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Spanish; Castilian Pages 228 [226] Year 2019
Giovanni Boccaccio La Teseida
MEDIEVALIA HISPANICA Colección dirigida por Maxim Kerkhof
YOL. 2
Giovanni Boccaccio
La Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
Edición, introducción y notas de Victoria Campo y Marcial Rubio Árquez
Vervuert • Iberoamericana • 1996
Die Deutsche Bibliothek - CIP-Einheitsaufnahme Boccaccio, Giovanni: La Teseida : (traducción castellana del siglo XV) / Giovanni Boccaccio. Ed., introd. y notas de Victoria Campo y Marcial Rubio Árquez. - Frankfurt am Main : Vervuert; Madrid : Iberoamericana, 1996 (Medievalia Hispanica ; Vol. 2) Einheitssacht.: Teseida ISBN 3-89354-471-2 (Vervuert) ISBN 84-88906-37-4 (Iberoamericana) NE: Campo, Victoria [Hrsg.]; GT
© Vervuert Verlag, Frankfurt am Main 1996 © Iberoamericana, Madrid 1996 Reservados todos los derechos Diseño de la portada: Michael Ackermann Impreso en Alemania: Prisma, Frankfurt
Introducción Como maestro de la literatura universal, Boccaccio ha llamado la atención de un nutrido número de eruditos y estudiosos. La Teseida delle nozze d'Emilia, aunque obra menor del certaldés, ha venido recibiendo atención crítica desde la centuria pasada. En este sentido, y aunque nuestra intención última sea la de presentar la traducción castellana de la Teseida, creemos necesaria una aproximación al texto original del autor y a lo que los investigadores de la obra han venido apuntando sobre ella. Asimismo, conviene bosquejar, aunque sólo sea brevemente, el panorama de la difusión de las obras de Boccaccio en España. Pensamos que todo ello, lejos de ser mero adorno erudito, servirá para valorar en su importancia y significación esta traducción castellana de la obra.
1. La Teseida de Boccaccio La fecha de composición de la Teseida se deduce a partir de la propia obra. Por un lado, en la dedicatoria a Fiammetta, Boccaccio evoca su estancia en Nápoles y, por otro, en las glosas que incorpora a la obra hay algunas referencias a Florencia. Estos datos indican que una buena parte del poema se escribió a su regreso a esta ciudad, lo que lleva a establecer la fecha de la Teseida en torno a los años de 1339 a 1341. Es, pues, una obra de juventud de Boccaccio, nacido hacia 13131. Dividido en 12 cantos en octavas, el poema se ajusta a la medida clásica de los poemas épicos; aún más, consta de 9898 versos, el mismo número de que se compone la Eneida. A este respecto cabe afirmar que uno de los mayores intereses de la obra es el esfuerzo realizado por Boccaccio para poner una de las primeras piedras de la épica en vulgar. El propio autor parece ser consciente de la importancia de su intento a juzgar por lo que expresa en las citadísimas estrofas XII, 8485 de la Teseida: Poi che le Muse nude cominciaro el cospetto degli uomini ad andaré, giáfur di quelli i quai l'esercitaro 1
Vid. Vittore Branca, Bocado
y su época, Madrid: Alianza Editorial, 1975, p. 208.
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6 con bello stilo iti onesto parlare, e altri in amoroso l'operaro; ma tu, o libro, primo a lor cantare di Marte fai gli affanni sostenuti, nel volgar lazio più mai non veduti. E perciò che tu primo col tuo legno seghi queste onde, non solcate mai davanti a te da nessuno altro ingegno, ben che infimo sii, pure starai forse tra gli altri d'alcuno onor degno2.
Hay que insistir, por tanto, en la trascendencia de la decisión del joven Boccaccio para la historia de la literatura italiana al utilizar la octava con un ritmo narrativo y épico que se convertiría después en tradicional, y que hace de su Teseida una obra original3. De la importancia de la Teseida en este sentido se hicieron eco dos de nuestros escritores áureos. Fernando de Herrera, al comentar la Tercera Égloga de Garcilaso, decía: Sin duda alguna fue autor de las estan$as o rimas octavas luán Bocado, i el primero qu' con aquel nuevo i no usado canto celebrò las guerras4. Por su parte, Juan de la Cueva, en su Ejemplar poético se refiere también a la octava rima y dice: Mas en poema, aquellas son usadas en qu'el Bocacio su Teseida canta de quien primero fueron inventadas5. A esa originalidad que acabamos de mencionar contribuyeron también las glosas que añadió al poema, una vez compuesto éste, en un ejercicio de verdadera autoexégesis6. Desde luego, no es lo menos relevante del poema de Boccaccio la 2
Cf. Giovanni Boccaccio, Teseida delle nozze d'Emilia, ed. de Aurelio Roncaglia, Bari: Gius. Laterza & Figli, 1941, edición que utilizaremos en adelante para todas las citas.
3
Cf. V. Branca, Bocacio y su época, op. cit., p. 209 y del mismo autor "Boccaccio e le tradizioni letterarie", en II Boccaccio nelle culture e letterature nazionali, Firenze: Olschki, 1978, pp. 473-496.
4
Vid. las Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Fernando de Herrera, ed. facsimilar, pròlogo de Antonio Gallego Morell, Madrid: CSIC, 1973, p. 648.
5
Vid. Juan de la Cueva, Exemplar poético, Sevilla: Alfar, 1986, p. 67.
6
Véase Alberto Limentani, "Tendenze della prosa del Boccaccio ai margini del Teseida", en Giornale storico della letteratura italiana, CXXXV (1958), pp. 524-551, en particular, pp. 524 y 530. Por lo demás, G. Vandelli, en "Un autografo della Teseide", en Studi di Filolo-
Introducción
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ambición cultural que denota, no ya sólo en el cuerpo de la obra, sino también en estas eruditas glosas que lo acompañan. Muestra de ello es también un cierto gusto helenizante, que seguramente favoreció su éxito en la Grecia del Cuatrocientos7. Ya desde otra perspectiva y ateniéndonos al contenido argumental de la obra, hay una característica que se impone claramente: la Teseida es un poema "de armas y de amor" 8 . La obra comienza con la narración de la historia de las amazonas y las luchas que con ellas sostuvo y ganó Teseo 9 . Este episodio da paso al enfrentamiento de Teseo con los tebanos de Creonte, que introduce al lector en el centro argumental de la obra. Esta canta el amor de los tebanos Arcita y Palamón, prisioneros de Teseo en Atenas, por Emilia, hermana -en la traducción castellana, sobrina- de Hipólita, a la sazón reina de las amazonas y esposa de Teseo. Ese amor conduce a los dos amigos a enfrentarse, finalmente, en un torneo establecido por Teseo y en el que participará, en uno u otro bando, lo más granado de la pléyade de los héroes griegos. Básicamente, éste es el argumento de la obra, y es ilustrativa, a este respecto, la glosa de Boccaccio a la estrofa I, 10, cuando narra la historia de las amazonas: Con ciò sia cosa che la principale intenzione dell'autore di questo libretto sia di trattare dell'amore e delle cose avvenute per quello, da due giovani tebani, cioè Arcita e Palemone, ad Emilia amazona, sí come nel suo proemio appare, potrebbe alcuno, e giustamente, gia Italiana, II (1929), pp. 5-76, apunta la posibilidad de que a Boccaccio se le hubiera ocurrido escribir estas glosas influido por un códice que poseía de la Tebaida de Estacio con anotaciones de Latancio Plácido. En cualquier caso, las glosas, como veremos, no han sido traducidas en la versión castellana de la obra. 7
A todo esto se refirió V. Branca al hablar de una "erudición mitológica y genealógica, literaria y arqueológica parecida a la del Filocolo, de típica marca angevina", cf. Bocado y su época, op. cit., p. 208.
8
Así lo llama V. Branca en Bocado y su época, op. cit., p. 208.
9
Este primer episodio - e l de Teseo y las amazonas- tiene entidad y sentido en sí mismo y tal vez por ello circuló exento del resto de la Teseida. Osmont recuenta entre las obras impresas de Boccaccio una Amazonide (Ferrara: s. 1, s. a.) que considera rara y que anota con la siguiente aclaración: "Plusieurs personnes prétendent que ce Livre est le même que la Théséide, imprimée in Ferrara, 1475, in-fol.", cf. J. B. L. Osmont, Dictionnaire typographique historique et critique des livres rares, singuliers, estimés et recherchés, en tous genres, Paris: Lacomte, 1768, 2 vols., en particular vol. I, p. 108. El primer libro de la Teseida ha conocido en tiempos modernos la fortuna de editarse nuevamente exento de la mano de Stefano Audin, con el nombre de Libro dell'amazonide, Paris: Chapelet, 1840. Tal vez todo esto pueda dar un poco de luz al hecho de que la traducción castellana de nuestra obra pasara desapercibida bajo el nombre de Historia de las amazonas, aspecto que trataremos más adelante.
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adimandare che avesse qui a fare la guerra di Teseo con le done amazone, della quale solamente parla il primo libro di questa opera. Dico, e brievemente, che l'autore a niuno altro fine queste cose scrisse, se non per mostrare onde Emilia fosse venuta ad Attene; e perciò che la materia, cioè li costumi delle predette donne amazone, è alquanto pellegrina alle più distessamente porre che per avventura non bisognava; e il simigliante fa della sconfitta data da Teseo a Creonte, re di Tebe, per dichiarare donde e come alle mani di Teseo pervinessero Arcita e Paiamone. Le quali due cose mostrate, assai delle segenti rimangono a'letto ri molto più chiare10. Por otra parte, Boccaccio es incapaz de renunciar al tono lírico y autobiográfico: Estacio y Ovidio conforman los dos polos -armas/amor- de este "poema-romanzo" 11 . Dualidad que lleva a V. Branca a resaltar en la obra una yuxtaposición entre armas, aventuras y amores, que, aunque caracteriza también al Filocolo, es en la Teseida donde se encamina ya hacia una "armoniosa fusión". Esto hace que el erudito italiano valore que el escritor haya podido refrenar "el tumultuoso autobiografismo sentimental" mediante el arte, "gracias a una preparación y a una diligencia literaria, cultural, técnica y retórica, que a veces hace pesada y árida la redacción, pero que representa una clara conquista del escritor." 12 La obra, a medio camino entre lo sentimental y lo caballeresco, es testimonio del gusto de los lectores del momento, así como de la evolución de los géneros literarios a partir del siglo XIV. Los libros de caballerías y la ficción sentimental son "dos subgéneros del romance", entendido éste como libro de aventuras 13 . Por tanto, no es extraña la simbiosis de los libros de caballería y la ficción sentimental a finales del siglo XV, tal y como la establece Sharrer para la materia artúrica 14 . Podemos afirmar, entonces, que la obra responde a un gusto cortesano que bien pudo atraer no sólo a las cortes italianas en las que viviera Boccaccio, sino también a las españolas. Pero seguramente otros motivos contenidos en la obra contri10
Vid. G. Boccaccio, Teseida, ed. cit., p. 373.
11
Así lo califica A. Limentani en "Tendenze della prosa del Boccaccio...", art. cit., p. 524.
12
Vid. Bocado y su época, op. cit., p. 209 y también "Boccaccio e le tradizioni letterarie", en Il Boccaccio nelle culture e letterature nazionali, op. cit., p. 473.
13
Véase a este respecto Alan Deyermond, "Libros de caballerías y ficción sentimental", en Francisco Rico, dir., Historia y Crítica de la Literatura Española. Edad Media. Primer suplemento, Alan Deyermond, coord., Barcelona: Crítica, 1991, pp. 281-298, la cita en p. 281.
14
Véase Harvey L. Sharrer, "La fusión de las novelas artúrica y sentimental a fines de la Edad Media", Anuario de Filología Española, I (1984), pp. 147-157.
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huyeron a hacer las delicias de los lectores, así, por ejemplo, la historia de las amazonas15, el ideal de cortesía y de noble amistad16, el mito de Teseo 17 o los avatares ocasionados por ese personaje tan del gusto de Boccaccio, la inconstante Fortuna, que juega un papel decisivo a lo largo de toda la obra18. Planteada de esta manera, la obra se difundió en más de cuarenta manuscritos, entre los que se cuenta un autógrafo conservado en el códice Laurenziano, Doni e Acquisti 325 19 . Por otra parte, la Teseida de Boccaccio ha sido objeto de diversos estudios encaminados a rastrear sus fuentes; nos referimos a trabajos como los de Crescini20, Schmitt21 o Savj-Lopez 22 . No obstante, son Henry y Renée Kahane quienes primero plantearon en profundidad el problema de las fuentes de la Teseida. La cuestión, nada baladí, queda expresada al principio de su trabajo: "The problem of the sources of Boccaccio's Teseida has been a puzzle in literary history"23. Consideran estos autores que el nombre de la protagonista, Emilia, está tomado de la Fiorita del boloñés Armannino, recopilación de historias de materia tebana escrita hacia 1325, unos quince años antes de la redacción de la Teseida. Uno de los pasajes que 15 Véase infra la nota dedicada a este aspecto. 16 En palabras de Daniela Branca éste es "uno dei principali motivi del Teseida", cf. "La morte di Tristano e la morte di Arcita", Studi sul Boccaccio, IV (1967), pp. 255-264, en particular, p. 256. 17
Sobre el nacimiento y desarrollo del mito de Teseo en la literatura castellana puede consultarse el trabajo de Engracia Domingo García, "El mito de Teseo en la literatura", en Archivum, XXXIII (1983), pp. 217-250.
18 Es ilustrativo el trabajo de Julia Butiñá Jiménez, "El paso de 'Fortuna' por la Península durante la baja Edad Media", Medievalismo, 3 (1993), pp. 209-229, en particular, p. 211, donde comenta otras obras castellanas desde esta perspectiva. 19 Puede consultarse para la difusión de la obra cualquiera de las ediciones siguientes: la de Salvatore Battaglia, Firenze: Sansoni (Autori classici e documenti di lingua pubblicati dalla R. Accademia della Crusca), 1938; la de Aurelio Roncaglia, ya citada, de la que nos hemos valido para nuestro trabajo, y finalmente la de Alberto Limentani, Milano: Mondadori, 1964. Para un panorama completo de la transmisión textual de la obra conviene tener en cuenta, además de las indicaciones de estos editores, el trabajo de Germaine Dempster, "Salvatore Battaglia's edition of the Teseida", en Modem Philology, 38 (1940-41), pp. 205214. 20
Véase su Contributo agli studi sul Boccaccio, Torino: Loescher, 1887.
21
En "La Théséide de Boccace et la Théséide grecque", Études de philologie XCII (1892), pp. 279-314.
22
Que aborda la cuestión en "Sulle fonti della Teseide", Giornale storico della italiana, XXXVI (1900), pp. 57-78.
23
Véase "Akritas and Arcita. A Byzantine Source of Boccacio's Teseida", Speculum, XX (1945), pp. 415-425, en particular, p. 415.
néo-grecque, letteratura
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alegan como prueba no parece dejar lugar a dudas: "[Teseo] seco menò Ypolita reyna con una sua sirocchia che Emilia havea nome", que concuerda claramente con la obra de Boccaccio 24 . No obstante la identificación que acabamos de mencionar, H. y R. Kahane afirman el origen bizantino de la Teseida a partir de una fuente que podría ser el Digenis Akritas, el gran poema épico nacional griego. De hecho, es el propio autor, en varios pasajes de la obra, quien alude como fuente a una "historia griega antigua". Así, en la dedicatoria a Fiammetta ya mencionada, podemos leer el siguiente pasaje: E acciò che l'opera sia verissimo testimonio alle parole, ricordandomi che già ne' di più felici che lunghi io vi sentii vaga d'udire e tal volta di leggere una e altra istoria, e massimamente l'amorose, si come quella che tutta ardavate nel fuoco nel quale io ardo, [...] como volonteroso servidore, il quale non solamente il comandamento aspetta dal suo maggiore, mas quello, operando quelle cose che credeche piacciano, previene, trovata una antichissima istoria 24 Ibid., p. 415. Toman la cita de P. Savj-Lopez, Storie Tebane in Italia, Bergamo: s.e. (Biblioteca Storica della Letteratura Italiana, Vili), 1905, p. 124. Conviene recordar que de la Istoria Fiorita de Armannino de Bolonia poseyó un còdice en toscano el Marqués de Santillana, el que se conserva hoy con el número 10414 en la Biblioteca Nacional de Madrid. De hecho, y precisamente al comentar la Teseida de Boccaccio, el Marqués cita la obra de Armannino en las Glosas a los Proverbios, cf. ífiigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Obras completas, ed., introducción y notas de Ángel Gómez Moreno y Maximiliaan P. A. M. Kerkhof, Barcelona: Planeta, 1988, p. 244. Quien quiera tener más datos al respecto puede consultar los siguientes trabajos: Mario Schiff, La Bibliothèque du Marquis de Santillane, Paris: Bibliothèque de l'École des Hautes Études, 1905 [reprint de Amsterdam: Gérard Th. van Heusden, 1970], pp. 352-54, donde se describe el manuscrito del Marqués; Ángel Gómez Moreno, España y la Italia de los Humanistas. Primeros ecos, Madrid: Gredos, 1994, p. 319 y Juan Carlos Conde López, Pablo de Santa María: "Las siete edades del mundo". Edición crítica y estudio. Tesis Doctoral, Madrid: Universidad Autónoma, 1994, p. 79 y nota 160, que esperamos ver pronto en Salamanca: Universidad de Salamanca (Col. Textos Recuperados) (en prensa). Fue Enrique de Villena quien se valió con más intensidad de la Fiorita, véase, para su utilización por parte del Marqués de Villena, P. M. Cátedra, "Escolios teatrales de Enrique de Villena", Serta Philologica Fernando Lázaro Carreter, II, Madrid: Cátedra, 1983, pp. 127-136, especialmente p. 128 y nota 6; Ramón Santiago, "De los comentarios de Enrique de Villena a la Eneida y la transmisión del tema de Troya en España", Philologica Hispaniensia in honorem Manuel Alvar. III. Literatura, Madrid: Gredos, 1986, pp. 517-31, especialmente pp. 518 y 523-24, y José A. Pascual, "Del silencioso llorar de los ojos", Anuario de Filología Española, I (1984), pp. 799-805, en particular nota 22. Recientemente Julián Weiss ha puesto de manifiesto la popularidad de la obra en el siglo XV en Castilla, cf. "La Qüistion entre dos cavalleros: Un nuevo tratado político del siglo XV", Revista de Literatura Medieval, IV (1992), pp. 9-39, en particular p. 31, nota 52.
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e alle più delle genti non manifesta, bella si per la materia della quale parla, che 'è d'amore, e si per coloro de' quali dice, che nobili giovani furono e di real sangue discesi, in latino volgare e per rima, accio che più dilettasse, e massimamente a voi che già con sommo titolo le mie esataste, con quella sollecitudine che conceduta mi fue da l'altre più gravi, disiderando di piacervi, ho ridotta25. Y un poco más addante, al comienzo de la obra, en la estrofa I, 2 continua Boccaccio: E' m'è venuto in voglia con pietosa rima di scrivere una istoria antica, tanto negli anni riposta e nascosa che latino autor non par me dica, per quel ch'io senta, in libro alcuna cosa; dunque si fate che la mia fatica sia graziosa a chi ne fia lettore o in altra maniera ascoltatore26. Esa "istoria", que bien podría ser el Digenis, habría estado también presente en la Tebaida de Estacio y en el Roman de Thèbes, obras éstas que sí están en las entretelas de la concepción de la Teseida, como ha demostrado convincentemente, y entre otros, Alberto Limentani 27 . Otras investigaciones han puesto de manifiesto diversos aspectos de la obra. Así se ha identificado a Emilia con Fiammetta a partir de la propia dedicatoria de la obra28, y se ha destacado la similitud de la leyenda de Tristán con la Teseida, sobre todo en los pasajes de las muertes de Tristán y de Arcita. De ello se ha ocupado Daniela Branca al comparar este pasaje de la obra con otros del ciclo de Tristán, como el Palamadés, el cantar de Febus-el-forte, el Roman de Tristán o la Tavola Ritonda29. Otros estudiosos han rastreado las fuentes de la obra en otros pa-
25
Vid. G. Boccaccio, Teseida, ed. cit., p. 2.
26
Ibidem, p. 10.
27
Véase para estos aspectos V. Branca, Bocacio y su època, op. cit., p. 208 y A. Limentani, "Boccaccio 'traduttore' di Stazio", La Rassegna della Letteratura Italiana, 64 (1960), pp. 231-242.
28
Vid. J.H. Whitfield, "Boccaccio and Fiammetta in the 'Teseide'", The Modem Review, XXXIII (1938), pp. 22-24.
29
Cf. "La morte di Tristano e la morte di Arcita", art. cit., p. 256.
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sajes, encontrando influencias no sólo de Estacio, sino también de Lucano, Valerio Máximo y Virgilio30. Todavía en el terreno de las influencias, pero ahora en el de las que la Teseida ejerciera en otros textos, cabe señalar que es la obra de Chaucer la que ha reclamado mayor espacio por parte de la crítica, y ello porque ha sido el autor más permeable a su influjo. En este sentido, el aspecto que se ha investigado con más intensidad de las relaciones de ambos autores en torno a nuestra obra se refiere a la trasposición de las tres primeras octavas del libro XI de la Teseida en el poema de Chaucer Troilus and Criseyde (V, 1807-27) que ha sido objeto, en el área anglosajona, de abundantes estudios 31 . En cualquier caso, la obra merece toda la atención de la crítica, como sin duda ha querido poner de manifiesto una última contribución a su estudio, la de James H. McGregor que hace una relectura de las tres obras de juventud de Boccaccio: el Filostrato, el Filocolo y la Teseida, con la intención de revalorizarlas 32 .
2. Boccaccio en la literatura española Pergeñar brevemente la influencia de Boccaccio en España resulta tarea menos ardua de lo que cabría esperar al poder contar con trabajos anteriores y muy útiles a los que habremos necesaria y afortunadamente de referirnos. El interés de la crítica por la influencia de Boccaccio en las letras españolas despierta a partir de finales del siglo pasado con los estudios de algunos eruditos, de sobra conocidos y citados, como los de Bernardo Sanvisenti, Arturo Farinelli o Marcelino Menéndez Pelayo, que se ocuparon de localizar ejemplares, buscar fuentes, etc. Sus trabajos, aún hoy, siguen siendo punto de partida de cualquier investigación sobre esta cuestión 33 . 30
Véase el estudio de G. Velli, "L'apoteosi di Arcita: ideologia e coscienza storica nel Teseida", Studi e problemi di critica testuale, V (1972), pp. 33-66.
31
Varios de los trabajos de R. A. Pratt abordan la cuestión, baste recordar "Conjectures Regarding Chaucer's Manuscript of the Teseida", en Studies in Philology, XLII (1945), pp. 745-763 o "Chaucer's Use of the Teseida", en Publications of Modern Language Asociation, LXII (1947), pp. 598-621. Otro tipo de relaciones puso de manifiesto W. E. Coleman, en "Chaucer, the Teseida, and the Visconti Library at Pavia: a Hypotesis", en Medium Aevum, LI (1982), pp. 92-101.
32
Vid. The image of Antiquity in Boccaccio's "Filocolo", "Filostrato" and "Teseida", New York: Peter Lang (Studies in Italian Culture. Literature in history, 1), 1991.
33
Véase del primero I primi influssi di Dante, del Petrarca e del Boccaccio sulla letteratura spagnuola, Milano: Hoepli, 1902, en particular pp. 289-344; de Farinelli, Italia e Spagna,
Introducción
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Pero el estudio de la impronta boccaccesca en la cultura peninsular adquiere verdadera profundidad con los trabajos que ven la luz a raíz del sexto centenario de la muerte de Boccaccio en 1975. Nos referimos, por un lado, a las actas del Congreso celebrado en Certaldo-Florencia, II Boccaccio nelle culture e letterature nazionali ya citado, con un apartado dedicado a la cultura y literatura ibérica e iberoamericana, y, por otro, al número 55 de la revista Filología moderna, donde se recogen diversas contribuciones sobre la materia a que aquí nos estamos refiriendo. Nos interesa destacar ahora las contribuciones de Joaquín Arce en ambos colectivos como verdaderos intentos de dibujar el panorama de la influencia boccaccesca34. Siguiendo los trabajos de V. Branca y J. Arce, podemos hablar de una larga treintena de códices originales de los siglos XIV y, sobre todo, XV, que circularon por España. Entre ellos predominan las obras latinas, sobre todo el De mulieribus, la Genealogía y el De casibus, pero también las obras en vulgar: el Corbaccio, el Filocolo, el Filostrato, la Fiammeta y el Decameron35. En el capítulo de las traducciones de sus obras al castellano y al catalán tenemos la valiosa ayuda de las bibliografías publicadas por U. Bardi, y después y superándola, por J. Blanco Jiménez36. Podemos, entonces, afirmar que la primera obra de Boccaccio traducida en España fue el De casibus, con el título de Caída de príncipes. Esta traducción castellana fue iniciada por Pero López de Ayala, que abarcó
Torino: Fratelli Bocca Editori, 1929, 2 vols., en particular voi. I, pp. 89-386, y del último su Antología de poetas líricos castellanos, ed. Enrique Sánchez Reyes, Santander: CSIC, 1944, 10 vols. voi. II, pp. 18, 79, 82 y 128. 34
Véase "Boccaccio nella letteratura castigliana: panorama generale e rassegna bibliograficocritica", en II Boccaccio nelle culture e letterature nazionali, op. cit., pp. 63-103. Arce vuelve a plantear la cuestión en un artículo que se basa en lo dicho en Italia, véase "Seis cuestiones sobre el tema 'Boccaccio en España'", en Filología Moderna, XV, 55 (junio 1975), pp. 473-489.
35
Véanse, del primero, "Un primo elenco dei codici", en V. Branca, Tradizione delle opere di Giovanni Boccaccio, Roma: Edizioni di Storia e Letteratura, 1958, pp. 1-118 y "Un nuovo elenco di codici" en Studi sul Boccaccio, Firenze: Sansoni Editore, 1963,1, pp. 15-26, y de J. Arce, "Boccaccio nella letteratura castigliana", art. cit., p. 72.
36
Vid. U. Bardi, "Materiale per un bibliografia delle traduzioni spagnole delle opere di Giovanni Boccaccio", en Scritti su Giovanni Boccaccio, Florencia, 1964, pp. 135-139 y J. Blanco Jiménez, "Le opere di Giovanni Boccaccio in Spagna nel '400 e '500: una prima valutazione bibliografica", en Miscellanea Storica della Valdelsa, LXXXIII (1977), tirada aparte en Firenze: Tip. Baccini, 1977, por la que citamos. Al año siguiente Blanco publicó su Presencia de Boccaccio en España, Santiago de Chile, 1978, que es traducción del trabajo que citamos con algunas correcciones que en nada afectan a lo que aquí tratamos.
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los ocho primeros capítulos, y concluida por Alfonso García de Santa María en 142237. Por su parte, el Decameron conoció en la Península dos versiones en el siglo XV: una catalana y otra castellana, ambas anónimas. El códice catalán está fechado en Sant Cugat del Vallès en 142938 y la primera versión castellana, fragmentaria, se encuentra en el manuscrito J.II.21 de la Biblioteca de El Escorial39. La primera traducción castellana completa del Decameron se publicó en Sevilla, por Meinardo Ungut y Stanislao Polono en 149640. En cuanto a la Elegia de madonna Fiammetta también fue objeto de traducción en el siglo XV, tanto en catalán como en castellano. De esta última versión conservamos dos manuscritos en El Escorial: el e.III.9 y el P.I.22 y tres ediciones: un incunable de Salamanca de 1497 y las ediciones de Sevilla de 1523 y Lisboa de 1541, y hoy podemos leerla en edición critica a cargo de Lia Mendia Vozzo 41 . La
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Conservada en varios códices, la traducción gozó de tres ediciones: Sevilla: Meinardo Ungut, 1495; Toledo: s. i., 1511 y Alcalá de Henares: Juan de Brocar, 1552, vid. Félix Fernández Murga, "El Canciller Ayala, traductor de Boccaccio", en Estudios románicos dedicados al Prof. Andrés Soria Ortega, ed. Jesús Montoya Martínez y Juan Paredes Núñez, Granada: Universidad de Granada, 1984, 2 vols., en particular, vol. I, pp. 313-324.
38
Puede leerse en J. Boccaccio, Decameró, traducció catalana publicada segons l'únic manuscrit conegut (1429), per Jaume Massó i Torrents, Nova York-Paris: The Hispanic Society of America, 1910 y en "Els Nostres Clássic", en 1926, con introducción de Caries Ribas. Puede consultarse también M. Casella, "La versione catalana del Decameron", en Archivum Romanicum, IX (1925), pp. 387-412, reimpreso en el libro Saggi di letteratura provenzale e catalana, Bari: Adriatica Editrice (Biblioteca di Filología Romanza), 1966. Véase también Lola Badia, "Sobre la traducción catalana del Decameron de 1429", en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, XXXV (1973-74), pp. 69-101.
39
Fue editado por F. de Haan, "El Decameron en castellano, ms. del Escorial" en Studies in honor ofA. Marshall Elliot, Baltimore, 1911, II, pp. 1-87.
40
De ella se hicieron reimpresiones en Toledo, 1524, Valladolid, 1539, Medina del Campo, 1543 y Valladolid, 1550. Vid. C. B. Bourland, "Boccaccio and the Decameron in Castilian and Catalan Literature", en Revue Hispanique, XII (1905), pp. 1-232, en especial, pp. 5967. A ella remitimos para la cuestión de la influencia del Decameron en el Siglo de Oro y en especial en el teatro, fundamentalmente en los Amantes de Teruel, adaptación del episodio de Girolamo y Salvestra. Véase también para estos aspectos J. Arce, "Boccaccio", art. cit., p. 91. Recientemente M" Dolores Valencia Mirón ha arrojado nueva luz sobre esta obra en "Notas para el estudio de la recepción y censura del Decameron en España", en Medioevo y literatura. Actas del V Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Granada, 27 septiembre-] octubre 1993), ed. Juan Paredes, Granada: Universidad de Granada, 1995, 4 vols., en particular vol. IV, pp. 423-429.
41
Vid. Juan Bocacio, Libro de Fiameta, Pisa: Giardini, 1983.
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traducción catalana, independiente de la castellana, ha sido atribuida unas veces a Narcís Franch y otras a Pero Roca de Tarragona42. Por lo que se refiere al Filocolo, una parte del libro IV, que tenía ya una cierta independencia dentro del original italiano, se tradujo al castellano con el título de las Trece cuestiones de amor. La primera edición de esta parte de la obra se imprimió en Sevilla, en la imprenta de Andrés de Burgos, en 1546, con el título "fraudulento" de Laberinto de amor que hizo en toscano el famoso Juan Bocado. Ese mismo año Juan de Ayala imprimió en Toledo una edición autorizada, ya con el título de Trece questiones muy graciosas sacadas del Philoculo del famoso Juan Bocado, aunque no parece conservarse ningún ejemplar de esta edición 43 . En cuanto a la traducción castellana del De mulieribus, se publicó anónima en Zaragoza, por el impresor alemán Paulo Huras en 1494, reimprimiéndose después en Sevilla, de la mano de Jacobo Cromberger, en 1528. Pudo haber servido de base a la traducción zaragozana el manuscrito latino 10000 de la Biblioteca Nacional de Madrid44. Por su parte el Corbaccio no se tradujo al castellano, pero sí al catalán en traducción a cargo de Narcís Franch45. Hay que citar, por último, la traducción de la Genealogía por Martín de Avila 46 y la anónima del Ninfal de Ameto en 42
Se conservan códices de esta versión en la Biblioteca de Catalunya, ms. 1730, en la Biblioteca Capitular de Barcelona, Cod. 76 y en el Arxiu de la Corona d'Aragó, Sant Cugat 32, véase Beatrice Jorgensen Concheff, Bibliography of Old Catatan Texts, Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1985, números 527-529. Puede leerse esta versión en La Fiameta de Johan Boccacci, ed. de R. Miquel y Planas, Barcelona: Societat Catalana de Bibliofils ("Nova Biblioteca Catalana"), 1908 y contienen valiosas aportaciones los trabajos de Martín de Riquer, "Boccaccio en la literatura catalana medieval", en Filología Moderna, op. cit., pp. 451-471 y A. M. Annichiarico Patella, "Per il testo della Fiammetta catalana", en Studi mediolatini e volgari, 26 (1978-79), pp. 4-50.
43
Vid. Rogelio Reyes, "En torno a Boccaccio en España: una traducción parcial del Filocolo", en Filología Moderna, art. cit., pp. 523-539.
44
Vid. Félix Fernández Murga y José Antonio Pascual, "La traducción española del De mulieribus claris de Boccaccio", Filología Moderna, XV, n° 55 (1975), pp. 499-539. Existe facsímil del incunable en Madrid: Real Academia Española, 1951.
45
Se conserva en el manuscrito 17675 de la Biblioteca Nacional de Madrid, véase Martín de Riquer, "Narcís Franch, traductor del Corbaccio", en Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura, XVI (1935), pp. 377-384 y "Boccaccio en la literatura catalana medieval", en Filología Moderna, art. cit., pp. 451-471.
46
Véase Jules Piccus, "El traductor español de Genealogía deorum", en Homenaje a Rodríguez-Moñino, Madrid: Castalia, 1966, 2 vols., voi. II, pp. 59-75. Debemos tener presente que esta obra es una de las más completas acerca de los dioses paganos, y que además de servir de modelo, entre otros, a Pérez de Moya y Baltasar de Vitoria, es indispensable para conocer la transmisión de la historia de los dioses paganos de la Edad Media al Renacimiento, véase para todas estas cuestiones M' Consuelo Alvarez Morán, "La tradición mito-
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castellano47. De ambas poseyó ejemplar el Marqués de Santillana. Su biblioteca albergó también códices italianos de la Teseida4*, del Filocolo*9, de la Elegia50 y ejemplares del Corbaccio, el Filostrato y la Vita Dantis en traducción italiana.
3. La Teseida en la literatura española La historia bibliográfica de la traducción castellana de la Teseida de le nozze de Emilia está sembrada, como tantas otras de su género, de equívocos particulares que han sido perpetuados y generalizados por la tradición crítica. Nuestro propósito en las próximas páginas es, como trabajo previo al tratamiento de otros aspectos, intentar arrojar un poco de luz sobre tan enmarañado panorama. Se inicia éste con Farinelli quien, al recopilar en 1929 sus estudios aparecidos a principios de siglo, aseveró que la Teseida de Boccaccio no había tenido en todo el siglo XV traducción alguna al castellano aunque, como después veremos, sí detectaba ciertas influencias de la obra del joven Boccaccio en autores como el Marqués de Santillana o el catalán Rocaberti51. Poco tiempo después Schifi, siguiendo a Rocamora, identificaba el manuscrito 10271 de la Biblioteca Nacional de Madrid con la copia de la obra que poseyó el Marqués de Santillana. Al tratarse de un ejemplar en toscano en nada desdecía los asertos de Farinelli52. Trabajos posteriores como los de Bardi y Blanco Jiménez perseveran en lo expuesto por Farinelli sin añadir nada nuevo. Tratamiento especial requiere el trabajo
gráfica en la Genealogía deorum y en el De laboribus Herculis", en Cuadernos de Filología Clásica, XI (1976), pp. 219-297 y Giovanni Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, ed. de M* Consuelo Alvarez y Rosa M' Iglesias, Madrid: Editora Nacional, 1983. 47
Como señala Carlos Alvar, se hallaba en la Biblioteca de Osuna pero desapareció entre 1852 y 1896, ya que es José Amador de los Ríos quien lo cita en el apéndice de su edición de las obras del Marqués de Santillana. Después lo recoge Mario Schiff, que lo da por perdido en su estudio de 1905, p. 333, que llevó a cabo entre 1896 y 1897, véase "Notas para el estudio de las traducciones italianas en Castilla durante el siglo XV", en Anuario Medieval, 2 (1990), pp. 23-41, en particular, p. 37.
48
Nos ocuparemos de este códice más adelante.
49
Véase Schiff, La Bibliothèque,
50
El Marqués poseyó el único testimonio italiano del siglo X V en España de la Fiammetta. El códice se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid con la signatura Res. 53. Véase Mario Schiff, La Bibliothèque, op. cit., p. 327.
51
Vid. A. Farinelli, Italia e Spagna, op. cit., pp. 247-248.
52
Vid. M. Schiff, La Bibliothèque,
op. cit., pp. 332 y 333.
op. cit., p. 332.
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de Arce que, aunque sigue manteniendo la falta de una traducción castellana, encuentra nuevas similitudes entre la obra del italiano y la poesía de Santillana 53 . Pero han sido González y Saquero los que han dado un nuevo impulso al estudio de la influencia de la Teseida en la literatura castellana con el hallazgo o, por mejor decir, redescubrimiento de una traducción castellana de la obra de Boccaccio 54 . Se trata del manuscrito 1537 de la Biblioteca Nacional de Madrid, cuya descripción, atendiendo al Inventario de manuscritos de dicha biblioteca, es la siguiente: Historia de las Amazonas: Al tiempo que Egeo reynaba en Atenas... (fol. 1) ...y ansi va el mundo. Fin (fol. 100). s. XV. 100 fols. + 3 hoj. de guardas (2+1), 275x195, 23 a 26 líneas; caja 215x125. Ene.: Piel verde, hierros dorados, cortes jaspeados, moderna, restaurada, resto en el lomo de la encuademación antigua. 285x203. Tejuelo: HISTORIA DE LAS AMAZONAS. Olim: F. 117 Proc.: Biblioteca Real. 4-2. Hueco para las iniciales, varios folios deteriorados, signaturas a 12f l 2 + gl4-hl4 5 5 . Parece razonable conjeturar que el título, no asociado directa ni indirectamente con ninguna obra de Boccaccio, ha sido la causa de que durante tan largo período de tiempo esta obra haya permanecido huérfana de autoría e ignorada como traducción de la obra del certaldés. Como el lector descubrirá al comenzar la lectura del texto, tal y como hemos apuntado anteriormente, el título responde a la materia del libro I, en el que se narran las guerras de Teseo con las amazonas y su poste53
Vid. U. Bardi, "Materiale per una bibliografía delle traduzioni spagnole delle opere di Giovanni Boccaccio", art. cit.; José Blanco Jiménez, "Le opera di Giovanni Boccaccio in Spagna nel '400 e '500: una prima valutazione bibliográfica", art. cit., y los trabajos ya citados de J. Arce, "Boccaccio nella letteratura castigliana" y "Seis cuestiones sobre el tema 'Boccaccio en España'".
54
Vid. Tomás González Rolán y Pilar Saquero Suárez-Somonte, "Un nuevo testimonio sobre la presencia de Giovanni Boccaccio en España", en Revista de Filología Románica, I (1983), pp. 35-50.
55
Vid. Inventario general de manuscritos de la Biblioteca Nacional, Madrid: Ministerio de Educación Nacional (luego Ministerio de Cultura), 1953-1988, 12 vols., vol. V. Por su parte la Bibliography of Oíd Spanish Text, Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1984, Third Edition, no añade ningún otro dato. Podemos añadir que el vuelto del último folio, el número 100, presenta una anotación manuscrita tachada tan a conciencia que es imposible su lectura. ¿Se trataría del nombre del traductor o de algún otro dato que nos ayudase a investigar la génesis de esta traducción? Nada sabemos. A continuación del tachón hay una probado calami.
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rior boda con la reina de éstas, Hipólita. El título, por lo demás, no parece haber sido puesto por el traductor, en contra de lo expuesto por González y Saquero, sino más bien de resultas de una encuademación posterior. De hecho en el manuscrito no aparece título alguno y el que figura en el lomo, recortado de una encuadernación antigua, no es tampoco del siglo XV, fecha en la que se realiza la traducción. De ello hablaremos después, ya que los autores del citado trabajo deducen de este hecho algunas suposiciones que no compartimos. González y Saquero establecían posteriormente una comparación entre este manuscrito y el localizado por Schiff, el 10271 de la Biblioteca Nacional de Madrid, en toscano, con el lógico propósito de comprobar si la traducción se había realizado a partir de éste. El estudio daba como resultado un no rotundo por razones que veremos más adelante. Por nuestra parte podemos añadir la localización de otro manuscrito de la Teseida hasta ahora, aunque con algunas puntualizaciones, desconocido. Se trata del manuscrito 7553 de la Biblioteca Nacional de Madrid, cuya descripción, de acuerdo con el Inventario de manuscritos, es la que sigue: [Historia de Egeo, Teseo, Palamón y Emilia].- S. XV ex., papel, 288x196 mm„ 87 ff. 5 6 Como se adivinará, el título ha sido de nuevo el motivo para que no se identificase esta obra con la Teseida boccacciana. Este segundo manuscrito es claramente una copia de principios del XVI del manuscrito 1537. Podríamos alegar varios ejemplos de esta filiación -modernizaciones, supresiones, etc.-, pero bástenos dar uno y remitir al lector interesado al aparato crítico que acompaña nuestra edición. En el capítulo VIII, l 5 7 se produce el enfrentamiento entre los caballeros que acompañan a Palamón y los que siguen a Arcita. Se trata, en resumen, de una larga enumeración de héroes extraídos de la mitología y, en especial, de la lectura de la Tebaida de Estacio. El copista del manuscrito 1537, sin duda con la finalidad de ayudar al lector, ha situado encima de cada nombre las iniciales del héroe al que sigue. De este modo, como Minus cabalga junto a Palamón, el copista coloca encima de su nombre las inicia56
Vid. Inventario general de manuscritos de la Biblioteca Nacional, op. cit., vol. XII. De este manuscrito existe una apresurada transcripción en el Hispanic Seminary of Medieval Studies. El título correcto, si atendemos al tejuelo de la encuademación, es "Histor de Palemón", por lo que debemos entender que el resto es cosecha del catalogador moderno del manuscrito.
57
Empleamos ahora nuestra numeración de capítulos. Es el correspondiente al VIII, 18-19 de la edición de Roncaglia.
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les de Palamón, esto es, "Pa". Pues bien, el transcriptor del manuscrito 7553, poco atento, abrumado quizá por el enorme conocimiento mitológico de Boccaccio y, por ello, no sabiendo distinguir los verdaderos héroes mitológicos de los que posiblemente pensó que eran inventados por Boccaccio, transcribe Paminus, creando de este modo, él sí, un nuevo héroe. El error se repite con otros personajes, y así van naciendo Agaarmenon -de Agamenón, que luchó en el bando de Arcita- Arnestor - y dejamos aquí que el lector risueño deduzca las fidelidades del anciano consejero-, Apagileo, etc. Hasta aquí los ejemplares de los que nos consta su existencia real y que hemos podido examinar y estudiar. Pero además contamos con noticias sobre la existencia de otros dos, si bien nada sabemos de su ubicación actual. Recogemos los datos de Blanco Jiménez: 6. TESEIDA DELLE NOZZE D'EMILIA Un solo manoscritto è certo, ed è in toscano: TSn - Cod. 10271 (Olirti li.22); Biblioteca Nacional de Madrid. Membranaceo, scrittura del secolo XV, 159 ff. E acefalo, e proviene dalla Biblioteca del Marchese di Santillana. Nel Catálogo di Rocamora ha il N° 34. Nell'inventario di Pedro de Urrea [hijo de Lope de Urrea, virrey de Sicilia] figura al N° 1 un libro chiamato Caseyda de les noces d'Emilia, che potrebbe essere un manoscrito (TU), ma non sappiano in quale lingua. Lo stesso succede con un Theseyda in toscano che compare nel catalogo testamentario del nobile Mateu de Monteada (TMt)".58 En efecto, entre los documentos recogidos por José Ma Madurell y anotados por Jorge Rubio59 encontramos los dos ejemplares que señala Blanco Jiménez. El primero se encuentra en un documento datado el 14 de octubre de 1490, el que hace el número 70 de su repertorio, y en el cual "Pedro de Urrea, hijo del Virrey de Sicilia Lope de Urrea, declara a la señora Estefanía de Carros y de Mur que ella le devolvió los libros que se indican por manos del notario y escribano real Esteve Llobet, heredero del magnífico Francés Malet que en vida regía la cancillería real":
58
Vid. "Le opera di Giovanni Boccaccio in Spagna nel '400 e '500: una prima valutazione bibliografica", art. cit., p. 11.
59
Vid. Documentos para la Historia de la imprenta y librería en Barcelona Barcelona: Gremios de editores, de libreros y de maestros impresores, 1955.
(1474-1553),
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Un libre de forma de full comú, scrit en paper, ab posts cubertes de pell vermella, appellat Caseyda de les noces d'Emilia [?]. La nota correspondiente a la entrada abunda en la interrogación final, preguntándose los editores sobre lo correcto de su transcripción y sobre la identificación de esta obra con la Teseida. No obstante, parece que el título tiene las suficientes coincidencias como para pensar que se trata de otro manuscrito de la obra, escrito seguramente en italiano y que, a juzgar por la descripción de la encuademación, difícilmente puede ser el que guarda la Biblioteca Nacional. El otro ejemplar localizado por Madurell y Rubio aparece en el documento número 30 de su catálogo, fechado el 3 de diciembre de 1485, bajo el título "Libros que pertenecieron al noble Mateu de Monteada, remitidos desde Valencia a su Albacea Guillem Ramón de So, vizconde de Évol, y de Illa y Canet, del condado de Rosellón, por su otro albacea, residente en Valencia, para ser vendidos y su precio empleado en las necesidades de la herencia". En la entrada 25 leemos lo siguiente: Item un altre libre scrit en paper de forma de full e en metras, en tosca, apellat Theseyda. Los editores identifican este ejemplar con la Teseida de Boccaccio. ¿Se trata del que descansa en la Biblioteca Nacional y que perteneció a la Biblioteca de Osuna? No lo sabemos. La obra del florentino tiene el suficiente número de manuscritos para que resulte muy difícil identificar, sin el examen físico correspondiente y con tan escuetos datos, dos ejemplares. Tendremos que conformarnos, pues, con los ejemplares localizados e intentar extraer de ellos cuantos datos sean posibles para saber algo más de esta peculiar traducción. 3.1.
Comparación entre el texto italiano (BNM, ms. 10271) y el texto castellano (BNM, ms. 1537)
Como acabamos de ver, existe un único manuscrito de la Teseida en toscano en las bibliotecas españolas. Se trata del manuscrito 10271 de la Biblioteca Nacional de Madrid, del que ya diera noticia José M" Rocamora al hacer su Catálogo de los manuscritos de la Biblioteca del Excmo. Señor Duque de Osuna e Infantado60, y del que poco tiempo después daba detallada descripción Mario Schiff:
60
Madrid: Imprenta Fontanet, 1882, p. 13, n° 33: "BOCCACCIO.- Libro del Thescida [sic].Ms. en vit. con márgenes espaciosas. Títulos en rojo. Iniciales en oro y colores. Letra del siglo XV. (Falto del principio.) Fol. menor. Taf. azul, est."
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BOCCACE, Teseide. En italien. Manuscrit de 159 feuillets, vélin, réglé à 31 lignes. Écriture du XVe siècle. Rubriques, capitales et lettrines. Format 282 x 192 mm. Reliure moderne au chiffre du duc d'Osuna. Ce manuscrit est incomplet du commencement; il commence sans titre, en pleine préface. Fol. 2 v° Rubrique: Incomincia il primo libro del Theseida, dette nozze di Ypolita et prima la inuocatione dell' autore. Incipit: "O sorelle..." L'O initial est soigneusement enluminé, on y voit un portrait de Boccace. Fol. 159. Explicit: "qui u'a condocti a noi essendo duce." Rubrique: Qui finisce il duodécimo et ultimo libro del Theseida, dette nozze d'Emilia. Deo gratias finis. Livre I, fol. 1; liv. II, fol. 20; liv. III, fol. 35; liv. IV, fol. 46; liv. V, fol. 58v°; liv. VI, fol 72 v°; liv. VII, fol. 82 v°; liv. VIII, fol. 92; liv. IX, fol 109va; liv. X, fol. 120; liv. XI, fol. 135; liv. XII, fol. 14861. Poco cabe añadir a esta descripción, salvo corregir un error que afecta a la paginación. En ésta, moderna y situada en el margen superior izquierdo, figura el dígito 170 en el último folio, a los que cabe añadir cuatro más de guardas situados dos al principio y dos al final. No son, pues, los 159 de Schiff. Creemos que el haber pertenecido este manuscrito y, posiblemente, el 1537 a la biblioteca del Marqués de Santillana y, también, ser el único escrito en toscano conocido dentro de la Península, hizo pensar a González y Saquero que quizá éste era el original del que se realizó la traducción. Tras cotejar solamente el Libro I llegaban a la conclusión de que éste no podía ser el texto base de la traducción ya que, entre otras razones que no enumeran, en el manuscrito toscano faltaban las estrofas I, 131-138 que sí habían sido traducidas en el texto castellano. Por nuestra parte, hemos querido comprobar la juiciosa sospecha pero utilizando métodos distintos. Así hemos cotejado en su totalidad los tres textos que creemos deben tomarse en cuenta para emitir cualquier juicio al respecto: el ma61
Vid. M. Schiff, op. cit., p. 332, E. Poco añaden a esta descripción los datos aportados por el fichero topográfico de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid: "Libro del (sic) Theseida delle nozze de Milia, di Messer Giov. Boccaccio. Ms. en vitela, s. XV. Con iniciales de colores y oro - Falta el principio del prólogo, quizá una sola hoja, que a juzgar por el gusto de las iniciales debió tener preciosa orla de oro y colores - Folio menor. (OSUNA)".
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nuscrito toscano (BNM, ms. 10271), el manuscrito castellano (BNM, ms. 1537) y la edición "canónica" de Roncaglia, entendida ésta como comprobante último aunque no definitivo. La comparación de estos tres testimonios arroja parecidos resultados a los obtenidos por González y Saquero, si bien por motivos diferentes. Lo primero que debemos aclarar es que las estrofas I, 131 a 138 que, según los citados investigadores, faltaban en el texto toscano, sí están en él, aunque mal colocadas. En efecto, el Libro I acaba sin esas estrofas, pero tras la estrofa II, 10 se salta a I, 131, 132... 138, es decir, las que se han suprimido del final del Libro I. Después se coloca el soneto resumen del Libro II, que debería estar al principio del mismo, y de ahí, para seguir el orden correcto, se sigue con II, 11. El error, debido a un despiste del copista que corrige después y no a una mala encuademación de los cuadernillos, descarta totalmente los motivos alegados por estos dos investigadores. No obstante, y en esto coincidimos con su afirmación, la traducción no se realizó a partir de este bello códice. Con independencia de otras razones que se pudieran alegar, la más definitiva será la existencia en el manuscrito castellano de estrofas que no aparezcan en el toscano, ya que la ausencia en ambos manuscritos de una misma estrofa puede ser fruto de la más absoluta casualidad y no demostrar nada. Máxime cuando, como es el caso, la traducción se ha realizado con unos criterios de fidelidad al "original" tan endebles como los aplicados por el anónimo traductor. Debemos pensar que, si éste fuera el texto que sirvió de base a la traducción, resultaría imposible que el traductor castellano hubiera traducido una estrofa que no apareciera en el mismo. Pues bien, el cotejo de ambos manuscritos en lo que se refiere a las estrofas suprimidas y teniendo la edición de Ronclaglia como comprobante textual de la comparación, arroja el siguiente resultado: Libro y estrofa de la edición de Roncaglia III, 69 VI, 71 VIII, 44 IX, 47 IX, 54-57 IX, 59
¿Aparece en Ms. 10271 (Toscano)? No No No No No No
¿Aparece en Ms. 1537 (Castellano)? No Sí No No Sí Sí
Creemos que los datos son claros. Es imposible, perdónesenos la insistencia, que el texto castellano tradujera, en el caso de tener el manuscrito toscano como
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texto base de la traducción, lo que no aparece en el mismo. Parece evidente, entonces, que este bello manuscrito en toscano no sirvió de fuente a la traducción castellana de la Teseida de Boccaccio. 3.2.
La autoría de la traducción y su vinculación con el Marqués de Santillana
Ya hemos mencionado la existencia de una serie de datos que reflejan de modo más o menos directo la relación entre la traducción castellana de la Teseida e íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana. Esta relación tiene su principal fundamento en la propia obra literaria del Marqués, donde podemos encontrar reminiscencias seguras de su lectura de esta obra de Boccaccio. La primera huella de esta lectura, apuntada ya por Arce y por Gómez Moreno y Kerkhof, la encontramos en la estrofa IX de El sueño: E más vya que sonava en un gracioso estormente, non cuidoso, mas plaziente, e dulcemente cantava. En tal guisa me fallava o como quando a Theseo increpava Periteo, porqu'en Sigia reposava62. El episodio tiene su correlato en la estrofa 4 del Libro II de la Teseida: Nel qual da una parte solo stando, gli parve seco con viso cruccioso, tener per man Peritoo ragionando, dicendo a lui: "Che fai tu ozioso con Ipolita in Scizia dimorando, sotto amore offuscando il tuo famoso nome? Perché in Grecia oramai non torni, ove più gloria avrai assai?"63 Parece difícil negar la proximidad temática de ambos pasajes y la dependencia argumental del uno sobre el otro.
62
Vid. Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Obras completas, estrofa IX, vv. 65-72.
63
G. Boccaccio, Teseida, ed. cit., p. 51.
ed. cit., p. 118,
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La segunda alusión se encuentra en las glosas a los Proverbios, concretamente en la glosa a la estrofa 54 que, dada su importancia, nos permitimos reproducir en su totalidad: Vagnes, assi como dize Estadio en el libro de la "Thebayda"; en el qual recuenta la guerra de Thebas e de Argos - e assi mesmo lo verifica Armenio Boloñés en el libro de la "Fiorita"-, muger fue de Tideo, el buen cavallero, e fija de Adastro, rrey de Argos; la qual assi fue principalmente havida entre las argianas, que fueron a Creonte a le suplicar las quisiesse dar los cuerpos de sus maridos e de los otros parientes suyos que fueron muertos en la batalla de Thebas contra Etheocles, fijo de Edipo e nieto de Layo, de linage de Cadino para los sepultar. E commo la tal petición le fuesse negada, ella con todas las otras fue en Athenas a Thesseo, que a la sazón era duque, e con tanta instancia e clamor recontó e quexó el su fecho, que ante que Thesseo entrasse en su ?ibdad, viniendo de la guerra de las amazonas, -assi como Johan Voca§io, poeta florentino, abondosamente lo recuenta en el su libro del Theseo- propuso e fizo voto de yr con todo su exérgito contra Creonte, ya sea que ante de todas cosas por sus mensajeros le requirió que le pluguiesse condescender a la honesta e lícita petición de las dueñas argianas. E commo fuesse denegado, él lo conbatió e lo mató, assi que los notables omnes de Argos, mediante la diligencia de la virtuosa Vagnes hovieron honrado sepulcro. E esta batalla donde fue Creonte muerto a manos de Theseo es comiendo del libro de Archita e de [Palemón], fervientes e grandes enamorados de Hemilia, hermana de Ypólito, del qual dexo de fablar así por quanto sería diffusa e larga narración, commo porque la tal estoria non faze al caso presente 64 . La cita merece que nos detengamos un poco en ella. Se preguntaban los editores de Santillana, tras localizar la fuente, si la Teseida y el Libro de Archita e de Palemón eran el mismo texto. Se trataría, en definitiva, de saber si el Marqués citaba una sola obra o dos. La duda de los editores no carecía de fundamento, ya que la existencia del manuscrito 7553 de la Biblioteca Nacional de Madrid, titulado, según los editores, Historia de Palemón y Emilia, avalaba la idea de que fueran dos obras distintas. Sin embargo creemos que se trata de un error porque, tal y como hemos apuntado arriba, el título que el Inventario da a ese manuscrito es en reali-
64
Cfr. Obras completas, ed. cit., pp. 244-245. La alusión ya fue apuntada por Farinelli, Italia e Spagna, op. cit., pp. 246 y ss.
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dad Historia de Egeo, Teseo, Palamón y Emilia, quedando de este modo perfectamente identificado con la Teseida. Farinelli daba también, aunque expresando su carácter de reminiscenze leggerissime, algunas coincidencias entre la Comedieta de Ponga y la Teseida. Por su parte Maximiliaan P.A.M. Kerkhof, en su edición de la obra, demostró que estas similitudes, al menos en el primer caso que vamos a ver, no eran tan lejanas. Veamos los ejemplos que da el erudito editor. El primero lo encontramos en la segunda estrofa, en los vv. 13-16: E vos, las hermanas, que cabe la fuente de Elicon fazedes continua morada, sed todas comigo en esta iomada, porqw'el triste caso denunzie e recuente65. Estos versos están tomados, casi al pie de la letra, de la primera estrofa del Libro I de la Teseida: O sorelle Castalie, che nel monte Elicona contente dimorate dintorno al sacro gorgoneo fonte66. El segundo ejemplo, de cuya relación con la Teseida no está muy seguro el editor, se encuentra en la estrofa 47, v. 370: Allí se fablaua del monte Pernaso e de la famosa fuente de Gorgón67. Esta "fuente de Gorgon" podría ser la misma a la que se alude en la estrofa de la Teseida citada anteriormente aunque, insistimos, el motivo también podría haberse tomado de otros textos. Otra alusión a la Teseida, ésta ya de nuestra cosecha, es la mención que se hace de las amazonas en la estrofa 15, vv. 115-116: 65
Vid. La Comedieta de Ponza, ed. crítica, intr. y notas de Maximiliaan P.A.M. Kerkhof, Groningen: Universidad de Groningen, 1976, p. 162 para el texto y 342 para la nota en la que el editor da cuenta de la existencia del manuscrito toscano (BNM, ms. 10271) en la biblioteca del Marqués. El texto de la edición de Kerkhof puede consultarse también en: Madrid: Cátedra, 1986, Madrid: Espasa-Calpe, 1987 y, junto con Á. Gómez Moreno, en la Obras completas ya citadas.
66
Vid. Teseida, ed. cit.
67
Vid. Marqués de Santillana, La Comedieta de Ponza, ed. cit., p. 206 para el texto y 376 para la nota.
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V. Campo - M. Rubio Árquez
Humanas son tigres e ñeras leonas con nueuos cadillos, e [virgo] piadosa aquella Elenessa, que a las amazonas pensó fazer libres, por lid sanguinosa. Debemos reconocer, no obstante, que desconocemos - y en la misma ignorancia se encuentra el editor- a quién puede referirse Santillana con "Elenessa". Por otro lado, y aunque el pasaje podría aludir al Libro I de la Teseida, estrofas 6-13, donde se narra cómo las amazonas matan a los varones del territorio, también es verdad que el pasaje pudo inspirarse en la lectura de la General Estoria Crónica
General
o en la
Primera
o en autores más alejados como Orosio, Herodoto o el propio
Homero, que también citan a las amazonas 68 .
68 No es este el lugar para tratar el complejísimo tema del origen y desarrollo del mito de las amazonas. El lector interesado podrá satisfacer su curiosidad con la consulta de los siguientes trabajos. Para el origen del mito, los estudios de C. Alonso del Real, Realidad y leyenda de las Amazonas, Madrid: Espasa-Calpe, 1967; F. M. Bennett, Religions Cults Associated with Amazonas, Nueva York: AMS Press, 1967; D. J. Sobol, The Amazons of Greek Mythology, New York: A.S. Barnes, 1973; J. Carlier-Détienne, "Les Amazones font la guerre et l'amour", L'ethnographie, 1980-81, pp. 11-33; P. Dubois, "On Horse/Men, Amazons and Endogamy", Arethusa, 12 (1979), ff. 35-49 y Centaurs and Amazons: Women in the Pre-History of the Great Chain of Being, Ann Arbor: University of Michigan Press, 1982; W. B. Tyrrell, "A view of the Amazons", Classical Bulletin, 57 (1980), pp. 1-5 y Amazonas: A Study in Athenian mythmaking, Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1984; A. Petit, "Le traitement courtois du thème des Amazones d'après trois romans antiques: Enéas, Troie et Alexandre", Le Moyen Âge, 1 (1983), pp. 63-84 y V. Acosta, Viajeros y maravillas, Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1993, 3 vols., en particular I, pp. 69-71. Para la influencia y desarrollo del tema en la literatura española: A. Rey y A. G. Solalinde, Ensayo de una bibliografìa de las leyendas troyanas en la literatura española, Indiana: Indiana University Press (Humanities Series, n° 6), 1942; C. Alonso del Real, "Amazonas y godos", Hispania, XCI (1963), de este artículo hemos consultado la edición exenta: Madrid: CSIC, 1958; M* Rosa Lida de Malkiel, Dido en la literatura española. Su retrato y defensa, Madrid: Tamesis, 1974, en particular pp. 60 y ss; F. Delpech, "La «Doncella Guerrera»: Chansons, contes, rituels", en Traditions populaires et diffusion de la culture en Espagne (XVI-XVII siècles), Bourdeaux: Presses Universitaires de Bourdeaux, 1981; E. Irizarry, "Echoes of the Amazon Myth in Medieval Spanish Literature", en Women in Hispanic Literature: Icons and Fallen Idols, ed. B. Miller, Berkeley-Los Angeles: University of California, 1983, pp. 53-66; C. Marín Pina, "Aproximación al tema de la Virgo Bellatrix en los libros de caballerías españoles", Criticón, 45 (1989), pp. 81-94; M. J. Sconza, "Dewriting the Woman Warrior: Visions of the Amazon Woman in Fifteenth Century Spanish Literature", en Modern Language Association, 1991; resumen en La Corónica, 20, 1 (1991), pp. 106-107 y T. Brandenberger, "El episodio amazónico del Libro de Alexandre. Fondo, fuentes, figuración", en Zeitschrift fur Romanische Philologie, 110 (1994), pp. 432-466.
Introducción
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Llegados a este punto la pregunta es obligatoria: ¿Se realizó la traducción de la Teseida de Boccaccio bajo el auspicio del Marqués de Santillana? Creemos que sí y basamos nuestra hipótesis -que así ha de considerarse el aserto- en dos hechos. Por un lado, resultaría cuando menos curioso que el único escritor castellano medieval que conoce y cita la obra y que, además, posee el también único códice en italiano de la misma no tuviera nada que ver con su traducción al castellano. El que la traducción no se realizara a partir del texto italiano de su biblioteca en nada contradice esto, ya que desconocemos el orden cronológico de los hechos, es decir, no sabemos, ni quizá podamos saber nunca, si primero poseyó el texto original y luego encargó la traducción o, por el contrario, primero tuvo la traducción y, a partir de la lectura de la misma, el manuscrito en toscano. Por otro lado, la ausencia de la traducción castellana en los catálogos que hasta hoy se han hecho de la biblioteca del Marqués69 no demuestra casi nada, ya que investigaciones como la de M. Penna, M.P.A.M. Kerkhof, P.M. Cátedra o Á. Gómez Moreno y Kerkhof70, tendentes a puntualizar aspectos de estos catálogos, nos obligan a plantearnos dichos intentos de catalogación como una labor en continuo proceso de renovación y cambio.
Por último, sobre el renacimiento del mito con el descubrimiento de América resulta imprescindible la consulta del trabajo de J.-P. Sánchez, Le mythe des Amazones du Nouveau Monde, Kassel: Reichenberger, 1991. 69
Nos estamos refiriendo, por orden cronológico, a los siguientes trabajos: "Biblioteca del Marqués de Santillana", apéndice que acompaña a la edición de José Amador de los Ríos de las Obras de don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Madrid: Imprenta de José Rodríguez, 1852, pp. 591-645; el ya citado trabajo de M. Schifi y R. Runcini, "La biblioteca del marchese di Santillana", Letterature Moderne, V i l i (1958), pp. 626-636. También conviene consultar Los libros del Marqués de Santillana, catálogo de la exposición que sobre la biblioteca del Marqués se celebró en la Biblioteca Nacional de Madrid en 1977.
70
Vid. del primero su introducción a la Exposición de la biblioteca de los Mendoza del Infantado en el siglo XV con motivo de la celebración del V centenario de la muerte de don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Madrid: Dirección General de Archivos y Bibliotecas (Biblioteca Nacional)-Istituto Italiano di Cultura-Patronato Menéndez y Pelayo, 1958; Maxim. P.A.M. Kerkhof, ed., Marqués de Santillana, Bías contra Fortuna, Madrid: Real Academia Española (Anejos del Boletín de la Real Academia Española, n° XXXIX), 1983, pp. 247-248; Pedro M. Cátedra, "Sobre la biblioteca del Marqués de Santillana: la Ilíada y Pier Candido Decembrio", Hispanic Review, LI (1983), pp. 23-38 y la introducción de Gómez Moreno y Kerkhof a su edición de las obras de Santillana, pp. XXIV-XXVIII.
V. Campo - M. Rubio Árquez
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Sabemos que no tenemos suficientes datos para la aseveración pero creemos que sí para la duda y ésta -ya lo dijo el sabio- es el principio de todo conocimiento. Quede aquí este complicado aspecto y pasemos a analizar otros.
