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Spanish; Castilian Pages [71] Year 2003
Vandana Shiva
¿Proteger o expoliar? Los derechos de propiedad intelectual
e
Intermón Oxfam
lndice Introducción: Patentes: una crisis ética
cultura Libre Traducción: Ana M' Cadarso Diseño de la cubierta: Loni Geest Coordinación producción: Elisa Sarsanedas Este libro fue publicado por primera vez en India con
el título
Patents: Myths & Reality por Penguin Books India (P) Ltd. 11, Community Centre, Panchsheel Park, New Delhi, 110017, India, en 2001.
Primera edición: mayo de 2003 © Autoría: Vandana Shiva © versión inglesa, Zed Books © versión española, Intermón Oxfam
Roger de Llúria, 15, 08010 Barcelona Tel 93 482 07 OO. Fax: 93 482 0707
El papel de las patentes en la historia Las patentes como instrumento de conquista Las patentes como premio a la inventiva Las patentes como instrumentos para la transferencia tecnológica, para ponerse al día, y de los monopolios de importación Las patentes y el control de la economía mundial
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El mito de las patentes El mito de estimular la creatividad El mito de la transferencia de tecnología, la innovación y la 1+D El mito de la generación de conocimientos De espías, delitos y DPI
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Amenazas a la biodiversidad El cercado de las tierras comunales
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Biopiratería ¿Qué es la biopiratería? Robar de la farmacia de los pobres Robar de las granjas de nuestros agricultores Robar los pesticidas de la naturaleza Cómo solucionar la biopiratería
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¿Pueden tener dueño las semillas? Semillas: el don supremo Legislación en materia de semillas Patentes de plantas Patentes de semillas: acabar con la germinación
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www.IntermooOxfam.org
ISBN: 84-8452-184-2 Depósito legal: B. 23.575-2003 Fotoeomposición: Ediciones Octaedro
Impreso por Hurope, s.l. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita
de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.
Impreso en papel ecológico, libre de cloro. Impreso en España
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Especular con la enfermedad
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¿Democracia o dictadura? Acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) El ADPIC y las patentes de plantas El ADPIC y la biodiversidad El ADPIC y el derecho de patentes en India
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El camino hacia adelante Reforma y revisión del ADPIC Los derechos de los agricultores como derechos de la comunidad: El sistema sui generis Reforma de los DPI en India Conclusión
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Apéndice: Las leyes de patentes en India
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Bibliografía
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Introducción
Patentes: una crisis ética Las patentes no se inmiscuyeron en nuestra vida cotidiana hasta la década de los ochenta. Por lo tanto, las únicas personas preocupadas por las patentes eran los inventores, como solicitantes de patentes, los examinadores de patentes y los abogados especializados en patentes. En los años ochenta se produjeron dos hechos que cambiaron esta situación para siempre y que han transformado la "patente" en un tema crítico que incide en la vida del hombre de la calle. El primero fue una decisión del tribunal supremo de Estados Unidos que resolvió considerar la vida como un invento y, por consiguiente, permitir que la Oficina de Patentes de Estados Unidos concediera patentes sobre la vida. El segundo fue la introducción de las patentes y los derechos de propiedad intelectual (DPI) en la Ronda Uruguay del GATI por parte de Estados Unidos.
Pensemos en lo siguiente:
El 12 de abril de 1988, la Oficina de Patentes de Estados Unidos concedió a DuPont la primera patente de mamífero para un ratón cuya línea genética permanente había sido modificada introduciendo genes humanos y de pollo infectados con el fin de hacerlo susceptible al cáncer. Se suponía que la patente del "oncorratón", de la que es titular DuPont, hubiera ayudado a encontrar tratamientos para el cáncer, pero no lo hizo. Aunque el "oncorratón" recibe el nombre de "ratón de Harvard" porque la investigación se llevó a cabo allí, es más apropiado llamarlo el "ratón DuPont" porque la patente pertenece a DuPont. La patente concedida a DuPont es extraordinariamente amplia, y gracias a ella DuPont tiene propiedad de patente de cualquier especie animal -ya sean ratones, ratas, gatos o chimpancés- cuyas líneas genéticas hayan sido manipuladas para que contengan diversos genes que provocan el cáncer. Es posible que esta patente sea una de las más amplias que se ha concedido jamás. Así, DuPont comercializa el primer animal pa-
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tentado del mundo, registrado, como era de esperar, como el Oncorratón.
La oveja llamada Tracy es una "invención biotecnológica" de los científicos de Pharmaceutical Proteins Ltd. (PPL). Tracy recibe el nombre de "célula de mamífero biorreactiva" porque sus glándulas mamarias han sido modificadas, mediante la introducción de genes humanos, para que produzcan una proteína destinada a la industria farmacéutica. Y Ron James, director de PPL en aquel momento, ha declarado públicamente que "la glándula mamaria es una fábrica muy buena". Pero para duplicar a Tracy, se requería la clonación animal. Los científicos de PPL y el Roslin Institute "crearon" a Dolly, que por supuesto fue patentada como "invento" de Roslin y propiedad de PPL. Biocyte, una firma estadounidense, posee la patente de todas las células del cordón umbilical de los fetos y los niños recién nacidos. Otra empresa estadounidense, Myriad Pharrnaceuticals, ha patentado el gen del cáncer de mama y tiene el monopolio de todo uso diagnóstico de este gen patentado. Los investigadores del N ational Institute of Health (NIH) del Reino U nido patentaron un método de terapia génica cuya licencia fue concedida a Genetic Therapy, quien a su vez la vendió a Sandoz por 395 millones de dólares, que más tarde se fusionó con Ciba Geigy para crear N ovartis. De este modo, uno de los gigantes" génicos" del mundo tiene los derechos de "propiedad" exclusivos de una terapia que se desarrolló en el ámbito público. En 1994, Amgen compró a la Rockefeller University la patente del denominado gen de la obesidad por 90 millones de dólares. Teniendo en cuenta que los estadounidenses gastan 30.000 millones de dólares anuales en pastillas dietéticas y en programas para adelgazar, la patente del gen de la obesidad puede generar miles de millones de dólares en una sociedad en la que el propio sistema de alimentación industrial va dirigido a causar obesidad. En 1995, el gobierno de Estados Unidos se concedió a sí mismo una patente de una línea celular obtenida de los Hagahai, un pueblo de Papúa Nueva Guinea. Genset, una empresa francesa, tiene un acuerdo con el Gobierno chino para recoger y patentar el DNA de las tribus que habitan en regiones remotas.
Así, en la actualidad, las empresas, los laboratorios comerciales, las universidades, los investigadores y, muy en especial, los gobiernos parecen estar inmersos en "un juego depredador" en el que se realizan fuertes apuestas para acumular "patentes" que puedan ser vendidas por miles de millones de dólares. En consecuencia, durante los últimos años del siglo xx se han concedido patentes de conocimientos tradicionales y plantas autóctonas, y para microorganismos, genes, animales e incluso células y proteínas humanas. El Acuerdo de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (conocido por su acrónimo en inglés como ADPIC) del GATT/OMC ha globalizado unas leyes de patentes como las vigentes en Estados Unidos. Este hecho tiene unas consecuencias y un impacto trascendentales no sólo en nuestra capacidad de proveer nuestras necesidades básicas de alimentos y medicinas, sino además en la democracia y la soberanía. La universalización de las patentes para que cubran cualquier contenido, incluyendo a los seres vivos, se ha traducido en la invasión de nuestros bosques y nuestras granjas, nuestras cocinas y nuestros huertos de plantas medicinales por parte de las patentes. Hoy no sólo se otorgan patentes para las máquinas, sino para los seres vivos y la biodiversidad; no sólo para los nuevos inventos, sino para el saber de nuestras abuelas. Los conocimientos tradicionales que India ha utilizado durante siglos para las necesidades cotidianas -neem, haldi, karela, jamun, kali mirch, bhu-amla y cientos de otras plantas utilizadas en la comida y en medicina-, están en peligro inminente de ser patentados por el mundo occidental para obtener un beneficio comercial, lo que equivale a biopiratería. Y en contra de lo que comúnmente se cree, los sistemas de DPI occidentales, sobre todo el derecho de patentes estadounidense, lejos de evitar la piratería intelectual, parecen fomentarla, llegando incluso a violar los derechos humanos en algunas ocasiones.
El grupo de presión occidental en materia de patentes, sin embargo, quiere hacernos creer que las patentes son necesarias para lograr el crecimiento y los altos niveles de vida de los mercados libres que se obtienen mediante la generación de tecnología. Los DPI contribuyen a estimular la inversión, en especial la inversión directa extranjera (IED), la transferencia 'de tecnología del Norte al Sur, y la investigación y la innovación al permitir a los inventores recuperar los costes de I+D. En esencia, pues, los beneficios públicos por pa-
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tentar y divulgar compensan con creces los costes de los monopolios artificiales del mercado. El panorama real, sin embargo, no podría ser más diferente. Los países industrializados, particularmente Estados Unidos, han utilizado los DPI simplemente para ejercer la "coacción política". A finales de la década de los setenta y en los ochenta, el gobierno estadounidense admitió que estaba surgiendo un serio distanciamiento tecnológico estructural entre su economía y la de Japón. Por lo tanto, la política fue dirigida a congelar, de un modo agresivo, la ventaja artificial que seguía disfrutando la industria estadounidense gracias a una política de DPI extranjeros expansiva. Lo confirma un estudio realizado en Estados U nidos en 1984: más del ochenta por ciento de las empresas estudiadas señalaron que el principal motivo para sacar una patente era "bloquear sectores técnicos", sin que tuvieran ninguna intención de explotar la invención. Las patentes se describen como "los triunfos" necesarios para negociar las licencias. En otras palabras, el sistema de patentes "regula" la competencia. No estimula necesariamente la generación de tecnología, y mucho menos la difusión. Ahora echemos un vistazo a la segunda parte del argumento, a saber, que estos sistemas de DPI son esenciales para alimentar el crecimiento económico y la inversión nacionales. El gasto en I+D de las empresas de biotecnología lo desdice. Han gastado más de 7.000 millones de dólares al año en I+D y sólo en 1995 se invirtieron más de 12.000 millones de dólares en el sector, a pesar de una protección de patente poco sólida o incierta en muchos de los principales mercados del mundo, entre ellos Estados Unidos. El motivo de ganancias sin el sostén de los DPI parece estar funcionando bastante bien, incluso en el sector de I+D de alta tecnología y alto riesgo. Lo que ilustra que no existe una correlación entre inversión y DPI, del mismo modo que no se ha confirmado la correlación entre inversión en I+D y crecimiento. Por otra parte, la inversión directa extranjera se concentra en manos de un pequeño número de empresas y circula dentro de la misma empresa atravesando las fronteras. Sólo diez países en desarrollo absorben el ocho por ciento de todo el flujo de IED hacia el Sur. Este hecho debe ser comparado con el pago de derechos de patente de todos los países en desarrollo a los titulares de DPI extranjeros. Como es lógico, alrededor del setenta por ciento del pago
global de derechos de patente y cuotas de licencia se compone de transacciones entre la empresa matriz de las multinacionales y sus filiales en el extranjero. La opinión que sostiene que patentar las innovaciones permite a los inventores recuperar los costes de I+D también es poco sólida. Las pruebas empíricas demuestran que en los países desarrollados la industria recupera del quince al veinte por ciento de sus costes de I+D por medio de las patentes, mientras que en un país como India, la cifra para un inventor nacional es del 0,5 al 2 por ciento. Los DPI constituyen, fundamentalmente, una distorsión del mercado, un monopolio y una subvención consentidas por un gobierno. Los DPI ponen límites territoriales a las tecnologías y otras invenciones para que las empresas puedan conseguir mayores beneficios. A la larga, cabe que un sistema de DPI fuerte se traduzca en discriminaciones de precios y en numerosas prácticas para distorsionar el mercado, como la agrupación de patentes, las ventas acordadas, la explotación mutua de derechos de patente y negarse a conceder una licencia. Las patentes son intrínsecamente una fuente de conflictos. Encarnan los conflictos entre los derechos individuales y el interés público. Los sistemas de patentes constituyen el terreno de discusión de un conflicto básico entre la propiedad privada, la creación de monopolios y los beneficios privados, frente al interés público y los beneficios sociales de la ciencia y la tecnología. Debido al conflicto inherente entre interés privado y público, las leyes de patentes que protegen con firmeza el interés privado son débiles para proteger el interés público. Sin embargo, no existe un derecho de patentes "sólido" o "poco sólido" en un sentido absoluto. La fortaleza o la debilidad tienen que ver fundamentalmente con el interés que se está protegiendo. Tras la referencia tendenciosa a "sistemas sólidos" en el debate relativo a DPI del GATT, subyace la suposición tácita de que sólo importan los derechos de las empresas. Las patentes de organismos vivos empobrecen la sociedad humana ética, ecológica y económicamente, aunque producen beneficios comerciales a un puñado de empresas. Si la sociedad humana, en toda su diversidad, ha de enriquecerse ética, ecológica y económicamente, hay que desarrollar alternativas a las patentes, puesto que éstas reflejan la arrogancia humana y tratan a los científicos de "creadores" de organismos vivos. La recompensa por la innovación
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en estos ámbitos tiene que basarse en el reconocimiento de la creatividad y las estructuras generativas intrínsecas de todos los seres vivos.
Las patentes conceden al titular el derecho exclusivo a su invención que abarca la creación, aparición, uso, venta o distribución del artículo o sustancia patentados, así corno la utilización y el uso del método o proceso de fabricación patentados de un artículo o sustancia. En el caso de las patentes sobre la vida, esto significa que un titular de patente puede impedir que otros elaboren o utilicen semillas, plantas y animales patentados. Corno los recursos vivos y los seres vivos "se hacen" a sí mismos y los agricultores siempre han guardado sus semillas y conservado sus terneros, el derecho de patentes occidental considera que guardar e intercambiar semillas es un "robo contra la propiedad intelectual". Las patentes reflejan además la arrogancia de la civilización occidental, corno en el caso de las patentes sobre el neem. Las propiedades del árbol del neem o margosa (azardirachta indica), que lo convierten en un eficaz biopesticida, se conocen y utilizan en India desde hace siglos. N o las inventaron los científicos que han obtenido las patentes del biopesticida a base del neem. Esos derechos de propiedad intelectual son, en realidad, derechos de piratería intelectual. Para evitar esta piratería, es de primordial importancia que Se reconozca la innovación colectiva de las comunidades del Tercer Mundo. Mientras que las leyes coloniales defendían los mercados de las colonias de los comerciantes y los inversores extranjeros, las leyes de soberanía del Tercer Mundo, corno la Ley India de Patentes de 1970, han tenido que apostar por un equilibrio equitativo entre los intereses de los inversores y los de los consumidores y garantizar que las prácticas monopolistas y restrictivas no obstaculizan el desarrollo científico y tecnológico ni interrumpen el crecimiento de la industria. Las leyes de soberanía de los países del Tercer Mundo han sido elaboradas para hacer frente al hecho de que los países industrializados han utilizado los sistemas de patentes para impedir la producción industrial autóctona del Tercer Mundo y mantenerlo meramente como un mercado para los productos de los países industrializados. Pero los cambios que está imponiendo el ADPIC en India minan estas salvaguardias del interés público y crean nuevos conflictos. Con tales cambios, los derechos fundamentales y las ne-
cesidades básicas de los indios se debilitarán de tres maneras. En primer lugar, los monopolios de patente se traducirán en un aumento de los precios de productos básicos corno las medicinas. En segundo lugar, patentar los conocimientos tradicionales hará que las semillas y las medicinas sean inaccesibles para los pobres, cuya supervivencia se verá amenazada. (Véase el capítulo Biopiratería.) En tercer lugar, patentar seres vivos y biodiversidad erosionará el poder soberano del Tercer Mundo sobre sus recursos y generará problemas éticos relacionados con las patentes sobre la vida. (Véase el capítulo Amenazas a la biodiversidad.) La presión para implantar un sistema de patentes uniforme, ejecutable a escala mundial, no se justifica en función de las pruebas empíricas del impacto de las patentes en el bien público, especialmente en el Tercer Mundo. Los problemas éticos que conlleva el hecho de patentar la vida han sido cuestionados por mucha gente. El senador Mark Hatfield, líder en la lucha del Congreso de Estados Unidos contra las patentes de animales, resumió la controversia de este modo: "Patentar animales trae a colación el problema ético fundamental del respeto por la vida. ¿Seguirán las generaciones futuras la ética de esta política de patentes y contemplarán la vida corno una simple invención y fabricación química sin un valor o significado mayor que el de los productos industriales? ¿O prevalecerá la veneración por una ética vital sobre la tentación de convertir la vida creada por Dios en objetos reducidos al comercio?" Pero corno podernos ver, las patentes no quedan confinadas simplemente a los animales. Analicemos el caso de John Moore, por ejemplo, que estuvo sometido a un tratamiento contra el cáncer de bazo en el hospital de la Universidad de California. En 1984, su médico patentó su línea celular sin su consentimiento. Más adelante, la "línea celular de Mo" fue vendida al gigante de la industria farmacéutica Sandoz. Las estimaciones relativas al valor final de la línea celular han sobrepasado los 3.000 millones de dólares. Cuando Moore puso en entredicho la apropiación de su línea celular por parte de su médico, el tribunal de apelación de California declaró que era una ironía que Moore no pudiera ser el propietario de su propio tejido celular y que la universidad y las empresas de biotecnología no vieran nada anormal en poseer el control en exclusiva del bazo de Moore ni en el hecho de patentar un organismo vivo derivado del mismo. John Moore describe lo que se siente al ser cono-
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cido como la patente número 4.438.032. "Sin que yo lo supiera y sin mi consentimiento, fui privado del derecho de dominio sobre mi propio material genético; fui controlado, engañado, burlado y, en última instancia, violado de una manera increíblemente arrogante y deshumanizadora." La patente del Gobierno estadounidense respecto al pueblo Hagahai fue retirada en 1996 debido a la indignación mundial. Médicos y activistas europeos cuestionaron esta patente, y tuvo que ser revocada en 1999. Los médicos dijeron que era "inmoral y poco ética" y creen que las patentes de este tipo van demasiado lejos. Durante los cínco años comprendidos entre 1994 y 1999, cada vez que el Gobierno indio introducía leyes relacionadas con la OMC, el debate sobre las patentes se convertía en el tema más reñido en el parlamento indio. Aunque el l de enero de 2000, fecha límite para implantar el ADPIC, ya ha pasado, la controversia en torno a las patentes se mantiene viva y continuará con virulencia durante este milenio. Mi compromiso con el tema de las patentes y los DPI empezó a mediados de los años ochenta, cuando aparecieron las nuevas biotecnologías y las patentes de seres vivos, y con la introducción de los DRI en las negociaciones del GATT en la Ronda Uruguay. Mi preocupación constante por la ecología y la igualdad han sido la base de este compromiso con el derecho de patentes. Como ecologista dedicada a la conservación de la biodiversidad y al respeto de toda forma de vida, creo que las patentes sobre la vida plantean problemas éticos profundos con consecuencias de gran alcance para la humanidad y otras especies. En el mundo actual, las patentes afectan a nuestras vidas cotidianas, tanto si somos los agricultores cuyo derecho a guardar las semillas está amenazado por las patentes, como si somos los consumidores cuyos derechos a los alimentos y las medicinas se verán perjudicados por los monopolios de patente, o si somos los investigadores cuya libertad de intercambiar conocimientos quedará bloqueada por los sistemas de patentes. y como las patentes causan un impacto en todos los aspectos de nuestras vidas cotidianas, deberíamos participar en la elaboración del derecho de patentes que gobierna nuestra sociedad. Durante la primera colonización, los pueblos indígenas fueron despojados de sus tierras. A través de los derechos de propiedad intelectual y las patentes, se están pirateando las mentes y los cuerpos de los indígenas; la vida en sí está siendo
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colonizada. Por lo tanto, ya no podemos dejar las cuestiones relativas a las patentes en manos de los abogados especializados en este tema y de los expertos en propiedad intelectual. N o soy una abogada especializada en patentes, pero mi implicación en los debates relacionados con las patentes durante la última década ha sido la de una científica, ecologista, feminista y ciudadana preocupada. Confío en que este libro ayude a desmitificar el derecho de patentes y a poner de relieve los impactos ético, ecológico y económic~ de los sistemas de patentes globalizados. Espero que cuando termine este libro, las inquietudes aquí expuestas sean también las suyas.
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El papel de las patentes en la historia
Las patentes se asocian con la creatividad y la invención. Son un derecho exclusivo concedido a un inventor para que haga, produzca, distribuya y venda el producto patentado o para que utilice procesos patentados. Sin embargo, las patentes han tenido otras funciones y significados en la historia. Desde el punto de vista histórico, las patentes han tenido tres fines diferentes: "patentes de conquista", "patentes de invención" y "patentes de importación", pero las diferentes funciones de las patentes nunca han estado claramente separadas en el derecho. Las leyes suelen fundamentarse en una mezcla caótica de diversas funciones porque los "sistemas de patentes" se han basado en los elementos históricamente disponibles, y aunque han cambiado mucho, el cambio nunca ha sido Jo bastante radical para abarcar contextos socioecómicos diferentes, periodos históricos diferentes y temas diferentes. Las antiguas herramientas legales desarrolladas durante la época colonial han sido reformadas con pequeños ajustes para que cubran periodos y dominios nuevos. Las patentes como instrumento de conquista
El uso original de las patentes tenía poco que ver con la creencia predominante en la actualidad de que las patentes son instrumentos eficaces para estimular y recompensar las invenciones y las innovaciones. Al principio, las patentes se referían a cartas patente (una traducción literal del latín litterae patents). El adjetivo "patente" significa abierto, y originalmente las patentes hacían referencia a las "cartas patente" o cartas abiertas, que eran documentos oficiales mediante los cuales los soberanos reinantes concedían determinados privilegios, derechos, rangos o títulos. Eran "abiertas" porque se anunciaban públicamente y tenían un sello del soberano que la otorgaba. El hecho de estar" abierta" no tenía nada que ver con la revelación de una invención, como se supone normalmente en el contexto actual. Las litterae patents se emitieron por primera vez en Europa en el siglo sexto. Los monarcas otorgaban cédulas reales y cartas por el
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descubrimiento y la conquista de tierras extranjeras en su nombre. Se utilizaban para la colonización y para el establecimiento de monopolios de importación. Esta característica queda clara en la carta concedida a Cristóbal Colón. La frase que se utilizaba con más frecuencia en la carta era la combinación de los verbos"descubrir" y "conquistar". Se utilizaba siete veces para reafirmar los derechos a todas las "islas y tierra firme" antes de su descubrimiento. Teniendo en cuenta que el supuesto destino del viaje de Colón era India y que llegó al continente americano por error, es interesante reflexionar sobre el hecho de que lo que Colón llevaba en un trozo de pergamino era el derecho potencial a ser el dueño de India. En vez de ello, se utilizó para conquistar y adueñarse de las tierras de los pueblos indígenas americanos, que desde entonces reciben el nombre de indios como recuerdo del "descubrimiento" equivocado de Colón. Así pues, las patentes han estado asociadas a través de la historia con la colonización. Cuando Europa empezó a colonizar el mundo, su objetivo era conquistar territorios; ahora su objetivo es conquistar economías. El empleo de las patentes como instrumentos de descubrimiento y conquista ha sido el telón de fondo de los conflictos contemporáneos en materia de patentes, creados por el GATT/ üMC. Para el Tercer Mundo, las patentes representan las herramientas de una nueva colonización, pero las potencias occidentales las consideran un derecho "natural", como lo fue la conquista durante el colonialismo. Naturalmente, entre la colonización de ayer y la de hoy hay diferencias. La religión no es la justificación última de la conquista actual. La recolonización es un proyecto "secular" pero hay una nueva religión del mercado que es la que impulsa este proyecto secular. El objetivo de la conquista ya no son los territorios, el oro y los minerales. Lo que hay que controlar son los sistemas económicos y los mercados. El conocimiento en sí tiene que ser convertido en propiedad, como lo fue la tierra durante la colonización. Por esta razón, las "patentes" actuales se han ocultado bajo la etiqueta más amplia de "propiedad intelectual" o de propiedad en términos de "productos de la mente". A pesar de estar habitada por pueblos indígenas, la tierra descubierta fue tratada de "terra nullius", o Tierra Vacía, porque no había asentamientos de europeos blancos. De manera similar, el conocimiento que es "inventado", "patentado" y convertido en "propiedad intelectual" suele ser una innovación actual de los sistemas de conocimiento indígenas. Este
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derecho a reivindicar la invención, como el derecho a reivindicar el descubrimiento que otorgaban las cartas patente de la conquista colonial, es la justificación para hacerse con el control de los sistemas económicos y de mercado por medio de sistemas de patentes globalizados. El disfraz de recompensa a la inventiva oculta su objetivo real: el control de la economía mundial. Lo que está en el centro de los intensos conflictos y controversias sobre las patentes es esta conquista secular de los diversos sistemas de conocimiento y economías.
Las patentes como premio a la inventiva
Como "propiedad intelectual", las patentes se remontan a la Italia del Renacimiento, de donde se extendieron a Europa y después a Inglaterra. En el primer periodo, se premiaba la explotación de aparatos y procesos desconocidos localmente, no las invenciones nuevas y originales. Fue el senado veneciano el que empezó a diferenciar entre dos tipos de patentes: las concesiones de monopolio exclusivo que prohibían el uso del dispositivo sin permiso, al tiempo que obligaban al titular de la patente a conceder licencias a otros cuando se ofrecían unos royalties "razonables". En marzo de 1474, el senado veneciano aprobó el primer derecho de patentes general que se convirtió en el precedente histórico para fomentar las invenciones. Tal como establece el preámbulo del Derecho de Patentes veneciano: "Tenemos entre nosotros hombres de gran ingenio, capaces de inventar y descubrir dispositivos ingeniosos ... Ahora bien, si se crearan disposiciones para las obras y los dispositivos descubiertos por tales personas, para que otras que pudieran verlos no puedan construirlas y arrebatar el honor al inventor, habría más hombres que aplicarían su ingenio a descubrir y a construir dispositivos de gran utilidad para nuestro bienestar común." Novedad, sin embargo, se definió como los dispositivos "nuevos e ingeniosos" no fabricados anteriormente en los dominios venecianos. De esta manera se amparaban las importaciones y las invenciones. La patente prohibía fabricarlo a todas las partes privadas, excepto al inventor, durante diez años. En Inglaterra, la distinción entre "patentes de invención" y "patentes de importación" no se realizó hasta el siglo XVII. Las patentes de inven-
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ción fueron un intento de liberar la economía de los abusos ocasionados por las concesiones reales de privilegios de monopolio. Las patentes como instrumentos para la transferencia tecnológica, para ponerse al día, y de los monopolios de importación
Posteriormente, en el transcurso de los últimos cinco siglos, las patentes se han utilizado para transferir tecnologías existentes en países tecnológicamente avanzados. Históricamente, los países que iban a la zaga en la carrera tecnológica utilizaban las patentes para "alcanzar" a los países más avanzados desde el punto de vista tecnológico. Se "tomaba prestada" la tecnología durante un periodo de tiempo concreto y las patentes daban el monopolio o los derechos exclusivos, a la persona que introducía la invención, concediendo a esa persona recompensa y protección. Sin embargo, en el contexto actual, las patentes se utilizan como instrumentos para impedir la transferencia de tecnología de los países avanzados, y la transferencia de conocimientos se considera "piratería". Por ejemplo, en el siglo XIV, Inglaterra -que se convertiría más adelante en la cuna de la revolución industrial- era un país atrasado tecnológicamente comparado con otros países europeos. Para ponerse al día, fomentó la inmigración de artesanos extranjeros especializados que introdujeron tecnologías extranjeras, y para favorecer este préstamo tecnológico, las patentes concedían monopolios exclusivos y protegían a estos artesanos extranjeros mientras iniciaban a los aprendices ingleses en los "misterios" de sus artes. Así, en 1331, Eduardo II otorgó título de privilegio al tejedor flamenco John Kempe. En 1336, se animó a dos tejedores de Brabante a que se establecieran en York. En 1338, tres relojeros de Delft recibieron cartas patente para Inglaterra. Del mismo modo, en 1464, un alemán, Johann von Speyer, recibió el monopolio exclusivo del negocio de la imprenta en los dominios venecianos a cambio de introducir el oficio. Muchos rasgos del sistema de patentes contemporáneo tienen su origen en estas primeras raíces, aunque las funciones y las justificaciones para conceder patentes han cambiado espectacularmente. La duración de las patentes concedidas al amparo de la legislación rno-
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derna es uno de esos rasgos. Como los maestros artesanos tenían que enseñar a los aprendices, se veían obligados a revelar los" misterios" de su oficio. Esto se convirtió en la disposición de revelación de los sistemas de patentes modernos. Normalmente, un aprendiz tardaba siete años en aprender el oficio, independientemente del ramo. Por consiguiente, la protección se concedía para siete o catorce años con el fin de que hubiera al menos una o dos generaciones de aprendices que estuvieran preparados tecnológicamente. La patente, que otorgaba el monopolio de la industria durante el periodo de formación, concedía protección a los instructores frente a la competencia de sus estudiantes. Cuando la patente o privilegio expiraba, los aprendices que habían recibido las enseñanzas podían ejercer el oficio cuyos "misterios" habían aprendido. La duración de siete o catorce años de las patentes está vinculada a este uso de las patentes como incentivos para la formación. Otra característica es la de conceder patentes basándose en su "originalidad" únicamente en el país en que se introduce ese conocimiento, y no necesariamente en la "novedad absoluta". De este modo, si bien muchas de las innovaciones de la revolución industrial se hicieron en Europa, la originalidad del proceso o la invención en Inglaterra era una base suficiente para conceder una patente en Inglaterra. Se concedieron patentes a "inventores" como James Rumsey, que nunca había construido un barco pero obtuvo el monopolio exclusivo para navegar por los ríos. El estado de Pennsylvania, Estados Unidos, concedió a john Fitch el 28 de marzo de 1787 una patente que le daba "el derecho y el privilegio único y exclusivo de construir, fabricar, utilizar, emplear y navegar en todo tipo de barcos o embarcaciones ... en todos los riachuelos, ríos, vías fluviales yaguas de cualquier tipo dentro del territorio y la jurisdicción de este Estado [Pennsylvania] por y durante un periodo total de catorce años" (Fred Warshofsky, Patent Wars, 1994). Así pues, en Estados U nidos se otorgaron patentes amplias para construir, utilizar y navegar en todo tipo de barcos de vapor, a pesar de que el motor de vapor había sido inventado y patentado por James Watt en Escocia en i 1772! El derecho de patentes fue elaborado para estimular dicha transferencia y comercialización de tecnología. Estados Unidos se convirtió en el primer estado nación moderno que promulgaba un derecho de patentes, primero a nivel de Estado (o, como eran conoci-
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das entonces, de colonia), y después, tras la independencia, a nivel federal. Al igual que en Inglaterra, el objetivo de las patentes concedidas en Estados U nidos era más bien fomentar la transferencia de tecnología que evitarla. La primera normativa de patentes estadounidense, al igual que las leyes europeas, estaba pensada para introducir nuevos métodos, que eran desconocidos en Estados U nidos pero que se practicaban en otras partes. No tenía nada que ver con la inventiva, sólo con el hecho de que no estaban utilizándose en Estados Unidos y, por lo tanto, podían ser tratados de "supuestamente desconocidos". Los estados actuales de Estados Unidos empezaron a aprobar leyes para proteger los monopolios, basadas a menudo en el uso de tecnologías y métodos de fabricación importados. Las patentes de sal fueron de las primeras que se concedieron en las colonias. Por ejemplo, en 1641, Samuel Winslow obtuvo un derecho exclusivo para elaborar sal. El objetivo de las patentes era estimular la fabricación, no premiar la invención. Un siglo después, Estados U nidos, que había dependido de los conocimientos prestados para el desarrollo de su propio poder industrial, quería que se impidiera cualquier transferencia similar de conocimientos y tecnología. Hay dos elementos que han tenido una influencia fundamental en la formación de las leyes estadounidenses y, por lo tanto, en la elaboración de las leyes mundiales. El primero es el mito del "descubrimiento", que va unido a la definición original del alcance que tenían las cartas patente, lo que permitió que se pudiera decir que Colón "descubrió" América. El segundo es el mito de la "ignorancia como forma de innovación". Por ejemplo, si alguien en Europa estaba manejando una máquina y alguien en Estados Unidos, independientemente y sin tener conocimiento de su existencia, desarrollaba de buena fe su propio invento, que era en esencia la misma máquina, el hecho de que una máquina parecida ya estuviera funcionando en Europa no le impediría obtener una patente en Estados U nidos. La legislación estadounidense no consideraría la invención europea una realización anterior. Este aspecto queda categóricamente expuesto en la legislación de Connecticut, que establece que la invención "trae del extranjero el suministro de mercancías que todavía no se utilizan entre nosotros." Al principio, las leyes federales de Estados U nidos eran un mosaico compuesto por las leyes estatales y no ofrecían protección al
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¿Prot'l.r o &lCpoIiBr?
titular de la patente fuera del Estado en que le había sido concedida. La ley nacional se institucionalizó en 1787. La presunción de "ign~ rancia de la invención" se consagra en la Ley de Patentes estadounidense de 1952. El Apartado 102 de la ley habla del uso en Estados Unidos, no del uso en países extranjeros, cuando se refiere a realización anterior. La Ley de Patentes estadounidense, que fue concebida para convertir al país en una potencia industrial independiente, fue por lo tanto deliberadamente concebida para negar la realización anterior y tratar la ignorancia de la innovación anterior de motivo de la invención. Así pues, la legislación estadounidense ha ignorado sistemáticamente la existencia de una realización anterior y un uso anterior en otros países al conceder monopolios que se basaban en las solicitudes de invención. Puesto que las leyes de patentes como las de Estados U nidos se crean para conceder patentes a nuevas invenciones basándose en la negación o no reconocimiento de la existencia de una realización anterior en otras partes, permiten conceder patentes de conocimientos que ya existen. Éste es el fun~a mento de la biopiratería. Paradójicamente, un sistema legal que nene como objetivo evitar la "piratería intelectual" se basa, él mismo, en la legitimación de la piratería. Las patentes y el control de la economía mundial Hoy en día, la tierra y el oro han dado paso al saber como fuente de riqueza de las naciones. La propiedad de fábricas, minerales, bie~es inmuebles y oro está siendo sustituida rápidamente por la propIedad de los productos de la mente o "propiedad intelectual". Las patentes que se refieren al conocimiento como "propiedad" siguen siendo un instrumento de colonización. Mientras que las guerras coloniales del pasado se libraban por un territorio geográfico, la colonización actual se basa en las guerras por un territorio intelectual. Ha habido dos grandes cambios que se han traducido en que las patentes o "propiedad intelectual" se conviertan en un tema primordial para la reorganización de los sistemas económicos. Estos cambios en el alcance, significado e implicaciones de las patentes y del derecho de patentes han engendrado a su vez conflictos entre los países, entre los gobiernos y la gente y entre las empresas y los ciudadanos.
