da a luz la hierba, le es forzoso, quiéralo o no, engordar mis rebaños; a ningún dios se los ofrezco en sacrificio, como no sea a mí y a la mayor de las deidades: esta barriga. Beber y comer todos los días: eso sí es Zeus para los hombres sabios, y no afligirse por nada. ¡Malditos sean los que, inventando las leyes, complicaron la vida de los hombres! No pienso renunciar a lo que es bueno para mí, de modo que te comeré. Como regalos de hospitalidad recibirás, para que nada puedas reprocharme, un fuego, esta agua paterna25 y un caldero que, puesto a hervir, cubrirá a la perfección tu carne troceada. Así que pasad dentro de la cueva, para que, situados en pie alrededor del altar del dios que habita en ella, me sirváis de exquisito alimento. ODISEO. ¡Ay, ay! ¡Pude sobrevivir a los peligros troyanos y marinos, y he aquí que ahora he arribado al corazón cruel e inaccesible de un

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Región septentrional de Grecia, especialmente fría en invierno. En la medida en que Posidón, padre del Cíclope, es el dios de todas las aguas, no solo de las del océano. 25

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ΚΥΚΛΩΨ

ὦ Παλλάς, ὦ δέσποινα Διογενὲς θεά, νῦν νῦν ἄρηξον· κρείσσονας γὰρ Ἰλίου πόνους ἀφῖγμαι κἀπὶ κινδύνου βάθρα. σύ τ’, ὦ φαεννῶν ἀστέρων οἰκῶν ἕδρας Ζεῦ ξένι’, ὅρα τάδ’· εἰ γὰρ αὐτὰ μὴ βλέπεις, ἄλλως νομίζῃ Ζεὺς τὸ μηδὲν ὢν θεός. Χ Ο.

Εὐρείας φάρυγος, ὦ Κύκλωψ, ἀναστόμου τὸ χεῖλος· ὡς ἕτοιμά σοι ἑφθὰ καὶ ὀπτὰ καὶ ἀνθρακιᾶς ἄπο χναύειν, βρύκειν, κρεοκοπεῖν μέλη ξένων δασυμάλλῳ ἐν αἰγίδι κλινομένῳ. μή μοι μὴ προσδίδου· μόνος μόνῳ γέμιζε πορθμίδος σκάφος. χαιρέτω μὲν αὖλις ἅδε, χαιρέτω δὲ θυμάτων ἀποβώμιος ἃν ἀνέχει θυσίαν Κύκλωψ Αἰτναῖος ξενικῶν κρεῶν κεχαρμένος βορᾷ. νηλής, ὦ τλᾶμον, ὅστις δωμάτων ἐφεστίους ἱκτῆρας ἐκθύει ξένους, ἑφθά τε δαινύμενος μυσαροῖσί τ’ ὀδοῦσιν κόπτων βρύκων

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[στρ.

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[μεσῳδ.

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[ἀντ. 371 373 372

353 φαεννῶν] φαεννὰς Kassel • 356 φάρυγος Hermann : φάρυγγος L • 358-359 ἄπο θερμὰ χναύειν Hermann : ἀποχναύειν L • 359 βρύκειν Casaubon : βρύχειν L • κρεοκοπεῖν L. Dindorf : κρεωκοπεῖν L • 360 κλινομένῳ Reiske : καινόμενα L κλινόμενος Haupt • 362 γέμιζε Wecklein : κόμιζε L • 363 ἅδε Dindorf : ἥδε L • 365 ἃν ἀνέχει Spengel : ἃν ἔχει L : ἃν παρέχει Wilamowitz : ἅνπερ ἔχει Biehl • 370 τλᾶμον Wecklein : ὦ τλᾶμον L • 371 ἐφεστίους Bothe Kirchhoff : ἐφεστίους ξενικοὺς L • ξένους Kirchhoff : δόμων L • 372 post 373 transp. Hermann • μυσαροῖσί τ’ Kirchhoff : μυσαροῖσιν L • βρύκων Casaubon : βρύχων L

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EL CÍCLOPE

hombre impío! ¡Oh Palas, soberana deidad hija de Zeus, ven en mi ayuda ahora, sí, pues me acechan peligros mayores aún que los de Ilión y estoy al borde del abismo! ¡Y tú, que vives en la sede de los astros resplandecientes, hospitalario Zeus, mira esto! ¡Si no lo ves, vano será considerarte Zeus, no siendo nada! CORO. (Estrofa) ¡Abre las puertas de tu enorme garganta, oh Cíclope, pues tienes ya los miembros de tus huéspedes bien cocidos y asados, calientes aún de las brasas, listos para que los trinches, mastiques y devores, tumbado en tu peluda piel de cabra! (Intermedio) ¡No, no me des! ¡Llena tú solo y para ti solo el casco de tu nave! ¡Lejos de mí este antro, lejos de mí el sacrificio que sin altar celebra el Cíclope etneo, complaciéndose en carnes extranjeras! (Antistrofa) ¡Despiadado, oh cruel, pues sacrificas a los forasteros venidos como suplicantes a tu casa, dándote un festín con sus carnes

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ΚΥΚΛΩΨ

θέρμ’ ἀπ’ ἀνθράκων κρέα. ........................................... ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ.

ὦ Ζεῦ, τί λέξω, δείν’ ἰδὼν ἄντρων ἔσω κοὐ πιστά, μύθοις εἰκότ’ οὐδ’ ἔργοις βροτῶν; τί δ’ ἔστ’, Ὀδυσσεῦ; μῶν τεθοίναται σέθεν φίλους ἑταίρους ἀνοσιώτατος Κύκλωψ; δισσούς γ’ ἀθρήσας κἀπιβαστάσας χεροῖν, οἳ σαρκὸς εἶχον εὐτρεφέστατον πάχος. πῶς, ὦ ταλαίπωρ’, ἦτε πάσχοντες τάδε; ἐπεὶ πετραίαν τήνδ’ ἐσήλθομεν στέγην, ἀνέκαυσε μὲν πῦρ πρῶτον, ὑψηλῆς δρυὸς κορμοὺς πλατείας ἐσχάρας βαλὼν ἔπι, τρισσῶν ἁμαξῶν ὡς ἀγώγιμον βάρος. ἔπειτα φύλλων ἐλατίνων χαμαιπετῆ ἔστησεν εὐνὴν πλησίον πυρὸς φλογί. κρατῆρα δ’ ἐξέπλησεν ὡς δεκάμφορον, μόσχους ἀμέλξας, λευκὸν ἐσχέας γάλα, σκύφος τε κισσοῦ παρέθετ’ εἰς εὖρος τριῶν πήχεων, βάθος δὲ τεσσάρων ἐφαίνετο. καὶ χάλκεον λέβητ’ ἐπέζεσεν πυρί, ὀβελούς τ’, ἄκρους μὲν ἐγκεκαυμένους πυρί, ξεστοὺς δὲ δρεπάνῳ τἄλλα, παλιούρου κλάδων, Αἰτναῖά τε σφαγεῖα πελέκεων γνάθοις. ὡς δ’ ἦν ἕτοιμα πάντα τῷ θεοστυγεῖ Ἅιδου μαγείρῳ, φῶτε συμμάρψας δύο ἔσφαζ’ ἑταίρων τῶν ἐμῶν, ῥυθμῷ τινι τὸν μὲν λέβητος ἐς κύτος χαλκήλατον,

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374 θέρμ’ Hermann : ἀνθρώπων θέρμ’ L • post h. u. iterandum 360 censuit Haupt, scribens κλινόμενος • 377 τεθοίναται Reiske : γε θοινᾶται L • 382 στέγην Musgrave : χθόνα L • 387 ἔστησεν] ἔστρωσεν Pierson • 394 τἄλλα Scaliger : γ’ ἄλλα L • κλάδων Scaliger : κλάδῳ L : κλάδους Kirchhoff • 395 del. Diggle • 397 Ἅιδου Stephanus : δίδου L

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EL CÍCLOPE

previamente cocidas, calientes aún de las brasas, y masticándolas con tus dientes abominables! ODISEO. (Saliendo de la cueva) ¿Qué puedo decir, Zeus, después de ver en esta cueva cosas aterradoras, increíbles, propias de viejas fábulas y no de hechos humanos? CORIFEO. ¿Qué sucede, Odiseo? ¿Acaso se ha zampado a tus queridos compañeros el sacrílego Cíclope? ODISEO. Sí, precisamente a los dos más gordos y lustrosos, después de examinarlos y sopesarlos con ambas manos. CORIFEO. ¿Y cómo, oh desdichado, fueron desarrollándose las desgracias? ODISEO. Después que hubimos penetrado en esta rocosa morada, comenzó por encender fuego, amontonando encima del amplio hogar las ramas de una encina gigantesca, más o menos la carga transportable en tres carros. Luego extendió por el suelo, junto a la llama del hogar, un lecho de hojas de abeto. Y llenó hasta los bordes una crátera de unas diez ánforas de capacidad26 con blanca leche de vaca recién ordeñada por él, colocando al lado una copa de madera de hiedra que podría tener tres codos de anchura y cuatro de profundidad27. Y puso al fuego un caldero de bronce, y preparó unos asadores hechos de ramas de espino desbastadas con una hoz y con las puntas afiladas al fuego, y también gigantescos vasos, listos para recibir la sangre derramada por las hachas sacrificiales. Y cuando el cocinero del Hades, odiado por los dioses, tuvo dispuesto todo, agarró a dos de mis compañeros y los degolló, pero por orden, pues derramó la sangre del

26 Como medida de capacidad, el ánfora contenía alrededor de veinte litros. Odiseo está hablando, pues, de una crátera capaz de contener unos doscientos litros. 27 El codo equivalía a algo menos de medio metro. La copa de madera de hiedra tendría, más o menos, metro y medio de anchura y dos metros de profundidad.

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ΚΥΚΛΩΨ

τὸν δ’ αὖ, τένοντος ἁρπάσας ἄκρου ποδός, παίων πρὸς ὀξὺν στόνυχα πετραίου λίθου ἐγκέφαλον ἐξέρρανε· καὶ καθαρπάσας λάβρῳ μαχαίρᾳ σάρκας ἐξώπτα πυρί, τὰ δ’ ἐς λέβητ’ ἐφῆκεν ἕψεσθαι μέλη. ἐγὼ δ’ ὁ τλήμων δάκρυ’ ἀπ’ ὀφθαλμῶν χέων ἐχριμπτόμην Κύκλωπι κἀδιακόνουν· ἅλλοι δ’ ὅπως ὄρνιθες ἐν μυχοῖς πέτρας πτήξαντες εἶχον, αἷμα δ’ οὐκ ἐνῆν χροΐ. ἐπεὶ δ’ ἑταίρων τῶν ἐμῶν πλησθεὶς βορᾶς ἀνέπεσε, φάρυγος αἰθέρ’ ἐξιεὶς βαρύν, ἐσῆλθέ μοί τι θεῖον· ἐμπλήσας σκύφος Μάρωνος αὐτῷ τοῦδε προσφέρω πιεῖν, λέγων τάδ’· Ὦ τοῦ ποντίου θεοῦ Κύκλωψ, σκέψαι τόδ’ οἷον Ἑλλὰς ἀμπέλων ἄπο θεῖον κομίζει πῶμα, Διονύσου γάνος. ὁ δ’ ἔκπλεως ὢν τῆς ἀναισχύντου βορᾶς ἐδέξατ’ ἔσπασέν ἄμυστιν ἑλκύσας κἀπῄνεσ’ ἄρας χεῖρα· Φίλτατε ξένων, καλὸν τὸ πῶμα δαιτὶ πρὸς καλῇ δίδως. ἡσθέντα δ’ αὐτὸν ὡς ἐπῃσθόμην ἐγώ, ἄλλην ἔδωκα κύλικα, γιγνώσκων ὅτι τρώσει νιν οἶνος καὶ δίκην δώσει τάχα. καὶ δὴ πρὸς ᾠδὰς εἷρπ’· ἐγὼ δ’ ἐπεγχέων ἄλλην ἐπ’ ἄλλῃ σπλάγχν’ ἐθέρμαινον ποτῷ. ᾄδει δὲ παρὰ κλαίουσι συνναύταις ἐμοῖς ἄμουσ’, ἐπηχεῖ δ’ ἄντρον. ἐξελθὼν δ’ ἐγὼ σιγῇ σὲ σῶσαι κἄμ’, ἐὰν βούλῃ, θέλω. ἀλλ’ εἴπατ’ εἴτε χρῄζετ’ εἴτ’ οὐ χρῄζετε

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401 στόνυχα Scaliger : γ’ ὄνυχα L • 406 κἀδιακόνουν Dindorf : καὶ διηκόνουν L • 407 ἅλλοι Kirchhoff : ἄλλοι L • 410 φάρυγος Scaliger : φάρυγγος L • 412 αὐτῷ τοῦδε L. Dindorf : αὐτοῦ τῶδε L • 417 τ’ add. Barnes

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EL CÍCLOPE

uno sobre la broncínea panza del caldero, y al otro, cogiéndolo por los pies, le hizo saltar los sesos de un golpe contra el agudo extremo de una roca y, arrancándole luego las carnes con ávido cuchillo, puso a asar unos pedazos y arrojó otros al caldero para que se cocieran allí. Y yo, desdichado de mí, con los ojos arrasados de lágrimas, estaba junto al Cíclope y lo servía, mientras que los demás se ovillaban como pájaros en las grietas de las rocas, sin gota de sangre en el cuerpo. Cuando él, harto ya de la carne de mis compañeros, se dejó caer, emitiendo por la boca un aliento pesado, se me ocurrió una idea divina: llené la copa de Marón28 y le di a beber de ella, diciéndole: «¡Oh Cíclope, hijo del dios marino, mira qué brebaje divino extrae la Hélade de sus viñas, orgullo de Dioniso!» Y él, saciado de inmunda comida, lo aceptó, lo apuró de un trago y, con la mano alzada, lo elogió: «¡Queridísimo extranjero, qué buen licor me das después de tan buen festín!» Me di cuenta de que aquello le gustaba y le serví otra copa, pensando que el vino le haría daño y le haría pagar por lo que había hecho. Y entonces él rompió a cantar, y yo, sirviéndole una copa tras otra, le iba caldeando las entrañas con la bebida. Cantaba sin gracia ni arte junto a mis compañeros de travesía, que gemían, y el antro resonaba. Salí luego en silencio, decidido a salvarme y a salvarte a ti, si lo deseas. Vamos, decidme si queréis o no queréis huir de este salvaje

28

Ver nota 16.

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ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο.

ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ.

φεύγειν ἄμεικτον ἄνδρα καὶ τὰ Βακχίου ναίειν μέλαθρα Ναΐδων νυμφῶν μέτα. ὁ μὲν γὰρ ἔνδον σὸς πατὴρ τάδ’ ᾔνεσεν· ἀλλ’ ἀσθενὴς γὰρ κἀποκερδαίνων ποτοῦ ὥσπερ πρὸς ἰξῷ τῇ κύλικι λελημμένος πτέρυγας ἀλύει· σὺ δέ (νεανίας γὰρ εἶ) σώθητι μετ’ ἐμοῦ καὶ τὸν ἀρχαῖον φίλον Διόνυσον ἀνάλαβ’, οὐ Κύκλωπι προσφερῆ. ὦ φίλτατ’, εἰ γὰρ τήνδ’ ἴδοιμεν ἡμέραν Κύκλωπος ἐκφυγόντες ἀνόσιον κάρα. ὡς διὰ μακροῦ γε τὸν φίλον σίφωνά μοι χηρεύομεν τόνδ’ οὐκ ἔχοντα καταφυγήν. ἄκουε δή νυν ἣν ἔχω τιμωρίαν θηρὸς πανούργου σῆς τε δουλείας φυγήν. λέγ’, ὡς ’Ασιάδος οὐκ ἂν ἥδιον ψόφον κιθάρας κλύοιμεν ἢ Κύκλωπ’ ὀλωλότα. ἐπὶ κῶμον ἕρπειν πρὸς κασιγνήτους θέλει Κύκλωπας ἡσθεὶς τῷδε Βακχίου ποτῷ. ξυνῆκ’· ἔρημον ξυλλαβὼν δρυμοῖσί νιν σφάξαι μενοινᾷς ἢ πετρῶν ὦσαι κάτω. οὐδὲν τοιοῦτον· δόλιος ἡ ’πιθυμία. πῶς δαί; σοφόν τοί σ’ ὄντ’ ἀκούομεν πάλαι. κώμου μὲν αὐτὸν τοῦδ’ ἀπαλλάξαι, λέγων ὡς οὐ Κύκλωψι πῶμα χρὴ δοῦναι τόδε, μόνον δ’ ἔχοντα βίοτον ἡδέως ἄγειν. ὅταν δ’ ὑπνώσσῃ Βακχίου νικώμενος, ἀκρεμὼν ἐλαίας ἔστιν ἐν δόμοισί τις, ὃν φασγάνῳ τῷδ’ ἐξαποξύνας ἄκρον

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430 Ναΐδων Casaubon : Δαναίδων L • 439 σίφωνα suspectum : τὸν φίλον σίφωνά μοι (uel δὴ) Hermann • 440 τόνδ’ οὐκ ἔχοντα καταφυγήν Hermann: τόνδ’ οὐκ ἔχομεν καταφαγεῖν L : τὸν δ’ οὐκ ἔχομεν κατ’ αὖ φαγεῖν Nauck • 447 δρυμοῖσί νιν Tyrwhitt : ῥυθμοῖσί νιν L : ῥυθμῷ τινι Dobree • 448 κάτω] κάτα apogr. Par. • 449 ἡ ’πιθυμίαξ ἡ προθυμία Musgrave

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EL CÍCLOPE

e ir a vivir a casa de Baco en compañía de las Náyades29. Tu padre, que está dentro, lo aprueba, pero es débil y quiere disfrutar de la bebida; pegado a la copa como el ave en la liga, agita las alas en vano. Pero tú, puesto que eres joven, escápate conmigo y ve al encuentro de tu viejo amigo Dioniso, que en nada se parece al Cíclope. CORIFEO. ¡Ojalá, queridísimo, podamos ver el día en que huyamos del impío Cíclope! ¡Hace ya tanto tiempo que tenemos viudo y sin escape a nuestro querido sifón30! ODISEO. Escúchame lo que he tramado para castigar a esa bestia malvada y liberarte de tu esclavitud. CORIFEO. Habla, que ni sonido de la cítara asiática nos resultaría más grato que oír la muerte del Cíclope. ODISEO. Como la bebida de Baco lo ha puesto muy alegre, quiere ir a divertirse con sus hermanos los Cíclopes. CORIFEO. Ya entiendo. Piensas sorprenderlo cuando vaya solo por el bosque y degollarlo o arrojarlo peñas abajo. ODISEO. De eso nada. Mi proyecto se funda en el engaño. CORIFEO. ¿De qué modo? Hace tiempo que hemos oído hablar de tu astucia. ODISEO. Haré que desista de esa fiesta, diciéndole que no debe dar esa bebida a los demás Cíclopes, sino guardarla para él solo y darse la gran vida con ella. Y en el momento en que se adormile, derrotado por Baco, hay en la cueva una rama de olivo cuya punta aguzaré con esta espada: la pondré al fuego y, cuando vea que está

29 Las Náyades son Ninfas de las fuentes, los ríos y los lagos, y forman parte, junto con los Sátiros, del séquito de Dioniso. 30 Alusión al falo de los Sátiros, viudo de contacto carnal femenino.

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ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ. Χ Ο. ΟΔ.

ἐς πῦρ καθήσω· κᾆθ’ ὅταν κεκαυμένον ἴδω νιν, ἄρας θερμὸν ἐς μέσην βαλῶ Κύκλωπος ὄψιν ὄμμα τ’ ἐκτήξω πυρί. ναυπηγίαν δ’ ὡσεί τις ἁρμόζων ἀνὴρ διπλοῖν χαλινοῖν τρύπανον κωπηλατεῖ, οὕτω κυκλώσω δαλὸν ἐν φαεσφόρῳ Κύκλωπος ὄψει καὶ συναυανῶ κόρας. ἰοὺ ἰού· γέγηθα μαινόμεσθα τοῖς εὑρήμασιν. κἄπειτα καὶ σὲ καὶ φίλους γέροντά τε νεὼς μελαίνης κοῖλον ἐμβήσας σκάφος διπλαῖσι κώπαις τῆσδ’ ἀποστελῶ χθονός. ἔστ’ οὖν ὅπως ἂν ὥσπερ ἐκ σπονδῆς θεοῦ κἀγὼ λαβοίμην τοῦ τυφλοῦντος ὄμματα δαλοῦ; φόνου γὰρ τοῦδε κοινωνεῖν θέλω. δεῖ γοῦν· μέγας γὰρ δαλός, οὗ ξυλληπτέον. ὡς κἂν ἁμαξῶν ἑκατὸν ἀραίμην βάρος, εἰ τοῦ Κύκλωπος τοῦ κακῶς ὀλουμένου ὀφθαλμὸν ὥσπερ σφηκιὰν ἐκθύψομεν. σιγᾶτέ νυν· δόλον γὰρ ἐξεπίστασαι· χὤταν κελεύω, τοῖσιν ἀρχιτέκτοσιν πείθεσθ’. ἐγὼ γὰρ ἄνδρας ἀπολιπὼν φίλους τοὺς ἔνδον ὄντας οὐ μόνος σωθήσομαι. καίτοι φύγοιμ’ ἂν κἀκβέβηκ’ ἄντρου μυχῶν· ἀλλ’ οὐ δίκαιον ἀπολιπόντ’ ἐμοὺς φίλους ξὺν οἷσπερ ἦλθον δεῦρο σωθῆναι μόνον.

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458-459 βαλῶ... ὄμμα τ’ Pierson : βαλὼν... ὄμματ’ L • 462 κυκλώσω] κυκλήσω Musgrave • 469 ὥσπερ ἐκ σπονδῆς] ὡσπερεὶ σπονδῆς uel ὥσπερ ἐν σπονδαῖς Reiske • 472 οὗ Reiske : ὃν L • 473 ἀραίμην Matthiae : ἀροίμην L • 475 ἐκθύψομεν Hertlein : ἐκθρύψομεν L

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EL CÍCLOPE

ya al rojo vivo, la alzaré todavía ardiendo y se la clavaré en mitad del ojo al Cíclope, fundiéndole la vista con el fuego. Como el hombre que, para armar las piezas de una nave, hace girar el trépano con doble driza, así haré que el tizón dé vueltas en el órgano de visión del Cíclope y le secaré la pupila. CORIFEO. ¡Bien, bravo! ¡Me vuelven loco de contento tus invenciones! ODISEO. Y luego a ti, a tus amigos y al viejo os embarcaré en el cóncavo casco de mi negra nave, y con los dobles remos os conduciré lejos de esta tierra. CORIFEO. ¿Podría yo tocar, como en las libaciones en honor de los dioses, el tizón cegador? Quiero tomar parte en la matanza. ODISEO. Es preciso que lo hagas, pues el tizón es grande y tendremos que agarrarlo entre todos. CORIFEO. Sería capaz de levantar la carga de cien carros con tal de ahumar el ojo del Cíclope, ¡maldito sea!, como si fuese un nido de avispas. ODISEO. ¡Ahora, silencio! Sabes perfectamente cómo es el engaño; cuando dé la orden, obedeced al que ha tramado el plan. No quiero salvarme yo solo, dejando dentro a mis hombres, aunque podría huir y estoy ya fuera de la sinuosa caverna. Pero no es justo que me salve yo y que abandone a los amigos con los que vine aquí.

[20]

ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο.

ΚΥ.

ἄγε, τίς πρῶτος, τίς δ’ ἐπὶ πρώτῳ ταχθεὶς δαλοῦ κώπην ὀχμάσας, Κύκλωπος ἔσω βλεφάρων ὤσας λαμπρὰν ὄψιν διακναίσει; [ᾠδὴ ἔνδοθεν.] σίγα σίγα. καὶ δὴ μεθύων ἄχαριν κέλαδον μουσιζόμενος σκαιὸς ἀπῳδὸς καὶ κλαυσόμενος χωρεῖ πετρίνων ἔξω μελάθρων. φέρε νιν κώμοις παιδεύσωμεν τὸν ἀπαίδευτον· πάντως μέλλει τυφλὸς εἶναι.

485

490

μάκαρ ὅστις εὐιάζει βοτρύων φίλαισι πηγαῖς ἐπὶ κῶμον ἐκπετασθεὶς φίλον ἄνδρ’ ὑπαγκαλίζων, ἐπὶ δεμνίοισί τ’ ἄνθος χλιδανῆς ἔχων ἑταίρας μυρόχριστος λιπαρὸν βόστρυχον, αὐδᾷ δέ· θύραν τίς οἴξει μοι;

[στρ. α

παπαπαῖ· πλέως μὲν οἴνου, γάνυμαι δαιτὸς ἥβῃ, σκάφος ὁλκὰς ὣς γεμισθεὶς ποτὶ σέλμα γαστρὸς ἄκρας. ὑπάγει μ’ ὁ χόρτος εὔφρων ἐπὶ κῶμον ἦρος ὥραις ἐπὶ Κύκλωπας ἀδελφούς. φέρε μοι, ξεῖνε, φέρ’, ἀσκὸν ἔνδος μοι.

[στρ. β

496

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505

510

499 δεμνίοισί τ’ ἄνθος Meineke : δεμνίοις τε ξανθὸν L • 501 λιπαρὸν Scaliger : λιπαρὸς L • 503 παπαπαῖ Hermann : παπαπᾶ L • 507 χόρτος] φόρτος Seymour

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EL CÍCLOPE

CORIFEO. ¡Vamos! ¿Quién es el primero? ¿Quién, después del primero y en su puesto, agarrando con firmeza el tizón, lo hundirá en el ojo del Cíclope, despojándolo de la luz? [Se escucha a alguien que canta desde el interior].31 ¡Silencio, silencio! ¡Ahí tenéis a ese patán borracho, saliendo de su pétrea morada mientras entona torpemente una canción sin gracia! ¡Muy pronto llorará! ¡Ea, eduquemos al malcriado con cantos festivos! ¡No hay quien lo libre de quedarse ciego! PRIMER SEMICORO. (Estrofa 1.a) Feliz quien lanza el grito báquico bebiendo de las fuentes amables de los racimos, tumbado en medio de la fiesta, abrazando a un amigo o gozando en el lecho de los encantos de una dulce hetera, mientras, con el cabello ungido de perfumes, canta: «¿Quién me abrirá la puerta?»32 CÍCLOPE. (Estrofa 2.a) ¡Ah, reboso de vino y disfruto con el desmadre del festín, con el carguero de mi tripa repleto hasta la borda! El prado amable me reclama al cortejo primaveral junto a mis hermanos los Cíclopes. ¡Ea, extranjero, vamos, pásame el odre!

31

Acotación escénica transmitida en el texto de la obra. Así comenzaba el tipo de canción popular conocido como παρακλαυσίθυρον o «queja ante una puerta cerrada», de la que hay abundantes ejemplos en la literatura antigua. 32

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ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο.

ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ.

καλὸν ὄμμασιν δεδορκὼς καλὸς ἐκπερᾷ μελάθρων. < > φιλεῖ τις ἡμᾶς. λύχνα δ’ ἡμμέν’ ἀμμένει σὸν χρόα καὶ τέρεινα νύμφα δροσερῶν ἔσωθεν ἄντρων. στεφάνων δ’ οὐ μία χροιὰ περὶ σὸν κρᾶτα τάχ’ ἐξομιλήσει. Κύκλωψ, ἄκουσον· ὡς ἐγὼ τοῦ Βακχίου τούτου τρίβων εἴμ’, ὃν πιεῖν ἔδωκά σοι. ὁ Βάκχιος δὲ τίς; θεὸς νομίζεται; μέγιστος ἀνθρώποισιν ἐς τέρψιν βίου. ἐρυγγάνω γοῦν αὐτὸν ἡδέως ἐγώ. τοιόσδ’ ὁ δαίμων· οὐδένα βλάπτει βροτῶν. θεὸς δ’ ἐν ἀσκῷ πῶς γέγηθ’ οἴκους ἔχων; ὅπου τιθῇ τις, ἐνθάδ’ ἐστὶν εὐπετής. οὐ τοὺς θεοὺς χρὴ σῶμ’ ἔχειν ἐν δέρμασιν. τί δ’, εἴ σε τέρπει γ’; ἢ τὸ δέρμα σοι πικρόν; μισῶ τὸν ἀσκόν· τὸ δὲ ποτὸν φιλῶ τόδε. μένων νυν αὐτοῦ πῖνε κεὐθύμει, Κύκλωψ. οὐ χρή μ’ ἀδελφοῖς τοῦδε προσδοῦναι ποτοῦ; ἔχων γὰρ αὐτὸς τιμιώτερος φανῇ. διδοὺς δὲ τοῖς φίλοισι χρησιμώτερος. πυγμὰς ὁ κῶμος λοίδορόν τ’ ἔριν φιλεῖ. μεθύω μέν, ἔμπας δ’ οὔτις ἂν ψαύσειέ μου. ὦ τᾶν, πεπωκότ’ ἐν δόμοισι χρὴ μένειν. ἠλίθιος ὅστις μὴ πιὼν κῶμον φιλεῖ. ὃς δ’ ἂν μεθυσθείς γ’ ἐν δόμοις μείνῃ σοφός.

[στρ. γ

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530

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512 καλὸς Scaliger : καλὸν L • 513 lacuna in L • 514 ἡμμέν’ ἀμμένει Dindorf : ἀμμένει δαΐα L • 515 καὶ Hartung : χὠς L : γ’ ὡς Paganelli • 517 χροιὰ Barnes : χρόα L • 525 οἴκους Canter : οἴνους L • 526 τιθῇ Porson : τιθεῖ L • 535 μεθύω μὲν Reiske : μεθύωμεν L

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EL CÍCLOPE

SEGUNDO SEMICORO. (Estrofa 3.a) Mirando dulcemente, el novio hermoso sale de su morada. Alguien nos ama. Una tea encendida te aguarda, como a una tierna esposa, en la fresca caverna. Muy pronto adornarán tu cabeza guirnaldas multicolores33. ODISEO. Escúchame, Cíclope, que yo entiendo mucho de ese Baco que te he dado a beber. CÍCLOPE. Y ese Baco, ¿qué clase de dios es? ODISEO. El más poderoso que existe para alegrar la vida de los hombres. CÍCLOPE. La verdad es que yo lo eructo con placer. ODISEO. Así es esta deidad: a ningún mortal perjudica. CÍCLOPE. Y a un dios, ¿cómo puede gustarle vivir dentro de un odre? ODISEO. Se encuentra a gusto allí donde lo pongan. CÍCLOPE. Pero un dios no tendría que meter su cuerpo en un pellejo… ODISEO. ¿Qué más da si te gusta? ¿O es que el pellejo te resulta odioso? CÍCLOPE. Aborrezco el odre, pero amo lo que contiene. ODISEO. Quédate, pues, aquí. Bebe y diviértete. CÍCLOPE. ¿No debo compartir esta bebida con mis hermanos? ODISEO. Si la bebes tú solo, recibirás más honra por ello. CÍCLOPE. Pero si se la ofrezco a mis amigos, resultaré más generoso. ODISEO. La juerga trae consigo golpes, insultos, riñas. CÍCLOPE. Aunque estoy borracho, nadie se atrevería a tocarme. ODISEO. El que ha bebido, amigo, debe quedarse en casa. CÍCLOPE. ¡Necio es quien, borracho, no ama la juerga! ODISEO. ¡Sensato el que, embriagado, permanece en su casa!

33 Se compara al Cíclope con una recién casada. Pero la antorcha que preside el himeneo perforará en esta ocasión su único ojo, y las guirnaldas multicolores en su honor serán las heridas que imprimirá en su rostro la agresión de Odiseo.

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ΚΥΚΛΩΨ

ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι.

ΟΔ. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. ΚΥ. ΚΥ. Σ Ι.

τί δρῶμεν, ὦ Σιληνέ; σοὶ μένειν δοκεῖ; δοκεῖ· τί γὰρ δεῖ συμποτῶν ἄλλων, Κύκλωψ; καὶ μὴν λαχνῶδές γ’ οὖδας ἀνθηρᾶς χλόης. καὶ πρός γε θάλπος ἡλίου πίνειν καλόν. κλίθητί νύν μοι πλευρὰ θεὶς ἐπὶ χθονός. ἰδού. τί δῆτα τὸν κρατῆρ’ ὄπισθέ μου τίθης; ὡς μὴ παριών τις καταβάλῃ. ΚΥ. πίνειν μὲν οὖν κλέπτων σὺ βούλῃ· κάτθες αὐτὸν ἐς μέσον. σὺ δ’, ὦ ξέν’, εἰπὲ τοὔνομ’ ὅτι σε χρὴ καλεῖν. Οὖτιν· χάριν δὲ τίνα λαβών σ’ ἐπαινέσω; πάντων σ’ ἑταίρων ὕστερον θοινάσομαι. καλόν γε τὸ γέρας τῷ ξένῳ δίδως, Κύκλωψ. οὗτος, τί δρᾷς; τὸν οἶνον ἐκπίνεις λάθρᾳ; οὔκ, ἀλλ’ ἔμ’ οὗτος ἔκυσεν ὅτι καλὸν βλέπω. κλαύσῃ, φιλῶν τὸν οἶνον οὐ φιλοῦντά σε. ναὶ μὰ Δί’, ἐπεί μού φησ’ ἐρᾶν ὄντος καλοῦ. ἔγχει, πλέων δὲ τὸν σκύφον δίδου μόνον. πῶς οὖν κέκραται; φέρε διασκεψώμεθα. ἀπολεῖς· δὸς οὕτως. ΣΙ. ναὶ μὰ Δί’, οὐ πρὶν ἄν γέ σε στέφανον ἴδω λαβόντα γεύσωμαί τ’ ἔτι. ᾡνοχόος ἄδικος. ΣΙ.  μὰ Δί’, ἀλλ’ οἶνος γλυκύς. ἀπομακτέον δέ σοί γ’ ὅπως λήψῃ πιεῖν. ἰδού, καθαρὸν τὸ χεῖλος αἱ τρίχες τέ μου. θές νυν τὸν ἀγκῶν’ εὐρύθμως κᾆτ’ ἔκπιε, ὥσπερ μ’ ὁρᾷς πίνοντα – χὤσπερ οὐκέτι.

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541 γ’ οὖδας Porson : τοὖδας L • 546 παριών Reiske : παρών L • 551 ΣΙ. Lenting : ΟΔ. L • 560 οἱνοχόος Canter : ὦ οἰνοχόος L • οὐ add. Hermann • οἷνος Canter : ὦνος L • 561 ἀπομακτέον Cobet : ἀπομυκτέον L • 564 ουκέτι Nauck : οὐκ ἐμέ L

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EL CÍCLOPE

CÍCLOPE. ¿Qué debo hacer, Sileno? ¿Es mejor que me quede? SILENO. Sí. ¿Qué necesidad tienes de que otros beban? CÍCLOPE. La verdad es que este suelo tapizado de hierba… SILENO. Y, además, ¡es tan bueno beber al calor del sol! Túmbate, deposita tus riñones en tierra. CÍCLOPE. Ya está. ¿Por qué pones la crátera detrás de mí? SILENO. Para que nadie vaya a derramarla al pasar. CÍCLOPE. ¡Tú lo que quieres es beber a espaldas mías! Ponla en medio. Y tú, extranjero, dime el nombre con que debo llamarte. ODISEO. Me llamo Nadie. ¿Qué vas a hacer por mí que pueda agradecerte? CÍCLOPE. Pienso comerte el último de entre tus compañeros. SILENO. ¡Bonito privilegio concedes, Cíclope, a este huésped! (Bebe de la crátera, en la que al parecer están mezclados ya el agua y el vino) CÍCLOPE. ¡Eh, tú! ¿Qué haces? ¿Te estás bebiendo el vino a escondidas? SILENO. ¡No! ¡Es él, que me ha besado por lo guapo que soy! CÍCLOPE. Lamentarás amar al vino que no te ama. SILENO. ¡Sí que me quiere! Está prendado de mis gracias. CÍCLOPE. ¡Vierte y llena la copa! ¡Dámela de una vez! SILENO. ¿Cómo está hecha la mezcla? Permíteme que lo examine. CÍCLOPE. ¡Me vas a matar! ¡Dámela ya! SILENO. Sí, por Zeus, pero mientras te ciñes la corona, voy a darle otro tiento. CÍCLOPE. ¡Ah, copero bribón! SILENO. No, por Zeus, di más bien: «¡Ah, dulce vino!» Tendrás que enjuagarte la boca antes de que te sirva. CÍCLOPE. Mira, ya tengo limpios la barbilla y los labios. SILENO. Apóyate en tu codo con gracia y, después, vacía la copa, tal y como me ves hacer a mí… y no me ves34.

34

Porque ha vaciado la copa en un abrir y cerrar de ojos.

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ΚΥΚΛΩΨ

ΚΥ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ. ΟΔ. ΚΥ.

Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΚΥ. Σ Ι. ΟΔ.

ἆ ἆ, τί δράσεις; ΣΙ. ἡδέως ἠμύστισα. λαβών, ξέν’, αὐτὸς οἰνοχόος γέ μοι γενοῦ. γιγνώσκεται γοῦν ἅμπελος τἠμῇ χερί. φέρ’ ἔγχεόν νυν. ΟΔ. ἐγχέω, σίγα μόνον. χαλεπὸν τόδ’ εἶπας, ὅστις ἂν πίνῃ πολύν. ἰδού, λαβὼν ἔκπιθι καὶ μηδὲν λίπῃς· συνεκθανεῖν δὲ σπῶντα χρὴ τῷ πώματι. παπαῖ, σοφόν γε τὸ ξύλον τῆς ἀμπέλου. κἂν μὲν σπάσῃς γε δαιτὶ πρὸς πολλῇ πολύν, τέγξας ἄδιψον νηδύν, εἰς ὕπνον βαλεῖ, ἢν δ’ ἐκλίπῃς τι, ξηρανεῖ σ’ ὁ Βάκχιος. ἰοὺ ἰού· ὡς ἐξένευσα μόγις· ἄκρατος ἡ χάρις. ὁ δ’ οὐρανός μοι συμμεμειγμένος δοκεῖ τῇ γῇ φέρεσθαι, τοῦ Διός τε τὸν θρόνον λεύσσω τὸ πᾶν τε δαιμόνων ἁγνὸν σέβας. οὐκ ἂν φιλήσαιμ’· αἱ Χάριτες πειρῶσί με. ἅλις Γανυμήδην τόνδ’ ἔχων ἀναπαύσομαι κάλλιστα, νὴ τὰς Χάριτας. ἥδομαι δέ πως τοῖς παιδικοῖσι μᾶλλον ἢ τοῖς θήλεσιν. ἐγὼ γὰρ ὁ Διός εἰμι Γανυμήδης, Κύκλωψ; ναὶ μὰ Δί’, ὃν ἁρπάζω γ’ ἐγὼ ’κ τοῦ Δαρδάνου. ἀπόλωλα, παῖδες· σχέτλια πείσομαι κακά. μέμφῃ τὸν ἐραστὴν κἀντρυφᾷς πεπωκότα; οἴμοι· πικρότατον οἶνον ὄψομαι τάχα. ἄγε δή, Διονύσου παῖδες, εὐγενῆ τέκνα, ἔνδον μὲν ἁνήρ· τῷ δ’ ὕπνῳ παρειμένος τάχ’ ἐξ ἀναιδοῦς φάρυγος ὠθήσει κρέα.

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566 μοι Dobree : μου L • 571 σπῶντα Casaubon : σιγῶντα L • 573 σπάσῃς Dobree : σπάσῃ L • 574 βαλεῖ Musgrave : βαλεῖς L • 592 φάρυγος Barnes : φάρυγγος L

[24]

EL CÍCLOPE

CÍCLOPE. ¡Eh, eh! ¿Qué haces? SILENO. Bebérmela de un trago tan a gusto. CÍCLOPE. (Le quita la copa y se la da a Odiseo) Extranjero, cógela tú y sé mi copero. ODISEO. Por lo menos la vid reconoce mi mano. CÍCLOPE. ¡Vamos, sírveme de una vez! ODISEO. Ya sirvo, pero cállate. CÍCLOPE. ¡Difícil es callarse para el que está bebido! ODISEO. Ahí tienes, tómalo, bebe y no dejes nada. Mientras haya algo dentro no hay que rendirse. CÍCLOPE. ¡Ah, qué sabia es la madera de la vid! ODISEO. Si bebes en abundancia después de una comida copiosa, empapando tu vientre ya sin sed, Baco te hará dormir; si no apuras la copa, te dejará seco. CÍCLOPE. ¡Ah, oh! ¡Qué cerca he estado de ahogarme! ¡Qué placer tan puro! Me parece que el cielo, mezclado con la tierra, da vueltas a mi alrededor, y estoy viendo el trono de Zeus y la sagrada majestad de todas las deidades. (A los Sátiros) No pienso besaros. Las Gracias tratan de seducirme. (Agarrando a Sileno) Me basta con este Ganimedes: ¡por las Gracias que pienso reposar tan ricamente con él! Y es que me gustan más los muchachitos que las mujeres. SILENO. ¿Acaso soy el Ganimedes de Zeus, Cíclope? CÍCLOPE. Sí, por Zeus, y de casa de Dárdano te rapto35. SILENO. ¡Estoy perdido, hijos! ¡Qué espantoso destino me aguarda! CÍCLOPE. ¿Te burlas y arremetes contra tu amante porque está borracho? SILENO. ¡Ay de mí! ¡Qué amarguísimo vino me espera! ODISEO. (A los Sátiros) ¡Ea, pues, hijos de Dioniso, nobles retoños! Nuestro hombre está dentro. Vencido por el sueño, pronto vomitará

35

Ganimedes era hijo del héroe epónimo troyano Tros, nieto de Dárdano.

[24]

ΚΥΚΛΩΨ

Χ Ο. ΟΔ.

Χ Ο.

δαλὸς δ’ ἔσωθεν αὐλίων ὠθεῖ καπνὸν. παρευτρέπισται, κοὐδὲν ἄλλο πλὴν πυροῦν Κύκλωπος ὄψιν· ἀλλ’ ὅπως ἀνὴρ ἔσῃ. πέτρας τὸ λῆμα κἀδάμαντος ἕξομεν. χώρει δ’ ἐς οἴκους πρίν τι τὸν πατέρα παθεῖν ἀπάλαμνον· ὥς σοι τἀνθάδ’ ἐστὶν εὐτρεπῆ. Ἥφαιστ’, ἄναξ Αἰτναῖε, γείτονος κακοῦ λαμπρὸν πυρώσας ὄμμ’ ἀπαλλάχθηθ’ ἅπαξ, σύ τ’, ὦ μελαίνης Νυκτὸς ἐκπαίδευμ’, Ὕπνε, ἄκρατος ἐλθὲ θηρὶ τῷ θεοστυγεῖ, καὶ μὴ ’πὶ καλλίστοισι Τρωϊκοῖς πόνοις αὐτόν τε ναύτας τ’ ἀπολέσητ’ Ὀδυσσέα ὑπ’ ἀνδρὸς ᾧ θεῶν οὐδὲν ἢ βροτῶν μέλει. ἢ τὴν τύχην μὲν δαίμον’ ἡγεῖσθαι χρεών, τὰ δαιμόνων δὲ τῆς τύχης ἐλάσσονα. λήψεται τὸν τράχηλον ἐντόνως ὁ καρκίνος τοῦ ξενοδαιτυμόνος· πυρὶ γὰρ τάχα φωσφόρους ὀλεῖ κόρας. ἤδη δαλὸς ἠνθρακωμένος κρύπτεται ἐς σποδιάν, δρυὸς ἄσπετον ἔρνος. ἀλλ’ ἴτω Μάρων, πρασσέτω, μαινομένου ’ξελέτω βλέφαρον Κύκλωπος, ὡς πίῃ κακῶς. κἀγὼ τὸν φιλοκισσοφόρον Βρόμιον ποθεινὸν εἰσιδεῖν θέλω, Κύκλωπος λιπὼν ἐρημίαν· ἆρ’ ἐς τοσόνδ’ ἀφίξομαι;

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593 ὠθεῖ] τύφει Schenkl : πνέων Diggle Kovacs : ὠθεῖ καπνόν intra lineolas posuit Biehl • 594 κοὐδὲν Kirchhoff : δ’ οὐδὲν L • 598 ἀπάλαμνον Canter : ἀπαλλαγμὸν L • 610 ξενοδαιτυμόνος Hermann : ξένων δαιτυμόνος L • 617 μαινομένου ’ξελέτω Hermann : μαινόμενος ἐξελέτω L

[25]

EL CÍCLOPE

jirones de carne por su gaznate impúdico. En la cueva el tizón está humeando. No falta ya más que quemar el ojo del Cíclope. (Al Corifeo) ¡Pórtate como un hombre! CORIFEO. De roca y acero está hecha nuestra resolución. Pero entra tú en la casa, antes de que mi padre padezca un tratamiento deplorable, que aquí todo lo tienes preparado. ODISEO. ¡Hefesto, señor del Etna36, quema el brillante ojo de tu perverso vecino y líbrate de él de una vez! ¡Y tú, Sueño, vástago de la negra Noche, descarga tu poder sobre esta bestia, odiada por los dioses! ¡Y, tras de los gloriosos trabajos de Troya, no hagáis que Odiseo y sus marineros perezcan a manos de un hombre a quien nada le importan dioses ni mortales! De lo contrario, habrá que tener por divina a la Suerte y a los seres divinos por inferiores a ella. CORO. La tenaza agarrará con fuerza el cuello del devorador de huéspedes. Pronto arrasará el fuego su resplandeciente pupila. Ya el candente tizón se oculta entre las brasas, retoño gigantesco de un árbol. ¡Adelante, Marón37, manos a la obra, arranca el párpado del enloquecido Cíclope! ¡Que la bebida sea su ruina! En cuanto a mí, quiero volver a ver al que ama las guirnaldas de hiedra, al añorado Bromio, y abandonar estas soledades del Cíclope. ¿Llegaré a conseguirlo?

