Pintores de Costa Rica

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RICARDO ULLOA BARRENECHEA

PINTORES DE COSTA RICA

ILRI Editorial Costa Rica/1982

INTRODUCCION Esta obra brinda a grandes rasgos un panorama general de la pintura costarricense. No intenta el estudio metódico basado en la estricta investigación histórica y tampoco pretende una exhaustiva valorización. Deseamos poner al alcance del estudiante y del gran público atgunos datos referentes a nuestro quehacer pictórico y artIStico. Para ello se presenta un resumen global que enfoca aspectos del desarrollo de la pintura moderna costarricense, / seguido por un (ndice de autores seleccionados por orden de generaciones y estilos. Aquél se amplúz con breves fichas biográficas y estilisticas basadas en datos muy concretos relacionados con el carácter de nuestro traba jo. Las ilustraciones se refieren a obras muy características de los pintores o grabadores y se enlazan con un Diccionario cuyos art(culos explican conceptos técnicos y estéticos. Así textos y material gráfico estimulan el diálogo entre arte, cultura, público y realidades costarricenses. Y ya, sobre las palabras, iniciemos nuestro primer contacto: ¿cuándo y con qué caracteristicas nace y se desarrolla nuestra pintura moderna? La historia de la pintura moderna costarricense puede iniciarse a partir de 1897. Ese año se funda la Escuela Nacional de Bellas Artes, bajo la dirección del pintor español Tomás Povedano. Y poco antes, en 1891, regresa a Costa Rica Enrique Echandi, el primer pintor profesional costarricense. Así, bajo la sombra de Europa, se desarrolla la primera generación de artistas, relacionada con el arte clásico o con las maneras académicas: Angela Castro Quesada, MarÚl Aurelia Castro Quesada, Gilberto Huertas, etc. Y luego, otros: Gonzalo Morales, Francisco Salazar, Lolita Zeller de Peralta. En general son pintores que conceden más importancia al dibujo que al empaste o color, manteniendo su quehacer dentro de un concepto clásico o cercano a procedimientos tradicionales, sin fuerte conexión con el modernismo. De 1928 a 1937 se organizan las exposiciones nacionales en el Teatro Nacional y hasta 1945 se desempeña como Decano de la Academia de Bellas Artes el pintor Teodorico Quirós. En este periodo podemos distinguir una segunda generación de artistas esencialmente figurativos y realistas, pero adscritos a las tendencias modernas más que a las clásicas. Se descubre el paisaje nacional y -en parte- se desarrolla un arte relacionado con nuestra tierra, costumbres y manera de ser. Trátase de artistas cuyas edades - en el presente- oscilan entre los 60 y los 80 años. -.entre ellos_ figuran: Fausto Pacheco, Teodorico Quirós, Francisco Amighetti, Margar{¡;; Bertheau, Luisa González de Sáenz, Néstor Zeledón Varela (escultor),

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Juan Rafael Chacón (escultor), etc, A esta generación pertenecen también Francisco Zúñiga (escultor) Max ]iménez (escultor y pintor) y Manuel de la Cruz González. Francisco Zúñiga realizará su producción fundamental en Méjico -con un estilo realista, pero moderno y americano- y Max Jiménez y Manuel de la Cruz González pronto encararán el escándalo o la crítica mordaz. Ambos conviven con las experiencias plásticas de los treintas pero se alejan con prisa de sus compañeros de generación al buscar, apasionadamente, el nuevo lenguaje artlstico, el que Europa encuentra desde las crisis planteadas alrededor de 1910, Max Jiménez expone obras que la mentalidad académica deplora y que escandalizan inclusive a algunos artistas de su generación. Manuel de la Cruz González viaja a Cuba y Venezuela y al regresar a Costa Rica en 1958 realiza una exposición de pintura abstracta (muy cercana a otra similar de Rafael A. García). 1 El propio Manuel de la Cruz afirma: "El escándalo fue general. Protesta de distinguidos profesores completamente al margen de esta tendencia. Un destacado escritor afirmó: "Manuel de la Cruz se volvió loco". Una pintora pisoteó mis trabajos. Los alumnos de Bellas Artes formaron cónclave agresivo. Una conferencia mÚJ, posterior, produjo más tinieblas. En suma, no habw en 2 Costa Rica ninguna información sobre este movimiento". En 1958 podemos situar la actividad de una tercera generación de artistas que vive el ambiente vanguardista, nutriéndose de variadas tendencias, Crece la pintura abstracta junto a diversas escuelas. Se paraliza el desarrollo del paisaje y se toma una actitud universalista de contenidos foráneos. Sus miembros -en el presente- tienen edades que oscilan entre los 30 y 45 años, con algunas excepciones. Entre ellos: Rafael A. García, Lola Fernández de Guillermet, Guillermo Jiménez, Jorge Gallardo, Claudio Carozo (cuya actividad proviene de los treintas), Carlos Moya, Sonia Romero, Rafael Fernández, etc. As{ llegamos al momento presente. Como es natural, otra generación de artistas jóvenes empata con la anterior, viviendo las angustias estéticas del presente, época de transición, con cambios súbitos y rápidos. Entre ellos se encuentran Disifredo Garita, José Luis López, Ricardo Morales, Wilbert Vi/legas, Gerardo González, etc. Se presiente ahora un abandono del abstraccionismo en favor de la nueva figuración, que tiene todos los matices de un arte del ser y del hombre. Su temática y diversa estilización tratan de reflejar la actual crisis existencial .Y humana. O quizás asistamos -hacia el futuro- a una nueva revalorización de lo nacional. Tal vez surpn actitudes conectadas con la generación de los treintas. Desde luego algunos de los artistas ya citados se mantienen al margen de los vanguardismos, o bien se arrepienten de algún entusiasmo esporádico. Y no olvidemos que, en período tan estrecho, las generaciones así clasificadas conviven - con pocas excepciones- en el presente artístico costarricense. Es importante tomar en· consideración que nuestro verdadero crecimiento pictórico se sitúa en la tercera década del siglo. Y que entre ella y el presente transcurren apenas unos cuarenta años.

