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VIOLENCIA DESENFOCADA
DINERO
Puede visitarnos, contactar y seguir nuestro trabajo en: www.corchea69.com
IV JORNADAS DE ESTUDIO, REFLEXIÓN Y OPINIÓN SOBRE VIOLENCIA
VIOLENCIA DESENFOCADA CUARTA EDICIÓN DE LAS JORNADAS DE ESTUDIO, REFLEXIÓN Y OPINIÓN SOBRE VIOLENCIA
Producidas por ASOCIACIÓN CULTURAL CSN PRODUCCIONES y realizado bajo convenio con la UNIVERSIDAD DE SEVILLA (U.S.). Días 18, 19, 20 y 21 de noviembre de 2008 Edificio Expo (Isla de la Cartuja, Sevilla)
© De los autores © De la presente edición: A.C. CSN PRODUCCIONES D.LEGAL: SEISBN: 978-84-936484Edita: CSNueve Producciones S.L.N.E. http://www.cs9.info Imprime:
SALUDO A LOS CONGRESISTAS Querido/a amigo/a:
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ESDE La Organización de las Jornadas Violencia Desenfocada IV, Dinero, te damos la más sincera bienvenida y nos sentimos honrados de poder contar con tu presencia. Trabajar para promocionar la cultura no es tarea de un día, ni debe tener aspiraciones de inmediatez. A.C. CORCHEA 69 PRODUCCIONES lleva trabajando desde su fundación con el único propósito de crear en Sevilla un foro abierto al debate, a la discusión y la reflexión en torno a distintas temáticas, pero siempre bien fundadas y gozosas de la suficiente fuerza teórica y académica como para poder crear opiniones bien asentadas y duraderas. Son miles las personas que han pasado por nuestras actividades y estamos apreciando un cambio, una aceptación de nuestras formas y modos de plantear la difusión de la cultura viva como una herramienta que, amén de ampliar el currículo académico, es necesaria para formar a ciudadanos capaces de reflexionar y emitir un juicio crítico. Hoy volvemos a enfrentarnos a la experiencia positiva de nuestra apuesta por el conocimiento, hoy volvemos a sentarte frente a un escenario por el cual desfilaran los conferenciantes que esperamos sean también vuestros iguales en el ejercicio del pensar. Preguntadles, cuestionarles, no creáis a nadie a pie juntillas, no os quedéis nunca con la duda. Ellos vienen aquí para hablar, pero también para contestar a vuestras preguntas y a dialogar, hagamos que cumplan con su cometido. En cada actividad reafirmamos nuestro compromiso con todos los que confían en nosotros y les recordamos nuestro lema; Audax sed cogita, sé valiente y piensa, ya que sólo así podremos ser un poco más personas, un poco más compañeros, un poco más ciudadanos del mundo que nos ha
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tocado vivir. Es por eso que nuevamente os abrimos la posibilidad de plantear nuevas ideas, nuevos problemas, quizá no para debatirlos hoy, pero sí para tenerlos presentes en futuros trabajos. A todos decirles que es para nosotros un orgullo, y una enorme responsabilidad, darles nuevamente la bienvenida. Por todo, muchas gracias.
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NORMAS GENERALES
A Organización de este evento se sitúa dentro de la línea de trabajo que, A.C. CORCHEA 69 PRODUCCIONES como productora de actividades culturales, tiene programada para esta temporada. Las características de este evento, como todo acto que sume más de 500 personas, nos hacen exponer, para su obligado y riguroso cumplimiento, una serie de normas que habrán de ser observadas y respetadas por todos los asistentes: • La Organización se reserva el derecho de alterar o cambiar el programa. No se admiten devoluciones o cambios en la inscripción. Cualquier intento de devolución habrá de hacerse con quince días de anterioridad a la inauguración del evento. • La Organización podrá denegar el acceso, o expulsar del recinto, a aquellas personas de las que pueda racionalmente presumirse que van a crear una situación de: riesgo o peligro para él mismo u otros congresistas, de alboroto, o aparenten estados de intoxicación o conmoción, o que incumpla esta relación de normas. • Cualquier daño o desperfecto ocasionado por un asistente en el Edifico Expo conllevará la denuncia del mismo por La Organización a la Dirección del Edificio Expo para que esta inicie los trámites pertinentes, no haciéndose La Organización responsable del mismo ni del daño cometido. • El uso de la placa acreditativa es obligatorio. Por motivos de seguridad no se permitirá el acceso al auditorio a quien no la presente o le sea requerida. Si se olvidara, o perdiera, acudan a La Organización para solventar el problema lo antes posible. • El intercambio de placas acreditativas entre congresistas, o personas ajenas, supondrá la expulsión inme-
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diata de la actividad tanto del titular de la placa como de las personas afectadas. • Está terminantemente prohibido fumar, beber o comer dentro de las instalaciones del Edificio Expo salvo en los sitios debidamente especificados para ello. Les recordamos que el Edificio Expo es una edificación en régimen de propiedad privada estatal, esto incluye escaleras y jardines exteriores como zonas propias del inmueble de carácter privado. • Queda prohibida cualquier filmación, grabación o reproducción en el interior del recinto salvo autorización expresa de La Organización (esto incluye cualquier soporte de reproducción de música, radio, videojuego o similar). • Rogamos desconecten sus teléfonos móviles durante las conferencias, comunicaciones, mesas redondas u otras actividades. • Se ruega silencio durante las exposiciones. • Se ruega máxima puntualidad a los asistentes para no interrumpir el desarrollo de la actividad congresual. • Toda conferencia, debate, charla o mesa redonda no termina hasta que concluya el turno de preguntas y respuestas. • Todo asistente tiene la obligación de respetar estas normas para el buen funcionamiento del evento. • Pasados 60 días desde el fin de la actividad, y entendiendo este tiempo como margen suficiente para que el alumno tramite la convalidación de su certificado y solucione las posibles alegaciones o problemas con los mismos, nos vemos obligados a eliminar nuestras bases de datos, y el regitro de entradas y salidas al evento, en base a la ley de protección de datos (LOPD 15/1999). Esto es, pasados 60 días desde el fin de una actividad o evento nos es del todo imposible hacer cualquier duplicado de certificado que no sea respaldado con el original. • Los duplicados de certificados sin respaldo del certificado original (dentro del plazo de los 60 días posteriores a la finalización del evento) tiene un coste administrativo de 20€.
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Control de asistencia La asistencia a las jornadas no es obligatoria salvo, lógicamente, para aquellas personas que deseen recibir un certificado de asistencia. Aquellos que deseen recibir el certificado de asistencia y así beneficiarse de la convalidación del mismo por 3 créditos de libre configuración reconocidos por la Universidad de Sevilla, tendrán que demostrar su asistencia a un mínimo, del 80% de las jornadas tal y como exigen dichas entidades. El sistema de control de asistencia redunda en el propio interés del asistente por demostrarla. Cada asistente se responsabiliza de demostrar su asistencia a las jornadas. A cada asistente se le ha entregado una placa acreditativa con un código de barras personalizado la cual tendrá que llevar siempre consigo y en lugar visible, durante los 4 días de actividad. En la entrada de la sala se dispondrán lectores de códigos de barras. El registro de su código de barras por un ordenador hará las veces de firma. Siga las indicaciones de la Organización para agilizar esta operación. Al termino del congreso, previo a la entrega de certificados un programa informático hará el recuento de la asistencia de cada cual y dispondrá quienes de ellos son aptos para recibir el certificado de asistencia y cuales no. La organización tendrá preparado, además, el clásico sistema de firmas que será usado si aparece algún problema técnico. Para retirar el certificado de asistencia debe entregarse a la Organización la placa acreditativa y la respuesta a una pregunta que se hará pública mediante carteles en la tarde del jueves y en la pagina web www.corchea69.com. Esta pregunta forma parte de un sistema de evaluación que nos solicita la Universidad de Sevilla. Esta entrega se hará el día y hora fijado en el programa, no pudiéndose solicitar con anterioridad o posterioridad a esta fecha (salvo por causa “muy justificada”). Ante cualquier duda consulte con el personal autorizado. Todo asistente que habiendo sido declarado no apto desee inspeccionar su computo de asistencia deberá dirigirse a La Organización durante la entrega de certificados.
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PRESENTACIÓN
VIOLENCIA DESENFOCADA
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UÉ es la violencia desenfocada? Intentemos, a grandes rasgos, definir qué sea eso de la violencia desenfocada, desde el uso de algunos conceptos básicos de psicología y sociología más elemental. El ensombrecimiento se define en la psicología convencional como aquella capacidad de, no ocultando información, sí hacerla parecer irrelevante ante la importancia de otro hecho, acción u objeto que se antepone entre esta y el receptor de la misma. Esto es, uno ensombrece al otro sin necesidad de hacerlo desaparecer. Es como obligarnos a contestar a un test de inteligencia mientras nos colocan sobre los oídos unos auriculares con el desconsolador llanto de un bebe de pocos meses. Muchos son los temas que reclaman de nuestra atención y que diariamente nos asaltan: la violencia en las aulas, el maltrato a los inmigrantes, la violencia de género, la destrucción del concepto de familia clásica y la perdida, por ende, de los valores tradicionales, la problemática de los “jóvenes”; alcoholismo, bandas callejeras, etc... ¿Pero son todos estos temas abordados desde la objetividad y el rigor, son ciertamente analizados de forma positiva o en algunos casos adolecen de amarillismo y oportunismo? ¿Son ensombrecidos, o útiles para el ensombrecimiento de otras cuestiones y problemáticas? ¿Qué pasaría si desde los medios, o desde una plataforma mucho más poderosa, se intentara ensombrecer la realidad? ¿Qué tácticas usarían? ¿Qué noticias esgrimirían, y qué argumentos, para desviar la atención de la población
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hacia asuntos aparentemente mucho más importantes y relevantes pero en el fondo conocidos, tratados y estudiados? ¿Podríamos definir a esta acción como violencia? Creemos que sí, y a esto lo vamos a dar a llamar en violencia desenfocada. Víctima y ejecutor Las víctimas de la violencia desenfocada somos nosotros, los ciudadanos, los consumidores, los demandantes conscientes e inconscientes de información. Nosotros somos, a fin de cuenta los engañados y violentados. Y tristemente engañados por nuestra pasividad. Los flujos de información y desinformación que pululan en los medios son el cebo que nos atrae. El fin de engañarnos aún está por descubrir. Pero debemos estar despiertos, listos y ágiles. Los grandes temas de actualidad son el caldo de cultivo de la desinformación, la rumorología y la superchería barata. Modas que nos obligan a actuar de una forma u otra, supuestos estilos de vida que han de ser nuestra única meta y bienes de mercado sin los cuales estamos perdidos. El bombardeo es constante y nosotros somos, muy a nuestro pesar, agentes, sin saberlo, de estrategias que nos superan. Nosotros difundimos aquello en lo que creemos sin cuestionarnos su veracidad, simplemente por que nunca se nos ha invitado a cuestionarlo. Si apoyamos y creemos en lo expuesto debemos investigar de forma seria y rigurosa cuáles son los ámbitos más cotidianos desde los cuales se ejerce esa distorsión, ese ensombrecimiento. La violencia es una acción puramente humana y, por ende, también la violencia desenfocada es una forma de manipulación, una acción direccionada y precisa, resultado de una intencionalidad primera. Cruel como sólo el ser humano es capaz de concebir, sutil y cegadora. Quizá la verdad esté al alcance de nuestros dedos, pero quizá los árboles que se levantan ante nuestro ojos nos impiden ver el bosque. Dinero ¿Qué es el dinero? Existen conceptos universales, lugares comunes donde todos convergemos y de los que todos compartimos. La razón, la justicia, la divinidad, el universo, el tiempo, la vida o la muerte; y en esta teogonía de los uni12
versales más atemporales se ha ido a instalar uno que, lejos de ser nuevo, es el que más nos define en estos tiempos: El Dinero. Ya el gran maestro Agustín García Calvo en su obra De Dios, da un paso aún más atrevido y dice del dinero que cumple los más exigentes requisitos para conocerse como la cara de Dios o Su principal epifanía entre nosotros: «es la cosa –dice– de la que más se habla». Desde que tenemos uso de razón somos adiestrados en su manejo. Nos enseñan a valorarlo, a perseguirlo, a ambicionarlo y, aprendemos a hacer nuestra la obligatoriedad de su régimen. Lo engrana todo, los justifica todo, y es, sin duda, el motor de todos los cambios y estancamientos de las sociedades. Quizá sea el Dinero, lo único curiosamente, que realmente tienen en común todos los pueblos de la tierra. El dinero en esencia, no es más que un pacto al que hemos llegado, o nos han hecho creer que hemos llegado a tal, para valorar nuestro trabajo y el de los demás pero, ¿realmente sabemos qué es el dinero, de dónde procede, o cómo funciona? Otra forma de violencia desenfocada: el dinero Pero creer que el dinero es el justo trueque de nuestro trabajo por un bien tangible, fiable y legitimado y amparado en el regazo omnipotente de un gobierno, o un grupo organizado de ellos, es una ingenuidad maliciosa. El dinero, hoy, no es lo que todos creemos. Vivimos sumergidos en un torbellino de informaciones financieras, económicas y macroeconómicas de las cuales no entendemos absolutamente nada. El exceso de información ha conseguido cegarnos y hacernos totalmente ignorantes del funcionamiento del sistema capitalista. Vivimos diariamente contemplando atemorizados crisis que desaparecen a mayor velocidad de lo que se crearon. Subidas y bajadas de precios de cualquier producto con el que se pueda mercadear. Recesiones brutales de sistemas colapsados por las ansias especuladoras de la banca, o orgías de gasto desenfrenado animadas por las bajadas de los tipos de interés y por el bajo precio del dinero. En definitiva, repetimos aquello que escuchamos y creemos entender. Alertamos a nuestros vecinos cuando el sis13
tema quiere que los alertemos a ellos y a nosotros mismos, y nos relajamos cuando así nos lo ordenan. Pero vivimos seguros en las celdas de cristal que pagamos eternamente y creemos que ese el es el precio de una vida de comodidades, de disfrutar de nuestro maravillosamente imaginado estado del bienestar. ¿Y si el dinero lo inventaran los bancos en la cantidad que les diese la gana? ¿Y si nuestro único valor como ciudadanos del mundo es nuestra capacidad de endeudarnos? ¿Y si los gobiernos realmente no pueden hacer nada para frenar las ansias de los que son más poderosos que ellos mismos? ¿Y si las crisis están perfectamente planeadas y orquestadas para mantenernos eternamente en la agonía de la incertidumbre? ¿Y si eso a lo que llamamos dinero, y sus mil caras, es otra forma más de violencia desenfocada? Objetivos de las jornadas Intentemos aportar ejemplos y argumentaciones bajo los que estudiar, reflexionar y opinar sobre las diferentes manifestaciones de la violencia desenfocada, en especial las manifestaciones relacionadas con el dinero. Y, sobre todo, las formas en las que estas manifestaciones nos son presentadas o simplemente llegan a nosotros o nosotros llegamos a ellas. En esta ocasión, y por que la actualidad lo demanda, prestaremos especial atención al uso que desde los medios y los gobiernos se hace de las crisis económicas y de la desaceleración económica mundial, para alejarnos maliciosamente de otros aspectos de la realidad que nos afectan de formas más directas y claras. El mercado laboral y las desigualdades en los diferentes sectores de producción, el consumo diario básico, la creación de una clase media ficticia, la obligación de la deuda como única posibilidad de vida, etc... Ser meros espectadores pasivos no deja de ser un divertimento fútil para mentes poco propicias a pensar, al igual que las vacas ven pasar el tren junto a su pastizal sin capacidad ninguna de especular o decir nada más sofisticado que un mugido, se nos invita a ser meros espectadores de la locomotora de los hechos. Invitemos a pensar, invitemos a criticar y a ser capaces de juzgar, ante nosotros mismos pri14
mero, qué papel queremos adoptar para luego, con plenitud de capacidades, decidir en conciencia. Los objetivos, pues, de las jornadas no son otros que los de ayudar, de alguna forma, a proporcionar parte de esas herramientas y útiles necesarias a un auditorio que, presumiblemente, ha se ser hábil en el manejo de estas para considerarse ciudadanos integrados, pero críticos, del siglo XXI. A.C. CSN PRODUCCIONES
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PARTICIPANTES EN EL PROYECTO
Organización ASOCIACIÓN CULTURAL CSN PRODUCCIONES UNIVERSIDAD DE SEVILLA
Patrocinio UNIVERSIDAD DE SEVILLA AGESA CS9 PRODUCCIONES
Colaboración PADILLA LIBROS EDITORES & LIBREROS LA CARBONERÍA
COMITÉ CIENTÍFICO
Presidente Honorífico JESÚS GARCÍA CALDERÓN Director DAVID PASTOR VICO Secretario FRANCISCO ANAYA BENÍTEZ Vocales FRANCISCO LIRA JUAN CARLOS SUÁREZ VILLEGAS JORGE RODRÍGUEZ LÓPEZ FRANCISCO RODRÍGUEZ VALLS
PROGRAMA Martes 18/XI/2008 9.30 -11.00h. Acreditaciones. 11.30-12.00h. Acto inaugural 12.00-13.30h. Conferencia Inaugural: JESÚS GARCÍA CALDERÓN. Tema: “Violencia desenfocada y Dinero, la violencia Discreta". 16.00-17.00h. Proyección Académica del documental: Money As Debt (2006). 17.30-19.00h. Conferencia. JUAN TORRES LÓPEZ Tema: “Dinero, poder, violencia: ¿Hacia una dictadura de la economía? ¿Hay alternativas?”. 19.00-20.00h. Debate sobre los fundamentos de las jornadas: (Preguntas sobre dudas fundamentales al profesor TORRES LÓPEZ) Miércoles 19/XI/2008 10:00-11.30h. Ronda de comunicaciones. ANA Mª DE HARO FERNÁNDEZ “Heroínas y mercenarias. La violencia económica de género a través de su reflejo en la literatura inglesa.” LUIS HERNÁNDEZ QUINTERO “Subculturas, mercado y violencia: los Skinheads”. 12.00-13.30h. Conferencia. EMILIO CARRILLO “Ante la crisis económica: una nueva visión”
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16.00-17.30h. Conferencia. BALTASAR MONTAÑO “La especulación sobre el petróleo y el mundo financiero”. 18.00-19.30h. Conferencia. RAMÓN REIG “La crisis como negocio mediático”. Jueves20/XI/2008 10.00-11.30h. Conferencia. RUBÉN SÁNCHEZ GARCÍA "El timo diario" 12.00-13.30h. Conferencia MARC VIDAL “¿Qué le pasa al mundo?” 16.00-18.00h. Proyección Académica de la Película: Network, Un Mundo Implacable (Sidney Lumet, 1976) 18.30-20.00h Conferencia. JOSE CARLOS CARMONA “Comentario sobre la película Network. Un mundo implacable. Averiguaciones entorno a la verdad en la época postmoderna”. VIERNES 21/XI/2008 10.00-11.30h. Conferencia. TACHO RUFINO “Economía razonable para todo el mundo, ¡una solución quiero!”. 12.00-13.30h. Conferencia de clausura: AGUSTÍN GARCÍA CALVO “La fuerza del Dinero” 14.00-15.00h. Entrega de certificados de asistencia.
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CONFERENCIAS
COMENTARIO SOBRE LA PELÍCULA NETWORK. UN MUNDO IMPLACABLE. AVERIGUACIONES ENTORNO A LA VERDAD EN LA ÉPOCA POSTMODERNA. por JOSÉ CARLOS CARMONA
JOSÉ CARLOS CARMONA, nacido en Málaga en 1963. Es actualmente Profesor de la Universidad de Sevilla, España. Su característica principal es la multidisciplinariedad de su trabajo que se despliega en torno a la Música Clásica, la Literatura, el Cine y la Filosofía. En el ámbito musical es Profesor del Área de Música del Departamento de Educación de las Artes Musicales y Visuales de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla; Director de la Orquesta y Coro de la Universidad de Sevilla y Director de la Orquesta Sinfónica Hispalense, es autor del libro Criterios de interpretación musical. –El debate sobre la reconstrucción histórica-. Ha ocupado plaza de Catedrático de Orquesta y de Dirección de Orquesta en los Conservatorios Superiores de Sevilla y Canarias. Es titulado Superior en Dirección de Orquesta y Dirección de Coros por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Estudió con Enrique García Asensio, y con Ruben Vartanyan en Estados Unidos. Entre los cientos de conciertos ofrecidos, ha dirigido: Un Réquiem alemán de Brahms, Requiem de Verdi, Sinfonía fantástica de Berlioz, Pasión según San Mateo de Bach, etc.; en escenarios como: el Teatro Lope de Vega (Sevilla), la Sede de la UNESCO en París, la Catedral de Sevilla, etc.; a agrupaciones como la Orquesta Sinfónica de Málaga, la Orquesta Ciudad de León, la Compañía Lírica “María Malibrán” y la Orquesta y Coro de la Fundación Tres Culturas, entre otras muchas. (Puede verse el currículum musical completo más abajo). En el ámbito literario es Director del Taller de Creación Literaria de la Universidad de Sevilla y autor de 19 libros, entre los que destacan: Pararse a pensar –13 relatos–, Cuentos para después de hacer el amor, Yo sobre la tierra y El arte perdido de la conversación. Ha obtenido el I Premio de Novela en el XIII Certamen Literario organizado por Alfaguara (Punto de lectura) y la Universidad de Sevilla -cuyo jurado estuvo presidido por Arturo Pérez Reverte- con la novela Una sinfonía concertante, editada con el título Sabor a chocolate del que se ha hecho una primera edición de 85.000 ejemplares. Es también crítico literario en Canal Sur Radio. En el ámbito cinematográfico es Profesor de la Escuela de Cine de Andalucía, Secretario General y de Comunicación del Sindicato de Actores e Intérpretes de Andalucía y Secretario de Educación de la Federación de Artistas del Estado Español. Ha sido actor protagonista del largometraje El proyecto Manhattan (2006), actor secundario en el largometraje de Antonio Gonzalo Una pasión singular (2003) y actor secundario de la serie Arrayán que emite Canal Sur Televisión. En el ámbito Filosófico, ha sido Profesor de Filosofía de Bachillerato en el Colegio San Fernando de Sevilla y ha sido Director de la Tertulia Filosófica del Excmo. Ateneo de Sevilla. Es Licenciado y Doctor en Filosofía. Ha obtenido becas internacionales como profesor en distintas universidades extranjeras, ha dictado multitud de conferencias y ha publicado decenas de artículos en revistas especializadas.
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FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA Título: Network, un mundo implacable (1976) Dirigida por: Sydney Lumet Interpretes: Peter Finch, Faye Dunaway, William Holden, Robert Duvall, Beatrice Straight, Wesley Addy, Ned Beatty, Beatrice Straight, Arthur Burghardt, Bill Burrows, Jordan Charney, Kathy Cronkite, Ed Crowley, Jerome Dempsey Guión: Paddy Chayesfsky Productor: 20th Century Fox Sinopsis argumental Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su -anteriormente exitoso- programa. En dos semanas tiene que abandonar la cadena pero, en una reacción inesperada, y ante el asombro de todos, anuncia que antes de que llegue ese momento, se suicidará ante las cámaras pegándose un tiro en directo. Este hecho sin precedentes provoca una gran expectación entre los televidentes y los propios compañeros de Howard. (FILMAFFINITY)
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O crean que me quedo pasmado viendo esta película. ¡Sé quién soy!: soy un tipo perdido entre unas fuerzas desconocidas para mí, ¡y para todos! ¡¿Qué piensan?! “Menudo peliculón, ha dicho un par de verdades bien claras”. ¡¿A quién?! A ustedes que han estado sentados viendo... una película (¡un producto comercial, no lo olviden!) en un ámbito intelectualoide que les confirma que no son los de la masa acrítica. No merece la pena hablar de lo obvio: la película no es más que un producto de consumo que tiene por argumento principal quejarse de los productos audiovisuales de consumo, y que les ha manejado, manipulado, emocionado: ¡qué momento cuando con el pelo empapado y el pijama puesto bajo la gabardina le dice a la gente “¡Abran sus ventanas y griten!”. Y ustedes se hubieran puesto a gritar, se hubieran asomado a las ventanas y hubieran gritado también: “¡Estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo!” (aunque no estén hartos de nada). Ha sido uno de esos momentos emocionantes en los que se saltan las lágrimas y uno se avergüenza de que le vayan a ver llorar. Y luego, cuando nos ha dicho: “¡Escúchenme! La televisión no es la verdad. Si quieren saber la verdad...” (Ah, aquí está el meollo de la situación, que es de lo que hablaré en esta conferencia). “Si quieren saber la verdad...” venía diciendo el personaje, “acudan a Dios, acudan a sus gurús, búsquenla en ustedes mismos...” y nos confirma: “porque es en el único lugar donde van a encontrar la auténtica verdad”. Y continúa con su diatriba antitelevisión: “Pero amigos, nunca van a obtener ninguna verdad de nosotros. Nosotros les diremos cualquier cosa que quieran oír. [...] ¡Quién sabe qué mierda será canjeada por la verdad en esta cadena!”. Ah, qué palabras reveladoras, ya sabemos quién nos engaña. Son los de la tele, son las corporaciones de información americanas, son las grandes empresas multinacionales. Vale. Y ¿por qué nos engañan? Todos los que habéis visto la película os habéis sentido tam-
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bién conmocionados con las palabras del dueño de todo, del jefe supremo que vive en el último piso del edificio, del gordo hinchado de chuletas, propietario de toda la corporación, el personaje al que tendríais que odiar que, utilizando argumentos (oh, los argumentos, ahora hablaremos de eso) también nos ha convencido en parte cuando ha dicho: “Y nuestros hijos vivirán, señor Beale, para ver eso. Un mundo perfecto en el que no habrá guerra ni hambre, opresión ni brutalidad. Una vasta y ecuménica compañía asociada en la que todos los hombres trabajarán para servir a un beneficio común. En la que todos los hombres poseerán una cantidad de acciones. En la que se les cubrirán todas las necesidades, se les modelarán todas las ansiedades... y les divertirán para que no se aburran...”. Permítanme que mire esto desde la Filosofía, que es la materia desde la que vengo a hablar hoy: ¡Esto es nihilismo!, nihilismo del mejor, más allá de Schopenhauer y Nietzsche. La filosofía nihilista es la que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura nada, una invención. Schopenhauer considera que todo sentido y propósito es mera ilusión. Nos recuerda que toda vida es lucha, y que la vida humana, en particular, oscila, como un péndulo, entre el dolor del deseo (basado en la necesidad o en la carencia) y el dolor, no menos intenso, del aburrimiento o la inanidad (que se experimenta cuando todas las necesidades han sido satisfechas). Nietzsche, por su parte, ve avanzar por todos lados «la pleamar del nihilismo» (como tradujo Ortega y Gasset). En un sentido, el nihilismo es una amenaza, porque es el término final de un desarrollo histórico sin salida. El nihilismo, como estado psicológico, aparece cuando nos damos cuenta de que el sentido que hemos buscado en todo lo que aparece no existe. Pero los que preconizaban que tras la asunción del nihilismo estaba la muerte, el suicidio, se equivocaban: tras la nada que es la vida está (como bien se ha dicho en esta película): el entretenimiento. ¡Entretengámonos hasta que llegue la muerte! Ese es nuestro sentido. Y bendito sentido, porque antes era: luchemos (con dolor, a veces con mucho dolor) por sobrevivir hasta que llegue la muerte. El problema profundo, lo que subyace a todo esto no es, como ven, quién nos entretiene o quién nos manipula, 30
el problema es un problema metafísico, ontológico: ¡¿para qué vivir?! Como habrán escuchado por ahí (no, por cierto, en la portada de los periódicos, que es donde debería haber salido), habitamos en un periodo filosófico llamado la Postmodernidad, cuya teoría del conocimiento (piensen en lo que acabo de decir: “teoría del conocimiento”, o sea, disciplina que estudia el cómo conocemos) pone en cuestión a la razón como instrumento de acercamiento a la verdad. La pone en cuestión sobre todo desde que en la Segunda Guerra Mundial los occidentales, habiendo tenido ya las mejores universidades del mundo en nuestro suelo, los libros más eruditos, las personas más formadas y los políticos más preparados de la Historia hasta ese momento, y habiendo conocido las herramientas de la razón científica como la luz, las comunicaciones y las máquinas de todo género y tipo, nos matáramos hasta llegar a los 55 millones de personas. Es lo que en Filosofía se conoce como “el punto culminante de Auschwitz e Hirosima”. La Escuela de Frankfurt, especialmente en la etapa que llega hasta los años sesenta del siglo XX, consideró a la razón instrumental como causante de las desgracias más grandes que azotaron a la humanidad en los últimos tiempos. Pero no fue la primera vez que pusimos en duda a la razón. Después de la Ilustración caímos en el abismo del Romanticismo porque tanto pensamiento enciclopédico nos había llevado a la Revolución, que transportó a los europeos de una tiranía a otra pasando por un montón de muertes. Se le ha criticado a la razón ilustrada sus nefastos efectos prácticos porque, entre otras cosas creó la ficción de que la moral se podía fundamentar racionalmente y, más allá se la criticó por defender la existencia misma de esos fundamentos. La creencia de que existen unos fundamentos naturales que pueden ser hallados por la razón, han sido, desde mi punto de vista, muy dañina en la construcción del pensamiento occidental. Peor fue, claro está, la época en la que se creía que los fundamentos naturales de la moral estaban escritos en un libro revelado y que lo único que había que hacer era seguir sus postulados. Pero la creencia (porque no es otra cosa) de la existencia de la verdad ha hecho que 31
muchos se adjudiquen su enseña para usarla como espada decapitante. La Postmodernidad supone la renuncia a la pretensión de decir la última (y la primera) palabra sobre la realidad; más aún supone renunciar incluso a la pretensión de verdad, dejándola en exclusividad a las ciencias. Ya decía Popper que las afirmaciones en ciencias humanas son compatibles con cualquier estado de la realidad porque no son falsables. En la teoría del conocimiento postmoderno, el carácter creativo de la teoría es fundamental; aunque en toda teorización, incluso científica, la fantasía tiene un papel fundamental, en la teoría del conocimiento postmoderno este carácter ficticio y creativo es esencial, debido a la lejanía y abstracción respecto de la realidad. Generalizando lo que dice Maud Mannoni en relación con el psicoanálisis en su libro “La teoría como ficción”, podemos entender la teoría del conocimiento como una ficción, como el producto de un libre ensayo que genera un mito, un mito de los orígenes (del mundo, del yo) y un mito de los fines. Porque a los ámbitos a los que llega la Metafísica nunca podrá llegar la ciencia y sólo el mito puede acceder. Este carácter creativo de la teoría del conocimiento postmoderno la sitúa como método de comprensión de los fenómenos entre la ciencia y la poesía, y más cerca de ésta que de aquella. Tres autores, entre otros muchos nos pueden servir de apoyo en estas afirmaciones: Unamuno, Heidegger y María Zambrano. — Unamuno defiende que el pensamiento (todo) es un producto de la fantasía, de la cual brota la razón. — Heidegger dice que pensar es recordar lo que ha de pensarse, como la poesía. Y — María Zambrano, nos repite que el método de conocimiento no es un calcular, sino un poetizar (otra creación de un relato, como planteaba Lyotard). En este sentido Ernest Gellner apunta: “La idea de que todo es un “texto”, de que el material básico de los textos, sociedades o prácticamente todo, es el significado, de que los significados existen para ser descodificados o “deconstruidos”, de que el concepto de realidad objetiva es sos32
pechoso, todo esto parece formar parte de la atmósfera, o niebla en la que florece el posmodernismo, o que los posmodernos ayudan a esparcir” Gianni Vattimo considera que la razón es un instrumento débil para cumplir su tarea que debería de ser hallar la verdad. Como Kant ya había adelantado: la razón no funciona. Y esto ha de ser juzgado (y si es posible arreglado) por... la razón. La razón se enreda en contradicciones, dice Kant, y por ello no da con la verdad, por tanto: la metafísica (saber qué es la realidad, juzgar si la razón es un instrumento suficiente para comprender el mundo, saber qué es el mal o cuál sea el sentido de la vida) es imposible como ciencia; y la ciencia de la naturaleza, por lo mismo, no va a poder responder a las cuestiones metafísicas. Vattimo coincide en lo sustancial cuando dice, refiriéndose a Federico Friedrich Nietzsche, que una realidad ordenada gracias a la razón sobre un único principio es apenas un mito que asegura a la humanidad en estado primitivo y bárbaro. La teoría del conocimiento postmoderno es nómada, su método es la hermenéutica. Y aunque utiliza la inducción y la deducción, utiliza sobre todo el método analógico y metafórico, en el que el discurso pasa de un elemento a otro, a veces muy lejano y extraño, por medio de metáforas y analogías; este carácter le aproxima al arte y la literatura contemporáneos. Este método no es aleatorio, es riguroso aunque sea anexacto. A la estructura sólo se llega mediante un método de aproximaciones sucesivas, por medio de círculos concéntricos o en espiral (como diría Ortega). Es un método propio de supervivientes más que de herederos, como dice Luis Martín Santos, ya que está obtenido a partir de los restos del naufragio de la modernidad. Es el método posible para hacer metafísica después de Auschwitz e Hirosima. Pero es también un método lúdico y lúcido que experimenta cautamente y que parte de la suposición de que no todo está perdido. La actual sociedad de los medios de comunicación participa de pleno en la postmodernidad porque produce una 33
consciente erosión del principio mismo de realidad, inventándolo y, lo peor, inoculándolo en los individuos. El otro factor inoculado en la postmodernidad, que lo alimenta a la vez que lo crea, es el consumo: Como afirma David Lyon: “La postmodernidad se asocia a una sociedad donde las formas de vida consumistas y el consumo de masas dominan la existencia de sus miembros”. En la postmodernidad el consumo pasa de la esfera de satisfacción de necesidades básicas, a convertirse en sí mismo en una actividad de ocio. Se produce el paso de una ética del trabajo a una ética del consumo, lo que supone un conflicto entre generaciones socializadas en diferentes patrones de conducta. Algunos autores, como Zygmunt Bauman, afirman que el consumo se convierte en el medio de construir el yo, siendo el centro de la vida en sociedad. El sistema implica una gran variedad cultural, que los individuos pueden comprar, y que les permite generar identidades, estilos de vida diferenciados. En este sentido, el uso intensivo de la publicidad y el gran centro comercial son características paradigmáticas de esta postmodernidad. Quizá una de las explicaciones de la postmodernidad más polémicas y extremas sea la planteada por Jean Baudrillard. El autor galo mantiene que nuestra cultura se ha convertido en un simulacro y que es en el intercambio simbólico donde hay que situar la base de la crítica al capitalismo. El consumo de esta cultura de simulacro es nuestra única realidad. La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. (...) No se trata ya de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real. La cultura en la que vivimos, como dice el profesor Hormigos, es una “hiperrealidad”, un conjunto de signos sin referente, donde se anulan las distancias entre los objetos y sus representaciones. El camino hacia el cambio no está en las contradicciones del sistema, sino en su saturación. “Lo que sucede en realidad es que las instituciones implosionan por sí mismas, a fuerza de ramificaciones, de “feedback”, de circuitos de control superdesarrollados”. 34
Y esta gran simulación llega a la anulación de “lo social”. El mecanismo son los medios de comunicación de masas. “Los media, todos los media, la información, toda la información, juega en dos sentidos: produce más casos sociales en apariencia, neutraliza las relaciones sociales y lo social en profundidad”. Así pues, reducen “lo social” a la categoría de simulación. Esta tesis es heredera, en cierta medida, de la teoría de la pseudocultura que mantuvo la Escuela de Frankfurt, en especial Adorno. Para los teóricos de la Escuela de Frankfurt, la cultura dominante no es sino la ideología que trata de conservar el orden social vigente. Cultura que en la sociedad establecida no es sino ideología (en el sentido de falsa conciencia) destinada a conservar y encubrir las contradicciones de un sistema económico basado en la explotación y sobre todo en la reificación-cosificación del individuo singular. La cultura postmoderna se caracteriza también por ser fragmentaria. Su creciente complejidad simbólica es, sin duda, reflejo de una gran fragmentación social. Del mismo modo que cada sociedad genera una cultura específica, cada grupo social crea un entramado simbólico propio, o subcultura. Y las sociedades postmodernas, o de modernidad avanzada o tardía, se caracterizan precisamente por una mayor complejidad y variedad en su composición de grupos sociales. Los estilos de vida, los medios de comunicación y los agentes creadores de cultura se multiplican. La globalización, con su creciente interdependencia política y económica, impulsa a un mayor contacto entre diferentes culturas. Para algunos autores, como G. Ritzer, este hecho es reflejo de la creciente racionalización del mundo, que conlleva una unificación a nivel mundial de todos los ámbitos, incluido el cultural. Para otros, la clave estaría en una creciente fragmentación y un aumento del localismo, que tendría su expresión en los nacionalismos y tribalismos que enfatizan las raíces culturales propias frente a la cultura global. La cultura de la postmodernidad, pues, se estructura en una dialéctica continua de homogeneización y diferenciación. Esta pugna continua se dirime en el ámbito simbólico, tanto como en el político y económico, y, en consecuen35
cia, en los medios de comunicación de masas. En ellos se combina el ámbito político, económico y cultural. Así, por un lado, encontramos una creciente homogeneización de los contenidos impulsada por la agrupación empresarial en grandes grupos multimedia. Innovaciones tecnológicas como los satélites de telecomunicaciones permiten, además, el acceso de un medio a las audiencias de todo el planeta. Sin embargo, por el otro lado, existen fuertes presiones contra la homogeneización cultural. Los grandes conglomerados multimedia encuentran frenos debido al desarrollo tecnológico. Si el satélite ayuda a la consolidación de la homogeneidad, Internet combate la unidireccionalidad, debido a su estructura multipolar, y apoya la creación autónoma de grupos e individuos. Del mismo modo, el abaratamiento de la tecnología permite la creación de una industria paralela, a veces parasitaria como ocurre con el “mercado negro”, que incluso pone en peligro la existencia de las grandes compañías. Un último apunte sobre la cultura postmoderna lo encontramos en el trabajo ya clásico de Marshall McLuhan. Entiende que el medio con el que se expresa la cultura conforma la estructura mental de los seres humanos, siendo la cultura moderna eminentemente visual como reflejo de la escritura y la imprenta. La aparición de la televisión, y hoy añadiríamos de Internet y el multimedia, sería la antesala de un retorno a la cultura oral. Para McLuhan: La nueva galaxia eléctrica de acontecimientos ha entrado en contacto ya profundamente con la galaxia Gutenberg. Incluso sin colisión, tal coexistencia de tecnologías y consciencias causa trauma y tensión en toda persona viva. Los cambios tecnológicos podrían estar gestando un ser humano menos centrado en lo visual-lector, con el descenso del libro como entidad privilegiada en la transmisión de cultura, y un ascenso de otras formas de transmisión: música, imagen en movimiento, etc. Todo este panorama construye, en fin (y atención, porque no debemos tomarlo de manera peyorativa), todo este panorama construye a un Hombre perdido en la incomprensión de la realidad; un Hombre que ha perdido los referentes “fuertes” que le permitan distinguir con absoluta claridad lo que es valioso de lo que no lo es, lo que es verdad de lo que 36
no. El final del siglo XX y principio del XXI se ha caracterizado, pues, por el cuestionamiento del hombre por el sentido. Conocida su capacidad de autodestrucción, traspasado otro milenio y adentrándonos en uno nuevo que ni motiva ni inquieta sino que se ha demostrado continuista y aburrido -una lucha continua por una supervivencia sin sentido-, el existencialismo de los años 60 se ha instalado en Occidente disfrazándose paulatinamente de entretenimiento alienante. El actual periodo histórico en el que la desorientación, la confusión, la ambigüedad, el permanente conflicto como situación normal de la sociedad, el rápido advenimiento de las nuevas tecnologías y su influencia en nuestras vidas, afectan, cómo no, a la comprensión de la realidad. Y el mensaje ha de ser: “No importa. Este es el tiempo que nos ha tocado vivir, la desorientación, la confusión, la ambigüedad, el conflicto, son partes naturales de la vida. Lo que es enfermizo es creer que hay soluciones para todas las cosas, que podemos hacer un mundo perfecto. Una vez que asumamos este tipo de vida, comprenderemos, como hizo Nietzsche, que “la vida es éxtasis que se da a sí misma nuevas y nuevas formas para poder saborearse con plenitud”. Y que lo que nos queda es "un absoluto decir sí a lo que hay, a lo real en su desgarro y su finitud. [...] ¡La vida es éxtasis!, ¡la vida es suficiente!, no necesitamos más mentiras para saborearla con plenitud”. Y luego nos queda la mejor definición que he escuchado nunca del concepto de verdad y que se lo debemos a Tommy Smothers. “La verdad”, dijo, “es aquello que conseguimos que los demás crean”. Buena definición, ¿verdad? ¿Saben cuál es la profesión de Tommy Smothers? Guionista de Hollywood. Muchas gracias.