36 El dios herrero por antonomasia tenía sus fraguas en el fondo de los volcanes, de los que el Etna era prototípico. 37 Hijo de Evantes y nieto de Dioniso, personifica el vino.

[25]

ΚΥΚΛΩΨ

ΟΔ.

σιγᾶτε πρὸς θεῶν, θῆρες, ἡσυχάζετε, συνθέντες ἄρθρα στόματος· οὐδὲ πνεῖν ἐῶ, οὐ σκαρδαμύσσειν οὐδὲ χρέμπτεσθαί τινα, ὡς μὴ ’ξεγερθῇ τὸ κακόν, ἔστ’ ἂν ὄμματος ὄψις Κύκλωπος ἐξαμιλληθῇ πυρί. Χ Ο. σιγῶμεν ἐγκάψαντες αἰθέρα γνάθοις. ΟΔ. ἄγε νυν ὅπως ἅψεσθε τοῦ δαλοῦ χεροῖν ἔσω μολόντες· διάπυρος δ’ ἐστὶν καλῶς. Χ Ο. οὔκουν σὺ τάξεις οὕστινας πρώτους χρεὼν καυτὸν μοχλὸν λαβόντας ἐκκάειν τὸ φῶς Κύκλωπος, ὡς ἂν τῆς τύχης κοινώμεθα; ΧΟ. Α ἡμεῖς μέν ἐσμεν μακροτέρω πρὸ τῶν θυρῶν ἑστῶτες ὠθεῖν ἐς τὸν ὀφθαλμὸν τὸ πῦρ. ΧΟ. Β ἡμεῖς δὲ χωλοί γ’ ἀρτίως γεγενήμεθα. ΧΟ. Α ταὐτὸν πεπόνθατ’ ἆρ’ ἐμοί· τοὺς γὰρ πόδας ἑστῶτες ἐσπάσθημεν οὐκ οἶδ’ ἐξ ὅτου. ΟΔ. ἑστῶτες ἐσπάσθητε; ΧΟ. Α καὶ τά γ’ ὄμματα μέστ’ ἐστὶν ἡμῖν κόνεος ἢ τέφρας ποθέν. ΟΔ. ἄνδρες πονηροὶ κοὐδὲν οἵδε σύμμαχοι. Χ Ο. ὁτιὴ τὸ νῶτον τὴν ῥάχιν τ’ οἰκτίρομεν καὶ τοὺς ὀδόντας ἐκβαλεῖν οὐ βούλομαι τυπτόμενος, αὕτη γίγνεται πονηρία; ἀλλ’ οἶδ’ ἐπῳδὴν Ὀρφέως ἀγαθὴν πάνυ, ὡς αὐτόματον τὸν δαλὸν ἐς τὸ κρανίον στείχονθ’ ὑφάπτειν τὸν μονῶπα παῖδα γῆς.

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633 καυτὸν Scaliger : καὶ τὸν L • 635 μακροτέρω Matthiae : μακρότεροι L : μακροτέραν Cobet : μακρότερον Musgrave Biehl • 641 μέστ’ ἐστὶν Scaliger : μέτεστιν L • ἡμῖν Barnes : ἡμῶν L • κόνεος Musgrave : κόνεως L

[26]

EL CÍCLOPE

ODISEO. ¡Silencio, bestias, por los dioses! ¡Estaos quietos, con los labios cerrados! Os prohíbo respirar, parpadear y escupir, no vaya a ser que el monstruoso Cíclope se despierte antes de que su vista sea destruida por el fuego. CORIFEO. Permanezcamos en silencio, reteniendo hasta el aire en nuestras bocas. ODISEO. ¡Vamos, entrad y empuñad con ambas manos el tizón, que está en su punto de candencia! CORIFEO. ¿No vas a disponer tú quiénes han de ser los primeros que, estaca ardiente en mano, abrasen el ojo del Cíclope, tomando parte en esta empresa? PRIMER SEMICORO. Nosotros, los de delante de la puerta, estamos demasiado lejos como para introducir fuego en su ojo. SEGUNDO SEMICORO. Y nosotros acabamos de quedarnos cojos. PRIMER SEMICORO. Lo mismo nos ha pasado a nosotros: nos ha dado un calambre de tanto estar de pie. ODISEO. ¿Os ha dado un calambre de estar de pie? SEGUNDO SEMICORO. Y además tenemos los ojos llenos de polvo o de ceniza venidos de quién sabe dónde. ODISEO. ¡Vaya socios cobardes que tengo! ¡No servís para nada! CORIFEO. Compadecernos de nuestro espinazo y no querer que nos saquen los dientes a golpes, ¿es eso cobardía? Pero conozco un hechizo muy bueno de Orfeo38 para que el tizón penetre por sí solo en el cráneo de ese tuerto, hijo de la Tierra, y lo abrase.

38 Poeta y cantor por excelencia de la mitología griega, también era famoso como mago (aquí, por mover seres inanimados con su canto).

[26]

ΚΥΚΛΩΨ

ΟΔ.

Χ Ο.

πάλαι μὲν ᾔδη σ’ ὄντα τοιοῦτον φύσει, νῦν δ’ οἶδ’ ἄμεινον. τοῖσι δ’ οἰκείοις φίλοις χρῆσθαί μ’ ἀνάγκη. χειρὶ δ’ εἰ μηδὲν σθένεις, ἀλλ’ οὖν ἐπεγκέλευέ γ’, ὡς εὐψυχίαν φίλων κελευσμοῖς τοῖσι σοῖς κτησώμεθα. δράσω τάδ’· ἐν τῷ Καρὶ κινδυνεύσομεν. κελευσμάτων δ’ ἕκατι τυφέσθω Κύκλωψ. ἰὼ ἰώ· γενναιότατ’ ὠθεῖτε σπεύδετ’, ἐκκαίετε τὰν ὀφρὺν θηρὸς τοῦ ξενοδαίτα. τύφετ’ ὦ, καίετ’ ὦ τὸν Αἴτνας μηλονόμον. τόρνευ’, ἕλκε, μή σ’ ἐξοδυνηθεὶς δράσῃ τι μάταιον.

ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ.

Χ Ο. Χ Ο. Χ Ο.

ὤμοι, κατηνθρακώμεθ’ ὀφθαλμοῦ σέλας. καλός γ’ ὁ παιάν· μέλπε μοι τόνδ’, ὦ Κύκλωψ. ὤμοι μάλ’, ὡς ὑβρίσμεθ’, ὡς ὀλώλαμεν. ἀλλ’ οὔτι μὴ φύγητε τῆσδ’ ἔξω πέτρας χαίροντες, οὐδὲν ὄντες· ἐν πύλαισι γὰρ σταθεὶς φάραγγος τάσδ’ ἐναρμόσω χέρας. τί χρῆμ’ ἀυτεῖς, ὦ Κύκλωψ; ΚΥ. ἀπωλόμην. αἰσχρός γε φαίνῃ. ΚΥ. κἀπὶ τοῖσδέ γ’ ἄθλιος. μεθύων κατέπεσες ἐς μέσους τοὺς ἄνθρακας;

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665

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649 ᾔδη Heath : ἤδειν L • 657 τὰν Hermann : τὴν L • 659 τύφετ’ ὦ, καίετ’ ὦ Musgrave : τυφέτω καιέτω L • 660 Αἴτνας edd. : ἔτνας L • 664 ὦ] αὖ Markland • 668 τάσδ’] τῆσδ’ Nauck : ταῖσδ’ Kirchhoff • 672 ἀπώλεσ’ Matthiae : ἀπώλεσεν L • σ’ add. Battierus

[27]

EL CÍCLOPE

ODISEO. Hace ya tiempo que sabía de tu naturaleza, pero ahora lo sé mejor. Forzoso es que recurra a mis propios amigos. Pero, si tu brazo carece de fuerza, por lo menos infúndenos ánimos, para que no decaiga nuestro coraje. CORIFEO. Así lo haré. Que sea el cario el que corra peligro por nosotros39. ¡Y que nuestras palabras de aliento sean capaces de abrasar al Cíclope! CORO. ¡Ea, vamos, empujad con valor, deprisa! ¡Quemad la ceja de la bestia devoradora de huéspedes! ¡Ahumad, incinerad al pastor del Etna! ¡Gira y aprieta, no vaya a ser que, en su dolor, se revuelva contra ti! CÍCLOPE. ¡Ay de mí! ¡Carbonizado tengo el brillo de mi ojo! CORIFEO. ¡Hermoso es el peán40! ¡Cántamelo otra vez, Cíclope! CÍCLOPE. ¡Ay, ay, qué violencia me han hecho, cómo perezco! ¡Pero no lograréis salir sanos y salvos de este antro, vil escoria! Me pondré en el umbral de la caverna y taponaré la entrada con mis manos. CORIFEO. ¿A qué vienen esos gritos, Cíclope? CÍCLOPE. ¡Estoy destruido! CORIFEO. ¡Qué feo estás! CÍCLOPE. Además de desdichado. CORIFEO. ¿Te caíste borracho en medio de las brasas?

39 Frase proverbial. Los carios habitaban Caria, en Asia Menor, y solían ser reclutados como mercenarios. En este caso, «el cario» es Odiseo, que pone su vida en peligro ante la renuencia cobarde de los Sátiros a participar en la empresa. 40 Himno de triunfo en honor de Apolo. Aquí se utiliza en sentido irónico, pues refleja la derrota del Cíclope.

[27]

ΚΥΚΛΩΨ

ΚΥ. ΚΥ. ΚΥ. ΚΥ. ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ. Χ Ο. Χ Ο.

ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ. ΚΥ. Χ Ο. ΚΥ.

Οὖτίς μ’ ἀπώλεσ’. ΧΟ. οὐκ ἄρ’ οὐδείς ἠδίκει. Οὖτίς με τυφλοῖ βλέφαρον. ΧΟ. οὐκ ἄρ’ εἶ τυφλός. ὡς δὴ σύ. ΧΟ. καὶ πῶς σ’ οὔτις ἂν θείη τυφλόν; σκώπτεις. ὁ δ’ Οὖτις ποῦ ’στιν; ΧΟ. οὐδαμοῦ, Κύκλωψ. ὁ ξένος ἵν’ ὀρθῶς ἐκμάθῃς μ’ ἀπώλεσεν, ὁ μιαρός, ὅς μοι δοὺς τὸ πῶμα κατέκλυσεν. δεινὸς γὰρ οἶνος καὶ παλαίεσθαι βαρύς. πρὸς θεῶν, πεφεύγασ’ ἢ μένουσ’ ἔσω δόμων; οὗτοι σιωπῇ τὴν πέτραν ἐπήλυγα λαβόντες ἑστήκασι. ΚΥ. ποτέρας τῆς χερός; ἐν δεξιᾷ σου. ΚΥ. ποῦ; ΧΟ. πρὸς αὐτῇ τῇ πέτρᾳ. ἔχεις; ΚΥ. κακόν γε πρὸς κακῷ· τὸ κρανίον παίσας κατέαγα. ΧΟ. καί σε διαφεύγουσί γε. οὐ τῇδ’, ἐπεὶ τῇδ’ εἶπας; οὔ· ταύτῃ λέγω. πῇ γάρ; ΧΟ. περιάγου κεῖσε, πρὸς τἀριστερά. οἴμοι γελῶμαι· κερτομεῖτέ μ’ ἐν κακοῖς. ἀλλ’ οὐκέτ’, ἀλλὰ πρόσθεν οὗτός ἐστι σοῦ. ὦ παγκάκιστε, ποῦ ποτ’ εἶ; ΟΔ. τηλοῦ σέθεν φυλακαῖσι φρουρῶ σῶμ’ Ὀδυσσέως τόδε.

674 σ’ οὔτις Canter : σύ· τίς L • 677 κατέκλυσεν Canter : κατέκαυσε L περιάγου κεῖσε Nauck : περιάγουσί σε L • 690 σῶμ’ Canter : δῶμ’ L

[28]

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686

EL CÍCLOPE

CÍCLOPE. Nadie41 me ha destruido. CORIFEO. Entonces nadie te ha hecho daño. CÍCLOPE. Nadie me ha dejado ciego. CORIFEO. Entonces no estás ciego. CÍCLOPE. ¡Así lo estuvieras tú! CORIFEO. ¿Cómo vas a estar ciego si nadie te ha cegado? CÍCLOPE. ¡Te burlas de mí! ¿Dónde está Nadie? CORIFEO. En ninguna parte, Cíclope. CÍCLOPE. Fue el extranjero, entérate bien, quien me perdió, ¡maldito sea!, al darme la bebida que me hizo naufragar. CORIFEO. Temible es el vino: no hay quien pueda vencerlo. CÍCLOPE. ¡Por los dioses! ¿Han huido o siguen dentro de la cueva? CORIFEO. Ahí están, en silencio, refugiados entre las rocas. CÍCLOPE. ¿A qué mano? CORIFEO. A tu derecha. CÍCLOPE. ¿Dónde? CORIFEO. Junto a la misma roca. ¿Los tienes? CÍCLOPE. (Se golpea contra la roca) ¡Desgracia tras desgracia! ¡Del golpe se me ha roto la cabeza! CORIFEO. Y, además, se te escapan. CÍCLOPE. ¿Por aquí? ¿Es por aquí por donde decías? CORIFEO. No. Dije que por allí. CÍCLOPE. ¿Por dónde? CORIFEO. Da la vuelta. Por allí, a tu izquierda. CÍCLOPE. ¡Ay, que os reís de mí! ¡Os burláis de mis males! CORIFEO. No, ya no. Ahora él está delante de ti. CÍCLOPE. ¡Ah, malvadísimo! ¿Dónde estás? ODISEO. Lejos de ti, y con el cuerpo de Odiseo a buen recaudo.

41

Odiseo le dijo al Cíclope que se llamaba así en el verso 549.

[28]

ΚΥΚΛΩΨ

ΚΥ. ΟΔ.

ΚΥ.

ΟΔ. ΚΥ.

Χ Ο.

πῶς εἶπας; ὄνομα μεταβαλὼν καινὸν λέγεις. ὅπερ γ’ ὁ φύσας ὠνόμαζ’ Ὀδυσσέα, δώσειν δ’ ἔμελλες ἀνοσίου δαιτὸς δίκας· κακῶς γὰρ ἂν Τροίαν γε διεπυρωσάμην εἰ μή σ’ ἑταίρων φόνον ἐτιμωρησάμην. αἰαῖ· παλαιὸς χρησμὸς ἐκπεραίνεται· τυφλὴν γὰρ ὄψιν ἐκ σέθεν σχήσειν μ’ ἔφη Τροίας ἀφορμηθέντος. ἀλλὰ καὶ σέ τοι δίκας ὑφέξειν ἀντὶ τῶνδ’ ἐθέσπισεν, πολὺν θαλάσσῃ χρόνον ἐναιωρούμενον. κλαίειν σ’ ἄνωγα· καὶ δέδραχ’ ὅπερ λέγω. ἐγὼ δ’ ἐπ’ ἀκτὰς εἶμι καὶ νεὼς σκάφος ἥσω ’πὶ πόντον Σικελὸν ἔς τ’ ἐμὴν πάτραν. οὐ δῆτ’, ἐπεί σε τῆσδ’ ἀπορρήξας πέτρας αὐτοῖσι συνναύταισι συντρίψω βαλών. ἄνω δ’ ἐπ’ ὄχθον εἶμι, καίπερ ὢν τυφλός, δι’ ἀμφιτρῆτος τῆσδε προσβαίνων ποδί. ἡμεῖς δὲ συνναῦταί γε τοῦδ’ Ὀδυσσέως ὄντες τὸ λοιπὸν Βακχίῳ δουλεύσομεν.

692 γ’] μ’ Nauck Kirchhoff



705 συνναύταισι Barnes : σὺν ναύταισι L

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695

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707 ποδί] πέτρας

EL CÍCLOPE

CÍCLOPE. ¿Cómo dices? ¿Cambias de nombre y te atribuyes uno nuevo? ODISEO. El que me puso el padre que me engendró: Odiseo. Tenías que pagar por tu sacrílego banquete. ¿De qué me serviría haber incendiado Troya si no fuese capaz de vengar la muerte de mis compañeros? CÍCLOPE. ¡Ay, ay! ¡Se ha cumplido el antiguo oráculo! Decía que sería cegado por tu mano cuando regresaras de Troya. Pero también predijo que, en castigo por ello, serías zarandeado durante mucho tiempo por las olas del mar. ODISEO. ¡Te toca a ti llorar! Yo ya he cumplido con lo mío. Ahora me voy a la playa, para impulsar el casco de mi nave hacia el mar de Sicilia y poner proa a mi patria. CÍCLOPE. De ningún modo lo conseguirás, porque, arrancando esta roca, la arrojaré y te aplastaré a ti y a toda tu tripulación. Aunque esté ciego, subiré a lo alto del acantilado, avanzando a través de esta cueva de doble acceso. CORIFEO. Nosotros acompañaremos a Odiseo en su travesía y, de hoy en adelante, solo serviremos a Baco.

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PHOENISSAE

INTRODUCCIÓN Las Fenicias es, junto con El Cíclope (si aceptamos la cronología tardía de este drama satírico) una pieza crepuscular de Eurípides, pues se representaría probablemente en 407, aunque la fecha de su composición y de su estreno variaría entre 411 y 407 a. C.1 Si tenemos en cuenta que su autor murió en la primavera de 406, colegiremos que compuso esta nueva versión del conflicto tebano entre Eteocles y Polinices pocos años, o quizá solo un año, antes de su muerte. La fecha de 407 para su estreno tiene a favor que ese año fue el de la rentrée triunfal de Alcibíades en Atenas, y se ha venido reconociendo a Alcibíades en el Polinices de Las Fenicias, lo mismo que se hizo en su momento con Arístides y Anfiarao en Los Siete contra Tebas de Esquilo: dos hombres, Arístides y Alcibíades, que representan de modo inmejorable a las dos generaciones históricas contemporáneas de ambas tragedias. Eurípides habría expresado el sentir arrepentido de Atenas ante la sentencia de destierro impartida contra el más dañino y, a la vez, el más seductor de los atenienses. Cuando Polinices, tomando por testigos a los dioses y a su patria del indigno ultraje a que le han sometido, exclama: «Y si algo malo te sucede, ciudad, no será por mi culpa, sino por la de este [Eteocles], pues a mi pesar vine, y a mi pesar me expulsan de la patria», Eurípides estaría pensando en excusar y rehabilitar a Alcibíades. Podría ser así. La historia del sitio de Tebas por Polinices y sus aliados del Peloponeso formaba parte ya de la tradición épica antigua. Junto con el 1 Si hemos de creer al escoliasta al verso 53 de Las ranas de Aristófanes, que afirma que fue posterior a Andrómeda, obra hoy perdida que se representó en 412, el mismo año que Helena.

[XXXIX]

INTRODUCCIÓN

asedio de Troya, es la batalla culminante de la edad heroica. Hubo dos cantares de gesta que trataban de la leyenda tebana: la Edipodia y la Tebaida, ambos perdidos. El lírico del siglo VI a. C. Estesícoro de Hímera, trató de la disputa entre los hijos de Edipo en su poema Erifile, del que se conservan fragmentos importantes en dos papiros de Lille, concretamente el 73 y el 76 a, b, c; Erifile es hija de Tálao, rey de Argos, hermana de Adrasto y esposa del adivino Anfiarao, a quien obligó a ir a Tebas con los Siete aunque sabía que iba a morir allí. En 467 a. C. estrenó Esquilo su tragedia Los Siete contra Tebas, y hacia 440 Sófocles hizo lo propio con su Antígona, las dos dramatizaciones más importantes del conflicto desarrollado en Las Fenicias. La Materia de Tebas fue una cantera inagotable para las letras de la Antigüedad (y no solo de la Antigüedad y en el ámbito de la literatura clásica, porque sobrevivió con fuerza en las letras del Medievo occidental: recuérdese el popularísimo Roman de Thèbes, a guisa de ejemplo). Hemos aludido ya a Los Siete contra Tebas de Esquilo y a la Antígona de Sófocles, pero, además, hay que referirse a otras dos piezas sofocleas, Edipo Rey y Edipo en Colono, que dibujan un argumento parcialmente idéntico a alguno de los subtemas de Las Fenicias. Esta tragedia euripidea constituye, sin duda, el drama tebano más completo, pues es el que abarca más episodios de la leyenda de Edipo y el que da juego a más personajes, dándose cita en sus 1766 versos —se trata de la tragedia más extensa de las conservadas, si exceptuamos el Edipo en Colono de Sófocles, que tiene unos pocos versos más— ni más ni menos que el hijo de Layo, su madre y esposa Yocasta, sus hijos Eteocles, Polinices y Antígona, su cuñado Creonte, el hijo de este, Meneceo, y Tiresias, el profeta ciego. En Las Fenicias se cuenta por última vez en la historia de la tragedia clásica el mito trágico por excelencia —y acaso el más importante y el de más trascendencia posterior de todos los gestados en la antigua Grecia—: el mito de Edipo. Se trata de una especie de balance final de la Materia Tebana, narrando toda la leyenda, toda la historia, pero deteniéndose en la antesala del episodio místico de Colono, [XL]

INTRODUCCIÓN

finalizando la acción con el injusto destierro del viejo vencedor de la Esfinge. En el ínterin, aletea una idea central, derivada de la sofística —con la que Eurípides tiene tantos puntos de contacto en tanto que «intelectual» y creador de un teatro crítico (si no paródico) con el discurso de la propia tragedia—: nada puede librar a la polis, o sea, a la vida en comunidad, de las asechanzas derivadas de la ambición personal o de la pugna familiar, y es lícito recurrir a cualquier cosa, incluso al más inhumano de los sacrificios, para salvar a la ciudad de la ruina total. Aunque Eurípides forjara personalmente en Las Fenicias una tragedia repleta de incidentes y abarcadora de toda la saga edípica, se sabe que fue aumentada a partir del siglo IV a. C. por los eruditos alejandrinos, produciéndose un cierto número de interpolaciones, mayor o menor según el punto de vista de unos u otros estudiosos, razón por la cual hay que prestar la debida atención a este hecho desde el punto de vista ecdótico. Los dos frutos del matrimonio incestuoso entre Edipo y Yocasta se disputan el trono de Tebas: Eteocles ha privado del mismo a Polinices, que viene, con ayuda de un ejército argivo, a reivindicar sus derechos. La discordia, la lucha y la muerte de ambos hermanos es el tema que aborda Eurípides en Las Fenicias, el mismo de Los Siete contra Tebas de Esquilo, pero con un espíritu muy diferente. Eurípides nunca habría podido jactarse, como hace Esquilo en Las ranas de Aristófanes, de haber creado una tragedia «repleta de Ares», cuyos espectadores salían del teatro «excitados por la furia de los combates». Ese aliento guerrero le falta a Eurípides. Él no había combatido en las Guerras Médicas como Esquilo, ni se dirigía a la generación de los vencedores en Maratón. Los lamentos del coro esquileo acerca de los peligros y horrores de la guerra y las enumeraciones homéricas de combatientes se le antojaban demasiado aburridas y monótonas para el gusto imperante en Atenas a finales del siglo V a. C. Su personaje Eteocles va incluso a criticar esos extremos. Eurípides transforma la vieja tragedia épica y lírica del sitio de Tebas en un drama moderno, extraordinariamente atento a la realidad histórica de la Hélade en el momento en que se compone la obra, con más de veinte años de [XLI]

INTRODUCCIÓN

Guerra del Peloponeso asolando el territorio griego. Lo hace dando a la acción más movimiento y variedad, e introduciendo el episodio del sacrificio voluntario de Meneceo. La misma distancia entre uno y otro dramaturgo se da en el desarrollo de la segunda parte o, más bien, del segundo tema de la tragedia: el duelo y la muerte de los dos hermanos. Aquí, como en el resto de su producción dramática, Eurípides no admite más fatalidad que la pasión como móvil de los actos humanos. En Esquilo, es la maldición dirigida al linaje de Layo por Edipo lo que empuja a los hermanos a matarse entre sí. En Eurípides, en cambio, es el fuego de la ambición y de la venganza lo que origina el enfrentamiento. Y no es que la leyenda arcaica y fundacional de los labdácidas esté ausente de Las Fenicias, sino que se ha convertido en un brillante motivo poético impuesto por el tema de la tragedia y no constituye el alma de ésta. Según la fúnebre religión que está en la base de la inspiración y de la fe de Esquilo, Edipo deja de vivir, pero su maldición o imprecación, Ara, lo sobrevive: vuelve de los infiernos, adquiere forma corporal y se aparece a Eteocles. Es ella quien arma su brazo contra Polinices, del mismo modo que es el Ara de Agamenón quien arma el brazo de Orestes contra Clitemestra, su madre. En Eurípides, Edipo aún está en el reino de los vivos, y su maldición ha perdido el misterioso poder de engendrar fatalmente el fratricidio. El propio Edipo la pone en cuestión y llega a calificarla de acto «insensato» al que ha sido ajena por completo su voluntad. Por la misma razón, Yocasta no es aquí víctima del Destino. Aquí continúa viva después de haberse descubierto que se casó con el parricida Edipo, su propio hijo. El odioso incesto es mencionado de pasada y se lo deja a propósito en la sombra. El poeta se guarda de mostrarnos a Yocasta en presencia de Edipo: Yocasta no es más que la madre amantísima de Eteocles y de Polinices. El drama religioso, que tanto interfiere en la heroica Tebaida de Esquilo, se ha convertido en un drama puramente humano, en un drama doméstico que Eurípides hubiese podido llamar La Thébaïde ou Les frères ennemis (1664) como Racine, o incluso Polinice (1781), como Alfieri. [XLII]

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La acción de Las Fenicias parece, en efecto, centrarse en Polinices. Eteocles, por mucho que su nombre encierre desde el punto de vista etimológico la «gloria permanente», es aquí (al contrario que en los más antiguos desarrollos de la saga tebana, que hacen hincapié en el carácter pendenciero de Polinices, el «de las muchas querellas») quien ha incumplido las normas legales y morales, cegado por la ambición y el deseo de conservar el poder en Tebas, caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Es sobre Polinices sobre quien recae buena parte del interés de la tragedia. A él van dirigidas todas las muestras de afecto de su madre: desde que fue desterrado de Tebas, Yocasta se rapó su blanca cabellera y empezó a llevar vestidos de duelo. Ya en el prólogo, largo y frío relato de las desdichas que afligen al linaje de Layo, se ve cómo el pensamiento de Yocasta gira en torno al hijo desterrado. Le ha enviado un mensajero para exhortarlo a que mantenga una entrevista con su hermano, y él va a acudir a la misma. Cuando Antígona, acompañada de un viejo esclavo de su casa (el Pedagogo), sale tímidamente de su cuarto en el gineceo y sube a las terrazas del palacio para que le muestren a los caudillos del ejército argivo que acampa al pie de las murallas de Tebas, es a Polinices a quien busca con la mirada. Y cuando lo ve sobresalir entre todos con sus armas doradas resplandeciendo al sol, quisiera reunirse con él a través de los aires, «a la manera de una nube que vuela». Polinices entra en Tebas. Llega inquieto, desafiante, con la espada en la mano, temiendo una trampa. La visión de su madre lo tranquiliza. Yocasta lo estrecha entre sus brazos, expresando su alegría materna con caricias y tiernas palabras. Es en esta escena donde el poeta expresa con penetrante elocuencia el amor a la patria, los dolores y amarguras del destierro, la felicidad que supone el regreso al país natal. El caso es que el personaje de Polinices despierta nuestro más vivo interés. Tiene conciencia de su crimen de lesa patria, ruega a su madre que interceda para reconciliarlo con Eteocles —dos hermanos de sangre deberían apreciarse mutuamente—. En la admirable escena que comparte con su rival, este se muestra hosco e implacable en su ambición de man[XLIII]

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tenerse en el trono de Tebas («si hay que violar la justicia, está muy bien hacerlo en aras del Poder», vv. 524-525), mientras que Polinices, aunque venido en armas contra su país y contra su hermano, conserva numerosos rasgos de humanidad. En vano Yocasta les dirige sus súplicas (cuya elocuencia está perjudicada por una extraña sofística, impropia de una madre desesperada), pues los hermanos se separan más enemigos que antes para encontrarse más tarde en el campo de batalla. En la primera oda coral, el Coro de mujeres fenicias se considera a sí mismo como piadoso observador del culto a los dioses y, especialmente, del consagrado a Apolo en Delfos. Pese a la cruda situación desarrollada en la escena en que ambos hermanos intercambian parlamentos, las mujeres del Coro insisten en los orígenes divinos de Tebas: fue fundada por orden de Apolo y es la patria de Dioniso. Contra lo que Yocasta dijo en el prólogo, se cuenta aquí una historia diferente: la de una Tebas bendecida por los dioses desde sus orígenes, con la historia del dragón muerto por Cadmo, cuyos dientes sembró este en la tierra a petición de la diosa Atenea, dando origen a la nobleza que rige ciudad, esos σπαρτοί o «sembrados» que son el timbre de gloria de la ciudad. El Coro invoca a Épafo, a Perséfone, a Deméter (en su encarnación de madre Tierra), para que acudan en defensa de la gloriosa urbe de Tebas, que solo conseguirá salvarse cuando los malditos hijos de Edipo ya no estén en el mundo. Las mujeres fenicias toman, así, la responsabilidad de cantar la parte buena de la herencia tebana, y así lo harán a lo largo de sus intervenciones corales, oponiendo la nobleza de la ciudad al horror introducido en ella por Edipo al dar muerte a su padre y casarse con su madre, dando cumplimiento al funesto oráculo. Eteocles discute y prepara las disposiciones oportunas con Creonte. La abnegación de Meneceo (un «sembrado» de pura cepa que se autoinmola en sacrificio a Ares y a la Tierra para salvar a su ciudad) asegura el éxito militar de los tebanos. Llegan, por fin, dos mensajeros a informarnos, en sendos y dramáticos relatos, suspendidos y retomados con mucha habilidad retórica, de los [XLIV]

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sucesivos episodios y de no pocas y emocionantes peripecias. Vemos, primero, a los caudillos argivos y los emblemas de sus escudos, la batalla, el asalto repelido por los defensores, la victoria tebana. Luego, los preliminares del combate entre los dos hermanos: sus partidarios los preparan para la lucha, los animan y los dejan solos, para que libren su singular combate. Yocasta acude con Antígona para separarlos, pero ya es demasiado tarde. El segundo mensajero nos informa de cuándo se dio la señal de ataque, del furor de la mutua embestida, de las primeras heridas, de las lanzas rotas, del duelo a espada, escudo contra escudo, de cómo Eteocles hirió mortalmente a Polinices, quien, a su vez, dio muerte a aquel, cuando se le acercó para despojar de las armas a su hermano, a quien creía muerto. Yocasta llega enloquecida, pero solo consigue recibir el adiós definitivo de sus dos hijos. Eteocles lo hace dirigiendo a su madre una última y tierna mirada, nublada por el llanto. Polinices muere sin odio, lamentando incluso la suerte de su hermano, pidiendo que lo dejen reposar para siempre en su tierra natal. Y Yocasta se suicida, desesperada: cae muerta «entre sus queridísimos hijos, rodeándolos con sus brazos». Se diría que la tragedia ha concluido. Pero he aquí que Eurípides la prolonga renovando los efectos de patetismo que son la marca de la casa. Antígona aparece en medio de los tres cadáveres y llama a Edipo, que vive encerrado en el palacio y sale, como un fantasma, de su oscuro retiro, para participar en los lamentos fúnebres de su hija. El Edipo de Eurípides no tiene la augusta y serena majestad del de Sófocles. Se parecería más bien al rey Lear diciendo a Cordelia: «No soy más que un pobre viejo chocho.» La escena presenta un espectáculo singularmente dramático cuando el viejo ciego busca a tientas los cadáveres de Yocasta y de sus dos hijos y, haciendo que Antígona guíe su mano, toca llorando sus helados rostros. Creonte, convertido en rey, lo expulsa de Tebas, al mismo tiempo que prohíbe a Antígona dar sepultura a Polinices. Aquí Las Fenicias palidecen especialmente ante la Antígona de Sófocles. Eurípides ha sido atrevido y hasta imprudente, a la hora de competir, en una escena paralela, con seme[XLV]

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jante obra maestra. Pero, más allá de las comparaciones, lo que en Sófocles significaba puro espíritu griego en su cenit, en Eurípides ha viajado hacia un nadir en el que todo se pone en cuestión. Lo que nos fascina en esa escena de Antígona es su capacidad de vencer el tiempo, de instalarse en las vitrinas de la permanencia. La modernidad de Eurípides, su adscripción al pensamiento sofístico, relativiza cuanto describe, sean pulsos morales o sentimientos. De cualquier forma, ya sabíamos desde antiguo que con Pericles —y Sófocles es su trasunto en las letras griegas— se producen al mismo tiempo dos sucesos contradictorios: la cultura griega llega a su punto de máximo esplendor y se inicia, de forma irreversible, su decadencia. Eurípides es una de las claves de ese proceso. Las Fenicias termina, como Orestes y como Ifigenia entre los Tauros, con un deseo de victoria formulado por el Coro, compuesto por esas mujeres fenicias venidas de Tiro, la cuna del linaje cadmeo, que están de paso por Tebas camino de Delfos. Estas mujeres asiáticas que dan, no se sabe muy bien por qué, nombre a la tragedia son tan ajenas a los acontecimientos que se desarrollan en ella como a los sentimientos que expresa el poeta. Por ahí se distinguen Las Fenicias de Los Siete contra Tebas, en la que el Coro está compuesto por tebanos, directamente implicados, por lo tanto, en cuanto sucede a su alrededor. Pero la «extrañeza» de esas mujeres es tan solo aparente, pues lo que busca Eurípides dando a esas mujeres orientales la categoría de testigos principales de cuanto pasa en Tebas es avisar de hasta qué punto Grecia se encuentra, en el momento del estreno de la pieza, en un momento de descomposición similar al que contempló, en el pasado mítico, la pugna entre Eteocles y Polinices y el desenlace de la leyenda edípica. Obsérvese que son mujeres y extranjeras esas fenicias que componen el Coro, lo que duplica su marginación, pues tanto en su condición de mujeres como en la de extranjeras están excluidas de la polis, y, sin embargo, representan aquí, vulnerando toda norma en aras del pensamiento sofístico y «moderno» de Eurípides, la conciencia profunda de esa misma polis y, a la vez, la [XLVI]

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constatación de un fracaso histórico que está conduciendo, de forma irreversible, a la descomposición de la Hélade. Eurípides compone Las Fenicias al cabo de más de veinte años de Guerra del Peloponeso, una cruel e interminable contienda civil entre hermanos. No nos extrañe, por lo tanto, que Tiresias hable de un país enfermo, ni que Eteocles pierda el carácter de héroe ejemplar que tenía en Esquilo para convertirse en una mera criatura ambiciosa y ebria de poder. Yocasta se suicida sobre los cadáveres de sus dos hijos, simbolizando la imposibilidad de concertar las dos ideologías enfrentadas en la Grecia de la época: democracia y oligarquía. Pocas obras aúnan en su interior la capacidad de recapitular del modo más completo posible sobre un mito nuclear del helenismo como el de Edipo y la dependencia e interconexión casi literales respecto de los acontecimientos históricos que están teniendo lugar ahí fuera, mientras Eurípides redacta la tragedia. Don Antonio Machado decía que la poesía era «palabra en el tiempo». Quizá estaba pensando en Las Fenicias.

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SINOPSIS DE LAS FENICIAS Prólogo (1-201), a cargo de Yocasta (1-87) y del Pedagogo y Antígona (88-201). Párodo (202-260), a cargo del Coro de Mujeres Fenicias. Episodio 1.o (261-637), a cargo de Polinices, Yocasta y Eteocles. Polinices entra en la ciudad, amparado por una tregua. Yocasta trata de inducirlo a la reconciliación. Aparece Eteocles. Yocasta tercia entre ambos, sin resultados positivos. Agón de enfrentamiento entre los hermanos. Estásimo 1.o (638-696). El Coro evoca la leyenda de la fundación de Tebas. Episodio 2.o (697-783), a cargo de Eteocles y su tío Creonte. Estásimo 2.o (784-833). El Coro evoca la ferocidad de Ares, comparándola con la alegría que emana de Dioniso-Bromio. Se refiere también a las pasadas glorias de Tebas, hoy amenazada por los argivos. Episodio 3.o (834-1018), a cargo de Tiresias, Creonte y Meneceo. El adivino profetiza que la salvación de Tebas depende del sacrificio de Meneceo. Creonte se niega. Meneceo, a espaldas de su padre, decide autoinmolarse. Estásimo 3.o (1019-1066). El Coro alaba la decisión de Meneceo y lamenta el destino del linaje de Edipo. Episodio 4.o (1967-1283), a cargo del Primer Mensajero y de Yocasta, apareciendo Antígona al final del episodio. El Mensajero informa a Yocasta del desarrollo de la batalla y del combate singular que va a enfrentar a sus dos hijos. [XLIX]

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Estásimo 4.o (1284-1307). El Coro manifiesta su estremecido lamento ante la inminente catástrofe. Éxodo (1308-1766), a cargo de Creonte, el Segundo Mensajero, Antígona y Edipo. Es el éxodo más largo de toda la producción conservada de Eurípides. Muchos de los versos proceden de addenda e interpolaciones posteriores. Se distinguen en él tres escenas: Creonte ante el cadáver de su hijo Meneceo; el relato de la muerte de Eteocles, Polinices y Yocasta en labios del Segundo Mensajero, y el diálogo entre Antígona, Creonte y Edipo con que finaliza la tragedia.

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[LX]

SIGLA B M V A L P

Parisinus 2713 Marcianus 471 Vaticanus 909 Parisinus 2712 Laurentianus XXXII, 2 Laurentianus conv. soppr. 172

[LXI]

saec. X-XI saec. XI c. 1250-1280 c. 1300 1300-1320 1320-1325

ΥΠΟΘΕΣΙΣ ΦΟΙΝΙΣΣΩΝ Ἐτεοκλῆς παραλαβὼν τὴν Θηβῶν βασιλέιαν ἀποστερεῖ τοῦ μέρους τὸν ἀδελφὸν Πολυνείκην· φυγὰς δὲ εἰς Ἄργος ἐκεῖνος παραγενόμενος ἔγημε τὴν θυγατέρα τοῦ βασιλέως Ἀδράστου, κατελθεῖν εἰς τὴν πατρίδα φιλοτιμούμενος. καὶ πείσας τὸν πενθερὸν συνήθροισεν ἀξιόχρεων στρατὸν ἐπὶ Θήβας κατὰ τοῦ ἀδελφοῦ. Ἡ δὲ μήτηρ Ἰοκάστη ἔπεισεν αὐτὸν ὑπόσπονδον εἰσελθεῖν εἰς τὴν πόλιν καὶ διαλεχθῆναι πρότερον πρὸς τὸν ἀδελφὸν περὶ τῆς ἀρχῆς· δεινοπροσωπήσαντος δὲ ὑπὲρ τῆς τυραννίδος τοῦ Ἐτεοκλέους ἡ μὲν Ἰοκάστη συναγαγεῖν τὰ τέκνα εἰς φιλίαν οὐκ ἠδύνατο, Πολυνείκης δὲ ὡς πρὸς πολέμιον λοιπὸν παραταξόμενος ἀνεχώρησε τῆς πόλεως. ἔχρησε δὲ ὁ Τειρέσιας νίκην ἔσεσθαι τοῖς Θηβαίοις, ἐὰν ὁ παῖς Κρέοντος Μενοικεὺς σφάγιον Ἄρει γένηται. ὁ μὲν οὖν Κρέων ἠρνήσατο ἐπιδοῦναι τῇ πόλει τὸν παῖδα, ὁ δὲ νεανίσκος ἐβουλεύετο καίπερ τοῦ πατρὸς αὐτῷ φυγὴν μετὰ χρημάτων διδόντος ἑαυτὸν ἀποσφάξαι. καὶ δὴ καὶ ἔπραξε· Θηβαῖοι δὲ τοὺς ἡγεμόνας τῶν Ἀργείων ἔσφαξαν. Ἐτεοκλῆς δὲ καὶ Πολυνείκης μονομαχήσαντες ἀνεῖλον ἀλλήλους. ἡ μὲν οὖν μήτηρ αὐτῶν εὑροῦσα νεκροὺς τοὺς υἱοῦς ἔσφαξεν ἑαυτήν, ὁ δὲ ταύτης ἀδελφὸς Κρέων παρέλαβε τὴν βασιλείαν. οἱ δὲ Ἀργεῖοι νικηθέντες τῆς μάχης ἀνεχώρησαν. Κρέων δὲ δυσχερῶς φέρων τοὺς μὲν ὑπὸ τῇ Καδμείᾳ τῶν πολεμίων πεσόντας οὐκ ἔδωκεν εἰς ταφήν, Πολυνείκην δὲ ἀκήδευτον ἔρριψεν, Οἰδίπουν δὲ φυγάδα τῆς πατρῷας ἀπέπεμψεν, ἐφ᾿ ὧν μὲν οὐ φυλάξας τὸν ἀνθρώπινον νόμον, ἐφ᾿ ὧν δὲ τὴν ὀργὴν λογοποιήσας οὐδὲ παρὰ τὴν δυστυχίαν ἐλεήσας.

[31]

ARGUMENTO DE LAS FENICIAS Eteocles, después de obtener la corona de Tebas, priva de su parte a su hermano Polinices. Este, huyendo, se presentó en Argos y se casó con la hija del rey Adrasto, ambicionando regresar a su patria. Después de convencer a su suegro, reunió un considerable ejército y marchó sobre Tebas, contra su hermano. Su madre, Yocasta, lo convenció para que, protegido por un salvoconducto, entrase en la ciudad y discutiera con su hermano acerca del poder. Al mostrar Eteocles la peor de las actitudes en defensa de su tiranía, Yocasta no fue capaz de reconciliar a sus hijos, y Polinices salió de la ciudad dispuesto a volver a ella en línea de combate, como enemigo. Tiresias profetizó que la victoria sería para los tebanos con una condición: que Meneceo, el hijo de Creonte, fuese sacrificado a Ares. Entonces Creonte se negó a entregar a su hijo a la ciudad, pero el joven, por más que su padre le ofrecía la posibilidad de huir con dinero, tomó la decisión de sacrificarse. Y así lo hizo. Los tebanos degollaron a los caudillos de los argivos. Eteocles y Polinices se dieron muerte mutuamente en combate personal. Entonces su madre, al encontrar los cadáveres de sus hijos, se degolló, y su hermano Creonte obtuvo la corona. Los derrotados argivos se retiraron de la batalla. Pero Creonte, furioso contra los enemigos caídos al pie de la muralla cadmea, no los entregó para que fuesen enterrados, mantuvo sin honras fúnebres a Polinices y desterró a Edipo de su patria, sin observar en un caso las leyes humanas y, en el otro, dejándose llevar por la cólera y compadeciéndose ante el infortunio.

[31]

ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Περιπαθεὶς ἄγαν αἱ Φοίνισσαι τῇ τραγῳδίᾳ. ἀπώλετο γὰρ ὁ Κρέοντος υἱὸς ἀπὸ τοῦ τείχους ὑπὲρ τῆς πόλεως ἀποθανών, ἀπέθανον δὲ καὶ οἱ δύο ἀδελφοὶ ὑπ᾿ ἀλλήλων, καὶ Ἰοκάστη ἡ μήτηρ ανεῖλεν ἑαυτὴν ἐπὶ τοῖς παισί, καὶ οἱ ἐπὶ Θήβας στρατευσάμενοι Ἀργεῖοι ἀπώλοντο, καὶ ἄταφος Πολυνείκης πρόκειται, καὶ ὁ Οἰδίπους τῆς πατρίδος ἐκβάλλεται καὶ σὺν αὐτῷ ἡ θυγάτηρ Ἀντιγόνη. ἔστι δὲ τὸ δρᾶμα καὶ πολυπρώσοπον καὶ γνωμῶν μεστὸν πολλῶν τε καὶ καλῶν. Τὸ δρᾶμα ἐστι μὲν ταῖς σκηνικαῖς ὄψεσι καλόν, ἐπεὶ καὶ παραπληρωματικόν. ἥ τε ἀπὸ τῶν τειχέων Ἀντιγόνη θεωροῦσα μέρος οὐκ ἔστι δράματος, καὶ ὑπόσπονδος Πολυνείκης οὐδενὸς ἕνεκα παραγίνεται, ὅ τε ἐπὶ πᾶσι μετ’ ᾠδῆς ἀδολέσχου φυγαδευόμενος Οἰδίπους προσέρραπται διὰ κενῆς.

[32]

LAS FENICIAS

Las Fenicias resultan muy emocionantes por su carácter trágico. El hijo de Creonte se suicida en aras de su ciudad, arrojándose desde lo alto de la muralla, los dos hermanos se dan muerte el uno al otro, y Yocasta se quita la vida por sus hijos; y mueren los argivos que habían emprendido la expedición contra Tebas, Polinices yace insepulto y Edipo es expulsado de su patria, acompañado de su hija Antígona. El drama tiene muchos personajes y está lleno de muchas y hermosas razones. El drama es hermoso por sus vistas escénicas, pero con demasiados añadidos. La escena en que Antígona está mirando desde lo alto de la muralla no forma parte del drama, la tregua de Polinices no viene a cuento y la última escena, con Edipo partiendo hacia el destierro y cantando como un charlatán, carece de sentido.

[32]

ΧΡΗΣΜΟΣ Λάιε Λαβδακίδη, παίδων γένος ὄλβιον αἰτεῖς· τέξεις μὲν φίλον υἱόν, ἀτὰρ τόδε σοι μόρος ἔσται, παιδὸς ἑοῦ χείρεσσι λιπεῖν βίον· ὣς γὰρ ἔνευσε Ζεὺς Κρονίδης Πέλοπος στυγεραῖς ἀραῖσι πιθήσας, οὗ φίλον ἥρπασας υἱόν· ὁ δ᾿ ηὔξατο σοὶ τάδε πάντα.

