La genialidad y otros textos ineditos
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L icv S em ió n o v ích V igolski

LA GENIALIDAD •



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Y OTROS TEXTOS INEDITOS

Compilación, notas y edición de Guillermo JBlanck

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EDITORIAL ALMAGESTO Colección Inéditos

Diseño de tapa: Sobre una fotografía de Liev Vigolski (Gentileza de Guita Vigódskaia). Contratapa: Sobre el póster de D. Bulanov, •‘En 1929, toda la URSS leerá las publicaciones de Gaceta Hoja" (arriba) y una foto inédita de Liev Vigolski con su corte de cabello habitual: rapado, fotografiada por G. Blanck de los archivos de la Universidad Estatal de Moscú, en 1988.

Traducción: El nombre de los traductores se da en la primera nota de cada artículo. La supervisión de la redacción final de las traducciones fue realizada por Adriana Süvcstri y G. Blanck.

© Editorial Almagcsto, 1998 Rodríguez Peña 554, P.B.. Dto. “A", Buenos Aires Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

I.S.B.N.: 950-751-170-9

PREFACIO

There are more things in heaven and earth. Horatio. Than arc dreamt o f in your philosophy.

Shakespeare, Hamlet

Este segundo volumen de la Colección Inéditos aparece simultá­ neamente con el primero, de modo que se puede considerar, por una pane, un libro autónomo -en tanto los textos de Vigotski que in­ cluye son independientes- o, por otra, también puede considerarse en unidad con el primero, dadas esas circunstancias de su aparición y su editor común. Cualquiera sea el modo en que el lector lo conciba, es remitido al prefacio del volumen l de la colección (L.S. Vigotski, El desarrollo cultural del niño) donde se explica el modo en que Vigots­ ki ha sido recibido en la Argentina y otros puntos de importancia. De cualquier manera, sólo repetiremos resumidamente aquí los dalos que consideramos, por diversos motivos, necesarios. Para una introducción breve -pero com pleta- a la vida y obra de Vigolski, puede verse nuestro ensayo G. Blanck, “Vigolski. El hom­ bre y su causa”, en: L. Moll, compilador, Vygotsky y la educación (Bs. As.: Aiquc), traducción castellana del original inglés publicado por Cambridge University Press. En mayor escala, el mejor libro de lejos- de introducción a Vigotski es Van der Veer y Valsiner, Un­ derstanding Vygotsky (Londres: Blackwell). El libro Vigotski Una introducción crítica, de Blanck y Van der Veer, abarca tanto la vida como tuda la obra de Vigotski examinada críticamente; está en co­ rrección para ser publicado este año en Buenos Aires y fue escrito de un modo didáctico y en un estilo que se aparta del patrón habi­ tual en el que se han hecho todos los libros publicados hasta el pre­ sente sobre Vigotski; además, está destinado a un público, si bien culto, no especializado -sobre todo a los educadores.

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GUILLERMO BLANCK

Vigotski no respetaba las convenciones bibliográficas v, además, citaba -por escrito- de memoria. La consecuencia que aquellos hábitos suyos lioiien en nosotros hoy día, se harán cla­ ras para el lector en la medida que avance en los textos aquí compilados. Todas las notas de tos textos son de Guillermo fítanck. salvo que expresamente se mencione otro autor. En el caso particular de René van der Veer, sus contribuciones han sido varias: (N. de VdV.) significa (Nota de Van der Veer). Toda la información contenida entre cotvhetes rectos ( |, tanto en los textos como en las notas, ha sido dada por G. Blanck. El criterio de transliteración del ruso al castellano que he­ mos usado ha sido el más alejado del académico y el más cerca­ no al sentido común: hemos tratado de escribir las palabras ru­ sas tal como suenan al pronunciarse. Hemos señalado las elipsis según el criterio anglosajón: con cuatro puntos sucesivos .... o con tres puntos entre corchetes recios {...). El extendido hábito de indicarlas con tres puntos muchas veces no permite discernir si se trata de una elipsis o de tres puntos suspensivos originales del texto. Los términos “psiquis”, “psique”, “psiquismo”, “funciones psíquicas”, “mente”, etc. son sinónimos, en esta compilación, de “actividad psíquica”. Las palabras “psíquico” y “psicológico" (y afines) deben considerarse acá sinónimos, aunque la segunda, según el con­ texto. también puede referirse a aquello que es propio de la Psi­ cología como matriz disciplinaria y no a una función o un pro­ ceso psíquico. Cuando Vigolski habla de “funciones intelectuales” y térmi­ nos afines debe considerarse que se refiere a los que hoy se de­ nominan “cognitivos", es decir, aquellos procesos psíquicos que no involucran a lo afectivo o lo conductual, sino a funciones co­ mo la atención y la percepción, la memoria y el pensamiento. Los términos “comportamiento" y “conducta" véanse aquí como sinónimos. Todas las veces que Vigotski utiliza el vocablo “genético” lo hace en la tradición hcgcliano-marxisla de considerar tos fenó­ menos en su devenir histórico evolutivo; por ende, no lo hace en

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relación a la disciplina llamada Genética y los fenómenos que tie­ nen que ver con la herencia biológica -salvo que explícitamente se indique lo contrario.

Agradecimiento!} Nuestro mayor agradecimiento es a nuestra querida amiga Guita Lievovna Vigódskaia, por las numerosas veces que nos recibió en su casa y en sus archivos y, también, por las fotos y los textos que nos dio y su gentil permiso para publicarlos. Sin cicerones como Marta Shuare y Deborah Adelman, los via­ jes al departamento donde vive Guita, habrían tenido menos en­ canto. A Deborah debemos agradecerle también las fotografías que sacó. Por sus conversaciones, estamos en deuda con Tamara Lifánova, Arma Stetson ко y Andréi Puziriéi. a quienes les debemos co­ pias de materiales de Vigotski. También Piotr la. Galperin nos en­ vió. antes de morir, materiales muy valiosos y le estamos muy agradecidos por ello: por lo mismo, a Housep Tulundjian, Michael Cole. Bruce Bain. Lois Hol/.man, Luciano Mecacci, Cari Ratner, Alberto Rosa. Marc Souclwn, David Tupper, Maria Serena Veggetti y René van der Veer. René van der Veer merece un párrafo aparte, ya que, desde ha­ ce dio/, años, hemos trabajado en muchas áreas en colaboración. Queremos agradecerle, sobre lodo, su amistad y su generosidad a capite ad calcan. Así como no podemos imaginar el resultado de nuestro trabajo sin la cooperación con Van der Veer, tampoco podemos hacerlo sin nues­ tra actividad en calidad de profesor titular del primer seminario de pos­ grado sobre Vigotski que se hizo en la Argentina, en la Facultad de Fi­ losofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, desde 1989, por iniciativa de la entonces decana de la Carrera de Ciencias de la Educa­ ción. Berta Braslavsky, y que siguieron respaldando las sucesivas de­ canas, Silvia Llomovate y Edith Litwin. Este seminario se realizó has­ ta 1997. Nos sentimos agradecidos hacia quienes concurrieron. Es­ pecialmente, hacia Ricardo Baquero, quien asistió como oyente al

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GUILLERMO BLANCK

primero y persistió en su asistencia, hasta que lúe invitado a codiri­ girlo, lo que hizo durante altos: gratios libi ago. Nilda Venlicinque, Susana Silvestre y Alberto Onna leyeron partes de la redacción final del borrador e hicieron valiosas suge­ rencias, que agradecemos. Finalmente, nuestro agradecimiento a las otras personas que han hecho posible esta edición, entre ellos: Ricardo Alvarez, Jorge Berstein, Jerome Bruner, Eduardo Criveili, Emily Filardo, Claudia Lasorsa, Dora Riostra, Pablo Rubin, Lya Skliar c Ignacio Vila. Guillermo Blanck Buenos Aires, marzo de 1998

A la m em oria de Sylvia Scribner.

LA GENIALIDAD1

(LuJ genialidad les el] nivel superior de tálenlo que se manifiesta en una máxima productividad creadora, de excepcional importan­ cia histórica para la vida social. La genialidad puede revelarse en las diversas esferas de la creación humana: la ciencia, el arte, la técnica, la política, etc. La genialidad se diferencia del talento so­ bre todo por el nivel y el carácter de la creación: los genios son “iniciadores” de una nueva época histórica en su ámbito. El intento de reducir la fórmula psicológica de la genialidad a una función determinada y de identificarla con un enorme desarro­ llo de la atención ([Cfr.J James),2 de la actividad cognoscitiva CICfr.J Schopenhauer),3 de la memoria, de la voluntad, etc., no tie­ ne fundamentación científica alguna. Lo mismo ocurre con la ten­ tativa inversa: considerar como absolutamente específicas todas las funciones psíquicas del hombre genial. Comúnmente, la genia­ lidad, al igual que el talento, es difícil que sea global y multifacética*, en general, se trata de un desarrollo exorbitante, más o menos unilateral, de la actividad creativa en determinada esfera. La estructura peculiar de la personalidad del hombre genial; la fuerza sorprendente y la intensidad de su creación, que superan en gran medida a las normales; todo ello condujo a que durante mu­ cho tiempo la genialidad fuera considerada como un fenómeno de índole espiritual, misterioso y místico. La confusión de la genialidad con una enfermedad psíquica, que se remonta a Aristóteles y es aducida por Dilthey, Schopen­ hauer, Lombroso y muchos otros,4 sirvió originariamente como punto de partida para intentar construir una concepción científiconatural de la genialidad. La genialidad empezó a ser considerada como una estructura de la personalidad y de la creación que se des­ vía del tipo normal. Sin embargo, la identificación de la genialidad

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LIEV S. VIGOTSKI

сои иno enfermedad y una degeneración, la reducción de la genia­ lidad a "una clase de epilepsia” (|Cfr. | Lombroso) o a "una varian­ te epilcpioidc de degeneración” (|ГГг.) Nordau). no tiene jusiificaeión científica alguna. Evidentemente, Jos genios constituyen una variante evolucionada y unís elevada del tipo humano ([Cf r. ¡ Morselli)-5. Asimilada a una desviación morbosa del tipo normal, se trata en realidad de una desviación de signo positivo, es decir, de una desviación en otro sentido, de otra clase que la degeneración. Desde el punto de vista científico, la genialidad debe entender­ se como una variante extrema del tipo humano y, al misino tiem­ po, la cantidad de personas geniales debe estar completamente su­ bordinada a las leyes de la variación de dicho tipo humano. Desde este ángulo, la desviación supera en cuatro veces el estándar, es decir: que la desviación media cuadrática (4 o) constituye un sín­ toma de genialidad y también de la patología de un individuo. Sin embargo, todavía no pueden considerarse establecidas con exacti­ tud las leyes y el carácter de esta desviación. El tema de la base hereditaria de la genialidad tampoco puede estimarse definitivamente aclarado. En todo caso, lo que so sabe respecto del mecanismo de la herencia en general y de la genealo­ gía de los genios permite admitir, con la mayor probabilidad, que la fórmula hereditaria de la genialidad es extremadamente comple­ ja y consiste en un conjunto de gran cantidad de propiedades here­ ditarias de las más simples, llamadas genes. La genialidad no re­ presenta, por lo visto, un todo genético6 cerrado que no se hereda en su totalidad. La transmisión hereditaria de algunos caracteres no implica que se herede el modo en que estos se combinan. Por eso es muy poco probable que se repita en la descendencia una igual o similar combinación compleja de caracteres, combinación que ya se encuentra en la base (biológica) de la personalidad de cualquier hombre genial. Por esta razón, aquellos talentos basados en conjuntos relativamente simples de rasgos elementales -por ejemplo, las dotes musicales- se heredan con mayor frecuencia que los más complejos en su composición psicológica -por ejemplo, el talento de un poeta.