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ANTE LA CRISIS ECONÓMICA: UNA NUEVA VISIÓN Por EMILIO CARRILLO
D. EMILIO CARRILLO BENITO, experto internacional en desarrollo y vicepresidente de la Unión Iberoamericana de Municipalistas. Economista, técnico de la Administración General del Estado. Experto en Desarrollo Local por Naciones Unidas (Centro Internacional de Formación de Turín). Diplomado en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo. Ha cursado estudios de postgrado en diversas Universidades españolas, británicas y norteamericanas. Ha sido profesor de la Universidad de Sevilla -Economía Política en la Facultad de Derecho (1989-2000)- y lo es de la Universitat Oberta de Catalunya y de la Escuela Virtual de Gobernabilidad, así como profesor colaborador y visitante en distintas Universidades españolas y extranjeras. Autor de más de una docena de libros técnicos y ensayos filosóficos e históricos, ha escrito más de 500 artículos en prensa diaria y revistas especializadas.
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El milagro de los panes y los peces Es usual denominar “milagro de la multiplicación” al de los panes y los peces. Pero Juan (6,1-15) y Mateo (15,3239) constatan que Jesús no efectuó multiplicación alguna, sino que puso en común los alimentos disponibles. El milagro no consiste en “multiplicar”, sino en “compartir”: se reparte lo que se tiene y hay para todos, de sobra. ¿Por qué, entonces, el empeño en la multiplicación?. Pues debido a que estamos inmersos en una visión -cultural, social y, especialmente, económica-productivista y consumista. Es esencial tener esto en cuenta para entender la actual crisis económica y sus consecuencias. Veamos por qué. Error en el diagnóstico Los expertos no acertaron al prever la magnitud de la crisis; y tampoco atinan ahora al fijar en el segundo semestre de 2009 su punto de inflexión y en 2010 el arranque de la recuperación. La depresión es bastante mayor de lo anunciado; y el relanzamiento se hará esperar más. Ambas equivocaciones se deben al incorrecto diagnóstico de la recesión. Se interpreta como una más de las que cíclicamente nos zarandean, cuando realmente es una crisis singular: la primera que surge y que se despliega en un contexto auténticamente global. “Crisis global” y “crisis en un contexto global” Hay que precisar. No estamos ante una “crisis global”, pues hay naciones de peso (Brasil, China, India o Rusia) que la perciben de manera liviana o ni siquiera la notan. El futuro mostrará lo que representa una recesión global y sus nocivos efectos. Eso sí, como ha advertido el Fondo Monetario Internacional, existe el riesgo de un colapso general. De ahí la necesidad de que las medidas a adoptar incluyan acciones
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dirigidas a evitar el contagio de aquellas economías, fundamentalmente de países en vías de desarrollo, que no sienten la crisis, al menos en toda su intensidad. Pero, a pesar de este riego, la crisis que padecemos no es una crisis global, sino su hermana menor: una “crisis en un contexto global”. La globalización –y, desde luego, la ilógica desmesurada e insensata (la mayor rentabilidad posible en el tiempo más corto posible) que en su marco despliegan determinados actores económicos– es la responsable tanto de que el caos financiero de Estados Unidos haya extendido sus impactos a otros países y sectores de actividad como del aumento de la demanda de petróleo y materias primas que ha desencadenado el alza de precios que golpea a empresas y hogares. Estamos inmersos en una crisis en un contexto global que ha convertido en una broma pesada los anuncios del “fin de la historia” con los que el pensamiento único neoliberal nos bombardeó en los últimos años del pasado siglo. Aquellos planteamientos eran un insulto a la inteligencia de la humanidad, pero sirvieron de coartada intelectual para impulsar actuaciones legislativas y políticas, como la liberalización absoluta el sector financiero norteamericano, que están en la razón de ser del presente desbarajuste. Recetas ante la crisis: un “programa” público de ayudas multimillonarias Las recetas tradicionales para salir de una recesión valdrán de poco cuando estalle una crisis global. Y su utilidad ya es relativa ante una crisis en un contexto global como la presente. Porque las depresiones de la pasada centuria, incluso con el calado de la de 1929 o del crack de los 70, se solventaron mediante la aplicación a cada caso de un programa de medidas (política monetaria deflacionista, estabilidad presupuestaria, incentivos a empresas y al empleo,...). Pero para afrontar una crisis global no bastará con un “programa” renovado, sino que se requerirá una “visión” nueva. Y para superar la que nos aflige hay que avanzar ya en ese sentido. Frente a esto y con el telón de fondo de la ausencia de coordinación y liderazgo a escala mundial, los gobiernos se 44
han puesto manos a la obra de inyectar dinero de las arcas públicas -por tanto, de los contribuyentes- al sector bancario. En función del país, tal inyección supone un auténtico regalo a los que han generado la crisis (Estado Unidos) o tiene potenciales contrapartidas futuras a favor de la hacienda estatal (España). También hay situaciones, como la de Islandia, que ha llegado al extremo, desde la óptica económica, de casi dejar de existir como país, dada la bancarrota de la totalidad del sistema financiero y el incremento de la deuda pública hasta triplicar el producto interior bruto anual. Mas, en todos los casos, se trata de ayudas publicas multimillonarias insertas en un programa de intervención estatal. Ayudas exigidas y bendecidas, paradójicamente, por los que más han clamado por el libre mercado y contra el Estado. Por ejemplo, la Comisión Europea: ayer aducía que el dinero público no está para sanear empresas en crisis y prohibía las subvenciones a sectores como la industria naval; hoy, en cambio, aplaude que los gobiernos europeos repartan generosamente fondos públicos para rescatar a la banca privada. Tamañas contradicciones están siendo asumidas por la sociedad en el entendimiento de que evitan males aún mayores (en la Cámara de Representantes norteamericana se llegó a afirmar: si hoy viernes no aprobamos estas medidas –las propuestas por Bush– el lunes no habrá economía) y que constituyen la única vía para garantizar el ahorro familiar (depósitos bancarios). ¿Dónde esta el dinero?: Socialismo para ricos y riesgos en el horizonte Estos argumentos no carecen de base real, al contrario. Pero los ciudadanos y sus representantes democráticos haríamos bien en buscar con ahínco la respuesta a una pregunta fundamental: ¿dónde está el dinero que los ahorradores depositaron en las entidades bancarias y se ha esfumado como por arte de magia?. Se calcula en algo más de un billón de euros (cifra similar al producto interior bruto anual español) la dimensión del agujero que acumula el sistema financiero: ¿dónde ha ido a parar tan colosal montaña de 45
billetes? Justificar semejante pérdida por los préstamos concedidos a los norteamericanos sin recursos económicos es, simplemente, una tomadura de pelo. La banca estadounidense no es una ONG, ni una organización humanitaria. Y el montante de las célebres hipotecas “subprime” es muy menor en comparación con la magnitud del desastre. ¿Dónde está el dinero que falta en los bancos y que los gobiernos van a suplir con los fondos que aportamos los contribuyentes (entre estos, los propios ahorradores cuyos depósitos se han evaporado)? Igualmente, hay que velar para las medidas tomadas no deriven en una especie de “socialismo para ricos” cuyos nocivos efectos sobre las cuentas públicas impliquen y justifiquen en el medio plazo recortes presupuestarios en el gasto social o el cuestionamiento, por ejemplo, del sistema público de pensiones. Sería el colmo que los que pagamos con nuestros impuestos la bancarrota terminemos siendo la víctimas directas del desaguisado por su impacto en las arcas públicas. Y, por supuesto, se tendrá que estar muy alerta para que las reflexiones anteriores no sean hurtadas del debate y el análisis ciudadano a través del manido mecanismo consistente en generar inseguridad. Porque puede existir la tentación por parte de algunos de crear un clima de inestabilidad y miedo al objeto de que nunca se profundice cuestiones y consideraciones tan obvias como las que se acaban de exponer. El cambio de “visión” En cualquier caso y al hilo de lo antes reseñado, las medidas programáticas que se están adoptando o se adopten deberían deben estar insertas en una perspectiva bastante más ambiciosa que facilite la plasmación paulatina de una nueva “visión”. Procede del XIX la visión todavía dominante, basada en la hegemonía de la economía: su crecimiento y desarrollo (sostenibilidad económica) es el fin; y también el medio para disponer de recursos con los que erradicar desigualdades (sostenibilidad social) o preservar el entorno ecológico (sostenibilidad medioambiental). Bajo su influjo, la 46
producción se ha multiplicado y hay alimentos suficientes para todos los habitantes del planeta –en volumen, no en su reparto–. Sin embargo, el siglo XXI presenta novedades: cambio climático, globalización, sociedad de la información, recursos naturales y energéticos escasos, flujos migratorios masivos o incorporación creciente al consumo de países, como China, de alta demografía. En este nuevo escenario, la sostenibilidad social y medioambiental no son ya consecuencias de que la economía marche bien, sino condición imprescindible para ello. Hasta hoy la lógica económica, la integración social y el equilibrio ecológico no han ido de la mano. Ahora tendrán que hacerlo no por altruismo, sino por imperativo de circunstancias que obligan a un cambio de visión. Imaginemos un río cuyo cauce se quiere modificar. No se logrará clavando estacas en su fondo, ya que las aguas se limitarán a bordearlas y continuarán su normal fluir. Las estacas son los programas y no sirven. Se exige mucho más para cambiar el discurrir de la corriente; se requiere una nueva visión. La mentalidad aún vigente se evidencia en la errónea interpretación del milagro de los panes y los peces. Y la nueva visión que urge implantar se refleja en la verdadera enseñanza evangélica: hay para todos si se pone en común lo que se tiene. Esta es la realidad actual: 1) Tenemos bienes suficientes para todos. 2) No podemos seguir multiplicando la producción sin destruir nuestro hábitat de supervivencia. 3) La solución es compartir. Compartir Compartir implica acometer transformaciones macroeconómicas y estructurales que, desde una perspectiva de equidad social y global, fomenten la eficiencia del sistema productivo, el ahorro, la inversión y la innovación, así como el comercio justo, la cooperación y la redistribución de la riqueza a escala local y global. Compartir supone también trabajar con prioridad en educación y en valores. 47
Compartir representa abordar lo microeconómico desde un nuevo prisma: por ejemplo, lo que a usted y a mí nos corresponde poniendo sensatez ante el consumismo rampante y evaluando cuáles son nuestras autenticas necesidades sin caer en la hoguera de las vanidades. Porque para alcanzar un mundo nuevo se necesitan ojos nuevos para mirar el mundo. Y si los seis mil millones de seres humanos consumiéramos al nivel que ya lo hacemos los Y compartir conlleva poner a la persona, al individuo en sociedad, en el centro del sistema, tomando conciencia de la dimensión global del ser humano –la “persona global”– y actuar en consecuencia. La dimensión global del ser humano: “persona global” La persona global se desenvuelve de manera simultánea e interactiva en cinco ámbitos básicos desde la perspectiva de lo que aquí interesa: — desarrolla una actividad laboral por la que percibe un salario (empleado); — utiliza parte del mismo en la adquisición de bienes y servicios (consumidor); — otra parte la ahorra y deposita en el sistema financiero (ahorrador); — paga impuestos a la Administración en función de su renta y al consumir (contribuyente); — y es un sujeto con derechos y deberes en un determinado marco social, institucional, jurídico y político (ciudadano) Es hora de colocar a la persona global en el eje de la sociedad y la economía global. Hay que evitar que estas cinco dimensiones sean confrontadas entre sí –como si fueran cosas dispares e inconexas pertenecientes a sujetos distintos– por el devenir de la globalización –globalización esquizofrénica–. Se debe otorgar operatividad y fluidez al desarrollo interactivo de las cinco dimensiones citadas, asegurando el equilibrio armónico sostenible entre todas ellas. Esto no es retórica. Significa impulsar cambios en las es48
tructuras sociales y económicas nacionales e internacionales para que: • La economía genere empleo de calidad, estable y digno en su retribución (dimensión de empleado). • Los mercados operen con competitividad, libertad y transparencia (dimensión de consumidor). • El sistema financiero sea sólido y riguroso y cumpla adecuadamente su misión de canalizar el ahorro hacia la inversión (dimensión de ahorrador). • El sector público funcione con eficacia, eficiencia y austeridad, prestando servicios públicos de calidad y favoreciendo la sostenibilidad del desarrollo con inversión pública y atención social (dimensión de contribuyente). • La democracia sea más real y participativa, la sociedad avance hacia mayores y mejores cotas de convivencia, cohesión social y solidaridad y se afronte con decisión e inteligencia la defensa del medio ambiente y la respuesta ante el cambio climático (dimensión de ciudadano). Para que lo anterior pueda hacerse realidad se requiere acabar con la falsa dicotomía Estado/mercado, plasmar una nueva gobernanza democrática y global y, a escala de cada uno, entrar en un nuevo nivel de conciencia de carácter transpersonal. Estado y mercado Urge acabar con la confrontación entre Estado y mercado, promovida por los que, se llamen de izquierda o de derecha, sólo quieren el primero para defender sus intereses corporativos y maniatar el libre funcionamiento del segundo. Hay que fortalecer lo público y el mercado, a la par y en estrecha colaboración, haciendo ambas esferas más eficaces, eficientes y competentes. Han desaparecido del mapa los neoliberales que a partir de la llamada revolución conservadora –auspiciada por gente como Margaret Thatcher o Ronald Reagan– proclamaban que el Estado es el problema y no la solución. Pero para que es Estado sea útil y su actuación se corresponda con el interés general hay que dotarlo de eficacia y eficien49
cia. Y de capacidad para supervisar los mercados no con el fin de controlarlos, sino para garantizar su funcionamiento realmente competitivo, sin intromisiones de grupos de presión ni alianzas empresariales espúreas. Gobernanza democrática y global Los nuevos tiempos exigen que las estructuras políticas, sociales y económicas sean regidas bajo un nuevo prisma basado en una gobernanza democrática y global. La conformación de supranacionales, como la Unión Europea, debe ser un objetivo prioritario en los distintos escenarios geográficos, aumentando la interrelación entre ellas y avanzando en su coordinación a través de la reconfiguración y el fortalecimiento de Naciones Unidas. Una delegación de soberanía “hacia arriba” que debe ir unida a la descentralización “hacia abajo”, para atender mejor a las demandas ciudadanas mediante la aplicación del principio de subsidariedad y el protagonismo de lo “globalocal”. Igualmente, resulta muy importante plasmar liderazgos democráticos cuya fuerza radique en la autoridad moral y la capacidad efectiva para abordar los problemas reales de los ciudadanos y la sociedad. Estos liderazgos y la forma de actuar desde el poder público han de tener un contenido global, para que la globalización no signifique el vaciamiento de la democracia por la vía de hecho; deben ir ligados a la recuperación de la pasión por la Política, con mayúscula, esto es, la defensa del interés general desde la vocación de servicio público; y han de buscar consensos estratégicos por encima de la purnas partidistas. Nuevo nivel de conciencia Todo lo anterior será una quimera si cada uno, cada persona, no realiza un trabajo interior dirigido a adquirir un nuevo nivel de conciencia en el espacio transpersonal. Se trata de ser más plenamente humano en el convencimiento que nuestra personalidad individual es un logro de la evolución, pero también una limitación. Hay que comprender la realidad más allá del “yo”, de un egocentrismo que nos está arrastrando al precipicio. Para salir de esa limi50
tación tenemos que ampliar nuestra conciencia y entrar en el nivel de unidad: constatar que somos uno con todo y que cada uno tiene sentido en la totalidad. Sin este cambio de conciencia será muy difícil, por no decir imposible, dar respuesta a los problemas sociales, económicos y ecológicos de la sociedad global.
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VIOLENCIA DESENFOCADA Y DINERO, LA VIOLENCIA DISCRETA Por JESÚS GARCÍA CALDERÓN
JESÚS GARCÍA CALDERÓN, Fiscal Superior de Andalucía, Badajoz, 10 de agosto de 1959. Cursó estudios de Derecho como especialista en derecho público en la Universidad Hispalense de Sevilla que finalizó en 1981.Tras ejercer algunos años la Abogacía, ingresa en la Carrera Fiscal en 1985. Ha sido Fiscal en las Audiencias Provinciales de Huelva y Sevilla hasta que fue nombrado Fiscal Jefe de la Audiencia Provincial de Lugo en virtud de Real Decreto de 7 de Diciembre de 1995. En el año 2001 fue Consultor Internacional en Tegucigalpa para el Proyecto de Capacitación del Ministerio Público de la República de Honduras. En virtud de Real Decreto el 8 de Junio de 2001 fue nombrado Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Nuevo nombramiento, por unanimidad del Consejo Fiscal, como Fiscal Superior en Andalucía en Septiembre de 2006. Desde el 11 de Septiembre de 2001 es Consejero Consultivo de Andalucía. Ha participado como experto en proyectos oficiales de cooperación internacional en materia de legislación cultural en las Repúblicas de Colombia, Bolivia, Ecuador, Argentina, Méjico y Uruguay. Ha sido igualmente Consultor Internacional para la mejora de la legislación de protección del menor y del adolescente infractor en la República de Panamá en el año 2006 y experto en el Proyecto Twinning de la Unión Europea para el Desarrollo de la capacidad para combatir el Blanqueo de Capitales, desarrollando su labor en la capital de Macedonia, Skopje, en Abril de 2008 En mayo de 2008, vuelve a colaborar como Consultor Internacional para el Proyecto de Capacitación del Ministerio Público de la República de Honduras. Como Profesor de Derecho Penal y Procesal ha desarrollado una dilatada actividad docente en diversos Cursos de Formación o en Seminarios de Especialización organizados por diversas instituciones nacionales e intrenacionales. En su actividad docente, destacan su colaboraciones con la Universidad Hispalense de Sevilla, Universidad de Cádiz, Universidad de Almería, Universidad de Málaga, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Universidad de Burgos, Universidad de Santiago de Compostela, Universidad de Granada, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Universidad de Jaén, Universidad Paul Sabatier de Toulouse, Universidad de Extremadura, Universidad Pablo Olavide de Sevilla, Universidad de Huelva, Universidad de Cantabria, Universidad Politécnica de Cataluña, Universidad de La Habana y Universidad Internacional de Andalucía. Su labor ha sido reconocida con diversos premios y condecoraciones. Es autor de más de treinta publicaciones jurídicas entre las que destacan las referidas a la protección penal del Patrimonio Histórico y de los Bienes Culturales o algún ensayo sobre situaciones de violencia desenfocada y de violencia diferida y, además, de nueve libros de carácter extra jurídico, algunos textos sobre literatura española contemporánea y de otras publicaciones.
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Resumen
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UÉ queréis darme, y yo le pondré en vuestras manos? Y se convinieron con él en treinta monedas de plata. ¿Es el crimen la única relación posible entre la violencia y dinero? ¿Sabemos tratar, en la sociedad occidental de nuestro tiempo, esta frecuente relación de una manera suficiente y adecuada para una defensa verdadera del interés público? ¿Hasta que punto se favorece la igualdad con el análisis oficial de este terrible binomio violencia/dinero? ¿Son necesarios en nuestro tiempo y en nuestro derecho sancionador algunos nuevos conceptos jurídicos como el de la violencia contable? En un principio, el examen superficial de los hechos nos indica que la violencia y el dinero parecen magnitudes que generan, con su simple adición, la resultante exclusiva del crimen. Siguiendo con este análisis periférico, podríamos concluir que todos sabemos que esta vocación traiciona el último origen del instrumento monetario. Ciertamente, el dinero tuvo que ser concebido justamente como una superación de la violencia, como un formidable mecanismo de relación social para evitar el conflicto, el desabastecimiento y el abuso de la superioridad puramente física o material. Es precisamente la injusticia y la posibilidad de cometerla de una manera indirecta, la que convierte al dinero en una peligrosa magnitud, la que origina su potencial peligro y su perversión. Es obvio que la mayor parte de los delitos encuentran en la riqueza material su móvil mas frecuente y habitual. Pero esta relación, al contrario de lo que se nos quiere hacer ver en ocasiones por el discurso oficial, no solo tiene
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lugar en los viejos delitos contra la propiedad y, en general, en aquellos crímenes en los que su naturaleza o instinto material resulta tan evidente. Hay otras muchas tipologías aparentemente alejadas del interés material y en las que anida de manera feroz el mismo móvil económico aunque de manera mucho menos visible y quizá más preocupante. No nos referimos únicamente a los frecuentes casos en los que tiene lugar una presencia mediata de la búsqueda rápida de la riqueza. Muchas veces las agresiones a los bienes jurídicos más importantes que son tutelados por el derecho penal, como la agresión organizada contra la vida, la salud pública o la libertad sexual, presentan un origen y un destino puramente material. Es obvio que estas redes criminales no procuran atacar estos bienes jurídicos como una finalidad en sí misma sino como un eficaz instrumento para la obtención de grandes beneficios económicos que agotan el comportamiento criminal y, lo que es mucho más importante, que fortalecen, por variadas e inquietantes razones, su impunidad. Lo que debemos resaltar, sin embargo, cuando hablamos de dinero y de violencia desenfocada es que hay aún una tercera dimensión mucho más inquietante en el móvil económico discreto de numerosos y graves delitos y es que, en ocasiones, una larga serie de infracciones que protegen bienes jurídicos emergentes de un extraordinario valor y que resultan fundamentales para que tenga lugar un adecuado desarrollo social y para que cristalice el respeto efectivo a nuestros derechos fundamentales, encuentran una fuente económica oculta y evidente pero que nadie se preocupa de mostrarnos. En esta relación mediata afloran numerosos ejemplos de conductas criminales con móviles económicos singularmente abyectos que no siempre son reflejados adecuadamente en la actuación penal. Pervive una tendencia a disociar violencia y dinero en esta clase de delitos para dirigir nuestra atención hacia el simple incumplimiento de la legalidad administrativa. Pensemos en el incremento patrimonial de aquellos promotores que vulneran de manera grosera el planeamiento urbanístico, que destrozan la ordenación territorial y que condenan nuestro entorno a un futuro ingrato y limitado. Estas personas obtienen con su conducta, muchas
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veces a costa de un endeudamiento familiar completamente abusivo, un grosero incremento económico de sus beneficios empresariales, expandiendo rentables situaciones de ilegalidad en casi todas las direcciones posibles. No pocas veces, además, estas conductas criminales procuran la implicación de terceros de buena fe para obtener sus propósitos y para evitar el elemental efecto disuasorio de la demolición. Un oculto móvil económico muchas veces anida –sirvan como otros ejemplos– en las grandes negligencias sanitarias, en el defectuoso funcionamiento de los servicios públicos que alcanza relevancia penal, en los accidentes laborales producidos por el incumplimiento sistemático de la normativa en materia de prevención de riesgos laborales o en la falta de cumplimiento de las obligaciones sociales más elementales para con los trabajadores más jóvenes o desfavorecidos, muchas veces inmigrantes y muchas veces inmigrantes en situación irregular, para obtener un mayor beneficio económico y generar distintas fórmulas de competencia desleal o, incluso, podríamos recordar para encontrar otro ejemplo algunas formas de violencia juvenil especialmente violentas que se asocian a nuevas pautas de consumo o por el uso desviado de nuevas tecnologías entre jóvenes y menores, pautas de conducta promovidas poque generan grandes beneficios comerciales pero que resultan, en su reclamo publicitario o en la irresponsabilidad de su planteamiento, inmorales y completamente desaconsejables para la formación sentimental de nuestros hijos. Siguiendo con esta cobardía de los ejemplos, las investigaciones policiales en situaciones de inducción coactiva a la prostitución, conductas que –como es sabido– generan un verdadero elenco delictivo, casi nunca o nunca confluyen en explicar las fórmulas de blanqueo de capitales que, por lógica, les deben resultar claramente consustanciales. Hasta hace muy pocos años esta situación policial resultaba impensable, como impensable sería en muchas ocasiones –aún hoy– que funcionarios dependientes de la Hacienda Pública acudieran al registro ordenado judicialmente de uno de estos siniestros locales. ¿Por qué estas investigaciones rara vez se adentran en conocer la oculta dimensión económica del problema? ¿A qué obedece esta frecuente pasividad, esta patente descoor57
dinación, esta limitación en establecer los perfiles de crímenes tan graves como perjudiciales y reiterados? Como podemos comprobar, no solo se alían, por tanto, la codicia, el engaño moral y la violencia explícita para robar, extorsionar o para ocultar astutamente el dinero que ha sido obtenido de forma fraudulenta. Otras veces los crímenes sustancian esta silenciosa alianza entre la violencia y el dinero y se generan móviles que no son tan evidentes o inmediatos sino profundamente meditados y casi ocultos al hecho mismo de la investigación criminal. Es una forma de violencia discreta que limita la respuesta institucional contra la injusticia y que confunde, muchas veces, el sentido que debe guiar nuestro esfuerzo para no convertirlo en un lastre inútil y desalentador. Estas agresiones no atentan solo contra determinados bienes y su legítimo disfrute por determinadas personas o entidades. Pensarlo es sostener una opinión adolescente y trivial. Estos victimarios atentan contra todos, contra el clima que respiran nuestros derechos, contra el frágil orden socioeconómico, un valor que no se puede identificar sin más con una magnitud puramente material sino como un valor inmaterial y básico para que persista el equilibrio financiero en la adquisición de bienes de primera necesidad. No podemos olvidar la ingrata la vinculación que puede observarse entre la corrupción como una copiosa fuente de violencia social que es canalizada a través del dinero. Las conductas corruptas que tienden, por definición, a extenderse y a trivializarse, terminan por distorsionar la vida social, porque no sólo consiguen su propósito concreto, no solo encuentran el premio transitorio de la riqueza. Lo peor es la claudicación del orden y la legalidad, porque esta derrota tiende a perpetuarse y a generar, tarde o temprano, graves formas de violencia discreta que parecen no afectar a nadie en particular pero que a todos nos limitan y agreden. Debemos recordar, por último, que uno de los grandes debates para el futuro de nuestros derechos es el tratamiento jurídico que debamos dar a los procesos especulativos que están robando el futuro a nuestros jóvenes y condenan a buena parte de la ciudadanía hasta los límites de la marginalidad. Este debate no debe prescindir del derecho penal. Tampoco debe abordarse con un criterio estricto que 58
reclame su intervención de una manera contraproducente y desproporcionada. Lo esencial en este tiempo confuso que debemos enfrentar es poner sobre la mesa las dimensiones de este fenómeno y descubrir, de una vez por todas, esas formas de violencia tan discreta que han podido ocultarse durante demasiado tiempo a nuestro juicio.
