Testamento Literario De Un Condenado A Vida


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TESTAMENTO LITERARIO DE UN CONDENADO A VIDA

By: Alan Hidalgo Merino C/Sinia de les Vaques 3 3º 1ª Vilanova i la Geltrú (Barcelona) (696299690-938156307) [email protected]

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PROLOGO Cuando me enfrenté por primera vez a este manuscrito, mi reacción inmediata, casi instintiva fue de un extraño espanto, la visión en mis propias carnes de una existencia atormentada e irreal, un instinto de negación se apoderó de mi alma, fíjense bien lo que digo ¡de mi alma!, viniendo de un psiquiatra esto es algo inaudito, decidí no volver a hojear este libro, ¡es pura basura!, decidí y sentencié, lo arrinconé ( la basura no puede ser pura, caí en la cuenta), pasaron dos minutos y lo tenía de nuevo entre mis dedos temblorosos esta vez, comencé a dudar de mi mismo, ¿Cómo podía gozar con la lectura, con vivir la vida de este sujeto, con sentir lo que él sintió?, un individuo que debía estar encerrado, que debía haber pasado por mi consulta, al que le hubiera recetado un par de electroshocks sin despeinarme el bigote.

Una segunda lectura, más reposada esta, me reafirmó en mi primer diagnóstico, el autor es un ser desequilibrado, totalmente enfermo, este desdichado padeció en su más tierna infancia multitud de maltratos físicos, sexuales y psicológicos, los cuales hirieron su débil psique de forma irremediable, el autor asegura que ¡NO! es una maldita autobiografía, bien, no lo dudo, pero tampoco dudo que debería haber sido encerrado nada más nacer en una húmeda y fría mazmorra, lejos del mundo, no puede, no debe permitirse que ejerza su influencia sobre nadie, en especial sobre los niños, entre otras cosas porque puede gustar lo que se narra en la obra, ese es su mayor peligro.

Me encomendaron la penosa labor de asesorar al jurado durante el proceso al autor, y debo decir que observé en todos los miembros de dicho jurado cambios significativos en su actitud y personalidad durante el tiempo que duró el juicio, el autor de este libro fue declarado culpable y condenado a ser electrocutado en la silla eléctrica, no haré juicios de valor al respecto, claro que tampoco se me despeinó el bigote al oír la sentencia, 2

posteriormente y en base a motivos humanitarios, sobre los que tampoco haré juicios de valor, se le conmutó la pena de muerte y fue condenado a cadena perpetua, dos años más tarde cuando por fin había olvidado este penoso asunto me llamaron de la editorial “Pláticas con Vos”, había caído en su poder por casualidad o por causalidad, el manuscrito de este texto, me pidieron la evaluación del mismo, y en caso que fuera favorable la confección el prólogo, mi opinión fue tan absolutamente negativa que decidieron publicarlo ipso facto, y dado que la decisión estaba tomada, aquí me veo en la triste obligación de no recomendar la lectura de esto a nadie, si alguien es lo bastante estúpido e inconsciente para leerlo de principio a fin, o de fin a principio, eso no importa, le sugiero que acto seguido pase por mi consulta para un par de descargas.

Walter Redondo

Catedrático Decano de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Winsconsin, autor, entre otros aclamados libros, de:

La locura: un patrimonio de la humanidad (ed. Ad Astra, 1999)

Camisas de fuerza y Rosarios (ed. Platanium, 2002)

De la trepanación al Prozac (ed. Ad Astra 2003)

Visiones o alucinaciones: ¿Era Cristo un yonki? (ed. Rectum 2005)

Nota editorial

El libro “Testamento literario de un condenado a vida” en la actualidad va por la 12ª edición con unos 250.000 ejemplares vendidos.

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CAPITULO I Ustedes que están tan seguros de mi culpabilidad, ustedes seres humanos intachables, intachables sí y seres humanos además, siempre seres humanos, estas dos palabras otorgan connotaciones éticas y morales superiores a la palabra persona, una persona es cualquiera, pero ser humano sólo lo es alguien, por decirlo de alguna forma, alguien al que se le pueda calificar como bueno, una buena persona es un ser humano, y es considerado bueno por otros seres humanos no por otras personas.

¡Ay! Los seres humanos cuan malvados y crueles podéis ser, y digo podéis ser porque nunca me he considerado un ser humano en los términos comúnmente aceptados por vosotros, quiero pensar que soy simplemente un ser vivo, y no voy a caer en la trampa pseudo filosófica y en discusiones sobre que es estar vivo o no, para mi estar vivo es caminar conscientemente hacia una muerte segura, simplemente deciros que aprendí a estarlo, aprendí a caminar a base de caerme, continúo, de todas las perversiones, la más macabra y sucia es que os consideráis buenos, buenos, buenos, todos saben lo que es bueno y malo, sí, que bien lo sabéis, que bien os lo han enseñado y que bien lo habéis querido aprender, lo que es bueno y malo para vosotros mismos, que asco me dais.

Espero me disculpen ahora y en lo sucesivo por estas divagaciones, por estos cambios de rumbo en mi relato, tiendo de forma habitual a dispersarme a vagabundear por el pensamiento y los sentimientos, con esporádicos accesos de cólera y rabia furiosa, no es nada personal contra ustedes, de ninguna manera, al contrario se bien que con el tiempo llegaré a apreciarlos igual que ustedes me apreciarán a mí, es mi forma de ser, no se lo tomen a mal ni juzguen toda mi vida y obra por estos instantes de ofuscación y enajenación, bien, sigamos, como digo seres humanos buenos y decentes según los cánones impuestos por ustedes mismos, normas aplicables a modelos y personalidades 4

universales pero no individuales, no me tomen por un pedante, no señores os lo suplico, no me considero especial, pero sí único, no acabé de perder del todo mi individualidad a pesar de los pesares, a pesar de tantas normas de conducta, normas morales, religiosas, políticas, a pesar de esos pantalones cortos y esa camisa que tanto odiaba cuando era crío, pero que guapo estaba ¿verdad?, maldita sea mi estampa, el día que me ensucié de pies a cabeza de barro, la paliza que me propinaron, y esas charlas sobre urbanidad y buenas costumbres en los colegios y reformatorios, ética llamaban a eso, y la salvación y la condenación, y la madre patria y el papá estado, y los deberes, y las obligaciones y claro que sí, como ciudadano tenía derechos, derecho a un trabajo, ese trabajo que pretendía ocupar dos tercios de mi puta vida, pido perdón no tomen en cuenta este lenguaje mío, soy propenso a las groserías, groserías dirían ustedes, a hablar claro digo yo, derecho a seguir el camino previamente marcado, derecho a envejecer y derecho a morir de viejo o de aburrimiento, desde siempre lo mismo: no hagas esto, no digas lo otro y sobre todo no pienses tanto, machacando una y otra vez, una y otra vez, pasaba el tiempo y me asqueaba más, rechazaba más, pero insistíais, no os culpo, es vuestro trabajo, moldear, domesticar, para eso habéis nacido, y otros antes que vosotros os marcaron el camino que debíais seguir, por eso no os culpo, ¿pero podéis vosotros culparme por ser como soy?

No voy a negar que he hecho cosas, que gozaba haciéndolas y que las volvería a hacer, pero aceptaría gustoso una lobotomía sin anestesia si fueran ustedes capaces de afirmarr sin rubor que no han soñado e incluso han tenido erecciones al leer mis múltiples expedientes y juraría que si no han llevado a cabo fantasías y crímenes del calibre que aquí se juzgan no es sino por miedo a ser atrapados, ¿Qué no harían si supieran que jamás habían de ser descubiertos?, no hablo de impunidad para no ser juzgados o condenados, hablo de un anonimato con total garantía, un anonimato divino, ¿acaso han pensado en eso?, y ya que hablo del anonimato permítanme un breve paréntesis para señalarles que

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todos ustedes tienen múltiples instantes de anonimato mientras van a sus aburridos trabajos en el transporte público, mientras pasean y observan nalgas con secretos deseos, mientras guardan largas colas para lo que sea, mientras esperan ser atendidos por el funcionario de turno, son todos ustedes seres anónimos, y piensan en pequeñas cosas como palpar esas nalgas, en colarse, en robar esa memez que han cogido y esperan para pagar, piensan en volarle la tapa de los sesos a esa desgraciado que lleva media hora ocupando al doctor mientras que a ustedes tardará dos minutos en despacharlos con dos pastillas, son ustedes tan predecibles, lo son, quieren ser originales, pero no, después de estos pequeños suplicios llega la bromita ante la cajera, el sentirse únicos ante el doctor o el funcionario, cuando en realidad no son más que uno más, uno más, y esa nalga que se va bamboleándose, exhibiéndose sin ser palpada, ¿han pensado en todos deseos insatisfechos en todas estas oportunidades perdidas? Seguro que sí lo han hecho, y les ha excitado y les ha asustado, se han asustado de ustedes mismos ¿verdad?, y el freno que ponen ustedes a semejantes sueños les otorga, eso creen, la virtud de la decencia y la firmeza de espíritu, lo importante es no caer en la tentación, permítanme esta licencia y déjenme que les trate de ilusos, es el miedo lo que les paraliza y simulan firmeza, disfrazan ese miedo y lo llaman sentido común y decencia, decencia una vez más, esa decencia es un cáncer que les devora lentamente en vida y cuyo único alivio reside en condenar a todo aquel que ha encontrado la cura para el mal, la cura es hacer, es lo que yo he hecho y lo que seguiría haciendo de no ser por ustedes.

Para aquellos que tienen todos los demonios y los infiernos dentro de sí solo los más variados excesos son capaces de aliviar momentáneamente esos ardores que recorren todos los cuerpos y acaban instalándose en las sienes, esos ardores son los fuegos de esos infiernos, esos ardores son la manifestación y la prueba evidente de la existencia de los demonios que están dentro de mí y de ti, impulsan a destruir y a crear, así son de

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caprichosos y volubles, ahora aman la muerte, ahora aman la vida, del amor al odio hay un latido de tú corazón, pero no se engañen, los grandes demonios requieren de grandes excesos, los pequeños demonios naturalmente de pequeños excesos y de estos todos tenemos alguno dentro, algún demonio que nos turba el sueño, que nos inflama de odios, que alimenta fantasías inconfesables, que nos hace desear lo imposible, que nos hace temer lo que no podemos controlar, demonios que quieren que seamos diferentes, otros necesitan que seamos aceptados, algunos quieren ser temidos, y otros mueren si no se sienten amados, hay demonios para todos y todos tienen su antídoto, su forma de luchar contra ellos, craso error, y si los negáis, si negáis esta realidad tanto peor ya que se hará más grande y más fuerte hasta el punto de ser incontrolable, no debéis luchar contra ellos, debéis mimarlos y amarlos como parte vuestra, una parte insustituible e irrevocable de vuestro ser.

Conozco a todos los demonios que habitan en mí y su enorme poder, ¿conocéis a los vuestros? Instintivamente seguro que si, pero no tenéis el valor de hacerlos formar parte de vuestro yo cotidiano, yo a los míos los he alimentado, los he visto crecer, reproducirse y morir, siempre han sido renovados por otros más feroces, sedientos de todo tipo de excesos, ¿qué no saben a qué me refiero? ¡Si lo saben! No mientan, me asquea la mentira y la sucia hipocresía, el haz lo que digo y no lo que hago, esas risas llenas de asco, de compromiso, cuidado, mucho cuidado la mecha puede encenderse y ya no podré parar, pido disculpas, no debo alterarme, no importa, se bien que están deseosos de oír y deseosos de escandalizarse, y de esta forma, a través mío vivir otra vida, cansados como están de las propias, les voy a complacer, si, esto me produce en cierto modo placer, un extraño placer morboso, les contaré lo que he hecho y sus motivos, les describiré a mis demonios y los rituales que les han servido de sustento, porque yo, al contrario que ustedes he aprendido a vivir con ellos y obtener placeres únicos al intentar calmarlos, y de esta

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forma aceptar mi realidad y vivir y revivirme con ella, ya veo ojos abiertos como platos, ceños fruncidos, dedos inquietos que dibujan extraños símbolos en trocitos de papel, volúmenes que crecen en la entrepierna, lenguas que humedecen resecos labios, dientes que comienzan a chirriar, cerebros que inician una desconexión permanente, caras que intentan ser de plástico inanimado para no mostrar nada, eso precisamente las delata, pies inquietos taconeando alguna canción afamada por el populacho, vejigas que empiezan a llenarse, rectos atascados que amenazan con estallar, incómodos sudores, son cosas que pasan, cosas que les pasan a los seres humanos, disculpas una vez más por este punto de cinismo sin gracia y sin venir a cuento, vuelvo a vagabundear por abismos solo comprensibles por una mente enferma de una patológica lucidez como la mía, creanme que lo intento, que lucho con casi todas mis fuerzas para mantener un hilo más o menos lógico en esta tan absurda narración, pero no soy capaz, no puedo dejar de escribir lo que los engendros que están en mí me dicen, y los muy malvados, no, malvados no, solo traviesos, con la intención de confundirles a todos ustedes hablan a una velocidad de vértigo, no lo conseguirán si son ustedes capaces de poner un poco de su parte, no es necesario un milagro ni que se les haga la luz del supremo conocimiento, solo un pequeño esfuerzo, no se preocupen no resultará hercúleo salvo en los caso de la estupidez más supina, espero no tropezarme con casos difíciles que sean capaces de hacerme perder la paciencia, si esto ocurre les avisaré con tiempo para que puedan emprender la huida o me aíslen en alguna cámara acorazada para evitar daños personales irreparables, como iba diciendo, me he propuesto con estas líneas hacerles ver y sentir como yo veo y siento o en caso que esto no sea posible por los motivos que sean me conformo con volverles locos, en cualquier caso no voy a silenciar a estos fantásticos seres, sea cual sea el resultado final.

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De acuerdo, esas tiernas miradas llenas de perplejidad me anuncian que debemos hacer en este preciso instante un alto en el camino, estoy dispuesto a ser magnánimo con todos ustedes y por ello me dispongo a poner aquí mismo un punto y a parte que sirva de reposo para sus atormentadas cabezas, recobren el aliento y serenen sus corazones, el alto será reparador aunque breve, en lo sucesivo si lo solicitan con esta misma vehemencia haremos otras paradas para alcanzar momentáneamente el paraíso de la nada, descansen en paz, así sea.

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CAPITULO II Ya estamos de vuelta, y ustedes cavilaran y se preguntarán entre angustiados y atónitos: ¿de que mierda habla este sujeto?, ¿qué cojones intenta vendernos?, de momento ha hablado mucho, pero no ha dicho nada claro, nada aprovechable desde un punto de vista estrictamente práctico, una enorme ristra de sandeces, una tras otra, una tras otra, ¿quizás deberíamos ponerle freno?, no, mejor dejémosle continuar, puede ser peligroso, si la cosa se complica y se espesa aún más pondremos esa mirada de cordero degollado y pediremos otro breve receso para sopesar nuestras opciones y entonces decidiremos que hacer, sí, eso haremos. Una vez se hayan decidido volverán la mirada hacia mí esperando continúe con el relato de mis peripecias, de mis aventuras y desventuras por los fangosos terrenos de la realidad y la locura, no se hable más, prosigo, aunque con cierto recelo y temor por su parte, y sé bien que el temor es porque temen, y valga la rebunbancia, que les guste lo que van a escuchar, ahora es cuando deberían ustedes darme un toque de atención para poner fin a esta disertación que no conduce a nada, pero ya que no tienen el valor necesario para mirarme a los ojos y gritar un ¡basta! atronador, lo haré yo mismo ¡BASTA!, eso está mejor, ahora sí podemos continuar y en lo sucesivo espero algo más de agallas y colaboración por parte de ustedes, no me decepcionen. Pongo, ahora, en sus manos y en sus conciencias, ¿las tienen verdad? A las conciencias me refiero, yo no uso de eso, pongo en sus manos digo el tomar la decisión de por donde debo comenzar este relato, no se echen las manos a la cabeza, no, aún no ha comenzado, todo lo expuesto hasta este momento no era más que una breve introducción, un filtro por decantación donde la mayoría de ustedes pasarán a formar parte del lodo situado en lo más bajo, una masa amorfa temblorosa y totalmente moldeable, no por mis manos, me niego a tocar inmundicias, ni tan solo para darles formas que agraden a mi olfato y mi otros cuarenta y ocho sentidos, sólo los alfareros del cieno, los escultores de desechos, los alquimistas de la 10

única verdad, los despiadados profetas del amor universal y eterno se atreverán a tocarlos, y no faltan no, son legión, ¿no los reconoces?, son los que te alaban, los que te protegen, los que te ponen una zanahoria delante mientras te la encajan por detrás, pero no pasa nada eso forma parte del juego y ya te has acostumbrado, ¿no los reconoces?, tú eres uno de ello, los hay por encima de ti y los hay por debajo, siempre hay alguien arriba y siempre alguien abajo, inútil es decirte que no estás en la cima, que nunca lo has estado y que jamás lo estarás, eso forma parte del juego también, piensas que eres libre, no es más que un juego. Pues bien, como digo los pertenecientes al fango absténgase de participar en este debate, la decisión de cómo y por donde iniciar esta fantástica historia no será de ellos, tenemos dos posibilidades empezar por el principio, cosa aparentemente lógica por otra parte, o empezar por el final y desandar el camino hasta los orígenes, ir de los motivos a las consecuencias, o de las consecuencias hacia atrás hasta los motivos, la segunda opción sea tal vez la más recurrente, otorga cierto misterio, ¿Qué pudo pasar para que el fin fuera este y no otro?, hay otra opción ir dando estúpidos saltitos en el espacio-tiempo de la historia, también un recurso muy socorrido y que en cierto modo atrapa, dado que no suele nadie enterarse de absolutamente de nada hasta el punto final, pues bien, se acabó el debate, la decisión está tomada, y vuestra opinión apreciados amigos me la paso por el culo, discúlpenme no quería ofenderles, no pude evitarlo, perdónenme por el lenguaje utilizado, me daré unos azotes si lo estiman oportuno y tal vez si esto les despierta la libido me permitan azotarles a ustedes también, un lapsus, como iba diciendo , si bien esa es la verdad, no me interesa lo más mínimo lo que piensen, debo ser justo, tampoco me interesa lo que piensen ustedes de mí, por tanto estamos en paz, ¿qué por dónde empezaremos?, por el principio, no me interesan los misterios, ni atrapar atenciones de forma artificiosa, al que le interese el relato que preste atención, al que no felices sueños patanes, el que quiera enterarse de algo que lo haga y el que no quiera o no pueda, esto último es lo más probable, también felices sueños. 11

CAPITULO III Todo empezó al nacer, si señores al nacer, naturalmente que no me acuerdo de cómo nací, pero sin duda debió ser traumático, pasar del confort del útero de mi puta madre, si han oído bien de mi puta madre, no se hagan cruces tampoco es para tanto, siempre, bueno no siempre, pero desde que tengo memoria la he odiado por haberme traído a este sucio mundo, también me odio un poco yo mismo, ya hablaremos de eso más adelante, como iba diciendo un mundo cruel como pocos, por eso repito una y mil veces ¡mi puta madre!, así pues al nacer empezaron, con ese espantoso dolor de salir de un refugio de silencio, de calor, de paz, de impermeabilidad al mundo, así empezaron los demonios a instalarse dentro de mí, comenzaron a entrar, para quedarse, el primero de ellos seguramente al darme es matasanos la tunda que me propinó en mi indesflorado trasero, un demonio homicida este primero, jamás me ha abandonado, sigue conmigo dándome siempre buenos consejos, ya hablaremos de él también más adelante, no nos precipitemos, el segundo, el segundo demonio, lo aclaro por si alguien se pierde, el segundo se manifestó cuando a penas debía tener cinco añitos, que tierno infante, cuanta dulzura e inocencia, hasta en los jueguitos con niñitas se respiraba ternura, ese pequeño miembro que apenas despuntaba pero el cual era sumamente agradable acariciar, sí esas niñitas que hacían de mamás y yo de papa, ellas carecían de ese diminuto apéndice llamado vulgarmente polla o cipote o verga, pero en su lugar ofrecían una hermosa rajita de color rosa, suave, limpia, delicada, la cual recuerdo borrosamente como casi todo lo de aquella lejana infancia, eran las rajitas también muy agradables de ver, tocar y besar, este primer demonio, un demonio juguetón e inocente, lleno de placer, un placer limpio, era el placer por el placer, sin maldad, compartido y disfrutado con alegría infantil entre esas niñitas y yo, era un grandioso descubrimiento, una fuente inagotable de delicias al alcance de nuestras manitas, entre risitas, sin un ápice de eso que después me obligaron a tener, eso llamado vergüenza y que 12

suele llamarse decoro, hace breves instantes les he comentado que se perdían en las brumas del tiempo los recuerdos de aquella feliz y brevísima época, esa infancia a la que sin duda regresaré, cuando la demencia senil, dentro de unos pocos siglos, en el ocaso de esta vida me alcance, menuda cursilada con tintes trágicos acabo de cagar, espero sepan disculparme una vez más, bien, la verdad es que sí hay algo que recuerdo con total claridad, un recuerdo grabado a fuego, las palizas que me propinaron cuando descubrieron mis jueguitos con las niñitas, nos pillaron mientras un pequeño conejito rosado de trapo daba besitos a mi cipote y al coño de mi amiguita, si señores el pilín dejó de ser pilín y la rajita dejó de ser rajita, a partir de ese día se transformaron es cipotes y coños, coños y cipotes y culos y bocas y manos y tetas y lenguas y cuero y plástico y orina y mierda y semen y sangre y carne y …., ¿y porqué semejante mutación?, muy sencillo, al parecer aquello que hacíamos era algo prohibido, algo malo, muy malo, eso cambió mi todo, mataron mi inocencia y los jueguitos dejaron de serlo, se convirtieron en vicios clandestinos, más adelante profundizaremos en los detalles de estos jugosos vicios, no se apresuren, les veo ansiosos, calma, las palizas fueron de órdago, varias visitas al psicólogo y otras tantas al cura, al cabo de cierto tiempo me había curado, me convirtieron en un efebo sin haber abandonado la niñez, bueno eso pensaron, desde aquel momento empezaron a incubarse en mi interior los más temibles demonios que jamás habitaron un cuerpo, todo fue cuestión de tiempo que salieran, el camino de la liberación fue largo y tortuoso y no por ello exento de otros placeres, al poco tiempo me mataba a pajas, o como dirían otros me la pelaba como un mono, ¿pero cómo?, ¿que son ustedes tan antiguos que no me entienden?, de acuerdo concretemos y aclaremos los términos: que me masturbaba a todas horas y cuando se me cansaba una mano, lo hacía con la otra, de ahí que sea ambidiestro, cualidad esta que habría de serme muy útil a lo largo de los años en el manejo de diversos tipos de armas blancas, ¿si no hubiera sufrido semejante castigo por unas acciones llenas de inocencia las cosas hubieran sido distintas?, es posible, aunque no lo 13

creo, no busco excusas, ni análisis psicológicos de tercera división, era inevitable que ocurriera, antes o después hubiera pasado algo que encendiera el fuego que siempre me ha caldeado las entrañas, tras largos años rememorando estos acontecimientos de mi infancia he llegado a la conclusión que fue mejor que todo pasara aún siendo niño y no acumulara la presión en mi interior durante más tiempo, habría sido peligroso, aún más peligroso. El degustar lo prohibido, el pecado, el mal, y digo el mal entre comillas, no vayan ustedes a pensar que para mí el bien y el mal son conceptos tan estrechos y limitados como lo son para ustedes, esa posición sería demasiado cómoda para mis inquietas posaderas, prosigo, el saborear todas estas sensaciones y hacerlo sabiendo que de ser descubierto sería terriblemente castigado, esa sensación siempre me ha excitado mucho más que las acciones en sí mismas, igual que a ustedes, somos iguales pero no quieren reconocerlo, temen ser descubiertos, les gusta jugar con fuego sabiendo que pueden quemarse, pero temen al dolor, en esta aparente contradicción reside la fuente de los más variados placeres, saben bien a que me refiero, no miren hacia otro lado, no bajen la vista.

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CAPITULO IV ¿Hacemos una pausa? Ahora soy yo quien la necesita, me duele un poquito recordar el desprecio con el que tiraron al cubo de la basura a ese amable y complaciente conejito de trapo, un amiguito que tanto nos dio sin pedir nada a cambio, déjenme solo unos instantes por favor, déjenme con mi pena, mi conejito de trapo, mi dulce conejito. No me miren así, soy un ser vivo con sus alegrías y sus penas, si me pellizcáis me duele, que trato de buscar cierto placer en el dolor no lo niego, pero duele, tengo caries y a veces diarreas, y hambre y frío y a veces lloro y a veces me entrar ganas de asesinar al primero que pase por mi lado, como todos ustedes, alguna vez incluso creí descubrir el amor, ¡ah! el amor, l´amour, resultó ser un espejismo, una confabulación de varios de mis demonios para hacerme sufrir, para convertir mi corazón en obsidiana, todo es tan bonito cuando se está enamorado, todo es tan perfecto, las risas que nos proporcionaban esos espontáneos cuescos, esos pedos de la amada eran más preciosos que el gas natural y perfumados cual jardín del edén (que gilipollas estaba yo hecho), su caspa, podría haberme hecho rayas con su caspa como si hubiera sido la más pura cocaína, y esos pelos en la ducha con forma de signo de interrogación cuyas respuestas eran siempre besos, hasta que un buen día descubres que esos pedetes que antes os hacían reír ahora te dan verdaderas nauseas y que esos pelos han atascado los desagües, que estás harto de soportarte a ti mismo y a esa cara tuya de alelado dentro del espejo cuando te miras al despertar y ves reflejada en un segundo plano, desnuda en la cama a tu diosa, allí a lo lejos, cada vez más lejos, ese reflejo de la realidad te devuelve a este plano, y ves sus bragas tamaño súper, y ves reflejados y aumentados hasta el espanto sus granos, grandes y rojos cual volcán a punto de entrar en erupción y ves reflejadas sus manías y sus gustos y sus celos y tus celos y está dormida pero igual la oyes cacarear que te afeites, que te cambies de ropa, que uses desodorante, que bien te queda esa camisa que te regalé, ¡odio esa puta camisa!, y tantas y 15

tantas cosas que sin darte cuenta os estaban matando, y te miras al espejo y te das cuenta que tú eres igual, que la estabas torturando a ella y decides que el amor es la droga más mortífera que existe, que nos evade de la realidad, lo has visto claro y no hay vuelta atrás, ¿es posible recuperar la fe en el amor una vez la has perdido? y entonces todo se acabó, le planteas fríamente a tu ex-amada la situación y esta llora desconsolada, ¿cómo puedes decir esas cosas?, ella te ama, intentas hacerle ver las posibilidades de una relación libre, basada en una de tantas verdades, en esa verdad tuya descubierta ante el espejo esa mágica madrugada, te trata de monstruo, llora y se limpia los moquillos con la braga y te las tira a la cara, mmm, ese olor, lo único bueno del amor es ese olor, si existe una definición del amor es el olor de unas bragas usadas, muy usadas, se viste, da un portazo y se va, te ha dejado solo, solo, ¡libre!, ¡y se va sin bragas la muy puta! No insisto más ya retomaremos el tema del amor más adelante, ya lo creo, tiene miga, si señor.

Veo por sus caras de espanto que ya me van conociendo, no se preocupen, todo esto es normal, recuerden que ya les avisé, tengo una tendencia patológica crónica a divagar, ¿qué tal si retomamos el hilo de este fantástico relato?, bien, les comenté que me siempre me ha apenado el desprecio con el que eliminaron de mi, siempre estrecho, circulo de amistades a aquel conejito, pues bien tardé bastante tiempo pero pagaron por ello, mantuve a mi madre encadenada a la cama durante varios meses hasta que murió, la violé con mis puños y mis brazos pintados de rosa como aquel conejito, cada vez que perforaba sus entrañas con mis puños le hablaba con voz muy fina:¿Por qué me tirasteis a la basura?, yo era bueno, solo quería jugar con tu hijito, mala, eres mala, ahora jugaré contigo. Entonces empujaba y le introducía el brazo hasta el codo, la muy puta aguantó solo un mes como ya he dicho, una vez muerta la tiré al mar atada a una piedra, dentro de un saco de patatas, hizo ¡plof! y desapareció para siempre, un Edipo ciertamente muy particular. Con mi viejo la cosa fue más sencilla un hachazo en la cabeza y listo, lo hice picadillo y se fue por el

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retrete, bon voyage, después me arrepentí, ya lo creo que me arrepentí, quizás debería no haber sido tan brusco y prolongar un poco más los juegos del difunto conejito, en fin era muy impulsivo y un perfecto novato en estos menesteres a tan temprana edad. Pero no adelantemos acontecimientos aún falta mucho para llegar a este feliz desenlace de la historia del conejito juguetón.

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CAPITULO V Cerremos este tierno e infantil capitulo y prosigamos con el relato de mis peripecias, veo que varios de ustedes han salido precipitadamente dirección al lavabo más cercano, y ha vuelto empapados en sudor y con las manos temblorosas, esto puede significar dos cosas, debemos tener siempre un mínimo de dos opciones para cualquier situación que se nos presente, caso contrario la posibilidad de estrellarnos es el doble, ¿perdón? ¿qué acabo de decir?, no se, ¡Ah! Si dos opciones: una que han ido a vomitar después de haber visualizado mentalmente los acontecimientos relatados y referentes a mis odiados progenitores. Segunda posibilidad, la más probable sin duda, que han ido a masturbarse rememorando en la intimidad, solo rota por su propio reflejo en el espejo de ese sucio y pestilente lavabo, rememorando, digo, esos episodios , estoy seguro que los que han vomitado lo han pasado mal pero ahora se sienten mejor, han rechazado al maligno, a estos les recomiendo que huyan ahora, si esto les ha hecho vomitar lo que se avecina probablemente le ocasione tal colapso que corren el riesgo de entrar en estado vegetativo para los restos, avisados quedan, en cambio los que se han pajeado mirándose al espejo y viendo reflejado como brotaba violentamente esa semilla infame salpicando sus manos y esa cara que les mira desencajada por el placer, ahora deben tener terribles remordimientos por haber gozado con la visión de el brazo de un hijo introduciéndose violentamente en la vagina de su madre, mientras esta amordazada solo podía gritar con los ojos, y con los trozos de carne picada engullidos vorazmente por el retrete, no se preocupen esta todo bien, esos pequeños escrúpulos se desvanecerán poco a poco, ya lo saben, no es la primera vez que les pasa, ni será la última.

El paso de la tierna infancia, a la infancia perdida fue a base de golpes, nada demasiado importante que reseñar, el colegio un desastre, creo que nunca llegue a aprobar nada, creo

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que nunca me llegue a enterar de nada, creo que nunca nadie se atrevió a levantarme la voz, ni los profesores me molestaban y no se puede decir que en aquellos años fuera excesivamente violento, nada de eso amigos, no vayan a pensar que soy una especie de matón de barrio, de camorrista de poca monta, que daba mis palizas no lo voy a negar, que robaba las meriendas pues tampoco, que me sentaba solo y en la última fila es una realidad, que tocaba el culo a todo bicho viviente y me perdía días enteros de clase encerrado en el lavabo del colegio pajeándome, que no iba a clase y empecé a fumar como un carretero, que les quitaba el dinero a los chicos, zurraba a los más débiles y a los más fuertes que yo que pretendían zurrar a los otros, desde luego llegaron infinidad de informes a casa, está conducta tan peculiar no se podía ocultar, aunque nunca supieron de todas mis trastadas, los profesores en cierto modo me tenían miedo, y no porque les hubiera nunca pegado, ni tan solo amenazado, solo les miraba, fijamente, a los ojos y ellos apartaban la vista y me dejaban tranquilo, era suficiente, algo les asustaba, algo veían que les causaba un terrible temor, no hacía nada contra ellos pero quizás veían en mis ojos lo que sí me gustaría hacer, cambie de colegio en varias ocasiones y a medida que crecía estaba y me sentía más libre, sin las cadenas de una familia que oprimiera mis instintos, me dejaban hacer en casa, dejé de ir al colegio, en realidad iba pero no entraba, esperaba en la puerta para seguir dando palizas, la frecuencia de estas aumentó, igual que los robos para poder proveerme de tabaco, algo de alcohol, en esta época empecé a beber, no me gustaba mucho al principio, pero después se convirtió en una de mis grandes pasiones, el dinero se me iba a raudales pagando a otros chicos y chicas para que me pajearan, eran chicos de la calle, libres, pero no se parecían a mí, eran como dirían ustedes victimas de una sociedad que miraba hacia otro lado, uno de ellos un día mientras me pajeaba lo hizo demasiado fuerte y me hizo sangre, jamás lo olvidará, le golpeé hasta quedar exhausto y le obligué a lamer las gotas de sangre que resbalaban por mi cipote, debo decir que había crecido lo suyo desde esas primeras experiencias de papás y mamás con el conejito, la 19

mezcolanza de golpes, violencia, dominio y poder sobre ese desgraciado, todo ello con los lametones para sanar la pequeña herida me proporcionó todo un universo de sensaciones, realmente hubo un instante, una fracción infinitesimal de tiempo que llegué a asustarme, ¿como podía disfrutar tanto en de esa situación?, como digo fue un nada de tiempo y seguí golpeando mientras acababa en su cara, continué con estas practicas, con todos los chicos y chicas y muchachos y muchachas y hombres y mujeres y viejos y viejas, todos ellos desamparados, alcohólicos, drogadictos, gente sin techo y sin trabajo y sin futuro, y os garantizo que si uno busca los encuentra a millares, hay demasiadas victimas de vuestra sociedad, naturalmente esto me costaba una fortuna, y la bebida y el tabaco y poco a poco otras cosas, total y para abreviar el cuento que acabé en un reformatorio, se veía venir, pensarán ustedes, si, se veía venir, pero nadie fue capaz de ver venir lo que pasaría después, al encerrarme en ese lugar cometieron un grave error y os aseguro que todos lo pagaron, ¿Quiénes son todos?, todos son todos, cualquiera de ustedes es todos, el camarero podía ser todos, el guardia que ordenaba el trafico ese seguro era todos, el revisor del tren ese también era todos, los tres jefes en los únicos tres trabajos que he tenido también eran todos, algunos y algunas de mis juguetes y a la vez amantes fueron todos, uno que tropezó conmigo y me habló con un tono poco cortés se convirtió al momento en todos, mis padres son todos, en fin la lista es eterna, no puedo citarlos a todos, cualquiera es candidato y eso me basta y debería bastaros. Nota: Para mí son todos, para otros son ellos.

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CAPITULO VI En cualquier caso, en cierto modo, estoy agradecido a los que me encerraron y a mis papis por no hacer nada para sacarme del internado, resultó ser una experiencia enriquecedora y sumamente instructiva, en los dos años de permanencia en esa facultad de la mala vida aprendí más que en todos los años de colegio, y yo como alumno aventajado no tardé en convertirme en un catedrático de las más variopintas materias, como por ejemplo el uso y disfrute de todas las drogas disponibles en el mercado, la utilización de navajas, cuchillos, pequeñas hachas, cuchillas de afeitar, punzones, garrotes y mis manos, preparación de combinados con diversas sustancias capaces de tumbar a un elefante, punto a parte merece señalar los múltiples descubrimiento que hice en materia sexual, por ejemplo la sodomización homosexual, este internado lamentablemente era solo para seres vivos con polla, aunque a veces colábamos a alguna prostituta que después de las sesiones a las que se veía sometida con casi treinta muchachos jamás volvía a aparecer por allí, mi iniciación fue al segundo día de entrar en el internado, era de noche, estaba en mi catre cuando unos diez o doce chicos se abalanzaron sobre mí, intenté pelear y sin duda varios de ellos salieron mal parados, pero fue imposible, me inmovilizaron, me pusieron un afilado cuchillo en el pescuezo y uno tras otro fueron dándome por ese culo, virgen hasta ese momento, los dos o tres primeros fueron un tanto dolorosos, pero en vista que nada podía hacer decidí tomarme las cosas con filosofía, para eso siempre he sido yo un maestro, y comencé a disfrutar, y disfruté ya lo creo, tanto es así que cuando acabaron de violarme les increpé del tal forma que todos ellos retrocedieron alucinados, les increpé digo para que comenzarán una segunda ronda de violaciones, y así lo hicieron, en total debieron follarme unas treinta veces esa mágica noche, al día siguiente tenía el ano que parecía una boca abierta y babeante de líquidos viscosos, nunca ha recuperado su tamaño natural, mi culo, después de aquella noche, no tardé mucho, al día siguiente comencé a perforar traseros 21

con una furia que asombró a los más veteranos en el correccional de menores, imagínense ustedes todas la variantes posibles de juegos entre un puñado de chicos deseosos de olvidar su asquerosa vida y entregados a las drogas, la violencia y el sexo, hubo estampas que hubieran hecho estremecer de pavor al más delirante de todos los libertinos y claro cuando participaba alguna puta aquello se convertía en una verdadera batalla campal, con pérdidas de conocimiento por parte de la zorra de turno que sin piedad seguía siendo penetrada por todos los orificios disponibles, mientras tanto los que aguardaban su turno bebía, fumaban, se metían cocaína hasta tal punto que sus pupilas parecían estallar y se entregaban unos a otros, después de dos años inolvidables incluso me dio pena el día que de una patada en mi calloso trasero me echaron de ese mi hogar.

Comentarles también que aparte de todo lo expuesto también aprendí a cortar madera con serrucho (el serrucho lo mismo sirve para cortar madera que para cortar brazos y piernas), aprendí a arreglar una batidora, a encuadernar libros, a tocar la flauta, nos enseñaron ciertas leyes y la constitución, a cocinar, a limpiar, cuidar gallinas y patos, a jurar en arameo, eso no nos lo enseñaron los monitores, aprendimos a desmontar un motor, volver a montarlo ya es otro cantar, se esforzaron hasta el infinito en enseñarnos a decir: Si señor, si señora, encantado de servirle, para eso estamos, pido perdón, discúlpenme, no volverá a pasar, me esforzaré al máximo, claro que sí ¿cómo no?, amén y otras mierdas por el estilo, hicimos varias obras de teatro, un taller de escritura, al que como verán saqué provecho, trabajos manuales varios como, por ejemplo, murales, uno de ellos representando la paloma de la paz, este en concreto quedó muy bonito, al día siguiente la paloma apareció pintada de negro y en vez de la ramita de olivo en el pico tenía dibujado un cipote, cosas así nos enseñaban, para hacernos gente de provecho para una sociedad que nos despreciaba.

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Con una lógica aplastante ustedes son capaces de deducir sin ningún reparo, sin pudor y sin pensar, que el sistema funciona correctamente y que si entramos siendo unos gatitos con uñas afiladas y salimos siendo unos perros rabiosos se debe única y exclusivamente a nuestra incapacidad de adaptación, a nuestra tendencia natural hacia el mal, en mi caso tienen toda la razón, yo soy así, soy una bestia, un depredador cuyo último objetivo es satisfacerme a mí mismo y a cualquier precio, pero hubo muchos de ellos que gracias a la incompetencia, a la dejadez, a la falta de comprensión, a una represión extrema que nos obligaba a agudizar el ingenio para saltarnos las normas, a la estupidez elevada al infinito, a los ojos que preferían no mirar y los oídos que preferían no oír, todos esos que podían (siempre según ustedes claro) haber sido reinsertados, con un trabajo totalmente mecánico y mal pagado para el resto de sus vidas, tomaron el camino de la autodestrucción llevándose por el camino a todo aquel que se pusiera en medio, cosa de la que me felicito. Antes de dar carpetazo a este extraordinario capítulo de mi vida me pregunto si a ustedes que son tan aficionados a la lectura de todo tipo de libros, ya que estos suelen estar plagados de descripciones (insustanciales a mi modo de ver en la mayoría de los casos) del entorno donde se desarrollan lo hechos (eso es lo importante los hechos), ¿les interesa saber como era este remanso de paz y amor donde estuve recluido esos dos maravillosos años?, ¿qué no les interesa?, bien, pues punto final

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CAPITULO VII Antes de continuar permítanme recitarles una poesía, el taller de escritura dio sus frutos, soy un monstruo pero con sentimientos y una sensibilidad fuera de lo común dentro de la especie de monstruos a la que pertenezco, ahí va:

Escondido detrás de cada hoja movida por la brisa de ese manzano,

Bajo el oscuro velo de tu mirada angelical,

Entre el más diminuto pliegue del terciopelo de tu piel,

Allí me encontrarás

Y pronunciando esas palabras que solo tú y yo sabemos,

En raudo vuelo cual ave del paraíso acudiré a ti.

¿Les ha gustado?, no se lo esperaban verdad, más adelante si les parece bien recitaré alguna más, tengo cientos, miles dentro de mi pecho, de acuerdo ahí va otra:

Descansa mi amor,

Duerme y descansa,

Que yo velaré tu sueño y acariciaré tu pelo,

Duerme y descansa,

Estarás segura a mi lado,

Y mañana con el alba al despertar, 24

Volveremos a la lucha,

La lucha para conservar lo único que poseemos,

Nuestro eterno amor,

Descansa mi amor,

Duerme y descansa,

Que yo velaré tu sueño y acariciaré tu pelo.

¿Qué tal?, quizás esta vez me he pasado un poco, no importa, demasiado sensiblero y un poco cursi, pero no importa, esas risitas entre dientes espero sean de emoción y aprobación y no de burla, eso espero por su propia seguridad, les abro mi petrificado corazón y no merezco burlas, a tomar por culo ya no hay más poesías, a partir de ahora prosa dura y seca, he querido mostrarles mi lado amable y cordial y así me lo pagan, haya paz, más adelante les daré una agradable sorpresa, no se impacienten.

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CAPITULO VIII A la salida del reformatorio me esperaban mis amados padres y un tipo con pantalones vaqueros y chaqueta de cuero, resultó ser un cura de esos modernos, a los que la conciencia se les tranquiliza por tanta basura como hay en su iglesia y en ellos mismos, y tratan de recuperar lo irrecuperable, de esos que van de enrollados y liberales, resultó ser más maricón que un palomo cojo, eso sí siempre con mí consentimiento, nunca le vi forzar a nadie, estaba siempre dispuesto a conversar, a escuchar por más barbaridades que le dijera, a veces me prestaba dinero cuando necesitaba emborracharme, a veces me acompañaba en mis etílicas huidas a ninguna parte, de drogas nada, decía que no estaba demostrado que Jesús tomara drogas, que era posible e incluso probable que lo hiciera, pero hasta que no se confirmara este hecho lo único cierto es que si bebía vino, desde luego el vino le gustaba al jodido cura, me hablo de su Dios, de su iglesia (una de esas pequeñas en un barrio del extrarradio, un barrio marginal, un barrio marginado), me habló de su misión, de la vida, de la muerte, de más allá de la muerte, del bien, del mal, de las personas, del sexo (en este y en otros aspecto era muy moderno), de la riqueza, de la pobreza, de lo pequeño y grande que es el mundo, de la verdad y la mentira y la relatividad. Era interesante todo aquello, por un tiempo parecía que mis demonios por medio de este exorcista se habían calmado, claro que nunca dejé del todo ni el alcohol, ni todas las drogas no legales, ni mis pajas, ni el sexo en grado superlativo, como me hice ayudante del cura en las misas el dinero para pagar todas estas constructivas actividades mías no me faltaba y no necesitaba dar palizas a diestro y siniestro para robar, yo siempre para robar primero he dado la paliza, y después me he llevado el dinero, es mi modus operandi. Me puso una pequeña habitación en la sacristía, me sentía libre, organicé varias fiestas en la iglesia, con música, bebida y en fin de todo un poco, siempre acabábamos follando en el altar, ya sea con unos o con otras o con el cura cuando se apuntaba al 26

festival, como antes he dicho el no probó nunca otra droga que no fuera el alcohol, pero tampoco censuraba ni se oponía a su uso y abuso, siempre y cuando uno después respondiera ante el altar, este buen hombre tampoco le hacía ascos a las prostitutas que se acercaban, previo pago, invitadas a estas fiestas, decía que eran hijas del Señor igual que la Magdalena, cuando follaba, el cura, daba misa, no paraba de hablar, y el Amén o alabado sea el Señor, coincidía, claro está, cuando acababa mientras alzaba los brazos al cielo, era un ser humano excepcional, y fíjense bien he dicho era y ser humano, era porque ya no es, esta muerto, yo me lo cargué ¿acaso lo dudaban?, y ser humano porque el se consideraba como tal por el solo hecho de ser sacerdote, su muerte fue a medias un accidente, con motivo de la festividad de San Nosecuantos, vino a la iglesia un cura de esos importantes, un obispo vamos, la forma en que se humilló ante aquel sujeto me enfureció y a la vez me hizo sentir superior a él, decidí que jamás sería así, jamás me arrodillaría ante nadie, antes deberían cortarme las piernas.

