La escena de Anaximandro: Encuentros de teatro y ciencia [1 ed.] 841832256X, 9788418322563

La escena de Anaximandro continúa una tradición en la que los diálogos entre las artes y las ciencias propician las ener

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Sumario
Prólogo de José Sanchis Sinisterra
"La ciencia desde el escenario: TeatrIEM" de José Vicente García Ramos
"El olor" de Laura López-Mascaraque y José Luis Trejo
"Feromonas" de Pilar G. Almansa
"Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón" de Gema Martínez Criado y *Mari Cruz García Gutiérrez
"Rapaces y jamones. Nuestra olimpiada particular" de Mari Cruz García Gutiérrez
"Geometría bajo tu piel" de Clara Grima
"Escúchame, auscúltame, escútame" de Carlos Molinero
"La evolución como motor de la biodiversidad" de Rafael Zardoya
"El jardín del Beagle" de Enrique Torres Infantes
"Universos cíclicos" de Jose Alberto Ruiz Cembranos y Luis Javier Garay
"Casi (anillo de Moebius)" de José Sanchis Sinisterra
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LA ESCENA DE ANAXIMANDRO

LA ESCENA DE ANAXIMANDRO Encuentros de teatro y ciencia EDICIÓN DE JOSÉ VICENTE GARCÍA RAMOS PRÓLOGO DE JOSÉ SANCHIS SINISTERRA

MínimaTeatro, 11

Colección MínimaTeatro, 11 © De los textos, sus autores © Del prólogo, José Sanchis Sinisterra, 2021 © De la edición, José Vicente García Ramos, 2021 © CSIC

© De esta edición, Festina Lente Ediciones, S. L. U., 2021 Todos los derechos reservados. Este libro es una coedición entre la Editorial CSIC y Punto de Vista Editores. Primera edición: septiembre, 2021 Publicado por Punto de Vista Editores C/ Mesón de Paredes, 73, 28012 (Madrid, España) [email protected] | www.puntodevistaeditores.com | @puntodevistaed Editorial CSIC C/ Vitruvio, 8-28006 Madrid editorial.csic.es | [email protected] Director de la colección: Felipe Díez Coordinación editorial: Miguel S. Salas Corrección ortotipográfica: Luis Porras Diseño de colección y de cubierta: Joaquín Gallego ISBN (Punto de Vista): 978-84-18322-56-3 | e-ISBN (Punto de Vista): 978-84-18322-60-0 ISBN (CSIC): 978-84-00-10843-4 | e-ISBN (CSIC): 978-84-00-10844-1 NIPO: 833-21-110-X | e-NIPO: 833-21-111-5 Thema: DD, PDM | Depósito legal: M-21268-2021 Impreso en España – Printed in Spain Artes Gráficas Cofás, Móstoles (Madrid) Este libro ha sido impreso en papel ecológico, cuya materia prima proviene de una gestión forestal sostenible. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser efectuada con la autorización de los titulares, con excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. www.conlicencia.com

Sumario

Prólogo 9 José Sanchis Sinisterra La ciencia desde el escenario: TeatrIEM 17 José Vicente García Ramos El olor 27 Laura López-Mascaraque y José Luis Trejo Feromonas 39 Pilar G. Almansa Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón 55 Gema Martínez Criado y Mari Cruz García Gutiérrez Rapaces y jamones. Nuestra olimpiada particular 63 Mari Cruz García Gutiérrez Geometría bajo tu piel 81 Clara Grima Escúchame, auscúltame, escútame 93 Carlos Molinero La evolución como motor de la biodiversidad 111 Rafael Zardoya El jardín del Beagle 123 Enrique Torres Infantes

Universos cíclicos 139 Jose Alberto Ruiz Cembranos y Luis Javier Garay Casi (anillo de Moebius) 151 José Sanchis Sinisterra

Prólogo José Sanchis Sinisterra

La ciencia consiste en mirar más lejos, en darnos cuenta de que nuestras ideas, a menudo, son muy inadecuadas en el momento en que abandonamos nuestro pequeño jardín. Consiste sobre todo en desenmascarar nuestros prejuicios. Carlo Rovelli El arte, en general, y el teatro en particular consisten más o menos en lo mismo… José Sanchis Sinisterra

Debo reconocer que, hoy por hoy, el título de este libro, La escena de Anaximandro, no me resulta tan adecuado e ilustrativo como cuando se me ocurrió proponerlo, durante la puesta en marcha de un proyecto tan infrecuente como lo era reunir a dramaturgos y especialistas de diversos campos científicos para generar un «objeto escénico», es decir, un espectáculo teatral. En aquella circunstancia, la figura de Anaximandro, que hace veintiséis siglos, en Mileto (costa oeste de la actual Turquía), prescindiendo de dioses y de potencias sobrenaturales, sentó las bases del pensamiento racional y abrió para el ser humano el afán indagatorio y la necesidad de repensar una y otra vez el mundo; tal figura, Prólogo

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digo, atribuyéndole, además, una «escena», me evocaba sin duda un fértil entrelazamiento de arte y ciencia. Y quise que el proyecto, en cierto modo, le rindiera homenaje. Pero también percibí que, como título, dejaba que desear… De ahí que el subtítulo Encuentros de teatro y ciencia define mejor esta confluencia, cuyos frutos ofrecemos en el libro que acaban de abrir. Y lo hace con más precisión y vaguedad —valga la contradicción— que otras posibles denominaciones, como por ejemplo: «teatro científico», «teatro de las ciencias», «la ciencia en el teatro» o, peor aún, «temas y personajes científicos en escena»… El término encuentros, en mi opinión, dibuja más sinceramente la diversidad con que los autores y autoras que se prestaron a participar en esta propuesta de Nuevo Teatro Fronterizo, desencadenada e impulsada por TeatrIEM, afrontaron el «encargo» de escribir un texto dramático breve, cuya temática o estructura formal estuviese relacionada con algún aspecto de la actividad científica. Como puede advertirse, la mencionada propuesta era lo suficientemente laxa para que cada cual concediera a dicho encuentro —entre teatro y ciencia— la forma, la distancia, la duración, la intensidad, el tono, etcétera, que sus circunstancias e inclinaciones le dictaran. Por añadidura, los textos dramáticos que aquí se publican fueron el resultado de los encuentros personales que tuvieron lugar entre los dramaturgos propuestos por el NTF y los científicos convocados por el CSIC, encuentros tanto grupales como particulares. De ahí que el libro 12

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contenga no solo las cinco obras teatrales, sino también otros tantos artículos que abordan, desde la perspectiva de la ciencia, los diversos territorios que transitan los personajes en su humilde textura teatral. Pero me apresuro a aclarar, hablando en nombre de los autores, que sus pequeñas obras no pretenden ser una ilustración o «traducción» escénica de los complejos ámbitos investigativos expuestos por los científicos. Parte de su contenido, oralmente expuesto, formó parte, sin duda, de las conversaciones mantenidas entre unos y otros durante el proceso de elección y escritura, a algunas de las cuales tuve la suerte de asistir en La Corsetería, entonces sede del Nuevo Teatro Fronterizo. Y al espíritu que afloraba en tales encuentros quiero referirme, para concluir esta innecesaria introducción, ya que cristalizaba en ellos lo que había sido, desde sus inicios barceloneses a finales de los años setenta hasta hoy, nuestra vocación profunda por explorar las fronteras del teatro con otras prácticas artísticas (narrativa, cine, danza, artes plásticas…), con otros dominios del saber (filosofía, física, botánica, neurociencia, historiografía…), con otros contextos culturales y geográficos (fundamentalmente, Latinoamérica), con otros sectores sociales (emigrantes, refugiados, colectivos en riesgo de exclusión…), con otros horizontes históricos (la conquista del Nuevo Mundo, la guerra civil española, el exilio anónimo, el franquismo) y, muy en especial, nuestra igualmente profunda convicción de que es en los diálogos entre las artes y las ciencias donde se encuentran Prólogo

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las energías fundamentales para suscitar el crecimiento —no el progreso, no la innovación, no la modernización— de la Cultura, con mayúscula. Por no ceñirnos sino a la literatura occidental, bastaría para refrendar lo dicho con evocar la creciente presencia de la temática, el pensamiento, el discurso e, incluso, la clave compositiva procedentes del pensamiento científico que operan en el seno de la obra de autores como Rabelais, Swift, Poe, Flaubert, Tolstoi, Dostoievski, Proust, Musil… Y en cuanto a la interacción entre las ciencias y el teatro, podríamos señalar como precursora a la breve y poderosa trayectoria de Georg Büchner, cuyas obras integran el compromiso revolucionario con su condición de «fisiólogo»; o mencionar la encrucijada vital y artística entre química y alquimia (y delirio) de la que brota la obra de August Strindberg; y el materialismo dialéctico que fundamenta el pensamiento y la estética de Bertolt Brecht; o la mirada sarcástica sobre los «físicos» de Dürrenmat; y la exigente poética de Armand Gatti, capaz de articular en su teatro la mecánica cuántica y la teoría de grupos de Galois con el ideario político anarquista. Y un largo etcétera. Pero no querría cerrar esta incompleta relación sin incluir en ella —como colofón que me es muy próximo— a Samuel Beckett, cuya producción, tanto teatral como narrativa, según reflejan sus cuadernos de 1930 en adelante, se nutre de algunas de las revoluciones epistemológicas que sacudieron su época… y que siguen vigentes en la nuestra. En sus notas de lectura, figuran 14

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libros de astronomía, geología, biología, ciencias físicas, psicología… En particular, su interés por la termodinámica y el concepto de entropía, así como por el teorema de Gödel y sus inexorables secuelas lógicas del principio de incertidumbre y de la indecidibilidad discurren —aunque a menudo travestidos— por los dramatículos y otros «textos para nada» del genial irlandés. Para mayor inri de quienes aún hoy tildan sus obras de «teatro del absurdo»…

Prólogo

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La ciencia desde el escenario: TeatrIEM José Vicente García Ramos*

* Profesor de investigación del CSIC y director de TeatrIEM

Divulgar nunca es fácil, pero si se trata de Ciencia aún es más difícil. La Ciencia es, por su naturaleza, descubrimiento y placer del descubrimiento. Se parte de un cúmulo de preguntas para llegar, a través de la experiencia, a respuestas que son posibles, pero nunca exhaustivas. Sin embargo, la enseñanza suele partir de respuestas, dejando poco espacio a la experiencia, a la curiosidad y al placer de descubrir. ¿Qué podemos hacer, entonces? Una respuesta es el teatro, el teatro en un espacio de participación y reflexión ciudadana: el teatro como dinamizador de la vida cultural de nuestro entorno, el teatro como foro ciudadano y el teatro como herramienta social. El teatro en los últimos años ha sido también capaz de despertar el interés de la sociedad por la Ciencia. El Teatro científico a través de la ficción pone en escena verdades humanas de valor universal que pueden constituir el valor añadido que explica parte del éxito del mismo. Podemos encontrar ejemplos significativos de obras teatrales que se centran en la dimensión social de la Ciencia, a través de historias de descubrimientos, conflictos, relaciones personales y recorridos individuales que implican tanto a científicos como a ideas científicas, a menudo desarrolladas en contextos históricos. Esta ha sido, desde su génesis, la labor de TeatrIEM: explorar el territorio fronterizo entre ciencia y teatro y La ciencia desde el escenario: TeatrIEM

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buscar allí «algo» que no es posible encontrar en los ámbitos tradicionalmente propios del teatro o la ciencia por separado. Se trata de un desafío, de una manera diferente de concebir las relaciones entre ciencia y humanidades, de una manera de mestizar el conocimiento. En 1632, Galileo Galilei escribió Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo. En este libro, tres personajes, Salviati, Simplicio y Sagredo, dialogan en italiano, y no en latín, durante cuatro jornadas, sobre las diferencias en las concepciones aristotélica y copernicana del universo. Por tal osadía, Galileo fue perseguido, juzgado y encerrado de por vida. Sin embargo, los nuevos retos científicos que nos vamos encontrando en los últimos años (las neurociencias, la clonación, la manipulación genética...) exigen que haya una profunda reflexión ética sobre la investigación científica que implique a toda la sociedad. ¿Y qué mejor herramienta que el teatro para llevarla a cabo? Así, en la primera versión del texto sobre Galileo, escrita en alemán durante el ascenso de Hitler al poder, Brecht utiliza la vida del científico italiano como ejemplo para hacer reflexionar a su público sobre la importancia de obtener la verdad a través de la razón, y de no permitir que dicha verdad sea monopolizada por los totalitarismos. Galileo es, en esta versión, un hombre que lucha por encontrar la verdad a través del método científico. Es curioso comprobar cómo la mayor parte de los textos de teatro científico de los años cuarenta y cincuenta están relacionados con la física, y cómo las temáticas 20

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giran siempre en torno a lo que ocurría en los círculos científicos de los años cuarenta. ¿Qué pasa, entonces, a partir de los años cincuenta? Con la Guerra Fría y el miedo al holocausto nuclear, la física va dejando de ser un terreno cercano a la sociedad, proveedor de grandes avances y descubrimientos (y hasta de iconos culturales como Einstein), y en la segunda mitad del siglo xx cede ese papel a la biología, y particularmente a la genética. Sin embargo, a principios del siglo xxi, la presencia de la ciencia en la sociedad se ha sustituido por una sobreabundancia de tecnología. Galileo nos mostró el camino para trasladar la reflexión a la sociedad: que la ciencia hable el lenguaje que se habla en las calles y en las plazas, y que haga llegar sus descubrimientos, conceptos y valores de manera amena y comprensible. Con todo este bagaje, en el Instituto de Estructura de la Materia (IEM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se reunió, en enero de 2013, una serie de investigadores del propio Centro, de otros institutos del CSIC y de la universidad que comenzaron a preparar un primer espectáculo teatral basado en escenas escogidas de textos teatrales en los que el hilo conductor era la ciencia en sus diferentes vertientes. Lo llamaron TeatrIEM: es un grupo que intenta implicar a espectadores con curiosidad por el pensamiento científico, y dar lugar a debates científicos en espacios teatrales, así como a animar a los científicos para que compartan su conocimiento y aptitudes al comunicarlos La ciencia desde el escenario: TeatrIEM

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a gente externa a sus propios campos de investigación. En TeatrIEM intentamos hacer divulgación científica sin conocimientos previos, es decir, utilizamos fórmulas en las que el receptor, en este caso el espectador, asimila lo que se le ofrece según su «predisposición». No cabe duda de que es una forma divertida y amena de hacer aflorar nuevas vocaciones. El formato de los espectáculos de TeatrIEM consiste en integrar varias escenas autocontenidas con conceptos de microteatro. Esta fórmula hace que cualquier espectáculo sirva para que sus escenas sean incluidas total o parcialmente en sucesivos coloquios y talleres de carácter científico donde se puedan debatir aspectos éticos y divulgativos de la investigación científica. El grado de innovación de nuestro grupo, respecto al teatro científico, es que, sin trivializar los conceptos científicos que puedan aparecer en los textos elegidos, nuestros espectáculos van dirigidos a un público que no tiene por qué conocer a priori la base científica ni el entorno social de las escenas representadas. Evidentemente, desde el primer momento nos planteamos que los estrenos de nuestros espectáculos tenían que hacerse en «terreno científico», por lo que contactamos con el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), también perteneciente al CSIC, que nos acogió con los brazos abiertos. Así, nuestro primer montaje, estrenado en noviembre de 2013, titulado Todo x la Ciencia, venía precedido por una conversación algo tensa, aunque sin llegar a las manos, de dos de los más prestigiosos naturalistas del 22

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mundo, Charles Darwin y Alfred Wallace, cuyo centenario se celebraba ese año. Dicha escena se representó en medio de la exposición «Biodiversidad» del propio museo. Más tarde se repitió, en febrero de 2014 en el mismo lugar, con motivo del «cumpleaños de Darwin». Desde entonces, todos los años, la tercera semana de noviembre, dentro de la «Semana de la Ciencia», acudimos gustosos a presentar nuestros nuevos montajes. Y ya van seis. De los títulos de estos montajes, se puede deducir cuál es nuestra visión del teatro científico: Todo x la Ciencia, Científicas ab initio: pioneras, intrusas y únicas, Encuentros en la interfase: entre la Ficción y la Ciencia, Tu nombre me sabe a… Ciencia y Ciencia a la cuarta (pared). También hemos estrenado en el MNCN, en junio de 2017, nuestra primera obra larga: La tortuga de Darwin, de Juan Mayorga. Uno se puede imaginar que por nuestros espectáculos ha pasado la mayoría de los ilustres científicos históricos: Newton, Einstein, Galileo, Leonardo, Marie y Pierre Curie, Cajal, Ochoa, Negrín, Rosalind Franklin, Hahn, Oppenheimer, Lise Meitner, Hypatia, Tesla, Edison, Darwin, Wallace, etcétera, junto con otros más ficticios pero mucho más contemporáneos. También hacemos siempre un guiño a las humanidades y las ciencias sociales (María Moliner, las obras cortas de Juan Mayorga, etcétera), que también forman parte de las áreas de investigación del CSIC. La relevancia científico-técnica de nuestros espectáculos viene apoyada por el hecho de que son muy demandados, tanto en entornos de enseñanza secundaria La ciencia desde el escenario: TeatrIEM

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(institutos y clubes sociales de Valdemoro, Alcorcón, Majadahonda y Alcobendas, por ejemplo) como en ambientes científicos (Olimpiada de Filosofía, Universidad Complutense, Universidad de Castilla La Mancha, Jornadas de Filocosmología de la Universidad Autónoma de Madrid, Museo de la Ciencia de Valladolid) y culturales (Residencia de Estudiantes, Olivar de Castillejo, Residència d’Investigadors de Barcelona, Jornadas de Teatro Científico-Divulgativo celebradas en Mérida y Medellín, Salón de Actos del Ayuntamiento de Benidorm en Alicante, etcétera) de primer nivel. Nuestra labor se ha visto recompensada por la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), la Fundación General CSIC y el Instituto de Física de Partículas y del Cosmos (Iparcos) de la Universidad Complutense de Madrid, que nos han apoyado con la concesión de varios proyectos en las distintas convocatorias. No cabe duda de que se trata de una labor bastante modesta, pero nos alegra ver que tenemos un público fiel y que, en todos los recintos donde hemos actuado, siempre nos piden repetir. Pero llegamos al año 2018. En los seis primeros espectáculos, TeatrIEM se había nutrido de escenas adaptadas de obras teatrales de diversos autores con temas científicos, que ya habían sido estrenadas en diversas partes del mundo, con mayor o menor éxito, intentando hilar una cierta relación entre ellas para conformar un espectáculo completo. Sin embargo, en este año se dio un paso adelante en el desarrollo de la actividad de TeatrIEM. 24

La escena de Anaximandro

Como novedad, a partir de cinco temas científicos propuestos por el grupo, varios autores del Nuevo Teatro Fronterizo, bajo la dirección y coordinación del premiado dramaturgo José Sanchis Sinisterra, escribieron las escenas que componen el séptimo montaje de TeatrIEM titulado «La escena de Anaximandro: encuentros de Teatro y Ciencia», y cuyos textos se incluyen en este libro. Los temas científicos sobre los que versan las escenas son los siguientes: biodiversidad, neurociencias, grandes instalaciones científicas, matemáticas y universo. Para la escritura de estos textos dramáticos, TeatrIEM proporcionó a los autores el asesoramiento de científicos especialistas en cada uno de los campos, tanto del CSIC como de universidades, que velaron por el rigor científico de las propuestas. El montaje «La escena de Anaximandro: encuentros de Teatro y Ciencia» se estrenó en el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC el 15 de noviembre de 2019, y fue representado también en la Residencia de Estudiantes de Madrid y en el Centro Cultural Viñagrande de Alcorcón en febrero de 2020; otras actuaciones ya previstas quedaron en suspenso debido a la aparición en nuestra sociedad de la inefable covid-19. Dicho montaje está compuesto por las siguientes escenas de unos quince minutos de duración cada una: • Feromonas, de Pilar G. Almansa (neurociencias) • Rapaces y jamones. Nuestra olimpiada particular, de Mari Cruz García Gutiérrez (grandes instalaciones científicas) La ciencia desde el escenario: TeatrIEM

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• Escúchame, auscúltame, escútame, de Carlos Molinero (matemáticas) • El jardín del Beagle, de Enrique Torres (biodiversidad) • Casi (anillo de Moebius), de José Sanchis Sinisterra (cosmología y universo) También se incluyen, como presentación de cada texto, unos breves artículos firmados por los respectivos científicos especialistas de cada disciplina que han asesorado a los diferentes dramaturgos. Como director de TeatrIEM, espero que este montaje sea el principio de una larga amistad.