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LA FUERZA DEL DINERO Por AGUSTÍN GARCÍA CALVO
AGUSTÍN GARCÍA CALVO, filólogo, filósofo, poeta y dramaturgo; nacido en Zamora (España) el 15 de octubre de 1926, se ha constituido con el paso de los años en uno de los titanes de la intelectualidad española y europea, gracias a su incansable y multidisciplinar actividad. Realizó estudios de Filología clásica en la Universidad de Salamanca, donde se doctora con una tesis sobre Prosodia y Métrica antiguas. En 1951 ejerce como profesor catedrático de instituto. En 1953 ocupa una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y en 1964 se traslada a Madrid en la Universidad Complutense (UCM), hasta que la dictadura franquista le separó de la cátedra madrileña en 1965 junto a Enrique Tierno Galván, José Luís López-Aranguren y Montero Díaz por prestar su apoyo a las protestas estudiantiles. Se exilió durante varios años en París y, en 1976, fue restablecido en su cátedra, en la que permaneció hasta su jubilación en 1992. Posteriormente fue profesor emérito por la UCM. Pese a su jubilación su labor investigadora y sus publicaciones han continuado sin descanso. Como filólogo ha hecho importantes contribuciones a la lingüística general, la prehistórica o indoeuropea, la grecolatina y la del espofcont (“español oficial contemporáneo”). Sus obras más destacadas en el ámbito de la filosofía son: Lecturas presocráticas I Razón común. Edición crítica, Ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito, Lecturas presocráticas II. Contra el tiempo, De Dios, Contra la Realidad. Como gramático y lingüista son ya clásicos sus tomos sobre el lenguaje: Del Lenguaje I, De la construcción (Del Lenguaje II), Del aparato (Lenguaje III) y Hablando de lo que habla, por el que le fue otorgado el Premio Nacional de Ensayo 1990. Acaba de publicar (noviembre de 2006) el Tratado de Rítmica y de Prosodia, de Métrica y Versificación, una ingente obra de más de treinta años de constante y laborioso empeño. Como poeta ha publicado, entre otras obras: Canciones y soliloquios, Más canciones y soliloquios, Del tren (83 notas o canciones), Libro de conjuros, Ramo de romances y baladas, Sermón de ser y no ser, Valorio 42 veces, Relato de amor y Bebela. Su reconocimiento a las aguas del lenguaje corriente, el hablar desmandado del pueblo, como únicas musas inspiradoras tanto de razón común como de poesía, le ha llevado a adentrarse en las tradiciones orales popular en su intento de imitar al pueblo. En ese empeño constante de liberar a la poesía de la escritura, sacarla del libro y devolverla a la viva voz, recitando, declamando y hasta canturreando los versos, siempre le ha acompañado la poetisa Isabel Escudero, llevando ambos por los escenarios más diversos y ante públicos incontables, sus vivos recitales: “Razones y canciones”. Su obra poética ha inspirado varias versiones musicales, como las de Amancio Prada, Chicho Sánchez Ferlosio, Antonio Selfa, Ciento Volando, Sine Die, Principe Galin, y otros cantautores... Agustín García Calvo ha realizado traducciones y versiones rítmicas de autores como Safo, Homero, Horacio, Sófocles, Aristófanes, Parménides, Lucrecio, Don Sem Tob, Shakespeare, Sade, Brassens, Belli y Valery. Por todo ello recientemente ha sido distinguido con el Premio Nacional de Traducción 2006. Como dramaturgo, es autor de varias piezas de teatro, entre otras: Iliu Persis, Feníz o la Manceba de su padre, Ismena, Rey de una hora y Baraja del rey don Pedro (por la que recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática de 1999), así como la comedia musical Bobomundo (2002) y Pasión (2006). En la actualidad y desde hace más de nueve años celebra semanalmente su tertulia política “Contra la Realidad” en el Ateneo de Madrid con gran asistencia y participación de los concurrentes.
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(Notas personales de la conferencia)
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LA ESPECULACIÓN SOBRE EL PETRÓLEO Y EL MUNDO FINANCIERO Por BALTASAR MONTAÑO
BALTASAR MONTAÑO, nacido en Badajoz en 1971, es licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Unviersidad Complutense de Madrid, y Máster en Información Económica cursado en esta misma universidad. En 1996 comenzó su andadura en la Gaceta de los Negocios, en la sección de Empresas. Se especializó en las áreas de información sobre telecomunicaciones y nuevas tecnologías y pasó a la revista Dinero. En 1998 llegó al diario Expansión para ocuparse de estos temas y un año después pasó a formar parte del equipo fundador de Nueva Economía, el suplemento económico dominical que puso en marcha el diario EL MUNDO, en colaboración con Expansión. Desde entonces, su trayectoria profesional se ha desarrollado en EL MUNDO, siempre en la sección de Economía, primero como responsable del área de telecomunicaciones y tecnología, y desde 2007 como especialista en el sector energético y petrolífero.
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ACE unos meses, los organizadores de estas jornadas me propusieron que elaborara una conferencia sobre la violencia desenfocada implícita en la información que nos llega sobre el petróleo y la gran especulación que le rodea. Era a finales de julio y el barril de crudo Brent (159 litros), el que se toma de referencia en Europa, costaba 147 dólares y las gasolinas estaban por las nubes, llegando a superar los 1,3 euros por litro. Especulación y petróleo han sido conceptos inseparables desde 1973, año en el que se produjo la primera gran crisis del oro negro tras la guerra árabe israelí del Yom Kippur. Desde entonces, ha existido una alianza no escrita cargada de complicidad entre los países productores, las petroleras, los inversores financieros y los países compradores, alianza que siempre ha perjudicado, cómo no, al cliente final. Los productores abren o cierran el grifo del petróleo en función de como evolucione el precio y presionan los precios al alza para elevar sus ingresos, pero a su vez, las petroleras también se aprovechan de esta situación, elevando sus beneficios cuanto más caro está el barril. Los inversores internacionales se frotan las manos mientras el precio del crudo sube y, a través de complicados productos financieros ligados al futuro, presionan aún más el precio hacia arriba para poder embolsarse pingües rentabilidades. Pero los países compradores de petróleo y sus gobiernos también son complíces de la subida, pese a que la sufren. Bajo el mensaje de "la subida del crudo destroza nuestra economía", no dudan en aprovecharse del alza de las gasolinas con mayores ingresos por impuestos. Ése ha sido el difícil equilibrio que los gobiernos han mantenido y mantienen con su política hacia el alcohol, el tabaco y el petróleo caro. Productos todos ellos malos, ya sea para la salud o para los bolsillos de los consumidores, pero muy saludables para las arcas públicas. Todo aparece desenfocado y bien desenfocado en torno al petróleo. Los productores culpan a los especuladores de
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la subida, mientras manejan a su gusto el devenir de muchas economías del planeta, sin trasladar luego a la población los desorbitados ingresos que obtienen. Véanse los casos de Venezuela, Irán, Irak, Qatar, Arabia Saudí y Nigeria, donde los petrodólares siempre se quedan por encima de la línea de flotación de los oligarcas, nunca por debajo. Pero es que las petroleras desenfocan la realidad afirmando que se ven obligadas a subir las gasolinas cuando sube el barril. Eso sí, cuando baja el precio del crudo, tardan y mucho en recorrer el camino inverso, argumentando que es muy difícil bajar los precios de la gasolina porque los márgenes son muy estrechos. Creo que éste es un buen ejemplo de violencia desenfocada. Tampoco les van a la zaga los inversores internacionales, los también llamados especuladores, que aunque no tienen que dar explicaciones a la opinión pública, sí que no tienen reparos en desestabilizar las economías con tal de que suban las rentabilidades de sus futuros. Apuestan ingentes cantidades de dinero a que el petróleo va a subir por encima de ciertas barreras (50 dólares, 75 dólares, 100 dólares), contribuyendo así a que el precio suba más. Cuando exprimen al máximo las subidas, no dudan en llevar la misma dinámica especuladora a otros valores llamados refugio como son el oro o las materias primas alimenticias. El valor refugio es un eufemismo, una forma de definir amablemente el destino de unas inversiones que peligran cuando cae el petróleo. Entonces, el dinero fluye a toda velocidad a su refugio, sea éste la soja, el arroz, el café o el cacao. Y aquí la especulación sí que tiene efectos devastadores, porque puede empobrecer a países enteros, intensivos en el consumo de estos productos que pueden llegar a duplicar su precio por el efecto de los especuladores. Y qué hacen los Gobiernos mientras tanto, mostrarse indefensos ante el funcionamiento de un sistema de inversiones globalizado que ya no conoce reglas ni fronteras, de ahí que sea incontrolable. No se controló en tiempos de bonanza económica y ahora parece la causa de todos los males de las economías mundiales. El descontrol que ha existido en los últimos años, y especialmente en este 2008, sobre el mercado petrolero no es más que uno de los eslabones de una cadena perversa que ha sustentado la mayor especulación jamás vista en la his68
toria reciente y que parece ser la culpable de la grave crisis económica mundial. La bola de nieve de la especulación financiera ha sido imparable y ha contado con la inestimable colaboración de los grandes bancos y los gobiernos, hasta ahora supuestamente alejados de los especuladores. La violencia desenfocada a la hora de analizar las causas de la crisis y las soluciones propuestas es digna de estudio por sí sola, Se está haciendo un uso interesado y distorsionador del lenguaje, de las medias verdades dosificadas estratégicamente en tiempo y forma. Los ejemplos están muy claros en estos dos últimos meses. Entidades financieras de todo el mundo, y especialmente estadounidenses, han invertido durante años en productos financieros de alto riesgo y han obtenido altísimas rentabilidades. Estalla la burbuja inmobiliaria en EEUU y se descubre que muchas de estas inversiones se habían realizado en productos basura, en hipotecas basura. Ni los gobiernos ni los organismos nacionales e internacionales de vigilancia habían hecho la más mínima advertencia de lo que ocurría, mientras los responsables de esas inversiones, los gestores de esas entidades, acaparaban sueldos multimillonarios. Comienzan a caer las inmobiliarias y las entidades financieras, declarándose en quiebra, y el Gobierno estadounidense decide acudir en su ayuda con el dinero de todos los contribuyentes. En el país del neoliberalismo comienzan a aplicarse políticas socialistas, de nacionalización de las pérdidas y problemas. El mundo al revés y el lenguaje salta por los aires. El gobierno de Bush no duda en acudir a los mensajes catastrofistas para justificar su política intervencionista, de compra de bancos y entidades inmobiliarias, porque si no lo hace el sistema financiero se hunde. Los beneficios fueron para unos cuantos, las pérdidas del sector financiero quedan socializadas entre todos los contribuyentes para evitar el colapso del sistema. Pero el efecto dominó es imparable y los gobiernos europeos no tardan en apuntarse a la nueva moda: se comienza a hablar del riesgo moral de dejar caer a los grandes bancos, lo que supondría el colapso del sistema, así que la mejor solución es destinar el dinero público a subsanar los errores de los gestores de la banca. Se pervierte el lenguaje de tal 69
manera que los gobiernos son capaces de convencer a sus opiniones públicas, incluidos los partidos de izquierda y los sindicatos, de que no hay otra solución para evitar que se produzca un corralito a la europea. Comienza el Reino Unido con el banco Northern Rock y tras él la cascada. Los gobiernos comienzan a sacar de sus manuales de demagogia términos como "plan de rescate, peligro para el sistema, dar estabilidad al sector financiero y no dejar caer los bancos por ser pilares del sistema" para encubrir una política contra la que llevan luchando más de una década. Hasta hace unos meses, destinar dinero público a las empresas y bancos estaba perseguido por las autoridades europeas. Todo se había privatizado y el Estado había quedado al margen, pero la crisis financiera nos retrotrae a hace más de una década. Ahora, al más puro estilo soviético, el Estado es el propietario de los grandes bancos, a los que destina cientos de miles de millones de euros. El efecto es perverso. Muchos altos directivos de bancos privados han escenificado solidez financiera para posteriormente aceptar la ayuda del Estado. La solución ha contribuido a que los altos ejecutivos se dejen querer por el papa Estado, que sale en su ayuda si hay problemas. Las Bolsas no encuentran suelo en sus caídas y ahora los movimientos especuladores se ceban no en las subidas sino en las bajadas. Ha inversores oportunidas como fondos de alto riesgo o hedge funds que apuestan no a que un valor suba, sino a que se hunda y obtienen rentabilidad de ello. Entidades medianas como el Banco Pastor o el Banco Sabadell han sufrido estas perversas estrategias inversoras que se enriquecen a medida que el valor se hunde, a sabiendas de que si el banco sufre problemas, el gobierno acudirá en su ayuda. Jamás había sido tan fácil desenmascarar la realidad desenfocada que está generando una crisis económica y social cuyas consecuencias son tan imprevisibles como el próximo paso que puedan dar los gobiernos para solucionarla.
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LA CRISIS COMO NEGOCIO MEDIÁTICO Por RAMÓN REIG
RAMÓN REIG es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla y Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla. Actualmente trabaja como profesor titular del Departamento de Periodismo II. Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Sus campos de investigación son Estructura de la información y la Historia de la comunicación. Sus publicaciones más destacadas son: Dioses y diablos mediáticos. Cómo manipula el poder a través de los medios de comunicación. Barcelona, Ed. Urano, 2004. Estructura y mensaje en la sociedad de la información. Sevilla, Mergablum, 2003. La Comunicación en su contexto. Una visión crítica desde el Periodismo. Sevilla, Centro Andaluz del Libro, 2002. El éxtasis cibernético. Comunicación, democracia y neototalitarismo a principios del siglo XXI, Eds. Libertarias/Prodhufi, Madrid, 2001. Periodismo de investigación y pseudoperiodismo. Realidades, deseos y falacias, Eds. Libertarias/Prodhufi, Madrid, 2000. Medios de comunicación y poder en España. Prensa, radio, televisión y mundo editorial. Barcelona, Paidós, 1998. El control de la comunicación de masas. Bases estructurales y psicosociales. Madrid, Eds. Libertarias/Prodhufi, 1995. La información binaria. Emotividad y simplicidad en el periodismo. Sevilla, Asociación Cultural Gallo de Vidrio, 1994. La mente global. Un estudio sobre estructura y análisis de la Información. Madrid, Eds Libertarias/Prodhufi, 1994. Sobre la Comunicación como dominio. Seis paradigmas. Madrid, Ed. Fundamentos, 1992.
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Resumen introductorio
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UALQUIERA sabe que la crisis económica de 2008, como es de rigor, ha llenado la mayor parte de los espacios de los medios de comunicación. La crisis se ha apoderado de casi todas las secciones porque es, en efecto, una demostración de la articulación del mundo en red. Pero es la demostración de más parámetros que no aparecen con tanta asiduidad en los medios. Por ejemplo: La demostración innegable e irrefutable –por su evidencia– de que hay poderes por encima de los que democráticamente eligen los ciudadanos. El efecto dominó a partir de una zona de la llamada Tríada. La mezcla de una crisis típicamente mercantil con el añadido de la corrupción que, por el momento, se ha hecho con bastante impunidad. La demostración de que la estructura de poder mercantil (la real, la “inmutable”) ha procedido a desarrollar maniobras de supervivencia ajenas a la lógica del mercado mismo que ella impulsa. El fracaso del mercado, a pesar de lo que afirmen sus “apóstoles”. El fracaso del llamado “capitalismo popular”. El fracaso de la izquierda y los movimientos alternativos en general. La salida a la luz de lo que, por ahora, entendemos por naturaleza o condición humana. Consecuencia de todo ello es: El miedo y la incertidumbre como factor de negocio mediático. No es la crisis en sí la que lleva al negocio y las ventas sino el miedo y la inquietud que produce. Vamos a empezar por entrelazar todos o casi todos los puntos que se acaban de exponer.
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Crisis de 2008 y especie humana Nunca se puede decir de este agua no beberé. He repetido una y otra vez que el sistema de mercado actual no es en realidad de libre mercado sino que es algo ficticio puesto que el libre mercado “puro” llevaría a los seres humanos a la destrucción, como casi ha hecho ya. Por otra parte, si se aplicara serían los países que produjeran las mercancías más baratas los que se llevarían el gato al agua, es decir, en agricultura, por ejemplo, tendrían mucho que decir los productos del llamado segundo y tercer mundo y las zonas emergentes. Una vez que en Occidente elimináramos las barreras arancelarias para, en efecto, aplicar el libre comercio, se podrían vender objetos de calidad a precios asequibles pero, a cambio, nuestra posición quedaría debilitada y hemos de sobrevivir, de ahí el proteccionismo occidental y el colonialismo, tan nefasto para unos pero positivo para nosotros (y no pocas veces para los colonizados). En esencia, el teórico libre comercio queda en manos de quienes mandan en el mundo, no de quienes gobiernan, que suelen ser súbditos más o menos sumisos de los propietarios, sino de los que han construido el mundo tal y como es, para bien y para mal. Y aquí hay que aplicar algo de filosofía aunque sea de andar por casa. Si hacemos caso a Hobbes y aseveramos que el ser humano es mezquino y egoísta, el resultado es el que estamos viendo ahora, en los últimos meses de 2008. Los EE.UU, grandes adalides del mercado y del anticomunismo, están tomando medidas socialdemócratas e incluso marxistas en alguna medida, nacionalizando grandes empresas e inyectando más de setecientos mil millones de dólares para que el tinglado no se venga abajo y arrastre al resto del planeta. Algo similar ha sucedido en Europa. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha declarado que se ha visto a las claras la causa de la crisis actual: EE.UU. Y es así, no caben medias tintas en ciertas cuestiones, la causa sustancial son los EE.UU, luego habrá que añadir los matices que se deseen por países pero el núcleo del huracán está allí. Y el político del PSOE Joaquín Almunia ha apuntado más hondo: la causa ha sido la avaricia. Ahora el sistema trata de autorregularse, está llevando a cabo una labor de saneamiento como hace el cuerpo 74
humano cuando le entra un virus o una bacteria: provoca una subida de la fiebre y envía a los anticuerpos a trabajar. La diferencia es que el cuerpo humano destruye el virus o muere en el intento y el sistema de mercado no destruye del todo a los culpables de lo que ha sucedido a escala mundial sino que echa mano del dinero público para barrer la basura provocada por unos pocos sin purgar a fondo a esos pocos y entonces la crisis, similar o distinta, se presentará de nuevo en el futuro. Ante ésta y otras evidencias, Marx dijo que no había que reformar el mercado como hacen los gobiernos de las dos derechas del mundo: la digamos conservadora y la socialdemócrata (la diferencia entre izquierda y derecha es aceptar o no al mercado, según se desprende de la filosofía marxista) sino que la solución era superar el mercado, el capitalismo, es decir, destruirlo. Y no sólo por razones de disfuncionalidad económica sino porque lo reduce todo a mercancía, incluyendo las consideradas manifestaciones espirituales de los seres humanos (creación, religión...) así como a los seres humanos mismos. Marx creía que el socialismo y el comunismo no eran algo que se votaba en las urnas sino que iba mucho más allá: eran el resultado de la evolución de los seres humanos que pasan de un estadio evolutivo inferior –el mercado capitalista– a otro superior, el socialismo y el comunismo, de la misma forma en que el esclavismo dio paso al feudalismo y éste al mercado. La reflexión era y es atractiva y, por supuesto, sobre ella cae todo el odio, la manipulación y tergiversación de quienes mandan, que son, por otra parte, quienes han leído más a Marx y de forma más seria para aprender a no morir en manos de su avaricia desmedida. Gracias a eso han soltado algo de sus intereses para que la gente se sienta libre y democrática, han ideado una farsa a la que llaman democracia, el mejor sistema de dominio impulsado por un segmento dirigente en la historia de la humanidad. Esa avaricia originó guerras de religión y mundiales a las que se le aplica un vestido de marketing emocional llamado patriotismo, nacionalismo, cobardía si no se obedece, existencia de maldad a la que combatir, etc., y así se presentó ante la gente para persuadirla, amedrentarla y convertirla 75
en rebaño que sigue unos sentimientos, unos mitos, unos símbolos, renunciando a su libertad (eso es lo que por otra parte han hecho los humanos siempre, por tanto, el caldo de cultivo era adecuado). El mercado sin violencia, sin miedos y sin guerras no puede existir y lo que Marx anunciaba era lo contrario, por tanto, era y es un elemento a batir por parte de los segmentos que construyen la agenda del día en los (sus) medios de comunicación. Marx y todo lo que se crea o que en realidad responda a su herencia. Es natural, el humano egoísta que ha construido el mundo –para bien y para mal– trata de conservar su poder, su mundo, eliminando a los otros humanos conscientes y convirtiendo al resto en masa o en “masa fracturada”. El fallo de Marx es que valoraba demasiado a la masa y creía –tal vez– que el segmento social de la avaricia extrema era poco menos que memo y se iba a dejar fagocitar por una masa concienciada por el marxismo (que además antes era analfabeta y ahora analfabeta funcional). Como se basaba en Rousseau creía que el ser humano se había desviado de su naturaleza por obra y gracia de “otros”. Y no es así exactamente, lo que sucede es que lo que vemos en la masa y en los señores de la avaricia que nos han llevado a esta situación (y a la del calentamiento climático y a los paraísos fiscales y a las corrupciones en la derecha, en la izquierda y en el centro) es la propia naturaleza humana, lo que Marx quería destruir no era en realidad al maligno sino al ser humano mismo que impulsa para su suerte y su desgracia a la especie. Y cuando eso se ha llevado a término, con Lenin, con Mao, con Fidel, etc., se han visto los resultados: a un olmo no se le pueden pedir peras, no se le puede exigir al humano que no lo sea. De ahí que los regímenes actuales, inspirados en el marxismo, como los nuevos movimientos en América Latina, no vayan a llegar a parte alguna a medio plazo, salvo al mercado pero no a un estadio superior, por ahora. Porque ésa es otra. Hay contradicciones de hacia dónde se dirige la naturaleza de la especie. Trotsky ya hablaba de que el socialismo y el comunismo son propios de superhombres pero Nietzsche le diría que se olvidara de que eso lo hiciera la masa, eso sería propio de una minoría, la masa 76
se refugiaría en el cristianismo y en el propio marxismo para no hacer nada o aplicarse la ley del mínimo esfuerzo. Y así están las cosas, éste es el estado actual de mis conocimientos, de mi encrucijada, no sé si alguien me puede ayudar pero desde luego no me convence ya ni el pensamiento crítico actual que conozco porque se cree que la gente va a despertar si se la educa cuando eso por ahora se ha demostrado que no es así, despierta una exigua minoría, el resto se acomoda, de acuerdo con la naturaleza más dominante, incluidos a los propios impulsores del pensamiento crítico, algunos de los cuales se tornaron y se tornan en piezas del engranaje del mercado, sólo que su papel en el gran teatro del mundo creado por los seres humanos es precisamente el de críticos, críticos que acaban por reforzar al mismo sistema que critican porque lo legitiman al dedicarse sólo a charlar sin actuar bajo ninguna articulación seria. El fallo de base está en creer que lo que existe es –sólo– obra de unos seres humanos malignos. No es así. Lo que hay es obra del ser humano, por acción, omisión o falta de evolución. Todos los seres humanos occidentales tienen la oportunidad de acceder a fuentes de información y formación de lo que ocurre. ¿Por qué no lo hacen? Porque no lo desean. Han sido informados de “lo que pasa” y “pasan” de auto-educarse y formarse. Quienes lo hacen se llevan el gato al agua pero, por regla general, se corrompen y terminan en la avaricia, al tiempo que tiran del resto de sus semejantes, no es la conciencia la que determina a la sociedad sino las condiciones sociales creadas por los humanos quienes determinan la conciencia, dijo también Marx. El yo no es dueño en su morada sino que existen elementos que lo determinan, afirmó Freud. Entonces hay que salir en ayuda del sistema que para bien y para mal sustenta y hace posible la vida y la muerte en el planeta Tierra, el que nos puede llevar a la subsistencia, a la continuidad de la existencia o a la destrucción. Quienes surgen para apoyar el sistema con el dinero público son piezas esenciales del propio sistema, por eso no se acaba de zanjar nunca el problema de fondo. Pero el sistema también somos nosotros, por ahora, y si es que nos da tiempo a ser algo más elevado evolutivamente porque quede claro que el mercado es incompatible 77
con una vida racional, sosegada, sin miedos y espiritual, he ahí la esquizofrenia de quienes defienden, por ejemplo y a un tiempo, el no al aborto, la dignidad humana, el mercado y los EE.UU. El mercado es una situación de inmadurez permanente, un juego con conceptos culturales erróneos para el desenvolvimiento tranquilo y certero de la especie porque se basa en la ecuación producción-creación de la demanda (por cualquier medio)-consumo como fin último y utilizando todos los resortes, ello sobre los pilares de la competitividad paroxística y la insolidaridad. De ahí que sea necesario seguir abundando en todo cuanto se acaba de indicar y en esa dirección va este texto, consciente como soy de que sólo una minoría puede aceptarlo en realidad porque los escritores, intelectuales, etc. somos capaces de arreglar el mundo en una mesa, delante del ordenador, pero de la abstracción –imprescindible, necesaria porque es humana también y apunta alto, como ha sucedido en otros momentos de la Historia– a la realidad –posible o no, probable o no– va una distancia que no invalida la acción nunca porque eso invalidaría una posible evolución. Lenin, Fidel, Mao, tal vez Chávez, hicieron y hacen lo que hay que hacer (no se puede permitir el abuso de unos pocos contra los otros muchos) pero una cosa es eso y otra que lleguen los momentos por evolución cuando tienen que llegar. En teoría, eso sólo es posible desde el mercado pero el mercado a su vez destruye y se defiende, de manera que, si tal momento evolutivo llega, es porque se está dando en estos instantes otro tipo de evolución acaso poco perceptible en la especie humana. El mercado sería, a un tiempo, pirómano y bombero, lo que no sabemos es cuál de los dos personajes vencerá o si se producirá una síntesis a primera vista imposible. Tras la caída del muro de Berlín y la URSS ha habido que empezar de nuevo y echar mano de otros vectores para explicarnos qué ha pasado. A eso lo llamamos pensamiento complejo. En ello estamos, en el problema que se enuncia así: el problema no es que el mundo esté mal sino en cómo ha llegado a esta situación, por qué, y si tiene arreglo.
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El miedo y el desvalimiento La sociedad en red y su nueva economía producen miedo o, al menos, inseguridad, temor, insatisfacción, frustraciones, al tiempo que aumentan el fenómeno de la baja autoestima. Se exige de los humanos que sean más que humanos: superhéroes, hasta el punto de que no sólo los niños y jóvenes confunden realidad y ficción. Eso de que un ciudadano occidental de nuestros días en poco tiempo adquiere más conocimiento que cualquier súbdito o ciudadano pretérito en toda su vida, genera temor porque encierra una incapacidad de descodificación de los miles de mensajes que un cerebro puede recibir en un solo día. No hay descodificación debido a la cantidad y a la calidad de los mensajes y a que el sujeto no posee la adecuada base formativa para absorberlos y/o interpretarlos, dado que las metodologías sincrónicas se han ido borrando de los procesos educativos o han sido reducidas a su mínima expresión. El saber se ha sustituido por la utilidad inmediata, los mismos alumnos universitarios acuden a jornadas y seminarios para obtener créditos académicos no para adquirir conocimiento. El conocimiento no debe confundirse con la acumulación de datos y papeles sino que tiene que ver con la capacidad para enlazar las piezas de un puzzle. Como esa capacidad escasea, aparece la inseguridad y como en los medios de comunicación consideran que las buenas noticias son las malas noticias y los enfoques espectaculares, emocionales y no contextuales, el temor y la inseguridad se convierten en miedo. Las causas profundas de los acontecimientos apenas se abordan –como ejemplo tenemos la crisis de 2008– y cuando se abordan se proyecta sobre el ciudadano tal cantidad de datos que terminan por “colapsar” su entendimiento. Llueve sobre mojado: muchos datos caen sobre cerebros que o no están preparados para recibirlos o sencillamente, teniendo las herramientas, no desean utilizarlas para el conocimiento por pereza, por comodidad o porque la generalidad de los humanos se mueve según el hemisferio derecho del cerebro, es decir, simplificando, el emocional. Sólo una de cada mil personas utiliza el hemisferio izquierdo o racional. Este hecho se conoce bien en el mundo de la comunicación a la hora de vender noticias y de crear inseguridades y miedos de forma consciente o no. 79
Sin embargo, sea como sea, llegue como llegue la incomprensión, lo cierto es que ésta genera un clima de lo que Seligman llamaría desvalimiento psíquico. El miedo, la confusión, la incomprensión y la impotencia ante lo que sucede conducen a una especie de hastío social, a una especie de “depresión” generalizada, a la resignación que sólo en aisladas ocasiones se rompe. La ausencia de ideas alternativas al llamado discurso hegemónico, la falta de una minoría organizada y realmente transgresora que dinamice a la sociedad o a buena parte de ella, contribuyen a aumentar esta falta de esperanza y este reinado del miedo.
Bibliografía DELUMEAU, J.– El miedo en Occidente (siglos XIV-XVIII). Una ciudad sitiada. Ed. Taurus, Madrid, 2002. MARINA, J. A.– Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía. Ed. Anagrama, Barcelona, 2006. MORA, M.– “Vivimos atrapados en el miedo”, en El País, 3-10-2008. REIG, R.– El control de la comunicación de masas. Bases estructurales y psicosociales. Eds. Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1995. — El periodista en la telaraña. Nueva economía, comunicación, periodismo, públicos. Ed. Anthropos, Barcelona, 2007.
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ECONOMÍA RAZONABLE PARA TODO EL MUNDO, ¡UNA SOLUCIÓN QUIERO! Por TACHO RUFINO
TACHO RUFINO Economista, profesor de la Universidad de Sevilla y columnista habitual de los medios del Grupo Joly. Http://blogs.grupojoly.com/tachorufino/
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Textos del blog personal de tacho rufino, recomendados para abordar su conferencia. http://blogs.grupojoly.com/tacho-rufino/
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EL PERVERSO INFRASALARIO (13/2/08)
N buen número de alumnos míos, al terminar sus estudios universitarios, se darían con un canto en los dientes por ganar mil euros (limpios; cuando se trata de esas cantidades, hablar de “bruto” es casi ofensivo). Y todos conocemos a gente que trabaja por cuenta ajena desde hace un puñado de años y no llega a 150.000 pesetas de las de antes (que a día de hoy serían unas 190.000, ya que hace siete años que la moneda española dejó de existir y se le puede aplicar entre un 20 y 25 por ciento de actualización por inflación). Evidentemente, en la mayoría de los casos no están bien pagados, y encima sufren en silencio cuando se habla del mileurista como la base del escalafón salarial. No es de recibo que una sociedad opulenta como la nuestra –¿o no lo es?– pague salarios que no dan para independizarse a gente con formación superior y cerca de los treinta años. La brecha de los salarios con respecto a otras rentas (las empresariales o las de inversión) es cada vez mayor. Sin caer en la demagogia de afirmar que el crecimiento de los beneficios empresariales debe traducirse en un inmediato y lineal (proporcional) aumento de los salarios de los empleados, sí es cierto que tal divergencia no es conveniente para el sistema, y omitamos la justicia social si queremos. Por un lado, reduce la capacidad de consumo no suntuario de una economía (la base de la máquina económica), al concentrarla en pocas manos. Por otro lado, amenaza a la clase media –¿los nuevos pobres?–, piedra angular de nuestro sistema económico y social (por lo menos, hasta ahora).
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DEL BOOM AL PLOF (20/2/08) Las recientes debacles financieras de Contsa y Riverduero CAI han sido calificadas de diversas formas con diversa intención magnánimamente, de ahogamiento por falta de liquidez a pesar de las buenas perspectivas técnicamente, de estructura piramidal de relojería y, sin paliativos, de estafa. Pensar que unos vendedores trajeados y persuasivos en una calle principal de la ciudad, o unos señores simpáticos –grandes manejadores de redes de contacto y acontecimientos festivos donde despliegan sus anzuelos comerciales– pueden retribuir con unos intereses desorbitados las imposiciones de unos dineros de origen más o menos justificable es sencillamente insensato. El ladrillo inflacionario, el mercado inmobiliario lleno de aire, el boom de un sector que multiplicaba las inversiones por arte de magia tienen su correlato en ciertos lugares comunes de los almuerzos, las reuniones familiares, las saunas de gimnasio, la sombra de las sombrillas playeras o las barras de bar: “compré sobre plano hace un año y acabo de vender el piso, un bajo, sacándole el triple”; “mi cuñado ha vendido el adosado de Zahara en 30 millones de pesetas más de lo que lo compró hace cinco años”; “sale a cuenta pedir dinero para invertir en Contsa, se paga el crédito solo y te queda para vivir sobrado”. De esta mitología popular a –cegados por la codicia, el efecto emulación y el efecto riqueza de los economistas– meter el dinero de cualquier color que tenemos o tomamos prestado en Contsa, Riverduero, Afinsa o Fórum (todo sub-judice o pre-judice, pero todo similar según todas las trazas), va un saltito. El pánico causado por el inminente pinchazo del boom hace que algunos inversores pidan su dinero, lo que deja sin liquidez a la mágica empresa intermediaria que, con golfería por dilucidar, alarga el estallido de una pirámide que no se sostiene: pagar altísimos intereses a cuenta de rentabilidades inmobiliarias futuras, cuando ya no se vende casi nada, y además tener que reembolsar el capital de las inversiones, es demasiado. Y... ¡plof!
