Linguistica Sistemico Funcional

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LINGÜISTICA SISTÉMICO FUNCIONAL APLICACIONES A LA LENGUA ESPAÑOLA

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL W a id h u u í E d ito r e s

Lingüística Sistémico Funcional Aplicaciones a la lengua española

Elsa Ghio María Deíía Fernández

Queremos agradecer el valioso y desinteresado apoyo que nos han brindado Jim Martin, Susan Hood y Annabelle Lukin, como también la calurosa bienvenida que hemos recibido de numerosos colegas sistémicos en Chile, México y Brasil, en ocasión de celebrarse los encuentros anuales de la Asociación Latinoamericana de Lingüística Sistémico Funcional (ALSFAL). A todos ellos les dedicamos esta segunda edición.

Notas acerca de ia segunda edición revisada y ampliada

Esta segunda edición es resultado de a la modulación y la modalización. En la un intenso trabajo de revisión y amplia­ metafunción textual se incluyeron algunas precisiones acerca dei Tema en español ción dei texto original. Hemos introducido una serie de agre­ basadas en investigaciones de otros lin­ gados y algunas modificaciones. En el güistas sistémicos. Se agregó el Capítulo 7, que incluye la Capítulo 1 se han ampliado los funda­ mentos de la teoría en io que respecta a traducción de un artículo escrito por Fran­ las propiedades generales de las gramáti­ cés Christie denominado "La Lingüística Sistémico Funcional y una teoría del len­ cas y la escala de instanciación, En el Capítulo 3 se han incluido ma­ guaje en la educación" (publicado en la re­ yores referencias a la relación entre gra­ vista llha do desterro, N° 46, jan/jun, 2004, mática y significado, gramáticá funcional Florianópolis. Revista del Programa de vs. gramática formal, y se ha ampliado el Posgrado en Letras Inglés y Literatura de la Universidad Federal de Santa Catarina). concepto de incrustación. Se agregó también el análisis de una En el Capítulo 4 se amplió la explica­ ción de los modelos transitivo y ergativo reseña crítica como Apéndice 2, al que en el apartado referido a la metafunción denominamos "De la teoría a la práctica", ideativa. En la metafunción interpersonal lo que obligó a cambiar la numeración del se profundizaron los apartados referidos Glosario, ahora denominado Apéndice 3. E/sa' Ghio - María Delia Fernández Santa Fe, 2008

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Palabras preliminares

En este material intentamos reseñar los aspectos básicos de la teoría lingüís­ tica desarrollada por Michaei Halliday, co­ nocida en el campo disciplinar como Lingüísticá Sistémico Funcional. Esta teoría constituye una de ¡as tradiciones más re­ conocidas por los especialistas en el aná­ lisis de los textos y el estudio del lenguaje en su contexto social. Aunque reiteradamente el propio Ha­ lliday se ha presentado a sí mismo como "sólo” un gramático, siempre ha sostenido que su interés está orientado a lo social, y que una de las.principales tareas de la lin­ güística es explicar el papel que la lengua desempeña en la cultura y en el mundo social. Se trata de una gramática sistémi­ ca en el sentido de que ha sido diseñadapara explicar cómo se han desarrollado los sistemas gramaticales como un po­ tencial para construir significados socia­ les, como un recurso del que disponen los hablantes para configurar su experiencia en el mundo y para interactuar con otros.

Desde una perspectiva funcional, una de sus preocupaciones centrales ha sido in­ dagar cómo funciona la lengua en contex­ to (los usos lingüísticos) y reconocer que son estos usos de los hablantes los que, generación tras generación, han ido confi­ gurando el “sistema lingüístico”. Los objetivos de una gramática fun­ cional pueden ser muy diversos en rela­ ción con sus posibles contextos de apli­ cación: una gramática para uso escolar no empleará los mismos presupuestos ni los mismos conceptos técnicos que un lingüista profesional; en cambio, si se pretende emplear en lingüística computacional para favorecer la generación au­ tomática de textos, la gramática deberá explicitar muy claramente la relación en­ tre sistema y estructura, mientras que su empleo en el contexto del Análisis Crítico del Discurso deberá incluir una gran can­ tidad de información cóntextual para fa­ vorecer la deconstrucción ideológica de los textos. También es importante tener

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en cuenta que no se traía de una gramáti­ ca prescriptiva: no ofrece reglas para co­ rregir "errores gramaticales”, ni señala lo que so puede o no se puede decir o es­ cribir en una lengua dada. En cambio, sí ofrece herramientas para comprender por qué un texto es como es, cuáles eran las otras opciones disponibles en el sistema lingüístico. para que el hablante/escritor organizara el texto y por qué eligió esta manera de construirlo en una determi­ nada situación. En este sentido, aunque no es éste' el lugar apropiado para anali­ zar similitudes y diferencias entre ambas, la descripción propuesta por la gramáti­ ca sistémico funcional se puede relacio­ nar en parte con el objetivo que plantea Hymes para la etnografía de la comuni­ cación: “exponer cómo se complementan lo sistemáticamente posible, lo factible, lo adecuado y lo que ocurre (o no) y con qué frecuencia, para producir e interpretar el comportamiento cultural que aflora efec­ tivamente en una determinada situación". (Hymes, 1967). La gramática sistémico funcional se apoya en el empleo de algunas catego­ rías y conceptos empleados tradicionalmente, como sustantivo, adjetivo, ad­ verbio, verbo, y se apropia de nociones como las de Tema y Rema, que provie­ nen de la lingüística de la Escuela de Pra­ ga, pero además agrega todo un cuerpo de nociones y denominaciones funcio­ nales como Actor, Proceso, Meta, Alcan­ ce, Deícticos, Clasificadores, Numerales, Cosa, y muchos otros que resultarán des­ conocidos para quienes recién se inicien en el conocimiento de la teoría. Esta ter­ minología funcional fue creada especial­

mente para destacar las bases semánti­ cas de esta concepción gramatical, para poner en evidencia cómo se proyectan ios significados en las cláusulas, grupos y frases de un texto, para mostrar cómo se relacionan los elementos que se han se­ leccionado para construir el texto que se está analizando con las opciones o alter­ nativas que ofrece el sistema lingüístico. En el ámbito hispanohablante, ¡os tra­ bajos de Halliday se difundieron de mane­ ra fragmentaria a partir de una de las es­ casas traducciones de El lenguaje como semiótica social, texto publicado en espa­ ñol a mediados de la década del 70 que reúne algunos de sus estudios de carácter más teórico. Aunque una de las partes de esta obra trata sobre la naturaleza sociosemántica del texto e incluye una Interpre­ tación situacional de un texto literario (Ha­ lliday, 1978/1982:193), hemos advertido en nuestras prácticas de enseñanza que este trabajo resulta de difícil comprensión, dado que en él queda presupuesto todo ei complejo aparato teórico-conceptual diseñado para el análisis léxico-gramati­ cal a nivel de la cláusula, el cual constitu­ ye la base d.e este análisis modélico. Aunque suelen ser citados con relativa frecuencia, la aplicación de las ideas de Halliday y Hasan, por lo menos en nuestro país, se ha reducido casi exclusivamente al análisis de los elementos que contribu­ yen a la cohesión y la coherencia textual (cf. Zamudlo de Molina y Saifán, 1992; De Gregorio de Mac y Réboia de Welti, 1992; Viramonte de Avalos, 1993; Bernhardt, Fe­ rrari y Soriano, 1994). Una mención es­ pecial merece Martín Menéndez, como difusor de. este marco teórico (Menén-

dez, 1993; Menéndez, Baltar, y Gil, 1999) y como organizador del VIII Congreso de la SAL, realizado en la ciudad de Mar del Plata en el año 2000, al que asistieron como invitados especiales Michael Halli­ day y Ruqaiya Hasan, cuyas conferencias nos permitieron tener un mayor acerca­ miento a su teoría lingüística. Por otra parte, los textos de Halliday, en su idioma original, circulan ampliamente en la formación de profesores de inglés. Así, por ejemplo, en abril de! año 2004, do­ centes de esta disciplina organizaron en la Universidad Nacional de Cuyo la Prime-ra Conferencia Regional latinoamericana de Lingüística Sistémico Funcional "La Lin­ güística Sistémico Funcional, la Lengua y la Educación”, con la participación de des­ tacados lingüistas extranjeros inscriptos en la LSF tales como Jim Martin, Peter White, Peter Fries y Geoff Thompson entre otros. Creemos que la principal dificultad que se ha encontrado para difundir esta ma­ nera de encarar el análisis gramatical re­ side en que, aunque no se limita a la des­ cripción de la gramática de una lengua particular, su autor ha desarrollado su teo­ ría centrándose en la descripción sistémico-funcional de la lengua inglesa. Por eso nuestro trabajo se propone poner al al­ cance de nuestros alumnos los principa­ les fundamentos teóricos y un esquema general de la gramática sistémica funcio­ nal, basándonos en gran parte en nues­ tras propias traducciones y reelaboracio­

nes de diversos trabajos de lingüistas que se inscriben dentro de este marco, inten­ tando aplicarlo al análisis déla lengua es­ pañola, y particularmente a la variedad del español rloplatense, incorporando nu­ merosos ejemplos propios y tomados de textos literarios y no literarios en español. Particularmente los capítulos 4, 5 y 6 fue­ ron organizados de manera que faciliten el ingreso a la forma en que Halliday presen­ tó su Introduction to Functionaí Grammar. Hasta el momento, este texto ha circula­ do en copias realizadas para uso interno de las cátedras de “Lingüística textual", "Antropología Lingüística" y "Seminario de lenguaje e instituciones". Estamos convencidas de que la des­ cripción que ofrece la GSF, basada en una concepción del lenguaje como recurso para construir e interpretar significados en contextos sociales, constituye una valiosa herramienta para el estudio del lenguaje, pero sólo puede accederse a ella paso a paso. La práctica permanente en el aná­ lisis de textos junto al apoyo que puede brindar la orientación del docente, permiti­ rá afianzar lentamente el aprendizaje de la nueva terminología, que sólo debe Incor­ porarse en relación con los objetivos par­ ticulares que persiga el análisis de los tex­ tos a los que se aplique. Creemos que queda mucho trabajo por delante para quienes se interesen en las posibilidades que ofrece esta teoría para la descripción de la lengua española.

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Capítulo 1. Antecedentes y fundamentos de la LSF

1. Antecedentes de la Lingüística Sistémico Funcional La Lingüística Sistémico Funcional (LSF), denominación que Míchael Haliiday da a su teoría lingüística, comienza a desarrollarse en Gran Bretaña a fines de los años 50 y principios del 60. Sus antecedentes se encuentran en el trabajo del lingüista británico J.R. Firth, aun­ que también debe mucho a la Escuela Lingüística de Praga y a los trabajos de Hjelmslev y Whorf. También tiene puntos de contacto con el enfoque lingüístico estratificadonal y ia tagmémica. Halliday (1978:14) señala además su deuda con la sociología de Basil Bernstein y Mary Douglas, y los trabajos de John Sinclair y particularmente con su propia esposa, Ruqaiya Hasan. Varios de sus escritos reconocen también algunos aportes de la sociolingüística de W. Labov. Michae! A.K. Halliday nació en Yorkshire en 1925. Se formó como lingüista en la Uni­ versidad de Londres, donde fue discípulo de J.R. Firth quien, influido por su trabajo con el antropólogo B. Malinowski, había establecido el estudio del lenguaje como parte de. la vida social humana. Durante ia guerra había aprendido chino como parte de su entrenamiento en ia armada británica, idioma que siguió luego estudiando en China y que enseñó en Inglaterra durante algunoá años. En 1965 ingresa al Colegio Universita­ rio de Londres como Profesor de Lingüística General. En 1975 se traslada a la Univer­ sidad de Sydney en Australia, donde organizó el Departamento de Lingüística y donde permaneció hasta retirarse. Como Profesor visitante enseñó en muchos países y obtu­ vo grados honorarios en varias universidades de Australia, Gran Bretaña, Canadá, Chi­ na, Francia, Grecia y la India. Ha publicado trabajos en ias más diversas especialidades del campo de la lingüís­ tica, desde la gramática, la semántica, el análisis del discurso, la fonología, la socio-

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lingüística, ia lingüística computacional, la educación lingüística y el desarrollo de! len­ guaje en el niño, los cuales serán reunidos en un conjunto de 10 volúmenes editados por Jonathan Webster. Hasta el momento, se han publicado los dos primeros volúme-' nes, el primero de los cuales -On Grammar- incluye 17 trabajos escritos desde 1957 y hasta la actualidad, en los que Halliday ofrece su propia perspectiva del lenguaje y el desarrollo de la teoría sistémico funcional. A partir de sus enseñanzas en la Universidad de Sydney, sus ideas se extendieron a numerosas universidades y escuelas en Australia y otras partes del mundo. Entre sus principales discípulos y colaboradores en este ámbito se encuentran Jim Martin y Christian Mathiessen. Algunos de los primeros trabajos de Halliday y Hasan se basa­ ron en el estudio del desarrollo de habilidades lingüísticas de su hijo Nígel, y en el análi­ sis de interacciones entre madres e hijos pequeños. Estos estudios tuvieron, de hecho, una influencia sustancial sobre el modelo sistémico del lenguaje adulto, particularmen­ te en relación con las metaíunciones semánticas. Los trabajos sobre desarrollo lingüís­ tico infantil fueron continuados por otros investigadores, especialmente, Clare Painter. La enseñanza y la investigación en LSF también continuó en el Reino Unido, con Im­ portantes representantes que incluyen a Margaret Berry, Dlck Hudson, Chris Butler, Ro­ bín Fawcett, entre muchos otros. Otra rama se estableció en Toronto, Canadá, con Jim Benson, Michae! Cummings, Bill Greaves y Michael Gregory. La enseñanza de la LSF en nuestros días se lleva a cabo en todas partes del mundo. En su Introduction to Functional Grammar (1985[1994]:xxix-xxx), Halliday enumera las posibles aplicaciones de la teoría sistémico funcional: • para comprender la naturaleza y funciones del lenguaje; • para comprender lo que las lenguas tienen en común (es decir, cuáles son las propiedades de una lengua como tai y en qué difiere una lengua de otra); • para comprender cómo evoluciona una lengua a través del tiempo; • para comprender cómo se desarrolla el lenguaje de un niño y cómo pudo haber evolucionado en la especie humana; • para comprender la cualidad de los textos (por qué un texto significa lo que signi­ fica y por qué se lo valora como tal); • para comprender cómo varía la lengua, de acuerdo con el usuario y de acuerdo con las funciones que cumple; • para comprender los textos poéticos y literarios y la naturaleza del arte verbal; • para comprender la relación entre lenguaje y cultura y entre lenguaje y situación; • para comprender muchos aspectos del papel del lenguaje en la vida de una co­ munidad y de un individuo: el multilingüismo, la socialización, la ideología, la propa­ ganda, etc.; • para ayudar a aprender la lengua materna: lectura, escritura; • para ayudar a aprender lenguas extranjeras;

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• para ayudar a traducir e interpretar; • para escribir estudios de referencia sobre cualquier lengua (diccionarios, gramá­ ticas, etc.); • para comprender ¡as relaciones entre el lenguaje y el cerebro; • para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de patologías lingüísticas provocadas por daños cerebrales (tumores, accidentes) o por desórdenes congénitos como el autismo y el síndrome de Down; • para comprender el lenguaje de signos de los sordos; • para diseñar aparatos para mejorar la audición; • para diseñar sistemas para producir y comprender el discurso y para convertir tex­ tos hablados en escritos y viceversa; • para asistir en la interpretación de adjudicaciones legales; • para diseñar medios más económicos y eficientes para la transmisión de textos orales y escritos. En la presente edición hemos incorporado el Capítulo 7 que incluye la traducción de un artículo de Francés Christie en el que se amplían aspectos de los antecedentes de la teoría y sus desarrollos en el campo de la educación en Australia desde la década de 1960 a la actualidad.

2. Fundamentos de ta teoría 2.1. El lenguaje como semiótica social La Lingüística Sistémico Funcional (LSF) sostiene una concepción del lenguaje como un recurso para construir e interpretar significados en contextos sociales. Tenien­ do en cuenta que esta teoría se presenta como una herramienta para el estudio del lenguaje desde una perspectiva socio-semiótica, es importante aclarar desde el princi­ pio qué alcance le da Halliday a los términos “semiótica" y “social". Define a la semiótica como: "... el estudio general de los sistemas de signos, en otras palabras, como el estudio del significado en su sentido más general. (...) Pero para explicar esta noción general no podemos operar con el concepto de signo como una entidad. Tenemos que pen­ sar más bien en sistemas de significado, sistemas que operan con ciertos productos formales a los que llamamos ‘signos’, entendidos no como conjuntos de cosas aisla­ das sino como ‘redes de relaciones1. Es en este sentido que empleo el término ‘se­ miótica’ para definir la perspectiva desde la que quiero, considerar al lenguaje: el len­ guaje como uno entre otros sistemas de significado, que, en su conjunto, constituyen la cultura humana". (Halliday & Hasan, 1985:4)

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En un trabajo más reciente (Halliday, 2003:2} Halliday amplía este concepto diciendo que un sistema semiótico es un sistema de significación, y que el término “semiótica" implica "algo que tiene que ver con el significado" {semiosis}, de modo que un sistema de significación es un sistema mediante el cual se crean y se intercambian significados. “Los seres humanos emplean muchos sistemas semióticos, algunos muy simples y otros muy complejos, algunos están muy claramente definidos y otros son bastante confusos, en el sentido de que tienen límites poco claros y una organización interna plena de indeterminaciones." (Halliday, 2003:2) Los otros sistemas a los que alude son, en términos generales tres, eñ un orden de complejidad ascendente: 1) el sistema físico 2) el sistema biológico 3) el sistema social Un sistema físico es precisamente eso, un sistema físico. Un sistema biológico es un conjunto de sistemas físicos que tiene un rasgo adicional, la “vida". Un sistema so­ cial es un conjunto de sistemas biológicos (formas de vida) con un rasgo adicional que podemos llamar “valor". De manera que un sistema social es un sistema de tercer or­ den de complejidad, que es al mismo tiempo social, biológico y físico. "Podemos pensar entonces que un sistema semiótico pertenece a un cuarto orden de complejidad, porque es semiótico y social, biológico y físico: el significado se construye socialmente, se activa biológicamente y se intercambia a través de cana­ les físicos. ’' (Halliday, 2003:2) “De todos los sistemas semióticos, el lenguaje es la principal fuente de poder. Su potencial es infinito. Podríamos caracterizarlo como un sist&ma cuyo alcance se co­ rresponde con todos nuestros sistemas materiales, siempre capaz de mantenerse al tanto de los cambios en las condiciones materiales de nuestra existencia. Pero decirlo así otorga un privilegio demasiado grande a lo material: expresa una pers­ pectiva tecnológica de la condición humana. El lenguaje no es un reflejo pasivo de la realidad material; es un participante activo en la constitución de la realidad, y to­ dos los procesos humanos, ya sean manifiestos o meros fenómenos de conciencia, los marcos materiales o el mundo físico que nos rodea, todos son ei resultado de fuerzas que son al mismo tiempo materiales y semióticas. La energía semiótica es concomitante o complementaria de la energía material que produce cambios en el mundo. " (Halliday, 2003:4}

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Concebir al lenguaje como semiótica implica que debe entenderse como un modo (entre otros) de construir significados motivados social y culturalmente. En toda cultu­ ra hay otros modos de significar que quedan fuera de la esfera del lenguaje, por ejem­ plo, las formas artísticas (la escultura, la pintura, la música, el cine, la danza) pero tam­ bién, otros modos de comportamiento cultural, como las formas de Intercambio social y económico, las modas en el vestir, las estructuras del parentesco. Todos ellos son portadores y creadores de significado en la cultura. Sólo que el lenguaje ocupa un lu­ gar especial dentro de ese conjunto de sistemas semióticos. "En segundo lugar, tenemos el término ‘social’, que empleo para significar simultá­ neamente dos cosas. Una cosa es 'social' en el sentido de sistema social, al que considero como sinónimo de cultura, de manera que, cuando digo 'semiótica social' me refiero, en primera instancia a la definición de un sistema social o de una cultura, como un sistema de significados. Pero también, quiero darle al término una interpre­ tación más específica para indicar que nos ocupamos particularmente de las relacio­ nes entre el lenguaje y la estructura social, considerando a esta última como un as­ pecto del sistema social. ” (Halliday & Hasan, 1985:4) Esta concepción unificadora permite e! estudio del lenguaje en el contexto de la cul­ tura entendida como un sistema semiótico o, más bien, como un conjunto de sistemas semióticos (o sistemas de significación) interrelacionados. La cultura se interpreta así como un edificio de significados (Halliday, 1978) y el lenguaje como uno de los siste­ mas semióticos que la constituyen, cuya particularidad e importancia residen en que sirve de sistema de codificación para todos los demás. Algunos sostienen que el al­ cance del potencial de significación del lenguaje es equivalente a la totalidad de la semíosis humana, pero Halliday dice que esta cuestión sigue abierta al debate: "No estoy tan seguro. Algunos sistemas semióticos pueden ser inconmensurables como el lenguaje, como lo atestiguan los intentos fallidos de representar el significa­ do de una obra de arte.., El lenguaje puede ser un prerrequisito, pero no es necesario insistir en que es capaz de significarlo todo." (Halliday, 2003:4) La expresión "lenguaje como semiótica social" se emplea como concepto unificador de la distinción entre la lengua como "sistema" y la lengua como "Institución social”, tal como había sido establecida por la tradición saussureana.

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2.2. Orientaciones para estudiar el lenguaje Saussure había planteado que el lenguaje es un fenómeno: "... multiforme y heteróclito, a caballo entre diferentes dominios, a la vez físico, fisioló­ gico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al dominio social, y no se deja clasificar en ninguna de las categorías de ios hechos humanos, porque no se sabe cómo desembrollar su unidad." (Saussure, 1960:51) Halliday retoma en sus propios términos este planteo acerca del punto de vista para estudiar ei lenguaje. Sostiene que su orientación lo considera como un fenómeno fun­ damentalmente social (opuesto a individual) y que ei origen y desarrollo de su teoría se ha alineado más con las explicaciones de tipo sociológico que con las que provienen del campo de la psicología pero, al mismo tiempo ha sido empleada dentro de un mar­ co cognitivo general, y algunos de los trabajos más recientes de los lingüistas sistémicos están explorando su posible relevancia en las teorías neurolingüísticas y en las teo­ rías del aprendizaje (cf. Halliday, 1985[1994]:xxx). En un trabajo anterior (Halliday, 1978:22-26), había desarrollado esta cuestión par­ tiendo de la idea de que el individuo, en tanto espécimen biológico, está destinado a ser miembro de un grupo, pero, a diferencia de todas las demás especies, el organis­ mo humano individual logra esto mediante el uso de la lengua. Como tal, el ser huma­ no se relaciona con otros organismos semejantes e interactúa con ellos por medio del lenguaje. En otras palabras, en vez de considerar al grupo como derivación y exten­ sión del poder mental dado biológicamente al individuo, Halliday explica la naturaleza del individuo como derivación y extensión de su participación en el grupo. Por lo tanto, cuando dice "hombre social", no establece un contraste con “individuo1’, sino con “bio­ lógico y psicofísiológico". En el contexto de su teoría, esta distinción se plantea en términos de dos perspecti­ vas para el estudio del lenguaje: a) Intra-organismos: se refiere a su naturaleza biológica, éspécialmente como la capacidad, la estructura y el mecanismo interno del cerebro humano. Esta perspectiva implica enfocar el lenguaje "como conocimiento", y es característica de los estudios en pslcoiingüística. b) Inter-organismos: se refiere al comportamiento del individuo en un entorno so­ cial y sus interacciones con otros individuos. Esta perspectiva implica estudiar el len­ guaje "como comportamiento con otros" (es decir, como interacción social), y es ca­ racterística de la socioiingüística. Ambas orientaciones deben entenderse como complementarias. Estudiar la lengua , como conocimiento implica plantearse preguntas como éstas: ¿qué mecanismos del cerebro operan a! hablar y entender?, ¿cómo debe ser la estructura del cerebro para

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que el individuo pueda hablar y entender la lengua y también para que pueda apren­ der a hacerlo? No obstante, no podemos ignorar que la lengua siempre se usa y se comprende en un contexto. Conocer una lengua implica, entre otras cosas, saber cómo usarla para comuni­ carse con otros, cómo elegir las formas adecuadas al tipo de situación en que nos encon­ tramos (saber qué decir a quién y cuándo, según la expresión de Dell Hymes). Esto im­ plica que el comportamiento lingüístico también es un tipo de conocimiento, y entonces, aunque centremos nuestra atención en los aspectos sociales de la lengua, podemos plan­ tearnos: ¿cómo sabe el hablante usar adecuadamente la lengua en diferentes contextos? Esta posibilidad de integrar las dos perspectivas podría llamarse psicosociolingüística, y Halliday la caracteriza como el estudio del “comportamiento externo dei or­ ganismo considerado desde el punto de vista de los mecanismos internos que lo regu­ lan“ (Halliday, 1978:26). ' De alguna manera, esta perspectiva implica reconocer que la posibilidad (el poten­ cial) del individuo para interactuar con otros supone cierta base biológica común en la constitución interna de la propia especie humana (el funcionamiento neuronal); pero, al mismo tiempo implica que, para que el cerebro pueda realizar este procesamiento lin­ güístico, es imprescindible que se produzca la comunicación, la interacción con otros: "No hay duda de que el cerebro humano evolucionó hasta su forma actual mediante el proceso de comunicación de ios seres humanos entre si...” (Halliday, 1978:24). Su perspectiva para el estudio del lenguaje es fundamentalmente inter-organismos, es decir social y esto equivale a adoptar un criterio funciona! y justifica explícitamente que la razón por la que ha construido esta perspectiva es su interés en la construcción de una teoría que resulte pertinente para su aplicación en un contexto educativo: ",.. como las cuestiones que nos interesan especialmente son cuestiones educati­ vas, las dimensiones sociales del lenguaje nos parecen particularmente relevantes. El aprendizaje es por sobre todas las cosas un proceso social, y el medio ambiente en el que tiene lugar la educación es una institución social. Ya sea que la pensemos en términos concretos, en la escuela y el aula con sus estructuras sociales claramen­ te definidas, como en términos más abstractos, en el contexto más amplio del siste­ ma educativo escolar, o en el proceso educativo tal como es concebido por nuestra sociedad. El conocimiento se transmite, se crea y se recrea en contextos sociales, a través de relaciones sociales como las de padres/hijos, o maestrosialumnos/grupo de pares, [relaciones] que son definidas por las ideologías y por los sistemas de va■ lores de la cultura. Y las palabras que se intercambian en estos contextos adquieren significado en las actividades en las que se insertan,.que también son actividades sociales... ” (Halliday & Hasan, 1985 [1990]:5)

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En reíación con esta afirmación rescatamos también las apreciaciones citadas por Hasan & Perrert (1994): *La lingüística aplicada no necesita un modelo del lenguaje como sistema autóno­ mo que evoluciona por fuera de la interacción humana; ni tampoco una teoría física del desarrollo mental en la que la cognición se equipare simplemente con un equi­ pamiento biológico humano cuyo desarollo sigue una senda preestablecida por la naturaleza (Piaget 1960, 1973; Brown 1973; Krashen 1987) como sí la historia interaccional del individuo no jugara ningún papel en este proceso. Estos modelos del lenguaje y de la cognición humana no logran dar cuenta de las complejas relacio­ nes entre enseñar, aprender y hablar, porque el origen de esta complejidad es más social que biológico. Candlin (1991:vi) sostiene que la lingüística aplicada necesita una 'base teórica social que fundamente sus principios y sus actividades’. Pero esta ‘base social‘ no es un extra opcional que se agregaría a la lingüística propiamente di­ cha; sino más bien, un requerimiento esencial para proponer un modelo de la lengua que dé cuenta del carácter multifacético del lenguaje, al mismo tiempo físico, bioló­ gico, social y semiótico." (Halliday, citado por Hasan & Perrert, 1994)

2.3. Organización estratificada dei lenguaje Considerado en relación con el orden social, el lenguaje es un recurso, una red de (sub)slstemas de opciones para la construcción/interpretación de significados, un siste­ ma complejo que posee la propiedad formal de estar estratificado en niveles, estratos o (subsistemas funcionales que tienen entre sí una relación jerárquica y constitutiva. En el modelo SF el contexto es un componente esencial de la teoría. El término téc­ nico que designa a los componentes de la teoría lingüística es el de estratos, y e¡ con­ texto es entonces el esfrafo superior en la teoría del lenguaje. Los estratos del mode­ lo se muestran en el Diagrama 1, donde la línea más oscura muestra el límite entre el estrato lingüístico externo del contexto y ¡os otros tres estratos lingüísticos internos (la semántica, la léxico-gramática, la fonología/grafología}. Al incorporar el estrato del contexto, se produce una teoría estratificada. La descripción lingüística comprende así cuatro estratos, vinculados entre sí por una relación lógica de realización, es decir, de construcción / activación. (Este tema se amplía en el Cap. 3.)

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De acuerdo con esto, el contexto es parte integrante del modelo funcional para des­ cribir el lenguaje y el sistema lingüístico estratificado está "incrustado" en el contexto. Decir que el lenguaje está estratificado de este modo implica que así es como quere­ mos explicar al lenguaje. El estrato semántico es la interface de! lenguaje con el mundo extralingüístico (cf. Halliday & Matthiessen, 2004:28). El término “estrato” implica una metáfora de espacio vertical, por lo que si nos coloca­ mos en el estrato interno de la léxico-gramática, el estrato "superior” es el de la semán­ tica, el estrato “inferior" es el de la fonología. La perspectiva de una gramática funcional otorga prioridad a la visión "desde arriba”, es decir, implica que la gramática se entiende como un recurso para construir significados (cf. Haliiday & Matthiessen, 2004:31).

2.3.1. Algunas propiedades generales de las gramáticas Parece razonable sugerir que una teoría gramatical debería ser capaz de represen­ tar todos los sistemas y procesos de significación sin dejar afuera ningún subconjunto de características especiales pertenecientes a una esfera aparte (la “pragmática"), ya que estas características especiales también se construyen con el lenguaje, es decir, lingüísticamente. La gramática funciona como una totalidad, construyendo todas las experiencias humanas que pueden ser comunicadas, y poniendo en acto todas nues­ tras relaciones intersubjetivas. Y lo hace, en cada contexto. Por eso es necesario esta­ blecer también un modelo del contexto. Pero éste no depende de refuerzos externos. Por cierto, existen los gestos y ias expresiones faciales que refuerzan {pragmáticamen­ te) las expresiones lingüísticas, pero el hablante también tiene que poder manejarse sin estos refuerzos no-lingüísticos, como lo hace, por ejemplo, cuando habla por telé­ fono, o cuando escribe.

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La cuestión clave aquí es ¿qué es lo que permite lograr esto a la gramática de una lengua natural? Algunas de ias propiedades que poseen ias gramáticas de las lenguas naturales para lograr esto son las siguientes: 1) Son comprehensivas: pueden significar cualquier cosa que queramos signifi­ car, incluso los sueños. Sólo muy pocas experiencias no pueden ser construidas con el lenguaje. Esto no es extraño, porque la capacidad ideacional dei lenguaje evolucionó como depósito o repositorio de la experiencia humana. Donde ia lengua suele fallarnos es en el nivel ¡nterpersonat, pero aquí admitiremos que, en realidad, no es la gramáti­ ca la que nos falla, sino nuestra incapacidad de negociar los escollos y pantanos de nuestras interacciones con otros. Pareciera que no hay relación que no pueda ser esta­ blecida en la lengua, desde la más íntima a la más formal, y desde la más particular a la más sistemática. La consecuencia de esta característica de la gramática para la teo­ ría gramatical es la de establecer un modelo del sistema como una red de significados potenciales. Cada “texto" (Instancia del uso lingüístico) obtiene su significado de ese potencia!, de manera que describimos al texto como el producto de las múltiples se­ lecciones realizadas en cada uno de los caminos o rutas recorridos a través de la red. 2) Son extravagantes: la gramática ofrece múltiples perspectivas, diferentes ángu­ los o maneras de ver las cosas. A menudo exhibe complementariedades o diferentes construcciones de la experiencia (el tiempo y el aspecto como teorías del tiempo; o el transitivo y ei ergativo como teorías de la agencia o de ia causalidad) que se contradi­ cen entre sí, pero donde la contradicción ofrece nuevos significados y posibilidades no predecibles de significar. Las consecuencias para ia teoría gramatical: en principio no existe una única manera de representar gramaticaimente un fragmento de texto, pero las diferentes representaciones están sistémicamente relacionadas. 3) Son telescópicas: las gramáticas tienen una mirada de largo alcance, cargan con ellas su historia, tanto desde ei punto de vista del sistema (en la evolución de la lengua) como de cada instancia de su uso {en el desarrollo de un texto). Sistémica­ mente, la gramática elaborada de un adulto se construye sobre su gramática origi­ nal tal como se desarrolló en el aprendizaje infantil de su iengua materna y carga los restos/rastros de los significados aprendidos a lo largo de su vida, como niño, como adolescente, como adulto (recapitula eplgenéticamente la trayectoria evolutiva de la lengua). Instancialmente, la gramática de cada texto conserva su historia, haciendo re­ botar (ir y volver) los significados, por ejemplo, mediante la anáfora Las implicaciones para la teoría: se establece un modelo histórico del sistema, prestando especial aten­ ción a las características de transición y a los cambios que se filtraron a una región de la gramática (por ejemplo, el "síndrome” de cambios que tuvieron lugar cuando se es­ tandarizó la lengua). Se trata de establecer un modelo "logogenético" del texto, como

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proceso de creación de significado; su estructura potencia!, su desarrollo temático, su movimiento dialógico, sus métodos de argumentación, etc. 4) No son autónomas: las gramáticas no constituyen sistemas autónomos sino que interactúan con su entorno. Primero, el lenguaje mismo no es autónomo, es una parte de la historia humana que evolucionó: a) en el curso de la evolución de! cerebro humano, b) en el contexto de las culturas humanas emergentes, c) junto a otros sis­ temas semióticos (particularmente el arte visual, ya que la escritura evolucionó a partir de la conjunción de ambos), d) en el medio ambiente del mundo material. En segun­ do lugar, en el interior del lenguaje, la gramática no es autónoma, evolucionó a partir de deconstruir en dos estratos (uno semántico y otro gramatical) su “contenido llano" original (tal como se observa, por ejemplo, en la protolengua de los niños antes de en­ trar a su lengua materna, y también en los “lenguajes” de otras especies). En este pro­ ceso, lejos de convertirse en una "sintaxis autónoma", la gramática siguió ligada ma­ terialmente a la semántica. Las gramáticas se configuran así en una tensión con los demás estratos lingüísticos y con sistemas/procesos semióticos de diverso tipo. Tam­ poco el texto es un proceso autónomo. El texto (oral o escrito) siempre se produce y se comprende en contexto. Implicaciones para la teoría gramatical: el lenguaje se plantea como un sistema socio-semiótico, y la gramática en términos funcionales, relacionada externamente con el contexto cultural e internamente con la semántica. Funcional no implica "en lugar de forma!”, sino "además de formal", ya que es necesario explicar las palabras y las estructuras por medio de las cuales se construye el significado. El texto se explica en relación con su contexto de situación y en relación con cada una de las “metafunciones". 5) Son variables: cambian de acuerdo con las condiciones. Una gramática cons­ tituye un espacio semiótico multidimensional que incluye una gran cantidad de varia­ ción, variedades de la lengua que explotan o destacan selectivamente diferentes re­ giones de ese espacio semiótico: a) la variación dialectal, que tiene que ver de manera típica con la variación en el plano de la expresión (el significante), aunque los dialectos también pueden variar en el plano del contenido, particularmente en la dimensión en­ tre dialectos estandarizados y no estandarizados; b) la variación funcional o registro, que es la variación que se asocia con las diferentes funciones de una lengua en Sa so­ ciedad, los diferentes tipos de actividades en que se involucran las personas. Cuando aparecen nuevas actividades, como ocurre cuando se producen importantes cambios tecnológicos, aparecen nuevos registros que abren nuevas regiones en el espacio se­ miótico; c) también existe variación ¡diolectal, diferentes hábitos de significado entre un hablante y otro, o en el interior de pequeños grupos sociales. Implicaciones para la teoría gramatical: la variación tiene que ser explicada como una característica normal de la lengua. Las variedades no son lenguas diferentes, y tampoco gramáticas diferen­

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tes; las diferencias no son categóricas, sino cuestiones de frecuencia relativa, Esto im­ plica que ias teorías gramaticales deben incorporar las probabilidades. 6) Son indeterminadas: funcionan con tendencias y aproximaciones. Una lengua no es un inventario de estructuras bien formadas; por el contrario, es un recurso alta­ mente indeterminado, abierto, no cerrado, para construir e intercambiar significados. Entre las indeterminaciones de la lengua, Halliday se refiere a: • las ambigüedades, donde una distinción en el significado se oscurece por identi­ dad de forma; y también a las indeterminaciones en el significado: • las escalas de grado (clines) en las que las distintas categorías que la integran se oscurecen mutuamente porque no existen límites claros entre cada una; • las superposiciones, categorías que superponen rasgos compartidos entre ellas; • las mezclas (blends), categorías que combinan dos o más rasgos constitutivos. Implicaciones para la teoría gramatical: las lingüísticas formales siempre conside­ raron las indeterminaciones como características patológicas de una lengua, algo que es necesario extirpar por ía operación quirúrgica de la idealización. En realidad, se tra­ ta de una característica positiva, sin la cua! las lenguas no serían capaces de mani­ festar su riqueza y su variedad, de manera que es necesario otorgarle un lugar en la teoría. El verdadero desafío es lograr encontrar explicaciones generalizadas y significa­ tivas de esas indeterminaciones, sin imponerles una exactitud artificiosa.

