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Spanish Pages 178 Year 2016
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N.º 1
ARQUITECTURA
N.º 1
ARQUITECTURA
La envolvente térmica de la vivienda social.
RESUMEN
El parque de viviendas construido bajo figuras de protección social anterior al año 1979, es decir, previamente a la implantación efectiva de normas de limitación de la demanda de energía, representa una porción muy significativa de las viviendas que conforman las ciudades europeas actuales, en especial España y área sur continental. Habitualmente estos edificios presentan limitadas capacidades de control térmico de sus ambientes interiores, situación que afecta principalmente a los sectores de menor renta de la sociedad, y por tanto con menores recursos para hacer uso de sistemas artificiales de mantenimiento del confort interior.
El caso de Sevilla, 1939 a 1979
N.º 1
El trabajo presentado propone una metodología de análisis del parque edificado residencial basada en la caracterización energética de su envolvente térmica, que pueda ser replicable en las diferentes zonas urbanas del sur europeo. Se han identificado cuáles son las características principales que afectan al comportamiento energético del parque residencial, y se ha establecido una catalogación de su envolvente térmica, atendiendo no solo a los elementos constructivos que la constituyen, sino también a aquellos aspectos morfológicos con influencia en este comportamiento. El análisis no se efectúa únicamente de un modo global en el periodo de estudio, sino que incluye un examen de la distribución temporal de soluciones y sus resultados, identificando los aspectos más representativos para los diferentes momentos del periodo, normalmente por décadas. Se ha realizado una amplia investigación historiográfica que aporta información relevante sobre el desarrollo e influencia de este patrimonio arquitectónico en la ciudad moderna, pero, sobre todo, constituye la base fundamental en la que este estudio se sustenta. En el trabajo se combinan técnicas documentales, reconocimientos de campo y procedimientos analíticos de evaluación de sus parámetros energéticos (tanto estáticos como dinámicos), habiéndose conseguido, a nuestro entender, una representación del conjunto edificatorio y su evolución en el tiempo. También, se ha generado una amplia base de información y discusión, en su mayoría original, que pretende dar soporte a los procesos de intervención en estos edificios.
Samuel Domínguez Amarillo, Juan José Sendra, Ignacio Oteiza San José
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA CONSTRUCCIÓN EDUARDO TORROJA CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
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MONOGRAFÍAS DEL IETCC. SERIE ARQUITECTURA, N.º 1
Dirección ÁNGEL CASTILLO TALAVERA, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) Secretaría ÁNGELA SORLI ROJO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) Comité Editorial LUIS ALBAJAR MOLERA (UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID) MARÍA DEL CARMEN ANDRADE PERDRIX, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) MOISÉS FRÍAS ROJAS, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) PEDRO GARCÉS TERRADILLOS (UNIVERSIDAD DE ALICANTE) ÁNGEL LEIRO LÓPEZ, CENTRO DE ESTUDIOS Y EXPERIMENTACIÓN DE OBRAS PÚBLICAS (CEDEX) AMPARO MORAGUES TERRADES (UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID) MANUEL OLAYA ADÁN, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) ANTONIA PACIOS ÁLVAREZ (UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID) Consejo Asesor ANTONIO ALMAGRO GORBEA, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) RIGOBERTO BURGUEÑO (MICHIGAN STATE UNIVERSITY, EE. UU.) ALICIA CASTRO LOZANO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) ADELAIDA ESTEVE CAMPILLO (MINISTERIO DE FOMENTO) ANA MARÍA FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) LUIS FERNÁNDEZ LUCO (UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA) ANTÓN GARCÍA-ABRIL (WOODBURY UNIVERSITY SAN DIEGO, EE. UU.) ANA MARÍA GUERRERO BUSTOS, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) AURORA LÓPEZ DELGADO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) CECILIO LÓPEZ HOMBRADOS, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) ANTONI MARÍ BERNAT (UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE CATALUNYA) BEATRIZ MARTÍN PÉREZ (UNIVERSITY OF OTTAWA, CANADÁ) MARÍA DEL SAGRARIO MARTÍNEZ RAMÍREZ, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) ISABEL MARTÍNEZ SIERRA, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) CÉSAR MEDINA MARTÍNEZ (UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA) EUGENIO OÑATE IBÁÑEZ DE NAVARRA (UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CATALUÑA) GLORIA PÉREZ ÁLVAREZ QUIÑONES, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) ANTONIO PORRO GARAT (TECNALIA RESEARCH AND INNOVATION) JULIÁN RIVERA LOZANO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) GONZALO RUIZ LÓPEZ (UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA) JULIÁN SALAS SERRANO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) JAVIER SÁNCHEZ MONTERO, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) MARÍA ISABEL SÁNCHEZ DE ROJAS GÓMEZ, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) HOLMER SAVASTANO JUNIOR (UNIVERSIDADE DE SÃO PAULO, BRASIL) PETER TANNER, CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC)
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SaMuEL doMínguEZ aMarILLo juan joSÉ SEndra IgnaCIo otEIZa San joSÉ
La envolvente térmica de la vivienda social.
El caso de Sevilla, 1939 a 1979
InStItuto dE CIEnCIaS dE La ConStruCCIón Eduardo torroja
ConSEjo SupErIor dE InvEStIgaCIonES CIEntífICaS MadrId, 2016
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reservados todos los derechos por la legislación en materia de propiedad Intelectual. ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, solo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.
Catálogo general de publicaciones oficiales: http://publicacionesoficiales.boe.es EdItorIaL CSIC: http://editorial.csic.es (correo: [email protected])
© CSIC © Samuel domínguez amarillo, juan josé Sendra e Ignacio oteiza San josé © de las ilustraciones, los autores ISBn: 978-84-00-10124-4 e-ISBn: 978-84-00-10125-1 nIpo: 723-16-017-8 e-nIpo: 723-16-018-3 depósito Legal: M-34923-2016 Maquetación, impresión y encuadernación: rotaclick Impreso en España. Printed in Spain
En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado ECf, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.
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1. IntroduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1.1. Contexto general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2. El proyecto rEfavIv . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.3. objetivos del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. ContEXto Y anÁLISIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2.1. La vivienda social en la construcción de la ciudad, 1939 a 1979 . . . . . . . 2.2. La importancia de la vivienda protegida en Sevilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.3. Los planes de intervención y rehabilitación energética aplicados al parque de vivienda social del periodo: riesgos y oportunidades . . . . . . . . . . . . . .
3. propuESta MEtodoLógICa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3.1. Metodología general del trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.2. Criterios para la catalogación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.3. Criterios de inclusión en el periodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.4. Criterios de identificación de vivienda social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.5. Evaluación energética de los cerramientos: bases de partida . . . . . . . . . . . 3.6. Criterios de clasificación de cerramientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1. fachadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1.1. Existencia de revestimiento exterior continuo . . . . . . . . . . 3.6.1.2. numero de hojas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1.3. Composición de la hoja principal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1.4. Composición de la hoja interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.1.5. propuesta de clasificación de las soluciones de fachada . . . 3.6.2. Cubiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2.1. tipos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2.2. Capa soporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2.3. Capas de relleno y formación de pendiente . . . . . . . . . . . 3.6.2.4. Capas de acabado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2.5. aislamiento térmico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.2.6. propuesta de clasificación de las cubiertas . . . . . . . . . . . . . 3.6.3. Huecos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.3.1. acristalamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.6.3.2. Carpinterías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.7. Criterios de morfología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
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4. anÁLISIS
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....................................................
4.1. Evaluación energética de los tipos de cerramientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.1. fachadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.2. Cubiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.3. Huecos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.3.1. acristalamientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.3.2. Carpinterías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2. Caracterización de los cerramientos de fachada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.1. tipos de cerramientos de fachadas y su evolución temporal . . . . . 4.2.2. distribución de las transmitancias de las diferentes soluciones de fachadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.3. fachadas con funciones portantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.4. fachadas encintadas entre elementos estructurales . . . . . . . . . . . . 4.2.5. La cámara de aire en las soluciones de fachada . . . . . . . . . . . . . . 4.2.6. Soluciones de fachada con bloques de hormigón . . . . . . . . . . . . . 4.2.7. Soluciones de fachada prefabricadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.8. Los materiales aislantes en las soluciones de fachada . . . . . . . . . . 4.2.9. Soluciones de fachada de tipo secundario . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.10. Los revestimientos exteriores en las soluciones de fachada . . . . . 4.3. Caracterización de las cubiertas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.1. repercusión de las viviendas bajo cubierta en el total . . . . . . . . . . 4.3.2. Evolución temporal de las soluciones de cubierta . . . . . . . . . . . . . . 4.3.3. Materiales aislantes en las soluciones de cubierta . . . . . . . . . . . . . 4.3.4. transmitancias térmicas de las soluciones de cubierta . . . . . . . . . . 4.4. Caracterización de los huecos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4.1. acristalamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.4.2. Carpinterías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5. Caracterización morfológica y tipológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.1. dimensiones de la vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.2. Compacidad relativa de los edificios: consumo de suelo y altura de los edificios de vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.5.3. Caracterización de las tipologías arquitectónicas de los edificios . . . 4.6. protección histórica y urbanística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.7. grado de modificación de la envolvente energética . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.8. Caracterización normativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.9. riesgo de humedades de condensación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.9.1. riesgo de procesos patológicos por humedades de condensación superficiales de forma generalizada en cerramientos . . . . . . . . . . . 4.9.2. riesgo de procesos patológicos por humedades de condensación superficial de forma localizada en cerramientos . . . . . . . . . . . . . . 4.9.3. riesgo de proceos patológicos por humedades de condensación intersticiales en cerramientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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5. ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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agradECIMIEntoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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5.1. Conclusiones sobre el periodo normativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.2. Conclusiones sobre la caracterización del parque edificatorio . . . . . . . . . . 5.2.1. parámetros energéticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.2.2. Humedades de condensación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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LIStado dE fIguraS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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fuEntES doCuMEntaLES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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LIStado dE taBLaS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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a.1. Soluciones constructivas tipo para cerramientos de fachada . . . . . . . . . . . a.2. Soluciones constructivas tipo para cerramientos de cubierta . . . . . . . . . . .
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....................................................
fICHaS dE dEtaLLE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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1. IntroduccIón 1.1. contexto general
En las grandes ciudades españolas, el periodo más significativo de su crecimiento se produjo en las cuatro décadas que mediaron entre 1939 y 1979, enlazándose la reconstrucción de las ciudades, tras la guerra Civil española, con las grandes migraciones del campo a la ciudad, fruto del cambio de modelo económico de la época.
En España, el parque de viviendas construido en ese periodo representa casi la mitad del construido en el siglo XX y el 42% del actualmente existente, según los datos del Instituto nacional de Estadística y el Ministerio de fomento. Muchas de esas viviendas han sido objeto de numerosas reformas desde su construcción, generalmente de poco alcance, promovidas por usuarios y comunidades de vecinos, lo que ha supuesto un esfuerzo continuo para su mantenimiento y conservación. no obstante, resulta aún muy poco significativo el número de iniciativas de rehabilitación de barriadas de viviendas sociales en situación de obsolescencia, con apoyo económico y político de las administraciones públicas responsables, tendentes a mejorar sensiblemente las condiciones de habitabilidad de los usuarios de esas viviendas, en la mayoría de las ocasiones deficientes. Menos frecuentes han sido las rehabilitaciones realizadas que han tenido en cuenta su comportamiento energético.
Esta carencia es especialmente relevante ya que, más allá de algunas regulaciones parciales y esporádicas raramente contempladas en el sector residencial, no fue hasta el año 1979, con la aprobación y posterior puesta en vigor de la norma Básica de la Edificación sobre Condiciones térmicas en los Edificios (nBE Ct-79), cuando se establecieron las primeras medidas de limitación de la demanda energética en edificios de obligado cumplimiento. por tanto, la mayor parte de las viviendas construidas en ese periodo temporal o bien carece de aislamiento térmico en su envolvente, o ese aislamiento es absolutamente insuficiente.
La ineficiencia energética de los sistemas constructivos de las envolventes de los edificios plurifamiliares de viviendas sociales construidas en ese periodo supone una
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En ese intervalo temporal se construyeron numerosas viviendas sociales, la mayoría de las ocasiones con escasos medios técnicos y económicos. Se antepuso, en general, la necesidad de alcanzar unos objetivos ambiciosos, en cuanto al número de viviendas a ejecutar, a la deseable calidad constructiva de las edificaciones residenciales, dados los limitados recursos de los que se disponía, además de la carencia de procesos industrializados en el sector de la construcción.
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mayor demanda para el acondicionamiento térmico de la vivienda, especialmente relevante en el caso de la calefacción, un gasto mayor del consumo energético para el usuario, con el consecuente impacto negativo sobre el medio valorado en volumen de emisiones de Co2 y, además, una falta de confort y calidad ambiental en el interior de las viviendas, muy deficientes en relación a los estándares actuales.
debemos tener en cuenta que los usuarios de este gran parque de viviendas sociales cuyos sistemas constructivos son tan ineficientes, y que no ha experimentado ninguna operación de envergadura que mejore su habitabilidad, generalmente se caracterizan por disponer de un bajo nivel de renta, con lo que no pueden destinar una parte importante de sus recursos a sufragar los gastos del excesivo consumo energético que supondría mantener sus viviendas en condiciones de confort. La consecuencia es que viven en condiciones de pobreza energética.
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En el caso de las viviendas sociales del sur de España —en teoría beneficiadas por un menor rigor climático en condiciones de invierno—, la mayoría no dispone de instalación de calefacción, carencia que suplen los usuarios con el equipamiento de radiadores eléctricos, braseros, ventilo-convectores u otros dispositivos de calentamiento por efecto Joule, altamente ineficientes, y a soportar de manera generalizada condiciones ambientales interiores muy alejadas de las condiciones de confort y habitabilidad durante un número muy significativo de horas anuales. a ello se une la habitual presencia de procesos patológicos por humedades de condensación, enfrentándose por tanto a una situación que va más allá del exceso de consumo de energía.
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Considerando las actuales exigencias en materia de energía y emisiones [2] [3], dada la ineficiencia del gran parque residencial edificado y su implicación en las condiciones ambientales interiores de sus habitantes, resulta necesario encontrar soluciones apropiadas que reduzcan la demanda energética y mejoren sustancialmente la habitabilidad. de ellas, las más inmediatas son aquellas que inciden sobre la mejora de la envolvente, especialmente de las fachadas, dado el gran porcentaje de superficie que suelen ocupar de esa envolvente [4]. Las soluciones de fachada gestionan los flujos energéticos que se producen entre el interior y el exterior a lo largo del año, además de otras importantes funciones, como la protección contra la transmisión a ruido aéreo, que afecta igualmente a la habitabilidad y al confort en general. todo ello sin olvidarnos del importante papel que desempeñan de proporcionar una imagen a la ciudad. En este contexto se enmarca el proyecto de investigación rEfavIv «rehabilitación energética de la fachada de viviendas sociales deterioradas aplicando productos innovadores nacionales (dIt) y europeos (dItE)», financiado por el gobierno de España a través del plan nacional I+d+i (ref. BIa 2012-39020-C02-01). La aplicación de tales soluciones innovadoras exige previamente la caracterización de las fachadas de los edificios de viviendas sociales construidas en ese periodo, tanto desde el punto de vista constructivo como energético. 1.2. el proyecto reFaVIV
Las administraciones públicas, tanto las de la unión Europea como las de las distintas naciones que la integran, actualmente son conscientes de la importancia de invertir en rehabilitación de edificios, especialmente de viviendas plurifamiliares construidas en ese periodo temporal (1939-1979), sabedores del potencial de ahorro energético
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que estas políticas pueden suponer en los próximos años, dados sus déficits energéticos. Es una de las grandes estrategias del Horizonte 2020 [5], y resulta fundamental para España, ya que la mitad del consumo energético de las viviendas está destinado al acondicionamiento térmico [6]. unas de las estrategias más frecuentes en los proyectos de rehabilitación de viviendas sociales es la intervención en fachadas para aumentar así los niveles de aislamiento térmico y producir una reducción significativa de la demanda energética. Este proyecto tiene entre sus principales objetivos los siguientes:
– determinar y cuantificar las deficiencias constructivas de los edificios de vivienda social en el periodo temporal 1939-1979, relacionadas con el comportamiento térmico, el consumo energético y el déficit de confort para los usuarios. – proporcionar datos de referencia, recomendaciones y objetivos claros para la mejora de la envolvente de esos edificios desde el punto de vista térmico.
– definir medidas y criterios para rehabilitación de fachadas de viviendas, eficaces y de probada rentabilidad, que fomenten el ahorro económico para los usuarios, la eficiencia energética y que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Los puntos de partida del proyecto rEfavIv [7] son:
– Es principalmente la envolvente (fachada-cubierta) la que determina la demanda energética de los edificios de viviendas para calefacción y refrigeración (climatización), responsable de, aproximadamente, el 50% del consumo de energía final en el sector residencial en nuestro país [8] [4] [9].
– Existen empresas en el sector de la construcción que fabrican productos y componentes innovadores y con idoneidad técnica calificada (dIt, dtI plus y dItE) que pueden aplicarse en la rehabilitación energética de los edificios de las viviendas sociales, logrando unas mejores condiciones de habitabilidad y mayor eficiencia energética, lo que reduciría los consumos energéticos y los gastos de los usuarios, a la vez que disminuiría la contaminación ambiental. – La renovación del parque edificado se ofrece como recurso material y oportunidad, tanto para la generación de empleo como para la reducción de emisiones.
– para llevar a cabo la renovación del parque edificado se necesita un esfuerzo técnico importante para abordar proyectos pequeños, complejos y numerosos. La información para la toma de decisiones resulta necesaria.
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– Se trata de un proyecto de investigación enfocado hacia la innovación para potenciar el sector de la construcción, donde el uso de productos y sistemas innovadores no ha sido valorado como en otras industrias, y para proponer mejoras de la envolvente (fachadas) de los edificios de vivienda con el fin de su rehabilitación energética, bajo las premisas de sostenibilidad social, económica y medioambiental. pretende, además, mejorar las condiciones de habitabilidad de un grupo importante de la población de nuestro país que vive en edificios de vivienda social deteriorada —cuando no obsoleta—, en situación de pobreza energética y alejados de los estándares actuales de confort.
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– Existe un parque edificatorio en la actualidad, ligado a la edificación de vivienda social previa a los años ochenta, cuya envolvente edificatoria opaca no permite el mantenimiento de unas condiciones ambientales aceptables sin un elevado consumo de energía, el cual normalmente no es accesible a la población afectada debido a su nivel económico.
– La presencia de condiciones desfavorables de salubridad en muchas de esas viviendas, asociada a la formación de humedades de condensación en el interior, se presenta de manera generalizada, dada la escasa calidad de las envolventes edificatorias de este importante grupo de edificios. 1.3. objetIVos del estudIo
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El objetivo general de esta publicación es presentar un estudio de amplio espectro sobre el parque de viviendas sociales construidas entre 1939 y 1979 en una de las grandes ciudades españolas, Sevilla, situada en el sur de España, y cuyas condiciones climáticas son representativas de las áreas más meridionales del sur de Europa, con unas condiciones benignas en invierno y extremas en verano. Se espera que los resultados puedan ser contrastados con futuras publicaciones similares sobre el parque de viviendas sociales de las grandes ciudades españolas, en especial Madrid, ciudad objeto igualmente de estudio del proyecto rEfavIv, así como con otros estudios realizados sobre casos similares en el área mediterránea [10], [11], [12] y [13].
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Este trabajo pretende, entre otros objetivos, aumentar el conocimiento detallado del parque edificatorio existente de la ciudad, aportando una visión más individualizada de las diferentes soluciones que podemos encontrarnos en el periodo histórico, lo cual va a permitir un avance respecto a los acercamientos generalistas de los que hasta ahora disponemos.
Es necesario reconocer el avance que ha supuesto para los técnicos del sector de la construcción el disponer de programas y procedimientos de calificación energética y de amplias bases de conocimiento sobre las envolventes de los edificios construidos, pero el uso de estas herramientas deben ser considerado como una forma de acercamiento a un comportamiento energético promedio general de los edificios. Sin embargo, debemos tener en cuenta la singularidad de las envolventes constructivas, en especial las de este periodo histórico, ya que cerramientos ejecutados en la misma época presentan comportamientos energéticos muy diferenciados, los cuales deben tenerse en cuenta para una evaluación más precisa del problema energético y para establecer técnicas adecuadas de intervención.
una de las aspiraciones de este estudio es mejorar la información de detalle e identificar las particularidades, tanto temporales como locales, del parque histórico de viviendas sociales de la ciudad.
Los objetivos específicos referidos a la ciudad de Sevilla, pero que podrían corresponder a cualquier otra ciudad considerada objeto de estudio, son: – Elaborar un censo que permita conocer el tamaño y magnitud del parque de viviendas sociales de este periodo, así como su importancia relativa respecto al parque general de viviendas.
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– disponer de una caracterización adecuada de las envolventes constructivas, fundamentalmente de las fachadas, de los edificios de vivienda social construidos entre 1939 y 1979.
– aportar un análisis de las cualidades constructivas de este grupo de edificios, con objeto de poder realizar una adecuada diagnosis de su estado energético con vistas a la rehabilitación de su envolvente, especialmente de sus fachadas. – proporcionar información de base adecuada para identificar las líneas prioritarias de actuación para la rentabilidad energética del parque de viviendas sociales existente.
2. contexto
y análIsIs
2.1. la VIVIenda socIal en la construccIón de la cIudad, 1939 a 1979
Con esta situación de partida, la construcción de un gran número de viviendas en el periodo de estudio va a provocar un cambio radical en la fisionomía de la ciudad de Sevilla, ya que la creación de nuevas barriadas, en una proporción elevada configuradas por viviendas sociales, supone que en el periodo de 1939 a 1970 la superficie urbana de Sevilla pase a ser veinte veces su tamaño inicial [14].
En el periodo de 1936 a 1950 se ejecutan en la ciudad unas 13.000 viviendas, la mayoría promovidas por las administraciones públicas y con carácter social [15], lo que arroja una cifra de menos de 1.000 viviendas al año. Este número es claramente insuficiente para paliar la necesidad de vivienda para la ciudad en ese momento, ya que se estima una capacidad habitacional en la ciudad de unas 150.000 personas, cuando existe una población asociada de unos 250.000 habitantes [16].
apenas existe, pues, transformación de la ciudad en esta década de los cuarenta, y la producción de viviendas, aunque existente, mantiene un ritmo marginal, lo que guarda relación con el estancamiento que vive el país en el periodo de la postguerra. La intervención pública se centra en ese momento en un área entre la Huerta de amate y el Cerro del Águila, con diversas intervenciones entre las que destacan la del patronato de la vivienda francisco franco, con 440 viviendas de muy baja calidad y que fueron posteriormente derribadas, así como un primer grupo de viviendas del patronato de regiones devastadas, las cuales han llegado solo parcialmente hasta el momento actual, debido también a su mala calidad constructiva.
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Sevilla, con un histórico déficit de viviendas que arrastraba desde comienzos del siglo XX, en la mitad de la década de los cuarenta experimenta una explosión demográfica debida al aumento del crecimiento vegetativo, junto con la fuerte inmigración rural. Como era de esperar, además del insuficiente número de viviendas, la situación del caserío en la ciudad en esa década, tras la guerra Civil, es muy deficiente [14] , con muy escasos servicios y dotaciones, especialmente en las viviendas para las clases trabajadoras. El censo de 1950 desvela que solo el 41% de las viviendas disponía de agua corriente, y el 53% carecía de retrete [15].
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otra actuación importante en ese periodo es la de la obra nacional de Casas Baratas para Mutilados, Empleados y obreros1 (denominación empleada en aquel momento) en la Huerta de la Barzola, con 392 viviendas, conocida inicialmente como Barriada de nuestra Señora de los reyes, caracterizada por su configuración de ciudadela, lo que la convierte en ejemplo significativo de las nuevas formas de implantación en la ciudad [17].
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El resto de actuaciones durante la primera década se limita a las siguientes: triana, con la construcción por parte del patronato Municipal de viviendas de los grupos denominados La dársena y el turruñuelo, casi infraviviendas que actualmente han sido demolidas o sustituidas; las primeras actuaciones en el barrio de los remedios, con la ejecución por parte de Queipo de Llano del grupo de viviendas obreras de Los remedios; las primeras actuaciones del tiro de Línea, así como otras de muy baja calidad, como virgen de la Esperanza (El Cano), La Huerta del pilar y pedro parias. La representación de estas actuaciones se ha superpuesto sobre el plano actual de la ciudad (fig. 1).
Figura 1. Construcción de viviendas protegidas en los años cuarenta. 1
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denominación empleada en esos momentos, aunque posteriormente será conocido como Patronato Nacional de Casas Baratas y sus funciones serán absorbidas por el Instituto nacional de vivienda.
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a principio de la década de los cincuenta, el principal problema de la ciudad es la vivienda, lo que motivará las intervenciones del ayuntamiento de Sevilla que, con su decreto de 4 de enero de 1951, presenta un plan para la construcción de 5.000 viviendas «de la categoría económica más modesta con objeto de dotar a las clases más humildes de la población» [18]. a este esfuerzo se unirán la obra Sindical del Hogar y el patronato de Casas Baratas. Se logra así que durante esta década de los cincuenta se pueda observar un aumento muy significativo de la producción de viviendas en la ciudad, suponiendo el primer intento significativo para la resolución del problema endémico de falta de viviendas sociales en la capital desde principios de siglo.
respecto a las promociones del rpCB, y dentro del sector de amate, será muy significativo el desarrollo de los grupos de vivienda de La Candelaria, Los pájaros y nazaret, con un total de 3.500 viviendas, configurando otro de los grandes sectores de vivienda social: el Sector Este. En esta zona también actuará la oSHa, con 1.942 viviendas entre la barriada de Santa teresa y nuevo amate. Igualmente, entre el año 1952 y 1959, la diputación de Sevilla participará con una producción de 930 viviendas, con 14 bloques en Los remedios (698 viviendas) y 232 viviendas en la zona de Eduardo dato. también la acción directa de la Iglesia, a través del arzobispado de Sevilla, tendrá su reflejo en la construcción por parte del patronato nazaret, en 1953, de las viviendas de nuestra Señora de los reyes en la barriada de El Cano (fig. 2). Es interesante destacar la creación de una nueva barriada de viviendas protegidas, por primera vez a iniciativa del sector privado, con la construcción del grupo de viviendas de renta limitada por parte de la compañía BaMI3 en los terrenos de tabladilla, que conformará el barrio de igual nombre. Ya en este momento se aprecia una significativa diferencia en la calidad constructiva de estas viviendas respecto a sus coetáneas promovidas por la administración y dedicadas a estratos sociales de bajos recursos. podemos observar que en esos momentos la producción de viviendas está centrada en la zona sureste y este de la ciudad, y que empieza a germinarse la nueva ciudad, que alcanzará luego su máximo auge en las siguientes décadas. a ello contribuyeron las expropiaciones de suelo llevadas a cabo por el Ministerio de vivienda en la periferia, lo que permitirá el desarrollo de la vivienda social en las siguientes décadas con la conformación de polígonos, de entre los que cabe destacar el polígono Sur por su extensión y significación [19]. El norte del casco urbano, que en posteriores décadas acogerá una gran parte del desarrollo de la vivienda social de Sevilla, presenta aún muy poco desarrollo en las décadas cuarenta y cincuenta, debido fundamentalmente a problemas de falta de infraestructuras y comunicaciones, abundando en esta área los espacios abiertos y el paisaje rural. Solo se construyen unas 15.000 viviendas, la mayoría unifamiliares. La
El real patronato de fomento y Construcción de Casas Económicas de la Ciudad de Sevilla, fundado en 1913, es reactivado como entidad promotora en 1954, pasando a ser denominado Real Patronato de Casas Baratas (actualmente real fundación patronato de la vivienda de Sevilla). 3 BaMI sociedad anónima inmobiliaria de construcciones y terrenos. 2
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Entre 1951 y 1962 se construyeron 43.000 nuevos alojamientos, liderada esta actividad fundamentalmente por la obra Sindical del Hogar y arquitectura (oSHa), con 16.000 viviendas y 2.000 albergues provisionales ejecutados. principales exponentes de este periodo son las actuaciones de los diez Mandamientos y Los Quintero, apoyadas en la apertura de la avenida de felipe II, seguida en actividad por el real patronato de Casas Baratas (rpCB),2 que reanuda su activad con 8.000 viviendas [15].
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actuación más significativa es la llevada a cabo por el rpCB en los grupos de viviendas de pío XII, a finales de los cincuenta, con 1.532 viviendas desarrolladas en tres fases entre 1956 y 1959.
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Figura 2. Construcción de viviendas protegidas en los años cincuenta.
En este momento de intensidad en la dotación de viviendas a la ciudad, con especial énfasis en la erradicación del chabolismo, van a convivir las nuevas promociones con los alojamientos provisionales, situación que se prolongará casi hasta el final del periodo estudiado. un ejemplo significativo de esto son los 2.000 alojamientos provisionales levantados por la oSHa, ubicados en los terrenos del futuro núcleo del polígono San pablo.
En esta década de los cincuenta, las actuaciones se caracterizan por una baja calidad de los materiales, aunque con excepciones como la señalada en tabladilla (Barrio BaMI), y por dimensiones del espacio habitable reducidas. aunque con un programa habitacional completo, los estándares constructivos y habitacionales son muy inferiores a sus coetáneos europeos. Quizás el aspecto más significativo de la vivien-
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da social de este periodo va a ser su reducido tamaño, incluso respecto a otras ciudades, lo que puede llegar a significar en el momento actual un hándicap en las posibles intervenciones de mejora y rehabilitación de las mismas, teniendo restringido su potencial de mejora desde la vivienda original.
otro aspecto muy significativo del desarrollo de las actuaciones de vivienda social, en especial de esta década, es la forma de ocupar el suelo. Se suele producir una ocupación masiva del terreno de uso residencial, sin reserva de servicios, especialmente en el caso de las actuaciones privadas, incorporando las públicas, al menos, algunas dotaciones y reservas, aunque muy exiguas en superficie. Se justifica en la naturaleza social de las actuaciones, así como en la necesidad de rentabilizarlas al máximo [20].
En esta década de los sesenta la oSHa promueve una mejora de las actuaciones, no solo en cantidad producida sino también en calidad de ejecución, en programa y tamaño habitacional. Comienza la ocupación de la cuña sur de la ciudad, el futuro polígono Sur, con la construcción de una unidad vecinal de absorción con 1.000 albergues provisionales, a la vez que se inicia la construcción de la primera barriada con carácter permanente en el polígono Las Letanías, con 1.000 viviendas, seguida de una actuación del patronato Municipal de la vivienda que generará el primer grupo de La oliva, que conectará esta área con el tiro de Línea y, por tanto, con el resto de la ciudad (fig. 3). al final de esta década de los sesenta aún permanecerá la cuña sur parcialmente desocupada, pero se convertirá en una de las reservas principales de suelo público de la ciudad, donde se concentrará gran parte de las actuaciones de vivienda social de la administración pública en la última década del franquismo.
El otro gran polo receptor de vivienda social será el denominado Sector proletario Este, donde la oSHa desarrolla la actuación de juan XIII con 1.000 albergues, pero ejecutados con suficiente calidad, tanto constructiva como arquitectónica, como para evolucionar en un núcleo estable de vivienda unifamiliar, junto a 500 viviendas en bloque. Su importancia radica no solo en su cuantía sino también en la dotación de infraestructuras que aportó al entorno.
a la vista del uso elevado del suelo de esta zona, y con la creciente presión de sus habitantes, a los que se sumarán los damnificados de las riadas del tamarguillo, se comienza otra de las grandes operaciones que modificarán el aspecto de Sevilla. apoyándose en el trazado de la autovía al aeropuerto, se va a realizar una operación de urbanización y ordenación de gran escala: el polígono San pablo, planificado en 1963 y cuyas obras finalizaron a finales de los setenta. En esta actuación la oSHa va a producir 8.826 viviendas agrupadas en cinco barrios (fases) a lo largo de este periodo, que concluye con la entrega del barrio C en el año 1976. Esta actuación va a modificar completamente la fisionomía de la ciudad y el grado de ocupación de su suelo. En las figuras 4 y 5 se puede apreciar su tamaño y su escala.
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a partir de los años sesenta se produce un cambio de tendencia, especialmente por el impulso a la economía a raíz del plan de Estabilización acometido entre 1959 y 1960. Crece notablemente la actividad constructora en la ciudad, tanto por el impulso de las instituciones públicas como por la incorporación del sector privado, este último en aumento hasta el final del periodo. Es en la década de los sesenta cuando se produce el gran desarrollo de la ciudad, especialmente por la promoción de nuevas barriadas de viviendas sociales, sobre todo en su configuración, ya que será en la siguiente década, la de los setenta, cuando se alcancen las mayores cifras de construcción de viviendas.
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Figura 3. Construcción de viviendas protegidas en los años sesenta.
Figura 4. plano de situación del polígono San pablo respecto a Sevilla en los años sesenta.
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Figura. 5. reproducción de la maqueta de la primera fase del polígono San pablo.
a partir de esa fecha es cuando comienza el despegue del desarrollo de la zona norte de la ciudad, por la incorporación de numerosas actuaciones de vivienda social que contribuirán a la vertebración de un área aún muy poco consolidada. Esta labor recae fundamentalmente en la iniciativa privada, que identificará una oportunidad de negocio en la promoción de viviendas para la clase trabajadora y que, a diferencia de otras actuaciones de iniciativa pública, generan un desarrollo mucho más fragmentado, constituido por múltiples promociones, entre las cuales se encuentran Santa María de ordaz, nuestra Señora de Begoña, El rocío, El Cerezo, Santa María del trabajo, Las avenidas, La paz y Las golondrinas. Estas actuaciones fragmentadas colmatan prácticamente todo el suelo disponible en la zona norte de la ciudad. a ellas hay que sumar la de mayor relevancia llevada a cabo por el sector público: el desarrollo por la oSHa del polígono norte, con 1.765 viviendas, en la zona lindera con el cementerio de la ciudad. además del tamaño de la actuación, resulta destacable la irrupción de bloques de gran altura (torres) en esta zona de la ciudad.
al final de la década mayoritariamente se ha agotado el suelo edificable previsto en el plan general de ordenación urbana del año 1962, con la salvedad de la franja adyacente al ramal ferroviario Cádiz-San jerónimo, de difícil ocupación por su frag-
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una actuación especialmente significativa es la desarrollada en la barriada de San jerónimo por el rpCB, con una actuación de 1.640 viviendas destinadas a los trabajadores de la Industria Subsidiaria de aviación que, aunque de muy pequeño tamaño, va a contribuir a la consolidación y ordenación de la barriada, en esos momentos aún aislada de la ciudad.
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mentación y falta de infraestructuras viarias adecuadas. En esta zona realizarán conjuntamente el patronato Municipal de viviendas y el patronato diocesano de viviendas cerca de 6.000 viviendas a partir del año 1969, apoyándose en los terrenos libres contra el muro de defensa y constituyendo el sector de pino Montano, uno de los más importantes de la zona y cierre del desarrollo de la ciudad hacia el norte. Este plan se ralentiza posteriormente y las viviendas no se comienzan a entregar hasta 1975 y años posteriores.
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Es en la década de los setenta cuando se produce el despegue final de la construcción de vivienda social, con una importantísima participación del sector privado, consciente de que se ha convertido en uno de los principales motores de la actividad económica en el país (fig. 6).
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Figura 6. Construcción de viviendas protegidas en los años setenta.
Este hecho marcará significativamente el tipo de arquitectura, ya que en muchos casos primará la rentabilidad y rapidez en los procesos constructivos, derivando en soluciones de dudosa calidad.
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En esta década se produce un despoblamiento de las zonas históricas de la ciudad, en especial el centro, en contraste con una densificación excesiva de las zonas periféricas de la misma. El déficit de viviendas se estima en ese momento en torno a las 32.000 unidades que, si bien refleja una reducción importante de las cifras iniciales de los años cuarenta, aún sigue siendo un problema social de gran envergadura, agravado por el retorno de la emigración que se produce a partir del año 1973 [21].
junto a las grandes actuaciones estatales, como San pablo y polígono Sur, que van a generar un número de viviendas sustancial para la ciudad, conviven en la tracción del proceso inmobiliario las actuaciones de grandes grupos privados que, debido principalmente al agotamiento del suelo reservado en el plan general de ordenación urbana (pgou) de Sevilla, van a desarrollar su actividad a través de las actuaciones urbanísticas urgentes (aCtur) concertadas entre la administración y las empresas, en muchos casos desarrolladas de una manera desordenada y sin resolver las conexiones con la ciudad [20]. dos grandes ejemplos de estas actuaciones son el polígono aeropuerto y el polígono Cartuja. En el primero se ejecutó el barrio de alcosa,4 donde se construyó sin licencia municipal durante el proceso de planeamiento que afectaba a la zona, y se desarrolló una de las actuaciones de mayor tamaño. Ejecuta en varias fases más de 6.000 viviendas, en una zona que en aquel momento se situaba como una isla en la periferia de la ciudad. En el segundo caso no se llevó a término su proyecto de privatización, y se convirtió posteriormente en la sede de la Exposición universal de 1992.
de las grandes actuaciones públicas de esta década de los setenta es necesario destacar la puesta en carga definitiva del polígono Sur, con las extensas actuaciones promovidas por el Ministerio de vivienda en las barriadas que se desarrollarán hasta el final del periodo en 1979. Lo conforman las barriadas de Murillo, con 3.014 viviendas, antonio Machado, con 760 viviendas, y la barriada Martínez Montañez, con 1.424 viviendas. previamente se había completado, en colaboración con el patronato Municipal, la finalización de la actuación en la barriada de Las Letanías, llegando a conformar cerca de 8.000 viviendas en el global de las actuaciones y consiguiendo la erradicación del asentamiento de los albergues de acogida que se habían convertido en un nuevo foco chabolista de la ciudad. En la figura 7 se representa la distribución de las actuaciones de viviendas dentro de los tipos sociales para todo el periodo de estudio. Es posible observar la importancia en la construcción de la ciudad moderna y la generación de las diferentes áreas periféricas al casco histórico.
4 El nombre de Parque Alcosa deriva del propio nombre de la promotora inmobiliaria alfredo Corral Cervera S. a., que desarrolló el sector.
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otro proceso de colmatación del suelo se vivirá en la zona anexa a amate — donde la actuación privada desarrollará un número elevado de promociones de viviendas protegidas o de precios reducidos— para dar respuesta a la demanda de vivienda de la población joven y trabajadora de la ciudad. Entre estas se pueden citar los barrios de rochelambert —que nacen con aspiraciones de una moderna ciudad residencial—, los conjuntos altair, El trébol y La rosaleda, así como otros que se apoyan en la carretera de Málaga buscando la colmatación del borde sureste de la ciudad.
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Figura 7. Construcción de viviendas protegidas en la ciudad entre los años 1939-1979.
2.2. la ImportancIa de la VIVIenda protegIda en seVIlla
del análisis del grupo general de viviendas plurifamiliares clasificadas como sociales e incluidas en el periodo de estudio (1939-1979) —grupo que identificamos como Población 0— podemos establecer que, con poco margen de error, la cifra de viviendas de este tipo construidas en agrupaciones de más de cuarenta viviendas
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(hipótesis inicial adoptada en este estudio) se puede estimar en torno a 100.510, computando 7.451.755 m2 construidos y una ocupación del suelo de la ciudad de 2.741.230 m2.
Si queremos valorar la representación de esta población 0 en el total de viviendas de la ciudad de Sevilla, podemos observar (fig. 8), por un lado, que para el periodo de estudio la vivienda social supuso más del 60% de todas las viviendas colectivas ejecutadas en esos cuarenta años, y, por otro, que en la actualidad este grupo de viviendas sigue representando una porción especialmente significativa de las viviendas de la ciudad, suponiendo casi el 35% de todas las viviendas colectivas de la ciudad (tabla 1) y el 31% si incluimos todos los tipos de vivienda.
El detalle de la distribución se recoge en la tabla 1, la cual ha sido elaborada a partir de la comparación entre los valores obtenidos por el proyecto rEfavIv y los resultados extraídos de los censos de población y vivienda del año 1991 [22] y 2011 [23] del Instituto nacional de Estadística.5 Se ha incluido a efectos de referencia la representación de la vivienda previa al periodo estudiado (vivienda plurifamiliar ejecutada antes de 1939), con objeto de poder valorar su peso y representación dentro del global. Es necesario señalar que el conjunto de viviendas plurifamiliares en bloque, con más de 35 años de antigüedad, supera ampliamente la mitad de todas las viviendas de la ciudad de Sevilla, alcanzando casi el 60% (de estas a su vez más del 60% de tipo social). Solo el 35% aproximadamente6 del parque actual de viviendas presenta una antigüedad inferior a esos 35 años y, al menos teóricamente, con un nivel de prestaciones cercano a los estándares actuales. Se adopta el censo del 1991 como fuente principal, por ser el de mayor detalle en cuanto a tipos de edificios, número de viviendas por bloques, etc. Existe en este censo un grupo de viviendas que, si bien están identificadas y parte de ellas dadas de alta a posteriori, introduce un factor de incertidumbre en el análisis de los datos, que puede estimarse en un margen de error en torno al 5% sobre los resultados. El censo de 2011, pese a su menor nivel de detalle en relación a los edificios de este periodo, se ha utilizado para establecer el marco actual del parque de viviendas. Sus valores generales, aunque con ligeras variaciones, son compatibles con los del censo de 1991. 6 Existe un cierto número de viviendas en el censo que, si bien son computadas en la totalización, no tienen asignación temporal. 5
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Figura 8. viviendas sociales construidas en Sevilla respecto al total.