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HUMO SOBRE COSAS IMPORTANTES (25/2/08) El debate de Solbes y Pizarro ha servido de antesala del de esta noche, que se dirime entre los dos candidatos de facto a presidente de Gobierno. Aquél se fundamentó más en lo técnico, éste de hoy, seguramente, discurrirá por los habituales anzuelos emocionales, populistas, repleto de lugares comunes y sólitas descalificaciones. La personalización de un proyecto político en una persona no deja de ser un síntoma de paternalismo que apoyamos en mayoría los ciudadanos: ninguno de los dos es experto es economía, sanidad, política internacional o justicia, y van a la tele a cara de perro a soltarse píldoras, a dejar claro entre estudiados aspavientos, poses, gestos y sonrisas cuáles son los ejes de su campaña, aprobados por el aparato del partido a propuesta de sus consultoras electorales: mensajes y principios cortos para consumo de cualquiera, también los más cortos (o, sobre todo, los más cortos). Un guiño a la inmigración por un guiño a los que temen a la inmigración; una promesa económica con puntapié presupuestario por otra; una muy tolerante muestra de comprensión a los obispos para hacer patente que te quiero a ti, anticlerical, por una clara muestra de que la Iglesia tradicional es unos de mis viveros de votos. Después, al día siguiente, el veredicto de la victoria y la derrota o el empate, y la traslación mágica de estas apreciaciones agregadas en instantáneas encuestas que indican una variación en las intenciones de voto. Todos a opinar: tertulianos, informativos, analistas, camaradas de barra, taxistas. Yo incluido, aquí y de antemano. El morbo, desde luego, no se le puede negar al debate Zp-Rajoy. La utilidad para aclarar posturas y fijar compromisos realistas, sí se le puede poner en duda. Y mucho. Pero más allá del morbo, prefiero a dos técnicos debatiendo (uno de ellos, todavía más empresarial y desubicado, y menos político), como Pizarro y Solbes. Dentro del inherente eco y el batiburrillo, el hablar con un marco de referencia hace que la pelea parezca menos un debate sobre cualquier cosa de los que se dan en cualquier bar o plaza de pueblo: argumentos saltarines, inconsistentes, que quedan en el aire sin escucharse, arteros, para pasar el rato. Humo sobre cosas importantes que no deja ver a éstas con claridad. 85
EL LADRILLO HACE LAS MALETAS (3/3/08) El negocio de la promoción inmobiliaria busca salidas a la situación de atonía y, en ciertas áreas, de parálisis en que se encuentra desde hace unos meses. Aunque oficialmente la industria (Endesa, Repsol y otras) está arriba en el ránking de principales empresas andaluzas (o en Andalucía), la realidad es que nuestro tejido económico es básicamente de servicios y asociado a la construcción. Y ante el panorama interno, nuestras empresas hacen las maletas. A eso se llama hacer de la necesidad virtud. De hecho, la inmobiliaria es, junto con las energías renovables, el motor de nuestra expansión internacional: 75 de cada cien euros invertidos fuera se dedican a este sector). Según informaba Rocío Martín en este medio hace unos días, la inversión andaluza en el exterior se ha multiplicado por tres de septiembre de 2006 a septiembre de 2007 (dato más reciente). La cara triste de esta noticia que, dadas las circunstancias, debemos considerar positiva es que las perspectivas económicas nacionales –unidas a la escasa productividad y el relativamente alto coste laboral (?)– no ayudan a convertirnos en un destino deseable para invertir. Por cierto, el desaparecido Pizarro tiene como uno de sus objetivos programáticos en caso de acceder al Gobierno el de multiplicar dicha inversión extranjera en España. Esto también tiene una cara oculta o implícita: los deslocalizadores de industrias y servicios, las grandes empresas multinacionales, valoran como apetitoso un destino en el que los costes laborales y la conflictividad es baja. Si quieres dinero de fuera, debes darle gusto y contener los salarios. ¿O cómo si no? PROLETARIOS DEL XXI (25/3/08) Creo que no hay muchos asuntos tan cruciales para el futuro de nuestro modelo económico (con todas sus manifestaciones, contradicciones y versiones) como la disminución del peso de las rentas salariales y, consiguientemente, la creciente polarización entre ricos y pobres, o entre rentas del empresariales o del capital y rentas del trabajo por cuenta ajena. El mileurismo es una manifestación de este 86
fenómeno que, en España, es más acentuado que en nuestro marco de referencia. Esta preocupación ha dejado de ser cosa de “izquierdistas que no se enteran de qué va la cosa” para convertirse en una preocupación también para economistas liberales, estadounidenses miembros del mismísimo Partido Republicano y, por supuesto, políticos preocupados por la deformación de una máquina de producción y consumo que, a golpe de desregulación e inmigración, ve como los consumidores tienen cada vez menor capacidad, convirtiéndose en una segunda oleada proletaria, pero en casa adosada, se me ocurre decir. (Pueden ver mi opinión en “Joven y sobradamente tieso”.) Sin embargo, es muy común entre analistas de prestigio aludir, para que España siga creciendo y no se ahorque, a la necesidad de ser más competitivos laboralmente, siguiendo en la senda de la reforma estructural o desregulación laboral. Un articulista de esta casa, el brillante Santiago Carbó (profesor de Economía en Granada y recientemente fichado por la Reserva Federal estadounidense recientemente), explica los motivos para alinearse con esta postura en un artículo suyo del pasado sábado. En este mismo orden de cosas, recomiendo la lectura de “La desaparición de la clase media”, breve y brillante libro del periodista Massimo Gaggi y el empresario Edoardo Narduzzi. ÉCHALE UNA COPITA AL PARO, MANUÉ (7/5/08) Con mayor o menor calidad en el contenido del trabajo y con menor o menor salario, podría citar a un buen número de personas de mi entorno personal que, de parados de larga duración o crónicos, han pasado a estar empleados en los últimos años. Particularmente, mujeres. Esta estadística es sin duda subjetiva, pero no lo son las del INE: el paro en España ha sufrido un descenso históricamente drástico. Como digo, la precariedad y el infrasalario abundan, pero la población tasa de empleo ha crecido tan notablemente como se ha reducido la de desempleo. Pero esto ha tocado a su fin, y ambas tasas comienzan a comportarse en sentido inverso. El aumento del paro es la auténtica bestia parda de 87
la economía y de los presupuestos públicos, a la vez consecuencia y causa de la crisis. Nosotros, mientras, acabamos de salir de la Semana Santa, la Feria y en este mes tenemos casi tantos puentes como el río Sena. Acabo de disfrutar en un atasco monumental en Sevilla, en plena hora de ir a trabajar, porque hay una procesión de carretas rocieras, como ayer y como mañana. Asistiremos resignados a otras tantas en la vuelta, con el personal carretista ya más desmadejado. Van llenas en pleno miércoles, la policía las escolta y les franquea el paso. Los que van a trabajar, que hubieran salido de madrugada, o que digan que están muy mailitos y se queden en casa: la fiesta, la tradición y la esencia alegre de nuestro pueblo son prioritarios. Si los mayores somos ya caso perdido, ¿qué podemos hacer por los niños andaluces, que ven como en la recta final del curso sólo hay estímulos para no pegar ni clavo, empezando por los horarios escolares salpicados de fechas en rojo? Que viene el paro... pero ¡no a por nosotros, caramba, echa ahí una copita! LA BANCA EN LA DIANA (26/5/08) Ayer, en Negocios de El País, se publicó una sustanciosa entrevista al vigente Tío Gilito, Warren Buffett. Para el hombre más rico del mundo –y más solidario: ha donado gran parte de su patrimonio a la Fundación de Melissa & Bill Gates, con la condición de que Gates abandone la presidencia ejecutiva de Microsoft y se dedique a la fundación–, “la banca es culpable” de la crisis. También en la misma semana pasada, se publicó un excelente reportaje en TheEconomist sobre el futuro de la banca. Dentro de la colección de artículos que componen este survey, hay uno elogioso acerca de los controles sobre la banca española, un modelo a seguir a tenor del reportaje. La mayoría de los comentarios que encuentro en foros y blogs son tremendamente negativos con respecto a la banca, con su responsabilidad en la crisis y con sus beneficios superlativos.
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65 HORAS: CANGREJOS POR LA FLEXIBILIDAD (15/6/08) Muchos creíamos, en nuestro despiste, que la jornada laboral española era de una media de 40 horas semanales, aunque en realidad es de un “máximo” de 48, con cierta variabilidad según el sectorde actividad. Hubo un tiempo pasado no remoto en que se habló seriamente de las 35 horas semanales, no sólo en España, sino en toda la UE. Eran sin duda otros tiempos: los tiempos de bonanza tienden a la mejora social; los de crisis, a lo contrario: el mantra de la flexibilidad y la reforma estructural ataca de nuevo desde muchos frentes. Quizá a usted también le haya sorprendido el proyecto europeo (sobre todo auspiciado por los ingleses, los padres del fin de semana a mediodía del viernes: ellos siempre llevando la contraria en su “splendid isolation”) de aumentar el horario laboral hasta un máximo de 65 horas mensuales. Seguramente alguien habrá pensado que el Día de los Santos Inocentes había cambiado de invierno a verano. Otros, en diversos medios –progresistas y conservadores por igual– la han llamado “broma de mal gusto“, “bofetada al sentido común” o nueva ofensiva de los ingenieros sociales del “laissez faire” versión ”hard core“ (disculpen el alarde políglota). Aunque tiene un arsenal de razones que pretenden justificarla, la medida va sin duda en contra de los logros sociales obtenidos en Europa durante, podemos decir, siglos. Se trata de sortear y puentear la negociación colectiva, de potenciar la negociación individual trabajador-empresa y de liberalizar las horas extras, hasta niveles salvajes, como sucede con los médicos y sus guardias. La conciliación familiar y laboral comienza, pues, a ser considerada un exceso derivado de las vacas gordas, un privilegio que nos hace “poco competitivos” frente a las economías emergentes. Como cangrejos sociales amparados en la sacrosanta máxima de la flexibilidad laboral, caminamos para atrás si esta iniciativa va para adelante. A mí me salen, con 65 horas semanales, la bonita cantidad de más de nueve horas diarias todos los días de la semana, del mes y del año. Los nuevos garimpeiros, la economía de guerra con el ejército de la mano de obra siempre de guardia... tras dudar un minuto, escribo la palabra esclavitud, aunque ésta sea ne89
gociada vis-a-vis, asumida como Fernando Fernán Gómez que no deseaba ser manumitido en la película Stico. Sin llegar a este extremo –sobrevolando lo demagógico, ok– sí cabe recordar otras fabulosas películas que nos recuerdan cómo hemos llegado hasta aquí (Tiempos modernos, Novecento). POR QUÉ SUBE EL PETRÓLEO (3/7/08) Ah, el petróleo... Carísimo, encareciéndolo todo a su vez. En ese mercado global y con zonas tan oscuras como la propia brea, cada agente tiene su propia interpreteación de los hechos. Aquí van unas cuantas, agentes aparte: Interpretación ortodoxa e irrefutable: mayor demanda por la incorporación al sistema de producción y consumo occidental de los páíses emergentes, básicamente China e India. Como la oferta no se incrementa en la misma proporción, el precio sube. Pero eso no lo es todo. Con una bolsa a la baja e inestable, el petróleo se ha convertido en un valor refugio de los capitales que circulan por el globo. Se compra físicamente o en operaciones a futuro, de la misma forma especulativa –o sea, comprar para revender con plusvalía, de forma similar a las operaciones de bolsa– que se hace con otras materias primas. Los fondos de inversión también invierten en petróleo, con lo que la presión sobre los precios es muy grande, y se inflan de una manera artificial: la burbuja petrolera, cuya existencia afirma el ministro Sebastián (y niegan Repsol, BP, Shell y otras petroleras) Las operaciones Over the Counter, que son opacas, paralelas a los mercados habituales, con compras y ventas directas entre empresas del mismo o diferente país (Estados Unidos y Reino Unido, básicamente, que así puentean sus respectivas restricciones normativas). Se dice que este tipo de operaciones no son “especulativas” y legales, sino “manipuladoras”: maquinaciones para alterar el precio de las cosas. Tiene los acérrimos defensores de la libertad de movimientos del capital, siempre de guardia. Estados Unidos se plantea intervenir en estas timbas de tiburones sin nombre ni rastro. 90
La Guerra de Irak que, aparte de dificultar la distribución, evidentemente deja en fuera de juego una producción importantísima, disminuyendo la oferta y encareciendo, pues, el precio. Es curioso que esto no se suele mencionar como causa de la inflación petrolera. Yukos, la principal petrolera rusa, está enfrentada al hierático e inquietante Putin, que quiere destruir la compañía. Su producción se resiente, menor oferta que la natural, de nuevo: presíón al alza de los precios. Las plataformas del Mar del Norte bombean menos crudo cada vez; Venezuela y Arabia Saudí tienen infraestructuras extractivas obsoletas: otras mermas en la oferta, ante una demanda disparada. Estados Unidos consume cada vez más, a lo bestia. Además, acumula stocks de su producción nacional y compra fuera desaforadamente. El impacto medioambiental de su modelo de producción y consumo –dependiente del petróleo como ninguno– es enorme. Y, en fin, las expectativas de que es escaso el crudo y va a subir, que estimula las operaciones financieras a futuro mencionadas más arriba. La globalización, en este caso, no ayuda. ¿Apunta usted alguna otra causa? ¿Qué peso concede a cada una de ellas? SEÑORAS Y SEÑORAS, LA RECESIÓN (10/7/08) Era de esperar –un secreto a voces, un tabú–, lo que sucede es que no se la esperaba tan pronto: la recesión ha venido y nadie sabe cómo ha sido. La pasión terminológica que –¿cortina de humo?– el Gobierno ha conseguido contagiar a la población ha permitido que asistamos a debates de barra y máquina de café en los que unos nos corregíamos a otros: qué esto no es crisis (situación caracterizada por una caída significativa y larga en el nivel de actividad económica de un país o región. También se usa el mismo término para referirse a situaciones de alto desempleo o de alta inflación), que es aterrizaje suave, o sea, desceleración (proceso de disminución transitoria del ritmo de crecimiento de una magnitud económica, y que se manifiesta porque en un período dado la tasa de crecimiento es menor que en 91
igual período inmediatamente anterior); que en puridad esto es una corrección económica (una recesión breve) o ajuste más o menos intenso, o que tras esto no hay más que el determinismo del ciclo económico. Según dijo el altísimo Galbraith, las diferencias entre estos términos no son más que de intención... de intención de alarmar o calmar a la población. Como acaba de advertir en primicia el BBVA con los datos del último trismestre, si el crecimiento del PIB era cada vez más pequeño y ha llegado a no ser crecimiento en absoluto, estamos en crecimiento cero (el término es como decir “lluvia seca”, pero es el que es), y como nada invita a pensar que la tendencia vaya a revertir a corto plazo, estamos a las puertas del crecimiento negativo (éste es aun más eufemístico). Según las escuelas y los países, para que el crecimiento negativo se convierta en recesión sólo hace falta que lo sea durante un tiempo: un año para los europeos en general, seis meses para los estadounidenses... Botín y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, dicen que es una gripe o un catarro. Pero hace meses que asistimos a una cantidad de diagnósticos y pronósticos que, de manera inmediata, son desmentidos por las estadísticas. O sea que hacer acto de fe en nuestros líderes políticos y económicos, la verdad, son ganas de engañarse. Mientras, la crisis convive con nosotros desde hace meses, y muestra él síntoma más palmario de ser tal crisis: un aumento notable y continuado del paro. LA PÉRFIDA ESTANFLACIÓN (24/8/08) En tercero de carrera, allá por el año 84, se convirtió en algo recurrente la palabra “estanflación” en las clases de Estructura Económica, que entonces impartía en la Universidad de Sevilla el profesor Vallés Ferrer. Con su gran parsimonia y su marcado acento catalán, nos descubría que un cuadro clínico caracterizado por el estancamiento económico o la recesión (o sea, no crecimiento o decrecimiento del Producto Interior Bruto de un país durante dos trimestres seguidos), la inflación (crecimiento sostenido de los precios al consumo, deteriorando el poder adquisitivo 92
de las personas del país, y también deteriorando la capacidad competitiva de ese país con respecto al exterior) y el desempleo. Tres variables nocivas para la economía, causas y/o consecuencias unas de otras de manera más o menos directa. La estanflación –una adaptación del término inglés stagflation, a su vez una mezcla de “stagnation” (estancamiento) e “inflation”– venía a tirar por tierra las certezas de la llamada Curva de Philips, que establecía que cuando se intenta controlar la inflación, el desempleo tiende a subir. Hay que elegir, pues. O sea, según Philips, para combatir el paro hay que tolerar cierta inflación. Y resultaba que, en ciertos periodos como aquél de las clases de Vallés y en otras fases cíclicas anteriores, no sucedía así: podía haber alta inflación, incapacidad para reducirla, paro rampante y –gallina o huevo–, estancamiento o recesión de la actividad económica general. Más o menos como ahora, tras unos veinte años en los que el palabro ha estado en el desván cogiendo polvo. Se me ocurren dos expresiones cliché en este orden de cosas: “la estanflación ataca de nuevo” y “la estanflación ha venido y nadie sabe como ha sido”. Y no les falta razón a los tópicos. SERENGETI WALL STREET (28/9/2008) “No la toques ya más, que así es la rosa”. Éste poema de un solo verso fue escrito por Juan Ramón Jiménez y, aunque desconozco su poesía –y la de tantos otros–, debe de venir a sugerir el deseo de simplicidad, de autenticidad. Pero se me ocurre proponer una pirueta y, con la indulgencia de la lírica militante, traer esta frase a colación del debate que hoy ocupa las páginas y las ondas, no sólo las especializadas en economía (por cierto, a la fuerza ahorcan y la economía está totalmente in, y no es raro que un camarero te pregunte qué es la crisis financiera mientras te arrima la media tostada). Si la rosa es el sistema de libre mercado o capitalista, el debate de la semana ha girado sobre si hay que tocar la rosa (intervenir en el mercado para intentar salvarlo y prevenir el efecto dominó que alcanzará a la periferia) o dejar a la rosa virgen (dejar pasar, y esperar la renovación y la catarsis 93
guiada por la invisible mano autorreguladora del mercado). El debate es casi filosófico y esencial. Entre la ingenuidad tral-larí tral-lará y el negro pesimismo misántropo, puede que esté la virtud de ver el panorama con moderado optimismo, de forma objetiva –la objetividad, ese mito–, sin apasionamiento. O sea, sin optar por el extremo de “no toques a la rosa” ni por el contrario de “mira que te lo tengo dicho”, que el capitalismo es salvaje por naturaleza, y en el Serengeti de Wall Street, más. En estas páginas han podido ustedes seguir opiniones que han venido tratando de forma amablemente rigurosa el asunto: Ferraro, Velasco, Aurioles, Ruiz de Mansilla, Hidalgo... Con distintos puntos de vista y creencias, se ha debatido de forma privilegiada el porqué de las cosas y las crisis, el agotamiento o reciclaje de nuestro paradigma económico planetario, el futuro del modelo internacional y del patrio, las vías de escape y la necesidad de intervenir por parte de lo público; su intervencionismo –mejor que keynesianismo, otra palabra sacada del baúl de los recuerdos– o inhibición ante los batacazos y naufragios. Se han escuchado coros al estilo supporter futbolero, cantando sincopadamente “dónde están los neoliberales, que no los veo”, y también valientes defensas del modelo liberal frente los aserradores del árbol caído. Parece innegable que el golferío, la exhuberancia orgiástica y la eclosión de cientos de michaeldouglas enfebrecidos por el oro fácil, todos haciendo de Gekko en la Wall Street de Oliver Stone, puede haber causado daños irreparables a muchos países, empresas y particulares, empezando por la propia Gran Manzana neoyorquina. No sabemos con certeza quién porta el VIH financiero. Aunque, respiremos: “Tenemos el mejor sistema financiero del mundo”. Modesto, bájate del árbol, que se va a subir el presidente Zapatero. Esto se escribe a las cuatro de la tarde de ayer, y es posible que el temporal provoque otro botavarazo y otro cambio radical en la cuestión, pero parece que Bush va a lanzar el salvavidas a los malos de la película, no porque él sea también malo –que lo será–, sino, como suele decirse, “en evitación de males mayores”. Quiere tapar agujeros, intevenir, prestar dinero y dar capital para parar la sangría de entidades gigantescas que se van a pique. Se ha vuelto interven94
cionista. Un rascacielos que cae hace mucho daño, incluso en lugares lejanos. En apariencia de forma muy poco american way, quiere meter en los agujeros negros de la finanzas, a fondo perdido, lo que dejará de gastar en escuelas, sanidad, medio ambiente o infraestructuras de Nueva Orleans –¿en ejército y guerra?–, y lo hace en contra de la opinión de sus hermanos republicanos. Yo, humildemente, creo que no sabe qué hacer. No sabemos cuánto va a durar esto, ni si el barbecho quemado traerá una nueva fertilidad o si el caballo de Atila eliminará la posibilidad de que brizna alguna vuelva a crecer. Lo que sí sabemos es que la selva no es buena para los humanos. UNA FÁBULA CONTEMPORÁNEA (16/10/2008) Lo que voy a contar es cierto. Conozco el caso. Él es un infraempleado español al uso: carrera, dos idiomas y medio, un mastercillo, con algo más de mil euros de salario limpio al mes. Mil quinientos el mes que más cobra con los variables. Como suele decirse, es de “extracción humilde” y sus padres tienen todos los ahorros diluidos en los tabiques de la casa que habitan. Él es un chico inteligente, independiente, con ganas de vivir. Le gusta eso que llaman la bohemia: codearse gente con aspecto alternativo, de ideas progresistas sin dolor ni riesgo, leer a Charles Baxter, alquilar a Truffaut para preparar el espíritu con los amigos antes de lanzarse a los garitos desde el jueves noche. Por estas razones y otras aspiraciones, y animado por sus padres que le dicen que “alquilar es tirar el dinero”, nuestro hombre joven decide comprar una casa hace cosa de dos años. Él es típico caso de quien se queda con la escoba en la mano o sin silla donde sentarse en el juego de marras. Resumo su panorama: sus padres lo avalan, se apresura a comprar una casa en una promoción de la que se ha vendido menos de un diez por ciento (han desmontado la casetilla de ventas y la propia casa piloto: su urbanización parece sacada de una película de post hecatombe nuclear), dedicaba al principio el 80 por ciento de su precario sueldo a pagar la hipoteca (con las subidas de intereses, es prácticamente el noventa). Se puede decir que su casa vale a día de hoy en el mercado 95
menos de lo que le queda por pagar de préstamo hipotecario. Quiere meter estudiantes en casa, pero los estudiantes no quieren vivir allí, a la sombra de un hipermercado de periferia. Le acaban de decir en el trabajo que vaya buscándose la vida en otro lado. Omito la moraleja. Bonito plan, en cualquier caso.
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EL TIMO DIARIO
Por RUBÉN SÁNCHEZ GARCÍA
RUBÉN SÁNCHEZ GARCÍA, responsable de Comunicación de FACUA
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E
L mercado, el sistema capitalista y lo que en los países de nuestro entorno se ha venido a llamar la sociedad de la opulencia se perpetúan gracias a la invitación al despilfarro irracional, la manipulación de los consumidores para que conciban la felicidad y el éxito como sinónimos de consumo, compra, acumulación de bienes y ostentación de los mismos. En nuestro momento histórico y entorno socioeconómico, el mercado ya no se limita a fabricar productos para satisfacer las necesidades de los consumidores. Más bien, su objetivo es “fabricar” consumidores que adquieran los productos. Cuando (y donde) las necesidades básicas están colmadas, el mercado crece y se enriquece haciendo creer a los consumidores que necesitan más productos, más servicios, para alcanzar una felicidad utópica a la que nunca llegarán porque siempre seguirán “necesitando” comprar, acaparar y ostentar más bienes. Pero para lograr esa manipulación en la conciencia y por ende en el comportamiento de los ciudadanos, es necesario montar una estructura comunicacional en la que, a todos los niveles, el Dios Consumo sea venerado sin que se surja la más mínima noción de pérdida de libertad. Se trata de hacer creer a los consumidores que sus decisiones son suyas y que nada ni nadie les ha teledirigido hacia ellas. Un sistema que se nutre de los grandes medios de comunicación de masas, que difunden no sólo la publicidad de los productos y servicios, sino también un discurso claramente socializador en el que la felicidad siempre está aparejada al consumo y ostentación de productos y servicios. Este modelo de sociedad basado en la invitación al consumo irracional resulta de por sí una agresión, un acto de violencia, contra el individuo, ya que su discurso tiene tanta fuerza que logra privarlo de libertad real y le aporta una falsa noción de libertad. El ciudadano, el consumidor, cree que es él quien toma las decisiones libremente, sin percibir que éstas son fruto de una manipulación tanto puntual (la
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que le lleva al acto concreto de compra, con una publicidad que ensalza virtudes, algunas falsas, del producto, mientras que oculta ciertos defectos), como global (la que le hace creer que los bienes le aportan felicidad sin advertirle que el gasto excesivo conlleva falta de ahorro, endeudamiento y, finalmente, angustia e infelicidad). Pero junto a la manipulación global que sufren los consumidores en esta sociedad de la opulencia, están los actos concretos, cotidianos, en los que padecen abusos y fraudes de empresas y la desprotección por parte de los poderes públicos ante éstos. Ésta otra agresión es, quizás, más perceptible por el consumidor de a pie, más frustante, sobre todo si no se decide a responder a la violencia del mercado, del sistema, entrando en acción, rebelándose y luchando por que sus derechos sean respetados. La tipología de agresiones del mercado contra los consumidores es muy amplia y variada. Pongamos algunos ejemplos: Junto a las cometidas por las empresas (o administraciones públicas que también prestan servicios), están las agresiones de los poderes públicos en el ámbito del Consumo: Agresiones mediante la falta de un control suficiente del mercado, para evitar o actuar contra los abusos y fraudes garantizando la protección de los consumidores. Agresiones fruto de la lentitud y ausencia de respuesta a las denuncias que plantean los consumidores contra las empresas que cometen irregularidades. Agresiones basadas en negar a la sociedad civil y sus organizaciones representativas niveles importantes de participación en la vida política, en las decisiones sobre la elaboración y aprobación de normas que regulen el mercado, así como en el control del mismo. Agresiones mediante la promulgación de normas (leyes, reales decretos..) en las que la protección de los consumidores resulta insuficiente. Agresiones a través de la falta de medidas que garanticen el control del cumplimiento de las normas que regulan el mercado. Agresiones a través de la discriminación y la negativa a potenciar a organizaciones ciudadanas combativas, 100
críticas e independientes del poder y del mercado, en paralelo al apoyo a otras que son complacientes con los gobernantes y que se pliegan a sus intereses. La respuesta necesaria a los abusos, las agresiones, del sistema, es la toma de conciencia del ciudadano de que debe ser un consumidor crítico, reflexivo, que debe intentar evitar la manipulación y, sobre todo, que ha de actuar contra esas prácticas autoorganizándose. Si la respuesta de los trabajadores a los abusos de las empresas son los sindicatos de clase, la de los consumidores son, o deben ser, las asociaciones de consumidores. Se trata del mismo ciudadano que se autoorganiza en dos modelos de organizaciones, una para proteger sus intereses como trabajador, otra para protegerlos como consumidor. En los próximos capítulos expondremos la historia de ese movimiento de consumidores en el mundo y en España, el caso concreto de FACUA-Consumidores en Acción y su modelo e ideario, así como algunas nociones sobre lo que para esta organización debe ser un consumidor crítico y reflexivo. ORÍGENES E HISTORIA DE FACUA Y SITUACIÓN DEL MOVIMIENTO DE CONSUMIDORES Para hablar de los orígenes y la historia de FACUA es necesario hacer una aproximación a los propios orígenes y al desarrollo del movimiento consumerista en el mundo y en España, todo ello para situar el marco en el que se produce el nacimiento de nuestro proyecto consumerista y las condiciones que han podido influir en su propio origen y desarrollo. Orígenes del movimiento consumerista en el mundo y en España Las organizaciones de consumidores nacen como un movimiento social natural de autodefensa de los propios ciudadanos para intentar hacer valer sus derechos de forma colectiva frente a productores y comerciantes. La teoría 101
económica ha ido denominando como consumerismo a todo movimiento social que lucha por incrementar los derechos y el poder de los consumidores en relación con los medios de producción y distribución, es decir, el mercado en cualquier sistema económico. El origen o el punto de comienzo de estos movimientos hay que situarlo en el siglo XIX y nace ligado a las distintas teorías que cuestionaban o planteaban la reforma del sistema capitalista vigente en Europa en dichas fechas. Se puede decir que las primeras formas de organización de los consumidores como tales toman cuerpo en torno a cooperativas y se cita como la primera conocida a la formada en 1844 en la ciudad de Rochdal, ciudad situada a 20 kilómetros de Manchester, en Inglaterra. Al final del siglo diecinueve comienzan a aparecer en Estados Unidos las primeras Ligas de Consumidores, que reivindicaban la protección de los consumidores por medio de reglamentaciones apropiadas para los distintos productos o servicios que se ofertaban en el mercado. Sin embargo, no es hasta el siglo pasado y acompañando el proceso de industrialización y la aparición de la sociedad de consumo de masas que se desarrolla en Estados Unidos y en algunos países de Europa (consumismo, despilfarro, multinacionales, producción en masa y sofisticación) cuando aparecen las organizaciones de consumidores como hoy las conocemos y que tuvieron su origen en la defensa del poder adquisitivo o de compra de los consumidores y en el deseo de obtener más bienes. Aunque dichas organizaciones, surgidas tras la segunda guerra mundial, no adquieren un papel importante hasta la década de los sesenta. Es por tanto a partir de esa década, y una vez cubiertas las necesidades cuantitativas generales por los trabajadores, cuando surgen las nuevas aspiraciones o reivindicaciones de tipo cualitativo. Es el surgir del movimiento específico de los consumidores de una forma separada del movimiento sindical. Aparece el movimiento denominado consumerista y las organizaciones surgen y se desarrollan en todos los países industrializados, alcanzando un poder importante en cada país e incidiendo ante sus gobiernos para mejorar las leyes de protección de los consumidores, utilizando diversas formas de presión a través de las revistas que publican 102
y organizando boicot a productos o servicios, a la vez que comienzan a coordinarse internacionalmente. Para atender las aspiraciones cada vez más sentidas de la sociedad europea y norteamericana, el Presidente de los EE.UU, J. F. Kennedy se ve obligado a promulgar los Derechos del Consumidor en la década de los sesenta, el Consejo de Europa proclama la “Carta Magna del Consumidor” en el año 1973 y la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea) elabora un “Programa Preliminar” en el año 1975. En España, si bien el movimiento de defensa de los consumidores no comienza a desarrollarse y a cobrar cierto protagonismo hasta la década de los ochenta, se pueden citar como antecedentes del mismo al surgimiento de las Asociaciones de Amas de Casa a finales de la décadas de los sesenta (que luego adoptarían también el nombre de consumidores y usuarios), a las Asociaciones de Vecinos surgidas masivamente en la década de los setenta, a la vez que en 1973 se comienza a publicar una revista especializada en temas de consumo con el nombre de “Ciudadano” y en 1975 surge la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). También se crea en dicho año el Instituto Nacional del Consumo dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo. El marco legal de protección a los consumidores se desarrolla en Europa a partir de los años 60, en un intento de dar un marco jurídico a los derechos e intereses de los consumidores y de sus organizaciones, en consonancia con el desarrollo económico de los países europeos de la zona capitalista. En España este nuevo marco legal se retrasa hasta la década de los ochenta, con la promulgación de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios de 1984. En América Latina y en Asia el movimiento de protección y defensa de los consumidores surge y se desarrolla generalizadamente en una etapa más tardía y en consonancia con el desarrollo político y económico de dichos países, aunque como en el caso de México los primeros movimientos de defensa de los consumidores surgieron con bastante antelación al resto de los países de la zona. Sus leyes de protección a los consumidores se promulgan en la década de los 90 y a principios de este siglo. 103
Condiciones y elementos precipitantes Observando el proceso de desarrollo de las organizaciones de consumidores a partir de la década de los 60 en Estados Unidos y en Europa occidental, es decir, las llamadas sociedades industrializadas se puede afirmar que dicho fenómeno se había producido en un caldo de cultivo favorable o condiciones determinadas por las siguientes características: Desarrollo económico del país y un nivel de renta determinado que permiten hablar de Sociedad de Consumo. Nivel cultural ampliamente extendido en las distintas capas que componen la sociedad. Oferta masificada en cantidad y variedad de productos y precios. Avalancha de la publicidad en apoyo a la oferta. Sistema político en el que sea posible ejercer la libertad de reunión y expresión a cualquier persona y grupo que lo desee. Sin embargo, además de estas condiciones objetivas generales existen otras condiciones objetivas-subjetivas concretas que son las que provocan el “parto” en un momento determinado o las que permiten el desarrollo acelerado. Podríamos llamarlas condiciones-provocadoras o detonadores sociales o elementos precipitadores y entre estas se podrían señalar las siguientes: Las crisis económicas inciden de tal forma de los intereses económicos del consumidor que provocan la necesidad de aglutinarse y autodefenderse. El fenómeno del fraude tanto en el precio como en la calidad de los productos o servicios originan la reacción de tipo consumerista. Los medios de comunicación de masas al alcance de los consumidores pueden sensibilizar a amplios sectores. La desprotección tanto legal como administrativa provoca los resortes de autodefensa entre los consumidores. 104