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La escena de Anaximandro

El olor Laura López-Mascaraque* José Luis Trejo*

* Instituto Cajal-CSIC, Madrid

Olemos cuando respiramos. Con cada inhalación, el aroma (moléculas volátiles que están en el aire1) alcanza los receptores olfatorios, situados en las neuronas sensoriales que se disponen en la parte superior de la nariz (epitelio olfativo). Estas neuronas, que están en contacto con el exterior, convierten una señal química (las moléculas del olor) en una señal eléctrica (un impulso nervioso) que viaja al cerebro, y que se encarga de procesar e interpretar estas señales eléctricas transformándolas en olores y sabores. De hecho, el cerebro sabe lo que estás oliendo debido a la combinación de receptores y a las células nerviosas que estos activan, enviando mensajes hacia el cerebro de forma combinatoria. Además, en este proceso tiene importancia el aspecto afectivo, la subjetividad del individuo hacia las sensaciones, emociones y recuerdos que puede despertar en él un determinado olor2. 1 Los compuestos químicos volátiles (odorantes) son transportados por el aire y, en los procesos de inhalación y deglución, llegan hasta el epitelio olfativo. Para desarrollar cualidades sensoriales, el odorante debe tener ciertas propiedades moleculares: solubilidad en agua, una presión de vapor lo suficientemente alta, baja polaridad, lipofilicidad y tensión superficial. 2 La unión de los estímulos olfatorios u odoríferos con los receptores conduce a una sucesión de eventos moleculares y electrofisiológicos que determinan, en primer lugar, la transducción del estímulo olfatorio en señal eléctrica, que viaja después a través de los axones de las neuronas sensoriales, que constituyen el nervio olfativo o primer par craneal, hasta las dendritas de las células mitrales y empenachadas que se agrupan en los glomérulos, estructuras esféricas localizadas en la capa más superficial del bulbo olfatorio. El olor

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El olfato fue el sentido más difícil de comprender hasta que Richard Axel y Linda Buck identificaron y clonaron en ratas la gran familia de receptores situada en la nariz, con la implicación de más de mil genes diferentes. Esto los llevó a ser galardonados en 2004 con el Premio Nobel en Fisiología y Medicina. Un ser humano tiene más de cuatrocientos tipos diferentes de receptores3 que codifican para los receptores del olor, lo que implicaría alrededor del 3 % y 5 % del total del genoma humano. Esto quiere decir que, aproximadamente, uno de cada treinta o cincuenta genes en el genoma humano se dedica al olfato. Pero es un poco más complicado, ya que los aromas que percibimos son, por lo general, la suma de cientos de sustancias diferentes. Cada uno de nosotros tiene un mundo de olores único, en el sentido de que, cuando olemos, cada uno huele un mundo completamente diferente, tiene un mundo individual de olores. Aunque el olfato es el más antiguo, más primitivo y menos comprendido de nuestros cinco sentidos, ya que su importancia ha disminuido considerablemente durante el desarrollo evolutivo del hombre, es el sentido que, a lo largo de la evolución, se ha mantenido conectado con las partes del cerebro más relacionadas con nuestras respuestas emocionales, ligando íntimamente los olores de las cosas con nuestras memorias emocionales. De hecho, los olores son capaces de activar todas las regiones emocionales 3 Cada uno de nosotros tiene, en la nariz, unos seis millones de receptores olfativos de alrededor de cuatrocientos tipos diferentes. La distribución de estos receptores varía en cada persona, por lo que el sentido del olfato de cada persona puede ser único. 30

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del cerebro, por lo que no es de extrañar que exista una fuerte relación entre sentido del olfato y emociones: los recuerdos asociados a los olores no se relacionan tanto a los hechos en sí, sino a las emociones que esos olores pudieran evocar. El olfato dispone de la capacidad de evocar imágenes y sensaciones al formar parte del sistema límbico, también llamado cerebro emocional; la información olfativa se procesa en la corteza olfatoria primaria, que tiene una conexión directa con la amígdala y el hipocampo. La amígdala está relacionada con la memoria emocional, y el hipocampo se encarga de la memoria y el aprendizaje, por lo que ambos tienen un potencial enorme para evocar recuerdos. Hay olores que nos transportan directamente al pasado, a nuestra infancia, haciéndonos recordar no solo a qué o a quién pertenecía ese olor, sino todas las sensaciones que experimentábamos en torno a él: alegría, miedo, cariño, confianza, dolor…; es decir, un olor puede provocar la asociación directa de dicho aroma con un determinado momento de la vida. Esto es lo que se conoce como memoria olfativa, que se define como la capacidad del cerebro para evocar un recuerdo o experiencia a través de un aroma. Un aroma es capaz de provocar diversos sentimientos en nuestro interior, además de traer recuerdos pasados, tanto buenos como malos. Podríamos decir que poseemos un patrimonio olfativo propio y común que hemos ido acumulando a lo largo de los años. El aroma y sabor que desprendía aquel trozo de magdalena mojado en té retrotrajo a Marcel Proust a su infancia y a los días que pasaba en casa de su tía Leonie. El escritor narraba su El olor

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experiencia sensorial en En busca del tiempo perdido considerando que la mayoría de los lectores sabrían a lo que se refería porque, sin duda, habrían experimentado algo similar en algún momento de sus vidas y que conocemos como «efecto proustiano». Fue esa capacidad de conectar con nuestras emociones y memoria lo que llevó a la escritora Hellen Keller, sordomuda y ciega, a describir el olfato como «un hechicero poderoso que nos transporta miles de kilómetros y hacia todos los años que hemos vivido». Asimismo, el olfato afecta a la comunicación entre los individuos, al agrado o rechazo que un individuo puede despertar en otro, a la selección de pareja o al comportamiento sexual. Cómo olemos es un tipo de expresión que revela nuestro sistema inmunológico; por ejemplo, las mujeres prefieren hombres en los que un grupo de proteínas y genes, que intervienen en el reconocimiento olfativo (llamado CMH, complejo mayor de histocompatibilidad), se asemeje menos al suyo (olfatear la compatibilidad genética de una pareja potencial). Es por lo que la elección de pareja es otra de esas situaciones en las que el olfato resulta fundamental4. Asimismo, el olor característico del sudor también posee un papel trascendental en las reacciones sexuales humanas. Una investigación de la Universidad de California en Berkeley indicó que la androstadienona5, que se encuentra principalmente en el 4 Nuestra sensibilidad olfativa puede afectar a determinados comportamientos del día a día. Así, las personas que tienen menos sensibilidad olfativa suelen situarse a menos centímetros de sus interlocutores, a diferencia de los que disponen de una mayor sensibilidad. 5 Publicado en la revista The Journal of Neuroscience., 2007 Feb 7, 27 (6): 1261-5 32

La escena de Anaximandro

sudor masculino, eleva los niveles de la hormona cortisol en mujeres, relacionada con el placer y la atracción. Este olor corporal se desprende a través de dos glándulas: las sudoríparas ecrinas (situadas en su mayoría en las palmas de las manos, las plantas de los pies y en la frente) y las apocrinas (en el cuero cabelludo, las axilas, pubis, perineo, ombligo, bajo el pliegue de los pechos y conducto auditivo externo)6. Además, nuestra piel tiene una flora microbiana que hace que el olor corporal de cada uno de nosotros sea único y diferente. Y es que todos los animales, incluyendo los humanos, poseen lo que llamamos huella olfativa o aromática, formada por componentes, algunos fijos y otros variables, que aportan información sobre su sexo, edad, incluso estatus reproductivo o salud. Los bebés son capaces de identificar a su madre por el olor, y ella puede reconocer a su hijo con olfatear una prenda suya, aunque solo la haya utilizado unos pocos minutos. En la actualidad, se está investigando para poner en marcha un nuevo identificador biométrico, el olor que desprendemos de nuestra mano, al igual que existen otras técnicas biométricas por reconocimiento facial, de iris o de huellas dactilares. Estas huellas olfativas, además de ayudar a identificar a los individuos, podrían convertirse en métodos para la detección temprana de enfermedades como el párkinson y el alzhéimer. 6 La dermis tiene unas dos millones de glándulas sudoríparas, entre ecrinas y apocrinas. Aunque el sudor por sí solo no tiene olor alguno, cuando se encuentra con las bacterias presentes en la piel, estas cambian su composición y lo transforman en otras sustancias que presentan olores muy desagradables. Las zonas con glándulas apocrinas son las que generalmente desprenden peor olor. El olor

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Debido a la influencia que el olor tiene para las emociones y el estado de ánimo, cabe preguntarse si existen evidencias científicas acerca de si los estímulos olorosos pueden generar una determinada conducta —como se plantea en la obra—. Aquí cabe distinguir dos tipos de conductas: las primeras se denominan conductas guiadas por un olor, y que están relacionadas con nuestra capacidad para percibir y distinguir un olor, así como para saber dónde está dicho olor (y que consisten en que el sujeto se dirige a aquella zona de su entorno donde se encuentra el foco de un olor atrayente, o se aleja de la zona donde se encuentra un olor repulsivo). Pero nos interesan más aún aquellas conductas que no tienen que ver con la posición espacial del olor, sino que son originadas por el olor sin que ello suponga dirigirse hacia dicho foco. Sabemos hoy que existen respuestas innatas de tipo defensivo o de miedo, por ejemplo, hacia el olor de un depredador, que funcionan en animales jóvenes que nunca han tenido la experiencia del contacto con un depredador. Quizá el mejor ejemplo de conducta estimulada por el olor es la conducta materna. En todos estos casos, dichas conductas dependen del contexto, ya que unos olores (atractivos) pueden compensar la conducta estimulada por otros (repulsivos) en función de los receptores y los circuitos neurales que disparan. El ejemplo más llamativo, en este sentido, es la conducta de ingesta de alimentos en ausencia de hambre, motivada exclusivamente por estímulos olorosos, y que podría ser el sustrato para desarrollar, en un futuro, olores que generasen ingesta de alimento solo cuando hay hambre. 34

La escena de Anaximandro

Esta estrategia sería de gran relevancia en un mundo enfrentado a la gran epidemia de obesidad y sobrepeso que atenaza al llamado primer mundo. Por último, hablemos de feromonas, esas «sustancias» secretadas por un animal, que actúan sobre el comportamiento de los animales de la misma especie. Se trata de un tipo de estímulos químicos que transmiten información específica entre individuos de la misma especie, generando normalmente una respuesta tipo. En general, son sustancias pequeñas, volátiles, que se dispersan con facilidad en el ambiente y que generan efectos en cantidades minúsculas. En los casos más evidentes, provocan un cambio inmediato en el comportamiento del animal receptor o un cambio en su desarrollo: generan movimientos determinados, actúan sobre la fisiología reproductiva o transmiten un estado de salud determinado o un estatus social dentro de una comunidad. Según sea su función, así serán sus características: estables y poco volátiles cuando el objetivo es marcar los límites de un territorio, o bien de corta vida y rápida difusión cuando lo que se busca es alarmar ante una situación de peligro. En definitiva, el requisito indispensable es que sean capaces de generar una reacción determinada dentro de la misma especie. Los machos de algunas mariposas perciben el olor de las feromonas de las hembras a varios kilómetros de distancia; mientras que algunos peces, como el salmón, reconocen por el olor las rutas fluviales para la puesta de sus huevos. Algunos mamíferos usan sus fluidos corporales para marcar su territorio, y El olor

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también reconocen a sus cachorros por el olor. Los grandes felinos carnívoros localizan a sus presas por el olor, mientras que los herbívoros detectan a sus depredadores también mediante el olfato. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha podido identificar una molécula que se haya definido como feromona humana. Hay estudios que pueden relacionar las feromonas con fenómenos como el reconocimiento recíproco entre una madre y su hijo recién nacido, la secreción de las glándulas areolares del pezón producida por la madre durante la lactancia. Sin embargo, no hay evidencia de que los humanos tengamos la misma capacidad de detectar esas señales químicas de la misma manera que el resto de las especies ya que no tenemos un órgano vomeronasal funcional. Es un órgano vestigial. Eso no significa que no exista una feromona sexual humana, quizá todavía no hemos encontrado una. En última instancia, si alguna vez resultara que el ser humano tiene alguna capacidad de percibir feromonas, no es desdeñable considerar que, en los animales, las feromonas generan respuestas tanto a las sustancias de otros sujetos de la misma especie (y moduladas por el género, la experiencia previa, la combinación de distintos estímulos, el estado interno previo, así como determinados genotipos que incrementan la sensibilidad a unas feromonas y menos a otras) como a las llamadas kairomonas (feromonas de sujetos de una especie distinta al sujeto que las percibe, como, por ejemplo, las feromonas de un depredador percibidas por su presa), y que conocemos hoy que determinan nuestra conducta de miedo, 36

La escena de Anaximandro

memoria al contexto y preferencia o aversión por lugares donde se ha tenido experiencia previa de la presencia de otros individuos que generaban dichas kairomonas. Solo nos queda decir que el olor importa, es una máquina del tiempo, un hilo invisible para unir sensaciones y recuerdos.

El olor

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Feromonas Pilar G. Almansa

Personajes Mujer, coleccionista de esencias. Analiza, huele y se deja llevar. Hombre, el vividor de esencias. Huele, vive y huele otra vez. Él, el facilitador de esencias. Tiempo futuro. Indeterminado, inodoro, impotente.

1 Hombre y Mujer discutiendo. Hombre. Era canela. Mujer. Era vainilla. Hombre. Canela. Mujer. Vainilla. La Mujer busca su smartphone, lo saca, busca una app, la pulsa y se la pone en la nariz al Hombre . Hombre. A ver, ¿qué era? Dime ahora qué era. Mujer. (Contrariada) Canela. Hombre. Te lo dije. El café que nos pusieron en Viena tenía un poco de canela. Mujer. ¿Y por qué grabaste ese olor? Hombre. Porque me gustaba. Mujer. Eso es un poco raro, ¿no? Hombre. ¿Que quiera recordar el olor de nuestras vacaciones? Mujer. No, que grabes justo el olor de un café. No es algo tan especial. El olor

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Hombre. Sí que lo es. El café vienés es famoso. Mujer. Pero no por oler a canela. Hombre. Por eso quise recordarlo. Mujer. ¿Y qué más olores grabaste de nuestro viaje a Viena? Hombre. (Guardando el smartphone.) Ningún otro. Mujer. ¿Una semana en Viena y resulta que solo guardas el olor de un café como cualquier otro? Hombre. Con olor a canela. Mujer. ¿Me dejarías volver a olerlo? Hombre. No. La Mujer saca su smartphone, busca la misma app, prepara algo, lo sostiene en su mano. Mujer. Ahora me gustaría a mí enseñarte este olor que grabé en Viena. Hombre. ¿No crees que estamos sacando las cosas de quicio? Es solo un olor. Mujer. No, me gustaría enseñártelo. Hombre. Venga, a ver. El Hombre le acerca el smartphone a la Mujer a la nariz. Hombre. Es el hotel. Mujer. Justo al volver de tomar el café. Te habías metido en el baño. ¿No detectas nada especial?

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La escena de Anaximandro

Hombre. (Oliendo de nuevo.) Sábanas limpias. Lluvia. Tierra mojada. El ambientador ese raro que nos pusieron. Mujer. Inténtalo de nuevo. Hombre. Me aburres. Mujer. Huele a hombre. Hombre. Porque yo estaba contigo en el hotel. Mujer. Huele a otro hombre. Huele a sudor de hombre. Hombre. ¿A dónde quieres llegar exactamente? Mujer. Huele a feromona de hombre. De un hombre que no eres tú. Pausa. Mujer. Huele a hombres haciendo el amor. Hombre. ¿De qué quieres acusarme, exactamente? Mujer. De nada. Pero reconozco tu olor, no sé de quién es el otro. Hombre. Tú y yo teníamos una relación abierta. Podemos olernos con quien queramos. Mujer. ¿Lo hiciste? ¿Con quién? Hombre. (Como excitándose.) No lo recuerdo, pero sé que sus partículas oloríficas me llegaron a las moléculas sensoriales olfativas, en la parte superior de la nariz, y activó mis receptores olfativos intensamente. Sus sustancias odoríferas se disolvieron en mi medio acuoso, y contactaron con las proteínas de las El olor

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membranas de los cilios de las dendritas, originando increíbles cascadas metabólicas. Mujer. ¿Y cómo, habiendo generado tal impacto en tu bulbo olfativo, no recuerdas quién era? Hombre. Porque era alguien pensado para ser olido, no para ser recordado. Mujer. Quiero verle. Hombre. Tendríamos que volver a Viena. Mujer. Quiero olerlo yo misma. Hombre. Pero no será igual. Tu bulbo olfativo no es como el mío. Mujer. Quiero olerle conmigo y contigo. Hombre. Estás celosa de mi bulbo olfativo. Mujer. Yo no soy celosa, idiota. Hombre. Hay una enorme variabilidad individual en la evaluación hedónica del olor. (Poniéndose el smartphone en la nariz y aspirando profundamente.) Ni siquiera él volverá a oler igual. Mujer. (Acercándose. Poniéndose muy pegada a él.) Tú y yo tampoco somos los mismos que cuando nos conocimos. (Lo huele.) Pero ahí es donde está la gracia, ¿no? ¿Lo encontrarías por mí? El Hombre abre su smartphone y se pone a grabar. La acaricia con el smartphone. Empiezan a besarse y a desnudarse.