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taBLa 1 distribución temporal y peso relativo de viviendas globales y de tipo social en el periodo de estudio Viviendas globales década
Viviendas plurifamiliares (a)
% distribución en el periodo (b)
% respecto al total de viviendas colectivas de 2011(c)
estimación viviendas tipo social (d)(e)
% distribución en el periodo (d)
% respecto al total de viviendas colectivas de 2011 (c)(f)
70
71.587
44,38%
24,45%
42.269
42,05%
14,43%
60
61.041
37,84%
20,85%
37.018
36,83%
12,64%
50
24.909
15,44%
8,51%
18.583
18,49%
,35%
40
3.780
2,34%
1,29%
2.640
2,63%
0,90%
perIodo
161.3177
100%
55,09%
100.510
100%
34,32%
10.916
-
3,72%
n.d.
-
n.d.
previo a 1939
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Notas a la Fig. 8 y Tabla 1
viviendas plurifamiliares registradas en censo para el periodo temporal referido. Se han extraído de estos valores, además de las viviendas unifamiliares, las composiciones bi-familiares y tri-familares, por asimilarse a variantes de las actuaciones unifamiliares. datos obtenidos del Censo InE de 1991. b peso de la década sobre el conjunto estudiado. c porcentaje respecto al número total de viviendas actuales tomando como referencia el año 2011. Se incluye en este grupo todo tipo de viviendas, también las unifamiliares, para representar el peso absoluto sobre el parque de viviendas actual. datos obtenidos del Censo InE de 2011. d valores en cursiva inferidos del análisis del grupo muestral. datos procedentes del proyecto rEfavIv. predicción de distribución por décadas con un error estimado del 7,34% para un nivel de confianza del 95%. e El grupo general de estudio está compuesto por actuaciones incluidas dentro de la categoría de vivienda social con un tamaño igual a superior a cuarenta viviendas. dentro de los datos generales del periodo pueden existir actuaciones de vivienda social que hayan sido incluidas dentro de este grupo, por lo que el porcentaje real total de vivienda social se estima que sea superior a estos valores. f valores inferidos. n.d. valores no disponibles.
Si analizamos el desarrollo de la ejecución de viviendas durante el periodo de estudio, podemos observar cómo el ritmo de producción se inició de forma lenta e intermitente durante la década de los cuarenta, acelerándose progresivamente a finales de los años sesenta y durante la década de los setenta. Existe una discrepancia en los valores de número de viviendas de tipo plurifamiliar para el periodo 1939-1979 entre el censo 1991 y el censo 2001. El primero cifra la cantidad en 163.749s y el segundo en 185.490 viviendas; esta variación debe ser achacada fundamentalmente al método de valoración y contabilización del tipo de vivienda y la posibilidad de segregar entre edificios de una sola vivienda y múltiples. por tanto, los datos deben considerarse asumiendo estas posibles variaciones.
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tal como recogen autores como Sambricio [24] y garcía [25], el problema de la carencia de vivienda alcanza su cota más alta en la mitad de los cincuenta, ya que la población ha seguido en aumento y, sin embargo, el esfuerzo de producción de este primer periodo no ha conseguido un resultado visible. El periodo autárquico inicial se caracterizará por un sector de la construcción que asume un importante retroceso tecnológico, simultáneamente a una grave escasez de materias primas.8 Estos factores deben analizarse junto con la importante restricción del crédito del momento y la falta de capacidad financiera del estado, por lo que este primer periodo se salda con una capacidad muy limitada de generación de viviendas.
a partir del año 1954 hay un cambio de estrategia, coincidente con el comienzo de la mejoría económica y el final de la autarquía,9 que se verá reflejado en la modificación de la ley del suelo de 1956 y los planes de la vivienda del año 1954. La mayor disponibilidad de recursos, la modificación de la planificación y los nuevos procesos de construcción de viviendas —asociados a un incipiente desarrollo de la industrialización en el sector— van a permitir un aumento considerable de la producción de vivienda en las dos décadas finales del periodo de estudio, ejecutándose un número de viviendas que modifica la propia configuración de la ciudad de Sevilla. Este aumento no solo se ve reflejado en el incremento del número de actuaciones, sino también en su tamaño —tanto en superficie construida como en número de viviendas—, tal y como podemos apreciar en el gráfico de burbujas (fig. 9). La línea ascendente de crecimiento del número de actuaciones adquiere una mayor pendiente a partir de la mitad de los años cincuenta, a la vez que se produce un aumento progresivo, aunque algo más lento, del tamaño de las mismas (el diámetro de la burbuja refleja el número de viviendas de las actuaciones).
Si realizamos un análisis de cuartiles mediante un gráfico del tipo box and whisker, podemos observar la tendencia central, la dispersión y la presencia posible de datos extremos para el conjunto de datos de superficie construida por década (fig. 10) y del número de viviendas por actuación, igualmente por décadas (fig. 11). La caja se dibuja a escala sobre un segmento que tiene como extremos los valores mínimo y máximo de la variable, en este caso, la superficie construida (fig. 10) y el número de viviendas por actuación (fig. 10). Estos factores son reforzados por el favorecimiento por parte del gobierno de la industria pesada sobre la de bienes de consumo. 9 La historiografía económica española define habitualmente el periodo de la autarquía como el comprendido entre el final de la guerra Civil y 1959, momento en el que se aprueba el plan nacional de Estabilización, aunque muchos autores [71] [58] identifican el cierre de este primer periodo, al menos en parte, a partir de la mitad de 1950, definiendo un periodo intermedio, también denominado de estancamiento, que establece la transición hacia el periodo final del régimen marcado por el desarrollismo. Este se define con el comienzo de una cierta recuperación económica y relajación parcial del aislacionismo exterior. otros autores identifican 1951 como un nuevo momento económico pero con reminiscencias de la autarquía, cuya presencia acompañará al modelo económico español hasta la entrada en la CE en 1986 [72]. a efectos de este trabajo, podemos identificar estos diferentes periodos asociados a los diferentes ritmos de producción de viviendas y su relación con la evolución de los tipos constructivos y las tecnologías utilizadas. 8
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El periodo de máxima producción fue el comprendido entre los años 1965 y 1975. de manera general, existe una cierta relación entre superficie construida de la actuación y número de viviendas, pero esta relación no es lineal, ya que durante ciertos periodos y, en diferentes actuaciones, podemos comprobar importantes fluctuaciones de la superficie construida para cada vivienda, aspecto que será estudiado en un apartado posterior.
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Figura 9. distribución temporal de la superficie construida (m2) de las actuaciones y del número de viviendas (burbujas).
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Figura 10. diagrama de distribución y de simetría de la superficie construida (m2) típica en cada década.
Figura 11. diagrama de distribución y de simetría del número de viviendas por actuación típica en cada década.
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Las líneas que sobresalen de la caja se denominan bigotes. Los bigotes tienen un límite de prolongación, de modo que los datos que no se encuentran dentro de este rango se marcan e identifican individualmente. La parte derecha de la caja es mayor que la de la izquierda para todos los periodos temporales, tanto en el caso de la superficie construida como en el número de viviendas; por consiguiente, podemos asumir que las superficies construidas y el número de viviendas por actuaciones comprendidos entre el 50% y el 75% (cuartil 3: Q3) de la población están más dispersas que entre el 25% y el 50% (cuartil 2: Q2). El bigote de la izquierda (Xmin a Q1) es más corto que el de la derecha (Xmax a Q4); por tanto, el 25% de las actuaciones menores presenta una mayor concentración que el porcentaje del grupo de las mayores.
Es de señalar que en algunas promociones se obtienen valores aberrantes desde un punto de vista estadístico debido a su tamaño, ya que se alcanzan valores muy altos y singulares tanto de superficie construida como de número de viviendas, tal y como podemos observar en la figura 12. Esto sucede tanto en la actuación del parque alcosa, de 4.768 viviendas10 —actuación que en las fichas anexas se identifica como Id.30—, en la intervención de Murillo en el polígono Sur, con 2.048 viviendas [Id.71] y, aunque por debajo de las dos mil viviendas, en la realizada en el polígono norte, de 1.765 viviendas [Id. 11], actuaciones ya referidas en el apartado 2.1 por su especial significación en la construcción de la ciudad.
Con el conjunto de datos provenientes de este análisis, se ha podido generar un modelo de pronóstico para todo el parque construido de vivienda social del periodo que queda resumido en las tablas 2 y 3. Se presentan los valores correspondientes a la mediana y la desviación estándar de la superficie construida y del número de viviendas por actuaciones, respectivamente, tanto por décadas como de manera general en el periodo. podemos observar que, aunque existe una muy amplia dispersión de los resultados —representada por su desviación estándar—, es posible identificar la tendencia creciente del tamaño de la actuación con el avance de la década. para el conjunto del periodo de estudio, la actuación más habitual es una de, aproximadamente, 350 viviendas y más de 25.000 m2 construidos, lo que nos da idea de la magnitud de la misma. debido a su magnitud, esta promoción no queda reflejada ni en la figura 11, ni en la figura 12, al quedar fuera de su espacio de representación. Los valores de esta son 4.768 viviendas y una superficie construida de 429.444 m2.
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Es interesante observar tanto en la figura 10 —en términos de superficies construidas— como en la figura 12 —en número de viviendas por actuación— cómo se desplaza la mediana con las décadas: de una actuación representativa en el entorno de los 1.800 m2 construidos en los años cuarenta, y con valores con poca dispersión (resultan extrañas actuaciones superiores a 3.000 m2 construidos), a valores de 4.000 m2 construidos en los años setenta, pero con una mayor dispersión. Las actuaciones de unos 8.000 m2 construidos no resultan infrecuentes. Iguales comentarios podemos realizar en relación al número de viviendas de las diferentes actuaciones prototípicas: se inicia la primera década del periodo de estudio con actuaciones habituales de unas 200 viviendas (entre 100 y 300 viviendas, normalmente) para ir progresivamente aumentando hacia una cifra representativa de 500 viviendas por actuación y llegar a alcanzar frecuentemente valores cercanos a las 900 viviendas por actuación, aparte de las actuaciones más singulares que superan el millar.
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Figura 12. gráfico de dispersión del número de viviendas y superficie construida (m2) de la muestra de estudio.
pronóstIco
de los Valores representatIVos de la poblacIón de VIVIendas del perIodo
taBLa 2 Valores representativos de la superficie construida de las actuaciones de vivienda (m2 construidos)
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Década
30
40 50 60 70
total
superficie construida Mediana
Desv. estándar
20.055
22.974,6
16.558 25.105 44.453 26.450
14.254,7 31.583,7 85.217,1 53.962,6
taBLa 3 Valores representativos del número de viviendas de las actuaciones de vivienda
número de viviendas Década
Mediana
Desv. estándar
50
295
395
40 60 70
total
200 310 521 350
152 435 974 641
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2.3. los planes de InterVencIón y rehabIlItacIón energétIca aplIcados al parque de VIVIenda socIal del perIodo: rIesgos y oportunIdades11
El consumo de energía final en el sector resdencial representa un elevado porcentaje del consumo de energía final nacional. Según datos de 2010 [26], ese porcentaje es del 17% en España y del 25% en la uE, que si lo expresamos en términos de consumo eléctrico llegaría al 25% y 29%, respectivamente. En este sector, cuya superficie construida representa el 85% de la del parque edificatorio nacional, los consumos de las instalaciones de calefacción y refrigeración oscilan entre el 33,2% de las viviendas plurifamiliares y el 64,6% de las viviendas unifamiliares, aunque estos porcentajes varían según la zona climática y tipo de renta.
ahora bien, si se analizan los consumos energéticos reales de la vivienda social en andalucía, se constata los bajos valores que hoy en día alcanzan respecto de los estándares de referencia de las normativas que los limitan o evalúan. Mediciones del consumo real realizadas por el equipo de investigación para el acondicionamiento térmico (calefacción y/o refrigeración) en la vivienda social en Sevilla, mayoritaria en el parque residencial existente, aportan valores significativamente bajos: entre el 2025% del consumo eléctrico total anual de las viviendas, siendo la energía eléctrica la principalmente utilizada para ese acondicionamiento activo. Esto puede ser entendido como una contradicción, dados los altos valores de la demanda energética para el control del ambiente interior, pero se explica por las condiciones de pobreza energética [27] en las que viven sus habitantes y, en consecuencia, por la carencia de condiciones adecuadas de confort y habitabilidad durante un importante número de horas al año [1].
Los proyectos de rehabilitación energética, más que aspirar a reducir esos consumos para intentar rentabilizar económicamente esa inversión, han de tener como principal objetivo mejorar las condiciones de habitabilidad, evitando ambientes interiores nocivos e insalubres, y procurando el mayor confort interior posible con un uso de la energía sostenible. Solo de este modo se podrá lograr vencer a la pobreza energética en este importante sector. por tanto, el fin de la rehabilitación energética para avanzar hacia edificios de energía casi nulo (nZEB) ha de ser fundamentalmente de carácter social y, por tanto, ha de tener una componente principal de promoción pública, con el objetivo fundamental de dotar de prestaciones ambientales
parte del contenido en este apartado forma parte de la comunicación: Estrategias de rehabilitación energética en la vivienda social del sur de Europa: riesgos y oportunidades, presentada en oporto en el congreso patorrEB 2015 - 5o Congreso de patología y rehabilitación de Edificios, 26 a 28 de marzo de 2015.
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Las políticas energéticas, canalizadas hoy en día a través del programa Horizonte 2020, inciden en la importancia de la rehabilitación energética de los edificios, especialmente de los más ineficientes por su mayor potencial de ahorro. Esto debe ser evaluado con rigor, ya que puede afectar a la rentabilidad económica de las intervenciones. La vivienda social construida en España entre 1939 y 1979, previa a la reglamentación que estableciera limitaciones a la demanda energética en los edificios para el control de sus condiciones térmicas, forma parte de ese sector de la edifcación más ineficiente y, por tanto, más necesitado de esa política de rehabilitación.
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adecuadas. no es un planteamiento cercano a la realidad el pretender convencer a las comunidades de propietarios de esas viviendas sociales de invertir en rehabilitación energética con el argumento que esa inversión será amortizada en un determinado plazo de tiempo. Se corre el grave riesgo de no cumplir unas expectativas excesivamente optimistas sobre recuperación de la inversión. Este planteamiento no se está teniendo en cuenta de forma realista, lo que unido a hábitos socio-culturales que afectan a los usuarios de la región (extrapolable a otras similares del arco sur de Europa), y a otros aspectos de dificultad técnica en cuanto a las estimaciones del ahorro energético que determinadas estrategias de rehabilitación asociadas a la envolvente pueden llegar a producir, está dando lugar a una sensible diferencia entre la predicción del consumo, normalmente obtenido mediante programas de simulación energética, y el uso real de energía que puede medirse. de esta diferencia hay una plena conciencia en los responsables de Horizonte 2020, quienes han hecho una llamada a investigar sobre New tools and methodologies to reduce the gap between predicted and actual energy performances at the level of buildings and blocks of buildings [28].
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Han de evitarse, por tanto, soluciones o toma de decisiones generalistas sobre la rehabilitación energética de edificios del sector residencial. por el contrario, se debe potenciar una diagnosis adecuada de los edificios de vivienda social que van a ser objeto de rehabilitación dentro de este área geográfica, para identificar los factores de mayor influencia en la reducción de su demanda y consumo energético. asimismo, se debe promover el desarrollo de herramientas elaboradas para ser aplicadas a grupos de casos homogéneos que contemplen no solo la zonificación climática, sino también los aspectos socio-culturales de sus habitantes. En suma, la consecución de una mejora de prestaciones del ambiente interior con un coste energético limitado debe ser considerada como el principal objetivo de la generación de estrategias de intervención de este importante sector residencial.
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3. propuesta
metodológIca
3.1. metodologÍa general del trabajo
El estudio se ha realizado sobre la casi totalidad de las barriadas donde existe presencia de viviendas sociales del periodo 1939-1979. tan solo se han excluido aquellas actuaciones que, por su pequeño tamaño, no puedan considerarse representativas, o bien han sido ejecutadas como actuaciones singulares, no reproducidas. Se ha establecido como límite inferior de admisión al grupo de estudio un tamaño mínimo de la actuación de cuarenta viviendas. En cualquier caso, las actuaciones con un número de viviendas inferior a este límite representan un valor marginal en la construcción de viviendas en ese periodo temporal en la ciudad, por lo que es posible hablar de una representación prácticamente total de viviendas sociales construidas en Sevilla en las cuatro décadas. El análisis incluye un total de 96.108 viviendas, por lo que la muestra se considera suficientemente representativa. La caracterización constructiva y de los parámetros energéticos de la envolvente de las viviendas se ha realizado tanto en el conjunto total del periodo temporal, como separadamente para cada una de las cuatro décadas que lo incluyen. Hay que tener en cuenta que en ese periodo de tiempo se produjo en
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España, y también en gran parte de Europa, un cambio de la solución predominante de fachadas de los edificios residenciales, evolucionado desde soluciones de una sola hoja hacia fachadas compuestas de varias capas y con la aparición de la cámara de aire intermedia no ventilada, lo que produjo una indudable modificación en su comportamiento energético [29] [30] [31] [32].
para el desarrollo de la investigación se ha llevado a cabo una exhaustiva toma de datos y una identificación de las actuaciones de vivienda social realizadas durante este periodo temporal. Las vicisitudes históricas acaecidas desde su construcción han supuesto una gran dificultad para la identificación de las actuaciones y los edificios, ya que hasta la fecha no se ha conseguido generar un inventario ni una identificación completa del parque de vivienda social de la ciudad. Esta carencia se podría considerar general en toda España. El gran número de organismos y entidades implicadas en el proceso, así como la evolución política del país —en especial con la aparición de los gobiernos regionales y la transferencia de las competencias en torno a la gestión de la vivienda social— han generado una situación en la que una gran parte de la documentación no está localizada y la información que existe en muchos casos está muy fragmentada. El proceso de investigación ha consistido en una revisión de las fuentes bibliográficas y documentales, que se recogen e identifican en el apartado de fuentes documentales del documento, localizadas en diferentes archivos históricos, archivos urbanísticos, hemerotecas, etc., procedentes de las diferentes administraciones públicas involucradas, tanto a nivel nacional como regional y local.
Este trabajo de recolección ha generado una base de datos que aglutina tanto datos históricos como descriptivos: geométricos y técnicos, en base numérica y gráfica. En muchos de los casos la información se ha completado con levantamientos planimétricos de los edificios y reconocimiento de sus sistemas constructivos. Esta base de datos da a conocer también la distribución temporal de las actuaciones, con sus tamaños y magnitudes principales. 3.2. crIterIos para la catalogacIón
Establecer criterios para la documentación y clasificación del parque edificatorio es en sí una tarea de investigación compleja y abierta a múltiples enfoques y discusiones. En este documento se ha pretendido la generación de una metodología tendente a, por un lado, establecer una clasificación coherente y robusta que permita ordenar los datos y facilitar su uso en los distintos análisis posteriores, tanto de este trabajo de investigación como de cualquier otro que le siga; y, por otro, fijar criterios para la recogida de datos, tanto de campo como documentales, de manera que se facilite y sistematice esta tarea. La clasificación propuesta en este trabajo está orientada hacia el análisis de tipo cuantitativo, en contraposición de otras propuestas más enfocadas al análisis cualitativo o
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posteriormente a este trabajo consultivo y analítico, se ha realizado un trabajo de campo para la inspección in situ de los diferentes edificios, mediante una toma de datos de contraste de lo planificado o proyectado con la realidad construida, analizando la evolución y trasformaciones sufridas desde la ejecución de las viviendas hasta la actualidad.
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historiográfico. Sin negar la importancia o necesidad de estas últimas para el conocimiento arquitectónico y social del periodo, queremos aclarar que nuestro análisis está destinado a servir de base para trabajos de intervención energética y mejoras ambientales del parque de viviendas, en este caso sociales. La clasificación se orienta, pues, hacia el análisis numérico de los factores que identifican los diferentes grupos y procesos evolutivos del parque edificatorio objeto del estudio y, en especial, pretende servir de base para dotar de información adecuada para la toma de decisiones en una posterior intervención.
para la adopción de criterios sobre catalogación de la muestra, se ha establecido un proceso de estructuración que, en algunos de los aspectos estudiados, está basado en los trabajos realizados por el Instituto andaluz de patrimonio Histórico (IapH) de la Consejería de Cultura de la junta de andalucía para la generación de sistemas de catalogación del patrimonio histórico andaluz, en especial, las metodologías propuestas para la documentación del patrimonio mueble de la comunidad [33]. El objetivo ha sido definir estructuras de organización equiparables a las que se utilizan actualmente en la comunidad científica en el área de conservación del patrimonio.
Se realizado una sistematización de la recogida de información igualmente para facilitar su posterior proceso a través de diferentes bases de datos, incluso para permitir su evolución hacia un futuro Sistema de Información geográfica (SIg). dado el volumen de datos obtenidos y su importancia en el momento actual, se pretende que este modelo pueda convertirse en sistema de referencia para la clasificación y análisis del parque edificatorio nacional, especificando además qué datos deben ser recogidos sobre los edificios residenciales.
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Como puntos destacables del proceso metodológico se pueden señalar los siguientes:
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– Identificación espacial georreferenciada y agrupación en unidades urbanas homogéneas, tipo barrios o núcleos con identidad urbana. – Establecimiento de un lenguaje normalizado que pueda homogeneizar las descripciones de elementos constructivos y permita su análisis estadístico. – generación de un modelo común de base de datos que permita tanto el intercambio de información entre investigadores como la ampliación de esas bases con información adicional.
– diseño de una clasificación tipológica para la agrupación de los edificios y adopción de criterios para su inclusión en las diferentes categorías. – Establecimiento de criterios para la inclusión y exclusión dentro de la categoría de vivienda social para las diferentes figuras normativas existentes en un periodo tan dilatado. Esta clasificación se ha generado fundamentalmente orientada a criterios de futura rehabilitación energética.
– En relación con el punto anterior, la adscripción cronológica a determinados periodos, estableciendo las reglas y límites de pertenencia a uno de ellos. un aspecto de interés es la posibilidad de identificar series, como conjunto de inmuebles que pueden ser agrupados tanto por poseer determinadas relaciones entre sí, como por estar contenidos en conjuntos de orden mayor.
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para la catalogación de unidades con varios inmuebles de iguales características, se ha establecido como criterio la inclusión de una única entrada, identificando el número de modelos iguales dentro del campo correspondiente de la base de datos. para aplicar este criterio, los elementos edificatorios deben cumplir el requisito de ser prácticamente iguales —admitiéndose alguna variación geométrica menor de adaptación a la configuración del solar o de la posición—, presentar idénticos sistemas constructivos y, por tanto, esperarse parecidos estados de conservación de los elementos, así como tener valores dimensionales y superficiales similares. En el caso de existir variaciones en algunos de estos parámetros, se registran como entradas independientes con identificación individual.
otro de los criterios de importancia adoptados en esta catalogación y que lo diferencia de otras catalogaciones más orientadas a la historiografía, es no incluir en el catálogo, ni como objeto de análisis, aquellas promociones o inmuebles que, si bien fueron construidos en el periodo de estudio y pudieran cumplir los criterios de inclusión, no se encuentren actualmente en pie o hayan dejado de ser habitadas por obsolescencia del elemento edificado. al no poder incluirse dentro de los objetivos de rehabilitación energética carece de sentido su análisis, independientemente del interés histórico o documental que puede presentar en el conocimiento del periodo. 3.3. crIterIos de InclusIón en el perIodo
Se ha establecido como comienzo del periodo de estudio el año 1939, tras la finalización de la guerra Civil española, cuando se inician tanto los planes de reconstrucción y asistencia a las denominadas regiones devastadas, como los diferentes planes de vivienda orientados a paliar el gran déficit de viviendas del país.
– Segregación por antigüedad. Si tenemos en cuenta la paralización del periodo bélico y de la administración republicana en los periodos previos, nos encontraríamos con edificios con una edad superior a los ochenta años, para los cuales los procesos de intervención deben ser especialmente estudiados dado su previsible grado alto de obsolescencia, si no han sufrido profundas reformas hasta el momento. – representación marginal en el parque de edificación residencial. En el periodo entre comienzos del siglo XX y la guerra Civil, la producción de viviendas en el país, y en especial en la ciudad de Sevilla, es muy poco significativa en relación a los periodos posteriores [34], aunque con ejemplos arquitectónicos con gran valor tanto patrimonial como técnico.
Como límite superior para la inclusión en el grupo se ha adoptado el año 1979, cuando se establece en España la primera norma contemporánea de limitación de la demanda energética y condiciones térmicas en los edificios, norma Básica de la
real decreto 2429/1979, de 6 de julio, por el que se aprueba la norma básica de edificación nBE Ct-79, sobre condiciones térmicas en los edificios.
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Igualmente se marca un límite de exclusión inferior para aquellas viviendas previas a esta fecha basado en dos criterios:
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Edificación Ct-79,12 sin menoscabo de otras regulaciones técnicas previas dentro del periodo estudiado, que abrieron el camino a la implantación efectiva de esta norma con intenciones de converger con otros países europeos en el control energético del sector de la Edificación.
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Este límite superior coincide con una modificación general del marco legislativo nacional de los planes de vivienda, con especial incidencia en el desarrollo del Estado de las autonomías y la transferencia de competencias, particularmente las de vivienda. Igualmente coincide con la entrada en carga efectiva de la nueva Ley del Suelo13 que, aunque heredera del periodo franquista, introduce criterios de práctica del urbanismo más avanzados, que marcarán claramente el desarrollo del sector inmobiliario del próximo periodo [35]. ambos factores generan nuevos edificios de características diferentes a las encontradas dentro del periodo de estudio.
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Este límite superior debe ser entendido como una línea no impermeable, ya que se hará necesario la adopción de una cierta flexibilidad a la hora de delimitar las actuaciones incluidas, más allá de la fecha estricta de terminación o registro catastral, ya que podemos encontrar diferentes edificios que, aunque finalizados o registrados en fecha posterior al año 1979, pertenecen claramente a este periodo. La entrada en vigor efectiva de la nBE Ct-79 se produce en el mes de enero de 1980, pero su disposición transitoria establece la no aplicación de la misma a aquellos edificios bien en construcción o con licencia de obras concedida previa a la entrada en vigor. por tanto, es posible encontrar edificios que, aunque finalizados en los primeros años ochenta, su concepción, construcción y proyecto pueden realmente clasificarse como pertenecientes al periodo anterior. Este es el caso del grupo San diego o la barriada las Huertas. así pues, aunque el criterio de pertenencia adoptado como principal es la catalogación catastral del inmueble dentro del periodo de estudio, se añaden como excepciones aquellas edificaciones que, si bien esa inscripción se produjo en fechas posteriores, se identifican claramente como pertenecientes a actuaciones iniciadas dentro de dicho periodo. 3.4. crIterIos de IdentIFIcacIón de VIVIenda socIal
El estudio engloba la vivienda social del periodo reseñado. La identificación, su definición, así como las poblaciones a las que se dirige este tipo de viviendas, abren un debate de difícil resolución debido a los múltiples enfoques posibles sobre qué promociones deben ser consideradas como tal. debido al objetivo de este trabajo, orientado a la intervención para actuaciones de mejora del parque existente, se ha adoptado un criterio de inclusión amplio, que permita albergar todas aquellas actuaciones edificatorias destinadas al sector de renta media-baja de la población, que constituyen el núcleo de los desarrollos urbanos del periodo de estudio, y forman la bolsa más importante y con menor capacidad económica para el desarrollo de los procesos de renovación y mejora de los edificios. Ley 19/1975, de 2 de mayo, de reforma de la Ley sobre régimen del Suelo y ordenación urbana, que dio lugar al real decreto 1346/1976, de 9 de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre régimen del Suelo y ordenación urbana (trLS76). dicha norma fue objeto de desarrollo por el reglamento de planeamiento (rd 2159/1978), el reglamento de gestión urbanística (rd 3288/1978) y el reglamento de disciplina urbanística (rd 2187/1978).
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Se propone, por tanto, la inclusión dentro del grupo de vivienda social de todas aquellas actuaciones de viviendas que puedan identificarse con alguno de los siguientes grupos:
– promociones de organismos, entidades públicas o relacionadas con el régimen de la administración del momento: Instituto nacional de vivienda, obra Sindical del Hogar y arquitectura, patronato de regiones devastadas, real patronato de viviendas Baratas, patronato Municipal de viviendas, etc. – promociones de organismos o entidades que, aunque no públicas, pueden agruparse como entidades no lucrativas: patronato diocesano, obra nacional para Caballeros Mutilados y otras. – promociones de empresas industriales para la dotación de viviendas a sus trabajadores, como la realizada por la Empresa nacional El Cano para los trabajadores de astilleros (la más significativa). – promociones desarrolladas por empresas privadas pero acogidas a alguno de las figuras de protección vigentes en cada momento del periodo.
– promociones que, aun no habiendo sido consideradas en origen como de vivienda social, tanto por sus características morfológicas, dimensionales y constructivas, como por el estrato de población que las ocupa actualmente, pueden ser asimiladas a las viviendas sociales del mismo periodo, como puede ser el caso del núcleo Rochelambert y las promociones Altair y El Trébol de la zona sureste de la ciudad. algunas de las promociones pertenecientes a este grupo han sido acogidas a regímenes de protección de forma posterior, con ejemplos de calificaciones realizadas durante los años ochenta.
– Los tipos de viviendas protegidas incluidas en la clasificación son los siguientes: – viviendas protegidas de la Ley de 19 de abril de 1939.
– viviendas de renta Limitada de la Ley de 25 de noviembre de 1944. – viviendas Sociales de la Ley de 14 de mayo de 1954.
– viviendas de renta Limitada de la Ley de 15 de julio de 1954.
– viviendas Subvencionadas de la Ley de 13 de noviembre de 1957
– viviendas de protección oficial de la Ley de 23 de diciembre de 1961, anteriores y posteriores a 1969. – viviendas Sociales del real decreto-Ley de 30 de julio de 1976.
– viviendas protegidas del real decreto de 12 de noviembre de 1976.
– viviendas de protección oficial del real decreto-Ley de 31 de octubre de 1978.
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En general, todas las viviendas acogidas a alguna de las figuras de protección vigentes en el momento serán incluidas dentro del grupo de estudio y, por tanto, clasificadas como viviendas sociales, aunque con la incorporación de un criterio de exclusión.
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uno de los aspectos más discutidos y polémicos de la política de viviendas del franquismo fue la utilización de las herramientas de protección estatal y bonificación de viviendas fuera del objetivo que podría entenderse como social, al incluirse tipos destinados fundamentalmente a clases más acomodadas, incluso para el sector de renta media-alta, tanto por su tamaño como por sus calidades y dotaciones [36]. Ejemplos de esto los encontramos en las viviendas del primer grupo de la Ley de 1944, los tipo a de la Ley de 1948, el primer grupo de la Ley de 1954, así como el segundo en la categoría I y las viviendas de mayor tamaño del grupo II y en adelante [37]. debido a la distorsión que supone en la concepción de viviendas de tipo social, quedarán excluidas del estudio todas promociones acogidas a estos grupos de protección y bonificación. 3.5. eValuacIón energétIca de los cerramIentos: bases de partIda
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para la caracterización del comportamiento térmico de los diferentes cerramientos utilizados en el edificio, se ha hecho uso de diferentes fuentes de información para fijar sus parámetros característicos. de manera general, se han adoptado las conductividades térmicasy densidades recogidas en la nBE Ct-79, utilizada esta como referencia por ser la más cercana temporalmente al periodo de estudio y representar con más fidelidad los materiales constructivos de la época. Habitualmente los parámetros derivados de las bases de datos actuales arrojan valores más desviados de lo que cabría esperar en algunos de los materiales, fundamentalmente debido a la evolución y modificaciones de sus procesos de fabricación. un caso especialmente significativo es el material cerámico.
38
Los datos obtenidos han sido completados o contrastados con los recogidos en la norma unE-En ISo 10456:2012, en especial para los valores de la capacidad calórica específica y del factor de resistencia al vapor de agua. otros valores han sido complementados por información directa de fabricantes o publicaciones científicas sobre los mismos.14 En la tabla 4 se recogen las magnitudes básicas, notación y unidades adoptadas. taBLa 4 magnitudes utilizadas para la caracterización en régimen permanente magnitud
símbolo
unidades
Densidad
ρ
kg/m3
Conductividad térmica de diseño
λ
Capacidad calórica específica
Cp
Transmitancia térmica
u
Factor de resistencia al vapor de agua Resistencia térmica
µ
r
W/mK j/kgK -
W/ m2K m2K/W
un caso especial es el de los cerramientos de bloques de hormigón, a los que la norma nBE Ct-79 otorgaba valores excesivamente favorables, y que han debido de ser corregidos mediante declaraciones de fabricantes, la aplicación de la norma unE 127771-3 y la caracterización obtenida de la asociación de fabricantes andECE [79].
14
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para la determinación de los valores característicos del comportamiento térmico de los cerramientos, fundamentalmente la transmitancia térmica u y la resistencia térmica r, se han adoptado las metodologías propuestas en la norma unE-En ISo 6946:2012, para después proceder a su contraste con los valores obtenidos tanto en el Catálogo de Elementos Constructivos del CtE [38] como en otros estudios realizados basados en el análisis del comportamiento real de cerramientos existentes, como el Catálogo de Rehabilitación Energética [39] del gobierno vasco, el Catálogo de Soluciones Constructivas de Rehabilitación [40] del Instituto valenciano de la Edificación (IvE) y el Análisis de Transmitancias de Cerramientos Existentes [41] realizado por el BrE de Escocia (reino unido). Se han realizado comprobaciones de la coherencia de los valores obtenidos con el informe Europe Buildings under the Microscope [42], elaborado por el Buildings performance Institute Europe (BpIE).
Las soluciones de fachada con cerramientos masivos presentan menores demandas acumuladas de refrigeración y calefacción que las constituidas por elementos ligeros. Este mejor comportamiento se deriva de su mayor capacidad de almacenar calor en su masa (función dependiente sobre todo de su densidad, calor específico y conductividad térmica), lo que proporciona una mayor reducción y retardo de las oscilaciones térmicas en el exterior y le permite absorber los excedentes de calor, bien procedentes de las ganancias solares, o de las propias cargas internas del edificio. Este aspecto es especialmente relevante en aquellos edificios que presentan perfiles intermitentes y discontinuos de acondicionamiento térmico [45], donde existe un mayor potencial para aprovechar el almacenamiento de calor dentro de sus masas.
para disponer de una visión más completa del funcionamiento real de estas soluciones, es necesario introducir los conceptos de inercia térmica y capacidad de
Es significativo resaltar que la implementación nacional de la directiva recast EpBd de 2012 [3] y así como a las modificaciones posteriores del documento básico CtE-HE1, inciden en el efecto de la demanda más allá de los valores de transmitancia de los cerramientos. Esto ya fue introducido en el documento CtE-HE1 del año 2007, aunque la existencia de un método simplificado permitía la caracterización del comportamiento térmico a partir, fundamentalmente, de las transmitancias de la envolvente. 16 Los datos experimentales corroboran que en situaciones de climatización continua —caso contrario al que representan las viviendas— la mayor o menor presencia de inercia térmica tiene un impacto poco significativo en la demanda de energía y las temperaturas de las superficies interiores. 15
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aunque habitualmente las regulaciones y los estudios convencionales han caracterizado los cerramientos de la envolvente exterior casi exclusivamente por su transmitancia térmica como parámetro más significativo,15 este solo representa un comportamiento estático asociado a un teórico régimen permanente. aun siendo útil para comparar cerramientos de similares características, no es totalmente representativo de la naturaleza variable de los flujos de calor en los edificios, especialmente en aquellos que, como los residenciales, no presentan un uso continuado y constante, con perfiles de ocupación y tratamiento térmico variables en el tiempo (diario, semanal y estacional)16 [43] [44]. Este aspecto se ve reforzado, en especial en la ciudad de Sevilla, por la carencia habitual de aislamiento térmico en los cerramientos, así como de sistemas de acondicionamiento térmico que mantengan un control constante de las condiciones ambientales interiores en las viviendas [1]. por tanto, dado este comportamiento variable del ambiente interior y el propio de las condiciones exteriores, se ha considerado adecuado introducir en este estudio, complementariamente, la caracterización dinámica del comportamiento de los cerramientos.
39
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almacenamiento de calor de los cerramientos. por ello, se han adoptado los procedimientos descritos en la norma En 13786.2011 para la determinación de los parámetros asociados a la admitancia térmica, especialmente adecuada para el análisis de soluciones con masas elevadas (como los muros macizos y otras soluciones similares, muy habituales en el periodo de estudio), y la norma En 13790 para la cuantificación de sus capacidades de almacenamiento interno de calor.17 Los parámetros dinámicos utilizados se muestran en la tabla 5. taBLa 5 magnitudes utilizadas para la caracterización en régimen dinámico magnitud
símbolo
unidades
Factor de reducción
f
-
Admitancia térmica Desfase temporal
Capacidad térmica por unidad de superficie*
Y
∆t k
W/m2K h
j/m2K
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
(*) Capacidad térmica efectiva en función del espesor y el periodo de tiempo analizado (En 13790).
40
aplicaremos el método de la capacidad interna, es decir, la capacidad de almacenar calor (método para cerramientos no aislados) bajo la hipótesis de temperatura interior variable en el tiempo. El periodo utilizado para su estudio es de venticuatro horas, que se corresponde con las variaciones climáticas diarias y la reducción de temperatura del ambiente interior por la modificación de la consigna de control del sistema de acondicionamiento (o su ausencia) en el ciclo de uso del edificio. Este periodo marcará la capacidad efectiva de los cerramientos para la acumulación de calor y su cesión. debemos indicar que la capacidad de almacenar calor de un recinto no solo depende de la inercia térmica de las fachadas, ya que los elementos que más contribuyen a la inercia general del edificio suelen ser los suelos y techos. no obstante, en el caso de viviendas sociales, al contrario que en otro tipo de edificios, por un lado las masas térmicas asociada a distribuciones y superficies interiores son similares, y, por otro, también lo son las soluciones de forjados. por tanto podemos considerar constante esa porción de la acumulación de calor para todas las viviendas, siendo la solución de fachada la que, principalmente, determine la diferencia en cuanto a su capacidad de acumulación térmica.18
aunque el comportamiento energético real de un sistema-edificio, con todas sus particularidades, solo puede cuantificarse con herramientas complejas de modelización dinámica (como Energyplus, eQuESt u otras), mediante la caracterización del comportamiento de sus elementos constructivos podemos obtener una información significativa y especialmente útil a la hora de categorizar el grupo de estudio. Será necesario asumir que se simplifica la situación real y estos elementos son calculados con flujos unidireccionales, y entendiendo su área como infinita. 18 En el apartado de Cubiertas se hará un análisis específico de la contribución singular de este elemento al comportamiento energético del edificio. 17
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3.6. crIterIos de clasIFIcacIón de cerramIentos 3.6.1. Fachadas 3.6.1.1. Existencia de revestimiento exterior continuo
podemos encontrar dos soluciones básicas en relación al acabado exterior de la fachada: por un lado, fábricas vistas, cerámicas en todos los casos —bien de ladrillos macizos o perforados— y, por otro, acabados mediante revestimientos continuos, enfoscados de mortero de cemento como solución general, aplicados sobre diferentes familias de soportes, como fabricas cerámicas y bloques de mortero de cemento (tabla 6). no existe dentro de la caracterización otras soluciones de revestimientos, tales como aplacados continuos o fachadas ventiladas, aunque es posible encontrar algunos ejemplos en los que aparecen alicatados cerámicos o aplacados de piedra (fundamentalmente de piedra artificial), o elementos similares, limitados a áreas acotadas de la fachada y como elementos decorativos.
predomina un único tipo de acabado para la fachada, aunque es posible encontrar con una cierta frecuencia soluciones de acabados mixtos que combinan las fábricas vistas con áreas revestidas, habitualmente en composiciones que afectan a las zonas de pretiles o a los revestimientos de los elementos estructurales. taBLa 6 Fachadas. clasificación por presencia de revestimiento continuo en la cara exterior tipo
0
fábrica vista
r
revestimiento continuo
solución constructiva
ladrillo cara vista/ ladrillo de tejar enfoscado de mortero de cemento
3.6.1.2. Número de hojas
Se distingue entre fachadas de una hoja (de un solo material o multicapa), de las fachadas de doble hoja, es decir, que disponen de cámara aire intermedia, también conocidas como cavity wall (tabla 7), que permiten diferenciar una hoja exterior de una interior, o una fría de una caliente (en condiciones de invierno). En el caso de fachada de doble hoja, dentro de la muestra analizada podemos definir como hoja principal o pesada —la exterior—, y hoja de trasdosado o ligera, —la interior—, no encontrándose otro esquema de soluciones dentro de la muestra. taBLa 7 Fachadas. clasificación por número de hojas del cerramiento código
no de hojas
cámara de aire
II
doble hoja
con cámara de aire
I
una hoja
sin cámara
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
código
41
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dentro de las cámaras de aire podemos encontrar diferentes espesores de las mismas, desde pequeñas cámaras de aire a cavidades de gran espesor: hasta 40 cm. a efectos clasificatorios se incluyen todas dentro de este código, señalando en la correspondiente ficha aquellas especialmente significativas por su espesor, las cuales deberían ser objeto de un estudio específico, dados los previsibles efectos convectivos y el debilitamiento esperable de su resistencia térmica.
Igualmente, en muchos casos es posible encontrar una capa de embarrado de mortero de cemento en el intradós de la hoja exterior en los muros de dos hojas. debido a la falta de su definición en la documentación técnica de la época, así como la irregularidad en su uso, no se incorpora como factor diferenciador dentro de esta clasificación. Se adopta esta simplificación, ya que su presencia no aporta grandes diferencias en el valor de resistencia térmica del cerramiento, a pesar de ser una capa con importancia en el comportamiento frente a la penetración de agua en fase líquida procedente de fenómenos atmosféricos, así como en la mejora de la estanqueidad al aire del cerramiento. 3.6.1.3. Composición de la hoja principal
Se han identificado diferentes sistemas de construcción para la hoja principal, tanto para soluciones de una hoja como de doble hoja. podemos encontrar fundamentalmente tres grupos: las soluciones basadas en fábricas labradas —bien cerámicas o de bloques de mortero de cemento—, las prefabricadas y las soluciones en masa —como las basadas en sistemas de encofrados deslizantes— (tabla 8).
