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Spanish; Castilian Pages [391] Year 2012
BAR S2348 2012 DE CARVALHO AMARO LA CERÁMICA CON DECORACIÓN ACANALADA Y BRUÑIDA
B A R
La cerámica con decoración acanalada y bruñida en el contexto pre-campaniforme del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Nuevos aportes a la comprensión del proceso de producción de cerámicas en la Prehistoria Reciente de Portugal
Gonçalo De Carvalho Amaro
BAR International Series 2348 2012
La cerámica con decoración acanalada y bruñida en el contexto pre-campaniforme del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Nuevos aportes a la comprensión del proceso de producción de cerámicas en la Prehistoria Reciente de Portugal
Gonçalo De Carvalho Amaro
BAR International Series 2348 2012
Published in 2016 by BAR Publishing, Oxford BAR International Series 2348 La cerámica con decoración acanalada y bruñida en el contexto pre-campaniforme del Calcolítico de la Extremadura portuguesa © G De Carvalho Amaro and the Publisher 2012 The author's moral rights under the 1988 UK Copyright, Designs and Patents Act are hereby expressly asserted. All rights reserved. No part of this work may be copied, reproduced, stored, sold, distributed, scanned, saved in any form of digital format or transmitted in any form digitally, without the written permission of the Publisher.
ISBN 9781407309347 paperback ISBN 9781407339146 e-format DOI https://doi.org/10.30861/9781407309347 A catalogue record for this book is available from the British Library BAR Publishing is the trading name of British Archaeological Reports (Oxford) Ltd. British Archaeological Reports was first incorporated in 1974 to publish the BAR Series, International and British. In 1992 Hadrian Books Ltd became part of the BAR group. This volume was originally published by Archaeopress in conjunction with British Archaeological Reports (Oxford) Ltd / Hadrian Books Ltd, the Series principal publisher, in 2012. This present volume is published by BAR Publishing, 2016.
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a mis abuelos Lourdes y Dario
3
Índice Índice de figuras……….………………………...…......9
2.1. EVOLUCIONISMO – LA FUERZA DEL 14C…...61
Índice de tablas………………………………………..15
2.2. NEO-EVOLUCIONISMO – PROCESUALISMO,
Índice de cuadros……………………………………..17
FUNCIONALISMO Y MARXISMO………………....63 3.
NUEVOS
APORTES
Y
PESPECTIVAS
DE
English summary……………………………………..19
ESTUDIO PARA EL SIGLO XXI……………............64
Resumo alargado em português……………………..25
3.1. DIFUSIONISMO Y EVOLUCIONISMO – EL
Resumen……………………………………………….31
COMERCIO..……………………………………..…...64 3.2. CONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL CALCOLÍTICO
Prefacio……………………………………………......35
–
Agradecimientos……………………………………….37
PROCESUAL………………………………………….65
UNA
NUEVA
PERSPECTIVA
POST-
Cap. III – Materiales y yacimientos: definición de los INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES DE LA
patrones de estudio y aspectos básicos para la
INVESTIGACIÓN........................................................41
integración de la cerámica acanalada bruñida del pre-
1. EVOLUCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN…………41
campaniforme portugués…………………………….67
2. PROPUESTA DE TRABAJO….…………………...44
1. LA CERÁMICA ACANALADA BRUÑIDA, LOS HORIZONTES
1ª
PARTE:
ANALISIS
BIBLOGRÁFICO
Y
LAS
CULTURAS
DEL
CALCOLÍTICO……………………………...………...67
Y
CONTEXTUALIZACIÓN
2. LOS NUEVOS CONCEPTOS SIMBÓLICOS DEL
Cap. I – Análisis de una región: geografía, ambiente y
CALCOLÍTICO Y SU IMPLANTACIÓN EN LA
particularidades de la Extremadura portuguesa.......51
CERÁMICA…………………………………………...75
1. MARCO GEOGRÁFICO…………………………...51
Cap. IV – Las principales cerámicas del Calcolítico
1.1. FRONTERAS……………………………………..51
pre-campaniforme de la Extremadura portuguesa...83
1.2. GEOGRAFÍA Y GEOLOGÍA…………………….53
1.
1.3. CLIMA Y FLORA………………………………...53
CERÁMICAS PRE-CAMPANIFORMES….................83
2. LA GEOGRAFÍA Y EL POBLAMIENTO A
1.1. LA PASTA.……………………………………….83
FINALES DEL IV MILENIO A.N.E………………….54
1.2. LA FORMA……………………………………….83
Cap. II – Breve introducción al contexto del estudio
1.3. LA DECORACIÓN……………………………….84
del Calcolítico en Portugal…………………………...59
2. PRODUCCIÓN DE CERÁMICA…………………..86
1. EL CALCOLÍTICO COMO UN PRODUCTO
2.1. TRATAMIENTO DE LAS SUPERFICIES………86
EXTERIOR…………………………………………….59
2.2. MANUFACTURA DE LAS CERÁMICAS……...86
1.1. DIFUSIONISMO – ERA DEL ORIENTE QUE
3.
VENÍA LA LUZ……………………………………….59
CALCOLÍTICO………………………………………..87
1.2. DIFUSIONISMO – EUROPA CENTRAL……….61
3.1. TAZA CARENADA………………………………87
2. EL CALCOLÍTICO COMO UN FENÓMENO
3.2. CUENCO HEMISFÉRICO……………………….91
LOCAL…………………………..……...………….….62
3.3. PLATO…………………………………………….91 5
CARACTERÍSTICAS
LOS
OBJETOS
GENERALES
DEL
DE
INICIO
LAS
DEL
3.4. VASOS CILÍNDRICOS O “COPOS”…………….91
2.3.
3.5. VASOS GLOBULARES………………………….91
FÍSICAS………..…………………………………….183
Cap. V – Los yacimientos y su relación con los
2.4.ESPECTROMETRIA
artefactos………………………………………….…...93
BARRIDO (SEM) – PROPRIEDADES FÍSICAS Y
Cap. VI – Cronologías………………………………105
COMPOSICIÓN QUÍMICA…………………………183
LÁMINA
DELGADA
–
PROPIEDADES
ELECTRÓNICA
DE
3. PRIMEROS RESULTADOS…………..………….183 2ª PARTE: ANÁLISIS MORFOLÓGICO DE LAS
3.1. DIFRACCIÓN DE RAYOS X (XRD)…………..184
CERÁMICAS
3.2.
Cap. VII – Análisis morfológico de las cerámicas…115
REFLEXIÓN TOTAL (TXRF)………........................196
1. METODOLOGÍA APLICADA……………………115
3.3. LÁMINA DELGADA…………………………...208
2. COPOS CANELADOS……………………………120
3.4. MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA DE BARRIDO
2.1. MEDIDAS…...…………………………………..120
(SEM)……………………………………..…………..208
2.2. FORMA………………………………………….120
4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS……………..213
2.3. PASTAS…..……………………………………...121
4.1. ARCILLAS………………………….…………...213
2.4. ASPECTOS DECORATIVOS…..……………....122
4.2. DESGRASANTES………………………….…...213
3. CUENCOS HEMISFÉRICOS…..…………………142
4.3. MANUFACTURA………………………….……213
3.1. MEDIDAS…………………………..…………...142
4.4. COCCIÓN………………………………….……213
3.2. FORMA..………………………………………...142
Cap. IX – El proceso de producción de la cerámica
3.3. PASTAS...…...…………………………………...142
acanalada bruñida del pre-campaniforme portugués
3.4. ASPECTOS DECORATIVOS……...…………...143
(el ejemplo de Zambujal)……………………….......215
4. PLATOS…………………………………………...161
1. TECNOLOGÍA……………………….……………215
4.1. MEDIDAS.………………………………………161
1.1.
4.2. FORMA……………………………………….....161
PRIMAS……..…………………………………….….215
4.3. PASTAS.....………………………………………161
1.2. PEPARACIÓN Y ACONDICIONAMENTO DE
4.4. ASPECTOS DECORATIVOS………………......161
LAS MATERIAS PRIMAS…………………………..217
FLUORESCENCIA
SELECCIÓN
DE
DE
RAYOS
LAS
X
POR
MATERIAS
1.3. MODELADO……………………...……………..218 3ª PARTE – ANÁLISIS ARQUEOMÉTRICO Y
1.4. DECORACIÓN……………………………..…...218
EXPERIMENTAL DE LAS CERÁMICAS
1.5. SECADO……………..………………………….218 las
1.6. COCCIÓN………….....…………………………219
cerámicas……………….……………………............179
2. MODOS DE PRODUCCIÓN: UNA PROPUESTA
1. METODOLOGÍA APLICADA……………………179
BASADA
1.1. MODELOS……………...……………………….179
ARQUEOLÓGICA…………..……………………….219
1.2. MUESTRA SELECCIONADA..……………… .180
2.1. HACER LAS PASTAS………………………….219
1.3.
LA
2.2. MODELAR LAS FORMAS…………...………...219
MUESTRA…………………………………………...182
2.3. DECORACIÓN Y ACABADO……………….....221
2. TÉCNICAS APLICADAS……..………………….182
2.4. COCCIÓN AL AIRE LIBRE……………..……..221
2.1.
–
2.5. RESULTADOS…………………………..……...224
COMPOSICIÓN MINERALÓGICA………………...182
3. FUNCIONALIDAD...…………………..……........227
2.2.
POR
3.1. DEFINIR FUNCIONALIDADES...……………..227
REFLEXIÓN TOTAL (TXRF) – COMPOSICIÓN
3.2. FUNCIONALIDADES Y SIGNIFICADOS…….229
Cap.
VIII
–
Análisis
UBICACIÓN
DIFRACCIÓN
arqueométrico
ESTRATIGRÁFICA
DE
FLUORESCENCIA
RAYOS DE
X
RAYOS
de
DE
(XRD) X
QUÍMICA………………………………………….…183
6
EN
LA
EXPERIMENTACIÓN
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES………………...237 1. EL CALCOLÍTICO…………………..………........237 2. LAS CERÁMICAS………………………………...238 3. LA PRODUCCIÓN Y EL MEDIO………………..239 BIBLIOGRAFÍA………………………….………...347 Anexo 1 – Inventario sumario de los yacimientos de la región en estudio…………….…..…………………..267 Anexo 2 – Mapas…………………..………………...287 Anexo 3 – Inventario del estudio de los “copos canelados”……………………………..……..………301 Anexo 4
– Inventario del estudio de los cuencos
hemisféricos………………………..……….…..........324 Anexo 5 – Inventario del estudio de los platos…….335 Anexo 6 – Descripción sucinta de las piezas analizadas por el estudio arqueométrico……………..................341 Anexo 7 – Inventario de los datos del estudio de XRD…………………………………...……………...367 Anexo 8 – Inventario de los datos del estudio de TXFR…………………………………………..…......379 Anexo 9 – Inventario de los datos del estudio petrográfico de lámina delgada……………….........383 Anexo 10 – Algunos dibujos de “copos canelados” de Zambujal……………………………….….................385
7
Índice de Figuras (Setúbal), con las tazas hemisféricas con acanaladuras (en éste yacimiento no se encontraron “copos”), los vasos globulares con hoja de acacia y por fin el vaso campaniforme (Silva y Soares, 1986: 86)…………......73
Fig. 1 – Las tres formas cerámicas con decoración acanalada y bruñida del Calcolítico Pre-campaniforme de la Extremadura portuguesa. 1- plato de borde engrosado; 2- cuenco hemisférico; 3- “copo”. Piezas número 1 y 2 provenientes de Leceia (Cardoso, 2006) y pieza 3 de Zambujal (dibujo de Guida Casella)……………..........45
Fig. 11 – Distribución de los varios “fósiles directores” por las principales fases evolutivas del yacimiento de Zambujal……………………………………………….74
Fig. 2 – La Extremadura portuguesa en el contexto peninsular. Se pueden observar igualmente las circunscripciones administrativas lusas: los distritos en colores y, en menor escala, los concelhos con sus capitales en los rectángulos blancos…………………..52
Fig. 12 – Distribución de los “copos canelados” y “cuencos hemisféricos” por los estratos precampaniformes de Leceia y su relación con las cerámicas con decoración en “hoja de acacia”. Según datos publicados por João L. Cardoso (2006)……………….74
Fig. 3 –Adaptación de la Carta Geológica de Portugal escala 1: 500 000 (INETI). Nos importa sobre todo el area dentro del rectangulo rojo………………………...55
Fig. 13 – Otro tipo de “copos” del Neolítico Final/Calcolítico Inicial, considerados como antecedentes de los “copos canelados”. Varios ejemplos de vasos cilíndricos del Neolítico/Neolítico Final peninsular. 1, 11y 12 - dolmen de Ordem (Portalegre); 2 y 4 – material de dólmenes de Évora; 3 y 7- dolmen de Comenda (Évora); 5 a 6 – dólmenes de Elvas (Portalegre); 8 dolmen EY de Montemor-o-Novo (Évora); 9 - dolmen de Bobadela (Coimbra); 10, 13-15 – dolmen de Casa Branca (Évora). Adaptado de Leisner; G. y V. (1951: anexos) y Leisner, V. (1965: anexos). Sin escala en los originales………………………………………………76
Fig. 4 – Floresta actual característica del litoral centro de Portugal (Parque Nacional de Sintra-Cascais)………...55 Fig. 5 – Aspecto de los valles del Tajo y Sado en el IV y III milenio a.n.e. Denotándose un evidente aumento del caudal de los ríos en relación a la actualidad (Daveau, 1980: 32)………………………..…..............................56 Fig. 6 – La única estratigrafia de Vila Nova de S. Pedro realizada por Savory (Senna-Martinez, 1983-84: 22)...70
Fig. 14 – Evolución, continuidad y contemporaneidad de los monumentos megalíticos del IV al II milenio a. C, según Victor Gonçalves (2003: 165)…………………..79
Fig. 7 – Artefactos típicos del grupo neolítico de Parede (Spindler, 1976: 64). Sin escala en el original………...70 Fig. 8 – Los yacimientos de grupo de Parede: 1-Achada; 2-Alapraia; 3-Alto das Perdizes; 4-Barro; 5-Cabeço da Arruda; 6-Carnaxide; 7-Carvalhal; 8-Casa da Moura; 9Cascais; 10-Cova da Moura; 11-Espargueira; 12-Folha das Barradas; 13-Fontainhas; 14-Fórnea; 15-Furninha; 16-Junqueira; 17-Lapa da Bugalheira; 18-Lapa da Galinha; 19 Lapa do Bugio; 20-Lapa do Suão; 21-Leceia; 22-Moinho da Fonte do Sol; 23-Monge; 24-Montes Claros; 25-Nascente do rio Almonda; 26-Olelas; 27 Ota; 28-Parede; 29-Penedo; 30-Praia das Maçãs; 31-Salemas; 32-Serra das Éguas; 33-Trigache; 34-Vale de Lobos; 35Zambujal (Spindler, 1976:38). Sin escala en el original………………………………………………...71
Fig. 15 – Ejemplo del uso de la simbología de los ídolos cilíndricos en los “copos”, bien presente en la figura, en que se puede ver la representación del sexo femenino; los tatuajes faciales y aún los ojos solares. Encima ídolos en calcáreo de Leceia (Cardoso, 2003: 45), y Moncarapacho (Archivo fotográfico del Museo Nacional de Arqueología, de Lisboa) y abajo “copo” de Monte do Outeiro (Gonçalves, 1993: 190). Piezas sin escala en el original………………………………………………...79 Fig. 16 – Decoraciones en metopa similares a las utilizadas en los “copos canelados”. Ejemplo de una cerámica tipo Penha del yacimiento de Castelo de Aguiar, imagen adaptada de Susana O. Jorge (1985)………………………………………………….79
Fig. 9 – Los cinco sistema de construcción de Zambujal (1 a 5): a - fase 1; b – fase 2; c – fase 3; d – fase 4 y e – a fase 5. Según Kunst (1996: 265)………………………73
Fig. 17 – Bordes dentados y tazas carenadas de Leceia (Cardoso, 2003: fig 7)…………………..……………..80
Fig. 10 – Los tres “horizontes del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. La estratigrafía de Rotura 9
Fig. 18 – Dos vasos cilíndricos calcolíticos. El de la izquierda (hallado en el sur de Portugal) se encuentra decorado con una decoración al estilo de los cuencos de los Millares, el de la derecha es un típico “copo canelado” de la Extremadura portuguesa, con su decoración acanalada en el cuello y líneas bruñidas en todo el cuerpo. (Fotografías Archivo del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid)………………….....80
Fig. 35 – Distribución del número de fragmentos de “copos canelados” en los distintos yacimientos…...124 Fig. 36 – Distribución de los distintos tipos de fragmentos de “copos” estudiados…………….…..125 Fig. 37 – Distribución de los espesores máximos de los fragmentos de “copos” estudiados……..…………….126
Fig. 19 – Las cuatro principales formas cerámicas determinadas por la inclinación del borde. Vasija, vaso, cuenco, plato (Calado 2001: 45)………………………85
Fig. 38 – Distribución de los diámetros máximos de los “copos” en los respectivos intervalos………...............127
Fig. 20 – Tipologías de las decoraciones tipo “hoja de acacia y cruciforme según Kunst (1987: 148)…………85
Fig. 39 – Relación de los bordes de “copos” con el arranque de la pared…………………………..……...129
Fig. 21 – Principales técnicas decorativas utilizadas, ejemplos de algunas reproducciones. 1- impresión; 2incisión; 3- perforación, 4- acanaladura, 5- bruñido y 6plástica (fotografías del autor)………...…………….....88
Fig. 40 – Principales variantes de los bordes extrovertidos, rectos e intravertidos………...………..130 Fig. 41 – Los tres tipos de fondos presentes en los “copos canelados”…………………..…….………………….130
Fig. 22 – Principales técnicas utilizadas en la modelización de cerámicas a mano………………........88
Fig. 42 – Relación de los fondos con el arranque de la pared………………………..………………………...131
Fig. 23 – Taza carenada del hipogeo de Poço Velho, Cascais (Gonçalves, V., 2008: 404)…………..…….....89
Fig. 43 – Principales variantes de los fondos (con arranque de pared) introvertidos, rectos y extrovertidos en los “copos”………………………………………...131
Fig. 24 – Cuenco hemisférico de Zambujal sin decoración (dibujo de Guida Casella)…….........……...89
Fig. 44 – Formas de los copos canelados. Arriba con fondo plano y abajo con fondo cóncavo……………...132
Fig. 25 – Plato de Leceia con decoración con líneas bruñidas (Cardoso, 2006: fig. 64)…………..….………89
Fig. 45 – Distribución de los bruñidos por las diferentes calidades de las pastas de los “copos”……..………....134
Fig. 26 – “Copo canelado” com decoración acanalada, en lineas horizontales y en espina, procedente de la 4ª línea de muralla de Zambujal (dibujo de Guida Casella)……90
Fig. 46 – Distribución de los desgrasantes por las diferentes calidades de las pastas en los “copos”….....134
Fig. 27 – Vaso globular con decoración acanalada con motivos cruciformes, procedente de la 4ª línea de muralla de Zambujal (dibujo de Guida Casella)……………......90
Fig. 47 – Distribución de los colores por las diferentes calidades de las pastas en los “copos”……..…………135
Fig. 28 – Principales yacimientos de la Extremadura portuguesa con presencia del Calcolítico precampaniforme……………………………………….....96
Fig. 48 – Principales temas decorativos identificados en los “copos canelados”. En el cuadrado de la izquierda se puede ver un ejemplo de una pieza original y en el de la derecha replica del autor……..……………………….135
Fig. 29 – Yacimientos con presencia de “copos canelados”…………………………………..…………97
Fig. 49 – Ejemplos de las irregularidades en las acanaladuras, “copo” Z 68149/4 (Fotografía del autor)…………………………………………………136
Fig. 30 – Yacimientos con presencia de cuencos hemisféricos acanalados………………..……………...98
Fig. 50 – Distribución de los distintos temas decorativos en los “copos canelados”……...……………………...137
Fig. 31 – Yacimientos con presencia de platos con decoración acanalada o incisa en el interior……..….....99
Fig. 51 – Algunos ejemplos de los “copos” decorados en hoja de acacia de Leceia……..……………………….138
Fig. 32 – Yacimientos con presencia de hoja de acacia o crucífera……………………………...……………….100
Fig. 52 – Relación entre los distintos temas decorativos de los poblados de Leceia, VNSP y Zambujal……………………………………………...138
Fig. 33 – Yacimientos con presencia de bordes dentados………………………………...…………….101 Fig. 34 – Yacimientos con presencia de tazas carenadas……………...……………………………...102 10
Fig. 53 – Distribución estratigráfica de los distintos temas decorativos de los “copos canelados” en Zambujal……………………………………………...139
Fig. 69 – Distribución de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados por las distintas aéreas decorada de la pieza…………………………………………….156
Fig. 54 – Distribución estratigráfica de los diversos temas decorativos de los “copos canelados” en Leceia………………………………………………...139
Fig. 70 – Ejemplo de la decoración en bandas triangulares en un cuenco hemisférico de Leceia (Cardoso, 2006)………………………………………157
Fig. 55 – En esta imagen (“copo” Z 817/7 de Zambujal) se percibe claramente la diferencia de profundidad y largo de las decoraciones hechas con técnicas distintas: las líneas horizontales con acanaladura y la decoración en metopa con líneas bruñidas (Fotografía del autor)…...140
Fig. 71 – Distribución de los distintos temas decorativos en los cuencos hemisféricos………………………….158 Fig. 72 – Relación entre los distintos temas decorativos de los cuencos hemisféricos y los poblados de Leceia y Zambujal…………………………………………...…159
Fig. 56 – Ubicación de las líneas horizontales paralelas en los diversos tipos de fragmentos de “copos” estudiados…………………………………………….140
Fig. 73 – Distribución estratigráfica de los diferentes temas decorativos de los cuencos hemisféricos en Leceia………………………………………………...159
Fig. 57 – Número de líneas horizontales paralelas y su distribución en los “copos” estudios……..………......141
Fig. 74 – Distribución estratigráfica de los varios temas decorativos de los cuencos hemisféricos en Zambujal……………………………………………...160
Fig. 58 – Distribución del número de fragmentos de cuencos hemisféricos en los distintos yacimientos…..145
Fig. 75 – Distribución de los distintos tipos de fragmentos de platos estudiados………………….......163
Fig. 59 – Distribución de los diversos tipos de fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados…146
Fig. 76 – Distribución de los espesores de pared de los fragmentos de platos estudiados…………....………...164
Fig. 60 – Distribución de los espesores máximos de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados……..147
Fig. 77 – Distribución de los espesores del borde de los fragmentos de platos estudiados………..…..………...165
Fig. 61 – Distribución de los diámetros de los cuencos hemisféricos en cuatro principales intervalos………..148
Fig. 78 – Distribución de los diámetros de los platos en los tres intervalos especificados………..…………….166
Fig. 62 – Varios tipos de características presentes en los borde de los cuencos hemisféricos……..…………….151
Fig. 79 – Distribución de los distintos tipos de bordes presentes en los platos……………………..………....167
Fig. 63 – Principales variantes de los bordes extrovertidos, rectos e introvertidos, visualizados en los cuencos hemisféricos…………………………………151
Fig. 80 – Principales variantes de los bordes de los fragmentos de platos estudiados……………...………168
Fig. 64 – Las tres formas de los cuencos hemisféricos……………………………..…………...152
Fig. 81 – Distribución de los tipos de tratamiento de las superficies en relación a la calidad de las pastas de los platos…………………………………………………171
Fig. 65 – Distribución de los tipos de tratamiento de las superficies en relación a la calidad de las pastas de los cuencos hemisféricos…………………………………154
Fig. 82 – Distribución de los colores de las pastas por las diferentes calidades de las mismas………...…………171
Fig. 66 – Distribución de los colores por las diferentes calidades de las pastas de los cuencos hemisféricos………………………………………….154
Fig. 83 – Distribución de los desgrasantes por las diferentes calidades de las pastas de los platos……....172 Fig. 84 – Principales temas decorativos identificados en los “platos”. En el cuadrado de la izquierda se puede ver un ejemplo de una pieza original y en el de la derecha réplica del autor……………..………………………..172
Fig. 67 – Distribución de la cantidad de desgrasantes por las diferentes calidades de pastas de los cuencos hemisféricos………………………………………….155 Fig. 68 – Principales temas decorativos identificados en los cuencos hemisféricos. En el cuadrado de la izquierda se puede ver un ejemplo de una pieza original y en el de la derecha una réplica del autor……………………....155
Fig. 85 – Distribución de los distintos temas decorativos en los platos…………………………..………………174 Fig. 86 – Relación entre los distintos temas decorativos de los platos y los poblados de Leceia y Zambujal……………………………………………...174 11
Fig. 98 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 108 muestras. Representación de las muestras y sus agrupaciones, en el primer y segundo componente…………………………………………..202
Fig. 87 – Distribución estratigráfica de los distintos temas decorativos de los platos en Zambujal…….......175 Fig. 88 – Distribución estratigráfica de los distintos temas decorativos de los platos en Leceia……..……..175
Fig. 99 – Análisis discriminante a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras y de las agrupaciones establecidas en los análisis cluster y de componentes principales. Representación de las muestras según la puntuación en las dos primeras variables canónicas. Relación de proximidad de las muestras según el centroide. Dentro de los círculos podemos identificar los tres grupos finales…………………………………….203
Fig. 89 – Mapa de la región cercana al yacimiento de Zambujal y de las características del río Sizandro en varías épocas. Se puede también observar las varias perforaciones geológicas hechas por el equipo de Rainer Dambek. A rojo está indicado el local de proveniencia de las muestras de arcillas…………..…………………...181 Fig. 90 – Adaptación de la carta geológica de Portugal, enfocada en la región del parque natural de Sintra/Cascais. En el podemos ver las áreas en donde se ha recogido muestras de tierra para análisis arqueometríco………………………………………...181
Fig. 100 – Distribución de los porcentajes de las concentraciones elementales por grupos, utilizando un gráfico box and whisker………………………...…….206
Fig. 91 – Dendograma resultante del análisis cluster a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógicas de 113 muestras……..186
Fig. 101 – Lámina delgada de la muestra Cop9, donde se puede ver en el centro abajo los cristales de biotita…………………………………………………209
Fig. 92 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógicas de 113 muestras. Representación bidimensional del peso de las variables, en el primer y segundo componente………………………………….188
Fig. 102 – Lámina delgada de la muestra Cop11, donde se pueden observar piroxenas en blanco y a marrón cristales de biotita…………………………………….209 Fig. 103 – Lámina delgada de la muestra Cop4, donde se ven sobre todo los cristales de anfíbol y olivino………………………………………………...210
Fig. 93 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógica de 113 muestras. Representación de las muestras y sus agrupaciones, en el primer y segundo componente. A rojo podemos ver los conjuntos representativos de los grupos obtenidos por el análisis cluster………………………………………………....190
Fig. 104 – Lámina delgada de la muestra Taz12, donde se pueden ver los cristales de cuarzo y feldespatos……………………………………………210 Fig. 105 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas campaniformes (A, B, y C) en relación con uno de un fragmento de “copo canelado” (D), fotografía microscópica SEM. Dentro del balón rojo está indicado el número de estudio de la pieza utilizada……………211
Fig. 94 – Análisis discriminante a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógicas de 113 muestras y de las agrupaciones establecidas en los análisis cluster y de componentes principales. Representación de las muestras según la puntuación en las dos primeras variables canónicas. Relación de proximidad de las muestras según el centroide. Dentro de los círculos podemos identificar los cuatro grupos finales………………………………….191
Fig. 106 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas tipo hoja de acacia (A y B,) en relación con otras de fragmentos de “copo canelado” (C y D), fotografía microscópica SEM………………….……..211 Fig. 107 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas acanaladas: cuencos hemisféricos (A y B,) platos (C) y “copos canelados” (D), fotografía microscópica SEM…………………………….……..212
Fig. 95 – Distribución de los porcentajes de las concentraciones mineralógicas por grupos, utilizando un gráfico box and whisker……………………………....194 Fig. 96 – Dendograma resultante del análisis cluster a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras……….197
Fig. 108 – Principales fuentes de arcilla en el Ayuntamiento de Torres Vedras y en las cercanías del yacimiento de Zambujal. (Adaptado de Plano Municipal de Recursos Naturais de Torres Vedras, mapas de recursos hidricos y geológicos.)...................................216
Fig. 97 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras. Representación tridimensional del peso de las variables, en el primer, segundo y tercer componente………………………...199
Fig. 109 – Las dos principales técnicas utilizadas en la producción de cerámicas prehistóricas. Encima, la técnica de la bola realizada por Rui Pereira: 1elaboración de una pelota con las manos, 2- perforación 12
con el pulgar y 3- extención de las paredes con auxilio de un artefacto en hueso. Abajo, la técnica de los rollos realizada por Norberto Batalha: 1- elaboración de los rollos, 2-colocación del rollo sobre la pieza 3- junción de la pieza con el rollo. (Fotografía del autor)…………..216
Fig. 121 – “Copos canelados” con la característica decoración acanalada en líneas horizontales paralelas. Piezas 1, 3, 4 y 6 de VNSP, 5 de Casal do Pardo/Quinta do Anjo y 2 Leceia. (Ferreia, 2001, Soares, 2003 y Cardoso, 2006)……………………………………….230
Fig. 110 – Plan y corte del horno de cerámica de Vila Nova de São Pedro. A – construcción en abobada; B – capa compacta; C – muralla; D cavidad con Barros; Ecisterna; F suelo del horno; G – roca calcárea; Hconglomerado de tierras y barros (Arnaud y Gonçalves, 1990: 45)……………………………………………..220
Fig. 122 – Decoraciones con probable connotación cognitiva de los “copos canelados”. De resaltar las similitudes entre la decoración de los mismos con la de los “copos” de hueso. Piezas 1, 4, 5 y 6; Leceia (Cardoso, 2006), 2; Outeiro de São Mamede (Cardoso y Carreira, 2003) y 3; VNSP (Ferreira, 2001)……………………230
Fig. 111 – Proceso de preparación de las pastas. Encima, selección y trituración de las arcillas. Abajo, adicción de agua y desgrasante, y amasado final. (Fotografía del autor)……………………………................................220
Fig. 123 – Figura femenina en barro con supuesta tatuaje en el rostro (Jalhay y Paço, (1970a) [1942]: fig.16)………………………………………………...231
Fig. 112 – Modelado de las piezas (Fotografía del autor)……..…………………………………………..222
Fig. 124 – Algunos ejemplos de formas y decoraciones de los “copos” en hueso (Spindler, 1981: Abb.39)……………………………………………….231
Fig. 113 – Fabricación de un fondo cóncavo (Fotografía del autor)………………………..…….……………...222
Fig. 125 – El “copo canelado” encuadrado en un supuesto ritual colectivo (dibujo de Bruno Vidal)…...231
Fig. 114 – Técnicas decorativas utilizadas, empezando de arriba a la izquierda: puntillado, incisión, acanalado bruñido y bruñido (Fotografía del autor)……………..223
Fig. 126 – Vaso de Serra de Mutelas con decoración acanalada un probable missing link entre el “copo canelado” y el vaso campaniforme (Fotografía de Michael Kunst)………………………………..……...242
Fig. 115 – Aspecto final de algunas piezas reproducidas antes de la cocción (Fotografía del autor)....................223
Fig. 127 – Propuesta de evolución del vaso cilíndrico en el Calcolítico de la Extremadura portuguesa, desde el IV al III milenio a.n.e. 1- “copo canelado” clásico de forma troncocónica, con decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y al fondo; 2- vaso campaniforme marítimo con decoración puntillada en bandas horizontales (tipo vaso de Alapraia) y 3- vaso campaniforme marítimo clásico, de perfil en S, con decoración puntillada en banda horizontales alternadas……………………………………………..242
Fig. 116 – Primera experiencia de cocción. Descripción fotográfica de los procesos. (Fotografía del autor). ………………………………………………………..225 Fig. 117 – Segunda experiencia de cocción. Descripción fotográfica de los procesos. (Fotografía del autor). ………………………………………………………..226 Fig. 118 – Aspecto de las piezas después del primer experimento de cocción, las marcas del viento están bien patentes en la coloración de las piezas algunas de tonalidad oscura (menos oxigeno y otras rojizas (más oxigeno). También se verifica una cocedura irregular de las pastas, incluso en la misma pieza, aspecto típico en ente tipo de cocciones al aire libre…………………...226 Fig. 119 – Aspecto de las piezas después del segundo experimento de cocción. Las tonalidades oscuras indican su cocción en ambiente reductor, las machas negras indican un mayor contacto de esa zona con el fuego o con las brasas aún encendidas………………………..226 Fig. 120 – Algunas de las etapas utilizadas en la cadena operativa de producción de las cerámicas calcolíticas Zambujal: 1- extracción de la materia prima; 2transporte; 3- transformación en polvo de los pedazos de arcilla 4- preparación de la pasta; 5- amasado y homogeneizado de la pasta; 6- modelado; 7- decoración y acabado; 8- secado; 9- cocción y 10- retirar las piezas (dibujo de Bruno Vidal)………………………………228 13
Índice de Tablas Tabla 1 – Frecuencias y porcentajes de la distribución de los “copos” estudiados……………….……..…………124
Tabla 17 – Frecuencias y porcentajes de los cuencos hemisféricos en los yacimientos estudiados.………….145
Tabla 2 – Frecuencias y porcentajes de los tipos de fragmentos de “copos” estudiados………….……........125
Tabla 18 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………...………...146
Tabla 3 – Medidas de los “copos canelados” estudiados completos o prácticamente completos….……………..126
Tabla 19 – Medidas de los cuencos hemisféricos estudiados (piezas completas o prácticamente completas)……………………………………………..147
Tabla 4 – Frecuencias y porcentajes de los espesores en los fragmentos de “copos” estudiados….……..............127
Tabla 20 – Frecuencias y porcentajes de los espesores de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados….148
Tabla 5 (Parte I) – Frecuencias y porcentajes de los diámetros fragmentos de “copos” estudiados…………128
Tabla 21 (Parte I) – Frecuencias y porcentajes de los diámetros de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados……………………………………………..149
Tabla 5 (Parte II) – Frecuencias y porcentajes de los diámetros fragmentos de “copos” estudiados……........128
Tabla 21 (Parte II) – Frecuencias y porcentajes de los diámetros de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados……………………………………………..149
Tabla 6 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados………………………...………….132 Tabla 7 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados………………………...………….132
Tabla 22 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………...………...150
Tabla 8 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos “copos” estudiados…………………………...……….133
Tabla 23 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………...………...150
Tabla 9 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados……………………..….………….133
Tabla 24 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………..…………152
Tabla 10 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados…………………..…....………..133
Tabla 25 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados…………………..152
Tabla 11 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados……………………...….............133
Tabla 26 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados…….…….............152
Tabla 12 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados…………………..….….............136
Tabla 27 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados…….….………....153
Tabla 13 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados……..…………………..............136
Tabla 28– Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………..………….....153
Tabla 14 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos “estudiados…………………..….….............137
Tabla 29 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos estudiados………………..………………..153
Tabla 15 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados………………….…...................141
Tabla 30 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados……................156
Tabla 16 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados………………………………....141 15
Tabla 31 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados……..………..156
Tabla 51 – Relación entre la transformación logarítmica de las fases y los dos componentes principales……….188
Tabla 32 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados……..…………....157
Tabla 52 (Parte I) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante………………………………………….191
Tabla 33 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados………..………....158
Tabla 52 (Parte II) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante………………………………………….192
Tabla 34 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………..………….163 Tabla 35 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados……………………..…….............163
Tabla 52 (Parte III) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante………………………………………….193
Tabla 36 – Frecuencias y porcentajes de los espesores de los fragmentos de platos estudiados………..................164
Tabla 53 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo A1……………...................194
Tabla 37 – Frecuencias y porcentajes de los espesores de borde de los fragmentos de platos estudiados...............165
Tabla 54 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo A2……………...................195
Tabla 38 – Frecuencias y porcentajes de los diámetros de los fragmentos de platos estudiados…………………..166
Tabla 55 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo B1………………...............195
Tabla 39 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados…………………….……..............167
Tabla 56 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo B2…………..…..………...195
Tabla 40 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados…………………………...............169
Tabla 57 – Matriz de correlación obtenida a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras………………………….198
Tabla 41 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................169 Tabla 42 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................169
Tabla 58 – Porcentajes de los tres componentes principales obtenidos a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras…………………………………….................198
Tabla 43 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................169
Tabla 59 – Relación entre la transformación logarítmica de las fases y los tres componentes principales……….199
Tabla 44 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados……………………..…………….169
Tabla 60 (Parte I) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante………………………………………….204
Tabla 45 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................169
Tabla 60 (Parte II) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante………………………………………….205
Tabla 46 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................173
Tabla 61 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 1……………….....................206
Tabla 47 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................173
Tabla 62 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 2…………………...………..207
Tabla 48 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de platos estudiados………………………...................173
Tabla 63 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 3…………………….............207
Tabla 49 – Matriz de correlación obtenida a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógicas de 113 muestras………………………..187 Tabla 50 – Porcentajes de los tres componentes principales obtenidos a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones mineralógicas de 113 muestras…………….…………………………………187 16
Índice de Cuadros Cuadro 1 – relación entre los principales tipos de cerámica del pre-campaniforme y su distribución por los yacimientos de fecha calcolítica…………………….....95 Cuadro 2 – Distribución de los “copos canelados” por tipo de yacimiento y por ubicación geográfica/administrativa………………………………95 Cuadro 3 (Parte I) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa……………………………………………106 Cuadro 3 (Parte II) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa……………………………………………107 Cuadro 3 (Parte III) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa……………………………………………108 Cuadro 4 (Parte I) – Cronología absoluta de los monumentos funerarios del Calcolítico de la Extremadura portuguesa……………………………...109 Cuadro 4 (Parte II) – Cronología absoluta de los monumentos funerarios del Calcolítico de la Extremadura portuguesa……………………………...110 Cuadro 5 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los “copos canelados”...………….165 Cuadro 6 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los cuencos hemisféricos………...166 Cuadro 7 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los platos………............................167
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English Summary
For this, we showed the course of the investigating from the Chalcolithic of Estremadura to the formulation of the classical division into three periods, partition criteria that is based in ceramic typology:
The main objective of this research is the study of Pre Bell Beaker pottery belonging to the group known in the past as “Imported Pottery”. Pieces belong to this group include those with channeled and burnished decoration such as: cups, hemispherical bowls and also a few edge thickened dishes, showing interior decoration with the same characteristics, common in the region of Estremadura (the central coastline of Portugal). Again the aim of this study, above all, is to enlarge the knowledge of these ceramics, using new methods for their study, such as Archaeometry and Experimental Archaeology, that allow us to better characterize them, but also redefine how they relate to other types of ceramics within the context of Estremaduran Chalcolithic. With this we may be able to answer the question: Does it make any sense to divide the Chalcolithic based on bell shaped ceramics with a channeled decoration with acacia leaves?
- Initial Chalcolithic = the "channeled cups" - Middle Chalcolithic = the pottery decorated with acacia leaf - Final Chalcolithic = the Bell-beaker pottery The reason of this partition is based on the stratigraphic distribution of the respective ceramics in archaeological sites (Cardoso, 2006: 42; Silva and Soares, 1975: 151153 and Gonçalves, 2003: 160). In the quoted works we find the implicit idea that each group of ceramics realates to a different settlement period, often times linked with the arrival of new people (Gonçalves, 2003: 43 and 159). Divergent opinions to the classical model, were also explained, as the one suggested by Michael Kunst (1987), which is based on Zambujal, town to which was applied a distinct system of Chalcolithic time division since the beginning of its excavation (Sangmesiter and Schubart, 1981). In it you can check for continuity in the scattering of the ceramics, which are being distributed to a greater or lesser number according to their type, for various periods of the occupation of the village (Kunst, 1995 and 1996), and there is no consequent split between them. The same author also argues that, in the case of Zambujal, there is no clear distinction between the two stratigraphic ceramic that mark the early and middle Chalcolithic, proposing that, since we deal with different shapes, they represent different functions, needed in the two settlements and not exclusive of both (Kunst, 1995: 24).
First, we carried out a data collection study and analysis of available information, including archaeological sites, materials and several studies on the subject. In this study it was possible to notice that because of previous excavations and some treasure hunters violations (which occurred particularly in funerary monuments), the region in question is not, for the Chalcolithic period, a place easy to study in a comprehensive context. Indeed, except for one case or another, as Zambujal, Leceia and also to a lesser extent, the Lexim Penedo, we observed a heterogeneous set of sites without stratigraphies, without a clear description of the place and the outspread in it, of the materials found. This is a scenario that occurs in both funeral sites and fortified settlements. With this context is difficult to identify sequences. The passage from the Late Neolithic to the Early Chalcolithic can only be accurately documented in Leceia where, in fact, there seems to be a split, since in most other cases, the carinated bowls and jagged edges typical of the Late Neolithic, seem to coexist with the fluted ceramic features in the Initial Chalcolithic region (Sousa, 2005: 55).
The dating of 14C proposed by Soares and Cardoso (1995 and 1996) also reveals some doubts as regards to the division into three periods, since the chronological markers of the Chalcolithic of Estremadura about – 2900 to 2500 cal. BC (Initial Chalcolithic), from 2500 to 2000 cal. BC (Middle Chalcolithic) and from 2000 to 1700 cal. BC (Final Chalcolithic or Bell-Beaker) – are not always equivalent among sites, or correspond with the material found.
Another relevant aspect is related to the absence in most archaeological sites, of ceramics (fossil directors) that determine the three periods of Chalcolithic occupation of Estremadura; condition that this work has tried to document, using maps that mark the distribution of sites and types of ceramic encountered.
Also recently the classic division of the Chalcolithic of Estremadura, was again questioned even by authors who were in favour of it before (Gonçalves and Sousa, 2006). In this perspective, it became important to explore this 19
With the study of the materials, we found out that the three key-variants of the channeled and burnished pottery show an identity, with decorative features and typological of their own, which extend throughout Estremadura, regardless of the type of archeological sites. They are thus similar ceramics in both the large fortified settlements, as in small habitats and burial places.
issue in our research, both from a functional standpoint, the archaeological sites as in the archaeometric point of view, inquiring about similarities of clays and manufacturing techniques. The observation of the published data, subsequently studied in this research, showed that in most cases – and even with the inclusion of some ceramics of the Late Neolithic features (“dentate” edges and carinated bowls) – the different types of ceramics corresponding to each period rarely follow the predetermined sequence, and are usually only represented by the ceramics one or two of the four periods anticipated; these factors could lead to interpretations that indicate short establishments for periods or seasons. However, one should not forget that in some cases, poor excavation and recording may have influenced this disparity. Objectively, it is especially in large fortified settlements, such as Zambujal, Leceia and Vila Nova de São Pedro, where you can find all the "possibilities" and a long-lasting occupation of about one thousand years.
The essential characteristic of these ceramics is related to its decorative theme organization. Usually these ceramics use the channelled and burnished techniques, that give them their name, but in some situations the incision and straightening is practiced, especially in cases where the clay itself and decoration have a lower care. Due to the proximity of the forms, the "cups" and the hemispherical bowls show a decorative scheme that has more similarities than the one in the dishes. We thus can find, in the first two, the typical channeled horizontal lines (four in average), which extend across the diameter of the brim, in the case of the "cups". Due to their cylindrical morphology, these lines arise also with some frequency close to the bottom and in some cases, may extend to the whole body. However, beyond this feature, we can find, basically in the "cups" and inside of the dishes, abstract decorations made by means of thin channels or burnished lines, drawn between horizontal channels (more marked). The motifs include: swings, oblique lines, circles, spirals, chessboard and serpentine.
In this perspective, it would be difficult to carry out a study that integrate at the same level all of the archaeological sites of the region with traces of the fourth and third millennium BP, so the decision was taken to inventory sixty archaeological sites (the best known and with most data available) and look into the distribution of ceramic artefacts we were interested in studying.
Of the three forms of ceramics mentioned, gave a greater attention to the study of "channeled cups." This decision was made taking into account the important role that they played since the days of "import ceramic" in the investigation of material culture of pre-Beaker period. The "cups" are also the form (with decoration) most common among the three and also the ones that show more decorative variety.
The analysis of morphological characteristics of the three main forms of pottery fluted and burnished represented a less linear process. A previous study allowed us to identify the locations with the largest presence of ceramics, therefore, we draw as the main objective the artefacts of Zambujal, Leceia, Vila Nova de San Pedro and the Penedo do Lexim, as well as taking into account ceramics of various types of archaeological sites.
It was observed that the form "cup type " is known to the Chalcolithic periods in various parts of the Iberian Peninsula, especially in the Southwest and this work suggests that these forms would be integrated into the Chalcolithic "culture", implying a morphology proximity (cylindrical idols, phalange idols and bone cups), decorations (see the same elements) and cognitive concepts (representation of solar eyes, the pubic triangle, female deities, etc.).. If, on the one hand, in the Southeast and Southwest, these concepts are certainly present in the case of Peninsular West (particularly in the estuaries of the Tagus and Sado), the cylindrical cups have a more abstract decoration – close only in terms of motifs, to the cylindrical bone jugs – they can also be found within the context of the Copper Age.
Except for the Penedo do Lexim, we studied the materials of the other three main fortified settlements (the three emblematic – because of its size, architecture and found materials – Estremadura [Cardoso, 2000: 354]), we also analyzed the ceramics of Penedo, Fórnea and Pico Agudo (also with traces of fortifications or walls). Concerning to other site types we studied some materials from: “Pai Mogo” (tholos), Alto Dafundo, Monte do Castelo, Serra de Éguas, Outeiro da Assenta and Outeiro de São Mamede (villages), Vale da Lapa e Cova da Moura (caves), Carenque and Casal do Pardo (hypogeum). Methodologically, for morphological analysis we followed four parameters: shape, measurements, clays and decorative aspects, applied to the "cups", hemispherical bowls and dishes with channeled decoration and burnished, according to Soares e Silva (1976-77: 181-84); Gonçalves (1989: 147-151) and Senna-Martinez (1983-84 and 1989: 222-228). There was a greater concern for the last two items, taking into account that the typological point of view, these ceramics were already well determined and identified.
Taking into account these factors, to explain the existence of this particularity of Estremadura two hypotheses were proposed. Both indicate an evolution from a common Chalcolithic background: 1.
20
It is an evolution of "cups" with symbolic decoration, however, and although we are considering ones older than the others, we think
in the perception of its meaning. Since we are dealing with an abstract topic a conclusive interpretation is difficult, more still because their functionality is yet not known. Sonia Ferreira suggested that the oblique lines, zig, zags, spirals... represent patterns that distinguish clans, similar to what happens with the kilts of Scotland, or a type fabric in Timor (Ferreira, 2000: 223), but as assured in this research, virtually all subjects are represented at all sites and there isn’t a single one that clearly characterizes a particular place. In conversation, Michael Kunst suggested that the decorations were probably related to a broader scheme, also represented in prehistoric rock art, where they can be found - primarily in the Tagus Valley – the referred drawings.
that both belong to the same cultural horizon, which comes from the cylindrical idols; we emphasize that it is an evolution within the same standards, without a visible break of cultural horizons. 2.
Appear as contemporary of the symbolic ones, but with a different design or imaginary, a variant of one region. The "cups" with symbolic decoration, existing in Estremadura, would be the result of exchanges, perhaps with the South or even with the far eastern Andalusia, this would explain the reduced in number compared to the fluted decoration and its coexistence with the latter in some places, particularly of funerary nature.
It is a fact that the a Chalcolithic matrix is found in the ceramics, but for some reason, that probably we will never know, went from a figurative representation – as the case with some decorations in the Southeast of the Peninsula, where one can distinguish between human and animal forms – to a symbolic representation, with lines and signs, indecipherable to us, but that surely would have much meaning for the people of the fourth and third millennium BP
The channeled and burnished pottery is essentially an artefact of the living, with a large presence in the larger fortified settlements, where the samples actually appear more colourful and apparently functional. It is interesting to note that some of the exemplars found in funerary monuments are less worked in the inner surfaces, indicating a solely aesthetic concern in the visible part, an aspect that also seems to have a continuity in the bellshaped ones (Salanova, 2003). After all, these specimens represent a minority within the general framework of the fragments found in settlements. For example, in Zambujal they don’t exceed the 10% of the total decorated pottery (Kunst, 1987), an aspect which, together with its decoration and surface treatment, gives them a certain status, surely related to some ritual or elite. The contents of these vessels is still a mystery – unfortunately, due to the state of the ceramics preservation, it was not yet performed a content analysis – however, if we take into account the characteristics (mainly of the "cups" and hemispherical bowls): shape, thin walls and polished surfaces, we can conclude that we are dealing with containers for liquids, preferably served at low temperature. The dishes with interior decoration (which are less representative in the villages on the two previous forms) denote distinct characteristics, sharing only the decoration. From this point of view, could serve as an aid for a ritual or act that would involve the use of the majority of other pots.
Another phase of our work corresponds to the analysis of ceramics with archaeometric techniques nowadays fundamental to the characterization of these artefacts, together with some proposals Ethnoarchaeology (Shepard, 1980, Orton et al., 1993, Kramer and Davis, 2001, Rice 2005 ) and Experimental Archaeology (Clop, 1998; Euba, 2004, Aranda and Fernandez, 2004/2005; Djordjevic, 2005, Calvo-Garcia, 2006). We used then, in addition to the traditional methods of observation and measurement of morphological and decorative, petrographic microscopy of thin section, scanning electron spectrometry (SEM), X-ray diffraction (DXR) and fluorescence x-ray of total reflection (TXRF) to characterize these ceramics. The Archaeometric study was conducted in the laboratory of Archaeology at the Universidad Autonoma of Madrid and in the Interdepartmental Research Service (SIDI), at the same university and focused solely on Zambujal material. The reason for this choice has to do with the fact that the sample presented itself to us as the safest sample for this type of study. We did not work with a sample as significant as that used for the morphological characteristics; the cost of such analysis and the state of deterioration of some fragments led us to select a safe sample within the available material.
The decorative topic of the ceramics, particularly the channelled cups, has been one of the aspects of greatest interest in studying, between the Fifty’s and the Seventy’s, comparing, their motifs with motifs found in artefacts of the eastern Mediterranean sea and later, with the decorative background of the regional Neolithic. The decorative parallels with this area continue to be evident, especially with the Troia material (Korfmann, 1995), making it possible to identify a likely circulation of ideas and concepts – not of ceramics or settlers – in the Mediterranean sea. This movement may have influenced the introduction of the burnished decorations and the motifs in zig-zag and metopes of the west Iberian Peninsula, as well as the decorations painted in white and the representations of solar eyes, better known in the South of the Peninsula. However, little has been invested
For safe sample we mean: a significant number of ceramic fragments for the types of ceramics in study – from 12 to 20 specimens – framed in a site with an important stratigraphic power as a safe location in the respective fragments of the same stratigraphy. We were also interested in studying its integral association in a general context, compared to other ceramics from the Chalcolitihc period (Middle and Final). Theoretically, the ideal location for this study would be Leceia and 21
Municipal Plan for Natural Resources of the region of Torres Vedras (see Appendice 2, maps 5 and 6) we were able to identify some areas with the presence of soil with characteristics similar to those of Sintra, as proved later with a sample analysis of Runa zone (less than 5 km from Zambujal). You can then say that the resources needed for the manufacture of ceramics of the settlement would be available less than 5 km of the place (see fig. 108).
Zambujal but in practice, only the last has the real ideal conditions since in the case of Leceia there isn’t a clear connection between the layers of pre-Beaker and Beaker; the latter are represented only by two huts that seem to have been built without any connection with the preBeaker occupation (Cardoso, 2000: 130). For this reason, we chose the Zambujal as the basis for this study. The election was due to the qualities of archaeological preservation – almost unique in the region – the site features. Here we find a stratigraphic layer with dimensions greater than 1 meter, these are on going excavations that use the German archaeological method of complexes applied to natural stratum developed by Schubart and Sangmeister (1981) and perfected by Michael Kunst (Kunst and Uerpmann , 2002), factors that allow us, today, to locate perfectly the fragments recovered from the excavations in the different parts of the strata. Another aspect also relevant in this town is related to the fact that in their operations they have an interdisciplinary team that studies in parallel geological and arqueological data, as well as the and the Paleobotany and the Zooarqueology of the site; aspects that help to have a more complete and an overview of the town, not just a stratigraphic vision or material.
The analysis of the decoration of the pieces and the observation of petrographic thin section and SEM indicate that indeed the three director fossils Estremadura Calcolític ceramic are dissimilar, we can look at it for treatment of surfaces, temper used, modelling technique, topics and decorative technique. However, the following study of the mineralogical and chemical characterization shows that, despite the differences, the ceramics reveal common features, irrespective of their type or archaeological strata, showing continuity in the gathering of clays during the occupation of Zambujal (case that we have studied). We can then consider that the differences between the ceramics are primarily related to their manufacture (temper, porosity, thickness of the walls) and not to the decorative type of occupation or horizon. The main discrepancies are, thus, necessary and are related to the functionality of the ceramics and not with their clays.
In Zambujal we made a wide selection of ceramics for analysis with fragments: of "cups", hemispherical bowls, edge thickened dishes decorated inside, common ceramic, “dentate” edges, globular and spherical vessels decorated whit acacia leaf carinated forms and bowls anda vessels of maritime and incise Bell-beakers. The sample will allow us to integrate the channeled and burnished ceramic in a general Chalcolthic context, after classifying the characteristics of clay and ceramics in according to the different phases of the Calcolític occupation at a local scale, and will allow us in future to make comparisons with other cases in the region. Were chosen therefore for this study three samples of clay from the river Sizandro, fairly close to the village, and at geological depths similar to those of the Chalcolthic periods of occupation.
The process of manufacturing channeled cups and the first maritime Beaker vessels doesn’t present significant differences in the production stages. The selection of raw material is local and the use of temper is low, the clays are fine and the decoration attractive. In both cases, the work applied to these ceramics have some degree of specialization, which would involve the settling of the clays, the modelling and the decoration, as one can see with the analysis presented in this work, presents a quality that would only be possible to achieve with some time and skill, a fact which was also documented in the experimental reproduction. On the other hand, in the case of the common ceramic the process would be different; we perceive that there is less concern over the clays, with higher porosity, greater wall thickness and a high number of grains of calcite as a degreaser. The use of calcite could be related to the resistance, that is, the solidity that this mineral gives ceramics, making them more resistant to heat shock (Hoard et al, 1995).
The first results of x-ray diffraction indicated that most samples showed mafic minerals (characteristic of soils with volcanic origin), a fact that did not coincide with the first soil samples obtained in the valley of Sizandro. Then samples were also collected from the region of Sintra/Cascais; area sugested in a previous work (Blanco, 1959) as a probable "source" for this type of clay ceramics. However, in the course of the investigation, following the work of Arnold (1985), Gossellain and Livingstone (2005) and the advice of Manuel GarciaHeras, we decided to start a more thorough search of raw materials with the characteristics above indicated (soils of volcanic origin), within a walking distance of Zambujal, since the site suggested by Blance was a little over 30 km, a distance that would be hardly covered in Chalcolithic times, mainly because it was a fairly abundant and requires no specific composition to create an artefact (contrary to what would happen with flint, amphibolite, variscita, among other elements). In the geological map of Torres Vedras region and the
The chemical and mineralogical characterization analyses showed a little difference between the clays, visible, as expected, in the ceramics without decoration (with no trace of mafic minerals and a lot of calcite), and in a small group of ceramics that, regardless of form or category (except for the ceramic decorated with " acacia leaf "), did not reveal the presence of clays from volcanic soils. This research made it possible to prove that the cups, bowls and plates with channelled and burnished 22
However, one should not forget that, according to the classical division of the Estremaduran Chalcolithic, between the channeled cups and the maritime Beaker would be incorporated the ceramics with acacia leaf decoration. Indeed, cylindrical shapes like "cups" may be found – slightly longer than the channeled shapes – with this decoration, however, are special cases, little more than 10, being found mostly in Leceia (see Figure 51). Their existence also justifies a continuation of forms from the Initial Chalcolthic to the Final. Nevertheless, in my view, given the current data, I believe that these ceramics may be an exception, not only for its decoration, but also by the characteristics and shape of their clay. Their small number does not allow us to assign them a specific role within a horizon or “acacia leaf” culture; in my opinion, the ceramics with these characteristics do not justify their categorization as an horizon since this type of decoration is virtually absent from funerary contexts and appears almost exclusively related to a specific form: the globular vase. However, the "acacia leaf" phenomenon deserves a more intense and careful study that would analyse mainly its chronological "contemporary" in terms of radiocarbon dates, with the maritime Beaker; a case that would be impossible to develop in a work limited to channeled and burnished ceramics.
decorations have their own identity, featuring formal and decorative features that extend throughout Estremadura. In the case of Zambujal, where a more detailed study was made (including the above mentioned archaeometric techniques), it was established that the clays used, as well as the manufacturing techniques, would be very similar despite of the stratum in which they were found. This feature can also be applied to other ceramics of different decorations and category, as is the case of acacia leaves, Bell-Beaker and “dentate" edges. It could then be concluded that, in the particular case of Zambujal, for about a thousand years, peoples have used local clay pits with the same characteristics; the manufacturing techniques, on site, also proved to be similar, there were not many differences over time, but for the functionality of the pottery, the most obvious being the inclusion of calcite degreasers in the ceramics without decoration, probably for common use, and a higher porosity and degreasers from basic rocks in the ceramics decorated with acacia leaf pots that most probably had a storage function. Despite all the uncertainties – inherent to the research of prehistoric times – we can recreate the way that people who inhabited the region of Torres Vedras (between the third and fourth millennium BP) produced their pottery. The proposal presented in this investigation indicates a certain degree of specialization. Here we can find various ways of clay production within a radius of 5 km, the most widely used method of extraction would probably be the open pit clays.The process of clay production, modelling, decorating and cooking would be a procedure that would take between two weeks to a month. It is obvious that, the whole operational chain would be held by the same individual(s) expert(s), male or female potter – even today in traditional cultures, the male or female potter (o) perform the entire process – tasks that are usually conducted, seasonally, in the warmer months.
Considering these factors, one can then think of a connection between the cylindrical shapes of the Initial Chalcolithic and the most winding of the Final, which were adapted according to the decorative tastes and forms of each period, that is, an evolution starting from the corrugated cups till the bell pottery. It is interesting to note that fundamentally the forms of maritime BellBeaker (type Alapraia), show in the region studied, slightly sinuous profiles, leading us to think that there was a transitional form between the two forms of the “channelled cups”. However, there must be some caution, since we are only showing a situation where there is continuity (of clays), which occurs in one case (Zambujal). It is probably the most important case in the region, however, would be interesting to provide evidence for the behaviour elsewhere.
According to the various factors that have been mentioned, it is reasonable to claim that the stylistic and technical changes, observed in the ceramics during the Calcolític, would be of local development; considering also (in the case of Zambujal) a continued occupation during thousand years, coming from pit clays and similar soil, which has been used in the production of channeled cups and Bell-Beaker vases.
To sum up, the results obtained with this investigation are related, firstly, with the development of a comprehensive study of ceramic materials in question, starting with their incorporation in the context of the archaeological site, followed by the morphological and decorative study, the archaeometric analysis, experimental analysis and the resulting suggestion of the production processes of the artefacts (particularly for Zambujal), taking into account, whenever possible, the use of different techniques and methodologies; then, the concern for the emplacement of these ceramics in the Peninsular context, identifying and defining their regional idiosyncrasy in the Chalcolithic period. Finally, based on mineralogy and chemistry characterization, it was possible to determinate that there was a gradual evolution in this potterys, without abrupt changes, adapted to the continuous shifting of functional and symbolic fashions
There is a very important aspect, if account is taken of this continuity of clays in the Zambujal ceramic, which refers to the origin of the Bell-Beaker phenomenon. As is known, Laure Salanova (2000 and 2002) found that the high percentages of fragments of maritime Beaker were in Estremadura, and their respective age could point to this region as the likely focus of origin. In fact, forms of Beaker similar to "cups" can be found in the area; the most known examples are the vases of: Alapraia (Cascais), hypogeum from Quinta do Anjo (Palmela), hypogeum of Quinta das Lapas (Torres Vedras) and tholos of Serra de Mutela (Torres Vedras).
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Resumo alargado em português
documentar nesta tese, através de mapas que assinalam a distribuição dos sítios e dos tipos de cerâmicas presentes.
O trabalho apresentado tem como objectivo principal o estudo das cerâmicas pré-campaniformes pertencentes ao grupo conhecido no passado como “cerâmica de importação”, do qual geralmente fazem parte as peças com decoração canelada e brunida, como: copos canelados, taças hemisféricas e também alguns pratos y taças de bordo engrossado ou almendrado, que apresentam decoração interior com as mesmas características; frequentes na região da Estremadura (litoral centro de Portugal). Pretende, acima de tudo, alargar o conhecimento das referidas cerâmicas, utilizando novos métodos para o seu estudo, como a Arqueometria e a Arqueologia Experimental, que permitam uma melhor caracterização das mesmas, mas, também, redefinir a sua relação com outros tipos de cerâmicas no contexto do Calcolítico da Estremadura, tentando assim responder à pergunta: faz sentido esta divisão do Calcolítico, baseada em cerâmica com decoração canelada, em folha de acácia e campaniforme?
Nesse sentido, expôs-se o trajecto da investigação do Calcolítico estremenho até à formulação da divisão clássica em três fases, partição que, como já foi referido, tem como base a cerâmica: - Calcolítico Inicial = a “copo canelado” -Calcolítico Médio = a cerâmica com decoração em folha de acácia - Calcolítico Final = a cerâmica campaniforme A justificação desta partição fundamenta-se na distribuição estratigráfica das respectivas peças nos sítios arqueológicos (Cardoso, 2006: 42; Silva e Soares, 1975: 151-153 e Gonçalves, 2003: 160). Nos trabalhos citados está implícita a ideia de que a cada grupo de cerâmicas corresponde um período de ocupação diferente, relacionados, por vezes, com a chegada de novas populações (Gonçalves, 2003: 43 e 159). Também se expuseram opiniões contrárias ao modelo clássico, como a sugerida por Michael Kunst (1987), que se baseia no Zambujal, povoado que experienciou um sistema distinto de periodização do Calcolítico desde os inícios da sua escavação (Sangmesiter e Schubart, 1981). Nele pode-se verificar a existência de uma continuidade na dispersão das cerâmicas, que se vão distribuindo em maior ou menor número, segundo a sua tipologia, pelos diversos períodos de ocupação do povoado (Kunst, 1995 e 1996), não existindo um consequente corte entre elas. O mesmo autor defende também que, no caso do Zambujal, não se verifica uma clara distinção estratigráfica entre as duas cerâmicas que demarcam o Calcolítico Inicial e Médio, propondo que, como se tratam de formas distintas, personificam funções distintas, necessárias nos dois horizontes de ocupação e não exclusivas de ambos (Kunst, 1995: 24).
Em primeiro lugar, realizou-se um estudo de compilação e análise dos dados disponíveis, incluindo os arqueosítios, os materiais e os vários trabalhos realizados sobre o tema. Nele foi possível constatar que, fruto de escavações antigas e algumas violações de caçadores de tesouros (que se verificam particularmente em monumentos funerários), a região em causa não é, para o período Calcolítico, um espaço fácil de analisar num contexto abrangente. Efectivamente, à excepção de um ou outro caso, como Zambujal, Leceia e também, em menor escala, Penedo do Lexim, observamos um conjunto heterogéneo de sítios sem estratigrafias, sem uma clara descrição do lugar e da distribuição, no mesmo, dos materiais encontrados. Este é um cenário que se verifica tanto em lugares funerários como em habitats e povoados fortificados. Com este contexto é complicado identificar sequências. A passagem do Neolítico Final ao Calcolítico Inicial apenas pode ser documentada com segurança em Leceia onde, de facto, parece existir una ruptura, visto que, na maioria dos outros casos, os bordes denteados e taças carenadas, típicas do Neolítico Final, parecem coexistir com as cerâmicas acanaladas, características do Calcolítico Inicial da região (Sousa, 2005: 55). Outro aspecto relevante está relacionado com a ausência, na maioria dos arqueosítios, das cerâmicas (fósseis directores) que determinam os três períodos de ocupação calcolítica da Estremadura. Situação que se tentou
As datações de 14C apresentadas por Soares e Cardoso (1995 e 1996) também revelam algumas dúvidas no que diz respeito à divisão em três períodos, visto que as balizas cronológicas do Calcolítico da Estremadura aproximadamente – 2900 a 2500 cal. BC (C. Inicial), 2500 a 2000 cal. BC (C. Pleno) e 2000 a 1700 cal. BC (C. Final ou campaniforme) – nem sempre são coincidentes entre sítios, ou correspondem com o material encontrado.
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222-228). Existiu uma maior preocupação em relação aos dois últimos itens, tendo em conta que, do ponto de vista tipológico, estas peças estavam já bem determinadas e identificadas.
Recentemente também se voltou a pôr em causa a divisão clássica do Calcolítico estremenho, inclusive por autores que antes a tinham defendido (Gonçalves e Sousa, 2006). Nesse âmbito, tornou-se importante explorar este tema na nossa investigação, tanto do ponto de vista funcional, nos arqueosítios, como do ponto de vista arqueométrico, indagando sobre semelhanças de pastas e técnicas de fabricação.
Com o estudo dos materiais, foi possível verificar que as três variantes-chave da cerâmica canelada e brunida demonstram uma identidade, apresentando características decorativas e tipológicas próprias, que se estendem por toda a Estremadura, independentemente do tipo de arqueosítio. Encontram-se, assim, peças similares tanto nos grandes povoados fortificados, como nos pequenos habitats e lugares funerários.
A observação dos dados publicados, posteriormente estudados nesta tese, evidenciou que na maioria dos casos – e mesmo com a inclusão de algumas peças características do Neolítico Final (bordos denteados e taças carenadas) – os distintos tipos de cerâmicas correspondentes a cada período raramente seguem a sequência preestabelecida, sendo que geralmente só estão representados pelas cerâmicas um ou dois dos quatro períodos esperados; factores que podiam levar a interpretações que indiquem estabelecimentos curtos, por períodos ou estações. Contudo, não se deve esquecer que, nalguns casos, más escavações e registo podem ter influencio esta disparidade. Objectivamente, é sobretudo nos grandes povoados fortificados, como Zambujal, Leceia e Vila Nova de São Pedro, que se pode encontrar todos os “horizontes” e uma ocupação prolongada por cerca de mil anos.
A característica essencial destas cerâmicas está relacionada com a sua organização/temática decorativa. Geralmente as cerâmicas utilizam a técnica da canelura e do brunido, que lhe dão nome, mas em algumas situações verifica-se a incisão e o alisamento, sobretudo em casos em que a pasta e a própria decoração apresentam um menor esmero. Devido à proximidade das formas, os “copos” e as taças hemisféricas mostram um esquema decorativo mais próximo que o presente nos pratos. Podemos, assim, encontrar, nos dois primeiros, as típicas linhas horizontais caneladas (em média quatro), que se prolongam por todo o diâmetro do bordo, no caso dos “copos”. Devido à sua morfologia cilíndrica, estas linhas surgem também com alguma frequência junto ao fundo e, em alguns casos, podem estender-se a todo o corpo. Contudo, para além desta característica, podemos encontrar, fundamentalmente nos “copos” e no interior dos pratos, decorações abstractas, feitas por intermédio de finas caneluras ou linhas brunidas, desenhadas entre as caneluras horizontais (mais marcadas). Os motivos compreendem: zig-zags, linhas oblíquas, espinhados, metopa, círculos, espirais, axadrezados e serpentiformes. Das três formas cerâmicas referidas, atribui-se uma maior atenção ao estudo dos “copos canelados”. Esta decisão foi tomada tendo em conta o papel importante que estas representaram desde os tempos da “cerâmica de importação”, na investigação da cultura material précampaniforme. Os “copos” são também a forma (com decoração) mais frequente entre as três e igualmente a que mostra uma maior variedade decorativa.
Neste quadro, seria difícil realizar um trabalho que integrasse num mesmo plano todos os sítios da região com vestígios do IV e III milénio a.n.e, por isso tomouse a decisão de inventariar sessenta sítios arqueológicos (os mais conhecidos e com maior número de dados disponíveis) e verificar a distribuição dos artefactos cerâmicos que nos interessava estudar. A análise das características morfológicas das três principais formas da cerâmica canelada e brunida representou um processo menos linear. Um estudo prévio permitiu-nos identificar os locais com maior presença de cerâmicas; consequentemente, traçamos como objectivo principal os artefactos do Zambujal, Leceia, Vila Nova de São Pedro e Penedo do Lexim, assim como ter presentes peças dos vários tipos de sítios arqueológicos. À excepção de Penedo do Lexim, foi possível estudar os materiais dos outros três povoados fortificados (os três emblemáticos – devido à sua dimensão, arquitectura e material encontrado – da Estremadura [Cardoso, 2000: 354]), analisámos também as cerâmicas de Penedo, Fórnea e Pico Agudo (também com vestígios de fortificações ou muros). No que diz respeito a outro tipo de lugares, estudámos alguns materiais de: Pai Mogo (tholos), Alto do Dafundo, Monte do Castelo, Serra de Éguas, Outeiro da Assenta e Outeiro de São Mamede (povoados), Vale da Lapa e Cova da Moura (grutas), Carenque e Casal do Pardo (hipogeos).
Observou-se que a forma “tipo copo” é conhecida dos períodos calcolíticos em vários pontos da Península Ibérica, principalmente no Oeste e no Sul. Neste trabalho propõe-se que estas formas estariam integradas na “cultura” calcolítica, implicando uma proximidade em relação à morfologia (ídolos cilíndricos, ídolos falange e copinhos em osso), decorações (ver os mesmos elementos) e conceitos cognitivos (representação de olhos solares, do triângulo púbico, divindades femininas, etc.). Se, por um lado, no caso do Sudeste e Sudoeste, estes conceitos estão bem presentes, no caso do Oeste peninsular (em particular nos estuários do Tejo e Sado), os vasos cilíndricos apresentam uma decoração mais abstracta – apenas próxima, em termos de motivos, dos recipientes cilíndricos em osso – apesar de surgirem igualmente em contextos da Idade do Cobre.
Metodologicamente, para a análise morfológica seguiram-se quatro parâmetros: forma, medidas, pastas e aspectos decorativos, aplicados aos “copos”, taças hemisféricas e pratos com decoração canelada e brunida, seguindo Soares e Silva (1976-77: 181-84); Gonçalves, (1989: 147-151) e Senna-Martinez (1983-84 e 1989: 26
e 70, com motivos presentes em artefactos do mediterrâneo oriental e, mais tarde, com o fundo decorativo do Neolítico regional. Os paralelismos decorativos com essa área continuam a ser evidentes, sobretudo com o material de Tróia I (Korfmann, 1995), permitindo identificar uma possibilidade de circulação de ideais e conceitos – não de peças nem de colonos – no mediterrâneo. Essa circulação pode ter influenciado a introdução das decorações brunidas e dos motivos em zig-zag e metopa a Oeste da Península Ibérica, assim como as decorações pintadas a branco e as representações de olhos solares, mais conhecidas do Sul peninsular. Todavia, tem-se investido pouco na percepção do seu significado. O facto de se tratar de uma temática abstracta dificulta uma interpretação conclusiva, mais ainda por se desconhecer a sua funcionalidade. Sónia Ferreira propôs que as linhas oblíquas, zig, zags, espirais… representariam padrões que distinguiriam clãs, à semelhança do que sucede com os kilts da Escócia, ou os panos de Timor (Ferreira, 2000: 223), mas, como se constata com esta investigação, praticamente todos os temas têm representação em todos os sítios, não existindo um que claramente caracterize um lugar em particular. Michael Kunst, em conversa, propôs que provavelmente as decorações estivessem relacionadas com um imaginário mais amplo, representado igualmente na arte rupestre, onde se verificam – fundamentalmente no vale do Tejo – os referidos desenhos.
Propôs-se, tendo em conta estes factores, duas hipóteses para explicar a existência deste particularismo da Estremadura. Ambas indicam uma evolução de um fundo comum calcolítico: 1- Trata-se de uma evolução dos “copos” com decoração simbólica, não obstante, e apesar de estarmos a colocar uns com uma maior antiguidade que outros, pensamos que ambos pertencem ao mesmo horizonte ou cultura, que advém dos ídolos cilíndricos; sublinhamos que se trata de uma evolução dentro dos mesmos padrões, sem uma evidente quebra de horizontes. 2- Surgem como contemporâneos dos simbólicos, mas com uma concepção ou imaginário distinto, variante de uma região. Os “copos” com decoração simbólica, existentes na Estremadura, seriam fruto de intercâmbios, quiçá com o Sul do país ou mesmo com a distante Andaluzia oriental, podendo, assim, explicar-se o seu número reduzido em relação aos de decoração canelada e a sua convivência com os últimos em algumas jazidas, sobretudo nas de carácter funerário. A cerâmica canelada e brunida é essencialmente um artefacto dos vivos, com uma grande presença nos povoados fortificados de maior dimensão, onde efectivamente surgem os exemplares mais vistosos e aparentemente funcionais. Resulta interessante verificar que algumas das peças presentes em monumentos funerários apresentam um menor cuidado com as superfícies interiores, indicando exclusivamente uma preocupação estética na parte visível, aspecto que parece ter também uma continuidade nos campaniformes (Salanova, 2003). Apesar de tudo, estas peças representam uma minoria no quadro geral dos fragmentos encontrados em povoados. Por exemplo, no Zambujal não ultrapassam uns 10% do total das cerâmicas decoradas (Kunst, 1987), aspecto que, em conjunto com a sua decoração e tratamento das superfícies, lhes atribui um certo estatuto, seguramente relacionado com algum ritual ou elite. O conteúdo destas peças é ainda uma incógnita – infelizmente, devido às condições de preservação das cerâmicas, não foi possível ainda realizar análises de conteúdos – contudo, se tivermos em conta as suas características (fundamentalmente as dos “copos” e taças hemisféricas): forma, paredes finas e superfícies brunidas, podemos inferir que se tratariam de recipientes para líquidos, preferencialmente servidos a baixa temperatura. Os pratos com decoração interior (que são menos representativos nos povoados em relação às duas formas anteriores) denotam características distintas, compartindo apenas a decoração. Deste ponto de vista, poderiam servir como elemento auxiliar de uma cerimónia ou acto que implicaria o uso maioritário dos outros vasos.
Não obstante, a matriz calcolítica está presente nas cerâmicas, mas por qualquer razão, que possivelmente nos será sempre desconhecida, passou de uma representação figurativa – como o caso de algumas decorações do Sudeste peninsular, em que se podem distinguir formas humanas e animais – a simbólica, com linhas e signos, para nós indecifráveis, mas que seguramente teriam muito significado para as populações do IV e III milénio a.n.e. Outra fase do nosso trabalho corresponde à análise das cerâmicas com técnicas arqueométricas, actualmente fundamentais para a caracterização destes artefactos, em conjunto com algumas propostas da Etnoarqueologia (Shepard, 1985, Orton et al., 1993, Kramer e Davis, 2001, Rice, 2005) e Arqueologia Experimental (Clop, 1998; Euba, 2004; Aranda e Fernández, 2004/2005; Djordjevic, 2005; Calvo e García, 2006). Utilizámos então, para além dos tradicionais métodos de observação e medição das características morfológicas e decorativas, a microscopia petrográfica de lâmina delgada, a espectrometria electrónica de varrimento (SEM), difracção de raio-x (DXR) e fluorescência de raio-x por reflexão total (TXRF) para caracterizar estas peças. O estudo arqueométrico foi realizado no laboratório de Arqueologia da Universidade Autónoma de Madrid e no Servicio Interdepartamental de Investigación (SIdI), na mesma universidade e incidiu apenas sobre materiais do Zambujal. As razões desta escolha prendem-se com o
A temática decorativa das cerâmicas, particularmente dos copos canelados, tem sido um dos aspectos de maior interesse no seu estudo, comparando-se, entre os anos 50 27
Os primeiros resultados da difracção de raio-x indicaram que grande parte das amostras apresentava minerais máficos (característicos de solos com origem vulcânica), facto que não coincidia com as primeiras amostras de terra obtidas no vale do Sizandro. Foram então igualmente recolhidas amostras da região de Sintra/Cascais; área proposta, num trabalho anterior (Blance, 1959), como provável “fonte” de argilas para este tipo de cerâmicas. Contudo, já com a investigação em curso, decidiu-se, seguindo os trabalhos de Arnold (1985), Gossellain e Livingstone (2005) e os conselhos de Manuel García-Heras, iniciar uma procura mais exaustiva de matérias-primas com as características indicadas (solos de origem vulcânico), a curta distância do zambujal, visto que o local proposto por Blance estaria a um pouco mais de 30 km, extensão que dificilmente seria percorrida em tempos calcolíticos, sobretudo porque se tratava de um bem abundante e que não necessita de uma composição específica para criar um artefacto (ao contrário do que sucederia com o sílex, anfíbolita, variscita, entre outros elementos). No mapa geológico da região de Torres Vedras e no Plano Municipal de Recursos Naturais de recursos da região de Torres Vedras (ver Anexo 2, mapas 5 e 6) foi possível identificar algumas áreas com presença de solos com características próximas às de Sintra, facto comprovado posteriormente com uma análise de amostras da zona de Runa (a menos de 5 km do Zambujal). Pode-se, então, afirmar que os recursos necessários para a manufactura das cerâmicas do povoado estariam disponíveis a menos de 5 km do lugar (ver fig. 108).
facto de se apresentar como a amostra mais segura para o tipo de estudo proposto. Não trabalhámos com uma amostra tão significativa como a utilizada para as características morfológicas – o custo das referidas análises e o estado de alguns fragmentos levaram-nos a optar pela escolha de uma amostra segura dentro do material disponível. Entendemos por amostra segura: um número significativo de fragmentos por tipos das cerâmicas em estudo – entre 12 a 20 exemplares –, enquadrados num sítio com uma potência estratigráfica importante, como uma localização segura dos mesmos fragmentos na respectiva estratigrafia. Interessava-nos, ainda, poder estudar a sua relação integral num contexto geral, comparando com cerâmicas de outros períodos do Calcolítico (Pleno e Final). Teoricamente, os locais ideais para este estudo seriam Leceia e Zambujal mas, na prática, apenas o último apresenta condições ideais, já que, no caso de Leceia não existe uma clara conexão entre as camadas pré-campaniformes e as campaniformes; estas últimas estão representadas apenas por duas cabanas, que parecem ter sido construídas sem qualquer conexão com a ocupação pré-campaniforme (Cardoso, 2000: 130). Por esse motivo, escolhemos o Zambujal como base para este estudo. A eleição deveu-se às qualidades de preservação arqueológica – praticamente únicas na região – que o sítio apresenta. Nele encontramos uma camada estratigráfica com cotas superiores a 1 metro, sendo que as escavações no local ainda continuam e utilizando o método arqueológico alemão dos complexos aplicados aos estratos naturais, desenvolvido por Schubart e Sangmeister (1981) e aperfeiçoado por Michael Kunst (Kunst e Uerpmann, 2002), factores que nos permitem, hoje em dia, localizar perfeitamente os fragmentos recuperados das escavações nos diversos pontos dos estratos. Outro aspecto também relevante neste povoado está relacionado com o facto de apresentar nas suas campanhas uma equipa interdisciplinar que estuda paralelamente os dados geoarqueológicos, a paleobotânica e zooarqueologia do local; aspectos que ajudam a ter uma visão de conjunto sobre o povoado e não exclusivamente uma visão estratigráfica ou material.
A análise da decoração das peças e a observação petrográfica de lâmina delgada e SEM indicam que, efectivamente, os três fósseis directores cerâmicos do Calcolítico estremenho são díspares, podemos vê-lo pelo tratamento das superfícies, desengordurantes utilizados, técnica de modelação, temática e técnica decorativa. No entanto, o seguinte estudo de caracterização mineralógica e química demonstra que, apesar das diferenças, as cerâmicas manifestam características comuns, independentemente da sua tipologia ou estrato arqueológico, manifestando uma continuidade na captação das argilas ao largo da ocupação do Zambujal (caso que estudámos). Podemos, então, considerar que as diferenças entre as cerâmicas estão relacionadas essencialmente com a sua manufactura (desengordurantes, porosidade, grossura das paredes) e não com o tipo decorativo ou horizonte de ocupação. As principais discrepâncias são, assim, necessárias e estão relacionadas com a funcionalidade das peças e não com as suas argilas.
Do Zambujal fizemos uma selecção variada de peças para análise com fragmentos: de “copos”, taças hemisféricas, pratos de bordo engrossado decorados no interior, cerâmica comum, bordos denteados, vasos globulares e esféricos com decoração em folha de acácia e taças e vasos campaniformes marítimos e incisos, amostra que nos permitirá integrar a cerâmica canelada brunida num contexto calcolítico geral, após a definição das características das argilas e cerâmicas por fases de ocupação calcolítica a escala local, mas que permitirá fazer, no futuro, comparações com outros casos na região. Escolheu-se, consequentemente, para este estudo três amostras de argilas do rio Sizandro, a relativa proximidade do povoado, e a profundidades geológicas similares aos períodos de ocupação calcolítica.