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La escena de Anaximandro

2 Él. «A diferencia del sistema visual, que puede distinguir miles de colores recurriendo solamente a tres tipos de receptores que responden a la luz, el número de receptores olfativos es comparativamente enorme»7. El olor es un placer potencialmente más infinito. (Saca un montón de frascos en una mesita con ruedas.) Almizcle, queroseno, nogal... ¿Cuál es su olor favorito? (Sonríe.) La técnica es muy sencilla. Me anuncio discretamente, dejando una tarjeta de visita perfumada en cafés, discotecas, taxis... Ellos ya saben lo que ofrezco. Vienen desde Palo Alto, desde el Soho, desde Helsinki... Siempre son rubios, inodoros e insípidos. Por eso quieren pulsar su smartphone para recorrer cuerpos con vida. Con olor. Me adapto a las circunstancias. Si es necesario añadir algo de picante, se añade. Suelen gustar mucho las esencias frutales, aunque no entiendo bien por qué: fruta la hay en todos sitios. Si me piden consejo, les digo que no me aderecen con nada: que si buscan humanidad, aquí está la mía. Todo aquel que paga por sentir es un adicto. Da igual que pague por vértigo, por alucinaciones o por olor.

3 Hombre. ¿Qué tal hoy en el banco? 7 López-Mascaraque, L. y J. R. Alonso Peña (2017): El olfato, CSIC-Los Libros de la Catarata. El olor

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Mujer. Fenomenal. Hemos ganado millones. Como siempre. Hombre. ¿Habéis empobrecido a muchos niños? Mujer. A muchos. ¿Y tú? Hombre. Estamos a punto de descubrir los viajes en el tiempo. Mujer. Fantástico. ¿Os queda mucho? Hombre. Aún no hemos regresado para contárnoslo a nosotros mismos, así que igual sí que nos queda. O hemos decidido mantenerlo en secreto. Es complicado. Mujer. Quiero ese olor. Hombre. A mí me gusta el olor del napalm por la mañana. Pero no tengo napalm en la despensa. Mujer. Búscale. Hombre. No entiendo qué tiene de especial. Mujer. (Haciéndose la tonta.) Yo tampoco. Es manía. Obsesión. Placer. Hombre. Busca a tus amigas. Hagamos una fiesta. Invitemos a gente joven europea a bailar en nuestro salón. (Saca el smartphone.) Como hacíamos antes... Los europeos huelen mejor, por la dieta mediterránea. Mujer. ¿Sabías que al antropólogo japonés Buntaro Adachi le parecía ofensivo el olor corporal de los europeos? Hombre. Pero sería por la higiene... Estamos en otro siglo. El Hombre saca una tarjeta, la deja encima de la mesa. 46

La escena de Anaximandro

Hombre. Luego no digas que no te quiero. Mujer. (Entusiasmada.) Gracias. Hombre. Ya lo he llamado. Viene mañana. Solo. Con nosotros. El vuelo se lo pago yo. Mujer. ¿Ves como no soy una persona celosa? Hombre. (Sacando su smartphone y empezando a acariciarla con él.) ¿Ya no te sirvo? ¿Te genero quimiotactismo negativo? Mujer. (Acercándose a él y acariciándolo con su smartphone.) Sabes que tu CMH es muy diferente al mío. Estamos abocados a estar juntos. Hombre. Entonces, ¿qué te pasa? Mujer. (Coge el smartphone del Hombre y se lo acerca a la nariz.) Mañana lo olerás. La cara del hombre cambia. Se acarician con el smartphone, apasionadamente.

4 Él. (Con el torso desnudo. Colocando todos los frasquitos sobre la mesa.) Aquí tienen, para elegir. Mujer. (Mira al Hombre.) ¿Recuerdas qué le pusiste? Hombre. Palomitas de maíz... La Mujer le pone sándalo a Él en las axilas. Mujer. ¿Qué más? El olor

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El hombre se acerca su smartphone de nuevo a la nariz. Hombre. Juguete nuevo. Con cada nuevo olor que el Hombre enumera, la Mujer le pone otro olor a Él en las axilas, que tienen que acabar completamente aceitosas. Hombre. Candem Town. Tomate. Siglo iii a. C. Bastón de tu padre. Hamlet. Chile chipotle. Orín. (Pausa.) Ya. La Mujer acaba de extender todo eso por las axilas de Él. Le frota con fuerza para que todo quede uniforme. Mujer. ¿No había también ostra fresca? A ver, déjame. La Mujer coge el smartphone del Hombre, le da al play, lo huele. Hombre. No me acuerdo. Fue hace más de un mes. Mujer. Yo creo que sí. Hombre. Ya no lo recuerdo. Mujer. (Oliendo el smartphone.) Y un poco de Marlon Brando. Le restriega una concha de ostra y, a continuación, el último aceite (esto puede ser pintura de colores). Ambos esperan. Luego empiezan a olerle mientras graban su olor. Se embriagan con su olor. Es cada vez más erótico. En un momento concreto, cuando ya parece que 48

La escena de Anaximandro

van a empezar los tres a hacer el amor, la Mujer se separa y empieza a cotejar las grabaciones. Mujer. (Seria. A Él.) Feromonas. El Hombre se para. Se aleja, bastante enfadado. Hombre. ¿De verdad has hecho todo esto por las feromonas? No se ha podido identificar ninguna molécula que podamos considerar una feromona humana. Lo dicen los científicos, no yo. Mujer. Gracias a todos estos aromas, sus moléculas persisten en el ambiente. Activan mi epitelio olfatorio, discrimino sus isótopos de las fragancias comunes y empiezan a pasarme cosas, como que soy capaz de identificar su nivel de salud. ¿A que tienes diabetes? Él. (Bastante aguantando el tipo.) Tipo A. Hombre. Se te está desestructurando la estructura olfatoria. Mujer. (Vuelve a oler el smartphone y las axilas de Él.) Me está generando una respuesta tipo. Hombre. (Se acerca, la coge a ella.) ¿Qué respuesta? ¿Qué respuesta? La Mujer le sigue oliendo las axilas a Él mientras muestra cada vez más su excitación. Pasa de una axila a otra; mientras, el Hombre le sigue, intentando que entre en razón. Hombre. ¿Pero qué pasa, que emite bombicol? (La Mujer no le hace caso. Se para. Se desespera. Vuelve a seguirla.) El olor

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Esto no puede estar pasando, son sustancias pequeñas y volátiles que se dispersan con facilidad en el ambiente y que generan efectos en cantidades minúsculas (Mira la escena), claramente lo opuesto a lo que está ocurriendo. Claro que entre las funciones que realizan las feromonas están la atracción de pareja, además de la demarcación de territorios y la transmisión de una alarma... (Se mira las axilas.) Yo ahora mismo debería estar transmitiendo una alarma... Se quita la camisa y empieza a aceitarse mientras la escena continúa. Hombre. A ver, a ver... Qué se puso. Joder, todos estos botes parecen iguales. Él. Palomitas de maíz. Hombre. (Sorprendido, lo mira. La Mujer sigue en estado extático.) Gracias. ¿Cuál es? Él. El undécimo empezando por la izquierda. El hombre se aceita la axila. Él. Juguete nuevo. El azul clarito. Candem Town está justo al lado. Hombre. Esto no huele a Candem Town. Él. ¿Cuánto hace que no va a Candem Town? (El Hombre se calla y se aceita la axila.) Ahora, tomate. Hombre. Creo que tengo natural.

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La escena de Anaximandro

El Hombre sale un momento. Él. Es mejor en esencia. Vuelve a entrar con un tomate. Se lo pone en las axilas. Hombre. Más. El Hombre se aceita siguiendo las instrucciones de Él. Él. Siglo iii a. C., el jaspeado. Chile chipotle, el vigésimo segundo empezando por la izquierda. Orín, primero por la derecha. Hombre. Falta ostra fresca. La Mujer tiene el orgasmo. La Mujer cae derrengada a los pies de Él. El Hombre, con los brazos en alto, vuelve a oler las axilas de Él. Él. Me duele un poco el brazo, ¿le importa? Hombre. Aquí no hueles igual que en Viena. Él. Circunstancias medioambientales. Él baja los brazos, va a su kit de trabajo, se limpia las axilas con toallitas. Él. Usted no cree en las feromonas. Hombre. En las feromonas no se cree ni se deja de creer. O se encuentran o no. Él. Quizá ella las ha encontrado. El olor

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Hombre. (Irónico.) Yo tengo el epitelio mucho más desarrollado. Y no, no detecté tus feromonas, ni en Viena ni aquí. Hay algo invisible en ti. Él. Será mi olor. (Poniéndose la camisa.) Son diez mil. El Hombre busca su cartera, aún con las axilas aceitadas, y le da el dinero. Él. Me encanta salir de Viena. Saldré todas las veces que ella quiera. Él se va. Se quedan Hombre y Mujer. Mujer se despierta. Hombre le pone las axilas cerca de la nariz. Mujer. Ahora huelo claramente tus feromonas. Aunque no te hayas puesto la ostra ni Marlon Brando. Hombre. ¿Y qué te indican? Mujer. Que ya no puedo con ellas. Que no las necesito. Que necesito las suyas. ¿Dónde está? Hombre. En Viena. Mujer. ¡No! ¡No! ¡No! La Mujer se va fuera de sí, y deja al Hombre con los brazos en alto y el corazón en bajo.

5 Él. (Depositando sus frasquitos en el suelo y quitándose la camisa mientras habla.) Todo aquel que paga por 52

La escena de Anaximandro

sentir es un adicto. Da igual que pague por vértigo, por alucinaciones o por olor. Y yo vivo de eso. No creerán de verdad que iba a pasar mi receta a cualquiera. (Saca de un sitio distinto a donde están los frasquitos un perfume, se lo echa en las axilas.) Bombicol. Procedente de la mariposa de la seda o Bombyx mori, concretamente de los especímenes hembra. Aquel tipo sabía de lo que hablaba, nunca nadie había descubierto mi secreto. El bombicol en mi axila es... (Se huele la axila.) Conmigo produce un efecto irrepetible en nuestras hembras, las de nuestra especie. Se vuelven locas la primera vez que huelen de verdad las feromonas.

El olor

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Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón Gema Martínez Criado* Mari Cruz García Gutiérrez**

* Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales, CSIC ** Instituto de Estructura de la Materia, CSIC

Las grandes instalaciones científicas, también denominadas como infraestructuras científicas y técnicas singulares, engloban instalaciones, recursos o servicios para desarrollar investigación de vanguardia y de máxima calidad, así como para la transmisión, intercambio y preservación del conocimiento, la transferencia de tecnología y el fomento de la innovación. Sus principales características son las siguientes: • Son instalaciones científicas únicas y excepcionales. • Están abiertas al acceso competitivo de usuarios de toda la comunidad científica. • Afrontan retos científicos que requieren un alto esfuerzo tecnológico. • Ayudan a estimular la colaboración internacional. • Requieren de una alta inversión, por lo que son dinamizadores de la economía. Existe una clara relación entre la capacidad de generación de conocimiento y de innovación de un país y su competitividad y desarrollo económico-social. Por ello, las políticas de ciencia, tecnología e innovación constituyen un elemento fundamental en el desarrollo de las sociedades modernas.

Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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Las grandes instalaciones científicas pueden ser nacionales (por ejemplo, en España: Sincrotrón ALBA, Gran Telescopio de Canarias, Buque de Investigación Oceanográfica Hespérides, etcétera) o internacionales, trascendiendo fronteras y bloques económicos. Algunos ejemplos de estas últimas son European Laboratory for Particle Physics (CERN), European Synchrotron Radiation Facility (ESRF), Institut Laue Langevin (ILL), European Molecular Biology Laboratory (EMBL), European Southern Observatory (ESO), International Thermonuclear Experimental Reactor (ITER), etcétera. Estas instalaciones abarcan un amplio rango de bloques temáticos, como física de partículas, materiales, ciencias de la salud y biotecnología, astronomía y astrofísica, energía, ciencias sociales, humanidades, entre otros. La motivación para el desarrollo de grandes instalaciones científicas es, en la mayoría de los casos, afrontar retos y resolver problemas científicos de gran envergadura. Pero, en otras ocasiones, como el caso del CERN, la motivación fue, además, evitar la «fuga de cerebros» de Europa a América, lo cual comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, y potenciar la unidad de Europa tras la guerra. En el CERN no solo se han conseguido significativos avances en la física de partículas, sino que ha permitido desarrollar tecnologías que utilizamos en nuestro día a día, como es el caso de internet. Este desarrollo de tecnologías colaterales se extiende a la gran mayoría de las grandes instalaciones científicas. 58

La escena de Anaximandro

De especial interés son las fuentes de radiación sincrotrón como ALBA, de dimensiones equivalentes a cuatro campos de futbol, que constituyen supermicroscopios diseñados para explorar los secretos de la materia. La ciencia de materiales moderna abarca un amplio rango espectral, procesos ultrarrápidos y estructuras nanoscópicas que exigen el uso de radiación sincrotrón; es decir, ondas electromagnéticas altamente colimadas, emitidas a partir de electrones (o protones) orbitando en trayectorias circulares a velocidades relativistas (cercanas a la velocidad de la luz) en un acelerador. La luz sincrotrón resultante es cien mil millones de veces más brillante que los rayos X utilizados en hospitales. De modo que, a pesar de sus grandes dimensiones y alto coste, hoy existen más de sesenta sincrotrones en todo el mundo, capaces de ofrecer características únicas y relaciones de intensidad señal/ruido suficientemente altas como para explorar escalas atómicas. Cabe resaltar su extenso abanico energético (Figura 1) (que abarca desde el infrarrojo, pasando por rayos X, hasta los gamma), alto brillo, colimación, coherencia, polarización y estructura temporal. Al uso práctico en la física de altas energías de los años sesenta se le conoce como fuente de primera generación. Luego se diseñaron y optimizaron fuentes exclusivas (basadas en imanes reflectores) llamadas hoy sincrotrones de segunda generación. En los años noventa, llegó la tercera generación mediante la incorporación de los dispositivos de inserción (onduladores), con una reducción significativa de la emitancia (área de la fuente y su divergencia angular) (Figura 2). Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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Figura 1. Espectro electromagnético.

En consecuencia, la caracterización por radiación sincrotrón da lugar a importantes hallazgos científicos en múltiples disciplinas. En biología molecular, las estructuras de complejos macromoleculares han sido determinadas gracias a fuentes de tercera generación. Solo como ejemplo podrían citarse los canales celulares del agua, el estudio de la transcripción genética, y la estructura del ribosoma. Asimismo, en ingeniería de materiales, se han investigado estructuras granulares en muestras policristalinas con resolución nanométrica, bajo deformaciones mecánicas, y durante la recristalización. También, en magnetismo, el empleo de radiación sincrotrón ha dado lugar a la formación de imágenes de dominios magnéticos por técnicas holográficas. En ciencias de la tierra, se ha investigado, por espectroscopía de fluorescencia, polvo interestelar recogido por la misión espacial Stardust de la NASA. De igual manera, partículas radioactivas expulsadas durante el accidente nuclear de Chernóbil cuya contaminación alcanzó los Alpes. En el área de patrimonio cultural, la utilización de luz sincrotrón 60

La escena de Anaximandro

se ha empleado para analizar pinturas de Van Gogh y Goya, además de momias y hasta pelos de Napoleón. Finalmente, en el contexto ambiental, la espectroscopía de absorción, usando luz sincrotrón, ha permitido el estudio de plantas transgénicas destinadas a la descontaminación de arsénico, de secuelas mortales, especialmente en Bangladesh. Todos estos resultados han sido posibles en gran medida gracias a las fuentes de tercera generación. Sin embargo, estas instalaciones ya venían alcanzando sus límites en cuanto a brillo, emitancia y resolución temporal en las últimas dos décadas. Cada vez que un electrón en un acelerador emite un fotón, un efecto de retroceso, proceso cuántico no determinístico, perturba su momento y posición. Estos millones de perturbaciones por segundo impiden que el volumen espacial de fase de los electrones sea menor, restringiendo su reducción geométrica. En consecuencia, nacen las fuentes de cuarta generación. A partir de trayectorias individuales de los electrones en aceleradores lineales, se desarrolla el láser de electrones libres llamado XFEL (del inglés), cuyo ejemplo más significativo en el ámbito europeo se encuentra en Hamburgo (Alemania). De igual modo, se crea una fuente extrabrillante de alta energía que exhibe una distribución innovadora de los imanes en el acelerador de electrones. Este último diseño de la red magnética se implementó por primera vez en MAX IV (Lund, Suecia) en 2016 y, recientemente, en el ESRF (Grenoble, Francia), y permite obtener haces de luz sincrotrón mucho más potentes, concentrados y brillantes. De hecho, esta nueva Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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instalación pionera en Grenoble (Francia) le permitirá a Europa liderar el mundo de los sincrotrones y garantizará un rendimiento de un factor 100 por encima de otra infraestructura similar. En consecuencia, esta fuente revolucionaria será capaz de abrir una nueva ventana en el mundo de lo infinitamente pequeño para estudiar redes neuronales, diseñar moléculas farmacológicas y descubrir los secretos de fósiles y pinturas sin dañarlos.

Figura 2. Evolución de las fuentes de luz sincrotrón.

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La escena de Anaximandro

Rapaces y jamones. Nuestra olimpiada particular Mari Cruz García Gutiérrez

Personajes Alcalde Científica Pacheco Ministro

Tiempo El tiempo transcurre en nuestros días. Avanza, se congela, retrocede… Un bucle.