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taBLa 8 Fachadas. clasificación por tipo de hoja principal hoja principal
1
1 pie de ladrillo (o superior)
2
½ pie de ladrillo
3
Citara o tabicón de ladrillo hueco19
4 5 6
observaciones
Ladrillo macizo, taco o perforado. formato métrico. Ladrillo macizo, taco o perforado. formato métrico.
panel prefabricado de hormigón armado Bloque de hormigón aligerado Encofrado túnel
Sobre esta denominación existen diferentes variantes tanto regionales como locales. Se define este elemento como aquellos cerramientos de ladrillo hueco con espesores entre 9 y 11,5 cm.
19
42
código
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dentro de las soluciones de fábricas cerámicas, en la clasificación tipológica se opta por asimilar las fábricas de ladrillos macizos (o de taco) con las perforadas, ya que, si bien pueden aportar valores algo diferentes en la conductividad del material, el valor de la transmitancia del cerramiento presenta variaciones poco significativas, y existe cierta confusión tanto en la terminología de la documentación de la época, como en el uso real de un material u otro en la ejecución final de los cerramientos. Son piezas macizas las que se utilizan con más profusión. En los bloques de mortero de cemento se ha adoptado la hipótesis de considerar todos como bloques aligerados (huecos) de un único alveolo, constituidos por mortero convencional, sin incluir soluciones de bloques de áridos ligeros, ni configuraciones aislantes multialveolares, ya que no ha sido documentado su uso en ninguno de los casos estudiados. Los paneles prefabricados han sido identificados como piezas con espesores entre 12,50 y 20 cm de hormigón armado para la constitución de paños de fachada. Se agrupan dentro de la misma clasificación tipológica independientemente de su formato. En estas soluciones se encuentran tanto el uso de paneles auto-portantes insertados dentro de la trama estructural, como paneles estructurales. Igual hipótesis ha sido asumida para las soluciones de encofrado túnel.
Conviene resaltar la presencia de edificios con soluciones mixtas de fachada, por ejemplo, combinando elementos de fábrica con prefabricados. desde el punto de vista de la clasificación propuesta, se identifican por su solución principal, aunque se indica también la solución secundaria.
Esta clasificación es solo de aplicación a los cerramientos de doble hoja. En todos los casos está documentada la existencia de una hoja más ligera que la exterior o, como mucho, de igual masa, no existiendo ninguna solución de hoja ligera hacia el exterior (tabla 9). taBLa 9 Fachadas. clasificación por tipo de hoja interior
código
tipo
a
tabique ladrillo hueco simple
c
Citara de ladrillo
b d
tabique ladrillo hueco doble
observaciones panderete
tablero de partículas
no se identifica dentro del grupo el uso de tabique de ladrillo hueco doble para la hoja interior, sin embargo, a efectos clasificatorios se ha considerado oportuno mantener su codificación. Se adopta como hipótesis general que todas las fábricas están revestidas hacia el interior con un guarnecido-enlucido de un espesor de 1,5 cm de yeso, pintado como capa de terminación interior general (salvo alicatados en zonas húmedas).
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3.6.1.4. Composición de la hoja interior
43
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3.6.1.5. Propuesta de clasificación de las soluciones de fachada
podemos clasificar los sistemas comúnmente utilizados en 12 soluciones de cerramiento, tal como se refleja en la tabla 10: taBLa 10 Fachadas. clasificación de soluciones constructivas de fachada hoja principal
solución f1 f2 f3 f4
una hoja
f5 f6
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44
f10 f11 f12
doble hoja
no
-
0.I.1 r.I.1
½ pie de ladrillo
tabicón de ladrillo hueco
no
-
r.I.2
panel prefabricado de hormigón armado (auto-portante)
no
no
no
no
-
0.I.4
Bloque de hormigón hueco
no
no
-
r.I.5
1 pie
SI
no
½ pie o citara de ladrillo
tabicón de ladrillo hueco ½ pie o citara de ladrillo
panel prefabricado de hormigón armado
no
no
no
SI
no
SI
no
SI
no
SI
SI
SI
SI
Subvariantes
f1m
código
no
½ pie o citara de ladrillo
f8
hoja interior
1 pie de ladrillo (o superior) macizo o perforado
Encofrado túnel
f7
f9
cámara aislamiento
-
-
r.I.3
0.I.6
tabique 0.II.1.a de ladrillo hueco r.II.1.a tabique 0.II.2.a de ladrillo hueco r.II.2.a Citara de ladrillo
0.II.2.c r.II.2.c
tabique de ladrillo r.II.3.a hueco tabique de ladrillo 0.II.1.a hueco tabique de ladrillo 0.II.4.a hueco
fabrica cerámica maciza (aparece cuando es posible la identificación exacta de uso de piezas macizas)
f1c
aunque se mantiene como cerramiento monolítico (sin cámara), se incorpora una capa de trasdosado con propiedades aislantes, en este caso, un tablero de partículas, pudiéndose identificar como 0.I.1d
f10s
Solución singular que utiliza tabique de ladrillo hueco al exterior y al interior, con una cámara de aire de gran espesor.
dentro del grupo de subvariantes, destacamos dos soluciones la f1c y f10s que, debido a su singularidad —ya que cada una de ellas solo aparece en una actuación—, no se propone que generen una codificación específica.
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3.6.2. cubiertas 3.6.2.1. Tipos
podemos considerar fundamentalmente cuatro sistemas de cubierta en los edificios del estudio, tres tipos planos y uno inclinado: – forjado revestido.
– azotea a la andaluza. – azotea a la catalana. – tejado inclinado.
de estos cuatro tipos podemos encontrar subvariantes, lo que ha generado un total de 11 soluciones de cubierta con sus valores térmicos asociados. Si bien a niveles prácticos, derivados del cálculo, los comportamientos térmicos de muchas de ellas son similares, se han mantenido en la clasificación como soluciones diferenciadas debido a su interés constructivo. aunque la clasificación de los sistemas de cubierta responde con claridad a algunos de los tipos identificados, se producen grandes variaciones en espesores, así como en la calidad y características de los materiales utilizados, además de la variabilidad del diseño y puesta en obra. Es, por tanto, necesario adoptar un cierto margen de cautela a la hora de utilizar los valores cuantitativos del análisis efectuado, añadiendo un factor de incertidumbre mayor que en el caso de las fachadas, donde las soluciones aparecen más estandarizadas.
aunque las normas y ordenanzas constructivas del periodo de estudio permiten, al menos en algunos de los subperiodos,20 la posibilidad de realizar cubiertas sin plano soporte, es decir, carentes de forjado, la totalidad de las soluciones constructivas de cubiertas del parque de la ciudad se resuelven mediante un soporte plano base sobre el que se coloca el sistema de cobertura, con lo que el sistema de forjado plano armado resulta ser el preferido por la regulación.
de manera general, se establece que los diferentes tipos de forjados que podemos encontrar dentro del periodo de estudio, aunque difieran en sus composiciones y métodos constructivos, pertenecen todos a una misma solución de soportes estructurales, fundamentalmente forjados unidireccionales de hormigón armado (con mayor o menor densidad de acero según el periodo), presentando la mayoría de ellos
Las ordenanzas de 1955 y 1969 admiten el uso de cubiertas mediante sistemas de armaduras de madera o metálicas, pero establecen condiciones muy rígidas para la prevención de incendios, así como la necesidad de contar con autorización especial para utilizar estos sistemas debido a la imposibilidad de utilizar otras soluciones alternativas. En concreto, la ordenanza del 69 relega estas soluciones al mundo rural. Las ordenanzas asociadas a la Ley de 1939 admiten todas las soluciones usuales.
20
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3.6.2.2. Capa soporte
45
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espesores de 15 cm, al menos hasta el final de los años sesenta,21 cuando se comienza a utilizar espesores superiores asociados al incremento de luces en las viviendas. no se identifican capas soportes constituidas por forjados ligeros, armaduras de cubierta, forjados de madera22 u otras soluciones singulares, como bóvedas tabicadas.
El forjado asume un papel fundamental como capa estructural de la solución de cubierta, pero también como principal aportador de inercia térmica al sistema, ya que es la zona donde se acumulará la mayor parte de la masa. dada la similitud de soluciones de esta capa soporte de las distintas soluciones de cubierta en las viviendas del periodo de estudio, no será el elemento que genere los rasgos diferenciadores a efectos energéticos de esas diversas soluciones. Los forjados con mayores diferencias aparecen en la última parte del periodo de estudio, fundamentalmente desde finales de los sesenta, con soluciones como: forjados de viguetas metálicas en algunas de las soluciones tipológicas de edificio en torre, por ejemplo, en las viviendas de pedro Salvador [Id.81] o del polígono norte [Id.11]; losas prefabricadas de hormigón armado, por ejemplo, en la promoción de El Zodiaco [Id.12], así como losas macizas ejecutadas mediante sistema de encofrado túnel, por ejemplo, en las viviendas de San diego [Id.13]. a efectos de clasificación, dado su similar comportamiento energético, se asume como un único tipo de capa soporte con una denominación común para todos ellos (tabla 11). taBLa 11 cubiertas. clasificación de capa soporte
código
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Fh
46
tipología
material principal
Hormigón armado o forjado horizontal cerámica armada
observaciones
Incluidos: diferentes tipos de piezas de entrevigado viguetas de acero en estructuras metálicas placas prefabricadas
3.6.2.3. Capas de relleno y formación de pendiente
En las cubiertas, los distintos tipos de soluciones adoptadas en la capa de relleno y formación de pendiente, incluso su ausencia, serán los que generen las diferentes catalogaciones y marcarán fundamentalmente su comportamiento térmico.
dentro de las cubiertas planas o azoteas, tendremos que distinguir entre las soluciones a la andaluza, con incorporación de una capa de relleno que asume la formación de las pendientes e incluye cierta capacidad de aislamiento térmico, nor-
Las ordenanzas de 1955 para viviendas de renta Limitada, dentro de sus normas constructivas, restringen en su ordenanza 3a el espesor de los forjados a 15 cm, con un peso máximo de 200 kg/m2, limitando igualmente las luces a 4,50 m. 22 Los forjados de madera dejan de estar permitidos para las viviendas sociales a partir de las ordenanzas de 20 de mayo de 1969, siendo admitidos en las regulaciones anteriores, con ciertas limitaciones, y exigencia de uso de raso techo cuando no se usa madera de escuadra. de manera general, es un sistema con muy poca aplicación dentro de la vivienda colectiva urbana de la zona, siendo más frecuente en la vivienda rural. 21
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malmente carboncilla23 u hormigón celular; y las soluciones a la catalana, donde las pendientes se generan mediante tableros de piezas cerámicas, rasillas y posteriormente rasillones, soportados sobre tabiques de fábrica de ladrillo, dando lugar a cámaras de aire intermedias. En los tejados, esta función la realiza un tablero de mayor porte que en las azoteas, normalmente un doble tablero de rasillas cerámicas, o tablero de hormigón de poco espesor, apoyado en una estructura de tabiques (o tabicones, según la altura) empalomados para permitir el paso del aire (tabla 12).
tipo
tipología
cámara de aire
0
plana
forjado revestido
I
plana
a la andaluza
no
II
plana
a la catalana
Si
I
III
plana
a la andaluza
Inclinada tejado sobre tabiques
no
no Si
Formación de pendiente
Mínimo relleno de carbonilla o ejecutado con mortero Carbonilla o relleno24de suelo de cenizas Hormigón celular
tablero sobre tabiquillos tablero sobre tabiques palomeros
Las soluciones tipo I generan cubiertas monolíticas. Son también denominadas de cubierta caliente, ya que existe una transmisión de calor por conducción entre capas. Se debe tener en cuenta que esta capa de relleno y de formación de pendiente tiene un espesor variable en la superficie de la cubierta. Como hipótesis de trabajo se ha adoptado un valor promedio de 8 cm de espesor medio de la capa, definiendo su valor de resistencia térmica también de forma promediada. Este aspecto debe ser tenido en cuenta, ya que al ser normalmente esta capa la que proporciona mayor resistencia al paso del calor —dada la ausencia de materiales aislantes— en las zonas de menor espesor —junto a las recogidas de aguas— pueden presentar debilidades en la capacidad térmica de la cubierta y, en muchas ocasiones, generar problemas localizados de superficies frías en esos puntos débiles.
Las cubiertas tipo II y III, dotadas de cavidad, estarán formadas por dos hojas, la exterior y la interior, separadas por una cámara de aire con algún grado de ventilación. para conseguir un adecuado funcionamiento, la cámara de aire debe poder garantizar su aireación, con el fin de asegurar el control de la humedad que traspasa la cara exterior. La hoja interior es la que debe aportar resistencia térmica. aunque diseñada fundamentalmente con la intención de mejorar la estanqueidad al agua, la cámara de aire ventilada permite también disipar el calor acumulado por la hoja exterior, dificultando el paso a la hoja interior al no existir un elemento conductivo. Sin embargo, en los casos estudiados se ha adoptado la hipótesis de consiCarboncilla o Carbonilla. podemos encontrar el vocablo en ambas acepciones tanto en la literatura técnica como en los usos habituales de la construcción. 24 Se llaman suelos de cenizas a los suelos construidos especialmente por carbonilla molida fina o puzolana mezclada con uno o varios materiales aglomerantes, como la cal o el cemento. 23
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
código
taBLa 12 cubiertas. clasificación por formación de pendiente
47
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derar las cámaras débilmente ventiladas para las azoteas y medianamente ventiladas en los tejados. Incluso en algunos de ellos habría que considerarlas sin ventilación, ya que el análisis de sus proyectos, así como la inspección de la situación actual, refleja que la mayoría de ellas no tienen adecuadamente resueltos los elementos de ventilación, o bien estos han sido cegados en reparaciones posteriores de la cubierta. 3.6.2.4. Capas de acabado
Las capas de acabado se configuran de diferentes maneras, combinándose entre sí en algunos de los casos como, por ejemplo, láminas y solerías, dando como resultado las diferentes variantes de acabado final de las cubiertas (tabla 13).
código
observaciones
Ladrillo hueco simple colocado a panderete
c
Lamina impermeabilizante
Múltiples soluciones
e
teja
Habitualmente tejas cerámicas curvas
b d
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tipo
Solería perdida
a
48
taBLa 13 cubiertas. clasificación por capa de acabado exterior
Baldosín cerámico gravilla
Baldosín 12x28
La solería perdida es una solución muy común, en especial para aumentar la impermeabilidad de la cara exterior en ausencia de materiales impermeabilizantes específicos. Habitualmente es una solería labrada en ladrillo simple, de entre 3 y 4 cm, dispuesto a panderete. Es una capa de tipo secundario, relacionada con un acabado final de la cubierta que, para el grupo de estudio, es siempre el embaldosado. El material utilizado es el baldosín 14x28 o atoba, también denominado como toba o baldosín catalán, que se convierte en el material por excelencia de las azoteas sevillanas. El uso de láminas impermeabilizantes, fundamentalmente basadas en productos asfálticos, aunque no se produce en las soluciones más antiguas, sí está presente en diferentes configuraciones para las soluciones del final del periodo. dado que estas apenas aportan resistencia térmica, no se tendrán en cuenta en su cuantificación, pero sí se valora su influencia en la permeabilidad al vapor.
En las cubiertas inclinadas, las tejas encontradas en su mayoría son de tipo curvo cerámico (árabe). debido a su posición exterior en una cubierta ventilada, las posibles variaciones de su naturaleza son poco influyentes en el resultado de la resistencia térmica de la cubierta. dentro de todas las soluciones incluidas de cubierta, deben tenerse en cuenta las capas de mortero para la cogida de solerías y material de acabado. de manera general se han adoptado capas de 1 cm de mortero de arena y cemento, cuando estas aparecen, aunque los espesores pueden ser variables en las diferentes soluciones.
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3.6.2.5. Aislamiento térmico
aunque su uso es muy escaso, ya que tradicionalmente se ha asignado esta misión a las capas de relleno, se ha podido localizar la presencia de material aislante en alguna solución de cubierta. El material utilizado es panel de fibra de vidrio, y no se ha identificado otro tipo de solución. 3.6.2.6. Propuesta de clasificación de las cubiertas
En la tabla 14 se reflejan las diferentes composiciones de cubiertas y la clasificación propuesta para el análisis de su presencia en el parque de viviendas. taBLa 14 cubiertas. clasificación de soluciones constructivas de cubierta capa soporte25
cámara de aire
c1
forjado Ha
no
c2
forjado Ha
no
c3
forjado Ha
no
c4
forjado Ha
no
c5
forjado Ha
no
forjado Ha
no
c7
forjado Ha
no
c8
forjado Ha
no
relleno de carbonilla
c9
forjado Ha
Si
c10
forjado Ha
c11
tejado forjado Ha
c6
terraza
Formación aislamiento códigos de pendiente capa de acabado térmico Mortero de agarre
Solería
no
fH.0.b
Solería perdida Baldosín
no
fH.I.ab
no
fH.I.bc
no
fH.I.abc
no
fH.I.ab
no
fH.I.bc
no
fH.I.abc
gravilla
no
fH.I.d
tablero
Baldosín
no
fH.II.b
no
relleno de carbonilla
Solería perdida Baldosín
Si
fH.I.ab.ais
Si
tablero
teja
no
fH.III.e
relleno de carbonilla
relleno Impermeabilizante de carbonilla Baldosín relleno de carbonilla Hormigón celular Hormigón celular Hormigón celular
Impermeabilizante Solería perdida Baldosín Solería perdida Baldosín
Impermeabilizante Baldosín Impermeabilizante Solería perdida Baldosín
forjados unidireccionales de hormigón armado o soluciones asimiladas desde el punto de vista del comportamiento térmico, como forjados con viguetas metálicas o cerámicas armadas.
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código
25
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3.6.3. huecos
En el tratamiento de los huecos debemos dividir su análisis entre la parte transparente del mismo, es decir, el acristalamiento, y la opaca con los sistemas de carpintería, pudiendo aparecer diversas combinaciones de ellos durante los diferentes periodos. 3.6.3.1. Acristalamientos
dentro de los sistemas de acristalamiento del periodo de estudio podemos encontrar los tipos de vidrio26 señalados en la tabla 15. taBLa 15 Ventanas. clasificación de tipos de vidrio
código
1,25 a 1,75
4
Vidrio doble
Lunas flotadas
3 a 3,5
5
Sin especificar
-
6
Vidrio armado
3a9
2 3
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espesor (mm)
Vidrio sencillo
1
50
tipo de vidrio
Vidrio semidoble 1,75 a 2,50 4a6
máxima dimensión usual (mm)
material habitual
250x170
vidrio plano
150x72
250x170 300x160 -
vidrio plano vidrio plano
también denominado media luna, vidrio triple o cristanina Habitualmente solo se ha definido como cristal o vidrio, sin indicar datos adicionales plano con refuerzo de malla de alambre en su masa
3.6.3.2. Carpinterías
fundamentalmente se encuentran dos tipos de carpinterías para ventanas y huecos: los sistemas de carpintería de madera y metálicos (tabla 16). taBLa 16 Ventanas. clasificación de carpinterías por su material
código m a
tipo
Carpintería de madera Carpintería metálica
hipótesis adoptada
Secciones de pino nacional perfilería de acero
Los vidrios de este periodo reciben múltiples nomenclaturas, muchas de ellas no normalizadas y en muchos casos con denominaciones localistas. Con objeto de regularizar los datos que aporta el estudio, se ha adoptado una terminología uniforme, adaptando la información existente. Como elementos de definición común se han utilizado los recogidos en el Léxico de la Construcción de joaquín antuña [77].
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Las carpinterías de madera varían tanto en el origen de la misma, aunque predomina la madera de pino, como en su armado y secciones, que evolucionaron a lo largo del periodo. desde el punto de vista del análisis energético, esta última influencia será recogida mediante el factor de marco. Se adoptarán como sistema habitual para la obtención de sus parámetros de comportamiento térmico las secciones de madera de pino nacional, habitualmente pino Soria, con gruesos entre 40 y 90 mm. En las ventanas y huecos de carpintería metálica se pueden identificar fundamentalmente los sistemas basados en perfilería de acero, bien de secciones laminadas en caliente o perfiles conformados en frío, con diversos espesores y secciones. debido al comportamiento térmico del metal, el uso de secciones diferentes o el origen de los perfiles apenas tendrán influencia en la modificación de la resistencia térmica de la carpintería, por lo que se puede adoptar un valor unitario de comportamiento térmico de las carpinterías metálicas.
aunque durante el periodo coexistieron comercialmente soluciones metálicas también basadas en secciones de aluminio, no se han identificado de origen en ninguna de las promociones estudiadas. Sí que se ha podido comprobar que aparecen, y en muchos edificios de forma generalizada, como ventanas de segunda generación en la renovación de edificios. desde el punto de vista del comportamiento térmico, esta sustitución no supone variaciones en las características del marco más allá del factor de marco, generalmente algo más alto en el caso del aluminio que en el del acero.27
para la adopción de una clasificación tipológica de los edificios de vivienda, se ha atendido fundamentalmente a criterios morfológicos, enfocados a disponer de parámetros que permitan caracterizar la envolvente térmica del edificio. no es objeto de este trabajo generar una discusión sobre criterios compositivos o evolutivos del tipo arquitectónico de la vivienda social, igualmente interesante pero alejada del objetivo de este trabajo, sino identificar aquellos parámetros del edificio que influyen en el intercambio energético con el ambiente exterior.28 dentro del parque de vivienda social del periodo, se han identificado 12 formas generales de los edificios, que son recogidas en la tabla 17. algunas de ellas son variantes de una forma principal pero, dada la presencia de características específicas que van a tener influencia en el comportamiento energético del edificio, se ha considerado oportuno clasificarlas como tipos independientes. a partir de cuatro tipologías básicas: el bloque lineal, el bloque en H, la manzana cerrada y la torre, se generan las diferentes configuraciones del volumen del edificio que han podido ser identificadas.
Este aspecto no modifica significativamente la conducción térmica del hueco debido a la similitud de conductividad aparente tanto del vidrio como de los metales utilizados. Sí podrá tener alguna influencia en la modificación de la capacidad de captación de radiación del hueco, pero en las dimensiones habituales de las viviendas estas variaciones son poco significativas en su comportamiento final. 28 para un estudio en mayor profundidad sobre el tema, resulta de interés la consulta de la obra editada por Sambricio dedicada a la evolución de la vivienda social en España durante el siglo XX [80]. 27
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3.7. crIterIos de morFologÍa
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de manera general, la mayoría de las variantes están basadas en composiciones de módulos básicos en H, que adoptan diferentes configuraciones y agrupaciones para construir la forma principal. para la discriminación de la Torre adoptaremos el criterio de Edificio en altura (High Rise Building en la literatura anglosajona), es decir, edificio con más de siete plantas y 23 metros de altura,29 valor que además es coherente con aquellos edificios que sobrepasan la altura habitual de la ciudad de Sevilla, que se sitúa en seis plantas. Identificaremos, pues, aquellos edificios que sobresalen del perfil de la ciudad y, por tanto, presentan una mayor exposición tanto al viento como a la radiación solar, así como una esbeltez muy diferente a las que presentan tipologías de baja o media altura.
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taBLa 17 clasificación tipológica de los edificios del parque de vivienda social del periodo de estudio
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código
morfología del edificio
1
Lineales
2
Lineales con patios interiores
3
Manzanas
4
forma de H
5
forma de C
6
forma de t
7
forma de X
8
Lineal en altura. torre
9
forma de H en altura. torre
10
forma de t en altura. torre
11
forma de X en altura. torre
símbolo
El término Edificio en altura o Torre se asigna normalmente a edificios de un número elevado de plantas (habitualmente más de siete y 23-30 metros) [81], aunque no hay una definición normalizada y existe variabilidad entre las legislaciones de cada país. El criterio adoptado también coincide con el de la U.S. National Fire Protection Association, de 75 pies (23 m.).
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4. análIsIs 4.1. eValuacIón energétIca de los tIpos de cerramIentos 4.1.1. Fachadas
En la tabla 18 se representan las principales magnitudes que caracterizan las soluciones de cerramientos de fachada, aplicando la metodología descrita en el apartado anterior. podemos observar que todos los cerramientos no aislados específicamente presentan transmitancias por encima del valor unidad, incluso en algunos casos (f4 y f6) con valores muy altos: alrededor de 4 W/m2K. Solo las soluciones de cerramiento que incorporan capas de aislamiento térmico alcanzan valores inferiores a la unidad, relativamente cercanos a las soluciones actuales en esta zona climática. En la citada tabla igualmente se presentan los valores de los parámetros representativos de su comportamiento dinámico que serán discutidos dentro de este apartado. taBLa 18 características energéticas de las diferentes soluciones de fachadas
F1
1,83
F1c
1,68
F1m F2p
F2m F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9
F10 F11 F12
1,97 2,62 2,76 2,15 3,76 2,17 4,32 1,28 1,53 1,38 1,36 0,72 0,75
admitancia y (W/m2K)
capacidad térmica superficial k (kj/m2K)
desfase (h)
Factor de reducción
4,08
165,00
8,44
0,33
3,94 3,55 3,73 3,89 3,27
148,00 165,00 104,00 115,50 81,00
5,36
165,38
5,31
126,00
3,68 3,05
102,70
8,36 9,21 4,06 4,19 3,95 4,22 5,21 2,97
60,00
11,08
4,05
148,00
9,93
3,07
60,00
3,07 3,12 3,05
60,00 60,00 60,00
6,85 6,98 7,47 7,68
0,35 0,28 0,72 0,71 0,78 0,68 0,63 0,81 0,20 0,51 0,27 0,51 0,46 0,42
dentro de la caracterización del periodo de estudio, se ha realizado una investigación de las transmitancias térmicas representativas de cada década (fig. 13), así como su comparación con los valores típicos según las principales regulaciones normativas
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tipo de transmitancia cerramiento u (W/m2K)
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para esta zona climática:30 nBE Ct-79 y CtE-HE1 de 2013, representantes de la evolución de las exigencias de limitación de la demanda energética. Se añade el estándar Passivhaus31 como representante de las viviendas de muy altas prestaciones desde el punto de vista energético.
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Figura 13. valores promedio de transmitancias térmicas (u) de cerramientos de fachada por décadas.
54
En esta gráfica podemos observar que, en valores promedio, hay una tendencia de disminución del valor de la transmitancia desde la década de los cuarenta hasta los sesenta, si bien al final del periodo de estudio vuelve a elevarse este parámetro, fundamentalmente por la irrupción de las soluciones más industrializadas que, si bien permitirán un aumento de la producción constructiva, van a significar un empeoramiento de las condiciones térmicas de muchas de las viviendas. Sin embargo, este último periodo presenta un gran rango de variabilidad, coexistiendo los cerramientos con mejores transmitancias (u≈0,72 W/m2K) con aquellos de mayor valor (u≈4,32 W/m2K), en comparación con los años cuarenta y cincuenta, cuando existía una menor dispersión de los valores de transmitancia en torno al valor representativo.
de manera general en el periodo de estudio, los valores promedio de las transmitancia son más del doble de los habituales con la nBE Ct-79, más de tres veces y media superiores a los valores necesarios para un edificio bajo las exigencias de la
Será necesario hablar de valores típicos y no reglamentarios, ya que tanto la norma nBE Ct-79 como la exigencia CtE-HE1 (en sus dos periodos) requieren valores inferiores de transmitancias globales que los establecidos como máximos, siendo el valor límite diferente para cada edificio en función de aspectos tales como sus relaciones superficiales, orientaciones, otros tipos de cerramientos, compacidad, etc. Se representan aquí valores habituales extraídos de edificios que se han diseñado acorde a la regulación. 31 Passivhaus o Passive House es un estándar de construcción de origen alemán, actualmente extendido a nivel mundial. Combina un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo, actualmente un 80% inferior al exigido por la normativa energética alemana. Impone un nivel muy alto de aislamiento térmico de su envolvente, por lo que es necesario que no se supere el valor de transmitancia de 0,15 W/m2K [82]. 30
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EpBd y el CtE-HE1 (2013), y más de diez veces superiores a los edificios de referencia en eficiencia energética.
Figura 14. Características energéticas de las diferentes soluciones de fachadas.
podemos observar (fig. 14) que, en general, las admitancias de los cerramientos de una sola hoja son mayores que las de dos, con valores que se aproximan a 4 W/m2K, salvo las soluciones macizas de hormigón que lo superan ampliamente, por lo que son soluciones con una significativa capacidad de reducir la onda térmica, es decir,
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no obstante, tal y como hemos señalado, el comportamiento de los cerramientos no queda fijado solo por su transmitancia, sino que es necesario tener una aproximación a su funcionamiento dinámico. por ello, en la figura 14 se muestra una comparación entre valores, incorporando no solo las transmitancias en régimen permanente, sino también la admitancia térmica (que representa el concepto de transmitancia periódica), así como la capacidad térmica superficial de las diferentes soluciones del estudio (f1 a f12). El gráfico discrimina entre soluciones de una hoja y de dos hojas (soluciones con cámara de aire). a efectos de comparación, se han incorporado los valores de soluciones típicas correspondientes a la exigencia CtE-HE1 (2013), a una solución típica de rehabilitación energética actual (solución SatE), así como a otra correspondiente al estándar Passivhaus, esta última como representante de las viviendas de muy altas prestaciones energéticas. En los tres casos anteriores se ha utilizado una configuración de capas similar en cuanto a los elementos constructivos, con el fin de poder comparar configuraciones clásicas dentro de la tecnología de la construcción, alcanzándose los valores requeridos de transmitancia mediante el aumento del espesor de las capas de aislamiento térmico.
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van a absorber con facilidad el calor interior que, al ser locales con poca carga interna, provendrá fundamentalmente de las posibles ganancias por radiación, o por la acción de los sistemas de calefacción en invierno durante su funcionamiento (recordemos que esta acción sería poco significativa en espacios climatizados de forma continua). Sin embargo, es necesario resaltar que la ausencia de materiales aislantes en estas soluciones de cerramiento va a provocar que presenten una admitancia hacia el exterior igualmente alta. En consecuencia, su capacidad de regulación de las condiciones térmicas en el interior se ve seriamente limitada por su capacidad de ceder esa energía hacia el exterior. Esto afecta sobre todo a las soluciones de hormigón macizo por su menor espesor constructivo (en el régimen dinámico adoptado para un régimen de 24 horas, el habitual en una vivienda, los espesores eficaces de almacenamiento térmico no superan los 100 mm), por tanto, los cerramientos de fábricas cerámicas con espesores de más de un pie dan lugar a ambientes térmicos más estables.
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En el caso de los cerramientos de dos hojas con cámara de aire, al presentar una hoja interior relativamente débil desde el punto de vista térmico (salvo f9 con una citara al interior), disminuyen su admitancia y, por tanto, su capacidad de actuar como elemento regulador. Si los comparamos con soluciones de cerramientos actuales, vemos que su admitancia es relativamente similar a los clasificados como eficientes (CtE-HE1 y SatE) e incluso al de un cerramiento de muy alta eficiencia, fundamentalmente por compartir habitualmente la forma de resolver la hoja interior mediante un tabique ligero o, en otras alternativas más modernas, con un trasdosado de panel de cartón yeso (o elemento similar),32 por lo que su comportamiento como regulador es semejante a las soluciones tradicionales de doble hoja. no obstante, los menores valores de la transmitancia en estos últimos reducen las pérdidas energéticas.
respecto a su capacidad térmica superficial, valor k, podemos comprobar (fig. 14) cómo los cerramientos masivos, cerámicos y de hormigón armado presentan un alto valor, prácticamente igual entre ellos (el cerramiento de doble hoja f9 tiene un comportamiento parecido, al disponer de una citara de ladrillo en la hoja interior), seguidos por el cerramiento de bloques que, pese a ser clasificado nominalmente como de una hoja, su naturaleza alveolar hace que disponga de menor masa hacia el interior que sus equivalentes macizos (a menor escala este aspecto puede apreciarse en las fábricas de ladrillo perforado y hueco). En el caso de cerramientos con doble hoja, incluso de aquellos adecuadamente aislados, el disponer de una hoja ligera al interior, seguida bien de una cámara de aire o un material aislante, limita su capacidad de acumulación de calor hacia el interior, al tener desplazada su inercia térmica hacia la parte central del cerramiento, fuera del espesor eficaz para ciclos diarios.
En la figura 15 se ha relacionado la transmitancia térmica de los cerramientos con el desfase de onda térmica, así como con el factor de reducción (representado como 1-f para una comprensión más intuitiva). podemos observar que los cerramientos de fachada del periodo de estudio se agrupan en cuatro series de
En el caso de estas soluciones de hoja interior muy ligera, la admitancia que presentan suele ser bastante inferior, normalmente por debajo de 1 W/m2K, debido a su poca masa térmica, en especial si se introduce material aislante en la cámara situada entre las dos hojas.
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comportamiento (a, B, C y d), identificando una agrupación adicional con los cerramientos de referencia passive House y CtE-HE1, situándose las soluciones de la nBE Ct-79 a caballo entre estos últimos y el grupo a. Esto nos permite establecer una propuesta de división en zonas basándonos en asumir, por un lado, un valor de retardo óptimo por encima de las 8 horas, y un segundo valor de retardo aceptable entre seis horas y media y ocho horas, y, por otro, una división entre transmitancias altas y bajas, tomando como referencia los valores habituales de la nBE Ct-79: en torno a 0,6-0,8 W/m2K.
Existen cerramientos que, aun con transmitancias relativamente altas, presentan comportamientos dinámicos especialmente adecuados para la edificación residencial (grupo B), con retardos superiores a ocho horas, incluso en algún caso hasta once horas, y factores de reducción que a veces están cercanos a 0,2, como sucede con los cerramientos cuyos espesores de fábrica cerámica son de un pie o superiores (bien de forma continua en una única hoja o acumulada en dos capas de fábrica), como son los cerramientos: f1, f7 y f9. dentro de este grupo resulta especialmente destacable el buen comportamiento de las fábricas de doble hoja con cámara de aire intermedia, cuando ambas son citara o la hoja exterior es de un pie, ya que son soluciones que aúnan una adecuada inercia y resistencia térmica. Este grupo de cerramientos presenta funcionamientos dinámicos cercanos a las soluciones de fachada que se proponen para dar cumplimiento a los requisitos actuales de eficiencia energética, y no excesivamente alejados de los conseguidos por cerramientos de muy alta eficiencia.
por otro lado, se identifica un grupo cuyos parámetros presentan una mayor dispersión, con un comportamiento muy alejado de los valores deseables, es decir, con bajos retardos y reducido factor de reducción de la oscilación térmica (grupo d). Es el caso de dos soluciones denominadas en la figura 16 cerramientos secundarios
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Figura 15. relación de las transmitancias térmicas con el desfase temporal y factor de reducción (diámetro de la burbuja).
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(f2 y f3), ya que no corresponden a sistemas principales, sino que aparecen en combinación con un cerramiento principal completando paños de las viviendas, por ejemplo, en baños, cierres de cocinas o alzados a galerías abiertas. por tanto, aunque no tienen la responsabilidad del comportamiento energético principal de la vivienda, pueden producir heterogeneidades importantes en las condiciones interiores de diversos locales dentro de la vivienda, con afección al confort térmico. junto a estos cerramientos secundarios, aparecen otras soluciones también con reducida capacidad de desfase y reducción, pero con alta representación dentro del parque edificado, como son aquellas que representan a los sistemas más industrializados basados en el uso de soluciones de hormigón armado (f4 y f6) y, en especial, las que utilizan bloques huecos de hormigón (f5). Entre ambos grupos, los correspondientes a las soluciones con mayor y menor capacidad de reducción y desfase de la onda térmica, se sitúan las soluciones de doble hoja clásicas con masas medias (grupo C), relativamente alejadas de las capacidades requeridas en la nBE Ct-79 y, en mayor medida, de los requisitos actuales.
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debido a su similitud con las soluciones que se aplicarán a partir de la nBE Ct-79, las soluciones del final del periodo de estudio f11 y f12 van a tener un comportamiento muy parecido a las del siguiente periodo normativo (grupo a), y con posibilidad de mejorar hacia los valores exigidos por el CtE HE-1 actual.
58
debemos indicar que la mejor o peor adecuación de la solución constructiva debe ser relacionada con el régimen de funcionamiento habitual de la vivienda como sistema, que será o bien en libre evolución (ausencia de refrigeración/calefacción), o con acondicionamiento térmico de tipo intermitente. En este último caso, el régimen de calefacción será el fundamental, ya que con la refrigeración los habituales usos de la ventilación natural afectarán al modo de comportamiento de los cerramientos. 4.1.2. cubiertas
Se han determinado los principales parámetros característicos de las soluciones de cubierta que son recogidos en la tabla 19. Los resultados presentan un cierto paralelismo con las soluciones de fachada, por lo que se observa igualmente que todos los cerramientos carentes de aislante térmico presentan transmitancias por encima del valor de la unidad. Sin embargo, debido a la ausencia de losas macizas como forjados, la solución con la transmitancia más alta no supera el valor de 2,5 W/m2K, a diferencia de las soluciones de hormigón macizo de las fachadas. El uso de un material aislante en la solución de cubierta permite alcanzar valores cercanos a los habitualmente encontrados en la construcción actual. para la determinación de las características principales de la cubierta ha sido necesario realizar un análisis de la influencia del forjado y su variabilidad en las diferentes soluciones, cuyos resultados se han recogido en la figura 16. aunque existen diferencias en la constitución de las diferentes soluciones de forjados utilizados (densidad de elementos activos y de entrevigado, material de estos y sus dimensiones, etc.), su configuración similar determina que estas diferencias no tengan una importante repercusión en su comportamiento energético.
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taBLa 19 características energéticas de las diferentes soluciones de cubierta
c1 c2 c3 c4 c5 c6 c7 c8 c9
c1033 c11
transmitancia admitancia u (W/m2K) y (W/m2K) 2,40
4,49
1,38
4,71
1,23 1,23 1,60 1,84 1,60 1,38 1,57 1,54 0,67
4,70 4,70 4,65 4,64 4,65 4,71 4,74 4,74 4,89
capacidad térmica superficial k (kj/m2K)
desfase (h)
Factor de reducción
125,31
10,33
0,27
125,31
10,33
125,31
7,22
115,31 125,31 125,31 125,31 125,31 125,31 125,31 125,31
4,96 8,47 8,68 8,68 8,47 6,85 6,85 9,76
0,64 0,35 0,27 0,35 0,45 0,35 0,35 0,45 0,45 0,28
Figura 16. resistencias térmicas medias de los grupos de forjados, en función de su masa superficial y espesor, por décadas.
En la figura 16 se representan los valores de las resistencias térmicas medias de los diferentes grupos de forjados analizados (dos por década representado los diferentes tipos de sistemas), en función de su masa superficial y espesor. podemos observar Estos valores deben ser tomados como una aproximación, habida cuenta de que el efecto convectivo de la cámara de aire de gran espesor y su ventilación modifican sustancialmente el comportamiento dinámico de este tipo de cubierta, ya que la metodología está fundamentalmente dirigida a cerramientos solidos o con pequeñas cámaras de aire. En la azotea a la catalana las consideraciones pueden ser similares, aunque la asimilación a las azoteas sólidas es más cercana, debido al pequeño espesor de la cámara y al bajo grado efectivo de ventilación de la misma.
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tipo de cubierta
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que este parámetro presenta valores agrupados alrededor de 0,17 m2K/W, oscilando entre 0,14 y 0,21 m2K/W. dado que la resistencia térmica general de las cubiertas del grupo tiene valores aproximados de 0,65 m2K/W, a efectos de análisis y catalogación, se ha considerado adecuado unificar la resistencia térmica del forjado en un valor medio de 0,17 m2K/W, asumiendo una posible variabilidad de ± 0,035 m2K/W, lo que supondrá un margen de error de un 5%, margen que de todos modos debe ser asumido, ya que existen incertidumbres adicionales asociadas tanto a las cuantías reales de acero, tipos y características de los hormigones utilizados,34 así como a la ejecución de los entrevigados.35
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Se ha considerado de interés realizar una comparación por décadas de los valores promedio de transmitancia térmica y su relación con los valores típicos del posterior periodo normativo y el actual (nBE-Ct-79 y CtE-HE1 (2013), respectivamente), así como con las cubiertas acordes al estándar Passivhaus. Estos valores quedan recogidos en la figura 17.
60
Figura 17. valores promedio de transmitancias térmicas (u) de cubiertas por décadas.
La tendencia que podemos observar es de una mejora de forma paulatina del promedio de las transmitancias del parque de viviendas, debido fundamentalmente al incremento del espesor de las capas de relleno de la cubierta, lo que deriva en un aumento de su resistencia térmica. no obstante, al final del periodo de la década de los setenta, en un proceso paralelo a lo que ocurre en las fachadas, se produce una elevación del valor medio de la transmitancia, incluso por encima de los propios de la década de los cincuenta. Esta situación de debe, por un lado, a que
En especial durante las dos primeras décadas, la mayor parte del hormigón no provenía de procesos industriales, sino que se ejecutaba en obra, con calidades de cemento y dosificaciones muy variables. 35 para el cálculo de los parámetros característicos de los forjados se ha utilizado como fuente principal la documentación procedente de la norma nBE Ct-79, así como del Catálogo de Elementos Constructivos del IEtCC. En este caso, debido a la dispersión de valores y los diferentes tipos de soluciones encontradas, se han contrastado los resultados obtenidos con el trabajo de fernández Cenicero [73]. 34
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en la solución dominante de azotea a la andaluza se produce en gran medida, la sustitución de las capas de relleno de carbonilla por hormigón celular, material que ofrece una mayor facilidad para su puesta en obra, pero que está dotado de una mayor conductividad y, por tanto, que aporta una menor resistencia térmica;36 y, por otro, al uso extensivo de cubiertas inclinadas sobre el forjado en esta última parte del periodo de estudio. no se ha podido documentar la existencia de soluciones de cubierta que incorporen material aislante, incluso en los edificios más modernos, como podría ser el caso de la barriada de Martínez Montañés. por lo que se refiere a los valores de transmitancia térmica y su relación con los estándares actuales, podemos observar (fig. 17) que son elevados: aproximadamente la media general es tres veces superior a lo que cabría esperar en una edificación actual, llegando incluso a ser prácticamente cuatro veces superior en las viviendas más antiguas. La comparación con los valores de transmitancia habituales en edificios sometidos a la nBE Ct-79 reduciría a la mitad los incrementos señalados anteriormente, mientras que esas diferencias se elevan a diez veces superior, incluso doce, cuando la comparación se efectúa con edificios de altas prestaciones energéticas.
podemos observar que todas las cubiertas presentan admitancias altas, por encima de 4 W/m2K, debido a la presencia de la capa soporte directamente en contacto con los locales de la vivienda, y es en esta capa donde se acumula la mayoría de la masa y, por tanto, es la principal área de la cubierta con capacidad de almacenamiento energético, dada su capacidad térmica superficial, superior en todos los casos a la de los cerramientos de fachada. por consiguiente, al compartir soluciones de forjado con comportamientos energéticos equivalentes,37 van a disponer de una significativa capacidad de actuar como buffers o reguladores del ambiente interior, es decir, van a absorber con facilidad el calor interior, al igual que ocurre con las fábricas macizas de las soluciones de fachada.