Abro en este punto un breve paréntesis para insistir sobre algo que comenté con anterioridad, eso creo, el caso es que por muy arriba que uno esté en la escala alimenticia siempre hay otro que está por encima, entonces hay dos opciones (recuerden como mínimo deben tener dos opciones): la humillación (dicese respeto por un lado y odio cuando no te ven) y tratar de acabar con el que está por encima y subir de esta forma un peldaño.

Cada cual elija su propio camino, yo el mío lo tengo claro y acepto las consecuencias. Después de presenciar ese acto de humildad, según él, de humillación según mi parecer, y tras varios cambios de impresiones más o menos acalorados con el cura, decidí marcharme, había cumplido la mayoría de edad y nadie podía retenerme, pero antes una pequeña broma, siempre he tenido muy buen humor, organicé una fiesta privada él y yo solos, sexo, alcohol y drogas en la capilla, si él saberlo puse en su cáliz, varias pastillas, 27

dos gramos de cocaína y un tripi (LSD para el que no lo sepa), este sería el primero de una larga lista de asesinatos, hasta el momento me había limitado a dar palizas y a suicidarme lentamente, si bien no fue un asesinato al cien por cien, no era mi intención acabar con él, aunque desde luego fui muy generoso con el sobreexceso drogas al que le sometí, no estuvo mal, incluso, a pesar de ir yo también totalmente drogado, recuerdo aplaudir y reír compulsivamente al ver las sacudidas epilépticas de su cuerpo, las muecas que desfiguraban su cara dándole unos tintes cómicos a la situación, la espuma que brotaba de su boca y los ojos desencajados que me miraban fijamente, pero no eran capaces de ver nada, al rato quedó inmóvil, vivo pero rígido y frío y pálido, cinco minutos más tarde iba a reunirse con su dios , desnudo como estaba lo coloqué sobre el altar, puse el cáliz en su mano derecha, la Biblia en la izquierda y el crucifijo se lo metí en el culo, estoy seguro que tanto él como Jesús hubieran aprobado este proceder, acto seguido me senté en la primera fila de banco de la capilla, me metí en dos tiradas el gramo de cocaína que me quedaba, eso me hizo sangrar la nariz, bebí un poco de vino, me masturbé, recé algo parecido a una plegaria, besé el crucifijo y el trasero del cura, recogí mis cosas, reventé los cepillos de la iglesia y me marché.

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CAPITULO IX Que nadie busque moralejas, ni lecciones morales, ni inmorales, ni enseñanzas, todo lo aquí expuesto no es un manual de lo que se debe o no se debe hacer, de cómo hay o no hay que ser, no pretendo ser un modelo a imitar (así como jamás he tratado de imitar a nadie, no pretendo que nadie me imite a mí), ni un referente de todo lo que se debe huir, nada de eso, lo que digo es lo que es, ni más ni menos, pretendo que sepan que he hecho, no que lo entiendan, ni que lo aplaudan, ni que lo censuren, ni que me quieran, ni que me odien, y atentos, no lo considero tampoco una confesión, ni un acto de arrepentimiento, no se confundan ustedes, nada más lejos de mi voluntad que aparentar arrepentimiento, ni lo estoy ni lo estaré nunca, esto es como una instantánea de mi vida tomada con un gran angular temporal.

El arrepentimiento es primo hermano de la hipocresía y de una doble moral que siempre me ha enfermado, el arrepentimiento nunca puede ser sincero del todo, nuca puede ser desinteresado, siempre el arrepentimiento otorga una recompensa: la paz interior, la tranquilidad. Uno se arrepiente para dar algunas paladas más de tierra sobre ese cadáver ya oculto a la vista, hay que ocultarlo a la conciencia también, entonces ya se puede fraguar el siguiente crimen. Dar limosnas a los perros para que se alejen de nuestra surtida mesa, que bien se siente uno al lamentarse cuando ve a esos desamparados, ¡qué pena verdad!, esa pena nos hace sentirnos bien, nos hace pensar que somos seres humanos, sentimientos de piedad y amor, esos desgraciados que no tienen ni para comer, ustedes son en parte responsables de esas penurias, ¡lo son!, para sentirse mejor lo adecuado es mandar una postal por navidad, ¡me cago en el arrepentimiento! , ¡me cago en los que se atreven a perdonar los pecados de los demás!, ¡y sus propios pecados! ¿Quién los perdona?, ¡Ah!, ¡ese, su Dios!, que fácil, asunto solucionado, que empiece la bacanal, y las matanzas, y las

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mentiras, y el odio, todo será perdonado, ¿cómo?, ¿qué ya han empezado?, hace mucho que empezaron y nunca acabarán. Por cierto ¡me cago en la Navidad! ¡No me manden postales!

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CAPITULO X ¿Qué tendrán tus ojos que me enamoran?

¿Qué tendrán que me devoran?

Me hipnotiza, me paralizan

Y me sumergen en un mundo de placer sin igual,

Son dos estrellas negras que brillan al sol,

Miran que llevo dentro,

Son penetrantes,

Y a veces distantes,

Pero cuando miran con calma,

Veo dos luceros negros

Y en ellos reflejados tu alma blanca.

Son accesos de locura transitoria los que animaron a escribir estos y otros versos, autentica mierda, no lo niego, versos que no tienen sentido si analizamos los hechos, lo se bien, pero ¿Qué mas da?, me han servido siempre para experimentar sensaciones irreales, para vivir otras vidas, como ahora ustedes viven la mía al leer esta historia, fueron siempre un punto de inflexión, un espejismo brutal de mis sentimientos, sentimientos tan opuestos, tan diferentes como la noche y el día, pero igualmente complementarios, igualmente necesarios. No lo se, quizás algún sapientísimo catedrático de esos que diseccionan

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personas y a sus aburridas personalidades pueda dar con la clave y descifrar el entuerto situado entre el querer y el poder.

Llevo más de la mitad del relato ocupado con delirios sin sentido sobre mis visiones del mundo, lo lamento sinceramente, se bien que no les interesa y además es totalmente insustancial, es algo que siempre he tratado de evitar, los cambios de rumbo sin premeditación ni alevosía, hay demasiadas cosas que quisiera contarles y según empiezo un nuevo tema de conversación de forma absolutamente espontánea surgen bifurcaciones y bifurcaciones y caminos sin salida y otros que no tiene fin, he alargado conversaciones durante horas sabiendo que nunca llegarían a una conclusión más o menos razonable y otras las he dado por muertas al poner punto y final con mi primera sentencia, sentencias lapidarias todas las mías, no hay respuesta posible a mi verdad.

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CAPITULO XI Me marché. Salí de viaje con la intención de no volver, de perderme en el camino a ninguna parte, bajando por senderos ardientes hasta los más variados infiernos y subiendo hasta las más inhóspitas cumbres que nunca antes fueron pisadas por bípedos con nombres y apellidos, todo dependía de lo drogado y borracho que estaba y puedo asegurar que si esta maltrecha memoria llena de lagunas no me falla debí estar unos cuatro meses en mi limbo particular, todo ello a juzgar por el estado de extrema delgadez y las barbas que ocultaban mi rostro, dándome, aún más, un aspecto de cavernícola extraterrestre, como nota aclaratoria decir que según los informes recopilados por los agentes del orden, durante estos tres meses borré del mapa a varios sujetos, al parecer con manifiesta alegría de los vecinos de los lugares por donde arrastre este pedazo de carne en descomposición que es mi cuerpo, según siempre esos informes incluidos en el expediente que seguro está a su disposición, esos individuos eran proveedores de diversas sustancias calificadas como ilegales y a las cuales he sido tan aficionado, el populacho se alegraba de ver desaparecer de sus relucientes aceras a esa clase de individuos, portadores de males y desgracias para sus amados hijos, una mala influencia sin duda, esta quizás ,el hecho de eliminar a tales insectos, sea la única buena obra que he hecho en mi vida para con esta mierda de sociedad, en cualquier caso no puedo negar ni aceptar que cualquier cosa ocurrida durante ese tiempo sea real, no puedo dado que el tiempo dejó de tener sentido, el espacio siento que se contraía y se dilataba caprichosamente y las caras ahora eran hermosas y debían ser adoradas y unas milésimas de segundo más tarde me asfixiaban con su hedor y mi obligación era aplastarlas, no se que ocurrió, no lo se, no me importa, solo se que quisiera estar hasta el momento de mi desintegración en ese estado de ser y no ser, de estar y no estar, algo entre la vida y la muerte, que con suficientes recursos se antoja infinito, un infinito que no puede durar más de lo que dura un riñón, un hígado, un corazón o un 33

cerebro más o menos sano cuando son sometidos a tales presiones, y cuantos eligen este camino sin ser conscientes de su decisión, ¡perros desgraciados!, no valen ni para eso, si debéis tomar esta senda, digna como pocas, hacedlo con la cabeza bien alta, declaraos seres libres que habéis elegido como y cuando morir, ¡perros!, no mendiguéis que os salven de vuestro destino, ¡claro no lo habéis elegido vosotros!, sois enfermos, enfermos de vosotros mismos, sin capacidad alguna de encontrar el remedio para la vida, y este camino que, con dignidad, habría supuesto la salvación se ha convertido en un purgatorio cualquiera, ¡no sois como yo!, y nunca lo seréis, yo si elegí mi camino, estaba dispuesto seguirlo hasta el final y si alguien debía caer, bien, ese sería su camino: caer ante mí, pisotearía su cuerpo, no diré sin piedad, no diré con remordimientos, no, simplemente lo pisotearía y después me metería una buena ralla de cocaína, tan tranquilo, tan impaciente, y a dejar crecer la barba, pero no pudo ser.

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CAPITULO XII El destino, ese monstruo canalla que siempre ese interpone entre nosotros y nuestros deseos se cruzó ante mi y no pude esquivarlo, lo intenté con litros y litros de licor y vinos que me dieron ardores infernales en mi ulcerado estomago, miles de pastillas y toneladas de cocaína, pero no pude, me venció, caí rendido a sus pies e inconsciente en un banco de un parque donde jugaban alegremente todas esas nínfulas sedientas de futura sangre, entonces apestando a mis propias orines y heces, lo digo así de fino para no decir que me ahogaba en mi propia mierda, entonces, como digo, el destino disfrazado de hermosa hechicera venida de más allá de cualquier parte, ese destino que ocultaba su cobarde rostro, mi cobardía y la infamia de mi debilidad, con una mascara de ángel, ese aciago destino me tiró una moneda, en aquel momento dudé si seguirla y golpearla y violarla y matarla y violarla de nuevo y descuartizarla y quedarme con su vagina, su coño, y seguir violándola eternamente, dudé entre eso, que es lo que debiera haber hecho, o entre amarla hasta la locura, dudé, mientras recobraba la conciencia dudé, mientras la veía alejarse dudé, al ver su larga melena movida por el viento dudé, y al final vomité cosas vivas que si se analizaran resultarían imposibles, la seguí y la vi entrar en una tienda de congelados, esperé ocho largas horas, masturbándome sin parar con su recuerdo, cuando salió mi barba había desaparecido, mis ropas estaban limpias, había engordado veinte kilos, tenía un trabajo honrado de nueve a cinco, con media hora para la comida y no me conocía a mi mismo, que bonito es el amor, ¿verdad?, la bestia se transformo en un hermoso príncipe, con una llaga enquistada en el corazón, a mi amada le di una de mis caras y ella la besó en ambas mejillas, besó mis manos, endurecidas por el trabajo, eso pensaba mi princesa, besó las heridas de mi cuerpo y de las de una de mis almas, ya expliqué con anterioridad los síntomas del amor: esos pedos, esos pelos, esas tonterías, esas risitas, ese andar siempre de la manita, esa cabeza apoyada en mi hombro hasta la dislocación irreversible, esas 35

preguntas: ¿me quieres?, ¿Cuánto?, ese hacer el amor con delicadeza, que les voy a contar a ustedes que no sepan del amor, el sentimiento más inhumano, después del odio, ustedes saben todo sobre el amor, es sacrificio de uno y del otro, cuanto más grande es ese sacrificio más grande es ese amor, ¿no es así?, en fin, pura mierda, la gran mentira de cinco letras, el perfeccionamiento absoluto del instinto de sobrevivir y procreación, no insistiré más sobre este asunto ¿para qué?, sólo decir que duró lo que duró y que me juré no volver a caer en el mismo error, la próxima vez optaría por lo que debí hacer y no hice, bueno, ya expliqué también como desperté de esa pesadilla, duró seis meses, al final a mi jefe le di un palizón, al parecer quedó en silla de ruedas, a ella nada, ¿para qué?, la odiaba, la amé, y nunca he matado a nadie que al que odié, en realidad nunca he odiado a nadie, nunca he amado a nadie, solo a ella y a todo el mundo, no hice nada, nada hubiera sido suficiente, nada me hubiera satisfecho bastante, la dejé marchar, aún guardo de recuerdo esas bragas, ¡la de veces que me he masturbado rodeando con ellas mi verga!, no pregunten y no se exciten, tampoco es para tanto, guardo también, no se porque, un montón de nauseabundas poesías que le escribí a mi odiada, ¿quieren oír algunas?, aviso es posible y probable que les den arcadas, de acuerdo, vamos allá:

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CAPITULO XIII Justo donde se encuentran los límites entre el cielo y la tierra,

El bien y el mal,

El placer y el dolor,

Ahí, justo en ese punto intermedio entre la nada y el infinito

Brotó la semilla mágica del amor y el odio,

El fruto de esa semilla no podía ser otro que el hombre.

Tengo un nombre:

Nadie.

Y muchas caras:

Máscaras.

Recuerdo el mañana,

Como hoy.

E intuyo el ayer,

Como pudo ser.

Vivo caminado 37

Y respirando ansiedad.

Somos iguales.

Demasiado sin saberlo.

Demasiado sin sentirlo.

Soy aquel ángel que viste caer esa oscura noche,

Entre ardientes espinos que herían mi carne y mi corazón,

Sumiéndome en un dolor sin nombre que se transformaba en ira y rabia

Y me envolvía con el mortal abrazo de las amargas sombras de la soledad.

Sin esperanza.

Tú sanaste mis heridas y borraste las cicatrices con tu infinito amor,

Solo tú pudiste devolverme las alas y así de nuevo volver a volar.

Estos versos sufrirán algún cambio más adelante, como todo, como todos.

Un hombre ha muerto

Y en el mismo instante que el alma escapó de su frío cuerpo,

En la misma sucia ciudad

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Y en esa misma solitaria calle nació un niño.

Mientras todo esto ocurría en ningún momento el río de la vida se detuvo su incansable Movimiento,

Sin pararse a mirar quienes son las marionetas que componen su inmenso caudal.

La última de momento y dado que es casi insoportable quizás sea lo más sensato saltársela, no estoy dispuesto a quedarme sin su grata presencia, así que depende de ustedes:

Mí querida,

Mi hermosa,

Mi vida,

Mi esposa,

Una rosa es bella,

Pero tu belleza es comparable a la de una estrella,

Mi amor,

Construiré un templo en tu nombre,

Lejos de las manos del hombre,

Y viviremos hasta el fin de los tiempos,

Viviremos cada momento,

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Y allí donde moran los dioses,

Quedarán grabados estos versos,

Versos que llevan la marca de tus besos.

Joder que asco, es realmente insoportable, si a alguien le ha gustado le recomiendo se enamore en este mismo instante y que después su diosa le ponga los cuernos con su mejor amigo, es posible que espabile o se corte las venas, eso a mí ya me da igual, en cualquier caso necesita ayuda profesional urgente, en otras circunstancias yo le habría proporcionado con sumo gusto esa ayuda, lamento no poder ser de utilidad, espero se hagan cargo y sepan disculparme.

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CAPITULO XIV Un cuento para dormir:

Y aquí estoy yo, en una prisión dodecaedrica en la cual los deseos adquieren extrañas formas y su aliento te tira hacia atrás, y la eternidad, y la inmortalidad y la inmoralidad duran lo que dura mi amor, tu amor, es un lugar de paso, donde la convalecencia ante una despedida es tan absurda como el transito del verde al la clave de sol, aquí se puede entrar y no se quiere salir, ya lo sabes, las puertas siguen abiertas, como siempre, pero las llaves me las tragué aquella noche de tanta y tonta soledad, moverse en silencio es importante en absoluto, y los truenos son absolutamente nada, nunca dejes de olvidar quien eras, mutantes del ser, eso soy, eso serás desde ayer mismo, lo más importante, nunca no olvides, nunca lo niegues, tú eres tu propio guardián, es lo único que no ha cambiado, dentro y fuera, es una variable invariable, inevitable, la constante que todo cadáver debe aceptar, de lo contrario puede ser expulsado al otro lado, más allá de cualquier realidad conocida, al mundo de los resucitados, un mundo que nadie quiso soñar, el miedo a la vida sigue muy presente en todos los tiempos, esta prisión, es la calma, es la soma para los semi vivos, amores etéreos tan sólidos como un fémur, líquidos viscosos de sabores irreales que brotan de mágicos manantiales, eterna juventud para libar de pezones gigantescos, colores y sonidos hipnóticos, un caos de paz, miembros que se inflaman hasta reventar de placeres olvidados a otros miembros, una calamidad sin tregua, eso nos gusta, eso nos complace, mientras tanto aferrados a los barrotes de nuestro dodecaedro, nos observan espantados y envidiosos desde fuera, nos ven gritar de placer insoportable y a causa de esos exquisitos sufrimientos que como nadie tú sabes proporcionarme, maldita seas, dame más, nos temen y nos odian, y nos compadecen y se aborrecen por su cobardía, a ese o a ese o a ti, le miro y dejo los ojos en blanco, una imagen fantasmal, lanzo un alarido agónico y estallo en

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ningún pedazo hacia adentro, mis cosas salen volando e inundan conciencias, sí, estoy enfangando paladares hasta hoy intactos, ahora sí viene hacia a mi, esta corrupción extrema es un extremo orgasmo no carnal también, mi cabeza gira sobre si misma, una vuelta, dos, tres, un remolino desbocado, mi lengua se estira como un largo y fibroso tentáculo, agarro a un incauto y lo acerco a mi boca, lo parto en dos y me lo como, mientras mastico sus extremidades ríe exhausto, escupo su hígado que se va reptando en busca de otro huésped, mi cabeza deja de girar, estoy empapado, no queda público, me lanzo a una piscina de cuerpos en movimiento y me uno a ellos, es el momento de recuperar fuerzas en mi nuevo hogar, una imperceptible corriente me arrastra, miles, millones, infinitos cuerpos en una majestuosa danza, sin música, sin ritmo, pero sin duda inacabada, faltas tú, un último pedazo de carne para completar este cuadro del delirio. Aquí estoy yo, un ser trisexual, ambidiestro, poli toxicómano, neurótico y omnívoro, aquí estoy en esta prisión, no soy feliz, no soy infeliz, solo no soy yo, soy un poco de cada uno de ustedes, nada más.

Bonito verdad, este cuento lo escribí cuando estaba enamorado, me imaginé enamorado para siempre, siempre, poco duró el siempre, el caso es que ya me veía con una recua de niños agarrados de la mano, camino al parque, escribí este cuento para mis futuros hijos, un padrazo, si señor, hubiera sido un padrazo. Afortunadamente todo fue un sueño. Ya ven ustedes, esta penosa existencia mía se ha visto plagada de momentos memorables, otros brutales, siempre tiernos, angustiosos, placenteros y la mayoría nublados a causa de una conciencia no hallada, como la mayoría de las existencias, ¿verdad?

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CAPITULO XIV (Bis) Soy del país donde las sombras no necesitan cuerpos, la mía en particular tiene mujer y cuatro hijos, todos ellos sombras por supuesto, a veces le digo mi sombra que se venga conmigo a tomar unas copas, necesita distraerse, pero siempre me dice que no, va a echar unas horitas extras en el trabajo, pobre sombra, acabara de pagar la hipoteca cuando se jubile, mi sombra a veces se lamenta, cuando bebe más de la cuenta explica historias de cuando era más joven, de ese viaje que hizo, de esa novia que tuvo, aventuras y desventuras, felicidad e inocencia, cuenta que no sabe cómo pero que le engañaron sin darse cuenta y que ahora está jodido, dice que ya no puede hacer nada, que es por sus hijos, pero mi sombra sabe bien qué es una excusa, sabe que la verdad es otra, sabe que ya no tiene valor, así es mi sombra, una sombra más, ni mi sombra, ni sus hijos, ni los hijos de sus hijos pasarán a la historia. Yo también.

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CAPITULO XV He perdido el hilo, tanto divagar, tanto mostrarles confiadamente mis entrañas ha hecho que no recuerde por donde iba, estoy cansado, no lo puedo negar, necesito descansar, descansar, cierro los parpados, imagino una vida distinta, una vida en otro cuerpo, en otra mente, otra vida lejos de la que me ha tocado vivir, sueño, que mis demonios ya se fueron y no volverán, sueño que la vida se me escapa entre los dedos, sueño que no necesito soñar en una nueva vida, quiero dormir, no quiero despertar, pero no tengo el valor suficiente, lo admito no lo tengo, soy tan cobarde que solo puedo continuar.

Volví a casa de mis padres, me instalé, no les hizo mucha gracia verme aparecer, sonriente, con una mano delante y otra detrás, sin oficio ni beneficio, un bueno para nada como decía la santa de mi madre, un aprendiz de todo y maestro de nada, eso me gusta, como decía mi padre, en fin, me metí en mi cuarto y solo salía para comer y para cagar, estuve seis meses recluido, meditando, cuando salía ya fuera para una cosa u otra siempre era con una sonrisa de oreja a oreja, radiante, no pretendía ser una sombra de mal humor, aunque siempre lo tomaron como una provocación, no era esa mi intención, o tal vez si, que importa, conversaba en la mesa de cosas locas e intrascendentes, ya saben del tiempo, del fútbol, de la política, contaba algunas cosillas de mis aventuras, a pesar de mostrarme risueño siempre la cosa acababa en bronca, mi cara permanecía intacta, pero se bien que mis ojos se encendían, en fin, mis viejos no me querían en casa, esa es la verdad, todo estalló un buen día, me desperté sobre las dos de la tarde y decidí hacer un hueco en mi estomago antes de comer, mi viejo no había vuelto de su honrado trabajo de pringao en una ferretería, cuando salí del baño, con mi eterna sonrisa, y volví a mi cuarto encontré a mi madre hurgando en mis cosas y con las bragas de mi ex (completamente acartonada después de recibir millones de corridas) en la mano, me miró con un odio feroz, me excité,

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me dijo que era un puerco, un depravado, que no había cambiado nada, escupió en mis amadas braguitas, y dijo que irían a la basura como aquel conejito, sentí como crecía entre mis piernas un gigantesco obelisco de hormigón armado, cerré los puños y le di cuatro ostiones que la dejaron sin conocimiento y con la nariz y el labio superior roto, el resto de esta historia ya la conocen, en cuanto a mi padre en el momento de abrir la puerta de casa, ¡zas!, martillazo, tiene gracia toda la vida trabajando en una ferretería para morir de un martillazo, fueron jornadas de duro trabajo, de sudor y sangre, hice estragos con esos cuerpos, y con el mío, adelgacé más de cinco kilos durante ese mes de pasiones desenfrenadas, cada vez que creía desfallecer, resurgía cual fénix armado con un ariete, y vuelta a la carga, tal vez me debería haber administrado mejor y la cosa hubiera podido alargarse un par de semanas, las novatadas se pagan.

Pensando en el infeliz de mi padre, toda una vida de trabajo para nada, escribí esta historia de un jubilado, tu mismo dentro de treinta años, espero les guste, como ven no me dejo nada, les muestro en toda su obscena y sucia desnudez mi alma.

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CAPITULO XV Bis Este es el relato del pobre Augusto, un jubilado que en sus tiempos mozos trabajó muy duro como segador y después de carpintero, hasta anteayer, entonces recibió las triste noticia que no cobraría su merecida jubilación por no se que cuestión de papeles perdidos y años no cotizados.

ESTAMOS EN PAZ

Ensangrentado, empapado en sudor por el terrible esfuerzo, tensión, y al fin nada, una nada que no presagia buenos acontecimientos, ¿qué más da?, no hay vuelta atrás y tampoco quiero volver, este es mi camino y no me arrepiento, casi me alegro, estoy orgulloso de haber llegado hasta aquí, tranquilo, mis manos se aferran con fuerza al presente, el pasado un asco y el futuro no existe, esos pedazos de carne tirados por el suelo me animan, me alegran, y la hoz y el martillo, esos fieles amigos, han respondido con dureza cuando lo pedí, sin dudar, no me han fallado, sin preguntar porqué arrancó de un solo golpe la mandíbula a ese desgraciado, no hablará más, no mentirá más, su palabra dejó de ser ley, ahora es solo un montón de carne inerte, y las piernas de ese que trataba de huir, corriendo como un perro, aullando de terror, de un certero tajo, ya no tiene piernas, y como siga gritando se quedará sin cráneo, ya se lo he avisado, y la mano de ese desgraciado que trató de coger el teléfono, ahora el teléfono y su mano ha dejado de existir como entes independientes, tiene gracia la cosa no se bien distinguir donde empiezan y donde acaban, una masa amorfa de carne y cables y plástico y sangre, una especie de ser biónico que ha dejado de funcionar, ha tenido suerte se ha desmayado, ¡se acabó!, te lo avisé, te dije que no gritaras, estropeas estos momentos de reposo, intento gozar de la escena y me estás jodiendo, pon tu cabeza, sí, aquí en la mesa, eso es, no te dolerá, prometo ser rápido, no me falles amigo, levanto el brazo y descargo con fuerza el golpe 46

liberador sobre el cráneo de este engendro, ha reventado como una sandía, ha puesto todo perdido, ahora si, que silencio, esta apestosa oficina se ha convertido en mi refugio, un remanso de paz, mi paraíso particular, mi reino, aquí soy dios, aquí soy la verdad, aquí soy la justicia. Caramba, se me ha abierto el apetito, a ver que hay de comer en esta asquerosa oficina, a ver de que se alimentan estos sucios parásitos, a parte por supuesto de nuestro sudor y nuestra sangre, ahora hay mucho sudor y mucha sangre aquí, pero no, ya no sois capaces de sangrarme, estáis acabados, sanguijuelas, ahora soy yo el que se alimenta el que tiene hambre, y me voy a comer vuestros almuerzos, a vosotros ya nos os hace falta ¿verdad?, ¿cómo?, ¿qué me dices fiel amigo?, ¿Qué acabe con esa liendre inconsciente?, claro que sí, te has comportado honorablemente y satisfaré esta tu petición, levanto una vez más mi brazo y siego, siego y corto, un cuerpo desecho, otro más, suma y sigue, ¿estás contento?, ¿si?, yo también, ahora a comer, busco entre las cosas de estos infames, en los cajones, en los armarios, solo hay unos sándwiches de pan integral con una cosa dentro, una cosa sin sabor, que asco, basura, basura, mierda y más mierda, sus cabezas llenas de mierda, malditos hijos de puta os voy a reventar, esto me ha hecho enfadar, al próximo que entre por esa puerta lo pagará, bueno al menos uno de estos canallas tenía una naranja, ¿de quién sería?, es igual, es dulce y jugosa, el sándwich este a la puta basura, ya se, es una cosa de esas sin sal, baja en calorías, sin grasa, sin sabor, sin nada, pan integral relleno de nada, está buena esta naranja, entra alguien, un trajeado, no me falles ahora amigo, necesito de tu buen hacer, rápido como el rayo descargo un certero golpe en las costillas de este cadáver, ya era un cadáver antes de entrar por esa puerta y no lo sabía, cae al suelo, vaya ahora no puedo sacar el martillo, se ha quedado atascado, estiro, los huesos crujen, este trajeado, no grita, solo tiembla, tirado en el suelo, le clavo la hoz para hacer más fuerza y lo vuelvo a intentar, ya cede, un último tirón, el martillo vuelve a ver la luz arrastrando tras de sí pedazos de carne y hueso, eres libre de nuevo amigo, ¿lo estáis pasando bien verdad?, son como un chiquillos, juguetones y despiadados, este apestado 47

respira con dificultad, le haré un favor, a pesar de todo soy un tipo generoso eso no se puede negar, cualquier otro se sentaría a observar la lenta agonía de este trajeado, pero yo no soy así, vuelta al trabajo como en los años mozos, toda una vida trabajando y ¿para qué?, nadie me lo agradece, ingratos, tomad vuestro merecido, ¿acaso pensabais que no me daba cuenta?, no soy ningún estúpido, pero ya es demasiado tarde para vosotros, y demasiado tarde para mí, y aquí está el resultado de tanto tiempo de humillaciones, me he dejado llevar por el entusiasmo y de tanto golpear he roto varias baldosas del suelo, siempre he sido así, lo que hago lo hago bien, la sangre se mezcla con el sudor y me gotea por la nariz, me miro al espejo, solo puedo ver mis ojos, el resto de mi cara es rojo, un rojo brillante, sonrío, mis dientes aparecen más blancos que nunca por el contraste con la sangre, alguien entra, no es nadie, solo una víctima como yo, está paralizado, me mira, no habla, no se mueve, no respira, trae un papel en la mano, le pregunto que quiere, dice que viene a pagar, extiendo la mano sin soltar la hoz, en la otra esta mi martillo aún con trozos de carne enganchados, me da el papel, lo rompo, le digo que ya está, su deuda está saldada, le pregunto si quiere algo más, dice que no, adiós y que tenga un buen día señor, le digo, y le dejo ir, adiós y gracias, me responde, no había necesidad de que conociera a mis compañeros de fatigas, ¿verdad?, ese es como yo, una victima más, estoy cansado, me sentaré, un poco de agua, un cigarrillo, que bien viven esta gente, cómodas sillas, despachos soleados, trabajando sentados, ordenadores, decidiendo por nosotros sobre nuestras vidas, no me conocen y saben bien lo que me conviene, papeles y más papeles, dinero, siempre piden más dinero, siempre impecables, y los demás empapados en sudor, con dolores de espalda y con el corazón hecho trizas, ¿pero ellos que saben de todo esto?, nada no saben, ni quieren saber, ¿para qué?, es más fácil así ¿verdad cabrones?, pero esto se acabó, ha llegado mi momento y ya habéis empezado a pagar por vuestros manejos, por vuestras perrerías, oigo pasos, se acercan, ha llegado la hora de la verdad, me levanto, estoy preparado, entra el primero, lleva su arma en la mano y casco, golpeo en la frente, 48

cae, tiene convulsiones, no tengo tiempo de rematarlo, se me acaba el tiempo, entra otro, corto, se desliza y le rebano un brazo, puerco me ha disparado, mi mano, han volado tres dedos, y la hoz ha caído, a este lo remato, no me falles ahora mi fiel compañero, perforo el casco de un certero golpe, es un muñeco de trapo, el tercero, ven con papá, tengo una sorpresa para ti, me ha disparado en el hombro, otro disparo, en la pierna, estoy listo para descargar un nuevo golpe en la sien de este perro guardián, otro que cae, remato al primero con un martillazo en el esternón, no te lo tomes a mal, es por tu bien, así dejarás de sufrir, no hace falta que me des las gracias, disparos como cañonazos, en el otro brazo, adiós mi amigo fiel, mi martillo, mi compañero de estos últimos momentos cae al suelo, rebotando, el ruido metálico es una hermosa sinfonía, otro disparo, sale sangre de mis estomago, una fuente roja brota de mi interior, caigo, otro disparo en el hombro, cabrones a ver si apuntamos joder, a la cabeza, de rodillas caigo hacia atrás, me duelen las piernas, me rodean, están de pie, me miran, de una patada me dan la vuelta, no puedo moverme, a lo lejos veo la hoz y el martillo, me apuntan a la cabeza pero ninguno dispara, cierro los ojos, las voces se apagan, se vuelven como murmullos, como ronroneos, una canción de cuna, dormir, descansar, oscuridad. Hoy en el ministerio ha sido un día trágico, un infierno, un perturbado ha acabado con la vida del ministro, un subsecretario, un funcionario y tres agentes de operaciones especiales del cuerpo de policía. Augusto pasará sus últimos años encerrado en un centro psiquiátrico a cargo de la seguridad social y no faltará quien diga ¡ya esta bien hombre, a este lo mantengo yo a cuerpo de rey con mis impuestos!.

Decidí no hacerme viejo, creo que lo he conseguido.

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CAPITULO XVI Estuve diecinueve días y ya saben cuantas noches encerrado en casa observando el cadáver de mi mami, cuando el hedor empezó a ser insoportable y un tanto sospechoso, un par de vecinas de esas que están por todas partes y meten el hocico donde no debieran, ya saben ustedes a que me refiero, digo, cuando vinieron a preguntar por mis padres y a que se debía ese extraño olor, entonces creí oportuno abandonar este sagrado lugar, este templo del placer y el horror, el hogar, la puta lata de sardinas donde transcurrió buena parte de mi infancia, un cuarto piso sin ascensor, a estos arquitectos que diseñan zulos así me gustaría intercambiar con ellos unas palabras, ya saben, mejor dejamos el tema, mejor, me enciendo con extrema facilidad, ya me van conociendo. Durante esta breve eternidad de encierro voluntario, tuve tiempo de meditar, entre paja y paja, que fueron muchas, ya lo creo, hice un exhaustivo repaso a mi vida, breve, pero intensa y extraña existencia, a veces me sentaba como esos tipos, ya saben los fakires, y permanecía siglos sin pestañear, intentando ver algo, algo mágico, algo divino, nada, siempre al final me entraban ganas de mear o de hacerme una paja, pensando en las delirantes escenas de la deliciosa agonía de mi madre, total que adelgacé cerca de quince quilos, pasé hambre la verdad, devoré las pocas cosas de comer que había en la nevera, incluso se me pasó por a cabeza comerme a mi madre, pero preferí ver amoratarse e inflarse su cuerpo por los efectos de la descomposición, tuve tiempo eso sí, de escribir lo que considero es mi puta obra maestra, hasta ahora había cagado breves relatos y algunas infamias poéticas, pero esto comenzó siendo algo distinto, si un verdadero relato, un verdadero libro, una historia surrealista, una creación tan formidable e incomprensible como todo lo mío, el último día de estancia en este agujero, la verdad es que comenzaba asfixiarme, sentado en el water, completamente desnudo, pajeándome una y otra vez, durante dieciocho horas seguidas, por favor les pido se hagan cargo del esfuerzo sobrehumano al que estoicamente me sometí, no es moco de 50

pavo y reclamo su atención ante ello, las consecuencias fueron dolorosas y visibles y gratificantes a la vez, llagas en mi trasero y quedarme más seco que la mojama, les pido lo valoren en su justa medida, extraordinario, pues bien en esas dieciocho horas antes del mi partida definitiva de ese lugar de ensueño, escribí la verdad, si la VERDAD con MAYUSCULAS, la verdad universal de mi existencia, no pretendo ser pedante y por eso digo de “mi” existencia, y aviso el que quiera entender que entienda, el que no, perdóneme pero que le den por culo, no me importa, se bien que dentro de doscientos años esto será una nueva Biblia y sino lo es, será la Biblia de los nadies y de estos estará el mundo lleno o vacío porque nada y nadie quedará, a mi ahora mismo ya me da igual. Incluiré este texto, relato, libro, manuscrito, mierda, dentro de mi testimonio, es largo, muy largo, el que lo quiera leer, que lo haga, y el que no, me da igual, no quiero ser grosero, ni violento, pero no aceparé burlas nacidas de la ignorancia, por tanto a los idiotas que hay muchos, tú puedes ser uno de ellos, no, seguro eres uno y de los mejores, te aconsejo, huir ahora y ver la televisión, o irte a dormir, un último detalle después de esas largas y atormentadas y gozosa horas sentado en mi trono, lo que quedó en el fondo tenía vida propia, era dios lo que salió de mis esfínteres y mi miembro, una mezcla de mierda y semen, el hijo del hombre.

Después de mi victoria salí de la casa, dejé la puerta abierta y me marché a un parque de atracciones, compré una bolsa de palomitas y me monté en la noria, quería ver las hormigas desde lo alto, desde muy alto, y grité como un poseído, unos alarido infernales desde lo más alto y desde lo más bajo de mis intestinos, y reí con unas carcajadas provenientes de un pozo de locura provocado y deseado, era el único, el extraño, el ambiguo, y aullé:¡ HIJOS DE LA GRAN PUTAAAAAAAAAA! . La noria bajó, el populacho me abría paso y me perdí, me perdí.

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CAPITULO XVII No estoy seguro, si continuar con mis tremendas aventurillas o soltar de una tacada el sumum de mi creación literaria en estos momentos, permítanme un breve descanso para valorar los pros y contras de una u otra decisión, déjenme solo unos instantes, son ustedes muy amables, serán unos breves momentos, prometo no hacerles esperar, necesito ir al baño, no, no quiero miccionar, ni defecar, que finura ¿verdad?, necesito entregarme a los placeres de Onán, ¿qué son ustedes tan ignorantes que no saben de que hablo?, bien, entonces para esta demostración, cojan paraguas o abran sus bocas, como decía después de esta exposición sobre el pecado de Onán, les explicaré si aún es necesario, aunque lo dudo, quién era nuestro amigo Onán.

¡Ale hop!, con una mano, con la otra, lástima no tenga conmigo las bragas de mi ex amada, cierren los ojos, abran las bocas, perdón, disculpen, he perdido por unos breves instantes el norte.

Les explico algo sobre el tal Onán: Era feliz en la masturbación (no es el único ¿verdad pillines? Al principio probó con mujeres, pero se percató de inmediato de que nada había similar siquiera en gozo a la solitaria autocomplacencia. Durante años derramó su semilla al estímulo de sus manos, hasta que un día perdió ambas en un accidente laboral. Sobreponiéndose a la tragedia, ejercitó con los pies hasta conseguir llegar con ellos, indistintamente, hasta su miembro, de modo que pudo continuar con su placentero y perfeccionado tocamiento. Dos años después, una herida mal curada le provocó una gangrena que obligó a amputar el pie derecho, y apenas unos meses más tarde cortaron su pierna izquierda, destrozada por las mordeduras de un perro. Lejos del abatimiento, contra viento y marea dedicó todo el tiempo libre del que gozaba, y debía ser mucho, a intentar doblar el torso lo suficiente para poder llegar con la boca al pene. ¡Lo consiguió! ¡Alabado 52

sea el señor!, y el placer fue todavía más intenso, pero al poco tiempo se le cayeron todos los dientes, y un cáncer se le llevó la lengua, y los labios se le llenaron de llagas que no cicatrizaban. En la misma época se quedó ciego. Ordenó entonces que le extirparan el ojo izquierdo, y durante meses ejercitó su cuerpo para salvar la distancia de 5 centímetros que todavía separaban su pene y la cuenca vacía. Me cago en Dios una y mil veces, que necesidad, que derecho tenía vuestro infame y cruel Dios a complicar la vida al bueno de Onán, ahora que, no sabía ese Dios con quién se las jugaba, con dos cojones, claro que si. Un fenómeno este tío, hoy día seguro habría triunfado, sería un ídolo de masas, una fuerza de voluntad realmente ejemplar, perseverancia sin parangón, un ejemplo a seguir si señor, me descubro ante usted Don Onán.

Antes de continuar debo añadir que después del episodio con mis progenitores y el parque de atracciones, fui inmediatamente puesto en busca y captura, aquí comenzó realmente la matanza por la que se me juzga, sin duda fue un error dejar la puerta de mi casa abierta.

Paso a mostrarles mi obra, mi relato, mi encíclica, espero gocen con su lectura como yo gocé al escribirla, se titula “UN DIA MAS”.

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CAPITULO XVI Jesús Gracias mamá Umm! Joder, ya es la hora, hace frío, animo tío, arriba, venga, como te quedes dormido la has cagado, ya no te despiertas en seis meses, que van a decir en el trabajo? Otra vez tarde, que sea la última vez, venga que tenemos parada una sección, las máquinas dos y tres te están llamando a gritos, a ver como recuperas estos seis meses. A la mierda. El suelo debe ser de hielo, pero debo llegar al baño como sea, dios parece una misión casi suicida. Recapitulemos, son las seis de la mañana, eso ha gritado el maldito despertador como si fuera un energúmeno, así que debe ser verdad, hace frío, ya me lo he repetido mil veces, hasta mis huesos se han enterado, y me tengo que levantar, visto, he recapitulado y estoy como al principio, tapado hasta las orejas. Arriba de una vez. Y como un campeón me pongo a mear con los ojos cerrados, estoy hecho un hacha, si señor, este tipo de hazañas cotidianas son dignas de ser comentadas en las tertulias televisivas y publicadas en el dominical de cualquier periódico que se precie. ¿A ver abro un ojo o no? Venga si, se que la luz me va a hacer mucho daño, pero lo haré, debo hacerlo, tampoco es cuestión de poner todo perdido, y para completar la faena, me lavo la cara con agua fría, masoquismo en estado puro, destilado, quien puede ser capaz de tales crueldades consigo mismo sino alguien como yo, que le vamos a hacer, quiero pensar que así me espabilo, pero de eso nada es un shock pero a los dos minutos o menos vuelvo a estar dormido, todo el día estoy dormido, creo que llevo casi treinta años dormido, ¿treinta o trescientos? a veces de tan viejo que me siento no estoy seguro del todo.