Espacio Real: en un salón de actos que pudiera ser un teatro… Imaginario: en un sincrotrón o una planta criogénica…

El salón de actos de Villanueva del Camino está preparado para un meeting del Alcalde: un atril, una mesa con dos vasos, una jarra de agua y dos sillas. Sobre el fondo del escenario se proyecta el logo del partido y el letrero: «Villanueva del Camino viaja en sincrotrón hacia el siglo xxi». Suena el himno del partido a gran volumen. Entran el Alcalde y la Científica. Esta lleva un portátil en la mano. Va disminuyendo poco a poco el volumen de la música. Se oyen aplausos, vítores y silbidos. El Alcalde saluda a la audiencia con grandes aspavientos. Indica a la científica que se siente junto a la mesa, en la silla más cercana al atril, y él se sitúa en el atril. En la audiencia, compuesta por habitantes de Villanueva del Camino, uno de los asistentes, Pacheco, lleva una pancarta en la que se lee: «Queremos un TREN no un DRON». Las luces de la sala permanecen parcialmente encendidas. Alcalde. (Empieza a hablar con tono de meeting electoral mientras se escuchan aplausos, vítores y silbidos entre el público.) Gracias…, gracias…, muchas gracias… (Pausa. Hace gestos con sus brazos pidiendo silencio.) Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Como sabéis, para mí es un gran orgullo seguir con la tradición familiar en la alcaldía de esta Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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nuestra villa. Me disteis vuestra confianza hace tres años, como antes lo habíais hecho con mi padre y antes aún con mi abuelo… Y espero poder contar con esa confianza también en los próximos comicios. (Pausa. Se escuchan aplausos y silbidos. Realiza gestos de triunfo.) Hoy os he reunido aquí para tratar un tema de gran transcendencia para nuestra villa, para nuestra región e, incluso, para nuestro país. Entrar en el siglo xxi, no a la velocidad del AVE, ni a la del Concorde, sino a la velocidad de la luz… (Pausa. Vuelve a ser interrumpido con aplausos y silbidos.) Como sabéis… como todos sabéis, estaba prevista la participación del señor ministro en este acto. Pero… desafortunadamente, su avión no puede aterrizar debido a la intensa niebla que se ha instalado en nuestro aeropuerto… El gran interés del tema que vamos a tratar hoy aquí ha hecho que el señor ministro dé orden al piloto de sobrevolar el aeropuerto esperando que la niebla se tome un descanso… quizá a la hora del aperitivo, y tenga la oportunidad de aterrizar. (Pausa.) Sin embargo, a quien sí tenemos con nosotros es a la prestigiosa investigadora del (Con dificultad.) European Syn-chrotron Radiation Facility, la doctora Angelina Pizarro Cortés. Descendiente de nuestros ilustres y afamados conquistadores del Nuevo Mundo… La doctora Pizarro y también Cortés será nuestra abanderada en el descubrimiento y conquista de nuevos mundos aún por descubrir… (El Alcalde señala a la doctora y en la audiencia se escuchan aplausos y silbidos.) Tenemos 66

La escena de Anaximandro

la grandísima suerte de poder contar con la presencia de la doctora en este acto porque la invité a las jornadas del jamón que tuvieron lugar en nuestra villa la semana pasada. La doctora Pizarro está un poco disgustada porque solo llegó a la clausura de las jornadas debido a la avería del tren que la transportaba desde Madrid. Pero, para que la doctora Pizarro no se lleve un mal sabor de boca, le he prometido que yo mismo la acompañaré a degustar y tomar muestras de nuestros mejores jamones para sus investigaciones. (Pausa. Aplausos y silbidos. Un ayudante de la organización sale y le da una nota al Alcalde. Suena la música de Bienvenido, Mr. Marshall para recibir al Ministro. El Alcalde lee la nota y se dirige a la audiencia, haciendo gestos de que corten la música.) Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Me informan de que el avión del señor ministro tiene que dejar de orbitar en nuestro espacio aéreo. Se ha cursado una queja de los ecologistas en la que denuncian que el avión del señor ministro está estresando a las aves rapaces de nuestro ecosistema protegido. Así pues, el señor ministro regresa a Madrid. Desde la audiencia se escuchan silbidos. Científica. (Se pone en pie y se dirige hacia el Alcalde.) Pero, pero… yo he venido a hablar con el ministro. Alcalde. No se preocupe doctora Pizarro. El señor ministro se reunirá con nosotros en cuanto nuestras aves Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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rapaces se relajen. (Acompaña a la doctora a su sitio.) No perderá la oportunidad de conocer en persona a la descendiente de nuestros ilustres conquistadores… Pacheco, enarbolando la pancarta, interpela al Alcalde. Pacheco. (Gritando.) ¡Al grano, señor alcalde… al grano! Alcalde. Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Como iba diciendo, hoy os he reunido aquí para tratar un tema de gran transcendencia para nuestra villa, para nuestra región e, incluso, para nuestro país. Entrar en el siglo xxi, no a la velocidad del AVE, ni a la del Concorde, sino a la velocidad de la luz… (Con dificultad.) la luz sin… sintrocón…Perdón, la luz sin-cro-trón. En la audiencia se escuchan aplausos y silbidos. Pacheco. (Desde la audiencia, enarbolando la pancarta y gritando.) ¡Queremos un tren; no un sintrón! ¡Queremos un tren; no un sintrocón! Alcalde. Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Trasladar aquí una gran instalación científica de la envergadura del (Con dificultad.) sin-cro-trón europeo, supondrá no solo que construyan finalmente un tren de última generación, que una Villanueva del Camino con la capital, sino también que adapten el aeropuerto a las inclemencias de nuestro clima y que nos conecte con el universo que nos rodea… 68

La escena de Anaximandro

En la audiencia se escuchan aplausos y silbidos. Pacheco. (Desde la audiencia, gritando.) No vamos a permitir que nos vendan más humo… Ni ser los conejillos de Indias de visitas de alienígenas. Alcalde. (Impacientándose.) Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. La construcción de esta gran instalación científica en nuestra región no solo nos proporcionará unos medios de transporte dignos, sino que permitirá que científicos de todo el mundo, empresas tecnológicas, hoteles y otras infraestructuras se instalen en nuestra región, dando vida a nuestras ciudades y pueblos. Pacheco. (Sigue gritando desde la audiencia.) Cuéntelo todo, señor alcalde… ¿Por qué se deshace Francia de esa «gallina de los huevos de oro»? Alcalde. También daremos la oportunidad de volver a muchos de nuestros jóvenes más preparados, que han tenido que emigrar por falta de oportunidades en su propio país… En la audiencia se escuchan aplausos. Pacheco. (Desde la audiencia, gritando.) ¡Claro que sí, señor alcalde! Y una vez que los tengamos aquí a todos… les daremos una mochila con su ración de residuos radiactivos, ¿no?... ¿No es ese el precio que hay que pagar? Alcalde. Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Tenemos que estar muy orgullosos Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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de que desde el Gobierno central se hayan acordado de nosotros para albergar en nuestra comarca un proyecto de esta envergadura. Que nos enriquecerá desde todos los puntos de vista… Pacheco. (Nuevamente gritando desde la audiencia.) ¡Que enriquecerá a los de siempre! Alcalde. ¿Por qué no puede tener Villanueva del Camino su candidatura a albergar el gran (Con dificultad.) sin-cro-trón europeo como otras regiones de este país han tenido candidaturas a olimpiadas, exposiciones universales o mundiales de fútbol? En la audiencia se escuchan aplausos y silbidos. Pacheco. (Desde la audiencia, gritando.) ¿Y las radiaciones y los intensos campos magnéticos que harán que muten nuestros genes, los de nuestros animales y nuestros alimentos? Alcalde. (Impacientándose cada vez más.) Queridos vecinos… queridos vecinos de Villanueva del Camino. Pido vuestro respaldo para comunicar al señor ministro que nuestra villa participará activamente en la candidatura de nuestra olimpiada científica… (Haciendo gestos ostensibles de triunfo.) Las olimpiadas de Villanueva del Camino. (Se escucha el himno del partido.) Pacheco. (De nuevo gritando desde la audiencia.) Nosotros quizá no lo veamos, pero nuestros hijos y nuestros nietos sufrirán las consecuencias… 70

La escena de Anaximandro

El Alcalde hace señas hacia la extraescena y se acerca un ayudante de la organización. Alcalde. (Hablándole a la oreja al ayudante; pero, a través del micrófono que lleva este, se escucha en toda la audiencia.) ¿Quién es el tocapelotas de primera fila? ¿Le podemos invitar a que se vaya? Pacheco. (Gritando desde la audiencia.) El tocapelotas de primera fila es Antonio Pacheco, representante de la cuarta generación de la oposición a la alcaldía de Villanueva del Camino. Y no me voy de aquí a no ser que me arrastréis hasta la puerta. Cosa que no va a quedar muy bien cuando las fotos se propaguen como la pólvora en las redes sociales… Alcalde. (Sorprendido. Intentando localizar a Pacheco y dirigiéndose a la audiencia.) No, no… Nada más lejos de mi intención, señor…. Pacheco. (Desde la audiencia, gritando.) Pacheco. ¡Antonio Pacheco! Alcalde. (Con tono excesivamente amable.) Señor Pacheco, si es usted tan amable, le invito a que suba aquí con nosotros y, cuando la doctora nos explique todos los detalles sobre el (Con dificultad.) sin-cro-trón, establezcamos un debate donde podamos responder a sus preguntas y a las de todos nuestros vecinos de Villanueva del Camino. Pacheco sube. El ayudante de la organización saca otra silla que coloca junto a la mesa, consecutiva a las otras dos. Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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El Alcalde tiende la mano para saludar a Pacheco, pero este lleva las manos ocupadas sujetando la pancarta. El ayudante de organización indica a Pacheco que se siente en la silla que acaba de sacar, la más alejada de la doctora. Pacheco apoya la pancarta sobre la mesa y saluda a la doctora. La doctora tiende la mano, pero Pacheco hace el gesto de darle dos besos. La doctora le sigue; pero, acercando el lado opuesto de la cara, se hacen un pequeño lío y acaban besándose en la boca mientras Pacheco agarra a la doctora por la cintura. Científica. (Apartando de un empujón a Pacheco.) ¿Qué hace, usted? ¡Suélteme! Pacheco. ¡Qué arisca la francesita…! Alcalde. Queridos vecinos de Villanueva del Camino. Como les adelantaba, tengo el gran placer de presentarles a la doctora Angelina Pizarro Cortés. Prestigiosa investigadora del (Con dificultad.) European Syn-chro-tron Radiation Facility, que nos va a explicar cómo funcionan estas grandes instalaciones científicas y todos los detalles relativos a su traslado. (Dirigiéndose a la doctora.) Por favor, doctora Pizarro, cuando quiera. La doctora Pizarro se dirige hacia el atril, donde coloca su portátil, y el Alcalde se sienta en la silla central. Científica. Buenas noches. Para mí, es un gran placer poder estar aquí, la tierra de mis antepasados y de la que mis padres tuvieron que emigrar… Como les 72

La escena de Anaximandro

ha comentado el señor alcalde, les explicaré los motivos del traslado del Sincrotrón Europeo desde su ubicación actual a una nueva ubicación más segura. (Pausa. Proyecta una imagen aérea del Sincrotrón Europeo.) En la fotografía, pueden observar que hace ya treinta años este sincrotrón se construyó a las afueras de Grenoble, entre dos ríos y junto a las montañas de los Alpes. En estudios que se vienen realizando durante años, sobre el cambio climático, se ha demostrado que el calentamiento global del planeta está produciendo el deshielo de nieves perpetuas y glaciares. Por tanto, en pocos años, los ríos que rodean al Sincrotrón Europeo se desbordarán e inundarán los alrededores, por lo que es necesario encontrar un lugar seguro, en los países miembros, donde ubicar esta gran instalación y preservar la tecnología y la gran inversión que supone. Alcalde. ¿Ha visto, Pacheco? ¿Empiezan a aclararse sus dudas y sus temores? Pacheco está escribiendo en su móvil. Alcalde. Pacheco, ¿me escucha? Pacheco. (Sin levantar la vista del móvil.) Muy interesante. (Suena la música de La Bola de Cristal en el móvil de Pacheco. Tras ver quién llama, Pacheco sale hablando por el móvil.) Científica. (Pausa. Asombrada por la interrupción, carraspea, bebe agua y proyecta una imagen con los Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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distintos componentes del sincrotrón.) El Sincrotrón Europeo está formado por un acelerador lineal de dieciséis metros de longitud. Al inicio, hay un cañón de electrones donde se generan estas partículas que, posteriormente, son aceleradas hasta alcanzar una energía de doscientos megaelectronvoltios. Pacheco. (Entrando de nuevo en la estancia.) ¿Cañón? ¿Ha dicho un cañón de 200 megatrones…? ¡Eso es un arma de destrucción masiva! Alcalde. Pacheco, por favor, no interrumpa a la doctora… Pacheco. (Dirigiéndose a su silla.) ¡Un arma de destrucción masiva! Científica. (Prácticamente sin inmutarse sigue con su explicación.) Los electrones cumplen la dualidad onda-corpúsculo, que es uno de los principios de la mecánica cuántica. Así pues, tanto la luz como los electrones pueden ser descritos por «paquetes de onda» y, por tanto, ser considerados partículas, que se denominan fotones en el caso de la luz. Análogamente, los electrones pueden ser considerados como «ondas de materia» y descritos por una función de onda, pudiendo manifestar todas las propiedades de las ondas, como la difracción, la refracción o la reflexión. Pacheco. Pero ¿qué idioma habla, señora conquistadora? Dígalo, usted, claro, para que todo el pueblo pueda entenderlo… Dígales que un cañón de doscientos megatrones producirá una onda expansiva que hará 74

La escena de Anaximandro

volar por los aires toda nuestra región… Incluidos los hermosos cerdos de nuestra cooperativa con sus respectivos jamones de primera. (El Alcalde le hace señas a Pacheco para que se calle.) Y las rapaces desplumadas… Y las bellotas por los aires… (El Alcalde, insistiendo, consigue que Pacheco se calle finalmente.) Científica. (Sin inmutarse, bebe un poco de agua y sigue con su explicación.) Una vez que los electrones alcanzan una energía de doscientos megaelectronvoltios, se inyectan en el sincrotrón propiamente dicho, que tiene trescientos metros de circunferencia. Aquí los electrones son acelerados hasta que adquieren una energía de seis gigaelectronvoltios. Una vez alcanzada la energía característica del sincrotrón, los electrones son inyectados en el llamado anillo de almacenamiento con una circunferencia cercana a un kilómetro. Aquí los electrones viajan a una velocidad cercana a la velocidad de la luz. (La doctora proyecta una transparencia con la distribución angular de la radiación emitida por una carga eléctrica que describe una trayectoria circular, en el caso clásico y relativista.) Para partículas a estas velocidades, es necesario considerar la teoría de la relatividad y aplicar las correspondientes transformaciones de Lorentz. (Pacheco se ha quedado dormido y está roncando. El Alcalde intenta despertarlo disimuladamente.) La deformación espaciotemporal resultante de esta transformación hace que, mientras que en el sistema de referencia… Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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Pacheco. (Sobresaltado, se levanta y, acercándose al proscenio, se dirige a la audiencia.) Un cañón… un cañón de doscientos megatrones… ¡Eso es un arma de destrucción masiva! El Alcalde va rápidamente hacia Pacheco y vuelve a sentarlo en su silla. Alcalde. (En pie.) Perdone, doctora Pizarro, quizá a los vecinos de Villanueva del Camino les interese conocer las grandes ventajas que supondrá para nuestra región el trasladar aquí el (Con dificultad.) Sin-crotrón Europeo. Científica. (Sin inmutarse, bebe un poco de agua y sigue con su explicación.) Clásicamente, está bien establecido que toda partícula cargada que es acelerada produce radiación electromagnética. (El Alcalde hace gestos al encargado de luces y sonido para que corte.) Como les iba diciendo, en el caso de electrones que viajan a una velocidad cercana a la de la luz, emiten la denominada luz sincrotrón tangencialmente a su trayectoria… (En ese momento aparece proyectada una transparencia de una planta criogénica de cuerpos. El Alcalde y Pacheco se quedan congelados bajo un foco intenso de luz.) Pero… ¿qué es esto? (Dirigiéndose al Alcalde.) ¿Quién está manipulando mi presentación? (La doctora aporrea su portátil intentando volver a su presentación hasta que lo consigue. Se proyecta una transparencia con los esquemas de imanes de cur76

La escena de Anaximandro

vatura, onduladores, etcétera. El Alcalde y Pacheco vuelven a tener movimiento. Pacheco sale de escena.) El Sincrotrón Europeo es un sincrotrón de tercera generación. Los sincrotrones de tercera generación, que comenzaron a funcionar en la década de los noventa, se basan en los llamados dispositivos de inserción. (El Alcalde vuelve a hacer gestos ostensibles al encargado de luces y sonido para que corte. Pausa. La doctora lo mira y prosigue como si nada.) Los dispositivos de inserción son imanes multipolares situados en los tramos rectos del anillo de almacenamiento. (Pacheco vuelve a entrar, metiéndose la camisa entre el pantalón y subiéndose la bragueta.) Dichos imanes multipolares producen un movimiento serpenteante del haz de electrones… (Vuelve a aparecer proyectada la transparencia de la planta criogénica de cuerpos. El Alcalde y Pacheco se quedan congelados bajo un foco intenso de luz. La doctora, sorprendida e indignada, intenta volver a su presentación.) Que no insistan…, que yo no hablo de fiambres congelados porque no es mi tema y punto. (Revisa la conexión a su ordenador, sus archivos… Finalmente, consigue restaurar su presentación, pero esta ha vuelto a la primera transparencia con la imagen aérea del Sincrotrón Europeo). En la fotografía pueden observar que hace ya treinta años este sincrotrón se construyó a las afueras de Grenoble, entre dos ríos y junto a las montañas de los Alpes. En estudios que se vienen realizando durante años, sobre el cambio climático, Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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se ha demostrado que el calentamiento global del planeta está produciendo el deshielo de nieves perpetuas y glaciares. Por tanto, en menos de diez años, los ríos que rodean el Sincrotrón Europeo se desbordarán e inundarán los alrededores, por lo que es necesario encontrar un lugar seguro, en los países miembros, donde ubicar esta gran instalación y preservar la tecnología y la gran inversión que supone. Alcalde. ¿Ha visto, Pacheco? ¿Empiezan a aclararse sus dudas y sus temores? Pacheco está escribiendo en su móvil. Alcalde. Pacheco, ¿me escucha? Pacheco. (Sin levantar la vista del móvil.) Sí, lo escucho. Yo lo único que quiero es que me aseguren que mis gorrinos y mis jamones no van a explotar como palomitas en un microondas gigante de doscientos megatrones… Alcalde. Eso se lo aseguro yo, la doctora y hasta el señor ministro si hace falta. ¿Verdad, doctora Pizarro? Científica. Si estuvieran atentos y no me interrumpieran… Desde el primer momento estoy intentando explicarles que el sincrotrón es completamente inofensivo para la salud. Y cumple todas las medidas de seguridad estipuladas en la normativa española y europea… Suena la música de La Bola de Cristal en el móvil de Pacheco. Este comprueba quién llama. 78

La escena de Anaximandro

Pacheco. ¡Es el ministro! ¡Buenas noticias! Pausa. Pacheco se pone en pie, descuelga el teléfono y conecta el manos libres. Ministro. (Voz en off.) Doctora Pizarro, alcalde, Pacheco, vecinos de Villanueva del Camino… Quería informarles personalmente que ya se ha tomado la decisión sobre la nueva ubicación del Sincrotrón Europeo y lamento tener que decirles que ni siquiera nos ha dado tiempo a presentar la candidatura española de Villanueva del Camino… (Pausa. La Científica, el Alcalde y Pacheco están congelados.) Sin embargo, tengo el gran placer de comunicarles que hemos conseguido que tanto la Unión Europea como Estados Unidos y China reconozcan a España como la única productora del verdadero y genuino jamón ibérico. Y permitirán la importación directa de patas de cerdo curadas en territorio español. Pausa. La Científica, el Alcalde y Pacheco siguen congelados. Suena la música de Bienvenido, Mr. Marshall.