1 Exposición de Felo Garcrá: 21 de noviembre a lo. de diciembre de 1958, Museo Nacional. Exposición de Manuel de la Cruz González: 3 a JO de diciembre de 1958, Museo Nacionn.l. 2

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Revista Tertulia No. I, 1971. Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. -Artículo sobre el pintor Manuel de la Cruz González por R. U/loa B.

~;;:=------- -- ~ - - - - ~M=a=x~]iménez Margarita Bertheau

Francisco A mighetti

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Rafael Fernández

Manuel de la Cruz González

César Valverde

Entre la singular actividad artística desplegada con gran entusiasmo por la generación de los treintas y el año 1961 se intercalan dos décadas un tanto grises y anémicas. Nuestro ambiente solicita gesto atrevido y renovador. Es cierto que en 1958 dos exposiciones abstractas sacuden el ambiente tradicional de nuestra Academia de Bellas Artes. Manuel de la Cruz González y Rafael A. García lanzan una llamarada vanguardista. (Lola Fernández también acude al conjuro con algunos ejemplos). Las críticas negativas nos recuerdan la huraña acogida con que los nacionales reciben, en 1945, los 21 óleos que Max Jiménez expuso en la galería de arte "L 'Atelier". Pero esta vez la llamarada vanguardista surgida en 1958 encuentra una respuesta: nace el Grupo Ocho, abonado por tan singular ambiente. Veamos su nacimiento y circunstancia.

El Grupo Ocho En 1961 el Grupo Ocho lanza un manifiesto, a imagen y semejanza de otros del Viejo Mundo. Algunos de sus postulados también son añejos pues se expresan con un retraso de, por lo menos, cincuenta años. El manifiesto se inicia afirmando: "La belleza clásica está muerta porque ella es la negación del espúitu de nuestro siglo, estática, quieta, muda". Pero más importante es el siguiente postulado: "Ocho artistas costarricenses nos hemos agrupado. Queremos inquietar el ambiente para estimular toda forma de originalidad creadora. Queremos exaltar al artista que interprete en sus obras nuestra raíz profunda. . . . Queremos engendrar un nuevo movimiento artístico nacional capaz de desarrollar las artes plásticas en sus más variadas marúfestaciones ... ". - En suma, más que congruencia estética o agresivas aseveraciones, la importancia del Grupo Ocho reside, ante todo, en el entusiasmo por la creación inyectado a 1a década del QO. Los integrantes del Grupo, Néstor Zeledón Guzmán, César 'valverde, Guillermo Jiménez, Manuel de la Cruz González, Harold Fonseca, Rafael A. García, Luis Daell y Hemán González, se proponen• organizar exposiciones nacionales e internacionales, promover intercambios culturales y fomentar toda marúfestación artística. La primera exposición del Grupo se realiza en Las Arcadas, en 1961. La segunda exposición anual se inaugura el 8 de diciembre de 1962. El Grupo crece con dos miembros más: Lola Fernández y el colombiano Guillermo Combariza. Orgarúza también dos Festivales de Artes Plásticas, tres exposiciones individuales de artistas ajenos al Grupo, participa en cuatro exposiciones internacionales, etc.