O processo de fabricação de copos canelados e os primeiros vasos campaniformes marítimos não aparenta diferenças significativas nas fases de produção. A selecção de matérias-primas é local e o uso de desengordurantes é baixo, as pastas são finas e a decoração cuidada. Em ambos os casos, o trabalho aplicado a estas cerâmicas teria algum grau de especialização, que implicaria a decantação das pastas, a 28
modelação e decoração que, como se pôde ver com as análises apresentadas nesta tese, apresenta uma qualidade que só seria possível de atingir com algum tempo e engenho, facto que também ficou documentado na reprodução experimental.
se-ia por um mesmo indivíduo(s) especializado(s), oleiro ou oleira – ainda hoje, em culturas tradicionais, a(o) oleira(o) fazem todo o processo – funções que se realizariam, em principio, sazonalmente, nos meses de maior calor.
Por outra parte, no caso das cerâmicas comuns o processo seria distinto, constatando-se uma menor preocupação com as pastas, apresentando maior porosidade, maior espessura das paredes e um número elevado de grãos de calcite como desengordurante. O uso de calcite poderia estar relacionado com a resistência, isto é, com a capacidade que este mineral dá às cerâmicas, tornando-as mais aptas ao choque térmico (Hoard et al, 1995).
De acordo com os vários factores que vêm sendo referidos, é plausível afirmar que as mudanças estilísticas e técnicas, verificadas nas cerâmicas ao longo do Calcolítico, seriam de desenvolvimento local; considerando-se também (para o caso de Zambujal) uma contínua ocupação, durante mil anos, de jazidas próximas e de barros semelhantes, que terão sido utilizados na produção dos copos canelados e dos vasos campaniformes.
As análises de caracterização mineralógica e química evidenciaram pequenas distinções entre as argilas, visíveis nas já esperadas peças sem decoração (sem vestígios de minerais máficos e muita calcite), e um pequeno grupo de cerâmicas que, independentemente da forma ou tipologia (excepção feita às cerâmicas decoradas com “folha de acácia”), não revelavam presença de argilas provenientes de solos vulcânicos. Com esta investigação foi possível verificar que os copos, taças e pratos com decoração canelada e brunida têm uma identidade própria, apresentando características decorativas e formais que se estendem por toda a Estremadura. No caso do Zambujal, onde foi feito um estudo mais minucioso (incluindo as já referidas técnicas arqueométricas), pôde-se apurar que as pastas utilizadas, bem como as técnicas de manufactura, seriam muito similares, independentemente do estrato em que as mesmas foram encontradas. Este aspecto pode ainda alastrar-se às peças com outro tipo de decorações e tipologia, como é o caso de folhas de acácia, campaniformes e bordos denteados.
Existe um aspecto muito importante a reter, se é tida em conta esta continuidade de barros das cerâmicas no Zambujal, e que se refere à origem do fenómeno campaniforme. Como é sabido, Laure Salanova (2000 e 2002) considerou que as percentagens elevadas de fragmentos de vasos campaniformes marítimos presentes na Estremadura, e a antiguidade dos respectivos, podiam indicar esta região como provável foco de origem. De facto, na zona encontram-se formas campaniformes similares aos “copos”; os casos mais conhecidos são aos dos vasos de: Alapraia (Cascais), hipogeo de Quinta do Anjo (Palmela), hipogeo de Quinta das Lapas (Torres Vedras) e tholos de Serra de Mutelas (Torres Vedras). Contudo, não se deve olvidar que, segundo o modelo clássico de divisão do Calcolítico estremenho, entre os copos canelados e os campaniformes marítimos integrarse-ia a cerâmica com decoração em folha de acácia. Efectivamente, podem encontrar-se formas cilíndricas tipo “copos” – um pouco mais alongadas que as formas caneladas – com esta decoração, no entanto, são casos pontuais, pouco mais de uma dezena, concentrando-se na sua maioria em Leceia (ver figura 51). A sua existência justifica igualmente uma continuidade de formas desde o Calcolítico Inicial ao Final. Não obstante, segundo o meu ponto de vista, tendo em conta os dados actuais, creio que estas peças podem ser uma excepção, não só pela sua decoração, mas também pelas características da sua pasta e forma. O seu reduzido número não permite que se indique, para as mesmas, uma função concreta no quadro de um horizonte ou cultura da “folha de acácia”, para além de que a justificação de um horizonte para as cerâmicas com estas características é, na minha opinião, ténue, visto que este tipo de decoração está praticamente ausente dos contextos funerários e surge quase exclusivamente relacionada com uma forma específica: o vaso globular. Porém, o fenómeno “folha de acácia” merece um estudo mais denso e cuidado, que análise fundamentalmente a sua “contemporaneidade” cronológica, em termos de datas radiocarbónicas, como o campaniforme marítimo; situação que seria impossível de desenvolver numa tese circunscrita às cerâmicas de decoração canelada e brunida.
Poderia, assim, concluir-se que, no caso particular do Zambujal, as populações usaram, durante cerca de mil anos, barreiros locais com as mesmas características; as técnicas de manufactura, no local, também se revelaram próximas, não se encontrando muitas diferenças com o passar do tempo, mas sim nas funcionalidades das peças, sendo evidente a maior inclusão de desengordurantes de calcite nas peças sem decoração, provavelmente de uso comum, e uma maior porosidade e desengordurantes de rochas básicas nas cerâmicas com decoração em folha de acácia, vasos com possível função de armazenamento. Apesar de toda a incerteza – inerente à investigação em tempos pré-históricos – pode-se recriar a maneira como os povos que habitaram a região de Torres Vedras (entre o III e IV milénio a.n.e.) produziam as suas cerâmicas. A proposta apresentada nesta investigação indica um certo grau de especialização. Nela podemos encontrar vários modos de exploração das argilas dentro de um raio de 5 km; o método mais utilizado seria provavelmente o da extracção em jazidas a céu aberto. O processo de produção da pasta, modelação, decoração e cozedura seria um procedimento que tardaria entre duas semanas a um mês. Certamente, toda a cadeia operatória realizar-
Considerando estes factores, pode-se, assim, projectar uma relação entre as formas cilíndricas do Calcolítico 29
Inicial e as mais sinuosas do Final, que se foram adaptando segundo os gostos decorativos e de formas de cada período, ou seja, uma evolução dos copos canelados até aos vasos campaniformes. Sendo interessante verificar que, fundamentalmente nas formas de vasos campaniformes de estilo marítimo (tipo Alapraia), as cerâmicas apresentam, na região estudada, perfis pouco sinuosos, figurando uma forma transitória entre a forma dos “copos”. No entanto, deve haver algum cuidado, visto que estamos apenas a demonstrar uma situação onde existe continuidade (de argilas), que se verifica num caso (Zambujal). É certo que será, provavelmente, o caso mais importante da região, não obstante, seria interessante comprovar qual o comportamento noutros sítios. Em suma, os resultados obtidos com esta investigação estão relacionados, em primeiro lugar, com o desenvolvimento de um estudo completo dos materiais cerâmicos em questão, começando com a integração no sítio arqueológico, seguindo com o estudo morfológico e decorativo, análise arqueométrica, experimental e consequente proposta dos processos de produção dos artefactos (particularmente para o Zambujal), tratando, sempre que possível, de utilizar diversificadas técnicas e metodologias. Em seguida, a preocupação pelo enquadramento destas peças num contexto Calcolítico peninsular, identificando e definindo o seu particularismo regional. Por fim, a determinação – com base na caracterização mineralógica e química – de uma evolução gradual, sem câmbios abruptos, adaptada às mudanças funcionais, simbólicas e de modas.
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Resumen:
– en conjunto con la Etnoarqueología y la Arqueología Experimental (Shepard, 1980, Orton et al., 1993, Rice, 2005). Consecuentemente utilizamos, más allá de los tradicionales métodos de observación y medición de las características morfológicas y decorativas: la microscopia petrográfica de lámina delgada, la Espectrometría Electrónica de Barrido (SEM), Difracción de Rayos X (XRD) y Fluorescencia de Rayos X por Reflexión Total (TXRF).
El trabajo que aquí presentamos tiene, como objetivo principal, el estudio de las cerámicas pre-campaniformes, en la Extremadura portuguesa (litoral del centro de Portugal), pertenecientes al grupo designado antiguamente de “cerámica de importación”, del cual habitualmente son parte las piezas con decoración acanalada y bruñida como: vasos cilíndricos (copos), cuencos (taças) hemisféricos y también algunos platos de borde engrosado o almendrado que presentan decoración interior con características similares.
El estudio arqueométrico incidió exclusivamente sobre materiales de Zambujal. Las razones de esta elección están relacionadas con el hecho de que en el citado lugar hay posibilidades de una muestra segura para el tipo de labor pretendida. Entendemos por muestra segura: un número significativo de fragmentos por tipos de las cerámicas en estudio – entre 12 a 20 ejemplares – encuadrados en un yacimiento con una potencia estratigráfica importante y con una ubicación segura de los fragmentos en la respectiva estratigrafía.
Con esta investigación pretendemos aumentar el conocimiento de las referidas cerámicas, utilizando nuevos métodos para su estudio, como la Arqueometría y la Arqueología Experimental, que nos permitirán una mejor caracterización de las mismas, así como redefinir su relación con otros tipos de cerámicas en el contexto del Calcolítico de la Extremadura portuguesa, intentando de este modo responder a la pregunta: ¿Tiene sentido esta división del Calcolítico, basada en cerámica con decoración acanalada, en hoja de acacia y campaniforme?
Esta labor enriquecerá el estudio de las cerámicas prehistóricas en la región, ayudando a definir las características de las arcillas y cerámicas por fases de ocupación calcolítica, como también, facilitando aproximaciones al modo como funcionaría la cadena operatoria. Se trata de una primera contribución a escala local (poblado de Zambujal) que permitirá hacer, en el futuro, comparaciones con otros casos en la región.
Nos preocupamos por efectuar una identificación de los asentamientos con presencia de cerámica precampaniforme en la región referida. Seleccionamos consecuentemente sesenta lugares, esencialmente aquellos que se presentaban más estudiados y con mayor número de datos disponibles y verificamos la distribución de las cerámicas. Teniendo en cuenta este análisis pudimos constatar que, la presencia de los tres horizontes clásicos es poco frecuente en la mayoría de los yacimientos calcolíticos.
Palabras-clave: Cerámica; Calcolítico; Extremadura portuguesa; Pre-campaniforme, Técnicas Arqueométrica; Arqueología Experimental.
Después de la identificación de los lugares con representación de estas piezas, se ha procedido al estudio de las características morfológicas de las respectivas cerámicas. Desde el punto de vista organizativo fue creada una base de datos para el estudio de las cerámicas que fue dividida en cuatro parámetros: formas, medidas, pastas y aspectos decorativos, aplicables a las tres variantes-clave de la cerámica acanalada bruñida (copos, cuencos y platos). Otra fase de nuestro trabajo corresponde al análisis de las cerámicas con técnicas arqueométricas – actualmente fundamentales para la caracterización de estos artefactos 31
Mudam-se os tempos, mudam-se as vontades, Muda-se o ser, muda-se a confiança; Todo o mundo é composto de mudança, Tomando sempre novas qualidades. Continuamente vemos novidades, Diferentes em tudo da esperança; Do mal ficam as mágoas na lembrança, E do bem, se algum houve, as saudades. Luís Vaz de Camões
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Prefacio
La casa de mis padres, donde pase toda mi juventud, se ubica en un cerro a 120 m de cota, teniendo una vista privilegiada sobre la desembocadura del Tajo, el cual se llama Alto de Santa Catarina, a 12 km de Lisboa; situado entre las localidades de Dafundo al suroeste y Linda-aVelha al este. Durante los años 90, cuando tenía entre 10 y 12 años, me acuerdo de subir muchas veces al cerro con mis compañeros para sustraer algunas cañas de azúcar allá plantadas. El lugar era como un bosque para nosotros jóvenes suburbanos, en el “Alto” (como le llamábamos), encontrábamos cabras, ovejas y huertas, introducidas por inmigrantes africanos de las antiguas colonias portuguesas, era un territorio mágico simbolizando esa imagen rupestre dentro de la ciudad, pero también un lugar de temor, fruto de algunas malas experiencias que tuvimos con la violencia inherente de estas personas; justificable por la experiencia de la guerra civil vivida en sus países, así como por alguna discriminación vivida en el Portugal de finales del siglo XX. En 1995 el barrio clandestino de casas de madera empezó a ser trasladado para nuevas habitaciones de cemento, fundamentalmente a Alfragide y a la margen sur del Tajo, empezaron así, debido a su excelente ubicación, las presiones inmobiliarias para la construcción de nuevas urbanizaciones que vendrían a representar el 15 % de la población de Linda-a-Velha; mi familia fue una de las que se trasladó al lugar, viniendo del antiguo centro de la población referida, para las nuevas urbanizaciones de Santa Catarina. El lugar, otrora una zona verde preservada por los inmigrantes africanos, que intentaban allí reproducir su modo de vida en África, rápidamente se ha tornado en una floresta de cemento y hierro. En las raíces de este nuevo bosque se encontraba uno de los poblados más enigmáticos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa – Alto do Dafundo. Presentando sobre todo características de un yacimiento del Mesolítico o Neolítico, el poblado tenía una gran cantidad de cerámica de decoración acanalada del Calcolítico Inicial, artefacto que “marca” el comienzo de los poblados amurallados calcolíticos de la región, murallas que, en el caso concreto de este yacimiento, no existían. Sólo he tenido conocimiento del sitio arqueológico tras la bibliografía en mi primer año de facultad en la licenciatura de Historia variante Arqueología; más tarde y en parte debido a una fuerte influencia de Michael Kunst y algunos compañeros de excavación me he decidido a trabajar en la prehistoria reciente. Fue así que tras terminada mi licenciatura y después de una experiencia a nivel profesional, en un museo de Sintra, decidí seguir el consejo 35
de “Miguel” y hacer una tesis sobre ese problemático período entre el IV y el III milenio a.n.e que marca el pasaje del Calcolítico al Neolítico; concretamente sobre el estudio de las cerámicas acanaladas. Decidí aceptar el desafío, sobre todo tras constatar su papel en la investigación calcolítica del pasado, siendo tanto bandera de difusionistas y evolucionistas; sentí también que estos vasos estaban conectados a mí pasado, al lugar donde viví… al Alto do Dafundo, lugar mágico de mi infancia y mi casa en la juventud. No me he arrepentido, fue un camino largo y tortuoso. Me refiero a los estados de espíritu por el que pasan los doctorandos; el cansancio de las horas de estudio y pesquisa, el temor de cometer afirmaciones incorrectas, los problemas originados, las dudas en resolverlos, la tensión de la entrega del texto, la difícil redacción en un idioma que no es el propio. En suma, momentos difíciles, pero largamente compensados por otros momentos de convivencia con personas de mérito tanto profesional como humano y finalmente por el importante desarrollo intelectual y aprendizaje que servirá para toda la vida.
Agradecimientos
Guida, Lecas, Gonzalo Sainz, Susana, Vanda, Roland, Ali, Ralf, Álvaro, Manu, Marc Heise, Marck Pieper, Geert, Fernando, Bruno, Stika, “Pchemec” y algún nombre más que me haya olvidado, a ellos debo prácticamente todo lo que se, y todavía es muy poco, sobre la Arqueología prehistórica.
Para la elaboración de este trabajo he tenido la orientación, paciencia y ayuda de varias personas a las cuales quiero dejar patente mi agradecimiento, algunas de ellas, como mi esposa y mi familia, es prácticamente imposible describir con palabras mi reconocimiento: En primer lugar a Concepción Blasco y a Michael Kunst, mis directores de tesis, por la amistad y paciencia que han tenido conmigo, por sus pertinentes indicaciones, metodología y planteamientos que me ha ayudado de forma muy pedagógica a “desbravar” el camino, a veces tortuoso de la investigación y a organizar mi labor; a partir de ellos quiero también elogiar el papel de la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Arqueológico Alemán, que me han permitido, tras la inclusión en algunos de sus proyectos financiar los análisis de las cerámicas. A “Miguel” le debo igualmente el hecho de haber creído en mis capacidades, incentivándome a realizar el doctorado y a divulgar mi trabajo.
A Rosa Varela Gomes por el auxilio prestado para que mi tesis del DEA y cursos de doctorado tuviesen equivalencia a máster en Portugal, hecho que me ha permitido lograr una beca de la FCT. A la profesora Rosa le quiero igualmente dar las gracias por el apoyo prestado en la estancia de tres meses que he realizado en la Universidad Nova de Lisboa durante el período de investigación. A las distintas personas que han dispuesto de su tiempo en busca de las piezas por los laberínticos museos portugueses, mis estimados agradecimientos a José Arnaud y António Monge Soares de la Asociación de Arqueólogos Portugueses y del Museo del Carmo; Carla Martinho del Museo Nacional de Arqueología; João Luis Cardoso y Bernardo del Gabinete de Estudios Arqueológicos de Oeiras y a todo el equipo del Museo Municipal de Torres Vedras, destacando en particular Rui Silva y Carlos por el apoyo prestado y por la amistad.
A la Fundação para a Ciência e Tecnologia del Gobierno de la República Portuguesa que me ha permitido, con su beca, seguir con mis investigaciones y realizar el doctorado. A mi mujer Andrea que me acompañó siempre con una sonrisa, durante prácticamente todo el proceso, leyendo y apuntando, cuando le pedía, mis faltas ortográficas en el castellano, enseñándome algunos particularismos del idioma bajo su paciente acento chileno. A mi familia por el apoyo emocional y financiero en los primeros años, bien como por el esfuerzo que ambos hicimos en una altura complicada.
Por fin agradecer en general a la Universidad Autónoma de Madrid por todo lo que me ha dado: condiciones de investigación, excelentes profesores, excelentes compañeros de estudio y valorización personal. En lo particular a las personas que me han ayudado y dado consejos: Concha Blasco, Rosario García, Javier Baena, Carmen Gutiérrez, Ana Isabel Pardo, Ester Moreno y Patricia Ríos.
A mis amigos de habla hispana Edinson Cornejo, Pedro Benítez y Rafael Martínez, que han leído y comentado algunos capítulos de la tesis. A Rosario García, João Coroado, António Monge Soares y Manuel Garcia-Heras por los consejos y orientaciones que me han dado en Arqueometría, las varias indicaciones bibliográficas y la ayuda prestada en la interpretación de los datos obtenidos por los estudios arqueométricos. A todo el equipo de Zambujal que ha estado presente varias veces en las excavaciones desde 2001: “Miguel” Kunst, Pablo, Pepe, Pedro, J. Patterson, Jesús, Rafa, Willy, Babette, Nina, David, Chico, Guida Casella, 37
INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
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Introducción y antecedentes de la investigación
“En el principio Dios dio un vaso a cada pueblo, un vaso de barro, y por este vaso bebían a su vida”. Proverbio de los indios Digger.
a la generalidad de piezas campaniformes. En una fecha donde predominaban las teorías difusionistas2, de pronto se consideraron estos artefactos como de procedencia exterior o fabricados por manos ajenas. En este conjunto se pueden encontrar sobre todo piezas de color oscuro, bien depuradas, con poca cantidad de desgrasantes o muy diluidos en la pasta, caracterizadas fundamentalmente por sus superficies bruñidas o alisadas, decoradas con acanaladuras generalmente compuestas por hiladas de líneas horizontales ubicadas junto al borde y, a veces, con otros motivos en líneas menos profundas llenando todo el cuerpo de la pieza.
1. EVOLUCIÓN DE LA INVESTIGACIÓN Al igual que lo sucedido en la mayor parte de la investigación europea, también en Portugal, la cerámica calcolítica pre-campaniforme acaba por quedar en un segundo plano en relación a su congénere campaniforme. No obstante, trabajos recientes sobre cerámicas campaniformes han identificado que el mayor número de vasos se concentra en la región litoral centro de Portugal, proponiéndose su origen en esa zona (Salanova, 2000 y 2002). Siendo probable que éstos tuviesen ya un antecedente autóctono (Kunst, 2005), ese antecedente sería el vaso cilíndrico de decoración acanalada (el “copo canelado”). Surge entonces la necesidad de comprender ese mismo objeto y también lo que se considera su horizonte, es decir, otras formas que por afinidad decorativa de pastas y de estrato representan una homogeneidad “cultural”; tradicionalmente a lo que llamaríamos el grupo de la cerámica de importación o, en un término más actual, cerámica de decoración acanalada y bruñida.
Según estos parámetros varios investigadores se han ceñido prácticamente a dos formas: los vasos cilíndricos (copo en portugués) y los cuencos hemisféricos (taças hemisféricas, en portugués). Sin embargo, junto a estas dos formas, aunque que no es muy frecuente en los trabajos lusos (Sousa, 1998), me parece también correcto incluir los platos con o sin borde engrosado. Básicamente porque presentan una decoración igualmente acanalada y bruñida – aunque sólo sea en el interior de la pieza – pero con una temática decorativa similar a los vasos cilíndricos y cuencos hemisféricos: semicírculos, semiespirales, ajedrezados, zig-zag, trazos oblicuos, etc. Además hay que añadir que, en yacimientos con estratigrafías seguras como Zambujal y Leceia, podemos encontrar fragmentos de las tres formas ubicados próximamente y en el mismo estrato.
El concepto de cerámica de importación o Importkeramik1 – ya que el término ha sido introducido previamente por arqueólogos alemanes en la década de los 60 del siglo XX – intenta caracterizar los artefactos cerámicos encontrados en los sedimentos más antiguos de Vila Nova de São Pedro (VNSP). Los vasos hallados, en ese yacimiento, presentaban pastas de buena calidad y una decoración acanalada y bruñida cuidada que contrastaba con la mayoría de los artefactos que se ubicaban en capas contemporáneas e incluso en relación
No obstante, casi siempre se asocia al concepto
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A veces somos un poco duros con nuestros antecesores. No obstante, hay que tener en cuenta que en los años 50 y 60 el número de excavaciones, de yacimientos identificados, así como de dataciones radiocarbónicas para el período Calcolítico, eran reducidas. Siendo que, para un investigador, sitios como Pedra do Ouro o Vila Nova de São Pedro surgían como pequeñas islas o lugares aislados; existiendo una conexión poco plausible con otros yacimientos prehistóricos (de fecha cercana) conocidos en ese tiempo en territorio portugués, es decir, asentamientos muy primitivos, como algunos megalíticos del Neolítico Medio y los Concheros del Mesolítico Neolítico/Inicial. Estos factores han inducido a los arqueólogos que trabajaban en ese tiempo a buscar justificaciones para el surgimiento del Calcolítico fuera de la Península Ibérica, basándose en paralelos con otros lugares.
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En esos tiempos la idea de Oriente Lux, estaba muy de moda y, de la misma forma que pasaba en los Millares, los investigadores consideraban que estos poblados complejos eran obra de una migración de pueblos venidos del Próximo Oriente, sucediendo lo mismo con los artefactos hallado. El primero en introducir ente planteamiento habría sido Louis Siret en 1907 (Ferreira, 2003). Se hicieron consecuentemente diversos paralelos entre las formas, la decoración de las cerámicas y hasta entre las arquitecturas de los poblados, tesis que tuvieron un duro golpe con el descubrimiento del 14C y las siguientes teorías de Renfrew (1973). 41
“cerámica de importación” al “copo canelado”3, por su innovación morfológica y por su diversidad de motivos decorativos. Esta forma mantiene además una importancia relevante en el estudio del Calcolítico, presentando el estigma de haber sido uno de los “fósiles directores” más debatidos en la Arqueología lusa entre los años 50 y 70.
das quais pendem triângulos preenchidos com traços oblíquos (...) a sua superfície é brunida» (Blance, 1959: 459). Savory, que hizo la primera y única estratigrafía de Vila Nova S. Pedro, corroboró la teoría de cerámica precampaniforme atribuida a los “copos” y cerámica acanalada:
Aún antes del concepto de “cerámica de importación” los “copos canelados” ya se destacaban como un artefacto importante. A mediados del siglo XX comenzó un recrudecimiento de excavaciones, particularmente en la región del distrito de Lisboa, que incluían muchos sitios del Neolítico y Calcolítico como Parede, São Pedro do Estoril, Carenque, Praia das Maçãs, Quinta do Anjo, Lapa do Fumo (estos dos sitios ya en el distrito de Setúbal), entre otros. Sin embargo, con el descubrimiento de Vila Nova de São Pedro4, los “copos” se convierten en un artefacto fundamental para la definición del Calcolítico portugués. Pasan a formar una cultura – el horizonte de Vila Nova S. Pedro I, es decir, precampaniforme – y, según los primeros excavadores, contemporáneos a la construcción de la fortificación (Jalhay y Paço, ([1943]1971). La historia de la cerámica acanalada bruñida quedó así exclusivamente ligada a los “copos”. Estos artefactos eran bastante frecuentes en este yacimiento, Afonso do Paço, su primer excavador, así los definió en los años 50:
«O aspecto mais característico dos níveis de ocupação subjacentes à muralha interior e selados em relação a qualquer contaminação por um nível largo e espesso de argamassa, são os fragmentos de olaria fina dos “copos” – recipiente de carena muito baixa ou bases praticamente planas e lados côncavos, verticais ou exvertidos, decorados com caneluras pouco profundas com superfícies vermelhas ou castanho-amareladas recobertas por um engobe escuro cor-de-chocolate – e outros tipos de recipientes com pasta e decoração semelhante» (Savory, 1983/84: 26). La calidad de esta cerámica, sobre todo, por su pasta (casi sin presencia de elementos plásticos) y resistencia, llevó a que se considerara una cerámica de importación. Fundamentalmente eran investigadores extranjeros, ingleses5 y alemanes6, que teorizaban sobre este período e intentaban interpretar los datos de los hallazgos materiales. La mayoría de los investigadores portugueses seguían sus teorías (en gran medida porque no tenían formación académica en el área y eran esencialmente curiosos en la materia, procedentes de las más diversas profesiones).
«(...) recipientes de fundo ligeiramente abaulado e paredes laterais abrindo docemente em forma de tulipa. Estas paredes laterais apresentam às vezes na parte superior, e também na inferior, sulcos horizontais de um brunido de ligeiríssima profundidade (...). Outras vezes (...) são decorados com desenhos em ziguezague ou enxadrezados» (Paço, 1954: 72).
La creciente importancia que esta cerámica iba adquiriendo llevó a que en el año de 1958 se estudiase con mayor cuidado los artefactos, el Profesor Frenchen del museo de la Universidad de Bonn, a petición de B. Blance, analizaría las pastas. La investigación microscópica incluía cerámicas provenientes de: Chibanes, Vila Nova S. Pedro, Pragança y Rotura, la mayoría cerámica acanalada. Comprobó que todas ellas contenían granito, sianita y traquita, minerales comunes en el noroeste de Lisboa, en la zona del Cabo da Roca. Blance, con base en este estudio, defendió que éstas
Prácticamente por el mismo tiempo Beatrice Blace comentaba también estas piezas, destacando sobre todo su temática decorativa: «A decoração é limitada à zona de maior diâmetro e é constituída geralmente por linhas horizontais
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El término vaso acanalado o “copo canelado” en portugués, ha surgido, probablemente, por inspiración en la expresión inglesa channelled ware que definía las cerámicas decoradas con la técnica de las acanaladuras de tradición neolítica y cuya comparación de formas, decoración y pastas fue hecha con alguna frecuencia con las cerámicas portuguesas de Vila Nova de S. Pedro en los años 40 y 50 (Piggott, 1947 y Childe, 1950). 4 El descubrimiento de este yacimiento (en los años 30 del siglo pasado) tiene un gran impacto sobre el medio arqueológico peninsular, era más un yacimiento del estilo de Los Millares – por lo menos hasta el hallazgo de Zambujal y otros grandes poblados fortificados de España como el Barranquete –, se hablaba siempre de la cultura de los Millares y Vila Nova S. Pedro como un todo.
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Gordon Childe (1939) y Stuart Piggott (1947) que compararon las cerámicas acanaladas inglesas del Neolítico inglés (channelled ware) con las portuguesas. Más tarde Blance (1961) y Savory (1983/84) encuentran paralelos con las cerámicas del Próximo Oriente. 6 Con Sangmeister que, después de haber escavado una campaña en Vila Nova de São Pedro con Afonso do Paço, ha introducido el término de “cerámica de importación” (Importkeramik), manteniendo afinidades con piezas del período arcaico de la civilización egeocretense (Paço y Sangmeister, 1956); y después con los Leisner (1961), que llegaron a afirmar que la desembocadura del Tajo fue una puerta para los “colonos” del oriente, prospectores metalúrgicos que venían en busca de cobre por tierras ibéricas. 42
nombre “cerámica de importación”, sustituido por cerámica acanalada, o cerámica con decoración bruñida (Keramik mit Einglattmustern), propuesta por Sagmeister y Schubart en los años 70 (Kunst, 1995: 260).
tendrían una fabricación local, pero con una tecnología e incluso manos del Mediterráneo oriental (Blance, 1959: 463). A finales de la década del 60 se iniciaban las excavaciones sistemáticas en otros grandes poblados fortificados de Estremadura. Las dos siguientes décadas traen nuevos yacimientos y la publicación de varias campañas de excavación: Zambujal (Schubart, Sangmeister, y Trindade, 1966), Columbeira (Shubart, Ferreira y Monteiro, 1969), Pedra do Ouro (Shubart, 1969) y Leceia7 (Cardoso, 1983/84) a norte del Tajo y Pedrão (Silva e Soares, 1975), Chibanes (Silva e Soares, 1975) y Monte da Tumba (Silva e Soares, 1987) – éste, ya fuera de la región de Estremadura – al sur del Tajo. Simultáneamente se descubren otros tipos de poblados, unos con muros menos complejos y de menor dimensión de los cuales se destaca Penedo do Lexim (Arnaud y Gamito, 1972) y otros abiertos como el Alto do Dafundo (Gonçalves y Serrão, 1978).
Pese a la importancia atribuida a estas cerámicas precampaniformes, fueron muy pocos los trabajos dedicados a ellas (anteriormente ya referimos en el trabajo de Blance (1959) sobre el análisis microscópico de las pastas), tuvimos que esperar veinte años más para poder ver el próximo. Se trata del trabajo de Maria Bubner sobre la decoración y características morfológicas de la cerámica acanalada presente en el Museo Nacional de Arqueología de Portugal. Sin embargo, tomando en cuenta la fecha en que fue escrito, la autora optaría por una posición muy “clásica” en relación al tema, manteniendo los mismos planteamientos del pasado e incluso el término, ya ultrapasado a la fecha, de cerámica de importación. «A cerâmica de importação alastrou pelas fachadas meridional e ocidental da Europa, numa marcha para Occidente com os principais centos de produção/utilização em: 1- Ilhas dos Mar Egeu; 2-Ameria, Los Millares; 3- bacia do Guadalquivir; 4- bacias do Tejo e Sado e bacias costeiras estremenhas» (Bubner, 1979: 40).
El aumento de yacimientos, hallazgos y excavaciones, no sólo en Estremadura sino que también en todo el país, así como la aplicación del radiocarbono y otros procesos para datar contextos8, llevaron a que se manejasen otro tipo de planteamientos que, básicamente, terminan con el difusionismo e introducen el evolucionismo.
Con todo, el trabajo de Maria Amélia Bubner trae algunas novedades: conjuga varias formas de cerámica acanalada (no se ciñe sólo a los “copos”) y hace una integración de estos artefactos en varios contextos, mezclando poblados con monumentos funerarios, pero se restringe a los materiales que se encontraban, en aquel período, en el Museo Nacional de Arqueología (Lisboa)9.
Se cree entonces que las comunidades autóctonas del Neolítico pueden haber evolucionado a través de un proceso gradual debido, por ejemplo, a un desarrollo originado por la revolución de los productos secundarios (Sherrat, 1987), y del aumento de la producción agrícola con el auxilio de la tracción animal y del arado – conocidos desde el Neolítico Final en el actual territorio portugués como lo comprueba Varela Gomes (1991: 37) con los grabados rupestres del santuario exterior de Escoural en Montemor-o-Novo, Alentejo – o de otra forma por vía de un desarrollo a más largo plazo que vendría ya desde el Paleolítico, con la economía del sílex (Ramos-Millán, 1988), todos los procesos referidos culminaron en una sociedad compleja, con aumento de la producción, creación de excedentes y jerarquías/jefaturas. Todo este proceso de desarrollo en torno de la Arqueología llevó a que ciertos términos sustituyesen a los antiguos. Fue lo que pasó con el
En su trabajo podemos ver, fruto de la gran densidad de excavaciones ocurridas en los años 70, ya una limitación del área donde surgen los “copos canelados” y la restante cerámica acanalada y bruñida: «a cerâmica de importação típica encontra-se numa área litoral, limitada a Oeste pelo Atlântico, a Norte pela corda CandeeirosAire, a Leste pelo Tejo, a Sul pelo estuário do Sado» (Bubner, 1979: 41). Pero se debe constatar que la autora presenta algunos errores, por ejemplo, mezcla piezas de decoración “peinada” 10 con la cerámica acanalada (Gonçalves, J., 1991: 217). Igualmente, refiere que en el Alentejo (sur de Portugal) se encuentran unos “copos” en
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En Leceia las excavaciones sistemáticas sólo empezaron en los años 80, considerando que anteriormente el sitio ya había sido intervenido por Carlos Ribeiro en el siglo XIX. Lo mismo pasó con Zambujal, donde las excavaciones sistemáticas se iniciaron a mediados de los sesenta, a pesar de una campaña de Leonel Trindade y Rui Belo en 1959. 8 Estos procesos probaron que, en la mayor parte de los casos, las fortificaciones peninsulares eran hasta más antiguas que las ciudades del Egeo, supuestas fuentes de origen. Se comprobó también que, la metalurgia de la Península era anterior a los poblados fortificados, (Montero-Ruiz, 1996 y Cardoso, 2002: 260 y Silva, 1990: 53).
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Materiales que provenían de diez yacimientos: Outeiro da Assenta, Outeiro de São Mamende, Furadouro de Rochaforte (la pieza de este sitio es de la Edad del Bronce), Pragança, Gruta do Vale da Lapa, Quinta das Lapas, Serra de Éguas, Casal de Vila Chã (Carenque), Casal do Pardo (Quinta do Anjo) y Chibanes. 10 Existen dos tipos de decoración con un peine, por impresión y por arrastramiento, provocando surcos. De la técnica de impresión resultan motivos en puntillado y de la técnica de arrastramiento resultan motivos en los cuales los dientes del peine quedan marcados (Gonçalves, J., 1991: 215). 43
los dólmenes con formas similares, un poco más pequeños y con una pasta y decoración 11 totalmente distinta (Bubner, 1979: 40). Esta última indicación vendría a tener cierta importancia. Los dólmenes descritos, en los cuales algunos tienen ocupación Calcolítica, son, en su mayoría, prácticamente de la cultura megalítica portuguesa, o sea Neolítico Medio y Final. Los “copos” pasan así a ser considerados como una de las razones que explicarían o darían lugar a los planteamientos evolucionistas, de los cuales Carlos Tavares da Silva parece ser el principal protagonista:
cerâmica, não correspondendo a funções essenciais, fabricada localmente, com alguma probabilidade a partir de protótipos importados, em áreas correspondendo a eventuais desembarques de comerciantes exógenos» (Gonçalves, 1989: 451). El estudio tan esperado sobre las características y las formas de estos artefactos tan peculiares sólo surge muy recientemente, publicado en 2003 por Sónia Duarte Ferreira y dedicado en exclusivo a los “copos canelados” de Vila Nova de São Pedro. Es sobre todo un estudio tipológico que incide sobre su variedad de formas, dimensiones, pastas y decoraciones.
«As principais formas cerâmicas dos povoados do Neolítico final prolongam-se pelo período seguinte; somente uma dessas formas – a taça carenada – tende para desaparecer, sendo substituída pelo prato de bordo espessado. Mesmo os copos canelados do Calcolítico da Estremadura, elementos sobrevalorizados nas teses difusionistas e principais componestes da Importkeramik, possuem protótipos no reportório cerâmico do nosso Neolítico final. Refiram-se dois exemplos: o “copo” carenado proveniente do chamado “estrato vermelho” da Lapa do Fumo, datado de 5 040 ± 160 B.P., e o “copo” carenado, decorado por duas croças, que poderão constituir representações de báculos, encontrado na anta EY de Montemor-oNovo.» (Silva, 1993: 198).
En lo que dice respecto a la interpretación, la autora no cierra la puerta a la idea de importación, que además parece defender. No obstante, introduce un aspecto interesante, considerando los patrones decorativos de los “copos” como probables identificadores tribales, comparándolos con los patrones de los paños de Timor Oriental o de Escocia (Ferreira, 2003: 223). Verificamos entonces que falta un estudio que integre las diversas formas de cerámicas con decoración acanalada en un contexto regional amplio, que conjugue el análisis morfológico, hecho por Sónia Ferreira (2003), con la labor iniciada en pequeña escala por Maria Eugénia Bubner (1979), agrupando formas y delimitando su distribución.
Se organiza entonces el Calcolítico de la siguiente manera, teniendo a la cerámica como principal fósil director que delimita tres horizontes: “copos canelados” (Calcolítico Inicial); cerámica con decoración en hoja de acacia (Calcolítico Pleno) y cerámica campaniforme (Calcolítico Final): «(…) copos canelados, folha de acácia e campaniforme assumiram-se como valores absolutos para datações relativas e interpretações culturais» (Sousa, 1998: 27).
2. PROPUESTA DE TRABAJO La investigación que aquí iniciamos, tiene como objetivo aumentar el conocimiento de las referidas cerámicas utilizando nuevos métodos para su estudio, como la Arqueometría 12 y la Arqueología Experimental, que permitan una mejor caracterización de las mismas, así como redefinir su relación con otros tipos de cerámicas en el contexto del Calcolítico de la Extremadura portuguesa, intentando de este modo responder a la pregunta:
En el cuadro de los “defensores”, “creadores” de esta organización cronológica se encontrarían Joaquina Soares, Carlos Tavares da Silva, João Luís Cardoso y Victor Gonçalves. No obstante, el último no sigue propiamente la idea de que los “copos” fueron un desarrollo local – defendida por los otros – , dejándolo bastante claro en su tesis doctoral, pese a no ser un entusiasta del difusionismo, Gonçalves propone para ellos un surgimiento muy al estilo de Blance (1959), es decir, encuentra para esta cerámica un probable origen exterior, básicamente en un ámbito de “copia del modelo”, siendo el oriental (Egeo) el más plausible, por la temática decorativa:
¿Tiene sentido esta división del Calcolítico, basada en cerámica con decoración acanalada, en hoja de acacia y campaniforme?
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El concepto de Arqueometría o Ciencia Arqueológica surge fundamentalmente en los años 50 con la creación de la revista Archaeometry de la Universidad de Oxford (Prudêncio et al. 1999: 1). Su maduración ocurre en la década del 70 con un gran aporte de los conceptos de la New Archaeology, donde el término de Arqueometría deja de estar centrado exclusivamente a los trabajos físicoquímicos (dataciones y caracterización de la cultura material.) y pasa a integrar trabajos que utilizan cualquier tipo de técnicas aplicadas a objetos arqueológicos, integrando paulatinamente la estadística e informática, la genética, estudios de suelos, sedimentos y geología, entre otros (Montero-Ruiz et al 2007: 29).
«Este grupo de questões, que não me parece de menor importância, tem respostas ainda incompletamente fundamentadas, mas as possíveis parecem já suficientemente significativas para que possamos aceitar os copos como uma “moda”
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Decoración compuesta por dos especies de báculos en simetría. 44
Fig. 1 – Las tres formas cerámicas con decoración acanalada y bruñida del Calcolítico Pre-campaniforme de la Extremadura portuguesa. 1- plato de borde engrosado; 2- cuenco hemisférico; 3- “copo”. Piezas número 1 y 2 provenientes de Leceia (Cardoso, 2006) y pieza 3 de Zambujal (dibujo de Guida Casella).
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procesos explicativos del fenómeno Calcolítico en general, y la relación con las piezas en estudio en particular. Se tendrá en cuenta también su distribución geográfica y las cronologías existentes. Hay que destacar en esta parte la dificultad en caracterizar los yacimientos y su cultura material, situación que se puede explicar por el hecho de que, la mayoría de las localizaciones, fueron excavadas en fechas anteriores a los años 60 del siglo pasado y que, debido a los métodos y percepciones de la altura daban, poca relevancia a la estratigrafía (Schubart, 2000), y también por la fase siguiente de la investigación que, a partir de los años 70 hasta nuestros días, se centró fundamentalmente en el estudio morfológico y tipológico de las cerámicas, y en la descripción de la arquitectura del yacimiento.
Nuestra labor adviene entonces como una secuencia de los trabajos precedentes sobre estas piezas, intentando reinterpretar algunos datos obtenidos y completarlos con algunos nuevos métodos que anteriormente no estaban disponibles, como, por ejemplo, las técnicas arqueométricas que en los últimos años han provocado un extraordinario avance en la Arqueología en el ámbito de la comprensión de los procesos de producción de las cerámicas que, además, son el artefacto más estudiado por los respectivos métodos (Montero-Ruiz et al 2007: 31). El mayor número de estudios surge sobre todo en los países anglófonos (id. ibid.: 32), verificándose ya en la última década un considerable avance en Francia, Alemania y en España (Cordero, et al., 2006 y Clop, 2007), mientras que en Portugal su número sigue siendo muy escaso y puntual13.
En la parte siguiente, se procederá a un análisis de un espectro variado de fragmentos de las cerámicas precampaniformes de decoración acanalada y bruñida (“copos”, cuencos hemisféricos y platos de borde engrosado), de algunos de esos yacimientos, tales como: Vila Nova de São Pedro, Zambujal, Leceia, Penedo, Fórnea, Pico Agudo (poblados fortificados); Pai Mogo (tholos); Alto do Dafundo, Monte do Castelo, Serra de Éguas, Outeiro da Assenta y Outeiro de São Mamede (poblados), Vale da Lapa y Cova da Moura (cuevas), Carenque y Casal do Pardo (hipogeos). Estos lugares representan un porcentaje considerable de los diferentes yacimientos conocidos con presencia de contextos calcolíticos. Con este estudio pretendemos identificar la distribución de las piezas en los diversos tipos de lugares, reconocer patrones decorativos y cantidades de fragmentos. El estudio estará orientado por cuatro parámetros base: medida, forma, pasta y aspectos decorativos, siguiendo en algunos aspectos trabajos similares de tipología de cerámicas ya desarrollados en Portugal (Calado, 2001, Boaventura, 2002 y Ferreira 2003, para citar los más recientes).
Otro aspecto que introduciremos en este trabajo – igualmente con escasa representación en Portugal – está relacionado con el estudio e intento de descripción de la cadena operativa del proceso de producción de cerámicas prehistóricas, como también su relación con el contexto en que se encuentra insertada. Para ésto nos basaremos en los datos obtenidos con el análisis de arqueometría (existe ya un número extenso de trabajos de caracterización de cerámicas utilizando los variados métodos que nos proporcionan estos análisis, como podemos ver en los libros de Rice, [2005: 371-405] y Hurcombe [2007: 70-90], podemos ver la descripción de la mayoría de las técnicas utilizadas y sus funcionalidades), conjugados con los aportes de varios estudios de etnoarqueología en cerámica (Kramer, 1985 y Stark, 2003). A estos procesos acrecentaremos un estudio de experimentación en arqueología, en el cual, trataremos de reproducir – en conjunto con el ceramista y profesor Rui Pereira y el maestro alfarero Norberto Batalha – algunos ejemplares de las piezas que estamos estudiando, intentando seguir de la forma más certera, la metodología utilizada por alfareros calcolíticos.
La última parte servirá para completar el estudio tipológico de las cerámicas, sobre todo en lo que dice respecto a las pastas. Así, a través de los análisis petrográficos de lámina delgada y microscopia electrónica de barrido (SEM), se describirá el grado de compactación de los barros y los desgrasantes; con la difracción de rayos X (XRF), se analizarán los minerales que las componen; y finalmente con fluorescencia de rayos X por reflexión total (TXRF), se determinará la composición química de las arcillas que, en conjunto con las otras técnicas, nos permitirá diferenciar los varios grupos de arcillas utilizadas en la fabricación de las cerámicas (Garcia-Heras, 1998 y Garcia-Heras et al. 2001).
Pretendemos con nuestro estudio hacer una caracterización de la cerámica pre-campaniforme inicial de la Extremadura portuguesa, más concretamente la cerámica fina de ese período que, como hemos visto con anterioridad, lleva acoplado el pomposo nombre de “cerámica de importación” y que se distinguen por su decoración acanalada y bruñida. Para la respectiva caracterización seguimos tres partes fundamentales: 1- Análisis bibliográfico y contextualización. 2- Análisis morfológico de las cerámicas. 3- Análisis arqueométrico y experimental de las cerámicas.
Las referidas técnicas arqueométricas también darán un importante aporte a la definición de los diversos horizontes calcolíticos de la región – cuestión muy importante en la definición del pre-campaniforme donde 13 Por ejemplo en lo que dice respecto al estudio de existen varias perspectivas sobre su estratificación cerámica prehistórica se conocen dos trabajos, Arnaud et (Kunst, 1987 y 1996). La determinación de la al. (1988) y Valera et al. (2005); aspecto que continuidad de las arcillas en un yacimiento durante los varios horizontes de ocupación, o la identificación de desarrollaremos en el capítulo octavo. En la primera parte de esta investigación, se desarrollará la contextualización de la región, bien como, los varios
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cerámicas con estos lugares.
grupos distintos de las mismas por piezas decoradas, no decoradas o por período, son factores esenciales y con contribuciones importantes para este estudio. Hemos sentido entonces la necesidad de elegir una muestra segura (un número significativo de fragmentos por tipo de cerámica del Calcolítico, de 12 a 20 ejemplares, totalizando 105), encuadrados en un yacimiento con una potencia estratigráfica importante, como también una ubicación segura de los fragmentos en la respectiva estratigrafía. Teóricamente los locales ideales para este estudio serían Leceia y Zambujal, pero en la práctica apenas el último nos presenta condiciones ideales, ya que en el caso de Leceia no existe una clara conexión entre las capas pre-campaniformes y las campaniformes; que estarían representadas apenas por dos cabañas que parecen haber sido construidas en desconexión con el poblado pre-campaniforme (Cardoso, 2000: 130).
Estos conceptos claves serán desarrollados en nueve capítulos que se iniciarán con un carácter de matriz descriptivo e introductorio de la región y del tema, seguidos de los procesos de estudio y análisis de los materiales, para finalizar con la interpretación de los nuevos datos obtenidos con la caracterización arqueométrica y experimental.
Por ese motivo hemos elegido el yacimiento de Zambujal como base para este estudio. La elección se ha debido principalmente a las cualidades de preservación arqueológica – prácticamente únicas en la región – que el sitio presenta. En él encontramos una capa estratigráfica con cotas superiores a 1 metro, siendo que las excavaciones aún prosiguen en el lugar, utilizando el método arqueológico alemán de los “complejos aplicados a los estratos naturales”; desarrollado por Schubart y Sangmeister (1981) y perfeccionado por Michael Kunst (Kunst y Uerpmann, 2002). Factores que permiten hoy en día ubicar perfectamente los fragmentos recuperados de las excavaciones en los diversos puntos de los estratos. Otro aspecto también relevante en este yacimiento está relacionado con el hecho de presentar, en sus campañas, un equipo interdisciplinario que estudia paralelamente los datos geoarqueológicos, la paleobotánica y zooarqueología del lugar. Aspectos que nos ayudaran a tener una visión de conjunto del entorno y no simplemente estratigráfico o artefactual. De Zambujal hemos hecho una variada selección de piezas para el análisis, incluyendo fragmentos de: “copos”, cuencos hemisféricos, platos de borde engrosado decorados en el interior, cerámica común, bordes dentados, vasos globulares y esféricos con decoración en hoja de acacia, tazas y vasos campaniformes marítimos e incisos. Muestra que nos permitirá integrar la cerámica acanalada bruñida en un contexto calcolítico general, con la definición de las características de las arcillas y cerámicas por fases de ocupación calcolítica a una escala local, abriendo la posibilidad a que en un futuro, se puedan efectuar comparaciones con otros casos en la región. Asimismo se han elegido para el estudio tres muestras de arcillas de la cuenca del río Sizandro a relativa proximidad del yacimiento y a profundidades geológicas similares al período de ocupación calcolítica, también se recogieron muestras de otros lugares cercanos como la cuenca de Runa y más distantes como el macizo de Sintra/Cascais (indicado por Blance como el probable punto de origen de las arcillas utilizadas en las cerámicas estudiadas), para poder verificar la relación de las 47
1ª PARTE: ANALISIS BIBLIOGRÁFICO Y CONTEXTUALIZACIÓN
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Capítulo primero
Análisis de una región: geografía, ambiente y particularidades de la Extremadura portuguesa
«The prehistorian’s domain is thus exclusively the longue durée, and the only meaningful context for archaeological evidence is the background record of ecological change. The environment thus takes the center of the stage, as the object of prehistory» (Thomas, 1996: 36).
foi-se retraindo em favor daquela, tanto pelo N, como por E. Neste caso mais de acordo com a natureza; advirta-se também que, por alturas do Mondego baixo, a meridionalidade das paisagens as afasta já francamente da Beira – até daquilo a que pode chamar-se, de modo um tanto impreciso, Beira litoral. Até ao século XVII fazia-se terminar a província no Tejo.» (Ribeiro, 1995: 187).
1. MARCO GEOGRÁFICO La inclusión del margen sur del Tajo – que, como sabemos, en la Prehistoria y Protohistoria ha tenido una entidad cultural idéntica a la península de Lisboa – en la provincia estremenha, ha ocurrido relativamente tarde, en el siglo XIX, empezando a utilizarse, para esa área específica, ubicada al sur del Tajo, la expresión de Estremadura transtagana (id., ibid.) que, en el entender de Orlando Ribeiro hace todo el sentido en pertenecer a la provincia del litoral/centro de Portugal, sobre todo por sus condicionantes físicas, en todo semejantes a lo que pasa al norte del Tajo:
1.1. FRONTERAS La región de la Extremadura portuguesa – o Estremadura 14 en portugués – abarca tradicionalmente los distritos de Leiria, Lisboa y Setúbal (pudiendo también incluir una pequeña parte del distrito de Santarém), agrupando prácticamente todo el litoral del centro de Portugal; la definición de la circunscripción regional o provincia de Estremadura ha sufrido alteraciones a lo largo del tiempo, siendo una de las regiones más antiguas del territorio portugués. Orlando Ribeiro, uno de los principales geógrafos portugueses de los tiempos modernos, así define esa mutación permanente:
«Se por um lado alguns aspectos – a extensa planície pliocénica pouco povoada, e para oriente a secura do ar e o revestimento vegetal – ligam a Península de Setúbal ao grande conjunto geográfico do Sul do País, não hesitaríamos, por outro lado em virtude as razões ponderadas, em coloca-la na Estremadura, que na arrumação das nossas divisões maiores consideramos a última região onde os aspectos nórdicos são ainda característicos» (Ribeiro, 1995: 452).
«Os confins da Estremadura variam muito, pois a província chegou até ao Douro, pelo Ocidente e, ao que parece, também pelo Oriente (Beira Baixa). Ainda em 1673 Coimbra era incluída nela por alguns, e no século XVIII muitas povoações da Beira Baixa (Álvaro, Sobreira e Formosa). Sem embargo, de alguns lugares da Beira que depois passaram para a Estremadura (Figueiró dos vinhos, Ancião e Alvaiázere), o conceito desta
Las siguientes fronteras, extendidas por el sur hasta el Sado, vendrían a ser confirmadas con las reformas de las provincias hechas en 1936 por el Estado Novo. No obstante, con la Constitución de 1976, la primera pasada la dictadura, las provincias o regiones de Portugal continental 15 dejaron de existir administrativamente, pasando a tomar importancia los distritos como divisiones regionales, ya que apenas permanecieron las
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El nombre Estremadura proviene, a semejanza de lo que pasa con su homónima española, de la Edad Media, cuando los reyes cristianos denominaban, frecuentemente, a las tierras de nadie, que separaban sus reinos de los de los moros, frontera y extrema de tierras cristianas, (Ribeiro, 1995: 188), expresión que después fue quedando. El nombre de Extremadura como provincia portuguesa surge por primera vez en el año 1299, en un códice del rey D. Dinis (id., ibid), sexto rey de la primera dinastía – la Afonsina.
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Algarve, Alto Alentejo, Baixo Alentejo, Beira Alta, Beira Baixa, Beira Litoral, Douro Litoral, Minho, Ribatejo, Trás-os-Montes y Alto Douro.
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Fig. 2 – La Extremadura portuguesa en el contexto peninsular. Se pueden observar igualmente las circunscripciones administrativas lusas: los distritos en colores y, en menor escala, los concelhos con sus capitales en los rectángulos blancos
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1.3. CLIMA Y FLORA Según nos indica Orlando Ribeiro, el clima en la región en estudio es ameno, fruto de la unidad climática claramente individualizada existente en Portugal y en el sudoeste de Galicia, permitiendo que, en zonas de latitudes supuestamente calurosas (como en este caso), se mantenga una media de 10º en invierno y 22º en verano. La densidad de las lluvias no es superior a 800 milímetros por año, siendo frecuente la existencia de tres a cinco meses secos (Ribeiro y Lautensach, 1988: 365), lo que permite que los ríos sean de caudal elevado en invierno y de corriente regular en verano. La caída de nieve es muy rara, sin embargo, los vientos son particularmente violentos, sobre todo al norte del Cabo da Roca.
regiones autónomas de los archipiélagos de Madeira y Azores. Con todo, la mayoría de los portugueses aún sigue identificándose con esas regiones, incluso con los cambios efectuados en los distritos de Leiria y Setúbal, que ahora ocupan extensiones antiguamente de las provincias de Beira Litoral y Baixo Alentejo, respectivamente. Grosso modo en la Arqueología portuguesa el término Estremadura se ha generalizado, en parte debido a los referidos cambios de “distritos”, presentando algunas variaciones sobre todo para denominar regiones específicas en el litoral del centro de Portugal, como nos ejemplifica Ana Catarina Sousa para el distrito de Lisboa, donde encontramos frecuentemente la siguiente variedad de denominaciones: Estremadura Atlântica, Península de Lisboa y Baixa Estremadura (Sousa, 1998: 31).
Este tipo de formación, así como las alteraciones de origen físico, químico y biológico en las formaciones geológicas, hechas por el clima, ha dotado a la Extremadura portuguesa de notables condiciones naturales para el florecimiento y riqueza de los suelos, tornándolos como nos expresa Raquel Soeiro de Brito:
1.2. GEOGRAFÍA Y GEOLOGÍA Geográfica y geológicamente, la “tradicional” provincia de Estremadura está delimitada al norte por el macizo de la Sierra de Aire y Candeeiros y al sur por la Sierra de Arrábida, al oeste por el Atlántico y al este por el valle del Tajo. Casi la totalidad del área referida está compuesta por un substrato calcáreo con sus orígenes en el secundario, marcado por orlas sedimentarias mesocenozoicas, fosos tectónicos llenos por rocas, en que calcáreos, margas y areniscas toman lugar de destaque (Brito, 1992: 22).
«(…) as regiões calcárias do Oeste e do barrocal algarvio, que sujeitas a uma erosão química especial – a dissolução – originam pequenas bolsas de solos ricos, terra rossa, resíduos de dissolução, que contrastam com a superfície clara, nua ou quase da rocha ainda sã» (Brito, 1992: 26) Por ese motivo, el litoral del centro de Portugal, presenta características distintas del resto del país, donde la generalidad de los suelos – granítico al norte y de esquisto al sur – son de poco aprovechamiento, como la autora citada enfatiza, de hecho para la agricultura: «As únicas áreas de solos bons mais profundo que se encontram em Portugal são as de aluvião das bacias do Tejo e do Sado» (id., ibid.).
Pese a que la mayoría de la región está integrada en las características anteriormente referidas, hay que resaltar la existencia de pequeños nichos de rocas ígneas. Estos están ubicados en dos puntos bien definidos, como se puede ver en la Carta Geológica de Portugal (ver figura 3), el macizo volcánico de la sierra de Sintra y el complejo volcánico de Lisboa. El primer caso está compuesto por rocas magmáticas ácidas, tales como granitos, sienitas y gabro-dioritos; el segundo por rocas magmáticas básicas como basaltos e gabros.
Podemos así encontrar en estos suelos calcáreos – secos y calientes – especies mediterráneas e ibero africanas que se desarrollan favorablemente y, en los suelos silíceos, especies de la Europa central y occidental. En la orla sedimentaria, entre el Mondego y el Tajo, donde alternan los suelos calcáreos y silíceos, en función del afloramiento de las rocas jurásicas o cretácicas, presenta un 56% de especies mediterráneas en los suelos calcáreos y apenas 36% en los silíceos (Ribeiro y Lautensach, 1988: 547). Abundan en la región el roble (quercus facinea y quercus lusitanica), el olivo silvestre y cultivado (olea oleaster y olea sativa), el roble enano (quercus humiles) y el pino silvestre y cultivado (pinus pinaster y pinus pinea) (id., ibid.: 551). Verificamos, pese a la ubicación de la Extremadura portuguesa, en el sur de la Península Ibérica, una mezcla de elementos florísticos atlánticos y mediterráneos. El componente atlántico, que llega a influir incluso en el valle del Sado, frontera más al sur de la provincia, se explica en gran medida por la fuerte influencia marítima en la región y, obviamente, por sus dos grandes estuarios (Tajo y Sado), auténticos brazos de mar que irrumpen por el hinterland, que van dejando un rastro de suelos detríticos de matriz
En el área de Lisboa predominan las superficies inclinadas, encimadas por estratos de calcáreos y afloramientos basálticos más resistentes, con intercalaciones de materiales sensiblemente más blandos, donde los ríos abrían valles anchos, y porque los estratos de materiales rígidos y blandos se intercalan, allí se encuentra la sucesión de costas; la más conocida es la de Loures, una de las depresiones más productivas de los alrededores de Lisboa. (id. ibid.). Por otra parte, en las desembocaduras del Tajo y del Sado (de formación cenozoica), más allá de los afloramientos calcáreos y basálticos, encontramos fundamentalmente material detrítico de origen continental-arenoso, arcilloso, calcáreo lacustre y aluviones fluviales, así como depósitos de playas antiguas. El paisaje es así marcadamente plano, siendo posible apenas vislumbrar algunos relieves paleozoicos.
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2. LA GEOGRAFÍA Y EL POBLAMIENTO A FINALES DEL IV MILENIO A.N.E.
siliciosa, óptima para la flora nórdica. Este fenómeno es evidente sobre todo cuando se comprueba, en partes de Beira-Baixa (región al interior y al norte de la Estremadura) y Ribatejo (región paralela a la Estremadura, pero en el interior), una existencia superior de flora mediterránea.
El desarrollo de estudios sobre el ambiente en Prehistoria, Protohistoria o incluso en la Antigüedad reciente, son escasos en la investigación lusa. No obstante, la creación del gabinete del CIPA en el Instituto Portugués de Arqueología, a fines de los años 90, ha permitido la dedicación permanente de científicos portugueses y extranjeros a las disciplinas auxiliares de la Arqueología – Paleoantropología, Zooarqueológia, Palinologia y Geoarqueología –, manteniendo un enfoque principal en la Prehistoria (factor de crítica en el medio arqueológico luso).
Consecuentemente, podemos constatar que los estuarios tienen un papel extremamente importante, son creadores de un paisaje rasgado y de carácter peninsular, dotando la región de un clima más ameno, tomando en cuenta su ubicación. El valle del Tajo, de una forma general, es amplio, excepto en el punto de su entrada a Portugal en las Portas do Rodão, donde por su fuerza ha abierto una brecha en la montaña. Su anchura va creciendo a partir de Santarém, siendo que en la provincia de Estremadura estaría entre los 5 km y 6 km, su máximo será de cerca de 12 km en el área de mar da palha. En el invierno, con las lluvias, el río se expande por los bajos y alagados márgenes de las planicies situadas entre Vila Franca y Santarém, tornándose en un inmenso lago que en años rigurosos se puede esparcir desde Lisboa hacia la Golegã (mucho más allá de Santarém) (Ribeiro, 1995: 456). Sin embargo, es a través de estas crecidas, muchas veces destruidoras de bienes y propiedades, que se fertilizan estas tierras, volviéndolas riquísimas, un poco a la semejanza de lo que pasa en Egipto con el Nilo.
Pese al aumento evidente de artículos sobre el ambiente surgido con el CIPA, el trabajo de Suzanne Daveau en los años 80 se mantiene aún como el trabajo más influyente, para Portugal, en lo que dice respecto al estudio de la geografía en tiempos prehistóricos del Paleolítico Inferior al Bronce (Daveau, 1980), siendo indiscutiblemente el más citado en las introducciones geográficas. En cuanto al Calcolítico per se, podemos contar también con la buena investigación geográfica y geológica hecha en las cercanías de Zambujal, abarcando el valle del río Sizandro. Los habitantes de la Extremadura portuguesa durante el III y IV milenios a.n.e han experimentado una geografía y recursos naturales relativamente semejantes a los de hoy en día. En términos paleoambientales, el espacio de la península de Lisboa, en fechas calcolíticas, estaría marcado por un clima ligeramente más húmedo y más cálido que el actual, constituyendo áreas forestales de alguna importancia y simultáneamente espacios abiertos en las zonas de altura de acuerdo con los datos obtenidos para el área del Sizandro (Driesh y Boessneck, 1976). Estudios posteriores en el valle del mismo río han confirmado este presupuesto e identificado que el caudal sería mayor – teniendo en cuenta la densidad de sedimentos marinos hallados –, y que muy probablemente el valle sería en el Holoceno una bahía atlántica que estaría, en el III milenio a.n.e., a sólo unos 2 km del poblado de Zambujal (Hoffmann y Schultz, 1994).
El valle del Sado es más estrecho que el del Tajo, también más regular y plano, solamente accidentado por algunas pequeñas islas de esquistos devónicos, no presenta, por su proximidad al macizo antiguo, la amplitud de horizontes de las campiñas ribatejanas (id., ibid.: 453). Otro aspecto fundamental a tener en cuenta en la región son sus relieves. Pese a que la mayor parte de los terrenos de la región se ubica en una cota muy baja debido a su carácter litoral, podemos encontrar algunas sierras que, pese a su moderada altitud (no llegando a los 900 metros), marcan geográficamente el paisaje como, por ejemplo, las sierras de Sintra y Arrábida y el macizo de Serra d’Aire y Candeeeiros.
Confirmando también las propuestas de Suzanne Daveau (1980), que indicaban un aumento general del caudal de los ríos y una costa marítima más cercana. Este factor se debe fundamentalmente al aumento del nivel del mar ya que, como se sabe, el sub-boreal (período en cuestión) presenta un promedio de temperaturas superior al actual – pese a las subidas que estamos teniendo en los últimos años –, originando una regresión de las calotas polares y experimentándose un clima tendencialmente más seco (Eitel, 2007: 308). No obstante, hay que tener en cuenta los particularismos de esta región, motivo por el cual referimos que, a nivel local, el clima probablemente sería más húmedo: una especie de microclima regional originado por la existencia de lagunas saladas (como la de Óbidos, por ejemplo), que aprovecharían las cuencas de los ríos, y también por ese enorme brazo de mar que sería el Tajo.
Como se puede constatar, por sus condiciones naturales – suelos fértiles, frecuencia de luz solar, relieves suaves, abundancia de agua y una red hidrográfica regular, aliados a una amenidad climática y una proximidad de los estuarios del Tajo y del Sado, dominios abundantes de recursos, fácilmente explorables a lo largo de todo el año – la Extremadura portuguesa ha sido una región muy apetecible para el establecimiento humano, adquiriendo un papel importante en el contexto de la Península Ibérica desde la Prehistoria hasta los tiempos contemporáneos; siendo aún hoy, como parte integrante del actual territorio portugués, su provincia más rica, con mejor nivel de vida, mayor número de población y mayor producción económica.
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Fig. 3 –Adaptación de la Carta Geológica de Portugal escala 1: 500 000 (INETI). Nos importa sobre todo el área dentro del rectángulo señalado.
Fig. 4 – Floresta actual característica del litoral del centro de Portugal (Parque Nacional de Sintra-Cascais). Fotografía del autor. 55
Fig. 5 – Aspecto de los valles del Tajo y Sado en el IV y III milenios a.n.e. Denotándose un evidente aumento del caudal de los ríos en relación a la actualidad (Daveau, 1980: 32).
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poblados fortificados (Zambujal, Vila Nova de São Pedro, Leceia, etc.), ubicados en regiones con buena visibilidad y a relativa altura, casi siempre junto a ríos y a relativa distancia del mar; el otro dice respecto a los pequeños poblados, sin muros o fortificaciones, situados en zonas de mucha proximidad marina, donde predomina la alimentación proveniente de este medio (Alto do Dafundo, Parede, Galápos, etc.). Esta existencia de asentamientos distintos, pero relativamente próximos y con una cultura material idéntica, llevó a que se produjesen algunos debates sobre las “fronteras” del Neolítico final y los inicios del Calcolítico en esta región de Portugal. Subsisten algunas incertidumbres, demostradas en perfección con estas palabras de Víctor Gonçalves:
Resumiendo, podríamos encontrar, por ejemplo en Torres Vedras, una cubierta vegetal original compuesta de densas florestas de robles. Este tipo de paisaje favorecía el desarrollo de especies animales de bosque, también documentadas en el poblado, como los ciervos, jabalís y lagomorfos, e incluso una gran variedad de fauna presente en las lagunas y cuencas fluviales costaneras emergentes de la evolución paleohidrográfica del litoral: peces, moluscos y aves acuáticas identificadas en el estudio de Angela von den Driesch y Joachim Boesneck (1976). La región ya presentaba, para períodos anteriores, índices poblacionales importantes, fundamentalmente a partir del Mesolítico. Los recursos acuáticos contribuyeron mucho para el establecimiento de cazadores pleistocenicos (aproximadamente 10 000 a.n.e), que gradualmente se venían sedentarizando, influenciados por la regresión de las calotas polares y la consecuente alteración del paisaje y de las especies animales (Hole, 1992). En el actual territorio de Portugal, ese inicio del sedentarismo ocurrió fundamentalmente en la Estremadura, en zonas litorales o de estuario ubicadas en los Valles del Tajo y del Sado (Raposo y Silva, 1993), originando los conocidos concheros/conchales portugueses, portadores de una extrema repercusión internacional, sobre todo los de las riberas de Muge y de Magos (cerca de once en total), sitios que, para esta época, sólo pueden ser comparados en Europa, por su dimensión y riqueza arqueológica, a los yacimientos daneses16.
«Poucos “períodos”, “fases”, “idades” foram tão escassa e insuficientemente definidos como o Neolítico “final”. Nos anos 80, surgiu mesmo a ideia de separar metodologicamente o Neolítico “final” de um Neolítico “tardio. Reservava-se assim, com esta última designação um “espaço”, para grupos ou culturas de desenvolvimento lento, que continuariam neolíticos quando a fase seguinte estava já afirmada. Nesse sentido aliás, talvez fosse preferível usar um prefixo consagrado, chamando-lhes simplesmente epicalcolíticos» (Gonçalves, 1993: 183). Uno de los mayores problemas en la definición de los patrones de poblamiento en Prehistoria está relacionado con el hecho de que un período marca inexorablemente el final de otro. La asimilación de que en fechas calcolíticas preexistirían aún poblaciones que vivirían de un modo neolítico o incluso mesolítico (a la semejanza de lo que pasa actualmente con algunos pueblos que viven en una economía de caza y recolección en un sedentarismo primario) podría facilitar en mucho la interpretación, sin el estigma imperante del “fósil indicador” o el romanticismo simbólico de post-procesualistas.
Con la mejoría gradual de las condiciones climáticas, los grupos sedentarios o semi-sedentarios del litoral centro de Portugal empezaron a desarrollar una vida más estabilizada, en la cual se aprovechan los recursos naturales, emprendiendo una agricultura en terrenos cerca de los cursos de agua y la ganadería. El ser humano pasa a asumirse como un condicionante geográfico, capaz de producir en el propio ecosistema alteraciones considerables. Así lo demuestra el trabajo de Leeuwoarden y Janssen (1985), que comprueban un cambio acentuado de los registros polínicos en el IV y III milenios a.n.e, verificándose una caída efectiva de los valores de los pólenes de pinos y robles, y un evidente aumento de las herbáceas. Proceso que puede ser justificable por la influencia del hombre, como lo indican los estudios polínicos de João Pais (1987) en el entorno del Monte da Tumba en la región de Setúbal; pero que también puede tener alguna relación con el pico de valores de temperaturas máximas, que han alcanzado, entre 4 000 a 3500 a.n.e, sus valores más altos (Eitel, 2007: 308).
La región al norte del Tajo, más estudiada y prospectada, nos ha dado valores que demuestran la extensa ocupación. Por ejemplo, en las zonas de Torres Vedras, Sintra, Lisboa, Amadora, Cascais y Oeiras, podemos ubicar más de cien yacimientos fechados en el Neolítico Final y Calcolítico (Gonçalves, J., 1979; Spindler, 1979, Sousa, 1998 y Lucas, 2000), aunque prácticamente la mitad se encuentran desaparecidos tras el crecimiento urbano. La valorización del componente geográfico, como uno de los factores más importantes para justificar el número y desarrollo de sitios entre el Neolítico Final y Calcolítico Pleno, quedaría bien patente en los trabajos multidisciplinares del Instituto Arqueológico Alemán en Zambujal y valle del Sizandro (Driesh y Boessneck, 1976; Hoffmann y Shculz, 1994; Uerpmann 1994 y Kunst y Uerpmann, 2001) de João Luís Cardoso y su equipo en Leceia (Cardoso, 2003; Cardoso, Aguiar y Cunha, 1991; Cardoso y Norton, 1997/98; Cardoso y Guerreiro, 2000/01), y de Joaquina Soares y Carlos Tavares da Silva para el poblado de Monte da Tumba (Pais, 1987, Soares y Silva, 1987). Tras estas obras queda la idea que estos poblados, principalmente los con más de
Teóricamente, y según la bibliografía sobre el tema del poblamiento en la Extremadura portuguesa, se identifican básicamente dos modelos: uno que representa los
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De tal manera que hasta mediados del siglo XX, se llamaban a los concheros Kjoekkenmoding, término danés utilizado para este tipo de yacimientos. 57
una hectárea, dependían de una buena ubicación, es decir, estar cerca de recursos minerales, para la producción de sus artefactos; recursos naturales, como ríos y florestas, sustrayendo de esos espacios algunos bienes de calidad y terrenos con buenas condiciones para la agricultura y el pastoreo (Uerpmann, 1994). La mayor dificultad está, sin duda, en la interpretación e integración de los pequeños “poblados marinos” que presentan claramente una relación con el medio distinta, sin depender obviamente de tantos recursos. Conclusión Con este capítulo hemos pretendido exponer muy resumidamente el espacio geográfico de la región en estudio, así como indicar su papel en el desarrollo de las civilizaciones en el área, sobre todo, y teniendo en cuenta nuestro tema, las que vivieron en la Prehistoria reciente. Se ha podido constatar que esta región presentaba características esenciales para los pueblos del Calcolítico, con bastantes recursos naturales, que estos supieron aprovechar convenientemente. Sin embargo, sus formas de asentamiento no siempre eran idénticas; variaban entre poblados de organización compleja, con una mayor necesidad de recursos como Zambujal, y otros como Alto do Dafundo, menos dependientes.
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Capítulo segundo
Breve introducción al contexto del estudio del Calcolítico en Portugal
exóticos, el ingeniero belga consideró improbable que el poblado tuviese origen autóctono, imaginándolo como una colonia fenicia. Opinión que sería aceptada sin grande controversia en el medio arqueológico. Por esta fecha existía en el mundo arqueológico una enorme admiración por el Oriente: pocos eran los investigadores que no soñaban en partir para las tierras orientales, en la tentativa de encontrar vestigios de las antiguas civilizaciones, descritas en los textos bíblicos y mitológicos. El descubrimiento de Troya por Heinrich Schliemann ha demostrado que no era una utopía tamaña búsqueda. En el seguimiento de estos acontecimientos surgió la obra de Gordon Childe (1925), que indicaba claramente que el tránsito del Neolítico a la Edad de los Metales, en Europa, ha sido influenciado por la migración de pueblos provenientes del Creciente Fértil. No obstante, la calidad de su trabajo que, de un modo general, interpretaba todas las culturas prehistóricas de Europa, fue durante mucho tiempo un marco, la obra obligatoria para el conocimiento de los pueblos y culturas presentes en el Viejo Continente en el período antes de la Historia. El Ex Oriente lux paso a ser, después The Dawn of European Civilization, un dato prácticamente inmutable; el bierzo de toda y cualquier cultura u horizonte que surgiese.
«Se os enunciados de identificação são incorrectos, a inferência será naturalmente, também incorrecta. Foi por terem julgado as muralhas de Los Millares e de Vila Nova de S. Pedro e a cerâmica canelada encontrada no mesmo horizonte cronológico similares a outras do Próximo-Oriente que certos arqueólogos inferiram o facto de uma colonização da Península Ibérica por emigrantes vindos desse Oriente. A semelhança pretensamente existente foi demonstrada como não existente ou, pelo menos, como não significativa, deitando por terra a inferência» (Alarcão, 2002: 191). 1. EL CALCOLÍTICO COMO UN PRODUCTO EXTERIOR 1.1. DIFUSIONISMO – ERA DEL ORIENTE QUE VENÍA LA LUZ El estudio del Calcolítico en la Península Ibérica “nació” con el descubrimiento de Los Millares en Almería (sur de España), en los últimos años del siglo XIX, sin embargo, ya anteriormente habían sido identificados poblados del mismo estilo, como el caso de Leceia, en 1877, por Carlos Ribeiro (Vicente y Serrão, 1980: 14). Con todo, incluso con los grandes poblados que fueron hallados posteriormente – Zambujal, Vila Nova de São Pedro, El Barranquete y Cerro de La Virgen – no existe comparación con las dimensiones de Los Millares. Concretamente los primeros presentaban, en media, un área de 10 mil metros cuadrados, mientras que el último tiene un área de 50 mil metros cuadrados 17 (Blance, 1995: 56).
La teoría orientalista o difusionista fue seguida por la mayor parte de los investigadores hasta los comienzos de los años 70; el contexto Calcolítico, en la Península Ibérica permaneció muy apegado a estos conceptos, en gran medida por la corta formación en arqueología de sus investigadores nacionales. Quedaba así patente que las semejanzas de las construcciones del Calcolítico Peninsular y de los artefactos18 a ellas asociados, con sus
Louis Siret fue quien excavó, en la fase inicial (primeras décadas del siglo XX), la fortificación andaluza; deslumbrado con la grandiosidad del yacimiento y basado en los bastiones circulares, y en algunos objetos
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Objetos de marfil; los llamados “copos” (que inicialmente eran comparados a las picxis del mediterráneo oriental); motivos solares (presentes en la decoración de la cerámica); figuras de diosas en posición de orante; lúnulas en calcáreo (relacionadas con los pectorales del Antiguo Egipto); hachas votivas en calcáreo (con paralelos en Azos en Palestina); pendientes zoomorficos de hueso o en piedra (sobe todo los que
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Se debe destacar que, en la actualidad, se conocen nuevos poblados, como Valencina de la Concepción (Sevilla) y Marroquíes Bajos (Jaén), que poseen un área de extensión mayor que la de Los Millares. 59
culturas y artefactos), en él defiende que los pueblos provenientes de las islas griegas y de Turquía llegaron en busca de metal y terminaron por instalarse ahí, construyendo poblados fortificados que crearían un clima de temor para los autóctonos, tesis que sería de igual modo seguida por Savory19 – que acreditaba, a pesar de todo, que la relación entre colonos e indígenas no sería estancada, resaltando que los últimos tendrían un papel dinamizador sobre los primeros – y por otros investigadores, variando solamente los lugares de procedencia de los colonos, para unos, estos vendrían de Egipto, para otros, de los Balcanes o de Turquía. La tesis “colonial” fue fuertemente apadrinada por los investigadores de la Península Ibérica que, en la mayoría de los casos, serían más partidarios de las teorías de sus propios creadores. Destacamos Almagro y Arribas, excavadores de Los Millares en las décadas de 50 y 60, que han afirmado “vivamente” que éste sitio así como otras construcciones integradas en este horizonte han sido obra de pueblos en un estado más avanzado de civilización, provenientes del exterior, nombradamente del Oriente, efectuándose hasta una comparación bastante dilucidada:
homólogas del mediterráneo oriental, indicaban que las primeras eran probablemente colonias de las segundas. Proceso similar, ocurriría posteriormente en el I milenio a.n.e por todo el mediterráneo. Siguiendo esta perspectiva tenemos los casos, en Portugal de Afonso do Paço y de sus colaboradores en Vila Nova de São Pedro, Eugénio Jalhay y Maria Arthur que atribuyeron, sin reservas, un origen egipcio y más tarde mesopotámico al poblado. Sin embargo, con el fin del conflicto mundial, empezaron a arribar a la península investigadores de las principales potencias de la Arqueología (Gran Bretaña, Alemania y Francia). Las nuevas independencias y el aumento de investigadores en las regiones clásicas (Egipto, Grécia y Próximo Oriente) han impulsado a algunos investigadores, para esta región poco conocida arqueológicamente. En Portugal la influencia de los primeros países ha sido muy importante, sobre todo porque fueron pioneros en muchos aspectos como: el registro de datos estratigráficos (casos de Savory 1959 y Schubart y Sangmeister, 1981), inventario exhaustivo de yacimientos y materiales (Georg y Vera Leisner, 1959), necesario desde el punto de vista de la interpretación de los datos (Blance, 1961, Schubart y Sangmeister 1981); investigadores que seguían los planteamientos orientalistas de la época.
«Hoy es factible, visto el conjunto de sus manifestaciones arqueológicas, explicar el complejo fenómeno megalítico como un hecho histórico que podemos paralelizar, hasta un cierto punto, para su mejor comprensión, con la llegada de los españoles a América en 1492» (Almagro y Arribas, 1963: 198).
La tesis orientalista, durante su largo dominio, no se ha resumido únicamente a la misma tendencia, a pesar de seguir una base común: la migración inequívoca de pueblos provenientes del mediterráneo oriental más desarrollados del punto de vista cultural y técnico. El aumento de yacimientos conocidos y el avance de las excavaciones han permitido que se desarrollasen, cada vez más, las teorías sobre el establecimiento de las fortificaciones. Hay que entender, como además lo refiere Beatrice Blance (1995), que a la fecha en que empezaron a trabajar en territorio portugués y español todo era nuevo y desconocido:
En Portugal Farinha dos Santos, autor de una Prehistoria de Portugal, reproducía la misma “historia”, aplicándola a los condicionantes del poblamiento Calcolítico en la Estremadura: «Em meados do terceiro milénio antes da nossa era, grupos de mercadores egeus vieram instalar-se em algumas regiões da faixa marítima da Península Ibérica com o propósito de adquirir às tribos indígenas, por permuta, o cobre destinado a abastecer os centros metalúrgicos do Mediterrâneo oriental, então em pleno florescimento. Portadores de uma bagagem cultural avançada, onde se incluíam novas técnicas arquitectónicas, ergueram, pouco a pouco, povoações fortificadas em pequenos planaltos relativamente próximos do litoral ou das margens dos grandes rios a fim de garantirem a sua segurança contra possíveis ataques dos naturais» (Santos, 1985:77)
«Nowadays, when round towers are a recognized feature of fortified Cooper Age settlements in southern Iberia, it must be difficult to imagine the excitement we experienced, in 1955, at Los Millares, as the first tower was uncovered. In those days there were few, if any, radiocarborn dates for the Peninsula and we are dependent on an elaborate system of cross-dating going back ultimately to ancient Egypt» (Blance, 1995: 55). Blance (1961) ha sido probablemente la primera investigadora que inició un trabajo de fondo sobre el Calcolítico peninsular (una obra muy al estilo Gordon Childe, con bastantes propuestas comparativas entre
E. Sangmeister y H. Schubart que han excavado en Zambujal entre las décadas de los 50 y 70, también en el pasado siguieron esta teoría, encontrando, conjuntamente con otros arqueólogos, paralelos arquitectónicos entre las fortificaciones peninsulares como Mersin, en la Península de Anatólia y Chalandriani en la isla de Syros.
presentan forma de conejo tienen similitudes con los amuletos egipcios do Imperio Antiguo); modelos de sandalias en calcáreo (con antecedentes en el predinástico egipcio); ídolos de cuernos (Heládico Antiguo) y etc. Ver Silva (1990: 49).
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Que tiene escrita una prehistoria de la Península Ibérica.
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Con todo, han discordado del término “colonia” y clima de hostilidad “impuesto” por Blance introduciendo el de “factoría”; para estos dos arqueólogos alemanes, no se verificaba una coexistencia agresiva, mas sí pacífica, donde los poblados tenían un papel de centro de intercambio entre la cultura oriental y la autóctona (Sangmeister y Schubart, 1974/77).