El posicionamiento de gobiernos, gobernantes o partidos políticos sensibilizados en favor de los intereses de los consumidores. Probablemente existan otras condiciones y características propias en otros países. Hay que señalar también que no todas las condiciones descritas tienen la misma fuerza de influencia, ni que se hayan dado todas las condiciones en todos los países o en un solo país. Tipología del movimiento de consumidores Para clasificar los movimientos de consumidores y diferenciarlos se han tenido en cuenta dos criterios básicos y esquemáticos utilizados por buena parte de los analistas y estudiosos, es decir, sus objetivos y sus actividades. Según los objetivos que pretendan alcanzar las distintas organizaciones de defensa de los consumidores nos encontramos con dos modelos claramente diferenciados: Hay asociaciones cuyos objetivos son solamente el colocar al consumidor en mejor situación dentro del seno de las estructuras del mercado. En este caso, se trataría de organizaciones enclavadas en el actual sistema de mercado y que sólo persiguen corregir los desmanes o abusos de éste. En este bloque se encontrarían la mayoría de las organizaciones de consumidores de Europa, Estados Unidos y demás países desarrollados. Otro modelo lo representarían las asociaciones cuyo objetivo sea el cambio social, la transformación de las actuales estructuras económicas. En este otro caso se trataría por tanto de organizaciones que sin renunciar a defender una mejor posición de los consumidores en el mercado y combatir los desmanes y abusos de éste, también se proponen contribuir a cambiar el actual modelo de producción, distribución y consumo. En este segundo bloque se encontrarían algunas organizaciones de Europa y buena parte de las organizaciones de América Latina y otros países del denominado Tercer Mundo. Según las actividades que desarrollen las organizaciones de consumidores nos encontramos también con dos modelos diferentes: 105
En un primer modelo se incluirían las organizaciones que se encuadran en el campo exclusivo de la defensa del consumidor y las llamaremos específicas. En este caso se encontrarían la mayoría de las asociaciones de consumidores y usuarios. En un segundo modelo se encuadrarían aquellas organizaciones cuyas actividades y campos de actuación son más amplias y que en un momento determinado también asumen la defensa del consumidor y a éstas las llamaremos no específicas. En este caso se encontrarían los movimientos vecinales, de mujeres, cooperativas, etc. ORÍGENES DEL PROYECTO FACUA Para conocer los orígenes de FACUA – Consumidores en Acción hay que remontarse a finales de los 70, unos años antes de la aparición de decenas de organizaciones de consumidores por todo el país a raíz del escándalo del síndrome tóxico provocado por la comercialización fraudulenta de aceite de colza desnaturalizado que causó centenares de muertes y secuelas que aún son padecidas por miles de españoles. En los años previos a la democracia el movimiento de defensa de los consumidores en España se reducía a una cierta actividad que en el ámbito del consumo desarrollaban las asociaciones de vecinos con un carácter abiertamente progresista, junto a la recién nacida Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la incipiente labor también consumerista que desarrollaban las asociaciones de amas de casa. En el momento álgido del envenenamiento por el aceite de colza, en 1980, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid creó una Asociación de Consumidores de ámbito estatal que se denominó “La Defensa” y propuso en la Asamblea Estatal de AA.VV. celebrada en Madrid en los días 6 y 7 de diciembre de dicho año, donde participaron la inmensa mayoría de las Federaciones y Coordinadoras vecinales del conjunto de las provincias o comunidades del Estado, la creación de delegaciones de dicha Asociación de Consumidores en todas las provincias españolas. 106
Sin embargo, el proyecto propuesto por la Federación vecinal madrileña, si bien fue aprobado en la Asamblea Estatal, sólo fraguó en la capital andaluza, en Baleares y Murcia, aunque pocos meses después y ante la paralización del proyecto inicial por imposibilidad de los propios promotores la delegación sevillana de “La Defensa” pasó a convertirse en el mes de noviembre de 1981, con el apoyo de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos de Sevilla, en la Asociación de Consumidores y Usuarios de dicha provincia, con el nombre de ACUS “La Defensa”, adoptando personalidad jurídica propia y carácter independiente de la Asociación de ámbito estatal. Tras la constitución de la Asociación de Consumidores de Sevilla este proyecto se fue extendiendo al resto de las provincias andaluzas, dando lugar al nacimiento de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (FACUA). HISTORIA DE FACUA CONSUMIDORES EN ACCIÓN: 1980-2007 La historia de FACUA ha estado llena de momentos de dificultades y de avances a lo largo de los más de 26 años de andadura de un proyecto consumerista que sin lugar a dudas es en la actualidad uno de los más activos y dinámicos de los que funcionan en España. Cinco periodos conforman estos primeros 26 años de la historia de FACUA – Consumidores en Acción. La primera asociación y su extensión por Andalucía: 1980-1983 Una vez constituida la Asociación de Consumidores y Usuarios de Sevilla (ACUS “La Defensa”) en 1981 se produjo un acuerdo en el seno del movimiento vecinal andaluz para extender dicho modelo al resto de las provincias andaluzas. La denominada Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Andalucía (embrión de lo que fue a convertirse en la hoy Confederación de Asociaciones de Vecinos de An107
dalucía - CAVA) valora que tras el rechazo de la Junta de Andalucía a reconocerle su carácter de organización representativa de los intereses de los consumidores y usuarios andaluces, sólo le queda el camino de apoyar la iniciativa puesta ya en marcha por el movimiento vecinal sevillano y acuerda en el V Encuentro Andaluz de Asociaciones de Vecinos, celebrado en Sevilla el día 3 de octubre de 1982, el fomentar la creación de Asociaciones de Consumidores, en las otras siete provincias andaluzas y articular posteriormente una Federación con todas ellas y así fomentar la aparición de un movimiento específico de defensa de los consumidores y usuarios, en base al espíritu democrático, progresista e independiente que inspiraba al propio movimiento vecinal, que pudiera aspirar a ser un interlocutor legal y aceptado por la Administración Autónoma y con el que pudiera mantener vínculos de estrecha colaboración. De este forma y durante los años 1982 y 1983 se fueron creando asociaciones de consumidores en las provincias de Cádiz, Granada, Huelva, Málaga y Jaén, todas ellas con el patronímico de “La Defensa”. Se constituye FACUA Andalucía, nace la revista Consumerismo y comienzan los contactos con el movimiento de consumidores en España: 1984-1985 Estas nuevas Asociaciones de Consumidores, junto a la que ya funcionaba en Sevilla desde 1981, acordaron constituir en una reunión celebrada en Sevilla el día 31 julio de 1983 la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (FACUA), con una implantación territorial en seis de las ocho provincias andaluzas y con el apoyo del movimiento vecinal andaluz. Con el fin de completar la estructura de FACUA en las provincias de Almería y Córdoba y ante la falta de decisión del movimiento vecinal de dichas provincias a crear asociaciones de consumidores se tomó contacto con dos organizaciones que estaban relacionadas con la defensa de los consumidores y se establecieron acuerdos de colaboración con las mismas, aunque no se pudo lograr que se integraran en el seno de FACUA Andalucía y posteriormente desaparecieron. 108
Para resolver la falta de afianzamientos de estos dos procesos unitarios FACUA inició nuevas gestiones para llenar este vacío existente en las dos provincias citadas y así, en 1986, logramos fomentar la creación de una Asociación de Consumidores y Usuarios en Almería y posteriormente en el año 1989 en Córdoba con lo que se pudo completar la implantación en las ocho provincias andaluzas. En esta primera fase del camino se produjo una pequeña crisis como consecuencia del acuerdo adoptado por el Partido Socialista Obrero Español en Andalucía de crear en 1984 una organización de consumidores cercana a sus tesis políticas: la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA), siguiendo así los acuerdos adoptados a nivel estatal y que propiciaron la creación, en el mismo año, de la Unión Federal de Consumidores (UFC), que posteriormente adoptó el nombre de Unión de Consumidores de España (UCE). Esta crisis se produjo en la provincia de Huelva, donde la Asociación integrada en FACUA adoptó el acuerdo de integrarse en la nueva organización de consumidores auspiciada por el PSOE, provocando así la pérdida de la presencia de FACUA en dicha provincia, lo que motivó nuevas actuaciones para constituir en dicha provincia una Asociación de Consumidores y Usuarios que con el nombre de “La Unidad”, pues no pudo adoptar el patronímico de “La Defensa”, se integró en FACUA en 1985. Tras la constitución de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (FACUA) este movimiento mantiene unos vínculos de colaboración muy estrechos con el propio movimiento vecinal hasta que progresivamente y a medida que FACUA y sus Asociaciones provinciales comienzan a cobrar protagonismo propio se va produciendo una separación lógica, aunque manteniendo en diversas provincias lazos estrechos de colaboración entre ambos movimientos sociales. Una característica constante que ha marcado la actividad de FACUA durante todos estos años ha sido sin lugar a dudas su carácter independiente y su deseo de actuar unitariamente con otras organizaciones del conjunto del Estado, con el fin de articular una gran confederación de consumidores y usuarios de ámbito estatal. 109
Para avanzar en este objetivo, FACUA se suma al proceso iniciado en 1982 de vertebración y de unidad entre un importante número de organizaciones progresistas de consumidores que funcionaban en distintas provincias o comunidades del conjunto del Estado y que se estaban nucleando en torno a la Asociación de Consumidores de Cantabria (ACC) y a la Organización de Consumidores de Cataluña (OCUC), con el fin de coordinar esfuerzos para organizar una alternativa a las opciones que representaban la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Confederación Española de Amas de Casas, organizaciones éstas de corte más conservadora y que contaban con todo el apoyo y reconocimiento del gobierno de UCD para “hegemonizar” la representación institucional del emergente movimiento de consumidores español. Fruto de estas actuaciones se constituye en marzo de 1984 a una Coordinadora Estatal de Asociaciones de Consumidores en la que se integraron la Asociación de Consumidores de Cantabria, la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña, la Federación de Consumidores del País Vasco, la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía, la Asociación de Consumidores de Navarra, la Asociación de Consumidores de Valladolid y la Asociación de Consumidores del País Valenciano. Se procedió a nombrar unos representantes con carácter rotatorio para comenzar su interlocución con el gobierno central, una vez alcanzado unos ciertos niveles de reconocimiento de nuestra representatividad por parte de éste, que era uno de los principales objetivos de la citada coordinadora estatal. Sin embargo, la irrupción en la escena consumerista española por parte de la Unión Federal de Consumidores, organización auspiciada por UGT y el PSOE, provocó la ruptura de este bloque progresista al integrarse o ser ganados para el mismo a una buena parte de las organizaciones participantes en el mismo. Como consecuencia de ello se produce una grave crisis en la recientemente creada Coordinadora Estatal de Consumidores y Usuarios. Junto con este fuerte deseo de participar en proyectos progresistas de ámbito estatal, por entender que los problemas de los consumidores no podían defenderse exclu110
sivamente desde el marco de la comunidad autónoma de Andalucía, FACUA apostó decididamente por fomentar en las ocho provincias andaluzas un movimiento consumerista fuerte y representativo en torno a las Asociaciones de Consumidores que la integraban. Con estas dos premisas fundamentales, fomentar organizaciones fuertes y activas y ampliar sus objetivos más allá de Andalucía, FACUA ha venido a lo largo de estos años desarrollando su propio proyecto consumerista y dotándolo de contenidos y capacitad de actuación. Una de las primeras metas a lograr fue sin lugar a dudas el dotarse de unas oficinas donde poder desarrollar su creciente actividad y poder coordinar el trabajo de sus Asociaciones federadas. Esta necesidad fue resuelta desde el mismo momento de su constitución en 1983 gracias al acuerdo unánime de su Junta Directiva de ubicar a FACUA en el local de la Asociación provincial que ostentara la presidencia de la Federación. Por ello, la Federación comparte sede con la Asociación sevillana. Otra de las metas importantes que era necesario alcanzar para lograr los objetivos de FACUA era el dotarse de una publicación propia que le permitiera mantener un contacto permanente con sus asociados y que a la vez pudiera ser el vehículo y portavoz de la Federación hacia el conjunto de la sociedad. Este nuevo reto se logra alcanzar en el año 1984 tras la publicación de Consumerismo, una modesta revista de sólo ocho páginas impresa a dos colores, que en 23 años de edición se ha convertido en la revista de consumo de mayor calidad, por su presentación y contenidos, de las que se publican en España. Junto a estas dos primeras metas FACUA siempre entendió que era necesario dotarse de un amplio equipo de personas con capacidad y experiencia en distintas disciplinas profesionales, con el fin de poder atender eficazmente el conjunto de las actividades que una Federación de consumidores tiene que abordar para cumplir bien sus objetivos. De esta forma se fue produciendo un reforzamiento de la Junta Directiva con nuevos compañeros y compañeras de las distintas Asociaciones provinciales, que progresivamente fueron asumiendo distintas responsabilidades, a la vez que se inició un proceso de incorporación de jóvenes profe111
sionales del derecho, del periodismo, de la educación y de otras disciplinas para asumir tareas de responsabilidad en los distintos departamentos o gabinetes de la organización, los cuales permitieron articular una estructura amplia y permanente capaz de asumir los distintos retos que se nos han ido presentando hasta hoy. Se constituye el proyecto CECU bajo la dirección de FACUA Andalucía y se sigue avanzando en la consolidación del proyecto FACUA: 1986-1998 Guiados por el deseo de romper el aislamiento en el que había quedado FACUA tras el rompimiento de la coordinadora estatal que durante un tiempo habían liderado las organizaciones de Cantabria y Cataluña y con la pretensión de apostar nuevamente por articular un proceso unitario entre las asociaciones de consumidores progresistas que no habían sido fagocitadas por la Unión de Consumidores de España, el día 3 de octubre de 1986 se celebró una reunión en Sevilla, donde acudieron junto a FACUA, cinco organizaciones de consumidores de otras tantas comunidades autónomas: la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña (OCUC), la Federación de Consumidores del País Vasco (EKE), la Asociación de Consumidores de Navarra (IRACHE), la Asociación de Consumidores y Usuarios de Murcia (ACU) y la Asociación de Consumidores y Usuarios de Baleares (La Defensa), estas dos últimas creadas también al calor del movimiento vecinal de sus respectivas comunidades. En esta reunión se puso en evidencia la necesidad de seguir manteniendo el espíritu unitario y progresista que inspiró a la coordinadora estatal que funcionó hasta 1984 y se adoptó el compromiso de trasladar a las respectivas organizaciones la propuesta de poner en marcha una nueva organización estatal bajo el nombre de Coordinadora Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU), esta vez bajo el liderazgo de la Federación anfitriona y promotora de la idea, a la cual se le encargó la toma de las iniciativas necesarias para legalizar la nueva organización y tratar de ampliarla a otras comunidades del Estado. De esta forma y como una respuesta a los intentos hegemonistas de UCE y ante la falta de referentes progresistas entre las organizaciones de ámbito estatal que funcionaban 112
en el país, surgió el proyecto que luego se transformaría en febrero de 1988 en la Confederación de Consumidores y Usuarios – CECU, organización a la que FACUA dedicó una gran parte de sus esfuerzos hasta que tuvo que abandonarla en 1998 a causa de los estilos poco democráticos en su funcionamiento interno que se habían impuesto en su último periodo y en los nuevos objetivos que se estaban persiguiendo por dicha organización estatal, lejos de la independencia frente a los poderes políticos y económicos. Al margen de estas circunstancias la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Andalucía (FACUA) siguió trabajando en la comunidad andaluza para seguir fortaleciendo un proyecto consumerista independiente de los poderes económicos y políticos, progresista en sus alternativas y democrático y participativo en su funcionamiento interno. Una organización con una estructura organizativa que cuenta con una red de locales abiertos en el conjunto de la comunidad en los que trabajan en su conjunto cerca de 200 personas entre directivos, técnicos y socios colaboradores con carácter remunerado y voluntarios y que cuenta con activos departamentos y gabinetes de trabajo que hacen posible que FACUA desarrolle una activa y eficaz labor en las actividades de denuncias de los abusos y fraudes que sufren los consumidores, que fomenta la concertación con sectores empresariales para abrir vías de diálogo y mediación y que participa en numerosos órganos consultivos de la Administración andaluza. Una organización que se ha situado dentro de la corriente progresista y alternativa al actual modelo de producción y consumo, aunque desde una opción claramente independiente del resto de las organizaciones políticas o sociales situadas en dicho frente ideológico. Nos asociamos al proyecto ASGECO y comienza un periodo de reflexión: 1999-2003 Tras nuestro abandono de CECU se produce un nuevo aislamiento de nuestra Federación en el marco del movimiento de consumidores del conjunto del Estado y fue por ello y siguiendo la línea unitaria y de participación en ámbitos superiores al andaluz, que FACUA ha seguido desde sus 113
propio inicios, estableció nuevos acuerdos para unirse a una organización de ámbito estatal y así, en su Asamblea General celebrada en 1999, adoptó el acuerdo de asociarse a la Asociación General de Consumidores (ASGECO), junto con la Asociación Regional de Consumidores y Usuarios de Castilla y León y la Asociación de Consumidores y Usuarios de Castellón, ambas provenientes también de CECU. Con este acuerdo estas tres organizaciones de consumidores apostaron por transformar ASGECO en una Confederación más amplia y activa en la que pudieran participar junto con las organizaciones procedentes del cooperativismo de consumidores (las cuales conforman la base de ASGECO-UNCCUE) y organizaciones de consumidores generalistas como FACUA. Lamentablemente los dirigentes históricos de ASGECO sintieron preocupación por el creciente papel de FACUA (ya como organización de ámbito nacional desde junio de 2003 tras la unificación de las tres organizaciones generalistas) y su capacidad creciente de actuación y nos pidieron que abandonáramos la organización por entender que nuestro proyecto y el tradicional de ASGECO no eran compatibles. FACUA no podía frenar su capacidad de actuación ni su propio crecimiento en pro de mantener una unidad que sería de dudoso beneficio para los consumidores españoles y por ello, nos vimos obligados a abandonar la Confederación ASGECO en 2004 y dejar que UNCCUE siguiera sola en dicho proyecto. Nace Consumidores en Acción y el proyecto FACUA se extiende por toda España: 2004-2007 Superadas las dos décadas desde su nacimiento y consolidada como la federación de consumidores más fuerte, activa y representativa de Andalucía y una de las más importantes del país, FACUA Andalucía decidió en su IV Congreso celebrado en marzo de 2003 dar un nuevo e importante paso en su proyecto consumerista y extender su organización al conjunto del Estado español. Por ello en junio de ese mismo año nace FACUA España - Consumidores en Acción como una organización de estructura federal 114
y con aspiración a estar presente en todas las comunidades autónomas. FACUA España surge fruto de la unión de la Federación andaluza con dos veteranas organizaciones de la Comunidad Valenciana y Castilla y León a las que le unen históricos lazos de colaboración. Posteriormente nuevas organizaciones de consumidores de Murcia, Extremadura, Baleares, La Rioja y Castilla-La Mancha se fueron sumando al proyecto. FACUA es una organización de carácter marcadamente progresista, democrático, plural y participativo que se sitúa en posiciones alternativas ante el actual modelo de producción y consumo. Sus organizaciones territoriales celebran cada año asambleas de socios que periódicamente eligen a sus juntas directivas. Asimismo, la Federación organiza anualmente una Asamblea General y cada tres años el Congreso designa a su Junta Directiva. El organigrama de FACUA está compuesto por un equipo amplio de hombres y mujeres que combinan veteranía y juventud. Veteranos que, en muchos casos, sufrieron la represión del franquismo al jugar un activo papel en la defensa de las libertades y la democracia en las diferentes etapas de la dictadura; hombres y mujeres provenientes del movimiento sindical, vecinal y de padres de alumnos y jóvenes que han visto en el movimiento consumerista la forma de contribuir a mejorar la sociedad desde posiciones democráticas y progresistas. La independencia frente a gobiernos, poderes públicos, partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales es otra de las señas de identidad que han marcado claramente la trayectoria de FACUA, que junto a su constante actividad en defensa de los intereses de los consumidores la han llevado a convertirse en una de las organizaciones más activas y dinámicas de las que funcionan en España. Frente al rancio clientelismo político y a la búsqueda de sumisión que ejercen determinados gobiernos o administraciones FACUA no sólo no se ha arrojado nunca en los brazos del poder, sino que ha sufrido y sigue sufriendo importantes obstáculos por parte de ciertos políticos e instituciones públicas que no consienten la crítica y la independencia y tratan de marginar a nuestra Federación negándole 115
la participación en determinados foros o recortándole subvenciones públicas, en pro de otras organizaciones tristemente afines o dóciles. En sus relaciones con los empresarios, aunque siempre ha defendido la búsqueda de vías de diálogo para la solución de conflictos, nunca excluye la necesaria confrontación con aquellos que vulneren las leyes o mantengan actitudes opacas y de falta de diálogo. FACUA siempre se destacó por trabajar por un consumo responsable y por defender un desarrollo sostenible, confrontando por ello con el actual modelo de sociedad consumista.
EL MODELO DE ORGANIZACIÓN CONSUMERISTA QUE DEFIENDE FACUA Desde sus propios inicios FACUA ha ido articulando y defendiendo un modelo de organización que sirviera para los fines y objetivos perseguidos, un modelo que se fue articulando de manera federal en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Andalucía y que tras dos intentos de articularse unitariamente con otras organizaciones de consumidores de diferentes comunidades autónomas en confederaciones estatales diferenciadas de nuestra organización se procedió a poner en marcha un proceso de extensión del propio proyecto FACUA al ámbito del conjunto de toda España, a través de la puesta en marcha de un nuevo modelo de organización consumerista. FACUA – Consumidores en Acción: un nuevo modelo de organización consumerista Los niveles alcanzados por el proyecto FACUA tras la puesta en marcha de Consumidores en Acción en el ámbito de toda España nos han indicado claramente la necesidad de realizar un nuevo impulso que permita alcanzar nuevas e importantes metas y entrar en lo que podríamos definir como proceso de consolidación de un nuevo modelo de or116
ganización de los consumidores que afronte las nuevas necesidades de la sociedad española y europea. Para responder a las nuevas necesidades de los consumidores y a las nuevas formas de organización de los ciudadanos FACUA ha puesto en marcha un nuevo modelo de organización de consumidores, dinámico y flexible, capaz de integrar y articular la participación de decenas de miles de consumidores y usuarios en defensa de sus intereses y derechos. Un modelo que se ha articulado en torno a tres pilares o instrumentos básicos interconectados y funcionando como una sola organización de consumidores: organizaciones territoriales, asociados individuales y la Red de Consumidores en Acción. Primer instrumento: Organizaciones Territoriales Las organizaciones territoriales integradas en FACUA representan la columna vertebral y el primer instrumento de la estructura federal y sobre ellas recae la mayor responsabilidad para garantizar la estructura organizativa de los órganos de gobierno y de los equipos de trabajo, así como una parte de la financiación de los gastos corrientes de la organización a través de cuotas anuales. Consumidores en Acción está abierta a las posibles integraciones de asociaciones de consumidores que funcionen en las diferentes comunidades autónomas y que acepten el código ético que FACUA tiene establecido con el fin de garantizar que las organizaciones no reciban ninguna ayuda económica por parte de los sectores empresariales ni actúen a favor de ninguna empresa o sector empresarial. En la actualidad las organizaciones territoriales que están integradas en FACUA son las siguientes y agrupan a cerca de 45.000 asociados individuales y a más de un centenar de colectivos, que a su vez agrupan a más de 20.000 ciudadanos. Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios en Acción - FACUA Andalucía. Asociación Regional de Consumidores y Usuarios de Castilla y León - FACUA Castilla y León. Asociación de Consumidores y Usuarios de la Comunidad Valenciana - FACUA Comunidad Valenciana. 117
Asociación de Consumidores y Usuarios de Murcia FACUA Murcia. Asociación de Consumidores y Usuarios de Calviá - FACUA Baleares. Asociación de Vecinos, Consumidores y Usuarios “Nueva Ciudad” de Mérida - FACUA Extremadura. Asociación Riojana de Defensa de los Consumidores y Contribuyentes – FACUA La Rioja. Asociación de Vecinos y Consumidores – Almonacid de Castilla-La Mancha. Este conjunto de organizaciones de consumidores tienen en funcionamiento diecisiete oficinas en quince provincias, donde se atienden miles de consultas y reclamaciones de los consumidores y usuarios de toda España y desarrollan de manera autónoma sus propios programas de actividades. FACUA – Consumidores en Acción fomenta y quiere integrar las Asociaciones de Consumidores fuertes y representativas que estén abiertas a todos los ciudadanos, sin discriminación alguna por razones de condiciones económicas, creencias ideológicas o religiosas, sexo, edad, raza o nivel de compromiso en el seno de la Asociación. Hacen falta Asociaciones en las que se afilien miles de consumidores y que estén dotadas de mecanismos democráticos para que dichos asociados puedan participar en el desarrollo del movimiento consumerista y en la toma de decisiones de dichas asociaciones, desechando criterios elitistas de que es mejor pocos socios, pero buenos y activos, que muchos con bajo o nulo nivel de participación, pues entendemos que sólo con organizaciones que aglutinen a decenas de miles de consumidores se podrá lograr una intervención eficaz en el mercado y lograr unos niveles de autofinanciación que permita la total independencia de la Asociación frente a las Administraciones públicas u otros intereses políticos o económicos. Por ello es necesario impulsar un modelo de Asociación que sepa compaginar su carácter abierto y su alto nivel de participación para los socios con la existencia de una Junta Directiva estable y activa que sea capaz de ser el motor que empuje al conjunto de la organización hacia adelante y de tomar las decisiones necesarias para lograr dichos objetivos.
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Tenemos que apostar, por tanto, por un modelo de Asociación que sepa articular la defensa de los intereses individuales de los consumidores y usuarios afectados por abusos o fraudes con la defensa de los intereses colectivos de la población y para ello se doten de los instrumentos necesarios para el desarrollo de una actividad eficaz en los distintos campos de actuación en los que deben intervenir las Asociaciones de Consumidores. Para ello deben estar dotadas de departamentos o equipos de trabajo bien delimitados en los que participen personal voluntario y retribuido para poder atender eficazmente las actividades relacionas con la tramitación de las reclamaciones, actividades administrativas, relación con los medios de comunicación, la participación institucional, la contabilidad, la formación, etc. Hay que impulsar un modelo de Asociación que, desde su posición de independencia, sepa jugar su papel de representante de los consumidores en el ámbito de las instituciones públicas y sepa asumir los compromisos y las posiciones de colaboración con las Administraciones públicas, sectores empresariales y sindicatos, junto con las necesarias posiciones reivindicativas y de confrontación según las situaciones y cuando ellas sean necesarias para defender más eficazmente los intereses de los consumidores y usuarios. Finalmente, es necesario impulsar un modelo de Asociación que sin renunciar a la defensa de su propio protagonismo entienda como una necesidad el encontrar y propiciar fórmulas de unidad de acción con otras organizaciones que defiendan a los consumidores. Segundo instrumento: Asociados individuales FACUA tiene en funcionamiento una oficina virtual a través de Internet para atender a todos los consumidores y usuarios que desean recibir una información, tramitar una reclamación o un asesoramiento sobre sus problemas de consumo o quieran asociarse directamente a la organización nacional. Los asociados individuales que FACUA tiene en todas las comunidades autonómicas son un segundo instrumento de vertebración de los consumidores y usuarios y un complemento de la estructura que conforman las organizaciones 119
territoriales, logrando también con el abono de las cuotas de dichos asociados la financiación de una parte de nuestros gastos corrientes. FACUA mantiene asociados individuales en todas las comunidades autónomas al margen de la existencia de organizaciones territoriales integradas. Dichos asociados son la base para la constitución de Delegaciones Territoriales en las comunidades donde no existan dichas organizaciones, con la finalidad de ir articulando la participación de los asociados. Al inicio del ejercicio 2007 FACUA tiene constituidas Delegaciones Territoriales en las comunidades autónomas de Aragón, Asturias, Canarias, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Cataluña y Madrid. En esta última comunidad, FACUA tiene en funcionamiento un local social donde se atienden las consultas y reclamaciones de los asociados y consumidores en general y coordinamos las actividades de la Delegación Territorial. Tercer instrumento: Red de Consumidores en Acción La Red de Consumidores en Acción es el tercer instrumento que permite y facilita la colaboración de los consumidores y usuarios, asociados y no asociados, en las actuaciones de FACUA. Este tercer instrumento para la acción consumerista que FACUA ha puesto en marcha tendrá su base de funcionamiento fundamentalmente a través de nuestro portal www. facua.org en Internet, donde existe un espacio propio para el fomento de la colaboración de los consumidores, sobre todo jóvenes, en las actividades de denuncia, de reivindicación, de estudios de mercado, de fomento de la afiliación, etc. FACUA está impulsando fórmulas flexibles de colaboración y de participación de los consumidores y por ello creemos que la Red de Consumidores en Acción es un instrumento de gran utilidad para lograr vías de información a sus integrantes, así como para fomentar la colaboración de éstos en la realización de actividades de control de mercado y realización de campañas de denuncias, por citar algunas de las actividades que se están realizando. A través de esta vía todos los miembros de la Red reciben información sistemática a través de sus direcciones de 120
correo electrónico, a la vez que son invitados a participar en las actividades de la organización en calidad de voluntarios y sin necesidad de realizar aportaciones económicas a FACUA. V. FACUA y la cooperación internacional En un mundo donde el mercado se encuentra cada vez más globalizado se hace necesario establecer vínculos de colaboración y solidaridad mutua entre la parte más débil de dicho mercado, es decir, los consumidores. Para ello, FACUA viene desarrollando desde hace unos diez años una política de fomento de la cooperación internacional con las organizaciones de consumidores de América Latina y el Caribe, a la vez que tratamos de fomentar lazos de colaboración con organizaciones de consumidores de la Unión Europea. Como resultados prácticos de esta política de cooperación nuestra organización mantiene desde 1996 un convenio de colaboración con la Fundación “Antonio Núñez Jiménez” de la Naturaleza y el Hombre de Cuba mediante el cual venimos desarrollando, desde 1998, proyectos de cooperación en materia de protección al consumidor en dicho país con el fin de impulsar actuaciones que ayuden a avanzar en dicha dirección, a través de la realización de actividades formativas y edición de publicaciones. Dichas actuaciones de FACUA y la citada Fundación se vienen realizando en colaboración con la Universidad de La Habana y con la Dirección de Protección al Consumidor del país, así como con las corporaciones de comercio minorista, CIMEX, Cubalse y Habaguanex. También se ha contado con la colaboración de la Oficina Regional de Consumers International para América Latina y el Caribe para la realización de las jornadas o encuentros internacionales celebrados en La Habana. Desde 2002 y gracias especialmente a nuestro proyecto de cooperación en Cuba, pudimos ampliar nuestras relaciones de amistad y colaboración con organizaciones de consumidores de Chile, República Dominicana, Uruguay, Nicaragua, Guatemala, Perú, Costa Rica, Argentina, El Salvador, Bolivia, Panamá y Colombia, con cuyas organizaciones de defensa de los consumidores tenemos firmados convenios de colaboración. 121
Durante estos diez últimos años hemos colaborado en la financiación de proyectos dirigidos a la protección de los consumidores que se han realizado en Cuba, Chile, República Dominicana, Guatemala, Perú, El Salvador, Argentina, Uruguay, Costa Rica y Panamá, que han sido patrocinados además de por FACUA, por la Junta de Andalucía, los Ayuntamientos de Sevilla y Almería, las Universidades de Sevilla y Almería, las Diputaciones Provinciales de Sevilla, Cádiz y Almería, la Asociación de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Andalucía (ASA), las Fundaciones El Monte y Caja Granada y las Obras Sociales de las Cajas San Fernando y Unicaja, así como otras instituciones. Nuestras líneas de actuación Para el desarrollo de sus actuaciones en el terreno de la cooperación internacional FACUA ha establecido tres líneas de actuación: Ayudar al fortalecimiento y consolidación de las organizaciones de consumidores en los países latinoamericanos donde colaboramos a través de la aportación de ayudas económicas o en especie gestionadas a través de las distintas administraciones públicas o instituciones españolas que destinan fondos para la cooperación internacional para el desarrollo. Ofrecer nuestro apoyo y colaboración en las acciones que las organizaciones de consumidores latinoamericanas desarrollan frente a los abusos de las empresas multinacionales europeas que operan en dichos países, sirviendo de altavoz a sus denuncias o reivindicaciones y lograr que éstas sean conocidas en Europa por parte de la opinión pública y las propias instituciones. Intercambiar experiencias para el enriquecimiento mutuo por parte de nuestra organización y de las organizaciones hermanas de América Latina y trabajar así por el fortalecimiento de organizaciones de consumidores más fuertes y unidas, que puedan estar en mejores condiciones para enfrentarse a un mercado cada vez más globalizado y agresivo.