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A partir de la atmósfera creada por el Grupo Ocho, los nuevos pintores costarricenses asumen una nueva actitud: la de querer integrarse en el mercado artístico internacional. Algunos de ellos proclaman las verdades del arte nuevo, pero otros mantienen sus vocaciones auténticas en un diapasón intermedio. Esto nos explica algunos momentos incongruentes del manifiesto. Sin embargo, en tomo suyo desarróllanse con efusión la pintura abstracta y la actitud cosmopolita, todo lo cual asume gran importancia para el desarrollo del arte costarricense en los últimos diez años. El Grupo Ocho se disuelve unos tres años después de su fundación, pero el sello de su actividad se filtra en proyecciones variadas. No olvidemos que por esos años se organiza la Dirección General de Artes y Letras y que su primer Director, Rafael A. García, abre una galería de arte o sala de exposiciones en la Avenida Central y organiza importantes muestras internacionales. Existe pues una correspondencia directa de actividades entre el Grupo Ocho y esta Dirección. Entre 1964-67 la Dirección General de Artes y Letras crea estímulos poderosos para el desarrollo de la pintura o de las artes plásticas, hasta el punto de que podemos hablar del nacimiento de un verdadero período de oro. Otras prolongaciones o resonancias del mismo son el Grupo Taller y el Grupo Totem. Veamos algunos matices explicativos de su nacimiento y actividades.

El Grupo Taller Se forma el Grupo Taller alrededor del pintor Manuel de la Cruz González e inicia sus actividades en 1961. Surge entonces como un brazo más del poderoso impulso articulado al Grupo Ocho y a la Dirección General de Artes y Letras. Y a en 1965 está integrado por Tanya Kreysa, Teresita Porras, Rafael Fernández, Claudia Carazo, Floria Herrero, José Luis López Escarré, Socorro Lapeira, Carmen Victoria Mas, Carlos Moya, Floria Pinto, Sonia Romero, Ricardo Ulloa Barrenechea y el propio Manuel de la Cruz González. Sus ideales y metas son el diálogo, el estudio de taller y las más diversas actividades artísticas. El Grupo organiza conferencias y exposiciones; estimula la crítica. Todo ello da al Grupo una gran cohesión, pero lamentablemente se desintegra entre 1969-1970.

El Grupo Totem Surge también en tomo al ambiente descrito y se interesa particularmente en realizar actividades en las provincias, promoviendo un singular contacto popular. Entre sus iniciales integrantes se encuentran Marvin Rodríguez, Antonio Arroyo, Adrián Valenciano, Manuel Robles, Jorge Arias, Alcides Camacho, Humberto Marín, Bernarda López, Carlos Valenzuela, fücardo Morales, Humberto Portillo, Víctor Bermúdez, Carlos Barboza, Nely de Lewis. Entre 1968-70 cesan las actividades del Grupo y se disuelve.

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Una Nota Final Es curioso observar como alrededor de 1968 el período de oro declina. Se debilita el enfoque profesional auspiciado por la Dirección General de Artes y Letras junto al entusiasmo inicial de los diferentes grupos. Sin embargo entre 1972-74 el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes au& picia una serie de actividades tendientes a fortalecer el desanollo de las artes plásticas. Se organizan certámenes bimestrales de paisaje rural y el Salón Anual de Artes Plásticas.

.)

Pintores: Gonzalo Morales Francisco Zúñiga Manuel de la Cruz Gonialez Teodorico Quirós

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I

Entre 1897 y 1973 circulan 76 años. En el transcurso de tan breve etapa surgen variados géneros solicitados por el quehacer individual o por singulares necesidades históricas. Veamos algunos ejemplos al respecto.

El

retrato

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No son muchos los pintores costarricenses que sistemáticamente se dedican al retrato. Después de Povedano son retratistas Enrique Echandi, Lolita Zeller de Peralta, Gonzalo Morales y José F. Salazar. En todos ellos es visible la huella académica, el matiz clasicista Responden -en general- al tipo de retrato oficial, recordando -algunas veces- modelos españoles de los siglos XVIII y X:IX. Sin embargo, Echandi obtiene una síntesis personal desde un arte captador de esencias costarricenses. Morales logra amalgamar la actitud clasicista con elementos criollos. Francisco Salazar alcanza un nuevo matiz en su Autorretrato con guitarra. Otros artistas lo tratan con pincelada más desenvuelta o con acentos menos clásicos. Así se ve en el amplio estilo pictórico del Gamonal de Luisa González de Sáenz, de algunos de Francisco Amighetti, del sobrio retrato de Guillermo Aguilar Machado por Manuel de la Cruz González, del de Ana Antillón por Dinora Bolandi, del retrato de Rodrigo F acio por Floria Pinto, o en la síntesis plástica y sencillez poética del Retrato de mi hip de T eodorico Quirós. Jorge Gallardo le dedica singular atención al retrato, obteniendo un arte sintético, de esquemático realismo y expresión vigorosa - casi ascética- y ante todo, de contenido nacionalista; ya que Jorge Gallardo -según acertado juicio de Jorge Debravo- "ha sabido, con el barro nuestro, hacer un arte de proyección universal. "'(1) En los últimos años hemos visto algunos ejemplos de Gonzalo Morales (hijo del retratista Gonzalo Morales). Los desconectados del estilo paterno ponen de manifiesto vigorosa energía, profundidad de _concepto, buen dibujo y un severo modermsmo.