Sin embargo, es necesario resaltar que la ausencia de materiales aislantes (salvo en la solución C11) sobre estas capas activas va a provocar que presenten una admitancia
Monjo [32] señala para Madrid un proceso similar: «al igual que en las fachadas, se abandonaron las soluciones basadas en el buen funcionamiento constructivo del sistema, especialmente a partir de los años 60 [...] y en la pobre aportación de los morteros aligerados». 37 Las soluciones actuales (nBE Ct-79, CtE-HE1 (2013) y passive House) disponen de algo menos de capacidad térmica superficial, ya que al presentar mayor canto y, de manera asociada, mayor proporción de aligeramiento, están más esponjadas y concentran su masa en zonas más exteriores, provocando que en la zona más activa (profundidad efectiva de almacenamiento para 24 h) haya menos masa y, por tanto, menos capacidad de almacenamiento; sin embargo, al disponer de un aislamiento exterior van a poder aprovechar mejor esta energía acumulada, al no perder esta energía con tanta facilidad. para estos casos las admitancias exteriores presentan valores en torno a la mitad de la interior. 36
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Es necesario también contemplar el resto de parámetros energéticos de las soluciones constructivas de este periodo, en especial los relacionados con el régimen dinámico, para poder disponer de un conocimiento más preciso. Con este fin, se representa en la figura 18 una comparación de sus valores principales para cada solución del estudio (C1 a C11): transmitancias en régimen permanente, admitancia térmica y capacidad térmica superficial. Igual que en el caso de fachadas, a efectos de comparación se incorporan valores de soluciones más modernas bajo los mismos supuestos de partida.
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hacia el exterior igualmente alta, por lo que la capacidad de regulación se ve afectada por la facilidad de cesión de esa energía hacia el exterior. Esto afecta sobre todo a las soluciones de menor espesor, como la C1 que apenas tiene capa de relleno, ya que en ellas se produce una superposición de las dos capas activas y, por tanto, una gran facilidad para el tránsito de la energía entre las dos caras de la cubierta, potenciado esto por su baja resistencia térmica. Esta situación se dará también en las cubiertas inclinadas con cámara, sobre todo si su grado de ventilación es elevado, ya que la masa térmica estará en contacto con la corriente de aire; por tanto, el grado de ventilación efectivo será quien determine su comportamiento.
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La solución de cubierta aislada C11 presenta un comportamiento muy parecido a los asociados a las cubiertas del periodo de la nBE Ct-79, con la ventaja añadida, desde el punto de vista del almacenamiento térmico, de poseer algo más de capacidad de acumulación. aunque esta solución presenta el mejor comportamiento térmico dentro del parque de viviendas analizado, existen serias dudas de su comportamiento actual, ya que la solución constructiva utilizada hace prever una mala evolución en el tiempo y una pérdida de capacidad térmica, así como un deterioro de su material aislante; por tanto, estos valores deben ser tomados con cautela.
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Figura 18. Características energéticas de las diferentes soluciones de cubierta.
En la figura 19 se ha relacionado la transmitancia térmica de los cerramientos con el desfase de onda térmica y el factor de reducción (al igual que en fachadas, representado por 1-f para una más intuitiva comprensión). podemos observar que, a diferencia de las fachadas, en las cubiertas existe una menor dispersión del comportamiento. a excepción de la solución de forjado revestido, que apenas aporta capacidad de control de las variaciones climáticas exteriores, tanto en retardos como en reducción de las oscilaciones, el resto se agrupa en valores que, salvo dos de ellas (C11 y C2), se encuentran relativamente alejadas de unas prestaciones deseables para una cubierta que pretenda contribuir al control del ambiente exterior.
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Figura 19. Comparación de transmitancias térmicas con desfase temporal y factor de reducción (tamaño de la burbuja).
La cubierta aislada (C11), más allá de cómo ha evolucionado hasta su funcionamiento actual, proporciona prestaciones similares a las soluciones que se aplicarán a partir de la nBE Ct-79, pero inferiores a las soluciones que serán más habituales encontrar en los siguientes periodos, fundamentalmente por disponer de menor masa y canto del forjado que las soluciones que se utilizarán a partir de los años ochenta. Las cubiertas en general, incluso el caso aislado, presentan funcionamientos dinámicos alejados de los que se proponen asociados a los requisitos actuales de eficiencia energética, y muy alejados de los conseguidos por soluciones de cubierta de muy alta eficiencia. al igual que con las soluciones de fachada, la mejor o peor adecuación de la solución constructiva de cubierta debe relacionarse con el régimen de funcionamiento (o
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aceptemos una división en zonas del gráfico basada, por un lado, en asumir un valor de retardo óptimo por encima de las 12 h, y un segundo valor —que se podría considerar aceptable— situado por encima de las 9h. por otro lado, fijar un valor de transmitancia de referencia de 1,0 W/m2K, valor habitual de la nBE Ct-79, por encima de cual se considera baja y por encima alta. podemos observar (fig. 19) que el grupo central de cerramientos de cubierta (grupo a) presenta desfases cuatro o cinco horas más pequeños que las soluciones de referencia, mientras que el factor de reducción alcanza valores no excesivamente altos (inferiores a 0,5), teniendo en cuenta la superficie de cubierta por vivienda y su grado de exposición al exterior.
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ausencia) del sistema de acondicionamiento térmico. La diferencia fundamental con las fachadas es que todas las soluciones de cubierta presentan valores similares de admitancia térmica, al disponerse de forma generalizada en estas viviendas (y en las viviendas sociales actuales) la capa soporte directamente en contacto con el ambiente interior, salvo en baños y cocinas normalmente, tan solo separada por una capa de enlucido de yeso. por tanto, la influencia de la cubierta como regulador térmico estará siempre presente, al contrario de lo que sucede en fachadas, donde la posibilidad de existencia de trasdosados o tabiques separadores de la masa térmica hacen que esta influencia de la masa quede diluida. 4.1.3. huecos
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para la evaluación de las características de los huecos es necesario dividir su estudio entre los elementos de carpintería y los vidrios. una vez determinados los parámetros correspondientes a unos y otros, los de cada hueco en su conjunto se obtienen a partir de ellos y de su factor de marco. En el caso de los huecos carece de sentido, a efectos prácticos, el uso de análisis dinámicos, ya que al ser la masa del elemento suficientemente baja y su conductividad alta, las transferencias de energía pueden ser consideradas como prácticamente instantáneas; por tanto, su comportamiento térmico puede asimilarse al propio de un régimen permanente y ser representado por el parámetro de transmitancia térmica38 u, despreciando la posible acumulación en sus masas [46].
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El parámetro de ganancia solar a través del hueco no será analizado, ya que el factor solar modificado del hueco está relacionado con el diseño de cada hueco específico, su orientación y posición en el edificio, por lo que no es viable el desarrollo de una valoración estándar, con lo que resulta necesario su análisis en cada caso concreto. Se adoptará como valor habitual de factor solar del vidrio 0,87 para vidrios menores de 4 mm, y 0,85 para vidrios de hasta 6 mm [47]. 4.1.3.1. Acristalamiento
En relación al comportamiento térmico de los vidrios, podemos adoptar un valor de transmitancia que será constante para todos ellos en el periodo, independientemente de su espesor (para los valores habituales del periodo que oscilan entre 1 y 6 mm). al presentar el vidrio de una hoja una conductividad térmica39 de λ=1 W/mK, podemos despreciar la contribución de la variación del espesor del mismo en su resistencia térmica global (que incluye las resistencias térmicas
Los valores de transmitancia serán determinados según la metodología de la norma unE En 673.1998 Vidrio en la construcción. Determinación del coeficiente de transmisión térmica, U. Método de cálculo, y las normas unE 673 a1:2001 y unE-En 673 a2:2003 Vidrio en la construcción. Determinación del coeficiente de transmisión térmica (valor U). Método de cálculo. 39 adoptaremos los valores típicos para vidrios de silicato sódico cálcico planos e incoloros, tal como se recoge en la norma unE En 572-1, 2005 Vidrio para la edificación. Productos básicos de vidrio. Vidrio de silicato sodocálcico. Parte 1: Definiciones y propiedades generales físicas y mecánicas, por ser el tipo de vidrio más empleado en la construcción, aunque podrían encontrarse otros tipos, en especial en los grupos de acristalamientos supervivientes más antiguos, aunque desde el punto de vista térmico presentarán valores muy similares. 38
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superficiales interior y exterior), que se situará alrededor de r=0,175 m2K/W, lo que da lugar a un valor práctico para la transmitancia térmica del vidrio de u=5,7 W/m2K (varía entre 5,77 W/m2K para vidrios de 1 mm y 5,68 W/m2K para vidrios de 6 mm). 4.1.3.2. Carpinterías
aunque la nBE Ct-79 establece para carpinterías de madera con vidrio simple un valor genérico de transmitancia de 5,0 W/m2K, no es posible establecer esta generalización, ya que la importante presencia de la carpintería en relación a la parte transparente modifica de forma sustancial la transmitancia del conjunto. Los elementos de carpinterías de madera suelen presentar una transmitancia del orden de 2,00 a 2,20 W/m2K y, por tanto, el conjunto obtendrá valores significativamente más bajos que el establecido por la norma de 5,0 W/m2K, dependiendo del factor de marco. Se debe destacar que, aunque este estudio pretende aportar valores de aproximación adecuados para el trabajo de planificación, cada caso específico de hueco con carpintería de madera debe ser estudiado individualmente, dada las múltiples configuraciones posibles. respecto a las carpinterías metálicas, fundamentalmente de acero, ya que en todos los casos analizados en el periodo son soluciones continuas, es decir, sin dispositivos de rotura de puente térmico, se podrá adoptar un valor de una transmitancia térmica homogéneo para todos los tipos de perfiles y carpinterías metálicas de 5,70 W/m2K [48].
4.2. caracterIzacIón de los cerramIentos de Fachada
Los tipos de cerramientos de fachada que podemos encontrar en este periodo son fundamentalmente 12. Los podemos dividir en dos grandes grupos: los cerramientos formados por una única capa constructiva junto con sus materiales de revestimiento (solid wall, según la nomenclatura anglosajona); y los cerramientos con cámara o de doble hoja (cavity wall, Ibid.). de los primeros encontramos seis ejemplos, con algunas sub-variantes, identificados como los sistemas f1 a f6: solución
hoja principal
1 pie de ladrillo (o superior) macizo o perforado
F1 F2 F3 F4 F5 F6
una Hoja
cámara aislamiento hoja interior no
no
-
½ pie de ladrillo
no
no
-
panel prefabricado de hormigón armado
no
no
-
no
no
-
tabicón de ladrillo hueco
Bloque de hormigón hueco Encofrado túnel
no
no
no
no
-
-
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4.2.1. tipos de cerramientos de fachadas y su evolución temporal
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de los segundos se han podido identificar otros seis, designados como f7 al f12: solución
hoja principal
F8 F9
1 pie
F7
F10 F11 F12
doBLE Hoja
cámara aislamiento SI
no
½ pie o citara de ladrillo
SI
no
½ pie o citara de ladrillo
SI
no
tabicón de ladrillo hueco
SI
no
½ pie o citara de ladrillo
SI
SI
SI
SI
panel prefabricado de hormigón armado
hoja interior
tabique ladrillo hueco tabique ladrillo hueco
Citara de ladrillo tabique ladrillo hueco tabique ladrillo hueco tabique ladrillo hueco
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En la figura 20 se han representado las secciones constructivas de los cerramientos predominantes en cada década del periodo de estudio,40 con el fin de poder observar la evolución y cambio de las diferentes soluciones de fachada.
Existe una clara evolución temporal, ya que los primeros cerramientos que nos encontramos son siempre de una sola hoja y fundamentalmente de fábrica de ladrillo, para a partir de mitad de los años cincuenta comenzar la aparición de las primeras cámaras de aire. En el caso de Sevilla, el primer cerramiento con cámara de aire para edificios de viviendas sociales documentado se construye en 1955, dentro del grupo de virgen del Carmen [Id.5 y 6]. El uso de este tipo de cerramiento de doble hoja es discontinuo desde su origen hasta el comienzo de los años sesenta, cuando su utilización comienza a generalizarse paulatinamente en detrimento de las soluciones sin cámara, aunque estas últimas se mantendrán en su forma tradicional: el cerramiento cerámico de una solo hoja, al menos hasta 1963. Incluso este tendrá una influencia importante dentro del parque edificatorio más moderno, con la reaparición en los años setenta de las soluciones de cerramientos de una hoja pero de hormigón, bien en su variante de paneles de hormigón, como en las viviendas de San diego y El Zodiaco, o con el uso del bloque hueco de hormigón, como en Las Letanías, La oliva o parque alcosa. resulta de interés realizar la comparación con la ciudad de Madrid, centro de la toma de decisiones dentro del proceso de construcción de viviendas en ese momento. En esta ciudad se había experimentado en el uso de cerramientos con cámara de aire en edificaciones previas a la guerra Civil, aunque su aplicación en viviendas sociales se produce durante los años cuarenta, por ejemplo, en las viviendas de usera de 1942 y en las viviendas de virgen del pilar en 1945-48 [49]. a partir de entonces, su uso es bastante común, si bien no completamente generalizado, ya que el muro de un pie (o más de un pie) se sigue utilizando con bastante frecuencia, incluso en viviendas de lujo [31]. La información sobre secciones constructivas en los proyectos de ejecución de los años cuarenta es escasa y con poco nivel de detalle, aunque sus soluciones pueden asimilarse, y ser representadas por la de los edificios iniciales de los años cincuenta.
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Figura 20. fachadas: secciones constructivas representativas por décadas (basadas en los proyectos de ejecución originales).
En la figura 21 se ha representado la distribución de frecuencia absoluta de aparición de un tipo de cerramiento, en función del número de actuaciones donde es utilizado, y su evolución temporal dentro del periodo de estudio,41 relacionado con el Hay que señalar que, si bien el índice de frecuencia de los cerramientos dominantes de los años sesenta es superior al de los años setenta, no tiene una traducción directa en la representación global de la utilización del cerramiento, ya que las actuaciones de los años setenta suelen estar constituidas por un mayor número de viviendas.
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número de actuaciones en las que se utiliza como cerramiento principal. podemos comprobar cómo desde el primer momento, hasta prácticamente el final de la década de los cincuenta, el cerramiento de fábrica de ladrillo de un pie42 es el utilizado de forma generalizada. a partir del año sesenta se sigue utilizando con cada vez menos presencia, y a partir de mitad de esa década se abandona por completo su uso.
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Figura 21. fachadas: distribución de frecuencia absoluta de aparición de los tipos de cerramiento (principales) según años del periodo.
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Entre el año 59 y el 65 se genera un periodo intermedio en el que aparecen soluciones constructivas de fachada de transición que incorporan la cámara de aire, aunque mantienen las formas tradicionales de construir. tal es el caso del cerramiento de un pie al que se le incorpora un trasdosado de tabique para generar una cámara (f7), y de otro tipo de especial singularidad que desdobla el pie de ladrillo en dos citaras paralelas con una cámara de aire intermedia (f9). Estos cerramientos de transición perviven tan solo en la parte central de los sesenta, sin que vuelvan a ser utilizados posteriormente.
Si consideramos los cerramientos f8 y f10 como miembros de una misma familia, habitualmente denominados citara, cámara y tabique, es decir, tipos de cerramiento que comparten la solución de hoja interior y la cámara de aire, variando tan solo en la configuración de la hoja exterior de medio pie de espesor, bien de ladrillo perforado o ladrillo hueco, por tanto, con comportamientos energéticos similares (aunque difieran ligeramente en su transmitancia térmica), vemos que a partir de mitad de los años sesenta es el cerramiento más utilizado ya de forma generalizada, fundamentalmente en su configuración de hoja exterior más pesada, esté revestida o no. Consideramos normalmente este cerramiento con un pie de espesor, aunque si el muro es portante lo habitual es que en la planta baja aumente su espesor hasta un pie y medio.
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En los años setenta surge con fuerza el cerramiento de bloque aligerado de hormigón (f5), utilizado en actuaciones de un número elevado de viviendas, que tendrá mucha presencia en el primer lustro de esa década, para luego dejar de ser utilizado al final del periodo. En ese momento aparecen las soluciones de fachada dotadas de capa aislante (f11 y f12), las cuales no dejan de ser una evolución lógica del sistema predominante: citara, cámara, tabique, a la que se ha añadido un panel de aislamiento dentro de la cámara. Incluso el tipo f11 no es más que una variante de esa solución, en el que se ha sustituido la hoja exterior por un panel de hormigón prefabricado. Llama la atención que en este periodo final, en el que las prestaciones energéticas han sido endurecidas significativamente —ya que estaba en vigor el decreto 1490/75—, tan solo en las actuaciones públicas se comience a utilizar el aislamiento térmico en fachadas.
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resulta de interés disponer de una visión global de la presencia de un tipo de cerramiento en el parque de viviendas que forma parte del periodo de estudio (fig. 22), así como de otras visiones detalladas por décadas en relación al número de actuaciones (fig. 23), al número de viviendas (fig. 24) y a la superficie construida (fig. 25). podemos comprobar que en la ciudad de Sevilla, el cerramiento más utilizado es el conjunto formado por el tipo f8 junto con el tipo f10 (aunque fundamentalmente el primero), si bien sus valores de representación varían en función de la ponderación aplicada. Si el uso de ambos tipos, por número de actuaciones, alcanza el 50% del parque, este valor se modera hasta practicante el 40% cuando lo relacionamos con el número de viviendas que disponen de estos cerramientos. Si establecemos la relación en términos de superficie construida, nos encontramos en una situación intermedia.
Figura 22. fachadas: presencia global del tipo de cerramiento en el parque de vivienda del periodo.
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resumen de representación de las soluciones de cerramiento de fachada en las diferentes décadas
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Figura 23. fachadas: tipo de solución de cerramiento por número de actuaciones.
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Figura 24. fachadas: tipo de solución de cerramiento por número de viviendas.
Figura 25. fachadas: tipo de solución de cerramiento por superficie construida.
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El tipo f1, cerramientos de fábrica cerámica de un pie, es el segundo en términos de actuaciones que lo han utilizado, con un valor de más del 30%. Sin embargo, al considerarlo por número de viviendas y de superficie construida, queda prácticamente parejo con los cerramientos de bloques aligerados de hormigón (f5) con un uso por encima del 20%, aunque este último tipo por número de actuaciones aparece con un valor relativamente bajo: por debajo del 5% de representación. así pues, f5 aparece en pocas actuaciones, pero con un número muy elevado de viviendas y, en general, con una superficie por vivienda algo superior al uso de cerramientos de fábrica cerámica de un pie (f1), utilizado en muchas actuaciones pero de pocas viviendas y, en general, de menor superficie construida. Esto se corresponde con los planteamientos propios de los años cincuenta sobre la vivienda ultrabarata y la vivienda mínima [50], basadas en sistemas muy tradicionales y de superficies muy reducidas [31].
El resto de cerramientos se utilizan con porcentajes claramente inferiores, casi anecdóticos a nivel de cifras globales. 4.2.2. distribución de las transmitancias de las diferentes soluciones de fachadas
Figura 26. fachadas: evolución de las transmitancias en el periodo y relación con el número de viviendas (diámetro de la burbuja). no se incluyen en estos valores de transmitancia las soluciones industrializadas mixtas del polígono Sur, ya que, si bien la hoja exterior es un panel prefabricado de hormigón, la hoja interior tras la cámara es una fábrica cerámica labrada manualmente.
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En la figura 26 se presenta cómo evolucionan las transmitancias térmicas de los cerramientos, de acuerdo a la distribución temporal de las diferentes soluciones y su frecuencia de uso. En general podemos observar que las transmitancias son elevadas respecto a los estándares actuales, ya que si consideramos que los cerramientos aislados son solo representativos del final del periodo, en general el parque de viviendas va a presentar valores que oscilan entre 1,28 W/m2K y 2,15 W/m2K en la mayor parte del grupo, y hasta 4,32 W/m2K si tomamos en cuenta las soluciones de fachadas prefabricadas,43 como pueden ser las utilizadas en El Zodiaco [Id.12] y San diego [Id.13]. dentro de los valores de transmitancia más elevados, debemos destacar también las soluciones de fábrica de bloques, debido a su amplia difusión y uso masivo, sobre todo a principio de los años setenta.
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4.2.3. Fachadas con funciones portantes
un tipo de fachada especialmente destacable es aquel que tiene funciones portantes además de cerramiento. Habitualmente los edificios que tienen este tipo de soluciones de fachada resuelven los testeros laterales con la misma solución. aunque estos no sean portantes, contribuyen a la rigidez estructural del conjunto, a la vez que generan una envolvente energética homogénea. En estos casos se resuelven igual las fachadas que los patios principales cuando estos actúan de segunda fachada, como sucede en algunos grupos de viviendas de Bami y amate. Cuando aparecen patios interiores es habitual la resolución con una hoja de menor entidad, normalmente un tabicón o medio pie (estos patios, por sus dimensiones, normalmente están insertos en el vano de una crujía, no teniendo el cerramiento función de carga).
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En los edificios con este tipo de soluciones de fachada que tienen funciones portantes y de cerramiento, resulta destacable la poca masa de los tabiques interiores en contraste con la masividad perimetral. Esto debe tenerse en cuenta cuando se realiza el análisis energético de las viviendas a partir de simulaciones de modelos generados, ya que afecta a cómo se produce el almacenamiento de calor y a cómo se distribuye. El modelo evolucionado de este tipo de edificios será una solución mixta que conste de muro portante en fachada de fábrica cerámica de un pie de espesor, con la inclusión de pilares de hormigón armado en los apoyos centrales. Esta solución normalmente está asociada a disposiciones de doble crujía, como por ejemplo en las viviendas de La Candelaria a mediados de los años cincuenta, en la zona de amate (fig. 27). aunque el sistema estructural es algo más avanzado, liberando la distribución interior, la concepción de la envolvente exterior seguirá el patrón de los sistemas con solo muros portantes.
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Figura 27. Construcción de las viviendas de La Candelaria, año 1955 (reelaboración propia basada en fotografía de la época).
4.2.4. Fachadas encintadas entre elementos estructurales
Como ya se había experimentado en Madrid [31], durante la segunda mitad de los años cincuenta aparecen tipos en los que el muro de carga pasa a disponerse de forma perpendicular a la fachada, liberando a esta de la acción portante, lo
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que va a conferirle más libertad compositiva. Consecuencia de ello es la aparición de las denominadas fachadas encintadas entre los elementos estructurales, recurso constructivo y compositivo que posteriormente se utilizará con cierta asiduidad. un ejemplo especialmente interesante de esto es la actuación de la fase 6 de Madre de dios [Id.34], quizás la intervención con más aportaciones experimentales del momento —donde se importan los nuevos tipos que en otras ciudades ya se estaban desarrollando—, no sólo con nuevos criterios compositivos, como la aparición en fachada del ritmo estructural por la presencia de los muros transversales, así como el canto del forjado que se deja visto y avanza sobre el plano de fachada (fig. 28), sino también constructivos, con el uso de soluciones más o menos tradicionales —con un pie de ladrillo— pero a la que se les incorpora una capa aislante formando un trasdosado interior en la fachada, además del uso de material aislante en la cubierta.
El uso del recurso compositivo consistente en marcar la estructura en la fachada se utilizará abundantemente durante todo el periodo, lo que autores como ros [31] definen como una apelación a la modernidad compositiva.44 Se refiere habitualmente en la memoria de los proyectos como una justificación para romper la monotonía de la fachada, como señalan arévalo y terán en las viviendas del polígono norte:45 En el tratamiento de las fachadas se ha perseguido la idea de lograr tanto una clara expresión de los elementos integrantes de la construcción como la diversidad del aspecto formal de los bloques [...]. La expresión se consigue mediante la evidencia del sistema constructivo empleado (soportes y forjados vistos), [...].
En su estudio sobre las fachadas de doble hoja en Madrid, ros hace referencia a esta influencia en la forma de componer las fachadas: «acusan la función de puro cerramiento de los muros exteriores, [...] e implican un culto a la sinceridad constructiva con un alcance tal en lo compositivo arquitectónico que la práctica mayoría de los arquitectos de calidad de la época no pudieron sustraerse a una moda que significaba modernidad técnica» [31]. 45 Memoria del proyecto de ejecución redactado por rafael arévalo y Luis Marín de terán para 1800 viviendas en el polígono norte, por encargo de la obra Sindical del Hogar y arquitectura. año 1968. 44
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Figura 28. alzado de las viviendas en Madre de dios, fase 6, año 1958 (elaboración basada en los documentos del proyecto).
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Esta decisión compositiva, independientemente de sus valores formales, habitualmente produce el aumento del riesgo de formación de puentes térmicos en las envolventes, especialmente en los frentes de forjado y en los pilares. al eliminar las capas de revestimiento en estos elementos estructurales de hormigón se va a suprimir las de mayor resistencia al paso del calor: normalmente los elementos cerámicos. Se pone en contacto directo el ambiente exterior con el elemento de hormigón armado, material que presenta una conductividad térmica alta y que dispone de poca masa acumuladora en el sentido de la trasmisión del calor.
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Estos puentes térmicos son, pues, los responsables de la aparición de superficies frías en el interior de la vivienda. Su negativo efecto no afecta tanto al balance energético como al aumento del riesgo de la aparición de áreas susceptibles de sufrir condensaciones superficiales. un ejemplo de ello lo tenemos en varias actuaciones del polígono San pablo, como los barrios a y B [Id.06 e Id.20], cuyos soportes y forjados quedan expuestos al exterior.
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Figura 29. viviendas en el Cerro del Águila.
también es habitual encontrar esta técnica compositiva a la inversa, siendo los paños de fachadas los que avanzan sobre el plano estructural, quedando el encintado estructural rehundido, siendo quizás la forma más presente. Ejemplo de soluciones de este tipo las encontramos en el polígono San pablo, barrio E [Id.24 o Id.25], y en el Cerro del Águila [Id.65] (fig. 29). o bien podemos encontrar edificios donde se marca el encuentro de la estructura con la fachada, normalmente en el canto del forjado, mediante la incorporación de un elemento ornamental sobre este último, habitualmente algún tipo de aplacado de piedra, sin que esto suponga una mejora significativa de sus cualidades térmicas. En la figura 30 se muestra la presencia de este tipo de soluciones constructivas de fachadas encintadas por la estructura en los diferentes años del periodo. Se ha
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representado en términos de porcentaje en relación a la superficie total construida del parque edificatorio. Los edificios con este tipo de fachadas van a suponer, en total, aproximadamente un 22% de la superficie construida de los edificios del periodo.
Figura 30. fachadas: presencia de cerramientos encintados por la estructura. distribución temporal (% sobre la superficie global).
La introducción de las cámaras de aire, alrededor de mediados los años cincuenta, supuso iniciar un proceso de búsqueda de nuevas soluciones constructivas de fachada, dependiendo del planteamiento estructural del edificio. Cuando se incorpora la cámara a edificios que utilizan muros de carga como sistema estructural, o configuración mixta de muros exteriores de carga y estructura intermedia de pilares de hormigón armado, habitualmente la cámara es de un espesor reducido, aplicando el tabique interior como si fuese una trasdosado del cerramiento principal. En el caso de edificios con estructura porticada, normalmente de hormigón armado, el espesor de la cámara depende de la integración de los pilares de borde con el cerramiento de forma que estos queden embebidos, ya que ese espesor normalmente se obtendrá aumentando el ancho de la cámara de aire, para evitar el uso masivo de material de cerramiento y, por tanto, un encarecimiento excesivo.46 Esto va a originar, especialmente en las primeras soluciones del periodo de estudio, cerramientos de mucho espesor, similares al de los de muros cargados.
En muchas de las primeras soluciones de fachadas de dos hojas sigue apareciendo normalmente una hoja exterior de un pie, junto con la cámara y la hoja interior,
Sin embargo, no parece tenerse en cuenta el aumento de coste asociado al consumo de superficie que producen los cerramientos de mayor espesor, reduciendo la ratio entre superficie útil de las viviendas/superficie construida, uno de los parámetros críticos en el diseño de viviendas sociales.
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4.2.5. la cámara de aire en las soluciones de fachada
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como en el plantinar o en la barriada del juncal.47 no obstante, será una solución que se irá abandonando con celeridad a favor del uso de una hoja exterior de menor espesor: la citara o medio pie de ladrillo.
pasado un periodo inicial, que podríamos denominar de transición entre las diversas soluciones, la heterogeneidad en las soluciones constructivas se va simplificando a favor de hojas exteriores de alrededor de medio pie, al principio de gran espesor aparente por la inclusión del pilar, para posteriormente asumir la presencia de los pilares como tacones dentro de la vivienda. Esta solución será la más común al final del periodo de estudio en los cerramientos con cámara, en muchos casos en un esfuerzo de simplificación constructiva y en pos de lograr la máxima superficie útil posible, llegando incluso a renunciar al trasdosado del pilar con el tabique y aplicando tan solo el enlucido de yeso como revestimiento.
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En este proceso de búsqueda de nuevas soluciones constructivas de fachada en edificios porticados que incorporen la cámara de aire entre una hoja exterior y otra interior, podemos identificar significativas afecciones energéticas, fundamentalmente asociadas a los espesores de las cámaras. El principal problema lo podemos encontrar en la pérdida de capacidad aislante cuando el espesor de la cámara aumenta por encima de un valor crítico, momento en que no solo se debilita sino que favorece el intercambio energético entre las hojas exterior e interior por la aparición de procesos de movimientos convectivos [51] [52]. Estos fenómenos son especialmente complejos de cuantificar, ya que será necesaria una aproximación individual a cada situación mediante técnicas de análisis de dinámica de fluidos, debido a los múltiples factores que intervienen en el proceso [53].
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Es interesante destacar cómo muchos de estos cerramientos, habituales en edificios de principios y mediados de los sesenta, han sido modificados posteriormente por los usuarios de las viviendas, al menos en determinadas áreas, eliminando la hoja interior e incorporando la cámara al espacio vividero, en la búsqueda de un aumento de la superficie útil de la misma. Lo podemos encontrar, por ejemplo, en las viviendas de tablada (Id. 08). Estas actuaciones, normalmente no controladas y ejecutadas de forma individual, generan un debilitamiento de la envolvente de la vivienda que no solo afecta al balance térmico de la misma, sino que aumenta significativamente el riesgo de aparición de procesos patológicos de humedades de condensación, sobre todo por concentrarse normalmente las actuaciones en cocinas y baños.
Este aspecto debe tenerse en cuenta a la hora de planificar las intervenciones en los edificios con este tipo de cerramientos, ya que deben ponerse en duda sus capacidades térmicas iniciales (aspecto de especial interés, por ejemplo, a la hora de realizar certificaciones energéticas de los mismos).
Situación similar encontramos, incluso desde la concepción de los edificios, cuando de manera local se elimina la cámara de aire y la hoja interior para dotar de mayor
En la barriada del juncal se combinan diferentes tipos de soluciones constructivas de cerramientos y estructuras, con lo que se puede encontrar tanto edificios con muros de carga como estructuras porticadas de hormigón armado; incluso se identifican algunos bloques donde se utilizan de forma combinadas fábricas cerámicas de un pie con pilares de hormigón entestados, sin la aparición de cámara de aire ni trasdosados.
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superficie útil a espacios secundarios, como fondos de armario o antepechos de terrazas. Esto va a generar zonas de debilidad térmica en el cerramiento que, aunque no tan significativas desde un punto de vista energético como las anteriores, al ser normalmente paños reducidos, va a provocar el aumento de superficies susceptibles de sufrir procesos patológicos de condensación superficial. 4.2.6. soluciones de fachada con bloques de hormigón
dentro de las soluciones de fachada alternativa a las fábricas cerámicas, aquellas que utilizan el bloque hueco de hormigón tienen una gran importancia en los edificios del periodo, en especial al final de la década de los sesenta y primera mitad de los setenta. En este momento adquiere un gran protagonismo, al utilizarse el bloque como material de cerramiento en algunas de las actuaciones más extensas del periodo (especialmente por su número de viviendas).
Esta solución de fachada se utiliza sobre todo durante la primera mitad de los años setenta, con lo que tiene un gran impacto en este periodo, especialmente al ser la solución elegida para la construcción del Parque Alcosa49 (Id.30, 31 y 32), quizás la intervención unitaria de más envergadura de todo el periodo al ejecutarse 6.391 viviendas. En ella el bloque de hormigón se utiliza en dos soluciones de fachada: como cerramiento portante dentro de los edificios de menos altura del conjunto; y solo como elemento de piel, sin función portante, en las torres, que alcanzan hasta doce plantas en algunos de sus edificios.
El bloque aligerado va a suponer una mejora en los rendimientos de la ejecución de cerramientos, así como un abaratamiento de costes, aspectos muy beneficiados en esta fase final del desarrollismo. no obstante, si bien los cerramientos con bloques ligeros de hormigón presentan un mejor comportamiento que los cerramientos con bloques macizos de hormigón —ya que están construidos con piezas alveolares con presencia de cámaras de aire ocluidas en su interior—, sus prestaciones térmicas son limitadas, en especial si las comparamos con el resto de las fábricas de mampostería. Esto se debe no solo a su menor resistencia térmica, sino también a disponer de menos capacidad de acumulación de calor y funcionar
En el proyecto reformado final de 1970 para 1.000 viviendas en el polígono Sur (Barrio de La oliva), de arévalo, arias y Balbontín, se recoge: «[…] surgió otra incidencia al llegar a la fase de cerramientos y tabiquería de las primeras viviendas, en razón de la escasa calidad del material cerámico disponible aparte de la notable escasez padecida en toda la región durante esa época.» 49 La constructora aLCoSa presentaba una amplia experiencia en el uso de los sistemas de bloques huecos de hormigón. realizó promociones de gran tamaño con sistemas similares y se convirtió durante ese periodo en una de las empresas defensoras de los sistemas más industrializados. 48
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Como podemos ver en la distribución temporal de las soluciones (fig. 22 y fig. 24 a fig. 26), no existe tradición de su uso en el primer y segundo tercio del periodo de estudio. podemos documentar su utilización en los edificios de La Oliva (Id.70) a finales de los años sesenta, dentro del polígono Sur. Estas viviendas habían sido proyectadas para ser resueltas con una solución de fachada tradicional: citara, cámara y tabique. Sin embargo, durante su construcción se decide la sustitución de esta solución de cerramiento por la de bloques de hormigón, debido a un problema de abastecimiento de material cerámico que se produce en la ciudad al final de los años de los sesenta.48
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como reductor de la onda térmica. por tanto, es un tipo de cerramiento de no mucha inercia térmica. además, hemos de añadir que cabe esperar que los comportamientos térmicos reales de estos cerramientos con bloques aligerados de hormigón sean peores de lo calculado, debido fundamentalmente a la presencia de macizados en la fábricación con mortero, necesarios para su construcción, en especial en los cerramientos cargados, así como los refuerzos de acero necesarios para su atado y para conferirle rigidez. 4.2.7. soluciones de fachada prefabricadas
La prefabricación de las viviendas aparece tardíamente en la ciudad, prácticamente al final de los años sesenta, y de forma puntual, ya que solo podemos referirnos fundamentalmente a tres intervenciones significativas desarrolladas ya en los años setenta: las viviendas de la barriada San Diego (Id.13), en su tercera fase, donde se introdujo el encofrado túnel; la promoción de El Zodiaco (Id.12), donde se utilizaron módulos integrales prefabricados; y, al final de la década de los setenta, la primera fase de la actuación de Martínez Montañez (Id.74), donde se incorporan elementos prefabricados. Si bien fueron de gran envergadura y con un número elevado de viviendas, no tuvieron continuidad en el tiempo50 ni generaron una tradición constructiva con arraigo en las formas de construir de la ciudad.
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Los principales motivos para la introducción de estos sistemas eran la reducción de los tiempos de producción y de los costos de la construcción, de forma que fuera posible producir una gran cantidad de viviendas en tiempos muy reducidos,51 y así poder satisfacer a la gran demanda de viviendas del momento.52 Como beneficio asociado se añade la búsqueda de una mejora de la seguridad laboral y la reducción de los accidentes en los procesos de ejecución.53
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Estos sistemas respondían a una vieja aspiración del sector de la construcción hacia la técnica industrial: la búsqueda de la superación de los procesos artesanales de la construcción, una vieja reclamación ya desde del movimiento moderno [54]. Sin embargo, había tenido muy poca presencia en la ciudad de Sevilla hasta este momento, a diferencia de otras áreas como, por ejemplo, el área periférica de Barcelona, ciudad quizás donde estos sistemas tuvieron una mayor presencia en todo su cinturón industrial, Bilbao y pamplona (de donde es originario el sistema de
Cabe atribuirlo en parte al proceso de crisis de la construcción y de restricción del crédito vivido a partir del año 1973 y que afectó de lleno a estas actuaciones. La empresa promotora de las actuaciones de El Zodiaco tenía previstas dos intervenciones posteriores con el mismo sistema, pero en 1977 cesó su actividad. 51 por parte de las constructoras implicadas se argumenta un mejora de los rendimientos de la producción, con una reducción del tiempo de ejecución de unos seis o siete meses [83]. Este plazo, en efecto, significa una reducción significativa, ya que el periodo habitual de ejecución se sitúa entre doce y dieciocho meses. 52 En el año 1974 se estima en 40.000 las viviendas necesarias en la ciudad según el diario aBC. 53 En este periodo final del franquismo, el desarrollismo, el sector de la construcción va a presentar una elevada conflictividad laboral y un alto índice de siniestralidad, motivado este último fundamentalmente por la afluencia al sector de muchos trabajadores no cualificados, así como unas elevadas demandas de productividad y velocidad en los procesos constructivos [84]. ante esta situación, muchas empresas constructoras deciden modificar sus procesos productivos en busca de una reducción de la mano de obra asociada. 50
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módulos prefabricados utilizado en la promoción de El Zodiaco).
La utilización de estos sistemas prefabricados, en especial los representados por las dos primeras actuaciones, suponía la posibilidad de producir un elevado número de viviendas, una vez superado un umbral mínimo de cantidad de viviendas para rentabilizar los equipos, con una reducción importante de la mano de obra. pero precisaba de la implantación de equipos y cadenas de producción con un ritmo de producción continuo y elevado para permanecer rentables. además, necesitaba de una recualificación de los técnicos y operarios, cuya ausencia, paradójicamente, en algunos casos supuso retrasos en la construcción, como ocurrió en el caso de El Zodiaco. Este tipo de soluciones lo podemos dividir en dos grupos: los sistemas industrializados puros, que serán los dos primeros, y un sistema hibridado (al menos en cuanto a la generación de la envolvente exterior). En el primer grupo nos encontramos dos casos: San diego y El Zodiaco. La primera es una promoción iniciada con sistemas tradicionales de estructura porticada y cerramientos con fábricas cerámicas, pero que, con el fin de aumentar el ritmo de la producción, se decide el cambio a una solución de encofrado túnel con hormigonado in situ. Esta solución utiliza un muro (tipo f6) de entre 10 y 15 cm de hormigón armado con funciones tanto estructurales como de cerramiento. El acabado de esta solución es pintura aplicada directamente sobre el hormigón, tanto por el exterior como por el interior, y la tabiquería se resuelve con fábrica de ladrillo. En las viviendas de El Zodiaco se utilizan, por el contrario, módulos completos tridimensionales de hormigón armado (que se corresponde con el tipo f4), con funciones también portantes y de cerramiento, así como de particiones en muchos de los casos, incluyendo las instalaciones dentro del módulo. El módulo es macizo de hormigón, con espesores que rondan los 15 cm.
El problema fundamental que presentan las soluciones de fachada prefabricadas del primer grupo corresponde a sus reducidas prestaciones de confort ambiental, debidas al uso de elementos macizos de hormigón armado sin otras capas adicionales que mejoren la resistencia térmica de los elementos de cerramiento. La alta conductividad térmica de este material, así como el poco espesor de la pared —que aporta poca masa superficial para actuar como moderador de las oscilaciones exteriores—, dan como resultado el que la envolvente aporte muy poca protección a las viviendas respecto al clima exterior.
Este comportamiento —muy habitual en la construcción de Europa central y la unión Soviética durante los años sesenta y setenta— está plenamente identificado, pero normalmente tiene como repercusión la necesidad de aportar grandes cantidades de energía para los sistemas de calefacción central. En la situación de Sevilla, donde no se instalaron sistemas de acondicionamiento térmico en las viviendas, este problema queda sin resolver, con lo que la característica de estas viviendas es la ausencia de confort, aunque la incorporación progresiva de equipos de climatización individuales la ha paliado. Estos fenómenos se ven aumentados por la falta de estanqueidad al aire que estos sistemas generan en la resolución del encuentro entre la carpintería y los elementos de fachada. Esto igualmente ha sido progresivamente
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al segundo grupo correspondería la solución híbrida empleada en las viviendas de Martínez Montañez, donde se recurre a una estructura portante de piezas planas prefabricadas de hormigón armado ensambladas en obra, sobre las que se disponen paneles de fachada prefabricados del mismo material, a los que se les dota de una cámara de aire y se añade tabiquería de ladrillo cerámico como trasdosado.