2.4. La concepción sistémico funcional de ia teoría El nombre de la teoría deriva de la doble perspectiva que la orienta: una concepción sistémica y una concepción funcional. Consideraremos en primera instancia la con­ cepción funcionaiista.

2.4.1. Perspectiva funcional: organización “metafunciona!” del lenguaje Sostener que el aspecto social es parte del lenguaje mismo implica aceptar que el sistema lingüístico tiene un principio funcional subyacente {Hasan & Perrert, 1994). No obstante, los términos "funcional", "función" tienen en esta teoría un alcance distinto al de otras teorías funcionalistas. En general, el funcionalismo define al lenguaje por su función comunicativa, como una herramienta "útil” para realizar los propósitos comunicativos de los hablantes, y por ello la noción de "función" muchas veces se considera como equivalente a- "uso lingüístico" (Leech, 1983; Wilkins, 1976). Sin duda, el uso es una función del lengua­ je, y esta afirmación puede ser observada empíricamente, pero esto no implica que

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la noción de "uso" permita comprender la naturaleza interna del lenguaje. Una teo­ ría funcionalista que se limite a afirmar la utilidad del lenguaje y a reconocer sus usos, será capaz de realizar un inventario de los "modos de hablar” de una comunidad y de las funciones típicas del lenguaje en esa comunidad especificando “quién dice qué a quién y cuándo" {Hymes, 1986), pero no será capaz de explicar muchas otras impor­ tantes cuestiones que tienen que ver con su funcionamiento interno como sistema (cf. Hasan & Perrert, 1994), La LSF denomina “registros" a estas funciones del lenguaje (cf. Halliday 1974,1977, Halliday y Hasan 1989; Hasan 1973), pero los “repertorios de registros” no son idén­ ticos en las distintas comunidades lingüísticas. Si,quisiéramos hacer un inventario de los registros que se usan en una comunidad veríamos que conforman una lista de final abierto: siempre es posible agregar un nuevo registro, varios registros pueden combi­ narse entre sí y formar un nuevo, y, además, los usos antiguos que configuran un regis­ tro pueden coexistir con otros, o pueden dejar de emplearse y ser sustituidos (Halliday 1973,1974). En este sentido, las funciones del lenguaje no son universales. Sin duda toda lengua es una herramienta útil para sus hablantes, pero los usos o registros que funcionan y se usan efectivamente en una determinada comunidad no agotan todas las posibilidades del sistema lingüístico como tal. La LSF agrega que, si la teoría pretende postular el aspecto social como parte inhe­ rente al sistema lingüístico, no puede limitarse a enumerar sus usos: debe mostrar cuál es la relación dialéctica que se establece entre los usos sociales y el sistema. Para ello debe darse un alcance más amplio a la noción de "función" y se propone el término "metafunción” para referirse a esas funciones más abstractas que son una propiedad inherente a todas las lenguas. En ese nivel de abstracción es posible pensar que ias funciones son inherentes a todos los usos del lenguaje, y sólo entonces las funciones se pueden entender como una propiedad de todo el proceso lingüístico social como tal. El lenguaje puede cum­ plir múltiples y diversas funciones según las diferentes culturas, pero algunas de ellas se conciben como comunes a todas las culturas. “El lenguaje es una parte natural del proceso de la vida. Usamos el lenguaje para interactuar con otros, para construir y mantener nuestras relaciones interpersonales y el orden social que subyace a ellas; y ai hacerlo, interpretamos y representamos el mundo para otros y para nosotros mismos; también se usa para 'almacenar’ la expe­ riencia personal y colectiva que se construye en ese proceso. Es (entre otras cosas) una herramienta para representar el conocimiento o, para considerarlo en términos del lenguaje mismo, para construir significado." (Matthiessen y Halliday, 1999) Estas son las metafunciones: interactuar con otros, representar e interpretarla expe-

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rienda del mundo (externo e interno) y organizar y construir textos significativos, en ios contextos en que se emplean. Halliday distingue así algunas metafunciones básicas o generales del lenguaje: 1)' Interpretar y representar nuestra experiencia, reduciendo la infinita variedad de los fenómenos del mundo físico y ios de nuestro mundo interno o mental (los procesos de conciencia) a un número manejable de clases o tipos de fenómenos, tipos de pro­ cesos, de acontecimientos, de objetos, de instituciones, de gente, etc. (función ideativa experiencial). 2) Expresar algunas relaciones lógicas elementales como "conjunción", “disyun­ ción", "causalidad”, "condición", etc. (función ideativa lógica). 3) Expresar nuestra participación en la situación comunicativa en la que estamos in­ volucrados: los roles que asumimos e imponemos o adjudicamos a los demás (hablan­ te/oyente, padre/hijo, profesor/alumno, sacerdote/feligrés, compañero, amigo, etc.); nuestras actitudes, deseos, sentimientos, juicios y creencias (función interpersonal). 4) El lenguaje ofrece los recursos para que el hablante pueda realizar esas funcio­ nes en un texto organizado y cohesivo, un discurso pertinente a la situación comunica­ tiva, es decir un texto coherente (función textual). En el siguiente cuadro se caracterizan las tres metafunciones según la definición que de elias da Halliday y en relación con otras denominaciones de cada función en otras tipologías de funciones del lenguaje.

Caracterización

Denominaciones relacionadas con esta función en otras tipologías

Ideativa o

1. Experiencial

Ideacional

2, Lógica

Formación de ideas. Interpretación

Semántica

y representación de la experiencia

Representativa ■

del mundo que nos rodea y del

Denotativa

mundo interior.

Cognitiva

Recursos para establecer relacio­ nes lógico-gramaticales.

Interpersonal

interacción entre habíante y oyente

Conativa - expresiva

Asignación de roles de habla y

(pragmática)

observaciones modal-aclitudinales. Textual

Organización del contenido ideativo

Pragmática discursiva

e interpersonal como texto cohesi­

Perspectiva funcional de la oración

vo y coherente.

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Estas son las funciones básicas o las metafunciones del sistema semántico. Dentro del sistema lingüístico, el sistema semántico tiene una organización interna en la que se codifican las funciones sociales del lenguaje. Estos componentes funcionales son los modos de significación que se hallan presentes en todo empleo dei lenguaje en contexto social, La organización funcional de la semántica simboliza la estructura de la interacción humana (la semiótica de los contextos sociales) y las metafunciones son abstracciones basadas en un análisis de ia situación social dentro de la cual se inser­ ta el lenguaje, lo que técnicamente se denomina el contexto de situación, que es una abstracción de la-situación comunicativa. En resumen: • se propone un concepto abstracto de la metafunción; • las metafunciones no son algo que se encuentre en algún punto específico del lenguaje: cuando se dice que el lenguaje es metafuncional lo que se quiere decir es que el principio subyacente del lenguaje es la funcionalidad; • las metafunciones no se limitan a un único estrato del modelo: "resuenan" a todo lo largo del sistema y el proceso del lenguaje, actuando como principio subyacente de su organización; • el principio metafuncional “ordena” los hechos del entorno_social de los hablan­ tes para la interacción lingüística y también para los estratos de la semántica y la léxico-gramática; • estos dos estratos constituyen el plano "inteligible” del lenguaje y la relación que existe entre ellos no es arbitraria, sino natural; • esto contrasta con la relación arbitraria que existe entre Ja fonología y la léxico-gramática y el significado, a la que se suele denominar relación convencional: • la fonología no define la naturaleza de una unidad al nivel de la forma o del sig­ nificado; • en cambio, el valor de una unidad semántica sí es definido por la gramática que la construye, y su significación se define en relación con el contexto; • estos tres estratos: contexto, significado y expresión verbal (wording) son en rea­ lidad tres perspectivas sobre el fenómeno de la semiosis humana; ninguna de las tres puede ser dejada de lado sin distorsionar ia descripción del lenguaje.

2.4.2. Perspectiva sistémica de la teoría. Distinción entre sistema y estructura "La teoría 'sistémica' es una teoría del significado como opción, por io que una len­ gua o cualquier otro sistema semiótíco se interpreta como una red de opciones Ínterconectadas." (FG, 1985 [1994]:xiv)

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El término sistémica con el que Halliday da nombre a su teoría lingüística se deriva de que el concepto central de su gramática es el de "sistema”. La noción de sistema. que Halliday toma como punto de partida fue definida en su sentido técnico por Firth (1957), y contrasta con la noción de estructura, de este modo: Sistema -> representación teórica de la red de paradigmas disponibles. Estructura -> configuración de las opciones concretas que se realizan en ias rela­ ciones sintagmáticas. La lingüística estructural redujo la dimensión paradigmática del lenguaje a su di­ mensión sintagmática, es decir al análisis de los constituyentes inmediatos: se asig­ naron conjuntos de palabras a clases o categorías basándose en que esos elementos ocurrían en el mismo lugar en el sintagma. Sin duda éste es un componente esencia! de la organización del sistema, pero, la teoría sistémica sostiene que la construcción del significado implica realizar opciones, es decir, la selección entre un conjunto de po­ sibilidades que se realiza en un entorno particular. El poder del lenguaje reside funda­ mentalmente en su organización como una enorme red de opciones interrelacionadas entre sí. Esto permite definirlo como una red de sistemas, que es de donde la teoría sistémica toma su nombre. La organización sintagmática o estructura es interpretada entonces como realiza­ ción de opciones dentro de ia red de paradigmas que constituyen el sistema. Un sistema se define en general como un conjunto de opciones con una condición de entrada, lo que implica: a) un conjunto de posibilidades, entre las cuales el hablante debe elegir una, b) que esa elección se realiza en relación con las condiciones que la favorecen [lo que se dijo antes, lo que se va a decir (el co-texto) y la situación comunicativa (el contexto)], c) la red de opciones es de final abierto. El hablante de una lengua, como persona comprometida en cualquier tipo de com­ portamiento culturalmente determinado, lleva a cabo, simultánea y sucesivamente, una serie de elecciones distintas. Y én cualquier momento, en el contexto de las elecciones realizadas hasta ese momento, se favorece un cierto orden de futuras elecciones. Por ejemplo:

Paradigma

Opciones disponibles

Realización (condiciona la selección del orden de los constituyentes y la figura de entonación)

Actitud del hablante

Declarativa

Juan compró el diario

Sistema de modo

Interrogativa

¿Compró Juan ei diario?

Imperativa

Compré el diario, Juan

(Modalidad)

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3. El sistema, ia gramática y el texto A diferencia de los estudios desarrollados en las primeras décadas del siglo XX a partir de las ideas de Ferdinand de Saussure, ios lingüistas funcionalistas (Escuela de Praga, Funcionalismo francés, Escuela de Londres, Escuela de Copenhague) conside­ raron que el objeto de la lingüística es tanto el sistema como el texto. En continuidad con esta tradición funcionalista, Halliday afirma que: "Tiene escaso valor producir una elegante teoría del sistema sí no es capaz de dar cuenta del modo en que el sistema engendra el texto; y de la misma manera, de poco sirve explayarse sobre el texto si no se lo relaciona con el sistema que está de­ trás de él, porque cualquiera que comprende un texto sólo puede hacerlo porque co­ noce el sistema. El análisis del discurso debe fundarse en un estudio del sistema de la lengua. AI mis­ mo tiempo, la principal razón para estudiar el sistema es que permite echar luz sobre el discurso -lo que las personas dicen y escriben y escuchan y leen- De otro modo, no será posible comparar un texto con otro, o con lo que pudo haber sido pero no es. Y quizás lo más importante, sólo partiendo del sistema podremos ver al texto como un proceso”. (Halliday, 1985/1994:xxii) La noción de sistema permite representar al lenguaje como un recurso es decir como el conjunto de opciones de que dispone el hablante de una lengua, aunque en realidad, siempre se tratará de un dialecto o variedad de una lengua (ver Cap. 2). El hablante emplea estos recursos seleccionando en cada ocasión las opciones que considera más adecuadas a sus necesidades comunicativas. De este modo, las op­ ciones realizadas constituyen una determinada estructura y organizan un texto ade­ cuado a la situación. Halliday destaca la importancia de la gramática para el análisis de los textos (cf. Ha­ lliday, 1985/1994:xvi. No obstante, si volvemos a la representación estratificada del mo­ delo propuesto (Diagrama 1) será fácil advertir que el nivel léxico gramatical no puede desvincularse de la semántica y la fonología. El aspecto funciona! de la teoría requiere mostrar la relación dialéctica que existe entre las opciones realizadas en los textos y las opciones que ofrece el sistema como potencial de significados. Los significados ideativos interpersonal y textual se realizan a través de la selección de opciones que ofrece ia. léxico gramática de una lengua .y se proyectan en !a cláusu­ la que es la unidad básica de la gramática sistémico funcional. Junto a ía cláusula tenemos la entonación y el ritmo. Por debajo de la cláusula nos encontramos con los rangos inferiores: el rango del grupo, la palabra, el morfema. Por encima de ia cláusula nos encontramos con el texto como un todo: el rango de la oración como complejo de cláusulas.

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Alrededor de la cláusula Aquí se considera la organización textual de las cláusu­ las: la estructura temática (basada en las funciones de Tema-Rema), y la estructura de la información (basada en las funciones de Dado-Nuevo) (Haliiday, 1985/1994:308) (ver Cap. 4). Juntos, los sistemas temático y de información constituyen los recursos internos para estructurar la cláusula como un mensaje, es decir, para darle un estatus particular en relación con el discurso que la rodea. Pero, para que una secuencia de cláusulas o un complejo de cláusulas constituya un texto es necesario algo más que otorgar una estructura interna apropiada a cada cláusula. También es necesario expíicitar las rela­ ciones externas entre una cláusula (o un complejo de cláusulas) y otra, y de una mane­ ra que no depende de la estructura gramatical. Este recurso no estructura! para construir el discurso es lo que Halliday denomina cohesión (cf. 1985/1994:309) (ver Cap. 5). En el nivel de la cláusula. En este nivel se combinan tres estructuras derivadas de las tres metafunciones: a) las estructuras de transitividad que expresan el significado ideativo (la cláusula como representación: de qué trata la cláusula) (ver Cap. 4), b) las estructuras de modo que expresan el significado interpersonal (la cláusula como intercambio verbal entre un hablante-escritor y su/s interiocutor-lector/es) (ver Cap. 4), c) las estructuras temáticas que expresan la organización del texto como mensaje (cómo se relaciona la cláusula con el discurso que la rodea y con el contexto de situa­ ción en el que se produce) (ver Cap. 4). Estos tres conjuntos de opciones determinan juntos la configuración estructural de la cláusula.

3.1. La escala de instanciación No es sencillo explicar cómo está organizado el lenguaje y cómo se relaciona esta organización con la función que cumple el lenguaje en la vida humana. En este intento se cruzan dos perspectivas: por un lado, la perspectiva del lenguaje como un sistema y, por el otro, la de! lenguaje como texto. No obstante, es preciso destacar que no se trata de dos fenómenos independientes, sino del mismo fenómeno considerado desde dos puntos de vista. El sistema y el texto se relacionan entre sí mediante el concepto de "instanciación". El sistema se “instancia" en la forma de un texto. El sistema y el tex­ to son los dos polos de una escala de instanciación. Entre ambos polos se encuentran los patrones intermedios, lo cuales pueden con­ siderarse desde el polo del sistema como sub-sistemas, y desde el polo del texto (ins­ tancia), como tipos de instancias. Si comenzamos por ei polo de la instancia estudia­ mos un texto particular, cuándo nos movemos hacia un conjunto de textos similares de acuerdo con un determinado criterio, podemos identificar sus patrones comunes como

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tipos de textos. Cuando identificamos un tipo de texto nos movemos en la escala de instanciación hacia el polo del sistema. Si partimos desde el poio del sistema, los tipos de texto pueden interpretarse como registros, es decir, como una variedad funcional dei lenguaje, asociada a un determinado tipo de situación (ver Cap. 2).

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Capítulo 2. El lenguaje en la cultura y la vida social. Dialectos, registros, géneros

1. El lenguaje en la cultura y en la vida social Halliday {1973:48) sostiene que una de las preocupaciones de la década del 70 fue la del hombre como ser social, no en relación con una entidad abstracta como "la so­ ciedad", sino el ser humano en su relación con otros. Y las relaciones que mantienen los seres humanos entre sí {las relaciones sociales) pueden considerarse un aspec­ to de la relación de! ser humano con su medio ambiente, sólo que en este caso el in­ terés no se centra en el ambiente físico, sino en el ambiente humano. Esta idea nos ofrece una perspectiva sobre el lenguaje, en la medida en que gran parte del compor­ tamiento de los seres humanos en reiación con su entorno social es comportamiento lingüístico. De este modo puede decirse que ocuparse del hombre social presupone ocuparse de! lenguaje. El lenguaje ocupa un lugar central como medio de transmisión cultural. El niño nace y se desarrolla en un mundo de palabras. La cultura se transmite al niño primero y an­ tes que nada mediante el lenguaje, en ia interacción cotidiana con el grupo del que for­ ma parte, con la familia, con el grupo de pares, en el barrio y, más tarde, en la escue­ la. La construcción de la realidad es inseparable del entorno social y cultural en el que se adquiere el lenguaje. Así, al tiempo que aprende el lenguaje en interacción, el niño se va formando una imagen de la realidad que está a su alrededor y en su interior, in­ terpreta y representa su experiencia en ei mundo físico, social y psíquico, es decir, se convierte en miembro de una (sub) cultura. En ese proceso social de adquisición de la lengua materna, la construcción de la realidad es inseparable de la construcción del sistema semántico en el que está codifi­ cada esa realidad. La subcultura a la que pertenece el niño tiene una organización se­

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miótica que regula el proceso por el cual se incorpora como miembro de esa subcultura, la cual es parte de la estructura jerárquica de la sociedad. "En ese sentido el lenguaje es un potencial de significado compartido, a la vez una parte de la experiencia como una interpretación intersubjetiva de la misma. ” (Halli­ day, 1978:10) La vestimenta, los hábitos alimentarios, las formas de saludar, los gestos, la mane­ ra de ocupar el espacio, y todas las formas de comportamiento social y cultural tam­ bién son sistemas semióticos en tanto construyen significados sociales compartidos, es decir, reconocibles para los miembros de una cultura. Pero la lengua es un sistema semiótico particular. No sólo permite a sus usuarios referir y representar su experiencia de la realidad, y con ello, construir un sentido de la realidad, sino también representar­ se una imagen de sí mismo y de las relaciones que tiene con los demás. Y su impor­ tancia en la cultura y en la vida social no se agota en estas funciones. La expresión "hablarla misma lengua" implica en cierto sentido que dos o más per­ sonas reconocen y emplean ¡os sonidos y los signos de esa lengua para construir o entender el significado de los mensajes que se intercambian en un encuentro. Pero ad­ quiere sentidos que están mucho más allá de esto. Cuando decimos algo como “con Fulano o Mengana hablamos la misma lengua” estamos señalando un aspecto positivo de nuestra relación con esa persona, algo que tiene que ver con la afinidad o la cer­ canía que nos une a ella. Sí estamos en un país donde no se habla nuestro idioma y nos encontramos con un compatriota, aunque sea un perfecto desconocido, el simple reconocimiento de que hablamos la misma lengua parece suficiente para provocar un sentimiento de acercamiento con esa persona aunque, en este caso, la afinidad se re­ duzca a reconocer los sonidos, las palabras o cierta entonación: “Iba caminando y es­ cuché: ‘che, miré esa mina’, y de pronto, me sentí como en casa". En cambio, si estamos en el lugar donde vivimos, el empleo de esta expresión im­ plica algo más, y parece indicar algo que se acerca más a la empatia con la otra per­ sona, algo como: “hablábamos la misma lengua: nos gustaba el mar, los mismos libros, la misma música, nos reíamos de ios mismos chistes, pensábamos lo mismo, nos mo­ lestaban las mismas cosas, yo sabía lo que él iba a decir antes de que lo dijera, él sabía cuándo tenía que-quedarse callado y yo también". En este último caso, el empleo de esta expresión hablar la misma lengua parece referirse a algo que podemos entender como compartir una visión del mundo, un conjunto de valores, creencias y actitudes acerca de cómo son las cosas, cómo comportarse, qué cosas importan, cuáles care­ cen de sentido, es decir, la construcción de una perspectiva compartida de la realidad. Pero el lenguaje no sólo sirve para construir un mundo de "sentido común”, para conocer, reconocer y afirmar aquello con ¡o que estamos de acuerdo, para establecer

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identidades y afinidades grupales, en definitiva, para transmitir y reproducir la particu­ lar visión del mundo de una cultura. Es también una herramienta para crear y re-crear, para discutir y cuestionar la realidad que nos rodea, para proponer cambios sociales y culturales, para imaginar realidades alternativas.

2. El significado y el contexto. Contexto de cultura y contexto de situación Las nociones de contexto de cultura y contexto de situación fueron propuestas por Firth a partir de los escritos de B. Malinowski. Gran parte de la investigación llevada a cabo por Malinowski se realizó en las islas Trobriand. del Pacífico Sur, cuyos habitantes tenían una economía basada principal­ mente en la pesca y la recolección y hablaban una lengua conocida como kiriwinian. Al tratar de exponer los resultados de su trabajo de campo, que habían sido realiza­ dos empleando la lengua de los nativos, Malinowski se encuentra con el problema de interpretarlos y volverlos inteligibles para lectores de lengua inglesa. Para ello empleó varios métodos: a) la traducción libre resultaba inteligible, pero no lograba transmitir nada interesan­ te sobre la cultura estudiada, b) traducción literal, imitaba la lengua original pero se volvía ininteligible, por ello, c) optó por ofrecer comentarios minuciosos, que ubicaban al texto en su contexto viviente. Por ejemplo, para explicar una expedición de pesca en la que los isleños, que vi­ vían en las costas de una laguna, salían en sus canoas para internarse en mar abierto. Al regresar con su carga de peces los nativos debían enfrentar los peligros de nave­ gar por una ruta de arrecifes antes de ingresar nuevamente a la laguna. Y en esa ruta mantenían una permanente comunicación con los que estaban en ia costa esperándo­ los. Constantemente se gritaban instrucciones que parecían ser similares a las que se intercambian para ayudar a aterrizar a un avión; y además, parecía existir una especie de carrera o de competencia entre las distintas canoas. Malinowski advierte que éste era un lenguaje fuertemente pragmático, que estaba ligado a las acciones que se lle­ vaban a cabo y que resultaba prácticamente imposible entender los mensajes a me­ nos que se supiera qué es lo que estaba oourriendo. En 1923 acuñó la expresión contexto de situación para designar al entorno vivien­ te total que rodea a un texto, y que incluye al contexto verbal y a la situación en la que ese texto se enuncia, Al principio, Malinowski creía que la noción de contexto.de situación era imprescin­ dible cuando se estudiaba una lengua “primitiva”, la lengua de una cultura ágrafa, pero no, en cambio, para estudiar las "grandes lenguas civilizadas”. Sin embargo, hacia 1935, ya había llegado a ¡a conclusión de que estaba equivocado:

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"Opuse el habla civilizada y científica a! habla primitiva, y sostuve que los empleos teóricos de las palabras en los escritos filosóficos y científicos estaban desprendidos de sus fuentes pragmáticas. Era un error, y un error serio. Entre el uso primitivo de las palabras y los usos más teóricos y abstractos, sólo existe una diferencia de grado. En última instancia, el significado de todas las palabras se deriva de la experiencia como un todo." (Malínowski, 1935:58) Pero también vio que para ofrecer una descripción adecuada era necesario agregar algo que estaba más allá de la situación inmediata. No sólo era necesario aportar in­ formación acerca de lo que estaba ocurriendo en el momento de enunciar un mensaje, sino también sobre el trasfondo cultural más ampiio que permitía interpretar y dar senti­ do tanto a lo que se estaba haciendo como a lo que se estaba diciendo. Y a este con­ texto ¡o denominó contexto de cultura. La teoría semántica de Firth se basó en el concepto de contexto de situación, que él definió como una serie de categorías abstractas por medio de las cuales esperaba dar cuenta de todos los factores relevantes comprometidos en el uso y la comprensión de una emisión. Para Firth esas categorías relevantes eran: • las características de los participantes • la acción: verbal y no verbal • los objetos relevantes • los efectos de ia acción verbal Como Malinowski, Halliday considera que ambos contextos son imprescindibles para íograr una interpretación adecuada de un texto, en cualquier lengua y en cual­ quier cultura. Los contextos culturales específicos pueden ser diferentes, las activida­ des en las que se comprometen las personas pueden ser diferentes de un lugar a otro, o de un tiempo a otro; pero el principio genera! de que.toda lengua debe ser compren­ dida en su contexto de situación y de cultura es váiido para cualquier comunidad en cualquier estadio de su desarrollo. Por ello, en su teoría se retoman y redefinen los dos conceptos de Malinowski (Haliiday, 1978): • El contexto de cultura: comprende todo el sistema semántico del lenguaje (es una construcción teórica ideal). • El contexto de situación: es una representación abstracta del entorno en térmi­ nos de ciertas categorías generales que tienen importancia para el texto. Sólo deben considerarse aquellas características que son pertinentes al discurso que se está pro­ duciendo. Se refiere a todos los factores extralingüísticos que tienen importancia en el texto mismo. Los factores irrelevantes no se tienen en cuenta. Por ejemplo, ei frío pue­ de ser relevante para una conversación sobre ia salud de los hablantes, pero es irrele­ vante en una conversación sobre astronomía, aunque ésta tenga lugar en una fría no­ che de invierno.

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3. La cultura y los textos El contexto es el sistema semiótico de nivel superior en el que está inmerso el len­ guaje. Más específicamente, el lenguaje está inmerso en un contexto de cultura o sis­ tema social, y cualquier instancia de lenguaje como texto está inmersa en su propio contexto de situación comunicativa. La interacción social adopta una forma lingüística que ¡lamamos texto. “A cualquier instancia de lenguaje vivo que juegue un papel dentro de un contexto de situación, la llamaremos "texto". Puede ser hablado o escrito, o por cierto, [expre­ sado] en cualquier medio de expresión que queramos imaginar" (Halliday & Hasan, 1985 [1990] :10) Así, Halliday & Hasan conciben al texto y al contexto como aspectos del mismo proceso: “Está el texto y está otro texto que lo acompaña: es un texto ‘con1, es decir, un con­ texto. No obstante, esta noción de lo que va ‘con el texto1, va más allá de lo que se dice o se ha dicho o escrito: incluye otros sucesos no verbales: el entorno total den­ tro del que el texto se despliega. Así se establece un puente entre el texto y la situa­ ción en la que los textos ocurren." (Halliday & Hasan, 1985 [1990]:5) Y más adelante agregan:"... en la vida real, el contexto precede á los textos. La situa­ ción es anterior al discurso que está inmerso en ella“ (Halliday & Hasan, 1985 [1990] :5). El texto puede considerarse entonces como un potencial de significados culturales que es actualizado por medios lingüísticos. “Lo importante acerca de la naturaleza de un texto es que, aunque cuando lo escri­ bimos parece estar hecho de palabras y oraciones, en realidad, está hecho de signi­ ficados. Por supuesto, los significados tienen que ser expresados [...] en palabras y estructuras, que a su vez, tienen que volver a expresarse [...] en sonidos o en símbo­ los escritos. Tiene que ser codificado de alguna manera para ser comunicado; pero en sí mismo, el texto es esencialmente una unidad semántica." (Halliday & Hasan, 1985 [1990]: 10) El contexto de situación y el contexto más amplio de cultura constituyen el entorno no verbal de un texto. “Hemos hablado de ellos como ‘determinantes' del texto, destacando la predictibílídad del texto a partir del contexto, y ésta es un perspectiva importante porque nos ayuda a comprender de qué modos concretos las personas intercambian significa­

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dos e interactúan entre sí. Pero en realidad', la relación del texto con el contexto es una relación dialéctica: el contexto crea al texto tanto como el texto crea el contexto. El ‘significado’ emerge de la fricción entre ambos. Esto significa que parte del con­ texto de cualquier texto es un conjunto de textos previos, textos que se dan por sen­ tado y son compartidos por los participantes. ” {Haliiday & Hasan, 1985:47) Esta relación del texto con textos previos suele llamarse también intertextualidad, incluye características de diverso tipo: experienciales, de secuenciamiento lógico, in­ terpersonales, expresiones “codificadas" o secuencias de fórmulas que se trasladan de un texto a otro, teorías y prácticas institucionalizadas, entre otras, que funcionan como más o menos implícitas para los participantes. "[Por otra parte] cada texto es también un contexto para sí mismo. Un texto se carac­ teriza por su ‘coherencia1: se sostiene como un todo. En cualquier punto después de su inicio, lo que ha ocurrido antes es el entorno de lo que vendrá luego. Esto esta­ blece expectativas internas; que se que se relacionan con las expectativas a las que nos referimos previamente, que el oyente o el lector toma de las fuentes externas, del contexto de la situación y del contexto de la cultura. * (Halliday & Hasan, 1985:48} Este aspecto será desarrollado más adelante en relación con la cohesión y la textu­ ra (ver Cap. 5) es decir, con el conjunto de recursos lingüísticos que forman parte de la metafunción textual y que sirven para relacionar una parte del texto con otra. Halliday sostiene que dada su naturaleza semántica, el texto debe ser considerado desde dos perspectivas simultáneas: "Necesitamos considerar al texto como ‘producto’ y al texto como ‘proceso’ y cen­ trar en el interés en ambos aspectos. El texto es un producto en el sentido de que es un resultado, algo que puede ser grabado, registrado y estudiado, que tiene cierta construcción que puede ser representada en términos sistemáticos. Es un proceso . en el sentido de un proceso continuado de selección semántica, un movimiento a través de la red del potencial de significados, en el que cada conjunto de elecciones constituye el entorno para una próxima elección o conjunto de elecciones." (Halliday & Hasan, 1985:10} La perspectiva sociosemiótica del lenguaje requiere considerar al texto en su “pro­ ceso", es decir como un evento de la interacción social, como forma del intercambio social de significados, y la forma fundamental que adopta es la del diálogo (la interac­ ción entre hablantes). Pero también es una instancia del significado social en un con­ texto de situación particular, un producto de su entorno, un resultado de un proceso

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continuo de elecciones en ¡a red de significados de la cultura, codificados en el siste­ ma lingüístico. En esa medida el texto es un objeto, y a veces, un objeto muy valorado {por ejemplo, un poema), (cf. Halliday & Hasan, 1985:11). En tanto realización del potencial lingüístico, el texto es el resultado de una cantidad infinita de opciones simultáneas y sucesivas de significado, una trayectoria de las elec­ ciones que realiza el hablante a través de la red de opciones del sistema, en tres nive­ les distintos: la significación (sistema semántico), la expresión (sistema léxico-gramatical) y la sonorización (sistema fonológico) o la escritura (sistema gráfico). El texto es entonces un proceso continuo: entre un texto y su entorno hay una rela­ ción constantemente cambiante, tanto paradigmática (la cultura y el sistema social que engendran al texto) como sintagmática (la interacción social en la que se realiza: el “contexto de situación”).

contexto de cultura i contexto de situación Potencial de significado Lo que se puede significar Sistema semántico

— ^►

Lo que se puede decir Sistema léxico-gramatical 1 Lo que se dice o escribe Sistema fonológico o gráfico



p

'

TEXTO EN SITUACIÓN

4. La variación lingüística y la estructura social El hecho más sobresaliente acerca dei lenguaje como institución es que es variable. La LSF distingue principalmente dos tipos específicos de variación lingüística: los dia• lectos y los registros. . Los conceptos de dialecto y registro se definen mutuamente, de manera que tienen entre sí una relación funcional: 1) el dialecto (variación de acuerdo con el usuario), 2) e! registro (variación de acuerdo con el uso). Pero también se relacionan en la práctica; los diferentes grupos sociales hablan

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diferentes dialectos y se involucran con diferentes tipos de actividades. La estructu­ ra social determina quién tendrá acceso a tales o cuales aspectos del proceso social, en términos de las diversas jerarquías de ciase, generación, sexo, etc. y por lo tanto, quién tiene acceso a tales o cuales registros. A su vez, esto significa que un registro particular suele estar asociado a un dialecto particular (por ejemplo, los registros ora­ les o escritos más formales se asocian, por lo general, con el dialecto estándar (o len­ gua “nacional"), por ejemplo, los registros de la burocracia, de la justicia, de los actos públicos; en tanto que la pesca y la agricultura suelen asociarse con dialectos rurales locales. De esa manera, en una estructura social jerárquica típica, el dialecto es el me­ dio por el cual a un miembro se le concede, o se ¡e niega, el acceso a ciertos registros. De modo que, la variación que reconocemos en primera Instancia como propiedad institucional de la lengua (la variación sociodialectal), es una extensión de la variación sistemática y es resultado de la variación inherente al propio lenguaje (cf. Halliday, 1978:245-246}. Los códigos no son variedades de una lengua como los registros o los dialectos, sino sistemas semióticos abstractos (ver Halliday, 1978:68). Los códigos son sistemas de comportamiento que contienen modos de comportamiento verbal y no verbal, y se convierten en tópicos en el uso lingüístico por medio de los registros. Es por eso que los códigos, como principios de organización de los sistemas de signos, están superordinados a los registros empleados en las situaciones concretas. El Diagrama 2 (tomado de Halliday, 1978:69) ilustra la conexión entre sistemas so­ ciales y textos en situación. Esto produce una posterior diferenciación entre códigos (principios de organización semiótica de los símbolos, que son determinados por la clase social, los sistemas de roles familiares y las relaciones de rol-status), ios dialec­ tos sociales (determinados tanto geográfica como socialmente, por la clase social) y ei registro (gobernado por el contexto social y cultural y por los tipos de situación)'.