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FACUA se integra en Consumers International FACUA – Consumidores en Acción se integró en noviembre de 2004 como asociado en Consumers International, una federación de organizaciones de consumidores de carácter independiente dedicada a la protección y a la promoción de los intereses de los consumidores de todo el mundo a través de la creación de instituciones, la educación, la investigación y la representación ante los organismos internacionales, que cuenta en la actualidad con unos 250 miembros en más de 115 países. Partiendo del compromiso de actuar colectivamente con el resto de las organizaciones de consumidores del mundo, FACUA ha querido formar parte de Consumers International y con ello redoblar sus esfuerzos en la solidaridad internacional con los consumidores de los países pobres y en desarrollo hoy víctimas de atropellos y abusos de todo tipo por parte de muchas empresas multinacionales que operan en dichos países, muchas de las cuales son europeas e incluso españolas, a la vez que actuar unido con las organizaciones de los países de la Unión Europea para reforzar la defensa de los derechos de los consumidores europeos. Frente a una globalización de los mercados que está provocando nuevas desigualdades entre los consumidores de los distintos países hay que globalizar la acción de las organizaciones de consumidores para defender nuestros intereses y derechos por encima de las fronteras y de los intereses locales de los países poderosos y de las empresas transnacionales, que son las que más se benefician del actual modelo de globalización. Las organizaciones de consumidores debemos globalizar la solidaridad y enarbolar la bandera de la justicia social y del reparto equitativo de la riqueza de nuestro planeta. Los consumidores de los países ricos y desarrollados debemos entender que nuestro bienestar y el consumismo insostenible en el que estamos inmersos no puede ni debe mantenerse a costa de las desigualdades y de impedir el acceso al mercado a millones de consumidores en buena parte del mundo que carecen de los más elementales medios para vivir con dignidad. La internacional de los consumidores deberá apostar con más fuerza que nunca por la necesidad de que todas 123
las empresas adopten conductas de responsabilidad social y se acaben los dobles estándares y la doble moral que las mismas aplican en los países europeos, Japón, Canadá o Estados Unidos, donde sus marcos legales son bastante satisfactorios y muy diferentes a los que están aplicando en los países de Asia, África o América Latina, donde se producen gravísimos abusos contra los consumidores y usuarios, muchas veces con la complicidad de los gobiernos locales. LA SITUACIÓN DEL MOVIMIENTO CONSUMERISTA EN EL MUNDO Y EN ESPAÑA En la actualidad, el movimiento consumerista o de defensa de los derechos de los consumidores se encuentra ampliamente extendido por casi todos los países del mundo y agrupados en su mayoría en una organización internacional denominada Consumer International (antes IOCU). Dicha internacional está subdividida en oficinas territoriales en Europa, América del Norte, América Latina y el Caribe, Asia y África. Si bien es cierto que las organizaciones más ampliamente desarrolladas y con mayor número de afiliados se encuentran en Europa y Estados Unidos, la realidad demuestra que en el conjunto de los países del mundo las organizaciones de consumidores se consolidan, se extienden y aumentan su capacidad de intervención en el mercado en defensa de los intereses de los consumidores, aunque cada una de ellas con características diferenciadas y adaptadas a las realidades y necesidades de los consumidores de sus respectivos países. La mayoría de dichas organizaciones, sobre todo las más desarrolladas, editan publicaciones especializadas en temas de consumo con amplias tiradas de ejemplares y cuentan con equipos de profesionales (abogados, economistas, periodistas, etc.) para desarrollar buena parte de los trabajos que realizan las mismas, a la vez que han logrado ciertos niveles de participación institucional en sus países. En el caso de las organizaciones de América Latina y el Caribe el movimiento de consumidores, si bien no cuenta en general con ayudas institucionales ni económicas por parte de los respectivos gobiernos, está en una fase de clara 124
expansión y desarrollo y cuenta con equipos de voluntarios muy comprometidos y con gran capacidad de iniciativa. En Europa funciona, junto a la Oficina de Consumers International que está situada en Londres, una organización que agrupa a un importante número de asociaciones de consumidores, cuyo nombre es BEUC (Bureau Européan des Unions de Consommateurs) y cuya sede está en Bruselas. Atomización y mucho maquillaje en España El desarrollo de nuestro movimiento de consumidores ha ido parejo, en general, al propio progreso de nuestra democracia y hoy nos encontramos con un abanico muy amplio de organizaciones que asumen entre sus fines la defensa y representación de los intereses de los consumidores y usuarios, desde posiciones ideológicas o filosóficas diferentes y que están reconocidas a través de su inscripción en el Registro de Asociaciones de Consumidores del Instituto Nacional del Consumo -INC, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo y en los propios registros existentes también en las distintas comunidades autónomas. Los varios centenares de asociaciones de consumidores, que en la actualidad tienen el reconocimiento de tal, mayoritariamente se encuentran integradas o aglutinadas en torno a un grupo formado por una docena más o menos de federaciones, confederaciones u organizaciones de ámbito estatal o nacional que en su mayoría, aunque no todas, forman parte del Consejo de Consumidores y Usuarios de España, máximo órgano de representación y consulta de los consumidores españoles, al menos formalmente según establece la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. En este conjunto de federaciones, confederaciones u organizaciones de consumidores, que están “reconocidas” por el INC como organizaciones de ámbito nacional, podemos señalar o destacar por el orden alfabético en el que aparecen en la web de dicho organismo a las siguientes: Asociación de Consumidores en Acción – FACUA. Asociación de Impositores de Bancos y Cajas de Ahorro de España – ADICAE. 125
Asociación de Usuarios de la Comunicación – AUC. Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios – AUSBANC Consumo. Asociación de Usuarios y Consumidores de España – Plaza Mayor. Asociación General de Consumidores – ASGECO. Confederación de Consumidores y Usuarios – CECU. Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios – CEACCU. Federación de Usuarios y Consumidores Independientes. Federación Unión Cívica Nacional de Consumidores y Amas de Hogar de España – UNAE. Organizaciones de Consumidores y Usuarios – OCU. Unión de Consumidores de España – UCE. Unión de Consumidores Europeos – Euroconsumo. A este listado hay que añadir diversas organizaciones de cooperativas de consumo como la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios – HISPACOOP y la Unión Nacional de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de España – UNCCUE, que también cuentan con el reconocimiento de ser asociaciones de consumidores, aunque en una modalidad distinta a la de las anteriores. La situación actual del movimiento de los consumidores en España se destaca claramente por la gran atomización existente y por la debilidad de la mayoría de las organizaciones que lo integran. Este conjunto de organizaciones están desarrollando, en general, una actividad de gran importancia en la protección de los derechos de los consumidores y, al margen de sus debilidades, pueden representar un claro contrapoder en el mercado frente a los intereses y abusos de la empresas, todo ello gracias al esfuerzo de cientos de hombres y mujeres, muchos de ellos/as con actividades voluntarias, que con pocos medios y pocas ayudas públicas mantienen unas estructuras organizativas capaces de atender consultas y reclamaciones de los consumidores, participar en cientos de órganos consultivos, editar publicaciones, realizar cursos de formación y otras muchas actuaciones en defensa de los intereses de los consumidores. Todos estos méritos no deben 126
ocultar la necesidad de hacer los esfuerzos necesarios para superar las debilidades actuales y con ello seguir avanzando y acumulando fuerzas. Asimismo, hay que señalar que al no existir una norma clara, rigurosa y exigente que establezca los requisitos que deben reunir las Asociaciones de Consumidores para ser reconocidas como tales y poder disfrutar de los derechos que la Ley les otorga en materia de representación institucional y en la recepción de subvenciones económicas, se ha ido produciendo en los últimos años un proceso de “maquillaje” en los datos declarados por las distintas asociaciones en relación a su número de asociados, a las sedes en funcionamiento, al número de consultas y reclamaciones atendidas, etc., que dificultan en gran medida el conocimiento objetivo de la representatividad de cada organización, a la vez que se ha facilitado que se hayan podido presentar como organizaciones de consumidores, entidades que en realidad son empresas de servicios, como el caso más destacado de AUSBANC. FACUA ha defendido siempre la necesidad de que las organizaciones de consumidores sean celosas defensoras de su independencia en relación a todos los partidos políticos y administraciones públicas, por entender que es necesario superar la etapa en la que los partidos políticos promocionan sus propias asociaciones de consumidores, impidiendo así y distorsionando el normal desarrollo del movimiento de defensa de los consumidores. El proyecto actual y futuro de facua: nuestra intervención en el mercado El proyecto consumerista que FACUA representa ha cumplido ya algo más de veinticinco años y llegados a este punto es preciso que nos preguntemos para quÉ nos estamos dotando de esta estructura. ¿Cuál es el objetivo que se persigue con el modelo de organización consumerista que defiende FACUA?, pues dicho modelo no es ni debe ser un fin en sí mismo, no se agota con su formulación, sino que tiene una finalidad concreta: intervenir eficazmente en el mercado buscando conseguir el equilibrio entre fuerzas e intereses contrapuestos, los derechos e intereses de los consumidores y usuarios y los intereses del sector empresarial. 127
Pero para desarrollar el proyecto consumerista que FACUA propugna es necesario contar con organizaciones de consumidores fuertes y representativas, organizaciones de consumidores del siglo XXI que sean capaces realmente de intervenir y de actuar como contrapoder con capacidad de influir en las relaciones de mercado. Con este proyecto de presente, pero sobre todo con vocación de futuro, FACUA asume el compromiso con la sociedad de ser un instrumento para la acción, para la rebelión frente a los abusos y fraudes que se producen en el mercado. Durante estos más de veinticinco años se ha avanzado bastante y hemos conseguido muchos éxitos a favor de los derechos e intereses de los consumidores, pero a la vez hemos comprobado que es necesario que, junto con la acción de FACUA como organización que aglutina ya a varias decenas de miles de consumidores, es necesario que los propios ciudadanos se rebelen frente a las irregularidades del mercado y adopten posiciones más activas en favor de la justicia y del derecho. Aspiramos no sólo a ser una organización de consumidores representativa y con influencia sino que queremos avanzar más y por ello apostamos por ser un movimiento social, capaz de promover cambios, de remover conciencias, de movilizar a la sociedad y de generar transformaciones en la sociedad. FACUA mira hacia el futuro apostando por una dinámica de crecimiento y avance, una dinámica que evite el estancamiento y el atrincheramiento en posiciones cómodas y poco exigentes con nosotros mismos, con nuestros objetivos, pero también con la sociedad con la que nos hemos comprometido y a la que queremos comprometer. El modelo de Asociación que promueve FACUA Para avanzar en el proceso de vertebración de la sociedad civil y para el necesario equilibrio en el funcionamiento del mercado es necesario que la sociedad apueste claramente por el desarrollo de Asociaciones de Consumidores fuertes y representativas, que estén abiertas a todos los ciudadanos, sin discriminación alguna por razones de condiciones económicas, creencias ideológicas o religiosas, sexo, edad, 128
raza o nivel de compromiso en el seno de la Asociación. Nuestra capacidad de intervención en el mercado pasa por ser capaces de movilizar a miles de consumidores y usuarios, por ser capaces de influir en su toma de decisiones. Hacen falta asociaciones en la que se afilien miles de consumidores y que estén dotadas de mecanismos democráticos para que dichos asociados puedan participar en el desarrollo del movimiento consumerista y en la toma de decisiones de dichas asociaciones, desechando criterios elitistas de que es mejor pocos socios, pero buenos y activos, que muchos con poca o casi ninguna participación, pues entendemos que sólo con organizaciones que aglutinen a decenas de miles de consumidores se podrá lograr una intervención eficaz en el mercado y lograr unos niveles de autofinanciación que permita la total independencia de la Asociación frente a las administraciones públicas u otros intereses políticos o económicos. Por ello es necesario impulsar un modelo de Asociación que sepa compaginar su carácter abierto y su alto nivel de participación para los socios con la existencia de una Junta Directiva estable y activa que sea capaz de ser el motor que empuje al conjunto de la organización hacia adelante y de tomar las decisiones necesarias para lograr dichos objetivos. Tenemos que apostar, por tanto, por un modelo de asociación que, alejada de concepciones benéfico-asistenciales, promueva la autodefensa del consumidor y sepa articular la defensa de los intereses individuales de los consumidores y usuarios afectados por abusos o fraudes con la defensa de los intereses colectivos de la población. Para ello, nuestras Asociaciones tienen que dotarse de los instrumentos necesarios para el desarrollo de una actividad eficaz en los distintos campos de actuación en los que deben intervenir y deben estar dotadas de departamentos o equipos de trabajo bien delimitados y profesionalizados en la medida necesaria en los que participen personal voluntario y retribuido para poder atender eficazmente las actividades relacionas con la tramitación de las reclamaciones, actividades administrativas, relación con los medios de comunicación, la participación institucional, la contabilidad, la formación, etc. Hay que impulsar un modelo de asociación que desde su posición de independencia sepa jugar su papel de represen129
tante de los consumidores en el ámbito de las instituciones públicas y sepa asumir los compromisos y las posiciones de colaboración con las administraciones públicas, sectores empresariales y sindicatos, junto con las necesarias posiciones reivindicativas y de confrontación según las situaciones y cuando ellas sean necesarias para defender más eficazmente los intereses de los consumidores y usuarios. Es necesario impulsar un modelo de asociación que sin renunciar a la defensa de su propio protagonismo entienda como una necesidad el encontrar y propiciar fórmulas de unidad de acción con otras organizaciones que defiendan a los consumidores. Legitimación social como base del proyecto La legitimación social es una de las piezas claves en el futuro del movimiento de consumidores al que aspiramos. Debemos conseguir el apoyo de los consumidores y usuarios y un mayor grado de compromiso buscando fórmulas flexibles que faciliten la integración de los mismos. Si FACUA aspira a ser un movimiento social, ello implica compromiso con la sociedad y establecer las vías para que los consumidores puedan acercarse e integrarse en nuestras Asociaciones. FACUA quiere ser un instrumento útil para que decenas de miles de consumidores intervengan en el mercado. Tenemos que conseguir un mayor nivel de legitimación por parte de los consumidores y lograr que miles de ellos entiendan y asuman que es necesario unirse al proyecto FACUA y lo puedan hacer de diferentes maneras y avanzar con nosotros en la lucha por una sociedad más justa, solidaria y sostenible y por un mercado menos agresivo. Afiliación y autofinanciación Las organizaciones de consumidores y usuarios debemos plantearnos la necesidad de fomentar la afiliación y con ello nuestros recursos propios no como un fin en sí mismo, sino como instrumento imprescindible para la consecución de los objetivos de vertebración de la sociedad civil, independencia, representatividad y sobre todo legitimación de nuestra acción. 130
FACUA siempre ha entendido que para avanzar en el proceso de vertebración de la sociedad civil y para el necesario equilibrio en el funcionamiento del mercado es necesario que la sociedad apueste claramente por el desarrollo de organizaciones de consumidores fuertes y representativas, que estén abiertas a los ciudadanos, pues el fomento de la afiliación debe ser siempre nuestro primer reto. Como ya se ha dicho, hacen falta asociaciones en las que se afilien miles de consumidores y que estén dotadas de mecanismos internos de participación que propicien un funcionamiento democrático y posibiliten la participación de sus asociados en el desarrollo del movimiento consumerista, en el marco de federaciones o confederaciones fuertes, pues sólo con organizaciones que aglutinen a decenas de miles de consumidores se podrá lograr la fuerza y representatividad suficiente para lograr una intervención eficaz en el mercado y alcanzar unos niveles de autofinanciación que nos permitan la total independencia ante las administraciones públicas y de otros intereses políticos y económicos. Mientras que nuestros presupuestos estén sustentados básicamente por subvenciones y ayudas públicas, difícilmente podremos ser y actuar como una organización realmente independiente. La apuesta clara por avanzar por la autofinanciación de nuestros gastos corrientes no significa que FACUA renuncie a su derecho constitucional de recibir ayudas públicas para seguir reforzando y ampliando nuestras actuaciones en defensa de los consumidores y usuarios, al igual que la reciben otros agentes económicos y sociales (sindicatos y empresarios), pero ello no debe desvirtuar nuestro objetivo de impulsar la afiliación y comprometer a los ciudadanos en su autodefensa y por tanto esto debe ser prioritario y no entendido como una vía subsidiaria y marginal de financiación. Desde cada asociación provincial o territorial integrada en FACUA tenemos que encontrar las vías que nos permitan acercar a nuestro proyecto a miles de consumidores y usuarios a través de todas las posibilidades existentes, incluyendo también las que nos ofrece la nueva sociedad de la comunicación. En la década de los ochenta y noventa el acercamiento de los consumidores a nuestra organización 131
sólo era concebida de manera clásica a través de nuestros locales sociales y a través de las reclamaciones; hoy en día, si bien es preciso reforzar dichas vías tradicionales y mejorarlas, es necesario también aprovechar la sinergia que crea la cada vez mayor presencia mediática de FACUA y las nuevas tecnologías, desarrollando campañas de información y mejorando la profesionalización de nuestros colaboradores para estar en cada vez mejores condiciones de atender los retos que tenemos que afrontar y hacerlo desde posiciones de total independencia ante las administraciones públicas, partidos políticos y sectores empresariales. Partimos de la creencia y el compromiso de que sólo con organizaciones fuertes y suficientemente representativas podremos asumir una eficaz defensa y protección de los consumidores, rechazando las apuestas políticas paternalistas que sólo consiguen debilitar al movimiento de consumidores, imposibilitando su crecimiento. Para FACUA, el futuro que queremos pasa, por tanto, por desterrar definitivamente aquellas posiciones partidistas que han tratado y tratan de impedir las apuestas serias y coherentes por vertebrar a la sociedad, desde el error de pensar que organizaciones débiles servirían en mejores condiciones a sus intereses de partido y que tanto daño han ocasionado al movimiento de los consumidores en España al contribuir claramente a su debilitamiento y a su atomización. Representatividad Pero, además, tampoco podemos obviar que la afiliación es un elemento objetivo que nos permite medir con garantías el nivel de representatividad de cada organización de consumidores y en este sentido también es preciso que tengamos la valentía de construir un futuro partiendo del reconocimiento de lo que somos, desde la transparencia y la realidad de lo que representa el movimiento de consumidores y cada una de las organizaciones que lo integran. Sin hacernos trampas los unos a los otros, sino con lealtad y transparencia, pero también con coherencia. Si queremos ser la organización más representativa tenemos que ser la organización con mayor respaldo social. 132
No basta sólo con decir que lo somos, sino que tenemos que trabajar diariamente en conseguirlo. Nuestra actividad diaria tiene que dar fruto y ese fruto es la legitimación social que nos permite influir e intervenir en el mercado como contrapoder. En este sentido, consideramos que hay que avanzar en la articulación de normas legales que permitan contabilizar con garantías suficientes el número de asociados que cada organización tiene. Conocer y reconocer la realidad, medir y evaluar de forma rigurosa qué somos y qué y a quién representamos son herramientas imprescindibles para fijarnos objetivos y retos claros de futuro que nos permitan progresar. Por tanto, podemos afirmar que para nosotros el número de asociados con el que cuente cada organización es una manera de medir el grado de legitimación y de representatividad que los propios consumidores le han dado, es una manera de medir nuestra representatividad y nuestra utilidad y por ello tenemos que asumir el claro compromiso de establecer como actividad prioritaria el avanzar en el número de asociados buscando, para ello, nuevas fórmulas y nuevas posibilidades de comunicación y de interrelación con los ciudadanos. Nuestra intervención en el mercado Con el restablecimiento de la democracia en nuestro país y con la aprobación de la Constitución de 1978 se comienza un proceso para establecer un marco legal que garantice el derecho que los consumidores deben tener en el mercado, partiendo del principio de que éstos son la parte más débil del mismo y que por ello los poderes públicos tenían que garantizar el respeto de sus derechos, la protección por medios eficaces, de la seguridad y la salud de éstos y la defensa de sus intereses económicos, así como a fomentar a las Asociaciones de Consumidores como instrumentos que contribuyan a equilibrar el funcionamiento del mercado. Este principio constitucional se basa en el hecho de que la promulgación de nuevas leyes y disposiciones para la protección de los derechos, si bien contribuyen a frenar abusos y fraudes, o al menos los tipifica, no puede ser nunca suficientes, ya que para lograr un cierto equilibrio entre los 133
distintos sectores que conforman el mercado, es decir entre fabricantes y productores, distribuidores o prestadores de servicios por un lado y la gran masa de consumidores por otro, se tiene que producir un hecho fundamental: Que el consumidor entienda que de forma individual o aislada no puede hacer frente al poder de fabricantes o distribuidores, ni pueden exigir con éxito la promulgación de nuevas leyes que le protejan y que sólo con el agrupamiento de los consumidores, a través de la creación y desarrollo de Asociaciones de Consumidores fuertes y representativas, se podrán crear las condiciones para que esa gran masa de ciudadanos que compran productos o utilizan servicios puedan intervenir como un agente económico activo e influyente en el mercado. Para FACUA el movimiento de consumidores debe evolucionar hacia la conquista real de nuestro papel como equilibrador del mercado, de un mercado claramente inclinado hacia intereses económicos. Un mercado donde el beneficio y los intereses económicos e incluso especulativos tienen más peso que los derechos y garantías de los ciudadanos, de los consumidores y usuarios. Agentes económicos y sociales Para la consecución de ese reto las organizaciones de consumidores tenemos que conseguir realmente intervenir en el mercado de forma eficaz, tenemos que conseguir el reconocimiento de lo que somos, auténticos agentes económicos y sociales, pero para ello no basta sólo con reivindicarlo sino que es preciso conquistarlo. Tenemos que ganarnos dicho reconocimiento rompiendo el actual estatus quo. Somos conscientes de que en el camino de dicha conquista nos vamos a encontrar resistencias, obstáculos, muchos de ellos ya anunciados. Así como toparnos con la oposición del sector empresarial, de los sindicatos, de los propios poderes públicos. Oposición que se planteará desde distintas posiciones de salida y que tendremos que ir venciendo sobre la base del apoyo y el respaldo social. El éxito de esta “pelea” va a descansar en la legitimación social, en el compromiso y apoyo social que debemos también conquistar las organizaciones de consumidores y 134
para ello tenemos que actuar como un auténtico contrapoder que contribuya a equilibrar los intereses existentes en el mercado. Acentuar el carácter reivindicativo del movimiento de consumidores FACUA ha entendido que la acción consumerista debe ser combativa y por tanto es preciso rebelarse ante los abusos y ante los sistemas que sitúan las reglas del mercado por encima de los derechos ciudadanos, pero otras organizaciones de consumidores representan a un movimiento acomodado que ha entrado en una dinámica continuista y poco exigente, que sólo persigue “corregir” ciertos desmanes del mercado pero que no se plantea realmente remover estructuras y conciencias ni se cuestiona el actual modelo de producción, distribución y consumo en el que se integra, un movimiento de consumidores anclado en posiciones de los años 80. Partiendo de este presente, y de cara al futuro, este estatismo y conformismo que mayoritariamente existe debe romperse y por ello debe acentuarse nuestro perfil reivindicativo y combativo. Tenemos que tener claro que la intensificación de las reclamaciones y la denuncia sistemática de los abusos y fraudes que genera el mercado en nuestra sociedad nos permitirá intervenir en él y además hacer intervenir a los propios consumidores afectados y a la vez estaremos provocando una mayor intervención de las administraciones públicas que deben reforzar sus labores de inspección y sanción. Por tanto, tenemos que asumir que un elemento esencial de la actividad que deben jugar las Asociaciones de Consumidores para ir equilibrando los intereses contrapuestos en el mercado es, sin lugar a dudas, la defensa de sus reclamaciones o denuncias individuales frente a los productores o distribuidores. Es necesario suplir la debilidad del consumidor individual frente al empresario y sus equipos de asesores y de ejecutivos con el poder de los servicios jurídicos y técnicos de las Asociaciones de Consumidores, equipos formados con un alto grado de profesionalización y especialización que nos permitan ejecutar con seriedad y rigor las múltiples tareas que debemos desarrollar y fundamentalmente la defensa de los derechos e intereses de los 135
consumidores y usuarios, tramitando sus reclamaciones de la forma más eficaz y con ello ganarnos el reconocimiento como interlocutores frente al sector empresarial. Completando esta actividad de atender y tramitar las denuncias y reclamaciones de los consumidores frente a los empresarios causantes del abuso o fraude, las Asociaciones de Consumidores debemos asumir también la defensa de los intereses colectivos de los consumidores frente a grandes empresas o la Administración. Para ello deberán realizar una serie de actividades de información y de formación, de control y análisis del mercado, que permitan avanzar en dicha defensa. La información y formación de los consumidores Para poder avanzar en esta dirección es necesario asumir que una de las principales causas que facilitan o contribuyen a la existencia del fraude y al abuso contra el consumidor es, sin lugar a dudas, el bajo nivel de conocimiento que éstos tienen acerca de sus derechos y obligaciones legales. Por ello es fundamental que una Asociación de Consumidores sitúe también entre sus actividades principales las de información y formación de los consumidores en relación a dichos derechos y deberes. Esta actividad informativa debe desarrollarse desde cada una de las asociaciones integradas en FACUA mediante un buen aprovechamiento de nuestra revista Consumerismo, de nuestro sitio en Internet www.facua.org y de otras publicaciones monográficas y garantizando también una presencia activa en los medios de comunicación. Asimismo, es necesario completar esta labor informativa hacia el conjunto de los consumidores con otra actividad más selectiva de carácter formativo dirigida a cuadros directivos, líderes de opinión, etc. Esta labor sistemática de formación a través de cursos, seminarios, conferencias, etc. permitirá elevar el nivel de conocimiento y capacitación de dichos cuadros o generadores de opinión, logrando con ello que éstos sean elementos dinamizadores y organizadores de la sociedad y contribuyan a facilitar una más rápida organización de los consumidores. Junto con estas actuaciones indicadas las Asociaciones de Consumidores deben articular otras fórmulas para refor136
zar la información de los consumidores acerca de los productos o servicios que se ofertan en el mercado. Para ello es necesario que intensifiquemos la realización de análisis o estudios comparativos de aquellos productos o servicios de mayor consumo o uso, o de aquellos que se puedan presuponer que representen riesgo, peligro o engaño a los consumidores, pues dicha actividad es una herramienta clave en nuestra intervención en el mercado. El control del mercado es otra de las tareas a desarrollar en el marco de nuestra acción combativa y reivindicativa, tanto a través de nuestra propia organización, realizando estudios y analizando y comparando bienes y servicios, como demandando a la Administración su intervención en estas materias, pues es a ella a quien más directamente le corresponde el control y la inspección del mercado. Las Asociaciones no sólo deben estar preparadas para atender las reclamaciones o denuncias que les lleguen a sus locales u oficinas, sino que además tienen que salir al mercado a la búsqueda de las irregularidades o incumplimientos legales que se produzcan y proceder a su denuncia. Desde FACUA entendemos que sólo con una acción sistemática en las distintas direcciones señaladas se podrá garantizar el logro de los siguientes objetivos que permitan fomentar consumidores racionales y críticos: Promover la mayor libertad y racionalidad en el consumo de bienes y en la utilización de servicios ofertados en el mercado. Facilitar la comprensión y utilización por parte de los consumidores de la información obligatoria que tienen que ofrecer todos los productos o servicios para su correcto consumo o uso. Difundir el conocimiento de los derechos y deberes del consumidor o usuario y las formas más adecuadas para ejercerlos. Fomentar la prevención de riesgos que puedan derivarse del consumo de productos o utilización de servicios. Adecuar las pautas de consumo a una utilización racional de los recursos naturales para preservar el medioambiente. Potenciar la formación de educadores en el campo de la protección de los derechos de los consumidores. 137
Concertación con el sector empresarial Junto con la denuncia de los fraudes y abusos que se producen en el mercado, FACUA y sus organizaciones provinciales o territoriales debemos asumir que la concertación con el sector empresarial es un instrumento clave en la consecución de nuestros objetivos. La concertación debe ser entendida como la vía complementaria a nuestro enfrentamiento diario en defensa de los intereses de los consumidores, que permita resolver los conflictos de intereses que se producen en el mercado. La denuncia, la reclamación, el boicot si cabe deben seguir siendo la palanca, el motor que nos lleve necesariamente a la concertación y por ello debemos situarnos en la clave de que nuestra actividad diaria de tramitación de reclamaciones potencialmente representa la posibilidad de llegar a acuerdos de concertación con el sector empresarial. El nivel de concertación, nuestra capacidad de diálogo con el sector empresarial tiene también una incidencia directa en nuestro propio reconocimiento como agentes económicos y sociales. Ello nos lleva a situarnos en mejores posiciones frente al mismo y a ser reconocidos como los interlocutores válidos que representamos a los consumidores, jugando así nuestro papel de contrapoder. Avanzar por este necesario camino supone, por tanto, impulsar la acción consumerista apostando por organizaciones más dinámicas, con una presencia real e indiscutible en la sociedad, organizaciones con las que los ciudadanos se identifiquen y que den respuesta a sus necesidades y expectativas. REPRESENTACIÓN Y PARTICIPACIÓN INSTITUCIONAL La Constitución Española establece como principio general que los poderes públicos están obligados a escuchar a las Asociaciones de Consumidores en todas las cuestiones que afecten a los consumidores y usuarios. En dicho sentido se estableció en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y correspondientes normas autonómicas un apartado concreto para regular la participación, representación y audiencia en consulta. 138
En dicho sentido, y con carácter generalizado, la legislación vigente establece que las Asociaciones de Consumidores y Usuarios serán oídas, en consulta, en el procedimiento de elaboración de las disposiciones de carácter general relativas a materias que afecten directamente a los consumidores o usuarios y por ello será preceptiva dicha audiencia en los siguientes casos: Reglamentos que desarrollen la Ley General. Reglamentos sobre productos o servicios de uso y consumo. Ordenación del mercado interior y disciplina de mercado. Precios y tarifas de servicios en cuanto afecten directamente a los consumidores y usuarios y se encuentren legalmente sujetos a control de las administraciones Públicas. Condiciones generales de los contratos de empresas que prestan servicios públicos en régimen de monopolio. En los casos en que una ley así lo establezca. Complementando este derecho a la participación ya señalado se contempla también la creación de un Consejo integrado por representantes de las Asociaciones de Consumidores que actuará como órgano de representación y consulta a nivel nacional, también existentes en distintas autonomías. De esta forma y por imperativo legal se constituyó en el año 1992 en España el Consejo de Consumidores y Usuarios en el que se integran las organizaciones denominadas como más representativas de los consumidores. En el ámbito de la Comunidad andaluza se constituyó en 1997 el Consejo de los Consumidores y Usuarios de Andalucía, que durante dos mandatos fue presidido por FACUA. Participación Si queremos participar en el diseño de las políticas de consumo, si queremos influir en las relaciones de consumo actuando como auténtico grupo de presión frente a los intereses económicos, es fundamental nuestra presencia en órganos consultivos, asumiendo así el papel que la Ley nos 139
atribuye de representantes de los ciudadanos en dichos órganos y lograr con ello el reconocimiento institucional de lo que somos. Sin embargo, es preciso tener en consideración que nuestras fortalezas y por tanto también nuestras debilidades determinarán nuestro nivel de representatividad y nuestra participación tanto en órganos consultivos como en el propio proceso de audiencia en consulta que la ley nos reconoce, donde no sólo tenemos que “estar”, sino que debemos actuar de manera activa y eficaz. Ayudas públicas El nivel de representatividad de una organización de consumidores sirve también para medir las ayudas públicas a las que tenemos derecho. El principio constitucional de apoyo y fomento a las organizaciones de consumidores y usuarios, recogido en el artículo 51 de la Constitución Española, debe ser asumido desde el compromiso y la coherencia de lo que significa el haberlo integrado en la denominada constitución económica, ya que dicho artículo se enmarca entre los principios rectores de la política social y económica y representa la apuesta teórica de que una economía de mercado como la nuestra sólo puede funcionar adecuadamente si se protege a los consumidores y se apoya y fomenta a sus organizaciones representativas, como elemento equilibrador del mercado. La administración debe entender y asumir la obligación de contribuir a una financiación suficiente de las organizaciones de consumidores, superando estadios como el actual en el que los apoyos económicos institucionales que se nos destinan son insuficientes, muy alejados de los que reciben otros agentes económicos y sociales y no permiten desarrollar de manera efectiva las funciones que nos encomienda la Ley y la propia Constitución para un correcto funcionamiento del mercado y de la economía. Sin embargo, en vez de asumir esta obligación sigue manteniendo políticas de ayudas económicas a las organizaciones de consumidores con criterios paternalistas, a la vez que legitima que dichas organizaciones puedan ver financiadas algunas de sus actividades por parte del sec140
tor empresarial, tal como ha ocurrido con la aprobación en 2006 de la Ley de Mejora de la Protección de los Consumidores. Legitimación que abre una peligrosa puerta por la que el sector empresarial podrá influir de manera clara y legal en las actuaciones y decisiones de las organizaciones de consumidores que entren por dicha puerta. FACUA seguirá exigiendo su derecho a recibir las subvenciones necesarias para seguir trabajando con eficacia en la defensa de los intereses individuales y colectivos de los consumidores y usuarios, si bien ello nunca deberá significar que sustentemos nuestra propia financiación en dichas subvenciones, pues como ya hemos señalado de manera reiterada, el fomento de la afiliación y con ello el fomento de ingresos propios debe ser un primer reto para ganarnos la necesaria legitimación de la sociedad y el reconocimiento institucional. El papel de la administración Este apoyo de los poderes públicos pasa también necesariamente por una revisión del papel que debe desempeñar la Administración, con el fin de superar etapas paternalistas en las que la protección al consumidor es entendida desde concepciones benéfico-asistenciales y debe reorientarse hacia políticas que propicien una mayor corresponsabilidad del ciudadano en su autoprotección y que refuercen el papel preventivo y de inspección y control que tiene reconocido la Administración. Es preciso hacer una verdadera revisión de sus funciones, cometidos y competencias y lograr que se asuma el papel cada vez más determinante que le corresponde jugar a la sociedad civil. Un ejemplo de la necesidad de esta actualización de funciones lo tenemos en el papel que deben jugar los ayuntamientos en la protección a los consumidores, evitando actuaciones que entren en una cierta “competencia desleal” con las organizaciones de consumidores, como sigue ocurriendo con el actual funcionamiento de las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC), que representan un ejemplo claro de políticas paternalistas del pasado reciente y un grave inconveniente para fomentar la afiliación de los consumidores.