Condiciones económicas y sociales favorables pueden contri­ buir a una óptima utilización de las aptitudes innatas. Mientras que la herencia crea la posibilidad de la genialidad, sólo el medio so-

LA GENIALIDAD

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cial hace realidad esa posibilidad y crea al genio. Todo gran des­ cubrimiento o invento o cualquier otra manifestación genial es preparada durante el transcurso del desarrollo que la precede, es condicionada por el nivel cultural de la ¿poca, sus demandas y exi­ gencias. Según Bellov: “Los talentos aparecen siempre y en todas partes, donde y cuando existen condiciones sociales que favorecen su desarrollo. Esto sig­ nifica que todo tálenlo que se ha manifestado efectivamente en la realidad, es decir, lodo talento que se ha convertido en fuerza so­ cial, es fruto de las relaciones sociales." dCfr.) Bellov)* El carácter históricamente determinado de los grandes descu­ brimientos y, en genera!, de toda la actividad creativa de las perso­ nas geniales se manifiesta en otro hecho notable: precisamente en la .simultaneidad de varios descubrimientos científicos, Mcntré confeccionó una tabla que contiene hasta cincuenta ejemplos de descubrimientos e inventos científicos hechos en forma simultánea -por ejemplo, la geometría analítica por Descartes y Fermat; el cál­ culo infinitesimal por Newton y Leibnitz: la geometría no-euclidiana por Lobachevski, Gauss. Riemann y otros.® La genialidad constituye, por lo tanto, un verdadero nudo de problemas: biológicos, psicológicos y sociales que aún distan de oslar resueltos por la ciencia con la debida plenitud y claridad.

Notas 1 Este texto fue publicado en ruso como la voz "Guenialnost", que significa literalmente: “La genialidad", en la Gran Enciclopedia Médi­ ca [Bolshaia Medisfnskaia Ensiklopedid], 1929, volumen VI, colum­ nas 6!2-613. Errónamentc, suele traducirse como “El genio” y afir­ marse que fue publicado en la Gran Enciclopedia Soviética. El artícu­ lo carece de bibliografía y al final del mismo se lee: “L. Vigotski". Su traducción del ruso al castellano por realizada por Lya Skliar y la re­ visión técnica fue hecha por G. Blanck.

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LIEVS. V1G0TSKI

2 William James (EE.UU., 1X42-1910) fue cl principal filósofo del pragmatismo y un gran psicólogo fisiológico. De su monumental The principles of psychology, se condensó su libro de texto, del que hay edición castellana: Principios de psicología. F.C.E., Méjico. Según Se­ rmón Dobkin. su amigo de infancia, los dos primeros libros de psico­ logía que leyó Vigotski fueron Los variedades de la experiencia reli­ giosa de W. James y La psicopatología de la vida cotidiana de S. Freud (Cfr. Dobkin, en: Levitin, К. Nobody is bom a personality. Pro­ greso, Moscú, 1982). 3 Schopenhauer, Arthur (1788-1860) fue un filósofo alemán irracio­ nalista y antihegeliano. Su principal obra es El mundo como voluntad y representación ¡idea]. Para 61. la voluntad es un impulso préseme desde las plantas hasta el hombre. Su pesimismo y sus ideas sobre la voluntad. los suchos y la sexualidad influyeron notablemente en Freud. 4 Wilhelm Dillhey (1833-1911) fue un filósofo alemán que sostuvo que, a diferencia de las ciencias naturales -que explican-, las “ciencias del espíritu” sólo podían comprender: fue el padre de la llamada “Psi­ cología Comprensiva”. Cesare Lombroso (1836-1909) fue un psiquiatra forense italiano que sostuvo que tanto el criminal como el genio eran enfermos natos y que podían diagnosticarse por la fisiognomía. 5 Max Nordau (1849-1923) fue un autor de varios textos en alemán, aunque aquí probablemente Vigotski haga referencia a la edición francesa de su Psycho- Physiologic dи génic el du talent, París. 1897 Es probable que Vigotski se refiera a Enrico Morsclli, Problem! odierni della ncuropatologia, Génova, 1911 (N. de VdV.). 6 Acá Vigotski usa el término “genético” en relación con lo hereditario. 7 Bcltov es un pseudónimo de PIcjáuov. Esta cita se encuentra en la pág. 453 de la edición argentina de “El papel del individuo en la historia”, en G.I. Plcjánov, Obras escogidas, T. 1, págs. 427-462, Quetzal, Buenos Ai­ res. 1964. Para más detalles sobre Plcjánov cfr. nota ne 2 de la “La modifi­ cación socialista del hombre” en el presente libro. s Nos llama la atención el hecho de que Vigotski, tan interesado en los procesos evolutivos, no haya hecho referencia al simultáneo c in­ dependiente descubrimiento, por parte de Darwin y Wallace de la se­ lección natural en el origen de las especies.

EL PAPEL DEL AM BIENTE EN EL DESARROLLO DEL N IÑ O 1

El tema de nuestra conferencia de hoy es el problema del papel que ju^a^Ia.m bienio en el desarrollo del niño. En relación con el am­ biente, la cuestión se presenta de modo similar al problema de la herencia que ya hemos tratado. Pudimos ver [entonces] que ja paidologíaijlbct^abaja herencia desde su propio y específico punto de vis.ta especial, y que no se interesaba en las leyes de la heren­ cia como tales, sino en el papel que juega la herencia en el desa­ rrollo, del niño. La. paidología no estudia al ambiente como tal. Este es objeto de otras ciencias. Por ejemplo, entre las disciplinas que pueden ser consideradas próximas a la paidología, uno podría nombrar a la.hi­ giene -el campo de estudio que investiga ai ambiente esencialmen­ te desde el punid, de vista de sus relaciones con la enfermedad y el cuidado de la salud, AI igual que cuando estudia la herencia, el paidólogp no sólo estudia el ambiente y las leyes que gobiernan su área, sino.el rol, el significado y la influencia del ambiente en el desarrollo del ni­ ño. Es por esta razón que debemos, como hicimos con el problema de la herencia, ante todo explicar algunas de las leyes y los.conccptos básicos que caracterizan el significado o el papel del am­ biente en el desarrollo de] niño. Me gustaría comenzar con algo que ya hemos discutido al pa­ sar, a saber, que para una adecuada comprensión del rol que juega el ambiente en el desarrollo del niño siempre es necesario -si es que se puede- no abordar el ambiente con un cruerTó^áb'soTúto, si­ no relativo. AI mismo tiempo, el ambiente na deberte se como una condición para el desarrollo, que pura y objetivamen- ; te determina el desarrollo del niño por el hecho de contener ciertas

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I.IHV S. VIGOTSKI

c iin jitln iic ^ s i';ic ic risi¡ciis; sino que uiu» debería siempre abordar cl ambiente desde el punto de vista de la relación que existe entre, el niño y su ambiente en un estadio dado de su desarro.lhb Uno in­ cluso puede enunciarlo como una una regla general, con la que uno se encuentra Ггссисшстеше en paidología, y que dice que uno de­ bería abandonar los indicadores absolutos epic reílejan el ambien­ te. en lavor de Jos relativos, es decir, los mismos pero vistos en re­ lación al niño. Hay dos consideraciones que nos llevan a creer que se justifica que defendamos esta idea. La primera es que el rol de cualquier factor ambiental varía entre grupos de diferentes edades. Para dar un ejemplo: el lenguaje de la gente que rodea al niño puede ser ab­ solutamente idéntico cuando el niño tiene seis meses de edad. IX meses o cuando tiene tres años y medio. Por ejemplo, la cantidad de palabras que el niño oye. los rasgos característicos del discurso desde el punto de vista de cuán culto es. la amplitud del vocabula­ rio, el uso correcto y Ja gramática, la calidad literaria del estilo; to­ do puede permanecer igual. Pero es claro para cualquiera que este tactor, que no ha sufrido ningún cambio durante el curso del dcsa*. rrollo d c jn iñ o . toma un significado distinto según si el niño ya com prende el lenguaje, o si aún no lo entiende en absoluto, o si es­ tá en esa etapa intermedia en la que ya empieza a comprenderlo. Esto significa que podemos explicar el papel del ambiente en el desarrollo del niño, sólo cuando conocemos la relación entre el ni­ ño y el ambiente. Ante todo, el ambiente del niña, c/i el .sentida directa de esta expresión. está en permanente cambio, a cualquier edad. Algunos autores mantienen que el desarrollo del niño consiste, precisamen­ te» en esc gradual ensanchamiento de su ambiente. Antes de que el niño nazca, su ambiente es el útero materno y. en cuanto nace, su ambiente inmediato continua limitado a un espacio muy circuns­ cripto. Se sabe que el mundo más allá de una distancia cercana, no existe realmente para el recién nacido. Para el neonato, sólo exis­ te el mundo directamente relacionado con el, es decir, un mundo limitado a un estrecho espacio que se vincula con los Icnómcnos relacionados con su propio cuerpo y los objetos que lo rodean. Es así cómo, gradualmente, comienza a ampliarse una franja del mun­ do que rodea al niño. Sin embargo, este mundo es también muy peщл

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c|iicfm. Es un mundo consliluido por cl cuarto, cl palio cercano у la calle donde vive. A medida que comienza a caminar, su ambien­ te se expande y hasta se crean nuevas relaciones entre el niño y la gente que lo rodea. Más adúlame, su ambiente cambia de acuerdo a las diferentes clases de entornos que le provee cada estadio de su educación: la guardería, el jardín de infantes y la escuela. Cada edad presenta al niño un ambiente que ha sido organizado de una manera especial. De manera que el ambiente, en el más puro sen­ tido del término, se mantiene cambiante a medida que el niño va pasando de una edad a otra. Pero hay mucho más que esto. Incluso cuando el ambiente cam­ bia poco, el hecho de que el niño cambio en el proceso de su de­ sarrollo, da como resultado una situación en la que el rol y el sig­ nificado de estos factores ambientales, que aparentemente han per­ manecido sin cambios, de hecho han sufrido un cambio. Y los mis­ mos /actores ambientales que pueden haber tenido sólo un signifi­ cado. y que juegan un cierto rol a cierta edad, dos años más tarde empiezan u tener un significado distinto y a jugar un papel diferen­ te, porque el niño ha cambiado. En otras palabras, la relación del niño con eslos factores ambientales particulares se ha modificado. Las historias clínicas de niños que hemos estudiado, nos han colocado en una mejor posición, para ser más precisos, para afir­ mar que los factores esenciales que explican la influencia I r»

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del hom bre. A la luz de la teoría contem poránea sobre el pensamiento c c o n c e p to s nos parece que no surge la necesidad de los supuestos del tip o que hacen G clb y G oldstein. A fin de esclarecer desde el á n g u lo fis io ló g ic o , el surgim iento de esta nueva forma histórica^dc p en sa m ien to basta co n adm itir que en la cslruc.‘V ^ en e l sistem a de sus fu n cion es está dada la d e n u evas co m b in a cio n es, de nuevas s.n tcs.s, de « fu n cio n a les; están dadas las co n d icio n es, bases y P ^ - n . para • d esa rro llo , pero no están dados, absoluta y «« b a d a m en te los eo rrclatos fis io ló g ic o s de las fu n cion es pstquicas superiores, que producto del desarrollo histórico.