4. Estudio de la traducción castellana71 La traducción castellana de la Teseida de Boccaccio, como todo producto literario, tiene dos vertientes básicas de estudio. Por un lado su contexto cultural, histórico y social. Cualquier intento de bosquejar, aunque fuera mínimamente, este contexto ocuparía bastantes más páginas de las que nos permite esta breve introducción. Si, además, este contexto debe bosquejarse sobre las complejísimas relaciones entre España e Italia durante el siglo XV se nos reconocerá que el empeño excede con mucho nuestras posibilidades e intenciones presentes. Sirva además de apoyo, y no de excusa, a lo que decimos que el lector cuenta ya con un panorama bibliográfico suficientemente amplio y de contrastado rigor científico como para que nos permitamos ahorrarle cualquier torpe resumen que pudiéramos intentar. Las relaciones entre la península itálica y los distintos reinos de la ibérica, los contextos históricos de ese intercambio y las principales coordenadas culturales del momento están allí recogidos, descritos y analizados. Bástenos, por todo ello, remitir al lector a las fuentes y no introducirle por pantanosos recovecos72. La otra vertiente de estudio es la exclusivamente filológica que, en este caso y sin eliminar por ello la posibilidad de otros acercamientos, hemos centrado en el problema de la traducción. El estudio de las traducciones medievales ha acaparado y sigue acaparando la atención de los estudiosos. Buena prueba de ello, por citar sólo dos ejemplos significativos, sería el incremento de trabajos sobre este tema presentados a los congresos de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval -compárese el número de
71
Un resumen de lo que decimos a continuación se puede leer en el trabajo de Marcial Rubio Árquez, "La traducción castellana de la Teseida de Boccaccio", Actas del VI Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Universidad de Alcalá de Henares, 12-16 de septiembre de 1995) (en prensa).
72
El lector interesado puede formarse un cabal conocimiento del contexto en el que nos movemos con la lectura del libro de Farinelli ya citado, del clásico trabajo de Ottavio Di Camillo, El Humanismo Castellano del Siglo XV, Valencia: Fernando Torres Editor, 1976 y los más recientes de Francisco Rico, El sueño del humanismo (De Petrarca a Erasmo), Madrid: Alianza Editorial, 1993; Ángel Gómez Moreno, España y la Italia de los Humanistas, op. cit. y Domingo Ynduráin, Humanismo y Renacimiento en España, op. cit.
Introducción
29
comunicaciones sobre este tema en las actas de los dos últimos congresos 73 - o la proliferación de publicaciones específicas sobre el tema74. No obstante, y por motivos parejos a los anteriormente expuestos, tampoco creemos que debamos plantearnos en este trabajo trazar, más allá de lo que exija la claridad argumentativa de nuestros razonamientos, un panorama sobre las teorías de la traducción en el siglo XV. La obligada brevedad de nuestro intento y lo que entendemos sería una falta de honestidad científica hacia nuestros predecesores, cuyos trabajos ocupan más de lo que nosotros podríamos aquí resumir, hacen que de nuevo remitamos al, esperamos, curioso lector a las fuentes75. 73
Vid. Actas del IV Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Lisboa: Ediçoes Cosmos, 1993, 4 vols, y Medioevo y Literatura. Actas del V Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Granada, 27 septiembre-1 octubre 1993), Granada: Universidad de Granada, 1995, 4 vols.
74
La nómina podría ser más amplia, pero bástenos citar los colectivos Fidus interpres. Actas de las primeras jomadas nacionales de historia de la traducción, eds., J.C. Santoyo Mediavilla et al., León: Universidad de León, 1988-89, 2 vols, y La traducción en España: ss. XIV-XV1, ed. Roxana Recio, León: Universidad de León (Anexos de Livius n° 1), 1995.
75
Los trabajos bibliográficos indispensables son los de H. Van Hoof, Internationale Bibliographie der Übersetzung/International Bibliography of Translation, Pullach bei München: Verlag Dokumentation (Handbuch der Internationalen Dokumentation und Information, n° 11), 1972; Literature and translation. New perspectives in literary studies with a basic bibliography of books on translation studies, ed. J.S. Holmes, J. Lambert y R. van den Broeck, Leuven: Academic publishing company, 1978 y J.C. Santoyo, Traducción, traducciones, traductores: Ensayo de bibliografía española, León: Universidad de León, 1987. Para la historia de la traducción resultan especialmente interesantes los de F.R. Amos, Early Theories of Translation, Nueva York: Columbia University Press, 1920; E.A. Nida, Toward a Science of Translating, Leiden: Brill, 1964; L.G. Kelly, The True Interpreter: A History of Translation. Theory and Practice in the West, Oxford: Blackwell, 1979 y F.M. Rener, Interpretatio: Language and Translation from Cicero to Tytler, Amsterdam-Atlanta: Rodopi, 1989. Más específicos sobre el período que aquí nos interesa son los de J. Monfrin, "Humanisme et traductions au Moyen Age", en Journal des Savants, juillet-septembre, 1963, pp. 161-190; G. Folena, "'Volgarizzare' e 'tradurre': idea e terminologia della traduzione dal medio evo italiano e romanzo all'umanesimo europeo", La traduzione. Saggi e studi. Centro per lo studio dell'insegnamento all'estero dell'italiano, Florencia: Lint, 1973; C.J. Wittlin, "Les traducteurs au Moyen Age: Observations sur leurs techniques et difficultés" Actes du XIIIe Congrès International de Linguistique et Philologie Romanes, ed. de M. Boudreult y F. Möhren, Quebec: Les Presses de l'Universtié Laval, 1976, II, pp. 601-611; G.P. Norton, "Humanist Foundations of Translation Theory (1400-1500). A Study of the Dynamics of the Word", Canadian Review of Comparative Literature, VIII (1981), pp. 173-203; C. Buridant, "Translatio medievalis. Théorie et practique de la traduction médiévale", Travaux de linguistique et littérature XXI (1983), pp. 81-136; P. Chavy, "Les traductions humanistes", L'Époque de la Renaissance 1400-1600. Premier volume: LAvènement de l'Esprit nouveau, publié sous la direction de T. Klaniczay, E. Kushner y A.
30
V. Campo - M. Rubio Árquez
En un brillante e iniciático trabajo, Margherita Morreale planteaba que Todo intento de caracterizar la traducción medieval en sus distintas fases ha de proceder simultáneamente por dos caminos: cotejando los textos traducidos con sus originales y elaborando una teoría de la traducción76. Estos caminos han sido los que hemos intentado seguir en nuestra edición y, tambijén, en el estudio de la traducción que a continuación afrontamos. Comencemos por la datación de la traducción, intentando fijar una fecha más exacta de la que nos da el Inventario de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, que data el texto en el siglo XV. Para este fin son muy útiles los datos lingüísticos que nos proporciona el texto. En efecto, el empleo de artículo ante posesivo, como en la expresión "el su reino", el uso de formas verbales como "pudierdes", "descargués", "serié", y un largo etcétera de palabras cuya primera aparición se da en este período, sitúan nuestra traducción a finales de la primera mitad del siglo XV77. Por otro lado si, como esperamos haber demostrado, el Marqués de Santillana fue promotor y, también, lector de la traducción, las citas que de la Teseida encontramos en sus obras nos ayudarán a fijar la fecha de la traducción. Recordemos que éstas se hallaban en El Sueño, de hacia 1430, en la Comedieta de Ponga, de 1436 y en las glosas a los Proverbios, de 1437, fechas que coinciden con lo que acabamos de aventurar. Stegmann, Budapest: Akadémiai Kiadó, 1988, pp. 485-494; el colectivo Traduction et traducteurs au Moyen Age. Actes du colloque international du CNRS organisé à Paris, Institut de recherche et d'histoire des textes les 26-28 mai 1986, textes réunis par G. Contamine, Paris: Éditions du CNRS, 1989. En cuanto a la España medieval resultan imprescindibles los trabajos de M. Morreale, "Apuntes para la historia de la traducción en la Edad Media", en Revista de Literatura, XV (1959), pp. 3-10; P.E. Russell, "Translators and Translation, 1400-1500", La Coránica, X (1981), pp. 68-70 y Traducciones y traductores en la Península Ibérica (1400-1500). Monografies de Quaderns de Traducció i Interpretació, 2. Bellaterra, Barcelona: Escuela Universitaria de traductores e intérpretes: Universidad Autónoma de Barcelona, 1985; T.S. Jr. Beardsley, Hispano-Classical Translations Printed Between 1482 and 1699, Duquesne Studies, Philological Series, 12, Pittsburgh: Duquesne University Press, 1970 y "La traduction des auteurs classiques en Espagne de 1488 a 1586, dans le domaine des belles-lettres", L'Humanisme dans les lettres espagnoles, ed. A. Redondo, Paris: Libraire Philosophique J. Vrin, 1979; J.-M. Laspéras, "La traduction et ses théories en Espagne aux X V e et X V I e siècles", Revue des Langues Romanes, LXXXIV (1980), pp. 81-92. 76
Vid. "Apuntes para la historia de la traducción en la Edad Media", art. cit., la cita en p. 3.
77
Omitimos aquí dar más ejemplos. El lector puede encontrar en las notas al texto toda la argumentación que aquí resumimos y la bibliografía al respecto.
Introducción
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En cuanto al traductor, nada sabemos de él y todo lo que podamos decir son conjeturas más o menos afortunadas. Al contrario de lo que ocurre en otras traducciones medievales, donde el autor coloca al principio un excurso sobre las dificultades de su labor, teorizando sobre la misma y, en algunos casos, dándole autoría, en la traducción de la Teseida no aparece nada de esto. La traducción comienza no ya en el principio de la obra - d e hecho se han eliminado la dedicatoria y varias estrofas preliminares del texto italiano-, sino donde su autor considera más adecuado, atendiendo más a fundamentos arguméntales que a la propia fidelidad al texto. De todo ello hablaremos después. Lo que nos interesa ahora destacar es la imposibilidad manifiesta de saber quién realizó la traducción, teniendo que conformarnos con saber, y ello con dudas, que pertenecía a la corte literaria que se formó alrededor del Marqués de Santillana78. Ante tan desolador panorama, sólo contamos con los datos que aporta la propia traducción del texto de Boccaccio. Pasemos sin más dilación al estudio de la misma. Las teorías sobre la traducción en la Edad Media se basaban esencialmente en lo estipulado por San Jerónimo, que a su vez recogía la tradición anterior, principalmente Cicerón y Horacio. En su epístola a Pamaquio San Jerónimo establece los dos modos entre los que se debatirán las traducciones medievales: ad sententiam o ad verbum, esto es, y simplificando, atendiendo al sentido o siguiendo el texto palabra por palabra 79 . Sin embargo, y como demuestran los estudios sobre traducciones específicas, a la hora de la verdad cada traductor realizaba su trabajosa labor con criterios más amplios y eclécticos. El anónimo traductor de la Teseida de Boccaccio debió pertenecer a este tercer grupo. Podríamos alegar aquí pasajes en los que su traducción se ajusta con bastante rigor al texto italiano del que traducía y también, y en igual número, casos en que su traducción es mucho más libre y anárquica 80 . Sin embargo, los ejemplos de uno y otro criterio no sirven para caracterizar en su totalidad esta traducción. Por el contrario son tres los recursos que, utilizados por el traductor a lo largo de toda
78
Sobre este ambiente literario, además de los trabajos ya citados de Schiff, Alvar, etc., puede consultarse ahora J. Rubio Tovar, "Traductores y traducciones en la Biblioteca del Marqués de Santillana", Medioevo y Literatura. Actas del V Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, op. cit., IV, pp. 243-251.
79
Vid. P. Russell, Traducciones pp. 26 y ss.
80
Pueden rastrearse ejemplos en las notas que acompañan al texto.
y traductores
en la Península Ibérica (1400-1500),
op. cit.,
32
V. Campo - M. Rubio Árquez
su labor, nos sirven para catalogar su trabajo. Estos recursos son los que denominamos supresión sistemática, supresión puntual y resumen. La supresión sistemática consiste en la eliminación por parte del traductor de toda una serie de elementos del texto italiano que realizan en cada una de sus apariciones la misma función. Así, se eliminan la dedicatoria en prosa a Fiammeta, el soneto preliminar que sirve de argumento de todo el texto, los sonetos que acompañan a cada libro -doce en total- y que son resumen de los mismos y las dos composiciones que cierran el texto: un soneto en el que el autor pide a las musas que lleven el libro a su amada Fiammeta y unos versos en los que las musas responden al poeta. No creemos, aunque sería lícito pensarlo, que la causa de esta supresión la podamos encontrar en aspectos textuales, ecdóticos, tales como la falta de estos mismos elementos en el texto del que se realizó la traducción 81 y sí, por el contrario, en otros factores que veremos más adelante. El segundo recurso es el que denominamos supresión puntual. Se trata de la eliminación de ciertas estrofas en razón de su funcionalidad y operatividad dentro del texto, del argumento o trama de la obra. El siguiente cuadro puede dar una idea de lo que decimos. Junto con el número del libro y del capítulo de la edición de Roncaglia damos un breve resumen del argumento de la estrofa o estrofas suprimidas: I, 1-5: Invocación y prólogo. I, 14-15: Conexión argumental con la Tebaida (14) y con las aventuras de Teseo (15). I, 65: Alusión mitológica. I, 76: Las amazonas, vencidas por los guerreros de Teseo, abandonan el campo de batalla. I, 84: Alusión mitológica. I, 136-7: Presentación de Emilia. III, 1-2: Invocación mitológica comparando lo narrado con la Tebaida (1). Invocación a las musas para que le ayuden a narrar su historia (2). III, 5-7: Preámbulo introductorio del episodio del enamoramiento de los protagonistas. Alusiones mitológicas de la llegada del amor y la privamera.
81
Hemos comprobado que el ms. 10271 de la Biblioteca Nacional de Madrid, el texto en toscano, presenta alguna de estas supresiones. En concreto, además de carecer de aproximadamente un folio de la dedicatoria, prosifica el soneto que resume el argumento de toda la obra y elimina dos composiciones al final de la misma. Creemos, no obstante, que en este caso sí se trata de un problema ecdótico.
Introducción
III, 16: III, 25: III, 27: III, 43: III, 60: III, 69: IV, 1: IV, 19: IV, 28: IV, 30: V, 2-4: V, 12: V, 50: V, 54: V, 67: V, 99: V, 103: VI, 1-5: VI, VI, VI, VI,
17: 20: 24: 26:
VI, 31-2: VI, 44: VI, 52-4: VI 60-1: VI, 63: VII, 29-35:
VII, 37-8:
33
Alusión mitológica. Razonamiento de cómo al hombre es necesario amar, ya que hasta el mismo Apolo lo hace. Comparación entre los suspiros amorosos y Eolo. Alusión mitológica. Descripción del sentimiento de Palamón por la partida de Arcita. El recuerdo de Emilia le impide a Arcita abandonar la prisión sin pena. Descripción mitológica de la tempestad que sufre Arcita cuando deja Atenas. Estado físico de Palamón y cómo disimula sus penas para que su belleza exterior no se deteriore. Continúa la descripción física comenzada en la estrofa 27. Preocupaciones de Penteo sobre el estado de Emilia. Pesar de Palamón por su amigo Arcita y por su amada Emilia. Palamón se pregunta sobre su capacidad de atacar a Arcita. Disputa entre Palamón y Arcita por el amor de Emilia. Palamón reta a Arcita. Arcita golpea a Palamón dejándole inconsciente. Comparación del estado de una rosa abatida por los vientos con el de Palamón y Arcita tras el discurso de Teseo. Amanecer mitológico. Resumen valorativo de Boccaccio sobre todo lo narrado y cómo la fortuna ha cambiado la situación de los tebanos. Descripción del caballo de Peleo y de sus aparejos. Descripción de la llegada del rey Niso. Continúa la descripción de Menelao. Descripción del grueso de las tropas que tomarán parte en el combate. Continúa la descripción de Néstor. Descripción de la llegada de Ulises y de Diómedes. Descripción de la llegada de Ida pisano. Alusiones mitológicas. Descripción de la llegada de Erisitón. Estado de Marte -ocioso- cuando Arcita comienza su plegaria (29). Descripción pormenorizada de la mansión de Marte y de las connotaciones mitológicas de la misma (30-35). Descripción del templo de Marte.
34 VII, 51-67: VII, 82: VII, 91-2: VII, 97: VII, 106-7: VII, 114-20: VII, 123-7: VII, 140-1: VII, 144: VIII, 2-5: VIII, 8-9: VIII, 25: VIII, 34: VIII, 37: VIII, 44-5: VIII, 49-50: VIII, 59-60: VIII, 69: VIII, 73-5: VIII, 77: VIII, 93: IX, 29: IX, 35-6: IX, 47: IX, 61-2: IX, 71: X, 3: X, 8: X, 25: X, 40-1: X, 54-5: X, 88: X, 92: X, 102: XI, 12:
V. Campo - M. Rubio Árquez Descripción de la mansión y del templo de Venus. Emilia interroga a Diana sobre el resultado de la batalla. Vaticinio sobre el resultado de la batalla. Descripción de los guerreros: aspecto, armas, etc. Comparación entre la situación de los guerreros antes de la batalla y la de una cacería. Entrada de Arcita y Palamón en el teatro o campo de batalla. Monólogo que Arcita dirige a Emilia. Continuación de la arenga de Arcita a sus combatientes. Descripción del aspecto de Arcita. Comparaciones mitológicas. Comparación mitológica. Razones de la ausencia de Cástor y Pólux en el asedio de Troya. Alusiones a Ditteo, Rifeo, Míntore, Astragón, etc. Resumen final de cómo fue preso Minos. Alusiones a Sicheo y Evandro. Descripción del ánimo de Peleo tras su derrota. Descripción del modo de combatir de Ida pisano. Continúa la descripción de la batalla. Descripción de los combates de Ameto. Descripción de la derrota de Periteo. Emilia contempla la batalla con ánimo viril. Atardecer mitológico. Descripción del botín. Final de la descripción de la entrada de Arcita en Atenas. Descripción del regreso de los compañeros de Palamón. Descripción del anillo y del cinturón que Emilia da a Palamón. Suprime la estrofa por ser en su contenido idéntica a la X, 4. Comparación mitológica. Descripción de cómo Febo sirvió a Ameto. Alusiones mitológicas. Parlamento del moribundo Arcita cuando ve a Emilia. Descripción del dolor que sienten los protagonistas. Amanecer mitológico. Lamentación de Arcita por no poder demostrar la perfección de su amor. Comparación mitológica.
Introducción XI, 18-29: XI, 35-7: XI, 46: XI, 55: XI, 57: XI, 59-68: XI, 71-88: XII, 9: XII, 13: XII, 25-6:
XII, XII, XII, XII, XII, XII,
54-5: 58: 60: 63-4: 69: 84-5:
35 Descripción de la hoguera en la que ha de ser quemado el cuerpo de Arcita. Ofrendas que al túmulo dan Teseo, Palamón y el resto de héroes que ha participado en el combate. Descripción del estado lamentable en el que queda Emilia. Final de la descripción del torneo fúnebre que se hace en honor de Arcita. Descripción de cómo la hoguera convierte el cuerpo de Arcita en cenizas. Honores que reciben. Descripción de los juegos fúnebres en honor de Arcita. Descripción de los gravados que se hacen en el templo para eterna memoria de la historia de Arcita. Son todos alusiones mitológicas. Disertación sobre el valor demostrado por los guerreros. Disertación sobre cómo dejarse llevar por las penas es locura. Se narra cómo los dioses son testigos de lo que Palamón quiso a Arcita y se argumenta como locura de amor el enfrentamiento de Palamón con Arcita. Descripción del cabello, corona y frente de Emilia. Descripción de las mejillas de Emilia. Descripción del mentón de Emilia. Final de la descripción de Emilia. Su edad. Descripción de la boda entre Emilia y Palamón. Palabras del autor a su libro.
El cuadro anterior, de forma más resumida, nos da los siguientes números de estrofas suprimidas: LIBRO ESTROFAS VERSOS I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII
12 0 11 4 9 18 46 21 6 10 47 13
96 0 88 32 72 144 368 168 48 80 376 104
197
1.576
V. Campo - M. Rubio Árquez
36
Se observa que si en el primer grupo las estrofas respondían a una labor consecuente que debe llevarse a cabo de principio a fin de la obra, en este segundo grupo la eliminación responde a factores subjetivos o personales, ya que predomina la labor lectora del traductor, que elimina aquello que él mismo, como lector de la obra, no considera necesario. Pero, ¿qué es lo que se suprime? El escueto resumen que hemos dado a continuación de cada estrofa eliminada nos puede dar una clara idea. Podríamos decir, por evidente, que se ha eliminado -permítasenos la reiteración- todo aquello que el traductor no considera imprescindible para el buen entendimiento de la obra, pero la obviedad de la respuesta, a pesar de su certeza, solaparía aspectos fundamentales para entender la génesis de la traducción, su razón última. Repasemos brevemente las supresiones intentando encontrar las generalizaciones que nos permitan agruparlas por clases. Un primer grupo, el más numeroso sin duda, estaría formado por aquellas estrofas que se eliminan por contener alusiones y comparaciones mitológicas, pero no sólo se eliminan aquéllas que por su complejidad requerirían del lector un enorme caudal de conocimientos sobre el tema, sino también las más fáciles y evidentes. Un segundo grupo lo formarían las estrofas que funcionan como vaticinios o anticipos del desenlace final de la obra, tal es el caso de VII, 91-2, o las que tratan un aspecto sobre el que se volverá después. Ejemplos de esto último los encontramos en las estrofas IV, 30 y X, 3. Por último, el tercer grupo englobaría las estrofas meramente descriptivas, numerosísimas en el texto, que nuestro traductor considera irrelevantes e innecesarias. El tercer y último recurso que emplea el anónimo traductor es el resumen. Entendemos por tal tanto la reelaboración abreviada de una estrofa como la supresión de varios versos de la misma. Damos a continuación una relación - l a enumeración podría ser más extensa, pero preferimos dar solamente los ejemplos más clarosde este procedimiento y posteriormente analizaremos tres ejemplos de forma más detenida: I, I, I, I,
52 53 54 59
I, 93 I, 109
Resumen de seis versos que describen la batalla. Sólo se traduce el primer verso. Se eliminan tres versos que recalcan la crudeza de la batalla. Se eliminan seis versos en los que Teseo sigue recriminando a Mares su falta de apoyo. Supresión de tres versos. Supresión de siete versos con una amplificatio del último.
Introducción
I, 110 I, 133 I, 134 11,3 II, 20 II, 65 II, 70 III, 10 III, 29 III, 35 III, 38 III, 40 III, 41 111,44 III, 66 IV, 25 IV, 46 IV, 69 IV, 72 IV, 73 IV, 74 IV, 76 IV, 77 IV, 86-87 V, 10 V, 15 V, 17
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Se traducen y amplían los dos primeros versos y el resto de la estrofa se elimina. Supresión de varios versos. Se eliminan siete versos en los que se narra la consagración del nuevo matrimonio a Venus, Himeneo, etc. Se suprimen seis versos que describen un locus amoenus. Se suprimen tres versos donde se recalca la alegría que reina en Atenas. Se reelabora y resume. Se eliminan tres versos que aluden a la Tebaida de Estacio. Se eliman varios versos superfluos sobre la belleza de Emilia. Se suprime la insistencia del narrador sobre la vanidad de las mujeres. Sólo se traduce el primer verso. Muy reelaborada, haciendo así de introito para la siguiente estrofa. Se elimina parte de la intervención de un personaje. No se traduce parte de la respuesta de los dos amantes. Se suprimen las alusiones mitológicas al invierno. Se eliminan las referencias mitológicas a la historia de Tebas. Se suprime la insistencia del narrador sobre la tristeza de Arcita. Se elimina una alusión a Anfrisio y a Ameto. Se suprime la reiteración del narrador sobre la muerte como único remedio para el sufrimiento amoroso. Se elimina la descripción mitológica del atardecer. Se suprimen alusiones mitológicas a la grandiosidad de Júpiter y la belleza de Emilia. No se traduce una nueva alusión a la belleza de Emilia. Se elimina una petición que Arcita hace a Venus para que Emilia sienta lo mismo que él. Se suprime la invocación a Febo para que le otorgue el mismo favor que ha pedido a Venus. Se resumen, reelaboran y unifican las dos estrofas. Se suprimen varios versos en los que Palamón calibra sus posibilidades de salir de la cárcel. Se acorta el parlamento de Palamón. Se suprimen las diversas maneras que encuentra Pánfilo para que su amo, Palamón, escape de la cárcel.
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V, 29 V, 34 V, 76 V, 79 VI, 28 VI, VI, VI, VI, VI,
35 36 38-9 46 47
VI, 50-1 VI, 56 VI, 59
VI, 62 VI, 64 VII, 24 VII, 94 VII, 100 VII, 101 VIII, 51 VIII, 82 VIII, 84 VIII, 101 VIII, 107 VIII, 121
Se elimina una extensa alusión mitológica para describir el cielo estrellado. Se elimina la descripción del paisaje. Se resume la enumeración de las armas destruidas en el combate. Se suprime la descripción del arco, del carcaj, etc. Se elimina una alusión mitológica sobre el sonido del caballo al galopar. Se suprimen las razones de la venida de Evandro a la batalla. No se traduce el origen del maravilloso cuero que lleva el héroe. Se suprime parte de la descripción del escudo de Evandro. Se elimina una alusión a Andrógeo, hijo de Minos. Se suprime la alusión al carro de Sarpedón y la llegada de su hermano Radamante. Se resume la descripción de la entrada de Minos en Atenas. Se suprime una alusión al centauro Irim, a Pegaso y a la fuente Castalia. Se suprimen las alusiones a lugares concretos -río Ismeneo, monte Citerón, etc.- que aparecen en el texto italiano y se cambian por la abstracta denominación de "cuevas de las montañas". Se eliminan los detalles sobre la historia de Leandro. Se sintetiza el tópico de la brevitas que Boccaccio expone en esta estrofa. Se elimina gran parte de la invocación a Marte. Se resume el amanecer mitológico. No se traducen varios versos que contienen la pregunta que hace Teseo sobre dónde están los cien combatientes de cada parte. Se suprime la alusión al gran estruendo que hacen las escuadras de combatientes al llegar al campo de batalla. Se elimina la petición que Ameto hace a Apolo para que le ayude en la batalla. No se traducen los cuatro primeros versos que contienen una relación de los personajes que combaten. Se suprime una queja de Erimeteo. Se elimina una invocación a Júpiter. No se traduce la cita de Pegaseo y Asopo, nombres que se dan Arcita y Palamón cuando entran en combate. Se suprime la comparación entre la fiereza de un caballo y la del dragón o la leona.
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IX, 5 IX, 31 IX, 48 X, 27 X, 79 X, 84 X, 86-7 X, 101 X, 106 XI, 5 XI, 40 XI, 43 XI, 44 XI, 47 XI, 51 XII, 10 XII, 76
Se elimina la descripción de los ropajes de Erinis. No se traducen varias alusiones mitológicas. No se describe la alegría del pueblo ateniense por la llegada triunfal de Arcita. No se desarrollan los méritos de Arcita. No se traduce la petición que hace Emilia de morir con Arcita. Se suprimen las quejas de Emilia sobre los mortecinos besos de Arcita. Se eliminan varias alusiones mitológicas. No se traduce la alusión a Aqueronte y sus tristes sombras. Se elimina la comparación entre Arcita y Peleo. Se suprime la invocación de Emilia a Júpiter. Se elimina la llegada de Palamón, Egeo y Teseo acompañando al cuerpo de Arcita. Se deja sin traducir la referencia a los cantos funerales que se escuchan como al parlamento de Emilia. Se elimina la comparación entre la forma de marchitarse Emilia y la de una rosa. Se suprime la recriminación que Palamón hace a los dioses. Se elimina la descripción de Palamón y Emilia rezando delante de la hoguera funeraria. No se traduce una enumeración de las diversas maneras en que se puede morir. Se eliminan algunos detalles eróticos del texto.
Entresaquemos de esta relación los tres ejemplos que nos parecen más significativos y esclarecedores de este proceder. El primero lo encontramos en la II, 54. Los vv. 4-6 de dicha estrofa: cavalier tutti gridavano: "O Marte, or si parranno li tuoi colpi duri, ora conoscerassi la tua arte!" son traducidos por la escueta frase "todos a Mares llamando", suprimiendo así todo connotación retórica. Otro ejemplo lo encontramos en IV, 90. Se describe cómo Pánfilo, servidor de Palamón, reconoce a Arcita al sorprenderle llorando sus males: E fra se stesso si fu ricordato chi fosse Arcita, e udi che Penteo
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40 nel suo ramaricar s'era chiamato, per che tantosto lo riconosceo, e molto seco s'è maravigliato com'elli avea la grazia di Teseo: non disse nulla, ma ver la prigione se ne tornò per dirlo a Palemone.
Esta estrofa, que intenta plasmar lo graduai del reconocimiento, se resume con la frase "e todas las palabras en sí comprehendió". Igual ocurre en el tercer y último ejemplo que vamos a ver. Se trata de la estrofa VIII, 13, una enumeración de los héroes que intervienen en la batalla con pequeños datos geográficos sobre su origen: Cremiso quivi, in Elicona nato, e Parmenon, che l'onde d'Ismeneo tutte sapeva, e con lor Polimato, questo vedendo, incontro di Fegeo d'Anteadon sceser, ch'era dismontato, e con lui il teumesio Alfesibeo, per lo lor Palemón volere atare e, se potesser, Arcita pigliare. El traductor sintetiza la totalidad de la estrofa con la expresión "con ciertos de su parte que estavan a pie", suprimiendo así toda alusión mitológica. ¿Qué conclusiones podemos extraer de estos procesos? La primera y más evidente es que el traductor no parece tener gran respeto al texto italiano que traduce. Aunque estamos seguros de que algunas supresiones, resúmenes o modificaciones que realiza debieron estar en el original italiano del que traducía 82 , la mayoría de estos cambios, no obstante, han sido realizados por su labor traductora. En este sentido podría hablarse de versión y no de traducción, sino fuera porque, pese a todo, la traducción y el texto original, como esperamos que se vea en nuestra edición, guardan vínculos insoslayables. Sin embargo, la falta de fidelidad ante el texto italiano y, quizá por ello, la vaga sensación que tenemos al leer la traducción de que se está intentando crear algo original y nuevo nos puede inducir a pensar que el traductor intenta apropiarse de 82
Este aspecto, la falta de escrúpulos filológicos a la hora de elegir el manuscrito base de la traducción, ya fue citado por Russell como una de las características de los traductores hispánicos. No es extraño, entonces, que nuestro traductor se encuentre entre ellos. Vid. P. Russell, Traducciones y traductores en la Península Ibérica (1400-1500), op. cit., p. 10.
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la obra del certaldés haciéndola pasar por suya 83 . En efecto, en la traducción se ha suprimido todo aquello que pudiera apuntar a su verdadero autor: dedicatoria, sonetos a las musas, etc. Además en ningún lugar -ni siquiera en las encuademaciones, como ya hemos visto- aparece el título que su autor le dio y, por el contrario, le son adjudicados los más dispares. Pese a estos motivos - y otros cuantos que podrían alegarse- creemos que debemos abandonar esta idea. Primero porque, no debemos olvidarlo, estamos en el siglo XV y parece algo difícil que, varios siglos antes de la eclosión personalista del Romanticismo, alguien intentara plagiar o hacer pasar por suya una obra. Además, parece un contrasentido que el anónimo traductor quisiera hacer pasar la obra por suya cuando ni siquiera la firma. Recordemos que la traducción se nos presenta anónima y limpia de toda divagación teórica o alusión a las circunstancias en que fue preparada. Creemos que con lo dicho basta para desechar esta suposición que tiene una fundamentación más sencilla. En efecto, la explicación al supuesto enigma, contando con todos los elementos que hemos ido describiendo y analizando en este prólogo, resulta menos complicada. El primer elemento que hemos de tener en cuenta es que la traducción de la Teseida, como tantas otras traducciones del siglo XV, se habrá realizado a expensas de un noble o personaje importante que, de una u otra manera, habrá patrocinado esta labor. Ya hemos apuntado que ese patrocinador pudo ser el Marqués de Santillana, poseedor y lector de un códice de la obra en italiano. Pues bien, de ser ciertas estas suposiciones, es decir, que el destinatorio de la traducción fuera el Marqués de Santillana, quedarían explicadas gran parte, si no todas, de las peculiaridades de la traducción. En primer lugar se explicaría la gran cantidad de texto que no se ha traducido, ya que el Marqués, por su conocimiento del italiano, no necesitaría tanto una traducción fiel y completa de la obra, como un resumen de lo principal de la misma. Este resumen que, hemos de admitirlo, se realiza con total eficacia y cumple perfectamente su misión, podría tener la finalidad de ser una preparación previa a la lectura del texto italiano o bien, por el contrario, servir para relecturas recordatorias una vez leído el texto en su lengua original. También quedaría explicada la ausencia de título y autor, ya que la inmediatez de la labor, es decir, la pronta utilización de la obra por parte del destinatario, harían prescindibles, por conocidos, estos datos. Aunque con carácter general podemos afirmar que todas las traducciones del XV se hacen por encargo de un gran señor, en el caso que estudiamos tal encargo sería tan directo y evidente que me83
Así parecen insinuarlo González Rolán y Saquero, art. cit., p. 38.
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diatizaría toda la labor traductora, absolutamente dirigida, al menos de una forma inconsciente, por el destinatario de la obra. Por último, se entendería mejor la transformación que sufre la obra en el proceso de traducción: del brillante verso de Boccaccio pasa a un aceptable estilo en prosa. Debemos pensar que una traducción con una finalidad más literaria, que atendiera más a los aspectos estéticos que a los semánticos, habría utilizado el verso, máxime cuando estamos ante dos lenguas tan relativamente cercanas como el italiano y el castellano, lo que hace que sea más fácil trasladar aspectos tan consustanciales al verso como son el ritmo o la rima. Pero si se trataba de acercar la obra a un lector con conocimientos suficientes de italiano, el intento versificador era inútil, ya que el destinatario era capaz de captar, además en su lengua original, toda la belleza de los versos sin necesidad de intermediarios. No sería la Teseida castellana el único caso que encontramos en la Edad Media de este tipo de traducción. Quizá el más conocido por mejor estudiado sea la traducción que Enrique de Villena hizo de la Divina Comedia, también dirigida al Marqués de Santillana. José Antonio Pascual, en su exhaustivo estudio sobre la traducción, llegó a la conclusión, por motivos parecidos a los nuestros, de que la misma se había realizado como un texto auxiliar que sirviera de acceso al original84. La existencia de este precedente que, además, está dirigido también al Marqués de Santillana, justifica, creemos que sobradamente, nuestra hipótesis sobre la finalidad de la traducción. Pero además, como señala Wittlin, este método de traducir no es exclusivo de la Península, sino que se extiende por toda Europa, pudiendo considerarse una práctica común de los traductores: Traduire du latin classique ou d'une langue non-romane est beaucoup plus difficile. Si le traducteur ne peut s'appuyer sur quelque version déjà faite, ou sur quelque expositio scolaire, il est bien probable qu'il se limite à indiquer seulement les idées générales, à suivre les lignes principales, tout en glissant sur les détails: en évitant les difficultés il refait le texte; il adapte et imite plutôt l'original qu'il ne le traduit. Ces adaptations ont un certain air de Renaissance, vu que les frontières entre l'Antiquité et le moyen âge y disparaissent; elles frayaient le chemin aux traductions postérieures,
84
Vid. La traducción de la «Divina Comedia» atribuida a don Enrique de Aragón. Estudio y edición del Infierno, Salamanca: Universidad de Salamanca, 1974, en particular pp. 28 y ss.
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plus littérales, facilitant le travail aux traducteurs humanistes pour qui ees anciens textes devenaient des objets d'étude 85 . En efecto, esta manera de proceder encuentra su fundamento teórico unos decenios más tarde con la obra de uno de los principales teóricos sobre la traducción: Luis Vives. En las diversas obras que dedicó a los problemas de la traducción, Vives estableció tres tipos para las mismas, de los cuales nos interesa especialmente aquel en el que solus spectatur sensus86. En éste, según Vives, le es lícito al traductor omitir aquello que a su entender no es importante para el entendimiento de la obra, exactamente el mismo proceder que encontramos en el anónimo traductor de la Teseida. No ignoramos, a estas alturas de nuestro trabajo, que son muchos los aspectos que no hemos tratado. Tampoco era nuestra intención agotar todas las vías de aproximación a la traducción castellana de la Teseida. Por el contrario, nuestro objetivo primordial era dar a conocer la obra en un texto filológicamente fiable para que estudios posteriores pudieran profundizar tanto en los aspectos aquí tratados, como en los que inevitablemente han quedado fuera de estas páginas. Si hemos cumplido este propósito nos sentiremos satisfechos.
5. Criterios de edición El texto de la obra objeto de nuestra edición ha llegado hasta nosotros en dos manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid. Siendo uno copia del otro, como esperamos haber demostrado, nuestra edición se basa en el que consideramos codex optimus, esto es, el manuscrito 1537, al que denominamos A. Este manuscrito, debido a la agresividad de la tinta empleada, presenta un importante número de folios en los que la lectura resulta muy difícil y, en algunos casos, materialmente imposible. Por ello, y efectuada la oportuna collatio, hemos tenido en cuenta las lecturas del manuscrito 7553, denominado B, tanto en aquellos pasajes en que A presenta esos deterioros materiales, como en los casos en los que las lecturas de B nos parecen más correctas. Nuestro proceder queda, en cualquier caso, palmariamente expresado en el aparato crítico que acompaña la edición. 85
Vid. Curt J. Wittlin, "Les traducteurs au moyen âge: observations sur leurs techniques et difficultés", art. cit., p. 602.
86
Vid. E. Coseriu, "Vives y el problema de la traducción", en Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Madrid: Gredos, 1977, pp. 86-102 y Pilar Elena García, "Luis Vives y la traducción", Fidus interpres, op. cit., I, pp. 172-176.
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Este aparato se indica en el cuerpo del texto con una numeración correlativa y la indicación de variante mediante su abreviatura, v, todo ello en superíndice. De este modo hemos intentado distinguir gráficamente las llamadas de notas a pie de página (p.e., ') de las indicaciones de existencia de una variante (p.e. lv ). Estas variantes se recogen al final de la edición. Por otra parte A presenta una serie de blancos, además de los reservados para las capitulares, que parecen señalar una división de la obra en capítulos. Hemos respetado estos blancos y les hemos asignado la función que creemos que les reservaba el anónimo traductor: la de separar la obra por capítulos, quizá por una vaga influencia de las divisiones del texto italiano del que traducía. Además de esta división en capítulos, señalada en la edición mediante numeración romana entre corchetes, nos ha parecido conveniente reconstruir la división en libros del texto italiano, aspecto éste no respetado por el traductor. También hemos indicado en superíndice y con corchetes (p.e. I1- '1, para libro y estrofa) la correspondencia entre la edición del texto italiano de Roncaglia y su traducción castellana. De esta manera el lector podrá calibrar por sí mismo la labor translaticia y manipuladora del traductor, a la vez que comprobará lo acertado o no de algunas de las afirmaciones que hemos expuesto en esta introducción. Creemos que esta labor de correspondencia, trabajosa, ingrata y de dudosa belleza gráfica, es imprescindible tanto para el estudio de las traducciones medievales como para la presentación final de este tipo de ediciones. Para las notas a pie de página con explicaciones mitológicas, además de utilizar los diccionarios y repertorios señalados en la bibliografía, nos hemos valido de la Genealogía deorum del propio Boccaccio, intentado de este modo dar al lector la relación entre el mundo mitológico de la Teseida y el que representa la Genealogía, verdadera enciclopedia de esta materia, cuyo uso literario se ha prolongado hasta fechas bien recientes. En cuanto a los criterios de transcripción hemos aplicado las siguientes normas. Para la acentuación, puntuación y mayúsculas seguimos lo indicado a este respecto por la Real Academia Española. También hemos regularizado la división de palabras según el uso moderno. Empleamos el apóstrofo para marcar la elisión de una vocal por fonética sintáctica. En los casos de a embebida que entorpecen el sentido recto del texto hemos optado por añadir dicha a entre corchetes.
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En cuanto a los criterios de transcripción fonética hemos intentado seguir los apuntados por la crítica a este fin87. De este modo mantenemos: las alternancias gráficas q/z, s/g-j, ex-/es-, -x-/-s-, j/x, s/?-c + e, i y la de b/v; a, e (haber) + participio; a + verbo temporal; ch como cultismo y los grupos cultos (-nct-, -pt-, etc.). Hemos modernizado en los siguientes casos: h por ultracorrección, h diacrítica, b con valor de u, qu-, y las alternancias i/j, u/v, y/i, ff-/f-, ss-/s-, rr-, R-, cons.+rr, r/cons.+ r, m/n delante de b/p, -y-/-j-, -mm-/-m- y 11/1. Esta edición, al menos en sus aspectos más positivos, debe mucho a algunas personas. Entre ellas, en primer lugar, al profesor Maximiliaan P.A.M. Kerkhof, de la Universidad de Nimega, tanto por la confianza puesta en nosotros al encomendarnos la edición de esta obra, como por sus continuos consejos filológicos y su inapreciable paciencia ante nuestros retrasos. También es de agradecer la inestimable ayuda de Juan Carlos Conde, de la Real Academia Española, que tuteló nuestros primeros pasos en esta labor editora y que posteriormente, con una demorada y no menos experta lectura del trabajo final, enriqueció notablemente nuestra edición. A Bautista Horcajada, también compañero en la Real Academia Española, le debemos tantos y tantos consejos de experimentado medievalista. Nuestro último agradecimiento es para todo el personal de la Biblioteca Nacional de Madrid, especialmente al de su Sección de Raros y Manuscritos, por su continua colaboración y constante apoyo. Galapagar, otoño, 1995 Victoria Campo - Marcial Rubio Arquez
87
Estas normas se han extraído de los siguientes trabajos: J. Barroso y J. Sánchez de Bustos, "Propuestas de transcripción para textos del XV y Siglos de Oro", en Estado actual de los estudios sobre el Siglo de Oro, (Actas del II Congreso Internacional de Hispanistas del Siglo de Oro, ed. M. García Martín et alia, Salamanca: Universidad de Salamanca (Acta Salmanticensia, 252), 1993, 2 vols., en particular, vol. I, pp. 161-178; J. Cañedo e I. Arellano, "Observaciones provisionales sobre la edición y anotación de textos del Siglo de Oro", en Edición y anotación de textos del Siglo de Oro (Actas del Seminario Internacional para la Edición y Anotación de Textos del Siglo de Oro, Pamplona, Universidad de Navarra, 10-13 de diciembre de 1986), ed. J. Cañedo e I. Arellano, ed., Pamplona: Universidad de Navarra-Institución Príncipe de Viana (Anejo de Rilce, n° 4), 1987, pp. 339-355; J. A. Pascual, "La edición crítica de los textos del Siglo de Oro: de nuevo sobre su modernización gráfica", en Estado actual de los estudios sobre el Siglo de Oro, (Actas del II Congreso Internacional de Hispanistas del Siglo de Oro, ed. M. García Martín et alia, Salamanca: Universidad de Salamanca (Acta Salmanticensia, 252), 1993, 2 vols., en particular, vol. I, pp. 37-57. Mientras, seguimos esperando la que ya sabemos importante aportación de P. Sánchez-Prieto Borja sobre este particular.
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Egeo, rey de Atenas y padre de Teseo, se casó dos veces sin lograr tener descendencia, por lo que consultó al oráculo de Delfos que le respondió: "No desates la boca que sale del odre de vino antes de que hayas llegado a lo más alto de la ciudad". De regreso, y al detenerse en Trecén, el rey Piteo comprendió el oráculo, embriagó a Egeo y le unió a su hija Etra. Al marcharse, Egeo encargó a Etra que si daba a luz un hijo le educase sin decir el nombre de su padre, pero dejó debajo de una roca sus sandalias y su espada para que, cuando fuese mayor y moviese la piedra, tuviese el medio de encontrar a su padre. Este niño era Teseo. Después Egeo se casó con Medea, con quien tuvo un hijo, Medo. Cuando tiempo después Teseo regresó a Atenas, Medea intentó engañar a Egeo para que le matase, pero éste le reconoció y expulsó a Medea y a su hijo, pasando a reinar Teseo. Boccaccio, Genealogía, X, 48, p. 610.
2
El DCECH atestigua el uso del verbo ser como estar o residir por influjo del latín. Por su parte, Rafael Lapesa apunta el uso del verbo ser para indicar situación local hasta el siglo XVII, vid. Historia de la. lengua española, Madrid: Gredos, 1984®, p. 400. No obstante, aquí puede tratarse de un calco de) texto italiano: Al ternpo che Egeo re d'Atiene era, fur donne in Scizia crude e dispietate.
3
El río Termodón baña la antigua comarca del Ponto, en el Asia Menor, y desemboca en el mar Negro. En sus orillas, según la tradición mitológica, se establecieron las amazonas, más exactamente en Temiscira, capital de la comarca. De hecho, el Marqués de Villena al explicar la historia de las amazonas en sus Glosas a la Eneida sitúa a las primeras amazonas en esta región, vid. Enrique de Villena, Traducción y glosas de la "Eneida". Libros /-//, edición y estudio de Pedro M. Cátedra, Salamanca: Diputación (Biblioteca Española del Siglo XV, 2), 1989, 2 vols., vol. I, pp. 187-190, en particular, p. 187. Todavía en el siglo XVI Pedro Mexía las situará en este lugar en los capítulos que dedica a narrar su historia, vid. Silva de varia lección, ed. Antonio Castro, Madrid: Cátedra, 1989-90, 2 vols., vol. I, pp. 244-252, y en particular p. 247. No obstante, en el texto italiano Boccaccio no alude exactamente ni al Termodón ni a Temiscira sino que sitúa a las amazonas de forma genérica in Scizia, y explica en sus propias glosas que la Escitia é un paese di lá da Costantinopoli, sopra il mare della Tana. Las sitúa, por tanto, aproximadamente en la misma zona, como se precisará un poco más adelante.
4
El traductor ha puesto el participio en masculino por la cercanía del sustantivo "varones", rompiendo la necesaria coherencia genérica con "dueñas".
G. Boccaccio
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un consentimiento e voluntad, deliberaron de gastar e turbar esta subjeción e fazerse libres por la manera que se sigue. 7*81 Mataron todos sus maridos y fecha así esta gran crueldad e nueva manera de señorear, bien como espantadas, ovieron su consejo e eligieron por reina de todas a Ypólita5. [I, 9] E amonestadas de su reina, la cual era llena de belleza y de toda mesura, non rehusando el cargo del señorío, puesto que fembra y aun delicada fuese, tal mandamiento hizo a cada una: que todo femenil pavor fuese alanfado, porque el su reino6 de toda dubda fuese seguro, e toda su fiuzia7 y esperanga fuese puesta en su fortaleza y virtud. I1- 10) Aquésta, así animosamente rigendo sus dueñas, haziéndoles tal mandamiento: que griego, nin tracio, ni otra generación8 entrar dexen, menos de la su licencia e gracia9, "e a quien porfioso fuese, con la vida o fuida satisfaga; I 111 ! pero por ventura si fembras vendrían, e con la condición e ley nuestra les plazerá reposar, begninamente sean de nós recebidas, porque2* por ellas sean los lugares de los maridos, parientes e fijos suplidos". P. 121 Debaxo de aquesta ley aquel reino largos tiempos estovo e todas las riberas fueron bien guardas3*, que non venía nave ni leño10, agora por fortuna o traído de
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Reina de las amazonas cuyo cinturón fue a conquistar Hércules acompañado por Teseo. Era hija de Marte y a veces se le atribuye una expedición contra Teseo, incluso se cuenta que llegó a tener un hijo con éste, Hipólito. Lo más frecuente, sin embargo, es creer que murió a manos de Hércules.
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Sobre el uso de este tipo de construcciones sigue siendo válido el trabajo de R. Lapesa, "Sobre el artículo ante posesivo en castellano antiguo", en Sprache und Geschichte. Festschrift fiir Harri Meier, Munich: Wilhelm Fink, 1971, pp. 277-296. Aunque Lapesa da como desaparecido este uso en la segunda mitad del XV, salvo ciertas excepciones atribuibles a la métrica o al uso arcaizante, nuestro texto presenta un gran número de ejemplos, debidos probablemente a que es una traducción del italiano, en el que es característica la utilización del artículo seguido del posesivo.
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Del latín fiducia, 'confianza' (DCECH).
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Origen o raza (DCECH).
9 Entiéndase 'sin su permiso'. 10 El DCECH documenta el término para referirse a un tipo especial de embarcación semejante a la galeota, y pudiera pensarse que aquí se usa en este sentido al oponerse a nave. No obstante, parece más acertada la definición de Aut. según la cual la voz leño es aplicable a cualquier embarcación. También podemos pensar que se intenta diferenciar, y seguimos a Aut., entre la embarcación a vela (nave) y la que únicamente tiene remos (leño). En cualquier caso, no hay que olvidar que en el texto italiano de la Teseida figura legno y, por tanto, el traductor se limita a trasladar la voz al castellano. Véase, para más información sobre este término, utilizado por Villena en la traducción de la Comedia de Dante, el comentario de José Antonio Pascual en La traducción de la "Divina Comedia" atribuida a D. Enrique de Aragón, Salamanca: Universidad, 1974, pp. 74-76.
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otra manera, que a la su mesura non viniese, que preso o por fuerza lan?ado non fuese. [i, 13] Aquesto ansí passando, los griegos a la sazón campeavan poderosamente por la su desaventura, porque Teseo, aquel pujante señor, duque de Atenas, fijo de Egeo, estava ya con ira por cuanto de la tal4v gente le era venido5* reclamo de su desmesurada crueldad; el cual Teseo, de tal inhumanidad tocado e atormentado, propuso el aborrecible crimen pugnir.
[II] [i, 16] Comen9Ó el magnánimo Teseo de llamar los griegos y delante d'ellos propuso cómo él deliberava vengar la crueldad e obra enojosa de las amazonas: "E de aquí pongo -dixo- en la vuestra virtud toda mi esperanza"; al cual presto todos respondieron que con alegre ánimo eran aparejados11 a le seguir6*. P- 171 E por consiguiente todo el pueblo que al caso no era invocado, cual por el dever, cual por amistad, toda Atenas en un señalado día a él se ofrecieron con aquella cantidad que cada uno mejor podía. E luego comensaron de aparejar las armas y cavallos y las naves: cada uno cargava como a tal caso les convenía.
[III] [i, 18] Cuando paresció tiempo al buen Teseo de navegar, mirando el cielo claro e bello, toda su gente hizo recoger12 como quien ya muchas vezes avía provado por la tierra e por la mar lo semejante13. En la cual él se mete14 con todo su estol15, 11 Preparados, dispuestos (Aut.) 12 Juntar o congregar (Aut.). 13 Se hace alusión aquí a las aventuras de Teseo, entre las que cabe recordar sus victorias sobre el Toro de Maratón y el Minotauro. De la vida y hechos de Teseo escribió ampliamente Plutarco en sus Vidas paralelas, donde detalla estas y otras aventuras del héroe, véase la edición de Aurelio Pérez Jiménez, Madrid: Gredos, 1985, vol. I, pp. 151-204. 14 En la Edad Media el verbo meter tenía mayor amplitud semántica que en la actualidad. Se solía utilizar con el sentido de 'poner', con clara reminiscencia del italiano, pero también del catalán antiguo (DCECH). Este uso es constante en nuestra obra, sin duda por la influencia del texto italiano que se traduce. 15 Estol, 'flota', es un catalanismo documentado por el DCECH y utilizado por el Marqués de Villena en su traducción del Infierno de Dante, vid. J. A. Pascual, La traducción de la "Divina Comedia", op. cit., p. 122, donde se comenta el uso del término en esa obra. No
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viento esperando que al caminar les ayudase. 191 Siendo sobre las marinas ondas la griega gente bien aparejada, la noche, que la Texis se asconde, avía todo el aire ocupado, e así estovieron hasta que aquella estrella apareció16. E como a todos se demostról7, ['• 2°1 el murmullo de la gente se levantó a catar el cielo con despierto acatamiento 18. Teseo hizo llamar los marineros diziéndoles: "Es levantado viento próspero a do conviene andar la nuestra vía, e por tanto sean desplegadas las velas sin ninguna tardanza". E visto el viento suave, el mandamiento del7v su caudillo fue luegol9 complido.
[IV] [i. 21] L a corriente Fama, que traspasa con más ligero coso 8v o corrida20 que otra cosa de cualquier obra fecha, así enderezada como aviesa21, sin jamás dar a los sus pasos reposo, aquesta nueva muy presto la lieva22 a la muy fermosa Ypólita e la ha puesto en pensamiento de su defensa, de mortal furor e saña encendida. I1- 22í Mas después que la ira algún tanto fue resfriada, con útil e presto consejo de se defen-
obstante, en el texto italiano de la Teseida figura también stuol, por lo que estamos ante un calco del modelo traducido. De hecho, más adelante aparecerá trasladado el término al castellano y aclarado con el equivalente castellano^7oía. 16 Texis debe ser una mala interpretación de Tetis, una de las titánides o divinidades del mar. Suele situarse su morada más allá de las Hespérides, en la región donde el sol se oculta cuanto termina el día. Por ello debemos entender este pasaje como indicación de que, una vez preparadas las naves, dejan pasar la noche esperando la salida del sol ("aquella estrella") para partir. Es importante señalar aquí que en la edición de Roncaglia figura en realidad la notte che le cose ci nasconde, por lo que cabe pensar que el modelo del que se vale nuestro anónimo traductor llevara un glosa de la que él se valió para traducir o simplemente que presentara una lectura acorde con lo que aquí se ha traducido y no con el texto crítico de la Teseida italiana. 17 demostrar. Hacer evidencia física a los sentidos (Aut.) 18 De acatar, 'mirar con atención' (DCECH). 19 Al instante (Aut.) 20 En el texto italiano sólo aparece corso, participio pasado del verbo correre, es decir, 'corrida' o 'carrera'. Así pues, el traductor traslada la palabra y después la aclara con el término castellano equivalente. Esta práctica es habitual en el método de trabajo de los traductores y, desde luego, frecuente a lo largo de toda nuestra obra. 21
Entiéndase 'así mala como buena'.
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lieva: Forma del Presente de Indicativo del verbo levar, 'llevar', habitual hasta fines de la Edad Media (DCECH).
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der fue avisada, e hizo llamar las dueñas de su reino que muy presto a do ella era viniesen, a las cuales en público consejo en esta manera comen5Ó9v a fablar:
[V] [i, 23] "p o r cuanto vosotras me fezistes reina e la corona del reino me distes a mí, sé que pertenesce e conviene poner la fuerza e ingenio por la vuestra salud, e que galardón e reposo por mí se vos siga, e pena e fatiga de vos se aluengue23; por tanto vos hize venir porque yo con vós o vós comigo demos saludable remedio. [i, 24] ¿No vedes el mal reposado de10v Teseo como sin tardanza se nos reliega24 a la tierra? Pues muy valientes dueñas cuanto vosotras seáis de estimar, si el mi parescer non yerra, por vuestro querer e ánimo viril, contra Cupido avéis tomado guerra25, P- 251 Que l l v aquesto sea verdad no ha gran tiempo aún que lo mostrastes, cuando amor nin temor no vos retovo de complir vuestro pensamiento, cuando la servitud deliberastes huir, en las armas siempre os exercitando, lanzando de vós todo abto femenil. P- 261 Pero si jamás tovistes ánimo viril agora es menester porque, como ya avéis I2v sabido, el gran Teseo argumenta26 de venir, aviendo por molesto nuestro plazer, mas trabaja e suda por la nuestra servidumbre para los hombres; P- 271 porque a la su enemiga otra causa alguna13v no le mueve a mi ver, porque jamás alguna ofensa contra él ayamos cometido por que así salteadas oviésemos de ser d'él. E aquesta razón asaz es manifiesta e digna de honestad, e digo así que non haze mal aquél que se ayuda por cobrar libertad si la ha perdido. P- 281 Mas cualquier que sea la causa que le mueva, a nós solamente conviene el defendimiento, porqu'él por fue^a no ven§a. Donde vos requiero e homilmente vos14v ruego, si la tal vida vos es alegre de bivir que al presente tenemos, que el vuestro ánimo sea fuerte contra aquél que la guerra vos ha metido en la tierra. P- 291 Nin vos ponga pavor la conciencia de aver pecado contra los vuestros ombres, la muerte de los cuales lícito desconoci-
23
De alongar, 'alejar' ( D C E C H ) .
24
No hemos podido documentar el verbo relegar o rellegar, pero entendemos que está utilizado en lugar de llegar, en su acepción de 'acercar o arribar'.
25
Evidentemente al negarse las amazonas a relacionarse con los hombres están en guerra con el dios del amor. Poco después se dirá lo mismo acerca de Venus. Para Cupido véase Boccaccio, Genealogía, IX, 4-5, pp. 534-538.
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argumentar. 'Apremiarse, darse prisa', del francés antiguo s'argiier (DCECH). En este caso es calco del texto italiano.
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miento27 impetró28 en los nuestros corazones, que non nos estimavan ser ábiles para otra cosa sinon para los dolores del parto y la inmunda crian?a de los hijos, e aun esto desdeñavan de nos agradescer. P- 30 ' E si tenían altezas e honor jamás la participavan con nosotras e, por dezir verdad, algunas de nós e aun las más éramos dignas de aquellas cosas que poseían, por que29 los dioses soberanos, viendo lo que nosotras hazemos, siempre jamás avrán aquesto por mejor que non a las que por vileza e poquedad se van sometiendo a ellos30. [i, 31] NC> 15V VOS espante el nombre de aquéstos porque sean griegos, que non son guarnecidos de fuer£a demasiada como fueron los antepasados maridos vuestros. Si fieras vos mostráis contra ellos, ellos non serán punto31 ardidos contra vosotras. Por tanto lan§ad de vosotras toda covardía e pavor, ['• 321 e non menospreciéis el valer, ni las armas e ardideza, nin el morir por la honor. Considerad aquello que se puede seguir del que es viguroso al que es pavoroso, que de vosotras non se fallará igual a osar morir, pues el desemparo de los maridos, padres, hermanos, hijos ya non vos farán piedad, e mirad cómo enemigos odiosos vos vienen al encuentro. ['• 33 1 Retorne en vosotras la dura fiereza que en aquella noche pasó, cuando cada
27 Desconocer está aquí utilizado, según documentan Aut. y DCECH, con el valor de no reconocer a alguien por tal, en este caso, a los maridos e hijos como tales. Hipólita considera ese desconocimiento como lícito por las razones que expone a continuación. 28
Del latín impetrare 'lograr', derivado de pairare 'ejecutar, cumplir' ( D C E C H ) y, en este caso particular, calcada del original italiano. Es voz usada también por el Marqués de Villena en su traducción del Infierno, vid. el comentario de J. A. Pascual en La traducción de la "Divina Comedia", op. cit., pp. 172-173.
29
A lo largo de todo el texto se utiliza por que en sentido consecutivo, seguramente por influencia del per che italiano.
30
Es inevitable mencionar aquí que Boccaccio fue el impulsor de dos corrientes de pensamiento que recorrerán la Europa de fines de la Edad Media: el profeminismo y la misoginia. Su De claris mulieribus y el Corbaccio, respectivamente, retoman y amplían la milenaria disputa sobre el valor e intención de la mujer. Para un panorama de este tema en la literatura medieval española pueden consultarse los siguientes trabajos: J. Ornstein, "La misoginia y el profeminismo en la literatura castellana", en Revista de Filología Hispánica, III (1941), pp. 219-232; E. N. Sims, El antifeminismo en la literatura española hasta 1560, Bogotá: Ed. Andes, 1973; la reseña que de este libro hace E. M. Gerli, en Nueva Revista de Filología Hispánica, XXVII (1978), pp. 167-168; del mismo autor "La 'religión del amor' y el antifeminismo en las letras castellanas del siglo XV", en Hispanic Review, 49 (1981), pp. 65-86; M a Jesús Lacarra, "Algunos datos para la historia de la misoginia en la Edad Media", en Studia in honorem Prof. Martín de Riquer, Barcelona: Edicions del Quaderns Crema, 1986, 3 vols., vol I, pp. 339-361 y J. Rodríguez Puértolas, "La mujer nueva en la literatura castellana del siglo XV", en Literatura hispánica, Reyes Católicos y Descubrimiento, coord. M. Criado del Val, Barcelona: PPU, 1989, pp. 38-56.
31
Nada {DCECH).
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una, jamás non seyendo usada, usó de la cruel aspereza, pues el padre, ni el hijo, ni los parientes non retovieron vuestros cuchillos de la su sangre, ni la su luenga e igual fortuna con vosotras non venció amor nin piedad. ['• 341 No es convenible dexar vencer a los enemigos, e 16v bien devemos creer que los dioses non nos serán contrarios por la nuestra grand razón, antes como justos nos ayudarán a la ofensión que se nos quiere hazer e non querrán el daño de nuestras personas contra aquéllos que injustamente nos mueven guerra, I1- 351 E ya non conviene más palabras gastar porqu'el tiempo se acerca para que quien libertad quisiere se muestre valiente e 17v cualquiera que la muerte por la libertad non quisiere sofrir con infiesto 32 e seguro continente 33 se parta de entre nós 18v ".
[VI] En esta manera dio Ypólita fin a su dezir. I1' 361 E luego fue entre las dueñas grande el 19v fablar, todas venidas en tal sentencia de mostrar e fazer a Teseo ver la su gran potencia. A la 20v cual dizen: "Cuando él prenderá 34 tierra, allí cada una de nos, en la registencia 35 delante vos, poderosa reina, mostrará su virtud". I1- 37J Ypólita, después que las ofertas de las dueñas entendió, sin ninguna tardança los puertos hizo guarnir e las mejores de su reino puso a la defensa e de tal manera la ordenó que al su parecer de aquella gente podían dormir seguras, si de otra parte non pensada más gente non sobreviniese. [i, 38] Non en otra manera como cuando la fiera en el bosque ha sentido los caçadores e freme 36 e bate con ravia los dientes con deseo de la vida e temor de la muerte, bien así de aquel concierto2 l v todas se levantaron como si en la pelea fuesen, con su entendimiento abarcando muchos inconvenientes e dubdas qu'el temor lança de sí sin apretar ninguna seguridad, como en los tales negocios e priesas y aun a los 22v esforçados suele acaescer. ['• 391 E así hazen aquéstas por el su reino, dubdando de cuál parte verná Teseo o con qué arte e sotil ingenio, adonde cada 32
Enhiesto, erguido ( D C E C H ) .
33
Tomado del francés antiguo contenant 'porte, gesto, ademán'
34
Todavía en el siglo XIV prender tenía tantas acepciones como las que tiene el vocablo en italiano o catalán, empleándose en lugar de tomar (DCECH).
35
Resistencia. Es muy habitual en el XV el equívoco entre los fonemas sibilantes, vid. R. Lapesa, Historia de la lengua española, op. cit., p. 369 y J. A. Pascual, "Notas sobre las confusiones medievales de las sibilantes", en Mélanges de la Casa de Velázquez, XXVI (1990), pp. 125-131.
36
Del italiano fremire,
'temblar'.
(DCECH).
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una non se desdeña de rogar a la otra que firme tenga aquello que a su reina prometió, porque si Teseo es vencido después d'él non conviene temer a otro.
[i, 40] duque Teseo, con tiempo escogido37 e viaje alegre, pasando primero a 38 Mucrón sin sospecha39, a Atadro40 23v las sus proas endere?ava. El cual, con soberano plazer, aportó al Tenedón41 entrando por el mar24v Trilibideo42 t1' 4|1 -por aquel camino que Frixo tuvo cuando la su hermana cayó en la mar43-, el cual,
37
Tiempo adecuado para navegar.
38
En el texto italiano Macron.
39
En el texto italiano aparece sanza interdetto, 'sin prohibición, sin obstáculo'. Ninguno de estos sentidos, según Aut. y DCECH, tiene sospecha en castellano. Su utilización en este contexto debe justificarse bien por una mala lectura del traductor, bien por una variante textual de la tradición italiana.
40
En el texto italiano ad Andró, es decir, la isla griega Andros, cercana a Atenas. El traductor o, más probablemente, el texto del que traduce interpreta que se refiere al puerto de Antandro o Athandro, en la ribera de Troya, donde se refugió Eneas con su gente en la huida de Troya. Así lo recoge Villena en glosa a su traducción de la Eneida, libro III, véase Ramón Santiago Lacuesta, La primera versión castellana de "La Eneida" de Virgilio. Los libros 1-111 traducidos y comentados por Enrique de Villena (1384-1434), Madrid: Real Academia Española (Anejo XXXVIII del BRAE), 1979, pp. 424-425.
41
Tenedón es la isla en la que Aquiles mató a Tenes, hijo de Apolo, a cuya hermana trataba de raptar. Está situada frente a la antigua Troya, en el estrecho de Dardanelos. Por allí precisamente pasó Pero Tafur, uno de los más famosos viajeros medievales, donde reparó su nave tras una tempestad, vid. Andanzas e viajes de un hidalgo español. Pero Tafur (14361439), edición de Marcos Jiménez de la Espada, con presentación bibliográfica de Francisco López Estrada, Barcelona: Ediciones El Albir, 1982, pp. 134-135. Muy completa y de señalar es la glosa que sobre la isla escribe Villena en su traducción de la Eneida, libro II, vid., ahora, Enrique de Villena, Traducción y glosas de la "Eneida", ed. cit., vol. II, pp. 1820.
42
En el texto italiano esta estrofa no termina con la alusión al Trilibideo sino al mar que l'abideo Leandro fu soave e poscia reo. Por otro lado, la glosa de Boccaccio es clara: "Sí come manifestamente appare sopra la carta da navicare, volendo del mare di Grecia entrare nel mare della Tana, si passa per uno braccio di mare il quale oggi si chiama per alcuni lo stretto di Costantinopoli; il quale braccio è in alcuna parte si stretto, che non ha più di largo che tre miglia".
43
Frixo era uno de los hijos de Atamante y Néfele. Atamante, aconsejado por su segunda esposa, Ino, quiso sacrificar a sus dos hijos a Zeus, pero el dios envió a los niños un carnero alado con vellocino de oro que les salvó del sacrificio. Cabalgando sobre el carnero, Frixo y su hermana Hele abandonaron Orcómeno y volaron hacia oriente. Durante el viaje, Hele
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fecha refrescar44 su gente, pero que estovo poco. Como comentase a entrar en el mar de la Tana, comengó a mirar la tierra de las amazonas, muy bella e graciosa45. 421 E bien como león pungido de hambre, el cual más bravo e más ardido se haze aunque de lexos conozca la presa, encrespando las crines con valiente apetito, las uñas e dientes aguza, e bien atal46 Teseo el reino de aquéllas despierto remiró, muy voluntarioso a complir lo que trae pensado su coragón. ['• 43I E luego mandó a dos cavalleros que fuesen a discerner47 la descendida en tierra, la que mejor les paresciese; los cuales presto fueron e remiraron de todas partes. E tornáronle25v avisar de una que más convenible26v les parescía, a do más sin ofensa el duque e los suyos podrían descender, e aquella parte su estol e flota48 enderesgó. [i, 44] E luego Teseo hizo ir dos nobles varones por embaxadores a Ypólita a le notificar su venida e la causa d'ella, e con éstos le señaló término para las composiciones e patos49, e que si la paz quiere, que la tiene antes de ser combatida. ['• 451 Pero de aquel pacto que demandava de la reina ninguno27* fue acebtado, antes aquélla mucho reclamava respondiendo a Teseo aquello que fasta allí avía fecho, [i, 46] £28v i o s embaxadores tornaron a Teseo, e la respuesta que29v les fue dada, sin cayó al mar y se ahogó, pero su hermano llegó sano y salvo a Cólcide, a la corte del rey Eetes. Boccaccio, Genealogía, XIII, 68, pp. 788-789. En el texto italiano se aclara bastante más la situación geográfica en la que se encuentra Teseo: E, oltre, quel cammin che Frisso tenne allor che la sorella cadde in mare, servò, finch'a Bisanzio pervenne. 44
Descansar (Aut.).
45
Si nos atenemos al texto, el mar de la Tana sería el Mar Negro, aunque Pero Tafur (Andangas, ed. cit., pp. 164-165) sitúa el mar de la Tana más al norte: se trataría del mar de Azov, donde desemboca el río Tanais -el actual D o n - que le daría nombre. Mexía, al hablar de las amazonas en su Silva, aclara que aunque siempre tuvieron su asiento principal en la Temiscira, capital de la Capadocia, "caminaron al norte, y passando Tanays, entraron en Europa y conquistaron en ella algunas provincias" (ed. cit., I, p. 251). Teniendo estos datos en cuenta, la "tierra de las amazonas" estaría en la ribera norte del mar de Azov, en torno a la ciudad de su nombre y a la desembocadura del Don. El propio Boccaccio, en glosa a la estrofa I, 41, al relatar la huida de Frixo y su hermana dice que éste "salí dinanzi e Elles in groppa, e fuggivansi verso il mare della Tana, cosi chiamata da uno fiume ch'ha nome Tanais che dentro vi mette; e venuti a quello stretto che oggi si chiama di Costantinopoli, Elles, avendo paura, cadde in quello mare e affogovvi: onde poi fu chiamato Ellesponto, cioè mare d'Elles. Questa via adunque fece Teseo, e pervenne a una città, chiamata allora Bisanzio: oggi si chiama Constantinopoli."
46
Forma antigua del moderno tal.
41
Del latin discernere, 'distinguir, separar mentalmente'.
48
Vid. supra nota 15.
49
Pactos. Forma antigua, común desde Berceo (DCECH).
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se detener punto, a Teseo la consultaron placeramente 50 ; el cual la oyó con demasiada saña diziendo: "Poco ganan estas dueñas en esta manera responder, pero ciertamente yo las quitaré de este error si mi corazón non me engaña". De 30v gran furor excitado dio una grande boz que de todo su estol se oyó: "¡Ea, varones, todo hombre a tomar tierra se apresure!"
[VIII] P.471 Oída esta boz, los leños fueron luego llegados a la ribera3 l v quiriendo desmontar e tomar tierra. E ya las escalas ponían cuando de un castillo vezino a la marina gentes vieron descendir 51 , bien a cavallo e armadas, que luego fueron con ellos en la ribera e tan presto fue esto que apenas fueron vistas. ('• 481 E casi 32v tomados de todas partes los pasos, con los arcos en las manos 52 , acá y allá corriendo con una abivada fuerga se ivan defendiendo. 49] El magnífico Teseo, después que con los suyos a la tierra pervino 53 , viéndolas así guarnidas por sabias e razonables dueñas las tiene e algún tanto mudado de opinión en la mar el su estol a fecho detener e más maduramente a fecho aparejar los suyos, e luego delibera de 33v en tierra entrar. ['• 5°1 Desque cada uno se ovo aparejado, contra 54 el puerto enderes$aron los leños por descender en lugar señalado, y en la manera que avían devisado langaron en tierra las escalas 34v e otros ingenios, e más fuerte fue a Teseo esta decendida que non jurar tomar tal 35v empresa. ['• 5| 1 Ellos eran casi con las proas en tierra e con todo artificio de guerra los griegos ardidamente se metieron adelante. Buena avía seído la respuesta de aquellas dueñas a Teseo, si la mi voluntad non yerra55, porque espesa e gravemente con las armas e saetas a los griegos dañan P52 1 e los lanzan fuego sobre las naves armadas, que mucho les ofendía. U 531 Batalla jamás a aquésta 36v fue igual, porque ['• 541 de dardos, saetas no se faga minción, que el cielo es cobierto e ocupado todo el aire lanzando los unos a los
50
Públicamente, sin rebozo (Aut.).
51
Descender. Ambas formas alternan en el texto.
52
Recuérdese que los arcos eran las armas típicas de las amazonas. De hecho su nombre proviene del griego amazos, 'sin pecho', porque les cortaban un seno para que no les estorbase al utilizar el arco. Boccaccio, Genealogía, X, 49, pp. 611-612.
53
Arribó, llegó. Es calco del texto italiano
54
Hacia (Aut.).
(pervenne).
55
En contra de lo que ocurrirá en otras ocasiones, donde la intromisión del narrador es obra del traductor y no del autor, aquí "la voluntad" es de Boccaccio.
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otros56. Muchos de los griegos fueron feridos, bien que algunas de las dueñas muertas; P- 55¡ grande era allí la grita que las dueñas fazían y los marineros, atales que aun 37v de Neptuno jamás mayores se avían sentido 57 , e los duelos amargos que los marineros hazían, que pocos e ralos avía que llagados non fuesen, ['• 561 e la sangre de aquéllos era derramada sobre las ondas. Muy mal a los griegos esta batalla respondía porque el que de mayor c o r a ^ n era aquella sazón se ascondía, temiendo las frechas 58 de las amazonas, cuya madera más que otra avían sentido vigurosa e fuerte.
[IX] [i. 57] Teseo, que resguardava 59 e vido la falsa e flaca batalla de la griega gente, de ravia todo en sí se consomía, el duro inconveniente maldiziendo, e de la última e mayor Vergüen?a dubdava que era el vencimiento de mugeres. E casi de seso salido, con desdeñoso acatamiento contra el cielo se bolvió a grandes bozes diziendo: ti. 581 "¡O fiero Mares 60 , o despiadoso dios enemigo a las nuestras armas, yo me avergüenzo de te aver descubierto con palabras devotas el mi deseo! Por cierto, por este menester e necesidad en que estoy tú non avrás de mí ruego nin sacrificio 38v piadoso, e aunque me tires61 la vitoria non me quitarás este dever, el cual será por la obtener embiar esta mi alma sangrienta a Caronte 62 . 591 Obras son las tuyas 56
Es un lugar común desde la época clásica el calificar una batalla como la más grande que vieron los tiempos. El género épico lo utilizará con profusión y el recurso será muy grato a la narrativa caballeresca del XV y XVI, vid. E. R. Curtius, Literatura Europea y Edad Media Latina, ed. cit., I, pp. 235-241.
57
La aparición de Neptuno, dios del mar, sirve para hacer una comparación entre los gritos que dan los combatientes en la batalla y el sonido que produce el mar embravecido.
58
Flechas. Ambas formas alternaron en la Edad Media ( D C E C H ) .
59
resguardar: Defender o reparar. También se documenta un uso pronominal del verbo con el sentido de 'cautelarse, precaverse o prevenirse contra algún daño', que tampoco está alejado del sentido que aquí tiene (Aut.).
60
Marte, dios de la guerra. La tradición le sitúa en Tracia, país semisalvaje, de clima rudo, rico en caballos y recorrido por poblaciones guerreras, donde también moran las Amazonas, sus hijas. Recibía un culto especial en Tebas, donde se le consideraba antepasado de los descendientes de Cadmo. Boccaccio, Genealogía, IX, 3, pp. 526-534.
61
Quites
62
Genio del mundo infernal, su misión es pasar las almas a través de los pantanos del Aqueronte, hasta la orilla opuesta del río de los muertos. Boccaccio, Genealogía, I, 33, pp. 112113.
(DCECH).
G. Boccaccio
76
desaguisadas, pues contra mí hazes las fembras fuertes. 6°1 E tú, Minerva, que el soberano lugar de los dioses en la nuestra cibdad tienes 63 , non esperes de mí altar nin sacrificio nin por ti ordenaré ningún juego, mas ayuda y está a la parte de aquéstas que son 39v contigo en un seso, e a mí déxame aborrescido e avergon5ado". 6 '1 Dichas contra los dioses sus blasfemias, rebolvióse a los suyos con vista biva e inflamada diziéndoles: "¿Adonde es fuido vuestro gran ardimiento, vuestra40* nombrada fuerza en tanto vituperio vuestro? Pues que ya las dueñas vos hazen sobra, tornadvos para vuestras casas y despojad las armas y vuestra libertad con ellas y dadlas a las fembras, pues para este menester más que vosotros son dignas. t1- 621 El claro Apolo 64 y el cielo y el alto Mares serán eternos e inmortales testigos del vuestro vil e triste batallar, e llevará la fama e guardará el nombre perpetuo de la vuestra vil nombradla, e dirán por vos: los flacos e dolientes que non sofrieron tener las armas delante la faz de las mugeres. 631 ¡O fugitivos, o cavallería vituperada!, pues de Mares esperáis el socorro y el propio vuestro desamparáis e despojáis con fuida, los arneses dadlos a esos marineros que más que a vosotros les convienen 41v ¿Ora non vedes como muy mejor vos sería la muerte o las penas que en la batalla dexaros ansí vencer e mostrar las espaldas a las amazonas? ['• Los non dignos de las armas fuyen de la muerte a la desonrada vida; a éstos yo ruego que a 42v la mi seña 65 non sigan e bivan cuanto quieran 43v pero de mí vos digo que solo entiendo m á s ^ v honor alcan§ar que seyendo acompañado de tales". [i, 66] £ aquesto dicho, debaxo de las armas recogido, hizo a la su nave dar con la proa en la ribera, e saltó en la tierra non se curando de los tiros que de muchas partes venían mas, como quien avía usado tal menester, más se mostrava a la sazón ardido, reparando de una parte y de otra como acostumbrado de la tal fazienda. ti 67 1 Non 45v de otra manera se lanzaron en la mar, como cuando a los marineros es roto el navio e por la fortuna se sienten afogar por poder escapar se lanzan a la mar, bien así los griegos e toda la otra cavallería, sin dezir el uno al otro palabra, se dexaron ir la vía de Teseo, al cual bien avían visto en el agua, sin le replicar cosa alguna de cuantas desdeñosamente avía fablado. ['• 681 E así los avía 63
La Atenea griega, nacida de la cabeza de Júpiter. Diosa protectora de la actividad intelectual y artística. Recibía un culto especial en Atenas por ser considerada la protectora de la ciudad. Boccaccio, Genealogía, II, 3, pp. 126-128.
64
Hijo de Zeus y Leto. Como dios de la música y la poesía era representado en el monte Parnaso donde presidía los concursos de las Musas. Boccaccio, Genealogía, V, 3-13, pp. 312325.
65
Del latín signa, plural de signum 'insignia, bandera' ( D C E C H ) .
77
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
vergiiença aguijado espolonados de las palabras del fiero Teseo, que ellos eran ardidos tornados. E así mojados, cada uno como mejor pudo, al lado del su duque se acostaron66 y se le hizieron el que más pudo más cercano e vezino. Muy áspera e muy fiera en la ribera la gran batalla súpitamente començô 46v .
[X] [i, 69] Fecha el escaramuça como mejor pudieron en la marina ribera donde avían descendido, porque los lugares nin la tierra bien no sabían ni consigo tenían sus arneses, las dueñas a todo su poder, con alto vigor en sus ánimos encendidas, dispuestas a hazer grandes cosas, ['• 7°1 en sus cavallos grandes e fuertes, bien armadas, en ábito apacible de mirar, ivan acá y allá. Como esmerejones67 buelan, haziendo sus espesos golpes muy amargos sentir a los griegos, que en el campo a pie eran descendidos. ['•71) E así pugnan e trabajan después que la decendida en tierra non podían aver las amazonas con todas sus fuerças vedándosela, e a do ellas sentían crecer la ofensa allí ivan sin tardança. Pero como el duque su abivada defensa vio, entre las dueñas se metió e a combatirlas fieramente començô, f< 72 ' firiendo en ellas duramente47*, como a quien el batallar nuevo non era; como quiera que a los golpes de aquellas fembras sus cavalleros ningúnd reparo fallavan e si ellas non fueran tan pocas a respecto de los muchos griegos, segúnd su duro ferir, ellos non tomaran la tierra e si la tomaran con mucho daño suyo. ['• 731 Mas el número de los griegos era mucho e toda ora la batalla de su parte se refrescava e aun porque el su caudillo Teseo andava fiero largamente sostiniendo el campo e sin ningún reposo, despachadamente68 firiendo agora acá, aora allá, e mirando a él cada uno se despertava a la batalla. [i, 74] Non en otra manera como entre las ovejas se lança el lobo con la fambre raviosa, con los dientes estragando a las unas e a las otras, fasta que el su goloso e fambriento guarguero69 48v es satisfecho, bien así Teseo hizo entre las donzellas a pie49v, furioso con su espada, cubierto del escudo, a las unas firiendo e 50v a las otras míseramente matando. I1- 751 E así Teseo bravo se mostrando con los sus cavalleros entre las dueñas ardidas, muchas ivan por tierra sin cavallos, ya d'ellas feridas e muertas, aquéstas, ya sentidas las fuerças de Teseo e sus cavalleros, no pudieron sofrir el campo e comiénçanlo a desamparar, non con la virtud que al de66
Se acercaron, se arrimaron (Aut.).
67
Aves de caza parecidas al halcón
68
Con resolución.
(DCECH).
69
Garganta o tráquea. Para la alternancia garguero/guarguero
vid.
DCECH.
G. Boccaccio
78
fender la ribera comen9aron, mas una acá e otra allá, se van fuyendo sin orden alguna, t1- 771 pero que 51v todas se acogieron al castillo donde avían salido e sobre los altos muros sin tardanza fueron reducidas, pero entre sí fablando dizen52v: "Nosotras seremos destruidas si a las manos con esta gente venimos". Antes acordaron de hazer su confian§a e defensa dentro de sus muros. [i, 78] Era la villa de toda parte fuerte e bien guarnida para sostener sitio largo tiempo, por razón que ella avía maravillosa muralla e llena de bituallas e bastimentos, e dentro gente muy armada que cerradas las puertas non temían punto a los griegos.
[XI] I1. 791 Como Teseo las vio fuir, luego recogió toda su gente e mandó que las dexasen, pues usavan del oficio que les pertenescía, que es obedecer al temor. E luego hizo buscar el campo e los muertos soterrar e a los feridos piadosamente medicar. A las dueñas mandó que sin molestia alguna las dexasen ir cada una donde más quisiese. [i, 80] En esta manera, aviendo ya presa la ribera, con la su gente en un punto fue sobido al castillo do las donzellas estavan, e mandó muy bien las estancias guarnir, "e si sin batalla -les dixo- vos pudierdes resistir será bien porque las naos descargués 70 e la gente repose". I1' 8'1 E 53v los griegos prestamente descargaron las naves e los arneses e las otras vituallas sacaron sin ninguna tardaba, non reposando noche ni día. Las dueñas hizieron bien, que acordaron de no salir más a pelear con ellos salvo71 en su defensa se esforzaron. [i, 82] Después que los griegos el pavor ovieron dexado, que a las dueñas non punto temían, el sitio se puso a do paresció a Teseo que era más seguro de recebir daño e conveniente para más apretar e dañar a las dueñas. E aun acordó Teseo de se más rellegar a los muros, 831 Esto todo e lo ál72 que a él convenía, fazía con muy solícita cura pesándole 54v del tiempo que allí se gastava. Imaginó que si más en torno de la muralla se hiziese podría por ventura el su fin más presto cumplir, que de otra guisa el tiempo pasaría sin utilidad alguna, nin por el vencimiento fecho él se devía satisfazer si a ella con su reino non ponía debaxo de su mesura. 70
pudierdes... descargues: Estas formas verbales son típicas de la primera mitad del siglo XV, vid. R. Lapesa, Historia de la lengua española, op. cit., pp. 272-273 y Ralph Penny, Gramática histórica del español, Barcelona: Ariel, 1993 (I a edición inglesa 1991), pp. 156157.
71
Sino (Aut.)
72
Otro (Aut.).
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
79
[XII] [1,85] Corrió la fama por toda la tierra del desbarato 73 fecho, por cuya causa cada una se metió a la defensa. Mas aquélla a quien este desastre más ofendió, que es Ypólita, ella muestra bien en su ánimo que es aparejada al peligro e muy solícita e despierta a las ofensas registir. 861 Non fue espantada por la pasada batalla, mas a las 55v sus dueñas rellamadas dixo: "Agora a cada una non conviene estar segura, non digo en el campo con Teseo combatiendo, mas en defensión de nuestros muros, porque este fecho será como yo lo pienso, que por la muchedumbre de gente que tienen non podrán mucho durar en el sitio. I1- 871 Nosotras tenemos lo que al bivir es necesario e bien fornidas 74 e la tierra fuerte, que non ay así ardid75 cavallero, si sabias queremos ser en nos guardar, que 56v a nós se querrá llegar que le non fagamos arrepentir e con triste muerte a sus compañeros espantar, t1- 881 Por ende, si jamás amastes libertad o si el mi honor vos a seído caro, ora 76 mostrad la vuestra proeza e agora se descubra el ardimiento e valor vuestro, e sienta el que se acuesta a nuestra cibdad con voluntad de nos sacar fuera que la su muerte 57v vos dará eternal fama". [i, 89] Aquesto dicho, ninguna cosa interponiendo, mas aquello que consigo avía devisado puso en 58v obra dando orden en todas las cosas, por los muros poniendo en todo lado aparte dueñas sabias e valerosas, haziendo el aparato e muestra que al caso convenía, andando agora aquésta, agora aquélla, confortando y esforzando. 9 °1 E aun por salud de la su gente grandes dones a los templos hizo traer, a los dioses rogando que en el caso afortunado piadosamente la quieran ayudar. E así obrando todos los otros argumentos que a su defensa podían ayudar, guarnida como mejor pudo, con las sus dueñas comentó a Teseo a esperar.
[XIII] I 1 9 ' ] Después que Teseo partido de aquel lugar a la cibdad se vino en poco tiempo a do Ypólita e muchas otras eran armadas, él juró por Vulcano, dios del fuego, de non partir de allí hasta que conquistadas las oviese, agora por fuerza, ora
73
Derrota, desconcierto
74
Proveídas o abastecidas
(DCECH).
75
Atrevido, valiente. Es forma antigua del más habitual ardido
76
Inmediatamente
(DCECH).
(DCECH).
(DCECH).
G. Boccaccio
80
por pato, t1' 92J E hizo enderesgar muchos trabucos 77 y esforgar 78 su campo 59v de estacadas 09 e a los cavalleros e peones diziendo que hiziesen tiendas e chozas, e que los unos ni los otros non fablasen jamás de tornar a la ribera si Ypólita no fuese vencida, así como ya él lo avía jurado. W- 931 Fizo60* enderesgar los trabucos e ingenios para combatir los muros e hizo hazer gatas 80 e todo aparejo de combatir a las donzellas guarnidas de coragón, que a ninguna saltear81 non podían. ['• 941 E Teseo estovo más de un mes allí que muy poco o nonada 82 aquistó 83 , e ganó solamente afrenta, e trabajo e miedo, porque 61v las dueñas de dentro, asaz seguras, les hazían grandes rebatos 84 con daño esforzándose sobre ellos ardidamente, tanto que se avían ya asegurado e a su parescer no les podían ellos conquistar; ['• 951 de lo cual Teseo estava muy enojado e sañudo y en el pensamiento siempre iva buscando cómo podiese abatir su estado. Adonde avino que, andando cavalgando en torno de la cibdad, fue avisado que aquélla se podía bien cavar e minar, e buscados maestros del arte la tentó 62v de minar 85 .
[XIV] [i. 96] Cuando las dueñas del cavar entendieron, súpito e presto de nueva muralla un cerco de dentro fizieron, el cual apresuradamente todas obraron. Aquesto fecho, Ypólita toma la pluma e papel e con sus manos una epístola escrivió, e a dos sabias dueñas a Teseo la hizo llevar. ['•971 Eran las dueñas bellas e de gran valor e 77
Catapultas. Sobre la utilización del trabuco como sistema de ataque, véase Philippe Contamine, La guerra en la Edad Media, Barcelona: Labor, 1984 (I a ed. francesa 1980), pp. 128132.
78 79
Reforzar (DCECH). Conjunto de estacas clavadas en la tierra que se pone sobre el parapeto de la estrada encubierta, regularmente hasta doce pies de terreno, para que por entre ellas no pueda pasar un hombre. (Aut.)
80
Un género de cobertizos de madera recia para defensa de los minadores de las murallas (Aut.). Puede consultarse, Ph. Contamine, La guerra en la Edad Media, op. cit., pp. 128132.
81 82
Sorprender los sentidos, potencias o afectos con poderoso y eficaz impulso (Aut.) Poco o muy poco (Aut.).
83
A lo largo de esta traducción se utilizan verbos como aquistar o adquistar, 'conquistar o adquirir'. Son calcos todos del texto italiano, aunque el DCECH documenta aquistar desde finales del siglo XV.
84
Ataques bruscos (DCECH).
85
Cavar una galería subterránea para arruinar una fortificación (DCECH).
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
81
cora?ón, con compaña desarmada, vestidas de paños de gran valor, las cuales salidas de la cibdad fueron levadas por los más altos varones griegos delante Teseo, del cual begnina e graciosamente86 fueron recibidas, e las letras le dieron e que presto responda63* demandaron. [i, 98] Teseo las rescibió alegremente, e ante sí llamados los grandes varones de su compaña e otra mucha noble gente dize: "Señores, las dueñas amazonas aquesta letra me envían. Sean, me paresce, graciosamente respondidas". E fizólas abrir e allí ante todos leer, t1- "1 La cual letra era del tenor siguiente:
[XV] "A ti, Teseo, alto duque de Atenas, Ypólita, reina, salud -si a ti dezirse conviene- e crecimiento siempre del tu honor -sin fallescer aquél que a mí se convenga- e paz con todos - e aun comigo que tengo razón de aver contigo guerra87. [i, íoo] Yo he visto la tu fuerte gente en los mis puertos con esforzada mano y tal que sabrían64* dar temor de muerte a todo pueblo que más sobrado que las dueñas fuese, aunque de guerra más que otra gente seamos usadas88. De las cuales tú soberviamente me as muerto e llagado y d'ellas aún yo comigo reservo la mayor parte. P- 1011 E después asme venido a sitiar como a enemiga de todo tu plazer, e has muchas vezes provado las tus armas a los mis muros, aunque poder no as ávido de me lanzar fuera. Y por complir tu reo y malvado89 querer contra mí as fecho cavar so tierra por me poder sin armas tomar. ['• 1021 Por cierto, de aquesto yo non conozco la razón, que yo non te he ofendido jamás ni soy Medea, que por embidia te quería65v matar o dar yervas90, antes la tu virtud me aplazía cuando de 86
Con gracia, primor y esmero (Aut.)
87
Conviene advertir cómo se intercalan, en una fórmula retórica establecida como es la salutatio, observaciones personales que poco o nada tienen que ver con la convención del género y sí mucho con la circunstancia particular del emisor. Sobre la salutatio, véase Carol A. Copenhagen, "Salutations in Fifteenth-Century Spanish vernacular letters", en La Corónica, 12 (1984), pp. 254-264.
88
Habituadas, acostumbradas ( D C E C H ) .
89
El traductor ha calcado el adjetivo reo ('culpable, criminal') del texto italiano y de nuevo se ha valido de un sinónimo para dar mayor claridad.
90
Medea, que había prometido a Egeo darle la descendencia que tanto anhelaba, trató de dar muerte al hijo legítimo de éste, Teseo, cuando llegó para hacerse reconocer por su padre. Descubierta la conspiración fue desterrada al Asia. Boccaccio, Genealogía, IV, 12, pp. 238239.
G. Boccaccio
82
ti me recontavan sin te conocer, e de te ver avía grand deseo e aun deseava tu conocimiento, tanto me agradava tu soberana prudencia. P- l03 l Mas de todo esto veo muy contrario el efecto considerando la tu nueva empresa, pensando que yo contra ti aya defecto alguno cometido de que en el corazón non poco me pesa 66v , pero non me empachará 91 punto tu virtud a que dexe de hazer aquello que cumple a mi salud. I1- 1041 Tú non as fecho como cavallero que contra su igual toma la devida guerra, mas como desleal y baratero 92 súpitamente salteaste mi tierra, e como vil guerrero jamás non pensaste, si el mi corazón non yerra, que guerrear contra las dueñas e aver d'ellas vitoria al vencedor es mayor disfama que gloria93, [i, 105] B i e n devrías aver vergüenza, si fijo eres como dizen del buen Egeo 94 , de te apresurar con armas a los nuestros muros, pues ya el viejo Penteo ha querido provar mis fuerzas, el cual aun 95 mal semblante en ninguna de mis dueñas halló, antes muy ardidas y esforzadas 96 . 1061 E así, después que tus fuerzas has provado y el tu pensamiento has fallado vano, diversas vías debaxo de la tierra buscas por me aver a prisión a mano salva 97 , mas non será así en verdad, que ya es dado el remedio seguro e convenible, e de combatir por las partes escondidas no es de esforzado guerrero. 1071 Por tanto, por la tu honor, me dexa en paz sin más querer de aquí adelante tu fama gastar, ca yo te perdono cualquier deshonor que me ayas fecho o me ayas querido hazer, e si non lo hazes por fuerza o por dolor, yo te faré
91
Impedirá, estorbará.
92
Engañador, tramposo ( D C E C H ) .
93
Este motivo figura ya en los Bocados de oro: "E fue [Alexandre] a lidiar con unos omnes, e salieron las mugeres a lidiar con el, e non quiso lidiar con ellas, e dixo: 'Esta es caballería que, si la venderemos, non valdremos mas por ello, e si nos vencen seremos afrontados para sienpre'", vid. la edición de Mechthild Crombach, Bocados de oro: Kritische Ausgabe des altspanischen Textes, Bonn: Romanisches Seminar (Romanistische Versuche und Vorarbeiten, XXXVII), 1971, p. 117. Por su parte Henry y Renée Kahane, en "Akritas and Arcita", art. cit., p. 416, creen que esta frase está tomada del Digenis Akritas, C, VI, 749-750.
94
Hipólita está aquí aludiendo a la leyenda de Teseo. Recuérdense sus oscuros orígenes. Por un lado, se le consideraba hijo del mortal Egeo, pero otra tradición le tenía por hijo de Neptuno. En cualquier caso, hasta su madurez desconoció quién era su padre.
95
Entiéndase, 'ni siquiera'.
96
Penteo, descendiente de Cadmo, se opuso a la entrada del culto de Baco en Tebas, lo que le granjeó la enemistad de las bacantes, es decir, de las mujeres que adoptaron las prácticas dionisíacas. Hemos de entender, por lo tanto, o bien que Hipólita no está hablando aquí como amazona sino como mujer, o bien que el autor establece una equivalencia entre ambas.
97
'Con seguridad, sobre seguro' (DRAE). El actual a mansalva.
Teseida
(Traducción castellana del siglo X V )
83
la mi tierra desembargar e non me tomarás como en la ribera feziste, porque y o usaré de otros remedios a ti más dañosos e a mí saludables".
[XVI] [i, 108] Cuando Teseo la letra ovo bien oída, a los sus varones sonriéndose dize: "Bien aventurado yo que he vencido, pues esta dueña amonestándome manda aquello que mi floresciente fama en tantas batallas esto solo guardó, que ninguno de mí gloria llevase, y ésta, con su amenazante letra, piensa acabar". Después 67v d'esto dicho, a las dueñas mensajeras se bolvió diziendo: "Notables dueñas, la respuesta prestamente vos será dada". I1- l09 l L a cual en tal manera Teseo hizo escrevir:
[XVII] "Ypólita, reina alta e pujante a la cual el femenil pueblo onra e obedesce, Teseo, duque de Atenas, con la su noble cavallería, salud, la cual al presente y la mi gracia te haze bien menester. Una tu letra vimos en la cual dizes que yo e Ia 68v mi cavallería debaxo de la tierra te queremos ofender, e que guerrear contra las dueñas es de cativo 98 guerrero. A que te respondemos ['•
1101
que en lo que fasta aquí avernos visto ninguna
señal de fembras avernos hallado, sinon de varones con armas resplandecientes, bracos vigurosos, corazones fuertes. E que sea verdad la mi cavallería lo ha bien sentido, que de nuestra sangre son tus riberas teñidas, que a las fembras en su verdadero hábito acostumbrado avernos honrar69*, la cual honra para ti está aparejada e presta cuando en el tu ábito te veremos 70 *, que ya los nuestros bragos andovieron encima de la tierra faziendo vengan§a e alcangando honor e gloria, a lo cual ninguna vileza el nuestro cora£Ón empacha, puesto que debaxo de la tierra comencemos a hazer la vía para el tu orgullo querer abaxar. E fázese aquello que buen guerrero deve fazer, Psean e
que 71v
que es tomar avantaja porque los suyos más salvos e seguros se venga en ello el enemigo, lo cual presto se verá en tu cibdad si a
nós prestamente non te rindes. E d'esta manera avrás paz, de otra guisa matando e llagando es fecho mi mandamiento e así quiero que en ti y en las tuyas crudamente se cumpla".
98
'Malvado' (DCECH).
84
G. Boccaccio
[XVIII] [i, 112] Después que ovo esta letra escripia e sellada diola a las dueñas, a las cuales él avía magníficamente honrado. E después a cavallo salió con ellas e todas sus fuerzas les mostró, e así mismo las cavas les hizo muy abiertamente remirar, a do ellas vieron todo el a d a r v e " apuntado para caer. W-1131 E después así les dize: "¡O caras e amadas 1 0 0 mensajeras! A la reina vuestra id y en verdad le devéis recontar las cosas que manifiestas 72 v avéis visto, e dezilde que non le plega apremiarme con sobervia a que yo aya de ser a ella y a vosotras áspero e crudo, la cual aunque sea valiente non perdonaré, porque contra la fortaleza e sobervia la piedad e mesura sería juzgada por vileza e covardía".
[XIX] 1141
Las donzellas tomaron licencia de Teseo diziendo: "Señor, nuestra voluntad es, si a vos plaze, bolver a la cibdad por este lugar ascondido de vuestras minas, non por cierto con intención de ninguna cosa vos dañar". Al cual plogó d'ello. E las donzellas, tornadas a su cibdad, todo lo que avían visto contaron a su reina e las letras de Teseo le dieron, las cuales luego fueron leídas y de todas escuchadas. [i, 115] Después 73 * que Ypólita el tenor d'ellas ha bien comprehendido, gravísimo dolor en su corazón sintió, e lo semejante sintieron todas las otras que estavan presentes que de valor fuesen. Pero después de algún espacio Ypólita comengó así a dezir:
[XX] [i, 116] "Claro vedes, nobles dueñas, a cuál partido los dioses nos an traído, e non a tuerto 101 nin a sinrazón, que si cada una de nós toviera al marido, hijo, padre o hermano, que ya son muertos, non fuera estado así ardido Teseo de llegarse al nuestro puerto, mas porque lo non son 74v , somos así salteadas como vedes e asitia-
99 'Muralla' ( D C E C H ) . 100 Caras está tomado tal cual del texto italiano y, como en otras ocasiones que hemos ido señalando, el traductor añade un sinónimo castellano para dejar claro su significado. 101 Sin consideración, injustamente (Aut.).
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
85
das. P- H71 Venus justamente contra nós es ensañada102 75v e Mares demuestra en su ayuda e favor, e tanta fuerga le ha dado que contra nuestro grado él señorea, e como le plaze toda ora nos daña, e lo peor que tenga él tan gran enojo que nos amenaze con la muerte. P- 1181 Pero a nosotras conviene tomar dos partidos: uno, súpitamente contra él mostrar las nuestras fuerzas en el campo virilmente, o a él nos rindir, pues la nuestra defensión es dubdosa como vedes, podiendo los muros cuando querrán ser allanados103. P>1191 E dezir que nosotras con ellos nos combatamos me parece que sería pensamiento vano, porque todas conocemos la su gente y esfuerzo e, si bien nos recordamos e verdad queremos dezir, aún no ha mucho que nosotras lo avernos bien provado, donde nos queda entero arrepentimiento. P> 12 °1 Allende d'esto, él tiene consigo toda la ayuda de los altos dioses, a los cuales nós avernos por enemigos, e lo avernos muy claro visto que ni oración, ni devota vigilia, ni fatiga, ni fuerga del cuerpo, ni abto presto proveído cosa104 nos aya aprovechado. E ya non sé qué me diga de la su grande e luenga fortuna y de la nuestra triste desaventura. P>12|1 Pero tomemos el consejo mejor, el cual es que me parece que nos rindamos a él, pues que del valor mundano, a lo que podemos conoscer e sentir, entre los hombres ha la mayor loor e fama e sabemos d'él que a quien se le omilla es muy omilde76v e llano, e 77v non nos será desonor aunque a él nos demos pues es tan noble e soberano señor, pues todo hombre a nós por fembras nos tiene, como en la verdad lo seamos, e a él por duque de Atenas, cuya potencia a todo el mundo es manifiesta". P. 1221 La reina dio fin, mas luego un gran murmullo entre las dueñas fue levantado e unas reputavan105 á bien e otras a mal el tal consejo e parescer, pero ninguna fue tan ardida a contradezir, pues la tal sentencia era determinada por su reina. E luego mandó a las más sabias que con Teseo fuesen a tratar la paz e firmar sus pleitesías106.
102 Al ser Venus la diosa del amor es lógico que Hipólita piense que la actitud de las amazonas con respecto a los hombres no tiene las simpatías de la diosa. Boccaccio, Genealogía, III, 22-23, pp. 205-216. 103 No parece entender el traductor el texto italiano: Però a noi bisogna di pigliare de' due partiti l'un subitamente: o contra lui ancora riprovare le forze nostre in campo virilmente, o a lui, poi ci vuol, ci voglián dare. 104 Nada ( D C E C H ) . 105 Calculaban, meditaban 106 Capitulaciones
(DCECH).
(DCECH).
G. Boccaccio
86
[XXI] [i, 123] Después que la tal sentencia fue acordada, Ypólita dos dueñas hizo venir, cuyos nombres [eran] Polita 78v e Nastrola 107 , bien informadas cada una de lo que avían de dezir. E después que libertad les ovo dado, bien fornidas de lo que era menester, dízeles así: "De oy más 108 , dueñas, id con los dioses, pero sin paz en ninguna guisa tornad". [i, 124] Fueron 79v las dueñas a Teseo e con él muy largamente de unas e de otras cosas hablaron, pero en fin le dixeron que ninguna cosa se podía firmar si él non tomase a Ypólita por su eterna esposa, e que la tierra por ella 80v la toviese debaxo de sus leyes. E luego se acordaron todas las otras cosas que eran menester. [i, 125] e era Ypólita muy fermosa y bella, e asaz joven, e de alta sangre, rica de aver y 81v sabia y discreta, en las armas ardida e fiera, allende de toda mesura. I1126 1 A la cual las dueñas embaxadoras venidas los patios 109 que con Teseo pusieron recontaron. Lo cual fue a ella e a las otras dueñas gracioso e apacible trato 82v . E después que fueron las cosas asentadas, las dueñas luego de continente 110 dexaron las armas y ella mandó que, por su amor, a Teseo y a los suyos les fuese fecha 83v grande honor.
[XXII] [i, 127] Después que los patios fueron firmados, Teseo y los suyos cavalgaron en sus cavallos, e todos los más fueron desarmados e muy alegres todos fueron entrados en la cibdad, en la cual alegremente fueron recebidos, e de aquélla tomaron la posesión sin hazer alguna ofensa. [i, 128] Al encuentro84* viene en un coser 111 a Teseo 85v la reina Ypólita, bella como la rosa. E con ella venía una muy clara infanta cuyo nombre era Emilia, sobrina de Ypólita 112 , e después d'ella venían otras muy fermosas dueñas. ['• 129¡ Así 107 En el texto italiano los nombres de estas dueñas son Polisto e Dinastora, sabemos.
de las que nada
108 Esta expresión, poco frecuente en el castellano del siglo XV, es la solución del traductor para el omai italiano. 109 Pactos ( D C E C H ) . 110 Con compostura
(DCECH).
111 Caballo o potro (Aut.). 112 Remitimos a la Introducción para todo lo relacionado con este personaje: fuentes, parentesco con Hipólita, etc.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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que con mucho honor Teseo y sus varones fueron recebidos. E Teseo, mirando la gran fermosura de Ypólita, sintió los dardos que no saben llagar 86v sino en el cora?ón. E así andovieron alegremente fasta el palacio, donde todos descavalgaron. [i, 130] c u a i palacio estava muy adornado como a tal fiesta pertenescía, mas Teseo non quitava los ojos donde los avía puesto, mas antes el viso de Ypólita mirando con encendidos sospiros dize: "¡Aquésta en fermosura a Elena 13 traspasa 113 !". '1 E mirándola consigo se deleitava diziendo: "¡Por tal fembra bien empleada vaya tan larga fatiga como he sostenido 87v !". E muy alegre esperava 88v ver en el bra§o aquella clara estrella, paresciéndole ser 89v más digno aver a ella conquistado que todo el mundo ganado. [i, 132] L a s dueñas avían ya cambiado 90 * los semblantes, poniendo por tierra sus armas rovinientas 114 , e tornadas eran cuales eran antes, frescas91*, graciosas, humanas, e mudado avían las bozes rigurosas e los pasos avían tornado pequeños que primero con las armas grandes eran estados. ['• 1331 E la vergüen?a, la cual la orrible noche que mataron a sus maridos e generación de sí avían despojado, ya la tenían consigo abracada. [i, 134] £ luego esa noche Teseo con Ypólita se desposó. H- 1351 E así mesmo muchas de las otras dueñas con los griegos cavalleros se desposaron muy alegremente, e por señores los tomaron como a los otros que primeramente avían, e con juramento santísimo les prometieron que en la vida d'ellos jamás en la mal pensada desmesura tornarían, mas a ellos por muy caros e amados señores para siempre ternán 115 . [i, 138] L a s b 0 ( j a s fueron muy grandes e muy alegres e mucho tiempo duró el festejar e cada uno con la suya era bien alegre e la vida a todos era apazible, que las dueñas non entendían en otra cosa salvo en recobrar el tiempo perdido que sin ombres avían estado.
113 Helena era la mujer más hermosa del mundo. Fue raptada por Teseo, aunque después la madre de nuestro héroe la devolvió con sus hermanos, Cástor y Pólux. Más tarde, Afrodita prometió dársela a Paris si éste le concedía el premio de la belleza en el conocido Juicio que lleva su nombre. Paris la raptó y dio origen así a los acontecimientos narrados en la Iliada. Boccaccio, Genealogía, XI, 8, pp. 644-646. 114 A lo largo del texto aparecen cuatro adjetivos, rovinientas, roniento, roviento y rovinoso, para calificar el estado de las armas de los caballeros. Se utilizan para traducir los términos italianos rugginosi o rugginenti y no hemos podido documentarlos en otros textos. Probablemente tienen su origen en el adjetivo rubiniente, 'oxidado', que se forma a partir del sustantivo robín, 'herrumbre' ( D C E C H ) . 115 Las estrofas 132 y 135 tienen, según H. y R. Kahane, "Akritas and Arcita", art. cit., pp. 416-417, un precedente directo en el Digenis Akritas, C, VI, 769 y 781-789.
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[LIBRO SEGUNDO] [I] I11' El sol avía dos vezes resolvida 116 la nieve en los altos Alpes 92v e otras tantas Zéfiro las frondas 117 rendido, después que de Atenas eran partidas las griegas naves, Ábrego 118 espirante, con el cual Teseo e los suyos fueron en el ya dicho puerto traídos, tn- 21 cuando él con la su nueva esposa en alegre e dulce vida reposava sin pensamiento de ninguna otra cosa, que aun apenas se recordava de Atenas. Mas el divino plazer más gloriosa vitoria que allí tenía le guardava, adonde le hizo a Teseo nueva 93v visión ver por cuya causa el tornar a 94v Atenas le fuese forzoso. I11- 31 Estando Teseo del dulce amor subtraído un día solo en un jardín, I11- 41 le paresció el su gran amigo Periteo 119 , el cual le paresció que con gesto desdeñoso le tomava por la mano diziéndole así: "¿Qué hazes tú ocioso con Ypólita en Sicia, reposando preso de nuevo amor, con que ofuscas tu claro nombre? ¿Por qué en Grecia no buelves, que mayor gloria te está esperando? I11- 51 Creo que se ha dexado vencer tu gentil ánimo entre la compaña 95v femenil, la tu proeza, la cual en todos reinos e partes era sabida, e a ti noble con ella as sometido so el deseo o regado de Ypólita". [ii, 6] Al cual Teseo, queriendo responder y escusarse de su luenga tardanza, súpito aquella imagen de sus ojos desapareció que le fablava, por que muy dubdoso luego se levantó del lugar do era 96v , mirando en torno si97v vería aquél que le avía fablado. 71 Mas después qu'el pavor e turbación da lugar a la razón e se rompe el velo de la ignorancia, creyó que la tal imagen fuese cualque 120 deidad que del 116 Del latín resolvere 'derretir'. 117 El término se recoge en DCECH como latinismo poético con el sentido de 'follaje'. En este caso es un calco del italiano frondi, 'ramas'. 118 Viento del Sur, hermano de Zéfiro (viento del Oeste) y de Bóreas (viento del Norte). 119 El héroe tesalio Pirítoo aparece vinculado a Teseo en varias leyendas. La amistad entre ambos se origina cuando Pirítoo, habiendo oído hablar de las proezas de Teseo, quiso someterle a prueba robándole sus rebaños. Teseo descubrió al ladrón y, cuando iban a enfrentarse, Pirítoo, arrepentido, se declaró su esclavo. Teseo no solo no le aceptó sino que olvidó el incidente. Desde entonces se juraron amistad eterna y compartieron todas sus hazañas. Boccaccio, Genealogía, IX, 33, pp. 560-561. 120 Cualquier. Es calco del qualche que figura en el texto italiano.
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cielo viniese a proveer a su honor, la cual visión de tornar en121 Atenas mucho le aquexava122[H. 8] E luego a Ypólita el su querer con honesto98* hablar le manifestó, la cual respuso123 que a todo su plazer era aparejada. La cual, conosciendo el querer de Teseo, prestamente hizo aparejar su navio e el estado del reino se dispuso a plazer de Ypólita. tn- 91 E fecho aquesto entró sin tardanza en la mar y con él Ypólita y muchas de sus dueñas e donzellas e con ellas la muy fermosa Emilia, luz de todas las mugeres de su tiempo. Los cuales viento oportuno de aquella marina los tomó e los traxo la vía de Atenas, lo más del tiempo con las velas llenas.
[II] [ii, 10] Mares, el cual el pueblo erneyo124 con furioso arrebatamiento avié125 a esta sazón movido contra los tebanos, los cuales en otro tiempo avién ferido e vencido príncipes, agora99* de gente plebea e popular126 esta triste gente con asta sangrienta eran aquexados127. I11- n ) Por la cual causa son en esta buelta muertos Anfione 128 100v, Tedeo 129 y el buen Ypodemón130 y el buen Pantanopeo131 e otros 121 En la Edad Media no existía la moderna oposición en/a para diferenciar los verbos que indican estancia en un lugar frente a los que indican movimiento (DCECH). 122 La literatura clásica abunda en este tipo de apariciones y de cualquiera de sus obras pudo tomar Boccaccio el motivo. Sin embargo, creemos que la fuente más directa es, una vez más, la Tebaida de Estacio, en cuyo Libro II se relata cómo el ánima del ayo se le aparece en sueños a Eteocles instándole al combate; vid. Estacio, La Tebaida, traducción del Licenciado Juan de Arjona, en Adolfo de Castro, ed., Curiosidades bibliográficas, Madrid: Imprenta de M. Rivadeneyra (Biblioteca de Autores Españoles, XXXVI), 1856 (reimpr.: Madrid: Atlas, 1950), pp. 63-207, en adelante, Estacio, Tebaida, indicando el libro de la obra. 123 Pretérito fuerte de responder. Es forma documentada todavía en el siglo XV (DCECH). 124 Erneyo debe ser mala lectura del 'lerneo' que figura en el texto italiano. Boccaccio comenta, en glosa a esta estrofa, que por 'lerneo' ha de entenderse 'griego', y que esta denominación se debe a una laguna griega llamada Lema. 125 Esta forma verbal todavía podía verse en la lengua escrita en la primera mitad del siglo XV, vid. R. Lapesa, Historia de la lengua española, op. cit., pp. 272-273 y R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit. pp. 156-157. 126 Plebeo deriva del latín plebeius 'plebeyo' y es forma documentada desde mediados del siglo XV (DCECH). Aquí debe tratarse de un nuevo calco del italiano, al que se le acompaña del sinónimo popular. 127 Entiéndase que eran combatidos por sus enemigos, pues asta es aquí sinónimo de lanza. 128 Debe referirse a Anfiorao o Anfiarao, uno de los generales que marchó contra Tebas. Auguró el desastroso fin de la empresa aunque, sujeto a juramento, se vio obligado a participar
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muchos tebanos de que non se haze minción, y el derecho a todos, Agone, y el fiero Campeo132 y Polinice101 v e Adrastro133 a Argos eran fuidos134, In> 121 el mísero reino quedando vazío de gente e lleno de dolor, mas en poca ora del fiero Creonte135 e de los suyos fue lleno, e de aquél se hizo rey e señor, e con triste en la misma. Tras varias intervenciones afortunadas durante la campaña, finalmente, antes de ser alcanzado por los enemigos, fue tragado por la tierra. Boccaccio, Genealogía, XIII, 45, pp. 775-776. 129 Sin duda se está refiriendo al gran Tideo, héroe etolio, hijo del rey Eneo y Peribea. Participó, como aquí se señala, en el sitio de Tebas defendiendo el derecho de Polinice al trono. Su fama se la debe a su valentía y habilidad con las armas. Boccaccio, Genealogía, IX, 21, pp. 548-549. 130 En realidad Hipomedonte, uno de los siete jefes que atacaron la ciudad de Tebas, famoso por su enorme cuerpo y fortaleza. 131 Partenopeo, príncipe arcadio, fue otro de los siete jefes que marcharon contra Tebas. Pese a haber sido avisado por su madre, Atalanta, de que en dicha campaña encontraría la muerte, se enfrentó a su destino. Boccaccio, Genealogía, IX, 20, p. 547. 132 En realidad, Capaneo, otro de los príncipes que marcharon contra Tebas. En el primer asalto a la ciudad se avalanzó a incendiarla, pero Zeus le mató antes de que pudiera escalar las murallas. Boccaccio, Genealogía, IX, 36, pp. 563. 133 Adrastro fue rey de Argos. Siguiendo un oráculo casó a sus dos hijas con Polinices, hijo de Edipo y desterrado de Tebas por su hermano Eteocles, y con Tideo, hijo de Eneo, rey de Calidón, que le había expulsado acusándole de homicida. Adrastro les prometió que les restablecería en sus derechos. De este modo empezó la expedición de los Siete contra Tebas. Los siete jefes, bajo el mando de Adrastro, eran Anfiarao, Capaneo, Hipomedonte, el sobrino de Adrasto, Partenopeo, Tideo y Polinices. En el asalto a Tebas murieron todos salvo Adrastro. Después las versiones discrepan: o bien Adrastro supo persuadir a los tebanos de que restituyesen los cuerpos de las víctimas o huyó a Atenas para ponerse bajo la protección de Teseo. Boccaccio, Genealogía, II, 74, pp. 173-174 para Polinices y 41, p. 152 para Adrastro. 134 El texto italiano de Boccaccio, en lo que aquí nos interesa, dice así: innanzi e dopo al fiero Campaneo; e dietro a tutti, in doloroso agone, Etiocle e Polinice, ferito, morti, e Adastro ad Argo erafuggito. El traductor ha entendido erróneamente que agone ('batalla') es el nombre de un personaje de la obra y ha transformado el resto del texto para adaptarlo a su aparición. También ha suprimido el nombre de Eteocles, íntimamente unido por la leyenda al de su hermano Polinice. En este sentido cabe decir que no debía conocer la Tebaida, ya que de ser así sabría que Adrastro fue el único que huyó a Argos, por lo que el verbo debería ir en singular. 135 Cuando Layo, rey de Tebas, murió a manos de su hijo Edipo, Creonte le sucedió. La ciudad fue entonces víctima de la esfinge que proponía adivinanzas a los tebanos y los devoraba si no sabían contestar. Edipo la venció y Creonte hubo de ceder el trono al vencedor, dándole también en matrimonio a la viuda del anterior rey, Yocasta, que, sin saberlo nadie, era madre de Edipo. Una vez revelado el incesto, Creonte volvió a ocupar el trono de Tebas.
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agüero e doloroso caso 102v se ha fecho rico de reino e de onor, por fiera crueldad d'él usada, más que de otro ninguno pensada fue jamás, I11-131 con fiero coragón los griegos aborresciendo. Y en una batalla muchos d'ellos ante la su cibdad de Tebas cruelmente mató. E aquellos cuerpos muertos una piadosa obra vedava gravísimamente, defendiendo e amonestando a cualquier que la su gracia deseava, que ningúnd cuerpo muerto de los que allí eran fuego ni sepultura se diese, mas que los dexasen feamente podrescer. [ii, 14] Onde las dueñas argólicas, viniendo a hazer el estremo oficio de aquellos sus maridos muertos, de Creonte e los suyos les fue vedado. Las cuales, vista la cruel obra del crudo 136 Creonte, tristes del tal maleficio, propusieron con lágrimas suplicar a Teseo que aquella crueza quisiese vengar. tn- 151 Las cuales su paso a paso a Atenas 103v enderezaron acompañadas de mucho dolor e fatiga. E llegadas a la cibdad los atenienses se maravillaron de aquella compaña de todo bien desfallescida y de aquello les demandaron la causa. [II, 16] l o s cuales, después que sopieron la nobleza de aquellas dueñas y la causa del su planto, ovieron mucha piadad de las ver en tan gran tormento e muchos de aquellos cibdadanos se les ofrecieron con las casas y con todas las otras cosas a ellas nescesarias fasta que Teseo en Atenas bolviese, que de ora en ora 137 se esperava. (n- 171 Y las dueñas, con grandísimo dolor, cansadas y lasas, al templo de Clemen§ia 138 104v se fueron e allí fizieron su avitación esperando con lágrimas a Teseo, muy enojadas de su absencia. E las dueñas atenensas en compañía d'ellas estovieron todavía consolándolas fasta venir su duque.
[III] [II, 18] Teseo, con viento fresco que a su viaje se le ofreció, retornó contento la vía de Atenas acompañado de los suyos, y con él aquélla que su corazón trae preso, Ypólita reina. E tan buen tiempo le hizo que antes fue junto a la cibdad de Atenas Por lo demás, se le atribuye a Teseo la acción que forzó a Creonte a restituir a los argivos los cadáveres de los suyos, caídos durante la guerra de los Siete. Boccaccio, Genealogía, I, 69-70, pp. 170-172. 136 Del latín crudus 'que sangra'. Entiéndase, entonces, cruel y sanguinario, sentidos estos que ya recoge (Aut.) 137 La expresión está calcada del italiano d'ora in ora. 138 El templo de la Clemencia en Atenas fue construido por Hilo, hijo de Hércules y Deyanira, como testimonio de la ayuda que le dispensaron los atenienses cuando fue expulsado de su patria por Euristeo, convirtiéndose así en santuario y refugio de los exiliados.
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que ninguno lo sopiese. tn> 191 Los atenenses, que mucho su venida deseavan, maravillosa fiesta para su entrada le aparejaron, la cual incontinenti139 fue comen?ada luego. La cibdad fue ornada de paños de oro e seda140 muy ricamente, con infinitos cantos e instrumentos, I11' 2°1 y las dueñas ornadas, por las calles e balcones mostrando su hermosura. Non podría esplicar mi pluma loor de tanta solepnidad141. I11- 211 Los otros cibdadanos le fizieron aparejar un carro triunfal que ninguno jamás aquél fuese igual, e para él le fizieron ropas e vestiduras imperiales e corona de triunfo142. I11- 221 E como Teseo salió de la mar subió en el carro, de los ornamentos reales adornado, e con él luego en el carro subió el su deseo, Ypólita, e con ellos, en lo postrimero del carro, Emilia con las otras dueñas, muchos cavalleros a cavallo. t11' 231 En diversas partes festejando venían los aténeses al derredor d'él, de varias vestiduras devisados143, cantando con infinitos sones, e con esta tal fiesta derecho se fue al templo de Palas144 a rever e orar145 la su deidad, I11' 241 al cual con gran reverencia ofreció muchas cosas, e sus armas e las otras conquistadas en el templo las dexó. E después que otro camino el carro fue buelto a remirar 139 Al punto, sin dilación (Aut.) Proviene del latín, pero aquí es calco del italiano incontanente. 140 El paño de oro y la seda eran tejidos de gran valor cuyo uso venía asociado a la nobleza, vid. M* del Carmen Martínez Meléndez, Los nombres de tejidos en castellano medieval, Granada: Universidad de Granada, 1989, pp. 267-274 y 332-344. 141 Esta intromisión del narrador, como ya ocurriera antes, se debe a la pluma de Boccaccio y no a la de nuestro anónimo traductor. El recurso, por otro lado, está debidamente documentado en la tradición retórica. 142 El motivo del carro triunfal fue muy usado por nuestros poetas del XV, tomándolo, claro está, de la cultura grecolatina. Ya el Marqués de Santillana, en su Triunfete de Amor, nos habla de uno lujosísimo en el que van Cupido y Venus (vid. íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, Obras completas, ed. cit., pp. 108-115, en particular pp. 112-113). Por su parte Mexía, con su afán enciclopedista y erudito, nos da un buen compendio de todo lo relacionado con las celebraciones de triunfo en Roma, vid. su Silva de varia lección, ed. cit., capítulo III, 29: Qué cosa era y cómo se davan y hazían los triumphos en Roma..., pp. 197-212. 143 La devisa o divisa es el blasón o señal distintiva especial que los caballeros traían en el escudo, vestido, etc. (Aut.). Sobre el nacimiento, desarrollo y usos de la heráldica puede consultarse Maurice Keen, La caballería, Barcelona: Ariel, 1986, en particular, pp. 168191. 144 Palas es uno de los nombres que recibe la diosa Atenea o Minerva cuando ejerce misiones de diosa de la guerra. Le fue dado cuando venció al gigante Palas, cuya piel arrancó llevándola consigo en señal de triunfo. 145 No hemos podido documentar en castellano la forma rever con el sentido que aquí aparece. Entendemos que debe ser castellanización del italiano reverir, el cual proviene del latino revereor, 'reverenciar'. No debía tener el traductor muy clara la correcta inclusión del término en nuestro idioma, por lo que se apresura a aclararlo mediante el sinónimo orar que no aparece en el texto italiano.
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la cibdad e con grandes gritos e alaridos de todos 105v eran sus obras loadas, las cuales le hazían digno de eterna memoria.
[IV] [ii, 25] Mientra 146 106v que Teseo en esta guisa iva, el carro pasó delante107* aquel templo do 108v la gran compaña de dueñas en ábito doloroso estavan, las cuales, veyendo que allí Teseo venía, en pie alto se levantaron, con abto furioso, con altas bozes e llanto delante el carro de Teseo se fueron a parar. I11- 261 E Teseo maravillado dixo: "¿Quién son aquéstas que al nuestro alegre vencimiento las crines147 esparcidas, los pechos se batiendo, llenas de todo dolor vienen como si la mi gloria les fuese enojosa, aviendo toda la otra gente alegría?" Al cual una d'ellas lagrimando respuso: [II, 27] "Señor, no te deve maravillar el ábito triste nuestro, a ti e a todos enojoso, nin creas que el nuestro lloro e miseria sea por la tu conquista nin por ninguno otro tu honor de que nosotras seamos pesantes, nin menos por aver visto la tu gloria e persona, mas los nuestros animosos males nos hazen animosas a plañir, lo cual cierto non fiziéramos si el primo 148 109v dolor nos oviera muertas". [ii, 28] "¿Pues quién soys -les 110v dixo Teseo- o por qué solas en esta pública fiesta plañís?" Al cual una sola, que Evanes 149 l l l v se llamava, más que ninguna otra onesta, respuso: "Esposa fui, noble señor, de Campaneo y, aun cualquier112v que en esta triste compaña 113v ves de reyes fueron mugeres, madres, hermanas 114v o hijas. 29I La pérfida maldad del tirano hijo de Edipo 150 contra Polinice, su único e solo115v 146 Las formas mientra y mientras, provinientes de mientre, alternaron hasta el siglo XVI, aunque acabó predominando la segunda de ellas ( D C E C H ) . 147 Calco del italiano crini. 148 Según atestigua DCECH no puede decirse que en el sentido etimológico de 'primero' se haya utilizado en castellano la forma primo que, cuando aparece, es siempre latinismo, salvo en formas estereotipadas. Aquí, sin embargo, estamos ante un claro italianismo: primo dolor. Merece notarse también como el copista del XVI de esta traducción cambia el inusual primo por el más castellano primero. 149 Se refiere a Evadne, la fiel esposa de Campaneo que tras su muerte se arrojó a la hoguera que consumía el cuerpo de su desgraciado marido. Boccaccio, Genealogía, IX, 36, p. 563. 150 La historia de Edipo y sus hijos es bien conocida y ya ha sido mencionada con anterioridad. Lo que ahora interesa es saber que era hijo de Layo, rey de Tebas, y de Yocasta. El oráculo
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hermano, con fiero engaño del reino le sacó e la su desventurada cavallería le tiró151, con mayor daño que no se dize, delante Tebas, a do la triste suerte a los varones d'estas ha tirado. 3°I A los cuales en vano nosotras esperávamos con aquel honor verlos tornar a las sus tierras que agora te vemos en la tuya laureado triunfando1 16v, y en el ábito triste en que agora nos ves a sepultarlos fuimos. Mas la áspera tiranía de aquél que a tomado el reino a quien de derecho le pertenescía, 31 J el pérfido Creonte, a quien más dura el aborrescimiento que a los muertos hizo la vida, niega la sepoltura a los griegos cuerpos. Non creo crueldad jamás sea vista tan aborrescida, la sombra de la cual es igual a la palud152 escura117* Estigia153. Y éste traspasa a todos nuestros males, conviene a saber: hazer de nuestros reyes manjar de las aves e animalias. I11- 32J Nosotras, movidas a hazer el estremo honor a los nuestros cuerpos muertos, visto su cruel edito e mandamiento, movimos nuestros pasos a tender plegarias a ti, piadoso señor, que el tal ultragio154 que se nos de Delfos les advirtió que el hijo que tuvieran llegaría a ser asesino de su padre y esposo de su madre. Layo, al nacer su hijo y para evitar el pronóstico, encargó a un servidor que matase al niño, pero éste se limitó a perforarle los pies y a suspenderlo con una correa de un árbol del monte Citerón. Fue adoptado por Polibio y Peribea, reyes de Corinto, con el nombre de Edipo (en griego el de los pies hinchados). Sospechando ser un expósito consultó el oráculo de Delfos que le aconsejó no retornar a su país. Edipo entendió que se trataba de Corinto y no volvió a la ciudad. Marchó a Fócide y en el camino, sin conocer quién era en realidad, mató a Layo en una disputa. Llegó a Tebas, asolada en esos momentos por la Esfinge. El rey de la ciudad, Creonte, había ofrecido la mano de Yocasta y la corona al que librara la ciudad de la Esfinge. Edipo la venció, se casó con Yocasta y subió al trono de Tebas. Tuvo dos hijos, Eteocles, al que aquí se alude, y Polinice. Con el paso de los años y a fin de evitar la peste que se cernía sobre Tebas el oráculo declaró que tal calamidad pasaría cuando fuese descubierto el asesino de Layo. Tras las investigaciones el resultado dio como asesino a Edipo, descubriéndose entonces que Yocasta, su mujer, era también su madre. Edipo horrorizado se sacó los ojos y fue expulsado de Tebas por sus hijos. Se dirigió como mendigo a Atenas, donde fue acogido por Teseo. Edipo al partir de Tebas lanzó una terrible maldición sobre sus hijos Eteocles y Polinice pidiendo que tuviesen que disputarse con las armas el cetro que a él le arrancaban. Para evitar la maldición se turnaron durante un año cada uno en el trono de Tebas. Eteocles fue el primero en reinar, negándose a abandonar el trono al cumplirse el año, lo que provocó la marcha de Polinice a casa de Adrastro, rey de Argos, con cuya hija se casó y por quien fue ayudado a luchar contra Tebas. Ésta es la llamada Marcha de los Siete Jefes contra Tebas ya mencionada. Tras una larga guerra decidieron los dos hermanos realizar un combate singular en el cual perecieron los dos, cumpliéndose así la maldición de su padre. Boccaccio, Genealogía, II, 69-74, pp. 170-173. 151 Echó fuera, arrojó (DCECH). Aquí es calco del texto italiano: tiró al suo gran danno. 152 Palude, del latín palus-udis, 'laguna' (DCECH). 153 Laguna de los infiernos. Boccaccio, Genealogía, III, 14, pp. 197-199. 154 El DCECH no recoge esta forma, por lo que hay que pensar que se trata de un calco del oltraggio del texto italiano.
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haze quieras remediar y el alto valor que en ti mora sea a nós piadoso. I11- 331 Tú avrás en ello de los dioses gran mérito e, allende d'esto, aquello que todo orne valeroso deve hazer 118v farás, e si otro fuera de ti y sin ti quisiese la tal empresa tomar devrías ser por ello enojoso o sañoso a lo impidir, porque tuya fuese la glo34 ria de pugnir tal e?eso. 1 E si por ventura el lagrimar y el nuestro triste ábito non te mueve, ni los ruegos e plegarias razonables non te inclinan a que los obsequios piadosos a los muertos podamos hazer, a lo menos la triste condición de aquéllos que ya fueron reyes no la quieras desamparar, pues griegos e de real sangre nacidos son así como tú". 155 [ii, 35] Las lágrimas aún no eran acabadas de las dueñas cuando toda la gente que al derredor estavan, con tristeza e piedad d'ellas, lloravan dañando 156 cruelmente la crueldad de Creonte. I11- 361 Teseo, atento a las palabras, recogiólas todas, el ábito mirando de aquellas dueñas, e viendo el manifiesto llanto e considerando la majestad de tan alta angustia e muerte de los reyes, de gran compasión e dolor fue vencido. E después, con doloroso semblante, a las dueñas en tal manera respondió:
[V] [ii, 37] "El ábito escuro, el plañir angustioso, e conoscervos por vuestros mayores, e la recordarla del vuestro ser y estado pomposo, e del deleitoso reino e nobles servidores, e del rey vuestro e su glorioso reinar, e la mudadiza Fortuna 119v , que las cosas vuestras de alegres tristes ha tornado, an puesto mucha alteración e angustia 38 a mi gloria. 1 Yo querría bien 120v poder en el vuestro primo 121v estado e vida los vuestros reyes tornar, como creo poder hazer que sea dado honor e sepoltura a quien dar vos plazerá, y que el orgullo de aquéllos que impedirlo quisieren sea abaxado. Yo no vos quiero negar la ayuda e la venganza, I11'39' por ende fortificad los ánimos dolientes con esperan?a buena, que yo vos juro que antes que yo e los míos reposemos dentro en los muros de Atenas faremos entero esperimento 157 , porque yo ya 122v soy de vitoria seguro, non tanto aviendo de mí c o n f i a b a cuanto de Creonte me la da 123v su falacia y engaño".
155 Este pasaje con las dueñas tebanas como protagonistas está tomado de la Tebaida de Estad o , Libro XII, vid. Alberto Limentani, "Boccaccio 'traduttore' di Stazio", art. cit., p. 234. 156 Condenando. El verbo dañar con este significado es un cultismo del latín dannare y aparece como tal en las lenguas romances durante toda la Edad Media (DCECH). 157 Cultismo del latín experimentum, 'ensayo, prueba de la experiencia' (DCECH). caso, es calco del texto italiano: faremos interi esperimenti.
En este
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[VI] [ii, 40] Dicho aquesto con begnino aspeto, se rebolvió a Ypólita así le diziendo: "Bien has oído, reina, lo que aquestas dueñas reales a nós han dicho, porque te ruego non te venga en desgrado si al presente en la su justicia entiendo. Abaxa e del carro desciende, te ruego, y con mi padre reposa y está fasta que yo sea tornado". [ii,4i] Al cual Ypólita respondió: "Cierto señor, bien que yo sea amazona, ya non soy cruel, pero a tal cosa vengar, si es verdad, como yo creo, el su triste razonar, voluntariosamente si el mi tornar a las armas te pluguiese yo me pornía. 421 Pero señor, a tu plazer obra de aquí adelante, porque si ellas en tal desaventura están, como dicho an, no es razón que tu valerosa persona en tan justa venganza repose. Mas ve e haz aquello que de tu virtud se espera, que esto más que otra cosa me verná en plazer". Y esto dicho, entre la turba 158 alegre, con muchas dueñas que la acompañavan, 43 del carro ella y Emilia descindieron. I Después que Teseo ovo descendido las 124v dueñas de su carro, teniendo el viso e acatamiento en la miseria de las desconsoladas, de íntima y entrañable piedad aflito 159 , sobre el carro se rebolvió y a las juntas escuadras de los suyos, que junto con él estavan, con alta boz e de furor encendida en , 2 5 v tal manera habló:
[VII] [ii, 44] " j a n t o en el mundo cada uno es valeroso cuanto de virtud le plazerá obrar, por ende cada uno de bivir ocioso se guarde si en fama y onor quiere sobir. Y nós, por adquirir e ganar este glorioso don, entre los mundanos venimos en el mundo non para ser tristes como brutos animales, t11- 451 Por ende, muy caros e leales señores e amigos, los que conmigo en tantos peligros avéis estado por hazer vuestra memoria famosa a las advenideras e nuevas naciones, agora los corazones, las obras gloriosas vos ruego que despertéis e dispongáis e no vos plega tomar reposo por nuestra avida vitoria. I11-461 Oído avedes así como yo aquello que estas dueñas, presentes vosotros, me han dicho, a las cuales por cierto cada uno de vós devría ser piadoso e a su vengan§a fervientes, porque la áspera enemistad y el deseo de 158 Tomado del latín turba, 'muchedumbre confusa, multitud' (DCECH). debe ser calco del texto italiano. 159 Aflicto, tomado del latín aflictus, participio pasivo de affligere, 'afligir'.
No obstante, aquí
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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empecer160 deve cesar después de muerto el enemigo e non antes, y pues Creonte a fecho a los muertos nuevas injurias t11,471 vayamos a él, e homilde e llano con las armas le fagamos tornar, pues haze estar a los muertos a la ribera de Acheronte161 126v . E faremos sepultar los cuerpos de los reyes, ca nosotros no devemos andar como Demofón, que quería el reino a otro usurpar por cobdicia162, mas con la razón la gloria de aquéste llevaremos, y espero que los dioses la su victoria nos darán". [ii, 48] e non fue dexado el su dezir adelante pasar que un remor se levantó que al cielo tocava diziendo: "Todos somos prestos de morir acerca y en derredor de ti y mucho nos127v agrada la ida contra Creonte, pues obras así malvadas ha cometido. E tú, señor, verás el nuestro obrar cuál será en tu presencia".
[VIII] [ii, 49] Teseo, sin aver visitado su viejo padre, ni pariente, ni amigo, salió de Atenas, ni le fue en desplazer ni estorvo el amor dulce y casto de Ypólita, nin otro algúnd reposo, por poder gloria alcafar. E luego, como fue puesto en camino, a Creonte vino la nueva desventurada en su tierra, I11- 5°1 E aun las señales e vanderas que desplegadas non eran incontinenti fueron sueltas e tendidas. Los cavalleros, sus escuadras ordenadas, cada uno seguía a la suya lo más bien que podía, siguiéndolos las desconsoladas dueñas de aqueste viaje mucho contentas. E así llegaron a Tebas e asentaron su real163 cerca de la triste mortandad, ["• 5|1 que bien sentían el aire corruto por causa de los muertos que estavan sin sepultar. 160 Impedir, perjudicar ( D C E C H ) . 161 El Aqueronte es el río que han de atravesar las almas para llegar al reino de los muertos. El barquero Caronte se encarga de pasarlos de una a otra orilla. Boccaccio, Genealogía, III, 46, pp. 186-191. 162 Demofonte, hijo de Teseo y de Fedra, tomó parte en la guerra de Troya y ocupó, junto con su hermano Acamante, el trono de Atenas mientras su padre bajaba a los infiernos para rescatar a Perséfone. Los dos hermanos fueron destronados por Cástor y Pólux, quienes pusieron en el trono a Menesteo. Hasta aquí someramente lo que dicta la tradición, que no hace mención alguna de la ambición que le atribuye Boccaccio. Ahora bien, el mismo autor, en su Genealogía, nos dice que Demofonte, "habiendo oído que Menesteo, rey de Atenas, llevado de un lado a otro por las tormentas y molesto por los mareos, había llegado a la isla de Melos y había muerto allí, empujado por el deseo del reino [...] volvió a Atenas y después del año vigésimo cuarto del exilio paterno [...] asumió el reino de Atenas.", X, 52, p. 614 (la cursiva es nuestra). Conviene, no obstante, recalcar el anacronismo de los hechos narrados. 163 El campo donde se asienta un ejército y también el grueso del ejército (Aut.).
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E luego embió a dezir Teseo a Creonte que saliese del reino o dexase dar la sepoltura a los cuerpos muertos, o que se aparejase a la dura batalla. Los embaxadores dixeron a Creonte su embaxada, el cual así respondió: í11- 521 "Dezid a Teseo que yo soy aparejado a la batalla, la cual él ha de hazer con pueblo franco e bien armado e non con dueñas como la él suele hazer 164 , e que venga cual hora le plazerá, que nin por eso los cuerpos muertos avrán fuego ni sepoltura, que yo confío que presto otro tanto a él e a los suyos faré". [ii, 53] El buen Teseo, oída la respuesta de Creonte 128v , asaz furiosa, riéndose, al llano campo con los suyos 129v descindió, y en tres partes todos los suyos dividió 165 e hizo a los unos e a los otros bien manifestarse a sus enemigos, y él delante de todos contra Creonte, que ya lo esperava, se fue.
[IX] [H. 54] Aquella ora trompetas e atabales e todos los otros instrumentos de la guerra de una e de otra parte fuertemente sonaron 130v , e los cavalleros se fueron unos contra otros todos a Mares llamando, e luego las lanças e las pujantes saetas se començaron a lançar de una parte e de otra, I11- 551 E los cavalleros se encontraron con gran remor e con las lanças 131v cada uno festeja al otro 166 , e después con las espadas la batalla más dura e más molesta començaron, a do muchos de la una e de la otra parte murieron. [ii, 56] El buen Teseo sobre un gran cavallo, con una maça en la mano, por el campo andava firiendo a quien topava e derribando a quien encontrava. E confortando sus escuadras con el su buen hazer a todos esforçava, dando armas a los que perdido las avían e ayudando a cavalgar a los que caído avían. I11- 571 E bien veía él aquél que con mano temerosa movía el braço e quién ardidamente su poder combatiendo mostrava, e al que alguna cosa como covarde e perezoso cobrava con bozes lo increpava, loando los buenos, loándolos por su propio nombre, agora
164 En esta bravata de Creonte encuentran cumplimiento las palabras que Hipólita dijo a Teseo en el Libro I, XV, de nuestra edición, cuando trata de conquistarla por la fuerza: "Guerrear contra las dueñas e aver d'ellas vitoria al vencedor es mayor disfama que gloria." 165 Sobre el tipo de táctica militar que denota la división del ejército en tres partes puede consultarse Ph. Contamine, La guerra en la Edad Media, op. cit., pp. 286-293. 166 No es nada frecuente la utilización del término festejar en este sentido. Hemos de suponer que el traductor no ha entendido correctamente el texto italiano: e con le lance ciaschedun s'infesta di vender bene il romper quelle caro.
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aquel, agora al otro. I11- 5gl De la otra parte lo mismo fazía Creonte como ardid capitán que así sin dubda creía hazerse del enemigo vencedor. E andando en la buelta 167 la ventura juntó estos dos capitanes a un encuentro I1159] e s e conoscieron e corrieron el uno contra el otro, e valerosamente se comenfaron a ferir como hombres que se aborrescían mortalmente. E como aquéllos que avían voluntad del uno al otro traer a la muerte, ya de los grandes golpes se avían despedagado las armas e los cuerpos llagado 132v . 60 ' Teseo, de saña ardida e toda ira 133v inflamado, diziendo Creonte tanto durarle, e recogiendo con saña todas sus f u e r a s , furioso se dexó ir contra él, e con su fuerga grande e fiera lo langó del cavallo casi muerto en tierra. I11- 6| J Teseo luego descavalgó diziendo: "¡O fiero tirano, agora es venido el día que tu maldad fenescerá, agora serán pugnidas las conocidas ofensas tuyas, agora el tu bivir será complido e las tus armas con sangre a Mares, mi begnino dios, 621 e los cuerpos contra los cuales non fuiste piadoso ardidos serán y el tu reino destruido y el nombre tuyo de memoria privado, e a las dueñas, a las cuales fuiste ocasión de duelo e llanto, será el tu cuerpo dado para que d'él fagan a todo su plazer, e así la tu sobervia que al responderme fue desdeñosa será abaxada". [ii, 63] Non espantaron las palabras de Teseo a Creonte, puesto que 168 caído estoviese en tierra, ni el semblante mudó la su ardida cara, ni tampoco flaco su cora?ón mostró, antes, con saña e palabras audaces, áspera respuesta dio [a] aquél que sobre el pecho fiero le estava con la muerte amenazando 134v , ["• 641 diziéndole: "Haz de mí lo que dizes 135v , porque muera antes que vitoria vea 136v de mí a ti y a tu gente levar, porque en esto el alma mía alguna vitoria llevará. Y pues aún agora en dubda dexo los tuyos e los míos, partiré con esperanza que aún los míos podrán aver lo mejor. In- 651 E con esto iré a los infernales dioses casi 137v contento, y el cuerpo mío dalo a quien quisieres, porque más me plaze así que non con la vida viéndote vencedor". tn- 661 E luego calló. Entre tanto le avía Teseo todo desarmado e vídole el viso mudado e perdido, por ende creyó que ya avía espirado. ln> 671 El cual, dexándolo allí, cavalgó en su cavallo e contra los suyos se tornó todo ardiendo con deseo de la vitoria. E luego hizo dar de rezio en los enemigos que al primero que firió hizo caer muerto a sus pies, e semejante hizo a otros, por ende ya ninguno lo osava esperar. [ii, 68] e también los suyos hazían grandes cosas en armas, contra los enemigos grande esfuerzo mostrando, e por el campo firiendo e matando e prendiendo anda167 Luchando (Aut.). En el DCECH también se registra en la Edad Media el verbo volver en el sentido de 'trabar pelea o batalla'. 168 Aunque
(DCECH).
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van pensando en las piadosas lágrimas de las dueñas que delante Teseo avían visto llorar, e tan vigurosos andavan que ya los tebanos non los podían sofrir salvo aquéllos que morir querían. I11- 691 E sabida la muerte de su señor ya non sabían qué se hazer ni a dó su triste fuida enderezasen, e así todos bolvieron sin ninguno osar esperar, tanta era la priesa que les davan. P1- 701 Los míseros lanzados del campo non fuyeron a la cibdad por esperar allí reparo138v, mas por los montes e valles 169 se fueron con grande dolor, temiendo la ira del vencedor. P1-711 Viendo aquesto los cibdadanos tebanos, las dueñas e los hijos pequeños e los viejos salieron de la cibdad faziendo gran duelo. Siguieron a los suyos por los lugares silvestres e así, con infinitos llantos, dexaron la tierra a la mesura del enemigo Teseo. [ii, 72] e i buen139v Teseo non curó de seguir a los que fuían, mas luego se fue la vía de la cibdad, en la cual non falló ninguno que se lo estorvase y entrando dentro comenzó los templos e la antigua roca de Cadino170 a remirar. 731 E después que ovo visto las cosas magníficas e cada una d'ellas bien reguardadas171, fuera de la cibdad se salió, e a la su gente, voluntariosa de entrar, dio licencia, pero amonestándoles que todas las cosas sagradas de los templos de los dioses tebanos salvas e guardadas fuesen, por que luego fue entrada y robada ecepto los templos, como su capitán se lo avía mandado172. 169 En realidad, el texto italiano trae monti Ogiggi, es decir, los montes Ogiges, lugar del encuentro de Tideo con los cincuenta tebanos que le esperaban emboscados para matarle, vid. Estacio, Tebaida, Libro II. 170 Cadino o Cadmo fue hijo de Agenor y Telefasa y hermano de Cílix, Fénix y Europa. Tras el rapto de ésta, Agenor envió a sus hijos a buscarla, transladándose Cadmo y su madre a Tracia. Muerta Telefasa, Cadmo acude al oráculo de Delfos, que le ordena abandonar la búsqueda de Europa y fundar una ciudad en el sitio en el que, tras seguir a una vaca, ésta cayera agotada. El animal le condujo a través de Beocia hasta tumbarse, al fin, en el emplazamiento de la futura Tebas. Viendo Cadmo el oráculo cumplido quiso ofrecer en sacrificio la vaca a Atenea, para lo cual envió a sus compañeros a por agua de la Fuente de Ares, pero un dragón mató a la mayoría de los enviados. Cadmo dio muerte al dragón y, aconsejado por Atenea, sembró sus dientes, de los que brotaron los spartoi -'hombres sembrados'-, de amenazador aspecto. Cadmo les arrojó piedras para ahuyentarles y los spartoi, no sabiendo quién les agredía, se mataron entre sí, sobreviviendo solo cinco. El héroe llegó a ser rey de Tebas gracias a la protección de Atenea. Boccaccio, Genealogía, II, 63-67, pp. 166-169. En cuanto a la roca a la que alude el texto, creemos que se trata de un error del traductor. En el texto italiano figura rocche, 'fortaleza', que es fácilmente confundible con rocce, 'roca'. 171 De reguardar, 'mirar o atender', recogido en Aut. como voz anticuada. Vid. también J. A. Pascual, La traducción de la "Divina Comedia", op. cit., p. 131. 172 Este pasaje parece plantear una contradicción entre los nobles motivos que impulsan a los hombres de Teseo a luchar contra Creonte -el llorar de las dueñas, los cuerpos de sus mari-
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[X] [II, 74] Teseo, viéndose vencedor, al campo se tornó y, entre los cuerpos muertos, el cuerpo de Creonte fizo tirar e obsequias de grande honor le hizo hazer, e las sus cenizas recoger en una vasija de oro y en el templo de Tebas las hizo colocar I11- 75I diziendo: "Yo quiero que las sombras infernales puedan dar de mí mejor testimonio que non lo darán de aquél que a los cuerpos reales el último honor funeral quiso negar". E esto fecho fizo llamar las dueñas griegas e así les comengó a dezir: I11- 761 "Dueñas, los dioses a vuestra gran justicia e 140v razón an dado entera vitoria141v e venganga, por lo cual con nuevas oblaciones e sacrificios173 somos tenudos de engalgar su gloria. Por ende, poned en esecución aquello que se vos negava e dad a los vuestros reyes el piadoso sacrificio, segúnd que en vuestro deseo está. tn. 771 E aquesto fecho recebid la tierra que fue ocasión de muerte a los vuestros reyes e d'ella fazed a vuestra voluntad e, sin ningúnd temor de enemigos, seguramente la vuestra cibdad tomad". Las dueñas, muy alegres, regradesciendo174 a Teseo el tan alto beneficio, a sepultar los muertos se fueron.
[XI] [ii, 78] Estando en el campo doloroso a do los reyes muertos iazían, bien que les fuese enojoso porque ya mucho fedían, non fue por aquello a ellas grave de buscar entre los muertos cada una al que amava, e agora rebolviendo éste, agora aquel, I'179 1 con infinito dolor e bozes, faziendo llanto segúnd que en aquel tiempo se acostumbrava, cada una al suyo entero o por142v partes como mejor pudo recogió, e lavándolos primero fueron luego sus cuerpos fechos cenizas, I11- 80 ' E sobre ellas cada una, como mejor podía, diversos ornamentos pusieron, e con gran planto cada una al su cuerpo con mucha cerimonia ponían fuego diziendo versos dos muertos pudriéndose al sol, etc.- y su evidente deseo de saquear la ciudad. No debemos olvidar, sin embargo, que en la Edad Media la guerra era entendida no sólo como una acción militar, sino también como una operación mercantil. Vid. M. Keen, La caballería, op. cit., pp. 289-312 y Cantar de Mió Cid, ed. Alberto Montaner, Barcelona: Crítica, 1993, nota al v. 303. 173 La oblación es una ofrenda que se hace a los dioses (Aut.). De nuevo el traductor, quizá por no estar muy seguro del equivalente castellano al latinismo oblazione del texto italiano, añade un sinónimo explicativo. 174 Agradeciendo ( D C E C H ) .
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pertenescientes asaz a toda tristeza. 81] E así consumieron con fuego los cuerpos muertos e después las cenizas recogieron por las levar ad Argos175, mas primero por más vengan?a fueron a Tebas y le pusieron fuego e la quemaron toda. [ii, 82] e acabado esto a Teseo tornadas una d'ellas en tal manera le comen§ó a dezir: "Muy valeroso señor, de la venganza que as fecho al restante del nuestro inestimable dolor los dioses te den gracias por ello, e nós en aquello que fembras 83 podemos, nuestra honestad salvas, somos al tu plazer. 1 Nosotras avernos fecho con el doloroso fuego las excelsas personas de nuestros reyes en chicas vaxillas caber e tú queda con los dioses, los cuales cumplan cada uno de tus deseos". [ii, 84] £ as { i a s r e i n a s dueñas de Teseo se partieron. E luego mandó buscar el campo e hizo de los feridos curar e a los muertos sepultar e la presa e despojo delante sí fizo traer e a cada uno, segúnd su merescimiento, la repartió liberal e magníficamente143v.
[XII] [ii, 85] Mientra que los griegos andavan el144v campo buscando, por caso avino que entre los muertos dos graciosos176 mancebos feridos quexándose fueron fallados, demandando a los vencedores que los matasen, tanto el dolor de las feridas los agravavan. (n- 861 E en sus semblantes e armas, aunque desfigurados estavan, bien parescían que no eran de la popular gente, antes de generación real produzidos177. tn- 871 E casi ya ciertos de su condición e grandeza a ellos homilmente se llegaron e sin los desarmar, como a la otra gente avían fecho, amorosamente en sus bragos los recibieron e sin tardan?a delante Teseo los traxeron. P1- 881 Los cuales como Teseo vido de alto fecho los estimava. A los cuales demandó si eran de la sangre de Cadino nascidos y el uno d'ellos le respuso: "En la su casa nascidos y criados fuimos, e sus sobrinos somos e con los nuestros en su defendimiento contra ti venimos". 891 Conoció Teseo en su dezir el lugar 175 Aunque existía en castellano medieval la preposición ad, parece más lógico pensar que la aparición de esta forma a mediados del XV se debe a un calco del texto italiano que se traduce: adArgo. 176 Donosos. Gracioso es neologismo que empiezo a circular en Castilla a mediados del siglo XV ( D C E C H ) . El adjetivo no aparece en el texto italiano. 177 Ya desde Santo Tomás la cultura occidental ha asociado lo bello a lo bueno y, dando un paso más, a lo noble. Para el origen y posterior desarrollo de esta idea puede consultarse el trabajo de E. R. Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, op. cit., I, pp. 260-262.
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real donde aquéllos venían e con todo ingenio todas sus llagas hizo curar, aunque contra ellos más lleno de ira que non de piedad estovo, porque con los otros tebanos en prisión los hizo poner e para su solepne triunfo guardar.
[XIII] [ii, 90] Después ya de destruida Tebas que a Teseo paresció tiempo de tornar, fechas todas las cosas que para conclusión de aquella guerra eran nescesarias, con diligente cura178 con los suyos contra Atenas enderefó su vía. I11-911 E los atenenses145v le hizieron un carro muy más rico que el primero, e todos con grande alegría e solepnidad lo146v salieron a recibir cantándole147* canto de mucha vitoria, e con tal alegría e fiesta entraron con él en Atenas, al cual al encuentro su viejo padre Egeo salió. In> 92¡ E delante su carro a sus dos prisioneros Arcita e Palamón, que así avían nombre179, fizo ir, a los cuales todos los otros prisioneros tebanos hizo seguir. Era148v el carro de todas partes rodeado de muchas dueñas que gran fiesta fazían. [ii, 93] En esta fiesta vino luego la clara Ypólita, la cual a Teseo nunca tan bella y fermosa paresció, a la cual con alegre gesto recibió y con ella a la muy fermosa Emilia con otras muchas dueñas e donzellas e cavalleros que nombrar non conviene. I11- 941 En tal fiesta así triunfante, alegre, con todos los suyos por la cibdad fue traído e, como pasase por el templo de Palas180, allí mandó el carro parar e entró dentro. ln> 951 E hizo allí traer las armas que a Creonte en el campo tebano despojó, e a Mares las ofresció e de la vitoria que avía alcanzado gracias le rindió ofresciéndole olocaustos e sacrificios. I11- 961 E salido del templo al gran palacio se bolvió con el su viejo padre, fablando con Ypólita en muchas cosas de diversos plazeres.
178 Cuidado
{DCECH).
179 Para el nombre de Arcita y su origen se han dado distintas explicaciones. H. B. Hinckley, Notes on Chaucer, Northampton: Mass., 1906, pp. 59-60, mantiene que el nombre del protagonista está basado en el del personaje Archytas que aparece en el De Senectute de Cicerón. Por su parte, Savj-Lopez, Storie Tebane in Italia, op. cit., p. 76, piensa que el nombre deriva de arquitenens, arcitenens. H. y R. Kahane, "Akritas and Arcita", art. cit., pp. 415 y ss., rechazan estas etimologías alegando que el nombre de Arcita está tomado del Digenis Akritas, historia bizantina con la que la Teseida contrae bastantes deudas arguméntales. 180 Comete aquí el traductor un error ya que, como figura en el texto italiano y comprobaremos inmediatamente, el templo al que acude no es el de Palas, sino el más adecuado de Marte.
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[XIV] [II, 97] Reposando algunos días en alegre vida el buen Teseo hizo delante sí venir a los tebanos prisioneros, Argita e Palamón, los cuales cada uno en el aspeto eran agradables e de ardida semblan?a, e tales a Teseo le parescieron, porque dubdó que si bivían e 149v los soltasen que en algúnd tiempo gravemente le podrían dañar, [ii, 98] £ después pensando en sí dixo: "Matallos serié gran pecado non siendo ninguno d'ellos traidor". E entre sí pensando deliberó de tenellos en prisión e luego al prisionero 181 los encomendó diziendo que bien los guardase pero faziéndoles todo honor. E de allí Arcita e Palamón fueron condenados a perpetua prisión, t11- "1 pero mandólos dentro en su palacio meter y en gran recaudo, haziéndolos honorablemente servir, en una cámara con buena guarda 182 los hizo meter.
181 Carcelero. 182 Puede entenderse el término en dos sentidos. En el de guardia, vigilancia, y en el de cuidar, prestar atención, ambos recogidos en DCECH. Si atendemos al original italiano que dice: che ben li guardi efaccia loro onore hemos de suponer que se está refiriendo al segundo significado.
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[LIBRO TERCERO] [I] [iii, 3] Estando en tal guisa los aprisionados tebanos su infortunio cada ora plañiendo, maldiziendo el tiempo y la ora en que al mundo vinieron, Bn- 41 espesas183 vezes llamando la muerte que los llevase, cuando pervino que de arriba del luziente cielo de otros sospiros nuevamente fueron proveídos184; l111- 81 donde avino que la muy fermosa Emilia, non constreñida de amor ninguno, salvo por su recreación e reposo185, todas las mañanas a una ora venía a un jardín sola, el cual a uni50v i a d 0 d e i a cámara de los dos tristes prisioneros tebanos salía, deportándose 186 e con amorosa canción cantando. [iii, 9] g aquesto la simple donzella por alegre vida muchos días teniendo, con las blancas manos cogía las Cándidas rosas e d'ellas a su ruvia cabelladura fazía guirnalda187. [ni, io] e una mañana discurriendo188 en el jardín como ya era acostumbrada, cantando e faziendo su fiesta, I111- "1 al son de aquella boz, Arsita se levantó, que 183 Espeso tenía en esta época muchas veces el sentido de 'frecuente', sobre todo en locuciones como la que anotamos (DCECH). No obstante, debemos pensar en un calco del término spessamente que figura en el texto italiano. 184 En el texto italiano el pasaje es el siguiente: quando per Vener, nel suo ciel luciente, d'altri sospir dar lor fu proveduto es decir, no pervertir o provenir, como malentiende el traductor, sino que 'ocurre por Venus'. De este modo corregimos la incoherencia sintáctica que supone una oración con dos verbos principales: pervino y avino. 185 En el texto italiano el pasaje es el siguiente: quando la bella Emilia giovinetta, a ció tirata da propria natura, non che d'amore alcunfosse constretta Se trata, claro, de una alusión misógina sobre la naturaleza del amor en las mujeres. 186 Divirtiéndose, descansando (DCECH). 187 Si pocas líneas antes se nos ha insinuado el locus amoenus con la imagen del jardín solitario, ahora aparece el ideal de belleza femenina asociada a ese tópico: blancas manos... candidas rosas... ruvia cabelladura, vid., para la descripción de la belleza femenina, el trabajo de Elena Sánchez Trigo, "El retrato femenino en la poesía provenzal: Descripción del rostro de la dama en los trovadores", Revista de Literatura Medieval, V (1993), pp. 247-277. 188 Del verbo latino discurrere, 'correr acá y acullá' (DCECH).
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en la prisión estava, e paso a paso, sin dezir a Palamón palabra, a una ventana que al jardín salía se fue. El cual mansamente por oir aquella canción e aun mirar quién la cantava afuera de las rexas de la ventana algúnd tanto la cabe?a puso. [ni, 12] Non era aún el día muy claro pero non tan escuro que él con acatamiento despierto non conociese e deleitosamente mirase lo que la fermosa infante 189 1 5 1 v fazía, sin ella cosa alguna sentir. E aquél remirándola dize entre sí: "Esta criatura divinal es". I n i - 1 3 1 E retornando dentro dize a Palamón: "Ven y verás a Venus que aquí es verdaderamente descendida. ¿Non l'as oído cantar por su solo deleite? Ven y verás una angélica boz de la soberana alteza descendida". [ni, 14] Levantóse Palamón, que ya era claro el día, e amos 190 juntos a la ventana se fueron mansamente por ver aquella deesa 191 , la cual como Palamón vido dixo: "Por cierto aquesta deidad es, que nunca yo cosa tan dulce ni tan bien paresciente vi 1 5 2 v ". [iii, 15] Mientra aquéstos atentos a la mirar estavan, maldiziéndose del perdido tiempo que pasado avían en non la aver visto, pues por remedio de su fatiga les venía, Arsita dixo a 1 5 3 v Palamón: "Amigo, tú discerne aquesto que yo veo, que yo por cosa eternal la juzgo". I 111 - 17 1 Al cual Palamón respondió: " Y o non sé, Arcita, de cuál parte me hallo nuevamente asaeteado". Arcita dixo: "Así me ha llagado a mí, que el dolor me matará si de aquella deesa non soy ayudado". Estonces Palamón, todo fuera de sí, gritó 154v diziendo: "¡ Ay de mí que en el otro lado me ha ferido!" I111' 181 La cual boz Emilia oyó e turbada de vergüenza, non creyendo que 19 nadie la viese, se levantó e al palacio se bolvió, 1 pero non tanto sin algúnd pensamiento más que fasta allí, el cual la hizo ser más agradable a sí mesma que fasta allí, e dende adelante, cuando al jardín avía de entrar, más se adornase. [iii, 20] e luego los dos tebanos se tornaron155* adentro veyendo a Emilia partida e estando así algúnd tanto, con nuevos pensamientos callando, así comentó Arcita a dezir: "Yo non sé cuál fiero archero me ha llagado el cora9Ón, que me tira la vida e me siento fallescer poco a poco encendido. Soy desaventurado y non sé de qué fuego, 189 Como femenino es todavía general hasta el siglo XII (DCECH). En el XV, al menos por lo que muestra el texto, ya alterna con infanta: poco antes hemos podido leer "una muy clara infanta cuyo nombre era Emilia". Sin embargo, a principios del XVI la forma debía ya ser inusual, por lo que el testimonio B de nuestra obra corrige por infanta. 190 Ambos. Forma habitual en castellano hasta el siglo XVI. La forma ambos, dialectalismo leonés, sobrevivió y pasó posteriormente a imponerse por influjo del latín {DCECH). 191 Es forma común por diosa hasta Nebrija, que aún la admite. Aut. todavía la recoge aunque como forma anticuada. Deesa se alteró en la forma diosesa y de ahí evolucionó al actual diosa (DCECH).
Teseida
(Traducción castellana del siglo X V )
[iii, 21] q U e
n o n
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p u e d e s a l i r d e m i v o l u n t a d l a i m a g e n d e a q u e l l a c r i a t u r a 1 5 6 v n i el
p e n s a m i e n t o a o t r a p a r t e p u e d o e n d e r e z a r . A s í e s t á s e l l a d a e n m i c o r a z ó n su figura". [iii, 22] £ P a l a m ó n d i x o : " L o s e m e j a n t e m e v i n o q u e tú r e c u e n t a s , p o r q u e y o s i e n t o e n e l c o r a z ó n m a n e r a d e p e n a s n u e v a s t a l e s q u e c r e o j a m á s 1 5 7 v se s i n t i e r o n . E v e r d a d e r a m e n t e y o c r e o q u e é s t e es a q u é l q u e m u c h a s v e z e s o í d e z i r e a g o r a m e r e c u e r d o q u e e s A m o r , sotil l a d r ó n d e c u a l q u i e r g e n t i l c o r a z ó n . I 111 ' 23 1 E d í g o t e q u e y a l a s u p r e s e n c i a m e e s g r a v e . I111- 24 1 Y o m e s i e n t o d ' e l l a p r e s o e l l a g a d o , q u e n o n fallo para mi r e m e d i o ninguna158v e s p e r a b a . A g o r a estoy v e r d a d e r a m e n t e aprision a d o e d e s p o j a d o d e t o d o m i p o d e r í o e, f a s t a q u e y o p u e d a o b r a r c o s a
que
agradable le sea, por cierto y o moriré. E agora pluguiese a D i o s y o f u e s e m u e r t o p o r q u e o v i e s e n fin l a s v i e j a s e n u e v a s a n s i a s m í a s " . [iii, 26] D ' e s t a m a n e r a se r a z o n a v a n los d o s a m a n t e s , el u n o a l o t r o c o n f o r t a n d o e n e l h a b l a r , e n o n s a b e n si a q u é s t a s e a d e e s a d e los s a n t o s r e i n o s v e n i d a a l a t i e r r a o h u m a n a c r i a t u r a , y d u b d a n d o a s í q u i é n e l l a f u e s e l o s d o s p r e s o s m u c h o d e l tal altercar ofendidos eran. [iii, 28] C o n t i n u a n d o p u e s a q u e l l a i n f a n t e 1 5 9 v d e ir s o l a a s u d e l e i t e , i n t r í n s i c a m e n t e t o d a v í a e l o j o a d e r e s g a n d o 1 9 2 a l a s i n i e s t r a d o n d e l a b o z d e P a l a m ó n la o t r a v e z o í d o a v í a . Y e n t r a n d o e n el j a r d í n c o m e n t ó a d e l e i t a r s e o n e s t a e s u a v e m e n t e c a n t a n d o , I111-291 p e r o q u e m á s s e i n g e n i a v a d e m e j o r p a r e s c e r a q u i e n l a m i r a s e , I1113
°1 n o n q u e e n e s t e p e n s a m i e n t o a m o r la c o n g o x a s e , m a s la v a n i d a d q u e e n e s t e
a b t o e s a l a s f e m b r a s d e h a z e r v e r a l o s o t r o s su b e l d a d e, c a s i d e s n u d a s d e t o d o o t r o v a l o r , s o l a m e n t e c o n ser l o a d a s se c o n t e n t a n 1 9 3 . [iii, 31] l
o s
d o s n u e v o s e n a m o r a d o s t o d a s m a ñ a n a s 1 6 0 v e n la p r i m a 1 6 l v a l v a o a u -
r o r a s e l e v a n t a v a n r e g u a r d a n d o si p o r e l j a r d í n a q u é l l a f u e s e v e n i d a , a l o s c u a l e s a q u e l d i v i n o v i s o , a l l e n d e d e t o d a m e s u r a , los e n c e n d í a t a n t o q u e d e a q u e l l u g a r j a m á s s e p o d í a n a p a r t a r . I111- 32 1 E a s í m i r á n d o l a c r e í a n f a r t a r s u a r d i e n t e s e d , y e n e s t a m a n e r a l o s c o r a z o n e s e n l a s c a d e n a s d e l v a l e r o s o C u p i d o y l o s c u e r p o s e n las
192 Aderezar, del antiguo derezar y éste del latín vulgar directiare 'dirigir' (DCECH). 193 De nuevo estamos ante el Boccaccio misógino que hemos señalado poco antes. En el texto italiano leemos: Né la recava a ciò pensier d'amore che ella avesse, ma la vanitate, che innata han le femine nel core, di fare altrui veder la lor biltate; e quasi nude d'ogni altro valore, contente son di quella esser lodate, e per quel di piacer sé ingegnando, pigliano altrui, sé libere servando.
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G. Boccaccio
del noble 162v Teseo eran aferrojados 194 . I111- 331 E como acaece que el diente de la serpiente que [a] alguno muerde, que aunque la mordedura sea pequeña se va dilatando o ensanchando e después súpitamente gasta e daña el cuerpo, bien así éstos de día en día mirando a aquélla el fuego les iva entrando e consumiendo; t111- 341 e así de todas las partes lo avían recogido, que cada uno d'ellos ya se les parescía en el gesto e por el poco dormir e poco comer que tomavan. Pero ellos d'esto a quien la causa les preguntava siempre dezían ser la culpa l63v el alegría e plazeres continos que antes de entrar en prisión tenían, e con esta cautela encobrían la verdad, [iii, 35] e y a e i sospirar en lágrimas avían tornado, I111- 36¡ tanto que era d'ellos partida la memoria de la antigua Tebas y del su alto linaje e la desaventura que avían recebido, lo cual todo en memoria de Emilia era tornado. [ ffl - 37 1 E ya non tenían deseo de salir de la prisión, pensando que Teseo los mandaría ir en perpetuo destierro a do jamás podrían ver 164v ni oir la flor de todas las dueñas amazonas, bien que salir de allí por soberano bien lo deseavan, tm. 38l pero esto agora más les aplaze. E en esta nueva fatiga algunos días estando, I111- 391 non sabiendo quién aquella donzella fuese, un día avino que Arcita a un paje de Teseo estas palabras dixo: "O caro amigo ¿sabes tú quién es aquélla que al jardín viene a nosotros se demostrando cantando con boz angelical? ¿Hasla tú visto jamás o será del cielo venida?" I111- 401 Al cual el paje respondió: "Esa es Emilia, sobrina de la reina, más que otra en el mundo plaziente". I"1- 41l E luego dixeron los cavalleros: "Por cierto, éste bien la conoce, pues tan bien la ha juzgado". [iii, 42] j o s ¿os amantes, con sospiros bien todo el día descontentos e venida la mañana con la vista de Emilia, todos sus martirios eran pasados, como quiera que sus deseos cada ora se hazían más fervientes. I111- 441 E después qu'el invierno comengó a venir, por su frialdad Emilia dexó la venida del jardín. I111' 451 Comentó de nuevo el dolor e angustia de los tristes aprisionados caresciendo de aquel viso que tanto en tan grave prisión los contentava. Allí renovaron todas sus pasiones, non veían ni oían cosa que les pluguiese, e así en penas dolorosas casi se consumían pero, en fin, la dulce esperan§a los retiene, t111- 461 Eran muy grandes los sospiros e angustias de cada uno, tanto que nunca el ser presos más les avía descon-
194 Aherrojar, 'sujetar con cadenas', parece que significó originariamente 'cerrar con cerrojo', 'encerrar en prisión', hasta que, olvidado ya el antiguo ferrojo 'cerrojo', el influjo de hierros 'cadenas' hizo que se pasara al significado aquí recogido. En el texto italiano, precisamente, podemos leer: e essi piú dal valoroso iddio Cupido si stringean nelle catene.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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tentado e non les quedava sino un solo conforte195 que era el nombre de Emilia, el cual era ávido a ellos por sumo deleite.
[II] [iii, 47] £ n e s te tiempo un noble mancebo llamado Periteo vino a ver a Teseo, que era su mucho amigo196, e con gran amor amos fablando e razonando de sus grandes fechos, vino a dezir cómo él tenía presos dos grandes varones tebanos, Arcita e Palamón, cada uno de muy alta sangre. [ ffl - 48 ' E luego a la ora Periteo le comentó a rogar que se los fiziese mostrar. E luego Teseo, de sus ruegos vencido, ante sí los hizo sin ninguna tardaba traer, e venidos parescían165v bien ellos quien eran, puesto que algúnd tanto por la tristeza estoviesen pálidos e amarillos. [in, 49] Era Palamón grande e bien membrudo, algúnd tanto prieto y en el aspeto alegre, en el hablar agudo, mas en el semblante omilde e manso, de ruvia cabelladura, asaz gracioso, de movimiento grave e de ardimiento copioso. [iii, 50] Arcita era asaz grande pero sotil e delgado, blanco e colorado e de alegre semblante, los cabellos ruvios y crespos, de manso aspeto, los ojos tenía bellos y el esguarde197 manso, quieto en el hablar, mostrava gran corazón, honesto e secreto cuanto complía198. [iii, 51] Conosció Periteo a Arsita e al encuentro le salió e abracándole dixo: "¡O caro hermano!, ¿cómo has podido tanto tiempo estar sin me hazer saber tu prisión, porque el salir d'ella yo la bviera impetrado?" [iii, 52] e luego se rebolvió a Teseo diziéndole: "Si jamás por mí alguna cosa pensaste hazer, ésta, mi dulce señor, te ruego: que este Arcita, mi buen e antiguo compañero, de las prisiones salga. E yo te seré todo el tiempo de la mi vida atenido199 166v e él, así mesmo, te guardará el patio e firmeza que te firmará". [iii, 53] Teseo respondió: "Dulce e caro amigo, esto que tú me demandas será fecho con tal pacto e postura200 que en el mi reino no esté ni venga jamás por nin195 Consuelo (Aut.). Es un calco del italiano
conforto.
196 Sobre Periteo, en realidad Pirítoo, y su amistad con Teseo, véase supra la nota correspondiente. 197 Mirada, del catalán esguardar
'mirar' ( D C E C H ) .
198 Esta descripción de Arcita coincide con la que se hace del héroe en el Digenis Akritas, IV, 196-200. Vid. H. y R. Kahane, "Akritas and Arcita", art. cit., p. 418.
C,
199 Fiado o pendiente de alguna cosa (Aut.), entiéndase, por tanto, que quedará en deuda con Teseo toda su vida. 200 Convenio o acuerdo
(DCECH).
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G. Boccaccio
guna manera, porque yo tengo gran razón de aver d'él toda sospecha e dubda, H1154 1 por que si yo lo tomase incontinenti le faría cortar la cabera. Y si él es contento de aqueste partido tomar, vaya a do a él le plazerá, por el tu amor que me lo167v hazes dexar, que de otra manera jamás en su vida saliera168* de prisión". [in, 55] £ luego Periteo dixo: "Yo quiero que él así lo haga e yo te regradesco aqueste don por muy grande, pero luego te ruego que los fierros le mandes quitar e libre a su guisa lo dexes andar". E luego Ar$ita ante la presencia de Teseo se omilló, e Periteo con grande alegría a Teseo abrasándole dize: "Señor mío, después del gran169v amor que al tu querer me obliga por esta tan dulce gracia, yo te quedo muy más obligado e ofrescido al tu querer e mandar".201 [in, 56] Después Arcita, tornándose a omillar delante el gran Teseo, le dize: "Noble señor, si por mi causa cosa contra ti170v fuere fecha, jamás por ti nin por otro perdón alguno aver non pueda. El daño y desonor que me as fecho yo te lo perdono, e por la gracia que nuevamente me hazes te rindo muchas mercedes. tni57 1 En cualquier parte que yo pueda ir soy todo tuyo e, non me fallesciendo la vida, cuando te será en plazer non avré por molesto por ti recebir la muerte". [in, 58] Teseo, que el tal hablar non entendía dónde viniese202, mas simplemente e de puro corazón las palabras tornava, empero hizo luego venir nobles dueñas e dize que si le plaze, allende de lo fecho, que delante aquéllas él firmase los patios, porque por ellos más acerca de la memoria estoviese. t111,591 E aquesto fecho, Arcita llorando, con un fermoso semblante, tomó de Teseo licencia e del palacio doloroso descindió, pensando como el171v su destierro le privava de ver e mirar la su deletable Emilia. [in, 61] e así Periteo con Arcita se fue diziéndole: "Caro amigo, visto as la voluntad de Teseo e, aunqu'el tiempo e la causa sean duros, sabe Dios que si yo tenerte 201 En este párrafo se observa una importante diferencia con respecto al texto italiano en el que Arcita se dirige a Periteo, mientras que en nuestra traducción es Periteo el que habla con Teseo: Arcita s'inginocchia e si l'abracca, dicendo: "Peritoo, dovunque io sono, son tutto tuo, e ciò ch'io posso fare, sol che ti piaccia a me tuo comandare ". Con independencia de que se trate de un despiste del traductor, tampoco debemos descartar que pueda tratarse de una variante de la tradición textual. 202 No se ha traducido la segunda mitad de la estrofa III, 57, en la que Arcita, a continuación de lo que aparece en el texto, dice las palabras que no entiende Teseo: A cosí grande e fervente disire mi pinge Amor, che m'ha nel suo potere, e ate e a'tuoi si obligato, ch'io sarò sempre tuo in ogni lato.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
111
en mi compañía pudiese que jamás d'ella te partieses, Ini- 621 pero yo te daré cavallo e armas de valor, bellas e bien fornidas, para ti e tus escuderos. E con esto vee en paz, bien guiado donde querrás. E tú eres de noble sangre e 172v buen guerrero, nascido de noble173v gente, valiente e ardida, e non podrás fallescer de alto estado a do quiera que vayas. E yo espero que tu valor será tu buena fortuna". [iii, 63] Arcita le respondió lagrimando diziéndole: "Verdadero amigo, pues la mi partida es agrado de Teseo yo lo faré así, mas siempre andaré plañiendo mi mala fortuna con dolor, pues he perdido la cosa que en el mundo más amava, e me converná de otro ser siervo, I111- M1 aunque por cierto yo non conosco a quién deva174v servir con mayor fe que a Teseo, que de la muerte e prisión me sacó. Pero con todo non sé qué me faga nin qué me diga. ¡Agora fuese yo el preso Palamón que queda por servidor de quien yo voy! tni- 651 Y non sabes tú, Periteo, como el andar en tomo del mundo lleno de afanes me ha otorgado Teseo, e te deves recordar que aún no son pasados dos años que grandes reyes por nuestra causa en Tebas son muertos e fechos en el reino e pueblo grandísimos males, por los cuales siempre seremos aborrescidos. (m- 661 E los dioses, como tú sabes, nos son contrarios, e antigua enemistad Júpiter203 175v guarda para nós". [iii, 67] Estas palabras e otras muchas fazía Amor dezir a Arcita, mas Periteo non las entendía, así como aquél que non sabía el ardor que dentro le encendía. E Periteo le confortava diziéndole que non se quexase de lo que los dioses fazían, tin68 1 pues que avía otros muchos reinos donde su buena fama podiese esperar, e que del quedar allí era superfluo fablar176v en ello, "ca me paresce asaz -dize Periteoen liberalmente averte sacado de la prisión en que estavas. E de aquí adelante sey204 valeroso e fuerte, t"1' 7°1 porque si tú aquesto dizes a otros dirán que algúnd nuevo amor te detiene, e las tus palabras e quexas non serán tanto estimadas, mas177v por parte de muchos menospreciadas. lni- 71] E allende d'esto, tú salido de la prisión muchas cosas te podrán advenir205 que te levantarán a grande estado, e si manifiestamente en esta tierra tú agora non pudieres estar178* como querrías, por ventura otro tiempo te podrá traer, e si non públicamente a lo menos oculto, donde
203 Se equivoca el traductor - o el texto del que traduce- al atribuir esa enemistad a Júpiter, el gran dios del panteón romano. En la edición de Roncaglia se lee Juno, lo cual coincide con lo que la Tebaida nos dice sobre las relaciones entre la diosa y los tebanos. Boccaccio, Genealogía, II, 2, pp. 122-125. 204 En el castellano medieval la desinencia del imperativo era /i/ en aquellos verbos en -er e -ir cuya raíz terminaba en /e/ o /a/, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., p. 187. 205 Ocurrir, avenir. Se trata de una grafía latinizante anticuada ( D C E C H ) .
G. Boccaccio
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podrás ver la tu querida que a mi ver demuestras tener206. I111- 721 E si fuese atal la ventura que ésta se casase en otro reino, non te serié a ti mayor amargura hallarte en la prisión que non ir por lugares estraños consiguiendo libertad". [iii, 73] Aqueste consejo desvió [a] Arcita del su descozido deseo e confortóse en el ánima debilitada207. E así, ofresciéndose todo a Periteo, tomando el guarnimiento que le dio, llorando con los sus escuderos se partió179v.
[III] [iii, 74] D e Periteo partido se fue a la prisión donde Palamón estava e así le dixo: "Caro amigo mío, de ti me conviene que yo tome licencia e me vaya contra toda mi voluntad desterrado e non sé si bolveré jamás, pero yo me muero en doloroso tormento l f f l - 75 1 y querría antes ser en la prisión contigo que d'ella salido para usar de tan triste libertad, porque a lo menos estando en ella vería aquella nueva causa que mi corazón tiene en su poder, do partido jamás verla espero. I111- 761 Yo le dexo el alma muy enamorada e fuera de mí vagamundo me voy. Non sé a dó la derecha fortuna208 me aportará porque te ruego, si alguna vegada209 la vieres, que tú le certifiques que por ella voy cual ves".
206 La prolepsis de Periteo, que lejos de atenuar la intriga la aquilata aún más, se verá cumplida en IV, 5 de esta traducción. 207 En el texto italiano el pasaje es del siguiente modo: Questi consigli distolser Arcita dal süo sconcio e reo intendimento, e confortossi ianima invilita Hemos de entender que el traductor castellaniza mediante descozido el italiano sconcio 'obsceno, vulgar'. 208 Derecha debe proceder del latín vulgar derectus, 'directo, r e c t o \ D C E C H ) . Se nos está diciendo, pues, que la Fortuna, además de no dejar de actuar nunca, dirige el devenir de nuestras vidas. Viene aquí al caso recordar que Boccaccio fue el precursor de cierto modo de entender la fortuna que influiría enormemente en la literatura castellana desde el siglo XV en adelante, vid. Ricardo Arias Arias, El concepto del destino en la literatura medieval española, Madrid: ínsula, 1970; Juan de Dios Mendoza Negrillo, S.J., Fortuna y providencia en la literatura castellana del siglo XV, Madrid: Real Academia Española (Anejo del Boletín de la Real Academia Española XXVII), 1973, en particular pp. 43-44, Felipe Díaz Jimeno, Hado y fortuna en la España del siglo XVI, Madrid: Fundación Universitaria Española, 1987, pp. 11-19 y Julia Butiñá Jiménez, "El paso de 'Fortuna' por la Península durante la Baja Edad Media", art. cit., pp. 214-215. 209 Lo mismo que vez, sinónimo con el que compitió en el castellano medieval ( D C E C H ) .
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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[III, 77] Mientra Arcita en tal manera fablava Palamón fuertemente lagrimava diziendo: "Lasa210 de la vida mía ¿por qué presto antes de la tu partida non me comprehende211 la muerte?, porque sola ésta acabaría mi triste suerte, I111- 781 Mas si tú sabio eres como lo sueles ser, deves de la fortuna asaz bien esperar, pues muchas cosas puedes obrar con tu libertad de las que te plazerán, a do a mí ocioso conviene estar. Tú verás andando muchas cosas que alegrarán a tus amorosas penas, [Di, 79] m a s y0> que S 0 i 0 quedo, poco a poco verné consumiéndome como cera ardiente e, bien que alguna vez me dé gozo el plaziente viso de aquélla, todo será encenderme más en su fuego". [iii, 80] e así, con amargos sospiros, los dos compañeros fuertemente de lágrimas eran bañados180*. E por cuanto en esto más hablavan más sus lágrimas acrecentavan, de los suyos fueron de aquello relevados212 e aun ásperamente reprehendidos del su mostrar de amor tan encendidos. Ira- 811 Luego los tristes enamorados, avergonfados de la reprehensión de los suyos, abracándose e besándose, se apartaron e con fiero lagrimar e boz rota se dixeron adiós. E d'esta guisa Arcita se partió. [iii, 82] Ninguna cosa le restava a Arcita sino ir su vía. E ya subía a cavallo para hazer su partida dentro de sí diziendo: "¡O Dios, ya fuese tan cara a ti la mi vida qu'el viso delicado de Emilia al menos al partir viese!" t111-831 Traspasó al cielo la plegaria de Arcita e presto a él se sigue el efecto, que [a] aquel lilio213 181 v gentil de la primavera, sobre unas varandas acostada, la vio estar mirando al gracioso joven que en el destierro amargoso iva, e de alguna compasión ya cuanto movida mirándole le hizo señal del su destierro dolerse. [iii, 84] Arcita, visto182v Su angélico plazer, dixo: "¡De oy adelante faga de mí lo que quisiere la fortuna!" E lagrimando, que todos lo vían, entre sí dezía: "¡Adiós ánima mía, pues sin ti fago la vía183v!" I111' 851 E luego, sin más se detardar por complir el mandamiento de Teseo, plañiendo salió de Atenas.
210 Del latín lasus, 'cansado' ( D C E C H ) . 211 Del latín comprehendere,
'coger' (DCECH).
212 Aliviados, del latín relevare italiano.
(DCECH),
de donde también procede el rilevare
213 Lirio. La forma antigua lilio viene del latín lilium
(DCECH).
del texto
G. Boccaccio
114
[LIBRO CUARTO] [I] [iv, 2] Grande era el viento y agua e tempestad que fazía aquel día que Arcita de Atenas partió costreñido del término puesto, que a dó ir bien no sabía, pero por satisfazer a Periteo, aviendo aún esperanza de retornar, laso tomó su camino. I IV . 3) E aún era poco de la cibdad arredrado 214 cuando dixo a sus escuderos: "Caros amigos, yo non querría ser conoscido mientra qu'estos amargos tiempos duraren, porque si por ventura fuese sabido allá do fuese yo non biviría seguro. Por ende, non Arcita, mas Penteo me nominad o 1 8 4 v llamad 2 1 5 ". [ , v . 4I E así con tiempo único e malo 2 1 6 el enamorado Arcita se boltava 2 1 7
185v
espesas vezes a la cibdad mirando, diziendo: "¡Cuánto puede amor, que así me agrava el partirme del lugar que devría aborrescer si dignamente quisiese obrar!" [iv, 5] p e r o
ve
f a qUe ia
causa
era Emilia, que súpitamente en el ánimo le vino, a do
con boz algúnd tanto piadosa, entre sí fablando, dezía: "¡Noble e amorosa donzella, abaxada del eterno cielo!
|IV
> 6 ¡ ¡O mi dulce plazer,
puesto que jamás fueses mía, la prisión non me deviera ser mala podiendo alguna
214 Apartado (DCECH). 215 nominad o llamad: En el texto italiano se lee nomínate que se traduce por nominad, cultismo éste que se aclara con el más usual llamad. Por otro lado, el cambio de nombre, que aquí se justifica por motivos de seguridad personal, indicaba, ya desde la tradición judeo-cristiana (por ejemplo: Saulo-no creyente/Pablo-creyente), el inicio de una nueva forma de vida. 216 tiempo único e malo: Estamos aquí ante una curiosa actuación del traductor. El texto italiano lee: E poi con tempo iniquo camminando Es fácil suponer que conocía el significado del italiano iniquo, ya que añade de su pluma la correcta aclaración e malo. Sin embargo, no supo dar con el término castellano adecuado, inventándose, quizá por semejanza fónica, único. En este sentido el DCECH documenta la primera aparición del término en el "oscuro" Mena y aun éste, con recurso similar, escribe inico. Veremos, ya al final de esta traducción (en XI, 38 del texto italiano), cómo el anónimo traductor resuelve este mismo problema al traducir l'iniqui iddii del texto italiano por "los inicos e malos dioses". 217 El DCECH registra esta forma con el valor de 'volver, regresar' en portugués y gallego. No obstante aquí es calco del texto italiano (Arcita si voltava) con el mismo significado: 'se volvía'.
Teseida (Traducción castellana del siglo X V )
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vez mirarte! Y lo que más querría que todo el mundo aver por mío, porque sin ti ninguna cosa queda en él que pueda querer. [IV- 7 ' E ya la mi libertad fuera detenida en Atenas tanto que la tu nueva edad 218 oviera encendido el deseo en que yo ardo, y si esto fuera ovieras sin dubda sentido mi destierro. tIV' 8¡ Mas tú apenas conoces amor y non basta que non me amas, pero aun non te curas de mi dolor, que es cosa que me da mayor desconsuelo. E con turbia esperaba el coragón se me abrasa, que me paresce verte casada por la mi doliente e mísera suerte,
[rV ' 9 '
e así el mi
fiel y leal servicio será perdido e angustiosamente apartado de ti me converná morir. E agora fuese yo cierto que por la tal muerte tú devieses dezir: "Por cierto, aquéste amó l 8 6 v bien e fielmente, digno es de la piedad".
[IV ' 10)
¡O laso e triste,
que verné fallesciendo en los despiadados e angustiosos sospiros que en mí todavía van multiplicando! ¡O tenebrosos 187 * reinos de Edite 219 , si algunos en vos atormentando tenéis dezildes que reposen, pues yo biviendo soy aquél que trayo las penas que los muertos allá y los bivos acá padecen!" IIV' U 1 Después contra el amor las sus bozes bolvía diziendo: "¡O Fortuna despiadosa e amarga, ¿qué te he yo fecho que así contraria me eres? ¡O muerte triste, ven que el mi coragón te llama, conjúntame l88v con tu 189v fiero golpe con los mis antepasados en la infernal fuesa 220 !"
[II] [iv, 12] Así plañiendo consigo Penteo 190v el día segundo del reino de Atenas salió. E con los suyos comentó a entrar en aquél en el cual ya pudo seyendo bien aventurado alegrarse. Esto era el reino de Boeijia 221
l91v.
E ansí andando, dexando
a Parnaso a la diestra, a la destruida Tebas fue arribado. I' v - 13 1 E vio toda aquella región ser desierta de abitadores, por que él así comentó a dezir: "¡O Anfión, fuiste llamado con los dulces cantos de la tu lira 192v al destruimiento d'esta e si d'ella quedava alguna raíz deviera el tu son ser más modesto 222 ! 218 Traducción del novella juventud.
etate del texto italiano, que ha de entenderse en el sentido de
219 En realidad son los reinos de Dite, la ciudad de Plutón, rey de los infiernos. B o c c a c c i o , Genealogía, VIII, 6, pp. 4 9 6 - 5 0 0 . 2 2 0 F o r m a antigua y popular de nuestro actual 'fosa'. 221 B e o c i a , región de Grecia con capital en Tebas. E s t a ciudad está muy cercana a Atenas y, desde luego, a m b a s ciudades están alejadas del Monte Parnaso. L a g e o g r a f í a es m á s alusiva que real. 222 Anfión era hijo de Zeus y Antiope, y hermano g e m e l o de Zeto. L o s dos niños fueron abandonados por su tío abuelo L i e o y recogidos por un pastor. Zeto mostró afición a las
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[iv, 14] ¿ a dó son agora las eminentes casas del nuestro primero Cadino? ¿A dó son, o Semele, tus 193v plazientes cámaras223? ¿E vos, tristes tebanos, que jamás merescistes perdón de Juno224? I™-151 ¿A dó Dionisio, a dó los triunfos indianos225 e los altos pueblos ya silvestres tornados e los reyes muertos? E vos, tristes tebanos desparzidos y en ceniza tornados, ¿qué es de aquello que de vosotros fue 16 loado? 1 ¿A dó el espeso pueblo? ¿A dó Layo226? ¿A dó el doliente Edipo? ¿A dó los sus fijos?227 Toda cosa ha el fuego destruido. O Júpiter ¿hasta cuándo quieres el nuestro mísero sangre228 perseguir?229 ¿Non te paresce aver fecho asaz? [iv, 17] Pequeña fuerza te basta a finir el fecho mío e de Palamón, que algunos otros
artes manuales, mientras que Anfión, que había recibido de Mercurio una lira como regalo, se dedicó a la música. Ambos vengaron el cautiverio de su madre matando a Lico y a su esposa Dirce, reinando después juntos en Tebas, ciudad que cercaron de murallas: Zeto transportaba las piedras cargándoselas a la espalda mientras Anfión las atraía con los sones de su lira. Boccaccio, Genealogía, V, 30-31, pp. 351-353. 223 Semele era una de las hijas de Cadmo. Fue amada por Zeus y concibió a Dioniso. Juno, celosa, le sugirió que pidiese a su amante que se le apareciese con todo su poder. Zeus, que había prometido a Semele concederle cuanto le pidiese, tuvo que aproximarse a ella con sus rayos y Semele murió carbonizada, así como el palacio en el que vivía. De aquí la alusión a las "plazientes cámaras" de Semele. Boccaccio, Genealogía, II, 64, p. 168. 224 Hermana y esposa de Júpiter. Los tebanos descendían de Cadmo y éste, a su vez, era hermano de Europa, rival de Juno desde que fue raptada por Júpiter. Juno, diosa vengativa, nunca olvidó esto y por ello se vengó en Cadmo. De este modo acumuló sobre él toda suerte de pesares. Acteón, su nieto, diestro cazador, murió despedazado por sus propios perros; su hija Semele también pereció; a Penteo, su nieto, le mataron las bacantes; Ino, su hija, presa de la locura, se precipitó al mar y, para colmo de infortunios, se rebeló contra él su pueblo: su autoridad fue despreciada y fue expulsado de Tebas. Boccaccio, Genealogía, IX, l , p p . 520-525. 225 La tradición mitológica cuenta que Dioniso conquistó la India. Boccaccio, Genealogía, 8, p. 134.
II,
226 Hijo de Lábdaco, rey de Tebas, y biznieto de Cadmo, Layo es el padre de Edipo, por quien fue asesinado. Boccaccio, Genealogía, II, 69, p. 170. 227 Es fácil reconocer en esta sucesión de preguntas retóricas el tema del ubi suntl, tan querido por la literatura castellana del XV. Un buen panorama de su nacimiento y evolución nos lo da el trabajo de Margherita Morreale, "Apuntes para el estudio de la trayectoria que desde el '¿ubi sunt?' lleva hasta el '¿qué fueron?' de Jorge Manrique", en Thesaurus, X X X (1975), pp. 471-519. 228 La palabra sangre se utiliza en el texto habitualmente en su forma femenina. En este caso, y en algún otro que aparecerá más adelante, la utilización del masculino viene marcada por el texto italiano: nostro miser sangue. 229 C o m o ya hemos advertido anteriormente, y por las mismas razones expuestas allí, este Júpiter no debe ser tal, sino Juno, la gran enemiga de Tebas.
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de la sangre de Agenor son remanescidos o quedados 230 e él es en prisión e yo en triste destierro, que ya a peor estado non nos puedes traer. ¡O Júpiter, danos la muerte, pues ésta por nuestro conforte la deseamos!" [iv, 18] £ dicho aquesto, con ira sospirando, la vía de Corintio con sus escuderos se fue. A la cual llegado poco reposo fizo e luego la vía de Micena hizo 231 , y en aquélla casi fuera de sí pensoso pervino, a do así desconocido a servir a Menalao 232 se dispuso. lIV' 2°1 Estando pues con Menalao por espacio de un año con gran dolor e fatiga, puesto que ya d'él se demandava quién era por su gran entendimiento e virtud, sintiendo él aquesto vínole a la voluntad de se ir al rey Peleo 233 , la cual licencia Menalao le dio.
[III] [iv, 21] Allí, esperando oir nuevas alguna vez, aquesta sola causa le hizo ir, a do el tercero día llegó. [IV ' 221 El cual iva en manera de pobre servidor, non de los suyos mayor mas menor compañero. E así, sin ser conoscido, al servicio del rey fue recebido e metido en su compañía, obedesciendo todo aquello que le era mandado. [iv, 23] y en este estado quiso esperar el ayuda de la fortuna, el cual consigo muchas vezes plañía su triste vida con sospiros maldiziendo, diziendo 194v : "¡O doloroso, e más que otro, Argita, ¿non vees cómo te has fecho siervo e tu casa, que de muchos era acompañada, así la fortuna juntamente con pobreza te han quitado la libertad, 1IV' 241 e tú por cobdicia de ser libre eres venido mísero e doliente e vituperio a tu real sangre, e si esta gente te conosciese por cierto por tu pecado ser digno del debdo de Creonte non devría? E d'estas menguas e infortunios, ¡o mi señora Emilia!, tú que eres la fabricadora d'ellos e ya con éstas fueses servida".
230 Agenor era hijo de Libia y Neptuno y se casó con Telefasa, de la que tuvo varios hijos: Europa, Cadmo, Fénix y Cílix. Cuando Zeus raptó a Europa, Agenor mandó a sus hijos en su busca con orden de no volver sin haberla encontrado. Los jóvenes partieron y, a medida que su búsqueda les iba pareciendo vana, fundaron ciudades en las que se establecieron. Boccaccio, Genealogía, II, 44, pp. 153-154. 231 Corintio y Micena son ciudades griegas del Peloponeso. 232 Hermano de Agamenón y esposo de Helena. Según la versión más difundida -la que sigue la ¡liada-, Menelao es hijo de Atreo, rey de Micenas. Boccaccio, Genealogía, XII, 12, pp. 688-689. 233 Rey de Ptia, en Tesalia, célebre por ser el padre de Aquiles. Entre sus hazañas destaca la de haber sido uno de los Argonautas de Jasón. Boccaccio, Genealogía, XII, 50, pp. 709-711.
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[iv, 25] £ así pasava sus tiempos, |IV ' 261 e bien que de muchas cosas fuese aflito e para la vida le ayudasen pocas, sobre todas era traspasado del amor de Emilia, e non fallava lugar, noche nin día sin algúnd ansia e mordimiento, sospiros lan?ava calientes, con fuego contino se dolía l95v . E sin duda el viso bien se le mostrava: [iv, 27) era i96v e n t 0 d 0 a s í venido magro e amarillo 234 , que la su piel tenía pegada al hueso, lIV' 291 la boz así mismo le era fuida e aun la fuerza corporal, y dónde esto le venía ninguno d'él saberlo podía por gran su amigo que fuese 235 197v .
[IV] [iv, 31] Aquéste, veyendo el su fin apropincarse236, diversas cosas en su pensamiento tratava. 1 IV ' 32 ' E un día, como era usado, Penteo l98v solo a la marina237 se fue a se espaciar 238 , e la vía de Atenas el viso embió e allá con ojo fixo mirava. E el viento que aquel día de allá espirava le parescía suave e manso. [iv, 331 E mientra en esta guisa estava vido venir la vía de Atenas una varqueta239 199v , la cual al puerto prestamente llegó, el cual, demandando 200 * dónde venían, le 234 Entiéndase 'flaco y pálido' ( D C E C H ) . Sobre el valor y significación de los colores en la literatura castellana, véase R. M. Duncan, "Color Words in Medieval Spanish", en Studies in honor of Ll. A. Kasten, Madison: Hispanic Serminary of Medieval Studies, 1975, pp. 5371. 235 Nos las habernos con una descripción de los males que afligen al enamorado perfectamente encuadrable dentro del amor cortés, sobre el cual siguen siendo lugares de referencia obligada los trabajos de C. S. Lewis, La alegoría del Amor. Estudio sobre la tradición medieval, Buenos Aires: Editorial Universitaria, 1969 (Traducción de The Allegory of Love: A Study in Medieval Tradition, Oxford: Clarendon Press, 1936); R. R. Bezzola, Les origines et la formation de la littérature courtoise en Occident (500-1200), París: H. Champion, 1944-1963, 3 vols.; la introducción de Keith Whinnom a su edición de la Cárcel de amor (Diego de San Pedro, Obras Completas, Madrid: Castalia, 1983, 2 vols., vol. II, pp. 7-43 y Alexander A. Parker, La filosofía del amor en la literatura española 1480-1680, Madrid: Cátedra, 1986 (Traducción de The philosophy of love in Spanish literature 14801680, Edinburgh: University Press, 1984), en particular pp. 25-53. 236 El DCECH registra la forma culta 'apropincuar' como voz derivada del latín propinquus 'cercano'. Por su parte Aut. registra 'apropinquar' con el valor de 'acercar, allegar o poner una cosa frente a otra', pero aclara que "es voz puramente latina y aunque alguna vez se usó en lo antiguo hoy solo se usa jocosamente para denotar la afectación de esta voz, que no es recibida en nuestra lengua." En efecto, el traductor calcó la forma italiana appropinquando del texto italiano. 237 Playa, costa (Aut.). 238 Holgarse, divertirse, solazarse
(DCECH).
La forma, aunque aquí es calco del italiano barchetta, Cantigas de Alfonso X (DCECH).
aparece ya documentada desde las
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dizen que de Atenas e que allá prestamente entienden tornar. ^ 341 Aquesto oído, Penteo201v c o m e t o a sospirar e demandó dónde era Teseo e la reina e más afincadamente de Emilia. E luego uno de los marineros a todo alegremente le respondió, pero más particularmente de Emilia le dize IIV- 351 que era tal que cualquier deesa del cielo ante su fermosura tornaría escura, loándole mucho sus figuras240, mas por la su desaventura le dize: "Murió el otro día Agate, un gran príncipe241, que por esposo dado se le avían". IIV- 361 E otras cosas muchas le dixo las cuales pusieron a Penteo202v en gran pensamiento. E ya el amortescido amor presto rebive, aquéste ya non le paresce ligero se poder sostener tIV- 37] e así conosció que non podría tal deseo sofrir si aquellas penas que sintía non mendicase o curase242 en el ver de Emilia; por que deliberó de la ver e tornar en Atenas e de una e de203v otra manera a sus penas dar fin, ^ 381 entre sí diziendo: "Yo soy así difigurado243 que non podré ser conoscido e si en el servicio de Teseo pudiese venir sería principio de bien esperar, porque allí vería el bello aspeto e cara a 204v do fue nascido el deseo que me ha tenido, I™' 391 e si fuese así cruel la mi ventura que yo sea reconoscido, mejor e más gracioso me será el morir que sofrir vida así dura como yo tengo". E luego en este propósito se asegura e para el complimiento d'él mil años le paresce un ora, tanto el ver de Emilia le atormentava.
[V] [iv, 40] No tardó de poner en efeto su deseo que luego, dexado los suyos, en aquella navezilla a Atenas arribó en manera de pobre servidor244. Y en ella
240 Del latín figura, 'forma, manera de ser' (DCECH). 241 En el texto italiano Acate. Salvo el amigo de Eneas, Acates, que aparece en la Eneida, no hemos encontrado ningún otro personaje mitológico que responda a este nombre. Más adelante se dirá de él que era primo de Teseo. 242 mendicase o curase: Estamos ante un error de traducción. El original italiano dice: nol medicasse l'Emilia vedere, que aquí se transforma en un 'mendicar' que solo puede ser un cultismo (latín mendicare) de 'mendigar', concepto éste muy alejado del sinónimo que pone a continuación -curar-, para aclarar su propia traducción. 243 Cultismo por 'desfigurado', vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., p. 257. 244 No podemos dejar de recordar que Ulises llegó a Itaca de la misma manera, vid. Homero, Odisea, traducción de J.M. Pabón, Madrid: Gredos (Biblioteca Clásica Gredos, 48), 1982, canto XIII, pp. 300-313. Boccaccio conocía, claro está, el motivo, vid. Genealogía, XI, 40, pp. 671-672.
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estovo 245 2 0 5 v algunos días encubierto e desconocido. tIV' 4 '1 E cuando se vido que d'él todo era fuera del conoscimiento de las gentes dize: "Aún sentiré fruto de la mi luenga 206v tribulación e la fortuna, que me ha seído enemiga, arrepentida o cansada de mis males, por ventura me querrá amiga ser". [iv, 42] £ u n d f a 3] templo del alto Apolo se fue e delante su cara, afinojado con piadoso semblante, quiriéndole a las sus plegarias ofrescer, súpito planto le impidió, viniéndole de nuevo a la memoria quién él 207v avía seído e quién era agora. E después en esta manera comentó: [iv, 43] " ¡ o iluminoso dios 246 , tú que a la tiniebra e noche das luz e de ti bive y nace toda simiente, buelve contra mí el tu acatamiento e aquesta vegada me sey piadoso! tIV- 441 Y o no tengo leña, non fuego, ni incienso, ni digno armento247, non corona de laurel, ni oro ni otros bienes que sacrificarte 208v pueda, lo cual todo la mi gran miseria impide, de guisa que de mí non son honradas las tus aras. E tú ves bien que en esto engañar non te puedo aunque yo lo quisiese fazer. |IV- 451 De lágrimas, de sospiros, de afanes de toda fortuna y entera pobredad yo soy fornido y aun de martirios de amor más que menester me era. De aquesto a ti, que el universo riges, fago nueva manera de sacrificio. Tómalos por ciertos 209v , ¡o piadoso dios!, yo te ruego, e a la mi demanda non pongas niego 248 , ^ 461 así como a ti algunas vezes te constriñó amor el claro cielo desamparar, e ayúdame que non sea conoscido pues me has fecho venir contra el mandamiento que Teseo me ha fecho a la ora que a Periteo me dio. ['v- 471 E bien que angustia trasmudado me aya el nuevo nombre que de antes solía tener 210v e los desfallescidos labios te ruego me guardes o nuevos en mí los cría -esto dezía porque su luenga conoscida no la ma245 En A aparece esto, que una mano posterior ha corregido supralinealmente añadiendo vo. Por su parte, B trae estovo, lectura que seguimos por considerarla más correcta, ya que la forma está es la primera persona del presente de indicativo y aquí el sentido exige utilizar la tercera de singular, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., pp. 183-185. 246 El DCECH no recoge el adjetivo iluminoso, aunque sí anota que los derivados de 'iluminar' suelen formar cultismos. En nuestras pesquisas lexicográficas solo hemos encontrado esta forma en un poema de Antón de Montoro donde hay una referencia a los días como "alegrantes los ¡luminosos", vid. Cancionero, ed. de M. Ciceri y J. Rodríguez Puértolas, Salamanca: Universidad de Salamanca (Textos recuperados, III-IV), 1990; el poema que nos interesa en las pp. 136-137. Por otra parte, cabe recordar que este iluminoso dios no es otro que Apolo, el dios-sol. Boccaccio, Genealogía, V, 3, pp. 312-315. 247 Ganado mayor. Se documenta por primera vez a principios del siglo XV (DCECH). Teniendo en cuenta que es un latinismo que no tuvo mucha fortuna en castellano y que la forma aparece ya en el texto italiano podemos afirmar que se trata, aquí, de un calco. 248 Los diccionarios al uso no recogen esta forma; cabe pensar en un calco del italiano: al mió domandar non metter niego.
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nifestase, debaxo de la cual se encobriese-249, IIV>481 e si aquesto fazes, que al mi estado sea retornado, así como tú eres digno te honraré". E fue Penteo oído a sus ansiosas211* plegarias, que luego conosció señal del dios. E luego del templo salió e a fornir su intención se aparejó e pensó cómo a Teseo pudiese servir.
[VI] [iv, 49] Como él avía consigo imaginado así el imaginar212* seguró su efecto, e si él por su lengua lo oviese demandado non le sería así bien enderesgado. E fue con Teseo puesto en bivienda, que jamás punto d'él se ovo sospecha nin fue demandado dónde fuese, a do así le vinieron213* las cosas facundas e alegres. [iv, 50] Como quiera que el su partido non fue tan lleno, e aquél que primeramente con los males tenía la persona consumida, agora sus miembros se esfuerzan, mas todas sus alegrías non fueron cosa a respecto de cuando a Emilia vido. ' IV ' 5'1 Faziendo Teseo una maravillosa fiesta, entre las otras dueñas a Emilia hizo venir, más que otra alegre y honesta, plazible214*, fermosa e mucho agradable, muy hornada, de una verde vestidura adornada, en tal manera que de sí fazía dezir loores maravillosos a todos. I™- 521 Pero más alegre que todos Penteo la reguardava, diziendo así: "¡O Júpiter, soberano dios, si agora Teseo me hiziese matar a los tus reinos iré e jamás me podrá empecer tiempo reo y malo250. E agora de buen corazón perdono a la fortuna si algúnd tiempo males me hizo, IIV- 531 pues ella me ha traído a tal tiempo que veo claro el viso de mi soberano deleite. Pues agora fuya de mí el de-
249 esto dezía... se encobriese: Esta intromisión no está en Boccaccio, que, más sutil, continua poniendo en boca de Arcita sus deseos de no ser reconocido por Teseo: sotto la qual coverta la mia rabbia, vedendo Emilia, contento mi stea, e a servir Teseo sia ricevuto, sanza mai esser li riconosciuto. El traductor, que sí ha trasladado los cuatro primeros versos de la estrofa, reelabora los restantes y los resume con su intromisión. En cuanto a luenga es metátesis de lengua, y se utilizaba ya en el siglo XIV ( D C E C H ) . 250 reo y malo: De nuevo el traductor añade un sinónimo ante una palabra, reo, cuyo equivalente en su propia lengua desconoce. En castellano existe la forma reo como sustantivo con el valor de 'culpable o condenado', aunque aquí se utiliza como calco del italiano: ornai non mi può nuocer tempo reo.
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seo que avía de morir e sea mi sumo bien remirar aquésta, pues esto me basta". E aquesto diziendo, siempre fixo, el angelical viso mirava. [iv, 54] Non creo que jamás mayor alegría sintiese Tereo, cuando le fue concedido por Pandión215v que a Filomena con la su hermana llevase en Tracia251, que agora fazía con Emilia Penteo. Mas como aviniese pasando ella cerca d'él, algúnd cuanto los ojos aleados, vio al su devoto, |IV- 551 e puesto que Emilia de amor non sintiese, los esguardes de Penteo reconosció, e aunque a 216v otro non amase ya a aquél217v amar convenía. [iv, 56] Estonces Arcita252 todavía remirándola la 218v sigue, el cual aunque la forma por sus infortunios avía así diforme ya era cuanto que reduzida, e d'ella solamente fue reconoscido. tIV-57J E mirándolo, riéndose consigo, dize: "Aquéste aquel Ar?ita es que yo vi partir plañiendo. ¡O mísera, o 219v doliente de la su vida! ¿Y qué faze aquí o qué va buscando? ¿Y non conosce que si fuese sentida su venida de Teseo morir le convernía220v o en prisión tornar?" [iv, 58] Verdaderamente tanto fue discreta e sabia que jamás de aquesto a ninguno fabló y a él hizo semblante que jamás lo avía visto, pero bien se maravillava
251 Filomela y Procne eran hijas de Pandión, rey de Atenas. Al estallar la guerra entre Pandión y su vecino, el tebano Lábdaco, aquél llamó en su ayuda al tracio Tereo, hijo de Ares, gracias al cual obtuvo la victoria. Entonces dio a su aliado en matrimonio a su hija Procne, a la cual acompañó Filomela, episodio al que alude nuestro texto. Al cabo de poco tiempo tuvieron un hijo, Itis. Tereo se enamoró de su cuñada Filomela y la violó y, para que no pudiera quejarse, le cortó la lengua. La joven, no obstante, encontró el medio de que su hermana se enterase bordando sus desgracias en una tela. Procne decidió castigar a Tereo, para lo cual inmoló a su propio hijo Itis: mandó cocerlo y sirvió su carne a Tereo, huyendo después con Filomela. Cuando Tereo descubrió el crimen salió en persecución de las dos hermanas, alcanzándolas en Fócide. Las jóvenes rogaron a los dioses que las salvasen. Estos se apiadaron y las transformaron en pájaros: a Procne en ruiseñor y a Filomela en golondrina. Tereo fue también transformado y se convirtió en abubilla. Existen variantes de esta leyenda. Una de ellas presentaba a Filomela como la esposa de Tereo, con intercambio de los papeles de ésta y de su hermana. Es la versión adoptada generalmente por los poetas romanos, que consideran a Filomela como el ruiseñor y a Procne como la golondrina. El mito ha sido muy utilizado a lo largo de toda nuestra literatura, vid. A. Ruiz de Elvira, Mitología Clásica, Madrid: Gredos, 1975, pp. 360-362 y M a Rosa Lida de Malkiel, "Transmisión y creación de temas grecolatinos en la poesía lírica española", Revista de Filología Hispánica, I (1939), pp. 20-63, después recogido y ampliado en La tradición clásica en España, Barcelona: Ariel, 1975, pp. 37-117, en particular, pp. 39-52. Véase también Boccaccio, Genealogía, IX, 8, pp. 539-540. 252 Esta alternancia en el nombre del héroe no es achacable a la traducción castellana, salvo lo anotado en las variantes textuales: el propio Boccaccio le denomina Penteo o Arcita indistintamente.
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qu'el trabajo, de blanco, bruno o negro253 lo aya tornado, que a la fambre paresce, tanto está magro. [iv, 59] Comensó el noble Penteo, amaestrado e de aferventado amor ansí solícito254, de servir a Teseo, que ya Teseo todo su secreto le confería, amándole más que a otro servidor, e así mesmo lo amava la reina de buen amor y aun en parte Emilia. IIV> 6°] E bien que la fortuna lo ayudase e fuese a él benigna tornada, siempre su voluntad tenía escondida, tanto que jamás persona255 se lo entendía, bien que asaz cosas fazía por amores, [rv, 6i] Como yo digo256, sabiamente amava, e non se dexava traspasar al querer, en tiempo y en lugar el reguardar de Emilia siempre procurava. Y ella por semejante de aquella misma manera se comportava, mostrando que non sopiese qué cosa era amar, mas por cierto más alegre que solía era retornada, tanto que ya221v sentía lo que conoscer non solía. tIV- 62J E así cantava e se vestía ricamente e de guirnalda su ruvia cabelladura adomava. Y él así mesmo en fechos de armas fazía manifiesta su virtud257, mas grande dolor sentía 63 en cuanto creía Emilia non lo sentir por quién él lo fazía, 1 e non osava a persona se descobrir, por lo cual sentía doblados martirios. E por esconder su voluntad amorosa e dexar los sospiros fuera salir, que fazían mucho el ánima angustiosa, avié usanza de algunas vezes solo se ir a dormir a un bosque, tIV> W porque en aquella sazón era el tiempo muy caliente y el lugar era fresco y muy remoto, que jamás allí ocurría persona, a do cada uno podía el fuego de amor que daña fuera lo dexar ir. El cual bosque era a dos mesuradas millas de 253 Bruno es lo mismo que 'moreno' o 'negro'. Es voz tomada del francés y utilizada por el Marqués de Santillana (DCECH). No obstante, de nuevo el traductor añade un sinónimo por si el término no queda suficientemente claro. En el texto italiano solo se le caracteriza como dimagrato. 254 amaestrado e de aferventado amor ansí solícito: El texto italiano dice así: Incominciò il nobile Penteo ammaestrato da fervente amore si a servir sollecito a Teseo El traductor ha trasladado incorrectamente el sentido del original italiano, que podríamos traducir como 'amaestrado de ferviente amor', y lo ha vertido como 'amaestrado y de amor ferviente'. Por lo demás, 'aferventado' es participio pasado del verbo 'aferventar', que significa 'acalorado, ardiente' (DHLE). 255 'Nadie', vid. H. Keniston, The Sintax of Castilian Prose. The Sixteenth Century, Chicago: The University of Chicago Press, 1937, 40.65. 256 Ese yo es de nuevo Boccaccio: Come io dico, saviamente
amava.
257 Conviene recordar que en la filosofía del amor cortés la guerra y el amor iban siempre de la mano. Tanto es así que Andreas Capellanus dice que "el amor también sufre un deterioro cuando la mujer juzga que su amante es cobarde en la guerra", vid. De amore, ed. Inés Creixell Vidal-Quadras, Barcelona: Sirmio (El festín de Esopo, 3), 1984; la cita en p. 297.
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la cibdad. [iv, 65] Era el bosque bello, de muchos árboles todo frondoso, de nueva verdura alegre, de cantos de ruiseñores222*, de muy claras e frescas fuentes258.1™66 1 E allí, como digo, Penteo usava de ir e debaxo de un árbol verde se ponía a dormir, adonde apartado algunas vezes de amor lamentava259 trv- 671 diziendo: "Yo non pensava, Amor, que tú tanto en el cora§ón del ombre pudieses obrar, que así, por amor de una señora, todas las cosas le fagas olvidar. E toda mi potencia, fuerfa y deseo y la razón, que es más, ayas puesto en servidumbre260. tIV> 681 Pero tú me as fecho gran tuerto, que yo amo e non soy punto amado. ¿Qué diré que otra cosa me has dexado salvo complimiento de amorosas penas? ÍIV' 691 ¡O cuánto me sería mejor la muerte y más cara que esperar la su saeta! tIV- 7°1 Pero tú, caro señor, puedes bolver en paz esta guerra faziendo que ella sienta lo que a mí faze sentir, e yo así, como omil servidor, aquesto te ruego, tIV'711 porque si aquesto fazes jamás blasfemaré del tu señorío e siempre te haré piadoso sacrificio e tu honor de mí en gracioso verso será cantada261 223v ". [iv, 72] E s t 0 repite e dize espesas vezes a Emilia llamando y en la nombrar se contenta. E así, laso e cansado de sospirar, se adormece. [iv, 73] e luego a la mañana, cuando Filomena canta, que se faze alegre por la muerte de Tereo, [IV- 741 e las calandrias, vista el alva del día venir, se alegran con cantos suaves, tIV- 751 despertava e alegrándose con las cosas que oía, dezía mirando contra el cielo:
258 Para el origen y posterior desarrollo del topos del locus amoenus siguen siendo válidos los trabajos de E. R. Curtius, Literatura europea y Edad Media Latina, op. cit., pp. 263-286 y Dagmar Toss, Studien zum "locus amoenus" im Mittelalter, Viena: Braumüller, 1972. 259 Las estrofas 63-66 que acabamos de leer tienen un referente directo, según H. y R. Kahane, "Akritas and Arcita", art. cit., pp. 418-419, en el Digenis Akritas, C, VI, 12-24 y 42. 260 Sobre los efectos del amor según la tradición del amor cortés pueden consultarse la introducción de Peter E. Russell a su edición de Fernando de Rojas, Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea, Madrid: Castalia, 1991, en particular pp. 60-63, y el prólogo de Carmen Parrilla a su edición de Diego de San Pedro, Cárcel de amor, Barcelona: Crítica (Biblioteca Clásica, 17), 1995, en concreto pp. L-LVII. La bibliografía aportada en estos dos trabajos nos ahorra su cita aquí. Por lo demás, un buen ejemplo, de los muchos que se podrían aducir, sobre la importancia que en la Edad Media se daba a la razón, al intelecto, se puede leer en el anónimo Libro del consejo e de los consejeros, ed. Agapito Rey, Zaragoza: Imp. Librería General (Biblioteca del Hispanista, 5), 1962, en particular las pp. 47 y siguientes. El trabajo fue publicado anteriormente en Romance Philology, V (1951-52), pp. 211-219, VIII (1954-55), pp. 33-39 y IX (1955-56), pp. 435-438. 261 Recordemos que Apolo era el dios de la música y de la poesía por lo que, más que a ningún otro dios, era obligado agradecerle sus dones mediante la práctica de sus propias habilidades.
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"¡O claro Febo 262 , por el cual todo el mundo es alumbrado, e tú, deesa, del cual valor el tu hijo plagado mucho más que yo non creía 263 , poned en mí de vuestro valor porque yo por amar sobrado non peresca 224v . IIV' 761 Dad a mi amar plaziente fin porque yo non muera tan sin piedad, IIV- 771 porque yo te ruego, amorosa Venus, que le entres en el corazón e le manifiestes cómo sin engaño soy todo suyo. E fazla que piadosamente sienta esta mi ravia e que aya término este mi llanto e duelo!" [iv, 78] Aquestas e otras palabras dezía el triste amante, mas después que él veía clara la ora e las estrellas todas partidas, sin hazer allí más luenga tardanza, en Atenas festinanter 264 se bolvía. E luego, en la manera que solía, en la cámara de Teseo se entrava.
[VII] [iv, 79] Aquesta manera tenía Penteo, fuera de toda pavor 225v , agradando e sirviendo al gran Teseo. E aunque de su amor siempre tenía cuidado, poco avansava e por esto su vía 226v le parescía mucho áspera. A do estando una mañana en el ya dicho bosque de su desventura, con grave fablar así comentó a plañir: [iv, 80] "¡o mísera fortuna de los bivientes, de cuántos movimientos varias son las tus cosas y cómo abaxas la sangre y la gente y, cuando quieres, cuán graciosos hazes a los vilísimos fechos y 227v non consientes permanescer ley firme! (IV- 811 De real sangre, desventurado, engendrado vine en el mundo de toda pena alexado y en grandes riquezas elevado, y en la su cibdad de Baco 265 biví y con alegría vine en grande estado, sin pensar en el tu obrar loco e malo. E después, por ágenos pecados, el reino, la sangre, el alegría mía peresció. tIV- 821 E fui en el campo doloroso
262 Febo o Apolo, como ya hemos dicho, se toma muchas veces por el Sol mismo. Boccaccio, Genealogía, IV, 3, pp. 225-230. 263 del cual valor... que yo non creía: Parece necesario para el buen entendimiento de esta frase traer aquí el texto italiano: del cui valor m'ha tuo figliuolpiagato vie troppo piú che io non mi credea. 264 Es voz latina que significa 'con precipitación, de prisa'. En castellano existe la forma festinante, del verbo festinar, 'apresurar' (DCECH). Por lo demás, su utilización aquí por parte del traductor se produce por influjo del texto italiano: se ne veniva ad Attene festante. 265 cibdad de Baco: La ciudad de Baco es Tebas, donde este dios, hijo de Zeus y de Semele, introdujo las bacanales, en las que todo el pueblo, y especialmente las mujeres, era presa de delirio místico y recorría el campo profiriendo gritos rituales. El rey Penteo se opuso a la introducción en su país de ritos tan peligrosos y fue por ello castigado. Boccaccio, Genealogía, V, 25-28, pp. 339-349 .
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por muerto dexado, e ferido e traído ante Teseo, el cual, ansí como señor poderoso, como le plugo aprisionar me hizo. E por del todo me acabar el amoroso dardo de Emilia en mi coragón fincado quedó. tIV' 831 E non contento de las cadenas de Teseo, de que mi caro Periteo me hizo salir, que en estas otras más me aferrojó, tIV- 841 por donde yo me veo pobre e peregrino, de mi tierra lanzado e por amores vo sospirando a guisa de varón fuera de seso. E allá do fui señor, siervo vine por la variedad de la fortuna e, non podiendo el coragón más sofrir, a Peleo mi partida fize, el nombre de Ar?ita en Penteo tornando. IIV- 85i E si yo de Emilia alcangase algúnd favor, la cual fuera de mí ha lanzado todo pavor de Teseo, al cual, siendo mi enemigo, la fortuna me ha fecho servir, a quien ya yo, por el ferviente228* amor de Emilia, con diligente cura sirvo. (IV- 86"871 La cual, ¡ay de mí!, que de mi sirviente deseo poco cura. De aquesto, ¡o Fortuna!, me has sido favorable, que el nombre mío has bien guardado y escondido. [IV ' 881 Bien conosces, amorosa señora, que día ni noche non puedo aver reposo e cuánto en plantos e sospiros me consumo, e que ninguna cosa me puede consolar salvo Emilia, a quien yo más que a mí amo". [iv, 89] £ así, sobre las yervas e flores, Penteo su fortuna plañía. Donde acaso avino que una mañana que Pánfilo, servidor de Palamón, por allí pasava e, atento, el lamentar del cavallero escuchó [IV ' 9°1 e todas las palabras en sí comprehendió. [iv, 9i] e luego Penteo, de aquesto ignorante, como solía en Atenas se vino, e con alegre viso a Teseo se fue, con el cual razonó muchas cosas, como ya era usado. E de allí partido toda su diligencia era de ver a Emilia.
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[LIBRO QUINTO] [I] l v ' Quedó 229v Palamón, como ya he dicho, partido Arcita, en la prisión de Teseo, e poco cara avía la su vida, tanto sentía más desconsolación que otro por la partida de su amado amigo Arcita. Y el tiempo todo suyo en lágrimas e sospiros lo despende266, lleno de ásperos martirios230*. [v- 51 Donde un día el su criado Pánfilo, tornando23 l v del bosque a do Arcita avía fallado, razonando con él, mucho le rogó que se confortase e lanzase de sí tantas maneras de penas como cada día en él vía232v acrecentado. E después le dize cómo e de qué manera avía conoscido e fablado a Arcita, e las cosas que lamentando le avía oído dezir e cómo servía a Teseo, el nombre de Arcita en Penteo tornado233v. [V, 6] Maravillóse mucho Palamón e dize a Pánfilo: "Mira lo que dezís, que yo creo que Arcita tú ni otro jamás en estas partes le encontrase". Respondió Pánfilo: "Por cierto, sí encontré e, bien que se ha disfigurado, yo lo conoscí bien". [V, 7] Palamón dize: "El grande amor, que los peligros desecha, lo haze venir y estar, y non guarda el mísero Arcita que todo el mundo de muerte non le podría salvar si esto de Teseo fuese sabido. ¡O soberano Júpiter y cuánto el amor a su deseo se dexa seguir e vencer e cuántos ingenios e astucias el amoroso deseo busca para su fin!" Iv. 8] Después dize Palamón a Pánfilo: "Guarda que non sea sentido de ninguno aquesto que me has dicho que, aunque su celosía267 en grande manera me atormenta, por la mi fe non querría que se viese en algún trabajo". [v- 91 E luego c o m e t o a pensar cómo el amor de Emilia Arcita aya traído, e comen5Ó a dezir: "¡O doliente, o mísero que en mal punto en el mundo fui nascido, que yo amo puesto en prisión e otro por su libertad haze aquello con que yo libertado podría aver segura paz! IV' 101 Pero como veo tan enemiga la fortuna, que entonces saldré cuando la luna y estrellas non farán curso alguno, "1 e si yo de aquí por ventura
266 Del verbo 'despender', del latín 267 Celos
(DCECH).
expendere, 'gastar' (DCECH).
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G. Boccaccio
saliese no se puede escusar que entre Arcita y mí 268 el amor de la gentil criatura non se determine, e firmemente ella me quedará o en el campo uno de nosotros 13 morirá, 1 que digna es ella de ser así conquistada, porque ansí como los hijos de Edipo non se igualaron e en el señorío e reinado, menos podrá ser que nosotros, aunque el deudo lo permita, ayamos de venir en entera concordia". [v, 14] jj súpito llamó a Pánfilo, de quien mucho se fiava, e le dize: "Amigo, sabe por verdad que el estar aquí mucho me agravia, por ende haz de manera, si hazerse puede, que de aquesta áspera prisión me parta e pueda por armas conquistar a Emilia, tV' 15 1 porque este pensamiento me es de nuevo venido". [V-161 Al cual Pánfilo respondió: "Cierto, señor mío, morir por vos esto me será vida, empero pensaré de vos fazer la obra complida e venga lo que venirme podrá que, aunque yo sepa morir, daré salida a ti, señor mío, de aqueste lugar. Por ende esfué^ate e con corazón alegre reposa con buena esperarla 269 ". [V. I71 E luego Pánfilo de allí se fue e comentó a pensar entre sí, viniéndole al pensamiento diversas maneras para su salida e ninguna fallava 234v . tv> 181 Ansí mesmo pensó si por dineros podría corromper las guardas e velas 270 , sintiéndolos en grande manera avarientos, mas 235v parescióle mal confiarse de tantos. Muchas cosas le venían al pensamiento sin entre unas e otras poner larga tardanza. tV' I91 Mas después le vino al pensamiento una manera que sobre todas las otras le paresció mejor. E después de mucho entre sí aver altercado en él se afirmó e luego, con corazón fornido, a Palamón se fue e allí le comienza a dezir: [v, 20] " N o n sabes como está aquí Almeto, de medicina soberano maestro, ombre de alto saber e de vida quieta, el cual fue nuestro tebano 271 , e puédele hombre dezir todo nuestro secreto e d'él tomar buen consejo e sano, e aquéste fornirá nuestro fecho por mi aviso. E oye en qué manera: tv- 2| 1 Tú, mi señor, te harás doliente e, 268 El uso irregular del pronombre se debe, en este caso, a la influencia del texto que se traduce: quel che tra lui e me esser dovesse. 269 A primera vista llama la atención en este parlamento de Pánfilo la variedad de tratamiento que utiliza para dirigirse a Palamón. Debemos recordar, no obstante, que en el siglo X V las formas tú / vos, que suponían un tratamiento no respetuoso / respetuoso, respectivamente, se sienten ya muy cercanas y apenas diferentes a estos efectos, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., pp. 138-139. 270 Centinelas ( D C E C H ) . 271 En el texto italiano Alimeto. En cualquiera de los casos desconocemos quién era este personaje, aunque podemos aventurar su origen por las resonancias árabes de su nombre, en consonancia con lo que sabemos sobre el origen de numerosos médicos en la Edad Media. El que se le denomine nuestro tebano no contradice, según creemos, nuestra suposición. Al contrario, debemos pensar que nuestro lleva implícito médico, y que no hace referencia a su lugar de nacimiento.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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al tiempo que las guardas 236 * se suelen mudar, yo lo avré bien informado e de continenti lo traeré a ti, e vestirá mis paños e tú los suyos. l v ' 221 E sin hazer algúnd demostramiento, con él fuera saldrás e a mí, sin pavor alguno, dexa en el tu lugar. E dirás que reposo 237 * e, si la tu fortuna non te empachare que en la tu salida no seas conoscido, si Arcita querrás en el bosque, yo te seguro, lo fallarás". [V, 23]"tú has bien dicho -dize Palamón-, pero pon luego en efecto estas cosas". E luego doliente se haze a la ora que con Pánfilo acordó, el cual, sin hazer punto tardan?a, al médico Almeto se fue e con diligencia su pensamiento le descubre. El cual Almeto era a Palamón fiel amigo e, oído lo que Pánfilo le dixo, le responde: "Soy presto de hazer aquello que dicho me has".
[II] [V, 24] pánfilo a la ora se comen§ó a doler con aquéllos que a Palamón guardavan diziendo como el su señor estava enfermo. E con ellos se asentó e hizo traer vino 2 5 ] E luego el maestro e Pánfilo comen?aron a bever mucho en gran abundancia. sin orden por embeodar las guardas, e Pánfilo escanciava tan a menudo que prestamente se emborracharon. E luego do Palamón era amos previenen e presto los paños de Almeto se vistió e Almeto los de Pánfilo e así Palamón, fecho médico, asaz alegre fuera de la prisión sale, lv> 261 al cual las guardas preguntaron qué tal estava e les 2 3 8 v dize: "Por cierto, él tiene asaz afán 272 , mas al presente algúnd tanto reposa. Dexalde esta noche estar e por la mañana yo le verné 239v a visitar".
[III] [v, 27] Dexando al su buen servidor Palamón en la prisión, con el su maestro se fue, e luego se 2 4 0 v hizo armar e dar un 2 4 l v buen cavallo que aparejado le tenían 242v . [v, 28] £ cerca ya del día sin tardanza se metió al camino e salido 243v de Atenas contra el bosque en busca de Arcita se 2 4 4 v fue, adonde a 2 4 5 v Argita halló que, a la sazón, se adormía seguro, así como lo solía hazer. [v, 29] Sosegado era el tiempo e la noche e las planetas, lv- 3°1 e Palamón, llegado do 246v Arcita estava, en tal manera comentó a dezir:
272 Trabajo, apuro ( D C E C H ) .
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"¡O del ladrón linaje en argentada deesa que agora los mis pasos meneas247*!273 31 ¡Plégate algúnd cuanto las mis plegarias oir! 1 Yo vengo traído de aquella fortaleza de amor que traxo a enamorarse Tesifone de la tu gran belleza a la ora que tú, en el prado, con descaaos pasos tendías, cogiendo las flores por el campo esparzidas274. Esto solo te pido: que aquella señora que tan grave me es por batalla 32] la pueda alcanzar. Ayuda a los mis pasos como feziste muchas vezes en el 275 mar a Leandro e lacerti276, e tú, junta con el tu padre277, haz que me preste aquella virtud que a los ombres haze despiertos. E de la tu lumbre me viste de 273 En el texto italiano la exclamación de Palamón es muy distinta: O di Latona prole inargentata, che or meni i passi miei sanza fallire con la tua luce meco accompagnata, refiriéndose a Latona (véase la nota correspondiente), madre de Apolo y Diana. Esta diosa recibía en la tierra los nombres de Diana o Delia, en el cielo los de Luna o Febe, y el de Hécate o Proserpina en los infiernos. Por tanto Palamón está invocando a la Luna, hija de Latona. Parece claro, por otra parte, que ladrón debe ser una mala lectura de Latona, de igual modo que la expresión mis pasos meneas es una mala traducción del verbo italiano menare, 'llevar, conducir'. Además, el traductor elimina la invocación a la luz de la luna como compañera y guía. 274 Comete el traductor en este pasaje un nuevo error. Leemos en el texto italiano: ¡o vado tratto da quella fortezza d'amor che trasse Pluto a innamorarsi sopra Tifeo della tua gran bellezza Se hace alusión a la leyenda de Plutón y Proserpina. El gigante Tifeo, al intentar apartar la isla en la que estaba atrapado, provocó tal terremoto que Plutón temió que la luz penetrara en su reino. Por ello salió a averiguar qué ocurría. En su viaje vio a Proserpina, que recogía flores con otras compañeras. Enamorado, la raptó y se unió con ella en matrimonio. Boccaccio, Genealogía, VIII, 6, pp. 496-498. El traductor confunde, entonces, los personajes, aunque también, siendo muy benevolentes, podemos pensar que Tesifone, furia infernal, está aquí por Plutón, rey de los infiernos. 275 Joven de la ciudad de Abidos, amante de una sacerdotisa de Afrodita llamada Hero, que residía en Sestos, ciudad situada en la orilla opuesta del Helesponto, frente a Abidos. Todas las noches Leandro atravesaba el estrecho a nado guiado por una lámpara que Hero encendía en lo alto de la torre de su casa. Una noche de tempestad, la lámpara se apagó y Leandro, en la oscuridad, no pudo alcanzar la costa. Al día siguiente, el mar arrojó su cadáver al pie de la torre de Hero, que se suicidó. 276 e lacerti: Conviene traer aquí el texto italiano: guida li passi miei, come facesti più volte in mar di Leandro i lacerti que podría traducirse como: "guía mis pasos como hiciste muchas veces con los brazos de Leandro en el mar". No debía ser fácil la traducción de lacerti. Vaya todo esto como excusa de nuestro traductor, que deja el término tal cual, sin duda por considerarse incapaz de traducirlo. 277 Diana nació de la unión de Latona con Júpiter.
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guisa que de los golpes que el adversario poderoso me dará mis miembros hagas cubiertos, por manera que yo d'él quede vencedor".
[IV] [V, 33] Mientra estas cosas entre sí Palamón pasava llegó a do Arcita estava, el cual aún dormía, que la venida de Palamón non sintió. |V ' 341 E un poco suspenso mirando le paresció en el viso mudado, I v ' 351 mas Febea, que clara ya luzía en sus rayos278, el viso le descubrió. Así que ya abierto279 Palamón mirava que fasta allí el verdadero conoscimiento le fuía, mas después que algún tanto mirado lo ovo bien lo reconosció y entre sí dixo: "Verdaderamente éste es, que aún la larga barva de que es cubierto no le puede encobrir". 1V' 361 E non lo quiso luego recordar280, tanto le paresció suavemente dormir e, muy quedo, junto con él se acostó y entre sí comentó a dezir: "¡O bello, o caro amigo, mucho me atormenta el tu dormir! Si248v ya recordase presto entre nós se acabaría cuál de nós Emilia quedase".
[V] 37
1 Las calandrias por la venida del alva comentaron a cantar e luego Penteo despertó e prestamente en pie se levantó contra Palamón que vio encima d'él. E le 38 dize: "Cavallero ¿qué vas tú buscando armado por aqueste monte?" i Al cual de continenti Palamón respondió: "¡Cosa ninguna en el mundo buscava sinon a ti, o compañero!" E luego lo saludó e cómo salió de la prisión le dize. E luego Penteo le conosció249v, |V ' 391 e se fizieron el uno al otro fiesta281 de buen cora?ón, e sus acidentes e acaecimientos se contaron. Mas Palamón que todo ardía de amor le dize: "Agora me escucha, dulce amigo. Yo soy así cativado del amor de Emilia e de su claro viso, que non fallo noche ni día lugar do repose, antes ardo siempre en amoroso fuego. IV' 4°1 E tú sabes bien que yo la amo más que de ninguno puede ser amada, por que caramente te ruego
278 Se refiere a la Luna, que, como ya hemos indicado, es uno de los nombres que recibe Diana como hermana de Febo, el Sol. Boccaccio, Genealogía, IV, 16, pp. 243-246. 279 Abiertamente. 280 Despertar ( D C E C H ) . 281 Agasajos u obsequios que se hacen para complacer o atraer la voluntad de alguno (Aut.).
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que tú consientas que ella sea mía porqu'el corazón me da de hazer cosas que sin falta cobraré d'ella mi corazón". [V. 4U Cuando Penteo estas palabras oyó, todo en sí demudado, encendido todo de ira, le respondió e dixo: "Palamón, a ti puede ser cierto e 2 5 0 v asaz manifiesto que yo he 251v metido mi vida en condición solo por poder a Emilia servir, a quien yo amo más que lo restante del mundo e con ella biviría alegre e sin ella ninguna cosa me será asaz. 421 Pero yo te ruego, si la mi vida te es algo cara, que aquello que demandas aquello al tu pariente concedas y esto, caro amigo, te ruego non me niegues". [V, 43] Palamón dize: "Verdaderamente aquésta no es el amistad que yo creía aver de ti, pues así manifiestamente un don me niegas. Mas yo te juro por el omnipotente Júpiter que primero que de aquí parta con el fierro partiremos esta diferencia. ' V ' Por tanto te 252v adova 282 como te plazerá de tus armas e tu razón defiende, que de tal guerra jamás esperes paz. Pero una cosa te ruego, que el que venciere el corazón, el cuerpo e la causa del debate para siempre lo dexe en poder del vencedor, que de mí te digo que sin dubda tengo de seguir el vencer o morir". [v, 45] Al cual Penteo dixo: "O cavallero, ¿por qué quieres a ti e a mí poner en peligro o en aventura de muerte? Guarda que non te haze menester e deves tomar consejo más saludable, el cual es que cada uno procure de aver el amor de Emilia e, a quien la otorgare la ventura, aquél la lieve sin otra alguna batalla. I v ' 461 E tú sabes bien que yo soy desterrado e tú has rompido a Teseo la prisión e, si el nuestro fecho fuese sentido, non era menester más razonar de Emilia nin de su claro viso. Mas fuyamos d'esta manifiesta muerte e de su triste condición e llanamente amemos entre nós porque Júpiter de otra manera faga e ordene de nos, t v . 471 e por ventura él traerá los tiempos tales que podamos bolver en nuestros estados". [V, 48] Palamón más de aquesto non quiere oir, antes le dixo: "Toma Arcita tus armas que entre nós conviene que sea ella partida e veremos quién más la ama e quién por su amor sabrá mejor ferir del espada. E si tú me hazes rindir por fuerza, yo te prometo de allí adelante jamás la mire". [V, 49] Aquesto dize Arcita: "¿Qué es esto que ansí dizes? Pongamos que tú esforzadamente me mates e las mis fuerzas delante las tuyas desfallezcan, ¿qué menos penas e peligros te quedan e qué esperanza te queda después que seas conoscido salvo la muerte o bolver a la prisión o andar por el mundo desterrado? Pues d'estas cosas ¿qué utilidad avrás de Emilia? (v- 5 '1 E pongamos que yo con fe te prometiese de no la amar, ¿crees tú que con todo mi ingenio lo pudiese hazer? Por cierto más aína sin jamás comer creería bivir que de amarla me apartase. Non 282 De adovarse, 'prepararse'
(DCECH).
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creas que amor así como tú crees se pueda fuera langar e poco ama aquél que por promesa dexa de amar. tV' 521 Pues, ¿quieres tú Palamón con el espada que partamos aquello que non poseemos? ¡Conosce por Dios tu loco consejo que yo temo tu impedimiento si non te partes de aquí antes que más claridad el día muestre!" [V, 53] "j) e ia ^ salud -dize Palamón- non tengas cuidado porque antes que yo me parta nuestra quistión se acabará, dé manera que solo el uno de nós quede en la posesión de Emilia. E todo lo que tú dizes yo comigo lo he bien examinado e soy contento más de morir que bivir en este tormento". [V, 55] a la sazón responde Penteo diziendo: "¡O desdichado de mí que agora enteramente siento la ira de los dioses! Los cuales, me paresce, son todos contrarios al nuestro deseo e la fortuna, que ya algúnd tanto mis efectos alegres e piadosos fazía, quieren que muramos con nuestras manos como ya los descendientes de nuestro Cadino hizieron. |v> 561 Bien me maravillava qué cosa era como tú, Fortuna 283 , dexavas nuestra vida estar en ocio e reposo, pues nunca a ninguno de los nuestros diste gloriosa muerte ni vieron cosa de que se pudieron loar, adonde yo asaz con justa causa me puedo quexar veyendo nosotros al semejante 253v fin venir. I v ' 571 Los nuestros primeros, que de los dientes de la sierpe nascieron sembrados de Cadino e de Agenor, unos contra otros fueron tan nocientes 284 que sin se guardar amor fraternal los unos a los otros se mataron; e los canes mordientes Anteon despeda£aron285 e Ata los sus fijuelos mató tal que Tesifone en él fiera se metió 286 ; tv> 581 Latona 254v mató los hijos de Anfione en torno e derredor de Níobe, madre doliente 287 ; e la despiadada enemiga de Juno hizo a Semele mísera e a 283 En el texto italiano Arcita no se dirige a la Fortuna sino a Juno. Parece más lógica esta lectura, ya que era Juno la que odiaba a los tebanos. 284 Cultismo por 'nocivos' ( D C E C H ) . 285 Se trata de Acteón, nieto de Cadmo, que sorprendió a Diana cuando se bañaba. La diosa, enfurecida, le convirtió en ciervo, siendo entonces atacado por sus propios perros. Boccaccio, Genealogía, V, 14, p. 326. 286 Ata es reducción de Atamante. Se casó en primeras nupcias con Néfele, de la que tuvo a Frixo y Hele. Para su historia véase lo dicho sobre Frixo. Tras la marcha de sus hijos, Juno incitó a Tesifone, una de las Furias infernales, contra él, enloqueciéndole de tal manera que confundió a Ino, su segunda esposa, y a los hijos de ésta con una leona y sus cachorros. Atamante se lanzó contra ellos provocándoles la muerte. Boccaccio, Genealogía, XIII, 67, pp. 786-787. 287 Latona o Leto, hija del titán Ceo, era tan hermosa que cautivó el corazón de Júpiter, de quien concibió a Apolo y Artemis. Esto causó tanto despecho a Juno que le juró odio eterno y la arrojó del Olimpo obteniendo de la Tierra la promesa de que no le depararía lugar alguno donde reposar. Por su parte Níobe es hija de Tántalo y mujer de Anfión, de quien tuvo siete hijos y siete hijas. Feliz y orgullosa de sus hijos, Níobe declaró un día que era superior a Leto, madre de un único hijo y una hija. La diosa, ofendida, pidió a Apolo y
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Dagane 288 255v . Esto sabe bien toda la gente de Edipo, el cual muerto el padre tomó por muger la madre. tv- 59¡ Qué fue después de los dos hermanos hijos de Edipo non cabe recontarlo, que el fuego da testimonio d'ellos e después d'ellos el mísero Creonte, que 256v después d'estos de Baco non restan sobrinos sinon nosotros, que últimos somos de la real sangre tebana. |V ' 6°1 E pues a ti viene en plazer soy contento que entre nós la batalla se faga. Déxame tomar mis armas e cavallo e faré lo que tu voluntad loca desea, e llore el daño de la batalla aquél que d'ella es ocasión". I v ' 61 1 E contra su voluntad Penteo se fue armar e así armado cavalgó en su cavallo e bien aparejado contra Palamón se va que, fiero, todo encendido lo esperava. E así le dixo: "Ama como te pluguiere la guerra o la paz, tV' 62J mas séanme el cielo, el surgente Apolo, los Faunos 289 , las Dríadas 290 257v e las estrellas, que aún veo, verdaderos testigos como yo d'esta batalla non soy ocasión, que tú la as movido e tú la quieres fazer. |V ' 631 E toda la paz has, amigo, desechado, e sabe Dios que yo non podría jamás dexar de amar 258v aquélla que mi coraçôn tiene, pero amándola, así querría 259v contigo paz e cuando querrás de voluntad lo haré".
[VI] [V, 64] Dichas aquestas palabras ninguna cosa Palamón respondió, antes al pecho el escudo endereçô e la espada en la mano, el viso enderesçado contra Penteo, con boz argullosa dize: "Agora se parecerá el que el amor de Emilia más tiene". Al cual Penteo respondió: "Tú dizes la verdad". E luego contra él se fue. [v, 65] Non 260v avían lanças los cavalleros, mas con las espadas en las manos fuertemente se fieren el uno al otro. E así, fieramente, se combatían, que era una maravilla, t v ' 661 e andando en la buelta el valeroso Arçita, con el espada por 261v
Artemis que la vengasen. Así lo hicieron, matando a los hijos de Níobe con sus flechas. Boccaccio-, Genealogía, IV, 20, pp. 248-250. 288 Dagane es una mala lectura del traductor por d'Agave, tal y como figura en el texto italiano. Agave, hija de Cadmo y madre de Penteo (véase la nota correspondiente) fue castigada por Baco por haber insultado a su madre Semele. Baco hizo que ella misma despedazara a su hijo Penteo al confundirlo con un jabalí. Boccaccio, Genealogía, II, 65, pp. 168-169. 289 Los faunos o sátiros moraban en los bosques, cuya custodia les estaba encomendada. Alegres, alocados, maliciosos, formaban la escolta de Baco y tomaban parte en casi todas sus fiestas. Boccaccio, Genealogía, VIII, 13, pp. 506-507. 290 Las ninfas o dríades son los espíritus de los campos y de la Naturaleza en general, cuya fecundidad y gracia personifican. Boccaccio, Genealogía, VII, 14, pp. 438-440.
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encima del yelmo291, a Palamón dio un tal golpe que apenas con la vida quedó. E bien pensó que determinada fuese con aquel golpe la quistión porque del golpe non se movía, que parescía ser pasado d'esta vida. (V' 681 E como el buen Penteo lo vido así pensó qué podría ser, e luego se allegó a él e fallólo sin aliento262", que a su parescer era muerto. E vido como mucho le avía calado el golpe, de que reziamente se comentó a quexar. f v ' 691 E quitóle el yelmo e puso a Palamón sobre las frescas yervas e c o m e t o a bañarle el rostro con agua por que rebiviese. [V, 70] Mas Palamón aún non sentía, por que Penteo, plañiendo llorosamente, diziendo: "¡Lasa de la vida mía, muerto he al mi valeroso compañero! Mas d'esto Febo testigo sea, que yo non fui alegre ni jamás esta batalla con él me plugo. t y . 71 ) E tú sabes que solamente el amor de Emilia en tan áspera jornada me ha traído ya tanto dolor. Agora fuera yo muerto el día que por miedo de Teseo cambié mi nombre en Penteo, e non oviera por mi acaescido tanto mal263v al mi pariente". [v, 72] E n aqueste punto Palamón tornó en su memoria y en pie se levantó atordido e, como ardid e franco campeador292, delante el pecho el escudo enderes?ó. E vio a Penteo que fuerte plañía, al cual ansí dize: [v, 73] "Aparéjate, cavallero, que yo aún non soy vencido porque del cavallo aya caído. Si la tu espada gravemente me atordeció yo soy rebivido, e tú non creas aver perdón de mí, porque piadoso contra mí te he visto. E conviene que luego p0r264v fuer?a partas comigo el amor de Emilia". [v, 74] Maravillóse a la sazón Penteo e dentro, en el corazón, lleno de ira dize: "Palamón, gran razón as de querer mal a quien por ti sospira, e de oy más las cosas se harán de otra guisa, porque de aver de ti oy vencimiento yo265v tengo firme corazón". [v, 75] a la ora tornaron a la batalla, cada uno llamando a Mares e a Venus e a Emilia, prometiéndoles dones. E de otra parte cada uno se recuerda dentro en su voluntad de la nobleza, del ardimiento e esfuerzo del otro. IV' 761 E ya avían todas las armas despedazadas por la larga batalla, aunque non se podía discerner cuál tenía avantaja, ' V ' 771 cuando avino que, como nós veamos266" venir cosa en una ora que en mil años no acaesce, así, por cierto, vino a la sazón que Teseo con Ypólita e Emilia e mucha otra gente salió de Atenas a caga. E llegados al bosque donde la batalla se hazía (v- 78¡ comengaron la caga a todo deleite, e cada uno iva 291 La parte de la armadura que resguardaba la cabeza, vid. Martín de Riquer, L'arnès del cavalier: Armes i armadures catalanes medievals, Barcelona: Ariel, 1968, en particular pp. 20-22.
292 Del verbo campear, 'guerrear, estar en campaña' ( D C E C H ) .
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por donde le plazía con sus aves e canes. E Emilia, con un fermoso falcón, se fue por la clara ribera fasta que llegó do la dura batalla se hazía,
791
con los canes al
derredor d'ella e una bozina al cuello e un arco con su carcaz de frechas.
80 '
E
como súpitamente vido los cavalleros se detovo, los cuales, como la vieron, de nuevo y con nuevas fuerzas comen9aron la batalla. I v ' 811 Emilia estava medio fuera de sí, que atrás ni adelante non podía ir. Mas después que algúnd tanto en sí fue tornada aquexadamente su gente llamava e con gran priesa a Teseo embió que a ver la dura batalla viniese. Iv> 821 E venido, asaz se maravilló quién 293 estos dos combatidores fuesen e, por lo que vido, conosció bien que gran mal se querían e que grande devría ser la ofensa porque así animosamente se aborrescían. Mas después qu'él les ovo asaz bien mirado, a cavallo acerca d'ellos más se juntó.
[VII] [V, 83] a i o s cuales Teseo dize: "¡O cavalleros, así Mares vitoria dé a quien más la desea! Cada uno de vosotros se tire a su parte e, si en vos es alguna cortesía, dezidme quién vosotros sois e por qué causa sois induzidos a tan dura batalla segúnd en el ferir avéis mostrado". [v, 84] l
o s
cavalleros, cuando vieron así a Teseo fablar, cada uno d'ellos de
voluntad afuera se hizo e non quisieran aver comentado aquella batalla. Mas el buen Penteo así respondió: "Nós, señor, somos dos cavalleros que por amores nuestro 267v valer aquí esaminamos". Iv- 851 "Pues dezidme quién sois", dize Teseo. A quien dixo Penteo: " Y o lo haré de voluntad si vos, caro señor, nos prometéis la vuestra paz si a nós faze algo menester". Al cual Teseo respondió: "Vosotros de oy adelante la avéis 268v porque vos veo esmerados cavalleros e más combatir sobre tan noble ocasión que ofenderos serié gran villanía 269 *". alto 270v
señor, el vuestro Penteo que con
este 271v
861
" Y o soy, muy
cavallero, queriendo sobrepu-
jarme en amor, batalla fago, por el cual amor mi vida metí en aventura por vos servir, porque yo verdaderamente soy aquel Arcita, vuestro desterrado, aunqu'el nombre e figura aya cambiado". [V, 87] a Palamón parescía estar algúnd tanto más aquexado de la batalla pero non tanto que non lan5Ó fuera el temor, e 2 7 2 v dize: "Magnífico señor, yo non
293 Hasta el siglo X V I I I 'quien' se utiliza invariablemente para singular o plural, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., p. 148.
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quiero encelar 294 quién yo sea, porque vuestra virtud me asegura que non querrés mostrar vuestra fuer?a contra mí. Amor me sacó de vuestra prisión e yo soy aquel vuestro prisionero Palamón". [V, 88] Teseo, oyendo nombrar aquestos, primero se maravilló, pero luego les regradesció asaz porque ansí le descubrieron sus nombres, e les dize: "Dezidme, por vuestra fe, cómo Cupido con la dorada saeta amos a dos firió de iguales feridas, [V ' 89 1 e si es lícito que yo sepa quién es la señora me dezid vos ruego". E luego Palamón le contó toda la verdad diziéndole Emilia ser la fabricadora de todo, a quien Teseo respondió: "Pues fasta aquí avéis mostrado vuestro ardimiento ya non conviene morir por ella". lv- 9°1 A quien Palamón dize: "Alto señor, sabido has enteramente lo que has querido e a contarlo me ha dado lugar el deseo de la muerte, que fará fuir de mí tan áspera 273v dolor 295 como contino sostengo, que siempre ofende mi triste voluntad. E yo que soy de tu prisión salido por el quebrantamiento d'ella la tengo bien merescida". [V, 91] £ luego Teseo dize: "Non plega a Dios que yo faga lo que demandáis, bien que merescido me lo ayáis, pues el uno contra mi mandamiento en mi tierra es tornado y el otro a roto mi prisión. Pero guardaré aquella buena e antigua usan9a, (v- 921 que yo fui enamorado e por amor fize algunas vanidades 296 . E el perdonaros es muy agradable a mí pues yo ya fui perdonado e perdoné otras vegadas, e por esto alcancé más que por mi obrar. Pero estad seguros del perdón, que aquí vencerá el engaño la mi 274v gran piedad, Iv- 931 mas non sea el perdonar asuelto fasta que una apazible condición que pomé vosotros me prometáis, pues yo perdono vuestra falacia y engaño". E la condición le juraron de la guardar firmemente e luego les hizo hazer solene paz [V' 941 y en aquesta manera se convino con ellos: "Yo tenía la infante 275v que vosotros amáis conmigo guardada e con gran amor la crié e por verdadera esposa al apazible 276v Agate, mi primo hermano, la di por muger; mas la fortuna aviesa con la muerte lo levó y ella quedó sin esposo. [v> 951 Por tanto conviene a mí pensar por otro, pues la edad suya ya lo requiere 297 , e yo bien pensado no sé a quién la dé 294 Encubrir
(DCECH).
295 Durante todo el siglo XV 'dolor' admite tanto el género femenino como el masculino (DCECH). 296 La mitología adorna a Teseo con algunos matices de conquistador. Así su trágico romance con Ariadna, la lucha amorosa con la amazona Antíope y el rapto de la jovencísima Helena, hermana de Cástor y Pólux, son tres ejemplos de las "vanidades" a las que posiblemente alude el texto. Vid. Plutarco, Vidas paralelas, ed. cit., I, pp. 151-204. 297 Durante el período medieval la edad para casarse solía ser de 26 años en el hombre y 21 en la mujer. Para la periodización de la vida de la mujer medieval puede consultarse el trabajo
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que con más amor y fe la ame y honre que fará cada uno de vós si así como mostráis la amáis. Pero ya veis que entr'amos non la podéis aver, que con el uno conviene que quede a quien ella será convenible, Iv- 961 pues vosotros sois de alta sangre e de alto fecho e noble vida, y quién ella sea ya lo 277v sabéis, por que desdeñarla por muger non devéis si averia pudierdes. |V ' 971 Mas por apartar de vosotros quistión para quién la avrá, con las armas encima vos conviene combatir en el modo que vos diré: que cada uno de vós busque cien cavalleros e juntos vengáis a nuestro teatro 298 a la dulce conquista. Iv-981 E la parte que la otra lanzare fuera del teatro por fuerza de armas, aquél a Emilia sea marido, el 278v otro quede privado del amor. E para esto complir vos doy término de un año entero dentro del cual tiempo podréis vuestras cosas proveer 299 ". El cual patio luego con Teseo firmaron [V' l0°l e luego omilmente le respondieron diziéndole: "Omil señor, a tanta gracia como nos fazes ninguno 279v de nosotros es poderoso aquésta regraciar, mas aquél qu'el cielo y el mundo igualmente govierna te guarde como tú nos has contentado del alto perdón de nuestro engaño, el cual por soberano don recebimos. IV' 1011 Nosotros somos prestos a tu plazer e pensaremos de poner en efecto aquello que nos has mandado". E luego comentaron a deleitarse viendo cerca de sí aquello que más les deleitava que era Emilia, la cual muy vergonzosa e de las feridas d'ellos asaz pia102 dosa los remirava. 1 A la cual Teseo dize: "¡O donzella, de 280v cuanto por ti haze Amor bien lo puedes reputar a soberano honor, e allende d'esto aver de ser esposa de uno 281v d'estos, que son cavalleros de mucho valor!" A lo cual Emilia ninguna cosa respuso, antes, mudada de color que la vergüenza suele poner, abaxó los ojos con muy manso continente. [v, 104] e luego Teseo mandó a los cavalleros que cavalgasen por que sus llagas se curasen mejor en la cibdad, e hizo ir en medio d'ellos a la hermosa Emilia, de
de Reyna Pastor, "Para una historia social de la mujer hispano-medieval. Problemática y punto de vista", en La condición de la mujer en la Edad Media. Actas del Coloquio celebrado en la Casa de Velázquez, del 5 al 7 de noviembre de 1984, Madrid: Casa de Velázquez-Universidad Complutense, 1986, pp. 187-214. Sobre el particular también aporta interesante información Jacques Rossiaud, La prostitución en el Medievo, Barcelona: Ariel, 1986, en particular pp. 26-27. 298 El sitio o paraje formado en semicírculo en que se juntaba el pueblo a ver algún espectáculo o función (Aut.). Más adelante Boccaccio describirá pormenorizadamente el edificio. 299 Lo que Teseo está proponiendo a los dos amantes no es otra cosa que el típico torneo medieval en el que dos bandos disputan para obtener un fin: dinero, armas o, como en este caso, el amor de una mujer, vid. M. Keen, La caballería, op. cit., pp. 115-138 y 265-288.
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que fueron los cavalleros tan contentos que lengua alguna non lo podría dezir300, y en pocos lugares hazían tardanza que non la mirasen. 105 Y en esta manera en Atenas entraron, 1 los cuales con fiesta al palacio mayor descendieron. E luego Teseo hizo desarmar los tebanos varones, e dulcemente los hizo curar e hízolos en el palacio aposentar e dioles aquella casa por aposentamiento donde primero estuvieron aprisionados, que era un rico cuarto de aquel palacio.
300 Ya hemos señalado en otras ocasiones la utilización de este recurso retórico por parte de Boccaccio.
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[LIBRO SEXTO] [I] [vi, 6] a s í aposentados los dos tebanos el uno con el otro tenían buena paz e concordia e su antigua amistad hasta el día de la batalla guardaron, e lo que el uno quería al otro plazía282». E la revesada301 Fortuna agora se calla, fuido el tiempo amargo de todas partes, mas agora más que nunca Amor, con todos sus deleites, los tenía estrechados. [vi, 7] Ellos tenían de sus rentas grandes despensas que ellos largamente gastavan. Toda persona era d'ellos honrada con mucha cortesía, tanto que toda Atenas se maravillava. Eran amados de todos los cibdadanos, así grandes como pequeños, [vi, 8] Cantos, sones, alegrías en su posada siempre sentían, e quien tomar d'ellos algo quería le davan. Jamás su aposentamiento283v estava sin estrangeros, altos varones, dueñas e cavalleros. IVI- 91 Vestían ropas de inestimable valor e ninguna cosa de liberalidad e gentileza entre284* ellos faltava, tanto los varones de alegría eran llenos. Contino justavan e alegravan la cibdad e sobre todo285v cada uno se ensaya de mejor parescer a Emilia. [vi, io] e bien que estavan en grande alegría cada un día les parescía ciento, tanto el día por Teseo aplazado deseavan que viniese, por que de tormento con alegría saliesen o, perdiendo la esperan§a, con ella morir. lVI- "1 E, por non esperar el último día de la batalla, cada uno fizo sus mensajeros a do entendía que le complía, a combidar302 a sus286v amigos. E de otra parte, de las cosas a sus personas nescesarias con mucha diligencia se proveen, dando a los suyos armas e cavallos e ropas. tVI- 12I E en breve tiempo de armas luzientes e cavallos fuertes fueron proveídos, cada uno en sí pensando dos mil ensayos de guerra.
[II] [vi, 13] En este medio tiempo303 el día se apresurava que dado287v avía Teseo a los dos cavalleros, donde cada uno los suyos solicitava que viniesen, por que en 301 Intrincada, obscura, difícil de entender (Aut.). 302 Invitar (DCECH). 303 El medio tiempo es el que se interpone y pasa entre un suceso y otro (Aut.).
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Atenas ya 288v gran gente abondava de unas e de otras partes, cuales a Arcita, cuales a Palamón se ofrecían. [Vi, 14] El primero viene, aunque lagrimoso, de negro vestido, el rey Ligurgio, fuerte e poderoso e de gran corazón, e traxo consigo de su reino pueblo fuerte e de corean ardido, el cual en ayuda de Ar?ita se ofresció 304 . [Vi, 15] viene de Eguina305 2 8 9 v el rey Peleo, mancebo gentil, de soberano valor, e consigo aquella gente que se hizo de simiente de hormigas306. Era blanco e colorado e claro en el aspeto más que jamás fue rosa, IVI-161 muy ricamente vestido con muchas piedras luzientes, sobre un gran cavallo negro, era entre todos los suyos el más eminente. Traía un arco rico con un turcaso307 2 9 0 v lleno de saetas de Arcadia, [vi, 18] e ansí entró en la cibdad, a la vista del cual cada uno salía: ¡non fue ninguno aquel día que non lo alabase e cuántas dueñas hizo aquel día sospirar! [vi, 19] Siguieron a éste Zéfalo, hijo de Bolo 308 , Foco 309 , Telamón 310 , el griego Pidanris311, Flegias de Pisa 312 , sitonio Aleone 313 291 v e otros muchos nobles de quien la sancta fama 314 non faze minción.