(1) Dibujos de Jorge Gallardo. Editorial Costa Rica, 1971

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También conocemos algunos de Fabio Fournier adscritos al estilo oficial. V ariados artistas extranjeros le dedican singular atención al género. Algún ejemplo del alemán Alex Bierig goza de indudable riqueza pictórica -Retrato de niña de la colección de Juan Bansbach-. Y desde luego su Autorretrato expone singular profundidad psicológica y gran dominio del dibujo. Los del español José Claro lucen correcto dibujo. El jesuita Santiago Páramo trabaja el retrato durante su permanencia en Costa Rica, al igual que el panameño Wenceslao de la Guardia. El francés Achiles Bigot es autor de una verdadera galería de Presidentes y personalidades de la época. Por el momento sólo nos interesa señalar una breve reseña aplicable también -en su intención- al género siguiente de nuestro interés.

El Paisaje El desarrollo del paisaje costarricense plantea singular paradoja. Crece en los treintas y se detiene ante la generación abstracta. De Enrique Echandi recordamos algunos de formato pequeño con dicción abreviada y sintética. En las hermanas Angela y María Aurelia Castro Quesada el paisaje alcanza una dicción de matiz académico pero con singulares encantos. Pero es la ___generación de los treintas la que constata el paisaje nacional. T~odori!!o Q__uirós 1mede ser considerado entre nosotros el padre del_~ • Los suyos no sólo muestran rincones característicos sino que el alma nacional se expresa a través de ellos, alcanzando un sobrio y simplificado estilo pictórico de gran luminosidad. (Por ejemplo, su Estero de Puntarenas). Fausto Pacheco traduce nuestra luz y realidad topográfica. En algunos paisajes urbanos -Iglesia de Heredia, (óleo expuesto en la Dirección General de Artes y Letras en 1967)- capta el ambiente caractenstico robustecido por el sólido dibujo, el brillante colorido y la enérgica expresión. Ambos artistas comunican la tónica nacional: una sosegada quietud envuelta en el aislamiento individualista. Las mejores acuarelas de Margarita Bertheau y de Francisco Amighetti aprehenden lo pintoresco y los poéticos contrastes de nuestra naturaleza Algunos óleos de Manuel de la Cruz González se interesan por la pintura en sí misma. Pero variados ejemplos también expresan singular emotividad o solidez realista. Así en su paisaje Arbol con caballo -de la colección de Ricardo Ulloa Barrenecheaohtiene una síntesis luminosa de plácida quietud. Luisa González se preocupa por el paisaje de tierras de altura, desgraciadamente tan poco frecuente en la pintura costarricense. Quirós, Pacheco y Bertheau lo pintan al aire libre. Otros lo tratan como tema realizado en el estudio, tal como aparece en la obra general de algunos integrantes del Grupo Taller. Entre los artistas del presente, Ricardo Morales le dedica especial atención. Con sus vistas panorámicas y brumosas obtiene un paisaje de dicción personal y ricos contrastes pictóricos.

~orno

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Paisaje R. Revollar

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En los últimos años ha tomado auge y dicción el llamado paisa1e pnm1ttvo. Coincide su valorización con la vivencia pura del arte infantil, quizás por el contraste de una civilización automatizada y mecánica ante la espontánea poesía de la ingenuidad y del antiintelectualismo. Por ello dedicamos una nota significativa al respecto y en singular apartado. El Paisaje en los Pintores Primitivos

El aporte, en los últimos años, de los llamados pintores ingenuos o primitivos favorece el desarrollo del género. En ellos combfuase una intención poética con un aire infantil que busca la espontaneidad. Así en Rodrigo Revollar se amalgama la candidez con la riqueza plástica. Su Paisaje de Santo Domingo brinda el apacible "estar" de un rincón silencioso donde los matices "de género" se interpretan con evidente ingenuidad. Mario González Alvarado sigue la técnica minuciosa de los pintores pnm1tJvos del siglo XV, trabajando a base. de témpera y óleo sobre paneles. Su descanso en la huidn a Egipto es un buen ejemplo de primitivismo tropical con notas costarricenses donde aflora una ingenuidad poética de tierno lirismo. En Jorge Carvajal el vigor colorista robustece la visión poética tan atractiva en su serie de paisajes ramonenses. Penetra en la verdad recóndita que fluye más allá de los temas y la expone con veracidad auténtica y depuración lírica. Nota Conclusiva