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mejorado de forma individual por los usuarios mediante la sustitución de las carpinterías (aunque esta sustitución en muchos de los casos no resolverá el problema de la estanqueidad de la junta perimetral).
una situación diferente nos encontramos con la solución híbrida en las viviendas de Martínez Montañés en el polígono Sur, ya que al generar una fachada multicapa —en este caso incluso con la adición de material aislante (tipo f11)—, aporta un cerramiento con muy buen comportamiento térmico, pasando la hoja exterior en este caso a ser simplemente una capa de protección y de aumento de la inercia, con lo que deja la función del control del flujo energético a la capa aislante. Sin embargo, el gran problema de esta solución deriva de la dificultad de resolver los encuentros con otros elementos constructivos, tales como los sistemas estructurales trasversales, donde suelen generarse zonas de puente térmico y perdida de estanqueidad (al menos al aire, tanto del cerramiento como de la cámara), y sobre todo con las ventanas, ya que se le asigna a los marcos de la carpintería la función de resolver la junta con el cerramiento, sin que aparezca una pieza de jamba ni de vuelta del panel de hormigón, por lo que es muy habitual la penetración de agua atmosférica, así como una baja estanqueidad al aire cuando se aplican estas soluciones constructivas.
todas estas cuestiones y problema asociados, así como la dificultad de la transmisión de las técnicas a los agentes de la construcción, dan lugar a que ya no tengan réplica en actuaciones posteriores, y que su presencia en el parque sea reducida. un ejemplo es lo sucedido en Martínez Montañés, donde en la segunda fase de 800 viviendas, que se ejecuta con posterioridad, se abandona el sistema y se retorna a otros más convencionales de estructura de pórticos in situ de hormigón armado y cerramientos de fábricas cerámicas.
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4.2.8. los materiales aislantes en las soluciones de fachada
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La presencia de capas específicas de material aislante térmico54 en las soluciones constructivas es prácticamente inexistente, de manera general, hasta prácticamente el final de los años setenta, que es cuando se comienza a utilizarlo como material de relleno de cámaras de aire en los cerramientos de doble hoja. La solución empleada es la introducción de paneles aislantes en esas cámaras —fundamentalmente poliestireno expandido en planchas rígidas (EpS)— y el principal exponente de esta solución es el proyecto de 800 + 424 viviendas en la barriada de Martínez Montañés (Id. 74 y 75). Las soluciones f11 y f12 son fiel exponente de estas soluciones que utilizan el aislamiento de forma extensiva en la fachada. debemos reseñar una actuación singular y experimental previa (década de los sesenta), con la introducción de materiales con intencionalidad aislante en la actuación de 760 viviendas en Madre de dios (Id.34). Sobre una solución de fachada de fábrica de un pie, se añade un material asimilable a un aislamiento térmico: el panel de madera-cemento Durisol55 (fig. 31) que, sin alcanzar los parámetros que definen a
Entenderemos como materiales de aislamiento térmico aquellos con una conductividad λ < 0,08 W/mK, según unE-En ISo 9251:1996 [70]. 55 paneles de partículas de cemento o madera-cemento de alta densidad. El modelo durisol fue comercializado por la empresa durISoL ag, de Suiza, a través de su filial española durisol S.a.E. Los valores de conductividad térmica del panel durisol han sido asimilados a los de su sucesor, el tablero duripanel con λ=0,35 W/mK, fabricado a partir de 1974, de características muy similares. 54
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los materiales aislantes, su conductividad térmica es, aproximadamente, 0,35 W/mK. Gracias a esta solución, presenta una de las envolventes con mejor comportamiento energético de la época.
Figura 31. Reproducción de un anuncio del material Durisol en los sesenta.
4.2.9. Soluciones de fachada de tipo secundario
Figura 32. Soluciones híbridas de fachada en las viviendas de El Tiro de Línea (elaboración basada en los documentos del proyecto. Estas viviendas se denominan «El Tiro de Línea»).
A pesar de ello, se ha considerado necesario caracterizarlos dentro del estudio ya que, en muchos casos, forman parte de la envolvente de viviendas junto con cerramientos principales muy masivos, como fábricas de un pie, por lo que dan lugar a un importante debilitamiento de esa envolvente, con lo que causan heterogeneidades del comportamiento térmico entre locales de la misma vivienda, así como zonas de especial riesgo de formación de condensación superficial.
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Algunas de las soluciones constructivas contempladas en este estudio están presentes en los edificios del periodo, pero no como soluciones principales de la envolvente del edificio, sino como cerramientos de tipo secundario, principalmente para el cierre de paramentos abiertos a galerías o lavaderos en contacto con el exterior (fig. 32) o terrazas (fig. 33). Es el caso de las soluciones F2 y F3.
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Figura 33. Envolvente híbrida en viviendas en el polígono San pablo, Barrio C (elaboración basada en los documentos del proyecto).
4.2.10. los revestimientos exteriores en las soluciones de fachada
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otro aspecto de importancia es la identificación de la existencia de revestimientos continuos por el exterior sobre determinadas soluciones de fachada, en relación a las soluciones que prescinden de este, fundamentalmente las fachadas a cara vista, aunque también utilizaremos la designación de soluciones desnudas o sin revestir para los paneles de hormigón armado de los sistemas industrializados.
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Figura 34. fachadas: distribución de la presencia de revestimiento continuo exterior (% porcentaje absoluto del año).
En la figura 34 se representa la distribución anual del uso de revestimientos, expresados en relación al total de superficie construida de viviendas de cada año. podemos observar que inicialmente todas las fachadas que se ejecutan están dotadas de un revestimiento continuo exterior, normalmente un mortero de cemento. Las soluciones sin revestimiento no aparecen hasta el principio de los años sesenta, ganando poco a poco presencia en las soluciones de fachada. Incluso a finales de la década
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de los sesenta y en los setenta, una gran parte de las soluciones de fachada se ejecutan sin revestimiento exterior. globalmente podemos establecer que, en términos de superficie construida, existe una mayoría de edificios resueltos con revestimiento continuo exterior: aproximadamente un 70% de la muestra del periodo de estudio, y el 30% restante de la muestra se resuelve con cerramientos sin ningún tipo de revestimiento exterior. El conocimiento de la presencia de este revestimiento es de importancia, ya que, por un lado, va a tener repercusión en la evaluación de la impermeabilidad de la fachada frente al agua atmosférica —generalmente las fachadas revestidas son más resistentes a las agentes exteriores que los acabados a cara vista— especialmente si tenemos en cuenta la diversidad de procedencias del material cerámico durante el periodo, así como la desigualdad de los controles de calidad sobre el material a lo largo del mismo y, por otro, en el tipo de solución aplicable dentro de un proceso de intervención energética, ya que la ausencia de revestimientos continuos supone un importante condicionante, puesto que las principales soluciones de intervención en la fachada son técnicas de aislamiento por el exterior, y su aplicación va a afectar a su fisionomía y composición original. 4.3. caracterIzacIón de las cubIertas
previamente al análisis de las cubiertas del periodo de estudio, es importante conocer su repercusión sobre el grupo general de viviendas. Es comúnmente aceptado que para los bloques de viviendas, y en especial para los más modernos, la repercusión de la cubierta sobre el general de las viviendas suele ser relativamente baja, es decir, su influencia en el balance energético es habitualmente poco significativa [4]. pero este argumento es aplicable a viviendas con cubiertas aisladas y normalmente con una repercusión de viviendas bajo cubierta relativamente pequeña. para conocer la influencia real de las cubiertas en el periodo de estudio, así como el número de viviendas sociales directamente afectadas del parque de este periodo, se ha realizado un análisis del número de viviendas que se ubican directamente bajo cubierta y su peso en el general de cada actuación. Estos datos se representan en la figura 35.
de su análisis derivamos que, si bien existe una tendencia a la reducción de la cantidad de viviendas bajo cubierta desde el comienzo del periodo hacia el final del mismo, pasando aproximadamente de un valor representativo de un 30% en los años cuarenta, hasta un 18% en la década de los sesenta (fig. 37), se produce un ligero repunte: hasta el 20%, en la década de los setenta.
a lo largo del periodo de estudio, en un importante número de grupos de viviendas se va a mantener alta la repercusión de aquellas que están bajo cubierta, con valores por encima del 25% (fig. 36). En sentido contrario, encontramos edificios muy compactos (edificios en altura) donde esa repercusión desciende incluso a valores cercanos al 7%, principalmente en la década de los sesenta, años en los que esa repercusión de las viviendas bajo cubierta respecto del total alcanza valores mínimos en el periodo. En los setenta asciende ligeramente debido a una mayor presencia de edificios de viviendas de baja o media altura y forma parte de actuaciones extensivas,
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4.3.1. repercusión de las viviendas bajo cubierta en el total
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como Las Letanías y parque alcosa. En cualquier caso, a lo largo del periodo de estudio se produce una dispersión elevada respecto a los valores centrales, especialmente en las dos últimas décadas.
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Figura 35. distribución por años del periodo del porcentaje de viviendas bajo cubierta.
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Figura 36. porcentaje global por décadas de viviendas bajo cubierta.
por tanto, podemos destacar que en la mayoría de las décadas la presencia de viviendas bajo cubierta es significativamente mayor que la existente en la actualidad, con un cómputo global en torno al 20% del total, es decir, una de cada cinco viviendas (fig. 36). Esta presencia significativa, unido al uso de sistemas de cubiertas con poca resistencia térmica y, en general, inercias relativamente bajas, hace necesario la identificación y caracterización de los diferentes tipos de soluciones de cubierta por su especial responsabilidad tanto en el flujo energético del edificio, como en el mantenimiento de las condiciones ambientales interiores.
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4.3.2. evolución temporal de las soluciones de cubierta
Se ha realizado un análisis de frecuencias con objeto de poder conocer las soluciones de cubiertas adoptadas a lo largo del periodo de estudio y su evolución temporal. En la figura 37 se muestra el resultado de este análisis.
Figura 37. Cubiertas: distribución de frecuencias absolutas de los tipos de cubierta por años del periodo.
El ejemplo más patente de esta situación es la solución de cubierta C1, que queda reducida a su mínima expresión constructiva, aplicando la solería de acabado sobre la capa soporte con un mínimo relleno para la formación de la pendiente. Esta solución, aunque es muy económica, va a presentar muy bajas prestaciones desde el punto de vista térmico (elevada transmitancia y muy poca inercia térmica y factor de reducción). además, será muy proclive a sufrir habitualmente problemas de filtraciones de agua, tanto por su escasa pendiente como por la carencia de capas que asuman la función de impermeabilización. El uso de esta solución está limitado a finales de los años cuarenta (casi el 50% de las viviendas) y parte de los cincuenta (no alcanza el 5% de las viviendas de este década), coincidiendo con el desarrollo de las viviendas más económicas de todo el periodo. posteriormente se abandonaría su uso.
Esta solución es pronto sustituida por cubiertas más complejas y con mejores capacidad de alcanzar las prestaciones, principalmente el sistema tradicional de construcción de azoteas a la andaluza en diferentes variantes, fundamentalmente por el uso, o no, de solería perdida y, posteriormente, la incorporación de láminas impermeabilizantes. Este tipo de azotea se incorpora a la construcción de viviendas sociales al final
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podemos observar cómo las primeras actuaciones utilizan la solución de cubierta inclinada (C11), quizás por ser el sistema más tradicional y con un buen funcionamiento frente a la radiación solar, siempre que se resuelva adecuadamente su ventilación. aunque este tipo se utiliza en el 35% de las viviendas de la década de los cuarenta, su uso se centra en los primeros años del periodo. posteriormente, su mayor coste, consumo de materiales y complejidad de construcción hacen que esta solución sea paulatinamente sustituida en los siguientes años por soluciones más simples, con el objetivo de abaratar y acelerar el proceso constructivo.
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de los años cuarenta y se mantiene en uso de forma continuada hasta el final del periodo de estudio, con lo que en valores globales es la solución más utilizada para la resolución de las cubiertas en la década de los cincuenta, con el 65% de las viviendas, y siendo prácticamente la solución única de cubierta en los años sesenta. al final del periodo mantiene su presencia pero, su uso —que ahora pasa al 40% de las viviendas— es menor que en la solución de cubierta inclinada56.
a principio de los años sesenta comienza a utilizarse, aunque inicialmente de forma limitada, una variante de las azoteas a la andaluza, donde se sustituyen los rellenos clásicos de escoria y carbonilla por morteros y hormigones celulares (C5, C6 y C7). no obstante, la mayor confianza en los sistemas habitualmente utilizados, además de una más sencilla puesta en obra en función de los usos y costumbres habituales en el sector de la construcción, hacen que el uso de esta solución no llegue a superar el 5% de las viviendas del periodo. Las azoteas a la catalana (C9) aparecen esporádicamente en el parque de viviendas, fundamentalmente en los años cincuenta y principios de los sesenta, pero sin una continuidad en su uso. aunque desde las instancias técnicas la consideren como la solución más adaptada a nuestro clima, su mayor complejidad y consumo de mano de obra en su resolución son las principales causas de que otras soluciones más habituales sean preferidas.
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al final del periodo aparece con fuerza de nuevo el uso de las cubiertas inclinadas, que está presente en alguna de las actuaciones de mayor tamaño de la ciudad, como las viviendas de alcosa y las actuaciones de Martínez Montañés en el polígono Sur.
Como podemos ver en la figura 38, la cubierta más utilizada es la C2, es decir, la azotea a la andaluza con solería perdida, pero presentando una gran diferencia en función de la ponderación, ya que si bien es la que se utiliza en más actuaciones, con más del 35% de las intervenciones que afectan a más del 30% de las viviendas, no es la solución con mayor superficie construida repercutida, ya que se reduce al 25% del total. Es la solución de cubierta inclinada (C11) la que tiene mayor presencia en superficie construida: por encima del 30%, aun contando con un número pequeño de actuaciones, debido al número muy elevado de viviendas de las mismas. El tercer grupo predominante (C3, C4, C6 y C7) lo conforman las azoteas a la andaluza que incorporan láminas impermeabilizantes, que se van a situar entre el 15% y el 20% de uso en el parque. Estas últimas, si bien no presentan diferencias energéticas significativas con el tipo C2, deben ser diferenciadas debido a la modificación de las condiciones higrotérmicas internas producidas por la presencia de esas láminas impermeabilizantes.
En resumen, la familia de soluciones a la andaluza con rellenos de carbonilla supone la mayoría del parque construido: cerca del 60% de la superficie acumulada, lo que contrasta con una presencia limitada de esas soluciones de azoteas pero con rellenos celulares, que no superan el 5 %. La segunda solución globalmente más utilizada es la cubierta inclinada, con un 27% del total de la superficie construida del parque.
El sistema de relleno mediante carbonilla tiene una especial difusión en la zona, de manera que incluso en la actualidad sigue siendo uno de los sistemas preferidos para la formación de pendientes en las actuaciones de menor tamaño, en especial en las zonas rurales.
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Figura 38. Cubiertas: presencia global del tipo de cubierta en el parque de viviendas del periodo.
4.3.3. materiales aislantes en las soluciones de cubierta
Se ha documentado un caso singular de incorporación de material aislante en las viviendas de la sexta fase de la actuación de Madre de dios, construidas en 1960 (Id. 34), donde se importan técnicas y soluciones utilizados por la oSHa en áreas más frías, insertando una capa de material aislante bajo la formación de pendiente, concretamente un panel de fibra de vidrio (fig. 39). En estos mismos edificios de viviendas también se incorpora una interesante solución de trasdosado aislante en la fachada, tal como se detalló en el apartado 4.2.8.
Figura 39. Cubierta aislada en las viviendas de Madre de dios, fase 6 (elaboración basada en los documentos del proyecto).
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El periodo se caracteriza globalmente por una ausencia en el uso de materiales aislantes específicos, confiando la capacidad de control térmico a las capas que constituyen la solución de cubierta, fundamentalmente la naturaleza de la capa de relleno y su adecuado espesor, lo que, unido a su resistencia térmica, va a aportar la capacidad de reducción de la oscilación térmica por acumulación de calor.
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4.3.4. transmitancias térmicas de las soluciones de cubierta
En general, los parámetros energéticos analizados de las cubiertas han de ser tomados como aproximaciones teóricas, por lo que se debe asumir la posibilidad de que se produzcan significativas desviaciones de los valores de esos parámetros respecto de los reales. Esto se debe tanto al heterogéneo origen de los materiales —en especial durante las dos primeras décadas del periodo, con una gran cantidad de ellos preparados a pie de obra y sin un control regularizado de sus calidades— como a los diferentes espesores posibles en su aplicación y puesta en obra, que pueden diferir de los proyectados. Igualmente cabe esperar la presencia de debilidades térmicas localizadas en diferentes elementos: de contención de pendientes, limas y otro tipos de soluciones de encuentros.
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En general, las transmitancias térmicas de las cubiertas del periodo son altas, pero normalmente algo inferiores a las de los cerramientos de fachada. La transmitancia media57 de la cubierta más habitual es de 1,23 W/m2K ± 0,27 (en este caso van a coincidir la moda y la mediana estadística), debido fundamentalmente al papel de la capa de relleno de carbonilla, siempre que el espesor sea el adecuado. no obstante, podemos encontrar valores extremos, como 2,35 W/m2K de las cubiertas tipo C1, que apenas tienen capa de relleno, por un lado, y 0,66 W/m2K en las singulares soluciones de cubierta con aislamiento térmico específico (C10), por otro.
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al contrario que con los cerramientos de fachada, las transmitancias del grupo no van a ir disminuyendo paulatinamente en el tiempo a lo largo del periodo de estudio, sino que, tras el primer descenso que se produce cuando se deja de usar la solución de cubierta que apenas tiene capa de relleno (C1), los valores de la transmitancia adoptan sus valores más bajos (exceptuando el caso singular de la cubierta aislada) cuando la azotea a la andaluza con de capa relleno de carbonilla y habitualmente solería perdida (C2), y sus variantes, se hacen predominantes. Cuando posteriormente la capa de relleno de carbonilla se sustituye por hormigón celular, la transmitancia aumenta significativamente. por tanto, podemos hablar, en contra de lo que cabría suponer, de un empeoramiento de las capacidades térmicas de las cubiertas desde las soluciones más antiguas, a excepción de los sistemas C1, a las más modernas.
Es necesario hacer mención a la distinción entre cubiertas frías y calientes, ya que en las cubiertas no solo se produce una transmisión de calor por conducción y convección con el aire exterior, sino que, y de una manera muy importante, también hay una incidencia de la radicación solar sobre el plano de cubierta. aunque, dada la climatología de la zona, sería adecuado el uso de cubiertas frías o ventiladas, no existe realmente una tradición constructiva sobre cubiertas aireadas, con lo que se ha preferido normalmente la cubierta maciza por su menor complejidad constructiva.
En las figuras 40, 41 y 42 se ofrece un resumen de los valores generales de la presencia de las soluciones de cubierta distribuidas por décadas, para un mejor entendimiento de su influencia en cada periodo. Las cubiertas planas presentan un espesor variable de su capa de relleno. debido a que es la capa que en este tipo de soluciones tiene más capacidad de influir en la resistencia térmica, debemos considerar su espesor medio, aunque esa transmitancia variará según las zonas de la cubierta. para las cubiertas con cámara de aire esta consideración puede no tenerse en cuenta.
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resumen de la representación de las soluciones de cubierta en las diferentes décadas
Figura 41. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por número de viviendas.
Figura 42. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por superficie construida (%).
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Figura 40. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por número de actuaciones.
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4.4. caracterIzacIón de los huecos
un aspecto crucial de la envolvente de los edificios de viviendas de este periodo será el sistema de huecos en fachada, fundamentalmente ventanas, aunque encontraremos puertas de balcón y terraza, ya que si bien su superficie no suele ser muy alta y, en conjunto, habitualmente oscila entre el 10% y el 25% de la superficie de la fachada, tanto su baja resistencia térmica como su prácticamente nula inercia térmica generan significativos y rápidos flujos térmicos a través de estas superficies de la envolvente. a ello hay que añadir que son elementos que normalmente permiten la transmisión de una gran parte de la radiación solar incidente, tanto en verano como en invierno, y, en consecuencia, la captación y acumulación de calor en las superficies interiores de la vivienda, a diferencia de los cerramientos opacos que almacenan esta energía en su propia masa, externamente a los volúmenes ocupados. por tanto, nos encontramos con uno de los elementos básicos en el comportamiento energético de la vivienda.
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pese a todo esto, podemos constatar que durante el periodo que corresponde a este estudio, a diferencia de lo ocurre sobre los elementos opacos de la envolvente, no existe una regulación específica (cuantitativa) sobre los huecos, más allá de referencias geométricas, tal y como se describe en el apartado 4.8 de este documento. Esta situación siempre fue reconocida como una carencia en las ordenanzas del Inv por parte de sus responsables, que no llegó a ser resuelta pese a los diversos intentos para su incorporación en la normativa, en especial por parte de fonseca58. Sobre este aspecto parece existir una percepción de las limitaciones y capacidades del sector en relación al problema, asumiendo su difícil resolución:
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parece más sencillo, más fácil de comprobar y más beneficioso para los promotores, los usuarios y, en definitiva, el país, que lo que se limite con ordenanza sea el porcentaje de superficie de huecos, poniéndonos en lo peor y suponiendo que valdrán poca cosa como aislantes59 [las ventanas] [55].
Este hecho se ve reflejado en la escasa información que los propios proyectos de los edificios de este periodo aportan sobre los huecos. En general, apenas se mencionan los tipos de acristalamientos y carpinterías, apareciendo en la mayoría de los casos tan solo alguna referencia a los mismos dentro del capítulo de mediciones (v.g. acristalamiento sobre carpintería metálica).
un hecho a destacar es que muchos de los edificios estudiados han sufrido mayoritariamente procesos de renovación de sus ventanas, en ocasiones sucesivos, encontrándonos en algunas viviendas con la tercera o cuarta generación de ventanas desde las iniciales. resulta poco habitual, en especial en las promociones más antiguas, encontrar las ventanas originales. otro aspecto significativo es que esta renovación no suele haberse producido de forma general y ordenada en el edifico, sino que se
58 En el primer Seminario de viviendas del Inv, celebrado del 8 al 13 de junio de 1964, la ponencia principal del seminario, presentada por fonseca como jefe del departamento de construcciones del Inv, planteó, entre otros muchos temas, la necesidad de definir un «aislamiento térmico exigible» a los huecos, asociado a una «superficie máxima autorizada» de los mismos para cada zona climática [55]. 59 Cursiva para énfasis añadido.
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ha ido realizando habitualmente como acciones individuales de cada usuario de la vivienda, siendo muy excepcional que existan renovaciones de los huecos del edificio de manera integral,60 lo que ha llevado a una importante heterogeneidad en la situación actual de las ventanas de estos edificios, así como de su imagen exterior (fig. 43).
El proceso evolutivo de los huecos podemos identificarlo como uno prácticamente generalizado en el parque del periodo, en el que, tanto las carpinterías de madera como las de acero, fueron sustituidas normalmente por carpinterías básicas de aluminio y lunas simples durante las décadas de los ochenta y noventa, fundamentalmente por motivos como deformaciones, dificultades de operación, deterioro general y, casi habitualmente, falta de estanqueidad, incorporándose en algunos casos una doble ventana (también de aluminio y vidrio simple), normalmente con objetivos de aislamiento acústico (fig. 44).
a partir de finales de los años noventa y hasta la actualidad, se produce una segunda oleada de renovaciones de sistemas de huecos, potenciada en la última década por los programas de subvenciones públicas para la mejora energética,61 muy orientada a la mejora de las condiciones térmicas y al ahorro de energía. En este periodo
dentro de estas actuaciones integrales de rehabilitación de ventanas, podría destacarse la intervención de rehabilitación energética y de reparación que la administración pública andaluza está realizando en distintas bloques pertenecientes a la barriada de Martínez Montañés, tanto del grupo 624 (Id.74) como del grupo de 800 viviendas (Id.75). junto con otras actuaciones (en algunos casos se rellenan las cámaras con material aislante), se procede a la sustitución general de las ventanas existentes por otras con carpintería de aluminio con rotura de puente térmico y vidrios dobles con cámara de aire (tipo 4-6-4). 61 Mediante la promulgación de la Orden de 4 de Febrero 2009 de Incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía y sus sucesoras, han existido sucesivos programas que han financiado la intervención energética en los edificios, siendo la sustitución de ventanas uno de sus procedimientos más demandados y utilizados por los usuarios privados (junto con la incorporación de sistemas de calentamiento de agua sanitaria mediante energía solar para las viviendas unifamiliares). 60
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Figura 43. viviendas de La Barzola (1942).
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se produce una incorporación muy extendida de vidrios dobles con cámara y carpinterías de aluminio principalmente (con y sin rotura de puente térmico), aunque también pueden encontrarse ocasionalmente carpinterías de pvC.
Figura 44. residencial Santa aurelia (1973).
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ante esta situación, no es posible establecer un panorama detallado de la composición de los huecos del parque en el momento actual, debido a su dispersión y múltiples modificaciones individuales no controladas, al contrario que con los cerramientos opacos, los cuales permanecen en su mayoría inalterados, salvo modificaciones o reparaciones puntuales.
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otro aspecto a reseñar es la evolución igualmente estocástica e individualizada en unidades de vivienda, y no en el edificio, de operaciones de cerramiento en terrazas y balcones. Estos procesos, muy comunes en este tipo de parque, se producen normalmente, sin control técnico, por los usuarios del edificio, con soluciones múltiples y diferentes en cada caso (fig. 44). pese a estas consideraciones previas, resulta de interés poder establecer la definición y distribución de los sistemas de construcción de las ventanas del periodo, tanto por necesidad de conocimiento del proceso evolutivo de los huecos de estos edificios, como para diseñar planes de intervención homogéneos en el caso de actuaciones integrales de renovación. Estas no solo deberían estar orientadas a la mejora de las condiciones energéticas de los bloques, sino también a recuperar su imagen y mejorar su presencia a escala urbana. de forma complementaria, en el apartado 4.7 de este estudio se analiza el grado de renovación y procesos de sustitución de los huecos en el parque de viviendas.
un aspecto fundamental será la evolución de las dimensiones de los huecos de las ventanas, sobre todo su ancho, así como la relación de la parte hueca con el tamaño de la ventana. Inicialmente las ventanas van a limitar su ancho, fundamentalmente para evitar el uso de cargaderos y elementos resistentes en el hueco, especialmente importantes en los edificios dotados de muros de carga. asimismo, la necesidad de limitar el consumo de materiales especiales, en este caso la madera y el acero de las carpinterías, contribuye a esta limitación de las dimensiones, además de ser un aspecto fundamental para el control climático, tal como declara fonseca en 1942: […] hemos reducido, sobre todo —y esto ha sido una verdadera lucha contra el espíritu que había antes— la superficie de ventanas [56].
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Conforme avanza el periodo y, en especial, cuando los cerramientos comienzan a aligerarse y a perder su función portante, las dimensiones de los huecos empiezan a liberalizarse y se tiende a aumentar su superficie en las fachadas.
El II plan nacional de la vivienda, a partir del año 1956, trata de normalizar y regularizar el uso de las ventanas, dentro de un intento de homogeneizar y establecer tipos para la construcción de viviendas, con objeto de lograr un abaratamiento en su proceso constructivo y agilizar su rapidez. para ello establece unos modelos-tipo de ventana (tabla 20) con unas dimensiones predefinidas.62 no obstante, pronto se demostró la complejidad de llevar a cabo este planteamiento y, aunque sirvió para establecer unas dimensiones habituales utilizadas como referencia, no llegó a existir una normalización generalizada de los huecos. taBLa 20 dimensiones estandarizadas para las ventanas del II plan nacional de Vivienda modelo
dimensiones (m)
tipo II
1,00x1x20
tipo III
0,60x1,00 1,50x1,20
Es interesante destacar que, en este momento de intento de normalización, queda abierta la elección de los materiales para la construcción de las ventanas, frente a procesos previos de adquisición de ventanas en los que se establecía la madera como material para la construcción de las mismas.63 por tanto, queda supeditada a la propuesta que hagan las empresas industriales, teniendo las diferentes opciones que competir en costes. En todo caso deben ser imputrescibles, indeformables y herméticas. deben estar dotadas de elementos de oscurecimiento, bien persianas o tapaluces, y estos deben ser suministrados con el elemento ventana. aunque al final del periodo, en especial en las viviendas desarrolladas por la iniciativa privada, se observa un aumento de las dimensiones de las ventanas y huecos, normalmente serán similares a las incluidas en el catálogo del Inv, como, por ejemplo, podemos comprobar en las viviendas desarrolladas por la oSHa durante los años sesenta en el polígono de San pablo. En la figura 45 podemos comprobar una evolución de los tipos de ventana durante el periodo de estudio. El otro gran aspecto dimensional de las ventanas, muy relacionado con el tipo de vidrio y sus capacidades mecánicas, así como con la carpintería utilizada, es la relación de la parte transparente con el tamaño del hueco. analizado un conjunto de
En agosto de 1956 el Inv convocó un concurso para la adquisición de más de 200.000 ventanas para el II plan nacional de vivienda según esta normalización. 63 Como ejemplo podemos señalar que los concursos de adquisición de ventanas celebrados en 1951 para Málaga, y en 1953 para las viviendas en Carabanchel (Madrid), establecían forzosamente ventanas de madera, concretamente Pino Soria o Valsaín (de 2a) para el caso de Madrid. 62
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tipo I
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muestras de ventanas de las diferentes décadas del periodo, se ha podido obtener una relación habitual en función del tipo de carpintería utilizada, que es representada en la tabla 21.
% vidrio/Hueco
taBLa 21 Ventanas: factor de relación entre porción transparente de la ventana y superficie del hueco
Metálica (H1) 75%
40
Madera (H2)
20-30%
Metálica (H1) 75%
50
carpinterías
Madera (H2) 35%
Metálica (H1) 85%
60
Madera (H2) 50%
Metálica (H1) 82%
70
Madera(H2)
no identificada
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podemos comprobar cómo las primeras ventanas del periodo, aunque con algunas excepciones, suelen ser bastante opacas, con una superficie transparente muy reducida, en especial para las ventanas con carpintería de madera (las más habituales en los años cuarenta), con relaciones en torno al 30% de la superficie total del hueco. Esta proporción va aumentando hasta los años sesenta, cuando alcanza un valor aproximado del 50% para este mismo tipo de carpintería. En las carpintería metálicas, aunque en las primeras décadas del periodo la proporción de la superficie transparente es alta en comparación con la madera: en torno al 75% de la superficie del hueco, la utilización de vidrios de mayor espesor va a permitir un menor uso de elementos parteluces, hasta llegar a las ventanas en las que la carpintería se va a limitar a un único marco sin elementos intermedios, llegando al 82% de presencia de la parte transparente.
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El nivel de estanquedidad al aire ligado a la envolvente va a ser un factor de gran importancia, relacionado tanto con el tipo de huecos como con su dimensión. Si bien debe ser objeto de trabajos específicos que amplíen la carecterización de la permeabilidad al aire de las envolventes de este periodo, los análisis y pruebas iniciales realizados sobre determinados casos de estudio reflejan un nivel de permebilidad al aire menor que el que cabría esperar inicialmente [57], obteniéndose tasas de infiltraciones que, aunque con fluctuaciones entre edificios, presentan valores estacionales por debajo 0,5 h-1 , incluso alcanzando valores de 0,24 h-1, los cuales son en general inferiores a los habituales en edificaciones más modernas,64 donde estos valores suelen situarse entre 0,5 y 1 h-1. dado el uso mayoritario de ventanas en edificios del periodo de estudio sin clasificación de permeabilidad o con mucha antigüedad, podemos asociar estos bajos valores, por un lado, a la menores supercificies de huecos respecto a edificios más actuales, y, por otro, a la ausencia de cajón de persiana (o la disposición independiente de este cuando aparece), lo que minimiza las vías de paso habituales del aire en la fachada.
El procedimiento de Calificación Energética, según el real decreto 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios, establece como elemento de referencia para edificios actuales un valor de 0,63 (h-1) asignado a la ventilación y de 2 m3/h m2 (para una diferencia de presiones de 4 pa) a través de los elementos opacos de la envolvente de edificios actuales diseñados bajo el CtE. 64
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Figura 45. ventanas representativas de cada periodo temporal, soluciones metálicas y de madera (detalles basados en los proyectos de ejecución originales).
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4.4.1. acristalamiento
durante los años estudiados, dentro del conjunto de huecos podemos establecer que no existen de origen acristalamientos aislantes,65 ni sistemas de dobles ventanas, limitándose a soluciones de acristalamientos de una hoja de diferentes espesores. El vidrio armado (codificado como 6) se ha podido constatar que es introducido como un acristalamiento secundario, es decir, complementario a acristalamientos transparentes. Concretamente se ha identificado su uso como vidrio de seguridad en ventanales desde el suelo, cubriendo la parte inferior, siendo el paño superior transparente. Ejemplo de esta aplicación lo encontramos en la fase Iv del Barrio B de San pablo [Id.18] (fig. 46).
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Figura 46. Sección constructiva del proyecto de viviendas del polígono San pablo, Barrio B (elaboración basada en los documentos del proyecto).
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dentro de la distribución temporal de las soluciones, podemos observar una clara evolución hacia el aumento de los espesores de los vidrios, partiendo de vidrios muy delgados en la década de los cuarenta, cuando prácticamente sólo se utiliza el vidrio sencillo, lo que se corresponde con la época de escasez de materiales de construcción, así como con su dependencia de procesos industriales, que en ese momento no están disponibles. Esto deriva en ventanas muy fragmentadas con soluciones de cuarterones, dada la fragilidad de este vidrio.
aunque a nivel térmico no a van presentar grandes diferencias respecto a los vidrios de las siguientes décadas, serán soluciones con muy pobre aislamiento acústico. por el contrario, la necesidad de utilizar vidrios de pequeño tamaño y la importante presencia de la carpintería, fundamentalmente de madera en este periodo, darán como resultado huecos con buenos comportamientos térmicos generales en comparación con los de las siguientes décadas, como, por ejemplo, las viviendas de las actuaciones de Los remedios [Id.07].66 Entenderemos como tal aquellos acristalamientos que están formados por un conjunto de, al menos, dos vidrios paralelos y una cámara de aire estanca en una unidad constructiva. 66 aunque la norma nBE Ct-79 establece para ventanas de madera con vidrio simple un valor genérico de transmitancia de 5,0 W/m2K, no es posible establecer esta generalización. La importante presencia de la carpintería en relación a la parte transparente modifica de forma sustancial la transmitancia del conjunto, ya que los elementos de carpinterías de madera suelen presentar valores de u en el entorno de 2 a 2,2 W/m2K y, por tanto, el conjunto obtendrá valores significativamente más bajos. Cada caso específico deber ser estudiado individualmente. 65
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En la década de los cincuenta, aunque sigue existiendo un predominio del vidrio más delgado, comienza a utilizarse el vidrio doble, marcando una evolución hacia vidrios de mayor grosor. Las ventanas contienen paños acristalados de mayor tamaño, produciéndose la desaparición paulatina de los cuarterones de las ventanas.
En las dos últimas décadas se utiliza fundamentalmente los vidrios dobles y semidobles, apareciendo estos últimos en aquellas promociones con mayores ajustes de costes, como puede ser el caso de las diferentes promociones de alcosa67 [Id.30-32]. podemos observar cómo en este momento los huecos presentan ya grandes paños de cristal con una carpintería cada vez más estilizada y con menor presencia. durante los años setenta comienza a aparecer en las promociones de mayor calidad constructiva, como rochelambert [Id.59 y 60] y altair-trebol [Id. 61], el vidrio de mayor espesor, tipo media luna o cristanina de 6 mm, que sin embargo no se utiliza de forma global (fundamentalmente por su mayor coste), reservándose para la resolución de paños grandes de cristal, como pueden ser las puertas acristaladas a las terrazas o los huecos de mayores dimensiones de los salones. Esto va a provocar que, desde el punto de vista térmico, existan paños de grandes dimensiones con elementos que tienen poca resistencia al paso del calor, potenciado por el uso generalizado de carpinterías metálicas, lo que sitúa de manera general el valor de la transmitancia de los huecos de este periodo (con carpinterías metálicas)68 en valores comprendidos entre 5,7 y 5,8 W/m2K.
En el periodo de estudio se van a identificar fundamentalmente dos tipos principales de carpinterías, las de madera y las de perfil de acero. Sobre estos dos tipos de materiales, se va ir produciendo paulatinamente una simplificación del diseño de la carpintería, pasando de sistemas con presencia masiva de la perfilería en ambos materiales, fruto fundamentalmente de las limitaciones dimensionales de los primero vidrios utilizados (de pequeño espesor), a carpinterías más esbeltas en las que se va a ir desmaterializando la presencia de su perfilería (fig. 47). En el periodo inicial podemos encontrar sobre todo carpinterías de bastidor de madera, en las que se utilizan normalmente secciones de 80/90 mm, con acristalamiento de una hoja, sin juntas y con los vidrios tomados con masilla. a partir de los años sesenta hasta el final del periodo de estudio, las secciones de madera se estilizan a valores habituales de 45 mm, continuando con el vidrio de una hoja, en muchos casos carentes de juntas de goma.69 La madera más utilizada es la de pino, normalmente de tipo nacional, aunque los proyectos de los años cuarenta y cincuenta suelen ser mucho más inespecíficos, llegando solo a identificar el material como madera. Hacía el final del periodo de estudio, la mayor parte de las carpinterías utilizan ya la denominación de Pino Llama la atención que en un momento tan tardío como 1972 se utilice el vidrio semidoble por motivos de ahorro de costes, sobre todo porque aparece en edificios en torre con ocho plantas. 68 Esta simplificación sí puede aplicarse para los marcos metálicos, ya que su transmitancia es similar a la del vidrio y, por tanto, el factor de marco no es apenas influyente en términos de transmitancia térmica. 69 Se identifican problemas habituales de permeabilidad en las ventanas de madera construidas en los años setenta [76]. 67
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4.4.2. carpinterías
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Soria. resulta interesante notar cómo existe la práctica habitual, en especial durante los cuarenta y cincuenta, de establecer una distribución de las calidades de los materiales: maderas de 1a y 2a categoría, en función del tipo de vivienda (v.g. El Cano; Id.82).
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Figura 47. Carpintería de madera en viviendas de los remedios.
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El uso de la madera va a comenzar siendo una necesidad, debido tanto a la carestía de materiales del momento, como a la restricción de acceso a los materiales de tipo estratégico para el país como el acero, lo que hace que, junto con el menor nivel de industrialización requerido para su construcción y menor especialización requerida del taller, la mayoría de las intervenciones del momento se decanten por la madera como opción lógica para la realización de los elementos de carpintería. aunque esta será la tónica de las dos primeras décadas, también podemos encontrar ejemplos de interés donde se utiliza el acero en la carpintería, tanto por necesidades constructivas como por el diseño y las capacidades mecánicas requeridas.
Figura 48. Carpintería metálica en la Colonia Santa Bárbara.
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resumen de la representación de las soluciones de carpintería en las diferentes décadas
Figura 50. ventanas: tipos de carpintería por número de viviendas.
Figura 51. ventanas: tipos de carpintería por superficie construida.
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Figura 49. ventanas: tipos de carpintería por actuaciones.
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posteriormente, con la mejora de la situación económica y el requipamiento de los servicios industriales de la construcción, se irá adoptando la carpintería metálica como opción de primera elección, aportando mayor libertad de diseño en los huecos. fundamentalmente se utilizará el acero, bien mediante perfiles laminados o conformados en frío, de 34 mm habitualmente (fig. 48).
analizada la utilización de las dos opciones para las diferentes décadas y en el global del parque, se ha representado el grado de utilización de uno y otro material de carpintería en relación al número de actuaciones (fig. 49), al número de viviendas (fig. 50) y a la superficie construida (fig. 51), expresando en todos los casos los porcentajes por décadas y en el global del periodo.
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podemos observar cómo la madera es el material utilizado fundamentalmente en las viviendas de los años cuarenta y cincuenta, con un 80% de las viviendas dotadas de ellas en el primer caso (fig. 50). aunque la identificación original arroja un valor cercano al 60 %, se estima que sea mayor dado el importante número de viviendas en las que no ha sido posible identificar el tipo de carpintería original por falta de información o gran alteración del edificio, pero que, dada la época, cabe suponer que pueda atribuirse a ventanas con carpintería de madera. En los años sesenta se aprecia un cambio general en el uso de los materiales, pasando las carpinterías metálicas a utilizarse en prácticamente el 70% de las viviendas, porcentaje que permanece similar en la última década. globalmente, podemos establecer que originalmente alrededor del 55% de las viviendas fueron dotadas de ventanas con carpinterías metálicas, y prácticamente el 40% con carpinterías de madera, porcentaje este último que puede ser algo superior, dada la existencia de casi un 7% de la muestra donde no se ha podido identificar el tipo de carpintería inicial.