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CONVERGENCIA CON OTROS MOVIMIENTOS SOCIALES Por último, tenemos que decir que FACUA considera necesario que en la consecución del objetivo último de aspirar a un mundo mejor nuestra organización no puede ni debe estar sola, pues el desarrollo de nuestra acción consumerista debe tener también vocación de convergencia con otras organizaciones de consumidores y movimiento sociales. Es una realidad que el movimiento de consumidores se encuentra en la actualidad atomizado, realidad que refuerza su debilidad y es por ello por lo que es necesario la búsqueda de alianzas sociales. Junto con la apuesta por nuestro fortalecimiento y con ello superar situaciones de debilidad debemos propiciar la búsqueda de alianzas estratégicas con otros movimientos sociales (ecologistas, movimientos por la paz, organizaciones de consumidores, asociaciones de inmigrantes, sindicatos, etc.). Es preciso ampliar las relaciones de colaboración con diferentes entidades de carácter social ampliando no sólo con ello nuestra fortaleza como movimiento social a través de dichas alianzas, con el fin de seguir avanzando hacia nuestro objetivo último de conseguir una sociedad más justa y solidaria. El futuro del movimiento de consumidores debería sustentarse sobre un modelo que, sin renunciar al propio protagonismo de las organizaciones de consumidores que lo integran, entienda como una necesidad el encontrar y propiciar fórmulas de unidad de acción con otras organizaciones que defienden también los intereses de los ciudadanos en relación al mercado. No obstante, esa unidad de acción debe ser el resultado de un proceso, de una evolución paralela y convergente de aquellas organizaciones que caminamos por sendas semejantes y que compartimos objetivos y retos de futuro pero también un mismo código ético de funcionamiento. EL CONSUMO SOSTENIBLE Y EL CONSUMO SOLIDARIO El desarrollo de las sociedades industriales propias del sistema capitalista de producción y consumo conllevó, junto a las mejoras de las condiciones de vida de una buena 142
parte de la población de una parte del planeta, a la aparición de fenómenos nuevos que propiciaron la aparición de la sociedad de consumo y sus efectos negativos para la conservación del medio ambiente. Consumo sostenible Hablar de consumo sostenible o responsable en la vida diaria de los consumidores es hablar también del modelo de sociedad imperante en España, en la Unión Europea y una parte del mundo y es hablar de nuestro modelo de producción y consumo y de su relación con el medio ambiente, con nuestra forma de vida y con la salud de los propios consumidores. Frente al consumismo y al despilfarro que se ha impuesto en la denominada “sociedad de consumo”, FACUA – Consumidores en Acción propugna hábitos responsables en la producción y en el consumo. Problema del consumo y el medio ambiente El problema global del medio ambiente puede considerarse fundamentado en tres pilares: superpoblación, consumo y tecnología. Somos muchos, consumimos en exceso en los países desarrollados y disponemos de una tecnología ineficiente e inadecuada para garantizar el equilibrio ecológico. La naturaleza no puede procesar los cambios que el hombre ha introducido en estos dos últimos siglos. La Cumbre de Río de Janeiro de 1992 señaló que la modificación de las actuales pautas de consumo en el mundo industrializado como una de las tareas principales de la humanidad para el próximo siglo. Nuestro planeta no dispone de los medios suficientes para garantizar que todos sus habitantes puedan disponer de un nivel de consumo y despilfarro como el existente en los países desarrollados. Por tanto, tenemos que admitir que nuestra forma actual de vida sólo se puede mantener si la mayoría de los habitantes del planeta, es decir el 80%, siguen viviendo como hasta ahora en la pobreza utilizando el 20% de los recursos disponibles. La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios de España consagra y desarrolla el derecho del consumidor a la educación y formación en materia de con143
sumo. Contempla entre sus objetivos el promover la libertad y racionalidad en el consumo y adecuar las pautas del consumo a un uso racional de los recursos naturales. Asimismo, consagra el derecho de los consumidores a disponer de una información veraz, eficaz y suficiente y establece los principios generales para la adecuada protección de la salud y la seguridad. Por su parte, el Programa comunitario de política y acción en materia de medio ambiente y desarrollo sostenible, elaborado por la Unión Europea, preconiza la reducción de un consumo excesivo de recursos naturales y reconoce el consumo como un fenómeno determinante de las políticas de protección ambiental. Además, establece que la relación entre industria y medio ambiente debe sustentarse, entre otros aspectos, en la gestión de recursos encaminados a racionalizar su consumo y en la información que permita a los consumidores elegir mejor. Sin embargo, buena parte de los aspectos relacionados con el consumo es a veces objeto de silencio, pues no podemos olvidar que nuestro modelo de desarrollo económico y el éxito de nuestros gobernantes se basa fundamentalmente en incentivar el consumo. Este silencio no es sorprendente pues para romperlo se requiere que la sociedad se pregunte sobre su propio estilo de vida y ponga en entredicho y cuestione la idea imperante de que tener más y consumir más conlleva ser más feliz y disfrutar de una mayor calidad de vida. Los consumidores de las economías industrializadas nos afanamos por consumir más y mejores bienes de consumo. Sufrimos una dependencia casi paranoica de todo tipo de bienes (electrodomésticos, automóviles, ropa de vestir, alimentos sofisticados, cuerpos modélicos, etc.), no sólo para satisfacer nuestras necesidades reales, sino que también se persiguen símbolos de posición social, alcanzar más felicidad, estar más sanos, mejorar nuestras relaciones con los demás, es decir, los valores que nos “vende” la publicidad. Consumimos para imitar a los sectores de la sociedad que nos presentan como modelos, los ricos, los famosos, etc. y al imitarlos perdemos nuestra capacidad de definir aquello que es digno y necesario de verdad. El consumo de bienes normales satisface necesidades físico-objetivas y, en consecuencia, tiene un punto de satu144
ración. Por el contrario, el bienestar y la satisfacción de los bienes de posición o relacionales se miden en comparación con los de otros consumidores y otros momentos históricos, lo que implica la ausencia de un límite, pues el afán de diferenciarse de los demás es interminable. Hablar de consumo de bienes normales para satisfacer nuestras necesidades es hablar de nuestra alimentación, es hablar de nuestro vestir, es hablar en definitiva de nuestra forma de vivir. Sin embargo, la publicidad no nos ofrece mensajes informativos para darnos a conocer las calidades de los productos; la publicidad nos vende sensaciones, valores, metas que se pueden conseguir consumiendo dichos productos, que en la mayoría de los casos son falsos. La reducción del consumo, ¿es cosa de otros? Sin embargo, siempre que pensamos en evitar o limitar los daños al medio ambiente generados por la producción, distribución y consumo de bienes adicionales estamos de acuerdo en que habría que introducir técnicas y productos menos perjudiciales, pero no pensamos en reducir la producción y el consumo. En este sentido, la promoción del consumismo a través de la publicidad, la televisión comercial y los grandes centros comerciales debe tener una respuesta activa por parte de los consumidores. Los modelos o patrones de felicidad que nos están “vendiendo” no sólo están produciendo un grave deterioro de nuestro medio ambiente como consecuencia de la superproducción provocada por la puesta en el mercado de cada vez más productos y del mayor consumo de energía, sino que también estamos sufriendo un proceso de degradación de nuestra salud como consecuencia de los nuevos patrones alimentarios o sociales y algunos ejemplos los tenemos en el aumento del colesterol y de las enfermedades cardiovasculares, el aumento de la obesidad y en el otro polo, de la bulimia y de la anorexia, y multitud de nuevas patologías. El modelo anglosajón imperante en el mundo ha impuesto a través de la publicidad, del cine, etc. sus propios patrones alimentarios y está rompiendo nuestro propio modelo de alimentación saludable, como es la dieta mediterránea 145
o dieta variada. El consumo de la llamada comida rápida se está imponiendo de forma progresiva y ello está provocando el aumento de la obesidad y de la aparición de diversas patologías entre la población (estreñimiento, colesterol, etc). Junto a ello están apareciendo cientos de productos de todo tipo que son ofrecidos para ayudarnos a no engordar o para mantener nuestra salud, es decir, para contrarrestar los efectos de lo anterior. Todo un negocio que se acabaría si adoptamos nuestro modelo tradicional de alimentación variada. Gobiernos, industria y consumidores somos responsables de la crisis ecológica y a todos involucrará la estrategia para alcanzar un consumo y una producción sostenibles. Los gobiernos tienen la responsabilidad de crear políticas de protección ambiental que apunten hacia una producción limpia y hacia la racionalización del consumo. La industria, por su parte, como responsable directa de la mayor parte de la degradación ambiental debe asumir esa responsabilidad y transformar sus modos de producción y comercialización. Y los consumidores también tenemos que asumir nuestra cuota en la responsabilidad colectiva y adoptar pautas de conductas más responsables y racionales en relación al consumo y disfrute de bienes y servicios, a la vez que exigir mayor nivel de información en relación a los mismos. El papel que deben jugar los consumidores En ambas direcciones, los consumidores podemos desempeñar un papel determinante. Por un lado, los consumidores debemos asumir, como ya se ha indicado, nuestra parte de responsabilidad en la degradación ambiental y el agotamiento de los recursos. Al fin y al cabo somos nosotros los que consumimos lo que produce la industria y sostenemos con nuestros votos la política de los gobiernos. Por ello, ser conscientes de nuestra responsabilidad y de nuestra fuerza potencial es tan importante para evolucionar hacia un mundo ecológicamente (ambiental y socialmente) sostenible. Así, la disminución del consumo debe plantearse como un objetivo clave. Una prueba de la fuerza potencial del consumidor la tenemos en el hecho de que al estar lo ecológico y lo saludable de moda, numerosas empresas se disfrazan de verde o 146
de salud para vender más y nos ofrecen productos que se presentan como ecológicos o saludables. Por ello es necesario que el consumidor esté bien informado y preparado para desenmascarar la manipulación y el engaño que se esconde detrás de la mayoría de tales prácticas y sepa elegir de forma consecuente. Por todo ello, es desde cada uno de nosotros como consumidores y desde las Asociaciones de Consumidores donde la lucha por proteger el medio ambiente y nuestra salud cobra un sentido más claro, apuntando a las causas y no tratando de poner parches a las consecuencias. El objetivo será alcanzar una modalidad de consumo sostenible que no hipoteque la supervivencia de las generaciones venideras. Los medios para alcanzarlo son, de una parte, la educación y concienciación para un consumo responsable y por otra, el trabajo de denuncia para conseguir producciones menos dañinas para el medio ambiente y para los consumidores y denunciar los mensajes publicitarios o los modelos que limitan nuestra libertad de elección. El consumo responsable y sostenible debe empezar por un consumo consciente y responsable. Para ello el consumidor debe exigir una información clara, sencilla y actualizada acerca de las connotaciones ecológicas y sociales de los productos ofertados en el mercado y hoy, a pesar de que el nivel de conciencia va aumentando, aún existe una considerable carencia de información precisa y de fácil acceso al público en general de estos temas. Por ello, la carencia de información no permite una correcta compresión del problema, ni la participación pública activa en defensa del medio ambiente y de la salud humana por parte de la mayoría de los consumidores. Sin embargo, el consumo sostenible supone mucho más que cambiar un producto perjudicial para la tierra o para los humanos por otro más respetuoso: implica ante todo, cuestionar nuestro consumo y nuestro modo de vida; conlleva examinar nuestro papel ante las desigualdades de la economía mundial; significa retar a los gobernantes para que realicen políticas que favorezcan un cambio en el estilo de vida de los ciudadanos.
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EL CONSUMISMO: UNA NUEVA FORMA DE EXPLOTACIÓN Las formas clásicas de explotación del hombre por el hombre ya denunciadas por los pensadores del socialismo desde hace varios cientos de años, si bien perduran de forma general, unas veces maquilladas y otras en su expresión natural y cruel, están siendo acompañadas con otras formas de explotación y alienación que se vienen desarrollando e imponiendo fundamentalmente en las llamadas sociedades desarrolladas. Nos referimos a esa nueva forma de explotación del individuo y de la sociedad que representa el consumismo. Una forma nueva de explotación surgida en el siglo XX y cuyas consecuencias van mas allá de los efectos negativos y dolorosos que siempre tuvo y sigue teniendo la explotación de los trabajadores bajo el sistema capitalista de producción. Consumismo igual a destrucción del planeta La Cumbre de Río de Janeiro de 1992, como ya se ha indicado, señaló que la modificación de las actuales pautas de consumo en el mundo industrializado, es decir, la eliminación del consumismo debería ser una de las tareas principales de la humanidad para el próximo siglo, pues sólo así se podría salvar al planeta de la catástrofe que se avecina. Han pasado ya quince años desde la celebración de la famosa cumbre convocada por Naciones Unidas y quitando los cientos de discursos, los compromisos incumplidos y las miles de promesas de los gobernantes de los países ricos e industrializados, muy poco se ha hecho. Mientras tanto, la conciencia del peligro mortal crece y los efectos del deterioro medioambiental se multiplican. Sin embargo, a nadie se le escapa que los primeros en sufrir las consecuencias del grave deterioro en el medio ambiente son los habitantes pobres de los países menos desarrollados y esto lo vemos todos los días. Ellos no poseen masivamente automóviles, ni aparatos de aires acondicionado, posiblemente ni siquiera frigoríficos; ellos no son los que contaminan y, sin embargo, sobre ellos caen más directamente los efectos de las grandes emanaciones de dióxido de carbono causantes del calentamiento de la atmósfera y del efecto invernadero y cuando se enferman, bien sabemos todos que no existen 148
para ellos y sus familiares, hospitales, médicos ni medicamentos suficientes, como los que existen en la otra parte del planeta causante del grave y alarmante proceso de contaminación. Tampoco podemos olvidar que la población mundial tardó decenas de miles de años en llegar a la cifra de 1.000 millones de habitantes, cantidad que se alcanzó en torno al año 1800. Sin embargo, tan sólo en los últimos dos siglos la población mundial ha alcanzado una cifra superior a los 6.000 millones de habitantes, sin olvidar que los datos de los expertos establecen que para el año 2050, esta cifra podría llegar a los 9.000 millones. Esta gran explosión demográfica, unida a la acelerada degradación de las condiciones naturales elementales para la supervivencia de la humanidad, está provocando una gran preocupación en muchos países, sobre todo en lo menos desarrollados, ya que casi el total del crecimiento de la población indicada se está dando y se dará en los países pobres del denominado Tercer Mundo. Habrá que preguntarle a los dirigentes políticos de los países más ricos e industrializados si van a seguir mintiéndonos a todos los habitantes del planeta. Habrá que preguntarles si van a seguir diciéndonos que es necesario consumir más para garantizar nuestro desarrollo y bienestar y con ello ayudar al desarrollo de los países pobres, cuando todos los estudios rigurosos que se están realizando por instituciones prestigiosas demuestran que no es posible que todos los habitantes de nuestro planeta puedan alcanzar algún día el mismo nivel del llamado desarrollo y bienestar que tenemos los habitantes de los países desarrollados; y no es posible porque el planeta llamado Tierra no tiene suficientes recursos como para que 6.000 millones de habitantes, y no digamos 9.000, puedan consumir y despilfarrar de la misma manera que lo hacemos los que vivimos en la parte privilegiada de este mundo. Harían falta tres planetas como La Tierra para poder disponer de los recursos necesarios para que los 6.000 millones de habitantes vivieran con este mismo nivel de consumismo insostenible. Globalizar la solidaridad y la justicia social Hay que decir la verdad, aunque sea muy cruda. Por ello, los ciudadanos, los consumidores de los países ricos 149
e industrializados no podemos cerrar los ojos ante esta terrible realidad, pues la verdad es que para que el 20% de la población mundial pueda seguir viviendo con este nivel de consumismo y despilfarro de los recursos naturales será necesario que el otro 80% siga viviendo en las condiciones de pobreza actual. El funcionamiento de la economía de los países ricos se apoya en el consumismo y en la existencia de esas grandes desigualdades. Se ha globalizado la desigualdad y por ello cada vez hay mayores diferencias entre los países ricos y pobres. Pero esto no es inevitable y hay que decir que esta situación se puede cambiar, pues otro mundo es posible, otros sistemas son viables y es posible globalizar la cultura, la sanidad, el respeto al medio ambiente y, sobre todo, que es posible globalizar una alimentación justa para todos los habitantes del planeta, porque para ello sí hay recursos en este planeta llamado Tierra. Pero ello sólo se podrá llevar a cabo si se pone freno a la carrera armamentística, al dominio de unos países sobre otros y a la destrucción de los recursos naturales. Hay que optar por un consumo racional y sostenible en una sociedad justa y sostenible y el logro de esos dos objetivos debe ir unido. Hay que decir no a este nuevo sistema de explotación de la humanidad que representa el consumismo actual y hay que defender frente a esa explotación un consumo sostenible, entendiendo que dicho nuevo modelo supone mucho más que cambiar un producto perjudicial para el medio ambiente o para los humanos por otro más respetuoso o seleccionar los residuos urbanos en nuestro hogares; implica, ante todo, cuestionar nuestro sistema de sociedad, conlleva examinar nuestro papel ante las desigualdades de la economía mundial y significa retar a los gobernantes para que realicen políticas que favorezcan un cambio en el actual sistema de producción y consumo. Y sobre todo, conlleva el asumir que el mantenimiento del modo de vida actual de las sociedades consumistas sólo se podrá hacer a costa de mantener también el actual modo de vida de las poblaciones de los países pobres, llegando incluso a justificar guerras e invasiones para seguir apropiándose de los recursos naturales que aún les queda a los países pobres. En este sentido hay que destacar los pronunciamientos que se están haciendo públicos desde países como Cuba, 150
Venezuela y otros en los que se está señalando un cuestionamiento claro de la reconversión de inmensas extensiones de tierras de cultivo para ser dedicadas a la producción de biocombustible, una energía que bajo el pretexto de ser limpia y menos contaminante que el petróleo y con el fin de satisfacer las necesidades consumistas del mundo desarrollado, supondrá la destrucción de la superficie agrícola que garantiza hoy la alimentación de buena parte de los habitantes de una parte del planeta. El consumismo representa explotación Podemos afirmar, por tanto, que el consumismo afecta de manera negativa a todos los ciudadanos del mundo, independientemente del lugar donde habiten. A unos, los que habitamos en las llamadas sociedades desarrolladas, nos afecta a través de una doble explotación, la que sufrimos como trabajadores y la que sufrimos como consumidores, provocando conductas generalizadas de consumo irracional y casi compulsivo con el señuelo de que cuanto más tengamos y más consumamos, seremos más felices y nos acercaremos más a los patrones y conceptos de vida que nos imponen los poderosos que gobiernan la Tierra. Y por otro lado, la que sufren los ciudadanos de los países pobres que como consecuencia del consumismo y de la sobreexplotación de los recursos del planeta. Ellos no podrán salir de la pobreza y del subdesarrollo para así poder mantener el consumismo y despilfarro de recursos existentes en el mundo rico. Junto con los efectos que el consumismo está teniendo para la destrucción del medio ambiente y por ello para la propia supervivencia del planeta tenemos que señalar los efectos que dicho modelo de comportamiento de los consumidores están teniendo para su propia calidad de vida y para su propia situación económica. Este aspecto relacionado con el consumo es objeto de silencio y este silencio no es sorprendente, pues para romperlo se requiere que la sociedad se pregunte sobre su propio estilo de vida y ponga en entredicho la noción de que tener más conlleva ser más feliz y disfrutar de una mayor calidad de vida. Denunciar los efectos negativos del consumismo debería ser una de las actividades fundamentales de las distintas
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organizaciones de consumidores, pero en la actualidad la mayoría de ellas se dedican a tratar de resolver los abusos que provoca el sistema actual de producción y consumo y no cuestionan el propio sistema. Consumidores en Acción – FACUA es una organización que sí mantiene unas posiciones claramente contrarias al actual modelo neoliberal y por ello desarrolla una actividad en la que confluye la labor de defensa de los intereses individuales y colectivos de los consumidores frente a los abusos cometidos por las empresas y administraciones públicas y, a la vez, la de cuestionar y denunciar el consumismo y el modelo de sociedad que lo genera. La sociedad de consumo, y como consecuencia de ello el consumismo, es una etapa de la historia que desaparecerá. Lo que no se puede prever es si será por un cambio de mentalidad inspirado en la necesidad de supervivencia o por un apocalipsis de la sociedad capitalista industrializada que lo sustenta como consecuencia del agotamiento de los recursos y la destrucción del medio ambiente. EL COMERCIO JUSTO Y SOLIDARIO En los últimos años se viene observando que una parte importante de la sociedad civil está asumiendo un papel cada vez más activo en la vida pública de sus países respecto a problemas relacionados con el medio ambiente y con las discriminaciones sociales o económicas, que se está expresando a través de protestas públicas contra la globalización, de grandes campañas para defender aspectos fundamentales sobre el medio ambiente o por medio de la puesta en marcha de redes mundiales de lucha contra la pobreza. Movimiento por un comercio justo y solidario En este último contexto de apoyo a la población de menos recursos del planeta está destacando también una forma de compromiso social y solidario bajo la denominación de movimiento por un comercio justo y solidario, que progresivamente viene incrementando constantemente su presencia en numerosos mercados de países de Europa, Japón o Canadá y también, aunque en menor nivel, en España, donde los primeros establecimientos comerciales que promocionaron 152
el comercio justo se abrieron en 1986. En la actualidad funcionan más de 3.000 tiendas de comercio justo en 15 países de Europa. El denominado “comercio justo”, tal como lo definen sus promotores, es un tipo de comercio que surge de una nueva relación, libre, directa y honesta –no fraudulenta– entre tres nuevos sujetos económicos: los productores en vías de empobrecimiento, los consumidores solidarios y los intermediarios sin ánimo de lucro. Unos nuevos sujetos que han aprendido las lecciones de la historia y quieren introducir unas nuevas relaciones de mercado más justas y distributivas que las actuales. El actual mercado mundial no es neutral, ya que es un instrumento económico que está sirviendo para generar cada vez más diferencias entre los países pobres y los ricos. El mercado puede servir para construir o destruir y aunque es un medio generador de grandes diferencias puede llegar a ser también un medio para el reparto de la riqueza, según afirman los promotores del “comercio justo”, de la misma manera que la ciencia y la tecnología puede ser dirigida para la paz o para la guerra. Todo dependerá de la voluntad de los que controlen el mercado y de la acción de los consumidores solidarios y conscientes. Las tiendas de comercio justo Repitiendo los argumentos de los defensores de este tipo de nuevo mercado, el comercio justo implica a esos tres nuevos sujetos económicos y la misión de las organizaciones que lo promueven debe limitarse a ser facilitadora. En el movimiento de comercio justo hay que distinguir entre tiendas e importadoras, que desarrollan dos funciones imprescindibles. La tienda o el grupo de distribución se pone en contacto con el consumidor y actúa como agente de los productores y de los consumidores: es un facilitador de primer orden que emplea la sensibilización como un poderoso medio de conciencia. La tienda compra el producto a la organización de comercio justo importadora lo procesa, lo transforma y lo comercializa, ayudando a que dichos productos puedan llegar al consumidor de los países más ricos y desarrollados. 153
Para que este comercio pueda recibir el calificativo de “justo y solidario” tiene que existir una condición también imprescindible: el sobreprecio, es decir, la compra del producto en origen con un porcentaje por encima del precio fijado por el mercado. Desde el principio de su nacimiento el sobreprecio acompaña al comercio justo y ello no podría ser de otra manera, pues no constituiría novedad alguna si un supuesto mediador-facilitador comprara a los productores de los países pobres determinados productos al mismo precio que impone el mercado mundial, precios que están arruinando cada vez más a los pequeños productores de los países del Tercer Mundo. En este contexto es fundamental la existencia de consumidores solidarios que estén dispuestos a pagar dicho sobreprecio y consumir los productos que nos llegan de dichos países a través de las tiendas de comercio justo y así contribuir de una forma consciente para poder ayudar a salir de la extrema pobreza a dichos productores. Sólo con la existencia de este sujeto, es decir, el consumidor solidario, puede funcionar con éxito este nuevo sistema de comercio más justo y distributivo. Por ello FACUA debe apostar por el fomento de estas nuevas formas de comercio y de distribución de la riqueza.
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DINERO, PODER, VIOLENCIA: ¿HACIA UNA DICTADURA DE LA ECONOMÍA? ¿HAY ALTERNATIVAS? Por JUAN TORRES LÓPEZ
Nacido en Granada (España) en 1954, donde estudió el bachillerato. Licenciado en Ciencias Económias y Empresariales en la Universidad de Málaga, carrera que estudió siempre como becario. Doctor en CC. Económicas y Empresariales desde 1981, dos años más tarde obtuvo la plaza de profesor Adjunto de Economía Política y Hacienda Pública en la Universidad de Granada. En octubre de 1984 se incorporó a la de Málaga como catedrático contratado, plaza que ocupó definitivamente como funcionario en diciembre de 1986 en el área de Economía Aplicada Desde el 1 de octubre de 2008 se encuentra en situación de "comisión de servicios" en la Universidad de Sevilla como catedrático de Economía Aplicada del Departamento de Teoría Económica y Economía Política. Durante toda su vida académica ha combinado la actividad docente e investigadora con la gestión de asuntos universitarios como Director de Departamento, Vicedecano, Decano de la Facultad de Derecho y Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad de Málaga. Ha ocupado también el cargo de Secretario General de Universidades e Investigación de la Junta de Andalucía. Entre los libros de los que es autor destaca el manual Economía Política (seis ediciones), uno de los textos de introducción a la economía más utilizado por los estudiantes españoles. Otros de sus libros son Economía de la Comunicación de masas; La empresa industrial granadina; Análisis Económico del Derecho. Panorama doctrinal; Tecnologías de la Información. Impactos y usos sociales; Desigualdad y crisis económica. El reparto de la tarta (dos ediciones); Economía del delito y de las penas (con Alberto Montero); La economía andaluza; España va bien y el mundo tampoco; Neoliberalismo. Sociedad, trabajo y poder financiero; Toma el dinero y corre y La globalización neoliberal del dinero y las finanzas. También es autor de un manual de economía y otro de economía de la empresa para bachilleres, el primero ya editado por la editorial Anaya y el segundo en proceso de edición por la misma editorial. Ha coordinado y dirigido libros colectivos como La otra cara de la política económica. España 1984-1994; Pensiones públicas, ¿y mañana qué? y Venezuela a contracorriente y Los orígenes y las claves de la revolución bolivariana. Ha escrito alrededor de un centenar de artículos cientificos o ponencias en reuniones y congresos y más de cuatrocientos artículos de divulgación económica o análisis político, además de haber impartido docencia en diversas universidades españolas y extranjeras y docenas de seminarios y conferencias en todo tipo de foros. Es también colaborador de numerosas organizaciones no gubernamentales, de asociaciones ciudadanas y sindicatos y ha actuado en ocasiones como consultor internacional y asesor de gobiernos e instituciones internacionales. Ha dirigido seis tesis doctorales y diversos proyectos de investigación y recientemente había coordinado el Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Inmigración y el Observatorio del Empleo y la Exclusión Social ambos de la Universidad de Málaga Mantiene una página web (Ganas de Escribir: www.juantorreslopez.com) y coordina la página web dedicada a información económica www.altereconomia.org.
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Conceptos a desarrollar en la conferencia. La función histórica del dinero fue servir de instrumento para las transacciones “reales” de la economía y facilitar el comercio. Pero eso no quiere decir que el dinero sea algo “neutro” El dinero tiene poder: el poder de decidir y el poder de financiar Una confusión corriente: ¿quién crea el dinero?... Es decir, ¿quién crea el poder que lleva consigo el dinero? El dinero legal y el dinero bancario La expansión del dinero bancario: Modos y consecuencias. Hoy día el dinero se ha convertido en objeto de intercambio: La inmensa mayoría de las operaciones de compra o venta de medios de pago no se hace para participar en transacciones sino para especular con ellos. Realizando esas operaciones especulativas se obtiene mucha más rentabilidad que participando en la actividad productiva. La atracción constante de la esfera financiera genera un incremento constante de los medios de pago y de los flujos financieros. Es la financiarización o hipertrofia de los flujos financieros. 1945-1970 Incremento del Producto Nacional de Estados Unidos: 190 % Incremento de la producción industrial: 200 % Incremento del capital para la intermediación financiera o que busca invertirse en mercados financieros: 750 %. (M Aglietta). Crecimiento anual medio, en términos reales, de las operaciones transfronterizas desde 1980 hasta 1996 Negociación en acciones y bonos extranjeros: 25% Negociación en divisas: 24% Préstamos bancarios transfronterizos: 9%
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Inversión directa en el extranjero: 7% Comercio internacional: 5% PIB: 2,5% Factores que han coadyuvado a generar la hipertrofia de los flujos financieros: Transformaciones estructurales Cambios institucionales Nueva regulación macroeconómica Transformaciones estructurales que generaron endeudamiento, sobre oferta de medios de pago: Eurodólares Petrodólares Beneficios multinacionales... En el año 1960 se registraban diariamente operaciones por valor de 15.000 millones de dólares, en 1980 por valor de 60.000 millones y en 1995 por 1,5 billones. En 1983 el valor de las transacciones en divisas era diez veces mayor que el del comercio internacional, mientras que en 1993, era ya sesenta veces superior. Hoy día, más de setenta veces. En la Unión Europea hay unos 13 billones de dólares en instrumentos financieros actualmente no negociables (es decir, no convertidos aún en títulos que se intercambien). Cambios institucionales: Libertad de movimientos de capital Nuevas tecnologías Liberalización Privatización de empresas y de fondos de pensiones Autonomía de los bancos centrales... En 1960 sólo 8 de los 13.126 bancos existentes en Estados Unidos tenía operaciones permanentes con el extranjero. Nueva regulación macroeconómica: Deflación Privilegio de la política monetaria. La nueva lógica del sistema financiero. El nuevo papel de la banca: Los “supermercados financieros polivalentes La “securitización” los “productos derivados” 158
Los nuevos agentes financieros: los inversores institucionales El total de sus operaciones representaba en 1980 el 59% del PIB de Estados Unidos y en 1993 ya había pasado a ser el 126% y en 2000 el 207%. Las consecuencias de la financiarización y del imperio del dinero global: Políticas deflacionistas. Financiación al servicio de la especulación financiera: insuficiencia de recursos, inestabilidad. La burbuja financiera. Poder imperial: Para que la mundialización funcione, los Estados Unidos no deben tener miedo de actuar como la superpotencia invencible que son... La mano invisible del mercado no funcionará jamás sin un puño invisible. McDonald´s no puede extenderse sin McDonnell Douglas, el fabricante del F15. El puño invisible que garantiza la seguridad mundial de las tecnologías de Silicon Valley se llama ejército, la fuerza aérea, la fuerza naval y el cuerpo de marines de los Estados Unidos. MADELEINE ALBRIGHT.
Corrupción y criminalidad económica: Unos de los grandes cambios en las finanzas internacionales en los últimos años ha sido el aumento espectacular de la utilización del sistema por parte del crimen organizado. Difícilmente hubiese sido posible diseñar un “no régimen” más apropiado que el sistema bancario global para las necesidades de los narcotraficantes y de otros traficantes ilícitos que quieres poner fuera del alcance de la policía el origen de sus inmensos beneficios ilegales”. SUSAN STRANGE.
El secreto bancario y los paraísos fiscales: Islas Caimán 35.000 habitantes PIB anual USD 900 millones 450 bancos Activos externos de USD 782.000 ces su producción 159
Superior a los depósitos en Francia, con PIB USD 1,4 billones - 1.600 veces mayor. ¿Quiénes los usan? Los pueden usar toda persona jurídica o natural con un capital mínimo de 5.000 dólares. BBVA (36 sociedades mercantiles) 15 en las Islas Caimán, Gibraltar, Jersey, Guernesey, Antillas y Panamá. Beneficio neto de 222 millones de euros Repsol YPF 11 sociedades en las Islas Caimán 7 en Suiza, Luxemburgo, Bermudas, Antillas y Andorra Efectos políticos de la financiarización: El privilegio de la política monetaria. Pérdida de capacidad de maniobra de los gobiernos. La paradoja de unos bancos centrales impotentes. La privatización del poder monetario. El debilitamiento de la democracia. El ejemplo de la actual crisis financiera Origen Consecuencias en el mercado financiero Consecuencias en los mercados reales: alimentos y petróleo. Su efecto final: recesión global Las no-respuestas de los gobiernos Salvar los privilegios de los bancos a costa de una inmoralidad global. El robo disfrazado. La violencia del dinero. 25.000 personas mueren al día de hambre. 6.000 personas (de ellas 4.500) mueren al día por falta de agua saneada. Resolverlo costaría menos de 70.000 millones de dólares (el equivalente a 26 días de gasto militar). 160
A rescates bancarios se han dedicado más de 2 billones de dólares. Se está cometiendo un crimen contra la humanidad. JEAN ZIEGLER.
El necesario control democrático del poder monetario Tres principios: Satisfacer la necesidad Crear riqueza Control social El derecho a negar. Erradicar la lógica de imperio. Democratizar la toma de decisiones. Otra política económica es posible: Recobrar la capacidad de maniobra Recuperar la lógica y el espacio de lo público Regenerar la fiscalidad Otro tipo de actividad bancaria Controlar los movimientos de capital Condonar la deuda de los países empobrecidos «En esta doctrina (la que defiende que la persecución del interés propio individual produce mayor beneficio a la sociedad en su conjunto) hay una falacia evidente. Si la persecución de la ganancia es criterio de conducta correcta, entonces no podemos distinguir entre actividad productiva y robo». JOAN ROBINSON. Libertad y necesidad.