[33]

ORÁCULO Labdácida Layo, una estirpe feliz de hijos pides. Engendrarás un hijo, pero tu destino no será otro que perder la vida a manos de ese hijo: así lo decidió Zeus Crónida, y lo condujeron a ello las terribles maldiciones de Pélope, cuyo hijo raptaste. Él fue quien formuló contra ti todas esas imprecaciones.

[33]

ΤΟ ΤΗΣ ΣΦΙΓΓΟΣ ΑΙΝΙΓΜΑ Ἔστι δίπουν ἐπὶ γῆς καὶ τετράπον, οὗ μία φωνή, καὶ τρίπον· ἀλλάσσει δὲ φυὴν μόνον, ὅσσ᾿ ἐπὶ γαῖαν ἑρπετὰ γίνονται ἀνὰ τ’ αἰθέρα καὶ κατὰ πόντον. ἀλλ᾿ ὁπόταν πλεόνεσσιν ἐρειδόμενον ποσὶ βαίνῃ, ἔνθα μένος γυίοισιν ἀφαυρότερον πέλει αὐτοῦ.

[34]

EL ENIGMA DE LA ESFINGE Hay sobre la tierra una criatura con dos pies y con cuatro pies, con una sola voz y con tres pies. De cuantos seres vivos existen en la tierra, en el aire o en el mar, es el único que cambia de naturaleza. Pero cuando camina apoyado en más pies, es cuando resulta más débil la fuerza de sus piernas.

[34]

ΛΥΣΙΣ ΤΟΥ ΑΙΝΙΓΜΑΤΟΣ Κλῦθι καὶ οὐκ ἐθέλουσα, κακόπτερε μοῦσα θανόντων, φωνῆς ἡμετέρης, σὸν τέλος ἀμπλακίης· ἄνθρωπον κατέλεξας, ὃς ἡνίκα γαῖαν ἐφέρπει πρῶτον ἔφυ τετράπους νήπιος ἐκ λαγόνων, γηραλέος δὲ πέλων τρίτατον πόδα βάκτρον ἐρείδει αὐχένα φορτίζων γήραϊ καμπτόμενος. Λάιος ἀπὸ Θηβῶν παραγενόμενος κατὰ τὴν ὁδὸν ἐθεάσατο Χρύσιππον τὸν υἱὸν τοῦ Πέλοπος. τούτου ἐρασθεὶς ἠξίου αὐτὸν παραγενέσθαι εἰς Θήβας σὺν αὐτῷ. τοῦ δὲ μὴ τοῦτο ποιῆσαι βουληθέντος ἥρπασεν ὁ Λάιος λάθρα τοῦ ἑαυτοῦ πατρός. ἐπὶ πολὺ δὲ αὐτοῦ θρηνοῦντος διὰ τὴν τοῦ παιδὸς ἀπώλειαν ὕστερον ἔμαθε καὶ μαθὼν κατηράσατο τῷ αὐτὸν ἀνελόντι μὴ παιδοποιῆσαι, εἰ δὲ τοῦτο γένηται, ὑπὸ τοῦ τικτομένου ἀναιρεθῆναι.

[35]

SOLUCIÓN DEL ENIGMA Oh tú, musa de torpes alas de los muertos, escucha, aunque no quieras, nuestra voz, término de tus extravíos: al hombre te referiste, que, recién nacido del vientre de su madre, se arrastra a cuatro patas por el suelo y, cuando es anciano, se apoya en un tercer pie, que es su bastón, encorvando el cuello bajo el peso de la edad. Layo, que venía de Tebas, tropezó por el camino con Crisipo, hijo de Pélope, se enamoró de él y quiso llevárselo consigo a Tebas. Como el joven se negase a seguirlo, Layo lo raptó, a escondidas de su padre. Después de lamentarse mucho por la pérdida de su hijo, Pélope se enteró de lo ocurrido y lanzó sobre el raptor la maldición de que no tuviera ningún hijo o de que, si lo tenía, fuese asesinado por su vástago.

[35]

ΑΡΙΣΤΟΦΑΝΟΥΣ ΓΡΑΜΜΑΤΙΚΟΥ ΥΠΟΘΕΣΙΣ Ἐπιστρατεία Πολυνείκους μετὰ τῶν Ἀργείων ἐπὶ Θήβας καὶ ἀπώλεια τῶν ἀδελφῶν Πολυνείκους καὶ Ἐτεοκλέους καὶ θάνατος Ἰοκάστης. ἡ μυθοποιία κεῖται παρ᾿ Αἰσχύλῳ ἐν Ἑπτὰ ἐπὶ Θήβας πλὴν τῆς Ἰοκάστης. †... ἐπὶ Ναυσικράτους ἄρχοντος ... δεύτερος Εὐριπίδης ... καθῆκε διδασκαλίαν περὶ τούτου. καὶ γὰρ ταῦτα ὁ Οἰνόμαος καὶ Χρύσιππος καὶ ... σώζεται†. ὁ χορὸς συνέστηκεν ἐκ Φοινισσῶν γυναικῶν. προλογίζει δὲ Ἰοκάστη.

[36]

ARGUMENTO DEL GRAMÁTICO ARISTÓFANES Expedición de Polinices con los argivos contra Tebas y perdición de los hermanos Polinices y Eteocles y muerte de Yocasta. El mito está en Esquilo, en Los Siete contra Tebas, salvo lo de Yocasta… siendo arconte Nausícrates… Eurípides fue segundo… dejó una pieza dramática sobre el tema. Y en relación con esto también están Enómao y Crisipo y… se conserva. El coro está compuesto por mujeres fenicias. Yocasta es quien recita el prólogo.

[36]

ΤΑ ΤΟΥ ΔΡΑΜΑΤΟΣ ΠΡΟΣΩΠΑ ΙΟΚΑΣΤΗ ΠΑΙΔΑΓΩΓΟΣ ΑΝΤΙΓΟΝΗ ΧΟΡΟΣ ΕΚ ΦΟΙΝΙΣΣΩΝ ΠΟΛΥΝΕΙΚΗΣ ΕΤΕΟΚΛΗΣ ΚΡΕΩΝ ΤΕΙΡΕΣΙΑΣ ΜΕΝΟΙΚΕΥΣ ΑΓΓΕΛΟΣ Α ΑΓΓΕΛΟΣ Β ΟΙΔΙΠΟΥΣ

[37]

PERSONAJES DEL DRAMA YOCASTA PEDAGOGO de Antígona ANTÍGONA CORO de mujeres fenicias POLINICES ETEOCLES CREONTE TIRESIAS MENECEO PRIMER MENSAJERO SEGUNDO MENSAJERO EDIPO

[37]

ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ ΙΟΚΑΣΤΗ

[Ὦ τὴν ἐν ἄστροις οὐρανοῦ τέμνων ὁδὸν καὶ χρυσοκολλήτοισιν ἐμβεβὼς δίφροις,] Ἥλιε, θοαῖς ἵπποισιν εἱλίσσων φλόγα, ὡς δυστυχῆ Θήβαισι τῇ τόθ’ ἡμέρᾳ ἀκτῖν’ ἐφῆκας, Κάδμος ἡνίκ’ ἦλθε γῆν τήνδ’, ἐκλιπὼν Φοίνισσαν ἐναλίαν χθόνα· ὃς παῖδα γήμας Κύπριδος Ἁρμονίαν ποτὲ Πολύδωρον ἐξέφυσε, τοῦ δὲ Λάβδακον φῦναι λέγουσιν, ἐκ δὲ τοῦδε Λάιον. ἐγὼ δὲ παῖς μὲν κλῄζομαι Μενοικέως, [Κρέων τ’ ἀδελφὸς μητρὸς ἐκ μιᾶς ἔφυ,] καλοῦσι δ’ Ἰοκάστην με· τοῦτο γὰρ πατὴρ ἔθετο. γαμεῖ δὲ Λάιός μ’· ἐπεὶ δ’ ἄπαις ἦν χρόνια λέκτρα τἄμ’ ἔχων ἐν δώμασιν, ἐλθὼν ἐρωτᾷ Φοῖβον ἐξαιτεῖ θ’ ἅμα παίδων ἐς οἴκους ἀρσένων κοινωνίαν. ὁ δ’ εἶπεν· Ὦ Θήβαισιν εὐίπποις ἄναξ, μὴ σπεῖρε τέκνων ἄλοκα δαιμόνων βίᾳ· εἰ γὰρ τεκνώσεις παῖδ’, ἀποκτενεῖ σ’ ὁ φύς, καὶ πᾶς σὸς οἶκος βήσεται δι’ αἵματος. ὁ δ’ ἡδονῇ ’νδοὺς ἔς τε βακχείαν πεσὼν

1-2 om. Papyri, del. Haslam



11 del. Paley

[38]



5

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20

21 ’νδοὺς Markland : δοὺς codd.

LAS FENICIAS YOCASTA. [¡Oh tú, que entre los astros del cielo trazas tu camino, montado en un carro de planchas de oro,] Helio, que paseas tu fuego con rápidos caballos! ¡Qué infortunado rayo lanzaste sobre Tebas aquel día en que Cadmo llegó a este país, dejando atrás la tierra litoral de Fenicia! Él, que luego de desposar a la hija de Cipris, Harmonía, engendró en ella a Polidoro, de quien dicen que nació Lábdaco, y de este, Layo. En cuanto a mí, me llaman hija de Meneceo, [y Creonte es mi hermano, nacido de la misma madre,] y mi nombre es Yocasta1: mi padre me lo puso. Layo me desposó, y como no tenía hijos a pesar de que hacía tiempo que compartía lecho conmigo en palacio, fue a preguntar a Febo y, a la vez, a pedirle que hubiese hijos varones en nuestra morada. El dios le dijo: «¡Oh tú, rey de Tebas de hermosos caballos, no siembres de hijos el surco contra la voluntad de los dioses, pues si engendras un hijo, el que nazca te matará, y toda tu casa nadará en sangre!» Pero él, cediendo al placer y cayendo en la embriaguez, engendró en mí un hijo y, después de haberlo engen-

1

En Homero es llamada Epicasta, cf. Odisea XI 271.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ἔσπειρεν ἡμῖν παῖδα, καὶ σπείρας †βρέφος†, γνοὺς τἀμπλάκημα τοῦ θεοῦ τε τὴν φάτιν, λειμῶν’ ἐς Ἥρας καὶ Κιθαιρῶνος λέπας δίδωσι βουκόλοισιν ἐκθεῖναι βρέφος, σφυρῶν σιδηρᾶ κέντρα διαπείρας μέσων· ὅθεν νιν Ἑλλὰς ὠνόμαζεν Οἰδίπουν. Πολύβου δέ νιν λαβόντες ἱπποβουκόλοι φέρουσ’ ἐς οἴκους ἔς τε δεσποίνης χέρας ἔθηκαν. ἡ δὲ τὸν ἐμὸν ὠδίνων πόνον μαστοῖς ὑφεῖτο καὶ πόσιν πείθει τεκεῖν. ἤδη δὲ πυρσαῖς γένυσιν ἐξανδρούμενος παῖς οὑμὸς ἢ γνοὺς ἤ τινος μαθὼν πάρα ἔστειχε τοὺς φύσαντας ἐκμαθεῖν θέλων πρὸς δῶμα Φοίβου, Λάιός θ’ οὑμὸς πόσις τὸν ἐκτεθέντα παῖδα μαστεύων μαθεῖν εἰ μηκέτ’ εἴη, καὶ ξυνάπτετον πόδα ἐς ταὐτὸν ἄμφω Φωκίδος σχιστῆς ὁδοῦ. καί νιν κελεύει Λαΐου τροχηλάτης· Ὦ ξένε, τυράννοις ἐκποδὼν μεθίστασο. ὁ δ’ εἷρπ᾽ ἄναυδος, μέγα φρονῶν· πῶλοι δέ νιν χηλαῖς τένοντας ἐξεφοίνισσον ποδῶν. ὅθεν (τί τἀκτὸς τῶν κακῶν με δεῖ λέγειν;) παῖς πατέρα καίνει καὶ λαβὼν ὀχήματα Πολύβῳ τροφεῖ δίδωσιν. ὡς δ’ ἐπεζάρει Σφὶγξ ἁρπαγαῖσι πόλιν ἐμός τ’ οὐκ ἦν πόσις, Κρέων ἀδελφὸς τἀμὰ κηρύσσει λέχη, ὅστις σοφῆς αἴνιγμα παρθένου μάθοι, τούτῳ ξυνάψειν λέκτρα. τυγχάνει δέ πως μούσας ἐμὸς παῖς Οἰδίπους Σφιγγὸς μαθών, [ὅθεν τύραννος τῆσδε γῆς καθίσταται] καὶ σκῆπτρ’ ἔπαθλα τῆσδε λαμβάνει χθονός,

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22 [βρέφος] om. Escorialensis X. I. 13, cf. 25 : βρέφος codd. : γόνον Wecklein : τάλας Hartung : πατὴρ Herwerden • 31 τεκεῖν] τρέφειν Nagel • 51 del. Valckenaer

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LAS FENICIAS

drado, reconoció su falta y, acordándose del oráculo del dios, entregó el niño a unos pastores para que lo expusieran en el prado de Hera, junto al rocoso Citerón, luego de haberle atravesado los tobillos con agujas de hierro: de ahí que la Hélade lo conozca por el nombre de Edipo2. Pero unos pastores de caballos del rey Pólibo lo recogieron, lo llevaron a palacio y lo pusieron en manos de su señora, quien acercó a sus pechos el fruto de mis entrañas y convenció a su esposo de que lo había parido ella. Cuando se hizo mayor y florecieron sus mejillas, mi hijo, bien por haberse enterado por sí mismo o porque alguien se lo contó, se encaminó a la morada de Febo para saber quiénes eran sus padres, allí donde también se dirigía Layo, mi esposo, queriendo averiguar si su hijo expósito continuaba con vida. Y ambos coincidieron en un cruce de caminos de la Fócide, y entonces el auriga de Layo le ordenó: «¡Apártate, extranjero, y cede paso a un rey!» Pero él caminaba orgulloso, en silencio, y los cascos de los caballos tiñeron de sangre los tendones de sus pies. Motivo por el cual (¿qué necesidad tengo de referir lo ajeno a nuestros males?) el hijo mató al padre y, apoderándose de su carro, se lo dio a Pólibo, su padre putativo. Pero como la Esfinge tiranizaba la ciudad con sus rapiñas y ya no vivía mi esposo, mi hermano Creonte proclamó que me casaría con quien resolviera el enigma de la virgen astuta. Y sucedió que mi hijo Edipo descifró el acertijo de la Esfinge, [razón por la cual se convirtió en soberano de este país] y recibió en recompensa el cetro de esta tierra,

2 «Pies hinchados» vendría a ser el significado de Οἰδίπους en castellano, pues procede de οἰδέω, ‘hinchar’, y de πούς, ‘pie’.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

γαμεῖ δὲ τὴν τεκοῦσαν οὐκ εἰδὼς τάλας οὐδ’ ἡ τεκοῦσα παιδὶ συγκοιμωμένη. τίκτω δὲ παῖδας παιδὶ δύο μὲν ἄρσενας, Ἐτεοκλέα κλεινήν τε Πολυνείκους βίαν, κόρας τε δισσάς· τὴν μὲν Ἱσμήνην πατὴρ ὠνόμασε, τὴν δὲ πρόσθεν Ἀντιγόνην ἐγώ. μαθὼν δὲ τἀμὰ λέκτρα μητρῴων γάμων ὁ πάντ’ ἀνατλὰς Οἰδίπους παθήματα ἐς ὄμμαθ’ αὑτοῦ δεινὸν ἐμβάλλει φόνον, χρυσηλάτοις πόρπαισιν αἱμάξας κόρας. ἐπεὶ δὲ τέκνων γένυς ἐμῶν σκιάζεται, κλῄθροις ἔκρυψαν πατέρ᾽, ἵν᾽ ἀμνήμων τύχη γένοιτο πολλῶν δεομένη σοφισμάτων. ζῶν δ᾽ ἔστ᾽ ἐν οἴκοις· πρὸς δὲ τῆς τύχης νοσῶν ἀρὰς ἀρᾶται παισὶν ἀνοσιωτάτας, θηκτῷ σιδήρῳ δῶμα διαλαχεῖν τόδε. τὼ δ᾽ ἐς φόβον πεσόντε, μὴ τελεσφόρους εὐχὰς θεοὶ κραίνωσιν οἰκούντοιν ὁμοῦ, ξυμβάντ’ ἔταξαν τὸν νεώτερον πάρος φεύγειν ἑκόντα τήνδε Πολυνείκη χθόνα, Ἐτεοκλέα δὲ σκῆπτρ’ ἔχειν μένοντα γῆς, ἐνιαυτὸν ἀλλάσσοντ’. ἐπεὶ δ’ ἐπὶ ζυγοῖς καθέζετ’ ἀρχῆς, οὐ μεθίσταται θρόνων, φυγάδα δ’ ἀπωθεῖ τῆσδε Πολυνείκη χθονός. ὁ δ’ Ἄργος ἐλθών, κῆδος Ἀδράστου λαβών, πολλὴν ἀθροίσας ἀσπίδ’ Ἀργείων ἄγει· ἐπ’ αὐτὰ δ’ ἐλθὼν ἑπτάπυλα τείχη τάδε πατρῷ’ ἀπαιτεῖ σκῆπτρα καὶ μέρη χθονός. ἐγὼ δ’ ἔριν λύουσ’ ὑπόσπονδον μολεῖν ἔπεισα παιδὶ παῖδα πρὶν ψαῦσαι δορός. ἥξειν δ’ ὁ πεμφθείς φησιν αὐτὸν ἄγγελος.

70 οἰκούντοιν Elmsley : οἰκούντων codd.

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y desposó a la que lo había parido sin saberlo, y la que lo había parido tampoco supo que compartía lecho con su hijo. Y engendré de mi hijo a dos varones, Eteocles y el noble y fuerte Polinices, y a dos hembras. A una su padre la llamó Ismene, y a la otra, que nació antes, la llamé Antígona. Pero cuando se enteró de que mi lecho era a la vez de esposa y de madre, Edipo, que había soportado todo tipo de males, sembró el exterminio en sus propios ojos, ensangrentando sus pupilas con agudos broches de oro. Y en cuanto empezó a apuntar la barba en las mejillas de mis hijos, pusieron bajo llave a su padre, para que se olvidara una desventura que exigía demasiadas explicaciones. Está vivo y en este palacio. Pero, desquiciado ante tantas desgracias, lanza contra sus hijos las más impías maldiciones: que desgarren esta casa con afilado hierro. Temiendo ambos que los dioses hicieran que se cumpliesen tales maldiciones si vivían juntos, convinieron en que el más joven, Polinices, se exiliaría voluntariamente de esta tierra y en que Eteocles se quedaría en ella, intercambiando sus respectivos papeles al cabo de un año. Pero una vez instalado en el trono, Eteocles no lo cedió y mantuvo alejado de este país al fugitivo Polinices. Llegó este a Argos y, emparentando con Adrasto, se puso al frente de un gran ejército de argivos y se presentó con él ante estas mismas murallas de siete puertas, reclamando el cetro paterno y la parte del país que le corresponde. Y yo, intentando resolver la querella, he convencido a mi hijo para que venga a ver a su hermano y pacten un acuerdo, antes de echar mano a la lanza. El mensajero que

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ἀλλ’, ὦ φαεννὰς οὐρανοῦ ναίων πτυχὰς Ζεῦ, σῶσον ἡμᾶς, δὸς δὲ σύμβασιν τέκνοις. χρῆν δ’, εἰ σοφὸς πέφυκας, οὐκ ἐᾶν βροτῶν τὸν αὐτὸν αἰεὶ δυστυχῆ καθεστάναι. ΠΑΙΔΑΓΩΓΟΣ ὦ κλεινὸν οἴκοις Ἀντιγόνη θάλος πατρί, ἐπεί σε μήτηρ παρθενῶνας ἐκλιπεῖν μεθῆκε μελάθρων ἐς διῆρες ἔσχατον στράτευμ’ ἰδεῖν Ἀργεῖον ἱκεσίαισι σαῖς, ἐπίσχες, ὡς ἂν προυξερευνήσω στίβον, μή τις πολιτῶν ἐν τρίβῳ φαντάζεται, κἀμοὶ μὲν ἔλθῃ φαῦλος ὡς δούλῳ ψόγος, σοὶ δ’ ὡς ἀνάσσῃ· πάντα δ’ ἐξειδὼς φράσω ἅ τ’ εἶδον εἰσήκουσά τ’ Ἀργείων πάρα, σπονδὰς ὅτ’ ἦλθον σῷ κασιγνήτῳ φέρων ἐνθένδ’ ἐκεῖσε δεῦρό τ’ αὖ κείνου πάρα. ἀλλ’ οὔτις ἀστῶν τοῖσδε χρίμπτεται δόμοις, κέδρου παλαιὰν κλίμακ’ ἐκπέρα ποδί· σκόπει δὲ πεδία καὶ παρ’ Ἱσμηνοῦ ῥοὰς Δίρκης τε νᾶμα πολεμίων στράτευμ’ ὅσον. ΑΝΤΙΓΟΝΗ ὄρεγέ νυν ὄρεγε γεραιὰν νέᾳ χεῖρ’ ἀπὸ κλιμάκων ποδὸς ἴχνος ἐπαντέλλων. Π Α. ἰδού, ξύναψον, παρθέν’· ἐς καιρὸν δ’ ἔβης· κινούμενον γὰρ τυγχάνει Πελασγικὸν στράτευμα, χωρίζουσι δ’ ἀλλήλων λόχους. Α Ν. ἰὼ πότνια παῖ Λατοῦς Ἑκάτα, κατάχαλκον ἅπαν πεδίον ἀστράπτει. 88-102 ΠΑΙΔΑΓΩΓΟΣ] ΘΕΡΑΠΩΝ Mastronarde

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he enviado dice que va a venir. ¡De manera que, oh Zeus, que habitas las resplandecientes profundidades del cielo, sálvanos y haz que mis hijos se reconcilien! Porque no debes consentir, siendo tan sabio, que en un mismo mortal se concentre tanta desdicha. (Sale de escena. Entran el PEDAGOGO y ANTÍGONA) PEDAGOGO. ¡Oh tú, Antígona, noble retoño de la casa de tu padre! Puesto que tu madre, a petición tuya, te ha permitido abandonar las habitaciones de las vírgenes y subir a la parte superior del palacio para ver el ejército argivo, espera un momento, para que yo examine el camino, no vaya a ser que se aparezca por él algún ciudadano y nos ganemos un vil reproche, yo como esclavo y tú como princesa. Te contaré, pues lo sé muy bien, cuanto vi y oí de los argivos cuando fui a llevar una propuesta de tregua a tu hermano desde aquí hasta allá. Ahora, aprovechando que ningún ciudadano se encuentra cerca del palacio, sube por los viejos peldaños de cedro y, luego, observa la llanura y contempla cuán numeroso es el ejército de los enemigos a lo largo del curso del Ismeno y de la corriente de Dirce. ANTÍGONA. Tiende, pues, tiende tu vieja mano hacia la mía joven y, desde lo alto de los peldaños, ayúdame a levantar los pies. PEDAGOGO. Aquí la tienes, tómala, muchacha. Has subido en el momento justo, porque el ejército pelásgico se pone en movimiento, desplegándose en formación. ANTÍGONA. ¡Ah, venerable hija de Leto, Hécate3, cómo resplandece la llanura entera, cubierta de bronce!

3 Identificada en un principio con Ártemis (hija de Leto), acabó especializándose después como diosa de la magia y de los hechizos, como bien saben los lectores de Macbeth.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Π Α. Α Ν. Π Α. Α Ν. [ΠΑ. Π Α. Α Ν.

Π Α.

Α Ν.

οὐ γάρ τι φαύλως ἦλθε Πολυνείκης χθόνα, πολλοῖς μὲν ἵπποις, μυρίοις δ’ ὅπλοις βρέμων. ἆρα πύλαι κλῄθροις χαλκόδετά τ’ ἔμβολα λαϊνέοισιν Ἀμφίονος ὀργάνοις τείχεος ἥρμοσται; θάρσει· τά γ’ ἔνδον ἀσφαλῶς ἔχει πόλις. [ἀλλ’ εἰσόρα τὸν πρῶτον, εἰ βούλῃ μαθεῖν.] τίς οὗτος ὁ λευκολόφας, πρόπαρ ὃς ἁγεῖται στρατοῦ πάγχαλκον ἀσπίδ’ ἀμφὶ βραχίονι κουφίζων; λοχαγός, ὦ δέσποινα. ΑΝ. τίς, πόθεν γεγώς; αὔδασον, ὦ γεραιέ, τίς ὀνομάζεται;] οὗτος Μυκηναῖος μὲν αὐδᾶται γένος, Λερναῖα δ’ οἰκεῖ νάμαθ’, Ἱππομέδων ἄναξ. ἒ ἔ, ὡς γαῦρος, ὡς φοβερὸς εἰσιδεῖν, γίγαντι γηγενέτᾳ προσόμοιος, ἀστερωπὸς ἐν γραφαῖσιν, οὐχὶ πρόσφορος ἁμερίῳ γέννᾳ. τὸν δ’ ἐξαμείβοντ’ οὐχ ὁρᾷς Δίρκης ὕδωρ λοχαγόν; ΑΝ. ἄλλος ἄλλος ὅδε τευχέων τρόπος. τίς δ’ οὗτός ἐστι; ΠΑ. παῖς μὲν Οἰνέως ἔφυ Τυδεύς, Ἄρη δ’ Αἰτωλὸν ἐν στέρνοις ἔχει. οὗτος ὁ τᾶς Πολυνείκεος, ὦ γέρον, αὐτοκασιγνήτᾳ νύμφας ὁμόγαμος κυρεῖ; ὡς ἀλλόχρως ὅπλοισι, μειξοβάρβαρος.

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114 χαλκόδετά τ’ ἔμβολα codd. : χαλκόδετ’ ἆρ’ ἔμβολα Murray : χαλκόδετ’ ἔμβολά τε Seidler : χαλκόδετ’ ἔμβολ’ ἐν Fritzsche • 118 del. Diggle • 129 Nauck

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PEDAGOGO. No ha vuelto Polinices a su tierra de cualquier manera, sino con el estrépito de muchos caballos e innumerables armas. ANTÍGONA. ¿Están bien cerradas las puertas? ¿Están bien ajustadas las barras de bronce a las pétreas murallas de Anfión4? PEDAGOGO. Tranquilízate. La ciudad está bien protegida por dentro. [Mira a ese primero, si quieres saber quién es.] ANTÍGONA. ¿Quién es ese del penacho blanco que va al frente del ejército, levantando con su brazo un escudo de puro bronce? [PEDAGOGO. Un capitán, señora. ANTÍGONA. ¿Quién es? ¿De qué linaje? Dime, anciano, ¿cómo se llama?] PEDAGOGO. Ese es micénico de origen, pero habita junto a las fuentes de Lerna: el soberano Hipomedonte. ANTÍGONA. ¡Ay, ay, qué imponente y terrible aspecto tiene! ¡Parece un gigante nacido de la tierra, de esos que centellean en las pinturas, sin parecerse en nada a la raza de los mortales! PEDAGOGO. ¿Ves a ese que está cruzando las aguas de Dirce? ANTÍGONA. Otro tipo, otro tipo de armas lleva. ¿Quién es? PEDAGOGO. Es Tideo, hijo de Eneo, y arde en su pecho el espíritu guerrero de los etolios. ANTÍGONA. ¿Es él, oh anciano, quien se casó con la hermana de la mujer de Polinices? ¡Qué extrañas son sus armas! ¡Semeja un bárbaro!

4 Gobernó Tebas, junto con su hermano Zeto, en los tiempos míticos e hizo construir las murallas de la ciudad tocando la lira, pues a sus sones las piedras, espontáneamente, iban configurando la fortificación.

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Π Α. [ΑΝ. Π Α. Α Ν.

Π Α. Α Ν. Π Α. Α Ν. Π Α.

σακεσφόροι γὰρ πάντες Αἰτωλοί, τέκνον, λόγχαις τ’ ἀκοντιστῆρες εὐστοχώτατοι. σὺ δ’, ὦ γέρον, πῶς αἰσθάνῃ σαφῶς τάδε; σημεῖ’ ἰδὼν τότ’ ἀσπίδων ἐγνώρισα, σπονδὰς ὅτ’ ἦλθον σῷ κασιγνήτῳ φέρων· ἃ προσδεδορκὼς οἶδα τοὺς ὡπλισμένους.] τίς δ’ οὗτος ἀμφὶ μνῆμα τὸ Ζήθου περᾷ καταβόστρυχος, ὄμμασι γοργὸς εἰσιδεῖν νεανίας, λοχαγός, ὡς ὄχλος νιν ὑστέρῳ ποδὶ πάνοπλος ἀμφέπει; ὅδ’ ἐστὶ Παρθενοπαῖος, Ἀταλάντης γόνος. ἀλλά νιν ἁ κατ’ ὄρη μετὰ ματέρος Ἄρτεμις ἱεμένα τόξοις δαμάσασ’ ὀλέσειεν, ὃς ἐπ’ ἐμὰν πόλιν ἔβα πέρσων. εἴη τάδ’, ὦ παῖ. σὺν δίκῃ δ’ ἥκουσι γῆν· ὃ καὶ δέδοικα μὴ σκοπῶσ’ ὀρθῶς θεοί. ποῦ δ’ ὃς ἐμοὶ μιᾶς ἐγένετ’ ἐκ ματρὸς πολυπόνῳ μοίρᾳ; ὦ φίλτατ’, εἰπέ, ποῦ ’στι Πολυνείκης, γέρον; ἐκεῖνος ἑπτὰ παρθένων τάφου πέλας Νιόβης Ἀδράστῳ πλησίον παραστατεῖ. ὁρᾷς; ΑΝ. ὁρῶ δῆτ’ οὐ σαφῶς, ὁρῶ δέ πως μορφῆς τύπωμα στέρνα τ’ ἐξεικασμένα. ἀνεμώκεος εἴθε δρόμον νεφέλας ποσὶν ἐξανύσαιμι δι’ αἰθέρος πρὸς ἐμὸν ὁμογενέτορα, περὶ δ’ ὠλένας δέρᾳ φιλτάτᾳ βάλοιμεν χρόνῳ, φυγάδα μέλεον. ὡς

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PEDAGOGO. Todos los etolios llevan ese tipo de escudo, niña, y son habilísimos a la hora de arrojar la lanza. [ANTÍGONA. Pero, anciano, ¿cómo puedes saber esas cosas? PEDAGOGO. Conocí esos escudos cuando llevé la propuesta de tregua a tu hermano y, ahora que vuelvo a verlos, sé quiénes llevan esas armas.] ANTÍGONA. ¿Quién es ese, de melena rizada, aspecto joven y mirada terrible, que pasa junto a la tumba de Zeto, capitaneando un pelotón armado que lo sigue? PEDAGOGO. Partenopeo, el hijo de Atalanta5. ANTÍGONA. ¡Ojalá la que corre por los montes en compañía de su madre, Ártemis, le dé muerte con sus flechas, pues ha venido a destruir mi ciudad! PEDAGOGO. ¡Así sea, hija mía! Pero vienen con justicia a esta tierra, y temo que los dioses lo vean con buenos ojos. ANTÍGONA. ¿Dónde está el que nació de mi misma madre con un destino tan funesto? Dime, querido anciano, ¿dónde está Polinices? PEDAGOGO. Allí, al lado de Adrasto, junto a la tumba de las siete hijas de Níobe. ¿Lo ves? ANTÍGONA. Lo veo, pero no claramente. Percibo una figura que se le parece y un pecho que semeja el suyo. ¡Ojalá pudiese, a la manera de una nube que vuela, atravesar el aire hasta llegar hasta mi hermano y rodear con mis brazos el cuello queridísimo del desterrado hace ya

5 Hijo de la cazadora Atalanta, célebre por su participación en la caza del jabalí de Calidón y en la expedición de los Argonautas. De su unión con Hipómenes-Melanión nacería Partenopeo (aunque hay autores que lo hacen hijo de Atalanta y de Meleagro).

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Π Α.

Π Α. Α Ν.

Α Ν.

ὅπλοισι χρυσέοισιν ἐκπρεπής, γέρον, ἑῴοις ὅμοια φλεγέθων βολαῖς. ἥξει δόμους τούσδ’, ὥστε σ’ ἐμπλῆσαι χαρᾶς, ἔνσπονδος. ΑΝ. οὗτος δ’, ὦ γεραιέ, τίς κυρεῖ, ὃς ἅρμα λευκὸν ἡνιοστροφεῖ βεβώς; ὁ μάντις Ἀμφιάραος, ὦ δέσποιν’, ὅδε· σφάγια δ’ ἅμ’ αὐτῷ, γῇ φιλαιμάτῳ ῥοαί. ὦ λιπαροζώνου θύγατερ †Ἀελίου Σελαναία, χρυσεόκυκλον φέγγος†, ὡς ἀτρεμαῖα κέντρα καὶ σώφρονα πώλοις μεταφέρων ἰθύνει. ποῦ δ’ ὃς τὰ δεινὰ τῇδ’ ἐφυβρίζει πόλει Καπανεύς; ΠΑ. ἐκεῖνος προσβάσεις τεκμαίρεται πύργων, ἄνω τε καὶ κάτω τείχη μετρῶν. ἰὼ, Νέμεσι καὶ Διὸς βαρύβρομοι βρονταὶ κεραύνιόν τε φῶς αἰθαλόεν, σύ τοι μεγαλαγορίαν ὑπεράνορα κοιμίζεις· ὅδ’ ἐστὶν αἰχμαλωτίδας ὃς δορὶ Θηβαίας Μυκηνηΐσιν < > Λερναίᾳ τε δώσειν τριαίνᾳ, Ποσειδανίοις Ἀμυμωνίοις ὕδασι δουλείαν περιβαλών. μήποτε μήποτε τάνδ’, ὦ πότνια, χρυσεοβόστρυχον ὦ Διὸς ἔρνος Ἄρτεμι, δουλοσύναν τλαίην.

176 Paley • 177 κέντρα καὶ σώφρονα codd. : κέντρα Paley μεταφέρων codd. : νέμων Diggle • 187 West

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tanto tiempo! ¡Cómo despunta bajo sus armas de oro, oh anciano, resplandeciente como los rayos del sol al amanecer! PEDAGOGO. Vendrá a palacio con motivo de la tregua, para alegría de tu corazón. ANTÍGONA. Anciano, ¿quién es ese otro que empuña las riendas de un carro de caballos blancos? PEDAGOGO. El adivino Anfiarao, señora. Con él van las víctimas recién sacrificadas, chorros de sangre gratos a la tierra. ANTÍGONA. ¡Oh tú, hija de Helio de brillante cintura, Selene, resplandor de áureo círculo!6 ¡Con qué prudencia conduce el carro y cuánta suavidad pone en el látigo para aguijar a los caballos! Pero ¿dónde está quien dirige los peores insultos contra esta ciudad, Capaneo? PEDAGOGO. Está sopesando los medios de acceder a las torres, midiendo las murallas de arriba abajo. ANTÍGONA. ¡Ah, Némesis, y truenos de Zeus de hondo estrépito, y ardiente luz del rayo! Tú extingues la orgullosa jactancia7. Ese con su lanza quiere entregar a las tebanas como prisioneras a las micénicas y al tridente de Lerna, rodeando de esclavitud las aguas posidonias de la fuente Amimone8. ¡Que nunca, nunca, oh veneranda Ártemis, hija de Zeus, la de los bucles de oro, tenga yo que sufrir esclavitud!

6 Se ha sugerido que el texto está corrupto, pues Selene no es hija, sino hermana del Sol. El epíteto λιπαρόζωνος, «de espléndida cintura», cuadraría más a una diosa como Leto, que es, además, madre de Ártemis-Selene. 7 El arrogante Capaneo fue fulminado por un rayo de Zeus mientras trepaba por una escala, intentando acceder a las murallas de Tebas. 8 Posidón hizo brotar con su tridente una fuente para la danaide Amimone, que se llamó como ella y, más tarde, Lerna, en la Argólide (como Micenas).

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Π Α.

ΧΟΡΟΣ

ὦ τέκνον, ἔσβα δῶμα καὶ κατὰ στέγας ἐν παρθενῶσι μίμνε σοῖς, ἐπεὶ πόθου ἐς τέρψιν ἦλθες ὧν ἔχρῃζες εἰσιδεῖν. ὄχλος γάρ, ὡς ταραγμὸς εἰσῆλθεν πόλιν, χωρεῖ γυναικῶν πρὸς δόμους τυραννικούς· φιλόψογον δὲ χρῆμα θηλειῶν ἔφυ, σμικράς τ’ ἀφορμὰς ἢν λάβωσι τῶν λόγων πλείους ἐπεσφέρουσιν· ἡδονὴ δέ τις γυναιξὶ μηδὲν ὑγιὲς ἀλλήλας λέγειν.

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Τύριον οἶδμα λιποῦσ’ ἔβαν ἀκροθίνια Λοξίᾳ Φοινίσσας ἀπὸ νάσου Φοίβῳ δούλα μελάθρων, ἵν’ ὑπὸ δειράσι νιφοβόλοις Παρνασσοῦ κατενάσθη, Ἰόνιον κατὰ πόντον ἐλάτᾳ πλεύσασα περιρρύτων ὑπὲρ ἀκαρπίστων πεδίων Σικελίας Ζεφύρου πνοαῖς ἱππεύσαντος ἐν οὐρανῷ κάλλιστον κελάδημα.

[στρ. α

πόλεος ἐκπροκριθεῖσ’ ἐμᾶς καλλιστεύματα Λοξίᾳ Καδμείαν ἔμολον γᾶν, κλεινῶν Ἀγηνοριδᾶν ὁμογενεῖς ἐπὶ Λαΐου πεμφθεῖσ’ ἐνθάδε πύργους. ἴσα δ’ ἀγάλμασι χρυσοτεύκτοις Φοίβῳ λάτρις ἐγενόμαν·

[ἀντ. α

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PEDAGOGO. Hija, entra en palacio y quédate al abrigo de tus habitaciones de doncella, pues que ya has satisfecho tu deseo de ver lo que querías ver. Porque una multitud de mujeres, desde el instante en que la confusión se apoderó de la ciudad, está llegando a las moradas regias. El linaje de las mujeres es chismoso por naturaleza: convierten nimiedades en motivos de crítica parlera. Su mayor placer consiste en hablar mal las unas de las otras. (Entra el Coro de mujeres fenicias) CORO. (Estrofa 1.a) Dejando atrás el mar de Tiro, he venido, como ofrenda para Loxias9, desde la isla fenicia para servir a Febo en el templo donde, bajo las nevadas cumbres del Parnaso, se estableció10. He navegado a remo a través del mar Jonio, por las estériles llanuras que rodean Sicilia11, mientras el Céfiro emitía en el cielo sus soplos de bellísimo rumor. (Antistrofa 1.a) Escogida en mi ciudad como el don más hermoso para Loxias, he llegado a la tierra cadmea, enviada aquí, a las torres de Layo, de la estirpe de los ilustres agenóridas12. Como las estatuas

9 Epíteto de Febo-Apolo. Significa «el oblicuo» (por la ambigüedad de sus oráculos). 10 Se refiere a Delfos. 11 Cadmo llegó de Tiro, en Fenicia, para fundar Tebas, en Beocia, como dice Yocasta (vv. 5-6). El itinerario de las mujeres fenicias a través del mar Jonio sería más real si considerásemos «la isla fenicia» del v. 204 como Cartago, fundada por fenicios de Tiro, ya que en su viaje se habla de Sicilia. Camino de Delfos, su destino final, pasarían por Beocia. 12 Cadmo, fundador de Tebas, era hijo de Agenor y bisabuelo de Layo.

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ἔτι δὲ Κασταλίας ὕδωρ περιμένει με κόμας ἐμᾶς δεῦσαι παρθένιον χλιδὰν Φοιβείαισι λατρείαις.

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ὦ λάμπουσα πέτρα πυρὸς δικορύφων σέλας ὑπὲρ ἄκρων βακχεῖον Διονύσου, οἴνα θ’ ἃ καθαμέριον στάζεις, τὸν πολύκαρπον οἰνάνθας ἱεῖσα βότρυν, ζάθεά τ’ ἄντρα δράκοντος οὔρειαί τε σκοπιαὶ θεᾶν νιφόβολόν τ’ ὄρος ἱερόν, εἱλίσσων ἀθανάτου θεοῦ χορὸς γενοίμαν ἄφοβος παρὰ μεσόμφαλα γύαλα Φοίβου Δίρκαν προλιποῦσα.

[ἐπῳδ.

νῦν δέ μοι πρὸ τειχέων θούριος μολὼν Ἄρης αἷμα δάιον φλέγει τᾷδ’, ὃ μὴ τύχοι, πόλει· κοινὰ γὰρ φίλων ἄχη, κοινὰ δ’, εἴ τι πείσεται ἑπτάπυργος ἅδε γᾶ, Φοινίσσᾳ χώρᾳ. φεῦ φεῦ. κοινὸν αἷμα, κοινὰ τέκεα τᾶς κερασφόρου πέφυκεν Ἰοῦς· ὧν μέτεστί μοι πόνων.

[στρ. β

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de oro, me convertí en esclava de Febo. Las aguas de Castalia aún me aguardan para humedecer la mata suave y virginal de mis cabellos en el culto del dios. (Epodo) ¡Oh roca refulgente que irradias fuego desde doble cima más allá de las cumbres báquicas de Dioniso, y tú, cepa que a diario haces brotar en abundancia el fruto de la uva floreciente! ¡Antro divino del dragón13, observatorio agreste de los dioses, sacro monte nevado! ¡Ojalá pueda yo formar parte, sin temor, del coro danzante en honor del dios inmortal en el santuario de Febo, ombligo del mundo, lejos de Dirce14! (Estrofa 2.a) Pero ahora ha venido ante estos muros el impetuoso Ares, pugnando por entrar a sangre y fuego —¡ojalá no lo logre!— en esta ciudad. Pues el dolor se comparte entre amigos, y si sufre el país de las siete torres también lo hará la tierra fenicia. ¡Ay, ay! Una misma sangre comparten los hijos de la cornuda Ío15, y yo comparto con ellos sus males.

13 Pitón, la serpiente hija de Gea que ocupó el oráculo de Delfos hasta que Apolo le dio muerte para instalarse en él. 14 El coro de mujeres fenicias aspira a llegar a Delfos, dejando atrás las aguas de Dirce, manantial que se identifica con Tebas. 15 Agenor, antepasado común de fenicios y tebanos, era hijo de Posidón y de la ninfa Libia. Esta era, a su vez, hija de Épafo, que nació de los amores entre Zeus e Ío, la joven metamorfoseada en vaca por Zeus para evitar los celos de Hera.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ἀμφὶ δὲ πτόλιν νέφος ἀσπίδων πυκνὸν φλέγει, σῆμα φοινίου μάχας, ἃν Ἄρης τάχ’ εἴσεται παισὶν Οἰδίπου φέρων πημονὰν Ἐρινύων. Ἄργος ὦ Πελασγικόν, δειμαίνω τὰν σὰν ἀλκὰν καὶ τὸ θεόθεν· οὐ γὰρ ἄδικον εἰς ἀγῶνα τóνδ’ ἔνοπλος ὁρμᾷ [παῖς] ὃς μετέρχεται δόμους. ΠΟΛΥΝΕΙΚΗΣ τὰ μὲν πυλωρῶν κλῇθρά μ’ εἰσεδέξατο δι’ εὐπετείας τειχέων ἔσω μολεῖν. ὃ καὶ δέδοικα μή με δικτύων ἔσω λαβόντες οὐκ ἐκφρῶσ’ ἀναίμακτον χρόα. ὧν οὕνεκ’ ὄμμα πανταχῇ διοιστέον κἀκεῖσε καὶ τὸ δεῦρο, μὴ δόλος τις ᾖ. ὡπλισμένος δὲ χεῖρα τῷδε φασγάνῳ τὰ πίστ’ ἐμαυτῷ τοῦ θράσους παρέξομαι. ὠή, τίς οὗτος; ἢ κτύπον φοβούμεθα; ἅπαντα γὰρ τολμῶσι δεινὰ φαίνεται, ὅταν δι’ ἐχθρᾶς ποὺς ἀμείβηται χθονός. πέποιθα μέντοι μητρὶ κοὐ πέποιθ’ ἅμα, ἥτις μ’ ἔπεισε δεῦρ’ ὑπόσπονδον μολεῖν. ἀλλ’ ἐγγὺς ἀλκή (βώμιοι γὰρ ἐσχάραι πέλας πάρεισι) κοὐκ ἔρημα δώματα, φέρ’ ἐς σκοτεινὰς περιβολὰς μεθῶ ξίφος καὶ τάσδ’ ἔρωμαι, τίνες ἐφεστᾶσιν δόμοις. ξέναι γυναῖκες, εἴπατ’, ἐκ ποίας πάτρας Ἑλληνικοῖσι δώμασιν πελάζετε; 259 del. King

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(Antistrofa 2.a) Relampaguea en torno a la ciudad una densa nube de escudos, imagen del combate sangriento que Ares va a desencadenar, haciendo caer sobre los hijos de Edipo la plaga de las Erinias. ¡Oh Argos, ciudad de los pelasgos, temo tu belicoso ánimo y la decisión de los dioses! Pues no es sin justicia como acude a la lid uno de esos hijos, reclamando su herencia con las armas. (Entra Polinices, espada en mano, mirando a todas partes) POLINICES. Los cerrojos de los guardianes se han abierto ante mí y he entrado fácilmente dentro de las murallas. Temo, sin embargo, que, habiéndome atrapado en sus redes, no vayan a dejarme escapar y derramen mi sangre. Por eso tengo que pasear mis ojos por todas partes, aquí y allá, por si me tienden una emboscada. Pero con esta espada en la mano, caminaré fiado en mi propio coraje. ¡Hola! ¿Quién anda ahí? ¡Es que voy a asustarme de un simple ruido? Todo se hace temible a los audaces cuando se internan en tierra enemiga. Me fío de mi madre y, a la vez no me fío: ella es quien me convenció para venir aquí en virtud de una tregua. Pero aquí cerca veo una ayuda: ahí están los hogares de un altar, y el palacio no está desierto. ¡Vamos! Reintegraré la espada a su oscura vaina y preguntaré quiénes son a esas que están delante de la casa. (Al Coro) Decidme, mujeres extranjeras, ¿de qué país habéis venido a las moradas griegas?