100
valores y conclusiones similares pueden ser extraídos si realizamos el análisis en función de la superficie construida (fig. 51) o en función del número de actuaciones (fig. 50), con porcentajes algo superiores globalmente de las carpinterías metálicas cuando se efectúa este último análisis, ya que la mayor parte de ellas se concentran en las dos últimas décadas. 4.5. caracterIzacIón morFológIca y tIpológIca 4.5.1. dimensiones de la vivienda
del análisis del grupo de viviendas que componen el estudio se han podido extraer sus parámetros más representativos. Entre ellos, quizás el más determinante, además de las soluciones de su envolvente, es la superficie construida de la vivienda. Este parámetro es clave para el conocimiento de las viviendas, ya que, junto a la necesidad de la caracterización regional por motivos historiográficos, va a tener una repercusión crítica en la planificación de las intervenciones futuras. Esto será especialmente relevante para aquellos tipos de viviendas con superficies más reducidas, ya que este hecho limita su funcionalidad futura, incluso tras un proceso de rehabilitación. Los resultados del análisis de la evolución anual de la superficie construida de las viviendas, en el periodo de estudio, han sido representados en la figura 52. podemos observar cómo a principio de los años cuarenta se parte de viviendas con superficies comprendidas entre 57 y 88 m2, para posteriormente ir reduciendo su superficie
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hasta programas mínimos en la mitad del periodo. a finales de los cuarenta y principio de los cincuenta es cuando el tipo de la vivienda social sufre el mayor ajuste de superficie debido a las circunstancias económicas reinantes, que alcanzan su peor momento durante la España de principios de los cincuenta [58], en coincidencia con una alza de los costes de los materiales y la mano de obra, así como una falta de financiación, momento que considera Sambricio como «[…] el segundo gran quiebro de la política de vivienda” [59].
Como consecuencia de estas circunstancias, y para poder reactivar la construcción de viviendas con una demanda que continúa en ascenso durante este periodo, se produce un proceso de reflexión sobre los tipos arquitectónicos de la vivienda social, sus programas y técnicas constructivas, partiendo del texto «Estudio sobre la vivienda económica en España» de ricardo Bastida, ponencia fundacional del proceso de cambio tipológico [60], así como los recogidos en los trabajos de Cámara [61] y giralt [62], aparte de los propios de fonseca.
todo este proceso va a derivar en la propuesta desde el Inv de un modelo mínimo de 42 m2 para un programa completo [50] [63] que, si bien diseñado inicialmente para los poblados dirigidos, se va a extrapolar a otros tipos de actuaciones del momento. Este modelo será el habitual en las intervenciones de nuevas barriadas que se van a generar en la zona este de Sevilla. El diseño del modelo y sus dimensiones, así como la necesidad de reducir los costes al mínimo, tendrán igualmente una repercusión clara en sus sistemas constructivos, imponiéndose los muros de carga y con limitaciones en torno a los 4 metros de luz para los forjados70. a partir de 1954, se definen oficialmente las viviendas de tipo social (con superficie inferior a 42 m2) a cargo del Inv, dentro del plan de viviendas de tipo Social, las viviendas de renta mínima (superficie comprendida entre 35 y 52 m2) y las viviendas de renta reducida (superficie entre 64 y 100 m2), propias del plan Sindical de la vivienda francisco franco por parte de la oSHa. ambos planes fueron desarrollados en paralelo. La orden de 12 de julio de 1955, en su ordenanza 20, establece las superficies mínimas a contemplar. En la ordenanza 31 limita las luces máximas por debajo de 4,50 m, recomienda los módulos inferiores de 4,20 m y el consumo de acero para los forjados.
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Figura 52. Evolución de la superficie construida de las viviendas durante el periodo de estudio (años).
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a partir de este periodo valle, podemos comprobar que se produce una recuperación de la superficie construida de las viviendas, que podemos asociar a la aparición, a partir del año 1961, del III plan nacional de vivienda y, sobre todo, de la Ley de viviendas de protección oficial de 1969. En la mencionada figura 52 podemos observar cómo en este momento aparecen las viviendas de mayor tamaño dentro del grupo de viviendas sociales, en especial un número significativo de viviendas para familias numerosas realizadas durante los años sesenta en el polígono San pablo, las cuales llegan a superar los 150 m2 de superficie construida. aunque este tamaño es poco habitual dentro de las viviendas sociales, las mantenemos dentro del grupo de estudio tanto por sus destinatarios originales como por su situación en la ciudad. durante la década de los setenta, como final del periodo, las viviendas que encontramos presentan superficies más agrupadas alrededor del valor de 90 m2, correspondiendo las viviendas de mayor tamaño a actuaciones de vivienda privada y las de menor tamaño a las realizadas por la administración, en este caso, en algunas de las últimas viviendas del polígono Sur.
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Figura 53. gráfico de cuantiles para la superficie construida (m2) de las viviendas.
Con los datos obtenidos del grupo de estudio, y con objeto de poder aportar herramientas adecuadas para la planificación y análisis de las viviendas del periodo, se ha realizado un análisis de probabilidad, generando un perfil de distribución y de probabilidad acumulada de las viviendas de encontrarse por debajo de una determinada superficie construida. Este análisis se muestra en el gráfico de cuantiles de la figura 53.
Si analizamos el conjunto del parque de viviendas de ese periodo, observamos que la vivienda promedio presenta 76,91 m2, siendo la vivienda que más presencia tiene en la población (moda estadística) la de 66,41 m2. Esta aparente desviación entre el promedio y la vivienda más habitual se produce por la presencia de las viviendas para familias numerosas señaladas anteriormente. aunque es posible encontrar viviendas con superficies construidas comprendidas entre 45 m2 y 168 m2, la mayor parte de las viviendas del periodo se sitúan en una horquilla entre 52 y 105 m2. 4.5.2. compacidad relativa de los edificios: consumo de suelo y altura de los edificios de vivienda
Si realizamos un análisis de la relación entre la superficie ocupada de los edificios de vivienda y el número de estas últimas, obtenemos una medida de su compacidad, parámetro de especial interés para la intervención energética, ya que, a menor valor
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de este parámetro, existirá en general una menor superficie de envolvente exterior asociada a cada vivienda y, por el contrario, para valores mayores existirá una mayor superficie de intercambio con el exterior. Este indicador de compacidad va a estar muy relacionado con el tamaño de las viviendas, sus sistemas constructivos (en especial el uso de muros de carga, o no) y, sobre todo, la altura de los edificios. a través de la muestra estudiada, se ha desarrollado un modelo de ajuste para su aplicación al parque de viviendas, donde se recoge el comportamiento previsto de la población de edificios durante el periodo estudiado. Este modelo se representa en la figura 54.
podemos observar que la superficie de ocupación de suelo por vivienda evoluciona paulatinamente desde valores entre 20 y 25 m2 por vivienda durante los primeros años cuarenta (con una cierta desviación al final de la década debido a la irrupción de las viviendas de renta limitada para clase media), hacia ratios mucho más bajos, llegando al principio de los años sesenta a valores representativos de 13 m2/vivienda, incluso con edificios donde esa relación se reduce hasta repercusiones cercanas 6 m2/vivienda. Esto nos indica la presencia de viviendas no solo de muy pequeño tamaño, sino con configuraciones muy compactadas, con apenas espacios comunes.
Figura 55. Evolución del número de plantas durante el periodo de estudio.
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Figura 54. gráfica del modelo ajustado temporal de la relación entre superficie ocupada (m2) y el número de viviendas.
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paralelamente, se ha generado un análisis de la evolución de la altura típica de los edificios, expresada en número de plantas, con objeto de facilitar la comparación entre periodos y su evolución en el tiempo (fig. 55). Se puede observar una línea de tendencia del grupo con un ascenso ininterrumpido a lo largo del periodo, lo que indica que se parte al principio de los años cuarenta con una altura limitada y, conforme se van incorporando los nuevos sistemas constructivos y los nuevo tipos arquitectónicos, existe una tendencia al incremento general de alturas, con objeto de reducir el consumo de suelo en el periodo final.
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En la primera parte del periodo se erigieron edificios de baja o media altura, pero a mitad de los sesenta la representación queda repartida, aproximadamente, a la mitad entre edificios de baja-media altura y en altura. respecto al periodo completo, podemos afirmar que fundamentalmente se diseñaron edificios de mediana altura, representado un 74% de las actuaciones realizadas.
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no obstante, hay que señalar que, a partir del principio de los años sesenta, se produce un aumento de la dispersión del número de alturas, coexistiendo edificios muy altos en torre (inusuales hasta ahora en la ciudad) con tipos arquitectónicos de poca altura. Esto es consecuencia de dos aproximaciones diferentes al problema de la rentabilidad de la actuación: por un lado, la opción asociada al polígono, con aprovechamiento máximo del suelo mediante el uso de sistemas constructivos más avanzados: estructuras de hormigón en altura, como en el Polígono San Pablo en sus múltiples edificios en torre (Id. 15, 17, 18, 22, 23, 24 y 27), sistemas metálicos, como el utilizado en Pedro Salvador (Id. 80), y pantallas de hormigón o encofrado túnel, como se utiliza en la barriada de San Diego (Id. 13); por otro, un planteamiento más clásico para conseguir la economía de la intervención, con edificios de alturas limitadas que van a permitir el uso de sistemas constructivos sencillos y más tradicionales, normalmente manteniendo sistemas de muros de carga, como los utilizados en las viviendas de cuatro plantas del Parque Alcosa (Id. 30), o sistemas porticados de hormigón armado pero que reproducen esquemas propios de la construcción anterior, como ocurre en la actuación de Las Letanías (Id. 74). Estas últimas se van a producir en áreas que, aunque estén incluidas a veces dentro de desarrollos tipo polígono, utilizan ocupaciones extensivas del territorio, más propias de actuaciones de la década anterior. 4.5.3. caracterización de las tipologías arquitectónicas de los edificios
aunque se han podido identificar hasta once morfologías diferentes de los edificios de viviendas del periodo, podemos agruparlas básicamente en tres: los modelos lineales, los basados en el bloque en H y un resto de configuraciones más singulares. para una mejor comprensión de la caracterización tipológica del parque, se ha realizado un primer análisis sobre la presencia de estos tres grupos por décadas y en el total del periodo (fig. 56), para posteriormente proceder a un análisis más detallado por morfología específica y su presencia relativa (figs. 57 y 58). afrontamos el análisis mediante dos enfoques: uno primero que valora la presencia de una tipología arquitectónica en función de su representación, es decir, por el número de veces que aparece en el global de las actuaciones (por proyectos de vivienda acometidos), lo que llamaremos presencia aparente. Esta valoración es representativa de las formas de intervenir en la ciudad y, en especial, de su evolución temporal. Sin embargo, este acercamiento queda sesgado al efectuar la comparación asignando previamente igual peso a promociones de tamaño y número de viviendas
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muy diferentes. por ello, se adopta un segundo enfoque que realiza una ponderación por número de viviendas y superficie construida, el cual denominaremos presencia real, ya que nos permitirá conocer cuáles son las tipologías con mayor presencia real en la ciudad.
Figura 56. Evolución de los grupos tipológicos por décadas. población global de edificios del periodo.
Si analizamos el parque en función de su representación real, podremos conocer cuál ha sido el impacto de las diferentes tipologías en la conformación de la ciudad. Los datos han sido recogidos en la figura 56.b: análisis por el número de viviendas, y en la figura 56.c: análisis por superficie construida. podemos observar que ambas tipologías, bloques lineales y bloques en H, se encuentran bastante igualadas en cuanto a presencia en la ciudad, siendo la más representativa por superficie construida el bloque en H, alcanzando casi los tres millones y medio de los metros cuadrados construidos en la ciudad, seguida de los bloques lineales que pasan de los tres millones; Sin embargo, esta valoración se invierte, aunque de forma menos marcada, si la relacionamos con el número de viviendas, siendo las formas asociadas a los bloques lineales quienes acumulan un mayor número de ellas, superando en ambos casos las cuarenta mil viviendas. El resto de tipos tiene una presencia real mucho menor, aunque no es despreciable, con casi doce mil viviendas y por encima de los ochocientos mil metros cuadrados construidos. al realizar un análisis más pormenorizado, como el recogido en las figuras 57 y 58, referido el primero a la relación con el número de viviendas y el segundo con la superficie construida, podemos observar que el resto de tipologías se va a repartir entre: la manzana cerrada, tipología que, si bien aparece como una de las primeras en ser utilizadas, pierde presencia a lo largo del tiempo, para no superar la primera
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La presencia aparente de las diferentes tipologías arquitectónicas y su evolución temporal se recogen en la figura 56.a: análisis por actuaciones. podemos comprobar que las más representativas, por este orden, son el bloque lineal, en sus diferentes configuraciones, con algo menos de la mitad de las actuaciones (44%) de todo el periodo, y las basadas en el bloque en H con un acumulado entre las tipologías puras y derivadas, algo menor que las lineales (42,5%). El resto de intervenciones no clasificables en estos dos grupos supone un 13,5% en el total del periodo, especialmente acumulado en las dos últimas décadas.
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mitad de los años sesenta; el bloque en C, cuya utilización se circunscribe a los años cincuenta; y la torre que, junto con las formas en t y X, surgen a principios de los años sesenta.
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Figura 57. porcentaje de representación de tipologías respecto al número de viviendas. periodo total y repercutido por décadas.
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Figura 58. porcentaje de representación de tipologías respecto a la superficie construida. periodo total y repercutido por décadas.
La tipología en torre en ambos casos (por superficie construida y por número de viviendas) se encuentra por debajo del tercio del total, suponiendo alrededor del 27% de las viviendas del periodo, pero alcanzando el 30% de la superficie construida. por tanto, las viviendas en altura van a presentar superficies mayores que las de altura media. por el contrario, las viviendas más humildes, asociadas a tipos de superficie menores, se han desarrollado fundamentalmente en edificios de alturas medias o bajas. Similar reflexión podemos hacer respecto a la adopción de la conformación lineal frente al bloque en H: la primera está más asociada a viviendas de menor
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tamaño, mientras que la segunda es una propuesta más acorde a viviendas de superficies superiores.
observados estos datos de forma global, la distribución que nos encontramos en Sevilla es coherente con el proceso evolutivo de la construcción de vivienda en España, y que se traslada a la ciudad de una manera muy directa. Inicialmente hay un predominio de tipologías más tradicionales y que, si bien son compatibles con sistemas constructivos más modernos, son las más adecuadas para la aplicación de las técnicas constructivas tradicionales, en especial los muros de carga como sistema estructural principal. En el análisis temporal, podemos comprobar que la manzana es la tipología que domina con claridad la primera década, al estilo del plan Bidagor para Madrid, para dejar paso en la siguiente década a la tipología lineal, la más utilizada durante los años cincuenta, de nuevo en un proceso paralelo al de la ciudad de Madrid [64]. Las nuevas tipologías van apareciendo durante los cincuenta, asociadas a los cambios de la reglamentación, fundamentalmente del reglamento de viviendas de renta Limitada de 1955, así como de las instrucciones de Cabrero, que postergan los tipos más tradicionales a favor de nuevos modelos más higiénicos y con mejor rendimiento constructivo. aparecen así las configuraciones en C, t, X y, sobre todo, el bloque en H.
aunque tradicionalmente se considera que las configuraciones en H dominan las dos últimas décadas del periodo [25], en especial la última, en el caso de Sevilla la distribución se encuentra muy igualada, e incluso, aunque por un escaso margen, existen más viviendas asociadas a tipos lineales, normalmente las de menor tamaño, siendo mayor la superficie de viviendas de bloque en H para el final del periodo. 4.6. proteccIón hIstórIca y urbanÍstIca
Como resultado de su valor arquitectónico e interés tipológico, algunas de las edificaciones del estudio han sido catalogadas como figuras de protección dentro del vigente plan general de ordenación urbana de Sevilla,71 las cuales son recogidas en la tabla 22. Este aspecto es de relevancia, ya que, sin ser la protección una generalidad dentro del parque, existe un grupo de viviendas que es significativo en la cultura arquitectónica de la ciudad.
plan general de ordenación urbanística de Sevilla, aprobado por resolución de la Consejera de obras públicas y transportes de la junta de andalucía de 19 de julio de 2.006.
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La liberalización del proceso de promoción de la vivienda social, al final de los cincuenta, y la aprobación del III plan nacional de vivienda permitieron la incorporación de los tipos en altura para mejorar la rentabilidad de las actuaciones. aunque este tipo de edificios va a tener una presencia muy importante a partir de su aparición en la década de los sesenta, podemos comprobar en ambos enfoques de análisis que no se hará de ellos un uso mayoritario, estando concentrada las actuaciones de este tipo arquitectónico en los polígonos de desarrollo y grandes barriadas promovidas por la iniciativa privada, pudiéndose apreciar una tendencia de aumento a la vez que la tipología lineal va retrocediendo hacia el final de periodo de estudio.
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taBLa 22 grupos de viviendas con protección patrimonial
nombre del grupo de viviendas
código
año construcción
década
no de viviendas
superficie const. (m2)
El Tardón
3
1952
50
280
19.320
El Tardón El Tardón
Virgen del Carmen Virgen del Carmen Pirotecnia
Diez mandamientos
2 4 5 6
44 47
1952 1952 1955 1955 1956 1964
50 50 50 50 50 60
1180 485 300 336 310 300
89.377 35.172 25.050 20.790 14.633 29.855
desde el punto de vista de su peso en el parque edificatorio, podemos establecer que su número es relativamente reducido, abarcando dentro del grupo de estudio a siete actuaciones, fundamentalmente de los años cincuenta y primeros sesenta. El número de viviendas afectado es de 3.191 viviendas, lo que supone alrededor del 3,50% del parque total estudiado.Estos edificios han sido definidos como pertenecientes al grupo C de protección, es decir, de protección parcial (grado 1 según el plan); en concreto, se encuentran dentro del subgrupo casas de pisos del siglo XIX y XX. Esta catalogación reconoce que, sin alcanzar valores de monumentalidad, aportan características arquitectónicas singulares, valor histórico y de tipo formal que deben ser preservados.
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Las actuaciones permitidas dentro de este nivel de protección son las siguientes:
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– Conservación, acondicionamiento, restauración y consolidación.
– reforma interior que no altere el sistema estructural, la composición espacial, las fachadas y los tipos de cubierta. – reforma interior que pueda modificar parcialmente el sistema estructural y la composición espacial, conservando las fachadas y los tipos de cubierta.
La presencia de figuras de protección para algunas viviendas del periodo va a condicionar las posibilidades de las futuras intervenciones de mejora energética, al estar limitadas las opciones de modificación de sus elementos exteriores; de ahí la importancia de tener en cuenta estos factores a la hora de proyectar políticas de intervención general en el parque. 4.7. grado de modIFIcacIón de la enVolVente energétIca
Se ha realizado un análisis de las modificaciones de la envolvente energética del edificio. Se recogen aquellas que alteran su comportamiento y que tienen repercusión sobre el balance energético del edificio, como la sustitución de ventanas, la incorporación de materiales aislantes en las fachadas y cubiertas, o bien la sustitución de estas. no se han incorporado las actuaciones de reparación, en especial las tendentes a
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resolver problemas de filtración de agua, ya que, si bien son importantes en el uso del edificio, no van a tener una repercusión significativa desde el punto de vista energético.
Se ha generado una clasificación específica que se representa en la tabla 23. Se establecen cinco grados de modificación, tanto por el objeto de la intervención: sustitución de ventanas o modificación de la cubierta y de la fachada (incorporación de aislamiento), como por el alcance de la actuación, diferenciando entre aquellas de carácter generalizado o individualizado, es decir, acometida como parte de un proyecto único de rehabilitación energética, o realizada de forma independiente por cada usuario de la vivienda. Cuando en una promoción se interviene sobre varios elementos, se suman los códigos. taBLa 23 grados de intervención y modificación en la envolvente edificatoria
grado
tipo de intervención
tipo de acción
I
Existen algunas sustituciones de los huecos
actuaciones individuales
III
Sustitución integral de todos los huecos.
actuación unitaria controlada
Modificación de la fachada
actuación unitaria controlada
nd II
Iv v
no existen datos
prácticamente todas los huecos sustituidos Modificación de la cubierta
actuaciones individuales
actuación unitaria controlada
Las actuaciones han sido estudiadas analizando su repercusión en relación al número de actuaciones del grupo de estudio, representando los resultados globales en la figura 59. de este análisis podemos comprobar que prácticamente todas las actuaciones han sufrido algún grado de alteración de su envolvente, fundamentalmente un proceso generalizado de sustitución de las ventanas y sistemas de huecos en la totalidad del parque (habitualmente con la incorporación de persianas diferentes a los sistemas de oscurecimiento existentes). por tanto, no encontramos en el grupo de estudio edificios en su estado original completo.
Figura 59. distribución global del grado de intervención en relación con las actuaciones (porcentaje del parque).
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para establecer la diferencia entre los grupos de grado I y II, se ha adoptado el criterio de distinguir entre aquellas actuaciones donde se han sustituido más o menos la mitad de sus ventanas originales. para entenderse como una actuación unitaria ésta debe responder a la presencia de un proyecto técnico de intervención en el edificio, más allá de una operación de reparación.
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al contrario de lo que cabría esperar, dada la antigüedad de muchos edificios, apenas hay intervenciones que hayan supuesto modificación del grado de aislamiento de fachadas y cubiertas, más allá de algunas intervenciones particulares en el interior de las viviendas.
En general, las escasas actuaciones de gran alcance hasta ahora realizadas, o con ejecución prevista, se han limitado a intervenciones de la administración pública dentro de su parque en propiedad. Entre estas pueden destacarse, por su carácter piloto, las previstas dentro del polígono Sur, con la rehabilitación integral y energética en un primer edificio del grupo Martínez Montañez [Id. 75], y otra actuación de menor alcance también en el grupo de Martínez Montañez [Id. 74 y 75], ya que se limita a ventanas y cubiertas. 4.8. caracterIzacIón normatIVa
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El periodo estudiado se clasifica normalmente como previo a la primera norma general, y de obligado cumplimiento, sobre condiciones térmicas en los edificios, la nBE Ct-79, donde se establecía una limitación a la capacidad de transferencia energética de la envolvente edificatoria. no obstante, en el periodo de estudio, se promulgan diversas instrucciones y ordenanzas reguladoras que incidían en la cualidad protectora de la envolvente de los edificios de viviendas, herederas de las primeras leyes de Casas Baratas,72 aunque con diferente grado de cumplimiento.
110
Las primeras regulaciones en materia de vivienda, puestas en marcha a través de la inicial junta administrativa de Casas Baratas y Económicas, en 1938, que posteriormente se convertirá en el Instituto nacional de viviendas (Inv), manifiestan desde el inicio una preocupación por el comportamiento térmico de las fachadas de las viviendas amparadas por el estado. Sin una cuantificación definida, sí aparecen directrices sobre relaciones de hueco y macizo en las fachadas con objeto de controlar las pérdidas de calor a través de estas, en un primer momento a través de directrices internas [31], para posteriormente ser recogidas en las ordenanzas del Inv. En ese momento la principal preocupación es el mantenimiento de condiciones soportables durante el invierno, dada la ausencia casi generalizada de instalaciones de calefacción y el estado de pobreza energética en el que se vivía.
En el inicio del periodo de estudio no encontramos regulaciones específicas con valores cuantitativos sobre la capacidad de transmisión de calor de los cerramientos de las viviendas, pero sí hay constancia de la preocupación de establecer tipos asociados a zonas regionales de la península, principalmente para la vivienda rural unifamiliar,73 aunque finalmente se opta por la búsqueda de soluciones constructivas que pudieran ser normalizadas y extendidas a todo el territorio, y a contextos urbanos, por motivos de economía constructiva [65]. En el reglamento de Condiciones técnicas Constructivas de Casas Baratas de 1922 aparecen las primeras referencias a condiciones de higiene en las viviendas, y en las sucesivas leyes de 1925, 1927 y 1935 se establece la responsabilidad de los cerramientos de proporcionar condiciones de salubridad y protección contra la humedad. 73 El Concurso para viviendas rurales de 1939 convocado por el Inv, con fonseca como director, plantea la búsqueda de soluciones para las distintas comarcas y regiones naturales, con tipos de montaña, llano, sierra, huerta, costa mediterránea y litoral atlántico, tomando como base los trabajos realizados por el propio fonseca en el concurso de 1935 sobre la vivienda rural [74] [78]. 72
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En estos momentos iniciales del periodo de estudio, la regulación de aquellos aspectos específicos asociados con la construcción de la vivienda queda establecida en el reglamento para la ejecución de la Ley 19 de abril de 1939 sobre viviendas protegidas y normas y ordenanzas oficiales para su construcción, así como en el reglamento de régimen Interno del Inv, de fecha 29 de enero de 1941, donde se establecen soluciones constructivas válidas para viviendas que se acojan al régimen de amparo. de manera general, para el caso de Sevilla, se fija como solución prototípica el muro de fábrica de un asta (un pie)74 y se limita la superficie de los huecos de fachada a 2/5 de la superficie de la misma, dada la debilidad térmica del hueco, dejando abierta la posibilidad de utilizar técnicas alternativas para el cumplimiento de este requisito de «aislamiento térmico».
Esta solución de muro de carga y cerramiento será la adoptada por el Inv y el resto de organizaciones como el sistema prototípico durante este periodo inicial, dada su rápida ejecución y sencillez constructiva, así como las capacidades técnicas de los obreros y los medios de producción disponibles. Sin embargo, la orden de 29 de febrero de 1.944, por la que se establecen las condiciones higiénicas mínimas que han de reunir las viviendas, aunque recoge la necesidad de proporcionar adecuados niveles de aislamiento térmico,76 no llega a cuantificar valores objetivos. Lo mismo sucede con la modificación del decreto de 1948 para las viviendas bonificadas, que deja al estado del arte habitual la adopción de soluciones constructivas,77 siendo su única afección al aspecto ambiental la aplicación del estándar de dimensión mínima del hueco de 1/10 de la superficie de la habitación, por motivos de higiene y ventilación. La primera regulación cuantitativa de las condiciones técnicas y constructivas de las viviendas se producirá con la promulgación de la Ley de viviendas de rentas Limitadas de 15 de julio de 1954, que llevará asociado el desarrollo de las ordenanzas técnicas y normas constructivas de 12 de julio de 1955. derogando
reglamento para la ejecución de la Ley 19 de abril de 1939 sobre viviendas protegidas y normas y ordenanzas oficiales para su construcción. Establece los siguientes requisitos para los muros de ladrillo: «[el muro de ladrillo] se autoriza siempre, pero con los siguientes espesores mínimos: a. Muros exteriores o de carga de I asta. B. Medianería sin carga ni entrega de elementos de madera de media asta». 75 valores teóricos caracterizados según las bases de datos de materiales de la norma nBE Ct-79. 76 artículo 14 de la orden: En todo edificio destinado a viviendas, por el tipo de construcción adoptado y materiales empleados, se asegurará el aislamiento de la humedad en muros y suelo, así como el aislamiento térmico para protegerlo de los rigores de las temperaturas extremas propias de la región en que está emplazado. 77 arts. quinto y sexto del decreto ley de 19 de noviembre de 1948, por el que se modifica la Ley de 25 de noviembre de 1944 sobre viviendas bonificadas: «[…] construcción mediante materiales y sistemas usualmente tenidos por buenos». 74
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En la década de los cuarenta predomina en la ciudad como solución constructiva de fachada casi única el muro de carga o de cerramiento de fábrica de ladrillo, con espesores entre un pie y un pie y medio, fundamentalmente de ladrillo macizo. Los valores esperables de su transmitancia térmica se van a situar en torno a 1,81 y 1,99 W/m2K para fábricas de un pie de espesor de ladrillo perforado y macizo, respectivamente75 [tipo que denominamos f1], aunque con un factor alto de incertidumbre, dada la heterogeneidad tanto de la composición del material como del proceso de cocción y fabricación de las piezas cerámicas.
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todas las disposiciones anteriores en materia de vivienda, va a establecer los requisitos técnicos generales a utilizar en las viviendas sociales, incluyendo la tipificación de materiales permitidos, condiciones de diseño, normalización y racionalización de los materiales, así como el establecimiento de modo obligatorio78, para todas las viviendas de tipo social o subvencionada, de unos valores máximos para la transmitancia de las fachadas y cubiertas.
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En estas ordenanzas y normas constructivas se mantiene la dimensión mínima de los huecos, que ya estableció la orden de 1944, y se establece que el espesor de los muros de cerramiento estará determinado por su garantía de estabilidad y su aislamiento térmico (parte quinta, normas constructivas: ordenanza 2), quedando recogido de forma explícita la posibilidad de utilizar ladrillos cerámicos, bloques de mortero de cemento y paredes de hormigón en masa y armados, debiendo en todo caso asegurar el adecuado aislamiento térmico.
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En su parte sexta, normas sanitarias, la ordenanza 8 establece unos valores máximos de conductibilidad79 para los cerramientos, en relación a una aún muy gruesa zonificación climática, con dos únicas zonas para el territorio español, quedando englobada Sevilla dentro de la zona II (la más común en la península), determinándose unos valores máximos de transmitancia de 2,1 W/m2K para cerramientos verticales y de 2,9 W/m2K para cubiertas. resulta de interés resaltar que la propia ordenanza establece que estos valores se obtendrán mediante el espesor del muro en los cerramientos verticales y mediante la selección de materiales y el uso de aislamiento térmico para las cubiertas. no parece contemplarse, pues, la posibilidad del uso de materiales aislantes en fachadas como medida adecuada, confiándose en el uso de un material homogéneo de un cierto espesor. Matizando esta ordenanza, desde la jefatura de arquitectura de la oSHa se redactan normas para la confección de proyectos de grupos de viviendas de «tipo social» para el programa 1954, donde se recoge la necesidad de utilizar cámaras de aire en los muros para poder cumplir adecuadamente la reglamentación. Igualmente merece la pena destacar el problema de las cubiertas, ya que aunque estas, de manera general, no condicionan tanto el comportamiento térmico de los edificios, por su poca repercusión en la envolvente en comparación con la fachada, sí tienen una importante afección en las viviendas de última planta, donde se convierte en su cerramiento más importante. La limitación que se establece para ellas permite valores de transmitancia muy elevados; sirva de comparación el estándar actual para la ciudad de Sevilla: transmitancia máxima de 0,65 W/m2K para las cubiertas.80 Esto podría suponer en viviendas bajo cubierta un significativo problema
Hasta este momento las regulaciones constructivas que se aplicaban eran las ordenanzas de régimen interno del Instituto nacional de vivienda que, si bien no suponían una reglamentación de índole general, se aplicaban para poder conseguir la financiación del Inv. por ejemplo, tanto la dirección general de regiones devastadas como el Instituto nacional de Colonización las utilizaron en sus propios proyectos. 79 Conductibilidad (Kcal x t.º metro cuadrado hora) (sic), se entiende que se refiere a la conductancia térmica expresado como kcal/hm2 °C, parámetro equiparable al actual valor de transmitancia térmica de los cerramiento [u]. 80 documento Básico de ahorro de Energía dB-HE de 12 de septiembre de 2013. Establece un valor máximo de las transmitancias de los elementos de la envolvente para evitar descompensaciones térmicas en edificios residenciales de uso privado. 78
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de falta de confort, de pérdidas energéticas y procesos patológicos que pueden afectar a las condiciones de salubridad, derivados de la presencia de condensaciones superficiales. para el caso de las cubiertas presentes en la ciudad habitualmente presentarán valores inferiores a este máximo, con valores en torno a 1,40 W/m2K, a excepción del sistema más básico (C1) que, aunque presenta una transmitancia de hasta 2,40 W/m2K, se situaría dentro de la regulación. La aparición paulatina de cerramientos que incorporan cámaras de aire va a modificar las transmitancias habituales del periodo, ya que van a situarla en valores entre 1,25 y 1,33 W/m2K para los primeros cerramientos que las incluyen, fundamentalmente fábricas de ladrillo de un pie con un tabique como hoja interior (tipo f7). Este tipo evolucionará hacia uno más ligero y de menor espesor, compuesto por una citara, cámara de aire y tabique, que arrojará valores de transmitancia en torno a 1,60 W/m2K (tipos f8 y f10).
Los valores propuestos por la ordenanza de 1969 permiten el cumplimiento de los requisitos prácticamente con todas las soluciones habituales de fábricas, tanto cerámicas como de bloques de mortero, en cualquiera de sus configuraciones. Si tomamos como ejemplo dos de los cerramientos más representativos de esta época, la citara perforada con cámara de aire y hoja interior de tabique (tipo f8) y la fábrica de bloques huecos de mortero de 20 cm (tipo f4), ambos presentan valores de transmitancia alrededor de 1,58 W/m2K. aunque la mayor parte de los cerramientos se sitúan dentro de los rangos establecidos por las ordenanzas, la incorporación de los sistemas de prefabricación e industrialización introduce soluciones que, si bien aumentarán los rendimientos constructivos, van a presentar valores de transmitancias muy por encima de estos límites, llegando a superar en algunos casos los 4 W/m2K, como sucede con el encofrado túnel (tipo f5). respecto a las cubiertas, la limitación que se establece para ellas, si bien supone una mejora sustancial respecto a la ordenanza de 1955 (con una reducción de casi el 30%), aún se sitúa en valores de transmitancia elevados. no obstante, los valores habituales de las transmitancias, que prácticamente no varían durante el periodo de estudio, se encuentran por debajo de las limitaciones, a excepción del tipo C1 que en este momento se encuentra ya fuera de uso.
El tamaño de los huecos permanece regulado de modo similar al establecido en las primeras ordenanzas del periodo de estudio, adoptándose el valor de 1/10 de la superficie del local servido como un estándar que ha recogido la mayoría de las ordenanzas urbanísticas del país, y se ha convertido en una constante del diseño de los huecos en el parque de la vivienda social.
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El siguiente periodo normativo se produce asociado a la Ley de viviendas de protección oficial de 1968 y su reglamento de 1969, que da origen a las ordenanzas técnicas y normas constructivas de 20 de mayo de 1969, que a su vez derogan la reciente ordenanza de 1968. En este nuevo texto se reitera que, en cualquier sistema utilizado como muro de fachada, se atenderá a las condiciones de estabilidad, aislamiento e impermeabilización, dejando libertad para el uso de cualquier sistema constructivo. La ordenanza 32 de las normas constructivas de 1969, «aislamiento térmico», establecerá que para la ciudad de Sevilla, que se mantiene dentro de la zona II, sus muros tendrán una transmitancia máxima de 1,86 W/m2K, y las cubiertas un valor no superior a 2,1 W/m2K, lo que supone un cierto endurecimiento de los requisitos en relación a la anterior ordenanza de 1955.
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En 1975 es promulgado el decreto 1490/75 de 12 de junio, por el que se establecen medidas a adoptar en las edificaciones con objeto de reducir el consumo de energía, decreto derivado de la crisis del petróleo de 1973. Este decreto realmente tuvo poco desarrollo, dado que en este periodo de transición política prácticamente la producción de viviendas entra en un estado latente, y es pronto sustituido por la norma nBE Ct-79. En este decreto se presenta por primera vez el concepto de Coeficiente global de transmisión de calor (Kg), considerando no solo la transmisión de calor a través de la parte opaca de las fachadas, sino también la de todos los elementos que constituyen la envolvente del edificio, incluido los huecos.
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dentro de las medidas de este decreto de 1975 no se establecieron limitaciones específicas a los cerramientos individualmente, por lo que coexiste en su aplicación con lo establecido en las ordenanzas de la vivienda protegida del año 1968 en lo referente a transmitancias máximas de fachadas y cubiertas (los únicos aspectos regulados). de cualquier manera, y aunque no se puede hacer una comparación directa entre regulaciones, ya que el nuevo método de limitación supera el control de los elementos individuales81 e introduce el criterio de compacidad (factor de forma), para poder cumplir los requerimientos de este decreto, las transmitancias de las fachadas de la ciudad de Sevilla tendrían que haber alcanzado valores muchos más bajos de los habitualmente utilizados: en el rango 0,80-1,00 W/m2K 82, si sus huecos disponen de carpintería metálica y acristalamiento simple. Ello prácticamente obliga al uso de materiales de aislamiento térmico en la solución de fachadas de los bloques de vivienda, en cualquiera de sus configuraciones.83
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de todos los casos analizados en la muestra, no se ha podido constatar la aplicación de este decreto de 1975 en ninguno de ellos, no habiéndose encontrado documentación relativa al cumplimiento del mismo dentro de los proyectos de ejecución, ni tampoco se deduce su aplicación del análisis de los sistemas constructivos utilizados en el último quinquenio del periodo de estudio. Lo que se realmente se refleja es la continuidad del uso de las soluciones previas, sin modificaciones específicas, no habiéndose identificado el uso de materiales aislantes en este último periodo. Esto puede deberse a la circunstancia de que, aunque la construcción de algunos de estos edificios se realiza en la última parte de la década, la mayoría proviene de proyectos redactados previamente a la aprobación del decreto de reducción de consumo, existiendo un estancamiento en la planificación de viviendas sociales en el último periodo debido al cambio político del momento y al proceso de traspaso de competencias a los gobiernos regionales, los cuales serán a partir de entonces los encargados de enunciar las políticas y planificaciones de producción de la vivienda protegida.
81 La nBE Ct-79 fijará un valor de transmitancia máxima para Sevilla de 1,80 W/m2K en los cerramientos opacos hasta la aparición del Código técnico de la Edificación en el año 2006, donde este valor se rebajará a 1,07 W/m2K. 82 tomamos este valor como un promedio, ya que la limitación del valor Kg dependerá del factor de forma del edificio, de la proporción de acristalamiento de las fachadas y su calidad, así como de las diferentes contribuciones de cubiertas, medianeras y otros elementos de contacto con el ambiente exterior. La zona climática de Sevilla para este decreto es la denominada W. 83 Será necesario el uso de, al menos, 3 cm de panel de poliestireno expandido (EpS) para conseguir que la fachada prototípica del momento —la compuesta por citara/cámara/tabique (f8)— alcance un valor de transmitancia adecuado para compensar las limitaciones del coeficiente global Kg para un bloque de viviendas promedio del periodo (en torno a 0,8 W/m2K).
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Los valores de transmitancia máxima, Kmax según la denominación del periodo, dejarán de ser determinantes como parámetros aislados para el control del comportamiento térmico de los edificios, ya que las nuevas metodologías establecidas a partir del decreto 1490/1975 propondrán la evaluación de forma global. Esto provocará que, para poder dar cumplimento a los requisitos de comportamiento conjunto de forma efectiva, los valores de transmitancia de los cerramientos opacos se sitúen en valores sensiblemente más bajos que los hasta ahora recogidos en las diferentes ordenanzas de vivienda protegida y social. Estos valores individuales se mantendrán presentes en las sucesivas regulaciones, a partir de la nBE Ct-79, como factores de control de excesivas heterogeneidades en el comportamiento térmico de la envolvente, con objeto de evitar desigualdades de comportamiento entre zonas del edificio, aunque este concepto no se aplicará durante el periodo estudiado.
al final de los años setenta se promulga la última norma técnica sobre diseño de viviendas de protección oficial: las normas técnicas de diseño y calidad de las viviendas sociales, orden de 24 de noviembre de 1976 (Mv-76), y modificación de 17 de mayo de 1977. Solo se mantendrá activa, en los aspectos higrotérmicos, hasta la aparición de la nBE Ct-79. Esta norma, la más avanzada hasta entonces en sus aspectos energéticos, solo limitará la transmitancia de las cubiertas, estableciendo para Sevilla en la zona W un valor Kmax de 1,50 kcal/hm2C (1,74 W/m2K), lo que supone un endurecimiento del límite de casi un 25% del valor previo recogido en las ordenanzas provisionales de 1969. de especial interés es el hecho de que, en la modificación del año 1977, aparece por primera, y única vez, la exigencia de disponer de un sistema de calefacción fijo en las viviendas para asegurar de forma efectiva una temperatura interior superior a 18 °C, aunque exime del cumplimiento de esta exigencia si en la localidad no se soportan temperaturas inferiores a +1 °C durante más de 5 días al año.
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Como resumen de este análisis, en la figura 60 se muestra el gráfico de dispersión de los valores de transmitancia de los cerramientos de fachada de las muestras del grupo de estudio, comparadas con las transmitancias máximas o necesarias para el cumplimiento de la reglamentación de cada periodo.
Figura 60. Evolución temporal de las transmitancias térmicas en relación con los valores máximos normativos de cada periodo.
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4.9. rIesgo de humedades de condensacIón
uno de los procesos patológicos más habituales y críticos en los cerramientos con débil resistencia térmica es la formación de humedades de condensación superficial en su cara interior durante los periodos fríos del año. En muchos de los cerramientos con poca resistencia térmica (en comparación con los valores actuales), estos problemas tienen una mayor repercusión que los derivados de la perdida de energía a través de ellos, ya que puede afectar directamente a la salubridad de los espacios vivideros.
Este hecho se ve potenciado por la ausencia habitual de sistemas de calefacción fijos que permitan mantener las condiciones ambientales interiores, tanto la humedad relativa como la temperatura interior, dentro de los rangos de confort habituales, así como la falta de ventilación durante los meses fríos. por lo tanto, la necesidad de controlar la formación de humedades de condensación que pueden ser origen de procesos patológicos, tanto de salubridad como de deterioro de la propia envolvente, se convierte en uno de los aspectos prioritarios a la hora de planificar las intervenciones en el parque de viviendas existente, de forma que se pueda confiar en la propia capacidad del cerramiento, mediante una adecuada resistencia térmica, para evitar estos fenómenos.
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Se aplica el método descrito en la norma unE En ISo 13788: 2002 [66] para realizar el análisis de las posibilidades de riesgo de formación de condensaciones. para las condiciones climáticas de Sevilla, se estima que el riego de condensaciones superficiales estará asociado al periodo más frío. dado que el análisis de las medias mensuales muestra que las presiones de vapor son mínimas en el mes de enero, se considera éste como el más crítico. Se adoptan los valores obtenidos en la generación del año meteorológico tipo para la ciudad de Sevilla mediante la aplicación aMt-a [67], valores compatibles con los recogidos en el anejo-C del da dB-HE2 [68], donde se establecen unas condiciones exteriores medias de 10,7 °C de temperatura de aire exterior y un 76% de humedad relativa (fig. 61).
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Figura 61. distribución de condiciones exteriores de Sevilla para el mes de enero de un año tipo.