Aún con las nuevas dataciones recién llegadas, en 1967 Colin Renfrew indica los errores del difusionismo, sobre todo su forma reductora de encarar el desarrollo de las culturas. Estaba de esta forma dado el punto de viraje, el evolucionismo o indigenismo paso poco a poco a dominar las tesis explicativas del surgimiento de las sociedades complejas en la Prehistoria Reciente europea:
Schüle en una fase ya “crítica” para el orientalismo, como fueron los años 80, mantuvo las mismas tesis y describió el proceso de colonización: en primer lugar los “colonos” se ubicarían en lugares cerca del mar, o con fácil acceso a éste, para que pudiesen controlar posibles agresiones venidas por esta vía y también para que tuviesen facilidad de desagüe del principal producto que estarían explorando en las “nuevas tierras”, el cobre. Sólo en una fase más adelantada de la ocupación se daría la expansión de estos “primeros núcleos de prospectores”, que pasaría de zonas costeras para el interior, edificando nuevos poblados situados a lo largo de caminos naturales de acceso al cobre (Schüle, 1980 y 1986).
«By the 1970, the pendulum of archaeological thought had swung to the opposite extreme: no indigenous group was supposed to migrate even over short distances and only traders were allowed to move» (Cavalli-Sforza, 2003: 297). Sin embargo, el difusionismo tendría su renacimiento en la década de los 90, cuando los trabajos de Cavalli-Sforza sobre la difusión démica empezaron a ser aceptados y a tener alguna preponderancia, fundamentalmente, para explicar una cierta “expansión” del neolítico del oriente para Europa. No obstante, y tras este resurgimiento no volvería a tener el poder que tenía en los años 50.
Todavía, en la década del 60 se han dado importantes desarrollos en la Arqueología, particularmente en lo que dice respecto a los métodos de datación de contextos arqueológicos, me refiero a la dendocronología, termoluminescencia y al radiocarbono, pero fue, sobre todo, el último que vendría a tener un papel fundamental. Su acción ha transformado completamente el modo de interpretar el desarrollo de las sociedades de la prehistoria reciente en Europa:
1.2. DIFUSIONISMO – EUROPA CENTRAL En su tesis doctoral de finales de los 80, Victor Gonçalves refería la existencia de otra forma de difusionismo, menos conocida en el contexto peninsular, pero que no debía, del todo, ser puesta a parte. A pesar de ser menos frecuente y de poca utilización entre los investigadores peninsulares, no puede ser descartada esta nueva variante de difusionismo – frecuente sobre todo para cronologías más adelantadas como la Edad del Hierro – que incide en la migración de pueblos o de sus ideas provenientes de la Europa Central (Trácia, Transilvania y Yugoslavia). Tesis que se basan fundamentalmente en la antigüedad del cobre en la región Balcánica (ideas que salieron fortificadas con la segunda revolución del radiocarbono), en que el trabajo del cobre llega a ser mil años más antiguo que en el Próximo Oriente (Delibes y Fernandez Miranda, 1993: 49). Sitios como Vinça en la Ex-Yugoslavia, y las minas de Ai Bunar en Bulgaria que exportaban metal para los lugares tan distantes como el norte de Alemania; existe el paradigma de Vinça con artefactos en metal, pero todavía inferior en términos dimensionales y con menor estratificación social en relación a Çatal Huyuk. Marija Gimbutas (1974), defiende la existencia de una uniformidad del imaginario religioso, que tendría como foco, el área comprendida entre Ucrania y el Egeo esparciéndose posteriormente al centro europeo, introduciendo para allá de los dioses, la domesticación del caballo, el trabajo de los metales y la escritura. Posteriormente Jan Lichardus (1985) defendería una propuesta similar manteniendo la teoría difusionista como actual, pero no con un cariz oriental, mas sí
«The whole diffusionist framework collapses and whit it the assumptions with sustained prehistoric archaeology for nearly a century. These are the consequences of what may justifiably be called the second radiocarbon revolution20» (Renfrew, 1975: 85). Con estos nuevos métodos se terminó por probar que los poblados fortificados en cuestión no podrían ser colonias, visto que, en ciertos casos, algunas dataciones por radiocarbono indican una cronología más antigua, así como un seguimiento de ocupación humana desde el Neolítico final hasta el Calcolítico. Se ha descubierto incluso que la metalurgia peninsular es anterior a la fundación de estos grandes poblados fortificados: Leceia, Monte da Tumba y Vila Nova de São Pedro (Cardoso, 2002: 260 y Silva, 1990: 53). Se ha concluido también que los poblados del Egeo, referenciados como “modelos de origen” de los peninsulares, en algunos casos son posteriores, a los últimos21.
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Normalmente para el caso europeo se usa el término de segunda revolución del 14C, la primera se aplica al Próximo Oriente en donde, de hecho, el radiocarbono ha probado que las fechas eran básicamente las mismas que los investigadores seguían teniendo por base los datos históricos (Renfrew, 1975: 84-85). 21 Recientemente surgieron también dataciones para dólmenes en la región de la cuenca del río Sever que
relegan el megalitismo para períodos bastante antiguos, colocando su construcción en el VI y VII milenios a.n.e. (Jorge, S., 2000: 59).
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do Sul? Reservo algumas dúvidas» (Gonçalves, 1989: 434).
centroeuropeo. La Vieja Europa, el lugar de donde salió la conocida cultura neolítica de la cerámica linear, sería el punto de origen del Calcolítico. De la estepa póntica se difundiría el progreso, la metalurgia y la domesticación del caballo que, paulatinamente alcanzaría los puntos más periféricos del continente como la Península Ibérica, la Escandinavia, Italia y las Islas Británicas.
A mediados del siglo XX, cuando el difusionismo parecía ser una verdad absoluta, Nils Aberg y más tarde Jean Guilaine acreditaban que la riqueza de recursos peninsulares podría fácilmente generar un desarrollo local (Gonçalves, 1989: 443). El primero llegó incluso a considerar que probablemente el Calcolítico europeo se ha expandido a partir da Península Ibérica. Estos trabajos seguían sobre todo un estudio de la evolución de las culturas prehistóricas ibéricas desde el Mesolítico. En parte fue este el modelo seguido por la mayoría de los arqueólogos peninsulares durante la década del 70, después de la segunda revolución del 14C. Todavía, tal como refiere Susana Oliveira Jorge, se han limitado a defender un origen autóctono para el Calcolítico, pero han mantenido las mismas opiniones en lo que respecta a la formación y organización de los poblados, (siguiendo las palabras de Susana Oliveira Jorge) transitaron de la “teoría colonial” para las teorías “autoctonistas” sin cualquier discontinuidad conceptual (Jorge, S., 1998: 76).
En Portugal la única existencia de éste tipo de difusionismo (destacado por Víctor Gonçalves) puede estar retratada a través de las comparaciones hechas por Mário Varela Gomes con la Europa Central, para explicar algunas manifestaciones artísticas: los bucráneos y representaciones esquemáticas de carros en el santuario exterior de Escoural (Gomes, 1991) y, las figuras del arte Neolítica y Calcolítica del valle del Tajo (Gomes, 1987). El autor siempre ha sido un “fiel” defensor del difusionismo, principalmente de proveniencia oriental; sin embargo, su mayor dedicación al estudio del arte rupestre, lo ha llevado a encaminarse por una combinación entre el mundo oriental y el centro europeo, como se puede verificar en su interpretación del “período meridional” del arte del valle del Tajo:
En Portugal la entrada en escena del evolucionismo ha coincidido con el final de la Dictadura, régimen de carácter nacionalista que, al contrario de los restantes existentes en Europa, despreció la Arqueología (Jorge, V., 1998). Siendo que, el inicio de los debates y opiniones de la nueva generación de arqueólogos portugueses encontró el evolucionismo como un hecho prácticamente adquirido. Joaquina Soares y Carlos Tavares da Silva surgieron como los principales defensores de las tesis autóctonas, utilizando, principalmente, la cultura material como justificación: «As principais formas cerâmicas dos povoados do Neolítico final prolongam-se pelo período seguinte; somente uma dessas formas – a taça carenada – tende para desaparecer» (Silva, 1999: 199), Carlos Tavares da Silva afirma aún que nunca ha sido hallado, en los contextos calcolíticos del centro y sur de Portugal, cualquier artefacto indiscutiblemente importado del mediterráneo oriental (Silva, 1993: 201).
«Uma nova e complexa renovação iconográfica da Arte do Tejo acompanha a disseminação dos influxos culturais devidos à instalação das primeiras comunidades metalúrgicas no Sul e Sudoeste peninsular. Ali se podem detectar processos técnicos e aspectos sócio-económicos e religiosos que encontram estreitos paralelos nas culturas dos finais do Neolítico e da Idade do Cobre tanto no Mediterrâneo Oriental, como da região carpato-danubiana» (id., ibid: 34) 2. EL CALCOLÍTICO COMO UN FENÓMENO LOCAL 2.1. EVOLUCIONISMO – LA FUERZA DEL 14C La introducción de nuevos datos provenientes de las dataciones por radiocarbono llevó a que la mayoría de los arqueólogos pasasen a dar más importancia al desarrollo autóctono. Sin embargo, el evolucionismo, como tesis explicativa de la formación del Calcolítico, no surgió, únicamente como una teoría forzada para explicar los “inesperados” cambios procesados por el 14C, ni tampoco fue una “invención” de Renfrew, que en 1967 apuntó los errores de la metodología difusionista. La idea de evolución autóctona surgió antes del concepto de colonia preconizado por Siret para Los Millares, pese a que, por lo menos hasta la segunda revolución del radiocarbono, se mantuvo como una teoría “marginal”. A finales del siglo XIX el conocido Estácio da Veiga, excavador de Alcalar, expresó de la siguiente forma su desagrado por el constante acoplamiento del orientalismo:
João Luís Cardoso que ha mantenido habitualmente una consonancia de pensamiento con los dos referidos investigadores, defendía el mismo seguimiento evolutivo presentando, de nuevo, una justificación material: la estratigrafía de Leceia, tornada célebre por el aparente seguimiento en la ocupación del poblado: en la primera capa, fase de ocupación del Neolítico Final caracterizada por cerámica de bordes dentados y tazas carenadas, después una capa con “copos”, otra con cerámica con decoración en hoja de acacia y otra con campaniforme, concernientes a los tres períodos del Calcolítico (Cardoso, 1994: 19). La mayoría de los arqueólogos e investigadores portugueses que se preocupaban con este tema iniciaron a finales de los años 70 y comienzos de los 80 una fuerte discusión, que quedó patentemente marcada en la primera mesa-redonda sobre o Neolítico e o Calcolítico em Portugal realizada en 1978 en Oporto y en el debate
«Os trânsfugas (orientais) chegaram até à última raia de terra firme; o viveiro era inesgotável; deu para tudo! (…) será este o modo de explicar a identidade d’esses productos industriaes, que ao mesmo tempo aparecem no Algarve e na América
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porque basaron sus teorías casi exclusivamente en la región de Almería y en su exponente máximo, Los Millares. La Revolución de los Productos Secundarios (RPS) de Andrew Sherratt (1987) ha sido (y sigue siendo) una teoría extremamente popular entre los arqueólogos portugueses que, de una forma general, en sus estudios utilizan como factor responsable para explicar el cambio que se generó del Neolítico hacía el Calcolítico. Según ellos, la RPS (leche, lana, etc.) en conjunto con las nuevas tecnologías procedentes del Neolítico Medio/Final (arado, carro, etc.), condujo a un aumento de productividad sin precedente, a veces ocurriría que se producía más de lo que se consumía: las fortificaciones de la Extremadura portuguesa surgen así como consecuencia de la necesidad de protección de los excedentes.
organizado por Victor Gonçalves en 1983 sobre los povoados calcolíticos fortificados no Centro e Sul de Portugal: génese e dinâmica evolutiva. En estos dos eventos se destaca el predominio de las opiniones que defienden una evolución indígena, protagonizada fundamentalmente por los autores que anteriormente referimos, pero también por otros investigadores, como Cunha Serrão y por algunos que, más tarde vendrían a desarrollar otro tipo de interpretaciones como Victor Gonçalves, Vítor Oliveira Jorge y Susana Oliveira Jorge. Solamente Mário Varela Gomes parece ser, por esta fecha, el único creyente en las teorías difusionistas al estilo de Blance, Savory y Schule, basándose en el aparente corte estratigráfico existente entre los estratos del Neolítico Final y del Calcolítico Inicial en el poblado de Escoural (Alentejo, Sul de Portugal). Rui Parreira presenta, todavía, una posición conciliadora – fruto, probablemente, de una fuerte ligación de este investigador con la escuela alemana – englobando tanto materias difusionistas como evolucionistas; defiende que el Calcolítico habría surgido debido a la conjugación de factores de desarrollo interno y de “estímulos” provenientes del exterior, donde el mediterráneo oriental ha tenido un papel preponderante, particularmente en lo que dice respecto a la estructuración de la arquitectura defensiva, la agricultura de regadío, la minería, jerarquización de artefactos de prestigio relacionados con vasos de bebida (“copos canelados” y vasos campaniformes), introducción de materias raras (marfil, ámbar, etc.) y del trabajo minucioso de los metales (Parreira, 1990: 29).
Siguiendo más o menos el mismo patrón, podemos encontrar en el cuadro luso, fundamentalmente dos modelos explicativos para la transición del Neolítico hacia al Calcolítico en la región, en concreto: el de Rui Parreira y el de Vítor Gonçalves. El primero defiende que los contactos comerciales entre el Oriente y la Península Ibérica (ha sido comprobado, en Zambujal la presencia de monetaria moneta, una concha utilizada como valor de cambio entre las comunidades mediterráneas [Parreira, 1990: 33]), y la consecuente adquisición de nuevas técnicas y procesos productivos, por parte de los pueblos peninsulares, acaba por abrir camino a la creación de sociedades agro-metalúrgicas (Parreira, 1990). De hecho, en el sur peninsular (Monte da Tumba y Santa Justa, para el caso portugués), más cercano al mundo oriental, debido a la conexión con el mar mediterráneo, se conoció el cobre antes que las poblaciones del centro y del norte de Portugal.
2.2. NEO-EVOLUCIONISMO – PROCESUALISMO, FUNCIONALISMO Y MARXISMO En los años ochenta, surgieron fundamentalmente a través de investigadores extranjeros, formas de explicación del desarrollo indígena en el IV y III milenio a.C. en la Península. Los trabajos tenían una base marxista y el consecuente presupuesto de que el desarrollo verificado, en el Calcolítico, se debía mayoritariamente a los llamados “motores” sociales y económicos. La aproximación de Marx a la arqueología empezada por Vere Gordon Childe – un difusionista – se ha tornado esencial tras los ya referidos cambios originados por el radiocarbono, cuando fue necesario explicar el surgimiento de las sociedades. Siendo que los trabajos de Chapman (1985 y 1991), Gilmán y Thormes (1985), Mathers (1984), Sherratt (1987) y Rámos-Millán (1981) – las obras más inevitables – “persiguen” esa preocupación por el factor productivo, aunque sin la exclusividad marxista de Delibes y Fernández Miranda (1993). Básicamente los referidos autores han interpretado el desarrollo de la Edad del Cobre como consecuencia de un progresivo reajuste en la relación de cambio de energía entre los hombres de ese tiempo y el medio (Hernando y Vicent, 1987: 25), factor que también se ha aliado a una tendencia creciente, que venía ya detrás, para la jerarquía y especialización del trabajo, factor bien patente en la obra de Rámos-Millán.
El modelo propuesto por Victor Gonçalves está basado en la RPS, éstos procesos habrían, según el autor, contribuido para un desarrollo gradual de las sociedades autóctonas estabilizadas. Basadas en la agricultura intensiva y en los “beneficios del cobre” se empezó a formar, en regiones fértiles, poblados cada vez más complejos y aglutinadores de gente que, en períodos de crisis tendrían que ser “fluidas”. Esas poblaciones excendentárias originaron un: «enxameamento e colonização de terras deficientes, possibilitado tornando possível pelas novas tecnologias (…)» (Gonçalves, 1993: 190). Se ha procedido así a una sustitución de las sociedades agro-pastoriles por otras agro-metalúrgicas, generada por migraciones de individuos con una “nueva cultura”, más eficaz y surgida de una evolución interna paulatina. No obstante, como podemos verificar, estos dos últimos autores no descartan la existencia de contactos, incluso con establecimiento de poblaciones de otras partes del mediterráneo, en el occidente peninsular. Los asentamientos serían así una especie de «cidadela de sabor mediterrânico» como indica Rui Parreira (1990: 35). La apertura de estos autores ante ideas difusionistas, marca la recuperación, o por su turno, el final del
Curiosamente en Portugal (excepción hecha con Sherratt) estos autores no tuvieron un papel relevante, seguramente 63
João Zilhão. El arqueólogo portugués, fruto de la preparación de su tesis doctoral sobre el Paleolítico Superior en la Extremadura portuguesa, empezó a darse cuenta que existía una desconexión entre las cuevas y yacimientos que excavaba, en los extractos Mesolíticos y Neolíticos. Las diferencias se tornarían más evidentes cuando se empezó a verificar que existía una enorme discrepancia entre los restos alimenticios de las poblaciones de uno y otro período, sin que se verificase una evolución sino que un corte abrupto:
fundamentalismo evolucionista y la creencia de una posibilidad de coexistencia entre los dos fenómenos. 3. NUEVOS APORTES Y PESPECTIVAS ESTUDIO PARA EL SIGLO XXI
DE
3.1. DIFUSIONISMO Y EVOLUCIONISMO – EL COMERCIO Con el Congresso Origens, Estruturas e Relações das Culturas Calcolíticas da Península Ibérica, realizado en Torres Vedras, ha salido reforzada la opinión de que el difusionismo y el indigenismo no serían dos teorías incompatibles, pudiendo ser conjugadas a través de la idea de comercio. A finales de los 70 e inicios de los 80 han comenzado a surgir estudios relacionados con la implantación de poblados, fue en ese sentido que Susanne Daveau ha identificado una mayor proximidad de los poblados en relación al mar, factor que facilitaría cambios con otros lugares, más cercanos, como el Levante Español y, más aislados, como el Mediterráneo Oriental (Daveau, 1980: 34). Aproximadamente por la misma fecha, Rui Parreira defendía que era imposible imaginar un mundo estancado, sin ningún tipo de conexión, creyendo en la existencia de contactos aunque esporádicos con el Oriente, que serían efectuados a través de intermediarios (Pinto y Parreira, 1979). El congreso de Torres Vedras ha fortalecido esa teoría, utilizándola como una de las justificaciones para explicar los poblados de la región extremeña, en parte por sus características base: ubicación en locales de buena visibilidad y proximidad relativa a vías de circulación como el mar y los ríos. El crecimiento del número de hallazgos de artefactos en materiales exógenos, de los cuales se destaca el marfil (Lisboa, 1995) así como la ya referida situación geográfica de los yacimientos de la Extremadura portuguesa llevó a que Isabel Lisboa considerara el comercio como el principal factor de desarrollo de estas comunidades de la península de Lisboa:
«Conforme argumentado em diversos trabalhos (Zilhão, 1997, no prelo), os dados antropológicos e paleo-isotópicos recentemente publicados por Lubell [et al.] (1994) e por Jackes [et al.] (1997) evidenciam descontinuidades significativas entre as populações do Mesolítico final e as do Neolítico final ao nível da dieta e da morfologia do esqueleto. Os poucos indicadores disponíveis sugerem que as diferenças em causa se fazem sentir já desde o início do Neolítico, conforme resulta dos elementos de comparação existentes para as populações do Mesolítico de Muge e do Neolítico antigo da Gruta do Caldeirão. Esta descontinuidade biológica e nutricional confirma de forma independente os dados da arqueologia, os quais indicam que a passagem do Mesolítico ao Neolítico corresponde a uma descontinuidade marcada na economia, na cultura material e nas práticas funerárias. Trata-se, assim, de um processo muito rápido, em que o Neolítico aparece como um pacote completo e não como o resultado da introdução lenta e gradual nos modos de vida tradicionais de inovações económicas e tecnológicas como os cereais, os ovicaprinos e a cerâmica» (Zilhão, 1998: 40). La propuesta que hace Zilhão para la propagación de la agricultura en la Península Ibérica sigue los presupuestos de Cavalli-Sforza (2003), incluso hace un cálculo del tiempo que tardarían en llegar los agricultores o las gentes portadoras del concepto, en km/año, al extremo occidental de Portugal no, en relación al Próximo Oriente, pero sí a la Liguria italiana, más próxima y con dataciones seguras; el cálculo de Zilhão indica que la noción de agricultura “viajaría” a unos 5 km/10 km desde Italia hasta llegar a Portugal (2003: 217). El mismo autor cree que es muy probable que estos “emigrantes” fuesen navegantes. Durante mucho tiempo se consideraron como improbables las ideas de que existiría una navegación en el mediterráneo en períodos tan tardíos. Sin embargo, son conocidas canoas y embarcaciones en contexto arqueológico con fechas del VI milenio a.n.e en el Lago Bracciano cerca de Roma (Robb y Farr, 2005: 26). Es también conocido en ésta región la existencia de intercambios por mar que distarían cerca de 150 km; hablamos obviamente de la búsqueda de obsidiana en las islas cerca de Italia, particularmente Sardenia y Malta (id., ibid.: 35-38). Igualmente es evidente que los principales yacimientos conocidos – indudablemente para el caso portugués (Zilhão, 1998) – se encuentran en la zona litoral, que en conjunto con la ya referida
«The most likely possibility and that which is implicitly denied in the diffusionist model, is the acceptance of social complexity as a result of indigenous development. This is not to deny the existence of links with other parts of Europe and neighbouring Africa. Trade is one of the main factors that allow the development of complex societies» (Lisboa, 1995: 150). Sin embargo, como podemos verificar en la cita anterior, permanecían algunas reticencias en hablar de fijación de poblaciones distantes, en parte todavía por el miedo de la palabra difusionismo. Fue sobre todo Cavalli-Sforza quien de nuevo ha hecho revivir la idea de que de facto podrían existir migraciones de pueblos en la Prehistoria reciente, en 1986, publica junto con Ammerman y Bornighieri La transizione neolitica e la genetica di popolazione in Europa, introduciendo así el concepto de difusión démica. De hecho en Portugal el planteamiento de que existió una difusión de pueblos del oriente en tiempos neolíticos, fundamentalmente tras los estudios de 64
presencia del “paquete completo” del Neolítico, llevan a que no sea del todo descartable la propuesta de una posibilidad efectiva de migraciones de pueblos conocedores de la agricultura que buscarían nuevos terrenos, siendo para eso una necesaria comprobación y demostración de las afirmaciones de Cavalli-Sforza:
y seguida por algunas publicaciones de profesores de la casa como Maria de Jesús Sanches y algunos alumnos de post-grado como Ana Vale, Gonçalo Velho y João Muralha. Estos autores defienden que la arquitectura calcolítica no tendría un significado “bélico”, la construcción no se presentaría como un tabique para proteger las poblaciones y sus excedentes, más bien como un “símbolo” territorial y cultural:
«Without going into the detail of the analysis here, it shows that four haplotypes (EU4, Eu9, Eu10 and Eu11) represent the male contribution of the demic diffusion of farmers from the Middle East to Europe. Together they constitute about 22% of the Y chromosomes in extant European populations. In addition, the analysis of the Y chromosome now makes it possible to go even further. By comparing the cline obtained for populations in southern Europe (Turkey and Portugal) whit the one for populations in central and northern Europe, the Y chromosome evidence indicates that demic diffusion played a more active role in the former case than it did in the latter one.» (CavalliSforza, 2003: 305).
«Os muros e as muralhas independentemente de terem podido funcionar como “defesas” num determinado momento da sua história, devem acima de tudo, ser considerados como dispositivos comunicacionais ao serviço da territorialização e da identificação». (Jorge, S.; 1998, p.110). El modelo propuesto para los asentamientos de la Edad del Cobre y del Bronce sigue muy de cerca las teorías propuestas por algunos arqueólogos ingleses postprocesualistas, que desde los años ochenta (Hodder, 1986 y Trigger, 1989), buscan formas de acompañar la arqueología a los nuevos tiempos, al pensamiento postmoderno. Siguiendo las bases del procesualismo, las extienden, desde sus simbiosis entre Antropología y Arqueología, a una vertiente de tendencia filosófica (Thomas, 2004). Desde luego, se ha debatido el papel de la cultura material en los contextos (Shanks y Tilley, 1987), siendo que aparentemente el post-procesualismo los ha relegado para segundo plano. Para la mayoría de sus seguidores, el estudio arqueológico, fundamentalmente en la prehistoria, va más allá de la simples determinación de cronología y función de los sitios o del estilo de sus artefactos. Sus planteamientos quedaron bien explícitos en las conferencias del TAG (Theoretical Aechaeological Group), realizado en 2005 en Sheffield, recién publicados en la revista Journal of Iberian Archaeology.
A pesar de todo, la ola del difusionismo démico, un poco de moda para el Neolítico, apenas ha contribuido para que por lo menos no se cerrase la puerta, en el Calcolítico, a la eventualidad de un contacto más largo y quizás más directo, los barcos del Lago Bracciano indican la posibilidad de navegaciones a distancias considerables, y la comercialización tras intermediarios realizada con el Norte de África y Europa extra Pirineos (Parreira, 1990 y Lisboa, 1995), se podría esparcir hacia localidades más distantes. También se debe de tener en cuenta los nuevos desarrollos de los estudios sobre las características y proveniencias del marfil hallado en yacimientos peninsulares con fechas Calcolíticas. Actualmente ya existen datos que permiten identificar la presencia de marfil a partir del 3000 a.C., identificándose, en algunas piezas de ésta materia prima, una proveniencia de presas de elefante asiático Elephas maximus (Schuhmacher y Cardoso, 2007: 109), justificando así la existencia de contactos con el mediterráneo oriental, pero probablemente, también con el norte de África, que surge ahora tras la identificación del marfil de elefante africano de sabana (Loxodonta a. africana), utilizado en la fabricación de una aguja del yacimiento de Leceia, Portugal (id., ibid. : 112) y en Camino de las Yeseras, Madrid22.
En resumen Vítor y Susana Oliveira Jorge, siguen en parte los modelos aplicados por Tilley (1994), Thomas (1996) Barrett (1998) y Bradley (2000) en el estudio de los procesos evolutivos y de transición entre el Neolítico y el Bronce de la región inglesa. Trabajos que indican una clara apropiación del hombre con respecto a la naturaleza, monumentalizándola y recreándola para adquirir su nuevo espacio simbólico, planteamientos que en parte se relacionan con el fuerte carácter mágico religioso de la arquitectura megalítica sajona. Para los investigadores portugueses que defienden esta teoría, llamada a menudo de “arqueología del paisaje”, los poblados de Los Millares, Vila Nova S. Pedro y Zambujal exhiben el mismo significado que los yacimientos de las Islas Británicas, una arquitectura distinta, imponente en el espacio, pero sin una configuración bélica, más bien garantizadora de una estabilidad. Como dice Vítor Jorge, las sociedades prehistóricas negocian poder y estatus por una serie de transformaciones hechas en el ambiente físico (Jorge, V., 2000). Las comunidades que construyen los recintos murados del Calcolítico tienen una escala mayor de concepción en su mente; ellos intentan crear un
3.2. CONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL CALCOLÍTICO – UNA NUEVA PERSPECTIVA POST-PROCESUAL A finales de los años 90 empezó a formarse en la universidad de Oporto, una nueva perspectiva de abordaje al tema y que acabó por estancarse casi exclusivamente al norte del país – basada en la “arqueología del paisaje” – introducida o reproducida, en Portugal, por Vítor Oliveira Jorge, Susana Oliveira Jorge
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Comunicación de Corina Liesau. 65
microcosmos donde gran número de personas pueden juntos expresar su identidad común (id., ibid.). Conclusión Se ha pretendido hacer una reseña de las distintas corrientes de interpretación del Calcolítico en tierras lusas, donde ha predominado el debate entre el carácter de desarrollo autóctono o influenciado por el exterior. La importancia de este capítulo se entiende sobre todo con el auxilio que presta en la comprensión de los planteamientos y evolución de los mismos en lo que dice respecto al estudio de las cerámicas acanaladas y bruñidas.
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Capítulo tercero
Materiales y yacimientos: definición de los patrones de estudio y aspectos básicos para la integración de la cerámica acanalada bruñida del pre-campaniforme portugués
Para Clifford Geertz, conocido antropólogo estadounidense que dedicó parte de su obra a la definición de cultura, ésta representaría un apéndice del ser humano, sin el cual dejaríamos de funcionar como sapiens sapiens. La cultura surge como un ingrediente esencial para el desarrollo de nuestra especie, tornándose en un “mecanismo de control” del Hombre (Geertz, 1973: 47):
«It is remarkable that there is almost no literature available on how archaeologists come to their conclusions» (Hodder, 1999: 20). 1. LA CERÁMICA ACANALADA BRUÑIDA, LOS HORIZONTES Y LAS CULTURAS DEL CALCOLÍTICO
«The perspective of the culture as “control mechanism” begins with the budget of which the human thought is basically as much social as public, that its natural atmosphere house yard, the marketplace, and the town square» (Geertz, 1973: 45).
Es siempre un poco arriesgado definir una cultura en Prehistoria, las bases y los factores de cohesión o de identidad podrían, y seguramente serían, distintos a los actuales, siendo que nuestro concepto de nación, país o región viene de la Edad Moderna y con una fuerte influencia teórica en el pensamiento arqueológico (DíazAndreu, 1996 y Thomas, 2004). No obstante, el término se tornó frecuente: la cultura de Los Millares, la cultura de Vila Nova de São Pedro, la cultura de los “copos”, la cultura campaniforme, esto sólo para referir algunos ejemplos comúnmente utilizados por los arqueólogos en el período en estudio.
Optamos por utilizar esta noción de Geertz más generalizada, ya que, entrar en un planteamiento más alargado de este concepto, sería imposible de describir en apenas este capítulo e incluso en toda la tesis. Como se sabe, el término “cultura” asociado a la arqueología – banalizado por Gordon Childe 23 – ha sido uno de los principales puntos de debate de esta ciencia, sobre todo después de la teorización que ésta ha tenido con el
Los antropólogos y los sociólogos son capaces de definir muy bien una noción o los patrones de cultura de pueblos y sociedades que viven actualmente o que fueron extintas hace poco; sin embargo, cuando queremos una definición aplicable a los materiales que nuestros antepasados prehistóricos nos dejaron, entramos en un ámbito más complejo: en primer lugar porque estos no están presentes; en segundo lugar porque ya no hay una línea generacional que exprese la cultura de sus antepasados, y por último no existe cualquier documento que relate sus vivencias, su relación con el medio y con sus artefactos. Representan apenas una variante de la cultura – la cultura material.
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La visón de cultura de Childe basada en el registro arqueológico, concepto que marcó a muchos arqueólogos en el siglo pasado, y que aún sigue teniendo repercusiones, como se puede ver en la siguiente citación: «We find types of remains - pots, implements, ornaments, burial rites, and house forms – constantly recurring together. Such a complex of associated traits we shall term a ‘cultural group’ or just a ‘culture’. We assume that such a complex is the material expression of what today would be called a ‘people’» (Childe, 1929: v-vi). 67
procesualismo y las siguientes corrientes 24 . De este modo, hacemos el paso a la contextualización del registro arqueológico que caracteriza las “culturas” del Calcolítico en Portugal, sin embargo, no queríamos seguir inmediatamente a la descripción sin antes dejar presente la complejidad que está por detrás de este concepto.
comparación a los yacimientos de otras regiones portuguesas, pero fundamentalmente por los cambios evidentes en las cerámicas: al sur tenemos los bordes almendrados y la decoración con motivos solares y triángulos puntillados; al centro los bordes engrosados sobre platos, tazas y globulares, “copos” y cuencos hemisféricos, en las que predomina la decoración acanalada y bruñida; en el norte tenemos la cerámica de tipo “Penha”; la decoración característica está compuesta por metopas y líneas verticales y horizontales hechas con peine.
Inicialmente en los años 30 y 40 la “cultura” de Los Millares y la de Vila Nova de São Pedro definían respectivamente, en España y Portugal, el período Calcolítico (Micó, 1991), funcionando como islas aisladas en un universo Neolítico. Fue solamente con el avance de la Arqueología, que se dio en ambos países en los años siguientes – implicando un aumento de campañas de prospección y excavación – y estos sitios dejaron de ser considerados los únicos focos difusores, pasando a ser parte de un universo cada vez más creciente de poblados cada uno con su individualismo específico. El surgimiento natural de nuevos yacimientos, por casi todos los puntos de la Península, dieron al Calcolítico un carácter más disperso, nuevos particularismos, horizontes y fechas que representan, hoy en día, una fuente de debate sobre la diversidad de culturas hasta la supuesta congregación en el campaniforme.
En el caso concreto de la Extremadura portuguesa, área en la que nos centraremos, la identificación de un período calcolítico se basa, como hemos podido verificar en el capítulo anterior, en la cerámica acanalada; conocida principalmente por los “copos” y cuencos hemisféricos. Básicamente, estos materiales surgen asociados con los estratos más antiguos de la estratigrafía de los poblados calcolíticos, recibiendo así el honorable estatuto de chifla encendedora de la Edad de los Metales en el extremo occidental de la Península. La determinación de un horizonte o cultura basada per se en los artefactos no es el método exclusivo de la interpretación arqueológica; sin embargo, en la mayoría de los casos, esto acaba por ser determinante; sobre todo en situaciones donde las estratigrafías están removidas o no existen posibilidades de efectuar fechas absolutas. Situación similar ocurre con el estudio del Calcolítico pre-campaniforme en la región de la Extremadura portuguesa donde más del 90 % de los yacimientos no presenta indicación estratigráfica fiable, fruto de ocupaciones continuadas, excavaciones antiguas, destrucción y movimiento de tierras de las poblaciones locales.
En Portugal existen básicamente tres “regiones” del Calcolítico: dos que integran el sur del país – el de la Extremadura portuguesa y el del suroeste 25 – y uno al norte del río Duero, que se esparce, en el interior, por territorios más al sur, por la región de la Beira Alta y sigue por la meseta castellana (Silva, 1991: 201). Las diferencias principales entre los tres complejos culturales están relacionadas con una mayor diversidad y imponencia arquitectónica de la Estremadura en
Durante mucho tiempo Vila Nova de São Pedro fue el modelo para todos los descubrimientos relacionados con la Edad del Cobre en Portugal; si bien el inicio de las excavaciones ocurrió de forma periódica en 1937, solamente en el lejano año de 1945 se ha identificado una secuencia estratigráfica; en ella se identificaron dos “culturas”, la más antigua denominada “cultura de la argamasa” (Vila Nova S. Pedro I) y otra más reciente “cultura de los muros” (Vila Nova S. Pedro II) (Jalhay y Paço 1970 [1941], 1970). Se trataba de una aseveración muy vaga y sería necesario esperar una década para que Sangmeister (1956) hiciera una división de la ocupación del yacimiento basada en los tipos de cerámica: la cerámica acanalada o “copos” en los niveles inferiores y la cerámica del tipo campaniforme en las capas superiores. A ésta división añadió fases constructivas; tendríamos entonces, resumidamente, la ocupación de Vila Nova de São Pedro repartida por cuatro fases:
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Es un término usado aún con algunas reticencias en la arqueología peninsular, se asocia fundamentalmente a la investigación hecha en los países anglosajones. Sería del todo imposible describir en este trabajo los varios debates, planteamientos de los diversos autores y corrientes arqueológicas que inciden sobre el tema. Sería un camino muy largo desde Kossina y Childe hasta Tilley y Hodder, pasando por Binford y Clarke; discutiendo las ventajas y desventajas de una interpretación de los materiales con base en los resultados de las ciencias naturales (consecuentemente absolutos), o utilizándolos como si se trataran de un texto abierto a diversas interpretaciones según la “lectura” de cada uno (ver por ejemplo Buchli, 1995; Hides, 1996 y Tilley 1990, 1991 y 1999). 25 Ultimanente existe una tendencia para separar esta regíon en dos: Alentejo y Algarve. Fundamentalmente después de la identificación de un número importante de yacimientos, en la primera area referida – antes poco estudiada –consecuencia del proyecto de construción del enbalse de Alqueva, que ha permitido encontrar particularismos característicos en Alentejo que lo difencian de Algarve, principalmente los fosos que circundan gran parte de sus poblados.
VNSP I – Horizonte de importación o precampaniforme. VNSP IIa – Período de construcción de la muralla central. VNSP IIb – Reconstrucción y ocupación campaniforme. 68
simples. Tras la estancia de Paço, trabajaron posteriormente en el lugar Veiga Ferreira y Cunha Serrão, pero ninguno de los dos nos pudo dejar un testimonio concreto del desarrollo de la ocupación en el sitio. Serrão años después escribe incluso que posiblemente existiría en el asentamiento una convivencia de los materiales neolíticos con otros de los inicios del Calcolítico, creando una especie de mezcla cultural que se desarrollaría entre el IV y III milenio a.n.e (Serrão, 1979: 164-5).
VNSP III – Ocupación del Bronce. Más tarde Beatrice Blance (1957), que apenas pudo estar dos días en el yacimiento debido a una fiebre, retoma las propuestas de Sangmeister. No obstante, encuentra que el “horizonte de importación” estaría más conectado con la construcción de la fortificación, tomando esto en cuenta, ha hecho su respectiva propuesta: VNSP Ia – Horizonte de importación. VNSP Ib – Construcción de la muralla central. VNSP II – Campaniforme. VNSP III – Ocupación del Bronce.
El tema del yacimiento de Parede interesó al arqueólogo alemán Konrad Spindler que venía trabajando con Schubart y Sangmeister en Zambujal, escribiendo un artículo para la Madrider Beitr ge que defendía la existencia de una especie de Neolítico evolucionado en la Extremadura portuguesa, al que llamaría neolithische Parede-Gruppe (1976). Basado fundamentalmente en la presencia de bordes dentados y cazuelas carenadas, el autor ubicó treinta y cinco yacimientos (incluyendo poblados, cuevas, tholoi y hipogeos), que seguirían las características de Parede. No obstante, la ausencia de estratigrafías viables, tanto en el yacimiento base, como en los restantes (incluidos en su grupo de Parede), más, la ambigua mezcla de sitios arqueológicos, llevaron a que su tesis se tornase infructífera y sin seguidores en la investigación lusa.
Por último, Savory (1983/84[1959]) basado en una excavación más metódica y con un cuidado por el registro estratigráfico, ha introducido más divisiones en los períodos e incluso creó uno nuevo, el IV. Hay que tener en cuenta que, gran parte de los datos presentados por Savory, incluso su propuesta de dibujo estratigráfico, están basados en la memoria que el británico tenía de las excavaciones, ya que la maleta que contenía sus papeles, fue robada en el viaje de tren de Portugal a Inglaterra: VNSP Ia, Ib y Ic – Horizonte de importación. VNSP IIa y IIb – Período de construcción de la muralla central. VNSP III – Campaniforme. VNSP IV – Ocupación del Bronce.
La importancia que las excavaciones en Zambujal estaban adquiriendo en los 70, a nivel local y peninsular, por varios motivos: riqueza monumental y artefactual potencias, estratigráficas intactas y también por la utilización – y este aspecto es muy importante – de nuevos métodos de trabajo arqueológico introducidos, en Portugal, por el Instituto Arqueológico Alemán. Factores que dejaban antever que este yacimiento sería el sucesor natural de Vila Nova de S. Pedro, y sus horizontes representarían el nuevo modelo de periodización del Calcolítico estremenho. No obstante, esa división vendría a ser hecha por la estratigrafía de un poblado fortificado de dimensiones medianas, ubicado en una zona periférica (sur del Tajo) y sin la presencia de uno de los principales artefactos (los “copos canelados”) del inicio de la Edad del Cobre, que como hemos visto ha tenido un papel tan importante en el debate inicial sobre estas culturas del IV y III milenio a.n.e. El castro de Rotura (nombre del referido yacimiento) y sus horizontes sustituyeron al antiguo modelo de Vila Nova de S. Pedro, introduciendo así el actual modelo tripartito que ya referimos en el capítulo anterior.
Con todo, pese a estas variadas divisiones, en lo que dice respecto a la cerámica calcolítica se seguía la idea dual de Paço, de una primera cerámica de muy buena calidad, sin desgrasantes, de forma cilíndrica y con finas acanaladuras a la cuál llamó “copos”, cerámica que a pesar de su pérdida de calidad y de decoración va desapareciendo de forma gradual hasta el surgimiento total del vaso campaniforme en plena Vila Nova de S. Pedro II, como nos indica el respectivo autor en su publicación en la revista Ampurias: «Con la aparición de los campaniformes, esto es, ya dentro de Vila Nova II, estos tipos se mantienen, siendo menos abundantes y casi sin decorar. Éstas son las observaciones que obtenemos de las campañas de los últimos años» (Paço, 1959: 259). Prácticamente a la vez que se excavaba en Vila Nova de S. Pedro, el mismo Afonso do Paço, hacia campañas en otro yacimiento (Parede) con materiales similares. No obstante este lugar, en el área suburbana de Lisboa y ya en la altura con fuertes presiones demográficas, tenía evidentes diferencias con el primer yacimiento, por ejemplo no presentaba una fortificación y, aunque contenía materiales calcolíticos, sobre todo precampaniformes, tenía un número considerable de materiales con características neolíticas como: cerámicas con decoraciones plásticas y una industria lítica laminar
Resumidamente este modelo se basa en el sistema del fósil indicador, más concretamente en la decoración de la cerámica, tenemos entonces el siguiente orden: cerámica de importación (Calcolítico Inicial), cerámica con decoración en hoja de acacia (Calcolítico Medio) y cerámica campaniforme (Calcolítico Final).
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Fig. 6 – La única estratigrafia de Vila Nova de S. Pedro realizada por Savory (Senna-Martinez, 1983-84: 22).
Fig. 7 – Artefactos típicos del grupo neolítico de Parede (Spindler, 1976: 64). Sin escala en el original.
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Fig. 8 – Los yacimientos de grupo de Parede: 1-Achada; 2-Alapraia; 3-Alto das Perdizes; 4-Barro; 5-Cabeço da Arruda; 6-Carnaxide; 7-Carvalhal; 8-Casa da Moura; 9-Cascais; 10-Cova da Moura; 11-Espargueira; 12-Folha das Barradas; 13-Fontainhas; 14-Fórnea; 15-Furninha; 16-Junqueira; 17-Lapa da Bugalheira; 18-Lapa da Galinha; 19 Lapa do Bugio; 20-Lapa do Suão; 21-Leceia; 22-Moinho da Fonte do Sol; 23-Monge; 24-Montes Claros; 25-Nascente do rio Almonda; 26-Olelas; 27 Ota; 28-Parede; 29-Penedo; 30-Praia das Maçãs; 31-Salemas; 32-Serra das Éguas; 33-Trigache; 34-Vale de Lobos; 35-Zambujal (Spindler, 1976:38). Sin escala en el original. 71
campaniformes en las más recientes; pero Michael Kunst (1987), que estudió las cerámicas del yacimiento, señala poca diferencia entre las cerámicas acanaladas y las piezas con decoración en hoja de acacia. Incluso encontró una proximidad entre las pastas de las cerámicas, de estas dos hipotéticas cronologías, llamando la atención para los problemas de la elaboración de un modelo que utiliza artefactos con función distinta. Si bien que el vaso campaniforme puede tener un paralelo con la forma del “copo canelado”, esto no sucedería con el vaso globular que, generalmente, se asocia al horizonte de hoja de acacia. De hecho, cuando fueron publicados los materiales pre-campaniformes de Leceia (2006), no se verificó esa idea de horizonte, viéndose, con relativa frecuencia, bordes dentados en estratos del Calcolítico Inicial y “copos” en el estrato del Calcolítico Pleno. Situación que João Luis Cardoso explica por fisuras existentes entre estratos y por removimientos de tierras. En Penedo do Lexim, Ana Catarina Sousa, también ha tenido dificultad en explicar la aparente “mezcla de horizontes” en un único sedimento (Sousa, 2000: 28).
Esta segmentación ocurre con el aumento de excavaciónes en la década de los 70 y 80, en donde se empezó a verificar, sobre todo en los “nuevos” poblados fortificados con potencia estratigráfica, el surgimiento de una decoración distinta tanto de la cerámica de importación como del vaso campaniforme. Hasta el momento la “hoja de acacia” tenía muy poca expresión, fundamentalmente por el hecho de que las excavaciones, en yacimientos calcolíticos, hayan ocurrido sobre monumentos funerarios y, en ellos, la decoración en hoja de acacia o crucífera es prácticamente nula (Gonçalves, 1992/94), pero también por su escaso número en Vila Nova de S. Pedro – probablemente por negligencia de sus primeros excavadores (Jalhay y Paço, 1970, [1939]; Jalhay y Paço, 1970a [1942]; Jalhay y Paço, 1970b [1943]; Jalhay y Paço, 1971 [1942]. El equipo de Zambujal que a la fecha era liderado por Schubart y Sangmeister, acabó por no pronunciarse sobre ese modelo estratigrafíco, presentando por su parte un modelo basado en las varias fases de construcción del yacimiento (1981). Los autores han distinguido en la fortificación del margen de la ribera de Pedrulhos cinco sistemas de construcción distintos (las fases 1 a 5) estos pueden tener entre dos a cuatro sub-fases (fases de ampliación o acabado) presentando la siguiente nomenclatura: vor 1a (anterior a 1a) 1a; 1b; 1c; 2a; 2b; 2c; 3a ; 3b; 3c; 4a; 4b; 4c; 4d; 5a; 5b (Schubart y Sangmeister, 1981: 226-262). Siendo que los cinco sistemas de construcción presentan un modelo arquitectónico – una ciudadela central rodeada por cinturas de murallas – común en todos los períodos de ocupación del yacimiento (id., ibid: 251). El veredicto negativo de Zambujal vendría a surgir solamente en 1987 con el estudio de las cerámicas realizado por Michael Kunst. Las dificultades del idioma y otros factores llevaron a que esta tesis, como la de Spindler tuviese poca difusión.
Otro de los aspectos sin justificación aparente está relacionado, como ya habíamos referido, con la ausencia de “copos canelados” en la estratigrafía modelo del Calcolítico estremenho. La justificación atribuida por los defensores de la tesis tripartita se vincula con la posibilidad de que el artefacto tipo cuenco hemisférico presentara una mayor pervivencia temporal, prologándose su presencia hasta el Calcolítico Pleno (Ferreira y Silva, 1970). Se hace también la comparación entre Rotura y Alto do Dafundo (yacimiento conocido por una presencia exclusiva de cerámicas acanaladas, identificándose una ocupación únicamente del Calcolítico Inicial), sin embargo, los datos de Zambujal y Leceia no revelan valores significativos de una mayor presencia de cuencos hemisféricos en relación a los “copos” en las capas del Calcolítico Pleno, como se puede ver en las figuras 10 y 11.
La estratigrafía de Rotura más tarde vendría a tener una importante confirmación con las excavaciones del poblado fortificado de Leceia (reiniciadas en los años 80, cien años después de la primera intervención), con la singularidad de que, en este caso, existe aún un estrato de ocupación Neolítica (Cardoso, 2003). Siendo que esta división quedó prácticamente aceptada por los investigadores portugueses.
Como se puede observar la situación no es del todo concreta, pero probablemente sería importante, antes de más, definir si de hecho las cerámicas podrían o no pertenecer al mismo período, buscando otras formas de interpretar los hallazgos cerámicos, comenzando por conocerlos mejor antes de empezar con su integración en este u otro período, horizonte o cultura. Sin embargo, en los últimos tiempos algunos investigadores portugueses, han medido la posibilidad de que el Calcolítico de la Extremadura portuguesa se pudiera dividir en dos períodos (Soares y Cabral, 1993: 222) retornando, en parte, a los planteamientos de Afonso do Paço (1959) que, como ya hemos referido, defendió también la existencia de dos extractos en el Calcolítico, constituidos esencialmente por “copos canelados” y por vasos campaniformes; basándose en la continuidad de los primeros hacia los extractos más recientes de Vila Nova S. Pedro.
Aunque se acepta, prácticamente sin contestación, por parte de los arqueólogos portugueses la división en tres horizontes del Calcolítico estremenho, es necesario referir que muy pocos yacimientos presentan los tres fósiles indicados en la estratigrafía de Rotura. La decoración en hoja de acacia casi no existe en monumentos funerarios y los “copos” se circunscriben fundamentalmente a los poblados fortificados. En Zambujal, donde se optó por una división en cronologías más cortas, basadas en las varias fases de construcción y alteración de la fortificación (Schubart y Sangmeister, 1981), se verificó que de hecho existe una tendencia a que los “copos” y restante cerámica acanalada se concentren en las fases más antiguas y los vasos 72
Fig. 9 – Los cinco sistema de construcción de Zambujal (1 a 5): a – fase 1; b – fase 2; c – fase 3; d – fase 4; e – fase 5. Según Schubart y Sangmeister (Kunst 1996: 265).
Fig. 10 – Los tres “horizontes del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. La estratigrafía de Rotura (Setúbal), con las tazas hemisféricas con acanaladuras (en éste yacimiento no se encontraron “copos”), los vasos globulares con hoja de acacia y por fin el vaso campaniforme (Silva y Soares, 1986: 86) 73
Zambujal 200 180 160 140 120 100 80 "copos"
60 40
"folhas de acácia"
20
"campaniforme"
0 Superfície
Fase 5
Fase 4
Fase 2+3
Fase 1
Pré‐fase 1
Fig. 11 – Distribución de los varios “fósiles directores” por las principales fases evolutivas del yacimiento de Zambujal (adaptado de Kunst, 1987).
Leceia 160 140 120 100 80 60 40
"tazas hemisfericas"
20
"hoja de acacia"
0 C4‐N. Final
C3‐C. Inicial
C2‐C.Pleno
Leceia 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0
"copos" "folha de acácia" C4‐ N. Final
C3‐C. Inicial
C2‐C. Pleno
Fig. 12 – Distribución de los “copos canelados” y “cuencos hemisféricos” por los estratos pre-campaniformes de Leceia y su relación con las cerámicas con decoración en “hoja de acacia”. Según datos publicados por João L. Cardoso (2006).
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verificar una evidente coherencia formal y decorativa entre los distintos objetos y sitios.
Teniendo en cuenta la situación, en que se denota una dificultad de “ajuste” de estos tres horizontes con el registro arqueológico hallado, las palabras de V. Gonçalves e A. C. Sousa parecen ser las más acertadas, teniendo en cuenta el futuro de la investigación:
Como se pudo verificar en la introducción del tema, estos artefactos fueron asociados a la influencia exterior (migraciones de pueblos, contactos con objetos ajenos, circulación de ideas, entre otros). La decoración, fue el aspecto que más se relacionó con una hipotética proveniencia exterior; comparándose los zig-zags y las acanaladuras con las decoraciones de cerámicas del mediterráneo oriental de fechas posteriores, como por ejemplo de las píxides de las islas Cícladas (Ferreira, 2003: 219). Sin embargo, no es necesario ir tan lejos con las comparaciones: temas similares surgen en otros puntos de la Península, como en Penha, Guimarães (Cardoso, 1971) y en la cerámica pintada de Almería (Leisner, G., y Leisner V., 1951: estampa B), siendo que, en estos casos se tratan, por lo menos, de “horizontes contemporáneos”, es decir del Calcolítico Inicial.
«Mas é preciso escavar mais e melhor, esquecer a obsessão pelas sequências construtivas e procurar outros caminhos que a exclusiva periodização assente em 'fósseis directores' cerâmicos.» (Gonçalves e Sousa, 2006/07: 264). 2. LOS NUEVOS CONCEPTOS SIMBÓLICOS DEL CALCOLÍTICO Y SU IMPLANTACIÓN EN LA CERÁMICA Como ya se había referido anteriormente, en 1979, siguiendo el acuerdo de la comunidad arqueológica, M. Bubner delimita los “copos canelados” fundamentalmente a los distritos de Lisboa, Santarém y Setúbal, diferenciándolos de otro tipo de vasos cilíndricos, entre ellos los “copos” de los dólmenes alentejanos (1979: 40). Sin embargo, a finales de la década de los 90 inicios del nuevo milenio, Ana Catarina Sousa (1998) y Sónia Ferreira (2003) han prolongado la presencia de estos materiales al sur de Portugal y al sur de España, fundamentadas principalmente en el análisis bibliográfico de las publicaciones: de Carlos Tavares da Silva, (1993: 198) sobre los dólmenes de Alentejo, el de Miguel Lago (1998) sobre el poblado de Perdigões, el de Víctor Gonçalves (1989: 278) en Algarve, de Camalich, Martín-Socas y Arco (1984) en la región de Huelva y por último, Víctor Hurtado en Badajoz (1995), Carrillero y Suárez (1995) y Leisner, (1961) en Almería.
Solamente encontramos en artículos de Carlos Tavares da Silva un expreso distanciamiento de los paradigmas difusionistas (vinculados con estos artefactos), buscando un antecedente ibérico para los “copos canelados”, proporcionando los ya referidos ejemplos de las piezas “neolíticas”, de formas semejantes, como la del dolmen de EY de Montemor-o-Novo y él de la cueva de Lapa do Fumo; especialmente éste último, que estaría insertado en el estrato vermelho (estrato rojo), fechado en inicios del IV milenio a.n.e (Silva, 1993: 198). Estas piezas de apariencia más tosca que el típico “copo canelado”, de paredes gruesas y generalmente con decoración plástica o incluso sin decoración, están documentadas, fundamentalmente en dólmenes y cuevas, pero también se pueden hallar en cuevas artificiales/hipogeos y poblados de varios puntos del centro-sur peninsular. Tenemos los conocidos ejemplos de las cuevas de São Pedro do Estoril (Cascais), São Paulo (Almada), Furadouro de Rochaforte, Vale da Lapa (Cadaval), Carenque (Amadora), Praia das Maçãs y Serra de Éguas (Sintra), en el centro; los vasos de los dólmenes de Gorginos 1, Gorginos 2, Olival da Pêga y Herdade do Cebolinho 4 (Évora), dólmenes de Ordem, Coureleiros, Bola da Cera y Pombais (Portalegre) en el centro, y finalmente Casa Branca 7 (Serpa), Corte João Marques y Santa Justa (Faro)26 en el sur; sólo por referir algunos de los principales yacimientos a lo largo del país.
Con todo, si se hace un análisis más detallado y cuidadoso, se puede verificar que, pese a las aparentes semejanzas formales, estos vasos no presentan las mismas características de sus congéneres estremenhos; no demostrando incluso aspectos básicos de los “copos canelados”, como la decoración acanalada y la pasta fina y cuidada. Por otro lado, la búsqueda del posible desarrollo de estos artefactos más allá de las fronteras del litoral centro luso, ha permitido encontrar casos con evidentes semejanzas: los vasos cilíndricos de Loma de Belmonte en Almería (Leisner, G., y Leisner V., 1951: estampa B) y los vasos troncocónicos de Penha en Guimarães (Cardoso, 2002: anexo XXX); pero, incluso en estos casos es notoria la diferencia de concepción del vaso. En ambos casos la forma diverge de los cuerpos troncocónicos y truncadas de los “copos canelados”, sucediendo lo mismo con la decoración. En el primer caso ésta es pintada, y en segundo, se tratan de acanaladuras o incisiones más profundas que las comunes en los “copos”.
En el otro lado de la frontera, en España, el fenómeno parece tener continuidad, conociéndose igualmente vasos cilíndricos entre la fase final del Neolítico y los albores del Calcolítico.
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Las figuras, dibujos o fotografías de estos artefactos pueden ser vistas en los trabajos de Cardozo, (1971, 250), Leisner, V. (1965: anexos 67 a 101), Gonçalves, V.(1992/94: 127), Barros y Espírito-Santo (1997: 22), Gonçalves, J. (1990/92), Leisner, G. y Leisner, V. (1951: 97-99), Oliveira (1997: 415-431), (Lopes, Carvalho y Gomes, 1998: 175) y Gonçalves, V (1989: 279) respectivamente.
En nuestra opinión, los “copos canelados”, los típicos descritos por Paço en los años 40, que surgen en los grandes poblados fortificados, componen una “identidad” propia que efectivamente se puede decir que está circunscrita a la Extremadura portuguesa. El estudio efectuado en ejemplares de trece yacimientos permitió 75
Fig. 13 – Otro tipo de “copos” del Neolítico Final/Calcolítico Inicial, considerados como antecedentes de los “copos canelados”. Varios ejemplos de vasos cilíndricos del Neolítico/Neolítico Final peninsular. 1, 11y 12 - dolmen de Ordem (Portalegre); 2 y 4 – material de dólmenes de Évora; 3 y 7- dolmen de Comenda (Évora); 5 a 6 – dólmenes de Elvas (Portalegre);8 - dolmen EY de Montemor-o-Novo (Évora); 9 - dolmen de Bobadela (Coimbra); 10, 13-15 – dolmen de Casa Branca (Évora). Adaptado de Leisner; G. y V. (1951: anexos) y Leisner, V. (1965: anexos). Sin escala en los originales.
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En una pasada por la extensa y completa obra de la pareja Leisner, Die Megalithgraber der Iberisch Halbisel podemos encontrar formas idénticas a las portuguesas en varios puntos, con un mayor énfasis en el sur y sureste, destacamos las regiones de Almería y Sevilla, sobresaliendo los yacimientos de Los Millares 27 (Leisner,G., y Leisner, V., 1951), y más recientemente el aumento de trabajos en zonas más cercanas a la frontera lusa, como la región de Huelva (Camalich, Martín-Socas y Arco, 1984) y Badajoz (Hurtado, 1995), también ha revelado estas formas, conociéndose igualmente casos en Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid.
anteriormente, con formas tipo “copos” de probable origen neolítica, presentan igualmente fragmentos de “copos canelados” ubicados a principios del Calcolítico. El estilo “copo” tampoco desaparece de los yacimientos, después de su apogeo en el Calcolítico Inicial, existen evidencias claras de su continuidad, aunque en menor número, hasta los inicios del Calcolítico Final en los sitios de Zambujal (Kunst, 1996) y Leceia (Cardoso y Soares, 1995), en el último podemos encontrar incluso un porcentaje pequeño de “copos” con decoración en hoja de acacia y crucíferas (encuadradas por algunos autores en el horizonte del Calcolítico Pleno [Sousa, 1998: 157]). Pese a su aparente desaparición en el campaniforme – en Portugal tenemos casos de formas bien semejantes a los vasos cilíndricos (Cardoso, 2003: 131) y también España en (Harrison et al., 1976: fig. 15-16) – surgen de nuevo con fuerza en el Bronce (Spindler y Ferrerira, 1974: abb 18-19 y Martinez et al., 1983-84) coincidiendo a veces en los mismos yacimientos, esencialmente en cuevas y dólmenes.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, especialmente para la cuestión de las formas similares, de probable origen neolítico, que las estratigrafías y cronologías en estos casos se presentan como poco esclarecedoras, debido a los movimientos típicos de estas fechas en monumentos funerarios: por ejemplo en la mayoría de los sitios (de la Extremadura lusa) que referimos
Vimos así que el simple hecho de que estos artefactos surjan en dólmenes o cuevas naturales no justifica su antigüedad, es cierto que técnicamente los dólmenes son monumentos más antiguos, no obstante, su continuidad y utilización se desarrollaría por un largo período.
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En Mayo de 2006 he tenido la oportunidad de estudiar algunos ejemplares de Los Millares presentes en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se destacan de este yacimiento tres tipos de vasos estilo “copo”: las piezas con decoración en botón y fondo cóncavo, en baja carena, partiendo de la respectiva carena se verifica una inclinación de las paredes hacia el interior y pasta fina y de buena calidad; surgen todavía vasos similares a los que estudiamos, con las paredes rectas, sin decoración y otros con abertura en lotos junto al borde, pudiendo tener, en algunos casos, el referido botón, como decoración, presentando sus pastas una calidad regular. Las primeras formas con decoración en botón y baja carena presentan las pastas con mayor calidad. Estos últimos vasos muestran alguna relación con tiestos de mayores dimensiones que presentan la misma decoración en botón, pero, en este caso, múltiple (con varios botones).
El fenómeno de las formas tipo “copos” está íntimamente conectado con el surgimiento de nuevos elementos mágico-religiosos de finales del IV milenio a.n.e inicios del III. Me refiero obviamente a los ídolos cilíndricos y a la extraordinaria industria votiva en hueso y caliza que los acompaña. Estos elementos, bien conocidos del Calcolítico andaluz, surgen fundamentalmente asociados a cuevas artificiales, a tholoi y más esporádicamente a cuevas y dólmenes, acreditándose que estos últimos estarían ya en su fase final de abandono gradual, cuando surgieron estos nuevos elementos simbólicos (Gonçalves, 2003: 78). En el sur de Portugal, donde el horizonte dolménico está bien representado, se denota aún más la separación entre el “mundo” de los dólmenes y el de los tholoi. Con todo, la separación entre el Neolítico y Calcolítico, que es evidente y diferenciada por estas dos “arquitecturas” y en los habitats, por un cambio de los asentamientos de lugares en los valles para sitios de cota elevada y buena visibilidad; no es tan notoria en los artefactos. Existen varios factores en el ámbito de la cultura material que nos indican que el tránsito de un período a otro fue un proceso gradual y con evidentes puntos en común, es decir, sin un absoluto corte con el pasado. Como ha referido Victor Gonçalves, en su último período, las placas de pizarra – símbolo del mundo dolménico – pasan a tener representaciones de ojos, tan características del imaginario calcolítico del sur peninsular (id., ibid.). Esta nueva concepción también se manifiesta en los vasos cilíndricos tipo “copo” surgiendo, en algunos, decoraciones relacionadas con este mundo simbólico, el caso más conocido sería el del ejemplar de Monte do Outeiro (fig. 15 y 18), con la representación de los ojos
En el caso de los vasos con paredes rectas, los más similares a los de la Extremadura portuguesa, se destaca que muchos están prácticamente entre esta forma y las de los cuencos hemisféricos, es decir, presentan paredes curvas y la anchura es bastante mayor que la altura; como sucede también en el caso anterior. Probablemente la característica general de estos vasos de Los Millares – tanto los de carena baja, como los de paredes planas – será el hecho de que la anchura y el diámetro sean casi siempre de mayor dimensión, teniendo así una forma cilíndrica poco extendida; existen otros casos, pero representan una excepción, al contrario de lo que sucede en el centro de Portugal, donde existe una forma más típica de un vaso, es decir con la altura muy cercana a la anchura. Más allá que las pequeñas distinciones formales lo que más demarca estos vasos de los de Extremadura lusa es la ausencia de una mayor preocupación decorativa y quizás una menor calidad de las pastas, factores que indican una mayor simbolización de los ejemplares portugueses. 77
simbólica, los primeros (cerámica) del mundo terreno y los segundos (hueso y piedra) del mundo de los muertos, ya que se encuentran principalmente en lugares funerarios.
solares, el triángulo púbico y los tatuajes faciales, pero también existen otros casos con la representación espejada de báculos, más un elemento mágico-religioso, identificable por ejemplo en el “copo” del dolmen EY de Montemor-o-Novo y del fragmento de pared y borde de Serra de Éguas. Igualmente verificamos en estos recipientes otras influencias de la industria de hueso contemporánea de los ídolos, como las falanges decoradas (normalmente de caballo o buey), que parecen inspirar la forma de algunos “copos” debido a su estrechamiento en el cuerpo y alargamiento en las extremidades. También se encuentran similitudes con los propios “vasitos” cilíndricos en hueso, hallados fundamentalmente en tholoi, que comparten semejanzas formales y algunos temas decorativos, como el de ajedrez y los espirales. Es decir, todos ellos elementos caracterizadores del mundo simbólico del Calcolítico.
En este sentido se puede afirmar que el “copo canelado” es fundamentalmente un elemento característico de los poblados y consecuentemente con poca relevancia en el post mortem, podemos incluso afirmar que su porcentaje en los monumentos funerarios sería la misma de los ídolos cilíndricos y su “industria adyacente” en los poblados, es decir, muy pequeña. A excepción de la Extremadura portuguesa, las formas de vasos cilíndricos, en poblados del IV y III milenio a.n.e, son muy escasas; Perdigões, Montemor-o-Novo (Lagos et al., 1998), en Casa Branca 7, en Serpa (Lopes, Carvalho y Gomes, 1998: 175), en Santa Justa, Faro (Gonçalves, 1989: 278) Cabezo Juré (Nocete et al, 2004) y Los Millares (Carrillero y Suárez, 1995, Leisner, 1961), son los mejores ejemplos, pero todos ellos insertos en un “horizonte” calcolítico.
En este sentido es interesante verificar la existencia de algunos paralelos, en relación a las decoraciones, con algunos materiales presentes en yacimientos de fechas similares en el mediterráneo oriental, fundamentalmente Troya I (Korfmann, 1995). Podríamos así considerar la posibilidad de una circulación de ideas y símbolos que utilizarían el mar como vía de circulación, un poco a la semejanza de lo que se ha planteado para el surgimiento del “paquete” Neolítico (Zilhão, 2003). Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos “conceptos orientales”, no tuvieron un esparcimiento homogéneo, siendo que al parecer fueron seguidos según los gustos o simbologías de los habitantes autóctonos. Por ejemplo, en lo que dice respecto a la cerámica peninsular, podemos verificar dos tipos de decoraciones, ambas con una probable influencia oriental:
Volviendo de nuevo a los yacimientos de la Extremadura portuguesa, encontramos dos casos de registro de poblados que presentan en su estratigrafía capas neolíticas y calcolíticas, Parede y Leceia. Si queremos ser precisos, en realidad sólo el último yacimiento nos da en la práctica ese registro, sin embargo, Parede quedó como un sitio destacable, prácticamente con un estatuto de tesoro perdido cercano a Vila Nova de São Pedro, debido a la riqueza de cultura material que presentaba, donde más allá de ídolos de caliza, objetos de adorno en hueso, surgían también las típicas formas cerámicas incluidas en el Neolítico Final: bordes dentados, tazas carenadas, decoración plástica, cordones y pequeños mamelones (Cardoso, 1994: 19 y Sousa, 1998: 101), que contribuyeron para la consagración del neolithische Parede-Gruppe de Konrad Spindler (1976). El conocido arqueólogo del “hombre del hielo”, se basó en el hecho de que ésta cerámica se verificaba también en varios poblados (como por ejemplo Zambujal y VNSP), cuevas naturales y artificiales, para proponer la existencia de una especie de Neolítico Final evolucionado, quizás percusor del gran desarrollo que ocurriría en el Calcolítico en la zona. No obstante, la ausencia de estratigrafías viables tanto en el yacimiento base, como en los restantes incluidos en su grupo de Parede, llevaron a que su tesis se tornase infructífera y sin seguidores en la investigación lusa.
1- Grupo compuesto por cerámicas decoradas con motivos simbólicos, como: ojos, cejas y triángulo púbico, generalmente bruñida, de color oscuro y con decoraciones pintadas a blanco (característico del sur y sudeste peninsular). 2- Grupo compuesto por cerámicas decoradas con motivos abstractos, como: zig-zags, metopa y espirales, generalmente bruñida, de color oscuro y con decoración acanalada (característico del noroeste peninsular). Los “copos canelados” se incluyen en este segundo grupo y comparten semejanzas, del punto de vista decorativo con las cerámicas tipo “Penha”. Esa decoración que, como ya mencionamos con anterioridad, tiene una fuerte representación en los recipientes cilíndricos en hueso y piedra (característicos de los tholoi), que curiosamente se concentran fundamentalmente en la Extremadura portuguesa28. Podrían así hacer parte de la misma cultura
Queda entonces Leceia, este yacimiento ha sido más cuidado, en parte debido a la labor apasionada que le dedicó João Luís Cardoso y a sus esfuerzos de preservar el lugar. En sus estratos se verifica la existencia de una capa anterior a la construcción del poblado fortificado con la presencia de cerámica dentada y tazas carenadas, en un estrato siguiente al de la implantación de las murallas, coincidente con el surgimiento de los “copos canelados” (Silva, Soares y Cardoso, 1995: 161-162).
28
En conversación con Thomas Schumacher, que está estudiando los artefactos de hueso y marfil de la Península Ibérica, nos comentó que estos vasos o cajas eran característicos de la región en estudio, teniendo una presencia residual en los otros lugares de la península. 78
Fig. 14 – Evolución, continuidad y contemporaneidad de los monumentos megalíticos del IV al II milenio a. C, según Victor Gonçalves (2003: 165).
Fig. 15 – Ejemplo del uso de la simbología de los ídolos cilíndricos en los “copos”, evidente en la figura, en que se puede ver la representación del sexo femenino; los tatuajes faciales y aún los ojos solares. Encima ídolos en calcáreo de Leceia (Cardoso, 2003: 45), y Moncarapacho (Archivo fotográfico del Museo Nacional de Arqueología, de Lisboa) y abajo “copo” de Monte do Outeiro (Gonçalves, 1993: 190). Piezas sin escala en el original.
Fig. 16 – Decoraciones en metopa similares a las utilizadas en los “copos canelados”. Ejemplo de una cerámica tipo Penha del yacimiento de Castelo de Aguiar, imagen adaptada de Susana O. Jorge (1985). 79
Fig. 17 – Bordes dentados y tazas carenadas de Leceia (Cardoso, 2003: fig 7).
Fig. 18 – Dos vasos cilíndricos calcolíticos. El de la izquierda (hallado en el sur de Portugal) se encuentra decorado con una decoración al estilo de los cuencos de los Millares, el de la derecha es un típico “copo canelado” de la Extremadura portuguesa, con su decoración acanalada en el cuello y líneas bruñidas en todo el cuerpo. (Fotografías Archivo del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid).
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mismos patrones, sin un evidente quiebre de horizontes.
En la capa “neolítica” o capa 4, que según Cardoso, está por todas partes, hasta donde la excavación bajó al nivel geológico, directamente asiente sobre lo mismo, surgen los dichos artefactos del Neolítico Final, con todo, para el autor, los habitantes del lugar en este período no fueron los mismos que construyeron el poblado en el Calcolítico (Cardoso, 2003: 13):
2- Surgen como contemporáneos de los “copos” simbólicos pero con una concepción o imaginario distinto, variante de una región. Los “copos” con decoración simbólica existentes en la Extremadura portuguesa serían fruto de intercambio29, quizás con el sur del país o incluso o incluso con la distante Andalucía oriental, logrando así explicarse su número reducido en relación a los de decoración acanalada y su convivencia con los últimos en algunos yacimientos, principalmente en los de carácter funerario.
«Associada a esta fase cultural (neolítica) encontra-se apenas uma fase construtiva, representada por pequenos segmentos de muretes rectilíneos, de carácter habitacional; mas a maioria dos materiais encontra-se em posição derivada, preenchendo as zonas mais deprimidas do substrato geológico onde naturalmente se acumularam. Tal significa que terá existido uma etapa de abandono do povoado entre os finais do IV milénio a.C.» (id. ibid.).
Conclusión: Con este capítulo se ha intentado referir de manera resumida los varios patrones organizativos y delimitadores del Calcolítico en la Extremadura portuguesa. El sistema utilizado ha seguido de cerca los modelos aplicados en Los Millares a inicios del siglo pasado, es decir, división por horizontes, siendo que estos se basaban fundamentalmente en un fósil director. Hemos entonces expuesto el “modelo clásico”, orientado por tres horizontes, describiendo el modo como los investigadores llegaron a esas conclusiones. Ha existido también una preocupación por referir las principales bases del planteamiento sobre el surgimiento de la cerámica acanalada bruñida, enfatizando en el “copo canelado”, al cual hemos intentado actualizar, con algunas hipótesis que nos parecieron viables, encuadrándolos junto con otros elementos que no se circunscriben sólo a la cerámica, como los ídolos cilíndricos y los vasos cilíndricos de hueso.
En el caso de Leceia, la presencia de cerámica acanalada en las capas neolíticas es muy baja, como podemos observar en la publicación de las cerámicas precampaniformes del poblado (Cardoso, 2006); en conjunto los fragmentos de “copos” y cuencos hemisféricos no ultrapasan los veinte ejemplares. João Luis Cardoso justifica esta situación por probables infiltraciones en el estrato provenientes de fisuras o escurrimientos del la capa posterior del Calcolítico Inicial. No existiría así una evidencia de un antecedente “estilo copo” en el Neolítico presente en los grandes poblados de la Extremadura portuguesa, pese a que, se hayan publicado dos fragmentos de vasos cilíndricos sin decoración en Leceia de posible origen en el Neolítico Final (Cardoso, Silva y Soares, 1996: fig. 35). Consecuentemente cuando estudiamos las piezas acanaladas presentes en estos yacimientos, pudimos constatar que las pastas de los dos fragmentos referidos presentaban una calidad inferior, pero esa misma calidad de pastas también existe en otros “copos canelados” bien identificados. En Vila Nova de S. Pedro y en Zambujal también existen casos de vasos cilíndricos sin decoración, pero la situación es similar, no podemos encontrar una clara antigüedad de los mismos, incluso en los del primer poblado, las pastas de las piezas sin decoración presentan una buena calidad, y en Zambujal, no se verifica, en la estratigrafía, una relación evidente de estas cerámicas con las capas más primitivas.
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Isabel Lisboa ya había referido la existencia de un probable sistema de interacciones y trueques comerciales entre el valle del Tajo y la región de Almería que se extenderían también por el sur de Portugal. La autora se basa principalmente en la comparación de la relación numérica existente entre las dos primeras regiones, en lo que dice respecto a la llamada cerámica simbólica y los ídolos falange; verificándose una presencia absoluta en la región de Almería (imponiendo así su fuente de origen) y una presencia diminuta en el valle del Tajo, pese a tener contextos de carácter similar. A estos aspectos debemos acrecentar la coexistencia, en el valle del Tajo, de marfil, anfibolita y cobre. La distancia de proveniencia justifica, con probabilidad, la efectividad de redes de circulaciones de bienes.
Dentro de este cuadro complejo entendemos que se puede plantear el fenómeno de los “copos canelados” de dos maneras: 1- Se trata de una evolución de los “copos” con decoración simbólica, sin embargo, y a pesar de que estamos situando unos en una mayor antigüedad que los otros, encontramos que ambos pertenecen al mismo horizonte o cultura, que adviene de los ídolos cilíndricos; subrayamos, que se trata de una evolución dentro de los
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Capítulo cuarto
Las principales cerámicas del Calcolítico Pre-campaniforme de la Extremadura portuguesa
A grosso modo podemos entonces, basándonos en los respectivos trabajos, identificar tres ítems esenciales para definir los artefactos cerámicos: la pasta, la forma y la decoración; verificándose o no, que existe una correspondencia lógica entre ellos.
«(…) parce que si l'art de la poterie diminue al extrémité la distance entre la matière et la manière, il est, par le contraire, un art de résultats incertains et pleine de risques, qui résonnent dans le psychisme de celles (ou de ceux-là) qui la pratiquent». (Lévi-Strauss, 1985: 175).
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES CERÁMICAS PRE-CAMPANIFORMES Se ha debatido bastante en los últimos años sobre el papel de la cultura material en la construcción del pasado (Shanks y Tilley, 1987; Thomas, 1991; Hodder, 1991 y Thomas, 1996 y 2006/2007), presentándose propuestas y buscando nuevas fuentes. Sin duda, unos de los logros más positivos del debate fue el reconocer que históricamente ha existido una actitud contemplativa sobre la cultura material. Es decir, la típica idea de pieza en la vitrina, que se conoce morfológicamente al milímetro sin que, en verdad, se sepa mucho de la cerámica y su sentido en la cultura (Hides, 1996: 27).
LAS
1.1. LA PASTA El color de las pastas de este período es generalmente muy variable, aunque se destaca el color oscuro (negro o marrón) en las cerámicas de “importación” (“copos” y cuencos hemisféricos acanalados). Mientras que en las restantes cerámicas se muestra una paleta de colores muy variable: marrones, grises y rojos. También se asocia una mejor calidad de las pastas a dichas cerámicas de “importación”, con desgrasantes muy finos y pastas bien depuradas y, en regla general, muy resistentes. Las restantes formas y tipos presentan pastas groseras y desgrasantes de dimensiones considerables. Los desgrasantes predominantes en éstas últimas son: micas, feldespatos y cuarzos.
No obstante, en la actualidad existen numerosos trabajos sobre cerámica que inciden en la investigación en el ámbito arqueológico: unos de carácter general (Rye, 1981; Balfet et al., 1983; Orton et al. 1993; Eiroa et al., 1999; D’Anna et al. 2003; Calvo et al. 2004; Rice, [1987] 2003, etc.) y otros que abordan los particularismos locales e historiográficos (Tsetlin, 2005). También los procesos de experimentación y reproducción fiel de las cerámicas (Eiland, Luning y Williams, 2005; Clop, 1998, Calvo et al., 2004) y los recientes estudios etnográficos sobre las mismas que han contribuido substancialmente para mejorar el conocimiento de este material. Como lo demostró Miriam T. Stark (2003) en su extraordinario artículo de compilación de trabajos de etnoarqueología, incidiendo en rasgos como: cadena operativa, decoración, simbolismo, etnicidad, funcionalidad, entre otros. Permitiéndonos saber con qué podemos contar y las maneras de extraer información de los objetos cerámicos, y así intentar suplir las lagunas que existen por tratarse de objetos de sociedades muertas.
1.2. LA FORMA Tras el trabajo metódico de Balfet et al. (1983 y 1988) sobre los diversos ámbitos de estudio y análisis de la cerámica, podemos “principalmente” hacer la siguiente división de las formas en dos parámetros: formas abiertas y formas cerradas. 1.2.1. Formas abiertas De las formas abiertas destacamos fundamentalmente dos formas: los cuencos (taças en portugués), que se pueden dividir en tres subtipos (cuencos simples; cuencos hemisféricos y cuencos hemisféricos largos) y los platos. Los cuencos son recipientes que se caracterizan por su índice de profundidad, que varía entre 200 mm y 400 mm. La división entre cuencos simples, hemisféricos y hemisféricos largos, tiene su justificación en sus distintas funcionalidades, debiendo ser analizada por descriptores 83
DE
la pieza con las extremidades (fondo y borde): troncocónicos, troncocónicos invertidos y truncados.
como la dimensión, dirección y forma del borde. Es necesario recurrir a ciertos factores como la decoración y la pasta para identificar su marco temporal, visto que, estas formas están esparcidas desde el Neolítico hasta el Bronce, aún así, a veces es complicado identificar su cronología.
1.3. LA DECORACIÓN 1.3.1. Acanalada Generalmente las acanaladuras se ubican juntos al borde y los fondos de las piezas, básicamente en formas tipo “copos”, cuencos hemisféricos y vasos globulares. Se hacen con un punzón romo que deja un surco poco profundo en la cerámica, sus dimensiones están relacionadas con el ancho de la punta y con el efectivo grado de avivamiento que se le hace.
Los platos presentan formas similares a los cuencos, sin embargo, sus índices de profundidad son menores y generalmente los bordes se inclinan con mayor intensidad hacia el exterior. Los bordes espesados o almendrados son característicos, sobre todo, en el centro y sur de Portugal. La decoración de estas piezas no siempre es frecuente y cuando surge casi siempre ocurre en el interior.
Algunas piezas presentan una especie de alisado/bruñido hecho con una piedra o concha de pequeñas dimensiones, incluso, quizás con un punzón romo que deja en la pieza unas acanaladuras muy finas que cubren toda la pieza, dando la idea de un alisado de las superficies y al mismo tiempo de decoración.
1.2.2. Formas cerradas Se destacan sobre todo tres formas: la esferoidal, los globulares y los potes. La primera corresponde básicamente a un cuerpo de esfera sin su cumbre, se da en recipientes de paredes espesas y grandes dimensiones, asociadas a funciones de aprovisionamiento. La segunda se refiere a vasos – que probablemente serían de provisiones – cerrados con la forma de globo a los cuales se asocia, casi exclusivamente, la decoración de hoja de acacia. La tercera y última no es más que una variante de la anterior aplicada a los vasos globulares de grandes dimensiones y de forma globular alargada en el cuerpo.
1.3.2. Incisa y al peine El proceso de incisión es similar al del acanalado con la diferencia de que el punzón aquí es siempre muy aguzado, dejando en la pieza un surco fino pero profundo. Este tipo de decoración surge esencialmente en cuencos hemisféricos, pudiendo también surgir en “copos”; João Ludgero Gonçalves incluye también la posibilidad de estar presente en vasos de forma esferoidal (Gonçalves, J., 1991). La decoración tipo peine, como el propio nombre indica se trata de una decoración hecha por un artefacto similar a un peine, que en concreto lo que hace es una especie de incisión múltiple.
1.2.3. Otros tipos Hablamos principalmente de algunas formas que están en el límite de las cerradas y abiertas. En ellas se pueden incluir las formas carenadas y las cilíndricas. Las primeras ocurren especialmente en tazas o cuencos; la carena les da la sensación de pieza cerrada, al ser hacia dentro. Las segundas generalmente se asocian a vasos o, como venimos refiriendo en nuestro trabajo, “copos”. En lo que concierne a éstas cerámicas podemos distinguir fundamentalmente dos tipos:
1.3.3. Plástica Prácticamente inexistente en el Calcolítico precampaniforme, sin embargo, en algunos yacimientos con capas de ocupación que se consideran neolíticas surgen algunas cerámicas con alguna decoración de este tipo. Sobre todo pequeños mamelones, generalmente asociados a bordes dentados (frecuentes en Parede y Leceia).
1- “Copos” cilíndricos largos, piezas sin decoración que habitualmente tienen malas pastas y una altura muy superior a sus ancho (Alapraia, tholos de Praia das Maçãs).