304 Licurgo, rey de Nemea. El traductor no traslada la causa por la que Licurgo viene triste y vestido de luto, que no es otra que la muerte de su hijo Ofelte, causada por la negligencia de Hipsípila, hechos que son narrados por Estado en la Tebaida. Boccaccio, Genealogía, V, 29, pp. 350-351. 305 La isla Egina. 306 El traductor ha suprimido en le triste ore che Eaco lo suo popol perdeo, es decir, una alusión a Eaco que aclara este pasaje. Eaco era hijo de Júpiter y de Egina y rey de Enopia, a la que llamó Egina en honor a su madre. Una peste asolaba su reino y pidió a Júpiter que las hormigas con las que soñaba se convirtieran en hombres. Júpiter le concedió el deseo y su ciudad fue restaurada, llamándose sus ciudadados mirmidones, es decir, hormigas. Boccaccio, Genealogía, XII, 45, p. 707. 307 Carcaj o aljaba. No existe esta forma en el castellano medieval, por lo que debemos entenderla como calco del texto italiano: turcasso. 308 Céfalo ha pasado a la fama por haber matado, de modo accidental, a su mujer Procris, cuando le espiaba para saber si le era fiel. Por su parte Bolo, esto es, Eolo, es el dios de los vientos. La filiación de estos personajes viene atestiguada también en la Genealogía, XIII, 65-66, pp. 785-786. 309 Existen varios personajes mitológicos con este nombre. No obstante, pensamos que Boccaccio se refiere al hijo de Éaco y de Psámate, hermanastro de Peleo y Telamón, con el que aparece aquí relacionado. Su nombre hace alusión a la transformación en foca de su madre para impedir, aunque sin poder lograrlo, ser violada por su padre. Foco abandonó su patria, Salamina, y se dirigió a la Grecia central, conquistando el territorio que desde entonces llevará su nombre, la Fócide. Boccaccio, Genealogía, XII, 46, p. 707. 310 Telamón es célebre por haber sido el padre de Áyax. Fue hijo de Éaco y de Endeis y hermano de Peleo y de Alcímaca. El más conocido de los episodios atribuidos a Telamón es el de su participación en la toma de Troya. Se casó con Hesione, hija del depuesto rey
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tVI. 211 Sobre un carro que cuatro toros travan viene Agamenón, armado todo a guisa de varón, mostrando la honor que ovo en el sitio troyano, con la barva grande e bien membrudo. [VI- 221 Non las armas claras, non manto dorado nin peinados los cabellos, mas todos los ornamentos que traía eran del despojo de Troya: una cobertura rasgada encima de su roniento arnés. E todos dezían: "Aquél vencerá a quien aquellas armas maltratadas seguirán". 315 [vi, 23] Detrás d'él, en ábito diversado, Menalao venía mancebo vestido de ricos paños, muy bello e apazible, sin ningunas armas, las crines como oro claro, loado de cuantos lo miravan. [vi, 25] Aquéstos seguían Cástor e Polus, ermanos, todos armados, e bien mostravan que grande valor los oviese Cisne, su padre, dado 2 9 2 v ; los cuales en sus escudos por honor avían el cuándo y el c ó m o engendrados fueron con ingenio de la bella Leda, a la ora que ella fue del cisne preñada 316 .
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troyano Laomedonte, con quien tuvo un hijo, Teucro. Boccaccio, Genealogía, XII, 47, p. 708. Se trata de una mala lectura del traductor. En el texto italiano leemos Agreo epidaurio, es decir, el héroe Agreo sobre el que apenas sabemos nada (véase Boccaccio, Genealogía, V, 18, p. 328), salvo que era epidaurio, gentilicio latino que hace referencia a Durazzo, la actual Durresi en Albania. Existen varios personajes mitológicos con este nombre. Seguramente se trate aquí del octavo hijo de Marte, castigado por Apolo a estar encadenado en los infiernos bajo una enorme roca que amenaza con caerse sobre él. Boccaccio, Genealogía, IX, 25, pp. 551-552. Pisa, evidentemente, no es la ciudad italiana, sino una de la Élide, en el Peloponeso. En el texto italiano figura sicionio Aleone. Sicionio hace alusión a su lugar de origen, la ciudad de Sición, en la Argólide. No obstante, poco más sabemos sobre este personaje. Creemos que debe tratarse de un error de lectura del original italiano, en el que se lee spenta fama, es decir, 'la mortecina fama'. Esto nos hace pensar que sancta sea una intromisión del traductor aquí por 'sagrada' (DCECH), haciendo alusión a la deificación de la fama en el periodo clásico. Agamenón era el rey de Argos encargado del mando supremo del ejército griego en el sitio de Troya. A este cargo alude el texto cuando dice "mostrando la honor que ovo en el sitio troyano". Boccaccio, Genealogía, XII, 15, pp. 690-691. Cástor y Pólux, los Dioscuros, nacieron de los amores de Zeus y Leda y son hermanos de Helena y de Clitemestra. Leda estaba casada con Tindáreo, rey de Lacedemonia. La noche en que Zeus se unió a Leda en forma de cisne, la mujer se unió también a su marido, y los dos pares de gemelos que nacieron son atribuidos como sigue: Pólux y Helena a Zeus; Cástor y Clitemestra a Tindáreo. Boccaccio, Genealogía, XI, 7, pp. 642-644.
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[vi, 27] Un cuero de león muy bello traía Cronis317 vestido, que ya a su padre lo avían visto, el cual el yelo mortal avía sentido, esto era, la camisa empongoñada de Neso 318 , con 293v un bastón grande nudoso e de todas las otras armas bien guarnido, sobre estraño cavallo de Diómedes319, comedor de la carne umana como se cree, [vi, 28] n o n e n otra manera la cabega meneando que faze el toro después que es enamorado, que sin tener reposo va contino bramando. [vi, 29] viene Ypodemio muy bien guarnido, con aquel esfuerzo que era pujante a mostrar la grandeza de su vida, sobre un cavallo de ricos paños cubierto, en el campo bien dispierto320. [vi, 30] £) e pii o s viene el mancebo Néstor, hijo de Neleo 321 , lleno de mucha bondad, colorado, crespo, roxo322; a 294v aquéste ornó el padre en tal guisa que de ornamento atal ninguno fue igual. IVI- 331 Encima de un cavallo sin reposo cavalgava, con un gran bastón en la mano, e así se andava todo remirando como el 317 Según la Mitología, uno de los hijos de Hércules. Boccaccio, Genealogía, XIII, 4, p.754. 318 esto era, la camisa empongoñada de Neso: Esta aclaración no aparece en el texto italiano, por lo que debemos atribuírsela al anónimo traductor castellano. El centauro Neso intentó violar a Deyamira, la mujer de Hércules. Este le mató, pero en su agonía el centauro dio a Deyanira una túnica impregnada de veneno, asegurándole que tenía la propiedad de avivar el cariño conyugal. Años después Hércules fue retenido por Iole y Deyamira envió la túnica a su marido para intentar recobrarle. Cuando Hércules se puso la túnica la prenda se adhirió a su cuerpo quemándole vivo. 319 Diómedes, rey de Tracia, tenía unos feroces caballos que vomitaban llamas y a los cuales su amo alimentaba con carne humana. Hércules, en su octavo trabajo, domeñó estos caballos y los envió a Diómedes, a quien devoraron inmediatamente. Boccaccio, Genealogía, XIII, 4, p. 754. En cuanto al estraño caballo de Diómedes, basta traer aquí el texto italiano para comprender el error que ha cometido el traductor: sopra Strimon, caval di DXomede. 320 En realidad se está refiendo a Hipódamo. Vid. Estacio, Tebaida, Libro VI y Boccaccio, Genealogía, XIII, 4, p. 754. 321 Neleo, hijo de Tiro y Poseidón, aparece en el ciclo de Hércules: éste dirigió contra él una expedición en la que murieron once de sus hijos. Solo Néstor se salvó de la matanza por hallarse ausente, llegando a reinar en la ciudad de Pilos (al Suroeste del Peloponeso) y en toda la Mesenia. Siendo ya octogenario, condujo a los soldados de Mesenia al sitio de Troya, como atestigua la Iliada. Boccaccio, Genealogía, X, 35-36, pp. 603-604. 322 Esta frase es el sorprendente resultado del siguiente texto italiano: di Neleo figliuol, la cui etate nelle vermiglie guancie il primo flore mostrava, poco ancora seminóte di crespo peí che d'oro avea colore, il qual multiplicava sua biltate. Entiéndase, entonces, que tenía las mejillas coloradas (vermiglie) y el pelo rubio (d'oro en el texto italiano y roxo-en el castellano) y crespo.
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gavilán que sale debaxo del capirote 323 , acompañado de muchos nobles 295v cavalleros. IVI' 341 E así, faziendo a todos honor, llegó a Teseo que con muchos príncipes e cavalleros estava. [vi, 35] Evandro, nascido en el Cillero de Carmeto 296v , con muchos de sus varones festejando, tVI- 361 entró en Atenas armado de muy fuertes armas, encima de las armas un cuero velloso de maravillosa manera 324 . tVI- 37J Ninguno 297 * d'esta compaña traía armas luzidas pero todos en sí muy devisados a Evandro al derredor cercavan298*, el cual en una mano un arco traía que muy bien le estava. 1VI' 381 Al cual 299v Dalameo 325 seguía al siniestro lado, un escudo por lavor 300v asaz maravilloso, IVI-391 en que avía esculpidas muchas istorias que por brevedad non conviene contarlas, tvi, 40] g a n s f e n tró en Atenas, que quien quiera 301v que lo veía por valeroso lo juzgava. El non punto polido nin palanciano, mas útil e provechoso e bien razonado, tanto que d'él todos eran muy contentos. [vi, 41] Viene Periteo, sin pelo las mexillas, vestido de ricos paños, todo en el viso resplandeciente, blanco e colorado, muy amoroso a quien lo mirava, ruvio como hebras de oro, coronado de fojas de laurel. IVI- 42¡ Garlón delicado en el aspeto, aquéste, en un gran cavallo procreado de la simiente de Neuptuno 326 , vino en Atenas, al cual Teseo salió a recebir con gran fiesta. tVI- 431 E con su venida mucho en Atenas folgaron porque de todos era muy amado e conoscido, e así con su verdadero amigo Teseo a su palacio se subió 302v . [vi, 45] D e Sidonia vino Primaleón y con él así mesmo Sicheo, que después fue esposo de la alta Didone 327 , los cuales de Teseo magníficamente fueron honrados e muy alegremente recebidos. 323 Cubierta hecha de cuero y ajustada que se pone al halcón y otras aves de cetrería en la cabeza para taparles los ojos con el fin de que se estén quietas en la mano o en la alcándara (Aut.). 324 Evandro fue un rey de Arcadia hijo de Mercurio y de la ninfa Carmenta. El Cillero al que se refiere el texto es en realidad el monte Cilleno, en la Arcadia, lugar donde fue concebido el héroe. Boccaccio, Genealogía, V, 51, pp. 365-366 y XII, 66-68, pp. 724-725. 325 Estamos ante un nuevo caso de mala interpretación del traductor, lo que causa la invención de un héroe inexistente. En el texto italiano podemos leer lo siguiente: A cui da l'armo pendeva sinestro; como se ve, el traductor entiende que da l'armo es un héroe llamado Dalameo. 326 Neptuno pasa por ser el creador de los caballos. Él se los donó a los hombres y les enseñó a domarlos. Por otro lado, y quizá a esto se refiera el texto cuando dice "de la simiente de Neuptuno", entre la descendencia de éste se hallaban dos famosos caballos: Pegaso y Arión, el primero hijo de Medusa y el segundo de Deméter. Boccaccio, Genealogía, X, 1, pp. 575-577 y 27, pp. 597-599. 327 Didone o Dido era hija de Belo, rey de Tiro, y hermana de Pigmalión. Se casó con Siqueo, cuyas riquezas excitaron la codicia de Pigmalión quien, para apoderarse de ellas, le hizo
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[vi, 46] El franco rey de la Citra303v, insula304* de Europa, en la ribera de Atenas descendió328 e hizo con las áncoras329 afirmar sus navios. IVI- 4?1 E luego tras éste vino su hermano Sarpedón330 e con ellos todas sus gentes. [VI' 481 E del lado isquierdo un escudo le colgava en el cual se veían aquéllos305v de Creta e cómo Júpiter en toro a Europa cargó, de donde él nasció. IVI- 491 Al cual a ver cómo entrava toda Atenas salió IVI- 5°1 e con grand honor en ella fue rescebido. [vi, 5i] vino después el visconde Antelao331, con noble compaña llena de mucha destreza e saber e muy amigable de mirar, sobre su coser muy ataviado. Fue de todos muy bien rescebido e con alegre voluntad de todos mirado. [vi, 55] Después de aquéste viene Ameto, luziente, de real ornamento vestido, de media edad, en el aspeto alegre, el cual un escudo en forma de pastor homilde e llano de oro traía, que Febo traía cuando el su ganado en el verde bosque pasturava332. (VI- 561 Tras aquéste Filón cavalgava vestido de verde, todo guirnaldado333.
asesinar. Por ello Dido huyó apoderándose de quince naves en las que reclutó a todos los que odiaban al tirano y en las que se llevó las riquezas de Siqueo. Tras pasar por Chipre recaló en "tica donde fundó Cartago. Yarbas, vecino del nuevo reino, la pidió en matrimonio, pero Dido no quiso violar su fidelidad a Siqueo, por lo que Yarbas la amenazó con la guerra. Dido pidió una tregua de tres meses para aplacar el espíritu de Siqueo y después casarse con Yarbas. Transcurrido el plazo se suicidó en una pira. Boccaccio, Genealogía, I, 60, pp. 162-163. Dido ha pasado a la literatura castellana por sus amores con Eneas, episodio narrado en la Eneida y después recreado y ampliado por algunos poetas del XV, como Santillana y Mena, vid. M° R. Lida de Malkiel, Dido en la literatura española, ed. cit. 328 Se trata del rey Minos de Creta, la Citra de nuestro texto. Fue hijo de Europa y de Júpiter. Boccaccio, Genealogía, XI, 26, pp. 659-662. 329 Cultismo por ancla (DCECH) y calco del texto italiano. 330 Sarpedón y Radamantis, junto con el ya mencionado Minos, son los tres hijos que Europa tuvo tras ser raptada y seducida por Júpiter, que se había transformado en toro, como se dirá más adelante. Boccaccio, Genealogía, XI, 34, p. 666. 331 El traductor se inventa el tratamiento ya que en realidad lo que dice Boccaccio es Anchelado bistone, es decir, Antelao, del que nada sabemos salvo su origen de Bistonia y lo que Boccaccio apunta en glosa al texto italiano: Bistonia é una provincia sotto tramontana, nella quale ha fierissimi uomini eforti. 332 Se trata del rey Admeto de Tesalia. Apolo no solo trabajo de pastor para él, purgando de este modo la pena por matar a los cíclopes, sino que también le suministró un carro uncido por un león y un jabalí, lo que le permitió casarse con Alcestis, la hija del rey de Yolco. Boccaccio, Genealogía, V, 3, pp. 312-315. 333 El traductor no ha entendido el pasaje ya que se trata de Foloen, hijo de Pegaso y caballo del héroe Admeto, tal y como nos lo cuenta Estacio en su Tebaida, libro VI.
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[vi, 57] e a s f e n ábito ultragioso 334 , en Atenas e al palacio subieron, donde fueron muy bien rescebidos de Teseo, el cual Ameto tenía por muy singular amigo. [vi, 58] D e Boecia vino mucha gente, d'ella a 306v Ar?ita, d'ella a Palamón, y ellos en este pueblo tenían jurisdición y d'ellos para las cosas de su servicio se aprovecharon 307v en aquel menester. tVI' 59I La cual gente de Boecia, después que Teseo a Creonte en Tebas mató, por su miedo en las cuevas de las montañas abitavan 308v . E otros muchos pueblos a éstos siguieron que del linage tebano 309v aún eran quedados. [vi, 62] Leandro era así mesmo llegado a la ribera, con bulto triste e de lágrimas lleno. tVI' 641 E otras muchas gentes e príncipes allí vinieron que, por sus buenos fechos e por esquivar la prolixidad, en la batalla de los tebanos serán nombrados.
[III] [vi, 65] No o v o ningúnd cavallero, duque ni príncipe de cuantos avernos dicho, que de grande o mediano valor fuese, que para esta fiesta fuese invocado que de soberanos y alegres honores non fuese rescebido. E por sí primeramente los honrava Egeo e después su hijo Teseo; [yi- 661 Ypólita reina ciertamente a cuantos venían rescebía con alta fiesta e non menos la hermosa Emilia, la cual cuanto más pudo se hizo bella e a cada uno se mostrava alegre. [vi, 67] Non fueron por locos de aquellos señores tenidos Arcita e Palamón en 310v aver el uno por tal señora quebrantado el destierro y el otro la cárcel, pues por adquistar tan bello tesoro lo avían fecho, ni menos, aunque parientes, por no se aver dado lugar el uno al otro al amoroso fuego. tVI- 68 ' E bien fue juzgado ser bien empleado el valor de cuantos allí avía la Fortuna ayuntado a dar última sentencia con sus propias manos. [vi, 69] g s ¡ estos reyes fueron honrados de Arcita e Palamón non cabe que yo lo cuente, que non se cree que hombres nascidos jamás en esta vida fuesen conservados en tanta alegría e plazer 335 . IVI- 7°I A los cuales toda cosa era fornida, festejándolos siempre de grandes combites e dones, e 3 l l v solamente de amor allí se tratava, con infinitos juegos, todo el tiempo era ocupado con fiestas e combites, con damas, ansí entre los grandes como los menores. fVI- 7| 1 E, por cierto, después que
334 El texto italiano trae atto baldanzoso, es decir, acto valiente. El traductor entiende atto como ábito y baldanzoso lo asocia a baldón, injuria, ultraje. 335 La intervención, nuevamente, es de Boccaccio y no del traductor castellano.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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Palas ovo quistión con Neutuno336, de gente ayuntada de alta312v condición ni tanta ni de así de gran nobleza non se era vista por ninguna causa. E allende de las otras cosas Teseo ésta por su mayor gloria tenía.
336 La 'quistión' que tuvo Palas o Atenea con Neptuno fue motivada por el disputado patronazgo que ambos dioses mantenían sobre Atenas. Venció, tal y como se recoge en el nombre de la ciudad, Atenea. Boccaccio, Genealogía, X, 1, pp. 575-577.
G. Boccaccio
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[LIBRO SÉPTIMO] [I] [vu, i] Mientra que la Fortuna traía sus cosas en Atenas en tanta alegría, el día aplazado a los cavalleros se allegava, por que un día Teseo, con mucha alegría, con todas aquellas compañas al teatro se fue e, cerca d'él, todos muy por orden se asentaron; l vn - 2I e algúnd tanto más alto que todos, porque bien lo oyesen, en tal manera començô a dezir: Ivn> 31 "Bien creo, muy valerosos y amados, cada uno de vosotros aya bien sentido por qué en los tebanos varones esta quistión sea juntada e, así mesmo, el partido que yo les hize cuando los fallé donde justamente d'ellos pudiera tomar vengança si la piadad e cortesía non templaran la furor. IVI1' 4¡ E al tiempo que yo los puse en paz, ciento por ciento los mandé que traxesen para hazer división del amor de aquélla por quien así bramosos estavan. E non quise que lança ni espada nin mucho fierro, claro ni roviento, ni grandes cavallos deviese nuestra gracia fuego de terminar 337 , mas parescióme más convenible que fuese como un palestral juego, [ vn - 51 a lo cual ellos han mostrado esto aver por gran plazer. E si la causa es grave ya lo veis, pues toda Lernea se a movido para 313v la conclusión d'esto. [vu, 6] y ellos, creyendo por ventura que yo no los conosciese 3l4v , por tan poderosos demostraron lo que ellos tenían en deseo, por la cual causa vos han fecho con vuestras gentes aquí venir, por pagar al amor la fiança prometida de que yo, amados señores, soy muy contento por vuestra venida e porque cada uno pueda sus fuerças mostrar. ! v n - ?1 Pero una cosa vos pido se haga, pues aquí non se faze por adquistar reino, nin por mortal desdén 315v non se busca de cometido ultragio vengança, mas amor es la ocasión, como ya es dicho, de la quistión. l vn - 81 Pues a mi ver, si bien discemo, amorosa deve ser esta batalla e non odiosa: las odiosas son de los que por malos 316v fechos trabajan o de quien muestra 317v una razón non siendo aquella verdadera o como de los ásperos cóncavos de Tesalia, donde jamás 337 No queda clara la expresión, por lo que optamos por copiar el texto italiano, más clarificador: non mi credetti che lance né spiedi né troppi ferri chiari o rugginosi né gran cavai né grandi uomini a piedi dovesser terminar cotanto foco.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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non saben qué sea reposo338. E bien que allí sean criados e de una sangre nascidos, [vu. 9] como padre yo non sofriré ver derramar su sangre por el golpe del uno al otro, como a la simiente de Cadino plogó hazer. Aquí non es aquel tiempo nin aquella ira, pero aquéllos gozen con lo que hizieron e nós bivamos como solemos, [vu, 10] ¿Quién será aquél que por tan amorosa razón tanto pueblo en peligro quisiese poner e tanta gente valerosa como aquí veo? E a los dioses sería muy enojoso ver el padre ferir al hijo y el hijo al padre. [vn, ii] p u e s q u e a q U í a t a j f j n s o j s ayuntados, porque vuestra venida en vano non sea, cada uno de los amantes ciento de vosotros escoja, como yo lo determiné por sentencia el día que en el bosque los hallé de afán e de ira e de amor asaz llenos. Ivn-121 E porque odio entre vosotros non nasca quiero que las lanças, pues son más empezibles, dexéis e solamente con espadas e maças la empresa compliredes. E aquél que por su buen obrar vencerá llevará la empresa e la gloria. [ vn - 13 1 Esto será como un deleitoso juego e tomarés los sacrificios que nós celebramos el día aplazado e allí con alegría veremos el menear de las armas e braços. E yo seré allí, pues, juez 318v e non parte -ser devo sin armas- e farés de manera que de nuestra corte el común se maraville".
[II] [vn, 14] Después que Teseo ovo acabado de dezir, el remor de las bozes que todos dieron al cielo subió diziendo: "¡Dios te guarde, noble señor, que aun de tus enemigos hazes la muerte fuir e con piadoso e gracioso amor desvías los contrastes339!" E luego, sin de allí, de aquel lugar donde hizo su oración, partirse319*, ciento por ciento de cada parte se escogieron e apartaron. [vn, 15] g Arcita primero se levantó en pie e a una parte del teatro se puso e luego Palamón a la otra parte se fue. E así apartado dixo Teseo que cada uno siguiese la parte que más le agradase. E luego incontinenti se llegaron Arcita los siguientes: t v n ' 161 el primero fue el fiero Agamenón, Menalao, Cástor, Pólus, el gran Peleo, Ylarico340, Cronis, de alto valor con su gente, Pimaleón, el rey Ligurgio, Néstor de Pilos, Sicheo e Periteo e después Ypodemón. 338 El sentido de la frase resulta oscuro por un error de traducción: donde se lee debería decir centauros, los míticos y guerreros habitantes de Tesalia.
cóncavos
339 Opuestos ( D C E C H ) . 340 No aparece este personaje en el texto italiano que manejamos y, por supuesto, tampoco creemos que pertenezca a la mitología clásica. Hemos de entender, pues, que tal vez estuviera en el texto italiano del que se valió el anónimo traductor para llevar a cabo su
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G. Boccaccio
[vil, 17] £ i o s q U e siguieron a Palamón fue Yda pisano 341 , Ulixes 342 , Diómedes, Minus, rey de Creta, e los sus hermanos, Evandro, a quien los suyos non guardaron fe, antes estraño del reino le hizieron ir por el mundo, el gran Ameto de Tesalia, Antelao e Nixo 3 4 3 . [vil, 18] £ a S j apartado escojo Arcita de los suyos diez, a los cuales caramente rogó que cada uno tomase nueve consigo de aquellos ciento, por que mejor cabdellados fuesen, en lo cual, con alegre voluntad se concertaron. l v n - 1 9 1 E lo mismo hizo Palamón, por manera que estavan tan iguales que entre ellos non avía ninguna variación. Eran todos estos cavalleros tales que jamás sus iguales non creo así tantos averse hallado en el mundo juntos, nin de quien Teseo tanto se contentara. [vil, 20] e después d'esto les fue puesta tregua, la cual d'ellos fue obedecida, así que d'esta manera toda la cibdad fue llena de alegría. E bien como primero los reyes e sus gentes estavan sosegados e contentos, 1VI1-211 puesto que el uno al otro conoscía con quién sus f u e r a s avía de provar, ninguna división entre ellos avía y en tal manera todos aquellos días con alegres fiestas se trataron.
[III] [vil, 22] Ya era un día antes del día 320v de la batalla llegado cuando Arcita e Palamón humilmente a los dioses por la vitoria ivan a rogar. E con piadoso afecto 3 2 1 v , con fuego ardiente, oro, encienso 322v les ofrescieron, e con soberano deseo a cada uno hizieron plegarias que en su amorosa batalla el día siguiente les ayudase. [vil, 23] Fuese Arcita, después de los otros templos visitados, al templo de Mares e aquel, alumbrando más que a otros, con más solepne arte de licuores, con devoto cora5Ón tal oración comentó: [vil, 24] " ¡ o fuerte dios, amigo de los que en ti esperan, I vn - 251 si por alguna cabsa mi 3 2 3 v edad e mis fuerzas merescen que yo de ti non sea oído, por aquella piedad que ovo Neptuno a la ora que de la beldad de Citarea 324v usava de Vulcano
labor, aunque tampoco debemos descartar, como en otros casos ya mencionados, una mala lectura. 341 No encontramos ninguna noticia de este héroe ni en la Genealogía de Boccaccio ni en los diccionarios consultados. La única aparición la encontramos en la Tebaida de Estacio. 342 El gran héroe de la Odisea. Boccaccio, Genealogía,
XI, 40, pp. 668-673.
343 Niso, hijo de Pandión II, rey de Atenas, llegó a ser el rey de Mégara. Boccaccio, Genealogía, XI, 26, p. 660.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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recluso344, o digno dios, hazte a mí manifiesto, humilmente te ruego e a las mis plegarias non pongas niego! [vil, 26] Yo soy, como tú vees, mancebo e por nueva belleza tanto Amor debaxo de su señorío me tiene apretado que las mis fueras de todo valor conviene que repares, si yo deleite he de sentir de aquello que el mi cora?ón desea. lVI1' 271 Por tanto, por el santo fuego que yo ante ti fago arder, tú con tus fueras en el batallar me honra. E por cierto, si este don me das, non me será poco, mas soberano bien e, si yo de aquesta batalla fuere vencedor, yo el deleite e tú la honor e servicios abrás: IVII> 281 a los tus eternos templos serán las armas del vencido, y aun del325v vencedor ofrescidas con326v continuos fuegos si vencedor327* como de ti espero me hazes".
[IV] [vil, 36] g r a e i templo todo istoriado de sotil mano de maravillosas cosas e obras, [vil, 39] e luego, a la ora que Arcita su oración acabó, fue sentido en el templo grandísimo remor y estruendo. Por ende se certificaron el dios aver oído las plegarias de Arcita, e tan grande fue el sonido que las puertas temblaron e Arcita en sí quedó muy temeroso. Ivn- 4°1 Los fuegos dieron a la sazón lumbre más clara e la tierra maravilloso olor y los fumos y enciensos se tiraron e la imagen puesta a honor de Mares comentó con sus armas a resonar con dulce remor, e señal dieron al orante Arcita que la su oración era ya oída. [vil, 41] Así que contento el cavallero estovo con esperanza de vitoria alcan§ar e aquella noche toda en el templo, sin d'él salir, la despendió en plegarias. E más señales que aquéllas rescibió que más le afirmavan sus cosas. E luego que el nuevo día aparesció Arcita se hizo328v armar e a punto se pone.
[V] [vil, 42] Palamón semejante avía fecho cada un templo de Atenas perfumar e non dexó en el cielo dios nin deesa a quien non rogase, mas sobre todos a Citarea le
344 Se alude aquí al adulterio que Venus, esposa de Vulcano, cometió con Marte, siendo sorprendidos por el furioso marido y atrapados con una red invisible. Sólo los ruegos de Neptuno pudieron conseguir que Vulcano les dejase libres. Boccaccio, Genealogía, XII, 70, pp. 726-729.
G. Boccaccio
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plaze más rogar e con enciensos e olocaustos piadosos en el su templo se fue l vn 43 1 e hizo devoto aquella tal oración: "¡O bella deesa, yo te ruego que piadosa me seas por aquel amor que oviste a Enone 345 , e la mi voluntad por ti se haga amorosa e contenta. E faz la mi diestra pujante por manera que yo sea vencedor! tVI1' 441 Ninguna persona 329v sabe cuánto yo amo aquella señora Emilia, tenedora de mi cora?ón. lVI1' 451 Yo non podría por palabras mostrar el efecto de lo que siento, tú sola lo conosces y tú sola me puedes dar el contentamiento y mi penar tornar en alegría. [vil, 46] Yo non te demando en armas victoria por el templo de Mares que de armas es honrado, nin te demando de aqueste fecho levar la gloria de aquél contra quien provar me converná, nin menos que memoria larga ture 346 del mi obrar. Yo solamente busco a Emilia, la cual tú darme puedes si tú querrás. I vn - 471 El cómo busca tú, que yo non curo que sea vencido nin que sea vencedor, salvo poseer el deseo de mi corazón. Aquesto homilmente te pido non me niegues, soberana señora. lVII> 481 Si esto fazes, los tus templos serán siempre honrados de mí, así como dinos e de murta 347 coronados, e todos tus altares haré luzientes e fuegos e sacrificios en ellos 330v porné cuales a tal deesa serán pertenescientes, e siempre por excelencia el tu nombre en mi memoria 33 l v traeré. í vn - 491 E si aquesto te es grave haz 332v en el teatro que la primera espada saque mi espíritu del cuerpo e del mundo el campo ensangrentando 333v , que sin ella non quiero la vida". [vil, 50] Como la oración de Arcita oyó Mares, así la de Palamón pervino a Venus, l vn - 681 el cual así mesmo toda aquella noche allí estovo continuando su devota oración, como en aquel tiempo entre los batallantes era uso. IVI1' 691 E después todos los otros cavalleros que en el teatro avían de entrar a hazer la amorosa batalla, cada uno se fue al templo que más devoción tenía rogando 334v a los dioses que los guardase de mal e de angustia.
[VI] [vil, 70] Entre los otros que a los dioses sacrificaron fue una Emilia e la más devota, la cual, sintiendo cuánto era cara ésta a cada uno 335v de los dos amantes, non sufrió que su cora5Ón fuese avaro de tender plegarias a la pujante Diana, el servicio de la 345 En realidad se trata de Adone, es decir, Adonis, el gran amor de la diosa Venus. Boccaccio, Genealogía, II, 53, p. 158-160. 346 Turar, 'subsistir' ( D C E C H ) . 347 Variante popular de mirto
{DCECH).
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cual ella mucho amava más que los hombres en el cielo y en la tierra a ningúnd dios 348 . tVII> 7 '1 E a sus criados ante sí hizo venir e les dize: "Andad, hazed los templos de Diana alimpiar y las vestiduras y el licor me aparejad, e las otras cosas al sacrificio nes?esarias". La cual se fue acompañada de muchas nobles dueñas e donzellas. [vil, 72] e ya era el templo 336v alimpiado e de ricos paños adornado cuando ella en él pervino e allí presto lo halló como avía mandado. E después, tomado el licor, a un lugar a pocos manifiesto apartada, su delicado cuerpo lavó e, aquesto fecho, de blanquísima púrpura vestida, los ruvios cabellos con los velos cubrió. tVII> 731 E luego descubrió la figura de aquella sagrada deesa e con su blanca mano la alimpió e, en sí ningúnd pavor aviendo, suavemente la puso. E allí de maravillosos licores el templo roció finchéndolo de maravillosos olores. IVII> 741 E una corona en su cabe?a le puso e sobre el altar con mucha reverencia dos grandes cirios de cera ardiendo hizo poner. I vn - 751 E allí con piadosa mano encendió el fuego por tres vezes e luego el encienso tomado finchó todo el templo de fumo asaz suave. E luego de un crudo tormento usó, arrancando para el sacrificio su propia sangre e sobre el fuego la derramó. IVI1' 761 Muchas blancas corderas allí traídas las hizo delante sus gentes matar e sacar d'ellas los corazones e coradas 349 e, aún con el espíritu caliente batiendo, sobre el encendido fuego las puso e comengó piadosamente en el acatamiento de Diana 337v a dezir así:
[VII] [vil, 77] "¡o deesa, a quien la tierra y el cielo, la mar y los reinos de Plutón 350 son manifiestos cuando te plaze 338v visitarlos, toma los mis modestos olocaustos e sacrificios, non en aquella manera que tú mereces, mas en la forma que yo los sé hazer! Yo bien me hallo digna e contenta con cada uno d'estos dos amantes, pero saber antes de la batalla cuál ha de ser, aquesto suplico yo a ti que d'ello el mi
348 Diana es el prototipo de doncella arisca, virgen y eternamente joven, protectora de las guerreras, cazadoras y amazonas que, como ella, son rebeldes al yugo del hombre. Boccaccio, Genealogía, V, 2, pp. 310-312. 349 Entrañas ( D C E C H ) . 350 Plutón es el dios de los infiernos y de los muertos. Cuando los tres hijos de Saturno, Júpiter, Neptuno y Plutón, se repartieron el mundo, a Plutón, por ser el más joven, le asignaron la peor parte: el reino triste de los infiernos, mientras que Júpiter reinó en los cielos y Neptuno en el mar. A esta repartición hace alusión el texto. Boccaccio, Genealogía, VIII, 6, pp. 496500.
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G. Boccaccio
coragón sea cierto". tVI1' 781 E aquesto dicho calló un poco, afinojada ante Diana, de piadad ofendida 351 llorando, e allí inclinada estovo asaz pensosa. E luego asaz lagrimosa [ v n - 791 con boz ronca comentó a dezir: "¡O casta Diana, de los montes alumbradora, la cual te hazes de las vírgines seguir e así mesmo eres de tus yervas 339v vengadora 352 , así como Anteon lo puede sentir, el cual, más mancebo que bien aventurado, de la tu ira con el tu nervioso arco 353 ferido, laso e triste en ciervo se mudó! | v n - 8°1 ¡Oye la mi boz si yo 340v soy digna e aquélla por tu gran bondad consuela te ruego, si jamás te pungió 341v el casto corazón aver piedad por virgen alguna que te rogase o gracia a ti demandase! [Vil, 81] Yo soy agora de la tu escuadra virgen asaz ábile 354 para tu carcax, e la tu regla o ley bien la sé, e siempre la tu memoria es comigo, e cuán duro ha seído mi querer contra Venus tú, señora, lo sabes. ÍVI'- 83l E si los fados me an ordenado que a la ley de Juno aya de ser sujeta 355 , tú me deves aver cierto por escusada, pues mi voluntad nunca te erró. Y mira cómo de otro soy sojuzgada, cuyo mandamiento me conviene seguir; por tanto me ayuda e a las mis plegarias escucha si yo de ti soy digna de ser oída. IVI1- 841 E aquéllos que los fierros por mí aguzan e non saben lo que d'ellos ha de ser, caramente te ruego que los ayudes, porque sus plantos, siendo yo ocasión, cesen y ellos, fecha su áspera batalla, a la dulce paz los quieras traer, porque entre estos sus 342v dioses, a quien con tanta instancia han demandado ayuda, seas medianera, que a ti será la mayor gloria. t vn - 851 E si los dioses por ventura con eterna palabra an concedido que yo muger del uno sea, haz que venga en los bracos míos aquél que con mayor firmeza me ama, pues yo non lo sé nin en mi 343v coragón se osa señalar, tanto cada uno me es agradable. [VI1' 861 E baste al otro la vergüenza e congoxa de me aver perdido sin otro daño rescebir. E si lícita 351 Es calco del italiano s'inginocchiò de piedad movida'.
e, da pietate offesa, y ha de entenderse corno 'llorando,
352 N o se entiende el sentido de la expresión 'eres de tus yervas vengadora', que tampoco figura en el texto italiano: O casta dea, de'boschi lustratrice, la qual tifai a vergine seguire, e se'delle tue ire vengiatrice. Debe tratarse, entonces, de una variante del testimonio de la obra italiana que utilizò el traductor en su labor. 353 La extrañeza de la expresión se aclara si recordamos que la cuerda de los arcos se fabricaba con nervios. 354 Es forma tomada del latín habilis y usada en castellano desde mediados del siglo XV (.DCECH). 355 Recuérdese que Juno era la diosa protectora de las mujeres y, particularmente, de las casadas y parturientas.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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es aquesta palabra faz, ¡o deesa!, que de mí en ésta sea344v conoscida, tVI1- 871 porque la mi ánima non será tan triste e fallescerá de muchos sospiros cuando antes de la batalla non sepa de quién me deva345v doler. Y esta inocencia te demando que esté en mi corafón fasta que mi fecho sea finido".
[vii, 88] l o s fuegos ardían mientra Emilia orava dando suave olor en el adornado templo, cuando Diana le aparesció y le dize: "¡O joven, presto verás aquello que por ti se espera! tVI1' 891 Ya en el cielo, entre los dioses, es firmado que tú seas esposa a uno d'estos. E 346v yo soy alegre, aunque lo aya un poco celado356, que ayas de ser de uno d'ellos, pero si bien de ti fuere347v mirado en el altar verás aquello que tu corazón desea". [vii, 90] e aquesto dicho sonaron las saetas en el carcax de Diana bello357 y el arco por sí se movió y le paresció latir los canes358 e las donzellas venir de la ca?a y el cuerno de Diana así que murmureava, por las cuales señales Emilia conosció que sus ruegos eran oídos. IVI1- 931 E así en su cámara dubdosa se tornó como ella era salida, bien que dixese aver visto cosa que le mostró la su advenidera vida359. 356 Encubierto, escondido ( D C E C H ) . 357 Resulta un poco forzada esta construcción. En el texto italiano 'bello' es en realidad bella, atribuyéndole esta característica no al carcaj sino a la propia Diana, lo que hace más fluida la oración. 358 El término latir está aquí utilizado en el sentido de dar ladridos el perro cuando persigue la caza (DCECH). 359 El traductor ha eliminado las estrofas 91 y 92 que son un vaticinio sobre el resultado de la confrontación de los héroes. Posiblemente esta supresión responda a su oscuridad, sólo aclarada al final de la obra. Traemos, a continuación, estas dos estrofas porque están íntimamente relacionadas con otras que aparecerán más adelante y que sí figuran en la traducción: La giovinetta le lagrime spinse dagli occhi belli, e dimorando attenta più vèr lo foco le luci sospinse; né stette guari che l'una fu spenta, poi per sé si raccese, e l'altra tinse e tal divenne qual talor diventa quella del solfo, e le punte menando, in qua in là già forte mormorando. E parean sangue gli accesi tizzoni, da' capi spenti tututti gemendo lagrime tai, che spegnieno i carboni;
G. Boccaccio
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Ella pasó toda aquella noche angustiosa e, después que todas las estrellas fueron fuidas, se levantó e se hizo a sí bella más que fue jamás.
[IX] [vil, 94] Aún el cielo todas las estrellas mostrava, bien que Febea amarilla fuese 360 , y el orizonte todo blanqueava en el oriente 361 , l vn - 951 cuando los dos cavalleros amantes e los sus compañeros, que para esta batalla señalados estavan, se juntaron en el templo armados. E allí regladamente se ordenaron cuáles en la delantera avían de ir e cuáles los avían de seguir, e así armados se salieron todos del templo e la vía para donde Teseo estava tomaron. [vil, 96] El cual aún dormía cuando llegaron, porque mucho toda la noche el pensamiento le avía el sueño quitado por mejor pensar a la orden de tan gran fecho, [vil, 98] g348v a \\( e r a n y a ayuntadas infinitas gentes sin los batalladores, muy ricamente ataviados, entre los cuales eran varias quistiones, mostrando diversas razones de cuál creían de los enamorados que aquel día remanesciese 362 vitorioso. [vil, 99] ahí a v f a truhanes e ministriles 363 de diversas maneras al gentil cora£Ón graciosos de ver. I vn - l0°l E luego salió Teseo ricamente vestido a do con suma reverencia de todos fue rescebido e con alegre voluntad todos lo miran. I vn - 1011 E luego llegaron los dos amantes con sus escuadras, cada uno por su camino, con grandes estruendos 'VI1' 1021 e allí quedos esperaron al buen Teseo, que al templo de le quali cose Emilia vedendo, gli atti non prese né le condizioni debitamente del fuoco, che ardendo si spense prima e poscia si raccese, ma sol di ciò quel che le piacque intese. Podríamos resumir brevemente el contenido de estas estrofas diciendo que Emilia ve dos fuegos, uno de los cuales se apaga para después avivarse, mientras que el otro, que ha estado encendido siempre, se apaga repentinamente. Cuando la batalla termine, Emilia y el lector comprenderán el sentido de este vaticinio. 360 Ya se ha dicho que Febea es la luna, por eso hay que entender que 'amarilla' se utiliza aquí en lugar de 'pálida' para expresar que el sol está a punto de salir y que la luna va ya palideciendo o apagándose. 361 Este tipo de expresiones, frencuentes en nuestra obra, son muy corrientes en la literatura castellana medieval, vid. M a R. Lida de Malkiel, "El amanecer mitológico en la poesía narrativa española", en Revista de Filología Hispánica, VIII (1946), pp. 77-110, después recogido en La tradición clásica en España, Barcelona: Ariel, 1975, pp. 119-164. 362 Quedase, resultase ( D C E C H ) . 363 Es decir, bufones y juglares
(DCECH).
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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Mares a sacrificar fue. E acabado el sacrificio se bolvió donde los cavalleros estavan e paso a paso al teatro se fueron, donde llegados a la puerta se pone, e luego ciñen las espadas los dos amantes. [vu, 103] a. Argita las espuelas Néstor caigo364, Ulixes e Diómedes a Palamón de coragón las suyas calgaron, e amos a dos a la sazón fueron cavalleros noveles365, [vil, 104] £ luego cada uno debaxo de una vandera, de una señal cual le plaze, con su gente se rellegaron349v e con cara sincera bolvieron por el teatro bien parescientes. E ya del cielo era salido el tercio350v Febo con sus cavallos corrientes366 cuando los dos tebanos al teatro fueron llegados, (VI1' 1051 con trompetas e bozes sonando, que parescía bien que aquella batalla sería por amas partes reziamente ferida351v.
[X] [vil, ios] teatro era redondo que tenía una milla367 en torno, muy alto el muro, de mármoles lleno, e de tan sotiles lavores en él que el ojo se cansava de ver tantas cosas. Tenía dos entradas muy fuertes con sus puertas asaz bien obradas, tVI1' 1091 la una contra el oriente e la otra al ocidente. Por aquésta entrava toda la gente e por la otra solamente los batallantes. En medio avía un llano grande dispuesto para cualquier fiesta. íVI1- n °l Era el muro petrilado368 por de dentro e lleno de escaleras bien obradas do la gente podiese bien mirar. 364 En el texto italiano son Cástor y Pólux los que calzan las espuelas a Arcita. Dos explicaciones valdrían para este cambio. Una que el traductor considerara a Néstor, prototipo de consejero y valiente guerrero desde la Odisea, más adecuado para este fin. Otra que fuera una variante del texto italiano utilizado para la traducción. 365 Sobre la investidura del nuevo caballero y su sentido en la sociedad medieval pueden consultarse los siguientes trabajos: Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media, Madrid: Alianza Editorial, 1990 (reimpresión de la 1" edición castellana de 1930), pp. 119-152; José Manuel Cacho Blecua, Amadis: heroísmo mítico-cortesano, Madrid: Cupsa, 1979, en particular pp. 75 y ss. y M. Keen, La caballería, op. cit., pp. 92-114. 366 El traductor ha intentado reproducir el oscuro texto italiano: e già del cielo al terzo salito era Febo co' suo' cavai fieri e correnti El propio Boccaccio aclara las dificultades del pasaje en las glosas a su obra: Cioè era già sesta o presso, perciò che in quella stagione, cioè l'uscita di maggio, il di è XVIII ore o presso, il terzo delle quali è presso a sei. 367 Del latín milia passuum, (.DCECH).
medida de longitud equivalente a mil pasos de un hombre
368 Un muro petrilado era aquél que estaba reforzado con piedras a manera de contrafuertes.
G. Boccaccio
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[vil, ni] g y a a j teatro era venido Egeo con pompa grande por ver la batalla, cuando Teseo, por fuir escándalo, las puertas del teatro con gente armada fizo guardar e vedó 352v que ninguno con armas, forastero nin cibdadano, sin su licencia entrase. t vn - 1121 E después que los reyes fueron venidos todos aquellos pueblos leineos 369 353v que con ellos vinieron entraron en el teatro, pero sin armas como les era mandado. 1VI1- I13 l E los cibdadanos con muchas nobles dueñas e damas, cuales por el uno, cuales por el otro, ruegos tendían. E después d'estos viene Ypólita e con ella Emilia, por cierto cosa bien de mirar segúnd aquel día se mostró más clara e fermosa que jamás rosa fue vista. IVI1-1211 E cuando Teseo vido que ya todos los cavalleros e toda la otra gente eran al teatro venidos mandó que por ninguna manera non se hiziese señal sin que él lo mandase. E luego él por su persona los cavalleros uno a uno contó. [vn, 122] g354v estando así puestos en punto Arfita al£Ó los ojos e vido aquella estrella matinal que en tan peligrosa batalla lo metía, de que fue muy consolado, [vil, 128] e no menos Palamón, que después que en el teatro entró nunca los ojos d'ella partía e por deesa la adorava. E así estando los dos amantes fuera de sí, el un pregón 370 de la trompeta sonó, I vn - 1291 a que avían de mover para comen£ar la batalla, los cuales avían de ser tres e así como quien de sueño despierta pavorido bien así cada uno de lo tal retornó.
[XI] [vil, 130] Levantóse a la sazón Teseo e con la mano silencio puso al murmurar de la gente que en el teatro hazían. E sin mucho tardar del lugar a donde 355v estava decendió al llano tirando afuera la gente. E allí estovo algúnd cuanto juzgando e proveyendo lo que al caso era nescesario. l v n - 1 3 ' ' E hizo ante sí venir a los dos cavalleros, cada uno con los sus compañeros, a los cuales las condiciones hizo referir como antes eran obligados 371 e después así les c o m e t o a dezir: "Señores, aquéllos que de vosotros en el campo serán tomados presos las armas dexarán, t vn - 1321 e aquél que por fuerza o por otra ocasión será del campo lanzado 369 Entiéndase lerneos. 370 el un pregón: No se trata de la confluencia de dos artículos, sino del artículo y del numeral cardinal, ya que poco después se dice que los sones habrán de ser tres, del que éste es el primero, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., pp. 150-151. En cualquier caso, se está tomando del original italiano: de' suon della battaglia sonó l'uno. 371 En el texto italiano el pasaje es más claro: a le quai s'eran davanti obligati, caballeros estaban obligados "ante" las condiciones establecidas.
es decir, los
Teseida (Traducción castellana del siglo X V )
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de allí adelante non sea osado de más a la batalla tornar, de la cual quien oviere vitoria se 356v lleve la dama, e aquésta es mi sentencia. Por ende cada uno de valerosamente obrar se esfuer9e".
[XII] [vil, 133] Aquesto dicho, el segundo son de la trompeta hizo Teseo 3 5 7 v tocar, a do Arcita buelto a los 358v sus compañeros en esta guisa comen?ó a hablar: "Valerosos señores que aquí oy sois en tan dubdoso negocio por mí venidos, bien sé que al presente poco esfuerzo de palabras avéis menester que por mí se vos digan, I VI1 ' 134 1 mas todavía por la antigua usanza guardar me escuchares, si vos plaze. Las cosas pasadas d'esta amorosa batalla, sus condiciones, bien las sabéis e si esperanza de verme alegre tengo es por conoscer vuestras obras 372 . En vos es mi vida, mi muerte, en vós la pena o deletación, en vós mi guerra o mi paz e cuanto de bien e de mal yo pueda aver. t vn - I35 l E así, por Dios, la vuestra virtud, que por muchas obras en muchas partes clara resplandece, oy se muestre delante Teseo, tanto que por vós yo cobre aquella salud que es el fin. Porque a mi ruego vos hize venir, non rehusedes vuestras feridas por amor del vuestro Arcita, el cual de vida a muerte373 tornarés e por vuestro lo compraréis para siempre. [vil, 136] Allende d'esto sabéis que yo tengo el favor del fuerte Mares e de la nuestra quistión el corazón me dize que seré yo, por vuestro esfuerzo, vencedor, porque yo quise con Palamón amar la paz e non quiso. Por donde creo que de los dioses avremos el divino mérito t vn - 137 1 e, si non me engañaron las señales del nuestro omnipotente dios ayer cuando a sacrificar fui, sin dubda yo seré vencedor. E si por el contrario por alguna ira contra mí se quisiere bolver, sobre mi cabega
372 Las cosas pasadas... por conoscer vuestras obras: Éste es uno de los pocos casos en que el traductor añade una frase al texto que traduce. Reproducimos la estrofa para que puede verse mejor su labor: Ma tuttavia, per una antica usanza servar, m'ascolterete, se vi piace: in voi è ferma la mia speranza, in voi la vita e la mia morte giace, in voi la pena e la mia dilettanza, in voi è la mia guerra e la mia pace, in voi sta e nel vostro potere quanto di bene o male io posso avere. 373 La expresión de vida a muerte tornarés es incoherente y poco fiel al texto italiano: da morte a vita recherete.
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G. Boccaccio
les suplico caya el mal que sobre alguno de vosotros oviere de venir; IVI1-1381 mas yo non siento averia merescida 359v , pues así esperanza me ha prometido que con vitoria aquistada me sea, non por mi pujarla mas por la vuestra bondad e fama. [Vil, 139] g bien que yo non sea premio de tanto afán para que por mí oviésedes de sostener el ya ofrescido daño, recuérdesevos de quién sois herederos y del nombre y obras de vuestros primeros, e después quién vós sois e aquesto, así recordado, obrad como vos plazerá. [vil, 142] p o r tanto, por Dios, si jamás alguno de vós fue enamorado, demuestre que tal tovo el deseo. Nosotros no avernos de demandar a Mares ayuda para con más gente que nosotros somos, antes como sabéis igual e de un número ante vós los hallaréis. l v n - 1 4 3 1 Mirad señores más, cuántos mirantes y qué personas son oy aquí ayuntadas por ver vuestro grande o flaco batallar, pero como quisiéredes poco o mucho obrad, pues que sabéis que todo lo ha de rescebir la Fama, a la cual espero que lo mejor daréis. Pero con todo, mi deseo me constriñe a vos pedir que del bien vos acordéis, que del contrario a vosotros non se conviene". [vil, 145] Palamón así mesmo a altas bozes combidava a los sus compañeros a bien obrar con dulces e amorosas palabras. A do los unos e los otros estavan ya tan encendidos que apenas se podían tener de non comentar la batalla.
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[LIBRO OCTAVO]
[I] [vm, i] Callava todo el teatro esperando el tercero son, acá e allá cada uno mirando, e ora del uno, ora del otro, dezían aquello que en el coraçôn estimavan, e cuales con éste, e 360v cuales con aquél tenían. Mientra éstos estavan atentos, súpito todos el tercero son oyeron. lVffl- 61 E como en los montes de Peloro se fallan por los impetuosos truenos rompidos que se hazen un espantable son 374 , bien así se juntaron las escuadras con curso ligero, como cuando la pluvia 375 con tempestad de lo alto desciende, tanto que se afirmó el sonido averse oído en Corintio 376 . [ v m ' 71 E así estas animosas escuadras con sus feroces cavallos se juntaron sin lanças, con los pechos fogosos en uno se fizieron361v. El polvo fue luego entre ellos tan grande levantado que por buen espacio no se vieron los unos a los otros, e de aquella espolonada 377 muchos de las sillas cayeron que non subieron más a cavallo nin de allí se levantaron. [vm, io] e, como por la gran polvareda non pudieron los unos a los otros pasar, retraxieron atrás 362v cada uno con su escuadra. Ninguno en derredor d'ellos se veía sinon como niebla en el turbado tiempo, e grandes golpes los unos a los otros se dieron, por que Arcita en tal caso a gridar 363v començô. tVI11' ' H E Palamón, así mesmo, con bozes altas los suyos recogió e de bien fazer los confortava. E luego la cabeça de su cavallo contra los enemigos bolvió, la espada esgrimiendo, contra el cual el buen Arcita rebolvió, aviéndolo apenas conoscido por el gran polvo. I v m ' 374 El texto italiano lee lo siguiente: E qual là dove Appennin da Peloro tronchi si truovan, per li venti avversi La oscuridad de la frase castellana se debe a la eliminación de la referencia a los Apeninos, sin la cual no se entiende la comparación. Los Apeninos, en la península itálica, y los montes de Peloro, en Sicilia, forman un todo continuo que es bruscamente roto por el estrecho de Mesina, lugar donde los vientos contrarios chocan provocando altas olas. 375 Este latinismo convivió en castellano desde el siglo XII con la forma predominante 'lluvia' (.DCECH). 376 tanto... en Corintio: Esta comparación en realidad forma parte de la estrofa 5 que aquí ha sido suprimida por el traductor. 377 Arremetida de la caballería contra el enemigo (Aut.).
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G. Boccaccio
I2
1 E como cavalleros ligeros, feroces corren el uno contra el otro e con odio, en tal manera se firieron que amos a dos a tierra vinieron 364v . E luego allí la priesa 378 comentó que así todos en aquella priesa de hazer cavalgar al suyo confirieron. [VIII, 13] p e r 0 Palamón trabaxava mucho, con ciertos de su parte que estavan a pie, de prender Argita I v i n ' 141 e allí se comentó la áspera batalla entre ellos a pie, con las espadas, e cada uno trabaja por morir o vencer. E así estovieron grande espacio sin bolver el uno al otro la cara. 379 [VIII, 15] £ A N Í quedaron por su mísera suerte Artipilio y Enoyo , al cual firió de 380 mortal golpe el buen Crimiseo , e mientra [a] aquéste su buen hermano Nio 381 365v quería 366v levantar sobrevino el fuerte Clino 382 e, tanto lo persiguió, que lo mató al lado de su hermano. [ vin - 16 1 E antes que de allí los unos e los otros se pudiesen desembolver fueron asaz golpes dados, quiriendo cada uno retener al otro, pero al fin amos los cavalleros fueron a cavallo sobidos. | V m ' 171 E la gran priesa y el áspero ferir aquestos dos apartó de vista, e comentaron por el campo a andar 367v reguardando dó 368v más la gente era mesclada, e con tal afición de vitoria se partían muchas tristes ánimas a los infernales dioses. 369v [VIII, 18] E I g r a n Minus y el fiero Agamenón 370v se encontraron; el buen 383 37 l v Néstor encontró Almenón 384 372v ; Ydas 373v pisano a Periteo; Evandró a Sarpedón; I v m ' 191 Ameto a Menalao; Cástor Antelao se opuso; el buen Ligurgio, de correr contra Ulixes se apresura; Leandro 385 con Peleo e Diómedes se embolvió con el buen Polus 374v de ira asaz lleno. E los otros cada uno cuanto pudo en la batalla más adelante se haze.
378 Tropel de gente, rebato, alarma. Aquí está utilizado con el sentido habitual de esta palabra en la Edad Media que se refiere a 'lo más caliente de la batalla' ( D C E C H ) . 379 En el texto italiano figura Artifilo Itoneo, es decir, un único personaje y no dos como figura en la traducción. 380 En el texto italiano Cremiso. 381 En el texto italiano de la Teseida figura pío, es decir, 'piadoso', y no Nio. Debe tratarse bien de un error del traductor, bien de una variante del texto italiano que manejaba. 382 En el texto italiano el héroe que figura es Eleno. 383 Es habitual en nuestro texto encontrar a Néstor con la denominación de "el bueno", lo cual se debe probablemente a su papel en el sitio de Troya, en el que fue admirado por su profunda sabiduría, sus moderados consejos y su elocuencia, tan dulce como persuasiva. 384 En el texto italiano Almeone, sin duda el Alcmeón de la tradición mitológica. Este héroe era hijo del adivino Anfiarao y de Erifila, y hermano de Anfíloco. Para vengar la muerte de su padre mató a su propia madre, que había traicionado a Anfiarao al obligarle a marchar contra Tebas. Boccacio, Genealogía, XIII, 46, p. 776. 385 En el texto italiano Alimedon.
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Teseida (Traducción castellana del siglo X V )
[vin, 20] Quién pasó adelante o quién quedó atrás de los príncipes mayores en la entrada non se puede dezir, que cada uno feria e era ferido e así, acá e allá, era toda la batalla mesclada, ninguna orden servando 386 , antes cada uno corría do creía que podría mejor fazer. [vm, 21] g ansí andando la buelta, Artita encontró a Almeone e batalla áspera e fuerte comentaron, tanto que ya cada uno los golpes del otro sentía. E de la otra parte el fiero Palamón y el noble Polus se encontraron, al cual Polus mostró ásperamente sus fuer§as. tVI[I'
221
Y casi ya a Palamón 375v tenía detenido, salvo que
Ulixes dexó a Ligurgio, aunque d'esto lo increparon, e lo socorrió; mas el buen Polus 376v , acompañado con Néstor lVIII> 231 e Leartini 387 , allí maravillosa prueva mostró, e con él Fila?ide 388
377v,
aquéstos en uno contra Ulixes se fueron, pero él, con
el escudo e con el espada, virilmente se defendía. E por el semejante Archamán pisano 389 lo mucho fatigava; [ v m - 241 y el buen Agileo 3 7 8 v , hermano de Ulixes 390 , todo encendido e con él el rey Toas 391
379v
e su hermano Enneo 392
380v ,
cada uno en
las armas fuertes, los cuales tanto por fuer?a de armas fizieron que a Ulixes de la aspesura lo sacaron, non por cierto sin poco trabajo. Pero al fin non pudieron tanto hazer que Ulixes non fuese preso. [ v m - 261 Mas aquella leona del monte Yrcano 393 que non fallando los leoncillos en su cobil con movimiento acelerado, bramando, corre por montes e por llanos e jamás non repara ni el trabaxo no la detiene, bien atal andava Diómedes e non con menos ira cuando sopo la prisión de Ulixes. t v m ' 386 Gerundio del verbo 'servar', que a su vez procede del latín servare, 'conservar' (DCECH). Aquí el término castellano viene influido por el texto italiano: né ordine servossi. 387 En el texto italiano Laertin, héroe del que nada sabemos. 388 Los habitantes de la ciudad cretense de Éliro habían depositado en Delfos un exvoto que representaba una cabra amamantando a dos niños. La tradición decía que estos niños eran Filandro y Filácides, hijos de Acacálide y Apolo. 389 Es el héroe Acarnán, hijo de Alcmeón y Calírroe. Cuando los hijos de Fegeo, rey de Psófide, en Arcadia, mataron a Alcmeón, Calírroe rogó a Zeus que hiciera crecer rápidamente a sus hijos, todavía pequeños, para que pudieran vengar la muerte de su padre. Zeus, que amaba a Calírroe, se lo concedió, y así Alcmeón fue vengado. 390 Agileo es, según nos cuenta Estacio en la Tebaida, uno de los hijos de Hércules. Véase también Boccaccio, Genealogía, XIII, 5, pp. 754-755. El texto italiano, poco claro en este pasaje, no dice quién sea el hermano de Agileo: Col quale insieme era'l buono Agilleo, dell'ardir del fratel tutto focoso. 391 En realidad, Toante. 392 En el texto italiano es Euneo, que, en efecto, es gemelo de Toante, hijos de Jasón y de Hipsípila, reina de Lemnos. Aparecen en la Tebaida de Estacio luchando contra los tebanos. Boccaccio, Genealogía, XIII, 27, pp. 768-769. 393 Los montes de Hircania están en Irán, al sureste del mar Caspio.
G. Boccaccio
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1 E a la sazón ninguno le avía resistencia, e firió a Curis 394 e a Sicheo e a Litón e a Sitonio 395 y a lipidanio Agareo 396 . Non avía en esta buelta ninguno piadad del otro. En esta priesa 381v fueron el buen Yolo e Anteon 397 presos. [VIII, 28] g luego Céfalo valerosamente entró por la priesa, pero que fue malamente ferido que non se pudo reparar nin su proeza le valió cosa, que a él e a Ydamasco 398 en uno prendieron e del teatro los sacaron, que más aquel día a la batalla non bolvieron. [VIII, 29] Agamenón, estando en parte que esto veía, llamada su gente espartana 382v en aquella parte, se fue corriendo e gritó fuertemente a Diómedes, que gran daño fazía, e firiólo sobre la cabe§a de tal manera que en tierra amortecido lo echó. ' v l n - 3°1 E luego procuró de lo prender, por qu'él e otros descavalgaron. Mas 383v bien allí sobrevino quien lo contradixese, por manera que a Diómedes bien sangriento de la priesa sacaron. [VIII, 3i] Avía a Niso ferido el buen Cástor e así ya por vencido lo tenía. Estonces Minus con furia e con furor que acerca d'él estava lo socorrió, firiendo a una e VI11 32 ' 1 Contra éste viene Peleo 385v mostrando ser verdadero a 384v otra parte. l 386v 399 padre de Archiles , e así en medio se metió como si mil consigo llevara, que centellas como fuego de los golpes que dava echava. lVIII> 331 E contra el gran Minus Peleo se metió con un bastón de fierro en la mano, que a cualquiera que con él acertava inanimado parescía quedar. E tanto el buen Peleo de bien 387v obrar hizo que a mal de su grado Minus fue preso, ayudándolo otros cavalleros. |VI11' 351 Mas Palamón 400 al encuentro d'estos se opuso acompañado de otros nobles cavalleros.
394 En el texto italiano Eris. 395 En el texto italiano Alción sicionio. origen de este héroe.
Ya hemos dicho que sicionio hace alusión
al lugar de
396 En el texto italiano epidaurio Agreo. Epidaurio es un gentilicio de Epidauria, ciudad de la Argólide, y de Agreo solo sabemos que aparece en el Libro VI de la Tebaida de Estacio luchando contra Tebas. 397 En el texto italiano es un único pensonaje llamado lolao 398 En el texto italiano Alcidamás,
Ianteo.
quizá el Alcidamo que aparece en la
Tebaida.
399 Aquiles debe su celebridad a la ¡liada, cuyo tema no es tanto la conquista de Troya, como la cólera de Aquiles, que, en el curso de la expedición, estuvo a punto de producir la pérdida del ejército griego. Aquiles era hijo de Peleo, rey de la ciudad de Ptía, en Tesalia. Descendiente directo de Zeus, su madre era la diosa Tetis, hija del dios Océano. Boccaccio, Genealogía, XII, 52-53, pp. 711-715. 400 En el texto italiano
Telamón.
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Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
De la otra parte, Tarso401, Adoneo 402 e otros muchos su potencia mostravan, entre los cuales áspera batalla se comen£Ó e muy dolorosa. t v m ' 361 Allí Riseo 403 388v f u e d e Palamón muerto, el cual poco antes ante Palamón avía míseramente sacado el alma a Brione 404 . [VIII, 38] Evandro, de ira lleno, la bella espada en la mano, contra Sicheo se fue e con bivo poder le hizo luego sentir cómo ferir de una espada sabía. lVI11' 39-4 °] El cual d'él bien se defendió e ardidamente los suyos le ayudaron y en tal manera el uno con el otro aferró que amos a dos de los cavallos cayeron, y tales fueron los golpes que aquel día nunca jamás a cavallo subieron, e cada uno se provó a levantar muchas vezes, mas la priesa era tal que non pudieron. 389 [VIII, 4i] E allí la batalla se renovó, cual por tener, cual por ofender *. IVIlr' 42 ¡ 405 406 Allí Menalao, allí el fuerte Menfis , allí Critón estava que jamás pavor se creyó en él oviese. [ v m - 431 Aquéstos querían390* que del todo Sicheo fuese preso y en aquesto se esfor?avan, mas en la verdad él fue de aquella gente bien defendido, porque allí Plesipo 407 391 v e Tifeo 408 392v , con fiera vista, se mostraron en tal manera que Eritón409 393v , que a Sicheo tenía, de una ferida a sus pies cayó. 410 [VIII, 46] J \ J O N s e retiene Peleo mas contra Arcadio fieramente arremetió, casi 411 que atrás bolver lo hizo; al encuentro del cual Almedón se puso e con un espada 401 Quizá se refiera al héroe Taso que suele ser considerado como hijo de Agenor y hermano de Cadmo. Acompañó a este último en la búsqueda de Europa, deteniéndose en la isla que lleva su nombre, Tasos. 402 En el texto italiano Cidone, que debe ser el héroe Cidón, hijo de Mercurio y de Acacálide, fundador de la ciudad cretense de Cidonia. 403 En realidad, Rifeo, uno de los centauros hijo de Ixíon. Boccaccio, Genealogía, IX, 27, pp. 553-557. 404 En el texto italiano Arione, que puede hacer alusión, bien al velocísimo caballo Arión -cuya aparición pudiera parecer extraña en otro contexto, pero no en el de la lucha con un centauro- o bien al músico Arión, favorecido de Apolo. 405 Salvo su origen en la ciudad de Cinosura, en Creta, según dice Boccaccio en un verso que el traductor no ha trasladado, nada sabemos sobre este héroe. La mitología da el nombre de Menfis a una ninfa hija del Nilo, pero, evidentemente, no se trata aquí de este personaje. 406 En el original italiano Croton, el mítico fundador de la ciudad de Cretona, en el sur de Italia. Murió accidentalmente a manos de Hércules. 407 Plexipo era uno de los tíos de Meleagro. Fue muerto por su sobrino en la cacería del jabalí de Calidón. Boccaccio, Genealogía, IX, 14, p. 543. 408 En el texto italiano Tosea, es decir, Toxeo, hermano de Plexipo. Boccaccio, IX, 14, p. 543.
Genealogía,
409 En el texto italiano Croton. 410 En la Teseida italiana arcadi, es decir, los arcadios, descendientes del héroe Arcade. 411 En realidad, Alimedon.
G. Boccaccio
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en la cabega lo firió, que apenas encima del cavallo se pudo tener, IVIII> 471 al cual sacó todo estordido412 fuera del teatro. E después que algún tanto Peleo en sí retornó quiso bolver a la batalla por vengar el golpe rescebido, I v n i - 4 8 ] mas ya non era tiempo por aver salido del teatro segúnd la ordenanga de Teseo. E fallándose fuera del teatro conosció bien que él era privado aquel día de la batalla, de lo cual ovo dolor intolerable, a do con triste coragón con los suyos que allí eran a su posada desdeñoso se fue 394v . [vm, 51] Ameto fue sobre su cavallo siguiendo su escuadra con un bastón de azero claro e febrido 413 e se fizo hazer lugar. f VI "' 521 E firió a Lanteo 414 , e después al doliente Pelopeo415 e, si lo que la antigua fama dize es verdad, aquéste hirió al buen Teseo 416 de mortal ferida. E tales cosas hazía que admiración era a los que lo miravan e miseria a los que lo sentían. [ vm - 531 E en poca de ora tanto hizo que casi toda la parte contraria de Argita avía puesto en fuida, de lo cual Arcita mucho se dolió e non pudo en su coragón tan gran daño comportar395v. E luego contra él corre e fiero ante la cara de Ameto se pone, que ya a los suyos casi avía vencido, [vm, 54] e aquí se renovó la batalla porque Ameto, con los suyos de Tesalia, hazía buena defensión e, por non bolver atrás, mostravan aquellos vultos mortales aparejados al morir a los sus enemigos. [ vin - 551 E ya Argita, de los suyos non muy acompañado, de Ameto era muy perseguido, pero con todo non en tanto grado que bien non se sufriese. [viii, 56] v i n o aup96v Aschiro417, del grande Chirón418 sobrino, [ vm - 571 el cual hizo gran resistencia a los enemigos e algunos d'él fueron ofendidos en este contraste, I v m ' 581 e ligeramente se apeó e al lado de Arcita se puso. [ v , n ' 611 E los 412 Aturdido
(DCECH).
413 febrido: Bruñido, resplandeciente, del verbo catalán febrir (DCECH). 414 En el texto italiano Linceo, uno de los participantes en la cacería de Calidón y en la expedición de los argonautas. Es célebre por su lucha contra Cástor y Pólux, los Dioscuros. 415 Quizá se refiera a Pélope, hijo de Tántalo y de Taígete, hombre muy guerrero y distinguido. Reinando en Frigia tuvo una guerra contra Enómao, rey de la Elide y de Pisa, que fue digna de recuerdo. La tradición mitólogica liga su nombre a la fundación de los juegos olímpicos. Boccaccio, Genealogía, XII, 3, p. 683. 416 En el texto italiano Toseo, es decir, Toxeo. 417 Aparte de lo que nos dice el texto, nada sabemos de este personaje. 418 Quirón, el más célebre de los centauros, era hijo del dios Crono y de Fílira, hija de Océano. Para engendrarlo Crono se había unido a Fílira en figura de caballo, lo cual explica su doble naturaleza. Era buen amigo de los hombres, prudente y benévolo. Educó a Aquiles, a Jasón, a Asclepio y a otros importantes personajes. Murió accidentalmente por una flecha de Hércules cuando éste luchaba con los centauros. Boccaccio, Genealogía, VIII, 8-9, pp. 501503.
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contrarios todavía porfiavan por prender a Arcita, [ v m - 621 especialmente Ameto 419 397v , el cual, como vido las escuadras de Arcita en su ayuda sobrevenir, tentó de lo dexar e luego los suyos se le opusieron 398v delante por lo ayudar, e procuravan de a cavallo le poner, en especial los tebanos de Ar5ita, e así aquéstos gravemente peleavan, unos por lo levar e otros por lo retener. t v m ' 6 3 1 E tal me paresce que era entre aquéstos como la vaca con la serpiente por razón del bezerro, al cual la una con la fambre lo retiene e la madre con el amor lo defiende. [ v m - E así era entre aquéstos fasta tanto que un cavallero a altas bozes dixo 399v : "¡Señores, si vosotros non lo dexáis, por fuer?a seremos aquí todos detenidos e la nuestra batalla, por esta ocasión, non será así tan fermosa!" Pero non aprovecharon tanto sus bozes que la batalla por eso cesase, antes allí algunos perdieron la vida. [VIII, 65] g i o s Arcita trabajavan cuanto podían por la defensa, pero non tanto pudieron que no ovieron de dexar a Yda pisano, que por prisionero estava. E conoscida la ofensa comensaron los crudos golpes e sin piedad que la injuria rescebida sus corazones refrescó, por manera que a Yda pisano, a mal de su grado, por prisionero lo tornaron a recobrar. [VIII, 66] Después que Ameto vido así maestramente librado a Argita e a Yda pisano preso, turbado en el acatamiento, fieramente encontró a Diarse 420 , el cual la vandera de Ar?ita traía, e cuanto pudo ingenió de la hazer a tierra venir. (VI11' 671 Mas él, que la levava con ánima segura, non por eso se mudó, antes la abrafó, duramente sosteniendo la áspera batalla que Ameto le dava, a los suyos llamando con solícita cura que lo ayudasen. E luego Ligurgio con los suyos socorrió al peligro de su alférez. IVIII> 681 E acompañado de Pimaleón 400v , contra Ameto se fue, a los cuales Ameto non punto mostró covardía mas, fiero más que nunca, contra ellos se fue. E grandes golpes los unos a los otros se dieron e allí ocurrió grande la buelta e tal, que muchos de muchas partes allí ocurrieron. fvI11' 7°1 Allí quedó Nemor 421 e así mesmo Faleron 422 , que a los ásperos centauros en el monte £afón mucha guerra hizo, entre los esparzidos cuerpos sangrientos en el campo quedó e otros 423 . Mas entre tanto Ameto non reposa, antes su propósito de conseguir inge419 En el texto italiano
Archesto.
420 En el texto italiano Drías. 421 En el texto italiano Apintòs ñemeo, del que solo sabemos que era de Nemea. 422 Falero es un héroe ateniense que pasa por haber sido uno de los Argonautas y haber combatido contra los centauros al lado de Teseo y Pirítoo. 423 Según el texto italiano, el que quedó en el campo fue Neseo: e tra li sparti sangui nelli amari campi rimase il misero Neseo, e altri ancora, non delli men cari.
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nia, t v m ' seña401v
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el cual contra el alférez bolvió con ánimo de morir o derribar la
de Arcita, e contra Ligurgio que la defendía diversas ofensas buscava, en
ayuda del cual llegó luego Periteo. [ v m - 721 Ellos se firieron encima de los yelmos e con las espadas parte de aquéllos despeda5aron e, como la pluma que de pequeño viento se mueve, bien atal de encima de sus cavallos a tierra vinieron. E allí se despertó la ira, que fue cosa de maravillar a quien lo mirava. [Viii, 76] e ya aviendo luengamente combatido Ameto e Periteo sin dubda el uno fuera muerto o preso si non fuera por la mucha gente que vino a dar a cada uno su ayuda. Especial a Periteo le fue muy convenible el socorro porque ya contra las fuergas de Ameto estancava424.
[II] [viii, 78] Durando la batalla por tan luengo espacio, muchos de los cavalleros se tiraron afuera por refrescar, entre los cuales Arcita uno fue por alimpiar el sudor sanguinoso que por el viso le corría. E rescibió un poco de aire como mejor pudo 791
|vm -
mas, mientra tomava el tal reposo, algúnd cuanto los ojos aleados, enderesgó el
viso adonde Emilia vio inflamada de alegría y temor, e como la vido tornó luego en sí como flor de primavera. [VI11- 8°1 E cual Anteo, cuando mucho afanado era de Hércoles, con quien luchava, como a la Tierra, su madre, se acostava todas las fuerzas recebía425, bien tal Arcita mirando a Emilia más fuerte se haze, e de allí más fiero tornó a la batalla que al principio. IVI11'811 E se metió entre la gente más buelta426 e, con el espada en la mano, hizo lugar firiendo al uno e derribando al otro. Mostrava la mucha proeza que amor en el corazón le metía e d'él ningúnd
424 Estancar es calco del texto italiano: se nofosse
per la molta
gente
che venne a daré a ciascheduno ma puré a Peritoo perch'era
aiuto;
massimamente,
stanco
El término aparece también en la traducción de la Divina
comedia del Marqués de Villena,
con varios sentidos, entre ellos el de 'estar cansado', véase el comentario al respecto de J. A . Pascual en La traducción
de la "Divina
Comedia",
op. cit., p. 116.
425 El gigante Anteo, hijo de Poseidón y Gea, era invulnerable mientras tocaba a su madre - e s decir, la Tierra-, pero Hércules, a su paso por Libia, combatió contra él y le venció levantándole sobre sus hombros. Boccaccio, Genealogía,
I, 13, pp. 91-92.
426 Mientras que Aut. recoge el término buelta c o m o "acción de apretar alguna cosa", en el texto italiano figura folta,
'tupido, espeso'. Entiéndase, por tanto, que se metió en lo más
espeso de la batalla, donde los combatientes luchaban más enconadamente.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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enemigo era contento que, como rayo, a todos espantava. [ v m - 821 Y en la buelta hirió a Pilón 427 , sobrino de Palamón, al cual la muerte dolorosa hizo sentir. | v n l ' 8 3 ' E después se fue para otro, que atordido dio con él en el suelo 402v , el cual como en sí retornó dixo a Argita: "¡O agüero de nuestra sangre que a tales actos nos has traído! Porque tú alegre con Emilia seas a mí e a otros casi has fecho morir". Este cavallero también era pariente de Palamón y aun de Ar?ita, puesto que era de su parte contraria. 428 [VIII, 8 4 ] p o r semejante Ameto , la cara teñida en sangre, se dolía de un golpe que le avían dado, que non podía fuir la dolor. I v m ' 85 ' Ar?ita hazía a la sazón maravillas e con grande boz su escuadra combida a bien obrar e cada uno que bien obre les amonesta. E de la otra parte non menos fazía el ardid Palamón.
[III] [VIII, 8 6 ] Cuando así aquel orrible torneo, tan encendido por los grandes polvos y gritos y alaridos que los cavalleros davan, non se podía de los mirantes discerner quién lo mejor de la batalla lleva 403v . t v m ' 871 E casi en poca ora la sangre de los cavalleros e cavallos vertida el polvo roció e apenas cavallero caía que a cavallo tornar pudiese, tanta era la priesa. | v m ' 881 Cada uno tenía el fierro sangriento, el viso roto, e las armas despedazadas, e los aspetos mórbidos o enflaquecidos 429 , e las sobrevistas 430 rotas, e los cavallos non ansí rixosos 431 como solían, e ya más trabajavan por la vergüenza que por la voluntad ni la fuerza. [VIII, 8 9 ] E a esta sazón el grand Egeo con el su fijo Teseo miravan de su real asentamiento la batalla, el cual Teseo estava todo en el viso roxo, tanto su deseo era aquel día de batallar 404v . E conoscía abiertamente cuál de los cavalleros era en las armas más despierto, t v m - 9°1 así mesmo asaz claro notava la obra de cada uno y
427 Puede tratarse del héroe Filón que aparece mencionado al final del Libro I de la Tebaida de Estacio. 428 En el texto italiano
Erimeteo.
429 Mórbido está tomado del italiano mórbido y a su vez del latín morbidus, 'enfermizo', que en italiano tiene el sentido de 'blando' aplicado a la carne ( D C E C H ) . Véase el comentario que sobre este término hace J.' H. Terlingen en Los italianismos en español desde la formación del idioma hasta principios del siglo XVII, Amsterdam: N. V. Noord-Hollandsche Uitgevers Maatschappij, 1943, pp. 116-117. Buena muestra del origen foráneo del término es que nuestro traductor, haciendo gala de un recurso ya utilizado, coloca junto al término italiano el sinónimo que considera adecuado para aclarar su sentido. 430 La parte de la armadura que se ponía sobre los ojos (Aut.). 431 Batalladores, preparados para la lucha
(DCECH).
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el su ferir, e cuál la muerte por la honor buscava y el que temía, y el que más arte en la batalla usava o el que se abivava o el que se afloxava. [VI11-911 Y espeso juzgava el fin de la batalla consigo mismo, mas non podía firme nin seguro de tal juizio dar sentencia, así presto y espesas vezes se mudava el caso d'ella, que ya non menos enojosa 405v era a los desviados que a los que en ella eran. En general a todos los combatientes por valerosos e valientes los juzgava. t v n i - 921 El tenía allí consigo los prisioneros que eran en el campo tomados e con ellos su mesmo caso plañía e, desarmados, consigo honorablemente los asentava. E allí avía de los mirantes diversas opiniones segúnd las inclinaciones que a los dos tebanos tenían, e todos hasta este punto de un egual los juzgavan. [viii, 94] Emilia así mesmo esta batalla remirava e conoscía bien entre los otros Ar^ita e a Palamón aunque combatientes e, algo piadosa, fixo mirava la marcial gente. E cuantas vezes veía dar ferida alguno o que fuese en tierra caído luego era de dolor cambiado el su claro viso. | v i n - 951 E siempre en sí quedava dubdosa non aquél Ar?ita o Palamón fuese, e con boz suave e asaz piadosa dava a los dioses devota oración diziendo: [viii, 96] "¡o Amor, cuánto de 406v mal por mi causa as obrado! Yo non te vi, nin te conoscía, nin aquéstos por semejante nin a ninguno d'ellos dada devía ser, nin Teseo lo avía pensado jamás, mas tú e la Fortuna aquesto me avéis recabdado. ( v n l 97 1 E si tú por bien tovieras con alegre color en otra manera se pudiera hazer e non que por mí fuera apremiada tanta grandeza, porque yo non soy de tanto valor digna que por mí se convenga tanta proeza mostrar. ( v m - 981 ¡Ay de mí, por cuán mala parte me dio natura esta belleza por cuyo precio esta batalla terrible, mala, que aquí se haze se causa! ¡A los dioses pluguiera que ella fuese escura e que agora fuese por siempre me plazería, pues tanta sangre por ella en esta batalla veo derramar! [ v n i - " 1 E las ánimas dolorosas que aquéllos que a tuerto por mi causa murieren non serán jamás sin deseo, dolor e lloro e siempre contentas me esperarán e de todo mi grande daño farán fiesta e alegría. ( vnl - 10 °1 ¡O cuántas madres y padres, hermanos, fijos e amigos me maldirán, delante las santas aras estarán turbadas, a los dioses mis daños pidiendo e serán de ellos con deleite escuchados! [viii, íoi] ¡Q407v q U é duro partido es aquél a que soy, mísera, venida! [ v i n - l02l E si yo devía ser por Mares dada por esposa [a] alguno d'estos muy menor afán era menester. tVIII> 103I Bóreas solo fue en Etiopía 432 ; e Plutón tanto sopo hazer que pa-
432 El texto italiano aclara, de nuevo, la oscuridad de este pasaje: Borea sol volò verso Etiopia e ebbe Orizia, tanto seppe fare!
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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desciendo mengua de muger la sopo hurtar433; Orfeo la su querida muger con dulces plegarias la supo ganar434 408v ; Atalante aun fue ganada de uno de quien fue en el correr avadada 435 . I vm ' 1041 Yo sola soy con la fue^a de muchos conquistada e aquí armados con mucho409v rencor los veo e aun non sé cuya tengo de ser, tan iguales en la batalla me parescen". Todas estas cosas dichas, dize Emilia que fueron casadas d'ellas por su voluntad, d'ellas por engaño, pero todas sin sangre, e que aqueste su casamiento los dioses lo devieran así hazer como el de aquéllas. E luego buelve asaz querellas436: [Viii, 105] "e s j esposa tengo de ser agora fue mi voluntad con el deseo del uno apegado e uno me pluguiese, mas tanto es de valor cada uno que yo non sé con cuál d'ellos más me alegre. O lasa, ¿por qué tú, o Amor, más a mí que a las otras ofendes en tener mi voluntad pendiente? Muy poco te costara señalarme a quién el mi entero querer se enderes§ará. [VIII> 106J Yo soy a cada uno d'ellos sospechosa, de Se hace alusión al rapto de Oritia, hija del rey de Atenas, por Bóreas que, desde su Tracia natal, viajó hacia Atenas, hacia el Sur, personificado aquí como Etiopía. Boccaccio, Genealogía, IV, 58, pp. 284-286. 433 Se refiere al rapto de Proserpina, hija de Ceres, por Plutón. Ceres no pudo rescatarla del reino de los infiernos por haber comido Proserpina una granada, ya que, según la tradición, nadie que hubiese tomado un alimento en el reino de los muertos podría volver al mundo de los vivos. Boccaccio, Genealogía, VIII, 6, pp. 496-500. 434 Hijo de Eagro y de la musa Calíope, Orfeo es el cantor por excelencia, el músico y el poeta. Se enamoró de la ninfa Eurídice que murió por la mordedura de una serpiente mientras huía de Aristeo. Orfeo descendió a los infiernos en busca de su esposa y logró rescatarla pero, al volver el rostro para mirarla, desobedeció la condición impuesta por Perséfone y Ades para dejarles partir y de este modo Eurídice murió por segunda vez. Boccaccio, Genealogía, V, 12, pp. 320-324. Sobre la fortuna del mito de Orfeo en la literatura castellana medieval puede consultarse el trabajo de Jacques Joset, "Orfeo en la Edad Media Española", Actas do IV Congresso da Associagáo Hispánica de Literatura Medieval, Lisboa: Edisóes Cosmos, 1993, 4 vols., en particular vol. III, pp. 101-107 y desde una perspectiva más amplia el ineludible trabajo de John B. Friedman, Orpheus in the Middle Ages, Cambridge: Harvard University Press, 1970. 435 Atalanta, no queriendo casarse, alejaba a sus pretendientes retándoles a una carrera, cuyo premio era el matrimonio si vencía su contrincante o la vida de éste si ella era la vencedora. Hipómenes, hijo de Megareo, que traía consigo las manzanas de oro que le había dado Afrodita, la venció arrojándole durante la carrera los áureos frutos a sus pies. Atalanta, curiosa, se detuvo el tiempo necesario para recogerlos, con lo que Hipómenes obtuvo el premio convenido. Boccaccio, Genealogía, X, 57, pp. 616-617. 436 Todas estas cosas dichas... E luego buelve asaz querellas: No figura este párrafo en el texto italiano. Puede tratarse de una variante textual del manuscrito del que se hizo la traducción, pero el carácter de explicación, de glosa, que tiene el párrafo nos hace pensar en una interpolación del traductor que nada tiene que ver con el texto original.
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cada uno el su daño, el su mal temo, e también soy cierta que la una parte ha de ser vitoriosa e non sé con qué coragón ayude ni a cuál parte sea piadosa. Cuando alguno desfallesce al otro miro, cuando eguales los veo por cada uno sospiro, ' v n l ' 107 1 tanto que non veo a ninguno padescer que non me plaze sostener el su dolor. [viii, ios] ¡Agora los oviera Teseo dexado cuando solos en el bosque los fallamos combatiendo! A lo menos fuera ya delibrado sin tanto daño e allí non sintiera yo por ellos lo que agora siento. l v m - 1 0 9 1 ¡O frechero Amor, non puedo negar que de ti ferida non soy! Tú me consumes, tú me apremias, tú me has el coragón doloroso ferido. ¡Agora fuese yo cierta de la vida del uno d'ellos para que por esposo dado me fuese!" [vm, 110] j5n esta manera consigo Emilia razonando calló por ver lo último de la batalla, e el otro pueblo que el grande daño de los combatientes veía davan desvariadas bozes segúnd la opinión que cada uno tenía.
[IV] [vm, ni] L a batalla era en pocos retornada e cual acá, cual allá, por el campo discurriendo ivan. E ya el cansancio estava en los cavalleros tan aposentado que cualquier patio de reposo los unos e los otros acebtaran. [ v m - 1121 En esto Mares, que del cielo reguardava, e así mesmo Venus, que amos miravan los sus combatientes 437 . E Mares viendo amansar el fuego que primero los ánimos fuertes tenían e las espadas afloxadas e vido parados estar los corredores cavallos, lleno de saña e de ira desciende e con palabras Argita en esta manera ofende, lVI"> ,131 en la forma de Teseo revestido: "¡O villano cavallero, falso, sin proeza, covarde!, pues que en esta batalla por mí te es segurada vitoria, ¿qué esperanza de ti se deviera aver si la revesada respuesta en mi templo ovieras? ¿Non ves tú combatir a Palamón e por tu despecho llamarte Penteo en la batalla, dando a entender que te acostavas a la traición encubriendo tu nombre debaxo de otro?" [vm, U4] e dicho aquesto discurrió por la escuadra de Arcita a todos animando. E luego Arcita, inflamado e avergongado de las palabras del dios, todo reposo tiró 437 Al comenzar el traductor la frase con la expresión "En esto" parece anunciar una información que después no da y que oscurece el sentido de la frase. Compárese con el texto italiano: Ma Marte riguardava d'alto loco, e Venere con lui, i combattenti; il qual poi vide intiepidire il foco.
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afuera mostrando a los enemigos, con el 4 l 0 v espada en la mano, cómo non era él 4 I l v aquel Argita que poco antes avían visto reposar. [viii, 115] Agamenón lo siguió animoso, e Menalao e Cástor e Polus e 4 l 2 v Periteo y el valeroso Cronis y el buen Néstor. E sin ningúnd reposo contra Anfione enderesgaron e la vandera que de Palamón traía en el bra$o se la cortaron y a él por prisionero tomaron 438 . l v m - 1161 E luego a su encuentro salió Palamón fiero con Ameto al lado a los cuales seguían el feroce Almeone e Antelao e Niso e entre ellos se comentó luego la áspera batalla e tal que igual d'esta aquel día non era vista. IVI11' " 7 1 E bien que fuesen fieros e animosos e al morir aparejados algúnd cuanto ya eran en los corazones pavorosos tornados. IVI11' 1181 Combatían Palamón con Menalao, Cronis con Almeón 439 , Limedon 440 contra Néstor, mas el fiero Arcita valerosamente por fuerza vencer Ameto quería. Ligurgio con Androgeo 441 avía preso batalla. L vm ' 119 ¡ Y así mesmo todos los otros combatían y en el campo la batalla se mezclava e cada uno por la vitoria trabajava. Y en esta priesa fueron Filón, el de Tesalia, e Periteo derribados. t v m ' l2°l Cronis avía aquexado Almeone que non podía más e luego el cavallo de Cronis por los bracos a Palamón con los dientes travo e, tan fuertemente el dolor lo agrava, que a su mal grado a tierra le hizo caer. Aqueste cavallo fue de Diómedes, el cual era acostumbrado de comer carne humana 442 . [ v m - l 2 | l E 413v en tal manera con los dientes lo traía acá e allá que era maravilla de lo ver. t v m ' l 2 2 ' E si non que fue ayudado aun de los sus enemigos, que apenas de la boca se lo tiraron, lo matara. E así de la batalla por fuerza e mal 438 En el texto italiano es Panto el héroe que pierde la bandera. 439 Recordemos que Alcmeón era el primogénito del adivino Anfiarao que, obligado por su mujer Erifila, hubo de partir a la guerra contra Tebas aun sabiendo que moriría en ella. Confió a sus hijos la misión de vengarle cuando hubieran llegado a hombres, matando a su madre y emprendiendo una expedición contra Tebas. De este modo, Alcmeón se vio metido, al seguir a Adrasto, en la campaña de los Epígonos. Alcmeón mató a su madre y vengó así a su padre. Boccaccio, Genealogía, XIII, 46, p. 776. 440 Entiéndase Alimedon. 441 Hijo del rey Minos y de Pasífae, destacaba en todos los juegos atléticos. Participó en las competiciones organizadas por Egeo en Atenas, donde venció a todos sus rivales. Egeo, envidioso, le mandó a luchar contra el toro de Maratón, que asolaba el país, ante quien sucumbió. Cuando Minos supo la noticia asedió durante largo tiempo Atenas y, cuando la ciudad se rindió, exigió como tributo anual siete muchachos y siete doncellas como ofrenda para el hijo monstruoso de Pasífae, el Minotauro. De este tributo librará Teseo al Ática. Boccaccio, Genealogía, XI, 27, p. 662. En el texto italiano el personaje aludido no es Androgeo sino Niso. 442 Aqueste cavallo... comer carne humana: Nueva interpolación del traductor - o del texto italiano del que se vale para hacer su traducción-, con la que explica quién era este caballo y el por qué de su fiereza.
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de su grado salió e sin tardanza por mano de Argita fue desarmado e las armas lo tomó por las ofrescer a Mares que la vitoria prometido le avía. IVI11' 1231 Palamón a la sazón fue muy sañudo que recontarlo demasiado sería e bien se cree aver a Emilia del todo perdido sin alguna esperanza le quedar.
[V] 124] Emilia asaz reguardava aquestos combatientes con corazón doliente pero, veyendo lo acaescido a Palamón, sabiendo los patios que entre ellos estavan, ya de Argita verdaderamente quiere que sea el ánimo suyo. E ya por suya queda, ya 414v a él ama e la vitoria le da, que de Palamón ya non cura. 443 [VIII, 125] Cada uno se guarde de caer e de non presto se poder levantar , porque aquel Palamón que antes de la batalla era de Emilia e de todos preciado agora, por su caída, es de todos y d'ella menospreciado. I v m ' >26) Agora alaba la belleza e fermosura de Arcita, agora le paresce más soberana su gentileza e ardimiento, agora con él todos desiguales le parescen. lVI11' l27 l Pagada de los dioses se tiene en querer averie dado por esposo el mejor e por él ruega caramente. [ V m ' 1281 E de allí abiertamente comengó a loar sus fechos sobre todos y ya con grande cuidado el daño de Argita teme e pensamientos nuevos al corazón le vienen que antes non sentía. [VIII,
[VI] 129] L A áspera batalla está agora a la fin, mas de que vieron preso a Palamón e Ameto derribado e sobre ellos al fiero Agamenón, cada uno de los otros se afloxa e desmaya. E ligeramente Palamón a la prisión se dio y el campo desampara a la mesura de Argita, [ vin - ,3°1 adonde Arcita en poca de ora prende con los suyos de aquéllos algunos porfiosos pugnantes. E así los contrarios esparzidos, dexado el campo, alegró a los suyos e bien que pocos d'ellos avían sanos quedado. tVI11-13'1 E así con el espada en la mano feria a quien su vitoria contradezía e, todo de alegría inflamado, quiso retener su cavallo aviéndolo ya a todo su paresger vencido. [VIII,
4 4 3 Es B o c c a c c i o , nuevamente, quien interviene en la narración.
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[LIBRO NOVENO] [I] [ix, i] Ya se apresurava el doloroso fado, el cual es más grave de sostener cuanto en mayor gloria es devantado444, dízese415v porque Ar?ita lo haze allí al ver de todos vitorioso. Mas así d'este mundo va el estado, que estonces se faze más vezino al caer cuanto más alto lo ha montado. [ix, 2] Sobre la alta torre de Minerva445, contentos Mares e Venus, mirando a éstos estavan, entre sí de la orden que avían dado, que fuese Palamón preso por las plegarias de Arcita contra Mares derramadas. Mas Venus, viendo ya que la parte de Palamón non podía dar estorvo a la batalla nin reparar la buelta, a Mares le dize: "Ya ves cómo la tu parte as fornido de vitoria lIX> 3 ¡ e las plegarias de Arcita cómo lo han fecho vitorioso. Agora resta a mí lo de Palamón, al cual en su enmienda entiendo proveer, porque ya muy quexoso lo veo". A la cual Mares responde: "Amiga, desde oy más aquello haz que en plazer te verná". lIX- 4¡ Ella avía poco antes visitado los oscuros reinos de Edite e al rey verdaderamente ha manifestado sus deseos, por lo cual de aquel infernal palacio eran ya salidas muchas Furias446 con altos mandamientos de su soberano rey. tIX' 51 E vienen al teatro inflamadas de sulfur 416v e fuego447 que de las bocas centellas les caían, IIX- 61 las cuales así venidas todos cuantos en el treato estavan eran con tremientes448 corazones por ver cosa non usitada4,7v. E luego los vientos dieron non en el usado remor, el cielo muy negro comentó a parescer, todas las puertas del treato tremie419v Arcita en420v su cavallo ron4i8v [ix, 7] Aquéstas así orribles se fueron allá do andava triunfando por su vitoria e, como el cavallo las vido, lleno de miedo se empinó en tal manera que cayó atrás, IIX- 81 debaxo del cual cae el sin ventura Ar?ita. Y el fuerte arzón449 le apremió el pecho e así lo rompió que luego a la ora paresció estar sin vida del gran dolor costreñido, por donde de muchos en aquel 444 Levantado (DCECH). 445 Se refiere al lugar más alto de Atenas, la ciudad de Minerva o Atenea. 446 En el texto italiano Erinis, una de las Furias. 447 Sulfur e fuego es la traducción del italiano sulfureefiamme. 448 De 'tremer', habitual en la Edad Media por 'temblar' {DCECH). 449 Fustes trasero y delantero de la silla de la caballería, que sirven para afianzar al jinete y que no se vaya adelante ni atrás (Aut.).
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punto fue ayudado. tIX' 91 Al 4 2 1 v cual apenas pudieron del argón sacar, tan laso estava, pero ya algúnd cuanto libre de allí muy fatigado lo llevaron.
[II] [ix, 10] Emilia que del lugar alto donde estavan 422v claro conosgió el caso doloroso, porque de dolor todas las fuergas del pavoroso cuerpo le huyeron, en tal manera que así como al que a la fuesa 450 llevan quedó, en sí después de algúnd tanto tornada diziendo: [ix, ii] " ¡ o cuánto la felicidad e bien andanza me ha seído breve! Agora cosas non conoscidas siento, agora me acuerdo que oí dezir que la fatiga de amor 423v era muy grave de sofrir, a las cuales palabras yo escarnio mostrava, [IX ' I21 mas agora triste conozco que dezían verdad los que su dolor avían provado". E aquesto dicho así el dolor la vence que salió fuera de sí e amortecida viene. [ix, 13] Arcita fue súpitamente desarmado y el amarillo viso con agua fría le fue lavado, adonde súpitamente rebivió e mucho de todos fue confortado. Mas él fablar nada podía, así le avía el coragón el pecho apretado. [ix, 14] Agamenón con acatamiento fiero se iva por el campo acompañando la vandera de Argita e, a cualquiera que fuese quedado de la vencida escuadra, [a] aquél sin ninguna ofensa por prisionero lo mandava ir e así vencedor en el campo algúnd cuanto se retovo.
[III] [ix, 15] Después que fueron las cosas reposadas e a todos manifiesto el vencedor, el sonar de las trompetas comengó con grandes alaridos la vitoria de Argita a enxalgar, e las gentes con gran remor seguían al vencedor. [ix, 16] g luego Arcita ant'el viejo Egeo fue traído, el cual su cabega en su falda tomó, e luego viene Teseo e Ypólita e con ellos Emilia, e cada uno lo conforta e lo socorren con piadosas palabras, faziéndole 424v muchos remedios para su salud. IIX17 1 Mas él que non respondía antes escuchava, e los ojos acá y allá boltava, agora a uno, agora a 4 2 5 v otro, con piadoso semblante mirando, pero él non se podía esforgar, tal era el dolor qu'el ánima tenía e así andava variando. 1IX- I81 Mas después que Emilia le alimpió el viso del polvo e de la sangre, vido que su cuerpo era despedagado e apenas el su dolor retiene, incluso en su coragón maldiziendo el 450 Fosa o tumba ( D C E C H ) .
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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sobrado amor que a tal partido la avía traído. [IX ' 191 E non sabe su pena encelar, ni las dolientes lágrimas retener, que espesas vezes el su viso cambiado non fuese. Non sabe cómo honestamente consolarse pueda. [ix, 20) Allí así mismo Agamenón doliente e Menalao e Néstor, que de dolor más que de reposo eran llenos, laomentando451 426v e a los dioses increpando de tamaña ofensa. [IX ' 21 1 Palamón de una e de otra ofensa triste del mal de Arcita se dolía e de su desaventura fuerte se contristava452, porque tan perdidoso lo avía fecho e, porque siempre Arcita le fue muy leal pariente e compañero, non puede estar que de su mal non se contriste.
[IV] [ix, 22] p ¡ z o Teseo el campo a los vencedores coger e puso solepne cura en Arcita en recobrar su desfallescida vida. IIX> 2 3 ' E allí hizo venir muchos médicos, los cuales con vino todo427v lo lavaron e con sus argumentos lo fizieron reir e hablar, sus llagas con finos ungentos curaron. E después que algúnd tanto fue confortado en pie fue entre ellos levantado [IX ' 241 e con boz non muy rezia omilmente a Teseo demandó quién avía seído vencedor. Al cual luego Teseo respondió: "Amigo, del vencimiento que demandas es tuya la honor". E luego Arcita replicó: "Segúnd esto la plaziente Emilia yo la he ganada428v". Teseo le dixo: "Sí, e de oy en adelante es tuya e d'ella al tu deseo farás". (IX-251 Al cual respondió: "Pues que así es, la su boz oir yo a mí gran deleite sería más que otra ninguna cosa. E faz, mi señor, que yo en sus manos pueda morir, porque firme opinión tengo que los reinos de Plutón presto visitaré e, si yo antes la veo, la mi ánima con menos fatiga se partirá". |IX ' 26 ¡ Al cual Teseo responde: "Eso que tú dizes no ha lugar aquí, que tú d'este mal non puedes morir. Hela aquí al tu querer presta aquélla con quien tú biviendo te alegrarás". E buelto a ella le dize: "Donzella, por mi amor contento le haz de aquello que quiere, pues ves cuánto por ti ha fecho". [ix, 27) Emilia, que ninguna otra cosa deseava429v sino honestamente poderlo hablar, vergonzosa así comenzó a dezir: "Señor mío, si vale el mi rogar, consuélate que el tu mal tanto me agrava que apenas me puedo comportar. Yo soy e seré, los dioses quiriendo, tu cara esposa". |IX - 2g ) E bien como las flores por el noturno frío son en el prado marchitas e secas e como del sol son escalentadas se tornan bellas a los que las miran, e bien atal se haze Arzita después que oyó el su dulce hablar. 451 No hemos podido documentar esta forma, aunque sabemos que no es un italianismo. Tampoco hemos de considerarla como un error, ya que aparece dos veces en el texto. 452 Forma poco habitual, equivanlente a 'entristecer' (DCECH).
G. Boccaccio
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[ix, 30] £ luego Teseo un carro triunfal que para el vencedor tenía aparejó 430v e a Anjita rogó que en él hasta el palacio fuese, lo cual de Arcita fue acebtado con alegre voluntad. [IX< 3| 1 E cierto cuando Roma de carro triunfal a £ipión honor fizo453 non fue tal como éste, ni tampoco aquél que Fetón pidió 454 . I I X ' 3 2 ' E bien que aún estoviese del golpe mal apasionado pero en el carro en pie se levantó por ver las fiestas e alegrías que las gentes fazían. E con él iva en el carro la su muy hermosa Emilia IIX- 331 e iva así mesmo con él Teseo por conortalle 455 , temiendo que su persona enflaquecida non descayese. E Argita por recobrar la vida non poco a menudo aquel angélico viso mirava. [ix, 34] Cronis allí iva armado rigendo los cavallos que al carro llevavan, e tras el carro seguían los adversarios de Argita a pie desarmados e, por cierto, non constreñidos, mas de su voluntad, por ruego de Palamón, por a 431v Arcita consolar, [ix, 37] e tras éstos venían toda la otra compaña de Arzita armados, e todas las cosas que cada uno en la batalla avía 432v tomado consigo traían. Ivan delante Argita las armas de Palamón e las suyas que a Mares por su vitoria avía ofrescido. A los lados del carro ivan gentes festejando con dulces artes e sones, diversamente cantando. (IX' 381 Y en tal guisa Arcita triunfando del treatro salió e al templo de Mares derecho se fue e fizo allí ofrescer las armas e con piadoso corazón le regradesció la vitoria que dado le avía, e presto de allí hizo su partida. (IX- 391 E cercó la cibdad triunfando, con mucha alegría a la su Emilia espesas vezes mirando. E bien mil años una ora le paresia, cuando deviese aquélla gozar, e de su advenidero caso mucho consigo se contrista. IIX' 4°1 Ella consigo se iba vergonzosa, los ojos baxos, de cada uno mirada, en tal guisa cual suele la nueva esposa por vergüenza en el viso colorada, e a todos plaziente e graciosa.
453 Dos Escipiones han ganado la fama: Lucio Cornelio, el Asiático, y Publio Cornelio, el Africano. Seguramente se está refiriendo a este último, a quien Roma otorgó los honores del triunfo en el año 201 a.C. tras derrotar a Aníbal en Zamma. 454 Faetón rogó a su padre, el Sol, que le dejase conducir su carro. Febo aceptó pero le hizo muchas recomendaciones sobre su uso, y así Faetón comenzó a marchar por el camino trazado en la bóveda celeste. Atemorizado por la altura, descendió demasiado, por lo que casi incendió la tierra. Volvió luego a subir, esta vez muy alto, de tal modo que los astros se quejaron a Zeus, viéndose éste obligado a fulminarle. Boccaccio, Genealogía, VII, 41, pp. 461-464. Para un acercamiento a la presencia de este mito en las letras hispánicas, vid. A. Gallego Morell, El mito de Faetón en la literatura española, Madrid: CSIC (Anejos de Revista de Literatura, 18), 1961, donde se hace un estudio de la evolución histórica y literaria del mito. 455 Animarle
(DCECH).
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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[ix, 4i] Ninguna persona en Atenas quedó, viejo nin mogo nin niño, que non corriese a ver la gloria de Arcita con alegrías 433 *, tIX' 421 los unos a los otros diziendo: "Aquellas armas, aquel destroncado 434v cavallo, fueron de tal cavallero, y aquestas otras de tal, aquel cavallero derribó fulano, aquel otro es cautivo de tal", [ix, 43] Estas e otras muchas cosas las gentes hablavan, mas aquello que más de ver a las gentes era la turba o compaña 456 lernea que en ábito desemejable venían a pie muy disfigurados de quien ser solían, aviéndolos por la mañana visto valientes reyes e cavalleros e agora la cabega inclinada, desarmados, a pie, en el aspeto turbados estavan. t IX ' 44 1 Y el que bien juzgase a Palamón dicho avría que él consigo dixese: "Bien bive quien bien muere. ¿O Júpiter, enemigo mío, hasta cuándo te plaze mi mísera suerte perseguir?" [ix, 45] Mucho iva Minus desdeñoso e bien parescía que la vida toviese en despecho. En el aspeto asaz dolorioso se mostrava el tesálico 435v Ameto, quexándose de Febo porque así su obrar avía escurescido. tIX' 461 Yda pisano, Evandro, Almedone, Ulixes, Diómedes e todos los otros ivan con aspeto bruno, más que si a la triste ribera de Cheronte se vieran pasar, e peor veían el fablar de los circunstantes que casi su vencimiento. [ix, 48] E n tal manera al gran palacio de Teseo llegaron e allí, fecha quedar fuera la más de la gente, a una sala se fueron. l IX ' 491 E allí, sobre una cama que Teseo avía mandado hazer, fue puesto el fatigado Argita. E al un lado con él Emilia se pone, más luziente que la margarita, e de suave esfuergo e ornadas palabras del su coragón conforta a Argita. Lo mesmo haze Ypólita con otras muchas señoras que en su compañía estavan. tIX- 5°1 E todo aquesto Palamón veía que él con los suyos delante el vengedor en pie estavan, y en su triste voluntad todas aquellas palabras de Emilia con dolor notava, imaginando como jamás podría dar paz e alegría a sí mismo con alguna esperanga, pues aquel día todo su bien fenescido avía.
[V] [ix, 5i] Teseo, por dar paz a los afanados reyes, se levantó en pie e con gesto sereno hizo señal al murmurio 457 que la gente tenía, unos por dolor e otros por alegría, con la cual señal silencio puso, e con apazible boz su razonar así comengó: [ix, 52] "M U y nobles reyes e señores, si en mí non es nueva la creencia, la cual algunos o los más afirman que sea verdadera, esto es, que la divina providengia 456 Sinónimo añadido por el traductor para explicar el término 'turba'. 457 Tomado del latín murmurium, de donde, por disimilación, murmulio y luego (DCECH). Aquí viene influido por el texto italiano en que figura mormorii.
murmullo
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G. Boccaccio
cuando el mundo crió con sincera vista conosció el fin de toda s e m e j a b a razonable o brutal e, con eterno decreto, sin poder fallescer, [ I X ' 531 así que los nuestros advenimientos non por de nuevo los rescibamos, y en contra d'esto las nuestras humanas fuerzas e poderíos en vano trabajan. IIX- 541 Y o he oy bien remirado vuestra virtud y vuestro obrar y cómo dado y rescibido ayáis muchos golpes, e vuestra ofensión e defensión, e digo en verdad que al mi ver jamás se juntó ni junta ser 436v podrá tan noble compañía, I ,X ' 551 ni tanto ardida, nin así sabia en la arte del batallar, nin de tanto afán sostenedora, solamente por mostrar proeza como yo oy a todos vosotros he visto. I'x, 561 E si la nobleza de cada uno oviese por menudo contar bien lo sabría, pues que lo vi, mas mucho me sería largo y enojoso en tiempo tal. Solo digo que cada uno tengo por valiente en el mundo e, si tales fuesen estos, d'esta 437v mi tierra por fuerza vencería la guerra que comentase.
|IX- 571
E
si oy non vos fue dada la vitoria, aquesto non fue por vuestro defecto, mas cosa es asaz antes pensada en el claro acatamiento de los dioses, que nos muestran manifiestamente tener a Emilia guardada al plaziente Arcita e a él elegido por esposo d'ella, de que devés 438v ser contentos, 'IX- 581 nin devés de vosotros blasfemar que non ayáis bien obrado, mas solo a los dioses que por alguna causa escondida vos devéis quexar, pues que otro día pueden promutar por cada uno de vós lo que agora non se es fecho,
[IX ' 591
porque esto que es estado non puede ser en ningúnd
tiempo que estado non sea. Por que vos ruego, caros señores e amigos, que el ábito que de tristeza avéis vestido por dolor lo lancedes fuera y en el primero 439v estado retornéis e juntamente con nosotros vos gozéis 440v .
|,X ' 601
E de oy más sed libres
pues que complido avéis del triunfo la causa, pero bien quiero que sea firme tenido aquello que en el bosque dixe a Palamón, el cual ha de ser de nós retenido e dado a Emilia por prisionero y ella faga d'él a su plazer, poco o mucho, como le plazerá".
[VI] [ix, 63] Fuese 44 l v luego Palamón por prisionero con triste aspeto, e omilmente a Emilia se afinojó, e con boz e semblante asaz doliente le dize 442v : "Señora, yo soy vuestro prisionero, aunque non de nuevo, que siempre lo he estado después que vos vi. E fágase de mí lo que vos plazerá, pues que yo jamás espero alegría, IIX> 641 pues los dioses así me an levado la vitoria este mezquino día. Y sobre todo la muerte pido que deis, si mis pasiones algúnd galardón meresgen, porque con ésta mayor gloria rescibiré que en el mundo con dolor e mengua bivir, e así de vos memoria eterna de bien ature 443v , que esto que pido no se me niegue".
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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[ix, 65] c o n piadosos ojos Emilia contra Palamón reguardava, e a las sus palabras contenta escuchava, y en pie lo hizo levantar, e con gran pena las lágrimas servadas458 encobría, que d'él en el corazón gran piedad avía. Pero al fin se dispuso a dalle la respuesta, la cual así comen§ó: [ix, 66] "sí y 0 d e ¡os dioses en el mundo fuera errada444v sin eternal dispusición, razón fuera que de lo que en lo altísimo avién pensado oviera contradición en el mundo, IIX' 671 porque muchos en mi valor esperar podían. Mas pues d'ellos ves que umana criatura fui criada, considerar deves abiertamente que el mi honor para uno reservado tenían e aquéste445v, asaz claro como ves, el omipotente dios me ha mostrado. IIX- 681 E ya bien ves446v que a tus amorosas penas esperaba ni consuelo alguno dar non puedo, ni a mí se conviene, mas las griegas cibdades, que asaz todas son de belleza llenas, más que non yo, te podrán dar restauro e remedio a tu daño amoroso [IX' 691 e te pomán en más alegre deseo e contentamiento que comigo jamás lo pudieras ser. Y pues tanto por mío en el mundo has trabaxado, yo non entiendo contra ti ser cruel, pues eres cavallero valeroso, puesto que el juizio te traía a la mi mesura. [[x- 7°I De oy más dote459 libertad e a tu querer sea el estar o el ir. E por el amor que tan ardiente por mí te quemava, este anillo por mí traerás, que espesas vegadas de mí te haga recordar, e ruégote que cada vez que de mí te acordares, que de bien amar a alguna otra pienses"460. [ix, 72] £ i u e g 0 le dio más: un espada447v rica e de alto guarnimiento, e un turcasio noblemente labrado, e un arco de Citia, que non poca fuerza era menester para poderlo perchar. tIX- 731 E luego le dio un cavallo maravilloso, todo guarnido cual se convenía al noble cavallero; e copia de todas armas, en las cuales la maestría de Vulcano, soberano y engenioso maestro461, parescía un escudo de frondas orlado. [IX-741 Al cual dize: 458 Conservadas (DCECH). Entiéndase que Emilia conservaba o retenía sus lágrimas. 459 Es común en la Edad Media la utilización de la forma do en lugar de doy para la primera persona del Presente de Indicativo, vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., p. 182. 460 Obsérvese que Palamón utiliza el 'vos' para dirigirse a Emilia y y ésta, por el contrario, le tutea. Aunque, como ya hemos indicado, a estas alturas del siglo XV los valores de respeto en la pareja vos/tú están muy difuminados, su permanencia en el contexto del amor cortés viene marcada por la superioridad de la dama frente al amante. Para éste y otros usos de tratamiento puede consultarse el trabajo de Julián Muela Ezquerra, "Fórmulas de tratamiento en la narrativa medieval en verso: el ejemplo del Román d'Eneas", en Actas del / Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Santiago de Compostela, 2 al 6 de Diciembre de 1985), ed. Vicente Beltrán, Barcelona: PPU, 1988, pp. 473-484. 461 Vulcano fue el primero que pulimentó los metales. Fue también un gran fabricante de armas, forjando las de Aquiles, Eneas y Hércules.
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G. Boccaccio
"O valeroso e noble cavallero, de oy más del mi amor sei farto e de otro cualquiera que con tal menester y estrago se adquista, cual ves que por mi causa se es fecho, de que siempre seré triste por tan sangriento don. tIX> 75I E porque bien ves que deves ser a Mares más que a Cupido subjeto, te do estas armas con las cuales, si en alguna parte conviene que te hagan menester, con efecto seguro puedes obrar que son con tal arte fabricadas que sin sospecha las puedes traer, las cuales más te podrán aprovechar que las tuyas hizieron en me adquistar 448v ". [ix, 76] Tomados los dones por Palamón, a la ora dixo: "Señora, yo tengo la mi vida algo más cara que non tenía fasta agora, pues que de vos la siento gradescida, porque con mayor diligencia cada 449v día la guardaré fasta el último día que escusar non se puede, esperando que en el cielo está firmado aquello que por vuestra gran cortesía dezís. IIX> 7?1 E vos gradesco, piadosa señora, cuanto más puedo e del libre estado que me otorgáis e de las joyas 450v por mí recebidas, que me son a mí más caras que de ser en el cielo coronado, e las guardaré siempre por amor del vuestro alto e inestimable valor. ['x- 781 Y que yo jamás espere de amor saeta de alguna otra muger, aquesto quite y aparte Dios de mí. Amada serás sola e jamás la Fortuna mudará 451v de mí este deseo. E si los fados vos han para otro elegida 452v , en esto non he podido más contrastar, mas que la voluntad ellos me quiten esto non puede ser tanto que en la vida sea embuelto". [ix, 79] £ luego de allí Palamón se fue pensoso a vestirse e a lavarse, que aun estava todo rovinoso 453v , por después allí bolverse. E bien que en sí non fallava reposo, mucho se ingenió de su enojo encobrir e, con más alegre viso, en el palacio se retornó a rever el su deleite e suave plazer. [ix, 80] L a donzella fue allí asaz loada de los circunstantes reyes e de Arcita, e bien le plaze que ella aya dado a Palamón libertad espedidamente 462 e así mesmo fue la respuesta de Palamón preciada, el cual de todos alegremente fue recebido 454v e acogido e de Arcita más.
[VII] [ix, 8i] Después que algúnd cuanto se fue reposado Arcita contra Teseo buelto le comentó a dezir: "Señor, yo complí tu mandamiento con poca de salud e grave martirio e por aquello creo aver merescido a Emilia, e perdona al mi fallescer, la
462 Adverbio de espedir, 'despedirse, dejar marchar' (DCECH). Con este adverbio se ha traducido el espedita del texto italiano: a Palemón libertà espedita.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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cual te demando si tú, alto señor, ves que es tiempo que la yo pueda aver". E luego calló, que non dixo más. [ix, 82] a i c u a j T e s e o con boz graciosa respondió: "Amado amigo, esto es al mi deseo agradable más que otra cosa, pero quiero que se haga en aquel modo e manera que dexaron a nós los nuestros primeros cuando les davan esposa. Así quiero que solepnemente te sea dada en presencia de los reyes que aquí son, IIX>83) e sean los sacerdotes ayuntados e los sacrificios fechos dignamente como en tal caso conviene". E luego Arcita e Emilia graciosamente allí fueron desposados, e los días de las bodas prolongados fasta 455v que Arcita fuese bien guarido, e así fue establecido e firmado.
G. Boccaccio
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[LIBRO DÉCIMO] [I] [X, i] g r a n n j(j 0 d e Leda la mucha luz de sí mostrava463 cuando del palacio de Teseo la griega gente se fueron e a dar orden en la sepoltura de sus muertos comentaron, íx> 2] porque por ellos non se impidiese la alegre fiesta de la nueva es4 posa. E antes que la noche se pasase, mientra que la gente reposava, 1 e tomando consigo sus servidores, la vía del treatro se fueron, e los cuerpos muertos con odorífero licor e con muchas lágrimas los lavaron e cada uno por sí pusieron. [X, 5] e luego la turba de los reyes puesta en derredor con triste son allí sobrevino e, después que ovieron a cada uno bien ornado de armas e guirnaldas e de luzientes púrpuras, fue la trompeta mandada sonar así como era costumbre en aquel tiempo e dieron bozes de triste sonido |x - 6I e, un poco los reyes detardados en su llanto, cada uno al suyo encendió el fuego. E después a 456v Júpiter con buen 7 corazón fazían sacrificio 1 e presto el fuego grande e bien ardiente consumió los cuerpos que le fueron dados. E así ardidos de la griega gente piadosamente con vino fueron mortificados e recogidas las cenizas en los vasos fueron metidas con amargosos 457 * versos e cantos. Ix- 9) E aquesto fecho, luego cada uno a su posada se fue como menesterosos de reposo e sueño. E venido el nuevo e iluminoso día se levantaron e al gran palacio se fueron, donde ya a Teseo fallaron levantado.
[II] [X, 10] Todos los griegos que en la batalla fueron heridos eran con grandísima cura medicados e curados464 e a ellos dado solaz e deleite, en manera que de muerte y de otra cualquier sospecha fueron en pocos días librados.
463 Se alude mitológicamente al cielo estrellado. Cástor y Pólux nacieron de dos huevos que Leda, transformada en cisne, había puesto tras ser seducida por Júpiter. Estos dos héroes se transformaron en estrellas al morir, formando la constelación de Géminis. Boccaccio, Genealogía, XI, 7, p. 643. 4 6 4 D e nuevo el traductor introduce un sinónimo para aclarar una palabra de difícil comprensión. Precisamente, la pareja "medicar-curar" ya había sido utilizada en esta traducción, si bien erróneamente: mendicar-curar, vid. supra.
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Teseida (Traducción castellana del siglo X V )
[X, 11] Mas solo Arcita non podía guarir 465 , tanto era rompido de dentro. E hizo Teseo ante sí venir al gran maestro de medicina Timón 466 e venido con él secretamente se apartó por sentir el mal que Arcita tenía, el cual maestro lo avía curado [x, 12] e
asf
i e responde:
"Noble señor, el vuestro Arcita es verdaderamente llagado de muerte, en el cual non a lugar ninguna cura ni diligencia de maestro. Júpiter podría en vida solamente conservarlo, que es mayor que la natura e puede asaz cosas sobre ella obrar, [x, 13] Mas dexando los miraglos aparte digo que Esculapio 467 ni el claro Apolo, aunque toda el arte tengan consigo, podrán obrar en poco ni en mucho que la vida le den, I x - 14 1 e toda fatiga por su salud sería perdida. El consuelo es el reparo que le podéis dar porque vaya el ánima contenta a la eterna morada, a do toda luz Dite tiene amatada, e a do nós tras él andaremos cuando acá más non podremos bivir". [X, 15] Mucho este hablar a Teseo congoxó porque Arcita sumamente amava, e visto que el físico lo desamparava e que ninguna arte ayudarle podía, mucho laomentando al soberano Dios lo encomienda con eficaces ruegos.
[III] [X, 16] Cada un día peorando el buen Arcita fue sintiendo que el su valor del todo desfallescía e que sin falta alguna él avía de morir, e d'este pensamiento jamás ninguno tirar lo podía. E luego apareja disponer de sí solo que al buen Teseo le plega. f x - 17 1 E hízolo llamar e con lágrimas piadosas así le comentó a hablar: "¡O noble e caro señor, por quien mil vezes muriendo non podría satisfazer lo que a tu virtuosa persona devo, de lo cual nunca fui digno ni agora me reputo! Y o me veo llegado al morir, al cual ninguno de los mortales puede fuir.
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Y non
creas qu'el tormento qu'el amor me ha dado por la fermosa Emilia me aya seído tan congoxoso cuanto agora rescibo de pena por non poderte pagar los muchos cargos a que te soy obligado, porque sin dubda más que a Júpiter deseava servirte. [X, 19] Mas pues no puedo otra cosa hazer, salvo lo que de arriba es ya determinado, el último e postrimero don 458v que espero pedir te ruego non me niegues, así luen-
465 En la Edad Media 'guarir' podía utilizarse c o m o construcción intransitiva, es decir, en el sentido de 'curarse o recobrar la salud' ( D C E C H ) . 466 En el texto italiano Itmon de Epidauria, del que nada sabemos. 467 Hijo de Apolo y Coronis, instruido por el centauro Quirón en la ciencia de la medicina, en la que llegó a tal perfección que no solo curaba a los enfermos, sino que revivía a los muertos. Júpiter, enfadado por ello, le mató con un rayo. Boccaccio, Genealogía, V, 19, pp. 328-331.
G. Boccaccio
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gamente Dios te guarde Atenas459*. El cual es que, después que del mundo partido sea, lo que agora 460v diré se haga, ansí de Mares siempre seas oído. [X, 20] Bien señor sabes que después que de Creonte el justo Mares te dio vitoria yo, que contra ti en su favor salí, en la batalla fui preso juntamente con Palamón, de que un astilla pequeña de gloria a tu fama se ayuntó. E por ventura, temiendo nuestro obrar o por otra cualquier causa, en prisión nos heziste guardar. íx> 2| 1 Mas después que de la prisión salimos, por tu mucha cortesía e bondad, nuestros bienes e patrimonios restituidos nos fueron e por tu causa en el mundo, más que nunca 221 fuimos, somos honrados. Bien, magnífico señor, sabes e te es asaz manifiesto cuánto el amor de Emilia a Palamón ha sido caro, por el cual sé que con todo amor a tu servicio vino e yo jamás molesto te fui, antes con entera fe te serví. E non creo que de mí te fallas engañado por cosa que de mí ovieses fiado, lx- 231 porque amor me mostró a ser omilde, aquéste me hizo sin pavor, aquéste me hizo gracioso e gentil, aquéste hizo mi fe santa e pura, aquéste me mostró que jamás a ninguna persona por vil toviese, aquéste me hizo cortés e obediente, íx> 241 tanto me dio amor de esfuerzo que so nombre estraño en las tus manos me metió a risto468 4 6 I v de muerte. E non creas que por aver seído largo tiempo tu servidor me avergüeño 469 462v . [x, 26] g p y y a j p U n to que ves, e cada ora la vida me desfallesce, e ya casi del todo consumido soy, e a tal tiempo amor me ha traído a quien yo he servido con pura fe e sumo deleite, [X ' 2? ) y el mérito que yo de aquesto atendía gozar non puedo, IX' 281 que aquel Palamón, mi caro pariente e amigo, que como yo fue amante de aquesta gentil señora e por ella su persona ha metido muchas vezes en condición de muerte, que aquéste, después de mis días, por esposa dada le sea. 29 ) Lo cual te ruego que hagas, señor, por aquella salud que igualmente a mí e a él en el bosque diste, e por la tu virtud a los dioses e a la humana gente manifiesta, e por las tus obras que por muy buenas conoscidas son e serán eternalmente en el mundo, [x - 3°J porque esto me será allá entre las sombras infernales grande alegría, que a Palamón, a quien yo tanto amo, por mi causa sea quitado de la amorosa tristeza, e porque dada a éste Emilia siempre avrá 463v del su triste Arcita alguna memoria". U e s
0
S O
468 No hemos podido documentar esta forma en castellano, aunque sí la de 'risco' con el mismo valor: 'riesgo' ( D C E C H ) . Debe ser un intento de castellanización de la expresión a rischio del texto italiano. 469 El DCECH recoge la primera documentación de la forma 'avergoñar' en tiempos modernos y solo para el gallego. Hemos de suponer, quizá, que sobre la conjugación del verbo influyera la forma popular del sustantivo en la Edad Media: 'vergüeña'.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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[X, 31] e aquesto dicho, fuerte sospirando, calló, con los ojos en el suelo abaxados lagrimando.
[IV] Cuando Teseo vido así Arcita en tal punto venido e su razón acabada, asaz piadosamente plañiendo, con amoroso viso así le respondió: [X, 32] "¡Aparte Dios de ti, caro e amado Arfita, aqueste amargo dolor, e por las muchas plegarias que por muchos a los dioses por tu salud son fechas tengo fe y 33 esperaba que bivo e sano en el mundo quedarás! 1 Mas si a los dioses es en plazer que por fuerza lo que yo deseo non aya efecto, porque focarlos nós non podemos, aquesto que me has dicho puedes cierto ser se complirá, pues que te 34] plaze, veniendo tú al triste partido que temes. Mas tú, como eres fuerte, te esfuerza, pues ves que Emilia, que a cualesquier dioses faría contentos, es tuya e con lagrimosa vista te espera. Por tanto te conforta con esperanza de venir alegre al puerto de la salud tx> 351 e del galardón que para el tu amigo Palamón deseas, solo que tú sanes yo tengo en voluntad por la tu virtud e suya, donde toda fatiga d'él se aluengue por manera que amos a dos en el mundo alegres biváis". [X, 36] Arcita a esto ninguna cosa respondía464*, así lo estreñía470 el angustia de la muerte. Y el su estado asaz conosció, puesto que el consuelo de Teseo devoto oyese, e así hablando a la otra parte se bolvió, bolviendo las espaldas a Teseo. [X, 37] £ después que algúnd tanto fue reposado, como era primero se bolvió e con boz rota e asaz angustiosa a Teseo rogó que a Palamón le llamase, el cual sin tardar viene acompañado de otros grandes ombres por lo visitar, tx, 38] £ venido ant'él, remirándolo bien que casi apenas lo pudo conoscer, le dize: "¡O Palamón, es en el cielo determinado que yo en el mundo non sea, pero antes 39 I Tanto nos ha seído siempre adversario465v de mi triste partir verte quise! Juno que de la simiente de Cadino solo a mí e a ti ha dexado. E agora de ti, caro pariente, partirme conviene angustiosamente e antes haré la paz que a la tu vida ha seído muy embidiosa, que con los nuestros pasados me junte. [X< 42¡ E pues tú así como yo has luengamente amado a la hermosa Emilia, yo he a Teseo con todo mi poder rogado que por eterna esposa te la dé, por que mucho te ruego que de ti non sea negado, pues mejor compañero a mi ver en el mundo darle puedo. tx> 43J E júrate por aquel mundo doliente, al cual yo vo para non bolver, que d'ella cosa ninguna non he alcanzado que su persona e honra ofenda, así que tal cual siempre
470 Del latino stringere, 'estrechar' (DCECH). Aqui es calco del italiano stringeva.
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la amaste tal te queda, 441 por que mucho te pido caro e amado marido le seas, e ala 471 466v por el tu querer que con ella solías más que con otra criatura tener, si verdad era aquello que mostravas. E guarda e así de obrar cura que el tu valor usado se levante a recercar la nuestra fama escura por la doliente simiente muerta, [X, 45] porque cierta e manifiesta razón es que cada uno del obrado afán recebir deva digno galardón. Por tanto recíbela, que creo que más que al reino de Júpiter la avrás cara. tx- 4fil E si por ventura por mi muerte derramare ella alguna lágrima, aquélla quiero recebir en pago de los muchos afanes que tú sabes que por ella he pasado". [X, 47] £ así Arcita, muy fuera de sí, acabó su razón, al cual luego Palamón en tal manera respuso:
[V] [X, 48] "¡o luz eterna, o reverendo honor de la nuestra sangre, valeroso Arcita, el tu valor usado ayude a la tu cara vida, esfuérgate con esperanza que el señor del cielo socorre a quien firme se ayuda! t x - 49 1 ¡Non plega a los dioses que yo doloroso el último e postrimero de nuestra sangre sea, nin Emilia por mía quedará! Tú la adquistaste e por tuya la avrás e non se compadesce 472 que lo que tú dizes hazerse pueda, que ella mía sea por mi voluntad jamás. (x- 5°) Consuélate por aquellos celestes reinos que te han el tu valor e virtud aparejado, e yo confío que los tus miembros serán dignos por edad luenga de ser trasmudados en ceniza. Yo te ruego te esfuerces porque uses bien de lo que has tan honradamente ganado e a mí, mísero e desventurado, por el mundo andar me dexa, pues los fados me quieren provar". [X, 51] £ luego Arcita replicó diziendo: "Fágase como te he rogado e cuanto puedo te pido que el mi deseo traigas a efeto e todo otro pensamiento de ti sea removido e apartado, porque aquesto me será grande alegría". E luego callaron e amos plañiendo e a los que allí estavan faziendo llorar. [X, 52] a aqueste planto Ypólita viene e con ella Emilia e, cuando vieron así toda la gente plañir, de la vida de Argita dubdaron e cada una con asaz fatiga demandaron a los reyes lemeos por qué los dos tebanos tanto plañían e a todos los otros así mismo plañir hazían. lx> 531 E fueles dicho lo que entre Arcita y Palamón avía
471 Entiéndase 'hala', 'tenia'. 472 Compadescer, 'convenir' (Aut.)
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pasado e llegáronse acerca de Arcita e con él de muchas cosas por lo esforzar comen?aron a hablar. [x, 56] L o s espíritus visivos473 467v asaz claramente mostraron a Arcita el claro viso e angélica468* forma de Emilia, la cual como él vido en el corazón tomando algúnd esfuergo así le dixo: (x- 57i "Yo me vo con el ánima afligida por que mucho te ruego, amada señora, que al tiempo que ella fará la triste partida en tus bragos el mi469v cuerpo esté". E aquesto dicho fuerte lagrimava. [X, 58] L a s cuales palabras el angélico aspeto de aquella donzella mucho turbaron e con dolor sus delicados miembros se ofendían, porque ya claro la poca vida de su amoroso470* Argita conosció, tx- 59¡ por que Emilia así le dize: "¡O señor, pues tú del bivir te desesperas, de mí, lasa, ¿qué faré?. Yo contigo voluntariosa iré, que aquesto apetece mi deseo, pues que sin ti no sé qué pueda esperar. Tú solo eres mi bien e alegría e sin ti non puedo en el mundo esperar sinon todos los males". [X, 60] a la cual Arcita responde diziendo471v: "Bella amiga, toma esfuerzo e del mi traspasar non tomes en el tu ánimo fatiga, mas por mi472v amor confortar te 6, plega, porque yo he hallado a la tu consolación manera asaz digna e justa. J Bien sabes como Palamón, mi muy caro y amado pariente, non menos que yo te ha luengamente amado473v e su amor verdaderamente es muy digno de ser acebtado, por que omilmente te ruego esposa le seas, que474v puesto que a mí la victoria de te alcanzar fue dada, non fue derechera474 475v , mas hízola su fortuna. tx> 62 ' Así que los dioses erraron e por cierto a él embiaron la su ira y a mí la su ayuda, mas después qu'el error fue descubierto, lo que avían fecho atrás lo tornaron hasta traerme a la muerte, a do plango475 con amargo dolor. E todo aquesto ha seído porque tú quedases con él como ellos lo han ya deliberado. [X, 63] e pues mía ser non puedes, que seas suya soy contento más que de otro alguno. Afirma en el tu entendimiento e aquesto que te pido piensa de hazer, pues yo soy cierto que todas las cosas al tu plazer disporná. El es gentil, bello e gracioso e de dulce conversación, con él avrás alegría e reposo. Ix- 641 Yo muero e me siento en torno del coragón aquella frior que suele consigo traer la muerte e todo mi valor, sin ninguna dubda, en mí siento desfallescer. E pues más non puedo contigo estar e los fados para él te tienen guardada, aquello que te pido te476v ruego que hagas, pues que mejor serás suya que de otro alguno. Ix- 651 Mas el ánima dolorosa que por ti plañendo va te encomiendo e pídote cada ora, mientra biviendo acá esta473 Los que tienen facultad de ver (Aut.). 474 Recta, justa, verdadera ( D C E C H ) . 475 Es forma usual del castellano medieval para el presente de indicativo del verbo 'plañir', vid. R. Penny, Gramática histórica del español, op. cit., pp. 172-173.