Como condiciones interiores se establecen los valores habituales de consigna en invierno, con una temperatura interior de 20 °C y un incremento de presión de vapor respecto al exterior de 405 pa, valor éste propuesto por la tabla B.1 de la norma unE 13788 para el límite entre las clases de higrometría 3 y 4, ya que la gran mayoría de edificios incluidos en el análisis van a carecer de sistemas de climatización que garanticen unas condiciones de humedad constantes durante todo el periodo. para el valor
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superior de diferencial de presión de vapor se elige el correspondiente a la clase de higrometría 3, dado que son viviendas de baja a alta ocupación, pero sin una producción constante de humedad en el interior. La verificación se realiza para este tipo de locales, aunque pueden existir otros con niveles de humedad superiores, como, por ejemplo, baños y cocinas, donde se puede llegar a la saturación, pero se considera que este fenómeno se produce de forma esporádica. además, estos locales dispondrán de revestimientos interiores resistentes a la formación de humedades de condensación superficial (alicatados, pinturas impermeables, etc.).
no obstante lo anterior, que haya riesgo de humedades de condensación superficiales no implica de forma determinista que se vayan necesariamente a producir, ya que la formación, o no, de estas dependerá no solo de las condiciones de temperatura y migración de vapor del cerramiento, sino también de la tasa real de producción de humedad de la vivienda, así como del grado de ventilación real (voluntaria o accidental) de los espacios. Este último aspecto es fundamental en el control de la humedad relativa interior, ya que modifica de forma sustancial el estado de presión de vapor de la atmosfera interior y, por ende, la temperatura de rocío. de hecho, las humedades de condensación superficiales aparecen en algunos casos tras procesos de mejora y rehabilitación de las viviendas, por un aumento sustancial de su estanqueidad al aire, sin que se compense con una ventilación adecuada. a esta situación de riesgo de formación de condensaciones superficiales hay que sumarle la posibilidad de formación de condensaciones en el interior de los cerramientos o intersticiales, fenómeno que puede ocurrir incluso en aquellos que están adecuadamente aislados, debido tanto a un nivel alto de presión de vapor interior como a una inadecuada disposición de las capas del cerramiento. para identificar y clasificar aquellas viviendas con mayores riesgos de sufrir problemas de humedad de condensación, las podemos dividir en tres grupos:
2. viviendas con cerramientos con riesgo de desarrollar procesos patológicos de humedades de condensación superficiales de forma localizada en sus cerramientos.
3. viviendas con cerramientos con riesgo de desarrollar procesos patológicos de humedades de condensación intersticiales en sus cerramientos de forma generalizada. 4.9.1. riesgo de procesos patológicos por humedades de condensación superficiales de forma generalizada en cerramientos
para el análisis de las condensaciones superficiales se adopta el criterio, recogido en el punto 5 de la norma ISo/unE 13788, de determinar la temperatura superficial mínima para evitar la humedad superficial crítica, es decir, aquella en la que existe riesgo de formación de mohos (hongos) sobre la superficie del cerramiento.84 Se entiende que existe riesgo de formación de mohos si la humedad superficial relativa supera el valor del 80% durante varios días. para ello, el procedimiento, en su apartado 5, propone limitar la temperatura superficial del cerramiento de manera que nunca se supere este valor crítico, dadas las condiciones interiores supuestas [66] [75].
84
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1. viviendas con cerramientos con riesgo de desarrollar procesos patológicos de humedades de condensación superficiales de forma generalizada en sus cerramientos.
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El parámetro fundamental en este grupo de viviendas será la calidad térmica del cerramiento, de forma que, para unas condiciones interiores dentro de los rangos esperables, garantice que su capacidad aislante es suficiente para no superar el valor del 80% de humedad relativa en la superficie. Este valor de la calidad térmica se representa por el factor de temperatura superficial interior frsi para las condiciones esperables en el caso más desfavorable, según el procedimiento ya expuesto. Este valor, junto con las condiciones higrotérmicas ambientales para el análisis, se representa en la tabla 24. taBLa 24 condiciones de análisis higrotérmico para una vivienda en sevilla en el periodo más desfavorable
pe (pa) 977
∆p (pa) 445,50
pi (pa)
1422,50
psat (pa)
1778,12
ϴsi,min
15,66 °C
ϴe
20 °C
frsi
0,533
de esta manera, aplicando el método propuesta por la norma, podemos establecer que el riesgo de condensaciones se asociará a los cerramientos con valores de transmitancia térmica (U) superiores a 1,88 W/m2K en el grupo de viviendas de la ciudad.
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En la figura 62 se representa el porcentaje de riesgo de humedades de condensación superficiales por década del periodo de estudio. Los cuatro anillos identifican a una década, desde el anillo interior (década de los cuarenta) hasta el exterior (década de los setenta).
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Figura 62. porcentaje de viviendas del parque con riesgo de formación de condensaciones superficiales, distribuido por décadas y global.
El riesgo está fundamentalmente asociado a la utilización de cerramientos macizos de una hoja, los utilizados en los edificios construidos en la década de los cuarenta. Con la introducción de las cámaras de aire y los cerramientos de doble hoja este riesgo comienza a disminuir, debido a la mejora en la resistencia térmica que aportan a los cerramientos. por consiguiente, podemos establecer que, dadas las condiciones climáticas de Sevilla, el nivel de riesgo de formación de condensaciones superficiales
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generalizadas dentro del parque de cerramientos analizados es porcentualmente medio, con un 40%, aproximadamente, de las viviendas afectadas por esta posibilidad, sobre todo en las viviendas de mayor antigüedad, por un lado, y las actuaciones más industrializadas (uso de bloque de hormigón y sistemas de prefabricación), por otro. 4.9.2. riesgo de procesos patológicos por humedades de condensación superficial de forma localizada en cerramientos
El riesgo de formación de condensaciones superficiales puede presentarse también en cerramientos con una resistencia térmica adecuada en sus zonas de debilidad térmica, es decir, sus puentes térmicos. por tanto, es previsible esperar que aunque el cerramiento presente la capacidad de mantener temperaturas superficiales por encima de las mínimas aceptables, las zonas de mayor conductividad: áreas macizas dentro de los cerramientos con cámara, o masas de hormigón armado dentro de fábricas cerámicas (pilares o forjados), entre otras, puedan alcanzar temperaturas más bajas que el resto del paño donde se inserta. La presencia de superficies con temperaturas más frías que el resto de la pared contribuye al incremento del riesgo de desarrollo de condensaciones superficiales localizadas. Este fenómeno será menos probable en cerramientos con resistencias térmicas bajas, debido a que habrá menos disparidad en el valor de la transmitancia entre el puente térmico y el cerramiento donde se inserta. Las principales zonas de los cerramientos donde se pueden producir puentes térmicos (tabla 25) son las siguientes: – formación de huecos: perímetro del hueco.
– Encuentros con pilares en estructuras porticadas de hormigón armado. – Entestes de particiones interiores con el cerramiento de fachada.
Se ha generado un análisis de la evolución temporal de la presencia de puentes térmicos, así como su repercusión en el total de las viviendas del periodo (fig. 63). El riesgo de condensaciones superficiales en estos elementos de debilidad térmica sigue una tendencia inversa al riesgo que se produce en general en los cerramientos, ya que, al mejorar la calidad térmica de la envolvente, sus singularidades constructivas e interrupciones del cerramiento dan lugar a elementos débiles en la resistencia al paso del calor.
Estos puentes térmicos hacen su aparición fundamentalmente a partir de la década de los cincuenta, con el frente del forjado y el contorno del hueco como elementos más habituales, seguido de los pilares embebidos. todos ellos aumentan su presencia conforme avanza el periodo, sobre todo en los años setenta, y especialmente el puente térmico en pilares embebidos en el cerramiento, en este último caso por el abandono de algunas prácticas propias de los años cincuenta y sesenta: paso de la hoja exterior por delante del pilar, o inclusión del pilar dentro de grandes cámaras de aire. En general la resolución del enteste de tabiquerías suele estar cuidada, salvo en la década de los setenta, cuando aumenta el caso de particiones que rompen la cámara de aire y se apoyan en la hoja exterior.
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– Encuentros con forjados, en especial aquellos con forjados encintados.
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taBLa 25 tipos de puentes térmicos asociados a los cerramientos de fachada y posibilidad de aparición tipo de cerramiento f1 f2
1 pie de ladrillo
n
n
panel prefabricado H.a.
h
n
n
n
Encofrado túnel
n
n
n
n
1 pie + Ca + tHS
s
1/2 pie de ladrillo
f5
Bloque de hormigón
f7 f8 f9
f10 f11 f12
enteste de tabiquería [pt4]
s
tabicón de ladrillo hueco
f6
cerco de hueco [pt3]
e
f3 f4
pilar Frente de embebido forjado [pt1] [pt2] 1 Hoja
s
1/2 pie + Ca + tHS
h
tabicón + Ca + tHS
h
1/2 pie + Ca +1/2 pie 1/2 pie + Ca + aIS + tHS
prefabricado+Ca+aIS+tHS
o
s
2 HojaS
s
n
h
s
h
h
s
n
s
s
s s
Con aislamiento s
n
s s
s s s
h h s
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n: no se produce, e: excepcionalmente, o: aparece de forma ocasional, h: aparece habitualmente, s: aparece siempre
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Figura 63. presencia de puentes térmicos con riesgo de condensación a lo largo del periodo (derecha % de viviendas sobre el total de la década) y distribución del riesgo de condensaciones generales en el cerramiento (izquierda % de viviendas sobre el total de la década).
4.9.3. riesgo de procesos patológicos por humedades de condensación intersticiales en cerramientos
dada la composición de los sistemas constructivos del periodo, es muy improbable que presenten problemas de formación de condensaciones intersticiales, ya que habitualmente estas quedan asociadas bien a la disposición de capas aislantes en la
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cara interior del cerramiento, lo que provoca un enfriamiento brusco de la cara exterior al suponer un obstáculo al calentamiento del cerramiento desde el interior, o bien por la disposición de materiales muy impermeables al paso del vapor en las zonas exteriores del cerramiento. Se ha realizado la comprobación sobre la formación de humedades de condensación intersticiales en los sistemas constructivos de fachada utilizando la metodología recogida en el apartado 6 de la norma ISo/unE 13788. En las figuras 64 a 70 se representa el comportamiento de los cerramientos más representativos del periodo, como son el f1 y el f8, y de aquellos otros que, aun siendo soluciones singulares, tienen mayor riesgo de sufrir condensaciones intersticiales, debido a la presencia de cámaras de aire con materiales aislantes térmicos o con mayor diferencia de estanqueidad al paso del vapor.
a través de la representación de los estados de la presión de vapor en cada una de sus capas para el periodo frío más desfavorable, podemos deducir que no se aprecia riesgo habitual de formación de condensaciones intersticiales. En todos los casos de cerramientos habituales (f1 y f8), podemos observar que no existen zonas de intersección entre las líneas que representan la distribución de presiones parciales de vapor de agua y de presiones de saturación. En los cerramientos de dos hojas, donde cabría una mayor probabilidad de formación de humedades de condensación intersticial, dadas las tipologías de cerramientos, así como la casi general ausencia de materiales aislantes, no es previsible que puedan producirse estas condensaciones (fig. 66). La incorporación de materiales aislantes que se produce al final del periodo de estudio —soluciones f11 (fig. 67) y f12 (fig. 68)— no será normalmente fuente de problemas de condensaciones intersticiales, debido al uso de materiales aislantes con una medioalta impermeabilidad al paso del vapor, como el poliestireno expandido, y su colocación en una zona alejada del interior, es decir, en la cara exterior de la cámara de aire.
dentro del grupo de estudio, cabría esperar problemas de condensaciones intersticiales con cierta frecuencia en zonas concretas de algunos de los edificios, al haber diseños de fachada que incorporan elementos ornamentales, bien en el paño de fachada o en la resolución de antepechos de ventana, como aplacados pétreos o alicatados, caracterizados por su alta resistencia al paso del vapor de agua. para la solución de revestimiento más común, que suele ser la disposición de un elemento o aplacado de piedra artificial (fig. 69), se comprueba que mientras se haya utilizado un material de revestimiento exterior con una cierta porosidad este riesgo es muy improbable, salvo cuando se hace uso de capas de adhesión muy impermeables (posibilidad más asociada a reparaciones posteriores). En el caso de utilizarse alicatados el riesgo es absoluto, aunque esta solución es muy poco habitual.
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En los cerramientos más tradicionales, los de una hoja, podemos descartar, de una manera general, el riesgo de formación de condensaciones intersticiales. Esto es debido a que los revestimientos y capas secundarias utilizados son normalmente de características higrotérmicas similares a la capa principal, por lo que la distribución de temperaturas y presiones de vapor adopta un perfil homogéneo y de comportamiento lineal, como sucede en el muro de un pie de ladrillo (fig. 64). Incluso en este tipo de soluciones, la inclusión de una capa con características aislantes por el exterior, por ejemplo, un tablero de virutas de madera y cemento, como en la solución f1c, no genera un riesgo previsible (fig. 65), fundamentalmente debido a que, si bien su resistencia térmica es elevada, no es una barrera al flujo del calor tan importante como suelen ser los materiales aislantes propiamente dichos.
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distribuciones de presión de vapor y de saturación
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Figura 64. Cerramiento de fábrica cerámica 1 pie (f1).
Figura 65. Cerramiento de fábrica cerámica (1 pie) con trasdosado aislante Duripanel (f1c).
Figura 66. Cerramiento de citara, cámara y tabique (f8).
Figura 67. Cerramiento de citara, cámara con aislamiento y tabique (f11).
Figura 68. Cerramiento de panel prefabricado de hormigón armado con cámara de aire aislada (f12).
Figura 69. Cerramiento f8 con revestimiento decorativo exterior de piedra artificial. Elemento singular.
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En relación con las cubiertas, en general hay un riesgo mayor de formación de humedades de condensación intersticiales que superficiales, ya que la resistencia térmica habitual de las distintas soluciones suele ser suficiente para evitar estas últimas, salvo en el caso de alguna solución muy débil en cuanto a resistencia térmica, como la f1. no obstante, las soluciones más tradicionales, como la azotea a la andaluza, son poco proclives a la aparición de estas condensaciones intersticiales, debido a la ausencia de saltos bruscos de temperaturas en una misma capa al carecer de una gran resistencia térmica, principalmente por la ausencia de materiales aislantes específicos, así como a la naturaleza mediamente permeable al vapor de cada una de ellas. aún menor será ese riesgo en las cubiertas con cámaras de aire ventiladas (azoteas a la catalana o cubiertas inclinadas).
Es interesante destacar que en las normas de construcción de la época no aparece referencia al uso de barreras de vapor hasta la publicación de la norma tecnológica de la Edificación de cubiertas ntE- Qat (dentro de la colección de normas ntE86) en el año 1973. En esta norma se indica la necesidad de incorporar barreras de vapor, normalmente capas de pintura de oxiasfalto, en la zona caliente de la cubierta, normalmente encima del forjado y bajo la capa de relleno. La norma de cubiertas Mv-301 aprobada en 1970, aunque no habla de la necesidad de utilizar barreras de vapor, sí reconoce el problema de la alta resistencia al paso del vapor de la lámina impermeabilizante, recomendando la ventilación de la capa bajo la lámina. Esta solución tampoco se ha identificado dentro de la documentación técnica de los proyectos del periodo analizados. En relación a los procesos patológicos y problemas habituales en la resolución de este tipo de cubiertas, son de especial interés las aportaciones de Monjo [32] y Safranez [69] en sendos artículos sobre las cubiertas de este periodo y su evolución.
En las figuras 70 y 71 se representa el comportamiento de las cubiertas con mayor riesgo de sufrir problemas de condensación intersticial por la presencia de láminas o capas impermeabilizantes, como son las cubiertas tipo C3, C4, C6 y C7, aunque solo se refleja la cubierta C6 por ser la más representativa de las cubiertas con lámina (fig. 70). también se presenta un tipo tradicional de cubierta, el C2, tras haber sufrido un proceso de impermeabilización posterior mediante una capa de protección aplicada mediante pintura al cloro-caucho con armado de fibra de vidrio (fig. 71), reparación casi universal en la ciudad para este tipo de cubiertas ante la presencia de filtraciones en la misma. a través de la representación de los estados de presión de vapor en
85 La cubierta invertida, es decir, aquella que el impermeabilizante se coloca por debajo de los materiales aislantes, no comienza a utilizarse de forma generalizada en las viviendas de la zona hasta bastante tiempo después de haber finalizado el periodo de estudio, con la generalización del uso de elementos de aislamiento térmico. 86 Las normas tecnológicas de la Edificación constituyeron un cuerpo fundamental de apoyo al diseño y a la resolución técnica de los edificios, pero no eran regulaciones de obligado cumplimiento.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
Los principales problemas van a aparecer asociados a la introducción de láminas impermeabilizantes en cubiertas del tipo a la andaluza, dada su situación en la capa más exterior, es decir, en la más fría, y su muy baja permeabilidad al vapor de agua, lo puede llevar aparejado problemas de condensación entre capas.85 Según la documentación analizada, no era habitual el uso de barreras de vapor en la zona caliente, claramente necesarias en cubiertas aisladas por la brusca caída de temperatura que se produce en la capa aislante respecto al resto de ellas.
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cada una de sus capas para el periodo frío más desfavorable, podemos deducir que no se alcanza un riesgo habitual de formación de condensaciones intersticiales, aunque las presiones se encuentran a un nivel crítico de cercanía, lo que puede producir que en periodos más fríos de lo habitual este problema sí haga su aparición. distribuciones de presión de vapor y de saturación
Figura 70. Cubierta tipo C6, con hormigón celular y lámina impermeabilizante.
Figura 71. Cubierta tipo C2 reparada por el exterior con pintura impermeabilizante de cloro-caucho.
5. conclusIones
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5.1. conclusIones sobre el perIodo normatIVo
124
Existen seis periodos normativos en relación a las exigencias térmicas de los elementos de envolvente, que podemos resumir de la siguiente manera: norma de aplicación
hasta 1944
no existe una regulación específica. Las ordenanzas internas del Inv describen soluciones aceptadas como válidas. de manera general, el muro de fábrica de un asta (pie).
1944 a 1955
Se expresa la necesidad de alcanzar los valores adecuados de aislamiento térmico, pero queda en manos del proyectista adoptar las soluciones oportunas sin valores objetivos
Valor regulado
Valor típico
equivalente de u equivalente de u
reglamento para la ejecución de la Ley 19 de abril de 1939 sobre viviendas protegidas y normas y ordenanzas no existe oficiales para su construcción. reglamento de régimen Interno del Inv de fecha de 29 de enero de 1941.
fachada: 1,97 W/m2K Cubierta: 1,90 W/m2K
orden de 29 de febrero de 1.944, por la que se establecen las condiciones no existe higiénicas mínimas que han de reunir las viviendas.
fachada: 1,87 W/m2K Cubierta: 1,40-2,40 W/m2K
Continúa
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ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
norma de aplicación
1955 a 1969
1969 a 1975
1975 a 1977
1977 a 1979
EL
CASO DE
Valor regulado
SEVILLA, 1939
A
1979
Valor típico
equivalente de u equivalente de u
aparece la primera zonificación térmica del país. fachada max: técnicas y primeros valores objetivos ordenanzas W/m2K normas Constructivas de 12 2,1 cuantificables. Se Cubierta max: de julio de 1955 establecen valores 2,9 W/m2K máximos de transmitancia para cubierta y fachada.
fachada: 1,53 W/m2K Cubierta: 1,40 W/m2K
aunque coexiste con la ordenanza técnica de 1969, la necesidad de dar cumplimento al decreto 1490 de 1975 obligaría a adoptar valores muy inferiores a los de ésta para poder dar cumplimiento a los requisitos de K global. aparece una nueva zonificación climática más detallada del país.
Se produce un ajuste más ordenanzas técnicas y fachada max: restrictivo de estos valores normas Constructivas de 20 1,86 W/m2K previos. Se mantiene igual de mayo de 1969. Cubierta max: la zonificación. 2,1 W/m2K
Coexistiendo con el decreto 1490/1975, las nuevas normas exigirán, por un lado, una mayor limitación del valor k de las cubiertas y, por otro, la utilización de equipos de calefacción (con la posibilidad en zonas benignas de no incorporarlas, como el caso de Sevilla). no se hace referencia a limitaciones de las fachadas.
fachada: 1,53 W/m2K Cubierta: 1,50 W/m2K
ordenanzas técnicas y normas Constructivas de 20 de mayo de 1969. decreto 1490/1975 de 12 de junio por el que se establecen medidas a adoptar en las edificaciones con objeto de reducir el consumo de energía
fachada max: 1,86 W/m2K Cubierta max: 2,1 W/m2K Kg en función del factor de forma.
fachada: 1,53 W/m2K Cubierta: 1,50 W/m2K
decreto 1490/1975 de 12 de junio por el que se establecen medidas a adoptar en las edificaciones con objeto de reducir el consumo de energía. normas técnicas de diseño y calidad de las viviendas sociales. orden de 24 de noviembre de 1976 (Mv76), y modificación de 17 de mayo de 1977
fachada max: sin regulación. Cubierta max: 1,74 W/m2K Kg en función del factor de forma.
fachada: 0,75 W/m2K Cubierta: 1,30 W/m2K
Estas exigencias, aunque destinadas a la regulación de las viviendas protegidas con ordenanzas técnicas, van a convertirse en la referencia a aplicar para todas las viviendas del periodo, en ausencia de una regulación general para todos los edificios, la cual no aparecerá por primera vez hasta el año 1975 y, de forma efectiva, a partir de 1979.
Las ordenanzas, aunque reflejan una preocupación por dotar de una mayor resistencia térmica a la envolvente, adoptan valores muy poco exigentes, estando restringida la regulación por las limitaciones económicas del periodo, las necesidades de maximizar la producción de edificios y de restringir el uso de determinados materiales. tómese como referencia que los valores habituales de transmitancia para las fachadas principales actualmente se sitúan en el entorno de 0,5-0,6 W/m2K, es decir, con un índice de trasmisión de energía por unidad de superficie casi cuatro veces menor que los más habituales en el periodo de estudio. resulta de interés reseñar que durante todo ese periodo, y hasta la adopción de un enfoque general como el del decreto 1490/1975, tan solo se asigna la responsabilidad del control térmico a
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las fachadas y a las cubiertas, dejando de lado unos elementos tan críticos en el balance energético como son los huecos, para los que la única indicación establecida es que al área de los mismos no supere los 2/5 de la superficie de fachada. En general podemos observar cómo la mayoría de las soluciones utilizadas en el periodo, con algunas excepciones, son compatibles con las exigencias de valores de transmitancia térmica de las diferentes regulaciones, es decir, se produce un alto grado de cumplimiento normativo en este aspecto, lo que no debe extrañar ya que estas limitaciones están asociadas a los tipos comunes de construcción del momento. Este argumento se refuerza con el hecho de que no se haya podido observar justificación alguna sobre la elección del tipo de cerramiento en función de sus características energéticas, ni justificación expresa del cumplimiento de las ordenanzas técnicas en vigor, en ninguno de los documentos de proyecto analizados. 5.2. conclusIones sobre la caracterIzacIón del parque edIFIcatorIo
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La definición de un marco de conocimiento de las viviendas sociales de la ciudad en este periodo tan extenso, en el que se construye aproximadamente un tercio del parque de viviendas de la ciudad de Sevilla, está orientado a generar conocimiento que permita, por un lado, identificar el potencial de los procesos de renovación sostenible de los edificios que lo forman y, por otro, identificar las estrategias más adecuadas de intervención. Se pretende contrarrestar con este conocimiento generado la dificultad que supone la ausencia de un número significativo de ejemplos y experiencias pilotos de intervención.
126
El acercamiento a estos problemas se propone que esté basado en el aprendizaje de las diferentes enfoques en función de las tipologías y soluciones constructivas existentes, así como en el reconocimiento de sus valores intrínsecos, tanto energéticos como arquitectónicos, en el caso de existir, o, por el contrario, la ausencia de estos y las debilidades principales de los grupos edificatorios. uno de los objetivos de este trabajo es poder establecer cuáles son los edificios más representativos de cada periodo, lo que resulta de especial utilidad para el desarrollo de escenarios de análisis y generación de modelos. a partir de ellos se pueden diseñar medidas más precisas que las basadas en datos globales, a la vez que permite situarse en un escalón intermedio hacia el estudio en detalle de cada edificio individual.
a modo de epítome del trabajo, se ha generado una matriz (tabla 26) que permita definir qué tipo de edificio es más probable encontrar en cada segmento temporal del periodo estudiado, aunque la información más detallada puede encontrarse en el propio desarrollo del estudio. para ello, partiendo de la división en décadas, cada una de ellas se ha dividido en dos periodos temporales de cinco años, con el fin de evaluar con más detalle la evolución tanto al principio como a mitad de la década estudiada.
podemos establecer que el periodo de estudio comienza con edificios en actuaciones edificatorias que, aun siendo las menores de todo el periodo, son significativamente importantes, lo que constituye una de las constantes del periodo, ya que normalmente las actuaciones modelo (o tipo) son siempre de tamaño medio o grande. recordemos que aparecen actuaciones de más de 4.000 viviendas, y no son excepcionales las de más de 1.000; por el contrario, las pequeñas actuaciones son poco representativas.
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durante el periodo existe una tendencia al crecimiento de todos los parámetros cuantitativos de las actuaciones, tal como el número de viviendas, superficie, altura, etc., que presentan una tendencia de crecimiento de principio a fin del periodo, pero con la presencia de un segmento temporal valle que podemos localizar a mitad de los años cincuenta, década en la que se aprecia un estancamiento y retroceso de los parámetros, coincidente con el periodo de transición entre la autarquía y el momento del desarrollismo. Es en este momento donde hacen presencia las viviendas de menor superficie y calidades constructivas más básicas: la vivienda ultra-barata. a partir de este momento comenzarán a aumentar las cifras de producción, inicialmente con un número superior de actuaciones de tamaño medio, para pasar en los últimos diez años a la presencia de actuaciones de gran tamaño.
Comienza el periodo con edificios basados en sistemas constructivos tradicionales y dimensiones de los edificios aún contenidas. Las alturas oscilan entre las tres y cuatro plantas, para posteriormente ir evolucionado hacia sistemas igualmente tradicionales, pero con prestaciones muy limitadas, motivado fundamentalmente por la necesidad imperiosa de aumentar la producción manteniendo los costes lo más reducidos posibles. a partir de los años sesenta empiezan a imponerse los sistemas constructivos más modernos, evolucionando hacia tipos arquitectónicos también más complejos, en especial con la generalización de la estructura porticada de hormigón armado, que aporta mucha más libertad de diseño. aunque es a partir de este momento cuando empieza la construcción de los grandes polígonos de la ciudad, la altura media permanece contenida, ya que, si bien van a aparecer las torres y tipologías en altura en la configuración de la ciudad y, por tanto, es posible encontrar ejemplos de hasta trece plantas, la edificación de altura media es la que más viviendas acumula hasta los últimos años, cuando la concepción de maximización de las intervenciones va hacer que aumente la altura promedio de los edificios.
aunque se utilizan diversos sistemas constructivos en las soluciones de fachadas de los edificios, son tres los sistemas que marcan la tendencia general. Como respuesta a la limitación de materiales especiales (como el acero), se recurre al uso de soluciones tradicionales, lo que hace que sea la fábrica cerámica de un pie, o de mayor espesor, la que configure la construcción de las fachadas de la viviendas sociales hasta el ecuador del periodo, pasando entonces al uso generalizado de las fábricas cerámicas de dos hojas con cámara de aire intermedia, situación que se mantiene salvo a finales de los sesenta y primeros de los setenta, cuando la fábrica de bloques sea el sistema más utilizado durante una década, para volver a la solución ya prototípica en el final de periodo.
En los últimos cinco años del periodo de estudio es cuando aparecen por primera vez soluciones de fachada con incorporación de material aislante, técnica que no había sido utilizada previamente. por tanto, aunque la evolución general es hacia cerramientos con resistencias térmicas algo mayores (salvo el cerramiento de bloques), la pérdida de inercia térmica y el aumento de las superficies de huecos, positivas en otros aspectos, va a suponer en general situaciones de balance energético más desfavorables.
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un aspecto fundamental es el tamaño habitual de las viviendas, ya que, como hemos podido observar, la superficie construida en el centro del periodo se reduce significativamente y, aunque va a incrementarse al final del periodo, se va a mantener en cifras constreñidas. teniendo en cuanta que muchas de las viviendas se encuentran en la parte baja de la distribución, la limitación del tamaño de las viviendas va a ser uno de los hándicaps principales al que enfrentarse en actuaciones de renovación, en especial en aquellos tipos con muros portantes, donde la posibilidad de modificar las distribuciones interiores queda más condicionada.
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tIpologÍas 01. 02. 03. 04. 05. 06. 07. 08. 09. 10. 11.
Lineal sin patio Lineal con patios interiores Manzanas forma de H forma de C forma de t forma de X Lineal en altura. torre forma de H en altura. torre forma de t en altura. torre forma de X en altura. torre
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
leyenda
cerramIentos
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01. 02. 03. 04. 05. 06. 07. 08. 09. 10. 11. 12.
1 pie de ladrillo 1/2 pie de ladrillo tabicón de ladrillo hueco panel prefabricado de hormigón armado Bloque de hormigón hueco Encofrado túnel 1 pie + Ca + tHS 1/2 pie + Ca + tHS 1/2 pie + Ca + 1/2 pie tabicón + Ca + tHS 1/2 pie + Ca + aIS + tHS panel prefabricado de hormigón + Ca + aIS + tHS
1. Metálica 2. Madera 3. Sin identificar 1. 2. 3. 4. 5.
Sencillo Semidoble doble Media luna Sin especificar
carpInterÍas
VIdrIos
cubIertas
01. plana con solería 02. plana a la andaluza con carbonilla y solería perdida 03. plana a la andaluza carbonilla e impermeabilización 04. plana a la andaluza con carbonilla, solería perdida e impermeabilización 05. plana a la andaluza con hormigón celular y solería perdida 06. plana a la andaluza con hormigón celular e impermeabilización 07. plana a la andaluza con hormigón celular, solería perdida e impermeabilización 08. plana con gravilla 09. plana a la catalana 10. plana con aislamiento 11. Inclinada
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taBLa 26 matriz de características del edificio tipo por periodos temporales 19401944
19451949
19501954
19551959
19601964
19651969
19701974
19751979
tipología
3
3
2
1
1
4
4
1
vidrio
4
4
1
5
1
3
2
5
10
1
Carpintería Cubierta
1 1
1 2
1 3 9
1 2 2
8 1 4
8 1 4
5 2
10
8 1
10
no viviendas
124
340
485
305
301
206,5
502
624
no plantas (mediana)
III
III
v
Iv
v
vII
v
vIII
14.461
29.099
47.956
24.408
33.034
35.040
77.884
59.847
72,90
84,77
72,42
59,34
68,52
89,80
82,00
91,90
no plantas (moda)
Superficie construida Superficie vivienda
III
III
v
Iv
v
v
v
XI
proceso similar se produce en las cubiertas, que en el parque de la ciudad de Sevilla tienen una gran importancia, ya que afectan a un número significativo de viviendas: aproximadamente un quinto del global, y en especial a las viviendas más antiguas, donde esta ratio aumenta, normalmente con peores características térmicas de sus soluciones. aparece la singularidad al final del periodo de producirse un retorno a las soluciones de cubiertas inclinadas, como respuesta a las incertidumbres y los procesos patológicos originados por las cubiertas planas. respecto a los tipos de carpinterías, aunque en general el uso de los sistemas metálicos predomina, salvo en los periodos iniciales, el grado de alteración y sustitución posterior hace que este parámetro sea poco significativo.
de manera general, dada la disparidad de habitantes y perfiles de uso, así como la carencia habitual de sistemas de acondicionamiento ambiental en las viviendas, la caracterización de los comportamientos del grupo de viviendas se ha basado en los parámetros energéticos principales de la envolvente. 5.2.1. parámetros energéticos
normalmente los valores de transmitancias de las fachadas son elevados en relación a las prestaciones actuales: todos los cerramientos no aislados específicamente presentan valores de este parámetro por encima del valor 1 W/m2K, situándose en muchas ocasiones alrededor de los 2 W/m2K. Hay una tendencia de disminución del valor de la transmitancia conforme avanza el periodo, si bien en la década de los setenta vuelve a elevarse este parámetro, fundamentalmente por la irrupción de las
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Cerramiento
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soluciones de fachada más industrializadas, que van a significar un empeoramiento de las condiciones térmicas de muchas de las viviendas. Incluso en algunos casos de soluciones de fachada prefabricadas o industrializadas los valores de la transmitancia llegan a ser muy altos: alrededor de 4 W/m2K. Solo las soluciones de cerramiento que incorporan capas de aislamiento térmico, que también empiezan a aparecer en esta última década, alcanzan valores inferiores a la unidad, relativamente cercanos a las soluciones actuales en esta zona climática. En el periodo de estudio, globalmente, los valores promedio de las transmitancia son más del doble de los habituales de los exigidos en la nBE Ct-79, más de tres veces y media superiores a los valores necesarios para un edificio bajo las exigencias de la EpBd y el CtE-HE1 (2013), y más de diez veces superiores a los edificios actualmente de referencia en eficiencia energética.
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Las admitancias de los cerramientos de una sola hoja de fábrica cerámica son mayores que las de dos, con valores que se aproximan a 4 W/m2K, salvo las soluciones macizas de hormigón de la última década que lo superan ampliamente. disponen, por tanto, de una significativa capacidad de reducción de la onda térmica. no obstante, la ausencia de materiales aislantes en estas soluciones de cerramientos es la causa de que la admitancia hacia el exterior sea igualmente alta, limitando seriamente la capacidad de regulación de las condiciones térmicas en el interior. En conjunto, los cerramientos de fábricas cerámicas con espesores de más de un pie darán lugar a ambientes térmicos mucho más estables que las soluciones de hormigón.
130
En el caso de los cerramientos de dos hojas con cámara de aire, al presentar una hoja interior relativamente débil desde el punto de vista térmico, disminuyen su admitancia y, por tanto, su capacidad de actuar como elemento regulador. Si los comparamos con soluciones de cerramientos actuales, vemos que su admitancia es relativamente similar a los clasificados como eficientes e incluso al de un cerramiento de muy alta eficiencia, fundamentalmente por compartir habitualmente la forma de resolver la hoja interior mediante un tabique ligero o un trasdosado de panel de cartón yeso.
valorando ambos parámetros en conjunto, observamos que existen cerramientos que, aún con valores de transmitancia relativamente altos, presentan comportamientos dinámicos especialmente adecuados para la edificación residencial, con retardos superiores a ocho horas, incluso en algún caso hasta once horas, y factores de reducción que en algunos casos son de 0,2, como sucede con los cerramientos cuyos espesores de fábrica cerámica son de un pie o superiores.
resulta especialmente destacable el buen comportamiento de las fábricas de doble hoja con cámara de aire intermedia, cuando ambas son citara o la hoja exterior es de un pie, ya que son soluciones que aúnan una adecuada inercia y resistencia térmica. Este grupo de cerramientos presenta funcionamientos dinámicos cercanos a las soluciones de fachada que se proponen para dar cumplimiento a los requisitos actuales de eficiencia energética, y no excesivamente alejados de los conseguidos por cerramientos de muy alta eficiencia. Más alejadas de esos comportamientos están las soluciones de fachada dominantes en la segunda mitad del periodo: citara, cámara de aire (sin aislamiento) y tabique, que no alcanzan los estándares de la nBE Ct-79 y menos aún las actuales exigencias.
En general las transmitancias térmicas de las cubiertas del periodo son altas, pero normalmente algo inferiores a las de los cerramientos de fachada. La transmitancia
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media de la cubierta más habitual es de 1,23 W/m2K ± 0,2, debido fundamentalmente al papel de la capa de relleno de carbonilla o escorias. no obstante, podemos encontrar valores de 0,66 W/m2K en las singulares soluciones de cubierta con aislamiento térmico específico, si bien el periodo se caracteriza globalmente por una ausencia en el uso de materiales aislantes específicos, confiando la capacidad de control térmico a las capas que constituyen la solución de cubierta, fundamentalmente la naturaleza de la capa de relleno y su adecuado espesor. Esto, unido a su resistencia térmica, va a aportar la capacidad de la cubierta de reducción de la oscilación térmica por acumulación de calor. al contrario que con los cerramientos de fachada, las transmitancias del grupo no van a ir disminuyendo paulatinamente en el tiempo a lo largo del periodo de estudio. Salvo en el caso de cubiertas aisladas, los valores de la transmitancia adoptan sus valores más bajos cuando la azotea a la andaluza (solución de cubierta predominante) utiliza capas gruesas de relleno, teniendo el hormigón celular poca presencia significativa.
aunque dada la climatología de la zona sería adecuado el uso de cubiertas frías o ventiladas, no existe realmente una tradición constructiva sobre cubiertas aireadas, y se ha preferido normalmente la cubierta maciza por su menor complejidad constructiva.
Los huecos en fachadas son elementos de gran importancia en el comportamiento de las viviendas, ya que si bien su área no suele ser muy alta y, en conjunto, oscilando normalmente entre el 10% y el 25 % de la superficie de la fachada, tanto su baja resistencia térmica como su prácticamente nula inercia térmica generan significativos y rápidos flujos térmicos a través de estas superficies de la envolvente. a ello hay que añadir que son elementos que normalmente permiten la transmisión de una gran parte de la radiación solar incidente, tanto en verano como en invierno, y, en consecuencia, la captación y acumulación de calor en las superficies interiores de la vivienda, a diferencia de los cerramientos opacos que almacenan esta energía en su propia masa externamente a los volúmenes ocupados. La escasa información que los propios proyectos de los edificios de este periodo aportan sobre los huecos (apenas se mencionan los tipos de acristalamientos y carpinterías), el alto grado de renovación de los mismos desde la construcción original, y lo heterogéneo de este proceso de renovación (más consecuencia de acciones individuales de los usuarios que de proyectos de renovación integral), no permiten una evaluación global. Sí podemos afirmar que la mayoría de las sustituciones son aún de segunda generación, es decir, sistemas que, si bien presentan mejores prestaciones en general de estanqueidad y ruido, siguen ofreciendo valores altos de transmitancia y, por tanto, tienen un amplio potencial de mejora. El nivel de estanqueidad al aire de la envolvente es un factor de gran importancia tanto por su relación con los aspectos higrotérmicos y de calidad del aire como energéticos. Está fundamentalmente relacionado con el tipo de huecos de fachadas y con su dimensión. Si bien debe ser objeto de trabajos específicos que amplíen la caracterización de
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En cualquier caso, muchos de los cerramientos encontrados, tanto fachadas como cubiertas, presentan propiedades que pueden ser aprovechadas y optimizadas en procesos de intervención energética, algunos de ellos con adecuados desfases de la oscilación térmica y buenos factores de reducción. no obstante lo anterior, la mayoría de los cerramientos tienen prestaciones medias que, en un proceso de adecuación, deberían ser mejoradas.
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la permeabilidad al aire de las envolventes de este periodo, los análisis y pruebas iniciales realizados sobre determinados casos de estudio parecen indicar niveles de permeabilidad al aire relativamente bajos, en relación a los que a priori cabría esperar inicialmente, aunque, como hemos dicho, la mayoría de las viviendas han sustituido los sistemas de carpintería. 5.2.2. humedades de condensación
Es necesario destacar, por último, el alto nivel de riesgo asociado a la formación de condensaciones superficiales en el parque de viviendas, incluso en un clima con inviernos templados como el de Sevilla. Si no se manifiesta este proceso patológico en toda su amplitud es debido a la adecuada tradición local del uso de la ventilación. no obstante, las nuevas formas de habitar los hogares, así como la pérdida del contacto con la tradición, hacen de éste fenómeno un riesgo en aumento.
El riesgo de producción de humedades de condensación en fachadas del periodo de estudio es en su superficie interior. apenas hay riesgo de formación de las intersticiales, ni siquiera cuando al final del periodo se empiezan a introducir los materiales aislantes, debido a su medio-alta impermeabilidad al paso del vapor y a su colocación en la cara exterior de la cámara de aire.
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El nivel de riesgo de formación de condensaciones superficiales generalizadas en fachadas es de un 40%, aproximadamente, de las viviendas analizadas, sobre todo en las viviendas de mayor antigüedad, que utilizan mayoritariamente cerramientos de fábrica de ladrillo de una hoja, y en las viviendas del final del periodo con soluciones de fachadas industrializadas o prefabricadas. Con la introducción de las cámaras de aire y los cerramientos de doble hoja este riesgo comienza a disminuir, debido a la mejora en la resistencia térmica que aportan a los cerramientos.
132
Mayor riesgo de formación de este tipo de condensaciones se produce en puentes térmicos, tanto en el encuentro de los elementos estructurales con el cerramiento, como alrededor de los huecos, riesgo que crece conforme avanza el periodo de estudio, al extremarse la diferencia en cuanto a debilidad térmica de estos elementos singulares respecto del resto de cerramientos. Los más altos porcentajes se producen en los años setenta, sobre todo en los encuentros de los pilares con el cerramiento, debido principalmente al abandono de algunas prácticas constructivas propias de los años cincuenta y sesenta: paso de la hoja exterior por delante del pilar, o inclusión del pilar dentro de grandes cámaras de aire.
En las cubiertas, en general hay un riesgo mayor de formación de humedades de condensación intersticiales que superficiales, ya que la resistencia térmica habitual de las distintas soluciones suele ser suficiente para evitar estas últimas. Las soluciones más tradicionales, como la azotea a la andaluza, serán poco proclives a la aparición de estas condensaciones intersticiales y aún menor será ese riesgo en las cubiertas con cámaras de aire ventiladas (azoteas a la catalana o cubiertas inclinadas).
La introducción de láminas impermeabilizantes en las azoteas a la andaluza aumenta notablemente el riesgo de formación de condensaciones intersticiales, dada su situación en la zona fría de la cubierta y su muy baja permeabilidad al vapor de agua. Son pocos los ejemplos de uso de barreras de vapor (oxiasfalto) en la zona caliente para paliar este efecto.