HL PENSAMIENTO

En este sentido probablemente Head24 se acerca más a la defi­ nición de la esencia de ese desorden que observamos en la afasia, ya que ye en 61 una alteración de la función de "la formulación y expresión simbólicas". Head sobrentiende con estas palabras un modo tal de conducta en el que cualquier símbolo verbal u otro, se interpone entre el comienzo de un acto y su cumplimiento final. Esto involucra muchos modos de conducta que, por lo común, no se consideran como formas dc.conducta verbal y que, por ello, ne­ cesitan una investigación y determinación empíricas”. Head esta­ blece un vínculo de gran alcance entre el desorden básico del pen­ samiento y los desórdenes análogos en otras funciones psíquicas superiores, ya que éstas exigen la participación del pensamiento simbólico. Desde el ángulo fisiológico, esta afinidad de los más diversos correlatos de los modos de conducta que se padecen en la afasia, tampoco habla en favor de los supuestos antes menciona­ dos. Este tema está íntimamente vinculado con la cuestión funda­ mental respecto de la localización de la actividad nerviosa supe­ rior sintética que se encuentra en la base del pensamiento. Las in­ vestigaciones demuestran que estas investigaciones intelectuales superiores están ligadas con un estado no deteriorado de la corte­ za cerebral, pero sin una localización estricta, tajantemente delimi­ tada. Todos los procesos que conducen a deterioros de la corteza provocan una alteración del pensamiento ([Cfr.] Kretschmer). Pa­ ra hablar de la presencia de cierta “área” en la corteza cerebral, co• mo sustrato del pensamiento, lo correcto será sólo referirse a zo­ nas del cerebro que predominantemente tienen relación con el pen­ samiento. Cuando es lesionado el lóbulo frontal, en la denomina­ da zona del habla, las perturbaciones del pensamiento se presentan con absoluta inevitabilidad y se expresan del modo más agudo. El portador), es decir, el órgano) del pensamiento es la corteza cere­ bral en su conjunto y no una u otra de sus partes, y en la base del pensamiento verbal se encuentra una cooperación compleja, una constelación compleja de una serie de funciones eleméntate «acu­ ladas a las diferentes zonas de la cortesa. Los datos de las uittmM t v e j a c i o n e s , experimentales y clínicas, obl.gan a suponer que el problema de la localización del pensamientose s iucionaró en el ¿ m p o del estudio de la fane.ón tn.egradora de la

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LIEV S. VÍGOTSKI

corteza como un sistema dinámico, cuyo funcionamiento se ca­ racteriza por la presencia de estructuras funcionales móviles que incluyen en su esfera y unifican en una totalidad organizada, en una síntesis única. Jos procesos en los diferentes sectores del ce­ rebro. En particular, teniendo presen le-que-cJ proceso, del •pens.a-, miento está estrechamente vinculado a la esfera afectiva, cuya alteración puede conducir a desórdenes graves del pensamiento (por ejemplo,J el “pensamiento autista” de Blculcr-, cabe admiíirque también las formaciones subcorticalcs desempeñan un pa­ pel importante en cuanto a la integridad de la función del pensa­ miento. L_La prueba en favor del supuesto antes expresado, sobre el ca­ rácter fisiológico del pensamiento en conceptos, la encontramos en c) hecho de que, ante Jas más diversas enfermedades, esta fun­ ción es la que se altera en primer termino. Así, las investigacio­ nes de Storch demostraron que en los casos de esquizofrenia también se observa un deterioro de la función de formación del concepto y un retorno al tipo complejo primitivo, arcaico, de pensamiento. En las enfermedades más diversas, donde cneon0 tramos los desórdenes de esa índole, también se da básicamente esa regresión genética a niveles ya recorridos y superados, que de nuevo admite una importante analogía -pero de ningún modo identificación- con el pensamiento del hombre primitivo. Pero lo más importante, en esta investigación, es el señalamiento de que. junto con el deterioro de la función de formación del concepto, se modifican la conciencia de la realidad y la autoconeicncia de la personalidad del paciente. La conciencia de los objetos queda privada de formalizaeión y permanencia, desciende al nivel de las cualidades complejas, más tempranas desde el punto de vista de la psicología del desarrollo. Lo mismo ocurre con la autoeoncicncia. Se opera una desaparición de los límites entre el “yo” y el mundo circundante, un deterioro de la unidad de la personali­ dad en algunos componentes. A sí como en el primer caso las cualidades complejas directas indiferenciadas sustituyen al mun­ do de las cosas ya conformadas, en el segundo caso el lugar de la conciencia cabal del “yo” es ocupado por la coexistencia com­ pleja de componentes parciales (ICfr.J Storch).^) La historia del desarrollo de la función de formación del con-

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ccpto en la adolescencia, también indica que la conciencia de la realidad y la autoconcicncia de la personalidad, tal como son pro­ pias del adulto endocullurado, surgen sobre la base de la forma­ ción del concepto. Todas las funciones psíquicas superiores -la denominada memoria lógica. Inatención voluntaria, las funciones volitivas- cuya alteración observamos simultáneamente con la perdida del “pensamiento calcgorial” en la afasia, se reestructu­ ran en la adolescencia sobre una base superior que también es la formación del concepto. De manera que la investigación del de­ sarrollo, lo mismo que el estudio de las funciones psíquicas supe­ riores y de toda la personalidad y la percepción del mundo en su conjunto, llevan a la conclusión de que el pensamiento es una de las funciones más importantes en el sistema general del desarro­ llo y la formación de la personalidad. Por eso, constituye el más craso error considerar al pensamiento en sus formas más elevadas como resultado directo de la activación “de la función básica ce­ rebral”. como función psicofisiológica puesta desde el comienzo mismo en la organización del cerebro de forma acabada (ICfr.j Goldstein!, 1927]). En esencia, el mismo error consistente en ignorar el desarrollo histórico del pensamiento se encuentra en la base de otra confu­ sión en la teoría del pensamiento, ampliamente difundida, que su­ pone que el deterioro del pensamiento implica el retorno a nive­ les ya recorridos del desarrollo filogcnélico del pensamiento, a sus formas arcaicas, primitivas, corno si estuviesen en forma aca­ bada y fijas, de una vez. por todas, en el cerebro o en el aparato psíquico del hombre (ICfr.l Storch). Idéntico error -antihistoricista- lleva a la teoría de! pensamiento a suponer cierta “fuerza su­ perior” primaria que pone en funcionamiento a los procesos del pensamiento y que es entendida, a veces, como una fuerza pura­ mente espiritual, como la capacidad de “formulación y expresión simbólicas” ([Cfr.] Head), como una “esfera intencional superior” (Berze!. 19291; Kronfcld), a partir de la cual se deducen las for­ mas superiores del pensamiento. La superación de estos errores sólo es posible por el camino de la investigación histórica del pensamiento. *’ Sobre el problema del pensamiento en el aspecto filosófico c histórico véanse fias entradas] Psicología, Habla, Conciencia.

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Sobre los tipos de desorden del pensamiento en las diferentes for­ mas de cnicrmedadcs mentales véanse [las entradas] Psicosis таm aco-depresiva, Paranoia, Epilepsia, ctc.2s

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EL PENSAMIENTO

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[LENIN, V. Cuadernos filosóficos. Cartago, Buenos Aires, 1971.] LEROY, O. La raison primitive. París, 1927. LEVY-BRUHL, L. El pensamiento primitivo (en ruso). Moscú, 1930. [La primera versión castellana fue la de Lautaro, Buenos Aires, 1948. Las posteriores son de Península, Barcelona.] LURIA, A. “Vías de desarrollo del pensamiento infantil”. En: Ciencia natural y marxismo (en ruso), no. 2. 1929. IMARX. K. El capital, tomo I. Siglo XXI, Méjico, 1975.] MESSER, A. ‘‘Expcrimcntcll-psychologishe Untersuchungen über das Denken”. En: Arch. f. d. ges. Psycholpgie,YS&n justo suponer que (os cambio* en I* per­ sonalidad y en la percepción dei mundo exterior observados en la esqui/.o fren ia son causados por Ja caída del intelecto desde el ni­ vel conceptual al nivel de las asociaciones. Electivamente, esta es sólo una hipótesis, pero una hipótesis fascinante, no sólo poique tiene en consideración a los hechos del desarrollo de aquellas funciones severamente afectadas en la es­ quizofrenia, sino también porque nos permite reducir los datos a un eomün denominador y estudiar la esquizofrenia a la luz de la psicología del desarrollo de tu personalidad. Existe un malentendido que invariablemente aparece en cual­ quier discusión sobre lu esquizofrenia y que nos gustaría aclarar aquí. Utilizando a la función de formación del concepto como el puntu de partida para la investigación, y también encontrando que es el centro psicológico, el núcleo, de todo el drama de la enferme­ dad, sin emburgo se ve que eso no tiene nada que ver con la etio­ logía de (a esquizofreniu/bas perturbaciones en la función de la formación del concepto son el resultado inmediato de la esquizo­ frenia, pero no su causu, No aceptamos en absoluto el considerar a la esquizofrenia como un desorden de origen psíquico. Cualquiera sea la causa orgánica de iu enfermedad, sin embargo, la psicología tiene el derecho a estudiar lo» fenómenos asociados con los cam­ bios de personalidad desde un punto de vísta psicológico. La de­ sintegración de la personalidad sigue ciertas leyes psicológicas, aun cuando las causas directas de este proceso puedan no ser de naturaleza psicológica./ Más aun, las observaciones clínicas y las fisiológicas tienden un puente hacia las especulaciones psicológicas. Nos referimos particularmente a las observaciones clínicas que llevan a la con­ clusión de que en la base de la esquizofrenia hay una pérdida de energía psíquica. Jung-11 fue el primero en trazar un paralelismo entre los sueños y la esquizofrenia. Lo expuso hermosamente. Di­ jo que si un hombre podía caminar y hablar en sus sueños, la tota­ lidad de su comportamiento no sería en modo alguno diferente al de un paciente esquizofrénico. La astenia-12 como un factor consti­ tucional ha sido enfatizada por muchos autores. Recientemente,

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tuvimos la oportunidad de estudiar la esquizofrenia en adolescen­ tes con una mareada fatiga y somnolencia. Uno de nuestros pa­ cientes se dormía muy frecuentemente, de manera que estaba dor­ mido casi toda la larde, y en el estadio agudo de la enfermedad, se acentuaba aun más la tendencia a dormir. Pienso que hay una se­ milla de verdad en la vieja observación clínica que parangona al sueño con el estupor. Aunque el sueño y la esquizofrenia no sean idénticos, ciertamente tienen algunos puntos en común. Ultima­ mente, esta concepción encontró una expresión en el artículo de Pávlov, “La excursión de un fisiólogo al campo de la psiquiatría”, donde alirmó su creencia de que la causa fisiológica más probable de la esquizofrenia es el desarrollo excesivo del proceso de inhibi­ ción interna, que también está desarrollado por demás en la hipno­ sis y en el sueño.'-'' Algún tiempo atrás, Pávlov pensaba que la in­ hibición cortical y el sueño eran idénticas; ahora, cree que la inhi­ bición interna y la esquizofrenia tienen bastante en común. Por su­ puesto, esta es una teoría fascinante. Lo que más nos interesa en su teoría es que tiende un puente sobre la brecha existente entre la hi­ pótesis psicológica y los datos fisiológicos en la esquizofrenia. Si uno recuerda que la función biológica y el propósito de la inhibi­ ción interna, incluyendo el sueño, consiste en el cese del contacto con el mundo exterior, se torna claro que cl autismo, el retirarse y el separarse de la realidad, son resultados directos del estado espe­ cial del sistem a nervioso centra) de los pacientes esquizofrénicos. La pérdida de contacto con el mundo exterior asume un significa­ do biológico. No es un resultado de la esquizofrenia, sino una ex­ presión de las fuerzas auioprotcctorus del organismo, que reaccio­ nan con inhibición interna a la debilidad del sistema nervioso cen­ tral. Si esto es así -y parece existir toda la razón para crcr que es un hecho-, pueden extraerse conclusiones importantes. Todas las funciones psíquicas superiores, incluyendo el lenguaje y el pensa­ miento conceptual, son de origen social. Surgen como un medio para prestarse ayuda mutua y gradualmente devienen parle del comportamiento cotidiano de la persona. Es significativo que en los sueños hay un cese de contactos con el yo social que forma la base de la personalidad normal. Esto aparentemente es también la causa del daño del intelecto en el campo de los conceptos, los otros síntomas de la esquizofrenia, como ya lo hemos mostrado.

surgen lodos de esta Гнете. De cualquier modo, nuestros datos ex­ perimentales. interpretados a la hi/, de la psicología evolutiva, nos permiten formular algunas de las teorías aquí presentadas.

Notas

liste artículo se publicó en inglés en 1934: L.S, Vigutsky, ‘‘Thought in schizophrenia", en: Archives of Neurology and Psy­ chiatry. 31, prigs. 1062-1077. Hue traducido del ruso al inglés por Jucob Kasanin, quien se lo había pedido a Vigotski tres años antes. El editor del artículo Гис C. Trucblood. Kusunin y Trucblood escribieron seis notas, una sola de fas cuales hemos usado, en la que hemos acla­ rado. en cursivas: [Nota original), Kusanin, durante unu visito u Rusin, conoció u Vigotski, quien lo invitó a que resolviera el test que Sajdrov y él habían creado. Kasanin llevó el test a los EE.UU., donde fue co­ nocido por su apellido y el de su colaboradora Eugene Hnnfmann: el famoso Test de Kasanin-Hanfmann pertenece, entonces, en rigor, a Sajárov-Vigolski. En el ámbito de la psiquiutríu de la esquizofrenia y en el de formación de conceptos, Kusanin fue el primer propagandista de Vigotski en los EE.UU. (cfr. Ç. Blunck, Vigotski. Memoria y vigencia, Cultura & Cognición. Buenos Aires, 1984, págs. 226-27). Antes de que Vigotski se pusiera de moda a partir de la década del 80, en Jos años 70 varios conspicuos psicólogos estadounidenses nos comentaron que, si bien desconocían a Vigotski, recordaban haber estudiado su test en sus años de universidad. Hunfinann y Gertrude Vakur tradujeron y edi­ taron la primera publicación (Resumida) de Pensamiento y lenguaje en inglés, por la editorial del M.I.T. (1962), cuya versión castellana es la más difundida en la Argentina -sucesivamente: Lautaro (1964), Levialán y Fausto (más tarde), todas de Buenos Aires. La versión original rusa del presente artículo se ha perdido. Hemos cotejado nuestra tra­ ducción a! castellano con dos diferentes versiones del mismo al italia­ no, traducidas por Luciano Mccacci. por cierto, bastante diferentes en­ tre sí. ya que, según 61, los conceptos esenciales del artículo aparecie­ ron en un artículo en ruso a principios de los años 30, en la revista Zhurnal nevropatologui i psijiatri im. ¡ímienij Korsakova [Revista de neurología y psiquiatría - Korsakov•] (1932); la otra versión es una 1

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traducción de la edición americana de Kasanin, influida por la prime­ ra. También, cotejamos estas traducciones con cl libro de Vigotski Pensamiento y lenguaje y su artículo ’‘El pensamiento” (cfr. en este mismo volumen). Como resultado de lodo ello, creemos haber logrado una versión fiel a las concepciones originales de Vigotski. En el pre­ sente artículo se evidencia que, además de sus innovaciones creadoras. Vigotski ya tenía, a principios de la década del 30, un conocimiento profundo de la semiología y la nosología psiquiátricas. El presente tex­ to fue traducido del inglés al castellano por Guillermo Blanck. Desde el punto de vista de la semiología psiquiátrica, “la explo­ ración del curso del pensamiento” es una expresión técnica que desig­ na la exploración de la existencia o no de ciertas alteraciones en el pa­ ciente, como el “pensamiento disgregado”, las “interceptaciones”, la “labilidad de lazos asociativos”, etc. La hipobulia es una disminución patológica de la voluntad para actuar, una disminución de la tendencia concierne del ser humano para la realización de acciones. 2

Si bien en general los textos del presente volumen pueden leerse en cualquier orden, es conveniente leer el presente artículo después del artículo “El pensamiento”, donde Vigotski explica más detalladamen­ te categorías como “pensamiento sincrético”, “pensamiento en com­ plejos”, “conceptual”, etc. 3

4 No sabemos qué término usó literalmente Vigotski en el original ruso perdido. Puede haber sido “edad de transición”, como solía deno­ minar a la adolescencia, aunque también la denominaba como tal y, en ese caso, aquí habría escrito podrotsk. Es importante destacar que la acepción de adolescencia en Vigotski abarca lo que hoy se llamaría “adolescencia temprana", cercana a la pubertad -a tal punto que a ve­ ces escribe literalmente “el niño adolescente”. Por cierto, cuando Vi­ gotski usaba el término, no tenía en mente a los grandulones de la pre­ sente posmodemidad -que a veces superan los veinte años de edad- y que son también designados “adolescentes” por los psicólogos, sobre todo en Argentina.

1939) Гис un psiquiatra suizo que recusó esa expresión, que se remon­ taba a tiempos de Kracpclin, para rebautizar ese grupo de enfermeda­ des como “esquizofrenia”. Hay versiones castellanas de su Dementia Praecox [Demencia precoz] y de su Lehrbuch der Psychiatrie \JYatado de psiquiatría], publicadas por Paidós de Buenos Aires y EspasaCalpc de Madrid, respectivamente. Este último texto es un clásico de la psiquiatría, en nuestra opinión sumamente útil en estos tiempos donde apenas se lee el DSM [Diagnostic and Statistical Manual -por cier­ to excelente-, de la asociación psiquiátrica estadounidense, que inten­ ta lograr una nomenclatura internacional).

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Ernst Kretschmer (1888-1964) fue un conspicuo psiquiatra ale­ mán que creó la tipología de la constitución de la psiquiatría clásica (Cfr. su Constitución y carácter [Korperbau und Charakter], Labor, Madrid), que Vigotski combatió, acertadamente. Su descubrimiento de la “personalidad sensitiva” y del delirio paranoide de las personalida­ des sensitivas -hoy incluido, en nuestra opinión erróneamente, dentro de la esquizofrenia paranoide, según el DSM- es de gran valor heurís­ tico, como lo advirtiera tempranamente Витке, tanto para el diagnós­ tico como para el pronóstico de la enfermedad (Cfr. Kretschmer, E. Delirio sensitivo-paranoide [Der Sensitive Deziehungswahn], Labor, Madrid). 6

1 Blonsky, P.P. 1926. Piedologuia [Paidología]. Moscow: Rabotnik Prosveshchenia (N. Original). Pávcl Blonski fue un psicólogo soviéti­ co. Рага más detalles, véase la nota n° 31 del artículo “El problema del desarrollo cultural del niño”, en el libro: L. Vigotski, El desarrollo cul­ tural del niño, en esta misma colección. * Véase la nota n° 3 del presente artículo. Para una explicación más detallada del test, al que nos hemos re­ ferido en la nota n® 1 , véase el capítulo sobre formación de conceptos artificiales del libro de Vigotski, Pensamiento y lenguaje. 9

La referencia al psicólogo alemán Narziss Ach es muy importan­ te. Véase tanto la nota n® 4 del artículo “El fascismo y la psicología , como el texto mismo del artículo, en el volumen: Vigotski, L. S. El de­ sarrollo cultural del niño, publicado en esta colección. . 10

и Vigotski se refiere al rol principal que tuvo Sajárovenla « « a c t^ d tcsl ya mencionado. Leonid Salomonovich Sajárov (1900-1928) t jó

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con Vigotski en cl Instituto Experimental de Psicología que dirigió Komilov.^Su especialidad era la formación de conceptos. СГг., рог ejemplo. Acerca de los métodos para el estudio de los conceptos” (“O metodaj islicdovania poniaU”|. en: Psijn/ogttia [Psicología |. vol. III. n* I. 1930. Aunque todos los historiadores no van más allá de escribir que la causa de su temprana muerte "es desconocida", la historia oral y otros indicios, como las cartas que Vigoiski le envió a su viuda, per­ miten sospechar que se suicidó, por motivos que caen en la esfera de su vida privada. ** Vigoiski se refiere ai psicólogo idealista alemán Hans Vuikelt (Ü b er d e r Vorstellungen d e r Tiene. Engelmann , Berlin. 1914). Vbikeli (1886'?) fue un destacado psicólogo de la escuela de Leipzig, que ex­ plicaba el comienzo del psiquismo como una vivencia total (Hanzheite ríe b n is ). un todo difuso en el que la percepción sensorial se fundía 'predominando- con su matiz sensorial, emocional. Volkelt estudió la percepción infantil. *3 Referencia a Jean Piaget, Le langage el la pensée chez ¡'enfant, Delachaux ct Nicstlé. Ncuchate!. 1923. M Según nuestras informaciones, estas expresiones sobre Napoleón son del filósofo alemán Edmund Husserl. IS Vigoiski creía, erróneamente, que el lenguaje de señas de los sor­ dos no permitía llegar al nivel de abstracción que permite el verbal, por eso era partidario de la oralización de los sordos. Esto puede ver­ se cn diversos textos del tomo V [Fundamentos de Defectología ) de sus O b ra s e sc o g id a s , en prensa, traducción de Lya Skliar. revisión científica de G. Blanck. Visor. Madrid. (Hay otra versión castellana de este tomo, traducido por Ma. del Carmen Poncc Fernández. Pueblo y Educación. La Habana. 1989.) En la actualidad, los psicólogos espe­ cializados en el tema sostienen que ambos lenguajes permiten el m i s ­ m o nivel de abstracción, aunque cn los sordos el verba! no lo permita; sostienen que la -primera lengua" del sordo es la de señas, mientras que la verbal sería "la segunda lengua", es decir, aquella que les per­ mitiría comunicarse con la comunidad no-sorda -como, para nosotros, la secunda lengua sería el inglés, que nos permite comunicarnos con « S e o s del resto del mundo. Cfr. los libros de Harlan Une ,ue traían esta cuestión, por ejemplo. Wr«r Me m m i hears. Random Hoc se. New York.

__________ Ё>- PENSAMIENTO EN LA ESQUIZOFRENIA

u E! surgimiento histórico de esta concepción -cn Hughlings Jackson, Sherrington y otros- y el grado de validez actual de U misma es­ ta muy bien explicado cn A. Luna. El cerebro en acción, del que hay varias ediciones castellanas. 17 La influencia del marxismo cn Vigoski no se expresaba sólo en su metodología de pensamiento o cn la forma cn que construía sus conccpcioncs -por c/cmplo, el modo hcgcliano-marxista en que explicaba la stthsuncmn de los procesas psíquicos elementafes cn los superiores. También, cn muchos pasajes -como éste- usa como símiles o metáfo­ ras las categorías del léxico marxista; por ejemplo: así como sobre la infraestructura económica se edifica ia supraestructera ideológica, я supracstrucluna del pensamiento conceptual se edifica sobre la infraes­ tructura del pensamiento en complejos. 18Cuando Vigotski habla de “la “reacción esquí rece cn el curso de una enfermedad Física”, pone cn evidencia su eru­ dición cn la nosología psiquiátrica, ya que le prestó ateacróa a ese de­ talle diferencial tan sutil de manifestación pskopatoiógka. (Posterior­ mente. la “reacción esquizofrénica'’ que ocurría ea el transcurso de al­ teraciones somáticas fue separada de la esquizofrenia -a la que era muy semejante cn sus síntomas- y fue diferenciada en otra entidad nosológica -tas psicosis agudas-, como había venido insistiendo Kari Bonhoeffer desde 1912. cuando la llamó “reacción exógena agues’*-) a 19Aunque cualquiera podría pasar de un ao mo cn complejos a causa de otros procesos psicopaíoíógicos, ré­ neluyen a la esquizofrenia, ya que hoy hay consenso de que uicrc una predisposición genética que sólo posee un porcentaje dela oblación. 28 La afasia se caracteriza por perturbaciones receptivas y expresivas le la facultad de usar signos y símbolos como medios de соомшкасюп. л я d e fin ic io n e s ncuropsicológicas que se nutren en Vigoiski y Lena, onsideran que en esta patología existe una lesión del “lenguaje mieior". En la Argentina, los mejores libros sobre el tema -y los de t * . il acceso- son los de Juan Azcoaga. En el artículo “El pedimento , lublicado en este mismo volumen, se habla del transtomo afásico. , 21 Se refiere a un paciente dcscripto cn Gelb, А . У Psychology Anal,sen h i r a p a ^ o l o g i s c t e Falk Oto iamnesic”, cn: Psychologische Forschimg. 6, págs.