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sistema social

sistema lingüístico adulto

estructura social contexto de cultura

léxico

semántica:

gramática

componentes

fonología

funcionales:

jerarquía: casta, clase social

sistemas de

relaciones de

roles familiares

rol / status

tipos de situación o contextos sociales (incluso los contextos

códigos

de socialización críticos)

(principios de orga­ nización semiótica

campo

tenor

modo

dialecto social registro

texto (en situación)

Diagrama 2. Conexión entre sistemas sociales y texto (Halliday, 1978)

5. La variación dialectal; dialectos sociales, antilenguajes y lenguajes oprimidos La variación dialectal expresa eí orden social en el sentido especial de la jerarquía de la estructura social. En el sentido más habitual del término, los dialectos difieren en­ tre sí por sus: • rasgos fonológicos; • rasgos léxico-gramaticales. Un dialecto se define por lo que una persona habla (habitualmente), y está determi­ nado por quién es esa persona, es decir, por su lugar regional o social de origen o de adopción, o por ambos. Al hablar de la variabilidad del lenguaje, Haliiday establece una clara distinción entre la noción de dialecto,, tai como fue definida por la dialectología tradicional y ia noción de dialecto social que proviene de la sociolingüística norteamericana de los años '60. Halliday señala que uno de los principales logros de la sociolingüística de Labov con­

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sistió en demostrar que la variación sociodiaíectai es una característica normal del ha­ bla individual. En determinados contextos sociolingüísticos, un hablante escogerá, con cierta probabilidad, y de manera más o menos sistemática, determinadas variables sociodialectales dentro de un conjunto de posibilidades. Tradicionalmente, la dialectología había centrado su interés en el estudio de las pe­ culiaridades lingüísticas de las áreas rurales. A partir de la década del 60, los estudios sociolingüísticos de Labov sobre la ciudad de Nueva York lograron trasladar ese inte­ rés hacia las áreas urbanas, en particular, las grandes ciudades de la cultura occiden­ tal. Sus trabajos demostraron que en una típica comunidad urbana norteamericana el habla varía: a) entre los miembros, de acuerdo con ¡a clase o el lugar que ocupan en la escala de posición social, b) en cada hablante, dentro de una "escala de estilos” (según el grado de control, es decir, según la atención que prestan al habla propia y ajena, de acuerdo con el gra­ do de formalidad de la situación social en la que interactúa). El efecto de cada uno de esos factores es cuantitativo, y estadísticamente pueden establecerse valores de probabilidad con respecto al empleo de las variantes dialec­ tales en correlación con determinadas situaciones sociales. De acuerdo con esto, se comprueba que algunas variantes, a las que Labov da el nombre de “altas", se corre­ lacionan con situaciones más formales y con la presencia de hablantes que detentan posiciones sociales jerárquicas superiores, en tanto que otras, denominadas "bajas”, se asocian con una posición social inferior o con un contexto socioíingüístico más ca­ sual o familiar. Uno de ¡os descubrimientos más significativos de Labov fue la asom­ brosa uniformidad que muestra la gente en sus actitudes hacia la variación dei habla de los demás. Esto implica que los hablantes son muy sensibles al significado social que se asigna a la variación dialectal. Al parecer, esta sensibilidad se consolida du­ rante los años decisivos de la adolescencia (entre los 13 y los 18 años), y se adquiere como parte de la socialización, porque la variación dialectal es funcional a la estructura social, y ése es el motivo por el que no desaparece. Después de la 2a Guerra. Mundial se supuso que, debido al constante aumento de la influencia de la educación y de los medios de comunicación de masas, los dialectos tenderían a desaparecer, y rápidamente todo el mundo hablaría de manera semejante, Pero pronto se desvaneció esta ilusión. Sin duda, en las sociedades industrializadas se advierte una tendencia a la desaparición de los dialectos regionales en las áreas rura­ les: en cambio, con los dialectos urbanos ocurre exactamente lo contrario: en las gran­ des ciudades cosmopolitas la diversidad lingüística aumenta. Halliday sostiene que esta tendencia no hace más que confirmar que la diversidad lingüística es funcional a la sociedad. La estructura social, tal y como la conocemos, es una estructura jerár­ quica, y la variación lingüística expresa este carácter jerárquico, en términos de edad,

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generación, sexo, procedencia social, o cualquiera de sus manifestaciones, incluso la . casta y la clase social (cf. Halliday, 1978:245-246). La mayoría de las veces, lo que encontrarnos en la vida real son jerarquías dialectales, en las que la variedad “estándar” (el dialecto que representa la base del poder social) adquiere un prestigio que la distancia de todas las demás variedades no estándares (a las que ios miembros llaman dialectos), que muchas veces resultan estigmatizadas. A su ve2, en momentos de conflictos y Suchas sociales, los dialectos no estandarizados pueden llegar a convertirse en lenguajes de oposición y de protesta, a veces en forma de “lenguaje de ghetto”, que en la escala, se acercan más ai extremo del antilenguaje. Un antilenguaje es entonces un “lenguaje de conflicto social, que se expresa ya sea bajo la forma de una resistencia pasiva o de una oposición activa" (cf. Halliday, 1978:239). “Una 'antisociedad' es una sociedad, que se establece dentro de otra como alter­ nativa consciente a ella, un modo de resistencia. La antisociedad genera un antilen­ guaje, de modo que éste es la representación de una realidad social alternativa, con sus sistemas de valores, de sanciones, de recompensas y castigos. El antilenguaje también está relacionado con la necesidad de mantener una solidaridad interna del grupo ante la presión social. Proporciona los medios de ‘mantener la identidad' ante la amenaza de su destrucción. Sirve para crear y mantener esa realidad alternativa. En este terreno, la variación lingüistica es un medio de expresión de la conciencia de clase y de la conciencia política.’’ (Halliday, 1978:213-236) En su forma más simple, un antilenguaje implica una "re-lexicalización", es decir, un cambio de tipo léxico: como ocurre en todos los argots, se limita a una sustitución par­ cial de las palabras del vocabulario de la lengua común, según un principio que podría formularse como: la misma gramática con distinto vocabulario. Pero además, se pro­ duce también una “sobre-lexicalización”, es decir, el empleo de una gran cantidad de sinónimos que expresan algunos focos de lucha y de posicionamientos sociales alter­ nativos. Así, en el lunfardo encontramos una gran cantidad de vocablos que refieren al ejercicio de actividades sociales margínales, el robo, la prostitución, el consumo de drogas, el juego, la vida en.las cárceles. Halliday (1978) señala que también puede discernirse una categoría de lenguajes oprimidos, lenguaje de grupos que están sometidos a la discriminación o a la opre­ sión social o política. Es característico de los lenguajes oprimidos que sus hablantes tiendan al alarde verbal y manifiesten una notable creatividad en la elaboración de mal­ diciones y expresiones soeces con alto contenido metafórico, en las que, con frecuen­ cia, el significado es la forma más efectiva de acción social de que disponen. Aquí Haliiday se refiere, sin duda, a las disputas verbales entre los niños de los barrios negros en EE.UU., estudiadas porWilliam Labov.

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6. Los registros y la estructura semiótica de la situación Como vimos en el Capítulo 1, las metafunciones son un constructo teórico de un alto nivel de abstracción, basadas en un análisis de la situación social dentro de la cual se incluye el lenguaje. Este análisis de la situación social es lo que técnicamente se denomina el contexto de situación que, dentro de esta teoría, no es lo mismo que escenario material de la si­ tuación (cf. Hasan, 1973). El escenario material de la situación alude a todo lo que ocurre en torno a la pro­ ducción de un evento discursivo determinado, e incluye tanto los fenómenos externos como los estados internos de los participantes. Como participantes en un evento de habla en cualquier ocasión de discurso, somos conscientes de muchos factores que Influyen o ejercen presión sobre nuestros actos comunicativos, y no hay dos ocasiones discursivas que puedan ser consideradas idénticas en este sentido. Pero, si queremos contar con un marco teórico eficaz para analizar una ocasión social de discurso, es ne­ cesario Invocar categorías y no centrar la atención en todos los factores particulares que están ocurriendo. La noción de contexto de situación identifica precisamente esas categorías genera­ les que siempre influyen sobre nuestros actos comunicativos, configurando cada dis­ curso en cualquier variedad de habla que sea. De acuerdo con el modelo SF, no im­ porta qué variedad de habla/registro se considere, invariablemente los aspectos del entorno social pueden ser destacados por el lenguaje que se asigne a cada una de las siguientes categorías: 1) la naturaleza del proceso social, es decir qué es lo que se está haciendo con y por medio del discurso, 2) las relaciones sociales entre los participantes del discurso, 3) el manejo semiótico de la interacción como evento social {por ejemplo, si la acti­ vidad se logra por coerción, por persuasión, por instrucción). Estas tres categorías se corresponden con lo que el modelo SF ha denominado campo, tenor y modo y juntas constituyen el constructo esquemático que se conoce como contexto de situación. La situación, también es una construcción teórica. La “situación" se interpreta como una “estructura semiótica” y de ese modo se concibe como parte constitutiva del texto. Halli­ day la concibe diversificada funcionalmente en tres dominios generales o componentes de ia situación (que no deben confundirse con tipos de discurso o formas de habla): * El campo del discurso define el evento social que está ocurriendo, mediante ia identificación de los participantes, la actividad en ¡a que están involucrados (los proce­ sos) la descripción de la situación y las coordenadas espacio-temporales en los que se produce el evento. Es, por lo tanto, el primer parámetro que se considera cuando se quiere tener una idea inmediata de qué es lo que está ocurriendo.

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• El tenor del discurso centra la atención en los participantes en ia interacción y so­ bre todo en el modo en que se relacionan entre sí, es decir, cuáles son sus roles discur­ sivos, cómo se comportan y cuáles son sus actitudes hacia el otro y hacia lo que dicen. • El modo del discurso refiere a la manera en que ocurre el evento en lo que con­ cierne al lenguaje. Tiene que ver con el medio de comunicación {oral o escrito) y con los canales de comunicación (si es en presencia o a distancia, una carta o por teléfo­ no) a través de los cuales se realiza la actividad en curso. Estos tres tipos de presiones siempre estáp activas en la producción y en la com­ prensión del cualquier discurso, en otras palabras, lo que crea nuestro concepto de con­ texto de situación es la evidencia presente en el uso de ia lengua: es inherente a la natu­ raleza del lenguaje el construir contexto, y está en la naturaleza de los contextos sociales que sólo pueden ser conocidos por medio de la semiosis (Hasan & Perrert, 1994). Aquí es donde entran las metafunciones. El modelo sostiene que el lenguaje es un recurso especializado metafuncionalmente en relación con tres categorías contextúa­ les. Cada metafunción sirve para expresar un parámetro contextúa! distinto, según se muestra en la tabla siguiente.

Estructura semiótica de la situación

Componentes funcionales del lenguaje

Campo (tipo de acción social) Tenor (relaciones sociaies) Modo (contacto y acción verbal)

Metafunción ideacional Se asocia con

Metafunción interpersonal Metafunción textual

La LSF sostiene que hay una base lógica que explica la "asociación” entre una me­ tafunción y un parámetro específico de la situación: cada metafunción “es" un aspec­ to del lenguaje como potencial de significado que es particularmente relevante para la construcción de una categoría contextual específica. Por ejemplo, el tenor y la metafunción interpersonal. El tenor tiene que ver con las relaciones sociales entre los parti­ cipantes. La metafunción interpersonal "es" el potencial del lenguaje que permite a los hablantes elegir significados que tienen que ver con la asignación de roles, con los jui­ cios de posibilidad y de obligación que establece el hablante, con su evaluación de los fenómenos, y otros similares. La relación entre esta metafunción y el tenor tiene que vi­ sualizarse desde dos perspectivas complementarias: 1) desde el punto de vista del oyente, cuando el hablante elige dentro de cierto con­ junto de significados interpersonales, construye para el oyente una determinada relación social entre los participantes. Por ejemplo, al escuchar que A da una orden a B, el oyente construirá su relación suponiendo que A probablemente tiene mayor poder que B a me­ nos que exista una buena razón {ver Halliday 1976:216) para construirla de otro modo,

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2) desde el punto de vista del hablante: es su percepción de la relación con su inter­ locutor ia que activa determinado conjunto de significados interpersonales. Por ejem­ plo, si quiere que su jefe haga algo para él, es muy probable que A, como hablante, no emita una orden directa a B, su jefe, sino que elija alguna forma de orden indirecta. Hasta las formas más elementales de interacción en cualquier comunidad tienen una historia de supuestos y expectativas que se toman en cuenta para activar la selec­ ción de significados de interacción social. Parece entonces razonable sugerir que la re­ lación entre el tenor del discurso y ia metafunción interpersonal es una relación natural: ambas co-evolucionan; las relaciones sociales no preexisten a los actos de habla, y los actos de habla presuponen relaciones sociales. Lo mismo puede decirse de las rela­ ciones entre la metafunción ídeacional en relación con el campo, y de la metafunción textual en relación con el modo (cf. Hasan y Perrert, 1994). El modelo presenta sólo estas metafunciones (a veces, la metafunción ídeacional se distingue en experiencial y lógica) porque sólo ellas son necesarias y suficientes para construir las categorías del contexto, y son el criterio para activar las opciones de signi­ ficado en el uso lingüístico del hablante. Cada aspecto del potencial lingüístico ha evo­ lucionado como respuesta a las necesidades de expresión de los hablantes cada vez que usan el lenguaje, y el lenguaje tiene el potencial de realizar las necesidades de sus hablantes para cualquier uso lingüístico.

7. Distinción entre dialecto y registro El término "registro” fue introducido en 1956 por el lingüista flrthiano Reid, pero la primera elaboración teórica y conceptual del término se encuentra en Halliday, Me Intosh y Strevens (1964). En este ensayo se establece una distinción entre dialecto, como variante definible en términos de los usuarios del lenguaje, y registro, como va­ riedad del uso convencional del discurso, que luego se desarrolla más ampliamente en El lenguaje como semiótica social de Halliday, "El dialecto es lo que una persona habla, determinada por quién es; el registro es lo que una persona está diciendo, determinada por lo que está haciendo en ese mo­ mento." (Halliday, 1978:110) "Un registro puede definirse como la configuración de los recursos semánticos que un miembro de una cultura asocia de manera típica con el tipo de situación. Es el po­ tencial de significado que es accesible en un determinado contexto social. Tanto la situación como el registro asociado a ella pueden describirse con diferentes grados de especificidad; pero la existencia de registros es una evidencia de la experiencia cotidiana; los hablantes no tienen dificultad en reconocer las opciones y combina-

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dones semánticas que están, "en juego’’ en determinadas condiciones contextúales. Dado que estas opciones son realizadas bajo la forma de la gramática y el vocabu­ lario, el registro puede reconocerse como una selección particular de palabras y es­ tructuras. " (Halliday, 1978:111) De acuerdo con Halliday, los registros lingüístico-comunicativos son variedades léxi­ co -gramatical es relacionadas con diferentes contextos de situación. Es por esto que deben distinguirse tipos de situaciones discursivas que varían en tres sentidos: "... primero, lo que está ocurriendo; segundo, quién participa; y tercero, qué papel juega el lenguaje. Estas tres variables, tomadas en conjunto, determinan el rango dentro del cual se seleccionan los significados y las formas que serán empleadas para su expresión. En otras palabras, determinan el ‘registro’. " (Halliday, 1978:31) El cuadro de la página siguiente resume los principales aspectos de la distinción entre dialecto y registro que plantea Halliday. Las formas lingüísticas de un registro son configuradas por los componentes de la situación (el campo, el tenor y el modo del discurso). 1) Campo: el uso que se hace de la lengua varía según los diferentes tipos de ac­ ción social. En parte, las acciones tienen que ver con el asunto, de manera que el cam­ po del uso discursivo incluye también el tópico. Por lo tanto, el campo discursivo es antes que nada un campo de acción. Durante la acción de jugar al fútbol, el fútbol pue­ de ser e! tópico de la conversación. No obstante, la acción verbal durante el juego es distinta de la discusión sobre el fútbol en el bar. Esa diferencia se expresa mediante el concepto de campo de discurso. 2) Tenor: refiere al grado de formalidad entre los participantes de la interacción, ta­ les como profesor/alumnos; vendedor/cliente; médico/paciente; padres/hijos; los chi­ cos que interactúan en grupos de pares, las personas que se encuentran en el colecti­ vo. La denominación genérica de este tipo de relaciones es la de rol. Las conferencias, los servicios religiosos, las fiestas constituyen escenarios definidos en los que se esta­ blecen relaciones de rol institucionalizadas, a las que Halliday caracteriza como mode­ los estabilizados del tenor del discurso (1978:222), 3) Modo del discurso: este término se aplica para referirse al medio en que se rea­ liza el discurso o texto: oral o escrito, pero también tiene que ver con los canales retó­ ricos que se emplean: audiovisual, sólo audio (por ejemplo, una conversación telefóni­ ca). También refiere al modo en que se organiza y progresa el flujo de la información.

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Dialecto (variedad dialectal)

Registro (variedad diatípica)

Variedad de acuerdo con el usuario

Variedad de acuerdo con el uso

: i.o qué usted habla (habituaimente) determinado

Lo que usted habla (en un momento dado) deter­

por loque usted es {socio-región de origen y/o. de

minado por lo que usted hace (la naturaleza de la

adopción).

acción social que realiza), y que expresa diversidad de proceso social (división soda! del trabajo: padre/hijo; empieado/patrón; maestro/alumno).

Son distintos modos de decir lo mismo. Las diferen­

Son modos de decir cosas distintas. Por io tanto

cias pueden ser:

pueden diferir en:

• fonéticas y fonológicas,

• semántica y, por lo tanto.

• léxicogramaticales,

• léxicogramátíca,

• pero no semánticas.

• raramente en fonología.

Los miembros de una comunidad tienen a menudo

Los registros son configuraciones semánticas

fuertes actitudes hacia los dialectos, debidas a la

particuíares que se asocian de manera típica con

función del dialecto en la expresión y ei manteni­

contextos sociales particulares (definidos en térmi­

miento de la jerarquía social.

nos de campo, tenor y modo).

Un dialecto puede adquirir un status particular

Pueden variar desde los que están orientados a

como símbolo de los valores de la comunidad en

la acción (más acción, menos habla) a los que

su totalidad (lengua estándar).

están orientados a la conversación (mucha habla, menos acción).

Ejemplos de variedades dialectales:

Ejemplos de variedades de registro:

• dialectos sociaSes

* lenguas restringidas

• antilenguajes (argots, lenguajes de resistencia, de

* lenguajes para propósitos especiales

oposición, etc.)

• registro ocupacionales (técnico-científico,

• geográficos (regionales; rural/urbano)

tecnológico

• generacionales (padres/hijos; aduitos/jóvenés)

♦ registros institucionales (médico/paciente;

• sexual (hombres/mujeres)

profesor/alumno)

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Estos tres componentes activan ciertas "redes de opciones semánticas" (1978: 123), es decir, selecciones semánticas que llevan a vincular la actuación lingüística con un modelo de acción. La noción de registro se distingue claramente de la noción de dialecto. Ambas ex­ presan la diversidad del orden social, pero la variación del registro refiere a la diversi­ dad de los procesos sociales. Un registro tiene que ver con la situación comunicativa, es decir, la naturaleza de la actividad social en curso. No siempre hacemos las mismas cosas, y nuestra manera de hablar varía de acuerdo con lo que estamos haciendo. El registro es entonces un concepto semántico, que puede definirse como una con­ figuración de significados que se asocian típicamente con una situación particular, en términos de campo, tenor y modo. Como tal, también incluye las expresiones, los ras­ gos léxicogramaticales y fonológicos que acompañan o realizan típicamente esos sig­ nificados. Y a veces encontramos que un registro también tiene “indicadores" cuya función es indicar a los participantes de qué registro se trata. Por ejemplo, “érase una vez" es un indicador de que nos introducimos en un cuento de hadas o en un rela­ to tradicional (Halliday & Hasan, 1985:38-39). Uno de los puntos es que el dialecto se asocia con el hábito (habitus), mientras que el registro implica procesos sociales (por ej. división social del trabajo) referidos a la situación. Las variables que controlan el "dialecto” son, por ejemplo, la clase social, el trasfondo rural o urbano, la edad, la generación, o el sexo; en cambio, las variables de control del registro son el campo, el tenor y e! modo del discurso. Otra cuestión sociopsicológica es que los dialectos difieren en relación con las eva­ luaciones que se asocian a ellos; los registros se caracterizan por las diferencias entre habladoescrito y entre lengua incluida en la acción o al servicio de la reflexión.

7.1. Tipos de registro La raíz del término "registro" en la lingüística moderna es el enfoque teórico del discur­ so de Firth (1968[1957]). En contraste con ia perspectiva formalista del estructuralismo norteamericano, Firth postulaba que los signos lingüísticos se relacionan directamente con el contexto, es decir, que su empleo depende del contexto de-situación. Los ejem­ plos que mencionaba Firth se basaban en las llamadas “lenguas restringidas": la lengua para la regulación del tráfico aéreo, los pronósticos de tiempo, las tarjetas de felicitacio­ nes y los registros simplificados de las instrucciones de juegos (ajedrez, bridge). En es­ tos ejemplos es-evidente la conexión estable que se establece entre el contexto y los pa­ trones iingüístico-comunicativos. Hasan presenta (Halliday & Hasan, 1985[1990]:39-43) una escala de variación del registro que va desde los registros más cerrados a los rela­ tivamente más abiertos o flexibles. Es decir, hay algunos registros en los que la cantidad de significados posibles es fija o es finita y puede ser relativamente pequeña, mientras que en otros, el campo de acción discursivo es mucho más amplio y menos restringido.

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La siguiente clasificación y resumimos:

se

basa en Halliday y H a s a n (1985:39-43)

que

traducimos

• Registros cerrados Un ejemplo de registro con una pequeña cantidad de significados era el que se.manejaba en los servicios armados durante la II Guerra Mundial. El conjunto de mensajes que se podía enviar por cable, desde el servicio activo a los familiares, estaba estric­ tamente controlado. Sólo podía enviarse un número muy limitado de mensajes, más o menos unos cien, aunque podían combinarse dos o tres para decir cosas como "feliz cumpleaños y por favor envíen DDT". Dado que la cantidad de mensajes posibles era tan limitada, no era necesario emplear palabras, lo único que se transmitía era un nú­ mero: "37, 67”. Este es un típico ejemplo de registro cerrado, que no deja espacio para la individualidad o la creatividad. La variedad de significados posibles es fija. Este caso es, por cierto, muy extremo, y para emplear la expresión de Firth, podemos referirnos a él como un “lenguaje restringido’’. Otro ejemplo citado por Hasan es del Lenguaje In­ ternacional del Aire que deben aprender los pilotos aéreos para manejarse en las rutas aéreas internacionales, con el control de tierra. Este lenguaje sólo posee una determi­ nada cantidad de mensajes, es un lenguaje fijo con el que no es posible entablar una conversación sobre la moda, o sobre cualquier otra cosa que no esté incluida en la lis­ ta de mensajes previstos. Muchos de los lenguajes de los juegos de cartas tienen esta naturaleza restringida, por ejemplo, el bridge, en el que sólo son posibles ciertos mensajes, como por ejem­ plo, "cuatro corazones”. Por supuesto, en este caso es posible conversar sobre otras cosas durante el juego, pero entonces se sale del registro. El registro del juego en sí mismo es restringido. En cambio, en nuestro país, el registro verbal que se relaciona con el juego del truco es altamente creativo y permite juegos verbales que incluyen la mentira, el humor, además del empleo del lenguaje de señas. Algunos de estos registros son interesantes porque se trata de lenguajes especia­ les que reflejan su origen cultural: por ejemplo, en occidente el registro de las partituras musicales es el italiano, porque la cultura musical se difundió en Europa en el siglo XV mediante la lengua italiana. La lengua de los menús de los restaurantes, que es tam­ bién un registro bastante restringido, fue tradícionalmente el francés, pero también se emplean préstamos de otras lenguas, según el tipo de comida que se ofrece. * Registros más abiertos Entre las variedades más abiertas del registro encontramos la lengua de algunos textos como los tickets y los formularios oficiales. Luego, está el registro empleado tra­ dicionalmente en textos como las tarjetas.de saludos (de Navidad, Pascuas, cumplea­ ños). Un poco más abiertos son los registros de los titulares de periódicos y los de las ’ recetas de cocina; más abiertos son los de las instrucciones técnicas y los de los do­

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cumentos legales. Luego se. pueden mencionar diferentes registros transacciónales como los de la compra-venta en una subasta, en un negocio o en el mercado de valo­ res, o el que se emplea en la comunicación entre médico y paciente. Los estilos asociados con estos registros se aprenden. Los estudiantes de medi­ cina que van a países de habla inglesa, aprenden el lenguaje técnico con relativa fa­ cilidad, pero cuando tienen que comunicarse con los pacientes, encuentran muchas dificultades, porque es necesario emplear un registro diferente, que no se enseña en los libros de texto. Otro registro, o mejor, conjunto de registros al que se presta gran atención es el dis­ curso en el aula; el lenguaje empleado por maestros y alumnos en las escuelas prima­ rias y secundarias. A menudo hay bastante diferencia entre los dos niveles de ense­ ñanza, y una de las cosas más difíciles para los chicos en la transición de la escuela primaria a la secundaria es la necesidad de aprender un nuevo conjunto de registros que encarnan un nuevo esquema de relación entre el profesor y el alumno. Así llegamos al extremo opuesto de la escala de los registros. En la interacción co­ tidiana con otras personas, empleamos diferentes tipos de estrategias conversaciona­ les y de formas de discurso para persuadir, entretener, enseñar o cualquier otra cosa que deseemos hacer. Estos son los tipos de registros más abiertos, los registros de las narraciones informales y la conversación espontánea. Sin embargo, incluso estos re­ gistros no son totalmente abiertos. No hay situación en la que el significado no esté en cierto sentido prescripto. Siempre hay algún rasgo característico de lo que queremos decir. Esto se asocia típicamente con este o aquel uso de la lengua. Aun en la conver­ sación más informal y espontánea existen estrategias y estilos de significación. Nunca seleccionamos con total libertad los recursos de nuestro sistema lingüístico. Si lo hicié­ ramos no habría posibilidad de comunicación; nos entendemos unos a otros sólo por­ que podemos hacer predicciones, conjeturas inconscientes, acerca de lo que la otra persona va a decir.

8. Las nociones de género y registro Una de las aproximaciones al análisis de la variación lingüística que propone el fun­ cionalismo discursivo es el estudio de las características genéricas de los textos, en­ tendiendo que existen-unos géneros o. estructuras recurrentes de textos escritos y ora­ les, establecidos socialmente según los intereses comunicativos de los productores (académicos, profesionales o de mera interacción social). Otra es el análisis-del regis­ tro según el cual un género se manifiesta a nivel fonético, morfo-sintáctico y léxico-se­ mántico. Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, las nociones de género y re­ gistro han sido y son objeto de una considerable polémica, en principio, porque ambos conceptos tienden a superponerse. Dentro de la LSF, el estudio del registro es, desde un punto de vista cronológico,

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anterior al del género. Aunque sus raíces se remontan a Malinowskl (1923), fue Firth (1957) con su noción de lenguajes restringidos referidos a "campos efe experiencia o de acción circunscritos", con “su propia gramática y su propio diccionario" (1935 [1957] :124,87,98,105) quien se fijó en el uso particular del lenguaje en dominios como la ciencia, la tecnología, la política, el comercio, el deporte o la meteorología. Halliday, discípulo de Firth, difundió en los años 60 el término registro, definiéndolo como “va­ riedad de acuerdo con el uso, en el sentido de que cada hablante posee una cantidad de variedades de lengua y escoge entre ellas en diferentes ocasiones” (Halliday, Mac Intosh y Strevens, 1964:77). En 1978 estableció el objetivo que debía perseguir la teo­ ría de! registro: “La teoría del registro intentará descubrir los principios generales que gobiernan esta variación (la variación lingüistica en contexto), para que podamos comenzar a com­ prender qué factores situacionales determinan la elección de qué rasgos lingüísti­ cos/1(1978:32) En la formulación de Halliday (1978:63) la idea de género todavía es muy laxa y la define como: ..el ‘modo’ o relación entre el canal del lenguaje y la situación sigue más o menos la noción de 'género’ planteada por Hymes, la idea de ‘género’ es un aspecto de lo que llamamos ‘m odo1[mode], ” (Halliday, 1978:45) ..los diversos géneros del discurso, incluso los géneros literarios son funciones se­ mióticas específicas del texto que tienen un valor social en la cultura. “ (1978:45) E inmediatamente después de esta cita presenta en contraste la noción de “regis­ tro” como: “configuración semántica que define la variedad... de la que un texto parti­ culares una instancia" (Halliday, 1978:145). Esta primera formulación de la distinción entre género y registro es bastante con­ fusa porque parece moverse entre las nociones vulgares de "género” como “tipo de texto” (una fábula, un relato humorístico, una narración con diálogo) y una formulación más técnica, difícil de distinguir de lo que llama “registro". Cuando Hasan (1985[1990]:55 y ss) se refiere a la estructura del texto, recurre a ia noción de configuración contextúa! (CC) que da cuenta de los atributos significativos de una actividad social. Las características de esta configuración contextual se em­ plean para establecer predicciones acerca de la estructura textual: • qué elementos deben ocurrir, • qué elementos pueden ocurrir, • dónde deben ocurrir,

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• dónde pueden ocurrir, • con qué frecuencia ocurren. Establece así una distinción entre elementos obligatorios, elementos opcionales y elementos iterativos, y la secuencia en que ocurren los elementos obligatorios y opta­ tivos. Esto permite establecer el potencial de estructura genérica (PEG) de los textos en una CC dada. Este potencial de estructura genérica especifica las posibilidades es­ tructurales de un determinado género. Así, puede decirse que un texto es un miembro de un determinado género cuando su estructura es compatible con algunas de las po­ sibilidades especificadas por el potencial de estructura genérica, y el texto es una ins­ tancia o una realización de ese potencial. Para los cuentos infantiles Hasan (1996) ofre­ ce el siguiente PEG, representado como una secuencia de símbolos:

[] evento siguiente

evento final

(final) * (moraleja)]

Que debe leerse así: El relato infantil • incluye necesariamente un evento inicial, un evento siguiente y un evento final (que deben ocurrir en el siguiente orden, especificado por el signo ^ ), • opcionalmente incluye una ubicación, un final y una moraleja [que se indican entre paréntesis () ], • e! final y la moraleja pueden alternar sus posiciones (indicado con el signo *), • si la ubicación está presente, puede preceder al evento inicial o puede distribuirse o entremezclarse en su interior (se indica mediante el signo < > ), • un evento siguiente puede ser recursivo o repetido (esto se indica mediante la fle­ cha ' O ) . Es evidente la influencia del análisis morfológico de Propp, que implica descompo­ ner el texto en partes según las funciones específicas que cumplen dentro del relato, que se ubican en una secuencia que se orienta hacia el punto de cierre textual.

9. Últimos desarrollos de la teoría del género La LSF ha evolucionado con el tiempo, y particularmente en este tema no todos los lingüistas sistémicos acuerdan en la definición entre registro y género y en la relación que establecen entre ellos. Ventola (1984) fue la primera que rastreó este tipo de diver­ gencias, y luego Butler (1989)'. ¿Qué es lo que constituye un género? De acuerdo con Swales (1990:46) “el rasgo

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que constituye el principal criterio para definir un conjunto de eventos comunicativos como un género es un conjunto de propósitos comunicativos compartidos”. Para Mauranen (1993:18) un género: “...se entiende como una clase de discursos que tienen la misma fundón social primaria'’. Christie (1985:12) empiea el término para referirse a "cualquier actividad con un pro­ pósito cultural que conduce a la creación de un texto” y continúa diciendo que "crea­ mos textos representativos de determinados tipos de géneros para cumplir diferentes objetivos o propósitos sociales". Autores como Martin (1992) o Reid (1987) consideran que ja teoría del registro, tai como está formulada en la versión de Halliday & Hasan, resuita insuficiente para ex­ plicar la relación texto/contexto ya que se centra básicamente en los rasgos lingüísti­ cos contextúales de la situación y no en el contexto cultural o social más amplio. Así es como surge, en el seno de la escuela sistémica, la teoría del género, que se basa en la idea de que todo comportamiento lingüístico viene determinado por factores socioculturales y tiene un propósito comunicativo. Martin (1993) denomina registro al sistema de campo, tenor y modo en su conjun­ to. Aclara que Halliday & Hasan (1985,1989) prefieren la expresión “contexto de cultu­ ra” para estos sistemas, y "contexto de situación" para su instanciación, y reservan el término "registro" para el modelo de opciones lingüísticas que pasa de un contexto de situación a otro (para una discusión al respecto, ver Matthiessen, 1993). La relación de la textura con el registro se denomina realización, que por definición implica que los significados interpersonal, ideacional y textual son construidos y re­ construidos en el tiempo por el campo, el tenor y el modo. La realización es, en otras palabras, un proceso dialéctico por medio del cual la lengua y el contexto social evolu­ cionan conjuntamente. Martin (1993) ha destacado otro nivel adicional del contexto, por encima y más allá dei campo, el tenor y el modo, al que denomina género. Los sisíémicos australianos de Sydney proponen entender el registro como realiza­ ción del género, estando ambos inmersos en el concepto de “contexto". En esta línea, el género se entiende como determinado por el contexto sociocultural o de orden su­ perior, y el registro por el contexto situacional o de orden inferior. (El Diagrama 3 en la siguiente página, ilustra esto con más claridad.)