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rás debaxo del luziente cielo, de ella te acuerdes. (x- 661 El último e postrimero beso solamente demando, o cara esposa, porque aqueste solo deleite y non más en la vida espero e yo iría desconsolado si non lo levase e jamás non osaría los ojos levantar entre los muertos enamorados".
[VI] [X, 67] Fechos eran los claros e reluzientes ojos de Emilia dos fontanas 477v lagrimando e fuera lanzando sospiros, el fablar del 478v su Ar^ita escuchando. Y bien veía por el claro argumento que como él dezía venía desfallesciendo, por que ella con boz asaz angustiosa así respondió: 1X- 681 "¡O caro esposo a mí más que la vida! Non contra ti son ensañados los dioses, yo sola soy la 479v ocasión de tu partida, yo soy la dañadora de tus deseos, vieja ira han criado los dioses contra mi matrimonio, e asaz claro pares§e el testimonio. [x, 69] g r a n Teseo me avía dado a Ágate, su primo, con el cual niña me crié: era bello e fresco e asaz me plazía, mas la inanimada 476 crueldad, que contra el nuestro sangre £itarea ha tomado, del mundo lo llevó. |x - 7°1 Y non faita del primero obrar semejante de ti quiere hazer, de guisa que non te mata otro alguno sinon yo, e yo, triste, soy la causa de tu partida e quedo acá en penas e tormentos, que más que la muerte me son graves. lx- 7'1 ¡Ay de mí!, ¿por qué sobre mí non viene la ira que a ti empece?, ¿por qué la mi belleza culpa es de aquél que a mí desea? Si la despiadada Venus me desprecia, ¿por qué así contra ti viene dura descubriendo en ti su fiereza? ¡Maldita sea la ora en que fui nascida e a ti primeramente manifiesta! íx- 72¡ ¡O bello Arcita, agora fuera yo muerta antes que en el mundo venida, pues avía de ser ocasión de tu muerte, a do jamás sentir consolación espero 480v , mas siempre de profundo amor me doleré después de tu partida, si biva quedo en el mundo! Ix> 731 Agora conosco los ardores que el otro día oscuros me mostró Diana 477 e, si yo a ella bien conoscido la oviese 481v , non creo que tú como estás estovieses, tx- 741 porque la 482v ora que al teatro saliste yo me oviera parado tal, que la doliente batalla estorvara. Mas yo non la conoscí, antes esperava el contrario de lo que agora veo, lX' 751 veyendo, caro esposo, tu vida angustiosa en
4 7 6 N o parece haber entendido el traductor el texto italiano, en el que figura innata, correcto que "inanimada".
más
4 7 7 Se está refieriendo Emilia al vaticinio formulado en las estrofas VII, 91 y 9 2 del original italiano que el traductor eliminó y que nosotros transcribimos -véase supra nota 359. Los "ardores" hacen alusión a los dos f u e g o s con que Diana hizo su vaticinio.
Teseida (Traducción castellana del siglo XV)
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tanta pena por mí estar. ¡O cuánto mal para ti buscaste el día que de mí te enamo76 raste ' y cuán tristes me son aquellas flores que estonces cogía e aquellos cantos que cantava! Si yo discreta fuera, todo aquesto que veo de sentir deviera, porque aquella ora tremí pavorosa e la causa non conoscía ni las futuras cosas adevinava. Agora, lasa, las veo, que a ellas ningúnd remedio puedo poner. [X, 77] Encomiéndasme, caro esposo, que tú fallescido tome a Palamón por marido. Por cierto, tus palabras e mandamientos me son graves e devo aquéllos por toda razón guardar, más que a los ecelsos dioses, que tanto sin causa agora me ofenden. E yo así como tú quieres lo servaré en aquesta manera que te diré: tx> 781 yo sé que Palamón me ha tanto amado cuanto nunca muger de hombre amada fue, por lo cual yo non entiendo ingrata serle, pues sé que a cualquiera que dada fuere, puesto que en gracia483* e virtudes abunde, de todo bivir yo le privaría, tanto los mis agüeros conosco malos, [X- 791 los cuales a 484v Ágate e agora a ti son ocasión de muerte. Ix- 8°1 E si por mi desaventura ser puede que yo después de ti bivir pueda, non me quieras dar a Palamón, puesto que merescido me485v aya, pues tú tanto lo amas como muestras, al cual veo después de mí más doloroso que a otro por tu partida. El cual, si en el mundo remanesciese, me quedaría por capital enemigo y, como a tal, yo misma lo combidaría, pues sé que mi desaventura e agüero presto lo prendería. Y pues es tu amigo no lo engañes comigo478, mas a ti plega que sola sea la vida mía, a Diana en los bosques siguiendo y en los sus templos virgen vestida guardaré castidad e siempre esta vida celebraré. (x- 811 E si Teseo por ventura querrá que alguno sea esposa, a sus enemigos le consejaré que me dé, porque a ellos dañe e a él sea útil e provechosa. E Palamón es tal que si él desea aver esposa otra hallará que más que yo le sea felice e bien aventurada. íx- 821 Los dolientes besos que de mí quieres te daré de agradable voluntad e con aquélla de ti los recibiré, mas la mi boca el beso que le darás guardará eternalmente mientra la vida los tristes fados me otorgaren". [X, 83] e así, furiosa plañiendo, sobre él cayó casi muerta diziéndole: "Caro señor mío, he aquí aquélla que por ti será en el mundo triste. Toma los besos tristes que demandas, después de los cuales procuraré mi partida tras ti, de manera que mis eternos males ayan fin". tx> 841 E luego puso su rostro con aquel amarillo de Arcita e allí en la cama amortecida sobre él cae. lx> 851 E luego Ar?ita, con boz asaz débile, dize: "¡De oy más, o alto Júpiter, d'esta vida me trasmuda!"
478 al cual veo... Y pues es tu amigo no lo engañes comigo: No aparece este largo discurso en la edición italiana que manejamos. Su inclusión aquí se debe probablemente, descartados los motivos ecdóticos, a un afán explicativo del traductor.
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[VII] [X, 86] Allí era así gran planto doloroso de dueñas e cavalleros e de todas las otras gentes que allí estavan, que cada uno por estrecho pariente non lo podiera aver más. IX' 871 E ya en lo que toda la gente más entendía era en el consuelo de Emilia, a quien a la muerte muy cercana veían. [X, 89] £ ya eran pasados nueve días después del alegría del vencimiento de Arcita cuando, llegados a él sus amigos, que mucho de su muerte eran ofendidos, con penosa habla en tal manera les comentó a dezir: 9°1 "¡O caros amigos míos, yo me voy que entre vosotros non puedo quedar y querría antes a Mercurio sacrificar, porque le plega llevar consigo mi espíritu después que le sea ofrescido, lo cual querría que por la mañana se aparejase con dignos olocaustos 479 ". [X, 91] j? luego Palamón, que allí estava, que jamás d'él se partía 486v , hizo aparejar todo lo que Ar?ita mandó porque su deseo enteramente se cumpliese.
[VIII] [X, 93] Luego a la ora fue el fuego aparejado e los enciensos dados e todas las cosas al sacrificio pertenescientes puestas a punto, e los versos de los sacerdotes bien cantados con boz asaz doloriosa, de manera que 487v los fumos al cielo subieron cuando Arcita, consigo plañiendo, en tal guisa que apenas se podía oir comentó a dezir: [X, 94] "¡o claro dios, de Proserpina hijo, al cual conviene las almas llevar de los cuerpos e aquéllas segúnd que tú quieres las puedes alegrar 480 ! Llévame de aqueste peligro suavemente por las tus santas aras, las cuales agora por mí están calien95 tes, e aquesto recibiré por muy alegre don. 1 Y entre las ánimas piadosas la mía trasporta que, si tú miras bien, las mis obras non me han fecho digno de tal muerte, así como fueron las ánimas culpadas de mis mayores, a los cuales, con
479 Mercurio era el dios encargado de conducir hasta los infiernos las almas de los muertos y asistir al juicio supremo a que eran sometidas ante el tribunal de Minos. Esta es la razón por la que Arcita quiere ofrecerle sacrificios. 480 Se está refiriendo a Mercurio que, como ya hemos dicho, era el dios encargado de transportar las almas de los muertos. No obstante, la mitología no dice nada de que fuera hijo de Proserpina, al contrario, le hace hijo de Zeus y de Maya. Sin embargo, sí es cierto que su padre, dada su habilidad, le había nombrado su heraldo, consagrándolo particularmente a su servicio personal y al de los dioses infernales Plutón y Proserpina.
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justa razón, la fuerte Juno dio lloro. ' X ' 961 Yo non maté el sagrado serpiente 481 al lado de Mares en el campo de Er?én, como hizo el nuestro Cadino 482 ; tx- 971 nin como Semele contra Juno cosa obré; nin de mi voluntad contra mi generación fui follón 483 e 488v cruel; nin al mi padre maté, nin amante de su muerte de mi madre fui, como Edipo, hijo de Layo, que mató a su padre e casó con su madre; nin los mis hermanos maté; nin jamás reino ocupé, nin traición cometí; lx- 981 ni la áspera crueldad de Creonte me plogó ni en otros la usé e, si armas fueron ya por mi tomadas e contra Palamón mal obré, ya he bien la culpa padescido. E cierto yo non oviera con él a las manos llegado si él no lo oviera movido, porque era así como yo enamorado. "1 E pues entre los spíritus non conoscidos me lievas, o piadoso dios, hazme del cielo digno si tú, como sueles, eres consuelo dé los buenos, ¡o venerando dios!" [X, ioo] £ aquesto dicho con boz piadosa sus palabras a do estava Ypólita e Emilia e los griegos reyes bolvió, los cuales escuchavan con ánima angustiosa, tanto del triste caso les pesava. E con palabra vencida e triste así dezía: [X, íoi] "Agora se va Arcita enamorado del mundo, por fuerza d'él lanzado e desterrado. t x . '031 ¿A dó es Arcita tu f u e ^ a fuida? ¿A dó son las armas que tanto amaste?, ¿cómo no las has por recobrar tu doliente vida tomadas? ¿Con qué a los príncipes que aquí son venidos por te honrar pagarás el trabaxo que por ti han tomado? ¡Ay de mí, que ya por vencido me rindo! 'x< 1041 ¡O bella Emilia, del mi corazón deseo! ¡O bella Emilia, de mí solo con pura fe amada! ¡O dulce Emilia, cora9Ón del cuerpo mío, agora serás de mí dexada! ¡Non sé a cuál dios he tenido por enemigo que así cruelmente me ha dañado! ¡Con voluntad turbada por ti sola mi morir me enoja! ¡Por ti jamás seré sin langor 484 ! Ix> l05 l ¿Qué faré a la ora de la muerte pues non esperaré jamás verte nin tener alegría aunque con Júpiter estoviese? t x ' l06 l Por tanto non sin angustia este camino andaré sin ti, clara luz, Ix-1071 e siempre en la eterna forna?a 485 por señora de mi paz te llamaré. lx> 108I O laso, 481 De nuevo el uso del masculino se debe a que el traductor calca el sintagma tal cual lo encuentra en el original italiano: il sacrato serpente. 482 En el texto italiano no dice exactamente esto, sino: all'alto Marte ne' campi dircei; es decir, "al alto Marte en los campos dirceos", esto es, tebanos. Por lo demás, este pasaje ya ha sido mencionado con anterioridad: recuérdese que Cadino - C a d m o - mató a la serpiente que previamente había dado muerte a sus compañeros, y sembró sus dientes de los que salieron los Spartoi. 483 Traidor (DCECH). Se refiere esta alusión al episodio de Atamante y sus hijos, ya mencionado con anterioridad en la obra. 484 Tomado del latín languor, -oris, 'languidez' (DCECH). 485 Hornaza, del latín fornax, -acis, 'horno' (DCECH). Debemos entender que se está refiriendo al fuego infiernal.
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¿dó son tus claros amigos?, ¿dó las fiestas e la dulce alegría?, ¿dó los cavallos jamás fechos mendigos 486 ?, ¿a dó aquel bien perfecto que amor me dava a la ora que los reluzientes e castos ojos de Emilia yo veía?, ¿a dó 489v Palamón comigo en las penas amorosas compañero?, t x - 109 1 ¿a dó mi caro amigo Periteo, a quien como a mi vida amava?, ¿a dó los reyes a quien yo tanto devo?, ¿a dó el mi señor Teseo, noble e pujante, que más que a hermano me amava 490v ?, ¿a dó el reverendo Egeo?, ¿a dó mi caro e buen señor Peleo? |X ' 11 °1 £ierto, yo los dexo sin poderlos jamás pagar las muchas deudas e cargos a que yo obligado les soy, que son cosas que mucho el ánima mía fatigan". [X, ni] Después que estas e otras muchas cosas ovo dichas, el corazón un profundo sospiro lanijó amargamente y en su hablar se detovo e, buelto a Emilia, los sus ojos se abrieron mirándola e así un poco estando los bolvió de manera que todos conoscieron que la muerte se le acercava. Ix- 1121 La cual en cada un miembro clara parescía e aun en los bracos la vital fuer?a era perdida. Solamente en el entendimiento e cora5Ón era sostenida un poco de vida, lx> 1131 mas después qu'él ovo perdido el ver, consigo comentó a murmurear diziendo: "¡Adiós Emilia, que el alma se parte!" E así espiró 487 .
486 La dificultad para comprender esta pregunta queda resuelta si tenemos en cuenta el texto italiano: Ove i cavalli, ornai fatti mendici del lor signore? Ove... 487 Este pasaje, como ha puesto de manifiesto Daniela Branca, "La morte di Tristano e la morte di Arcita", art. cit., pp. 255-264, es similar a otros de la literatura artúrica.
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[LIBRO UNDÉCIMO] [I] [XI, i] Fenesciendo Arcita a Emilia nombrando491*, la cual en el mundo más que a otra amava, e así el ánima ligera se fue bolando al cielo. Allí las estrellas mirava, la orden de ellas e la su suma belleza, sones oía llenos de toda dul?ura. tXI- 21 E de allí se rebolvió a remirar492* las cosas ya dexadas en el terreno488, e vido el mar, que todo el mundo boltava, y el aire y el fuego, y vio que todo era nada a respecto del cielo. E después algúnd493v cuanto los ojos al lugar donde494v el cuerpo avía dexado bolvió, IXI- 31 e consigo se rió495v de los plantos dolientes de la turva 1eri a vanidad fuerte dañando de la humana gente de tenebrosa ceguedad497* nea496v obscurescidos, e 498v de allí se fue en el lugar que499v Mercurio le avía señalado489. [xi, 4] Todos cuantos allí estavan con Ar?ita al tiempo de su muerte, cuando vieron el alma del cuerpo partida, cada uno con boz angustiosa plañían, e sobre todos Palamón y Emilia, la cual en alto sermón así c o m e t o : IXI- 51 "¡O señor dulce y cómo me dexas! ¿Adonde vas? ¿Por qué contigo non me lievas?" [XI, 6] e así ellas 490 e Palamón el triste oficio comentaron sobre el cuerpo de Arcita fasta tanto que por fuerza de sobre él fueron tirados. IXI- 71 Non fizieron tal 488 Entiéndase, siguiendo el texto italiano, 'el globo terreno'. 489 Como apunta G. Velli en "L'apoteosi di Arcita: ideologia e coscienza storica nel Teséida", art. cit., p. 34, Boccaccio se inspirò en la Farsalia de Lucano (IX, 1 y ss.) y en Dante, Paraíso, I, 78 y 82 para componer estas tres primeras estrofas del Libro XI. A su vez, como ya hemos señalado en la introducción a esta edición, estas estrofas de la Teseida fueron ampliamente utilizadas por Chaucer en su Troilus and Criseyda, vid. G. Velli, art. cit. La crítica anglosajona, por su parte, también ha señalado estas influencias, así en los trabajos de Robert A. Pratt, "Chaucer's Use of the Teseida", art. cit.; Norton W. Bloomfield, "The Eighth Sphere: a Note on Chaucer's Troilus and Criseyde, V, 1809", The Modem Language Review, LUI (1958), pp. 408-410 y Alfred L. Kellogg, "On the Tradition of Troilus' Vision of the Little Earth", Medieval Studies, XXII (1960), pp. 204-213 después recogido en Chaucer, Langland, Arthur: Essays in Middle English Literature, New Brunswick (New Jersey): Rutgers University Press, 1972, pp. 199-211. Para la influencia de Boccaccio en la literatura inglesa puede consultarse el trabajo de Tommaso Pisanti, "Boccaccio in Inghilterra tra Medioevo e Rinascimento", Boccaccio in Europe. Proceedings of the Boccaccio Conference, Louvain, December, 1975, Louvain: Leuven University Press, 1977, pp. 197-208. 490 El pronombre, que no figura en el texto italiano, se refiere al resto de mujeres que acompañan a Emilia en los actos fúnebres.
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planto las hijas e nueras de Príamo ni la troyana gente después de la muerte de su amparo e seguro reparo, el su duque e capitán Etor 491 , cual Ypólita hizo e con ella Emilia con otras muchas antiguas dueñas e fermosas donzellas que allí ayuntadas estavan. lXI- 81 Plañíanlo los reyes e toda la otra gente de mayor e menor calidad, por manera que como antes Atenas en plazeres e fiestas era ocupada, agora en desconsolación todos lagrimosos estavan 500v . tXI- 9I Ninguno 50 l v podía consolar a Teseo, tanto su muerte avía sentido, e lo mesmo fazían el buen Peleo e Periteo e Agamenón e Néstor, e otros muchos príncipes. E aun Egeo, que por dolor toda la barva blanca tenía bañada en agua, IXI> 101 mas como sabio e bueno, conosciendo los casos mundanos e cosas advenideras, como aquél que asaz visto avía, el dolor dentro estriñó con virtud, por dar exemplo a quien lo veía; el cual tomó a Palamón, que más amargosamente que ninguno llorava, IXI- " l e ingenióse con palabras algúnd cuanto de querer templar el triste llanto, mas mientra que fabló todo ombre llorava, por que poco de lo que le dezía fue entendido.
[II] [XI, 13] Teseo con solícita cura, por hazer honor a Argita, nunca de cabe su cuerpo se tirava, e pensó por más lo honrar de le complir el oficio funeral en el bosque adonde, por rencura 492 de amor, él se solía ir algunas vezes por su deporte 493 . ÍXI14 1 E mandó luego que una selva muy vieja que estava vezina al bosque que fuese luego cortada. E mandó dentro en el bosque poner un arca, lo cual luego fue complido de sus ministros como Teseo avía mandado. IXI-151 E hízole un monimento 494 cubierto de un 502v paño de oro fino, e de aquello mesmo hizo el cuerpo de Argita vestir. E hízolo coronar con frondas, IXI- 16' e de la cibdad solenemente al bosque levar. Non crea alguno que así fuese doliente Tebas, cuando vieron a los hijos de Anfión muertos en la triste estancia, IXI- 171 como Atenas estava al tiempo que el 491 Durante la guerra de Troya, Héctor mató a Patroclo, gran amigo de Aquiles. Éste vengó su muerte matando a Héctor e impidiendo que su cuerpo fuera enterrado. Después, conmovido ante las lágrimas de Príamo, padre de Héctor, entregó el cuerpo para que recibiera las honras fúnebres. Andrómaca, Hécuba y Helena, las "hijas e nueras" del texto, hizieron resonar en torno de la pira cantos lúgubres de desesperación. Boccaccio, Genealogía, VI, 24, pp. 388-390. 492 Pena (DCECH). 493 Solaz, entretenimiento
(DCECH).
494 Del latín vulgar monimentum 'monumento conmemorativo'
{DCECH).
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cuerpo de Arcita de ella sacaron, que otra cosa non se veía nin oía sinon el plañir de las gentes. tXI- 30] Toda parte era llena de llanto y en el palacio del rey las bozes crecían tanto que en toda la gibdad resonavan. A do vino Palamón de triste manto cubierto, con la barva e cabellos rebueltos e lleno todo de polvo e tristeza, |XI ' 3'1 e sobre el mísero cuerpo de Argita se pone. E non menos doliente Emilia plañía, toda en el viso amarilla e desfallescida, que con todo cuanto Teseo le dezía del cuerpo partirla hazer non podía, antes parescía que por soberano deleite tomava en remirar el cuerpo muerto de Arcita. [XI, 32] g luego la compaña en ábito doliente en el palacio entró, por lo cual el llanto e tumulto más que nunca comentó de todas las gentes, IXI> 331 siempre Egeo esforzando a Palamón en algúnd consuelo, mostrándole en cuántos males embuelta fuese la vida d'este mundo e las cosas durísimas ocurrentes míseramente cada un día a los bivientes en él. [XI- 341 E bien que Palamón lo oía non por eso se confortava, tanto el coragón que de compasión tenía traspasado, especialmente acordándosele como injustamente enemigo le avía seído e que por esta causa era muerto. [XI, 38] £ i o s m ás principales de aquellos griegos el cuerpo en su ataúd tomaron en sus brazos e lagrimando con él salieron de Atenas, los inicos e malos dioses con alta boz sus errores blasfemando. E así llegaron los miserables duques con el lecho al lugar do el oficio se avía de hazer, tXI- 391 que ya todo por mandado de Teseo estava aderesgado, tXI- 4°1 a do la dolorosa Emilia acompañada de desconsolación llegó. En la mano el doloroso fuego funeral traía IXI- 4| 1 e plañendo comengó a dezir: "¡O dulce Arcita, non son éstas las pazibles 503v cámaras donde yo contigo pensava entrar! tXI- 421 ¡O despiadosos dioses!, ¿qué crueldad nueva es esta? ¿A dó el amor antiguo? ¿A dó la fe que solíades tener con los mundanos? Creo que ya con los vientos es ida. IXI- 431 ¡O caro Argita, toma las flamas e mis dolorosos plantos por tu honor oy fechos!" [XI, 44] £ luego la flama fue por sus manos encendida sobre el cuerpo e, aquesto fecho, atrás amortecida cayó. lXI- 451 Mas después de tornada en pie se levantó e los anillos que en los dedos tenía, que dado le avía Arcita, en el fuego los langó con otros ornamentos riquísimos diziendo: "Yo non conviene que jamás me adorne, pues a ti, caro Argita, he perdido y en el mundo dexado me has de la otra parte". [xi, 47] Palamón se avía los cabellos e la barva cortado e, puestos sobre Argita, en obsequias a los dioses con palabras asaz rigurosas ofresció. tXI-48) E así esto fecho hizo traer armas muy luzientes e otras muy ricas joyas e allí en el fuego al su pariente Argita las ofresció.
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[XI, 49] Non se halla cierto tan rico oficio averse fecho jamás alguno cual Arcita este día fue celebrado por su postrimera honor. 'XI- 5°) La plata e oro que en los grandes ornamentos estava se fundía todo, e toda vestidura sudava de oro en la fiera flama; lXI- 511 allí mucha miel 504v e leche era echada e muchos otros licuores. [XI, 52] e así, continuando sus sacrificios, vinieron por mandado de Egeo veinte cavalleros, todos armados e con sobreseñales 495 dolorosas, |XI- 5 3 J e en torno de los fuegos dieron tres bueltas los unos contra los otros, que las langas quebraron con alto remor. 1XI- 541 E luego el gritar de las dueñas comentó tan ásperamente a sonar que era cosa muy lastimera de oir. 1XI>56' E acabado el doloroso torneo cada uno de los cavalleros langó en el fuego una joya, cual espada, cual cota, cual escudo o bavera 496 o carcaz 505v , tanto a todos les plaze de fazelle honra. E así acabados aquel día sus sacrificios todos con las tristes dueñas e con Palamón al palacio se bolvieron 497 . [XI, 58] e venido el segundo día, Egeo retornó al lugar do el sacrificio fecho se avía, e con piadosa mano las cenizas de Arcita en una vasija de oro recogió, e omilmente aquéllas en paños de gran valor embolvió y en el templo de Mares las hizo guardar hasta que se aparejase dónde ponerse devían.
[III] [XI, 69] Palamón, que mucho deseava soberana honra hazer a las cenizas de Argita, hizo luego hazer un templo de maravillosa obra allí do el cuerpo de Arcita fue quemado, el cual consagró a la santa Juno, y en aquél quiere que las cenizas de Arcita puestas sean en eterna memoria de su valor. [XI, 70] Era el templo grande e bien obrado, como ya es dicho, y allí hizo todos los casos de Arcita por menudo istoriar, porque cualquiera que lo mirase con justo coragón oviese piedad d'él. IXI- 891 En el cual puso sacerdotes con número distinto498 e maravillosamente el templo y a ellos hizo dotar e de nobles orna495 Especie de túnica larga que llevaban los caballeros por encima de la loriga, vid. Martín de Riquer, L'arnés del cavaller: Armes i armadures catalanes medievals, op. cit., pp. 28-31. 496 La babera era la armadura del rostro que cubría toda la barba desde la nariz abajo (Aut.). 497 E así acabados... al palacio se bolvieron: No figura este fragmento en el texto italiano. Como ya se ha señalado para otros casos similares, puede tratarse de una variante textual o de una interpolación del traductor para suplir la estrofa XI, 57 que no ha traducido. 498 Del latín distinctus, participio pasivo de distinguere 'distinguir' ( D C E C H ) , aunque aquí es calco del texto italiano. Entiéndase, entonces, que Teseo dotó al templo de un número distinguido o elevado de sacerdotes.
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mentos lo proveyó, IXI' en medio del cual hizo poner una colupna de mármol polida y en medio d'ella una vasija de oro fina hizo poner con las cenizas del su pariente Arcita y al derredor del mármol los siguientes versos mandó esculpir: [XI, 91] "Yo guardo dentro de mí las reverendas cenizas del buen cavallero Arcita, por el cual el divino sacrificio aquí contino se celebra506v, e cualquier que ama en él exemplo tome, si amor sobrado lo enciende507*; por tanto, cada uno de amor se guarde e mi muerte a vos, los amantes, sea útil e provechosa".
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[LIBRO DUODÉCIMO] [I] [xn, i] Tanto fue cruel e áspera vida la que Emilia, mientras estas cosas pasavan, hazía que jamás de su pensamiento cosas amargas e dolorosas se partían, siempre de negro vestida, las mexillas lagrimosas, sin tomar ni querer ningúnd consuelo, [xn, 2] g d e
su
bello viso era la color partida e toda era tornada amarilla e tanto po-
día en ella el fiero dolor que apenas era conoscida, por su consuelo día e noche al su Ar?ita llamando. (xii, 3] Pasados ya muchos días después del su desaventurado acaescimiento, estando los reyes griegos ayuntados en el palacio de Teseo por dar fin a los tristes llantos, esto era que la fermosa Emilia fuese con Palamón desposada, segúnd que Ar9Íta lo avía rogado, tXI1' 41 por que Palamón llamado de Teseo, non sabiendo para qué, atribulado e de negro vestido al palacio vino. 1XII> 51 E todos juntos a do Emilia estava con Teseo se fueron e allí, por orden asentados, Teseo estovo un largo espacio sin nada dezir pero, veyendo que las orejas de todos estavan aparejadas para oir, omilmente en sí retiñiendo las lágrimas que a los ojos por piedad venían, comentó a dezir: [XII, 6]
C omo
sea cosa cierta que ninguno que non bivio murió, así claro
paresce que ninguno non murió que bivo non fuese e nós, que aún agora bivimos, cuando plazerá [a] aquél que el mundo rige e govierna moriremos. Por tanto, la voluntad de los dioses con fuerte e aun apazible ánimo la devemos sostener, pues que a ello resfisjtir 499
508v
non podemos, l xn - 71 e las duras piedras por varios aci-
dentes finan509v e todas las cosas animadas e inanimadas cuantas nós veamos 500 ; e aun los ríos de las perenales 501 nascidos.
I xn - 81
510v
nascidos desecados vemos e otros nuevos ser
E de los ombres non cumple dezir, que asaz es manifiesto. I xn - 10 1
E a cada uno conviene el morir, quier 502
51 l v
bien o mal, IXII> 1 '1 pero hazer de la
nescesidad virtud cuando es menester es sabiduría y el contrario manifiesta vani4 9 9 Corregimos apoyándonos en el texto italiano que lee resister 'resistir'. 500 e todas las cosas animadas e inanimadas cuantas nós veamos: Este escueto resumen es del traductor. 501 ríos de las perenales: C o m e t e aquí el traductor un error al no entender el texto italiano, donde s e dice fiumi perenni, es decir, ríos perennes. 502 El quier medieval equivalía a las actuales conjunciones o, ora
(DCECH).
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dad, e más en aquél que ha espirencia que en aquél que jamás la ha provado. E por cierto, aquésta es siempre la mi sentencia más lugar aver entre nós503, los cuales, dolientes, bivimos512v de cosas contingentes, t xn - 121 esto es el valor que tanto alguno por fama dexó. E si bien en las cosas pensásemos, dexar devríamos el mísero dolor por entender en la vida valerosa, la cual éste ha conquistado con noble fama. [ xu - 141 E cierto, si fue jamás llorado en Grecia hombre valeroso ha seído Arcita, así de muchos reyes como de pueblo valeroso, e con manifiesto honor honrado, e aver ávido todo el dever que a cuerpo muerto se pudiese hazer, [xii, 15] aviendo a toda Atenas cubierto de negro e duelo. E aquesto así se convenía, e a nosotros mayormente, de los cuales a nosotros se conviene tomar exemplo en cada un acto, t xn - 161 por manera que de todo lo que al muerto se devía copiosamente es hecho. Dexemos ya, por Dios, el dolor e lloro, que es acto más mugeril que varonil: I™17 1 si yo creyese que aver por planto a Ar?ita podiésemos, yo diría que deviésemos plañir, mas todos sabéis qué utilidad se sigue de la continua tristeza, por que de oy adelante cada uno restinga513v el gemir, si plazer me queréis514v hazer. |XI1' 181 E allende d'esto, aquello que Arcita últimamente mandó se ponga en efecto, pues que Foroneo, que primero nos dio leyes504, dize que el dileto estremo de cada un muerto deve solepnemente ser perfecto, y él rogó que fuese Emilia a Palamón dada, pues tanto amado la avía. 1XI1-191 Así que, despojadas aquestas negras vestiduras y el planto y dolor dexado, comentarán las nuevas alegrías e claras fiestas e las dulces bodas celebraremos e a esto vos disponed mucho vos ruego".
[II] [Xii, 20] Después que Teseo ovo su razón acabada, por muchos e con muchos dichos fueron confirmadas sus palabras. Mas Palamón callando se detiene e fuertemente lo que Teseo dixo le plogó e luego a ello viniera si la pública vergüenza non lo contrastara. E después de mucho aver callado, esperando todos que respondiese, así comentó:
503 Ante la falta de claridad del texto castellano optamos por reproducir el original: e certo questa mia vera sentenza può luogo aver tra noi. 504 La mitología hace de Foroneo el primer hombre, del que dice que había enseñado a los demás hombres a reunirse en las ciudades y les había mostrado el uso del fuego. Boccaccio, Genealogía, VII, 23, p. 452.
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[xii, 21] "Caro señor, de mí más que mi propia vida amado, manifiesto conosco vuestro deseo e, bien que sea cosa contingente poder del coragón langar caso molesto con alegría, aquesto será en mí cuando a Dios le fuere en grado. tXI1- 221 Mas de lo que vos, señor, dezís, que se ponga en efecto aquello que Argita por su último dicho mandó, non se compadesce que aquello hecho ser pueda, porque ya por alcanzarla a Venus rogué muchas vezes, non seyendo en el mundo cosa de mí más amada nin deseada; I xn - 23 1 pero aquesto, por razón a los dioses solos manifiesta, cesó, porque solo [a] Arcita por alegre posesión la otorgaron. Y o guardaré aquésta para el mi amado pariente mientra los dioses querrán e ligero sosterné todo mi daño. t xn - 241 Y o soy de tanta infamia heredero quedado por línea de mis primeros que, si yo puedo, aquésta que asaz grande se ve en estrañas naciones la encobriré. Emilia es bella e de noble valor, lo cual todos bien conocéis, e vos, señor mío, para ella hallaréis igual compañía, e a mí basten los ávidos males, sin que a mayores aya de proceder 505 , P™- 2 7 ' porque si yo a Emilia tomase, otra cosa non sería si non negar el deudo e amor que [a] Argita siempre tove e aver seído plazentero de su muerte, lo cual cuánto ella me duela creo que se sabe por todos. Non quiero, pues, hazer cosa que sospechosa sea e aquesto ruego que ninguno me requiera. I XI1 ' 281 Si Arcita muriendo aquesto dixo, usando de su cortesía, non por eso me constriñó que si yo no la quisiese fuese mía, e yo bien me creo que, si yo tal consintiese, que su cortesía se bolvería en mí villanía".
[III] [XII, 29] Aquesto dicho, los ojos lagrimosos baxó a tierra, al cual Teseo dize: "Los tristes plantos e los sospiros angustiosos te hazen cierto de piadosos efectos, los cuales tú contra Argita has mostrado. E non podrías por más dolerte mientra bivieses d'ello cierto nos hazer, I XI1 ' 3°1 nin será haziéndose lo que dezimos infamia alguna a tu persona, ni es razón que aquesto por tus injustas escusas alonguemos, pues por semejante muchas vezes vemos que, después de la muerte de un hermano, otro subcede en el matrimonio506, e bien es de creer que por eso aquél de la muerte del otro su hermano alegre non sea.
505 e vos, señor mío... sin que a mayores aya de proceder: N o aparece este párrafo en el texto italiano. D e nuevo debemos decir que, sin eliminar la posible existencia de una variante textual, estamos ante una interpolación del traductor, quizá para suplir las dos estrofas que elimina. 506 El precepto y a está en la Biblia, De 25, pp. 5-7.
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[XII, 31] Aquí es toda la flor de Grecia ayuntada, delante los cuales, por mi voluntad e por su consejo, el casamiento se haze e, si otros algunos con invidia de ti en algúnd tiempo algo dixeren, escusándote los que presentes están de lo restante non cures515*. I™- 321 Pon ya de aquí adelante el loco imaginar aparte e sigue el mi querer, que esto es lo que conviene, e quiere de aquí adelante mientra bivieres en alegre vida reposar, antes que516v por tristeza consumirte antes de tiempo, la cual más que otra cosa al ombre deshaze". [xn, 33] e luego fue Palamón de muchos confortado, agora del uno, agora del otro importunado, diziéndole que517v las palabras de Teseo non devrían d'él ser menospreciadas. A do Palamón, el viso aleado al cielo, en tal518v manera habló: [xn, 34] "¡o piadoso Júpiter que con razón el cielo y la tierra goviernas e a cada una cosa igualmente das orden eterna507!, buelve los ojos contra mí e con justicia el mi querer discerne, el cual ya se haze consintiente al querer y mandamiento de mi señor y si en él yo soy en pecado ruégote que me perdones. P™- 351 E tú, sagrada Diana, e cada una otra deesa que en los matrimonios han valor, sed presentes e testimonio eterno rendid de lo que yo en mi corasón tengo, pues lo conoscéis. IXI1' 36 1 E tú, piadosa sombra de Argita, a do quiera que estés, perdona a 5,9v la mi maldad aunque siguiendo lo que tú al tiempo de tu muerte mandaste fago, siguiendo más tu querer que mi contentamiento, agora fuese yo en esta ora contigo. tXI1' 371 E vosotros, los reyes que presentes estáis e vos plaze que yo deva seguir del señor mío los sus mandamientos, testimonio sed cómo más por obedescer que por seguir mis firvientes deseos fago aquesto que vos plaze. Así que señor Teseo manda lo que bien te viniere, que en esto y en todo lo ál estoy al querer520v obediente".
[IV] [xn, 38] a la ora Teseo a Emilia buelto, la cual entre las dueñas sospirava con la cabera inclinada todas las palabras escuchando, con ánimo plagado le dize: "Faz Emilia tu oído fornido a aquello521v que yo dezirte quiero". [xn, 39] a aquesta boz Emilia al?ó la cabera diziéndole: "Caro señor, non ay cosa en el mundo que yo non faga si entiendo que tú la quieras522*, mas por el amor que Ar§ita oviste, primero un poco me escucha, e después non puedo apartar mi querer de tu mandamiento. t xn - 4°) Bien creo has oído dezir como muchas vírgines, que de 507 Esta invocación está muy influida por el De consolatione cf. G. Velli, "L'apoteosi di Arcita...", art. cit., p. 41.
philosophiae
de Boecio, III, 9, 1,
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los lazos del mundo libertad desean, hazen voto a la casta Diana, e el que non guardare a la su alta deidad las cosas a ella prometidas que venganza súbita haze. [Xii, 41] e yo de aquéstas una soy a ella ofrescida y, porque yo non he querido guardar el voto, ha ella contra mí usado el manifiesto mal, primero contra Ágate e agora contra Arcita. IXI1- 421 E si tu enemigo fuese Palamón, como ya fue, de voluntad lo haría. Mas yo non veo agora razón por que aborrescerlo devas, porque sería mejor, sin más probaron, temer el poder de los dioses e a mí dexarme a Diana servir y en el su templo bivir e morir, que non que aya de ser causa de tanto daño en el mundo". [xii, 43] A i a c u a i Teseo responde: "Aqueste tu dezir non te escusa, porque si Diana d'esto fuese airada sobre ti vernía su saña e non sobre aquéllos que non sabían nada de tu voto. Por ende, haz que de ábito alegre te vistas, pues que la forma tuya non es abta para Diana servir nin en templo nin en selva montañosa morar".
[V] [XII, 44] Aquesto dicho, Teseo con los reyes griegos de la cámara salieron e cada uno a su posada se fue para otro día allí bolver en otro ábito del que allí a la sazón tenían. E el día siguiente todos cambiadas 523 * sus vestiduras e condiciones, e Palamón lo semejante hizo, el cual, acompañado de grandes reyes e ombres, al palacio de Teseo vino, tXI1- 451 ya trocado su mísero dolor y en el semblante alegre. E ya sones amorosos, cantos e alegrías por toda Atenas se sentían, porque al su señor Teseo avían visto de vestiduras alegres adornado. [Xii, 46] Ypólita semejante avía fecho con otras asaz dueñas e la fermosa Emilia, aunque por fuerga non pudo hazer salvo lo que a Teseo plazía, mas dende, a pocos días, la donzella en el estado primero fue tornada, tanto las cosas presentes ya le aplazían. [XII, 47] £ allí acordó Teseo cuándo e cómo los desposorios se deviesen hazer, e en Atenas mandó que cada uno a festejar 524v se apareje. E venido el día aplazado de los desposorios cada uno se comengó aderezar segúnd su estado de 525v hazer honra a los dos nobles enamorados. [Xii, 48] £ ya Arcita era salido de la voluntad de todos, que en cosa salvo en la fiesta entendían e de las bodas el día esperavan. El cual venido, hizo Teseo abrir el templo de Venus e aquél manifiestamente aderesgar por allí sacrificar. IXII> 4 9 ¡ E allí
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Teseo con el su viejo padre, acompañado de todos los reyes, a Palamón llevaron tanto alegre cuanto hombre mostrarse podía. A los cuales el sacerdote salió a rescebir con la bella imagen de Ymeneo en las manos 508 . [xn, 50] ¡Quién podría jamás mostrar, por suelto hablar que toviese, el oro, las piedras, los ornamentos que a los griegos reyes aquel día sacaron!509 Los cuales en el templo juntos de alegría llenos esperaron que las donas viniesen. [XII>511 Ypólita, de muchos acompañada, aquella mañana con solene cura avía a Emilia adornado, puesto que ella de su natural de toda belleza era guarnida. Y en tal guisa del palacio se526v salieron e la vía del templo se fueron.
[VI] [xn, 52] ¡ q s a n t a s dueñas, las cuales Anfión ayudastes, agora es menester que de vós el mi sermón sea favorescido para que yo pueda mostrar la verdadera beldad que este día Emilia mostró! ¡E vosotras, que lo vistes e lo sabéis, mi péñola regades 527v ! [xn, 53] Era de persona grande, conveniblemente candidísima y en el aspeto plaziente, sus cabellos como oro, encima de los cuales una corona de guirnalda llevava, el su movimiento honesto, t xn - 561 los ojos más que estrellas resplandescían, eran de calidad amorosos, que nunca a ninguno miravan que poco o mucho amor non le encendiese, IXI1- 571 la nariz afilada cuanto convenía, 'XI1' 591 la habla muy honesta e aplazible528v, los labios como la rosa, las manos delicadas como a dama convenían, I xn > 61 ' el cuello largo e bien asentado sobre los hombros. í xn - 621 Yo hablo de aquésta pobremente a respecto de su belleza, porque en toda Grecia aquella sazón non ovo otra así gentil como ella. Las faciones de la cintura abaxo asaz con las de arriba concordantes510. [xn, 65] i V a de un paño verde de supremo valor vestida. Cada uno del primero al postrimero que la ven por Venus la juzgan e ninguno se harta de mirarla. P™- 66] Las calles e plaças e balcones por do avía de ir al templo todas eran ataviadas e 508 Himeneo, hijo de Venus, presidía los desposorios y las fiestas nupciales. Se le representa en figura de un joven vestido cuidadosamente, coronado de rosas y sosteniendo con la mano derecha una antorcha. El día de los desposorios se entonaban himnos en su honor. Boccaccio, Genealogía, V, 26, pp. 347-348. 509 G. Velli, en "L'apoteosi di Arcita...", art. cit., pp. 34-35, nota 5, señala en esta estrofa reminiscencias de Dante, Infierno, XXVIII, 1. 510 Para el prototipo de belleza femenina véase E. Sánchez Trigo, "El retrato femenino en la poesía provenzal...", art. cit., pp. 247-277.
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llenas de alegría. Salían las mugeres corriendo a vella, e los viejos, e niños, e tanto a todos fue alegre aquel día su vista, que a Júpiter por ella rogavan. [Xii, 67] Después de §ierto espacio, pervenida al templo de Venus, con magnífica honor de los reyes fue recebida, los cuales su belleza e valor más que cuantas oviesen visto loaron. E Menalao cuando la vido más que Elena la reputó por fermosa. IXI1' 681 Allí fue de los reyes el altar cercado, el cual de frondas e ricas joyas estava ataviado. E luego hizieron a los prestes511 sacrificar e con bozes piadosas fue demandada el ayuda de Ymeneo, así como se era en los tales abtos acostumbrado hazer 529v en Atenas. E después de aquél a la altíssima Juno invocaron512. [xii, 70] e aquesto fornido al palacio tornaron con suma fiesta, delante y en medio los griegos reyes, e a Emilia traxeron non sin orden devida con paso ralo e manso como se convenía. Ya la ora cuarta del día era venida cuando al gran palacio llegaron, a do hallaron las mesas puestas e a sentarse530* comentaron. IXI1- 711 E cuáles e cuántos allí fuesen los servidores e la diversidad de los manjares non cumple aquí tanta prolixidad. t x n ' 721 Allí avía istrumentos de varias nasciones e tales que Orfeo por el juizio de muchos allí callara e aun el tebano Anfión su canto perdiera. P™- 731 Allí eran gentes vistas bailar de mil maneras, de manos e pies, e mezclados gentiles e villanos cada uno su poder hazían e 531v en tal guisa espendían el día por la cibdad acá e allá. [xii, 74] L o s griegos reyes con sus cavalleros hizieron asaz nuevos juegos, cavalgando sobre los encubertados cavallos e con escuadras varias armejavan 513 por la cibdad. E después que deseosos de reposo fueron al gran palacio se tornaron.
[VII] [xii, 75] 781 e a Pánfilo, su criado, hizo llamar e al templo de la bella £itarea altos dones le hizo llevar, regradesciéndola a Emilia averie dado, que era la cosa que en el mundo más amava. t x n ' 79I Adonde con alegre aspecto se viene en la gran sala ricamente adornada, do ya la fiesta con grandísima alegría era comengada, contra el cual los reyes griegos vinieron diziéndole alegres motes, demandándole cosas de la pasada noche y en aquesto se solazando. [XII, 80] D u r ó la fiesta del alto varón muchos días, donde se dieron grandísimos dones a cada una manera de gente, más después del quinzeno día se puso fin a las fiestas alegres e graciosas.
[VIH] [XII, 81] Ya dos vezes era estada tornada la hermana de Febo a su morada e tantas por semejante era vista ser llena, después que la noble varonía en Atenas de las sus tierras eran venidos, adonde todos acordaron, pues que la fiesta era acabada, de se tornar cada uno en su tierra e reino. P™- 821 E así, tomada licencia del viejo Egeo y del noble Teseo e de las dueñas e después del amoroso Palamón, el cual rindió a todos muchas gracias, e a cada uno se haze obligado, por sí e por Arcita, en aquello que él obrar pudiese mientra que en el mundo fuese. [XII, 83] Ya se parten los reyes griegos e cada uno toma el camino que más corto hallava para más presto en sus tierras tornar. E, ellos idos, Palamón en alegría e deporte con la su querida Emilia en Atenas quedó, de Teseo e de todos amado. E allí su vida, poseyendo lo que más amava, acabó. I xn - 861 Y ansí va el mundo 515 533V
Fin534v
514 G. Velli, "L'apoteosi di Arcita...", art. cit., nota 5, da como fuente de este pasaje el Infierno de Dante XXVI, 130. 515 Esta frase, que no figura en el texto italiano, ha de entenderse o bien como interpolación del traductor o bien como variante del texto italiano que usó para su labor.
Aparato crítico
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APARATO CRÍTICO lv. 2v. 3v. 4v. 5v. 6v. 7v. 8v. 9v. lOv. 1 lv. 12v. 13v. 14v. 15v. 16v. 17v. 18v. 19v. 20v. 21v. 22v. 23v. 24v. 25v. 26 v. 27v. 28v. 29v. 30v. 31v. 32v.
acordas: acordadas fi. e porque: porque B. guardas: guardadas B. tal om. B. devido: venido B. seguir: servir B del: de B. caso: coso B. comengó: empegó B. de om. B. que: e que B. veis: avéis B. alguna: ninguna B. e vos: vos B. No: E non B. e om. B. e a:efi. nos: nosotras B. el: el su B. la: lo B. concierto: consejo B. los: los más B. Atadro: Tandro B. mar: mal B. Tomáronle: E tornáronle B. convenible: conviniente B. de la reina ninguno: ninguno de la reina B. E om. B. que: cual B. De: E de B. ribera: tierra B. casi: así B.
210 33v. 34v. 35v. 36v. 37v. 38v. 39v. 40v. 41v. 42v. 43v. 44v. 45v. 46v. 47v. 48v. 49v. 50v. 51 v. 52v. 53v. 54v. 55v. 56v. 57v. 58v. 59v. 60v. 61v. 62v. 63v. 64v. 65v. 66v. 67v. 68v. 69v. 70v.
Aparato crítico
delibera de: deliberado B. escalas: estalas B. tal: la B. aquésta: ésta B. aun om. B. ruego nin sacrificio: sacrifico nin ruego B. son: están B. vuestra: e vuestra B. convienen: conviene B. a om. B. quieran: querrán B. más: mi B. Non: Nos B. la gran batalla súpitamente: súpitamente la gran batalla B. duramente: nuevamente B. guarguero: garguero B. a pie: así B. e om. B. pero que: porque B. fablando: fablando dizen B. E om. B. pesándole: pensándole B. las om. B. que: quien B. que la su muerte: con boluntad que la su muerte B. en om. B. campo: campos B. Fiz o: E fizo B. porque: e porque B. la tentó: él la tentó B. responda: respondan B. sabrían: sabían B. quería: querría B. pesa: mesa B. Después: E después B. la om. B. honrar: de honrar B. veremos: viéremos B.
Aparato crítico
71v. 72v. 73v. 74v. 75v. 76v. 77v. 78v. 79v. 80v. 81 v. 82v. 83v. 84v. 85v. 86v. 87v. 88v. 89v. 90v. 91v. 92v. 93v. 94v. 95v. 96v. 97v. 98v. 99v. lOOv. lOlv. 102v. 103v. 104v. 105v. 106v. 107v. 108v.
e que: sean e que B. manifiestas: manifiestamente B. Después: E después B. son om. B. ensañada: sañuda B. olmilde: omilde B. e om. B. Polita: Polistra B. Fueron: E fueron B. por ella: toda por ella B. de aver y: y de aver B. trato: tanto B. fecha: hecho B. A el cuentro: Al encuentro B. a Teseo om. B. llagar: llegar B. sostenido: passado B. esperava: espera B. ser: aél ser B. combidado: cambiado B. eran cuales eran antes frescas: eran antes fiestas B. Alpes: Aspes B. nueva: una nueva B. a om. B. compaña: compañía B. era: eran B. si: de sí si B. honesto: este B. agora: e agora B. Anfione: Ansione B. e Ypolini?e: y Polinice B. caso: passo B. Atenas: a Atenas B. Demen?a: Clemen5ia B. de todos om. B. Mientra: Mientras B. delante: adelante B. do: de B.
211
Aparato crítico
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109v. 1 lOv. 111 v. 112v. 113v. 114v. 115v. 116v. 117v. 118v. 119v. 120v. 121v. 122v. 123v. 124v. 125v. 126v. 127v. 128v. 129v. 130v. 131v. 132v. 133v. 134v. 135v. 136v. 137v. 138v. 139v. 140v. 141v. 142v. 143v. 144v. 145v. 146v.
primo: primero B. les om. B. Ovanes: Evanes B. cualquier: cualquiera B. triste compaña: compañía B. hermanas: o hermanas B. solo: fiero B. triunfando: triunfado B. palud escura: palud y estura B. deve hazer: fazer deve B. la mudadiza Fortuna: la muda de su fortuna B. bien: mucho bien B. primo: primero B. yo ya: ya yo B. la da: da la B. viso: uso B. en: de B. Acheronte: Archeonte B. nos: más B. Creonte: Acreonte B. con los suyos om. B. fuertemente sonaron: sonaron fuertemente B. e las pujantes... las lanças om. B. llagado: llagados B. todo era: toda ira B. amenazando: amenazándole B. dizes: dezís B. vea: ver B. casi: así B. reparo: recaudo B. Teseo. El buen om. B. e: o B. vitoria: justiçia, vitoria B. por: en B. magníficamente: magnánimamente B. el: al B. ateneses: atenenses B. lo: los B.
Aparato crítico
147v. 148v. 149v. 150v. 151v. 152v. 153v. 154v. 155v. 156v. 157v. 158v. 159v. 160v. 161v. 162v. 163v. 164v. 165v. 166v. 167v. 168v. 169v. 170v. 17 lv. 172v. 173v. 174v. 175v. 176v. 177v. 178v. 179v. 180v. 181 v. 182v. 183v. 184v.
cantándole: y cantándole B. Era: Y era B. e: o B. a un: al un B. infante: infanta B. vi om. B a om.B. gritó: dio un grito B. tornaron: adornaron e tornaron B. criatura: figura B. jamás: que jamás B. ninguna: de ninguna B. infante: infanta B. todas mañanas: toda mañana B. prima: primera B. noble: notable B. culpa: culpa d'ello B. ver: venir B. parescían: paresgía B. atenido: tenido B. lo: los B. salira: saliera B. gran: grande B. cosa contra ti: contra ti cosa B. el om.B. e om. B. noble om. B. deva: della B. antigua enemistad Júpiter: Júpiter antigua enemistad B. fablar: el hablar B. mas: pero B. agora non pudieres estar: non pudieres estar agora B. se partió: d'él se partió B. bailados: bañados B. lilio: lirio B. visto: viendo B. vía: vida B. nominad o: nombrad e B.
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214
185v. 186v. 187v. 188v. 189v. 190v. 191v. 192v. 193v. 194v. 195v. 196v. 197v. 198v. 199v. 200v. 20 lv. 202v. 203v. 204v. 205v. 206v. 207v. 208v. 209v. 210v. 21 lv. 212v. 213v. 214v. 215v. 216v. 217v. 218v. 219v. 220v. 22lv. 222v.
Aparato crítico
boltava: bol vía B. amor: amó fi. tenebrosos: temerosos B. conjúntame: conjuntamente B. tu om.B. Penteo: Ar?ita B. Esto era el reino de Boe^a: Este el reino de Boeijia era B. lira: ira B. tus: las tus B. diziendo om. B. dolía: ardía e dolía B. era om. B. fuese: le fuese B. Penteo: Ar?ita B. varqueta: varquita B. demandando: demandado B. Penteo: Argita B. a Penteo: Ar§ita B. deom.fi. a om. B. esto: estovo B. luenga: lengua B. quién él: que en él B. sacrificarte: sacrificarles B. ciertos: gierto B. de antes solía tener: solía tener de antes B. ansiosas: ansiosos B. imaginar: maginar fi. vinieron: binieran fi. plazible: aplazible fi. Pandión: Pandio fi. a om.B. aquél: a aquél fi. la om. B. o: e fi. convernía: convenía fi. ya: ya ella fi. ruiseñores: ruiseñores e fi.
Aparato crítico
223v. 224v. 225v. 226v. 227v. 228v. 229v. 230v. 23 lv. 232v. 233v. 234v. 235v. 236v. 237v. 238v. 239v. 240v. 241v. 242v. 243v. 244v. 245v. 246v. 247v. 248v. 249v. 250v. 25lv. 252v. 253v. 254v. 255v. 256v. 257v. 258v. 259v. 260v.
cantada: cantado B. peresca: presta B. pavor: pavor e B. vía: vida B. y om. B. ferviente: serviente B. Quedó: Cuando B. martirios: martillos B. tornando: tornado B. vía: avía fi. tornado: tornando B. ninguna fallava om. B. mas om. B. que las guardas: de las guardas que B. reposo: repose B. les: él les B. vemé: bolberé B. se: le B. un om. B. tenían: tenía B. salido: salió B. se: que B. a om. B. do: a do B. meneas: me as B. por si: Si B. conosció: reconossió B. e: que B. he: a B. te: tú te B. semejante: semenlan?e B. Latona: e Latona B. Dagane: Dagne B. que: e B. Dríadas: Adríadas B. jamás dexar de amar: dexar de amar jamás B. querría: querrá B. Non: E non B.
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261v. 262v. 263v. 264v. 265v. 266v. 267v. 268v. 269v. 270v. 271v. 272v. 273v. 274v. 275v. 276v. 277v. 278v. 279v. 280v. 28 lv. 282v. 283v. 284v. 285v. 286v. 287v. 288v. 289v. 290v. 29lv. 292v. 293v. 294v. 295v. 296v. 297v. 298v.
Aparato crítico
por om.B. anelito: aliento B. acaescido tanto mal: tanto mal acaes5Ído B. por: con B. oy vencimiento yo: yo oy vencimiento yo B. nós veamos: veamos nós B. nuestro: de nuestro B. avéis: avréis B. villanía: maravilla B. alto: ato B. este: vuestro B. e om. B. áspera: áspero B. mi om. B. infante: infanta B. al apazible: al plazible B. lo: vos lo B. el: e el B. ninguno: de ninguno B. de: e B. uno: unos B. plazía: aplazía B. Jamás su aposentamiento: Su aposentamiento jamás B. entre: en B. todo: todos B. sus: a sus B. que dado: que quedado B. ya: ay B. Egiva: Eguina B. turcaso: torcás B. Aleone: Aliene B. dado: dorado B. con: y con B. a om. B. nobles: grandes B. Carmeto: Carmenton B. Ninguno: Ninguna B. cercavan: cercado B.
Aparato crítico
299v. 300v. 30 lv. 302v. 303v. 304v. 305v. 306v. 307v. 308v. 309v. 310v. 31 l v .
312v. 313v. 314v. 315v. 316v. 317v. 318v. 319v. 320v. 32lv. 322v. 323v. 324v. 325v. 326v. 327v. 328v. 329v. 330v. 33lv. 332v. 333v. 334v. 335v. 336v.
Al cual: Aquel B. lavor: le aver B. quiera: viera B. subió: bolvió B. Citra: ^itre B. ínsula: cónsula B. aquéllos: aquellos reyes B. d'ella: d'ella a B. se aprovecharon: y se aprovecharon B. las montañas: las montañas abitavan B. tebano: de tebano B. en: el en B. eom.B.
alta: tan alta B. para: y para B. conosciese: consintiese B. desdén: desdés B. malos: mal malos B. muestra: muestran B. allí, pues, juez: pues juez allí B. donde hizo su oración, partirse: partirse donde hizo su oración B. del día om. B. afecto: efeto B. encienso: en el £Íelo y ensienso B. mi: de mi B. la beldad de Citarea: la verde ^¡carena B. y aun del: donde el B. con: en B. vencedor: el vencedor B. hizo: haze B. persona: señora B. en ellos om. B. en mi memoria om. B. haz: hazera B. ensangrentando: ensangrentado B. rogando: y rogando B. era cara ésta a cada uno: era caro estada a uno B. el templo: era el templo B.
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337v. 338v. 339v. 340v. 341v. 342v. 343v. 344v. 345v. 346v. 347v. 348v. 349v. 350v. 35 lv. 352v. 353v. 354v. 355v. 356v. 357v. 358v. 359v. 360v. 361v. 362v. 363v. 364v. 365v. 366v. 367v. 368v. 369v. 370v. 37lv. 372v. 373v. 374v.
Aparato crítico
Diana: de Diana B. plaze: plazera B. yervas: vergas yervas B. yo om. B. pungió: pergió B. sus: tus B. mi: el mi B. sea: fema sea B. deva: devo B. E om. B. fue: fuere B. E om.B. rellegaron: llegaron B. tercio: tercero B. ferida: feridas B. vedó: ver B. leineos: leoneos B. E om. B. donde: do B. e se: se B. Teseo om. B. los om. B. averia merescida: averio meresgido B. e om. B. fizieron: firieron B. retraxieron: retraxéronse B. gridar: gritar B. a tierra vinieron: vinieron a tierra B. Nio: vio B. quería: queríale B. andar: a andar B. reguardando dó: reguardando B. Minus: Paminus B. Agamenón: Agaarmenón B. Néstor: Arnéstor B. Almenón: Alpamenón B. Yda: Ydapa B. Polus: Arpolus B.
Aparato crítico
375v. 376v. 377v. 378v. 379v. 380v. 381v. 382v. 383v. 384v. 385v. 386v. 387v. 388v. 389v. 390v. 391v. 392v. 393v. 394v. 395v. 396v. 397v. 398v. 399v. 400v. 401v. 402v. 403v. 404v. 405v. 406v. 407v. 408v. 409v. 410v. 41 lv. 412v.
y el noble Polus... ya a Palamón om. B. Polus: Arpolus B. Fila^de: Filaarcide B. Agileo: Apagileo B. Toas: Topaas B. Enneo: Enpaneo B. priesa: prisión B. espartana: espartania B. Mas: Mas a B. a om. B. Peleo: Arpeleo B. verdadero padre: padre verdadero B. bien: buen B. Riseo: Riarseo B. ofender: defender B. Aquéstos: Aquéstos querían B. Plesipo: Prearsipo B. Tifeo: Artifeo B. Eritón: Paeritón B. desdeñoso se fue: se fue desdeñoso B. tan gran daño comportar: comportar tan gran daño B. allí: allí a B. Ameto: Armeto B. opusieron: pusieron B. bozes: bozes dixo B. Pimaleón: Primaleón B. seña: saña B. suelo: so B. lleva: levava B. aquel día de batallar: de batallar aquel día B. enojosa: enoja B. de: del B. O: E B. ganar: gozar B. mucho: mucha B. el: laß. él: aquel B. e: y el B.
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220
413v. 414v. 415v. 416v. 417v. 418v. 419v. 420v. 42lv. 422v. 423v. 424v. 425v. 426v. 427v. 428v. 429v. 430v. 431v. 432v. 433v. 434v. 435v. 436v. 437v. 438v. 439v. 440v. 44lv. 442v. 443v. 444v. 445v. 446v. 447v. 448v. 449v. 450v.
Aparato crítico
E om. B. ya: y B. dízese: dize B. fulfur: sulfur B. usitada: vista B. tremieron: temieron B. do: a do B. en: e B. Al: El B. estavan: estava B. oí dezir que la fatiga de amor: la fatiga de amor oí dezir que B. faziéndole: faziéndoles B. a uno, agora a: al uno, agora al B. laomentando: lamentando B. con vino todo: todo con vino B. ganada: ganado B. deseava: hablava e deseava B. aparejó: aparejado B. a om. B. avía: avían B. alegrías: alegría B. destroncado: destronado B. tesálico: tesalio B. ser: se B. d'esta: esta B. devés: devedes B. primero: primer B. vos gozéis: vos quexéis, digo, vos gozéis B. Fuese: Fue B. dize: dixo B. ature: atura B. errada: criada B. aqueste: aquesto B. bien: bien ves B. un: una B. adquistar: conquistar B. cada: toda B. joyas: otras B.
Aparato crítico
45 lv. 452v. 453v. 454v. 455v. 456v. 457v. 458v. 459v. 460v. 46lv. 462v. 463v. 464v. 465v. 466v. 467v. 468v. 469v. 470v. 47 lv. 472v. 473v. 474v. 475v. 476v. 477v. 478v. 479v. 480v. 48lv. 482v. 483v. 484v. 485v. 486v. 487v.
221
mudará: mudarán B. elegida: elegido B. rovinoso: ruinoso B. alegremente fue: fue alegremente B. fasta: e asta B. a: que a B. amargosos: dolorosos B. don: perdón B. Atenas: a Atenas B. agora: yo agora B. risto: riestro B. avergüeño: alvergueno B. vrá: avía B. respondía: respondió B. siempre adversario: adversario siempre B. ala: a ella B. visivos: visinos B. angélica: angelical B. mi: mío B. de su amoroso: del su doloroso B. diziendo om. B. mi: el mi B. non menos que yo te ha luengamente amado: te a luengamente amado non menos que yo B. que om. B. derechara: derechera B. te om. B. fontanas: ventanas B. del: de B. la om.B. espero: más no espero B. oviese: ovieses B. la: a la B. gracia: gracias B. a om. B. me: le B. partía: partió B. manera que: los cuales B.
222
488v. 489v. 490v. 491v. 492v. 493v. 494v. 495v. 496v. 497v. 498v. 499v. 500v. 501v. 502v. 503v. 504v. 505v. 506v. 507v. 508v. 509v. 510v. 511 v. 512v. 513v. 514v. 515v. 516v. 517v. 518v. 519v. 520v. 52 lv. 522v. 523v. 524v. 525v.
Aparato crítico
e om. B. dó: don B. amava: ava B. nombrando: nombrado B. remirar: mirar B. algúnd: que algúnd B. donde: a do B. rió: rie B. lerna: lemea B. ceguedad: oscuridad e ceguedad B. E om.B. que: do B. lagrimosos estavan: estavan ocupados e lagrimosos B. Ninguno: E ninguno B. un: om. B. pazibles: apazibles B. mil: miel B. carcaz: coragas B. celebra: celebrará B. entiende: enciende B. restir: resetir B. finchan: finan B. perenales: perenales fuentes B. quier: querer B. bivimos: bivíamos B. restinga: restringa B. queréis: querés B. cures: te cures B. que:túfí. que om. B. tal: alta B. a om. B. querer: tu querer B. aquello: a aquello B. quieras: querrás B. cambiadas: cambiados B. festejar: festejear B. de: e de B.
Aparato crítico
223
se om. B. regades: rijades B. aplazible: apazible B. hazer: a hazer B. a sentarse: asentáronse B. eom.B. les aparesció siete vezes amorosamente: siete vezes amorasamente les apares9ió B. 533v. Y ansí va el mundo, om. B. 534v. Fin: Deo gracias. Finito libro B. 526v. 527v. 528v. 529v. 530v. 53lv. 532v.
A
Indice general Introducción
5
1. La Teseida de Boccaccio 2. Boccaccio en la literatura española 3. La Teseida en la literatura española 3.1. Comparación entre el texto italiano (BNM, Ms. 10271) y el texto castellano (BNM, Ms. 1537) 3.2. La autoría de la traducción y su vinculación con el Marqués de Santillana 4. Estudio de la traducción castellana 5. Criterios de edición 6. Bibliografía
5 12 16
23 28 43 47
Traducción castellana de la Teseida de G. Boccaccio
63
20