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο.

Π Ο. Χ Ο.

ΙΟ .

Φοίνισσα μὲν γῆ πατρὶς ἡ θρέψασά με, Ἀγήνορος δὲ παῖδες ἐκ παίδων δορὸς Φοίβῳ μ’ ἔπεμψαν ἐνθάδ’ ἀκροθίνιον. μέλλων δὲ πέμπειν μ’ Οἰδίπου κλεινὸς γόνος μαντεῖα σεμνὰ Λοξίου τ’ ἐπ’ ἐσχάρας, ἐν τῷδ’ ἐπεστράτευσαν Ἀργεῖοι πόλιν. σὺ δ’ ἀντάμειψαί μ’, ὅστις ὢν ἐλήλυθας ἑπτάστομον πύργωμα Θηβαίας χθονός. πατὴρ μὲν ἡμῖν Οἰδίπους ὁ Λαΐου, ἔτικτε δ’ Ἰοκάστη με, παῖς Μενοικέως· καλεῖ δὲ Πολυνείκη με Θηβαῖος λεώς. [ὦ συγγένεια τῶν Ἀγήνορος τέκνων, ἐμῶν τυράννων, ὧν ἀπεστάλην ὕπο.] γονυπετεῖς ἕδρας προσπίτνω σ’, ἄναξ, τὸν οἴκοθεν σέβουσα νόμον· ἔβας ὢ χρόνῳ γᾶν πατρῴαν. ἰὼ ἰώ· πότνια, μόλε πρόδομος, ἀμπέτασον πύλας. κλύεις, ὦ τεκοῦσα τόνδε μᾶτερ; τί μέλλεις ὑπώροφα μέλαθρα περᾶν θιγεῖν τ’ ὠλέναισι τέκνου; Φοίνισσαν βοὰν κλύουσ’, ὦ νεάνιδες γηραιῷ ποδὶ τρομερὰν ἕλκω [ποδὸς] βάσιν. ἰὼ τέκνον, χρόνῳ σὸν ὄμμα μυρίαις τ’ ἐν ἁμέραις προσεῖδον· ἀμφίβαλλε μαστὸν ὠλέναισι ματέρος,

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291-292 del. Haslam • 300 θίγειν τ’ ὠλέναις codd. : corr. Hermann • 302-303 γηραιῷ ποδὶ τρομερὰν ἕλκω ποδὸς βάσιν codd. : ποδὸς del. Kirchhoff : γηραιοῦ ποδὸς τρομερὸν ἕλκω ποδὸς βάσιν Willink

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LAS FENICIAS

CORIFEO. Fenicia es la patria que me crió, y los hijos de los hijos de Agenor me enviaron aquí como ofrenda a Febo. Cuando el ilustre hijo de Edipo iba a enviarme al venerable oráculo y al altar de Loxias, los argivos comenzaron a sitiar la ciudad. Pero respóndeme tú a tu vez: ¿quién eres para haber traspasado así la muralla de siete puertas de la tierra tebana? POLINICES. Mi padre es Edipo, hijo de Layo. Me dio a luz Yocasta, hija de Meneceo, El pueblo tebano me llama Polinices. CORIFEO. [¡Ah, descendiente de los hijos de Agenor, mis soberanos, por quienes fui enviada!] Me postro de rodillas ante ti, señor, según costumbre de mi patria. ¡Acude, reina, ante el palacio! ¡Haz que abran las puertas! ¿No oyes, madre, que está aquí el fruto de tus entrañas? ¿A qué esperas para cruzar las altas estancias y estrechar a tu hijo entre tus brazos? (Yocasta sale del palacio) YOCASTA. Al oír vuestros gritos fenicios, jóvenes, he venido hasta aquí arrastrando mis viejos pies con paso tembloroso. ¡Ay, hijo, por fin veo tu rostro, después de innumerables días! Estrecha entre tus brazos

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

παρηίδων τ’ ὄρεγμα δὸς τριχῶν τε, κυανόχρωτι χαίτας πλοκάμῳ δέραν σκιάζων ἁμάν. ἰὼ ἰώ, μόλις φανεὶς ἄελπτα κἀδόκητα ματρὸς ὠλέναις. τί φῶ σε; πῶς ἁπάντᾳ καὶ χερσὶ καὶ λόγοισι πολυέλικτον ἁδονὰν ἐκεῖσε καὶ τὸ δεῦρο περιχορεύουσα τέρψιν παλαιᾶν λάβω χαρμονᾶν; ἰὼ τέκος, ἔρημον πατρῷον ἔλιπες δόμον φυγὰς ἀποσταλεὶς ὁμαίμου λώβᾳ, ἦ ποθεινὸς φίλοις, ἦ ποθεινὸς Θήβαις. ὅθεν ἐμάν τε λευκόχροα κείρομαι δακρυόεσσ’ ἀνεῖσα πένθει κόμαν, ἄπεπλος φαρέων λευκῶν, τέκνον, δυσόρφναια δ’ ἀμφὶ τρύχη τάδε σκότι’ ἀμείβομαι· ὁ δ’ ἐν δόμοισι πρέσβυς ὀμματοστερὴς ἀπήνας ὁμοπτέρου τᾶς ἀποζυγείσας δόμων πόθον ἀμφιδάκρυτον ἀεὶ κατέχων ἀνῇξεν μὲν ξίφους ἐπ’ αὐτόχειρά τε σφαγὰν ὑπὲρ τέραμνά τ’ ἀγχόνας, στενάζων ἀρὰς τέκνοις· σὺν ἀλαλαῖσι δ’ αἰὲν αἰαγμάτων σκότια κρύπτεται. σὲ δ’, ὦ τέκνον, [καὶ] γάμοισι δὴ

323 δακρυόεσσαν ἱεῖσα πενθήρη codd. : corr. Hermann post Valckenaer

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el pecho de tu madre, ofréceme tus mejillas y deja que los rizos negros de tu cabellera rizada me ensombrezcan el cuello. ¡Ay, ay, a duras penas, contra toda esperanza e inopinadamente, hete aquí entre los brazos de tu madre! ¿Qué puedo decirte? ¿Cómo recuperar del todo, con manos y palabras, multiplicando alrededor de ti el torbellino de mi danza de todas las maneras posibles y en todos los sentidos, el arrebato de mi antigua dicha? ¡Ay, hijo, dejaste vacía la casa paterna, al partir desterrado por la injuria de tu hermano, añorado por tus amigos, añorado por Tebas! Por eso me he cortado la cabellera cana en señal de duelo y he sustituido las vestiduras blancas por estos harapos tétricos y sombríos. Y allá, en el fondo del palacio, el anciano ciego, lamentándose siempre con abundante llanto por la desunión de la pareja fraterna, piensa en arrojarse sobre su propia espada o en colgarse de una viga del techo, inconsolable por haber maldecido a sus hijos, y entre continuos gritos de desesperación se esconde en las tinieblas. Ya sé, hijo mío, que los vínculos conyugales te han procu-

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

κλύω ζυγέντα παιδοποιὸν ἁδονὰν ξένοισιν ἐν δόμοις ἔχειν, ξένον δὲ κῆδος ἀμφέπειν, ἄλαστα ματρὶ τᾷδε Λαΐου τε τοῦ πάλαι γένει, γάμων ἐπακτὸν ἄταν. ἐγὼ δ’ οὔτι σοι πυρὸς ἀνῆψα φῶς νόμιμον [ἐν γάμοις] ὡς πρέπει ματέρι μακαρίᾳ· ἀνυμέναια δ’ Ἰσμηνὸς ἐκηδεύθη λουτροφόρου χλιδᾶς, ἀνὰ δὲ Θηβαίων πόλιν ἐσίγαθεν σᾶς ἔσοδοι νύμφας. ὄλοιτο τάδ’ εἴτε σίδαρος εἴτ’ Ἔρις εἴτε πατὴρ ὁ σὸς αἴτιος, εἴτε τὸ δαιμόνιον κατεκώμασε δώμασιν Οἰδιπόδα· πρὸς ἐμὲ γὰρ κακῶν ἔμολε τῶνδ’ ἄχη. Χ Ο. Π Ο.

δεινὸν γυναιξὶν αἱ δι’ ὠδίνων γοναί, καὶ φιλότεκνόν πως πᾶν γυναικεῖον γένος. μῆτερ, φρονῶν εὖ κοὐ φρονῶν ἀφικόμην ἐχθροὺς ἐς ἄνδρας· ἀλλ’ ἀναγκαίως ἔχει πατρίδος ἐρᾶν ἅπαντας· ὃς δ’ ἄλλως λέγει λόγοισι χαίρει, τὸν δὲ νοῦν ἐκεῖσ’ ἔχει. οὕτω δ’ ἐτάρβουν ἐς φόβον τ’ ἀφικόμην μή τις δόλος με πρὸς κασιγνήτου κτάνῃ, ὥστε ξιφήρη χεῖρ’ ἔχων δι’ ἄστεως κυκλῶν πρόσωπον ἦλθον. ἓν δέ μ’ ὠφελεῖ, σπονδαί τε καὶ σὴ πίστις, ἥ μ’ ἐσήγαγεν τείχη πατρῷα· πολύδακρυς δ’ ἀφικόμην, χρόνιος ἰδὼν μέλαθρα καὶ βωμοὺς θεῶν γυμνάσιά θ’ οἷσιν ἐνετράφην Δίρκης θ’ ὕδωρ·

361 δ’ ἐτάρβουν Porson : δὲ τάρβους codd.

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rado la alegría de la paternidad en tierra extranjera y a fin de conseguir una alianza con extraños, contrayendo un matrimonio que acarrea consigo destrucción y que resulta insoportable para tu madre y para el linaje de Layo. Ni siquiera pude encender para ti la lumbre de la antorcha ritual en tu noche de bodas, como cumple a una madre feliz. Las aguas de nuestro Ismeno no se han utilizado en tu baño nupcial, y ningún canto acompañó la entrada de la novia en la ciudad de Tebas. ¡Maldito sea el culpable de estos males, ya sea el hierro, la discordia, tu padre o el impulso demónico que ha ultrajado la casa de Edipo! Pues sobre mí ha caído el peso de tantas desgracias. CORIFEO. Terrible es para las mujeres parir con dolor y, sin embargo, todo el género femenino ama a sus hijos. POLINICES. Con sensatez y sin ella he venido, madre, ante el enemigo. Pero amar a la patria es ley natural para todos, y quien diga lo contrario se limita a jugar con las palabras y a disimular su verdadero pensamiento. Tan asustado estaba y venía con tanto temor de que mi hermano me matara a traición, que he atravesado la ciudad espada en mano, paseando la mirada por todas partes. Mi único consuelo son la tregua y la confianza en ti, que me han permitido trasponer las murallas paternas. Llego nublado por el llanto, al ver tras tanto tiempo esta casa y los altares de los dioses y el gimnasio donde me eduqué y el agua de Dirce, de donde fui expulsado injustamente para habitar

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΙΟ .

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ὧν οὐ δικαίως ἀπελαθεὶς ξένην πόλιν ναίω, δι’ ὄσσων νᾶμ’ ἔχων δακρύρροον. ἀλλ’, ἐκ γὰρ ἄλγους ἄλγος αὖ, σὲ δέρκομαι κάρα ξυρῆκες καὶ πέπλους μελαγχίμους ἔχουσαν· οἴμοι τῶν ἐμῶν ἐγὼ κακῶν. ὡς δεινὸν ἔχθρα, μῆτερ, οἰκείων φίλων. [καὶ δυσλύτους ἔχουσα τὰς διαλλαγάς.] τί γὰρ πατήρ μοι πρέσβυς ἐν δόμοισι δρᾷ, σκότον δεδορκώς; τί δὲ κασίγνηται δύο; ἦ που στένουσι τλήμονες φυγὰς ἐμάς; κακῶς θεῶν τις Οἰδίπου φθείρει γένος· οὕτω γὰρ ἤρξατ’, ἄνομα μὲν τεκεῖν ἐμέ, κακῶς δὲ γῆμαι πατέρα σὸν φῦναί τε σέ. ἀτὰρ τί ταῦτα; δεῖ φέρειν τὰ τῶν θεῶν. ὅπως δ’ ἔρωμαι, μή τι σὴν δάκω φρένα, δέδοιχ’, ἃ χρῄζω· διὰ πόθου δ’ ἐλήλυθα. ἀλλ’ ἐξερώτα, μηδὲν ἐνδεὲς λίπῃς· ἃ γὰρ σὺ βούλῃ, ταὔτ’ ἐμοί, μῆτερ, φίλα. καὶ δή σ’ ἐρωτῶ πρῶτον ὧν χρῄζω τυχεῖν· τί τὸ στέρεσθαι πατρίδος; ἦ κακὸν μέγα; μέγιστον· ἔργῳ δ’ ἐστὶ μεῖζον ἢ λόγῳ. τίς ὁ τρόπος αὐτοῦ; τί φυγάσιν τὸ δυσχερές; ἓν μὲν μέγιστον· οὐκ ἔχει παρρησίαν. δούλου τόδ’ εἶπας, μὴ λέγειν ἅ τις φρονεῖ. τὰς τῶν κρατούντων ἀμαθίας φέρειν χρεών. καὶ τοῦτο λυπρόν, συνασοφεῖν τοῖς μὴ σοφοῖς. ἀλλ’ ἐς τὸ κέρδος παρὰ φύσιν δουλευτέον. αἱ δ’ ἐλπίδες βόσκουσι φυγάδας, ὡς λόγος. καλοῖς βλέπουσαί γ’ ὄμμασιν, μέλλουσι δέ. οὐδ’ ὁ χρόνος αὐτὰς διεσάφησ’ οὔσας κενάς; ἔχουσιν Ἀφροδίτην τιν’ ἡδεῖαν κακῶν.

375 del. Usener post Valckenaer



376-378 del. Usener

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una ciudad extraña, con un manantial continuo de lágrimas velándome los ojos. Como el dolor engendra dolor, te estoy viendo con la cabeza rapada y vestida de negro, ¡ay de mí y de mis males! ¡Qué terrible es, madre, el odio entre miembros de una misma familia [y qué difícil es la reconciliación en estos casos]! ¿Qué hace ahora en palacio mi anciano padre, en la oscuridad de su ceguera? ¿Y qué hacen mis dos hermanas? Se lamentan sin duda por mi triste destierro. YOCASTA. Algún dios cruel se ha propuesto exterminar el linaje de Edipo. Todo empezó, en efecto, cuando di a luz contra la ley divina16, me casé indebidamente con tu padre y naciste tú. Pero ¿a qué viene esto? Hay que soportar lo que nos envían los dioses. Temo preguntarte, por si te desgarro el corazón, lo que quiero saber. Estoy ansiosa por hacerlo. POLINICES. Pregunta sin miedo. Todo lo que tú quieras, madre, me será grato. YOCASTA. Quiero saber, en primer lugar, si estar privado de la patria es un mal tan grande. POLINICES. Grandísimo. Las palabras no pueden expresar cuánto. YOCASTA. ¿En qué consiste? ¿Qué es lo que peor que ha de sufrir un desterrado? POLINICES. Lo peor es que no tiene libertad de palabra17. YOCASTA. Es propio de esclavos callar lo que se piensa. POLINICES. Hay que aguantar las tonterías de los poderosos. YOCASTA. Es doloroso compartir necedades con los necios. POLINICES. Pero la conveniencia aconseja obedecer contra lo que sería natural. YOCASTA. Dicen que la esperanza es el pasto de los desterrados18. POLINICES. Los mira con buenos ojos, pero tarda en realizarse. YOCASTA. Y el tiempo, ¿no acaba demostrando su vanidad? POLINICES. Tiene un encanto especial que mitiga el infortunio. 16 Se refiere al parto en que dio a luz a Edipo, en contra del oráculo de Apolo, como refiere la propia Yocasta al comienzo de esta tragedia. 17 La παρρησία o «libertad de palabra» era la marca del ciudadano libre frente al esclavo. 18 Proverbio citado también por Esquilo en Agamenón 1668.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΙΟ . Π Ο. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . Π Ο. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . Π Ο. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ . ΠΟ. ΙΟ .

πόθεν δ’ ἐβόσκου, πρὶν γάμοις εὑρεῖν βίον; ποτὲ μὲν ἐπ’ ἦμαρ εἶχον, εἶτ’ οὐκ εἶχον ἄν. φίλοι δὲ πατρὸς καὶ ξένοι σ’ οὐκ ὠφέλουν; εὖ πρᾶσσε· τὰ φίλων δ’ οὐδέν, ἤν τις δυστυχῇ. οὐδ’ ηὑγένειά σ’ ἦρεν εἰς ὕψος μέγαν; κακὸν τὸ μὴ ’χειν· τὸ γένος οὐκ ἔβοσκέ με. ἡ πατρίς, ὡς ἔοικε, φίλτατον βροτοῖς. οὐδ’ ὀνομάσαι δύναι’ ἂν ὡς ἐστὶν φίλον. πῶς δ’ ἦλθες Ἄργος; τίν’ ἐπίνοιαν ἔσχεθες; ἔχρησ’ Ἀδράστῳ Λοξίας χρησμόν τινα. ποῖον; τί τοῦτ’ ἔλεξας; οὐκ ἔχω μαθεῖν. κάπρῳ λέοντί θ’ ἁρμόσαι παίδων γάμους. καὶ σοὶ τί θηρῶν ὀνόματος μετῆν, τέκνον; οὐκ οἶδ’· ὁ δαίμων μ’ ἐκάλεσεν πρὸς τὴν τύχην. σοφὸς γὰρ ὁ θεός· τίνι τρόπῳ δ’ ἔσχες λέχος; νὺξ ἦν, Ἀδράστου δ’ ἦλθον ἐς παραστάδας. κοίτας ματεύων, ᾖ φυγὰς πλανώμενος; ἦν ταῦτα· κᾆτά γ’ ἦλθεν ἄλλος αὖ φυγάς. τίς οὗτος; ὡς ἄρ’ ἄθλιος κἀκεῖνος ἦν. Τυδεύς, ὃν Οἰνέως φασὶν ἐκφῦναι πατρός. τί θηρσὶν ὑμᾶς δῆτ’ Ἄδραστος ᾔκασεν; στρωμνῆς ἐς ἀλκὴν οὕνεκ’ ἤλθομεν πέρι. ἐνταῦθα Ταλαοῦ παῖς συνῆκε θέσφατα; κἄδωκέ γ’ ἡμῖν δύο δυοῖν νεάνιδας. ἆρ’ εὐτυχεῖς οὖν τοῖς γάμοις ἢ δυστυχεῖς; οὐ μεμπτὸς ἡμῖν ὁ γάμος ἐς τόδ’ ἡμέρας. πῶς δ’ ἐξέπεισας δεῦρό σοι σπέσθαι στρατόν;

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YOCASTA. ¿De qué vivías tú antes de encontrar sustento en el matrimonio? POLINICES. Un día tenía para comer. Otro, no. YOCASTA. ¿No te ayudaban los amigos y huéspedes de tu padre? POLINICES. Solo si te va bien se preocupan por ti los amigos. YOCASTA. ¿No sirvió tu noble linaje para enaltecerte? POLINICES. Malo es no tener nada. El linaje no da de comer. YOCASTA. Parece que la patria es el bien mayor que tienen los mortales. POLINICES. No puedes figurarte hasta qué punto. YOCASTA. ¿Por qué te fuiste a Argos? ¿Con qué propósito? POLINICES. Loxias le dictó a Adrasto cierto oráculo… YOCASTA. ¿Cuál? ¿Qué dices? No alcanzo a comprender. POLINICES. …según el cual tenía que casar a sus hijas con un jabalí y con un león. YOCASTA. ¿Y tú, hijo, qué tenías que ver con esas fieras? POLINICES. No lo sé. Un dios me impuso ese destino. YOCASTA. Sabio dios era ese. ¿Cómo conseguiste casarte? POLINICES. Era de noche cuando llegué al vestíbulo de Adrasto. YOCASTA. ¿En busca de una cama, al modo de un desterrado vagabundo? POLINICES. Sí. Luego llegó otro desterrado. YOCASTA. ¿Quién era? ¡Desdichado él también! POLINICES. Tideo, de quien dicen que es hijo de Eneo. YOCASTA. ¿Por qué Adrasto os consideró fieras? POLINICES. Porque nos peleamos con fiereza por la yacija. YOCASTA. ¿Fue entonces cuando el hijo de Tálao19 comprendió el oráculo? POLINICES. Sí. Y nos entregó en matrimonio a sus dos hijas. YOCASTA. ¿Eres feliz o desgraciado en tu matrimonio? POLINICES. Hasta el presente no puedo quejarme. YOCASTA. ¿Y cómo has convencido a ese ejército para que te siga? 19

Adrasto.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Π Ο.

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δισσοῖς Ἄδραστος ὤμοσεν γαμβροῖς τόδε, [Τυδεῖ τε κἀμοί, σύγγαμος γάρ ἐστ’ ἐμός,] ἄμφω κατάξειν ἐς πάτραν, πρόσθεν δ’ ἐμέ. πολλοὶ δὲ Δαναῶν καὶ Μυκηναίων ἄκροι πάρεισι, λυπρὰν χάριν, ἀναγκαίαν δέ μοι διδόντες· ἐπὶ γὰρ τὴν ἐμὴν στρατεύομαι πόλιν. θεοὺς δ’ ἐπώμοσ’ ὡς ἀκουσίως τοῖς φιλτάτοις ἑκοῦσιν ἠράμην δόρυ. ἀλλ’ ἐς σὲ τείνει τῶνδε διάλυσις κακῶν, μῆτερ, διαλλάξασαν ὁμογενεῖς φίλους παῦσαι πόνων με καὶ σὲ καὶ πᾶσαν πόλιν. πάλαι μὲν οὖν ὑμνηθέν, ἀλλ’ ὅμως ἐρῶ· τὰ χρήματ’ ἀνθρώποισι τιμιώτατα δύναμίν τε πλείστην τῶν ἐν ἀνθρώποις ἔχει. ἁγὼ μεθήκω δεῦρο μυρίαν ἄγων λόγχην· πένης γὰρ οὐδὲν εὐγενὴς ἀνήρ. καὶ μὴν Ἐτεοκλῆς ἐς διαλλαγὰς ὅδε χωρεῖ· σὸν ἔργον, μῆτερ Ἰοκάστη, λέγειν τοιούσδε μύθους οἷς διαλλάξεις τέκνα.

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ΕΤΕΟΚΛΗΣ μῆτερ, πάρειμι· τὴν χάριν δὲ σοὶ διδοὺς ἦλθον. τί χρὴ δρᾶν; ἀρχέτω δέ τις λόγου. [ὡς ἀμφὶ τείχη καὶ ξυνωρίδας λόχων τάσσων ἐπέσχον πόλιν, ὅπως κλύοιμί σου κοινὰς βραβείας, αἷς ὑπόσπονδον μολεῖν τόνδ᾿ εἰσεδέξω τειχέων πείσασά με.] ΙΟ . ἐπίσχες· οὔτοι τὸ ταχὺ τὴν δίκην ἔχει, βραδεῖς δὲ μῦθοι πλεῖστον ἀνύτουσιν σοφόν. σχάσον δὲ δεινὸν ὄμμα καὶ θυμοῦ πνοάς· οὐ γὰρ τὸ λαιμότμητον εἰσορᾷς κάρα Γοργόνος, ἀδελφὸν δ᾿ εἰσορᾷς ἥκοντα σόν. 428 del. Jortin • 437 με καὶ σὲ] σὲ κἀμὲ Elmsley ἀνύτουσιν Hermann : ἀνύουσιν codd.

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448-451 del. Diggle

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POLINICES. Adrasto prometió a sus dos yernos [a mí y a Tideo, mi compañero de bodas] que nos reintegraría en nuestra patria, y a mí primero. Muchos príncipes dánaos y micénicos me acompañan, haciéndome un favor doloroso, pero necesario, pues dirijo una expedición contra mi propia ciudad. Pongo por testigos a los dioses de que he alzado la lanza contra mi más querido pariente porque él así lo quiso. A ti te corresponde, madre, poner fin a estos males, reconciliar a personas de la misma sangre y acabar con mis sufrimientos, los tuyos y los de toda la ciudad. Hay un dicho muy antiguo y muy celebrado que quiero recordar ahora: «Las riquezas son lo más preciado para hombres y poseen más poder que ninguna de las cosas humanas.» Por ellas he venido aquí, al frente de innumerables lanzas. Pues si se es pobre, de nada vale un noble linaje. CORIFEO. Ahí viene Eteocles, que acude a la reconciliación. Te toca a ti, madre Yocasta, elegir las palabras adecuadas para que tus hijos se reconcilien. (Entra Eteocles) ETEOCLES. Heme aquí, madre. He venido para complacerte. ¿Qué debo hacer? Que alguien empiece a hablar. [Estaba ocupado en alinear las tropas en torno a las murallas de la ciudad, y he interrumpido mi tarea para oír de tu boca la propuesta de mediación común por la cual, con mi consentimiento, has recibido a este dentro de nuestros muros.] YOCASTA. ¡Más despacio! La precipitación no trae consigo la justicia, mientras que las palabras tranquilas producen buenos efectos. Depón esa terrible mirada y esos resoplidos de cólera. No es la cabeza cortada de la Gorgona lo que tienes delante de la vista, sino a tu hermano. En

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Π Ο.

σύ τ᾿ αὖ πρόσωπον πρὸς κασίγνητον στρέφε, Πολύνεικες· ἐς γὰρ ταὐτὸν ὄμμασιν βλέπων λέξεις τ᾿ ἄμεινον τοῦδέ τ᾿ ἐνδέξῃ λόγους. παραινέσαι δὲ σφῷν τι βούλομαι σοφόν· ὅταν φίλος τις ἀνδρὶ θυμωθεὶς φίλῳ ἐς ἓν συνελθὼν ὄμματ᾿ ὄμμασιν διδῷ, ἐφ᾿ οἷσιν ἥκει, ταῦτα χρὴ μόνον σκοπεῖν, κακῶν δὲ τῶν πρὶν μηδενὸς μνείαν ἔχειν. λόγος μὲν οὖν σὸς πρόσθε, Πολύνεικες τέκνον· σὺ γὰρ στράτευμα Δαναϊδῶν ἥκεις ἄγων, ἄδικα πεπονθώς, ὡς σὺ φῇς· κριτὴς δέ τις θεῶν γένοιτο καὶ διαλλακτὴς κακῶν. ἁπλοῦς ὁ μῦθος τῆς ἀληθείας ἔφυ, κοὐ ποικίλων δεῖ τἄνδιχ᾿ ἑρμηνευμάτων· ἔχει γὰρ αὐτὰ καιρόν· ὁ δ᾿ ἄδικος λόγος νοσῶν ἐν αὑτῷ φαρμάκων δεῖται σοφῶν. ἐγὼ δὲ πατρὸς δωμάτων προυσκεψάμην τοὐμόν τε καὶ τοῦδ᾿, ἐκφυγεῖν χρῄζων ἀρὰς ἃς Οἰδίπους ἐφθέγξατ᾿ εἰς ἡμᾶς ποτε· ἐξῆλθον ἔξω τῆσδ᾿ ἑκὼν αὐτὸς χθονός, δοὺς τῷδ᾿ ἀνάσσειν πατρίδος ἐνιαυτοῦ κύκλον, ὥστ᾿ αὐτὸς ἄρχειν αὖθις ἀνὰ μέρος λαβὼν καὶ μὴ δι᾿ ἔχθρας τῷδε καὶ φθόνου μολὼν κακόν τι δρᾶσαι καὶ παθεῖν, ἃ γίγνεται. ὁ δ᾿ αἰνέσας ταῦθ᾿ ὁρκίους τε δοὺς θεοὺς ἔδρασεν οὐδὲν ὧν ὑπέσχετ᾿, ἀλλ᾿ ἔχει τυραννίδ᾿ αὐτὸς καὶ δόμων ἐμὸν μέρος. καὶ νῦν ἕτοιμός εἰμι τἀμαυτοῦ λαβὼν στρατὸν μὲν ἔξω τῆσδ᾿ ἀποστεῖλαι χθονός, οἰκεῖν δὲ τὸν ἐμὸν οἶκον ἀνὰ μέρος λαβὼν καὶ τῷδ᾿ ἀφεῖναι τὸν ἴσον αὖθις χρόνον,

473 δὲ πατρὸς] δ’ ἀπάρας Diggle Triclinius



478-480 del. Diggle

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460

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487 Jackson :

LAS FENICIAS

cuanto a ti, Polinices, vuelve tu rostro hacia tu hermano: si lo miras a los ojos, hablarás mejor y escucharás mejor sus palabras. Quiero daros a ambos un buen consejo: cuando un amigo que está irritado contra otro amigo se encuentra con él y lo mira a los ojos, no debe pensar más que en la situación presente, sin recordar ninguno de los males pasados. Tú tienes la palabra en primer lugar, Polinices, hijo mío, pues eres tú quien ha venido aquí al frente del ejército de los hijos de Dánao por haber sido tratado injustamente, según tú mismo dices. ¡Que uno de los dioses actúe como juez y termine reconciliándoos! POLINICES. Sencillo es el lenguaje de la verdad, y lo que es justo no precisa de interpretaciones rebuscadas, pues por sí mismo se acredita, mientras que la injusticia, enfermiza de por sí, necesita remedios sabios. En lo que a mí concierne, antepuse a la herencia paterna mi interés y el de este, pugnando por huir de las maldiciones que Edipo lanzó otrora contra nosotros. De modo que salí por voluntad propia de esta tierra, dejando que este reinara en el país por espacio de un año, al cabo del cual yo ocuparía a mi vez el trono, y así sucesivamente, a fin de no llegar con él ni al odio ni al asesinato y no sufrir ni padecer mal alguno, como es habitual en estos casos. Pero él, después de convenir en ello y jurarlo por los dioses, ha hecho caso omiso de lo prometido y se ha quedado para él el poder real y mi parte de la herencia. Incluso ahora estoy dispuesto, si recupero lo que se me debe, a hacer salir el ejército de esta tierra, a vivir en palacio, turnándome con Eteocles por igual espacio de tiempo, y a no devastar

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο. ΕΤ.

καὶ μήτε πορθεῖν πατρίδα μήτε προσφέρειν πύργοισι πηκτῶν κλιμάκων προσαμβάσεις· ἃ μὴ κυρήσας τῆς δίκης πειράσομαι δρᾶν. μάρτυρας δὲ τῶνδε δαίμονας καλῶ ὡς πάντα πράσσων σὺν δίκῃ δίκης ἄτερ ἀποστεροῦμαι πατρίδος ἀνοσιώτατα. ταῦτ᾿ αὔθ᾿ ἕκαστα, μῆτερ, οὐχὶ περιπλοκὰς λόγων ἀθροίσας εἶπον ἀλλὰ καὶ σοφοῖς καὶ τοῖσι φαύλοις ἔνδιχ᾿, ὡς ἐμοὶ δοκεῖ. ἐμοὶ μέν, εἰ καὶ μὴ καθ᾿ Ἑλλήνων χθόνα τεθράμμεθ᾿, ἀλλ᾿ οὖν ξυνετά μοι δοκεῖς λέγειν. εἰ πᾶσι ταὐτὸ καλὸν ἔφυ σοφόν θ᾿ ἅμα, οὐκ ἦν ἂν ἀμφίλεκτος ἀνθρώποις ἔρις· νῦν δ᾿ οὔθ᾿ ὅμοιον οὐδὲν οὔτ᾿ ἴσον βροτοῖς πλὴν ὀνόμασιν· τὸ δ᾿ ἔργον οὐκ ἔστιν τόδε. ἐγὼ γὰρ οὐδέν, μῆτερ, ἀποκρύψας ἐρῶ· ἄστρων ἂν ἔλθοιμ᾿ ἡλίου πρὸς ἀντολὰς καὶ γῆς ἔνερθε, δυνατὸς ὢν δρᾶσαι τάδε, τὴν θεῶν μεγίστην ὥστ᾿ ἔχειν Τυραννίδα. τοῦτ᾿ οὖν τὸ χρηστόν, μῆτερ, οὐχὶ βούλομαι ἄλλῳ παρεῖναι μᾶλλον ἢ σῴζειν ἐμοί· ἀνανδρία γάρ, τὸ πλέον ὅστις ἀπολέσας τοὔλασσον ἔλαβε. πρὸς δὲ τοῖσδ᾿ αἰσχύνομαι ἐλθόντα σὺν ὅπλοις τόνδε καὶ πορθοῦντα γῆν τυχεῖν ἃ χρῄζει· ταῖς γὰρ ἂν Θήβαις τόδε γένοιτ᾿ ὄνειδος, εἰ Μυκηναίου δορὸς φόβῳ παρείην σκῆπτρα τἀμὰ τῷδ᾿ ἔχειν. χρῆν δ᾿ αὐτὸν οὐχ ὅπλοισι τὰς διαλλαγάς, μῆτερ, ποιεῖσθαι· πᾶν γὰρ ἐξαιρεῖ λόγος ὃ καὶ σίδηρος πολεμίων δράσειεν ἄν. ἀλλ᾿, εἰ μὲν ἄλλως τήνδε γῆν οἰκεῖν θέλει, ἔξεστ᾿· ἐκείνου δ᾿ οὐχ ἑκὼν μεθήσομαι.

502 ὀνόμασιν Porson : ὀνομάσαι codd.



490

495

500

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504 ἡλίου] αἰθέρος Stobaeus Mastronarde

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LAS FENICIAS

mi patria, ni arrimar a las torres las sólidas escalas, cosa que haré si no obtengo justicia. Pongo por testigos a los dioses de que he obrado con justicia en todo momento y de que, sin ella, me he visto despojado de mi patria de la manera más impía. Estos son los hechos, madre, expresados tal y como son, sin ningún tipo de circunloquios, en su justa medida, según creo, tanto para el sabio entendedor como para el necio. CORIFEO. Aunque no me haya criado en la Hélade, me parece sensato lo que dices. ETEOCLES. Si la belleza y la cordura fuesen las mismas para todos, no habría controversias ni querellas entre los hombres. Pero ahora nada existe ni semejante ni igual para los mortales, a excepción de los nombres: la realidad es diferente. En cuanto a mí, madre, hablaré sin ocultar nada. Subiría hasta el sol y hasta el nacimiento de los astros y bajaría al fondo de la tierra, si fuese capaz de ello, con tal de conservar el Poder, la más grande de las deidades. Me niego, madre, a ceder a otro un bien semejante en lugar de guardarlo para mí solo. Sería un cobarde si renunciase a lo grande para obtener algo más pequeño. Y, además, me daría vergüenza que este lograse su propósito por haberse alzado en armas para destruir nuestra tierra: para Tebas sería un oprobio que por miedo a las lanzas micénicas permitiese que este se apoderara de mi cetro. Nunca debió venir armado con vistas a una reconciliación, pues la palabra es tan devastadora como el hierro del enemigo. Es libre de vivir en este país de cualquier otro modo, pero al trono no pienso renunciar de buen grado. Si puedo seguir siendo

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο. ΙΟ .

ἄρχειν παρόν μοι, τῷδε δουλεύσω ποτέ; πρὸς ταῦτ᾿ ἴτω μὲν πῦρ, ἴτω δὲ φάσγανα, ζεύγνυσθε δ᾿ ἵππους, πεδία πίμπλαθ᾿ ἁρμάτων, ὡς οὐ παρήσω τῷδ᾿ ἐμὴν τυραννίδα. εἴπερ γὰρ ἀδικεῖν χρή, τυραννίδος πέρι κάλλιστον ἀδικεῖν, τἄλλα δ᾿ εὐσεβεῖν χρεών. οὐκ εὖ λέγειν χρὴ μὴ ᾿πὶ τοῖς ἔργοις καλοῖς· οὐ γὰρ καλὸν τοῦτ᾿ ἀλλὰ τῇ δίκῃ πικρόν. ὦ τέκνον, οὐχ ἅπαντα τῷ γήρᾳ κακά, Ἐτεόκλεες, πρόσεστιν· ἀλλ᾿ ἡμπειρία ἔχει τι λέξαι τῶν νέων σοφώτερον. τί τῆς κακίστης δαιμόνων ἐφίεσαι Φιλοτιμίας, παῖ; μὴ σύ γ᾿· ἄδικος ἡ θεός· πολλοὺς δ᾿ ἐς οἴκους καὶ πόλεις εὐδαίμονας ἐσῆλθε κἀξῆλθ᾿ ἐπ᾿ ὀλέθρῳ τῶν χρωμένων· ἐφ᾿ ᾗ σὺ μαίνῃ. κεῖνο κάλλιον, τέκνον, Ἰσότητα τιμᾶν, ἣ φίλους ἀεὶ φίλοις πόλεις τε πόλεσι συμμάχους τε συμμάχοις συνδεῖ· τὸ γὰρ ἴσον νόμιμον ἀνθρώποις ἔφυ, τῷ πλέονι δ᾿ αἰεὶ πολέμιον καθίσταται τοὔλασσον ἐχθρᾶς θ᾿ ἡμέρας κατάρχεται. καὶ γὰρ μέτρ᾿ ἀνθρώποισι καὶ μέρη σταθμῶν Ἰσότης ἔταξε κἀριθμὸν διώρισεν, νυκτός τ᾿ ἀφεγγὲς βλέφαρον ἡλίου τε φῶς ἴσον βαδίζει τὸν ἐνιαύσιον κύκλον, κοὐδέτερον αὐτῶν φθόνον ἔχει νικώμενον. εἶθ᾿ ἥλιος μὲν νύξ τε δουλεύει μέτροις, σὺ δ᾿ οὐκ ἀνέξῃ δωμάτων ἔχων ἴσον; καὶ τῷδε νεῖμαι; κᾆτα ποῦ ᾿στιν ἡ δίκη; τί τὴν τυραννίδ᾿, ἀδικίαν εὐδαίμονα, τιμᾷς ὑπέρφευ καὶ μέγ᾿ ἥγησαι τόδε;

520 del. Kirchhoff • 546 μέτροις Weil : βροτοῖς codd. ἀπονεῖμαι MBVL : ἀπονέμειν P : ἀπονέμων A

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520

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548 νεῖμαι Salmasius :

LAS FENICIAS

el amo, ¿voy a convertirme en su esclavo? Así, pues, ¡venga el fuego, vengan las espadas, uncid los caballos, llenad las llanuras de carros! No pienso renunciar al poder. Si hay que violar la justicia, está muy bien hacerlo en aras del Poder. En lo demás conviene ser piadoso. CORIFEO. No hay que hablar bien de acciones innobles. Y esta no es buena, sino odiosa para la justicia. YOCASTA. Eteocles, hijo mío, no todo son males en la vejez, pues la experiencia habla con más cordura que la juventud. ¿Por qué, hijo mío, te entregas a la peor de la diosas, a la Ambición? No hagas eso: es una diosa injusta. Entra en muchas casas y ciudades y, al salir, siembra ruina entre sus fieles. Por su culpa eres tú un insensato. Es mejor venerar la Equidad, que une a los amigos con los amigos, a las ciudades con las ciudades y a los aliados con los aliados. Ser equitativo confiere estabilidad a los hombres, mientras que contra el de arriba se alza siempre como enemigo el de abajo, y los días de odio comienzan. La Equidad fue quien estableció los pesos y medidas para los hombres, y también la numeración. La noche de ojos oscuros y el luminoso sol recorren equitativamente el ciclo del año, y ni la una ni el otro, al ser vencidos, tienen envidia de su rival. ¿De manera que el sol y la noche se atienen a medidas y tú no vas a tolerar que este tenga una parte equitativa del palacio ni a reconocer su derecho? Entonces, ¿dónde está la justicia? ¿Por qué honras por encima de todo al Poder, esa injusticia afortunada, y solo piensas en recibir honores públicos?

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περιβλέπεσθαι τίμιον; κενὸν μὲν οὖν. ἢ πολλὰ μοχθεῖν πόλλ᾿ ἔχων ἐν δώμασι βούλῃ; τί δ᾿ ἔστι τὸ πλέον; ὄνομ῾ ἔχει μόνον· ἐπεὶ τά γ᾿ ἀρκοῦνθ᾿ ἱκανὰ τοῖς γε σώφροσιν. οὔτοι τὰ χρήματ᾿ ἴδια κέκτηνται βροτοί, τὰ τῶν θεῶν δ᾿ ἔχοντες ἐπιμελούμεθα· ὅταν δὲ χρῄζωσ᾿ αὔτ᾿ ἀφαιροῦνται πάλιν· ὁ δ᾿ ὄλβος οὐ βέβαιος ἀλλ᾿ ἐφήμερος. ἄγ᾿, ἤν σ᾿ ἔρωμαι δύο λόγω προθεῖσ᾿ ἅμα, πότερα τυραννεῖν ἢ πόλιν σῷσαι θέλεις, ἐρεῖς τυραννεῖν; ἢν δὲ νικήσῃ σ᾿ ὅδε Ἀργεῖά τ᾿ ἔγχη δόρυ τὸ Καδμείων ἕλῃ, ὄψῃ δαμασθὲν ἄστυ Θηβαίον τόδε, ὄψῃ δὲ πολλὰς αἰχμαλωτίδας κόρας βίᾳ πρὸς ἀνδρῶν πολεμίων πορθουμένας. ὀδυνηρὸς ἆρ᾿ ὁ πλοῦτος ὃν ζητεῖς ἔχειν γενήσεται Θήβαισι, φιλότιμος δὲ σύ. σοὶ μὲν τάδ᾿ αὐδῶ. σοὶ δέ, Πολύνεικες, λέγω· ἀμαθεῖς Ἄδραστος χάριτας ἐς σ᾿ ἀνήψατο, ἀσύνετα δ᾿ ἦλθες καὶ σὺ πορθήσων πόλιν. φέρ᾿, ἢν ἕλῃς γῆν τήνδ᾿, ὃ μὴ τύχοι ποτέ, πρὸς θεῶν, τροπαῖα πῶς ἀναστήσεις Διί; πῶς δ᾿ αὖ κατάρξῃ θυμάτων, ἑλὼν πάτραν, καὶ σκῦλα γράψεις πῶς ἐπ᾿ Ἰνάχου ῥοαῖς; Θήβας πυρώσας τάσδε Πολυνείκης θεοῖς ἀσπίδας ἔθηκε; μήποτ᾿, ὦ τέκνον, κλέος τοιόνδε σοι γένοιθ᾿ ὑφ᾿ Ἑλλήνων λαβεῖν. ἢν δ᾿ αὖ κρατηθῆις καὶ τὰ τοῦδ᾿ ὑπερδράμῃ, πῶς Ἄργος ἥξεις μυρίους λιπὼν νεκρούς; ἐρεῖ δὲ δή τις· Ὦ κακὰ μνηστεύματα Ἄδραστε προσθείς, διὰ μιᾶς νύμφης γάμον ἀπωλόμεσθα. δύο κακὼ σπεύδεις, τέκνον, 558 del. Valckenaer στήσεις Porson



563 Θηβαῖον ML : Θηβαῖων ABVP

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555

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572 ἀναστήσεις] ἄρα

LAS FENICIAS

Vana cosa es, a fe mía. ¿A qué tantos esfuerzos para acumular bienes en palacio? ¿Qué es la abundancia? Apenas un nombre, puesto que a los sensatos les basta con lo necesario. Las riquezas que poseemos los mortales no son nuestras: son de los dioses, nosotros nos limitamos a cuidarlas; cuando ellos quieren, nos las arrebatan. La prosperidad no es estable, sino efímera. Si te pongo en la disyuntiva de reinar o de salvar la ciudad, ¿elegirás ser rey? Pero si este te vence y las lanzas de Argos se imponen sobre las picas cadmeas, verás sometida la ciudadela tebana, verás a muchas doncellas cautivas padecer la violencia brutal del enemigo. Resultará funesta para Tebas la riqueza que tú, ambicioso, quieres poseer. Y ahora es a ti, Polinices, a quien me dirijo. Insensatos son los favores que te ha dispensado Adrasto, e irresponsable también tu venida para destruir la ciudad. Si llegas a conquistar esta tierra —¡ojalá, por los dioses, que no suceda!—, ¿vas a erigir un trofeo en honor de Zeus? ¿Vas a celebrar sacrificios después de someter a tu patria? ¿Qué inscripción vas a dedicar, a orillas del Ínaco, a los despojos? ¿«Tras incendiar Tebas, Polinices consagró estos escudos a los dioses»? ¡Que nunca, hijo mío, te atribuyan los griegos semejante timbre de gloria! Y si, por el contrario, eres tú el vencido y triunfa este, ¿cómo regresarás a Argos, dejando aquí innumerables cadáveres? Alguien dirá: «¡Funestos esponsales dispusiste, Adrasto, pues por la boda de una sola novia nos hemos perdido!» Corres al encuentro de

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Χ Ο. ΕΤ.

Π Ο. ΕΤ. Π Ο. ΕΤ. Π Ο. ΕΤ. Π Ο. ΕΤ. Π Ο. Π Ο. Π Ο.

κείνων στέρεσθαι τῶνδέ τ᾿ ἐν μέσῳ πεσεῖν. μέθετον τὸ λίαν, μέθετον· ἀμαθία δυοῖν, ἐς ταὔθ᾿ ὅταν μόλητον, ἔχθιστον κακόν. ὦ θεοί, γένοισθε τῶνδ᾿ ἀπότροποι κακῶν καὶ ξύμβασίν τιν᾿ Οἰδίπου τέκνοις δότε. μῆτερ, οὐ λόγων ἔθ᾿ ἁγών, ἀλλ᾿ ἀναλοῦται χρόνος οὑν μέσῳ μάτην, περαίνει δ᾿ οὐδὲν ἡ προθυμία· οὐ γὰρ ἂν ξυμβαῖμεν ἄλλως ἢ ᾿πὶ τοῖς εἰρημένοις, ὥστ᾿ ἐμὲ σκήπτρων κρατοῦντα τῆσδ᾿ ἄνακτ᾿ εἶναι χθονός· τῶν μακρῶν δ᾿ ἀπαλλαγεῖσα νουθετημάτων μ᾿ ἔα. καὶ σὺ τῶνδ᾿ ἔξω κομίζου τειχέων, ἢ κατθανῇ. πρὸς τίνος; τίς ὧδ᾿ ἄτρωτος ὅστις εἰς ἡμᾶς ξίφος φόνιον ἐμβαλὼν τὸν αὐτὸν οὐκ ἀποίσεται μόρον; ἐγγύς, οὐ πρόσω βέβηκεν· ἐς χέρας λεύσσεις ἐμάς; εἰσορῶ· δειλὸν δ᾿ ὁ πλοῦτος καὶ φιλόψυχον κακόν. κᾆτα σὺν πολλοῖσιν ἦλθες πρὸς τὸν οὐδὲν ἐς μάχην; ἀσφαλὴς γάρ ἐστ᾿ ἀμείνων ἢ θρασὺς στρατηλάτης. κομπὸς εἶ σπονδαῖς πεποιθώς, αἵ σε σῴζουσιν θανεῖν. καὶ σέ· δεύτερον δ᾿ ἀπαιτῶ σκῆπτρα καὶ μέρη χθονός. οὐκ ἀπαιτούμεσθ᾿· ἐγὼ γὰρ τὸν ἐμὸν οἰκήσω δόμον. τοῦ μέρους ἔχων τὸ πλεῖον; ΕΤ. φήμ᾿· ἀπαλλάσσου δὲ γῆς. ὦ θεῶν βωμοὶ πατρῴων... ΕΤ. οὓς σὺ πορθήσων πάρει. κλύετέ μου... ΕΤ. τίς δ᾿ ἂν κλύοι σου πατρίδ᾿ ἐπεστρατευμένου;

601 δ’ Wilamowitz : γ’ codd.

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585

590

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600

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LAS FENICIAS

dos males, hijo: perder lo que allí tienes y caer aquí antes de conseguir tu propósito. ¡Renunciad, renunciad ambos a tales excesos! No hay desgracia peor que la confluencia de dos cegueras. CORIFEO. ¡Oh dioses, alejad estos males y haced que lleguen a un acuerdo los hijos de Edipo! ETEOCLES. Madre, ya no se trata de luchar con palabras. El tiempo que empleemos en ello será vano, y tu celo nada conseguirá. Ningún acuerdo habrá de no ser en las condiciones ya dichas: que yo posea el cetro y sea el soberano de esta tierra. Renuncia a tus prolijas amonestaciones y déjame. (Dirigiéndose a Polinices) Y tú, sal fuera de estos muros o morirás. POLINICES. ¿A manos de quién? ¿Quién habrá que, empuñando la espada asesina contra mí, sea tan invulnerable como para no padecer la misma suerte? ETEOCLES. Ante ti está, muy cerca. ¡Fíjate en mis manos! POLINICES. Las veo. Pero la riqueza es un mal cobarde y apegado a la vida. ETEOCLES. ¿Y has acudido con tantos guerreros contra un combatiente tan despreciable? POLINICES. Más vale un caudillo prudente que uno temerario. ETEOCLES. Fanfarroneas a cuenta de la tregua que te salva de la muerte. POLINICES. Y a ti. Reclamo por segunda vez el cetro y mi parte de la tierra. ETEOCLES. No admito reclamaciones. Seguiré siendo el dueño de esta casa. POLINICES. ¿Quedándote con más de lo que te corresponde? ETEOCLES. Por supuesto. Sal ya de este país. POLINICES. Oh altares de los dioses patrios… ETEOCLES. Que tú vienes a destruir. POLINICES. Escuchadme… ETEOCLES. ¿Quién va escucharte a ti, que diriges un ejército contra tu patria?

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Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. ΠΟ. Π Ο. Π Ο. Π Ο. Π Ο. ΠΟ. ΠΟ.

καὶ θεῶν τῶν λευκοπώλων δώμαθ᾿... ΕΤ. οἳ στυγοῦσί σε. ἐξελαυνόμεσθα πατρίδος... ΕΤ. καὶ γὰρ ἦλθες ἐξελῶν. ἀδικίᾳ γ᾿, ὦ θεοί. ΕΤ. Μυκήναις, μὴ ᾿νθάδ᾿ ἀνακάλει θεούς. ἀνόσιος πέφυκας... ΕΤ. ἀλλ᾿ οὐ πατρίδος, ὡς σὺ, πολέμιος. ὅς μ᾿ ἄμοιρον ἐξελαύνεις. ΕΤ. καὶ κατακτενῶ γε πρός. ὦ πάτερ, κλύεις ἃ πάσχω; ΕΤ καὶ γὰρ οἷα δρᾷς κλύει. καὶ σύ, μῆτερ; ΕΤ. ἀθέμιτόν σοι μητρὸς ὀνομάζειν κάρα. ὦ πόλις. ΕΤ. μολὼν ἐς Ἄργος ἀνακάλει Λέρνης ὕδωρ. εἶμι, μὴ πόνει· σὲ δ᾿ αἰνῶ, μῆτερ. ΕΤ. ἔξιθι χθονός. ἔξιμεν· πατέρα δέ μοι δὸς εἰσιδεῖν. ΕΤ. οὐκ ἂν τύχοις. ἀλλὰ παρθένους ἀδελφάς. ΕΤ. οὐδὲ τάσδ᾿ ὄψῃ ποτέ. ὦ κασίγνηται. ΕΤ. τί ταύτας ἀνακαλεῖς ἔχθιστος ὤν; μῆτερ, ἀλλά μοι σὺ χαῖρε. ΙΟ. χαρτὰ γοῦν πάσχω, τέκνον. οὐκέτ᾿ εἰμὶ παῖς σός. ΙΟ. ἐς πόλλ᾿ ἀθλία πέφυκ᾿ ἐγώ. ὅδε γὰρ εἰς ἡμᾶς ὑβρίζει. ΕΤ. καὶ γὰρ ἀνθυβρίζομαι.

615 ἔξιμεν Musgrave : ἔξειμι codd.

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LAS FENICIAS

POLINICES. Y vosotras, moradas de los dioses de blancos caballos20… ETEOCLES. Dioses que te aborrecen. POLINICES. Me expulsan de mi patria… ETEOCLES. Tú has venido para expulsarme de ella a mí. POLINICES. …injustamente, oh dioses. ETEOCLES. Invoca a los dioses en Micenas, no aquí. POLINICES. Eres un impío… ETEOCLES. Pero no un enemigo de la patria, como tú. POLINICES. …que me expulsa sin darme lo que me pertenece. ETEOCLES. Y que, además, te matará. POLINICES. ¿Estás oyendo, padre, lo que sufro? ETEOCLES. Y también oye lo que haces. POLINICES. ¿Y tú, madre? ETEOCLES. ¡A tu madre ni la nombres! POLINICES. ¡Oh ciudad! ETEOCLES. ¡Vete a Argos, a invocar el agua de Lerna21! POLINICES. Me iré, no te preocupes. Te doy las gracias, madre. ETEOCLES. ¡Sal de esta tierra! POLINICES. Saldré. Pero antes déjame ver a mi padre. ETEOCLES. No vas a conseguirlo. POLINICES. O, por lo menos, a mis jóvenes hermanas. ETEOCLES. No volverás a verlas nunca. POLINICES. ¡Ah, hermanas mías! ETEOCLES. ¿Por qué las llamas, siendo su peor enemigo? POLINICES. Adiós, madre. Sé feliz. YOCASTA. Me gustaría serlo, pero sufro, hijo mío. POLINICES. Yo ya no soy tu hijo. YOCASTA. ¡Qué desgraciada soy! POLINICES. Sí, pues es este quien nos ultraja. ETEOCLES. He sido yo quien ha sido ultrajado.

20 21

Anfión y Zeto, protohéroes tebanos, hijos de Antíope y de Zeus. Véease nota 8.

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Π Ο. Π Ο. ΙΟ . ΙΟ . Π Ο.

ΕΤ. Χ Ο.

ποῦ ποτε στήσῃ πρὸ πύργων; ΕΤ. ὡς τί μ᾿ ἱστορεῖς τόδε; ἀντιτάξομαι κτενῶν σε. ΕΤ. κἀμὲ τοῦδ᾿ ἔρως ἔχει. ὦ τάλαιν᾿ ἐγώ· τί δράσετ᾿, ὦ τέκν’; ΠΟ. αὐτὸ σημανεῖ. πατρὸς οὐ φεύξεσθ᾿ Ἐρινῦς; ΕΤ. ἐρρέτω πρόπας δόμος· ὡς τάχ᾿ οὐκέθ᾿ αἱματηρὸν τοὐμὸν ἀργήσει ξίφος. τὴν δὲ θρέψασάν με γαῖαν καὶ θεοὺς μαρτύρομαι ὡς ἄτιμος οἰκτρὰ πάσχων ἐξελαύνομαι χθονός, δοῦλος ὣς, ἀλλ᾿ οὐχὶ ταὐτοῦ πατρὸς Οἰδίπου γεγώς· κἄν τί σοι, πόλις, γένηται, μὴ ᾿μέ, τόνδε δ᾿ αἰτιῶ. οὐχ ἑκὼν γὰρ ἦλθον, ἄκων δ᾿ ἐξελαύνομαι χθονός. καὶ σύ, Φοῖβ᾿ ἄναξ Ἀγυιεῦ, καὶ μέλαθρα, χαίρετε, ἥλικές θ᾿ οὑμοὶ, θεῶν τε δεξίμηλ᾿ ἀγάλματα. οὐ γὰρ οἶδ᾿ εἴ μοι προσειπεῖν αὖθις ἔσθ᾿ ὑμᾶς ποτε· ἐλπίδες δ᾿ οὔπω καθεύδουσ᾿, αἷς πέποιθα σὺν θεοῖς τόνδ᾿ ἀποκτείνας κρατήσειν τῆσδε Θηβαίας χθονός. ἔξιθ᾿ ἐκ χώρας· ἀληθῶς δ᾿ ὄνομα Πολυνείκη πατὴρ ἔθετό σοι θείᾳ προνοίᾳ νεικέων ἐπώνυμον.

625

630

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Κάδμος ἔμολε τάνδε γᾶν Τύριος, ᾧ τετρασκελὲς μόσχος ἀδάματος πέσημα δίκε τελεσφόρον διδοῦσα χρησμόν, οὗ κατοικίσαι πεδία νιν τὸ θέσφατον πυροφόρα δόμων ἔχρη,

[στρ. 640

639-640 τετρασκελὲς ... ἀδάματος Bergk : τετρασκελὴς ... ἀδάματον codd. Dindorf : μιν Musgrave : μὲν codd. • 644 ἔχρη Bergk : ἔχρησε codd.

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643 νιν

LAS FENICIAS

POLINICES. ¿En qué lugar de las murallas vas a ponerte? ETEOCLES. ¿A qué viene esa pregunta? POLINICES. A que pienso enfrentarme contigo y matarte. ETEOCLES. Yo ardo en deseos de hacer lo mismo. YOCASTA. ¡Desdichada de mí! ¿Qué vais a hacer, hijos míos? POLINICES. Los propios hechos lo dirán. YOCASTA. ¿No vais, pues, a evitar las maldiciones de vuestro padre? ETEOCLES. ¡Que se hunda toda la casa! POLINICES. ¡Pronto dejará de estar ociosa mi mortífera espada! Pongo a la tierra que me crió y a los dioses como testigos de que, privado de mis derechos, he sido expulsado de mi país como un esclavo, no como quien nació de un mismo padre: Edipo. Y si algo malo te sucede, ciudad, no será por mi culpa, sino por la de este, pues a mi pesar vine, y a mi pesar me expulsan de la patria. Y a ti, Febo, protector de la vía pública22, y a vosotros, palacio, y compañeros de mi edad, y estatuas de los dioses que recibís sacrificios, os digo adiós, porque no sé si podré volver a saludaros otra vez. Pero aún no está dormida mi esperanza: confío en que, con ayuda de los dioses, pueda dar muerte a este y reinar sobre esta tierra tebana. ETEOCLES. ¡Sal de este país! No cabe duda de que tu padre tuvo una inspiración divina al ponerte el nombre de Polinices, por las muchas querellas que suscitas23. (Yocasta y Eteocles entran en el palacio, Polinices regresa al campamento de los sitiadores) CORO. (Estrofa) Cadmo el tirio llegó a este país, y, dando cumplimiento al oráculo, una indómita ternera dejó caer de un salto sus cuatro patas en el lugar en que él debía poblar de casas las llanuras

22 En escena habría una estatua de Apolo ᾿Αγυιεύς o «Protector de las Calles», a la que se dirigiría en este momento Polinices. 23 En efecto, la etimología de Πολυνείκης apunta a eso: πολύ, ‘mucho’, y νεῖκος, ‘querella’, ‘discordia’.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

καλλιπόταμος ὕδατος ἵνα τε νοτὶς ἐπέρχεται †γυίας† Δίρκας χλοηφόρους καὶ βαθυσπόρους γύας· Βρόμιον ἔνθα τέκετο μάτηρ Διὸς γάμοισιν, κισσὸς ὃν περιστεφὴς ἑλικτὸς εὐθὺς ἔτι βρέφος χλοηφόροισιν ἔρνεσιν κατασκίοισιν ὀλβίσας ἐνώτισεν, Βάκχιον χόρευμα παρθένοισι Θηβαΐαισι καὶ γυναιξὶν εὐίοις. ἔνθα φόνιος ἦν δράκων Ἄρεος, ὠμόφρων φύλαξ, νάματ᾿ ἔνυδρα καὶ ῥέεθρα χλοερὰ δεργμάτων κόραισι πολυπλάνοις ἐπισκοπῶν· ὃν ἐπὶ χέρνιβας μολὼν Κάδμος ὄλεσε μαρμάρῳ, κρᾶτα φόνιον ὀλεσίθηρος ὠλένας δικὼν βολαῖς· δίας ἀμάτορος Παλλάδος φραδαῖς ἐς βαθυσπόρους γύας· γαπετεῖς ὀδόντας. ἔνθεν ἐξανῆκε γᾶ πάνοπλον ὄψιν ὑπὲρ ἄκρων

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[ἀντ.

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646 γυίας MBV : γαίας LP : γᾶς A : γύας Valckenaer : γάνος Mastronarde : ῥοαῖς Willink : ῥυτᾶς Hermann • 648 γύας Barnes : γυίας codd. • 652 ἑλικτὸς] ἕλικος Hermann • 665 δικὼν] κιχὼν Kock • 666 Brunck : Rauchenstein • 667 Mastronarde post Wilamowitz • 669 ante 668 transp. Mastronarde post Conradt • 668 ὀδόντας Conradt : δικὼν ὀδόντας codd.

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LAS FENICIAS

ricas en trigo, por donde la hermosa corriente de Dirce riega con sus aguas las herbosas y fértiles campiñas. Allí dio a luz a Bromio su madre24, después de unirse a Zeus. Al dios, nada más nacer, la hiedra, coronándolo en círculo con sus verdes y umbrosas hojas, lo protegió, origen de las danzas báquicas de las jóvenes tebanas y de los evohé femeninos. (Antistrofa) Había allí un sanguinario dragón de Ares, cruel guardián, que paseaba sus escrutadoras pupilas por las fuentes de agua y las verdes corrientes. Cuando Cadmo fue a sacar agua para el sacrificio25, mató al dragón con una piedra, arrojándola desde su poderoso brazo a la cabeza sanguinaria del monstruo. Después, siguiendo el consejo de la divina Palas, hija sin madre de Zeus, sembró sus dientes en la fértil campiña circundante. Y de ellos surgió una cosecha de fantasmagóricos guerreros que se alzaron sobre las cum-

24 «El que retumba», epíteto del dios Dioniso, fruto de los amores de Sémele, hija de Cadmo, con Zeus. 25 Se trata del sacrificio de la ternera que había jugado tan importante papel en la elección del lugar donde, según el oráculo, se asentaría la ciudad de Tebas.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ὅρων χθονός· σιδαρόφρων δέ νιν φόνος ξυνῆψε γᾷ φίλᾳ. αἵματος δ᾿ ἔδευσε γαῖαν, ἅ νιν εὐαλίοισι δεῖξεν αἰθέρος πνοαῖς. καὶ σέ, τὸν προμάτορος Ἰοῦς ποτ᾿ ἔκγονον Ἔπαφον, ὦ Διὸς γένεθλον, [ἐκάλεσ’] ἐκάλεσα βαρβάρῳ βοᾷ, ἰώ, βαρβάροις λιταῖς· βᾶθι βᾶθι τάνδε γᾶν· σοί νιν ἔκγονοι κτίσαν καὶ διώνυμοι θεαί, Περσέφασσα καὶ φίλα Δαμάτηρ θεά, πάντων ἄνασσα, πάντων δὲ Γᾶ τροφός, κτήσαντο· πέμπε πυρφόρους θεάς, ἄμυνε τᾷδε γᾷ· πάντα δ᾿ εὐπετῆ θεοῖς. ΕΤ.

χώρει σὺ καὶ κόμιζε τὸν Μενοικέως Κρέοντ᾿, ἀδελφὸν μητρὸς Ἰοκάστης ἐμῆς, λέγων τάδ᾿, ὡς οἰκεῖα καὶ κοινὰ χθονὸς θέλω πρὸς αὐτὸν συμβαλεῖν βουλεύματα, πρὶν ἐς μάχην τε καὶ δορὸς τάξιν μολεῖν. καίτοι ποδῶν σῶν μόχθον ἐκλύει παρών· ὁρῶ γὰρ αὐτὸν πρὸς δόμους στείχοντ᾿ ἐμούς.

679 ἐκάλεσ’ del. Bothe



683 καὶ Hartung : ᾇ MBV : ἇ APL

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[ἐπῳδ.

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LAS FENICIAS

bres del país, pero la matanza de corazón de hierro los devolvió a su querida tierra y empapó con su sangre el suelo de donde nacieron a los soplos soleados del éter. (Epodo) Y a ti, Épafo, retoño de Zeus, vástago otrora de nuestra antepasada Ío26, te invoco con un grito bárbaro, ¡ió!, y con bárbaras súplicas. Ven, ven a esta tierra. Tus descendientes la fundaron, y la hicieron suya las diosas que se invocan a la vez, Perséfone y la bienamada Deméter, soberana de todo y Tierra nutricia de todo27. Envía a las diosas portadoras de antorchas28, protege este país. Todo es fácil para los dioses. (Eteocles sale del palacio y llama a un sirviente) ETEOCLES. Ve en busca de Creonte, el hijo de Meneceo y hermano de mi madre Yocasta, y dile que quiero hablar con él sobre cuestiones familiares y asuntos de Estado antes de ir al combate y a las filas de lanzas. Pero su presencia ahorra a tus pies ese trabajo, pues veo que se acerca al palacio.

26 27

Véase nota 15. Aquí Deméter se identifica con Gea (la Tierra), fundiendo dos deidades en

una. 28

Se suele representar a Deméter y a su hija Perséfone llevando antorchas.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΚΡΕΩΝ

ΕΤ. ΚΡ.

ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ.

ἦ πόλλ᾿ ἐπῆλθον εἰσιδεῖν χρῄζων σ᾿, ἄναξ Ἐτεόκλεες, πέριξ δὲ Καδμείων πύλας φυλακάς τ᾿ ἐπῆλθον σὸν δέμας θηρώμενος. καὶ μὴν ἐγὼ σ᾿ ἔχρῃζον εἰσιδεῖν, Κρέον· πολλῷ γὰρ ηὗρον ἐνδεεῖς διαλλαγάς ὡς ἐς λόγους συνῆψα Πολυνείκει μολών. ἤκουσα μεῖζον αὐτὸν ἐς Θήβας φρονεῖν, κήδει τ᾿ Ἀδράστου καὶ στρατῷ πεποιθότα. ἀλλ᾿ ἐς θεοὺς χρὴ ταῦτ᾿ ἀναρτήσαντ’ ἔχειν· ἃ δ᾿ ἐμποδὼν μάλιστα, ταῦθ᾿ ἥκω φράσων. τὰ ποῖα ταῦτα; τὸν λόγον γὰρ ἀγνοῶ. . ἥκει τις αἰχμάλωτος Ἀργείων πάρα. λέγει δὲ δὴ τί τῶν ἐκεῖ νεώτερον; μέλλειν πέριξ †πύργοισι† Καδμείων πόλιν ὅπλοις ἑλίξειν αὐτίκ᾿ Ἀργείων στρατόν. ἐξοιστέον τἄρ᾿ ὅπλα Καδμείων πόλει. ποῖ; μῶν νεάζων οὐχ ὁρᾷς ἃ χρή σ᾿ ὁρᾶν; ἐκτὸς τάφρων τῶνδ᾿, ὡς μαχουμένους τάχα. σμικρὸν τὸ πλῆθος τῆσδε γῆς, οἱ δ᾿ ἄφθονοι. ἐγᾦδα κείνους τοῖς λόγοις ὄντας θρασεῖς. ἔχει τιν᾿ ὄγκον τἄργος Ἑλλήνων πάρα. θάρσει· τάχ᾿ αὐτῶν πεδίον ἐμπλήσω φόνου. θέλοιμ᾿ ἄν· ἀλλὰ τοῦθ᾿ ὁρῶ πολλοῦ πόνου. ὡς οὐ καθέξω τειχέων ἔσω στρατόν. καὶ μὴν τὸ νικᾶν ἐστι πᾶν εὐβουλίας. βούλῃ τράπωμαι δῆθ᾿ ὁδοὺς ἄλλας τινάς;

710 πύργοισι] πυκνοῖσι Reiske



721 νικᾶν ἐστι] νικᾶν γ’ ἐστι Lenting

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LAS FENICIAS

(Entra Creonte) CREONTE. Por todas partes te he buscado para verte, soberano Eteocles. Hice una ronda por las puertas de los cadmeos y los puestos de guardia tratando de localizarte. ETEOCLES. También yo deseaba verte, Creonte, pues estuvo lejos de ser satisfactorio el intento de reconciliación con Polinices. CREONTE. He oído decir que se considera superior a Tebas, fiado en la alianza con Adrasto y su ejército. Pero eso hay que dejar que sean los dioses quienes lo juzguen. Son temas de mayor urgencia los que quiero comunicarte. ETEOCLES. ¿De qué se trata? No sé a qué te refieres. CREONTE. Hemos hecho prisionero a uno de los argivos. ETEOCLES. ¿Qué cuenta de lo que ocurre en su campamento? CREONTE. Que el ejército argivo está a punto de sitiarnos, desplegándose alrededor de las murallas cadmeas. ETEOCLES. Entonces los cadmeos debemos efectuar una salida en defensa de la ciudad. CREONTE. ¿Por dónde? ¿Es que tu juventud te impide ver lo que se debe hacer? ETEOCLES. Al otro lado de estos fosos, para combatir inmediatamente. CREONTE. Nuestro ejército es pequeño, y ellos, innumerables. ETEOCLES. Pero todo su coraje se queda en sus palabras. CREONTE. Algún prestigio tiene Argos entre los griegos. ETEOCLES. Tranquilízate. Pronto cubriré la llanura con sus cadáveres. CREONTE. Eso espero. Pero te costará mucho trabajo. ETEOCLES. No pienso mantener encerrado a mi ejército dentro de las murallas. CREONTE. La victoria radica por entero en una buena estrategia. ETEOCLES. ¿Quieres, entonces, que busque planes alternativos?

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ. ΚΡ.

πάσας γε, πρὶν κίνδυνον εἰς ἅπαξ μολεῖν. εἰ νυκτὸς αὐτοῖς προσβάλοιμεν ἐκ λόχου; εἴπερ σφαλείς γε δεῦρο σωθήσῃ πάλιν. ἴσον φέρει νύξ, τοῖς δὲ τολμῶσιν πλέον. ἐνδυστυχῆσαι δεινὸν εὐφρόνης κνέφας. ἀλλ᾿ ἀμφὶ δεῖπνον οὖσι προσβάλω δόρυ; ἔκπληξις ἂν γένοιτο· νικῆσαι δὲ δεῖ. βαθύς γέ τοι Διρκαῖος ἀναχωρεῖν πόρος. ἅπαν κάκιον τοῦ φυλάσσεσθαι καλῶς. τί δ᾿ εἰ καθιππεύσαιμεν Ἀργείων στρατόν; κἀκεῖ πέφαρκται λαὸς ἅρμασιν πέριξ. τί δῆτα δράσω; πολεμίοισι δῶ πόλιν; μὴ δῆτα· βουλεύου δ᾿, ἐπείπερ εἶ σοφός. τίς οὖν πρόνοια γίγνεται σοφωτέρα; ἕπτ᾿ ἄνδρας αὐτοῖς φασιν, ὡς ἤκουσ᾿ ἐγώ... τί προστετάχθαι δρᾶν; τὸ γὰρ σθένος βραχύ. †λόχων ἀνάσσειν† ἑπτὰ προσκεῖσθαι πύλαις. τί δῆτα δρῶμεν; ἀπορίαν γὰρ οὐ μενῶ. ἕπτ᾿ ἄνδρας αὐτοῖς καὶ σὺ πρὸς πύλαις ἑλοῦ. λόχων ἀνάσσειν ἢ μονοστόλου δορός; λόχων, προκρίνας οἵπερ ἀλκιμώτατοι. ξυνῆκ᾿· ἀμύνειν τειχέων προσαμβάσεις. καὶ ξυστρατήγους · εἷς δ᾿ ἀνὴρ οὐ πάνθ᾿ ὁρᾷ.

739 cf. 742 : λόχων ἄνακτας Matthiae : λοχαγετοῦντας Wecklein

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745 Lenting

LAS FENICIAS

CREONTE. Cualquiera es bueno, con tal de no arriesgarnos a perderlo todo. ETEOCLES. ¿Y si les tendiésemos una emboscada nocturna? CREONTE. Con tal que, si fracasas, puedas volver aquí sano y salvo. ETEOCLES. La noche iguala las fuerzas, pero favorece a los audaces. CREONTE. Una derrota es aún más terrible en la oscuridad de la noche. ETEOCLES. ¿Y si me lanzo sobre ellos mientras están comiendo? CREONTE. Los sorprenderías. Pero de lo que se trata es de vencer. ETEOCLES. La corriente de Dirce es profunda para batirse en retirada. CREONTE. No hay nada mejor que ser precavido. ETEOCLES. ¿Y qué tal si cargamos a caballo contra el ejército de los argivos? CREONTE. Ten en cuenta que su campamento está completamente rodeado de carros. ETEOCLES. ¿Qué hacer entonces? ¿Entrego la ciudad al enemigo? CREONTE. De ninguna manera. Pero, ya que eres sabio, reflexiona. ETEOCLES. ¿Se te ocurre algún plan más inteligente? CREONTE. He oído decir que siete de sus hombres… ETEOCLES. ¿Qué les han dicho que hagan? Escasa tropa es esa. CREONTE. …capitanearán otras tantas huestes armadas para atacar las siete puertas. ETEOCLES. ¿Qué haremos entonces? Pues no pienso esperar a que tomen la iniciativa. CREONTE. Elige tú también siete hombres contra ellos en las puertas. ETEOCLES. ¿Al frente de tropas o para combatir ellos solos? CREONTE. Con tropas. Y escoge a los más valientes. ETEOCLES. Comprendo. Para que impidan la escalada a los muros. CREONTE. Y que compartan el mando contigo. Porque un solo hombre no lo ve todo.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΕΤ. ΚΡ. ΕΤ.

θάρσει προκρίνας ἢ φρενῶν εὐβουλίᾳ; ἀμφότερον· ἀπολειφθὲν γὰρ οὐδὲν θάτερον. ἔσται τάδ᾿· ἐλθὼν ἑπτάπυργον ἐς πόλιν τάξω λοχαγοὺς πρὸς πύλαισιν, ὡς λέγεις, ἴσους ἴσοισι πολεμίοισιν ἀντιθείς. ὄνομα δ᾿ ἑκάστου διατριβὴ πολλὴ λέγειν, ἐχθρῶν ὑπ᾿ αὐτοῖς τείχεσιν καθημένων. ἀλλ᾿ εἶμ᾿, ὅπως ἂν μὴ καταργῶμεν χέρα. καί μοι γένοιτ᾿ ἀδελφὸν ἀντήρη λαβεῖν καὶ ξυσταθέντα διὰ μάχης ἑλεῖν δορί [κτανεῖν θ᾿, ὃς ἦλθε πατρίδα πορθήσων ἐμήν]. γάμους δ᾿ ἀδελφῆς Ἀντιγόνης παιδός τε σοῦ Αἵμονος, ἐάν τι τῆς τύχης ἐγὼ σφαλῶ, σοὶ χρὴ μέλεσθαι· τὴν δόσιν δ᾿ ἐχέγγυον τὴν πρόσθε ποιῶ νῦν ἐπ᾿ ἐξόδοις ἐμαῖς. μητρὸς δ᾿ ἀδελφὸς εἶ· τί δεῖ μακρηγορεῖν; τρέφ᾿ ἀξίως νιν σοῦ τε τήν τ᾿ ἐμὴν χάριν. πατὴρ δ᾿ ἐς αὑτὸν ἀμαθίαν ὀφλισκάνει, ὄψιν τυφλώσας· οὐκ ἄγαν σφ᾿ ἐπῄνεσα· ἡμᾶς δ᾿ ἀραῖσιν, ἢν τύχῃ, κατακτενεῖ. ἓν δ᾿ ἐστὶν ἡμῖν ἀργόν, εἴ τι θέσφατον οἰωνόμαντις Τειρεσίας ἔχει φράσαι, τοῦδ᾿ ἐκπυθέσθαι ταῦτ᾿· ἐγὼ δὲ παῖδα σὸν Μενοικέα, σοῦ πατρὸς αὐτεπώνυμον, λαβόντα πέμψω δεῦρο Τειρεσίαν, Κρέον· σοὶ μὲν γὰρ ἡδὺς ἐς λόγους ἀφίξεται, ἐγὼ δὲ τέχνην μαντικὴν ἐμεμψάμην ἤδη πρὸς αὐτόν, ὥστε μοι μομφὰς ἔχειν. πόλει δὲ καὶ σοὶ ταῦτ᾿ ἐπισκήπτω, Κρέον· ἤνπερ κρατήσῃ τἀμά, Πολυνείκους νέκυν μήποτε ταφῆναι τῇδε Θηβαίᾳ χθονί, θνῄσκειν δὲ τὸν θάψαντα, κἂν φίλων τις ᾖ.

756 del. Valckenaer (cf. 1376)



770 λαβόντα] ἄξοντα Markland

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LAS FENICIAS

ETEOCLES. ¿Los elijo en función de su arrojo o de su prudencia? CREONTE. Por ambas cosas. Pues de nada vale el uno sin la otra. ETEOCLES. Así se hará. Recorreré las siete torres de la ciudad y colocaré a cada jefe ante cada una de las puertas, siguiendo tu consejo, oponiéndolos en igual número al de los enemigos. Decir el nombre de cada uno consumiría demasiado tiempo, cuando el enemigo acampa ya a los pies de las murallas. Así que me voy, pues mi brazo no debe permanecer ocioso. Ojalá sea mi hermano a quien me encuentre delante, para trabar combate de lanza contra él [y darle muerte a él, que ha venido a destruir mi patria]. De las bodas de mi hermana Antígona con tu hijo Hemón serás tú quien se ocupe, si la fortuna me es desfavorable. El compromiso que contraje en relación con su matrimonio lo ratifico ahora, cuando estoy a punto de partir. Eres hermano de mi madre. ¿Para qué decir más? Trátala dignamente por ti y por mí. Mi padre demostró estar loco al cegarse. Apenas siento aprecio por él. Sus maldiciones quizá terminen con nosotros. Una sola cosa nos queda por hacer, y es preguntar al adivino Tiresias si tiene algún oráculo que revelarnos. Enviaré a tu hijo Meneceo, que lleva el mismo nombre que tu padre, para que traiga aquí a Tiresias. De buena gana vendrá a hablar contigo, mientras que a mí, por haber censurado su arte adivinatorio, me guarda rencor. Si la victoria cae de mi lado, a la ciudad y a ti, Creonte, os encomiendo que el cadáver de Polinices jamás sea enterrado en tierra tebana y que quien trate de enterrarlo

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

[σοὶ μὲν τάδ᾿ εἶπον· προσπόλοις δ᾿ ἐμοῖς λέγω·] ἐκφέρετε τεύχη πάνοπλά τ᾿ ἀμφιβλήματα ὡς εἰς ἀγῶνα τὸν προκείμενον δορός ὁρμώμεθ᾿ ἤδη ξὺν δίκῃ νικηφόρῳ. τῇ δ᾿ Εὐλαβείᾳ, χρησιμωτάτῃ θεῶν, προσευχόμεσθα τήνδε διασῷσαι πόλιν. Χ Ο.

780

ὦ πολύμοχθος Ἄρης, τί ποθ᾿ αἵματι καὶ θανάτῳ κατέχῃ Βρομίου παράμουσος ἑορταῖς; οὐκ ἐπὶ καλλιχόροις στεφάνοισι νεάνιδος ὥρας βόστρυχον ἀμπετάσας λωτοῦ κατὰ πνεύματα μέλπῃ μοῦσαν ἐν ᾇ Χάριτες χοροποιοί, ἀλλὰ σὺν ὁπλοφόροις στρατὸν Ἀργείων ἐπιπνεύσας αἵματι Θήβας κῶμον ἀναυλότατον προχορεύεις· οὐδ᾿ ὑπὸ θυρσομανεῖ νεβρίδων μέτα δίνᾳ, ἅρμασι καὶ ψαλίων τετραβάμοσι μώνυχα πῶλον Ἱσμηνοῦ τ᾿ ἐπὶ χεύμασι βαίνων ἱππείαισι θοάζεις, Ἀργείοις ἐπιπνεύσας Σπαρτῶν γένναν, ἀσπιδοφέρμονα †θίασον ἔνοπλον†, ἀντίπαλον κατὰ λάινα τείχεα χαλκῷ κοσμήσας. ἦ δεινά τις Ἔρις θεός, ἃ τάδε μήσατο πήματα γᾶς βασιλεῦσιν Λαβδακίδαις πολυμόχθοις.

[στρ.

ὦ ζαθέων πετάλων πολυθηρότατον νάπος, Ἀρτέμιδος χιονοτρόφον ὄμμα Κιθαιρών, μήποτε τὸν θανάτῳ προτεθέντα, λόχευμ᾿ Ἰοκάστας,

[ἀντ.

785

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795

800

778 del. Kirchhoff (cf. Suppl. 1213) • 792 δίνᾳ Hermann : δινεύεις codd. : δίνας Willink • 793-794 ἱππείαις ἐπὶ χεύμασι βαίνων ᾿Ισμενοῖο (pro ῾Ισμενοῦ) θοάζεις Murray • 796 θίασον ἔνοπλον] κῶμον ἀρήιον West

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LAS FENICIAS

muera, aunque sea un ser querido. [Contigo ya he hablado. Ahora les digo a mis sirvientes.] Traedme las armas y todo mi arnés de combate, a fin de entrar en batalla con ayuda de la justicia victoriosa. E invocamos a la Prudencia, la más útil de las deidades, para que salve esta ciudad. CORO. (Estrofa) Ares dolorosísimo, ¿por qué estás poseído por la sangre y la muerte que tanto disuenan en las fiestas de Bromio? No coronas tus bucles en medio de los hermosos coros de una juventud floreciente, ni entonas al son del loto29 las canciones que inspiran el baile de las Gracias, sino que, acompañado de guerreros, alientas destrucción en el ejército de los argivos contra el linaje de Tebas, dirigiendo una danza que no sabe de flautas. No giras en el torbellino delirante del tirso, ni es cubierto con pieles de ciervo como guías los carros, haciendo que masquen el freno los solípedos caballos, y te precipitas en cabalgada sobre las corrientes del Ismeno. Tú has instigado contra los argivos a la raza de los sembrados30, adornando de bronce a esa multitud portadora de escudos que se enfrenta al enemigo al pie de las pétreas murallas. ¡Terrible diosa es la Discordia, que tales infortunios maquinó contra los reyes de esta tierra, los dolorosísimos Labdácidas! (Antistrofa) ¡Oh valle de divino follaje, rico en fieras, delicia de Ártemis, Citerón nevado, nunca hubieras debido criar al expuesto a la muerte, al hijo de Yocasta, a Edipo, al recién nacido que fue expulsado

29 Es decir, «al son de las flautas», pues el loto era uno de los materiales con que se fabricaba este instrumento báquico. 30 Los hombres «sembrados» (σπαρτοί), o sea, los nacidos de los dientes del dragón de Cadmo, o sea, los tebanos.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ὤφελες Οἰδιπόδαν θρέψαι, βρέφος ἔκβολον οἴκων, χρυσοδέτοις περόναις ἐπίσαμον· μηδὲ τὸ παρθένιον πτερόν, οὔρειον τέρας, ἐλθεῖν πένθεα γαίας Σφιγγὸς ἀμουσοτάταισι σὺν ᾠδαῖς, ἅ ποτε Καδμογενῆ τετραβάμοσι χαλαῖς τείχεσι χριμπτομένα φέρεν αἰθέρος εἰς ἄβατον φῶς γένναν, ἃν ὁ κατὰ χθονὸς Ἅιδας Καδμείοις ἐπιπέμπει· δυσδαίμων δ᾿ ἔρις ἄλλα θάλλει παίδων Οἰδιπόδα κατὰ δώματα καὶ πόλιν. οὐ γὰρ ὃ μὴ καλὸν οὔποτ᾿ ἔφυ καλόν, οὐδ᾿ οἱ μὴ νόμιμοι †παῖδες ματρὶ λόχευμα, μίασμα πατρός· ἡ δὲ συναίμονος εἰς λέχος ἦλθεν† < > ἔτεκες, ὦ Γαῖ᾿, ἔτεκές ποτε, βάρβαρον ὡς ἀκοὰν ἐδάην ἐδάην ποτ᾿ ἐν οἴκοις, τὰν ἀπὸ θηροτρόφου φοινικολόφοιο δράκοντος γένναν ὀδοντοφυᾶ, Θήβαις κάλλιστον ὄνειδος· Ἁρμονίας δέ ποτ᾿ εἰς ὑμεναίους ἤλυθον οὐρανίδαι, φόρμιγγί τε τείχεα Θήβας τᾶς Ἀμφιονίας τε λύρας ὕπο πύργος ἀνέστα διδύμων ποταμῶν πόρον ἀμφὶ μέσον, Δίρκα χλοεροτρόφον ᾇ πεδίον πρόπαρ Ἱσμηνοῦ καταδεύει, Ἰώ θ᾿, ἁ κερόεσσα προμάτωρ, Καδμείων βασιλῆας ἐγείνατο·

807 γαίας Σφιγγὸς ἀμουσοτάταισι] γαίᾳ Σφίγγ’ ἀπομουσοτάταισι Nauck desperatus post quem lacunam statuerunt edd.

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816-817 locus

LAS FENICIAS

de su casa y se haría famoso por sus broches de oro31! ¡Ni la Esfinge, virgen alada, monstruo montaraz, hubiese debido traer nunca la desgracia a este país con sus cantos hostiles a las musas! Ella, que fue enviada antaño por Hades subterráneo a los muros de Tebas y que, atacando con su cuádruple garra a los cadmeos, se los llevaba a la inaccesible luz del éter. Y he aquí que ahora otro azote divino, la discordia entre los hijos de Edipo, ha brotado en palacio y en toda la ciudad. Pues lo que no está bien nunca está bien: así unos hijos concebidos de manera ilegítima, un padre parricida, una madre que compartió lecho con su propio hijo. (Epodo) ¡Pariste, oh Tierra, pariste antaño —según oí, oí una vez de labios extranjeros en mi tierra natal— una raza nacida de los dientes de un dragón de cresta roja que se alimentaba de fieras, gloriosa vergüenza para Tebas! Hace tiempo, acudieron los uránidas32 a las bodas de Harmonía y, al son de la cítara y de la lira de Anfión, se alzaron las murallas de Tebas y sus torres en medio de dos ríos gemelos, allí donde Dirce riega la herbosa llanura ante el Ismeno. E Ío, la cornígera abuela, engendró a los reyes de los cadmeos, y, acu-

31 32

Con los que Edipo se vació los ojos, horrorizado ante tanta desgracia. Los «hijos de Úrano», o sea, los «celestes», los dioses.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

μυριάδας δ᾿ ἀγαθῶν ἑτέροις ἑτέρας μεταμειβομένα πόλις ἅδ᾿ ἐπ᾿ ἄκροις ἕστακ᾿ Ἄρηΐοις στεφάνοισιν. ΤΕΙΡΕΣΙΑΣ ἡγοῦ πάροιθε, θύγατερ· ὡς τυφλῷ ποδὶ ὀφθαλμὸς εἶ σύ, ναυβάταισιν ἄστρον ὥς. δεῦρ᾿ ἐς τὸ λευρὸν πέδον ἴχνος τιθεῖσ᾿ ἐμὸν, πρόβαινε, μὴ σφαλῶμεν· ἀσθενὴς πατήρ· κλήρους τέ μοι φύλασσε παρθένῳ χερί, οὓς ἔλαβον οἰωνίσματ᾿ ὀρνίθων μαθὼν θάκοισιν ἐν ἱεροῖσιν οὗ μαντεύομαι. τέκνον Μενοικεῦ, παῖ Κρέοντος, εἰπέ μοι πόση τις ἡ ᾿πίλοιπος ἄστεως ὁδὸς πρὸς πατέρα τὸν σόν· ὡς ἐμὸν κάμνει γόνυ, πυκνὴν δὲ βαίνων ἤλυσιν μόλις περῶ. ΚΡ. θάρσει· πέλας γάρ, Τειρεσία, φίλοισι σοῖς ἔσθ᾿ ὁρμίσαι σὸν πόδα· λαβοῦ δ᾿ αὐτοῦ, τέκνον· ὡς πᾶσ’ ἀπήνη πούς τε πρεσβύτου φιλεῖ χειρὸς θυραίας ἀναμένειν κουφίσματα. ΤΕ. εἶἑν, πάρεσμεν· τί με καλεῖς σπουδῇ, Κρέον; ΚΡ. οὔπω λελήσμεθ᾿· ἀλλὰ σύλλεξαι σθένος καὶ πνεῦμ᾿ ἄθροισον, αἶπος ἐκβαλὼν ὁδοῦ. ΤΕ. κόπῳ παρεῖμαι γοῦν Ἐρεχθειδῶν ἄπο δεῦρ᾿ ἐκκομισθεὶς τῆς πάροιθεν ἡμέρας· κἀκεῖ γὰρ ἦν τις πόλεμος Εὐμόλπου δορός, οὗ καλλινίκους Κεκροπίδας ἔθηκ᾿ ἐγώ· καὶ τόνδε χρυσοῦν στέφανον, ὡς ὁρᾷς, ἔχω λαβὼν ἀπαρχὰς πολεμίων σκυλευμάτων.

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847 πᾶσ’ ἀπήνη] στᾶσ’ ἀπήνη Munro : παῖς ἔτ’ ἄπτην Hermann : παῖς τιθήνης Pierson

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mulando bienes sobre bienes, esta ciudad se irguió hasta las más altas coronas de Ares. (Entra Tiresias, guiado por su hija y por Meneceo) TIRESIAS. Pasa delante y guíame, hija mía. Tú eres el ojo para mi pie ciego, lo mismo que la estrella para los navegantes. Ve delante de mí, asentando mi planta en suelo firme, no sea que tropiece. Mis fuerzas flaquean. Y guárdame en tu mano virginal las predicciones que he obtenido al consultar los augurios de las aves desde el sitial sagrado donde profetizo. Y tú, joven Meneceo, hijo de Creonte, dime cuánto camino por la ciudad me queda hasta llegar a presencia de tu padre, pues mis rodillas se fatigan y avanzo a duras penas, aunque intente apresurar el paso. CREONTE. ¡Ánimo, Tiresias, pues tus pasos te han conducido ya ante tus amigos! Sostenlo, hijo: como el carro, el pie del viejo necesita una mano que lo guíe. TIRESIAS. Bueno, ya estoy aquí. ¿Por qué me has llamado con tanta urgencia, Creonte? CREONTE. Recuerdo perfectamente por qué. Pero recobra fuerzas y toma aliento, que ya han quedado atrás las dificultades del camino. TIRESIAS. Es verdad que estoy roto de cansancio. Desde la tierra de los erectidas33 fui traído aquí ayer. Había allí una guerra contra el ejército de Eumolpo, en la cual, gracias a mí, obtuvieron los cecrópidas la victoria34. Esta corona de oro, como ves, la obtuve como primicia del botín cobrado al enemigo.

33

Son los atenienses, descendientes del mítico rey Erecteo. Los cecrópidas son, también, los atenienses en tanto que descendientes de Cécrope, otro mítico rey de Atenas. Eumolpo era rey de Eleusis, donde instituyó los misterios de Deméter y Perséfone. Halló la muerte a manos de Erecteo en el curso de la guerra entre Atenas y Eleusis a la que hace alusión Tiresias. Tiresias profetizó que, para obtener la victoria, Erecteo había de sacrificar a una de sus hijas. 34

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ΚΡ.