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Martin (1993:2) identifica al género como: "una categoría que describe la relación en­ tre el propósito social de un texto y la estructura de la lengua", enfatizando ios propósitos convencionales que configuran lo que en los "registros” es desparejo. Así, los “textos científicos", por ejemplo, de física o biología, comparten características similares porque cumplen funciones comunicativas similares. El género es así un “guión cultural” que orienta las sucesivas etapas de desarrollo de los textos. En la formulación de Jim Martin el género "explica las relaciones entre los procesos sociales en términos más holísticos, centrando especial interés en las etapas de elaboración del texto" (Martin, 1997:6). Esta definición de "género” es la que se emplea en la que se conoce como tradición australiana o de Sydney: 'actividad intencional, por etapas y orientada a un fin, para describir la estructura significativa inherente de un texto y descubrir el potencial de es­ tructura genérica ” (Samraj, 1995:1). Bhatia (1993:13) señala que: “Aunque existen otros factores, como el contenido, la forma, la audiencia a la que se orienta, el medio o canal, que influyen en la construcción de un género, éste se caracteriza primordialmente por el/los propósito/s comunicativo/s que trata de cumplir’’. De modo que un género no es exactamente lo mismo que un tipo textual; Martin (1993:503) sostiene que “los géneros son procesos sociales”. El propósito comunicati­ vo y la función social de los eventos son entonces, factores clave en la caracterización y en la creación de un género. En resumidas cuentas, un género representa un evento o conjunto de eventos que llevan a la creación de un texto basado en un propósito u objetivo comunicativo/sociai común.

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Los géneros representan los actos lingüísticos reconocidos culturalmente y produ­ cidos por una comunidad discursiva concreta: Para cumplir su propósito comunicativo, cada género ha de cubrir una serie de funciones que constituyen la estructura esque­ mática o funcional de ese género. Es funcional porque cada elemento de esa estructura o modelo está constituido por una o varias funciones retóricas, también llamadas "movimientos" por algunos lingüistas como Swales (1990). Así, una carta comercial de promoción de un producto puede tener una estructura funcional formada por funciones retóricas o movimientos tales como: * Saludar formalmente. * Acusar recibo de correspondencia anterior. * Describir el servicio o producto que se promodona. * Indicar que se envía información adjunta. * Señalar qué detalles se incluyen en el precio. * Sugerir ventajas del producto para persuadir al cliente. * Concluir formalmente. (Suau Jiménez, 2000) Este conjunto forma lo que se puede llamar un "patrón o modelo genérico" de la carta de promoción de un producto, con unas funciones o movimientos esenciales y obligatorios, y otros secundarios que, además, pueden variar de una cultura a otra, se­ gún sea el canon establecido socialmente para identificar ese género. Swales (1990) y Couture (1986) han dicho que los conceptos de género y registro no tienen el mismo alcance. El género impone restricciones sobre la estructura del dis­ curso, mientras que el registro lo hace en los niveles lingüísticos léxico y gramatical: “A diferencia del registro, el género sólo puede ser realizado en textos completos o en textos que pueden proyectarse como completos, porque un género hace algo más que especificar tipos de códigos en un grupo de textos relacionados entre sí; especifica las condiciones para comenzar, continuar y terminar un texto. “ (Coutu­ re, 1986:82) En esta misma línea, la propuesta integradora de los sistémicos australianos de Sydney ha aportado una nueva visión al estudio de género y registro. Martin la resume de este modo: “Este modelo se desarrolla dentro del marco de la lingüística sistémica funcional [...] Su principal peculiaridad es que a diferencia de Halliday (1978) o Halliday & Hasan (1985), incluye una cuarta variable más allá de la nociones tradicionales de cam­ po, tenor y modo; y que a diferencia de Gregory & Carroll (1978) considera que esta cuarta variable, que denominamos 'género', domina a las otras tres. El campo, el te­ nor y el modo están referidos al registro, que se considera como un sistema semióti-

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co realizado mediante ei lenguaje; mientras que el género se considera como un sis­ tema semiótico realizado mediante el registro y el lenguaje." {1986:17)

Diagrama 4. El lenguaje y el contexto desde la perspectiva sistémico funcional

El registro se ubica así dentro del ‘‘contexto de cultura" (es decir en el nivel del géne­ ro) , y ei resultado de este análisis es una descripción expiícita de la "gramática espe­ cializada” que emplean los escritores de géneros académicos, "una gramática que ha evolucionado por siglos en el borde de la ciencia, para construir el mundo de manera diferente al que lo hace el habla" (Martin, 1993:134). Esta gramática incluye ias estrate­ gias para encadenar conceptos, construir argumentos y establecer ¡os límites retóricos y estructurales que se esperan en los géneros científicos y académicos. Otro ejemplo de género, lo ofrece Me Cabe en su tesis doctoral sobre el informe médico escrito en una sala de emergencia de un hospital público. Todos los pacientes que ingresan a la sala de emergencias por sus propios medios deben seguir una serie de pasos para ser admitidos a !a sala: una entrevista con un médico, seguida de una revisación, el chequeo de signos vitales, ia extracción de muestras de sangre y orina, entre otros. El propósito de esta actividad no es precisamente diagnosticar ia dolencia del paciente, sino determinar sí es necesario tomar alguna otra medida urgente. Una vez que están listos los resultados de los análisis el médico escribe un informe para que lea otro médico, ya sea un especialista o el médico genera! del paciente, para que realice un estudio posterior. Aquí vemos un conjunto de eventos, los análisis y sus re­ sultados, la entrevista y la revisación, que llevan a producir textos, informes médicos, que tienen un objetivo común: informar a otros médicos los procedimientos, el diag­ nóstico y las sugerencias para futuros análisis, y todo esto gira en torno al propósito general de calmar el sufrimiento del paciente.

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Me Cabe sostiene que la grabación de entrevistas entre médicos y pacientes cons­ tituye un género diferente del de los informes, porque su propósito social es diferente. Ambos pueden analizarse también en relación con el contexto de situación, o la "confi­ guración contextuar’ del campo, el tenor y el modo (Halliday, 1994:390). • El campo: es ia medicina, los procedimientos de la sala de emergencias, los pro­ cedimientos médicos y, específicamente, los procedimientos seguidos para determi­ nar los síntomas de la salud de un paciente determinado. • El modo: en una entrevista, es hablado, y su función es averiguar los síntomas, mientras que en el informe es escrito, y su función es indicar a otros profesionales qué procedimientos se han seguido, para diagnosticar y para indicar un tratamiento futuro. • El tenor: en la.entrevista existen roles asimétricos entre ¡os participantes, médico/ paciente: en tanto que hay una relación simétrica en los informes de médico a médico. Las entrevistas y los informes comparten algunos de los eventos que tienen lugar en su producción, pero sus propósitos comunicativos difieren. Por lo tanto, aunque pue­ den compartir algunos contenidos, o pertenecer al mismo campo, la configuración del texto, sus características, serán diferentes, y podemos esperar que se produzcan al­ gunos rasgos comunes en cada uno de estos géneros. Según Martin (cf. 1992b),-esta perspectiva que tiene en cuenta las variables de registro (campo, tenor y modo) pre­ senta al género como superordinado en relación con e! registro, es decir, el género es realizado mediante el registro. Otro ejemplo citado en la tesis de Me Cabe es el de los libros de texto de historia. En términos de las categorías de campo, tenor y modo, la naturaleza de la acción so•cial se centra en Sos eventos históricos, en eventos ocurridos en el pasado. El modo es escrito, con una función pedagógica: son escritos para ser asimilados con el objetivo de estudiar. El tenor es asimétrico: el escritor posee información histórica que el lec­ tor presumiblemente no conoce, pero tiene que aprender. El conjunto de eventos que lleva a la construcción de un libro de texto de historia incluye a los eventos históricos mismos, la existencia de cursos de historia en escuelas y universidades, el empleo de libros de texto durante el desarrollo de los cursos, y los procesos de escritura, edición y publicación de textos. Los teóricos del género, a diferencia de los teóricos del registro, que analizan el tex­ to como producto, ven ei análisis genérico como un modo de abarcar todos los niveles del contexto, como también la estructura lingüística, lo cual permite una visión del texto como p ro d u cto y como p ro ces o : “Los géneros son tanto ‘productos’ como ‘procesos'-'sistemas’y ‘realizaciones’. Cada vez que se produce un texto para realizar y construir un tipo de situación se convier­ te en modelo para otro texto y para otro tipo de situación. Como modelo, funciona como un sistema o como un producto estático, acabado, de acuerdo con el cual se

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pueden construir nuevos textos. Una vez que comienza la construcción, se convierte nuevamente en un proceso dinámico, una 'realización’ ('performance') que inevitable­ mente cambiará el modelo inicial. Esto significa que tenemos que enseñar tanto las características interpersonales y textuales de los géneros, como los aspectos dinámi­ cos, probabilísticas de sus estructuras esquemáticas. ” (Threadgold, 1989:100). La definición del género depende de Sos propósitos que persigue ei investigador. Por ejemplo, si se quiere estudiar el modo en que el género enmarca la interpretación del oyente-lector de un texto, el interés se centrará más en el modo en que los oyenteslectores identifican los géneros, que en las distinciones planteadas por los teóricos de los géneros. Aunque la definición de los textos sea tan problemática que algunos teó­ ricos se vean tentados a abandonarla, las personas seguirán estableciendo en su vida cotidiana, tipos y categorías de textos. Para Robert Hodge y Gunther Kress, dos de los principales representantes de la lla­ mada Lingüística Crítica, los "géneros sólo existen en la medida en que un grupo social declara y hace cumplir las reglas que los constituyen” (Hodge & Kress, 1988:7), aunque es cuestionable en qué medida podríamos formular "reglas" explícitas para los géne­ ros textuales que usamos habitualmente: la mayor parte de nuestro conocimiento acer­ ca de los géneros discursivos es tácita o implícita. Desde un punto .de vista semiótico, el género puede considerarse como un códi­ go que comparten los productores y los intérpretes de textos. Fowler sugiere que “la comunicación es imposible sin los códigos compartidos de ios géneros" (Fowler, 1989:216). Dentro de los géneros, los textos serían los intentos que hacen los autores de los textos por "posiclonar" a los lectores, empleando determinados modos de diri­ girse a su audiencia. Gunther Kress observa que: "Cada género posicíona a quienes participan en un texto de ese tipo, es decir, como entrevistador o como entrevistado, como oyente o como relator de cuentos, como lector o como escritor, como alguien interesado en temas políticos, como alguien qué se instruye o como instructor; cada una de estas posiciones implica diferentes posibilidades para poder responder o actuar. Cada texto escrito ofrece una ‘posición de lectura’ a sus lectores, una posición construida por el escritor para el 'lector ideal del texto”’. (Kress, 1988:107) Así, en los textos se incluyen los supuestos acerca del "lector ideal", lo que incluye sus actitudes hacia el tema en cuestión, y muchas veces, su clase social, su edad, gé­ nero y etnia. Gunther Kress define un género como: "un tipo de texto que deriva su forma de la estructura de una ocasión social (repetida frecuentemente), con sus propósitos y sus participantes característicos” (Kress, 1988:183).

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El énfasis en la noción de género, por oposición a los textos, indica la pretensión de acentuar la naturaleza social de la producción y ia interpretación de los textos. En Language and Power (1989), N. Fairclough ahonda aún más esta concepción crí­ tica y sostiene que las convenciones que subyacen al funcionamiento de todo discurso no son más que el modo en que las estructuras sociales determinan al discurso. Esas convenciones, que revelan aspectos ideológicos particulares, se agrupan en conjun­ tos o redes que él denomina órdenes del discurso, expresión que toma en préstamo de M. Foucault Los discursos y las prácticas sociales están sometidos a restricciones sociales por estos órdenes dei discurso, que son una forma particular del orden social, aunque esto no impiica que tanto los discursos como las prácticas sólo se conciban de manera reproductiva, sino que también pueden ser creativos (1989:28). El orden social es más amplio, e incluye, entre otros, los órdenes del discurso. El orden social refiere a la estructuración de un determinado “espacio" social [una institu­ ción] en distintos dominios [esferas de acción, tipos dé situaciones] que se asocian con determinadas prácticas. Los órdenes sociales no sólo difieren en los tipos de prácticas que incluyen sino también en el modo en que estas prácticas se relacionan o se estruc­ turan entre sí. Cada tipo de práctica se asocia convencionalmente con determinados ti­ pos de discursos, que también se relacionan y estructuran entre sí de manera diversa.

Orden social

Orden del discurso

Tipos de prácticas

Tipos de discurso

Prácticas reales

Discursos reales

Los tipos de discurso son definidos por este autor como las “normas, convencio­ nes y códigos de prácticas que son implícitas o subyacen a un discurso real’’. Los tipos de discurso son propios de una determinada ideología y por lo tanto presentan varia­ ción ideológica. Es fácil advertir la influencia que ha ejercido la noción de género dis­ cursivo de Bajtin en esta noción de tipos de discurso. Es importante señalar que Fairclough destaca enfáticamente que la relación entre los ti­ pos de discurso y ios discursos reales no es de ninguna manera "una relación mecánica": “Aunque necesitamos convenciones para poder construir e interpretar un discurso, éste no es simpiémente una realización o una implementación de aquellas [conven­ ciones]. En realidad, un discurso real puede construirse a partir de dos o más tipos de discursos, y en principio, las posibles combinaciones entre los tipos de discurso son innumerables. Más que como una implementación mecánica, el discurso de­ bería pensarse como una ampliación creativa de ios recursos existentes, mediante [re]combinación... “. (Fairclough,1989:31)

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Faírclough (1989:88) sostiene que entre las diferentes luchas que libran los hombres y los grupos sociales se encuentra la lucha ideológica, la cual se realiza predominante­ mente en y por el lenguaje. En el lenguaje, porque Sas luchas tienen lugar en el discur­ so, y se evidencian en los textos. Por el lenguaje, porque éste es muchas veces lo que está en juego en esas luchas, como cuando se discute acerca de-cuáles son las nor­ mas lingüísticas o comunicativas legítimas o "correctas" o "adecuadas”. Ambos son importantes aspectos del poder ideológico y social, y por lo tanto, se constituyen en fo­ cos de luchas sociales, que se manifiestan de diferentes formas en el discurso. Una de ellas es la lucha que se establece entre diversos tipos de discurso.

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Capítulo 3. El lenguaje como sistema de construcción de significados

1, Gramática y significado Los significados que construimos al usar la lengua están siempre relacionados con el contexto cultural y siíuacional en el que usamos la lengua, y por eso podemos decir que hay una relación inextricable y sistemática entre el texto y el contexto, es decir, entre las realizaciones lingüísticas o verbales y la situación extralingüística en la que éstas se producen. Por otra parte, el contexto activa los significados (es decir, la semántica) que se realizan en y por medio de la gramática (es decir, la léxico-gramática). En la historia de los estudios lingüísticos en Occidente han existido dos grandes concepciones teóricas de la gramática; ambas tienen su origen en Grecia y han gene­ rado numerosas variaciones, pero aun en la actualidad pueden reconocerse dos gran­ des tendencias, como señalan Matthiessen & Halliday (1997): 1) La lengua como sistema de reglas que permiten especificar estructuras, por ejemplo, la construcción de una oración transitiva con verbo ■+ acusativo. Esta pers­ pectiva, que es propia de la lógica y de la filosofía, coloca en primer plano a la oración como unidad básica, organizada en un modelo lógico de Sujeto + Predicado. Esta unidad básica se estudia aisladamente. 2 ) La otra perspectiva concibe a la lengua como un re cu rs o para construir signifi­ cados. Es una perspectiva retórica y etnográfica porque coloca en primer piano al tex­ to (discurso) como unidad básica de la lengua en uso, organizada de acuerdo con un propósito retórico. La oración se estudia entonces en su entorno discursivo. Además, Matthiessen & Halliday (1997) observan que en esta etapa de la historia humana, nece­ sitamos una teoría de la gramática que pueda afrontar los desafíos de la era de la infor­ mación, que plantea nuevas necesidades y nuevos objetivos para ei uso de la lengua.

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La afirmación de que el significado se crea en la lengua apunta a la cuestión más fi­ losófica acerca de¡ lugar del significado y la relación entre lenguaje, significado, pen­ samiento y realidad. La afirmación de que la "gramática es un recurso para construir significados”, implica que la gramática equivale al significado y viceversa. Existe una circularidad entre los significados y la gramática porque los significados se realizan y se construyen en y por medio de la gramática. Esto significa que los significados sólo son accesibles para los hablantes a través de la gramática y que la gramática tiene un rol interno de crear significados. ¿Cómo podemos acceder a una categoría semántica sin su realización gramatical? Por ejemplo, ¿cómo podríamos entender la categoría se­ mántica de ia “temporalidad" (tiempo) en diferentes lenguas, si no exploramos los re­ cursos gramaticales que la realizan (el tiempo verbal, etc..) en cada lengua?

2. ¿En qué se diferencia una gramática funcional de la gramática “tradicional”? La gramática tradicional es una gramática clasificatoria (taxonómica), que asigna las palabras a clases como sustantivo, verbo, adjetivo, preposición, etc., a las que comúnmente analiza como "partes del discurso". Las formas más elaboradas de la gramática tradicional podían incluir categorías más exóticas como el gerundio y los participios, y los nombres de diferentes tipos de cláusula -coordinada y subordinada, indicativas, imperativas, etc.-. El análisis gramatical podía incluir la elipsis del sujeto de una oración, además del predicado y el objeto directo o indirecto (o los complementos objeto, como se ilamaban a veces). En la gramática tradicional las “partes del discurso” se definían semánticamente: “un sustantivo es el nombre de una persona, lugar o cosa", “un verbo es una palabra de acción", etc. Pero en: “Hubo una gran conmoción", El verbo hubo no refiefe a una acción, y el sustantivo conmoción no es el nombre de una persona, ni de un lugar o una cosa. La gramática tradicional escolar se empleó como intento de prescribir la forma es­ tándar de la lengua. La forma estándar fue empleada por los grupos sociales dominan­ tes, de modo que los conceptos de "corrección" y "buena gramática" se establecieron, no a partir de las características internas de ¡a lengua, sino a partir del uso adoptado por determinados grupos o clases sociales. De este modo, la enseñanza de la gramá­ tica tradicional implicaba enseñar ¡as normas como “reglas” de la gramática, muchas de las cuales estaban en evidente contradicción con la manera en que lá mayoría de la gente empleaba la lengua: “Con el adverbio detrás no se emplea el posesivo, sino la forma terminal del pronom­ bre personal: detrás de mí/ti y no *detrás mío/tuyo’’.

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Una gramática funcional tiene una orientación más sociológica. Le preocupa com­ prender el modo en que el uso del lenguaje, con diferentes propósitos y en diferentes situaciones, ha configurado su estructura. En 1979, Michael Halliday contrastó de esta manera su enfoque funcional de la gramática con la gramática tradicional: “[la gramática tradicional] es formal, rígida, basada en la noción de ‘regia’, con el foco en la sintaxis, y orientada a la oración. Lo que se requiere es una gramática fun­ cional, flexible, basada en la noción de ‘recurso’, de foco semántico, y orientada al texto’’. (Halliday, 1979:186) El argumento clave de la gramática funcional es que para comprender el significado lingüístico es necesario reconocer la función de los ítems en una estructura. Una gramática formalista es un conjunto abstracto de reglas. • La preocupación central son las formas de la estructura gramatical y las relaciones que tienen entre sí. • La gramática equivale a la morfología y la sintaxis. • Los gramáticos suelen construir las oraciones para ilustrar las reglas. Una gramática funcionalista es un sistema de comunicación humana y permite a los hablantes construir e intercambiar significados. • La gramática funcional se centra en el uso de la lengua. La principal preocupa­ ción son las funciones de las estructuras gramaticales y sus significados en sus con­ textos de uso. • La gramática equivale a la léxico-gramática. • Es descriptiva, antes que prescriptiva, en el análisis de ocurrencias reales de la lengua oral y escrita y en su contexto de uso. • Pretende mostrar cómo se produce el significado mediante la comprensión y la in­ terpretación de los textos. Los gramáticos se basan en fragmentos lingüísticos auténti­ cos, tomados de situaciones de la vida real. No obstante, es importante destacar que los análisis formales en un determinado momento tienen que tener en cuenta el significado y la función, así como los análisis funcionales en determinado momento deben considerar la forma.

2.1. ¿Cómo se relaciona la gramática funcional con un modelo funcional del lenguaje? Desde la perspectiva de la Lingüística Sistémico Funcional (LSF) los textos orales y escritos que producimos tienen una forma lingüística que responde a los propósitos sociales que cumplen. El foco no se coloca en las entidades estructurales descontex-

tualizadas de ios textos, sino más bien en las relaciones entre ios textos y las prácticas sociales que éstos realizan. “La forma del lenguaje humano es como es porque co-evoluciona con los significa­ dos, los cuales co-evolucionan con los contextos de interacción social de la comuni­ dad. ” {Hasan, 1992:24} La LSF considera que la lengua y el contexto social son niveles complementarios de la semiosis, relacionados por el concepto de realización. Según esto, el sistema semiótico de la lengua se entiende como realización del sistema semiótico del contexto so­ cial, más abstracto. "La interpretación del contexto social incluye entonces dos planos comunicativos, el 'género' (contexto de cultura) y el ‘registro’ (contexto de situación).” {Martin, 1992:495) El lenguaje tiende un puente que va desde tos significados cuiturales del contexto social (las jerarquías sociales y ias relaciones de rol, las actividades institucionales, y la distribución del uso lingüístico dentro de ellas) hasta el sonido o la escritura. Y lo hace moviéndose desde los más abstractos a los menos abstractos. Estos órdenes de abs­ tracción se organizan en tres niveles o estratos: la semántica, ia léxico-gramática y la fonología (o grafoiogía) (ver Cap. 2). No es posible aceptar un modelo funcional del lenguaje y rechazar la gramática fun­ cional, porque sólo la gramática funcional proporciona una descripción del modo en que se establece la relación entre la estructura de la lengua y las variables situacionales [campo, tenor y modo) del contexto social en ei que funciona la lengua. La gramáti­ ca funcional es excepcional mente productiva como recurso educacional, para enseñar cómo se estructura la forma gramatical de la lengua para lograr una gran cantidad de propósitos en una variedad de contextos sociales.

3. Los estratos internos del sistema lingüístico Examinemos con mayor detalle Sa organización de los estratos internos del sistema. El modelo SF reconoce tres estratos internos al lenguaje: 1) Semántica: es decir, sistemas de significado en los que el término "significa­ do" no debe interpretarse simplemente como significado referencial/cognitivo, como lo hace la lingüística formal, sino todos los tipos de significado que hemos considerado. 2) Léxico-gramática: es decir, sistemas de expresión verbal (wording), que incluyen tanto la gramática como el léxico. 3) Fonología: es decir, sistemas de sonido, tanto segmenta! como suprasegmental.

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El concepto crucial para la organización de los estratos Internos del lenguaje es la de opción sistémica. Opción no se refiere aquí a actos deliberados de elección; sim­ plemente implica que los hablantes nunca están obligados a hacer una única cosa; cualquiera sea el entorno, siempre existen alternativas que implican opciones. En este sentido, ia idea de opción es fundamental a ia concepción de! lenguaje como un po­ tencial. Un potencial debe ofrecer alternativas, opciones. Si para demandar un servicio uno siempre estuviera obligado a producir una orden directa, entonces no se asignaría ninguna importancia específica a esta forma de demandar servicio, y ei lenguaje de­ bería considerarse simplemente como un conjunto de reglas obligatorias que deberían seguirse mecánicamente. La posibilidad de elegir elimina esta determinación mecánica, e infunde valor a las alternativas (las opciones del sistema). Un sistema consiste en cierto entorno que fun­ ciona como condición de entrada para un conjunto de opciones, de manera que si la condición de entrada se cumple, entonces una, y sólo una, de las opciones, debe ser elegida. El valor de cualquiera de las opciones del sistema es determinado por su rela­ ción con las otras opciones "disponibles’’ en ese punto en el sistema. Tomemos un ejemplo de la semántica (tomado de Hasan, 1989,1992). Si la condición de entrada es mensaje - demanda de servicios, entonces se dispo­ nen 3 opciones: 1) la demanda puede ser exhortativa ("limpiá tu cuarto*) o 2) puede ser asertiva (“tenés que limpiar tu cuarto”) o 3) puede ser consultiva {“¿podrías limpiar tu cuarto?"). Estas 3 opciones constituyen un sistema en el que el valor de cada término depen­ de de su relación con los otros, y el sistema representa lo que los hablantes de espa­ ñol pueden significar en el entorno de la demanda de servicios en determinado punto de delicadeza. EStérmino delicadeza se refiere al grado de detalle o minuciosidad que se adopta en la descripción, Este grado de detalle en la descripción aumenta a medi­ da que cada opción de un sistema funciona a su vez como condición de entrada para algún otro conjunto de opciones. Continuando con ei mismo ejemplo (y simplifican­ do la cuestión), si se elige la opción asertiva entonces, ésta es la condición de entrada para la opción sistémica entre: • desiderativa (“me gustaría que limpies tu cuarto") u • obligativa ("tenés que limpiar tu cuarto"). Aquí, la opción sistémica entre desiderativa/obligativa depende de la opción asertiva. Ahora bien, una única condición de entrada permite ingresar a más de un sistema de opciones. De modo que, dada la condición de entrada mensaje - demanda de ser­ vicios; no sólo tenemos un sistema (llamémoslo sistema A) con las opciones exhortati­ va/asertiva/consultiva, sino que al mismo tiempo existe por lo menos otro sistema (lia­

se

mémoslo sistema B) con la opción sugerente/no sugerente. Los sistemas A y B en este caso son simultáneos. Cada una de las opciones del sistema A debe combinarse con una de las opciones dei sistema B, y nos ofrece la posibilidad de establecer distincio­ nes más finas o minuciosas de las opciones de significado. Por ejemplo, un enunciado como: "¿podrías limpiar tu cuarto?”, combina la opción consultiva del sistema A con la opción no-sugerente dei sistema B, en cambio, la opción sugerente sería: "¿qué tal si limpiás tu cuarto?”, que minimiza la aserción y la convierte en una sugerencia. En espa­ ñol se podría emplear también una 1a persona plural para minimizar aún más la aser­ ción: “¿qué tal si limpiamos tu cuarto?", aunque esto no implica que el “yo” tenga la in­ tención de realizar la acción junto con el interlocutor [por ejemplo, una madre que trata de sugerir/negociar con su hijo/hija para que limpie su cuarto]. Cuando los sistemas se interreiacionan de este modo, por ejemplo por relaciones de dependencia y simultaneidad, entonces juntos constituyen una red de sistemas. La organización de los estratos internos se efectúa mediante estas redes de sis­ temas. Las opciones del estrato semántico pueden ser representadas como cuatro redes de sistemas y cada una de ellas representa las opciones relevantes para una determinada metafunción. Una red representa las opciones pertenecientes a la metafunción interpersonal, otra a la experiencial, una tercera a la lógica, y una cuarta repre­ senta las opciones de significados textuales. Dentro de cada sistema existe un "alto grado de restricción interna", mientras que entre las redes de sistemas “existe escasa restricción". De manera que las opciones den­ tro de la red del sistema interpersonal, por ejemplo, las que pertenecen a la asignación de roles discursivos (ej. demandar o dar), muestran "un alto grado de restricción inter­ na”. Dentro de la red del sistema interpersonal no es posible elegir al mismo tiempo dar y demandar: sólo es posible combinar un término de cada par de opciones. Esto ocurre porque ambas opciones están dentro de una misma red y su elección está restringida internamente. No obstante, cualquiera de estos términos puede combinarse libremente con cualquier término de la red del sistema experiencial, porque ésta es una entidad di­ ferente. Por ejemplo, cualquier demanda / ofrecimiento de información puede combinar­ se con casi cualquier tipo de proceso, ya sea de acción material como en 1a y 1b, o de cognición mental como en 2a y 2b, o de atribución como en 3a y 3brespectivamente:

Acción material

1a

Lo había dejado aquí

1b

¿Lo podría dejar aquí entonces?

Cognición mental

2a

Advertí mi error

2b

¿Por qué no advertí mi error?

Atribución

3a

Entonces su perro era un cachorro

3b

¿Su perro era un cachorro entonces?

La organización del estrato semántico revela, entonces, que cada metafunción tiene una red de sistema “asociada” a ella. Estas distintas redes de sistemas no son alterna­ tivas, porque las elecciones realizadas en una red de sistema no impiden hacer selec-

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cíones en los otros sistemas. Por el contrario, no es posible describir las propiedades semánticas -la estructura del significado- de un mensaje en su totalidad sin conside­ rar al mensaje como realización de opciones dentro de todas las redes de sistemas. A diferencia de las funciones en el sentido del registro/uso lingüístico, las metafunciones no son mutuamente excluyentes: los hablantes tienen que elegir entre uno u otro regis­ tro, pero no eligen entre las distintas metafunciones.

4. La relación entre gramática, semántica y fonología Tanto el sistema semántico como el léxlco-gramat|cal son sistemas simbólicos de codificación de significados. Halliday concibe la relación entre gramática y semántica como una relación “natural", en el sentido de que no es una relación arbitraria, por eso no establece una línea demarcatoria precisa entre ambas."Una gramática funcionales una gramática orientada a la semántica' (Halliday, 1985 [1994]:xvi). La organización de la semántica no puede considerarse disociada de lo que los hablantes hacen con los significados lingüísticos o cómo relacionan los significados con la léxico-gramática. La semántica es una interfase entre el contexto y la léxico-gramática. “Una lengua es un sistema para construir significados: un sistema semántico con otros sistemas que codifican los significados que éste produce. El término 'semán­ tica’ no sólo se refiere al significado de las palabras; es todo el sistema de significa­ dos de una lengua, expresado tanto por la gramática como por el vocabulario. ’ {Ha­ lliday, 1985[1994]:xvi) La fonología es un recurso para realizar las expresiones verbales abstractas como sonido e incluye la entonación, el ritmo y la articulación silábica y fonémica. Alternativa­ mente, este nivel puede ser el sistema gráfico de una lengua. En general, el sistema de la fonología se relaciona de manera arbitraria o puramente convencional con la léxicogramática. Aquí no se abordará el sistema fonológico/gráfico.

5. La concepción de la léxico-gramática La gramática como fenómeno puede ser estudiada por diferentes teorías gramati­ cales. En el trabajo publicado por Halliday & Matthiessen en Internet, se propone dis­ tinguir con dos términos diferentes (en inglés; no hay equivalente en castellano) entre: • grammar: el fenómeno objeto de estudio (como la gramática del inglés, del es­ pañol, etc.), * g ram m atiG s: la/s teoría/s gramaticales que lo conceptualizan (como la gramática tradicional, la gramática generativa o la gramática sistémico funcional).

67

Esta distinción sería equivalente a la que se establece entre lenguaje y lingüística o entre sociedad y sociología. La gramática como fenómeno es parte del lenguaje. En cambio, su conceptualización depende de las teorías gramaticales. El tipo de gramática que se presenta por lo general en la escuela es una versión di­ luida de la gramática como sistema de reglas. Representa las reglas de la gramática en términos de organización de las palabras en oraciones, donde las palabras ocupan funciones como sujeto, predicado, objeto, circunstancia!. Como teoría resulta demasia­ do pobre: se basa demasiado en las lenguas europeas, y tiene escaso valor para el chino, el japonés u otras lenguas; por otra parte, se ocupa poco del conjunto total deí sistema gramatical dei lenguaje: sólo permite ocuparse de una parte de la gramática y no permite interpretar la organización gramatical de una lengua como un sistema de información. Se requiere una teoría gramatical más rica para enfrentar los desafíos que presenta la era de la Información, que permita dar cuenta de cómo se accede y se or­ ganiza el conocimiento y cómo se procesan los textos en diferentes contextos. La gramática sistémica puede ubicarse dentro de lo que se define ampliamente como una gramática funcional, que se caracteriza típicamente por privilegiar determi­ nadas orientaciones hacia:

La función

Antes que

Las formas

La retórica

La lógica

El texto

Las oraciones

Los recursos

Las reglas

La significación

La gramaticaiidad

La gramática funcional de Halliday, tal como ía define en la introducción de su obra que me fuera. —El formulario pide —► tu número de documento. Además, la cláusula verba! puede representar al receptor de una interacción discur­ siva como el destinatario, que es similar al beneficiario de las cláusulas materiales. El contenido del decir puede ser representado por una cláusula a la que se denomina lo­ cución, en la que se cita directamente o se informa indirectamente (estilo directo-indirecto) lo que se dijo: Ella

te

dijo

—> < ‘No quiero volverá verte'>

Ellos

me

dijeron

r->

Emisor

Destinatario

Proceso verbal

Locución

108

Esta locución también es una cláusula proyectada, y no forma parte de ía cláusula verbal, sino que es otra cláusula (es un complejo de cláusuia proyectada). Cuando la referencia al contenido no es una cláusula proyectada, se construye con un participante al que Halliday llama verbiage que es muy difícil de traducir en español, por lo que proponemos llamarlo informe. Ella

me

contó

una extraña historia

Emisor

Destinatario

Proceso verbal

Informe

2.2.5.2. Cláusulas d© procesos existenciales y su participante Estas cláusulas se parecen a las .relaciónales porque construyen un participante in­ volucrado en un proceso de ser, pero difieren de ellas porque sólo tienen un participan­ te que debe ser introducido en ei texto. • Participante asociado: existente (+ circunstancia) Estos procesos representan que algo existe u ocurre, como por ejemplo:

Proceso

Existente

Circunstancia

Hay

una mosca

en mi sopa en la pared

Había

una pequeña grieta

Existe

un problema

Ocurrió

un accidente

aquí cerca

Las cláusulas existenciales tienen frecuentemente una circunstancia de lugar.