Grandes instalaciones científicas: Sincrotrón

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Geometría bajo tu piel Clara Grima*

* Universidad de Sevilla

Siendo, como soy, matemática, he tenido que escuchar (y responder) una cantidad nada despreciable de veces preguntas como: ¿todavía queda algo por descubrir en matemáticas? ¿Las matemáticas se crean o se descubren? No es cuestión de ponernos ahora a responder a la segunda pregunta porque se trata de un debate filosófico demasiado profundo y que necesitaría posiblemente dedicar más de un libro al tema. Pero, en pocas palabras, a la segunda pregunta suelo responder con «un poco de cada cosa». Hay matemáticas que se crearon como parte de un proceso deductivo lógico y que, luego, fueron aplicadas con éxito para explicar la naturaleza, como las geometrías no euclídeas, y matemáticas que se descubren mirándole a los ojos a nuestro universo. Hablaremos de las segundas: quiero presentarles un objeto geométrico, no descrito hasta ahora, que hemos descubierto mirando no a los ojos, sino a las glándulas salivales de la mosca de la fruta. Con esto, de paso, respondemos también a la primera pregunta: sí, quedan muchísimas cosas que descubrir en matemáticas porque cada vez que encontramos la respuesta a un problema, en general, aparece un ramillete maravilloso de nuevas preguntas. Vamos, entonces, con la mosca de la fruta. Toda esta historia comienza cuando Luisma Escudero, del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Geometría bajo tu piel

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Sevilla, contacta con Alberto Márquez y conmigo para pedirnos colaboración en un trabajo de morfogénesis que está realizando con su grupo de investigación. Por cierto, morfogénesis es el proceso biológico que permite que un organismo vivo desarrolle su forma. Ellos querían describir cómo se empaquetaban las células epiteliales, que son células tridimensionales, y son, cito textualmente a Luisma, «los bloques de construcción con los que se forma un organismo. Son como piezas de Tente o Lego de los que están hechos los animales». No es que su grupo hubiera tenido la feliz idea de plantearse por primera vez esa cuestión, sino que, hasta la fecha, se aceptaba que los epitelios se construían empaquetando prismas o pirámides truncadas, como se muestran en la siguiente figura:

Pero a nuestros colegas biólogos, tras examinar las muestras de células epiteliales de las glándulas salivales de la mosca de la fruta, no les convencía esta hipótesis mundialmente aceptada. Y tenían razón. Había entonces que decidir qué figura geométrica tridimensional es la que adoptaban las células epiteliales para dar forma a los órganos. Y aquí entra en juego una estructura matemática tan intuitiva como bella y elegante que son los 84

La escena de Anaximandro

diagramas de Voronoi. Así que, antes de seguir con los epitelios de las moscas, permítanme que les explique qué es un diagrama de Voronoi. Piensen que tienen, en un plano, en una hoja de papel, por ejemplo, un conjunto de puntos dibujados (estos puntos podrían ser, por ejemplo, las farmacias de su ciudad señaladas sobre un plano). Pues bien, el diagrama de Voronoi de ese conjunto de puntos (de las farmacias) es una división del papel (del plano) en regiones de manera que a cada punto le asigna la región del papel cuyos puntos están más cerca de él que de ningún otro. Dicho para el ejemplo de las farmacias, el diagrama de Voronoi de las farmacias de la ciudad dividiría el plano de esta en regiones de influencia de dichos establecimientos, de tal forma que, a cada farmacia, le asignaría la zona de la ciudad para la que ella es la más cercana. Más o menos, la forma que tiene un diagrama de Voronoi es la siguiente:

Si piensan que en la figura anterior los puntos son las farmacias de su ciudad, solo tienen que identificar en qué celda (polígono) de Voronoi está su casa para elegir la farmacia más cercana, como en la siguiente figura: Geometría bajo tu piel

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En una clase de Infantil lo expliqué con los Lunnis y caramelos. Se iban a lanzar caramelos en el patio del colegio de los Lunnis y cada uno de ellos solo podrían coger los que estuviesen más cerca de él que de ningún otro y, para ello, antes de lanzar caramelos, pintábamos en el suelo el diagrama de Voronoi de los Lunnis, para que no hubiese peleas. Ya sabemos qué es un diagrama de Voronoi, matemáticamente hablando: la división en zonas de influencia en presencia de unos puntos generadores (ya sean farmacias o Lunnis). Volvemos a las células, pero no a las epiteliales todavía, sino a células planas, en 2D. Es lógico pensar que así se empaquetan o se agrupan las células en los tejidos planos. Porque todas crecen con la «misma fuerza» desde el centro de masa, todas compiten en igualdad de condiciones. Todo esto es cierto en 2D, pero quiere la naturaleza que las células epiteliales sean tridimensionales. Pues bien, dar el paso a estructuras tridimensionales no es, ni mucho menos, trivial. Si se trata de generalizar lo anterior, obtendremos un diagrama de Voronoi 3D que es una estructura bien bonita también, pero que no se parece 86

La escena de Anaximandro

en nada a la organización que vemos en los tejidos epiteliales; estos son como una capa gordita delimitada por dos superficies paralelas denominadas superficies basal y apical, de tal forma que las células que aparecen en la basal se ven la apical. Podemos pensar, solo para hacernos una idea, en que el epitelio es una rebanada gordita de pan de molde, como las de las torrijas; a la cara de arriba la llamamos cara apical, y a la de abajo, cara basal. Pues bien, cada célula que vemos dibujada en la cara apical aparecerá también en la basal. Hasta el momento, esto había originado que las células de tejidos epiteliales se representaran como prismas con una base en la superficie basal y otra en la apical, como si las células fuesen muchas cajitas apiñadas que formaban la rebanada, y las células que se veían en las capas exteriores fuesen las tapas de esas cajitas alargadas. Pero no, ese modelo no se corresponde a la organización de las células en los tejidos epiteliales cuando las miramos bajo el microscopio. Se puede comprobar que hay células (que nos parecerán celdas de Voronoi al mirarlas) que son vecinas, por ejemplo en la capa apical, las de la cara de arriba, que dejan de serlo en la capa basal, la de abajo. Si las células fuesen prismas o pirámides truncadas, esto es imposible. Tenemos que pensar que el polígono (la celda de Voronoi) que vemos en la parte de arriba de la rebanada y el que vemos abajo deberían ser las tapas del prisma. Pero, si han cambiado su posición relativa de una capa a otra, es porque el prisma se ha retorcido por el camino. Y ahí está el problema. Desde el Geometría bajo tu piel

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punto de vista geométrico, los prismas (o pirámides truncadas) no modelan bien el problema; desde el punto de vista de la biología celular, necesitamos saber qué células están en contacto en cada punto. En la figura siguiente, correspondiente a un epitelio cilíndrico, observamos células que son vecinas en la capa apical que han dejado de serlo en la capa basal, alguien se interpuso entre ellas.

Se hace necesaria, por lo tanto, una forma geométrica que modele bien las células de los tejidos epiteliales, que se pueda plegar y adoptar distintas curvaturas, cuya forma corresponda a un modelo de equilibrio de fuerzas y que vaya desde la superficie basal hasta la apical, pero sin tener los mismos contactos en ambas superficies. La solución a todo ello es el escutoide. Déjenme que ponga aquí mis escutoides favoritos; los que hizo, con la plastilina de su hija, Luisma Escudero. Por cierto, le llamamos escutoides porque fue él, Luisma Escudero, el primero en clamar que aquello no eran prismas y en hacerlos con plastilina: Escu-dero, escu-toide. Cuando vimos que salía algo muy publicable, buscamos una justificación más formal que esta y, 88

La escena de Anaximandro

bueno, se parece al scutum del tórax de los escarabajos de la especie Protaetia speciosa.

El escutoide, técnicamente, se obtiene a partir de segmentos perpendiculares a todas las capas comprendidas entre la capa apical (la de arriba) y la capa basal (la de abajo). Para ello, se elige un conjunto de puntos (semillas) en la capa apical, por ejemplo. Se trazan los segmentos perpendiculares a la capa apical en cada una de estas semillas. En cada capa comprendida entre la apical y la basal, cada segmento producirá una intersección (una nueva semilla); a estas semillas nuevas les calculamos diagramas de Voronoi en dicha capa (de forma similar a como se hace en el plano, pero hay que adaptar algo las técnicas). Ahora, pegando las regiones de Voronoi (que serán polígonos) correspondientes a todos los puntos de un mismo segmento, se obtiene un escutoide. Si lo que buscamos es una descripción más simple, podemos decir que un escutoide es un sólido geométrico entre dos capas paralelas (la basal y la apical), de tal forma que la intersección del escutoide en cada una de las dos capas (y en el resto de las capas intermedias también) son polígonos (lo que serían las tapas del escutoide). Los Geometría bajo tu piel

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vértices de estos dos polígonos están unidos por una curva o por una conexión en forma de Y. Las caras de los escutoides no son necesariamente convexas, pueden tener huecos hacía dentro, por lo que varios escutoides pueden empaquetarse para llenar todo el espacio entre las dos superficies paralelas. Y sí, parece un juego salpimentero de diseño.

¿Y todo esto para qué? ¿Por qué se complica tanto la Naturaleza? Porque esta estructura, el escutoide, es más favorable para el tejido desde el punto de vista energético y esto es importante porque facilita adoptar formas muy diferentes, que es lo necesario para que se establezcan bien los órganos y funcionen correctamente. Esta estructura escutoidal ha sido encontrada y verificada en algunos modelos básicos de biología celular: las glándulas salivales de la mosca de la fruta, sus huevos y en células del pez cebra. Y ahora viene lo mejor: las implicaciones del trabajo. Conocer con este nivel de detalle la estructura de las células epiteliales puede ser fundamental para la creación de órganos con impresión 3D y nos permitirá identificar modelos de epitelios sanos, a partir de su geometría, que 90

La escena de Anaximandro

servirán como patrones para detectar un crecimiento celular anómalo. Está mal que lo diga yo, que soy una de las autoras, pero el trabajo me parece tan bello como interesante, una mezcla maravillosa y elegante de disciplinas (biología celular, física y matemáticas) y, quién sabe, una puerta abierta a nuevos avance en biomedicina.

Geometría bajo tu piel

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Escúchame, auscúltame, escútame Carlos Molinero

Personajes Alberto Marta Eva

De fondo tiene que haber una pantalla o una pizarra o un bloc gigante para ir mostrando los años que se van sucediendo. Cada año tendrá debajo una ilustración de una sección de Voronoi de tres escutoides que terminarán siendo solo dos. Añado imagen al respecto. Hay tres objetos con los que jugaremos: un fular, un walkman y un estetoscopio. También una cartulina blanca que hará las veces de notas de selectividad, entradas de concierto, billetes de tren y similares. En el escenario, un banco o dos que tendrán muchos usos. En un momento dado, se habla de un grupo favorito. Se deja a la imaginación del director o, incluso, si se es muy radical, a la del espectador. Si es la primera opción, no deberá sonar hasta la escena final. La idea es que el texto sea fluido, que parezca una conversación continua que oculta los saltos temporales. Un falso continuo espaciotemporal y escutoidal.

Geometría bajo tu piel

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1990. Las notas Alberto tiene una cartulina en la mano; a su lado, Marta lleva un fular negro, onda hippy. Alberto. No me da Marta. A lo mejor en la Complutense. Alberto. El año pasado pidieron un siete y medio. Marta. Puedes entrar en Biología o Farmacia. Alberto. No. Eso es lo que hacen todos los médicos frustrados. Alberto se levanta y se tropieza con Eva, que viene con un walkman caminando muy deprisa. Eva. Chaval, mira por dónde vas.

1991. Una montaña Alberto. Pero si es que no se ve nada. Vaya frío. Marta. Sigue subiendo y deja de hablar. Alberto. Os lo dije, que se nos iba a echar la noche encima. Eva. Vaya moñas.

Geometría bajo tu piel

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Alberto. Pero que no se ve. Marta. Saca la linterna. Alberto. No, que lo mismo la necesitamos luego para hacer señales a la Guardia Civil. Eva. ¿Pero tú por qué has venido? Alberto estornuda. Marta se quita el fular y se lo pone a Alberto.

1992. Un concierto Alberto. Porque llevo comprando sus discos desde que empezaron. Que fui yo el que se los descubrió. Marta. ¿Qué? ¿Te han molado? Eva. Bueno. Marta. ¿A que en directo son mucho mejores? Eva. No están mal. Marta. Entonces paga. Eva. Cuídamelos. No te pases con el autoreverse y rebobina con un boli Bic que el motor se vicia y luego va más lento. Alberto. ¿Vamos a tomar algo? Marta. No puedo.

1993. Estudiando Eva. Que sí. 98

La escena de Anaximandro

Alberto. Pero, entonces, no es Zeta 5. Eva. Fíjate. Alberto. A Galois no sé por qué no lo mataron antes. Eva. Si apruebas, te tienes que invitar a unos minis. Marta. ¿Vais a seguir hablando todo el rato? Eva. Tía, no eres nada derivable. Marta. ¿Eso qué quiere decir? Alberto. Ni lipschitziana tampoco. Marta se pone los cascos mosqueada mientras ellos se ríen. Marta. Iros a la porra.

1994. Un viaje De fondo el aviso por megafonía de una estación en Alemania o algún país del Este. (https://www.youtube.com/ watch?v=ehC_alVVy_4). Marta oye los cascos. Alberto se apoya en su hombro, duerme. Eva se pone a su lado. Marta se quita los casquitos y los comparte con Eva.

1995. Declaraciones Alberto se levanta y saca una cinta de casete de su pantalón. Geometría bajo tu piel

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Alberto ensaya su discurso. Alberto. Yo hablando me lío, así que te he grabado esto... No, no... Mejor... Toma, no la oigas hasta llegar a casa... No, no... Es para ti, pero tienes que oírla a oscuras... Marta se acerca a Alberto, que esconde la cinta a toda prisa. Marta. Albert, tengo que contarte algo. Alberto. Y yo que darte algo. Marta. Es importante. Te afecta. Alberto. Lo mío también. Eva se acerca a Marta. La coge de la mano. Eva. ¿Se lo has dicho ya? Alberto. ¿El qué? Eva. Esto Eva besa a Marta en los labios. Marta. No se lo digas a nadie. Alberto. No, claro. Marta. ¿Tenías algo que darme? Alberto asiente, se quita el fular y se lo devuelve a Marta.

1996. Un encuentro Eva es la que se pone el fular. 100 La escena de Anaximandro

Eva. Sí, pero lo he perdido. Y ahora a sacar el certificado otra vez y a pagar otra vez. ¿Qué tal tú con la Erasmus? Alberto. En Copenhague menos el invierno, bien. Pero me quedan las puñeteras estructuras algebraicas. Eva. Si quieres unas clases, llámame. Alberto. Claro. Que vaya bien el doctorado. Eva. Tenemos que vernos.

1997. Un beso Marta. No pienso verla más. Alberto. No seas exagerada. Marta. Pero es que no entiendo por qué hay que contárselo a la gente. Es mi vida. Alberto. Siempre le ha gustado llamar la atención. Marta. Es imbécil. Alberto. Pero la quieres. Marta. Dame un beso.

1998. Un fin de año Alberto. No. Eva. Tú mismo, no le quites los pipos, pero hay gente que se ha atragantado en la segunda campanada y ha muerto antes de empezar el año. Geometría bajo tu piel

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Marta. Tú tranquilo, que sé cómo reanimarte. Alberto. ¿Por qué me pones trece uvas? Eva. Por si una está pocha. Alberto. Hala, más probabilidad de atragantarse. Eva. ¿Y tu chica? ¿La vemos después? Alberto. Hemos roto. Eva. ¿Por qué? Marta. Lo de los hijos, ¿verdad? Eva. ¿Ella quería tener hijos ahora? Alberto. Por eso no, por los nombres. Yo, si era niño, quería llamarle Rotacional y, si era niña, Divergencia. Eva. Si es niño, mejor Gradiente. Alberto y Eva se ríen de su chiste. Marta. ¿Me queréis decir dónde está la gracia?

1999. Un trío Eva. En la cama con ese no. Marta. ¿Qué dices? Eva. Que a mí no me parece mal que os enrolléis, pero yo no voy a cumplir ninguna fantasía de tríos o mierdas así. Alberto. Esa no es mi fantasía. Eva. ¿A él también vas a esconderlo como a mí?

102 La escena de Anaximandro

2000. Auscúltame De fondo unos latidos. Marta tiene un estetoscopio con el que escucha los latidos de Eva. Alberto escucha un walkman que lleva puesto Marta. En la escena, Marta no se mueve, pero Eva y Alberto cambian de posición. Ella se queda oyendo el walkman y Marta explora a Alberto.

2001. Un milenio Alberto. Va a todo meter. Marta. Sí, estás un poco acelerado. Alberto. ¿Voy a morirme? Eva. Como todo el mundo. Marta. Ven al hospital mañana y te hago un electro. Eva. Si voy yo, ¿qué me haces?