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La amnesia es la falla de representaciones mnemónicas correspondien­ tes a un determinado tiempo de la vida de una persona. Cfr. Piaget, op. eit. El experimento de los proverbios de Piaget fue replicado por Vigotski y Leóntiev, quienes obtuvieron los mismos resul­ tados. (N. de VdV.) [Siempre que en este libro mencionamos a Leóntiev, se trata de A.N. Leóntiev y no de su hijo A.A. Leóntiev; mucho menos de Dmitri Leóntiev. su nieto; lodos ellos destacados psicólogos. 1 22

22 Hoy se diría: '‘funciones cognitivas**. Por definición, lo cogni­ tivo excluye las dimensiones afectiva y conductual del psiquismo hu­ mano. 24 Vigotki se refiere al clásico y controvertido texto de Kurt Sch­ neider. Las personalidades psicopáticas [Die psychopatischen Persõniichkciten), 1923. Hay versión castellana de Morata. Madrid. 25 El proverbio francés al que se refiere Vigotski es: Quand le chat n 'est pas la. les souris dancent.

Se refiere a Piaget. J. Le jugem ent et te raissonement chez Гen­ fa n t . Dclachaux et Nicstlé. Ncuchatcl, 1924, primer capítulo. (N. de 26

VdV.)

La ilusión es una interpretación equivocada de una percepción o experiencia, de suerte tal que ésta ya deja de corresponder u la situa­ ción objetiva presente o recordada -’’presente” cuando, por ejemplo, ante un árbol, vemos que hay allí una persona en vez del árbol; “recor­ dada”, cuando es una ilusión de la memoria. 27

La apercepción, en la psicología de Wundt, es el acto de concien­ cia por medio del cual una idea o representación entra en la esfera de la percepción clara y precisa, es decir, en el llamado “foco de la aten­ ción”. El término fue acuñado, casi con el mismo significado, por el filósofo G.W. Leibniz. 28

La percepción es el reflejo directo y figurativo de los objetos del mundo, en tanto conjuntos con sus elementos constituyentes y propie­ dades, por la influencia de los mismos sobre los órganos de los senti­ dos. 29

30 Se refiere a su libro Vigotski, L.S. Paidología del adolescente [Piedologuia podrostka1. Uchiebno-Pcdagoguichéskoic Izdádielstvo, Moscú-Lcningrado, 1931.

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* Carl Casia. J u n g ( I#75- m i I fue un p sic ó lo g o Su izo , disc( * E. Blculcr у b. Freud, con quien rompió en 1913, al fundar la llamarí “psicrHogla .« H ita r. » ¡arrie Pcaomiaada “C o m p lPiyc¿ [ Sic . Se dedico al estudio de los “tipos psicológicos”, los mitos y la re­ ligión. el "inconciente colectivo”, la alquimia y los O V N IS . No hemos localizado a que texto se refiere Vigotski. En medicina y psiquiatría se llama astenia a un estado de debili­ dad. causa o consecuencia de muchas enfermedades; también, a una entidad nosoiógica -la psicastcma- donde una gran inactivación física se combina con una gran producción de fantasías sobre acciones que el enfermo jamás realiza en los hechos. 32

Originalmente publicado en 1930 en un lomo publicado en honor de E. Gley y J. Heymans. en los Archives Internationales de Pharma­ codynamic et de Thirapie%la versión castellana del artículo citado por Vigotski. puede encontrarse en Pavlov. I.P. “Excursión de prueba de an fisiólogo en el dominio de la psiquiatría", en la compilación Los refle­ jos condicionados aplicados a la psicopasologia y psiquiatría, Intro­ ducción a la edición rusa: L. Orbeli, Introducción a la edición argenti­ na: Julio Peluffo. traducción del ruso de Jóse Itzigsohn y Paulina W. de ltxighson, Norus, Buenos Aires. 1954, pags. 183-189. J. Itzighson fue el editor de la primera publicación castellana de L.S. Vigotski, Pensamiento y Lenguaje, op. cit. en la nota n° l. 33

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EL CONDUCTISMO

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| b l j b c h a v i o r i s m o -d e l in g lé s behavior: c o n d u c ía - , [ s ig n if ic a .! lil e i a l m c n l c , c i e n c i a d e la c o n d u e la . [E s u n a ] c o r r ie n te p e c u li a r d e la p s i c o l o g í a d e lo s a n im a le s y d e l h o m b r e , q u e e la b o r a la p s ic o lo ­ g ía c o m o c i e n c i a d e la c o n d u c ta d e lo s s e r e s v iv o s , r e c u r r ie n d o a m é t o d o s o b je t iv o s d e in v e s tig a c ió n . L a c o n d u c ta c o m o o b je to d e e s t u d i o d e la p s ic o lo g ía y e l e s tu d io o b je tiv o c o m o su m é to d o f u n ­ d a m e n t a l c o n s titu y e n la d if e r e n c ia m á s e s e n c ia l e n tr e e l c o n d u c tis m o y la p s ic o lo g ía e m p ír ic a s u b je tiv a , p a r a la q u e el o b je to d e la p s ic o l o g ía e s la c o n c ie n c ia y lo s p r o c e s o s p s íq u ic o s y e l m é to d o b á s ic o , la in tr o s p e c c ió n o a u to o b s c r v a c ió n . S e g ú n la e x p r e s ió n d e J. W a ts o n ,2 e s te m é to d o “ v u e lv e d e r e v é s lo s m é to d o s d e e s tu d io in tr o d u c id o s en la c ie n c ia p o r W u n d t* y J a ­ m e s ” 4 l( C ír . W a ts o n , 1 9 2 6 )]. E l c o n d u c tis m o r e c h a z a p o r c o m p le ­ to e l e s tu d io d e lo s e s ta d o s d e c o n c ie n c ia , d e lo s fe n ó m e n o s p s í­ q u ic o s , d e la s v iv e n c ia s y, en g e n e ra l, d e to d o el a s p e c to s u b je tiv o d e la p e r s o n a lid a d . A firm a q u e la c o n d u c ta p u e d e s e r e s tu d ia d a , c o m o c u a lq u ie r o tr o o b je to d e las c ie n c ia s n a tu ra le s , c o n e l m é to ­ d o o b je tiv o . S u c o n c e p to fu n d a m e n ta l e s : e s tím u lo - r e s p u e s ta .5 L a la r c a p r in c ip a l c o n s is te en e s ta b le c e r las re la c io n e s e n tr e lo s e s tím u lo s y la s r e s p u e s ta s q u e p e rm ite n , s e g ú n e l e s tím u lo d a d o , p r e d e c ir la r e s p u e s ta y, s e g ú n la re s p u e s ta d a d a , d e te r m in a r q u é e s ­ tím u lo la p ro v o c ó . L a p re d ic c ió n y el d o m im io d e la c o n d u c ta c o n fin e s p r á c tic o s c o n s titu y e el o b je tiv o p rin c ip a l d e l c o n d u c tis m o . El c o n d u c tis m o d if e r e n c ia las re s p u e s ta s h e r e d itá r ia s [e s d e c ir, i a c o n d ic io n a d a s J d e las c o n d ic io n a d a s . L a e x p lic a c ió n d e l o rig e n d e la s r e s p u e s ta s c o n d ic io n a d a s se a p o y a e n te r a m e n te e n e f p r in ­ c ip io d e la f o r m a c ió n d e l re fle jo c o n d ic io n a d o , ta l c o m o fu e e s t a ­ b le c id a c x p c r im c n ta lm c n lc en la e s c u e la d e P á v lo v y d e B é jtc r e v .6 P a ra el c o n d u c tis m o , la p s ic o lo g ía d e la c o n d u c ta n o c o in c id e c o n la f is io lo g ía , a u n q u e ta m b ié n s e a p o y a en é s ta [...]. L a f is io lo g ía es a m ig a ín tim a d e la p s ic o lo g ía : “e s d if íc il q u e p o d a m o s d a r u n

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paso en psicología sin emplear, al hacerlo, los dalos de la fisiolo­ gía”, dice Watson.7 El oonduciismo desarrolla de modo consecuente el punto de vista objetivo y materialista de la psicología del hombre. Rompe en forma definitiva con el dualismo de la psicología tradicional, que reconocía, de una u otra forma, el espíritu y el cuerpo como los dos principios posibles en el hombre; se libera de los estratos idealistas y metafísicos que se depositaron en la psicología empí­ rica; aporta una rigurosa objetividad y los métodos de las ciencias naturales a un ámbito donde las nociones religiosas rudimentarias se disfrazaban con ropaje científico. La vieja psicología, dice Watson, conservaba, si bien es cierto que en forma enmascarada, el viejo concepto religioso de “alma”. Sin embargo, el materialismo, colocado en la base del conductismo, no tiene carácter dialéctico* La completa ncgución del as­ pecto psíquico de la conducta -o la afirmación de la ineognoscibiiidad del mismo-, la reducción de la conciencia a una reacción mo­ tora latente, el biologismo extremo en el enfoque de la personali­ dad humana, la falla de inclusión del factor social en la conducta el hombre; todos estos son rasgos del materialismo mecanicista,9 característico de la filosofía del conductismo, que, naturalmente, menoscaba el valor científico de sus construcciones y conclusio­ nes principales. El conductismo considera que los cambios mórbidos de perso­ nalidad, no provocados por lesiones orgánicas, son “deformacio­ nes de la conducta”. Dice Watson: “podemos tener una personali­ dad enferma sobre la base de la deformación de un hábito, defor­ mación que llega a tal grado que los factores compensatorios -há­ bitos útiles- son insuficientes para mantener al individuo en la so­ ciedad" [(Watson, 1926)1. La patogénesis de tales desórdenes fun­ cionales -las neurosis- se reduce, desde este punto de vista, al me­ canismo de las respuestas condicionadas, al surgimiento o cierre de vínculos condicionados, inadecuados entre cualquier estímulo y respuesta -“miedos transmitidos”, etc. La terapia de la neurosis consiste en reeducar al paciente, es decir, en desconectar el víncu­ lo condicionado mórbido o educar los hábitos útiles. Un factor de­ cisivo de la terapia es, en ese caso, el medio ambiente. Dice Watson: “El nuevo entrenamiento -tratamiento- aunque es también

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más difícil, no es en absoluto misterioso ni más prodigioso que en­ señar a una criatura a lomar un caramelo o a retirar la mano de la llama de una vela” | (Watson, 1926)]. La naturaleza psicológica del tratamiento del neurótico se identifica con la base psicológica de cualquier educación y reeducación. El conductismo intenta cons­ truir una teoría de las neurosis y la psicoterapia sobre una base psieológico-objctiva. En este sentido, se opone al psicoanálisis -la es­ cuela de Freud- ya que este es un método subjetivo de tratamiento de las neurosis. El conductismo, como el psicoanálisis, ve las raí­ ces de dichas enfermedades en la más temprana infancia, a veces en la lactancia: los viejos sistemas de reacciones, las actitudes in­ fantiles. dominan en estos casos la conducta del paciente. Pero pa­ ra dilucidar esto, el conductismo no recurre al “abismal inconcien­ te de la escuela freudiana”. En particular, el conductismo señala como causa de la inestabilidad de muchos casos de tratamiento psicoanalítieo el que este mólodo opera casi exclusivamente con las respuestas verbales del paciente. Las raíces del conductismo se encuentran en la “zoopsicolo­ gía". En el estudio de la psicología de los animales se pone de ma­ nifiesto. con particular evidencia, la inconsistencia e infecundidad de la psicología tradicional como ciencia de los fenómenos de la conciencia. “Sería antinatural pensar y hablar sobre pensamientos y deseos de alguna ameba o infusorio", dice Pávlov, al explicar el inevitable surgimiento de la escuela de zoopsicología objetiva -re­ presentada en Norteamérica por Lebon, en Alemania por (Jakob von] Uexküll, Bethe y Becr-, que tuvo que abandonar el punto de vista subjetivo c intentar introducir los métodos de investigación y el vocabulario objetivos". Esta escuela fue, según la correcta ob­ servación de Watson, “antes bien una reacción contra el antropo­ morfismo más que contra la psicología como ciencia de la con­ ciencia”. Los experimentos de |C.J Lloyd Morgan10 en Inglaterra, en la década del 90 del siglo XIX. sobre conducta de los animales, que rompieron con el antropomorfismo en la zoopsicología, y la inves­ tigación de Thorndike11, “cuya obra -según palabras de I.P. Páv­ lov- aparecida en 1898 bajo el título de Inteligencia animal, tuvo el honor de haber inaugurado las investigaciones sistemáticas de este género" , 12 son los antcccdcnics del conductismo. En el ámbito de la

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cl coodactismo provocó una La psicología subjetiva de k*s animales no poseía ima base cientí­ fica. Partía de un entera» цне contradice de raí/, cl principio evo­ lucionista y excluye su aplicación al estudio de la conducta de los animales. Wundl formulaba este criterio en una exigencia: juzgar la psicología de los animales partiendo de nuestro propio psiquis­ mo. Esta zoo psicología. en lugar de recorrer el camino común de las ciencias biológicas, construidas sobre la base del principio evolutivo, no fue desde abajo hacia arriba -desde los animales has­ ta el hombre, siguiendo paso a puso el desarrollo paulatino de las formas superiores de conduela a partir de las inferiores-, sino de arriba a abajo -del hombre al animal, trasladando a los animales, según somojun/.as exteriores, las formaciones psicológicas com­ plejas, observables en el ser humano, adjudicando así. por ejem­ plo, el sentido del deber (|Cfr.| Henkel) a la hormiga, el sentimien­ to de veneración al toro (|Cfr.| Sikorski), etc.

El conductismo rechazó la autoobservaeión c introdujo el pun­ to de vista objetivo en la psicología de los animales. Sólo desde ese momento resultó posible aplicar correcta y sistemáticamente el método evolucionista a la psicología comparada. Así, V.A. Vag­ ner1* brindó en sus originales trabajos un cuadro científico riguro­ so de la evolución de los instintos constructores en las golondrinas y las arañas. Examinando la conducta del animal como una forma peculiar de su adaptación al medio circundante, el conductismo di­ ferencia. en la conducta, reacciones hereditarias , que se han for­ mado en el proceso de desarrollo filogcnétic», y reacciones condi­ cionadas individualmente adquiridas , que aparecen en el proceso de desarrollo ontogenético. Las formas más simples de reacciones hereditarias, que se encuentran ya en los vegetales y animales in­ feriores son el tropism o ;14 el reflejo incondicionado o hereditario, que es la unidad más simple de conducta hereditaria en los anima­ les que poseen sistema nervioso; los instintos y las emociones, que representan formaciones complejas del mismo nivel de conducta. Los reflejos condicionados, que se estructuran sobre la base de los hereditarios, constituyen la forma más simple de conducta adqui­ rida. Las formaciones complejas y la combinación de reflejos con­ dicionados dan comienzo a las costumbres o hábitos. Tal es el bre­ ve esquema, que se encuentra en la base del conductismo, de las

Ел su aspecto actúa!, el coeducüssno es ira produeso de U psi­ cología norteamcncana. Walson. en su articulo “Psychology from the Standpoint o f a Bchaviorist”. publicado cu Psychological Review- en 1913.,s fue el primero en desarrollar la idea del conductis­ mo como disciplina científica particular. Fue también quien hizo la primera exposición sistemática de la psicología de la conducta (1919).16 En el presente, el conductismo constituye un poderoso movimiento científico que posee multitud de partidarios, algunas escuelas científicas, una rica producción bibliográfica, etc. y ejer­ ce una fuerte influencia en la psicología europea. Sin embargo, el conductismo en su forma actual no es algo úni­ co c integral. Dentro de esta corriente existen diferentes vertientes que se diferencian esencialmente unas de otras. Así, el psico-conductismo intenta combinar en los hechos el punto de vista objeti­ vo y el subjetivo en psicología. El conductismo radical o extremo rechaza por completo los datos de la autoobscrvación y de la in­ vestigación de los procesos psíquicos, es decir, del aspecto subje­ tivo de la conducta. 17 Ultimamente, el conductismo ejerció gran influencia en la re­ forma de la psicología en la Unión Soviética. La crítica a la psico­ logía subjetiva, la psicología de la conducta, la defensa del méto­ do objetivo, la concepción materialista de la psicología en los tra­ bajos de los psicólogos marxistas ([Cfr.J Blonskif, 19211; Kornílov|. I924| y otros);,K lodo ello se apoyó, en considerable medida, en el conductismo. Pero también, a su vez, las bases del mecani­ cismo simplista del conductismo fueron sometidas a una dura y acertada crítica por los psicólogos marxistas.

B ibliografía

(BEER, T.. BETHE, A., & VON UEXKÜLL, J.J. “Vorschlágc zu cincr objcktivtcrcndcr Nomcnklatur in der Physiologic des Ncrvcnsysicms". En Biolngisches Centralblatt, 19, págs. 517-21, 1899.1 BLONSKI. P.P. Ensayos de psicología científica (en ruso), Moscú, 1921.

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LIEV S. VIGOTSKI

KORNILOV. KI. La psicología contemporánea y cl marxismo (en ruso). Lenin grado. 1924. 1PAVLOV, l.P. “Lecciones sobre los irahajos de los grandes hemisferios cerebrales”, en: Obras escogidas, Quetzal. Buenos Aires, 1960. págs. I65-210.| P1LLSBURG. W.B. The fundamentals of psychology. New York. 1923. RUSSELL, BtertandL Analysis o f mind. London. 1922. THORNDIKE, K.L. Animal intelligence | Inteligencia animalJ. New York, 1911 lira, edición: 1898J. VAGNER, V. A. Fundamentos biológicos de la psicología comparada, (en ruso). T.l. San Petersburgo, 1910: T. II, San Pelersburgo, 1911. WASHBURN, M.F. The'animal mind. New York. 1908.(19) • % * ' WATSON, John B. La psicología como ciencia de la conducta [Traducción literal al castellano del título ruso de un libro con texto/s de Watson. Como Vigotski no cita el título original inglés y Watson no publicó nada con este título, puede tratarse de los trabajos citados en el artículo y/о del libro Behaviorism, de 1925. . , La, versión de estos textos es: Watson, J. El *, 'castellana ,, V % conductismo. Paidós, Buenos Aires. 19731. Moscú-Lcningrado, 1926. WEISS, A. P. A theoretical basis of human behavior. Columbus. 1925.

Notas Vigotski escribe literalmente “behaviorismo”. En este texto lo he­ mos remplazado por el término "conductismo \ más lamiliar al lector argentino. En el resto de América Latina siempre se han usado ambos términos indistintamente. El presente artículo lúe publicado en ruso, en 1928, como la voz “Bijeviorizm” de la Gran Enciclopedia Médica [Bolshaia Medisinskaia Ensiklopediu1, volumen III. columnas 483486. Erróneamente, suele decirse que se publicó en la Gran Enciclo­ pedia Soviética. La “Bibliografía” que reprodujimos es la original del artículo; como se advertirá, en ella se omiten algunas rclerencias bi­ bliográficas de autores mencionados en el texto. Al final del artículo se lee: ‘‘L. Vigotski”. La traducción del ruso al castellano fue realiza­ da por Lya Skliar y su revisión técnica por G. Blanck. 1

2 John Broadus Watson (EEUU.. 1878-1958) fue la primer gran figura

del conduct ismo, quizás cl sistema psicológico тйя primera mitad del siglo XX. Debido al puritanismo n o u S c a n o 5 haberse divorciado en 1921 le costó su carrera académica D u r i resto de su vida jamás volvió a relacionarse con colegas- sc ded' V su granja a divulgar la psicología y a la aplicación de la m ita aYa publicidad. Un ano antes de su muerte la American P s y d w l o l < soaation le otorgó un premio que reconoció su aporte revolucionario Esto lo alegró, pero envió a su hijo a recibirlo; no quiso enfrentarse al gremio después de 37 años de ostracismo. Wilhelm Wundt (Alemania, 1832-1920) fue el fundador de lapsi cología experimental y quien estableció a la psicología como una cien cia autónoma. 3

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Véase la nota n° 2 del artículo '‘La genialidad”, en este volumen.

En el original dice literalmente, en lenguaje rcactológico, “estímu­ lo-reacción”. Sin embargo, en el caso particular de este artículo, preferi­ mos escribir “respuesta”, ya que es esta la palabra que designa esa cate­ goría en el conductismo y que no es diferente de la de “reacción” en el sistema psicológico de Kornílov. En la primera etapa de la formación sis­ temática de Vigotski en psicología, es evidente la influencia de Kornílov. 5

л La reflcxología fue una corriente rusa, sobre todo del primer ter­ cio del siglo XX, ligada a los nombres de V.M. Béjtcrev c I.P. Pávlov. Investigó la actividad nerviosa superior del hombre y los animales y, en nuestra opinión, sigue siendo uno de los mejores corpus teóricos que dan cuenta de la fisiología del sistema nervioso. Dicho esto, los conocidos problemas que se generaron en tomo de la reflcxología hasta alcanzar su máxima intensidad durante el lisenkismo- fueron más bien de incumbência. El mecanicismo y el rcduceionismo de la re­ flcxología se pusieron de manifiesto cuando intentaron salir de las fronteras de su objeto de estudio -la base orgánico-funcional de la ac­ tividad cerebral- y pretendieron explicar, con sus categorías y su me­ todología, los procesos psíquicos superiores específicamente huma­ nos, que requerían un abordaje como el que Vigotski ^uc y, a medida que lo iba desarrollando, reubicaba la obra de Pi su nivel específico de organización y se iba alejando de e\\ . У 4 ] sus intereses se focalizaban más en los problemas de Pe"s“ . me_ lenguaje, la organización semiótica de la conciencia y c diatizado de los procesos psíquicos superiores.

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LJF.V S. VIGOTSKI

I3n este texto las citas lucron traducidas del ruso, sin cotejarlas con cl original ingles de Watson. KLas cursivas son nuestras. Las cursivas son nuestras. Las críticas de Vi gol ski al conductismo comparten los argumentos clásicos con los que el marxismo se entren. Л _.i ______________ r»! l : ... . i I ló al positivismo. Si bien el conductismo es ............ filosóficamente materia­ lista. su mecanicismo, relacionado con sus fundamentos positivistas, no resiste una mirada crítica dialéctico-materialista. Sin embargo, no se puede dejar de destacar la asimilación et ílica que hace Vigotski. Es muy interesante su valoración de los aspectos positivo1, del conduciisnio. sobre todo en la historia de la psicología. En este sentido, la recu­ sación del conductismo que ocurrió en la Argentina -a diferencia de lo que ocurrió en toda Latinoamérica- fue un signo más de su decadencia cultural. No es lo mismo ser /w-conduclista por haber sostenido sus logros y haber superado sus evidentes limitaciones, que /w-eonduetista por ignorar siquiera de qué se trata. Vigotski muy tempranamente entrevio, incluso, las zonas de convergencia eognilivo-conduclual -lo que llama en su artículo “psico-conduclismo**-. con lo que avisó el fu­ turo treinta años antes de que éste se realizara. De los cinco estudiosos de la psicología animal recién mencio­ nados, de lejos, los más importantes fueron el alemán Von Ucxküll (Estonia. 1864 - Italia, 1944) y el inglés Morgan (1852-1936). 10

Edward Lee Thorndike (EE.UU.. 1874-1949) fue el creador del conductismo y un gran psicólogo del aprendizaje. Hue quien más ha­ bló del aprendizaje de los organismos por "ensayo y error" o. como di­ ría después, "elección y conexión". 11

>2 Vigotski se refiere a Pávlov, J.P., "Lecciones....", que hemos incor/torcido entre ( ) a la "Bibliograliu orif/inal del artículo. La cita se encuentra en la pág. 172 de esa edición argentina.

»•' Vágner, Nikolai Petrovich (1829-1907). Zoólogo ruso que. en 1862. descubrió la capacidad de los insectos de multiplicarse en esta­ do larval. Teórico de la evolución, psicólogo comparativo, fue amigo de Vigotski con quien tuvo una larga correspondencia -hasta ahora de­ saparecida. según Luria. Fue fundador del Centro de Biología Experi­ mental de Solovictsk. Vágner también escribió literatura para niños: Los cuentos del Cato Marlik ( 1872).

EL CONDUCTISMO

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Las reacciones positivas o negativas que se producen en ios or­ ganismos vivos sin que ocurran fenómenos nerviosos se llaman “tro­ pismos**. 14

Hay aquí un error de Vigotski; en realidad, el quiere referirse al trabajo de Watson. “Psychology as a Bchaviorist Views it", y no al que cita. 15

и* Vigotski se refiere al trabajo de Watson de 1919, "Psychology from lhe Standpoint of a Bchaviorist’*. que antes citó erróneamente, como sc señaló en la nota nn 15. Reléase primero la nota n° 9 al presente artículo. Ahora bien, en lo que respecta al conductismo radical, dada la extendida ignorancia sobre.este en la Argentina, nos permitimos aclarar, para una mejor comprensión de los asertos de Vigotski, que rechaza los dalos de la au(oobscrvación como material válido para su procesamiento científico, pero no la existencia objetiva de la subjetividad. СГг. Skinner, B.F., El conductismo -hay varias ediciones castellanas. 17

I* En el Moscú de Vigotski, K.N. Kornilov, director del instituto donde trabajaba, creó la “Reaclología", una concepción de la psicolo­ gía como ’’ciencia de las reacciones", que eclécticamente unía el conductisino con el marxismo. En 1930, este enfoque fue rechazado defi­ nitivamente por la comunidad científica rusa. Se trata de Margaret Floyd Washburn (New York. 1871-1939), una de las primeras mujeres que se doctoró en psicología y que se des­ tacó en sus investigaciones. Dado que en la actualidad no es recorda­ da. quisimos hacer esta aclaración para que no se la confundiera con el conocido antropólogo S.L. Washburn, quien también ha escrito sobre el comportamiento animal -el de los primates, en particular. 19

•4

LA GRAFICA DE BIJOVSKI*

U clave para comprender ios dibujos de Bijovski* reside en la dualidad de su percepción c interpretación del espacio. Como lo demostrara Christiansen; esta dualidad constituye el postulado es­ pacial básico del estilo gráfico1. El contraste estilístico del dibujo y la pintura radica en el diferente tratamiento de la profundidad es­ pacial. La pintura |como una forma de arle] nos obliga a olvidar el plano, portador de la imagen. En un buen cuadro no vemos el lien­ zo cuadrangular cubierto de color: desaparece, se esfuma, y se nos presenta con toda su tuerza el espacio ficticio del cuadro, ya que su espacio real se desvanece. El arte gráfico, por el contrario, “mantiene deliberadamente el carácter plano del dibujo incluso allí donde está representada la profundidad espacial”: nos impele a ver y percibir el significado espacial tridimensional de la imagen y el plano bidimensional del dibujo con idéntica intensidad. Al conser­ var para la vista la superficie del dibujo, la gráfica permite que se desarrolle el peculiar lenguaje de las líneas. “La línea sólo nos ha­ bla claramente cuando se despliega en el plano. Entonces ella mis­ ma y su acción son realmente tales como las vemos, y su aparente movimiento brinda su melodía. En el dibujo -si posee estilo- lee­ mos directamente el lenguaje de las lincas sin procuparnos por su significado para la tercera dimensión, y por eso tampoco interesa su interpretación temática”. A la vez, la gráfica ya es sólo a medias un arte plástica; es justamente otro tanto un arte expresiva. Su ma­ terial la aproxima a la pintura; su estilo, a la música. Como ya dijimos, en esto reside la clave de los dibujos de Hi­ jo vski. En cada uno do ellos la línea cumple dos funciones espacia­ les y estilísticas completamente distintas. Las líneas representan siempre algo, pero, a la vez, expresan otra cosa. Son portadoras del te­ ma objetual del dibujo, pero también implican su solución, una singu­ lar catarsis gráfica. El dibujo de Bijovski se estructura en dos planos espaciales y estilísticos: en uno, figurativo-temático tridimensional y.

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on «l oiro, rílmicn-alcmúticn. Y esto juego do los dos sonlid.,s do su dibujo, osla superación y dilución en el lirismo nulónonm do las linens, ele cada lema objeinal. constituyen el atribulo fimdumcntal de su obra. Agudo, expresivo c intenso, rompiendo y distorsionando las lí­ neas de lo ical y lo aparente, sin embargo no las tergiversa tanto co­ mo pata que en sus lormas la realidad desaparezca definitivamente. Su retrato sigue siendo un retrato, y la agudc/.a no lo hace diferente del original. Esta fidelidad a la realidad, combinada con la intensa libertad estilística respecto de las formas materiales, constituye el enigma de su estilo. ¿De qué manera un maximalista del estilo pue­ de presentar, al mismo tiempo, este maximalismo tan parcamente? Un mismo círculo gris representa con toda veracidad y exactitud material un sombrero de verano en la eabe/.a del artista en Autorre­ tr a to (1923); al mismo tiempo, cumple plenamente idéntica función que la aureola o el nimbo en un icono. Vemos, sencillamente un sombrero gris cubriendo la cabeza, pero en modo alguno tan senci­ llam ente la cabeza, con tan porfiada energía, con tan difíciles ángu­ los, con una línea tan quebrada, tan estilísticamente afilada, está inscripta en el círculo gris, iluminada de luz gris, guarnecida de un aro gris. Este es, desde luego, el más péncelo procedimiento de la gráfica ieónica por la que, “el movimiento ha sido coartado al má­ ximo y allí donde se lo admite es insertado en unos límites estáti­ cos que parecen aherrojarlo”. Y ya lo estamos viendo, este nuevo “ icono” es un retrato heroico y patético; sí, esta es la cabeza de un contem poráneo cubierta de ceniza; es un judío que parte hacia el ul­ timo “desam paro espiritual” (leu palabras del M. Guershenzon). Aquí la realidad del sombrero -un detalle de la imagen- asi co­ mo la realidad del rostro -la imagen completa-, lejos de haber per­ dido algo de la acción estilizante de la línea sobre el plano rest. ,aron elevadas a un nivel superior de realidad: lodo cl sign,I,cajo de la línea melódica le lúe comunicado ac|Ui al rosiro y lo levanta a una altura que es inacecsible para el realismo. Y con frecuencia csia violencia que el estilo ejerce sobre la re. lidad la línea sobre el contorno de los objetos suele ser hasta tal punto sutil c imperceptible para la vista, casi imposible de captar que es preciso prestarle especial atención: "sopesar" dos veces con o ojos el mismo trazo: ante lodo, como contorno real -en el espacio- > luc^i

" Reproducciones иг.Щ

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como linca estilizada -en el plano-, a fin de que, después de este análisis, la vista pueda leer fielmente el dibujo. En el retrato del poeta proletario Liashkó (1924), el gorro es tan corriente, tan fabril, tan conocido, pero hay que sopesar dos veces su trazado con la vista para comprenderlo, primero como el más real de los gorros, y después para notar con qué zigzágs, con que líneas quebradas estilizó el artista su naturaleza y en qué cosa compleja c infrecuente lo convirtió. Y, nuevamente, sólo un detalle descubre el sentido de todo el dibujo. Aquí están conservados y transmitidos todos los rasgos sencillos y fuertes de un rostro pro­ letario. ese ángulo nacional ruso de los ojos, ese porte fabril; todo el modo de vida, toda la psicología del rostro está fielmente respe­ tada. Pero, al mismo tiempo, todo ello habla en el lenguaje de las masas equilibradas, de las formas delimitadas. El rostro, o más exactamente las masas que lo forman, están dadas como el diseño de una máquina, como las partes de un mecanismo. Este es un ros­ tro narrado con el lenguaje de la fábrica. Así se despersonifica la naturaleza del dibujo, en la melodía y el juego de las líneas pierde su pesadez material, la cobertura de los objetos, y de pronto se trasluce el auténtico bosquejo del obje­ to, su piano secreto, su intención oculta. Esta dcspcrsonifícación pasa a ser el método central y el prin­ cipio de trabajo del artista. ¡Cuán disminuido y empobrecido es el mundo en su dibujo Levicitán (1917)! En ese mundo no existe casi nada, ni un hombre, ni un árbol, animal o piedra, como si estuvie­ se vacío o se hubiera extinguido, o ya fue abandonado por todos ios que en él vivían. Y [hay] sólo círculos por los que “anda el viento hacia el sur y pasa hacia el norte, levanta remolinos y remo­ linos a su paso, y retorna el viento a sus círculos”. ¡Cómo ha quedado despersonalizado el mundo, cómo se lo ha despojado de todo su ropa­ je, qué desnuda aparece su estructura y qué desgarrada y expuesta es­ tá la carnadura del mundo! El mundo materializado ha conservado to­ davía en alguna cosa una materialidad marcadamnte infantil, ingenua, los últimos trozos y partículas de materia. ¡Qué bajas están que pode­ mos tocar con el dedo esas estrellas, qué barquitos tan ingenuos! Pero éstas son las últimas migajas y restos de un material no incorporado a la obra y olvidado en la mesa de trabajo, recortes y virutas del mundo que destacan con mayor fuerza aun su vacío.

LA GRAFICA DE BIJ0VSK1

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Y csle vacío se desdobla ante nuestros ojos. He ahí el mundo dado como un pequeño recipiente. El círculo, trasladado al espa­ cio, un círculo tangible en su significado temático, resulta fatigo­ so para la vista: obliga a la mirada a errar inútilmente y a retornar siempre al mismo punto. No en vano el círculo fue para nosotros hasta ahora símbolo de la trivialidad univcrsal.de! torbellino de la vida, emblema del girar sin sentido y de la languidez del espíritu. No es ese un círculo en el plano: aquí se revela la poesía pura de la línea curva. Y este vacío ya deja de parecemos pobreza y es­ trechez. Uno siente que en el está encerrada la infinitud del univer­ so, la angosta lámina se despliega, se abre por dentro, en lo inter­ no, y uno ve que allí están contenidos espacios enormes, los incon­ tables caminos de los planetas y del sol. Y la visión del mundo des­ de esta página no es ya vanidad de vanidades, no se alzan hueros y fatigosos espejismos, sino que todo es la inconcebible imponen­ cia del universo, la desnuda grandeza del mundo desprovista de to­ da materialidad, de todas las formaciones y excrecencias fortuitas, de los granos de polvo en la superficie del mundo, resuena en el dibujo con tal simpleza infantil, con tal ingenua sensibilidad: es para eso que el artista necesita estas estrellas a las que se puede to­ car y los velámenes en los que se desea soplar. Como infantiles barcos de papel en los charquitos primaverales, como estrellitas de cartón recortadas con tijeras, tal es la frescura de la realidad inme­ diata, de la cual aquí está lomado el tema de la grandeza. Lo cós­ mico está posado en la mano como si fuese de juguete. El artista se mantiene fiel a este camino adondequiera que va­ ya. Además, no puede traicionarlo. Esa es la índole del estilo que ha elegido, ese es el impulso interior de su creación, nunca fue un inventor de nuevos métodos expresivos, un descubridor de combi­ naciones formales, ni un apóstol de la innovación técnica. Tampo­ co podía proponerse metas de ese tipo. Sin haber estudiado con na­ die, tomó por sí solo el pincel y llegó a dominarlo sin una influen­ cia orientadora ajena; no fue, en su obra, del oficio a los trabajos, sino de los móviles interiores al oficio. Por eso cada uno desús di­ bujos está alimentado por el pensamiento, nutrido por la sangre, engendrado y parido por el espíritu. Es muchísimo lo que da este método aplicado a la elaboración grá- fica de un tema heroico revolucionario porque, en lo fundamental, tal

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es precisamente, el método común de c caeión de lo hemic» en el arte. Lo patético se revela en las líneas. Con todo, también está con­ servada la pequeña realidad, la cosa tal cual es. Veamos mi Toque a rebato azul (1922). El significado cósmico de esta composición resulta claro a primera vista. Es evidente para cualquiera que no se trata sim plem ente de un pequeño campanario y un toque a rebato aldeano, que aquí se desmorona el firmamento, se derrumban los mundos, que en esfuerzo conmovedor del campanero que tiende hacia la cuerda se esconden lucr/.as sobrehumanas. Entretanto, con qué audacia está conservada la realidad de los troncos, de la esca­ lera. de toda esa precaria construcción. Pero, jqué majestuosamen­ te están alteradas las proporciones! Sin embargo, incluso en las formas geom étricas más sintetizadas con las que está dada la figu­ ra del campanero, no se ha destruido la realidad. Se ha lomado de ella un extracto, sólo lo necesario: el heroico apoyo de los pies, la patética dim ensión de las manos. Es este un movimiento puro, to­ do lo demás resulta supérfluo en este hombre. У de nuevo lo pobre y estrecho -el tablado y la campana- quedan transformados en lo

grande y universal. El pathos de la revolución5 se transmite en esta composición con toda su severa energía; aquí está conservada y expuesta su en­ vergadura mundial; no son las “eras de gloria** leales a lo clásico, sino ese toque a rebato de la revolución que resonó realmente en los espacios azules del mundo. igualmente está mostrado bajo el signo de la grandeza un epi­ sodio de la guerra civil6 en Ofensiva (1919). En el los espontánea­ mente sublevados y al ataque -una masa que se fusiona donde no es posible diferenciar los cañones de la gente, ni los caballos de las bayonetas, está interpretada por una figura grandiosa con una hor­ quilla en la mano alzada y aires de victoria. Aquí está duramen c representado el hombre contra la bestia . contra la fuerza salvaje de un murciélago monstruoso con ala gigantesca y siniestra. Pero el principal triunfo del pintor reside en que supo convert г cl coos, cl revoltijo de personas y cosos, en una unidad de mov miento Las agudas líneas que resuelven esta masa informe respi­ ran una volunfad colosal que tiende hacia un solo punto. Un episo­ dio confuso de la guerrilla traducido a la línea de acero de la revo­ lución.

Mientras que en Los dore de В lok7 existe un psicologismu anárquicamente Iragmemado, aquí están presentes su lógica férrea y su sentido objetivo y auténtico. Pero tanto allí donde el alista se presenta como un lírico puro -lo que ocurre en sus obras tempranas Л ¡a muerte de tres poetas y El felino-, como allí donde brinda esbozos o.esquemas objetivos y épicamente equilibrados de las cosas (Tiflís) 8 sigue siendo el mis­ mo perspicaz buscador del esqueleto oculto de los objetos. La ma­ teria pierde su materialidad, el mundo su carnadura, los objetos su tridimcnsionalidad; lodo se despersonaliza y resuelve en su esen­ cia gráfica, en la idea pura del artista acerca dei objeto.

Notas

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En 1926, la editorial Sovremenia Rosia, de Moscú, publicó una carpeta de 22cm x 30crn con reproducciones de excelente calidad de los dibujos del artista plástico Aleksandr Bijovski. El título de la e¿i- • ción lúe Gráfica Bijóskogo [La gráfica de Bijovski]. El presente ensa­ yo fue el texto introductorio a las reproducciones, escrito por Vigotski. Ocupa las págs. 5-8 de la publicación. Deborah Adelman fotogra­ fió, en condiciones lumínicas muy adversas, todas las reproducciones del único ejemplar existente en el archivo privado de la familia V¡godski, gracias a la gentileza de Guita Vigódskaia -las totos están en nuestro archivo personal. La traducción del original ruso al castellano fue realizada por Lya Skliar. Su revisión y el cotejo con la versión al inglés que hizo Enora Valsincr fueron realizados por G. Blanck. 2 Aleksandr Bijovski fue amigo de juventud de Vigotski y su fulurn esposa. Rosa N. Smiójova-Vigódskaia, en la ciudad de Gómel (Biclorrusia). En el libro Vigotski, El desarrollo cultural del niño, de esta colección, pág. 125, se reproduce una foto tomada en un parque de Gqmcl. donde se ven juntos Rosa. Liev. Bijovski y otros amigos. Cuando Bijovski se radicó en Moscú, continuaron su relación -ambos andaban por sus 30 años de edad y así surgió la presente colaboración, publica­ da en 1926. Vigotski murió de tuberculosis en Moscú* en 1934, a ios 37 años de edad; Bijovski también murió en Moscú, a los 78 años. 3 Vigotski se refiere a Broder Christiansen, Philosofie der kunst 1

[Filosofía del a r t e Hanau, 1909.

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Sc trata -si nuestras notas de hace años no nos juegan una mala pasada- de M. Guershen/.on. Vidente poeta \La visión del poeta], Moscú,. 1919. 5 Vigotski se refiere a la Revolución de Octubre de 1917. 6 La Revolución Rusa, entre 1918 y 1922, no sólo debió luchar con­ tra los “blancos" -los contrarrevolucionarios-, sino también contra las tropas extranjeras de catorce países (EE.UU., Inglaterra, Japón. Fran­ cia, etc.) que invadiere^ su territorio y se aliaron a los blancos. Este episodio de la historia rusa fue llamado “Guerra Civil". 7 Aleksandr A. B’lok'( 1880-1921), poeta y dramaturgo, ha sido con­ siderado el iniciador de la literatura pos-revolucionaría rusa. Su poe­ ma Los doce [Devcnatsat] (1918), describe las andanzas de doce Guar­ dias Rajos, por la calles de Petrogrado. durante la insurrección de 1917, con una figura do Cristo al frente; es oscuro y enigmático. 8 Antiguo nombre de Tbilisi, la capital de Georgia. 4

RECENSION DE LA NOVELA DE ANDREI BELI, Petersburgo1

Toda la novela de A.' Bcli2 eslá ligada, por el lema, a su novela an­ terior La paloma ele plata. En ésta estaba representado el inicio de Rusia, oscuro, oriental, primitivo desde tiempos inmemoriales, el comienzo de un misticismo siniestro. Aquí |cn Petersburgo] enca­ ra el inicio de lo occidental, de la obra de Pedro, 2 de lo petersburgués, de lo racionalista, es decir, el comienzo del esquema lógico y de la dominación indivisa de la abstracción, del pensamiento pu­ ro. Los hechos de la novela se remontan al año 1905; sus protago­ nistas son revolucionarios, provocadores, burócratas, intelectuales y habitantes comunes del Petersburgo revolucionario;4 la trama, demasiado simple para una obra tan voluminosa, casi queda ago­ lada con la historia del atentado -un atentado que fracasa, afortu­ nadamente- que realiza el hijo [débil mental] del senador Ableújov contra la vida de su padre, por exigencia del partido revoluciona­ rio, y con la historia del asesinato del provocador Lipanchenko, La impresión que causa la lectura de la novela es profunda y doble del principio al fin: la novela parece estar dividida en dos, compuesta por dos partes de un valor no comparable; los vuelos más altos de sus logros artísticos se alternan con sus más hondos fracasos y fallas. El trasfondo general de la novela, la imagen de Petersburgo, fue indiscutiblemente lograda por el autor: éste es uno de sus hallaz­ gos más felices y profundamente originales. Y aunque a veces pa­ rece que el propósito del autor no va más allá de la idea de Dosloicvski -quien señaló que Petersburgo es la ciudad más preconce­ bida y a ía vez la más fantástica en todo el globo terráqueo-, en la novela misma, en las interpretaciones, en la composición grandio­ sa del autor, Petersburgo se yergue como una imagen inolvidable,

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como M espectro, como una caída en cl abismo, en “una nebulosa sin limite , como un espejismo, como algo que no existe, que sólo parece . que aparenta ser. Algo completamente distinto debemos decir del otro aspecto de la novela. Su propio fundamento, el hilo, la trama material, el curо I .i i ..i . « —

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pos no disgrcgablcs son sustituidos por construcciones lógicas. Es cierto que, en buena medida, así lo exige el propio provecto: el hi­ lo es la trama vital psieológico-rcalista. Sin embargo, todo resulta inestable, inconstante; (lodo] es erosionado por la niebla. Es como si la conciencia de los personajes se distanciara de su personalidad y el autor no se ocupara de la psicología viviente de las personas, sino de la mera lógica de sus conciencias tomadas por separado. Es por ello que en lugar de un cuadro de la vida espiritual se brinda una descripción de cómo "se amontonan en enjambre los pensa­ mientos” y los personajes de la novela no son sólo almas muertas sino también conciencias muertas, divorciadas del cuerpo; toda la expresividad del hombre viviente queda limitada a gestos impo­ tentes de marioneta. Todo ello resulta interesante, pero, desde el punto de vista ar­ tístico. es flojo; la fantasía del autor traza únicamente -según sus palabras- “débiles arabescos”. Algunos de ellos, [como] la descrip­ ción de sensaciones y de la conciencia “no al estilo de Kant", tie­ nen por momentos una profunda significación. Si embargo, todo esto está corroído por tendencias acusatorias antiartísticas, por imágenes alegórico-discursivas....- por prusa.smos políticos y filosóficos. La novela está escrita es un estilo sumamente peculiar pero también la forma combina dentro de sí una contraposición. La ma cia de la palabra y la fuerza tocante del contagio artístico, sólo

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