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Siguiente paso: vestirme, me rió yo de Ulises y su odisea, si lo comparo con esta triste aventura y la desdicha que me acompaña durante el proceso. Los calcetines ya me los puse, sino quien se atreve ir hasta el baño, vale que me castigue, pero no quiero morir, al menos no así, desnudo, congelado a medio camino entre mi cama y lo desconocido, ¿qué pensarían los que descubrieran mi cadáver? ¿Y mi madre que diría?, que extraña sensación, por eso siempre me pongo los calcetines, no hay mas que hablar, ¿el motivo de que no me vista antes de salir de la habitación? Pues no se, son este tipo de cosas las que nunca tienen una explicación razonable, ni siquiera una explicación no razonable, hay misterios que es mejor no desvelar. Aquí es donde empieza la odisea y el drama, con estos pensamientos sentado en el borde de la cama, desnudo y con los calcetines puestos mientras se me cae el moco, a veces llego tarde al curro porque me disuelvo en el espacio-tiempo durante semanas enteras hasta que vuelvo a esta realidad y localizo en el montón de ropa, que cada noche acaba tirada en el suelo, los calzoncillos o slips como dicen los que están al día de estas cosas, claro que los míos deben ser calzoncillos y a veces degeneran a gallumbos, si, vamos no me cabe duda que todo va degenerando poco a poco, cuando los compré haceeee… mmm… ¿cuanto hace?, no me acuerdo, es igual, eran slips, después de seis meses pasaron a ser calzoncillos y hoy por hoy son gallumbos, en seis meses más: trapos de cocina, yo reciclo, a lo que voy, ¿qué hago me los cambio o no? Snif, snif, bueh, aun aguantan quince o veinte días más, total nadie me va a ver, entonces vuelven pensamientos sobre mi muerte y decido cambiarme, la buena de mi madre, nunca se sabe, venga que hoy va a ser un gran día, me cambio de calcetines también, a ver si por cambiarme voy a palmar, que absurdo, lo que me faltaba por oír, ¡¡y continuamos para bingo!!, claro que si, que no se diga, y toda esta ropa al montón de la ropa sucia, a ver que tengo en el armario, buscamos un pantalón, me digo a mi mismo, estoy optimista,

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radiante, eufórico, jajajajaja, me descojono de risa yo solo, toma ya, tranqui tío, centrémonos, el armario, el pantalón, este no, tampoco, este hace años que no me lo pongo fijo que no me cabe, debería haberlo tirado hace mucho, tengo que hacer limpieza y poner de paso un centenar de lavadoras, veo que no tengo muchas opciones, solo tengo una, el montón de la ropa sucia, mierda, mira que soy gilipollas, tan contento que estaba hace dos milésimas de segundo y ahora hundido en la miseria por un puto pantalón, lo de la camiseta y el jérsey ni me lo pienso, a por el de ayer, doy gracias al creador todopoderoso por haberme concedido la gracia de tener un calzoncillo y unos calcetines en condiciones, de no haber sido así no se que hubiera podido hacer, menuda tremenda catástrofe de la que me he librado, el caos y recién levantado, casi nada, bien, bueno, ahora que estoy lúcido, si lucido, muy lúcido estas tú, me digo, vaya atorrante que estoy hecho, jajajaja, la verdad es que soy un elemento de cuidado, una calamidad, pero con estos golpes de suerte que hacen que no pierda del todo la fe en uno mismo, en cualquier caso revisaremos esta misma tarde como tenemos de surtido el cajón de calzoncillos y calcetines, soy valiente pero no temerario, no me la vuelvo a jugar, y esa lavadora va a echar humo, el montón de la ropa sucia y el de montón de la ropa muy sucia van a desaparecer por completo, hoy mismo, lo juro, hoy va a ser un gran día después de todo, punto y final, se acabo, bueno venga que se te hace tarde, espabila machote, me enfundo el pantalón, tiene un par de lamparones, pero bueno voy a currar no a la recepción de señor embajador, ¿o no? Además es un pantalón oscuro y si no te fijas no se ven las manchas y ¿quién es tan absurdo de ir fijándose en los pantalones de nadie?, yo desde luego no voy de este palo por la vida. Levanto las persianas a ver si hace mucho o muchísimo frío, de noche no se ve nada, debe hacer muchísimo frío, una camiseta, de manga larga que abriga mucho, y el jersey. A desayunar, la nevera vacía, normal, la cafetera está en marcha, bien, la leche, joder si solo hay dos gotas en el cartón, ni para un cortao, paso, me voy a bar de la esquina, a 56

por un café con leche y un par de sobaos, de paso que me preparen un bocadillo para el curro, el pan que tengo está mas seco y duro que la mojama, también normal. Nota mental: comprar leche, pan y unas birras. Un café con leche y dos sobaos, le digo al José, el barman, o camarero, a veces me da por estas tonterías, del Bar Pepe, es un buen tipo, tiene mucha vida, muchos años detrás de la barra aguantando a toda clase de gente y sin perder la compostura, aunque se le ve cansado, nunca aprendió a hacer un buen café con leche, sabe raro, es un poco aguado y el café tiene cierto gusto a quemado, pero bueno a estas horas no hay nada abierto, me sabe a gloria la verdad, los sobaos son buenos todo hay que decirlo, estamos los mismos de siempre, yo al sobao y los otros al sol y sombra, hace frío. ¿Como va todo José?-le digo como cada día, hablar por no estar callado. Ya ves, aquí como cada día. El tío me lee el pensamiento. Hace frío hoy, poca gente a estas horas. Estamos todos. ¿Hoy trabajas? Es San Zurullo. Pues si, me toca ir hoy y da gracias. Este hombre es un fenómeno, tiene razón, estamos todos, los mismos personajes a la misma hora, los mismos ojos cansados de ver las mismas caras, la misma nada, son quince minutos de letargo frente al café con leche, en silencio, tratando de animarnos con conversaciones sobre fútbol, el tiempo, política, arreglando el mundo, cada uno arregla su mundo a medida, nada, semi dormidos, semi despiertos, aletargados, cansados antes de empezar. ¿Tienes pan para un bocata?-le pregunto ¿De qué lo quieres? ¿El pan es de hoy? Si hombre si, ¿de qué el bocata? 57

De queso y una latita de cerveza.-Una cervecita es indispensable para un almuerzo en condiciones, está prohibido beber en horas de trabajo, pero una lata o dos no es beber. Mientras prepara el bocadillo, sin muchas ganas, la verdad, acabo los sobaos, saco un cigarrillo, joder el último, a comprar tabaco, ¿a ver cuanta pasta tengo?, pues si qué vamos bien, no se si me llegará para el tabaco, el café con leche, los sobaos, el bocata, las cervezas y para un par de cafés en la máquina de café de la fábrica, bueno si no me llega, le pago a José todo a la tarde, si eso será lo mejor, no puedo ir por la vida con los bolsillos llenos de nada. Le pido fuego a uno que esta a mi lado, hace siglos que nos vemos a estas horas y no se ni como se llama, la verdad es que tampoco me importa, me da fuego y me recreo con el humo del cigarrillo, intento hacer círculos con el humo, no me sale, nunca me sale, cualquiera que me vea alucinará con la estampa, un tipo poniendo unos morros ridículos y sacando humo por la boca cual chimenea medio atorada, me rió de mi mismo, eso es importante ¿no?, ser capaz de reírse de uno mismo, incluso de tonterías insignificantes como esta. Apuro el cigarrillo, las últimas caladas, esto es una señal, o me doy prisa o llego tarde. ¿Qué? ¿Como va ese bocata?-le digo impaciente, cuanto tiempo ha pasado, unos minutos, una vida. Aquí lo tienes y la lata. Oye José, estooo, te pago esta tarde, pensaba que tenía dinero pero voy con lo justo, ayer no pasé por el cajero y ya ves, pensé que me quedaba más. Vale, no te preocupes. Gracias hombre, esta tarde después del trabajo paso por aquí. Me acerco a la máquina de tabaco y saco un paquete, le quito el plástico y me lo guardo en el bolsillo. 58

Voy a lavabo, debe ser el único bar del mundo con bidé en el baño, en fin misterios, hecho una meadita, y mientras me lavo las manos me miro al espejo, instante, durante la millonésima parte de una fracción de segundo no veo a nadie, no estoy, no soy, después veo a un perfecto desconocido que me mira a los ojos, me lavo la cara, yo soy de nuevo, todo eso soy y no soy yo. Al salir todos me miran y dejan de mirarme, depredadores que detectan el movimiento. Pido un vaso de agua, agua del grifo, sabe a algo que no es agua, será mejor que me vaya ahora mismo. ¿José tienes una bolsa para esto?- No voy a llevar el bocata y la lata de cualquier manera, ¿no?, que menos. Toma- me dice. Venga José me voy que llego tarde al tajo, hasta luego. No te canses chaval. ¿Qué no me canse?, tiene gracia la cosa, es un buen tipo, pero con unas ocurrencias que tocan mucho los cojones, ¡ahí te quedas!

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José

Al otro lado de la vida

Pepeee otro sol y sombra, que me voy. Ya vaaaa. Este la palma antes de fin de año, muchos como este he visto empezar con el café con leche y acabar con el sol y sombra. Los años de duro trabajo, el frío y las penas matan más que el sol y sombra, el anís y seis mil carajillos juntos. ¿Cuánto tiempo llevo aquí? Muchos años, si, ¿cuánto hace que estoy solo?, más todavía, desde que murió mi Angélica, nada ha sido como antes, me hice viejo más rápido y el bar se vino abajo, esos boquerones, esas patatas, los callos maravillosos, mejillones, sepias, carnes en mil salsas, tortillas de cosas a veces locas, pero siempre riquísimas, todo lo preparaba con tanta gracia, era la admiración de todo el barrio, nunca hubo tanta gente en un bar como entonces había en el Bar Pepe, de eso hace mucho tiempo ya, ahora cafés, carajillos, cervezas y muchas, muchas copas, un bocadillo de tanto en tanto para algún despistado como Jesús, lo tengo descuidado, no demasiado sucio pero si descuidado, no me importa, dos años más y cierro el chiringuito, eso si no me muero antes, me da igual, ya no me queda nada más por hacer, nada por ver, nada por sentir. Luego cargaré la nevera de cerveza y a ver si viene el del vino que se está acabando, por lo demás tengo de todo, ahora que nadie me pida cosas muy finas, que aquí no tengo, es un bar de barrio, para gente de barrio, gente que no sabe de finuras, el coñac es coñac, no tengo brandy, hasta ahí podíamos llegar, politiqueo. Luego vendrá la María me traerá la comida de hoy y barrerá un poco, desde que se fue Angélica, siempre me cuida ella, nunca llegamos a más, pero siempre me ha cuidado

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bien, ella lo ha pasado mal, como yo, como todos, una vida dura y demasiado larga a veces. Tengo hambre, un cafecito y unas magdalenas, el café desde que me quedé sólo jamás me ha salido bien, no me gusta mi café, claro que nadie nunca ha dicho nada, igual soy yo y no el café lo que no me gusta. Bien cargado, queda mucho día por delante. A ver que se debe por aquí. Lo de siempre hombre, siempre pides lo mismo y siempre preguntas cuanto es. Si, ahí te lo dejo, hasta mañana. Cuatro copas en media hora y al andamio, si señor, tochanas y mortero, porque este de pico y pala nada de nada, no está el hombre ya para darle al pico y la pala, me contó que le operaron hace poco de no se que, está fatal, pero sus cuatro copas cada mañana no se las quita ni Dios, hasta que reviente, reventará trabajando, sí de la hernia le operaron, de tanto mover sacos de cemento, y la espalda desecha, y la cabeza, y el corazón, y el mortero y las copas, se caerá del andamio y este no sobrevivirá, no aprende, no, su futuro lo vio en Macario pero como si nada, está ciego. Recojo la copa, el periódico, el cenicero y limpio con un trapo su recuerdo. Venga Pepe, ahí te dejo eso, me voy que llego tarde. ¿Tarde? ¿A dónde? Me pregunto. Qué sea leve, hasta mañana.-Le digo. Hasta mañana.-Me responde. Otro que tal baila, café para espabilarse con coñac para relajarse, carajillos, uno tras otro, ¿cuantos le habré servido desde que le conozco?, no hay calculadora capaz de hacer la suma, faltan números, bien calentito pal cuerpo que hace frío, y al taxi, joder con el pestazo a coñac, suerte que tiene una mampara de esas y los del asiento de atrás no se enteran sino nada más subir se bajaban, ahora que siempre presume de que en mas

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de treinta años como taxista no ha tenido nunca un accidente, ya, pero lo que no dice es que estuvo dos años sin licencia, le pillaron llevando a una familia al completo al zoológico totalmente borracho, como no cabían todos atrás, el marido de la mujer y padre de las cuatro criaturas se tuvo que sentar delante, a su lado, al abrir la boca, la primera

bocanada le delató nada más preguntar ¿A dónde?, el cabeza de familia

escandalizado le hizo parar el coche, bajaron todos asustados, venga urbanos de un lado a otro, a soplar, el coche parado, y la familia, con los crios llora que te llora, en autobús a casa, se acabó el zoo, y él gritando que en más de treinta años al volante nunca había tenido un accidente, hubiera pagado por ver la escena. Pero bueno le devolvieron la licencia pagó las multas correspondientes, ahora ya no recoge a familias numerosas, puso la mampara y usa ambientador en el coche, asunto solucionado, ha aprendido la lección, esto no le vuelve a pasar. En fin, a cualquiera que le cuentes no se lo cree, ¿o sí? Bueno ya sólo queda uno de los tres mosqueteros, en medio de la barra, como siempre, el último de cuba, ahí está, mirando la copa, con sus pensamientos, solo en el mundo, solo con sus recuerdos, no tiene prisa, no trabaja, la larga enfermedad, muchos le envidian por no tener que trabajar y dicen que cualquier día hacen como él, un poco de cuento y a vivir. ¿Otra copita? Está con los ojos abiertos, pero dormido, entonces despierta, mira su copa, me mira. Está vacía.-Dice perplejo.-Pon otra. Le sirvo, vuelve a mirar su copa, en silencio, un cuerpo, está pero no está, le falta poco para ser invisible, para desaparecer por arte de magia como desaparece el ponche. A esperar, esperando, nunca he sabido bien qué o a quién, solo algo que cambiara mi vida, que le diera un nuevo rumbo, que me hiciera estremecer y sentir, abrir los ojos y saber quién soy, que hago y que debo hacer, algo que me hiciera pertenecer, que me 62

hiciera formar parte de algo aún mayor que yo mismo, pero no, siempre esperando, ocupándome de cosas insignificantes, importantes para mí pero nada más, todo perdía importancia al darme cuenta de esta verdad, nunca fui capaz de influir y nada de nadie me influyó a mí, unos límites muy bien delimitados los de esta estrecha existencia mía, un rinconcito imperturbable las cuatro paredes de mi cabeza. El milagro de la vida pasó de largo esta vez. ¿Pero de que hablo? Desde que me quedé solo me hablo estas cosas, antes no, siempre fuimos felices a nuestra manera, ella en los fogones y yo en la barra, animando al personal y cantaba las canciones de mi pueblo los sábados a la noche cuando la parroquia estaba a punto, creía ser feliz, nunca pensé que pudiera faltarme algo, lo tenía todo. Aquello ya pasó, esperar y recordar. Paso el trapo por la barra sin pararme delante del hombre invisible, la copa ya esta vacía pero no le digo nada, a ver si se da cuenta, no lo hará, puede estar horas sin moverse, a veces pestañea, nada más. A esperar, que pase el tiempo, solo eso, que pase el tiempo, el dolor hace de un minuto un año y yo que ya no siento nada a veces pienso que voy a ser eterno. Ha pasado una hora, este sigue en silencio, mirando a la nada. Aquí llega el profeta del barrio, es político, filósofo y crítico de la época actual, en definitiva un payaso que para todo tiene opinión, desde el partido de fútbol, pasando por lo problemas éticos y morales de la sociedad y los tiempos que nos han tocado vivir hasta la boda de cualquier fulana con el marqués del botijo, se define así mismo como un HOMBRE. Sabe mucho de la vida y de la muerte, un primo segundo suyo por parte de madre se tiró por la ventana del piso donde vivía con sus padres, tenía treinta y ocho años, se tiró desde un sexto, un sexto de altura y ¡sin ascensor!, vaya locura, dicen que tardó treinta y ocho minutos en estrellarse contra el suelo, ya es casualidad, mientras caía fue parando en todos los pisos, los del quinto dijeron que tenía la mirada hueca, los del cuarto le vieron llorar, los del tercero reír, en el segundo se tomó su última copa y 63

se fumó un cigarrillo, en el primero pidió perdón y al aplastarse contra el suelo su sangre escribió estas palabras: “A LA MIERDA”.La moraleja de este drama no la sabe más que el muerto. ¿Qué va a ser?-le pregunto Un té rojo-responde el muy cabrón. No soporto a este tío. Drogas aquí no. Pues me pones un copón de cazalla. Bueno eso está mejor, un té rojo me dice, no te jode. El que faltaba, ya tenemos completo el circo, “el poeta” como le dicen los cuatro chalados que le hacen caso o el “peota” como le llaman otros o el “Apóstol” como él mismo se califica, este si que es un caso, hasta vinieron unos de no se que televisión a hablar con él, se marcharon a los cinco minutos espantados. ¿Qué vas a tomar Apóstol?-le gusta que le digan Apóstol, nunca he visto nada igual. Un coñac. El peota no bebe nada que no tenga alcohol, aunque tampoco lo necesita en realidad, no necesita evadirse, de por si ya vive en otra dimensión. Hay que tener cuidado con este sujeto, su locura es muy contagiosa, hasta a mí se me ha pegado algo, creo que en realidad he vivido muchas de las cosas de las que habla, ahora que lo pienso no tengo claro, se que ya me falta poco, y no se si he vivido mi vida o he tomado prestados trocitos de vida de los demás, supongo que así son todas las vidas, pedazos de otras vidas que si hay suerte y encajan entonces nos imaginamos felices, y cuando no, se rellena esa nada del puzzle de la vida con cosas, algunos con anís y otros con más vidas, apretando y apretando hasta hacerlo reventar, intentando engañar al tiempo, ocupando el tiempo, ocio y soledad insoportable, padeciendo de uno mismo, matando el tiempo, muriendo en vida. Esto es lo que digo la locura del peota es la peor 64

de todas, es una locura contagiosa. Hola Maria-Ya ha llegado. Hola José, ¿cómo estás? Como siempre, tranquilo. ¿Quieres un café? Sí, ya lo preparo yo. Es una buena mujer, está preparando dos, uno para ella y otro para mí, estos detalles son de agradecer, siempre tiene estos detalles a cambio de nada y eso es más todavía de agradecer. Está sola, su marido se marchó con otra hace mucho y sus hijos también se fueron, algún día se vendrá a vivir aquí conmigo, no es que la quiera pero nos necesitamos y eso a veces es mejor que el amor, los dos sabemos que nos necesitamos, el amor verdadero no sabe de necesidades, pero las necesidades siempre nos acompañan, es mejor llamar a las cosas por su nombre y después no tener que odiar. Después del café se pondrá a barrer, estos desgraciados ni la mirarán, uno porque no está y los otros porque están en su mundo, saben mucho pero lo que no saben es que el mundo, la vida es esto, ni más ni menos. Sí vendrá a vivir aquí conmigo.

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Maria

Nunca es tarde

Nací hace media eternidad en un pueblo con cuatro calles, ocho casas, una iglesia, un cuartelillo abandonado, sin escuela y con mucho campo lleno de nada, fuimos ocho hermanos, cuatro murieron y los otros cuatro nunca debimos haber nacido, el hambre hizo que nos odiáramos los unos a los otros, en cambio mi padre siempre me quiso demasiado desde muy pequeña mientras mi madre miraba al cielo y tapaba sus oídos con rezos, y dejé de ser una niña cuando era muy niña aún, y a pesar de ser ya muy vieja me dolió hasta hace poco, como digo cuatro de mis hermanos murieron: uno al nacer este tuvo suerte, otro de hambre, de frío y de tantos bichos como tenia dentro, otro se ahorcó con los arreos de una mula que nunca tuvimos y el último murió al matar a mi padre. Los otros cuatro hermanos huimos cada uno en una dirección dejando a mi madre en el centro, sola, huimos para no vernos jamás y tratar de olvidar así quienes éramos y de donde veníamos, sin importarnos a donde íbamos. Joven me casé y siendo joven todavía mi marido me dejó por otra aún más joven, no de cuerpo y si de alma, no le culpo, siempre dijo que acostarse conmigo era como acostarte con un cadáver, de fría y rígida que era, le sudaban las manos igual que a mi padre, nunca me atreví a contarle la verdad por temor a que me dejara y al final , seguramente, por no contarle la verdad me dejó, en cualquier caso en este poco tiempo que estuvimos juntos me hizo dos hijos, después tuve otro, se fue y me quedé con los niños, los crié trabajando mucho y muy duro, se hicieron mayores y se fueron a vivir su vida, tampoco

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Les culpo, es la ley, así debe ser, ellos no se han ido cada uno en una dirección y yo en el centro y eso me alegra, mi maldición morirá conmigo. Vengo todos los días a ver a José, es un buen hombre, el día que le conté como le sudaban las manos a mi padre lloró conmigo y no soltó ni un momento el trapo de cocina, a él le sudan las manos también pero ya no tengo miedo, eso le dije, de todas formas siempre tiene el trapo a mano. Nos hacemos mucha compañía, barro el bar, preparo la comida y nos quedamos hasta las tantas hablando, entonces a veces le cuento cosas, cosas tristes y el me canta canciones de su pueblo para alegrarme, muchas veces amanecemos en el bar, en silencio, hablándonos con los ojos, hablándonos con pequeñas sonrisas, hablándonos con alguna lágrima, entonces siento que soy feliz, pequeños instantes de felicidad que no recuerdo haber tenido hasta que le conocí, son instantes que llenan una vida entera. Lo nuestro no es pasión, somos viejos ya para eso, no sé si es amor, solo sé que estamos bien juntos, y eso es suficiente, no necesito poner un nombre o un adjetivo a lo que siento, ¿para qué? Y aquí estoy barriendo por cuarta vez el bar, pensando, pensando en los tres queridos que estuvieron conmigo desde que mi marido me dejó, nunca funcionaron bien las cosas con ninguno de los tres, entre otras cosas por eso de mi frialdad, y porque, creo yo, se notaba mucho que buscaba alguien que me ayudara a criar los niños, pedía mucho yo y también ofrecía mucho: dos hijos, así sin más, sin comerlo ni beberlo; ninguno de los tres fue capaz de soportar tanto amor de golpe. Al primero lo conocí donde trabajaba, era el encargado del grupo de chicas que clasificábamos pistachos según su grosor en el almacén de pistachos, un hombre con un cargo de responsabilidad, bien situado, ideal para mí, sobre todo porque era como unos veinte años mayor que yo, eso pensé, pero resultó todo lo contrario, ya se había pasado

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por la piedra a la mitad de la plantilla, todas ellas con los mismos pensamientos que yo, duré con el encargado más que las otras chicas, porque este pensaba que me hacía la difícil, hasta que descubrió que yo era así: fría y rígida; entonces se acabó, y se acabó el trabajo de clasificación de pistachos también. El segundo Venancio, entonces el nuevo padre de esta parroquia, acababa de llegar, era joven entonces y tenía grandes dudas existenciales, decía él, pensé que un hombre con estudios podría sacarme de la miseria en que vivía, pero el maldito lo único que hizo fue darme otro hijo, que nunca reconoció como suyo, a mi y tres más mujeres más, según cuentan las buenas lenguas, todos ellos de mujeres casadas, para él como no era viuda seguía casada a los ojos de su dios, un extraño hombre este, se daba terribles azotes cada vez que estábamos juntos, para expiar los pecados decía, al final le dejé, me estaba volviendo loca, además siempre tuvo la cara dura de culparme por sus deslices. Al final él también lo vio claro ¿dónde podía encontrar un trabajo en el que no pegara ni golpe? Continuando de cura y así lo hizo. El chico de Venancio es mayor y vive bien, es director de un importante banco, no se acuerda nunca de mí, pero no importa mientras él sea feliz. Por último de vuelta al primero, casi treinta años después apareció mi marido, le presenté a sus dos hijos, nunca les oculté la verdad a ellos, no hubiera estado bien, pero los chicos tal como le dijeron hola le dijeron adiós, ¿qué otra cosa podía esperar?, nada supongo, eran ya mayores, con sus problemas, con su vida y no estaban entonces para los reencuentros felices y dramáticos de películas de esas lacrimógenas, que te hacen reír y llorar y pederte y todo a la vez, bueno estuvo quince días en casa, fue el plazo que le di, me dijo que siempre me había querido, que nunca dejó de pensar en mí y en los niños, que sentía mucho lo ocurrido y patatín y patatán, no es que sea rencorosa, nunca lo he sido, siempre preferí simplemente olvidar es lo más fácil y menos doloroso, pero

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tenerlo en casa era como estar con un perfecto desconocido que además traía malos recuerdos y esto era un poco absurdo, además había vuelto porque no tenía donde caerse muerto, nada más, jamás se acordó ni de mi, ni de los chicos, ni de nadie más que de él mismo, quince días después le pedí que se fuera, rogó, imploró, suplicó poder quedarse, que me amaba y esas cosas, ¡no!, treinta años después es demasiado tarde, le dije que fuera a ver a sus hijos, a ver si le acogían, no he vuelto a saber de él, supongo que nunca fue a verlos, temía la respuesta. ¡La de vueltas que llega a dar esta vida! ¡Y cuantas veces va para atrás! Después nada, hasta ahora. Ya no tengo deseos, ni ambiciones, no tengo nada que olvidar porque todo está olvidado ya, igual por eso estoy bien, tranquila, sin miedos, sin esperanzas pero con la seguridad de que todo lo que venga será bienvenido, de todas formas, a veces, unas mariposas revolotean en el pecho cuando José y yo hablamos sin hablar y a pesar de que son momentos de felicidad, son momentos también que me hacen temblar y sentirme segura e insegura a la vez, feliz por lo que tengo y desdichada por lo que puedo perder, extrañas sensaciones, como nunca antes había sentido, y ¿si fuera lo que todos llaman amor? Ay, si me pidiera quedarme con él, ni un segundo lo dudaría, le cogería de las manos, tiraría el trapo bien lejos, le miraría a los ojos y le besaría, estaríamos juntos hasta el fin, el fin está cerca ya, ¡que más da!, estos último años llenos de alegrías compensarán toda una vida de tristezas. Le voy a preparar una rica comida hoy, se lo merece, es un buen hombre y yo después de todo creo que soy una buena mujer. ¡Todo está bien! ¡Nada más importa!

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Apóstol

Tatuado y perverso Sí, YO soy el APOSTOL, conozco lo de arriba y lo de abajo, lo de dentro y lo de fuera, se que tienes en tu corazón y en tus intestinos y en los de los que están cerca y lejos, porque todos somos iguales, se bien que te duele cuando dices que te duelen las muelas, yo si lo se, se que tu despecho no es despecho sino miedo, prefieres ser odiado a no ser nada, se como no hacerte reír, basta con preguntar ¿qué quieres?, y todo se acabó, los más dirán que quieren ser felices, imbéciles, ¿y qué quieres para ser feliz?, la tontería: salud, dinero y amor, yo se como hacer felices a los otros: eliminando a estos. ¿Y quienes son los otros?, los que saben que la felicidad no existe. Se como hacer que te pegues un tiro en tu vacía cabeza mientras me lo agradeces y a la vez me envías a tomar por culo sin tan siquiera abrir la boca, llevo muchos suicidios a cuestas, el primero en la cruz, los siguientes al nacer y al morir y cada uno de ellos me hizo peor, soy la prueba de que dios ha muerto o esta loco y sólo estás tú y si esto no te basta para volarte los sesos, quizás debas empezar a volárselos a los demás, te lo agradecerán, les libraras de una lamentable existencia. Me dicen radical, ¿yo?, para nada soy radical, en realidad no vale la pena, ni el valor del plomo valen, es mejor diseccionarlos en vida, observarlos y de tanto en tanto agitarlos y que vomiten por el mareo, entonces parar y que sigan metiéndose sus dosis de mierda, si hay suerte alguno de estos animales se dará cuenta que lo es y peleará, la guerra está perdida, pero ya no será feliz y eso es la gran victoria. Los que no me temen, me observan, les muestro mi cuerpo, en mi piel llevo tatuada su verdad y entonces me llaman impúdico y monstruo, sátiro y pecador, me gusta pecador,

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los buenos me llaman pecador, malditos sean los buenos, esos buenos, que como otro peota de pro dijo: “deberían acelerar el paso para marcharse a su cielo y librarnos de su pesadilla, ¡crucificaos los unos a los otros!”, o algo así. En mi cuerpo están tatuados las palabras de la vida y de la muerte y sin pudor dejo que lo lean, desnudo me exhibo a los lectores, profeta de la desnudez del cuerpo y del alma me dicen, no saben cuantos fueron quemados, encerrados en manicomios, cuantos se aniquilaron y cuantos se levantaron desde hace milenios al leer estos versos. Me gusta sentirme desnudo, me gusta sentirme leído, me gustan los ojos de la locura y me gusta que los que sobreviven me inviten a beber hasta perder el conocimiento e imaginar entonces nuevos versos y nuevos cuerpos donde tatuar la verdad. Estas son mis entrañas:

El comienzo acabó y el fin no ha hecho más que empezar. El gran círculo vicioso en el que estamos inmersos se está cerrando Y ya es imposible detener el ejército de sombras que surge de nuestro interior Y amenaza con aniquilarnos. Aterrorizados, locos por el miedo, corremos, atrapados en la rutina, Buscando una salida solo conseguimos chocar con nuestros reflejos. Dentro de un millón de años y en la estrella más lejana de cualquier universo aún se contará la leyenda de una raza que se extinguió devorándose a si misma sin darse cuenta que la única salida era volver a su propio interior.

¿Y si nos viéramos actuar un solo día tal como creemos ser? Probablemente nos negaríamos en más de una ocasión, Y vomitaríamos hoy lo que comimos mañana.

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Un solo segundo de claridad fue suficiente para comprender el significado del mensaje Que nadie quiso entender. Entonces cruzó las puertas que el conocimiento había puesto en su camino. Y dirigió su hasta ahora pérdida mirada al centro mismo de su ser. Y descubrió que tenía un alma que siempre creyó perdida. Y descubrió que siempre había estado allí. Tan cerca, tan lejos, más o menos entre los intestinos y la entrepierna.

El que este libre de pecado que tire la primera piedra. Alguien la tiró, otros le siguieron, y aún no hemos parado. A pedradas seguimos, Ponte un casco y continúa abriendo cráneos.

No temas la muerte. Todos moriremos, No importa cuanto sino como se vive.

Gritos de pánico oídos por nadie que producen carcajadas. Risas sin sentido salidas de la peor de las locuras, Palabras encadenadas que no dicen nada, Todo vomitado por sombras que caminan por esas calles, Que a veces alguien consigue iluminar Prendiendo fuego a todo lo que es capaz de arder.

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Recuerdas lo que nunca hiciste, Y además te arrepientes de ello, Tu sufrimiento es poco, mereces más.

Soy aquel ángel que viste caer esa oscura noche, Entre ardientes espinos que herían mi carne y mi corazón, El dolor se transformaba en ira y rabia, Y me envolvía en las amargas sombras de la soledad, Tú sanaste mis heridas y borraste mis cicatrices, con tu vida, Solo tú pudiste devolverme las alas y así de nuevo volver a volar. Maldita seas gracias a ti me volví a estrellar.

Un amigo, Un hermano, Confidente y confesor, Un dios, Un YO. Eso debes ser.

Mañana serás como fui yo ayer.

Si después de toda esta basura has sido capaz de aguantar las nauseas, si has sido capaz de digerir tanto vómito o eres un loco o eres de los míos, no se que es peor, mírate a los ojos y decide, entonces te enseñaré mi culo, en él está tatuada tu fe:

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En un lado: Cristo Mahoma

En el otro: Buda Visa

NEMA. De mi culo salen tus plegarias, tus anhelos, tus miedos, lo que más amas y lo que más odias, tu alimento, tifones que renuevan y agitan tu ser, no lo dudes acércate, no temas lo peor que te puede pasar es que caigas fulminado al ver tu nacimiento, porque todos vosotros creéis ser engendros salidos de Él. Toda esa bazofia llevo tatuada en mi cuerpo, mi cuerpo no es mío, mi cuerpo no existe, yo no existo y tú tampoco, sólo existen mis tatuajes, eso soy yo, y ese yo es el que escribe su propia historia, ¿y tu yo a qué se dedica?, el resto es accesorio, es un medio para el fin. Cuando acaban de leer les digo: El Apóstol se marcha, puedes seguirle, a su paso deja un rastro de sangre cuajada y de tinta seca y trozos de piel y carne, ten cuidado de no resbalar y romperte la crisma., a mi no me importará. Y ellos responden: Vete peota del mal, vete y déjanos con nuestra paz, preferimos caer en nuestra nada a caer en tu todo, tu verdad es la verdad pero la nuestra es mejor, la nuestra duele más porque es una verdad falsa y el dolor será recompensado.

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Así sea entonces id y estrellaos, id y padeced, y si queréis sufrir más no lo dudéis yo os azotaré mientras me masturbo y no será necesario que me deis las gracias con veros sufrir tengo bastante. Eso les digo y ellos huyen como alma que lleva el diablo, sus diablos les llevan a su sueño, a su pesadilla del día a día, a su felicidad. Les veo correr y estampar sus cabezas contra los muros que levantaron, eso les reconforta y tranquiliza, es su penitencia por acercarse al abismo, entonces me río y grito palabras y juramentos en extrañas lenguas ya olvidadas y ellos tapan sus oídos con la palabra de su dios, me enfurezco y orino en sus símbolos y en sus manos, empieza el suicidio colectivo ante tanto horror, estamos de suerte, más que se van al cielo. Aquí tenemos al HOMBRE, habla mucho pero no sabe nada, busca palabras y más palabras para catalogar la nada, le gustan las palabras, le gustan las orejas, necesita miles, millones de orejas para sus palabras, sin orejas él no es, se alimenta de lo que entra por tus orejas, aquí está buscando palabras elocuentes, palabras que te despierten, que te atonten, palabras que te hagan ser él, quiere que le admires, que le adores, que le digas que tus orejas son para él, que te quedes mudo, porque sus palabras son las tuyas. Palabras encadenadas que no dicen nada, pero no es capaz de verlo, las palabras se las llevan mis huracanes, solo permanecerá su sangre, pero él teme eso, teme la sangre, me teme pero aún así me sigue, se está suicidando sin saberlo y yo no se lo diré hasta que haya muerto. Hoy está radiante, eufórico, está completamente borracho, y yo no tardaré en estarlo también, mientras hablo él bebe, mientras habla él bebe, bebe hasta con la boca cerrada, vive y bebe, bebe y muere, eso me gusta, por eso le animo a seguir bebiendo, cuando mueras te haremos una corona no de flores sino de orejas, orejas de buenos que serán condenados por ser buenos a soportarte durante toda la eternidad.

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La verdad no sabe hablar, no necesita de orejas. La verdad sabe que el peota no quiere orejas, quiere estómagos, vísceras y vidas y las respuestas son espasmos caóticos, en el silencio de la carne y la sangre. Escucho sus palabras y traspaso su pecho con la mirada. Bebe, bebe y revienta ese será tu triunfo, esa será tu victoria y tu legado.

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Hombre Pobre hombre El HOMBRE está vivo y se está muriendo, el HOMBRE no encuentra hombres, no habla a los hombres, no hay más, está solo, es un monólogo para sordos, orejas que deberían dármelo todo y que están llenas de falsas verdades, llenas de mierda, llenas de deseos de recibir cosas agradables y adulaciones, quieren ensancharse para alojar más porquería, y se ensanchan, ya lo creo que se ensanchan, haz la prueba y habla bien a tu vecino sus orejas crecerán hasta engullirte, habla mal de su enemigo y sus orejas te amaran, las orejas son amantes exigentes, habla una pequeña verdad y te despreciarán, las cicatrices en las orejas nunca se cierran del todo. Mis palabras lo dicen todo, definen tu mundo, tus mundos, sin problemas, depende si quieres entender, ¿quieres saber algo sobre tus mundos? ¿Si? Pues escucha: Ético, filosófico, mítico, épico, fálico, romántico, megalítico, alcohólico, fatídico, lógico, críptico, melancólico, spidico, pacifico, cólico nefrítico, impúdico, despótico, democrático, amniótico, maniático, catastrófico, mágico, mecánico, tecnológico, rústico, básico, apático, ilógico, simpático, anémico, aséptico, alérgico, automático, psicotrópico, apocalíptico, antibiótico, físico, biológico, atómico, cúbico, catatónico, óptico, espasmódico, hipnótico, colérico, sintomático, fantástico, cadavérico, anatómico, paradójico, elíptico, escolástico, histórico, logístico, ascético, mímico, patriótico, bélico, platónico, futbolístico, amnésico,

esotérico, sicótico,

pedagógico,

traumático,

cíclico, lésbico,

mediático, patológico, ansiolítico, mesozoico, armónico, famélico, sádico, lúdico, úrico, anímico, macarrónico, caótico, pélvico, psicológico, político,

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demagógico, simbólico, numérico, alfabético, crítico, cínico, eufórico, público, púbico, parapléjico, estético, plástico, poético, gótico, práctico, católico, fanático,

matemático,

neumático,

teórico,

camaleónico,

asmático,

endémico, epidémico, bíblico, escéptico, erótico, exótico, escatológico, arsénico, paralítico, atlético, perico para el mañico. Mejor paro, no sea que te revienten los sesos y me acusen de infanticida. Si sabes más arrodíllate y deja que el Apóstol te las tatúe en la frente. Dentro de dos vidas si me he recuperado buscaré palabras con –ismo o –ista, también hablan de otros mundos. El Apóstol, me invita a beber y me invita a callar, él apuesta por el silencio, apuesta por hacer, yo apuesto por que hagan otros, bebo y callo, callo y otorgo. Salud-le digo al Apóstol. Pústulas-me contesta. Caramba, aquí llega la puta, la invitaré a beber y a ver si ella me invita a que la coma, no trae buena cara hoy, no importa es una puta y yo soy el HOMBRE, dejaré que me cuente sus penas y a ver si hay suerte, estoy sin blanca. Pero como te iba diciendo , hoy día y teniendo en cuenta siempre los antecedentes históricos ampliamente documentados por numerosos y variados cerebrines, parece obvio afirmar que el ser humano, considerado desde una visión global y no excluyente, se puede clasificar uniendo caracteres, historia, filosofías y rasgos antropomórficos de la siguiente manera, señalando además para pavor de muchos y admiración de cuatro, en una sola palabra su definición, su defunción: Negros: animales. Blancos: criminales.

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Árabes: Negros y Blancos. Sudamericanos: el eslabón perdido. Asiáticos: conejos. Siempre hay casos a parte como los yanquis y los yonkis que son un extracto de lo peor de cada especie. Apóstol, ¿me estás escuchando? No. Bueno continúo. ¿Y tú que tienes fe en el hombre? ¿Acaso te crees un dios? Hemos creado un dios a imagen y semejanza del hombre, un dios imperfecto. Me cago yo en tu arrepentimiento, se un hombre, paga y no te arrepientas. ¿Estás ahí Apóstol? No pierdo detalle, muy educativo, creo que estoy teniendo una erección. El hombre cree y no cree en el hombre. Prefiero a mil malos que a un solo idiota, este es el individuo más peligroso, te puede destrozar y además esperar que le des las gracias. De repente ayer lo vi claro Apóstol, te lo juro, estamos solos, cuando estoy solo estoy solo y cuando estoy rodeado de gente, de energúmenos, estoy más solo todavía, no me oigo ni a mi mismo entre tanto cacareo de falsas esperanzas en sucios dioses, en esos políticos que no son mejores que tú o yo y si son mucho peores, en que llueva, en que no llueva, en ganar el partido del domingo, en que la suerte llame a tu puerta, esperanzas en encontrar a alguien, en que alguien les encuentre, en ser querido, todo mentira, es lo único que tenemos para no seguir siendo hombres. ¡Otra ronda Pepe! ¡Y otra más! ¡Hoy reviento!

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Recuerdo cuando era crío, mis padres, el colegio, mi barrio, mis amigos ¿cuándo estalló esa burbuja? Con ella se desintegró mi alma. ¿Y tu Apóstol fuiste niño alguna vez? Yo lo sigo siendo ¿no lo ves? No temo mostrarme tal cual soy, en cuerpo y cuerpo me muestro, pues el alma nunca existió y los que corren al ver mi desnudez, esos perros si dejaron de serlo y muchos quizás nunca lo fueron, nacieron viejos, en los úteros de las perras que los engendraron ya envejecieron, así se alimentaron de viejos prejuicios, viejos miedos, viejas verdades y viejas mentiras, carne vieja para carne vieja ¿cómo podrían crear algo nuevo? Bebe y ahoga a los perros. El otro día pensé en los orígenes del hombre y sus cosas por ejemplo la rueda y el fútbol, ambas cosas tienen un origen común, a saber: una cabeza cortada. ¡Imposible! Las cabezas son cuadradas, en cambio los cojones no, con las cabezas se levantan muros y por los cojones muere el pez. Bebe e infla tus cojones. Sí, los inflaré para la puta, ahí está comiendo, bebiendo, esperándome, quiero su cuerpo y su desilusión, ahogaremos juntos a los perros, mientras nos asqueamos, ella a mi y yo a ella, mientas nos amamos. La destrozaré, le diré que la quiero y ella me odiará por eso, pero no importará nos seguiremos amando, sudando y despreciándonos, despreciando todo. La dejaré preñada y parirá un monstruo de dos cabezas una se alimentará de perros y la otra de corderos, se los ofrecerán en sacrificio los nuevos sacerdotes en ceremonias bañadas por la sangre de las primeras menstruaciones de vírgenes con el clítoris amputado y con tendencias suicidas, todo al ritmo de los tambores y los gruñidos de buenos sin lengua. Será maravilloso.

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Le cuento mis planes al Apóstol y hace un gesto como bendiciéndome mientras se toca. Está en paz. Me acerco reptando, silencioso, invisible, a la puta, acaricio su pelo con mi sombra, se que le gusta el anís y llevo ya mil copas en el cuerpo, le suelto un tremendo eructo en la cara, el huracán de mi deseo la despeina, le ofrezco mi lengua, estoy excitadísimo, está desnuda ante mi y ella lo sabe, me mira y continua comiendo, mierda esto no estaba en mis planes, suponía que sacaría su lengua para que la chupara, insisto, le digo que voy a orinar, me dirijo al baño, espero que me siga, cierro la puerta sin pestillo y me pongo a mear, que mala puntería, espero, me miro al espejo y dos figuras borrosas me sonríen, una sonrisa forzada, espero, me siento en el bidet y espero, intento mear otra vez, ni gota, ¡no me hagas esto puta!, ¡tenía tantos planes para los dos!, tiemblo y sudo, sudo y tiemblo, tengo arcadas, me siento en el bidet, la odio, le pediré que se case conmigo y viviremos siempre juntos. ¿Cuánto llevo esperando? Millones de eternos segundos, salgo y desde el marco de la puerta del infierno en que se ha convertido el baño, la llamo a gritos con una mirada terrible, llena de ternura homicida, el matrimonio será el crimen perfecto ¡No está! ¡La muy puta no está! ¡Me ha dejado plantado en el altar! ¡Puta te quiero! ¡Te mataré! No quiero ver al Apóstol. Maldito sea, no dice nada, no pestañea, solo sostiene su copa medio vacía en equilibrio sobre el dedo del amor, no necesita hablar, sabe que yo se que el sabe que soy un mierda, me siento, intento hacer el equilibrio con mi copa sobre mi dedo y se me cae. El Apóstol ruge, me está matando, me devora las entrañas, lo tengo dentro y me destroza. Lo siento-digo

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Apestado eres y serás, rompe mil copas o date mil latigazos, lo siento no es suficiente, ¿no hablabas antes de arrepentimiento? Pon mil copas-le digo a Pepe Si vas a hacer el imbécil ni una más-responde Silencio, doloroso silencio, no puedo con el silencio ese es mi problema tengo que hablar. La muy puta me ha jodido-digo Si, tu madre te jodió y nos jodió a todos cuando te cagó en este sucio mundo.sentencia el Apóstol ¡Cabrón!-rabio Bebe.-me dice Pon dos copas Pepe, pero ya-digo impaciente Patético, grábatelo tu mismo en la frente, con mi fuego.-el Apóstol da por finalizada la conversación. Ahí viene el Macario, con una pelota en la mano, pobre infeliz, ha estado mucho tiempo encerrado y sigue igual, pide una limonada con pajita, saca unas galleta y se pone a jugar con la pelota, bota que te bota, este ya dejó de sufrir y padecer, ni los recuerdos le atormentan. Pobre inocente-le digo al Apóstol mientras señalo con un gesto a Macario Culpable-me dice sin moverse Se acabó, me largo, no lo soporto más, ya he tenido suficiente por hoy. Pago las miles de copas que no he roto y me voy. Me largo Apóstol. Apura la copa y corre, te esperan-me dice A este cabrón no hay quién lo entienda.

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La puta Quiero un pony rosa El amor está entre mis piernas, es un amor profundo y rosado, salado y húmedo, a veces es un amor contagioso, debes cuidarte, si te infectas de amor nadie volverá a amarte. Muchos me han amado, pero nadie me ha querido. Amor de urinario. Amor a golpes. Amor de vuelta. Amor de perros. Amor sin besos. Amores como puños. Son los tuyos, los recibo de ti. Gano poco y gasto mucho, tengo todos los vicios, hasta el de querer creer que me quieren. Todos habéis bebido de la fuente que mana de entre mis piernas: tu padre, tu madre, tus muertos y tus hijos algún día lo harán, estáis sedientos de lo que no tenéis y de lo que sois, abrid las bocazas, sacad la lengua y calmad vuestra sed. Mi miseria la llevo pintada en mi cara, la vuestra está oculta tras un anillo y unos símbolos. Y eso no os lo perdonaré, con la mano con que te santiguas piensas en mí, con la lengua con la que recibes a tu dios bebes de mí, por eso quiero follarme a tu dios y contagiarle de mi vida.

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Hoy ha sido una mala noche, demasiado trabajo, demasiadas manos, mi piel se ha vuelto dura como el cuero, seca, todo mi cuerpo esta seco y duro, todo menos la máquina, que está chorreando, engrasada. Necesito algo para taparla y evitar así que salgan los monstruos, necesito un mar templado para que entre en mí y borre estos pegajosos recuerdos. Pero después, ante todo necesito algo que comer, algo que beber y algo para olvidar esta sucia noche. Pepe un bocadillo de lo que sea y tres cervezas. Ahí viene este desgraciado, no le he visto al entrar, es un guarro en la cama y en el water y eso me gusta, pero no lo soporto, pero ¿qué coño hace? Me ha eructado en la cara, anís, que cabrón, sabe que me gusta, me saca la lengua, ¡que hambre tengo!, se la arrancaría de un bocado, pero no, sigo a lo mío, el bocadillo y las cervezas, se va a mear, bien, acabaré de comer tranquila, me estoy meando también pero no puedo ir al baño, me están esperando allí, es una emboscada, pago y me voy, salgo del bar, aquí entre estos dos coches, que alivio, esperaré al Hombre, le daré una lección, no tardará en salir el Apóstol acabará con él en dos segundos y vendrá a mi como un perro con la lengua fuera y dispuesto a olerme el culo, hoy no me ducho, él limpiará mi máquina, A veces, me acuerdo de Rosa y como murió, después de todo tuvo suerte y su agonía terminó pronto, lástima tanto que trabajó para su operación y total para morir sin ver cumplido su único sueño, arrancarse lo cojones de cuajo, que perra vida esta. Hola Macario, ¿cómo estás guapo? Bien, ¿has visto a la Rosa? Hoy no, si la ves dale un beso de mi parte Le daré muchos besos. Muy bien, buen chico, pórtate bien ¿vale?