2002. La montaña otra vez Alberto. Te mato. Si me da un infarto, te mato. Marta. Sigue subiendo. Que estás bien. Eva. La otra vez se nos hizo de noche. Geometría bajo tu piel 103

Alberto. Esta vez solo se me va a hacer de noche a mí. Creo que lo noto. Eva. Los marcapasos no se notan.

2003. Un embarazo Marta. Sí. Eva. Pero ¿el predictor qué alfa tiene?, ¿significativo, muy significativo? Marta. Me he hecho análisis de sangre. No hay error. Eva. Siempre hay posibilidad de error. Que te lo diga él. Alberto. Queremos tenerlo. Eva. ¿Queremos?

2004. Una decisión Marta. Sí, quiero. Alberto. Sí, quiero.

2005. Una distancia Eva. Yo también. Marta. Entonces nos vemos cuando vengas en verano. Eva. Lo intentamos, pero iré muy poco tiempo. ¿Cómo está Divergencia? Marta. No duerme mucho. Eva. Yo tampoco. 104 La escena de Anaximandro

2006. Más distancia Alberto. Es por la fiebre. Marta. Está bien. Los niños tienen más temperatura. Alberto. ¿Entonces no vamos a urgencias? Marta. No. Alberto. ¿Has hablado con ella? Marta. No sé qué decirle. Alberto. «Felicidades», para una matemática española a la que reconocen. Marta. ¿Y tú le has escrito? Alberto. Sí. Marta. ¿Qué le has dicho?

2007. Una visita Eva. Es una casa muy... Marta. Pequeña. Eva. Acogedora. Minimal, pero acogedora. Alberto. Pero no adimensional. Marta. Ya vais a empezar. Eva. ¿Y Divergencia?

2008. Una acción Eva se quita el fular. Geometría bajo tu piel 105

Alberto se quita el walkman. Marta se ausculta su propio corazón.

2009. Un descubrimiento Marta ausculta a Alberto. Alberto. ¿Estoy bien?

2010. En la lejanía Eva. Estoy bien.

2011. Una pregunta Alberto. ¿Estás bien?

2012. Un presagio Marta. No.

2013. Un MRI Marta se quita el estetoscopio y se pone el walkman. Suena el ruido infernal del TAC durante medio minuto. (https://www.youtube.com/watch?v=DOjALmwaJ1Q). A su lado Alberto. 106 La escena de Anaximandro

2014. Un viaje Eva. Divergencia está muy grande. Marta. Es que es muy grande. ¿A los matemáticos os pasa lo que a los médicos? Eva. ¿El qué? Marta. Pensáis que si sabéis de algo ya no os puede afectar. Albert dice que no, pero ya sabes que él es matemático un poco de rebote. Eva. No sé, ponme un ejemplo. Marta. Cuando estudiaba la carrera, cuando hice el MIR, tenía una idea, no una idea, la sensación de que, cada vez que estudiaba una enfermedad y cómo curarla, me volvía inmune. Me sentía intocable, que las enfermedades eran para vosotros, los pacientes. Los médicos estábamos más allá. Eva. Entiendo, como si un físico fuera inmune a las caídas porque conoce la ley de la gravedad. Marta. Eso. ¿Tú alguna vez pensaste que podías hacer, por ejemplo, que te tocara la lotería? Eva. Claro. Pero es que eso para un matemático está chupao. Alberto. Chicas, ¿cuántos huevos fritos queréis?

2015. Otro fin de año Eva. Trece. Geometría bajo tu piel

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Alberto. ¿Y eso? Eva. Por si una de las uvas está pocha. Marta. Yo también quiero trece. Y después os vais a casa. O a tomar algo. Alberto. En fin de año... antes me matan. Eva. Yo voy a ver si la enfermera morenita se achispa con el cava. Marta. Date prisa que hay que quitarles los pipos.

2016. Una muerte Marta se quita el estetoscopio. Lo deja encima de uno de los bancos. Se acerca a la pantalla o a la pizarra. El dibujo cambia y ya no hay tres células, solo dos. Marta sale del escenario.

2017. Un pacto Eva. Pensaba que no ibas a convencerla. Alberto. Hace más de seis meses. No puede estar durmiendo conmigo hasta los dieciocho. Eva. ¿Y ahora qué? Dormir solo te da más miedo a ti que a ella. Alberto. Lo que me da miedo es el no dormir solo. 108 La escena de Anaximandro

Eva. Anda, ven, que en vuestro sofá se pasa el insomnio muy bien. Alberto. ¿Me respetarás? Eva. Por supuesto que no. Alberto. ¿Has soñado con ella?

2018. Un descubrimiento Eva. Nunca. Alberto. ¿Verdad? Eva. No, no me suena haber visto algo así. ¿Y lo habéis descubierto con unos biólogos? Alberto. Sí, es como se distribuyen las células epiteliales. Eva. Escutoides. El nombre mola. ¿Tenéis ya una aproximación algebraica? Alberto. Está difícil.

2019. El arte de rebobinar Eva. Está roto. Alberto. Son las pilas. Eva. Se las acabo de poner. Alberto. Hay que ponerlas de una forma especial. Eva. Antes de salir, Diver me ha dicho que ha vuelto a suspender matemáticas. Alberto. Que no la llames Diver. Geometría bajo tu piel 109

Eva. Ha salido a su madre. En guapa y en zote con las mates. Alberto. Yo se las explico lo mejor que puedo. Eva. Tú eres de aplicada. No cuentas. Tendré que hacerlo yo. Alberto. Mira. Ya suena. Eva se pone los auriculares. Suena la música del grupo favorito en cuestión. Eva. Mi grupo favorito. Alberto le hace un gesto y Eva desmonta los casquitos y le da uno de ellos. Los dos muy juntos comparten el walkman. Alberto. No, mi grupo favorito. Eva. Su grupo favorito. Alberto. Suena raro. Eva. Mira que le dije que rebobinara con un Bic. La música más lenta sigue sonando. Cada vez más lenta hasta que es casi irreconocible. Oscuridad.

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La escena de Anaximandro

La evolución como motor de la biodiversidad Rafael Zardoya*

* Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC

El gran desarrollo intelectual, cultural y tecnológico del hombre le ha permitido expandirse por todo el planeta hasta alcanzar la sobrepoblación predicha por Malthus en su libro Ensayo sobre el principio de la población. La acción del hombre sobre el medioambiente se caracteriza por una avidez descontrolada que se traduce en la pérdida generalizada de hábitats, el desequilibrio de los ciclos biogeoquímicos globales, la modificación del clima, la contaminación de los recursos naturales y la extinción masiva de especies. El hombre es la única especie capaz de perturbar de manera global el equilibrio del planeta, lo cual tiene consecuencias devastadoras que amenazan directamente su salud y bienestar, y en último término su propia supervivencia como especie. Se requiere tomar medidas urgentes y drásticas para mitigar el deterioro ambiental, lo que implica tanto acuerdos y políticas coordinadas de los diferentes países como el compromiso ético de cada individuo. El conocimiento científico de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas debe ser la base sólida sobre la cual reflexionar, tomar decisiones e impulsar acciones tanto a nivel gubernamental como social e individual. La aproximación más elemental al conocimiento de la biodiversidad consiste en su descripción, inventariado y clasificación. En la antigua Grecia, Aristóteles describió La evolución como motor de la biodiversidad

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más de quinientas especies de animales en su libro De animalibus; su discípulo Teofrasto hizo lo propio con las especies de plantas en su tratado De historia plantarum; y Dioscórides compiló plantas, minerales y animales de interés medicinal en su obra De materia medica. Pero no fue hasta el siglo xviii, en el apogeo de la Ilustración, cuando surge un método riguroso de clasificar los seres vivos. El naturalista sueco Linneo establece en su libro Systema Naturae los fundamentos de la taxonomía moderna, al identificar de forma inequívoca cada especie con un nombre científico en latín y al agrupar estas en categorías jerárquicas en función de similitudes globales en la morfología. Este sistema ha resultado ser muy eficaz y sigue plenamente vigente, aunque el criterio para realizar las clasificaciones tuvo que ser redefinido a la luz del descubrimiento del mecanismo universal que gobierna la generación de la diversidad biológica. En 1859, Darwin publicó El origen de las especies, obra en la que enunciaba la teoría de la evolución, un principio fundamental y unificador en biología. El medioambiente ejerce de forma continua una presión selectiva que trabaja sobre la variabilidad de la población. Así, a través de las generaciones, se seleccionan sucesivamente aquellas variantes con una mayor eficacia biológica, lo que culmina en el origen de una nueva especie. El proceso evolutivo requiere que la información biológica se transmita de generación en generación y que haya una fuente generadora de variabilidad. Hoy en día sabemos que es el material genético, el ADN, el que es 114

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transmitido a la siguiente generación y que, durante su copiado, se producen al azar las mutaciones que generan la variabilidad, que es la diana de la selección natural. La teoría evolutiva implica que todos los seres vivos comparten antepasados comunes y, por lo tanto, están relacionados entre sí. La filogenética se encarga de inferir las relaciones de los seres vivos, que se pueden visualizar en forma de un árbol con ramas que se bifurcan formando grupos naturales inclusivos que contienen las diferentes especies. Así, el árbol de la vida permite incorporar la evolución como criterio clasificador de los seres vivos. Para determinar las relaciones filogenéticas, es necesario considerar un concepto clave en biología evolutiva: la homología. Se trata de la similitud heredada de los antepasados comunes y hay que distinguirla de la analogía o similitud debida a la convergencia en la realización de funciones semejantes. Solo la homología nos permite clasificar las especies y distinguir qué caracteres son propios de un grupo natural (han evolucionado con él) y cuáles han sido retenidos (sin modificación) de sus ancestros. Aunque la selección natural trabaja con el azar (contingencia), parte de una historia evolutiva concreta y, por lo tanto, está sujeta a cierto grado de canalización (determinismo). Esto origina que la convergencia sea un fenómeno relativamente común como respuesta a la adaptación a nichos ecológicos similares. Por ejemplo, la evolución de un cuerpo fusiforme, sin extremidades, unido al desarrollo del sentido olfativo en detrimento del visual se ha producido de forma independiente en las La evolución como motor de la biodiversidad

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serpientes, las cecilias y las lombrices, para adaptarse a la vida subterránea. Otro ejemplo sería la fotosíntesis C4 y CAM que conlleva cambios metabólicos y morfológicos que han evolucionado de forma independiente en varios grupos de plantas para adaptarse a regiones áridas y desérticas. La selección natural, como motor evolutivo, generador y mantenedor de la diversidad biológica, actúa a todos los niveles de organización de la vida. A nivel molecular, un ejemplo es la enzima ADN polimerasa de la bacteria Thermus aquaticus, que es capaz de replicar el ADN a 72 ºC, una temperatura a la que, normalmente, cualquier otra proteína estaría desnaturalizada. Para ello, a través de las generaciones se fue seleccionando una combinación termorresistente de aminoácidos a medida que la bacteria se adaptaba a vivir en manantiales de agua caliente. La tolerancia a altas temperaturas de esta enzima ha tenido una aplicación biotecnológica de gran repercusión, la famosa reacción en cadena de la polimerasa o PCR. A nivel de los organismos, la selección natural está detrás de las denominadas innovaciones evolutivas. Por ejemplo, la ecolocalización que usan los murciélagos o los delfines para capturar su alimento es posible gracias a que se han seleccionado modificaciones en las células pilosas del oído interior que les permiten vibrar más rápido, y así detectar el eco de sonidos de alta frecuencia. Esta innovación evolutiva ha inspirado el sonar de barcos y submarinos. Un ejemplo clásico de selección a nivel poblacional es el ocurrido en las polillas moteadas de la 116

La escena de Anaximandro

especie Biston betularia al comienzo de la Revolución Industrial en Inglaterra. Debido a la fuerte contaminación atmosférica, la corteza de los árboles adquirió el color oscuro del hollín. Los individuos claros de polilla fueron paulatinamente sustituidos en la población por individuos oscuros debido a su mejor camuflaje frente a la presión selectiva ejercida por sus depredadores naturales, las aves. La utilización del color corporal como estrategia de defensa frente a depredadores se da de manera aún más compleja a nivel de las comunidades ecológicas. Son bien conocidos los casos de las avispas o los nudibranquios que, al ser venenosos, presentan colores conspicuos de advertencia (el denominado mimetismo mülleriano), o los casos de las serpientes rey, no venenosas, que imitan los colores de las serpientes de coral que inoculan un veneno mortal (el denominado mimetismo batesiano). De nuevo, ambos casos de mimetismo son fruto de la presión selectiva. A nivel de los ecosistemas, el ensamblado de las redes ecológicas y el establecimiento de las relaciones simbióticas (mutualismo, comensalismo y parasitismo) es el resultado de procesos de coevolución interespecífica guiados por la presión selectiva. Un ejemplo clásico sería el protagonizado por una orquídea de Madagascar, Angraecum sesquipedale, cuyas flores se abren por la noche exhibiendo un espolón de treinta centímetros de longitud. Darwin y Wallace predijeron que debía haber una mariposa nocturna capaz de polinizar en vuelo dicha flor con una espiritrompa de la misma longitud y, La evolución como motor de la biodiversidad

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en efecto, años después fue descrita la polilla esfinge, Xanthopan morganii. Un ejemplo más sofisticado de coevolución sería el protagonizado por los pulgones de la especie Paracletus cimiciformis y las hormigas del género Tetramorium; estos pulgones pueden ser planos o redondeados. Los pulgones planos tienen una relación mutualista con las hormigas; cuando se alimentan de la savia de las plantas, generan una gota dulce en el extremo de su abdomen, que es recolectada por las hormigas. Estas, a cambio, protegen a los pulgones de depredadores, como las mariquitas. Por su parte, los pulgones redondeados simulan el olor de las larvas de hormiga y son transportados por estas al nido, donde se alimentan de la hemolinfa de las larvas de hormiga, y se produce, así, una relación de parasitismo. El ejemplo más paradigmático de coevolución llevado al extremo son los líquenes, que surgen de la simbiosis mutualista entre un hongo y un organismo fotosintético que puede ser una alga verde, alga heteroconta o cianobacteria. Unas hifas especializadas del hongo, denominadas haustorios, penetran en el alga para alimentarse de los productos de la fotosíntesis. A cambio, el hongo ofrece protección frente a la desecación, permitiendo que el alga acceda a hábitats más áridos. La catalogación de la biodiversidad y el conocimiento de los procesos evolutivos y ecológicos que ocurren en los ecosistemas no pueden quedar restringidos al ámbito científico y deben ser divulgados al público general, puesto que, en definitiva, es la sociedad quien financia la investigación y, además, está en su mano preservar 118

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la biosfera, bien de forma directa o presionando a los gobernantes. En el siglo xviii, el incremento de los viajes de exploración a lugares exóticos permitió colectar numerosos ejemplares que, expuestos en los denominados cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades, causaban la admiración de los visitantes. A medida que la fascinación estética se convirtió en interés científico, los gabinetes se transformaron en museos de historia natural o jardines botánicos. Hoy en día, estas instituciones presentan cuatro actividades principales: colección, investigación, exposición y educación. En primer lugar, se conciben como repositorios del patrimonio natural, pues albergan ejemplares representativos de la fauna y flora locales, con particular atención a los endemismos, y guardan los denominados holotipos, de gran valor, ya que son los individuos en los que se ha basado la descripción científica de una especie. Además, son centros de investigación que utilizan el material recolectado para delimitar especies y estudiar procesos evolutivos, usando tanto los rasgos morfológicos como la información contenida en el material genético. Finalmente, tienen una doble labor divulgativa: por un lado, realizan exposiciones que, con una base científica, exhiben aquellos ejemplares más vistosos y que mejor reflejan el papel de la evolución; por otro lado, proponen actividades educativas dirigidas a enseñar y concienciar al público general, y en especial a las nuevas generaciones en la conservación de la naturaleza. Esta labor divulgativa se realiza tanto de forma física, en las propias La evolución como motor de la biodiversidad

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instalaciones, como virtualmente, a través de páginas web, blogs y redes sociales. Los museos y jardines botánicos, además, favorecen el encuentro de los investigadores con los naturalistas aficionados, permitiendo realizar experiencias contributivas de ciencia ciudadana entre las que destaca la detección de especies en el campo; esto ayuda a conocer en detalle su distribución, historia natural y estatus de conservación, así como tener localizados puntos de muestreo útiles para el investigador. La experiencia de estos naturalistas vocacionales ha sido tradicionalmente guardada en los cuadernos de campo, pero las nuevas tecnologías de la información permiten ahora compartir todo tipo de datos (fotos, geolocalización) en la nube. La actividad divulgadora y de conservación de la biodiversidad cuenta también con los parques zoológicos y grandes acuarios que, asegurando el bienestar de los animales, pueden ser usados para programas de reintroducción de especies y como bancos genéticos. Finalmente, es de destacar la larga tradición de muchos institutos de enseñanza secundaria de contar con un pequeño jardín botánico que sirve como taller educativo. El estudio de la naturaleza es percibido por la sociedad como una ciencia básica. Sin embargo, existe una miríada de ejemplos de productos naturales seleccionados a lo largo de millones de años de evolución con utilidad tecnológica. A los ejemplos anteriormente mencionados de la ADN polimerasa termorresitente o la ecolocación, se pueden sumar inventos como el velcro inspirado en los 120 La escena de Anaximandro

ganchos de las semillas del lampazo o bardana (Arctium lappa); el diseño aerodinámico de las locomotoras de los trenes bala japoneses, que está basado en el pico del martín pescador (Alcedo atthis); las propiedades mecánicas únicas de resistencia, extensibilidad y tenacidad de la seda de las arañas (clase Arachnida); el veneno de los caracoles marinos (Pionoconus magus), que es utilizado como un analgésico mil veces más potente que la morfina; la penicilina producida por el hongo Penicillium chrysogenum; etcétera. Más aún, los estudios evolutivos son determinantes en la comprensión de las dinámicas infectivas de virus, bacterias y parásitos, así como de su resistencia a antivirales, antibióticos y antiparasitarios. Pero, sobre todo, la aplicación más importante de los estudios de biología evolutiva es en la conservación de la biodiversidad y de los procesos del ecosistema. Estos estudios permiten entender por qué algunas especies son muy sensibles a la presión humana; mientras que otras pueden aprovecharla para convertirse en especies invasoras. Son imprescindibles para establecer las acciones necesarias encaminadas a mitigar el efecto pernicioso de la presión humana y re-establecer el equilibrio en los ecosistemas.

La evolución como motor de la biodiversidad

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El jardín del Beagle Enrique Torres Infantes

Personajes Beatriz Álvaro César

Salón rústico de casa de campo, mesa, sillas, plantas, cesta de fruta y algunos libros. Beatriz. Lo encontraron en su jardín, estuvo haciendo fotos… No estaba enfermo, tenía la vitalidad de siempre, fue repentino, a usted no pudimos localizarlo… Álvaro. Cálmese, estaba de viaje. Hablé con mi abogado, él se ocupa de todo. Beatriz. Su padre lo llamaba a menudo, invitándolo a venir. Álvaro. Me llamaba para discutir y al final, a su manera, me invitaba a venir. Beatriz. Disculpe… ¿Piensa vender? Vinieron unas personas, autorizadas por usted, hicieron fotos, podía habernos avisado, su padre ha convertido esta finca en una escuela de botánica, en un centro de investigación, un lugar de encuentro, tal vez para usted el jardín del Beagle es una especie de museo o un capricho… Álvaro. ¿Conoce la obra El jardín de los cerezos, de Chéjov? A eso se parece. Beatriz. Vienen niños, estudiantes, investigadores, personas que crean huertos y jardines urbanos, nuestro La evolución como motor de la biodiversidad

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objetivo es producir conocimiento, documentar la diversidad, conocer cómo se relacionan las plantas con otras especies. Álvaro. ¿No me ha oído? Yo me ocupo… Gracias por todo. Beatriz. ¿Cree que solo es un lugar para contemplar? Compartimos trabajos con otros investigadores para encontrar ideas tecnológicas, estudiando cómo las raíces exploran el suelo y forman redes vivas. Álvaro. No voy a responderle mientras no se calme. ¿Puedo tomar algo? Beatriz. Su padre no permitiría que esta finca se utilice para otra cosa y sé que alguna vez se lo dijo. No dejó testamento porque se encontraba bien… Álvaro. ¿Sabe que mi padre me pidió ayuda? Yo heredo esta finca, sí, y sus deudas, ¿el jardín del Beagle?, una quimera, sin financiación y con muchos gastos, ¿cuánto hace que mi padre no publica un artículo en una revista científica? Beatriz. ¿Sabe lo difícil que es publicar sin una proyección hacia la industria? Muchos descubrimientos son infravalorados si afectan solo al mundo vegetal. Álvaro. Le aconsejé un proyecto más industrial… Plantas medicinales para farmacología… Plantas de interés alimenticio… La investigación debe producir resultados rentables inmediatos, usted lo sabe. Beatriz. Hay una historia que solo pueden contar las plantas. En el barco Beagle, Darwin transportó plan126

La escena de Anaximandro

tas desde las islas Galápagos, y esa es la colección de organismos vivos más influyentes de la historia de la ciencia. Álvaro. ¿Y por qué me cuenta esto? Beatriz. Dé una vuelta por el invernadero, vaya a las huertas, siga la ruta de los árboles, lea la información, mire las fotos, escuche las historias, preste atención a los catálogos, al herbario, hágalo antes de decidir nada; las plantas no pueden huir, su única posibilidad de sobrevivir es adaptarse a cambios drásticos, eso las hace absolutamente poderosas, capaces de regenerar el organismo entero a partir de un fragmento, de comunicarse y relacionarse con otras especies; es lo que tratamos de contar, mucha gente lucha por este proyecto. Álvaro. ¿Sí? Y mucha gente reclama sus facturas, mi padre era pragmático, cuántas veces recitó la famosa frase de Darwin, hijo, no es el más fuerte el que sobrevive, ni el más inteligente, sobrevive el que mejor se adapta. Mi padre quiso avanzar sin apoyo institucional, sin financiación privada… Beatriz. Tenemos dificultades, pero hay un posible acuerdo con la universidad… Álvaro. Las universidades deben salir de sus claustros y ponerse al servicio de la sociedad, lo sé y lo comparto, la ciencia debe salir de los laboratorios y ser enseñada y democratizada, pero hace falta financiación. Me gustan las plantas, sé de la importancia La evolución como motor de la biodiversidad

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que han tenido y tienen, comida, oxígeno, medicina, energía; pero, insisto, esta finca sin financiación no tiene sentido. Beatriz. Usted trabaja para uno de esos lobbies que compran tierras fértiles, suman inversiones de países para producir alimentos en monocultivo y exportarlos, todo hacia afuera, ¿pretende dar lecciones de moral? En lugar de subrayar nuestros problemas, ayúdenos a financiarla. Álvaro. Usted me juzga… Una vez, mi padre, yo era un niño, quería explicarme cómo la estocástica, el azar, interviene; me llevó a observar polillas de un bosque cercano a una zona industrial, blancas y negras. Se posaban sobre esos líquenes blanquecinos que están sobre el tronco de los árboles, los pájaros las atacaban… Vas a ser testigo de la evolución, ten paciencia… Las polillas negras sobre fondo blanco eran la presa fácil de los pájaros y las blancas sobrevivían… Pasó el tiempo, volvimos al bosque, la contaminación había cubierto los líquenes de hollín; entonces, las polillas blancas sobre fondo negro eran la presa fácil de los pájaros… Es el poder de lo inevitable. Beatriz. (Llega César. Beatriz se marcha enfadada.) ¡Hola, César! César. No quise interrumpir, le acompaño en el sentimiento… Álvaro. ¿Usted es…? 128

La escena de Anaximandro

César. Amigo y colaborador de su padre, urbanita hasta que vine aquí… Utopía, libros, vino, ajedrez… Comenzamos chocando, como usted y yo. Álvaro. ¿Por qué dice que comenzaron chocando como usted y yo? Usted y yo no… César. A su padre lo conocí jugando al póker, estábamos hablando de mascotas y se me ocurre contarle… Profesor… a mí me regalaron un loro que hacía un ruido insoportable, viene a casa un amigo y me dice, César, es una cotorra argentina, líbrate de ella… Sin pensarlo, abro la jaula y la dejo escapar… Cómo se enfadó su padre y tenía razón, ahora lo sé… Invaden las ciudades, pero el problema fue el mercado de animales exóticos, millones de ejemplares fueron capturadas en libertad, aprendieron a escapar o, inconscientes como yo, las soltamos, ahora es una de las especies invasoras más peligrosas de Europa, desde entonces tengo mucho cuidado con los invasores… Álvaro. Percibo la ironía, pero con su historia me está dando la razón. César. ¿Le parece? Su padre quería algo muy concreto para esta finca. Álvaro. Estuve en Tlaxcala, México, en los bosques de Nanacamilpa, sobrevivían vendiendo madera y empezaba a ser un problema, cada verano sucedía un ritual mágico de luciérnagas, alguien tuvo la idea… Turismo… Hoy tienen zonas de acampada y alojamientos que se llenan, tienen reglas para no La evolución como motor de la biodiversidad

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contaminar, respetar su ecosistema y observarlas en silencio. Entra Beatriz. Beatriz. Por si no lo sabe, las que brillan son hembras, iluminan su abdomen, una reacción química para atraer a los machos voladores, ellas no pueden volar. Álvaro. ¿Ironía o divulgación? Beatriz. ¿Usted qué cree? Álvaro. Moraleja, el negocio salvó la tierra y a sus habitantes. Los alimentos crecen linealmente y la población exponencialmente, lo dijo Malthus que influyó mucho en Darwin. En veinte años los insectos estarán en todos los hogares, serán la principal fuente de proteínas. El consumo de carne irá en descenso por su impacto negativo en el ambiente, inevitablemente habrá otra biodiversidad. César. Su padre me contó que estuvo con usted en Bruselas… Me decía… escuchas el rumor con perspectiva y percibes esa industria que opera en la sombra, esos grupos de presión mueven los hilos, usted trabaja en eso… Álvaro. Ningún legislador es experto, necesitan asesores. Los sicarios están en la política, tengo una madre que sabe mucho de eso. César. Su padre asistió a uno de esos laboratorios de ideas, comités de expertos, foros de debate, think thank… Invitan a políticos, profesores, funcionarios, 130 La escena de Anaximandro

diplomáticos… No escatiman en crear argumentos para la persuasión. Álvaro. Usted no sabe nada de mi trabajo… Lo invité, pero no fue buena idea. César. Si tienen que fundar institutos de investigación y fortalecer una posición científica, lo hacen, campañas de información, falsas ONG… Usted trabaja en el monocultivo y los fondos de inversión… voy a utilizar otra historia de plantas para explicarme, seguimos recordando a su padre… Beatriz. ¿Le apetece un licor que hacemos nosotros? Álvaro. Me apetece… Hable, César, a mí también se me dan bien las historias… Beatriz sale. César. Hay plantas que fabrican néctar fuera de las flores, en las ramas, en los brotes, en las hojas, es su moneda, así pagan los servicios que necesitan. Las hormigas, después de probarlo, no pueden vivir sin él, se vuelven adictas, eso les pasa a ustedes con el dinero. El árbol las esclaviza para que lo protejan, les da néctar, están enganchadas y luchan como guerreras, igual hacen ustedes, ¿no se identifica con las hormigas? Álvaro. En Bruselas, junto a estamentos oficiales hay oficinas de grandes corporaciones, se cuecen negocios, se crean normativas… Los negocios los hacen las empresas, no las ONG. La evolución como motor de la biodiversidad

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César. Ustedes, las hormigas, son adictas. Los pulgones que son peligrosos para las plantas, las alimentan con una melaza que llevan dentro; a cambio, ellas los protegen; luego, los pulgones se mimetizan para parecer larvas de hormiga, y entran en la cámara de cría, las engañan, clavan sus estiletes y destrozan a las crías… Álvaro. Me perdí, no sé si me amenaza, si me llama hormiga o pulgón… César. Hormiga… Vuelve Beatriz con el licor. César sirve unas copas. Álvaro. Para sobrevivir como especie, no hemos necesitado la ética, nos mueve la razón. Hemos inventado valores morales para adaptarnos, vivimos en un mundo moderno, competitivo, centralizado, regulado, un mercado abierto, no hay néctar para todos, sobreviviremos a través del progreso económico. Beatriz. Sea sincero… ¿Van a traer monocultivo a la finca? Álvaro. Doscientos mil años de evolución. Adaptamos nuestro comportamiento en territorios hostiles y cambiantes. La evolución obliga a dar respuestas, somos conscientes de nosotros mismos, queremos vivir más y mejor. La inteligencia humana es la mejor adaptación, luchamos por ficciones, lo importante es creer y compartir. César. Esta finca no es una ficción. 132

La escena de Anaximandro

Beatriz. Probablemente, un botánico lo tiene más difícil para conseguir reconocimiento científico, pero eso no lo hace menos importante. Álvaro. Las decisiones se toman sobre una verdad superior, está en juego la supervivencia, hemos domesticado la naturaleza, pero en el 2050 tendremos que alimentar a diez mil millones de personas. Beatriz. Amamos lo que conocemos y el conocimiento lo convertimos en utopía; si usted está dispuesto a mantener la finca, aquí estaremos, a su lado… Si no, pediremos ayuda… a universidades, profesores, personas que pasaron por aquí y se llevaron algo de este sueño. Álvaro. Usted lo lleva a lo emocional y sabe, como yo, que hay problemas graves. César. No entiendo por qué su padre pensaba que usted podría ayudarnos. Beatriz. ¡A las abejas les atraen las flores azules y amarillas; a las mariposas, las rojas; a las polillas nocturnas, las que huelen de noche; a las moscas, las que huelen a carne podrida! Álvaro. ¿Lo de las moscas va dedicado a mí? ¿Por qué se enfada? César. Las plantas están obligadas a convivir, no pueden moverse… Evolutivamente, hay más beneficio en la cooperación; para nosotros, los animales, la competición es más favorable… Compitamos, hablemos… negociemos… La evolución como motor de la biodiversidad 133

Beatriz. Visite el jardín, el invernadero, las huertas, el pequeño bosque… Verá una planta trepadora que cambia el color y la forma de sus hojas para mimetizarse como las plantas a las que se va agarrando… Una semilla capaz de moverse en el suelo buscando dónde enterrarse a sí misma… La flor que cambia el color de los pétalos para avisar al insecto de que ya fue visitada… Vaya a ver todo eso… Álvaro. ¿Pretenden tocarme alguna tecla sensible? Beatriz. Un tocón de un árbol cortado, del que no brotará nada en años, seguirá vivo, cerrando su herida, ¿cómo lo hace?, los árboles vecinos juntan sus raíces para alimentarlo… Hay mucha gente que cree en el sueño de su padre, un lugar para investigar y divulgar… No para hablar de biodiversidad, sino para hacerla posible… Un lugar donde los niños aprendan a amar las plantas. Álvaro. Deberían tener un violín cada uno para cuando dicen estas cosas. César. (Llega alguien, da un sobre a César, susurra algo y se va.) Hay un giro en la historia, ¿sabe qué es un testamento hológrafo?, la persona que lo redacta puede dejar su voluntad en cualquier papel, sin necesidad de entregarlo al notario. Cuando fallezca, el documento lo estudia un juez. Los testigos declaran que la letra es del difunto y se le puede dar validez. Su padre redactó uno y lo tenemos, está siendo estudiado por un juez… Si sigue con la idea de vender, lucharemos; si no… no diga nada. (Pausa.) Tengo 134 La escena de Anaximandro

algo más para usted, una carta de su padre que le entrego en mano… Se da una vuelta por la finca y la lee, es lo que quería… Álvaro. ¿La han leído? Beatriz. No tenía ni idea ni de la carta ni… César. Yo tampoco, pero me dio instrucciones y el profesor era muy suyo… Álvaro recoge la carta que le tiende César y, después de dudar, se marcha… Beatriz corre a mirar por una ventana para asegurarse de que no vuelve. Beatriz. César… ¿qué es esto? ¿Un testamento y una carta? César. Échame un vino, me ha costado mantener el tipo. (Beatriz le sirve una copa y César la bebe de un trago.) Échame otro… Beatriz. Cesar… César. Si no fuera porque soy agnóstico y ateo, diría que es un… Beatriz. ¿Un qué? César. Un esbozo de milagro… Cálmate, Beatriz… Beatriz. ¡No me digas tú también que me calme! César. Venía yo hacia aquí tal y como habíamos quedado, paso por la taberna de Paco a tomar un chato, hablamos del profesor... (Beatriz se asoma a la ventana.) ¿Viene? (Beatriz le indica que siga.) Paco me cuenta que una noche el profesor estaba… Ya sabes… La evolución como motor de la biodiversidad 135

Noches de vino y perversión… De repente pide papel para escribir… Paco solo tenía la libreta de apuntar los menús… Dame tres hojas, Paco… Paco las arranca y se las da. El profesor se pone a escribir, rellena las tres hojas y pregunta: Paco, ¿qué día es hoy? Paco se lo dice… Beatriz. Acelera, César… César. Firma las tres hojas y le pide una caja, Paco trae una de galletas, el profesor mete las hojas, cierra la caja y dice… Guárdala, no la abras o te quedas sin verduras, ni frutas… Si muero, se la entregas a César… Paco, descendiente directo de un champiñón, se olvidó de decírmelo y hoy va y me lo dice. Beatriz. ¿Y? ¿Es un testamento? César. Fui a ver a ese juez jubilado que viene de vez en cuando… Ese que tiene un invernadero… y esa… Beatriz. Que sí, el juez, sé quién es… César. Luego llamé a profesores de tres universidades que han estado por aquí, están dispuestos a testificar que es su letra, y Paco que fue testigo directo… Es un camino, Beatriz… Beatriz. ¿Y la carta para su hijo? César. Esa es otra historia, cogí un cuaderno de campo del profesor… ¿Te acuerdas de Muriel?, ese que estuvo en la cárcel por falsificador, ¿sabes de quién te digo?, que viene de vez en cuando… Ese que ahora cultiva rosas por amor…

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Beatriz. ¡Sí, César, sé quién es! Muriel… el falsificador, ve al grano… César. No te enfades, Beatriz… Le pedí que escribiera una carta imitando la letra del profesor… No pongas esa cara… Me basé en todo lo que me dijo, todo lo que le gustaría decirle a su hijo… Cuando bebía, me tomaba por su confesor… Esa carta es lo que le habría dicho… He improvisado, Beatriz… ¿Y si funciona? Beatriz. ¿Y ahora qué? César. Esperar… Si sigue erre que erre, lucharemos, pero… ¿Y si cambia de idea? El profesor pensaba que su hijo podría sacar el jardín del Beagle adelante… Beatriz. ¿Crees que deberíamos prepararle una paella? César. Yo me comería una ahora mismo… con habas, setas, alcachofas y espárragos… Vamos a hacerla, le gustará… Beatriz. Y a ti también. Se va Beatriz, César se sirve otro vaso de vino.