ΤΕ.

οἰωνὸν ἐθέμην καλλίνικα σὰ στέφη· ἐν γὰρ κλύδωνι κείμεθ᾿, ὥσπερ οἶσθα σύ, δορὸς Δαναϊδῶν, καὶ μέγας Θήβαις ἀγών. βασιλεὺς μὲν οὖν βέβηκε κοσμηθεὶς ὅπλοις ἤδη πρὸς ἀλκὴν Ἐτεοκλῆς Μυκηνίδα· ἐμοὶ δ᾿ ἀπέσταλκ᾿ ἐκμαθεῖν σέθεν πάρα τί δρῶντες ἂν μάλιστα σώσαιμεν πόλιν. Ἐτεοκλέους μὲν οὕνεκ᾿ ἂν κλῄσας στόμα χρησμοὺς ἐπέσχον· σοὶ δ᾿, ἐπεὶ χρῄζεις μαθεῖν, λέξω. νοσεῖ γὰρ ἥδε γῆ πάλαι, Κρέον. ἐξ οὗ ᾿τεκνώθη Λάιος βίᾳ θεῶν πόσιν τ᾿ ἔφυσε μητρὶ μέλεον Οἰδίπουν· αἵ θ᾿ αἱματωποὶ δεργμάτων διαφθοραὶ θεῶν σόφισμα κἀπίδειξις Ἑλλάδι. ἃ συγκαλύψαι παῖδες Οἰδίπου χρόνῳ χρῄζοντες, ὡς δὴ θεοὺς ὑπεκδραμούμενοι, ἥμαρτον ἀμαθῶς· οὔτε γὰρ γέρα πατρὶ οὔτ᾿ ἔξοδον διδόντες ἄνδρα δυστυχῆ ἐξηγρίωσαν· ἐκ δ᾿ ἔπνευσ᾿ αὐτοῖς ἀρὰς δεινάς, νοσῶν τε καὶ πρὸς ἠτιμασμένος. ἁγὼ τί οὐ δρῶν, ποῖα δ᾿ οὐ λέγων ἔπη ἐς ἔχθος ἦλθον παισὶ τοῖσιν Οἰδίπου; ἐγγὺς δὲ θάνατος αὐτόχειρ αὐτοῖς, Κρέον. πολλοὶ δὲ νεκροὶ περὶ νεκροῖς πεπτωκότες Ἀργεῖα καὶ Καδμεῖα μείξαντες βέλη πικροὺς γόους δώσουσι Θηβαίᾳ χθονί. σύ τ᾿ ὦ τάλαινα συγκατασκάπτῃ πόλι, εἰ μὴ λόγοις τις τοῖς ἐμοῖσι πείσεται. ἐκεῖνο μὲν γὰρ πρῶτον ἦν, τῶν Οἰδίπου μηδένα πολίτην μηδ᾿ ἄνακτ᾿ εἶναι χθονός, ὡς δαιμονῶντας κἀνατρέψοντας πόλιν.

882 βέλη] μέλη Markland

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LAS FENICIAS

CREONTE. Interpreto como un buen presagio esa corona victoriosa, porque ya sabes que nos encontramos inmersos en una guerra contra los hijos de Dánao, en un combate a muerte en torno a Tebas. El rey Eteocles se ha armado y ha partido ya a la batalla contra la hueste micénica. A mí me encomendó que te preguntara qué debemos hacer para salvar la ciudad. TIRESIAS. Si fuese por Eteocles, mantendría la boca cerrada y me guardaría mis vaticinios. Pero a ti, puesto que quieres conocerlos, voy a decírtelos. Hace ya mucho tiempo, Creonte, que esta tierra está enferma, desde que Layo procreó contra la voluntad de los dioses y engendró al desdichado Edipo, que se convertiría en esposo de su propia madre. El sangriento destrozo de sus ojos es fruto de la sensatez divina y constituye una lección para la Hélade. Los hijos de Edipo, pensando que podrían eludir al dictado de los dioses, trataron de que el tiempo hiciese olvidar lo sucedido, cometiendo un error insensato. Faltando al respeto a su padre e impidiéndole salir de palacio, irritaron al desdichado, que, enfermo como estaba y ultrajado, profirió contra ellos tremendas maldiciones. En cuanto a mí, no sé qué no hice o qué no dije, pero el hecho es que incurrí en el odio de los hijos de Edipo. Próxima está la muerte de ambos, Creonte: cada uno de ellos la recibirá de manos del otro. Innumerables cadáveres se apilarán sobre cadáveres, víctimas de los dardos argivos y cadmeos, inundando de llanto la tierra tebana. Y tú, desventurada ciudad, serás completamente destruida si nadie me hace caso. Lo primero que haría falta es que ninguno de los hijos de Edipo fuese rey ni ciudadano de esta tierra, puesto que están poseídos por los demonios y van a arrui-

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ΚΡ. ΚΡ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ.

ἐπεὶ δὲ κρεῖσσον τὸ κακόν ἐστι τἀγαθοῦ, μί᾿ ἔστιν ἄλλη μηχανὴ σωτηρίας. ἀλλ᾿ οὐ γὰρ εἰπεῖν οὔτ᾿ ἐμοὶ τόδ᾿ ἀσφαλὲς πικρόν τε τοῖσι τὴν τύχην κεκτημένοις πόλει παρασχεῖν φάρμακον σωτηρίας, ἄπειμι. χαίρεθ᾿· εἷς γὰρ ὢν πολλῶν μέτα τὸ μέλλον, εἰ χρή, πείσομαι· τί γὰρ πάθω; ἐπίσχες αὐτοῦ, πρέσβυ. ΤΕ. μὴ ᾿πιλαμβάνου. μεῖνον, τί φεύγεις; ΤΕ. ἡ τύχη σ᾿, ἀλλ᾿ οὐκ ἐγώ. φράσον πολίταις καὶ πόλει σωτηρίαν. βούλῃ σὺ μέντοι κοὐχὶ βουλήσῃ τάχα. καὶ πῶς πατρῴαν γαῖαν οὐ σῶσαι θέλω; θέλεις ἀκοῦσαι δῆτα καὶ σπουδὴν ἔχεις; ἐς γὰρ τί μᾶλλον δεῖ προθυμίαν ἔχειν; κλύοις ἂν ἤδη τῶν ἐμῶν θεσπισμάτων. πρῶτον δ᾿ ἐκεῖνο βούλομαι σαφῶς μαθεῖν, ποῦ ᾿στιν Μενοικεύς, ὅς με δεῦρ᾿ ἐπήγαγεν; ὅδ᾿ οὐ μακρὰν ἄπεστι, πλησίον δὲ σοῦ. ἀπελθέτω νυν θεσφάτων ἐμῶν ἑκάς. ἐμὸς πεφυκὼς παῖς ἃ δεῖ σιγήσεται. βούλῃ παρόντος δῆτά σοι τούτου φράσω; κλύων γὰρ ἂν τέρποιτο τῆς σωτηρίας. ἄκουε δή νυν θεσφάτων ἐμῶν ὁδόν [ἃ δρῶντες ἂν σώσαιτε Καδμείων πόλιν·] σφάξαι Μενοικέα τόνδε δεῖ σ᾿ ὑπὲρ πάτρας, σὸν παῖδ᾿, ἐπειδὴ τὴν τύχην αὐτὸς καλεῖς.

912 del. Kirchhoff (cf. 864)

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nar la ciudad. Ya que el mal se ha impuesto sobre el bien, solo existe una posibilidad de salvación. Pero, como decir cuál es resulta peligroso para mí y amargo para quienes han sido destinados a procurar a la ciudad un remedio de salvación, me marcho. ¡Adiós! No seré más que uno entre muchos a la hora de padecer lo por venir. ¿Qué otra cosa puedo hacer? CREONTE. Detente, anciano. TIRESIAS. No me retengas. CREONTE. Quédate. ¿Por qué huyes de mí? TIRESIAS. Es la fortuna quien huye de ti, no yo. CREONTE. Di cómo podrían salvarse la ciudad y los ciudadanos. TIRESIAS. Ahora quieres saberlo, pronto no lo querrás. CREONTE. ¿Cómo no voy a querer salvar a mi patria? TIRESIAS. ¿Entonces tienes prisa por saberlo? CREONTE. ¿Qué otra cosa podría preocuparme? TIRESIAS. Escucharás mis vaticinios. Pero antes quiero saber dónde está Meneceo, el que me trajo aquí. CREONTE. Cerca de ti. Lo tienes a tu lado. TIRESIAS. Que salga y que no escuche lo que voy a profetizar. CREONTE. Es mi hijo y callará lo que deba callar. TIRESIAS. ¿De verdad quieres que hable en su presencia? CREONTE. Se alegrará al oír el medio de nuestra salvación. TIRESIAS. Escucha, pues, el cauce de mis profecías: [lo que hay que hacer para salvar la ciudad de los cadmeos]: es preciso degollar a Meneceo en beneficio de la patria, ya que te obstinas en conocer tu destino.

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ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. ΚΡ. ΤΕ. Κ Ρ. ΤΕ. Κ Ρ. ΤΕ. Κ Ρ. ΤΕ. Κ Ρ. ΤΕ.

τί φῄς; τίν᾿ εἶπας τόνδε μῦθον, ὦ γέρον; ἅπερ πέφηνε, ταῦτα κἀνάγκη σε δρᾶν. ὦ πολλὰ λέξας ἐν βραχεῖ λόγῳ κακά. σοί γ᾿, ἀλλὰ πατρίδι μεγάλα καὶ σωτήρια. οὐκ ἔκλυον, οὐκ ἤκουσα· χαιρέτω πόλις. ἁνὴρ ὅδ᾿ οὐκέθ᾿ αὑτός· ἐκνεύει πάλιν. χαίρων ἴθ᾿· οὐ γὰρ σῶν με δεῖ μαντευμάτων. ἀπόλωλεν ἡ ἀλήθει᾿, ἐπεὶ σὺ δυστυχεῖς; ὦ πρός σε γονάτων καὶ γερασμίου τριχός... τί προσπίτνεις με; δυσφύλακτ᾿ αἰτῇ κακά. σίγα· πόλει δὲ τούσδε μὴ λέξῃς λόγους. ἀδικεῖν κελεύεις μ᾿· οὐ σιωπήσαιμεν ἄν. τί δή με δράσεις; παῖδά μου κατακτενεῖς; ἄλλοις μελήσει ταῦτ᾿, ἐμοὶ δ᾿ εἰρήσεται. ἐκ τοῦ δ᾿ ἐμοὶ τόδ᾿ ἦλθε καὶ τέκνῳ κακόν; ὀρθῶς μ᾿ ἐρωτᾷς κεἰς ἀγῶν᾿ ἔρχῃ λόγων. δεῖ τόνδε θαλάμαις, οὗ δράκων ὁ γηγενὴς ἐγένετο Δίρκης ναμάτων ἐπίσκοπος, σφαγέντα φόνιον αἷμα γῇ δοῦναι χοάς, Κάδμου παλαιῶν Ἄρεος ἐκ μηνιμάτων, ὃς γηγενεῖ δράκοντι τιμωρεῖ φόνον· καὶ ταῦτα δρῶντες σύμμαχον κτήσεσθ᾿ Ἄρη. χθὼν δ᾿ ἀντὶ καρποῦ καρπὸν ἀντί θ᾿ αἵματος αἷμ᾿ ἢν λάβῃ βρότειον, ἕξετ᾿ εὐμενῆ Γῆν, ἥ ποθ᾿ ἡμῖν χρυσοπήληκα στάχυν Σπαρτῶν ἀνῆκεν· ἐκ γένους δὲ δεῖ θανεῖν τοῦδ᾿, ὃς δράκοντος γένυος ἐκπέφυκε παῖς. σὺ δ᾿ ἐνθάδ᾿ ἡμῖν λοιπὸς εἶ Σπαρτῶν γένους ἀκέραιος ἔκ τε μητρὸς ἀρσένων τ᾿ ἄπο οἱ σοί τε παῖδες. Αἵμονος μὲν οὖν γάμοι σφαγὰς ἀπείργουσ᾿· οὐ γάρ ἐστιν ᾔθεος.

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924 αἰτῇ] inter cruces Mastronarde : αἴνει Hermann : ἐστὶν Heath : ἀρκεῖς Porson 934 Κάδμου] Κάδμῳ Valckenaer

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CREONTE. ¿Qué dices? ¿Qué vienes a contarme, anciano? TIRESIAS. Lo que está escrito, y tú debes hacerlo. CREONTE. ¡Cuántos males albergan unas pocas palabras! TIRESIAS. Son malas para ti, pero para la patria son palabras grandes y salvadoras. CREONTE. No te he oído ni te he escuchado. ¡Que la ciudad se las arregle como pueda! TIRESIAS. Este hombre ya no es el mismo: se echa para atrás. CREONTE. ¡Vete en paz! No necesito tus profecías. TIRESIAS. ¿Dejará de existir la verdad porque tú seas desgraciado? CREONTE. (Arrodillándose ante Tiresias) Por tus rodillas te lo pido y por tu cabellera blanca… TIRESIAS. ¿Por qué te postras ante mí? No trates de evitar lo inevitable. CREONTE. ¡Cállate! No digas esas cosas a los ciudadanos. TIRESIAS. Me incitas a cometer una injusticia. No pienso callarme. CREONTE. ¿Qué harás entonces? ¿Matarás a mi hijo? TIRESIAS. Otros se encargarán de ello. Yo diré que se haga. CREONTE. ¿Por qué ha caído esta desgracia sobre mí y sobre mi hijo? TIRESIAS. Haces bien en preguntármelo y en iniciar un debate. Es preciso que este sea degollado en la madriguera donde el dragón, hijo de la tierra, vigilaba las fuentes de Dirce, y ofrezca su sangre como libación a la tierra, a causa de la antigua cólera que sintió Ares contra Cadmo, en expiación de la muerte infligida al dragón, hijo de la tierra. Con este sacrificio os ganaréis el favor de Ares. Si el suelo recibe un fruto a cambio de su fruto y sangre humana a cambio de su sangre, os será propicia la tierra, la misma que antaño hizo brotar para nosotros la cosecha de los sembrados35 de cascos de oro. Y ha de morir tu hijo porque es de ese linaje y desciende de los dientes del dragón. Tú y tus hijos sois el único resto puro, por parte de madre y por línea masculina, del linaje de los sembrados. Las bodas de Hemón excluyen su sacrificio, pues no es soltero: aunque no haya 35

Véase nota 30.

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Χ Ο. ΚΡ.

κεἰ μὴ γὰρ εὐνῆς ἥψατ᾿, ἀλλ᾿ ἔχει λέχος. οὗτος δὲ πῶλος τῇδ᾿ ἀνειμένος πόλει θανὼν πατρῴαν γαῖαν ἐκσώσειεν ἄν. πικρὸν δ᾿ Ἀδράστῳ νόστον Ἀργείοισί τε θήσει, μέλαιναν κῆρ᾿ ἐπ᾿ ὄμμασιν βαλών, κλεινάς τε Θήβας. τοῖνδ᾿ ἑλοῦ δυοῖν πότμοιν τὸν ἕτερον· ἢ γὰρ παῖδα σῶσον ἢ πόλιν. τὰ μὲν παρ᾿ ἡμῶν πάντ᾿ ἔχεις· ἡγοῦ, τέκνον, πρὸς οἶκον. ὅστις δ᾿ ἐμπύρῳ χρῆται τέχνῃ μάταιος· ἢν μὲν πικρὰ σημήνας τύχῃ, ἐχθρὸς καθέστηχ᾿ οἷς ἂν οἰωνοσκοπῇ· ψευδῆ δ᾿ ὑπ᾿ οἴκτου τοῖσι χρωμένοις λέγων ἀδικεῖ τὰ τῶν θεῶν. Φοῖβον ἀνθρώποις μόνον χρῆν θεσπιῳδεῖν, ὃς δέδοικεν οὐδένα. Κρέον, τί σιγᾷς γῆρυν ἄφθογγον σχάσας; κἀμοὶ γὰρ οὐδὲν ἧσσον ἔκπληξις πάρα. τί δ᾿ ἄν τις εἴποι; δῆλον οἵ γ᾿ ἐμοὶ λόγοι· ἐγὼ γὰρ οὔποτ᾿ ἐς τόδ᾿ εἶμι συμφορᾶς ὥστε σφαγέντα παῖδα προσθεῖναι πόλει. πᾶσιν γὰρ ἀνθρώποισι φιλότεκνος βίος, οὐδ᾿ ἂν τὸν αὑτοῦ παῖδά τις δοίη κτανεῖν. μή μ᾿ εὐλογείτω τἀμά τις κτείνων τέκνα· αὐτὸς δ᾿, ἐν ὡραίῳ γὰρ ἕσταμεν βίου, θνῄσκειν ἕτοιμος πατρίδος ἐκλυτήριον. ἀλλ᾿ εἷα, τέκνον, πρὶν μαθεῖν πᾶσαν πόλιν, ἀκόλαστ᾿ ἐάσας μάντεων θεσπίσματα, φεῦγ᾿ ὡς τάχιστα τῆσδ᾿ ἀπαλλαχθεὶς χθονός. λέξει γὰρ ἀρχαῖς καὶ στρατηλάταις τάδε, πύλας ἐφ᾿ ἑπτὰ καὶ λοχαγέτας μολών. κἂν μὲν φθάσωμεν, ἔστι σοι σωτηρία· ἢν δ᾿ ὑστερήσῃς, οἰχόμεσθα, κατθανῇ.

955 ἐχθρὰ] πικρὰ Valckenaer

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accedido todavía al lecho nupcial, tiene ya esposa prometida. (Dirigiéndose a Meneceo) Es este joven potro quien, si muere en aras de su ciudad, puede salvar con su muerte a la patria. Y volverá amargo el regreso de Adrasto y de los argivos, arrojando sobre sus ojos el negro velo de la muerte, y hará gloriosa a Tebas. Elige uno de estos dos destinos: salvar a tu hijo o a la ciudad. Te he dicho ya cuanto tenía que decirte. Llévame, hija, de regreso a casa. Resulta una insensatez dedicarse a las artes adivinatorias. Si profetizas cosas malas, te haces odioso ante aquellos que te consultan; y, si por compasión dices mentiras, estás violando las leyes divinas. Solo Febo debería dar oráculos a los hombres, pues él no teme a nadie. (Sale Tiresias, acompañado de su hija) CORIFEO. ¿Por qué guardas silencio y enmudece tu voz, Creonte? Yo estoy tan estupefacta como tú. CREONTE. ¿Qué puedo decir? Mi respuesta está clara. Nunca llegaré al desdichado extremo de sacrificar a mi hijo como ofrenda a la ciudad. Vital es para todos los hombres el amor a los hijos: nadie entregaría a su hijo para que lo maten. ¡Que no me vengan con alabanzas después de haber matado a mis hijos! Yo mismo, que tengo edad suficiente para ello, me ofrezco a morir para salvar a la patria. ¡Vamos, hijo, antes de que lo sepa toda la ciudad, sin hacer caso de los delirantes oráculos de los adivinos, huye de este país lo más deprisa que puedas! Pues ese hombre va a hablar con los comandantes y jefes del ejército e irá a las siete puertas a decírselo a los capitanes. Si le tomamos la delantera, podrás salvarte; si nos retrasamos, estamos perdidos: morirás.

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ΜΕΝΟΙΚΕΥΣ ποῖ δῆτα φεύγω; τίνα πόλιν; τίνα ξένων; ΚΡ. ὅπου χθονὸς τῆσδ᾿ ἐκποδὼν μάλιστ᾿ ἔσῃ. ΜΕ. οὔκουν σὲ φράζειν εἰκός, ἐκπονεῖν δ᾿ ἐμέ; ΚΡ. Δελφοὺς περάσας... ΜΕ. ποῖ με χρή, πάτερ, μολεῖν; ΚΡ. Αἰτωλίδ᾿ ἐς γῆν. ΜΕ. ἐκ δὲ τῆσδε ποῖ περῶ; ΚΡ. Θεσπρωτὸν οὖδας. ΜΕ. σεμνὰ Δωδώνης βάθρα; ΚΡ. ἔγνως. ΜΕ. τί δὴ τόδ᾿ ἔρυμά μοι γενήσεται; ΚΡ. πόμπιμος ὁ δαίμων. ΜΕ. χρημάτων δὲ τίς πόρος; ΚΡ. ἐγὼ πορεύσω χρυσόν. ΜΕ. εὖ λέγεις, πάτερ. χώρει νυν· ὡς σὴν πρὸς κασιγνήτην μολών, ἧς πρῶτα μαστὸν εἵλκυσ᾿, Ἰοκάστην λέγω, μητρὸς στερηθεὶς ὀρφανός τ᾿ ἀποζυγείς, προσηγορήσας εἶμι καὶ σώσω βίον. ΚΡ. ἀλλ’ εἷα χώρει· μὴ τὸ σὸν κωλυέτω. ΜΕ. γυναῖκες, ὡς εὖ πατρὸς ἐξεῖλον φόβον, κλέψας λόγοισιν, ὥσθ᾿ ἃ βούλομαι τυχεῖν· ὅς μ᾿ ἐκκομίζει, πόλιν ἀποστερῶν τύχης, καὶ δειλίᾳ δίδωσι. καὶ συγγνωστὰ μὲν γέροντι, τοὐμὸν δ᾿ οὐχὶ συγγνώμην ἔχει, προδότην γενέσθαι πατρίδος ἥ μ᾿ ἐγείνατο. ὡς οὖν ἂν εἰδῆτ᾿, εἶμι καὶ σώσω πόλιν ψυχήν τε δώσω τῆσδ᾿ ὑπερθανεῖν χθονός.

983 δὴ τόδ’ Musgrave : δὴτ’ codd. : δῆτα ῥῦμα Valckenaer Hartung : προσηγορήσων codd.

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989 προσηγορήσας

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MENECEO. ¿Adónde huir? ¿A qué ciudad? ¿A qué huésped? CREONTE. Lo más lejos posible de este país. MENECEO. Tú me dices y yo cumplo tus órdenes. CREONTE. Pasarás por Delfos. MENECEO. ¿Para ir adónde, padre? CREONTE. A tierra etolia36. MENECEO. ¿Y de allí adónde iré? CREONTE. A suelo tesproto37. MENECEO. ¿A los santos muros de Dodona? CREONTE. Me has entendido. MENECEO. ¿Cómo me protegerán? CREONTE. El dios será tu guía. MENECEO. ¿Qué recursos económicos tendré? CREONTE. Yo te daré oro. MENECEO. Muy bien, padre. Vete, pues. Yo iré a ver a tu hermana —me refiero a Yocasta—, de cuyos pechos me alimenté en mis primeros días, cuando, privado de mi madre, me quedé huérfano. Me despediré de ella y partiré para salvar mi vida. CREONTE. Ea, vete. No obstaculices mis planes. (Sale) MENECEO. (Dirigiéndose al Coro) Mujeres, ¡qué bien he sabido disipar los temores de mi padre, engañándolo con mis palabras, para alcanzar mi objetivo! Al hacer que me aleje, priva a la ciudad de un destino propicio y me convierte a mí en un cobarde. Eso es, sin duda, excusable en un viejo, pero resultaría imperdonable para mí traicionar a la patria que me engendró. Sabed, pues, que estoy decidido a dar la vida para salvar a mi ciudad. ¿No es vergonzoso que aquellos que

36 La Etolia es una región montañosa de Grecia, en la costa septentrional del golfo de Corinto. 37 La Tesprotia es la región más meridional del Epìro. Allí estaba el famoso santuario y oráculo de Dodona, dedicado a Zeus en su advocación de dios de los suplicantes.

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αἰσχρὸν γάρ· οἱ μὲν θεσφάτων ἐλεύθεροι κοὐκ εἰς ἀνάγκην δαιμόνων ἀφιγμένοι στάντες παρ᾿ ἀσπίδ᾿ οὐκ ὀκνήσουσιν θανεῖν, πύργων πάροιθε μαχόμενοι πάτρας ὕπερ, ἐγὼ δέ, πατέρα καὶ κασίγνητον προδοὺς πόλιν τ᾿ ἐμαυτοῦ, δειλὸς ὣς ἔξω χθονὸς ἄπειμ᾿, ὅπου δ᾿ ἂν ζῶ κακὸς φανήσομαι; μὰ τὸν μετ᾿ ἄστρων Ζῆν᾿ Ἄρη τε φοίνιον, ὃς τοὺς ὑπερτείλαντας ἐκ γαίας ποτὲ Σπαρτοὺς ἄνακτας τῆσδε γῆς ἱδρύσατο. ἀλλ᾿ εἶμι καὶ στὰς ἐξ ἐπάλξεων ἄκρων σφάξας ἐμαυτὸν σηκὸν ἐς μελαμβαθῆ δράκοντος, ἔνθ᾿ ὁ μάντις ἐξηγήσατο, ἐλευθερώσω γαῖαν· εἴρηται λόγος. στείχω δέ, θανάτου δῶρον οὐκ αἰσχρὸν πόλει δώσων, νόσου δὲ τήνδ᾿ ἀπαλλάξω χθόνα. εἰ γὰρ λαβὼν ἕκαστος ὅτι δύναιτό τις χρηστὸν διέλθοι τοῦτο κεἰς κοινὸν φέροι πατρίδι, κακῶν ἂν αἱ πόλεις ἐλασσόνων πειρώμεναι τὸ λοιπὸν εὐτυχοῖεν ἄν. Χ Ο.

ἔβας ἔβας ὦ πτεροῦσσα, Γᾶς λόχευμα νερτέρου τ᾿ Ἐχίδνας, Καδμείων ἁρπαγά, πολύφθορος πολύστονος μειξοπάρθενος, δάιον τέρας, φοιτάσι πτεροῖς χαλαῖσί τ᾿ ὠμοσίτοις· Διρκαίων ἅ ποτ᾿ ἐκ

1016 κἀς Dindorf : κεἰς codd.

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[στρ. 1020

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no están obligados por los oráculos ni sujetos a la fatalidad divina estén dispuestos a morir de pie, junto a sus escudos, combatiendo delante de las torres para defender a la patria, y que yo, traicionando a mi padre, a mi hermano y a mi país, salga de esta ciudad como un cobarde? Dondequiera que fuese a vivir, todos me considerarían un malvado. ¡No, por Zeus celestial y por Ares sanguinario, que hizo reyes de este país a los sembrados38 que brotaron antaño de la tierra! Iré y en lo alto de las murallas me sacrificaré, derramando mi sangre sobre el tenebroso antro del dragón, allí donde dijo el adivino, y liberaré a mi patria. Eso es lo que pienso hacer. Me marcho para ofrecer a la ciudad el don no indigno de mi muerte, y con ello sanaré a este país del mal que lo aqueja. Si cada cual, tomando consigo cuanto fuese útil a su patria, lo ofreciese en aras del interés común, las ciudades padecerían muchos menos males y tendrían asegurado un futuro dichoso. CORO. (Estrofa) Llegaste, llegaste, oh alada, parto de la tierra y de la subterránea Equidna, predadora de cadmeos, devastadora, generadora de lamentos, mitad doncella, monstruo destructor, de frenéticas alas y carniceras garras. Tú, que antaño, arrebatando por los aires

38

Véase nota 30.

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τόπων νέους πεδαίρουσ᾿ ἄλυρον ἀμφὶ μοῦσαν, ὀλομέναν τ᾿ Ἐρινύν, ἔφερες ἔφερες ἄχεα πατρίδι φόνια· φόνιος ἐκ θεῶν ὃς τάδ᾿ ἦν ὁ πράξας. ἰάλεμοι δὲ ματέρων, ἰάλεμοι δὲ παρθένων ἐστέναζον οἴκοις· ἰηιήιον βοάν, ἰηιήιον μέλος ἄλλος ἄλλοτ᾿ ἐπωτότυζε διαδοχαῖς ἀνὰ πτόλιν. βροντᾷ δὲ στεναγμὸς ἀχά τ᾿ ἦν ὅμοιος, ὁπότε πόλεος ἀφανίσειεν ἁ πτεροῦσσα παρθένος τιν᾿ ἀνδρῶν. χρόνῳ δ᾿ ἔβα Πυθίαις ἀποστολαῖσιν Οἰδίπους ὁ τλάμων Θηβαίαν τάνδε γᾶν τότ᾿ ἀσμένοις, πάλιν δ᾿ ἄχη· ματρὶ γὰρ γάμους δυσγάμους τάλας καλλίνικος ὢν αἰνιγμάτων συνάπτει, μιαίνει δὲ πτόλιν, δι᾿ αἱμάτων δ᾿ ἀμείβει μυσαρὸν εἰς ἀγῶνα,

1030

1035

1040

[ἀντ.

1045

1050

1029 τ’] γ’ Diggle : del. Hartung • 1038 ἄλλ’ Battierus : ἄλλον codd. : ἄλλοτ’ Diggle • ἐπωτότυζε B : ἐπωτότυξε Π : ἐπετότυζε MAVP : ἐπεττότυζεν L • 1040 ἀχά Musgrave : ἰαχά uel ἰαχᾶ codd.

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desde las orillas de Dirce a los jóvenes con tu lúgubre canto cual Erinis funesta, traías, traías dolores de sangre a su patria. Sanguinario fue aquel de los dioses que hizo posible aquello. Lamentos de madres, lamentos de doncellas se dejaban oír en las casas. Ayes y cantos luctuosos resonaban aquí y allá por toda la ciudad. Semejantes al trueno eran esos clamores y gemidos cada vez que la alada doncella hacía desaparecer a un tebano. (Antistrofa) Al cabo del tiempo llegó el desdichado Edipo, enviado por el oráculo pítico39, a esta tierra tebana, primero como motivo de alegría y, después, de dolor. Pues, al salir victorioso del enigma, contrajo el desventurado funestas bodas con su madre y mancilló la ciudad, y en su trayectoria sangrienta enfrentó el infeliz con sus maldiciones a sus hijos en abominable disputa. Admiramos,

39

Por el oráculo de Delfos, o sea, por Apolo.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

καταβαλὼν ἀραῖσι τέκεα μέλεος. ἀγάμεθ᾿ ἀγάμεθ᾿, ὃς ἐπὶ θάνατον οἴχεται γᾶς ὑπὲρ πατρῷας, Κρέοντι μὲν λιπὼν γόους, τὰ δ᾿ ἑπτάπυργα κλῇθρα γᾶς καλλίνικα θήσων. γενοίμεθ᾿ ὧδε ματέρες γενοίμεθ᾿ εὔτεκνοι, φίλα Παλλάς, ἃ δράκοντος αἷμα λιθόβολον κατηργάσω, Καδμείαν μέριμναν ὁρμάσασ᾿ ἐπ᾿ ἔργον, ὅθεν ἐπέσυτο τάνδε γαῖαν ἁρπαγαῖσι δαιμόνων τις ἄτα.

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ΑΓΓΕΛΟΣ ὠή, τίς ἐν πύλαισι δωμάτων κυρεῖ; ἀνοίγετ᾿, ἐκπορεύετ᾿ Ἰοκάστην δόμων. ὠὴ μάλ᾿ αὖθις. διὰ μακροῦ μέν, ἀλλ᾿ ὅμως. ἔξελθ᾿, ἄκουσον, Οἰδίπου κλεινὴ δάμαρ, λήξασ᾿ ὀδυρμῶν πενθίμων τε δακρύων. ὦ φίλτατ᾿, οὔ που ξυμφορὰν ἥκεις φέρων ΙΟ . Ἐτεοκλέους θανόντος, οὗ παρ᾿ ἀσπίδα βέβηκας αἰεὶ πολεμίων εἴργων βέλη; [τί μοί ποθ᾿ ἥκεις καινὸν ἀγγελῶν ἔπος;] τέθνηκεν ἢ ζῇ παῖς ἐμός; σήμαινέ μοι. ΑΓ. ζῇ, μὴ τρέσῃς, τοῦδ᾿ ὥς σ᾿ ἀπαλλάξω φόβου. ΙΟ . τί δ᾿; ἑπτάπυργοι πῶς ἔχουσι περιβολαί;

1072 οὔ που Hartung : ἦ που uel ἤ που codd.

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1075 del. Valckenaer

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LAS FENICIAS

sí, admiramos al que va al encuentro de la muerte para salvar a su patria, dejando a Creonte envuelto en llanto, pero concediendo la victoria a las murallas de siete puertas de la ciudad. ¡Ojalá fuésemos madres y tuviésemos hijos así de virtuosos, querida Palas, tú, que derramaste la sangre del dragón de una pedrada, impulsando a Cadmo a realizar tal hecho, de donde procede que cayera sobre esta tierra una rapaz calamidad divina40! (Entra el primer mensajero, escudero de Eteocles) PRIMER MENSAJERO. ¡Hola! ¿Quién hay a las puertas del palacio? ¡Abrid! Haced salir a Yocasta. ¡Hola, hola! (Aparece Yocasta en el umbral del palacio) ¡Cuánto has tardado! ¡Sal de una vez y escúchame, ilustre esposa de Edipo, dejándote de llantos y lamentos! YOCASTA. ¡Ah, queridísimo! ¿No vendrás a anunciarme la muerte de Eteocles tú, que junto a su escudo permaneces siempre, desviando los dardos enemigos? [¿Qué novedad vienes a anunciarme?] ¿Está muerto o vive mi hijo? Dímelo. PRIMER MENSAJERO. Vive, no te preocupes por eso. Vengo para quitarte ese temor. YOCASTA. ¿Y cómo está el recinto de las siete torres?

40

La plaga propiciada por la Esfinge.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ. ΙΟ .

ΑΓ.

ἑστᾶσ᾿ ἄθραυστοι, κοὐκ ἀνήρπασται πόλις. ἦλθον δὲ πρὸς κίνδυνον Ἀργείου δορός; ἀκμήν γ᾿ ἐπ᾿ αὐτήν· ἀλλ᾿ ὁ Καδμείων Ἄρης κρείσσων κατέστη τοῦ Μυκηναίου δορός. ἓν εἰπὲ πρὸς θεῶν, εἴ τι Πολυνείκους πέρι οἶσθ᾿· ὡς μέλει μοι καὶ τόδ᾿, εἰ λεύσσει φάος. ζῇ σοι ξυνωρὶς ἐς τόδ᾿ ἡμέρας τέκνων. εὐδαιμονοίης. πῶς γὰρ Ἀργείων δόρυ πυλῶν ἀπεστήσασθε πυργηρούμενοι; λέξον, γέροντα τυφλὸν ὡς κατὰ στέγας ἐλθοῦσα τέρψω, τῆσδε γῆς σεσωμένης. ἐπεὶ Κρέοντος παῖς ὁ γῆς ὑπερθανὼν πύργων ἐπ᾿ ἄκρων στὰς μελάνδετον ξίφος λαιμῶν διῆκε, τῇδε γῇ σωτήριον, λόχους ἔνειμεν ἑπτὰ καὶ λοχαγέτας πύλας ἐφ᾿ ἑπτά, φύλακας Ἀργείου δορός, σὸς παῖς, ἐφέδρους ἱππότας μὲν ἱππόταις ἔταξ᾿, ὁπλίτας δ᾿ ἀσπιδηφόροις ἔπι, ὡς τῷ νοσοῦντι τειχέων εἴη δορὸς ἀλκὴ δι᾿ ὀλίγου. περγάμων δ᾿ ἀπ᾿ ὀρθίων λεύκασπιν εἰσορῶμεν Ἀργείων στρατὸν Τευμησὸν ἐκλιπόντα καὶ τάφρου πέλας δρόμῳ ξυνῆψαν ἄστυ Καδμείας χθονός. παιὰν δὲ καὶ σάλπιγγες ἐκελάδουν ὁμοῦ ἐκεῖθεν ἔκ τε τειχέων ἡμῶν πάρα. καὶ πρῶτα μὲν προσῆγε Νηίσταις πύλαις λόχον πυκναῖσιν ἀσπίσιν πεφρικότα ὁ τῆς κυναγοῦ Παρθενοπαῖος ἔκγονος, ἐπίσημ᾿ ἔχων οἰκεῖον ἐν μέσῳ σάκει,

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1089 σεσωμένης Wecklein : σεσωσμένης codd. • 1092 σωτήριον] σωτηρίαν Diggle • 1095 Valckenaer : Grotius • 1101 δρόμῳ ξυνῆψαν inter cruces Mastronarde : uersus del. Kirchhoff

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LAS FENICIAS

PRIMER MENSAJERO. Resiste. La ciudad no ha sido conquistada. YOCASTA. ¿La ha puesto en peligro la lanza argiva? PRIMER MENSAJERO. En peligro extremo. Pero el Ares de los cadmeos se ha impuesto sobre la lanza micénica. YOCASTA. Dime una sola cosa, por los dioses: si sabes algo de Polinices. Pues también me preocupa si aún ve la luz. PRIMER MENSAJERO. Hasta hora están vivos tus dos hijos. YOCASTA. ¡Bendito seas! Pero ¿cómo habéis alejado de las puertas al ejército argivo desde lo alto de las murallas? Dímelo, para que vaya a palacio y dé al anciano ciego la alegría de que nuestra ciudad está a salvo. PRIMER MENSAJERO. Una vez que el hijo de Creonte se hubo clavado en la garganta la negra espada, salvadora de Tebas, muriendo por su patria allá en lo alto de las torres, tu hijo distribuyó siete contingentes de hombres con sus capitanes en cada una de las siete puertas, para defenderlas de las armas argivas, y añadió como refuerzo jinetes a la caballería y hoplitas a los otros portadores de escudo, para prestar protección de lanza a los puntos débiles de las murallas. Desde ellas pudimos ver cómo el ejército argivo de blancos escudos dejaba atrás Teumeso41 y, acercándose al foso, se precipitaba contra la ciudad de Cadmo. El peán y las trompetas se elevaban al mismo tiempo desde sus filas y desde nuestros muros. El primero en atacar, conduciendo contra la puerta Neista42 una tropa erizada de apretados escudos, fue Partenopeo, el hijo de la cazadora43, con el emblema familiar en mitad

41 Monte y aldea de Beocia próxima a Tebas, donde los argivos tenían su campamento. 42 La puerta más occidental de Tebas, en la ruta de Lebadea. 43 La «cazadora» no es otra que la arcadia Atalanta. De sus amores con Meleagro (o con Hipómenes) nacería Partenopeo.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ἑκηβόλοις τόξοισιν Ἀταλάντην κάπρον χειρουμένην Αἰτωλόν. ἐς δὲ Προιτίδας πύλας ἐχώρει σφάγι᾿ ἔχων ἐφ᾿ ἅρματι ὁ μάντις Ἀμφιάραος, οὐ σημεῖ᾿ ἔχων ὑβρισμέν᾿ ἀλλὰ σωφρόνως ἄσημ᾿ ὅπλα. ᾿Ωγύγια δ᾿ ἐς πυλώμαθ᾿ Ἱππομέδων ἄναξ ἔστειχ᾿ ἔχων σημεῖον ἐν μέσῳ σάκει στικτοῖς Πανόπτην ὄμμασιν δεδορκότα, τὰ μὲν σὺν ἄστρων ἐπιτολαῖσιν ὄμματα βλέποντα, τὰ δὲ κρύπτοντα δυνόντων μέτα, ὡς ὕστερον θανόντος εἰσορᾶν παρῆν. Ὁμολωίσιν δὲ τάξιν εἶχε πρὸς πύλαις Τυδεύς, λέοντος δέρος ἔχων ἐπ᾿ ἀσπίδι χαίτῃ πεφρικός· δεξιᾷ δὲ λαμπάδα Τιτὰν Προμηθεὺς ἔφερεν ὡς πρήσων πόλιν. ὁ σὸς δὲ Κρηναίαισι Πολυνείκης πύλαις Ἄρη προσῆγε· Ποτνιάδες δ᾿ ἐπ᾿ ἀσπίδι ἐπίσημα πῶλοι δρομάδες ἐσκίρτων φόβῳ, εὖ πως στρόφιγξιν ἔνδοθεν κυκλούμεναι πόρπαχ᾿ ὑπ᾿ αὐτόν, ὥστε μαίνεσθαι δοκεῖν. ὁ δ᾿ οὐκ ἔλασσον Ἄρεος ἐς μάχην φρονῶν Καπανεὺς προσῆγε λόχον ἐπ᾿ Ἠλέκτραις πύλαις· σιδηρονώτοις δ᾿ ἀσπίδος κύκλοις ἐπῆν γίγας ἐπ᾿ ὤμοις γηγενὴς ὅλην πόλιν φέρων μοχλοῖσιν ἐξανασπάσας βάθρων, ὑπόνοιαν ἡμῖν οἷα πείσεται πόλις. ταῖς δ᾿ ἑβδόμαις Ἄδραστος ἐν πύλαισιν ἦν, ἑκατὸν ἐχίδναις ἀσπίδ᾿ ἐκπληρῶν γραφῇ, ὕδρας ἔχων λαιοῖσιν ἐν βραχίοσιν Ἀργεῖον αὔχημ᾿· ἐκ δὲ τειχέων μέσων δράκοντες ἔφερον τέκνα Καδμείων γνάθοις.

1136 del. Murray

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LAS FENICIAS

del escudo: Atalanta dando muerte con su arco de largo alcance al jabalí etolio44. Hacia la puerta Prétide45 avanzaba el adivino Anfiarao, llevando víctimas en su carro, sin ostentar emblemas insolentes en sus armas desprovistas de símbolos. Hacia la puerta Ogigia46 marchaba el soberano Hipomedonte, que tenía en su escudo como emblema al cubierto de ojos47, de los cuales abría unos a la salida de los astros y cerraba otros a su puesta, como se pudo ver cuando hubo muerto. Ante la puerta Homoloide48 mantenía su hueste Tideo, que llevaba en su escudo una piel de león con la melena erizada, y en la mano derecha una antorcha, como la del titán Prometeo, para prender fuego a la ciudad. Tu hijo Polinices conducía a Ares contra la puerta Crenea49; en su escudo, a modo de emblema, corrían aterrorizadas las yeguas potníades50, movidas hábilmente desde la empuñadura por un resorte que las hacía brincar. Por su parte, Capaneo, no inferior a Ares en violencia, conducía a su tropa contra la puerta Electra51; en su escudo podía verse, forjada en hierro, la figura de un gigante, hijo de la tierra, sosteniendo sobre sus hombros toda una ciudad arrancada de sus cimientos con palancas, aludiendo a lo que iba a ocurrir con nuestra ciudad. En la séptima puerta estaba Adrasto, que llevaba en su brazo izquierdo un escudo cubierto por la representación de las cien víboras de la Hidra, orgullo de Argos; y las serpientes arrebataban con sus fauces a los hijos de los cadmeos que poblaban las murallas. He

44

El célebre jabalí de Calidón, cuya cacería congregó a tantos héroes. La puerta del noroeste, en el camino a Calcis. Al sur de Tebas, cerca de la corriente de Dirce. 47 Argos, al que se representaba con el cuerpo acribillado de ojos. 48 No se sabe dónde estaba, tal vez al sudoeste de la ciudad. 49 Al norte de Tebas. 50 Las yeguas de Glauco de Potnias (en Beocia), que, enfurecidas, acabaron devorando a su amo. 51 Al sudeste de la ciudad. 45 46

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

παρῆν δ᾿ ἑκάστου τῶνδέ μοι θεάματα ξύνθημα παραφέροντι ποιμέσιν λόχων. καὶ πρῶτα μὲν τόξοισι καὶ μεσαγκύλοις ἐμαρνάμεσθα σφενδόναις θ᾿ ἑκηβόλοις πέτρων τ᾿ ἀραγμοῖς· ὡς δ᾿ ἐνικῶμεν μάχῃ, ἔκλαγξε Τυδεὺς καὶ σὸς ἐξαίφνης γόνος· Ὦ τέκνα Δαναῶν, πρὶν κατεξάνθαι βολαῖς, τί μέλλετ᾿ ἄρδην πάντες ἐμπίπτειν πύλαις, γυμνῆτες ἱππῆς ἁρμάτων τ᾿ ἐπιστάται; ἠχῆς δ᾿ ὅπως ἤκουσαν, οὔτις ἀργὸς ἦν· πολλοὶ δ᾿ ἔπιπτον κρᾶτας αἱματούμενοι, ἡμῶν τ᾿ ἐς οὖδας εἶδες ἂν πρὸ τειχέων πυκνοὺς κυβιστητῆρας ἐκπεπνευκότας· ξηρὰν δ᾿ ἔδευον γαῖαν αἵματος ῥοαῖς. ὁ δ᾿ Ἀρκάς, οὐκ Ἀργεῖος, Ἀταλάντης γόνος τυφὼς πύλαισιν ὥς τις ἐμπεσὼν βοᾷ πῦρ καὶ δικέλλας, ὡς κατασκάψων πόλιν· ἀλλ᾿ ἔσχε μαργῶντ᾿ αὐτὸν ἐναλίου θεοῦ Περικλύμενος παῖς λᾶαν ἐμβαλὼν κάρᾳ ἁμαξοπληθῆ, γεῖσ᾿ ἐπάλξεων ἄπο· ξανθὸν δὲ κρᾶτα διεπάλυνε καὶ ῥαφὰς ἔρρηξεν ὀστέων, ἄρτι δ᾿ οἰνωπὸν γένυν καθῃμάτωσεν· οὐδ᾿ ἀποίσεται βίον τῇ καλλιτόξῳ μητρὶ Μαινάλου κόρῃ. ἐπεὶ δὲ τάσδ᾿ ἐσεῖδεν εὐτυχεῖς πάλας, ἄλλας ἐπῄει παῖς σός, εἱπόμην δ᾿ ἐγώ. ὁρῶ δὲ Τυδέα καὶ παρασπιστὰς πυκνοὺς Αἰτωλίσιν λόγχαισιν εἰς ἄκρον στόμα πύργων ἀκοντίζοντας, ὥστ᾿ ἐπάλξεων λιπεῖν ἐρίπνας φυγάδας· ἀλλά νιν πάλιν κυναγὸς ὡσεὶ παῖς σὸς ἐξαθροίζεται,

1151 ἐκπεπνευκότας] ἐκπεπτωκότας Madvig : ἐκνενευκότας Markland

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podido ver cada una de estas imágenes mientras transmitía las consignas a los capitanes de cada tropa. Al principio combatíamos con arcos, venablos, hondas de largo alcance y piedras. Pero, cuando íbamos venciéndolos, gritó Tideo y, también, tu hijo: «¡Oh hijos de los dánaos! Antes de ser aniquilados por sus proyectiles, ¿a qué esperáis para abalanzaros todos a la vez contra las puertas: los de a pie, los jinetes, los conductores de carros?» Al oír esto, nadie se quedó quieto. Cayeron muchos de ellos con la cabeza ensangrentada, y entre los nuestros podía verse gente saltando al suelo desde las murallas y regando la tierra sedienta con auténticos ríos de sangre. El arcadio, que no argivo, hijo de Atalanta, lanzándose como un tifón contra la puerta, pedía a gritos fuego y hachas para demoler la ciudad. Pero el hijo del dios del mar, Periclímeno, contuvo su furor tirándole a la testa una piedra arrancada de las almenas, tan grande como un carro, y le machacó la rubia cabeza, rompiéndole las junturas de los huesos, y ensangrentó sus arreboladas mejillas; y no volverá con vida al lado de su madre, la del hermoso arco, la hija de Ménalo52. Cuando vio que la suerte nos sonreía en esa puerta, tu hijo se dirigió a otra y yo lo seguí. Vi en ella a Tideo y a sus guerreros arrojando sus lanzas a lo alto de las torres, y a los nuestros huir, abandonando sus posiciones; pero tu hijo, como un cazador, los reunió y los recolocó en la muralla.

52 Según Eurípides, Atalanta sería hija de Ménalo (y no de Yaso, ni de Esqueneo). Cf. Apolodoro, III 9, 2.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

πύργοις δ’ ἐπέστησ’ αὖθις. ἐς δ’ ἄλλας πύλας ἠπειγόμεσθα, τοῦτο παύσαντες νοσοῦν. Καπανεὺς δὲ πῶς εἴποιμ’ ἂν ὡς ἐμαίνετο; μακραύχενος γὰρ κλίμακος προσαμβάσεις ἔχων ἐχώρει, καὶ τοσόνδ’ ἐκόμπασεν, μηδ’ ἂν τὸ σεμνὸν πῦρ νιν εἰργαθεῖν Διὸς τὸ μὴ οὐ κατ’ ἄκρων περγάμων ἑλεῖν πόλιν. καὶ ταῦθ’ ἅμ’ ἠγόρευε καὶ πετρούμενος ἀνεῖρφ’ ὑπ’ αὐτὴν ἀσπίδ’ εἱλίξας δέμας, κλίμακος ἀμείβων ξέστ’ ἐνηλάτων βάθρα. ἤδη δ’ ὑπερβαίνοντα γεῖσα τειχέων βάλλει κεραυνῷ Ζεύς νιν· ἐκτύπησε δὲ χθών, ὥστε δεῖσαι πάντας· ἐκ δὲ κλιμάκων [ἐσφενδονᾶτο χωρὶς ἀλλήλων μέλη, κόμαι μὲν εἰς ῎Ολυμπον, αἷμα δ’ ἐς χθόνα, χεῖρες δὲ καὶ κῶλ’ ὡς κύκλωμ’ Ἰξίονος] εἱλίσσετ’, ἐς γῆν δ’ ἔμπυρος πίπτει νεκρός. ὡς δ’ εἶδ’ Ἄδραστος Ζῆνα πολέμιον στρατῷ, ἔξω τάφρου καθεῖσεν Ἀργείων στρατόν. οἱ δ’ αὖ παρ’ ἡμῶν δεξιὸν Διὸς τέρας ἰδόντες ἐξήλαυνον ἁρμάτων ὄχοι ἱππῆς ὁπλῖται, κἀς μέσ’ Ἀργείων ὅπλα ξυνῆψαν ἔγχη· πάντα δ’ ἦν ὁμοῦ κακά· ἔθνῃσκον ἐξέπιπτον ἀντύγων ἄπο, τροχοί τ’ ἐπήδων ἄξονές τ’ ἐπ’ ἄξοσιν, νεκροί δὲ νεκροῖς ἐξεσωρεύονθ’ ὁμοῦ. πύργων μὲν οὖν γῆς ἔσχομεν κατασκαφὰς ἐς τὴν παροῦσαν ἡμέραν· εἰ δ’ εὐτυχὴς ἔσται τὸ λοιπὸν ἥδε γῆ, θεοῖς μέλει. καὶ νῦν γὰρ αὐτὴν δαιμόνων ἔσωσέ τις.

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1183-1185 del. Nauck • 1188 καθεῖσεν MABVL : καθεῖκεν P : καθῖσεν L. Dindorf 1193 ἔθνῃσκον] ἔθρῳσκον Earle

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LAS FENICIAS

Después de haber reparado esa grieta, nos encaminamos hacia otra puerta. ¿Cómo expresar con justeza el ardor bélico de Capaneo? Avanzaba con una larga escala en la mano, y era tal su jactancia que gritaba que ni el venerable fuego de Zeus le impediría conquistar la ciudad desde lo más alto de sus torres. Y, así diciendo, trepaba por los pulidos peldaños de la escala, esquivando las piedras que le tiraban o protegiéndose de ellas con el escudo. Estaba a punto ya de franquear el parapeto de la muralla cuando Zeus lo hirió con su rayo: la tierra retumbó y todos se espantaron, y él cayó rodando de la escala, [y sus miembros salieron disparados lejos unos de otros, los cabellos hacia el Olimpo, la sangre a tierra, las manos y los pies como la rueda de Ixión53], y su cadáver se desplomó, abrasado, en el suelo. Viendo Adrasto que Zeus se mostraba hostil a sus intereses, hizo retroceder al ejército de los argivos al otro lado del foso. Y los nuestros, ante el prodigio favorable de Zeus, salieron al ataque —hoplitas, jinetes, conductores de carros—, llevando la batalla al corazón de las líneas argivas. Todos los males confluyeron allí: los hombres morían, caían de los carros, cuyos ejes y ruedas se soltaban, y se amontonaban los cadáveres. El caso es que, hasta hoy, hemos logrado evitar la destrucción de nuestras murallas. Si en el futuro será feliz o no este país, es tema que concierne a los dioses. Hoy, desde luego, ha sido un dios quien nos ha salvado.

53 Una rueda encendida que giraba sin cesar y a la que Zeus ató a Ixión, castigándolo por tratar de seducir a Hera.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο. ΙΟ .

ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ. ΙΟ . ΑΓ.

καλὸν τὸ νικᾶν· εἰ δ’ ἀμείνον’ οἱ θεοὶ γνώμην ἔχουσιν, εὐτυχὴς εἴην ἐγώ. καλῶς τὰ τῶν θεῶν καὶ τὰ τῆς τύχης ἔχει· παῖδές τε γάρ μοι ζῶσι κἀκπέφευγε γῆ. Κρέων δ’ ἔοικε τῶν ἐμῶν νυμφευμάτων τῶν τ’ Οἰδίπου δύστηνος ἀπολαῦσαι κακῶν, παιδὸς στερηθείς, τῇ πόλει μὲν εὐτυχῶς, ἰδίᾳ δὲ λυπρῶς. ἀλλ’ ἄνελθέ μοι πάλιν, τί τἀπὶ τούτοις παῖδ’ ἐμὼ δρασείετον. ἔα τὰ λοιπά· δεῦρ’ ἀεὶ γὰρ εὐτυχεῖς. τοῦτ’ εἰς ὕποπτον εἶπας· οὐκ ἐατέον. μεῖζόν τι χρῄζεις παῖδας ἢ σεσωμένους; καὶ τἀπίλοιπά γ’ εἰ καλῶς πράσσω κλυεῖν. μέθες μ’· ἔρημος παῖς ὑπασπιστοῦ σέθεν. κακόν τι κεύθεις καὶ στέγεις ὑπὸ σκότῳ. οὐκ ἄν γε λέξαιμ’ ἐπ’ ἀγαθοῖσί σοι κακά. ἢν μή γε φεύγων ἐκφύγῃς πρὸς αἰθέρα. αἰαῖ· τί μ’ οὐκ εἴασας ἐξ εὐαγγέλου φήμης ἀπελθεῖν, ἀλλὰ μηνῦσαι κακά; τὼ παῖδε τὼ σὼ μέλλετον, τολμήματα αἴσχιστα, χωρὶς μονομαχεῖν παντὸς στρατοῦ. λέξαντες Ἀργείοισι Καδμείοισί τε ἐς κοινὸν οἷον μήποτ’ ὤφελον λόγον. Ἐτεοκλέης δ’ ὑπῆρξ’ ἀπ’ ὀρθίου σταθεὶς πύργου, κελεύσας σῖγα κηρῦξαι στρατῷ· [ἔλεξε δ’· Ὦ γῆς Ἑλλάδος στρατηλάται] Δαναῶν ἀριστῆς, οἵπερ ἤλθετ’ ἐνθάδε, Κάδμου τε λαός, μήτε Πολυνείκους χάριν ψυχὰς ἀπεμπολᾶτε μήθ’ ἡμῶν ὕπερ. ἐγὼ γὰρ αὐτὸς τόνδε κίνδυνον μεθεὶς

1211 σεσωμένους Wecklein : σεσωσμένους codd.

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1225 del. Hartung post Geelium

LAS FENICIAS

CORIFEO. Hermoso es vencer. Pero si los dioses toman una decisión mejor, ¡que sea yo afortunada!54 YOCASTA. Los dioses y la fortuna se han portado bien, puesmis hijos siguen vivos y la ciudad está a salvo. El desdichado Creonte es quien, al verse privado de su hijo, ha recogido el fruto de mi funesta unión con Edipo: lo que es feliz para la ciudad es doloroso para él. Pero vuelve a tu relato y dime qué piensan hacer ahora mis dos hijos. PRIMER MENSAJERO. Deja ese tema. Hasta aquí puede decirse que eres afortunada. YOCASTA. Lo que dices infunde sospechas. No pienso dejarlo. PRIMER MENSAJERO. ¿Qué quieres saber de tus hijos más allá de que están sanos y salvos? YOCASTA. Oír lo demás y saber si también me es propicio. PRIMER MENSAJERO. Deja que me vaya. Tu hijo está sin escudero. YOCASTA. Algo malo me ocultas y lo envuelves en sombras. PRIMER MENSAJERO. No quiero anunciarte desgracias después de las buenas noticias. YOCASTA. Hablarás, a menos que huyas por los aires. PRIMER MENSAJERO. ¡Ay, ay! ¿Por qué no me has dejado marchar después de darte la buena noticia y me obligas a anunciarte desdichas? Tus hijos se disponen —¡audacia abominable!— a combatir entre sí cuerpo a cuerpo, al margen de sus tropas respectivas, tras haber dicho públicamente ante argivos y cadmeos lo que nunca hubieran debido decir. Empezó Eteocles, de pie en lo alto de la torre, después de que su heraldo hubiese pedido silencio al ejército, [y dijo: «Capitanes de la Hélade,] los mejores de entre los dánaos, que habéis llegado hasta esta tierra, y tú, pueblo de Cadmo, no deis vuestras vidas ni por Polinices ni por mí. Yo mismo asumiré ese riesgo, compitiendo en combate

54 Sentido ambiguo. Los escoliastas explican el pasaje de distintas maneras. La más adecuada me parece: «Si los dioses toman una decisión mejor [a saber, que, conforme al derecho divino, sean vencidos los tebanos], ¡que pueda yo escapar sana y salva!»

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

μόνος συνάψω συγγόνῳ τὠμῷ μάχην· κἂν μὲν κτάνω τόνδ’, οἶκον οἰκήσω μόνος, ἡσσώμενος δὲ τῷδε παραδώσω μόνῳ· ὑμεῖς δ’ ἀγῶν’ ἀφέντες, Ἀργεῖοι, χθόνα νίσεσθε, βίοτον μὴ λιπόντες ἐνθάδε· Σπαρτῶν τε λαὸς ἅλις ὃς κεῖται νεκρός. τοσαῦτ’ ἔλεξε. σὸς δὲ Πολυνείκης γόνος ἐκ τάξεων ὤρουσε κἀπῄνει λόγους. πάντες δ’ ἐπερρόθησαν Ἀργεῖοι τάδε Κάδμου τε λαὸς ὡς δίκαι’ ἡγούμενοι. ἐπὶ τοῖσδε δ’ ἐσπείσαντο, κἀν μεταιχμίοις ὅρκους συνῆψαν ἐμμενεῖν στρατηλάται. ἤδη δ’ ἔκρυπτον σῶμα παγχάλκοις ὅπλοις δισσοὶ γέροντος Οἰδίπου νεανίαι· φίλοι δ’ ἐκόσμουν, τῆσδε μὲν πρόμον χθονὸς Σπαρτῶν ἀριστῆς, τὸν δὲ Δαναϊδῶν ἄκροι. ἔσταν δὲ λαμπρὼ χρῶμά τ’ οὐκ ἠλλαξάτην μαργῶντ’ ἐπ’ ἀλλήλοισιν ἱέναι δόρυ. παρεξιόντες δ’ ἄλλος ἄλλοθεν φίλων λόγοις ἐθάρσυνόν τε κἀξηύδων τάδε· Πολύνεικες, ἐν σοὶ Ζηνὸς ὀρθῶσαι βρέτας τροπαῖον Ἄργει τ’ εὐκλεᾶ δοῦναι λόγον· Ἐτεοκλέα δ’ αὖ· Νῦν πόλεως ὑπερμαχεῖς, νῦν καλλίνικος γενόμενος σκήπτρων κρατεῖς. τάδ’ ἠγόρευον παρακαλοῦντες ἐς μάχην. μάντεις δὲ μῆλ’ ἔσφαζον ἐμπύρους τ’ ἀκμὰς ῥήξεις τ’ ἐνώμων ὑγρότητ’ ἐναντίαν ἄκραν τε λαμπάδ’, ἣ δυοῖν ὅρους ἔχει, νίκης τε σῆμα καὶ τὸ τῶν ἡσσωμένων. ἀλλ’, εἴ τιν’ ἀλκὴν ἢ σοφοὺς ἔχεις λόγους ἢ φίλτρ’ ἐπῳδῶν, στεῖχ’, ἐρήτυσον τέκνα

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singular contra mi hermano. Si lo mato, gobernaré solo mi casa; si me vence, la pondré en sus manos. En cuanto a vosotros, argivos, abandonad la contienda y regresad a vuestro país sin dejaros aquí la vida, que bastantes cadáveres hay ya de los sembrados55.» Así habló. Y entonces tu hijo Polinices, surgió de entre las filas y aprobó sus palabras. Y tanto los argivos como el pueblo de Cadmo se manifestaron también, clamorosamente, a favor, pensando que eran justas. Y basándose en ellas pactaron una tregua, y, en el espacio entre ambas huestes, los jefes se juramentaron para mantenerla. Ya cubrían sus cuerpos con broncíneas armas los dos jóvenes hijos del viejo Edipo, y sus amigos los ayudaban: al soberano de esta tierra los mejores de los sembrados56, al otro, la flor y nata de los dánaos. Se irguieron resplandecientes, sin mudar de color, ansiosos por arrojar la lanza con furia el uno al otro. Y los amigos de ambos bandos que los escoltaban les daban ánimos diciéndoles: «¡Polinices, debes erigir una estatua de Zeus como trofeo y dar a Argos fama imperecedera!» o «¡Eteocles, estás combatiendo por tu ciudad; si sales victorioso, tomarás posesión del cetro!» Así decían, exhortándolos al combate. Los adivinos degollaban víctimas, observando el lenguaje del fuego y la dirección del flujo producido por las vísceras al romperse, cómo se inclinaban las llamas en un sentido u otro, indicando con ello la señal de la victoria o la de la derrota. Así que, si tienes posibilidad de hacerlo, sea con palabras razonables sea con encantamientos benéficos, aparta a

55 56

Véase nota 30. Véase nota 30.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΙΟ .

Α Ν. ΙΟ . ΑΝ. ΑΝ. ΑΝ. Α Ν. ΑΝ. ΑΝ.

δεινῆς ἁμίλλης· ὡς ὁ κίνδυνος μέγας καὶ τἆθλα δεινά· δάκρυά σοι γενήσεται δισσοῖν στερείσῃ τῇδ’ ἐν ἡμέρᾳ τέκνοιν. ὦ τέκνον ἔξελθ’ Ἀντιγόνη δόμων πάρος. οὐκ ἐν χορείαις οὐδὲ παρθενεύμασιν νῦν σοι προχωρεῖ δαιμόνων κατάστασις, ἀλλ’ ἄνδρ’ ἀρίστω καὶ κασιγνήτω σέθεν ἐς θάνατον ἐκνεύοντε κωλῦσαί σε δεῖ ξὺν μητρὶ τῇ σῇ μὴ πρὸς ἀλλήλοιν θανεῖν. τίν’, ὦ τεκοῦσα μῆτερ, ἔκπληξιν νέαν φίλοις ἀυτεῖς τῶνδε δωμάτων πάρος; ὦ θύγατερ, ἔρρει σῶν κασιγνήτων βίος. πῶς εἶπας; ΙΟ. αἰχμὴν ἐς μίαν καθέστατον. οἲ ᾿γώ, τί λέξεις, μῆτερ; ΙΟ. οὐ φίλ’, ἀλλ’ ἕπου. ποῖ, παρθενῶνας ἐκλιποῦσ’; ΙΟ. ἀνὰ στρατόν. αἰδούμεθ’ ὄχλον. ΙΟ. οὐκ ἐν αἰσχύνῃ τὰ σά. δράσω δὲ δὴ τί; ΙΟ. συγγόνων λύσεις ἔριν. τί δρῶσα, μῆτερ; ΙΟ. προσπίτνουσ’ ἐμοῦ μέτα. ἡγοῦ σὺ πρὸς μεταίχμι’· οὐ μελλητέον. ἔπειγ’ ἔπειγε, θύγατερ· ὡς, ἢν μὲν φθάσω παῖδας πρὸ λόγχης, οὑμὸς ἐν φάει βίος· [ἢν δ’ ὑστερήσῃς, οἰχόμεσθα, κατθανῇ·] θανοῦσι δ’ αὐτοῖς συνθανοῦσα κείσομαι.

1262 καὶ τἆθλα] κἅπαθλα Porson



1282 del. Grotius

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LAS FENICIAS

tus hijos de lid tan espantosa, porque el peligro es grande, y el único y terrible premio de ese combate será para ti el llanto, si es que hoy te ves privada de tus dos hijos. YOCASTA. ¡Antígona, hija mía, sal del palacio! Tu destino presente no te permite participar en danzas ni en menesteres de doncellas. Dos nobles guerreros, hermanos tuyos, se dirigen hacia la muerte. Debes impedir con tu madre que se den muerte mutuamente. (Entra Antígona) ANTÍGONA. Oh madre que me diste a luz, ¿qué nuevo horror acabas de anunciar a los tuyos delante de esta casa? YOCASTA. ¡Ay, hija, se nos va la vida de tus hermanos! ANTÍGONA. ¿Cómo dices? YOCASTA. Van a batirse en combate singular. ANTÍGONA. ¡Ay de mí! ¿Qué vas a decir, madre? YOCASTA. Nada agradable. Pero sígueme. ANTÍGONA. ¿Adónde, tras dejar mis habitaciones de doncella? YOCASTA. Adonde está el ejército. ANTÍGONA. Me da vergüenza exhibirme ante la tropa. YOCASTA. No es momento de ñoñerías. ANTÍGONA. ¿Qué se supone que debo hacer? YOCASTA. Aplacarás la disputa entre tus hermanos. ANTÍGONA. ¿De qué manera, madre? YOCASTA. Arrodillándote ante ellos junto a mí. ANTÍGONA. Llévame en medio de los dos ejércitos. ¡Pronto! YOCASTA. ¡Date prisa, hija, date prisa! Si llego antes de que choquen sus lanzas, mi vida aún verá la luz,57 pero, si han muerto, caeré muerta a su lado.

57

No traduzco el v. 1281, evidente interpolación del v. 976 (en boca de Creonte).

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο.

αἰαῖ αἰαῖ, τρομερὰν φρίκᾳ τρομερὰν φρέν’ ἔχω· διὰ σάρκα δ’ ἐμὰν ἔλεος ἔλεος ἔμολε ματέρος δειλαίας. δίδυμα τέκεα πότερος ἄρα πότερον αἱμάξει— ἰώ μοι πόνων, ἰὼ Ζεῦ, ἰὼ γᾶ— ὁμογενῆ δέραν, ὁμογενῆ ψυχὰν δι’ ἀσπίδων, δι’ αἱμάτων; τάλαιν’ ἐγὼ τάλαινα, πότερον ἄρα νέκυν ὀλόμενον ἰαχήσω;

[στρ.

φεῦ δᾶ φεῦ δᾶ, δίδυμοι θῆρες, φόνιαι ψυχαὶ δορὶ παλλόμεναι πέσεα πέσεα δάι’ αὐτίχ’ αἱμάξετον. τάλανες, ὅτι ποτὲ μονομάχον ἐπὶ φρέν’ ἠλθέτην. βοᾷ βαρβάρῳ στενακτὰν ἰαχὰν μελομέναν νεκροῖς δάκρυσι θρηνήσω. σχεδὸν τύχα, πέλας φόνος· κρινεῖ ξίφος τὸ μέλλον. ἄποτμος ἄποτμος ὁ φόνος ἕνεκ’ Ἐρινύων.

[ἀντ.

1285

1290

1295

1300

1305

—ἀλλὰ γὰρ Κρέοντα λεύσσω τόνδε δεῦρο συννεφῆ πρὸς δόμους στείχοντα, παύσω τοὺς παρεστῶτας γόους. ΚΡ.

οἴμοι, τί δράσω; πότερ’ ἐμαυτὸν ἢ πόλιν στένω δακρύσας, ἣν πέριξ ἔχει νέφος τοιοῦτον ὥστε δι’ Ἀχέροντος ἱέναι;

1310

1290 ἰὼ Ζεῦ, ἰὼ γᾶ] ἰὼ Ζεῦ καὶ γᾶ Diggle • 1297 παλλόμεναι] παλλομένῳ Diggle • 1304 φόνος Scaliger : φόνου codd. • 1305 ξίφος Hermann : φάος codd. • 1312 del. Kirchhoff

[84]

LAS FENICIAS

(Salen Yocasta, Antígona y el primer mensajero) CORO. (Estrofa) ¡Ay, ay, ay! Tengo estremecido de horror, estremecido, el corazón. Y mi carne está atravesada de piedad, de piedad por la madre desventurada. De sus dos hijos, ¿cuál teñirá de sangre —¡ay de mí, cuántas calamidades, ah, Zeus, ah, tierra!—, la garganta fraterna, la vida fraterna, en el choque sangriento entre ambos? ¡Desdichada de mí, desdichada! ¿A cuál de los dos, ya cadáver, dedicaré mi planto fúnebre? (Antistrofa) ¡Ah, tierra! ¡Ah, tierra! Dos fieras gemelas, almas asesinas, van a blandir la lanza y a cubrir de sangre los cuerpos caídos, los cuerpos enemigos. ¡Desdichados, en mala hora acordasteis un duelo semejante! Yo, con voz extranjera, entonaré, entre lágrimas, el lamento afligido que se debe a los muertos. El destino mortífero está cerca. La espada decidirá el futuro. Aciaga, aciaga es la matanza que las Erinias han dictaminado. Pero ahí veo a Creonte, que se acerca, abrumado, al palacio. Cesaré en mis lamentos. (Entra Creonte, llevando en brazos el cadáver de Meneceo) CREONTE. ¡Ay de mí! ¿Qué haré? ¿Debo llorar por mí o por la ciudad, envuelta en una nube sombría que la conduce al otro lado del Aque-

[84]

ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Χ Ο. ΚΡ. Χ Ο. ΚΡ. Χ Ο. ΚΡ.

ἐμός τε γὰρ παῖς γῆς ὄλωλ’ ὑπερθανών, τοὔνομα λαβὼν γενναῖον, ἀνιαρὸν δ’ ἐμοί· ὃν ἄρτι κρημνῶν ἐκ δρακοντείων ἑλὼν αὐτοσφαγῆ δύστηνος ἐκόμισ’ ἐν χεροῖν. βοᾷ δὲ δῶμα πᾶν. ἐγὼ δ’ ἥκω μετὰ γέρων ἀδελφὴν γραῖαν Ἰοκάστην, ὅπως λούσῃ προθῆταί τ’ οὐκέτ’ ὄντα παῖδ’ ἐμόν. τοῖς γὰρ θανοῦσι χρὴ τὸν οὐ τεθνηκότα τιμὰς διδόντα χθόνιον εὐσεβεῖν θεόν. βέβηκ’ ἀδελφὴ σὴ δόμων ἔξω, Κρέον, κόρη τε μητρὸς Ἀντιγόνη κοινῷ ποδί. ποῖ; κἀπὶ ποίαν συμφοράν; σήμαινέ μοι. ἤκουσε τέκνα μονομάχῳ μέλλειν δορὶ ἐς ἀσπίδ’ ἥξειν βασιλικῶν δόμων ὕπερ. πῶς φῄς; νέκυν τοι παιδὸς ἀγαπάζων ἐμοῦ οὐκ ἐς τόδ’ ἦλθον ὥστε καὶ τάδ’ εἰδέναι. ἀλλ’ οἴχεται μὲν σὴ κασιγνήτη πάλαι· δοκῶ δ’ ἀγῶνα τὸν περὶ ψυχῆς, Κρέον, ἤδη πεπρᾶχθαι παισὶ τοῖσιν Οἰδίπου. οἴμοι, τὸ μὲν σημεῖον εἰσορῶ τόδε, σκυθρωπὸν ὄμμα καὶ πρόσωπον ἀγγέλου στείχοντος, ὃς πᾶν ἀγγελεῖ τὸ δρώμενον.

ΑΓΓΕΛΟΣ Β ὦ τάλας ἐγώ, τίν’ εἴπω μῦθον ἢ τίνας γόους; Χ Ο. οἰχόμεσθ’· οὐκ εὐπροσώποις φροιμίοις ἄρχῃ λόγου. ΑΓ. ὦ τάλας, δισσῶς ἀυτῶ· μεγάλα γὰρ φέρω κακά. ΚΡ. πρὸς πεπραγμένοισιν ἄλλοις πήμασιν. λέγεις δὲ τί; ΑΓ. οὐκέτ’ εἰσὶ σῆς ἀδελφῆς παῖδες ἐν φάει, Κρέον.

1335 γόους Porson : λόγους codd.

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1335

LAS FENICIAS

ronte? Porque mi hijo ha muerto por su patria, glorificando su nombre, pero dejándome el dolor a mí. Lo he recogido hace muy poco del antro del dragón, donde se suicidó, y lo traigo en mis brazos, mientras toda la casa se lamenta. Yo, un viejo, vengo en busca de mi vieja hermana Yocasta, para que lave y prepare el cadáver de mi hijo. Conviene que los vivos rindan honores a los muertos y muestren su piedad al dios subterráneo. CORIFEO. Tu hermana ha salido del palacio, Creonte, en compañía de la joven Antígona. CREONTE. ¿Adónde y por qué motivo? Dímelo. CORIFEO. Porque se ha enterado de que sus hijos iban a disputarse lanza contra escudo este reino en combate singular. CREONTE. ¿Qué dices? Atendiendo al cadáver de mi hijo, no he sabido nada de eso. CORIFEO. Pues hace tiempo ya que tu hermana se ha marchado, Creonte, y pienso que ya se habrá producido el combate mortal entre los hijos de Edipo. CREONTE. ¡Ay de mí! Lo atestigua el entristecido semblante de ese mensajero que se acerca y que nos dirá todo lo que ha pasado. (Entra el segundo mensajero) SEGUNDO MENSAJERO. ¡Desdichado de mí! ¿Qué voy a referir o qué lamentos? CREONTE. ¡Estamos perdidos! El preámbulo no puede ser más siniestro. SEGUNDO MENSAJERO. ¡Desdichado de mí, repito! Pues grandes males son los que traigo. CREONTE. Se añaden a desdichas ya consumadas. ¿Qué es lo que traes? SEGUNDO MENSAJERO. Ya no ven la luz los hijos de tu hermana, Creonte.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΚΡ.

Χ Ο. ΚΡ. ΑΓ. ΚΡ. ΑΓ. Χ Ο. ΚΡ.

ΑΓ.

αἰαῖ· μεγάλα μοι θροεῖς πάθεα καὶ πόλει. ὦ δώματ’ εἰσηκούσατ’ Οἰδίπου τάδε, παίδων ὁμοίαις συμφοραῖς ὀλωλότων; ὥστ’ ἂν δακρῦσαί γ’, εἰ φρονοῦντ’ ἐτύγχανεν. οἴμοι ξυμφορᾶς βαρυποτμωτάτας, οἴμοι κακῶν δύστηνος, ὦ τάλας ἐγώ. εἰ καὶ τὰ πρὸς τούτοισί γ’ εἰδείης κακά. καὶ πῶς γένοιτ’ ἂν τῶνδε δυσποτμώτερα; τέθνηκ’ ἀδελφὴ σὴ δυοῖν παίδοιν μέτα. ἀνάγετ’ ἀνάγετε κωκυτὸν ἐπὶ κάρᾳ τε λευκοπήχεις κτύπους χεροῖν. ὦ τλῆμον, οἷον τέρμον’, Ἰοκάστη, βίου γάμων τε τῶν σῶν Σφιγγὸς αἰνιγμοῖς ἔτλης. πῶς καὶ πέπρακται διπτύχων παίδων φόνος ἀρᾶς τ’ ἀγώνισμ’ Οἰδίπου; σήμαινέ μοι. τὰ μὲν πρὸ πύργων εὐτυχήματα χθονὸς οἶσθ’· οὐ μακρὰν γὰρ τειχέων περιπτυχαί [ὥστ’ οὐχ ἅπαντά σ’ εἰδέναι τὰ δρώμενα]. ἐπεὶ δὲ χαλκέοις σῶμ’ ἐκοσμήσανθ’ ὅπλοις οἱ τοῦ γέροντος Οἰδίπου νεανίαι, ἔστησαν ἐλθόντ’ ἐς μέσον μεταίχμιον [δισσὼ στρατηγὼ καὶ διπλὼ στρατηλάτα] ὡς εἰς ἀγῶνα μονομάχου τ’ ἀλκὴν δορός. βλέψας δ’ ἐς Ἄργος ἧκε Πολυνείκης ἀράς· Ὦ πότνι’ Ἥρα, σὸς γάρ εἰμ’, ἐπεὶ γάμοις ἔζευξ’ Ἀδράστου παῖδα καὶ ναίω χθόνα, δός μοι κτανεῖν ἀδελφόν, ἀντήρη δ’ ἐμὴν καθαιματῶσαι δεξιὰν νικηφόρον.

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1346 del. Murray post Burges • 1350 ἀνάγετ’ ἀνάγετε] ἀνάγετ’ ἄγετε Mastronarde • ἐπὶ κάρᾳ ABVL : ἐπικρᾶτα M : ἐπὶ κράτα P • 1351 τε Diggle • 1358 del. Wecklein • 1362 del. Barnes

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LAS FENICIAS

CREONTE. ¡Ay, ay, ay! ¡Grandes duelos anuncias para mí y para la ciudad! ¡Ah, casa de Edipo!, ¿has oído, como yo, que sus dos hijos han padecido semejante suerte? CORIFEO. ¡Tanto que lloraría si fuese capaz de sentir! CREONTE. ¡Ay de mí, qué desgracia tan espantosa! ¡Ay de mí, cuántas calamidades! ¡Desventurado, desdichado de mí! SEGUNDO MENSAJERO. Y no sabes aún los males que vienen después… CREONTE. ¿Cómo podría haberlos aún más tristes? SEGUNDO MENSAJERO. Tu hermana ha muerto, junto con sus dos hijos. CORIFEO. ¡Lamentaos, lamentaos sin tasa! ¡Golpeaos la cabeza con vuestras manos blancas! CREONTE. ¡Infeliz, Yocasta! ¡Qué final han tenido tu vida y tus bodas por culpa de los enigmas de la Esfinge! Pero ¿cómo se han consumado la muerte de los dos hijos y el combate causado por la maldición de Edipo? Dímelo. SEGUNDO MENSAJERO. Ya sabes de los éxitos cosechados delante de las torres; no está tan lejos el recinto de las murallas [como para que no sepas todo lo sucedido]. Cuando los jóvenes hijos del viejo Edipo se revistieron de sus armas de bronce, se situaron [ambos generales y ambos caudillos] en medio de los dos ejércitos, listos para medir sus lanzas en un combate cuerpo a cuerpo. Mirando a Argos, Polinices formuló entonces esta plegaria: «¡Oh venerable Hera, puesto que tuyo soy desde que me uní en matrimonio con la hija de Adrasto y vivo en su país, concédeme que mate a mi hermano y que fluya su sangre

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

[αἴσχιστον αἰτῶν στέφανον, ὁμογενῆ κτανεῖν. πολλοῖς δ’ ἐπῄει δάκρυα τῆς εὐχῆς ὅση, κἄβλεψαν ἀλλήλοισι διαδόντες κόρας.] Ἐτεοκλέης δὲ Παλλάδος χρυσάσπιδος βλέψας πρὸς οἶκον ηὔξατ’· Ὦ Διὸς κόρη, δὸς ἔγχος ἡμῖν καλλίνικον ἐκ χερὸς ἐς στέρν’ ἀδελφοῦ τῆσδ’ ἀπ’ ὠλένης βαλεῖν [κτανεῖν θ’ ὃς ἦλθε πατρίδα πορθήσων ἐμήν]. ἐπεὶ δ’ ἀνήφθη πυρσὸς ὣς Τυρσηνικῆς σάλπιγγος ἠχή, σῆμα φοινίου μάχης, ᾖξαν δράμημα δεινὸν ἀλλήλοις ἔπι. κάπροι δ’ ὅπως θήγοντες ἀγρίαν γένυν ξυνῆψαν, ἀφρῷ διάβροχοι γενειάδας. ᾖσσον δὲ λόγχαις· ἀλλ’ ὑφίζανον κύκλοις, ὅπως σίδηρος ἐξολισθάνοι μάτην. εἰ δ’ ὄμμ’ ὑπερσχὸν ἴτυος ἅτερος μάθοι, λόγχην ἐνώμα, στόματι προφθῆναι θέλων· ἀλλ’ εὖ προσῆγον ἀσπίδων κεγχνώμασιν ὀφθαλμόν, ἀργὸν ὥστε γίγνεσθαι δόρυ. πλείων δὲ τοῖς ὁρῶσιν ἐστάλασσ’ ἱδρὼς ἢ τοῖσι δρῶσι διὰ φίλων ὀρρωδίαν. Ἐτεοκλέης δὲ ποδὶ μεταψαίρων πέτρον ἴχνους ὑπόδρομον, κῶλον ἐκτὸς ἀσπίδος τίθησι· Πολυνείκης δ’ ἀπήντησεν δορί, πληγὴν σιδήρῳ παραδοθεῖσαν εἰσιδών, κνήμην τε διεπέρασεν Ἀργεῖον δόρυ· στρατὸς δ’ ἀνηλάλαξε Δαναϊδῶν ἅπας. κἀν τῷδε μόχθῳ γυμνὸν ὦμον εἰσιδὼν ὁ πρόσθε τρωθεὶς †στέρνα Πολυνείκους βίᾳ†

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1369-1371 del. Valckenaer • 1376 del. Valckenaer • 1377 ἀνήφθη Diggle : ἀφείθε codd. • 1386 κεγχρώμασιν] κερχνώμασιν Valckenaer • 1388-1389 del. Wecklein • 1397 στέρνα Πολυνείκους ἔπι Paley : σάρκα Πολυνείκους βίᾳ Stadtmueller : στεγνὰ Πολυνείκους βίᾳ Pearson

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LAS FENICIAS

por mi diestra victoriosa!» [Estaba pidiendo la más impía de las coronas: matar a un hermano. Muchos derramaban lágrimas ante calamidad tan espantosa y cruzaban entre sí pupilas asombradas.] Luego Eteocles, mirando a la morada de Palas, la del áureo escudo, hizo el siguiente ruego: «¡Oh hija de Zeus, concédeme la gloria de hundir mi lanza, impulsada por mi brazo, en el pecho de mi hermano [y de dar muerte a quien vino aquí a destruir mi patria!]» Cuando hubo brotado, claro como una antorcha, el son de la trompeta tirrena, señal para el sangriento combate, se lanzaron uno contra otro con terrible ímpetu. Peleaban como jabalíes que aguzan sus fieros colmillos, con los mentones chorreantes de espuma. Se atacaban con sus lanzas, pero se cubrían con sus escudos, para que el hierro no los alcanzase. Si uno veía que la cara del otro se asomaba por el borde del escudo, disparaba su lanza con la intención de alcanzarlo. Pero ambos adaptaban bien sus ojos a los orificios de los escudos, y el lanzamiento resultaba inútil. El temor que sentían por cada uno de sus campeones hacía que el sudor corriese a raudales por el rostro de los espectadores, aún más que por el de los combatientes. Eteocles, al apartar con el pie una piedra que le salió al paso, sacó la pierna fuera del escudo. Entonces Polinices, viendo aquel blanco que se ofrecía a su hierro, atravesó con su lanza argiva la pierna de su hermano. Todo el ejército dánao prorrumpió en gritos de victoria. Por su parte, el herido se dio cuenta de que su adversario, a causa del esfuerzo, había dejado al descubierto el hombro, de modo que aprovechó para hincar con fuerza su lanza

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Χ Ο.

διῆκε λόγχην, κἀπέδωκεν ἡδονὰς Κάδμου πολίταις, ἀπὸ δ’ ἔθραυσ’ ἄκρον δόρυ. ἐς δ’ ἄπορον ἥκων δορὸς ἐπὶ σκέλος πάλιν χωρεῖ, λαβὼν δ’ ἀφῆκε μάρμαρον πέτρον, μέσον δ’ ἄκοντ’ ἔθραυσεν· ἐξ ἴσου δ’ Ἄρης ἦν, κάμακος ἀμφοῖν χεῖρ’ ἀπεστερημένοιν. ἔνθεν δὲ κώπας ἁρπάσαντε φασγάνων ἐς ταὐτὸν ἧκον, συμβαλόντε δ’ ἀσπίδας πολὺν ταραγμὸν ἀμφιβάντ’ εἶχον μάχης. καί πως νοήσας Ἐτεοκλῆς τὸ Θεσσαλὸν ἐσήγαγεν σόφισμ’ ὁμιλίᾳ χθονός. ἐξαλλαγεὶς γὰρ τοῦ παρεστῶτος πόνου, λαιὸν μὲν ἐς τοὔπισθεν ἀναφέρει πόδα, πρόσω τὰ κοῖλα γαστρὸς εὐλαβούμενος, προβὰς δὲ κῶλον δεξιὸν δι’ ὀμφαλοῦ καθῆκεν ἔγχος σφονδύλοις τ’ ἐνήρμοσεν. ὁμοῦ δὲ κάμψας πλευρὰ καὶ νηδὺν τάλας σὺν αἱματηραῖς σταγόσι Πολυνείκης πίτνει. ὁ δ’, ὡς κρατῶν δὴ καὶ νενικηκὼς μάχῃ, ξίφος δικὼν ἐς γαῖαν ἐσκύλευέ νιν, τὸν νοῦν πρὸς αὑτὸν οὐκ ἔχων, ἐκεῖσε δέ. ὃ καί νιν ἔσφηλ’· ἔτι γὰρ ἐμπνέων βραχύ, σῴζων σίδηρον ἐν λυγρῷ πεσήματι, μόλις μέν, ἐξέτεινε δ’ εἰς ἧπαρ ξίφος Ἐτεοκλέους ὁ πρόσθε Πολυνείκης πεσών. γαῖαν δ’ ὀδὰξ ἑλόντες ἀλλήλοιν πέλας πίπτουσιν ἄμφω κοὐ διώρισαν κράτος. φεῦ φεῦ, κακῶν σῶν, Οἰδίπου, σ’ ὅσον στένω· τὰς σὰς δ’ ἀρὰς ἔοικεν ἐκπλῆσαι θεός.

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en el pecho de Polinices, devolviendo la alegría a los cadmeos, pero se le quebró la punta de la lanza. Al verse en apuros, retrocedió y arrojó una piedra contra la lanza de Polinices, partiéndola por la mitad. Así quedó igualada la lucha, pues ambos estaban privados de sus lanzas respectivas. Entonces, empuñando las espadas, se embistieron de nuevo y, entrechocando los escudos, se trabaron en combate con gran estrépito. De repente a Eteocles se le ocurrió acudir a la treta tesalia, que conocía bien por haber vivido en ese país: suspendiendo momentáneamente el ataque, da un paso atrás con su pie izquierdo, protegiéndose el vientre por delante, y, adelantando el pie derecho, introduce su espada en el ombligo de su oponente, hundiéndola hasta las vértebras. El desdichado Polinices dobló entonces los costados y el vientre y, entre oleadas de sangre, cayó en tierra. Eteocles, creyendo que tenía ganada la batalla, tiró la espada y se dispuso a despojar a su víctima, sin preocuparse de nada que no fuese el afán de botín. Y eso lo perdió, porque Polinices había conservado su espada en la mano después de su caída y, en su último suspiro y con gran esfuerzo, logró alojar su hierro en el hígado de Eteocles. Así es como ambos mordieron el polvo, uno tras otro, sin que se decidiera a quién correspondía el poder. CORIFEO. ¡Ay, ay! ¡Cuánto me hacen llorar tus desgracias, Edipo! Parece que un dios ha dado cumplimiento a tus maldiciones.

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ΑΓ.

ἄκουε δή νυν καὶ τὰ πρὸς τούτοις κακά. ἐπεὶ τέκνω πεσόντ’ ἐλειπέτην βίον, ἐν τῷδε μήτηρ ἡ τάλαινα προσπίτνει [σὺν παρθένῳ τε καὶ προθυμίᾳ ποδός]. τετρωμένους δ’ ἰδοῦσα καιρίους σφαγὰς ᾤμωξεν· Ὦ τέκν’, ὑστέρα βοηδρόμος πάρειμι. προσπίτνουσα δ’ ἐν μέρει τέκνα ἔκλαι’, ἐθρήνει τὸν πολὺν μαστῶν πόνον στένουσ’, ἀδελφή θ’ ἡ παρασπίζουσ’ ὁμοῦ· Ὦ γηροβοσκὼ μητρός, ὦ γάμους ἐμοὺς προδόντ’ ἀδελφὼ φιλτάτω. στέρνων δ’ ἄπο φύσημ’ ἀνεὶς δύσθνητον Ἐτεοκλῆς ἄναξ ἤκουσε μητρός, κἀπιθεὶς ὑγρὰν χέρα φωνὴν μὲν οὐκ ἀφῆκεν, ὀμμάτων δ’ ἄπο προσεῖπε δακρύοις, ὥστε σημῆναι φίλα. ὁ δ’ ἦν ἔτ’ ἔμπνους, πρὸς κασιγνήτην δ’ ἰδὼν γραῖάν τε μητέρ’ εἶπε Πολυνείκης τάδε· Ἀπωλόμεσθα, μῆτερ· οἰκτίρω δέ σε καὶ τήνδ’ ἀδελφὴν καὶ κασίγνητον νεκρόν· φίλος γὰρ ἐχθρὸς ἐγένετ’, ἀλλ’ ὅμως φίλος. θάψον δέ μ’, ὦ τεκοῦσα, καὶ σύ, σύγγονε, ἐν γῇ πατρῷᾳ, καὶ πόλιν θυμουμένην παρηγορεῖτον, ὡς τοσόνδε γοῦν τύχω χθονὸς πατρῴας, κεἰ δόμους ἀπώλεσα. ξυνάρμοσον δὲ βλέφαρά μου τῇ σῇ χερί, μῆτερ —τίθησι δ’ αὐτὸς ὀμμάτων ἔπι— καὶ χαίρετ’· ἤδη γάρ με περιβάλλει σκότος. ἄμφω δ’ ἅμ’ ἐξέπνευσαν ἄθλιον βίον. μήτηρ δ’, ὅπως ἐσεῖδε τήνδε συμφοράν, ὑπερπαθήσασ’ ἥρπασ’ ἐκ νεκρῶν ξίφος

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1429 προσπίτνει Dindorf : προσπιτνεῖ ABVLP : προσπίπτοι M • 1430 del. Valckenaer • 1438 δύσθνητον M : δύστλητον ABVLP : δυσθνῇσκον Hermann

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LAS FENICIAS

SEGUNDO MENSAJERO. Escucha ahora las desgracias que vinieron después. Cuando los dos hermanos, caídos, abandonaban la vida, llegó allí con paso apresurado su desgraciada madre, en compañía de su hija Antígona. Al verlos mortalmente heridos, gimió: «¡Ah, hijos, llego tarde para socorreros!» Y abrazándose por turno a cada uno de ellos, gritaba y lloraba, lamentando la gran fatiga de sus pechos, y a su lado la hermana de ambos se quejaba: «¡Ah, vosotros que teníais que proteger a vuestra madre en su vejez y que así descuidáis mis bodas, queridísimos hermanos!» En el momento de exhalar su último suspiro, el soberano Eteocles oyó a su madre y, tendiéndole su débil mano, no pudo pronunciar palabra, pero le demostró su amor con los ojos arrasados en lágrimas. Polinices aún respiraba y, mirando a su hermana y a su anciana madre, dijo lo siguiente: «Me muero, madre, y siento compasión por ti, por mi hermana y por mi hermano muerto, que se convirtió en mi enemigo, pero a quien nunca he dejado de querer. Entiérrame, madre, y tú también, hermana, en esta tierra patria, y apaciguad la cólera de la ciudad, para que, aunque perdí mi hogar, obtenga al menos una pequeña parte del suelo de mis antepasados. Ciérrame los párpados con tu mano, madre mía —y él mismo la posó sobre sus ojos—. ¡Adiós, que ya me envuelven las tinieblas!» Al mismo tiempo exhalaron ambos su miserable vida. Y la madre, abrumada por el dolor al presenciar tanta calamidad, cogió una espada de entre los

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

κἄπραξε δεινά· διὰ μέσου γὰρ αὐχένος ὠθεῖ σίδηρον, ἐν δὲ τοῖσι φιλτάτοις θανοῦσα κεῖται περιβαλοῦσ’ ἀμφοῖν χέρας. ἀνῇξε δ’ ὀρθὸς λαὸς εἰς ἔριν λόγων, ἡμεῖς μὲν ὡς νικῶντα δεσπότην ἐμόν, οἱ δ’ ὡς ἐκεῖνον. ἦν δ’ ἔρις στρατηλάταις. οἱ μὲν πατάξαι πρόσθε Πολυνείκη δορί, οἱ δ’ ὡς θανόντων οὐδαμοῦ νίκη πέλοι. κἀν τῷδ’ ὑπεξῆλθ’ Ἀντιγόνη στρατοῦ δίχα. οἱ δ’ εἰς ὅπλ’ ᾖσσον· εὖ δέ πως προμηθίᾳ καθῆστο Κάδμου λαὸς ἀσπίδων ἔπι, κἄφθημεν οὔπω τεύχεσιν πεφαργμένον Ἀργεῖον ἐσπεσόντες ἐξαίφνης στρατόν. κοὐδεὶς ὑπέστη, πεδία δ’ ἐξεπίμπλασαν φεύγοντες, ἔρρει δ’ αἷμα μυρίον νεκρῶν λόγχαις πιτνόντων. ὡς δ’ ἐνικῶμεν μάχῃ, οἱ μὲν Διὸς τροπαῖον ἵστασαν βρέτας, οἱ δ’ ἀσπίδας συλῶντες Ἀργείων νεκρῶν σκυλεύματ’ εἴσω τειχέων ἐπέμπομεν. ἄλλοι δὲ τοὺς θανόντας Ἀντιγόνης μέτα νεκροὺς φέρουσιν ἐνθάδ’ οἰκτίσαι φίλοις. πόλει δ’ ἀγῶνες οἱ μὲν εὐτυχέστατοι τῇδ’ ἐξέβησαν, οἱ δὲ δυστυχέστατοι.

1460

1465

1470

1475

Χ Ο.

οὐκ εἰς ἀκοὰς ἔτι δυστυχία δώματος ἥκει· παρὰ γὰρ λεύσσειν πτώματα νεκρῶν τρισσῶν ἤδη τάδε πρὸς μελάθροις κοινῷ θανάτῳ σκοτίαν αἰῶνα λαχόντων.

1480

Α Ν.

οὐ προκαλυπτομένα βοτρυχώδεος ἁβρὰ παρῇδος οὐδ’ ὑπὸ παρθενίας τὸν ὑπὸ βλεφά-

1485

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LAS FENICIAS

cadáveres y llevó a cabo una acción espantosa: se hundió el hierro en la garganta. Yace muerta entre sus queridísimos hijos, rodeándolos con sus brazos. Los ejércitos se pusieron en pie y se produjo una disputa: nosotros manteníamos que mi señor había vencido, ellos que su hermano. La discusión alcanzó a los jefes: decían unos que Polinices fue el primero en arrojar la lanza, otros que, al morir ambos, no era de nadie la victoria. Antígona, entretanto, se alejó del campo de batalla, mientras los bandos contendientes empuñaban las armas. Un afortunado azar hizo que el pueblo de Cadmo tuviese a mano sus escudos, de modo que caímos sin dilación sobre el ejército argivo, que aún no estaba debidamente protegido. Ninguno de ellos resistió: colmaron la llanura de fugitivos, y fluía a torrentes la sangre de los innumerables cadáveres abatidos por las lanzas. Una vez que hubimos vencido, unos de los nuestros consagraron a Zeus una estatua como trofeo, y otros, despojando de sus escudos a los argivos muertos, nos los llevamos como botín de guerra dentro de las murallas. Los demás, junto con Antígona, han traído hasta aquí los tres cadáveres, para que los lloren sus seres queridos. Feliz ha sido el desenlace del combate para la ciudad, pero, a la vez, desdichadísimo. (Sale. Entran Antígona y el cortejo fúnebre) CORIFEO. Ya no es solo de oídas como se presenta la desgracia a esta casa, pues ante sus puertas pueden verse ya los tres cadáveres, condenados, en muerte común, a las eternas sombras. ANTÍGONA. Sin cubrir con el velo mis tiernas mejillas, cubiertas de bucles, ni avergonzarme ya en mi virginidad de mostrar el rubor que

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ροις φοίνικ’, ἐρύθημα προσώπου, αἰδομένα φέρομαι βάκχα νεκύων, κράδεμνα δικοῦσα κόμας ἀπ’ ἐμᾶς, στολίδος κροκόεσσαν ἀνεῖσα τρυφάν, ἁγεμόνευμα νεκροῖσι πολύστονον. αἰαῖ, ἰώ μοι. ὦ Πολύνεικες, ἔφυς ἄρ’ ἐπώνυμος. ὤμοι, Θῆβαι. σὰ δ’ ἔρις —οὐκ ἔρις ἀλλὰ φόνῳ φόνος— Οἰδιπόδα δόμον ὤλεσε κρανθεῖσ’ αἵματι δεινῷ, αἵματι λυγρῷ. τίνα προσῳδὸν ἢ τίνα μουσοπόλον στοναχὰν ἐπὶ δάκρυσι δάκρυσιν, ὦ δόμος, ὦ δόμος, ἀγκαλέσωμαι, τρισσὰ φέρουσα τάδ᾿ αἵματα σύγγονα, ματέρα καὶ τέκνα, χάρματ’ Ἐρινύος; ἃ δόμον Οἰδιπόδα πρόπαν ὤλεσε, τᾶς ἀγρίας ὅτε δυσξύνετον ξυνετὸς μέλος ἔγνω Σφιγγὸς ἀοιδοῦ σῶμα φονεύσας. ἰώ μοί μοι· τίς Ἑλλὰς ἢ βάρβαρος ἢ τῶν προπάροιθ’ εὐγενετᾶν ἕτερος ἔτλα κακῶν τοσῶνδ’ αἵματος ἁμερίου τοιάδ’ ἄχεα φανερά; τάλαιν’, ὡς ἐλελίζει· τίς ἄρ’ ὄρνις δρυὸς ἢ ἐλάτας ἀκροκόμοις ἂμ πετάλοις

1490

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1500

1505

1510

1515

1494 ὤμοι M : ὤμοι μοι ABVLP • Θῆβαι] Θήβαις Hermann • 1502 φέρουσα τάδ’ αἵματα Musgrave : φέρουσα τάδε σώματα MBVL : φέρουσα σώματα AP : φέρω τάδε σώματα Wilamowitz : φέρουσα πεσήματα Kirchhoff • 1516 ἂμ πετάλοις Willink : εμ πεταλοις Π : ἀμφὶ κλάδοις codd.

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LAS FENICIAS

se extiende bajo mis ojos, sonrosando mi cara, marcho, bacante de difuntos, deshaciéndome de las cintas de mis cabellos, soltándome la lujosa túnica azafranada, como gimiente escolta de cadáveres. ¡Ay, ay, ay, ay de mí! ¡Ah, Polinices! ¡Has hecho honor a tu nombre58! ¡Ah, Tebas! Tu querella —más que querella, muerte sobre muerte— ha destruido la casa de Edipo, anegada en sangre terrible, en sangre lamentable. ¿Qué acompañamiento musical o qué melodioso lamento, además de mis lágrimas, mis lágrimas, oh casa, oh casa, debo invocar al traer aquí estos tres cuerpos consanguíneos y ensangrentados de una madre y sus hijos, motivo de alegría para la Erinis, esa que arruinó por completo la casa de Edipo, cuando este descifró el indescifrable canto de la monstruosa Esfinge y dio muerte a la cantora? ¡Ay de mí, ay de mí! ¿Qué griego o qué bárbaro, qué aristócrata de otro tiempo, qué otro ser efímero tuvo que soportar dolores tan manifiestos a partir de tamañas desgracias? ¡Desventurada, cómo se lamenta! ¿Qué ave, desde lo más alto de una encina o de un abeto, madre privada de sus

58

Véase nota 23.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

μονομάτορσιν ὀδυρμοῖς ἐμοῖς ἄχεσι συνῳδός; αἴλινον αἰάγμασιν ἃ τούσδε προκλαίω μονάδ’ αἰῶνα διάξουσα τὸν αἰεὶ χρόνον ἐν λειβομένοισιν δάκρυσιν. τίν’ ἐπὶ πρῶτον ἀπὸ χαίτας σπαραγμοῖς ἀπαρχὰς βάλω; ματρὸς ἐμᾶς ἢ διδύμοισι γάλακτος παρὰ μαστοῖς ἢ πρὸς ἀδελφῶν οὐλόμεν’ ἀικίσματα νεκρῶν; ὀτοτοτοῖ, λεῖπε σοὺς δόμους, ἀλαὸν ὄμμα φέρων, πάτερ γεραιέ, δεῖξον, Οἰδιπόδα, σὸν αἰῶνα μέλεον, ὃς ἔτι δώμασιν ἀέριον σκότον ὄμμασι σοῖσι βαλὼν ἕλκεις μακρόπνουν ζόαν. κλύεις, ὦ κατ’ αὐλὰν ἀλαίνων γεραιὸν πόδ’ ἢ δεμνίοις δύστανος ἰαύων;

1520

1525

1530

1535

ΟΙΔΙΠΟΥΣ τί μ’, ὦ παρθένε, βακτρεύμασι τυφλοῦ ποδὸς ἐξάγαγες ἐς φῶς λεχήρη σκοτίων ἐκ θαλάμων οἰκτροτάτοισιν δακρύοισιν, πολιὸν αἰθεροφαὲς εἴδωλον ἢ νέκυν ἔνερθεν ἢ πτανὸν ὄνειρον;

1517 μονομάτορσιν Nauck : μονομάτερος codd. : μονομάτωρ Canter ἐν codd. • 1533 ετι Π : ἐπὶ codd.

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1540

1545



1526 ἢ King :

LAS FENICIAS

crías, acompañará con sus quejas el canto de mis penas? Es el grito desgarrador de mis gemidos lo que anticipa el llanto inconsolable de una eterna desolación. ¿A quién arrojaré primero las primicias que arranque de mi cabellera? ¿Se las ofreceré a mi madre, de cuyos pechos me nutrí, o a los funestos despojos de mis hermanos muertos? ¡Ay, ay, ay! ¡Sal de palacio, trae aquí tus ojos ciegos, oh anciano padre! ¡Muestra, Edipo, tu miserable vida, tú que en la casa, en medio de la tiniebla que rodea tus ojos, arrastras una larga existencia! ¿Me oyes, oh tú que vagas por los patios con pie trémulo o yaces en el lecho de tu sufrimiento? (Aparece Edipo en la puerta del palacio) EDIPO. ¿Por qué, hija mía, me has hecho salir a la luz desde mis oscuras estancias con tus sollozos lamentables, apoyado en el bastón que guía mi pie ciego, como un viejo fantasma hecho de éter, o un muerto venido del más allá, o un sueño alado?

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Α Ν.

ΟΙ. Α Ν.

ΟΙ. ΟΙ.

ΟΙ. Α Ν.

δυστυχὲς ἀγγελίας ἔπος οἴσῃ, πάτερ· οὐκέτι σοι τέκνα λεύσσει φάος οὐδ’ ἄλοχος, παραβάκτροις ἃ πόδα σὸν τυφλόπουν θεραπεύμασιν αἰὲν ἐμόχθει, πάτερ, ὤμοι. ὤμοι ἐγὼ παθέων· πάρα γὰρ στενάχειν τάδ’, ἀυτεῖν. τρισσαὶ ψυχαὶ ποίᾳ μοίρᾳ πῶς ἔλιπον φάος; ὦ τέκνον, αὔδα. οὐκ ἐπ’ ὀνείδεσιν οὐδ’ ἐπιχάρμασιν ἀλλ’ ὀδύναισι λέγω· σὸς ἀλάστωρ ξίφεσιν βρίθων καὶ πυρὶ καὶ σχετλίαισι μάχαις ἐπὶ παῖδας ἔβα σούς, ὦ πάτερ, ὤμοι. αἰαῖ. ΑΝ. τί τόδε καταστένεις; τέκνα. ΑΝ.  δι’ ὀδύνας ἔβας· εἰ δὲ τέθριππά γ’ ἔθ’ ἅρματα λεύσσων ἀελίου τάδε σώματα νεκρῶν ὄμματος αὐγαῖς σαῖς ἐπενώμας; τῶν μὲν ἐμῶν τεκέων φανερὸν κακόν· ἁ δὲ τάλαιν’ ἄλοχος τίνι μοι, τέκνον, ὤλετο μοίρᾳ; δάκρυα γοερὰ φανερὰ πᾶσι τιθεμένα, τέκεσι μαστὸν ἔφερεν ἔφερεν ἱκέτις ἱκέτιν ὀρομένα. ηὗρε δ’ ἐν Ἠλέκτραισι πύλαις τέκνα λωτοτρόφον κατὰ λείμακα λόγχαις κοινὸν ἐνυάλιον μάτηρ, ὥστε λέοντας ἐναύλους,

1546 οἴσῃ] εἴσῃ Battierus • 1550 Hermann codd. • ἔθ’ Hermann : ἐς codd.

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1550

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1560

1565

1570

1562 εἰ δὲ Wilamowitz : εἰ τὰ

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ANTÍGONA. Vas a recibir, padre, la más triste de las noticias. Ya no ven la luz tus hijos ni tu mujer, aquella que con sus cuidados servía de báculo a tu ceguera. ¡Ah, padre! ¡Ay de mí! EDIPO. ¡Ay de mis males! Tengo motivos para gemir y hasta para gritar. ¡Tres vidas! ¿Qué golpe del destino les arrebató la luz? Dímelo, hija. ANTÍGONA. Con dolor te lo digo, no con ánimo de escarnecerte ni de hacerte reproches: el espíritu de tu venganza, con su batería de espadas, fuego y crueles combates, ha caído sobre tus hijos, oh padre. ¡Ay de mí! EDIPO. ¡Ay, ay! ANTÍGONA. ¿Por qué te lamentas? EDIPO. ¡Hijos míos! ANTÍGONA. ¡Estás devorado por la pena! Más aún sufrirías si todavía vieses la cuadriga del sol y pudieras contemplar con tus ojos estos cadáveres… EDIPO. La desgracia de mis hijos era evidente. Pero mi pobre esposa, ¿cómo pereció, hija? ANTÍGONA. Exhibiendo ante todos un llanto inconsolable, había venido a ofrecer, a ofrecer, como suplicante, un pecho suplicante a sus hijos. En la puerta Electra, en la pradera de los lotos, encontró a sus hijos con las lanzas, después de combatir entre sí como leones en una

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

μαρναμένους ἐπὶ τραύμασιν, αἵματος ἤδη ψυχρὰν λοιβὰν φονίαν, ἃν ἔλαχ’ ῞Αιδας, ὤπασε δ’ Ἄρης. χαλκόκροτον δὲ λαβοῦσα νεκρῶν πάρα φάσγανον εἴσω σαρκὸς ἔβαψεν, ἄχει δὲ τέκνων ἔπεσ’ ἀμφὶ τέκνοισι. πάντα δ’ ἐν ἄματι τῷδε συνάγαγεν, ὦ πάτερ, ἁμετέροισιν ἄχη μελάθροις θεὸς ὃς τάδ’ ἐκτελευτᾳ. Χ Ο. ΚΡ.

ΟΙ.

πολλῶν κακῶν κατῆρξεν Οἰδίπου δόμοις τόδ’ ἦμαρ· εἴη δ’ εὐτυχέστερος βίος. οἴκτων μὲν ἤδη λήγεθ’, ὡς ὥρα τάφου μνήμην τίθεσθαι· τῶνδε δ’, Οἰδίπου, λόγων ἄκουσον· ἀρχὰς τῆσδε γῆς ἔδωκέ μοι Ἐτεοκλέης παῖς σός, γάμων φερνὰς διδοὺς Αἵμονι κόρης τε λέκτρον Ἀντιγόνης σέθεν. οὔκουν σ’ ἐάσω τήνδε γῆν οἰκεῖν ἔτι· σαφῶς γὰρ εἶπε Τειρεσίας οὐ μή ποτε σοῦ τήνδε γῆν οἰκοῦντος εὖ πράξειν πόλιν. ἀλλ’ ἐκκομίζου· καὶ τάδ’ οὐχ ὕβρει λέγω οὐδ’ ἐχθρὸς ὤν σοι, διὰ δὲ τοὺς ἀλάστορας τοὺς σοὺς δεδοικὼς μή τι γῆ πάθῃ κακόν. ὦ μοῖρ’, ἀπ’ ἀρχῆς ὥς μ’ ἔφυσας ἄθλιον καὶ τλήμον’, εἴ τις ἄλλος ἀνθρώπων ἔφυ· ὃν καὶ πρὶν ἐς φῶς μητρὸς ἐκ γονῆς μολεῖν ἄγονον Ἀπόλλων Λαΐῳ μ’ ἐθέσπισεν φονέα γενέσθαι πατρός· ὦ τάλας ἐγώ. ἐπεὶ δ’ ἐγενόμην, αὖθις ὁ σπείρας πατὴρ κτείνει με νομίσας πολέμιον πεφυκέναι· χρῆν γὰρ θανεῖν νιν ἐξ ἐμοῦ· πέμπει δέ με μαστὸν ποθοῦντα θηρσὶν ἄθλιον βοράν·

1575 φονίαν VLP : φοινίαν MAB



1575

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1600

1581 τάδ’ ἐκτελευτᾷ Haslam : τάδε τελευτᾷ codd.

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cueva, acribillados de heridas, sangrienta libación que ofrecía Ares y recibía Hades. Entonces cogió una espada de entre los cadáveres, la hundió en su carne y, en su dolor por sus hijos, cayó sobre ellos. En este día, el dios que obrara esto ha acumulado todas las aflicciones posibles sobre nuestra familia, oh padre. CORIFEO. Este día ha sido el comienzo de muchos males para la casa de Edipo. ¡Ojalá fuera su vida más afortunada! CREONTE. Dejaos ya de lamentos. Es tiempo de prestar atención a las honras fúnebres. Y tú, Edipo, escucha estas palabras: tu hijo Eteocles me ha confiado el mando de esta tierra, dándole a mi hijo Hemón una dote nupcial y el lecho de tu hija Antígona. De modo que no voy a permitir que vivas más en esta tierra, porque Tiresias dijo de forma meridiana que Tebas nunca sería feliz mientras tú vivieras en esta tierra. ¡Vete, pues! Y esto no lo digo por ultrajarte ni porque sea tu enemigo, sino porque por culpa de tus demonios vengadores vaya a sufrir esta tierra alguna desgracia EDIPO. ¡Ah, destino, desde un principio me hiciste infeliz y desdichado, más de lo que haya podido serlo cualquier otro hombre! Pues antes de salir a la luz del vientre de mi madre, Apolo profetizó a Layo que yo sería el asesino de mi padre. ¡Ah, desgraciado de mí! Apenas hube nacido, el padre que me había engendrado quiso, a su vez, matarme, pensando que yo era su enemigo, ya que estaba escrito que debía morir a sus manos. Y me envió, cuando todavía anhelaba los pechos de mi madre, como pasto miserable para las fieras. Me salvé.

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ΚΡ.

οὗ σωζόμεσθα· Ταρτάρου γὰρ ὤφελεν ἐλθεῖν Κιθαιρὼν εἰς ἄβυσσα χάσματα, ὅς μ’ οὐ διώλεσ’, ἀλλὰ δουλεῦσαί †τέ μοι† δαίμων ἔδωκε Πόλυβον ἀμφὶ δεσπότην. κτανὼν δ’ ἐμαυτοῦ πατέρ’ ὁ δυσδαίμων ἐγὼ ἐς μητρὸς ἦλθον τῆς ταλαιπώρου λέχος παῖδάς τ’ ἀδελφοὺς ἔτεκον, οὓς ἀπώλεσα, ἀρὰς παραλαβὼν Λαΐου καὶ παισὶ δούς. οὐ γὰρ τοσοῦτον ἀσύνετος πέφυκ’ ἐγὼ ὥστ’ εἰς ἔμ’ ὄμματ’ ἔς τ’ ἐμῶν παίδων βίον ἄνευ θεῶν του ταῦτ’ ἐμηχανησάμην. εἶἑν· τί δράσω δῆθ’ ὁ δυσδαίμων ἐγώ; τίς ἡγεμών μοι ποδὸς ὁμαρτήσει τυφλοῦ; ἥδ’ ἡ θανοῦσα; ζῶσά γ’ ἂν σάφ’ οἶδ’ ὅτι. ἀλλ’ εὔτεκνος ξυνωρίς; ἀλλ’ οὐκ ἔστι μοι. ἀλλ’ ἔτι νεάζων αὐτὸς εὕροιμ’ ἂν βίον; πόθεν; τί μ’ ἄρδην ὧδ’ ἀποκτείνεις, Κρέον; ἀποκτενεῖς γάρ, εἴ με γῆς ἔξω βαλεῖς. οὐ μὴν ἑλίξας γ’ἀμφὶ σὸν χεῖρας γόνυ κακὸς φανοῦμαι· τὸ γὰρ ἐμόν ποτ’εὐγενὲς οὐκ ἂν προδοίην, οὐδέ περ πράσσων κακῶς. σοί τ’εὖ λέλεκται γόνατα μὴ χρώιζειν ἐμά, ἐγὼ δὲ ναίειν σ’οὐκ ἐάσαιμ’ ἂν χθόνα. νεκρῶν δὲ τῶνδε τὸν μὲν ἐς δόμους χρεὼν ἤδη κομίζειν, τόνδε δ’, ὃς πέρσων πόλιν πατρίδα σὺν ἄλλοις ἦλθε, Πολυνείκους νέκυν, ἐκβάλετ’ ἄθαπτον τῆσδ’ ὅρων ἔξω χθονός. κηρύξεται δὲ πᾶσι Καδμείοις τάδε·

1605

1610

1615

1620

1625

1630

1606-1607 lacunam post ἀλλὰ indicauit Murray • δουλεύσοντά με Porson post Valckenaer : δουλεῦσαί γε μοι Klotz : δουλεῦσαί με τοι Musgrave : δούλοισιν φέρειν Caesar : δουλεύσας γ’ ἐμοὶ / αἰῶν’ Stahl

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LAS FENICIAS

¡Ojalá el Citerón se hubiese sumergido en los profundos abismos del Tártaro, pues no me dejó perecer, sino que un dios me convirtió en esclavo de Pólibo!59 Y después de dar muerte a mi padre, ¡desdichado de mí!, entré en el lecho de mi pobre madre, engendré hijos que eran mis hermanos y los he hecho morir, dirigiéndoles las maldiciones heredadas de Layo. Porque no estoy tan loco como para atentar contra mis ojos y contra la vida de mis hijos sin que un dios me indujese a ello. ¿Qué voy a hacer ahora, desgraciado de mí? ¿Quién guiará mis pasos de ciego? ¿Esta que acaba de morir? Si estuviese viva, a buen seguro que lo haría. ¿Acaso mis dos buenos hijos? Ya no me viven. ¿Es que soy lo bastante joven como para procurarme por mí mismo el sustento? ¿Cómo podría hacerlo? ¿Por qué, Creonte, quieres matarme del todo? Porque me matas, desde luego, si me expulsas de esta tierra. Sin embargo, no me comportaré como un cobarde abrazando tus rodillas, pues, pese a todos los infortunios, no pienso traicionar mi buena naturaleza. CREONTE. Lo de no abrazarte a mis rodillas está muy bien dicho. No pienso permitir que vivas en este país. En cuanto a estos cadáveres, hay que llevar a uno de ellos al palacio; el de Polinices, que vino con tropas extranjeras para destruir la ciudad de sus padres, ¡arrojadlo insepulto fuera de los confines de este país! Que todos los cadmeos

59 El monte Citerón fue el lugar donde fue abandonado Edipo para ser devorado por las fieras. Pólibo, rey de Corinto, no hizo de Edipo su esclavo, sino su hijo y heredero.

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Α Ν.

ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ.

ὃς ἂν νεκρὸν τόνδ’ ἢ καταστέφων ἁλῷ ἢ γῇ καλύπτων θάνατον ἀνταλλάξεται· ἐᾶν δ’ ἄκλαυτον, ἄταφον, οἰωνοῖς βοράν. σὺ δ’ ἐκλιποῦσα τριπτύχους θρήνους νεκρῶν κόμιζε σαυτήν, Ἀντιγόνη, δόμων ἔσω καὶ παρθενεύου τὴν ἐσιοῦσαν ἡμέραν μένουσ’, ἐν ᾗ σε λέκτρον Αἵμονος μένει. ὦ πάτερ, ἐν οἵοις κείμεθ’ ἄθλιοι κακοῖς. ὡς σὲ στενάζω τῶν τεθνηκότων πλέον· οὐ γὰρ τὸ μέν σοι βαρὺ κακῶν, τὸ δ’ οὐ βαρύ, ἀλλ’ εἰς ἅπαντα δυστυχὴς ἔφυς, πάτερ. ἀτὰρ σ’ ἐρωτῶ τὸν νεωστὶ κοίρανον· τί τόνδ’ ὑβρίζεις πατέρ’ ἀποστέλλων χθονός; τί θεσμοποιεῖς ἐπὶ ταλαιπώρωι νεκρῷ; Ἐτεοκλέους βουλεύματ’, οὐχ ἡμῶν, τάδε. ἄφρονά γε, καὶ σὺ μῶρος ὃς ἐπίθου τάδε. πῶς; τἀντεταλμέν’ οὐ δίκαιον ἐκπονεῖν; οὔκ, ἢν πονηρά γ’ ᾖ κακῶς τ’ εἰρημένα. τί δ’; οὐ δικαίως ὅδε κυσὶν δοθήσεται; οὐκ ἔννομον γὰρ τὴν δίκην πράσσεσθέ νιν. εἴπερ γε πόλεως ἐχθρὸς ἦν οὐκ ἐχθρὸς ὤν. οὔκουν ἔδωκε τῇ τύχῃ τὸν δαίμονα; καὶ τῷ τάφῳ νυν τὴν δίκην παρασχέτω. τί πλημμελήσας, τὸ μέρος εἰ μετῆλθε γῆς; ἄταφος ὅδ’ ἁνήρ, ὡς μάθῃς, γενήσεται. ἐγώ σφε θάψω, κἂν ἀπεννέπῃ πόλις. σαυτὴν ἄρ’ ἐγγὺς τῷδε συνθάψεις νεκρῷ. ἀλλ’ εὐκλεές τοι δύο φίλω κεῖσθαι πέλας. λάζυσθε τήνδε κἀς δόμους κομίζετε.

1639 ἄθλιοι Barnes : ἀθλίοις codd.

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1660

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tengan muy en cuenta el siguiente bando: «Quienquiera que sea sorprendido coronando este muerto o cubriéndolo con tierra, lo pagará con la muerte. Que no se lo llore ni se lo sepulte, y sea pasto de las aves de rapiña.» Y tú, Antígona, deja de lamentarte por estos tres cadáveres y vuelve al interior del palacio, en espera del día cercano en que compartirás lecho con Hemón. ANTÍGONA. (A Edipo) ¡Ah, padre, cuántos males nos cercan en medio de nuestra aflicción! Me lamento por ti aún más que por los muertos. Pues no hay ninguna desgracia, de cuantas puedan existir, que no te haya salido al paso. (A Creonte) A ti te digo ahora, al nuevo soberano, ¿por qué ultrajas a mi padre expulsándolo de este país? ¿Por qué legislas contra un pobre muerto? CREONTE. Se trata de la voluntad de Eteocles, no de la mía. ANTÍGONA. Voluntad insensata, y loco tú por secundarla. CREONTE. ¿Cómo? ¿Acaso no es justo cumplir las órdenes recibidas? ANTÍGONA. No lo es, si esas órdenes son malas y han sido mal dictadas. CREONTE. ¿No es justo, entonces, entregar su cuerpo a los perros? ANTÍGONA. Eso es transgredir la ley, no hacer justicia. CREONTE. No, porque se convirtió en enemigo de la ciudad no siéndolo. ANTÍGONA. ¿Acaso no ha entregado su espíritu al hado? CREONTE. Que expíe ahora su falta, privado de sepultura. ANTÍGONA. ¿Dónde está su falta? Reclamaba tan solo su parte de esta tierra. CREONTE. Has de saber que este hombre permanecerá insepulto. ANTÍGONA. Yo lo enterraré, aunque lo prohíba la ciudad. CREONTE. Será como enterrarte a ti misma con él. ANTÍGONA. Glorioso es reposar juntos para dos que se quieren. CREONTE. ¡Cogedla y haced que entre en el palacio!

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Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. Α Ν. ΚΡ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. Α Ν.

οὐ δῆτ’, ἐπεὶ τοῦδ’ οὐ μεθήσομαι νεκροῦ. ἔκριν’ ὁ δαίμων, παρθέν’, οὐχ ἃ σοὶ δοκεῖ. κἀκεῖνο κέκριται, μὴ ἐφυβρίζεσθαι νεκρούς. ὡς οὔτις ἀμφὶ τῷδ’ ὑγρὰν θήσει κόνιν. ναί, πρός σε τῆσδε μητρὸς Ἰοκάστης, Κρέον. μάταια μοχθεῖς· οὐ γὰρ ἂν τύχοις τάδε. σὺ δ’ ἀλλὰ νεκρῷ λουτρὰ περιβαλεῖν μ’ ἔα. ἓν τοῦτ’ ἂν εἴη τῶν ἀπορρήτων πόλει. ἀλλ’ ἀμφὶ τραύματ’ ἄγρια τελαμῶνας βαλεῖν. οὐκ ἔσθ’ ὅπως σὺ τόνδε τιμήσεις νέκυν. ὦ φίλτατ’, ἀλλὰ στόμα γε σὸν προσπτύξομαι. οὐκ ἐς γάμους σοὺς συμφορὰν κτήσῃ γόοις. ἦ γὰρ γαμοῦμαι ζῶσα παιδὶ σῷ ποτε; πολλή σ’ ἀνάγκη· ποῖ γὰρ ἐκφεύξῃ λέχος; νὺξ ἆρ’ ἐκείνη Δαναΐδων μ’ ἕξει μίαν. εἶδες τὸ τόλμημ’ οἷον ἐξωνείδισεν; ἴστω σίδηρος ὅρκιόν τέ μοι ξίφος. τί δ’ ἐκπροθυμῇ τῶνδ’ ἀπηλλάχθαι γάμων; συμφεύξομαι τῷδ’ ἀθλιωτάτῳ πατρί. γενναιότης σοι, μωρία δ’ ἔνεστί τις. καὶ ξυνθανοῦμαί γ’, ὡς μάθῃς περαιτέρω. ἴθ’, οὐ φονεύσεις παῖδ’ ἐμόν, λεῖπε χθόνα. ὦ θύγατερ, αἰνῶ μέν σε τῆς προθυμίας. ἀλλ’ εἰ γαμοίμην, σὺ δὲ μόνος φεύγοις, πάτερ; μέν’ εὐτυχοῦσα· τἄμ’ ἐγὼ στέρξω κακά. καὶ τίς σε τυφλὸν ὄντα θεραπεύσει, πάτερ;

1672 οὐκ] οὐ μὴ Kirchhoff : σὺ δ’ Wecklein



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1682 λεῖπε V : λίπε MABLP

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LAS FENICIAS

ANTÍGONA. De ninguna manera. No abandonaré este cadáver. CREONTE. Lo ha decretado un dios, hija mía. No tienes razón. ANTÍGONA. También es ley divina no ultrajar a los muertos. CREONTE. ¡Que nadie ose volcar húmeda tierra sobre este! ANTÍGONA. ¡Sí, Creonte, te lo ruego por mi madre Yocasta, aquí presente! CREONTE. Suplicas en vano. No conseguirás nada. ANTÍGONA. Al menos permíteme lavar su cadáver. CREONTE. Eso es algo que prohíbe también la ciudad. ANTÍGONA. Deja que, por lo menos, vende sus heridas. CREONTE. De ningún modo vas a honrar tú a ese cadáver. ANTÍGONA. ¡Ah, queridísimo, cubriré tu boca de besos! CREONTE. ¡No vayas a traer desgracias a tus bodas con tus lamentos! ANTÍGONA. ¿Tú crees que viviré para casarme con tu hijo? CREONTE. Desde luego que lo harás. No podrás rehuir ese matrimonio. ANTÍGONA. Entonces esa noche me convertiré en una de las Danaides60. CREONTE. (A Edipo) ¿Has visto hasta qué extremo nos ofende? ANTÍGONA. Lo juro por el hierro de esta espada. CREONTE. ¿Por qué pones tanto empeño en evitar esa boda? ANTÍGONA. Quiero partir al destierro junto a mi desdichadísimo padre. CREONTE. Eso habla de tu nobleza, pero es una locura. ANTÍGONA. Y moriré con él, para que te enteres del todo. CREONTE. ¡Vete! No matarás a mi hijo. ¡Abandona el país! EDIPO. ¡Ah, hija, agradezco tu abnegación! ANTÍGONA. ¿Crees que sería capaz de casarme y dejarte partir solo al destierro? EDIPO. Quédate y sé feliz. Yo sabré soportar mis males. ANTÍGONA. ¿Y quién cuidaría de ti, ciego como estás, padre?

60 Las hijas de Dánao o Danaides fueron obligadas a casarse con los hijos de Egipto y se juramentaron para asesinar a sus esposos en la noche de bodas.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. Α Ν. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. ΑΝ. ΟΙ. Α Ν. ΟΙ. Α Ν.

πεσὼν ὅπου μοι μοῖρα κείσομαι πέδῳ. ὁ δ’ Οἰδίπους ποῦ καὶ τὰ κλείν’ αἰνίγματα; ὄλωλ’· ἓν ἦμάρ μ’ ὤλβισ’, ἓν δ’ ἀπώλεσεν. οὔκουν μετασχεῖν κἀμὲ δεῖ τῶν σῶν κακῶν; αἰσχρὰ φυγὴ θυγατρὶ σὺν τυφλῶι πατρί. οὔ, σωφρονούσῃ γ’, ἀλλὰ γενναία, πάτερ. προσάγαγέ νύν με, μητρὸς ὡς ψαύσω σέθεν. ἰδού, γεραιᾷ φιλτάτης ψαῦσον χερί. ὦ μῆτερ, ὦ ξυνάορ’ ἀθλιωτάτη. οἰκτρὰ πρόκειται, πάντ’ ἔχουσ’ ὁμοῦ κακά. Ἐτεοκλέους δὲ πτῶμα Πολυνείκους τε ποῦ; τώδ’ ἐκτάδην σοι κεῖσθον ἀλλήλοιν πέλας. πρόσθες τυφλὴν χεῖρ’ ἐπὶ πρόσωπα δυστυχῆ. ἰδού, θανόντων σῶν τέκνων ἅπτου χερί. ὦ φίλα πεσήματ’ ἄθλι’ ἀθλίου πατρός. ὦ φίλτατον δῆτ’ ὄνομα Πολυνείκους ἐμοί. νῦν χρησμός, ὦ παῖ, Λοξίου περαίνεται. ὁ ποῖος; ἀλλ’ ἦ πρὸς κακοῖς ἐρεῖς κακά; ἐν ταῖς Ἀθήναις κατθανεῖν μ’ ἀλώμενον. ποῦ; τίς σε πύργος Ἀτθίδος προσδέξεται; ἱερὸς Κολωνός, δώμαθ’ ἱππίου θεοῦ. ἀλλ᾿ εἷα τυφλῷ τῷδ’ ὑπηρέτει πατρί, ἐπεὶ προθυμῇ τῆσδε κοινοῦσθαι φυγῆς. ἴθ’ ἐς φυγὰν τάλαιναν· ὄρεγε χέρα φίλαν, πάτερ γεραιέ, πομπίμαν ἔχων ἔμ’ ὥστε ναυσιπομπὸν αὔραν.

1694 γεραιᾷ Valckenaer : γεραιᾶς codd.

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1690

1695

1700

1705

1710

LAS FENICIAS

EDIPO. Me dejaré caer allí donde me lleve mi destino. ANTÍGONA. ¿Qué se hizo de aquel Edipo, el de los célebres enigmas? EDIPO. No existe ya. Un solo día me encumbró. Un solo día me perdió. ANTÍGONA. ¿Acaso no debo compartir contigo tus desgracias? EDIPO. Es vergonzoso para una hija partir al destierro con un padre ciego. ANTÍGONA. Para una hija virtuosa no es vergonzoso, padre, sino honroso. EDIPO. Guíame ahora, para que toque el cuerpo de tu madre. ANTÍGONA. Aquí está. Toca con tu vieja mano un cuerpo tan querido. EDIPO. ¡Ah, madre, ah esposa desventuradísima! ANTÍGONA. Ahí yace, digna de lástima, tras haber apurado todos los males. EDIPO. ¿Dónde están los cadáveres de Eteocles y de Polinices? ANTÍGONA. Helos ahí, tendidos uno al lado del otro. EDIPO. Posa mi mano ciega sobre sus desgraciados rostros. ANTÍGONA. Aquí. Toca a tus hijos muertos con la mano. EDIPO. ¡Ah, queridos cuerpos, infelices hijos de un padre infeliz! ANTÍGONA. ¡Ah, Polinices, cuyo nombre es tan querido por mí! EDIPO. El oráculo de Loxias61 se está cumpliendo, hija mía. ANTÍGONA. ¿Cuál? ¿Acaso vas a añadir males a estos males? EDIPO. Que yo, desterrado, vaya a morir a Atenas. ANTÍGONA. ¿Dónde? ¿Qué distrito amurallado del Ática te acogerá? EDIPO. La tierra sagrada de Colono, morada del dios de los caballos62. Pero vamos, ayuda a este ciego, tu padre, ya que deseas compartir con él su destierro. ANTÍGONA. ¡Vamos, partamos al triste destierro! Dame tu querida mano, anciano padre, para que yo te guíe como el viento guía a la nave.

61 62

Véase nota 9. Posidón, que según la leyenda habría domado allí el primer caballo.

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

ΟΙ. Α Ν. ΟΙ. Α Ν. ΟΙ. Α Ν. ΟΙ. . Α Ν.

ΟΙ.

ἰδού· πορεύομαι, τέκνον· σύ μοι ποδαγὸς ἀθλία γενοῦ. γενόμεθα γενόμεθ’, ἄθλιοί γε δῆτα Θηβαιᾶν μάλιστα παρθένων. πόθι γεραιὸν ἴχνος τίθημι; βάκτρα πόθι φέρω, τέκνον; τᾷδε τᾷδε βᾶθί μοι, τᾷδε τᾷδε πόδα τίθει, ὥστ’ ὄνειρον ἰσχύν. ἰὼ ἰώ, δυστυχεστάτας φυγὰς ἀλαίνειν τὸν γέροντά μ’ ἐκ πάτρας. ἰὼ ἰώ, δεινὰ δείν’ ἐγὼ τλάς. τί τλάς, τί τλάς; οὐχ ὁρᾷ Δίκα κακοὺς οὐδ’ ἀμείβεται βροτῶν ἀσυνεσίας. ὅδ’ εἰμὶ μοῦσαν ὃς ἐπὶ καλλίνικον οὐράνιον ἔβαν παρθένου κόρας αἴνιγμ’ ἀσύνετον εὑρών. Σφιγγὸς ἀναφέρεις ὄνειδος; ἄπαγε τὰ πάρος εὐτυχήματ’ αὐδῶν. τάδε σ’ ἐπέμενε μέλεα πάθεα, φυγάδα πατρίδος ἄπο γενόμενον, ὦ πάτερ, θανεῖν που. ποθεινὰ δάκρυα παρὰ φίλαισι παρθένοις λιποῦσ’ ἄπειμι πατρίδος ἀποπρὸ γαίας ἀπαρθένευτ’ ἀλωμένα. φεῦ τὸ χρήσιμον φρενῶν.

1715

1720

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1735

1740

1716 ἄθλιοί Porson : ἄθλιαί codd. • 1721 τίθει] τιθεὶς Murray • 1722 ἰσχύν Hermann e Π et Σ : ἰσχὺν ἔχων codd. • 1724 ἀλαίνειν Musgrave : ἐλαύνων codd. • 1730 μειξοπαρθένου Wilamowitz : παρθένου codd.

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LAS FENICIAS

EDIPO. Aquí me tienes, hija, en camino. Guía tú mis pasos, desventurada. ANTÍGONA. Lo soy, lo soy, la más desventurada de todas las doncellas tebanas. EDIPO. ¿Dónde debo posar mi viejo pie? Dame el bastón, hija mía. ANTÍGONA. Por aquí, ven por aquí. Posa aquí tu pie, débil como un sueño. EDIPO. ¡Ay, ay, qué desgraciadísimo destierro! ¡Expulsarme a mí, un viejo, de la patria! ¡Ay, ay, cuán terribles son mis sufrimientos! ANTÍGONA. ¿Sufrimientos? ¿Qué sufrimientos? La Justicia no ve a los malvados ni castiga las locuras de los mortales. EDIPO. Yo soy aquel que accedí a la música celeste de los vencedores al descifrar el insoluble enigma de la semidoncella. ANTÍGONA. Evocas el oprobio de la Esfinge… Deja de proclamar tus hazañas pasadas. Te aguardaban estos tristes dolores, padre: ser desterrado de tu patria para morir no sé dónde. Dejando lágrimas de nostalgia a mis jóvenes amigas, parto de mi patria a un destierro indigno de una doncella. EDIPO. ¡Qué grandeza de espíritu!

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ΦΟΙΝΙΣΣΑΙ

Α Ν.

Ο Ι. Α Ν. Ο Ι. Α Ν.

Ο Ι.

Χ Ο.

ἐς πατρός γε συμφορὰς εὐκλεᾶ με θήσει. τάλαιν’ ἐγὼ συγγόνου θ’ ὑβρισμάτων, ὃς ἐκ δόμων νέκυς ἄθαπτος οἴχεται μέλεος, ὅν, εἴ με καὶ θανεῖν, πάτερ, χρεών, σκότια γᾷ καλύψω. σὺ δ’ ἀμφιβωμίοις λιταῖς πρὸς ἥλικας φάνηθι σάς. ἅλις ὀδυρμάτων ἐμῶν· κόρον ἔχουσ’ ἐμῶν κακῶν. ἴθ’ ἀλλὰ Βρόμιος ἵνα τε σηκὸς ἄβατος ὄρεσι μαινάδων. Καδμείαν ᾧ νεβρίδα στολιδωσαμένα ποτ’ ἐγὼ Σεμέλας θίασον ἱερὸν ὄρεσιν ἀνεχόρευσα, χάριν ἀχάριτον ἐς θεοὺς διδοῦσα. ὦ πάτρας κλεινῆς πολῖται, λεύσσετ’· Οἰδίπου ὅδε, ὃς τὰ κλείν’ αἰνίγματ’ ἔγνων καὶ μέγιστος ἦν ἀνήρ, ὃς μόνος Σφιγγὸς κατέσχον τῆς μιαιφόνου κράτη, νῦν ἄτιμος αὐτὸς οἰκτρὸς ἐξελαύνομαι χθονός. ἀλλὰ γὰρ τί ταῦτα θρηνῶ καὶ μάτην ὀδύρομαι; τὰς γὰρ ἐκ θεῶν ἀνάγκας θνητὸν ὄντα δεῖ φέρειν. ὦ μέγα σεμνὴ Νίκη, τὸν ἐμὸν βίοτον κατέχοις καὶ μὴ λήγοις στεφανοῦσα.

1743 Matthiae • 1747-1749 hoc ordine Diggle Wecklein : ἀμφὶ βωμίους λιτὰς codd.

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1745 1749 1747 1748 1750

1755

1760

1765



1749 ἀμφιβωμίοις λιταῖς

LAS FENICIAS

ANTÍGONA. Por lo menos, las desventuras de mi padre me harán famosa. ¡Triste de mí! ¡Lamento tus ultrajes y, a la vez, los de mi hermano, que abandona la casa insepulto, el desventurado! Aunque tenga que morir por ello, padre mío, mi deber es enterrar en secreto su cadáver. EDIPO. Vete a rezar a los altares y despídete de tus compañeras. ANTÍGONA. Basta ya de lamentaciones. Lo he saturado todo con mis quejas. EDIPO. Ve entonces al inaccesible santuario de Bromio, en las montañas de las ménades63. ANTÍGONA. En honor de Bromio, vestida con cadmea piel de cierva, dancé antaño por las montañas en el tíaso sagrado de Sémele, ofreciendo a los dioses un servicio sin recompensa… EDIPO. ¡Oh ciudadanos de mi ilustre patria, mirad: yo soy aquel Edipo que descifró el famoso enigma, el más grande de los hombres, el único que puso freno al poderío de la Esfinge sanguinaria! Ahora, deshonrado y miserable, soy expulsado de mi país. Pero ¿a qué lamentarme y llorar en vano? Un mortal debe padecer el destino que los dioses le imponen. CORO. ¡Oh nobilísima Victoria, te confío mi vida: no dejes de coronarla!64

63 El escoliasta dice que se trata del santuario consagrado a Dioniso-Bromio y erigido sobre la tumba de Sémele, su madre, en el monte Citerón. 64 Versos finales de carácter tópico. Se encuentran también en otras dos piezas de Eurípides: Orestes e Ifigenia entre los Tauros.

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