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En primer lugar, los imperativos del crecimiento económico y la acumulación de capital hicieron que los países industrializados buscaran mercados mundiales. Estos países han tratado de asegurarse el acceso al mercado mundial por medio de acuerdos de libre comercio, como la Ronda Uruguay del GATI, ahora incorporados en el reglamento de la OMC. En segundo lugar, algunos países industrializados importantes, como Estados U nidos, han contemplado un descenso de su volumen de fabricación, mientras otros países tomaban la delantera. En los años ochenta, el déficit comercial de Estados Unidos era de 150.000 millones de dólares. La supremacía de Estados U nidos estaba amenazada por la competencia de Japón y de otros países recién industrializados; por consiguiente, Estados Unidos decidió mantener su supremacía convirtiendo la propiedad intelectual y las patentes en su activo principal para lograr el crecimiento económico, controlar el comercio mundial y conquistar los mercados internacionales. Las patentes se han convertido en el activo más importante de Estados U nidos y en un componente cada vez mayor de las exportaciones. En 1947, la propiedad intelectual suponía algo menos del 10 por ciento de todas las exportaciones estadounidenses. En 1986, la cifra había ascendido al 37 por ciento, y en 1994 era bastante más del 50 por ciento. Pero el comercio de conocimientos como propiedad sólo podría tener lugar si se conseguía obligar a todos los países a reconocer esta forma de propiedad y elaborar leyes de propiedad intelectual similares a las de Estados Unidos. En 1987, las industrias farmacéuticas y de software informático de Estados Unidos presionaron, junto con la administración estadounidense de Reagan, para evaluar los mercados en crecimiento que podría controlar el comercio estadounidense si otros países tuvieran las mismas leyes que Estados Unidos. Estos mercados potenciales eran vistos como una pérdida nacional de la economía estadounidense debido a que tenían normativas de patentes diferentes a la de Estados U nidos. La US International Trade Commission calculó que las "pérdidas" oscilaban entre 43.000 y 61.000 millones de dólares anuales. Si se pudiera obligar a todos los países a tener leyes como las estadounidenses, el déficit comercial de Estados U nidos se reduciría considerablemente. Así es como llegó la propiedad intelectual al GATI, y el ADPIC de la üMC se convirtió en el marco para las leyes de patente a escala
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mundial. La implantación mundial del derecho de patentes y de propiedad intelectual estadounidense se convirtió en el orden del día para las potencias occidentales. Además, este orden del día estaba relacionado con los cambios que se estaban produciendo en la tecnología. En lugar de máquinas y moléculas, las nuevas invenciones que impulsaban el crecimiento tecnológico y económico pertenecían a los campos de tecnología de I~ información biot~cr:ología. . • Las patentes sobre máquinas y sustancias qUlmlcas también se habían visto envueltas en los conflictos entre los derechos de las empresas y los derechos de la gente. Pero las patentes de seres vivos que ha puesto en marcha la biotecnología h~~ generad~ nuevos conflictos que tienen que ver con cuestiones eneas y los Impactos ecológico y económico. Además, las patentes de produ.ctos y procesos obtenidos de recursos biológicos y orgamsmos VIVOS plantean dudas acerca de quién es el pirata y quién es el inno:va?or, pu.es ~u chas veces lo que se está patentando son los conoclml.entos indígenas y la innovación tradicional. Por otra parte, a medida que la era del combustible fósil deja paso a la era de la biología, las patentes de material vivo se convierten en el medio para controlar las materias primas y los mercados del Tercer Mundo.
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El mito de estimular la creatividad El mito de que las patentes contribuyen a estimular la creatividad y la inventiva y su ausencia la falta de creatividad e ingenio se basa en una interpretación falsa del conocimiento y la innovación, a saber, que el conocimiento está aislado en el tiempo y el espacio, sin ninguna conexión con el tejido social y las aportaciones del pasado. Según esta interpretación, el conocimiento es un capital, es un producto básico y un medio para controlar el mercado en exclusiva. Como capital, ofrece a su propietario una ventaja competitiva; como producto básico, la información patentada se vende y se franquicia a otros en condiciones que suelen ser onerosas; y como instrumento de control del mercado en exclusiva, la "patente" asegura que nadie puede entrar, ni siquiera fabricar, en ese mercado. De esta forma, las patentes ejercen un control preponderante y exclusivo. El conocimiento, sin embargo, es, por su propia naturaleza, una empresa colectiva y acumulativa. Se basa en el intercambio dentro de una comunidad. Es una expresión de la creatividad humana, tanto individual como colectiva. Como la creatividad tiene diversas expresiones, la ciencia es una empresa pluralista que remite a "formas de conocimiento" diferentes. N o se puede utilizar el término "ciencia" para referirse únicamente a la ciencia occidental moderna. Debería incluir los sistemas de conocimiento de diversas culturas en distintos periodos de la historia. Pero las patentes se conceden por una propiedad intelectual privada, edificada sobre la ficción de una innovación científica totalmente individualista. Así pues, en la concesión de patentes como derechos privados por la innovación y la creatividad individuales y la visión del conocimiento como un esfuerzo colectivo, hay un conflicto intrínseco. Las últimas investigaciones realizadas en la historia, la filosofía y la sociología de la ciencia han revelado que los científicos no trabajan de acuerdo con un método científico abstracto, proponiendo teorías basadas en la observación directa y neutra. La ciencia moderna no nos da ningún criterio que distinga las afirmaciones teóricas de la ciencia occidental moderna de las de las ciencias indígenas no occi-
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dentales. Y aunque la interpretación cartesiana, absolutamente falsa, de una mente incorpórea produciendo saber se abandonó hace un siglo, sigue siendo el modelo en que se basan los sistemas de patentes. El reconocimiento de las distintas tradiciones de creatividad es un componente esencial para mantener vivos sistemas de conoci-
miento diferentes. Esta afirmación es particularmente importante en este periodo de destrucción ecológica desenfrenada en que la fuente más pequeña de saber y de percepciones ecológicas se puede convertir en un vínculo vital para el futuro de la humanidad. Los sistemas de conocimiento indígenas son por lo general ecológicos, mientras que el modelo de conocimiento científico predominante, caracterizado por el reduccionismo y la fragmentación, no está preparado para tener plenamente en cuenta la complejidad de las interrelaciones en la naturaleza. Esta deficiencia se vuelve sumamente importante en el campo de las ciencias de la vida que se ocupa de los organismos vivos. La creatividad en las ciencias de la vida debe incluir los tres niveles siguientes: 1. La creatividad inherente a los organismos vivos que les permite evolucionar, reproducirse y regenerarse. 2. La creatividad de los sistemas de conocimiento de las comunidades indígenas que han aprendido a conservar y utilizar la rica diversidad biológica de nuestro planeta. 3. La creatividad de los científicos modernos de la universidad o de los laboratorios de las empresas, que encuentran formas de utilizar los organismos vivos para generar beneficios.
El reconocimiento de estas creatividades distintas es fundamental para conservar la biodiversidad, así como para conservar la diversidad intelectual entre culturas y en el marco de la investigación pública y privada. Aunque muchas de las patentes que se están solicitando en Estados Unidos se basan en la biodiversidad y el saber del Tercer Mundo, se da por sentado, equivocadamente, que sin la protección de los DPI la creatividad quedará sepultada. Las potencias occidentales contemplan la creatividad humana como un vasto recurso nacional y creen que continuará enterrada si no se estimula para que salga a la luz, como los minerales del subsuelo. Según ellos, la protección de la propiedad intelectual es la herramienta que libera ese recurso.
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Esta interpretación de la creatividad como una facultad que sólo se desencadena cuando se ponen en práctica los sistemas formales de protección de los DPI, es una negación total de la creatividad en la naturaleza y de la creatividad generada por motivos sin ánimo de lucro tanto en las sociedades industrializadas como en las no industrializadas. Es una negación del 'papel de la innovación en las culturas tradicionales, así como en el ámbito público. De hecho, la interpretación predominante de los DPI se traduce en una distorsión dramática de cómo se entiende la creatividad y, como consecuencia de ello, de cómo se entiende la historia de la desigualdad y la pobreza. La desigualdad económica entre los países industrializados ricos y los países pobres del Tercer Mundo es un producto de 500 a~os de colonialismo y del mantenimiento y la creación ininterrumpida de mecanismos para extraer riqueza del Tercer Mundo. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, aunque cada año fluyen 50.000 millones de dólares del Norte al Sur en forma de ayuda, el Sur pierde 500.000 millones de dólares anuales en concepto de pago de intereses de la deuda y por la pérdida de precios justos para las materias primas a causa de unas condiciones comerciales desiguales. En vez de pensar que lo que subyace en las raíces de la pobreza del Tercer Mundo es la desigualdad estructural del.sistema económico internacional, los defensores de los DPI explican que la pobreza se deriva de la falta de creatividad, lo que a su vez, dicen, tiene sus raíces en la falta de protección de DPI. Y luego implantan sistemas que extraerán aún más riqueza de los pobres para los ricos, del Sur para el Norte. Por ejemplo, Robert Sherwood, cuenta dos historias en su libro Intellectual Property and Economic Development, una real y otra completamente imaginaria. Según dice, están pensadas para hacer una comparación entre el modo de pensar de la gente común de un país no proteccionista y la de un país con una protección eficaz: Un vendedor de un fabricante de bombas estadounidense, que era vecino del autor hace algunos años en el norte del Estado de Nueva York, observó mientras visitaba a unos clientes que sería útil disponer de un determinado tipo de válvula de suministro. Aunque su mujer se mostró escéptica, dedicó un rato por las noches y los fines de semana a diseñar dicha válvula, y solicitó, y le concedieron, una patente del diseño. Solicitó una segunda hipoteca sobre su casa
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y má~ tarde obtuvo un préstamo bancario, en buena parte gracias a la solidez de la patente. Creó una pequeña empresa, empleó a una docena de personas y contribuyó al efecto multiplicador antes de que, al:ededor d~ 20 años después, la válvula fuera desbancada por otros tipOS de valvulas. El hombre nunca pensó mucho en la propiedad Intelectual. Simplemente dio por sentado que podría sacar una patente y crear una empresa a partir de ella. , En Lima, Perú, el joven Carlos (un representante de ficción que SlfV~ para gran pa~te d~1 mundo en vías de desarrollo) apenas se gana la vida solda?do silenciadores de repuesto debajo de los camiones y los coches. Piensa en una abrazadera que permitiría simplificar la instalación del silenciador. Su mujer se muestra escéptica. ¿Debería pasar las noches y los fines de semana diseñando y desarrollando la ~bra~adera? Ne~esitará ayuda para fabricar un prototipo. ¿Debería Implicar a su amigo, el metalúrgico? Necesita dinero para el metal y las.herramientas. ¿Debería utilizar el dinero ahorrado que guarda debajo del colchón? ¿Debería tomar un autobús y atravesar la ciudad para pedir un préstamo al marido de su hermana? La respuesta a cada pregunta t~ende totalmente a .la negativa debido a la escasa protección de la propiedad ~ntelectual. Sin pensar demasiado en la propiedad intele~tual, su mujer; su cuñado y el propio Carlos saben, gracias a la sabiduría pop.ular, que su idea es vulnerable y que es probable que otros s,e la quiten, No p~ede dar por sentado que su idea puede ser protegida. En esta historia, es muy probable que la falta de confianza e,n que su idea pueda ser protegida lleve a Carlos a una decisión negativa respecto a cada uno de estos puntos, Si. la historia de Carlos se multiplica muchas veces en un país, la perdida de oportumdades de ese país es devastadora. Cuando un sistema de protección eficaz se convierte en realidad aumenta la confianza en que los activos intelectuales son valiosos'y se pueden proteger. Entonces el hábito mental que permite inventar y crear, q~e es I? que está en el centro de un sistema de protección de la propiedad Intelectual, se propagará por las mentes de la gente. o
Uno de los puntos clave de la ideología de los DPI es esta falacia, conta?a más a.rnba, de que la gente es creativa sólo si puede obtener beneficios y SI tales beneficios se garantizan por medio de los DPI, lo que niega la creatividad científica de los que no se sienten espoleados por la búsqueda de beneficios, es decir, la mayoría de los cien-
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tíficos que trabajan en las universidades y en los sistemas de investigación públicos. Niega la creatividad de las sociedades tradicionales y de la comunidad científica moderna en la que el intercambio libre de ideas es precisamente la condición de la creatividad, no su antítesis. Los sistemas de patentes mundiales, sin embargo, están más estrechamente relacionados con los monopolios de importaciones para los que se concibieron los sistemas de patentes originales, que con el argumento de "premio a la creatividad" utilizado para justificar las patentes. El mito de la transferencia de tecnología, la innovación y la 1+0 El argumento que se suele potenciar para crear un sistema de DPI mundial uniforme es que dicho sistema estimulará la inversión en investigación y la transferencia de tecnología en los países en desarrollo. Las cláusulas de "revelación" de las leyes de patentes que tienen que ver con los incentivos medievales para" revelar los misterios de la técnica", hoy se presentan como necesarias para la transferencia de conocimientos a la sociedad. No obstante, lo cierto es lo contrario. Cuando las empresas pueden importar productos al amparo de los monopolios de importación que conceden las patentes, carecen de incentivos para crear un tejido industrial nacional o para crear I+D local o transferencia de tecnología para producir en el país. Además, una protección de patentes mejor no se traduce automáticamente en más innovación o en más inversión en I+D, y no todos los sectores de la industria tienen innovaciones relacionadas con la protección de patentes. Edwin Mansfield (1990) ha demostrado, basándose en una muestra aleatoria de 100 empresas de doce sectores, que en Estados Unidos la protección de patentes se consideraba esencial para el desarrollo o la introducción del 50 por ciento o más de las invenciones en sólo dos sectores: el farmacéutico y el químico. En otros tres sectores (petróleo, maquinaria y productos de metal fabricados), dependían de la protección de patente entre el 10 por ciento y el 20 por ciento de las invenciones. En otros sectores, la protección de patente no tenía ninguna repercusión en la innovación. El World Development Report 1998-99 del Banco Mundial analizó la experiencia de más de ochenta países y averiguó que el efecto
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de los derechos de propiedad intelectual en los flujos comerciales de artículos de alta tecnología era insignificante. El Informe del Proyecto de Desarrollo Humano, 1999 del PNUD también indica que unos derechos de propiedad intelectual más estrictos no animan a las multinacionales a llevar a cabo proyectos de investigación y desarrollo en el país. En realidad, los sistemas de DPI están provocando un desplazamiento de la esfera pública a la esfera privada y del Sur al Norte. La I+D en el Sur ha caído del 6 por ciento a mediados de los años ochenta al 4 por ciento a mediados de los noventa. La proporción de patentes en biotecnología del sector público vendida al sector privado bajo licencia exclusiva, ha pasado del 6 por ciento en 1981 a más del 40 por ciento en 1990. La privatización de la investigación no se ha traducido en competencia, sino en consolidación. Las industrias farmacéutica, alimentaria, química, de cosmética, energética y de semillas se fusionan para constituir empresas gigantes especializadas en las ciencias de la vida. En 1998, las diez principales empresas de cada sector controlaban el 32 por ciento de los 23.000 millones de dólares de la industria de las semillas, el 35 por ciento de los 297.000 millones de dólares de la industria farmacéutica y el 85 por ciento de los 31.000 millones de dólares del sector de pesticidas. La concentración no se produce sólo en el ámbito de las empresas, sino también a nivel de países. Los países industrializados poseen el 97 por ciento de todas las patentes del mundo. Ecn 1995, sólo Estados Unidos cobró la mitad de los derechos de patente del mundo. Sólo diez países poseen el 95 por ciento de las patentes estadounidenses y obtienen el 90 por ciento de las regalías y derechos de licencia transfronterizos, y e! 70 por ciento de las regalías mundiales y de los pagos por licencias se realizaron entre las empresas matrices y las filiales de las multinacionales. En Estados U nidos, las cincuenta empresas más importantes poseen más de la cuarta parte de las patentes. En Estados Unidos y Alemania, el 12 por ciento de la I+D provenía de las empresas; en Europa, e! 81 por ciento de todo e! gasto suizo en I+D y e! 69 por ciento de la I+D holandesa fue por cuenta de cuatro empresas.
Trends in International Transfer of Technology in Developing Countries, un estudio realizado en 1985 por el UNCTAD que analizaba 100 empresas, descubrió que el pape! de las patentes frente a la innovación no sólo era específico para e! sector, sino que además
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era distinto según el país. No existe una relación intersectorial uniforme entre DPI e innovación. Incluso en los sectores en que los DPI desempeñan un papel, producen algunos efectos colaterales particularmente malsanos. Un estudio reciente de ~ichae! Kremer (1996) reafirma la relación profundamente distorsionada que hay entre la industria farmacéutica y el sistema de patentes, debido a la cual, el incentivo de los DPI sirve para aumentar los precios y reducir el consumo. También se defiende a menudo que las patentes constituyen un sistema legítimo para que las empresas recuperen la inversión realizada en I+D. Sin embargo, las empresas compran las patentes por lo general a pequeños inventores o a las instituciones de! sector público o, en el caso de las patentes sobre biopiratería, a las sociedades tradicionales. Por ejemplo, e! 92 por ciento de los medicamentos contra el cáncer descubiertos entre 1955 y 1992 se desarrollaron con fondos del gobierno estadounidense, pero las patentes de los medicamentos contra el cáncer pertenecen a las multinacionales. Además, los monopolios de patente siempre se han reivindicado en nombre de! pobre inventor cuya creatividad en casi todos los casos, ha sido absorbida o comprada a bajo precio por empresas poderosas. En 1996, Estados Unidos ganó 30.000 millones de dólares en concepto de derechos y cánones de patente. Por otra parte, el Sur gastó 18.000 millones de dólares en 1995 para comprar tecnología patentada. En algunos casos, las empresas no venden la tecnología para conservar un monopolio; esto es lo que le pasó a India con las alternativas a los CFC, que estaban prohibidos en virtud del Protocolo de Montreal porque destruyen la capa de ozono. La empresa estadounidense que tiene las patentes de tales productos se negó a conceder la licencia de la tecnología a India. En 1996, el nivel de inversiones de las multinacionales en las filiales extranjeras había alcanzado 1,4 billones de dólares. De las transferencias tecnológicas efectuadas mediante e! pago de regalías y cánones de licencia, el 70 por ciento se produce entre las empresas matrices y sus filiales en el extranjero. Los países del Tercer Mundo están perdiendo sus capacidades tecnológicas, mientras que las corporaciones mundiales mantienen un control estricto de las tecnologías patentadas, incluso cuando cruzan las fronteras. El sistema de patentes mundial, tal como lo establece e! Acuerdo de ADPIC, está provocando que e! Tercer Mundo pierda más del doble en e! ámbito de transferencia de tecno-
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log~a.
En primer ~ugar, se e~tá patentando y pirateando tecnología indígena por medio de los sistemas de DPI. Un estudio del PNUD muestra que si las comunidades del Tercer Mundo cobraran una regalía del 2 por ciento por la diversidad biológica que desarrollan, están perdiendo 300 millones de dólares en concepto de regalías no pagadas por las semillas de los agricultores y más de 5.000 millones de dólares por las de las plantas medicinales. En vez de pagar a los países del sur lo que se les debe por el uso de los conocimientos tradicionales, Estados Unidos afirma que el Sur debe 202 millones de dólares en concepto de regalías de los productos químicos destinados a la agricultura y 2.500 millones de dólares por las regalías de los productos farmacéuticos. Esta cifra se calcula suponiendo que el Tercer Mundo está adoptando una normativa de patentes como la de Estados U nidos. Los sistemas de patentes representan, por consiguiente, una pérdida de tecnología y de riqueza del Sur en favor del Norte, no un mecanismo para la transferencia de tecnología de los países ricos a los pobres. Como los países están obligados a implantar el ADPIC, la salida de las escasas divisas extranjeras que poseen para efectuar los pagos de las regalías aumentará la carga de la deuda, sumiendo aún más en la pobreza a los países pobres, sobre todo porque el ADPIC está extendiendo las patentes a los alimentos y la agricultura, las semillas y las plantas. Así pues, los recursos y los conocimientos de los países del Tercer Mundo se están convirtiendo en "propiedad intelectual" de las empresas del Norte, que cobrarán derechos de patente a los países del Tercer Mundo, como en la época en que los colonizadores les arrebataron los recursos. El mito de la generación de conocimientos
Sin patentes, se dice, los conocimientos permanecerán ocultos. Este argumento contiene tres errores. En primer lugar, cuando no hay patentes, los conocimientos se comparten, no se guardan en secreto.
En segundo lugar, lo que se ofrece por medio de las patentes no son conocimientos, sino información, y como las patentes impiden que otros utilicen esa información mientras dure la patente, no es provechoso hacer pública la información. Por último, se sabe que las patentes impiden la transferencia tecnológica entre el Norte y el
Sur. Así pues, las patentes son, ante todo, un medio de generar ingresos, no de generar o transferir conocimientos. Las instituciones que crean saber y conocimientos se han fundamentado en el flujo libre de conocimientos en las aulas, los periódicos y los libros. Hoy se pone obstáculos a esta libertad. Las universidades están pasando de ser centros de aprendizaje e investigación que producen conocimientos que sirvan a la gente, a ser centros de producción de conocimientos para la propiedad intelectual. Casi todos los conocimientos, evolución e innovación en la investigación se han producido en el ámbito público, sin protección de patente, porque los seres humanos responden a numerosos tipos de incentivos. Cuando el incentivo principal son las citas y las publicaciones, los científicos trabajan en función de la lógica de "publicar o perecer". Con los cambios que han inducido los sistemas de DPI en la cultura de investigación, la lógica se está transformando en "patentar o perecer". Sin embargo, el secreto necesario para nutrir la cultura de las patentes acabará con la transparencia necesaria para nutrir la cultura del conocimiento. Como el conocimiento es un producto social, debilitar el tejido social de la producción de conocimientos y la innovación debilitará su generación y transferencia. Un argumento que se aduce a menudo es que sin DPI no habrá incentivos para la investigación. Pero los DPI están modificando el sistema de incentivos: están pasando de servir al bien público a trabajar para el beneficio privado. La comunidad del conocimiento está dejando paso a la universidad para las empresas. Así, un centro del MIT financiado con fondos privados contrata a un tercio de los biólogos de la facultad y, de este modo, es el propietario de toda la propiedad intelectual que crean. Siempre que las patentes se han asociado a la investigación científica, el resultado ha sido el cierre de la comunicación. Si bien los científicos no han sido nunca tan abiertos como los describe la mitología popular, la amenaza que representan para la comunicación científica los científicos que trabajan con empresas comerciales se está convirtiendo en un motivo de preocupación muy importante. Como explica Emmanuel Epstein, un conocido microbiólogo: "Antes, intercambiar ideas entre colegas sin pensárselo dos veces, compartir los últimos descubrimientos recién obtenidos de la escintilación de centelleo o de la celda de electroforesis, enseñarse unos a
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otros los primeros borradores de las ponencias, y actuar en otros aspectos como compañeros en una investigación entusiasta era lo más natural del mundo. [Pero] se acabó" (citado en Biotechnology: The University-Industrial Complex, de Martin Kenney). Reflexionando sobre el fin de la franqueza científica en el University Industrial Complex, Martin Kenny (1993) observa que: "el miedo a que te tomen la delantera o a ver el trabajo de uno transformado en una mercancía puede silenciar a los que se supone que son colegas. Ver algo que uno ha producido convertido en un producto que venderá alguien sobre quien no se tiene control puede hacer que una persona se sienta violada. El producto del amor se convierte en una simple mercancía; hoy el trabajo es un artículo que se intercambiará según su precio de mercado. El dinero es el árbitro del valor de un desarrollo científico." La franqueza, el intercambio libre de ideas y de información, y el intercambio libre de materiales y técnicas han sido los componentes fundamentales de la creatividad y la productividad de la comunidad investigadora. Al introducir el secreto en la ciencia, los DPI, y la comercialización y la privatización de conocimientos que conllevan, acabarán con la comunidad científica y, por lo tanto, con su potencial de creatividad. Los DPI explotan la creatividad, al tiempo que destruyen su propia fuente. Sabemos que los depósitos que no se rellenan, pronto se quedan secos. El sentido común nos dice que cuando las raíces de un árbol no se alimentan, el árbol se muere. Las patentes no sólo tienen el potencial de destruir el conocimiento; también pueden destruir la capacidad productiva y minar el potencial para el desarrollo. La independencia del interés económico ha sido el distintivo de las instituciones del saber. Los organismos de carácter empresarial, sin embargo, están transformando la naturaleza del conocimiento en sí a medida que los vínculos comerciales empiezan a configurar el orden del día de la investigación, y los conocimientos de interés privado con un sesgo comercial desplazan a los conocimientos de interés público. En su libro Biotechnics and Society: The Rise o[ Industrial Genetics, Sheldon Krimsky alude a un estudio de los artículos publicados en catorce destacadas revistas de medicina y ciencias realizado por científicos de Massachusetts en 1992. El estudio descubrió que más de la tercera parte de los autores tenía un interés económico en su investi-
gación; el 20 por ciento estaba vinculado al sector de la biotecnología
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y el 22 por ciento había solicitado una patente relacionada con el objeto del artículo. Como han demostrado numerosos estudios, la investigación financiada por las empresas puede crear una investigación sesgada, ya que favorece en exceso a los patrocinadores empresariales y debilita el interés público. En los sistemas dominados por los DPI y las empresas, no sólo desaparece el interés público en la investigación; cuando la comercialización se convierte en el patrón para evaluar la pertinencia de los programas de enseñanza y de investigación, desaparecen disciplinas enteras. Una vez se hayan desplazado las prioridades de la necesidad social a unos posibles beneficios sobre la inversión, que es el criterio principal de la investigación con fines comerciales, se olvidarán y extinguirán corrientes enteras de conocimientos y aprendizaje. Aunque estos distintos campos quizá no sean rentables comercialmente, son necesarios socialmente. Por ejemplo, necesitamos la epidemiología, la ecología y la biología evolutiva y del desarrollo, como sociedad que quiere enfrentarse a los problemas ecológicos. Necesitamos expertos en grupos taxonómicos concretos como los microbios, los insectos y las plantas para responder a la crisis ocasionada por el deterioro de la biodiversidad. En cuanto ignoramos lo útil y lo necesario y nos concentramos exclusivamente en la rentabilidad, estamos destruyendo las condiciones sociales para la creación de diversidad intelectual. La lógica final de laprivatización de los conocimientos es definir el intercambio libre de conocimientos como robo y piratería. Por desgracia, la criminalización del intercambio de conocimientos ya es una realidad.
De espías, delitos y OPI El poder imperial siempre se ha basado en una convergencia del poder militar utilizado en defensa del comercio, un tipo de convergencia que estaba en el centro de la diplomacia de cañón durante el colonialismo. Hoy en día está tomando forma una convergencia similar en torno a la defensa de los intereses comerciales en una época de globalización y del llamado libre comercio. Esta convergencia se puede observar en la legislación aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 1996, que considera los DPI vitales para la seguridad nacional. Cabe interpretarlo como una forma de criminalizar el de-
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sarrollo y el intercambio naturales de conocimientos, ya que autoriza a los servicios de información de Estados U nidos a investigar las actividades de personas normales de todo el mundo en su afán de proteger los derechos de propiedad intelectual de las empresas estadounidenses. Nuestra conciencia de que lo que se considera "propiedad intelectual" es a menudo información "pirateada" a las sociedades no occidentales y a las comunidades indígenas, aumenta el absurdo de esta medida. El imperio británico se construyó destruyendo la capacidad de fabricación de las colonias e impidiendo la aparición de tal capacidad. El "libre comercio" durante la época de la "superioridad tecnológica" de Inglaterra se basaba en la amputación de los pulgares de los maestros tejedores de Bengala, en obligar a cultivar añil a los campesinos de Bihar, en el comercio de esclavos de África para suministrar mano de obra gratuita a las plantaciones de algodón de Estados Unidos y en la exterminación de los pueblos nativos de Norteamérica. También incluyó leyes que impedían la transferencia de tecnología. Entre 1765 y 1789, el parlamento inglés aprobó una serie de leyes estrictas que impedían la exportación de máquinas nuevas o de planos o modelos de las mismas. Los trabajadores cualificados que trabajaban en las máquinas no podían salir de Inglaterra para asegurarse de que Inglaterra seguía siendo una potencia industrial. Samuel Slater, conocido como el "padre de la fabricación estadounidense" violó estas leyes británicas cuando fue a Estados Unidos llevándose en secreto los conocimientos del hilado y el tejido mecánicos de Inglaterra a Estados U nidos. Transfirió a Estados U nidos su experiencia laboral en las fábricas inglesas y construyó la primera fábrica de hilados completa. Mientras que Estados Unidos construyó su poder económico y capacidad de fabricación liberándose de los monopolios británicos, el Congreso de Estados Unidos y las empresas actuales no parecen estar dispuestas a permitir que este espíritu de libertad, tan esencial para el desarrollo histórico / económico de Estados Unidos, exista en otra parte del mundo. Cualquiera que siguiera los pasos de Samuel Slater hoy, sería encarcelado durante 15 años o multado con hasta 10 millones de dólares al amparo de la nueva ley de Estados Unidos denominada Ley de Espionaje Económico, promulgada en 1996. Esta ley lleva el espionaje del terreno militar al económico, redefine la violación de la propiedad intelectual como delito y justifica la utilización de los
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servicios de información para ocuparse de las cuestiones de intercambio de ciencia y tecnología. Tal como se expone en la introducción de la ley: "No cabe ninguna duda de que el desarrollo de información económica patrimonial forma parte del bienestar económico de Estados U nidos. Además, los intereses económicos de la nación forman parte de sus intereses de seguridad nacional. De este modo, las amenazas al interés económico de la nación son amenazas a los intereses de seguridad vital de la nación". Gracias a esta ley, la transferencia de tecnología ha sido redefinida como" espionaje industrialo económico". Aunque no se puede negar que todos los países tienen derecho a proteger su seguridad nacional, hay, sin embargo, algunos problemas con la Ley de Espionaje Económico. En primer lugar, define el "interés económico de la nación" como "interés de seguridad de la nación" en un periodo de globalización y liberalización comercial y, por lo tanto, se sirve de los argumentos de seguridad nacional de manera asimétrica. Está utilizando la globalización para obligar a otros países a renunciar a sus intereses nacionales, su seguridad nacional y su soberanía nacional. Así, Estados Unidos ha llevado a India ante la üMC porque su parlamento estaba actuando en interés de la nación cuando impidió la modificación de la Ley India de Patentes. Además, Estados Unidos utiliza las cláusulas Super 301 y Especial 301 de su ley de comercio para obligar a los países a debilitar su seguridad nacional y crear oportunidades para las empresas estadounidenses. De manera similar, Estados Unidos está forzando a Europa a importar un tipo de soja, fabricado por una importante empresa estadounidense, que ha sido manipulado genéticamente para que sea resistente a los herbicidas, a pesar de la resistencia del consumidor a los alimentos modificados genéticamente. Estados U nidos está utilizando la reinterpretación de seguridad nacional para incrementar el control mundial de los recursos, la tecnología y los mercados por parte de las empresas estadounidenses, mientras niega a otros países su seguridad y soberanía nacionales. La Ley de Espionaje Económico muestra que, al contrario de lo que comúnmente se cree, esto es, que la globalización implica el fin del estado nacional, el estado está perfectamente y al servicio activo de las multinacionales de Estados Unidos. En segundo lugar, la definición de espionaje económico desde el punto de vista de la violación de propiedad intelectual es arbitraria y tendenciosa, sobre todo desde que la propiedad intelectual se está ex-
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tendiendo a nuevos ámbitos. Entre ellos figura el ámbito público de los sistemas universitarios, así como el patrimonio de los conocimientos colectivos de las sociedades no occidentales. El movimiento para privatizar el ámbito público y el legado intelectual común a través de los DPI es en sí mismo un "robo" de conocimientos. La introducción de la Ley de Espionaje Económico en el contexto de la biopiratería y la piratería intelectual ofrece una herramienta peligrosa a las empresas y agencias de información estadounidenses que pueden utilizar contra los científicos y la gente en general. Los peligros de tomar una medida arbitraria gracias a la Ley de Espionaje Económico se pueden ilustrar con el caso de un estudiante, Peter Taborsky, que fue arrestado, condenado a prisión y multado con 20.000 dólares por "robar" su propia idea. (Aunque este caso afecta al derecho nacional estadounidense más que a los acuerdos comerciales / derecho internacional, cabe imaginarse la existencia de injusticias semejantes en cualquier parte del panorama mundial donde Estados Unidos está implicado económicamente.) Peter Taborsky trabajaba de ayudante de laboratorio en la Universidad de Florida en un proyecto financiado por Progressive Technologies Corporation. Fuera de su horario laboral, Peter llevó a cabo su propia investigación para la que obtuvo una patente. La Universidad y la empresa le acusaron de "robo" porque había utilizado el laboratorio y el equipo. La detención de Peter pone de relieve los problemas de los DPI vinculados a la financiación privada de instituciones públicas. La mayoría de los laboratorios y de los centros de investigación se han construido con fondos públicos. Pero cuando una empresa financia un proyecto y el producto de la investigación se convierte en su propiedad intelectual, se olvida de que las instalaciones que hacen posible la producción de conocimientos se construyeron como recurso público. Después, cuando alguien utiliza ese recurso público para generar nuevas ideas, se considera un robo, como en el caso de Peter Taborsky. De acuerdo con la Ley de Espionaje estadounidense, un investigador como Peter estaría expuesto a una multa de hasta 10 millones de dólares en lugar de 20.000 dólares y a una condena de catorce años en lugar de uno. El desarrollo científico y tecnológico depende del intercambio libre de conocimientos, tecnologías e ideas; hoy este intercambio se define como espionaje. La absurdidad del "robo de propiedad inte-
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lectual" se vuelve aún más dramática en los casos en que la "propiedad intelectual" se deriva de la transferencia de conocimientos de sistemas autóctonos y no occidentales a las empresas occidentales. La Ley de Espionaje, en un mundo caracterizado por la biopiratería, encierra el peligro de transformar las actividades cotidianas de los agricultores y los curanderos, de los estudiantes y los investigadores, de los científicos y los industriales en delitos y espionaje. Las empresas estadounidenses han"pirateado" las innovaciones indígenas y las han reclamado como su "propiedad intelectual". Los ejemplos incluyen las patentes sobre el neem, el ha/di y el phy/lanthus niruri. ¿Se utilizarán los servicios de información del gobierno estadounidense para proteger esta "propiedad intelectual"? ¿Qué métodos se utilizarán para desestabilizar los usos, los estilos de vida y los cultivos tradicionales a fin de proteger a "los propietarios de información económica patentada", como, por ejemplo, W. R. Grace, que posee casi todas las patentes del neem? ¿Qué pasaría si los países del Tercer Mundo utilizaran la misma lógica que Estados Unidos y declararan que todos los bioprospectores y etnobotánicos que trabajan para empresas estadounidenses se dedican al "espionaje económico" y son una amenaza para la "seguridad nacional"? El Acuerdo de ADPIC ampara siete categorías de propiedad intelectual o "propiedad de los productos de la mente". Son los siguientes: 1. Patentes 2. Diseño industrial 3. Marcas comerciales 4. Indicaciones geográficas o denominaciones de origen 5. Diseños de distribución (topografías) de circuitos integrados 6. Información no revelada o secretos comerciales 7. Derechos de autor que protegen las obras literarias, artísticas, musicales, fotográficas y audiovisuales. En la imaginación de la gente, todas las distintas formas de DPI se identifican con las patentes, aunque éstas son una forma de DPI. Económicamente, las patentes son las más importantes ya que son las que tienen un mayor impacto en las necesidades y el sustento básicos y en la estructura de la economía. Las patentes son, además, la forma más sólida de protección de los DPI.