2.2.5.3. Cláusulas de procesos de comportamiento y su participante Son procesos de comportamiento fisiológico y psicológico típicamente humano co­ mo respirar, toser, sonreír, soñar. Son en parte similares a los procesos materiales, y en parte similares a los mentales. El participante es alguien que se comporta de algu­ na manera: el actuante, y es típicamente un ser consciente como el perceptor, pero el proceso se parece gramaticalmente más a un proceso dei hacer (material) que a un proceso mental. En realidad sus límites son indeterminados. Son típicos procesos de comportamiento los siguientes: mirar, observar, escuchar, preocuparse, soñar (cerca­ nos a los procesos mentales); charlar, mascullar, conversar (cercanos a los verbales); gritar, reír, sonreír, posturas físicas como por ejemplo cantar, bailar, sentarse, levantarse. Muchos de estos verbos pueden ocurrir en procesos que no'son de comportamiento, por ejemplo, si decimos: "Quedóte quieto, estoy pensando”, tenemos un proceso de

109

comportamiento, en cambio si decimos: "EHos piensan que somos estúpidos”, tene­ mos un proceso mental. • Participante asociado: actuante (behaver) (+ alcance [range]) Actuante

Proceso

Alcance

Ellos

canturreaban

una tonada salteña

Nosotros

estábamos mirando

las noticias

Martin, Mathiessen y Painter (1997:109) dicen que las cláusulas de comportamiento construyen el comportamiento (incluso el comportamiento mental y verbal) como una versión “activa" de los procesos mentales y verbales. O sea, sentir y decir se constru­ yen como una “actividad”, por ejemplo: conversar, chimentar, ponderar, mirar, escuchar, sonreír. Los procesos de comportamiento se parecen a los procesos mentales porque tienen un participante dotado de conciencia (el perceptor, en el caso de los procesos mentales) al que llamamos actuante. No obstante, se diferencian tanto de ios proce­ sos mentales como se muestra en los siguientes ejemplos: De comportamiento

Mental

Estoy mirando a Lucas

Veo a Lucas: puedo vera Lucas

-

Veo que Lucas ya se ha ido

Estoy paladeando el vino

Estoy paladeando el vino en la salsa

-

Puedo paladear que hay vino en la salsa

El gato está olfateando la alfombra

El gato olfatea, huele a la gata en la alfombra

-

El gato, olfatea, huele que la gata estuvo en la alfombra

Los procesos de comportamiento incluyen categorías que se asemejan a las men­ tales y a las verbales: percepción, cognición, afecto y verbales, como se observa en estos ejemplos:

Percepción

De comportamiento

Mental/Verbal

mirar hacia, observar, fijarse, 'papar moscas',

ver, observar

visualizar, mirar, inspeccionar,

oir,

escuchar

olfatear

oler

gustar

gustar

sentir

sentir Cognición

ponderar, resolver, trabajar, calcular, meditar,

pensar, conocer, creer

refunfuñar, pensar (continúa en la página siguiente)

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Alecto (subtipo emoción)

sonreír, enojarse, reir, pucherear, jadear,

temer, disfrutar, gustar, asustarse, te­

temblar, estremecer

mer, alarmarse, disgustarse, agradar, complacer, divertirse, molestarse

Verbal

lloriquear, quejarse, tartamudear, balbucear,

decir, contar, preguntar

murmurar, lamentarse, charlar, chismorrear, conversar, hablar, cantar, gesticular, roncar, toser, alabar, insultar, halagar

También se parecen a los procesos materiales porque: • emplean una representación no marcada del tiempo presente como presente con­ tinuo o progresivo, • no pueden informar (es decir, no pueden ocurrir en una cláusula proyectada). Martin, Mathiessen y Painter (1997:109) señalan también que los límites entre los procesos materiales y los de comportamiento están cubiertos por dos sub-tipos de procesos: a) los procesos fisiológicos: crispar, tiritar, temblar, sudar, transpirar, b) los procesos sociales: besar, mimar, abrazar, bailar, jugar, etc.

2.2.6.

Resumen de ios procesos y ios participantes

Tipo de Proceso

Partícipante(s) Asociados

Ejemplo

Otro

Material

Actor, Meta (Beneficiario)

Estela abrió la puerta

Circunstancia

Francisco compró un libro para su hija Comportamiento Mental:

Actuante (Alcance)

Ella estaba sonriendo

Lugar

Perceptor, Fenómeno

Ella no vio a nadie

Tiempo

perceptivo, cognitivo, afectivo Verbal

Ella no podía comprender eso

Modo

Ella odiaba que la hubieran engañado

Cantidad

Emisor, Locución

Ella dijo la verdad

Causa

(Informe) (Destinatario)

Pedro informó a su ¡efe que ella no vendría hoy

Etc.

Dije: "eso no es asi' Relacional: intensivo, circuns­ tancial & posesivo

Existencia!

Identificado^ Identificado

Su hermano era el huésped

Símbolo, Valor

El silencio era amenazador

Portador, Atributo

Los vecinos estaban tristes

Poseedor, Poseído

Ellos tenían un enorme perro

Existente

Había un murciélago en el altillo

111

2.3. La voz 2.3.1. El modelo transitivo/ergativo En la teoría sisíémica la voz forma parte de dos sistemas de opciones que se combinan entre sí e incluyen las distinciones entre voz activa-pasiva y entre voz efectiva-media. Para explicarlo es necesario profundizar el modelo de la transitividad que hemos de­ sarrollado hasta aquí, para dar cuenta de la función experiencial de la cláusula. Pero la construcción de la realidad experiencial puede verse desde otra perspectiva comple­ mentaria, a la que Halliday denomina modelo “ergativo”. La perspectiva transitiva es la que se-emplea habitualmente en la vida cotidiana y está más integrada a nuestro pensamiento de sentido común, porque es la que el pen­ samiento gramatical ha heredado de la gramática griega y latina, basada en los casos nominativo/acusativo. Este modelo es un modelo de extensión o impacto. Desde esta perspectiva, un evento es algo que ocurre e involucra a un actor y un proceso (intran­ sitivo), que a veces se extiende, impacta o afecta a otro participante, al que llamamos meta (transitivo): actor —>proceso actor proceso —►meta

“Elperro corrió” "El perro corrió a los chicos’’

Las cláusulas transitivas admiten su transformación a la voz pasiva: “Los chicos fueron corridos por el perro El punto de vista ergativo es menos común, y requiere en cambio de enfoque, un cierto esfuerzo de pensamiento. Aquí el evento se concibe como un proceso + un me­ dio que lo actualiza. Este modelo no se basa en la extensión o el impacto del proceso, sino en otra variable, a la que Halliday denomina causación. Aquí importa saber si el proceso es producido por una causa externa (el agente) (voz efectiva) o no (voz media). medio + proceso agente - » proceso —* medio

"El barco se hundió" (el proceso se presenta sin causa externa) "La tormenta hundió el barco' (el proceso se presenta como producido por una causa extema)

Voz media

Voz efectiva

Proceso + Medio

Agente —> Proceso + Medio

La pelota saltaba

El chico hizo saltar la pelota

La pizza se cocinó

Tina cocinó la pizza

La ropa se secó

El sol secó la ropa

Las noticias se difundieron

El periodista difundió ¡a noticia

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De modo que hay dos maneras de estructurar la transitividad: 1) Modelo de la transitividad 2) Modelo de la ergatividad Para introducir el modelo ergativo Halliday & Matthiessen (cf. 2004:280 y ss.) pre­ sentan el análisis de un texto en dos pasos: 1) desde el punto de vista de la transitividad, 2) desde ei punto de vista del modelo ergativo.

2.3.2. Modelo transitivo Se basa en la configuración de actor + proceso. Ei ador es el que produce el desa­ rrollo del proceso en el tiempo. El resultado o producto del proceso queda confinado al actor o se extiende a otro participante, la meta. La meta recibe el impacto de la ac­ tuación dei actor. El texto que analizan Halliday y Matthiessen se denomina “El Arca de Noé". Ofrece­ mos a continuación una versión en español de dicho texto para facilitar el desarrollo de su argumentación. "El Acá de Noé’ Al principio Noé estaba asustado. ¿Cómo podría Dios salvarlo de las aguas de una gran inundación? Entonces Dios habló nuevamente a Noé. Le dijo que construyera un barco que llamó un Arca. "El Arca debe ser de 450 pies de largo, 75 pies de an­ cho y 45 pies de alto", dijo, “suficientemente grande para ti y tu mujer, tus tres hijos y sus mujeres". “Ueva también en el Arca dos ejemplares de todo ser vivo que rep­ te sobre la tierra o vuele en el aire”. “Toma un macho y una hembra de cada criatura, grande y pequeña. Haz como te digo y serás salvado. " Dios le dijo a Noé muchas otras cosas. Entonces Noé fue a su casa y le dijo a su fa­ milia lo que Dios le había dicho. La mañana siguiente Noé y sus hijos fueron al bosque de cipreses para talar los árbo­ les más altos. Durante muchos días talaron y cortaron. La mujer de Noé y las mujeres de sus hijos fueron a los campos a recoger frutas y granos y vegetales. Necesitarían mucha comida para ellos y los animales en las tinieblas. Primero analizan las entidades que funcionan como actor (en cláusulas transitivas/ intransitivas) y como meta según se distinguen en la siguiente tabla:

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Actor (transitivo) 1 Seres

Dios

X

Noé y su familia

X

animales II Fenómenos Naturales

inundación, lago

Actor (intransitivo)

Meta

X

X

X

X

X

lluvia, ríos, nubes, arcoiris, sol

X X

inundación, océano, mundo, campos III Artefactos

IV Plantas y Alimentos

arca

X

X

barca, puertas, ventanas, casas

X

árboles, frutas, granos, vegetales, comida

X

Los actores transitivos son todos "seres" (humanos o Dios, pero no animales) con ia excepción de “inundación” (fuerza natural) construida como un ser que es controlado por Dios. {"Voy a enviar una gran inundación”). Todos estos actores son “potentes o po­ derosos" y "volitivos” (excepto inundación). La función de actores intransitivos admite mayor cantidad de entidades, incluyendo los animales y varios tipos de fenómenos naturales y artefactos, como el arca. La imagen que se construye es que una gran cantidad de entidades pueden ser ac­ tores; las más "poderosas" pueden ser tanto transitivas (producen procesos que afec­ tan a unameía) como intransitivas. £1 rol de meta pueden cumplirlo entidades diversas, pero cuando la meta es un "ser" el actor es una entidad más poderosa. “Actor” = Dios + Meta - Noé “Actor" - Noé y su familia + “Meta" = animales, plantas La gramática de la transitividad de este texto construye una “visión del mundo" par­ ticular: es un mundo donde Dios puede actuar spbre los humanos y los fenómenos naturales, donde las fuerzas naturales bajo el control de Dios pueden actuar destruc­ tivamente sobre el mundo; donde a su vez, los humanos pueden actuar sobre los ani­ males, los artefactos y las plantas, pero donde las plantas no actúan. Esta visión del mundo es específica de este texto particular, pero también es repre­ sentativa de la visión del mundo encarnada en la teoría tradicional del sentido común de la gramática de la vida cotidiana. Estos actores ocurren en cláusulas de “suceder" y de "hacer”, es decir, con el mo­ delo transitivo de las cláusulas “materiales”.

114

Fueron / debemos apuramos — “suceder" Cortar / recolectar —.................. “hacer"

2.3.3. Modelo ergativo En el modelo transitivo según el cual se construyó "El Arca de Noé", la gran inunda­ ción y sus diversas manifestaciones (lluvia, ríos, agua) funcionan como actor en ciáusu­ las del “suceder” y como meta en cláusulas de! "hacer”. —Voy a mandaruna gran inundaciónp ara lavar el mundo. meta —¿a gran inundación se esparció. actor —El agua siguió subiendo, cubrió los campos y los picos de las montañas. actor En el primer caso "agua” funciona comomefa, pero en otras ocurrencias del grupo nominal (GN) que denotan “formas de agua", funcionan como actor. Esta es la genera­ lización del modelo transitivo. —Vby a mandar"una gran in u nd a ción “La gran inundación" se esparció... El mismo GN funciona con el mismo rol ergativo: es el medio, el medio a través del cual se actualiza o realiza el proceso, en este caso, el medio a través del cual se realiza el movimiento de enviar o de esparcir. Las diferencias entre suceder y hacer se derivan de un principio diferente al transiti­ vo (extensión e impacto). Suceder significa que la realización del proceso se represen­ ta como autogenerada mientras que hacer significa que la realización del proceso se representa como causada por un participante que es externo a la combinación de pro­ ceso + medio. Esta causa externa es el agente. En las narraciones tradicionales como ‘El Arca de Noé", encontramos algunos ras­ tros del modelo ergativo, pero no es lo dominante. En cambio, en muchos registros del discurso científico el modelo ergativo juega un papel mucho más destacado, y más importante que el modelo transitivo. Estos registros han evolucionado a lo largo de los últimos 500 años, pero también ocurre en lo que se conoce como conversación casual o cotidiana, que es la frontera del cambio lingüístico. El modelo ergativo es ahora plenamente sistémico en inglés (y en otras lenguas oc­ cidentales como el español) esto quiere decir, que no se limita sólo a algunos registros

115

sino que, junto con el modelo transitivo, construyen o constituyen el sistema general de la transitividad; y ha ganado terreno en la última mitad del milenio. • Los dos modelos se complementan y por eso se destacan de manera diferente se­ gún los registros. Cada uno representa distintas formas de construir generalizaciones acerca del flujo de la experiencia y en consonancia con los diversos tipos de situación. Los argumentos para explicar la interpretación ergativa son extensos y muy técni­ cos, pero así como existe evidencia clara para distinguir en la gramática un proceso de otro, también existe clara evidencia de que, en un sentido más abstracto, cada proceso se estructura de la misma manera, sobre una misma variable. Esta variable se relacio­ na con ¡a fuente del proceso. ¿Qué es lo que lo produce? ¿El proceso se produce des­ de su interior (es decir, se autoproduce), o es producido por algún agente externo? Esta distinción no es equivalente a la distinción transitivo/intransitivo. La variable tie­ ne que ver con la extensión (el alcance). El actor realiza un proceso, y ese proceso ¿se extiende o no más allá del actor hasta otra entidad? Intransitivo: —“El perro corrió" (la acción de correr sólo alcanza al actor del proceso). Transitivo: — “Elperro corrió al turista” (la acción se extiende a otro participante). En la interpretación ergativa también nos preguntamos si hay uno o dos participan­ tes, pero las dos posibles respuestas son diferentes. Para comprender esto, tenemos que reestructurar nuestro pensamiento, del mismo modo que tenemos que reestructu­ rar nuestra percepción cuando miramos una figura, que puede verse como cóncava o como convexa. Visto desde esta perspectiva, la variable no es de extensión sino de causación. Un participante está involucrado en un proceso; ese proceso ¿es originado, causado, pro­ ducido por ese participante, o por alguna otra entidad? — "Elperro persiguió al turista”. — “El turista corrió". — “El turista se despertó — “Elruido despertó al turista". —*Sus ojos se cerraron", —“Ella cerró suá ojos". — ‘El arroz se cocinó". —“Mamá cocinó el arroz". — “Mi decisión se debilitó —“Las noticias debilitaron mi decisión.

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El predominio de este modelo en el sistema inglés moderno (también en el espa­ ñol), es uno de los cambios que se han ido desarrollando desde los últimos 500 años junto a otro conjunto de procesos de cambios semánticos. En general, estos cambios tienden a: • destacar la función textual en la organización del discurso en comparación con la función experiencial y dentro de la función experiencial, • destacar el aspecto de causa - efecto de los procesos por sobre el aspecto (al­ cance y extensión). No existe en la lengua nada que pueda considerarse un cambio "acabado”, las on­ das de los cambios atraviesan el sistema todo el tiempo. Pero este aspecto de la len­ gua -el sistema de la transitividad- es particularmente inestable en la lengua actual, presionada continuamente por la necesidad de adaptarse a un entorno y una realidad que continuamente cambian, y muy rápidamente, debido a las demandas funcionales que se plantean a la ¡engua desde el Renacimiento. Halliday y Matthiesen proponen un esquema de la función experiencial de la cláusu­ la tal como aparece hoy en ia lengua, considerándolo una manera de establecer gene­ ralizaciones acerca de los procesos del mundo real. Cada proceso se asocia con un participante que es la figura clave de ese proce­ so. Este participante es aquel a través del cual se realiza o actualiza el proceso y sin el cual no existiría ningún proceso. Llamamos a este participante el medio (o mediador) dado que es la entidad por medio de la cual existe el proceso. — "El bote" se movió lentamente. —*El vaso" se rompió. — “Sus ojos" se abrieron desmesuradamente. — “La torta ” se quemó. — "El techo‘ se voló. En todos estos ejemplos hay procesos materiales, y visto desde esta perspectiva de srgativídad, el medio, es equivalente al actor en una cláusula intransitiva y a la meta de jna cláusula transitiva.

A) Interpretación transitiva —Ei bote se movió i i________ el vientoI movió I_______ el bote I L___________! actor actor meta —Sus ojos se abrieron / ella abrió sus ojoSi actor actor meta

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B) Interpretación ergativa

—El bote ,se movió / ,e/ viento movió ,e/ bote, medio agente medio --fo/s ojos se abrieron ¡ ella abrió sus ojos, medio agente medio Excepto en ei caso especial de la voz media-receptiva, ei medio es obligatorio en to­ dos los procesos, y es el único elemento obligatorio además del proceso mismo. Para simplificar representamos los procesos meteorológicos como “está lloviendo", como si no tuviefan medio, pero sería más apropiado decir que en este caso el medio está fu­ sionado con el proceso. El medio es también ei único elemento que nunca es introducido en la cláusula por una preposición (con excepción de los medios receptivos). Se considera como algo que siempre participa directamente en el proceso. El proceso y el medio juntos forman el núcleo de una cláusula, y este núcleo determi­ na luego las opciones disponibles para el resto de la cláusula. Además del medio puede haber otro participante que funciona como causa externa. Este participante es el agente.

Receptivo: efectivo; medio/sujeto, agente: “por" El vaso

fue

roto

por el gato

Proceso material

María

íue

atormentada

por las noticias

Proceso menta!

Medio

Proceso

Agente

Ergativo

Sujeto

Finito

Predicador

Adjunto

Transitivo

Modo GN

Resto GV

Frase preposicional

Si el proceso se representa como autoengendrado no hay agente; si se lo repre­ senta como engendrado por una causa externa aparece el participante que funciona como agente. Así las cláusulas “El vaso se rompió", “El niño se sentó", “Elperro corrió”, todas están estructuradas como medio + proceso. De manera que en el mundo real pudo haber un agente externo involucrado en la rotura del vaso, pero en la semántica ha sido representado este evento como autogenerado. Probablemente todos los sistemas de transitividad en todas las lenguas combinan o fusionan de alguna manera estos dos modelos semánticos de procesos, el transitivo y el ergativo. El transitivo es una interpretación lineal. Los sistemas que son de carác­ ter predominantemente transitivos tienden a enfatizar la distinción entre participantes

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(actor y meta) y circunstancias. Pero el modelo ergativo impüca una interpretación nu­ clear más que linea! y entonces puede haber un grupo de participantes, entre los cua­ les no sólo está el agente sino el beneficiario y el alcance que, considerados desde un punto de vista transitivo, son circunstanciales; el agente es un tipo de circunstancial de modo, el beneficiario es un tipo de circunstancial de causa y el alcance es un tipo de circunstancial de extensión. Pero desde un punto de vista ergativo son participantes adicionales en el proceso central o nuclear: el proceso más el medio. Por lo tanto desde el punto de vista semántico, el agente, el beneficiario y el alcance tienen algunas características de los participantes y algunas características de las cir­ cunstancias. Y esto se refleja en el hecho de que gramaticalmente también son mixtos, es decir: pueden ingresar en la cláusula directamente como grupos nominales (es de­ cir como un participante} o indirectamente como término en las frases preposicionales (similar a los circunstanciales). Algunos de los elementos de la cláusula son representados como circunstanciales, son grupos adverbiales o frases preposicionales. Pero aunque aquí hay cierto grado de indeterminación, es decir, así como los elementos que se consideran esencialmen­ te como participantes, pueden ocurrir a veces con una preposición, así también algu­ nos elementos que se consideran esencialmente como circunstanciales pueden, a ve­ ces, ocurrir sin preposición, por ejemplo con expresiones de extensión y locación. Con estas expresiones, a menudo no hay preposición: — “Mis padres se quedaron varios días”. — “Mi hermana se fue el miércoles pasado". En un modelo transitivo los participantes son el actor (obligatorio) y la meta (opcio­ nal); si sólo está el actor el verbo es intransitivo y está en voz activa, pero si el actor y ia meta están ambos presentes, el verbo es transitivo y puede estar en voz activa o en voz pasiva. El sistema de la voz funciona de esta manera: • Una cláusula sin “agencia" (sin causa externa) no está ni en voz activa ni pasiva, sino en voz media. • Una cláusula con “agencia” (con causa externa) está en voz efectiva (no media). • La cláusula efectiva puede ser operativa o receptiva. En una cláusula operativa el sujeto es el agente y e! proceso es realizado por un verbo activo. En una cláusula re­ ceptiva el sujeto es el medio y el proceso es realizado por una frase verbal pasiva.

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Relaciones entre agencia, alcance y voz

A g e n c ia

(Sin agencia)

Sin alcance (se vive bien / había m ucha gente)

Voz media

Con alcance (cfesde entonces se vive bien )


. —They sel! < the car> tú}- colocamos algo que llamamos el "hacedor” o "reali­ zador", alguien que va a hacer o realizar la acción, al que podemos llamar actor. Algo similar ocurre con la segunda parte: pediré: es un tipo diferente de proceso, ya que para pedir algo se debe emplear algún signo, probablemente un signo lingüístico, por eso lo llamamos un."proceso verbal". También reconocemos a quien realizará la ac­ ción, pero éste también es diferente del primero, no sólo porque en este caso está co­ dificado expresamente, sino porque no es un actor, sino quizás alguien comprometido en un proceso verbal, o más bien, no comprometido, porque en realidad ia realización del proceso está negada. A este “realizador” lo llamamos emisor (en inglés, sayer). Así, ia oración puede considerarse, en el nivei más simple, como una representación de la combinación de ciertos fenómenos en ei mundo. Sabemos que existen cosas como "copas” y “vino", sabemos que cuando hablamos somos personas - “yo" y “tú”y que tenemos alguna representación de estas palabras. Sabemos que hay procesos .como "requerir" y "autorizar”. Sabemos que la noción de "beso" es una cosa, aunque de diferente tipo que "copa" y Vino”, porque, aunque está codificada gramaticalmente como un sustantivo, es normalmente el nombre de una acción, y no el nombre de un objeto. Sin embargo, sí es algo que puede dejarse en una copa, entonces presumible­ mente en algún nivel de la interpretación tenemos que considerarlo como un “objeto”. De esta oración hemos aislado ciertos rasgos que pueden considerarse como re­ presentación del mundo tal como es aprehendido por nuestra experiencia: el significa­ do experienciaI de esta oración. Este es sólo un paso en la interpretación de aquella oración como representación de un fenómeno identificable. Es claro que tendremos que dar otro paso en la interpretación, tendremos que agregar otros componentes que nos llevarán a la esfera de una representación imaginativa y oblicua de la experiencia para explicar este extraño concepto de “dejar un beso en una copa’’. Podemos referirnos a esto como una metáfora, ampliando el término para significar cualquier tipo de representación que implique una transferencia o un traspaso -el tipo de transferencia que está presente aquí, por ejempio, en el doble cambio de significado de beso, porque la palabra beso como sustantivo ya es metafórica en la lengua, en el sentido de que es el nombre de un proceso y no de un objeto-. Vemos así que el primer

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paso es ia metáfora que está construida en la lengua española (nombrar un proceso con un sustantivo). Además, hay un segundo paso: un uso especial de la palabra beso ("cfejar un beso en una copa") que implica volver a la metáfora que hace de beso un sustan­ tivo, pero en un nivel más alto de metaforización. Los sustantivos simbolizan usualmen­ te objetos, y los objetos pueden dejarse en afgún lugar: de modo que se puede “dejar un beso en una copa". (Esto tiene que ver con la idea de Lakoff sobre ia metáfora como proyección de estructuras conceptuales desde un dominio de la experiencia a otro). Si continuamos esta línea de razonamiento paso a paso, podremos construir una cadena compleja de realizaciones metafóricas que llevan a una interpretación de esta oración, que podríamos parafrasear de manera no metafórica como “tus besos son más deseables que el vino" o “me gusta más besarte que beber vino". Tampoco culminaría aquí la interpretación, porque tendríamos que localizar los mo­ dos de expresión y las convenciones literarias que determinan que esta oración es un modo adecuado de dar un mensaje particular. Para ello tendremos que movernos des­ de la significación experiencial hasta otro modo de significar.

2. Significado interpersonal Estructura interpersonal de la oración 0

(tú)

deja un beso en la copa

“tú"

‘haz esto"

Actor

Resto

Mandato u orden: petición o demanda

y

yo

no

‘yo’

‘voluntariamente’’

Actor

pediré vino ‘haré esto" Resto

Promesa: compromiso

En la primera mitad reconocemos algo que indicamos como mandato u orden: "te pido que hagas esto". En términos semánticos la petición es una variante de la función discursiva general de la “orden" o el “mandato''. Si observamos la segunda mitad, reco­ noceremos el significado "no haré eso”, o en otras palabras "me comprometo a no hacer eso”. De modo que reconocemos las funciones discursivas de “mandato” y “promesa". Aquí nos fijamos en un aspecto diferente del significado de la oración: la considera­ mos desde el punto de vista de su función en el proceso social de la interacción. La in­ terpretamos no como un modo de pensar sino como un modo de hacer. El significado es aquí: "te pido que hagas algo y prométo no hacer esto otro". Vemos así que en la misma oración se ha codificado otro tipo de significado, un significado que llamamos interpersonal. La oración no sólo contiene una representación de la realidad, es tam­ bién una parte de la interacción entre hablante y oyente. El significado interpersonal es un modo de actuar. Aquí no analizamos la oración en términos de participantes y pro­ cesos; en cambio, empleamos el concepto de sujeto y de otros elementos relaciona­ dos que no se muestran aquí.

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3. Significado lógico Con la interpretación experiencial y la interpersonal podemos explicar cada cláusula por separado; pero todavía debemos explicar y; en otras palabras, estas dos mitades de la oración están relacionadas de cierta manera. La forma de la relación parece ser la de una simple coordinación de una cosa con otra. Pero ¡as dos mitades tienen diferente función discursiva: una orden -más específicamente un pedido- y, la otra, un compro­ miso. ¿Qué significa la coordinación de un pedido y un compromiso? Esto lo debemos reinterpretar como algo más que una simple coordinación de elementos. Normalmente, cuando se coordinaba) y (b), (a) y (b) pertenecen a la misma clase. Sin embargo, aquí (a) y (b) no pertenecen a la misma clase: uno es un pedido y el otro es un ofrecimiento. ¿Cuál es el efecto de sentido que crea su coordinación? El efecto es que necesitamos reinterpretarias en términos de aígún otro tipo de relación, y que en español se expre­ sa no paratácticamente (por coordinación), sino hipotácticamente (por subordinación) mediante el uso de si (condicional). De manera que el próximo paso que seguiremos es reconocer que en el significado experiencial no sólo existe una metáfora sino que tam­ bién hay una metáfora en el significado interpersonai, porque algo que ha sido codifica­ do como "pedido + compromiso” deberá interpretarse como "compromiso condiciona! contra aceptación del pedido". Podría expresarse esto como: "si dejas un beso en la copa, entonces no pediré vino". De modo que el significado interpersonal es "(si acuer­ das en) hacer esto, entonces (yo me comprometo a) no hacer aquello". Para seguir este paso debimos invocar una tercera función del lenguaje, otro as­ pecto de la organización del sistema semántico: la expresión de relaciones lógicas. A esto llamamos el significado lógico. En toda lengua natural hay una red relativamente pequeña de relaciones lógicas fundamentales que no son las de ¡a lógica formal, sino aquellas de las que la lógica formal se deriva en última instancia. Las relaciones lógicas que se construyen en las lenguas naturales son las que se expresan en la gramática como formas de parataxis e hipotaxis. En nuestro ejemplo, el tercer componente que tenemos que tener en cuenta para explicar esta relación entre las dos partes de la ora­ ción es el elemento iógico que representa el significado condicional “si... entonces...". En este punto, cuando ya hemos incluido el componente activo, interpersonal, po­ demos retomar la paráfrasis previa “tus besos son más deseables que el vino" y po­ demos personalizarla más adecuadamente como 'Valoro tus besos más que el vino”, y luego colocar beso y vino como procesos: "me gusta más besarte que tomar vino", y esta reinterpretación es un sendero para llegar a ia metáfora final donde la expresión completa simboliza una declaración de amor.

4. Significado textual o textura Además, hay otra instancia de la relación lógica en o, que vincula paratácticamente a esta línea con lo que se ha dicho antes. Es que hasta este momento no hemos con-

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siderado la textura global. No hemos considerado esta línea desde el punto de vista de su propiedad como discurso. Para hacerlo, necesitamos un contexto. Para comenzar debemos completar desde la línea anterior del poema: Bebe por mí sólo con tus ojos Yyo comprometeré ¡os míos O deja un beso en la copa Yyo no pediré vino Ahora podemos advertir cierta cantidad de rasgos adicionales de este texto: 1) el esquema "tú haz (x) y yo haré (y}" se repite en dos ocasiones: “te pido que (ha­ gas eso) y yo (haré esto)" y también el significado si (condicional): “si bebes por mí sólo con tus ojos, entonces yo comprometeré los míos”, es paralelo a “si tú dejas un beso en la copa, entonces yo no pediré vino”. En ambos casos se repite el mismo pa­ trón, un pedido seguido de un compromiso, y en ambos casos simbolizando un com­ promiso condicional contra la aceptación de un pedido. Esta repetición es en sí misma un aspecto de la textura. . 2) Hay una organización temática de estas dos líneas. En cada caso la función dis­ cursiva se indica a! comienzo de la cláusula, lo que la coloca como tema. Es como anunciar al comienzo "lo que estoy por decir es un pedido", o cualquier otra cosa. Esta congruencia del Tema con el modo no es para nada inusual; en realidad, es el patrón típico de las promesas y los mandatos, donde el hablante casi siempre comienza con un elemento que indica el modo (el hecho de que sea típica no lo hace menossignifi­ cativo para la textura). 3) Otros componentes de la textura dependen del ritmo y la entonación, para los cuales deberemos asumir una manera particular de leer esta línea. // o / deja /un béso// en la copa//y/no /pediré/ vino//. Si se acepta esta lectura, tendremos tres puntos des­ tacados en las figuras tonales: béso, copa, vino. Este ritmo es más propio de la lengua hablada. Si el verso se cantara como parte de una canción, los puntos de prominencia en la entonación tendrían variantes. Este último tipo de prominencia es una característica del sistema fonológico del español en el que cualquier fragmento de discurso se separa en unidades melódicas o grupos tonales, cada uno de los cuales tiene un perfil o entorno melódico (que en el ejemplo se indica con //). El grupo tonal no es simplemente una unidad de soni­ do; expresa una unidad de significado, un bloque de información en la totalidad del mensaje. En cada unidad de información, hay un punto prominente: el núcleo tónico; la prominencia es fonológica -es el segmento que tiene mayor movimiento melódi­ co - pero también expresa una prominencia de significado: señala el foco de la infor­ mación en la unidad. Este foco de información marca el punto culminante de la infor­ mación nueva (ya sea porque es reciente o por contraste con lo anterior). De manera que los dos patrones -la división en unidades de información y la localización del foco dentro de cada unidad- constituyen juntos un elemento fundamental de la textu­ ra en la lengua hablada.

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4) El texto es, en realidad, la línea de un verso y, por lo tanto, tiene un ritmo ideali­ zado en virtud de pertenecer a un género particular. En otras palabras, tiene un metro, determinado por la forma particular del verso, del cual ésta es una instancia particular. La estructura métrica sería la siguiente: /o /de ¡ja un /be iso en /ia /co /pa // y /yo /no /pe /di /ré /vi ¡no 1 2 3 4 5 6 7 8 12 3 4 5 6 7 8 Este esquema métrico también es parte de la textura. El ritmo es el producto de la tensión entre su estructura métrica y los ritmos naturales que tendría en la lengua ha­ blada natural. Podríamos seguir un paso más y analizar la línea en términos de entonación cuando se pronuncia en voz alta. Nuevamente encontraríamos una tensión entre e! entorno to­ nal y el discurso natural y las propiedades de su marco musical. Todos estos rasgos: • e! balance semántico y gramatical entre las líneas, • la estructura temática, • el ritmo, • el foco de información y • la estructura métrica representan aspectos diferentes de la textura de la línea. Este es su significado tex­ tual. El significado textual es lo que lo convierte en texto.

5.

Resumen

Hemos identificado cuatro aspectos diferentes del significado de esta línea; en reali­ dad, se trata de cuatro componentes de la semántica de cualquier lengua, y para usar estos conceptos necesitamos poder hablar de ellos y, por lo tanto, necesitamos darles un nombre. Nos referimos a ellos como: •significado experiencial • significado iriterpersonal • significado lógico • significado textual Estas líneas de significado están todas entretejidas en la construcción del discurso. No podemos tomar una palabra de una frase que tiene sólo significado experiencial, o que sólo tiene significado interpersonal. Lo que tenemos que hacer al analizar un texto es cada vez volver a la cláusula como un todo y examinarla otra vez, desde otro punto de vista. Cada cláusula de un texto es multifuncional. Los significados están entreteji­ dos en una construcción muy densa de modo tal que, para entenderlos, no podemos examinar separadamente cada parte, sino que debemos considerarlo como una totali-

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dad y simultáneamente desde diferentes ángulos, donde cada perspectiva contribuye a la interpretación del todo. Esta es la naturaleza esencial de un enfoque funcional. Esto es muy importante porque se han producido muchos malentendidos con el concepto de ias funciones lingüísticas. A menudo se ha sostenido que cada cláusu­ la tiene sólo una función o una función primordial o -aun cuando se reconociera que la cláusula es muitifuncional- que sería posible señalar partes separadas de la misma y decir que esta parte tiene esta función, aquella parte tiene aquella función y la otra, esta otra función. En general, la vida no es así, y por cierto, tampoco el lenguaje.

6. Relación entre el texto y el contexto de situación Continuando con el poema, aquí abordaremos su relación con el contexto de situa­ ción, desde el punto de vista dei campo, el tenor y el modo. • Campo del discurso: podemos decir que se trata de un poema de amor y, en un sentido más amplio, podemos decir que el campo del discurso es el amor; el amor ex­ presado como metáfora, empleando las nociones de beber y comprometer. • Tenor del discurso: ¿quiénes son los participantes de este texto? En términos muy amplios, es un hombre a una mujer, y -más específicamente- el amante a la ama­ da. Podríamos agregar, sin embargo, que hay aquí un submotivo, porque esto es un poema y, además, es un texto público. No sabemos necesariamente en qué momen­ to de su existencia se volvió público; pudo haber sido compuesto como texto público desde el principio; después de todo se trata de un género lírico de comienzos del siglo XVII. También pudo haber sido escrito primero como un poema de amor que el poeta dedicó a su amada antes de ser un texto público. Cualquiera sea el caso tiene un tenor secundario, el del poeta que se dirige a sus contemporáneos. • Modo del discurso: ¿qué rol juega el lenguaje en el proceso de interacción? En primera instancia lo hemos considerado como un texto oral. También es, por supuesto, un documento escrito; de modo que podemos decir que es un texto oral/escrito. Po­ dríamos caracterizarlo con más detalle como escrito para ser dicho en voz alta. Pero también debemos señalar que ha sido compuesto de una manera particular, distinta del discurso espontáneo. Es una composición en un género reconocido que involu­ cra modos de expresión muy elaborados; de alguna manera, es autoconsciente, y a menudo se dice “jactancioso" u "ostentoso”: metáforas imaginativas, algunas de ellas (aunque no todas} sorprendentes o no lógicas. Se trata, a su vez, de un producto que puede ubicarse en un período particular de la historia sociocultural de Inglaterra, el pe­ ríodo isabellno. . ¿Qué podemos decir de las relaciones entre estos distintos aspectos {campo, tenor, modo) y los rasgos lingüísticos particulares que se encuentran en el poema?

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Podemos ver que el campo del discurso (que es un poema de amor, que realiza me­ tafóricamente el concepto de amor) se expresa simplemente en el vocabulario, en ef modo de nombrar los procesos y los participantes. Se refleja en el uso de las palabras bebe, comprometo, copa, vino, ojos, beso: y éstas encarnan dos nociones básicas: a) e¡ motivo de la bebida en las palabras bebe y comprometo y copa y vino, b) el motivo del amor, en particular los ojos y el beso. Y entre estos dos motivos hay una ¡nterrelación compleja, que está contenida en la noción de copa que es tocada con la boca como un beso y los ojos que se encuentran sobre la copa como se encuentran en el amor. El campo del discurso está encarnado también en las estructuras de transitividad de la gramática, es decir, en los procesos verbales de comprometer y pedir y en los proce­ sos de beber y besar, aunque no como beber + vino y besar + persona. Éstas no son estructuras transitivas en el poema, no hay ningún objeto para la bebida o el beso. Ahora bien, si observamos de cerca este patrón veremos que ios rasgos contextúa­ les que hemos ingresado como campo del discurso están contenidos en sólo uno de los modos de significación del poema, en el significado experiencial. De manera que existe cierta relación sistemática entre ambos, de modo que podemos decir que e! campo se expresa en la semántica a través de la función experiencial. Si consideramos el tenor del discurso, que tiene que ver con la relación de hombre a mujer, específicamente del amante a la amada, y del poeta a los contemporáneos ¿cómo se expresará este aspecto del contexto? Por una parte, a través de la elección de ¡a "persona” en el sentido gramatical: yo y tú. Estos son los dos sujetos de estas dos líneas: "tú" luego “yo" luego “tú" luego "yo". Por otra parte, a través de la elección de la función discursiva 'mandato’ (específica­ mente "pedido") y "ofrecimiento” (específicamente "compromiso”). El mandato se reali­ za gramaticalmente por medio de la cláusula imperativa: bebe por mí sólo con tus ojos; deja un beso en la copa. El ofrecimiento se realiza gramaticalmente como una cláusula declarativa en tiempo futuro y con sujeto: yo comprometeré los míos; yo no pediré vino. Estos últimos representan el tenor, las relaciones sociales implicadas, codificadas con una metáfora muy elaborada: “tú haz esto, y yo haré aquello, o tú haz esto y yo no haré aquello". Y esto a su vez es una representación simbólica de la relación conven­ cional que siempre está presente en este género, la convención de la amada renuente, la que tiene que ser convencida y persuadida y halagada. De manera que, así como pudimos reconocer ciertos rasgos léxico-gramaticales que reflejan el campo, y que identificamos como aquellos que tienen contenido experiencial, también podemos re­ conocer rasgos léxico-gramaticales que reflejan el tenor, es decir, los que tienen con­ tenido interpersonal. En otras palabras, el tenor se expresa en la semántica a través de la función interpersonal. Por último, cuando llegamos al modo del discurso, el género de la poesía lírica, aso­

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ciado con ios poetas metafísicos, determina claramente, además del esquema métri­ co, la elección de Temas, Una característica propia de ia poesía lírica es que los temas están fuertemente orientados hacia las personas; de modo que es típico que el poeta y ias personas a las que se habla estén en posición temática: yo y tú ocupan el primer lugar. Además, el poema es claramente un texto autocontenido: esto se refleja en la fuerce textura interna, en el equilibrio entre ¡os dos pares de cláusulas. Todas estas ca­ racterísticas reflejan el modo. Podemos decir que el modo se codifica en rasgos léxicogramaticales que podemos identificar como portadores de significado textual. El modo se expresa en la semántica a través de la función textual.

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Apéndice 2. De la teoría a la práctica

Los significados que construimos al usar la lengua están siempre relacionados con el contexto cultural y situacional en el que usamos ¡a lengua, y por eso podemos decir que hay una relación inextricable y sistemática entre el texto y el contexto, es decir, en­ tre las realizaciones lingüísticas o verbales y la situación extralingüística en la que éstas se producen. Por otra parte, el contexto activa los significados (es decir, la semántica) que se realizan en y por medio de la gramática (es decir, la léxico-gramática). Los hablantes/escritores seleccionan ios significados y las expresiones lingüísticas basándose en el contexto de situación y en el contexto de cultura en el que están in­ mersos. La experiencia que han acumulado a lo largo de su vida como miembros de una cultura y como participantes en diferentes contextos de situación, les permite sa­ ber qué cosas ocurren de manera típica en esas situaciones y también de qué cosas se habla y cómo, es decir, qué cosas se dicen a quién y de qué manera se dicen o se escriben. La comunicación sería imposible si no fuera así. Para analizar un texto es necesario entonces considerar las relaciones entre \a situa­ ción concreta (la situación "real" o "inventada”) en que ocurre ese texto, los significa­ dos activados por esa situación y el lenguaje en el cual y por el cual se realizan esos significados. Esto implica examinar: a) la cláusula como representación: ¿de qué se habla? ¿qué está ocurriendo?; b) la cláusula como intercambio: ¿quiénes participan y cómo se relacionan entre sí? ¿Cómo se posiciona el hablante/escritor frente a lo que dice? ¿Cómo posiciona a su interlocutor/lector? ¿Qué valoraciones se expresan?; c) la cláusula como mensaje: ¿cómo se intercambian los significados? El análisis puede realizarse desde dos perspectivas:

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• Desde la situación hacia el texto (arriba —►abajo) • Desde el texto hacia fa situación (abajo - » arriba) El análisis desde el conocimiento previo acerca de la situación extralingüística nos permite realizar predicciones sobre probables realizaciones de conjuntos léxico-gra­ maticales de los significados. Esto implica caracterizar las variables situacionales del evento comunicativo que determinan el registro del texto: el campo, el tenor y el modo. La perspectiva contraria, desde abajo hacia arriba, implica comenzar a analizar el texto a nivel de la cláusula, investigando los significados realizados en ese nivel, para establecer hipótesis o reconstruir luego la situación que determinó la selección particu­ lar de esas expresiones y significados en el texto.

1. Una instancia de “registro académico” Tomaremos una instancia de una variedad funcional de texto o un registro "institu­ cional” (como opuesto a un registro "cotidiano o familiar”). El texto que hemos selec­ cionado es una reseña crítica de un libro de Loris Zanatta, escrita por Luis Alberto Ro­ mero, cuyo texto incluimos a continuación con la segmentación en párrafos.

Boletín N“ 14. Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani. 2“ semestre. Arto 1996 Loris Zanatta, Del estado liberal a la nación católica. Iglesia y ejército en los orígenes del peronis­ mo. 1930-1943. Traducción de Judith Farhberman. Universidad Nacional de Quiimes, 1996. i

La Iglesia católica elaboró, en la década de 1930, el núcleo articulador de ia ideología conservadora antiliberal y logró casi convertirla en ideología nacional. Para eílo estableció una relación privilegiada con las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejército, convertido de hecho en el partido de la Iglesia. Esa relación fue decisiva en la articulación del naciente peronismo. Tales las contundentes conclusiones a ias que üega ei investigador italiano Leáis Zanatta. No asombran, y hasta podría decirse que ya se hallar ban presentes en el sentido común, pero por primera vez ellas surgen de un análisis académico serio y consistente, Podría agregarse que, así expuestas, se imponen de manera abrumadora.

li

Según propone Zanatta, a partir de ia crisis d e,1930 (a Iglesia se reconcilió con la elite liberal, hasta en­ tonces predominantemente laica, y recuperó en la sociedad y el Estado las posiciones perdidas desde

1880 o antes. Esta reconciliación, que posibilitó la reorienfación y el afianzamiento de una elite vacilante y sin rumbo, coincidió con una profunda reorganización de la institución, según el modelo clerical y jerárquico de Roma. En las décadas de 1920 y 1930 la Iglesia se consolidó, encuadró sólidamente al lateado en la Acción Católica y se lanzó a la recristianización de la sociedad. II!

No lo hizo en términos exclusivamente clericales. La iglesia argentina -en sintonía con otras, y con los mismos líneamientos romanos- desarrolló la propuesta de un nacionalismo católico que aspiró a constituirse en visión común de toda la sociedad. No se trataba simplemente de renovar la piedad y po­ tenciar la fe de la sociedad, sino de afianzar una verdadera ideología nacional, amasada con elementos provenientes de otras experiencias nacionalistas previas, y en general del pensamiento conservador y autoritario, pero articuiados e integrados en torno de las ideas católicas. Se trataba, en la intención de los clérigos y de tos intelectuales que los rodeaban, de un verdadero totalitarismo católico, una concep-

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ción integral de la sociedad, el estado y la nación. Era de una consistencia tal que no sólo repudiaba cualquier variante ideológica sino que privaba de legitimidad a ¡a posibilidad misma de que la hubiera: ser argentino y ser católico eran la misma cosa. IV

Al tiempo que se integraban estas ideas, y que el centro católico clerical absorbía diferentes núcleos inte­ lectuales y políticos, comenzó a librarse una lucha que, en el marco de la Guerra de España y ¡a Segunda Guerra Mundial, devino en verdadera guerra civií ideológica. Se atacó ai iiberaíísmo, a la vida moderna, al laicismo, la democracia y el socialismo, y se resumieron esos combates en uno que parecía general y descomunal: la lucha contra el comunismo, cuya misma debilidad local lo hacía más adecuado para con­ vertirse en receptáculo de cuanta tendencia se quería descalificar: todo, en definitiva, llevaba al comunis­ mo (incluyendo a los juegos, pues esta concepción fue muy sensible al antisemitismo de la época).

V

La consolidación ideológica coincidió con un creciente activismo, que culminó en una verdadera “ pri­ mavera del pueblo católico" en los años de la Guerra, cuando la presencia de los jóvenes que vivaban a "Cristo Rey” se hizo habitual en ios actos políticos de ia derecha radical. Para el combate se utilizó el pulpito, la prensa y la calle, escenario predilecto de! catolicismo después del éxito notable de! Congreso Eucarístico. Lo más importante era avanzar sobre el Estado y presionarlo hacia una confesionalización creciente, que culminó con el establecimiento de la enseñanza religiosa en las escuelas (o más modes­ tamente, en la instalación de crucifijos en las oficinas públicas). Pero ei objetivo preferido -nos señala Zanatta- fue el Ejército, la institución del Estado que, por ser previa al orden constitucional libera! -así lo entendían- podía presidir su radical transformación. La acción sistemática de la Iglesia, sobre todo a través de los capellanes militares, terminó convirtiendo al Ejército en el equivalente del partido católico que la Iglesia no quería tener. Desde mediados de los treinta, y recogiendo los aires de la sociedad, se agregó un segundo objetivo: el nuevo mundo obrero, cultivado particularmente por una de las líneas de la Iglesia, preocupada por hallar una vía de incorporación de las masas que fuera alternativa a la que ofrecía el socialismo. Esta tendencia -ya singularizada, y en conflicto con otras más tradicionales- ha­ bría de tener finalmente un éxito rotundo al articular las Fuerzas Armadas y el mundo obrero en una fórmula política populista y autoritaria, cuya vigencia permite explicar mucho de la historia argentina de la segunda mitad del siglo.

VI

Para desarrollar esta hipótesis tan atractiva como trabada, Zanatta explora simultáneamente varios fren­ tes: la organización institucional de la Iglesia, sus relaciones con el gobierno, las vinculaciones con los grupos nacionalistas, la acción social y la entrada en ei mundo obrero, el debate público sobre diversas cuestiones de la vida moderna, el ámbito de la educación y, sobre todo, el Ejército. Se basa en (as prin­ cipales fuentes institucionales: las publicaciones obispales, el cSario El Pueblo, Criterio y los boletines de la Acción Católica, todo minuciosa y sistemáticamente revisado. Lo más novedoso son las fuentes militares, en especial los legajos de los capellanes. Estructura su estudio en períodos cortos, construi­ dos sobre la cronología institucional, lo que le permite seguir con precisión la coyuntura política, aunque esto ie dificulta el planteo de los problemas más generales: las tendencias de largo plazo se oscurecen, los argumentos inevitablemente se repiten y las citas resultan, finalmente, excesivas. Una versión más sintética probablemente hubiera redundado en beneficio de la claridad y el interés general.

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El libro tiene enormes méritos. El solo hecho de organizar un tema, fijar una cronología y ordenar las cuestiones lo convierte en herramienta básica e insustituible. Sus hipótesis son sin duda convincentes: es difícil dudar de la "relación privilegiada” establecida entre el Ejército y ia Iglesia, y del papel que el pensamiento católico tuvo en una configuración ideológica más amplia y de peso decisivo. Para que esta obra cumpla adecuadamente su papel en la discusión historiográfica es necesario puntualizar algunas dudas que despierta su reconstrucción, quizá demasiado categórica y rotunda en cuestiones donde los matices son importantes.

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VIH

En primer lugar, el marco en el que coloca su investigación parece excesivamente tributario eje !as inter­ pretaciones tradicionales sobre la historia de las ideas, cas! podría decirse de ios lugares comunes de ia bibliografía, Es difícil seguir sosteniendo que en el siglo XX hubo una recristianización de la sociedad: hasta 1880 -cuando habría sido apartada por ta laica- la Igiesía argentina fue débii y careció de capaci­ dad para imprimir cualquier tipo de dirección; en realidad, en el siglo XX se asiste a una clericaiización de ia sociedad completamente novedosa. Tampoco resulta convincente la remanida "crisis del libe­ ralismo", que habría acaecido en 1930, al compás del “derrumbe de! modelo’’. Tal liberalismo llevaba bastante tiempo en crisis, y nunca fue el bloque homogéneo, el objeto duro, consistente y delimitado que Zanatta nos presenta, quizá tomando demasiado en serio la caracterización polémica construida por sus enemigos. Por otra parte, el autor atiende mínimamente a la tradición nacionalista previa a 1930, y ai complejo entrelazamiento de motivos diversos en torno de la “unidad de la Nación", que se viene produciendo ya desde fines del siglo pasado. Ei punto es importante, pues sobre esa tradición previa trabajó la Iglesia, para absorberla, resignificarla y ubicarse en su centro mismo.

IX

Zanatta apoya su explicación primordialmente sobre el proceso argentino y su coyuntura: la Iglesia va elaborando ei catolicismo nacional frente a Uriburu, Justo u Ortiz. Presta menos atención a las corrientes ideológicas más generales del mundo, pese a tratarse de una institución por definición ecuménica y su­ bordinada a una alta autoridad exterior. Esta óptica excesivamente centrada en la historia argentina, tan común entre nosotros, es llamativa precisamente por tratarse de un investigador italiano. En realidad, lo centra! de las orientaciones de la Iglesia argentina deriva de Roma, y muy en particular del papa Pío XI, algo descuidado en este texto y probablemente tanto o más importante para estas cuestiones que Pío XII: a Pío XI corresponde la propuesta de recristianización del mundo, la creación de la fiesta de Cristo Rey y de ta Acción Católica, las grandes encíclicas sobre la educación, eí corporativismo, el comunismo, en fin todo lo que moldeó la ideología católica ¡ntegrista. Un comentario simiiar puede hacerse respecto del escaso énfasis puesto en el clima político europeo, en particular los Frentes Populares, y sobre todo en la Guerra Civil española, un acontecimiento decisivo para entender el propósito de la Iglesia de penetrar en el Ejército y alimentar la idea de cruzada contra el mundo moderno, el liberalismo y el comunismo.

X

En la Iglesia, Zanatta mira de manera primordial la cuestión dei nacionalismo católico y desatiende algo el conjunto de ia institución, donde se desarrollan otros intereses y preocupaciones. ¿Hasta qué punto el "estado cristiano’’ -verdadero programa de máxima- constituye todo el programa de la Iglesia, quizás preocupada también por cuestiones más modestas, como asegurar la subsistencia de los curas, obte­ ner vocaciones, negociar becas para los seminaristas o mantener la disciplina en un clero heterogéneo? ¿Por qué concentrarse en monseñor Franceschi, ciertamente artífice de la ideología, pero jerárquica­ mente subordinado, y no atender a monseñor Copello, chato y macarrónico cuando se expresa, pero notable administrador y verdadero constructor de la institución?

XI

Zanatta examina el conjunto de su tema desde la Iglesia, sin cruzar su mirada con otras perspectivas. Por momentos da ¡a Impresión de que Zanatta le cree demasiado a sus fuentes: es común que quien profundiza en el estudio de una institución termina mirando ei mundo con sus ojos. Si los documentos episcopales dicen que el catolicismo avanza, el autor asume esa opinión. Si se crean instituciones para captar al mundo del trabajo, da por sentado que esa captación se produjo. ¿Cuánto hay de realidad en el crecimiento organizacional de la Iglesia y cuánto son sólo siglas y rótulos, como parece indicarlo un examen en el nivel de las parroquias? ¿Fue tan espectacular el avance de la Iglesia en la sociedad? Para saberlo hay que escuchar otras voces, además de la eclesiástica: los "liberales”, los obreros. Y no sólo para relativizar los éxitos, sino para preguntarse de qué manera procesó la sociedad ia impe­ tuosa influencia de las huestes de Cristo Rey. Sin duda, en la Argentina de los cuarenta hubo visiones contrapuestas y militantemente enfrentadas, pero también cruces y mezclas, intercambios entre las tradiciones y prácticas menos categóricamente escindidas que los discursos.

208

X!¡

En ese sentido, toda ia reconstrucción de Zanatta -excelente en muchos aspectos- parece guiada por la idea del “gran designio": hay un proyecto, ejecutado por una institución omnisciente y omnipotente; paso a paso, va logrando una serie de victorias tácticas que aseguran la realización de su estrategia. Por principio, los historiadores dudamos de la omnisciencia de los actores, que suelen conocer sólo a medias lo que están haciendo. Respecto de la omnipotencia, no parece convincente, por ejemplo, ¡a imagen de un general Justo temblando ante el chantaje de ios obispos (da la impresión de que Justo se movía en un tablero bastante más complejo, y que tenía varias cartas ganadoras), o de un sistema educativo confesionalizado por la sola presencia de un par de horas de pobre doctrina cristiana (proba­ blemente aprendida por los niños de manera tan mecánica como ei catecismo), o de un Ejército conver­ tido en el partido de la Iglesia, cuando en Jas décadas siguientes ia presencia de una persistente "línea liberal" ha sido recurrentemente señalada,

XIII

El "gran designio" sustenta to que en realidad es la hipótesis más fuerte del libro, y la menos probada: la confesionaiización cfel Ejército y de los obreros creó las condiciones para su alianza, luego de 1943, y para ia incorporación de las masas, a través del Estado, a un orden jerárquico y corporativo. La hipótesis es sin duda atractiva, y tiene el mérito de mirar a! peronismo desde la perspectiva poco habitual de la "na­ cionalización de las masas”. Zanatta parece insinuar una explicación del surgimiento del peronismo, en la que se privilegia el encuadramiento inicial del movimiento popular por encima de su irrupción. Aunque unilateral, me parece enriquecedora, pero tengo la impresión de que sobreestima la penetración de la Iglesia en el mundo obrero: al menos esa era la opinión del presbítero Di Pascquo, organizador de la JOC, que en 1946 reiteró su dura crítica a las falencias de la caiequesls obrera. Pero el mayor problema es que Zanaíta detiene su análisis en el momento en que debería empezar a probar su hipótesis: 1943. Solo un estudio detallado de los tres años siguientes, como el que hizo Juan Carlos Torre sobre la "vieja guardia sindical", permitiría probar la densidad de la relación, que ha sido cuestionada hace poco por Lila Calman (para quien Perón se encontró tarde con el catolicismo social, cuando ya tenía armada su doctrina).

XIV

Si algunos de los enfoques de Zanatta deberían ser matizados o aun cuestionados, sus conclusiones fundamentales son sólidas e iluminadoras: la relación tejida entre iglesia y Ejército, probada tanto desde lo ideológico como desde las prácticas; la función articuladora del catolicismo en el conjunto del pen­ samiento de la derecha radical de la guerra y posguerra y sobre todo el pape! reivindicado por ei catoli­ cismo, no en la renovación de ia fe sino en la constitución de una ideología nacional. Es posible que las cosas hayan sido menos contundentes de lo que Zanatta nos propone, pero su libro ríos convence de que, después de esía experiencia de los 30, en la Argentina la línea del conflicto, ia divisoria de aguas, se corrió notablemente a la derecha. Luis Alberto Romero PEHESA - Instituto flavignani - DBA

Adoptaremos una perspectiva de arriba hacia abajo, es decir, partiremos de ia des­ cripción del tipo de contexto de situación y desde allí intentaremos predecir los signi­ ficados y las expresiones que serían esperables a partir del mismo. Luego constata­ remos en el texto las realizaciones léxico-gramaticales. El análisis más exhaustivo se limitará ai primer párrafo, que consideramos suficiente para ofrecer una idea de la apli­ cación de este modelo. No obstante, se mencionarán ejemplos de las realizaciones que se encuentran a lo largo del texto completo de la reseña.

209

2. El campo y la realización de los significados ¡deacionales La actividad social que se lleva a cabo es la escritura de una reseña crítica sobre un texto académico cuyo contenido puede ubicarse en el campo de la historiografía, un li­ bro de historia acerca de las relaciones entre la iglesia y el ejército en los orígenes del peronismo. En relación con los significados ideativo-experienciales realizados por el sistema de transitividad, podemos predecir que probablemente el texto configurará: 1) Diversos tipos de procesos característicos de la actividad social que se lleva a cabo y del tema que se aborda: • procesos materiales relacionados con la representación de eventos históricos concretos, • procesos relaciónales, que permiten definir, describir, identificar, clasificar, • procesos verbales relacionados con el decir, el contar, narrar, o bien para referir o citar las palabras de otro/s, • procesos mentales, relacionados con actividades cognitivas y perceptuales pro­ pias de la actividad de resumen y valoración crítica que debe llevar a cabo el reseñador, • procesos existenciales, que manifiestan la existencia de algo. 2) Los participantes involucrados en estos procesos incluirán a individuos humanos (el reseñador y el autor del libro reseñado) y, también, a los sujetos individuales o colectivos más o menos abstractos, involucrados en los eventos históricos de los que se habla (instituciones, fuerzas políticas o sociales, ideologías). Estos participantes funcionarán como actor, meta, beneficiario, alcance (en procesos materiales), como portador, atributo, identificador, identificado, poseedor, poseído (en procesos relació­ nales) , perceptor, fenómeno (en procesos mentales), emisor, locución, informe (en pro­ cesos verbales) y existente (en procesos existenciales). 3) Las circunstancias tendrán que ver con'la localización espacial y temporal de los eventos a los que se hace referencia, con el asunto y el ángulo desde el que se consi­ deran, con las maneras en que ocurrieron, con las causas (razones y/o propósitos), las consecuencias de esos eventos. Con respecto a los significados lógico-ideativos podemos esperar que en el texto se realice una compleja relación de interdependencia entre cláusulas y una variada gama de relaciones lógico-semánticas, Dado que se trata de un texto académico escrito, es posible que se intente evitar la ambigüedad, que la conexión lógica entre las cláusulas sea bastante explícita -aunque probablemente existan también conexiones implícitasy que haya un predominio de la hipotaxis sobre la parataxis.

210

3. El tenor y la realización de los significados interpersonales Dado que se trata de un texto escrito, los participantes no interactúan en presencia sino en tiempos y espacios diferentes. El estatus de los participantes será más o me­ nos asimétrico o desigual, de acuerdo con el grado de experticia acerca del tema abor­ dado que es reconocida por la comunidad académica. El reseñador será, sin duda, el participante con el rol discursivo de mayor poder en esta interacción, ya que aunque ambos escritores son historiadores reconocidos como expertos en ei tema tratado, el rol del que reseña le asigna una posición de superioridad como evaluador, con res­ pecto al autor de la obra evaluada. También existe asimetría entré ambos escritores de reconocida trayectoria en su campo disciplinar y los lectores, que no necesariamente son expertos legitimados. Esta asimetría afectará la actitud del escritor-reseñador ha­ cia el autor dei libro reseñado, hacia los lectores y hacia el tema tratado. En consecuencia, es probable que los significados interpersonales construyan una relación ambivalente [± solidaridad] y [+ distancia] entre los participantes. Se produ­ cirán adecuaciones de acuerdo con el rol del escritor experto en relación con la situa­ ción académico-institucional y de acuerdo con sus propios antecedentes culturales. En este sentido puede predecirse un alto grado de formalidad en las relaciones. Con respecto a las funciones comunicativas, los sistemas del modo, y la modalidad, puede predecirse que: . . * el reseñador posee [ + conocimiento] del tema y [+ autoridad] para resumir y eva­ luar lo que otro escritor experto ha escrito acerca de ese tema. Para ello empleará típi­ camente proposiciones en modo indicativo, con modalidad epistémica (para afirmar, aseverar o negar) y con un alto valor de probabilidad y certeza. * Es probable que emplee propuestas con modalidad condicional (posibilidad) con un valor de cortesía (minimización de su autoridad). Quizás dominará la orientación sub­ jetiva implícita, aunque esto no excluye la posibilidad de que se elijan otras, incluso con un bajo valor de probabilidad, quizás para proponer una argumentación [+ tentativa],

4. El modo y la realización de los significados textuales El propósito retórico de una reseña es primordialmente describir, explicar, valorar y per­ suadir. En términos del modelo de las funciones del lenguaje de Jakobson, está centra­ do principalmente en el contenido del mensaje y en el referente (función referencial), por lo que puede esperarse que predomine la claridad en la exposición y las relaciones lógi­ co-semánticas entre los diferentes argumentos. En consecuencia podemos predeqir que el texto se basará en los registros escritos de carácter académico y, por lo tanto, esta­ rá orientado más hacia la reflexión que hacia la acción. Es probable que los significados textuales se realicen de acuerdo con los siguientes mecanismos léxico-gramaticales:

211

• Mecanismos cohesivos estructurales - Estructura de la información: como nos centramos en un texto escrito, no nos ocuparemos de analizar los rasgos prosódicos. Podemos presumir que se dará una superposición de lo Dado con ei Tema de la cláusula, y de lo Nuevo con alguna parte del Rema. • Mecanismos cohesivos no estructurales En este punto pasamos de la cláusula al texto como unidad de análisis. Las carac­ terísticas incluidas en esta categoría son: ¡a referencia, la elipsis, la sustitución, las rela­ ciones léxicas y la conjunción, es decir, las relaciones lógicas entre complejos de cláu­ sulas, a ¡o largo de los párrafos y fragmentos del texto, que cumplen ai mismo tiempo una función lógica y una función textual. Es Imposible predecir con precisión las instancias textuales de la referencia, pero podemos anticipar que la necesidad de ser explícito implicará que pueda abundar más la reiteración de grupos nominales que una referencia pronominal a ellos. Por la misma razón, es probable que la elipsis sea evitada. Puede resultar más eficaz pensar en las cadenas de referencia (Martin, 1992a; Halliday, 1994) y en cadenas léxicas que se unan para formar cadenas de participantes en el texto (Halliday, 1994:337), que funcionan cohesivamente para relacionar los elementos experienciales en el recorrido textual. Es probable que esos elementos sean los mismos que los que se predijeron antes para ios 'significados experienciales': los participantes gramaticales animados e inanima­ dos, los procesos, las circunstancias, con diversas relaciones léxicas entre ellos (cuasi-sinonimia, antonimia, hiponimia, meronimia y colocación). - Estructura retórica y etapas discursivas: es difícil predecir exactamente cuá­ les serán las etapas retóricas del texto de una reseña, si nos referimos a la teoría del género desarrollada por los sistémlcos de Sydney. No obstante, es esperable que se exprese algún tipo de "manifestación de intención” ^ (seguido de alguna) “elabora­ ción" de esa intención. Desde una perspectiva funcional interpretamos los géneros como patrones de sig­ nificado. Como definición operativa, hemos caracterizado los géneros como procesos sociales orientados a un fin y desarrollados en etapas (Martin, 1999): 1) en etapas, porque por lo general necesitamos más de una fase de significado para elaborar un género, 2) orientados a un fin, porque las etapas de desarrollo del texto se realizan para cumplir un propósito u objetivo y tenemos una sensación de frustración o de incompletud si nos detenemos antes, y 3) social, porque empleamos los géneros en interacción con otros. Desde esta perspectiva, las culturas pueden interpretarse como sistemas de géneros -y casi no existe significado fuera de los géneros.

212

En este sentido entendemos que una reseña crítica es un texto que habla de otro tex­ to (el texto reseñado), con el propósito de ofrecer una interpretación crítica del mismo.

5. El texto Analizaremos ahora el segmento de texto auténtico cuyos significados y expresio­ nes hemos venido prediciendo basándonos en la descripción de su contexto. Nuestro objetivo es ver en qué medida se comprueban estas predicciones. En este trabajo asumiremos la distinción entre género y registro propuesta por los sistémicos de Sydney, quienes consideran que ei género es determinado por la cultura como contexto semiótico de orden superior, por encima o más allá de las variables del contexto de situación que determinan la realización lingüística del registro. Martin (1992:494) considera a la cultura como un sistema de géneros y, por lo tan­ to, como un sistema de procesos sociales. De acuerdo con esa teoría, el acceso de un hablante al género es mediado por los diversos discursos de las etnias, las clases so­ ciales, el sexo y la generación, entre otros. Por consiguiente, cada acción social produ­ cirá géneros que la vuelven particular en función de las variables dei registro. Por ejem­ plo, si pensamos que existe un género “reseña", comprobaremos que las reseñas que se realizan en diversas disciplinas o campos del conocimiento poseen algunos ele­ mentos comunes, pero al mismo tiempo cada reseña concreta manifestará peculiari­ dades en relación con el campo (tópico o asunto tratado), el tenor (las relaciones entre los roles discursivos) y el modo (organización textual). En la concepción de la Escuela de Sydney, el registro funciona como instanciación del género: organizado de acuerdo con la selección de opciones en las variables del campo, el tenor y el modo. Así, el registro refleja la diversidad metafuncional a nivel del lenguaje, materializada por la léxico-gramática, en tanto que el género lo hace en el ni­ vel de ios procesos sociales. Teniendo en cuenta la definición operativa que elegimos, recordemos que Jim Martin caracteriza a los géneros como procesos sociales orienta­ dos a un fin y desarrollados en fases o etapas. Martin señala que: "... todos los textos tienen más de un propósito y por eso siempre incluirán elementos que podríamos esperar encontrar en otros géneros. Pero un texto también tiene un propósito global definido y es este propósito general el que permite predecir las eta­ pas que atravesará el texto para lograr este objetivo, es decir, su género. Los propó­ sitos adicionales se realizan por debajo del nivel de las fases genéricas, en las fases variables dentro de cada etapa y dentro de los mensajes que construyen cada fase. La identificación del género de un texto implica a veces un movimiento de ida y vuelta desde la identificación del propósito global al análisis de las etapas y fases y d& vuel­ ta al propósito. Como ocurre con otras características de la lengua, muchas veces la primera mirada no es suficiente para identificar un género. ” (Martin, 2007:263)

213

Una guía que puede resultar útil es ¡a tabla de géneros, propósitos y etapas que se presenta en el Apéndice del libro de Martin (2007), donde encontramos la siguiente fa­ milia de géneros de réplica que pueden relacionarse con nuestro texto:

Textos de réplica

Género

Propósito

Etapas

Réplica personal

Reaccionar emocionalmente a un texto

Evaluación

Reseña

Evaluar un texto

Contexto

Reacción

Descripción de! texto Juicio Interpretación

Interpretar el mensaje de un texto

Evaluación Sinopsis dei texto Re-afirmación

Respuesta crítica

Cuestionar el mensaje de un texto

Evaluación Reconstrucción Cuestionamiento

Para determinar el propósito general del texto que analizamos, podríamos plantear­ nos las siguientes preguntas de acuerdo con las orientaciones del cuadro anterior: 1) ¿plantea una respuesta emocional al texto? 2) ¿propone una evaluación del texto? 3) ¿propone una interpretación del texto? 4) ¿propone un cuestionamiento al mensaje del texto? Sin duda el autor no ofrece una respuesta emocional al texto al que replica, pero •una primera lectura permite detectar una interpretación y diversas evaluaciones del tex­ to de Zanatta, y también algunos cuestionamientos a los procedimientos empleados por el historiador italiano y su interpretación del proceso histórico objeto de estudio. De manera que ei texto comparte los propósitos de ia reseña, la interpretación y la res­ puesta crítica. Parafraseando a Martin (2007), podríamos decir que el texto que ana­ lizamos es un macro género que comprende tres géneros: una reseña ampliada por una interpretación, ampliada a su vez por una respuesta crítica. Nuestro texto no presenta un formato especial ni subtítulos que ayuden a determi­ nar las etapas del género. Las unidades de discurso que sirven de punto de partida a nuestro análisis son en principio los párrafos. Es importante destacar que el formato del texto refleja ia estructura del discurso pero no la determina. Consideramos que el texto comprende las siguientes etapas de realización que coinciden con la instanciación de los géneros de réplica señalados: • Reseña, en la que se presenta y especifica el contenido global del iibró reseñado y se anticipa la posición evaluativa del reseñador (Párrafo I).

214

• Interpretación, en la que se expone la lectura que el reseñador hace del libro (Pá­ rrafos II a V). • Respuesta crítica, en la que el autor de la reseña analiza ios procedimientos de construcción del conocimiento histórico empleados por el autor del libro y evalúa argu­ mentativamente la interpretación y las conclusiones del autor y de su trabajo como his­ toriador (Párrafos VI a XIV). Aunque tomaremos ejemplos del texto completo, el fragmento que analizaremos con mayor detalle es el primer párrafo de la reseña, que coincide con la primera etapa del texto (la reseña): "La Iglesia católica elaboró, en la década de 1930, el núcleo articulador de la ideologia conservadora antiiiberal y logró casi convertirla en ideología nacional. Para ello estableció una relación privilegiada con las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejér­ cito, convertido de hecho en el partido de la Iglesia. Esa relación fue decisiva en la articulación del naciente peronismo. Tales las contundentes conclusiones a las que llega el investigador italiano Loris Zanatta. No asombran, y hasta podría decirse que ya se hallaban presentes en el sentido común, pero por primera vez ellas surgen de un análisis académico serio y consistente. Podría agregarse que, así expuestas, se imponen de manera abrumadora.“ [...} . Comenzaremos por la gramática de la cláusula como representación, es decir cómo se ínstancian en la léxico-gramática los significados ideacionales determinados por el Campo del discurso.

6. La realización de los significados experienciales Ahora bien, se supone que dado que los géneros son procesos sociales realizados en fases y orientados a un fin, sus partes más pequeñas (en este caso, las cláusulas) cons­ truyen también fragmentos de experiencia, de interacción y que presenten la información en fases o etapas. Como los textos, las cláusulas tratan acerca de algo, interactúan con alguien y cbntienen información en fases. Veamos cada una de estas propiedades. En el ejemplo las cláusulas tienen que ver con hacer cosas, decir y evaluar. Como hemos predicho, en este texto encontramos realizados diversos procesos con sus participantes:

215

Cláusulas a) La Iglesia católica elaboró, en la década de

Participante: perceptor: la iglesia Católica

1930, ei núcleo articulador de la ideología conser­

Proceso mental: cognitivo: elaboró

vadora antiliberal

Circunstancia: tiempo: en la década de 1930

Orientación temporal: pasado (década 1930) antecedente-causa

b) (y) logró casi convertirla en ideología nacionaí.

Fenómeno: eí núcleo articulador de la ideología con­ servadora liberal Participante actor inherente (la Iglesia Católica) Proceso material: logró

Consecuente

Meta: convertirla en ideología nacional

c) Para eüo estableció una relación privilegiada

Circunstancia finalidad: para eflo

con ¡as Fuerzas Armadas, y en particular el Ejérci­

Proceso material: estableció

to, convertido de hecho en el partido de la Iglesia.

Meta: una relación privilegiada con las Fuerzas Arma­ das, y en particuiar ei Ejército, convertido de hecho en el partido de la iglesia

d) Esa relación fue decisiva en la articulación dei

naciente peronismo.

Participante portador: esta relación Proceso relacíonal atributivo: fue Participante atribulo: decisiva Circunstancia: en la articulación del naciente peronismo

a) Tales jas contundentes conclusiones a las que

¡lega el investigador italiano Loris Zanatta.

Participante portador: tales (ielipsis de proceso relaciona! atributivo: son) Participante atributo: tas contundentes conclusiones a las que llega...

a) No asombran,

Participante inherente fenómeno: (las conclusiones) Cambio de orientación temporal: presente de la escritura

Proceso mental: asombran Participante inherente perceptor: (los historiadores)

b) (y hasta) podría decirse que ya se hallaban

Participante inherente emisor: (el que dice)

presentes en el sentido común,

Proceso verbal: podría decirse Participante informe: que ya se hallaban presentes en el sentido común

c) (pero) por primera vez ellas surgen de un

Participante actor: ellas

análisis académico serio y consistente.

Proceso material: surgen Participante circunstancia de tema o asunto: de un aná­ lisis académico serio y consistente

d) Podría agregarse que, así expuestas, se impo­

nen de manera abrumadora.

Participante inherente emisor: (el que dice) Proceso verbal: podría agregarse Participante informe: que, así expuestas, se imponen de manera abrumadora

En general, y más allá de este párrafo inicial, encontramos a lo largo del texto los procesos, participantes y circunstancias anticipadas, aunque sólo mencionaremos al­ gunos ejemplos aislados, dado que cada uno de ellos debería analizarse en su entor­ no textual inmediato: • Procesos - Mentales: elaboró, asombran, dudamos, explora, atiende, ...

216

- Materiales: surgen, consolidó, llevaba, terminó, cumpla, se asiste, trabajó, ... - Verbales: podría decirse, podría agregarse, ... - Relaciónales: fue, es, tienen, era, resulta, ... - No encontramos procesos existenciales en el fragmento inicial, pero sí en otros tramos del texto (¿cuánto hay de realidad... ? Hay un proyecto...) • Participantes - Agentes colectivos: • Instituciones: la Iglesia Católica, las Fuerzas Armadas, el Ejército; la Acción Católica, la JOC, el sistema educativo confesionalizado, ... ■Grupos: el mundo obrero, los historiadores, los actores, los curas, seminaristas, ele-. ro, los obispos, los liberales, los obreros, las huestes de Cristo Rey, las masas ... - Agentes individuales: ■Participantes humanos: individuos: Loris Zanatta, el General Justo, Uriburu, Pío XI, Pío XII, Monseñor Franceschi, Monseñor Copello, el presbítero Di Pascquo, Juan Carlos Torre, Lila Calman ■Participantes no humanos, abstractos: el núcleo articulador de la ideología conser­ vadora antiliberal; una relación con las FFAA y en particular el Ejército, esa relación, las conclusiones, el liberalismo, la tradición nacionalista ... ■Participantes no humanos concretos: el libro de Zanatta, el púlpito, la prensa y la calle... - Los fenómenos percibidos por los participantes humanos de los procesos men­ tales son típicos de la actividad intelectual-académica de la reflexión, el pensamiento, la formulación de hipótesis: las conclusiones, ¡a hipótesis, el núcleo articulador de ta ideología conservadora antiliberal la idea del gran designio. • Circunstancias En el primer párrafo, las circunstancias se relacionan con la localización temporal: “en la década de 1930", que funciona en relación con el tiempo dominante, el pretérito perfecto simple referido a los eventos a los que alude el libro de Zanatta. Por otra parte, en el mismo párrafo encontramos otra circunstancia de localización temporal: “por pri­ mera vez", que se vincula con el presente de la escritura del texto de la reseña; por pri­ mera vez ellas surgen se vincula con: podría decirse, podría agregarse, señala Zanatta, no asombran... Más adelante en el texto encontramos otras circunstancias de localización tempo­ ral de los eventos a los que se hace referencia, también vinculadas al pretérito perfecto simple: (‘en el marco de la Guerra de España y de la Segunda Guerra Mundial'’; "desde 1880 o antes’). La localización espacial también es importante en relación con el espacio textual (in­ terno) y con el espacio extra-lingüístico del mundo "real" al que el texto hace referen-

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cia. Entre estos dos espacios se construye una relación léxica de tensión, una oposi­ ción creada textualmente. La localización espacial es'más implícita y puede inferirse en el grupo nomina! “el naciente peronismo" que ubica los acontecimientos en Argentina. A lo largo del texto encontramos circunstancias que indican fines: “para ello... para el combate.. . causas: “pues esta concepción fue muy sensible a... consecuencias: “era de una consistencia tal que no sólo repudiaba cualquier variante ideológica sino que priva­ ba de legitimidad"; y las maneras: “de manera abrumadora... sólidamente... en términos exclusivamente clericales en que ocurrieron los eventos". Encontramos también circuns­ tancias de ángulo o punto de vista, que se vinculan con la naturaleza analítica y valorativa del género de ia reseña y de la actividad del historiador: “según propone Zanatta’’.

7. La realización de los significados lógicos Recordaremos que existen dos sistemas para describir el funcionamiento de los complejo de cláusulas: el sistema de interdependencia o táctico (parataxis-hipotaxis) común a todos los tipos de complejos, y el sistema lógico semántico (expansión-pro­ yección) que es específico de la relación entre cláusulas. Para organizar la explicación, emplearemos números arábigos para identificar cada complejo de cláusulas; (1), (2)... para identificar las cláusulas coordinadas; (a), (b)... para las subordinadas, y (a), (P)... para identificar las cláusulas incrustadas. En el cuadro que sigue se resumen estas relaciones tomando como ejemplo el pri­ mer párrafo: 1) 11 La Iglesia Católica elaboró, en la década de

Complejo de dos cláusulas relacionadas por para­

1930, el núcleo articulador de ¡a ideología conservado­

taxis (en la segunda hay una cláusula incrustada

ra antiliberal j (1) y iogró [[casi convertirla en ideología

(a) (2) expande (1) por extensión

nacional]] (a). | (2) 11 2) | j Para ello estableció una relación privilegiada con

Complejo de cláusulas simple (hay una cláusula

las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejército, [[con­

incrustada (a) dentro de un grupo nominal)

vertido de hecho en el partido de Sa Iglesia]] (a), | j 3) ¡ l Esa relación fue decisiva en la articulación del

Complejo de cláusula simple

naciente peronismo. 11 4) 11 Tales las contundentes conclusiones [[a las que

Problema: ¿cláusula sin proceso? Desde el punto

ílega el investigador italiano Loris Zanatta]) (a). | ¡

de vista del significado, es fácil reponer el verbo elíptico: ‘son’ para reconocer la cláusula, en cuyo interior hay una cláusula incrustada (a) en un GN)

5) | j No asombran, ] (1) y hasta podría decirse [que

Complejo de tres cláusulas por parataxis.

ya se hallaban presentes en el sentido común] (a), |

En (2) hay una cláusula incrustada (a)

(2) pero por primera vez ellas surgen de un análisis

en una proyección.

académico serio y consistente. [ (3) 11 6) | [ Podría agregarse {que, así expuestas, se impo­

Complejo de cláusulas donde encontramos una

nen de manera abrumadora) (a). ¡ |

dáusula dependiente (a) por hipotaxis, en una proyección.. .

218

Así, el complejo de cláusula 1 (cuyos límites se indican mediante 11) está constitui­ do por dos cláusulas relacionadas por parataxis (cuyos límites se indican mediante | ); la segunda cláusula tiene el sujeto elidido e incluye una cláusula incrustada (cuyos lí­ mites se indican con [[ ]j). La relación entre la cláusula (1) y la (2) es de expansión por extensión porque la (2) amplía e! significado de la anterior y agrega algo nuevo. Los lí­ mites de la relación de hipotaxis se señalan mediante [ ]. Del mismo modo, para sintetizar la exposición sólo tomaremos el primer complejo de cláusulas para ejemplificar el análisis de la escala de rango: Análisis d el prim er com plejo de cláusulas Rango: complejo

La Iglesia Católica elaboró, en la década de 1930, el núcleo articulador de la ideolo­

de cláusulas

gía conservadora antiliberal y logró casi convertirla en ideología nacional

Rango: cláusula

La Iglesia Católica elaboró, en la década de 1930, e! nú­

y logró casi convertirla en

cleo articulador de la ideología conservadora antiliberal

ideología nacional

Rango: grupo

GN

GV

GV

La Iglesia

elaboró, en la década de 1930, el

logró casi convertirla en

Católica

núcleo articulador de la ideología con­

ideología nacional

servadora antiliberal

Rango: frase

GN

GN: cláusula incrustada

el núcleo articulador de la ideología

casi convertirla en ideolo­

conservadora antiliberaí

gía nacional

FP {P + GN)

FP (P + GN)

en ia década de 1930

en ideología nacional

de la ideología conservadora antiliberal

8. La realización de los significados interpersonales Examinaremos ahora la gramática de la cláusula como intercambio, es decir, la instanciación léxico-gramatical de los significados interpersonales determinada por ei teñor del discurso. . Los participantes empíricos de esta interacción son el escritor de la reseña (Rome­ ro), los lectores previstos e imprevistos de la Revista del Instituto de Historia Argentina y Americana, y el autor del libro reseñado y eí libro reseñado (Zanatta y su libro). Lo primero que debemos advertir es que el texto se escribe en su mayor parte en ter­ cera persona. Los únicos casos en los que se emplea la primera persona los encontra­ mos en los siguientes párrafos (numerados de acuerdo con el texto incluidos antes): V. Pero el objetivo preferido - “nos" señala Zanatta- fue el-Ejército... VIII. ...el objeto duro, consistente y delimitado que Zanatta “nos"presenta,... IX. Esta óptica excesivamente centrada en la historia argentina, tan común entre "no­ sotros’', es llamativa precisamente por tratarse de un investigador italiano.

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XII. Por principio, ios historiadores “dudamos" de la omnisciencia de los actores, que suelen conocer sólo a medias lo que están haciendo. XIII. Aunque unilateral, “me" parece enriquecedora, pero tengo la impresión de que sobrestima.... XIV. Es posible que las cosas hayan sido menos contundentes de lo que Zanatta “nos ” propone, pero su libro "nos" convence de que... El empleo de nos - nosotros (párrafos V, VIII, IX, XII y XIV) es un Indicador de las re­ laciones de distancia y solidaridad. En primera instancia, las marcas de ía primera per­ sona del plural excluyen a ¡a tercera persona (Zanatta, el historiador italiano, el libro), pero, además, implican una relación ambivalente entre el escritor y el lector. En la ma­ yoría de los casos parecen incluir al lector, pero no a cualquier lector, sino a uno que comparta su condición de historiador experto. El ejemplo del párrafo IX restringe aún más la marca de solidaridad reduciéndola a los historiadores argentinos, excluyendo a los investigadores italianos, entre ios que se incluye Zanatta: —Esta óptica excesivamente centrada en la historia argentina, tan común entre “no­ sotros”, es llamativa precisamente por tratarse de un investigador italiano. El rol del reseñador es activo e involucra informar, explicar, ilustrar, citar, evaluar y persuadir. El rol de los lectores es menos activo y, en todo caso, su posibilidad de res­ ponder será diferida en el tiempo y el espacio, de manera que la solidaridad con el lec­ tor, indicada por el nosotros, es aparente o meramente convencional. La modalidad es en su mayor parte implícita. Recordemos que la modalidad siempre se relaciona con el modo y con ias funciones comunicativas del lenguaje, es decir, con lo que se intercambia en el texto: información (mediante proposiciones) o “bienes y servi­ cios" (mediante propuestas). Las declarativas "puras”, declarativas del segmento textual ponen en acto la modalidad epistémica subjetiva implícita (modalización), en términos de un alto valor de probabilidad o, lo que podríamos llamar, ia certidumbre del hablante. Tomaremos las cláusulas del párrafo I para ilustrar los recursos seleccionados con respecto al modo. • Párrafo I 1) a ) La Iglesia católica "elaboró”, en la década de 1930, el núcleo articulador de la ideología conservadora antiliberal b) y “logró" casi convertirla en ideología nacional. 2) Para ello “estableció “ una relación privilegiada con las Fuerzas Amadas, y en par­ ticular el Ejército, convertido de hecho en el partido de la Iglesia. 3) Esa relación "fue" decisiva en la articulación del naciente peronismo. 4) Tales las contundentes conclusiones a las que “llega" el investigador italiano Loris Zanatta.

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5) a) No "asombran", b) y hasta "podría decirse" que ya se “hallaban’’ presentes en el sentido común, c) pero por primera vez ellas "surgen ” de un análisis académico serio y consistente. 6) a) “Podría agregarse" que, así expuestas, se "imponen" de manera abrumadora. Como vemos, el indicativo con modalidad epistémica, en tiempo pasado (pretérito perfecto simple), es dominante en los tres primeros complejos de cláusulas (elaboró, logró, estableció, fue) y se emplea para hacer afirmaciones y brindar información, en este caso, relacionada con el texto reseñado. El complejo de cláusula 4 no posee verbo, salvo en la cláusula incrustada (llega), que está en presente del modo indicativo, el cual marca un primer punto de inflexión en el texto indicando un cambio de tópico: el paso de un relato de eventos pasados al tex­ to de Zanatta, a quien se atribuyen ¡as conclusiones de ese relato. El empleo del pre­ sente indicativo se mantiene en la primera cláusula del complejo clausal siguiente, el 5 (no asombran, surgen), ambos verbos con el mismo sujeto (las conclusiones a las que llega Zanatta). En el mismo complejo 5 se encuentra también un pretérito imperfecto (ihallaban) también referido a las conclusiones de Zanatta; además, se incluye una pe­ rífrasis cuyo auxiliar está en condicional simple (podría decirse), que se repite en el úl­ timo complejo (podría agregarse), seguido en este caso de un presente de indicativo (imponen) que alude asimismo a las conclusiones. Como anticipamos, el empleo de propuestas con modalidad condicional muestra la orientación subjetiva implícita intro­ duciendo de manera indirecta la actitud del propio reseñador (que se oculta detrás de una tercera persona, por medio de una pasiva refleja sin agente), con la intención de minimizar la contundencia de su argumento. El texto parece organizarse con una estrategia particular en relación con el empleo de los tiempos verbales: • Pretérito perfecto simple (dominante) y pretérito imperfecto para hablar del objeto de estudio del libro que se está reseñando: las relaciones entre Iglesia y Ejército en los orígenes del peronismo (1930-1940). • Presente para evaluar (apreciar) la construcción' (selección y análisis de fuentes, organización de hipótesis y argumentos) del texto de Zanatta. En dos casos usa la pri­ mera persona singular y en un tercero, la primera persona plural. • Condicional y modo subjuntivo para sugerir o proponer una interpretación alterna­ tiva (la propia e, incluso, la de otros historiadores): Es posible que las cosas “hayan sido" menos contundentes de lo que Zanatta nos propone... (Párrafo XIV). El modo y la modalidad están estrechamente interconectados: ambos expresan la actitud del hablante. La modalidad epistémica se denomina también modalízación y expresa grados de probabilidad y de habitualidad que pueden realizarse mediante di-

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ferentes recursos: con el operador finito, con adjuntos modales, combinando ambos recursos y con algunas expresiones como es probable que, a veces, quizás, pienso que... La modalización está relacionada con el modo indicativo y con e! intercambio de información. El indicativo interrogativo se encuentra en ios párrafos X y XI:

• Párrafo X 2) ¿Hasta qué punto e ! "estado cristiano" -verdadero programa de máxima- “cons­ tituye" todo el programa de la Iglesia, quizás preocupada también por cuestiones más modestas, como asegurar la subsistencia de los curas, obtener vocaciones, negociar becas para ios seminaristas o mantener la disciplina en un clero heterogéneo? • Párrafo XI 5) ¿Cuánto “hay“ de realidad en el crecimiento... y cuánto son sólo siglas y rótulos, como parece indicarlo un examen en el nivel de las parroquias? Estas preguntas no construyen verdaderas demandas de información, es decir no son preguntas "reales". Es obvio que el autor de la reseña conoce la respuesta a estas preguntas, y por cierto el mismo Romero lo confirma {primera cláusula del párrafo XI}; de manera que la demanda de información sólo se realiza aquí en beneficio del lec­ tor, para subrayar la información que el reseñador le cuestiona al autor. En este sentido son claramente “preguntas retóricas”. Y esto se explícita en las aseveraciones que se incluyen en el párrafo siguiente. "

Xl 1) Zanatta examina el conjunto de su tema desde la Iglesia, sin cruzar su mirada con otras perspectivas. . 2) Por momentos da la impresión de que Zanatta le cree demasiado a sus fuen­ tes: es común que quien profundiza en el estudio de una institución termina mirando el mundo con sus ojos. 3) Si los documentos episcopales dicen que el catolicismo avanza, el autor asume esa opinión. 4) Si se crean instituciones para captar al mundo del trabajo, da por sentado que esa captación se produjo. 5) ¿Cuánto hay de realidad en el crecimiento organizacional de ia Iglesia y cuánto son sólo siglas y rótulos, como parece indicarlo un examen en el nivel de las parroquias? 6) ¿Fue tan espectacular el avance de la Iglesia en la sociedad? 7) Para saberlo hay que escuchar otras voces, además de la eclesiástica: los "libera­ les", los ‘obreros * 8) Y no sólo para retativizar los éxitos, sino para preguntarse de qué manera procesó la sociedad la impetuosa influencia de las huestes de Cristo Rey.

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9) Sin duda, en la Argentina de los cuarenta hubo visiones contrapuestas y militante­ mente enfrentadas, pero también cruces y mezclas, intercambios entre las tradiciones y prácticas menos categóricamente escindidas que los discursos. Como vimos, la preguntas incluidas en los complejos de cláusulas 5 y 6 repiten el empleo de la misma estrategia por parte del escritor.

9. La realización de los significados textuales El canal de comunicación es exclusivamente gráfico en la medida en que se trata de un texto publicado. No se emplean sistemas visuales no verbales como tablas, diagra­ mas o figuras. El medio es escrito, no espontáneo, altamente elaborado: con una alta densidad léxi­ ca (cada cláusula tiene más palabras de contenido que palabras gramaticales), se ad­ vierte una fuerte presencia de las metáforas gramaticales, particularmente por nominali­ zación. Los elementos gramaticales son aquellos que funcionan en sistemas lingüísticos cerrados: los determinantes (que incluyen los artículos), los pronombres, las preposicio­ nes, las conjunciones, algunas clases de adverbios y los verbos finitos con función pu­ ramente gramatical, como los auxiliares en ¡as frases verbales. En efecto, si retomamos el primer párrafo, advertimos que el texto tiene 110 palabras: de elias, 58 son ítems léxi­ cos (palabras de contenido) y 52 son elementos gramaticales (palabras de función). - Palabras gramaticales: 52 La, en, la, de, el, de, la, y, en, Para, ello, una, con, las, y, en, el, de, en, el, de, la, Esa, fue, en, la, del, Tales, las, a, las, que, el, y, hasta, podría, que, se, en, el, pero, por, ellas, de, un, y. Podría, que, así, se, de. - Palabras léxicas: 58 Iglesia, Católica, elaboró, década, 1930, núcleo, articulador, ideología, conservadora, antiliberal, logró, casi, convertirla, ideología, nacional, estableció, relación, privilegiada, Fuerzas, Armadas, particular, Ejército, convertido, hecho, partido, Iglesia, relación, deci­ siva, articulación, naciente, peronismo, contundentes, conclusiones, llega, investigador, italiano, Loris, Zanatta, No, asombran, decirse, ya, hallaban, presentes, sentido, común, primera, vez, surgen, análisis, académico, serio consistente, agregarse, expuestas, im­ ponen, manera, abrumadora. En el mismo fragmento encontramos las siguientes metáforas gramaticales: - el núcleo que “articuló” la Ideología conservadora antiliberal El núcleo “articulador” de la ideología conservadora antiliberal (verbo -> adjetivo articulador), - la Iglesia se “relacionó privilegiadamente" con las FFAA —>La Iglesia... estableció

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“una relación privilegiada” con las Fuerzas Armadas... (verbo —► sustantivo relación; ad­ verbio —»adjetivo privilegiada), - la reíación entre la Iglesia y las FFAA “decidió" —>Esa relación fue “decisiva" (verbo —>adjetivo decisiva), - el peronismo "nacía" —►ei naciente peronismo se "articula" —»en la “articulación" del "naciente” peronismo (verbo —>sustantivo articulación; verbo —»adjetivo: naciente).

9.1. Mecanismos cohesivos estructurales Progresión temática: para rastrearla a través del texto es necesario identificar el tema tópico (ti) de cada cláusula, pero por razones de espacio sólo tomaremos el pri­ mer párrafo del texto: 1) La iglesia católica (tt) elaboró, en la década de 1930, el núcleo articulador de la ideología conservadora antiliberal (Rema) 2} y (tema textual) logró (tt) casi convertirla en ideología nacional (Rema) 3) Para ello (tt) estableció una relación privilegiada con las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejército, convertido de hecho en el partido de la Iglesia. (Rema) 4) Esa relación (tt) fue decisiva en la articulación del naciente peronismo. (Rema) 5) Tales (ti) las contundentes conclusiones a las que llega el Investigador italiano Loris Zanatta. (Rema) 6) No asombran, (TT) 7) y hasta (tema textual) podría decirse (tt) que ya se hallaban presentes en el sen­ tido común, (Rema) 8) pero (tema textual) por primera vez (tt) ellas surgen de un análisis académico serio y consistente. (Rema) 9) Podría agregarse (ti) que, así expuestas, se imponen de manera abrumadora. (Rema) En ia cláusula 1 el tema tópico (tt) es un grupo nominal como actor: la Iglesia Católi­ ca elaboró... y logró... (recuérdese que y es un continuativo, por lo tanto es el tema tex­ tual). Entre las cláusulas 1 y 6 encontramos una progresión temática lineal: los Remas de las cláusulas 1 y 2 se tematizan en la cláusula 3, y el Rema de la cláusula 3 se tematiza en la cláusula 4, y en la cláusula 5 se tematizan todos estos remas en un deíctico resumidor (Tales...), y así sucesivamente. Advirtamos también que existe una interesante progresión de elementos de los Re­ mas, que resulta altamente cohesiva en estas cláusulas. Todas las cláusulas contienen coreferencias con la expresión /grupo nominal/ " Iglesia Católica7 la cual, como vere­ mos ahora, también funciona como parte de una cadena de participantes central en este texto: Iglesia, Ejército, mundo obrero. La cláusula 6 marca un punto de inflexión textual que da inicio a una segunda fase

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donde se produce un cambio en la progresión temática. Este cambio coincide en este párrafo con ei paso de la tercera persona y el pretérito perfecto simple a fas construc­ ciones pasivas reflejas sin agente, y el empleo del condicional simple del modo indi­ cativo (cláusula 7: podría decirse... cláusula 9: podría agregarse...)] en esta segunda fase se manifiesta la evaluación que el reseñador hace del libro reseñado, en contraste con la primera fase en la que se refiere al tópico del texto reseñado. La relación entre el Tema y el flujo de la información {Dado/ Nuevo): es una rela­ ción variable de un texto a otro. En nuestras predicciones sobre este tipo de texto dijimos que en el análisis sólo pre­ sumíamos ia superposición no marcada entre lo Dado y el Tema de la cláusula, y entre lo Nuevo y alguna parte de su Rema. ■ 1) La Iglesia católica {tema sujeto) elaboró, en la década de 1930, "elnúcleo articu­ lador de la ideología conservadora antiliberal''. {Nuevo) Z) y (tema sujeto elíptico: la Iglesia) logró casi "convertirla en ideología nacional". (Nuevo) 3) Para ello (tema sujeto elíptico: la Iglesia) “estableció una relación privilegiada con las Fuerzas Armadas, y en particular el Ejército, convertido de hecho en el partido de la Iglesia". (Nuevo) 4) Esa relación (tema sujeto) fue decisiva “en la articulación del naciente peronis­ mo’’. (Nuevo) 5) Tales (terna sujeto) las contundentes "conclusiones a las que llega el investigador italiano Loris Zanatta". (Nuevo) 6) (tema sujeto elíptico: Las conclusiones) No asombran. (Nuevo) 7) (tema sujeto elíptico: las conclusiones) y hasta podría decirse que “ya se hallaban presentes en el sentido común". (Nuevo) 8) pero por primera vez ellas (tema sujeto) surgen de “un análisis académico serio y consistente”. (Nuevo) ' ' 9) (fema sujeto elíptico: ellas) Podría agregarse que, así expuestas, "se imponen de manera abrumadora”. (Nuevo) Los hiper-temas tienden a funcionar como “oración tópica" de los párrafos que los elaboran, de manera que la primera oración del párrafo funciona como hiper-tema y el resto del párrafo lo expande. De modo similar los hiper-nuevos generalmente se inclu­ yen en el párrafo que resumen, se encuentran en la última oración del párrafo como parte del Rema. En nuestro ejemplo observamos que el primer párrafo está organizado en dos fases, las cuales se reflejan también en el flujo de ¡a información que organiza este párrafo:

.

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• 1ra, Fase La Iglesia católica elaboró, en la década de 1930, el núcleo articulador de la ideología conservadora antiliberal y logró casi convertirla en ideología nacional (hiper-tema). Para ello estableció una relación privilegiada con las Fuerzas Armadas, y en particular eí Ejército, convertido de hecho en el partido de la Iglesia. "Esa rela­ ción fue decisiva en ia articulación de!naciente peronismo° (hiper-nuevo). • 2da. Fase lates tas contundentes conclusiones a ¡as que llega el investigador italiano Lo­ ris Zanatta (hiper-tema). No asombran, y hasta podría decirse que ya se hallaban pre­ sentes en el sentido común, pero por primera vez eilas surgen de un análisis acadé­ mico serio y consistente."Podría agregarse que, así expuestas, se imponen de manera abrumadora" (hiper-nuevo). . A su vez el primer párrafo completo puede considerarse como el macro-tema del texto, Podría decirse que este primer párrafo es una versión condensada dei texto com­ pleto. Los párrafos siguientes van desarrollando los dos tópicos anticipados en la eta­ pa que denominamos reseña: 1) el contenido y las hipótesis del libro reseñado (desarrollado desde párrafos II a V -etapa interpretación-) y 2} el análisis crítico de la labor del historiador por parte del reseñador (desarrollado desde párrafos VI a XIV -etapa respuesta crítica-). El párrafo final del texto incluye e! macro-nuevo del texto: "Si algunos de los enfoques de Zanatta deberían ser matizados o aun cuestiona­ dos, sus conclusiones fundamentales son sólidas e iluminadoras: la relación tejida entre iglesia y Ejército, probada tanto desde lo ideológico como desde las prácti­ cas; la función articuladora del catolicismo en el conjunto del pensamiento de la derecha radical de la guerra y posguerra y sobre todo el pape! reivindicado por el catolicismo, no en la renovación de la fe sino en la constitución de una ideología nacional. Es posible que las cosas hayan sido menos contundentes de lo que Za­ natta nos propone, pero su libro nos convence de que, después de esta experien­ cia de los 30, en la Argentina la línea del conflicto, la divisoria de aguas, se corrió notablemente a la derecha."

9.2. Mecanismos de cohesión no-estructurales Recordemos que para que una secuencia de cláusulas o un complejo de cláusu­ las constituyan un texto, es necesario algo más que una. estructura interna apropiada

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a cada cláusula, es necesario poder establecer otras relaciones que van más allá de los límites de las unidades gramaticales. Esas relaciones dependen de recursos no es­ tructurales, constructores de texto, a los que Hailiday llama “cohesión”. Nuestro texto también es altamente cohesivo gracias a estos mecanismos no es­ tructurales.

9.2.1. Cohesión gramatical • Referencia Recordemos que estos son recursos que permiten establecer relaciones tanto por abajo como por encima de ¡a cláusula y también entre elementos que se encuentran a cualquier distancia entre sí, estén o no vinculados estructuralmente. Veamos cómo fun­ ciona en el primer párrafo del texto analizado:

La Iglesia Católica elaboró, en la década del 30 el núcleo articulador de “la ideología conservadora antiliberal" y logró casi convertiéjalen ideología nacional. Paraje//ojesfa£>/ectó "una relación privilegiada con las FFAA"... T — — :.............. ............................................. * ^ ^|Esa relación\fue decisiva.... “V “ \Tales\yas contundentes conclusiones

~ T

Tf

A jas que\llega el investigador italiano...

Hasta podría decirse gi/eiyajse hallaban presentes en el sentido común ^ Pero por primera vez^lfasjsurgen de un análisis académico serio y consistente ^

,_________' Podría agregarse que\asíiexpuestas se imponen de manera abrumadora

* Elipsis En este caso la cláusula, o una parte de una cláusula, o una parte de un grupo verbal o un grupo nominal que por lo general incluye al elemento'léxico, puede quedar presu­ puesto en un lugar subsiguiente en el texto mediante el mecanismo de la omisión. Tales / “son" / las contundentes conclusiones... (elipsis verbal}

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No asombran / “las conclusiones” / (elipsis nominal) Que ya / “las conclusiones" / se hallaban presentes en el sentido común (elipsis nominal) ...que así expuestas / “las conclusiones” / se imponen de manera abrumadora (elip­ sis nominal)

9.2.2. Cohesión léxica * Relaciones léxicas Los campos de la experiencia consisten en secuencias de actividades que involu­ cran personas, cosas, lugares y cualidades. Estas actividades son realizadas por las cláusulas y sus elementos, pero aquí nos ocuparemos de las relaciones íéxicas que se establecen entre estos elementos dentro y más allá de la cláusula, para determinar los patrones de relaciones léxicas que se combinan para construir un campo. Podemos identificar tres conjuntos de relaciones léxicas: 1) El primero es la cadena de relaciones entre elementos a medida que el texto se desarrolla de una cláusula a la siguiente. Aquí se incluyen relaciones tales como ia repetición, la sinonimia y el contraste, que construyen una representación de las personas y las cosas a medida que el texto avanza, conformando progresivamente taxonomías de personas, cosas, lugares y sus cualidades. Las llamamos relaciones taxonómicas. En nuestro texto, la palabra Iglesia se asocia también particularmente con dos gru­ pos nominales (GN): (1) / Ejército / (hipónimo) y Fuerzas Armadas / (hiperónimo), y (2) con el GN / mundo obrero /, este último, en relación sinonímica y cuasi-sinonímica con los GN / naciente peronismo / las masas! los obreros /. Por repetición la palabra Ejército se realiza 9 veces, Fuerzas Armadas, 2 veces, el cuasi sinónimo partido de la Iglesia también 2 veces y el grupo partido católico, 1 vez. Por el mismo recurso de reiteración: Mundo Obrero ocurre 2 veces, nuevo mundo obrero, 1 vez y sus cuasi sinónimos, naciente peronismo, 1 vez, el peronismo, 1 vez, las masas, 3 veces, los obreros, 1 vez. La relación entre Iglesia y Ejército se menciona en los siguientes párrafos: V. Pero el objetivo preferido (de la Iglesia) - nos señala Zanatta- fue el Ejército... La acción sistemática de la Iglesia, sobre todo a través de los capellanes milita­ res, terminó convirtiendo al Ejército en el equivalente del partido católico VII: es difícil dudar de la relación privilegiada establecida entre el Ejército y la Iglesia, IX: El propósito de la Iglesia de penetrar en el Ejército XII: un Ejército convertido en el partido de la iglesia XIII: la confeslonalización del Ejército XIV: la relación tejida entre Iglesia y Ejército

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La relación con el mundo obrero se menciona en ios siguientes párrafos: V: Desde mediados de los treinta, y recogiendo ¡os aires de la sociedad, se agregó un segundo objetivo: el nuevo mundo obrero, cultivado particularmente por una de las líneas de la Iglesia, preocupada por hallar una vía de incorporación de las masas que fuera alternativa a la que ofrecía el socialismo. Esta tendencia -ya singularizada, y en conflicto con otras más tradicionales- habría de tener finalmente un éxito rotundo al articular las Fuerzas Armadas y ei mundo obrero en una fórmula política populista y autoritaria, cuya vigencia permite expli­ car mucho de la historia argentina de la segunda mitad del siglo. XIII: El 'gran designio’ sustenta lo que en realidad es ¡a hipótesis más fuerte del li­ bro, y la menos probada: la confesionalización del Ejército y de los obreros creó las condiciones para su alianza, luego de 1943, y para la incorporación de las ma­ sas, a través del Estado,' a un orden jerárquico y corporativo. La hipótesis es sin duda atractiva, y tiene el mérito de mirar al peronismo desde la perspectiva poco habitual de la ‘nacionalización de las masas”. Zanatta parece insinuar una explicación del surgimiento del peronismo, en la que se privilegia el encuadramiento inicial del movimiento popular por encima de su irrupción. Aunque unilateral, me parece enriquecedora, pero tengo la impresión de que sobreestima la penetración de la Iglesia en el mundo obrero: a! menos ésa era la opinión del presbítero Di Pascquo, organizador de la JOC, que en 1946 rei­ teró su dura crítica a las falencias de ¡a catequesis obrera. 2) El segundo es la configuración de estos elementos dentro de cada cláusula, que denominamos "relaciones nucleares” e incluye relaciones entre las personas, las co­ sas y los procesos en los que están involucrados, así como los lugares y cualidades asociados con el proceso. Por ejemplo en nuestro texto: ¡a Iglesia elaboró -en la década de 1930- el núcleo conservador de la ideología antliberal. 3) El tercero es la secuencia de actividades construida por las cláusulas a medida que el texto se despliega. Se trata de las relaciones que se establecen entre un proce­ so y el siguiente que implican una serie: por ejemplo, elaboró, logró... estas relaciones se conocen como secuencias de actividad. La palabra Iglesia aparece 23 veces en todo el texto. A continuación registramos la asociación del grupo nominal Iglesia con procesos (finitos y no finitos) en los cuales funciona como agente: Párrafo II: reconcilió, recuperó, consolidó, encuadró, lanzó Párrafo III: desarrolló, renovar, afianzar Parrafo IV: atacó

229

Párrafo V: avanzar, presionar, terminó convirtiendo, no quería tener, hallar Párrafo VIII: fue, careció, absorberla, resignificarla, ubicarse Párrafo IX: va elaborando, penetrar, alimentar Párrafo X: asegurar, negociar, obtener, mantener La lectura del entramado textual de la reseña de Romero al libro de Loris Zanatta, a través de las relaciones léxicas que hemos analizado, nos permitiría elaborar -desde la perspectiva del modelo ergativo- un esquema triádico compuesto por tres ejes de ín­ tima vinculación entre sí: Iglesia, Ejército y mundo obrero. De acuerdo con este modelo el comportamiento de los participantes sería el que sigue: Agente: la Iglesia Medio: el Ejército Beneficiario: el mundo obrero

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Apéndice 3. Glosario de términos de ia LSF

(Selección de vocablos, traducidos y adaptados del texto de Matthiessenn & Halliday, 1997, publicado en Internet).

