Shiela Stewart - Truco o Trato

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El Club de las Excomulgadas Agradecimientos Al Staff Excomulgado: Excopic por la Traducción y Kiti08 por la Corrección, Diagramación y Lectura Final de este Libro para El Club De Las Excomulgadas… A las Chicas del Club de Las Excomulgadas, que Lectoras que nos acompañaron y nos acompañan siempre. A Todas…. Gracias!!!

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nos acompañaron en cada capítulo, y a Nuestras

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El Club de las Excomulgadas

Esta noche era la noche. A partir de este momento, él lo tendría todo. Había esperado tanto por este momento y nada iba a interponerse en su camino.

Vestido como el Conde Drácula, Alex caminó hacia la puerta, respiró profundamente para calmar sus nervios, y llamó al timbre. Cindy Lou Beckam iba a ser la única y la expectación estaba cerca de matarlo. De todas las chicas de Roddem High, ella era la única que él pensaba valía la pena. No hacía daño que

hablar con ella para conquistarla. Imaginaba que no era fácil llegar a una nueva escuela y mucho menos al último año. Y ser tímida ciertamente no la ayudaba a hacer nuevos amigos.

Cindy Lou Beckam. Era perfecta. Con su dulce rostro angelical, pelo largo y rubio, grandes ojos azules y un cuerpo que pedía a gritos ser tocado. Y, era virgen. Casi parecía como si se la hubieran entregado cuando más había necesitado a alguien.

Su pulso comenzó a martillear mientras el pomo de la puerta giraba y la puerta se abría. En el instante en que la vio, se le secó la garganta. Vestida con un fluido vestido blanco, suaves alas blancas en la espalda y un brillante halo dorado en la cabeza, totalmente un ángel, vestida así. No podía haber escogido un mejor traje.

—Hola.

—Hola.

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ella fuese nueva en la escuela y no tuviese ni un solo amigo. Hacía mucho más fácil

—Te ves bien como Drácula.

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El Club de las Excomulgadas Ella le sonrió, y su corazón empezó a latir violentamente. —Gracias. Te ves increíble como un ángel.

Una vez más, ella sonrió y su pulso se disparó. —Oh, gracias. Tengo que admitir que estoy un poco nerviosa por ir a una fiesta esta noche.

—En realidad no hay ninguna necesidad de estar nervioso. Te lo vas a pasar genial—. Extendió la mano hacia ella, y cuando ella lo tomó, pensó en lo que les esperaba a ambos.

—Nunca he bebido alcohol antes —, le informó ella, saliendo a la cálida noche y

—No tienes que beber si no quieres —. Llevándola a su destartalado Accord, abrió la puerta del pasajero para ella. Cerró los ojos y aspiró su perfume. No sabía lo que era pero estaba seguro que olía muy bien. Rodeando el coche, subió al volante e insertó la llave en el encendido. —Esto va a ser muy divertido. Me alegro de que accedieses a ser mi pareja.

—Nunca nadie me había pedido antes ir a una fiesta de Halloween.

— ¿En serio? Wow. Bueno, me alegro de ser el primero —. En muchos sentidos.

—Mis padres son muy estrictos. Tuve que colar mi traje a la casa cuando no estaban. Hoy estaba muy nerviosa y pensé que nunca saldrían hacia la iglesia.

Puso el coche en marcha. — ¿Iglesia, el día de Halloween?

—Van cada año a orar por las almas que están confusas por esta festividad pagana.

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cerrando la puerta detrás de ella.

Él la miró y vio cómo se sentaba rígidamente en su asiento. —No sé cómo lo haces, vivir así. Creo que me volvería loco.

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El Club de las Excomulgadas —Es todo lo que he conocido —, dijo ella en voz baja, alisando su vestido. —Tengo que estar en casa a las diez, antes de que lleguen a casa de la iglesia.

—Claro, no hay problema —. Tomó la esquina, bajando por la calle. —Debe haber sido difícil crecer de esa manera y ver a todos los demás niños a salir, vestidos con trajes, y conseguir caramelos.

—A menudo deseaba poder ser uno de ellos por un solo día.

Sonaba tan triste. —Apuesto a que sí. Bueno, esta noche puedes compensar todos esos años que no permitieron que te divirtieses —. Se subió a la acera, metiéndose

—Wow, se ve animado.

—Creo que Seth señaló que esperaba a medio centenar de personas —. Se inclinó y le dio un beso en la mejilla. Cuando ella bajó la cabeza tímidamente, él sonrió. Era tan bonita.

—Es un montón de gente. No sé si puedo hacer esto.

Él tomó su mano entre las suyas, la giró para que lo mirase a la cara y sonrió. —Te prometo que no te alejare de mi vista —. Esta vez besó sus labios y aunque se sentía rígida, disfrutó de abrazarla, no obstante. — ¿Lista?

—No —. Ella se rió.

La besó de nuevo y luego se deslizó del vehículo. Tomó algunas respiraciones

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entre dos coches estacionados, y apagó el motor. —Y aquí estamos.

profundas mientras caminaba alrededor del coche, abrió la puerta y le tendió la mano. Ella dudó un momento antes de tomarla.

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El Club de las Excomulgadas —Confía en mí, esto será genial —. Uniendo sus dedos con los de ella, cerró la puerta del coche y luego la condujo por el sendero hacia la casa. Estaba tan nervioso, tan emocionado que pensó que podría explotar. Sin molestarse en tocar el timbre, abrió la puerta, y el ruido se impulsó sobre ellos como una ráfaga de viento.

El fuerte ritmo de "Back in Black" de ACDC era justo lo que necesitaba para calmar sus nervios. El lugar estaba lleno. La gente diferentes vestía trajes, algunos enmascarados, otros no, de demonios a brujas y de todo entremedias.

Parecía que todo el mundo estaba aquí.

Apretó su mano un poco más fuerte mientras la conducía a través de la multitud. Localizó a su mejor amigo al otro lado de la habitación, mientras atravesaba la habitación. —Davy, ¿cómo lo llevas, tío?

Vestido con un traje de Grim Reaper, Davy hizo un gesto con la mano hacia sus rodillas. —Me inclino. Así que esta es Cindy Lou.

Alex la sintió tensarse y envolvió su brazo alrededor de su cintura. —Una y única.

—Encantado de conocerte —. Le ofreció su mano enguantada de negro.

Cautelosamente, ella le tomó la mano y asintió. —Mucho gusto.

—Dulce. Bueno, serviros lo que sea. Hay un montón de cosas por ahí.

— ¿Sus padres le permiten esto? —preguntó mientras Alex la llevaba a través de la

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—Wow!

sala, saludando a todos los que pasaban.

—Siempre se van de vacaciones a finales de octubre. No volverá hasta mediados de

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El Club de las Excomulgadas noviembre. Esto se ve bien —. Recogió una taza de plástico de la mesa, Alex agarró el cucharón del enorme cuba llena con algún tipo de líquido de color naranja y llenó el vaso. Se lo entregó a Cindy con una sonrisa. —Pruébalo.

Vacilante, ella tomó la copa y se la llevó a los labios. Tomó un sorbo, sus ojos se humedecieron y empezó a toser. — ¡Wow!

—Lo sé. Davy sabe mezclar su licor —. Se sirvió una copa, luego tomándola con su mano libre en la suya, la llevó por la casa.

—No estoy seguro de que deba estar aquí.

mientras conducía a Cindy a través de la multitud hacia Tina, que estaba sentada en el sofá, vestida con un traje de mucama francesa y pareciendo malditamente sexy. —Quiero que conozcas a alguien especial. Tina, esta es Cindy Lou.

Poniéndose de pie, Tina lanzó una sonrisa asesina, sus regordetes labios rojos y brillantes. —Cindy Lou. Eres tal y como dijo este tío —. Tina dio una palmada en el pecho de Alex. —Encantada de conocerte al fin.

—Um... encantada de conocerte. Yo... uh, me gusta tu traje.

—Qué, ¿este trapo viejo? —. Tina agitó su falda con volantes que apenas alcanzaba mitad de la pantorrilla. —El tuyo está genial. Me gustan las alas mullidas.

—Gracias —. Cindy tomó un sorbo de su copa, mirando alrededor de la habitación. —No puedo creer cuánta gente hay aquí.

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—Tonterías. Hola, Tina. La vas a adorar, ella es una alborotadora —, explicó Alex

—Lo sé. Loco, ¿eh? Davy sabe cómo dar una fiesta.

—Sí que sabe —, coincidió Alex. —Bueno, quiero mostrarle a Cindy Lou los

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El Club de las Excomulgadas alrededores. Te veo más tarde, Tina.

—Como lo sabes. Encantada de conocerte.

Caminaron a través de la multitud con Alex saludando y diciendo hola a los que le rodeaban.

—Esa falda era muy corta.

—Si ella llevase algo más largo estaría preocupado porque el fin del mundo estuviese llegando. ¿No estás saboreando tu bebida? —. Él puso su mano debajo de

—No conozco a nadie aquí, bueno, al menos de los que están sin máscaras.

—Davy conoce a un montón de gente fuera de la escuela. Hey, ahí está el hermano mayor de Davy. Tienes que conocerle. Es la persona más cool del mundo —. Alex tiró de ella a través de la multitud. —Steve, esta es Cindy Lou.

Vestido como el Diablo incluido el tridente, Steve, pasó una mirada por Cindy Lou, sonriendo. —Bueno, supongo que no eres un producto de la imaginación hiperactiva de Alex después de todo. Encantado de conocerte por fin, Cindy.

—Encantada de conocerte —, balbuceó, y luego tomó un sorbo de su copa.

— ¿Probablemente deberíamos pelearnos o algo así?

Ojos de Cindy se desviaron. — ¿Qué? No, no, no quiero pelear contigo. ¿Por qué iba yo...?

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la copa y la instó hacia sus labios. Ella tomó un sorbo, sus ojos se humedecieron.

—Relájate —. Steve le tocó el brazo y sonrió. —Sólo quería decir que eres un ángel, yo el Diablo. El bien y el mal...

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El Club de las Excomulgadas —Oh —, dijo riendo. —Claro —. Dejó escapar un largo suspiro, bebió de su taza. —Um... no me siento muy bien, Alex. Creo que debería irme a casa.

Él envolvió su brazo alrededor de su cintura, la mantuvo con fuerza a su lado. —La noche aún es joven. Voy a encontrar una cama para que te recuestes —. Le hizo un guiño a Steve, guiando a Cindy hacia adelante. —La habitación de Davy se encuentra en el sótano. Creo que sería el mejor lugar para descansar. Silenciosa —, explicó cuando ella le lanzó una mirada.

—Oh... está bien —. Se tambaleó un poco mientras bajaba el primer escalón.

la suya. No podía creer lo fácil que iba a ser.

—Realmente creo que sería mejor si me llevases a casa —. Sus palabras se arrastraban mientras se tambaleaba por las escaleras.

—Todo lo que necesitas es un poco de descanso y estarás lista para salir. Vamos allá.

—Está tan oscuro.

—Sí, no sé dónde está el interruptor de la luz —. Pero se sabía dónde estaba la habitación de Davy de memoria. Conduciéndola hacia adelante, abrió la puerta del dormitorio y la condujo hasta la cama. La depositó allí, luego se inclinó y la besó en los labios. —Túmbate y vuelvo enseguida.

—No quiero estar sola.

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—Ten cuidado —. Dejó la taza en la escalera, tomó la de ella y la colocó al lado de

La besó de nuevo, sonrió. —Regresaré. Sólo quiero decirle a Davy dónde estoy. Volveré —, le aseguró antes de salir corriendo de la habitación. Subió las escaleras

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El Club de las Excomulgadas de dos en dos, cogiendo sus copas de bebidas por el camino. Encontró a Davy en la cocina coqueteando con una rubia en un vestido de cuero ceñido y unas piernas que parecían no terminar nunca. —Está en tu habitación —, susurró mientras se inclinaba hacia la oreja de Davy.

—Perfecto. Se lo diré a los demás. Ve a cambiarte la túnica y luego tráela a nosotros.

— ¡Esto es increíble, no puedo creer que finalmente esté pasando! — . Lleno de emoción, Alex corrió por las escaleras hasta la habitación que Davy había designado para sus ropas. Se quitó el traje, y completamente desnudo, se puso el manto negro sobre la cabeza. Dio unas cuantas respiraciones profundas antes de

su pulso se disparase. Todo el mundo estaba listo. Dependía de él ahora.

Corrió a la habitación de Davy, encendió la luz de la habitación, sólo para encontrar la habitación vacía. Oyó algo detrás de él, y volviéndose, sólo vio un atisbo de negro antes de que el dolor explotase en su cabeza.

Alex se despertó con los suaves sonidos del canto y la sensación del frío acero debajo de su cuerpo desnudo. Al abrir los ojos, parpadeando a través de la bruma, vio una masa de totalmente negra a su alrededor. — ¿Qué... qué está pasando?

—Oh, vamos, Alex, sabes perfectamente lo que está pasando.

Cindy Lou se metió en su visión, no como el ángel que había visto momentos antes, sino que esta vez, vestía una túnica color rojo sangre. Ella le sonrió, y sintió un escalofrío deslizarse por él.

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correr escaleras abajo. La planta principal estaba completamente vacía e hizo que

—Esta noche es la noche en la que haremos un pacto con Satanás y le llamaremos para que se una a nosotros.

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El Club de las Excomulgadas Alex trató de moverse, pero se encontró con los brazos y las piernas atadas con una cuerda dura que raspaba su cuerpo desnudo mientras luchaba. —Pero... no se suponía que fue de esta manera —. Se suponía que ella tenía que estar en su lugar. Ese era el trato que había hecho con Davy, sacerdote de su aquelarre. Para que Alex fuese aceptado en el círculo de magia negra, tenía que ofrecer un sacrificio. Todo había sido previsto hacía semanas. Alex había escrito a su pacto con Satanás. Cindy Lou era virgen, el sacrificio perfecto a hacer para llamar a su amo y señor, para iniciar su posición en el aquelarre. Entonces ¿por qué estaba atado a la losa?

—Sí, por eso —. Ella se inclinó sobre él tan cerca que sintió su aliento caliente en la cara mientras hablaba. —Davy, mi amante y leal pareja, me contactó hace varios meses para decirme que tenía el sacrificio perfecto. Una virgen que estaba dispuesto

¿Cómo iba a resistirme?

—Pero... tú eres la virgen.

Ella se echó a reír mientras se enderezaba. —Oh, cariño, no he sido virgen desde hace demasiados años para contar. Tú eres mi primero, sin embargo, de esta manera. Eres el primero de los cinco sacrificios que necesito para llamar a mi maestro —. Sacó un mechero de su túnica. —Chicos, alineadlo con las velas.

—No, no, Davy. Para. Así no es como se supone que debería ser. Se supone que debo ser el que realiza el ritual para llamar a Satanás. Se supone que tengo que ser iniciado esta noche —, declaró mientras una a una, la gente en la que había confiado, colocaban velas negras alrededor de su cuerpo.

—Lo siento, Alex, pero así es como se supone debe ser. ¿De verdad creías que tendría un don nadie, un novato, llamando a nuestro maestro? —. Davy se echó a

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a unirse al grupo y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para ser aceptado.

reír mientras colocaba una vela en la cabeza de Alex.

Había sido timado, tomado por tonto, engañado por sus amigos más cercanos. —

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El Club de las Excomulgadas ¡Gritaré!

—Nadie te escuchará aquí. Ya lo sabes, Alex. Es por eso que lo hacemos en mi sótano —. Davy le acarició la cabeza. —Pero si te hace sentir mejor, adelante y grita.

Chasqueando el encendedor, Cindy Lou comenzó a cantar mientras encendía cada vela.

—Por favor, te lo ruego. No hagas esto.

—No te preocupes, Alex, todo habrá terminado antes de que te des cuenta —.

plata. La parpadeante luz de la vela se reflejaba en la hoja. —Hago un llamado a tu nombre, Satanás, Señor de la Tierra, Dios del Abismo Hago un llamado a Satanás para que sea testigo de la primera de las cinco vírgenes que le doy como ofrenda.

—No, no, por favor, basta —. Hizo una mueca cuando la hoja cayó sobre su pecho, y luego gritó cuando el pentagrama fue cortado en su piel. —Por favor, por favor para —, suplicó mientras sangraba, el dolor casi lo hizo desmayarse.

—Shhh, terminará pronto —. Tomando una pluma negra, ella hundió la punta en la sangre de su pecho, y luego firmó el pergamino a su lado. —Firmo ante ti, un alma virgen, como mi ofrenda. Oh maestro poderoso del mundo oscuro, concédeme el poder de llamarte ante mí —. Dejando la pluma, levantó la daga una vez más, y, sosteniéndola sobre su cabeza, sonrió.

—No, no, por favor, por favor no lo hagas.

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Guardó el encendedor en el bolsillo de su túnica, luego levantó la daga ritual de

—En nombre de Satán, tomo esta vida.

Sus gritos resonaron en el oscuro cuarto mientras el cuchillo se hundía

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profundamente en su corazón.

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