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Sin embargo, e! argumento de "premio a la creatividad" y de "beneficios sobre la inversión" a favor de las patentes es erróneo. Las patentes se han convertido en e! derecho de! capital a controlar los mercados. Por esta razón, las leyes de patentes, como la Ley India de Patentes de 1970, ponen límite a los beneficios monopolísticos que pueden obtener las empresas por la comercialización de una tecnología. Las exclusiones de patentabilidad son una estrategia para poner límite a los monopolios. La ley de patentes india excluye los métodos de horticulrura y agricultura, así como los alimentos, porque e! 75 por ciento de la gente depende de la agricultura para su sustento y porque hay tanta gente pobre que incluso su derecho a la comida es limitado. De manera similar, se han excluido los fármacos y las medicinas porque hay millones de personas que no tienen acceso a la atención sanitaria y unas medicinas caras pondrían la atención sanitaria aún más fuera de! alcance de la gente. Si la comida y los medicamentos sólo están disponibles a un precio que queda fuera de! alcance de la gente, se socava la promesa básica de! sistema de patentes como contrato que estimula e! beneficio privado para poder suministrar bienes. y cuando los derechos de! consumidor a alimentos y asistencia sanitaria se ven socavados, no existen motivos para conceder patentes ya que se supone que las patentes constituyen un equilibrio entre los intereses de los productores, por una parte, y de los consumidores por otra, es decir, de quienes desarrollan o comercializan una innovación tecnológica y de quienes utilizan los bienes y servicios que se obtienen de ella. La globalización de sistemas de DPI como los occidentales, en un mundo con profundas desigualdades, es un ataque directo a los derechos económicos de los pobres. Tal como ha observado Deepak Nayyar: "Es fundamental garantizar recompensas para los innovadores pero, desde luego, la protección de los beneficios monopolísticos no debería tener prioridad sobre los intereses de los consumidores en un mundo caracterizado por un desarrollo desigual". El reto es encontrar un justo medio: protección suficiente para fomentar la innovación pero no tanta que no se atienda al bien social. Desgraciadamente, e! Acuerdo de ADPIC se ha pasado de la raya en la protección de los derechos de los inversores, pero no ha ido lo bastante lejos en la creación de un régimen que proteja e! interés público.
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Amenazas a la biodiversidad
Si bien las patentes han tenido significados y funciones diferentes a través de la historia, en e! siglo xx han estado asociadas a la invención de nuevas máquinas y moléculas que son, claramente, artefactos hechos por e! hombre. Las patentes sobre máquinas y moléculas reflejaban las dos revoluciones industriales relacionadas con la ingeniería mecánica y la ingeniería química. No obstante, se ha puesto en marcha una nueva revolución industrial, esta vez en forma de ingeniería genética: la manipulación y modificación genética de seres vivos. Hay, por lo tanto, una intención de ampliar las patentes para que protejan organismos vivos o biodiversidad, e! término ecológico para referirse a la diversidad de los seres vivos. La primera medida tomada para patentar vida fue en e! caso de un microorganismo manipulado genéticamente. Antes de 1980, la Oficina de Marcas y Patentes de Estados U nidos interpretó que la Ley de Patentes de Estados Unidos, con algunas excepciones notables, no estaba pensada para amparar cosas vivas como los microorganismos creados en laboratorio. El 16 de junio de 1980, sin embargo, el Tribunal Supremo dictaminó en la causa Diamond, Inspector de Patentes y Marcas contra Chakravarty, que un nuevo microorganismo artificial que pudiera descomponer e! petróleo era una materia patentable porque comprendía una fabricación o composición de materia. La historia es la siguiente. En 1980, General Electric y uno de sus empleados, Ananda Mohan Chakravarty, solicitaron una patente sobre una bacteria manipulada genéticamente. En esencia, todo lo que se hizo fue simplemente revolver los genes, cambiando de sitio bacterias que ya existían. Aunque Chakravarty no afirmó haber "creado" vida, e! Tribunal Supremo de Estados Unidos interpretó como una "fabricación" la modificación genética de! microorganismo. Chakravarty obtuvo su patente porque e! microorganismo no era un producto de la naturaleza, sino un invento suyo y, por consiguiente, patentable. Como cuenta Andrew Kimbrell, un destacado abogado estadounidense: "Cuando tomó esta terrible decisión que iba a sentar precedente, e! tribunal no parecía saber que e! propio inventor había calificado su "creación" del microbio como una
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simple "reorganización de los genes, no de creación de vida". Así pues, la primera patente sobre la vida se concedió en este terreno tan resbaladizo, y a pesar de que la Ley de Patentes de Estados Unidos excluye las plantas y los animales, este país se ha apresurado desde entonces a conceder patentes de toda clase de seres vivos. Cuando se habla de seres vivos, los genetistas se escabullen afirmando que han "inventado" y "fabricado" el organismo vivo en que han introducido un nuevo gen y que por ello pueden reclamarlo como su propiedad patentada, con derecho a excluir a otros de su "fabricación", utilización y venta, a menos que paguen derechos de patente al propietario de la misma. En la actualidad, cientos de animales modificados genéticamente, entre ellos, peces, vacas, ratones y cerdos están, metafóricamente, en la cola para ser patentados por varios investigadores y empresas. El patentar microbios conduce inexorablemente a patentar plantas, y después animales. Para que patentar seres vivos resulte menos polémico, la biodiversidad ha sido redefinida como "invenciones biotecnológicas" y "construcciones genéticas". Estas patentes son válidas durante veinte
años y, por consiguiente, cubren a las futuras generaciones de plantas y animales. No obstante, incluso cuando los científicos de las universidades o de las empresas remueven genes, no "crean" el organismo que patentan. Con referencia al caso Chakravarty, que marcó un hito en Estados U nidos, muchos científicos creen que Chakravarty no creó un ser vivo nuevo, sino que simplemente intervino en los procesos normales, mediante los cuales, las cepas de bacterias intercambian información genética para producir una cepa nueva. "Su" bacteria vive y se reproduce según las fuerzas que guían toda vida celular. Estamos, así pues, lejos, muy lejos de poder crear vida. El argumento de que la bacteria es obra de Chakravarty y no de la naturaleza exagera muchísimo el poder humano y demuestra desconocimiento de la biología, y este desconocimiento ha tenido un impacto sumamente devastador en la ecología de nuestro planeta. Las patentes sobre la vida y la posición del hombre como inventor de otros seres tienen implicaciones económicas y ecológicas enormes, aparte de los problemas éticos que plantean. Los seres vivos se "hacen" a sí mismos: crecen, se reproducen, se regeneran y se multiplican gracias a sus estructuras dinámicas y complejas intrínsecas. La manipulación de seres vivos no equivale a "fabricar" vida. Introducir genes en seres vivos no es lo mismo que"crear" vida. Las patentes 80-
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bre la vida equivalen a reivindicar el papel de Creador o de Dios. Una vez se patenta la biodiversidad, se hace posible patentar sus genes, células, procesos y productos; para ir más allá de las patentes sobre organismos manipulados genéticamente y empezar a solicitar patentes sobre plantas no hay más que dar un sencillo paso. Desde el punto de vista ecológico, las patentes relacionadas con los recursos biológicos tienen importantes implicaciones para la conservación de la biodiversidad y su uso sostenible. Con la creación de "propiedad" de vida a través de patentes, las empresas poderosas económicamente se convertirán en los nuevos "señores de la vida", como los terratenientes o los zamindars (recaudadores. de impuestos) que teníamos antiguamente. Podrán cobrar un alquiler por cada semilla sembrada, cada medicina elaborada. con los dones gratuitos de la naturaleza, a los que la gente ha acced;.do h?remente durante generaciones. Conceder el poder de cobrar alquileres por organismos vivos" gracias a las patentes, es un medio garantizado de llevar a millones de personas al límite de la supervivencia. Colón sentó el precedente al tratar la autorización para conquistar a los pueblos no europeos de derecho natural de los europeos. La libertad de los colonizadores se cimentó en la esclavitud y el sojuzgamiento de los pueblos con derechos originarios a la tierra. Esta ocupación violenta se consideró "natural" al definir a los pueblos colonizados en el marco de la naturaleza, denegándoles de este modo su humanidad y libertad. El tratado de Locke relativo a la propiedad legitimizaba convincentemente este mismo proceso de robo y saqueo que tuvo lugar durante el movimiento del cercado de Europa. Locke articula con claridad la libertad del capitalismo para fundamentarse en la libertad de robar; señala que la propiedad se crea extrayendo recursos de la naturaleza. Según Loc~e, sólo el capital puede añadir valor a la naturaleza que se ha apropiado y, por lo tanto, sólo los que poseen el capital tienen el derecho natural de poseer recursos naturales, un derecho que sustituye a los derechos comunes de otros con reivindicaciones anteriores. Así pues, el capital se define como una fuente de libertad, pero esta libertad se basa en la negación de la libertad de la tierra, los bosques, los ríos y la bio~i versidad que el capital reclama como suyos. Puesto que la propiedad obtenida a través de la privatización de las tierras comunales equivale a libertad, los propietarios del capital tienen la impr~sión de que los plebeyos que la reivindican les están quitando su liber-
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tad. De esta manera, los campesinos y las poblaciones tribales que piden la devolución de sus derechos y e! acceso a los recursos se consideran ladrones y saboteadores. La ~cupación de territorios y tierras en e! pasado y e! control de la biodiversidad y los conocimientos tradicionales en la actualidad se basan en "vaciar" la tierra y la biodiversidad de toda relación con los pueblos indígenas. Todas las culturas sostenibles, en su diversidad, ha? consid,:,rado a la tierra terra mater (madre tierra). La interpr,:,taclOn colomal de la pasividad de la tierra y la creación consigU1,:,nte.de, ~a categoría colonial para la tierra de terra nullius (tierra v~cla) sirvio p~ra dos fines: negó la existencia de los derechos preVIOS de los ,habItantes ~ativos y negó la capacidad regenerativa y los procesos vitales de la tierra. En e! caso de Australia, e! concepto de terra nullius se utilizó para justificar la apropiación de las tierras y de sus recursos naturales declarando deshabitado todo e! continente. Esta declaración permitió a los colonizadores privatizar las tierras comu~al~s con rel~tiva facilidad porque, en lo que a ellos respectaba,
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siquiera existían tierras comunales!
El concepto eurocéntrico de propiedad sólo considera inversión la inv,:,rsión.~e capital 1;, por consiguiente, cree que los rendimientos de. la mversion d.e capital es e! único derecho que necesita proteccron, Las comumdades y las culturas indígenas no occidentales saben que la inversión también puede ser de trabajo o de atención y cu~dad~s. En e~tas culturas, los derechos protegen las inversiones mas alla de! capital. Protegen la cultura de conservación y la cultura humanitaria y participativa. Ha~ gra?des diferencias entre la propiedad de los recursos que se c?nflguro ,:,n Europa durante el movimiento de! cercado y la ocupacion colom~l, y la "propie.dad" tal como ha sido practicada por los pueblos tnbales y los agncultores a través de la historia en distinta~ socieda.des, El primero se fundamenta en la propiedad como propiedad pnvada y se basa en los conceptos del rendimiento de! capital para obtener beneficios. El segundo se fundamenta en los derechos, mediante los derechos de usufructo, y se basa en los conceptos de! ren~imiento de! trabajo para asegurarnos e! sustento, e! de nuestros hIJOS, nuestras familias y nuestras comunidades. Los d~rechos de. usufructo pueden ser de propiedad privada o de propiedad comun. Cuando se poseen en común, se denominan recursos naturales de propiedad común.
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El cercado de las tierras comunales El "cercado" de biodiversidad y conocimientos es la etapa final de una serie de cercados que se iniciaron con la ascensión de! colonialismo. Los primeros recursos que se "cercaron" fueron las tierras y los bosques, que pasaron de ser tierras comunales a convertirse en mercancías. Más tarde, se "cercaron" los recursos hídricos por medio de presas, la extracción de aguas subterráneas y los planes de privatización. Ahora toca "cercar" la biodiversidad y los conocimientos mediante los DPI. En la era de la globalización, se cercan las tierras comunales y se debilita e! poder de las comunidades con un cercado empresarial en e! que la propia vida está siendo transformada en propiedad privada de las empresas. El cercado empresarial se está produciendo de dos maneras. En primer lugar, los sistemas de DPI permiten e! "cercado" de biodiversidad y conocimientos; de esta manera, se produce un debilitamiento de las tierras comunales y de la comunidad. En segundo lugar, se está tratando a la empresa como si fuera la única forma de asociación con personalidad jurídica. La destrucción de las tierras comunales fue esencial para la revolución industrial, para proporcionar un suministro de materias primas a la industria. Un sistema que apoya la vida se puede compartir, no se puede poseer en forma de propiedad privada ni explotar para obtener un beneficio privado. Por consiguiente, había que privatizar las tierras comunales y había que apropiarse de la base de sustento de la gente de esas tierras comunales para alimentar e! motor de! progreso industrial y la acumulación de capital. El cercado de las tierras comunales se ha llamado la revolución de los ricos contra los pobres. Sin embargo, e! cercado no es sólo un episodio histórico que se produjo durante e! siglo XVI en Inglaterra. El cercado de las tierras comunales puede ser una metáfora rectora para comprender los conflictos que está generando la ampliación de los sistemas de DPI a la biodiversidad. La política de deforestación y e! cercado de las tierras comunales que empezó en Inglaterra, se reprodujo después en las colonias, como por ejemplo en India. El Supreme Legislative Council (Consejo Legislativo Supremo) aprobó en 1865 la primera Ley de Bosques india, que autorizaba al gobierno a declarar los bosques y los páramos (benap o "tierras sin ~edir") reservas forestales. La intro-
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ducción de esta legislación señala e! principio de lo que se denomina "gestión científica" de los bosques. Básicamente, equivalía a formalizar la erosión de los bosques y de los derechos de la gente local a los productos de! bosque. Aunque los bosques pasaron a ser propiedad estatal, las reservas forestales estaban en realidad "cercadas" porque se había convertido un recurso común en un recurso comercial. El estado simplemente medió en la privatización. Durante e! periodo eolonial, los agricultores fueron obligados a cultivar añil en lugar de alimentos, se gravó la sal para proporcionar ingresos al ejército británico, y entretanto los bosques se iban cercando para transformarlos en monopolios de! estado y explotarlos comercialmente. En las zonas rurales tuvo efectos importantes en los agricultores: provocó e! deterioro gradual de! usufructo de los derechos de acceso a los alimentos, al combustible y de pasto de! ganado en las tierras comunales de la comunidad. La marginación de los derechos de las comunidades rurales sobre sus bosques, bosquecillos sagrados y páramos ha sido la causa principal de su empobrecimiento. La biodiversidad siempre ha sido un recurso utilizado y perteneciente a las comunidades indígenas. Un recurso es una propiedad común cuando existen sistemas sociales que lo utilizan según los principios de justicia y sostenibilidad. Ello implica una combinación de derechos y responsabilidades entre los usuarios, una combinación de utilización y conservación y un sentido de coproducción con la naturaleza y de distribución entre los miembros de varias comunidades. Estas comunidades no ven su patrimonio en términos de propiedad, es decir, un bien que tiene un propietario y se utiliza para sacar un beneficio económico, sino más bien como una posesión de la comunidad y una responsabilidad individual. Para los pueblos indígenas, e! patrimonio es un manojo de relaciones más que un paquete de derechos económicos. Por esta razón, en las comunidades no existía e! concepto de "propiedad privada" para los recursos comunes. En las comunidades indígenas, a pesar de algunas innovaciones que están introduciendo algunas personas, la innovación se contempla como un fenómeno social y colectivo y los resultados de la innovación están disponibles gratuitamente para cualquiera que quiera utilizarlos. Por consiguiente, no sólo la biodiversidad, sino también su utilización ha sido común, intercambiándose libremente
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tanto dentro como entre las comunidades. Las innovaciones basadas en los conocimientos de los recursos comunes se han ido transmitiendo durante siglos a nuevas generaciones y adaptando para nuevos usos y, con e! tiempo, estas innovaciones han sido integradas en la reserva de conocimientos comunes sobre ese recurso. Esta reserva de conocimientos comunes ha contribuido enormemente a la vasta diversidad de plantas medicinales y agrícolas que existen en la actualidad. Así pues, e! concepto de derechos de "propiedad" individual, ya sea de los recursos como de! saber, continúa siendo ajeno a la comunidad local. Lo que sin duda exacerba la usurpación de conocimientos de los pueblos indígenas con consecuencias graves para ellos y para la conservación de la biodiversidad. Las tierras comunales y las comunidades se rigen por normas autoestablecidas que gestionan las propias comunidades. En la época "colonial" y de "desarrollo", e! Estado cercó las tierras comunes y socavó e! poder de la comunidad. El agua y los bosques se convirtieron en propiedad estatal, lo que condujo a la marginación de las comunidades locales y a la destrucción de la base de recursos. El resultado de estos "cercados" impulsados por el Estado ha sido la pobreza, la destrucción ecológica, la desintegración social y la discapacitación política. Hoy tenemos que ir más allá de! Estado y e! mercado para proteger los derechos de la mayoría de los indios y de las comunidades rurales. Conferir derechos a la comunidad permitiría recuperar las tierras comunales, que son recursos modelados, gestionados y utilizados bajo e! control de la comunidad. En las tierras comunales no cabe excluir a nadie, no pueden ser monopolizadas por los ciudadanos o las empresas poderosas económicamente o por un Estado poderoso políticamente. Mientras las poblaciones tribales y las comunidades rurales continúan abrumadas por los "cercados" que ha impulsado e! Estado, se configuran herramientas para los nuevos "cercados" que están impulsando la üMC y las empresas en forma de patentes sobre la vida y la biodiversidad. La diversidad biológica de India ha sido siempre un recurso común para millones de personas de nuestras comunidades tradicionales que han utilizado, protegido y conservado su patrimonio de biodiversidad durante siglos. Su innovación colectiva y acumulativa ha sido la base de la cultura y las economías locales, que constituyen las economías dominantes desde e! punto de vista de los medios de
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vida provistos y las necesidades satisfechas. De hecho, los conocimientos tradicionales de medicina, agricultura y pesca constituyen la base principal para satisfacer las necesidades de alimentos y salud. Para muchas comunidades, conservar la biodiversidad significa conservar la integridad del ecosistema y de las especies, el derecho a recursos y conocimientos y el derecho a los sistemas de producción basados en esta biodiversidad. Por consiguiente, la biodiversidad está íntimamente ligada a los sistemas de conocimientos indígenas tradicionales, así como a los derechos de las personas a proteger sus conocimientos y recursos.
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Biopiratería
¿Qué es la biopiratería? La biopiratería se refiere al empleo de los sistemas de propiedad intelectual para legitimizar la propiedad y el control exclusivos de los recursos biológicos y de los productos y procesos biológicos que se han utilizado durante siglos en las culturas no industrializadas. Las solicitudes de patentes sobre biodiversidad y conocimientos tradicionales que se basan en la innovación, la creatividad y el ingenio de la gente del Tercer Mundo son actos de "biopiratería". Teniendo en cuenta que una "patente" se concede por una invención, una patente de biopiratería niega la innovación incorporada en los conocimientos tradicionales. La prisa por conceder patentes y recompensar la invención ha llevado a las empresas y los gobiernos del mundo industrializado a ignorar los siglos de innovación colectiva y acumulativa creada por generaciones de comunidades rurales. La biopiratería se produce por la insuficiencia de los sistemas de patentes occidentales y la parcialidad intrínseca de occidente frente a otras culturas. Los sistemas de patentes occidentales fueron pensados para favorecer a los monopolios de importación, no para cribar todos los sistemas de conocimientos con el fin de excluir las innovaciones existentes y establecer una realización anterior en otras culturas. Además, la cultura occidental ha sufrido el "error columbano" del derecho a saquear; ha tratado a otra gente, sus derechos y sus conocimientos de inexistentes. El concepto de terra nullius tiene su equivalente contemporáneo en "bio nullius": tratar los conocimientos en materia de biodiversidad como si carecieran de creatividad y derechos previos y, por consiguiente, de estar disponibles para su "apropiación" por medio de una solicitud de "invención". Cuando se aplica a los conocimientos relacionados con la biodiversidad, el reduccionismo aísla las sustancias químicas y los genes y trata este acto de separación de acto de creación, tanto intelectual como materialmente. Las pistas para encontrar características útiles en los organismos biológicos se obtienen de los conocimientos tradicionales. El noventa y cuatro por ciento de los medicamentos derivados de las plantas que más se venden contienen al menos un
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compuesto que posee un uso probado en la medicina tradicional asociado a su uso terapéutico principal. La apropiación de los conocimientos indígenas y de los usos de la biodiversidad no es un acto creativo intelectual ni material. Intelectualmente, la innovación ya se ha hecho y forma parte de los sistemas de conocimientos tradicionales. Económicamente, las características y propiedades por las que se ha solicitado la patente ya existen en la naturaleza. No cabe reivindicar su aislamiento y separación como si fuera una creación. Tratar de actos de "creación" e "invención" la traslación y transferencia de conocimientos tradicionales existentes y la identificación de características útiles de seres vivos, tiene sus raíces en las presunciones filosóficas de la sociedad industrial que define a las culturas no occidentales como inferiores respecto a los países occidentales industrializados y percibe la naturaleza como materia inerte y muerta. Se niega la creatividad de la naturaleza y de otras culturas y la apropiación de esa creatividad se interpreta después como acto de creación.
Al transformarse la pluralidad de conocimientos en una jerarquía de conocimientos, el ordenamiento horizontal de sistemas diferentes, pero igualmente válidos y diversos, se convierte en un ordenamiento vertical de sistemas desiguales, imponiéndose los cimientos epistemológicos del sistema a los otros para invalidarlos. Después, esta transformación de las variedades de conocimientos en jerarquías de conocimientos se utiliza para reivindicar los actos de interpretación como actos de invención. La interpretación se malinterpreta y se denomina "creación" de conocimiento. De esta manera, un cambio sociológico se trata, falazmente, de cambio epistemológico. Esta falacia de considerar el desplazamiento sociológico y cultural como un cambio epistemológico que genera nuevos conocimientos ha sido posible gracias a la parcialidad colonial que ha tratado los conocimientos occidentales de exclusivamente científicos y los sistemas de conocimientos no occidentales de acientíficos. Sin embargo, la diferencia en los cimientos epistemológicos no hace que los conocimientos tradicionales sean inferiores: sólo los hace diferentes. Esta diversidad de conocimientos tiene que ser reconocida y respetada y hay que desarrollar un régimen de DPI pluralista que permita reconocer y respetar los conocimientos tradicionales y proteger estos sistemas, además de las prácticas y medios de vida que dependen de ellos. Necesitamos sistemas legales diferentes que
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protejan las distintas comunidades y sistemas de conocimientos. El sistema legal que se está universalizando mediante el Acuerdo de ADPIC y la üMC queda restringido a los sistemas de DPI occidentales, que reflejan los intereses de los sistemas económicos dominantes de occidente: las multinacionales. Cuando se transfiere un elemento de los sistemas de conocimientos tradicionales a los sistemas de conocimientos occidentales, éstos lo tratan de innovación. A modo de corolario, los intereses y los derechos de las comunidades no occidentales no encuentran un lugar en los sistemas legales occidentales, así que se transfieren a los profesionales de los sistemas de conocimientos occidentales, sobre todo, a los respaldados por el capital empresarial. Los conocimientos occidentales en materia de agricultura y medicina fueron definidos como los únicos científicos, y los conocimientos indígenas fueron calificados de inferiores y de acientíficos. Así pues, en lugar de intensificar la investigación sobre pesticidas seguros y sostenibles a base de plantas como el neem y la pongamia, nos centramos exclusivamente en el desarrollo y la promoción de pesticidas químicos peligrosos y no sostenibles, como el DDT y el Sevin. Por desgracia, el empleo de DDT ha multiplicado por 12.000 la incidencia de plagas. La fabricación de Sevin en la U nion Carbide Plant de Bhopal condujo al desastre de Bhopal, ocasionado por una fuga de gas que mató a miles de personas y ha incapacitado a más de 400.000. Entretanto, en reconocimiento del error ecológico que supone la vía química para controlar las plagas, en el mundo industrializado se está popularizando la utilización de pesticidas a base de plantas. Las empresas que fomentaron el empleo de sustancias químicas ahora buscan opciones biológicas. En su búsqueda de nuevos mercados y del control de la base de biodiversidad para producir pesticidas y sustancias químicas, las multinacionales solicitan DPI para los biopesticidas elaborados a base de neem. Esta experiencia con los agroquímicos también se reproduce en el campo de los fármacos y las medicinas. Irónicamente, como consecuencia de la creciente sensibilización de la gente respecto a los efectos colaterales de los medicamentos peligrosos y del aumento de cepas resistentes a los antibióticos, la industria farmacéutica occidental mira cada vez más al sistema a base de plantas de las medicinas india y china. Estos sistemas se basan en más de 7.000 especies de plantas medicinales y en 15.000 medicamentos formulados con
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hierbas siguiendo métodos diferentes. Los textos ayurvédicos hacen referencia a 1.400 plantas, los textos Unani a 342 y el sistema Siddha a 328. La homeopatía utiliza 570, de las que 100 aproximadamente son plantas indias. El valor económico de las plantas medicinales para 100 millones de familias rurales es inconmensurable. La patente de medicamentos obtenidos de los sistemas de medicina tradicional está empezando a alcanzar proporciones epidémicas. Se calcula que el valor actual en el mercado mundial, de las plantas medicinales utilizadas gracias a las indicaciones facilitadas por las comunidades indígenas y locales es de 43.000 millones de dólares. El empleo de los conocimientos tradicionales ha incrementado la eficiencia del examen de las plantas para conocer sus propiedades medicinales en más de un 40 por ciento. Este fenómeno de la "biopiratería", por el que los intereses comerciales occidentales afirman que los productos e innovaciones obtenidas y utilizadas habitualmente por los conocimientos indígenas tradicionales son su "propiedad intelectual" y están protegidos por "derechos de propiedad intelectual" como las patentes, ha aparecido a raíz de la devaluación y, por consiguiente, de la invisibilidad de los sistemas indígenas. Esta devaluación va unida a la imposición de los métodos reduccionistas de la ciencia occidental a los métodos no reduccionistas de los sistemas de conocimientos tradicionales. Por otra parte, como los sistemas de DPI occidentales se inclinan hacia los sistemas de conocimientos occidentales, que reducen la biodiversidad a sus estructuras químicas o genéticas, los sistemas indígenas no reciben protección alguna, pero piratear estos sistemas sí está protegido. Aunque durante las negociaciones del GATI en la Ronda Uruguay, el debate sobre los DPI se enmarcó dentro de la postura de que se necesitaban sistemas de DPI más rigurosos y de estilo occidental a escala mundial para impedir que el Sur los piratease, en los últimos años se ha puesto de manifiesto que en realidad son las empresas del Norte las que están realizando actos de piratería al apropiarse de la diversidad y los conocimientos tradicionales del Sur. A falta de un sistema de protección para los sistemas de conocimientos tradicionales y la biodiversidad, y con la universalización de los sistemas de DPI occidentales, esta piratería intelectual y biológica aumentará. Proteger nuestro patrimonio biológico e intelectual en la era de la biopiratería exige el reconocimiento y el rejuveneci-
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miento de nuestro patrimonio y el desarrollo de sistemas le~al~s que protejan este patrimonio en el contexto de los sistemas incipientes de DPI. Robar de la farmacia de los pobres
Los sistemas de medicina india -Ayurveda, Unani y Siddha- y las tradiciones populares han utilizado diversas plantas para tratar enfermedades comunes. El phyllanthus niruri es una de esas plantas medicinales muy utilizadas en toda India para tratar diversas formas de hepatitis y otros trastornos del hígado. Forma part~ t~nto de l~s sistemas de atención sanitaria formales como de las practicas curanvas locales, de la medicina popular y de los conocimientos colectivos indígenas tradicionales. La planta se llama bhudharti en sánscrito, jar amia en hindi y bhuin amia en bengalí. . Es muy común en las zonas más cálid~s de India y crec.e a la sombra en las tierras en barbecho. Es una hierba anual, que mide de lOa 30 cm de alto, y sus hojas son elípticas y alargadas, como el amia (de ahí el nombre de jar amia o bhuin amia). Florece y da sus frutos de abril a setiembre. Toda la planta se utiliza -hojas, brotes y raíces- para tratar la ictericia. Aunque la utilización de phillanthus niruri para tratar la ictericia es una innovación antigua y muy documentada en los sistemas de medicina hindúes, actualmente se están solicitando patentes para este conocimiento como si fuera una invención original. El Fax Chase Cancer Centre, de Filadelfia, Estados Unidos, ha solicitado a la Oficina Europea de Patentes la utilización de phillanthus niruri para curar la hepatitis. La solici~d de patente es p~~a f~ bricar un medicamento destinado al tratamiento de la hepatitis VIrica B. La solicitud de patente hace referencia a Indian Materia Medica, del Dr. K. M. N adkarni, donde dice que las tradiciones populares y clásicas utilizan fórmulas basadas en el p':il~anthus niruri para tratar la ictericia. A pesar de existir un cono~lmlentoant~ rior de su utilización como remedio para curar todo tlpo de hepatitis, incluida la hepatitis B, la petición del Fax Chase Cancer. dice que el phillanthus niruri no ha sido. prop~esto para el t~atamlento de la hepatitis vírica antes del trabajo reahzado por los Inventores de la invención actual.
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En I~)S s!s~emas alopáticos no existe un tratamiento específico para la ictencia. En caso de hepatitis vírica, se intenta dar un tratam!ento sint0'?lático, sumi'.'istrando glucosa, un complejo de vitamina B, y evitando los alimentos grasos y fritos. En la medicina ayurvédica y en otros sistemas de medicina tradicionales, se sabe de productos que ayudan a la regeneración del tejido hepático. Este tratamiento, por consiguiente, se dirige a la causa de origen del problema y no sólo a sus síntomas. Como en los sistemas de medicina tradicionales el diagnóstico de la ictericia se efectúa teniendo en ~uenta que es un problema relacionado con la función del hígado, es Irrelevante de '1~é vari~dad de hepatitis infecciosa se trata ya que todas las hepatitis infecciosas son básicamente la misma. Al indicar la aplicación del phyllanthus niruri para tratar una forma de hepatitis infecciosa únicamente, o sea, la hepatitis B, y tratar este hecho de utilización novedosa, pese a que los sistemas de medicina tradicionales han utilizado medicinas derivadas del phyllanthus niruri para tratar todo tipo de hepatitis, los científicos del Fax Chase Cancer Centre han presentado falsamente un acto de piratería Como una invención. Las patentes más recientes sobre las propiedades contra la diabetes del karela, el jamun y el brinjal vuelven a poner de relieve el problema de la biopiratena. El empleo de karela, jamun y brinjal para controlar la diabetes se conoce y se practica en India habitualmente. Su utilización en el tratamiento de la diabetes está documentad~ en tratados autorizados como el Wealth ofIndia (La riqueza de India), el C~mpendi,:,m.of Indian Medicinal Plants (Compendio de plantas medicinales indias) y el Treatise on Indian Medicinal Plants (Tratado sobre las plantas medicinales indias). Reivindicar como invención el empleo de karela o jamun para tratar la diabetes es una propuesta falsa porque ese uso se conoce y está ampliamente documentado en India. La patente estadounidense concedida recientemente a Cromak Research Inc., de Nueva Jersey, para utilizar estas pla~lt~s en el tratamie'.'to de la diabetes es un caso evidente de piratena intelectual combinado con la arrogancia de suponer que estos recursos se convierten en "valor añadido" cuando se transforman en los laboratorios occidentales. Además, dicha patente tiene un impacto negativo grave en el mercado potencial de exportación de Iórtt.tulas de las empresas farmacéuticas indias que satisfacen los requiSitos de los sistemas de medicina hindúes.
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Robar de las granjas de nuestros agricultores El subcontinente indio es el mayor productor y exportador de un arroz superfino y aromático: el basmati. India cultiva 650.000 toneladas de basmati al año. El basmati cubre del 10 al15 por ciento de la superficie total de tierra dedicada al cultivo de arroz en India. El arroz basmati y de otras variedades se exporta a más de ochenta países de todo el mundo. En 1996-97 se exportaron 1,9 millones de toneladas de arroz no basmati por un valor que ascendió a 18.000 millones de rupias (450 millones de dólares). Las exportaciones anuales de basmati se sitúan entre 400.000 y 500.000 toneladas. Este arroz es uno de los productos de exportación que más está creciendo en India en los últimos años. Los principales importadores de basmati indio son Oriente Medio (65 por ciento), Europa (20 por ciento) y EE.UU. (10-15 por ciento). Con un precio de 850 dólares la tonelada, el basmati indio es el arroz más caro que importa la Unión Europea (UE), frente a los 700 dólares la tonelada del basmati paquistaní y los 500 dólares la tonelada del arroz aromático tailandés. Las exportaciones de basmati indio a la UE ascendieron a casi 100.000 toneladas en 1996-97. El basmati se cultiva en el subcontinente desde hace siglos, como lo demuestran las referencias que aparecen en los textos antiguos, el folclore y la poesía. En India está documentado el cultivo de veintisiete variedades distintas de basmati, U na de las primeras referencias al basmati, según la CSS Haryana Agricultural University de Hissar, se encuentra en el famoso poema épico Heer Tanjha, escrito por el poeta Varis Shah en 1766. Esta variedad de arroz, perfumado de manera natural, siempre ha sido valorada y guardada celosamente por los nobles desde tiempos inmemoriales y codiciada con avidez por los extranjeros. Ha evolucionado tras siglos de observación, experimentación y selección de los agricultores, que han desarrollado numerosas variedades de este arroz que se adaptan a las distintas condiciones ecológicas, necesidades y gustos culinarios. El resultado del cultivo y la innovación informales son las cualidades superiores de este arroz que debe ser por lo tanto reconocido de forma preponderante como la aportación de los agricultores del subcontinente. EI2 de setiembre de 1997, la empresa tejana RieeTec lne. obtuvo la patente número 5663484 sobre las líneas y granos de arroz bas-
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mati. La patente de esta "invención" es excepcionalmente amplia y en ella se incluyen veinte reclamaciones; cubre las líneas genéticas del basmati y genes de las variedades desarrolladas por los agricultores. Así, cubre automáticamente las variedades de los agricultores y, si se aplica, los agricultores no podrán cultivar estas variedades desarrolladas por ellos y sus antepasados sin el permiso de RiceTec, a quien tendrán que pagar un canon. RiceTec ya ha estado vendiendo arroz con las marcas comerciales Kasmati, Texmati y Jasmati. La variedad de RiceTec posee las mismas cualidades que nuestras variedades tradicionales indias: grano largo, aroma característico, alto rendimiento y tamaño semienano. Como la línea de RiceTec se obtiene básicamente del basmati, no se puede reivindicar como "novedad" y, por consiguiente, no debería ser patentable.
Robar los pesticidas de la naturaleza En India, el árbol del neem o azadirachta indica se ha utilizado con diversos fines desde hace siglos. Se ha utilizado en medicina y en la agricultura y se menciona en textos hindúes escritos hace más de 2.000 años como purificador del aire y como cura para casi todo tipo de enfermedades de los animales y las personas, gracias a sus propiedades de repelente de insectos y plagas. En India se utiliza en todas las granjas, en todas las casas y casi cada día. La investigación ha demostrado que los extractos de neem pueden influir en casi 200 especies de insectos, muchos de los cuales son resistentes a los pesticidas. En los últimos años han llegado al mercado indio varios productos comerciales fabricados a base de neem, entre ellos, pesticidas, medicinas y cosméticos; algunos de ellos han sido fabricados en el sector de pequeña escala y otros en laboratorios de tamaño medio. Sin embargo, no han intentado adquirir la propiedad patentada de la fórmula porque, según la Ley India de Patentes de 1970, los productos agrícolas y medicinales no se pueden patentar. La combinación de los valores agrícolas, medicinales y culturales del neem ha contribuido a su amplia distribución y difusión. Más de 50.000 árboles de neem protegen a los peregrinos en el camino a la Meca. Los indios han regalado sus conocimientos sobre el neem a todo el mundo. El árbol del neem es el mejor símbolo de la existencia de diversas especies y de la libertad con que se pueden intercam-
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biar los conocimientos. Así pues, el neem se conoce como el "árbol libre" de India. El mundo occidental ignoró durante siglos el neem y sus propiedades; la mayoría de los ~olonizadores británicos, francese: '! portugueses creían que las.practicas de. ~os campesinos y los m~d~ cos hindúes no merecían mnguna atencion. No obstante, en los ultimas años, la creciente oposición occidental a los produc.to: químicos, sobre todo a los pesticidas, se ha traducido en un súbito entusiasmo por las propiedades farm.acológicas del neem. En 1971: el importador de madera estadoumdense ~obert Larso.n observo la utilidad del árbol en India y empezó a Importar semillas de neem para su empresa de Wisconsin. .Durante la décad~ siguiente, realizó pruebas de seguridad y prestaclOnes con un pesticida a base de e,:tracto de neem denominado Margosan-O, y en 1985 obtuvo autorización para el producto de la US Environmental Protection Agency (EPA). Tres años después vendió la patente del producto a la empresa multinacional de productos químic~s W. R. Grace. Desde 1985, diversas empresas estadoudinenses y Japonesas han obtenido más de una docena de patentes estadounidenses de la fórmu.la para fabricar soluciones y emulsiones estables a base de neem, e incluso . para una pasta de dientes. Tras haber obtenido sus patentes y con la perspectiva de una autorización de la EPA, Grace ha empezado a fabricar y comercializar su producto estableciendo una base en India. La empresa se dirigió a varios fabricantes hindúes con propuestas para comprar su tecnología o para convencerlos de que dejaran de fab~i~ar productos de valor añadido y para que, en lugar de ello, le sumirustraran matenas primas. En muchos casos, W. R. ~race fue rech.azado. Al final, consiguió organizar una empresa mixta con una firma denominada PJ Margo Pvt. Ltd, Han montado una planta en India que procesa hasta 20 toneladas de semillas al día. Además, están creando una red de proveedores de semillas de .nee.m para asegurarse un sumin~stro constante de semillas a un precIo fiable. Es probable que despues de Grace vengan otras empresas titulares de patentes. La demanda de semillas de la empresa ha tenido tres efectos fundamentales: 1. Ha subido el precio de las semillas de neem, situándose fuera del alcance de la gente normal; de hecho, prácticamente ya na se
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puede conseguir aceite de neem, utilizado por la gente del lugar para encender lámparas, porque los molineros no pueden acceder a las semillas. 2. Gracias a su poder económico, la empresa compra casi todas las semillas recogidas, que antes estaban a disposición de los agricultores y los curanderos indígenas gratuitamente. 3.. Los pobres han perdido el acceso a un recurso vital para su supervivencia, un recurso del que en un tiempo podían disponer ampliamente y a bajo precio. En 1992, el US National Research Council publicó un informe pensado para "abrir los ojos de las empresas del mundo occidental a la aparentemente infinita variedad de productos que podría ofrecer el árbol." Según uno de los miembros del panel del NRC: "Hoy en día, en un momento en que no nos sentimos muy satisfechos con los pesticidas sintéticos, el neem posee un gran atractivo." Este atractivo es abiertamente comercial. El valor del mercado de pesticidas estadounidense asciende a 2.000 millones de dólares. En la actualidad, los biopesticidas representan alrededor de 450 millones de dólares de esa cantidad pero en 1998, la cifra se acercó a los 800 millones de dólares. El árbol del neem no ha sido patentado ni tampoco sus partes, como las hojas, ramas, raíces, tallos, etc. Sin embargo, se han patentan~o algunos procesos y pro~uctos que incluyen varios principios activos del neem. El agresivo interés de Grace en la producción de neem hindú ha provocado un coro de objeciones por parte de los científicos, agricultores y activistas políticos indios, quienes afirman que las empresas multinacionales no tienen derecho a expropiar el fruto de siglos de experimentación indígena y de varias décadas de investigación científica india. Esto ha espoleado un enconado debate transcontinental sobre la ética de la propiedad intelectual y los derechos de patente. La justificación que ofrece W. R. Grace para las patentes gira en torno a la reivindicación de que estos procesos de extracción modernizados constituyen una verdadera innovación. A pesar de que fueron los conocimientos tradicionales los que inspira.rn la investigación y el desarrollo que se tradujo en esas compOSICIOnes y procesos patentados, éstos fueron considerados lo suficientemente novedosos y diferentes del producto original, de la naturaleza y del método de empleo tradicional para ser patentables.
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En resumen, se supone que los procesos constituyen una novedad y un avance respecto a las técnicas indias. N o obstante, esta novedad existe principalmente en el contexto de la ignorancia de Occidente. En India se están utilizando biopesticidas y medicamentos a base de neem desde hace más de 2.000 años y se han desarrollado numerosos procesos complejos para poder utilizarlo en usos específicos, si bien los ingredientes activos no han recibido nombres "científicos" latinizados. El saber popular y el uso habitual del neem fue una de las principales razones dadas por el Indian Central Insecticide Board para negar el registro de productos del neem al amparo de la Ley de Insecticidas de 1968. El Consejo alegó que los materiales del neem se han utilizado ampliamente en India para diversos fines desde tiempos inmemoriales sin ningún efecto perjudicial conocido. La EPA de Estados U nidos, por otra parte, no acepta la validez de los conocimientos tradicionales. Es posible que la reticencia de los científicos hindúes a patentar sus invenciones, dejando así que su trabajo sea vulnerable a la piratería, se derive parcialmente del reconocimiento de que gran parte del trabajo ya había sido realizado por generaciones de experimentadores anónimos. El descubrimiento de las propiedades pesticidas del neem y de cómo transformarlo no era ni mucho menos «obvio", pero se desarrolló gracias a una larga evolución de los conocimientos sistemáticos en las culturas no occidentales. Así pues, el neem ya no es un "árbol libre" y, en la actualidad, hay más de noventa patentes sobre él, entre ellas, solicitudes de patentes de empresas estadounidenses, japonesas y alemanas. Ahora es "propiedad intelectual" de empresas y científicos occidentales. Sin embargo, más de 200 organizaciones han cuestionado legalmente dos de las patentes sobre el neem que posee W. R. Grace, una en Estados Unidos y otra ante la Oficina Europea de Patentes. EllO de mayo de 2000 marcó un hito importante en el movimiento contemporáneo para librarse de la biopiratería. En esa fecha, la Oficina de Patentes Europea revocó la patente perteneciente al gobierno estadounidense y W. R. Grace conjuntamente, por basarse en la piratería de conocimientos existentes y por falta de novedad e inventiva.
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Cómo solucionar la biopiratería La biopiratería y la patente de conocimientos tradicionales es un robo doble; en primer lugar porque permite el robo de creatividad e innovación y, en segundo lugar, porque los derechos exclusivos establecidos por medio de patentes sobre los conocimientos robados hurtan opciones económicas de supervivencia cotidiana que se basan en la biodiversidad y los conocimientos tradicionales. Con el tiempo, las patentes se utilizan para crear monopolios y hacer productos cotidianos muy caros. Si no hubiera más que uno o dos casos de esas falsas solicitudes de invención basadas en la biopiratería, se podría decir que es un error. Pero la biopiratería es una epidemia. El problema no es, como se pretendió en el caso de la cúrcuma, un error cometido por un empleado de la oficina de patentes. El problema es grave y sistémico. Y requiere un cambio del sistema, no una recusación caso por caso.
El fomento de la piratería no es una anomalía del derecho de patentes estadounidense. Es una característica intrínseca del mismo. Los sistemas de DPI en el contexto del libre comercio y la liberalización comercial se convierten en instrumentos de piratería de tres formas: 1. Piratería de recursos, por medio de la cual se toman libremente los recursos naturales y biológicos de las comunidades y el país, sin reconocimiento ni permiso, y se utilizan para desarrollar las economías globales. Por ejemplo, la transferencia de las variedades de arroz basmati de India para crear la economía del arroz para exportación de empresas estadounidenses como RicTec. 2. Piratería intelectual y cultural, por medio de las cuales se toma libremente el patrimonio cultural e intelectual de las comunidades y del país, sin reconocimiento ni permiso, y se utiliza para solicitar DPI como las patentes y las marcas, aunque la innovación y la creatividad fundamentales no se han producido gracias a la inversión empresarial. Por ejemplo, la utilización del nombre comercial "basmati" para su arroz aromático, o la utilización del nombre comercial Bikaneri bhujía por parte de Pepsi. 3. Piratería económica, por medio de la cual se usurpan los mercados nacionales y extranjeros a través del uso de marcas y DPI; de este modo se destruyen las economías locales y nacionales donde se
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produjo la innovación original y se acaba con los medios de vida y la supervivencia económica de millones de personas. ~or ejemplo, la usurpación de los mercados europeos por los comerciantes de arro.z estadounidenses, y Grace, que ha usurpado el mercado esta.d?umdense a los productores hindúes a pequeña escala, de biopesticidas a base de neem. El problema de la biopiratería es una consec.uencia de los ~iste mas de DPI occidentales, no de la falta de tales SIstemas en India. Se suele argüir que el sistema de patentes occidental funciona y que la biopiratería se puede corregir recusando caso por caso. Esto es falso por dos razones. En primer lugar, recusar una patente es caro y los países del Tercer Mundo no pueden mantener el gasto de recusar los cientos de casos de biopiratería que están surgiendo. En segundo lugar, la revocación en 1996 de ~a pate~te de la c~r~uma basada en una recusación del CSIR no ha impedido a la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos (USPTO, según su acrónimo en inglés) conceder nuevas patentes para la cúrcuma. El27 de abril de 1999 la USPTO concedió una patente para utilizar la cúrcuma en las enfermedades de la piel. Las recusaciones individuales no detendrán la biopiratería. Es el sistema de DPI el que tiene que cambiar. Cuando un sistema de patentes que supuestamente recompensa la inventi~a y la creatividad premia sistemáticamente la piratería, cuando un SIstema de patentes no consigue aplicar honradamente lo~ criterios de novedad y ~o obviedad al conceder las patentes relacionadas con los conocmuentos tradicionales, es que el sistema falla y hay que cambiarlo; no puede ser la base para conceder patentes o para establecer derechos de comercialización exclusivos. La bioprospección, una forma de piratería legalizada
Una propuesta que se hace habitualmente como s~l':lción a la ~iopi ratería es la bioprospección y el reparto de beneficios, es decir, los que solicitan patentes de conocimientos tradici.onales deberían compartir los beneficios procedentes de las ganancIas de sus monopolios comerciales con los innovadores originales. La bioprospección está siendo potenciada como modelo de relación entre las em-
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presas que comercializan los conocimientos tradicionales y las comunidades indígenas que han innovado y desarrollado colectivamente los conocimientos. Sin embargo, la bioprospección no es más que una forma sofisticada de biopiratería. Este modelo encierra dos problemas básicos. En primer lugar, si los conocimientos ya existen, una patente fund~da en tales co.n?cimientos está totalmente injustificada ya que infnnge los pnnclplOs de novedad y no obviedad. Conceder patentes de los conocimientos tradicionales equivale a establecer que el sis~ema de patentes tiene que ver con el poder y el control, no con la invennva y la novedad. En segundo lugar, la apropiación de conocimientos. tradicionales vitales para los alimentos y las medicinas, su conv,:,~slón en ~n derecho ~x~lusivo por medio de patentes y la creacion de un sistema econorruco en el que la gente tiene que comprar lo que han producido, es un sistema que niega los beneficios y crea empobrecimiento, no un proceso que fomenta "el reparto de ben,;,ficios".. E~ el equivalente a robar una barra de pan y después repartir las migajas. La bioprospección se traduce, efectivamente, en el cercado del patrim~mio ~omún biológico e intelectual. Coge la biodiversidad y e~ patnmoruo intelectual de las comunidades indígenas y los convierte en mercancías protegidas por DPI. La innovación colectiva que se desarrolla con el paso el tiempo y que requiere de la colaboración de muchas personas es diferente de la innovación individual localizada en el tiempo y el espacio. La innovación colectiva implica a muchas personas que contribuyen a la misma a través de los años. Se m~difica y mejora con el uso y se transmite de generación en generac~ón. En algunos casos, esta innovación colectiva ya no es local; por ejemplo, en el caso de las semillas y los conocimientos tradicionales no occidentales como las medicinas ayurvédica y china. En algunos casos, llega incluso a cruzar las fronteras nacionales. En el contexto de la privatización, el intercambio mutuo entre comunidades ha sido sustituido por contratos de bioprospección con las empresas que buscan expropiar el patrimonio inalienable e inestimable de las comunidades, muchas veces mediante misiones de recolección científica y de investigación etnobotánica. El Instit~to .Mundial de Recursos Natur.ales ha definido la "prospección de bl?dlversl~ad" como la exploración de recursos genéticos y bioquímicos valiosos comercialmente. El uso metafórico del término
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prospección proviene de las prospecciones de oro o petróleo. Mientras la biodiversidad se está convirtiendo rápidamente en "oro verde" y "petróleo verde" para los sectores farmacéutico y biotecnológico, la metáfora de la prospección sugiere que antes de realizar las prospecciones, el recurso yace enterrado, desconocido, no utilizado y sin valor. Sin embargo, a diferencia de los yacimientos de oro o de petróleo, los usos y el valor de la biodiversidad son conocidos para las comunidades locales de donde se toman los conocimientos gracias a los contratos de bioprospección. Así pues, la metáfora de la prospección oculta los usos y conocimientos anteriores y los derechos relacionados con ellos. Hacerse con los conocimientos de las comunidades indígenas por medio de la bioprospección no es más que el primer paso para desarrollar un sistema industrial protegido por DPI, que debe eventualmente comercializar productos que se han servido de los conocimientos locales como un insumo pero que no se basan en las estructuras éticas, epistemológicas o ecológicas de ese sistema de conocimientos. Utilizan fragmentos de biodiversidad como" materia prima" para fabricar productos biológicos protegidos por patentes que desplazan a la biodiversidad y los conocimientos tradicionales que han explotado. La bioprospección es el primer paso para ocupar el sistema dominante de monocultivos y monopolios y para, de este modo, aceptar la destrucción de la diversidad. Los conocimientos tradicionales se centran en la creación conjunta de la naturaleza y las personas. Los regímenes de DPI se basan en la negación de la creatividad de la naturaleza. Los supuestos éticos y epistemológicos y las consecuencias de adoptar un sistema de DRI mediante contratos de bioprospección requieren un análisis y una reflexión más profundas. Es preciso examinar el paradigma de la bioprospección en el contexto de la igualdad, en concreto su impacto en las comunidades donantes, en las comunidades receptoras yen las empresas que llevan a cabo las bioprospecciones. Aunque los contratos de bioprospección se basan en el consentimiento informado previo y la compensación, a diferencia de la biopiratería, que no pide consentimiento ni ofrece compensación alguna, no todos los propietarios I depositarios de la tradición de conocimientos tradicionales son consultados o compensados. Lo que no sólo se traduce en desigualdad e injusticia, sino que además tiene el potencial de enfrentar a individuos de la misma comunidad y a
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una comunidad con otra. Por esta razón, los modelos de bioprospección que tratan con un individuo o una comunidad o un grupo de interés no pueden ser nunca equitativos. Un interés comercial tiene que conseguir el consentimiento informado previo de todas las comunidades y todos los miembros de cada comunidad que han utilizado y contribuido a la innovación colectiva de los conocimientos relacionados con la biodiversidad. La asociación con el estado es un mecanismo para salvaguardar los intereses de todos los grupos que aportaron algo a la innovación. En el caso de la innovación colectiva relacionada con la biodiversidad hay muchos intereses implicados: los agricultores y la industria de las semillas, los curanderos tradicionales y las empresas farmacéuticas, las tradiciones científicas occidentales y no occidentales, los métodos machistas de conocimiento y los métodos feministas de conocimiento. En una transacción deben estar incluidas todas las distintas comunidades de intereses. Ninguna comunidad de usuarios ni ningún individuo de una comunidad, o el estado en nombre de una comunidad, pueden renunciar o ceder los derechos colectivos. El modelo de bioprospección, por tanto, no es una fuente legítima de distribución de beneficios en el caso de los conocimientos relacionados con la biodiversidad. Este modelo se basa en una doble exclusión. La primera se produce cuando se excluye a las comunidades de usuarios / innovadores y se trata a un grupo local de titular de los conocimientos en exclusiva. La segunda exclusión se produce cuando la empresa comercial firmante de un contrato de bioprospección toma un DPI de los conocimientos transferidos de una comunidad indígena como una reclamación injustificada de innovación. Con el paso del tiempo, este derecho excluye a la comunidad donante, pues los sistemas de comercialización y los sistemas de DPI se combinan para hacer que la comunidad que proporciona los recursos biológicos y los conocimientos dependa de la compra de productos patentados a las empresas que monopolizan la biodiversidad y los conocimientos, por ej., los agricultores que aportaron semillas tienen que comprar semillas patentadas a la industria de las semillas. La bioprospección se suele presentar como una forma de hacer ricos a los pobres. Se suele decir que las regiones ricas en biodiversidad son pobres económicamente, y como la bioprospección se asocia a la compensación económica, es posible que también convierta en económicamente ricas a esas regiones. Sin embargo, el modelo de
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bioprospección está pensado para arrebatar los últimos recursos, tanto naturales como intelectuales, a los pobres. En realidad, es un modelo que crea pobreza para toda la comunidad, aun cuando podría traer riqueza a algunos de sus individuos. La biopiratería y la bioprospección producen un impacto que genera pobreza, que sólo se puede percibir si se admite que hay una diferencia entre la economía material y la economía financiera. Si la gente posee una biodiversidad abundante y riqueza intelectual, pueden satisfacer sus necesidades de atención sanitaria y nutrición con sus propios recursos y conocimientos. Si, por otra parte, los derechos a los recursos y los conocimientos han pasado de la comunidad a los titulares de DPI, los miembros de la comunidad acaban pagando elevados precios o derechos de licencia por lo que originariamente les pertenecía y podían disponer de ello gratis. Luego, se han vuelto sensiblemente más pobres. Cuando una empresa toma los conocimientos de biodiversidad de una comunidad, los comercializa y los transforma en conocimientos patentados protegidos por DPI, la comunidad donante sufre varios impactos: 1. Recibir gratuitamente, pero vender productos patentados y prohibir el libre intercambio entre personas y comunidades se traduce en un control monopolístico de la biodiversidad y los conoci-
mientos. 2. Cuando la biodiversidad adquiere un valor comercial a escala
mundial, por ej., una planta medicinal, esa biodiversidad se explota, lo que se traduce en una desviación del uso del recurso biológico, que pasa de servir para satisfacer las necesidades locales a servir para alimentar la codicia de personas de fuera de la región, lo que a su vez genera escasez y un aumento de los precios. 3. En el caso de sobreexplotación, puede conducir a la extinción del recurso. 4. La escasez local, combinada con los DPI de las materias primas obtenidas, sitúa el recurso y sus productos fuera del alcance de las comunidades donantes (por ej., el neem). 5. Las comunidades suministradoras pierden su cuota legítima de los mercados emergentes. 6. Otras comunidades pobres (cuyas tradiciones les permiten depender del libre intercambio o del bajo coste de las semillas) que
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podrían haber recibido los conocimientos gratuitamente o a un coste reducido pasan a depender del interés comercial. Esta perspectiva refleja el paradigma de la bioprospección o del producto básico, que sólo protege los derechos de quienes se apropian de los recursos comunes de la gente y los convierte en mercancías. Como se ha analizado, los beneficios que aportan y comparten las comunidades indígenas y locales se vuelven invisibles y sólo se presta atención a los beneficios que comparten los que privatizan y cercan las tierras comunales. En mi opinión, el verdadero modelo de distribución de beneficios justa, es reclamar el legado intelectual común haciendo valer los derechos de propiedad intelectual colectivos. Una distribución de beneficios equitativa en el ámbito de los conocimientos tradicionales y la biodiversidad, no concuerda con los monopolios y los derechos exclusivos que garantizan las patentes. Así pues, para garantizar la igualdad y la sostenibilidad hay que prohibir la biopiratería y declarar ilegales las patentes que se basan en la piratería de los conocimientos tradicionales.
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¿Pueden tener dueño las semillas?
Semillas: el don supremo
Las semillas son el primer eslabón de la cadena alimentaria. Representan la continuidad y la capacidad de renovación de la vida, de la diversidad biológica y cultural de la vida. Para el agricultor, las semillas no son meramente la fuente de las futuras plantas I alimentos; son el lugar donde se almacenan la cultura y la historia. Las semillas son el máximo símbolo de la seguridad alimentaria. El intercambio libre de semillas entre los agricultores ha servido para mantener la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Este intercambio se basa en la cooperación y la reciprocidad, pues el agricultor que quiere intercambiar semillas suele dar una cantidad de semillas de su campo igual a las que recibe. El intercambio libre entre los agricultores va más allá de un simple intercambio de semillas; también implica un intercambio de ideas y conocimientos, de cultura y patrimonio. Es una acumulación de tradición, de conocimientos sobre cómo manipular las semillas. Los agricultores aprenden a conocer las semillas que desean cultivar en el futuro viéndolas crecer en los campos de otros agricultores. La importancia cultural y religiosa de la planta, su valor gastronómico, su resistencia a la sequía, las enfermedades y las plagas, su conservación y otros valores conforman los conocimientos que la comunidad confiere a las semillas y la planta que producen. El arrozal, por ejemplo, posee una importancia religiosa en la mayor parte de India y es un componente fundamental de casi todas las festividades religiosas. La fiesta Akti, que se celebra en Chhattisgarh, un lugar donde se cultivan diferentes tipos de arroz de la variedad Indica, reafirma los numerosos principios de conservación de la biodiversidad. En el sur, el grano de arroz se mezcla con kumkum (bermellón) y cúrcuma y se presenta como ofrenda. El sacerdote recibe arroz, muchas veces acompañado de coco, a modo de señal de respeto religioso. Entre otros productos agrícolas cuyas semillas, hojas o flores constituyen un elemento esencial de las ceremonias religiosas figuran el coco, las hojas de betel, el buyo, el trigo, el mijo coracán y el mijo pequeño, el frijol de Kulthi, el frijol urd,
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los guisantes, el gandú, el sésamo, la caña de azúcar, las semillas de jaquero, el cardamomo, el jengibre, los plátanos y la grosella. Las semillas nuevas se veneran primero y después se plantan. Y se rinde culto a la primera cosecha antes de consumirla. Ambas fiestas, la siembra y la cosecha, se celebran en los campos y simbolizan la relación de intimidad que mantiene la gente con la naturaleza. En el momento de la siembra, el campo se considera una madre; rendir culto al campo es una señal de gratitud hacia la tierraque, como una madre, alimenta a los millones de seres vivos que constituyen sus hijos. No cabe celebrar festividades como Ugadi, Ramanavami, Akshay Trateeya, Ekadashi Aluyana Amavase, Naga Pannchami, Noolu Hunime, Ganesh Chaturthi, Rishi Panchami, Navratri, Deepavali, Rathasaptami, Tulsi Vivaha Campasruti y Bhoomi Puja sin las ceremonias religiosas dedicadas a las semillas. Las fiestas de las semillas incluyen las relacionadas con la identificación de qué semilla hay que cultivar, su germinación y otros aspectos. Según la mitología hindú, las semillas son un regalo de Srushtikarta (Brahma, el creador), quien creó las semillas en los tiempos primigenios. El Puranas alude a la gente que obtiene [ala (fruto I recompensa) venerando a los dioses con sacrificios religiosos. En el caso de una extinción absoluta de cualquier forma de materia, la gente representaba la samudra manthana (remover el océano) para recuperarla, El folclore agrícola indio cuenta con ejemplos de reyes que han arado la tierra para plantar semillas. ]anaka, el padre de Sita, rezó a Varuna (dios de la lluvia) durante una sequía, quien le dio un puñado de semillas que plantó después de arar él mismo la tierra para que su pueblo no pasara hambre. Las semillas se consideran divinas y se veneran con el nombre de Dhanalakshmi (la diosa de la abundancia). En la cultura india se cree que todas las formas de la naturaleza, ya sean de la Tierra o del espacio, interactúan y se influyen entre sí. Esta interacción e influencia se suele reflejar en la vinculación de las influencias cósmicas de los planetas y las estrellas con los seres vivos de la tierra. Las navadhanyas (nueve semillas) y sus navagrahas (nueve influencias cósmicas) respectivas simbolizan el equilibrio en el campo y una relación reflexiva de la tradición Ayurveda. A continuación se indica la relación entre algunas de estas semillas y el graha:
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Las semillas y sus influencias cósmicas Semilla
Graha
Ohatu
(Influencia cósmica)
(Parte del cuerpo que
Enfermedad/síntoma
representa) Cebada (Yava)
Sol (Rav¡)
Huesos (Ashtil1
Excesiva capacidad digestiva, dolor, fiebre
Sangre (Rakhtal
Vómitos,
Tejido muscular (Maamsa)
estreñimiento, diarrea, sed, mareos
Marte (Manga/al
Médula ósea (Majja)
Hemorragias, úlceras
Mongo (Magda)
Mercurio (Suda)
Piel (Twach)
Dolor, fiebre, trastorno mental
Guisante (Kadale)
Júpiter (Brihaspatl)
Tejidoadiposo (Vasa)
Enfermedad mental
Sésamo (Ti!)
Saturno (Sham)
Vasos sanguíneos pequeños (Arotha)
Sed, insipidez
Mijo pequeño (Shamaka)
Luna (Chandra)
Gandú (Togan)
Las semillas no sólo desempeñan un papel importante en los rituales y los ritos de las comunidades; también representan la acumulación de conocimientos de los pueblos a través de los siglos y, como son un reflejo de las opciones de que disponen, representan lo que han elegido. En el contexto actual de destrucción biológica y ecológica, quienes conservan las semillas son los que de verdad las donan. Así pues, conservar las semillas es algo más que conservar germoplasma; es conservar la biodiversidad, los conocimientos sobre las semillas y su utilización, es conservar la cultura y la sostenibilidad. Hoy, la cultura de guardar las semillas y el intercambio de semillas que ha constituido la base de la agricultura india están amenazados. Las nuevas tecnologías, como las tecnologías de la revolución verde y las biotecnologías, devalúan los conocimientos culturales y tradicionales que encarnan las semillas y socavan los conocimientos holísticos que posee la comunidad en esta materia. Ello se traduce en la propia extinción de las semillas ya que su existencia está íntimamente ligada a sus conocimientos holísticos. Los nuevos sistemas de DPI están acelerando este proceso, que se está universalizando gracias al Acuerdo de ADPIC. Los sistemas de DPI occidentales permiten a las empresas usurpar los conoci-
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mientas relativos a las semillas y monopolizarlos porque, según afirman, son de su propiedad privada. Con el paso del tiempo, esto se traduce en un control empresarial monopolista de las semillas y restringe el reparto libre dentro y entre las comunidades. La üMC está permitiendo la introducción de nuevos derechos de propiedad intelectual en forma de patentes o de derechos de obtención de especies vegetales. Las patentes de plantas y las semillas comportan que las empresas que poseen la patente pueden decir que una variedad de semilla o de planta o de cultivo es de su invención y excluir a otros de hacer, vender, utilizar o distribuir esa semilla o cultivo. De esta manera, al amparo de los sistemas de DPI, el antiguo sistema de conservar las semillas o de intercambiarlas gratuitamente con los vecinos es un "robo de propiedad intelectual". En los países industrializados, las empresas ya están interponiendo demandas contra los agricultores por guardar e intercambiar semillas. Los derechos y las libertades de los agricultores que tienen que ver con los sistemas agrícolas y las semillas se están erosionando de dos maneras. En primer lugar, la legislación en materia de semillas expulsa las variedades de los agricultores y convierte la obtención de especies vegetales por los agricultores en una actividad ilegal. En segundo lugar, los agricultores se ven obligados a renunciar a sus derechos inalienables a guardar, intercambiar y mejorar las semillas, lo que les fuerza a utilizar únicamente variedades "registradas". Como las variedades de los agricultores no están registradas y los pequeños agricultores no se pueden permitir los costes de inscripción, poco a poco, las empresas que venden variedades de semillas "registradas" les están empujando a depender de ellas. Legislación en materia de semillas
Existen numerosos ejemplos de cómo las Leyes de Semillas de varios países y la introducción de los DPI impiden a los agricultores dedicarse a producir sus propias semillas. Josef Albrecht, un agricultor orgánico alemán, no estaba satisfecho con las semillas disponibles comercialmente, de modo que estudió y desarrolló sus propias variedades ecológicas de trigo; otros diez agricultores orgánicos de los pueblos vecinos se hicieron con sus semillas. El gobierno alemán le puso una multa porque había comerciado con semillas no
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certificadas. Albrecht ha recusado la multa y la Ley de Semillas porque cree que esta ley le limita en el libre ejercicio de su ocupación de agricultor orgánico. En Escocia hay un gran número de agricultores que cultivan y venden patatas de siembra a otros agricultores. Hasta principios de la década de los noventa, podían vender libremente el material reproductor a otros cultivadores de patatas de siembra, a comerciantes o a otros agricultores. Pero a partir de esa fecha, los titulares de los derechos de obtención empezaron a enviar notificaciones a los cultivadores de patatas a través de la British Society of Plant Breeders, e ilegalizaron la venta de patatas de siembra entre agricultores. Los cultivadores de patatas de siembra se vieron obligados a cultivar variedades para la industria de las semillas bajo contrato, en el que se especificaba el precio al que la firma contratante compraría la cosecha y prohibía a los agricultores vender la cosecha a otros. Al cabo de poco tiempo, las empresas empezaron a reducir la extensión de los sembrados y los precios. En 1994, las patatas de siembra compradas a los agricultores escoceses a 140 libras se vendían a los agricultores ingleses a más del doble, al tiempo que se impedía establecer tratos directos entre ambos grupos de agricultores. Los cultivadores de patatas de siembra firmaron una petición quejándose del poder de unas cuantas empresas que actuaban como un cartel. Además, empezaron a vender semillas sin certificar directamente a los agricultores ingleses. La industria de las semillas aseguró que estaban perdiendo 4 millones de libras esterlinas en ventas de semillas debido a la venta directa de patatas de siembra no certificadas entre los agricultores. En febrero de 1995, la British Society of Plant Breeders decidió seguir adelante con un importante juicio contra un agricultor de Aberdeenshire, que fue obligado a pagar una compensación de 30.000 libras para cubrir los derechos de licencia que había perdido la industria de las semillas por el intercambio directo entre agricultores. Así pues, las leyes vigentes en el Reino U nido y la Unión Europea impiden a los agricultores intercambiar semillas sin certificar, además de las variedades protegidas. También en Estados U nidos se ha ilegalizado el intercambio entre agricultores. Dennis y Becky Winterboer eran unos agricultores que tenían una granja de 240 ha en Iowa. Desde 1987, los Winterboer obtenían una parte importante de sus ingresos de las ventas por bolsas (brown bagging) de sus cosechas a otros agricultores
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para que las utilizaran como semillas. Este tipo de venta se da cuando un agricultor planta semillas en su campo y después vende la cosecha como semilla para otros agricultores. Asgrow (una empresa comercial que posee la protección de obtención vegetal para sus semillas de soja) entabló una demanda contra los Winterboer porque estaban violando sus derechos de propiedad. Los Winterboer alegaron que habían actuado dentro de la ley ya que, de acuerdo con la Ley de Obtención Vegetal, los agricultores tenían derecho a vender semillas, siempre que el vendedor y el comprador fueran agricultores. Posteriormente, en 1994, la Ley de Obtención Vegetal fue enmendada, modificándose el privilegio de los agricultores de conservar e intercambiar semillas. La enmienda creó un monopolio absoluto de la industria de las semillas al ilegalizar las ventas y el intercambio entre agricultores. Luego tenemos el caso del Round Up Ready Gene Agreement de Monsanto. Según este acuerdo, Monsanto, una importante empresa de semillas, impide a los agricultores vender o suministrar las semillas o el material obtenido de su cosecha a cualquier otra persona o entidad o conservar las semillas. El acuerdo exige asimismo el pago de 5 dólares por libra como "tarifa tecnológica", además del precio de la semilla y los derechos de licencia. Si se infringe alguna cláusula, el cultivador tiene que pagar cien veces el valor de los daños causados, y no se considera que esto limite el importe de los daños. Monsanto tiene derecho a visitar los campos de los agricultores en cualquier momento durante tres años a partir del acuerdo, aunque el agricultor no esté presente o sin pedirle autorización. De esta manera, ni siquiera se respeta el derecho de propiedad del agricultor. Esta cláusula ha causado una enorme indignación en los agricultores. Como dijo un agricultor: "Nosotros disparamos a los intrusos". El acuerdo es vinculante aun para los herederos y los representantes personales o los sucesores de los cultivadores, pero los derechos de los cultivadores no se pueden transferir sin permiso de Monsanto. Así, los derechos de Monsanto subsisten por encima de otros derechos del agricultor pero a éste se le niegan sus derechos a transferir el acuerdo. Además, el acuerdo no tiene cláusula de responsabilidad. N o hace referencia al rendimiento de las semillas y Monsanto no se hace responsable en caso de que las semillas no rindan como se ha prometido ni del daño ecológico que causen. Este aspecto es espe-
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cialmente pertinente visto el fracaso de la variedad de algodón modificada genéticamente de Monsanto, "Bolfgard". En la temporada de 1996, se obligó a los agricultores a fumigar sus campos para proteger la cosecha de algodón contra el gusano picudo del algodonero, a pesar de que el material publicitario decía que estos gusanos no podían causar ningún daño al algodón Bolfgard. El Round-Up-Ready Gene Agreement es el último paso de la petición de la industria de las semillas, que aspira a obtener derechos de monopolio de mayor alcance sobre las semillas y los agricultores, y para no hacerse cargo de la responsabilidad ecológica o social asociada a la introducción de genes resistentes a los herbicidas o las plagas en sus cultivos. Ilustra claramente los derechos ilimitados de la industria de las semillas y la absoluta falta de derechos de los agricultores. Este sistema desigual, en el que las empresas de semillas tienen todos los derechos y ninguna responsabilidad social ni medioambiental, y los agricultores y los ciudadanos no tienen derechos, pero sí corren todos los riesgos y con todos los costes, no puede proteger la biodiversidad ni ofrecer seguridad alimentaria. Poco a poco, se está convirtiendo en un sistema totalitario para la biodiversidad. Patentes de plantas
Las patentes de plantas plantean serias inquietudes respecto a los monopolios sobre los alimentos y los sistemas agrícolas. En el ámbito de las patentes de plantas existen dos tendencias que suponen una amenaza para la biodiversidad, la supervivencia de los pequeños agricultores y la seguridad alimentaria de todas las personas. La primera tendencia es hacia la concesión de patentes de especie amplias, como las que posee Agracetus (ahora propiedad de Monsanto) sobre el algodón y la soja. La concesión de patentes que cubren todas las variedades modificadas genéticamente de una especie, independientemente de los genes afectados o de cómo fueron transferidos, pone en manos de un solo inventor la posibilidad de controlar lo que cultivamos en nuestras granjas y en nuestros huertos. A diferencia de los derechos de obtención (DO), las patentes de invención tienen una base muy amplia que permite poseer derechos de monopolio de genes específicos e incluso de características. Los
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DO no conllevan la propiedad de! germoplasma de las semillas; sólo conceden un derecho de monopolio sobre la venta y la comercialización de una variedad concreta. Las patentes, por e! contrario, permiten múltiples solicitudes que pueden cubrir no sólo plantas enteras, sino también partes y procesos de las plantas. Por tanto, una empresa podría presentar una solicitud de protección de algunas variedades de cultivos, de sus macropartes (flores, frutos, semillas, etc.), de sus micropartes (células, genes, plásmidos y similares) y de cualesquier procesos novedosos que desarrolle para manipular estas partes, todo ello utilizando una solicitud múltiple. La protección de patentes implica la exclusión de! derecho de los agricultores a los recursos que tengan estos genes y características, lo que debilitará los mismísimos cimientos de la agricultura. Por ejemplo, en Estados Unidos se ha concedido una patente a una empresa de biotecnología, Sungene, para una variedad de girasol con un contenido de ácido oleico muy alto. La solicitud se presentó para la característica (es decir, alto contenido de ácido oleico) y no sólo para los genes que producen la característica. Sungene ha notificado a otros que se dedican al cultivo de girasol que e! desarrollo de alguna variedad con un alto contenido de ácido oleico será considerado una violación de su patente. El hecho que sentó un precedente histórico en la patente de plantas, fue e! juicio que se celebró en Estados Unidos en 1985, ahora famoso como exparte Hibberd, en e! que e! genetista molecular Kenneth Hibberd y sus colaboradores en la invención obtuvieron patentes de invención sobre el cultivo de los tejidos, las semillas y la planta de un tipo de maíz seleccionado de! cultivo de tejidos. La solicitud de Hibberd incluía más de 260 peticiones independientes, que dieron a los genetistas moleculares e! derecho a excluir a otros de! uso de esos 260 aspectos. Aunque aparentemente Hibberd aporta un nuevo contexto legal para la competencia empresarial, donde más se sentirá e! impacto de esta concesión es en la competencia entre los agricultores y la industria de las semillas. De esta manera, se ha creado un marco que permite a la industria de las semillas hacer realidad uno de sus objetivos más preciados y que acaricia desde hace más tiempo: obligar a los agricultores de cualquier cultivo a comprar semillas cada año en lugar de obtenerlas por medio de la reproducción. Las patentes industriales dan derecho a utilizar e! producto, no a fabricarlo. Como las semillas se ha-
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cen a sí mismas, una patente de invención sólida para las semillas significa que un agricultor que compre semillas patentadas tendrá derecho a utilizarlas (o cultivarlas) pero no a hacerlas (es decir, a guardarlas y volverlas a plantar). Si se introducen en India estas patentes, e! agricultor que guarde y vuelva a plantar las semillas de una obtención vegetal patentada o protegida estará infringiendo la ley. Naturalmente, Estados Unidos está presionando para que se implanten los sistemas de patentes en el sector agrícola de India. El Acuerdo de ADPIC contradice el derecho humano de las personas a alimentos y salud al conferir derechos de monopolio ilimitados a las empresas en los sectores vitales de la salud y la agricultura. U na resolución reciente de una demanda relativa a una violación de patente de una planta, ha sentado un nuevo precedente para la interpretación de la cobertura de las patentes de plantas en Estados Unidos. La resolución establecía que una planta que simplemente tenga unas características similares a las de la planta patentada puede infringir una patente de planta. Si se combina con las cláusulas de revocación del peso de la prueba, este tipo de precedente puede resultar desastroso para los países de donde se obtuvo la biodiversidad que dio lugar a esas propiedades; más aún si los donantes originales de la biodiversidad son acusados de "piratería" por dicha precedencia legal, a falta de leyes previas en materia de biodiversidad que impidan un mal uso de la misma. En los países donde no están permitidas las patentes de plantas, existe la posibilidad de patentar genes. Es una salida para patentar propiedades y características de la planta y, por lo tanto, de tener los derechos exclusivos de esas propiedades y características. Además, las patentes de productos a base de plantas, como las patentes de los insecticidas de azardirachtina, un derivado del neem, obtenidas por empresas multinacionales como W. R. Grace, también tendrán un fuerte impacto en e! acceso a las materias primas y al mercado de los productos del neem. En términos prácticos, permitir las patentes en el ámbito de la agricultura tendrá las consecuencias negativas siguientes: 1. Fomentará un control monopolista del material de las plantas por parte de empresas multinacionales occidentales, lo que a su vez obligará a los agricultores a depender de las empresas para obtener el insumo más importante en agricultura: las semillas. Este control
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monopolista tiene unas consecuencias de mayor alcance debido a que las empresas de semillas han sido adquiridas por grandes empresas quíinicas y agropecuarias que controlan otros insumos de la agricultura, como los fertilizantes, los pesticidas y los herbicidas. El control monopolista de las semillas, unido al control empresarial de la agricultura, se traducirá en la desaparición a gran escala de las variedades de los agricultores, lo que amenazará la conservación de la biodiversidad y la supervivencia de los agricultores. El deterioro de la biodiversidad conducirá a su vez al deterioro de la rica diversidad cultural de nuestro país. 2. Los precios de las semillas subirán debido al pago de los derechos de licencia. 3. El cambio que producirán los DPI en la economía se traducirá en la marginación de los pequeños agricultores, que se endeudarán y se verán reducidos a la miseria. 4. El desarraigo a gran escala de la sociedad agrícola, sin que se produzca una asimilación equivalente por medio de nuevas oportunidades industriales, conducirá a la desintegración social, a un aumento de los delitos y al quebrantamiento de la ley y el orden. 5. La protección de la propiedad intelectual en el ámbito de la agricultura y de las obtenciones vegetales minará la seguridad alimentaria ya que las variedades protegidas y patentadas no tienen nada que ver con las necesidades de alimentos, sino con las necesidades de transformación y comercialización de la agroindustria. 6. El cambio que permitirá controlar la agricultura mediante el control de las semillas también producirá impactos secundarios en otros recursos naturales, como la tierra y el agua, que quedarán bajo el control de las multinacionales. 7. Los DPI en el ámbito de las semillas y las plantas multiplicarán por diez la deuda nacional. El debilitamiento de la seguridad alimentaria incrementará las importaciones de alimentos y, por lo tanto, la carga de divisa extranjera, lo que traerá limitaciones más graves de instituciones como el FMI Y el Banco Mundial. 8. La erosión de la seguridad alimentaria creará dependencia de alimentos, convirtiendo los alimentos en un arma en manos de los países industrializados, y ello conducirá a una esclavitud total y a una nueva colonización.
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Patentes de semillas: acabar con la germinación
Otra tendencia, consecuencia de los DPI occidentales, son las patentes de semillas estériles o que requieren productos agroquímicos de la misma empresa propietaria de la patente. Un ejemplo de estas semillas, que además obligan a los agricultores a comprar productos agroquímicos a la misma empresa, son las patentes de semillas resistentes a los herbicidas. Así, los cultivos Round-Up-Ready de Monsanto están patentados y requieren además la compra del herbicida Round-Up de Monsanto. El herbicida Round-Up es el producto estrella de los productos agrícolas de Monsanto y de la compañía en general. Según la empresa, el Round-Up destruye "todas las malas hierbas, en todas partes, de manera económica". El peligro es que Round-Up es un herbicida no selectivo, es decir, no distingue entre las malas hierbas y la vegetación deseable y, por lo tanto, mata todas las plantas, lo que no es, de ningún modo, económico. A fin de obtener otro monopolio y más beneficios, Monsanto ha desarrollado los cultivos Round-Up Ready, que han sido modificados genéticamente para resistir a su herbicida mortífero. Las patentes de Monsanto cubren el maíz, trigo, arroz, soja, algodón, remolacha azucarera, semilla de colza, colza canola, lino, girasol, patata, tabaco, alfalfa, álamo, pino, manzano y uvas resistentes a los herbicidas. También cubren métodos para el control de las malas hierbas, el sembrado de semillas y la aplicación de glifosato. Así pues, Monsanto controla todo el proceso de producción de las plantas, desde la obtención de las plantas hasta su cultivo y venta. Si bien estos productos contribuirían a incrementar los beneficios de Monsanto, destruirían la diversidad y los cultivos de alimentos del Tercer Mundo y generarían una demanda artificial de variedades innecesanas. Pero el verdadero peligro de patentar las semillas se encuentra en la tecnología Terminator, que ha sido descrita como "la bomba de neutrones de la agricultura". La tecnología Terminator fue creada para impedir que los agricultores guarden las semillas no híbridas, de polinización abierta o modificadas genéticamente que venden las empresas de semillas. Empezó en 1998, cuando el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Delta & Pine Land Co., una filial de Monsanto y la mayor empresa de semillas de algodón del mundo, anunciaron que habían desarrollado y obtenido conjunta-
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mente una patente de una nueva biotecnología agrícola. Denominada, de manera benevolente, "Control de la expresión genética de las plantas", la nueva patente permite a sus propietarios y concesionarios crear semillas estériles programando ingeniosa y selectivamente el ADN de la planta para que mate sus propios embriones. La patente se aplica a plantas y semillas de todas las especies. ¿El resultado? Si se guardan después de la cosecha para utilizarla en futuros cultivos, las semillas producidas por estas plantas no crecerán. Las vainas, los tomates, los pimientos, las espigas de trigo y las espigas de maíz se convertirán, básicamente, en depósitos de semillas muertas. El sistema ha sido apodado "tecnología Terminator" y obligará a los agricultores a comprar cada año las semillas a las empresas productoras. El Departamento de Agricultura de Estados U nidos y la Delta & Pine Land Co. han solicitado patentes para la tecnología Terminator en al menos setenta y ocho países. Lo que resulta interesante es que el Departamento de Agricultura recibe un porcentaje del 5 por ciento de los beneficios procedentes de las ventas, algo bastante asombroso para un organismo público. Pero la verdad es que, teniendo en cuenta la alianza a largo plazo entre Monsanto y el Dep. de Agricultura de Estados Unidos, no es demasiada sorpresa. La Terminator tiene otra posible cara oculta. Los biólogos moleculares están estudiando el riesgo de que la función de la Terminator salga del genoma de los cultivos a los que ha sido incorporada a propósito y se traslade a los cultivos de polinización abierta o silvestres de plantas afines de los campos cercanos. Dada la increíble adaptabilidad de la naturaleza y el hecho de que la tecnología nunca ha sido comprobada a gran escala, hay que tomar en serio la posibilidad de que la Terminator pueda extenderse a los cultivos de alimentos de los alrededores o al entorno natural. La propagación gradual de la esterilidad en las plantas de siembra se traduciría en una catástrofe mundial que podría finalmente exterminar formas de vida superiores del planeta, entre ellas los seres humanos. Los gobiernos y los agricultores del Tercer Mundo han rechazado estas tecnologías de "control génico". El único objetivo de dicha tecnología es obligar a los agricultores a ir a la tienda cada año y destruir una práctica antiquísima de guardar las semillas que constituye la base de la seguridad alimentaria de nuestros países. Destruirá la diversidad, los conocimientos locales y el sistema de agri-
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cultura sostenible que han desarrollado nuestros agricultores durante milenios y socavará nuestra capacidad de alimentarnos a nosotros mismos. Cuando los agricultores las utilizan como deben ser utilizadas, es decir, para regenerar la próxima generación de plantas, los sistemas de DPI que se basan en esas tecnologías consideran que la naturaleza y los agricultores están "robando" semillas. En vez de echar una mano a los agricultores, los amenazan con juicios y la cárcel. Las implicaciones de una tecnología de control génico como la Terminator no se limitan a la economía agrícola. Cambiarán nuestra mismísima interpretación de la vida y su regeneración, renovación y continuidad. Hasta ahora, el hombre nunca había creado un plan tan insidiosamente peligroso, de gran alcance y potencialmente "perfecto" para controlar el sustento, el suministro de alimentos e incluso la supervivencia de todos los seres humanos del planeta. Con un movimiento amplio y descarado de su mano, el hombre habrá roto irremediablemente el ciclo de plantar para obtener semillas para plantar para obtener semillas, el ciclo que sostiene casi toda la vida en el planeta. Las nuevas tecnologías y el nuevo sistema significan que no habrá semillas ni alimentos a menos que se compren más semillas. En lugar de eliminar las perversiones del derecho de patentes de Estados Unidos, que permite tratar de "novedosos" los conocimientos existentes y patentarlos, el ADPIC ha universalizado la posibilidad de patentar vida. Las patentes y los derechos de propiedad sobre las semillas que impone el ADPIC son parecidos a la draconiana Ley de la Sal británica, que prohibía a los agricultores guardar, intercambiar y volver a utilizar las semillas de una buena cosecha. Algunas empresas internacionales, como Cargill, están presionando a India a través de la OMC para que elimine las restricciones a las exportaciones y las importaciones. Las importaciones de alimentos subvencionados destruyen el medio de vida de millones de agricultores. Las exportaciones de los productores agrícolas y los cambios en la Essential Commodities Act (Ley de Productos Básicos Esenciales) y el Public Distribution System (Sistema de Distribución Pública) ya se están traduciendo en un aumento de los precios de los alimentos y en un aumento del hambre y la malnutrición. Los DPI sobre las semillas crearán nuevas presiones económicas sobre los agricultores, y los desarraigarán y obligarán a
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abandonar sus tierras y medios de vida. Recientemente, se han suicidado miles de campesinos indios debido a la presión de las deudas, ya que las empresas agroquímicas y de semillas, que también actúan de agentes secundarios y prestamistas de dinero, atrapan a los agricultores pobres con la compra de semillas y pesticidas caros. A pesar de ello, la nueva legislación de DPI se está introduciendo en el área de los recursos fitogenéticos por la presión que ejerce el gobierno de Estados Unidos y por los requisitos del Acuerdo de ADPIC; además, Estados Unidos pide una protección monopolista para las multinacionales que controlan la industria de las semillas. Por otra parte, las organizaciones populares están luchando para proteger el derecho de los agricultores a su biodiversidad y a la supervivencia, así como la libertad de los científicos para trabajar en la eliminación del hambre antes que por los beneficios empresariales. Las organizaciones de agricultores, los grupos de conservación de la biodiversidad, las redes de agricultura sostenible y los científicos que trabajan por el interés público están tratando de garantizar que los derechos de los agricultores queden protegidos, y con la protección de los derechos de los agricultores se asegura el control soberano de nuestra riqueza biológica y su uso sostenible en la producción agrícola. El conflicto concerniente a la legislación en materia de recursos fitogenéticos es un conflicto entre los agricultores y la industria de las semillas y entre el ámbito público y los beneficios privados, entre una agricultura que produce y reproduce la diversidad y una agricultura que consume la diversidad y produce uniformidad. Se suele decir que las patentes de plantas no impedirán a los agricultores tradicionales utilizar las semillas nativas. Sin embargo, cuando se admite que las patentes constituyen una parte fundamental de un paquete de agricultura controlada por la agro industria, debido al cual los agricultores ya no utilizan las semillas nativas, sino las suministradas por las multinacionales, las patentes se convierten en una forma de monopolio que elimina los derechos de los agricultores a guardar e intercambiar semillas. Esta situación lleva a un control totalitario de la agricultura por parte de las multinacionales. Ellas decidirán qué es lo que tienen que cultivar los agricultores, lo que pueden utilizar como insumos y cuándo pueden vender sus productos, a quién y a qué precio. También decidirán lo que tienen que comer los consumidores, a qué precio, con qué contenido y
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cuánta información se pone a su disposición acerca de la naturaleza de los productos alimenticios. Las patentes son un instrumento significativo para establecer esta forma de totalitarismo. La protección de los derechos de los ciudadanos como productores y consumidores requiere la creación de nuevos conceptos y categorías, de nuevos instrumentos y mecanismos para contrarrestar y limitar el poder monopolístico de las multinacionales en la agricultura. Los derechos de la comunidad son un importante concepto equilibrador para la protección del interés público en el contexto de la protección de los DPI de las empresas. En el ámbito de los alimentos y la agricultura, los derechos de los agricultores constituyen la fuerza de compensación respecto a los derechos de obtención y las patentes sobre las semillas y el material de las plantas. En el contexto de control monopolístico del sistema alimentario, los derechos de los agricultores se tornan pertinentes no sólo para las comunidades agrícolas, sino además para los consumidores. No sólo son necesarios para la supervivencia de la gente, sino también para la supervivencia del país. Sin los derechos soberanos de las comunidades agrícolas a sus semillas y recursos fitogenéticos, un país no puede ser soberano. Los derechos de los agricultores son un imperativo ecológico, económico, cultural y político. Sin derechos comunitarios, las comunidades agrícolas no pueden proteger la biodiversidad agrícola, que no sólo es necesaria para mantener el seguro ecológico de la agricultura. Los derechos a la biodiversidad agrícola son, asimismo, un imperativo económico porque sin ella nuestros agricultores y nuestro país perderán su libertad y sus opciones de supervivencia. Como la biodiversidad y la diversidad cultural están íntimamente unidas, la conservación de la biodiversidad agrícola también es un imperativo cultural. Por último, sin derechos para los agricultores, no hay un mecanismo político que limite los monopolios en la agricultura y las consecuencias inevitables de los desplazamientos, la hambruna y la escasez que seguirán a un control monopolístico total de la producción y el consumo de alimentos debido a la propiedad m~nopolista de las semillas, el primer eslabón de la cadena alimentana.
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Especular con la enfermedad
El 6 de mayo de 1981, la primer minisrro Indira Gandhi, en su discurso ante la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, dijo: Las sociedades de consumo están gastando inmensas sumas de dinero
en la búsqueda de nuevos productos y procesos para aliviar el sufrimiento y alargar la vida, lo cual es muy comprensible. Mientras tanto, los fabricantes de medicamentos se han convertido en un sector poderoso. Mi idea
de un mundo mejor ordenado es la de un mundo en el que los descubrimientos médicos estén libres de patentes y no se obtenga un beneficio de la vida ni de la muerte. Citado en Conquest by Patents, de B.K. Keayla, 1998.
La epidemia de sida ha puesto en evidencia el hecho de que el coste de la atención sanitaria y los medicamentos se está volviendo prohibitivo en todo el mundo a raíz de la puesta en práctica de sistemas de patentes como los estadounidenses. En la actualidad, hay alrededor de 32,3 millones de personas afectadas por el VIH/sida en los países en desarrollo y cada año mueren más de 2,5 millones de personas por esta enfermedad. Si bien los cócteles de medicamentos han reducido la mortalidad en un 75 por ciento y la morbilidad en un 73 por ciento en un periodo de tres años en Estados Unidos, el tratamiento es muy caro. Los costes anuales del tratamiento oscilan entre 10.000 Y15.000 dólares. Aunque la iniciativa de ONUSIDA subvencionara el 85 por ciento del precio, el coste sería de unos 2.250 dólares al año. Y en el Tercer Mundo, el sida no es más que una entre otras enfermedades mortales como la malaria y la tuberculosis. En los países pobres, los precios de las medicinas están en estrecha correspondencia con los derechos exclusivos de comercialización (DEC) y las patentes de producto. Las patentes que impiden la producción de medicamentos genéricos o las importaciones baratas, ponen los medicamentos fuera del alcance de la gente común en los países en que el PNB per cápita oscila entre 140 y 6.190 dólares. Así, los enfermos de sida de estos países están condenados a una muerte prematura. Sin embargo, gracias a la producción de medica-
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mentos genéricos los precios de las medicinas son inferiores, y gracias a la disponibilidad de medicamentos genéricos, los precios de los fármacos contra el sida en los países del Tercer Mundo son, por término medio, un 82 por ciento más bajos que en Estados Unidos. El precio del tratamiento también se reduce. Por ejemplo, el Flucanazole, un fármaco que se receta para tratar el sida, no está patentado en Tailandia. Pfizer estaba vendiendo este medicamento por 6,2 dólares, mientras que el fabricante tailandés lo vendía a 0,3 dólares, 207 veces más barato que Pfizer. En Sudáfrica, la dosis diaria de Flucanazole cuesta 21,4 dólares porque no disponen de genéricos. Los antirretrovirales cuestan 96 dólares al mes en Tailandia pero en Uganda cuestan 342 dólares. Brasil es el país que más progresos ha hecho en la fabricación de medicamentos contra el sida baratos: ofrece tratamiento para el sida por 192 dólares al mes. En 1994, el gobierno brasileño instó a las empresas locales a que empezaran a fabricar medicamentos para combatir el SIDA. El gobierno invocó las disposiciones de "emergencia nacional" de su normativa de patentes con el fin de empezar a fabricar antirretrovirales baratos como el AZT. Brasil fabrica ocho de los doce fármacos que se utilizan en el llamado cóctel de medicamentos contra el sida; como consecuencia de ello, los precios han bajado más de un 70 por ciento. La disponibilidad de medicamentos más baratos ha permitido al gobierno brasileño suministrar antirretrovirales a más de 80.000 ciudadanos a finales de 1999, lo que se ha traducido en una reducción de la mortalidad relacionada con el sida de más de un 50 por ciento entre 1996 y 1999, además de en un ahorro de 472 millones de dólares en hospitalizaciones. Sin embargo, en lugar de aplaudir a Brasil por su éxito en la lucha contra el sida, gracias a la fabricación de medicamentos que ampara su Ley de Patentes de 1997, y convertir este tipo de ley en un modelo para todos, Estados Unidos ha llevado a Brasil ante el grupo especial de solución de diferencias de la OMC para obligarle a anular sus leyes de patentes. Si los monopolios de patente estadounidenses se globalizan por medio del ADPIC, porque se les permite anular las leyes de patentes de Brasil, se negará un tratamiento asequible a millones de víctimas del sida del Tercer Mundo y, de esta manera, su derecho a la vida. En 1997, el gobierno sudafricano también aprobó una ley que facilita el acceso a medicinas asequibles utilizando las disposiciones
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de concesión de licencia obligatoria y las importaciones paralelas. El objetivo era reducir el coste del tratamiento del VIH/sida de un 50 a un 90 por ciento. Con más de 4 millones de enfermos de sida, la medida del gobierno era un imperativo de salud pública. Sin embargo, todos los gigantes de la industria farmacéutica se movilizaron para recusar la ley sudafricana. Mucho países, como India, han elaborado sistemas de patentes soberanos que excluyen la posibilidad de patentar medicamentos y alimentos con el fin de evitar que "se obtengan beneficios de la vida y de la muerte". Sólo se han autorizado las patentes de proceso de los métodos de producción de la industria farmacéutica, porque las patentes de producto en sectores como la alimentación y las medicinas crean monopolios, con lo que se produce un aumento de los precios en los ámbitos vitales de la salud y la nutrición. En. India, la Ley de Patentes de 1970 se elaboró de acuerdo con las obligaciones que establecía la constitución. Después de la promulgación de la ley de 1970, el número de fabricantes de productos farmacéuticos inscritos (a pequeña, mediana y gran escala) ascendió de 5.000 a 24.000, con 250 unidades de escala grande / mediana y 8.000 de pequeña escala. Además, la producción de productos farmacéuticos se multiplicó por 48, pasando de 2.500 millones de rupias en 1971 a más de 120.680 millones de rupias en 1997-98. En un breve periodo de menos de diez años, las exportaciones aumentaron de 2.280 millones de rupias en 1987-88 a 40.900 millones de rupias en 1996-97. Esta gran diversidad de fabricantes ha sido posible porque la Ley de 1970 no permitía las patentes de producto en las medicinas. Este entorno competitivo y la exclusión de las patentes de producto en las medicinas han sido fuente de independencia en el ámbito de los medicamentos y ha mantenido sus precios al alcance de la persona media. De hecho, los precios de los medicamentos en India son más bajos que en otros países. La tabla siguiente muestra los precios en varios países de algunos medicamentos seleccionados en relación con los de India. Los medicamentos son mucho más baratos en India que en esos países industrializados y que en otros países en desarrollo, como Paquistán e Indonesia. Ello se debe fundamentalmente a que en numerosos países en desarrollo, como Paquistán, sigue en vigor la Ley de Patentes colonial de 1911, heredada de los británicos, que ha mantenido una dependencia total de las importaciones sin un des-
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Diferencias de precios en medicamentos seleccionados Sustancial Marca
Empresa IndIa
Paquistán
Ranltldina
Glaxo (Zantac) 15OmgxlO Veces más caro
7,16
127,08
17,75
19,93
47,41
103,30
Diclofenaco Giba (Voltaren) Geigy 5OmgxlO Veces más caro
5,64
69,38
47,96
132,86
505,68
12,30
8,50
23,56
89,66
24,64
97,23
61,32
254,04
1210,88
3,95
2,49
10,31
49,14
Plroxlcam
Pfizer (Dolonox/Feldene) 20mgxlO Veces más caro
Precios* (en rupias indias) Indonesia Reino Unido 142,68
339,45
EE UU 739,60
* Precios al por menor en India y preciosal por mayoren otros países estudiados. FUENTE: investigación de la autora.
arrollo de la capacidad de producción nativa. Vista esta fuerte dependencia de las importaciones, las multinacionales han podido fijar precios más altos; además, han bloqueado a menudo y con eficacia los esfuerzos realizados por los gobiernos para controlar los precios. Por ejemplo, en 1995, cuando el gobierno paquistaní estableció un impuesto del 5 por ciento sobre las ventas de medicamentos, las ~ultinacionales suspendieron la distribución de sus productos, suscitando el temor a una escasez grave de medicamentos en el país. SCRIP (9 de agosto de 1996) citaba al director ejecutivo de Pharma Bureau, una asociación que representa a las multinacionales, quien había dicho que las multinacionales trasladarían sus inversiones a los países de la costa del Pacífico, a menos que se garantizara un beneficio justo y razonable al sector. Paquistán también ha sido obligado a aplicar la disposición de D EC posterior al Acuerdo de ADPIe. Anteriormente, Estados Unidos había llevado a India ante el grupo especial de solución de diferencias de la OMC para que impusiera los monopolios de patente a los productos farmacéuticos. Además de a India y Brasil, Estados U nidos ha amenazado a la República Dominicana, Argentina, Vietnam y Tailandia al amparo de su normativa Special 301. Desafiando el poder de la OMC, al gobierno estadounidense y a los gigantes de la industria farmacéutica,
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CIPLA, una empresa farmacéutica india, anunció que vendería el tratamiento contra el sida por 350 dólares al año o menos a Médecens Sans Frontiéres, que lo distribuiría gratuitamente en África, En el año 2000, cuando CIPLA intentó vender en Ghana una versión genérica de un combinado de fármacos contra el sida de Glaxo, Glaxo Wellcome la amenazó con interponer una demanda contra ella, El African Regional Patent Authority resolvió en contra de Glaxo, pero CIPLA dejó de vender los medicamentos genéricos (The Times of India, 13 de febrero de 2001), Los cambios realizados en el derecho de patentes han producido un serio impacto incluso en los países industrializados, por ej., en Canadá, pese a que sus políticas sanitarias y farmacéuticas también están muy dirigidas al interés público. En 1994, después de que entrara en vigor el Tratado de Libre Comercio de N orteamérica (TLCNA), las fábricas de productos farmacéuticos empezaron a cerrar. El déficit comercial canadiense en productos farmacéuticos aumentó de manera espectacular, ascendiendo a 1.600 millones de dólares en 1994. Como informaba Drug News and Views en 1995, una causa importante de este aumento del déficit comercial era que las empresas de marca estaban cerrando sus instalaciones de fabricación en Canadá e importaban los medicamentos para venderlos allí. Este modelo de cierre de la industria y la capacidad de fabricación nacionales y la dependencia de las importaciones como consecuencia de la aplicación de leyes de patentes como las de Estados Unidos se ha repetido en otros países. En Chile, por ejemplo, multinacionales como Pfizer, Parke-Davis, Squibb, Bayer y Schering han cerrado sus instalaciones de fabricación y han empezado a importar los medicamentos, lo que no sólo se ha traducido en una pérdida de puestos de trabajo, sino que además ha conducido a un considerable aumento de los precios. Tal como declaró Myriam Orellana, directora ejecutiva de la Asociación de la Industria Nacional de Chile: "Los beneficios y las inversiones comerciales que se prometieron a cambio de la aplicación de una normativa de patentes como la de Estados U nidos nunca se han materializado" (citado en Patents for Medicine, de N.B. Zaveer, 1998). El caso de Hoffman-La Roche, que vendía sus productos patentados Torio y Valium a la Seguridad Social británica, es un ejemplo de la carga que suponen los altos costes para los consumidores. Roche Products, filial británica de Hoffman-La Roche AG, estaba pa-
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gando a la empresa matriz 295 dólares/kg por una sustancia que podía comprarse en Italia por 22,50 dólares el kg, y 2.305 dólares por otra sustancia que podía obtenerse en Italia por 50 dólares el kg. Los precios inferiores de Italia eran debidos a que estos productos no tenían protección de patente. La Comisión de Monopolios descubrió a.sí que Roche Products estaba cobrando de más a la Seguridad Social. Este cobro de un precio excesivo equivalía a 41 veces el coste de un suministro alternativo en el primer ejemplo y a 46 veces en el segundo. El gobierno ordenó a Roche que rebajara los precios de venta de los tranquilizantes de un 60 a un 75 por ciento y que devolviera 27,5 millones de dólares por lo que había cobrado de más. Los derechos de patente van claramente en contra de los derechos de los pacientes. El caso de los medicamentos contra el sida también pone de manifiesto el mito de que los sistemas de patentes de producto contribuyen a combatir las enfermedades. Las patentes de los fármacos tienen una duración de veinte años, de modo que al impedir la fabricación de medicamentos genéricos baratos, pueden convertirse en una causa de difusión de las enfermedades en vez de en una cura de las enfermedades en el Tercer Mundo. Y los monopolios de patente impiden que los medicamentos baratos lleguen a los que más los necesitan: los pobres. Como los monopolios de patentes se traducen en precios más elevados, es muy necesario tomar medidas para salvaguardar el interés público. Entre estas medidas figuran: licencias obligatorias, licencias de derecho, caducidad automática, revocación, utilización y expropiación por el estado, disposiciones contra la falta de resultados o por un resultado insuficiente, y limitaciones a la importación de los artículos patentados y por no satisfacer la demanda del mercado nacional. Estas medidas son necesarias porque a falta de ellas, el beneficio privado se obtiene a costa del público. Como observó Surendra Patel en su ponencia "La Ley India de Patentes de 1970", presentada en el Seminario Nacional del Sistema de Patentes de India celebrado en 1998: "los privilegios monopolísticos concedidos a los titulares de patentes imponen unas cargas de costes muy pesadas a los países a los que se conceden las patentes. Esos privilegios aumentan los precios de venta de los productos patentados, lo que se traduce en una transferencia obligatoria de ingresos de los consumidores a los productores. Pero estos costes directos no son más que la punta del iceberg para los países en desarrollo. Los costes indirec-
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tos o los costes ocultos (fijación del precio de transferencia, prácticas abusivas, posibilidades limitadas de desarrollo de la industria nacional) no son un producto de la imaginación de los académicos. Forman parte de un estado de cosas que se acepta de forma casi universal hoy en día." La exclusión, más que la concesión de licencias obligatorias, ha sido un camino eficaz para la protección del interés público en India. El derecho de patentes indio excluía los campos de la agricultura y la horticultura, las patentes de producto para fármacos, los procesos para el tratamiento médico, quirúrgico, curativo, profiláctico u otro de los seres humanos, plantas y animales y la energía atómica. Son precisamente estas salvaguardas las que se ha intentado revocar en la década de los noventa bajo la presión de la aplicación del Acuerdo de ADPIC, y es la cuestión de interés público más importante en los cambios realizados en el derecho de patentes en los últimos años. Si se aplica el ADPIC en su forma actual, la base plural de producción de medicamentos en India quedará completamente inutilizada. Además de pagar altos precios por los productos farmacéuticos, la gente podría acabar pagando precios elevados también por los medicamentos indígenas. En 1998, India fue obligada a poner en práctica los DEC por medio de una enmienda introducida en la Ley de 1970. Sin embargo, la indignación popular y una recusación legal presentada en el tribunal supremo por grupos de interés público han impedido al gobierno conceder DEC. Así pues, no debería caber duda de que la presión para implantar un sistema de patentes uniforme aplicable en todo el mundo, no se justifica basándose en la evidencia empírica del impacto de las patentes en el bien público, sobre todo en el Tercer Mundo.
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Existen profundas diferencias en las posturas y las actitudes de los países desarrollados y en desarrollo respecto a la protección que ofrece la legislación, a la propiedad intelectual. Los países desarrollados, y en particular los más industrializados, creen que la propiedad intelectual, el fruto de la capacidad creativa y del esfuerzo intelectual de sus ciudadanos y empresas específicas, es la base legítima para que estas personas y empresas obtengan una ventaja comercial. Esta ventaja no se puede ejercer a menos que la propiedad intelectual en cuestión -invenciones y descubrimientos industriales, diseños y textos, emisiones y grabaciones, marcas y nombres comerciales que muestran un origen- reciba protección contra su uso por otras personas. Piensan que si no existe dicha protección y la promesa de una recompensa posterior, la investigación y el desarrollo que se traducen en invenciones y nuevos productos de valor para todos, simplemente no se produciría. Este último argumento se expone con un vigor especial como una de las razones para proteger la propiedad intelectual de los fabricantes de productos farmacéuticos y de los productores de otros bienes que requieren invertir mucho dinero y tiempo para desarrollarlos, obtener la aprobación del Estado y sacarlos al mercado. Los países en desarrollo tienen un punto de vista diferente. En general, no cuestionan la protección de derechos de autor y de patente. Pero sus ciudadanos y empresas tienen poca propiedad intelectual que proteger y no ven por qué han de apoyar normas de protección internacionales que les exigirían pagar grandes sumas de dinero para utilizar la tecnología que necesitan o que incluso podrían negarles el acceso a esa tecnología. U na vez más, se citan los productos farmacéuticos y de alta tecnología como casos especialmente convincentes, pero esta vez como ejemplos de las necesidades para la salud y el desarrollo nacionales, a las que los altos precios impuestos por una protección excesiva de la propiedad intelectual no deberían limitar el acceso. Así, las cuestiones que son de interés nacional para los países en desarrollo desde el punto de vista del derecho a la salud y al desarrollo, son percibidas por las empresas del Norte que buscan nue-
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vos mercados globales como asuntos de comercio. Desgraciadamente, sin embargo, los asuntos nacionales del Tercer Mundo se convierten en asuntos mundiales para el N arte en las negociaciones sobre los derechos de propiedad intelectual. Acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC)
El Acuerdo ADPIC es el tratado internacional para proteger la propiedad intelectual. Sin embargo, se basa en un concepto muy restringido de la innovación. Por definición, favorece a las corporaciones transnacionales y va en contra de los ciudadanos en general, y de los campesinos y los que habitan en las selvas del Tercer Mundo en particular. La gente innova y crea en todas partes. De hecho, los más pobres tienen que ser los más innovadores porque tienen que luchar por la supervivencia, que se ve amenazada cada día. Además, el ADPIC va en contra de las necesidades básicas y la supervivencia y a favor del comercio. En realidad, el ADPIC no fue negociado por los miembros del GATT; fue impuesto por las multinacionales que utilizaron al gobierno de Estados U nidos para que se lo impusiera a otros miembros. El ADPIC es el ejemplo más flagrante de la naturaleza no democrática y de carácter no transparente de la üMe. El marco básico del sistema de patentes del ADPIC fue concebido y configurado en una declaración conjunta presentada a la Secretaría del GATT en junio de 1998 por el Comité de Propiedad Intelectual (CPI) de Estados Unidos y asociaciones industriales deJapón y Europa. El CPI es una coalición formada por trece destacadas empresas estadounidenses dedicadas a la ultimación del ADPIC a su favor. Los miembros del CPI son empresas como Bristol Myers, Dupont, General Electric, General Motors, Hewlett Packard, IBM, Johnson and Johnson, Merck, Monsanto, Pfizer, Rockwell y Warner. El CPI consultó a muchos grupos de interés durante todo el proceso. Como no había ningún grupo ni asociación comercial que reuniera las condiciones, tuvieron que crear una. Después de crearla, la primera tarea del CPI fue convencer a las asociaciones industriales de Europa y Japón de que era posible establecer un código. Los principios fundamentales para proteger toda forma de
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propiedad intelectual se extrajeron de las leyes de los países más desarrollados. Aparte de vender los conceptos en Estados U nidos, el CPI fue a Ginebra para presentar el documento al personal de la Secretaría del GATT y a los representantes con sede en Ginebra, de un gran número de países. Era algo absolutamente sin precedentes. La industria identificó un problema de gran importancia en el comercio internacional, elaboró una solución, la redujo a una propuesta concreta y la vendió a nuestro gobierno y a otros gobiernos. Las industrias y los comerciantes del comercio mundial han interpretado al mismo tiempo el papel de pacientes y el de médicos que realizan un diagnóstico y prescriben las recetas. Esta usurpación de todas las funciones de los derechos de los distintos grupos sociales por parte de los intereses comerciales, ha desplazado los intereses éticos, ecológicos y sociales de la sustancia del Acuerdo de ADPIe. El ADPIC no es el resultado de negociaciones democráticas entre el público en general y los intereses comerciales o entre los países industrializados y el Tercer Mundo. Es la imposición de los valores y los intereses de las multinacionales del Norte a las diferentes sociedades y culturas del mundo. Así pues, fueron las multinacionales las que impulsaron la internacionalización de las leyes de DPI. Pese a que los DPI no son un derecho natural, sino legal, las multinacionales han naturalizado este derecho y han utilizado al GATT para proteger lo que definen como sus "derechos" de "dueños de propiedad intelectual". Puesto que casi toda la innovación de dominio público es para uso nacional, local y público, no para el comercio internacional, el ADPIC no es más que la aplicación de los derechos de las multinacionales para monopolizar toda la producción, distribución y beneficios a expensas de los ciudadanos y los pequeños fabricantes de todo el mundo, especialmente de los países del Tercer Mundo. Antes de la Ronda Uruguay, el GATT no cubría los DPI; cada país tenía su propia normativa nacional de DPI adaptada a sus condiciones éticas y socioeconómicas. El cambio más significativo que produjo el ADPIC en los DPI fue la ampliación del campo de la materia que es patentable, El artículo 27.1 del ADPIC, relativo a la materia patentable, establece que las patentes estarán disponibles para cualquier invención, ya sean productos o procesos, en todos los ámbitos de la tecnología, siempre que sean novedosos, impliquen una fase de invento y tengan aplicación industrial.
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La eliminación de todo límite a la patentabilidad era una exigencia de las multinacionales. Por ejemplo, esto anula la exclusión en el derecho de patentes de India, que no concedía patentes para alimentos y medicinas y sólo permitía patentes de proceso para los medicamentos. Las multinacionales creen que el aumento de capacidad indígena, la independencia en medicina, la capacidad de controlar los precios y mantenerlos bajos que hizo posible la ley de 1970 les hace perder beneficios. Además, el ADPIC ha ampliado el ámbito de patentabilidad a los seres vivos. El artículo 27.5.3(b) del Acuerdo de ADPIC de la OMC se refiere a la concesión de patentes sobre la vida. Este artículo permite piratear conocimientos indígenas, y los mismos intereses que piensan que la innovación de procesos no implica inventiva, intentan solicitar patentes de procesos de la naturaleza y de conocimientos tradicionales como si fueran una invención. El artículo estipula: "Las partes pueden excluir de patentabilidad plantas y animales que no sean microorganismos, y fundamentalmente, procesos biológicos para producir plantas o animales que no sean procesos no biológicos ni microbiológicos. No obstante, las partes procurarán proteger la diversidad de las plantas, ya sea por medio de patentes o de un sistema sui generis efectivo, o por cualquier combinación de los mismos. Esta disposición se revisará al cabo de cuatro años de la entrada en vigor del Acuerdo." Este artículo obliga a los países a cambiar las leyes de patentes con el fin de introducir las patentes sobre seres vivos y la legislación en materia de obtención vegetal. La primera parte del artículo se ocupa de la concesión de patentes de vida. En una primera lectura, parece que el artículo trata de la exclusión de patentabilidad de las plantas y los animales. Sin embargo, las palabras" que no sean microorganismos" y plantas y animales fabricados mediante procesos "no biológicos" y "microbiológicos" obligan a patentar los microorganismos y las plantas modificadas genéticamente. Como los microorganismos son organismos vivos, obligar a patentarlos es el comienzo de un viaje de descenso por la pendiente resbaladiza que lleva a patentar todo tipo de vida.
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El AOPIC y las patentes de plantas
Toda la estructura de la patente de semillas y plantas en Estados Unidos y en el Acuerdo de ADPIC se basa en un fallo arbitrario de la Oficina de Patentes de Estados Unidos dictado en la causa de Hibberd en 1985. Antes de esta decisión de 1985, y desde 1930, el Congreso de Estados U nidos concedía protección de propiedad intelectual para las plantas, construida cuidadosamente. Pero estas leyes incluían exenciones importantes para los agricultores y los investigadores. La resolución de 1985 redefinió las plantas como máquinas y otras manufacturas y, desde entonces, en Estados U nidos se han concedido miles de patentes de plantas. Además, Estados U nidos ha presionado al resto del mundo para que ponga en práctica las patentes de plantas por medio del ADPIC. La ortodoxia del DPI estadounidense se basa en la idea engañosa de que la gente no innova ni genera conocimientos a menos que pueda obtener un beneficio privado. Sin embargo, la codicia no constituye un "hecho fundamental de la naturaleza humana", sino una tendencia dominante en las sociedades que la recompensan. En el ámbito de las semillas y los recursos genéticos de las plantas, la innovación, tanto de los sistemas "formales" como de los "informales" se ha regido hasta ahora por el bien de la humanidad en general. El Convenio UPOV, el derecho de obtención y los derechos de los agricultores
El acuerdo internacional vigente que ampara el derecho de obtención es el Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales, el Convenio UPOV. Este Convenio fue adoptado inicialmente por cinco países europeos y el ingreso en el mismo estuvo restringido a los países europeos hasta 1968. En esa fecha, El Convenio fue revisado y la afiliación se abrió a todos los países. El UPOV se firmó en 1961 y entró en vigor en 1968. Antes se aplicaba la versión UPOV 1978 de este Convenio. Después se negoció y entró en vigor una versión revisada, el UPOV 1991. En la actualidad, el UPOV cuenta con veinte estados miembros, entre ellos la mayoría de los países de la UE, otros países europeos, Japón, Estados Unidos y algunos más. No hay miembros de los países en desarrollo, así que el UPOV ha desarrollado una legislación
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adecuada al contexto socioeconómico de los países industrializados, donde los agricultores no constituyen una parte importante de la población y carecen de control sobre la reproducción de las plantas o el suministro de semillas. Esta situación es muy diferente a la que se vive en contextos como los nuestros, donde la mayoría de la población continúa dedicándose a la agricultura y el sistema de producción y suministro de semillas del agricultor sigue siendo la principal fuente de semillas. El objetivo del UPOV es conceder determinados derechos exclusivos a los obtentores de especies vegetales que desarrollen nuevas variedades de plantas. Normalmente, son los agricultores quienes suministran a los obtentores el material básico para el desarrollo de nuevas variedades vegetales. Son, además, los usuarios de las nuevas variedades desarrolladas. Por ello, es necesario alcanzar un equilibrio entre los derechos de obtención del criador y lo que se ha llamado el privilegio del agricultor. No obstante, el Convenio UPOV es rígido y exige a sus miembros que adopten sus normas y ámbito de protección como legislación nacional. Ello se ha traducido en un elevado grado de estandarización y va en contra de la realidad de la diversidad biológica y de la diversidad socio económica de diferentes países. Es, por lo tanto, inapropiado como sistema sui generis elaborado para proteger las plantas, a las personas y la creatividad en realidades distintas. La estandarización queda incorporada en la forma en que se definen las obtenciones vegetales. Para tener derecho a protección, la obtención debe ser: Nueva: La obtención no debe haber sido explotada comercialmente.
Inconfundible: Debe distinguirse claramente de todas las demás variedades conocidas en la fecha de solicitud de protección. Uniforme: Todas las plantas de esa obtención concreta deben ser lo bastante uniformes para poder distinguirlas de otras obtenciones, teniendo en cuenta el método de reproducción de la especie. Estable: La obtención debe poder reproducirse sin modificaciones,
Esta definición excluye, por su propia naturaleza, las obtenciones de los agricultores, destruye la biodiversidad y produce uniformidad
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necesariamente. La recompensa, al amparo de este sistema de derecho de obtención (DO), no es una apuesta por la obtención para mantener y mejorar la diversidad y la sostenibilidad, sino para destruir la biodiversidad y crear sistemas agrícolas uniformes y, por consiguiente, vulnerables ecológicamente. U na legislación de derechos de obtención como la del UPOV es incapaz intrínsecamente de proteger los derechos de los agricultores que se derivan de su papel de criadores que innovan y producen obtenciones vegetales distintas, lo que constituye la base de todos los demás sistemas de obtención. Aunque el UPOV no reconoce y, por lo tanto, no protege los derechos de los agricultores como derechos positivos, el UPOV 1978 sí cuenta con una exención para los agricultores concediéndoles el derecho a guardar semillas de variedades protegidas. Sin embargo, el UPOV 1991 ha eliminado estas exenciones. Los obtentores y los investigadores tendrán que pagar un canon al titular del DO para utilizar la variedad protegida en la obtención de otras variedades. Son los obtentores quienes decidirán sus intereses legítimos y se los impondrán al Estado. Como en este caso los obtentores son empresas de semillas multinacionales, más poderosas que muchos gobiernos del Tercer Mundo, serán éstas, y no los gobiernos, las que fijen los "límites razonables". Así, la autorización de los,obtentores será el factor determinante definitivo con respecto a la venta y comercialización de material cosechado; en consecuencia, el UPOV 1991 es tan monopolista como los sistemas de patentes. Si bien la mayoría de los gobiernos del Tercer Mundo no se plantean adoptar el UPOV 1991, tuvieron la oportunidad de entrar a formar parte del UPOV 1978hasta diciembre de 1995. Para evitar el Convenio de 1991, más restrictivo, casi todos los gobiernos se hicieron miembros del Convenio de 1978 a toda prisa y basaron su sistema sui generis en dicho Convenio. Como India no se sumó al UPOV en 1995, si lo hace ahora, tendrá que adoptar la versión 1991 de la legislación. La integridad y el valor intrínseco de todas las especies, y el derecho a la vida de todas las personas, ya sean ricas o pobres, exige que se excluyan del ADPIC los seres vivos y la anulación de convenios como el UPOV. La revisión del artículo 27.3(b) en 1999 y la revisión de todo el Acuerdo ADPIC a partir del año 2000 deberían utilizarse para comenzar a excluir los seres vivos de la posibilidad de ser patentados; así podremos empezar la rehabilitación ecológica y ética de todos, incluidos los seres humanos.
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El ADPIC y la biodiversidad El Convenio sobre Biodiversidad Biológica (CBD) es el tratado internacional que se firmó en la Cumbre de la Tierra que se celebró en Río de janeiro en 1992. Casi 200 países forman parte del CBD, aunque siete países, entre ellos Estados Unidos, no lo han ratificado. El Acuerdo de ADPIC, que ha ampliado las patentes a los seres vivos, socava el potencial y las promesas del Convenio sobre Diversidad Biológica. Como los países que son miembros de los dos tratados tienen que poner en práctica ambos, los conflictos entre el CBD y el ADPIC plantean graves problemas para su aplicación. El CBD es un acuerdo legalmente vinculante para la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y el reparto justo y equitativo de los beneficios que se derivan de la utilización de los recursos genéticos mediante un acceso correcto a dichos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes. El Acuerdo de ADPIC mina todos estos objetivos de conservación, utilización sostenible y reparto de beneficios equitativo. El ADPIC impide que los gobiernos tomen medidas para repartir los beneficios obtenidos de la utilización de la biodiversidad y garantizar que tal utilización es sostenible y conserva la biodiversidad de manera equitativa, pues obligan a los estados a proteger los monopolios de patente. Para la mayoría de la gente, compartir el patrimonio biológico es la única forma legítima de compartir los beneficios de manera equitativa. Al ilegalizar dicho reparto e intercambio, los sistemas de patentes occidentales socavan la mismísima base de un reparto equitativo de beneficios. U na patente otorga a su titular el derecho a excluir a otros de obtener una ventaja comercial y económica de su "invención" patentada durante la vigencia de la patente, que de acuerdo con el ADPIC es de veinte años. El titular obtiene el derecho a prohibir a cualquier otra persona que fabrique, importe, venda o utilice el artículo o proceso patentado. Cuando la "invención" patentada es un ser vivo o forma parte o es fruto de un recurso biológico, los' derechos de patente conceden al titular, que suele ser una empresa, el derecho a impedir que los agricultores conserven las semillas, pequeñas unidades de fabricación, y elaboren productos basados en la biodiversidad utilizando procesos que han sido pirateados de las culturas indígenas
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(por ej., las patentes de W.R. Grace para fabricar pesticidas y fungicidas a partir del neem). Así, el ADPIC socava el propio objetivo del CBD. Otro aspecto importante del CBD es el principio de soberanía. El Convenio reconoce los derechos de soberanía de los estados sobre sus recursos biológicos y genéticos. Esta soberanía incluye la configuración de sistemas de derechos de propiedad para la biodiversidad. Por otra parte, la cláusula del ADPIC relativa a las patentes de vida define a los seres vivos como "propiedad intelectual", y con ello crea un sistema global de derechos de propiedad privada que debilita la soberanía de los estados para crear y desarrollar sus propios sistemas de DPI. El CBD también exige a sus firmantes que protejan y fomenten los derechos de las comunidades, de los agricultores y los pueblos indígenas con respecto a su utilización tradicional de los recursos . biológicos y los sistemas de conocimiento. El CBD exige la protección de los conocimientos tradicionales; por otro lado, el ADPIC, basado en los sistemas de patentes occidentales, carece de un sistema para reconocer o proteger los conocimientos tradicionales. Así pues, fomenta la biopiratería. Como estas cuestiones de conservación de la soberanía, utilización sostenible, reparto equitativo de los beneficios y protección de los conocimientos ".adicionales son tan importantes para los países del Tercer Mundo que cuentan con una gran riqueza en biodiversidad y donde el sustento de la gente depende de ella, han solicitado repetidamente la primacía del CBD frente al ADPIC. El ADPIC se basa en los derechos privados, el CBD se basa en el principio de soberanía. El ADPIC no contempla una obligación de conservación. El CBD tiene la obligación de conservar la biodiversidad y los conocimientos tradicionales. Estas contradicciones deben ser eliminadas para que los países puedan aplicar normativas nacionales coherentes que les permitan proteger el medio ambiente y garantizar que se satisfacen las necesidades de la gente y se protegen sus derechos. El CBD debería ser la norma internacional superior porque trata de valores superiores y del bien más en general, y la revisión del ADPIC debería garantizar que se efectúan cambios para que el ADPIC concuerde con el CBD.
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El ADPIC y el derecho de patentes en India
Las leyes de patentes se introdujeron en India por primera vez en la década de 1850, como parte del dominio colonial. En 1911, se promulgó la primera Ley de Patentes. Esta leyera la que estaba en vigor en la época de la independencia. Fue modificada en 1930 y 1945. En 1970, se aprobó una nueva Ley de Patentes, forjada tras 22 años de debates, discusiones y revisiones (véase el Apéndice). Los debates fundamentales, en la época de la independencia y cincuenta años después, siguen siendo los mismos: la cuestión de los monopolios y la asfixia de la creatividad social y la producción indígena. La contribución más significativa de la Ley de 1970 es el haber evitado los monopolios en las áreas vitales de la salud y la nutrición al excluir los alimentos y los fármacos de las patentes de producto. La exclusión, más que la concesión de licencia obligatoria, parece haber sido la vía más efectiva para proteger el interés público. Sin embargo, son precisamente estas salvaguardas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos indios las que se han tratado de desmantelar en la década de los noventa por la presión que ha ejercido la aplicación del Acuerdo de ADPIe. A pesar del fracaso de la Ronda Seattle de la ÜMC, el gobierno de India se apresuró a aprobar varias normativas relacionadas con el Derecho de Propiedad Intelectual (DPI) en diciembre de 1999 porque eran necesarias para aplicar el ADPIC a partir del 1 de enero de 2001. Estas normativas incluyen: 1. La protección de las obtenciones vegetales y el proyecto de ley de derechos de los agricultores, 1999 2. La (modificación) de la Ley de Patentes, 1999 3. El proyecto de ley de derechos de propiedad intelectual, 1999 4. El proyecto de ley de indicaciones y señales geográficas (registro y protección), 1999 5. La ley de diseño, 1999.
La (modificación) de la Ley de Patentes, 1999
El principal objetivo de la (modificación) de la Ley de Patentes de 1999 es eliminar la exclusión de las patentes de producto en los ámbi-
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tos de la alimentación, la medicina y los fármacos. Según el gobierno, había sido necesario por las obligaciones que había contraído India como firmante de la üMe. Sin embargo, sólo con introducir nuevas cláusulas para los derechos de comercialización exclusivos relacionados con las solicitudes de patente de producto en el ámbito de los productos farmacéuticos y agroquímicos, tal como lo exigía el tratado del ADPIC, sin introducir nuevas cláusulas de exclusión, la (modificación) de la Ley de Patentes de 1999 abre, de hecho, las puertas a: 1. La patente de seres vivos 2. La patente de productos derivados de seres vivos 3. La patente de genes, componentes y partes de seres vivos. La Ley India de Patentes de 1970 excluía de patentabilidad grandes áreas. Por el contrario, la ley de 1990 concede derechos exclusivos de comercialización (DEC) simplemente basándose en las patentes extranjeras obtenidas después del 1 de enero de 1995, sin realizar ningún examen del impacto en la salud pública, la moralidad pública o el interés público. Como muchas patentes pertenecientes a países extranjeros se basan en la piratería de los conocimientos tradicionales (por ej., el empleo del neem, la pimienta, el jengibre, etc.) o se basan en patentes sobre la vida (por ej., las patentes de líneas celulares humanas, de sangre del cordón umbilical, las patentes de animales y plantas), conceder-DEC en virtud de tales patentes, sin establecer criterios y normas de exclusión, equivale a dar rienda suelta a las fuerzas del mercado que destruirán nuestra base económica, nuestro entorno, nuestra sanidad pública e incluso el tejido ético de nuestra sociedad. A esta preocupación se suma el hecho de que la (modificación) de la Ley de Patentes de 1999 no ha conseguido utilizar ninguna de las salvaguardas que permite el ADPIe. Por ejemplo, el ADPIC permite a los países excluir las patentes de vida porque tales patentes violan nuestra moral pública. Pero al permitir las patentes de producto para los medicamentos y conceder DEC basándose en esas solicitudes de patente, la (modificación) de la Ley de Patentes debería haber introducido asimismo una cláusula de exclusión que reflejara nuestros derechos al amparo del artículo 27.2 del ADPIe. Las exclusiones de patentabilidad y la protección del interés público y la moral pública sólo se pueden establecer en la (modifica-
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ción) de la Ley de Patentes. En consecuencia, visto el nuevo fenómeno de las patentes de animales, plantas e incluso de líneas celulares humanas, y la nueva epidemia de biopiratería y la concesión de patentes de nuestros conocimientos tradicionales, es imprescindible, desde un punto de vista ético, ecológico y económico, introducir una cláusula de exclusión. Además, para proteger el orden público y el sustento y las necesidades básicas de los indios que dependen del acceso a la biodiversidad y sus productos para sobrevivir, es necesario explicar en detalle qué productos no se podrán patentar y, por lo tanto, qué productos no tendrán derecho a DEC. La (modificación) de la Ley de Patentes tampoco ha conseguido crear instrumentos legales para detener la biopiratería. No establece criterios de no patentabilidad de los conocimientos tradicionales; sólo alude al derecho a vender o distribuir tales productos. En las sustancias o productos, únicamente se refiere a la medicina india y deja fuera la medicina o las prácticas indígenas; el Informe de la Comisión Legal también ha señalado este aspecto. Puesto que la mayoría de las patentes de biopiratería se basan en modificaciones triviales-de los métodos de extracción o empleo, es necesario modificar el artículo 3 de la Ley de Patentes que especifica lo que no se considerará invención.
La laguna legal más grave de la (modificación) de la Ley de Patentes es que mientras las empresas reciben derechos exclusivos de comercialización sin ninguna excepción ni exclusión, no se han establecido salvaguardas para proteger el interés público. Los apartados 24(c) y 24(d) crean la ilusión de concesión de patente obligatoria. Sin embargo, la licencia obligatoria sólo se aplica a la producción y la fabricación y no significa nada en el contexto de venta y distribución. De manera similar, sólo cabe aplicar el control de precios si el producto se fabrica en el país. Los controles de precios y la licencia obligatoria no son aplicables a los DEC. Así pues, la (modificación) de la Ley de Patentes ha creado unos derechos de comercialización absolutos no regulados para las empresas globales que han debilitado los derechos de los indios a una nutrición y atención sanitaria adecuadas y accesibles. La ley de 1999 tiene, por lo tanto, dos deficiencias importantes. En primer lugar, al añadir nuevas cláusulas que otorgan poderes ilimitados a las empresas, particularmente a las multinacionales, en los ámbitos de salud y agricultura, socava el interés público y el interés
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nacional que estructuraba la Ley de 1970. En segundo lugar, al hacer modificaciones que permiten una aplicación selectiva del ADPIC que refleje únicamente el aumento del poder y los derechos de las empresas, sin modificaciones acordes para poner en práctica esas cláusulas del ADPIC que pueden conferir poderes al estado para proteger el interés público, la (modificación) de la Ley de Patentes ha reducido al estado al papel de mero instrumento de las empresas transnacionales y no de protector de los ciudadanos indios y de sus intereses. Incluso el Acuerdo de ADPIC, que en realidad ha sido elaborado por las industrias farmacéutica y biotecnológica, se ha visto obligado a admitir que los nuevos poderes que se otorgan a los intereses privados crearán la necesidad de una intervención de los gobiernos para trazar y poner límites a las patentes, a fin de proteger el interés público y preservar el tejido moral de la sociedad, además de la salud de las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente. Los artículos 7 y 8 del ADPIC permiten que las legislaciones nacionales desarrollen los instrumentos adecuados para proteger el interés público. Sin embargo, la (modificación) de la Ley de Patentes no contiene ninguna cláusula que refleje las posibles opciones con que cuenta el gobierno de India, gracias a tales artículos, para proteger el interés público en el contexto de la ampliación del ámbito de las patentes de producto a campos que la Ley de 1970 prohibía. Y dados los nuevos poderes puestos a disposición de las empresas y los intereses privados por medio de la (modificación) de la Ley de Patentes, y teniendo en cuenta la aparición de tecnología y sistemas de DPI nuevos, la falta de definiciones claras y de una articulación de criterios claros y precisos para definir las exclusiones de materia por motivos éticos, ecológicos y económicos equivale a una entrega absoluta del interés público y nacional a los intereses comerciales internacionales.
La Ley de 1970 contenía varios mecanismos para garantizar la transferencia de tecnología. Entre ellos se incluían las licencias obligatorias, así como la necesidad de "explotar la patente" en India, una cuestión necesaria porque las multinacionales suelen sacar patentes en los países del Tercer Mundo para evitar que otros utilicen la innovación, pero no las explotan allí. Un estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)/Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCD)
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muestra que, en realidad, menos deiS por ciento de las patentes de producto de propiedad extranjera que hay en los países del Tercer Mundo se utilizaban para proteger procesos de producción en esos países. La verdad es que la (modificación) de la Ley de Patentes asegurará la creación de tales monopolios de importación porque ha anulado por completo el objetivo del artículo 83 de la Ley de 1970, cuya intención era garantizar que las invenciones se explotaran comercialmente en India. Además, los artículos 84 a 90 de la Ley de 1970 conferían poderes al gobierno para otorgar licencias obligatorias, licencias de derechos y revocaciones por razones de interés público y a un precio razonable. Estos artículos de la Ley de 1970 garantizaban la transferencia de tecnología y evitaban los monopolios de importación. La enmienda 24 (e) del proyecto de ley propuesto, que establece que "se considerará explotación de la invención la distribución o venta del artículo o sustancia", mina el interés público que protegían esas cláusulas. La (modificación) de la Ley de Patentes, tal como es ahora, socavará la salud de la gente drásticamente debido a una compleja serie de mecanismos interrelacionados. Las patentes sin restricciones permitirán a las empresas farmacéuticas transnacionales patentar plantas medicinales y medicamentos que se sirven de los sistemas de medicina indígenas. Estos sistemas todavía representan el setenta por ciento de la atención sanitaria porque, gracias a su bajo precio, están al alcance de todo el mundo. Si las empresas transnacionales patentan los conocimientos tradicionales y las plantas medicinales, estos sistemas de asistencia sanitaria quedarán inmediatamente fuera del alcance de la mayoría de los indios. La introducción de patentes de producto en el terreno de los medicamentos impedirá que las empresas indias utilicen otros procesos más baratos para fabricar medicamentos que no sean los de las empresas globales. Los precios de los fármacos, en especial de fármacos vitales, aumentarán de manera espectacular y quedarán fuera del alcance de la gente. Las patentes de diagnóstico, cuando se combinan con un aumento de la privatización de la atención sanitaria bajo los programas de ajuste estructural, sitúan los análisis y el diagnóstico fuera del alcance de los ciudadanos. Las patentes de seres vivos que no tengan un límite por cuestiones de salud se traducirán en nuevos riesgos para la salud como conse-
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cuencia de la liberación en el medio ambiente, tanto agrícola como en medicina, de organismos resistentes modificados genéticamente. La Ley de 1970 excluía de patentabilidad todos los métodos de agricultura y horticultura. Además, el apartado Sa también aseguraba la exclusión de las patentes de producto en el ámbito de los agroquímicos. La (modificación) de la Ley de Patentes de 1999 elimina estas restricciones en el campo de la agricultura, lo que debilitará la situación nutricional de la gente al aumentar los costes de producción de alimentos. Además, como no articula unos criterios de demarcación nuevos para las exclusiones, permite patentar plantas, productos derivados de las plantas y las características de éstas, sus genes, biopesticidas, biofertilizantes, etc. La Ley de 1999 lleva a un campo totalmente ilimitado para las patentes en agricultura que minará la agricultura india, amenazará a los agricultores y pondrá en peligro la seguridad alimentaria. Por consiguiente, es necesario llevar a cabo algunas modificaciones muy importantes que excluyan de manera categórica: 1. Las patentes de seres vivos 2. Las patentes de sustancias naturales 3. Las patentes de genes, componentes y partes de seres vivos.
Estas modificaciones, basadas en una articulación clara de las exclusiones en los ámbitos nuevos de las patentes de producto son, ética y económicamente, necesarias, además de alcanzables en la situación mundial actual. Por otra parte, corñó al amparo de la legislación actual se están anulando las exclusiones de la Ley de Patentes de 1970, se necesita una cláusula especial que permita a la gente oponerse a los derechos exclusivos de comercialización, que a efectos prácticos actuarán de patentes de producto, para garantizar la protección del orden moral y el medio ambiente. India se une al Convenio de París:
El ADPIC entra por la puerta trasera La política de patentes de India se inició hace más de una década con el rechazo de la presión a que la estaban sometiendo los países industrializados para que firmara el Convenio de París. Todo el
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El camino hacia adelante mundo sabía que los costes de firmar el Convenio de París eran muy superiores a los beneficios que se obtendrían. La campaña para mantenerse fuera del Convenio de París se convirtió en una cam~a~a n~cional .contra un cambio de las leyes de patentes indias y, en ultima instancia, en una campaña contra el ADPIC. Sin embargo, la resolución de la OMC en contra de India en el litigio relativo a la aplicación de los artículos 70.8 y 70.9 del ADPIC generó nuevas presiones para que India modificara su Ley de Patentes. No obstante, no iba a resultar fácil cambiar un sistema pensado para nuestras condiciones socioeconómicas sin una gran resistencia. El a.nuncio de que India se adhería al Convenio de París supone en reahdad la entrada en el ADPIC por la puerta de atrás. Todas las referencias al Convenio de París exageran los beneficios para India; tratan a todos los empresarios de "inventores" y hacen que parezca que formar parte de un Tratado de Cooperación en materia de Patentes (TCP) al amparo del Convenio, reportará beneficios a nuestros industriales. La gente de India, por supuesto, no cuenta nada en la visión del mundo de quienes defienden la entrada de India en el Convenio de París. Según ellos, los derechos intelectuales de la gente a sus conocimientos y sus derechos económicos a las semillas, alimentos y medicamentos a precios asequibles se pueden extinguir por completo. La experiencia india en relación con la aplicación del Acuerdo de ADPIC ha puesto en evidencia que los sistemas de DPI plasmados en el ADPIC tienen que pasar por un proceso democrático. Existe un debate cada vez mayor entre los que apoyan la elección democrática de sistemas de patentes elaborados por separado y adaptados al país, y los que optan por la imposición autoritaria de sistemas de patentes universales elaborados por las multinacionales e impulsados por los gobiernos de los países industrializados en la Ronda Uruguay del GATT. . Sin embargo, este debate no se limita a India. Se está produciendo en el seno de la OMC, donde el Comité de Comercio y Medio Ambiente está examinando las implicaciones ecológicas del ADPIC. Cuando en 1999 se presenten para su revisión los artículos relacionados con los organismos biológicos y los seres vivos, se habrá profundizado y ampliado el debate sobre las implicaciones éticas, ecológicas y democráticas de las patentes sobre la vida.
En la actualidad, algo más de 190 animales modificados genéticamente, entre ellos peces, vacas, ratones y cerdos están, metafóricam~nte hablando, haciendo cola para ser patentados por los investigadores y la.s empresas. Esta prisa inexorable por patentar todos .tos seres VIVOS y sus partes se extenderá con la aplicación n,tundlal del ADPI~ s~gún su borrador actual, que restringirá los slst~mas de reconocimiento de la innovación y de acceso al conocimiento.
La primera limitación es el paso de los derechos comunes a derechos privados. Tal como se expone en el preámbulo del Acuerdo ADPIC, los derechos de propiedad intelectual se reconocen como derechos privado.s única~ente. Esto excluye todo tipo de conoci~Tl1entos, Ideas ~ l~novaclones q~e se producen en el "patrimonio intelectual comun : entre los agncultores de los pueblos, entre los habitantes de las tribus en las selvas e incluso en las universidades e?~re los cien.tífico:. El ADPIC es un mecanismo para la privatiza~ C10n del patnmomo intelectual común y una desintelectualización de la sociedad civil para que la mente se convierta en un monopolio empresaria!. La segunda limitación de los derechos de propiedad intelectual es que sólo se .r~conocen cuando los conocimientos y la innovación generan beneficios, no cuando satisfacen neeesidades sociales. El artículo 27.1 del ADPIC alude a la condición de que para ser reconocida como DPI, la innovación debe tener una aplicación industrial ~o que excluye inmediatan,tente a todos los sectores que producen ~ lll~lOvan fuera ~e.l modo industrial de organización de la produccion, Los beneficios y la acumulación de capital son los únicos fines para. los q':le sirve la creatividad. El bien social ya no se admite como un !I,n'"Bajo el control. empresarial, se produce una "desindustrializacion de la producción a pequeña escala y de los sectores informales de la sociedad. Sin embargo, el ADPIC no sólo trata del comercio. Trata también de la étic~ de cómo nos relacionamos con otras especies y qué es lo que consideramos los valores morales y culturales de mi civilización. Trata de cómo utilizan y controlan nuestra biodiversidad las
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comunidades locales que la han protegido, o las empresas, que han encontrado nuevas formas de explotarla y poseerla. Es una cuestión de justicia y de derechos humanos. Como el ADPIC priva a la gente de su sustento y del derecho a satisfacer sus necesidades básicas, es una tragedia que un tema relacionado directamente con el tejido económico, ecológico y ético de nuestra sociedad y con las opciones económicas de supervivencia de nuestro pueblo se deje en manos de las multinacionales y los burócratas del comercio. En la cultura hindú, la vida no se puede patentar porque no tiene dueño y no se fabrica. El ADPIC nos obliga a renunciar a estos valores morales, prioridades económicas y soberanía. Además, el ADPIC ha obligado a los países a conceder patentes de producto y de proceso para todos los productos. Así pues, el Acuerdo de ADPIC ha anulado la fuerza del derecho de patentes de un país, como el de India, que garantizaba el acceso de la gente a los alimentos y los medicamentos al excluirlos de la posibilidad de ser patentados. El Acuerdo de ADPIC obliga a los firmantes a poner las patentes a disposición de todas las invenciones. Las condiciones de patentabilidad son: novedad, no obviedad y utilidad, es decir, no haber sido inventada antes por nadie, ser nueva de una manera no obvia y tener aplicación industrial. Por otra parte, el ADPIC ha eliminado la distinción entre producción local e importaciones, que era un elemento esencial de la Ley India de Patentes de 1970. La Ley de 1970 tenía el claro objetivo de asegurar que" no se conceden patentes sólo para que sus titulares puedan disfrutar de un monopolio para importar el artículo patentado". El artículo 27.1 del ADPIC ha anulado la salvaguarda de 1970 que impedía los monopolios estableciendo que "se podrá disfrutar de los derechos de patente sin discriminación respecto al lugar de la invención y el campo de tecnología, y tanto si los productos son importados como fabricados en el país". Al tratar los monopolios de importación de "discriminación", el Acuerdo de ADPIC ha devuelto las leyes de patentes al modelo colonial, que hizo que las colonias dependieran de los productos importados y desmanteló la producción y fabricación locales.
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Reforma y revisión del ADPIC
De conformidad con el acuerdo transitorio, se esperaba que los países en desarrollo pusieran en práctica el ADPIC el t de enero de 2000. Los países menos desarrollados pueden aplicarlo a partir del 1 de enero de 2005. Además, los países en desarrollo tienen hasta el 1 de enero de 2005 para introducir las patentes de producto en los sectores de tecnología que no estaban protegidos por las patentes de producto, como los productos farmacéuticos en India al amparo de la Ley de Patentes de 1970. Sin embargo, se supone que los miembros de la üMC llevarán a cabo una revisión del ADPIC antes de que expire el periodo del acuerdo transitorio y es posible que su aplicación quede congelada mientras se realiza esta revisión.
Si no se aplicaran medidas para salvaguardar el interés público, los sistemas de patentes incrementarían los beneficios privados a expensas de la gente. Excluir materia de la posibilidad de ser patentada es uno de los medios para proteger el interés público. Pero lo más importante es la revisión y los cambios en el ADPIC y en las leyes nacionales de un país. En consecuencia, es necesario iniciar un proceso de revisión democrático y transparente que esté informado de la situación actual. Desde la firma del ADPIC, se han producido cuatro nuevos acontecimientos importantes:
1. La epidemia de la biopiratería, es decir, la concesión de patentes de conocimientos tradicionales. 2. La aparición de nuevas tecnologías, como la tecnología Terminator, y la manipulación genética peligrosa. , 3. La aparición de monopolios en forma de grandes empresas de ciencias de la vida. 4. La aparición de movimientos ciudadanos amplios contra las patentes sobre la vida. Como esta nueva situación está socavando los propios objetivos del Acuerdo, es necesario llevar a cabo una revisión sustancial cuanto antes. Hasta que no se realice, no hay ninguna necesidad de acosar a los países en desarrollo para que apliquen el ADPIC. La protección y la observancia de los derechos de propiedad intelectual deberían contribuir a fomentar la innovación tecnológica y la
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transferencia y difusión de tecnología en beneficio de los productores y los usuarios de conocimientos tecnológicos, y de manera que favorezca el bienestar social y económico y un equilibro de derechos y obligaciones. Las patentes que se basan en la biopiratería, las patentes de tecnologías como la tecnología Terminator y la concentración del sector de las ciencias de la vida menguan todos los aspectos de los objetivos del ADPle. La biopiratería bloquea la transferencia y la difusión de tecnología; las patentes de tecnologías parecidas a la Terminator van en contra de los agricultores y de la seguridad alimentaria y las patentes de proceso y de productos biológicos no favorecen el bienestar económico ni social de los pobres ya que sitúan los recursos vitales fuera de su alcance. Las patentes de seres vivos crean, además, un desequilibrio de derechos y obligaciones. Los ciudadanos se están organizando en todo el mundo para poner fin a las patentes y los monopolios sobre la vida. En Austria y Suiza, han organizado referendos sobre aspectos de las patentes de vida. Los ciudadanos piden que se excluyan totalmente del ADPIC los seres vivos y la biodiversidad. Estos nuevos acontecimientos democráticos relacionados con las decisiones en materia de patentes deberían servir para documentar la revisión, la sustancia y la aplicación del ADPle. También hay razones para suspender la puesta en práctica del ADPIC y ampliar el periodo de aplicación al l de enero de 2005. En primer lugar, lo lógico y razonable es empezar a aplicar el Acuerdo después del proceso de revisión, no antes. En segundo lugar, los acuerdos transitorios actuales exigen a los países en desarrollo que cambien sus normativas de DPI tres veces en 10 años, lo que creará un caos judicial y añadirá cargas administrativas y legislativas a unos recursos que ya no dan más de sí. Los conflictos entre los ciudadanos y el gobierno, entre el interés público y el interés empresarial se pueden evitar si se suspende la aplicación del ADPIC, al tiempo que se inician debates democráticos y se empieza a revisar y se modifica, con el fin de garantizar un equilibro de los derechos y las responsabilidades de las empresas. Un tercer motivo por el que es imprescindible la revisión del ADPIC es que hay un conflicto muy importante entre el Convenio de Diversidad Biológica (CBD) y el ADPIC, un tema que ya ha presentado India ante la GM'C. El orden del día ciudadano para la revisión del ADPIC es, por consiguiente, "primero revisar y después aplicar". En términos concretos, este orden del día implica que:
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1. Los miembros de la üMC deberían empezar a revisar el artículo 27.3(b) inmediatamente. 2. El consejo del ADPIC debería llevar a cabo cuanto antes una revisión sustancial del Acuerdo a la luz de los nuevos aconteci-
mientos.
3. Habría que poner en marcha debates democráticos en los parlamentos y en la sociedad en materia de patentes de vida, equilibrio entre derechos y responsabilidades de las empresas, los gobiernos y los ciudadanos, y resolución de conflictos entre los intereses comerciales y los intereses de la conservación. Estos debates democráticos mejorarían el proceso de revisión. 4. Habría que suspender la aplicación del ADPIC durante cinco años, mientras se llevan a cabo los debates y las revisiones. 5. Deberían modificarse todos los aspectos del ADPIC que van en contra de las obligaciones del CBD para que no se debiliten los objetivos de dicho Convenio. 6. Antes de pedir a los países que apliquen el ADPIC, habría que introducir un Protocolo de Bioseguridad para mantener el equilibrio de derechos y responsabilidades en el campo de la biotecnología. Cuando se obligó a los países a adoptar el ADPIC en la Ronda Uruguay, se eludieron totalmente numerosas cuestiones de interés público y no se debatieron todas las implicaciones éticas, ecológicas y económicas derivadas de la concesión de patentes de vida. Se coaccionó a los países del Tercer Mundo para que aceptaran que los sistemas de DPI occidentales eran "sólidos" y "avanzados", Sin embargo, los grupos de interés público demostraron que estoJ sistemas eran fuertes para establecer monopolios empresariales a escala mundi~l, pero débiles para proteger los conocimientos tradicionales y evitar la biopiratería. Eran medios "avanzados" para arrebatar los recursos de los pobres y robar el saber de nuestras abuelas. Pero eran primitivos cuando se contemplaban desde el punto de vista de la justicia, la igualdad y el respeto intercultural. A raíz de la presión pública constante ejercida tras la entrada en vigor del acuerdo en 1995, muchos países del Tercer Mundo han presentado sus propuestas para que se realicen cambios en el artículo 27.3 (b) a fin de impedir la biopiratería. Evidentemente, existen motivos para volver a examinar la necesidad de conceder patentes
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de seres vivos en cualquier parte del mundo. Hasta que tales sistemas estén en vigor, quizá sea conveniente: 1. Excluir las patentes sobre todos los seres vivos. 2. Si esto no es posible, entonces: 3. Excluir las patentes que se basan en los conocimientos tradicionaleslindígenas y los productos y procesos derivados fundamentalmente de tales conocimientos, o al menos 4. Insistir en que se divulgue el país de origen de la fuente biológica y los conocimientos relacionados, y obtener el consentimiento del país que proporciona el recurso y los conocimientos para asegurar un reparto equitativo de los beneficios.
En lugar de reconocer que está fomentando la piratería y cambiar sus leyes para impedir su práctica, Estados U nidos ha rechazado todas las propuestas del Tercer Mundo para que se reconozcan y protejan los conocimientos tradicionales. Con respecto al tema de la biopiratería, Estados U nidos dice que el requisito de que los solicitantes de patentes indiquen en su solicitud la fuente de cualquier material genético o conocimiento tradicional utilizado al elaborar su petición" sería impracticable". Reconocer y separar los conocimientos tradicionales debería ser un elemento necesario de la prueba de inventiva y novedad que exige cualquier sistema de patentes. No obstante, cuando se trata de los conocimientos tradicionales del Tercer Mundo, esta búsqueda de la realización anterior se declara impracticable. En cambio, obligar a todos los países a cambiar sus leyes de patentes a pesar de las protestas se considera práctico. Imponer un orden inmoral de patentes de vida a pesar de que la gente de los países del norte y del sur no acepta las patentes de vida se considera práctico. Cambiar todas las culturas del mundo y observar los derechos de propiedad de las semillas se considera práctico. Cobrar derechos de licencia a los pobres del Tercer Mundo por recursos y conocimientos que, para empezar, provenían de ellos se considera práctico. Pero tomar la sencilla medida de cambiar una cláusula de una ley de Estados U nidos y una cláusula del ADPIC se considera poco práctico. Lo que sugiere que Estados Unidos está empeñado en no tomar ninguna medida para evitar la biopiratería y, de hecho, se dedica a fomentarla. El ADPIC y las leyes de patentes como las de Estados Unidos aniquilan los derechos de las comunidades del Tercer Mundo por-
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que carecen de un sistema de reconocimiento y protección de los conocimientos tradicionales y de un sistema para evitar las patentes que presentan la piratería de tales conocimientos como invención. Estados Unidos propone que el Tercer Mundo solucione el problema de la biopiratería permitiendo el acceso a las empresas que patentan los conocimientos tradicionales. En lugar de corregir las deficiencias del ADPIC y de las normativas de patentes como las de Estados U nidos, a este país le gustaría mantener las estructuras y las leyes que fomentan la biopiratería a escala mundial. Y en lugar de cambiar las leyes internacionales y estadounidenses que permiten tratar de "invención" los conocimientos pirateados, Estados Unidos
quiere que el Tercer Mundo suscriba contratos con los "biopiratas", Los derechos de los agricultores como derechos de la comunidad: El sistema suigeneris
La primera parte del artículo 27.3 (b) del ADPIC exige que las partes autoricen la concesión de patentes de las plantas y los animales producidos por medio de "procesos no biológicos" y "microbiológicos". La referencia a las nuevas biotecnologías de manipulación genética es bastante obvia. Sin embargo, aunque hacer que una especie atraviese las barreras entre las especies mediante técnicas de manipulación genética puede definirse como "no biológico" en el sentido de que tal mezcla de material genético no se daría en la naturaleza, la "producción" de plantas y animales con genes procedentes de otras especies ocurre fundamentalmente graci¡s al proceso biológico de reproducción. Si bien la patente de plantas y animales se ha convertido en un hecho frecuente en Estados Unidos y el Reino U nido, el artículo del ADPIC que regula la concesión de patentes de plantas y animales crea grandes problemas que habrá que estudiar. En consecuencia, sería más útil para los países en desarrollo esperar a que se realice la revisión del ADPIC antes de cambiar sus sistemas de patentes. La segunda parte del artículo 27.5.3(b) del ADPIC establece que las partes deben ofrecer protección a las obtenciones vegetales, ya sea por medio de patentes o por un sistema sui generis eficaz o por cualquier combinación de ambos. Esta disposición será revisada cuatro años después de que entre en vigor el Acuerdo.
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Esta es la parte que afectará más directamente a los derechos de los agricultores como innovadores y obtentores de nuevas variedades y a su propiedad conjunta de semillas y material de las plantas. El ADPIC admite sólo el modelo de innovación industrializado occidental y no reconoce el sistema comunal, más informal, de innovación, gracias al cual, los agricultores del Tercer Mundo producen, seleccionan, mejoran y obtienen una plétora de distintas variedades de cultivos. Las semillas de los agricultores reflejan el ingenio, la inventiva y el genio de nuestro pueblo. Sin embargo, la protección de la propiedad intelectual colectiva de los agricultores del Tercer Mundo ni siquiera tiene un lugar en el ADPIC. Si bien el concepto de sui generis da la impresión de que cada país es libre de establecer su propio sistema de DPI, el término clave es "efectivo", que convierte en necesaria la adopción de un sistema mundial. Esta palabra fue introducida en el Convenio de Biodiversidad y en el Acuerdo de ADPIC por Estados Unidos. La primera frase del borrador se refiere a la necesidad de "fomentar" una protección efectiva y adecuada de los derechos de propiedad intelectual. La misma frase se encuentra en el artículo 301 de la Ley de Comercio y Competitividad de 1988, que se ha utilizado para tomar represalias contra los países cuyas leyes de DPI no se ajustan a las normas de Estados U nidos. La utilización del término "efectivo" en todas las negociaciones relacionadas con los DPI y la biodiversidad es un resultado de los intentos de Estados Unidos de global izar sus sistemas de DPI. En el texto de Dunkel, la frase "sistema sui generis efectivo" implica que tal sistema no será definido por los países, sino por el G ATT. Además, teniendo en cuenta la tendencia en el desarrollo de las negociaciones internacionales, el único sistema reconocido como (( efectivo"
a escala internacional es el de derecho de obtención, tal como se codifica en el UPOV. Así pues, tanto si es un sistema de patentes o un sistema sui generis "efectivo", ambos amenazan los derechos de los agricultores, a menos que nuestra interpretación de sui generis implique soberano y creemos sistemas sui generis alternativos al UPOV. La vulnerabilidad ecológica de los monocultivos agrícolas ha convertido la conservación de la biodiversidad agrícola en una obligación medioambiental. El Convenio sobre Conservación de la Diversidad Biológica (CBD) ha sido una de las respuestas de la comu-
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nidad mundial para conservar la base ecológica de la producción ecológica a través de la conservación de la biodiversidad. Queda un extenso terreno legal fuera del UPOV para elaborar un marco sui generis que permita proteger la biodiversidad, incluida la diversidad de las plantas, en particular a la luz del CBD. Además, es imprescindible porque sin él, no podremos proteger los derechos intelectuales de la comunidad. El CBD ha dado origen a dos nuevas situaciones políticas. En primer lugar, ha reconocido el derecho de soberanía nacional de los países a su riqueza biológica. En segundo lugar, ha reconocido la aportación de las comunidades indígenas a los conocimientos relativos a la utilización de la biodiversidad. El reconocimiento de la soberanía y de los conocimientos tradicionales produce un cambio muy importante en el contexto político de la propiedad, la utilización y el control de los recursos genéticos -especialmente en el ámbito de la biodiversidad agrícola- incluyendo entre ellos las semillas y los recursos genéticos de las plantas. Las semillas del Tercer Mundo ya no se pueden tratar de "patrimonio común de la humanidad", al que puede acceder todo el mundo libremente, incluso las empresas de semillas occidentales. Ya no es posible contemplar las semillas que venden las corporaciones transnacionales como las únicas que simbolizan una contribución intelectual. Las semillas que guardan los agricultores también expresan una aportación intelectual significativa. Un tercer cambio de fundamental importancia en los últimos años, ha sido el reconocimiento de que la "mejora" de las semillas no es absoluta ni independiente del contexto. Mejora es una categoría contextual. La "mejora" de los cultivos también puede hacerse desde el plmto de vista de los agricultores. Así, la agroindustria "mejora" los cultivos para la transformación ind ustrial o para aumentar el empleo de insumos químicos, mientras que los agricultores necesitan cultivos que sean fáciles de transformar en casa y cultivos que disminuyan su dependencia de insumos externos. La obtención de semillas convencionales sólo busca el potencial de rendimiento, que se define como" el rendimiento de un cultivo cuando el crecimiento no se ve limitado por el agua o los nutrientes, las plagas, las enfermedades o las malas hierbas". En las realidades cotidianas de sus campos, son éstas precisamente las limitaciones que afrontan los agricultores, así que su reproducción de semillas responde al estrés medioambiental y la diversidad ecológica en que
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deben ejercer la agricultura. Por lo tanto, no conviene considerar las estrategias de obtención de semillas de las empresas como el único camino de evolución en la obtención de semillas y la investigación, y no conviene traducir la "mejora" desde el punto de vista de los intereses de las multinacionales en un beneficio social general. Los monopolios de semillas que disfrutan las multinacionales gracias a los DPI no son, por consiguiente, deseables ni necesarios desde el punto de vista del interés público. Por esta razón, hemos de cuestionar el razonamiento de que el Gobierno de India debería elaborar una legislación para proteger las empresas de semillas estadounidenses a fin de que puedan suministrar las "mejores semillas a los agricultores indios". Lo que es bueno para Pepsi y Cargill y Monsanto y Pioneer no es necesariamente bueno para los agricultores y los consumidores indios. Pepsi necesita tomates y patatas para transformarlos en salsa de tomate y patatas fritas destinadas a sus cadenas de comida rápida, como KFC y Pizza Hut, Cargill necesita sorgo y maíz para su industria alimentaria. Monsanto está interesada en vender más su herbicida por medio de una semilla de colza resistente a los herbicidas. Estas características de las semillas no son las que los agricultores indios escogerían en sus estrategias de obtención de semillas ni las características de alimentos que escogerían los consumidores indios por sus cualidades gastronómicas en sus distintos sistemas alimentarios. Los derechos de los agricultores reflejan el reconocimiento de soberanía en la propiedad y la creatividad en la obtención de semillas tradicional de los agricultores, aparte de las estrategias de obtención alternativas para proteger la base de biodiversidad de la agricultura. Sin los derechos de los agricultores, los países del Tercer Mundo no pueden hacer valer sus derechos soberanos a su biodiversidad agrícola ni en su política agrícola. Asimismo, sin los derechos de propiedad de las comunidades agrícolas no se puede conservar la biodiversidad. Todavía no existe un modelo que reconozca estos derechos de los agricultores y de otras comunidades productoras que obtienen su sustento de la biodiversidad. Los derechos de los agricultores, de las poblaciones tribales, de los pastores, herboristas y pescadores a la biodiversidad que han conservado y utilizado desde tiempos inmemoriales, sólo pueden otorgarse eficazmente si se les permite participar activamente en las decisiones que afecten a la situación de
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sus derechos y al estado de la biodiversidad. Para llenar este vacío necesitamos un concepto de derechos de los agricultores que sea una subcategoría de los derechos de la comunidad. Por otra parte, los derechos comunitarios reconocen la creatividad y protegen los medios de vida de las distintas comunidades; además, fijan los límites del ámbito de protección monopolista configurado por los DPI. En el caso de la biodiversidad agrícola, estos derechos comunitarios son los derechos de los agricultores. Deberían de reconocer la creatividad de los agricultores, proteger su sustento y oponer resistencia a los monopolios de DPI. El modelo predominante en la actualidad de un flujo de conocín:ientos y recursos .libre y desprotegido que va de los países del sur neos en genes, hacia los países del norte ricos en capitales y de un flujo de conocimientos y recursos protegidos que fluye en la dirección ~ontraria, es descaradamente injusto y no sostenible y hay que cambiarlo, Este modelo sólo se puede cambiar mediante un proceso político que reconozca a los que contribuyeron originalmente a los conocimientos y recursos genéticos y que respete su sistema de valores. Los derechos comunitarios son un mecanismo de equilibrio ¡Jara los DPI que forma parte de la construcción de tal proceso político. Un mundo en el que los valores del mercado sean los únicos valores nos empobrecerá a todos: a la naturaleza, al Tercer Mundo y a la comunidad internacional. Mantener vivos sistemas de valores no monetarios ni comercializados y sistemas de biodiversidad y conocimientos, y someter la lógica del mercado a estos sistemas de valores superiores es la verdadera tarea política para establecer el derecho al conocimiento y a los recursos biológicos. La aportación de la gente al desarrollo de un sistema sui generis adecuado para las plantas debería centrarse en estos tres imperativos: ética y ecología, reconocimiento de la creatividad de las comunidades e igualdad económica. 1. El imperativo ético y ecológico de reconocer el oalor intrínseco de todas las especies. Los países deben tener una legislación fuerte que permita la exclusión de patentes de vida por razones de moral pública. Es una posibilidad que admite el artículo 25 del Acuerdo de ADPIC. Las áreas excluidas de patentabilidad deben regularse con sistemas no monopolistas que protejan el derecho de la gente a la creatividad y la innovación.
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2. El imperativo de reconocimiento de la cre~tividad de lasdi":ersas culturas. Las culturas han elaborado tradiciones de conocirmentos e innovación diferentes que deben tratarse con igual respeto y consideración. Esto también es necesario para la diversidad cultural. En el ámbito de la biodiversidad, los conocimientos tradicionales de los agricultores, las tribus y los herboristas constituyen la princil'al fuente de conocimientos de las propiedades de las plantas. Un SIStema sui generis tiene que reconocer esta innovación indígena, aunque en estructura, proceso moti~ación difiera de la innovación que se da en los sistemas industriales, Gra~las a este. reconocImiento, se evitaría la piratería de los conocumentos tradicionales y de la biodiversidad que encarnan. Por consiguiente, es necesano elaborar derechos comunitarios o derechos de los agncultores en forma de derechos intelectuales colectivos. 3. El imperativo económico de proporcionar salud y nutrición a todos los miembros de las sociedades. Los monopolios en sectores cruciales para la supervivencia se han evitado por medio de diversos mecanismos. Así como los alimentos y la salud son fundamentales para la supervivencia, la normativa nacional de patentes. ha impedido los monopolios de patentes en estos campos. Por ejemplo, la Ley India de Patentes no permite patentar recursos vivos.
r
El marco legal vigente para los derechos de propiedad intelectual únicamente reconoce el modelo de innovación industrial del Norte. No reconoce
el sistema comunitario, más informal, de innovación,
por el que los agricultores y las co?,unida?es indígenas del Sur producen seleccionan, mejoran y obtienen diversos cultivos y vanedades d; ganado, muchas veces durante un lar?o l',;riodo de ~iempo. En esencia se trata de un conflicto en la definición de los sistemas de conociI~iento. Por lo tanto, proponemos definir la "innovación" que reconoce el derecho intelec~ual colectivo y ~cumulativo de ,tales comunidades como un corolano para perfeccionarlo. Ademas, la definición reconoce dicho conocimiento comoquiera que se registre, ya sea formal o informalmente (de manera oral, anecdótica, etc.). Así se tendrá en cuenta a las comunidades del Tercer Mundo que quizá no tengan una tradición o cultura escritas.. . La palabra "propiedad" ha sido pensada para excluir los sistemas de conocimiento de las comunidades. Los derechos de propiedad en el término "derechos de propiedad intelectual", tal como se entien-
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den en la actualidad, denotan su transformación en un producto de consumo masivo y de propiedad privada, destinado principalmente al intercambio comercial. La relación de una comunidad con sus conocimientos no está en absoluto destinada a su transformación en productos de consumo masivo y "pertenece" y se comparte en comunidad. La suma total de conocimientos de propiedad comunal que tienen un valor (aunque no tengan un precio necesariamente), se describe más acertadamente con el término" derechos intelectuales de la comunidad". También se sugiere que los gobiernos ejerzan sus derechos de soberanía sobre la diversidad genética conjuntamente con los propietarios de esa diversidad, o sea, las comunidades agrícolas, para evitar la piratería de material genético, para reforzar la capacidad de negociación del país, al respaldar la soberanía de la gente a la soberanía del Estado, y para asegurarse unos beneficios justos por permitir ~l acceso al material genético. Para proteger los derechos de los agncultores, es fundamental que el acceso a dicho material genético se supedite a las negociaciones entre las partes interesadas en adquirir el material y las comunidades afectadas y sus gobiernos. Es preciso proteger las obtenciones vegetales de los agricultores porque son perennes y perpetuas y siempre son útiles, a diferencia de las obtenciones vegetales del criador, cuya utilidad tiene un límite temporal. Es necesario asegurar que el derecho existe a perpetuidad y no se puede cancelar. Esta prohibición de potenciar la política pública es común en la legislación nacional. Los agricultores tienen derecho a continuar con el intercambio y el acceso libres que emanan de comunidades enteras a otras comunidades alternativas; se basa en la posesión no exclusiva de conocimientos, innovaciones
y prácticas comunes de las comunidades indígenas y locales con respecto a los recursos genéticos y la diversidad biológica. El intercambio gratuito no se aplica si existe una utilización comercial de la variedad o la innovación. Habría que asegurar que las comunidades conservan el control de sus recursos, haciendo hincapié en la faceta no monopolista de la innovación comunitaria.
Para evitar una disputa larga respecto a si la variedad, los conocimientos, la práctica o la tecnología relacionada con la innovación están bajo custodia de una comunidad, bastaría que los representantes debidamente constituidos de la comunidad declararan que están utilizando la variedad o la innovación o que son los custodios de la varie-
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dad o la innovación. En algunos casos, es posible que más de una comunidad haya creado el recurso genético y las tecnologías o acumulado los conocimientos en la misma época. La innovación se conferirá, en tales circunstancias, conjuntamente a todas esas comunidades y cada una tendrá derechos y obligaciones absolutas en relación con la misma y los pagos se repartirán en consecuencia. Muchas veces, puede que las comunidades sean débiles para hacer respetar sus derechos y encomiendan al Estado que proteja sus intereses al negociar su acceso a las empresas extranjeras / comerciales. Como esta obligación del estado surge de la propiedad conjunta con las comunidades, el estado no puede tomar decisiones unilaterales, sino que debe consultárselas a las comunidades antes de tomar cualquier medida. Por otra parte, a fin de garantizar la identificación de las comunidades agrícolas que han contribuido a la creación de las variedades y que reciban una compensación justa, es fundamental que se haga una declaración de las líneas parenterales con sus datos de pasaporte en las solicitudes de derechos de obtentor, Además, la declaración de líneas parenterales ayudará a otros investigadores que utilizan estas variedades a desarrollar variedades nuevas y/o mejores. Entre los derechos de los agricultores figuran el derecho a obtener nuevas variedades y a vender semillas. Las ventas de semillas por parte de los agricultores representan más del 70 por ciento del suministro de semillas en India, y contribuyen a mantener el precio de la semilla y la calidad. Eliminar al agricultor como vendedor de semillas lo deja a merced de las empresas, además de poner en peligro la seguridad alimentaria del país. Reforma de los DPI en India El verdadero problema al que se enfrenta India es la piratería de siglos de innovación y que no se tienen en cuenta nuestros conocimientas tradicionales como realización anterior en cuanto a la inventiva y la novedad en las solicitudes de patente. Esta negación de realización anterior y el fenómeno de la biopiratería alcanzan proporciones epidémicas y continuarán así a pesar de adherirnos al TCP. Como consecuencia de nuestro ingreso en el TCP, podemos encontrarnos en la disparatada situación de tener que reconocer las patentes de Grace sobre el neem, las patentes de RiceTec sobre el
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basmati, la patente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos-Monsanto sobre la tecnología Terminator, puesto que hemos ofrecido reconocer los derechos de los solicitantes de patentes internacionales antes de conseguir introducir nuestras leyes nacionales y antes de consagrar los derechos de las tribus, los campesinos, los curanderos indígenas y los consumidores de India en nuestras leyes, en particular en la ley de biodiversidad y la ley de derechos de los agricultores. . Las tendencias actuales en la concesión de patentes han permitido patentar semillas, aparte de microorganismos naturales como, por ejemplo, las bacterias del suelo. Las empresas farmacéuticas y los gobiernos occidentales patentan y reclaman el control monopolístico de los genes, las proteínas y las líneas celulares humanas. Por ejemplo, el Departamento de Comercio de Estados Unidos patentó las líneas celulares de una mujer de una tribu india panameña que era resistente al cáncer. Esto tendría implicaciones graves para el orden moral. Las multinacionales han solicitado patentes de vacas que han sido modificadas genéticamente con genes humanos para producir "leche humana". También han solicitado patentes de ovejas manipuladas genéticamente para que produzcan fármacos en su leche. Se han presentado solicitudes hasta para las glándulas mamarias de las mujeres con el fin de utilizarlas de "biorreactores" en la fabricación de productos farmacéuticos. Las patentes de animales, incluida la especie humana, son un ataque al orden moral de una sociedad diversa, con creencias religiosas y culturales diferentes. Este grupo de solicitudes de patentes y de derechos exclusivos de comercialización conducirá a la cría industrial de animales e incrementará los niveles de crueldad ya puestos de manifiesto en la cría intensiva. La preocupación por estas cuestiones hizo que el Parlamento Europeo rechazara el 1 de marzo de 1995 la directiva de patentes que permitía patentar seres vivos. ..La (modificación) de la Ley India de Patentes actual permite solicitar patentes de todas las sustancias que se van a utilizar como p.roducto~ farmacéuticos y permitiría, por lo tanto, patentar material genético humano. La nueva versión de la (modificación) de la Ley de Patentes tiene que establecer explícitamente que tales solicitudes no se tomarán en consideración. La nueva (modificación) de la Ley de Patentes debe excluir explícitamente las solicitudes de patentes de genes, proteínas y líneas celulares humanas.
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Las empresas farmacéuticas multinacionales ya han obtenido patentes de los medicamentos ayurvédicos. Si se conceden derechos exclusivos de comercialización en este ámbito, la atención sanitaria india se verá gravemente amenazada ya que el 70 por ciento de los habitantes del país siguen dependiendo de los sistemas de medicina indígenas para mantener su salud. Además, esas patentes privarían a India de los beneficios económicos que el país puede obtener, gracias al Convenio sobre la Biodiversidad, por ser la fuente del material y de los conocimientos. Mientras que las solicitudes de patente y los DEC en este ámbito deben ser excluidos claramente, hay que desarrollar un sistema sui generis de protección de los derechos intelectuales de la comunidad que reconozca la innovación comunitaria que subyace bajo estos sistemas de medicina. Ya ha habido importantes movimientos en el país contra la concesión de patentes sobre las semillas y los seres vivos. Este terreno democrático permite al gobierno introducir dichos motivos de exclusión ahora, al estudiar las solicitudes de DEC, y en las solicitudes de patentes más adelante. No deberían concederse derechos exclusivos de comercialización para las semillas y el material de las plantas, y tampoco para los microorganismos naturales y los manipulados genéticamente. Las semillas y el material de las plantas, únicamente deberían estar protegidos por una Ley de Protección de Obtenciones Vegetales que se base en la equiparación de los derechos de los agricultores a los de los criadores de obtenciones vegetales en lo que a innovación se refiere. La prisa del gobierno indio por aprobar leyes modificadas para poner en práctica el ADPIC no está justificada. Hay numerosos aspectos críticos del ADPIC que están en estudio y el gobierno debería asegurarse de que se revisen para garantizar la protección del interés público y nacional, y aplicar las leyes nacionales sólo después de haber desempeñado un papel destacado en la reforma del Acuerdo de ADPIC. Todos los países de África han exigido que la aplicación del ADPIC se retrase cinco años, mientras se llevan a cabo estos cambios. La fecha de 1 de enero de 2000 como fecha límite para su aplicación está cambiando continuamente e India no tiene por qué precipitarse en poner en práctica el ADPIC. Como miembro de la OMC, India puede unirse a los países africanos para cambiar el periodo de aplicación.
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India debería utilizar el fracaso de la Ronda Seattle de la OMC para aumentar su espacio de soberanía nacional al configurar la legislación y las políticas económicas nacionales. El propio Estados Unidos, que es el país que más presión ejerce para poner en práctica el ADPIC y había entablado un litigio contra India, va a votar respecto a si seguirá siendo miembro de la OMC y si continuará pagando su cuota a la organización con sede en Ginebra. De modo que exagerar el papel y el poder de la OMC a escala internacional y en nuestros asuntos nacionales carece de justificación. Y teniendo en cuenta que continúa en marcha la revisión del ADPIC, el fracaso de la Ronda Seattle de la OMC y el desafío mundial al derecho de patentes estadounidense, la prisa del gobierno de India por aprobar leyes malas que son innecesarias no se justifica desde el punto de vista de la oportunidad ni del contenido. El gobierno está empeñado en dobles criterios porque mientras pide que se excluyan las patentes de vida en la revisión del ADPIC, se apresura a poner en práctica una legislación que permite las patentes de vida y los monopolios de DPI en los sectores vitales de la alimentación y los medicamentos. El derecho de patentes siempre ha sido importante para configurar la economía. En su forma ampliada, que cubre todo tipo de contenidos, incluidos los seres vivos, el derecho de patentes anunciará opciones de vida y muerte para los dos tercios de indios que obtienen su sustento de la biodiversidad. El cercado de nuestro patrimonio intelectual y de la biodiversidad por medio de las patentes es la última colonización. Esta colonización constituye una amenaza para nuestra supervivencia.
Conclusión
Las patentes encarnan los acuerdos políticos y económicos alcanzados en diferentes periodos de la historia de la humanidad. En el periodo colonial, eran instrumentos de colonización y mantenimiento de la dependencia colonial. En el periodo postcolonial, las patentes se convirtieron en un reflejo de nuestra lucha por alcanzar la libertad económica y la soberanía política. Cuando entrarnos en un nuevo milenio, entramos además en un
momento histórico decisivo. Los sistemas de patentes que se han
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diseñado y configurado pueden reintroducir una nueva época de colonialismo en la que no sólo nosotros volveremos a ser colonizamos como pueblo, sino todos los seres vivos. O podríamos cuestionar el paradigma de las patentes que permite tratar a los seres vivos de invenciones humanas y de propiedad empresarial, permitiendo piratear siglos de innovación y creatividad indígenas. Las patentes serán los prismas de nuestra era, y según como configuremos nuestra política, así se configurará el derecho de patentes. Si nuestros sistemas políticos y económicos se precipitan en la caída libre de la piratería y la depredación, las leyes de patentes fomentarán la biopiratería y la piratería intelectual, institucionalizarán la bioservidumbre y la esclavitud intelectual. Si basamos nuestros sistemas políticos y económicos en la democracia y la diversidad, el derecho de patentes se aplicará dentro de los límites de una creatividad genuina y gratificante y no cruzará los límites éticos y ecológicos que amenazan el tejido de la vida en la naturaleza y la sociedad. He dedicado mis energías intelectuales y políticas a hacer realidad esta última opción de libertad intelectual para toda la gente y libertad ecológica para todos los seres. Después de leer este libro, espero que también otras personas hagan lo mismo.
Apéndice
Las leyes de patentes en India Breve explicación de los principales factores que influyeron en las leyes de patentes de India, sobre todo en la Ley India de Patentes de 1970.
Cuando se introdujeron en India las patentes como derechos exclusivos, se produjo un importante debate respecto a si la Empresa podía conceder tales derechos ya que esto era prerrogativa de la corona de Inglaterra. En 1853, el parlamento otorgó este poder al Gobernador General en Consejo, con el consentimiento previo de la corona. En 1856 se aprobó la Ley IV" oo. para conceder privilegios exclusivos a los inventores" pero fue revocada porque no obtuvo el consentimiento del Consejo de Administración de la East India Company. La Ley XV de 1859 fue la primera Ley de Patentes, llamada con más exactitud, ley de "privilegios exclusivos". Gracias a esta Ley, los titulares de patentes ingleses podían registrar sus "privilegios exclusivos" en India al cabo de doce meses de solicitarlos en Inglaterra. En 1872 se promulgó la Ley XIII sobre Protección de Diseños y Patentes. La Ley V de Invenciones y Diseño de 1888 protegía las invenciones que se exhibían en las exposiciones. El debate de las patentes en la India independiente
Inmediatamente después de la independencia, se sintió la necesidad de cambiar la ley de patentes colonial. En 1948-50 se creó la Comisión Bakshi Tek Chand por medio de la resolución n? 233-IRP (6)/48 del Ministerio de Suministros del gobierno de India. Los términos de referencia de la Comisión eran: 1. Estudiar e informar sobre el funcionamiento del sistema de patentes en India.
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2. Examinar la legislación de patentes vigente para mejorarla, particularmente respecto a las disposiciones relacionadas con la prevención del abuso de los derechos de patente. 3. Estudiar si deberían imponerse algunas limitaciones especiales a las patentes en lo que concierne a alimentos y medicamentos. 4. Sugerir medidas para garantizar una publicidad efectiva del sistema y de la literatura de patentes, en particular en lo que se refiere a las patentes obtenidas por inventores indios. 5. Estudiar la necesidad y la viabilidad de crear un National Patents Trust. 6. Estudiar si es o no conveniente regular la profesión de agentes de patentes. 7. Examinar el funcionamiento de la Oficina de Patentes y de los servicios que presta al público y hacer las recomendaciones apropiadas para su mejora; e 8. Informar en general de cualquier mejora que la Comisión crea conveniente recomendar para que el Sistema Indio de Patentes sea más adecuado para el interés nacional y sirva para estimular la invención y el desarrollo y el uso comercial de las invenciones.
Aunque en general se suponía que había que mejorar el derecho y el sistema de patentes, las instrucciones de la Comisión respecto a estas cuestiones fueron que se realizara una revisión. Esta revisión incluía el abuso de los derechos de patente, la exclusión de los alimentas y los medicamentos del sistema de patentes y la necesidad de elaborar una solicitud de invenciones en interés de la nación. La Comisión recomendó lo que no debería ser patentable. Entre los criterios de patentabilidad figuraban: 1. "Invención" debería tener un significado más amplio ... para que incluyera las invenciones que permitirían presentar una solicitud para usos industriales, aunque sólo tuvieran que ver con e! proceso y no se tradujeran en la fabricación de un artículo. 2. Las sustancias preparadas o producidas mediante procesos químicos o pensadas para los alimentos o los medicamentos no deberían ser patentables, excepto cuando se fabricaran con los procesos inventados o sus equivalentes obvios. 3. Las invenciones cuyo uso principal o previsto fuera contrario a la ley o la moral no deberían ser patcntables.
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4. Para ser "útil", la invención no sólo debería conseguir el fin para el que se solicitaba, sino además ser natural en el progreso técnico de los conocimientos actuales de esa técnica concreta en India. En 1950, se presentó en el parlamento un proyecto de ley para modificar la Ley de Patentes y Diseños. El objetivo era asegurar los intereses nacionales frente a cualquier ejercicio o abuso que los titulares de patentes procedentes de países extranjeros, pudieran ejercer en detrimento de India. Proponía la concesión de licencia obligatoria para las patentes que creaban dependencia de las importaciones, impedían el desarrollo de la industria nativa y no satisfacían las necesidades nacionales. El debate parlamentario de 1950 fue la primera discusión democrática en materia de patentes en India. La siguiente propuesta de cambios se realizó el 5 de noviembre de 1952. En el debate parlamentario, V.P. Nayar declaró: "La ley de patentes ha sido mala; hasta ahora, ha seguido el modelo imperialista en el que se basó". Según Nayar, las patentes mataban el desarrollo, no lo estimulaban. La siguiente etapa del debate de las patentes tuvo lugar el 7 de diciembre de 1953. En ella se propuso que se ampliaran las disposiciones de licencia obligatoria a los insecticidas, los fungicidas y los germicidas. Que los insecticidas estuvieran en la misma categoría que los alimentos y los fármacos, formaba parte del modelo de Nehru que pretendía seguir e! camino de desarrollo de los países industrializados, incluida la senda venenosa de los pesticidas. Al justificar la ampliación de las disposiciones de "licencia obligatoria" de los alimentos y los fármacos a los insecticidas, e! Ministro de Comercio Karmakar, dijo: "Teniendo en cuenta e! pape! fundamental que desempeña la agricultura en nuestra economía, es sumamente importante que se estimule la fabricación de estos insecticidas, etc. a gran escala y que no permitamos ningún vacío en nuestra legislación que pueda ser explotado por gente interesada. Por esta razón, se propone facultar al Director para que pueda expedir licencias de estos artículos exactamente igual que de los alimentos, los medicamentos y los aparatos quirúrgicos y curativos." El debate sobre las patentes dio por sentado que deberían concederse patentes de alimentos, fármacos y pesticidas, pero que el gobierno utilizaría sus facultades para conceder licencias obligatorias. El valor de las licencias obligatorias en e! contexto de los grandes
Apéndice: Las leyes de patentes en India
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monopolios se puso seriamente en duda, al igual que la suposición de que la investigación india era independiente del poder empresarial mundial. V.P. Nayar insistió en que a pesar de los cambios, la ley de patentes de India siempre actuaba en beneficio de determinados ciudadanos extranjeros. Imperial Chemical Industries (1CI) estaba llevando a cabo la investigación sobre fungicidas en el Central Rice Research Institute. Las ventas de Lever Brothers, que ascendían a 22.000 millones de rupias, suponían cinco veces el presupuesto de India. Dejar que otros explotaran la patente carecía de sentido para corregir el poder de estas empresas gigantes. El Proyecto de Ley de Patentes de 1953 se anuló con la disolución del Lok Sabha. Sin embargo, la Ley de 1911 se modificó con las disposiciones para la concesión de licencia obligatoria. En abril de 1957 se nombró una Comisión presidida por N. Rajgopala Ayyangar, que presentó un informe sobre la "Revisión de la Ley de Patentes" en 1959. La Comisión Ayyangar estableció que el monopolio creado por el sistema de patentes no era más que un sistema de control del mercado que impedía el desarrollo de India y que la gente tuviera acceso a alternativas más baratas debido a la protección de las patentes. La Comisión Ayyangar recomendó la conveniencia de salvaguardar el interés público por medio de las disposiciones siguientes: 1. Definición precisa de las invenciones que deberían ser patentables e imposibilitar la patente de determinadas invenciones, que si la obtuvieran, perjudicarían a la investigación o el progreso industrial o a la sanidad o el bienestar nacionales. 2. Ampliación del campo de previsión para abarcar no sólo lo que se conoce o se publica en este país, sino también lo que se conoce y se publica fuera de India. 3. Ofrecer soluciones para los males que India, al igual que otros países, sufre por las patentes de propiedad extranjera que no se explotan en el país pero que se conservan, bien para obstaculizar las industrias de dicho país, o bien para asegurar un monopolio de importación. 4. Estipular disposiciones especiales en cuanto a la concesión de patentes de invenciones relativas a alimentos y fármacos. 5. Ofrecer remedios para otras formas de abuso a las que recurrieron los titulares de patentes para asegurarse un monopolio más amplio o un monopolio de mayor duración que el que concede la ley.
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Después de las recomendaciones de la Comisión Ayyangar, pasaron doce años antes de que se presentara el proyecto de ley n" 62 en el Lok Sabha como Proyecto de Ley de Patentes de 1965. El debate de patentes de 1965 se centró en los monopolios de alimentos y fármacos. El Rajya Sabha analizó la propuesta de crear una comisión mixta y la aceptó en diciembre de 1965. El informe de la comisión no llegó a discutirse porque el Lok Sabha fue disuelto y el proyecto de ley de 1965 quedó anulado con su disolución. En 1967 se presentó un nuevo proyecto de ley en el nuevo parlamento. Este proyecto de ley también fue enviado a una comisión mixta y presentado al parlamento en 1970. La Ley India de Patentes de 1970
La Ley de Patentes de la India independiente se basaba, exclusivamente, en la restricción del mercado incorporada en la Ley de 1911, que obstaculizaba la producción nacional al permitir las importaciones de productos patentados. La Ley de 1970 obligaba a cumplir los principios siguientes: 1. Que las patentes se concedan para estimular las invenciones y para garantizar que las invenciones se explotan en India a escala comercial y en la máxima medida que sea razonablemente factible sin un retraso indebido, y 2. Que no se concedan simplemente para que los titulares de las patentes puedan disfrutar de un monopolio para importar el artículo patentado.
Los principales elementos de la Ley de 1970 que prestaban un servicio público eran: 1. Exclusión de alimentos y medicamentos 2. Menos duración de la patente 3. Descartar la importación como forma de explotación de una patente 4. Licencia obligatoria.
Apéndice: Las leyes de patentes en India
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Los alimentos y los medicamentos no podían ser monopolizados. Esto se logró no autorizando las patentes de los productos (patentes de producto), sino sólo del proceso o método de fabricación (patente de proceso). Esta exclusión está en el apartado S que estipula: En el caso de las invenciones: 1. La solicitud para sustancias pensadas para su empleo, o susceptibles de ser utilizadas, como alimentos o fármacos; o 2. Respecto a las sustancias preparadas o producidas mediante un proceso químico (incluyendo las aleaciones, el vidrio óptico, los semiconductores y los compuestos intermetálicos), no se concederán patentes a las solicitudes para las sustancias, sino que serán patentables las solicitudes del método o proceso de fabricación. Ello implica básicamente que nadie podía tener monopolios de alimentos y fármacos ya que otros podían fabricar el mismo producto por medio de un proceso diferente. Esta sola cláusula permitió que India emergiera corno un gigante de la industria farmacéutica y que los precios de los medicamentos en India fueran los más bajos del mundo. La definición de alimento en la Ley India de Patentes (apartado 2(1)(g» es la siguiente: Significa cualquier artículo para la nutrición e incluye cualquier sustancia pensada para su empleo en bebés, inválidos o convalecientes corno artículo de comida o bebida. El apartado 2(1) define" medicamentos" como: 1. Todos los medicamentos para uso interno o externo de seres
humanos o animales. 2. Todas las sustancias pensadas para su utilización en el diagnóstico, tratamiento, alivio o prevención de enfermedades en los seres humanos o los animales. 3. Todas las sustancias pensadas para ser utilizadas en el mantenimiento de la salud pública o la prevención o el control de cualquier enfermedad epidémica entre los seres humanos o los animales. 4. Los insecticidas, los germicidas, los fungicidas, los herbicidas y todas las demás sustancias pensadas para ser utilizadas en la protección y conservación de las plantas.
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S. Todas las sustancias químicas que se utilizan habitualmente como intermediarias en la preparación o fabricación de cualquiera de los medicamentos o sustancias a que se ha hecho referencia. Además de excluir las patentes de alimentos y fármacos, la Ley de 1970 también excluye de patentabilidad algunos sectores, estableciendo principios claros para lo que no se considerará patentable. Entre ellos figuran (en el artículo 3 de la Ley de Patentes): 1. Una invención que sea frívola o que solicite cualquier cosa que vaya obviamente en contra de leyes naturales consolidadas. 2. Una invención cuyo uso principal o previsto estaría en contra de la ley o la moral o fuera perjudicial para la salud pública. 3. El mero descubrimiento de un principio científico o la formulación de una teoría abstracta. 4. El mero descubrimiento de cualquier propiedad o uso nuevos de una sustancia conocida o el mero uso de un proceso, máquina o aparato ~onocidos, salvo que tal proceso conocido se traduzca en
un reactivo nuevo;
S. Una sustancia obtenida por una simple mezcla, que se traduzca sólo en la suma de las propiedades. 6. Las meras organizaciones o reorganizaciones o la duplicación de aparatos conocidos que funcionen cada uno de ellos de manera independiente del otro en una forma conocida. 7. Un método o proceso de comprobación aplicable durante el proceso de fabricación para hacer que la máquina, aparato u otro equipo sea más eficiente o para la mejora o restauración de la máquina, aparato u otro equipo existentes o para la mejora o el control de fabricación. 8. Un método de agricultura o de horticultura. 9. Cualquier proceso para el tratamiento médico, quirúrgico, curativo, profiláctico u otro tratamiento de las personas o cualquier proceso para un tratamiento similar de animales o plantas que permita librarlos de la enfermedad o para incrementar su valor económico o el valor de sus productos. Aparte de estos amplios ámbitos de lo que no se consideraría "invención" y que, por lo tanto, no eran ámbitos de materia patentable, la Ley de 1960 también estaba provista de amplios derechos y
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facultades para que el gobierno impidiera el abuso de las patentes y protegiera el interés público, Los mecanismos más importantes para proteger el interés público eran la licencia obligatoria, las licencias de derecho y la revocación, El motivo de que se consideraran necesarios estos derechos era que en el Tercer Mundo la mayoría de las patentes las obtienen extranjeros que no tienen intención de hacer o fabricar el producto ni de utilizar el proceso en el país. El único objetivo para obtener una patente es establecer un monopolio de importación, lo que perjudica a los productores al bloquear la producción, y perjudica a los consumidores porque incrementa los precios de los bienes esenciales e impide a otros que importen el producto. Para defender los derechos de la gente, conviene que el gobierno limite los monopolios de importación mediante las disposiciones de licencia obligatoria, licencias de derecho y revocación.
nir en relación con los términos y condiciones de la licencia si el titular de la patente y el solicitante no consiguen llegar a un acuerdo.
Revocación
Si el gobierno cree que no se han satisfecho los requisitos razonables del público, además de la concesión de licencias obligatorias y de licencias de derechos, puede revocar la patente (artículo 89). También es posible revocar las patentes si su ejercicio es malicioso para el estado o perjudicial en ge,neral.para la gente (ar~ículo 6.~). En el artículo 90 se dan las directrices para determinar qUien no está satisfaciendo los requisitos razonables de la gente. Las siguientes son las circunstancias en que se considerará que no se están satis-
faciendo los requisitos razonables del público. En primer lugar: Licencia obl igatoria
Licencias de derecho
1. Se perjudica a un negocio o empresa existentes o su desarrollo, o a cualquier negocio o empresa nuevas o el negocio y la empresa de cualquier persona o clases de personas en India. 2. No se está satisfaciendo la demanda del artículo patentado en la medida adecuada o en las condiciones razonables de fabricación en India. 3. No se está abasteciendo o desarrollando un mercado para la exportación del artículo patentado fabricado en India. .. 4. Se perjudica el establecimiento o el desarrollo de actividad comercial en India (apartado 90a).
En los casos en que se cree que "no han sido satisfechos los requisitos razonables del público o que la invención patentada no está disponible al público a un precio razonable" (apartado 86(1», el gobierno, por medio del Director, puede conceder a cualquiera el derecho a utilizar la patente. En sectores tales como la alimentación, los medicamentos o los procesos químicos, se ha previsto una licencia automática de derecho de 3 años después de la concesión de las patentes de proceso. Tanto en el caso de la "licencia de derecho" como en el de la "licencia automática de derecho" cualquiera puede solicitar por derecho una patente al titular de la misma, y el Director puede interve-
En segundo lugar, si un titular de patente impone unas condiciones superfluas para limitar la fabricación, ,:ent.a o utilizaci~n de los materiales no previstos por la patente y perjudicar a cualquier negocio o empresa de India (apartado 90b). En tercer lugar, cuando una invención patentada no se está explotando en India de manera adecuada (apartado 90c). En cuarto lugar, cuando la demanda del artículo patentado en India está siendo satisfecha en gran medida por las importaciones del titular de la patente. En quinto lugar, cuando el titular de la patente evita explotar la patente a escala comercial porque el artículo está siendo importado.
Los apartados 84(1) y 84(5) de la Ley India de Patentes establecen que al cabo de cuatro años de la concesión de una patente, cualquier persona puede solicitar una licencia obligatoria al Director de Patentes si no se han satisfecho las necesidades razonables del público con respecto a la invención patentada, o porque la invención patentada no está disponible al público a un precio razonable.
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Apéndice: Las leyes de patentes en India
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A pesar de estas cláusulas, e! panorama de las patentes en India ha .seguido estando d?minado por los extranjeros. Como explica RaJe.ev Dhawan: ."El sistema de patentes era e! lugar de diversión de las firmas extranjeras. No había ni rastro de que estas firmas estuvieran fabricando en India, que era un vertedero de mercancías, y e! pode.r de. las patentes proporcionaba la ventaja que permitía a las multinacionales llegar a acuerdos de colaboración lucrativos." Desde 1856, cuando se conce.dió. la primera protección de patente en e! subcontinente, pocos indios han presentado solicitudes. En 1856, no hubo ningún indio entre los treinta y tres solicitantes. En 1990, de 492 solicitantes, 45 eran indios. En 1910, 62 de 667 y en 1949, 345 de 1.725. Tras la independencia, e! modelo continúa siendo e! mismo: los extra~eros ~oseen la mayoría ~e las peticiones de patente. La proporc~~n de titulares de patente indios aumentó después de la introducción de la Ley de 1970, pero la tendencia hacia la dominación extranjera se ha reestablecido. En 1986-87, de! número total de patentes (12.063), e! 83,3 por ciento pertenecía a extranjeros. En la mayoría de los casos, a pesar de la posibilidad de obtener una licencia obligatoria y licencias de derecho, los monopolios de patentes no se han restringido. Desde 1970 se han presentado muy pocas solicitudes de licencia obligatoria y muchas patentes no han sido explotadas en India. . Así pues, aunque ~as cláusulas de la Ley de 1970 se crearon para impedir los monopolios, los diversos intentos de India para detener la oleada de dominación extranjera por medio de la Ley de Patentes de 1970 no han resultado una barrera eficaz para poner freno a ese
dominio.
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Organizaciones Both ENOS. Una organización de servicio y defensa que colabora con organizaciones ecologistas e indígenas, tanto del norte como del sur, y cuyo objetivo es ayudar a crear y mantener un movimiento ecologista vigilante y eficaz. Damrak 28-30, 1012 LJ Amsterdam, Holanda
[ +31 206230823
0:1 +31
206208049
tiJ [email protected] Q www.bothends.org
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Instituto Católico de Relaciones Internacionales (CIIR). Aspira a contribuir a la erradicación de la pobreza por medio de un programa que combina la defensa en el ámbito nacional e internacional con el desarrollo basado en la comunidad. Unít 3, CanonburyYard, 190a New Norlh Road, Londres NI 7BJ, Reino Unido e +44 (O) 20 73540883 Cé +44 (O) 20 7359 0017 6J cí[email protected] Q www.cíír.org Comer House. Es un grupo de investigación y solidario con sede en el Reino Unido que trabaja en temas de justicia social y medioambiental en el N arte y el Sur. PO Box 3137, Station Road, Sturminster Newton, Oorset DTlO 1YJ, Reíno Unido e +44 (O) 1258473795 CJ +44 (O) 1258473748 ~j [email protected]
Q www.conerhouse.icaap.org Council on International and Public Affairs (CIPA). Es un grupo de defensa, educación e investigación de los derechos humanos, que se centra particularmente en los derechos económicos y sociales en EE UU y en otras partes del mundo. En los últimos años ha hecho especial hincapié en la resistencia al dominio de las grandes empresas. 777 United Natíons Plaza, Suite 3C, Nueva York, NY 10017, EE UU e +1 212972 9877 ~1 +1212972 9878 1=J [email protected] Q www.cipa-apex.org Fundación Dag Hammarskjiild. Fundada en 1962, organiza seminarios y talleres sobre las cuestiones sociales, económicas y culturales que deben afrontar los países en desarrollo, prestando atención en particular a soluciones alternativas e innovadoras. Los resultados se publican en su revista,
Development Dialogue. Ovre Slottsgatan 2, 753 10 Uppsala, Suecía e +46 18 102772 CJ +46 18 122072 'E!J [email protected] Q www.dhf.uu.se
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Development GAP. El Grupo de Desarrollo de Políticas Alternativas es una organización sin ánimo de lucro, de recursos para el desarrollo que trabaja con organizaciones populares del Sur y con sus asociadas del Norte en apoyo de un desarrollo que sea verdaderamente sostenible y que promueva la justicia social. 927 15'" Street, NW - 4 t h tloor, Washington, OC 20005, EE UU e +1 2028981566 CJ +12028981612 tiJ [email protected] Q www.developmentgap.org Focus on Global South. Se dedica al análisis de políticas regionales y globales y a las tareas de defensa. Trabaja para fortalecer la capacidad de las organizaciones de los pobres y los marginados del Sur y para analizar y comprender mejor los impactos del proceso de mundialización en sus vidas cotidianas. C/o CUSRI, Chulalongkorn University, 8angkok 10330, Taílandia e +66221287363 CJ +66 2 255 9976 6:1 [email protected] Q www.focusweb.org
Inter Pares. Es una organización canadiense de justicia social que trabaja desde 1975 en la construcción de relaciones con los grupos de desarrollo del Tercer Mundo y proporcionando apoyo a los programas de desarrollo basados en la comunidad. Inter Pares también se dedica a educación y defensa en Canadá, fomentando la comprensión de las causas, los efectos y las soluciones para la pobreza. 58 rue Arlhur Street, Ottawa, Ontario, K1R 7B9 Canadá e +1 613 563 4801 11 +1613 5944704 Public Interest Research Centre. Es un grupo de investigación y de organización de campañas Con sede en Delhi que trata de atender las necesidades de información de los activistas y organizaciones que trabajan en los temas macroeconómicos relacionados con las finanzas, el comercio y el desarrollo. 142 Maitri Apartments, Plot n' 28, Patparganj, Dehlí 110092, India e +9111 222108112432054 CI +91112224233 6J [email protected]
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Red Tercer Mundo. Es una red internacional de grupos e individuos que participan en campañas para lograr una mayor articulación de las necesidades y los derechos de los pueblos del Tercer Mundo, una distribución justa de los recursos del mundo, y formas de desarrollo que sean ecológicamente sostenibles y satisfagan las necesidades humanas. La sede de su secretaría internacional está en Penang, Malasia. 228 Macalister Road, 10400 Penang, Malasia e +604226 6159 ~J +60 42264505 fiJ [email protected] Q www.twnside.org.sg Red Tercer Mundo-África. Se dedica a la investigación y defensa de temas económicos, ecológicos y de género. En relación con su interés particular actual en la mundialización y África, su trabajo se centra en el comercio y la inversión, los sectores extractivos y la reforma económica y de género. 2 Ollenu Street, East Legan, PO Box AN19452, Acera-Norte, Ghana e +233 21 511B9/503669/500419 Cé +2332151188 i.~ [email protected] Movimiento para el Desarrollo Mundial (WDMl. Las campañas del Movimiento para el Desarrollo Mundial abordan las causas de la pobreza y la injusticia. Es un movimiento democrático de afiliados que trabaja con socios del Sur para cancelar una deuda que no se puede pagar y romper los lazos de las condiciones del FMI, con el fin de lograr un comercio y una normativa de inversiones más justas y para imponer a las multinacionales normas internacionales más duras. 25 Beehive Place, Londres SW9 7QR, Reino Unido e +44 20 7737 6215 ~J +44 20 72748232 f=j [email protected] Q www.wdm.org.uk
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