Actor. Participante, en una cláusula material; el

medio. En una cláusula materia!, es el actor o

participante siempre inherente en ia cláusula, de

cosa; en una mental, el fenómeno; y en una reía-

acuerdo con el m odelo transitivo del sistema de

cional, el portador o el símbolo (token). Por ejem­

transitividad. El proceso en el que participa puede

plo: El viento [agente: cosa] rompió [proceso] la

o no extenderse para afectar a otro participante,

ventana [medio: cosa]. El ratón [agente: fenóme­

la meta. Por ejemplo: El equipo de Ambulancia,

no] asustó [proceso] al elefante [perceptor]. Ella

los bomberos y la policía [actor] ayudaron a res­

[agente: portador] es [proceso relaciona!] la más

catar [proceso] a ios pasajeros [meta] del agua

linda [atributo]. En la bibliografía no sistémica, el

[circunstancia: lugar]. El término sistém ico actor

térm ino agente puede corresponder a! sistémico

debe distinguirse del térm ino sistém ico = > agen­

de actor, a agente o a ambos.

te. Mientras el primero se limita a las cláusulas materiales dei m odelo transitivo, el últim o es una

Alcance [Range]. Rol participante que especifica

función generalizada de la transitividad - e l '‘cau­

el alcance o cam po de acción de un suceso, pero

sa n te "- en el m odelo ergativo de transitividad (ver

que no es afectado por ia realización del proce­

m odo ergativo). En la bibliografía no sistémica, el

so. Ganó (proceso] el premio [alcance]. Obtuvo

térm ino agente puede corresponder tanto a un

[proceso] el título [alcance]. Cruzó [proceso] el río

actor com o a un agente.

[rango].

Actuante [B ehaver], Rol participante en la cláu­ •Ángulo. Rol circunstancial en la estructura de tran­ sula, más específicam ente en las cláusulas de

sitividad de las cláusulas proyectadas. Por ejem­

'com portam iento’. Ellos [actuante] canturreaban

plo: De acuerdo con el Instituto Meteorológico [cir­

una tonada. Él [actuante] le sonrió. El bebé [ac­

cunstancia: ángulo], hoy nevará en Mendoza.

tuante] lloraba. A trib u to . Participante o similar a un participante Age n te . Rol participante en la cláusula, de acuer­

que en una relación adscriptiva funciona como

do con el m odelo ergativo-transitivo (ver m odelos

medio. Típicamente adscríptivas son las cláu­

de la transitividad): el participante que causa la

sulas reSacionaies (com o en La luna es una mo­

actualización de la com binación de proceso +

neda [atributo], David consideraba a la luna una

231

moneda [atributo], pero también, de manera

extensión: compañía; (iii) circunstancias de ela­

m ás restringida, en algunas cláusulas materiales

boración: rol; y (iv) circunstancias p o r proyec­

(como en Pintaron el auto de rojo [atributo). Ella

ción: ángulo, asunto. Por ejemplo: De acuerdo

se sentía [atributo] aplastada). El atributo de las

con fuentes gubernamentales

cláusulas relaciónales se fusiona con el alcance.

ángulo] el nuevo plan de paz será considerado

[circunstancia:

[Portador/ m edio] El Barracks [proceso] es [lugar:

[proceso] el lunes [circunstancia: lugar]. Los par­

time] ahora [atributo/alcance] el museo de historia

ticipantes se involucran de m anera m ás central

de Sydney y Nueva Gales. [Portador/medio] Este

en el proceso que las circunstancias; por eso,

parque [proceso] c obra [atributo/alcance] vida los

se consideran relacionadas de m anera oblicua

domingos [lugar: time].

o periférica con el proceso.

B eneficiario [B e n e ficia ry], Rol participante en la

C ita [Q u o ta tio n ]. Es un tipo de cláusula proyec­

cláusula, de acuerdo con ei m odelo generalizado

tada paratácticameníe por los procesos verbales,

ergativo-transitivo (ver modelos de transitividad): el

que reproduce las palabras textuales proferidas

participante que se beneficia con la actualización

por un hablante o escritor. Ella ordenó [1 cláusu­

de la com binación de proceso + medio. En una

la primaria] "el juego se termina aquí" [2 cláusula’

cláusuia material, es el receptor (Mi tía le dio una

paraláctica proyectada] = [cita].

moneda al mendigo) o el diente (Sírvame una cer­ veza tría) y en una cláusula verbal es el destinatario

Clase. Es e! térm ino sistémico para la categoría

(Juan [emisor] nos [beneficiario] contó todo sobre

en la gram ática formal. Generaliza la noción tradi­

Eva [informe]). También ocurre en algunas pocas

cional de clases de palabras y la aplica a m orfe­

cláusulas relaciónales {Te debo una disculpa) y en

mas, grupos, frases y cláusulas tanto com o a las

las cláusulas mentales {Te envidio la suerte). El 9

palabras. Las clases m enos delicadas son llam a­

de mayo, las muestras de sangre de muchos de

das a veces clases primitivas y las diferenciacio­

estos pacientes [m eia/m edio] fueron entregadas

nes posteriores, clases secundarlas (cf. Haliiday,

[proceso] a los centros de Control y Prevención de

1961; 1963).

Enfermedades [destinatario/beneficiario]. C o h e sió n . Recurso textual de la léxico-gram á­ C a m bio de ran g o . Situación en que una unidad

tica em pleado para expresar relaciones dentro

de un rango sirve para la estructura de otra uni­

del texto sin crear una estructura gram atical.

dad com o si fuera una unidad de rango inferior;

Los recursos cohesivos incluyen la referencia, la

por ejemplo, una oración de relativo definida que

sustitución, la elipsis, la conjunción y la cohesión

sirve com o posm odificador en la estructura de un

léxica. En la bibliografía no sistém ica, el térm ino

grupo nominal.

cohesión tam bién se em plea a veces haciendo referencia explícita al trabajo sistém ico sobre la

Categoría. C onstructo o abstracción de la teoría

cohesión (en particular, Haliiday & Hasan, 1976);

sistémica; las unidades, ias funciones, las clases,

otras veces, se em plea de manera m ás laxa para

son categorías de la teoría de la gram ática; co n ­

referirse a la textura de un texto.

trasta con la ''escala'1(cf. Haliiday, 1961). C o lo ca ció n . Relación no-estructurai entre ele­ C irc u n s ta n c ia . Función generalizada de la tran­

m entos léxicos, m edidos por la posibilidad de su

sitividad en la cláusula, que consiste en un p ro ­

co-ocurrencia en el texto. Por ejemplo, la co loca­

ceso, los participantes involucrados en él y las

ción de lamentar y profundamente.

circunstancias. Las circunstancias pertenecen a cuatro tipos: (i) circunstancias de realce: lugar,

C o m p le jo . Com plejo de unidades gram aticales

extensión, causa, manera; (ti) circunstancias de

de cualquier rango o clase, potenciaim ente re­

232

cursivos en la linealidad; entre tos com plejos se

E lip sis. Sistema textual dentro del dom inio de la

incluyen la coordinación (com plejos extendidos)

cohesión. La d istindón entre “continuo” y "con-

y la aposición (com plejos elaborados).

trastivo” se realiza dejando fuera o elidiendo ele­

C o m p le jo d e clá u su la s. Término propuesto por

Por ejemplo: A: ¿Parece un verso, no? B: Sí. / A:

HalSiday (1965, 1985) para designar ia com bina­

¿iLeiste a Martin? B: No.

m entos contiguos y manteniendo los contrastaos.

ción de las cláusulas relacionadas paraláctica­ mente o hipotácticam ente, pero no m ediante in­

E m iso r [Sayer], Participante que dice, pregunta,

crustación (es decir, por cam bio de rango de la

ordena, afirma, etc., en las cláusulas de procesos

cláusula para funcionar dentro de otra unidad). El

yerbales. E) emisor puede ser humano o no hu­

com plejo de cláusula coincide con el concepto

m ano al que se le asigna esta cualidad. El padre

tradicional de "oración".

[emisor] preguntó [proceso verba!] “¿dónde estén los chicos?" [cita]. El Conejo [emisor] le ordenó

C ondición de entrada. Condición que especifican

[proceso mental] a Alicia que se apure [inform e].

las opciones disponibles dentro ,de¡ sistema, es decir, la condición para alcanzar al sistema a través

E xistente [E xistent]. Único participante asociado

de la red de sistemas. Una condición de entrada

con las cláusulas existenciales. Hay fiesta [existen­

es un rasgo sim ple o un complejo de rasgos.

te] en casa de ios vecinos.

C ontexto. Contexto de cultura; contexto de si­

F en ó m e no [P h e n o m e n o n ], Rol participante en

tuación. Sistemas sem ióticos de nivel superior,

la estructura de transitividad de una cláusula m en­

ubicados en un estrato por encima del sistema

tal: el fenómeno percibido por ei perceptor, com o

lingüístico. Las nociones de contexto de situación

en Ella vio [fenóm eno] ei auto. Ella vio [fenómeno]

y contexto de cultura se originan en Bronislaw Ma-

a Juan saliendo de su casa. En una dáusula m e­

iinowski. un antropólogo de la primera m itad del

dia es el alcance; en una cláusula efectiva es el

siglo XX.

agente. El fenómeno puede ser fenoménico (una

Dado. Función textual de la unidad de información:

configuración de un proceso), o meta-fenom é­

información presentada com o recuperable para el

nico (un hecho, es decir, la configuración de un

oyente, Parle de la estructura Dado + Nuevo de la

proceso proyectado).

“co sa ”), m acro-fenom énico (un acto, es decir, la

■unidad de información. A menos que la asignación de lo Nuevo sea m arcada (opuesta a no marcada),

Frase. Com o los grupos, las frases constituyen

el límite entre Dado y Nuevo es variable. E! térmi­

el rango interm edio entre las cláusulas y las pala­

no Dado es usado también fuera de la lingüística

bras. No obstante, a diferencia de los grupos no

sistémica. Dado se ha com binado a veces con ei

tienen la estructura lógica de los grupos de pala­

Téma com o una función única, pero constituyen

bras, sino que son m ás bien com o cláusulas en

una variable Independiente (ver Fries, 1981).

miniatura. En la lingüística no sistémica, la frase es el térm ino com ún que incluye al grupo y a la

D elicadeza [D e lic a c y ]. G rado de detalle en el

frase (no se establece distinción).

análisis según una escala que abarca desde lo más general a lo m ás específico. En la red del

G ram á tica [G ra m m ar], En la teoría sistémica e!

sistema, la delicadeza se corresponde con el or­

térm ino tiene el sentido tradicional, Es decir, inclu­

denam iento d e sistemas de izquierda a derecha

ye la sintaxis y ia morfología, ambos tienen simple­

por m edio de condiciones de entrada.

m ente diferentes dominios en la escala de rango gramatical. La gram ática se considera com o la

233

parte m ás general de la léxico-gramática, el recur­

refiere al proceso que se m ueve entre el potencial

so para expresar significados. La otra parte de la

y la instancia - e l proceso de actualización del sis­

léxico-gramática es el léxico (vocabulario).

tem a en un texto.

G ram atica! (Teoría) [G ra m m a tics]. Se propone

In te rca m bio. Metáfora para referirse a la organi­

esta traducción en español, a falta de un térmi­

zación fundam ental del diálogo y el contexto en

no equivalente a ’grammatics', que es el térm i­

que se emplean esas funciones discursivas. Los

no em pleado por los sistém icos para designar la

interactuantes en un diálogo se involucran en un

teoría gramatical, a veces em pleado para evitar

intercam bio sim bólico de significados, Por ejem ­

ía posible am bigüedad entre "gram ática” en el

plo, un interactuante puede solicitar información, y

sentido de teoría gramatical (com o en "Gramática

de este m od o se asigna a sí m ism o el rol d e "quien

F uncionar) y "gram ática” com o el fenóm eno que

pregunta", pero al m ism o tiem po asigna al interlo­

se estudia (com o en “la gram ática del H opi”).

cutor el rol com plem entario de “el que responde".

Inform e [V erbiage]. Participante a i las cláusulas

Léxico-gram ática. Com binación de gram ática y

de procesos verbales que hace referencia a un

léxico (vocabulario); el recurso para expresar los

contenido expresado lingüísticamente, pero no

significados c a n o

reproduce las palabras textuales proferidas por

dings). Fuera de la lingüística sistémica, la gram á­

un hablante o escritor. Ella ordenó [proceso ver­

tica y el léxico se consideran, por lo general, com o

bal] su com ida" [informe],

expresiones verbales (wor-

m ódulos distintos y el vocabulario se m odela com o el léxico (aunque el léxico incluye también a

id e n tific a d o [Id e n tifie d ] / id e ntificado? [Id e nti-

la semántica léxica y a la información fonológica).

fie r]. En las cláusulas relaciónales identificatlvas se construye una relación general de sim boliza­

L o cu ció n [L o c u tio n ]- Cláusula proyectada por

ción entre dos participantes ¡deníificado/identifi-

los procesos verbales en la que se representa el

cador, que tienen diferente orden de abstracción;

contenido del decir en form a directa por m edio de

se puede caracterizar com o una relación entre

una cita [estilo directo], o indirecta, per un informe

símbolo (token) o categoría no específica y un va-

[estilo indirecto].

lor (Valué), categoría m ás general. Son roles rever­ sibles, esto quiere decir que pueden intercambiar

Meta. Rol participante en la cláusula material, en

sus posiciones respectivas en el orden sintagmá­

el m odelo de transitividad (la m eta del im pacto),

tico. Las vacas [identificado] son [proceso rela-

junto con la fu n d ó n actor. Por ejemplo: ¿Ellos ma­

cional] mamíferos [identificador]. Algunos mamí­

taron a tos caballos [m eta], no?.

feros son vacas. Alicia [identificado] es [proceso relaciona!] la actriz más destacada [identificador].

M etá fo ra g ra m a tica l. La m etáfora gram atical

La actriz más destacada es Alicia.

es "una sustitución d e una clase o una estructu­ ra gramatical por otra" (Hailiday, 1993:79) Ocurre

Insta ncia ció n [In s ta n tia lio n j. Escala entre el po­

cuando ' una configuración semántica que sería

tencia! sistémico general del lenguaje y el texto

representada de manera congruente (no-metafó-

(instancia del potencial). Intermedia entre ambos

rica) por un tipo de cláusula es representada m e­

en la escala de instanciación están los registros

tafóricamente por otro tipo de cláusula" (Halliday,

(variedades de registro dei potencial general). En

1994:57). Martin explica la congruencia corrio la

un nivel superior al sistema, el potencial sistémico

relación natural que se establece entre las cate­

géneral ,se asocia con el contexto de cultura, los

gorías semánticas y las categorías gramaticales:

registros con los tipos de situación y los textos

"las personas, los lugares y las cosas son realiza­

con las situaciones. La instanciación también se

dos por sustantivos; las acciones, por verbos; las

234

relaciones lógicas de tiempo y consecuencia, por conjunciones, y así’ (Martin, 1991:328).

pante, el acíor (el león corrió), y puede extenderse (“trascender") a otro participante, la meta (e! león persiguió al turista), y puede ser iniciado por otro

M etafunclón. Funciones altamente generalizadas

participante, el iniciador (el hambre hizo que el

que ha desarrollado el lenguaje en su evolución y

león persiguiera al turista). La cuestión fundam en­

que se evidencian en su organización (por ende,

tal es si el proceso en el que se involucra el actor

son intrínsecas al lenguaje). Halliday (1967/8)

se extiende a (impacta) una meta (transitivo) o no

identifica tres m etaíundones: la ideaciona!, ta ¡n-

(intransitivo). El m odelo ergativo és un m odelo de

terpersonal y la textual. La metafunción ideaciona!

causación externa: la cuestión fundam ental es si

puede ser diferenciada posteriormente en los sub­

la actualización de la com binación de pro ce so +

tipos lógico y experiencial. Las tres metaíundones

medio es causada externamente por un agente

se localizan tanto a nivel de la semántica com o a

(el soldado hizo marchar al prisionero) o no (los

nivel de la gramática: por ejemplo, la transitividad

prisioneros marcharon).

se analiza com o un sistema léxico-gramatical, que luego se interpreta, en términos más explicativos,

M o d o [M o d e ]. Uno de ¡os com ponentes del con­

a nivel de la semántica.

texto de situación, Representa el rol que juega el

M odalidad. Sistema interpersonal de opciones pa­

medio (hablado, escrito, escrito para ser habla­

ra asignar una evaluación de probabilidad, habitúa

do, etc.) así com o el m odo retórico (expositivo,

ltdad, disposición u obligación de valor alto/medio/

instructivo, persuasivo, etc.). El modo es u na ca ­

bajo en ia escala entre "sí" y “no" ¡polaridad).

tegoría de segundo orden en el sentido de que es

lenguaje en la interacción discursiva, e incluye el

producido por la m isma existencia del lenguaje. M od e lo e rg a tivo . M odelo experiencial & m odelo

(Ei térm ino m ode también se emplea de otras m a­

de la transitividad basado en la variable de causa

neras en la lingüística, por ejemplo com o nombre

externa: la cuestión básica en este caso es si la

para distinguir entre real e irreal.)

combinación de proceso + medio (abrir + puerta) es producida por una causa externa a esta com ­

M o d o [M o o d ]. Sistema interpersonal de la cláu­

binación, es decir por el agente Enrique + abrir +

sula; la gramaticalización de la función discursiva

puerta: Enrique abrió la puerta) o no {abrir + puer­

en ¡a cláusula. El modo es así ei principal recurso

ta: la puerta se abrió). Existe una función co rtó n

gram atical para poner en acto los roles dialógicos

a ambas alternativas: el medio. S\ nos fijam os en

y las relaciones entre los participantes; es la gra­

la cláusula desde un punto de vista interpersonal,

m ática de ia interacción. Em pleado tam bién en ia

y preguntamos por la identidad del sujeto, el in­

lingüística no sistémica. (Adviértase que el m odo

glés parecerá ser “nom inativo-acusativo” , pero, si

[moocf] tradicionalmente se em plea tam bién para

nos fijamos en ia cláusula desde una perspectiva

categorías com o el subjuntivo.) Típicamente in­

ideaciorsal, centrando la atención en los patrones

cluye el sujeto y fínito, pero también puede incluir

de ia transitividad, encontrarem os el m odelo er­

adjuntos modales (más específicamente, adjun­

gativo ("nominativo-acusativo” o transitivo).

tos de modo (mooc/j).

M odelos de tra n s itiv id a d . M odelo general para

N e g o cia ció n. Semántica interpersonal, el siste­

organizar la configuración de un proceso con sus

m a de opciones en el intercambio dialógico (ver

participantes. Hailiday (1967,1967/8, etc.) consi­

Martin, 1992).

dera que hay dos m odelos de transitividad en In­ glés: el m odelo transitivo y el ergativo. El m odelo

Palabra. En la lingüística sistémica, el rango en­

transitivo es un m odelo de extensión o impacto:

tre grupo/lrase y m orfema en la escala de rango

un proceso en el que está involucrado un partici­

gramatical. En ia teoría sistémica, la m orfología

235

es simplemente una gram ática d e la palabra, es

Potencial d e E structura G enérica (PEG). Es el

decir, la gram ática de las unidades de un rango

término que da Hasan para ¡os recursos de es­

particular, pero no está separada de ia “sintaxis".

tructuración de un tipo particular de texto. “Ge­ nérico" se relaciona con género: la estructura

Patrocinado. Rol circunstancial en la cláusula de

se define para cada género en particular, com o

causa. Designa una entidad, típicamente una per­

por ejemplo, un encuentro de servicios, tipo de

sona, en cuyo nom bre o en beneficio de quien se

propaganda, o un cuento para niños. "Potencial’

realiza una acción. Esta categoría inciuye, en prin­

refiere ai hecho de que determ inado potencial de

cipio, el concepto de! beneficiario [beneficiar/],

estructura genérica especifica e! conjunto de es­

que es un tipo de participante que se beneficia

tructuras posibles para un determ inado género.

o recibe la acción que se realiza. Ella escribe en nom bre de su hijo ¡circunstancia: patrocinado]. Lo

Potencial. Es la representación de lo que puede

hice en nombre de nuestra am istad [patrocinado].

hacer un usuario del lenguaje, en el potencial se­

Eiia abandonó su trabajo p o r sus hijos [circuns^

m ántico = lo que puede significar. Contrasta con

tanda: patrocinado] Ella habló a favor de los obre­

real actual, lo que hace efectivamente {potencial

ros [circunstancia: patrocinado]. En cam bio: Ella

vs. real = puede hacer vs. hace efectivamente).

construyó una casa para sus hijos [beneficiario].

Lo realizado es la actualización del potencial.

P erceptor [S enser]. Participante dotado de con­

P redicado. En lógica y en la gramática tradicio­

ciencia (o al que se le asigna esta condición por

nal, el p redicado forma una oración junto con el

metáfora) que se asocia con las cláusulas de

sujeto; corresponde a ia FV de la gram ática for­

procesos mentales. Ella [perceptor] vio [proceso

mal moderna. Es decir, sujeto + predicado se re­

m ental] a su madre [fenóm eno]. Ellos [perceptor]

presenta com o FN + FV. En la lógica de predica­

desconocían [proceso mental ] los peligros de la

dos y en la sem ántica (forma!), el predicado es la

situación [fenómeno].

unidad expresada por el verbo (principal) de una oración, capaz de llevar uno o más argumentos.

Perspectiva fu n cio n a l de ¡a o ra ció n . Término

Groseramente es com parable a la noción de pro­

groseramente equivalente al sistema textual y al

ceso en la lingüística sistémica.

sistema de unidad de información de la cláusula (Hailiday, 1974}, que incluye algo com o la estruc­

Predicador. Función de la cláusula íníerpersonai;

tura Tema A Rema en inglés.

la parte verbal del resto, Es realizado por un grupo verbal, un com plejo de grupo verbal, excluyendo

P olaridad. Término em pleado para e! sistema

sólo el elemento Finito. Por ejemplo: Voy [elemen­

"positivo/negativo” y para la región de ios siste­

to m odal] a verte [predicador], Vos p o d és [ele­

mas que incluyen a éste. Muchas veces, fuera de

m ento m odal] cum plir [predicador) con tus obli­

la lingüística sistémica, esto se denom ina sim ple­

gaciones [adjunto]. (Adviértase que el predicador

mente negación.

no debe confundirse con el predicado.)

P ortador {CarrierJ. Es ei participante al que se

P ro p o s ic ió n [P ro p o s itio n ], Una declarativa o

adscribe e¡ atributo en una cláusula relacional

una pregunta, p o r ejempio: intercam bio d e infor­

adscriptiva. El Malba [portador/m edio] es [pro­

m ación. (Adviértase que este em pleo del térm i­

ceso relaciona!] un m useo de arte [atributo]. Este

no difiere tanto dé su em pleo en la ló g ica co m o

parque [portador/m edio] cobra [proceso] vida [lu­

en el uso cotidiano.) En la lógica y la sem ántica

gar: tiem po] los dom ingos (atributo/alcance].

(formal), la unidad lógico-sem ántica expresada por una oración a la que puede asignarse un va­ lor de verdad.

236

P ro p u e sta [P ro p o s a l]. Oferta u orden, por ejem ­

m ino registro tam bién se em plea con m uchos

plo: intercam bio de bienes y servidos.

otro s sentidos.

Rango (E scala d e ) [R ank], Jerarquía de unida­

Rem a. El punto de partida de la cláusula es el

des com o la cláusula grupo/frase palabra morfe­

tema que ocupa !a posición inicial, y el resto dé la

m a o grupo tonal pie sílaba fonema. La escala de

c lá u s u la -o sea hacia donde ésta se mueve luego

rango refleja los patrones básicos de realización.

de su punto de pa rtida- es el fiem a. O cupa la p o ­

Las funciones de las unidades de un rango son

sición siguiente a la posición inicial en la cláusula.

realizadas por unidades de¡ rango inferior. Por ejemplo, las funciones de la cláusula son realiza­

R esto [R e sid u e ]. Función modal en la interpre­

das por los grupos/frases y las funciones de gru­

tación de la cláusula oomo representación. La

p o son realizadas por palabras. En la lingüística

parte de la cláusula que no constituye el modo,

no-sistém ica se em plea a veces el término nivel.

es decir, el predicador, los complementos, y los adjuntos (no m odales). El término em pleado en

Red fN e tw o rk ]. En ia teoría sistémica, una red

un prim er m om ento fue el de proposición. El resto

es específicamente una red de sistema: En este

es diferente del predicado que trabaja la lógica

sentido, una red es un conjunto de sistemas que

tradicional, en el anáfisis de sujeto A predicado.

tienen el m ism o punto de origen (condición de en­

Por ejem plo, el resto sólo incluye la parte del pre­

trada general) de manera tal que cada sistema se.

dicador del grupo verbal, no el finito (verbo conju­

asocia con los otros por alguna com binación de

gado). Además, es una noción retórica, no lógica:

simultaneidad y dependencia en la delicadeza.

es la parte de la cláusula que a veces está elidida en los intercam bios dialógicos.

R e g istro . Variedad lingüística determ inada por un co njunto particular de valores d e l contexto;

S ím b o lo [Token] - Valor [Valué], Ver identificado/

está determ inada por io que el hablante está ha­

identíficador.

ciendo (socialm ente). Las principales variables que controlan el registro son el campo [det dis­

S iste m a . Es una categoría central para represen­

curso] (el tip o d e acción social), el tenor [de las

tar la organización paradigm ática en cualquier es­

relaciones entre hablante y oyente] (relaciones

trato -fon o ló g ico , gramatical o sem ántico-. Con­

de rol), y el modo {m ode] (la organización sim ­

siste en (a) el establecimiento de opciones entre

bólica). La noción de registro es una generaliza­

d o s o más rasgos, (b) una condición de entrada,

ción de la noción tradicional de género. Es afín

que especifica cuándo está disponible la opción.

con la noción de dialecto funcional de la Escuela

La condición de entrada es un rasgo sim ple o un

de Praga. Los registros pueden identificarse en

co m p ie jo de rasgos; estos rasgos son elemen­

diferentes g ra d o s de delicadeza o especificidad.

tos en los otros sistemas. Estas condiciones de

Por ejem plo, pod em o s identificar un registro par­

entrada determinan la formación de redes de sis­

ticular co m o instrucción escrita acerca de cóm o

temas. C ada térm ino de un sistema puede tener

preparar una c o m id a -u n a receta en un libro

una o m ás realizaciones asociadas a él.

d e c o c in a - o, m ás delicadam ente, co m o Ins­ trucción escrita para el p úblico norteam ericano

Tem a. Es el punto de partida de la cláusula com o

sobre c ó m o preparar com ida mejicana. En Mar­

m ensaje. Establece el contexto local para cada

tin (1992), el térm ino registro se em plea con un

cláusula. Este contexto local se relaciona m uchas

sentido diferente para referirse al cam po, tenor

veces con el m étodo de desarrollo del texto: el

y m od o del contexto: ver en M atthiessen (1993)

Tema indica cóm o se relaciona la cláusula con el

una com paración con el m odelo de Halliday &

m o d o en q ue se va desplegando el texto y cóm o

Rasan. Fuera d e la lingüística sistémica, el tér­

contribuye a la identificación de la próxim a etapa

237

en e! desarrollo de! mismo. El térm ino Tema tie­

T ó p ic o . El Tema sujeto de una cláusula; aquello

ne un significado totalmente diferente en las gra­

de lo que trata. M uchas veces es un m iem bro del

m áticas formales (y lo m ism o la expresión "roles

par tópico + comentario. El tópico corresponde

temáticos o funciones tem áticas”), que no tiene

groseramente a la parte experiencial del Tema, el

nada que ver con la vieja tradición sobre e! Tema

Tema tópico, en el análisis de Halliday, pero ex­

en la lingüística de la Escuela de Praga y otras

cluye de manera típica los Temas textual e ínter-

tradiciones funcionaiistas.

personal. (A veces la noción de Dado o conocido también se Incluye en el tópico, pero nunca en el

Tenor. Uno de ios com ponentes del contexto de

Tema de Halliday).

situación. Las relaciones de roles entre los parti­ cipantes de una situación discursiva. Incluye ias

U nidad d e in fo rm a ció n . La unidad gram atical de

relaciones de form alidad, p o d er y afecto. El Tenor

la lengua hablada realizada p o r el grupo tonai. Es

influye en las opciones interpersonales del siste­

el punto de origen de un sistema textual, la infor­

m a lingüístico. Por ejemplo, la estrategia elegida

mación (organización Dado-Nuevo), y un sistema

para formular una orden {por ejem plo si se eligen

interpersonal, la clave. En el caso no marcado,

o no estrategias de cortesía) depende del tenor

una unidad de inform ación es co-extensiva con

de las relaciones entre los participantes.

la cláusula.

Texto. Com o término sistémico, el texto se refie­

U nid a d . Las unidades son portadoras de estruc­

re a una unidad semántica; es un fragm ento de

tura (es decir, son configuraciones orgánicas de

lenguaje en funcionam iento -realizando a lg o - en

ias funciones) y el punto de origen d e las redes

un contexto. Como funcionam iento del lenguaje

de sistemas. Se ordenan por la escala de rango

en contexto, un texto es una instancia del sistema

(desde un estrato particular). Las unidades gra­

lingüístico. Adviértase que texto puede ser tanto

m aticales Incluyen la cláusula, el grupo nominal,

hablado com o escrito.

el grupo verbal, el grupo preposicional, la frase preposicional, el nombre y el verbo. Las unidades

Textual. Una de las metafunciones del sistema lin­

pueden com binarse mediante la m etafunción ló­

güístico -e l recurso para presentar la información

gica para form ar com plejos de unidades (como

com o un texto en contexto-, incluye los recursos

el com plejo de cláusula); pero estos com plejos

de Tema, información, conjunción, sustitución-

no constituyen por sí m ism o unidades (porque no

elipsis y referencia.

son estructuras m ultivariadas de conjuntos que forman todos orgánicos, sino m ás bien estructu­ ras univariadas de series o cadenas).

238

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241

índice general

5

Notas acerca de ia segunda edición revisada y ampliada

7

Palabras preliminares

11 11

Capítulo 1. Antecedentes y fundamentos de la LSF 1. Antecedentes de la Lingüística Sistémico Funcional 2. Fundamentos de la teoría 2.1. El lenguaje como semiótica social 2.2. Orientaciones para estudiar el lenguaje 2.3. Organización estratificada del lenguaje 2.4. La concepción sistémico funcional de la teoría 3. El sistema, la gramática y el texto 3.1. La escala de instanciación

13 13 16 18 22 27 28 31 31 33 35 37 39 42 44 47 49 51 61 61 62 63

Capítulo 2. El lenguaje en la cultura y ia vida social. Dialectos, registros, géneros 1. El lenguaje en la cultura y en la vida social 2. El significado y el contexto. Contexto de cultura y contexto de situación 3. La cultura y los textos 4. La variación lingüística y la estructura social 5. La variación dialectal: dialectos sociales, antilenguajes y lenguajes oprimidos 6. Los registros y la estructura semiótica de la situación 7. Distinción entre dialecto y registro 7.1. Tipos de registro 8. Las nociones de género y registro 9. Últimos desarrollos de la teoría del género Capítulo 3. E! lenguaje como sistema de construcción de significados 1. Gramática y significado 2. ¿En qué se diferencia una gramática funcional de la gramática “tradicional"?: 2.1. ¿Cómo se relaciona la gramática funcional con un modelo funcional del lenguaje?

64 67 67 68

69 70

91 91 93 93 93 112

122 122

123 125 128 128 129 130 130 131 133 135 136 136 136 137 150 153 153 153 '155 155 160 162

244

3. Los estratos internos del sistema lingüístico 4. La relación entre gramática, semántica y fonología 5. La concepción de la léxico-gramática 6. Las nociones de jerarquía y de constitución 6.1. La escala de rango 6.2. Por debajo y por encima de la cláusula: el componente lógico de la función ideacional Capítulo 4. Las metafunciones y su realización en la cláusula 1. Las metafunciones se realizan en la léxico-gramática 2. La cláusula como representación: el sistema de transitividad 2.1. La metafunción ideacional 2.2. En el nivel de la cláusula 2.3. La voz 3. La clásuia como intercambio: el sistema de modo 3.1. El lenguaje como interacción: la metafunción interpersonal 3.2. El sistema de modo 3.3. El sujeto y el finito 3.4. Estructura del resto 3.5. El predicador 3.6. El complemento 3.7. El adjunto 3.8. Otras cuestiones 3.9. Polaridad y modalidad 3.10. Los adjuntos modales y los comentarlos adjuntos 3.11. Elementos que quedan fuera de la estructura modo ^ resto 3.12. Algunas aclaraciones sobre esta cuestión 4. La cláusula como mensaje 4.1. La metafunción textual 4.2. Sistema temático {Tema/Rema) 4.3. Sistema de información (Dado/Nuevo) Capítulo 5. Alrededor de la cláusula: cohesión, textura y coherencia en el análisis del discurso 1. Introducción 2. El análisis de la cohesión 3. Tipos de relaciones cohesivas 3.1. Cohesión gramatical 3.2. Cohesión léxica 4. Textura

165 166 168 171

Capítulo 6. Más allá de la cláusula: los modos de expresión metafórica 1. Metáfora gramatical 2. Metáforas ideacionales 3. Metáforas interpersonales

175 175 176 180 178 183 186 188 191

Capítulo 7. La Lingüística Sistémico Funciona! y una teoría del lenguaje en la educación 1. Introducción 2. Primeros desarrollos 2.1. Desarrollos durante los años 1970 y 1980 2.2. La teoría del género y su impacto en la teoría del lenguaje en la educación 3. Argumentos a favor y en contra de una didáctica basada en el género 4. Oralidad, escritura y didáctica 5. Enseñar conocimiento acerca de la lengua, incluyendo la gramática 6. Conclusiones

195 195 197 198 198 200 201

Apéndice 1. Un ejemplo de análisis 1. Significado experiencial 2. Significado interpersonal 3. Significado lógico 4. Significado textual o textura 5. Resumen 6. Relación entre el texto y ei contexto de situación

205 206 210 211 211 213 215 218 219 223 224 226

Apéndice 2, De la teoría a la práctica 1. Una instancia de “registro académico'1 2. El campo y la realización de los significados ideacionales 3. El tenor y la realización de los significados interpersonales 4. El modo y ia realización de los significados textuales 5. El texto 6. La realización de los significados experienciaies 7. La realización de los significados lógicos 8. La realización de los significados interpersonaies 9. La realización de los significados textuales 9.1. Mecanismos cohesivos estructurales 9.2. Mecanismos de cohesión no-estructurales

231

Apéndice 3. Glosario de términos de la LSF

239

Referencias bibliográficas

245