La evolución como motor de la biodiversidad

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Universos cíclicos Jose Alberto Ruiz Cembranos* Luis Javier Garay*, **

* Departamento de Física Teórica & IPARCOS, UCM ** Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC)

El pasado del universo La luz más antigua que llega a nuestros telescopios e instrumentos de observación se originó hace algo menos de catorce mil millones de años, cuando el universo tenía una edad de unos trescientos mil años. Hasta entonces el universo era demasiado denso y la luz no podía circular libremente: era continuamente absorbida y reemitida por la materia. De esa luz que nos llega, conocida como el fondo cósmico de microondas, podemos inferir que, en aquel momento, el universo era esencialmente homogéneo salvo por pequeños grumos que tenían excesos y déficits de densidad de, aproximadamente, una parte en cien mil. Desde entonces, el universo se ha estado expandiendo continuamente, y esos pequeños grumos son las semillas de lo que hoy son las galaxias, los cúmulos y los supercúmulos formados por acrecimiento gravitatorio de los mismos. Las herramientas científicas que nos han permitido adquirir este conocimiento sobre la evolución del universo son principalmente dos: por un lado, las observaciones astronómicas (sobre todo, las llevadas a cabo desde los años noventa) y, por otro lado, las sofisticadas simulaciones numéricas de nuestros modelos teóricos, que Universos cíclicos

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nos han permitido generar una recreación detallada del movimiento de la materia en el universo y que podemos comparar con las observaciones para verificar la validez de dichos modelos. De estas observaciones, también hemos podido concluir que el universo en la actualidad se está expandiendo de forma acelerada. Para que eso ocurra, nuestras teorías actuales necesitan que el universo esté inundado por una densidad de energía no estándar denominada energía oscura y que, actualmente, sería la contribución más importante a la densidad de energía total del universo. Más aún, numerosas observaciones apoyan la existencia de un componente de materia que no puede asociarse con las partículas ordinarias, pero que produce campos gravitatorios que afectan al movimiento de otros cuerpos celestes. Es lo que se conoce como materia oscura y constituiría la contribución más importante a la densidad de materia en el universo. En su conjunto, las causantes desconocidas de estos fenómenos, la energía y la materia oscuras, dan cuenta del 95 % del contenido total material y energético del universo. Como hemos comentado, antes del fondo cósmico de microondas, el universo era opaco a todo tipo de luz. Esto significa que no podemos tener ninguna imagen de un tiempo anterior. Sin embargo, según nuestros modelos cosmológicos, sabemos que la formación de estructuras en nuestro universo comenzó un poco antes. Por otra parte, cuando el universo contaba apenas con un segundo de antigüedad, se comenzaron a formar 142

La escena de Anaximandro

los primeros núcleos atómicos. Este período, conocido como nucleosíntesis primordial, dio lugar a los primeros núcleos de los elementos químicos más ligeros (hidrógeno, helio y litio) gracias a la unión (y a veces desunión) de protones y neutrones. Los protones y neutrones se habían formado tiempo antes, cuando la edad del universo era de apenas un microsegundo. Antes de continuar con nuestra historia hacia el pasado cada vez más pasado, quizá merezca la pena señalar que las etapas importantes de la evolución del universo están marcadas por una escala de tiempos logarítmica y no lineal como estamos acostumbrados en nuestra vida cotidiana. En esos instantes, los quarks y gluones, hasta entonces libres, se unieron para formar protones y neutrones en un proceso descrito por la cromodinámica cuántica, que describe la interacción fundamental más fuerte de las conocidas. Antes aún, cuando el universo tenía una edad de -15 10 segundos (otra vez la escala logarítmica), la interacción débil y la interacción electromagnética se unificaron o «mezclaron». Fue, entonces, cuando el campo de Higgs adquirió protagonismo y características que, mediante el llamado mecanismo Higgs, confirió masa a la gran mayoría de las partículas elementales. Antes de ese instante, todas las masas de las partículas conocidas desaparecen. Excepto la nucleosíntesis primordial, que puede contrastarse experimentalmente mediante la observación de densidades relativas de elementos químicos, el resto de procesos ocurridos antes del fondo Universos cíclicos 143

cósmico de microondas no tienen prácticamente evidencias experimentales, pero nuestros modelos teóricos así lo describen de forma compatible con las observaciones de los fenómenos que ocurren posteriormente. Una de las características más llamativas de la composición visible de nuestro universo es la existencia de una cantidad de materia notablemente superior a la de antimateria. Desde el punto de vista teórico, esta fuerte asimetría se generó dinámicamente antes que el fondo cósmico de microondas en un proceso conocido como bariogénesis: toda la materia y antimateria existente, que hasta entonces estaba divida a partes casi iguales (con precisión de una parte en 10-10), se aniquiló mutuamente dejando un pequeño remanente de materia. Finalmente, los problemas clásicos de este modelo de Big Bang que hemos descrito, como sería el problema de los horizontes, el problema de la planitud o la generación de las inhomogeneidades primordiales, nos llevan a suponer que hubo una etapa de inflación cosmológica en la que el tamaño del universo creció decenas de órdenes de magnitud en una fracción mínima de tiempo. Como hemos visto, el uso combinado de las observaciones astronómicas y la física de partículas de alta energía, junto con la relatividad general, que da cuenta de la fuerza gravitatoria, nos ha permitido tener un panorama bastante detallado de lo que aconteció en y al universo desde su infancia, desde que su edad era una minúscula fracción de segundo. A medida que vamos hacia atrás en el tiempo, nuestros modelos son menos detallados 144 La escena de Anaximandro

pero, aun así, tienen un alto poder explicativo. Cuando avanzamos en este viaje hacia el pasado en la historia del universo, la física que conocemos va perdiendo su validez por varias razones. Por un lado, ya no disponemos de observaciones y experimentos tan precisos para contrastar nuestras teorías. Por otro lado, en los primeros 10-40 segundos de vida del universo, abandonamos los regímenes en los que los fenómenos se pueden describir exclusivamente en términos de la mecánica cuántica (la física de partículas, más concretamente) o por la física gravitatoria (la relatividad general). En estas etapas tan tempranas de la historia del universo, este es tan pequeño que necesitamos la teoría cuántica para describirlo; pero, por otro lado, es tan denso que las fuerzas gravitatorias son enormes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se han llevado a cabo desde el nacimiento de estas dos teorías, en el primer tercio del siglo xx, no hemos tenido éxito en la empresa de unificarlas en una teoría cuántica de la gravedad, necesaria para dar cuenta del comportamiento del universo en su origen. Son muchos los intentos que se han realizado para conseguir una teoría que dé cuenta de la estructura microcóspica del espaciotiempo. Entre ellos, tenemos la teoría de cuerdas, la gravedad cuántica de lazos y otros muchos, siendo estas dos las más desarrolladas hoy en día. Ambas hacen uso de elementos intrínsecamente extensos (en vez de partículas puntuales) como los objetos básicos, aunque de forma radicalmente distinta. Universos cíclicos

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El futuro del universo El extremo opuesto de la evolución del universo también es susceptible de nuestro estudio. El desenlace último del universo es una cuestión básica de la cosmología, que podría ser contestada con la física que conocemos y el contenido actual del universo. Para ello, necesitamos suponer que las leyes físicas válidas actualmente lo serán en el futuro y que no habrá más sorpresas en la evolución del universo. Con los conocimientos que se tenían hace cuarenta años, se pensaba que el final del universo dependía de su forma global. Una geometría del espacio cerrada como la superficie de una esfera, en la que la suma de los ángulos de un triángulo excede de 180 grados, haría que la expansión del universo acabara en algún momento en el que comenzaría una contracción. Esta contracción continuaría clásicamente hasta que el universo se redujera a un punto. Esta singularidad final se denominó Big Crunch, por analogía con el Big Bang. Por el contrario, en una geometría abierta, como una silla de montar, en la que la suma de los ángulos de un triángulo es inferior a 180 grados, la expansión duraría eternamente con un ritmo prácticamente constante en el futuro. Finalmente, en una geometría plana o euclídea, donde la suma de los ángulos de un triángulo es exactamente 180 grados, el universo se expandiría para siempre, pero cada vez a menor velocidad, siendo esta velocidad prácticamente cero en el futuro más remoto. 146 La escena de Anaximandro

Sin embargo, en los años noventa se descubrió que la expansión del universo es acelerada. Esto llevó a concluir que, independientemente de la forma global del universo, este se expandiría para siempre. De esta manera, el universo estaría abocado a la denominada muerte térmica o Big Freeze debido al inexorable aumento del desorden (segunda ley de la termodinámica). La única opción alternativa sería una muerte más violenta, como el denominado Big Rip, en el que la estructura espaciotemporal se desgarraría en algún momento del futuro debido a esa expansión cada vez más y más acelerada.

Universos cíclicos Aunque la evolución del universo que hemos descrito hasta el momento tiene sólidas evidencias teóricas y observacionales, extrapolar nuestro conocimiento hacia el más remoto pasado o el más infinito futuro no es un ejercicio carente de incertidumbres. Por ejemplo, una idea recurrente en la cosmología es que la evolución del universo sea cíclica, de manera que la evolución que hemos descrito estaría dentro de uno de los ciclos que conformarían una serie interminable e incomenzable de etapas autorrepetidas. En los mismos inicios de la cosmología moderna, cuando apenas habían transcurrido pocos años de la constatación observacional de la expansión del universo por Edwin Hubble, Albert Einstein ya consideró esta Universos cíclicos

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posibilidad como una seria alternativa a la estructura finita (con comienzo y fin) propia del modelo Big Bang. El problema básico de los modelos cíclicos en general, y que también afectaba al modelo de Einstein, es la segunda ley de la termodinámica. El aumento irremediable de la entropía en el universo que esta ley fundamental de la física estadística promulga impide la posibilidad de una repetición de ciclos idénticos. Este hecho fue puesto de manifiesto por Richard Tolman, quien argumentaba que el aumento de entropía haría que los ciclos tengan asociada una mayor duración a medida que se avanzara en el tiempo. Por lo tanto, el universo no sería exactamente cíclico y se vería abocado a una muerte térmica en cualquier caso. En este siglo xxi, se han desarrollado distintos modelos de universos cíclicos. Por ejemplo, utilizando el contexto ofrecido por la teoría de cuerdas y las dimensiones adicionales que requiere, Paul Steinhardt y Neil Turok propusieron el llamado modelo ecpirótico, cuyos ciclos se relacionan con las oscilaciones periódicas de dos branas (hipersuperficies de tres dimensiones espaciales) que se atraviesan indefinidamente dando lugar a un número igualmente indefinido de big bangs. Lauris Baum y Paul Frampton propusieron otro modelo asociado a la llamada energía oscura fantasma (por su comportamiento exótico). Roger Penrose y Vahe Gurzadyan han propuesto la denominada cosmología cíclica conforme, que permite identificar el infinito futuro de un ciclo o eón con el inicio del siguiente. Esta identificación es posi148 La escena de Anaximandro

ble gracias a una hipótesis basada en el comportamiento de la materia en estas situaciones de altísima densidad que hemos comentado anteriormente: la masa deja de desempeñar un papel y, de hecho, se anula para todo el contenido material. La ausencia de masa hace que el tamaño y la duración no sean conceptos relevantes, solo la forma espaciotemporal, y que podamos identificar lo grande con lo pequeño y lo anciano con lo joven. Más importante aún, esta identificación se puede llevar a cabo sin entrar en conflicto con la segunda ley de la termodinámica (fuertemente vinculada al concepto de tiempo), es decir, restaurando el orden en cada ciclo.

Orientabilidad De forma natural, pensamos que el espacio y el tiempo son orientables. El contraejemplo más simple de un espacio que no es orientable es la cinta de Moebius. Un espacio es orientable si, al recorrer cualquier camino que comience y acabe en el mismo punto, un objeto extenso conserva la orientación (termina boca arriba si comienza boca arriba). Si nuestro universo no fuera orientable, un astronauta que partiera de la Tierra e hiciera un viaje espacial a lo largo de una trayectoria que invirtiera la orientación, volvería con los lados derecho e izquierdo de su cuerpo intercambiados. Sí, el corazón estaría a la derecha. Así sería como lo vería una persona que hubiese permanecido en la Tierra. De hecho, este observador terrestre vería todo el cuerpo del astronauta como una Universos cíclicos 149

imagen especular del cuerpo que abandonó la Tierra. Sin embargo, para el astronauta, la percepción sería distinta. Él no percibiría ningún cambio en su persona, ni en sus compañeros, ni en su nave espacial, ni en todo lo que le hubiera acompañado en su viaje. Al contrario, sería el mundo al que regresara el que habría cambiado, convirtiéndose en una imagen especular de lo que fue. La orientabilidad temporal es todavía más complicada. Un universo sin orientabilidad temporal no tendría futuro ni pasado, sino un devenir del uno en el otro y del otro en el uno. Comprobar observacionalmente el carácter orientable (o no) del universo en su conjunto podría ser una tarea imposible, ya que solo tenemos acceso a una «pequeña» región del mismo (con un radio igual a la distancia que ha podido viajar la luz en catorce mil millones de años). En la obra teatral Casi (anillo de Moebius), José Sanchis Sinisterra plantea su particular universo cíclico no orientable. En él, el diálogo entre los dos personajes se repite indefinidamente. Sin embargo, como en los espacios no orientables, la repetición requiere dos ciclos para completarse: los personajes intercambian sus diálogos. Al menos, esa es la percepción del público. Sería interesante conocer la percepción de los personajes.

150 La escena de Anaximandro

Casi (anillo de Moebius) José Sanchis Sinisterra

Personajes x y

x.

… Hablo de antes del asfalto, de cuando andabas por tu calle pisando vieja tierra prensada, polvo apenas urbano. y. No lo recuerdo, casi. x. Hablo de solares de tu barrio, paréntesis de campo abandonado ante el lento crecer de tu ciudad. y. Hace tanto tiempo, tanto… x. … o bien mordiscos de la cercana guerra, antiguas casas arrasadas, borradas totalmente. y. Era un niño yo, entonces. x. Eras menos que un niño. Hablo de cuando no tenías ojos ni oídos, de cuando no sabías ninguna canción. y. Recuerdo un círculo de niños sentados en la acera. x. Hablo de antes de la acera, de antes de los círculos de niños. Hablo de ti. y. ¿De mí? x. Y de tus manos, de tus pequeños puños apretados. y. Hablas de mí… x. Y de tus pies andando sobre vieja tierra prensada. y. Las calles prematuras… x. Hablo de cuando todo era prematuro. Universos cíclicos 153

y.

Recuerdo el Cine Oriente, el Cine Ideal… x. No había oriente ni ideal entonces. Solo estabas tú entonces. Tus puñitos cerrados, tus pies sobre la tierra… y. ¿Descalzo? x. No, no andabas descalzo. Tu madre no lo hubiera consentido. y. Deja en paz a mi madre. x. ¿Por qué? y. No la recuerdo, casi. x. Hablo del casi, justamente. y. ¿De mí? x. Y del mundo que casi querías apretar en la mano, del polvo que casi hollabas con los pies. y. Aún no era yo entonces. x. Estabas allí. Hablo de lo que ya era, casi. y. La gran palmera del patio de la escuela, los dátiles abatidos a pedradas… x. Hablo de antes de la palmera y de la escuela, de antes de los dátiles y de las piedras. y. ¿Te refieres al mar?... ¿Te refieres al mar? x. Hablo del mar, sí. De la playa cercana, del barrio de pescadores… y. No recuerdo, nada. x. ¿No recuerdas el mar?... ¿No recuerdas el mar? y. Aún no era yo, entonces. x. ¿Y ahora?... ¿Lo eres ahora?... ¿Eres tú ahora? 154 La escena de Anaximandro

y.

¿Quién, si no? x. Si no recuerdas el mar, ya no lo eres. y. ¿Quién, si no? x. Hablo de ti, que no lo eres. Pausa. y.

… Hablo de antes del asfalto, de cuando andabas por tu calle pisando vieja tierra prensada, polvo apenas urbano. x. No lo recuerdo, casi. y. Hablo de solares de tu barrio, paréntesis de campo abandonado ante el lento crecer de tu ciudad. x. Hace tanto tiempo, tanto… y. … o bien mordiscos de la cercana guerra, antiguas casas arrasadas, borradas totalmente. x. Era un niño yo entonces. y. Eras menos que un niño. Hablo de cuando no tenías ojos ni oídos, de cuando no sabías ninguna canción. x. Recuerdo un círculo de niños sentados en la acera. y. Hablo de antes de la acera, de antes de los círculos de niños. Hablo de ti. x. ¿De mí? y. Y de tus manos, de tus pequeños puños apretados. x. Hablas de mí… y. Y de tus pies andando sobre vieja tierra prensada. x. Las calles prematuras… Universos cíclicos 155

y.

Hablo de cuando todo era prematuro. x. Recuerdo el Cine Oriente, el Cine Ideal… y. No había oriente ni ideal entonces. Solo estabas tú entonces. Tus puñitos cerrados, tus pies sobre la tierra… x. ¿Descalzo? y. No, no andabas descalzo. Tu madre no lo hubiera consentido. x. Deja en paz a mi madre. y. ¿Por qué? x. No la recuerdo, casi. y. Hablo del casi, justamente. x. ¿De mí? y. Y del mundo que casi querías apretar en la mano, del polvo que casi hollabas con los pies. x. Aún no era yo entonces. y. Estabas allí. Hablo de lo que ya era, casi. x. La gran palmera del patio de la escuela, los dátiles abatidos a pedradas… y. Hablo de antes de la palmera y de la escuela, de antes de los dátiles y de las piedras. x. ¿Te refieres al mar?... ¿Te refieres al mar? y. Hablo del mar, sí. De la playa cercana, del barrio de pescadores… x. No recuerdo, nada. y. ¿No recuerdas el mar?... ¿No recuerdas el mar? x. Aún no era yo entonces. 156 La escena de Anaximandro

y.

¿Y ahora?... ¿Lo eres ahora?... ¿Eres tú ahora? x. ¿Quién, si no? y. Si no recuerdas el mar, ya no lo eres. x. ¿Quién, si no? y. Hablo de ti, que no lo eres. Pausa. x.

… Hablo de antes del asfalto, de cuando andabas por tu calle pisando vieja tierra prensada, polvo apenas urbano. y. No lo recuerdo, casi. Etcétera.

Universos cíclicos

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2. Autoficciones Sergio Blanco Kassandra; Tebas Land; Ostia; La ira de Narciso; El bramido de Düsseldorf; Cartografía de una desaparición

3. Teatro reunido Michel Marc Bouchard Traducción de Helena Tornero Flor de lis o ensayo de un drama romántico; Las musas huérfanas; El camino de los pasos peligrosos. Tragedia de carretera; Tom en la granja; Cristina, la reina hombre; La divina ilusión

4. En otras palabras. Teatro de La Abadía Steven Berkoff (Mesías, trad. de A. Fernández Lera); Hermanos Presnyakov (Terrorismo, trad. de A. Fernández Lera); Tony Kushner (La ilusión, trad. de Miguel Sáenz); Alberto San Juan (Argelino, servidor de dos amos); Rainer Werner Fassbinder (El café, trad. de Miguel Sáenz) 5. La guerra fría y otras batallas (con dos escaramuzas) Juan Villoro Prólogo de Guillermo Heras. Diálogo con Jorge Dubatti Cremación; El filósofo declara; Muerte parcial; Conferencia sobre la lluvia; La desobediencia de Marte; La guerra fría; El lamento del cancerbero; El diablo (entrevista de trabajo)

6. La mano de Dios. Fútbol y teatro Guillermo Heras (ed.), Patricio Abadi (El estadio de arena), Antonio Álamo (Patadas), Sergi Belbel (Fuera de juego), Bernardo Cappa (Pezones mariposa), José Ramón Fernández (La ventana de Chygrynsky), David Gaitán (El camino del insecto), Andrés Gallina (Los días de la fragilidad), Juan Mayorga (El Crack), Itziar Pascual (Eudy), Antonio Rojano (Fair play), Santiago Sanguinetti (El gato de Schrödinger)

7. Comedias políticas para un mundo hostil y decadente Santiago Sanguinetti Trilogía de la revolución (I. Argumento contra la existencia de vida inteligente en el Cono Sur; II. Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe; III. Breve apología del caos por exceso de testosterona en las calles de Manhattan); El gato de Schrödinger; Bakunin Sauna, una obra anarquista; Tambo Prehistórico Theme Park

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Anatomía del drama. Una teoría fuerte del teatro José-Luis García Barrientos