A pesar de los ejemplos que hemos citado no puede negarse una ruprura en el desarrollo del género. Entre los mejores aciertos de Teodorico Quirós y el momento presente insértase un vacío. No se ha integrado una verdadera escuela de paisajistas costarricenses, e innumerables temas o ambientes permanecen inéditos. Tampoco constatamos una evolución orgánica que nos conduzca del paisaje realista al abstracto. Es decir, pensamos en escuelas definidas. Desde luego, diferentes artistas pintan paisajes. Algunos de Manuel de la Cruz González brindan un esquematismo moderno colindante con matices cubistas. Otro tanto diremos de Guillermo Jiménez, con diseños muy escuetos. Juan Luis Rodríguez crea un paisaje moderno de manchas abstractas que, sin embargo, no evoluciona hasta sus últimas consecu encías. Dinora Bolandi, con su magnífica versión del Cementerio de Escazú - de la co::> lección del Banco Central- pudo haber sido un importante punto de contacto y realización entre el paisaje de los treintas y el abstracto. Ahora en 1973 la exposición de Rafael Angel García abre, de par en par, las compuertas hacia el nuevo paisaje. Así se perfila una singular evolución que está por realizarse. No olvidemos algunos ejemplos muy esquemáticos de Jorge Gallardo que, sin , embargo, dedica toda su atención a la figura y al tema religioso.

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Capitulo 111

ESCUELAS Y ACADEMIAS La actividad propia de los grupos citados encuentra su ineludible complemento en la tarea cotidiana de escuelas y academias. Veamos detalles generales sobre algunas de ellas.

LA ESCUELA NACIONAL DE BELLAS ARTES Inicia en forma si.stemática la enseñanza de la pintura al fundarse el 14 de marzo de 1897 bajo la dirección del pintor español Tomás Povedano. En 1940 se incorpora a la Universidad de Costa Rica como Facultad de Bellas Artes y funge como primera Decana la artista Angela Castro Quesada. Los siguienks, Teodorico Quirós A. y Francisco Salazar, le otorgan a la institución nuevos rumbos basados en importantes reformas. Especialmente Quirós se interrsa en verdadera reorganización administrativa y docente. Bajo la decanatura del escultor Juan Portugucz Fucigna se transforma en Departamento de Artes Plásticas de la Facultad de Bellas Artes, su actual Director es el pintor César Valverde. Si este organismo asume el papel de centro oficial de la enseñanza artística, otros realizan laLores no menos significativas. Así La Casa del Artista y la Escuela Escmpi.

ESCUELA DE BELLAS ARTES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL Con el afán de ofrecer otra alternativa metodológica inicia labores, bajo la dirección de la pintora Margarita Fuscaldo, en la naciente Universidad Nacional, en 1973. Afirma la pintora: "dentro de sus objetivos figuran integrar el quehacer artístico dentro de un marco multidisciplinario, tomando en cuenta nuestra ubicación espaciotemporal".

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LA CASA DEL ARTJSTA Nace en forma sorprendente. La pintora Oiga Espinach reúne en su casa a seis niños que están en busca de orientación artística. Con el tiempo, lo iniciado en 1948 se transforma en escuela popular acogedora de alumnos deseosos de aprender dibujo, pintura y escultura. Al organizarse en 1951 una exposición con 800 obras la escuela adquiere su verdadera fisonomía que se mantiene hasta el presente. Hoy cuenta con gran número de alumnos y nueve profesores imparten lecciones de dibujo, pintura, escultura y dibujo comercial. Siendo sus estudiantes de escasos recursos económicos, cumple también La Casa del Artista con una tarea de profundo significado social y humano. Todo ello justifica con creces el otorgamiento a Oiga Espinach de la Medalla del Buen Servidor 1973 conferida por el Club Rotario de San José.

ESCUELA DE ARTE ,y DECORACION ESEMPI Inicia sus actividades en 1955 bajo la dirección de su fundador el pintor Francisco Alvarado Ahella. El Ministerio de Educación Pública reconoce oficiahnente sus títulos referidos a variadas actividades y estudios: pintura, dibujo, artesanía, decoración, historia del arte, etc. En el presente cuenta con más de 500 alumnos y selecto cuerpo de profesores.

ACADEMIA MANUEL DE LA CRUZ GONZALEZ Durante 1973 el Pintor Manuel de la Cruz González ha organizado un nuevo curso libre de dibujo y pintura. Esta entidad particular ya manifiesta logros y esfuerzos que en conjunto y relación con las instituciones ya mencionadas se preocupa por nuestro enriquecimiento cultural y. artístico.

ESCUELA DE ARTE JUAN RAMON BONILLA En 1975 conocimos la Escuela de Arte Juan Ramón Bonilla ubicada en Cartago. Su Director es el Lic. Manuel Astorga y entre los profesores fundadores recordamos al Líe Manuel Astorga, al pintor Marco A. Aguilar, al escultor Hernán Hidalgo, al profesor chileno Erasmo Muñoz Leiva (Artesanía), al pintor Jorge Valverde, a la profesora Mayela Leiva (Cerámica), y al pintor José Franklin Giralt. La Escuela de Arte Juan Ramón Bonilla no es sólo un centro auspiciador de vocaciones sino que intenta ubicar a los jóvenes en un ambiente superior, ajeno a loe males que merodean, sin piedad, a la juventud de nuestro tiempo. La idea inicial impulsada por el Lic. Manuel Astorga, alcanza feliz desenlace al inaugurarse la escuela el 14 de enero de 1975. Crece como institución privada bajo el con trol de una Junta Directiva.

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( apítulo IV

PRIMERA GEN RACION Nota: los datos y especiales referencias sobre los pintores han sido tomados de diversos catálogos o se redactaron con base en las informaciones de los propios pintores.

La generación que llamamos académica incluye nombres diversos cuya actividad presupone una formación clásica o actitud clasicista. Angela Castro Quesada, María Aurelia Castro Quesada, Gilberto Huertas, sobresalen dentro del ambiente de la primera Escuela de Bellas Artes y giran en tomo a D. Tomás Povedano. Los paisajes de Huertas relaciónanse con los de las hermanas Castro Quesada y su Cabeza de niño - propiedad de la familia del pintor- es una "academia" bien realizada. Algo distintos aunque clasicistas lucen Gonzalo Morales, Lolita Zeller de Peralta y Francisco Salazar. Los dos primeros mantienen sus actividades hasta el presente y si a la totalidad de su obra no aplicamos el epíteto de académica, sí razonan sus sentimientos pictóricos - por así decirlo- en la gran tradición museal. Sus obras no mantienen una calidad homogénea y los aciertos descuellan entre varios cuadros menos importantes. Recordamos con mayor propiedad los retratos de Lolita Zeller. Sus pa1saJes son inferiores. Pero, al mismo tiempo, pasa del tipo de retrato oficial - mantenido en el Retrato de mi padre- al estilo más jugoso de su Autorretrato o a la veta museal de su Gastón de Mézeroille. Morales mantiene sus mejores logros en una actitud emparentada con los treintas: sus retratos criollos identificados con la elegancia renacentista desde el alma nacional. También Francisco Salazar se adscribe al arte de la claridad y del equilibrio, al imperio de la expresión lineal, de lo tectónico y de la múltiple unidad. No es pintor de bravura y sí de armónico estilo oficial, pese a la vigorosa presencia de su Autorretrato con guitarra .

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Enrique Echandi recibe su principal formación en el ambiente académico de Leipzig y Munich. Se adscribe al estilo que elimina la individualidad de la vista, de la mente, de la mano, en beneficio de las fórmulas de escuela. "Sin embargo, al contemplar un grupo de retratos de Enrique Echandi, percibimos - en algunos trozos o ejemplos- vigorosidad realista y un estilo pictórico misterioso y espiritual matizador de lo impersonal. Las figuras, además de manifestar su ambiente psicológico, reflejan cierto espíritu humanista que ahonda la realidad secreta" (Enrique Echandi, Ricardo Ulloa Barrenechea, Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, 1973).

Así1 con frecuencia nuestros académicos ciertamente se pliegan a las fórmulas de escuela pero sin anular factores individuales que otorgan a variadas obras peculiar sentido.