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agradecImIentos
– Ministerio de Economía y Competitividad, gobierno de España, por las ayudas ref. BIa2012-39020-C02-01 y BES-2013-063097. – Investigadora del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo torroja, jessica fernández- agüera. – Investigadora del Instituto universitario de arquitectura y Ciencias de la Construcción, EtSa, universidad de Sevilla, rocío Escandón ramírez. – Sur arquitectura S.L.p., en especial a josé Ignacio Monsalve Martínez. – fundación para la Investigación y difusión de la arquitectura de Sevilla (fIdaS) y Colegio oficial de arquitectos de Sevilla, en especial a josé María gentil Baldrich. – gerencia de urbanismo de Sevilla Servicio de arquitectura y vivienda social, en especial a andrés Salazar Leo. – archivo Histórico provincial de Sevilla. – archivo de la gerencia Municipal de urbanismo de Sevilla. – agencia de vivienda y rehabilitación de andalucía, en especial a juan Manuel garcía Blanco. – oficina de rehabilitación Integral del polígono Sur, en especial a Carmen nieto rubio. – Investigadores colaboradores de la Escuela técnica Superior de arquitectura de la universidad de Sevilla: Ismael virués Mera, jesús arroyo ranchal, paula Moreno gonzález y valme rubio Moreno.
reFerencIas
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Fuentes
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documentales
archivos consultados archivos históricos
– archivo Histórico provincial de Sevilla – archivo Histórico nacional
archivos urbanísticos
– Servicio de arquitectura y vivienda Social de la gerencia de urbanismo de Sevilla – Cartografía catastral. dirección general del Catastro
archivos profesionales
– fondos documentales y archivos general de proyectos de la fundación para la Investigación y difusión de la arquitectura de Sevilla (fIdaS) – oficina de rehabilitación Integral del polígono Sur – agencia de vivienda y rehabilitación de andalucía de la Consejería de fomento y vivienda de la junta de andalucía – Sur arquitectura S.L.p.
prensa
– Hemeroteca diario ABC de Sevilla – Hemeroteca diario La Vanguardia
revistas periódicas
– Hogar y Arquitectura. revista publicada por la obra Sindical del Hogar y arquitectura – Reconstrucción. revista publicada por la dirección regional de regiones devastadas – Revista Nacional de Arquitectura. revista publicada por la dirección general de arquitectura
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
publicaciones periódicas
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de FIguras
01. Construcción de viviendas protegidas en los años cuarenta . . . . . 02. Construcción de viviendas protegidas en los años cincuenta . . . . 03. Construcción de viviendas protegidas en los años sesenta . . . . . . 04. plano de situación del polígono San pablo respecto a Sevilla en los años sesenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 05. reproducción de la maqueta de la primera fase del polígono San pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 06. Construcción de viviendas protegidas en los años setenta . . . . . . 07. Construcción de viviendas protegidas en la ciudad entre los años 1939-1979 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 08. viviendas sociales construidas en Sevilla respecto al total . . . . . . 09. distribución temporal de la superficie construida (m2) de las actuaciones y del número de viviendas (burbujas) . . . . . . . . . 10. diagrama de distribución y de simetría del número de viviendas por actuación típica en cada década . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11. diagrama de distribución y de simetría de la superficie construida (m2) típica en cada década . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12. gráfico de dispersión del número de viviendas y superficie construida (m2) de la muestra de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13. valores promedio de transmitancias térmicas (u) de cerramientos de fachada por décadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14. Características energéticas de las diferentes soluciones de fachadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15. relación de las transmitancias térmicas con desfase temporal y factor de reducción (diámetro de la burbuja) . . . . . . . . . . . . . . 16. resistencias térmicas medias de los grupos de forjados, en función de su masa y espesor, por décadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17. valores promedio de transmitancias térmicas (u) de cubiertas por décadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18. Características energéticas de las diferentes soluciones de cubierta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19. Comparación de transmitancias térmicas con desfase temporal y factor de reducción (tamaño de la burbuja) . . . . . . . . . . . . . . . 20. fachadas: secciones constructivas representativas por décadas (basadas en los proyectos de ejecución originales) . . . . . . . . . . . 21. fachadas: distribución de frecuencia absoluta de aparición de los tipos de cerramiento (principales) según años del periodo . . . . . 22. fachadas: presencia global del tipo de cerramiento en el parque de vivienda del periodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23. fachadas: tipo de solución de cerramiento por número de actuaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24. fachadas: tipo de solución de cerramiento por número de viviendas . 25. fachadas: tipo de solución de cerramiento por superficie construida . 26. fachadas: evolución de las transmitancias en el periodo y relación con el número de viviendas (diámetro de la burbuja) . . . . . . . . . 27. Construcción de las viviendas de La Candelaria, año 1955 . . . . . 28. viviendas en Madre de dios, fase 6, año 1958 . . . . . . . . . . . . . . 29. viviendas en el Cerro del Águila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30. fachadas: presencia de cerramientos encintados por la estructura. distribución temporal (% sobre la superficie global) . .
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figura 31. anuncio del material durisol en los sesenta . . . . . . . . . . . . . . . . figura 32. Soluciones hibridas de fachada. viviendas en el tiro de Línea . . . figura 33. Envolvente hibrida. viviendas en el polígono San pablo, Barrio C . figura 34. fachadas: distribución de la presencia de revestimiento continuo exterior (% porcentaje absoluto del año) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 35. distribución por años del periodo del porcentaje de viviendas bajo cubierta (porcentaje %) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 36. porcentaje global por décadas de viviendas bajo cubierta . . . . . . figura 37. Cubiertas: distribución de frecuencias absolutas de los tipos de cubierta por años del periodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 38. Cubiertas: presencia global del tipo de cubierta en el parque de viviendas del periodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 39. Cubierta aislada en las viviendas de Madre de dios, fase 6 . . . . . figura 40. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por número de actuaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 41. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por número de viviendas . figura 42. Cubiertas: tipo de solución de cerramiento por superficie construida (porcentaje %) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 43. viviendas de La Barzola (1942) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 44. residencial Santa aurelia (1973) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 45. ventanas representativas de cada periodo temporal, soluciones metálicas y de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 46. Sección Constructiva. viviendas polígono San pablo . . . . . . . . . . figura 47. Carpintería de madera en viviendas de los remedios . . . . . . . . . figura 48. Carpintería metálica en la Colonia Santa Bárbara . . . . . . . . . . . . figura 49. ventanas: tipos de carpintería por actuaciones . . . . . . . . . . . . . . figura 50. ventanas: tipos de carpintería por número de viviendas . . . . . . figura 51. ventanas: tipos de carpintería por superficie construida . . . . . . . figura 52. Evolución de la superficie construida de las viviendas durante el periodo de estudio (años) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 53. gráfico de cuantiles para la superficie construida (m2) de las viviendas figura 54. gráfica del modelo ajustado temporal de la relación entre superficie ocupada (m2) y el número de viviendas . . . . . . . . . . . figura 55. Evolución del número de plantas durante el periodo de estudio . . figura 56. Evolución de los grupos tipológicos por décadas. población global de edificios del periodo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 57. porcentaje (%) de representación de tipologías respecto al número de viviendas. periodo total y repercutido por décadas . . . . . . . . figura 58. porcentaje (%) de representación de tipologías respecto a la superficie construida. periodo total y repercutido por décadas . . figura 59. distribución global del grado de intervención en relación a las actuaciones (porcentaje del parque) . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 60. Evolución temporal de las transmitancias térmicas en relación a los valores máximos normativos de cada periodo . . . . . . . . . . . figura 61. distribución de condiciones exteriores de Sevilla para el mes de Enero de un año tipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 62. porcentaje de viviendas del parque con riesgo de formación de condensaciones superficiales, distribuido por décadas y global . . figura 63. presencia de puentes térmicos con riesgo de condensación a lo largo del periodo (derecha % de viviendas sobre el total de la década) y distribución del riesgo de condensaciones generales en el cerramiento (izquierda % de viviendas sobre el total de la década) . . . . . . . .
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
LA
141
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
figura 64. Cerramiento de fábrica cerámica 1 pie (f1) . . . . . . . . . . . . . . . . figura 65. Cerramiento de fábrica cerámica (1 pie) con trasdosado aislante Duripanel (f1c) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 66. Cerramiento de citara, cámara y tabique (f8) . . . . . . . . . . . . . . . figura 67. Cerramiento de citara, cámara con aislamiento y tabique (f11) . figura 68. Cerramiento de panel prefabricado de hormigón armado con cámara de aire aislada (f12) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 69. Cerramiento f8 con revestimiento decorativo exterior de piedra artificial. Elemento singular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 70. Cubierta tipo C6, con hormigón celular y lámina impermeabilizante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . figura 71. Cubierta tipo C2 reparada por el exterior con pintura impermeabilizante de cloro-caucho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
lIstado
142
de tablas
tabla 01. distribución temporal y peso relativo de viviendas globales y de tipo social en el periodo de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 12. valores representativos de la superficie construida de las actuaciones de vivienda (m2 construidos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 13. valores representativos del número de viviendas de las actuaciones de vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 14. Magnitudes utilizadas para la caracterización en régimen permanente tabla 15. Magnitudes utilizadas para la caracterización en régimen dinámico . tabla 16. fachadas. Clasificación por presencia de revestimiento continuo en la cara exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 07. fachadas. Clasificación por número de hojas del cerramiento . . . tabla 08. fachadas. Clasificación por tipo de hoja principal . . . . . . . . . . . . tabla 09. fachadas. Clasificación por tipo de hoja interior . . . . . . . . . . . . . tabla 10. fachadas. Clasificación de soluciones constructivas de fachada . . tabla 11. Cubiertas. Clasificación de capa soporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 12. Cubiertas. Clasificación por formación de pendiente . . . . . . . . . . tabla 13. Cubiertas. Clasificación por capa de acabado exterior . . . . . . . . . tabla 14. Cubiertas. Clasificación de soluciones constructivas de cubierta . . tabla 15. ventanas. Clasificación de tipos de vidrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 16. ventanas. Clasificación de carpinterías por su material . . . . . . . . . tabla 17. Clasificación tipológica de los edificios del parque de vivienda social del periodo de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 18. Características energéticas de las diferentes soluciones de fachadas . tabla 19. Características energéticas de las diferentes soluciones de cubierta . tabla 20. dimensiones estandarizadas para las ventanas del II plan nacional de vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 21. ventanas: factor de relación entre porción transparente de la ventana y superficie del hueco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 22. grupos de viviendas con protección patrimonial . . . . . . . . . . . . . tabla 23. grados de intervención y modificación en la envolvente edificatoria . tabla 24. Condiciones de análisis higrotérmico para una vivienda en Sevilla en el periodo más desfavorable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 25. tipos de puentes térmicos asociados a los cerramientos de fachada y posibilidad de aparición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tabla 26. Matriz de características del edificio tipo por periodos temporales . .
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
apéndIce 1
detalles de soluciones constructivas utilizadas.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
a.1. solucIones constructIVas tIpo para cerramIentos de Fachada
143
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
a.2. solucIones constructIVas tIpo para cerramIentos de cubIerta
144
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LA
FIchas
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
de detalle
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
actuaciones de vivienda social seleccionadas como casos de estudio
145
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Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 168 Superficie construida: 10.731m2 Superficie ocupada: 2.626 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza.
p. solar
voladizos en balcones.
datos del conjunto año: 1952 nº viviendas: 1.180 Superficie construida: 88.377 m2 Superficie ocupada: 17.535 m2
fachada
Cubierta
02
una Hoja. revestido continuo. azotea la catalana.
Sin especificar. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por aluminio. p. solar
C9 -
datos del conjunto año: 1952 nº viviendas: 280 Superficie construida: 19.320 m2 Superficie ocupada: 3.248 m2
fachada
una Hoja. revestido continuo.
Carpintería
Sin especificar. Se han cambiado en la mayoría de las viviendas.
Cubierta
03
f1
voladizo en cubierta de 40 cm.
datos del conjunto
utM: 233322; 4141041 b06 el tardón distrito: triana
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 233329; 4140998 b06 el tardón distrito: triana
f7
p. solar
azotea a la catalana.
f7
C2 H1
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
01
utM: 233635; 4141261 b04 Voluntad distrito: triana
doble Hoja. revestido continuo.
voladizo en cubierta de 40 cm.
147
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1952 nº viviendas: 485 Superficie construida: 35.172 m2 Superficie ocupada: 6.050 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
04
utM: 233312; 4141013 b06 el tardón distrito: triana
una Hoja. revestido continuo. azotea a la catalana.
Sin especificar. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por aluminio. p. solar
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
148
doble Hoja. revestido continuo.
Sin especificar. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por aluminio. no especifica si en el proyecto p. solar original había persianas.
-
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 336 Superficie construida: 20.790 m2 Superficie ocupada: 5.166 m2
fachada
Cubierta
06
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C3
datos del conjunto
utM: 233207; 4140773 b07 nuestra sra. del carmen distrito: triana
-
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 300 Superficie construida: 25.050 m2 Superficie ocupada: 3.529 m2
fachada
05
C9
voladizo en cubierta de 40 cm.
datos del conjunto
utM: 233181; 4140848 b07 nuestra sra. del carmen distrito: triana
f1
doble Hoja. revestido continuo.
f7
azotea a la andaluza. no transitable. C2
Sin especificar. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. voladizo en cubierta de 40 cm y p. solar balcones.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1939 nº viviendas: 319 Superficie construida: 27.101 m2 Superficie ocupada: 7.874 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
Inclinada.
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 153 Superficie construida: 13.292 m2 Superficie ocupada: 2.799 m2
fachada
Cubierta
08
doble Hoja. Ladrillo visto.
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. persianas en proyecto originario p. solar de pvC solo en la fachada sur. datos del conjunto año: 1964 nº viviendas: 1.680 Superficie construida: 85.050 m2 Superficie ocupada: 21.000 m2
fachada
Cubierta
09
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C2
datos del conjunto
utM: 236081; 4146402 b11 san jerónimo distrito: norte
C10
original madera. Se han cambiado Carpintería por aluminio en la mayoría de las H2 viviendas. Contraventana interior. Se han p. solar cambiado en la mayoría de viviendas por persianas.
datos del conjunto
utM: 233357; 4140054 b10 tablada distrito: Los remedios
f1
doble Hoja. revestido continuo. v
f7
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
07
utM: 234320; 4140901 b08 los remedios distrito: Los remedios
una Hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo.
persianas añadidas a posteriori.
149
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 1.456 Superficie construida: 113.568 m2 Superficie ocupada: 24.178 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
10
utM: 237826; 4145691 b12 pino montano distrito: norte
doble Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 1.765 Superficie construida: 166.901 m2 Superficie ocupada: 25.410 m2
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
150
11
C3
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236195; 4144846 b20 polígono norte distrito: norte
f8
doble Hoja. Ladrillo visto. azotea a la andaluza.
f8
C4
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 760 Superficie construida: 64.143 m2 Superficie ocupada: 9.540 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
12
utM: 237068,4143580 b35 el zodiaco distrito: San pablo-Santa justa
Carpintería p. solar
una Hoja. Sin revestir. paneles prefabricados.
f4
Se han cambiado en la mayoría de las viviendas por aluminio.
-
Sin identificar.
Sin especificar.
-
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1972-77 nº viviendas: 900 Superficie construida: 78.300 m2 Superficie ocupada: 1.152 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
Sin especificar.
Carpintería Sin especificar. p. solar
Cubierta
Carpintería p. solar
doble Hoja. Ladrillo visto. azotea a la andaluza.
C4
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 96 Superficie construida: 14.170 m2 Superficie ocupada: 1.109 m2
fachada
doble Hoja. Ladrillo visto.
Carpintería
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas.
Cubierta
15
f8
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas. persiana corredera exterior en proyecto original. persianas empotradas añadidas a posteriori. voladizo en cubierta.
datos del conjunto
utM: 237071; 4142723 b44 barrio a: Fase 3, 4 y 5 distrito: San pablo-Santa justa
-
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 140 Superficie construida: 7.686 m2 Superficie ocupada: 1.526 m2
fachada
14
-
Sin especificar.
datos del conjunto
utM: 237253; 4142497 b44 barrio a: Fase 6 distrito: San pablo-Santa justa
f8
p. solar
plana.
f7
C2
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
13
utM: 237280, 4144838 b40 san diego distrito: San pablo-Santa justa
prefabricado de hormigón.
persianas añadidas a posteriori.
151
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 1.090 Superficie construida: 63.111 m2 Superficie ocupada: 12.317 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
16
utM: 237198; 4142728 b44 barrio a: Fase 3, 4, 5 y 7 distrito: San pablo-Santa justa
Carpintería p. solar
doble hoja. revestido continuo.
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas persiana corredera exterior en proyecto original. persianas empotradas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1965 nº viviendas: 260 Superficie construida: 15.132 m2 Superficie ocupada: 2.912 m2 datos del conjunto fachada
doble hoja. Ladrillo visto.
Carpintería
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas.
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
152
17
utM: 237265; 4142435 b44 barrio a: Fase 4 distrito: San pablo-Santa justa
p. solar
azotea a la andaluza.
C4
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 192 Superficie construida: 21.216 m2 Superficie ocupada: 2.304 m2
fachada
Cubierta
18
f8
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto
utM: 237579; 4142739 b44 barrio b: Fase 4 distrito: San pablo-Santa justa
f7
doble hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f8
C2
original metálica. Se han cambiaCarpintería do en la mayoría de las viviendas H1 por aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1964 nº viviendas: 280 Superficie construida: 19.572 m2 Superficie ocupada: 3.052 m2 datos del conjunto fachada
Cambia en las plantas bajas
Carpintería
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas
Cubierta
p. solar
azotea a la andaluza. no transitable. C4
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 280 Superficie construida: 15.428 m2 Superficie ocupada: 2.779 m2 datos del conjunto fachada
doble hoja. Ladrillo visto.
Carpintería
original metálica. Se han cambiado H1 en la mayoría de las viviendas.
Cubierta
20
utM: 237297; 4142827 b44 barrio b: Fase 6 distrito: San pablo-Santa justa
p. solar
azotea a la andaluza.
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 250 Superficie construida: 13.750 m2 Superficie ocupada: 2.550 m2
fachada
Cubierta
21
C4
Sin datos en el proyecto.
datos del conjunto
utM: 237422; 4142728 b44 barrio b: Fase 7 distrito: San pablo-Santa justa
f8
doble Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f8
C4
original metálica. Se han cambiaCarpintería do en la mayoría de las viviendas H1 por aluminio. p. solar
persiana corredera exterior en proyecto original. persianas empotradas añadidas a posteriori.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
19
utM: 237522; 4142790 b44 barrio b distrito: San pablo-Santa justa
f8
153
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1976 nº viviendas: 640 Superficie construida: 70.320 m2 Superficie ocupada: 6.608 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
22
utM: 238117; 4142606 b44 barrio c: Fase 1 distrito: San pablo-Santa justa
doble Hoja. Ladrillo visto. azotea a la andaluza.
p. solar
persianas en proyecto originario solo en la fachada sur.
datos del conjunto año: 1965 nº viviendas: 147 Superficie construida: 24.732 m2 Superficie ocupada: 2.046 m2
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
154
23
C4
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238246; 4143664 b44 barrio e: Fase 3 distrito: San pablo-Santa justa
f8
doble Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f8
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario.
datos del conjunto año: 1965 nº viviendas: 192 Superficie construida: 20.064 m2 Superficie ocupada: 1.992 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
24
utM: 238033; 4143627 b44 barrio e: Fase 4 distrito: San pablo-Santa justa
doble Hoja. originariamente ladrillo cara vista. ahora con revestido continuo. azotea a la andaluza.
f10 C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1965 nº viviendas: 150 Superficie construida: 13.380 m2 Superficie ocupada: 2.550 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
25
utM: 238197; 4143598 b44 barrio e: Fase 4 distrito: San pablo-Santa justa
doble Hoja. revestido continuo. Cambia en las plantas bajas. azotea a la andaluza.
f8/ f10 C4
Madera. Se han cambiado en la Carpintería mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1965 nº viviendas: 350 Superficie construida: 24.675 m2 Superficie ocupada: 4.060 m2 datos del conjunto
Cubierta
26
utM: 238064; 4143452 b44 barrio e: Fase 5 distrito: San pablo-Santa justa
doble Hoja. revestido continuo. Cambia bajo ventanas. azotea a la andaluza.
p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 144 Superficie construida: 14.439 m2 Superficie ocupada: 1.119 m2
fachada
Cubierta
27
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238219; 4143396 b44 barrio e: Fase 6 distrito: San pablo-Santa justa
f8
una Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f10 C4
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
fachada
persianas añadidas a posteriori.
155
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 370 Superficie construida: 25.752 m2 Superficie ocupada: 4.847 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
28
utM: 237550; 4142800 b44 barrio e: Fase 6 distrito: San pablo-Santa justa
doble hoja. revestido continuo. Cambia bajo las ventanas. azotea a la andaluza.
p. solar
Solo en la fachada sur.
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 130 Superficie construida: 9.048 m2 Superficie ocupada: 1.833 m2
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
156
29
C8
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238185; 4143160 b44 barrio e: Fase 7 distrito: San pablo-Santa justa
f8/ f10
doble hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f8
C4
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1971 nº viviendas: 4.768 Superficie construida: 429.444 m2 Superficie ocupada: 97.310 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
30
utM: 240780; 4144549 b45 parque alcosa distrito: Este-alcosa-torreblanca
Bloques de hormigón de 20x20x40 con revestido continuo f5 de enfoscado de cemento. Inclinada.
C10
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
Contraventanas.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 1.159 Superficie construida: 102.104 m2 Superficie ocupada: 15.300 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
31
utM: 241231; 4144218 b45 parque alcosa distrito: Este-alcosa-torreblanca
Bloques de hormigón de 20x20x40 con revestido continuo f5 de enfoscado de cemento
azotea a la catalana. no transitable C10
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
Contaventanas en la fachada sur.
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 464 Superficie construida: 41.113 m2 Superficie ocupada: 9.800 m2 datos del conjunto
Cubierta
32
utM: 240973; 4144210 b45 parque alcosa distrito: Este-alcosa-torreblanca
Bloques de hormigón de 20x20x40 con revestido continuo f5 de enfoscado de cemento. Inclinada.
C10
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
Contraventanas.
datos del conjunto año: 1961 nº viviendas: 1.013 Superficie construida: 47.730 m2 Superficie ocupada: 11.750 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
33
utM: 243162; 4141278 b46 torreblanca distrito: Este-alcosa- torreblanca
una Hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f1 C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
fachada
157
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:38 Página 158
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1960 nº viviendas: 760 Superficie construida: 43.092 m2 Superficie ocupada: 8.725 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
34
utM: 238418; 4141611 b47 madre de dios distrito: Cerro—amate
una Hoja. revestido continuo.
no transitable con aislamiento.
p. solar
Celosía de ladrillo en terraza lavadero.
datos del conjunto año: 1960 nº viviendas: 500 Superficie construida: 26.450 m2 Superficie ocupada: 4.660 m2
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
158
35
doble Hoja. Ladrillo visto. azotea a la andaluza.
p. solar
C5
no especifica si en el proyecto original había persianas.
datos del conjunto año: 1960 nº viviendas: 200 Superficie construida: 10.840 m2 Superficie ocupada: 2.087 m2
fachada
Cubierta
36
f8
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238143; 4141566 b47 madre de dios distrito: Cerro—amate
C11
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238041; 4141420 b47 madre de dios distrito: Cerro—amate
f1
doble Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
f8
C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
no especifica si en el proyecto original había persianas.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1960 nº viviendas: 300 Superficie construida: 16.185 m2 Superficie ocupada: 3.405 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza. no transitable. C4
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
Celosía en terraza y lavadero.
datos del conjunto año: 1958 nº viviendas: 192 Superficie construida: 11.968 m2 Superficie ocupada: 1.384 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
38
utM: 237999; 4141341 b47 madre de dios distrito: Cerro—amate
doble Hoja. revestido continuo.
original metálica. Se han cambiaCarpintería do en la mayoría de las viviendas H1 por aluminio. p. solar
Celosía en terraza.
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 1.611 Superficie construida: 72.588 m2 Superficie ocupada: 22.270 m2
fachada
Cubierta
39
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C2
datos del conjunto
utM: 238418; 4141611 b48 los pajaritos: nazaret distrito: Cerro—amate
f8
doble Hoja. revestido continuo.
f7
fase 1 Inclinada. fase 2 azotea a C2/ la andaluza. C10
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
tapaluz.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
37
utM: 238230; 4141732 b47 madre de dios distrito: Cerro—amate
doble Hoja. Ladrillo visto.
159
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 160
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 135 Superficie construida: 6.660 m2 Superficie ocupada: 1.925 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
40
utM: 238202; 4141766 b48 los pajaritos distrito: Cerro—amate
doble Hoja. revestido continuo.
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
no especifica si en el proyecto original había persianas.
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 680 Superficie construida: 34.136 m2 Superficie ocupada: 6.780 m2 datos del conjunto fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
160
41
utM: 238251; 4141747 b48 los pajaritos distrito: Cerro—amate
una hoja. revestido continuo. Ladrillo macizo azotea a la andaluza.
p. solar
C2
Celosía de ladrillo en terraza lavadero
datos del conjunto año: 1958 nº viviendas: 140 Superficie construida: 6.944 m2 Superficie ocupada: 1.408 m2
fachada
Cubierta
42
f1
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio.
datos del conjunto
utM: 238199; 4141762 b48 los pajaritos distrito: Cerro—amate
f9
una Hoja. revestido continuo. Ladrillo macizo azotea a la andaluza.
f1
C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
no especifica si en el proyecto original había persianas.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1958 nº viviendas: 170 Superficie construida: 5.599 m2 Superficie ocupada: 1.117 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
no especifica si en el proyecto original había persianas.
datos del conjunto año: 1956 nº viviendas: 310 Superficie construida: 14.633 m2 Superficie ocupada: 3.616 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
44
utM: 236531; 4140439 b51 pirotecnia distrito: Sur
una Hoja. Cambia en muros transversales a tabique de 10 cm. azotea a la andaluza.
p. solar
C1
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1970 nº viviendas: 276 Superficie construida: 21.120 m2 Superficie ocupada: 2.702 m2
fachada
Cubierta
45
f1
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236886; 4140564 b52 el plantinar distrito: Sur
f1
doble Hoja. revestido continuo.
azotea a la andaluza. transitable.
f8
C4
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
43
utM: 238230; 4141732 b48 los pajaritos distrito: Cerro—amate
una Hoja. revestido continuo.
161
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 162
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1957 nº viviendas: 892 Superficie construida: 68.573 m2 Superficie ocupada: 13.144 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
46
utM: 236738; 4140679 b52 el plantinar distrito: Sur
una hoja de 40 cm de espesor. revestido continuo.
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
fraileros de madera.
datos del conjunto año: 1964 nº viviendas: 300 Superficie construida: 29.855 m2 Superficie ocupada: 3.797 m2 datos del conjunto fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
162
47
utM: 236730; 4140301 b54 tiro de línea—sta. genoveva distrito: Sur
doble Hoja. Ladrillo visto.
azotea a la andaluza. transitable
Carpintería original metálica. p. solar
tapaluz en dormitorios y persiana en salón.
fachada
Cubierta
48
f8
C3 H1
datos del conjunto año: 1940 nº viviendas: 120 Superficie construida: 9.000 m2 Superficie ocupada: 2.220 m2 datos del conjunto
utM: 236490; 4139861 b54 tiro de línea—sta. genoveva distrito: Sur
f1
una Hoja. revestido continuo. plana. no transitable.
f1
C1
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1964 nº viviendas: 301 Superficie construida: 18.343 m2 Superficie ocupada: 3.750 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza. transitable.
p. solar
tapaluz. Se han cambiado en la mayoría de viviendas por persianas.
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 702 Superficie construida: 43.681 m2 Superficie ocupada: 13.904 m2
fachada
Cubierta
50
doble Hoja. revestido continuo.
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1940 nº viviendas: 124 Superficie construida: 7.283 m2 Superficie ocupada: 2.185 m2
fachada
Cubierta
51
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C2
datos del conjunto
utM: 236579; 4139716 b54 tiro de línea—sta. genoveva distrito: Sur
C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236772; 4139920 b54 tiro de línea—sta. genoveva distrito: Sur
f9
una Hoja. revestido continuo. Inclinada.
f1
C10
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
49
utM: 236750; 4140164 b54 tiro de línea—sta. genoveva distrito: Sur
doble Hoja. revestido continuo.
persianas añadidas a posteriori.
163
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 164
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1945 nº viviendas: 480 Superficie construida: 41.640 m2 Superficie ocupada: 14.224 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
52
utM: 237600; 4141071 b56 ciudad jardín distrito: nervión
una Hoja. revestido continuo. plana. no transitable.
f1
C1
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 108 Superficie construida: 5.742 m2 Superficie ocupada: 1.863 m2 datos del conjunto
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
fachada
164
Cubierta
53
utM: 238173; 4141375 b57 la candelaria distrito: Cerro—amate
una Hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo.
f1
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
tapaluz.
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 81 Superficie construida: 4.204 m2 Superficie ocupada: 1.520 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
54
utM: 238415; 4141373 b57 la candelaria distrito: Cerro—amate
una Hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo.
f1
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
tapaluz.
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 165
LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 64 Superficie construida: 3.576 m2 Superficie ocupada: 973 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
55
utM: 238296; 4141292 b57 la candelaria distrito: Cerro—amate
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo
f1
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
tapaluz.
datos del conjunto año: 1955 nº viviendas: 756 Superficie construida: 40.194 m2 Superficie ocupada: 12.210 m2 datos del conjunto
Cubierta
56
utM: 238349; 4141323 b57 la candelaria distrito: Cerro—amate
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo.
f1
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
tapaluz.
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 640 Superficie construida: 37.640 m2 Superficie ocupada: 7.592 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
57
utM: 238133; 4141251 b58 amate distrito: Cerro—amate
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo. no transitable.
f1 -
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
fachada
165
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 166
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1957 nº viviendas: 451 Superficie construida: 28.274 m2 Superficie ocupada: 7.411 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
58
utM: 238068; 4140824 b58 amate distrito: Cerro—amate
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo. no transitable.
Sin especificar. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por aluminio. p. solar
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
166
doble hoja. Ladrillo visto.
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 540 Superficie construida: 47.793 m2 Superficie ocupada: 4.902 m2
fachada
Cubierta
60
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C6
datos del conjunto
utM: 238458; 4140261 b59 rochelambert distrito: Cerro—amate
-
datos del conjunto año: 1969 nº viviendas: 774 Superficie construida: 60.078 m2 Superficie ocupada: 14.112 m2
fachada
59
-
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto
utM: 238379; 4140586 b59 rochelambert distrito: Cerro—amate
f1
doble hoja. Ladrillo visto.
azotea a la andaluza. no transitable. C6
Carpintería original metálica galvanizada. p. solar
f8
persianas en proyecto originario de pvC.
H1
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 167
LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1974 nº viviendas: 413 Superficie construida: 31.817 m2 Superficie ocupada: 3.652 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza.
p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1976 nº viviendas: 308 Superficie construida: 24.719 m2 Superficie ocupada: 2.834 m2
fachada
Cubierta
62
C6
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236994; 4140159 b62 la juncal distrito: Sur
f8
doble hoja. Ladrillo visto.
azotea a la andaluza. transitable.
Carpintería original metálica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
f8
C5 H1
datos del conjunto año: 1966 nº viviendas: 221 Superficie construida: 25.479 m2 Superficie ocupada: 2.003 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
63
utM: 236923; 4140370 b62 la juncal distrito: Sur
doble hoja. Ladrillo visto. Estructura de perfiles metálicos con cruces de San andrés.
azotea a la andaluza. transitable.
Carpintería original metálica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
f8 C4
H1
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
61
utM: 239028; 4140851 b61 altair– el trébol distrito: Cerro-amate
doble hoja. Ladrillo visto.
167
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 168
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1962 nº viviendas: 1051 Superficie construida: 67.384 m2 Superficie ocupada: 14.014 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
64
utM: 236923; 4140370 b62 la juncal distrito: Sur
doble hoja. revestido continuo.
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1972 nº viviendas: 502 Superficie construida: 37.132 m2 Superficie ocupada: 13.557 m2 datos del conjunto fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
168
65
utM: 238308; 4139881 b63 el cerro del águila distrito: Cerro—amate
doble hoja. Ladrillo visto. plana. transitable.
p. solar
C1
persianas en proyecto originario de pvC.
datos del conjunto año: 1962 nº viviendas: 508 Superficie construida: 29.684 m2 Superficie ocupada: 5.994 m2
fachada
Cubierta
66
f8
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio.
datos del conjunto
utM: 237467; 4140250 b64 barriada híspalis distrito: Cerro—amate
f8
una hoja. revestido continuo.
azotea a la andaluza. transitable.
f1
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 169
LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1970 nº viviendas: 96 Superficie construida: 7908 m2 Superficie ocupada: 1928 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
azotea a la andaluza. transitable.
Carpintería original metálica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
fachada
Cubierta
68
C4 H1
datos del conjunto año: 1972 nº viviendas: 213 Superficie construida: 17.919 m2 Superficie ocupada: 2527 m2 datos del conjunto
utM: 238611; 4139798 b65 barriada las águilas distrito: Cerro—amate
f8
doble hoja. Ladrillo visto.
azotea a la andaluza. transitable.
Carpintería original metálica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
f8
C7 H1
datos del conjunto año: 1963 nº viviendas: 554 Superficie construida: 46.966 m2 Superficie ocupada: 12.240 m2 datos del conjunto fachada Cubierta
69
utM: 236199; 4139074 b66 bami distrito: Sur
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo. azotea a la catalana.
f1 C9
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio. p. solar
persianas añadidas a posteriori.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
67
utM: 238611; 4139798 b65 barriada las águilas distrito: Cerro—amate
doble hoja. Ladrillo visto.
169
La envolvente termica def_00-PRINCIPIO.qxd 26/09/2016 13:39 Página 170
SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1971 nº viviendas: 1.276 Superficie construida: 89.667 m2 Superficie ocupada: 19.000 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
70
utM: 236979; 4139532 b67 la oliva distrito: polígono Sur
doble hoja. Ladrillo visto. Cambia f5/ en los huecos. f10 azotea a la andaluza.transitable.
C3
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
toldos y persianas añadidos a posteriori.
datos del conjunto año: 1977 nº viviendas: 2.048 Superficie construida: 147.456 m2 Superficie ocupada: 38.144 m2 datos del conjunto fachada
doble hoja. Cambia en los huecos. f8/ revestido continuo. f10
Carpintería
Se han cambiado en la mayoría de las viviendas por aluminio.
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
170
71
utM: 236650; 4139251 b67 polígono sur: murillo distrito: Sur
p. solar
Inclinada 25% pendiente.
persianas en proyecto originario de pvC.
C10 -
datos del conjunto año: 1977 nº viviendas: 840 Superficie construida: 79.184 m2 Superficie ocupada: 21.006 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
72
utM: 236650; 4139251 b67 polígono sur: murillo distrito: Sur
doble hoja. Cambia en los huecos. f8 revestido continuo. Inclinada 25% pendiente.
C10
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1977 nº viviendas: 126 Superficie construida: 10.794 m2 Superficie ocupada: 1.215 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
Inclinada 25% pendiente.
Carpintería Metáica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
fachada
Cubierta
74
Con aislamiento.
Inclinada 25% pendiente.
Carpintería Metáica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
fachada
Cubierta
75
H1
f11
C10 H1
datos del conjunto año: 1979 nº viviendas: 624 Superficie construida: 74.200 m2 Superficie ocupada: 18.550 m2 datos del conjunto
utM: 237474; 4138793 b67 pol sur: martínez montañez distrito: Sur
C10
datos del conjunto año: 1979 nº viviendas: 800 Superficie construida: 58.632 m2 Superficie ocupada: 7.576 m2 datos del conjunto
utM: 237474; 4138793 b67 pol sur: martínez montañez distrito: Sur
f8
prefabricado de hormigón con aislamiento. Inclinada 25% pendiente.
Carpintería Metáica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
f12
C10 H1
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
73
utM: 236650; 4139251 b67 polígono sur: murillo distrito: Sur
doble hoja. revestido continuo.
171
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1979 nº viviendas: 360 Superficie construida: 36.120 m2 Superficie ocupada: 4.572 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
76
utM: 236609; 4138962 b67 pol sur: antonio machado distrito: Sur
doble hoja. Ladrillo visto.
predominio de las inclinadas. C4/ algunas con azotea a la andaluza C10 no transitable.
Carpintería Metáica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
172
77
doble hoja. Ladrillo visto.
Carpintería Metáica. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
H1
datos del conjunto año: 1972 nº viviendas: 1501 Superficie construida: 115.684 m2 Superficie ocupada: 29.140 m2
fachada
Cubierta
78
f8
predominio de las inclinadas. C4/ algunas con azotea a la andaluza C10 no transitable.
datos del conjunto
utM: 237427; 4139334 b67 pol sur: las letanías distrito: Sur
H1
datos del conjunto año: 1979 nº viviendas: 400 Superficie construida: 37.200 m2 Superficie ocupada: 9.375 m2 datos del conjunto
utM: 236609; 4138962 b67 pol sur: antonio machado distrito: polígono Sur
f8
Bloques BESSEr.
azotea a la andaluza. no transitable. C4
Carpintería Metáica. p. solar
f5
persianas añadidas a posteriori.
H1
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LA
ENVOLVENTE TÉRMICA DE LA VIVIENDA SOCIAL.
EL
CASO DE
SEVILLA, 1939
A
1979
datos del conjunto año: 1971 nº viviendas: 234 Superficie construida: 20.180 m2 Superficie ocupada: 3.504 m2 datos del conjunto fachada
doble hoja. revestido continuo.
Carpintería
original metálica. Se han cambiado H2 en la mayoría de las viviendas.
Cubierta
79
utM: ver si no esta dentro de la oliva b67 pol sur: giralda sur distrito: Sur
p. solar
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C4
Contraventanas.
datos del conjunto año: 1959 nº viviendas: 383 Superficie construida: 42.044 m2 Superficie ocupada: 11.437 m2 datos del conjunto
Cubierta
80
utM: 236364; 4138374 b68 pedro salvador distrito: palmera-Bellavista
una hoja. Cambia en las plantas bajas a 1 y 1/2 pie. revestido continuo. azotea a la catalana.
p. solar
persianas añadidas a posteriori.
datos del conjunto año: 1969 nº viviendas: 289 Superficie construida: 20.884 m2 Superficie ocupada: 1.638 m2
fachada
Cubierta
81
C9
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236382; 4138270 b68 pedro salvador distrito: palmera-Bellavista
f1
doble hoja. Ladrillo visto. Cambia en las plantas bajas.
f8
azotea a la andaluza. no transitable. C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC solo en la fachada sur.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
fachada
173
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SAMUEL DOMÍNGUEZ AMARILLO, JUAN JOSÉ SENDRA E IGNACIO OTEIZA SAN JOSÉ
datos del conjunto año: 1948 nº viviendas: 200 Superficie construida: 16.558 m2 Superficie ocupada: 5.346 m2 datos del conjunto fachada
Cubierta
82
utM: 236013; 4137772 b70 el cano distrito: palmera-Bellavista
una Hoja. revestido continuo. azotea a la andaluza.
p. solar
Contraventanas.
datos del conjunto año: 1973 nº viviendas: 196 Superficie construida: 14.516 m2 Superficie ocupada: 3.591 m2
fachada
Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc)
Cubierta
174
83
C2
original madera. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H2 aluminio.
datos del conjunto
utM: 236686; 4135081 b71 bellavista distrito: palmera-Bellavista
f1
doble hoja. Ladrillo visto. azotea a la andaluza.
f8
C2
original metálica. Se han cambiado Carpintería en la mayoría de las viviendas por H1 aluminio. p. solar
persianas en proyecto originario de pvC.
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N.º 1
ARQUITECTURA
N.º 1
ARQUITECTURA
La envolvente térmica de la vivienda social.
RESUMEN
El parque de viviendas construido bajo figuras de protección social anterior al año 1979, es decir, previamente a la implantación efectiva de normas de limitación de la demanda de energía, representa una porción muy significativa de las viviendas que conforman las ciudades europeas actuales, en especial España y área sur continental. Habitualmente estos edificios presentan limitadas capacidades de control térmico de sus ambientes interiores, situación que afecta principalmente a los sectores de menor renta de la sociedad, y por tanto con menores recursos para hacer uso de sistemas artificiales de mantenimiento del confort interior.
El caso de Sevilla, 1939 a 1979
N.º 1
El trabajo presentado propone una metodología de análisis del parque edificado residencial basada en la caracterización energética de su envolvente térmica, que pueda ser replicable en las diferentes zonas urbanas del sur europeo. Se han identificado cuáles son las características principales que afectan al comportamiento energético del parque residencial, y se ha establecido una catalogación de su envolvente térmica, atendiendo no solo a los elementos constructivos que la constituyen, sino también a aquellos aspectos morfológicos con influencia en este comportamiento. El análisis no se efectúa únicamente de un modo global en el periodo de estudio, sino que incluye un examen de la distribución temporal de soluciones y sus resultados, identificando los aspectos más representativos para los diferentes momentos del periodo, normalmente por décadas. Se ha realizado una amplia investigación historiográfica que aporta información relevante sobre el desarrollo e influencia de este patrimonio arquitectónico en la ciudad moderna, pero, sobre todo, constituye la base fundamental en la que este estudio se sustenta. En el trabajo se combinan técnicas documentales, reconocimientos de campo y procedimientos analíticos de evaluación de sus parámetros energéticos (tanto estáticos como dinámicos), habiéndose conseguido, a nuestro entender, una representación del conjunto edificatorio y su evolución en el tiempo. También, se ha generado una amplia base de información y discusión, en su mayoría original, que pretende dar soporte a los procesos de intervención en estos edificios.
Samuel Domínguez Amarillo, Juan José Sendra, Ignacio Oteiza San José
INSTITUTO DE CIENCIAS DE LA CONSTRUCCIÓN EDUARDO TORROJA CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS