Juan de Matienzo, autor del "Gobierno del Perú". Su personalidad y su obra

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1.-EL AMBIENTE .. . . ... .. . ... .. .. . . .. .. ... ...... ... .. .... ... .. .. .. .. ... ..... .................. 1
l. 1560-1570: un decenio de expectante incertidumbre.- 2. Modalida•
des del criticismo.--3. Curiosidad por el mundo autóctono.-4. Diaec•
ción de la «República de los españoles».- 5. El «Gobierno del Perú»,
cifra y compendio de un período histórico.
Il.-EL HOMBRE ..................... ,.................... ............... ........................ 35
l. Aproximaciones y semblanzas.- 2. La formación d.e un magi1tr1•
do.- 3. « ... A ver si mudanAio mundo y tierra mejoraría mi suerte, .. ». 4. «... las cosas deste Re)'llo del Pirú ... ».-5. De la ilusión al des•
encanto.-6. o: ••• el andar a derechas aprouecba poco en etta tierra ... ».
7. En el vértice del apogeo : años de plenitud.-8. El ocaao.-9. La
familia y la descendencia.
lfl.- LA OBRA .................................................................................... 87
l. Los textos científicos.- 2. Los escritos políticos.--3. Exégesis del
«Gobierno del Perú» : su valor y contenido.-4. Génesis de la obra
y sus vicisitudes.
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Juan de Matienzo, autor del "Gobierno del Perú". Su personalidad y su obra

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COLECC(ON «ANUAR(Q,. El «Gobi"emo del . Perú» es cifra y ··comp.endio de un notable período his• tóriC del virreinato : la década de i560-1570, en la que florece un apret.ado ram-iUete de estudios críticos, proyecta• dos para tomar el pulso a los conflictos fundamentales que gTavitaban sobre el país. A este momento corresponde la gran preocupación por conocer la vida del Perú prehispánie.o -tendencia que personifican Polo de Ondegardo y el Pad.re Molina, entre Otros-, así como la general controversia que conmovió al país sobre la situación, conservación y aumento de los naturales dominados y de sus tierras y tesoros. Y sobre esto variada problemática y sobre el copioso ca udal de libros y manuscritos -cartas, me·moriales, apuntamientos, relaciones y epístolas- descuella la obra del letrado val.lisoletano, aposentado dieciocho años en el Alto Perú como oidor de la Au• d;erici'a de Charcas. La figura de Matienzo había sido ya dada a conocer, a Jo menos en algunas de sus más destacadas facetas, en varios estudios anteriores, principalmente el de Levillier. Pero Lohmann Villena ofrece ahora un análisis completo de la bio• grafía y el ambiente en que se deseo• volvió este tratadista de primera fila, el escritor de mayor levadura jurídica en las Indias durante e] siglo XVI, aunque, porad6jicamente, su máxima obra, el «Gobierno del Perú» haya permanecido inédita hasta hoy -o lo que es peor, desvirtuada en la supuesta edición de

UlO. El Dr. Guillermo Lohmann, que ahora emprende · la edición del manuscrito au• téntico, es una de las más prestigiosas y fecundas plumas del americanismo de nuestros días. Colaborador ya antiguo del «Anuario», autor de otras dos obrás en esta Colección, y de cuatro extensas monografías editadas por la Escuela de Estudios Hispanoamericanos, su presen• cia en estas páginas honra una vez más nuestra .tevista.

JUAN DE MATIENZO, AUTOR DEL «GOBIERNO DEL PERU> (SU PERSONALIDAD Y SU OBRA)

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PUBLICACIONES DE LA

ESCUELA DE ESTUDIOS HISPANO-AMERICANOS DE SEVILLA

CLXX (N .• general)

Depósito legal Sep. M. 538.-1958

Las noticias, asertos y op101ones contenidos en este

traha10 son de la exclusiva responsabilidad de su autor. La Escuela de Estudios Hispano-Americanos s61o responde del interés cieutifico de sus publicaciones.

GUILLERMO LOHMANN VILLENA

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JUAN DE MATIENZO, AUTOR DEL «GOBIERNO DEL PERÚ» (SU PERSONALIDAD Y SU OBRA)

ESCUELA DE ESTUDIOS HISPANO-AMERICANOS

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RESERVADOS LOS DERECHOS

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1.-EL AMBIENTE .. . .... .. . ... .. .. .. .. .. ... .... .. ... ... .... ... .. .. .. .. ... ..... .................. l. 1560-1570: un decenio de expectante incertidumbre.- 2. Modalida• des del criticismo.--3. Curiosidad por el mundo autóctono.-4. Diaec• ción de la «República de los españoles».- 5. El «Gobierno del P erú», cifra y compendio de un período histórico.

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l. Aproximaciones y semblanzas.- 2. La formación d.e un magi1tr1• do.- 3. « ... A ver si mudanAio mundo y tierra mejoraría mi suerte, .. ». 4. «... las cosas deste Re)'llo del Pirú...».-5. De la ilusión al des• encanto.-6. o:••• el andar a derechas aprouecba poco en etta tierra ... ».

7. En el vértice del apogeo : años de plenitud.-8. El ocaao.-9. La familia y la descendencia. lfl.- LA OBRA ........ ............................................................................ l. Los textos científicos.- 2. Los escritos políticos.--3. Exégesis del «Gobierno del Perú» : su valor y contenido.-4. Génesis de la obra y sus vicisitudes.

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Las obras de índole doctrinal y política, en cuanto construcciones conceptuales, por fuerza tienen que pagar el tributo de responder al ambiente ideológico dentro del cual se, engendran, y significan, al mismo tiempo, una formulación definitiva del pensamiento de su autor, dándonos la medida de su talla científica. Para hacer comprensible la génesis del Gobierno del Perú y adquirir la exacta perspectiva que permita :valorar el significado del primer estudio integral de las instituciones políticas y jurídicas del virreinato peruano, de suerte tal que justifique nuestra estimativa actual, debemos recurrir a una reconstrucción, siquiera esquemática, del contorno formal e histórico que configura la perspectiva dentro de la cual el tratado del Licenciado Juan de Matienzo se instala en el primer plano de aquel retablo de problemas, temas y personajes que desfilan por sus páginas, en la síntesis armoniosa de un doctrinal insuperado hasta la aparición de la monumental Polít i ca Indiana del egregio Solórzano Pereira. La enunciación de la tr ama y urdimbre sobre la cual se tejió el Gobierno del Perú es una exigencia no sólo de orden metodológico, sino obligada cuestión previa. Quien se adentra un poco en la lectura de aquel tratado jurídico* Estudio P reliminar para la edición del Gobier110 del P erú, próxima blicarse con el auspicio del Institut F ram; ais d'Etudes Andines.

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político redactado en la sexta década del siglo XVI, no tardará en advertir muy cercano el chisporroteo de las candentes cuestiones que agitaron por entonces la vida colectiva del virreinato, y notará la presencia, como una claridad o como una sombra, de varones ilustres con los cuales hubo de entablar relación personal o toma1 partido adverso nuestro protagonista: Las Casas, el gobernador García de Castro, peritos en asuntos peruanos como el obispo Santo Tomás, los Licenciados Bravo de Saravia, Polo de Ondegardo y Hernando de Santillán ... Con ellos compartió inquietudes en torno de temas peruanos, de forma que para la cabal inteligencia de la obra de Matienzo, resulta inexcusable proyectarla con toda nitidez sobre el ambiente que la envolvió. Aunque por una singular fatalidad sólo se conocía hasta ahora una versión corrompida y trunca del libro escrito por el diligente magistrado de la audiencia de los Charcas, es lo cierto que su mérito inapreciable ha logrado superar esa desventaja y el unánime consenso ha proclamado aquellas páginas como una fuente primaria para la interpretación de la fisonomía social, política y económica del Perú quinientista, en pleno proceso de su institucionalización. A este respecto parece oportuno apostillar que Matienzo, como luego en la siguiente centuria León Pinelo y Solórzano Pereira, vivió los problemas del virreinato y por tanto, el Gobierno del Perú (al igual que las disertaciones de los dos eximios tratadistas citados) no es mera digresión de orden especulativo, sino el fruto de la experiencia personal y reflejo veraz de la realidad, en suma, obra humana de observación del ambiente. De aquí que la monografía que nos ocupa tiende la clave de arco que lleva del estudio doctrinal y de érUdición, es decir, de la utopía, a la aplicación pragmática en el plano de la acción política, vale decir, la realidad más acuciante. Para concluir estas indispensables prevenciones, nos

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urge dejar sentada una afirmación: la familiaridad que se establece entre el biógrafo y su persona.je lleva. (a veces involuntariamente) a proponer a éste como el varón más conspicuo de su época o como el inspirador recóndito e insospechado de un conjunto de acontecimientos. Nada de eso se pretende aquí, pues Matíenzo es un auto~ que no requiere ni de apologias ni de encomios de oropel para ocupar el lugar prestante que ha ganado en la jerarquía de vi:i.lores coetáneos. Una última advertencia: en estas páginas preliminares no es posible dar cabida a una exposición sistemática de las ideas políticas y enumerar, una por una, las mejoras y reformas que propuso Matienzo. Simple y sencillamente, pretendemos esbozar las prevenciones indispensables para facilitar la inteligencia de la magna obra, ahora accesible en su texto genuino y auténtico, como un espejo en el que se reflejan las reacciones y la mentalidad del jurista y del político colocado frente a situaciones y problemas del momento. Interesa, por encima de todo, hacer fácilmente conocibles el enfoque y la actitud de Matienzo ante la situación critica que acusaba el Perú de entonces. Ahora bien. Ortega y Gasset hizo notar que cada uno se halla frente a la realidad en la condición de los espectadores dentro de un teatro, que suponen contemplar la misma escena, pero cada cual desde su localidad, o sea con la perspectiva o punto de vista que le es peculiar, y por ende, con determinada parcialidad, hasta cierto grado inevitable. De modo similar, las páginas del Gobierno del Perú nos han transmitido una realidad especifica a través de la óptica de un togado. En consecuencia, para concebir una idea global, pero exacta y acabada en sus pormenores, del virreinato en su esencia y actualidad a la sazón, será menester confrontar y rectificar aquella imagen a la luz de la que se forjaron otros testigos: hombres de Estado, autoridades politicas, religiosas, funcionarios públicos, economistas, mili-

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tares, fieles vasallos, oscuros súbditos, sin excluir a los ilusos arbitristas ni los testimonios literarios. 1.-1560/ 1570: un decenio de expectante incertidumbre

En el período del tercer virrey, dori Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañ.ete (junio de 1556-setiembre de lfü>O), parecía haber culminado definitivamente el proceso de la consolidación del Perú en sus distintos órdenes: desvanecidos los amagos de disturbios y motines, afianzada la estructura social, implantada una enérgica administración pública y entablado · el funcionamiento coherente de las instituciones políticas y fiscales, todo dejaba suponer que a la sombra de tal estabilidad y desenvolviéndose la acción gubernativa hacia el horizonte abierto que brindaba la absoluta normalidad en las diversas esferas de la vida colectiva, el Estado alcanzaría a .corto plazo las metas que constituyen su razón de ser. 1 De improviso, una encrucijada que va a ser la bisagra de dos épocas netamente dif'erenciadas. Aquel ciclo de prosperidad que se insinuaba hacia 1560 se disloca y rompe, para ceder el paso a un paréntesis de crispación especulativa que llena el séptimo decenio del siglo XVI. Bajo el puente que enlaza las dos fechas extremas ~final del gobierno del marqués de Cafiete a la iniciación del mando de Toledo- descarga un tumultuoso raudal de memoriales, dictámenes, avisos y pareceres sobre cuestiones palpitantes del virreinato, algunos asombrosamente explicitos sobre puntos concretos del pasado prehispánico, lo que ha llevado a reconocerlos como fuentes informativas insuperables. 1 Verdad es que ·e1 , suscrita por don Diego de Castro Titu Cussi Yupanqui (aunque redactada por el agustino fray Marcos García), y otros textos coetáneos de su género.

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De hecho, la portentosa ebullición criticista que enciende los ánimos en la repetida década se polarizó en tres vertientes, por las que fluyeron testimonios documentales decisivos e irremplazables en su especie. Todos ellos concuerdan en el propósito de abordar las más arduas cuestiones que pesaban sobre la vida colectiva, desmontando los elementos integrantes del complejo social, económico y ad;ministrativo, para examinar aisladamente los factores causantes del desajuste denunciado con rara unanimidad en protestas y lamentos que encontraron después en buena proporción eco y cauce en la legislación positiva. He aquí las tres dianas hacia las que apuntaron despejados e inquietos escritores, activos entre 1560 y 1570: a) La tendencia retrospectiva, enfilada al escudriñamiento apurado de la caducante etnohistoria prehispánica, tanto en lo atañedero a la antigua organización política y social, como en lo tocante al mundo impenetrable de las creencias, con el propósito de acoplar a esa mentalidad vetusta y consuetudinaria las nuevas estructuras éticas y jurídicas, y de incorporar a su vez a éstas cuanto de lo autóctono revistiese virtualidad, a fin de lograr una integración fecunda de tan disímiles formas de :vida. b) La orientación reflexiva o revisionista, cimentada en la indagación vehemente de la coyuntura. Los autores estampan serias consideraciones sobre el estado político del virreinato y las causas del malestar, encarando con exquisito miratniento el problema de la perpetuidad de las encomiendas, planteado en términos perentorios por la extinción, por ley natural, de los primeros beneficiarios de esas mercedes. Secuela estrechamente conectada con tal cuestión resultó el criticismo que encendió la hoguera lascasiana en cuanto objetaba la raíz misma de la acción de España como potencia conquistadora. De esta suerte, frente a Iá idea arraigada profundamente en la conciencia de los españoles de la Contrarreforma de que en la lucha entre el

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Bien y el Mal ellos venían a ser de hecho los ejecutores de ' J.os designios de la Providencia, emergla ahora una perturbadora vacilación, que exigía satisfactorio esclarecimiento porque en ello estaba en juego nada menos que la salvación del alma. En el Perú esta controversia adquiría peculiar y dramático relieve al enmarafiarse con la política que debía observarse con el núcleo rebelde de los lngas en Vilcabamba, que se comportaban con los representantes de Felipe lI, el monarca en cuyos dominios no se ponía el sol, punto menos que de potencia a potencia. El colofón de este encarnizado debate iba a ser la exhaustiva encuesta practicada por Toledo en el curso de su visita, con la intención de acreditar que los Ingas no habían sido veri domini de sus señoríos y territorios, 13 cuyas noticias complementara Sarmiento de Gamboa en su Historia Indica, como a su turno las crónicas de Diego de Trujillo y Pedro Pizarro (al igual que la frustrada iercera parte de la obra del mismo Sarmiento de Gamboa) responden a idéntico afán inquisitivo en punto a los episodios ocurridos en la Conquista y las guerras civiles. c) Finalmente, el sesgo proyectista, constructivo o reformador, que a veces degenera en arbitrismo a rienda suelta. Ante el cúmulo de factores negativos: autoridades que atienden al lucro y no al bien común; magistrados :venales; sacerdotes faltos de virtud y celo apostólico; encomenderos expoliadores; curacas perversos; desbarajuste en que yacía la población indígena; legislación ineficaz, en suma, general relajación, esta corriente de idealismo recoge ilusionada una aspiración a transformar la imperfecta organización politica y social en una utópica Arcadia, o poco menos. Dos piezas maestras descuellan nítidamente en esta linea: en lo espiritual, el magno segundo Concilio limeño (2 de marzo de 1567-21 de enero de 1568), cuyas Constituciones pueden 13 Levillicr, Don Francisco dt! Toltdo, S1'premo organil:ador del Perú (Buenos Aires, 1940), II, págs. 3-204.

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graduarse como el férvido anhelo por la implantación de la Ciudad de Dios, 14 y en la teoría política, su riguroso coetáneo, el tratado sobre el más acertado Gobierno ctei Perú, que a su modo representa un bosquejo de república platónica y en el cual Matienzo imprime a la literatura jurídica quinientista la máxima dignidad. ; Para perfilar aún más los trazos con que estamos deiineando la etapa histórica que circunda la gestación de la obra del perspicaz oidor de los Charcas, repárese -aunque de paso- en que a modo de pórtico del decenio que nos ocupa puede considerarse como trascendental el envio de la misión formada por los comisarios de la perpetuidad, cuyas instrucciones datan del 23 de julio de 1559. En la esfera de la historia de los sucesos, 1565 sefiala ia fundación de la Casa de la Moneda de Lima (primera en el distrito del virreinato peruano); 1566 es el año en que Pío V imparte al nuncio en Madrid, Gian Battista Castagna las célebres instrucciones en orden al trato de los indígenas americanos, y el siguiente es el inicial de la decisiva visita de Juan de Ovando al Consejo de Indias, que mediante un conocimiento profundo de las remotas comarcas en trance de reorganización normativa, debía conducir a una administración eficaz y congruente con el ordenamiento legal que el talento clarisimo de aquel insigne ministro de Felipe Il habia ideado. 15 La convocatoria de la Junta Magna de 1568 -en la cual no es inverosímil que se tuviera delante el manuscrito de q No estará de más hacer presente, aunque en nota, que muchas de las disposiciones adoptadas ~n esta a.samblea, particularmente las que dken relación con la vida material de los naturales, se corresponden muy de cerca con las recomendaciones de Matienzo: erección de parroquias de 400 feligreses ( Parte Segunda, Constitución 77); concentración en poblados (So); prohibición de las viciosas prácticas de deformación craneal (1.00) y de los supersticiosos actos con ocasión Je peinarse o trasquilarse (101); represión de la ebriedad pública (108); dominio sobre la masa popular por intermedio de los curacas (tt 1) y prácticas higiénicas en J:¡ vida doméstica ( t 12). Esta es una prueba del acierto y penetración acreditados por Matienzo en su ,málisis de la sociedad andina. T5 Jiméoez de la E spada, El c6digo ova"dino (Madrid, 1891), y Schifer, El Co11sejo Real y Supremo de las l"dia.s (Sevilla, 1935-), I, págs. iz9 ss.

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Matienzo-, constituye un elocuente testimonio de cómo en la metrópoli se juzgaba que el estado de cosas en el Perú exigía reformas que no se limitaran a la implantación de nuevas audiencias (Charcas, Quito y Chile), 16 erección de sillas episcopales (Santiago de Chile y La Imperial) o colocación, a partir de la cédula de 1567, dé las doctrinas bajo las normas dél Real Patronato, 17 sino que calaran en la entrafia misma del cúmulo de los problemas que se cernían Sobre el virreinato. Formuladas estas prevenciones, hora es ya de enumerar, clasificándolos bajo el respectivo apartado, aquellos textos y documentos de primera magnitud producidos entre 1520 y 1570, denotativos de las tres corrientes que hemos sefialado. En junto .t orman una verdadera constelación, dentro de la cual brilla como estrella fija el Gobierno del Perú. 3 .-Curiosidad por el mundo autóctono

En este elenco hay piezas magistrales y nombres ciertamente de desigual ingenio, pero todos consagrados en la heurística peruana como elementos indispensables para el conocimiento de la vida de los aborígenes bajo el cetro de los Incas. 18 Aunque ya en 1559, por mandado del virrey marqués 16 De la creación de los dos primeros tribunales opinaba el Gobernador García de Castro: " . .. que ha sido, sigun dizen acá, haber hecho en este Reyno Castilla y Francia y Portugal. .. ". Despacho de 12-I-1566, en Levillier, Lo. Audiencia de C/rarcas, I, pág. 672, y Gobernantes ·áel Perti-, III, pág. 132. 17 Armas Medina, Evoluci6n histórica de las doctrfo¡,s de indios, en "Anuario de :Estudios Americanos" (Sevilla, 1952), IX, págs. 124-126, y Cristiani1aci6n del Pení. (Sevilla, 1953), págs. 126-127. 18 Nos _-apresuramos a. hacer hincapié en que no es posible dar entrada éil este apartado a piezas tales como el "Itinerario" del franciscano Fray Marcos Jofré; el tratado "de .dtibus indorum", de su compañero de hábito Fray Mateo •de los Angeles¡ las "Anotac.i ones'' del mercedario P . Melchor Hernández, y otras cuya existencia no aparece 111uy fehacientemente comprobada, sino a través de la Re1ad6n del jesuita P. Luis López. Cf. Tres relaCÍ()nes de a.ntig,i,edades peruanas (Madrid, 1879), págs. 138, i39, 140 y 142-143.

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de Cañete y del arzobispo Loaysa, el licenciado Polo de Ondegardo, siendo corregidor del Cuzco, efectuó unas averiguaciones sobre acontecimientos de la época incaica, 19 es lo cierto que este desfile en columna de honor corresponde encabezarlo al dominico fray Domingo de Santo Tamás Precisamente en enero de 1560 las prensas vallisoletanas terminan de estampar tanto su Lexicon o Vocabulario ... como su Grammática o Arte de la lengua general... , que al desbrozar el camino del conocimiento y manejo del runa simi sientan las bases para vislumbrar el hermético mundo cultural vernáculo. 20 En aquel mismo año puede fecharse la «Relación de la religión y ritos del Perú», formada por los primeros agustinos que pusieron el pie en el país. 21 Igualmente en el curso de 1560 se levanta, por disposición del marqués de Cañete, el más antiguo empadronamiento general de la población indígena de que hay constancia. 22 Si bien databan de un lustro atrás, sólo hacia principios del sexto decenio del siglo XVI entran en circulación las noticias, singulares en su especie, atesoradas en dos informes diligenciados, de fijo no sin su cuenta y razón, en la costa y en la sierra del Perú. Uno es la «Relación general de la disposición y calidad de la prouincia de Guainanga, llamada San José de la Frontera, y de la vivienda y costumbres de los naturales della», recogida en agosto de 1557 por el visitador Damián de la Bandera, 23 y el segundo, la «Rer9 Las compulsó el P. Cobo. Cf. Historia del Nuevo Mundo (Sevilla, 1892), llI, págs. 116- 11 ;. 20 Edición facsimilar en 1951 por el Instituto de Historia de la Universidad ;-.facional de San Marcos del Perú. Cf. también Cisoeros, "La primera gramátfoa de la lengua general del Perú", en Boletín del Inslituto Riva-Agiiero (Lima, 19511952), I, págs. 197•264. 21 Real Academia de la Historia. Colección Muñoz, tomo LXXXVII, folids 233-260. Publicada en la Colección de Doc1m1entos I ,réditos de América :v Ocean!a., TII, págs. 5-58, y ColeccióH,' de Libros :,, Documentos referentes a la Historia del Perú (Lima, 1918), 1 ,• Serie, XI, págs. 3-56. · 22 Real Academia de la Historia. Colecti&n M.ufioz, tomo LXV, fol. 55. V. también ínfra. :23 A. G. I., Indi'ferénte General, 1,.28. En Jiménez de la Espada, Relaciones Geográficas de !tldias (Madrid, 1881), I, pág. 98-103.

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lación y declaración del niodo que este valle de Chincha y sus comarcanos se gouernauan antes que hobiese Ingas, y después que los hobo, hasta que los christianos entraron en esta tierra>, qu~ suscribieron en febrero de 1558 el dominico fray Cristóbal de Castro, vicario del convento de Santo Tomás de su Orden en Chincha, y el ' corregidor Diego de Ortega Morejón. 24 Por aquellas DJ.ismas fechas un escudriñador, aún no identificado, registraba noticias de primera mano relativas a los eventos y la sociedad autóctonos para elaborar una memoria, actualmente conocida sólo a través de una refundición .posterior. Lleva d,i cho escrito el encabezamiento: «Relación del origen e gouterno que los Ingas touieron, e del que hauia antes que ellos señoreasen a los indios deste Reyno, e de qué tiempo, e de otras cosas que al gouierno con uenía, declaradas por señores que siruieron al Inga Yupangui, e a Topa Inga Yupangi, e a Guaina Cápac, e a Guáscar Inga>. 2-5 ' , No tardarían mucho dos autores en percatarse del provecho que podía extraerse de ambos documentos, utilizándolos por vía de cañamazo para sus respectivos tratados. Corresponde la primacía al licenciado Hernando de Santillán, que en los meses iniciales de 1563 ensamblaba en Madrid su «Relación del origen, descendencia, polítíca y gouierno de los Ingas», con arreglo al cuestionario propuesto en la cédula de 20 de diciembre de 1553. 26 Los parágrafos 2 a 6, 8 a 11, 16, 17, 25, 29 y 34 a 39 del papel del ladino 24

Bíblíoteéa -de Palacio. Mad rid. Ms s. 616. Copia, en la Miscelánea de Ayala, 261-273, Publicada en la Colecci611 de Documentos foéditos pa,-a la Ri.stor-10 · de España, L, págs. 206-220; -Colecci6n de Libros y Doc,~mentos refe:1·e1Ít~s ·a,· ia Hi.storiá, del Per,í (Lima, 1934), 2.• Serie, X, págs. ,34-149, y Trimbor~, Q11elle-11 ·.sul' K11/111rgtschichte des ,prákolum/,ischen Ameriko, ,(Stuttgart. 1936). III, págs. 236-246. :is A. G. J., · Llnia, 30. 26 BibHoteca del :E,.corial. Mss. °L-1 r6-1 -5, fols. 307-346. En Tres ,,,-e/aciot1es de ant}g·iiedo;des perrmna.s ( Madrid, )871¡), págs. 3-133, y Coleccion de Libros y Docwne-,i.tós refere/llés .a la Historia. del Pe,-ú (Lima, 1927), ·2.• ·s erie, JX, págs. 1 -1 22. Es de notar que la mi~ma Cédulá de 1553 ·sir:vió de falsi.lla para las "Noticia s particuh¡res de la :\fue-va É&paña .. . " MI Oidor Alonso de Zorita.

tomo X)(XJI, f.ols.

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oidor repiten, en parte o literalmente por extenso, los pasajes paralelos de la memoria anónima a que nos acabamos de referir, y en varios otros lugares el lector sobre aviso descubrirá préstamos procedentes tanto de la Relación de la Bandera, como de la del P. Castro y el corregidor Ortega Morejón. , Años después, ya en la época de Toledo, un autor asimismo todavía incógnito (que entre otros fundamentos, por los que alega el cronista Lizárraga 27 no cabe identificar con el repetido dominico P. Castro), rehizo y enriqueció con nuevas noticias dicho, anónimo escrito, y adobándolo con el fruto de sus pesquisas personales, nos trasmitió la versión hoy conocida, 28 en la que reaparece trasvasado nuevamente el fragmento concerniéhte al pasado indígena en la «Relación» de La Bandera. 29 De fecha no posterior a los meses iniciales de 1564 es cierto «Parecer acerca de la perpetuidad y buen gobierno de los indios del Perú, y aviso de lo que deben hacer los encomenderos para salvarse», dedicado al presidente del Consejo de las Indias, Juan de Sarmiento, por un ignorado religioso. 3° Como de su aná.lisis interno se desprende, por entonces el retórico clérigo Pedro de Quiroga recoge en los 27 Descripción del Perú ... , en N . B. A. E. (M'adrid, 1909), XV, pág. 5¡2 o;-a,. Sugestivos datos biográficos sobre el P. Castro, fallecido hacia r 572 ó 1573, eu Meléndez, "tesoros Verdaderos de las Indias (Roma, r68r), I, fols. 453-454. 28 Medina, La Imprenta e,1 Lima (Santia!i'o, r904), I , págs. 200 -21 s,; Colecci6n de Libros y Doc1tme1,tos refere11tes a la Historia ·del Pertí. (Lima, 1920), 2.• Serie, l LJ, págs, 55 -86, y Levillier, Gobernantes del Perú, IX, págs. 289-296. 29 Fácilmente se comprende que no es este el Jugar :apropiado .p ar·a entrar en pormenores de índole heurls tica sobre influencias recíprocas entre las fúeriteg históricas de aquel momento, pues aqui sólo interesa registrarlas como testimonio de tma inc¡ruetud, pero no podemos d·e jar de hacer constar que tales transferencias de te.xtos (no pueden -calificarse de plagios a tenor de la interpretación de la época) revelan margiualmente la existencia de núcleos de mentes curiosas que se hartaban en contacto entre si.

P or lo demás, a estas concomitancias · entre los documentos en cuestión he coLsagrado un articulo espebial en •el Boletín de la Biblioteca N acio,ra/ del Perú. 30 A. G. l., lndiferente General, 1,528. En Medina, ob. cit., I, págs. 222-231, Y Cólecdó11 de L ibros y Documentos refenmtts a la Hütoria de/ Pei.zi (Lima, 1920), 2.• S erie, III, págs. 145-164.

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cuatro diálogos del Libro intitulado coloquios de la verdad ~• una interpretación sobrado pesimista del panorama social peruano. Por estos mismos afios el licenciado Polo de Ondegardo compone, uno tras otro, sus macizos escritos. De los que se conservan, el primero debe de ser la dnstrvción contra las cirimonias y ritos que vsan los indios conforme al tiempo de su infidelidad>, 112 seguido del «Tratado y aueriguación sobre los errores y svpersticiones de los indios». 38 No muy posterior es el impropiamente denominado «Informe al licenciado Briviesca de Muñatones sobre la perpetuidad de las encomiendas del Perú>, que se desarrolla conforme a las pautas prevenidas en la cédula de 1553 que h abían servido de plantilla igualmente al licenciado Santillán, y datado en Lima el 12 de diciembre de 1561 ; 34 en él se alude por cierto a la «Relación sobre los adoratorios en los cuatro caminos que salian del Cuzco>. 35 Hacia 1565 debe fecharse la «Carta para el Doctor Francisco Fernández de Liébana>, 36 de la que nos consta haber sido objeto de atenta consideración 31 Biblioteca del Escorial. M'ss. i-K-15. Ed. por Zarco Cuevas, en la Biblwteca Coümwl Americana (Sevilla, 1922), VII. Copia en Biblioteca de Palacio. M 1drid. Mss. 846. 32 Fuente de Murúa para los capítulos que éste consagra a las supersticiones de los aborígenes. Cf. Duviols, "Les sources religieuses du chroniqueur péruvien Fray Martín de M'orúa", Ett•des Latino-Américaines (Aix-en-Provence, 1962), ;,

págs. 33-43. 33 Publicados por vez primera en el Confessicnaric pa,-a los C"Vras de indios ... (Lima, M O LXXXV, y Sevilla, 1603), fols. 1-5 y 7-16. Reproducidos en Revista Histórica ( Lima, 1906), I, págs. 192-201 y 207-230, y Coleccwn_ de Lihf"os y DoC'U»umtos refe,-ent,s a la Historia del Pertl (Lima, 1917), 1.• Serie, IIT, págs. 3-43 y ,Sg-203. 34 A. G. J., Patronato, 188, Ramo 22. En Revi.sta Hist6rica (Lima, 1940), )..'lJI. págs. 128-196. 35 Cobo, ob. cit., I V, pá¡s, 8-46; Colecci61o d, Libros y Documentos refercntu a la Historia del Perú (Lima, 1917), r.• Serie, IV, págs. 1-43, y Valcárcel, Historia del Perf, a.ntig"o (Buenos Aires, 1964), III, Apéndice, págs. 435-468.

36 N"e"Va Coleccil>n de Documeiolos Inéditos para la H istoria de Espa,ia ( Madrid, 1896), VI, págs. 274-281, y Co/eccién de Lib,-os y DoCMmentos refer,mle r a la Historia del Pe,..,¡ (Lima, 1918), r.• Sttie, IV, págs. 153-160. Es muy posible que el portador de este documento fuese cierto Juan Fernándci de Llébana, que residió dos años y medio en el distrito de Los Charcas, y que viajó a la Metrópoli en 1565, año en que a su vez su colontbroño (;y pariente?) dejaba el Consejo de Indias, promovido al de C.1st1lla.

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en el seno de la Junta Magna de 1568 y estar admitida como una de las bases iniciales de la empresa recopiladora de la legislación indiana. 37 La serie de documentos suscritos por el insigne licenciado culmina con el rotulado extrafiamente «Relación del linaje de los Incas y cómo conquista-' ron y acerca del notable dafio que resulta de no guardar a los indios sus fueros>, 38 que aunque ostensiblemente está datado en el Cuzco el 26 de junio de 1571, de su análisis interno se infiere que .s u redacción se remonta a un tiempo anterior. También a estos años corresponde el anónimo «Discurso de la descendencia y gouierno de los Ingas:., que ha disfrutado la inmerecida fortuna de ser impreso en tres oportunidades. 39 Dentro del presente apartado es obligado inscribir el estudio sobre «Antigüedades del Perú> del oidor Melchor Bravo de Saravia, 411 a cuyo versado juieio (asi como al del mentado licenciado Santillán) sometió Cieza de León sus apuntes sobre «El setiorio de los Incas:., •1 y la «Instrucción 37 Manzano, Historia de las recopilaciones de btdias (Madrid, 195-0), 1, páginas 20 y 84- 85. ~S Copia coetanea, en la Biblioteca Nacional de Madrid. M'anuscritós, 2.8.z i , fols. 1-77. Publicada en Colección de Documentos I11Mi1os de A1Mrica y Oce011io, XVH, págs. 5-177, y Colecció11 de Libros y Documentos referen.tes a. lrI Historio, rl.cl Perú (Lima, 1917) , 1.• Serie, J U, págs. 45-188. Un fragmento, aunque eón mutilación de párrafos enteros, se insertó nuevamente en el tomo IV de la misma Colección y Serie, págs. 45-94, sin a, 57 cuyo autor demuestra estrecha .f amiliaridad con los temas que encara, y por .de contado aventaja sobradamente al estridente manifiesto del bachiller Luis Sánchez dirigido al presidente del Consejo de Castllla, cardenal Espinosa, 58 ya que libre de su acritud :fiscalizadora, sobresale por la austeridad en el enfoque y la circunspección en las reformas que insinúa. Por estas últimas características, se empareja con él la discreta memoria anónima de un tonsurado, que bajo el encabezamiento de «Apuntamientos para el asiento del Pirú>, consigna sus reflexiones sobre el particular. 59 No pueden excluirse del presente recuento tres piezas de fuste, que obran en los autos de la visita del ConseJo de las Indias, practicada por Ovando: la declaración del licenciado Cristóbal Ramirez de Cartagena (Madrid, 24 de julio de 1567), digna de especial recordación por los numerosos tópicos que aborda; la del licenciado Diego Briviesca de Muñatones (Madrid, 12 de octubre de 1567), autorizado informante en razón de su investidura de comisario de la perpetuidad y visitador de la Audiencia. de Lima, que por la novedad y empaque de las ideas que sugiere para las reformas administrativas del virreinato peruano reviste mé55 Biblioteca Nacional de Madrid. Manuscritos, 3.226, fols. 1-95. E n Bibliode A u.t,;tes Españoles (M\idrid, 195-8), CX, págs. 478-536. E>.-tracto en A. G. l .. Patronato, 192, número 2 , Ramo 12. Publicado en Revista Histórica (Lima, 1946), XVI, págs. 137-150, y L os pequeñs gr1rndes libr,;s de Historia americaua (Lima, r948), Serie I, XV. · · 56 "Les "Douze Questions" pérouviennes ré~olues par Las Casas", en Hor;mwge a L1,cien. Febvre ... (Patis, 19,s3), II, págs. 221-230. 57 C,;lecci6n de Documét1tos Jnedit,;s para la. Hist()ria. de Bspaii,a, XC'lV, páginas 1 64-22·2 . 58 Fechado, como es notorio, en 26-VIII-1566. A. G. I ., Patronato, 171. número 1, Ramo 1 1 . Publicádo en Colección de Docw.menloJ" l nlditos de Amet"fl l' Ocea.11ía, XI, .págs. 163- 170•. 59 !bid, XI, págs. 48-55. 1.-cc;

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ritos excepcionales, y finalmente, el «Memorial sobre las cosas que tienen acabados a los indios» (Madrid, 2 de enero de 1568), del ya mencionado franciscano fray Francisco de Morales, importante papel por las innovaciones que aconseja tanto en lo espiritual como en materias gubernativas. 60 En este punto hay que conceder ~ntrada a los abundantes escritos de un avisado conocedor del Perú y de los Charcas, Diego de Robles Cornejo. En todos ellos campea un ingenio fértll en proponer innovaciones conducentes a un acertado ordenamiento del virreinato y a un idóneo manejo de los indígenas. 61 Los titulos de sus discursos son suficientemente explicito.s en cuanto a su contenido se refiere, y la versatilidad de Robles Cornejo no dejó a la verdad tema por acometer: «Memorial sobre el asiento del Pirú», «Proveimientos generales y particulares del Pirú», «Memorial dado en 5 de abril de 1570», «Apuntamientos para el acierto del Pirú, y buen gobierno de los naturales», «Parecer sobre la perpetuidad de los indios», «Contra el Cuaderno que los Comisarios escribieron de la división de la perpetuidad>, y «Sobre gobierno del Perú». 62 En el terreno confesional y moral, la instauración en 1570 del Tribunal del Santo Oficio. a r equerimiento de personas celosas, no es un evento aislado dentro del cuadro que estamos trazando. De la anarauia reinante eh el periodo que nos ocupa es testimonio expreso la notoriedad con que 60 Museo Británico. Add. 33.983. 1-2 .0 v: 5.1- 175 y 25 2-266 v . Cf. P eña y C:ám:ara, "Nuevos datos sobre la visita de Juan de Ovando al Consejo de Indins, 1~671568", en Am,cr.-,:u de Histo1·ia ·del Derechn Espa.ii,ol (Madrid, 1935), XII, págs. 425,i.~R. v R eset11's :v t,rabajo•s del XXVT• Congreso I'nfe.-nacional de Americanistas (Madrid, _T94R), Il, págs. 219-2 34, 61 Algunos de los :q ue existen en el .Archiv o Generál de fodlas han sido imr t esos en la Co/ecci6n de Docmn,qntos rnéditos de A'nrérica y Óceanfa. XI, págs. 20-29, 2~43, 43-48, 9-7-ro2 y 181-i86, y en la N1u!va Colecci6n: de Documentos Inéditos para la_ H iston'a -de Espa{í.a, V I , págs. 268-270. Otros acaso -m ás · interesantes tod,w ía, restan inédit"s ~ el ·legajo, I ;624 de Indiferente General. 6ll Este· último escrito, exi·s tente en A. G. I., Lima, 270, se ha ru\'ulgado parda-1mente en .E:iPa.ña, Mómini,en·ta ·P er,,a/1/l (Roma, t954), I, •p:íg-s. .st6-51·7 . E l virrey Toledo muestr-a reiterádamente su escepticismo s obre la solvencia de Robles, ·como lo confirmarnn ·s us fechorías en Potosi, y califica con términos muy duros sus propue; tas, V . Gobernantes del Pení, V, págs. 8.2, 141. 35·6 y 359.

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el médico del conde de Nieva, licenciado Juan de León, y el luego famoso navegante Pedro Sarmiento de Gamboa practicaban la astrologia judiciaria ; no faltaban extravíos de iluminados (como quedó paten te en los procesos seguidos a los heresiarcas dominicos Gaseo y De la Cruz), y heterodoxias luteranas podían descubrirse en diversos gntpos sociales. También se registraron brotes de fidelidad al judaísmo y sus ritos; 63 moriscos infiltrados entre la masa indígena catecúmena, y desviaciones dogmáticas de variada índole, de las cuales la más sonada fue la del góbernador de Tueumán, Francisco de Aguirre. 64 Todo esto pone de manifiesto una situación de crisis mental que nos limitamos aquí a aludir escuetamente, como un indicio que da pie para sugestivas reflexiones sobre el clima que en todos los órdenes hace del séptimo decenio del siglo XVI una etapa histórica marcada con notas peculiares. Resta por considerar, a la postre, la prueba de fuego a que fueron sometidas las conciencias durante aquellos años. Nos referimos al revuelo provocado por la controversia en el plano jurídico-moral acerca de la licitud de compeler a los indios a trabajar en obras de pública utilidad, sobre los alcances del régimen que los ligaba con sus encomenderos, y por último, del derecho a la adquisición y retención de los territorios descubiertos por los conquistadores españoles. asi como de los beneficios granjeados por éstos en sus campañas. No pueden desligarse de este extremo los problemas éticos derivados del usufructo de las encomiendas, con su secu:ela de casos de conciencia, algunos de dramática escrupulosidad. Tales temas eran del dominio común y en los púlpitos, teólogos versados o predicadores poco circunspectos los escogían como materia de sus pláticas, con 63 Proceso contra el guardián del •monasterio franciscano en Quito, r 568. Aréhi\to General de la Nación. M'é xico. Inquisición, vol. n8, núm. 3. 64 Medina, Historia del Tribunal del Santo Oficio áe la, l11quisici611, de Lima (Santiago, 1887), I, Capítulos II, III y V, e Historia del Tribunal del Sa.nto Oficio de la h iquisíci6n en -Cliile (Santiago, 1890), I , Capítulos I y XIII.

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el resultado de que las posiciones antagónicas lleguen a revestir el inquietador aspecto de sendas barricadas. Pieza capital de este ciclo son las normas para los confesores de conquistadores y encoinenderos impartidas el 11 de marzo de 1560 por el arzobispo Loaysa y otros tonsurados y letrados graves, ó5 cuyo indudable antecedente en el Perú son las consignas del obispo de los Charcas, fray Tomás de San Martin, concernientes a la misma materia. 66 En aras de la verdad, debe hacerse presente que el problema que encaraban las autoridades eclesiásticas del Perú no era a la sazón exclusivo del mismo: ocurre también en la Nueva España, en la región neogranadina y en Chile, es decir, en todas aquellas áreas en donde se afrontaban similares premisas de orden histórico. 67 Por lo que atafie a las amonestaciones promulgadas el 11 de marzo de 1560, tenemos constancia de su efecto fulminante a través de una serie muy copiosa de documentos notariales, 68 en que un número crecido de ilustres conquistadores y encomenderos instituyen censos o consignan man65 Las instruccione¡¡ de 1560 fueron. dadas a las prensas textualmente por vez primera por el P. Lopetegui, en el a rticulo titulado "Apuros en los confesionarios", . En 1591 era colegial en el de San Antonio de Alcalá 13º y posteriormente fue canónigo doctoral de Zamora. 8) Juliana de Matienzo, de quien, así como de las dos que siguen, sólo sabemos que tuvieron a La Plata como lugar de nacimiento. 9) Juana de Matienzo. 10) Paula de Matienzo.

130 IIIIarq ués de Ciadoncha, lndke de los Colagiales del Mayor de San lldefonso y Menores de Alca/6 (Madrid, 1946), pág. 511.

I I I

LA OBRA

El laborioso recogimiento y la tenaz aplicación al trabajo intelectual de Matienzo fueron proverbiales. Sólo asi se explica que su acervo científico sea tan considerable. Para haber hecho su entrada por la puerta grande en el elenco de los tratadistas de Derecho espafíol le hubiese bastado con creces su vasto doctrinal acerca del Gobierno del Perú, mas aun haciendo abstracción de este escrito, cualquiera de sus restantes obras publicadas o conocidas, en definitiva rigurosas monografías cada una en su especialidad, le habría franqueado el mismo privilegio. Hasta el más reducido instante que le dejasen libre sus quehaceres de magistrado, lo aprovechaba para encerrarse en su despacho y redactar los sólidos estudios que brotaron de su pluma. En la pregunta VlII de la información de méritos practicada en 1580 se consigna expresamente como una de sus acciones dignas de recompensa su permanente entrega a la preparación de libros científicos y de memoriales con iniciativas para el más atinado gobierno del virreinato. Gozoso confesaba: «... en este ejercicio me ocupo el tiempo que me sobra del que tengo obligación a mi oficio... >. 1 El mismo, al ofrecer en 1567 a Felipe II dos tratados que acababa de concluir - el Gobierno del Perú y el Estilo de Chancillería-, «que me han costado mucho trauaxo> , interesa la licencia para su impresión v privilegio por quince 1

gina

402.

Despacho de M'atienzo, de q •X-1;,76, en La Audiencia de Charca.s, I , pá•

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o veinte años, al tiempo de proclamar que el otorgamiento de dicha merced «será añadirme fuergas y alas para que prosiga otras obras que tengo comen~adas, y las saque a luz para aprouechamiento de los que de mi sudor y trauaxo se quisieren aludan. 2 En el nutrido repertorio de su producción demuestra hallarse tan seguro de s':'s facultades y tan firme en sus ideas, ya sea por razones hereditarias o gracias a ciencia tenazmente aprendida, que supo estudiar a cuantos le hablan precedido en el tratamiento de los temas, pero sin atarse a ninguno y quedando él solo y señero en lo que toca a enfoque e interpretación de los mismos. La serie considerable de sus despachos a las autoridades metropolitanas, algunos muy extensos y todos sin desperdicio, abona su calificación como hombre de Estado. El provincial de los agustinos, P. Luis López. exaltaba sus relevantes cualidades para ocupar una curul en la Audiencia de los Charcas y descubría en él a un ingenio de «grande peso y buenas letras>. s En razón de su contenido y propósito, el elenco de las obras de aliento elaboradas por Matienzo es susceptible de clasificarse en dos grupos netamente diferenciados: el de los libros de corte académico o técnico - el Dialogvs Relatoris et Advocati, el Estilo de Chancillerta y los Commentaria ... in Librum Qutntum- y el de los tratados reveladores de su inquietud doctrinaria y politica -el Gobierno del Perú y el Memorial sobre la estabilidad y expansión de la provincia de los Charcas- . Vale decir, de una parte los frutos de su saber de hombre de leyes, y de la otra, los de su intuición como hombre de Estado. 1.-Los textos cientificos

El primer escrito de Matienzo que pasó a las prensas z .1

Despacho de 28-XI-t567, en íbid., I, pág. 238. Carta datada en Lima, en TS-lV-1572 A. G. T., Lima, 270.

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fue el vademécum sobre el funcionamiento de la chancillería y de la magistratura en general, articulado con arreglo a un diálogo, forma t an socorrida entonces para esta clase de exposiciones. Esta primicia se estampó con la siguiente portada: Dialogvs Relatoris et Advocati Pinciani Senatvs. In qvo varia hinc inde proponuntur & lo71ge· controuertuntur ad remmciatorum, aduocatorum, & 'W.d:icum munera: eorumque dignitatem & eminenti am spectantia, eorumdemque ad electtonem probe faciendam plurima ad·vertuntur ...

La edición principe se tiró en Valladolid, en 1558, en la imprenta de Sebastián Martínez. La portada luce los cuatro cuarteles del blasón del mecenas, el ex-gobernador del Perú Vaca de Castro (Castro, Qúifiones, Cabeza de Vaca y Osario), que en la segunda edición, hecha también en Valladolid, en 1604, fue reemplazado por el escudo de armas reales. Para la publicación se otorgó privilegio por diez afios, el 6 de agosto de 1557, al licenciado Atienza (sic) , autori·zándole para dar a las prensas un diálogo en latin, sobre lo que son obligados a hacer en sus oficios los relatares y abogados, y cómo se deben de conducir los jueces en el ejercicio de su investidura. Dada la utilidad de este manual, oronto se hicieron muy codiciados los escasos ejemplares que salfan al comercio -«no se hallauan sino era en librerías de difunctos, y se pedian :a prescios muy excesiuos ... »-. Ello movió al mercader de libros vallisoletano Jerónimo de Yepes a reeditarlo., para lo cual obtuvo licencia real en 7 de mayo de 1603. Esta reimpresión se hizo igualmente en Valladolid, en el taller de Luis Sánchez, en 1604. De la fama que alcanzó hasta en el extranjero es testimonio muy halagüefío una edición estampada en Francoforte del Meno, por Johannes Berner, en 1623, bajo el siguiente epigrafe: .. .De referendanorum, advocatorum, tudi-

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cum, officio, requisitis, di gnttate, eminentia. Tractatvs qvadri partttvs, quem in D ialogismi forma sub persona Relatoris et Advocat i Senatvs Vallisoletani proposuit ... 4

En orden cronológico cabe registrar la segunda obra de indole técnica compuesta por Matienzo: el Estilo de Chancillería, que no logró la fortuna de ver la luz pública y es conocida únicamente a través de referencias. Fruto de experiencias adquiridas tanto en los estrados de Valladolid como en los de La Plata, en este tratado se abordaban diversos problemas que surgian en el despacho ordinario de los tribunales. A estar a las remisiones que a esta obra suya hace Matienzo, debla de ser a modo de una suma casuística que versaba -entre otros extremos- sobre las notas distintivas del tirano ; la cuestión de la legitimidad de la incorporación de las Indias; la adscripción de los yanaconas a las tierras que cultivaban ; la facultad de los monarcas para percibir gabelas e impuestos; obligaciones inherentes a los beneflciartos de los mismos por cesión mayestática; estipendio de los encargados de administrar justicia; derecho de patronato, y regalias sobre las sepulturas mostrencas. s El autor anunció en 1567 tener concluida esta monografía, cuyo texto corria en espafiol, y en Iatin las glosas o comentos. Al comunicarlo al Rey, ponderaba que la redacción le babia supuesto «mucho trauaxo>. 6 En 1576 remite a la metrópoli otros dos libros, cuyos tópicos sólo es dable deducir de la vocación y estudios de nuestro personaje. Uno había sido escrito en latin, y el se.1 H ar ejem9lar de la primera edición del Dialogvs en la librería tlel Congreso. Washin~on ; de la segunda y tercera, en la Biblioteca Nacional de Madrid, bajo la• t ot~s R/29-001 y 2/ro-r85, respectivamente. V . ta mbiér Medina. Biblioteca Hüpanoa.mef'icano, papeletas núms. 181, 494,

1\75 Y 748.

Hace referencias a este libro suyo en el Gobie,-no del Perú. S Cf. infro. Sol6rzano Pereira la cita, aunque de segunda mano. V. PoHtica Indiana, Lib. II, (•~r,it1•lc, IV, § 6, nota (1). 6 Despacho de 28-XT-1567, en La A11diencio de Ckarcos, I, pág. z38.

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gundo, en español; iban dedicados respectivamente alegregio canonista Diego de Covarrubias y Leyva, a la sazón presidente del Consejo de Castilla, y al consejero de Estado y embajador en Roma don Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, conde de Chinchón. 7 Al primero de los nombrados lo llama «dotissimo> en el Gobierno del Perú, ª ,con entonación que deja sospechar alguna relación personal. De ambas obras desconocemos título y contenido, aunque cabe la eventualidad de que el texto que iba redactado en latin pudo ser el comentario a las leyes del Libro Quinto de la Nueva Recopilación, cuya dedicatoria, al fallecer Covarrubias en 1577, transfiriese el autor al obispo pacense, Mauriño de Pazos. Con efecto, ya con el éarácter de póstumo (pues vio la luz pública en 1580) se ponía a la circulación un monumental tratado remitido por Matienzo desde su remoto bufete en La Plata, compUesto en latin y que, según se echa de ver del colofón, fue terminado de escribir precisamente en la Pascua florida de 1576. Consistía este trabajo en una circunstanciada glosa del libro concerniente a la regulación juridica de la famma en la codificación filipina. Con él. Matienzo se situaba al par de los grandes escoliadores de la legís!ac16n espaf'íola: Gregario López. Alfonso de Acevedo, J'uan Gutiérrez, Burgos de Paz, Diaz de Montalvo... La portada r eza: Commentar'la loannts Matienzo Regít Senatorts tn Cancellaria Argentina Regni Peru, in Librvm Quintvm Recollecttonfs Legum Hispanire ... 9 El privilegio

para la edición principé se otorgó el 28 de febrero de 1579 Despacho de T4-X-r576, en lbid., I, p!g. 402. 8 Cf. in:tra. o V. fa colación en Pérez Pastor. Bíbliograffa. madrileña. paprletas núms 157, 540, y 12~7 ; René-Moreno, Bibiioteca Peruana, I. pág. 89. y Mcdin.a , ob. cit., papeletas núms. 262, 380 )' :S90. Hay ejemplarcs de la primeta edició.n , en la Biblioteca Nacional de M'a dridí (R/2g-09 0). en la Bi.blioteca Nacional del Perú (X 349-6/M. 28) y en la de Cbile {r4-78-27) . De la seITT1nda, en la Biblioteca Nacional de Madrid (R/29-085) y en la del P.-rú ,(con ·Jn misma signatura que la primera), y de la tercera, en la Facultad ,¡;e Filosofía y Letras de Buenos Aires. Instituto de Investigaciones Históricas ( XII-9-n). 7

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( cinco meses y medio antes del fallecimiento del autor), a solicitud de sU hijo, el licenciado Bernardo Matienzo. La edición se hizo en la oficina de Francisco Sánchez, en Madrid, en el curso de 1580. La obra está dedicada al obispo de Badajoz, Antonio Mauriño de Pazos, cuyo escudo campea en la portada. , Al final de la dedicatoria, se lee que Matienzo abrigaba el propósito de dar a luz análogas glosas a los restantes ocho Libros de la Recopilación, pero no le alcanzó la vida para coronar tan ambi.cioso proyecto. En las apostillas a las leyes del Libro Quinto vierte el autor un caudal de doctrina difícilmente superable. Esporádicas son las referencias a materias indianas, coyuntura que por lo general aprovecha para remitirse a su tratado sobre el Gobierno del Perú, como cuando insiste en que los indios son pusílánimes y meticulosus y al aludir a las reformas introducidas por Toledo, sus reducciones y su política indigenista. 10 En razón de que . 59 Próximo a su muerte, renueva sus quejas y deplora que doctrinal tan meritorio no lograra redimirse del hado adverso que parecía perseguirlo. 11111 En 1580, según información digna de crédito (por provenir de un hijo del autor), retenta en su poder el libro el escribano de Cámara de Gobierno Juan de Ledesma, muy A. G. T.. Tndiferente General, 858. ~S M~nénde% y Pelayo, Hisloria de la Poesla Hispano-AmericaM (Madrid, 1913), JT, pág. 141. La noticia parece haber sido facilitada por Jiménez de la Espada, con er•or en la fecha. pues el dictamen de L6pez de Gamboa no puede ser de 1676. ya q11e éste file consejero desde 1571 hasta 1579. Es muy verosímil que la indicación de L6pe,: de Gamboa se llevara a la práctica y fuese en ·r enlidad el manuscrito de Matienzo una obra con título similar confusamente reseñada en cierta lista de los• libros existentes en los anaqueles del a rch.i vo secreto del Consejo de las Indias a fines del siglo xvüi. Cf. Real Academia de la Hi,to•fa. Colección Muñoz, XCTII, fols. 567-580. 59 Despacho de 14-X-1 576, en La Audifflc-ia de Charcas, I , pig. 4oz. 60 Despacho de 4-L-1579, en lbid., I, p!g. 481. 5¡

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allegado al presidente ovando, de cuyas manos debió de pasar a las de su confidente dicho documento. 61 Habent sua fata .libelli. Azarosas fueron las vicisitudes posteriores de tan valiosa obra. El original bien pronto salió a rodar por las bibliotecas. En 1629 el consejero de Indias doctor Lorenzo Ramírez de Prado (1583-1658), personaje de pocos escrúpulos en materia de bibliomanía,,-y que bien pudo aduefiarse del códice, poseía un texto que pareó~haber sido el autógrafo. La información nos la proporciona León Pinelo, a quien por cierto le hizo traición esta vez su prodigiosa minuciosidad, pues fue el primero que echó a volar la especie de que el Gobierno del Perú constaba de cuatro libros. 62 Los fondos bibliográficos atesorados por Ramírez de Prado pasaron a Salamanca, adquiridos por el Colegio Mayor de Cuenca. e Este es el ejemplar qtte vio Y colacionó el insigne americanista Juan Bautista Mufioz, que lo describe detalladamente en julio de 1782. Allí también se conservan la Historia de la Genealogta de los Ingas del Perú, del mercedario P. Murüa, y los cuatro volúmenes de la monumental Noticia General del Perú, del contador López de Caravantes. 64 Con toda exactitud nos refiere Muñoz que el texto constaba de dos partes, asi como que la 'Dedicatoria' estaba datada en La Plata el 24 de agosto de 1557 (sic). El re.sumen es muy inteligente y termina precisando que es «un tomo fol. escrito de mano del Autor en papel de China o Filipinas». Lo que sigue, es ya una incógnita. Aventuraremos una hipótesis. Extinguido el Colegio Mayor de Cuenca, su librería pa:só a la real, en donde hOY se conservan innumerables im61 Petitorio de Ja información de mfritos Y servicios de Matienzo, 1580, en La .fo.dienéia de Charcas, II, pág. 518. . 6z B:¡,ítome de la Biblioteca Ori//11,tal Y Occidental... (Madrid, 1629), pág. n7. 63 :E ntrambasaguas, Utta familia, de ingenios: los Ra.m fres de Prado (Madrid,

1943), pág. 1·2 1. 64 Real Academia de la Historia. Colección Muñoz, XCIII, fol. 2 17. Divulga d apuntamiento de Mufloz, Jiménez de la Espada en Refociones Geogró,ficas de Indias (Madrid, ,1 88,), I, antecedentes, pá;g. XLVIII.

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presos y manuscritos con la indicación de tal procedencia. ¿Fue el Gobierno del Perú uno de los códices que se expoliaron para el rey intruso José l en 1813, como el original de la obra del P . Murúa? 65 ¿Al lado de ésta pasó también a Londres? La copia que perteneciera a Lord Kingsborough es un indicio revelador. Por los mismos afios en que el coleccionista de libros Ramirez de Prado disponía de un texto, un rival suyo se procuró otro. Era este competidor 66 don Tomás T amayo de Vargas y Salazar de Mendoza (1588-1641), que por razones de su cargo de cronista oficial de Indias desde 1628, 67 pudo holgadamente h urgar en las oficinas del Consejo y topar all1 con el original y hacerse con un apógrafo. 68 De esta matriz derivan los ejemplares h oy conocidos. De otro espécimen, existente según todas las probabilidades en el Perú, dispuso Solórzano Pereira, pues menciona esta obra de Matienzo ya en el D e I ndiarum Jure, compuesto h acia 1618 y cuyo primer volumen remitiera desde Lima, en 1626. En la Política I ndiana (1647), las referencias al Gobierno del Perú ascienden a un número considerable: 62 remiten a la Parte Primera del mismo, y 25 a la Parte Segunda. 69 Los escolios lo citan como «Tract. manuscript. de Moderat. Regn. Peru>. 65 V. Ba11esteros-Gaibrois, lntroducci6n, págs. XXVI-XXVII, a la edici6n de l'l Historia General del Perú, de F ray Martín d e M'urúa (Madrid, 1962), l. 66 V. Entrambasaguas, ob. cit., págs. 56-57. 67 Schafer, ob. cit., II, págs. 4t ◄•◄ I! , f'i8 En 1621 todada no lo conocía, pues no lo cita en su repertorio "Junta de libros. la mayor que España ha visto en su lengua... ". Biblioteca Nacional de Madrid. Manuscritos, 9..752 Y 9.753. 69 He :muí el correspondiente inventario, en cuya primera columna figuran los capítulos del Gobierno del Perú, y a renglón seguido el libro, capítulo y parágrafo de la Polilica l11dia.1a en que sean mencionados; PARTE PRil.mRA

IV

V VI VII

II, vi, 32; vii, 15 y SS; ix, 8; xiii, S, y xxviii, 1. II, vi, 2. II, xxvi, 19 y 38, y xxvii, 2. II, xxvii, 7 y 40.

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GUILLERMO LOHMANN VILLENA

Nicolás Antonio sefiala que ya por 1672 existía en Roma un códice del t rabajo de Matienzo en la biblioteca Barberini, del cual obtuvo réplica. 70 Este fondo fue adquirido en 1902 por León xm y pasó a enriquecer la Biblioteca Apostólica Vaticana. Hoy el Gobtern o del Perú tiene en ella la cota: Cod. Barb. Lat. 3585. Es un volumen de 405_folios; encuadernación en pergamino; en la portada se previene que el VIII IX X XI XII

11, iv, 6. II, vii, S, 45 y SS, y viii, 5. ll, xiii, 11 y 30. II, xi, 14. II, iii. 2, y xix, 8; III, xxv, 1!•, y xxvi, 4. II, ii, 4 y 21 , y xix, 28, 30 y 44. II, xxiv, 17; y III, ii, 27, y iii, 39.

xm

XIV XV XVI XX XXIV XXV XXVIJ

II, X, lJ.

TI, xix, 48, y xxi, 2 y 20. V, ii, 2. II, xxv, 6, y xxvii, l3; III, iii, 39. II. xxiv, 28 Y 3 t. TV, viii, 32. III, xxv, 15; xxvi, 4, y xxx.jj, 56. XXXIV JI, vii , 65, y IV, xv, 17. XXXV IV, XV, 12. XXXVI IV, XV, 43 y 46. IV, iii, 16; xv, 12; xvi, 41 , y xvii, 37. XXXVIII · II, xxii, 42, y xiciii, 32. XXXIX VI, v, 7. XL TT. ""• 2 y 3 2 . y VI, i. 23. XLIV IT. x, 1

xxvm

xxxvn

PARTE SEGUNDA

J

III .IV V IX XI XII XIII XXIJ

XXIU XXVI XXVII XXVIII XXXI XXXII 70

V , ix . P; xii. u , y xiv, 28. V, v, 22• V, iii, 5. V , xviii, J. II, i, 27, VI, ix, 8. III, xxvii, 6 y tt; y V, i, 7 y 14. II, ix, 1 y 15 ; xi, 14, y xii, 12. V, ii, 7.

V, v, 3. I V, v, S, y xxiv, 4. V, x , 23. III, xxvi, 45. V, vii, 3 y 12. II, xiv, 12. Ob. cil., l, col. 739.

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manuscrito procede de la biblioteca de Tamayo de Vargas, puntualizándose: «Sacóse del original de su auton. En el siglo XVIII González de Barcia amplia las informaciones. En 1737 anuncia que existía un texto en poder del embajador de Dinamarca cerca de la corte de Madrid, Ista ahora). Publicación de Juan de Mata C1rriHo.-Sevifl1, 1951.- 2 •oh. de CCC+ 367 pig•. el tomo I, y X+646, el Il; 22X l6 cm,.; 1.750 gn.-600 pe1et11. SO Lohmann Yilleno, Guillermo: Lo, minas de TluoncoveUca en lo8 .,iglos XJ'l ,XVII.- Sevilli, 1949.-XVII+466 pág1., 9 láms.; 22Xl6 cmo.; 750 gTs.; rú, tira, r on sobrecubierta.- AGOTADO. 51 Catálogo de doc11mento1 de lo Sección noveno del Arc1aivo GMemt de India,. Dirigido por Crietóbal Bermúdez P lata: Tomo 1.-Sevllla, 1949.-822 páge. 1.450 gramoa.- ACOTADO. 52 Herr,íez. S. de Escnriche, Jolia : Bene/icendo de Bmalla en l 11dios.- Sevill1, 1947.11+ 182 pigs., 4 l ñme.; 22 Xl6 cma.; 300 grB,-AGOTADO. SS Jos, Emiliono: Ciencia y o,adía ,obre Lope de A¡:nlrre el Pere,:rino.-SeYi.lla; 1958.-Xll+ l68 púu., 7 lém,., 22X16 eme.; 300 gro.-.!\COTADO. 54 Gil Monilla, Octavio: El Ria de lo Pltao en la Política I nternacional. Génuis d el Virreinoto.-Sevilla, 1949.-XIV +464 pág1., 8 Ums. ; 22 X 16 cms.; 700 gre.; rÚ•· tica, con sobrecnbierta.-AGOTADO. SS Mar co Dorta, Enrique: C,mageno de lndias.-Senlla, 19S1.-XXIV +326 pógs.; 8 láminoe, 170 figuras; 32 X 22 mie.; 1.550 gr•.; tela con 1obrecuhier t1.- ACOTA DO. 56 Puli1lo Rnbfo, J osé: El Pi1010 Ma,-or de lo CoJa de lo Contratación ,Te Sevilla.-Sc, nlla, 1950.-Vlll+948 pig1.; 22X l 6 cm1.; rústica, con ,obrecnhierta.-AGOTADO. 57 CUY1jal y Roble., Rodr igo: Fiesta de Lima. Edlción y prólogo de Francisco Lópes Estrada.-Sevi!la, l950.-XXIV+ l98 piga., 2 láma.; 22Xl6 cms.; 350 ~•.; r úetic-a, con 1obrecubi erta.-AGOTADO. 58 Pérez-Embitl, Florentino: Diego de Ordh, compañero de CoHés r e,tplorodor del Orinoco.-Se•iTI•. 19S0.-1S6 pág!., S Jáma. ; 22Xl6 eme.; 22S grs.-Col. Do, Colo,-.,. AGOTADO. 59 E,t,udio, Americanos. (Yo). JI, núms. 5, 6 y 7).- Sevllla, 1950.-ACOTADO. 68 Calderón Quijano, José Antonio: Forii/icacionea en Nueoo E,paña. -Sevilla, 19S3.XXXVIII +338 págs., 183 Ggur■!; 34XH eme.; 2.000 gr1.; tela, con 1obreeobieru.900 pesetas. 61 Anuario de Estudios Amcricono•. Vol. VI.-Serilla, 1949.- XIV+ 875 págs.; %4Xl7 centimetro,. 1.120 gr1.-AGOTADO. 62 Estudios A mericonos. Vol. 111 (núme. 8, 9, 10 y 11) .-Sffilla, 1951.-25+ 17 enu. AGOTADO. 6l Gneinde, Mar Lín: Fueguinos. Traducción de la obra Urmeruchen ¡,,. Feuerland, Diego Bermúdea Cam■ cbo.-Sevilla, 1951.-X+400 pág1., 48 láms.; 22X l 6 tn11.; 600 1ramo1.-360 peaetaa. 6d Anuario de Est"dios A.merica110,. Vol. VII.-S&YiD■, 19SO.-XYI+608 plig!., 8 Um•. ; 24Xl7