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TOMAS POVEDANO

Ficha biográfica:

Nace en Lucena, provincia de Córdoba (Andalucía, España), el 22 de setiembre de 1857 y muere en San José de Costa Rica en febrero de 1943. Comienza a distinguirse como alumno de la Academia de Bellas Artes de Málaga y conquista sus primeros laureles por el año 1883, siendo socio de la Academia de Acuarelistas de Sevilla Pasa su juventud en Andalucía estudiando la pintura en un constante esfuerzo por abrirse camino entre los artistas y aficionados de aquel tiempo. Obtiene, gracias a su dedicación, éxito de .crítica y reputación. Funge también como bibliotecario y secretario de actos públicos de la Sociedad Filantrópica de Emulación y Fomento, y realiza importante labor siendo maestro de la Escuela Nocturna de Dibujo, adscrita a la misma sociedad~ Participa en interesantes actividades. Así es juez calificador en el certamen científico, literario y artístico, efectuado por el Ateneo de excursiones de Sevma en 1890, en unión de los pintores Gonzalo de Bilbao, José García Ramos, Anselmo R. de Rivas y Emilio Sánchez Perier. Colabora en el movimiento político previo al es-

tablecimiento de la primera República española y escribe en "El Alabardero" y en "El Baluarte" de Sevilla. Estando en Nerva, provincia de Huelva, re• cibe la noticia de haber triunfado en el concurso abierto en París por la Legación del Ecuador para el establecimiento de una escuela de Dibujo en Cuenca, capital de Azuay. Fija su residencia en dicha ciudad y en Guayaquil, donde ejerce gran mfluencia en el progreso artístico del Ecuador. Circunstancias políticas lo inducen a trasladarse a Méjico pero el Gobierno de Costa Rica lo contrata. Establece la Escuela de Bellas Artes que se funda el 17 de agosto de 1897 y realiza meritoria labor en el campo general de las artes, distinguiéndose además como político y hombre de letras. EntTe los numerosos galardones que coronan su carrera citamos: Primero y Segundo prem10s en la Exposición Universal de París de 1890. Medalla de oro de primera clase en las Exposiciones del Ecuador de 1892 e Internacional de Chicago de 1893. Medalla de oro en la Exposición de Guatemala del 15 de marzo de 1897 y de Cuenca (Ecuador) en 1904, y medalla de plata del primer Congreso Americano del Niño, del 9 de julio de 1910. Además es Caballero de la Orden del Libertador de Venezuela

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( Ve r E nciclo pedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa - Calpe. Apéndice. 8 p Páginas 804- 805).

Ficha estilística:

Tomás Povedano, ante todo, es pintor académico. Junto con Enrique Echandi nos lega una singular manera de tratar el retrato que reahnente hace escuela en Costa Rica. Sus huellas pueden seguirse en el momento presente desde algunos retratos de Gonzalo Morales, de Lolita Zeller de Peralta e inclusive de Francisco Salazar. El Museo Nacional expone algunos dibujos suyos -retratos de expresidentes y personalidades- muy vigorosos y con gran dominio técnico. La colección de pintura del Banco Central conserva un óleo, sobre motivo indígena, de amplia composición, agradable colorido y factura pictórica. El Autorretrato (1942) nos brinda la severidad de su estilo realista Igual característica manifiesta su pintura Conflictos del alma, estudio de una figura pensativa ante una mesa, biblioteca, calavera, con ambiente tenebroso. Más artificial es La Alegoría de 1.a Cruz Roja de Costa Rica, de matiz clasicista. Cítanse entre sus obras representativas las siguientes: Don Pedro de Alvarado, conquistador de Guatemala, que se encuentra en el Archivo de Indias en Sevilla. Doña María Cristina de Habsburgo, para la Universidad de Sevilla. Fusilamiento del coronel Vargas Torres, que se encuentra en el Ecuador. Gran Mariscal de Ayacucho, retrato ecuestre regalado por el Ecuador a Venezuela. Un retrato de señora figuró en la Exposición Universal de París, en el salón de honor, entre siete retratos de Madrazo. En Costa Rica Povedano realiza gran número de retratos, entre ellos los de Luis Felipe Molina, (1919), Joaquín Bernardo Calvo, (1909), Manuel Mar'ía de Peralta (1919), Pedro Pérez Zeledón (1925). Encuéntranse en el Salón Dorado del Ministerio de Relaciones Exteriores. Son retratos de tres cuartos amplios con paleta reducida, de sobria "pose" superior - con frecuencia- a la mancha de color. (Características señaladas por Enrique Lafuente Ferrari para algunos retratos de Federico de Madrazo).

Indio Colección de Guido Goicoechea y Sra.

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Retrato de Manuel M. de Peralta Salón Dorado del Ministerio de Relaciones Exterio-

Retrato del Lic. Ascensión Esquive[ Colección del Museo Nacional

Su técnica es sobria y abreviada -un tanto apre• tada- y con el rigor del dibujo clasicista. Desde ellos se precisa un aire benevolente, de cierto ;matiz tímido o reservado hasta alcanzar la sencilla elegancia del retrato de Luis Molina o la singular prestancia de la figura de Manuel M. de Peralta. Similar claridad de paleta - quizás más acentuada- presenta el retrato del Lic. Ascensión Esquive) ]barra Los grises bien acordados de algunos retralos de Povedano tienen ahora la grata iluminación de un interior con ventana, aunque petjudique al retrato la pose envarada. La fecha y firma, de difícil lectura, dice 1920 ó 1940. De ser esta última correcta sería retrato tomado de una fotografía, ya que el p..,rsonaje murió en 1923. Del mismo Museo Nacional citamos dos retratos

de mayor factura p1ctonca. Retrato de Luis Quer y Boule (? ), Embajador de España en Costa Rica, firmado y fechado en 1934. Redáctase un arte conciso, de peculiar energía expresiva, pero medido y sin bravura. El retrato de D. Valeriano Fernández Ferraz -en edad avanzada- presenta algunos repintes sucios y fondo magro ( ¿Serán posteriores?). Otros retratos de tipo oficial mantienen los característicos fondos oscuros, las poses estereotipadas y la lisa factura.

NOTA: La importancia de este pintor y sus contactos con la primera generación de pintores explican ser incluido en este capítulo.

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ENRIQUE ECHANDI Ficha biográfica:

Nace en San José el 17 de febrero de 1866. Muere el 19 de febrero de 1959. Realiza sus estudios profesionales de pintura en Alemania: Leipzig y Munich (1888-1890). El 30 de noviembre de 1890 se casa con la pianista alemana Eisa Katarína Maukisch. Regresa a Costa Rica en 1891, y realiza profusa actividad musical, pictórica y cultural. Entre

los numerosos galardones que coronan su carrera artística citamos: Medalla de bronce (Exposición Centroamericana en Guatemala, 1897). Mención Honorífica (Pan American Exposition, 1901). Medalla de Plata y pergamino (Exposición Centroamericana, Guatemala, 1903). Primero y Segundo premios de la Fiesta del Arte (San José, Costa Rica, 1905). Diploma de Medalla de plata (Exposición Nacional, 1917). Medalla de bronce y diploma (Entregados por el Presidente Julio Acosta, 1920).

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Dibujo

Retrato del Lic. Astúa Aguilar Colección de la Escuela de Derecho de la Universidad de Costa Rica

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Ficha estilística:

La pintura de Enrique Echandi se adscribe en general al estilo académico pero matizado por una preocupación humanística que, en el retrato, le permite ahondar hacia la entraña del modelo, o por un matiz romántico que aflora en algunos de sus paisajes. Buen dibujante, está considerado como el mejor pintor nacional de retratos, en los que logra plasmar características del ser nacional. Entre sus mejores obras citamos: El Beduino (1908). Su Autorretrato (1891 ). Retrato del Expresidente Cleto González Víquez (Hospital San Juan de Dios, 1927). Retrato de Elemberta de González (1937-38). Retrato del Lic. José Astúa Aguilar. (Escuela de Derecho). Mu y enérgicos son sus dibujos fechados entre 1887-1890 (época europea). En su conjunto exponen trazos fluidos ya lineales o pictóricos y con eficaz juego de luces y de sombras que evitan el contorno nítido de la línea pura. El Beduino Colección de Roberto Carranza Echandi

Obras suyas forman parte de diversas colecciones nacionales y extranjeras. Participó en variadas exposiciones individuales y colectivas. Entre ellas citamos:

1897- (colectiva)-

Exposición Centroamericana, Guatemala. Pan American Exposition, 1901- (colectiva)Nueva York. 1903- (colectiva)Exposición Centroamericana, Guatemala. 1917- ( colectiva)Exposición Nacional del 15 de setiembre, San José. 1930-(colectiva)Segundo Certamen Exposición de Artes Plásticas, San José. 1965- (retrospectiva) Ex posición Homenaje, Dirección General de Artes y Letras Ministerio de Educación Pública, San José. 196 5-(retrospectiva) Exposición Homenaje, Galería Amighetti, San José. 1971- (colectiva)Exposición Homenaje, Seminario Nacional de Educación, San José. Nota: No hemos podido concretar datos sobre otras exposiciones.

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Patio Colección de Z-aida Echandi de Fonseca

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Flor Colección de Roberto Carran:ta Echandi

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Logran dulce expres10n o fuerza adusta de gran vigor y con h ermoso realce de calidades de textura. A veces obtiene una varonil concepción de trazo firme. En otros dibujos (muchos de 1928) el pintor capta paisajes, carretas, animales, músicos, interiores, temas de fantasía, campesinos, etc. Los ejecuta con trazos llenos de movimiento, grafía nerviosa o sintética. Algunos paisajes de pequeño formato presentan esbozos sintéticos de gran penetración. Surgen más de una vez desde un fondo romántico con luces espectrales y finos detalles pictóricos. Entre los mej