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Si, me he portado muy bien, mira me han dado unas galletas y dinero, voy a comprar una limonada, ¿vienes conmigo? Venga, acompáñame. No puedo, espero a alguien que me quiera. Yo te quiero. Ya lo sé y yo a ti también te quiero, pero no puedo, ale hasta luego. Adiós. Macario, siempre fue un canalla borracho, pegaba a su mujer y a Rosa, hasta que tuvo el accidente, Rosa estuvo con él hasta el fin, de tan cabrón que fue este Macario no merece este final, es demasiado piadoso. Pocos quieren querer, en cambio todos queremos ser queridos. Estoy cansada, pero no quiero estar sola, esperaré y dejaré que me haga, me dejaré hacer y deshacer, todo por dormirme con alguien al lado, aunque justo antes de cerrar los ojos sabré que he de despertar sola. Quisiera, algún día, no volver a despertar sola o eso o no despertar jamás. Si, algún día me acostaré para no levantarme más, estoy muy cansada, desde hace mucho guardo junto a la mesita de noche, junto a la cama, el remedio para todos mis males, pero todavía no soy lo suficientemente cobarde como para hacerlo, pero las fuerzas me flaquean, cada día más débil, tanta dureza me ha hecho frágil. Hecho en falta soñar, hace siglos que no sueño y ¿si los sueños vienen solo cuando se tiene algo en que soñar?, ya no me quedan sueños, estoy seca, no tengo ganas, solo tengo demasiado tiempo. Ya sale el tontito, saca espuma por la boca, está furioso, el Apóstol lo ha crucificado. Te estaba esperando-le digo ¡Corre, te esperan! ¡Cabronazo!-farfulla ¿Qué?, venga vamos-insisto ¿Por qué lo has hecho?

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Déjalo, vamos. Te quiero ¿Qué? Te quiero. ¿Pero de qué cojones hablas? Ven conmigo. ¡Ya basta! Te quiero. Esto no puede estar pasando, si hay una sola persona en el mundo que no quiero que me quiera es este imbécil, ya no puedo más, ¿por qué ha tenido que hacerlo?, debía amarme, no quererme, ¿qué necesidad tenía?, no lo soporto, que asco, la mierda de vida que me ha tocado vivir, ¡se acabó! ¡Eres un puerco! ¡Debías follarme, nada más! No te vayas ¡mala puta te quiero! El rimel chorrea por las mejillas, voy corriendo, corriendo, la gente me mira y se aparta ¿quién es esa loca? Se preguntan, irá drogada o algo peor, se murmuran unos a otros, no saben nada, se me ha caído el bolso, no importa, ya nada importa, mi casa, quiero llegar a mi casa, a mi habitación, a mi cama, las pastillas, ¿qué hice mal?, ¿en qué momento se torció mi vida?, Rosa espérame ya voy, mis pastillas de colores. ¿Dónde estoy? Todo ha cambiado, mis manos, mi ropa, soy una niña, la máquina es una flor, hola Rosa ¿eres tú?, ¡eres una niñita! Que guapa, ¿dónde estamos?, ¿en casa?, ¿me puedo quedar contigo?, jugaremos juntas, me portaré bien palabrita del niño Jesús, dame la mano Rosa solo quiero jugar y reír y saltar y cantar, cuantas niñas, es todo tan hermoso y no hay niños, que bien, cuantas muñecas y cuantas flores y ponis de color rosa, vamos a jugar con esa mariposa ¡Qué te pillo!, mira los pajaritos vienen a comer

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de mi mano, que lindo, ¡uy! una margarita: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, ¡me quiere!, que bien, que hermoso sueño no quiero despertar. Espera un ratito Rosa, ahora no quiero jugar, tengo sueño, voy a dormir, quédate aquí a mi lado, para que no tenga miedo, tengo sueño, mucho sueñito…. ¿Eso qué es? No quiero biberón, déjame, no, no vete por favor, no me gusta, esa cosa blanca en el biberón, tiene vida propia, se mueve y late, Rosa ayúdame, no quiero beber, no me gusta, por favor no me obligues a beber, no, ayúdame Rosa, no me dejes, por favor, no, la flor se ha marchitado, mi pequeña flor tiene dientes y muelas, es una máquina y tiene hambre ¿qué me pasa?, ayúdame por favor, tengo mucho miedo, Rosa abrázame, no me dejes ir, no me dejes. Ya responde, despierte señora, despierte ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? No se preocupe ya esta a salvo ¡No! No quiero, no quiero despertar. ¡Malditos seáis!

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El culpable

¿Te cuento un secreto? Siempre me pasa lo mismo, cuando mi cabeza y mi boca hablamos mucho, sin parar, a la vez, hablamos, hablamos, al final me duele, me duele la frente y me duele la panza, no un poco más arriba de la panza, creo que alguien vive dentro y a veces quiere salir, pero hay cosas que duelen más como cuando los chicos se ríen, primero juegan pero después siempre me pegan y acabo siempre sucio, por suerte esta a mi lado Lázaro, él dice que vende la suerte, pero los otros le dicen gafe, yo no se que es gafe, él es bueno asusta a los chicos, está siempre sentado su silla es muy bonita, tiene ruedas, yo quiero una, a veces me lleva a su casa, es pequeña y hay cosas sucias por el suelo, luego me da de comer y después me acuesta con él, y hablamos y me cuida y jugamos y después dormimos, me despierto de noche y me voy, me voy a mi casa, allí me espera la Rosa, ella es muy guapa, sólo la veo cuando vuelvo de casa del Lázaro, cuando se hace de día y hace frío, siempre duerme todo el día, parece triste, muchas veces vienen sus amigos, sus amigos no son malos, pero se burlan de mi o a lo mejor no, no se, se ríen ,se ríen mucho, tanto que a veces dan miedo, como yo, y después se duermen, son raros, se ríen mucho pero están tristes como la Rosa, cuando me levanto y me voy de la casa le doy un beso pero ella no se da cuenta, trabaja mucho toda la noche para darme de comer, yo la quiero mucho y también la cuido, paso todo el día en el mercado, saco las basuras de las tiendas, y las cajas vacías y barro con la escoba que me deja mi amigo Tomás, me gusta mucho estar con Elvira me da galletas y pan, a veces les llevo las bolsas de las compra a las señoras que van al mercado y así me gano mi dinerito, un día de vuelta al mercado me perdí pero no tuve miedo, ese día me encontré mi secreto, había mucha

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basura y gente rara, como la Rosa y sus amigos, miran pero no ven, dos me quisieron quitar mi dinerito pero no me dejé, a uno le corté con mi secreto, ahí si me asusté, pero estuvo bien, fue tan emocionante, me hice pipí encima, no le conté a nadie lo que pasó, yo se bien como guardar un secreto, a nadie le digo lo del Lázaro, cuantas cosas veo desde aquí, la gente tiene muchas historias y aventuras, las señoras con sus hombres, el bar y el fútbol, todo el mundo estudio fútbol en el cole, yo como nunca fui al cole no se de fútbol, los niños con sus mamás, todos son los más listos y buenos, son traviesos pero no son malos, eso dicen las mamás, pero algunos, yo lo se bien mañana serán malos, los perros con los otros perros y con sus culos, siempre se huelen el culo los unos a los otros, como Lázaro a mí, eso no me gusta, pero se guardar un secreto, y todos con todos, con los vecinos, con los tenderos, los hay que saben de todo, y yo, que no se nada, que la vamos a hacer, bueno algunas cosas si se, que a veces las personas hablan mal de otros y después cuando los ven son sus amigos, no entiendo, que complicado, a veces los miro y me asusto pero casi siempre me río mucho y cuando me ven reír tanto dicen que me ha dado un ataque entonces me río más y después lloro, no se porqué es muy raro, bueno si se porque todos me parecen iguales y como si no quisieran estar, a veces se ríen y les cuentan a los otros lo felices que son y presumen sobre todo las mujeres de cuantas bolsas tienen llenas y de las cosas que han comprado, de lo caro que está todo pero igual les alcanza para comprar, sus hombres trabajan mucho y ganan mucho, todo el día en el bar, como les gustan las cosas a la gente, la culpa es del gobierno dicen, yo no se quien es ese pero debe ser muy malo, de todo tiene la culpa, si me lo encuentro le cortaré con mi secreto, aunque a mi no me ha hecho nada, no sé, lo que si se es que hay muchos, pero muchos señores que hablan mucho por la tele y no entiendo nada, me parece que nadie entiende nada, pero es igual, a veces les miro y se que comieron ayer y se que les duele, casi siempre lo mismo que a mi, lo mismo que a

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todos, la panza, no un poco más arriba, me gusta mucho el verano hace calor y no tengo frío, también

me gusta el frío sobre todo cuando ponen las luces en la calle y el

mercado, entonces me dan regalos, antes me daban juguetes, ahora solo ropa y comida, dicen que soy grande para juguetes, pero a mi me gustan pero sobre todo me gusta jugar, me gusta jugar aunque no tenga juguetes, casi siempre juego solito, me gusta, si, los domingos a la tarde juego solito, Fermín el del quiosco me da por mi dinerito unas revistas de señoras, no tienen ropa, no llevan nada, ¡pero nada de nada!, es muy emocionante verlas, son guapas, y juego solito, los domingos, si los domingos la gente cuando van todos juntos no me saludan, ni me dan su risa, ni me tocan la cabeza como a un perrito, no, solo me ríen cuando van solos, pienso que no quieren que sea de todos, solo de ellos, pero igual me duele la panza, ante corría a por su risa, pero miraban a otro lado, ya no corro, espero a que sea mañana y me toquen la cabeza y me quieran otra vez, el dinerito me lo dan a la salida de la misa, no entiendo la misa, da miedo, Venancio el cura habla de cosas feas casi siempre, del pecado, del diablo y de un señor dios que si no hago lo que el dice, no le gusta que juegue solito, me castigará, creo que el diablo y el dios son la misma cosa, seguro que sí, a veces tengo malos sueños, sueños de castigos por las cosa que dice mi cabeza, a veces también habla de lo bueno que es dios, que nos quiere a todos igual, a todos, a los buenos y a los malos, y que el diablo no nos quiere, a nadie, ni a los buenos y ni a los malos, y los dos están en todos los sitios, todo el tiempo, seguro que son lo mismo, tienen que ser lo mismo, habla de hacer el bien pero todos hablan mal de todos cuando salen, una vez me dijo Venancio que yo tenía un ángel de la guarda, porque los muchachos que se sientan en el parque a fumar sus cigarrillos y a beber me dieron de fumar y más cosas y después no me acuerdo de nada, dicen que me curaron en el hospital, que estuve más muerto que vivo y que el otro también se salvó, no lo se, y volví después al mercado, por eso dice el Venancio, el

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cura, que tengo un ángel, y ya van dos, pero otros me dicen que soy el diablo cuando me dan esas risas y no puedo parar, no me gusta la misa, no, nada de nada, voy por el dinerito que me dan a la salida para gastarlo en el quiosco del Fermín, la gente si va a misa todos muy bien vestidos, dicen cosas buenas y parece que se quieren mucho, pero no me ríen, me dan dinerito, poco, pero no me ríen, también van por algo a misa no se porque pero seguro que algo quieren de Venancio, porque al señor dios nadie le ha visto, solo en pinturas así que le podrían pedir, le dan más dinerito que a mí al Venancio, no se para que van pero debe ser importante y después van a los bares a comer cosas ricas, yo me siento en el parque a pensar cosas, pecados creo, Rosa me dice que no me asuste, que no me preocupe, que son unos hipócritas, desde luego suena feo eso de hipócritas, mejor no pensar, a veces me gustaría hacerlos callar con mi secreto, mi secreto, mi secreto, secreto, mi secreto es un cuchillo para cortar jamón, como los que tiene el Martínez en su carnicería y que bien lo sabe usar Martínez, a mi me gustaría aprender como él, un día le dije que me enseñara, y me dijo que me fuera a la mierda, no se donde es eso, no le pregunté, se portó muy mal, también le cortaré a él, algún día, nadie sabe de mis cosas, una vez quisieron encerrarme, casi no me acuerdo, hace mucho tiempo, pero al final no, mejor así, mejor para todos, mejor para ellos, a veces voy a ver a Rosa a su trabajo, de noche sus amigas me cuidan y me dan besos a mi me gustan, pero fuman y toman cosas como esos chicos y eso es malo, los que vienen en coches para ir con Rosa y sus amigan, entonces me tengo que esconder detrás de los árboles si no Rosa se enfada, parece que asusto a los coches, entonces me voy a casa y le hablo a mi cuchillo, mi secreto, es un buen amigo, siempre me hace caso, un día Rosa vino prontito a casa, era de noche todavía, yo me puse contento, tenía sangre en la boca, los ojos transparentes y olía mal, fui a darle un beso pero me empujó, me gritó y me asusté, ella lloraba pero no estaba triste, y empezó, y le pedí que parara, no paró, tapé mis

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orejas con los dedos, y dijo que no, que no era Rosa, que Rosa era su mamá, que ella era Macario, Macario, no puede ser Macario, Macario como yo, para por favor, para, para por favor, me duele mucho, el dolor llegó como nunca, me contó que me caí desde alto cuando trabajaba, que Rosa se marchó una noche, entonces todos a la vez quisieron salir, empujaban por salir y gritaban, salieron y contaron mi secreto.

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Pedro y Pablo

El futuro en sus manos

Que suerte que hoy no tenemos cole. Si, hoy es San Zurullo, patrón de los pobres, hoy hay que dar limosna a todos los pobres del mundo. Que raro, una fiesta para celebrar que hay pobres. Pues si que es raro, mi padre dice que trabajen como hace él, para darnos de comer y una educación, que está muy bien eso de pedir y no trabajar, dice que él los pondría a pico y pala, que el que no trabaja es porque no quiere, y que como a él nunca le han dado nada tampoco el piensa dar nada a “naidie”, eso dice. Bueno, tu padre tampoco trabaja mucho se pasa todo el día en el bar. ¡Pues anda que el tuyo! Si, mi padre no trabaja nada o está en el bar o en casa viendo la tele, mejor en el bar, en realidad todos los padres están mucho tiempo en el bar. Mejor así, porque cuando están en casa es para pelear. Siempre de mal humor. Si. Luego vamos a la iglesia. Y yo, menudo rollo. Todos juntos de la mano, como si tal cosa. Dame más pipas. ¡Mira, tu madre!

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Calla no grites, que no me vea. ¿Por qué no quieres que te vea? Ayer se peleó con mi padre y seguro que me castiga otra vez a mí. Tengo sed, vamos a la fuente. Oye ¿tú quieres a tus padres? Si, creo que si. Pues yo no. Ahora que lo pienso yo tampoco, siempre mandando, siempre enfadados, me parece que se aburren y entonces pelean. Eso creo yo. Voy a hacer pipí. ¡Niño! No seas marrano, a mear a tu casa. Abrase visto que sinvergüenzas. Ja, ja, ja, la vieja te ha visto el pito. Vieja loca. ¿Dónde está Macario? Se ha llevado la pelota. En el bar de Pepe, ha ido a beber una limonada. ¡Jo! Que listo y encima se lleva la pelota. ¿Ha traído las revistas? Si, las lleva en una bolsa. ¿Vamos a buscarle? Vamos. ¿Tienes dinero? No tengo nada, mi madre nunca me da nada. A mi tampoco me dan nada nunca. Anda mira una ambulancia.

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Piuu, piuuu, piuuuu. Mira ese perro como aúlla. Auu, auuu, auuuu. Eso es que va un muerto dentro. Anda ya. Que si, mi madre me lo ha dicho, los perros son más listos que las personas y notan cuando alguien muere. Debe ser porque esperan que le echen el muerto para comer. Seguro. ¿Has visto un muerto alguna vez? Yo nunca, ¿y tú? Si, a mi abuelo, estaba muy flaco y blanco. ¿Y le tocaste? Yo no quería, pero me obligaron a darle un beso en la frente, estaba frío y yo estaba sudando, después tuve pesadillas, soñaba que al darle el beso él abría los ojos de repente y me cogía fuerte y me metía con él en… ¿cómo se dice?, a si en el ataúd. Ja, ja, ja, que gallina. Ya no tengo miedo, eso fue cuando era pequeño, ya no tengo miedo. ¿Quién irá en la ambulancia? Vamos a buscar a Macario, a lo mejor el lo sabe. Bueno en realidad si que he visto muertos, muchos, en la tele a la hora de comer salen siempre, pero esos no dan nada de miedo, mi madre se enfada, dice que ya

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está bien de tanta porquería a la hora de comer, pero no lo entiendo porque nunca a pagan la tele. Esos muertos no son de verdad como mi abuelo. Mira esa paloma, vamos a cogerla. Corre. No puede volar. A ver quien la pilla primero. ¡Toma! Ya la tengo. A ver, a ver, déjame verla. ¡Jo! Que asco, tiene bichos, ¡fuera de mi mano bichos asquerosos! Dale una patada a la paloma. ¡Ay! Me ha picado un bicho, como pica. ¡Aplástalo! ¡corre! ¡Ya está! ¡Toma! ¡anda mira cuanta sangre tenía este asqueroso bicho! Es una garrapata, ahora te saldrán más, te ha puesto huevos dentro de la mano, te comerán la mano por dentro, un perro que tuvimos tenía d estos bichos y mi padre lo echó fuera de casa. ¡Mentira! ¡estás mintiendo! No, es verdad. Corre, vamos al bar y le preguntas a Pepe, él te lo dirá. Venga corre.

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La puta que la parió, ojalá reviente y el Apóstol que reviente también y de paso a ver si reviento yo. ¡eh! Joder con los críos, a ver si miráis por donde vais ¿estamos tontos o qué? Perdón señor. Señor perdón. ¿Perdón? No os perdono, ni a vosotros ni a mí. Adiós señor. Señor adiós. ¿Qué ha dicho? ¿Tú le has entendido? Yo no Venga corre. Una carrera. El que llegue primero le escupe en un ojo al otro ¿vale? Vale, pero con el ojo abierto. Uno, dos, tres, ¡Ya! Espero que tu ojo sepa nadar. Que te crees tú eso. ¡Cuidado! No pises esa caca. ¿Dónde? Ja, ja, ja, te engañé. Eso no vale. Vale todo. Igual te ganaré. 97

Ahí está el bar, ya casi llego. Falta poco. ¡Gané! Has hecho trampas, eso de la caca no valía. Bueno, te perdono el escupitajo, pero asómate, no sea que esté mi padre en el bar. ¿Y si está el mío qué? Venga ve, que te he perdonado. Vale ya voy. No hay moros en la costa, vamos. Hola Pepe, hola Macario. Hola Macario, hola Pepe. Hola chicos. Tengo la pelota. Pepe ¿si te pica una garrapata te pone huevos dentro y después te comen la mano por dentro? ¿La mano? Te comerán la mano, el cerebro y el pito. Ves, te lo dije. ¡Es mentira! No pasa nada chaval, a ver ¿dónde te ha picado? Aquí en la mano. Veamos, umm, no te preocupes, no te ha quedado la cabeza dentro, ve al baño y

lávate bien. 98

Voy corriendo. ¿Queréis un zumo? Si, gracias. ¿Qué te parecen estos chicos Apóstol? Mañana no serán mejor que las garrapatas que morirán hoy. No le hagáis caso chicos, para ser buena gente debéis aplicaros en la escuela y hacer caso a vuestros padres. Amen. ¿Qué has dicho Apóstol? Una copa. Macario ¿quién ha muerto? Nadie muerto, no me gustan los muertos, yo no he muerto, ¿porqué hay muertos?, muerto fuera, cállate muerto, no hables más. Tranquilo Macario, no pasa nada, toma otra limonada ¿Por qué decís eso chicos? Ha pasado una ambulancia. Piuu, piuuu, piuuuu. Y un perro aullaba. Auu, auuu, auuuu. Y mi madre dice que si pasa una ambulancia y los perros aúllan es que ha muerto alguien porque los perros saben más que las personas. ¿Tu madre chico? ¿está muerta o acaso es una perra? ¡No! Mi mamá es mi mamá. Basta Apóstol Vamos Macario, vamos a jugar a fútbol.

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Si, vamos. Nosotros jugamos y tú saltas y corres y gritas cuando marquemos un gol ¿vale? Vale, vamos, toma la pelota, cuando marquéis un gol yo grito y corro y salto. Adiós chicos, portaos bien y cuidad de Macario. Adiós Pepe, adiós señor. Adiós señor, adiós Pepe. ¡Macario!: ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Ve! Calla Apóstol. Vamos a jugar. Vamos. Pasa la pelota. Toma. Cuidado que chuto. ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Ve! Parada. Regate, chuto. ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Ve! Parada. Atacando, regate, regate, chuto ¡Goool! ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Voy! ¡Macario! ¿Dónde vas?, tienes que gritar, saltar, correr ha sido gol. ¡Macario! ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Voy! ¡El Hombre! ¡La puta! ¡Rosa! ¡Macario! ¡Voy! ¡Voy a por el Hombre! ¿Vamos tras él? Vamos. 100

¡Hombre! Has hecho mal a la puta, has hecho mal a Rosa, has hecho mal a Macario. Lárgate imbécil. El Hombre es malo. ¿Malo? Tú me dices malo, tú mataste a tu hijo, a Rosa. Hombre malo, Hombre muerto. ¡Macario! Déjalo, lo matarás. Calla, que siga, tú ya has visto un muerto y no he visto todavía ninguno de los de verdad. Ahora si he visto uno. ¡Ja!, yo llevo dos.

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Del enamorado Del endemoniado

¡Oh! Mi flor más hermosa. ¡Oh! Dulce fruta prohibida que nunca empalaga mi delicado paladar. ¡Oh! Estrella fugaz de mis largas noches en vela. ¡Oh! Tierno ruiseñor que entonas con gracia celestial los más excelsos versos. ¡Oh! Inocente corderillo que en tu bienaventuranza ignoras ser acechada por fieras. ¡Oh! Hermosa entre las hermosas provocadora de melancolías. ¡Oh! Rocío de la mañana y paz al anochecer. ¡Oh! Sangre de mis venas, que fluye impulsada por tu corazón. ¡Oh! Pastorcilla, señora, princesa, reina, diosa. ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! y ¡Aaah! Eso y mil preciosidades más eres tú mi amada, amadísima mía. Eres la vida de mi vida, el aire que respiro, perfumado cual vergel de rosas, orquídeas, violetas y jazmines. Tu pelo, largo donde debe ser largo y corto donde los estrictos cánones de la sensualidad decretan debe ser corto, pero siempre suave y perfumado ya sea liso o rizado. Tu frente que deja entrever tu saber, de medidas exactas, lejos de la grotesca desproporción de los ancestrales primates.

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Y ¡San Zurullo! Esos ojos, profundos, vivos y brillantes, que me dicen todo lo dicho y lo que queda por decir, todo lo escrito y lo que falta por escribir, son tus ojos un pozo de maravillas en el cual caí y del que no quiero salir. Y esa naricilla, moldeada por manos divinas, cuyas puertas tienen vedado los tufos infames de todo lo prosaico, postraos ante ella variadas y exóticas esencias venidas de ultramar y alcanzareis la fama. Y así recorriendo paso a paso, maravilla a maravilla, este infinito camino al paraíso llegamos a tu boca, prodigio de la naturaleza, perfección inalcanzable para el resto de los mortales, en todos y cada uno de tus delicados detalles un analista implacable y hasta el más exigente de los puristas se rendirán ante la evidencia: es la más hermosa boca que jamás pronuncio un “te quiero”, y no solo formas y volúmenes son esplendidos a la vista, al oído, tu boca, nada tiene que envidiar a sirenas y divas del canto, y si muy al contrario, cánticos, versos, risas salen para dejarse llevar con ligereza por las suaves y melancólicas brisas otoñales. Y ese cuello, largo y elegante cual cisne nadando en un cristalino lago en una florida primavera, envidia para los envidiosos y admiración para todos, cuello para ser besado una y mil veces. Y tus delicados hombros, pero a la vez capaces de soportar la pesada carga de la lejanía y la soledad, hombros adorados, hombros anhelados. Y tus brazos y manos, con una simetría sin par que desafían toda ley natural, largos, delgados, tersos, firmes, ¡perfectos!, creados con un único fin: el de abrazar y señalar al horizonte en las apacibles puestas de sol. El refugio, mi refugio, un remanso de paz en este mundo atronador y cruel, eso son para mi tus pechos, montes sobrehumanos, fruta prohibida,

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coronados ambos ellos con el más dulce caramelo que jamás cataré, gominolas duras y tiernas a la par, esos pechos rememorados en mis solitarias noches, pechos incalculables, inabarcables para la razón. Y esas caderas, poesía hecha forma, formas que inspiran poesía, curvas vertiginosas, curvas y más curvas, en ellas me precipito por delante y por detrás

hacia

profundos

abismos

llenos

de

enigmas

y

misterios

enloquecedores, a través de tus caderas me dejo llevar siguiendo el camino del sur, hacia zonas más templadas, tus caderas de una belleza hechicera, el principio y el fin de mi mundo en tu ombligo, tu ombligo único vestigio de tu pasada unión con alguna diosa ¿quién sino pudo crear criatura tan hermosa? ¡San Zurullo! ¡San Zurullo bendito! ¡Mil veces San Zurullo seas alabado! Llegué al fin donde el espacio y el tiempo convergen, el agujero negro del deseo y el placer: tus nalgas; piel sedosa, carnes duras pero agradecidas, dos magnificas redondeces y en el centro una sima proveedora de cavernosas pasiones y extravagantes aromas. Y habrá quien diga: ¡Pues caga como todos los culos! Y yo le digo ¡Blasfemo! ¡Canalla! ¡Bellaco! ¡Troglodita infrahumano! ¿Acaso los hermosos glúteos de la bella sirenita son capaces de tamaña ofensa? ¿O la Venus de Nilo? ¿Qué especie de engendro fuera capaz de imaginar, tan siquiera un instante, saliendo de tan divino trasero, sapos y culebras, silbando y croando, croando y silbando, que insultan a la vista, al olfato, con certeza al oído, y sin duda al tacto y al gusto si es que existe en alguna guarida bestia impenitente capaz de palpar y catar estos horrores y además gozar con ello? ¿Eres tú quizás una de estas bestias malsanas? Si es así aléjate de mi camino ¡alimaña!, mí refinado gusto no

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soportaría tu sola presencia, ¡monstruo salido de pesadillas castigadoras de todo decoro y del amor puro y límpido! Pero soseguémonos y continuemos con nuestra deliciosa aventura. Y si en la retaguardia teníamos una maravilla en el frente tenemos otra tan exquisita como la anterior: el pubis; matices de sabores, olores, texturas y formas que alimentan la imaginación y la fantasía, todo ello en una diminuta parcela de tu cuerpo tan delicada como enigmática y poderosa, ante el pubis se han rendido reyes, han caído imperios, dioses se volvieron humanos y humanos se hicieron dioses al probar sus néctares y aspirar sus efluvios; me entrego en cuerpo y alma a su contemplación, me rindo a su hechizo, pero me mantengo firme en mi decisión de no desfallecer, de no languidecer jamás de los jamases ante su esplendida presencia; por ello mataría, por ello morirás. Y esas piernas, piernas eternas, muslos que me señalan el camino ascendente a la gloria, muslos que aprietan hasta hacerme desfallecer cuando me abrazan y las rodillas…. Las rodillas muy bonitas, si; y por fin tus pies, pequeños, suaves, siempre prestos a jugar y a las risueñas cosquillas, pies bellos, libres de la pesada carga de groseros abultamientos. Tu cuerpo, me entrego al recuerdo de tu cuerpo, nunca perdido puesto jamás fue encontrado, tu cuerpo ya es mío sin haberlo sido nunca, recuerdos de haber vivido un sueño más real que la misma realidad, enamorado estoy, de ti, de ti, de ti y de ti, bellas mías sois todas, que pasáis de largo sin mirarme apenas, a vosotras os dedico esta descarnada vida entregada al amor, a un amor no correspondido, a deseos no correspondidos, a pasiones satisfechas en soledad, pasiones y locuras inconfesables, al borde mismo del delirio, en

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espera que llames algún día a mi puerta y te entregues, te entregues sin remisión, serás mía y yo seré tuyo, seremos nuestros. Pepe, por lo que más quieras, un garrafa de cianuro para esta aberración de la naturaleza, para este desdichado cuyo consuelo es hacer desdichado al mundo entero, cianuro para él o un revolver para mí. Pero bueno muchacho ¿tú de dónde has salido?, ya esta bien por hoy, hemos tenido suficiente. Nada es suficiente para glorificar la belleza de mi amada y me enfrentaré cual Quijote a toda aquella alma en pena que pretenda hacerme callar. Lo que nos faltaba, otro loco más, en fin, ¿qué quieres tomar? Llevas dos horas sin parar de hablar debes de estar seco. Pues sí, un néctar de rosas y hierbabuena. ¡Pero bueno! ¡hasta aquí podíamos llegar! ¡A la puta calle! ¡pero ya! Me voy, si me voy, y me llevo el recuerdo de mi amor, quedaros en las tinieblas y en la desdicha de no saberos enamorados, nunca conoceréis la felicidad si no conocéis la pasión del amor. ¡Agur! Si vuelves tráete a tu novia chaval, lo pasaremos bien, ¡tenemos bidé en el baño! ja, ja, ja. Pero ¿tú has visto esto Apóstol? Si este es infeliz estando enamorado de nadie, ¿que no será cuando se desenamore de nadie también?, todas sus futuras novias se ahorcaron anteayer y él no tardará. El muchacho sufre de amor. De halitosis sufre, por tanta mierda como suelta por esa boquita. ¿No crees en el amor? Y tú tampoco, no es creer es saber.

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Bueno ahí llegan la Cándida y Jerónimo, ahora se va a armar.

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Jerónimo y Cándida San Zurullo y sus milagros A ver si espabilas, no pensarás quedarte en la cama hasta las mil. ¿Ya te has vuelto a cagar encima? que cruz, señor, que cruz de hombre, siempre fuiste un inútil que no ha valido más que para trabajar y para cagarme encima, suerte tienes que esté yo aquí, el día que me muera no se que va a ser de ti. Tantos años aguantando, para esto, que desgracia la mía. Señor ¿Por qué me has abandonado? Ante ti me rindo, postrada ante la famosísima reliquia de San Zurullo, un pelo de sus santas partes, que se mantuvieron santas e intactas hasta su última muerte, esta reliquia el tesoro más preciado que poseo, me lo llevaré conmigo a la tumba y con él en la mano pasaré las puertas del cielo para entregárselo y ponerlo yo misma en el sagrado lugar que le corresponde. Todos estos años de vergüenza por tus desmanes, si no hubiera sido por los niños hace mucho que te hubiera dejado y ahora ya no tengo valor, soy demasiado vieja. Mírate ahora tirado ahí en la cama inútil, sin moverte, sin hablar, si no fuera por mi te morirías de hambre o ahogado en tu propia mierda, ¿quién te ha visto y quién te ve? Después de lo que tú has sido, después de tantas correrías en el turno de noche mientras hacías la ronda en el almacén de pistachos, venga pistachos y venga mujeres de mala vida, y yo aquí criando a tus hijos, si tuyos, porque de mi no han sacaron nada, desagradecidos, la niña una golfa, el niño, mi Zurullito Jerónimo un mal hijo, siempre me odió, siempre no, desde que empezó a ir a la escuela, después de tantas privaciones y de tantos sacrificios para darles una educación decente y así me lo pagan, en fin, vine a este mundo a sufrir y sufriré hasta la muerte, pero eso si a ti te esperan las llamas del

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infierno, de eso me encargo yo, cada noche rezo mis plegarias a mi amado San Zurullo para que recibas tu justo castigo por mal hombre. Hoy vamos a misa, ¿no te gusta la idea verdad pecador?, pues iremos de todas formas y te quedarás sentado dos horas en tu silla y te tragarás el cuerpo de nuestro señor, ya lo creo que lo tragarás, como que hay dios, y le pediré a todos los santos que te envíen al infierno de donde nunca debiste salir. ¿Cuánto tiempo llevas así?, casi siete años y ¿cuánto llevamos casados? Una eternidad llevo en el purgatorio. Hijo mío que pestazo, esto no hay quien lo aguante, es que no hay manera, ¿no te puedes aguantar?, lo haces queriendo ¿verdad? Todas las mañanas igual con el pastel antes de desayunar, que paciencia hay que tener, señor, no se podrá aguantar un rato, no, lo hace queriendo. Bueno, listo, ya tiene el culo limpio, ahora a desayunar. Ale, abre la boca, aquí está tu papilla ¿quema?, pues sopla ¡no escupas que pones todo perdido! Aquí estoy abandonada a la buena de dios y en manos del diablo. ¿Comes o no? Pues nada ya pedirás cuando tengas hambre, ahora te voy a poner guapo que hoy es San Zurullo y la iglesia estará abarrotada, quiero que vean lo bien que te cuido, y te lo aviso ni se te ocurra cagarte en la iglesia, como te cagues te quedarás así hasta mañana, ya lo sabes. Venga a ponerle el pañal, los calzoncillos, calcetines, pantalón, este condenado está en los huesos pero como pesa, camisa, corbata, chaqueta y los zapatos, cada día me cuesta más, bueno ya está, un poco de colonia y a la silla. Vas a ser la admiración de todos.

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Ahora me arreglaré yo un poco, solo un poco, que se vea todo lo que he sufrido, sufro y me queda por sufrir, el vestido de luto de cuando murió mi madre hace veinticinco años, el moño bien recogido y la medallita con la imagen de San Zurullo. Hola buenos días, saluda a estos señores hombre. ¿a qué esta majo? Mi trabajo me cuesta, pero todo es poco ¿qué haría yo sin él? Si, vamos a la misa, pondré una vela y pediré a nuestro santo patrón, San Zurullo, que en gloria esté, que mejore a mi esposo. Siempre hemos sido muy de San Zurullo nosotros, el patrón de los pobres y no es que seamos pobres, dios nos libre. Fue un mártir, murió violentamente apaleado por una multitud furiosa, poseída seguramente por el maligno, descuartizado y sus trozos esparcidos a los cuatro vientos y días más tarde se le volvió a ver luchando contra los demonios y luchando por su obra, le volvieron a apalear y descuartizar más de diecisiete veces pero siempre regresó, finalmente quemaron su cuerpo desmembrado en una hoguera, solo así pudieron detenerlo, ¡ah! ¿Qué no lo sabían? Pues ya lo saben. Yo es que soy muy devota, y que nuestro señor acoja en su gloria a las pobres almas que cometieron semejante tropelía y si no las acoge que se quemen en el infierno. Sí, San Zurullo fue un mártir, yo cada noche rezo y repito más de cien veces, tirada en el suelo boca abajo con los brazos en cruz, ante los pies de mi esposo, la misma plegaria a San Zurullo, y a veces veo en los ojillos de mi marido lágrimas de alegría, de agradecimiento y de fe, entonces con más fuerza y pasión repito las oraciones hasta el amanecer. Bueno que tengan un buen día, di adiós a los señores, discúlpenle,

el pobre no da más de si, bueno

adiós. Mira que eres grosero, ni hola ni adiós, venga vamos a la iglesia y ya sabes ni se te ocurra cagarte, no me pongas en evidencia.

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Pero bueno, ni en un día tan sagrado como este descansa esta deslenguada, ahí viene corriendo como alma que lleva el diablo, ¿De dónde vendrá? ¿A dónde irá?, que vergüenza, que indecencia, así va el mundo. ¿Y tú que miras desgraciado? hoy baño de agua fría, así aprenderás y no temas ya tendrás tiempo de calentarte en el infierno porque allí iras a parar. Sodoma y Gomorra fueron un patio de colegio comparado con esta ciudad, cuanto vicio, cuanto crápula, cuanto espíritu abominable que repta por la noche y se esconde de la luz, ¡que poca fe!, San Zurullo baja a este nido de víboras y arrásalo con tu fuego purificador, ven y sálvame. ¿Qué dices? Este hombre cada día está peor, a veces farfulla cosas, cosas imposibles, lamentos venidos del mismísimo averno. Venga deprisa que llegamos tarde, quiero coger un buen sitio en la iglesia, adelante del todo, que se vea que hemos sido los primeros en llegar y que seremos los últimos en salir. ¡Niño! No seas marrano, a mear a tu casa. Abrase visto que sinvergüenzas. ¿Pero tú has visto esto? Que poca vergüenza, pero la culpa no es de los críos, no, es de sus padres, esta es la clase de educación que tienen estas pobres criatura hoy día, meando en la calle como los perros, mañana delincuentes o drogaditos. Bueno ya estamos, ya sabes lo que te he dicho, tú veras lo que haces. No pongas esa cara, solo es agua bendita y no está fría, fría será la ducha que te daré. Y ahora calla, no te quiero oír, que empieza el sermón. Nos hemos reunido aquí, hermanos míos, en la festividad de nuestro amado y nunca bien ponderado San Zurullo, para honrar y alabar su memoria, santo y mártir que murió, una y otra vez, a manos de turbas incontroladas de pecadores,

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San Zurullo asesinado a manos de aquellos a quienes quería salvar de los fuegos de los infiernos, y ¿cómo hermanos míos los quería salvar y os quiere salvar a vosotros pobres pecadores?, pues construyendo el mayor templo sobre la faz de la tierra para mayor gloria de dios, esta fue su magna cruzada y por ella pereció, quería un templo donde cobijar a ricos y pobres y puesto que hay más pobres que ricos tal es el motivo de un templo de semejantes dimensiones, San Zurullo con una clarividencia propia de un santo, observó que necesitaba de la caridad y limosnas de los fieles y devotos que bajo pena de una estancia para toda la eternidad en las profundidades abismales del infierno daban y donaban con alegría y entusiasmo, tanto es así que los diablos envidiosos del éxito de su obra envenenaron la conciencia de los flacos de moral, de los débiles de espíritu, negándose estos a la salvación de sus almas y fue una jauría de diabólicos satanases disfrazados de hombres que viéndose abocados a las penumbras como respuesta a su afrenta de no colaborar con la obra de la iglesia le torturaron, zarandearon, sacudieron y descuartizaron. Hermanos míos vuestra salvación es posible y prueba irrefutable de ello es que San Zurullo volvió para continuar su magna obra, y fue de nuevo masacrado y volvió y de nuevo lo desollaron, así una y otra vez y atemorizados ante el poder de la fe y la verdad finalmente quemaron sus despojos, sus despojos digo mas no su obra y su fe. Hermanos míos la obra de dios, de San Zurullo y de la iglesia es grande y necesita de vuestra ayuda y vuestra fe. Id en paz. Amen. Os recuerdo que esta tarde es el apaleamiento de nuestro amado patrón. Id en paz. Amen, alabado sea San Zurullo. ¿qué farfullas pecador? Snif, snif, bien sigue así, ya falta poco, ahora a comulgar cuando te llegue el turno abre bien esa boca.

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Alabado sea el señor, ahora tú, abre la boca ¡que abras la boca te digo! Lo lamento padre es un devoto pero ya ve es que estado se encuentra el pobre. No te preocupes hermana, pon dos velas por su alma y San Zurullo obrará el milagro, ten fe. Si, padre. Has visto maldito, me has dejado en evidencia. Este hombre es imposible, San Zurullo soy una buena mujer, he consagrado toda mi vida a la fe y a las buenas obras, incluso puse tu santo nombre a un hijo mío y el ingrato por eso me desprecia, de rodillas te pido acabes con mis sufrimientos y envíes al infierno al pecador que tengo como marido y esposo, coloco estas dos velas en tu altar y te ruego que cuando las llamas se apaguen se apague también la vida del diablo que tengo a mi lado desde hace cincuenta años, amen. Vamos al bar de Pepe, me has puesto de los nervios, necesito una copita de anís. Buenos días Pepe. Buenos días Cándida ¿cómo está este hombre hoy? Déjalo, es un ingrato. ¿Qué ha pasado mujer? Lo limpio, lo cuido, lo arreglo bien, le doy de comer, rezo cada noche durante horas por él y me lo agradece poniéndome en evidencia en la iglesia. Este hombre es un Judas, ja, ja, ja. No tiene gracia, anda ponme una copita de anís. ¿Y este Judas que va a tomar? ¡Nada! Judas es mi hermano y mi padre. Calla Apóstol.

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¡Calla pecador! San Zurullo te castigará por eso. Cándida, la puta esta grave y Macario mató al Hombre por ello. Rezaré por sus almas, pero el castigo ha sido justo. ¿Se lo dirás a él? ¡El odio hace milagros! ¡Ya viene! Calla te digo. Ella está en el hospital, ¿irás a verla? Ella hace mucho que se quema en el infierno. Pon otra copa de anís Pepe, menudo sofoco. ¿Se lo dirás a él? Después de todo es su hija. ¿A esto? Si, su hija es y no la mía. Si, merece saber como es su maldita estirpe. Mala puta. ¡Ya viene! ¡se acerca! Apóstol no te lo vuelvo a repetir. Mala puta. ¿San Zurullo? ¿eres tú quien me habla? ¡MALA PUTAAAAA! ¡Milagro! ¡es un milagro de San Zurullo! ¡San Zurullo! ¡Cabronazo! Se me ha atragantado tu peloooo.

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El Padre Venancio Este hombre es un santo ¡Señor, señor! Dame fuerzas, hoy es San Zurullo patrón de los indigentes, un santo y mártir y ejemplo para toda la comunidad, la pobreza reina en nuestro días, el pueblo, tu rebaño anda descarriado, pobres de moral, indigentes de la fe, los valores fundamentales de antaño han sido corrompidos por innumerables fuerzas perversas provenientes de la oscuridad, esta libertad de pensamiento tan de moda hoy día ha trastornado el espíritu de los más débiles, que son la mayoría, solo queda una pequeña minoría que es tildada de

fundamentalistas religiosos, retrógrados y

sectarios , crece a su vez la fe en dioses paganos que amenazan las buenas costumbres y a ello lo llaman integración, ¿cómo es posible tanta falacia? Acaso no ven que el fin esta cerca, acaso no presienten al maligno entre nosotros, entre sus vecinos, entre sus amigos y familiares, algunos de ellos alimentan y protegen al maligno con una educación, abierta y liberal, se bien de lo que hablo señor, pero el más peligroso de todos los cultos paganos que proliferan en estos caóticos tiempos es el culto a uno mismo y a las cosas, proveerse de cosas materiales y de adornos para aparentar es el pan nuestro de cada día, una vorágine de consumismo en busca de la felicidad terrena, estos son los motivos del declive de esta santa iglesia. ¿Dónde están los matrimonios consagrados para una unión eterna?, ¿dónde la castidad?, ¿dónde el respeto hacia los símbolos sagrados y las sagradas escrituras?, ¿dónde la humildad humana ante tu magno poder?, toda esta bajeza es aceptada sin rubor, incluso celebrada como logros del hombre actual.

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Estamos perdiendo al rebaño, anda extraviado y confuso, tus antes inocentes corderos han mudado la piel y ahora son feroces lobos sedientos de comodidad, placeres y poder, el cielo pretenden encontrarlo aquí en la tierra y el infierno solo asusta a los niños. ¿Qué puedo hacer señor?, si hasta yo mismo tropecé cuatro veces en la misma piedra y fruto de estos tropiezos son cuatro hijos bastardos con cuatro mujeres distintas, todas ellas pecadoras puesto que ya estaban casadas cuando los engendraron, mucho me azoté y me arrastré para expiar mis pecados, prueba de ello son las cicatrices que recorren de arriba abajo y de diestra a siniestra mis cansadas espaldas, pero no fue suficiente señor mi penitencia, dos de mis hijos están en la cárcel por ladrones y los otros dos son banqueros y aunque no llevan mis apellidos yo los quiero. Señor dame fuerzas, mi fe es inquebrantable, pero el pueblo es débil, necesita de ti, necesita una señal, necesita saber que velas por ellos en todo momento y en todo lugar, necesita de un milagro aunque sea pequeño, poca cosa te pido, que un ciego vea, que un paralítico camine, que las hordas de blasfemos e infieles que nos acosan caigan fulminados, una levitación, ¿qué tal un puñado de estigmatizados?, señor tú eres sabio y sabrás complacer a este humilde servidor, a este tu representante en la tierra, mi poder ante esta congregación disminuye cada día y sin tu ayuda no puedo salvarlos. Hoy día de San Zurullo, necesito de ti, las arcas de esta pequeña iglesia estas vacías. Como cada año y como es costumbre sacaremos a la imagen nuestro amado patrón en romería, será asaltado, acosado, zarandeado, apaleado descuartizado y quemado como manda la tradición, no es que esté en contra de las tradiciones, pero esta en particular cada año nos cuesta un nuevo santo, un dineral, al principio era de

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madera, pero ahora es de cartón y pintado por los niños de los colegios pertenecientes a esta tu humilde parroquia, esto disgusta a tus servidores ya que el apaleamiento se ve reducido a apenas dos minutos, cuando antes al ser la imagen de San Zurullo de madera maciza duraba horas, y cada año vienen menos forastero a la procesión, vienen menos a misa y el cepillo se resiente, por eso te pido una señal, ¿y si después de apaleado y quemado San Zurullo se recompusiera de sus cenizas y ascendiera volando a los cielos, hacia tu gloria?, esto señor sería perfecto, la festividad de San Zurullo cobraría fama universal y eterna, seguro que más de un infiel se convertiría a la verdadera fe, el rebaño volvería al redil y las arcas aumentarían en tamaño y contenido, señor si hasta debo celebrar la eucaristía con vino de garrafón y eso me produce unos ardores estomacales que a veces creo me quemo en los infiernos. Señor te quiero pedir también y disculpa el atrevimiento, que el apaleamiento se limite al santo y no se apaleen entre los fieles, cada año hay más hospitalizados con narices, costillas y cráneos rotos, además de múltiples contusionados de distinta gravedad y temo que acaben prohibiendo las autoridades laicas, por no decir otra cosa, nuestra bendita festividad tan arraigada en esta tu parroquia. Señor hoy ofreceré esta misa con fuerzas renovadas, atento en todo momento a tu señal, y cuando se produzca ahí estaré para magnificarla y que el pueblo caiga postrado ante ti. Alzo también mis plegarias para acojas en tu seno el alma de mi sobrinillo Venancico, que falleció hace ya dos años arrollado por una locomotora y todos los vagones de mercancías que arrastraba, la pobre criatura hechizado por una malentendida fama quiso ser portada de noticias y noticiarios y se interpuso en el trayecto de la mencionada locomotora con trágico desenlace a esta su ansia de

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popularidad, que después de todo, aunque no este bien decirlo, la logró de forma póstuma. Descanse en paz, pobrecillo Venancico. También rogar por una oveja descarriada, una ovejita de buen corazón, pero bajo terribles influencias, mi prima Sonsoles que se marchó a una comuna hippy, lejos del mundanal ruido, decía ella, ¡a practicar la fornicación fuera del sagrado sacramento del matrimonio! digo yo, ten piedad de su alma porque no sabe lo que hace. Un recuerdo y una oración por mis amadísimos papá y mamá, que aunque no vaya a verlos desde hace más de cuatro años a la residencia siquiátrica donde se encuentran cómodamente recluidos, siempre los tengo presentes en mis pensamientos, oraciones y el corazón. Añado una plegaria para mi hermano, que esta trabajando en un ministerio del gobierno, para que se acuerde que tiene un hermano, que lucha por su salvación y la de todos y que necesitaría de algunos favores por su parte, dada la influencia con que cuenta en círculos inaccesibles para un pobre siervo del señor como soy yo, favores que no son para mi persona sino para facilitar y dar alas a la obra que me has encomendado. Por último y ahora sí, un lamento por mi otro hermano, ¡mi otro hermano es Satanás! , el maligno dentro del cuerpo de un hombre que se hace llamar Apóstol, para mayor escarnio mío, por su causa enloqueció

nuestra madre durante el

embarazo y nuestro pobre padre perdió el juicio en el mismo instante que lo cogió en brazos por primera vez y este cuerpo sin alma, este engendro sobrehumano mirándolo a los ojos y con voz de ultratumba le dijo:”crucificazme ahora, no tendréis una segunda oportunidad”. Bueno voy a prepararme para el sermón de hoy, cuento con tu ayudar señor.

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La sotana, las ostias del todo a cien, el vino de garrafón, aquí tenemos al bueno de San Zurullo, listo para recibir su ración anual de palos, la biblia, el crucifijo, mis gafas, el cáliz, creo que esta todo, ¿dónde andará este monaguillo?, ahí viene, todo listo, venga una copita de licor antes de salir. Vamos allá, ha venido bastante gente pero aún así se ven asientos vacíos, señor no me desampares, San Zurullo cuento contigo. Nos hemos reunido aquí, hermanos míos, en la festividad de nuestro amado y nunca bien ponderado San Zurullo, para honrar y alabar su memoria, santo y mártir que murió, una y otra vez, a manos de turbas incontroladas de pecadores, San Zurullo asesinado a manos de aquellos a quienes quería salvar de los fuegos de los infiernos, y ¿cómo hermanos míos los quería salvar y os quiere salvar a vosotros pobres pecadores?, pues construyendo el mayor templo sobre la faz de la tierra para mayor gloria de dios, esta fue su magna cruzada y por ella pereció, quería un templo donde cobijar a ricos y pobres y puesto que hay más pobres que ricos tal es el motivo de un templo de semejantes dimensiones, San Zurullo con una clarividencia propia de un santo, observó que necesitaba de la caridad y limosnas de los fieles y devotos que bajo pena de una estancia para toda la eternidad en las profundidades abismales del infierno daban y donaban con alegría y entusiasmo, tanto es así que los diablos envidiosos del éxito de su obra envenenaron la conciencia de los flacos de moral, de los débiles de espíritu, negándose estos a la salvación de sus almas y fue una jauría de diabólicos satanases disfrazados de hombres que viéndose abocados a las penumbras como respuesta a su afrenta de no colaborar con la obra de la iglesia le torturaron, zarandearon, sacudieron y descuartizaron. Hermanos míos

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vuestra salvación es posible y prueba irrefutable de ello es que San Zurullo volvió para continuar su magna obra, y fue de nuevo masacrado y volvió y de nuevo lo desollaron, así una y otra vez y atemorizados ante el poder de la fe y la verdad finalmente quemaron sus despojos, sus despojos digo mas no su obra y su fe. Hermanos míos la obra de dios, de San Zurullo y de la iglesia es grande y necesita de vuestra ayuda y vuestra fe. Id en paz. Amen. Os recuerdo que esta tarde es el apaleamiento de nuestro amado patrón. Id en paz. No ha ido mal del todo el sermón, otra copita y a contar la recaudación, no hay mucho pero menos da una piedra, ni rastro del milagro, ni tan solo una breve aparición divina, que le vamos a hacer, con lo recaudado me alcanza para dos botellitas de licor, es el único vicio confesable que tengo, mis copitas de tanto en tanto, y alcanzará también para darle algo al monaguillo. Bueno, paciencia, venga una ultima copita y a descansar unos momentos, estoy rendido, creo que me acostaré un rato. ¿No me oyes hermano mío? ¡Vete de aquí espectro! ¿Cómo podría irme? Yo soy tú y tú eres yo. No luches eso te hace mal. Aléjate, ¡te desprecio! ¿A ti mismo te desprecias? ¡Si! Te desprecias por conocerte, por conocerme. No soy como tú. No, no eres como yo, ¡eres yo! ¡Nunca!

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Mírame, yo lo sé, ya no niego, solo soy, nuestro padre enloqueció al saber, no lo quiso aceptar, ese fue su error, entonces enloqueció, ¡tu dios ha enloquecido! ¡mírame! ¡Eres el mal! ¡Si! Soy el mal y ¡Si! Soy el bien, ¡Si! Solo un hombre, el apóstol del hombre, ¿y tú? ¡Jamás! ¡Señor sálvame! Ese libro no te salvará: es sólo papel, esos símbolos no te salvarán: es hierro deformado, el tipo ese de la cruz no te salvará: es sólo un muerto más. ¿Qué haces infeliz, guarda esas tus armas, no ves que te lastimas? ¡La fe me salvará! Tu no-fe te matará, tu no-fe en ti, vive, vívete. ¡La vida eterna! Así sea entonces, te condeno a la nada. Hasta pronto hermano. ¿Cuánto tiempo he dormido? El apaleamiento, debo ir, se hace tarde, San Zurullo debe ser apaleado, la salvación, mi fe, señor apiádate de mi alma, señor voy a ti. A ti me entrego padre, camino descalzo por senderos de ardiente lava, a ti me entrego padre, desnudo al fin como desnudo fui al principio, me entrego de rodillas, con tu palabra en una mano y con tu hijo en la otra, ¡señor apiádate de mí! ¡Perros pecadores! ¡San Zurullo murió por última vez! ¡Apalead a San Venancio una y mil veces! ¡Hete aquí el milagro!

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El parao Un hombre como hay pocos Bueh, a estas horas no dan nada en la tele que valga la pena, no piensan en los que estamos en casa, sin nada que hacer, cualquier día mando una carta o mejor un correo “elestrónico” de esos y la lío, vaya si la lío, en fin me voy a levantar que me duele la espalda de tanto estar tirado en el sillón, mira que es incomodo el jodido, pero no sé estoy muy agustito aquí, tapadito, en calzoncillos y con los calcetines puestos, aunque no tardará esta bruja en venir a molestarme con cualquier cosa, mejor me levanto, me visto y me voy al bar, no a casa de la puta, le diré a mi mujer que voy a arreglarle un enchufe, si eso haré. ¡Mujer ahora vuelvo! Voy al piso de abajo, la vecina me pidió que le arreglara el enchufe. ¡A la puta de abajo! Más te valdría dedicarte a arreglar los enchufes de tu casa, que ni para eso sirves haragán. ¿Qué has dicho mujer? Nada. Me había parecido oír algo sobre enchufes. Luego vengo para ir a misa, arréglate bien y plánchame un pantalón y una camisa, que está todo hecho un desastre. Vamos “pabajo” hoy le arreglo un par de enchufes, ja, ja, ja, un hombre como yo necesita de varias hembras, cuantas más mejor, si señor, hay que saber donde tocar para que caigan rendidas, en eso siempre he sido un maestro, cuantas más mejor y cualquiera menos la mía.

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Desde que la conocí las cosas me han ido de mal en peor, de crío era feliz, ya se sabe como todos los críos, cazando moscas y matando gatos, fumando a escondidas y quitándole el dinero a mi padre cuando dormía la siesta, travesuras inocentes, cosas de críos, ya de muchacho era apuesto y listo, acabé el colegio raspando pero aprobé, entré a estudiar para mecánico de coches y no tenía mala mano no, se me daban bien los motores, las válvulas, las correas, los pistones y la grasa, me ponía hecho un cristo de grasa pero me gustaba, tenía un prometedor futuro por delante, y no es porque lo diga yo pero era bien parecido, no me faltaba nunca pareja en el baile, en definitiva continuaba siendo feliz, hasta que pasó lo que nunca debía haber pasado, aquel fatídico día en que se me ocurrió sacarla a bailar, no se a santo de qué porque guapa no era, ni es, ni será, pero en fin la saqué a bailar y tal como la agarré y dimos el primer paso se quedó preñada, así por las buenas, sin avisar, tres días después aquello no era un embarazo, era un globo aerostático a punto de reventar, un tumor maligno tan grande como una rueda de tractor ,tres días más tarde, como aquello no había forma de ocultarlo, nos casamos, por la iglesia naturalmente, ella de blanco inmaculado, un requesón parecía, y yo con un traje de mi padre, en paz descanse, que me venía grande; al séptimo día entré en coma, hasta ahora, en menos de una semana todo mi mundo se vino abajo, dejé mis estudios de mecánico, adiós para siempre a mi brillante carrera y me puse a trabajar en un taller de reparación de motosierras, me adapté bien al trabajo, vago nunca he sido, por más que esta me lo repita mil veces cada día todos los días desde hace no se cuantos años, en fin el trabajo se me daba bien, ya tenía experiencia en el manejo de herramientas y ponía entusiasmo. El embarazo un infierno, se le antojó que le diera masajes en los pies y ¡San Zurullo! millones de masajes di y cada uno de ellos fue un suplicio, ver esos juanetes, esas uñas largas y afiladas como cuchillos, esos callos, en fin por eso

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siempre cuando nos acostamos yo y la puta llevamos calcetines. Esto duró dieciocho meses, ¡dieciocho meses dando masajes!, el mismo día del parto el contable de la empresa se cortó tres dedos con una motosierra que yo había reparado, se puso en marcha sola, pero ¿qué cojones hacía el contable con una motosierra?, me despidieron. El niño después de tan largo embarazo nació con dientes y todo, la madre lo pasó mal al darle el pecho, eso se lo tengo que reconocer, tuvo mucho valor, le caían lagrimones como puños y los pechos se le quedaron que dan miedo verlos y asco tocarlos, empecé a odiar a mi mujer cuando quedó embarazada y acabé de odiarla cuando dio a luz ¡ya está dicho!, así son las cosas para que nos vamos a engañar, a partir de entonces trabajos temporales mal pagados, que si de chofer, vigilante nocturno en el almacén de pistachos, limpiando mierda, vendiendo enciclopedias, descargando camiones, peón en la obra, cobrando el paro, camarero, chapucero profesional, portero en el baile, repartidor de cualquier cosa, cobrando el paro otra vez y después nada y así sigo con nada. Engordé y me hice muy amigo de Pepe el del bar, eso sí soy un jugador de dominó excepcional. Y mi chico, Pablito o Pablote por lo que come el condenado, es un buen chico, no le guardo rencor a él por haberme arruinado la vida, es muy majo, y será todo un hombre, con solo ocho años tiene un mostacho como el de Emiliano Zapata, es buen chico pero un poco burro, ha salido a su madre, no aprueba mi una en el colegio, pero eso si canta como un ruiseñor, a ver si me sale artista y me saca de esta miseria, espero no le cambie la voz cuando se haga mayor, le quise poner en el coro pero lo echaron, mira que le dije que se afeitara para ir a la presentación, pero ni caso es tozudo el chico, eso está bien será un hombre con carácter. La puta no está, vaya, me vuelvo a casa, más le vale a esta no decirme nada, hoy es el apaleamiento de San Zurullo y no me costará nada apalear a alguien más.

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Ya estoy de vuelta. Poco tardas tú en arreglar enchufes. Cuidado mujer. Yo que siempre fui un espíritu libre, un domador indomable, un luchador, un gladiador y ahora prisionero y mi mujer es la carcelera. ¿Cómo va esa camisa? Ya está y el pantalón también. Venga arréglate que nos vamos a misa. Ya casi estoy. Ves mujer cuando quieres también sabes arreglarte. ¿De verdad lo dices? Claro que si, estás muy guapa. Dame un besito. ¿Un besito?, ¿Un besito? Desde que descubrí las dobles penetraciones con la puta no hay besitos que valgan. ¿Aquí te gustan a ti los besitos verdad? Mmmm, si. Venga vamos que se hace tarde y se me está poniendo morcillona. Siempre haces igual ¿y yo qué? No nos vamos a desvestir ahora que ya estamos listos, cuando volvamos de misa. Ay, amor mío ya lo estoy deseando. Venga vamos. Dame la mano. Dame la mano, dame la mano, que pesadita con la mano.

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Buenos días señora. Ahora dos horas a cotorrear. ¿Y cómo está este mozo? Pobre hombre, para estar así mejor me pego un tiro, claro que aún tiene suerte que su mujer le quiere, se nota que le quiere, no hay más que ver con que ojillos la mira. Muy interesante historia, de ahí proviene entonces el día del apaleamiento de San Zurullo. Bueno hasta otra. Ahí está Pablito. Pablo ven aquí ¿no le das un beso a tu padre? Si papá. A ver si te afeitas hijo. Hijo mío estás todo despeinado. Mamaaa, no me escupas en el pelooo. Estate quieto, es para que estés bien guapo, ale ya está, como recién bañado. Dame la mano Pablito. Venga con la mano, ¡que cruz! Papi, Macario ha matado a un señor. ¿Cuándo? Hace un ratito. Mira que te tengo dicho que no te juntes con ese subnormal. Calla mujer. ¿Y quién era? No lo sé papi, Pedro ha visto dos muertos y yo ya he visto uno. Muy bien hijo, muy bien, ya veras más no te preocupes.

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Que lata el sermón, no pienso soltar nada, para dar limosnas estamos, mejor me las den a mí que falta me hace con estas dos bocas que alimentar, ¡como come este crío! Bueno venga para casa, a comer que me voy a acostar un rato para estar en forma, esta tarde machaco a San Zurullo, lo descabezo, si señor. ¿Y lo nuestro? Mañana mujer, no seas ansiosa. ¡Lo sabía! Venga a comer y a dormir y a callar. Que siesta más rica, ahora a la calle, a repartir leña a diestro y siniestro. ¡Perros pecadores! ¡San Zurullo murió por última vez! ¡Apalead a San Venancio una y mil veces! ¡Hete aquí el milagro! ¿Cómo? ¿Qué San Zurullo ha muerto? Yo no me quedo sin apalear. ¡A por él! Menuda pedrada le he dado en la frente, ¿qué pasa? Todo el mundo está en silencio. Venga ¿a qué esperáis? ¿No lo veis? ¡Es un santo! ¡Acabemos con él! Ahora sí, la gente ha enfurecido, machaquémoslo, destrocémoslo, así, más fuerte, duro con él, ¡viva San Venancio!, ¡San Venancio sálvanos!, reventado, está completamente deshecho, ahora a trocearlo y a la hoguera, que fluya la sangre, sangre sagrada. Ha durado poco, necesitamos más santos que apalear y que mutilar, hay mucha gente y pocos santos, ¿mi mujer es una santa? ¡Si!. ¡San Venancio! ¡Viva San Venancio! ¡Alabado sea el señor! ¡Sálvanos San Venancio! ¡Guíanos por el buen camino!

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Dios y el Diablo Van juntos al teatro ¡Dios ha muerto!-Satanás ¡Te equivocas!-Dios ¿Me equivoco? ¿Quién osa contrariarme? ¡Yo mismo, Dios! ¿Qué dios eres tú? ¡El Dios de los hombres! Y tú ¿Qué especie de diablo eres? ¡El único! ¡Falso! Hay tantos diablos como hombres Y tantos dioses como hombres también Ah, el hombre, mi más hermosa creación Mi más terrible creación ¡El hombre es nuestro hijo! ¡Y nosotros somos su más fantástica creación!- Dios y Satanás Soy su padre y soy su hijo-Dios Soy su padre y soy su hijo-Satanás Debemos amarlo Debemos aterrorizarlo ¡Nos necesita! ¡Le necesitamos!-Dios y Satanás ¡Dejemos de pelear por el hombre! Nuestro único enemigo es el hombre.

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Sin él no somos nada-Dios y Satanás ¡Castigo!-Diablo ¡Recompensa!-Dios ¡Domemos al hombre! ¡Eternos y todopoderosos!-Dios y Satanás ¡Alto perros! Os he descubierto ¿Quién eres?- -Dios y Satanás ¡El espacio! Somos inabarcables-Dios y Satanás ¡El tiempo! Somos eternos-Dios y Satanás ¡La vida! Yo soy la vida-Dios ¡La muerte! Yo soy la muerte-Satanás ¡El conocimiento! No nos puedes saber, ¿cómo saber lo que es y no es al mismo tiempo?-Dios y Satanás ¡El único hombre! Si, tú eres fuerte, pero eres uno y nosotros somos todos los que fueron, son y serán, todos juntos y todos por separado. -Dios y Satanás ¡Vendrán más como yo!

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Y seguirán siendo uno, todos acabarán con uno, en nuestro nombre. Te contaremos un secreto solo llegarán hasta aquí los que no nos amen y no nos teman-Dios y Satanás ¿Pero no os importa el hombre? ¿Al hombre le importa el hombre? ¿No los ves destrozando a ese, a ese otro, y a aquel?, destrozando por nuestro favor, destrozando por el poder sobre otros hombres, destrozando por destrozar, destrozando siempre a otros hombres. ¡No al hombre no le importa el hombre! ¡Solo le importa él mismo! ¿Debería importarnos a nosotros?- Dios y Satanás ¡A mí me importa el hombre! Por eso eres el único, un desterrado. Ven siéntate a nuestro lado y goza del espectáculo, ya va a empezar. -Dios y Satanás ¿Qué clase de dios eres tú, qué clase de diablo eres tú? ¿No lo sabes?, nos creasteis a vuestra imagen y semejanza. Ven y siéntate aquí en medio, este sitio está reservado para ti, siéntate y mira, va a empezar la función, observa como apalean a ese infeliz, como lo torturan, como lo mutilan y dan gracias por ello, es un espectáculo digno del hombre, lo aman y lo aniquilan, ¿qué opinas ahora de tu hombre?, el espectáculo es siempre igual, ríen y lloran, lloran y ríen siempre por la misma cosa: por ser como son, por ser hombres nada más, demasiado humanos. Nosotros odiamos y amamos al hombre en la medida que el hombre se odia y se ama a si mismo. ¡Juntos de la mano Dios, el hombre y Satanás! ¡Así sea! Pero basta de charla y disfrutemos con la función -Dios y Satanás 130

El mundo La centrifugadora sigue en marcha En fin queridos amiguitos, mientras dejamos a los servicios de limpieza que recojan un poco los desperdicios que han quedado tras el apaleamiento de San Venancio, San Zurullo ya es historia como todos sabemos, poca mugre ha quedado, todo hay que decirlo, la gente se ha ido llevando trozos del cuerpo de nuestro amadísimo San Venancio para conservarlos en formol como reliquias, los creyentes para adorarlos y los no creyentes, a la espera que se revaloricen, para venderlos, algunos se han llevado dedos, otros una oreja, otros pedazos del intestino grueso, los menos afortunados pedazos del intestino delgado, un desgraciado intentó llevarse el corazón y fue terriblemente golpeado por nuestro amigo el parao ,que logró al fin hacerse con tan preciada víscera, total que del cuerpo poco ha quedado, tanto es así que tuvieron que quemar un par de coches y una tienda de productos dietéticos junto con los pocos despojos del cuerpo para completar el ritual de apaleamiento y quema del santo, bueno como digo, en tanto los eficientes trabajadores del ayuntamiento a base de manguerazos limpian las calles de sangre y los agradecidos feligreses se retiran a sus casas o a los bares, en el mundo, que aunque algunos no se lo crean es muy grande y gira y gira, pasan muchas cosas, como por ejemplo:

9 Un payaso en plena actuación en la pista central del Circo Fulminante ha muerto de un ataque al corazón producido por una sobredosis de cocaína. 9 Un acontecimiento nacional: una señora ha parido una camada de siete hermosos retoños y todo en riguroso directo.

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9 Un par de políticos se han repartido el mundo: tú estas allí y yo aquí. No se sabe bien si al este o al oeste, o al norte o al sur. 9 Unos científicos han dado día y hora para el fin del mundo. 9 Otros científicos han demostrado matemáticamente que dios no existe. 9 A un hombre le han descubierto en el ombligo un tumor tan grande como la cúpula de la capilla sixtina, dentro del mencionado tumor contenía un universo paralelo de considerables dimensiones, eso si con mojones y todo para no perderse. 9 Han muerto doscientas cincuenta y cinco mil cuatrocientas veintiséis personas todas ellas de pena. 9 Muchos se acuestan a dormir. 9 Otros tantos se levantan. 9 Los enamorados se dicen: te quiero. 9 Los desenamorados hablan con los abogados. 9 Los niños juegan a ser mayores. 9 Los mayores dejaron de jugar hace mucho. 9 Un niño muere de hambre, mientras un cerdo cuenta sus monedas. 9 Hay un canal nuevo de televisión. 9 Un periodista de investigación buscando en la basura encuentra un tampón usado de una famosilla (autentico, contrastado por la prueba del ADN), ahora lo subasta, la puja alcanza cifras astronómicas. 9 Otro niño muere de hambre. 9 Estalla una guerra entre los rubios y los morenos, cada uno exige sus legítimos derechos. 9 Se prepara otra guerra ente los de aquí y los de un poco más allá.

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9 Manifestaciones en todo el mundo pro-derechos humanos. 9 Inventan algo milagroso: una crema de estas rejuvenecedoras, te la pones y vuelves al útero de tu madre; esta causando furor. 9 Un tipo ha completado la vuelta al mundo de rodillas, en calzoncillos y fumando en pipa; ha sido inscrito en el libro ese de los records. Toda una hazaña. 9 La luna ya tiene propietario: un magnate del petróleo. 9 La lotería ha hecho felices a unos cuantos y los demás continúan siendo unos pobres desgraciados. 9 Menos mal han sacado un nuevo modelo de móvil, el mío estaba ya viejo, tenía mes y medio. 9 Cuatro niños mueren de hambre. 9 Aplastante victoria del equipo visitante, en la final de fútbol, ciento veinte mil personas enfurecidas provocan una carnicería. 9 Organizaciones gubernamentales a nivel mundial firman los derechos básicos de todo ser humano, el principal derecho es el derecho a poder reclamar sus derechos. 9 Esta lloviendo y personas sin hogar y otras sin paraguas se están mojando. 9 La canción de moda: La gorda recauhutada ¡como baila la salsa! 9 Uno dice si, otro dice no, Los dos tienen razón: son políticos. ¿Será posible? 9 Ha llegado la primavera. 9 Abajo es otoño. 9 Una pareja febril se devora a besos, con preservativos en las lenguas. 9 Suben los precios en medio mundo. 9 Bajan los salarios en el otro medio. 9 Hay un equilibrio silenciado: para que haya un rico debe haber mil pobres.

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9 Unos amigos arreglan el mundo desde la barra de un bar. 9 Un hombre mata a su mujer. 9 Una fiesta de cumpleaños. 9 La bolsa ha subido, más millonarios, muchos más pobres. 9 Se descubre al antepasado del hombre: un primate que sabía álgebra. 9 Un estudio, después de cientos de miles de encuestas, demuestra que los hombres y las mujeres pensamos diferente. 9 Otro estudio patrocinado por una prestigiosa universidad: comer mierda produce rechazo social. 9 Un nuevo mesías televisivo lleva recaudados tropecientos mil millones. 9 Un loco con un subfusil, que dice ser dios, mata a catorce personas en un supermercado. 9 Atasco en la carretera. 9 Aquí brilla el sol, allí llueve. 9 Un perrito vestido de frac baila un vals, ¡que mono! 9 Un niño se ha suicidado: sacó malas notas en el colegio. 9 Se ha estropeado un coche y la grúa no llega. 9 Un nuevo análisis a la sabana santa dictamina que Cristo era homosexual, por algo que de no se que de las caderas. ¡Pos muy bien! 9 Dos viejos amigos se encuentran después de mucho tiempo y descubren que a pesar de cuanto han cambiado parece que fue ayer. 9 Un hombre muere al salvar a otro a manos de un tercero. 9 Un niño está naciendo ¡ahora! 9 Hoy estrenan doscientas cincuenta nuevas telenovelas. 9 Y se publican dos mil trescientos catorce nuevos libros.

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9 Y se filman mil trescientas ocho películas porno. 9 Y sube el pan. 9 El autobús de línea va con retraso. 9 Tu padre llega, otra vez, borracho a casa. 9 Elvis la pelvis ha reaparecido, ¡si!, lo han visto dirigiendo una expedición por la selva amazónica, en busca del elixir de la eterna juventud, encabezaba un grupo de jovencitas obesas. 9 Envían un cacharro al espacio sideral para averiguar los orígenes del universo conocido y a ver si de paso descubre otros nuevos universos donde poder mudarnos. 9 Presentan el último nuevo logro de la técnica: un robot que toca una armónica y además tiene swing el jodido. 9 Se han extinguido otras dos especies de animales. 9 Anuncian que la obesidad es una epidemia de incalculables proporciones en el mundo civilizado, por supuesto con un coste económico desorbitado. 9 Otro niño muerto de hambre. 9 Sacan al mercado unas galletitas con fibra, son para cagarse de los resultados que ofrecen. 9 Desfile de las fuerzas armadas, exaltación patriótica en una de las naciones más pobres del mundo. 9 Los modernos hablan de revoluciones pasadas. 9 Tribus urbanas alternativas con la panza llena reclaman sus derechos. 9 Todo el mundo reclama sus derechos, están en su derecho de reclamar. 9 Una mujer canta una canción de cuna a su bebé.

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9 Un artista revoluciona la escena cultural: reparte condones usados vestido de sacerdote en barrios marginales y anima a que los masquen como si fueran chicles, va escoltado, eso si. 9 El imputado ha sido absuelto. 9 Estaban fuertes los garbanzos hoy, pero que ricos, me voy corriendo a un ascensor. 9 Esterilizaciones en masa en las zonas más deprimidas del planeta, de esta forma tan original se intentará erradicar la extrema pobreza. 9 Dos gorriones hacen el canelo detrás de una minifalda. 9 Todo esto pasa además de lo que estás haciendo tú ahora. 9 Montones de gente no hacen NADA. Mientras tanto el Apóstol despierta de un hermoso sueño, se quedó traspuesto en la barra del bar, José conversa con Maria, el hombre invisible sigue ahí inmóvil, el parao, de mala gana, le esta haciendo un apaño a su mujer, cinco minutos en el infierno para él, el Hombre esta en el congelador, su cuerpo de un color entre amarillo y amoratado, Macario en el psiquiátrico, Pedro y Pablo en sus casas viendo la televisión, la puta en cuidados intensivos, el enamorado masturbándose mientras piensa en su amadísima y prepara la horca con su cinturón, Jerónimo tomándose una copita de coñac mientras Cándida llora desconsolada encerrada en el water, San Venancio, antes el padre Venancio, anda cuarteado y repartido entre los feligreses, Dios y Satanás jugando una partidita al mus, el mundo se está mareando de tanto dar vueltas y Jesús vuelve del trabajo.

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Jesús Un día menos Vaya mierda de día he tenido hoy, doce horas trabajando, se han estropeado dos máquinas y me he puesto perdido de aceite al arreglarlas, el encargado todo el día detrás, que si corre, que si espabila, que si no llego a la producción, por supuesto no he llegado, ¡faltaría más!, la madre que lo parió, estos perros que casi no saben leer y escribir a la que les dan un poco de poder se creen mejores que uno, eso si en cuanto viene alguien que esta por encima de ellos entregan su culo bien lubricado, que asco, que poca dignidad, en fin, para colmo de males a la hora del almuerzo va y me pilla con la cerveza, que me van a abrir un expediente dice, por una jodida cerveza, ¿pero en que mundo vivimos?, ¿esto es democracia?, si no se puede beber ni una cerveza ya nada vale la pena. Los nervios de punta. ¡Que se jodan! Menos mal, todo ha acabado. Hasta mañana. Bueno vamos a celebrar el día de San Zurullo. Pepe una cerveza, de momento. Me voy a inflar, vamos hombre, ¡a mi me van a prohibir beber cerveza!, lo que me faltaba por oír, me paso el día trabajando y me vienen con esas, ¡pues de eso nada! Pepe otra cerveza y no te vayas lejos. Tranquilo chaval tengamos la fiesta en paz. Claro que vamos a tener fiesta, pon otra cerveza al Apóstol que invita mesié. Y tú y la María lo que queráis. Mariaaa, ¿quieres algo? Invita Rockefeller, ¿y a ese de allí no le invitas?

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¿A quién? Menos cachondeo Pepe, que vengo muy quemado. Bueno y ¿qué tal por aquí? ¿cómo ha ido el día de San Zurullo? Todo tranquilo, pero ahora ya no es el día de San Zurullo, se ha cambiado por San Venancio, el año que viene ya veremos. ¿San Venancio? Que más da. Pues yo ni te cuento. Mejor. Deja al chaval tranquilo Apóstol, ¿no ves que esta cansado? No estoy cansado, estoy arto. Arto de trabajar, arto de la rutina, arto de la gente que me rodea, arto del mundo y arto de mi mismo, ¡estoy arto de todo! Me voy a emborrachar joder, y mañana despertarme será peor que hoy, solo pensar en la resaca que tendré ya me duele la cabeza, pero me da igual. Pepe, otra cerveza para desintoxicarme de esta vida. Así se habla muchacho, ¿no le invitas a otra a tu amigo el Apóstol? Pon otra para mi amigo. Joder, no he comprado leche, ni pan, ni he puesto las mil lavadoras que tengo que poner, no tengo ropa limpia y me parece que tampoco me quedan calcetines y calzoncillos, está la cosa muy mal, si señor, muy mal, ahora eso si, las birras que no falten. Pero a tomar por culo, paso de agobiarme, hoy es San Zurullo y hay que celebrarlo, bueno San Zurullo no ahora es el día de San Venancio, como cambian las cosas, pero claro yo incomunicado durante doce horas en esa mierda de fábrica, ya puede empezar la guerra o haber una invasión extraterrestre que yo ni me entero, jajaja, pero ¿para qué? total todos los días lo mismo, me se las noticias de memoria, me se hasta las noticias que serán noticia dentro de un mes, así que imagínate.

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Muchacho, mírame dentro de este ojo. ¿Se te ha metido algo Apóstol? ¡Mira! Coño, ¿esto qué es?, voy a toda velocidad, casi me mareo, hay nubes, a toda ostia voy, ahora bajo, esto es el pueblo, si, es el pueblo, ha cambiado, la plaza, la iglesia, el colegio, joder el bar de Pepe, ahora es un restaurante chino, que asco, me enferman los restaurantes chinos, la fábrica, mira al cabrón del encargado allá arriba mirando toda la planta, ya baja, va hacia ese chavalote que esta de rodillas, esta hecho un desastre, lleno de aceite arreglando una máquina, ostia, ¡si el encargado soy yo!, y le estoy gritando al chaval que está en el suelo, no puede ser, el muchacho se levanta, levanta la mano y me hunde en la cabeza una feroz llave inglesa, he caído al suelo como un muñeco de trapo, ¿pero? ¡Este tipo esta loco!, continúa machacándome la cabeza con la llave, será cabrón, vale que me mates, pero no me hagas papilla hombre, se va, se dirige a los lavabos, abre el grifo y se lava las manos chorreantes de sangre, se lava la cara salpicada de sangre también, se mira al espejo, ¡joder! ¡Pero si soy yo! Oye Apóstol, ¿de verdad voy a ser encargado?, ojalá, más de uno se iba a cagar, ya lo creo. No responde, solo sonríe, le asoman los dos colmillos brillantes, da miedo a veces este cabronazo. ¿Quieres ver que hay en el otro ojo? Déjalo Apóstol, mejor ve al oculista. Pepe otra cerveza. Bueno me tomo cuatro o cinco más y me voy para casa, a descansar, que mañana tengo que levantarme pronto y no quiero cagarla, mira que si de verdad llego a encargado, claro que espero no me hunda yo mismo una llave inglesa en la cabeza, no sería muy simpático, no.

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¿Qué hace Pepe? Está hablando con una copa vacía y la María le mira espantada, el personal está cada día peor, vaya tela. Pepe, ¿qué haces hombre? Ven a ayudarme que este no responde, hace horas que está aquí sin moverse, a ver si la ha palmado. ¿Quién? Este, ¿no lo ves? Déjalo José, déjalo ya por favor, me estás asustando. Ven María ayúdame, que se cae. Pepe, aquí solo estamos nosotros. ¿Pero qué dices chaval? Ven y ayúdame y tú María no llores. Pepe ¡no hay nadie!, estas hablando solo. María, díselo tú, dile que me ayude con este tipo. ¿María? José, José, ven conmigo, deja ese trapo y ven conmigo por favor. María, díselo, dímelo, dime que aquí hay alguien. Joder como se está el patio, Pepe está muy mal, ve fantasmas, mierda, ¿qué hago ahora?, ¿qué le digo?, y a este cabronazo le están creciendo los colmillos, que mierda de tío ¿de que se ríe? Tranquilo Pepe, ya te ayudo, vamos a sacarlo del bar. ¡Quieto! No te muevas, ya despierta, ¿estás bien hombre? Si, bueno, menuda caraja, venga, que es tarde, nada hombre no te preocupes, invita la casa, derecho a la cama ¿me oyes? y a dormir, buenas noches. ¡Madre mía!, que espectáculo, la María se ha ido llorando al baño y Pepe se ha quedado quieto, completamente inmóvil, con un trapo en las manos, mirando nada,

pobre

hombre, ha perdido la cabeza del todo, está ya muy mayor, debe ser la edad.

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Pepe ya no está con aquí, se ha ido con los fantasmas, se ha ido para siempre. ¡Cierra la boca Apóstol!, Pepe, Pepe, oye una cerveza. ¿Eh?, ¿una cerveza?, si. ¿Estás bien Pepe? Si, todo bien ¿y María? En el lavabo, anda ve a buscarla. Ya vienen juntos, de la mano, es un buen hombre este Pepe, está consolando a la María, la mujer se ha asustado al ver que Pepe perdía la cabeza, no se, no estoy seguro pero creo que estos dos son algo más que amigos, me alegro por ellos. Venga todo el mundo fuera se cierra el bar por hoy. ¿Qué te debo? Cóbrame lo de esta mañana y todas las cervezas. Ya pagarás mañana, estoy cansado. Como quieras, venga buenas noches y cuídate. ¿Y el Apóstol? Ha desaparecido el muy cabrón, solo queda su sombra. Pues su sombra a la calle también, el bar esta cerrado para las personas y para las sombras. Bueno, en fin, un día más. Un día menos. Responde la jodida sombra deformándose, estirándose hasta oscurecer la noche, engulléndonos, engulléndose a sí misma, ocultando todo, hasta donde alcanza la vista y la memoria.

PLIN

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¿Qué tal?, ¿qué les ha parecido?, ¿les ha gustado?, ¿qué significan esas caras de póquer?, ya veo ni les ha gustado, ni no les ha gustado, no han entendido ustedes nada, después de las tres primeras líneas dejaron de estar aquí y sus cabezas vacías se llenaron de pajarillos y mariposas revoloteando traviesas en un soleado jardín, con fuentes de colores y mancebos desnudos posando pelados granos de dulce uva en sus bocas, ya esto último no, no llegan ustedes a semejantes fantasías, son planos, inertes, cobardes, ¿Cómo piensan entonces juzgarme?, si no son capaces de entender algo tan simple, tan básico como una realidad distinta a la suya.

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CAPITULO XIX Estaba yo sentado en la parada de autobús a mi diestra una niña pequeña que chupaba libidinosa su dulce y colorada piruleta, a mi siniestra dos bondadosas monjitas que conversaban alegremente con una tercera que estaba en pie, yo cabizbajo, mi única compañía mis pensamientos, mis sentimientos, una pasividad absoluta ante lo que me esperaba de tal forma que la sensación de tranquilidad era infinita, habían pasado ya cientos de autobuses, alguno de ellos quizás dio la vuelta al mundo varias veces cogiendo y dejando en su recorrido cuerpos y almas y ninguna semejante a la mía, tenía la ropa sucia, la cara sucia y las manos sucias, nadie me miraba, nadie excepto la niñita, ella con asombro y con una maliciosa e inocente sonrisa y su puerca mama con el rabillo del ojo izquierdo con asco, estaba yo mirando un chicle pegado al suelo con la huella de un zapato estampada en él para la posteridad, entonces vi dos pares de botas, botas negras, botas duras, bien lustradas, botas con caras y huesos doloridos grabados en el cuero, botas de dos policías, estaban frente a mi, me habían descubierto, alcé la vista, me miraban con una mezcla de odio y miedo, peligrosa combinación, como un relámpago saqué de mi manga la navaja de barbero que tenía, la abrí y de un solo y certero tajo rebané el pescuezo de uno de ellos, se echó la mano a la garganta, intentaba gritar pero solo lograba dejar escapar una especie de sonido gutural de agonía, la sangre brotaba, se escapaba, y con la sangre se le iba la vida, calló de rodillas, y así se quedó, de rodillas, apoyó la cabeza en el banco, un reguero de sangre se deslizó suavemente hacia la alcantarilla y allí se perdió, mientras tanto el otro policía intentó echar mano de su pistola, ¡zas! Le corté los tendones de su mano derecha, aulló de dolor, otro golpe, un surco se abrió desde la comisura de su boca hasta la oreja izquierda, ahora eran sus ojos los que aterrados gritaban, una última incisión, con calma, de un lado a otro de la

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garganta, se desplomó y cayó todo lo largo que era de un lado a otro de la parada de autobús, había convertido esta humilde parada de autobús en un campo de batalla, en un matadero, en un lugar de peregrinación, y se acabó, cerré la navaja, me senté de nuevo en el banco, al lado de la cabeza del policía ya muerto, miré al suelo y el chicle seguía allí, casi cubierto por un charco de sangre y empecé a imaginar la cara, la boca, si tenía caries, si era hombre o mujer, mujer quise pensar, de la persona que lo había mascado, saboreado y escupido mientras esperaba al autobús. Los gritos de una monjita me despertador de mi letargo, la odié por eso, las monjitas, las monjitas que escena tan admirable, las tres de pie, una mientras se tapaba las orejas con sus manos gritaba, otra tapaba con fuerza su boca para no gritar y la tercera tapaba sus ojos, como los tres monos esos, ya saben, no veo, no oigo, no hablo, casi me dio la risa cuando la que tenía tapados sus ojillos mientras retrocedía no vio acercarse al autobús y fue arrollada, la que tapaba su boca se desmayó con tan buena suerte que se rompió la crisma con el borde del banco, la que tapaba sus oídos se meó encima, y su santa meada se mezcló con la sangre de los dos policías, y yo allí sentado, viendo y gozando de este docudrama a cámara lenta, me acordé de repente de la tierna niñita y su piruleta, me giré y allí seguía, chupa que te chupa, con esos ojillos vivos, con chispa, con una maldad que casi me asustó, que casi me enamoró, su madre estaba como atontada, los ojos abiertos, la boca abierta, no movía ni un músculo, a punto estuve de liquidar a la madre y fugarme a algún país multicolor con esa pequeña zorrita, pero las sirenas de la policía hicieron de resorte, me levanté, le di un tierno beso en la boca a mi pequeño amor, con lengua y todo, quería saborear esa mágica piruleta, y me fui andando calle abajo con las manos en los bolsillos, silbando el bolero ese de “somos novios”, ya saben ese que dice:

Somos novios

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Pues los dos sentimos mutuo amor profundo

Y con eso ya ganamos lo más grande

De este mundo

Nos amamos, nos besamos

Como novios

Nos deseamos y hasta a veces sin motivo y

Sin razón, nos enojamos

Somos novios

Mantenemos un cariño limpio y puro

Como todos

Procuramos el momento más oscuro

Para hablarnos

Para darnos el más dulce de los besos

Recordar de qué color son los cerezos

Sin hacer más comentarios, somos novios

En fin, a veces me pongo de un romántico, de un sentimental que me hace dudar de quién o qué soy, aunque es extraño, se puede dudar de alguna certeza y sobre estas y

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otras cuestiones yo no tengo ninguna por lo que no hay tampoco motivos de duda, no se si me explico, ¿no?, es igual, yo tampoco me entiendo.

Dos calles más abajo, pare un coche, agarré del cuello al conductor, suerte para él que no ofreció resistencia, me fui al barrio de los traficantes y las putas, ese que hay en todas las ciudades, ese que nadie ha visitado pero que siempre esta lleno de gente, como no tenía dinero, pague trece gramos de cocaína con los servicios de mi navaja de barbero y emprendí camino hacía el final.

Resumen de esta jornada: dos policías muertos, dos monjas muertas, un amor mágico, un coche robado, cuatro camellos muertos, un colocón de campeonato, una furia desbocada y sin sentido en busca de nada. ¡Buen viaje! Me desee a mi mismo.

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CAPITULO XX Llega un momento,

En el que el miedo huye de si mismo,

En el que solo queda el odio y la impotencia,

En el que el dolor se hace compañero de una vida demasiado larga ya,

En ese momento la soledad deja de ser un castigo,

Y se convierte en tu bendición,

Ese día ha llegado para mí,

Cuidaros de estar a mi lado,

Cuidaros,

Porque nada tengo ya que perder.

No hay reposo para aquel que alcanza el éxtasis

Con la morbosa danza de lo que pudo haber sido y no fue,

¡Locos!

Que recordáis aquello que nunca hicisteis

Y os arrepentís de ello.

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¿Qué destino le espera a aquel que

No siente el propio dolor

Pero padece todo el ajeno?

¿La locura sin remedio

O el cielo?

¿Qué negra suerte me espera en ese cruce de caminos?

No temo caer,

Solo temo perderte,

Continúo adelante,

Nadie dirá que me eché atrás,

Nadie dirá que no luche por tenerte,

Nada ha cambiado,

Ahí encuentro un cruce más,

¿Mala fortuna

O me sonríe el destino?

Cuando llegue al final de mi camino,

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Allí estará esperándome,

Sonriente,

La muerte.

El hambre,

La peste,

La guerra

Y la muerte,

No eran suficientes,

A ellos se ha unido un nuevo

Y más terrible jinete,

Que desencadenará al fin

El fin.

Este nuevo jinete cabalga

Un caballo que él mismo ha domado.

Conoce su futuro,

Tiene miedo,

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Pero desea perecer,

Y no sabe el porqué.

Este último jinete tiene nombre,

Todos lo sabemos,

Es el hombre.

No comprender es malo,

Pero ser un incomprendido puede ser aún peor.

No se si estas cosas las viví, si las soñé o si alguno de esos malditos dioses que pululan y reptan por el infierno este que llamamos tierra y se alimentan de las almas de los engendros que la habitan, soy uno de ellos me temo, digo si tal vez uno de esos dioses me las reveló durante unos de mis viajes a otras dimensiones, esos viajes causados por la ingesta de drogas y alcohol, no le se, el caso es que aquí están, a mi me sirvieron para desconocerme aún más, algunas veces, otras para saber de mi mismo, otras para quererme muerto y otras para sentirme vivo, ahora que mi fin afortunadamente se aproxima, hagan ustedes lo que crean oportuno con todo esto, quizás sirva para algo, o quizás para alimentar el fuego de alguna chimenea durante el crudo invierno que se avecina una vez más.

Bueno, me he puesto un tanto melodramático, mejor corto por unos momentos el relato, para después continuar con mis peripecias, les adelanto será algo más alegre, no faltará desde luego algo de sangre, no se preocupen, se lo que les gusta, a pesar de que lo

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niegan con esas cabecitas las dilatadas pupilas de sus ojos les delatan, un momento por favor, un momento para ordenar mis ideas, aclarar e intentar recordar y reconstruir un borroso pasado.

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CAPITULO XXI Y aplacaré con mis sentidos la espuma de todos los océanos, y conquistaré el pensamiento de ida y vuelta, respondiendo así a la llamada que incesantemente estremeció el sendero en el que resistieron hasta el fin los colosos que siempre estuvieron junto a ti, siempre fueron indiferentes a nuestras miradas y nosotros a sus suplicas, y entonces sin buscarse se encontraron los incesantes y los siempre estremecidos, ellos y sus incoherencias plagadas de extrañas lógicas, los colosos se abrieron paso derribando montañas y humillando al tiempo, la vida se detuvo y el caos se sentó bajo el baobab seco de vida, a la luz y sombra de ambas lunas y meditó sobre su destino, una nueva lengua fue creada para tal fin, se invocaron a los vigilantes y se abrieron las puertas, los dioses fueron libres al fin, y abandonaron a sus creadores, que calamidades inundaron entonces el destino de los hombres, los extremos se hermanaron y todos los paralelos se cruzaron en el tercio inferior del sexo, ese provocador de furias y calmas, de humedades con aromas que aniquilan tu propio ser, ese sexo que se penetra a si mismo, y llena de orina los paladares más sibaritas, allí se lamentaron y corrieron ríos de lagrimas, los pensantes, las bebedoras, los impasibles, los ilustres, las amadoras, los cientos y las legiones con arietes invisibles rompieron las puertas y destronaron al pacificador de todos los mundos, que implorando clemencia para ellos fue a desaparecer, requisito indispensable para la no desintegración fue aumentar las cadenas, no hubo otra forma, había que sobrevivir a cualquier precio y se antojaron ligeras y suaves como la seda importada desde el inmediato pasado por el último aclante, ese fue el segundo tributo, y tal vez un impulso, tal vez un hachazo en la sien, o un abrazo sin calor, una gota de agua que cayó al revés, nunca lo supisteis pero las grietas se hicieron simas y el frío y el calor y la vejez y el dolor y los patriotas inflados y pirotécnicos que

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ladran sus himnos al menos de dos en dos, las campanas enmudecieron sin tener corazones que las escucharan y las cabezas decidieron interponerse al vuelo de piedras moldeadas a su suerte, cráneos fracturados llenando de nada su vacío, hacia atrás y hacia delante, hacia atrás y hacia delante, el tiempo comenzó a oscilar, cada vez más rápido, más rápido, hasta que el pasado y el presente y el no futuro, se fundieron en algo que vino a llamarse instante, y este se hizo eterno, los ríos se detuvieron cuando el último tricerebrado que conservaba algo de su antigua cordura lanzó la última flecha que daría doscientas quince vueltas al planeta oculto, atravesando sin piedad ni pasión la carne que dejó de estar viva cuando vio la luz, después de haber resucitado transformada en la negación de la negación, sin que por ello fuera cierto lo posible o invisible lo inabarcable, pero esto ya se sabía, no se desintegró lo suficiente esta realidad para que fuera palpable e irreconciliable consigo misma, sospecharse a si misma, ese fue el milagro que valió se le otorgara el privilegio de dejar de sentirse, pensamientos enfundados en apariencias de saber y el mejor amigo del sabio de sabios ese que aún no nacerá, el mejor amigo del posthombre nunca dejó de ser sus propias manos tocando y moldeando el aire, implorando con las puntas de los dedos a los descendientes del agua y el fuego que no vean la cegadora luz de los campos esterilizados por el sudor, campos sembrados de uñas arrancadas por bocas sin nada que decir, absorbidos por el único y suficiente tentáculo del dios que hace falta, soñándonos en la propia irrealidad y cuanto más despertemos menos irrealidad y más huesos astillados, cajas de caudales llenas hasta reventar con pecosas pelirrojas tatuadas y blasfemas, diosas infernales, objetos de temor y deseo, todas las madres una vez lo fueron, se les infló el abdomen, un terror que latía muy dentro, después engordaron a la par el terror y su madre, muerta ya, canibalismo decreciente y a la inversa, la diosa fue crucificada, y se hizo madre, lo podemos llamar amor, es lo menos insensato, lo

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contrario es penosamente insoportable, todo colgado, aspirando sensaciones y expirando humus cristalizado, las parejas estampadas sobre imposibles sufrimientos, sobre colores sin forma y casi sin darnos cuenta una pausa, una tregua en esa paz inerte, paz habiendo desconocido la guerra, flotando en el aire fragmentos capricornianos divididos y esparcidos por las memorias sin estructura básica, ni reciente y ¿acaso tenía importancia? , cualquier consideración superlativa buscaba un fondo donde caer, y nunca faltaron, y el desbordamiento simultaneo provocó un epilogo alterado, con principios alternativos depositados bajo capas de escamas y de deseos sin voluntad, ni sustento en el placer, pero con volúmenes cósmicos concentrados en cabezas de aguja, suave y con características alteradas como algodón empapado de sangre, así es cuando lo posible es probable y va marcha atrás, retrocediendo hasta la matriz que lo engendró en una furiosa tarde de primavera de abandono y de miedo a la soledad, siempre reclinada sobre si misma y bajo los efectos narcóticos de cualquier exceso habitualmente localizado entre las piernas de las hembras de la especie ambulante, casi siempre esquivas y desesperadas, bebedoras de la vida entregada por sus atormentados buscadores, revisan tus ojos y deciden si eres digno, o solo un recluso de la autosatisfacción, un frenético chillido en clave de si y todo siempre en el reposo que otorga el pretérito, facilitando los cambios de piel, justificándolos en el ahora y preparando otros cuerpos para el mañana que nunca existirá, siempre será ahora durante ese instante y ya fue ayer otra vez y para siempre, de esta forma solo el pasado será eterno, ¿acaso es posible representarlo de otro modo?, únicamente recociendo el congreso sistemático de los descendidos, invitándoles a saltar de nuevo a su propio espacio, diseñado para la ambigüedad y por tanto para la polivalencia disparatada, sin esperar a ocupar el nuestro a cambio de tanta generosidad, son rasgos fundamentales para ir paso a paso tras las revisiones metódicas del enjambre ideado por los guerreros

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reconciliados bajo los dispares y concretos aspectos del maleficio primitivo, el que lanzó el dios que después aniquilaron y no se pudo retirar, repartido por igual entre las individualidades y modulados y amplificados en la medida justa por los ingenieros que sufrieron por ello las amputaciones y tendieron los cables de acero entre nosotros y sus entrañas, siempre son señales de frecuencias extremas, delicadas, lanzadas a intervalos instantáneos, aún cuando dejemos de nacer y morir seguirán recorriendo lo universal para retroalimentarse y así permanecer desde y hasta siempre bajo su propia conciencia, entonces llegará el momento de poner, una vez más, punto final a mi imagen, será lo menos sensato que nunca haré, pero sino tampoco lo será, es justo que lo provoque aquí y ahora, antes de que sea ayer, entonces todo esto arderá de nuevo, solo el fuego se elevará y las cenizas caerán gradualmente aplastando bajo su peso los restos de mi, es tiempo de que cada uno invoque la suya y la licue a cierta altura sobre su cabeza, será un tótem creciente de granito flotante, o no será.

En fin no hay quien lo entienda pero no importa, ¿o si?, el caso es que durante la huida, después del incidente de la parada de autobús, debido a la ingesta masiva de cocaína viajé no solo por el espacio y el tiempo, sino a lugares inabarcables dentro de mi, lugares que nadie supo nunca de su existencia hasta ahora, siéntanse afortunados y lo que les es relatado es la descripción detallada de estos lugares, si quieren visitarlos ya saben, consuman drogas, las que prefieran, en la variedad está el gusto, eso sí en cantidades industriales, hasta caer semiinconscientes, o intenten girar sobre si mismos durante dos horas sin descanso, ustedes deciden que método prefieren.

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CAPITULO XXII TENGO HAMBRE Me alimento del reflejo de los soles en ese espeso lago, de los colores de una noche sin estrellas, de las sensaciones de mis pies descalzos sobre la hierba cualquier amanecer, de tu risa por nada y tus llantos por nada, de la siempre agradecida soledad, del insoportable rumor de tantas palabras que hablan de nada, del silencio roto por una puesta de sol, del pasado que volverá, del futuro que sólo existe en mí y en ti si te atreves a abrazarlo, de esos caminos en los que tropezamos una y otra vez en la misma piedra, de los narcóticos y cambiantes en texturas, olores y sabores, flujos vaginales de la graciosa Gladis, que manan cual lava de un furioso volcán en eterna erupción, de los esquivos sueños nunca raptados por los cazadores de almas, de la cómica lentitud del dolor y de sus mil rostros, de esa falsa cicatriz en todos los supuestos corazones, heridas que nunca se cerraran porque nunca fueron abiertas, de todas las cosas que nunca debieran intentarse comprender, solo sentir, de esos escasos segundos de felicidad que hacen soportable y justifican una vida demasiado larga, de los que tienen más y son menos, de la furia ciega de ese perro rabioso que tiene pasaporte en regla, de los que siempre fueron niños y los que saben dejaron de serlo un día de sol y lluvia con un arco iris de infinitas tonalidades en gris, de los cuerdos que están locos y de los locos viajeros del tiempo, de los epitafios en las tumbas de los cuatro inmortales, de los maestros en el fantástico arte de cazar moscas, de lo prohibido y de las causalidades, de las palomas sentadas en las barrocas gárgolas de cualquier catedral, de los reflejos en tantos espejos mágicos, de los que no se saben y se quieren tanto, del agua que mueve las turbinas y genera la energía que pone en marcha esa silla eléctrica, de la sangre del mártir, de los chimpancés cosmonautas, de tantos y tantos ombligos del mundo que en

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realidad son ojetes dilatados y lubricados, de las espinillas en la nariz de una princesita quinceañera la noche del baile, del oro, el incienso y la mirra, de un casco perforado por un balazo, de los sapos con frac queriendo ser príncipes y las morsas con corsé soñando ser sirenas, de las drogas intravenosas, que ricas que están, de la mirada perdida de Rebeca, de los cacahuetes salados en la barra de un bar de carretera, de los piojos haciendo su agosto, de los incalculables pedos sin enfrascar “EAU de Toilette”, de una pierna no amputada por una mina nunca enterrada, del desconsuelo del que es y no entiende porque no le entienden, de una bicicleta tandem en casa de un divorciado, de los besos con pasión y sin amor, de esas perdices que se comieron y nunca fueron felices, de los pijamas con las iniciales bordadas, de los nudos marineros, del implacable sueño de los justos, de los que se clavan la aguja en el pajar, de las beatas que sueñan posturas imposibles, de las miradas de una pareja atrapada en el ascensor, de las bolas de naftalina del aburrimiento, de los picaportes que jamás sonaron, de la sensibilidad casi mística de los poetas, esa sensibilidad que te muta instantáneamente ante los ojos femeninos en cosas peludas y con polla, de las salidas de emergencia que dan directamente al vacío, de los náufragos en la zona de transito del aeropuerto, de la cuestión del ser o no ser, del enigma que es en si misma Carlota, ella y su cambiante piel canela, de los sibaritas y sus minúsculos sibaritismos, de ese pelo de alambre de espino que la perfumada Zenobia depositó en mi garganta hace cuatro eternidades, cuando inconsciente de mi pretendí libar de su abierta flor, de: “dejad que los niños se acerquen a mi”, de la paz sostenida por el miedo a la guerra, de los remedios infalibles, de los campos de coliflores, de las aspiradoras con forma de nariz, de los bebedores de horchata bien fría en el caluroso verano ¡que felicidad!, de los que se catapultan, de las vísceras que tienen vida propia y aman y odian sin intervención divina, de los paquetines sofocados, de las discusiones sobre lo que da igual, de los buscadores de lo

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mismo y que se hunden en diferentes mares, de los que no tienen compasión ni de si mismos, de las segundas partes que fueron mejores que las primeras, de los Romeos con los calzoncillos cagados, y las Julietas hartas de cocaína, con un desgarro anal y borrachas de semen, de los arrepentidos reincidentes, de todo lo que el viento se llevó, de lo cara que esta la vida, de:”el que no ha sido comunista a los veinte no ha tenido corazón, el que lo sigue siendo a los cuarenta no tiene cabeza”, de los engranajes bien engrasados, de los que aman a las ballenas, de los nuevos talentos y sus operas primas, de los monaguillos y las novicias, de las barbas de tres días, de los pantalones de pana y el manifiesto comunista, de las paellas y la arena de playa, de:”los viejos roqueros nunca mueren”, de la sangre que sale a borbotones de una femoral segada a cuchillo, de los mosquitos en el polo norte, de los peluquines sintéticos, de los pepinos colocados alguna vez en oscuros rectos y que acaban su existencia en una ensalada bien aliñada, de los que se consumen en sus propios infiernos hechos a medida como un ataúd sin acolchar, de las cosas que no sirven para nada y tanto nos gustan, de los sucesos que son temporizadores conectados a cabezas insatisfechas, de la seguridad ciudadana, de una rica merienda campestre, de los consoladores que echan humo, de los eternos anfibios, de la corriente alterna, de las múltiples aplicaciones de una fusta en manos expertas, del mercurio, de los caracoles en salsa, de lo que toca en una tómbola, de los resquicios por los que se filtra la vida, de ese gran amor que olvidé al salir el sol, de las personas normales que un buen día dejaron de serlo después de hacer cosas, de un autoestopista en un sentido u otro, de la emoción del miedo cuando de buenas a primeras supiste de tu propia existencia, de los que decidieron pensar y hablar en verso, de la inercia y su empuje, de los placeres y tormentos que me otorgó mi Sonia solo a cambio de mi alma, de un encendedor sin gas, de cuando no llegó aquella erección, de cuando enterré mi cadáver y me sonrieron los gusanos, de la paz interior en un coma etílico, de semejante

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sadismo, de los que no dan cuartel, de las reinas de sus casa en alpargatas, de que si el huevo o la gallina, de las causas justas sedientas de sangre que provocan justos holocaustos, de las sombras que se emanciparon de sus pesados cuerpos, de las mesitas de noche con dentaduras postizas dentro de un vaso de agua, de mi tiempo, ese que Alba se llevó cuando me abandonó a mi mala suerte, de una mandíbula desencajada por un apasionado beso ante el espejo, de una ameba buscando su lugar en el mundo, de asentir y negar a tiempo, de los restos de los restos, de los condenados a no morir, de los orinales bajo las camas que no han sido vaciados durante décadas y están ya punto de rebosar, del sabor de tu saliva, Alicia, en mi boca y su efecto millones de veces mas sedante que el cloroformo y que a la vez inflama lo que tengo, me alimento de tus bostezos, perro rastrero, cuando te cuento de que me alimento y tú perro te alimentarás de mis excrementos, se bien que te gustan y piadoso como soy no te privaré de ese placer. Todo esto se me ocurrió al ingresar en esta cómoda prisión, como creo que les he dicho, ¿o no?, estaba prácticamente en los huesos y aquí me dieron muy bien de comer. Gracias.

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CAPITULO XXIII

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CAPITULO XXIV Discúlpenme, me he quedado un poco descolocao, la cabeza pasó de estar sobre mis hombros a moverse con voluntad propia por el espacio en blanco que compone la vida de cualquier cosa que esta viva, y eso que yo ya no lo estoy, si llegara a ocurrirme de nuevo no duden en comerme la polla para que me despierte, y si por un casual no respondiera es que sin duda estoy muerto, pero que ello no sea obstáculo para seguir chapándomela, se lo ruego.

Estoy un poco cansado.

Y como que toda esta mierda no nos lleva a ningún sitio, ustedes ya tienen, ya tenían una opinión y un veredicto antes de oír mi historia, pienso soltarles de una tacada tal cantidad de barbaridades que lamentaran haber empezado a leer esta bazofia, ahí vamos, jajajajajaja.

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CAPITULO XXV CORTANDO CON TODO Tal vez debería cortarme un dedo, si tal vez, o quizás volarme los sesos, algún día, es posible, es probable, si eso será cuando no me queden dedos, cuando a nadie le queden dedos que pueda cortar, dejaremos para más adelante entonces la cuestión de volarme los sesos, no sería suficiente y además me gustaría saber como se vive la vida a si misma en mi muerte, y esta importante cuestión no la puedo ni tan solo intuir con un agujero en la cabeza, no en la mía, en cualquier caso se que tal vez todo esto no sea más que una pesadilla, no puede ser de otra forma, ¿o si?, cortándome un dedo el dolor me dirá la verdad, la verdad sobre en que realidad me encuentro, en la realidad de mis pesadillas, en la realidad de vuestras pesadillas o en la realidad del sueño, mis dos manos abiertas, los dedos extendidos sobre una mesa negra, que ciertamente no es negra, solo esta sucia, no recuerdo de que color era hace siglos ya, observo mis manos, los recuerdos grabados en ellas en forma de arrugas y alguna cicatriz, observo mis venas hinchadas y azules, mis nudillos heridos a base de golpear las paredes, las uñas y los restos de otras pieles y sangres secas bajo ellas, me esfuerzo por abrir y extender aún mas los dedos, sobre la mesa hay una botella de absenta y un cuchillo, lo he afilado durante horas, quiero beber, pero no puedo mover mis manos, no puedo dejar de mirarlas, si las muevo se romperá el camino trazado, se disipará la sensación de saber lo que debo hacer, las miro, hablo a mis manos y ellas me hablan, me piden que sea firme en su sacrificio, son nobles, abro la boca y muerdo el cuello de la botella, inclino mi cabeza hacia atrás y la absenta entra como un océano de lava hirviente en mi garganta, quema, abrasa, es la sensación de la purificación que ejerce el fuego sobre lo corrupto y lo insano, me duelen los dientes, bebo un poco más, dejo la botella, cierro los ojos, y

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siento que las llamas inflaman mis entrañas, no he movido mis manos, ni ellas se han movido, ahí siguen, expectantes ante la ceremonia que ya ha comenzado, este es el momento, cojo el cuchillo con mi mano derecha, y corto un dedo de la siniestra, el meñique para ser más precisos, no por nada en especial, solo es una cuestión de orden, continuaré este orden hasta llegar al pulgar o hasta que me desmaye o hasta que despierte, ahora si me esta permitido coger la botella con mi mano sin mutilar, un trago largo, cojo de nuevo el cuchillo y secciono de un solo y certero tajo otro dedo, no perdamos más tiempo, no es necesario pretender retrasar lo inevitable, corto uno más, y clavo el cuchillo en la mesa, cojo la botella y bebo, derramo el licor sobre mi mano mutilada, sobre los dedos amputados, separados exactamente un centímetro de lo que antes era un todo, quizás debiera replantearme empuñar con mi mano intacta un revolver o eso o mutilar a toda la humanidad, en cualquier caso no me cortaré más dedos yo, a no ser claro que deba despertar de nuevo, ahora lo veo, lo se de nuevo otra vez, el mundo es un basurero, un apestoso estercolero, lleno de voraces gusanos en busca de la mierda más grande, de la mierda más blanda o la más dura según dicte la moda del momento, conseguí una bien jugosa y me sentí mejor, me sentía envidiado, me sentía bien, incluso aplasté a otros gusanos bajo mi peso, el peso de la ley, si aplasté a algunos, eso es, sí eso pasó, así lo soñé, en lo sucesivo me comportaré como un padre comprensivo, como el nuevo Mesías, como un loco, toda la mierda que llegue a mí os la repartiré hermanos míos, la repartiré virgen, sin catarla, sin palparla, sin olerla, sin desearla, la repartiré entre todos vosotros y mi única recompensa será el gozo de veros disfrutar con ella, y si entre vosotros hay algún iluminado y me suplica que le corte algún dedo lo haré con ternura y amor, con la misma suavidad con la que una manada de elefantes furiosos y a la estampida arrollarían al inocente recién nacido que un día fuiste, la perdida a raudales de sangre me hace delirar, pierdo mucha sangre y la

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repongo con un buen trago de absenta, un buen negocio si señor, es mejor que jugar a la ruleta rusa, voy sobre seguro de esta forma, una apuesta ganadora, otro trago más, ahora nada me duele, todo es hermoso y tiene sentido, estoy vivo, estoy muerto, la vida vive y muere a la vez, gira sobre si misma, se enrosca y se engulle, para cagarse hacia adentro, y el cero y la nada son inventos para definirnos, yo no, soy tan positivo como negativo, pero no soy nada, no lo soy más que en lo más intimo, miro los muñones, mi sangre es roja, tengo carne y huesos, cojo uno de mis dedos, el pequeño, y lo meto en la nariz, me saco los mocos y los pego bajo la mesa, cojo los otros dos y me tapo las orejas, comienzo a mover el muñón cual director de orquesta sinfónica con una batuta letal, estoy exultante, eufórico, dirijo a una orquesta de enfermos mentales, todos ellos con licenciaturas e incluso algún doctorado, que han leído a Nietzsche y las tiras cómicas de los diarios, sus cabezas llenas de mierda y nitroglicerina y sus corazones hipotecados, muevo mi muñón al compás de las Valkirias, ¡TU! , has desafinado, un pedo fuera de lugar, le atravieso un ojo con mi batuta, el resto de la manada cierra los ojos y sigue tocando, salto, grito, doy volteretas, que alegría, que placer, ¡que erección!, se acerca el gran final, redoble de tambores y las cabezas comienzan a estallar, ¡tachaan!, solo ha sobrevivido uno, ¡YO!, soy dios, ya no sangro más, aleluya, otro trago más, la tranquila balsa de sangre sobre la mesa, va cuajando poco a poco, cuando se seque, con un punzón, dibujaré algo bonito en la sangre, sí, me dibujaré, sentado con las manos sobre la mesa, a una mano le faltan tres dedos, y yo bebiendo mi absenta, el universo entero retratado en un lago de sangre seca, saco los dedos de mis orejas cojo, el otro y los guardo dentro de una cajita de música, al abrirla suena “Para Elisa”, los deposito con sumo cuidado, con todo el respeto y devoción que se merecen, son unos mártires mis dedos, unos revolucionarios, el pueblo y para el pueblo, cierro la cajita, a partir de hoy esta caja será el altar ante el que alzaré mis plegarias a mi mismo, el altar que contiene

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las reliquias que serán veneradas durante eones, ni siquiera mis cojones serán tan adorados, y eso que hablamos de mis cojones y puedo asegurar que hablar de ellos son palabras mayores, en si mismos se merecen toda una religión para y por ellos y toda una legión de fieles que inicien una cruzada por la verdadera fe, pero mis cojones no son mártires, no, llevan una vida bastante placentera dentro de lo que cabe, aunque también es cierto que tampoco se pueden mostrar en todo su apogeo tanto como quisieran, pero no son ni serán sacrificados y eso otorga cierta ventaja a mis tres dedos, inmolados por mi humanidad, queda poca absenta, me volveré loco si se acaba, o eso o continuo bebiendo agua, no, definitivamente la locura, pero mientas tanto un trago más y otro, hago gárgaras, abro una lata de sardinas en aceite, hay tres, como dos y la otra la guardo en la cajita de música junto a mis preciosos, divino e incorruptos dedos, las cosas importantes la iré guardando en cajita de música, ¡que importante es la música!, claro que espero no comerme algún día en que este muerto de hambre, por equivocación, un dedo en vez de la sardina, pero mejor no preocuparse por algo que no ha pasado, aunque pasará, pero no todavía, otro trago, enciendo la televisión, apago la televisión, tiro la televisión por la ventana y a todos los que viven dentro de ella, miro fuera, esta lloviendo, llueven televisores, ha declarado, el gobierno, el estado de emergencia, soldados y tanquetas por las calles, la gente en sus casas se descubren y se hablan, el caos, vaya es demasiado bonito para ser verdad, tendré que cortarme otro dedo para comprobar si no estoy soñando de nuevo.

¿Qué bonito verdad?, animo, sigan el ejemplo.

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CAPITULO XXVI DESAMORES VARIOS (I) Cuatro puñaladas traperas tengo en el pecho, las cuatro propinadas a traición por cuatro ángeles sin alma, demonios con cuerpos memorables, cuatro hembras con unas bocas y unas entrepiernas de una voracidad sin limites espacio temporales, que me abandonaron sin mirar atrás, la primera de ellas: Eva, era morena, alta y delgada, con unos pechos sobrehumanos, unas piernas largas y firmes y un trasero tan redondo y duro que solo pensar en él se me hace necesaria una dosis, me abandonó sin compasión cuando al volver a casa un mal día encontré a su madre haciendo punto en mi sillón, tejía un pijamita de lana rosa para nuestra futura hija, mi amada Eva no estaba preñada aún, ni yo tenía ni por asomo ninguna intención de tener una hija (ni un hijo), y sin poder reprimirme la abofeteé violentamente a la vez que agarrando de los pelos a la bruja y dándole puntapiés en su caído trasero la ponía de patitas en la calle, ¿qué otra cosa podía hacer amigos míos?, ¿qué otra cosa podía hacer?, el caso es que Eva no se tomó el incidente con filosofía, no lo entiendo, esa escena debería haberla excitado hasta el delirio y si ella hubiese sido normal habríamos acabado en la cama jodiendo como animales en celo, pero no, no fue así, pilló un cabreo monumental, hizo su maleta, siempre en silencio, eso me dolió, tal vez si me hubiera insultado, hizo su maleta como digo y se fue sin dar ni tan solo un portazo, me quedé solo en casa, abrí una botella de vino, encendí un cigarrillo, y me puse a resolver un crucigrama, nunca la olvidé, ni a ella ni a su puta madre ni a la hijita que nunca he tenido.

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DESAMORES VARIOS II Mi segundo gran amor, el que sin lugar a dudas yo estaba seguro sería eterno fue, Gertrudis, una portentosa hembra de generosas y abundantes formas, amén de una permanente excitación y una fragancia que provocaba estados de conciencia algo más que alterados con solo olfatear su cosa, ya me entienden, aún conservo algunas prendas intimas de Gertrudis y jamás me desprenderé de ellas, son el mejor afrodisíaco que existe, con solo oler sus braguitas el mástil se yergue sin compasión, y la cabeza se vuelve del revés, ella me dejó por algo aún más absurdo que la anterior, esto es: me pilló , no entiendo eso de que me pilló, lo hice a propósito y sinceramente esperaba que ella hubiera captado mi buena intención y se uniera a la fiesta, el caso es que me pilló en la cama con su hermana pequeña, no mucho más pequeña que ella, no piensen mal, sabía que Gertrudis no tardaría en llegar del trabajo y allí estaba yo sodomizando con furia a la pequeña Laura, Laurita la llamaban, Gertrudis no se tomó la cosa con tanta calma como Eva, y empezó a pegarnos e insultarnos, eso hizo que acabara antes de lo previsto, un geiser, una pena, los recitales deben prolongarse por más tiempo, después ella se fue para siempre, llorando, con Laurita de la mano, me quedé solo una vez más, esta vez desnudo en la cama y meditando sobre lo que debió pasar y no pasó, tuve una erección y me la casqué.

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DESAMORES VARIOS (III) En el bar de la esquina hallé a la que sin dudas debía ser la madre de mis hijos, estaba decidido, cada vez que lo pienso me pongo malo, se llamaba Carmen y cuando la vi por primera vez fue un flechazo, ella estaba completamente borracha y yo también, cupido te atrapa bajo extrañas circunstancias, es lo bonito y terrible de ese pequeño monstruo, nada más verla le dije :”hola”, y cinco minutos después sudábamos en mi cama, no estuve a la altura, tal vez demasiado Fernet Branca, tampoco ella estaba en forma, cuando me quise dar cuenta Carmen ya estaba inconsciente y se había meado en la cama, al despertar, a las cuatro de la tarde, la resaca era de órdago, entonces la vi, no pude reprimir un grito de espanto, mi gran amor, la hermosa Carmen, ella que por la noche lo fue todo para mí, a la luz del día y sin los ojos nublados por el alcohol, no era más que una monstrua, ¡santo dios que cosa más fea!, no había nada aprovechable y además estaba rodeada de vómitos, la cama era un vertedero, la habitación apestaba, me levanté, llené un cubo de agua y se lo tiré encima, casi se ahoga, no dijo nada, se bamboleaba, la vestí, ella no hacía nada, era como un ficus, pero tan reseco que no es capaz hacer compañía, bajamos a la calle, dimos cuatro vueltas a la manzana, para despistarla aún más, y la dejé aguantando una farola, después pensé en que tal vez podría haber sido feliz con ella en un estado de borrachera permanente.

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DESAMORES VARIOS (sacabó) Mi amor definitivo, el verdadero, de momento nunca me ha fallado y nunca me fallará, pues es fácilmente reemplazable, tiene muchos nombres: Rosa, Carla, Marta, Claudia, Valeria, Nieves, Sonia…, todas de esculturales formas y con ardores vaginales que proporcionan placeres casi insoportables, van y vienen mis amores y colecciono los pelos de sus vaginas en un frasco de cristal, mi tesoro, en cambio me olvido de sus caras, de estos infinitos soles únicamente la primera me clavó en el pecho el dardo envenenado, después la cicatriz se hizo callo y yo coleccionista, están en todas partes siempre con las bragas mojadas y la mirada lasciva, a veces se ocultan bajo hábitos o bajo un moño, pero nunca deja de latir algo en su bajo vientre, ellas son vuestras hermanas, novias, esposas, madres e hijas, un filón inagotable.

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CAPITULO XXVII ESPEJISMOS Soy un vendedor de espejismos. Ahora tengo dos, uno en cada mano, ven y mira.

En una mano veo tu espalda alejarse mientras un puñal silva y corta el viento volando cual ave del paraíso con una cirrosis terminal, no tardará en partir ese bello espinazo.

En la otra mano me veo dándole de comer migas de pan a unos patos, se me cae la baba.

Cosa bien extraña, es cierto, pero estos espejismos alcanzan cifras astronómicas en los mercados del placer y el dolor, sobre todo en los del dolor.

Pero no, estos no, estos son míos, y no los venderé.

Tal vez nunca vuelva a vender espejismos, ¿debería dedicarme a vender pulgas amaestradas?, no lo sé.

Llegados a este punto no me queda otra salida que cerrar los ojillos y no abrirlos más.

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CAPITULO XXVII ¿Va bien la cosa?, no pongan esas caras, ya falta menos, se van hinchando algunas venas, a ver si hay suerte y entre ustedes miembros del jurado hay alguna baja por paro cardiaco, ¿o acaso quieren vivir para siempre?

INMORTALIDAD Jodete cabrón y vive mas de mil años, y ya me contarás después que te parece.

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CAPITULO XXVII LA FINAL Como aquel día, yo ahí sentado, tranquilo, va y viene con el uniforme de su equipo favorito, no se cual es, botando la pelota, bota que te bota, la pelota y vuelta otra vez, le miré con odio a los ojos, dejó de botar la jodida pelota, la cogió entre las manos y se sentó a mi lado, silencio, y me dice: ¡mañana juegan la final!, ¿la final?, ¿qué coño de final?, no digo nada, silencio, voy a encenderme un cigarrillo y en ese momento ladra:¡GOOOOOL!, grito, da un salto y como un poseído empieza a correr en círculos con la pelota en la mano, estoy pasmado, enciendo mi cigarro, sigue dando vueltas, el humo del cigarrillo crea figuras de mujer en el aire, se desvanecen, siempre, lanza un alarido y se va corriendo, en fin, apuro el cigarrillo, empieza a hacer calor, ¿qué final?, de repente a lo lejos oigo: ¡GOOOOOOOL!

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CAPITULO XXVIII LEIV MOTIF

Ni contigo, Ni sin ti, Una sonrisa, Una caricia, Te quiero, El cielo, Tormenta, Una traición, Lágrimas, Besos, Perdón, La desconfianza, Angustia, Y el dolor. ¡Me cago en la puta!, esta historia es más vieja que Matusalén, ¡joder ya!

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CAPITULO XXIV MATAROS Estoy escribiendo un cuento que provocara suicidios eternos, moriréis durante generaciones, y no lo afirmo yo, lo suponen, lo suponen los cobardes y los conquistadores de paraísos perdidos, lo consienten los aclantes que viven tanto como mueren, paso a paso desde antes que muriera yo ellos estaban regulando las oscilaciones y modulaciones del humo, cosa imposible pero aceptada por los eruditos, las ejecuciones sumarias nunca fueron de mi agrado, ya sabes, la tortura provoca placeres extremos, y si acaso intentas negarlo, atente a las consecuencias, no te rías, esa es una risa insana, y los que sabéis la verdad no sabéis mi sentencia, jueces y jurados, al revés y cara al sol, con cuatro manos podría hacerte casi feliz, mi amor, pero solo tengo dos, y una de ella ocupada con un machete, nueve meses, una cesárea, el mercado negro, y cuatro vidas desperdiciadas, siempre en procurar ser un ejemplo, ven hijo de puta, ven y sígueme, revienta y absórbete, cuando te levantes y pienses que todo esta bien, huele tu dedo, apesta a ti, alza tus manos al cielo, y grita ¡AMEN!, acto seguido viola después de muerta a tu vecina del piso de abajo, o a tu madre, acaso no lo sabías que era el destino inconmovible el que señaló el camino, acaso no lo deseabas, me enferman los hipócritas y los que fagocitan amebas, y presumen de simpleza primigenia, y más tarde cagan formulas matemáticas que tal vez solo se pueden creer, ¡OH si!, solo esos son dignos de admiración enfermiza, mueven masas, tu eres masa pero a la inversa, idiota, y si intensifico el dolor sobre los cojones, por ejemplo, no pasa nada, esa insana sensación se disuelve entre los millones, pero no solo eso, serán capaces de devolverlo multiplicado a la otra masa, en cualquier caso el camino no esta claro, ha nevado, y las huellas se perdieron, los guías se drogan, pero siguen adelante, cuentan con el mayor de

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los alimentos, el poder, ¿no lo sabías?, el poder engancha, claro que no lo sabías, desgraciado, nunca lo sentiste, después acuérdate, tantas tropelías, tantas fantasías, tantas frases hechas, y el cero al revés se manifestó ante el espejo, y de vuelta a tu dedo, de vuelta a la minúscula, de vuelta al punto y seguido, tienes miedo, ¿verdad?, pero es mejor que el punto y final.

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CAPITULO XXX TOMAD Y COMED Ansiosos como estáis de mierda, así ansioso estoy yo de dárosla, engendros infrahumanos, parias, parásitos de vosotros mismos ¿Cuándo dejasteis de ser seres vivos incluso sin el recuerdo de un alma hace mucho ya perdida?, ¿Cuándo os convertisteis en máquinas devoradoras de heces en todas sus texturas y formas imaginables e inimaginables?, ¿Cuándo dejasteis de llamaros yo para pasar a llamaros nosotros?, no importa cuando, ya no, solo os digo: aquí estoy para saciar vuestro inagotable apetito, gula cósmica, ¡que voracidad!, llamadme, gritad, cacaread, gruñid, por esas bocas transformadas en inodoros sin fondo, agujeros negros que se hunden en el vacío rasgado y gaseoso de vuestras cabezas sin forma y con volúmenes inconcebibles, pedid, os complaceré, y solo ver como os besáis con una ternura hipócrita y con un amor enfermizo, moviendo vuestras lenguas babosas y con vuestras bocas rebosantes de mierda, esa será mi pequeña recompensa, eso y alguna medula espinal de tanto en tanto, ¿verdad hijos míos que pido poco?, ¿verdad que sabéis que no os odio tanto como os odiáis a vosotros mismos?, tanto no, es como querer abarcar el infinito con un anillo de matrimonio, aquí tenéis pues tomad y comed, pequeños bastardos, hartaros y reventad hacia adentro de una vez por todas, esto es lo que mis entrañas os otorgan por ser como sois: delicados bomboncitos de mierda para ti que eres un golosón, y una papillita de diarrea para esos venerables ancianos que perdieron, a base de recibir hostias peleando por una botella de vino, esos incisivos y esos molares, y para esos felices recién casados, claro que sí, una esplendida tarta de cuatro pisos de suculenta mierda de variadas texturas coronada por una reproducción de la parejita, por supuesto confeccionada artesanalmente en dura mierda seca, y no hay porque padecer hay

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suficiente pastel para todos los invitados, y en verano, con el calor nada mas conveniente y refrescante que…, ¿ya lo has adivinado?, naturalmente, te encanta, un cucurucho de caca bien fría, y un rico granizado de heces cien por cien naturales, nada de colorantes, ni potenciadores del sabor ni del aroma, y no me olvido de los currantes, eso jamás, son el pueblo, las gentes que a base de sudores levantan el país y las civilizaciones, para los currantes, digo, que no falte nunca un bocata con su truño dentro, un buen chorizo, ellos se lo merecen, eso y más, y para los finolis, para la clase dirigente, los sibaritas, finos entremeses decorados primorosamente con trocitos de mierda de variadas formas, una rosa, una polla, un riñón, y para el chulo de putas ese del chico Martini una copita y en ella en vez de una oliva un cagarro pinchado en un mondadientes, los yonkis también tienen su ración, una buena dosis intravenosa de mierda de una pureza letal, hay también mierda deshidratada en polvo para las narices más exigentes, y cuando llegue el frío invierno, la cosa debe ser más consistente, las bajas temperaturas así lo requieren, potajes de diarrea con tropezones de caca no pueden faltar en ninguna mesa, tantos y tantos cocineros, innovad, cread nuevas propuestas culinarias con el ingrediente primordial, confío en vuestro buen hacer, congelad mi mierda si es menester, ahumadla, envasadla al vacío, enlatadla, en vuestras manos pongo la felicidad de mis hijos, de vuestros hermanos, y para otras culturas, otras civilizaciones allende los mares cagaré con mi culo mirando a La Meca, nadie dirá nunca que los excluí, y el mundo civilizado cada domingo irá a adorar a una feroz mierda pinchada en un palo colgada sobre los altares de vuestros lugares de culto, ¡arrodillaos pecadores!, pero claro siempre hay alguien que va más allá, para ellos y ellas, gigantescas pollas de mierda prensada y cocida al horno, hay todo un universo por descubrir, toda una fantasía psicotrópica de sensaciones a vuestro alcance, animo campeones dad el salto, ¿cómo?, ¿qué significan esas caras?, ¿es acaso disgusto?,

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¿acaso son nauseas?, ¿no esto lo que tanto deseabais?, ¿entonces cómo es que devoráis día a día lo que os mandan desde arriba y pedís más?, ¿cómo es que amáis la verdad llamada televisión? ¡Apócrifos!, ¿cómo es que os odiáis en vuestro vecino?, ¿o lo odiáis en vosotros mismos?, no intentéis engañarme, no intentéis engañaos, será más doloroso, aceptadlo, aceptaros, es por eso que os ofrezco mi mierda, venid tomadla, venid soy un manantial, venid leedla.

¿Mucho ya?, esto no es nada, pero me hago cargo, un breve receso, vayan ustedes a cagar, o a comer, lo que más les venga en gana.

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CAPITULO XXXI ANTES Y DESPUES Veo una autopsia de mi mismo, Eso pasó mañana, Es la primera imagen, La segunda: una ecografía de mi no hijo, El paralelismo es lamentable.

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CAPITULO XXXII YO o TÚ o TÚ y YO Yo no soy yo, Soy yo con una nena en la cama, Y otro yo con mi jefe (menudo cabrón), Con los colegas yo cambio, Y con mi madre soy un hijo, Y con mi hijo un padre, Y solo conmigo mismo me conozco y no me conozco, Y descubro mis manos, Y me miro al espejo, Y alguien me observa, Y no se quien es.

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CAPITULO XXXIII UN PEDO MÁS Me recuerdo de tal forma que nunca te olvido, ni ahora, ni siempre, y si me preocupo el sistema funciona, por tanto me tomo algo más y doy volteretas, los huecos están ahí, si sabes llenarlos de lo que sea, de miedos o de heroína, el tiempo pasa, pero si no lo sabes mejor muérete, mis vacíos no se pueden llenar, tú ya no eres mi no yo.

Antes de la siguiente historia les explicaré que pasó para verme donde me veo, mi viaje lo acabé tumbado a las doce del medio día, asándome bajo el sol en una playa, nunca supe donde, el caso es que al despertar tenía la boca seca y áspera como un puto estropajo, comencé a caminar hasta un chiringuito, pedí una cerveza y vomité sin piedad, los muy cabrones llamaron a la policía y sin darme tiempo ni a abrir los ojos, me desmayé, me esposaron, y me encerraron en el calabozo, el resto ya es historia, lo se amiguitos, lo admito, un final no muy romántico para una vida llena de peripecias, ¿pero que le vamos a hacer?, así son las cosas y así se las he contado, ¿no?, ahora solo me queda ya intentar acabar con todo narrándoles algún que otro cuentecito, no estarán todos lo que son, pero si serán todos los que estarán, ¿qué acabo de decir?.

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CAPITULO XXXIV MI JACA Siempre estuvo ella a siete cuerpos de distancia, Una jaca voraz, Yo un potrillo atolondrado, Una pasión sin riendas, Y nunca estuve a la altura, Lo sé, Lo admito, Pero igualmente eso me dolía, Cuando finalmente la até a la cama, Y la azoté durante siete minutos, ¿O fueron siete horas?, No se, No importa, La mula estaba muerta, Mi mula, Mi yegua, Y yo había adelgazado siete kilos, Y acabé otras tantas veces, Lloré, Reí, Y me condenaron a morir, Una sola vez.

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CAPITULO XXXV Este me gusta especialmente, no pierdan detalle.

NO LO HAGAS Mi amor, Los colores laten en lo gris, Ante tu reflejo La sustancia reside en tu mirada, Y tu ausencia es lo que ellos llaman caos, Eres lo que me da la vida, Ese residuo de vida, Que aún resiste por ti, Impides que arda, Impides que me ábrase, Y que se consuman hasta mis cenizas, Por lo que más quieras, Sé una diosa para mí, Y no te tires más pedos.

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CAPITULO XXXVI SANTA MARIA MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE, AMEN Vamos a ver, analicemos la cuestión sin prejuicios morales ni religiosos, asuntos de este calibre es mejor no tomarlos a la ligera, que tu madre es una guarra es un hecho, una verdad de dominio público, así lo certifican los numerosos notarios, que de forma individual o colectiva se la han cepillado, este no es, en principio, motivo para el escándalo, el hecho de que por un carajillo se la chupe al más apestoso moro en el retrete de cualquier tugurio de mala muerte o que incluso formen parte

de sus

conquistas un vendedor de cupones y su perro lazarillo a cambio de un par de copas de anís seco, una copa por cada polla mamada, tal vez daría motivos para inquietarse al considerar falta de escrúpulos de esta buena mujer y su tendencia a combinar el alcohol y el semen, pero no sería suficiente para condenarla al desprecio, al fin y al cabo es tu madre, lo que pasa de castaño oscuro es que por una botella de vino, de esos sin denominación de origen, ponga a disposición su ano, un ano plagado de almorranas como puños y sangrantes cual garrapatas aplastadas, y cuanto más fuerte se la meten y más le hacen sangrar más grita de placer, una mezcla entre delirio alcohólico y éxtasis anal, ¿pero que le vamos a hacer?, así es tu mamita querida, cuando vuelva a casa de madrugada apestando a licor y a leche, dale un besito y deséale felices sueños.

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CAPITULO XXXVII ENCUENTROS EN LA DECIMONOVENA FASE (I) ¡Atentos!, luces, quedan 10 segundos, a ver esa estupida, acaba ya con el maquillaje y desaparece inmediatamente, 5 segundos, preparados, 3, 2, 1, ¡YA!, entramos. -Señoras y señores, teleespectadores todos, una vez más y en riguroso directo damos comienzo a ENCUENTROS EN LA DECIMONOVENA FASE, su programa de variedades preferido, y no lo digo yo, bueno si lo digo yo, pero también lo dicen las encuestas y los sondeos de opinión, todos ellos realizados naturalmente por organismos total y absolutamente independientes, un programa donde nuestro pelotón de vanguardia prepara las más atrevidas preguntas para nuestros invitados y donde ellos semana tras semana responden lo que les da la real gana, si no fíjense, recuerden la entrevista de la semana pasada con nuestro abnegado presidente, ¡si señores, así es!, pelotón de vanguardia, el nuestro, encabezado por la intrépida y no por ello menos hermosa, ¡CAROOLAAA!, un fuerte aplauso para Carola. Vaya Carola hoy vienes muy, como lo diría para que suene suave, eso es si, vienes hoy como muy dispuesta a todo. - Así es mi querido Michel, y te anticipo que debajo de esta breve minifalda no hay nada, nada que no sea mío y de todos nuestros teleespectadores. -Ya estamos deseando salir de dudas, nos tienes a tus pies una vez más, señoras y señores ¡CAROLAAA!, ya se dirige al púlpito, un fuerte aplauso. Y para presentar a nuestro invitado de hoy, que decir, como definir lo imposible, como medir el genio, es un caso único dentro de las excepciones, un escritor, un pintor, escultor, critico, director de películas porno, cirujano de cuchillo y tenedor, abogado y catequista hasta la medula, ¡el SULTAN DE CABANILLAAAS!, un fuerte aplausoooo, vaya parece que nuestro invitado ha tenido algún contratiempo, ¿qué le ocurre eminencia?, ¿alguna caída?,

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¿algún portazo?, ¿alguna vagina con la regla?, saquenos de dudas, la audiencia y un servidor estamos impacientes por saber lo acontecido. -Solo diré que tienen de tiempo hasta que me pare esta hemorragia nasal para traerme 5 gramos de la mejor cocaína y no la mierda cortada con cal viva que me han dado, claro está si es que quieren que continúe con el programa y ver como te extraigo el intestino grueso por el ano a nuestra graciosa Carola ayudándome únicamente de un desatascador de inodoros, amén de otras proezas que de momento no pienso desvelar, joder, hijos de puta que mierda me habéis dado, ¿aún tengo nariz? -Si eminencia su nariz al completo sigue en su sitio, a ver esa coca, la quiero a la voz de ¡YA! Si, me dicen que ya esta en camino, han detenido en el aeropuerto a una preñada que venía desde Colombia con un cargamento en su interior de extrema pureza, ¿dónde iremos a parar señoras y señores pretendía venir estando embarazada? -Bien que la traigan directamente aquí y le practicaré yo mismo la intervención, meteré mis narices por esa patata asada que debe tener por coño y aspiraré la coca junto con el líquido amniótico, y si me encuentro inspirado le practicaré un aborto en toda regla y la esterilizaré física y mentalmente, ¿qué les parece? -Maraviloooosooo, su eminencia eso sería excepcional, ¿verdad que si queridos amigos?, y ustedes desde sus casas ¿qué opinan?, un fuerte aplauso para el Sultán de Cabanillas, y ahora si es usted tan amable de acompañarme al púlpito, nuestro progra… -¡Un momento! -¿Qué sucede eminencia? -¿La preñada viene o no viene? -Viene, eminencia, viene, ya la traen bien encadenada y con un fórceps en el maletín del instrumental. -Bien, no esperaba menos, incluso ha cesado la hemorragia, un buen augurio.

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-Y ahora si me acompaña al púlpito, de inmediato dará comienzo su programa preferido ¡ENCUENTROS EN LA DECIMONOVENA FASE! Tome asiento por favor, la silla eléctrica de la izquierda es la suya, la amable Carola ya esta en su lugar, Carola te recuerdo que estamos impacientes por ver lo que tienes bajo esa faldita, les recuerdo queridos amigos que estas sillas están directamente conectadas a la central nuclear de la esquina, y que es posible llamando a nuestros teléfonos pedir que tanto nuestro invitado como Carola reciban descargas, que si bien en principio no son letales si pueden provocar en el caso de nuestro invitado de hoy una erección permanente, Carola , querida, nuestro invitado es todo tuyo. -Gracias Michel, Sultán, ¿se da usted cuenta que si por medio de una descarga se le concede el don divino de la eterna erección, le voy a exigir que yo sea permanentemente penetrada?, ¿acaso ha recapacitado sobre semejante dilema? -Mi querida niña, en primer lugar decirte que ya tengo una incipiente erección, en segundo que te penetraría a perpetuidad, pero no tu patata, si no tu boca, y en tercer lugar que después de darte los azotes que te voy a propinar te autorizo a llamarme simplemente Cabanillas. -¡Oooh! Gracias, proceda por favor. El Sultán le suelta dos bofetones que hacen sangrar levemente la comisura del labio inferior de la tierna Carola. -Cabanillas tiene usted múltiples, fantásticas y siniestras facetas, ¿Cuál de ellas es la que más satisfacciones le ha otorgado? -Hay diversos caminos para llegar donde uno quiere llegar, tu zorrita mía tienes un solo camino: tu patata, yo tengo miles de caminos, unos más violentos que otros es cierto, pero todos me llevan donde quiero ir. -Es verdad, mi patata es mi camino, mi medio, mi arma.

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-Y más mortífera de lo que crees -¿Cómo sabe usted tanto de mí? -Porque soy tu padre idiota. -Y mi madre también. -Y tu amante y tu verdugo. -¿Me la levanto?, a la falda me refiero. -Espera un poco, putilla, ya estas mojada. -Mmmmm, siii -Espera, tengo algo preparado para ti. -Esperaré impaciente, continuemos, ¿Cuál es su meta Cabanillas? -Rascarme los huevos y que se debata sobre que quise decir con ello. -Evidentemente lo ha conseguido. -Ven, ráscame los huevos. -Será un placer. -¿A qué huelen?, a ver si lo adivinas. -A patata. -Eso es mi niña, a patata. Vamos vuelve a tu silla, antes de que se me ponga dura del todo y te parta por la mitad, vete. -Quisiera preguntarle sobre su nuevo libro. -Adelante querida, no voy a hacerte daño, al menos no mucho. -¿Porqué todo lo relatado es con parábolas? -No soy yo quien curva las rectas. Se oyen algunos plof, plof, plof, varias explosiones y otras implosiones de cabezas que no han podido soportarlo, los cuerpos siguen ahí como si tan cosa, aplaudiendo cuando el regidor así lo solicita, no se moverán hasta que suene la música del final del programa

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entonces se oirán los flop, flop, flop, y las cabezas volverán a aparecer, y aquí no ha pasado nada, solo han pasado 2 horas en el hiperespacio. -Me pone frenética. -Acércate. El Sultán esta vez es algo más violento, le suelta un derechazo en la mandíbula y un puñetazo con la izquierda en el estomago. Carola cae, El Sultán la agarra de los pelos y la arrastra hasta su silla. -¿Estas ahora más tranquila mi niña? -Si, si. -Vaya que veo, levanta la falda, ahora si la puedes levantar, te estas haciendo pipi, bien, cámara, enfoca bien la patata de Carola, que todos vean como se mea encima. Solo espero que no te electrocutes princesita. -¡Eureka! Encontré su punto débil, le excita ver como me meo encima. -Eres realmente estupida, me excita saber que en la próxima descarga te freirás. Empiezo a cansarme de tanta mierda, ¿la preñada viene o no? -Aquí llega Cabanillas. -Estupendo, retiren ese cadáver y coloquen a la guarra sobre el altar, tu niña abre bien las piernas de la puta mientras meto mi nariz en esa cosa gigantesca que tiene en medio, vamos Carola con más fuerza, siéntate sobre su barrigota y salta, a ver si puedo aspirar algo más de coca, eso es, así, muy bien, a ver por favor que alguien le meta una polla en la boca a esta tía, no quiero oírla gritar más, ven niña, ahora tú, toma un poco de esta coca es de primera calidad, además los flujos de la puta son excelentes, doy fe de ello. -Gracias Cabanillas por darme esta oportunidad. -No es gratis encanto, después deberás pagar.

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-Siéntese usted sobre ella por favor, quiero que salga mucho de todo de este tremendo coño. -Claro preciosa. Ante semejante escena, los productores del programa se masturbaban unos a otros pensando en los índices de audiencia, sin duda el programa de hoy superará a la tradicional misa ofrecida por el Papa Cansino IV y al acostumbrado sacrificio de unos gemelos ofrecido al final de la misma. El Sultán tiene la polla que parece un obelisco, se baja los pantalones mientras sigue sentado sobre la panza de la puta, lanza un alarido animal y comienza a orinar sobre Carola. -Toma mi niña, el elixir de la eterna juventud. -Mmmm, Cabanillas, es oro liquido, y esta muy caliente. -La puta gruñe, jajajajajaja. -Por favor Cabanillas acérquese a ver esto, es inaudito. -¿En este preciso instante?, ¿es realmente imprescindible que baje de el trono donde me encuentro sentado? -Se lo imploro Cabanillas, le aseguro es algo sobre lo que usted deberá asesorarnos. -Veamos, de que se trata pues. A ver niña a la de tres tu una pierna y yo la otra empujemos hasta abrirlas y ponerlas en línea recta, cual grácil gimnasta rítmica, una, dos, tres, ¡YA! Eso esta mejor, veamos que tenemos por aquí, unas bolas de coca, vaya si es una manita, venga estiremos, a ver si sale, no seas tímido muchachito, no te vamos a comer, ¿o si?, ya veremos, ¡alabado sea el señor!, ¿pero que tenemos aquí? , rápido niña esto es una emergencia, agáchate y empieza a chuparme la polla mientras saco toda esta coca de aquí dentro y al engendro este también. -Manos a la obra Cabanillas, mmmmmm.

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-A ver la coca esta que no se pierda, hay mucho hijo puta suelto por aquí, ya sale el niño, ¡todo el mundo de rodillas!, la puta no era tal, estaba preñada y nunca dejó de ser virgen, se ha sacrificado por nosotros y su hijo es Dios. El Sultán sostiene sobre sus manos alzándolo sobre su cabeza, a un engendro con cabeza de carnero, provisto de unos pequeños cuernos, cuerpo humano y patas de carnero también. -Sin duda hemos sido testigos del nacimiento de Dios, y por ello todos seremos sacrificados, bueno todos menos yo y Carola. -Mmm, gracias Cabanillas, mmmm, ¿me lo trago todo? -Otra pregunta de este tipo y vas lista. Hoy es un gran día, un wisky doble pero ya, y quiero una raya de aquí a Cali. Y por favor una palangana, estoy lleno de sangre y trozos de cosas, y que alguien se lleve a este monstruito y lo metan en una incubadora o en el microondas, lo mismo me da, estoy hasta la polla de tantos dioses, y tu mala puta a ver si aprender a chuparla, no tengo todo el día. El Sultán se está impacientando, saca de debajo de su chaqueta de lino un revolver más grande que su otra arma. -Puta, tienes treinta segundos para acabar, si no te volaré los sesos y te aseguro que eso si hará que me corra. Comienza la cuenta atrás, Carola chupa y chupa como una poseída, a una velocidad infernal, el Sultán ni se inmuta, es más ha pedido un acordeón y comienza tocarlo, Carola ha tenido una idea, ¡está salvada!, mientras sigue chupando con una mano se tira de los pelos y se da tortazos y con la otra le mete un dedo en el culo al Sultán, quedan diez segundos, vamos Carola que tu puedes, cinco, cuatro, tres, el Sultán empieza a correrse, Carola lo logró, claro que casi muere ahogada. Carola está orgullosa de si misma.

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Un momento de relax, sirven canapés entre el público, los índices de audiencia siguen subiendo, y lo que es más importante llegan datos de varios miles de suicidios en nombre del recién nacido, todo un éxito, Carola y el Sultán vuelven a sus respectivos asientos, Carola solicita un orinal, en vista de cómo se están poniendo las cosas, y el Sultán lo coge y se lo pone a modo de casco, se oyen rumores entre el publico, comentarios e interpretaciones sobre esta misteriosa reacción del invitado al programa, las amas de casa de entre el público sacan orinales de sus bolsos y se los ponen en la cabeza también, nunca se sabe se dicen para sus adentros pero en voz alta, sobre todo para que las oigan bien los que no tienen, ya se sabe que mala es la envidia, pero es peor querer provocarla, hay algunos alborotos referentes a la propiedad de ciertos orinales, la producción lanza aceite hirviendo sobre el público, la tensión aumenta hasta que el Sultán, que conversa amistosamente con Carola, se quita el orinal de la cabeza y pide que se lo llenen de wisky, en este punto termina todo el jaleo, hay que tener psicología y el Sultán sin lugar a dudas la tiene.

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ENCUENTROS EN LA DECIMONOVENA FASE (II) Por los altavoces instalados en el estudio y para todos los espectadores una voz nasal anuncia un breve receso, en el cual disfrutaremos de la actuación del más famoso e insólito número de faquirismo, les mostraremos una exposición de orejas colgadas con pinzas en los tendederos de un barrio suburbano (orejas traídas por nuestros valerosos soldados de la última guerra para liberar a esos salvajes indecentes del mundo no civilizado, soldados que hoy por hoy están en el paro, esperemos haya otra guerra de inmediato), y por último daremos paso al peor cantante del mundo.

Sale a escena Michel que anuncia la aparición del Fakir Necro Filippo.

-Señoras y señores ante ustedes y en exclusiva confederacional: el inigualable, el inimitable, el insondable, el insoportable ¡FAKIR NECRO FILIPPOOOO!, un fuerte aplauso por favor.

El entregado público se desgañita aplaudiendo, mientras la señora de la limpieza recoge las uñas que se caen al suelo.

Sale al escenario, que es un ring de boxeo, el Fakir Necro Filippo seguido a prudente distancia de un elegante notario.

-Señoras y señores están ustedes a punto de presenciar una proeza sin parangón, una hazaña que sin lugar a dudas a unos les producirá horror y a otros les excitará hasta el delirio, advierto al público presente y a los teleespectadores no traten de imitarme, lo que van ustedes a tener el placer de ver es fruto de largos años de entrenamiento y de la aplicación práctica de las enseñanzas que recibí durante mi iniciación y posterior ascensión al Nirvana, en monasterios tibetanos, repito nadie está preparado ni física, ni

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mental, ni espiritualmente para alcanzar el estado de perfección en el que me encuentro. A continuación el notario dará fe, certificará que lo que acontecerá en breve en solo producto de mi entrenamiento, y no cabe dudar de la veracidad y singularidad de mi propuesta.

El Notario avanza dos pasos, abre su maletín, saca un cilindro de aluminio, desenrosca la tapa del mismo y de él extrae un pergamino, lo desenrolla y se dispone a leer.

-Afirmo, confirmo, certifico y doy fe que la dieta seguida por el señor Fakir Necro Filippo durante el periodo de los últimos seis meses hasta la fecha de hoy ha sido única y exclusivamente de legumbres y caviar iraní, en cuanto a la ingesta de el líquido elemento se ha limitado a beber gaseosa, así queda redactado y firmado con mi sangre y empapado con mi semen para tranquilidad de la humanidad en todos sus aspectos.

-Muy amable señor notario, y sin más demora demos paso al espectáculo, necesitaría un poco de silencio por favor.

Se hace el silencio en el plató, ante la mirada atónita de los congregados el Fakir Necro Filippo se baja los pantalones, se pone en cuclillas y empieza a entonar un extraño cántico, sin duda milenario y de oscuro significado.

-Omm, jalamm, buba, bumba, beee, ¡ZASCA!, buba, bumba, beee.

Empiezan a salirse los ojos de las órbitas de algunos espectadores y ruedan por el suelo del plató como si fueran canicas de colores, la señora de la limpieza que está en todo, los recoge y se los come, la buena mujer sin duda ignora el alto contenido en colesterol de su ágape, menudo infarto le espera.

El artista ahora gruñe y suda la gota gorda.

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-Mmmmm, pfff, aagggg, uffff.

Se le escapa un pedo.

-Uffff, yaaa, casiiii, voyy, mmmmm.

¿Pero que diantre es esto? Esta cagando botellas de vidrio, clavos, cuchillas de afeitar, ¿pero? ¡no es posible! ¡Esta cagando una espada samurai!

-No pierdan detalle, ahora viene lo mejor, apaguen las luces, quiero un foco para mí, y ruego silencio.

Un foco ilumina al Fakir Necro Filippo, silencio absoluto, tensión, el fakir lanza un alarido, un chillido que hace que varias damiselas se desmayen y otras se corran, y entonces se produce el milagro: ¡esta cagando un mosquetón español del siglo XVIII y listo para disparar!, ¡esto es inaudito!, el público estalla en sonoros ¡Aaahh y ooohh! de admiración, y los aplausos obligan a nuestra Carola a sacar dos tampones y ponérselos en los oídos. El Fakir Necro Filippo se levanta de un salto, coge el mosquetón y le dispara a un técnico de sonido, se sube los pantalones, saluda al respetable juntando las palmas de sus manos e inclinando levemente la cabeza, se tira un sonoro pedo y se va por donde ha venido seguido del notario.

Entre tanto el Sultán de Cabanillas está siendo reanimado, se ha bebido el orinal entero y al parecer ha sufrido un desvanecimiento, le inyectan cocaína por la vena.

Michel sale a escena y se planta en el ring, un tanto incrédulo a tocar y palpar todo lo cagado por el virtuoso cagador, y por su cara de asombro todos entendemos que no ha habido trampa ni cartón.

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-¡Asombroso!, ¡fantástico!, la espada samurai con permiso de ustedes me la quedo, nunca se sabe cuando te puede hacer falta. ¡Atención!, ¿si?, me comunican que nuestra unidad móvil ya esta preparada, ¿hola Jhonny, me recibes?

-Alto y claro Michel.

-¿Cuéntanos, donde te encuentras?

-Hoy hemos venido a uno de los barrios más deprimidos de la ciudad y me atrevería a decir de la confederación, un barrio poblado por héroes, héroes que se han visto abocados al canibalismo.

-Una difícil situación a la que se enfrentan estos combatientes en el paro, aunque al parecer hay rumores que el gobierno tratará en breve de poner remedio a esta lamentable situación.

-Así es Michel, eso es lo que todos deseamos, una buena guerra y lo antes posible, de forma que nuestros combatientes puedan alimentar de una forma decente a sus mujeres e hijos. Como podéis ver a mis espaldas tengo uno de los cientos de tendederos situados en los áticos de estos edificios, de estos tendederos colgadas con pinzas de colores tenemos secándose al sol, las miles de orejas traídas como trofeo por estos soldados de la ultima guerra, y los amables espectadores se preguntarán ¿el porqué de colgar las orejas y secarlas al sol?, para responder a la cuestión, nos acompaña la esposa de uno de los soldados de esa guerra y que consiguió regresar con vida, la señora Daysi Macabea.

-¿Cómo se encuentra señora?

-¿Cómo quieres que este hijo mío?, jodida, todos estamos jodidos, es por eso que secamos las orejas, de un valor sentimental incalculable, y así conservar la poca carne

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que tienen durante más tiempo, a ver si hay una guerra pronto y ponemos fin a estas penurias, mi pobre Manué esta todo el santo día viendo películas de Jhon Wayne, nos vuelve locos a todos, a mi y a mis nueve hijos. A nuestro presidente, a nuestro buen Dios le pido una guerra, pero una de las gordas y para ayer.

-Si señora, es lo que todos queremos, gracias por atendernos y hasta nunca.

- ¿Jhonny?, soy Michel, estremecedor el relato, las suplicas de esta buena mujer.

-Cierto, ¡ATENCION! ¡La señora Daysi Macabea se acaba de tirar desde la azotea!, catorce pisos de caída libre, ¿a ver si el cámara puede recoger un primer plano del cuerpo estrellado contra el suelo?, si, aquí lo tenemos, señoras y señores esto SI es riguroso directo.

-Te felicito Jhonny, por esta exclusiva.

-Gracias Michel. Bien ahora pasaremos si te parece a mostraros algunas de las orejas que tenemos aquí colgadas.

-Adelante compañero.

-Como se puede observar en esta azotea hay varios cientos de orejas, pero si nuestro cámara es tan amable y nos ofrece una panorámica del resto de los edificios se podrá observar que todos ellos están repletos del único sustento de tantas y tantas familias, aquí podemos ver orejas que para un profano en la materia puedan parecer todas iguales y nada más alejado de la realidad. Las tenemos de diversos tamaños desde las más pequeñas, orejitas de fetos extraídos a bayonetazos del vientre de sus madres, pasando por orejas infantiles, por supuesto de ambos sexos, el observador deberá fijarse en si están los lóbulos perforados o no, orejas adolescentes, adultas y a mi gusto y parecer las

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más desagradables, las de los ancianos, llenas de pelos, es realmente un mundo fascinante si se tiene el interés de profundizar en él.

-Muy interesante si señor, siempre nos sorprendes con reportajes de un interés humano implacable.

-Gracias Michel, y para terminar únicamente comentaros que varios de los cocineros más afamados del panorama gastronomito actual ya se han ofrecido para asesorar a estas familias, durante este difícil trance en el que se encuentran, y proponer diversas formas de conservación y preparación del ingrediente básico en su dieta. ¿Quién sabe Michel si dentro de poco nos encontraremos en las cartas de los mejores restaurantes platos confeccionados con orejas?

-¿Quién sabe Jhonny?, ¿quién sabe?, todo es posible y me atrevería a decir que probable. ¿Jhonny?

-Dime

-Nos vemos luego, no olvides traer la porra.

-Claro Michel, claro.

-Cortamos la conexión con nuestro reportero y buscador de exclusivas ¡JHONNYYYY!

En ese preciso instante se oyen dos disparos Jhonny y el cámara caen fulminados, la cámara sigue emitiendo y se ve en riguroso directo, como debe ser, a un individuo vestido de militar y con la cara pintada a rayas negras y verdes, se acerca a los cadáveres, se agacha saca un machete y les corta las orejas a nuestro reportero y al cámara, Michel en el plató lanza un alarido y acto seguido sale corriendo a los retretes

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no sabemos muy bien a que. Por un milisegundo el silencio, acto seguido el público estalla en una ovación ensordecedora.

La buena de Carola llora a moco tendido por el difunto Jhonny, mientras el Sultán de Cabanillas, llora también pero de risa, ha pedido otro orinal lleno de wisky, y tiene la nariz que parece una aspiradora, reaparece Michel, tiene las manos húmedas y una sonrisa de oreja a oreja, se acerca al Sultán y le pide una raya de coca, el Sultán lo abofetea violentamente y le apunta con el revólver, Michel, se va corriendo de nuevo al retrete, mucho me temo que es porque se ha cagado encima. La misma voz nasal de antes pide seis meses de silencio por el alma de los fallecidos en acto de servicio y todos a la vez, como conectados por cables eléctricos invisibles, incluidos el Sultán y Carola empiezan a cantar cada uno una canción distinta, imagínense unos ciento cincuenta y nueve millones de personas todos cantando canciones diferentes a la vez, bien, los seis meses de silencio pasaron a mejor vida, reaparece Michel, esta vez no está tan sonriente y pasa de largo sin mirar siquiera al Sultán.

-Bien señoras y señores, el día de hoy será recordado con dolor durante generaciones, hemos sufrido en nuestras propias carnes la amputación brutal de los pabellones auditivos de nuestro querido Jhonny. ¡JHONNYYYYY!, nunca te olvidaremos.

Les anuncio queridos espectadores que al final del programa y aprovechando la catana que ha cagado tan amablemente el Fakir Necro Filippo, me haré el Hara Kiri, espérame Jhonny, voy junto a ti.¡Pero hasta entonces aún falta mucho programa!, de momento recibamos con un fuerte aplauso a Herr Gunter y sus perritas exterminadoras. ¡Pero por todos los santos!, ¿qué hace usted Sultán? , ¡que bochorno!, ande buen hombre, súbase los pantalones y deje libre a esa preciosa perrita. Tendrá usted que disculpar a nuestro invitado Herr Gunter, anda un poco pasado de vueltas.

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Herr Gunter tiene un marcado acento germano, largos bigotes, monóculo en el ojo izquierdo, botas de cuero negro hasta casi las rodillas y un bonito sombrero de cow boy con la placa de sheriff en el frente, lleva un casco en la mano. A pesar de ser el peor cantante del mundo lleva millones de discos vendidos, los misterios de la mente humana son insondables.

-No es prreciso que se disculpe usted, mis pequeñas saben cuidarrse solas, además tiene buen gusto, ha elegido a Lucile, le felicito Herr Sultán.

-Estupendo Herr Gunter, pero díganos ¿qué nos va a cantar?

-Un rrap. Y mis perritas Lucile, Marilyn, Sophie y Helena harran la correografía.

-Estupendo, estupendo, adelante Herr Gunter, porr favorr suba usted al rring. Perro porr favorr discúlpeme su acento es contagioso.

-Si, Herr Presentadorr, mi acento y mis ladillas como tendrra ocasión de comprobarr.

Herr Gunter se coloca el casco, es un profesional como la copa de un pino y sabe que solo si tiene mucha suerte le tiraran tomates, cosa que casi nunca sucede, lo habitual es que le tiren yunques. Sube al ring, las perritas Lucile, Marilyn, Sophie y Helena, se colocan en fila detrás de él y empieza a sonar la música.

-Cabrrones

Marricones

Vuestras madrres cogen númerro parra que les pegue.

Cabrrones

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Marricones

Y vuestrros padrres tienen tetas también

Ya se las tocaste ¿verdad?

Tomate un batido de frresa entrre chute y chute

Y tirro por que me toca

Cabrrones

Marricones

El público empieza a ponerse nervioso, hacen acopio de ladrillos, condones llenos de leche ya cuajada y de bustos de mármol de personajes de la Grecia antigua.

-Hago torrtillas con vuestros huevos

y se las comen las tórtolas

Cabrrones

Marricones

En mi rrefugio nuclear caben millones

Perro no te dejarré entrrar

Es las gota que colma el vaso, el público enfurece y comienza a lanzar de todo al pobre Herr Gunter, incluso un paralítico se apea de su silla de ruedas y se la tira, Herr Gunter se toca los cojones y sus perritas huyen espantadas, y lloran, es difícil acostumbrarse a

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este tipo de escenas, las fuerzas del orden hacen presencia y contra todo pronóstico no arremeten contra el respetable, si no contra el cantante que huye en la silla de ruedas, no sin antes coger un yunque de recuerdo. Carola aplaude encantada, es asombroso pero le gusta la música que hace este tipo, Michel, sueña con esas ladillas y el Sultán se lamenta de no haber desenfundado su revolver antes, decide tenerlo siempre a mano.

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ENCUENTROS EN LA DECIMONOVENA FASE (Apoteósico final) -Estamos viviendo momentos gloriosos para la televisión contemporánea y si alguien sabe de alguna droga más adictiva que nuestro show, que me la traiga ipso facto.

Suenan las trompetas, y vemos al Sultán de Cabanillas sentado en el suelo, con las piernas cruzadas en actitud de meditación, Carola le mira sin decidirse a interrumpir ese éxtasis, resuelve esperar, es lo más prudente, se prepara una raya, y cuando se acerca para esnifarla el Sultán abre un ojo, es suficiente, Carola desiste, sabia decisión, nos está sorprendiendo Carola, demuestra tener cierta sensatez, las apuestas estaban no muy a su favor. Parece ser que el Sultán ha entrado en una especie de trance sicótico, sin duda debido a la ingesta masiva de alcohol y cocaína, Michel decide arriesgarse y pide al equipo técnico un bate de béisbol, se dispone a materializar su venganza por el oprobio al que le sometió anteriormente el Sultán, se acerca caminando de puntillas, mirando al público con una risilla maliciosa y rogando el máximo silencio a todos con un dedo sobre sus labios, levanta el bate, se dispone a destrozar la cabeza del Sultán de Cabanillas, ante la atenta mirada de los espectadores, ha llegado la hora de la verdad grandísimo hijo de puta, piensa para sus adentros, se dispone a golpear cuando el Sultán, sin abrir los ojos le encañona con su revolver, que recordemos decidió tener siempre a mano, y sin dudarlo le dispara, el pobre Michel cae al suelo como un saco de patatas, ya no tiene cara, Carola se lanza a los brazos del Sultán, y le dice cuanto le quiere, que tenía miedo de perderle y tonterías por el estilo, ya se, sabe cuando una loca se acaramela puede resultar absolutamente intolerable, el Sultán la aparta de una manotazo, se levanta, da dos vueltas alrededor del púlpito, lleva el revolver en su mano derecha y el bate de béisbol del desaparecido Michel en la otra, arrastra a Carola que se ha agarrado a su pierna derecha, enfurecido exige que le traigan otro orinal lleno de

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wisky, se retrasan en traerlo, nadie quiere acercarse al Sultán en estos momentos, no mientras tenga balas en su arma, y le quedan cinco aún, esta que hecha humo, su rabia crece exponencialmente, dispara tres veces contra el cuerpo de Michel, aúlla amenazando a la humanidad entera, ¡por Dios que alguien le lleve ese maldito orinal!, la señora de la limpieza es la encargada de la misión casi suicida, lleva el orinal en una mano y una escoba en la otra, si se ponen feas las cosas de poco te servirá tu escoba, a no ser claro está que sepas karate, ofrece el orinal al Sultán con una esplendida reverencia, este lo coge da un largo trago y besa suavemente la mano de la señora de la limpieza a la vez que se inclina ante ella como si de la realeza se tratase, la valiente mujer se retira ruborizada, los colores se le han subido a las mejillas, ha sido ascendida por decreto a reportera en zona de guerra, Carola mira celosa la escena y jura vengarse de la señora de la limpieza, así es el mundo del espectáculo, celos, envidias, enemigos mortales, lo normal. El Sultán levanta amablemente a Carola, empieza a dar miedo tanta caballerosidad, y la acompaña a su silla, después él hace lo propio.

-Y bien querida, ¿tal vez deberíamos continuar con la entrevista? ¿No hay nada que quieras preguntarme?

Carola duda, balbucea ente sollozos de odio y despecho, tímidamente cacarea algo.

-Si, hay algo que quisiera decirle Cabanillas.

-Adelante mi niña, estoy en tus manos.

-¡Le amoooo!, soy toda suyaaaa.

-¡Jajajajajajaja!

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El Sultán se ríe, ríe con una mueca aterradora en su cara, tanta amabilidad no era un buen augurio. No olvidemos que aún le quedan dos balas en el revolver, Carola se la esta jugando, y pensar que confiábamos en su buen criterio.

-Necesito urgentemente un desatascador de retretes, a poder ser ya usado. Soy un hombre de palabra, no lo duden.

Que alegría, que alboroto, al fin podremos ver como extrae las tripas por el ano a la dulce Carola, es lo menos que puede hacer tras habernos privado de una forma tan inesperada el poder visionar lo que hubiera sido sin lugar a dudas un gran espectáculo: Michel haciéndose el Hara Kiri in memoriam de su amado Jhonny. Carola se encuentra en un extraño batiburrillo de sentimientos y sensaciones, por una parte, es natural, tiene un miedo atroz, por otra parte, su coñito se lubrica a la velocidad de la luz, a la vez se siente orgullosa, será ella y solo ella, perdón más bien su ano y sus tripas, el centro de todas las miradas, ójala mis padres me estén viendo, piensa, estarían orgullosos de mí, y a la vez siente algo de pudor, ella fue educada en un colegio de pago, y claro, estas exhibiciones no proceden en ciertos ambientes, pero es una profesional, eso es indudable y como tal se la recordará.

-Acercate preciosa, vamos ven con papá.

Carola sólo acierta a proferir sonidos incoherentes, por ejemplo: mmmm, aahhh, sssiii, uffff, esta muchacha está faltal, liquidos viscosos resbalan por sus piernas, y parece que vuelve a orinarse encima, esto ya es preocupante, tal vez debería hacerse mirar las causas de semejante incontinencia.

-Muy bien mi niña, muy bien, ahora ponte a cuatro patas mientras papá te levanta la faldita, y no temas puedes hacer todo el pipí que quieras, ¡a ver hijos de la gran puta!,

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¡una palangana!, no quiero que se derrame ni una gota, después todo este orín se servirá en copas de champagne al público presente.

Una gran ovación en agradecimiento al detalle del Sultán para con el auditorio, estas cosas no tienen precio, llegan al alma y tocan la fibra sensible de cualquiera por más canalla que sea. Sin lugar a dudas el Sultán es lo que es y está donde está por estas pequeñas cosas, sabe como ganarse la amistad y el respeto de quienes le rodean, es incuestionable. Traen la palangana y la sitúan bajo el coñito de la hermosa Carola, ¡esta mujer es un manantial!, el Sultán abre bien las nalgas de la muchacha, escupe en el agujero del ano, mete un dedos, dos, tres, hasta cuatro dedos, mientras Carola chupa una sonda con agua, la cuestión es no parar de mear mientras dure la función, el Sultán hace un gesto y pide le traigan el sombrero de cow boy que Herr Gunter dejó olvidado tras su precipitada huida, se lo pone se baja los pantalones y penetra por el culo a Carola, ella sigue meando.

-¡Arree!, ¡arreeeeee¡

Grita el Sultán mientras desgarra ese angelical ano, angelical hace dos minutos, ahora es un ano demoníaco, que traigan más agua o Carola se nos deshidrata, no para de mear, es algo fuera de lo común, millones de teleespectadores por una cuestión de ósmosis se levantan y corren atropelladamente a los urinarios más próximos, los que no quieren perder detalle se lo hacen encima frente al televisor.

-Y ahora querida llegó el gran momento. ¿Estás preparada?

-Lo estoy Cabanillas, lo estoy.

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El Sultán coge el desatascador coloca un garfio en la punta del palo de madera y lo introduce entero hasta la parte de goma en el trasero de Carola, ¿tal vez pensaban ustedes que el método seria por succión?, que poco conocen al Sultán de Cabanillas, que poco lo conocen, menea el palo en circulo, adentro y afuera, háganse la idea que el palo es una caña de pescar y él va en busca del gran azul, el viejo y el mar a todos nos viene a la memoria.

-Aaaagggg, bastaaaaa.

Grita Carola.

-Ha cesado de orinar, pongan la palangana delante de su cara y que alguien la ahogue, por cierto necesito otro recipiente más para depositar mi captura, sospecho será abundante.

Aparece de nuevo la señora de la limpieza, entrega al Sultán una segunda palangana, y recoge la primera, entonces coloca longitudinalmente el palo de su escoba detrás de la nuca de Carola y empuja hacia abajo hasta que su cara queda sumergida en la cubeta rebosante de sus propios orines, a fin de cuentas la escoba sí era una arma letal en manos expertas por lo que se puede apreciar, Carola se mueve con frenesí, mueve sus manos como si fueran alas de colibrí, ¡caramba unos versos!, y patalea entorpeciendo las maniobras del Sultán, instantes después Carola descansa en paz, la venganza de Carola ha sido inversamente proporcional, entonces comienzan a brotar de su trasero cual flor en primavera varios kilómetros de tripas, que son recogidas en el recipiente colocado para tal fin, estas tripas se servirán después, también entre los asistentes, que por cierto aplauden, silban, lanzan vítores y algunos atrevidos y atrevidas incluso piropos al Sultán y a la señora de la limpieza.

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-Acuérdate querida Carola este es tu tributo.

La dirección del programa se tira de los pelos, tres bajas, de momento en una sola jornada, se han puesto alto el listón. La música suena, los aplausos son demoledores, Jericó es el canto de un jilguero, la señora de la limpieza levanta su escoba en señal de triunfo, una gladiadora, no se da cuenta pero el Sultán la apunta con su revolver por la espalda y dispara, en verdad fue una gran reportera en zona de guerra, solo queda una bala, ya veremos, siguen saliendo cosas, más y más, ¡otra palangana por favor!, todas las cámaras son para él, llena la segunda, y aprovechando que tiene la polla de granito pide voluntarios entre el público para que rematen la faena, salen varios voluntarios y voluntarias, pero finalmente determina cascársela él mismo, no se fía, es natural, seis horas después lanza un alarido.

-¡AAHHHHH!

Y se corre sobre las palanganas que contienen las entrañas de Carola, dos asistentes del programa acuden a la llamada del Sultán, cogen los recipientes con las tripas, el que contiene el orín es recogido por el mismísimo Sultán, se acercan los tres al público y lanzan sobre ellos el recuerdo de Carola, es la apoteosis, una orgía bíblica, empujan, golpean, enseñan los dientes, estiran, muerden, lamen, todos quieren comer y beber, todos necesitan participar, cualquier inmutable sería devorado. El Sultán de Cabanillas se ha subido los pantalones, tiene el revolver en su mano derecha, mira al tendido y sonríe, está sólo en el escenario, pero nadie se fija ya en él, hay otro espectáculo mejor, el público es el ESPECTACULO. Da media vuelta, desaparece tras unas cortinas y suena un disparo.

Pan y circo.

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Esas pollas y tu culo.

Ya se sabe.

Normal.

Todo está bien.

FIN

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CAPITULO XXXVII SUAVIDAD Entre a la farmacia el otro día, también podía haber ido a la ferretería y tal vez me hubiera ahorrado problemas, era una farmacia, y pedí un lubricante, el mejor y al dependiente no se le ocurre otra cosa que preguntarme si es para mi, ¿para mi?, ¡para tu puta madre!, ¡cabron!

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CAPITULO XXXVIII VIVIENDO LA VIDA Un cáncer de pulmón inminente, Toc, toc, la cirrosis espera su turno, Una ulcera ulcerada, Calvicie asesina, Esa resaca eterna, Los calzoncillos cagados, La música a todo trapo, Afeitado con cuchillas oxidadas, Una gonorrea galopante, Pero la cosa no se rinde, Los dedos y los dientes amarillos, Una sonrisa criminal, Y unas lagrimas que nadie se las cree, La nariz se cae a pedazos, Y las costras cubren mis brazos, Un sonoro pedo en el autobús, Escupo en mi mano y me hago una paja, Con un cigarrillo en la boca, Y una botella en mi otra mano, Una hoja en blanco, Y la cabeza a punto de estallar, Es lo que hay.

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CAPITULO XXXIV Esto amigos míos se acabó, la cosa ya no da para más, el que busque sensaciones más fuertes que lea a Mortadelo y Filemón o que se afile los dientes, he gastado con este cuento más vidas de las que tenía y solo me resta soltarles dos truños más y despedirme hasta nunca, solo espero que me olviden pronto y no se retrasen en pagar la hipoteca.

VER, OÍR, SENTIR Tantas cosas por ver, Sangre, Tantas cosas por oír, Mentiras, Tantas cosas por sentir, Dolor, Estrellas que se apagaron, La televisión, Risas ocultas tras el dolor, Una noche de alcohol, Besos y caricias que nunca se dieron, Y los que se dieron fueron peor, Todo perdido Todo olvidado Todo ya muerto Todo a favor de lo que se puede mascar Todo en nombre de lo que se puede comprar Una irrealidad abrumadora

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Eso veis Eso oís Eso sentís Y yo no soy mejor No, No lo soy, Solo percibo una pequeña porción, Cuando me abandono al exceso.

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CAPITULO XXXV Cuando me trajeron a prisión estaba mi estado era francamente lamentable, decidieron salvarme la vida, ¿para qué?, si dentro de poco me condenarán a muerte o a algo peor: a seguir viviendo. Son ustedes tan decentes, tan humanos, que me condenarán a vida e intentaran rehabilitarme, es por eso que si algún día salgo no tendré piedad. He engordado varios kilos y he tenido tiempo de pensar y recapacitar sobre todo lo ocurrido y debo decir que la conclusión está clara.

UN EXPERIMENTO Todos dicen que soy así porque el mundo apareó a un conocido monstruo con una loca, un experimento fallido dicen, yo no lo se, no me importa, pero se comenta que soy un caso único, como lo crees ser tú, como lo creen ser todos, el caso es que la mayoría de estos experimentos se hacen con hombres ni muy malos ni muy buenos, con mujeres ni muy buenas, ni muy malas, esos nunca fallan.

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CAPITULO XXXVI THE DOORS (I) Esta es la triste y no por ello menos fantástica historia de Facundo, si Facundo como las pipas, Facundo era un buen tipo, hasta que dejó de serlo, un personaje sencillo, del montón, como tú, como yo, fumaba mucho, poco tabaco, y bebía mucho también, la cerveza es diurética decía y el calimocho la sangre de Jesucristo mejorada, no le faltaba razón al bueno de Facundo, también le gustaban otras cosas, aunque su escaso presupuesto y lo limitado del suministro impidieron, hasta que alcanzó la fama, que se dejara la nariz por el camino, Facundo no follaba mucho, todas las tías eran unas putas decía, aunque en su interior se sentía un tanto frustrado, fiesta tras fiesta, cuelgue tras cuelgue, ¿pero que cuelgue podía pillar en un pueblo con solo cuatro bares?, en cualquier caso así trataba de ocultar esa falta de algo, que algo le faltara nunca fue un problema en realidad, el drama consistía en no saber que era, Facundo era un puto peón, y esto desde luego no ayudaba a desatascar el alma, es difícil plantearse con calma y mucho menos intentar solucionar esos grandes, esos pequeños problemas existenciales cuando las facturas se amontonan, Facundo tenía treinta y seis años, no era ni alto ni bajo, ni feo ni guapo, el pelo largo, algunas canas, coronilla y una eterna barba de tres días, no tenía novia, hacía unos cinco años que se mataba a pajas, salvo algunas esporádicas visitas al puticlub que estaba a unos kilómetros a la salida del pueblo dirección a la capital, aunque eso si se sabía todas las posturas habidas y por haber, era un vicioso en su imaginación, también era un artista, hizo un curso de guitarra por correspondencia, tiene una eléctrica colgada en una pared de su habitación, esta llena de polvo, hace siglos que no toca el Smoke on the water, lo único que sabía tocar, ¡pero joder como lo hacía!, le gustaba el cine, en el pueblo no había cine, pero tenía una

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televisión, para sus adentros Chuck Norris era “EL HEROE”, claro que se tragaba filmes VOSE de autores que ni su puta madre los conocería por la calle, la pintura no era su fuerte, Facundo decía: “si me gusta tal o cual cuadro para mi es bueno, si no me gusta pues no, no digo que sea una mierda, eso no, siempre respetando al artista y a su público”, no siempre era tan diplomático, cuando algo le gustaba lo defendía a capa y espada su conversación era agradable, y nunca faltaron citas a autores varios y algunas de cosecha propia, nombraba a Séneca, Camus, Lorca y otros, era un crítico feroz, le gustó mucho el Dan Brown ese, por tanto era bueno, Facundo era escritor, así es, tenía en su interior muchas cosas que decir, mucha mierda que soltar, era un escritor de retretes, literalmente, la inspiración le venía mientras cagaba, y escribía máximas, sentencias y koans en las puertas de los lavabos, allí dejaba volar su imaginación, y además de obsequiar al personal con un oloroso recuerdo, dejaba algún profundo pensamiento, los cuatro bares de su pueblo tenían las puertas del servicio llenas de estas frases, todos las leían, algunos con inquietud, otros con sorna y los menos con disimulado interés, en cualquier caso un mal día después de una noche de luna llena, pararon en el bar Manolo, un grupo de eruditos postmodernos, lo componían un representante literario, la putita que le acompañaba que se estaba cagando y además necesitaba empolvarse su operada naricilla, estos dos en un lujoso coche, en otro bastante más sencillo viajaban Fedra una poetisa lesbiana y Ernesto un filosofo de lo cotidiano, los tres viajeros pidieron a Manolo un vasito de vino de la tierra y un plato de embutidos caseros, “Son muy caseros, los hace mi agüela”, dijo Manolo, y sirvió un plato con jamón, queso y el típico chorizo picante de sobrada fama por el lugar, el representante cogió un poco de jamón, la poetisa un trocito de queso y el filosofo cometió la temeridad de probar el chorizo picante, nada más engullirlo se le descompuso instantáneamente a nuestro filosofo su delicado estomago, hubo una

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explosión de pimentón en tierra de nadie, en algún lugar a medio camino entre el intestino grueso y el delgado, o viceversa, no le dio tiempo a excusarse y voló raudo hacia el lavabo que Manolo le había indicado donde estaba con un gesto, Ernesto venciendo sus múltiples escrúpulos se sentó justo a tiempo en el retrete, sudaba y sudaba, unas almorranas como puños luchaban por desbordarse, pensó que había llegado su hora, el olor a mierda se hizo verbo y después de un profundo suspiro todo cesó, había sobrevivido, pasados unos instantes en los que recuperaba aliento, alzó la vista, siguiendo con la mirada a una mosca y allí vio el decimoprimer mandamiento: “Disfruta cagando, así como gozaste comiendo, en estos pequeños detalles el cielo y la tierra se dan la mano”, no pudo contener su emoción y se tiró un pedo, continuó leyendo : “Como me duelen los riñones, todo el día recogiendo espárragos”,

leyó alguna

sentencia más, se subió los pantalones a trompicones, sin limpiarse, estaba entusiasmado, la filosofía cotidiana, la suya, chocaba frontalmente con la sabiduría rural, y lo vio claro, ese era el verdadero conocimiento, el hombre y la tierra unidos, dándose la mano hasta la más lejana eternidad, por unos versos, la humanidad estaba salvada, era posible el perdón, sólo unas horas más tarde Fedra, la poetisa lesbiana, con suma delicadeza le advertiría: “Apestas a mierda”, y él con ambas manos puestas en el volante del coche y la mirada perdida contestaría: “EUREKA”, pero eso es el futuro y aún no es, tal vez nunca sea, Ernesto salió corriendo del baño se acercó al representante y excitado y tembloroso puso la voz de los recitales y le dijo : “El vino está bueno, pero el calimocho es aún mejor. Amén”, Fedra y el representante se miraron, le miraron y se volvieron a mirar, sin decir ni mu, Ernesto cerró los ojos, alzó una mano al cielo, Manolo se acercó para oírlo bien, no se lo podía creer, el filosofo se mantuvo sesenta laguísimos segundos en esa pose, en silencio, con la mano levantada y los ojos cerrados, todos estaban expectantes, entonces dijo con voz grave: “Las mujeres son como las

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mulas, y los hombres como los toros”, “Siempre hay moscas zumbando por doquier”, “Un fardo de paja pesa más a última hora de la tarde”, “Es tan bueno que debería estar muerto y en el cielo”, abrió los ojos y buscó al representante, esperaba su aprobación, este no le miraba, comía un poco de queso, el chorizo picante fue marginado, y apuró después su vaso de vino, la poetisa andaba un poco cabreada por el asunto ese de las mulas y los toros, Manolo tenía la boca abierta y los ojos como platos, Ernesto sin dudarlo gritó como un poseído: “El arco iris no se puede tocar pero te hundes en el barro”, “Tengo la escopeta cargada y la bota casi vacía de calimocho, mejor camina detrás”, “Hay muchos pajares y pocas mujeres”, “Las aceitunas producen callos, y las acelgas además dolor de espaldas”, “¿qué os parece?, ¡es inaudito!, ¡es magistral!, ¡una cátedra de sapiencia concentrada!, usted, buen hombre, ¿quién es el maestro?, ¿quién es el profeta?, ¿a quién debemos tanta sabiduría?, ¡por favor contésteme de inmediato!, va mi cordura en ello”, dijo sin pestañear el filósofo, a lo que Manolo contestó: “Facundo”, el representante tuvo una ocurrencia, tal vez fuera posible montar un circo, algunos números, un mano a mano entre el filosofo urbano y la cultura rural, podría llegar a ser un buen negocio, y pidió ver los versos de Facundo, Manolo con un breve movimiento de cabeza señaló la dirección del baño, la putita estaba tardando y le dijo a Fedra que fuera a ver que pasaba, cuando el representante se encaminó hacia el lavabo el filosofo se dispuso a seguirle y el primero con un gesto le ordenó que se quedara donde estaba, de ninguna manera pensaba meterse en el retrete con Ernesto, cuando abrió la puerta el pestazo le echó para atrás, el filosofo no había tirado de la cadena, dios bendito, que horror, pensó, tiró él, el servicio no tenía tapa, así que se abstuvo de sentarse para leer, revisó minuciosamente la puerta, estaba totalmente garabateada, no quedaba un milímetro libre, con mala caligrafía, faltas de ortografía y escrita en todas direcciones, ¡que pestazo por dios!,

contuvo la respiración y leyó: “Eaaa cordera, ven a bailar un

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pasodoble, pero no te quedes preñada”, “Ya se que les gustan los grillos, pero yo tengo sueño”, “Las azadas no son humanas”, “No me gusta el campo, me da miedo la ciudad”, “Mi bota me ha salvado la vida en más de una ocasión”, “Las iglesias huelen raro, huelen a iglesias”, “El café con leche para los de las oficinas, para mí el anís antes de que salga el sol”, en fin había decenas de frasecillas, algunas más mejores que otras, por usar una expresión facundidiana, salió el representante del excusado, un tanto aturdido, no tanto por las frases como por el olor, y pregunto a Manolo donde localizar a Facundo y le dijo también que le compraba la puerta, Manolo dijo que Facundo andaría por la era y que la puerta no estaba en venta, el representante sacó dos billetes de cincuenta, y Manolo arrancó la puerta de cuajo, nunca más pondría una puerta, ese sería su tributo a Facundo, ahora hay una cortinilla, la putita volvió con las pupilas dilatadas en compañía de Fedra, en cagar lo que se dice cagar no tardó mucho, pero tardó un siglo en empolvarse la nariz, el representante pagó la cuenta y entre Manolo y Ernesto cargaron la puerta en el coche del filosofo y la poetisa, la ataron con unas cuerdas, ¡que orgulloso se sentía Ernesto!, orgulloso a pesar de llevar los calzoncillos cagados, Manolo les dijo que en los otros tres bares del pueblo las puertas de los lavabos también estaban escritas, el representante ordenó por favor a Fedra que fuera a hacerse con ellas, la poetisa al principio puso mala cara y pregunto: “¿Por qué yo?”, el representante no dijo nada, sacó de la cartera un fajo de billetes y se los entregó, la lesbiana no dijo nada, cogió el dinero bajando la mirada y el representante dijo: “Las tres puertas restantes”, Ernesto preguntó a Manolo como llegar a la era y se dirigieron hacía el lugar, la putilla y el representante en su coche y Ernesto en el otro, Fedra se quedó sola, miró a su alrededor y vio a unas viejas vestidas de luto sentadas a la sombra que la miraban, a pesar de ser una poetisa solo acertó a pensar: “¡Que asco!”, los otros bares estaban a unos escasos cien metros de distancia el primero del último, dos a un

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lado de la calle principal, que era la carretera, y los otros dos al otro lado, todos parecían iguales, oscuros, viejos y sin Stolichnaya, eran lo que en su ambiente alternativo, postmoderno y contra intelectual se podría calificar como “out”, entró en el primero, el bar “La Parada”, aquí vendían billetes de autobús para la capital de la provincia, en la mesa del fondo estaban cuatro viejos jugando al mus y otros dos de pie mirando, Fedra saludó al camarero, el Paco, pidió una tónica, Paco la sirvió junto con una ración de chorizo picante, por supuesto Fedra no tenía ninguna intención de probar semejante veneno, los viejos seguían a lo suyo, Fedra preguntó por los servicios, Paco señaló con un gesto por donde estaban, era un lavabo unisex, o sea que solo había uno, ¡que horror! pensó la poetisa, cerró la puerta y efectivamente estaba completamente garabateada, de pie leyó algunas máximas: “Si dicen que el mundo es redondo, será que es redondo”, “Cuando me siento en un banco y veo a los coches pasar, los odio a todos, a los que vienen, a los que van, nadie sabe que yo existo, que les miro, que les odio, es por eso que les odio”, “Desde que murieron sus abuelos, hace veintidós años, cuatro meses y tres días, Lucía no vino más a pasar las vacaciones de verano al pueblo, tampoco yo he ido a verla a la ciudad”, aquí estaba inspirado Facundo, pensó, siguió leyendo: “A las doce del medio día, en verano, mi mejor

amiga es una higuera y un botijo con

calimocho es mi hermano”, ”Si lees esto es que ahora somos iguales”, ¡menudo cabrón estas tú hecho! se dijo Fedra, y se echó a reír, ya tenía suficiente, salió del excusado, se dirigió a la barra, bebió un poco de la tónica, que ya empezaba a calentarse, llamó al camarero y le dijo que quería llevarse la puerta, Paco la miró pasmado, no dijo nada, ella sacó dos billetes de cincuenta, pospuso sobre la barra, Paco dijo entonces: “¿La puerta?, ¿qué puerta?”, “La del lavabo, quiero esa puerta”, dijo la poetisa, “¿Y para qué?”, “Me interesa lo que está escrito en ella”, “¿Las idioteces de Facundo?”, “Si, las idioteces de Facundo”, “Es toda suya llévesela”, dio un trago a la tónica, y en vista que

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Paco no se movía, sacó un billete de veinte, lo puso en la barra y le dijo a Paco si sería tan amable de sacar la puerta, dicho y hecho, salieron los dos a la calle, el sol caía a plomo, y le indicó a Paco que dejara la puerta apoyada en la pared, esto era lo más absurdo que le había pasado nunca a Fedra, pero empezaba a gustarle, cruzó la calle y se dirigió al bar “Encantos”, solo estaba el camarero y un sujeto de unos cincuenta y tantos años, conversaban sobre el tiempo, la sequía, la siembra, que la cosecha sería desastrosa, cosas sin importancia para ella, por un instante dudó, no sabía que pedir, no le apetecía nada, como no le hacían ni puto caso tuvo tiempo de pensar, se decidió al fin por un café, llamó al camarero, Blas, un hombre curtido, duro, la cara arrugada no por los años, si no por la vida y la mala leche, no debía tener más de cincuenta, brazos peludos, hasta en los dedos tenía pelos, una sola ceja, barba de varios días, pero era casi calvo, con voz áspera y seca le preguntó: “¿Qué va a ser?, “Un café por favor”, el otro hombre la miró con una mezcla de desprecio y lujuria, ella posó la mirada sobre una mosca que paseaba sobre la barra, y de repente con un trapo Blas la aplastó, Fedra se sobresaltó, le sirvieron el café, con un azucarillo de esos cuadrados, de los que tardan horas en disolverse, preguntó ella si tenían sacarina, Blas dijo que no, preguntó por el aseo y como los dos anteriores bares le señalaron su ubicación con un movimiento desganado de la cabeza, aquí había dos lavabos uno para las mujeres, y claro otro para los hombres, Fedra entró disimuladamente, como por equivocación en el de caballeros, cerró la puerta y allí estaban los escritos ,la puerta estaba repleta de frases, bajó la tapa del retrete y se sentó a leer: “No se lo que es la primavera, el verano, el otoño o el invierno, cuando se trabaja solo hace frío o calor”, “Soy pobre pero no honrado, lo que pasa es que no se como hacer para hacerme rico”, “Si el diablo tiene aliados, esos son lo tábanos”, “Las vaquillas se hacen viejas y nos conocen, las fiestas ya no son tan fiestas”, y justo después ponía: “Mi madre empezó a hacerse joven cuando mi padre murió”, se

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puso de pie y apareció ante sus ojos algo que se le quedaría grabado: “UBRES”, salió, se acercó a la barra, el camarero estaba solo, el otro hombre se había ido, mejor pensó ella, Blas estaba en el otro extremo de la barra, este es un hombre arisco, caviló, debo ir con tacto, “perdone señor…, me llamo Fedra”, “Blas”, “Encantada de conocerle señor Blas, por equivocación he entrado al servicio de caballeros y he podido observar las cosas escritas en la puerta”, “Si, cosas de Facundo”, “Ciertamente interesante, sin duda”, “Ya”, “¿Me preguntaba si sería posible comprarle esa puerta”, “¿La puerta?”, “Le pagaría bien”, sacó dos billetes de cincuenta, “Es una puerta de madera maciza”, dijo Blas, “Entiendo, claro”, y sacó un billete más, “No se, no puedo tener el servicio sin puerta”, “Tiene usted razón”, y sacó uno más, Blas se acercó cogió el dinero, se dirigió al lavabo y sacó la puerta de sus goznes, y la apoyó en la barra, “Sería usted tan amable de sacarla a la calle, después pasaremos a buscarla”, sin decir nada Blas la cogió, la sacó fuera y la dejó apoyada en un árbol, Fedra se dirigió al último bar, bar “San Mateo” , San Mateo al parecer era el día de la fiesta mayor del pueblo, estaba en el bar el camarero, Lucas, y en una mesa frente a un televisor prehistórico, una vieja vestida de luto, viendo un documental sobre los aborígenes australianos, mientras desplumaba un pollo, Fedra no sabía que pedir, el vino, la tónica y el café habían llenado su vejiga, así que preguntó directamente por el lavabo, Lucas se lo indicó, claro está, con un movimiento de cabeza, y mientras atravesaba el bar hacía el servicio, la vieja gritó: “Jesús, María y José estas gentes van casi desnudos”, Fedra entró al lavabo de hombres, había papel higiénico, gracias a dios, sacó un buen montón de papel y limpió el asiento, después se bajó el pantalón y las bragas y comenzó a orinar, al brotar las primeras gotas, se acordó de sus largas sesiones de sudor y demás fluidos y placeres con Katia, una editora de una especie de panfleto feminista, Katia se divorció cuando su marido la dejó por un abogado, el mismo que les tramitó la separación, quedaron como

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amigos, gente civilizada, Katia se hizo entonces lesbiana, y de las feroces, nada censurable, como tampoco lo es que Fedra se acuerde de ella cuando mea, para gustos los colores, los sabores y los olores, mientras pensaba en Katia la meada iba menguando y la cantidad de flujos vaginales en aumento, sin secarse y cuando aún caían las últimas gotas comenzó a tocarse y se introdujo dos dedos, estaba realmente caliente, se acariciaba, se metía y sacaba sus dedos, rozaba y apretaba con fuerza su clítoris, sacaba la lengua y se tocaba los pechos, en el lavabo de caballeros del bar San Mateo, una cosa de locos, entonces cuando más acalorada estaba, mientras movía los dedos en su interior lo leyó: “Los hombres con boina y las mujeres sin bigote”, se quedó paralizada con los dedos dentro y los ojos y la boca abiertos, no se lo podía creer, y para rematar la faena: “¡Mierda! Y repito: ¡Mierda!, no hay papel”, eso la despertó, sacó los dedos y automáticamente giró la cabeza para cerciorarse que sí había papel, cogió un buen montón, y se secó, abrió la puerta y en una especie de fregadero se lavó las manos, se las secó con una toalla húmeda y se dirigió a la barra, la vieja seguía desplumando el pollo y viendo el documental, “Buenas tardes”, “Buenas tardes señorita”, repitió Fedra la misma historia de que se había equivocado de lavabo, y lo interesante de los escritos de la puerta, así como haciéndose la tontita, de pronto la vieja gritó: “¡Lucaaas estos indios comen lombrices!”. “Si tía, si, perdone señorita, mi tía está un poco ya mayor, ¿entiende?, y se entretiene así, desplumando pollos y viendo reportajes en la tele, me decía usted sobre los escritos, son de Facundo, Facundito como yo le digo, es un buen muchacho, un poco loco, ¿pero quién no está un poco loco hoy en día?, fíjese si no en la televisión, sale cada uno que en fin, para que hablar, yo siempre cuando dan el telediario apago la tele, el mundo está loco, es lo que siempre digo, Facundito vive con su madre, está enferma, hace más de un año que no sale de casa, el pequeño Facundo lo pasó mal de crío, su padre, que en paz descanse, fue un demonio, zurraba de lo lindo a Facundito

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y a su santa esposa, cuando Facundo, el padre, tardaba en llegar a casa el pequeño por encargo de la madre, iba de bar en bar buscándolo, si Facundo, el padre, estaba de buenas, pocas veces estaba de buenas, tenía muy mal genio el jodido, si estaba de buenas, como le digo señorita, subía a Facundito sobre una mesa y le hacía bailar y cantar, todos nos reíamos mucho, pero cuando estaba de mala leche, agarraba al chico de una oreja y lo arrastraba fuera del bar, no si antes darle unos buenos sopapos ¡cuantas limonadas le di a Facundito!, siempre le quise mucho, nunca he tenido hijos, dos sobrinos si, un chico y una chica, el chico Luis vive en la ciudad, la chica, Julia se mató en un accidente de coche, mi hermano también murió, lo encontraron tirado en el huerto sobre las lechugas, con la azada en la mano y cubierto de hormigas, perdóneme señorita, pero cuando se llega a cierta edad uno empieza a pensar en estas cosas, pero usted es joven, ¿quiere un poco de chorizo picante?, es típico de aquí y está muy rico, con un vasito de vino de la tierra y un poco de pan para acompañar es lo mejor que hay, es usted muy joven y necesita alimentarse, tenga usted”, Fedra alucinaba, entre las boinas, los bigotes y el chorizo picante, pensaba que la cabeza le iba a estallar, dudaba seriamente de estar viviendo lo que estaba viviendo, o acaso lo imaginaba todo, “cincuenta y tres años llevo sirviendo el mejor chorizo y el mejor vino tras este mostrador, ¡cincuenta y tres años!, se dice pronto, la de cosas que uno ha visto, como ha cambiado todo, antes fíjese este pueblo estaba lleno de vida, yo nací en el piso de arriba, nada de hospitales ni de médicos, en la cama de mi pobre madre, ahí vine yo a este valle de lágrimas, ahora nadie nace en el pueblo, ahora solo morimos, yo espero dormirme y no despertar más, no es que tenga miedo a morirme, pero no quisiera sufrir, ¿me entiende?, he visto a tantos sufrir, yo quiero morir tranquilo, igual que he vivido, no debería hablarle de estas cosas, es usted muy joven, ¿no come un poco de chorizo?, coma, coma, ya verá que rico, ¡tíaaa!, no se meta las plumas en la boca, ¡que se va a

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ahogar!, hay que andar detrás de esta mujer todo el santo día, por suerte ahí están los pollos y el national geografic”, de repente la vieja empezó a reírse como una loca y dijo: “¡Jesús! Que narices tan grandes tienen estos demonios”, “Ya ve señorita, ya ve, ¿se da cuenta porque digo las cosas?, la voy a acompañar con un vasito de vino, es usted una joven muy simpática, pero coma, coma, no sea tímida, ¿Por qué cree que sigo siendo un chaval a mis setenta años?, un poco de vino y este chorizo, ese es el secreto”, Fedra ya no podía más, era el colmo, pero aún así y para facilitar después la labor de la compra de la puerta, decidió probar el chorizo, no tardaría en arrepentirse, cogió un trocito, el más pequeño, lo comió y al instante la boca, la garganta, el estomago y hasta el útero ardieron con un fuego proveniente del mismísimo infierno, se bebió el vaso de vino de un trago y con gestos y muecas pidió otro, “¿A que está bueno señorita?”, se bebió el segundo vaso de vino, y los ardores fueron haciéndose algo soportables, entonces Fedra le dijo: “¿Y la puerta?”, “Ah, la puerta, pues no se que decirle señorita”, “Aquí tiene”, sacó dos billetes de cincuenta y se los acercó, “Si me hace el favor de sacarla”, sin poder reaccionar, Lucas se movió como un autómata, sacó la puerta y siguió a Fedra hasta la calle, dejó la puerta apoyada en una pared, se despidió y cuando entró de nuevo al bar, pensó que mejor no morirse de momento, siempre queda algo por ver, Fedra cruzó la calle, en el lado donde se encontraba daba el sol, se sentó en un banco de piedra a esperar y ver pasar los coches que iban y venían sin detenerse, ya tenía las cuatro puertas y le había sobrado un buen dinero del que le dio el representante, sonrió.

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THE DOORS (II) Mientras tanto iban el representante y la putita en su cochazo y el filosofo en el suyo con la puerta atada en el techo, los tres en busca de Facundo, el representante cagándose en todos los santos pensando como debía sufrir su lujoso coche por estos caminos de cabras, siguieron las indicaciones de un pastor y encontraron por fin a Facundo tumbado bajo una higuera, con una bota tirada y destapada (y probablemente vacía) a su lado, el representante que andaba cabreado por lo de su coche decidió vengarse y tocó la bocina ¡MOOOOC!, pero Facundo no movió ni un dedo, el representante insistió ¡MOOOOOOC!, ¡MOOOOOOC!, nada, Facundo estaba en un estado de profundo sueño, como solo los inocentes o los culpables sin moral son capaces de conseguir, o dormía o estaba en coma etílico, no había nada que hacer así que bajó del coche, seguido de la putilla, el filosofo ya se había apeado y esperaba, caminaron el representante y Ernesto hacia Facundo, la putilla que llevaba unos zapatos de tacón de aguja se quedó apoyada en el coche como solo las de su clase saben apoyarse en un coche de lujo, la tierra estaba seca, volaban las moscas, hacía calor y Facundo dormía con la boca abierta, el representante indicó con un gesto a Ernesto que se acercara a Facundo y lo resucitara, voló raudo el filósofo al encuentro del nuevo mesías, se aproximó y vio efectivamente la bota destapada que goteaba pausadamente la nueva sangre de cristo, el calimocho, le llamó suavemente: “Facundo, Facundo despierta”, por supuesto Facundo no se movió, Ernesto se giró hacia el representante y se encogió de hombros, hacía calor, la putilla había vuelto dentro del coche, estaba a salvo con el aire acondicionado a todo meter y se preparaba para empolvarse la naricilla nuevamente, el cabreo del representante iba en aumento, Ernesto se percató y supuso muy acertadamente que o hacía algo pronto o se iba a armar, insistió: “Facundo, despierta Facundo”, en el profundo sueño de Facundo la voz del filosofo se había transformado

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en la suave voz de su enamorada, pero como en realidad no tenía ninguna, no pudo poner rostro a esa suave voz que le encandilaba, una voz que le decía en sueños: “Facundo despierta, ven Facundo soy toda tuya, tómame soy toda tuya, haz de mi tu perra, tu esclava, úsame como tu orinal, vamos Facundo te esperoooo”, todo esto hervía en la cabeza de Facundo en un estado de semiinconsciencia del cual no hubiera querido despertar nunca, a la putilla se le dilataron de nuevo las pupilas y tocó la bocina del coche ¡MOOOOC!, Facundo no movió ni un dedo, seguía con la boca abierta y el representante estalló: “¡Me cago en la grandísima puta que te parió Ernesto!”, el filosofo se agachó y agarró del los hombros a Facundo y mientras lo zarandeaba le decía: “Facundo, Facundo despierta de una puta vez joder, ¿no quieres ser catedrático para las más espesas mentes, los más turbados estómagos y las más infames conciencias?”, a estas alturas Facundo ya tenía una erección, en su sueño estaba vestido de guardia civil y cabalgaba sobre dos hembras de más de cien kilos cada una, el zarandeo al que fue sometido sin piedad, casi hizo que se corriera, pero no, afortunadamente para él, andar con los gallumbos empapados de semen no es muy simpático, abrió los ojos y miró a Ernesto un poco asustado y lo mismo que Clint Eastwood echaría mano de su revolver, el bueno de Facundo echó mano de su bota, para comprobar con desesperación que estaba vacía, apenas quedaba un pequeño sorbo, bebió, apretó la bota intentando escurrirla, y salieron apenas unas gotas de calimocho, lo justo para humedecerse boca, una boca seca como el cuero de los aperos de cualquier mula vieja y que no sirve para tirar del arado, pero poco a poco Facundo empezaba a ser persona, más o menos, volvió a mirar a Ernesto y este le dijo: “¿Eres Facundo?, ¿tú has escrito todas esas cosas?, ¿tú has soñado esas mil verdades? : En el campo de los ricos de los ricos no hay mosquitos ni alacranes. El cerdo busca las trufas y el señorito se las come. Que pena me da separar a un cordero de su madre, degollarlo no me cuesta tanto. Que ninguna gallina cacareé

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antes de que cante el gallo, es la ley. El tractor es el futuro, el dolor de riñones es eterno. Cuando acabe la jornada buscarme en el bar. ¡Fantástico! ¡Sublime! ¿Tú has escrito todas estas portentosas representaciones de la REALIDAD?, ¿Eres tú el creador de la nueva corriente de pensamiento universal?”, a lo que Facundo que aún no se había incorporado y seguía con la bota vacía en la mano contestó: “No lo sé, escribo mientras cago y después me olvido de todo”, el representante que a cierta distancia lo oía todo no daba crédito, más bestia no se podía ser, pensó, si hubiera tenido una grabadora sin dudarlo habría inmortalizado esta conversación para las generaciones venideras, no tenía desperdicio, el nivel de absurdidad era de dimensiones cósmicas, y ello le divertía a la vez que le ponía enfermo, Ernesto prosiguió: “No creo en las casualidades, y el desafortunado incidente con el chorizo picante tuvo como consecuencia el feliz descubrimiento de una nueva escuela filosófica y humanista, la escuela rural, la de nuestros ancestros, la que nunca debimos abandonar, ¡pero no solo eso!, ¡no muy señor mío!, este descubrimiento, la verdad plasmada en esas puertas mediante tus manos tiene a su vez una consecuencia terriblemente funesta y radical querido Facundo: La muerte y olvido de la escuela filosófica del urbe, y yo como máximo representante e ideólogo asumo mi responsabilidad, pero eso si con matices, nunca mentí, pero admito que estaba equivocado, ahora vuelvo a ser un niño con ansias de conocer el nuevo mundo que me rodea, vuelvo a ser un hombre sin miedo a explorar nuevos horizontes, con la humildad para pasar de ser maestro a alumno, pero también te advierto tú no has creado LA VERDAD, algún ente superior te ha utilizado como vehículo transmisor de su sabiduría, eso debes saberlo y aceptarlo para ser libre, ¿qué me dices Facundo?, ¿estás preparado para lanzarte al abismo?, de tu respuesta dependerá el rumbo de los planetas”, Facundo que no había entendido una sola palabra solo dijo: “¿Tengo que hacer algo?”, Ernesto alzó ambas manos al cielo y exclamó: “¡Facundo!, ¡Facundo!, ¡solo tienes que ser tú!”,

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seguía sin entender nada, así que nada dijo, prosiguió el filósofo su discurso, estaba lanzado: “Te animo, te exhorto a que des el paso definitivo, es imperativo, cuando lo des tu vida cambiará por completo, pero eso no importa, lo fundamental es que TU cambiaras las vidas de infinidad de seres, ahí reside la verdad de la milanesa, ahora tu destino no está en tus manos, tal vez nunca lo estuvo, una fuerza irresistible nos ha hermanado y debemos emprender esta magnifica cruzada en pos de la verdad, hoy, ahora, somos pocos, mañana seremos legiones, ¿acaso no lo sientes Facundo?”, la cosa empezaba a irse de madre, la putilla bajó la ventanilla del coche y chilló con voz aguda: “¡Cariñoooo!”, entonces Ernesto miró al representante que le hizo un gesto para que se dejara de historias y fuera al grano, el filosofo sin dilación dijo: “Facundo tus mensajes encriptados de lucidez nos han impresionado sobre manera, hemos adquirido las cuatro puertas”, al decir esto Ernesto reparó en su error, se giró hacía el representante que con solo una mirada lo puso en su sitio, “bien, el caballero que me acompaña….”, otro error, “el caballero al que acompaño es representante de escritores, poetas, intelectuales y creadores de las más variopintas tendencias del plano cultural contemporáneo, ha adquirido las cuatro puertas impregnadas de un conocimiento ecléctico, una verdad básica inmutable, frases escritas con los intestinos, nada del panorama creativo del momento es comparable con por ejemplo con: “ Las gallinas viejas dan un buen caldo, pero las jóvenes son las preferidas del gallo”, o sin ir más lejos: “ me gusta comer cuando tengo hambre dormir cuando tengo sueño, aunque sean las doce del mediodía”, nadie en su sano juicio podrá negar la evidencia vital contenida en estas palabras, pero te aviso Facundo

toparemos con mentes desquiciadas, gentes de moral apócrifa y

pervertidos intereses engalanados con rimbombantes nombres como religión y ética, nos mantendremos firmes en nuestro empeño, y la razón no la fe , acabará imponiéndose, dame tu mano Facundo, toma la mía hermano” , extendió su mano, “ a partir de este

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preciso instante caminos hasta ahora paralelos y separados convergen, se cruzan no para separarse de nuevo, sino para recorrer el tiempo asidos de la mano, y cuando por fin....", el representante tenía los cojones a punto de estallar, dio unos pasos y cortó sin piedad el seminario alucinógeno del filósofo Facundo no podía comprender, su cabeza no era capaz de asimilar lo que ocurría, así que lo más cómodo y sensato era pensar en su bota vacía y soñar como le gustaría que estuviera llena , " Facundo, como bien a dicho Ernesto, soy representante de artistas de diferentes disciplinas y tendencias, he visto tu obra y me interesaría trabajar contigo, recopilar y promocionar sus textos, he comprado las cuatro puertas, y no sólo eso, quiero que vengas con nosotros a la ciudad hoy mismo y comenzar el trabajo, ¿ me entiendes?", Facundo no estaba seguro de entender: " ¿ quiere decir que le gustan las cosas que escribo?", " si ", " ¿ y quiere que vaya a la ciudad con usted?", " si ", " no entiendo, solo son cosas que escribo cuando cago, a nadie le interesan ", " escúchame Facundo,¿ quieres salir de esta miseria?.¿ser famoso? ¿será admirado y que todo se callen cuando tú hables?”, Ernesto se sintió mal, era cierto que el representante había comprado las puertas, le dio el dinero a Fedra y el encargo de adquirirlas, pero el descubrió a Facundo, no sin sudores, en cierto modo era el propietario intelectual del futuro mito. Facundo no estaba seguro, aún no era capaz de digerir lo que estaba pasando, Ernesto seguía con la mano tendida, Facundo le miró y tendió la suya, se agarraron y tirando el uno del otro Facundo se levantó, miró entonces el representante y le dijo: " si quiero ", estaban los tres de pie, la putita bajó de nuevo la ventanilla y chilló: " ¡Cariñooooo! ", el representante dijo: " bien, vamos al pueblo a buscar a Fedra y las cuatro puertas, de camino la ciudad ya tendremos tiempo de hablar tu y yo ", subió el representante a su coche y Facundo y Ernesto al otro, una vez dentro del coche el representante le dio un par de sopapos a la putilla, y le advirtió que cuando él estaba hablando cerrara la boquita, tenía razón Facundo el lo de que las gallinas no

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deben cacarear hasta que el gallo ha cantado, hicieron el trayecto en silencio, sólo cuando estaban entrando en el pueblo el representante le dijo: " venga tonta, ya sabes que te quiero ", y metió la mano entre las piernas de ella, la putita sonrío, en el otro coche Ernesto estaba radiante, Facundo bajó la ventanilla, el tufillo a mierda ya se hacía notar, el filósofo le habló de los clásicos, de la religión, de la cultura urbana, del consumo, de lo efímero de las verdades, de la violencia contenida, de conceptos como la nada, el infinito, el ser, de la eternidad y la latencia perenne, preguntó sobre la fuente de inspiración, sobre las musas que bailaban y cantaban a su alrededor, el filósofo rural, Facundo, aquí empezó ganarse el título, pregunto: " ¿ es bueno ser famoso? ", el filósofo de lo urbano quedó en silencio unos instantes, suspiró, y con voz grave dijo: " es una pregunta sencilla que requiere una respuesta compleja, esto es: si y no ", acto seguido soltó un rollazo tremendo sobre en qué consiste la fama, sus peligros, sus bondades, como se alcanza y como se pierde, como llegaban al pueblo y no había concluido su disertación sobre el tema, amenazó a Facundo con proseguir durante el viaje a la capital, Facundo se ha hecho temblar, el representante primero y seguido a poca distancia del otro coche, pararon donde estaba sentada Fedra a la sombra, bajo el representante y Fedra relató brevemente cómo había conseguido las puertas, naturalmente no hizo mención del episodio de la meada, ni de que había sobrado un buen dinero, se apearon entonces del otro coche Ernesto y Facundo, Fedra que a pesar de ser lesbiana hasta la médula no era del todo fea, fue devorada instantáneamente por los ojos de Facundo, nadie lo notó excepto la putita que no había bajado del coche y pensó que este salvaje primitivo debía ser una máquina, se le hizo la boca y lo que no es la boca agua, entre Facundo y Ernesto cargaron los otros tres puertas en el coche, Facundo tenía sed, el representante dijo que se hacía tarde, todos querían irse, pero Facundo tenía sed, paciencia, entraron al bar " Encantos ", Ernesto pidió una coca-cola , Fedra un agua con

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gas ( le sirvieron sifón), la putita pidió un té, no había, entonces pidió una manzanilla, el representante una cerveza y Facundo medio litro de calimocho bien frío, el camarero puso varias raciones de chorizo picante que al final se comió Facundo, no se dio cuenta que el era el único que lo devoraba sin piedad, necesitó de otro medio litro para acabar con todo el chorizo, la rodajas de pan iban y venían por la barra, el representante le dijo si necesitaba recoger algo, dijo que si, que tenían que recoger a su madre, Fedra también se saltó esa parte, la de la madre de Facundo, y el representante la crucificó con sólo mirarla, la habían pillado en fuera de juego, el representante necesitaba pensar algo rápidamente, preguntó por el baño, Fedra se lo indicó con un movimiento de cabeza y el representante la volvió a mirar sin piedad, fue al baño y ¡ mierda!, claro no había puerta, entró en el de las damiselas, bajó la tapa, se sentó y pensó, pensó ,¡ ya esta!, dejaría a Fedra para cuidar de la vieja, pero no, eso era demasiado, bien, mejor alguien del pueblo que la cuidara, el pagaría los gastos, eso es, asunto solucionado, salió del baño, le dijo a Facundo quien del pueblo le parecía bien para cuidar a su madre mientras estaba en la capital, que el pagaba todo, que más adelante la mandarían a buscar y tendría una enfermera para ella sola, Facundo dijo que no, que su madre se venía con él, el representante se encogió de hombros y sin consultarlo, naturalmente, encajó a la vieja en el piso de Fedra, la cara de la poetisa era un poema, nunca mejor dicho, pero ¿ qué podía hacer?, el representante pagaba el alquiler, a estas alturas Facundo andaba ya un poco trompa y le pidió Ernesto que dijera en voz alta algunas de las cosas que había escrito, el no se acordaba y además el filósofo lo hacía muy bien eso de recitar, Ernesto, sin miramientos, se enjuagó la boca con coca-cola, cerró los ojos, suspiró, abrió los ojos y se lanzó al abismo del conocimiento: " El alcalde no vive en el pueblo, tiene un chalé con frontón a las afueras ", " tengo docenas de herraduras y mala suerte ", " a veces soy más viejo que el más viejo de todos los viejos del pueblo ", " no juego a la lotería, no

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sea qué no me toque ", salió el filósofo por un instante del nirvana en que se hallaba inmerso para ver a su público, todos estaban pasmados y Facundo con una sonrisa de oreja a oreja con su vaso de calimocho alzado, moviéndolo de lado a lado, Ernesto interpretó el pasmo del auditorio como algo tremendamente positivo, pasar de la oscuridad a la luz ciega por unos instantes, pensó, acto seguido continuo con su disertación: " Los caracoles y el conejo, unos los lentos, el otro rápido,¡ pero qué bien se entienden! ", " ¡ qué grandes y hermosos crecen los repollos!, dicen que en la huerta hay muchos muertos enterrados de la última guerra ", " si te gustan los amaneceres ¡ madruga tu! ", " a las mulas nunca se les pincha una rueda ", todos excepto el filósofo y Facundo, que ya estaba apoyado en la barra y pidiendo más calimocho, todos ya tenían suficiente, el representante preguntó a Facundo si aparte de su madre tenía que recoger algo más, Facundo contestó que no, bueno si, llenar la bota de calimocho, el representante tembló, el viaje de vuelta lo harían él y la putita en su coche y la tropa: Ernesto, Fedra, Facundo y su madre y las cuatro puertas en el otro, no estaba dispuesto a soportarlo, ni a arriesgarse a un posible mareo y vomitona de Facundo, el representante pagó la cuenta, Facundo llenó la bota y se dirigieron a su casa, estaba en una de las calles que atravesaban la principal, junto a una pequeña plaza con bancos de piedra alrededor de una fuente seca, era una casa de dos plantas, de piedra, se veía faltaban algunas tejas en la cornisa, la fachada necesitaba arreglos, muchos arreglos, la puerta estaba cerrada pero sin llave, Facundo entró y todos le siguieron, el representante, Fedra y en especial la putita miraron a su alrededor: el suelo sucio, las paredes sucias, los muebles sucios, un olor a humedad que se antojaba perenne, todo sumido en la oscuridad, una oscuridad sin misterio, una oscuridad nacida de las entrañas de la misma vida, no pudieron reprimir la sensación de una claustrofobia sofocante, un desprecio por todo les rodeaba y unas infinitas ganas de salir de esa casa maldita, la única que se

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atrevió fue la putita, que dijo: " cariño te espero fuera ", el representante comenzó a dudar si todo esto era una buena idea, Ernesto en cambio miraba todo con los ojos encendidos, se esforzaba en asimilar, en sentir lo básico, el filósofo nunca se dio cuenta que hay una pequeña diferencia entre ver " Los fusilamientos tres de mayo " y ser uno el que recibe una bala en el pecho, uno puede imaginar el sufrimiento de otro pero no sentirlo como propio, salió de su letargo al grito de: " ¡ madreee!,¡ madreeeee! ", definitivamente es un cafre pensó Fedra al oír semejantes berridos, " ya estoy en casa ", obviamente pensó que el representante, " ¡ y vengo con unos amigos, vístase que nos vamos a la capital! " simpleza y sencillez genuinas pensó el filósofo, Ernesto preguntó por el lavabo y Facundo le indicó dónde estaba con un movimiento de cabeza, el filósofo confiaba en que esta puerta también estuviera llena del alma de Facundo, pero no, no había nada escrito solo estaba mal pintada de un color gris sucio, más tarde preguntaría Facundo porque no había nada escrito en la puerta del lavabo de su casa y este tan tranquilo le contestaría que porque nunca cagaba allí, siempre lo hacía en el campo, y en el campo no hay puertas, o en los bares, cuando Ernesto salió del lavabo Facundo no estaba, esperaban de pie y en silencio el representante y Fedra en lo que debía ser el comedor, había una mesa cuadrada con un hule a rayas azules y blancas, cuatro sillas un mueble con una televisión encima y nada más, sobre la mesa una botella medio vacía de vino, migas de pan y restos de lo que algún día debió ser comida, el representante le hizo un gesto con la cabeza a Ernesto indicándole el camino por donde se había ido Facundo, el filósofo miró y volvió a mirar al representante, este repitió el gesto y dijo: " espabila ", el filósofo salió y vio unas escaleras, alumbradas por una bombilla amarillenta, que subían al segundo piso, mientras subía sintió cierta intranquilidad por primera vez, temía por lo que pudiera encontrarse arriba y ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado semejante locura, cuando alcanzó lo que se le

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antojaba la cima de una terrible montaña llamó a Facundo, " ven, pasa, pasa ", le dijo Facundo, se dirigió por un oscuro pasillo a la habitación de donde provenía la voz, la puerta estaba abierta, se quedó en el umbral, Facundo zarandeaba a algo que en otro tiempo fue una mujer, pero ahora no era más que un esqueleto vestido de luto, la estaba levantando no con brusquedad pero sí sin cuidado, como el que mueve un sillón para barrer el suelo, estaba acabando de vestirla, cuando le puso las alpargatas dijo: " madre este es mi amigo.... ", " Ernesto ", " si, mi amigo Ernesto y nos va a llevar a la capital, vamos a ser famosos y la pondré una chica que la cuide y la lleve a la peluquería ", Ernesto seguía en el umbral y vio cómo Facundo sentaba a su madre en el borde de la cama, se agachaba de espaldas a ella, colocaba los brazos de su madre alrededor de su cuello y le decía: " agárrese bien madre ", entonces con sus dos manos hacia atrás la agarró de las piernas y se levantó, llevaba su madre a sus espaldas, a caballo, entonces dijo: " ¡ala!,¡ ya nos podemos ir! ", bajaron, Facundo y su madre seguidos de Ernesto, en el comedor seguían el representante y Fedra en silencio, y en silencio siguieron al ver a Facundo que llevaba a su madre a la espalda, Facundo repitió: "¡ala!,¡ ya nos podemos ir! ", comenzó a andar seguido de Ernesto, Fedra y el representante que se rascaba la cabeza, la putita que estaba en el coche y se había empolvado la nariz de nuevo, al ver la comitiva comenzó a reírse como una loca, Facundo no miró atrás a ver si había cerrado la puerta de casa, montaron en los coches y partieron rumbo a la capital, cinco minutos más tarde Facundo roncaba, la vieja estaba con los ojos abiertos sin decir nada y Fedra le dijo a Ernesto: " apestas a mierda ", a lo que a Ernesto como todos sabemos contestó: " ¡EUREKA!.

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THE DOORS (III) Habían pasado seis meses y habían pasado muchas cosas, después de estar dos días en casa de Fedra la madre de Facundo fue ingresada en una residencia de ancianos, Katia la amante de Fedra se casó de nuevo y Fedra se hizo budista e hizo votos de castidad, la putita volvió al lugar de donde había salido: a la calle, se publicó un libro de 242 páginas donde sólo veinte eran de las cosas de Facundo, el resto, el prólogo, el epílogo y las interpretaciones de Ernesto sobre la filosofía rural, Ernesto a su vez dio algunas charlas y conferencias sobre el asunto, las cuatro puertas fueron expuestas en varios museos de esos de arte moderno, con bastante éxito de crítica , todo hay que decirlo, y posteriormente fueron subastadas, el representante naturalmente obtuvo unos suculentos beneficios de todo este circo, Facundo por su parte no volvió a escribir nada que valiera la pena, si es que lo anterior la valía y se dedicó a dejarse seducir por los más variopintos excesos de la noche, le dieron una tarjeta de crédito y la gente se sentaba a su alrededor para oírle, las idas y venidas a los lavabos ya no eran para cagar y escribir, sus pupilas eran como las de un mochuelo en una noche de luna llena, no llegó a darse cuenta hasta que quizás fue demasiado tarde que esta vez si la había cagado de verdad, encontraron a Facundo tirado en un retrete con los pantalones bajados, un rotulador en una mano y un tubito hecho con un billete en la otra, la puerta estaba en blanco y el corazón de Facundo " partio ", el representante al enterarse de la muerte de Facundo por sobredosis se frotó las manos. La puerta de la casa de Facundo allá en el pueblo se había quedado abierta el día que se marchó para siempre, nunca entró nadie.

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Nota del editor: Dejamos a modo de resumen de todo lo grabado a perpetuidad en las puertas, una antología de las máximas de Facundo, imprescindibles para poder comprender la magnitud de la obra. 1- Nadie se quiere, todos nos soportamos. 2-¿Porque los pobres tienen más hijos que los ricos? , ¿Será que para cuando carezcan ayuden a sus padres en el campo? 3- Si algún día tengo una mula la llamaré Mercedes. 4- Nunca he sabido para qué sirve una raíz cuadrada. 5- Siempre falta leña en invierno. 6- Antes de cagarme encima me ahorcaré con una correa. 7- Esos que tanto hablan y tanto saben que vengan a verme y me lo expliquen. 8- El rebaño de ovejas y el perro, los peones y el capataz, con la vara en la mano el pastor y el señorito. 9- No tengo carné de conducir, no debería llevar el tractor, lo dijo uno de un sindicato, le dije si me daba dinero para sacármelo, me dijo que no, le dije que viniera él a arar a mano. 10- La vida es muy fácil: trabajar para comer. Es mejor no mirar al cielo en una noche clara. 11- No me interesan los peces, pero sí como hacer del agua vino. 12- Aquí no hay bancos, todos somos pobres, si hubiera bancos sería para prestarnos dinero y entonces seríamos más pobres. 13- Tengo muchos pantalones rotos, dicen en la televisión que es la moda. 14- Cuando tengo prisa le doy un buen trago a mi bota y cuando no tengo prisa también. 15- El día que me suba a un tren, el que sea, ya no me bajo más. 16- Si un perro me enseña los dientes lo apaleo, si una gata me araña la aso.

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17- Estoy solo: mi padre ha muerto, mi madre no vive. 18- Casi siempre estoy aburrido, casi siempre tengo trabajo. 19- Mis manos, mis dedos, ásperos y tan grandes que no me puedo sacar los mocos, si quieres te meto uno por el culo. 20- No se ni coser, ni cantar. 21-¡Tentación!, ¿donde estas?, ¡venga!, quiero caer. 22-Y dios dijo: ¡ganarás el calimocho con el sudor de tu frente!, o algo así. 23-¿Las mozas esas que salen por la tele son de verdad?, ¡como me gustaría olerlas! 24-Hacen falta tres cosas para escribir: una puerta, un rotulador y muchas ganas de cagar. 25-El amo te trata de tú y él quiere que le traten de usted. 26-¡Que romántico es el campo!, pero mejor compras las cebollas en la tienda. 27-Aunque me duelan los huesos no se cuando va a llover.

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CAPITULO XXXVII Esto es todo, no hay nada más que decir, ¿acaso no tienen ya suficiente?, pero… , perdónenme, han sido ustedes muy amables, me han soportado, algunos quizás hasta, hasta no se…, en cualquier caso, pido disculpas, aún no me he presentado, me llaman Pepín, Pepín no es mi nombre, es un diminutivo cariñoso, no se quien me lo puso, que yo recuerde nadie me ha tenido cariño, me llaman Pepín, por Pepín seré olvidado y esta es mi historia.

Venga la última no me puedo resistir ¡CABRONEES!:

SI QUIERO Cuando te vi por primera vez ya te quería, Y cuando te invité a un helado te quise más, Y ese primer beso me marcó a fuego, Te dije sí por amor, Y te hice mujer con pasión, Eres la madre de mis hijos, Te quiero, Tanto te quiero, Que no quiero que te mueras Antes de que yo te mate.

FLIN

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