1.3.4. Impresa La principal variante de esta decoración, sino la única, para el período en cuestión, es sin duda la comúnmente decoración llamada de “hoja de acacia” a la cual científicamente se llama de hoja entalhada (expresión lusa introducida por Michael Kunst [1987] que abarca las tres variaciones de esta decoración: hoja de acacia, crucíferas y falsa hoja de acacia). Fue también el mismo autor que hizo una clasificación para las matrices de las decoraciones:
2- “Copos” cilíndricos anchos, en ellos podemos encuadrar los conocidos “copos” acanalados (Zambujal, Leceia, Vila Nova, etc.) y los “copos” de decoración simbólica (Monte do Outeiro, Anta EY de Montemor). Los primeros presentan una decoración acanalada o incisa y bruñida, siendo que, extraordinariamente, también pueden presentar decoraciones impresas, en cambio, en los últimos podemos encontrar decoración incisa y plástica. Ambos se caracterizan por tener mayoritariamente un diámetro máximo superior o idéntico al ancho de la pieza. En el caso de los acanalados podemos identificar tres tipos basados en la relación del cuerpo de
Oval (Kerbenform I, oval). Aguzada (Kerbenform 2, spitz). Oval aguzada (Kerbenform 3, sptizoval). Forma ungulada (Kerbenform 4, fingernagalforming).
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Fig. 19 – Las cuatro principales formas cerámicas determinadas por la inclinación del borde. Vasija, vaso, cuenco, plato (Calado 2001: 45).
Fig. 20 – Tipologías de las decoraciones tipo “hoja de acacia y cruciforme según Kunst (1987: 148).
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de las piezas siendo, por consecuencia, a veces confundido con el efecto de rodado o desgaste, para eso se debe tener en cuenta si existe una orientación común de los granos que indique el rascado de la herramienta utilizada (Clop, 2007: 118).
Oval alongada (Kerbenform 5, langoval). Forma de gota (Kerbenform 6, tropfenforming). Trazo (Kerbenform 7, schforming). Y a partir de lo anterior tenemos cuatro tipos: Hoja de acacia vertical (K1- horizontale kerbbattverzieung). Hoja de acacia horizontal (K2 - verticale kerbbattverzieung). Crucífera (K3 - Kreuzblatt). Hoja de acacia oblicua horizontal (K4 - schrang liegende Eindrucke).
2.1.2. Alisado Este proceso es similar al anterior, consistiendo también en igualar las paredes del vaso, sin embargo, en este caso, se hace con la cerámica húmeda, con la intención de crear una superficie homogénea y opaca, sin alterar circunstancialmente el espesor de las paredes. El alisado puede ser hecho de varias formas: con las manos, con un paño, con hojas, con una piedra o con unas conchas lisas.
Surgen frecuentemente en los grandes vasos esferoidales y globulares de contención de alimentos, no obstante, también puede surgir en formas cilíndricas tipo “copos”. Existen dos propuesta en lo que dice respecto al elemento utilizado para hacer la decoración, siendo ambas igualmente posibles. Michael Kunst (1987: tf. 48) ha identificado la concha como artefacto utilizado para la elaboración de los surcos en la cerámica. Veinte años después Gertudres Branco (2007: 61) ha hecho una propuesta experimental paralela, pero, en este caso, con espátulas de huesos, obteniendo resultados muy similares. Por lo visto se debe aceptar la hipótesis de que ambas técnicas son viables para la decoración de estas piezas.
2.1.3. Bruñido/pulimento Hemos colocado el bruñido junto con el pulimiento porque son procesos muy similares, producidos de la misma forma, el bruñido no es más que una ejecución de un pulimiento de extrema calidad. (Balfet et al., 1983 y Clop, 2007: 108). Como en los procesos anteriores se trata de realizar el igualado de las superficies a través de fricciones repetidas. El bruñido/pulido se realiza al final del proceso de secado (cuando la pieza se encuentra en el llamado estado de “textura de cuero”) mediante la utilización de algún tipo de instrumento duro o romo, generalmente bien alisado en su extremo. Debido a la compresión y orientación de las partículas de arcilla, las superficies de las piezas presentan un efecto visual brillante o de espejo, evidente en piezas de color oscuro. Este tratamiento puede dejarse tal cual o servir de fondo para otro tipo de decoraciones.
1.3.5. Decoración dentada Esta decoración se asocia fundamentalmente a bordes – motivo por el cual muchas veces se llama a ese tipo de cerámica de bordes dentados – que se decoran con la incisión vertical de pequeños trazos, en la cima del borde o en su fase externa más próxima. Sin embargo, podemos encontrar otras formas de obtener esta decoración, como por ejemplo, la elaboración de un cordón de arcilla que se pliega sobre el borde en su cara externa y que soporta en el contorno entalles decorativos (ver figura 17).
Las piezas en estudio, pueden presentar dos tipos de bruñido, uno que abarca toda la superficie (externa, interna o ambas) y otro que es parcial, resumiéndose a algunas líneas bruñidas que habitualmente acompañan las acanaladuras en el centro de la pieza.
1.3.6. Cerámica con agujeros (¿queseras?) Normalmente se asocia a los agujeros circulares que perforan la cerámica como forma de restauración de las piezas (sirviendo como orificios, hechos a propósito, y que se conectarían por intermedio de ganchos o “gatos”), pero, en el caso del Calcolítico portugués y también en otros sitios de la península, se encuentran piezas muy toscas totalmente llenas de estos agujeros, a las que generalmente se asocia la funcionalidad de queseras; no obstante nunca se ha comprobado dicha función.
2.1.4. Engobe y revestimiento Se trata de la introducción de una capa de arcilla o de una especie de pigmentación. Es un acabado que como los anteriores pretende homogeneizar las superficies. Se hace generalmente con la aportación de una capa de arcilla fina o una pasta de pigmentos – este último procedimiento no tiene hasta el momento comprobación en el pre-campaniforme estremenho – sobre la superficie externa del vaso, posteriormente alisada. La nueva capa puede ser colocada antes de la primera cocción o después de ésta, implicando una nueva cocción.
2. PRODUCIÓN DE CERÁMICA
2.2. MANUFACTURA DE LAS CERÁMICAS En general para la Prehistoria se pueden identificar apenas dos procesos de creación de una pieza de cerámica: el moldeado y el modelado (Leroy-Gouhran, 1984; Balfet et al., 1983; Orton et al. 1993; Eiroa et al., 1999; D’Anna et al. 2003 y Calvo et al. 2004).
2.1. TRATAMIENTO DE LAS SUPERFICIES 2.1.1. Igualado Consiste en una regularización poco cuidada de las superficies, generalmente hecho a través del raspado de las paredes con un artefacto rugoso. Este proceso se puede efectuar sobre una cerámica con algún tiempo de secado sirviendo para regular las superficies y eliminar imperfecciones. El igualado hace que los granos del desengrasante muchas veces aparezcan en la superficie
2.2.1. Moldeado Como el propio nombre indica este proceso estaría relacionado con utilización de un molde. Se puede hacer mediante la creación de moldes hechos a partir de cestos 86
c) Técnica de las placas – consiste en amasar con un rodillo el barro dándole una forma regular y homogénea, se pueden usar dos maderas (u otro elemento que cumpla ésta función) de igual grosor, para que, con la presión la pasta se allane y se iguale toda la masa. De esa masa homogénea se cortan varias plaquetas con un elemento afilado. En la construcción es necesario tener mucho cuidado con las juntas que deben ser complementadas con un cordón de arcilla, cuya pasta precisa de ser mezclada con la de las plaquetas mediante el proceso referido para la conexión de los cilindros. Aunque por medio de la técnica anterior se puede fabricar piezas de grandes dimensiones, sin embargo, no es tan eficiente para piezas sinuosas, demostrándose más eficaz para piezas angulosas, ésta última de poca representación en el Calcolítico de la Extremadura portuguesa.
– modelo que según autores sería el origen de los recipientes en cerámica30 (Leroy-Gouhran, 1984:159) –, piedra o probablemente arcilla cocida, rellenándolos posteriormente con barro (Rice, 2005: 126). El reconocimiento de estos métodos es difícil en el caso de que los alfareros hagan un tratamiento de las superficies, mediante el cual, es casi imposible identificar los vestigios del negativo dejados por el molde, hecho que hasta el momento no ha sido identificado y demostrado en las cerámicas pre-campaniformes de la región en estudio. 2.2.2. Modelado Este es un proceso más bien complejo, ya que implica como factor importante la pericia del artesano. El modelado puede ser dividido fundamentalmente en tres técnicas principales (bola o vaciado, rollos y placas) y dos variantes de estas (arrastrado y urdido): a) Técnica de la bola o vaciado – consiste en moldear un globo en barro, posteriormente se introduce el pulgar en el centro del mismo y se va presionando con los restantes dedos, moldeando el contorno deseado, eligiendo así el espesor de las paredes. Creemos que esta técnica sería utilizada fundamentalmente en pequeños cuencos hemisféricos, pequeños “copos” y cuencos, con alturas y diámetros no superiores a 10 cm.
d) Técnica del arrastrado – esta técnica, en nuestra opinión, es complementaria de las dos primeras, ya que, en lo general consiste en ir subiendo las paredes por presión o raspado (Calvo et al., 2004: 24), proceso utilizado en la fase final de la técnica de bola y también frecuentemente en la técnica de los rollos, para ir controlando la forma. e) Técnica del urdido – ésta técnica consiste en ir pegando sucesivamente pequeños pedazos de arcilla, a los cuales se va añadiendo agua y presión con las manos, hasta formar el cuerpo de una pieza. Se trata de un proceso muy similar al de las placas, pero menos ordenado, con trozos de arcilla sin forma específica. Es una técnica con algunas limitaciones – cuando es utilizada exclusivamente en la fabricación de una pieza – que puede complementar, como en el caso anterior, a otras técnicas.
b) Técnica de los rollos – consiste en la elaboración de unos cilindros de barro de grosor variable según el tipo de volumen de la pieza. Estos rollos se hacen presionando una porción de arcilla contra un elemento duro, repitiendo movimientos continuos con los dedos extendidos y utilizando la palma de la mano para darles la forma y longitud deseadas. Partiendo de una base que puede ser hecha mediante la unión de varios rollos en forma de caracol o de otra técnica, se van colocando los rollos siguiendo la base, superponiéndose uno tras otro. Para facilitar la conexión entre los cilindros se hace, con un elemento duro (hueso, madera, concha o piedra afilada), varios cortes leves entre ellos para conectar la pasta del rollo superior con el inferior, este proceso debe ser hecho tanto en la superficie interna como externa de la pieza. Esta sería seguramente la técnica preferida por la facilidad de maleabilidad y por permitir la construcción de grandes piezas y de formas algo sinuosas.
3. LOS OBJETOS DEL INICIO DEL CALCOLÍTICO 3.1. TAZA CARENADA Se trata de un recipiente cerámico de dimensiones variables, logrando alcanzar diámetros de 400 mm o superiores. El fondo es siempre convexo, variando entre la parte baja y la media. La parte superior de la taza está constituida por un tronco de cono o por uno de forma hiperboloide. El borde generalmente no está engrosado. La designación de formas carenadas engloba una amplitud de sub-tipos relacionados con el área de la dicha carena, y con la relación que ésta inflexión produce sobre la apertura y profundidad de la pieza. Así podemos constatar la presencia de recipientes con la carena ubicada en la parte superior de la cerámica, dándole una forma muy cerrada y que se pueden designar como vasos de carena alta. Por otra parte, las piezas con la carena ubicada en la zona inferior son las más frecuentes, y las
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Mitificado en el concepto de que las primeras cerámicas serían hechas tras un prototipo fabricado de materia vegetal que, recubierto de arcilla, iría al fuego dejando apenas las marcas de la respectiva cesta como decoración. Yuri Tsetlin tiene una perspectiva muy interesante sobre la influencia que este proceso ha tenido en las decoraciones a lo largo de la prehistoria, manteniendo que existía la tradición de imitar los entrelazados de las cestas (Tsetlin, 2006: 2). 87
Fig. 21 – Principales técnicas decorativas utilizadas, ejemplos de algunas reproducciones. 1- impresión; 2- incisión; 3perforación, 4- acanaladura, 5- bruñido y 6- plástica (fotografías del autor).
Fig. 22 – Principales técnicas utilizadas en la modelización de cerámicas a mano. 88
Fig. 23 – Taza carenada del hipogeo de Poço Velho, Cascais (Gonçalves, V., 2008: 404).
Fig. 24 – Cuenco hemisférico de Zambujal sin decoración (dibujo de Guida Casella)
Fig. 25 – Plato de Leceia con decoración con líneas bruñidas (Cardoso, 2006: fig 64).
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Fig. 26– “Copo canelado” com decoración acanalada, en lineas horizontales y en espina, procedente de la 4ª línea de muralla de Zambujal (dibujo de Guida Casella).
Fig. 27 – Vaso globular con decoración acanalada con motivos cruciformes, procedente de la 4ª línea de muralla de Zambujal (dibujo de Guida Casella).
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encuentra un estrechamiento del diámetro apenas en la región del cuerpo, presentando tanto el borde como el fondo diámetros similares.
que tienen la carena en la parte media son muy escasas (Gonçalves, V., 2003 y Sousa, 1998: 104). Su presencia en yacimientos calcolíticos fortificados es prácticamente inexistente, con porcentajes irrisorias en Vila Nova de São Pedro, Zambujal y Pedra do Ouro (pudiendo inclusive pertenecer a la ocupación del Bronce), sin embargo, surgen en la primera fase de ocupación de Leceia (fase que se atribuye al Neolítico) y en gran cantidad en el poblado – aparentemente sin murallas – de Parede (también en una fase Neolítica). La taza carenada es una forma cerámica común fundamentalmente en el sur de Portugal en fases del Neolítico final/Calcolítico Inicial, que surge nuevamente, con mayor frecuencia, por todo el país en la Edad del Bronce.
Estos artefactos están casi siempre asociados a la decoración acanalada y bruñida, pero también puede surgir sin decoración. Surgen mayoritariamente en poblados fortificados. Sus dimensiones medias son de 100 mm de alto, 120 mm de diámetro máximo y 5 mm de espesor. Sin embargo, al igual que lo que sucede con los cuencos hemisféricos tienen dimensiones muy variables, existiendo casos con diámetros de más de 200 mm y unos de menos de 50 mm. 3.5. VASOS GLOBULARES Vasos que como su nombre indica tienen una forma de globo, tienen una apertura muy pequeña de forma circular, llegando a alcanzar 1/5 del diámetro máximo de la pieza. Estas formas están prácticamente ausentes en los lugares funerarios y generalmente se asocian a la decoración acanalada o en crucífera, pudiendo igualmente presentar otro tipo de motivos acanalados y bandas con decoración campaniforme.
Coexiste durante algún tiempo con los platos de borde espesado hasta desaparecer completamente durante la primera mitad del tercer milenio. Victor Gonçalves explica su probable desaparición en detrimento de los platos por no ser tan resistente en el uso doméstico. 3.2. CUENCO HEMISFÉRICO Estos cuencos son otra de las formas que coexiste con los “copos” y que integra la “cerámica de importación”. Se caracterizan por la decoración acanalada e incisa siendo que, al contrario de los “copos”, predomina la incisa sobre la acanalada; en ambos casos las pastas son muy similares, es decir, finas, con pocos desgrasantes y cuidadas (alisadas o bruñidas). Están presentes en una gran mayoría de yacimientos del Calcolítico precampaniforme; la excepción sería el caso del poblado fortificado de Pedrão. Varían entre piezas de diámetro de borde inferior a 50 mm y otros superiores a 300 mm.
Conclusión: Hemos intentado con este capítulo exponer los aspectos característicos de la cerámica pre-campaniforme de la Extremadura portuguesa, identificando las principales formas, decoraciones, técnicas de fabricación y fósiles directores. Básicamente se ha utilizado un lenguaje descriptivo con la finalidad de dar un panorama general, que permita comprender las observaciones hechas en el transcurso del trabajo y ayude a hacer un puente entre los capítulos que hablan de estas piezas.
3.3. PLATOS Es una forma que parece tener una continuidad desde el Neolítico final. Estos se caracterizan, en períodos calcolíticos, por el borde engrosado, por ser de gran diámetro, de superficies frecuentemente bien alisadas o bruñidas en el interior y, por presentar la superficie exterior menos cuidada. En el caso concreto de la Extremadura portuguesa se observa una decoración en finas acanaladuras (que parecen ser líneas bruñidas) en la parte interior de la pieza. 3.4. VASOS CILÍNDRICOS O “COPO” Estas piezas se caracterizan por una forma semicilíndrica, siendo la dimensión de mayor diámetro, casi siempre superior a la altura de la pieza. De paredes finas y fondo generalmente plano o convexo, pudiendo, a veces, debido a la convexidad presentar una leve carena. Presentan fundamentalmente tres variaciones tipológicas: forma troncocónica invertida, donde el diámetro menor se ubica en la región del fondo, creciendo paulatinamente hacia la región de borde en la cual alcanza su mayor dimensión; forma troncocónica, verificándose el opuesto del tipo precedente y, por último, forma truncada en que se
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Capítulo quinto
Los yacimientos y su relación con los artefactos.
investigación 31 . Remarco este aspecto porque influye bastante en la interpretación sobre la propia cultura material, limitando, en gran medida, las posibilidades de estudio de la periodización del Calcolítico.
«Prestigious, influential people are more likely to have large political gatherings in their homes, and so they built larger houses. People build their houses near their allies, and they move their houses when their alliances shift». (Bowser, 2002: 22)
Se puede entonces resumir el poblamiento calcolítitico de la Extremadura portuguesa en dos o tres líneas – que ejemplifican la pobreza de un estudio espacial y georeferenciado – podemos pues hablar fundamentalmente de dos tipos de asentamientos: los fortificados y en altura, y los sin protección en zonas planas. Destacando que se trata de sitios conectados con el mar, por vía de los estuarios marinos de las desembocaduras del Tajo y Sado (Jorge, S., 1998: 86), siendo elegidos para su ubicación lugares de altimetría media y con espacios de implantación restringida (Sousa, 1998: 55).
La imagen que tenemos del poblamiento calcolítico en la Extremadura portuguesa, se nos presenta esencialmente como una imagen numérica. No hay un modelo de ocupación concreto, como tampoco un orden definido de los yacimientos de la región. Ha existido siempre, como además puede ser constado por lo descrito a lo largo de este trabajo, una preponderancia en la búsqueda de horizontes, fósiles directores y, por regla general, modelos sencillos para dar explicación fácil del fenómeno calcolítico. Aspectos que en gran medida han limitado un análisis de los procesos sociales internos y de integración de las sociedades en la matriz ambiental (Santos, 1995: 141). Debemos entonces encarar el poblamiento de esta región según lo que nos dice Nuno Carvalho Santos:
El área de la Extremadura portuguesa, como ya referimos en el capítulo segundo, presenta un considerable porcentaje de yacimientos del Neolítico Final y Calcolítico Inicial, sin embargo, una cifra casi mayoritaria se encuentra hoy en día desparecida o destruida; Alto do Dafundo, Parede, Carnaxide así como prácticamente la totalidad de sitios ubicados en el concelho de Lisboa inventariados por João Ludgero Gonçalves en 1979. Todavía, de los que quedan son muy pocos los que presentan fechas y estratigrafías concretas, motivadas por excavaciones que, por su antigüedad, no presentaban las condiciones para tal conservación, y evidentemente es un factor que afecta nuestra labor. Hemos entonces optado por elegir yacimientos que nos darían un mayor grado de seguridad, es decir, aquellos que presentan un mayor número de datos y bibliografía, y
«Em primeiro lugar, é necessário reconhecer que a imagem visível do povoamento calcolítico a Norte do Tejo não pode ser identificada como um padrão de povoamento. De facto, é totalmente desconhecido em que medida os povoados já identificados são representativos da populaçãoalvo, muito menos do efectivo povoamento. Esta situação resulta sobretudo da falta de publicação dos métodos de prospecção e do elevado número de variáveis que foram responsáveis pela identificação de estações» (Santos, 1995: 142).
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Pese la ausencia, parece existir ahora un mayor interés por lo que podríamos llamar Arqueología del paisaje. En la Universidad de Oporto (João Muralha Cardoso; 2008) el tema ya lleva algunos años de debate y en las Universidades de Lisboa – normalmente “responsables” por los trabajos en esta región – empiezan a presentar paulatinamente una cierta preocupación con éstas cuestiones verificándose ya una consideración por este aspecto en los trabajos de máster de Ana C. Sousa (1998); Manuel Calado (2001) y Rui Boaventura (2002).
Naturalmente el infortunio de la muerte del referido autor, que planteaba un proyecto de estudio de la distribución espacial y métodos de poblamiento calcolítico en la cuenca del Tajo, ha dejado el tema en suspenso, y pasado más de una década de su triste fallecimiento, no se ha efectuado un desarrollo en la
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Joaquina Soares. No obstante, no es totalmente descartable que la mayor incidencia de yacimientos, en las tres referidas zonas, se relacione con las condiciones geográficas y geológicas que esas áreas presentan (ver Anexo 2).
que contengan también una riqueza artefactual importante, capaz de identificar contextualmente los artefactos del inicio del Calocolítico estremenho descritos en el capítulo anterior y que aquí recordamos: “copo canelado”; cuenco hemisférico, plato con decoración interior, vasos globulares con decoración en hoja de acacia, cerámica de bordes dentados y tazas carenadas.
Observando la distribución de las seis “principales” piezas del Calcolítico Inicial, referidas anteriormente, no existe una gran diferencia porcentual (con excepción de los cuencos hemisféricos) en relación a su distribución por los yacimientos. Esta diferencia es aún menos evidente si analizamos al pormenor los distintos tipos de yacimientos: poblados fortificados, poblados/hábitats, tholoi, hipogeos y cuevas. Por ejemplo, si no fuera por la ausencia de la decoración en hoja de acacia en yacimientos funerarios, sus valores estarían muy cercanos a los de los cuencos hemisféricos. Verificamos también que los “copos canelados” demuestran una mayor incidencia en lugares de asentamiento (poblados fortificados o poblados/hábitats).
Se ha decidido hacer una excepción en los yacimientos con presencia de “copos canelados”, donde se ha tratado de buscar todos los sitios con su presencia, verificándose en total treinta y un casos. La elección ha estado relacionada con la importancia que se les ha dado en esta investigación. En el plano concreto hemos ubicado sesenta yacimientos 32 (ver descripción sumaría de cada yacimiento en el anexo 1), desde los extremos occidentales de Sesimbra hacia la península de Peniche (su distribución geográfica puede ser observada en la figura 16). Dentro de este grupo se pueden observar tres núcleos principales: (1) Torres Vedras, (2) Sintra e inmediaciones de Lisboa y (3) el eje Sesimbra-SetúbalPalmela. Estos tres núcleos pueden ser entendidos por dos razones, en primer lugar se trata de áreas muy fértiles y con una geografía propensa al establecimiento de poblados calcolíticos, en segundo lugar, fueron áreas donde ha existido una preocupación por los trabajos de prospección arqueológica. Lisboa y sus inmediaciones se explica por ser la capital, siendo el núcleo con mayores recursos y sede de las principales universidades, por su parte los casos de Torres Vedras (municipio con mayor números de yacimientos identificados) y Setúbal, se deben a la labor positiva de arqueólogos que se han dedicado a la región. En el primer caso tenemos la intervención del Instituto Arqueológico Alemán que en conjunto con Leonel Trindade, padre y Leonel Trindade hijo, han realizado un extraordinario trabajo de búsqueda y sondeo por el área. En el segundo caso tenemos la intervención de la pareja Carlos Tavares da Silva y
Comenzaremos por los “copos canelados”. Para nuestro trabajo hemos ubicado treinta y dos yacimientos (inventariados en el Anexo 1) con “copos”, estando la mayoría distribuidos por el margen norte del Tajo y fundamentalmente en los ayuntamientos de Sintra y Torres Vedras al noroeste del Distrito de Lisboa. La minoría se localiza en el margen sur del Tajo, ubicados en los ayuntamientos de Palmela y Sesimbra al norte del Distrito de Setúbal (Ver cuadro 1). Se destacan sobre todo las ausencias en Pedra do Ouro, Rotura, Castro da Fórnea y Pragança. En los dos primeros por tratarse de poblados fortificados con áreas de cerca de una hectárea y presentando una arquitectura amurallada compleja. Pedra do Ouro se encuadra como un poblado fortificado “típico” del norte del Tajo, como Zambujal, Vila Nova S. Pedro y Leceia – aunque sin la monumentalidad de los últimos – ubicado igualmente junto al curso de un río, mirando el Atlántico; sin embargo, su cultura material apenas muestra la presencia de cerámica campaniforme y uno que otro fragmento de cerámica de la Edad del Bronce (Shubart, 1969: 199). Por otro lado, Rotura se presenta como el mayor poblado de la península de Setúbal, también con líneas de muralla, pero en éste caso se identifican, en capas inferiores, algunos fragmentos de tazas hemisféricas decoradas con acanaladuras, curiosamente con abundantes señales de metalurgia de cobre (Soares y Silva, 1975: 152). En el tercer caso (Castro da Fórnea) su importancia no está relacionada con las características formales y arquitectónicas del poblado, pero sí por su ubicación en un área donde abundan yacimientos con “copos” (Torres Vedras). Allí, al igual que en Rotura, se pueden verificar en las capas más antiguas los cuencos hemisféricas con decoración acanalada y cerámicas lisas de borde espesado. El último ejemplo, Pragança, representa un poblado de dimensiones considerables, pero aquí y tal como sucede en los otros (con excepción de Pedra do Ouro), la cerámica decorada con acanaladuras, principalmente, los cuencos hemisféricos, tiene alguna frecuencia, sin embargo no existe ningún resto de fragmentos de“copos”.
32
1-Furninha; 2-Outeiro de S. Mamede; 3-Columbeira; 4-Outeiro da Assenta; 5-Casa da Moura; 6-Feteira; 7Pico Agudo; 8-T. Pai Mogo; 9-Vale da Lapa; 10Pragança; 11-Vila Nova S. Pedro; 12-Bolores; 13Fórnea; 14-Cova da Moura; 15-Zambujal; 16-Quinta das Lapas; 17-T. Charrino; 18-T. Barro; 19-T. Mutelas; 20Portucheira; 21-Penedo; 22-Achada; 23-Ota; 24-Pedra do Ouro; 25-Moita da ladra; 26-Correio-Mor; 27-Casal de Gaitadas; 28-Castelo da Amoreira; 29-Trigache; 30Negrais; 31-Pedranta; 32-Penedo do Lexim; 33-T. Tituaria; 34-T. S. Martinho; 35-Alto do Dafundo; 36-T. do Monge; 37-Olelas; 38-Cortegaça; 39-T. Praia das Maças; 40-Penha Verde; 41-Carenque; 42-Serra de Éguas; 43-Baútas; 44-Leceia y M. Castelo; 45-Alto do Dafundo; 46-Carnaxide; 47-S. Pedro do Estoril; 48Murtal; 49-Parede; 50-Alapraia; 51-S. Paulo; 52-Lapas do Fumo y Bugio; 53-Sesimbra; 54-Porto de Cambas; 55-Alto de S. Francisco; 56-Casal do Pardo; 57-Zambujal (Sesimbra); 58-Chibanes; 59-Pedrão; 60-Rotura. 94
Cuadro 1 – relación entre los principales tipos de cerámica del precampaniforme y su distribución por los yacimientos de fecha calcolítica Tipos de Cerámicas
Nº de Yacimientos
“Copos canelados” Cuencos hemisféricos Platos decorados en el interior “Hoja de acacia” Bordes dentados Taza carenada
32 54 9 22 38 29
Cuadro 2 – Distribución de los “copos canelados” por tipo de yacimiento y por ubicación geográfica/administrativa Yacimientos NORTE DEL TAJO Amadora Azambuja Bombaral Cadaval Cascais Lourinhã Mafra Óbidos Oeiras Sintra T. Vedras Total SUR DEL TAJO Almada Palmela Setúbal Sesimbra Total: Total General:
Poblado fortificado
Poblado /hábitat
Cueva
2 1 1
Tholoi
Indeterminado
1
1 1 1
1
1 1
1 1 1 3 8
1 1 6
2 3
1
2
1
3
3
2
1 1 1 1 2
1 1 2
1 1
2
10
8
4
5
95
Hipogeo
Total General: 3 1 2 1 3 1 1 1 2 5 5 25 1 1 2 3 7
3
2
32
Fig. 28 – Principales yacimientos de la Extremadura portuguesa con presencia del Calcolítico pre-campaniforme.
96
Fig. 29 – Yacimientos con presencia de “copos canelados”.
97
Fig. 30 – Yacimientos con presencia de cuencos hemisféricos acanalados.
98
Fig. 31 – Yacimientos con presencia de platos con decoración acanalada o incisa en el interior.
99
Fig. 32 – Yacimientos con presencia de hoja de acacia o crucífera.
100
Fig. 33 – Yacimientos con presencia de bordes dentados.
101
Fig. 34 – Yacimientos con presencia de tazas carenadas.
102
En los casos estudiados existe una mayoría de lugares de asentamiento, como habitats y poblados fortificados que juntos suman dieciocho, mientras que los sitios de carácter funerario representan doce33. No se trata de una gran diferencia, pero ésta queda sin duda agudizada por el número de “copos” por yacimiento, donde los lugares de asentamiento superan por un porcentaje avasallador a los de carácter funerario. Entre estos treinta y un yacimientos existe una evidente heterogeneidad, básicamente porque se identifican funciones distintas; que podría ser cognitiva o mágico-religiosa en un caso y en el otro cotidiana o habitacional. Sin embargo, dentro de estos dos casos podemos aún encontrar otro tipo de diferenciaciones, como la variabilidad de la organización del espacio, la arquitectura, la importancia, el simbolismo, etc. Las necrópolis son, sin duda, el caso más complicado de analizar, sobre todo por la existencia de una contextualización estratigráfica turbia o inexistente. Por ejemplo, en las cuevas el uso continuado a lo largo de los tiempos fue alterando y mezclando el contexto, fenómeno que también se ha extendido de alguna manera a las cuevas artificiales o hipogeos. No obstante, estos yacimientos (fundamentalmente los tholoi), han sufrido otro tipo de devenir; quizás por su monumentalidad han sido motivo de algunas violaciones de ávidos buscadores de tesoros y de excavaciones arqueológicas de método dudoso en los inicios del siglo XX. Se puede entonces afirmar que los poblados nos dan una mejor y mayor información, fundamentalmente los de gran dimensión y de arquitectura monumental, donde los artefactos en estudio surgen en un porcentaje interesante. El principal problema en relación a estos sitios estriba en la evidente variabilidad que presentan. A excepción de Zambujal, Leceia y Vila Nova de S. Pedro, en los otros encontramos poca homogeneidad. Existen poblados con murallas (Penedo do Lexim, Columbeira), otros “desprotegidos” (Serra de Éguas, Alto do Dafundo), unos en zonas de difícil acceso con condiciones naturales de defensa (Penedo, Castro de Sesimbra), y otros en zonas de buena accesibilidad (Alto do Dafundo, Parede); no obstante, más que su aparente diversidad, el principal problema encontrado es relativo a la definición de los períodos de ocupación que estos asentamientos presentan. En éste aspecto los tres sitios anteriormente referidos son singulares, pues ningún otro nos garantiza unas estratigrafía continua durante el Calcolítico. Algunos yacimientos se inician en el Neolítico y terminan con el horizonte de “cerámica acanalada” (Parede), otros, por su parte, sólo identifican una ocupación de ese mismo horizonte del Calcolítico Inicial (Alto do Dafundo, Columbeira), son aún frecuentes los casos de poblados con una ocupación del Calcolítico
33
De referir que dos de los sitios identificados fueron clasificados como indeterminados, no entrando, por consecuencia, en la contabilidad de poblados o monumentos funerarios.
Inicial y Medio que, interrumpida en el campaniforme, continúa en el Bronce (Penedo do Lexim, Outeiro de São Mamede). En lo que se refiere a los cuencos hemisféricos verificamos que existe una presencia casi absoluta en todos los yacimientos. Los casos de Pedrão y Castelo da Amoreira representan situaciones excepcionales, ya que en yacimientos muy cercanos esta pieza está presente, por ejemplo para el primer yacimiento tenemos próximo: Rotura, Casal do Pardo, Chibanes y Alto de São Francisco. Y para el segundo: Correio-Mor, Gaitadas y Trigache. Teniendo en cuenta lo último se podría justificar la ausencia por el azar en la excavación, y su falta no implica que de hecho no hayan existido. Los platos, generalmente con borde espesado o almendrado, representan un artefacto común en otras regiones del sur de Portugal y España, siendo que en las referidas raramente presentan decoración. Su decoración interior es el factor que los conecta con los “copos” y cuencos hemisféricos. Su distribución es algo irregular y reducida, ciñéndose prácticamente a los poblados fortificados. Su escaso número – en comparación con las otras dos formas – se puede justificar (por ejemplo), en algunos yacimientos, por el hecho de que los fragmentos no se hayan preservado o incluso que estén presentes en áreas que no estuvieron sujetas a excavaciones. En cuanto a las piezas con decoración en hoja de acacia y crucíferas, también se puede verificar una presencia considerable, excepción hecha para los monumentos funerarios, donde prácticamente no existen. ¿Pero cómo explicar ésta ausencia? ¿Las personas del supuesto horizonte del Calcolítico Pleno no enterrarían a sus muertos? El caso del tholoi de São Martinho, donde surgen algunos fragmentos de piezas decorados en hoja de acacia, parece indicar que este horizonte no estaría tan apartado de los otros (el de la cerámica acanalada bruñida y el del campaniforme) ¿Entonces cuál es el por qué de esta presencia tan residual en las sepulturas? Una de las respuestas puede ser el hecho de que, a este tipo de decoración, se circunscriban piezas relacionadas con el almacenamiento de víveres, que probablemente presentarían un significado poco relevante en los contextos simbólicos. Sobre la cerámica de bordes dentados y las tazas carenadas, observamos un predominio de las primeras en relación a las segundas. Hecho que podría estar relacionado con un mal registro arqueológico o con el azar en el acto de excavación. Ello porque estas piezas presentan una tendencia en ir asociadas, durante algún tiempo pareció ser un dato cierto su conexión con el período anterior al de la cerámica acanalada y bruñida (Spindler, 1976). Efectivamente con excepción de Leceia y Parede – donde se documenta un período de ocupación de finales del Neolítico –, los bordes dentados y tazas carenadas surgen en yacimientos calcolíticos en cantidades muy pequeñas o incluso están ausentes. Sin embargo, actualmente se tiende a considerar una 103
presencia cronológica más prolongada para estas piezas, que va desde el Neolític hacia el Bronce (Sousa, 1998, 106). A pesar de que muchas veces, se haya referido el hecho de que la ausencia de un artefacto cerámico, principalmente cuando estos presentaban un número reducido, en casos, que podían estar relacionada con el azar, tan frecuente en el proceso arqueológico. No sería una justificación para todos los casos, lo cual puede ser verificado con estos mapas. Digamos que basar el modelo cultural y cronológico apenas en las cerámicas almacenadas sería, para la región en estudio, un procedimiento arriesgado, esto porque se realizaron malas excavaciones en el pasado, que nos trasmiten actualmente, datos muy difusos sobre esos mismos materiales… De los sesenta yacimientos referidos no llegamos a tener conjuntos superiores a tres con estratigrafías idénticas y que justifiquen el modelo: bordes dentados/taza carenada; “copos” y cuencos acanalados; y hoja de acacia, es decir, Neolítico Final, Calcolítico Inicial y Calcolítico Pleno.
cuadro heterogéneo, en que raramente se da la secuencia “lógica”: bordes dentados/taza carenada; “copos” y cuencos acanalados; y hoja de acacia. Es decir Neolítico Final, Calcolítico Inicial y Calcolítico Pleno.
El desconocimiento del fenómeno poblacional condiciona y dificulta la interpretación de la relación yacimiento/cultura material. Tenemos una Arqueología demasiado enfocada en horizontes “perfectos”, inmutables, sin “casos raros”, situación que ha perjudicado la investigación. Después de revisar material y bibliografía, trazaríamos para la región un patrón de poblamiento heterogéneo, por ejemplo, se podría plantear la existencia de sociedades del tipo mesolítico en el III milenio a.n.e. Los casos de Alto do Dafundo y Galápos pueden representar poblaciones que tengan muy poco que ver con sus contemporáneos de Zambujal y Vila Nova S. Pedro, probablemente serían incluso incapaces de dominar el trabajo del cobre. La evolución no debe ser encarada como un proceso homogéneo, si así fuera, no existirían aún, hoy en día, los bosquimanos ni los Inuit. También, en el pasado, existían otros grupos menos evolucionados, sin embargo, y como ocurre en el presente, esos pueblos podían perfectamente tener conocimiento y utilizar materiales de sus vecinos más “avanzados”, o incluso, reproducir imitaciones de peor calidad, como los “copos” de Alto do Dafundo. La diferencia notoria entre yacimientos y las dificultades en encontrar los tres “horizontes modelo” en cada uno de ellos, puede ser explicada por la existencia de una evolución irregular y heterogénea, pero también por un establecimiento, para el caso de los poblados más pequeños, de bajos índices de sedentarismo. Conclusión: Con este capítulo se intentó de manera resumida exponer la distribución de las principales formas de cerámicas y decoraciones, asociadas a los primeros estratos del Calcolítico de los principales yacimientos con presencia de estratos pre-campaniformes. Encontrándonos con un
104
Capítulo sexto
Cronología absoluta
«Maravilhosos instrumentos à disposição dos arqueólogos e dos historiadores, as medidas físicoquímicas, permitindo datar os vestígios do passado, marcam singularmente os últimos trinta anos da pesquisa pré-histórica, particularmente no domínio do Neolítico europeu. Com efeito, é durante este período que a sucessão das “culturas” parece acelerar-se, mas dentro de intervalos de tempo ainda suficientemente ricos para que uma discrição histórica através do 14C mostre ser totalmente operante e tanto mais necessária, quando as estratigrafias verticais ou horizontais faltarem neste ou naquele ponto» (Cassen, 1992: 28). Tal como sucedía en España, antes de la introducción del radiocarbono en la Arqueología, los arqueólogos lusos, fechaban las capas y materiales hallados teniendo como referencia algún fósil director y los “estratos emblemáticos” de algunos yacimientos, sobresaliendo los casos de los “horizontes” de Los Millares y Vila Nova de São Pedro en el Calcolítico. Fue sobre todo a mediados de los años 70 que, con el fin de la dictadura (como ya fue referido en uno de los capítulos anteriores, acabó por ser nefasta para la proliferación de la arqueología), comenzó un gradual desarrollo de los trabajos arqueológicos en Portugal; los cuales moderadamente fueron adhiriendo a las nuevas técnicas de datación, no totalmente desconocidas en el país, debido a la labor de investigadores extranjeros, fundamentalmente alemanes, que las iban aplicando en algunos yacimientos. No obstante, las clásicas dataciones de artefactos siguen manteniendo una importancia equitativa en relación a las dataciones absolutas. En el Calcolítico del litoral centro de Portugal se torno típica la división, ya anteriormente mencionada, de los tres horizontes calcolíticos: “copos”; hoja de acacia y campaniforme. Sería pertinente indicar que las primeras compilaciones de las dataciones de distintos yacimientos fueron realizadas por Monge Soares, en conjunto con algunos
investigadores (Cardoso y Soares, 1990/92; Soares, Cabral y Peixoto, 1993; Soares y Cardoso, 1995 y 1996), igualmente debe de ser destacado el texto de Gonçalves y Sousa (2006). En los sitios arqueológicos de la Prehistoria Reciente en Portugal se usan fundamentalmente dos métodos de datación; el radiocarbono que es el más común y la termoluminiscencia. En cuanto a la región en estudio predominan mayoritariamente las dataciones en 14C como podemos ver en los cuadros 3 y 4. Siendo tan sólo dos los yacimientos en que se utilizó el otro método. Infelizmente en la publicación de las fechas no existió, por parte de los autores, un cuidado en describir, con mayor pormenor, el contexto arqueológico en que se encuadraba la muestra, es decir, que tipo de cerámicas u otros artefactos se encontraban en el lugar donde ésta se sacó para la datación, capa posterior y capa anterior al hallazgo, características del contexto… preocupación que se puede encontrar en el último trabajos de dataciones de Zambujal (Kunst y Lutz, 2008). Encontramos frecuentemente como referencia al contexto arqueológico, el fragmento utilizado para muestra (cerámica campaniforme, concha, hueso humano o animal, carbón, etc.), sin embargo, todos los otros aspectos que identificamos anteriormente como esenciales para la comprensión del hallazgo están ausentes. En lugares de larga ocupación si no existe una buena delimitación estratigráfica de los distintos períodos se torna muy difícil obtener buenos resultados cronológicos, ya que estos pueden fácilmente salir adulterados. Hemos compilado fechas de veinte y dos yacimientos (once poblados y once monumentos funerarios). Siguiendo fundamentalmente la información presente en Endovélico (Base de datos del Instituto Portugués de Arqueología), Soares y Peixoto, (1993), Cardoso y Soares, 1996, Gonçalves y Sousa, 2006 y Kunst y Luntz (2008).
105
Cuadro 3 (Parte I) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Ref. Laboratório Muestra Leceia ICEN-827 ICEN-1160 ICEN-312 ICEN-313 ICEN-316 ICEN-1161 ICEN-1159 ICEN-1158 ICEN-674 ICEN-1173 ICEN-91 ICEN-673 ICEN-675 ICEN-1175 ICEN-1176 ICEN-1177 ICEN-1174 LY-4205 ICEN-92 ICEN-89 ICEN-1220 ICEN-1217 ICEN-95 ICEN-102 ICEN-1213 ICEN-1218 ICEN-1211 ICEN-1215 ICEN-1216 ICEN-1214 ICEN-1219 ICEN-737 ICEN-314 ICEN-315 ICEN-1241 SAC-1317 Ref. Laboratório Alto do Dafundo ICEN-446
Método
14
carbón carbón carbón carbón carbón hueso hueso hueso carbón hueso hueso carbón carbón hueso hueso hueso hueso carbón carbón hueso hueso hueso concha concha hueso hueso hueso hueso hueso hueso hueso hueso carbón carbón hueso hueso
C C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C
Muestra
Método
Concha
14
14
C
Cal. BC34 2
Fase de Ocupación
7930±60 4630±45 4530±100 4520±70 4520±70 4440±50 4440±50 4320±60 4370±60 4170±50 4130±60 4130±100 4100±120 4090±80 4090±60 4050±50 3980±50 4030±120 4200±70 4200±70 4030±70 4020±80 3990±70 3970±70 3970±70 2910±60 3900±80 3900±70 3880±80 3840±110 3660±50 3990±70 3770±130 3730±170 3950±90 4220±50
7030-6560 3260-3110 3610-2920 3630-2890 3490-2930 3337-2917 3333-2915 3090-2710 3290-2880 2888-2581 2880-2490 2920-2460 2890-2410 2880-2460 2880-2460 2860-2461 2587-2335 2890-2460 2820-2580 2920-2580 2870-2250 2870-2310 2850-2290 2840-2210 2838-2210 2568-2206 2578-2140 2571-2150 2573-2135 2578-1966 2196-1902 2578-2147 2560-1780 2580-1680 2852-2149 2914-2634
Neolítico Neolítico F. Neolítico F. Neolítico F. Neolítico F. Neolítico F. Neolítico F. Neolítico F. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Campaniforme Campaniforme
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Fase de Ocupación
indeterminado
4300±60BP
2840-2700
Calcolítico I.
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
indeterminado Capa 4 Capa 4 Capa 4 Capa 4 Capa 4 Capa 4 Capa 4 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 3 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2 Capa 2
34
En este trabajo se utilizó el término inglés “cal. BC (before Christ)” ocupado generalmente en las fechas portuguesa, en vez del “cal. AC” en castellano que podría confundirse con el AC inglés (after Christ). 106
Cuadro 3 (Parte II) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Ref. Laboratório Pragança ICEN-573 ICEN-572 Ref. Laboratório PenhaVerde W-656 Ref. Laboratório Zambujal GrN-6671 GrN-7002 GrN-7003 GrN-7004 GrN-7005 GrN-6670 GrN-6669 GrN-7007C GrN-6668 GrN-7009 KIA-27565 KIA-27559 KIA-27558 KIA-27561 KIA-27562 KIA-27563 KIA-27564 KIA-27569 KIA-27568 KIA-27557 KIA-27555 KIA-27556 KIA-27566 KIA-27641 Ref. Laboratóro Olelas ICEN-878 ICEN-879 ICEN-880 ICEN-939 ICEN-347 ICEN-346
Muestra
hueso hueso Muestra
Carbón Muestra
carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón hueso hueso hueso hueso hueso hueso hueso cereal cereal hueso hueso hueso carbón carbón Muestra
hueso hueso concha. hueso hueso hueso
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Muralla Muralla
4120±50 4050±60
2878-2496 2870-2460
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Casa 2
3420±200
2280-1260
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
C C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C
2a 3a 3b 3b 3c 3c/4a 4b 4b 4c 2a vor 1a vor 1a 1a 3a 3a 3b 3(a)b 2a 3b 3a 3b 3b indeterminado indeterminado
4170±55 4050±40 4055±40 3995±35 4055±40 4150±105 4025±95 3950±65 3625±65 4200±40 4445 ± 31 4238 ± 29 4129 ± 31 4155 ± 32 4049 ± 25 4065 ± 37 3992 ± 32 3999 ± 29 4001 ± 28 3996 ± 23 3941 ± 32 3965 ± 32 3467 ± 36 2381 ± 40
2890-2580 2854-2465 2856-2466 2581-2410 2855-2466 2920-2460 2880-2280 2590-2210 2180-1770 2893-2620 3133-3009 2910-2861 2781-2617 2822-2630 2634-2486 2697-2486 2572-2512 2575-2469 2575-2470 2572-2512 2497-2338 2574-2432 1886-1691 551 - 386
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado indeterminado indeterminado indeterminado indeterminado indeterminado
4730±60 4400±45 4310±110 4630±60 4060±70 4350±150
3650-3360 3294-2910 3330-2610 3260-2880 2870-2420 3490-2510
Método
14
C C
14
Método
14
C
Método
14 14
14
C C 14 C 14 C 14 C 14 C 14
107
Fase de Ocupación Calcolítico P. Calcolítico P. Fase de Ocupación Calcolítico F. Fase de Ocupación Fase 1 y 2 Fase 1 y 2 Fase 1 y 2 Fase 3 Fase 1 y 2 Fase 3 Fase 3 Fase 4 Fase 5 Fase 1 y 2 Pre-fase Pre-fase Fase 1 y 2 Fase 1 y 2 Fase 3 Fase 3 Fase 3 Fase 3 Fase 3 Fase 3 Fase 4 Fase 3 Fase5 Fase de Ocupación Neolítico Calcolítico I. Calcolítico I Calcolítico I. Calcolítico P. Calcolítico P.
Cuadro 3 (Parte III) – Cronología absoluta de los asentamientos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Ref. Laboratório Comporta CSIC-648 CSIC-652 CSIC-649 CSIC-653 Ref. Laboratório Báutas OxTL169d(II) OxTL-169d(I) Ref. Laboratório Penedo do Lexim OxTL169e(II) OxTL-169e(I) Beta-186854 Beta-175775 Beta-175774 Sac-2069 Beta-142451 Sac-2067 Beta186855 Sac-2156 Sac-2168 Ref. Laboratório Rotura OxA-5538 OxA5537 OxA5540 OxA5539 Ref. Laboratório Parede Beta-188388 Beta-190859
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
C C 14 C 14 C
indeterminado indeterminado indeterminado indeterminado
4930±50 4720±50 4580±50 4270±50
3773-3655 3537-3362 3409-3099 3011-2699
Muestra
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
cerámica cerámica
termo. termo.
3100±305 2650±260
-
Muestra
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Fase de Ocupación
cerámica cerámica hueso hueso hueso hueso hueso hueso homo sap. hueso hueso
termo. termo. 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C 14 C
estrato C estrato B L1, UE 19 L3b,UE10 L3b,UE16 L3b,UE7b L1, UE 19 L1, UE 19 L3, UE 19 L1, UE 9 L5, UE 8
3035±290 2650± 260 4080±50 4080±40 4100±40 3930±30 3820±40 3820±50 3760±40 3640±40 3750±50
2866-2498 2862-2489 2870-2498 2557-2300 2457-2141 2450-2140 2292-2036 2135-1907 2343-2026
Neolítico? Calcolítico P.? Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I. Calcolítico I.? Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P. Calcolítico P.
Muestra
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e
Cal. BC 2
C C 14 C 14 C
IIIa-2 IIIa-1 IIbR-718 IIbR-714
4110±50 4075±55 3810±50 3820±50
2874-2499 2866-2475 2460-2064 2459-2140
Calcolítico P. Calcolítico P.
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Fase de Ocupación
P-669.57 P-496.57
4100±40 4150±40
2870-2498 2879-2589
Calcolítico I? Calcolítico I.?
Muestra
concha concha concha concha
cuerno cuerno hueso hueso Muestra
hueso hueso
Método
14 14
14 14
14
C C
14
108
Fase de Ocupación Neolítico Neolítico Neolítico F. Fase de Ocupación Neolítico Calcolítico F.
Fase de Ocupación
Cuadro 4 (Parte I) – Cronología absoluta de los monumentos funerarios del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Ref. Laboratório Praia das Maças H-2049/148 OxA-5508 OxA-5510 H-2048/1458 Ref. Laboratório Casal do Pardo GrN-10744 OxA-5508 Ref. Laboratório Tholos do Monte do Castelo ICEN-738 Ref. Laboratório Cova das Lapas ICEN-463 Ref. Laboratório Gruta da Feteira TO-352 Ref. Laboratório Bocas ETH-4458 Ref. Laboratório Lapa do Fumo KN-361
Muestra
carbón hueso hueso carbón Muestra
homo sap. hueso Muestra
hueso Muestra
hueso Muestra
homo sap. Muestra
carbón Muestra
hueso
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
C C 14 C 14 C
indeterminado indeterminado indeterminado indeterminado
4260±60 4410±75 4395±60 3650±60
3020-2630 3340-2880 3310-2890 2190-1790
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
vaso camp. Cueva3
4040±70 4050±60
2705-2399 2703-2455
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
corredor monu.
4630±54
3509-3147
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado
4550±60
3500-3040
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado
4110±60
2880-2470
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e
Cal. BC 2
indeterminado
4450±85
3360-2890
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado
5040±160
4230-3390
Método
14 14
14
C C
14
Método
14
C
Método
14
C
Método
14
C
Método
14
C
Método
14
C
109
Fase de Ocupación
Neolítico Neolítico Neo/Calco Calcolítico F. Fase de Ocupación
Calcolítico F. Calcolítico P. Fase de Ocupación
Neolítico Fase de Ocupación
Neolítico Fase de Ocupación
Neolítico F. Fase de Ocupación Calcolítico Fase de Ocupación Neolítico
Cuadro 4 (Parte II) – Cronología absoluta de los monumentos funerarios del Calcolítico de la Extremadura portuguesa Ref. Laboratório Lapa doBugio GrN-5628 Ref. Laboratório Tituraria OX A Ref. Laboratório Monte Canela ICEN-1159 Ref. Laboratório Verdelha dos Ruivos GrN-10971 GrN-10972 GrN-10973 GrN-1242 Ref. Laboratório Porto Torrão ICEN-60/61
Muestra
carbón Muestra
hueso Muestra
Carbón Muestra
hueso hueso hueso hueso Muestra
hueso
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
inderterminado
4850±45
3707-3530
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado
5446±3995
2580-2460
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
indeterminado
4460±110
3379-2881
Calcolítico
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Fase de Ocupación
C C 14 C 14 C
Sepultuta 2 Sepultura 3 Sepultura 4 Indeterminado
3960±40 4100±60 4000±35 3940±45
2571-2515 2709-2488 2588-2454 2501-2287
Calcolítico
Método
Contexto Arqueo.
Fecha Convencional a.n.e.
Cal. BC 2
Fase de Ocupación
Estrato 1 (camp.)
4220±45
2823-2658
Método
14
C
Método
14
C
Método
14
C
Método
14 14
14
C
110
Fase de Ocupación Neolítico Fase de Ocupación Calcolítico Fase de Ocupación
Leceia y Zambujal, debido a sus buenas condiciones estratigráficas y también a sus dimensiones, representan los yacimientos con mayor número de fechas. El primero presenta una secuencia que abarca la periodización clásica del Calcolítico estremenho, demostrando una ocupación con la presencia de materiales desde el Neolítico Final hasta el campaniforme. En cuanto a Zambujal, no existe una secuencia estandardizada, en parte porque sus investigadores han optado por desligarse de la clásica división tripartita del Calcolítico (Kunst, 1987), es importante recalcar que la división quedó hecha por las fases constructivas del asentamiento. Admitiéndose que el Calcolítico de la Extremadura portuguesa surgiría entre 3000 y 2800 cal. BC (Soares, Cabral y Peixoto, 1993: 223 y Soares y Cardoso, 1995: 275) y que tendría su terminus entre 2000 y 1700 cal. BC (Cardoso y Soares, 1990/1992: 225), verificamos que – después de observar las fechas de los cuadros 3 y 4 – el mayor problema sería relacionar las fechas disponibles con los contextos y materiales hallados, teniendo en cuenta que: “copos”, cerámica decorada en hoja de acacia y campaniformes marítimos, aparecen en muchos sitios con intervalos cronológicos muy próximos. En concreto más del 50% de las fechas, para los poblados, se encuentran entre el intervalo de 2900-2500 cal. BC, cronología que generalmente se aplicaría al Calcolítico Inicial y a comienzos del Calcolítico Pleno. Sin embargo, hay que tener en cuenta que pese a estas fechas, el contexto muchas veces presenta cerámicas campaniformes, siendo que se puede asentir su surgimiento, en la región, próximo a los 2700 cal. BC (Cardoso, 1997/98: 100); por otro lado en Penedo de Lexim se verifican dataciones tardías, entre 2300 y 1900 cal. BC, sin campaniforme, pero con “hoja de acacia” (Gonçalves y Sousa, 2006: 242). En este sentido se torna difícil integrar el modelo clásico tripartido en tres fósiles directores (“copos canelados”, decoración en hoja de acacia y campaniforme), verificándose prácticamente una coexistencia, en términos cronológicos, de la “hoja de acacia” con el campaniforme: «Se o início dos povoados fortificados parece bem sustentado, começando na Estremadura muito provavelmente no segundo ou terceiro século do terceiro milénio, a questão do Calcolítico pleno, e paralelamente a do campaniforme, necessita ainda de ser redesenhada, eventualmente como a identificação de uma sequência Calcolítico pleno – campaniforme melhor definida. Possivelmente, no conjunto de datas referentes à Camada 2 de Leceia estão mais de quatro centenas de anos, podendo admitir-se um subfaseamento desta fase. A referência a campaniformes na parte superior da camada 2 de Leceia poderá indicar uma situação de este tipo» (Gonçalves y Sousa, 2006: 255). Por otra parte, en lo que respecta a los monumentos funerarios (cuadro 4), encontramos una evidente discontinuidad cronológica, fruto de las reocupaciones frecuentes en estos lugares, fundamentalmente cuando se tratan de cuevas y dólmenes con antecedentes de
ocupación. Podemos así encontrar una concentración de las fechas por el orden del 50% en intervalo de 32002700 cal. BC, coincidiendo con el final del Neolítico e inicios del Calcolítico – sin embargo, como vimos con anterioridad dentro de última fecha puede estar integrados varios “horizontes culturales” –, de todos modos estamos hablando de contextos turbios y con un índice de comprensión más difícil en relación a lo que se observa en los estratos de la mayoría de los poblados o hábitats. Leceia, Penedo do Lexim y Zambujal son los yacimientos mejor documentados estratigráficamente y cronológicamente. En Leceia el yacimiento está dividido en tres etapas de ocupación: capa 4, capa 3 y capa 2 (Cardoso, 2006). La primera se distingue por la presencia de cerámica con bordes dentados y tazas carenadas, determinada por su excavador como una fase del Neolítico Final. La segunda se caracteriza por la cerámica acanalada bruñida y se considera del Calcolítio Inicial. La última se caracteriza por la presencia de cerámica con decoración en hoja de acacia y se encuadra en el Calcolítico Pleno. Un poco a parte de estas tres capas, que están presentes en todo el poblado, surgen dos cabañas, ubicadas en el interior del mismo, con fragmentos de cerámica campaniforme, marítima e incisa (Cardoso, 1997/98) que, según el modelo clásico, se integran en el Calcolítico Final. Sin embargo, en las fechas obtenidas, podemos ver que existe dificultad para hacer una distinción cronológica entre los estratos del Calcolítico Pleno y de las cabañas campaniformes (supuestamente del Calcolítico Final), presentado, el primero, en la mayoría de los casos, fechas más antiguas que el último. Se observa igualmente que la diferencia entre el Calcolítico Inicial y Pleno es muy corta, aproximadamente de dos a tres generaciones. Las nuevas excavaciones en Penedo do Lexim, realizadas a partir de 1998 por Ana Catarina Sousa, se han centrado en tres lugares, identificados por la autora como Locus 1 (en la cima del yacimiento), Locus 2 (en la vertiente sur), Locus 3 (vertiente este) y Locus 3b (un abrigo de roca ubicado en la misma vertiente). El Locus 1 y el 3b parecen ser los que presentan una mayor potencia estratigráfica (el primero presenta 50 cm y el segundo 80 cm), en el Locus 1 se identifican tres fases de ocupación, una primera del Neolítico Final/Calcolítico Inicial, documentada por la presencia de cerámica con bordes dentados, tazas carenadas y cerámica con decoración acanalada bruñida, seguida de una fase del Calcolítico Pleno caracterizada por cerámicas con decoración en hoja de acacia y por último, una fase del Bronce Final con vasos de cuello alto (Sousa, 1999). El segundo Locus, presenta solamente dos fase de ocupación; una del Calcolítico Inicial, caracterizada por cerámica acanalada bruñida, y otra del Calcolítico Pleno, caracterizada por cerámica decorada con motivos en hoja de acacia. (id, ibid.). Las fechas indican, para este yacimiento, una mayor distinción entre los dos períodos de ocupación calcolítica. El Calcolítico Inicial ocurriría aproximadamente entre 2800 y 2500 cal. BC, y el 111
Calcolítico Pleno desde esa última fecha hasta finales del milenio. Es interesante destacar las dos últimas dataciones de Penedo do Lexim que presentan una cronología cercana a 1900 cal. BC, fechas que generalmente están relacionadas con la presencia de cerámicas campaniformes que, como sabemos están ausentes de este yacimiento En Zambujal, como ya referimos, no fue seguido el modelo que divide los períodos de ocupación según los materiales cerámicos, pero si uno, a partir de las fases de construcción del yacimiento: cinco fases (numeradas de 1 a 5) a las cuales fue añadida otra, representando los artefactos encontrados antes de la construcción, fase vor 1, anterior a la fase 1 (Schubart y Sangmeister, 1981). Sólo después se adecuo las cerámicas halladas con esas fases (Kunst, 1987), verificándose la siguiente distribución de las cerámicas decoradas en la respectivas fases: fase 1, exclusivamente “copos canelados”; fase 2, “copos” frecuentes y poca “hoja de acacia”; fase 3, “copos” y “hoja de acacia” frecuentes y pocos campaniformes; fase 4, “hoja de acacia” y campaniformes frecuentes y pocos “copos” y fase 5, campaniformes frecuentes, poca “hoja de acacia” y muy pocos “copos” (Kunst, 1996: 280). Para el caso de este poblado, podemos encontrar una buena delimitación cronológica de las fases, por ejemplo: fase anterior a 1, antes de 2800 cal. BC; fases 1 y 2, entre 2800 a ± 2600 cal. BC; fase 3, ± 2600 a 2500 cal. BC; fase 4, entre 2500 a 2000 cal. BC y fase 5, ± 1700 cal. BC. Teniendo en cuenta las fases y su relación con la cerámica verificamos una paulatina substitución de la cerámica acanalada y bruñida por la campaniforme, siendo que la cerámica decorada en “hoja de acacia” parece coexistir con ambas. En los capítulos tercero y quinto hemos expuesto de algún modo la fragilidad de la división del Calcolítico de la Extremadura portuguesa, basada en diferencias decorativas presentes en las cerámicas y en una evolución de los motivos – acanalados, en hoja de acacia y marítimos – que raramente puede ser justificada en los yacimientos. Las fechas absolutas confirman la inestabilidad de la partición utilizada, situación que está sin duda relacionada con el hecho de que a veces estratos con materiales que teóricamente fechan un determinado período, salen con cronologías distintas en los distintos yacimientos. Aspecto que además quedó patente en la primera agrupación de fechas realizadas por Soares y Peixoto (1993). En su trabajo los investigadores dejaron en evidencia que las dataciones radiocarbónicas cuestionaban la validez de los fósiles directores y la efectividad de la división por ellos caracterizada:
Aspecto que además fue corroborado por Michael Kunst que, en su trabajo en Zambujal, no encontró una gran divergencia estratigráfica entre los “copos canelados” y los vasos globulares en hoja de acacia, incluso plantea que las pastas de ambos no serían tan distintas; al fin y al cabo son piezas incomparables con funciones diferentes (Kunst, 1996). En el capítulo tercero pudimos ver que en Leceia el fenómeno es similar, es decir, los “copos” están presentes con mayor fuerza en la primera capa calcolítica; no obstante, aunque demuestran una leve caída, se mantienen, con porcentaje significativa, en los estratos del supuesto Calcolítico Pleno. Si bien que con el “bónus” de que en este yacimiento surgen formas de “copos”, unas distintas, pero otras muy semejantes a la variante acanalada con decoración en hoja de acacia. Además, sobre esta situación hay que plantear la cuestión pendiente: ¿En dónde están los muertos contemporáneos a la cerámica de hoja de acacia? Visto que no hay representación de esta cultura, “horizonte” en enterramientos (Gonçalves, 1992-94). Aspecto interesante pero que ya pasa el ámbito de nuestro estudio. El mismo autor vuelve a este tema, en conjunto con Ana Catarina Sousa en un artículo de 2006, corroborando la dificultad de distinción en términos de contexto arqueológico de la existencia de un Calcolítico Inicial y Pleno así como de la existencia de un marcado corte – que implicaría vestigios de abandono y de posterior reocupación – entre eses períodos y el campaniforme (id., 262). Las piezas que estamos estudiando se podrían integrarse cronológicamente entre el último siglo del IV milenio a.n.e y los primeros cuatro a cinco siglos del III milenio a.n.e. La cerámica acanalada y bruñida es así un buen indicador de los albores del Calcolítico en la región y a pesar de todo, parece ser la que mejor se encuentra delimitada en términos de dataciones radiocarbónicas. Conclusión: Se pretende con este capítulo ubicar cronológicamente los yacimientos, estratigrafías y materiales que han sido referidos a lo largo del estudio. Identificando las dataciones existentes y las interpretaciones vigentes. En las cuales la cerámica acanalada bruñida se encontraría fechada entre 3000 y 2500 cal. BC. Además se ha visto que la relación entre “horizontes” y fechas absolutas no es del todo consensual.
«Aliás, os dados disponíveis, tal como foi referido põem em dúvida a validade dos “fósseis directores” que têm sido utilizados para caracterizar o Calcolítico Inicial y Pleno e colocam mesmo a questão se terá razão de ser essa divisão. Os contextos datados do campaniforme são de alguma maneira escassos o que torna impossível atribuir limites precisos» (Soares y Peixoto, 1993: 6). 112
2ª PARTE: ANÁLISIS MORFOLÓGICO DE LAS CERÁMICAS
113
Capítulo séptimo
Análisis morfológico de las cerámicas Los modelos utilizados en la clasificación de cerámica siguen, en la bibliografía portuguesa, parámetros muy homogéneos. Generalmente se utilizan como base las metodologías aplicadas en los trabajos de Soares y Silva, (1976-77: 181-84); Gonçalves, V., (1989: 147-151) y Senna-Martinez (1983-84 y 1989: 222-228), en ellos encontramos una preocupación por la determinación de la forma, normalmente tras la división entre las abiertas y cerradas, esto dependiendo de la orientación del borde. Aún en este punto existe una importancia atribuida al tipo morfológico del borde: afilado, engrosado, almendrado, bien como del fondo: plano, cóncavo, convexo, etc. Estos aspectos se integran en conjunto con un análisis métrico: diámetros, espesores y alturas e índices: profundidad, abertura del borde, altura de la carena, entre otros, en varias tipologías que especifican las diferencias de cada tipo de forma. La decoración y la pasta, también son aspectos relevantes y referidos en estos estudios; interesándonos, para el primer caso, definir el método decorativo: incisión, acanaladura, plástica, puntillado u otros, el tratamiento de las superficies: engobes, bruñidos, alisados y etc. Por otra parte, en la pasta, se refiere su consistencia, resistencia, los desgrasantes y el color.
«Um achado isolado numa posição estratigráfica, por muito boa que ela seja, não mostra nada, por si só, porque só o estudo de muitos achados possibilita encontrarem-se as possíveis fontes de erros.» (Kunst, 1994: 21) 1. METODOLOGÍA APLICADA Este trabajo se basa en el análisis de una muestra de 1262 ejemplares (fragmentos y piezas completas) de “copos canelados” (843), cuencos hemisféricos (324) y platos (95) de los yacimientos de: Vila Nova de São Pedro, Zambujal, Leceia, Penedo, Fórnea, Pico Agudo (poblados fortificados), Pai Mogo (tholos), Alto do Dafundo, Monte do Castelo, Serra de Éguas, Outeiro da Assenta y Outeiro de São Mamede (poblados), Vale da Lapa y Cova da Moura (cuevas), Carenque y Casal do Pardo (hipogeos) 35 ; representando distintos tipos de yacimientos con estos artefactos. Por cuestiones de burocracia de algunos museos e instituciones, no nos fue posible analizar un mayor número de yacimientos. Sin embargo, creemos que esta muestra es significativa, conteniendo los tres principales focos de la presencia de los artefactos en estudio como lo son Zambujal, Leceia y Vila Nova de São Pedro. Al contrario de lo sucedido con el análisis espacial, en que existen muy pocos estudios, en lo que concierne al análisis de la cultura material, existe una extensa gama de trabajos y mucho de ellos de muy buena calidad. Este fenómeno se explica obviamente por la orientación que la Arqueología prehistórica lusa ha tomado, en donde la cultura material, en concreto la cerámica, ha tenido siempre un papel primordial.
A pesar de existir un hilo conductor común, cada autor presenta pequeños particularismos que los caracterizan. Por ejemplo en Senna-Martinez encontramos una escrupulosa labor métrica y de índices, en el caso de Joaquina Soares y Carlos T. da Silva, un enfoque en las pastas, encuadrando inclusivamente sus colores en el ordenado Munsell Soil Chart y en Victor Gonçalves su precisa determinación de tipos y subtipos. Los estudios de la primera década del siglo XXI vienen a confirmar los modelos referidos, (Sousa, 2000; Calado, 2001; Boaventura, 2002; Ferreira 2003 y Branco, 2007). No obstante, algunos de estos trabajos, específicamente los de Manuel Calado y Rui Boaventura han optado – aunque con el esqueleto de los modelos antiguos – simplificar algunos conceptos. Teniendo en cuenta las características del registro arqueológico de los yacimientos que estudiaban (en la mayor parte de los casos guardado en museos, fruto de prospecciones y de excavaciones antiguas donde la recogida de fragmentos se circunscribía prácticamente a bordes), llaman la atención para las dificultades que existen al reproducir modelos integrales de las piezas basados en fragmentos
35
Materiales de Vila Nova de S. Pedro en la Asociación de los Arqueólogos Portugueses, Museo de Carmo (Lisboa); Zambujal, Pai Mogo, Pico Agudo, Penedo, Fórnea y Cova da Moura, Museo Leonel Trindade (Torres Vedras); Alto do Dafundo, Monte do Castelo y Leceia, Centro de Estudos Arqueológicos de Oeiras; Serra de Éguas, Outeiro da Assenta, Outeiro de São Mamede, Vale da Lapa, Carenque y Casal do Pardo, Museo Nacional de Arqueologia y Etnología de Lisboa. 115
mínimos, corriéndose el riesgo de entrar en reconstrucciones especulativas y de poca fiabilidad (Boaventura, 2002: 24). En este sentido los autores han aplicado un catálogo basado en la forma general, morfología del borde y morfología del labio, verificándose igualmente un trabajo completo y con un menor grado de especulación involuntaria. En concreto, de la revisión de bibliografía sobre cerámica prehistórica, se extraña la ausencia, con respecto a la clasificación de cerámicas, de las referencias a los trabajos de Spindler (1981) y de Kunst (1987), considerando los aportes que habían hecho para la época, sobre todo, en el caso del estudio de Kunst, presentando un análisis integrado entre las cerámicas y su distribución por el yacimiento, así como nuevas propuestas al estudio de la decoración. Como es habitual en los casos de estudio de cerámica prehistórica, la existencia de piezas completas es muy escasa, apenas excepcionalmente podemos contar con todas las medidas y evaluar todo el patrón decorativo. En consecuencia, hemos dejado por estudiar algunos fragmentos debido a sus reducidas dimensiones y a la dificultad en extraer sus datos y definir su forma; la cantidad en este caso no sería sinónimo de calidad. Nos hemos preocupado por buscar fragmentos seguros, los cuales nos daban la confianza de que estábamos trabajando con las tres formas que entendemos pertenecen al grupo de la “cerámica de importación”. El trato con los materiales ha evidenciado algunas especificidades. En relación a las medidas se denota fundamentalmente una gran ausencia de la dimensión de la altura y en menor grado, pero igualmente en un porcentaje elevado, de la medida del los diámetros. En ésta última situación se debe considerar que algunos fragmentos incompletos con partes de fondo o borde permiten hacer un cálculo de las dimensiones originales. No obstante, como se sabe el tradicional “método de los círculos concéntricos” o el de cálculo del diámetro ni siempre se revela efectivo – ya que en prehistoria muy raramente las cerámicas presentan diámetros perfectos – hecho que nos lleva únicamente a hacer el cálculo del diámetro en fragmentos de fondo o borde con curva acentuada y de dimensiones razonables. Otro aspecto a tener en cuenta en el estudio de estos fragmentos está relacionado con los particularismos decorativos de estos vasos (el tema no siempre surge en toda la pieza, existiendo con relativa frecuencia una decoración por espacios, estando la mayor concentración de temas junto al borde o al fondo, siendo también posible una decoración centrada en el cuerpo sin extenderse hacia los extremos) factor que dificulta la identificación de los patrones decorativos en los fragmentos dispersos, principalmente los de pequeñas dimensiones. En el caso de los cuencos hemisféricos y platos hemos tenido dificultad en evaluar los fondos ya que prácticamente no existen fragmentos que representen esta parte. La evidente fragmentación de las piezas, así como la conocida inestabilidad de las formas hechas a mano, nos
ha llevado a que no se hiciera el exhaustivo cálculo de los índices de altura de carena, de apertura y profundidad de las cerámicas, propuesto por el ya referido trabajo de Joaquina Soares y Carlos Tavares da Silva (1976/77: 181), que ha influenciado fuertemente los posteriores estudios de materiales en Portugal. Hay que resaltar que en nuestra investigación disponemos solamente de un 3% de piezas completas, ya que, la mayoría de los materiales provienen de yacimientos no funerarios los que muy raramente encontramos vasos completos y, en esta situación, la reconstrucción de cerámicas prehistóricas es arriesgada (Williams 1992: 29). Es cierto que podíamos simplificar algunos índices y medidas como hicieron recientemente algunos autores anteriormente citados (Calado, 2001; Boaventura, 2002). No obstante, el ámbito de nuestro trabajo es fundamentalmente contextual; siendo que hemos dedicado más tiempo en definir los aspectos productivos de éstas cerámicas y su ubicación en el contexto de los horizontes de ocupación del Calcolítico de la región, que en su descripción métrica. Además, se debe tener en cuenta que las piezas en cuestión presentan ya sus morfologías bien definidas y una completa identificación de los tipos y variantes36: para los “copos”, Ferreira (2003: 190-198); para los cuencos hemisféricos Soares y Silva (1976/77: 182) y para los platos el trabajo de Calado (2001: 47). Considerando todos estos aspectos, hemos organizado un análisis más sencillo y esencialmente de cuantificación de datos, con un mayor enfoque precisamente en el aspecto decorativo, sin embargo, hemos mantenido una estrecha conexión con los trabajos referidos, y en lo general, hemos seguido las bases organizativas de la literatura lusitana. Del punto de vista organizacional se creó una base de datos dividida en cuatro parámetros: forma, medidas, pastas y aspectos decorativos, aplicables a las tres variantes clave de la cerámica acanalada bruñida; con todo, para cada una de ellas existen ciertos particularismos, identificados debidamente dentro de los cuatro parámetros principales, como es posible ver en los respectivos cuadros 5, 6 y 7. Algunos aspectos no estarán aquí presentes como: la consistencia y textura de las pastas, la descripción mineralógica de los desgrasantes y la composición de las arcillas, ya que serán evaluadas en el siguiente capítulo dedicado al estudio arqueométrico de los fragmentos. A continuación describiremos el análisis morfológico hecho sobre estas tres formas. Empezaremos con los “copos” y después con los cuencos hemisféricos y los platos.
36
Las respectivas formas también están bien documentadas en el contexto español de las regiones occidentales, como se puede ver en los trabajos de: J. Clemente Martín de la Cruz et al. (1989); Enríquez Navascués (1990) ; Víctor Hurtado (2000) entre otros. 116
Cuadro 5 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los “copos canelados” Tipo de fragmento:
Presencia de desgrasantes:
Pared (p) Borde (b) Fondo (f)
1- Escasa 2- Media 3- Elevada
------------------------------------------------------Forma Características formales:
-----------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies:
1- Cuerpo recto 2- Borde introvertido 3- Borde extrovertido 4- Fondo con fragmento de pared extrovertido 5- Fondo con fragmento de pared introvertido
1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento
Borde (labio): 1- Semi circular 2- Subtriangular 3- Otro
Fondo: 1- Plano 2- Cónvexo 3- Otro
------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor: Diámetro: Altura: ( excepcionalmente tenemos esta medida) ------------------------------------------------------Pastas Estado de conservación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado
Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta)
Color: Castaño(c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Engobe: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Decoración: 1- Acanalada 2- Incisa 3- Otra 4- Sin decoración
Tema Decorativo: 1- Zig-zag 2- Cruciforme 3- En espina 4- Semi-espiral 5- Compartimentada con varios motivos 6- Semi-circular 7- Líneas horizontales por todo el cuerpo 7a- Líneas horizontales por todo el cuerpo (caso de fragmentos) 8- Líneas horizontales compartimentadas 9- Otro
Área decorada: 1- Junto al borde 2- Junto al fondo 3- Superficie mesial 4- Totalidad 5- No identificado (caso de fragmentos)
Particularismos decorativos: a) Ubicación de las líneas horizontales en la pieza: 1- Junto al borde 2- Junto al fondo 3- Superficie mesial 4- No identificable (caso de fragmentos)
b) Número de líneas horizontales: 1- Menos de 4 2- 4 3- Más de 4
------------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros
Observaciones 117
Cuadro 6 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los cuencos hemisféricos Tipo de fragmento:
Presencia de desgrasantes:
Pared (p) Borde (b) Fondo (f)
1- Escasa 2- Media 3- Elevada
------------------------------------------------------------Forma Características formales:
------------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies:
1- Borde recto 2- Borde extrovertido 3- Borde introvertido
1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento
Borde (lábio):
Decoración:
1- Semicircular 2- Subtriangular 3-Otro
1- Acanalada 2- Incisa 3-Líneas bruñidas 4- Otra
--------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor: Diámetro: Altura: ( excepcionalmente tenemos esta medida) ------------------------------------------------------------Pastas Estado de conservación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado
Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta)
Color: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Engobe: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Tema Decorativo: 1- Líneas horizontales 2- Metopa 3- Líneas oblicuas 4- Ajedrez 5- Zig-zag 6- Bandas triangulares 7- Otro 8- No identificado
Área decorada: 1- Junto al borde 2- Bajo el borde 3- Superficie mesial/pared 4- Totalidad 5- No identificado (caso de fragmentos)
Número de líneas horizontales: 1- Menos de 4 2- 4 3- Más de 4
------------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros
Observaciones:
118
Cuadro 7 – Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los platos de borde engrosado Tipo de fragmento:
Presencia de desgrasantes:
Pared (p) Borde (b) Fondo (f)
1- Escasa 2- Media 3- Elevada
----------------------------------------------------------Forma Características del borde:
------------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies:
1- Almendrado 2- Engrosado 3-Reentrante 4-Otro
1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento
----------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor del borde:
Decoración:
Espesor:
1- Acanalada 2- Incisa 3- Líneas bruñidas 4- Otra
Diámetro:
Tema Decorativo:
Altura: ( excepcionalmente tenemos esta medida) ----------------------------------------------------------Pastas Estado de conservación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado
Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta)
Color: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
1- Zig-zag 2- Líneas oblicuas 3- Ajedrez 4- Metopa 5- Semi circular 6- Otro 7- No identificado
Área decorada: 1- Interior 2- Borde 3- Otra
-----------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros
Observaciones:
Engobe: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
119
los valores entre los 50 mm y los 200 mm, con un particular enfoque en el intervalo de 100 mm a 150 mm.
2. COPOS CANELADOS Hemos estudiado 843 “copos”, que se distribuyen de forma diferenciada por los yacimientos elegidos (trece en total: C. Pardo, Carenque, A. Dafundo, Leceia, M. Castelo, O. Assenta, O. S. Mamede, Pai Mogo, Pico Agudo, S. Éguas, V. Lapa, Vila Nova S. Pedro y Zambujal). Denotándose una clara separación – en cuanto a cantidad de piezas – entre los tres grandes poblados fortificados de la Extremadura portuguesa (Zambujal, Leceia y Vila Nova S. Pedro) y los diez restantes yacimientos que, en total, representan apenas 10 % de los fragmentos estudiados, como se puede ver en la figura 23. De referir como excepción, el caso de Alto do Dafundo que presenta un número razonable de fragmentos (igualable apenas por Penedo do Lexim [Sousa, 2001], cuyos materiales no nos fue permitido estudiar) siendo el yacimiento que podría competir, aunque con valores más reducidos, con Leceia, Vila Nova de São Pedro y Zambujal en cuanto a la presencia de “copos canelados”.
2.1.3. Altura Apenas encontramos 14 piezas con la altura original, a las cuales podemos sumar 3 donde el valor se aproxima al original. Estas 17 piezas son las únicas que nos dan el valor referente a la altura de los artefactos con seguridad – anteriormente ya habíamos mencionado que es muy arriesgado plantear medidas en piezas muy fragmentas, sobre todo si se trata de vasos hechos a mano –, altura esa que se encuentra, teniendo en cuenta nuestra pequeña muestra, mayoritariamente entre los 100 mm y 110 mm. 2.2. FORMA Los “copos canelados” de la Extremadura portuguesa presentan una forma cilíndrica con un ligero estrechamiento en el área media del cuerpo. Las principales diferencias que podemos encontrar entre los “copos” están relacionadas con el índice y la posición de la inclinación de la pared junto al borde y al fondo. Pese a que Sónia Duarte Ferreira presentó en el 2003 una propuesta de identificación de cuatro tipos y dos subtipos de formas para los “copos” de Vila Nova de São Pedro, se ha optado, sin menospreciar su trabajo, por no seguir su tipología37. Encontramos que la división de Ferreira es demasiado detallista, ya que las variaciones formales en estos cuencos no demuestran ser muy distantes unas de las otras, al menos que se argumente una diferencia de formas en lo que dice respecto a la estructura del cuerpo. Las principales “diferencias” morfológicas en los “copos” surgen en los tipos de bordes y fondos, aún como en la relación de estos mismos con el arranque de la pared.
De las piezas estudiadas solamente pudimos contar con 14 “copos” completos. Tuvimos que trabajar fundamentalmente con fragmentos de pared, que a menudo presentaban partes de bordes y de fondos. La presencia de fragmentos sólo con bordes o fondos son más escasos. De esta forma se explicaría la dificultad en definir la altura y en menor escala en calcular los diámetros máximos. 2.1. MEDIDAS (en milímetros) Como ya se ha referido, con relativa frecuencia, la fragmentación de las piezas no nos permite obtener todas las dimensiones que son, en el caso concreto de los “copos canelados”, el espesor máximo y mínimo, la altura y el diámetro máximo y mínimo; que solamente se ha podido calcular en 17 casos. Sin embargo, los restantes fragmentos, nos han permitido calcular la totalidad del espesor máximo y un 60% de los diámetros máximos y mínimos, esenciales para una estimativa más global de los valores medios, caracterizadores de un “copo canelado” tipo.
Como efectivamente estamos trabajando con piezas muy fragmentadas, contando casi exclusivamente con un fragmento único, a veces de pequeñas dimensiones en relación a la pieza original – dificultando una interpretación del objeto completo –, se ha optado por analizar separadamente bordes y fondos, conjugando posteriormente los datos adquiridos en una propuesta morfológica para el artefacto en estudio.
2.1.1. Espesores Los espesores máximos de los 843 casos estudiados se encuentra entre los 5 mm y los 6 mm, estos dos valores representan más del 50% del total, seguidos por un 30% de piezas con valores entre los 7 mm y 8 mm. El valor mínimo es de 3 mm (con diez piezas) y el máximo, apenas con una pieza, de 15 mm. Podemos de alguna manera concluir que se trata de piezas finas – no debemos olvidar que estamos hablando de valores máximos – y de alguna calidad capaces de mantenerse estables con tan bajos espesores.
37
Los tipos identificados por Ferreira (2003) para los “copos” de Vila Nova de São Pedro son: el tipo Acuerpo de forma cilíndrica o subcilíndrica; el tipo B, que se subdivide en dos subtipos el B- copos de forma troncocónica que presentan paredes curvas, tornando la zona del medio más estrecha, termina en forma de tulipa y el B2- copos de forma trococónica, de paredes rectas, que están ligeramente inclinadas para el exterior; el tipo C- la pared del cuerpo presenta leve inclinación hacia el interior; y el D- copos que presentan paredes convexas. Es importante destacar que para el caso de Vila Nova de São Pedro las formas más frecuentes son las dos primeras 49, 3 % para el tipo A y 27,1% y 12,7 % para el B1 y B2 respectivamente, los otros dos tipos no llegan al 4 % (Ferreira, 2003: 198).
2.1.2. Diámetros Como ya fue comentado ha sido posible contabilizar aproximadamente un 60% de los diámetros máximo de los “copos” estudiados. Nos hemos encontrado con una larga variabilidad de valores, como se puede ver en la tabla 5, con todo, se puede identificar un predominio de 120
2.2.1. Bordes Los bordes de los fragmentos estudiados son mayoritariamente afilados o biselados en su exterior, ofreciendo labio de perfil semicircular, subtriangular o subrectangular. El arranque de la pared del borde puede ser: recto, intravertido o extravertido. Los fragmentos estudiados identifican una división bipartita entre los bordes de paredes rectas y extrovertidas, con una ligera prevalencia del primero. Los bordes intravertidos representan cerca un de 5% del total de los casos. Dentro de esta división formal se pueden verificar pequeñas variaciones originadas por una mayor o menor inclinación, por el espesor, o por el labio, como se puede ver en la figura 28. Normalmente, en el caso de bordes con arranque de pared hacia el exterior, se verifica como valor máximo una inclinación de 20º siendo que en los casos de bordes hacia al interior encontramos una tenue inclinación, siendo de 5º su máximo valor, confundiéndose, en algunas situaciones con los bordes de paredes rectas. 2.2.2. Fondos Existen apenas tres tipos de fondos: plano, cóncavo y en baja carena (también no estaría del todo incorrecto incluir éste último como una variante del fondo cóncavo). Sin embargo, considerando el arranque de la pared podemos verificar una mayor variedad de características, pudiendo este ser recto, intravertido y extravertido, a la semejanza de lo que sucede con los bordes. En el caso específico de los fondos encontramos un predominio de paredes extrovertidas, seguidos por un 30 % de fondos de paredes rectas y cerca de 15%, para los fondos de paredes intravertidas. Podemos así encontrar algunas variaciones formales, combinando los tres tipos de fondos con los tipos de arranque de pared. En lo que dice respecto a las inclinaciones de las paredes, podemos encontrar valores máximos de 20º para los fondos con paredes hacia el exterior y de 30º para los fondos con paredes intravertidas, sin embargo, son muy raros estos casos; lo que se verifica frecuentemente (tanto en intravertidos o extravertidos) es una inclinación media de 10º. Tras analizar los aspectos referidos y teniendo en cuenta las variaciones de los fragmentos y sus respectivas medidas se puede plantear una “anatomía” para los “copos canelados”. Desde luego podemos comentar que estos artefactos presentan en su mayoría una forma casi cónica o cuadrangular, con valores de diámetro y altura prácticamente idénticos. Se integran así en tres variantes de una morfología subcilíndrica: 1- Forma troncocónica; existe una tendencia para el estrechamiento gradual desde el fondo hacia el borde, que en general es leve. 2- Forma truncada; existe un estrechamiento de la pieza en la región media y un alargamiento en el borde y fondo que presentan diámetros similares, a veces el diámetro del borde es superior. 3- Forma troncocónica invertida; existe una tendencia para el estrechamiento gradual desde el borde hacia el fondo, sin embargo, al contrario de lo que ocurre con la primera forma, en este caso, es ligeramente acentuado.
A estas tres variantes podemos acrecentar otras tres, teniendo en cuenta las diferencia que existen en los fondos (ver figura 129). Se tratan de piezas cuyas capacidades pueden ir de los 200 ml a los 800 ml, estando la media en los 600 ml, estas no son alterables según la forma, esto porque, como se puede ver en la figura 32, los volúmenes no divergen tanto unos de los otros. Nuestro cálculo de los fragmentos nos indicó apenas la evidencia de una preferencia del tipo 1 en las piezas de pequeñas dimensiones, es decir, con diámetros inferiores a 5 cm. Es importante referir que no es posible hacer una relación de estas formas con la decoración (que expondremos adelante). Efectivamente apenas un 5% de los casos estudiados nos permiten identificar con claridad las formas por separado, en los restantes, debido a la fragmentación y a las diferencias tenues de sus características, el trabajo sería más bien especulativo. 2.3. PASTAS Encontramos mayoritariamente pastas de calidad media y buena (son muy escasas las piezas con pastas malas) con porcentajes poco elevados de desgrasantes que se pueden identificar algunas veces macroscópicamente. Las tonalidades de las pastas son fundamentalmente oscuras, de matiz castaño/marrón, gris e incluso negras, colores próximos a 5YR 1/4, 8YR 1/2, 4Y 4/2, 8YR 4/3, 10 YR 4/6 y 5YR 2/4, identificables en el Munsell Soil Chart. Encontramos frecuentemente en los fragmentos una diferencia de color en la pieza y en el núcleo de fractura, aspecto que podría indicar que las piezas tuvieron una cocción irregular, posiblemente a cielo abierto con poco tiempo al fuego (Gibson y Woods, 1990: 44). Otras, más homogéneas y brillantes, que mostrarían una cocedura en ambiente reductor y con temperaturas más altas. Se revela igualmente una preparación de las pastas, sobre todo en lo que dice respecto a la mejora de la apariencia exterior, hecho que se produce a través del alisado y fundamentalmente del bruñido, que aparece en un porcentaje aproximado del 40 % de los casos estudiados. La calidad de las pastas es sin duda un factor demarcador, por ejemplo, verificamos que los mayores porcentajes de bruñidos se encuentran asociados a las piezas con mejor calidad, siendo que en esas mismas existe también una baja presencia de desgrasantes; por otro lado, en algunos casos, se verifica una falta de cuidado que se esparce no sólo a la propia calidad de las arcillas, sino también a una ausencia de bruñido o alisado y cantidad de desgrasantes. Se puede así afirmar que la buena calidad de las pastas está relacionada con el posterior tratamiento de las superficies.
121
2.4. ASPECTOS DECORATIVOS La decoración es seguramente el aspecto más significativo de estos artefactos. Como es sabido los “copos canelados” representan la pieza mejor decorada dentro de las varias formas cerámicas del precampanifome luso. Este factor representa per se un indicador del carácter especial que los pueblos calcolíticos estremenhos han atribuido a estos recipientes. Técnicamente los procesos utilizados son la acanaladura, la incisión y la impresión, que serían complementadas, para embellecimiento, por el bruñido o alisamiento. La acanaladura es sin duda el proceso más común, razón por la cual a los “copos” se les asocia éste adjetivo. Sin embargo, no es tanto la técnica utilizada lo que las caracteriza, sino más bien, la forma como se organiza la decoración en las piezas. Las líneas horizontales – acanaladura o incisiones – se revelan como la principal temática, surgiendo en su mayoría asociadas al borde o al fondo, demarcando los segmentos de la pieza. Es a partir de estas líneas que surgen los conocidos motivos: en zig-zag, cruciforme, espina, etc. Los “copos” fueron mayoritariamente decorados por la técnica de la acanaladura o acanaladura bruñida (que ocurre en las decoraciones más finas), representando el 89% de los casos, esta técnica puede también surgir en combinación con otras, en un porcentaje relativamente pequeño. La incisión y la impresión representan cerca de 10%, de las piezas estudiadas. Tras una reproducción que hicimos de los procesos decorativos, pudimos verificar que tanto los punzones de madera como los de hueso presentaban resultados similares, con todo, conviene resaltar que los punzones en madera obligaban a una limpieza frecuente de la superficie aguzada, los punzones de hueso a su vez permiten una perfección en la decoración. Debemos aún incluir en el proceso decorativo el bruñido, que surge con alguna frecuencia, éste es hecho por elementos pulimentados, generalmente cantos de río o conchas rodadas. Las cerámicas están decoradas prácticamente en todo su cuerpo, siendo raros los casos de copos sin decoración, existen aún situaciones en que las piezas son decoradas por partes, generalmente en las dos extremidades (borde y fondo), o en una u otra – en estos casos predomina junto al borde –, también se conocen casos de decoraciones sólo en la parte media del cuerpo. Proseguiremos entonces al estudio pormenorizado de las piezas, empezando por la temática decorativa, en la cual podemos verificar una supremacía de los temas dominados por las líneas horizontales distribuidas por todo el cuerpo o compartimentadas por varios segmentos de la pieza. Cuando aparecen líneas horizontales sin identificación significa que, debido a la dimensión del fragmento, no se ha podido discernir si se trata de una pieza con decoración por todo el cuerpo o compartimentada, en los gráficos y tablas surgirá siempre en separado, para que se sepa que no es un dato absoluto. A continuación podemos encontrar los temas: zig-zag y metopa, seguidos de los motivos en ajedrez, espina,
semiespiral y semicircular, de referir que, en éstos casos, las hiladas de líneas horizontales siguen estando presentes; generalmente junto al borde o fondo, surgiendo el tema en el cuerpo de la pieza. Dentro de los otros motivos se destaca el de hoja de acacia, que surgen en algún número en Leceia. De los yacimientos estudiados solamente Leceia, Vila Nova de São Pedro y Zambujal, por su número de ejemplares, nos permiten hacer una identificación de la diversidad de los temas por sitio arqueológico. En ellos se verifica igualmente una superioridad de los motivos de las líneas horizontales: compartimentadas y por todo el cuerpo (en VNSP y en Zambujal predomina el primero, en Leceia no hay gran diferencia entre los dos, ya que en muchos casos no se ha podido determinar), no obstante, dentro de cada poblado parece existir, dentro de los temas minoritarios, uno que predomina. En Leceia tenemos los motivos en metopa; en VNSP los en zig-zags y en Zambujal los motivos en espina. El primer yacimiento es, entre los tres, el que presenta un número significativo de fragmentos con otro tipo de decoración; en ellos sobresalen, los “copos” decorados con hoja de acacia, muy similares a los diseños presentes en los vasos globulares. En los yacimientos de Leceia y Zambujal es aún posible hacer una correlación entre los temas decorativos y los estratos en que estos surgen. Por ejemplo, en Leceia (Ver fig. 42) parece no existir una variación entre las capas estratigráficas presentadas por Cardoso (2006), los “copos” surgen en las tres, siendo que en C4 (Neolítico Final) la escasez de su número impide hacer una comparación. En las capas siguientes C3 (Calcolítico Inicial) y C2 (Calcolítico Pleno) no existe una gran variación. Se verifica la misma tendencia, con el predominio de los temas de las líneas horizontales compartimentadas, líneas horizontales sin identificación y metopa. El menor número identificado en C2, tiene apenas que ver con el hecho de que en este estrato existe un número inferior de piezas. En Zambujal la identificación estratigráfica, como ya referimos en el capítulo tercero, es distinta a la característica división tripartita del Calcolítico. Tenemos así, muy resumidamente, cinco grandes fases (F1, F2, F3, F4, F5) que se relacionan con los períodos de construcción del poblado, a la que se puede sumar una pre-fase anterior a la construcción pero con presencia de artefactos. Desde la referida hasta F3 podemos encontrar una secuencia similar a la de Leceia; es decir, predominio del tema de las líneas horizontales compartimentadas, seguido de los motivos en metopa y en espina. Hay que referir que en las dos últimas fases (F4 y F5) se pierde un poco la secuencia anterior, hecho que puede ser explicado por la disminución de ejemplares en períodos más cercanos al Calcolítico Final, lo que en parte impide hacer comparaciones con las fases anteriores (por ejemplo F5 presenta en total menos de 9 fragmentos). Las líneas horizontales tienen un papel importante para estos artefactos, debido a esto hemos optado por hacer un 122
estudio individual de su número y de su propia distribución en la pieza. Verificamos que efectivamente éstas se ubican junto a los bordes y los fondos, como se puede observar en el gráfico, las líneas surgen en mayor número próximo al borde y en menor junto al fondo. En cuanto a su número existe una media aproximada de cerca de cuatro líneas por segmento. Un aspecto también interesante tiene que ver con el espesor entre cada línea; generalmente 3 mm, sin embargo, este valor aumenta considerablemente en los casos de piezas decoradas con las líneas horizontales paralelas por todo el cuerpo, pudiendo llegar a 15 mm. Generalmente las líneas horizontales presentan un mayor grosor que los restantes temas decorativos presentes en la pieza (como se puede ver en la figura siguiente).
123
Fig. 35 – Distribución del número de fragmentos de “copos canelados” en los distintos yacimientos.
Yacimiento Válidos C.Pardo Carenque Dafundo Leceia M.Castelo O.Assenta O.S.Mamede Pai.Mogo Pico.Agudo S.Éguas V.Lapa VNSP Zambujal
Frecuencia 2 5 20 257 7 2 1 1 1 2 1 215 329
Porcentaje 0,2 0,6 2,4 30,5 0,8 0,2 0,1 0,1 0,1 0,2 0,1 25,5 39,0
Porcentaje válido 0,2 0,6 2,4 30,5 0,8 0,2 0,1 0,1 0,1 0,2 0,1 25,5 39,0
Porcentaje acumulado 0,2 0,8 3,2 33,7 34,5 34,8 34,9 35,0 35,1 35,3 35,5 61,0 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 1 – Frecuencias y porcentajes de la distribución de los “copos” estudiados.
124
Fig. 36 – Distribución de los distintos tipos de fragmentos de “copos” estudiados.
Tipo Válidos Borde completa Fondo P+b P+f Pared Total
Frecuencia 27 14 14 287 187 314
Porcentaje 3,2 1,7 1,7 34,0 22,2 37,2
Porcentaje válido 3,2 1,7 1,7 34,0 22,2 37,2
843
100,0
100,0
Porcentaje acumulado 3,2 4,9 6,5 40,6 62,8 100,0
Tabla 2 – Frecuencias y porcentajes de los tipos de fragmentos de “copos” estudiados.
125
Yacimiento
Nº
Esp. max.
Esp. min.
Altura
Diam. max.
Diam. min.
4 126 Z 680149/var 5 131 Zambujal 130 4 123 Z 817 8 125 116 Zambujal 4 96(estimado) 92 Z E067-1 5 102 Zambujal 3 102 48/1-01 8 107 VNSP 104 5 108 10 130 VNSP 107 176-01 4 12 6 132 VNSP 187-02 124 4 13 7 160 VNSP 187-04 132 3 10 6 110 VNSP 00-04 85 5 10(estimado) 105 8 120 VNSP 00-02 3 5 7 70 VNSP 187-01 42 4 4 5 45 Carenque 43.510 59 5 11 7 119 Carenque 43.623 112 5 12 7 132 Carenque 42751-56 106 6 12 8 124 C. Pardo 984.670.53 107 6 145 7 15 Leceia C3-122 147 7 6 9 100 O. Assenta 986.104.134 72 6 11(estimado) 12 8 126 O.S.Mamede 9.861.011.210 Tabla 3 – Medidas de los “copos canelados” estudiados completos o prácticamente completos.
Fig. 37 – Distribución de los espesores máximos de los fragmentos de “copos” estudiados.
Las piezas de Vila Nova de São Pedro presentan los números de estudio atribuidos por Ferreira (2003) ya que los materiales que estudiamos en el Museu do Carmo (Lisboa) no estaban siglados. Como los “copos” y fragmentos fueron publicados, en el trabajo de la autora citada, hemos optado por seguir los números referidos.
126
Espesor Válidos 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 15 Total
Frecuencia 10 78 238 219 131 93 44 17 5 3 4 1
Porcentaje 1,2 9,3 28,2 26,0 15,5 11,0 5,2 2,0 0,6 0,4 0,5 0,1
Porcentaje válido 1,2 9,3 28,2 26,0 15,5 11,0 5,2 2,0 0,6 0,4 0,5 0,1
843
100,0
100,0
Porcentaje acumulado 1,2 10,4 38,7 64,7 80,2 91,2 96,4 98,5 99,1 99,4 99,9 100,0
Tabla 4 – frecuencias y porcentajes de los espesores en los fragmentos de “copos” estudiados.
Fig. 38 – Distribución de los diámetros máximos de los “copos” en los respectivos intervalos.
127
Diámetro Válidos
n/ident 100 102 103 104 105 106 107 108 110 114 115 116 118 119 120 124 125 126 127 128 130 132 137 140 143 144 145 146 148 150 155 156 158 160 162 165 170 174 175 178 180 183 184 190 192 193 196 200 202 210 214 220 240 260 280 300 320 350
Frecuencia
Porcentaje
357 42 2 8 4 12 1 1 1 27 2 3 1 2 1 33 2 9 2 1 2 36 1 1 39 1 4 1 2 1 16 3 4 2 33 1 1 8 1 1 2 34 1 3 6 1 1 2 14 1 2 1 7 6 3 1 2 1 1
42,3 5,0 0,2 0,9 0,5 1,4 0,1 0,1 0,1 3,2 0,2 0,4 0,1 0,2 0,1 3,9 0,2 1,1 0,2 0,1 0,2 4,3 0,1 0,1 4,6 0,1 0,5 0,1 0,2 0,1 1,9 0,4 0,5 0,2 3,9 0,1 0,1 0,9 0,1 0,1 0,2 4,0 0,1 0,4 0,7 0,1 0,1 0,2 1,7 0,1 0,2 0,1 0,8 0,7 0,4 0,1 0,2 0,1 0,1
Porcentaje válido 42,3 5,0 0,2 0,9 0,5 1,4 0,1 0,1 0,1 3,2 0,2 0,4 0,1 0,2 0,1 3,9 0,2 1,1 0,2 0,1 0,2 4,3 0,1 0,1 4,6 0,1 0,5 0,1 0,2 0,1 1,9 0,4 0,5 0,2 3,9 0,1 0,1 0,9 0,1 0,1 0,2 4,0 0,1 0,4 0,7 0,1 0,1 0,2 1,7 0,1 0,2 0,1 0,8 0,7 0,4 0,1 0,2 0,1 0,1
Porcentaje acumulado 42,3 47,3 47,6 48,5 49,0 50,4 50,5 50,7 50,8 54,0 54,2 54,6 54,7 54,9 55,0 59,0 59,2 60,3 60,5 60,6 60,9 65,1 65,2 65,4 70,0 70,1 70,6 70,7 70,9 71,1 73,0 73,3 73,8 74,0 77,9 78,1 78,2 79,1 79,2 79,4 79,6 83,6 83,7 84,1 84,8 84,9 85,1 85,3 87,0 87,1 87,3 87,4 88,3 89,0 89,3 89,4 89,7 89,8 89,9
Tabla 5 (Parte I) – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
128
Diámetro Válidos 40 44 45 46 50 58 60 63 64 65 66 70 74 75 78 80 83 84 85 86 90 92 93 94 95 96 98 Total
Frecuencia 6 2 1 3 1 1 9 1 1 1 1 8 2 1 1 9 1 1 1 1 20 2 1 3 5 1 1
Porcentaje 0,7 0,2 0,1 0,4 0,1 0,1 1,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,9 0,2 0,1 0,1 1,1 0,1 0,1 0,1 0,1 2,4 0,2 0,1 0,4 0,6 0,1 0,1
Porcentaje válido 0,7 0,2 0,1 0,4 0,1 0,1 1,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,9 0,2 0,1 0,1 1,1 0,1 0,1 0,1 0,1 2,4 0,2 0,1 0,4 0,6 0,1 0,1
843
100,0
100,0
Porcentaje acumulado 90,6 90,9 91,0 91,3 91,5 91,6 92,6 92,8 92,9 93,0 93,1 94,1 94,3 94,4 94,5 95,6 95,7 95,8 96,0 96,1 98,5 98,7 98,8 99,2 99,8 99,9 100,0
Tabla 5 (Parte II) – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Fig. 39 – Relación de los bordes de “copos” con el arranque de la pared.
129
Fig. 40 – Principales variantes de los bordes extravertidos, rectos e intravertidos.
Fig. 41 – Los tres tipos de fondos presentes en los “copos canelados”.
130
Fig. 42 – Relación de los fondos con el arranque de la pared.
Fig. 43– Principales variantes de los fondos (con arranque de pared) intravertidos, rectos y extravertidos en los “copos”. 131
Fig. 44 – Formas de los copos canelados. Arriba con fondo plano y abajo con fondo cóncavo.
Calidad Válidos buena mala media
Frecuencia 353 11 479
Porcentaje 41,9 1,3 56,8
Porcentaje válido 41,9 1,3 56,8
Porcentaje acumulado 41,9 43,2 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 6 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Válidos
Estado de conserv.
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
bueno
533
63,2
63,2
63,2
regular
197
23,4
23,4
86,6
desgast.
113
13,4
13,4
100,0
Total
843
100,0
100,0
Tabla 7 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
132
Desgrasantes Válidos media muchos pocos
Frecuencia 485 60 298
Porcentaje 57,5 7,1 35,3
Porcentaje válido 57,5 7,1 35,3
Porcentaje acumulado 57,5 64,7 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 8 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos “copos” estudiados.
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
gris negro rojo
522 21 79 221
61,9 2,5 9,4 26,2
61,9 2,5 9,4 26,2
Total
843
100,0
100,0
Color de las pastas Válidos castñ
Porcentaje acumulado 61,9 64,4 73,8 100,0
Tabla 9 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
sin castñ gris negro rojo
757 58 2 16 10
89,8 6,9 0,2 1,9 1,2
89,8 6,9 0,2 1,9 1,2
Total
843
100,0
100,0
Engobe Válidos
Porcentaje acumulado 89,8 96,7 96,9 98,8 100,0
Tabla 10 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Trat. de las superficies Válidos alisado bruñido sin trat. Total
Frecuencia 37 308 498
Porcentaje 4,4 36,5 63,2
Porcentaje válido 4,4 36,5 63,2
843
100,0
100,0
Porcentaje acumulado 4,4 40,9 100,0
Tabla 11 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
133
Fig. 45 – Distribución de los bruñidos por las diferentes calidades de las pastas de los “copos”.
Fig. 46 – Distribución de los desgrasantes por las diferentes calidades de las pastas en los “copos”.
134
Fig. 47 – Distribución de los colores por las diferentes calidades de las pastas en los “copos”.
Fig. 48 – Principales temas decorativos identificados en los “copos canelados”. En el cuadrado de la izquierda se puede ver un ejemplo de una pieza original y en el de la derecha replica del autor. 135
Decoración Válidos acan+inc acan+otra acanalada incisa impressa sin/dec
Frecuencia 2 1 753 54 9 24
Porcentaje 0,2 0,1 89,3 6,4 1,1 2,8
Porcentaje válido 0,2 0,1 89,3 6,4 1,1 2,8
Porcentaje acumulado 0,2 0,4 89,7 96,1 97,2 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 12 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Fig. 49 – Ejemplos de las irregularidades en las acanaladuras, “copo” Z 68149/4 (Fotografía del autor).
Área decorada Válidos borde+fondo borde fondo no identif. pared+borde pared+fondo pared sin decoración toda
Frecuencia 3 225 133 15 57 9 241 11 150
Porcentaje 0,4 26,7 15,8 1,8 6,8 1,1 28,6 1,3 17,8
Porcentaje válido 0,4 26,7 15,8 1,8 6,8 1,1 28,6 1,3 17,8
Porcentaje acumulado 0,4 27,0 42,8 44,6 51,4 52,4 81,0 82,3 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 13 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados. 136
Fig. 50 – Distribución de los distintos temas decorativos en los “copos canelados”.
Tema decorative Válidos no/ident. zig-zag zig-zag+cru. Ajedrez Espina semi-espiral Metopa semi-circular l. horiz. tod. l. horiz. sin. l. horiz. com. Otro
Frecuencia 25 84 1 15 53 19 82 5 51 158 327 23
Porcentaje 3,0 10 0,1 1,8 6,3 2,3 9,7 0,6 6,0 18,7 38,8 2,7
Porcentaje válido 3,0 10 0,1 1,8 6,3 2,3 9,7 0,6 6,0 18,7 38,8 2,7
Porcentaje acumulado 3,0 12,9 13,0 14,8 21,1 23,4 33,1 33,7 39,7 58,5 97,3 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 14 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos”estudiados.
137
Fig. 51 – Algunos ejemplos de los "copos" con decoración en hoja de acacia de Leceia (Cardoso, 2006).
Fig. 52 – Relación entre los distintos temas decorativos de los poblados de Leceia, VNSP y Zambujal.
138
Fig. 53 – Distribución estratigráfica de los distintos temas decorativos de los “copos canelados” en Zambujal.
Fig. 54 – Distribución estratigráfica de los diversos temas decorativos de los “copos canelados” en Leceia.
139
Fig. 55 – En esta imagen (“copo” Z 817/7 de Zambujal) se percibe claramente la diferencia de profundidad y largo de las decoraciones hechas con técnicas distintas: las líneas horizontales con acanaladura y la decoración en metopa con líneas bruñidas (Fotografía del autor).
Fig. 56 – Ubicación de las líneas horizontales paralelas en los diversos tipos de fragmentos de “copos” estudiados. 140
Ubicación de las líneas horizontales Válidos
borde+fondo borde fondo no identif. pared+borde pared+fondo pared toda
Frecuencia 3 293 128 179 28 3 204 5
Porcentaje 0,4 34,8 15,2 21,2 3,3 0,4 24,2 0,6
Porcentaje válido 0,4 34,8 15,2 21,2 3,3 0,4 24,2 0,6
Porcentaje acumulado 0,4 35,1 50,3 71,5 74,9 75,2 99,4 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 15 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados.
Fig. 57 – Número de líneas horizontales paralelas y su distribución en los “copos” estudios. Nº de líneas horizontales Válidos sin 4
Frecuencia 184 230 184 245
Porcentaje 21,8 27,3 21,8 29,1
Porcentaje válido 21,8 27,3 21,8 29,1
Porcentaje acumulado 21,8 49,1 70,9 100,0
843 100,0 100,0 Total Tabla 16 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de “copos” estudiados. 141
muestra, no obstante, considerando la dificultad que tenemos en encontrar todas las “competencias” métricas, es un valor que no queremos despreciar. En ésta ligera muestra encontramos apenas dos valores con dos fragmentos, en los 40 mm y 100 mm, en los restantes casos apenas tenemos un fragmento representado. La mayor concentración se encuentra entre los 80 mm y los 120 mm.
3. CUENCOS HEMISFÉRICOS En total hemos estudiado 324 fragmentos que se distribuyen de forma diferenciada por los yacimientos elegidos. Al contrario de lo que pasa con los “copos” se ha estudiado una muestra inferior (apenas ocho yacimientos que representan las varias formas de asentamiento, poblados fortificados, cuevas, hipogeos, tholoi y poblado/habitat). Tal como ha sucedido con los “copos” se verifica un claro predominio de fragmentos en los grandes poblados fortificados, que vuelven en conjunto a presentar porcentajes de 90%. En este grupo igualmente encontramos piezas muy fragmentadas (apenas 6 casos de piezas completas), considerando esto tuvimos que trabajar fundamentalmente con fragmentos de borde y pared, en conjunto o en separado.
3.2. FORMA Los cuencos hemisféricos representan una forma común en el contexto Calcolítico luso, con o sin decoración se encuentran por casi todo el país, bien estudiadas y tipificadas, conocidas con éste mismo nombre o también muchas veces como vasos esféricos (Silva y Soares, 1976/77: 182). Se trata de piezas que presentan una forma basada en la segmentación de una esfera, corte que puede ser hecho por la mitad o un poco más arriba, obteniendo así la definición de cuencos hemisféricos altos (Sousa, 1998: 102). Los fondos tienen poca variación y se caracterizan por ser convexos o levemente aplanados. Las principales diferencias que podemos encontrar entre éstas piezas, están relacionadas con el índice y la posición de la inclinación de la pared junto al borde, visto que el fondo no varía mucho y presenta casi siempre una ligera convexidad. Como estamos trabajando con piezas muy fragmentadas, contando casi exclusivamente con un fragmento único, se ha optado, a semejanza de lo que se ha hecho con los “copos”, por analizar los bordes.
3.1. MEDIDAS (en milímetros) Como ya se ha referido, con relativa frecuencia, la fragmentación de las piezas no nos permite obtener todas las dimensiones que son, en el caso concreto de los “cuencos hemisféricos”, generalmente: el espesor máximo y mínimo, la altura y el diámetro; que solamente se ha podido calcular en 14 casos. Sin embargo, los restantes fragmentos, nos han permitido calcular la totalidad del espesor máximo y aproximadamente un 60% de los diámetros máximos, esenciales para una estimativa más global de los valores medios caracterizadores de un cuenco hemisférico tipo.
3.2.1. Bordes Los bordes de los fragmentos estudiados son mayoritariamente afilados o biselados en su exterior, ofreciendo un labio de perfil semicircular y subtriangular. El arranque de la pared del borde puede ser: recta, intravertida o extravertida. De los fragmentos estudiados (apenas en 44 no ha sido posible clasificar) se identifica una mayoritaria presencia de los bordes de paredes rectas, con aproximadamente 200 en un total de 280 fragmentos; al contrario de los bordes de paredes extravertidas e intravertidas, que en conjunto, no llegan a la mitad de los casos. De estos dos tipos se destaca la prevalencia del primero con 53 fragmentos.
3.1.1. Espesores En los 324 fragmentos estudiados hemos encontrado una supremacía de espesores máximos entre los valores de 4 mm a 8 mm, representando un porcentaje de 70 %, pero la mayor concentración se ubica entre las medidas de 5 mm a 6 mm, las dos con un 50%. El valor mínimo es de 3 mm (con 7 fragmentos), y el máximo, apenas con una pieza, 13 mm. Con estos espesores máximos podemos también inferir, tal como lo hicimos con los “copos”, que se tratarían de piezas finas y de alguna calidad, capaces de mantenerse estables con grosores tan bajos. 3.1.2. Diámetros Por su propia morfología (forma hemisférica o de semi esfera) sus diámetros máximos se encuentran en la boca de la pieza. A semejanza de lo que ha ocurrido con los “copos”, también para estas formas, solamente se ha podido contabilizar 58 % de los diámetros de fragmentos en estudio. En los que nos ha sido posible identificar o calcular, hemos podido ubicar la mayor concentración entre los valores de 150 mm a 200 mm, siendo los dos máximos en 160 mm y 180 mm con 26 y 28 casos respectivamente. No obstante, se verifican igualmente valores más bajos (44 mm) y otros más altos (460 mm). Como se pude ver en la figura 49, la tendencia es para que estas piezas presenten un diámetro de boca superior a 100 mm.
Dentro de esta división formal se pueden verificar pequeñas variantes originadas por una mayor o menor inclinación, por el espesor o por el labio. Básicamente, en el caso de bordes con arranque de pared hacia el exterior, se verifica como valor máximo una inclinación de 45º, sin embargo, en los casos de bordes hacia al interior encontramos una tenue inclinación, siendo de 5º su máximo valor. 3.3. PASTAS En las pastas de los “cuencos hemisféricos” podemos encontrar prácticamente las mismas características que en los “copos”, justificando la diversa literatura que conjugaba en un mismo contexto a éstas dos formas (Blance 1959, Bubner, 1979, Kunst, 1987). Es decir, pastas de calidad media y buena con una escasa presencia de desgrasantes. Las tonalidades de las pastas son
3.1.3. Altura En 15 casos ha sido posible identificar o calcular la altura. Es un número muy reducido teniendo en cuenta la 142
principalmente oscuras de matiz castaño/marrón, gris y incluso negras, algunos colores presentan matices muy similares al de los “copos”, entando presentes: 5YR 1/4, 8YR 1/2, 1Y 1/2, 8YR 6/2, 4Y 4/2, 5YR 2/4 y 10YR 4/6 del Munsell Soil Chart. Los engobes son poco frecuentes – probablemente se fueron perdiendo debido a las condiciones naturales de conservación del yacimientos – y presentan una mayoría de colores oscuros. Se observa igualmente una preparación posterior de las pastas, sobre todo en lo que dice respecto al mejoramiento de la apariencia exterior, hecha a través del alisado y fundamentalmente del bruñido o pulimento, que se verifica en un porcentaje aproximado del 60% de los casos estudiados. La calidad de las pastas es un aspecto fundamental, por ejemplo, comprobamos que los mayores porcentajes de bruñido se encuentran asociados a las piezas con mejor calidad, siendo que en esas mismas existe también una presencia de pocos desgrasantes. Se puede así afirmar que tal como se confirma en los “copos” no existe una homogeneidad en la fabricación, comprobándose, en algunos casos, una ausencia de cuidado que se extiende no sólo a la propia calidad de las arcillas, mas también a una ausencia de bruñido o alisamiento y cantidad de desgrasantes, y otras pastas de gran calidad y tratamiento posterior. Siguiendo los mismos principios que utilizamos en los “copos”, volvimos a hacer una división tripartita de las formas generales de cuencos hemisféricos que estudiamos. Podemos entonces hacer la siguiente organización: 1- Piezas de forma hemisférica con los bordes inclinados hacia el interior. 2- Piezas de forma hemisférica con los bordes rectos. 3- Piezas de forma hemisférica con los bordes inclinados hacia el exterior. A éstas tres formas se pueden acrecentar otras tres si considera como forma distinta los cuencos hemisféricos altos, es decir, cuando las paredes ultrapasen claramente el segmento de esfera quedando con una forma alargada. 3.4. ASPECTOS DECORATIVOS De nuevo en este punto volvemos a encontrar paralelos entre los cuencos hemisféricos y los “copos”. Se encuentra con relativa frecuencia la decoración en bandas horizontales (con líneas acanaladas o incisas) junto al borde. La ausencia junto al fondo se puede explicar por la propia morfología de las piezas, que dificulta el diseño de las líneas horizontales en esa área. La región del cuerpo de las cerámicas también puede ser decorada y ahí encontramos otros temas conocidos en los “copos”: zig-zag, metopa, ajedrez, etc. Las decoraciones siguen siendo hechas mayoritariamente por acanaladuras, tanto antes, como después del secado de las piezas – a lo que hemos denominado acanaladura fina, una especie de bruñido utilizando la técnica de la
acanaladura – y que representan poco más del 50% de los casos, por otro lado la incisión y incisión fina (proceso similar al del acanalado fino) representan el 45%. Estos dos procesos en conjunto representan casi la totalidad de los casos. Al contrario de lo que pasaba con la decoración de los “copos”, en que el acanalado y la incisión fina ocurren principalmente en las decoraciones del cuerpo, en los cuencos hemisféricos también puede ocurrir en las líneas horizontales que se ubican cerca del borde. Esa zona específica de la pieza es la preferida de los alfareros para realizar sus decoraciones, como se puede ver en tabla referente al área decorada, verificándose que el 70% de las piezas presentan decoración bajo el borde o incluso junto al mismo. Se demuestra también que, en comparación con los “copos”, existe un porcentaje inferior de piezas que presenten su totalidad decorada, apenas 10 casos. La presencia de líneas horizontales es casi absoluta en las piezas analizadas, a excepción de 5 fragmentos, 2 de ellos sin decoración, todos los otros presentan líneas horizontales acanaladas o incisas. Las líneas horizontales representan así el tema más frecuente, con más de del 80% de los casos seguido del motivo de las líneas oblicuas y bandas triangulares, que pese a estar ausente en los “copos”, presenta en los cuencos hemisféricos algún protagonismo. En éstas formas las líneas horizontales también representan un importante papel en su decoración. Su número es variable, pudiendo ir de las dos o tres acanaladuras/incisiones hasta las quince, sin embargo, el número de cuatro, a igual que los “copos”, parece ser el valor medio, siendo que las piezas con un número de líneas inferiores a este valor son los casos más escasos. En contraste con lo que fue hecho con los “copos”, para éstas formas apenas se ha podido hacer una relación de los temas decorativos entre los yacimientos de Leceia y Zambujal. En éste caso se verifica que las piezas de Leceia más allá de líneas horizontales exhiben piezas con otro tipo de motivos, muy a la semejanza de lo que pasa con los “copos”. No obstante, es importante destacar que las piezas con decoración en líneas horizontales junto al borde representan la decoración más común. Leceia presenta todavía una decoración típica en bandas triangulares que apenas tiene un paralelo en un fragmento de Zambujal, pese a que, en éste caso, los triángulos están sobre las líneas horizontales junto al borde. En lo que dice respecto a la distribución del tema decorativo por los estratos del yacimiento, encontramos en Leceia la ausencia de algunos motivos en la capa C2 (Calcolítico Pleno), que puede ser explicada por el menor número de piezas que se hallan en ésta capa. En general se observan las mismas características que en el plan global (conjunto de todos los extractos), es decir, predominio de los motivos con líneas horizontales, líneas oblicuas y bandas triangulares. En Zambujal, la distribución de los temas por fase presentan poca 143
variabilidad; como se ha podido observar en la figura que compara la distribución de motivos en Leceia y en el yacimiento de Torres Vedras, se identifica que en el último existe un predominio absoluto de las líneas horizontales, hecho que también se verifica en las fases de ocupación donde, prácticamente sólo en F3, se confirma la presencia, aunque reducida, de otros temas.
144
Fig. 58 – Distribución del número de fragmentos de cuencos hemisféricos en los distintos yacimientos.
Yacimiento Válidos Carenque
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
4
1,2
1,2
1,2
Cova da Moura
5
1,5
1,5
2,8
Fórnea
2
0,6
0,6
3,4
Leceia
106
32,7
32,7
36,1
O. S. Mamede
2
0,6
0,6
36,7
Pai Mogo
1
0,3
0,3
37,0
Penedo
4
1,2
1,2
38,3
Zambujal
200
61,7
61,7
100,0
Total
324
100,0
100,0
Tabla 17 – Frecuencias y porcentajes de los cuencos hemisféricos en los yacimientos estudiados.
145
Fig. 59 – Distribución de los diversos tipos de fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados.
Tipo Válidos borde
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
56
17,3
17,3
17,3
6
1,9
1,9
19,1
208
64,2
64,2
83,3
pared
54
16,7
16,7
100,0
Total
324
100,0
100,0
completa pared+borde
Tabla 18 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
146
Yacimiento
Nº
Esp. max.
Zambujal Zambujal Zambujal Zambujal Zambujal Carenque Leceia Leceia Leceia Leceia Leceia Leceia Leceia Leceia
Z R-20 Z R-32 Z 68048/3 Z R-30 Z R-19 43.546 C4-1 C3-15 C3-18 C3-42 C3-46 C3-65 C3-67 C2-12
3 6 8 5 4 9 8 9 5 1 7 5 6 4
Esp. min.
Altura
2 5 6 4 4 6 6 6 4 8 6 5 5 3
50 102 85 48 70 95 70 110 60 180 120 100 80 40
Diam. de boca 85 184 260 80 103 220 180 200 100 210 170 170 200 44
Tabla 19 – Medidas de los cuencos hemisféricos estudiados (piezas completas o prácticamente completas).
Fig. 60 – Distribución de los espesores máximos de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados. 147
Espesor
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
Válidos 3
7
2,2
2,2
2,2
4
29
9,0
9,0
11,1
5
78
24,1
24,1
35,2
6
79
24,4
24,4
59,6
7
59
18,2
18,2
77,8
8
41
12,7
12,7
90,4
9
12
3,7
3,7
94,1
10
11
3,4
3,4
97,5
11
3
0,9
0,9
98,5
12
4
1,2
1,2
99,7
13
1
0,3
0,3
100,0
324
100,0
100,0
Total
Tabla 20 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Fig. 61 – Distribución de los diámetros de los cuencos hemisféricos en cuatro principales intervalos.
148
Diámetro Válidos Sin ident. 100 103 107 110 120 130 137 140 148
Frecuencia
Porcentaje
136 6 2 2 1 14 4 1 12 1
42,0 1,9 0,6 0,6 0,3 4,3 1,2 0,3 3,7 0,3
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
42,0 1,9 0,6 0,6 0,3 4,3 1,2 0,3 3,7 0,3
42,0 43,8 44,4 45,1 45,4 49,7 50,9 51,2 54,9 55,2
Tabla 21 (Parte I) – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Diámetro Válidos
150 152 154 160 165 170 180 184 185 190 200 206 210 220 230 240 260 280 300 340 360 390 460 44 60 70 80 84 85 90 92 95 96 Total
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
3 1 1 26 1 10 28 10 1 4 20 1 4 6 2 2 7 4 2 1 1 1 1 1 1 2 3 1 1 5 1 1 1
0,9 0,3 0,3 8,0 0,3 3,1 8,6 0,3 0,3 1,2 6,2 0,3 1,2 1,9 0,6 0,6 2,2 1,2 0,6 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,6 0,9 0,3 0,3 1,5 0,3 0,3 0,3
0,9 0,3 0,3 8,0 0,3 3,1 8,6 0,3 0,3 1,2 6,2 0,3 1,2 1,9 0,6 0,6 2,2 1,2 0,6 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,6 0,9 0,3 0,3 1,5 0,3 0,3 0,3
324
100,0
100,0
Porcentaje acumulado 56,2 56,5 56,8 64,8 65,1 68,2 76,9 77,2 77,5 78,7 84,9 85,2 86,4 88,3 88,9 89,5 91,7 92,9 93,5 93,8 94,1 94,4 94,8 95,1 95,4 96,0 96,9 97,2 97,5 99,1 99,4 99,7 100,0
Tabla 21 (Parte II) – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
149
Altura Válidos sin
Frecuencia
Porcentaje válido
Porcentaje
Porcentaje acumulado
309
95,4
95,4
95,4
100
2
0,6
0,6
96,0
102
1
0,3
0,3
96,3
110
1
0,3
0,3
96,6
120
1
0,3
0,3
96,9
180
1
0,3
0,3
97,2
40
2
0,6
0,6
97,5
48
1
0,3
0,3
97,8
50
1
0,3
0,3
98,1
60
1
0,3
0,3
98,5
70
1
0,3
0,3
99,1
80
1
0,3
0,3
99,4
85
1
0,3
0,3
99,7
95
1
0,3
0,3
100,0
324
100,0
100,0
Total
Tabla 22 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Características Frecuencia del borde Válidos recto
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
200
61,7
61,7
61,7
inclinación ex
53
16,4
16,4
78,1
inclinación in
27
8,3
8,3
86,4
no identif.
44
13,6
13,6
100,0
324
100,0
100,0
Total
Tabla 23 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
150
Fig. 62 - Varios tipos de características presentes en los borde de los cuencos hemisféricos.
Fig. 63 – Principales variantes de los bordes extravertidos, rectos e intravertidos, visualizados en los cuencos hemisféricos. 151
Fig. 64 – Las tres formas de los cuencos hemisféricos.
Calidad Válidos buena
Frecuencia
Porcentaje válido
Porcentaje
Porcentaje acumulado
117
36,1
36,1
36,1
mala
11
3,4
3,4
39,5
media
196
60,5
60,5
100,0
Total
324
100,0
100,0
Tabla 24 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Estado de Frecuencia conserv. Válidos bueno
Porcentaje válido
Porcentaje
Porcentaje acumulado
62
19,1
19,1
19,1
regular
187
57,7
57,7
76,9
rodado
75
23,1
23,1
100,0
Total
324
100,0
100,0
Tabla 25 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Desgrasantes Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
Válidos escasa
199
61,4
61,4
61,4
media
114
35,2
35,2
96,6
11
3,4
3,4
100,0
324
100,0
100,0
elevada Total
Tabla 26 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
152
Color
Frecuencia
Válidos castñ
Porcentaje válido
Porcentaje
Porcentaje acumulado
187
57,7
57,7
57,7
gris
45
13,9
13,9
71,6
negro
27
8,3
8,3
79,9
rojo
65
20,1
20,1
100,0
324
100,0
100,0
Total
Tabla 27 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Engobe
Frecuencia
Válidos sin
Porcentaje válido
Porcentaje
Porcentaje acumulado
304
93,8
93,8
93,8
castñ
7
2,2
2,2
96,0
gris
1
0,3
0,3
96,3
negro
7
2,2
2,2
98,5
rojo
5
1,5
1,5
100,0
324
100,0
100,0
Total
Tabla 28– Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Trat. de las superfícies
Frecuencia Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
Válidos Alisado
16
4,9
4,9
4,9
Bruñido
183
55,9
55,9
59,6
sin tratamiento
127
39,2
39,2
100,0
Total
324
100,0
100,0
Tabla 29 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos estudiados.
153
Fig. 65 – Distribución de los tipos de tratamiento de las superficies en relación a la calidad de las pastas de los cuencos hemisféricos.
Fig. 66– Distribución de los colores por las diferentes calidades de las pastas de los cuencos hemisféricos.
154
Fig. 67 – Distribución de la cantidad de desgrasantes por las diferentes calidades de pastas de los cuencos hemisféricos.
Fig. 68 – Principales temas decorativos identificados en los cuencos hemisféricos. En el cuadrado de la izquierda se puede ver un ejemplo de una pieza original y en el de la derecha una réplica del autor.
155
Decoración Válidos sin decoración
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
2
0,6
0,6
0,6
130
40,1
40,1
40,7
2
0,6
0,6
41,4
48
14,8
14,8
56,2
Incisa
142
43,8
43,8
100,0
Total
324
100,0
100,0
Acanalada acanalada + inci. líneas bruñidas
Tabla 30– Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados.
Área decorada Válidos sin decoracion
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
2
0,6
0,6
0,6
bajo el borde
79
24,4
24,4
25,3
junto al borde
189
58,3
58,3
83,6
no especificado
26
8,0
8,0
91,7
Pared
14
4,3
4,3
96,0
3
0,9
0,9
96,9
Todo
10
3,1
3,1
100,0
Total
324
100,0
100,0
pared+jun al bor
Tabla 31 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de los cuencos hemisféricos estudiados.
Fig. 69– Distribución de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados por las distintas aéreas decoradas de la pieza. 156
Tema decorativo Válidos
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
sin tema
2
0,6
0,6
0,6
ajedrez
7
2,2
2,2
2,8
11
3,4
3,4
6,2
líneas horiz
281
86,7
86,7
92,9
líneas oblic
14
4,3
4,3
97,2
metopa
2
0,6
0,6
97,8
otro
4
1,2
1,2
99,1
zig-zag
3
0,9
0,9
100,0
324
100,0
100,0
bandas triang.
Total
Tabla 32 – Frecuencias y porcentajes de los fragmentos de cuencos hemisféricos estudiados.
Fig. 70 – Ejemplo de la decoración en bandas triangulares en un cuenco hemisférico de Leceia (Cardoso, 2006).
157
Fig. 71 – Distribución de los distintos temas decorativos en los cuencos hemisféricos.
Nº de líneas horizontales Válidos
sin
Total
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Porcentaje acumulado
5
1,5
1,5
1,5
4
82
25,3
25,3
26,9
4>
157
48,5
48,5
75,3
d | G=g)
p 0,723 0,911 0,648 0,815 0,815 0,799 0,859 0,558 0,784 0,966 0,282 0,948 0,700 0,025
df 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3
P(G=g | D=d)
1,000 1,000 0,995 1,000 1,000 1,000 0,997 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,642
Segundo Grupo Más Alto Distancia de Mahalanobis2 al centroide 1,326 0,535 1,651 0,942 0,944 1,008 0,760 2,069 1,073 0,265 3,814 0,362 1,426 9,323
Grupo A2 A2 A2 A2 B2 A2 A2 A2 B2 A2 A2 A2 A2 B1
P(G=g | D=d)
0,000 0,000 0,005 0,000 0,000 0,000 0,003 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,358
Distancia de Mahalanobis2 al centroide 27,151 16,229 12,312 24,691 39,296 27,876 12,538 30,731 33,557 21,419 36,403 22,534 29,465 10,489
Resultados discriminantes Funcíon1
Funcíon2
Funcion3
1,998 1,259 1,149 1,994 3,992 2,304 0,939 2,138 2,979 1,699 2,483 1,800 2,295 2,927
1,613 0,596 1,345 1,847 -4,517 1,058 1,625 1,126 -3,968 1,516 1,422 1,507 0,872 -1,469
1,492 0,193 -0,675 1,046 0,017 1,096 0,016 1,831 -1,589 0,887 2,213 0,950 1,357 0,868
Tabla 52 (Parte I) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante.
191
Grupo Más Alto Muestra
Grupo Análisis Cluster
Grupo pronosti cado
Cop21 Cop22 Cop23 Cop24 Cop25 Cop26 Cop28 Cop29 Camp15 Camp27 Camp30 Camp31 Camp32 Camp33 Camp34 Camp35 Camp36 Camp37 Camp38 Camp39 Camp40 Camp41 Camp42 Camp43 Taz3 Taz12 Taz44 Taz45 Taz46 Taz47 Taz48 Taz49 Taz50 Taz51 Taz52 Taz53 Taz54 Aca8 Aca10 Aca55 Aca56 Aca57 Aca58 Aca59 Aca60 Aca61 Aca62 Aca63 Aca64 Aca65 Aca66 Aca67 Aca68 Aca69 Plat13 Plat70 Plat71 Plat72 Plat73 Plat74 Plat75
B2 B2 B1 B2 B2 A2 B2 B2 B2 B1 B2 B2 B2 B2 A2 B2 A2 A2 A2 A2 B2 A2 A2 B2 B2 A2 B1 B1 B2 A2 A2 B1 A2 B1 B1 B1 A2 B2 B2 B1 B2 B2 B2 B2 B1 B2 B1 B2 B2 B2 B2 B2 B1 B1 B2 B2 B2 B2 B2 B2 B2
B2 B2 B1 B2 B2 A2 B2 B2 B2 B1 B2 B2 B2 B2 A2 B2 A2 A2 A2 A2 B2 A2 A2 B2 B2 A2 B1 B1 B2 A2 A2 B1 A2 B1 B1 B1 A2 B2 B2 B1 B2 B2 B2 B2 B1 B2 B1 B2 B2 B2 B2 B2 B1 B2 B2 A2 B2 B2 B2 B2 B2
Segundo Grupo Más Alto
p
df
P(G=g | D=d)
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
0,209 0,971 0,287 0,969 0,774 0,075 0,088 0,735 0,839 0,301 0,966 0,480 0,640 0,800 0,966 0,818 0,511 0,943 0,339 0,282 0,993 0,971 0,414 0,956 0,481 0,357 0,723 0,150 0,155 0,303 0,477 0,025 0,952 0,739 0,932 0,159 0,619 0,497 0,501 0,064 0,463 0,983 0,086 0,535 0,168 0,424 0,240 0,218 0,347 0,918 0,833 0,467 0,928 0,064 0,596 0,087 0,778 0,240 0,792 0,513 0,948
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3
0,670 1,000 1,000 1,000 1,000 0,996 1,000 1,000 1,000 1,000 0,999 0,964 1,000 0,996 0,999 1,000 0,998 1,000 0,997 0,994 1,000 0,999 0,998 1,000 0,995 1,000 1,000 1,000 1,000 0,995 1,000 1,000 1,000 0,998 1,000 0,987 1,000 1,000 0,996 1,000 0,985 1,000 0,554 1,000 1,000 1,000 0,974 1,000 1,000 1,000 0,998 0,999 1,000 0,834 0,996 0,519 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000
4,537 0,237 3,771 0,253 1,113 6,906 6,534 1,277 0,842 3,660 0,269 2,473 1,685 1,004 0,270 0,931 2,306 0,385 3,360 3,817 0,086 0,241 2,861 0,322 2,470 3,236 1,326 5,310 5,238 3,641 2,492 9,330 0,344 1,260 0,440 5,180 1,780 2,381 2,362 7,257 2,568 0,164 6,587 2,187 5,046 2,797 4,204 4,436 3,305 0,503 0,871 2,547 0,459 7,265 1,887 6,563 1,096 4,203 1,039 2,298 0,363
P(D>d | G=g)
Grupo A2 A2 B2 A2 B1 A1 A2 B1 A2 B2 A2 A2 A2 A2 B2 A2 B2 B2 B2 B2 A2 B2 B2 A2 A2 A1 B2 B2 A2 B2 B2 B2 B2 A2 A2 A2 B2 B1 A2 B2 A2 B2 A2 A2 B2 A2 A2 B2 B2 A2 A2 A2 B2 B1 A2 B2 A2 B1 A2 A2 A2
Resultados discriminantes
P(G=g | D=d)
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
Funcíon1
Funcíon2
Funcion3
0,330 0,000 0,000 0,000 0,000 0,004 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,036 0,000 0,004 0,001 0,000 0,002 0,000 0,003 0,006 0,000 0,001 0,002 0,000 0,005 0,000 0,000 0,000 0,000 0,005 0,000 0,000 0,000 0,002 0,000 0,013 0,000 0,000 0,004 0,000 0,015 0,000 0,446 0,000 0,000 0,000 0,026 0,000 0,000 0,000 0,002 0,001 0,000 0,166 0,004 0,481 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000
5,950 22,660 28,945 22,821 24,637 18,199 34,836 26,763 23,353 35,733 15,207 9,032 29,475 12,057 14,198 24,961 15,199 15,744 14,787 14,142 20,858 14,401 15,807 21,685 13,138 25,010 37,684 35,491 40,721 14,317 25,729 70,285 18,869 13,878 17,235 13,800 25,673 23,213 13,479 68,272 10,968 39,172 7,022 31,580 44,819 18,442 11,416 63,745 58,378 20,495 13,698 17,314 38,285 10,488 12,814 6,716 19,289 27,093 27,218 30,201 19,055
0,148 1,894 3,799 1,866 2,144 -4,324 1,350 2,351 2,144 2,394 1,084 0,362 2,259 0,941 -1,794 1,705 -1,075 -1,964 -0,818 -0,666 1,696 -1,814 -0,947 1,994 0,057 -3,673 3,104 2,015 2,716 -0,648 -2,501 4,888 -2,254 1,030 1,438 -0,354 -2,588 2,696 1,248 4,660 0,915 3,668 -0,862 2,236 4,790 1,712 1,066 3,634 3,256 1,640 1,248 1,690 3,269 2,438 1,020 0,145 1,865 3,052 2,354 2,142 1,779
1,608 1,217 -3,624 1,155 0,392 1,076 0,571 0,556 0,654 -3,971 1,541 0,611 1,614 1,017 1,629 0,915 2,300 2,053 2,476 2,471 1,191 1,621 2,166 1,191 1,300 1,405 -4,231 -3,881 1,330 2,084 0,350 -6,455 2,164 2,144 1,828 2,048 0,659 0,278 0,670 -6,422 2,063 -4,536 2,276 0,927 -4,598 0,132 0,915 -6,221 -6,020 1,847 1,346 0,432 -4,412 -1,232 0,503 2,467 0,692 0,395 0,750 1,810 1,041
-1,061 0,790 1,095 0,864 0,469 -0,007 3,038 0,852 0,263 -2,302 0,498 -0,397 1,498 -0,274 -1,279 1,453 -2,182 -1,241 -2,255 -2,262 0,742 -1,301 -2,446 0,355 1,253 -0,453 -1,799 -2,510 2,473 -2,449 -2,486 0,827 -1,463 0,151 0,367 1,631 -2,433 0,726 -0,867 0,312 -0,667 -0,657 0,619 1,795 1,020 -0,707 -1,430 -1,455 -1,210 0,775 -0,333 -0,822 -1,336 -0,098 -0,539 -1,270 -0,266 1,583 0,785 1,769 0,071
Tabla 52 (Parte II) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante.
192
Grupo Más Alto Muestra
Grupo Análisis Cluster
Grupo pronosti cado
Plat76 Plat77 Plat78 Plat79 Plat80 Plat81 Sin82 Sin83 Sin84 Sin85 Sin86 Sin87 Sin88 Sin89 Sin90 Sin91 Sin92 Sin93 Sin94 Sin95 Sin96 Sin97 Sin98 Sin99 Sin100 Bor101 Bor102 Bor103 Bor104 Bor105 Tierra1 Tierra2 Tierra3 Tierra4 Tierra5 Tierra6 Tierra7 Tierra8
B2 A2 B2 B2 B1 B1 A1 A1 A1 A1 A1 A2 A1 B2 B2 A1 A1 A1 A1 A2 A2 A2 A1 A1 A1 A2 A2 B2 B2 A1 A2 A2 A2 B2 B2 B2 B2 B2
B2 A2 B2 B2 B1 B2 A1 A1 A1 A1 A1 A2 A1 B2 B2 A1 A1 A1 A1 A2 A1 A2 A1 A1 A1 A2 A2 B2 B2 A1 A2 A2 A2 B2 B2 B2 B2 B2
Segundo Grupo Más Alto
p
df
P(G=g | D=d)
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
0,639 0,279 0,792 0,532 0,049 0,113 0,853 0,971 0,865 0,933 0,437 0,864 0,245 0,167 0,239 0,993 0,952 0,032 0,925 0,308 0,248 0,674 0,243 0,243 0,987 0,349 0,286 0,491 0,559 0,886 0,096 0,022 0,069 0,857 0,999 0,615 0,729 0,614
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3
1,000 0,998 1,000 1,000 1,000 0,956 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,535 0,950 1,000 1,000 1,000 1,000 0,997 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,999 0,998 0,998 1,000 1,000 0,995 0,842 0,996 0,999 1,000 0,981 0,996 0,988
1,691 3,844 1,039 2,201 7,862 5,974 0,787 0,237 0,735 0,434 2,717 0,738 4,161 5,066 4,215 0,094 0,344 8,829 0,473 3,600 4,127 1,534 4,178 4,178 0,139 3,289 3,783 2,413 2,065 0,644 6,336 9,611 7,079 0,768 0,026 1,798 1,302 1,807
P(D>d | G=g)
Grupo B1 B2 A2 B1 B2 B1 A2 A2 A2 A2 A2 B2 A2 A2 A2 A2 A2 A2 A2 B2 A2 B2 A2 A2 A2 B2 B2 A2 A2 A2 A1 A1 A1 A2 A2 A2 A2 A2
Resultados discriminantes
P(G=g | D=d)
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
Funcíon1
Funcíon2
Funcion3
0,000 0,002 0,000 0,000 0,000 0,044 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,465 0,050 0,000 0,000 0,000 0,000 0,003 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,002 0,002 0,000 0,000 0,005 0,158 0,004 0,001 0,000 0,019 0,004 0,012
28,651 16,195 27,658 23,901 67,553 12,146 48,552 45,045 47,949 42,014 32,332 16,587 31,757 5,349 10,090 43,374 39,495 25,844 37,785 15,042 21,226 25,262 57,490 57,490 43,974 16,345 16,547 14,609 29,303 47,516 17,098 12,954 18,231 14,225 18,315 9,712 12,600 10,656
2,335 -0,735 2,169 2,506 2,886 2,277 -6,691 -6,774 -6,582 -6,176 -6,427 -2,033 -6,406 -0,577 -0,517 -6,657 -6,879 -6,231 -6,823 -0,784 -5,617 -2,580 -6,291 -6,291 -6,833 -0,909 -0,810 0,162 2,088 -6,689 -4,268 -4,611 -4,224 1,258 1,543 0,661 1,091 0,860
0,582 1,997 1,186 0,231 -6,250 -1,028 -3,274 -2,807 -3,272 -2,597 -0,855 2,338 -0,506 0,661 1,037 -2,688 -1,977 0,492 -1,843 2,508 -0,648 0,753 -4,434 -4,434 -2,601 2,324 2,322 0,927 1,802 -3,179 0,791 0,488 1,060 1,679 1,238 1,652 1,788 1,691
1,309 -2,711 1,298 0,997 -2,620 -0,053 0,748 0,763 0,830 1,484 1,451 -1,183 1,643 -0,222 1,076 0,850 0,783 1,428 0,725 -2,312 0,677 -2,389 0,688 0,688 0,797 -2,510 -2,616 1,364 1,704 0,727 -0,261 0,146 0,167 -0,138 0,429 -0,409 -0,338 -0,531
Tabla 52 (Parte III) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante.
193
Fig. 95 – Distribución de los porcentajes de las concentraciones mineralógicas por grupos, utilizando un gráfico box and whisker.
Elementos
Nº de muestras
V. Mínimo V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Calcita
15
21,00
98,00
71,6687
21,92199
Feld_P
5
1,00
6,00
3,4000
2,07364
Feld_CS
1
2,00
2,00
2,0000
Filosilicatos
11
7,00
39,00
20,6373
10,50872
Cuarzo
15
1,00
45,00
11,6007
11,54979
Olivino
0
Anfibol
0
Piroxeno 0 Tabla 53 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo A1.
194
Elementos
Nº de muestras
V. Mínimo V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Calcita
5
2,00
20,01
8,6020
6,84522
Feld_P
20
2,00
47,00
17,3020
14,23268
Feld_CS
15
2,00
23,00
10,4680
5,46230
Filosilicatos
21
5,00
69,00
31,6195
16,85663
Cuarzo
23
21,00
95,00
47,2617
17,69328
Olivino
0
Anfibol
0
Piroxeno 0 Tabla 54 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo A2.
Elementos
Nº de muestras
V. Mínimo V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Calcita
0
Feld_P
9
12,00
85,00
31,6667
25,24381
14
11,00
97,00
55,7150
29,83692
Filosilicatos
1
38,00
38,00
38,0000 .
Cuarzo
0
Olivino
9
1,00
86,00
17,8889
26,69478
Anfibol
12
1,00
19,00
5,5000
5,43557
Piroxeno
9
1,00
21,00
7,1133
8,14865
Feld_CS
Tabla 55 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo B1.
Elementos
Nº de muestras
V. Minimo V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Calcita
0
Feld_P
57
3,00
76,00
23,2293
16,64073
Feld_CS
54
2,00
74,00
23,7431
16,81812
Filosilicatos
44
3,00
81,00
29,0698
16,79100
Cuarzo
61
2,00
75,00
20,1648
16,06484
Olivino
49
1,00
60,01
9,7355
14,59350
Anfibol
36
1,00
43,00
5,3056
8,12692
Piroxeno 48 1,00 72,00 5,9377 13,72441 Tabla 56 – Frecuencias relativas de las concentraciones mineralógicas en el grupo B2.
195
3.2. FLUORESCENCIA DE RAYOS X POR REFLEXIÓN TOTAL (TXRF) Antes de empezar con la descripción de resultados obtenidos con esta técnica, hay que mencionar que las muestras T7 y T8 no pudieron ser integradas, ya que fueron estudiadas por Fluorescencia de Rayos X sin reflexión total y sus porcentajes fueron contabilizados de forma distinta. Consecuentemente obtuvimos los resultados semicuantitativos – teniendo en cuenta la relación peso (%) versus hierro – de 111 muestras (expuestos en el Anexo 8), que fueron estudiados estadísticamente utilizando tres técnicas exploratorias de análisis multivariante que en seguida explicitamos sucintamente: Como ya habíamos mencionado en punto 2.2., se identificaron 20 elementos traza: Al, P, S, Cl, K, Ca, Ti, V, Cr, Mn, Co, Ni Cu, Zn, Ga, Br, Sr, Rb, As y Pb. De estos sólo se han incluido 14, habiéndose desechado: S, Cl, V, Cr, Co y Pb, por presentarse en muchos de sus casos con algún porcentaje de error relativo o sin cuantificación. Para este aspecto seguimos la propuesta Baxter (1994: 41) y García-Heras, (1998: 174) que indican que cuando una variable ofrece muchos ceros, como en estos casos, es aconsejable eliminarla, con el fin de evitar que sus valores dominen el análisis a realizar. Se empezó con una primera aproximación a la estructura que presentaban estos datos, realizándose un análisis exploratorio de todo el conjunto mediante análisis cluster y análisis de componentes principales. Aspecto esencial para la comprensión de la muestra, como se puede observar en el trabajo de García-Heras (id. ibid.). Con este paso, se comprobó que las muestras T4 y Cop21, eran claros outliers, situación que nos llevó a retirarlos del análisis.
Grupo 1 (cuarzo mayoritario): Cop26, Camp34, Camp36, Camp37, Camp38, Camp39, Camp41, Camp42, Taz12, Taz47, Taz48, Taz50, Taz54, Plat70, Plat77, Sin84, Sin87, Sin90 Sin95, Sin97, Bor101, Bor102, T1, T2 y T3. Grupo 2 (calcita añadida): Sin82, Sin83, Sin85, Sin86, Sin88, Sin91, Sin92, Sin93, Sin94, Sin96, Sin98, Sin99, Sin100, Bor105. Grupo 3 (minerales máficos): Cop1, Cop2, Cop4, Cop5, Cop6, Cop7, Cop9, Cop11, Cop14, Cop16, Cop17, Cop18, Cop19, Cop20, Cop22, Cop23, Cop24, Cop25, Cop28, Cop29, Camp15, Camp27 Camp30, Camp31, Camp32, Camp33, Camp34, Camp35, Camp40, Camp43, Taz3, Taz44, Taz45, Taz46, Taz49, Taz51, Taz52, Taz53, Aca8, Aca10, Aca55, Aca56, Aca57, Aca58, Aca59, Aca60, Aca61, Aca62, Aca63, Aca64, Aca65, Aca66, Aca67, Aca68, Aca69, Plat13, Plat71, Plat72, Plat73, Plat74, Plat75, Plat76, Plat78, Plat79, Plat80, Plat81, Sin89, Bor103, Bor104, T5, T6. Después del análisis de los componentes principales, empezamos con la elaboración de una matriz de correlación; en ella se observa que los elementos que más han influido en la formación de estas agrupaciones son aquellos que se hallan altamente correlacionados entre sí, esto es: Al, Rb, Ga, K, Ca, Cu y Zn, en contraste con los que la correlación es escasa o negativa, como ocurre con el Sr o el Ti en relación a los elementos anteriores. Este contexto, se refleja de la misma manera en el análisis de componentes principales, realizado posteriormente como forma de contrastar los resultados del análisis anterior. Verificamos entonces que el SPSS 16.0 (el mencionado programa estadístico utilizado), identifica tres componentes principales de catorce. Con estos tres podemos explicar el 63,59% de la variación total de los casos. Con respecto al primer componente, que explica un 39,11% de la variación, los elementos K, Rb y Al son los que principalmente se correlacionan positivamente con él, mientras que, de manera negativa, lo hacen el Ti, Sr, As y Br. En el segundo componente, con un 14,57% de la variación de los datos, son Sr, Mn y Ca los elementos que se correlacionan de forma positiva, mientras que en los casos del Br, As, Cu, Ni y Rb la correlación es negativa. Por último, en el tercer componente, que sólo explica un 9,92% de la variación, los elementos P, Br y As se correlacionan positivamente, en tanto el K, Mn, Rb y Al lo hacen de manera negativa.
En líneas generales, el nuevo análisis cluster (utilizando la distancia euclídea al cuadrado y el método de Ward) nos proporcionó un dendograma en el que puede apreciarse tres grupos principales (Grupo 1, Grupo 2 y Grupo 3). Con todo, en la última de las agrupaciones – la de mayores dimensiones – se pueden distinguir otros tres subgrupos (a, b, c); los dos primeros de tamaño similar y el último más reducido. En los grupos 1 y 2 existe una relación muy próxima con los grupos de cuarzo y calcita añadida, identificados anteriormente en la difracción. Consecuentemente en el primer grupo podemos ver las siguientes muestras: Cop26, Camp34, Camp36, Camp37, Camp38, Camp39, Camp41, Camp42, Taz12, Taz47, Taz48, Taz50, Taz54, Plat70, Plat77, Sin84, Sin87, Sin90 Sin95, Sin97, Bor101, Bor102, T1, T2 y T3, en casi todas ellas está presente el cuarzo, a excepción de dos, Sin84 y Sin90; la primera pertenece al grupo de calcita añadida y el segundo al mini-grupo de los piroxenos. Por otro lado, en el grupo 2 podemos ver las mismas muestras que en grupo de la calcita añadida (grupo A1) a excepción de Sin84, ahora presente en el grupo de cuarzo. Las mayores diferencias se observan en el Grupo 3, el cual se podrá relacionar con los dos grupos identificados 196
con presencia de minerales máficos en la XRD, ya que apenas en un caso (muestra Sin90) no existe coincidencia. Sin embargo, no hay una relación tan cercana, como en los casos anteriores, entre los tres sub-grupos del Grupo 3 y los cuatro grupos de minerales máficos:
Fig. 96 – Dendograma resultante del análisis cluster a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras. 197
Fases
lgAl
lgP
lgK
lgCa
lgTi
lgMn
lgNi
lgCu
lgZn
lgGa
lgBr
lgSr
lgRb
lgAs
lgAl
1,000
lgP
0,069 1,000
lgK
0,857 -0,081 1,000
lgCa
0,516 0,273 0,405 1,000
lgTi
-0,518 0,093 -0,530 -0,255 1,000
lgMn
0,047 0,126 0,015 0,478 0,071 1,000
lgNi
0,415 0,042 0,557 0,281 -0,272 0,096 1,000
lgCu
0,523 0,122 0,505 0,370 -0,390 0,065 0,458 1,000
lgZn
0,546 0,140 0,591 0,527 -0,377 0,225 0,464 0,531 1,000
lgGa
0,817 0,030 0,800 0,445 -0,499 0,024 0,367 0,534 0,601 1,000
lgBr
0,014 0,223 0,041 -0,134 0,183 -0,235 0,003 0,088 -0,092 0,076 1,000
lgSr
-0,010 0,194 -0,154 0,401 0,212 0,323 -0,137 -0,108 0,122 -0,005 -0,227 1,000
lgRb
0,827 -0,049 0,965 0,472 -0,534 0,031 0,584 0,567 0,640 0,804 0,071 -0,167 1,000
lgAs
-0,079 0,122 0,020 -0,146 0,013 -0,132 0,020 0,021 0,037 -0,025 0,094 -0,091 0,037 1,000 Tabla 57 – Matriz de correlación obtenida a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras.
Valores iniciales Componente Total 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
5,475 2,039 1,388 0,978 0,849 0,733 0,596 0,537 0,397 0,369 0,295 0,184 0,135 0,024
Valores selecionados
% de Variancia % Acumulada Total % de Variancia % Acumulada 39,109 14,566 9,915 6,983 6,065 5,237 4,259 3,839 2,838 2,638 2,104 1,311 0,964 0,172
39,109 5,475 53,676 2,039 63,591 1,388 70,574 76,639 81,875 86,134 89,973 92,811 95,449 97,553 98,864 99,828 100,000
39,109 14,566 9,915
39,109 53,676 63,591
Tabla 58 – Porcentajes de los tres componentes principales obtenidos a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras.
198
1
Componente 2
3
lgAl lgP
0,884 0,067
-0,031 0,350
-0,023 0,750
lgK
0,914
-0,198
-0,071
lgCa
0,608
0,629
0,067
lgTi
-0,617
0,216
0,318
lgMn
0,140
0,730
-0,074
lgNi
0,621
-0,078
0,063
lgCu
0,693
-0,052
0,181
lgZn
0,759
0,224
0,072
lgGa
0,862
-0,070
0,016
lgBr
-0,007
-0,375
0,699
lgSr
-0,045
0,781
0,033
lgRb
0,936
-0,175
-0,018
lgAs
-0,019
-0,240
0,424
Fases
Tabla 59 – Relación entre la transformación logarítmica de las fases y los tres componentes principales.
Fig. 97 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras. Representación tridimensional del peso de las variables, en el primer, segundo y tercer componente.
199
Podemos afirmar, teniendo en cuenta los resultados que venimos presentando, que existen tres grupos que definen las cerámicas en estudio. Solamente en uno de ellos podemos encontrar una relación entre el tipo de pieza y la composición de la arcilla, que sería el grupo de la calcita añadida (Grupo A1 de la XRD y Grupo 2 de la TXRF). En los dos restantes están representadas prácticamente todas las tipologías, el único caso distinto son las muestras de hoja de acacia, en que todos los casos se incluyen en el Grupo 3 de la TXRF, tanto en el análisis cluster como en el de componentes principales. De modo general, tanto el Grupo 1 como el 3 también tienen su correspondiente en la mineralógica, siendo más evidente en primer caso, donde existe una correspondencia casi total. En el Grupo 1 apenas falta la muestra Camp34, de las presentes en el Grupo A2 de la XRD, por otro lado en este faltan las muestras Sin90 y Taz53. El Grupo 3 corresponde también con una u otra diferencia al los grupos B1 y B2 de XRD.
Los resultados del consecuente análisis de componentes principales produjeron resultados prácticamente idénticos a los presentados en el dendograma (ver figura 87), identificándose claramente los tres conjuntos indicados con ese análisis previo. Todo esto permite verificar la existencia de algunas muestras de “frontera”, es decir, se encuentran en los límites entre los grupos. Despertando algunas dudas en las muestras Camp41 y Sin90, que están entre el Grupo 1 y el Grupo 3 y las muestras Sin88 y Sin93 que estarían entre el Grupo 1 y el Grupo 2. Hay que referir el distanciamiento de algunas muestras del núcleo central de su grupo, que serían los casos de: T6, Plat74 y Cop29, para el Grupo 3; de Taz47 y Camp39 para el Grupo 1 y, finalmente, Bord105 para el Grupo 2. Por lo general, se empiezan ya a evidenciar tres agrupaciones, una con una presencia mayoritaria de cuarzo, otra con calcita y una última, con un gran número de muestras que se caracteriza por la presencia de minerales máficos. En definitiva se ha realizado el análisis discriminante, aspecto importante del estudio estadístico y fundamental para confirmar los resultados (Baxter, 1994 y GarcíaHeras, 1998). En el cual se ha podido corroborar y perfeccionar la división en tres grupos que se venía proponiendo. Después del análisis discriminante se ha podido inferir que la muestra Sin84 se encuadraría mejor en el Grupo 2 con calcita añadida (como además ya lo hacía en el Grupo A1 de XRD) que en el Grupo 1, y la Taz53 que pasaría a pertenecer a este último grupo en detrimento del Grupo 3, confirmando así el 98,2% de los casos. Los tres grupos finales estarían así definidos: Grupo1 Final (24 muestras): Cop26, Camp36, Camp37, Camp38, Camp39, Camp41, Camp42, Taz12, Taz47, Taz48, Taz50, Taz53, Taz54, Plat70, Plat77, Sin87, Sin90, Sin95, Sin97, Bor101, Bor102, T1, T2 y T3.
Otro aspecto interesante tiene que ver con la inexistencia de una coincidencia estratigráfica en las agrupaciones. De facto, en ninguno de los análisis realizados se pudo identificar una mayor concentración de valores según su ubicación estratigráfica. Teniendo en cuenta las agrupaciones obtenidas podemos identificar las concentraciones mínimas, máximas y medias de cada elemento químico en el respectivo grupo, identificando así el patrón del respectivo. En el gráfico box and whisker de las concentraciones elementales de los grupos se puede constatar una dispersión muy regular de sus respectivos valores, hecho que puede ser explicado por una cierta homogeneidad de la composición de las pastas, visible en las representaciones de las “cajas”, que debido a sus valores muy similares prácticamente no se distinguen. Con todo hay que referir la existencia de algunos valores que sobrepasan la media prevista por el gráfico, valores que como ya referimos están representados por los símbolos (ο) cuando son atípicos y (*) muy atípicos, que se verifican fundamentalmente en el grupo 3 y pueden ser explicados por el tamaño de la agrupación, el intervalo temporal (tenemos piezas con mil años de diferencia) y por el hecho de que en cerámicas prehistóricas sería difícil obtener grados de uniformidad de las pastas comunes a la época post-romana.
Grupo 2 Final (15 muestras): Sin82, Sin83, Sin84, Sin85, Sin86, Sin88, Sin91, Sin92, Sin93, Sin94, Sin96, Sin98, Sin99, Sin100, Bor105. Grupo 3 Final (70 muestras): Cop1, Cop2, Cop4, Cop5, Cop6, Cop7, Cop9, Cop11, Cop14, Cop16, Cop17, Cop18, Cop19, Cop20, Cop22, Cop23, Cop24, Cop25, Cop28, Cop29, Camp15, Camp27 Camp30, Camp31, Camp32, Camp33, Camp34, Camp35, Camp40, Camp43, Taz3, Taz44, Taz45, Taz46, Taz49, Taz51, Taz52, Aca8, Aca10, Aca55, Aca56, Aca57, Aca58, Aca59, Aca60, Aca61, Aca62, Aca63, Aca64, Aca65, Aca66, Aca67, Aca68, Aca69, Plat13, Plat71, Plat72, Plat73, Plat74, Plat75, Plat76, Plat78, Plat79, Plat80, Plat81, Sin89, Sin90, Bor103, Bor104, T5, T6.
200
Se pudo también constatar en la figura 83, la proximidad de algunas muestras a pesar de la pertenencia a grupos distintos, logrando plantearse, por ejemplo, una cercanía muy grande entre las pastas del Grupo 1 (cuarzo) y del Grupo 2 (calcita añadida), donde la gran diferencia sería la presencia del desgrasante, en este caso concreto la calcita. Situación similar podría verificarse en algunas piezas del Grupo 3, donde la presencia de minerales máficos es poco representativa (probables inclusiones artificiales o mezcla de arcillas), observándose una menor distancia entre las muestras Cop7, Camp36, Taz54 y Cop20, del referido grupo con el Grupo1.
Como se puede observar, el grupo 2 es más fácil de identificar y sobresale por sus valores muy elevados de Ca, siendo el más homogéneo e idéntico al grupo mineralógico A1 (grupo calcita añadida). Por otro lado el grupo 1 presenta a semejanza del grupo 2 valores altos de K y Al, las muestras de esta agrupación están presentes con uno u otro cambio en el grupo mineralógico A2. Por fin, el grupo 3, al cual corresponde el mayor número de muestras y que tiene su correspondencia en los grupos mineralógicos B1 y B2, presenta valores muy bajos en relación a la media de las agrupaciones anteriores. Se puede comprobar que en los tres grupos existe una separación entre los cinco primeros elementos (Al, P, K, Ca y Ti) y los restantes, como se observa en las siguientes tablas, sus valores son ampliamente superiores y generalmente (excepción hecha a los valores de Ca en el grupo 2) muy similares en los grupos.
201
Fig. 98 – Análisis de componentes principales a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras. Representación de las muestras y sus agrupaciones, en el primer y segundo componente. Podemos ver los conjuntos representativos de los grupos obtenidos por el análisis cluster.
202
Fig. 99 – Análisis discriminante a partir de la transformación logarítmica de las concentraciones elementales de 109 muestras y de las agrupaciones establecidas en los análisis cluster y de componentes principales. Representación de las muestras según la puntuación en las dos primeras variables canónicas. Relación de proximidad de las muestras según el centroide. Dentro de los círculos podemos identificar los tres grupos finales.
203
Grupo Más Alto Muestra
Cop1 Cop2 Cop4 Cop5 Cop6 Cop7 Cop9 Cop11 Cop14 Cop16 Cop17 Cop18 Cop19 Cop20 Cop22 Cop23 Cop24 Cop25 Cop26 Cop28 Cop29 Camp15 Camp27 Camp30 Camp31 Camp32 Camp33 Camp34 Camp35 Camp36 Camp37 Camp38 Camp39 Camp40 Camp41 Camp42 Camp43 Taz3 Taz12 Taz44 Taz45 Taz46 Taz47 Taz48 Taz49 Taz50 Taz51 Taz52 Taz53 Taz54 Aca8 Aca10
Grupo Análisis Cluster
Grupo pronosti cado
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 1 1 1 3 1 1 3 3 1 3 3 3 1 1 3 1 3 3 3 1 3 3
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 1 1 1 3 1 1 3 3 1 3 3 3 1 1 3 1 3 3 1 1 3 3
P(D>d | G=g) p
0,869 0,598 0,949 0,832 0,862 0,559 0,462 0,207 0,912 0,426 0,921 0,176 0,635 0,677 0,817 0,582 0,779 0,732 0,411 0,222 0,399 0,687 0,111 0,309 0,156 0,806 0,228 0,094 0,014 0,350 0,339 0,113 0,262 0,422 0,047 0,370 0,724 0,273 0,725 0,290 0,484 0,812 0,643 0,829 0,803 0,890 0,302 0,046 0,070 0,776 0,626 0,990
df
P(G=g | D=d)
2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
Resultados discriminantes
Segundo Grupo Más Alto Distancia de Mahalanobis2 al centroide
1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,999 0,999 0,998 1,000 1,000 1,000 0,969 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,998 0,969 1,000 0,983 1,000 0,999 0,996 1,000 1,000 1,000 0,998 0,788 0,999 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,999 0,886 0,804 1,000 1,000 1,000
0,280 1,029 0,105 0,367 0,297 1,164 1,544 3,148 0,185 1,708 0,165 3,469 0,908 0,780 0,404 1,083 0,499 0,624 1,780 3,014 1,840 0,750 4,392 2,352 3,709 0,430 2,957 4,724 8,495 2,100 2,161 4,353 2,678 1,726 6,110 1,990 0,645 2,599 0,643 2,478 1,451 0,417 0,882 0,375 0,439 0,232 2,397 6,149 5,328 0,507 0,936 0,021
Grupo
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 3 2 3 3 1 3 2 1 1 2 2 1 1 3 3 1 3 1 1 3 3 1 1
P(G=g | D=d)
0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,001 0,002 0,000 0,000 0,000 0,031 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,002 0,031 0,000 0,017 0,000 0,001 0,004 0,000 0,000 0,000 0,002 0,212 0,001 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,114 0,196 0,000 0,000 0,000
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
24,066 34,342 23,351 31,719 29,545 15,602 16,547 15,269 23,902 29,851 29,128 10,383 34,907 18,922 31,017 32,866 22,031 31,842 21,091 42,599 27,661 27,394 43,746 15,247 10,607 23,262 11,026 23,872 21,868 12,958 30,529 29,313 30,820 14,391 8,737 16,881 24,229 43,764 23,602 30,907 30,834 20,643 27,144 23,686 26,823 20,746 15,852 10,248 8,152 24,391 32,540 25,489
Función 1
Función 2
-1,730 -2,522 -1,797 -2,605 -2,613 -1,116 -0,860 -0,383 -1,772 -2,919 -2,338 -0,297 -3,044 -1,221 -2,723 -2,301 -1,488 -2,381 3,733 -2,912 -1,529 -2,597 -4,043 -1,402 -0,731 -2,148 -0,636 -2,486 -2,233 1,026 3,515 1,431 1,927 -1,146 -0,071 3,482 -2,294 -3,648 3,189 -1,676 -1,945 -1,824 2,065 1,962 -2,483 1,938 -1,494 -0,799 0,142 1,960 -2,321 -2,043
-0,701 -1,233 -0,448 -0,636 -0,156 0,147 -0,485 -0,794 -0,602 0,697 -0,637 0,184 -0,350 -0,463 -0,238 -1,334 -0,682 -1,049 1,921 -1,844 -1,549 0,389 0,450 1,056 1,049 0,339 0,601 1,823 2,597 1,486 2,906 3,798 3,516 0,598 1,843 1,047 0,463 -0,733 1,812 -1,833 -1,510 0,273 2,827 2,379 0,220 1,810 1,114 1,802 1,464 2,510 -1,254 -0,450
Tabla 60 (Parte I) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante.
204
Grupo Más Alto Muestra
Aca55 Aca56 Aca57 Aca58 Aca59 Aca60 Aca61 Aca62 Aca63 Aca64 Aca65 Aca66 Aca67 Aca68 Aca69 Plat13 Plat70 Plat71 Plat72 Plat73 Plat74 Plat75 Plat76 Plat77 Plat78 Plat79 Plat80 Plat81 Sin82 Sin83 Sin84 Sin85 Sin86 Sin87 Sin88 Sin89 Sin90 Sin91 Sin92 Sin93 Sin94 Sin95 Sin96 Sin97 Sin98 Sin99 Sin100 Bor101 Bor102 Bor103 Bor104 Bor105 Tierra1 Tierra2 Tierra3 Tierra5 Tierra6
Grupo Análisis Cluster
Grupo pronosti cado
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 2 2 1 2 2 1 2 3 1 2 2 2 2 1 2 1 2 2 2 1 1 3 3 2 1 1 1 3 3
3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 3 3 1 3 3 3 3 2 2 2 2 2 1 2 3 1 2 2 2 2 1 2 1 2 2 2 1 1 3 3 2 1 1 1 3 3
P(D>d | G=g) p
0,915 0,777 0,518 0,216 0,889 0,366 0,928 0,000 0,624 0,403 0,648 0,340 0,473 0,177 0,928 0,603 0,953 0,993 0,885 0,824 0,992 0,745 0,685 0,864 0,913 0,363 0,503 0,668 0,812 0,903 0,271 0,046 0,521 0,671 0,684 0,246 0,254 0,681 0,972 0,391 0,944 0,859 0,908 0,771 0,429 0,814 0,389 0,090 0,595 0,302 0,325 0,140 0,999 0,121 0,178 0,310 0,345
df
P(G=g | D=d)
2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,999 1,000 1,000 1,000 1,000 0,986 0,988 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 1,000 0,845 1,000 0,994 0,997 1,000 1,000 0,980 0,994 1,000 1,000
Resultados discriminantes
Segundo Grupo Más Alto Distancia de Mahalanobis2 al centroide
0,178 0,504 1,314 3,060 0,235 2,013 0,150 17,977 0,942 1,816 0,869 2,158 1,496 3,463 0,150 1,012 0,096 0,015 0,244 0,388 0,016 0,588 0,758 0,292 0,183 2,027 1,375 0,808 0,416 0,204 2,612 6,151 1,305 0,797 0,759 2,802 2,740 0,768 0,056 1,878 0,116 0,305 0,192 0,521 1,692 0,411 1,889 4,824 1,039 2,395 2,248 3,929 0,001 4,216 3,457 2,342 2,126
Grupo
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 1 1 3 1 1 1 1 2 1 3 1 1 1 3 3 1 1 1 3 2 2 1 1
P(G=g | D=d)
0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 0,000 0,000 0,000 0,000 0,014 0,012 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,155 0,000 0,006 0,003 0,000 0,000 0,020 0,006 0,000 0,000
Distancia de Mahalanobis2 al centroide
27,157 19,797 37,938 40,747 29,151 41,530 28,922 53,928 34,838 35,631 23,908 35,224 39,081 47,455 26,953 35,012 24,860 26,432 20,716 31,820 26,571 32,603 20,493 21,833 29,667 18,878 27,839 34,851 28,962 25,681 16,654 53,122 21,715 27,933 28,795 11,286 11,622 38,337 28,090 17,498 32,912 28,403 27,063 28,962 36,528 35,764 29,457 8,212 29,167 12,691 13,721 42,079 24,946 12,002 13,694 42,735 37,649
Función 1
Función 2
-2,416 -1,386 -3,004 -2,634 -2,268 -3,402 -2,478 -4,886 -2,650 -2,377 -1,484 -2,220 -3,195 -3,780 -2,065 -2,635 2,215 -2,212 -1,609 -2,583 -2,198 -2,520 -1,296 1,890 -2,506 -0,825 -1,671 -2,970 5,950 6,181 4,966 6,282 5,356 3,185 6,898 -0,554 0,815 7,371 6,271 5,679 6,474 2,898 6,056 2,386 7,620 7,134 5,397 0,584 2,210 -0,948 -0,594 8,256 2,369 3,921 3,974 -3,301 -3,470
-0,045 -0,390 -1,008 -1,978 -0,766 -0,858 -0,317 2,874 -1,108 -1,631 -1,022 -1,778 -0,843 -1,097 -0,701 -1,161 2,198 -0,324 -0,208 -0,697 -0,383 -0,950 -0,667 2,131 -0,419 -0,964 -1,409 -0,506 -2,094 -1,423 -1,223 -4,219 -1,652 2,373 -0,975 0,346 1,467 -1,740 -1,669 -0,647 -2,088 2,185 -1,750 2,671 -1,095 -1,703 -2,575 0,712 2,951 0,728 -0,233 -0,838 1,933 0,572 0,962 -1,251 0,160
Tabla 60 (Parte II) – Relación entre los grupos determinados por el análisis cluster y el análisis discriminante.
205
Fig. 100 – Distribución de los porcentajes de las concentraciones elementales por grupos, utilizando un gráfico box and whisker.
lementos
Nº de muestras
V. Mínimo
V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Al
24
20,24
37,20
27,861739
4,9390395
P
24
0,63
10,45
2,780783
2,5936030
K
24
26,26
123,16
62,997304
23,0773085
Ca
24
21,06
143,55
42,178913
30,0271342
Ti
24
8,58
20,44
14,567826
2,9345732
Mn
24
0,03
2,63
0,968043
0,5806926
Ni
24
0,03
0,22
0,131522
0,0473554
Cu
24
0,03
0,30
0,089609
0,0622763
Zn
24
0,16
0,47
0,305304
0,0902191
Ga
24
0,04
0,09
0,058087
0,0122137
Br
24
0,01
0,11
0,040087
0,0252387
Sr
24
0,04
0,60
0,365609
0,1266426
Rb
24
0,14
0,82
0,444522
0,1684156
As
24
0,03
0,42
0,067217
0,0785962
Tabla 61 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 1. 206
Elementos
Nº de muestras
V. Minimo
V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
Al
15
23,25
39,40
30,468533
5,2337455
P
15
1,42
7,46
3,937133
1,4780441
K
15
34,15
70,16
54,397667
9,2294174
Ca
15
144,43
526,02
348,391467
109,5772392
Ti
15
10,34
16,04
13,591600
1,7993987
Mn
15
0,50
5,30
2,360400
1,3096389
Ni
15
0,01
0,27
0,135867
0,0520931
Cu
15
0,06
1,16
0,186333
0,2725846
Zn
15
0,22
1,54
0,481733
0,3714084
Ga
15
0,03
0,08
0,060467
0,0149898
Br
15
0,00
0,04
0,020873
0,0102524
Sr
15
0,36
1,11
0,725867
0,2500482
Rb
15
0,29
0,58
0,458067
0,0753852
As
15
0,01
0,08
0,050400
0,0189050
Tabla 62 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 2.
Elementos
Nº de muestras
Al
V. Minimo
V. Máximo
Media
Desviación Éstardar
70
10,51
26,62
17,9660
3,68298
P
70
0,38
7,88
2,8696
1,91670
K
70
7,30
43,69
18,9700
7,64492
Ca
70
9,61
73,40
34,9296
11,22994
Ti
70
11,35
23,97
17,3591
2,45802
Mn
70
0,19
2,08
1,0423
0,30611
Ni
70
0,01
0,26
0,0433
0,04180
Cu
70
0,01
0,16
0,0357
0,02652
Zn
70
0,03
0,46
0,1847
0,07328
Ga
70
0,01
0,05
0,0324
0,00731
Br
70
0,01
0,06
0,0219
0,01333
Sr
70
0,17
1,39
0,6036
0,22216
Rb
70
0,04
0,25
0,0957
0,04056
As
70
0,02
0,53
0,0697
0,10068
Tabla 63 – Frecuencias relativas de las concentraciones elementales en el grupo 3.
207
3.3. LÁMINA DELGADA El estudio petrográfico de lámina delgada (ver anexo 9) ha sido utilizado con la intención de identificar los desgrasantes presentes en las cerámicas y también identificar las diferencias existentes, por ejemplo en el grupo de los minerales máficos. Se han observado 22 muestras, fundamentalmente fragmentos decorados y dentro del grupo anteriormente referido: Cop1, Cop2, Cop4, Cop5, Cop6, Cop7, Cop9, Cop11, Cop14, Cop17, Cop20, Cop21, Cop22, Camp15, Camp27, Camp30, Taz3, Taz12, Aca8, Aca10, Plat13, Sin82. En la pequeña muestra seleccionada se ha podido encontrar algunas agrupaciones en lo que dice respecto a las pastas y a los minerales presentes, identificándose tres grupos caracterizados por:
cristalinas a través de luz polarizante, siendo necesario el estudio petrográfico de lámina delgada. En lo que dice respecto a la caracterización química, esta técnica muestra un menor grado de eficacia porque se trata de un análisis puntual, en que apenas obtenemos el resultado de la parte de la muestra que esta abarcada por el blanco de la pieza, siendo que para tal estudio es más productivo por ejemplo, el análisis por TXRF que comprende todo el fragmento y permite incluir un mayor número de elementos traza (entre 20 a 25, superando los 10 que permite el SEM). Por estos motivos utilizamos fundamentalmente esta técnica en la comprensión morfológica y estructural de las pastas, así como la observación de posibles situaciones extrañas en las mismas (manchas, pigmentos, etc.)
1- Conglomerado artificial formado por un cemento arcilloso poco definido de color castaño y sin estructura, con aspecto nebuloso. Aparecen escasos cristales, pero los que se reconocen son muy grandes, así se identifican feldespatos, algún cristal de cuarzo redondeado, olivinos y anfíboles (Cop1, Cop2, Cop4, Cop17, Cop21).
Consecuentemente hemos aplicado este estudio a 30 fragmentos de cerámica, las muestras de 1 a 30 respectivamente, conforme el código de muestra presentado en el punto 1 de este capítulo. Contabilizando 22 “copos canelados”, 3 campaniformes, 2 cuencos hemisféricos, 2 hojas de acacia y 1 plato con decoración, interior; todas piezas, como ya fue referido, de Zambujal.
2- Conglomerado artificial formado por un cemento arcilloso de color rojizo, con cristales muy pequeños distribuidos en el cemento. Junto a estos cristales de biotita marrón formando haces y algunos piroxenos (Cop11, Cop14, Cop20, Camp15, Camp27).
Una contribución importante del SEM está relacionada con las imágenes obtenidas por el microscopio. En ellas se pueden verificar las diferencias de la estructura de las pastas: presencia de fisuras, porosidad y desgrasantes. El análisis microscópico de los cortes de los varios fragmentos ha identificado algunas diferencias que, sobre todo, se verifican entre formas o tipos de cerámicas distintos. Por ejemplo, los “copos canelados” presentan pastas muy compactas con muy pocos desgrasantes y de poca dimensión, en las restantes cerámicas, a pesar de que tenemos menos ejemplos de muestra, se verifica una pérdida de calidad, siendo ésta más evidente en los fragmentos campaniformes; donde se puede observar pastas más desgastadas y con presencia de algunas fisuras. En las restantes formas estudiadas se denota, en comparación con los “copos”, un acrecimiento de los desgrasantes, aumentado igualmente su tamaño, en algunos casos como la muestra 8 de hoja de acacia (fig. 106-B) y la 3 de cuenco hemisférico (fig. 107-A), existe mucha proximidad con las pastas de los “copos canelados”; en la muestra 13 de plato (fig.107-C) y 10 de hoja de acacia (fig.106-A), las diferencias son más evidentes.
3- Conglomerado artificial formado por un cemento arcilloso poco definido de color oscuro y sin estructura. Se identifican abundantes cristales de biotita, con algún posible piroxeno y muchos cristales redondeados de cuarzo y aristados de feldespatos (Cop7, Cop9, Aca8, Aca10). Fuera de estas agrupaciones quedaron 7 muestras: Cop5, Cop6, Camp30, Taz3, Taz12, Plat13, Sin82, todas ellas con características distintas entre sí, siendo por lo tanto imposibles de agrupar. En lo general, debido a falta de visibilidad de nuestras láminas, no se puede distinguir entre los desgrasantes, colocados intencionalmente, y los que irremediablemente acaban por venir con las propias arcillas, principalmente en casos prehistóricos en que la depuración de las pastas no sería tan eficiente. 3.4. MICROSCOPIA ELECTRÓNICA DE BARRIDO (SEM) Inicialmente cuando empezamos el análisis teníamos como objetivo utilizar este método – esencialmente por ser más económico – para la caracterización física (observación de pastas e identificación de desgrasantes), así como para la caracterización química. Sin embargo, con el transcurso del trabajo, nos dimos cuenta de algunas limitaciones del SEM para la comprensión que necesitaríamos para el estudio de estas cerámicas. Este método no permite identificar los desgrasantes ya que funciona solamente con tonalidades oscuras (negro, blanco y oscuro), siendo imposible determinar las fases 208
Fig. 101 – Lámina delgada de la muestra Cop9, donde se puede ver en el centro abajo los cristales de biotita.
Fig. 102 – Lámina delgada de la muestra Cop11, donde se pueden observar piroxenos en blanco y a marrón cristales de biotita. 209
Fig. 103 – Lámina delgada de la muestra Cop4, donde se ven sobre todo los cristales de anfíbol y olivino.
Fig. 104 – Lámina delgada de la muestra Taz12, donde se pueden ver los cristales de cuarzo y feldespatos.
210
Fig. 105 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas campaniformes (A, B, y C) en relación con un fragmento de “copo canelado” (D), fotografía microscópica SEM. Dentro del círculo está indicado el número de estudio de la pieza utilizada.
Fig. 106 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas tipo hoja de acacia (A y B,) en relación con otras de fragmentos de “copo canelado” (C y D), fotografía microscópica SEM. 211
Fig. 107 – Diferencias entre las pastas de un corte en cerámicas acanaladas: cuencos hemisféricos (A y B,) platos (C) y “copos canelados” (D), fotografía microscópica SEM.
212
4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS En este punto iremos a describir los datos que hemos obtenido, con las técnicas arqueométricas, para las cerámicas pre-campaniformes, abarcando gran parte de los procesos utilizados en la cadena operatoria de la producción de cerámicas prehistóricas Para una mejor comprensión distinguiremos cuatro parámetros de trabajos: arcillas, desgrasantes, manufactura y cocción 4.1. ARCILLAS Tanto en el análisis de XRD como en el de TXRF se han identificado tres grandes grupos que, como se puede ver en el dendograma de TXRF, la mayor diferencia reside en el último grupo, aspecto que también coincide con lo verificado en la XRD, donde las principales diferencia están entre las muestras con y sin minerales máficos. Teniendo en cuenta el trabajo de Blance (1959) sobre la procedencia de las cerámicas pertenecientes al grupo que estamos estudiado, donde se verificaba ya – a través de un estudio microscópico de las fracturas – la presencia de rocas ácidas, se ha incluido 3 muestras de la región indicada por la autora como origen de las mismas (región del parque Sintra/Cascais a más de 30 km del yacimiento estudiado). Efectivamente, las muestras (T4, T5 y T6), presentan esas características, también identificadas en un gran número de muestras, sin embargo, esas particularidades también están presentes en las dos muestras retiradas de Runa, área más cercana al yacimiento. Creemos así que tal como sucede en la mayoría de los casos etnográficos estudiados por Arnold (1985) las fuentes de arcilla estarían cercanas al lugar y a distancias inferiores a 5 km de los lugares de asentamiento. Hay que tener en cuenta que, al contrario de lo que sucede con otras materias primas, las arcillas están presentes en abundancia por toda la región, no existiendo la necesidad de viajes largos. Es cierto que una observación de la carta geológica de Portugal señala apenas como regiones con rocas metamórficas los sectores de Sintra (rocas ácidas) y el eje Lisboa-Loures (rocas básicas), no obstante, en la carta regional de Torres Vedras se pueden encontrar algunos pequeños nichos con presencia de rocas del mismo tipo (Zbyszewski, et al., 1955). Situación similar se puede comprobar en las otras regiones con piezas estudiadas por Blance, especialmente Setúbal y Alenquer, donde se buscarían arcillas con propiedades semejantes. 4.2. DESGRASANTES El desgrasante más evidente es la calcita, por el hecho de que algunos fragmentos, fundamentalmente los de piezas sin decoración, presentan granos entre 3 mm a 5 mm, identificables a simple vista. En el estudio petrográfico de lámina delgada también se pudo constatar que, en algunos casos, había inclusiones de minerales volcánicos que serían intencionados. En el análisis de XRD observamos en algunos casos, difractogramas similares a los que no presentaban minerales máficos, pero con una presencia tenue de los mismos. Aspecto que podría indicar, debido a 213
la cantidad, la existencia de desgrasantes añadidos artificialmente y no como componente de la propia arcilla. Además esta constatado que calcita, hornblenda, rutilo y augita (presentes en nuestras piezas) representan los elementos más frecuentemente utilizados como tempera en cerámicas (Rice, 2005: 229). De estos minerales la calcita es el más estudiado, generalmente se explica su utilización como desengrasante por aumentar en las cerámicas la resistencia al choque térmico (Hoard et al, 1995 y Clop, 2007: 348 y Albero, 2007: 77). 4.3. MANUFACTURA Las fotografías microscópicas realizadas en el estudio de SEM nos han permitido observar algunas características respecto a la calidad de las pastas y igualmente comprender su manufactura. Los múltiples poros indican claramente que las cerámicas fueron hechas por modelado. La misma observación teniendo en cuenta la orientación de los desgrasantes y poros, permite aún plantear que posiblemente la técnica utilizada sería la de los rollos sobrepuestos (expuesta resumidamente en el capítulo cuarto), ya que se ha verificado, en algunos casos, que los desgrasantes y los poros estaban orientados verticalmente en la misma dirección (Capel, et al. 1995). 4.4. COCCIÓN En el análisis de XRD se ha detectado la presencia de Ilita y Esmectita, en prácticamente, todas las muestras. Como se sabe, dejan de estar presentes en este análisis cuando se alcanzan temperaturas superiores a 850º C. Se trata de un dato importante que indica que las cerámicas en estudio no eran cocidas a grandes temperaturas, ya que su valor máximo sería el indicado. Se podría así proyectar una cocción al aire libre con o sin estructuras laterales, donde raramente se llega a los 900º C (Calvo y Rosselló, 2006). Conclusión: Con este capítulo se han estudiado, por medio de las técnicas arqueométricas, las características mineralógicas y químicas de una muestra significativa de cerámicas precampaniformes y campaniformes, pertenecientes a uno de los principales yacimientos de la Extremadura portuguesa. Comprendiendo así, los aspectos relacionados con la selección de materia prima y manufactura, mediante las varias formas y tipología pretendidas. Se observó que existe una continuidad de las arcillas elegidas a lo largo de las varias fases de ocupación del yacimiento. Las diferencias de las pastas entre las piezas serían tenues, evidenciándose principalmente en las cerámicas sin decoración (sobre todo formas abiertas de uso común), donde encontramos un porcentaje elevado, tanto en cantidad como en tamaño, de desgrasantes de calcita en relación a las restantes piezas. Los distintos análisis arqueométricos demostraron también esa predominancia, sólo se podría referir que en la XRD y TXRF las hojas de acacia se agruparon siempre en el mismo grupo, demostrando una mayor homogeneidad de sus pastas, por otro lado en las fotografías del SEM, se evidenciaron semejanzas fundamentalmente entre los “copos” y los cuencos hemisféricos, mayoritariamente
compuestos por pastas depuradas, aspectos que no estarían relacionados con diferencias de barros, pero si con diversos tratamientos de los mismos y con el proceso de modelación, adecuándose a la función de la cerámica
mayor o menor cantidad de porosidad y elementos no plásticos.
214
Capítulo noveno
El proceso de producción de la cerámica acanalada bruñida del pre-campaniforme portugués (el ejemplo de Zambujal)
«Materials must lend themselves to the laboratory and the results of analysis must have meaning in terms of culture history to command the archaeologist's attention». (Shepard, 1985: 1) En los dos últimos capítulos hemos recopilado un conjunto importante de informaciones que permiten describir, con relativo pormenor, el proceso de producción de la cerámica acanalada del precampaniforme de la Extremadura portuguesa. Para un mayor entendimiento se ha optado por dividir nuestro texto en tres puntos esenciales: tecnología, modos de producción (una propuesta basada en la experimentación arqueológica) y funcionalidad. En la parte de experimentación arqueológica hemos contado con la colaboración del alfarero tradicional portugués Norberto Batalha, el artista y ceramista Rui Pereira, y el técnico del museo de Torres Vedras Carlos Anunciação. Los dos primeros contribuyeron con sus indicaciones sobre el modelado y producción de cerámica – el primero incluso con relatos del trabajo hace 50 años – y los dos últimos ayudaron en la manufactura de algunas piezas y en la cocción de las mismas. 1. TECNOLOGÍA Las cerámicas prehistóricas durante su elaboración siguen, por lo general, seis procesos técnicos: selección de las materias primas; preparación y acondicionamiento de las materias primas; modelado, secado y cocción. Estos procedimientos están cimentados en la observación etnoarqueología que, desde hace algunas décadas, vienen siendo presentados como modelo para el estudio de la cadena operatoria de fabricación de cerámicas (Rye, 1981: 1-5; Rice, [1987]2005: 113-167; Van der Leeuw, 1993 240-252; García-Heras, 1998: 37-38; Calvo et al.
2004: y Clop, 2007:118-119). En este contexto también asume un papel importante la Arqueología experimental (Reynolds, 1999 y Pijoan, 2001), representando un auxilio en el entendimiento de los procesos de fabricación de cerámica (Clop, 1998; Aranda y Fernández, 2004/2005) factor que nos ha llevado a desarrollar, un trabajo de reproducción de cerámicas prehistóricas (descrito en el punto 2), siguiendo los varios pasos de la producción. 1.1. SELECCIÓN DE LAS MATERIAS PRIMAS En el capítulo anterior hemos constatado, tras el estudio arqueométrico, que existen principalmente dos grupos de arcillas, unas con características presentes en suelos ácidos (con presencia de anfíbol, olivino y piroxenas), y otras propias de suelos sedimentares (con feldespatos, filosilicatos y cuarzos). La mayoría de los estudios etnográficos indican que los recursos naturales utilizados en la producción de cerámica (arcillas, desgrasantes, coloraciones o engobes) provienen de localizaciones cercanas al yacimiento, entre 3 km y 5 km (Arnold, 1985; Gossellain y Livingstone, 2005). En el área cercana a Zambujal podemos igualmente encontrar esos recursos a alguna proximidad, consecuentemente fue posible, por vía de los estudios de Difracción y Fluorescencia de Rayos X, identificar en la zona suelos con las características referidas en párrafo anterior. La arcilla es un bien bastante abundante, de fácil extracción y preparación (Van der Leeuw, 1993: 239), generalmente los lugares preferenciales de materia prima están a una distancia accesible (dentro del rango que referimos anteriormente), siendo que en general se procura lo más cercano al poblado. Por ejemplo, entre las comunidades mestizas del centro de Chile, cuando no hay carretillas u hombres fuertes, las alfareras buscan la greda en afloramientos muy próximos de su poblado.
215
Fig. 108 – Principales fuentes de arcilla en el Ayuntamiento de Torres Vedras y en las cercanías del yacimiento de Zambujal. (Adaptado de Plano Municipal de Recursos Naturais de Torres Vedras, mapas de recursos hidricos y geológicos.)
Fig. 109 – Las dos principales técnicas utilizadas en la producción de cerámicas prehistóricas. Arriba, la técnica de la bola realizada por Rui Pereira: 1- elaboración de una pelota con las manos, 2- perforación con el pulgar y 3- extención de las paredes con auxilio de un artefacto en hueso. Abajo, la técnica de los rollos realizada por Norberto Batalha: 1elaboración de los rollos, 2-colocación del rollo sobre la pieza 3- junción de la pieza con el rollo. (Fotografía del autor). 216
minerales máficos y, el río Sizandro para acceder a las arcillas de Runa, también ellos con estas características. Al noreste existe un área con abundantes barros de buena calidad, desde Ramalhal a Outeiro do Cabeço42, en esta zona podrían realizarse canteras de extracción a cielo abierto.
Los métodos de extracción de tierras podrían ser variados, según Olivier Gossellain y Alexander Livingstone – que estudiaron la producción de cerámica en África – existen principalmente cuatro métodos: recolección superficial, extracción bajo el agua, extracción en cantera y en galerías subterráneas (2005: 36).
1.2. PREPARACIÓN Y ACONDICIONAMENTO DE LAS MATERIAS PRIMAS La arcilla, cuando es recogida, en su estado puro, no es maleable, a no ser que haya estado en contacto con lluvias o esté ubicada en zonas donde pasan cursos de agua. Para que adquiera esa condición, también denominada de plasticidad43, es necesaria la introducción de cierta cantidad de agua, sólo en ese estado es posible trabajar la arcilla, pudiendo también a partir de ese momento denominarse barro.
Probablemente, para el caso que estudiamos se utilizarían las dos últimas formas de extracción, es decir, en cantera o en galerías. La recolección superficial, parece ser una solución de recurso, ya que raramente tendría mucha calidad y se agotaría fácilmente, lo mismo pasaría con la extracción bajo el agua, que además, al contrario de la anterior, ocuparía un tiempo similar a las extracciones subterráneas o de cantera. Por otro lado, la utilización de minas y canteras está bien documentado en la Prehistoria Reciente, conociéndose esencialmente casos de exploración de yacimientos de sílex (Ramos-Millán, 1988), piedras semipreciosas (Blasco, Edo, Villalba, 1995), cobre, (Matías, Neira y Alonso, 2003) y la sal (Jiménez, 2007). La documentación de canteras o minas para períodos prehistóricos es prácticamente desconocida, hay que considerar que estos lugares fueron explorados intensamente a lo largo de la historia, siendo muchas veces difícil distinguir períodos de ocupación. Sin embargo, teniendo en cuenta las dimensiones del poblado de Zambujal y su necesidad de manejo de recursos (Uerpmann, 1995), muchos de los cuales, como el cobre, sílex y otras rocas más, implicarían el uso de minería. Factor que, en conjunto con las desventajas de los otros métodos, lleva a que se pueda inferir – como hipótesis más probable – que las arcillas utilizadas en las cerámicas provendrían de la explotación de depósitos subterráneos o superficiales.
No tenemos ninguna información, en el registro arqueológico, de como se procedería la mezcla de agua con arcilla en el Calcolítico; antes de plantear procesos y comparar con paralelos etnográficos, debemos destacar cuales son las condiciones necesarias para que el combinado agua/arcilla consiga adquirir un estado de plasticidad óptimo (aspecto que es independiente de período cronológico). Prudence Rice siguiendo a varios autores, ha podido concluir que, para llegar a ese estado, existen varios factores que se deben tener en cuenta: (1) el tamaño de las partículas de arcilla; (2) la forma de las partículas; (3) la tensión superficial del agua; (4) rigidez del agua; (5) absorción de iones; (6) componentes minerales de la arcilla; (7) localización del depósito de arcilla; (8) contenido de materia orgánica; (9) componente mineral del material que no pertenece a la arcilla y (10) la temperatura (2005: 58).
Como se puede verificar en la figura 105, dentro de un rayo de 5 km, los habitantes de Zambujal tenían diversos lugares de extracción y con distintos tipos de arcillas. En la cuenca del río Sizandro se recogería arcilla superficialmente en los márgenes o incluso bajo el agua, esta situación, a nuestro entender, sería, como ya referimos para el caso de Zambujal, de último recurso, estando fundamentalmente relacionada con la producción de cerámicas sin decoración y de uso común o doméstico. Sin embargo, este recurso podría ser utilizado con una mayor frecuencia por los pequeños poblados de la región, como Fórnea y Penedo.
Como podemos ver no es una cuestión que se resuelve de forma instantánea, colocando una cantidad determinada de agua por otra tanta de arcilla, es cierto que normalmente (con alfareros expertos) se siguen medidas patrón, pero existe siempre la necesidad de tener estos factores en cuenta. Por ejemplo, Norberto Batalla nos comentaba que aún con prensas, filtros y mezcladores mecánicos, muchas veces él tenía que acompañar el proceso a ojo, refiriendo que, en algunos casos, lotes de
42
En la región de Torres Vedras (donde está situado Zambujal) existen bastantes barreros, las zonas más “fértiles” se encuentran en el Outeiro da Cabeça y Ramalhal (Ver Plano Municipal de Recursos Naturais de Torres Vedras). Actualmente gran parte del barro utilizado en la fabricación de cerámica, en el distrito de Lisboa, proviene de estos lugares, como se puede constatar con los alfareros de Mafra. 43 Prudence Rice tiene una muy buena definición del rol de la plasticidad. Sucintamente, podemos retirar de sus palabras que ésta permite a la arcilla ser moldeable tras la presión, manteniendo así esa forma cuando la presión deja de ser ejercida. La plasticidad puede ser perdida o restaurada teniendo en cuanta la ausencia o incremento de agua (Rice, 2005: 58).
A más oscuro se puede ver en el mapa también las áreas donde existen arcillas con minerales máficos, que como pudimos constatar en el capítulo anterior, están presentes en una mayoría en las piezas de calidad y con decoración que estudiamos, lo que indicaría una preferencia de las mismas para este tipo de cerámicas. La calidad de las pastas presentada indica que existió un tratamiento demorado de las arcillas, que presupone igualmente una preocupación con la selección de las áreas de recolección/extracción de arcillas. En ese sentido, los cursos de agua tendrían un papel importante, la ribera de Pedrulhos conectaría con Turcifal y Ventosa, donde existen antiguas chimeneas volcánicas y están los dichos 217
la misma arcilla salían con algunas diferencias en cuanto a su maleabilidad. Hemos referido en el párrafo anterior la existencia de prensas, filtros y máquinas para mezclar el agua con el sedimento, para que se pudiera obtener del barro plasticidad. Es cierto que en el Calcolítico no existirían estos mecanismos, no obstante, los procesos a seguir serían los mismos, pero, como es obvio, con otros métodos. Probablemente utilizarían el machacado de las arcillas o algún tipo de levigado como método de preparación de las pastas (Combès y Louis, 1967: 53-54, Gosselain y Livingstone, 2005 y Gosselain, 2008: 70-71). El primero, consistiría en triturar los pedazos de arcilla hasta que estos quedaran en polvo, retiradas las impurezas se adiciona agua y desgrasante. El segundo, se haría a través de un sistema que permitiera la circulación de agua, lavando el sedimento y dispersando las impurezas. En esta situación, para la selección de la pasta final tendría que funcionar en parte la experiencia adquirida por los propios alfareros. Sería también en esta altura que se añadirían los desgrasantes (hay que tener en cuenta que la propia arcilla ya trae algunos), estos sirven para tornar los barros – sustancialmente los de textura muy fina y pegajosos – aceptables para la fabricación de cerámica (Rice, 2005: 118), es probable que, en la mayoría de los barros prehistóricos, debido a sus condiciones de elaboración, surgiesen esas características, siendo necesaria la colocación de tempera. Otro aspecto también importante en el añadido de desgrasantes está relacionado con el hecho de evitar que las piezas se quiebren durante la cocción, fundamentalmente cuando ésta ocurre en hogueras, donde los fuertes cambios de temperatura facilitan la abertura de grietas (Gibson y Woods, 1997: 27). De hecho, gran parte de las cerámicas que estudiamos, presentan inclusiones acrecentadas por el hombre, notorias principalmente en fragmentos de vasos de poca calidad y sin decoración, con un uso probable en el hogar, en ellos predominan granos de calcita entre 1 mm a 4 mm. Terminado este proceso se tendría que amasar la pasta y retirar los elementos no deseados que aun quedarían, una de las formas más utilizadas, según la documentación etnográfica, sería el pisado (Combès y Louis, 1967: 53 y Rice, 2005: 120). Este proceso sirve fundamentalmente para tornar el preparado más homogéneo, mezclando partes secas con otras más húmedas, eliminado bolsas de aire y retirando excedentes. Fue también interesante constatar, en la conversación que mantuvimos con Norberto Batalha que ese era el procedimiento utilizado en Portugal (por lo menos en la región de Mafra) hace 50 años. 1.3. MODELADO En el cuarto capítulo hemos indicado algunas técnicas utilizadas en el trabajo de cerámica a mano, como la técnica de la bola, de los rollos, la de plaquetas, del arrastrado y del urdido. Para las piezas que estamos estudiando: vasos acanalados, cuencos hemisféricos y platos con y sin borde almendrado, se utilizarían sobre
todo las dos primeras técnicas. Al parecer la segunda (técnica de los rollos) sería la más utilizada. Es un método maleable que va permitiendo con, mayor facilidad controlar la forma deseada, bien como su dimensión. La observación microscópica también parece confirmar nuestra afirmación, verificando una orientación de los desgrasantes y fisuras distribuidos en la misma dirección, factores que indican la utilización de rollos en el modelado de la pieza. La técnica de la bola podría también ser utilizada cuando las piezas presentaran un diámetro inferior a 10 cm. Ésta última es sin duda la forma más sencilla y fácil de producir cuencos, sin embargo, no funciona tan eficazmente para piezas grandes, siendo casi siempre complementada con la técnica del rollo. 1.4. DECORACIÓN La decoración es un proceso que generalmente es hecho en el final del modelado, algunos autores la integran incluso en él (García-Heras, 1998: 223 y Calvo et al., 2004), con todo, en el caso particular de nuestras cerámicas, ciertos aspectos y técnicas de ornamento serían hechas ya en el período del secado. Optamos entonces, teniendo en cuenta este aspecto y la importancia que la decoración asume en las piezas referidas, por trazarla en un punto distinto del modelado y también del secado. En nuestros vasos se emplean principalmente dos técnicas con la arcilla fresca, la acanaladura y la incisión – sólo muy raramente tenemos la impresión – y una con la arcilla en textura de cuero que sería el bruñido total o parcial. Tal como en el modelado también serían necesarios instrumentos; en este caso particular se emplearían principalmente instrumentos en punta, como punzones que podían tener punta roma o aguzada según la profundidad deseada para las incisiones o acanaladuras. En este proceso podrían ser ocupados artefactos de hueso, madera, concha y piedra. 1.5. SECADO El secado es el proceso por el cual el barro va perdiendo paulatinamente el agua y la humedad, este reposo, que depende muchas veces de las situaciones climáticas – en invierno tarda más tiempo, lo mismo sucede en regiones más húmedas – (Arnold, 1985: 65-70), del tamaño y grosor de las piezas (Rice, 2005: 67) y de las propias características del barro (Roux y Corbetta, 1990: 44). Hablando con el ceramista Norberto Batalha (Portugal), nos ha dicho que es una tarea que tarda de media una a dos semanas44, pudiendo en caso de malas condiciones climatéricas y piezas de grandes dimensiones alcanzar las tres semanas de espera. Es preferible mantener las piezas inicialmente en lugares a la sombra, ya que el contacto directo con el sol (sobre todo en verano) puede originar la formación de bolsas de aire en el interior y el posterior
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Técnicamente, en condiciones normales, el barro en estado máximo de plasticidad (55% de arcilla y 45% de agua por volumen), pierde toda su agua al final de 144 horas de secado (Rice, 2005: 66).
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quiebre en la cocción, por eso el contacto debe ser gradual. Este es un aspecto fundamental en el tipo de piezas que estamos estudiando, debido a su tipo de decoración – bruñida, con incisiones y acanaladuras finas – que serían efectuadas ya en una fase avanzada del secado, como se ha podido comprobar en la experimentación que hemos hecho. Por otro lado, las acanaladuras más gruesas o incisiones que se encuentran generalmente en el cuello de las piezas, que serían hechas fundamentalmente en el final del modelado, también podrían ser realizadas en una fase inicial del secado. 1.6. COCCIÓN La única referencia que existe a un horno de cerámica, con estructuras, en el Calcolítico portugués fue hecha por Afonso do Paço en 1957 para el yacimiento de Vila Nova de São Pedro, presentando igualmente un plan del respectivo (Arnaud y Gonçalves, 1990: 45). Basándose en el hecho de que, en su interior, presentaba una gran cantidad de barro y maderas carbonizadas. Sin embargo, el plan del supuesto horno tiene poco que ver con el de un horno, como lo refieren también Arnaud y Gonçalves (1990: 45-46). Por ejemplo, la presencia de una cavidad de almacenamiento de barros a menos de un metro del horno, (lo mismo sucedería con el pozo cisterna, también ubicado en las proximidades), sujeta a las altas temperaturas que emanan del respectivo – sobre todo si se tratara de un horno cerrado y en estructuras de piedra – no viabiliza esta localización. También hay que tener en cuenta que existen algunas fallas en lo que dice respecto a su arquitectura, como el hecho de que solamente ha sido encontrada una estructura abierta, semicircular – nunca se halló cualquier vestigio de un techo o de la parte del semicírculo – y además integrada en la muralla, (id., ibid.). Más allá de este caso no existe referencia a hornos cerámicos con estructuras, incluso en excavaciones más recientes y en yacimientos similares como Zambujal y Leceia. Tenemos entonces dos opciones; o estos hornos no existirían en los poblados y quedarían cercanos a centros productores de cerámica fuera de ellos o entonces la cocción de estas piezas sería realizada en hornos al aire libre, cubiertos por combustible vegetal (ésta es, además, la forma de cocción más común entre la alfarería tradicional actual [Calvo y García, 2006: 88]), o incluso en hornos abiertos con hoyo o posiblemente también con estructuras no permanentes, siendo así difícil encontrar hoy en día vestigios. La última opción (hornos al aire libre o abiertos) es claramente la más viable, teniendo en cuenta que, por las características de las cerámicas, con manchas irregulares de colores claras y oscuras en las superficies y en las fracturas, también con tonalidades distintas en el interior y en los bordes, tendríamos probablemente hornos abiertos (Gibson y Woods: 1990: 44 y Calvo y García, 2006: 93-99).
2. MODOS DE PRODUCCIÓN: UNA PROPUESTA BASADA EN LA EXPERIMENTACIÓN ARQUEOLOGÍCA Para comprender mejor todo el proceso de producción de las cerámicas, realizamos, en conjunto con Carlos Anunciação, del museo de Torres Vedras, un conjunto de piezas imitando las cerámicas pre-campaniformes y campaniformes de Zambujal intentando reproducir los métodos utilizados en el IV y III milenios a.n.e. Antes de realizar este proceso, efectuamos una pesquisa bibliográfica sobre varios ejemplos etnográficos de elaboración de cerámicas sin el uso de la rueda y de cocción al aire libre (Arnold, 1985, 2005 y 2006; Stark, 1991; Domínguez-Rodrigo y Martí, 1996; Varela, 2002; Rice 2005; González, 2005 y García, 2006), así como algunos trabajos de experimentación arqueológica en cerámicas (Clop, 1998; Euba, 2004; Aranda y Fernández, 2004/2005; Djordjevic, 2005; Calvo y García, 2006). Observamos también, durante algunos días, el trabajo del alfarero Norberto Batalha y del ceramista y artista plástico Rui Pereira que nos han dado indicaciones y “trucos” sobre la manera de trabajar el barro. 2.1. HACER LAS PASTAS Hemos utilizando, en este proceso, arcillas locales que se han recogido en una cantera45 en Ramalhal (a menos de 4 km de Zambujal). Para preparar estas arcillas, de manera a tornarlas maleables, se han seguido los respectivos pasos, teniendo en cuenta algunos modelos etnográficos (Gosselain 2008: 70-71): 1- Trituración de los pedazos de arcilla, hasta quedar en polvo. 2- Extracción de los elementos que no interesan, piedras superiores a 10 mm y limos. 3- Mezcla de agua y desgrasantes. 4- Amasado. En lo que dice respecto a los desgrasantes, se han introducido fundamentalmente: micas, calcitas y cuarzos. Teniendo en cuenta que trabajamos con piezas de paredes finas, se han colocado apenas granos pequeños (entre 2 mm a 5 mm) y en poca cantidad, como puede ser observado en las piezas originales. Se ha introducido entonces entre 100 gr a 200 gr de desgrasante por cada 5 kl del mismo. La mixtura fue acompañada de un amasado vigoroso con las manos (mayores cantidades de barro necesitarían el pisado), abarcando todas las superficies de manera a que la mezcla se tornara homogénea e impidiera la creación de bolsas de aire. 2.2. MODELAR LAS FORMAS Se ha referido ya en algunas ocasiones que probablemente el método más utilizado en el modelado de las cerámicas estudiadas sería la técnica de los rollos. A partir de nuestra experiencia denotamos una grande eficiencia de esta técnica, permitiendo controlar la forma pretendida a la medida que se va configurando la pieza.
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La cantera es utilizada actualmente por las fábricas de tejas y ladrillos que abundan en la región.
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Fig. 110 – Plan y corte del horno de cerámica de Vila Nova de São Pedro. A – construcción en abobada; B – capa compacta; C – muralla; D cavidad con Barros; E – cistern a; F suelo del horno; G – roca calcárea; H- conglomerado de tierras y barros (Arnaud y Gonçalves, 1990: 45).
Fig. 111 – Proceso de preparación de las pastas. Arriba, selección y trituración de las arcillas. Abajo, adición de agua y desgrasante y amasado final. (Fotografía del autor). 220
modelado y finalmente después de la decoración y acabado, aspecto que además tiene su confirmación etnográfica (Mahias, 1993: 159).
Es muy útil en cerámicas de perfil sinuoso como los vasos campaniformes. Por otro lado, la técnica de la bola (que también hemos utilizado), presenta su utilidad en vasos de menores dimensiones y con forma próxima a la esfera. Se trata de un método muy simple que nos ha sido muy útil como punto de partida, ya que es apropiado para la elaboración de los fondos siendo, posteriormente, complementado con rollos.
2.3. DECORACIÓN Y ACABADO La decoración, en el caso de las piezas que realizamos tiene una relación muy cercana con el proceso de secado. Esperadas una a dos horas desde el final del modelado se pueden empezar a realizar las decoraciones más profundas, como las incisiones y el acanalado. Para efectuar el bruñido, tendríamos que esperar más tiempo, entre uno o dos días (quizás menos en los meses más calurosos de verano), cuando la pieza esté en la llamada textura de cuero (Calvo et al. 2004).
En el modelado se ocupan esencialmente las manos acompañadas, casi siempre, de agua y barbotina. Sin embargo, son también fundamentales algunos elementos de corte en hueso o madera, necesarios para hacer las incisiones de pegamento 46 , algunas espátulas, para ayudar en la configuración de la forma y para alisar la unión entre rollos. Un buen ejemplo etnográfico de la utilización de artefactos en la fabricación de cerámicas47, está presente en el trabajo de Varinia Varela con alfareros de Toconce en Arica, Chile (Varela, 2002: fig. 1), algunos de ellos muy similares a algunos artefactos en hueso encontrados en Zambujal (Uerpmann, 2003).
Es también durante el tiempo de pérdida de humedad, entre doce horas a un día, que se realiza el acabado de las piezas, perfeccionándose las formas, afilándose los bordes y consiguiéndose la, ya comentada, forma cóncava a los fondos. El secado de las piezas es un aspecto esencial para el proceso de su cocción y resistencia posterior. Generalmente el tiempo gastado en este proceso es muy variable, dependiendo, como ya referimos anteriormente, de varios factores como: el tiempo, la calidad del barro y el propio espesor del mismo, de modo que, teniendo en cuenta algunas indicaciones de Norberto Batalha, y algunos trabajos previos en arqueología experimental (Euba, 2004 y Aranda y Jiménez, 2004/2005), decidimos – asumiendo que estábamos en meses de inverno y en una región húmeda – dar dos semanas como tiempo de secado.
Durante esta labor nos dimos cuenta de algunos aspectos interesantes en la concepción de las piezas, entre ellos destacamos la elaboración de la concavidad de los fondos. Procedimiento que sólo podrá ser realizado después de un día de secado de las piezas. Para dar el aspecto cóncavo se hace presión, con el puño cerrado, sobre el fondo de la pieza, así el barro acaba por ceder gradualmente y adquirir la forma deseada. Constatamos también que terminado el modelado, las superficies de las piezas que queremos decorar deben ser alisadas o igualadas, pudiendo ser con la mano o con un artefacto suave. El alisado de las cerámicas facilita su posterior decoración y bruñido. Un buen bruñido sólo resulta si las superficies están perfectamente lisas, la ausencia de desgrasantes también facilita este trabajo.
2.4. COCCIÓN AL AIRE LIVRE En lo que dice respecto al método de cocción, tuvimos en cuenta algunos trabajos de experimentación sobre materiales cerámicos prehistóricos (Euba, 2004 y Aranda y Jiménez, 2004/2005), así como el trabajo de Calvo y García (2006), dedicado a los varios tipos de hornos de cerámicas y a las consecuencias procedentes de las respectivas cochuras y por último, las experiencias y saber de la cultura tradicional portuguesa aplicada en hornos de aire libre, conocidos como soengas (Tobias, 1986).
Por último hay que referir un aspecto muy importante que tiene que ver con los tiempos de reposo que se debe dar al barro. Nos dimos cuenta que para cada proceso es necesario un cierto punto de humedad, sabiendo que como es obvio ésta se va perdiendo de forma gradual, consecuentemente se recomienda dar algún tiempo al barro: después del amasado de la pasta, después del
Durante nuestro experimento realizamos dos tipos de cocción con resultados distintos. En el primer caso realizamos un pequeño agujero de 20 cm de profundidad por 30 cm de diámetro, que rellenamos con ramas secas de escobón (Cytisus striatus) poniendo en seguida las piezas (que habíamos precalentado junto a una hoguera por una hora). Las piezas fueron agrupadas boca abajo y sobrepuestas unas sobre las otras organizadas de forma piramidal, los cuencos que más nos importaban fueron colocados en el centro, de modo a que quedaran protegidos de los fuertes cambios de temperatura. Inmediatamente se cubrieron las cerámicas con ramas secas de escobón y en seguida tapamos todo con troncos de pino (Pinus pinaster). La quema duró cerca de dos horas. De referir que durante el proceso el viento estaba fuerte, aspecto que, en nuestra opinión ha tenido un papel
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Estas incisiones son muy importantes, ya que, en caso que no estén bien hechas, pueden originar fisuras y bolsas de aire. El proceso consiste en mezclar, tras pequeños cortes, el barro de los rollos inferiores con el de los rollos superiores, auxiliándose con barbotina. Fueron seguidos los consejos de Norberto Batalha. 47 Integrado en nuestro trabajo de experimentación arqueológica, se realizaron: dos punzones, una espátula y un peine (en hueso de ciervo), otro punzón y una espátula (madera de olivo), también se han utilizado cantos del río Sizandro y ribera de Pedrulhos, así como conchas recogidas en litoral de la región estudiada, fundamentalmente de las playas de Santa Cruz y Porto Novo. 221
Fig. 112 – Modelado de las piezas (Fotografía del autor).
Fig. 113 – Fabricación de un fondo cóncavo (Fotografía del autor).
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Fig. 114 – Técnicas decorativas utilizadas, empezando de arriba a la izquierda: puntillado, incisión, acanalado bruñido y bruñido (Fotografía del autor).
Fig. 115 – Aspecto final de algunas piezas reproducidas antes de la cocción (Fotografía del autor).
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experiencia siguiente. En la segunda, la situación fue inversa, tuvimos un número de pérdidas muy reducido, entre 10% a 15%. Suceso que, en nuestra opinión, puede ser explicado por la cobertura parcial de las piezas con fragmentos de otras piezas, la ausencia de viento y el calentamiento lento, originado por la quema de las primeras capas de escobón, antes de alcanzar el máximo de temperatura con las leñas de alcornoque (Calvo e García, 2006: 87-88).
importante en el resultado final. Dimos como período de enfriamiento unas cinco horas, ya que quedó una capa considerable de rescoldos que aún emanaba mucho calor. En el segundo caso, utilizamos otro modelo, siguiendo el proceso con mayor documentación etnográfica en cocciones al aire libre, que es la elaboración de una cama de leña (Rice, 2005: 153). Dicha cama se elaboró con troncos de maderas de combustión lenta, como por ejemplo, alcornoque (Quercus suber) y el olivo (Olea europaea) entre los cuales colocamos algunas ramas y escobón para prender mejor el fuego. Nuevamente volvimos a hacer un precalentamiento de una hora, recomendado por algunos trabajos (Aranda y Jiménez, 2004/2005: 32). Las piezas fueron así puestas sobre la cama de troncos, esta vez colocadas lateramente, para intentar que la pieza adquiera una cocedura similar en todo el cuerpo, y levemente apartadas para que, en caso de quiebre, la fracturación no se extienda a los otros vasos debido a la proximidad. En seguida se cubrieron parcialmente con fragmentos de cerámica ya cocida, evitando que el calor fuera introducido de forma directa (Calvo y García, 2006: 87-88). Por último, toda la estructura fue tapada por algunos troncos más pequeños de alcornoque, olivo y abundante escobón. La cocción tardó aproximadamente tres horas: una quemando y cerca de dos para el enfriamiento de las brasas48. Al contrario de lo que sucede con los hornos cerrados (frecuentes a partir del período romano), donde la obtención de temperatura es demorada, en el caso de hornos abiertos prehistóricos, el hecho de que las cerámicas estén en contacto directo con el fuego, permite obtener temperaturas muy altas (entre 450 a 700º) en un corto período de tiempo, siendo una hora tiempo suficiente en la mayoría de los casos (Gibson y Woods, 1997: 27).
Teniendo en cuenta, todos los factores presentados, podemos hacer una propuesta de cómo sería la cadena operativa de producción de cerámicas en Zambujal. El proceso se iniciaría con la extracción de arcilla, labor que consistiría en la recolección, en canteras – probablemente utilizado una hacha pesada de piedra – de pedazos de arcilla. En seguida se transportaría la materia prima al lugar donde se iniciaría la preparación de la pasta (sería importante estar próximo de una fuente de agua, debido a su importante necesidad para la tarea), este proceso, como demostramos anteriormente, se caracteriza por la trituración de las fracciones de arcilla hasta que queden en pequeños granos (entre 8 mm a 3 mm), mientras se hace este trabajo se irían retirando los materiales que no interesaban, piedras, limos, raíces, etc., para terminar, a estos granos, se les adicionaría agua y desengrasantes (micas, calcitas y cuarzos, molidos e de tamaño inferior a 8 mm); la pasta sería amasada de forma vigorosa utilizando, para grandes cantidades, el pisado (Rice, 2005: 118-120). Otra alternativa, para producir el barro, sería el uso de técnicas de levigado, es decir, introducción de agua que pasa descendentemente sobre varios recipientes, el agua acaba por hacer una selección de los sedimentos que interesan (García-Heras, 1998: 218). Con todo, en nuestra opinión, esta parece ser una propuesta viable para períodos más avanzados como la Edad del Hierro.
2.5. RESULTADOS Las consecuencias de estas dos experiencias de cocción fueron muy distintas. En la primera situación tuvimos un número elevado de pérdidas, superiores a 60%, un poco más que los 40% estimados en gran parte de los casos (Aranda y Jiménez, 2004/2005: 37), lo que podría ser explicado por los fuertes cambios de temperatura originados por el viento fuerte, la rápida combustión de la madera de pino y probablemente demasiado tiempo quemando y adicionando siempre leña. Otro factor importante tiene que ver con la falta de experiencia en el moldeado de las piezas, aspecto que fue mejorado en la
Después de algunas horas de reposo, con el barro preparado, es probable que se iniciara la modelación, comenzando con las ya comentadas técnicas de la bola y la de los rollos. Prontamente, se haría el alisado de las superficies, los acabados, decoración y bruñido, siempre siguiendo los mencionados tiempos de espera que el barro requiere para las respectivas funciones. Esperadas dos semanas de secado, las piezas serían llevadas para cocción; antes de la quema, las cerámicas, probablemente sufrirían un precalentamiento de aproximadamente una hora junto a una hoguera, para evitar grandes choques térmicos, sólo después, se colocarían boca abajo o lateralmente en el lugar de la cocción (en cueva o sobre una cama de madera), en seguida, se cubrirían por una capa compuesta por un material de combustión lenta (estiércol, musgo o arbustos verdes) o incluso aislante (como, por ejemplo, fragmentos de cerámica ya cocida), por último, se taparía todo con maderas y arbustos.
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Algunos estudios etnoarqueológicos indican que ciertos pueblos esperan poco tiempo después de la quema, retirando inclusivamente las piezas a más de 600º (Gibson y Woods, 1997: 27), sin embargo, para evitar las fisuras que ocuren con alguma frecuencia, debido al choque de temperatura. Seguimos el consejo del alfarero Norberto Batalha y optamos por dar el referido período de dos horas para el enfriamiento, aún así muy lejos de las pausas de doce horas que es costumbre dar actualmente. 224
Fig. 116 – Primera experiencia de cocción. Descripción fotográfica de los procesos. (Fotografía del autor).
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Fig. 117 – Segunda experiencia de cocción. Descripción fotográfica de los procesos. (Fotografía del autor).
Fig. 118 – Aspecto de las piezas después del primer experimento de cocción, las marcas del viento están bien patentes en la coloración de las piezas, algunas de tonalidad oscura (menos oxígeno y otras rojizas, más oxígeno). También se verifica una cocedura irregular de las pastas, incluso en la misma pieza, aspecto típico en este tipo de cocciones al aire libre.
Fig. 119 – Aspecto de las piezas (en este caso cerámicas campaniformes) después del segundo experimento de cocción. Las tonalidades oscuras indican su cocción en ambiente reductor, las machas negras indican un mayor contacto de esa zona con el fuego o con las brasas aún encendidas. 226
El proceso de cocción sería relativamente corto – incluyendo la quema y el enfriamiento – duraría entre tres y seis horas; el primer caso tardaría entre una o dos horas, envolviendo la quema de la leña inicial y los varios agregados para mantener el fuego activo durante el tiempo determinado; el enfriamiento, tardaría entre dos o cuatro horas (conforme el tamaño de la hoguera,) hasta la pérdida de calor de las brasas.
3. FUNCIONALIDAD 3.1. DEFINIR FUNCIONALIDADES En su trabajo sobre las cerámicas de las islas Orkney, Jones (2002: 84-85) habla de tres momentos de vida de estos artefactos (recolección de arcillas, manufactura y uso), momentos que pueden ser comprendidos tras un: (1) análisis de procedencia de las materias primas; (2) análisis de producción tecnológica; (3) análisis de contenidos. Infelizmente, por ausencia de las condiciones necesaria (piezas sin lavar, con fondos intactos, etc.), no ha sido posible responder al tercer punto, factor que nos podría ayudar a comprender cual la función de las piezas que estamos estudiando. No obstante, hay que tener en cuenta que muchas veces los análisis de contenidos, para casos prehistóricos, ni siempre salen con datos definitivos, siendo frecuentes las contaminaciones y los resultados nulos (Armendariz, Palet y Villate, 1989), o entonces datos muy diferentes (Guerra, 2006), como por ejemplo ocurre con los campaniformes en que se identifican tres vestigios bien distintos: restos de bebidas alcohólicas; restos humanos carbonizados y restos de cobre.
Los datos obtenidos con la Arqueometría y con la Arqueología Experimental, nos permiten una mayor aproximación a una parte del modus vivendi de las populaciones calcolíticas, particularmente sobre su cadena operativa de producción de cerámicas. Se han presentado en este sentido algunas propuestas del modo como se realizaría el proceso, que se pueden observar en la figura 120. Sin embargo, si queremos ir más allá en la comprensión tendríamos que recurrir a estudios etnográficos y etnoarqueológicos, que en parte ya representan la base y la inspiración de la experimentación arqueológica. Uno de los aspectos que queda en abierto está relacionado con quien haría las cerámicas, ¿existiría una preferencia de género en la labor? ¿ocurriría una división de los procesos productivos? ¿sería el alfarero alguien con estatus en la sociedad?
Otro modo de intentar comprender la funcionalidad, es relacionándola con la forma de las piezas (Juhl, 1995). Pese la morfología sea un buen indicador, es aún más importante conjugarla con las propiedades físicas presentadas por la pasta y el tratamiento posterior (Aranda, 2001: 25-26 y Clop, 2007: 109-110).
Es imposible responder a estas preguntas con certezas absolutas, no obstante, teniendo en cuenta algunos paralelos etnográficos es posible hacer algunos acercamientos a estas cuestiones. Podemos entonces plantear que el trabajo alfarero sería realizado, desde la extracción de arcillas hasta la cocción de las cerámicas, por artesanos especializados49 (Arnold, 1985 y Van der Leeuw, 1993). También existen indicadores de que la producción se haría preferencialmente en los meses de mayor calor (Rice, 2005), se puede aún referir que la labor podría ser efectuada tanto por hombres como por mujeres (David y Kramer, 201: 148). En la África subsahariana verificamos que éste parece estar más relacionado con mujeres (Stark, 1991, Gonzalez 2005 y Gosselain, 2008), en el Magreb, con hombres (Còmbes y Louis, 1967; Boukobza, 1974 y Balfet, 1991, y en Sudamérica (Bowser, 2002, Varela, 2002, García, 2006 y 2009, e India (Roux y Corbetta, 1990 y Mahias, 1993) por unos u otros. Podemos afirmar que la relación genero/alfarería difiere bastante entre región y cultura de su población, este último aspecto parece ser el más determinante, por ese motivo, este es un asunto sobre el cuál será difícil responder con asertividad para nuestro período de estudio ya que, hasta el momento, disponemos de pocas informaciones respecto a la religión, organización social y posible diferenciación de género.
En el caso de las piezas que estamos estudiando verificamos que existe una probabilidad de relacionarlas con cerámicas para servir, que pueden ser caracterizadas por presentar bastante decoración, paredes finas, desgrasantes muy triturado y superficie interior y exterior bruñida (Rice, 2005: 239). El contenido de estas piezas – excepción hecha en las formas tipo plato – sería aparentemente de líquidos (no descartando también la posibilidad de servir para contener gachas o papillas), visto que las pastas se presentan con poca porosidad y con ambas superficies bruñidas, hechos que indican una clara preocupación aislante. La propia forma de los cuencos hemisféricos y principalmente de los vasos cilíndricos (copos), permite igualmente deducir que en su interior, el caldo o líquido sería tomado a baja temperatura, ya que las paredes finas mantienen el calor y quemarían las manos de quien lo sostiene. Por otro lado, el bruñido tanto interior como exterior facilitaría la impermeabilidad (id., idid.: 240). En definitiva, podemos referir que las formas tipo platos (piezas que mayoritariamente surgen sin decoración pudiendo, en esa situación, atribuírseles otra función) con decoración interior, por sus características tendrían otro tipo de funcionalidad, por ejemplo, presentan un mayor grado de porosidad y paredes con un bruñido de peor calidad y generalmente sólo en el interior, manifestando una mayor utilidad para elementos sólidos; el grosor de sus paredes, superior al de los recipientes anteriores, indicaría que, en este caso, ya se podría aguantar en las manos un contenido a temperaturas más elevadas (id. ibid.).
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Es decir que el trabajo sería hecho por un pequeño número de personas dentro del grupo, tribo, clan o aldea. 227
Fig. 120 – Algunas de las etapas utilizadas en la cadena operativa de producción de las cerámicas calcolíticas Zambujal: 1- extracción de la materia prima; 2- transporte; 3- transformación en polvo de los pedazos de arcilla 4- preparación de la pasta; 5- amasado y homogeneizado de la pasta; 6- modelado; 7- decoración y acabado; 8- secado; 9- cocción, 10- retirar las piezas (dibujos de Bruno Vidal).
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3.2. FUNCIONALIDADES Y SIGNIFICADOS A lo largo del trabajo hemos referido que las cerámicas acanaladas del Calcolítico de la Estremadura, se dividían en tres formas: vasos cilíndricos, cuencos hemisféricos y platos. Se constató igualmente que los primeros (conocidos por copos) son los más referidos, por su forma, pero esencialmente por la decoración más elaborada que presentan en comparación con los otros dos artefactos. En este punto nos centraremos principalmente en ellos y en su relación con el “mundo calcolítico”. 3.2.1. Aspectos simbólicos Al contrario de lo que pasa en Los Millares y en la región de Almería – región que juntamente con la Extremadura portuguesa presenta la mayor complejidad arquitectónica de los yacimientos y riqueza de la cultura material precampaniforme de la Península Ibérica – la cerámica del Calcolítico Inicial no presenta, pese a los pocos casos que referimos (todos ellos en monumentos funerarios), las representaciones simbólicas, como por ejemplo, los famosos cuencos negros con grandes ojos solares pintados a blanco (Escoriza, 1991-1992); identificadores de la cerámica a modo de objeto sacro, en el ámbito de la identificación de los ojos con una deidad: una deidad solar. Por otra parte, en Vila Nova, Zambujal y Leceia la cerámica pre-campaniforme demuestra un tipo de simbolismo más abstracto, que nos deja en una difícil situación de interpretación. No obstante, a pesar de la distinción en la forma como los alfareros se expresan, es innegable que en ambos puntos de la Península Ibérica, la cerámica tendría un papel esencial, que no sólo se comprueba por la propia decoración, sino que principalmente por la calidad presentada en el tratamiento de la pasta y la forma, superior a las pastas de las cerámicas de los períodos posteriores. En el caso concreto de los “copos canelados” su forma también es un aspecto a tener en cuenta en el ámbito de lo simbólico. La palabra copo significa en portugués vaso, su tamaño medio indica aún más enfáticamente su función. ¿Pero que tiene un vaso de simbólico? Por ejemplo en las tribus centroafricanas existe una particular preocupación con la decoración de los vasos contenedores de bebidas alcohólicas (David, Sterner y Gavua, 1988: 375; Sterner, 1989: 453 y González, 2005: 49). Entre los Ilchamus de Kenya el único objeto decorado de su cultura material son las calabazas que solamente contienen leche (Hodder. 1991: 106). Podemos así verificar que los líquidos tienen un papel esencial, sobre todo el alcohol, relacionado con el mundo ritual y festivo (con presencia comprobada en vasos campaniformes [Guerra, 2006]) y la leche como alimento, fundamentalmente de los niños, es decir el futuro de la tribu o clan. Debo aún resaltar otro líquido, también documentado en sociedades de economías “primitivas”, con un importante papel tanto alimenticio, como ritual: la sangre, que sería fundamentalmente animal, pero que, en cuestiones exclusivamente litúrgicas, también podría ser humana.
Curiosamente muchos investigadores portugueses atribuyen que el pasaje del Neolítico al Calcolítico se ha dado debido a la “Revolución de los Productos Secundarios” – planteamiento lanzado por Andrew Sherrat (1987) – relacionados con el aprovechamiento máximo de la economía animal, puesto que entre esos productos están la leche y la sangre. El surgimiento de nuevos productos requeriría nuevos recipientes. Lo mismo ocurriría con la fermentación de cebada, que si bien se conocía anteriormente, pasaría ahora a tener más relevancia como bebida. No es también del todo despreciable la fermentación de otro tipo de cereal o fruto. Sin embargo, al hablar de la forma o de la decoración y sus aspectos subyacentes con significado simbólico, no nos debemos olvidar que sólo per se el barro ya tiene un cariz mágico: está presente en varias civilizaciones ese carácter, incluso en la nuestra ¿Quién no conoce el mito bíblico de la creación del hombre? Exacto, el hombre es hecho a partir del barro. Curiosamente, las primeras manifestaciones en arcillas son representaciones animales y antropomórficas, siendo, las primeras, conocidas desde el Paleolítico Superior (D’ Anna y García, 2003: 87) y no abstracciones como lo son en parte la cerámica. El ya referido trabajo de David, Sterner y Gavua (1988), nos puede abrir buenas perspectivas en cuanto al papel ritual de la cerámica. Estos autores han observado que entre los Mafa y los Bulahay, tribus de Camerún, existe una estrecha relación entre los antepasados y la cerámica, siendo los cuencos un punto de conexión entre el mundo de los vivos y el más allá. Siendo por eso explicable el hecho de que las cerámicas sean adornadas de la misma forma que los humanos, es decir, el óleo usado para el engobe de la cerámica es el mismo usado por las personas en días importantes, así como parte de la decoración corporal, especialmente cicatrización, se encuentra presente en los cuencos (id, ibid: 370-371). Halland (1997) insiste en esta íntima relación entre la cerámica y el cuerpo humano, sobre todo con el femenino; no sería por acaso que, como refiere el autor, todavía, hoy en día, utilizamos denominaciones de partes de nuestro cuerpo para definir la cerámica como cuello, mamelones, cuerpo, etc., algo que ocurre entre algunos pueblos étnicos, como los Fur del Sudán (Halland, 1997: 382). El “copo simbólico” del Monte do Outeiro será probablemente el más susceptible de paralelo con esta situación. En ello encontramos representados los ojos, el sexo y los denominados tatuajes faciales de probable uso en personas de la época, como lo comprueba la figura humana en barro de Vila Nova de São Pedro y también el conocido “Hombre del Hielo” de los Alpes, que demostró tras su buena preservación, el uso de tatuajes desde el Neolítico (Spindler, 1996). 3.2.2. Aspectos Económicos – la importancia del territorio El Calcolítico es el período del apogeo de la “cultura” Neolítica y el inicio, según varios autores, de la
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Fig. 121 – “Copos canelados” con la característica decoración acanalada en líneas horizontales paralelas. Piezas 1, 3, 4 y 6 de VNSP, 2 de Casal do Pardo/Quinta do Anjo y 5 Leceia. (Ferreia, 2001, Soares, 2003 y Cardoso, 2006).
Fig. 122 – Decoraciones con probable connotación cognitiva de los “copos canelados”. De resaltar las similitudes entre la decoración de los mismos con la de los “copos” de hueso. Piezas 1, 2, 3 y de Leceia (Cardoso, 2006), 5 de Outeiro de São Mamede (Cardoso y Carreira, 2003) y 6 de VNSP (Ferreira, 2001).
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Fig. 123 – Figura femenina en barro con supuesto tatuaje en el rostro (Jalhay y Paço, (1970a) [1942]: fig.16).
Fig. 124 – Algunos ejemplos de formas y decoraciones de los “copos” en hueso (Spindler, 1981: Abb.39).
Fig. 125 – El “copo canelado” encuadrado en un supuesto ritual colectivo (dibujo de Bruno Vidal).
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stratificación social en la Península Ibérica, la construcción de poblados amurallados, con grandes bastiones, torres adosadas y varias líneas de muralla, ubicados en lugares estratégicos que visualmente controlarían el paisaje alrededor, expresan la existencia de una sociedad más organizada y “preocupada” con una delimitación del territorio, los poblados para allá de su función intimidatoria y de protección de excedentes, también podrían actuar como marcadores de territorio. El aumento de la población, fruto del “suceso” del modo de vida neolítico (Gilman y Thormes, 1985; Chapman, 1991 y Millán, 1998), llevaría cada vez más a la asimilación objetiva del espacio, que debería obligatoriamente contener agua, terrenos arables, pasto para los animales, bosque para la caza, recolección y madera. La importancia del territorio, su demarcación e identificación contribuyó para la creación de marcas y signos identificadores, siendo la cerámica un elemento más de esa preocupación. Este fenómeno no es nuevo; Hodder (1991) nos demuestra varios ejemplos, algunos de América del sur y del norte, donde se puede hacer una comparación Etnográfica, en que es posible encontrar claramente, a través de su decoración, una relación con la compartimentación del territorio tras la repartición entre motivos horizontales y verticales; factor que llevó al mismo autor a hacer un paralelo con la decoración de las cerámicas neolítica holandesas. Este tipo de organización también se verifica en los “copos canelados”, siendo que las acanaladuras marcan evidentemente una compartimentación. Seguramente los variados patrones decorativos presentes en estos recipientes tendrían un importante significando, por ejemplo, no es del todo inverosímil la propuesta de Sónia Duarte Ferreira, que considera los patrones decorativos como probables identificadores tribales, comparándolos con los patrones de los paños de Timor Loro Sae o de Escocia (2003:223). Los “copos” surgen así como indicadores culturales; “símbolos” identificadores de grupos o familias, cuya identidad grupal se extendería por los estuarios del Tajo y del Sado, corriendo por la facha litoral y no abarcando más allá de los 50 km al interior. La mayor concentración de estos mismos artefactos está en la región arriba del Tajo que estaría íntimamente ligada a los tres grandes poblados fortificados de la región: Zambujal, Leceia y Vila Nova de São Pedro. 3.2.3. Aspectos Culturales Los “copos canelados” surgen como el principal elemento de la cultura material del Calcolítico Inicial en la Extremadura portuguesa, en parte porque se presentan como el elemento más decorado y llamativo de la restante cerámica contemporánea. Éste fue, sin duda, el factor que los encaminó a la “posición” de fósil director por parte de la mayoría de los autores portugueses, sin embargo, según mi punto de vista, su decoración sería más una contribución para la idea de “símbolo de la cultura”, con un papel muy similar a las calabazas para los Ilchamus. El trabajo de Etnoarqueología de Ian Hodder (1991:106-110) desarrollado con esta tribu
demuestra bien la valoración y expresión que la decoración puede tener en un artefacto: las calabazas son el único objeto de la cultura material de los Ilchamus que presenta decoración, la simbología de este acto está relacionada con el hecho de que el objeto está conectado con dos factores fundamentales para la economía de la tribu, como el ganado y los niños. Como nos explica Hodder, esta tribu vive del pastoreo y los críos son quienes frecuentemente cuidan del ganado durante el pastoreo, la riqueza de uno proviene del número de cabezas que tiene, la premisa: mucho ganado igual a muchas mujeres y niños, es un dato evidente (Hodder, 1991: 107). La calabaza es un artefacto exclusivo de cada niño y contienen apenas leche (que proviene del ganado) esencial para su alimentación juvenil. Pero, estos no son los factores clave del hecho en sí de la ornamentación de las calabazas, sino algo más metafísico; la comprensión y la acepción humana, es decir, cuanto mejor decorada esté la calabaza, significaría que la mujer estaría preocupada por sus hijos y consecuentemente con la riqueza de su familia y su esposo, es también su forma abstracta de exponer su opinión, ya que no puede participar en los consejos tribales: «It shows that a man has a good wife, if she decorates the calabashes: it shows that she has some pride in her domestic childe-raising activities, and this implies a certain acquiescence to his own interests – to what she think is important». (idem, ibid: 109). Es evidente que los factores que hemos referido presentan apenas una propuesta interpretativa que no demuestra datos absolutos. No obstante, es innegable el carácter simbólico de estos artefactos, sobre todo por la íntima conexión con los ídolos cilíndricos y los vasos de la misma forma en hueso (ver figura 107), casi siempre presentes en el mundo funerario. Acreditamos que pese a esa inherente concepción mágico-religiosa, los “copos” representarían una dimensión más terrena, serían algo así como que la presencia de esos mismos elementos cognitivos en el cotidiano; probablemente sin la necesidad de figuraciones tan explícitas como las encontradas en los artefactos votivos de santuarios o tumulus, donde existe un trabajo más cuidado de los elementos e incluso una necesidad de preservación y durabilidad, pasando el hueso y la caliza a ser el material más utilizado. ¿Subsiste, con todo, la duda sobre cuál sería el ritual o concepción mística asociada a los “copos canelados”? Su forma indica un claro uso como contenedor de líquidos, no obstante, su capacidad varía bastante, entre los 200 ml y los 800 ml, pudiendo tener función de botella y de vaso al mismo tiempo. La media se acerca de los 600 ml, verificándose así un vaso de dimensiones medias, como un tazón grande cerveza, no excluyendo la hipótesis de que se tratara de una vaso colectivo, es decir, que el contenido iba siendo ingerido por dos o más individuos…
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Conclusión: Con este capítulo se ha planteado una hipótesis de cadena operativa de fabricación de las cerámicas precampaniformes en el yacimiento de Zambujal. Para ello nos basamos en los datos arqueométricos del capítulo anterior y en la reproducción experimental de las piezas, teniendo como punto de partida comparaciones etnoarqueológicas. Finalmente, nos hemos concentrado en el “copo canelado”, la pieza más emblemática de este período, en la región en estudio, proponiendo varias hipótesis sobre su surgimiento y decoración.
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DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
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Discusión y conclusiones
- Calcolítico Médio = a cerámica con decoración en hoja de acacia - Calcolítico Final = a cerámica campaniforme
«Pottery was the first synthetic material humans created – artificial stone – and it combines the four basic elements identified by the Greeks: earth, water, fire and air». (Rice, 2005: 3)
La justificación de este reparto está fundada en la distribución estratigráfica de las respectivas piezas en los yacimientos (Cardoso, 2006: 42; Silva y Soares, 1975: 151-153 y Gonçalves, V., 2003: 160), en estos trabajos está implícita la idea de que a cada grupo de cerámicas corresponde un período de ocupación diferente, relacionándose, algunas veces, con la llegada de nuevas poblaciones (Gonçalves, V., 2003: 43 y 159). Asimismo, se expusieron opiniones contrarias al modelo clásico, como la sugerida por Michael Kunst (1987), basada en Zambujal, yacimiento que ha utilizado un sistema distinto de periodización del Calcolítico 50 desde los inicios de sus excavaciones (Sangmesiter y Schubart, 1981). En ello se puede verificar la existencia de una continuidad en la dispersión de las cerámicas que se van esparciendo en mayor o menor número, según su tipología, por los diversos períodos de ocupación del yacimiento (Kunst, 1995 y 1996) no existiendo un consecuente corte entre ellas. El mismo autor defiende también que, en el caso de Zambujal, no se encuentra una clara distinción estratigráfica entre las dos cerámicas demarcadoras del Calcolítico Inicial y Medio planteando que, como se tratan de formas distintas, personifican funciones distintas, necesarias en los dos horizontes de ocupación y no exclusivas de ambos (Kunst, 1995: 24).
1. EL CALCOLÍTICO Como prehistoriadores sabemos, desde un principio, que sólo podemos contar con los vestigios que nos dejaron los pueblos del pasado. Tenemos también presente que la calidad de los mismos (estado del hallazgo, estado de conservación y buena catalogación) influye en gran medida en el éxito de nuestra investigación. Se ha podido constatar a lo largo de este estudio, que en lo que se dice respecto a esa situación, la Extremadura portuguesa (para el período Calcolítico) no es una región fácil de analizar. De hecho, a excepción de uno u otro caso como Zambujal, Leceia, y también en menor escala Penedo do Lexim, observamos un conjunto muy heterogéneo de yacimientos sin estratigrafías, sin una clara descripción del sitio y de la distribución de los materiales encontrados. Este es un escenario que se verifica tanto en lugares funerarios como en asentamientos o poblados fortificados. Dentro de este contexto es muy difícil identificar secuencias. El paso del Neolítico Final al Calcolítico solamente se puede documentar con seguridad en Leceia, donde de facto, parece existir una ruptura, ya que en otros casos las cerámicas del estilo bordes dentados y tazas carenadas, típicas del Neolítico Final, coexisten con las cerámicas acanaladas, características del Calcolítico Inicial de la región (Sousa, 2005: 55). Otro aspecto relevante está relacionado con la ausencia, en la mayor parte de los yacimientos, de las cerámicas (fósiles directores) que determinan los tres períodos de ocupación calcolítica en la Extremadura portuguesa. Situación que se intentó documentar en esta tesis a través de mapas que señalan la distribución de los yacimientos y de los tipos de cerámicas presentes.
Las fechas radiocarbónicas presentadas por Soares y Cardoso (1995) también revelan algunas dudas en cuanto a su división en tres períodos, ya que las balizas cronológicas del Calcolítico de la Extremadura portuguesa aproximadamente – 2900 a 2500 cal. BC (C. Inicial), 2500 a 2000 cal. BC (C. Pleno) y 2000 a 1700 cal. BC (C. Final o campaniforme) – no siempre son coincidentes entre yacimientos o corresponden con el material hallado. Recientemente también se volvió a poner en causa la partición clásica, incluso por autores que antes la habían defendido (Gonçalves y Sousa, 2006). En ese ámbito este
En ese sentido se expuso el trayecto de la investigación hasta la formulación de la división del Calcolítico en tres fases, partición que, como ya ha sido referido, tiene como base la cerámica:
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Conviene destacar que para el caso de Zambujal, no se ha seguido el planteamiento de dividir la estratigrafía en tres capas principales, sino que en cinco, siguiendo las fases de construcción de la fortificación; este aspecto ha sido ya explicitado y desarrollado a lo largo del trabajo.
- Calcolítico Inicial = a “copo canelado” 237
tema se tornó también importante explorar en nuestra investigación, tanto del punto de vista funcional, en los yacimientos, como del punto de vista arqueométrico, indagando sobre semejanzas de pastas y técnicas de fabricación. 2. LAS CERÁMICAS La observación de los datos publicados, posteriormente estudiados en esta tesis, evidenció que en la mayoría de los casos – incluyendo también piezas identificadas como del Neolítico Final (bordes dentados y tazas carenadas) – los distintos tipos de cerámicas correspondientes a cada período, raramente se encuentran siguiendo el orden preestablecido, siendo que generalmente sólo están representados por las cerámicas uno o dos de los cuatro períodos esperados; factores que podrán llevar a planteamientos que indiquen ocupaciones cortas, periódicas o incluso estacionales 51 . De hecho es fundamentalmente en los grandes poblados fortificados como Zambujal, Leceia y Vila Nova de São Pedro, donde se puede encontrar esa secuencia y una ocupación prolongada por cerca de mil años. En este cuadro sería difícil hacer un trabajo que integrara en plan de igualdad todos los yacimientos de la región con vestigios del IV y III milenio a.n.e, por ello se tomó la decisión de inventariar sesenta sitios arqueológicos (los más conocidos y con mayor número de datos disponibles) y verificar la distribución de los artefactos cerámicos que nos interesaba estudiar en los mismos. El análisis de las características morfológicas de las tres principales formas de la cerámica acanalada bruñida representó un proceso menos lineal. Por cuestiones ajenas, como burocracias de autorización del estudio de los materiales y poca disponibilidad de algunos museos 52 , tuvimos que optar por una muestra representativa. Un estudio previo nos permitió identificar los yacimientos con mayor presencia de cerámicas; consecuentemente trazamos como objetivo principal los artefactos de Zambujal, Leceia, Vila Nova de São Pedro y Penedo do Lexim, así como tener presentes hallazgos de los varios tipos de sitios arqueológicos. A excepción de Penedo de Lexim53 fue posible estudiar los materiales de los otros tres poblados fortificados (los tres emblemáticos – debido a su dimensión, arquitectura y material hallado – de la Extremadura portuguesa [Cardoso, 2000: 354]), analizamos también las cerámicas de Penedo, Fórnea y Pico Agudo (también ellos con
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Este tipo de poblamiento se puede verificar sobre todo en las zonas litorales, como por ejemplo en los casos de Ponta da Passadeira en el Tajo y Comporta en el Sado (Soares, 2003: 153). 52 En ese sentido, es necesario destacar, la celeridad del Museo Leonel Trindade (Torres Vedras) y del Centro de Estudios Arqueológicos de Oeiras. 53 Infelizmente, debido a la realización de una tesis doctoral sobre el referido yacimiento, por su última excavadora, no fue posible estudiar sus cerámicas.
vestigios de fortificaciones o muros). En lo que dice respecto a otro tipo de yacimientos, estudiamos algunos materiales de: Pai Mogo (tholos), Alto do Dafundo, Monte do Castelo, Serra de Éguas, Outeiro da Assenta y Outeiro de São Mamede (poblados), Vale da Lapa y Cova da Moura (cuevas), Carenque y Casal do Pardo (hipogeos). Metodológicamente para el análisis morfológico se siguieron cuatro parámetros: forma, medidas, pastas y aspectos decorativos, aplicables a los “copos”, cuencos hemisféricos y platos con decoración acanalada bruñida. Hubo una mayor preocupación en relación a los dos últimos ítems, teniendo en cuenta que desde el punto de vista tipológico estas piezas estaban ya bien determinadas e identificadas. Con el estudio de los materiales fue posible verificar que, las tres variantes clave de la cerámica acanalada bruñida muestran una identidad, presentando características decorativas y tipológicas propias, que se extienden por toda la Extremadura portuguesa, independientemente del tipo de yacimiento. Se encuentran así piezas similares tanto en los grandes poblados fortificados, como en los pequeños hábitats y lugares funerarios. La característica esencial de estas piezas tiene que ver con su organización/temática decorativa. Generalmente las cerámicas utilizan la técnica de la acanaladura y del bruñido que le dan su nombre, pero en algunas situaciones se verifica la incisión y el alisado, sobre todo en casos en que la pasta y la propia decoración presentan un menor esmero. Debido a la proximidad de las formas, los “copos” y los cuencos hemisféricos muestran un esquema decorativo más cercano que el de los platos. Podemos así encontrar, en los dos primeros, las típicas líneas horizontales acanaladas (en media cuatro), que se prolongan por todo el diámetro del borde, en el caso de los “copos”, debido a su morfología cilíndrica estas líneas surgen también con alguna frecuencia junto al fondo y, en algunos casos, se pueden extender a todo el cuerpo. Sin embargo, más allá de esta característica podemos encontrar, fundamentalmente en los “copos” y en el interior de los platos 54 decoraciones abstractas, hechas por acanaladuras finas o líneas bruñidas, diseñadas entre las acanaladuras horizontales. Los motivos comprenden: zig-zags, líneas oblicuas, en espina, metopa, círculos, espirales, ajedreces y serpentiformes. De las tres formas cerámicas referidas, se atribuyó una mayor atención al estudio de los “copos canelados”. Esta decisión fue tomada porque estas piezas siempre, representaron desde los tiempos de la “cerámica de importación”, un papel importante en la investigación del
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Hay que destacar que debido a su morfología, pieza abierta, presenta como superficie visible su interior, motivo por el cual es el área utilizada para decorar, en algunos casos, también se decora el borde, dependiendo del ancho del respectivo. 238
pre-campaniforme. Los “copos” son también la forma (con decoración), más frecuente entre las tres e igualmente la que muestra una mayor variedad decorativa. Se observó que la forma, tipo vaso cilíndrico, es conocida en los tiempos calcolíticos en varios puntos de la Península Ibérica, principalmente en el oeste y en el sur. Se ha propuesto en este trabajo que estas formas estarían integradas en la “cultura” calcolítica, implicando una proximidad en relación a la morfología (ídolos cilíndricos, ídolos falange y vasos en hueso), decoraciones (ver los mismos elementos) y conceptos cognitivos (representación de ojos solares, del triángulo púbico, deidades femeninas, etc.). Si por un lado en el caso del sudeste y suroeste estos conceptos están bien presentes, en el caso del oeste peninsular (en particular en los estuarios del Tajo y Sado), los vasos cilíndricos presentan una decoración más abstracta – apenas cercana, en términos de motivos, a los vasos de hueso55 – pese a que surjan igualmente en contextos de la Edad del Cobre. Se propuso, teniendo en cuenta estos factores, dos maneras de explicar la existencia de este particularismo de la Extremadura portuguesa. Ambas hipótesis plantean una evolución de un fondo común Calcolítico: en la primera como una transformación partiendo de los “copos de decoración simbólica del sureste peninsular, y en la segunda, como contemporáneos de los últimos, pero con características distintas, producto de los costumbres y simbolismos específicos de esta región occidental. La cerámica acanalada bruñida es esencialmente un artefacto de los vivos, con una gran presencia en los poblados fortificados de mayor dimensión, donde efectivamente surgen los ejemplares más vistosos e aparentemente funcionales. Resulta muy interesante verificar que algunas de las piezas presentes en lugares funerarios, presentan un menor cuidado con las superficies interiores, indicando únicamente una preocupación estética en la parte visible, aspecto que además parece también tener una continuidad en los campaniformes (Salanova, 2003). En todo caso, estás piezas representan una minoría en el cuadro general de los fragmentos hallados en el yacimiento, por ejemplo, en Zambujal no sobrepasan el 10 % del total de todos los tipos de piezas decoradas (Kunst, 1987), hecho que, en conjunto con su decoración y tratamiento de las superficies, le atribuye un cierto estatus, seguramente relacionado con algún ritual o elite. El contenido de estas piezas es todavía una incógnita – infortunadamente, debido a las condiciones de preservación de las cerámicas no se pudo aún hacer un análisis de contenidos – con todo si tenemos en cuenta sus características (fundamentalmente de los “copos” y cuencos hemisféricos): forma, paredes finas y superficies
55 Que curiosamente aparecen, como se ha referido en capítulo tercero, con mayor frecuencia, en la región de incidencia de los “copos canelados”
bruñidas, podemos inferir que se tratarían de recipientes de líquidos, preferencialmente servidos a baja temperatura. Los platos con decoración interior (que son menos representativos en los yacimientos que las dos formas anteriores), muestran características distintas – comparten apenas la decoración – en ese punto de vista podrían servir como elemento auxiliar de una ceremonia o acto que implicaría el uso mayoritario de los otros vasos. La temática decorativa de las cerámicas, particularmente de los “copos canelados” ha sido un punto de interés en el estudio de las mismas, comparándose, entre los años 50 y 70, a los motivos presentes en artefactos del mediterráneo oriental y, más tarde, con el fondo decorativo del Neolítico regional. Los paralelismos decorativos con esa área siguen siendo evidentes, sobre todo con el material de Troya I (Korfmann, 1995), permitiendo un posible planteamiento de circulación de ideas y conceptos – no de piezas ni de colonos – en el Mediterráneo, esa circulación pudo haber influido en la introducción de las decoraciones bruñidas y los motivos en zig-zag y metopa en el oeste de la Península Ibérica, y también en las decoraciones pintadas a blanco y las representaciones de ojos solares, más conocidas del sur peninsular. Sin embargo, se ha invertido muy poco en percibir su significado, el hecho de que se trata de una temática abstracta complica una interpretación concluyente, aún más evidente por ser desconocida su funcionalidad. Sónia Ferreira ha propuesto que las líneas oblicuas, zig, zags, espirales… representarían patrones que distinguirían clanes a la semejanza de lo que sucede con los kilts de Escocia o los paños de Timor Oriental (Ferreira, 200: 223), pero como se pudo observar con esta investigación, prácticamente todos los temas están presentes en todos los yacimientos, no existiendo uno que claramente caracterice un lugar en particular. Michael Kunst, en una conversación propuso que probablemente las decoraciones estuviesen relacionadas con un imaginario más amplio, representado igualmente en el arte rupestre, donde se verifican – fundamentalmente en el valle del Tajo – los diseños referidos. En todo caso la matriz calcolítica está presente en las cerámicas, pero por cualquier razón, que posiblemente nos será siempre desconocida, pasó de una representación figurativa – como el caso de algunas decoraciones del sureste peninsular, en que se pueden distinguir formas humanas y animales – a simbólica, con líneas y signos, para nosotros indescifrables, mas seguramente de mucho significado para las poblaciones del IV y III milenio a.n.e. 3. LA PRODUCCIÓN Y EL MEDIO Otro tema importante que quise desarrollar con esta tesis, está relacionado con la ausencia de trabajos de arqueometría y arqueología experimental sobre las cerámicas que vengo refiriendo, con el propósito de avanzar en el conocimiento de los procesos de
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producción y evolución de las cerámicas así como la gestión del tiempo y de los recursos. En ese aspecto fue fundamental mi estancia en Madrid, proporcionándome la familiaridad con metodologías y técnicas. La especificidad del trabajo arqueométrico implicó la elección de un lugar fiable y que pudiera representar el período y la región en estudio, la selección de Zambujal, por sus cualidades de preservación, materiales hallados, metodología de excavación y catalogación, pareció ser la más indicada. Una de las cuestiones más interesantes sobre estas cerámicas estaba relacionada con su probable procedencia exterior. En 1959 Beatrice Blance, tras un estudio petrográfico, indicó que las características de sus pastas pertenecían a la Extremadura portuguesa, proponiendo la sierra de Sintra/Cascais como lugar de donde se extraerían las arcillas volcánicas que, según la autora, las caracterizan. Los primeros resultados de Difracción de Rayos X, indicaron que gran parte de las muestras presentaban minerales máficos (característicos de suelos con origen volcánico), hecho que no coincidía con las primeras muestras de tierra obtenidas en la cuenca del Sizandro. Fue entonces cuando decidí recoger nuevas muestras en Sintra 56 . Con todo, ya con el trabajo avanzado y siguiendo los trabajos de Arnold (1985), Gossellain y Livingstone (2005) y los consejos de Manuel GarcíaHeras, se decidió plantear una búsqueda de materias primas con las características indicadas, cercanas al yacimiento, ya que el sitio propuesto por Blance quedaría a un poco más de 30 km, distancia que difícilmente sería recorrida en tiempos calcolíticos, sobre todo porque se trataba de un bien abundante y que no necesita una composición específica para crear un artefacto (al contrario de lo que sucedería con el sílex, anfíbol, variscita, entre otros elementos). En el mapa geológico de la región de Torres Vedras y en el plan de recursos del Ayuntamiento de Torres Vedras (ver Anexo 2, mapas 5 y 6) fue posible identificar algunas áreas con la existencia de suelos con características próximas a las de Sintra, hecho comprobado posteriormente con el análisis de muestras de la zona de Runa (a menos de 5 km de Zambujal). Se puede entonces afirmar que los recursos necesarios para la manufactura de las cerámicas del yacimiento estarían disponibles a menos de 5 km del lugar (ver fig. 108). El análisis de la decoración de las piezas y la observación con la lámina delgada y SEM, indican que efectivamente los tres fósiles directores cerámicos del
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Para tal ha contribuido el hecho de un estudio indicara, nuevamente esta zona como probable fuente de arcillas y desgrasantes, se trata del trabajo de Cardoso, Salanova y Querré, (2005), sobre las cerámicas campaniformes de Leceia, que en todo caso no está tan distante del lugar de origen propuesto por Blance, que sería el área del Cabo da Roca.
Calcolítico estremenho son dispares, podemos verlo en el tratamiento de las superficies, desgrasantes utilizados, técnica de modelación, temática y técnica decorativa. Sin embargo, el siguiente estudio de caracterización mineralógica y química demuestra que, pese a las diferencias, las cerámicas manifiestan características comunes, independientemente de su tipología o estrato arqueológico, manifestando una continuidad en la captación de las arcillas a lo largo de la ocupación de Zambujal (caso que estudiamos). Podemos entonces considerar que las diferencias entre cerámicas tienen que ver esencialmente con su manufactura (desgrasantes, porosidad, grosor de las paredes) y no con el tipo decorativo u horizonte de ocupación. Las principales discrepancias son así necesarias y relacionadas con la funcionalidad de las piezas y no con sus arcillas. El proceso de fabricación de “copos canelados” y vasos campaniformes no presenta diferencias significativas en las fases de producción. La selección de materias primas es local, el uso de desgrasantes es bajo, las pastas son finas y la decoración cuidada. En ambos casos, el trabajo aplicado a estas cerámicas tendría algún grado de especialización, que implicaría la decantación de las pastas, la modelación y decoración que, como se ha podido ver con esta tesis, presenta una calidad que sólo sería posible de atingir con algún tiempo e ingenio, hecho que además queda documentado en nuestra reproducción experimental. Por otra parte, en el caso de las cerámicas comunes el proceso sería distinto. En ellas se constata una menor preocupación con las pastas, con mayor porosidad, mayor espesor de las paredes y un número elevado de granos de calcita como desgrasantes. El uso de calcita estaría relacionado con la resistencia, o sea con la capacidad que este mineral da a las cerámicas, tornándolas más aptas al choque térmico (Hoard et al, 1995). Un aspecto en el cuál falló nuestro estudio está relacionado con la dificultad en distinguir, en el caso de las cerámicas decoradas (“copos”, cuencos hemisféricos, platos, campaniformes y “hoja de acacia”), cuales serían los elementos no plásticos añadidos por el hombre en detrimento de los que vendrían con las propias arcillas. En el caso de las cerámicas comunes es notoria la intencionalidad de los granos de calcita, pero en las restantes, debido al menor tamaño de los desgrasantes y la compacticidad de la pasta, es extremamente difícil hacer esa diferenciación. El análisis petrográfico de lámina delgada tampoco fue significativo en ese sentido, por cuestiones de tiempo y dinero no se ha extendido a la totalidad de las muestras, hubo también algunos problemas, en preparar convenientemente las láminas, razón por la cual surgieron muy oscuras y, en consecuencia, de difícil visualización. No obstante, ha sido posible identificar la presencia de diversos minerales como feldespatos, cuarzos, olivinos, anfíboles, entre
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otros que, en general, se encuadran con las propias características de los suelos y arcillas analizadas. Los análisis de caracterización mineralógica y química evidenciaron pequeñas distinciones entre las arcillas, visibles en las ya esperadas piezas sin decoración (sin vestigios de minerales máficos y mucha calcita), y un pequeño grupo de cerámicas que independientemente de la forma o tipología (excepción hecha a las cerámicas decoradas en “hoja de acacia”) no revelaban presencia de arcillas provenientes de suelos volcánicos. Aunque con toda la incertidumbre – inherente a la investigación en tiempos prehistóricos – se puede recrear la manera como los pueblos que habitaron en la región de Torres Vedras producían sus cerámicas. La propuesta presentada en el capítulo nueve, indica un cierto grado de especialización, en ella podemos encontrar varios modos de exploración de arcillas dentro de un rayo de 5 km, el método más utilizado sería probablemente el de la extracción en canteras a cielo abierto. El proceso de producción de la pasta, modelación, decoración y cocción sería un procedimiento que tardaría entre dos semanas a un mes. Ciertamente toda la cadena operativa se realizaría por un mismo individuo(s) especializado(s), un(a) alfarero(a) – aún hoy, en culturas tradicionales, el alfarero hace todo el proceso – funciones que realizaría, en principio, estacionalmente, en los meses de mayor calor. De acuerdo con los distintos factores que se vienen refiriendo, es plausible afirmar que el cambio estilístico y técnico, verificado en las cerámicas a lo largo del Calcolítico, sería de desarrollo local, considerándose también (para el caso de Zambujal) una continua ocupación durante mil años de las mismas canteras, barro ese que ha sido utilizado en la fabricación de los “copos canelados” y en los vasos campaniformes. Hay un aspecto muy importante si se tiene en cuenta esta continuidad de las arcillas de las cerámicas en Zambujal – con él se ha empezado este trabajo – y que se refiere al origen del fenómeno campaniforme. Como ya habíamos comentado, Laure Salanova (2000 y 2002) consideró que, teniendo en cuenta los porcentajes elevados de fragmentos de vasos campaniformes presentes en la Extremadura portuguesa y su antigüedad, se podría plantear para ésta región como una posible fuente de origen. De hecho, en la zona se encuentran formas campaniformes muy similares a los “copos”, los casos más conocidos son los de los vasos de: Alapraia (Cascais), hipogeo de Quinta das Lapas (Torres Vedras) e hipogeo de Quinta do Anjo (Palmela), el último ya en un período posterior al campaniforme marítimo. En el tholos de Serra de Mutelas (Torres Vedras) se ha hallado, en un contexto calcolítico poco definido, un vaso cilíndrico, con un perfil más curvilíneo que el de un “copo canelado”, decorado con bandas horizontales de
tres acanaladuras 57 por todo el cuerpo, incluso en el fondo – aspecto común en el campaniforme, pero inexistente en los “copos” – este vaso es muy interesante pues parece demostrar un paso conceptual gradual de una forma hacia la otra, la técnica decorativa es típica de los “copos canelados”, sin embargo la temática en bandas horizontales simétricas es más bien común del campaniforme marítimo (ver fig. 126). Mientras tanto no debe de ser olvidado que, según el modelo clásico de división, entre los “copos canelados” y los campaniformes marítimos se integraría la cerámica con decoración en “hoja de acacia”. Efectivamente pueden encontrarse, en algunos yacimientos, formas cilíndricas, tipo “copos” – un poco más alargadas que las formas acanaladas – con esta decoración, sin embargo son raras; no he identificado más de una decena, concentrándose la mayoría en Leceia (ver figura 51). Su existencia justifica igualmente una continuidad de formas del Calcolítico Inicial al Final, no obstante, según mi punto de vista, teniendo en cuenta los datos actuales, creo que estas piezas pueden ser una excepción, por su decoración, pasta e incluso forma. Su número escaso no permite justificar que tuviesen una función concreta en el cuadro de un horizonte o cultura de la “hoja de acacia”, además, la justificación de un horizonte para las cerámicas con estas características es, en mi opinión, muy tenue, ya que, este tipo de decoración está ausente de los contextos funerarios y surge casi exclusivamente relacionada a una forma especifica: el vaso globular. Considerando estos factores se puede proyectar una relación entre las formas cilíndricas del Calcolítico Inicial y las más sinuosas del Final que se fueron adaptando según los gustos decorativos y formales de cada período, es decir, una evolución de los “copos canelados” hacia los vasos campaniformes marítimos. Es también interesante verificar que, fundamentalmente en las formas de vasos campaniformes de estilo marítimo (tipo Alapraia), las cerámicas presentan, en la región estudiada, perfiles poco sinuosos, figurando una forma transitoria entre la forma de los “copos” (ver fig. 127). Sin embargo, hay que tener algún cuidado, ya que estamos hablando apenas de una situación de continuidad (de arcillas) que se verifica en un caso (Zambujal), es cierto que será el caso más importante, no obstante sería interesante comprobar cual el comportamiento en otros yacimientos. Al terminar este trabajo me di cuenta que la investigación sobre el Calcolítico de la Extremadura portuguesa, pese el termino de las excavaciones en prácticamente todos los yacimientos, está lejos de estar agotada. El camino de las
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En España también se conocen algunos casos de vasos de perfil sinuoso con decoración acanalada, pero en esos casos – vasos de Cau del Molí (Harrison, 1977: 215-216) del Túmulo de la Sima (Rojo et al., 2006: 136) y de Camino de las Yeseras (Blasco et al., 2009: 58) – están bien encuadrados en un contexto campaniforme y sus perfiles son claramente en S.
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Fig. 126 – Vaso del tholos de Serra das Mutelas con decoración acanalada un probable missing link entre el “copo canelado” y el vaso campaniforme (Fotografía de Michael Kunst).
Fig. 127 – Propuesta de evolución del vaso cilíndrico en el Calcolítico de la Extremadura portuguesa, desde el IV al III milenio a.n.e. 1- “copo canelado” clásico de forma troncocónica, con decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y al fondo; 2- vaso campaniforme marítimo con decoración puntillada en bandas horizontales alternadas (tipo vaso de Alapraia) y 3- vaso campaniforme marítimo clásico, de perfil en S, con decoración puntillada en bandas horizontales alternadas.
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ciencias aplicadas a la arqueología está todavía por construir, los materiales abundan y todavía existen algunos pequeños nichos en los yacimientos por excavar. Urge la colaboración entre arqueólogos tanto a nivel nacional como internacional, intercambiando ideas, yacimientos y materiales, ya que estos no deberían ser considerados propiedad de su descubridor o del curador de museo responsable, pero sí de la ciencia. Los logros obtenidos con esta investigación están relacionados, en primer lugar, con el desarrollo de un estudio completo de los materiales cerámicos en cuestión, empezando con la integración en el yacimiento, seguido del estudio morfológico y decorativo, análisis arqueométrico, experimental y consecuente planteamiento de los procesos de producción de los artefactos (particularmente para Zambujal), tratando siempre que fuera posible, utilizar diversificadas técnicas y metodologías. En seguida, la preocupación por el encuadre de estas piezas en un contexto Calcolítico peninsular, identificando y definiendo su particularismo regional. Por fin, la determinación – con base en la caracterización mineralógica y química – de una evolución gradual, sin cambios abruptos, adaptable a los cambios funcionales, simbólicos y de gustos. Podría haber optado por una investigación más descriptiva y comparativa, quizás más centrada en contextos, tipologías y analogías, sin embargo, después de constatar que en los últimos estudios en Portugal, se mantenían las mismas preguntas que hace treinta años, he decidido arriesgar, utilizar nuevas herramientas, pese a que pudiera caer en errores o incluso no llegar a avanzar del punto de partida. Efectivamente, lo descubierto fue menos de lo esperado, no obstante, es bastante significativo teniendo en cuenta lo que se ha hecho en mi país en lo que reporta a la Arqueometría y Arqueología Experimental, siendo, hasta el momento, el primer trabajo a presentar más de tres técnicas de caracterización arqueométrica de cerámicas prehistóricas y también el primero en realizar todo el proceso experimental de producción de cerámicas, desde la extracción a la cocción. Last but not least, quiero dejar presente que con esta investigación se han abierto apenas algunas puertas en lo que se refiere a la cerámica calcolítica precampaniforme, aportando nuevos datos en cuanto a sus características químicas y mineralógicas, contribuyendo para una mejor comprensión de su proceso de producción; con todo, conviene tener en cuenta que este trabajo, sobre todo, el arqueométrico, debe de ser ampliado a otros yacimientos, logrando así confirmar o contraponer nuestros resultados y acrecentar aún más al conocimiento del Calcolítico en Portugal. Es también necesario que se realicen análisis de contenidos que permitan un acercamiento a la verdadera función de estos vasos pre-campaniformes, para ello es sumamente importante que se comience a realizar, en nuevas excavaciones, una selección de fondos y preservación de su interior.
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ANEXOS
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Anexo 1 – Inventario sumario de los yacimientos de la región en estudio Sitio: Ota CNS1: 3036 Nº de estudio: 232 Poblado fortificado Localización: Alenquer Coordenadas (Gauss)3: M 124970; P 238900 CMP4- 376 Descripción sumaria: Poblado fortificado localizado en la cima de una elevación casi inaccesible por todas las vertientes, excepto por la del lado occidental, donde habían sido construidas dos líneas de murallas. La entrada queda al sur, allí se hallaron restos de una construcción que debía defenderle el acceso. Dentro fueron encontrados fondos de cabaña circulares y rectangulares, siendo estos de ocupación más temprana. A oriente del yacimiento, en el margen izquierda de Ribera da Ota, se ven algunas grutas artificiales que posiblemente podrían tener alguna relación con este poblado. Periodos de ocupación: Calcolítico. Estratigrafía: Sin datos. Material: Teniendo en cuenta la información descrita en la bibliografía se destaca, sobre todo, una incidencia de artefactos de piedra: hachas, pulidores, percutores,
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Código Nacional de Sitio, propuesto por el antiguo Instituto Portugués de Arqueología, actualmente fusionado con otros institutos e integrado en el IGESPAR, con el fin de crear un banco de datos con una descripción sucinta de todos los yacimientos arqueológicos portugueses. El respectivo banco puede ser consultado online en http://www.igespar.pt/patrimonio/pesquisa/geral/arqueolo gico-endovelico/sitios/sform. Hemos seguido el CNS para mantener una cierta coherencia en relación a trabajos futuros, ya que facilita el acceso a las coordenadas de los yacimientos que, por motivos de seguridad, no están disponibles en internet; encontramos también que, ya que se trata de una denominación implementada por el supuesto órgano de supervisión arqueológica, debe de ser seguida y respetada, fundamentalmente si se tratan de lugares que se encuentren dentro de dicho banco de datos. 2 Número que utilizaremos para la identificación del yacimiento a lo largo del trabajo ( tener en atención los mapas de distribución de lugares arqueológicos y el capitulo 5). 3 Punto Fictício (W Cabo S. Vicente). 4 Carta Militar Portuguesa série M888 escala 1:25000. Referencia al número de la hoja.
núcleos, lascas, láminas. Igualmente se han encontrado fragmentos de cerámica sin decoración. Bibliografía: (Barbosa, 1956). Sitio: Pedra do Ouro CNS: 1347 Nº de estudio: 24 Poblado fortificado Localización: Alenquer Coordenadas (Gauss): M 121740; P 230240 CMP- 376 Descripción sumaria: Fortificación ubicada en un pequeño altiplano, teniendo la defensa facilitada por el declive en las orillas, principalmente del lado sur. En los otros límites había murallas y a naciente fueron localizados restos de un doble sistema defensivo. El recinto fortificado sería aproximadamente rectangular, con la entrada a poniente. En su interior se identificaron algunos probables fondos de cabaña. Cerca del rincón noroeste de la fortificación se detectaron vestigios de las bases de una construcción circular, quizás una torre. En el extremo suroeste, se encontró un monumento funerario, probable tholos con entrada hacia naciente. Periodos de ocupación: Calcolítico; Bronce Inicial y Medio. Estratigrafía: Sin datos. Material: Una gran variedad de artefactos de uso común en hueso, lítica y metal de tipologías, fechados en el Calcolítico y del Bronce. En cuanto a la cerámica podemos encontrar piezas de varias formas: globulares, vasos, cuencos, etc., y sobre todo con decoración acanalada (pero sin “copos”), en hoja de acacia y crucíferas y campaniforme marítimo. Bibliografía: (Schubart, 1969; Branco, 2007) Sitio: São Paulo CNS: 4016 Nº de estudio: 51 Hipogeo Localización: Almada Coordenadas: M 110340 P 190892 CMP: 431 Descripción sumaria: El monumento se descubrió a finales de los años 80, cuando se excavó la iglesia que le ha dado el nombre. La cueva artificial está orientada hacia el naciente y presenta una forma elíptica. El eje mayor tiene orientación este/oeste, midiendo 7,5 m, mientras que, el menor tiene sentido norte/sur y mide 7
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metros. Se ha identificado solamente 2 m del largo del corredor, que presentaba, en esa parte, 2,5 m de ancho. Períodos de ocupación: La cueva fue utilizada como necrópolis, en el Neolítico Final y Calcolítico, con la Edad del Hierro pasó a ser un basurero, más tarde, con la construcción medieval de la iglesia de São Paulo, el lugar se tornó parte del adro de la misma, siendo igualmente zona de entierros, se hallaron restos de 180 individuos. Estratigrafía: Sin datos. Material: Puntas de flecha, microlítos triangulares y trapezoidales, láminas en sílex, hachas, martillos en piedra pulida, objetos rituales, como ídolos en calcáreo y cerámica con un vasto horizonte cronológico, de los cuales se destaca, para el período prehistórico, las cerámicas de bordes dentados, los “copos canelados” y vasos con decoración campaniforme, así como un raro “copo” de pequeñas dimensiones con pintura a la almagra. Referencia a los “copos”: «(…) uma grande variedade de espólio, nomeadamente do Calcolítico Inicial, tal como copos e taças com decoração canelada e xadrez» (Barros y Esprírito-Santo, 1992: 219). Bibliografía: (Barros y Esprírito-Santo, 1992). Sitio: Baútas CNS: 4799 Nº de estudio: 43 Poblado/Habitat Localización: Amadora Coordenadas: M 102680 P 200830 CMP- 416 Descripción sumaria: El poblado fue identificado en 1971 por José Arnaud y Teresa Gamito. Se encuentra ubicado en una pequeña elevación de cota máxima de 180 m de un espolón, ocupando un área por detrás de una concreción de bloques de calcáreo que hacen una barrera natural de 100 m de extensión y 5 m de altura. Períodos de ocupación: Neolítico Final, Calcolítico Inicial, Pleno. Estratigrafía: Según los investigadores, solamente ha sido posible hacer un corte estratigráfico, identificado de la siguiente forma: de 0 m a 0,20 m – capa superficial constituida por una tierra negra y pedregosa; de 0,20 m a 0,60 m – estrato A, constituido por tierra castaña oscura, conteniendo menos piedras pero de mayor dimensión, se ha encontrado muy poco material, sobre todo hueso y cerámica, se destaca un fragmento de hoja de acacia; de 0,60 m a 1,10 m – estrato B, constituido por tierra roja compacta y con pocas piedras, se ha revelado estéril; de 1,10 m a 1,50 m – estrato C, constituido por una tierra castaño oscura, en esta última capa se encontró una mayor cantidad de cerámica, incluido “copos canelados” y vasos con decoración en hoja de acacia. Material: Fundamentalmente cerámico, se destacan los “copos”, vasos globulares en hoja de acacia y vasos con decoración campaniforme, algunos artefactos de piedra lascada y pulida y un utensilio de cobre. Referencia a los copos: Los excavadores afirman la existencia de una capa del Calcolítico Inicial: «(…) com a característica cerâmica dos “copos”» (Arnaud y Gamito, 1972:).
Bibliografía: (Arnaud y Gamito, 1972), (Neto, 2003). Sitio: Carenque o Tojal de Vila Chã CNS: 3077 Nº de estudio: 41 Hipogeo Localización: Amadora Coordenadas (Gauss): M 103470; P 201235 CMP – 416 Descripción sumaria: Las tres grutas artificiales excavadas en roca caliza que, en el local, aflora a la superficie, fueron descubiertas por Manuel Heleno en 1932. Estos sepulcros se integran en una tradición cultural-funeraria mediterránea, pero evidencian también características propias de la región del estuario del Tajo. Presentan una arquitectura común: tienen acceso por un pasillo, por norma orientado a naciente, que comunica con la cámara funeraria a través de un pequeño portal de formas redondeadas. La cámara es de planta subcircular y encimada por una claraboya rasgada en el techo de los afloramientos de calcáreo. Tanto el pasillo como la claraboya estaban cubiertos por pesadas lajas de caliza, cerrando la estructura al exterior. Períodos de ocupación: Los materiales y la propia “arquitectura” del monumento indican una ocupación Calcolítica en sus tres períodos. Estratigrafía: Sin datos. Material: El material arqueológico recogido en esta necrópolis es esencialmente constituido por: cerámicas, de las que se destacan los “copos”, los cuencos hemisféricos y los vasos campaniformes; por algunos artefactos de hueso, como agujas y botones, y por diversos utensilios en sílex, como puñales, láminas y puntas de flecha. Referencia a los copos: Son citados cuatro copos, distribuidos en cantidad de dos por cada uno de los hipogeos 1 y 3; según la descripción de los mismos por parte de Maria Bubner, presentan decoración acanalada compuesta por líneas horizontales, junto al borde y al fondo, solamente en un caso existe una decoración en la superficie central del vaso, siendo esta en zig-zag. Bibliografía: (Bubner, 1979); (Heleno, 1933) y (Gonçalves, V., 1994) Sitio: Serra de Éguas CNS: 1977 Nº de estudio: 42 Poblado/Habitat Localización: Amadora Coordenadas (Gauss): M 103000; P 201440 CMP- 416 Descripción sumaria: Se trata de un poblado que se sitúa sobre un valle abierto sin condiciones naturales de defensa. En el siglo pasado el yacimiento fue excavado un poco irregularmente y, la mayor parte de los estudios relacionados con el sitio, tienen prácticamente un análisis descriptivo del material que se encuentra en acervo en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Lisboa y en el gabinete de ARQA (Amadora). A veces se confunde este lugar con otro muy cercano de nombre
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Serra da Espargueira con características muy similares incluso con una ausencia de “hoja de acacia”. Periodos de ocupación: Sin datos Estratigrafía: Sin datos. Material: Fue recogido un significativo conjunto de cerámicas del Neolítico Final. Sin embargo, se conocen del lugar cerámicas de los períodos del Calcolítico; como los “copos”, vasos campaniformes y los conocidos “ídolos de cuernos”. Entre los elementos líticos sobresalen las hachas, molinos y azadas. Referencia a los copos: La autora refiere la existencia de tres copos, dos de los cuales están compuestos por un fragmento de borde y de fondo. Uno está decorado con dos báculos, según la autora al estilo del copo de la Anta EY de Montemor-o-Novo (Bubner, 1979: 50). El material se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Lisboa. Bibliografía: (Leitão, Ferreira, O. y North, 1973); (Bubner, 1979), (Gonçalves, J., 1993) y (Batista 2003). Sitio: Vila Nova de São Pedro CNS: 190 Nº de estudio: 12 Poblado fortificado Localización: Azambuja Coordenadas (Gauss): M 138940; P 250440 CMP- 352 Descripción sumaria: En el año de 1936, Hipólito Cabaço, siguiendo informaciones dadas por los habitantes de Vila Nova de São Pedro, puso en marcha, a expensas suyas, investigaciones en la zona entonces denominada de castillo. No obstante, ya en 1929, Leite de Vasconcellos, había recibido materiales allí recogidos, probablemente por falta de disponibilidad, el ilustre investigador no se desplazó al sitio, retardando su descubrimiento. En el año de 1937 Eugénio Jalhay y Afonso do Paço finalmente inician las excavaciones en el sitio. El inicio de las campañas de excavación de los referidos investigadores, en 1937, provocaron el interés del medio arqueológico que rápidamente percibió la importancia del lugar – con excepción de Los Millares – ningún otro poblado Calcolítico había surgido, hasta la fecha, con material y estructuras tan significativas. Vila Nova S. Pedro está localizado en una terraza, a 100 metros de altitud, el poblado domina el área circundante, que está compuesta, toda, por valles, fundamentales para la defensa del sitio. En esa misma terraza se erigió una fortificación megalítica compuesta por baluartes circulares y entrada en codo, características similares a los yacimientos fortificados del calcolítico “estremenho”. Presenta aún dos líneas de murallas – la primera de ellas con torres – que circundan el asentamiento y distan 20 m y 40 m del núcleo central respectivamente. También podemos encontrar, en su interior, vestigios de estructuras habitacionales de forma circular. Períodos de ocupación: Inicialmente se había identificado el lugar con una ocupación Calcolítica en sus tres períodos, no obstante, tras las campañas de Victor
Gonçalves en los años 80 y su observación de algún material suelto de las excavaciones anteriores, el profesor de la Facultad de Letras de Lisboa, habla también de una ocupación en el Bronce Inicial. Estratigrafía: Pese a sus dimensiones e importancia, el poblado únicamente presenta un registro estratigráfico documentado, fruto, probablemente, de la antigüedad de sus trabajos de excavación (iniciados en los años 30). La única estratigrafía documentada existente es la hecha por las excavaciones de Savory y Brenda Capstick en 1959. Los respectivos autores hicieron un corte al que llamaron B que estaría ubicado al oeste de la muralla interior. El corte estratigráfico abarcó una pequeña área aún no excavada que inclusivamente los autores denominan isla en el medio del poblado. Contrariamente a la división de Afonso do Paço, que consignaba al lugar dos períodos de ocupación: el primero marcado por la “cerámica de importación” y el segundo por la cerámica campaniforme. Savory y Capstick han identificado en su corte B, por lo menos tres conteniendo el primero y el segundo algunas subdivisiones. El período I de hecho representa el surgimiento de la fortificación, mostrando desde su inicio “copos”; material que sigue presente hasta el inicio del período II – apogeo del poblado – estando esta capa asentada sobre las bases del bastión. Se destaca sobre todo, cuanto a la cultura material, la presencia de un gran número de puntas de flecha. El último período marca la decadencia del poblado y está representado por la cultura campaniforme. Material: En el poblado se ha hallado una gran cantidad de material de los cuales se destacan: en la cerámica - los “copos”, los vasos decorados con hoja de acacia y campaniforme; “pesas de telar”, “queseras” ; artefactos en hueso y cobre de gran calidad técnica, sobre todo punzones y hachas; en la industria lítica – puntas de flecha de varias tipologías, láminas o cuchillos ovoides y hachas polimentadadas, en el ámbito simbólico – “ídolos cuernos” en barro, ídolos cilíndricos en calcáreo y figuras antropomórficas en hueso, arcilla y marfil. Referencia a los “copos”: «(...) recipientes de fundo ligeiramente abaulado e paredes laterais abrindo docemente em forma de tulipa. Estas paredes laterais apresentam às vezes na parte superior, e também na inferior, sulcos horizontais de um brunido de ligeiríssima profundidade (...). Outras vezes (...) são decorados com desenhos em ziguezague ou enxadrezados» (Paço, 1954: 74). Bibliografía: (Arnaud y Gonçalves, J, 1990); (Arnaud y Gonçalves, J, 1995); (Gonçalves, V., 1993); (Gonçalves, V., 1989); (Jalhay, y Paço, 1970), (Jalhay, y Paço, 1970a); (Jalhay, y Paço, 1970b) (Jalhay, y Paço, 1971); (Paço, 1955), (Savory, 1984) y (Ferreira, 2003). Sitio: Columbeira CNS: 1156 Nº de estudio: 3 Poblado fortificado Localización: Bombarral Coordenadas (Gauss): M 108205; P 259685 269
CMP- 350 Descripción sumaria: El yacimiento arqueológico fue descubierto por José Leite de Vasconcellos en el inicio del siglo XX, él cual hizo una pequeña excavación, habiendo encontrado diversos objetos de bronce. A finales de los años 60 Schubart y Veiga Ferreira estudiaron la arquitectura del recinto, siendo así documentada también una ocupación calcolítica. En la década de los 90 el sitio fue nuevamente excavado por João Ludgero. El poblado está ubicado en la cima de un cabezo de pequeñas dimensiones con buen dominio sobre el valle de Caldas da Rainha, manteniendo contacto visual con otros pueblos contemporáneos, como es el caso de São Mamede. La defensa del lugar sería hecha por dos líneas de murallas situadas a sur y al este (abarcando la segunda un arco mayor), siendo que al norte y al oeste el asentamiento se encuentra protegido por la roca inclinada del espolón. Períodos de ocupación: Las excavaciones de João Lugero en los años 90 identificaron una ocupación del Calcolítico Inicial y Pleno, justificables por la presencia de “copos” y vasos globulares con decoración en hoja de acacia, la ausencia de campaniforme acabo por asumir una ausencia de permanencia en el último período del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. Están también documentados, en el poblado, vestigios de una ocupación protohistórica y romana. Estratigrafía: Tenemos algunos datos estratigráficos presentados por João Ludgero Gonçalves, que han indicado poca potencia de estudio, es decir, la roca madre se encontraba 30 cm a 40 cm bajo el superficie de tierra. El referido arqueólogo apenas ha distinguido dos capas. La primera de tierra más suelta y humosa y una segunda de tierra más compacta, sobre la roca. El autor no indica cualquier tipo de diferenciación de capa de los materiales que aparecen “copos” y vasos globulares los cuales prácticamente se encuentran en proporciones similares en ambas capas. Material: “Copos” y cuencos acanalados, vasos globulares con decoración en hoja de acacia y cruciforme, aún como cerámica lisa y artefactos de piedra lascada. Igualmente se ha encontrado materiales de otros períodos como cerámica del Bronce Final, anzuelos de cobre y algunas monedas romanas. Referencia a los “copos”: Apenas existe una referencia a la presencia de estos mismos artefactos, sin ningún tipo de identificación de número o tipo de decoración: «Os materiais recolhidos permitem integrar o Castro da Columbeira no Calcolitíco Inicial pela presença de dos copos canelados (…)» (Gonçalves, J, 1994: 6). Bibliografía: (Gonçalves, J, 1994) y (Shubart, Ferreira y Monteiro, 1969) Sitio: Outeiro de São Mamede CNS: 1157 Nº de estudio: 2 Poblado/Habitat Localización: Bombarral Coordenadas (Gauss): M 109480; P 262950
CMP- 338 Descripción sumaria: El poblado fue inicialmente identificado por Leite de Vasconcelos a finales del siglo XIX, entre 1903 y 1905 el sitio fue excavado por Bernardo de Sá, por orden del primero. Poco se sabe sobre el sitio, no existen indicaciones de estructuras ni indicación sobre la procedencia de los materiales, apenas algunas cartas de Bernardo de Sá a Leite de Vasconcellos, publicadas por Cardoso y Carreira (2003) pero con indicaciones imprecisas y muy vagas sobre el transcurso del trabajo en el local. Períodos de ocupación: Por lo que se conoce del material tendríamos una ocupación en los tres períodos del Calcolítico, con particular enfoque en el período inicial y pleno. Estratigrafía: Sin datos. Material: “Copos” y cuencos acanalados, vasos globulares de decoración en hoja de acacia, vasos campaniformes, cerámica lisa, y artefactos en hueso y piedra lascada. Referencia a los “copos”: Maria Bubner habla solamente de tres fragmentos de un “copo”, con acanaladuras junto al borde e incisiones en zig-zag en el cuerpo. No obstante, por el estudio de J. Cardoso y J. Carreira de los materiales provenientes de la antigua excavación de Bernardo de Sá, han identificado algunos posibles fragmentos de “copos” de decoración incisa. Bibliografía: (Bubner, 1979: 42-43) y (Cardoso y Carreira, 2003). Sitio: Pragança CNS: 1260 Nº de estudio: 10 Poblado fortificado Localización: Cadaval Coordenadas (Gauss): M 120000; P 248200 CMP- 362 Descripción sumaria: El poblado se localiza en una elevación dominando la población de Pragança y orientado para la Serra de Montejunto. Constituido por una gran torre semicircular con 15 m de largo apoyada en una cresta rocosa. Tiene un pasillo de entrada el norte y una dependencia rectangular a sur. La estructura asienta sobre roca y está revuelta por excavaciones antiguas. Períodos de ocupación: Neolítico Final, Calcolítico, Edad del Bronce y Edad del Hierro. Estratigrafía: Sin datos. Material: Cerámica prehistórica y protohistórica, con destaque para varios fragmentos de cuencos hemisféricos decorados con acanalaras, fíbulas y industria lítica diversa. Bibliografía: (Gonçalves, J. 1990/92). Sítio: Vale da Lapa CNS: No está en banco de datos Cueva Localización: Cadaval Coordenadas: sin datos CMP- 362
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Nº de estudio: 9
Descripción sumaria: El sitio se encuentra cercano al poblado fortificado de Pragança, sin embargo en este sitios no se han encontrado “copos”, solamente se han hallado tazas y otras formas con decoración acanalada y pastas finas y bruñidas. La cueva fue excavada en los años 30 por Leonel Trindade. La cueva se puede integrar en un conjunto de varias cuevas esparcidas por el macizo calcáreo de Montejunto, en donde se destacan otras como la de Rochaforte, Furadouro e Vale da Lapa/Lapas, con ocupaciones de otros periodos. Periodos de ocupación: Neolítico Final, Calcolítico Inicial y Bronce Final. Estratigrafía: Sin datos. Material: Puntas de flecha, cuencos hemisféricos, tazas carenadas, “copos” y hachas pulimentadas, bien como cerámicas del Neolítico Final y Bronce Final Referencia a los “copos”: Para el yacimiento de Vale da Lapa; «Metade superior de um copo grande. Paredes quase direitas. Lábio boleado para o exterior. Decorado por barras horizontais lisas e de triângulos, alternantes, sendo os triângulos formados por estrias» (Bubner, 1979: 47). El fragmento, también referido en el trabajo de João L. Gonçalves (1990/92: fig 9), se encuentra “perdido” en el Museo Nacional de Arqueología. Apenas encontramos en el material del yacimiento un borde de “copo” sin decoración. Bibliografía: (Bubner, 1979: 43-47 y Gonçalves J., (1990/92a). Sitio: Alapraia CNS: 638 Nº de estudio: 50 Hipogeo Localización: Cascais Coordenadas(Gauss): M 91600; P 194000 CMP- 430 Descripción sumaria: Cuatro cuevas excavadas en roca caliza, de cámara circular con claraboya central y pasillo, utilizadas como necrópolis. La cueva I tiene una cámara con 6,20 m de diámetro y 2,80 m de altura, con un pasillo, abierto de 13,70 m. La cueva II, presenta una cámara de 4,30 m de diámetro por 2,20 m de altura. La cueva III, tiene una cámara de 6,20m de diámetro y 2,40 m de altura, y finalmente la cueva IV, tiene una cámara con 4,20 m de diámetro, por 2,10 m de altura, con uno vestíbulo de 7,10 m. Períodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico. Estratigrafía: Sin datos. Material: Habían sido encontrados vasos de cerámica del tipo campaniforme, cerámica simples, cuencos hemisféricos; una lúnula, sandalias e ídolos cilíndricos de caliza. Referencia a los copos: Restos de dos ejemplares en la cueva II. Bibliografía: (Paço, 1955a y Gonçalves, V. 1990). Sítio: Murtal CNS:11296 Nº de estudio: 48 Indeterminado Localización: Cascais
Coordenadas: M 92500; P 193200 CMP- 430 Descripción sumaria: No existe una identificación concreta del yacimiento, en el pasado existían, algunas descripciones de poblados y monumentos funerarios de la Prehistoria Reciente. Sin embargo, los escasos fragmentos que se encuentran en el Gabinete de Arqueología de Cascais, no indican una proveniencia concreta. Períodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Sin datos. Material: Cerámica decorada, “copos” y cuencos hemisféricos decorados con acanaladuras, bordes dentados y tazas carenadas, industria lítica laminar. Referencia a los “copos”: Sin referencia específica del de autor en la publicación. Bibliografía: (Cardoso, G., 1991) Sítio: Parede CNS: 301 Nº de estudio: 49 Poblado/Habitat Localización: Cascais Coordenadas (Gauss): M 93900; P 192400 CMP- 430 Descripción sumaria: El poblado prehistórico se encontraba en la localidad de Parede junto al barrio Octaviano, estando hoy en día totalmente bajo zona urbana. El poblado ganó casi un cariz mítico en la Arqueología portuguesa, no tanto por sus estructuras (prácticamente inexistentes o muy destruidas) o su material, sino por otros factores: por haber sido el primer yacimiento en que fue empleado el método de la cuadrícula, en las excavaciones de Afonso do Paço en los años 50 y segundo por dar el nombre, en los años 70, a un conjunto de poblado que supuestamente presentaban una cultura de transición entre el Neolítico y el Calcolítico – el Parede Grüppe de Konrad Spindler. En los años 80 uno de los participantes de las excavaciones de Afonso do Paço y Prescott Vicente en el transcurso de los años 50 y 60 – quedando además con algunos materiales y registros de esa misma exploración – Cunha Serrão presenta una nueva interpretación de los períodos identificados aún como un nuevo corte estratigráfico de las excavaciones realizadas en esos mismos años, identificando cinco estratos pertenecientes al Neolítico Final y a los tres períodos típicos del Calcolítico. Periodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico Inicial a Final. Estratigrafía: La estratigrafía de Cunha Serrão (1983) identifica una secuencia de siete capas: 1- de 20 cm a 25 cm de espesor, conteniendo raros materiales prehistóricos mezclados con otros de épocas posteriores, incluso de épocas muy tempranas; 2- suelo con bastantes restos de materia orgánica prácticamente estéril de material; 3 – capa de color oscura, rondando los 30cm de espesor en que se puede encontrar un predominio de fragmentos campaniformes, aún como un menor número de fragmentos de cerámica más arcaica así como de períodos más tempranos; 4- capa compuestas por lajas no 271
ultrapasando los 50 cm de espesor, en donde surgieron los “copos” canelados así como otras cerámicas caneladas, los vasos globulares y cuencos; 5- capa oscura entre 20 cm a 40 cm de espesor, esta es la capa más rica en materiales, surgiendo, “copos”, pero en menor cantidad, vasos globulares, aún como materiales de un Neolítico Final, como platos, tazas carenadas y cerámica con bordes dentados 6 – la última capa no presenta más que 25 cm de espesor, inicialmente esta capa fue denominada de terra rossa inicialmente considerada estéril por los geólogos, fue más tarde recuperada, tras ese hallazgo por parte de Prescott Vicente de algunos materiales cerámicos, sin embargo, Cunha Serrão, en su análisis posterior de los materiales y registros, volvió a no identificar fragmentos de cerámica. Material: Ocupación del Neolítico Final con cerámicas carenadas asociadas a cerámicas de borde dentado, las características representantes del los tres períodos del Calcolítico – “copos”, vasos globulares con decoración en hoja de acacia y campaniforme. Referencia a los “copos”: 3 “copos” identificados por Paço (1964) y referidos posteriormente por Vitor Gonçalves (1990). Bibliografía: (Paço, 1964), (Serrão, 1983) y (Gonçalves, V., 1990). Sitio: São Pedro do Estoril CNS: 3031 Nº de estudio: 47 Hipogeo Localización: Cascais Coordenadas (Gauss): M 92200; P 192500 CMP- 430 Descripción sumaria: Necrópolis compuesta por 2 cuevas excavadas en roca. Cueva I – cueva artificial de cámara circular, faltando el pasillo por haber caído con el retroceso del techo. El material hallado era riquísimo, teniendo particular interés dos copas campaniforme en pie alto (llamadas fruteiras). Los cuerpos estaban depositados en decúbito dorsal, los más recientes y los más antiguos en posición fetal. Gruta II - Gruta del mismo periodo, pero prácticamente destruida a la fecha de su descubrimiento; los enterramientos eran menos numerosos que en la anterior y con un expolio más pobre. Periodos de ocupación: Neolítico Final, Calcolítico Inicial y Calcolítico Final. Estratigrafía: Sin datos concretos. Material: Se destaca la presencia de vasos cilíndricos muy estrechos de ancho, este dato junto con sus pastas y la ausencia de una decoración nos lleva a no considerarlos como integrantes de la tipología de los “copos canelados”; aproximándose más, por sus características formales a piezas de la región almeriense. Bibliografía: (Gonçalves, V., 1990). Sitio: Castelo da Amoreira CNS: 2658 Nº de estudio: 28 Poblado Fortificado Localización: Loures/Odivelas
Coordenadas (Gauss): M 107360; P205510 CMP- 417 Descripción sumaria: El sitio de Castelo da Amoreira se ubica en la sima de la sierra da Amoreira, aprovechando una excelente situación de dominio sobre el paisaje. El yacimiento es referido por la primera vez en 1912 por Virgílio Correia, cuando éste recogió en la encuesta del monte, en conjunto con Joaquim Fontes, materiales designados en la fecha como paleolíticos. Más tarde, en una publicación de 1982, Octávio da Veiga Ferreira, menciona la existencia en el local de fragmentos de cerámica campaniforme. En el transcurso de la década del 80 se hicieron varias visitas al yacimiento para protección del mismo, en la secuencia se fueron recuperando materiales para el Museo Municipal de Loures, se hizo, igualmente y bajo la dirección de Gustavo Marques en 1896 una intervención en el local. No se ha identificado con seguridad si los muros de piedra estarían relacionados con la ocupación del Cobre o del Hierro. Los materiales presentaron cronologías muy dilatadas, pertenecientes al Paleolítico, Neolítico, Calcolítico y Edad del Hierro. Períodos de ocupación: Neolítico, Calcolítico Pleno, Calcolítico Final y Edad del Hierro Estratigrafía: Sin datos. Material: Se destaca las cerámicas con decoración en “hoja de acacia” y campaniforme Bibliografía: (Ferreira, O., 1982 y Marques, 1987). Sitio: Correio-Mor CNS: 13117 Nº de estudio: 26 Cueva Localización: Loures Coordenadas (Gauss): P 108466; M 207102 CMP- 417 Descripción sumaria: Cueva identificada en 1974, en la secuencia de los trabajos de una cantera que exploraba, en el sitio, calizos duros del Cretácico. Fue realizada una intervención en lo que todavía restaba del relleno arqueológico. En el transcurso de los trabajos se identificó una secuencia arqueológica de ancha diacronía, estando representados materiales del Musteriense, Solutrense, Neolítico antiguo, Neolítico Medio y Final, Calcolítico, Edad del Bronce y Edad de Hierro. El yacimiento es conocido fundamentalmente por su carácter de “santuario” del Calcolítico, en donde se ha podido encontrar un número considerable de ídolos cilíndricos y bétilos decorados. Periodos de ocupación: Mustierense, Solutrense, Neolítico Antiguo, Neolítico Medio y Final, Calcolítico, Edad del Bronce y Edad de Hierro Estratigrafía: Sin datos concluyentes debido a remociones de tierras en el sitio. Material: Una importantísima riqueza artefactual, desde metales, crisoles, industria lítica, en hueso, cerámica decorada, artefactos votivos en pizarra, caliza y otros materiales y también objetos de adorno como cuentas de collar y pulseras. De la cerámica calcolítica se pueden encontrar los cuencos hemisféricos con decoración
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acanalada y cerámicas campaniformes marítimo. Bibliografía: (Cardoso et al., 1995 y 1996)
del
estilo
Sitio: Casal de Gaitadas CNS: 7372 Nº de estudio: 27 Poblado/Habitat Localización: Loures Coordenadas (Gauss): M 108379 P 206010 CMP- 417 Descripción sumaria: El yacimiento fue identificado en 1990 por los trabajos de prospección hechos por el museo de la región y empezaron en el año siguiente, coordenadas por Nuno Santos y Gustavo Marques. El local se ubica en una pequeña elevación de baja cota (188m) y no sobresale en el paisaje, se ubica en una región de transición entre los calcáreos y los basaltos del suroeste de la península de Lisboa. No se identificó ningún tipo de murallas ni casas pétreas, solamente se preservan algunos negativos de posibles estructuras. Periodos de ocupación: Probable ocupación del Calcolítico Pleno, ocupación segura del Calcolítico campaniforme y vestigios Romano poco significativos. Estratigrafía: Se identificaron 4 capas en suelo del yacimiento. La primera (30 cm) es claramente superficial en donde surgen cerámicas romanas y otras medievales; a segunda (20 cm), presenta una mayor concentración de bloques y cerámica del Tipo Alpiarça e Santa Olaia; en la tercera los bloques son reducidos y surgen una mayor frecuencia de material tanto lítico como cerámico, en donde sobresalen los fragmentos de campaniforme puntillados e incisos, así como cerámica sin decoración también el ella de matiz calcolítica, por fin en la capa 4 se encuentra el sustrato de roca basáltica, sin embargo, en él se encuentran pequeñas cavidades, pero el material allí encontrado sigue los mismos patrones del estrato 3. Material: Cerámica calcolítica lisa, cerámica campaniforme con decoración incisa y en puntillado, brazal de archero, artefactos líticos bifaciales y sobre lámina. Bibliografía: (Santos, 1994) Sitio: Feteira CNS: 2070 Nº de estudio: 6 Cueva Localización: Lourinhã Coordenadas (Gauss): M 102200; P 257350 CMP- 349 Descripción sumaria: Cueva donde fue excavada una importante necrópolis con varios horizontes de deposición. Asociados a los esqueletos, se habían encontrado varios objetos votivos, entre los cuales se destacan las hachas pulidas, alguna industria de piedra astillada y adornos. En 1992 fue descubierta una segunda galería de la misma red cárstica, que contiene, igualmente, una necrópolis neolítica. Periodos de ocupación: Neolítico y los tres “horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa.
Estratigrafía: João Zilhão ha identificado 5 capas estratigráficas numeradas de 0 a 4. Siendo la primera (estrato 0) la más reciente, con cerca de 15 cm de potencia y resultante de la destrucción del techo de la cueva, sin materiales arqueológicos; la segunda (estrato 1), también con 15 cm de potencia, es compuesta por arenas de silicatos e arcillas de color marrón y verde, se encuentran ya industrias humanas, conchas y huesos; la tercera (estrato 2) es muy similar a la anterior, sin embargo el color es más claro y presenta unos 40 cm de potencia, se han encontrado también vestigios de industrias humanas, conchas y huesos; la cuarta (estrato 3) es compuesta por arenas y arcillas de color marrón con tonalidades rojas, con muchos carbones, también con 40 cm de potencia, vestigios de evidente actividad química, de nuevo con conchas huesos e industria humana; por fin la quinta (estrato 4) compuesta por arenas fina y arcillas de color marrón-ocre y completamente estéril. Material: Presencia importante cerámica cardial Neolítica y de cerámica simples del calcolítico, fundamentalmente formas hemisféricas Bibliografía: (Zilhão, 1984 y 1995). Sitio: Pai Mogo CNS: 2039 Nº de estudio: 8 Tholos Localización: Lourinhã Coordenadas (Gauss): M 103000; P 241440 CMP- 349 Descripción sumaria: El tholos del Pai Mogo fue descubierto durante la labra de un terreno, en 1968, vendría a ser excavado en 1971, habiendo revelado la existencia de una cámara de falsa cúpula y pasillo, de orientación sensiblemente Oeste/Este. Su cronología se integra dentro del Calcolítico. Según los responsables por la excavación arqueológica, además del monumento excavado existiría otro, algunos metros más al sur, pero nunca llegó a ser objeto de una intervención. Períodos de ocupación: La excavación indicó fundamentalmente una ocupación que se remontaría a los primeros dos períodos del Calcolítico de la Extremadura portuguesa, no obstante hemos observado en el Museo de Torres Vedras cerámicas campaniforme en los materiales del yacimiento. Estratigrafía: Sin datos. Material: Cerámica, entre las cuales se observa la presencia de cuencos hemisféricos acanalados, “copos” y campaniforme puntillado; artefactos de caliza, piedra tallada, huesos humanos, huesos de animales, objetos de adorno en concha y dientes (jabalí y oso). Referencia a los copos: Se han identificado cinco fragmentos de copos en la publicación de Gallay et al. (1973: 44). Sin embargo, solamente encontramos en el Museo de Torres Vedras un fragmento de pared y fondo. Bibliografía: (Gallay et al., 1973). Sitio: Penedo do Lexim CNS: 664 Nº de estudio: 32 Poblado fortificado 273
Localización: Mafra Coordenadas (Gauss): M 97730; P 214400 CMP- 402 Descripción sumaria: Poblado fortificado excavado en los años 70 por José Morais Arnaud y nuevamente a finales de los años 90 por Ana Catarina Sousa. Se sitúa en una zona de afloramientos basálticos. Contrariamente a lo que se verifica en la mayoría de los yacimientos de ésta zona, no se detectó una ocupación campaniforme, solamente dos niveles correspondiendo al Calcolítico Inicial y Pleno. Más tarde, se habrían establecido ahí temporalmente metalurgistas del Bronce y de Hierro. La muralla es constituida por grandes bloques de basalto, con más de 1 m de largo, apilados horizontalmente. Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial, Pleno y Bronce. Estratigrafía: Secuencia estratigráfica publicada por José Arnaud (1974/1977) estrato I, constituido por tierra negra y humosa con escaso material y mezclado, teniendo 0,10 m a 0,20 m de espesor; el estrato II constituido por tierra castaña oscura, muy compacta y pedregosa de 0,50m a 0,60m de espesor, conteniendo innumerables fragmentos de cerámica, de las cuales se destacan algunas “queseras”, “copos”, y cuencos hemisféricos decorados con acanaladuras o incisiones horizontales, así como los célebres vasos globulares con hoja de acacia; en cuanto a la industria lítica, se han hallado láminas de sílex y láminas de retoque bifacial (láminas ovoides) y hachas pulimentadas; estrato III, constituido por tierra de color castaño claro con cerca de 0,20 m a 0,30 m de espesor teniendo el mismo tipo de material de la capa anterior pero sin “hoja de acacia”, abundando las cerámicas con acanaladuras e incisiones, en las cuales están presentes los “copos”; por final el estrato IV, constituido por una tierra blanca con por lo menos 0,50 m de espesor (sin que sus excavadores hayan llegado al final de este estrato) en donde se encuentran fundamentalmente “copos” y huesos de animales. Sin embargo, en el cuadrado B de la excavación, los investigadores han hallado un estrato con ocupación del Bronce Final /Edad del Hierro. Las posteriores excavaciones de Sousa indican igualmente una ausencia de una capa campaniforme, estando sus estratigrafías marcadas por el paso del Calcolítico Inicial y Pleno al Bronce Final. Material: Cerámica decorada calcolítica (con hoja de acacia, crucífera), cerámica lisa, piedra tallada (lámina, laminilla, punta de flecha, núcleos y lascas de sílex y cuarzo hialino), piedra pulida, metalurgia en cobre, en bronce, fauna. Huesos humanos. Referencia a los “copos”: Tanto Arnaud (1974/77) como Sousa (1998), refieren la presencia de “copos” en éste poblado, presentando el último, algunos dibujos de fragmentos en la estampa 3, página 237. Bibliografía: (Arnaud, 1974/77), (Sousa 1998 y 2000). Sitio: Tituaria CNS: 2172 Nº de estudio: 33 Tholos Localización: Mafra
Coordenadas (Gauss): M 106878; P 218694 CMP- 403 Descripción sumaria: Monumento funerario prehistórico donde fueron realizadas excavaciones arqueológicas en el tholos de la Tituaria, bajo la dirección de Veiga Ferreira en los años 70. Éste monumento presenta un atrio, pasillo y cámara circular. Las losas del pasillo presentan grabados de hoyuelos. En la Tituaria, están presentes dos fases de utilización: un primer momento de ocupación en el Calcolítico inicial/mediano y la utilización posterior atribuida a los portadores del vaso campaniforme del final del Calcolítico. Asociados a los enterramientos del Calcolítico habrían sido recogidos artefactos de piedra tallada, piedra pulida, metalurgia y artefactos votivos de caliza. En asociación con los enterramientos posteriores, habían sido identificados tiestos campaniformes de varias tipologías. Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Final. Estratigrafía: Sin datos. Material: Piedra lascada (puñal, láminas y laminillas, núcleo, restos de talle, puntas de flecha), objetos de caliza, cerámica diversa (lisa y decorada), entre la cual se encuentra un vaso campaniforme con motivos zoomórficos esquemáticos (ciervos), metalurgia (punta Palmela y punzón). Las dataciones efectuadas sobre los huesos humanos hallados dieron fechas del III milenio a.C., Bibliografia: (Cardoso, et al., 1996) Sitio: Casa da Moura CNS: 1120 Nº de estudio: 5 Cueva Localización: Óbidos Coordenadas (Gauss): M 103220; P 262400 CMP- 237 Descripción sumaria: Cavidad de entrada vertical que permite acceder a una gran sala con cerca de 300 m² cuyo relleno fue íntegramente excavado por Nery Delgado en dos campañas. La primera tuvo lugar en 1865 y la segunda poco antes del Congreso de Lisboa de 1880. Delgado distinguió claramente los dos grandes horizontes estratigráficos existentes: plistocénico y holocénico. En la campaña de 1865, fue recogido un cráneo humano en el depósito inferior. El respectivo molde se encuentra en el Museo de los Servicios Geológicos pero se desconoce el paradero del original. Durante el Paleolítico Superior la ocupación humana fue esporádica e intermitente y la gruta habría funcionado sobre todo como covacha de carnívoros, siendo particularmente abundantes los restos de lobos. Durante el Neolítico y épocas subsecuentes la cueva fue utilizada como necrópolis. Períodos de ocupación: Gravetiense, Solutrense; Neolítico Antiguo, Neolítico Final y Calcolítico Inicial. Material: Fauna pleistocénica, industria lítica e industria en hueso de los niveles paleolíticos. Cerámica, industria lítica, restos humanos de niveles pós-paleolíticos, con particular enfoque en el Neolítico Final y Calcolítico Inicial. De la cerámica decorada sobresalen los bordes dentados y las tazas carenadas. 274
Estratigrafía: Sin datos. Bibliografía: (Cardoso y Carreira, 2001/2002). Sitio: Outeiro da Assenta CNS: 167 Nº de estudio: 4 Poblado/Habitat Localización: Óbidos Coordenadas (Gauss): M 109262; P 267825 CMP338 Descripción sumaria: Apenas sabemos que Félix Pereira recogió materiales en el lugar entre 1914 y 1915, probamente haciendo algún tipo de excavación, ya que presenta una especie de corte estratigráfico Períodos de ocupación: Aparentemente, y según las indicaciones de Félix Pereira, el yacimiento ha sido ocupado continuamente desde la Prehistoria Reciente hasta la época romana, encontrándose hartos artefactos de piedra pulida y lascada, una punta de hierro, “pesas de telar” en cerámica, aún como algunas sigillatas. Estratigrafía: Apenas se conoce una estratigrafía del yacimiento, ésta ha sido publicada en 1915, por Félix Pereira. Se presenta como muy rudimentaria, sin embargo, teniendo en cuenta el año, surge sin duda como uno de los mejores ejemplares estratigráficos. El autor ha identificado cuatro capas: A – extracto superficial a 20 cm de la superficie; B, compuesto por barro rojo, Cescombro con piedras, semillas, materiales modernos y medievales, a aproximadamente 70 cm de la superficie; por último el D – depósito oscuro con materiales prehistóricos a más de 1,50 cm a que se sigue inmediatamente la roca. Material: El autor presenta en su publicación de 1915, diversos artefactos, tanto cerámicos (con presencia de cerámica acanalada “copos” y cuencos hemisféricos) como líticos, metálicos y en hueso, de varias cronologías; probablemente material proveniente de prospecciones cercanas, cuya identificación de proveniencia con el lugar prehistórico resulta difícil. Referencia a los “copos”: «(…) copo de base estreita e boca muito larga, paredes levemente curvas. Sem decoração» (Bubner, 1979:) Bibliografía: (Pereira, 1915) y (Bubner, 1979). Sitio: Trigache CNS: 4733 Nº de estudio: 29 Hipogeo Localización: Odivelas Coordenadas (Gauss): M 106800; P 204970 CMP- 417 Descripción sumaria: Se situaba en un declive suave del terreno. Pequeña cámara poligonal, con 3 lajas in situ, apenas una desplazada y el techo colocado verticalmente en el interior de la cámara. No estaba conservado ni el pasillo ni la mamoa. Galería cubierta semejante a la de Carenque y a las galerías o monumentos de Otranto (sur de Italia), según la planta y el dibujo del corte dejado por Carlos Ribeiro. Formaba parte de una supuesta gran necrópolis de Trigache, compuesta por varios hipogeos. El monumento desapareció soterrado por cerca de 20 m de escombro.
Periodos de ocupación: Neolítico Final/Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Sin datos. Material: Industria lítica y cerámica prehistórica, en lo que dice respecto a las piezas decoradas, se destacan dos cuencos hemisféricos con decoración acanalada. Bibliografía: (Ferreira, A.; Ferreira, O. y Leisner, V., 1961) Sitio: Alto do Dafundo o Alto de St. Catarina CNS: 33 Nº de estudio: 45 Poblado/Habitat Localización: Oeiras Coordenadas(Gauss): M 103457; P 193655 CMP- 430 Descripción sumaria: El poblado se encuentra hoy en día bajo la reciente urbanización de Alto de Santa Catarina en la población de Linda-a-Velha. El poblado Calcolítico ubicado a la cota de 100 metros estaría en una posición muy privilegiada sobre la desembocadura del Tajo. El sitio fue excavado en los años 70 por Cunha Serrão y João Ludgero Gonçalves, siendo nuevamente objeto de una intervención en finales de los años 80 por parte del último investigador. En el yacimiento sólo se descubrió un área habitacional, con un agujero de cabaña y material asociado. No habrían sido detectadas estructuras defensivas. Se destaca que en el poblado se encontró una gran cantidad de restos de moluscos, casi dando al sitio un aspecto de conchero. Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial Estratigrafía: La potencia estratigráfica en el yacimiento es relativamente baja, subsistiendo solamente 10 cm a 20 cm sobre la roca madre. Según Gonçalves y Serrão el área que mejor presentaba una secuencia estratigráfica sería donde estaría la supuesta estructura de cabaña, en esta zona la capa arqueológica tendría cerca de 48 cm de profundidad. Se han identificado en éste lugar tres capas (A, B y C). La primera, clara y poco compacta, que envolvía y cubría la misma estructura antes de su construcción y utilización. Bajo las piedras existía una capa de color castaño amarillento, compuesta por arcillas, siendo por consecuencia algo compacta (Capa B). La última capa es resultante de la descomposición del manto de calcáreo. Ésta diferenciación estratigráfica tripartida sólo se verificaría en la respectiva zona, mientras que en los restantes cortes apenas ha sido posible distinguir la capa A y la fina capa C. En el análisis de los depósitos, que están sobre la roca madre, se ha revelado (según sus excavadores) la existencia de un único estrato arqueológico cuyo interés está en haber evidenciado una sola ocupación, así como lo ha demostrado el material – “copos” y cuencos hemisféricos con decoración acanalada. Material: Se han encontrado sobre todo cerámica acanalada, característica del Calcolítico Inicial como lo son los “copos” y los cuencos hemisféricos, así como algunos artefactos líticos, mayoritariamente compuestos por láminas, laminillas y furadores. Referencia a los “copos”: Existe alguna cantidad de fragmentos de “copos”, además el propio excavador del 275
sitio lo indica: «A cerâmica decorada compõe-se unicamente de fragmentos de copos canelados» (Gonçalves, J., 1991: 25). Bibliografía: (Gonçalves, J. y Serrão, 1979) y (Gonçalves, J., 1991). Sitio: Carnaxide CNS: 11246 Nº de estudio: 46 Poblado/Habitat Localización: Oeiras Coordenadas (Gauss): M 102800; P 195800 CMP- 430 Descripción sumaria: Plataforma de inclinación suave hacia el valle de Río Jamor, ocupando la cima una escarpa de caliza, en la base de la cual existe un conjunto de siete pequeñas grutas naturales, algunas con material arqueológico. Las características son semejantes a las del pueblo prehistórico de Leceia, situado a cerca de 2,5 Km a noroeste, en línea recta. La mayor parte del área arqueológica con interés se encuentra bajo un denso terraplén, puesto allí por el propietario. El yacimiento presenta estratigrafía y estructuras que indican una ocupación permanente. Períodos de ocupación: Neolítico Final, los tres “horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa y medieval. Estratigrafía: Sin datos Material: Industria lítica variada, pulimentados y láminas, sobre todo bordes dentados y campaniforme. Bibliografía: (Andrade y Gomes, 1959 ; Gonçalves, J., 1979: Cardoso, J., 1996). Sítio: Leceia CNS: 157 Nº de estudio: 44 Poblado fortificado Localización: Oeiras Coordenadas (Gauss): M 100130; P 196250 CMP- 430 Descripción sumaria: El poblado fue de los primeros en ser descubierto en el territorio peninsular, sin embargo, y tras su conocimiento científico desde el longincuo año de 1878, cuando el general Carlos Ribeiro publico la respectiva memoria, quedaría al abandono y sin excavación. El yacimiento sólo vendría a ser excavado y estudiado a partir de la década de 80 del siglo XX por João Luís Cardoso. Leceia es un poblado fortificado implantado en plataforma rocosa escarpada en las vertientes naciente y meridional, con un área construida de cerca de 10.000m2. El dispositivo defensivo esta constituido por tres murallas arqueadas, todas ellas armadas de entradas, articuladas por caminos sinuosos que atraviesan todo el espacio defensivo. Del lado externo de las murallas, se observan grandes baluartes huecos de planta semicircular, que serían secundariamente utilizados como casas o almacenes. Hay una cabaña de la época campaniforme construida en la parte exterior del pueblo. La ocupación de la finca transcurrió entre el Neolítico final y el término del Calcolítico. La fortificación denuncia sin embargo, una sola fase de construcción, evidenciando una
preconcepción del espacio que vendría a ser ocupado en el Calcolítico inicial (2800 a.C.). Con evidencias de numerosos arreglos y refuerzos ulteriores, entró en decadencia 200 años después. Períodos de ocupación: Neolítico Final, Calcolítico en todos los períodos, pero con particular incidencia en el Calcolítico Inicial y Pleno. Estratigrafía: Por regla general en la estratigrafía de Leceia podemos encontrar cuatro capas arqueológicas. La primera capa (IV) se encuentra sobre el sustrato geológico del Cretácico, presenta un color castaño chocolate, con materiales del Neolítico Final; después viene una capa amarilla formada por derrumbes de la parte superior de las estructuras defensivas que, según Cardoso, serían de tapia, razón por la cual, ésta capa presentaría una matriz tan arcillosa con materiales del Calcolítico Inicial; en seguida sigue una capa de color castaño oscuro, en la cual frecuentemente se encuentran considerables bloques resultantes de la destrucción del embasamiento de las estructuras defensivas, predomina los materiales del Calcolítico Pleno, así como algunas bolsas de materiales campaniformes; finalmente la última capa (I) compuesta por un estrato superficial. Material: Los estratos de Leceia indican principalmente una ocupación continuada en varios períodos: Neolítico Final, con la presencia de cerámicas típicas de éste último en la Extremadura portuguesa, como las tazas carenadas y las cerámicas de bordes dentados, aún como estatuillas zoomórficas en barro; Calcolítico Inicial, donde se encuentran los “copos” y demás cerámica acanalada; Calcolítico Pleno, surgiendo vasos globulares con decoración en hoja de acacia y cruciforme que, en el caso de éste yacimiento, se esparce a la decoraciones de algunos “copos” y cuencos hemisféricos. También surgen los primeros artefactos de cobre como hachas y puntas de flecha y variados tipos de objetos característicos del Calcolítico como los ídolos cilíndricos en caliza, “pesas de telar” y “queseras”. Se debe aún destacar la presencia, en todos estos períodos, de una variada industria lítica y en hueso, que ha mantenido más o menos las mismas formas en las distintas fases, excepción hecha a las puntas de flecha que tienen un gran aumento desde el inicio del Calcolítico. Se puede detectar en algunas áreas del poblado la presencia campaniforme como, por ejemplo, en las cabañas EN y FM, sin duda un período menos importante que los anteriores en el cuadro general del yacimiento. Referencia a los copos: Gran cantidad de fragmentos, descritos y presentados en dibujos y fotografías sobre todo por João Cardoso, de los cuales debemos destacar los “copos” decorados con hoja de acacia y crucíferas. Bibliografía: (Cardoso, 1997), (Cardoso, 2003). Sitio: Monte do Castelo CNS: 11219 Nº de estudio: 44 (integrado en Leceia) Hipogeo Localización: Oeiras Coordenadas (Gauss): M 99939; P 195363 CMP- 430 276
Descripción sumaria: El Monte do Castelo, además de los restos de un hipogeo del Neolítico final, reveló dos ocupaciones prehistóricas bien diferenciadas, de carácter habitacional, una que reporta al Calcolítico Inicial y otra al Calcolítico Final (campaniforme). Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Final Estratigrafía: Sin datos. Material: “Copos”, cerámica campaniforme, cerámica lisa y artefactos en piedra (sobre todo lascada) y hueso Referencia a los “copos”: João Luís Cardoso refiere que durante la excavación surgieron “copos” asociados a cuencos acanalados. Bibliografía: (Cardoso, Norton y Carreira, 1996) Sitio: Chibanes CNS: 635 Nº de estudio: 58 Povoado fortificado Localización: Palmela Coordenadas (Gauss): M 131580 P 177700 CMP- 454 Descripción sumaria: El recinto fortificado de Chibanes, localizado en la cresta de la sierra de Laurel, posee una de las secuencias estratigráficas más completas para el Calcolítico y para las Edades del Hierro de la región de la Arrábida. A su gran interés científico se suma un elevado potencial patrimonial. El poblado abarca un área aproximada de 1 hectárea, ocupando una estrecha falla del relieve de las proximidades de la sierra Arrábida. El yacimiento domina toda la planicie aluvial del Tajo y del valle de Barrís, de gran fertilidad agrícola. Sus buenas condiciones naturales de defensa fueron reforzadas por la construcción de fortificaciones tanto durante la ocupación prehistórica, como durante el período del Hierro. De la primera fortificación calcolítica fueron puestas a descubierto las fundaciones de la muralla; para el Hierro II y III (siglos IV/III a.C. hacia I a.C.), se identificó una fortificación compleja, con murallas, torres y baluartes, que integra tres grandes fases constructivas a las cuales corresponden diferentes formas de organizar el espacio edificado intramuros. Periodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Pleno, y Edad del Hierro. Estratigrafía: Sin datos. Material: Se destaca de la cerámica decorada la presencia de “hoja de acacia”. Bibliografía: (Silva y Soares, 1975). Sitio: Casal do Pardo/Quinta do Anjo CNS: 860 Nº de estudio: 56 Hipogeo Localización: Palmela Coordenadas(Gauss): M 129800; P 177500 CMP- 454 Descripción sumaria: Las cuevas fueron uno de los principales hallazgos de la arqueología prehistórica de los inicios del siglo XIX, obra de Carlos Ribeiro en 1876, el yacimiento fue posteriormente fruto de varios estudios, sobre todo preocupados con su arquitectura y esqueletos, de Emile Cartailhac a los Leisner, en 1977, los materiales
del lugar fueron publicados por Thomas Bubner. El hipogeo es compuesto por cuatro cuevas artificiales utilizadas como necrópolis entre el Neolítico Final y el Calcolítico Final. La planta de los dos monumentos mejor conservados presenta cámara funeraria circular, abovedada, con pequeña apertura en el topo, ante-cámara oval y pasillo rectilíneo. Períodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico (los tres períodos). Estratigrafía: Sin datos. Material: El yacimiento se ha hecho famoso por sus tazas campaniformes puntilladas, que además pasaron a dar el nombre de “tipo Palmela” a piezas semejantes encontradas en otros yacimientos peninsulares y europeos, también provienen del sitio “copos”, vasos globulares decorados con hoja de acacia, placas de pizarra, puntas de flecha en sílex y en cobre, y hachas pulimentadas. Referencia a los “copos”: Un “copo” y fragmento de otro (Bubner, 1979: 56-57). Confirmados por Joaquina Soares (2003: 56). Bibliografía: (Bubner, T., 1974/77), (Bubner, M., 1979) y (Soares, 2003). Sitio: Furninha CNS: 1361 Nº de estudio: 1 Cueva Localización: Peniche Coordenadas (Gauss): M 90770; P 266110 CMP- 237 Descripción sumaria: La cueva de Furninha se abre en las rocas calcáreas del sur de la península de Peniche, a cerca de 15 metros del nivel del mar. Fue excavada por Nery Delgado en altura del Congreso de Prehistoria de Lisboa de 1880. El análisis de la planta y del corte, publicados por el excavador, muestra que la cavidad puede ser dividida en cinco partes distintas: el atrio exterior, en donde ya en la fecha de la excavación afloraba la roca de base; el corredor de la entrada, con una altura superior a 4 m y unos 3,5 m de ancho, en el cual el espesor de los sedimentos aumentaba gradualmente en dirección al interior de la gruta, alcanzando cerca de 1m en la amplia sala central; la sala NW, separada de la anterior por un estrangulamiento bastante marcado; el pasillo en codo que de la sala central se dirige para naciente y en cuya base se abría un pozo en que se excavó una secuencia sedimentar con cerca de 11m de potencia. La base de éste pozo debe comunicar con una pequeña galería que se abre en la base de la escarpa, al nivel del mar, donde actualmente es posible observar una brecha con industria y fauna pleistocena. Períodos de ocupación: Paleolítico Medio, Superior y Neolítico Final/Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Delgado reconoció dos grandes horizontes estratigráficos: 1- el "escombro superior", que correspondía a una necrópolis neo-calcolítica (restos óseos de 140 individuos) y en que, por el análisis de los materiales, es posible discriminar una componente del Neolítico Antiguo y otra del Neolítico Final; 2- las 277
“arenas cuaternarias” donde, más allá de un bifaz acheulense, correctamente descrito como "hache de sílex en forme d'mande du type de Saint-Acheul”, recogió industria lítica atribuible al Paleolítico Medio y abundante fauna. Entre los materiales del “escombro superior” hay una punta de la Gravette y una hoja de laurel solutrense. La generalidad de los foliáceos atribuidos por algunos autores al Solutrense corresponde, en realidad, a puñales líticos del Neolítico final o del Calcolítico. Material: Industria lítica paleolítica y fauna pleistocénica. Restos humanos, cerámica, industria lítica y material funerario diverso, relacionado con la necrópolis Neo/Calcolítica. Bibliografía: (Delgado, 1883) y (Spindler, 1981). Sitio: Castro de Sesimbra CNS: 2934 Nº de estudio: 53 Poblado fortificado Localización: Sesimbra Coordenadas(Gauss): M 115350; P 165850 CMP- 464 Descripción sumaria: Poblado de altura, con buenas condiciones naturales de defensa. Abundante material lítico y cerámico hallado en la superficie o proveniente de pequeños sondeos. El yacimiento fue encontrado en los años 60 por Gustavo Marques, efectuando la respectiva, prospección en el lugar. En inicios 2007 João Luís Cardoso empezó una campaña de excavación en el sitio. Períodos de ocupación: Por los materiales publicados se supone una ocupación en el Neolítico Final y en el Calcolítico pre-campaniforme. Estratigrafía: Sin datos. Material: En la publicación hecha por Gustavo Marques, podemos encontrar algunos fragmentos de artefactos líticos, sobre todo láminas, cerámica lisa y decorada, sobresaliendo entre las últimas, las cerámicas con acanaladuras y con hoja de acacia. Referencia a los “copos”: Gustavo Marques (1967) descubridor del poblado refiere la presencia de fragmentos de “copos canelados”, presentando en la página 15 una figura con la presencia de un fragmento Bibliografía: (Gustavo Marques, 1967) y (Silva y Soares, 1975). Sitio: Lapa do Fumo CNS: 261 Nº de estudio: 52 Cueva Localización: Sesimbra Coordenadas (Gauss) : M 109050; P 162920 CMP- 464 Descripción sumaria: Cueva natural con niveles que van del Neolítico al período Musulmán. Evidenciándose los enterramientos del Neolítico Final y una ocupación del Bronce Final con cerámica de ornatos bruñidos. Períodos de ocupación: Neolítico Antiguo; Neolítico Final; Edad del Bronce Final y medieval musulmana.
Estratigrafía: Se han identificado siete estratos. El primero del Neolítico Medio, donde se observan túmulos con presencia de grandes vasos de provisiones decorados con mamelones, con pocos artefactos de sílex; seguido de otro del Neolítico Final, compuesto por túmulos con presencia de artefactos característicos de la cultura dolménica: placas de pizarra, conejitos, cuentas de collar en disco y cerámica sin decoración; un tercero del Calcolítico, en que la sepultura se encuentra bien revuelta, con presencia de campaniforme y brazalete de arquero; en seguida un estrato del Bronce, justificado por la presencia de cerámicas de ornatos bruñidos; otro de la Edad del Hierro, identificado debido a fragmentos de cerámica ibérica gris; el sexto del período Romano, detectado por fragmentos de ánforas; y por último el Medieval, en que se han encontrado monedas musulmanas del siglo XII Material: Cerámicas lisas de períodos variados, para el calcolítico se deben referir los vasos y tazas campaniformes, industria lítica, placas de pizarra. Bibliografía: (Serrão y Marques, 1971; Serrão, 1978) Sitio: Lapa do Bugio CNS: 976 Nº de estudio: 52 (integrado en Lapa do Fumo) Cueva Localización: Sesimbra Coordenadas (Gauss) : M 109050; P 162920 CMP- 464 Descripción sumaria: Se trata de una cavidad natural que se abre en los calcáreos del Jurásico, que constituyen el flanco meridional de la estructura anticlinal de la Sierra de Arrábida. La cueva está en un área escarpada donde existe un declive con inclinación superior a 25 %, estando casi en el la cima de la sierra, cercano a los 200 metros de altitud. La cueva ha sido utilizada como necrópolis en el Neolítico y posteriormente ocupada en el Calcolítico. El lugar fue excavado por varios investigadores de los años 50 a los años 80, factor que dificulta su comprensión, en parte por los métodos de excavación del pasado, así como por las constantes divergencias interpretativas de los distintos excavadores. Períodos de ocupación: Neolítico Final, caracterizado por la abundancia de geométricos, hachas de sección elíptica, tazas carenadas, vasos de borde dentado y placas de pizarra; Calcolítico Inicial con presencia de materiales de carácter votivo en caliza y un “copo” con decoración incisa y, Calcolítico Final marcado por campaniforme y dos punzones de cobre. Estratigrafía: La referencia estratigráfica del yacimiento parece ser la propuesta por Monteiro en 1971, secuencia que vendría a ser más tarde mencionada en la última publicación sobre el lugar por parte de Cardoso et al. (1992). La estratigrafía indica cuatro capas: la primera cercana a los 0.15 m es superficial; la siguiente se trata de una tierra mezclada con restos detríticos de estalagmita, teniendo 0, 30 m. de máximo espesor; la tercera es una capa espesa donde surgen los enterramientos de la necrópolis neolítica, con un espesor mínimo de 0,40 m y 0,80 m de máximo; finalmente la 278
última capa, de terra rossa que en algunos puntos ha sido revuelta para la realización de los enterramientos, tiene un espesor mínimo de 0,08 m y 0,30 de máximo. Material: Cerámica decorada destacándose un “copo” con decoración incisa, vasos con decoración campaniforme puntillada, tazas carenadas, bordes dentados. Se deben aún destacar dos punzones de cobre, una larga gama de objetos de carácter votivo en caliza y hueso: conejos geminados, ídolos pinha y cilindros. La industria lítica está mayoritariamente compuesta por geométricos, láminas y laminillas, los pulimentados son poco frecuentes. Referencia a los “copos”: Solamente se ha identificado un fragmento, así referido por João Cardoso: «Um fragmento de copo encontrado, difere dos característicos do calcolítico, pela técnica decorativa e não canelada» (Cardoso et al., 1992: 99). Bibliografía: (Monteiro et al., 1971), (Cardoso et al., 1992). Sitio: Zambujal de Sesimbra CNS: 401 Nº de estudio: 57 Poblado/Habitat Localización: Sesimbra Coordenadas (Gauss): M 115352; P 165863 CMP- 464 Descripción sumaria: Yacimiento ubicado en una elevación a relativa proximidad del Castro de Sesimbra (poblado fortificado), el sitio fue totalmente destruido por una cantera de mármol. El material hallado, sobre todo cerámica, ha sido recogido a la superficie. Periodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Pleno. Estratigrafía: Sin datos, yacimiento actualmente completamente destruido. Material: Varias formas cerámicas como tazas, platos de borde engrosado y vasos cilíndricos, en lo que dice respecto a piezas decoradas se pueden encontrar, bordes dentados, un fragmento de “copo canelado” y “hoja de acacia”. Referencia a los “copos”: Se puede ver un dibujo de un fragmento de “copo canelado” en la página 85 del artículo de Carlos T. da Silva y Joaquina Soares (1986), identificado también por los mismos autores en la descripción de las piezas. Bibliografía: (Silva y Soares, 1986: 84-85). Sitio: Cabeço dos Caracóis/Porto de Cambas CNS: 2489 Nº de estudio: 54 Poblado/Habitat Localización: Setúbal Coordenadas (Gauss): M 121950; P 170900 CMP- 454 Descripción sumaria: Hábitat sobre elevación en espolón. Materiales arqueológicos recogidos a la superficie: utensilios de piedra pulida y cerámica, incluyendo un “copo canelado”. Periodos de ocupación: Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Sin datos.
Material: Utensilios de piedra pulida; cerámica lisa y un “copo canelado”. Referencia a los “copos”: Bibliografía: (Marques, 1985). Sitio: Alto de São Francisco CNS: 8146 Nº de estudio: 55 Poblado/Habitat Localización: Setúbal Coordenadas (Gauss): M 126200; P 175100 CMP- 454 Descripción sumaria: Pequeño campamento o poblado ubicado en la cima de la sierra de São Francisco, sin datos referentes a estructuras. Periodos de ocupación: Neolítico Final/Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Sin datos. Material: Líticos y cerámica prehistórica, formas conocidas como bordes dentados y tazas carenadas. Bibliografía: (Silva y Soares, 1986: 68). Sitio: Rotura CNS: 1450 Nº de estudio: 60 Poblado fortificado Localización: Setúbal Coordenadas (Gauss): M 131100; P 174150 CMP- 454 Descripción sumaria: Poblado fortificado cuyas excavaciones revelan una estratigrafía contiendo los tres principales horizontes calcolíticos. Las excavaciones no revelaron indicios de la Edad del Bronce o Hierro. Fue excavado en 1896 por Maximiano Apolinário. Siendo nuevamente en los años 60 por Carlos Tavares da Silva e Victor Gonçalves. Periodos de ocupación: Los tres “horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. Estratigrafía: Se han identificado seis capas de ocupación en tres estratos naturales: Ia de la superficie bajando 30 cm, caracterizado por tierras negras, con presencia de material orgánico, se destaca el surgimiento de fragmentos con decoración en “hoja de acacia”; Ib de 30 cm a 48cm, tierra suelta de color gris oscuro con algunas piedras sueltas, existe una presencia abundante de cerámica campaniforme, también surgen cerámicas decoradas con hoja de acacia; IIa de 48 cm a 80 cm, arcilla amarilla con presencia de algunas cenizas, predominan las “hojas de acacia” y campaniforme poco frecuente; IIb de 80 cm a 140 cm, igualmente arcillas amarillas pero ahora con abundante presencia de cerámica acanalada bruñida (excepto “copos”); IIc de 140 cm a 170 cm, restos malacológicos y cerámica simples; IIIa de 140 cm a 190 cm, tierra roja con cerámica lisa en poca cantidad, y finalmente IIB de 190 cm a 230 cm del estrato geológico. Material: Cerámica canelada (cuencos hemisféricos), “hoja de acacia” y campaniforme, industria lítica en láminas y de piedra pulida. Bibliografía: (Gonçalves, V 1971); (Silva, 1970) y (Silva e Soares, 1974-77). 279
Sítio: Pedrão CNS: 4090 Nº de estudio: 59 Poblado fortificado Localización: Setúbal Coordenadas (Gauss): M 131270; P 175200 CMP- 454 Descripción sumaria: Poblado calcolítico descubierto por Mário Cabrita y Carlos Tavares en 1964, siendo excavando a espacios en los años siguientes. En el año 1972 el último investigador y Joaquina Soares comienzan las excavaciones sistemáticas en el lugar. El material recogido se inserta en el horizonte campaniforme (grupo de Palmela). Se han detectado restos de estructuras en el poblado. Periodos de ocupación: Neolítico, Calcolítico y Edad del Hierro Estratigrafía: Sin datos. Material: El material tipifica muy bien un yacimiento que al parecer se ubicó en una zona muy apetecible a lo largo de los tiempos; las excavaciones han proporcionado material variadísimo. Las placas de pizarra indican una ocupación del Neolítico, los “copos” tazas y cuencos acanalados y vasos decorados con campaniforme indican una presencia Calcolítica, artefactos en hierro y consecuente cerámica fabricada a rueda reflejan otra ocupación del I milenio a.n.e Referencia a los “copos”: Fueron hallados 14 fragmentos: «Os copos dominam o conjunto da nossa cerâmica canelada. Em número de 14, apresentam o bordo em geral extrovertido, sempre sem espessamento e o lábio convexo, aplanado raramente plano. O fundo é aplanado ou melhor convexo aplanado. A decoração é constituída quase exclusivamente por traços paralelos e horizontais» (Soares y Silva, 1975: 119). Bibliografía: (Silva y Soares, 1975) Sitio: Alto do Montijo CNS: 3060 Nº de estudio: 35 Poblado/Habitat Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 94530; P 209150 CMP- 402 Descripción sumaria: En el inventario del IGESPAR/IPA el yacimiento aparece clasificado como Paleolítico, sin embargo, muy cercano al lugar donde surgieron los materiales pleistocenicos, se ubica también un pequeño campamento o poblado en que se recogieron materiales fechados en el Calcolítico. Periodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Calcolítico Final. Estratigrafía: Sin datos. Material: Fundamentalmente cerámica lisa, borde dentados y piedra lascada. Bibliografía: (França y Ferreira, O., 1951; Sousa, 1998: 203).
CNS: 2683 Nº de estudio: 38 Poblado/Habitat Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 96950; P 207350 CMP- 416 Descripción sumaria: Poblado ubicado en la cima de una pequeña elevación, con un dominio sobre el área del entorno. El yacimiento fue excavado en los años 70 por J. Fernandes Gomes. Periodos de ocupación: Neolítico Final; Calcolítico Inicial y Pleno. Estratigrafía: Sin datos. Material: Fundamentalmente cerámica (bordes dentados y cerámica con decoración en hoja de acacia) y piedra lascada. Bibliografía: (Gomes, 1978; Sousa, 1998: 223). Sitio: Monge CNS: 3385 Nº de estudio: 36 Tholos Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 86300; P 201570 CMP- 415 Descripción sumaria: El tholos fue explotado por el geólogo Carlos Ribeiro en la década de 80 del siglo XIX. Se ubica en una depresión natural del macizo granítico, a 488 m de altitud, junto al marco geodésico de Monje. Era constituido por una cámara con 4,5 m de diámetro y paredes formadas por piedras desiguales dispuestas horizontalmente, con 1,90 m de altura. Conformaban todavía parte del tholos un pasillo y uno vestíbulo, pero hoy sólo restan vestigios de cámara, la cobertura sería efectuada en falsa cúpula. Períodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico Estratigrafía: Sin datos Material: Constituido mayoritariamente por cerámica común y decorada; sobre todo, bordes dentados, cerámica acanalada y campaniforme, que fechan el yacimiento como Neolítico Final/Calcolítico. Referencia a los “copos”: Sin referencia del autor Bibliografía: (Leisner, V.1965). Sitio: Negrais CNS: 1882 Nº de estudio: 30 Poblado/Habitat Localización: Sintra Coordenadas: M 100270; P 212800 CMP- 402 Descripción sumaria: Pese a que se asocie muchas veces a Negrais un solo yacimiento – incluso en el banco de datos del IGESPAR/IPA, existe solamente referenciado uno – se pueden ubicar algunos pequeños yacimientos, relativamente cercanos, al conjunto arqueológico del lápias de Negrais: Baruncheiros, Fonte Figueira, Pedraceiras e Pedra Furada. Períodos de ocupación: Neolítico Final a Calcolítico Final campaniforme. Estratigrafía: Sin datos.
Sitio: Cortegaça 280
Material: En conjunto de todos estos yacimientos podemos encontrar cerámicas decoradas de los tres periodos clásicos del Calcolítico. Referencia a los “copos”: Apenas se indica la existencia de un fragmento aislado de “copo” proveniente del sitio de Pedra Furada, Negrais, Sintra. Bibliografía: (Sousa, 1998: 106) Sítio: Olelas monumento 1 y 2 CNS: 1835 Nº de estudio: 37 Cueva Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 100290; P 208630 CMP416 Descripción sumaria: Los monumentos funerarios de Olelas (que también contiene un poblado fortificado, abajo indicado) serían inicialmente tres cuevas, pero apenas se conocen actualmente dos que fueron estudiados por las campañas de excavación de Cunha Serrão y Prescott Vicente en los años 50. Períodos de ocupación: Los materiales recogidos indican sobre todo una ocupación entre el Neolítico Final y el Calcolítico Pleno Estratigrafía: La identificación de una estratigrafía resultó difícil, Cunha Serrão y Prescott Vicente han dividido en ambos los monumentos dos estratos principales A y B, que por su parte se dividen en seis y cinco sub-estratos en el monumento I y II respectivamente Material: Se destacan sobre todo fragmentos cerámicos, platos, cuencos hemisféricos, tazas carenadas, cerámica con decoración acanalada, incluyendo “copos” y vasos con decoración en hoja de acacia. Referencia a los “copos”: Ana Catarina Sousa estudió los ejemplares de copos provenientes de las excavaciones de P. Vicente y Cunha Serrão, presentes en el Museo de Odrinhas, solamente halló dos fragmentos. (Sousa, 1998: 224-226) Bibliografía: (Serrão y Vicente, 1958) y (Sousa, 1998). Sítio: Olelas CNS: 1835 Nº de estudio: 37 (integrado en Olelas cueva) Poblado fortificado Localización: Sintra Coordenadas(Gauss): M 100290; P 208630 CMP- 416 Descripción sumaria: La existencia del poblado ya había sido identificada por Estácio da Veiga y Prescott Vicente, cuando de la excavación, en los años 50, de los tholoi del lugar, afirmando, en la altura, que no existiría una relación de los mismos con el poblado. Fue solamente con las campañas de João L. Gonçalves, treinta años más tarde, cuando se valorizó el yacimiento con el hallazgo de estructuras defensivas. El poblado tiene una planta aproximadamente cuadrangular. Sus lados norte y este aprovechan la cuesta rocosa, mientras los lados oeste y sur son murallas construidas. En el lado
oeste existen todavía dos torreones redondos conectados por las murallas. Períodos de ocupación: Los materiales encontrados junto a la roca base indican una ocupación del Neolítico Final; sobre esta fue construida una estructura de fortificación segura durante el Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Existe la publicación de una estratigrafía hecha en las campañas de los años 90 por João L. Gonçalves (1997), hecha en la torre III. El autor ha identificado cuatro capas, siendo las dos primeras superficiales. En la tercera capa fueron hallados algunos perforadores en sílex y hueso, percutores en piedra pulida, “pesas de telar”, “copos”, cerámica lisa, cerámica de bordes “denteados” e ídolos cuernos. En la cuarta y última se ha encontrado más o menos el mismo material lítico y de hueso, sin embargo, se ha verificado un cambio en lo que dice respecto a la cerámica decorada, predominando ahora las tazas carenadas y la cerámica con decoración impresa e incisa. Se ha conseguido fechar las respectivas capas arqueológicas, por radiocarbono de la materia orgánica, sobre todo hueso. En capa III surgieron las siguientes fechas: 3090-2920 AC, cal. 1 sigma y 3294-2910 AC, cal. 2 sigma; y en la siguiente capa: 3629-3376 AC, cal. 1 sigma y 3645-3359 AC, cal. 2 sigma. Material: El autor destaca que no surgieron puntas de flecha, teniendo en cuenta que se trata de un poblado fortificado, no obstante, surgen en porcentaje razonable, fragmentos cerámicos fundamentalmente del Neolítico Final y Calcolítico Inicial, como los bordes dentados, formas carenadas, “copos”, cuencos hemisféricos, “pesas de telar”, varios artefactos finos en hueso y líticos pulimentados. Referencia a los “copos”: João L. Gonçalves apenas describe la presencia de dos fondos: «(…) em Olelas foram encontrados dois fundos de copos canelados entre as pedras da muralha(…)» (Gonçalves, J., 1990/1992: 38). Bibliografía: (Gonçalves, J., 1990/92); (Gonçalves, J., 1997) y (Ferreira, 1998). Sitio: Penha Verde CNS: 4436 Nº de estudio: 40 Poblado/Habitat Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 89550; P 203770 CMP- 415 Descripción sumaria: Asentamiento en el cual se han identificado tres estructuras de planta subcircular, delimitadas por un muro de lajas de calcáreo. Dos de estas estructuras corresponden a habitaciones; presentado una de ellas vestigios de un hogar. La otra estructura se relaciona con un basurero excavado, donde se encuentran nódulos de carbón, asociados a huesos de buey y carnero. Períodos de ocupación: Neolítico, Calcolítico Pleno y Final Estratigrafía: Sin datos. Material: Cerámica calcolítica, las características decoraciones en “hoja de acacia” y campaniforme Bibliografía: (Cardoso, Carreira y Ferreira, 1993: 35) 281
Sitio: Pedranta/Pedrantes CNS: 3729 Nº de estudio: 31 Poblado/Habitat Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 86900; P 215000 CMP- 415 Descripción sumaria: Cerca del lugar de Tojeira, en la costa Noroeste de la región de Sintra, se sitúa una pequeña ensenada donde desagua una poza que surca la planicie de S. João das Lampas y que esconde la poco conocida Praia de la Samarra. Además de la belleza del pequeño arenal, apuesto por una singular molino de agua, pocos sabrán que en la cima del espolón rocoso en la cumbre sur de la playa existió un campamento de cerca de 4 mil años – el yacimiento de Pedranta. En excavaciones realizadas en 1948 fueronencontrados diversos objetos en piedra, hueso y restos cerámicos utilizados por sus antiguos habitantes. En el cerro norte de la playa de la Samarra fue descubierto un yacimiento con osamentas humanas de más de 100 individuos. Períodos de ocupación: Calcolítico (sin especificación). Estratigrafía: Sin datos. Material: Industria lítica, fundamentalmente pulimentados, cerámica sin especificación concreta de la decoración Bibliografía: (Arnaud y Gamito, 1972) Sitio: Praia das Maçãs CNS: 146 Nº de estudio: 39 Tholos Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 84220; P 207370 CMP- 415 Descripción sumaria: Monumento funerario que presenta una cámara excavada en la caliza, con pequeño atrio y dos cámaras laterales unidas a un tholos con cámara, galería y atrio, originalmente cubierto por uno tumulus. El lugar pese a ser conocido desde 1929, sólo fue intervencionado por primera vez en los años 60 por Vera Leisner, George Zbyzewski y Veiga Ferreira, siendo más tarde excavado el corredor, en los años 70, por Cardim Ribeiro. Períodos de ocupación: Neolítico y Calcolítico. Estratigrafía: De las excavaciones de 1979 se han realizado varios perfiles, indicando, más o menos la misma distribución de estratos: C. 1a - superficial, constituida por una mezcla de arenas amarillas con arenas oscuras; C. 1b – formada por arena amarilla, existente en la zona donde no ha existido remoción agrícola; C. 2 – capa de arena negra, orgánica, presentando una considerable aglomeración de piedras pequeñas y algunas grandes, las últimas en menor cantidad y probablemente provenientes del muro del atrio, el extracto ha sido probablemente revuelto por agricultura, ya que se ha hallado cerámica romana y calcolítica, y una fíbula del siglo IV a.C.; C. 3 – capa de arena amarilla, fina y poco compacta, sin embargo los materiales encontrados divergen según el sector; C. 4a –
capa de piedras existente en el tumulus, surge asociada a una tierra argilosa que consolida las piedras (los autores no refieren existencia de material); C. 4b – formada por tierras argilosas, que sirve de base a la capa anterior; C. 5a – formada por la arcilla amarilla de C. 4b en el tumulus, presenta algunos materiales prehistóricos en el atrio, estando acá inmediatamente bajo la capa C. 3; por último la capa C. 5b – de arcilla naranja, exclusiva del tumulus Material: El material es riquísimo, constituido por cerámica de varias formas (platos, tiestos, copas y vasos), alguna de ella decorada (cerámica con decoración acanalada, bordes dentados y campaniformes), placas de pizarra decoradas, tiestos en hueso y caliza, artefactos de sílex, hachas de piedra pulida y algunos ornamentos metálicos en cobre. Referencia a los “copos”: Dos fragmentos: «(…) notase a existência de apenas dois fragmentos de copos canelados» (Gonçalves, J., 1982/83: 46). Bibliografía: (Gonçalves, J., 1982/83). Sitio: São Martinho CNS: 657 Nº de estudio: 34 Tholos Localización: Sintra Coordenadas (Gauss): M 90700; P 203983 CMP- 415 Descripción sumaria: Dos tholoi semicirculares con corredor orientado hacia el este. Su destrucción, ha provocado el escombro de las sepulturas y el aplastamiento de los materiales que en ellas se hallaban. El yacimiento ha sido estudiado y brevemente excavado en 1896 por Maximiliano Apolinário. Períodos de ocupación: Calcolítico. Estratigrafía: Sin datos. Material: Se documentan objetos característicos de este tipo de yacimientos, como artefactos de sílex bifaciales, cuentas de hueso y calcita y cerámica decorada (tazas acanaladas, campaniforme y, caso único en tholoi, piezas con decoración en hoja de acacia) Bibliografía: (Leisner, G. y Leisner, V., 1965 y Arnaud y Gamito, 1972). Sitio: Bolores CNS: 3661 Nº de estudio: 11 Hipogeo Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 99871; P 236690 CMP- 374 Descripción sumaria: Debe tratarse de un abrigo natural, eventualmente trabajado, o de una gruta artificial excavada en roca blanda, en propósito para la realización de inhumaciones. Habían sido recogidos vasos de cerámica lisa, muy fina y de bordo entrante, un ídolo en calizo y un fragmento de báculo en pizarra. Los cuerpos se encontraban más o menos alineados y en relativa conexión anatómica. Recientemente el yacimiento volvió a ser excavado en el verano del 2007 por un equipo estadounidense coordinado por Katina Lillos. 282
Períodos de ocupación: Neolítico Final/Calcolítico Inicial. Estratigrafía: Sin datos. Material: Cuencos de cerámica lisa, muy fina y de borde reentrante, un ídolo en caliza y un fragmento de báculo en pizarra. Fue igualmente recogido material osteológico humano (en relativa conexión anatómica). Bibliografía: (Lucas, 2002). Sitio: Castro da Achada CNS: 22077 Nº de estudio: 22 Poblado fortificado Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 108167; P 238478 CMP- 375 Descripción sumaria: El sitio arqueológico fue descubierto en 1951 por Leonel Trindade, sin haber sido nunca objeto de trabajos arqueológicos. Se localiza en el alto del Monte de la Creída, poseyendo buenas condiciones de defensa naturales, reforzadas al norte y al sur por una muralla que corría paralela a la escarpa y de la cual todavía restan vestigios. En 1976, Konrad Spindler recogió a la superficie cerca de un centenar y medio de piezas, que apuntan a una primera ocupación del yacimiento durante el Calcolítico y una segunda ocupación durante la Edad del Bronce. Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Edad del Bronce. Material: Artefactos de piedra pulimentada, láminas, raspadores, núcleos de sílex, percutores, una hacha y un moviente; cerámica prehistórica, como bordes y paredes, donde se incluyen algunas piezas carenadas, otras con mamelones y bordos denticulados. Estratigrafía: Sin datos. Bibliografía: (Spindler, 1976). Sitio: Cova da Moura CNS: 4008 Nº de estudio: 14 Cueva Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 90680; P 234950 CMP- 374 Descripción sumaria: Cueva excavada por Ricardo Belo y Leonel Trindade. Fue descubierta en 1932 y después estudiada y publicada por Konrad Spindler, en 1981. Periodos de ocupación: El material hallado indica una mayor incidencia de ocupación del yacimiento en el Neolítico Final/Calcolítico Inicial y Calcolítico Final campaniforme. Estratigrafía: En la excavación efectuada en el lugar por Ricardo Belo y Leonel Trindade, no existió una preocupación por el registro estratigráfico, justificado por los autores por el hecho de que los artefactos que iban surgiendo se presentaban idénticos en su forma, constitución y cronología. Material: Sobresale dentro del material encontrado las varias cuentas de collar en diversos materiales, principalmente en calaíta y pizarra, así como las esculturas zoomórficas representando sobre todo conejos.
Están también presentes diversos fragmentos de cerámicas lisas y decoradas, de las cuales destacamos los “copos canelados” y los vasos campaniformes; cuanto a la industria lítica podemos encontrar, con frecuencia, láminas, alabardas, fragmentos de hoces y puntas de flecha en sílex, hachas y martillos en anfibolita. Referencia a los “copos”: Konrad Spindler (1981) habla de la presencia de fragmentos de “copos” en este yacimiento, comprobados por las fotos de la fig 609. Artefactos en el Museo de Torres Vedras Bibliografía: (Spindler, 1981). Sitio: Fórnea CNS: 1187 Nº de estudio: 13 Poblado fortificado Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 106750; P 236630 CMP- 375 Descripción sumaria: El yacimiento fue encontrado, como muchos en la región de Torres Vedras, por el médico Aurélio Ricardo Belo. El mismo ha excavado en el lugar en 1931 (fecha que se supone cercana a su descubrimiento), en su publicación de los años 50 (Belo, 1955), refiere la existencia de un fondo de cabaña y la recolección de artefactos metálicos. En los años 70 se publica el estudio de los materiales del yacimiento, presentes el Museo de Torres Vedras (Spindeler y Gallay, 1973), en el ámbito de la mayor comprensión de Zambujal y sus alrededores. En los años 80 el yacimiento es excavado por João Ludgero Gonçalves y Susana Correia pudiendo identificarse una fortificación en el local. Períodos de ocupación: Los tres “horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. Estratigrafía: No existen descripciones concretas sobre la estratigrafía, apenas podemos encontrar con seguridad datos sobre el arquitectura de los muros del poblado (ver Gonçalves, J., 1995). Material: Están presentes los hallazgos típicos del calcolítico estremenho, es decir: la cerámica con decoración en “hoja de acacia” y acanalada – sin presencia de formas tipo “copos” – que se encuentra en relativa cantidad y con menos representatividad, fragmentos de cerámica campaniforme. Aún se pueden encontrar piezas decoradas al peine y otras sencillas sin decoración. Las formas más comunes son los globulares, los platos de borde espesado, tazas carenadas y cuencos hemisféricos. En lo que dice respecto a la industria lítica se destacan los cuchillos de retoque bifacial y las puntas de flecha, así como las hachas pulimentadas. Los hallazgos en hueso tienen poca representatividad. Bibliografía: (Belo, 1955); (Spindeler y Gallay, 1973); (Gonçalves, J., 1995). Sitio: Penedo CNS: 522 Nº de estudio: 21 Poblado fortificado Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 107472; P 233985 283
CMP- 375 Descripción sumaria: El yacimiento fue encontrado en 1933 por el médico Aurélio Ricardo Belo. Las excavaciones en el sitio no se realizaron hasta los años 60 por Honrad Spindler y Leonel Trindade, identificándose un asentamiento ubicado en altura, con buenas condiciones de defensa y con parte protegida por una muralla o muro de piedra. Períodos de ocupación: Calcolítico Estratigrafía: Sin datos. Material: Artefactos en cobre, hueso y piedra, sobre todo puntas, hachas y láminas, en cuanto a la cerámica tenemos presente los “tres horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa. Referencia a los “copos”: Varios fragmentos de “copos”, verificables en la figura 493 y así descritos por Konrard Spindler y Leonal Trindade: «Na forma são vasos rectos, muitas vezes ligeiramente abaulados, como o fundo um pouco arqueado (…) Na ornamentação há zonas com caneluras horizontais, espinhas, losangos e faixas em ziguezague» (Spindler y Trindade, 1969: 104). Bibliografía: (Spindler y Trindade, 1969). Sitio: Pico Agudo CNS: no está en banco de datos Nº de estudio: 7 Poblado fortificado Localización: Torres Vedras Coordenadas: M 101000; P 243500 CMP- 361 Descripción sumaria: El yacimiento fue identificado por Ricardo Belo y Leonel Trindade, el yacimiento se ubica a 90 m sobre de la ribera de Alcabrichel, a unos metros al oeste del yacimiento de Cova da Moura. El yacimiento no presenta estructuras o arquitectura significante. Períodos de ocupación: Neolítico Final y Calcolítico Inicial Estratigrafía: Sin datos. Material: “Ídolos de cuernos”, láminas, hachas y cerámica decorada sobre todo acanalada. Referencia a los “copos”: Spindler (1971), indica la presencia de fragmentos copos en la figura 43 de la página 16, se encuentran actualmente en el Museo de Torres Vedras Bibliografía: (Spindler 1971). Sitio: Portucheira CNS: 526 Nº de estudio: 20 Cueva Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 106289; P 235110 CMP- 375 Descripción sumaria: Yacimiento identificado por Leonel Trindade y más tarde estudiado por Spindler y Gallay con muy pocos datos. Estando documentado prácticamente por el material recogido en el lugar, disperso por los museos de Municipal de Torres Vedras y el Museo Nacional de Arqueología. Períodos de ocupación: Calcolítico Inicial y Final Estratigrafía: Sin datos.
Material: Principalmente cerámicas sin decoración calcolítica (campaniforme y un fragmento de “copo”. Referencia a los “copos”: Spindler y Gallay (1973) refieren la existencia de dos fragmentos, uno de los cuales está dibujado en la página 18 de su artículo. Bibliografía: (Spindler y Gallay, 1973). Sitio: Quinta das Lapas CNS: 4729 Nº de estudio: 16 Hipogeo Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 106997; P 238568 CMP- 375 Descripción sumaria: Conjunto de dos cuevas artificiales, excavadas en el Grez de Torres Vedras. De las cuevas apenas perviven las cámaras, no se encuentran vestigios de los corredores, probablemente destruidos. Las cuevas fueron construidas o en el Neolítico Final o en el Calcolítico Inicial (2700-2500 a.n.e), teniendo más tarde una otra ocupación, campaniforme (pero solamente en la cueva este), en el Calcolítico Final (2000-1500 a.n.e) y, por último, una ocupación de la Edad del Bronce Final (1000-800 a.n.e). Períodos de ocupación: Del Neolítio Final a Bronce Estratigrafía: Sin datos. Material: Cerámica sin decoración, lascas y cerámica campaniforme. Bibliografía: (Spindler, 1981 y Lucas, 2002). Sitio: Tholos do Barro CNS: 662 Nº de estudio: 18 Tholos Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 102200; P 233880 CMP- 374 Descripción sumaria: Monumento funerario con cámara circular, con cerca de 6m de diámetro, y por pasillo de acceso con 4m de largo. La cámara es revestida por bloques de piedra apilados, que forman una falsa cúpula. El conjunto es envuelto por un círculo exterior de piedras concéntrico a la cámara, formando una mámoa con 13m de diámetro, quedando el espacio intermedio rellenado por piedras pequeñas, que habían revestido la cobertura de la cámara y del pasillo. Períodos de ocupación: Calcolítico. Estratigrafía: Sin datos. Material: Ídolos cilíndricos, instrumentos de sílex y de piedra pulimentada, cerámica, objetos de cobre y bronce, cuentas de varios tipos de minerales. Bibliografía: (Kunst y Trindade, 1991). Sitio: Tholos do Charrino CNS: 3344 Nº de estudio: 17 Tholos Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 101585; P 235875 CMP- 374
284
Descripción sumaria: El yacimiento se encuentra prácticamente destruido y muy cercano al pueblo de Varatojo. Períodos de ocupación: Calcolítico Final y Bronce Estratigrafía: Sin datos. Material: Se conocen solamente cerámicas campaniforme (inciso) y del Bronce, bien como industria funeraria en hueso de los cuales se destacan 4 botones. Bibliografía: (Kunst y Trindade, 1991) Sitio: Tholos da Serra das Mutelas CNS: 1626 Nº de estudio: 19 Tholos Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 95885; P 232610 CMP- 374 Descripción sumaria: Monumento de formato circular revestido por losas de las cuales restaban cinco. Su diámetro era de tres metros. Según sus descubridores la estructura era cubierta por una piedra de grandes dimensiones. Períodos de ocupación: Los tres “horizontes” del Calcolítico de la Extremadura portuguesa están presentes, según los autores. Estratigrafía: Sin datos. Material: Placas de pizarra y zoomorfos, cerámica Bibliografía: (Correia, 1919; Trindade y Ferreira, O, 1964). Sitio: Zambujal CNS: 328 Nº de estudio: 15 Poblado fortificado Localización: Torres Vedras Coordenadas (Gauss): M 100256; P 234725 CMP- 374 Descripción sumaria: El yacimiento fue descubierto en los años 30 por Leonel Trindade que, hasta los primeros años de la década de los 60 efectuó, junto con el Dr. Aurélio Ricardo Belo, algunas prospecciones, sondeos y pequeñas excavaciones en el lugar. Consciente de algunas dificultades técnicas y financieras, Leonel Trindade invita al Instituto Alemán, (tras la figura de Hermanfrid Schubart), quedando la investigación en el sitio relacionada con el respectivo Instituto, proceso que continúa hasta nuestros días. El poblado fortificado que se desarrolla en varias fases, habiendo sido abandonado hacia 1700 a. C. La estructura defensiva se desarrolla en una fortificación circular con cerca de 40 m de diámetro y con por lo menos cuatro líneas de murallas. La primera línea de muralla, que se encuentra en mejor estado de conservación, permite evaluar con seguridad la existencia de varios baluartes semicirculares adosados a la muralla. Entre las líneas de murallas podemos igualmente encontrar pequeños hogares y cabañas de forma circular o elíptica. Cuidadosamente excavado por la “escuela alemana”, que ha investigado fuertemente, no sólo en el poblado en sí,
pero también en el estudio geomorfológico del área de su entorno. Zambujal se ha tornado en uno de los yacimientos ejemplo del Calcolítico Peninsular. Períodos de ocupación: La cerámica indica vestigios de una ocupación desde el Neolítico Final hasta el Bronce Inicial. Estratigrafía: Zambujal se encuentra organizado primeramente por las fases constructivas que son cinco (teniendo cada una sus subdivisiones) y una pre-fase. La pre-fase representa la ocupación más antigua del yacimiento, ulterior a la construcción del recinto murado. Consecuentemente, la fase 5, representa la última ola de la presencia humana en el yacimiento. Por regla general los “copos” están presentes prácticamente en todas las fases con excepción de la última y de la pre-fase, donde son muy escasos. Su mayor densidad corresponde a las capas I, II y III, como lo demuestra Kunst (1995). Material: Hasta 1981 se habían recogido en el poblado cerca de 160 mil fragmentos de cerámica, pero tras las campañas de los 90 y primera década del 2000 estos números pasaran los 200 mil. De aquí se destaca sobre todo la cerámica decorada (entre 30 a 20 % de la total): bordes dentados, “copos”, cuencos hemisféricos con decoración acanalada, vasos globulares con decoración en hoja de acacia/cruciforme y campaniforme. El yacimiento también presenta bastantes artefactos: en material lítico (tallado y pulimentado), puntas de flecha, láminas ovales, hachas, martillos, etc.; en cobre, punzones, puntas; en hueso, punzones, agujas, perforadores, espátulas, etc.; y en definitiva algunos objetos en marfil. Referencia a los “copos”: Gran cantidad de fragmentos, descritos y presentados en dibujos y fotografías descritos en varios trabajos del cual destacamos el de Michael Kunst (1987). Bibliografía: (Kunst, 1987, 1994, 1995 y 2000), (Schubart y Sangmeister, 1981) (Schubart, 1994) y (Uerpmman, 1995). Sitio: Moita da Ladra CNS: 19186 Nº de estudio: 25 Poblado/Habitat Localización: Vila Franca de Xira Coordenadas (Gauss): M 118450; P 222000 CMP- 403 Descripción sumaria: El yacimiento se encuentra dentro de un lugar que pertenece a una cantera de basalto. Los vestigios prehistóricos se ubican en la cima de una chimenea volcánica al norte de Boca da Lapa y al noreste de Verdelha do Ruivo, dominando el valle de Vialonga. No se han podido encontrar estructuras, apenas materiales que permitieron integrar el yacimiento a la Prehistoria Reciente. Períodos de ocupación: Calcolítico y Bronce Final Estratigrafía: Sin datos. Material: Varios fragmentos cerámicos, mayormente sin decoración, de las piezas decoradas sobresalen las cerámicas con decoración en hoja de acacia y las campaniformes de técnica puntillada (vasos marítimos y
285
geométricos). En lo que dice respecto a la lítica se encuentran láminas de sílex, hachas y pulimentados. Bibliografía: (Parreira, 1985)
286
Anexo 2 – Mapas
287
Mapa 1 – Mapa de la Extremadura portuguesa con la ubicación exacta de los varios yacimientos calcolíticos (proyección Gauss). Fuente: Instituto del Ambiente de Portugal. 289
Mapa 2 – Mapa de la Extremadura portuguesa con la ubicación exacta de los varios yacimientos calcolíticos en relación a la altimétrica (proyección Gauss). Fuente: Instituto del Ambiente de Portugal. 290
Mapa 3 – Mapa de la Extremadura portuguesa con la ubicación exacta de los varios yacimientos calcolíticos en relación al tipo de suelos (proyección Gauss). Fuente: Instituto del Ambiente de Portugal. 291
Mapa 4 – Mapa de la Extremadura portuguesa con la ubicación exacta de los varios yacimientos calcolíticos en relación al tipo de paisaje (proyección Gauss). Fuente: Instituto del Ambiente de Portugal. 292
Mapa 5 – Carta geológica de la región de Torres Vedras. Se encuentra señalada la indicación de suelos compuestos por rocas magmáticas volcánicas Fuente: Plano Municipal de Recursos Naturais de Torres Vedras.
293
Mapa 6 – Carta de suelos de la región de Torres Vedras. A rojo se encuentra señalada la indicación de suelos ricos en barro. Fuente: Plano Municipal de Recursos Naturais de Torres Vedras.
294
Mapa 7 – Zambujal. Plan general de las excavaciones (entre 1964 y 2007) con la distribución de las cerámicas utilizadas en el estudio arqueométrico. Adaptación de la digitalización de Guida Casella sobre el plan publicado por E. Schubart y H.
Sangmeister (1981), incluyendo los varios levantamientos topográficos posteriores realizados a lo largo de los trabajos arqueológicos en el local. 295
Mapa 8 – Zambujal. Plan general de las excavaciones (entre 1964 y 2007) con la distribución de las cerámicas utilizadas en el estudio arqueométrico (Representación de la Fase 1 y pre Fase). Adaptación de la digitalización de Guida Casella sobre el plan publicado por E. Schubart y H. Sangmeister (1981), incluyendo los varios levantamientos topográficos posteriores
realizados a lo largo de los trabajos arqueológicos en el local. 296
Mapa 9 – Zambujal. Plan general de las excavaciones (entre 1964 y 2007) con la distribución de las cerámicas utilizadas en el estudio arqueométrico (Representación de las Fases 2 y 3). Adaptación de la digitalización de Guida Casella sobre el plan publicado
por E. Schubart y H. Sangmeister (1981), incluyendo los varios levantamientos topográficos posteriores realizados a lo largo de los trabajos arqueológicos en el local. 297
Mapa 10 – Zambujal. Plan general de las excavaciones (entre 1964 y 2007) con la distribución de las cerámicas utilizadas en el estudio arqueométrico (Representación de la Fase 4). Adaptación de la digitalización de Guida Casella sobre el plan publicado por
E. Schubart y H. Sangmeister (1981), incluyendo los varios levantamientos topográficos posteriores realizados a lo largo de los trabajos arqueológicos en el local. 298
Mapa 11 – Zambujal. Plan general de las excavaciones (entre 1964 y 2007) con la distribución de las cerámicas utilizadas en el estudio arqueométrico (Representación de la Fase 5). Adaptación de la digitalización de Guida Casella sobre el plan publicado por
E. Schubart y H. Sangmeister (1981), incluyendo los varios levantamientos topográficos posteriores realizados a lo largo de los trabajos arqueológicos en el local. 299
Anexo 3 – Inventario del estudio de los “copos canelados” I. Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los “copos canelados”: Tipo de fragmento: Pared (p) Borde (b) Fondo (f) -----------------------------------------------------------Forma Características formales: 1- Cuerpo recto 2- Borde introvertido 3- Borde extrovertido 4- Fondo con fragmento de pared extrovertido 5- Fondo con fragmento de pared introvertido Borde (labio): 1- Semi circular 2- Subriangular 3- Otro Fondo: 1- Plano 2- Cónvexo 3- Otro ---------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor: Diámetro: Largo: ( excepcionalmente tenemos esta medida) -----------------------------------------------------------Pastas Estado de conservación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta) Color: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g) Engobe: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Presencia de desgrasantes: 1- Escasa 2- Media 3- Elevada -----------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies: 1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento Decoración: 1- Acanalada 2- Incisa 3- Otra 4- Sin decoración Tema Decorativo: 1- Zig-zag 2- Ajedrez 3- En espina 4- Semi-espiral 5- Metopa 6- Semi-circular 7- Líneas horizontales por todo el cuerpo 7a- Líneas horizontales por todo el cuerpo (caso de fragmentos) 8- Líneas horizontales compartimentadas 9- Otro Área decorada: 1- Junto al borde 2- Junto al fondo 3- Superficie mesial 4- Totalidad 5- No identificado (caso de fragmentos) Particularismos decorativos: a) Ubicación de las líneas horizontales en la pieza: 1- Junto al borde 2- Junto al fondo 3- Superficie mesial 4- No identificable (caso de fragmentos) b) Número de líneas horizontales: 1- Menos de 4 2- 4 3- Más de 4 ------------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros Observaciones
301
II Banco de datos de los “copos canelados” (I parte)
302
II Banco de datos de los “copos canelados” (II parte)
303
II Banco de datos de los “copos canelados” (III parte)
304
II Banco de datos de los “copos canelados” (IV parte)
305
II Banco de datos de los “copos canelados” (V parte)
306
II Banco de datos de los “copos canelados” (VI parte)
307
II Banco de datos de los “copos canelados” (VII parte)
308
II Banco de datos de los “copos canelados” (VIII parte)
309
II Banco de datos de los “copos canelados” (IX parte)
310
II Banco de datos de los “copos canelados” (X parte)
311
II Banco de datos de los “copos canelados” (XI parte)
312
II Banco de datos de los “copos canelados” (XII parte)
313
II Banco de datos de los “copos canelados” (XIII parte)
314
II Banco de datos de los “copos canelados” (XIV parte)
315
II Banco de datos de los “copos canelados” (XV parte)
316
II Banco de datos de los “copos canelados” (XVI parte)
317
II Banco de datos de los “copos canelados” (XVII parte)
318
II Banco de datos de los “copos canelados” (XVIII parte)
319
II Banco de datos de los “copos canelados” (XIX parte)
320
II Banco de datos de los “copos canelados” (XX parte)
321
II Banco de datos de los “copos canelados” (XXI parte)
322
Anexo 4 – Inventario del estudio de los “cuencos hemisféricos” I. Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los cuencos hemisféricos: Tipo de fragmento: Pared (p) Borde (b) Fondo (f) ------------------------------------------------------------Forma Características formales: 1- Borde recto 2- Borde extrovertido 3- Borde introvertido
Presencia de desgrasantes: 1- Escasa 2- Media 3- Elevada ------------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies: 1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento
Borde (lábio): 1- Semicircular 2- Subtriangular 3-Otro ------------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor:
Decoración: 1- Acanalada 2- Incisa 3- Lineas bruñidas 4- Otra
Diámetro: Largo: ( excepcionalmente tenemos esta medida) ------------------------------------------------------------Pastas Estado de conservación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta) Color: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g) Engobe: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Tema Decorativo: 1- Líneas horizontales 2- Metopa 3- Líneas oblicuas 4- Ajedrez 5- Zig-zag 6- Bandas triangulares 7- Otro 8- No identificado Área decorada: 1- Junto al borde 2- Bajo el borde 3- Superficie mesial/pared 4- Totalidad 5- No identificado (caso de fragmentos) Número de líneas horizontales: 1- Menos de 4 2- 4 3- Más de 4 ------------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros Observaciones:
323
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (I parte):
324
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (II parte):
325
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (III parte):
326
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (IV parte):
327
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (V parte):
328
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (VI parte):
329
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (VII parte):
330
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (VIII parte):
331
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (IX parte):
332
II. Banco de datos de los cuencos hemisféricos (X parte):
333
Anexo 5 – Inventario del estudio de los platos I. Parámetros utilizados para la elaboración de la base de datos de los platos Tipo de fragmento: Pared (p) Borde (b) Fondo (f) ------------------------------------------------------------Forma Características del borde: 1- Almendrado 2- Engrosado 2a- Engrosado ligero 3-Reentrante 4-Normal ------------------------------------------------------------Medidas (milímetros) Espesor del borde:
Presencia de desgrasantes: 1- Escasa 2- Media 3- Elevada ------------------------------------------------------------Aspectos decorativos Tratamiento de las superficies: 1-Bruñido 2-Alisado 3-Sin tratamiento Decoración: 1- Acanalada 2- Incisa 3- Líneas bruñidas 4- Otra
Espesor: Diámetro: Largo: ( excepcionalmente tenemos esta medida) ------------------------------------------------------------Pastas Estado de 1servación: 1- Bueno 2- Malo 3- Rodado Calidad de la Pasta: 1- Buena (pasta fina y resistente) 2- Normal 3- Mala (pasta gruesa y poco compacta) Color: Castaño (c) Rojo (r) Negro (n) Gris (g)
Tema Decorativo: 1- Zig-zag 2- Líneas oblicuas 3- Ajedrez 4- Metopa 5- Semi circular 6- Otro 7- No identificado Área decorada: 1- Interior 2- Borde 3- Otra ------------------------------------------------------------Vestigios macroscópicos de uso: 1- Agujeros de reparación 2- Manchas oscuras de calentamiento 3- Otros Observaciones:
335
II. Base de datos de los platos (I parte):
336
II. Base de datos de los platos (II parte):
337
II. Base de datos de los platos (III parte):
338
II. Base de datos de los platos (IV parte):
339
Anexo 6 - Descripción sucinta de las piezas analizadas en el estudio arqueométrico (2)
“COPOS CANELADOS” (1)
Z 68219/10 – Fragmento de pared de “copo canelado”, presentado un espesor máximo de 50 mm. Se trata de una pieza de coloración castaña o marrón con un engobe de tonalidad más oscura pero dentro del mismo matiz. La pasta es fina y depurada con decoración acanalada muy fina representado semi-espirales. Ubicado estratigráficamente con alguna probabilidad en la fase 1 de la construcción de Zambujal, pero es posible q se prolongue hacia la fase 5 (corte 37). Escala 5 cm por 1 cm. (4) Z E067/1 – “Copo canelado” restaurado, presentando fragmentos del borde, pared y fondo. El fondo es convexo y las medidas máximas del diámetro y espesor son: 102 mm (borde) y 5 mm respectivamente, mientras que el largo atinge el valor de 96 mm. Se trata de un fragmento de color rojizo con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a vista descubierta. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales en la superficie mesial del cuerpo y, en zig-zag horizontal, que se esparce desde el medio del cuerpo hacia el fondo de la pieza. Perteneciente a la cuarta línea de muralla (Zona Este). Fase 1 de la construcción de Zambujal, con fecha radiocarbónica calibrada de 2750 a.C. Escala 10 por 2 cm.
Número de muestra para DXR TXRF y los restantes procesos analíticos. 341
Z 817/7 (Z- R16) – “Copo canelado” restaurado, presentando fragmentos del borde, pared y fondo. El fondo es convexo y las medidas máximas del diámetro y espesor son: 125 mm (fondo) y 8 mm respectivamente, mientras que el largo atinge el valor de 116 mm. Se trata de una pieza de coloración castaña o marrón con un engobe negro, la pasta es de muy buena calidad y la decoración es un mixto de acanaladuras representando líneas horizontales junto al borde con un bruñido muy fino con una decoración en metopa. Ubicado estratigráficamente en la fase 1a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
(7)
(5)
Z 68064/20 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” con un espesor máximo de 5 mm. Se trata de un fragmento de color negro, con una pasta de extraordinaria calidad con la superficie exterior brillante, tratada con un bruñido o alisado cuidado. La decoración es acanalada y en líneas horizontales distanciadas por 50 mm que se esparcen por el cuerpo de la pieza. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana 6 inferior). Escala 5 cm por 1 cm. (9)
Z 1519/46 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” con borde extrovertido, presentando un respectivo diámetro de 160 mm y un espesor máximo de 6 mm. Se trata de un fragmento de color castaño con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a vista descubierta. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y en semi-espiral en el cuerpo. Ubicado estratigráficamente con alta probabilidad en la fase 1 de la construcción de Zambujal pero es posible que se prolongue hacia la fase 4 (Corte 80). (6)
Z 706/13 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado”, presentando un espesor máximo de 7 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y en metopas por el cuerpo. Se verifican en la pieza dos agujeros, probables gatos. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (corte 33 H1). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 1180/14 – Fragmento de pared de “copo canelado” con un espesor máximo de 5 mm. Se trata de un fragmento de color rojizo con pasta fina depurada. Presenta decoración acanalada con líneas horizontales junto al borde. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (corte 33 H1). Escala 5 cm por 1 cm. 342
(16)
(11)
Z 68055/5 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” presentando un espesor máximo de 6 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y depurada. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y en metopa en el cuerpo. Ubicado estratigráficamente entre la fase 1c a 3c de la construcción de Zambujal (Torre D5). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 867/17 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” con espesor máximo de 5 mm. Se trata de un fragmento de color marrón oscuro, con pasta fina y depurada con decoración acanalada en líneas horizontales en número de 5 junto al borde. Ubicado estratigráficamente entre las fases 4d y 5a de la construcción de Zambujal (corte 44). Escala 10 cm por 2 cm.
(14)
Z 68073/82 + 68051/93 + 68080/83 – Fragmentos de pared “copo canelado”, de espesor máximo de 6 mm. Se trata de una pieza de color castaño con pasta fina y depurada. Presenta decoración acanalada fina, de motivos de líneas horizontales cerca de la región del borde (6 o más) con motivos oblicuos en el cuerpo, probablemente organizados en metopa. Ubicado estratigráficamente entre las fases 2b/c a 3b de la construcción de Zambujal (Barbacana 6 inferior). Escala 10 cm por 2 cm.
(17)
Z 316/41 – Fragmento de pared y fondo de “copo canelado” con fondo convexo, presentando un respectivo diámetro de 202 mm y un espesor máximo de 5 mm. Se trata de un fragmento de color rojo con pasta fina y depurada con decoración acanalada en líneas horizontales junto al fondo y en zig-zag vertical en el cuerpo. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana 6 inferior). Escala 10 cm por 2 cm.
343
(18)
(20)
Z 815/16 – Fragmento de pared y fondo de “copo canelado” de pequeñas dimensiones, con un espesor máximo de 3 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y depurada de muy buena calidad. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al fondo y acanalada fina en motivo en espina inmediatamente arriba de ésta zona; es notorio el bruñido de las superficies. Ubicado estratigráficamente en la prefase de la construcción de Zambujal (Corte 33 H1). Escala 5 cm por 1 cm. (21)
Z 68075/30 y varios – “Copo canelado” restaurado de bode introvertido y fondo convexo, con un diámetro máximo en el fondo de 131 mm, 5 mm de espesor y 130 mm de largo. Se trata de una pieza con una coloración entre el rojo y el castaño, con pasta fina y depurada de muy buena calidad, evidenciándose el bruñido. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde prolongándose hacia la parte mesial del cuerpo, de esa parte hacia el fondo existe una decoración en zig-zag horizontal que se extiende hacia el fondo. Ubicado estratigráficamente en la fase 1a de la construcción de Zambujal (Fuera de la Torre D1/2). Escala 10 por 2 cm. (19) Z 68061/94 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” presentando un espesor máximo de 6 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y depurada. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde. Ubicado estratigráficamente en la fase 2b/c de la construcción de Zambujal (Barbacana 5). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 68043/506 + 59 – Fragmento de pared de “copo canelado” con 183 mm de diámetro máximo y 6 mm de espesor máximo. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y depurada. Presenta decoración acanalada con motivo en metopa en la parte mesial del cuerpo. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana 6). Escala 10 cm por 2 cm. 344
(22)
construcción de Zambujal (Corte 80). Escala 5 cm por 1 cm. (25)
Z 138/9 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” de color castaño, con 4 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de muy reducidas dimensiones, de color castaño, compacta y fina, decorada con 4 acanaladuras junto al borde. Ubicado estratigráficamente en las fases de 1c a 3b de la construcción de Zambujal (Corte 17). Escala 5 cm por 1 cm. (23)
Z 1487/84 – Fragmento de pared de “copo canelado” con un espesor máximo de 6 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontal, probablemente junto al borde y acanalada fina con motivos oblicuos. Ubicado estratigráficamente en la fases de 1 a 4 de la construcción de Zambujal (Corte 80). Escala 5 cm por 1 cm. (26)
Z 288/232 – Fragmento de pared de “copo canelado” con un espesor máximo de 4 mm. Se trata de un fragmento de color oscuro con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales por todo el fragmento. Ubicado estratigráficamente en la fase 4c de la construcción de Zambujal (Corte 16 P). Escala 5 cm por 1 cm. (24)
Z 1042/55 – Fragmento de pared de “copo canelado” con 160 mm de diámetro máximo y 7 mm de espesor máximo. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales conjugada con una temática cruciforme o en ajedrez en el cuerpo. Ubicado estratigráficamente en la fase 2 de la construcción de Zambujal, pudiendo prolongarse hacia 3b (Corte 40). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 1486/8 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” con 103 mm de diámetro máximo y 5 mm de espesor máximo. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales que empiezan junto al borde y que probablemente se prolongan por todo el cuerpo. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 4 de la 345
CAMPANIFORME (28)
Z 68035/64 – Fragmento de pared de espesor máximo de 9 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta compacta con algunos desgrasantes. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde y en metopa en el cuerpo. Ubicado estratigráficamente entre las fases 3c y 4a de la construcción de Zambujal (Barbacana 6 superior). Escala 10 cm por 2 cm.
(15)
Z 1628/12 (Z-R4) – Fragmento de plato campaniforme restaurado, con 142 mm de diámetro máximo y 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color roja, de pasta compacta, decorada con puntillado geométrico, representando triángulos invertidos. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a la 3 de la construcción de Zambujal, pudiendo prolongarse hacia 4c (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm. (27)
(29)
Z 1042/34 – Fragmento de pared y borde de “copo canelado” de borde extrovertido, presentando un diámetro máximo de 140 mm y un espesor máximo de 5 mm. Se trata de un fragmento de color marrón con pasta fina y algunos desgrasantes visibles a simples vista. Presenta decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde. Se puede observar igualmente en la misma zona un pequeño orificio, posible gato. Ubicado estratigráficamente en la fase 2 de la construcción de Zambujal, pudiendo prolongarse hacia 3b (Corte 40). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 327/10 – Fragmento de pared de vaso campaniforme, con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaña anaranjada, de pasta fina y depurada, con superficies bruñidas y decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente con alta probabilidad en la fase 4b de la construcción de Zambujal, no obstante, también se prolongar hacia la fase 5 (Corte 24) Escala 5 cm por 1 cm.
346
(30)
Z 50085/79 + 22 – Fragmento de vaso campaniforme restaurado, con 130 mm de diámetro de borde, 140 mm de diámetro máximo de cuerpo y 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo, compacta, con un porcentaje bajo de desgrasantes de grano pequeño a medio. Está decorada con puntillado (tipo all over ornamented). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 3 de la construcción de Zambujal, pudiendo prolongarse hacia 4c (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm.
(32)
Z 867/21 – Fragmento de pared de vaso campaniforme 5 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaña anaranjada, de pasta fina y depurada, con superficies bruñidas y decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente en la fase 4d pudiendo prologarse hasta 5a de la construcción de Zambujal (Corte 44) Escala 5 cm por 1 cm. (33)
(31)
Z 327/20 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 4 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo, de pasta fina y depurada, con superficies bruñidas y decorada con puntillado. Ubicado estratigráficamente con alta probabilidad en la fase 4b de la construcción de Zambujal, no obstante, también se prolongar hacia la fase 5 (Corte 24) Escala 5 cm por 1 cm.
Z 131/26 – Fragmento de pared y fondo de vaso campaniforme con 6 mm de espesor máximo de pared y 8 mm de espesor de fondo. Se trata de una pieza de color castaño, de interior negro (debido a ambiente oxidante en la cocción), compacta y depurada, de superficies alisadas. Está decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente en la fase 4 a 5 de la construcción de Zambujal (Corte 17). Escala 5 cm por 1 cm.
347
(36)
(34)
Z 1077/2 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo, compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano pequeño a medio. Está decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4c pudiendo prolongarse hasta 4d de la construcción de Zambujal (Corte 46). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 574/2 – Fragmento de cuenco con 4 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color rojo, compacta y decorada con finas incisiones verticales (2 mm) en la parte superior del fragmento. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 5 de la construcción de Zambujal (Corte 46). Escala 5cm por 1 cm (37)
(35)
Z 1136/4 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color beige, compacta y depurada. Está decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 a 5 de la construcción de Zambujal (Corte 78). Escala 5 cm por 1 cm. Z 451/8 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de pasta gris con engobe rojo. Está decorada con bandas horizontales con la técnica del puntillado, al estilo del campaniforme marítimo. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4b de la construcción de Zambujal (Corte 47) Escala 5 cm por 1 cm.
(38)
Z 1268/5 – Fragmento de pared de vaso campaniforme, con 4 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, compacta, decorada con puntillado. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4a de 348
la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 5 cm por 1 cm.
(41)
(39)
Z 461/2 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color beige, con el interior, negro (característico de piezas cocidas en ambiente oxidante). La pasta es compacta, presentando un nivel elevando de desgrasantes de grano pequeño a medio, la superficie exterior está decorada con puntillado en líneas horizontales y con finas líneas oblicuas incisas, inmediatamente abajo. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4d de la construcción de Zambujal (Corte 47). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 1222/3 – Fragmento de pared y borde de vaso campaniforme con espesor máximo de 7 mm. Se trata de una pieza de color rojo, de pasta compacta, decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b y 2a de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 5 cm por 1 cm. (42)
(40)
Z 891/48 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 4 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, compacta, con un porcentaje bajo de desgrasantes de grano pequeño a medio. Está decorada con puntillado, estilo marítimo. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 5 de la construcción de Zambujal (Corte 39). Escala 5 cm por 1 cm. Z 717/8 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo, compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano pequeño a medio. Está decorada con puntillado geométrico. Ubicado estratigráficamente en la fase anterior a 2 de la construcción de Zambujal (Corte 47). Escala 5 cm por 1 cm.
349
(12)
(43)
Z 68178/500 – Fragmento de pared de vaso campaniforme con 4 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño oscuro, de pasta compacta y depurada, de superficies bruñidas, decorada con puntillado geométrico, representando un motivo ajedrezado. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 5 de la construcción de Zambujal (Corte 85). Escala 5 cm por 1 cm.
CUENCOS HEMISFÉRICOS
Z 68061/29 + 61 – Cuenco hemisférico restaurado, con borde afilado de diámetro máximo de 85 mm; de 3 mm de espesor y 50 mm de largo. Se trata de una pieza de color castaño oscuro con pasta fina y depurada de muy buena calidad. Pieza bruñida con decoración incisa en líneas horizontales junto al borde (6 líneas). Ubicado estratigráficamente en las fases 2b/c de la construcción de Zambujal (Barbacana 5). Escala 10cm por 2 cm. (44)
(3)
Z 1036/2 – Cuenco hemisférico restaurado, con un diámetro máximo de 184 mm, 6 mm de espesor y 102 mm de largo. Se trata de una pieza de color castaño oscuro con pasta fina y depurada de muy buena calidad. Pieza bruñida sin decoración Ubicado estratigráficamente en la fase 4 de la construcción de Zambujal (Corte 71, derrumben de la casa V). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 577/9 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico con 5 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de pasta de color castaño anaranjado con engobe oscuro. La superficie exterior está bruñida y decorada con 4 acanaladuras horizontales junto al borde y, el cuerpo, por un fino motivo ajedrez que casi se confunde con el bruñido. Ubicado estratigráficamente en la fase 3c de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
350
(47)
(45)
Z 542/18 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico con borde afilado de diámetro máximo estimado de 92 mm de diámetro y de 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de tonalidad rojo con algunos matices marrones. Presenta una calidad de pasta de media a buena, con pocos desgrasantes, de superficies alisadas. Se identifican 3 acanaladuras horizontales en el área bajo el borde. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b/c de la construcción de Zambujal (Corte 32). Escala 10 cm por 2 cm. (46)
Z 1507/12 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico con un espesor máximo de 5 mm. Se trata de una pieza de color marrón, mal preservada, siendo evidente el desgaste, sin embargo, se puede identificar que se trata de una pieza de pasta fina y depurada. Presenta una decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde (5 líneas), identificando también en esa región un pequeño orificio, posible gato. Ubicado estratigráficamente, con mayor probabilidad en la fase 1 de la construcción de Zambujal, sin embargo puede esparcirse hacia la fase 4 (Corte 80). Escala 5 cm por 1 cm. (48)
Z 68041/33 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con un diámetro máximo estimado de 107 mm y 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de tonalidades castaño oscuras, de pasta fina y bruñida, con decoración muy particular, las incisiones horizontales (5 líneas) junto al borde son cruzadas por líneas en zig-zag formando triángulos. Ubicado estratigráficamente en la fase 3b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 1439/1 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con 180 mm de diámetro máximo estimado y 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de tonalidad anaranjada, compacta con algunos desengrasantes visibles y de grano medio a pequeño, identificándose cuarzo. La decoración es incisa y se ubica bajo el borde, siendo el motivo compuesto por 8 líneas horizontales. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 10 cm por 2 cm.
351
(49)
Z 68053/22 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico con 160 mm de diámetro máximo estimado y espesor máximo de 7 mm. Se trata de una pieza de color marrón, de pasta compacta y depurada, con la superficie exterior alisada y decorada con finas incisiones junto al borde, representando 3 líneas horizontales. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambuja (Barbacana). Escala 5 cm por 1 cm.
(51)
Z 1189/12 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con 13 mm de diámetro máximo estimado y 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color marrón, compacta y de superficies alisadas. Presenta decoración acanalada con 5 líneas horizontales junto al borde. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 2a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5cm por 1 cm. (52)
(50)
Z 68060/22 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con 12 mm de diámetro máximo estimado y 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color marrón con pasta fina y depurada, con las superficies bruñidas. Presenta decoración incisa en líneas horizontales bajo el borde (6 a 7 líneas). La superficie exterior y presenta algo desgasta por hongos. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 68043/40 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con 130 mm de diámetro máximo estimado y 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de pasta de color rojo oscuro con un engobe marrón. La pasta se presenta compacta a pesar de tener una cantidad elevada de desgrasantes de grano pequeño. La pieza está rodada. La decoración es incisa y surge bajo el borde, manifestada por 5 líneas horizontales. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
352
(53)
HOJA DE ACACIA (8)
Z 68037/1 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado con 120 mm de diámetro máximo estimado y 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color anaranjado de pasta compacta y superficies alisadas. En la superficie exterior se puede verificar una decoración de 11 líneas horizontales algo irregulares junto al borde, éstas están hechas con incisiones muy superficiales. Ubicado estratigráficamente entre las fases 3c a 4a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm. (54)
Z 68043/81 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico con 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color negro, de pasta poco compacta y con un relativo porcentaje de desgrasantes de grano pequeño a medio. Presenta las superficies alisadas y una decoración acanalada en líneas horizontales junto al borde (9 líneas). Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 172/20 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia de 11 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, de pasta compacta cuya decoración se inscribe en el motivo K112 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente entre las fases 1a y 3b de la construcción de Zambujal (Corte 16 P). Escala 10 cm por 2 cm. (10)
Z 1501/502 – Fragmento de vaso globular parcialmente reconstituido con decoración tipo hoja de acacia, con un espesor máximo de 10 mm. Se trata de una pieza de color grisáceo de pasta compacta y con pocos desgrasantes. En ella podemos encontrar cuatro fiadas de decoración separadas por acanaladuras, alternando impresiones en hoja de acacia y en crucíferas, identificándose el motivo K1112 (Kunst: 1987: 148). Ubicado estratigráficamente 353
en la fase 3c de la construcción de Zambujal (Corte 74 RW). Escala 10 cm por 2 cm.
(57)
(55)
Z 1656/1 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 9 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, de pasta compacta cuya decoración se inscribe en el motivo K112111 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 1c de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 172/17 – Fragmento de pared vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 12 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, de pasta compacta, cuya decoración se inscribe en el motivo K112 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b y 3a de la construcción de Zambujal (Corte 16) Escala 10 cm por 2 cm. (58)
(56)
Z 1139/38 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 10 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo anaranjado, de pasta compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano medio, cuya decoración se inscribe en el motivo K2222 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4 de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 1598/14 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 10 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño anaranjado, de pasta compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano medio cuya decoración se inscribe en el motivo K112(21) identificado por Kunst (1987: 148) Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 4c de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm.
354
(59)
Z 1068/36 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño, de pasta compacta, cuya decoración se inscribe en el motivo K112 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4b de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm. (60)
(61)
Z 328/10 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia con un diámetro máximo estimado de 350 mm y 10 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño anaranjado con engobe negro, de pasta compacta cuya decoración se inscribe en el motivo K3 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4/5 de la construcción de Zambujal (Corte 24). Escala 10 cm por 2 cm. (62)
Z 288/68 – Fragmento de pared de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 11 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo anaranjado, de pasta compacta cuya decoración se inscribe en el motivo K32 identificado por Kunst (1987: 148) Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4c de la construcción de Zambujal (Corte 16). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 594/8 – Fragmento de pared y borde vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 12 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo anaranjado, de pasta compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes algunos de grano medio a grande, cuya decoración se inscribe en el motivo K112 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4/5 de la construcción de Zambujal (Corte 43). Escala 10 cm por 2 cm.
355
(65)
(63)
Z 172/22 – Fragmento de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia, con 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de pasta con color rojo, compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes. El estilo decorativo es el K112 (Kunst, 1987:148) Ubicado estratigráficamente entre las fases de 1b y 3a de la construcción de Zambujal (Corte 16) Escala 5 cm por 1 cm. (64)
Z 1101/8 – Fragmento de pared y borde de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia con 12 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo anaranjado, cuya decoración se inscribe en el motivo K11 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4 de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 10 cm por 2 cm. (66)
Z 880/11 – Fragmento de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia con 10 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color roja anaranjada que, fruto de una cocción, a baja temperatura, quedó con una leve capa interior de color oscura. La decoración se inscribe en el motivo K12 identificado por Kunst (1987: 148). Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 68090/4 – Fragmento de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia con 11 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño oscuro, compacta, con pocos desgrasante. El estilo decorativo corresponde a segmentos de zig-zags dispuestos horizontalmente, al ejemplo del modelo K112111 (Kunst, 1987:148). Ubicado estratigráficamente en la fase anterior a 4b de la construcción de Zambujal (Corte 16). Escala 5 cm por 1 cm.
356
(67)
(69)
Z 139/11– Fragmento de vaso con decoración tipo hoja de acacia con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo anaranjado, compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano pequeño. El estilo decorativo es el K121 (Kunst, 1987:148) Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 1c de la construcción de Zambujal (Corte17) Escala 5 cm por 1 cm.
Z 1169/53 – Fragmento de vaso globular con decoración tipo hoja de acacia con 8 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color rojo, compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes. El estilo decorativo es el K112111 (Kunst, 1987:148) Las impresiones de hoja de acacia miden 3 mm de ancho y 13-17 mm de largo. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 5 de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 5 por 1 cm.
(68) PLATOS CON DECORACIÓN INTERIOR (13)
Z 1068/4 – Fragmento de vaso con decoración tipo hoja de acacia, con 0.7 cm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color rojo, compacta, con pocos desgrasantes. La pieza presenta una decoración en hoja de acacia, con “hojas” de dimensión más pequeñas que el habitual (6 mm de largo; 2 mm de ancho) orientadas en dos segmentos verticales; el estilo decorativo es el K21 (Kunst, 1987:148) Ubicado estratigráficamente en la fase anterior a 4b de la construcción de Zambujal (Corte 71). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 133/35 – Fragmento de pared y borde de plato con decoración interior con 11 mm de espesor de borde y 7 mm espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color marrón, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas hechas con finas incisiones. Ubicado estratigráficamente en la fase 3b de la construcción de Zambujal (Corte 17). Escala 5 cm por 1 cm.
357
72)
(70)
Z 68043/25 – Fragmento de pared y borde de plato, con diámetro máximo estimado de 350 mm, espesor de borde de 12 mm y con 7 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color roja con las superficies con un engobe gris, la pasta es compacta y son visibles algunos desgrasantes. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas hechas con finas incisiones. Ubicado estratigráficamente en la fase anterior a 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 95/7 – Fragmento de pared y borde de plato, con borde almendrado con espesor respectivo de 16 mm y con 10 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color rojo, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas hechas con finas incisiones. También se verifican algunos hongos en las superficies. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b y 3c de la construcción de Zambujal (Corte 16) Escala 5 cm por 1 cm. (73)
(71)
Z 68037/518 – Fragmento de pared de plato con 11 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color gris oscuro compacta con pocos desgrasantes y decorada en la superficie interior por finas acanaladuras, representando hiladas de líneas oblicuas. Ubicado estratigráficamente en las entre fases 3c y 4a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 152/4 – Fragmento de pared y borde de plato, con borde almendrado con espesor respectivo de 1.4 cm y con 1 cm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color ocre, de pasta compacta, con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está bruñida y cubierta de zig-zags hechos con finas incisiones Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b y 3a de la construcción de Zambujal (Corte 16). Escala 10 cm por 2 cm.
358
(74)
Z 162/4 – Fragmento de pared y borde de plato, con borde almendrado con espesor respectivo de 13 mm y con 6 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color marrón, la pasta es de peor calidad que las presentadas anteriormente, con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas hechas con finas incisiones. Ubicado estratigráficamente entre las fases de 1b y 4b de la construcción de Zambujal (Corte 16). Escala 5 cm por 1 cm.
(76)
Z 68043/90 – Fragmento de pared de plato con 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color oscuro, de pasta depura, con la superficie interior decorada con finas acanaladuras. El motivo decorativo está organizado en metopas y representa sobretodo líneas oblicuas. Ubicado estratigráficamente en la fase anterior a 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm. (77)
(75)
Z 1132/1 – Fragmento de pared y borde de plato, con borde ligeramente engrosado, de diámetro máximo estimado de 290 mm, con espesor respectivo de 13 mm y con 6 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color entre el marrón y el naranja, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está decorada con zig-zags hechos con finas incisiones. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 68041/140 – Fragmento de pared y borde de plato con borde ligeramente engrosado, con espesor respectivo de 13 mm y con 11 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color castaño, compacta y con pocos desgrasantes. La superficie interior está decorada con varias acanaladuras horizontales cortadas por dos acanaladuras oblicuas. Ubicado estratigráficamente en la fase3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
359
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Z 68073/21 – Fragmento de pared de plato, con 9 mm de espesor máximo de. Se trata de una pieza de color roja, de pasta compacta con pocos desgrasantes. La superficie interior está decorada con líneas circulares hechas con finas acanaladuras. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 1232/6 – Fragmento de pared y borde de plato con 14 mm de espesor de borde y 11 mm de espesor de pared. Se trata de una pieza de color negro con engobe de tonalidad roja, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está bruñida y cubierta de zig-zags. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1b/c de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 5 cm por 1 cm. (81)
(79)
Z 1446/29 – Fragmento de pared y borde de plato con un diámetro máximo estimado de 380 mm, de 11 mm de espesor de borde y 9 mm de espesor máximo de pared. Se trata de una pieza de color entre el marrón y el naranja, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio a pequeño. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas cruzadas formando un motivo en ajedrez hechos con finas acanaladuras. Ubicado estratigráficamente en una fase anterior a 4d de la construcción de Zambujal (Corte 73). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 68079/18 – Fragmento de pared de plato, con 13 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color marrón, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano pequeño. La superficie interior del plato está decorada con líneas oblicuas y circulares hechas con finas acanaladuras. Ubicado estratigráficamente en la fase 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana) Escala 10 cm por 2cm.
360
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CERÁMICA COMÚN SIN DECORACIÓN (82)
Z 785/1 – Fragmento de pared y borde de grande vaso abierto. El borde es espesado con un diámetro máximo estimado de 360 mm, de 23 mm de espesor mientras que la pared presenta uno de 19 mm. Se trata de una pieza de color castaña o marrón, de pasta gruesa con una cantidad elevada de desgrasante de grano medio a grande, mayoritariamente de calcita. Ubicado estratigráficamente en la fase 1 de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 812/41 – Fragmento de vaso abierto con 176 mm de diámetro máximo estimado y 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color oscuro con una elevada cantidad de desgrasantes de grano pequeño. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm. (85)
(83)
Z 836/6 – Fragmento de borde de plato de borde reentrante con 180 mm de espesor máximo estimado y 21 mm de espesor. Se trata de una pieza de color castaña o marrón, de pasta gruesa, con una cantidad elevada de desgrasante de grano medio a grande, mayoritariamente de calcita. Ubicado estratigráficamente en la fase 1a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 803/38 – Fragmento de borde de grande vaso abierto con borde engrosado, con 220 mm de diámetro máximo estimado, cuyo espesor es de 2.7 cm, mientras que el de la pared es de 15 mm. Se trata de una pieza de color oscura con probable engobe marrón, de pasta gruesa con una cantidad elevada de desgrasante de grano medio a grande mayoritariamente de calcita. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1c a 2a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
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Z 812/42 – Fragmento de pared y bode de vaso abierto con borde aplanado hacia el exterior, cuyo diámetro máximo estimado es de 114 mm, mientras que el espesor de la pared es de 8 mm. Se trata de una pieza de color grisáceo compacta con algunos desgrasantes de grano pequeño. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm. (87)
Z 811/56 – Fragmento de borde de grande plato, el borde es almendrado y presenta un diámetro máximo estimado de 264 mm, un espesor de 24 mm, mientras que el de la pared es de 19 mm. Se trata de una pieza de color castaño o marrón, de pasta gruesa con una cantidad elevada de desgrasante de grano medio a grande mayoritariamente de calcita. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 33 GH). Escala 10 cm por 2 cm. (89)
Z 785/10 – Fragmento de pared y de borde de vaso abierto, probablemente con borde de decoración dentada, con un espesor de 8 mm. Se trata de una pieza de color rojizo y beige compacta con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1 y 2 de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 809/561 – Fragmento de pared de vaso abierto con un espesor máximo de 7 mm. Se trata de una pieza de color castaño o marrón, con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente en la prefase de la construcción de Zambujal (Corte 33 GH). Escala 5 cm por 1 cm.
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Z 803/91 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto, con un diámetro de 112 mm y 6 mm de espesor. Se trata de una pieza de color oscuro con un probable engobe de color castaño o marrón en la superficie exterior, con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1c y 2a de la construcción de Zambujal (Corte 33 GH). Escala 5 cm por 1 cm.
Z 811/69 – Fragmento de pared y borde de cuenco con un espesor máximo de 7 mm. Se trata de una pieza de color castaño con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente en la fase 1a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm.
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Z 802/11 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con borde engrosado, con diámetro máximo estimado de 146 mm, 16 mm de espesor de borde y 0.9 cm de espesor de pared. Se trata de una pieza de color castaño, con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente entre las fases 1c y 2a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 10 cm por 2 cm. Z 68051/8 – Fragmento de pared y borde de grande vaso abierto, con borde ligeramente saliente. Presenta un diámetro máximo estimado de 370 mm, con un espesor de borde de 13 mm y 9 mm de espesor máximo de pared. Las superficies están levemente alisadas y la pasta, de color marrón, es compacta, presentando un porcentaje relativo de desgrasantes de grano medio a grande. Ubicado estratigráficamente en la fase 3b de la construcción de Zambujal, pudiendo también haber surgido en las fases anteriores (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
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Z 68009/500 – Fragmento de pared de vaso abierto con 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color entre el beige y el naranja, con las superficies alisadas, de pasta compacta con algunos desgrasantes de grano medio. Perteneciente a las fases anteriores a 2a/b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm. Z 68051/14 – Fragmento de pared y borde de cuenco hemisférico de borde afilado. Presenta un diámetro estimado de 115 mm y un espesor máximo de pared de 7 mm. Se trata de una pieza de color marrón, de pasta poco compacta con una gran cantidad de desgrasantes de grano pequeño a medio. Perteneciente a las fases anteriores a 3b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
(97)
(95)
Z 323/503 – Fragmento de pared de vaso abierto con 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color marrón oscuro, de pasta compacta y con pocos desgrasantes. Perteneciente a las fases 1a o b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 5 cm por 1 cm. (98)
Z 323/3 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto, con borde ligeramente saliente. Presenta un espesor de borde de 12 mm y un espesor máximo de pared de 9 mm. Se trata de una pieza de color marrón, de pasta compacta y con pocos desgrasantes. Perteneciente a las fases anteriores a 1b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 5 cm por 1 cm. Z 68037/1168 – Fragmento de pared de vaso abierto con 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color negro, con las superficies grises. La pasta es poco compacta y con muchos desgrasantes. Ubicado en la fase 3c de la construcción de Zambujal, pero también con una 364
posibilidad de pertenecer a 4a (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
BORDES DENTADOS (101)
(99)
Z 68008/556 – Fragmento de pared de cuenco con 6 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color negro, de pasta poco compacta con un grande porcentaje de desgrasantes de grano medio. Ubicado entre las fases 1a y b de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm. (100)
Z 877/7 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con el borde dentado y saliente, con 118 mm de diámetro máximo estimado y 9 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño con algunos desgrasantes de grano pequeño a medio. Ubicado estratigráficamente entre las fases 3c y 4 de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 10 cm por 2 cm. (102)
Z 68053/503 – Fragmento de pared de vaso abierto con 9 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color gris, de pasta compacta, con un porcentaje relativo de desgrasantes de grano medio. Perteneciente a las fases anteriores a 3a de la construcción de Zambujal (Barbacana). Escala 10 cm por 2 cm.
Z 819/8 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con el borde dentado, con 160 mm de diámetro máximo estimado y 7 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño con algunos desgrasantes de grano pequeño. Ubicado estratigráficamente en la fase 4d de la construcción de Zambujal (Corte 67). Escala 5 cm por 1 cm.
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(103) Z 815/18 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con el borde dentado, con 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño con algunos desgrasantes de grano pequeño y pasta compacta. Ubicado estratigráficamente en la pre-fase de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm. (105)
Z 807/26 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con el borde dentado, con 8 mm de espesor máximo. Se trata de una pieza de color castaño rojizo con algunos desgrasantes de grano pequeño y pasta compacta. Ubicado estratigráficamente con probabilidad en la fase 1a de la construcción de Zambujal, no siendo de todo descartable su proveniencia de 1b y 1c (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm. (104)
Z 804/5 – Fragmento de pared y borde de vaso abierto con el borde dentado con 10 mm de espesor del respectivo y 6 mm de espesor de pared. Se trata de una pieza de color castaño y beige con algunos desgrasantes de grano pequeño y pasta compacta. Ubicado estratigráficamente en la fase 2a de la construcción de Zambujal (Corte 33). Escala 5 cm por 1 cm.
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Anexo 7 – Inventario de los datos del estudio de DRX I. Cuadro con los minerales identificados % en valores semicuantitativos (I parte)
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I. Cuadro con los minerales identificados % en valores semicuantitativos (II parte)
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I. Cuadro con los minerales identificados % en valores semicuantitativos (III parte)
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I. Cuadro con los minerales identificados % en valores semicuantitativos (IV parte)
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II. Difractogramas A- Anfíbol, C- Calcita, F- Filosilicatos, FC- Feldespato Calcosódico, FP- Feldespato Potásico, I- Ilita, O- Olivino, PPiroxeno, Q- Cuarzo, S- Esmectita
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Anexo 8 – Inventario de los datos del estudio de TXRF I. Cuadro con las concentraciones elementales en % en valores semicuantitativos: análisis realizada en la Universidad de Aveiro con XRF
II. Cuadro con las concentraciones elementales en % versus Hierro (Fe) en valores semicuantitativos: análisis realizada en el SIdI con TXRF (I parte)
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II. Cuadro con las concentraciones elementales en % versus Hierro (Fe) en valores semicuantitativos: análisis realizada en el SIdI con TXRF (II parte)
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II. Cuadro con las concentraciones elementales en % versus Hierro (Fe) en valores semicuantitativos: análisis realizada en el SIdI con TXRF (III parte)
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Anexo 9 – Inventario de los datos del estudio petrográfico de lámina delgada Tipo de matriz: Ho - homogénea, He – heterogénea. Petrografía: Q- cuarzo, Fel- feldespatos, O- olivino, A- anfíbol, Fil-filosilicatos, P- piroxenas, Biotita y C- calcita. Cantidad de los elementos, % en relación a la matriz: + escasa (< l0%), ++ media (hasta 25 %), +++ abundante (> 25 %), ++++ muy abundante (>75 %).
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Anexo 10 – Algunos dibujos de “copos canelados” de Zambujal
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