Otro mundo es posible. www.juantorreslopez.com
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¿QUÉ LE PASA AL MUNDO? Por MARC VIDAL
MARC VIDAL, diplomado en Ciencias de la Publicidad por la Università degli Studi di Milano Bicocca. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la UEM. Es Máster en Gestión Patrimonial y en Sistemas de Trading Corporativo. Analista financiero y de nueva economía colabora en muchos medios de comunicación en radio y televisión. Actualmente es asesor corporativo de un grupo inversor y consultor de operaciones independiente. Especialista en planes de modernización y viabilidad en momentos de crisis. Dirige un grupo non profit en el campo del Open Business. Colabora en varios masteres y universidades dando clases de Estrategia Corporativa, Gestión Estratégica en Redes Sociales y de Nueva Economía o Economía Social aplicada. Escribe en la Bayrousphere, en americablog y es editor del blog económico mas leído en España, con el que ganó un Premio Nacional 20 minutos en 2007. Ha impulsado las Jornadas de la Catosfera jornadas de debate sobre la blogosfera y Poliblogs, la primera plataforma que debate de modo transversal la política española en la red. Ha tenido puestos de responsabilidad directiva en la TF1 y fue socio fundador de de Nagerman Networks y Sitcom Media. Actualmente es Director General de Cink.
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Resumen
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OS tipos de interés rozarán el 2% en Europa a final del año próximo para intentar generar flujos comerciales y de consumo, pero no servirá de nada, ya estaremos en parada técnica, en aquello que los economistas llaman "desproducción financiera". El precio que tenga el dinero no importa, ya no juega ningún valor en esta carnicería. Ahora el dinero es un bien natural como el arroz o el petróleo. No importa lo que valgan las cosas y si tienes dinero para comprarlas, lo que es fundamental es que dispongas de él y puedas recibir ofertas por el mismo. Especulas con un bien raíz llamado dinero. Si puedes comprar algo por su valor inicial no lo hagas, es posible que ya no valga ni lo que dice costar. En estos momentos el sistema premia la negociación del uso y venta de la moneda que paga algo que posiblemente no valga ni el material en el que está hecho, o al contrario, que valga mil veces más que lo que cuesta. Consecuencia, los valores y patrones de nuestro sistema se desmoronan y a cada nueva decisión de la economía política global, se evidencia su venganza, su protesta y esa reacción agresiva que el propio sistema está teniendo respondiendo de forma contraria al manual. Donde quiero incidir En dos semanas, se han producido en el conjunto del mundo más cambios que en las dos últimas décadas. La centenaria banca de inversión ha desaparecido y los sistemas regulatorios están bajo revisión. Ha sido necesaria una masiva inyección de dinero público para salvar el sistema en el momento que la economía tradicional y sus modelos están en entredicho. Es por eso que si analizamos con exactitud que representa todo ello nos daremos cuenta que estamos sufriendo un cambio de paradigma, una regeneración estructurada a partir del conocimiento y el valor del talento global. Esos cambios se evidencian en la red. En Internet los cambios son rápidos, precisos y contundentes, mucho 165
más que en la sociedad analógica, pero también debemos comprender que, anteriormente a los cambios tecnológicos, debe haber cambio ideológico. Originariamente, Internet consistía en una serie de páginas estáticas en las que el usuario adoptaba el papel de espectador. Hoy, los internautas abandonan ese planteamiento pasivo y se convierten en parte activa de la red, aportando contenidos y difundiéndolos. La red ha dejado de ser el territorio donde se acude regularmente y se transforma en una plataforma a través de la cual, los usuarios exponen sus ideas, emociones y conocimientos. La interacción y la participación se convierten ahora en el tronco fundamental de la maraña digital. Una red interactiva que ha permitido la aparición y desarrollo de la web 2.0 y, con ella, el abandono de la página web hierática, contemplativa, para dar paso a un escenario en el que actuar libremente. El navegante 2.0 ya no pasea por la red, ahora la utiliza y la amplia, la engrandece y la amplifica del mismo modo que el conocimiento global aumenta. Es ese contexto, una nueva manera de ver el negocio, la empresa y la economía en general, hace su apuesta más conceptual y compleja. Las empresas del futuro, esas que llamamos 2.0 o empresas abiertas se alimentarán de condicionantes que las hagan poderosas, que sean ejecutables y que se puedan reconocer en el mundo real. Aunque los resultados sean virtuales deberán ir acompañados de resultados contables que aporten sentido. En un mundo donde la mayoría de directivos son tecnófobos, divagar alrededor de los lamentos de la ciencia económica o de los desencuentros en política de empresa no ayudará a los que creemos con entusiasmo en el negocio 2.0 o en la empresa abierta. A fecha de hoy las puertas ya no tan solo están abiertas sino que ya nadie podrá cerrarlas. Un mercado basado en la creación de valor a partir de la colaboración horizontal, de la generación de producto fruto de compartir conocimiento y donde la fiabilidad sea total en términos de diseño empresarial, será un mercado abierto, sociable y democrático en esencia. Cuando el mundo entienda que el beneficio económico en un negocio parte de diversos factores inclusive su capacidad de apertura y entendimiento social, entonces será como cuando en el balcón de nuestras casas ponemos una maceta con una Plectranthus australis, o lo que es lo mismo, una “planta del dinero”.
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PONENCIAS
HEROÍNAS Y MERCENARIAS. LA VIOLENCIA ECONÓMICA DE GÉNERO A TRAVÉS DE SU REFLEJO EN LA LITERATURA INGLESA. Por ANA Mª DE HARO FERNÁNDEZ
Resumen
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A violencia económica de género constituye una de las modernas formas de violencia desenfocada, oculta en su condición de violencia pero de presencia constante en la sociedad. En la actualidad se manifiesta bajo la forma de sueldos desiguales, cifras de paro superiores para las mujeres, y su escasa presencia en puestos de responsabilidad. Pero se trata de una situación muy anterior al siglo XXI, y como tal se refleja en la literatura. Es en la Inglaterra del siglo XVIII en adelante donde las mujeres comienzan a conquistar el terreno de la literatura, reflejando en su obra los aspectos económicos del universo femenino. En el presente trabajo se estudian los precedentes literarios que reflejan la desigualdad económica de las mujeres, así como la obra de esas primeras escritoras que han alcanzado el reconocimiento y plasman en sus escritos las consecuencias de la violencia económica de género sobre las mujeres, con especial hincapié en la obra de Jane Austen, Emily Brontë y Virginia Woolf, y analizando también la influencia de la desigualdad económica en las vidas de dichas autoras. Este análisis se acompaña de datos actuales referentes al contexto español que demuestran la presencia de la violencia económica de género en la sociedad actual. INTRODUCCIÓN Por qué la violencia económica de género es violencia desenfocada. La escritora francesa Madame de Swetchine decía que nunca se perdona bastante, pero se olvida demasiado. Resulta curioso que fuera precisamente una escritora, y una escritora que nació a finales del siglo XVIII, la que pronunciase
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estas palabras, porque ése es precisamente el tema de estas jornadas: los grandes olvidos de la sociedad, olvidos que no deberían serlo, y que enmascaran formas de violencia que permanecen ocultas, que no son percibidas como tales. Hablamos aquí de “Violencia desenfocada” (o mejor, violencias desenfocadas, pues se trata de una hidra de múltiples cabezas) y su relación con el dinero. Con esto nos referimos a que la sociedad en la que vivimos es esencial e innegablemente violenta, como los medios de comunicación nos demuestran cada día. Pero además de esa violencia evidente existen otros tipos que no lo son tanto. No se les concede la importancia debida; están ocultos, disimulados, de forma intencionada o no. Están desenfocados. Y, en muchas ocasiones, el dinero tiene una relación directa con la violencia. A veces determinados tipos de violencia no llegan a la opinión pública porque hay intereses económicos que lo impiden. Otras veces, y esto es lo más interesante, el dinero está en la causa y la esencia misma de esta violencia, y aún así pasa desapercibida. Una de esas formas de violencia desenfocada, la violencia económica de género, y su reflejo en la literatura inglesa del siglo XVIII en adelante, es el tema que nos disponemos a tratar. La violencia de género está en auge, mediáticamente hablando, aunque su tratamiento no sea siempre el más adecuado. En este sentido, no podemos decir que se trate de violencia desenfocada, ya que se reconoce como problema social. Sin embargo, sí existen algunos aspectos de ella que están desenfocados, entre ellos el económico. Y es que la violencia de género no se reduce a la violencia física o psicológica. Nos referimos a los aspectos económicos de la violencia de género: desigualdad en los sueldos, la existencia del infame techo de cristal, la amenaza económica que también está presente en los casos de maltrato físico, el impago de pensiones... Son tan relevantes como los demás, y sí están desenfocados. No se tratan de forma tan frecuente, a pesar de que sus efectos son constantes. Ya que, como decíamos, la violencia económica de género no es tratada como tal, resulta interesante estudiar su reflejo en las distintas formas de manifestación del pensamiento humano, en el caso que nos ocupa la literatura universal, que han registrado la presencia de esta violencia 172
desde hace siglos. La literatura inglesa de los siglos XVIII, XIX y XX es fundamental en este sentido porque, salvo escasísimas excepciones, es en la Inglaterra del siglo XVIII donde, por primera vez en la historia, surgen una serie de escritoras que reflejan esta cuestión como parte intrínseca a su obra. Son, además, las primeras escritoras, tras Safo de Lesbos, que se han hecho un hueco en los cánones literarios. Y ya que la literatura siempre muestra, en mayor o menos medida, las preocupaciones de la sociedad en la que surge, los textos de estas escritoras (Aphra Behn, las hermanas Brontë, Virginia Woolf y Jane Austen por encima de todas ellas) reflejan la situación económica de las mujeres de su época, y las formas de violencia económica de género a las que se veían sometidas. Muchos autores masculinos tratan esta cuestión, pero son ellas las que narran su propio mundo. Exponen una situación que conocen de primera mano, cuyas consecuencias han sufrido en su propia vida. La profesión literaria, además, proporciona numerosos aspectos de análisis por cuanto la violencia económica de género actúa no sólo sobre la obra, sino sobre la vida profesional de estas mujeres. Este análisis se acompaña además de una serie de datos estadísticos que demuestran que, más allá de las páginas de Jane Austen y las elucubraciones de Virginia Woolf, este problema es real y existe, aquí y ahora, en España y en Andalucía. Algunos datos sobre la violencia económica de género En su recién publicada autobiografía, Amparo Rubiales afirma algo significativo: “Las mujeres pasan por la política. Los hombres la hacen”.1 Lo dice una mujer que ha sido, a lo largo de su dilatada carrera profesional, concejala del Ayuntamiento de Sevilla, Consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía, parlamentaria, senadora y diputada nacional, y consejera de Estado, entre muchos otros cargos públicos. Y, sin embargo, sostiene, hablando desde su experiencia, que son los hombres los que dictan la política mientras que las mujeres se limitan a pasar ocasionalmente por ella. Y sigue: “Lo cierto es que éramos las mujeres las que entrábamos o salíamos de las listas, según las conveniencias de los hombres, ¡Y eso que éramos mujeres importantes!”. Así, pues, 1 RUBIALES, A., Una mujer de mujeres, Ed. Aguilar, Madrid, 2008.
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son los hombres los que, desde una posición de poder asentada y asegurada, ven desfilar frente a sí a las mujeres que, a pesar de ser conocidas y relevantes en la esfera pública no llegan a poseer el poder de decisión. ¿De qué estamos hablando, pues, sino del infame y tristemente célebre techo de cristal? Éste no es más que ese límite invisible y no escrito ni reglado que, sin embargo, actúa como una barrera, impidiendo que las mujeres alcancen determinados puestos de responsabilidad (y, por tanto, con sueldos más cuantiosos), que se encuentran más allá de ese techo de cristal. Ni siquiera las mujeres importantes, como dice Amparo Rubiales, ni siquiera aquellas que han logrado hacerse un nombre en su campo de actuación y son relevantes para la sociedad, pueden ir más allá de ciertos límites. Según esta teoría, siempre hay un hombre, más allá, que es el que, en última instancia, decide sobre ese puesto de trabajo en concreto. Si esto es así para las llamadas mujeres importantes, la situación para el común de las mortales es infinitamente peor y más evidente. Es aquí donde entra en juego el concepto de violencia económica de género. Su reflejo más evidente y cuantificable está en los sueldos de las mujeres españolas, y en la considerable diferencia que hay entre éstos y los de sus compañeros masculinos. El Instituto Andaluz de la Mujer analiza estas cuestiones en una obra titulada precisamente Violencia económica de género,2 afirmando que la desigualdad económica empieza por las diferencias en los sueldos: según datos de 2000 y 2002, la media de la diferencia salarial de la mujer española con respecto al hombre es de un 75,4%. Las mismas fuentes afirman que la mujer andaluza gana de media un 72% del sueldo de su compañero. Hablamos de mujeres y hombres que poseen la misma cualificación profesional. El trabajo de las mujeres se ve marcado, además, por la mayor presencia en el mismo de situaciones de temporalidad (contratos temporales), y mayores porcentajes de paro. En 2007, la tasa de ocupación de los varones era, según la Encuesta de Población Activa, de un 69,23%, mientras que la de las mujeres era de un 49,37%. Este informe revela también que, en la fecha de publicación de este libro, la tasa de actividad 2 VV. AA., Violencia económica de género. El impago de pensiones en Andalucía. Análisis jurídico – procesal. Asociación de Mujeres Juristas Themis. Instituto Andaluz de la Mujer, Sevilla, 2004.
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femenina era la penúltima más baja de la Unión Europea, sólo por encima de Italia. El desempleo es especialmente acuciante en las mujeres desde los veinticuatro a los cincuenta y dos años. Por otra parte, un 28,6% de los contratos laborales realizados a hombres en 2002 fueron en situación de temporalidad, mientras que el porcentaje de contratos temporales realizados a mujeres alcanzaba el 33,8% en el mismo año. También son más elevadas en las mujeres las tasas de autoempleo, según la investigadora Paula Rodríguez Modroño, a causa de los estereotipos de género que aún hoy impiden el acceso de muchas mujeres a determinados puestos de trabajo, obligándolas en cierta medida a optar por el autoempleo. A esta situación hay que unir la obligación de conciliar trabajo productivo con trabajo reproductivo (cuidado de hijos y mayores, trabajo del hogar) que la mayoría de las mujeres aún asumen o se ven forzadas a asumir como propio. Así pues, más paro, y, cuando se consigue trabajo, menores sueldos y mayor temporalidad y autoempleo, es la tónica con la que nos encontramos en la actualidad. Se trata de lo que el Instituto Andaluz de la Mujer califica de una situación de “menor y peor empleabilidad”. Todo esto contribuye al hecho de que las mujeres engrosen en muchos casos los índices de empobrecimiento social, arrastrando en a las personas de su entorno que dependan económicamente de ellas. Se trata de un fenómeno denominado feminización de la pobreza. A éste cúmulo de datos, cifras y porcentajes que ponen de manifiesto la situación de desigualdad económica real en la que se encuentran en la actualidad las mujeres españolas es a lo que denominamos violencia económica de género. El Instituto Andaluz de la Mujer incluye reconoce también entre las diversas formas de violencia económica de género el impago de las pensiones, que resulta decisivo en este empobrecimiento porque todavía hoy la custodia de los hijos en casos de separación y divorcio recae en un 80% de los casos sobre las madres. El mandato de no discriminación salarial entre hombres y mujeres está recogido legalmente en el Tratado de Roma, las directivas comunitarias, la Constitución Española y el Estatuto de los Trabajadores. Por tanto, para Paula Rodríguez Modroño,3 el hecho de que en los últimos veinte años 3 RODRÍGUEZ MODROÑO, P., ROMÁN DEL RÍO, C., (Eds.), La mujer en el mercado de trabajo, Instituto de Desarrollo regional, Consejería de Trabajo e Industria de la Junta de Andalucía, Fondo Social Europeo, Málaga, 2000.
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los niveles de formación de las mujeres hayan mejorado tanto y, sin embargo, continúen existiendo las diferencias salariales antes mencionadas, es una prueba que la base que subyace a esta situación, aparentemente sólo económica, es en realidad un problema de género. Precedentes literarios: perturbadas y meretrices Los casos que se exponen a continuación son los de mujeres que desafiaron en mayor o menor medida las convenciones sociales al dedicarse a la literatura, tanto en su vida como en su obra, y pudieron hacerlo, en gran parte, porque gozaban de los medios económicos para ello, o porque habían recibido el raro privilegio de una educación. No todas tuvieron que enfrentarse a la violencia económica de género, pero sí a los prejuicios sociales que condenaban a toda mujer que abandonase los marcos establecidos. En estos tres casos fundamentales encontramos ya algunos de los calificativos que las demás autoras recibirán, algunas de las dificultades a las que tendrán que hacer frente. Y, por ello, son parte fundamental de nuestro objeto de estudio, pues fueron sus pasos los que siguieron las demás autoras. Aphra Behn, la primera profesional Nacida en 1640, la vida de Aphra Behn es atípica, en parte porque es la primera mujer que llega a ser una profesional de la escritura en el sentido de que vive de su pluma. Hija de un barbero, pasó parte de su infancia en la Guayana holandesa, y regresó a Londres a los dieciocho años para casarse con un comerciante alemán. Su marido era un hombre acaudalado que la introdujo en la alta sociedad de la Restauración, y que murió a los tres años de matrimonio. Aphra Behn continuó disfrutando de su fortuna, hasta que se arruinó. Entonces la leyenda comienza a mezclarse con los hechos: se le atribuyen conquistas amorosas descabelladas e incluso haber sido espía en Amberes. El hecho de perder su fortuna es decisivo, podría decirse, para la historia de la literatura, porque fue entonces, a partir de 1670, cuando se vio obligada a sostenerse económicamente. Escribió poemas, dramas, comedias y novelas, entre los que destacan Oroonoko o El esclavo real, El matrimonio forzoso, o Las cortesanas fingidas. En Aphra Behn se conjugan factores 176
que posteriormente veremos repetidos en las demás autoras: fue extremadamente popular, pero al mismo tiempo se ganó fama de desvergonzada por ser desinhibida en su vida social, y tratar en sus obras las relaciones entre el sexo, la pasión y el poder. Ese calificativo es el que se irán ganando poco a poco casi todas las escritoras. Resulta curioso observar cómo los márgenes de lo que era respetable para las escritoras eran considerablemente más estrechos que para los escritores, para los cuales las vidas turbulentas eran un aliciente más para su obra: lord Byron, por ejemplo, era malhablado, pendenciero, mujeriego y cometió algún acto ocasional de pederastia, pero nadie pone en duda la grandeza de su obra por este motivo. Esa relación establecida entre la vida personal de la autora y la obra, utilizando la primera para juzgar la segunda, sería la base sobre la que se sustentaría la relación entre las escritoras y los críticos durante los dos siglos siguientes. A pesar de ello, Aphra Behn demostró que una mujer podía subsistir económicamente gracias a su pluma. Por este motivo, Virginia Woolf afirma que todas las escritoras deberían inclinarse en la tumba de Aphra Behn: «La importancia del hecho sobrepasa cualquiera de sus escritos [...], pues aquí empieza la libertad de la mente, o más bien la posibilidad de que en el decurso del tiempo la mente escribirá lo que quiera. Pues ya que lo había hecho Aphra Behn, las muchachas podían decir a sus padres: No necesitan darme una pensión, puedo ganar dinero con mi pluma. Por supuesto la contestación fue, por muchos años: “¡Sí, llevando la vida de Aphra Behn! ¡Antes la muerte!” [...]. Aphra Behn demostró que se puede ganar dinero escribiendo, mediante el sacrificio, tal vez, de ciertas cualidades agradables; y así gradualmente el hecho de escribir adquirió una importancia práctica, dejó de ser un mero síntoma de idiotez o de una mente trastornada. Un marido podía morir o la familia sufrir un desastre. Cientos de mujeres empezaron, al acercase el siglo XVIII, a sostener a sus familias [...]. La gran actividad intelectual que las mujeres revelaron hacia fines del siglo XVIII [...] se funda en el hecho de que las mujeres podían hacer dinero escribiendo». WOOLF, V., Un cuarto propio. Alianza Editorial, Madrid, 2003).4
El dinero es necesario: la condesa de Winchilsea Anne Finch, condesa de Winchilsea, es otro caso atípico y fundamental. Nació en 1661, y era hija de un Sir que murió cuando ella tenía sólo cinco meses. Sin embargo, recibió una buena educación, porque su padre creía en la 4 WOOLF, V., Un cuarto propio, Alianza Editorial, Madrid, 2003.
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necesidad de instruir también a las hijas, y por ello dejó en su testamento establecido que la herencia se destinase a la formación de su hijo varón y de su hija, a partes iguales. A los veintiún años, Anne se marchó a la corte a ser dama de compañía, y allí conoció al que luego sería su marido, el futuro conde de Winchilsea. También fue allí donde se despertó su interés por la poesía, afición que cultivó junto con otra de las damas de compañía, una tal Anne Killigrew. Las burlas con las que la corte recibió la obra de su amiga determinaron que, al menos al principio, Anne decidiera ocultar sus creaciones. Escribió odas de temática muy variada, pero es por su denuncia de la situación de las mujeres de su época, y de las literatas en particular, por lo que se la recuerda. Anne Finch fue muy feliz en su matrimonio, abiertamente feliz, y, a pesar de sus quejas sobre la misoginia de la sociedad, su marido siempre estimuló su escritura. Además, fue una excepción, porque recibió una educación que estaba vedada a la mayoría de sus coetáneas. Al igual que sucedería posteriormente en el caso de Virginia Woolf, Anne protestaba por las injusticias sufridas por su sexo, pero de las que ella misma se vio libre en la mayoría de las ocasiones. Escribió desde una situación privilegiada, y abrió el camino para las que eran menos afortunadas que ella. Sus primeras obras fueron publicadas anónimamente, indicando que la autora era “una dama”. Posteriormente comenzó a adquirir notoriedad, y autores como Alexander Pope o Jonathan Swift la apoyaron. En los versos que siguen, la condesa de Winchilsea expone de forma explícita su opinión acerca de la situación de las mujeres: ¡Qué bajo hemos caído!, caído por equivocadas normas, Antes víctimas de la Educación que de la Naturaleza; Excluidas de todo adelanto del espíritu, Dedicadas y destinadas a la torpeza; Aunque alguna quiere elevarse sobre las otras, Con fantasía más ardiente y con estimulada ambición, El partido contrario es siempre tan fuerte Que las esperanzas nunca contrabalancean los temores.
Toda una tesis de género se esconde en esos pocos versos: la mujer no es inferior por naturaleza, sino que su des-
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igualdad se debe a la carencia de una educación real. Su inferioridad es planeada e intencionada, están destinadas a la torpeza. Y aquellas que se atreven a desafiar el orden establecido (como su amiga Anne Killigrew, o ella misma), se enfrentan a un adversario, la sociedad entera, demasiado poderoso. “Nos dijeron que confundimos nuestro sexo y lugar; Los buenos modales, la distinción, el baile, los aderezos y la música Son las perfecciones que deberíamos desear; Escribir, o leer, o pensar o indagar Empañarían nuestra belleza y consumirían nuestro tiempo, E interrumpirían las conquistas de nuestra plenitud; Mientras sostienen algunos que el tedioso gobierno de una casa servil Es nuestro mayor arte y empleo”.
La situación es más angustiosa incluso para aquellas temerarias que se atreven a adentrarse en un terreno tan masculino como era entonces la literatura. La mujer escritora comete una falta imperdonable, un delito de orgullo, un acto de invasión, que para sus contemporáneos es antinatural. ¡Ay! De una mujer que prueba la pluma, De semejante intrusa en los derechos de los hombres, De semejante presuntuosa criatura se opina Que ninguna virtud puede redimir su falta.
Anne Finch fue relativamente conocida en su época, siempre en círculos reducidos, y su obra no se descubrió en toda su magnitud hasta después de su muerte. Una mujer que reivindicase a las mujeres no podía esperar mucho más, y la condesa de Winchilsea era plenamente consciente de esto: Para unos pocos amigos y para tus pesares, canta. Los bosques de laurel no son para ti; Sean lo bastante oscuras tus sombras que ellas te basten.
La locura gótica de Ann Radcliffe Ann Radcliffe es la novelista a la que todas las demás leyeron, y la que inicia la tradición gótica femenina. Diane
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Long Hoeveler afirma que estas primeras novelistas llevan a cabo una profesionalización del género femenino.5 Es decir, contribuyen a difundir un nuevo rol, el de mujer víctima profesional, que supuestamente les será útil a las mujeres de clase media para sobrevivir en la nueva sociedad. Esto comienza en las novelistas góticas, de las cuales Ann Radcliffe, autora de Los misterios de Adolfo y El italiano, es el mayor exponente. En la práctica, esta profesionalización se expresa mediante la representación como objetivo femenino a conseguir la madurez física, la estabilidad socioeconómica, o ambas cosas a la vez. Posteriormente observaremos estas mismas características en Jane Austen y otras autoras. En Radcliffe encontramos además una de las principales consecuencias de la presión social ejercida sobre las mujeres que escriben: la locura. Esta autora murió en una noche oscura y tormentosa, el 7 de febrero de 1823, consumiéndose en la locura, dice la leyenda (las fuentes oficiales hablan de fiebre cerebral), habiendo sido durante toda su vida una esposa devota y pía y un ejemplo de ama de casa, además de la autora de oscuras novelas consideradas escalofriantes en su época. En ella se produce, pues, una de las principales características de la heroína gótica: la dicotomía entre la realidad y el deseo, las aspiraciones y las posibilidades, la personalidad y las convicciones sociales, el amor y la necesidad de alcanzar la estabilidad económica a través del matrimonio. La doble personalidad. Además, Radcliffe asienta la actitud pasiva agresiva de las heroínas, y protesta, siguiendo las tesis de Mary Wollstonecraft y su Reivindicación de los derechos de la mujer de 1792, contra la falta de educación de las mujeres. Sus obras fueron muy populares, sobre todo entre las mujeres de clase media.6 Jane Austen, la crítica social desenfocada Jane Austen es probablemente, la autora más significativa que vamos a tratar, por cuanto es la que con más detalle describió la situación económica de las mujeres (y no sólo de las mujeres: en su obra hizo un completísimo retrato de 5 LONG HOEVELER, D., Gothic feminism. The professionalization of gender, from Charlotte Smith to the Brontës, The Pennsylvania State University, 1998. 6 Jane Austen muere en 1817, y sin embargo Radcliffe es considerada aquí uno de sus precedentes directos. Esto se debe a la enorme fama de la que esta autora disfrutó en vida y que hizo posible que Austen leyera su obra.
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las sociedad que la rodeaba), aparentemente de forma intencionada. Cuando hablamos de las novelas de Jane Austen, generalmente las clasificamos dentro de la categoría de “novelas románticas”. Y es cierto que las relaciones amorosas entre las protagonistas, sin excepción alguna mujeres, y uno o dos personajes masculinos, proporcionan el argumento principal de la obra. Pero en realidad el romance no es el motivo por el que recordamos a Jane Austen, y, desde luego, no es su principal mérito: éste se encuentra en realidad en la sátira social y el retrato de personajes. Sus novelas no son románticas al uso: casi todo el romance ocurre fuera de los ojos del lector, es más explicado que mostrado y en algunos casos, incluso, está poco desarrollado. Es el conocimiento mutuo, la ironía, lo que importa, y en ello el papel de la mujer. A diferencia de las hermanas Brontë, Jane Austen es siempre realista. Refleja como nadie la violencia económica de género, no por sutil menos presente en las vidas de sus protagonistas. Jane Austen nació en 1775, en plena época georgiana, y murió muy joven, sin haberse casado jamás, en 1817. Su familia pertenecía a la gentry, es decir, a la burguesía agraria, que era muy diferente de la burguesía urbana. De hecho, como se refleja en su obra, la primera no solía tener muy buen concepto de la segunda. Jane Austen formaba parte, pues, de una clase social relativamente acomodada, en comparación con sirvientes, campesinos, y demás, pero muy lejos de la aristocracia. De ahí que, como veremos, sus heroínas siempre tengan que luchar por hacer frente a sus dificultades económicas, y siempre de la misma manera: a través de un matrimonio ventajoso. Son seis las obras que esta autora llegó a completar: Juicio y sentimiento, Orgullo y Prejuicio, La abadía de Northanger, Mansfield Park, Emma y Persuasión, las dos últimas publicadas de forma póstuma. Fue una autora que gozó de cierta notoriedad, especialmente entre el público femenino, que era el que con mayor frecuencia leía novelas, entonces consideradas un género menor. Sin embargo, no por ello dejó Jane Austen de experimentar algunas dificultades. La educación femenina era entonces un asunto comprometido (Jane se educó junto con su hermana, como muchas otras, gracias a las numerosas lecturas de la biblioteca de su padre) y, como 181
ya hemos visto, la escritura no se consideraba la profesión más adecuada para las mujeres. Por esto, Jane Austen publicó la mayoría de sus novelas bajo el pseudónimo “A lady” (“una dama”). Cuando comenzó a gozar de cierto éxito, el resto de su obra se publicó como “By the author of Sense & Sensibility”, “By the author of Sense & Sensibility and Pride&Prejudice”, y así sucesivamente. Así pues, Jane ocultó al principio su identidad, pero nunca llegó a adoptar una masculina, como harían otras escritoras, lo que se debe a la sutileza de sus escritos, que jamás llegaron a sobrepasar los límites de lo considerado respetable para una mujer, como sí hicieron luego Charlotte y sobre todo Emily Brontë. Pero Jane escondía su obra. Se habla de la existencia de una puerta que chirriaba al abrirse, en el saloncito de su casa, que ella utilizaba para escribir, pues no tenía, en palabras de Virginia Woolf, un cuarto propio. Y dice la leyenda que Jane impidió muchas veces que se reparara esa puerta, pues el chirrido de la misma al abrirse le permitía siempre esconder su trabajo bajo una hoja de papel secante antes de que las inoportunas visitas entraran en la habitación. Decíamos que Jane Austen realiza en sus obras un retrato incisivo y detallado de la sociedad de su tiempo. Sería más exacto afirmar que Jane Austen retrató la clase social a la que ella pertenecía: la gentry. Se trata de un microcosmos, una sociedad muy concentrada. Esta clase social es, como decíamos, la burguesía agraria. Esta burguesía se organizaba en el siglo XVIII en comunidades compuestas por pocas familias que se establecían en torno a un terrateniente (perteneciente, esta vez sí, a la aristocracia) y su propiedad. El Pemberley del señor Darcy, la Rosings de Lady Catherine de Bourgh, e incluso Netherfield, comprado por Bingley al comienzo de Orgullo y Prejuicio, son ejemplos de esta situación. Las relaciones sociales se articulan en torno a esta comunidad y en base a un elemento fundamental: la cortesía y los modales. El protocolo, llamado en Mansfield Park “el ceremonial de la vida”, es muy estricto. La intimidad se construye mediante cartas y visitas y el acontecimiento social por excelencia es el baile. Londres, la capital, se observa desde lejos con fascinación y miedo, como lugar de diversión y vicio. El terrateniente tiene una obligación moral de clase, dada por el hecho de que su fortuna es heredada: debe mirar por las familias “a su cargo”, ejercer una suerte 182
de patronazgo sobre ellos, repartir la propiedad de las iglesias... todo esto se refleja en las obras de Jane Austen. Los “malos terratenientes” son aquellos que olvidan esta obligación moral y utilizan su riqueza en beneficio personal. La autora es muy explícita en cuanto a la situación económica de sus personajes: el señor Bennet posee 2000 libras al año; Emma Woodhouse pertenece a una familia extremadamente rica, con 30.000 libras al año. Fanny Price es la pariente pobre, adoptada por un miembro del Parlamento. Edward Ferrars, un sacerdote, tiene previsto heredar 10.000 libras al año. Darcy posee Pemberley, una propiedad que vale otras 10.000 libras al año. Frente a esto, la clase media es presentada a veces como una amenaza al orden establecido, a veces como ejemplo de decencia y honradez. La situación de la mujer de la gentry es clara: no tiene más ocupación que la de mantener las relaciones sociales ni otro objetivo que el, en principio frívolo, de encontrar marido, en lo que podríamos llamar el mercado del matrimonio. Sin embargo, esta frivolidad no es tal: la amenaza es muy grave. En la época que Jane Austen retrata, la sucesión, establecida por el cabeza de familia, determinaba en la mayoría de las ocasiones que la herencia pasase siempre al hijo varón o, en su defecto, al pariente masculino más próximo. En el mejor de los casos la mujer contaba con una dote o con una pequeña pensión a la muerte del padre. Así pues, encontrar un marido solvente era una verdadera necesidad. En su obra Jane Austen, estructura y visión social,7 David Monaghan afirma que, si bien pudiera parecer que la autora obvia aspectos de la sociedad porque no menciona casi nunca las colonias, ni las guerras, ni los procesos de industrialización incipiente, retrata en cambio la vida de la mujer de la gentry hasta el último detalle. Jane Austen nos regala un mundo, su mundo, a través de los ojos de una joven dama. Y sus personajes viajan, y se ven afectados por la herencia y la propiedad, y los hombres deben escoger una profesión, y las mujeres deben encontrar marido. Por otra parte, es necesario aclarar que Jane Austen convierte a sus personajes en arquetipos que reflejan actitudes sociales. Podemos encontrar varios ejemplo: la aristocracia eficiente se enfrenta a la aristocracia snob, el materialista, 7 MONAGHAN, D., Jane Austen, Structure and social vision. The Macmillan Press LTD, Hong Kong, 1980.
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la matrona chismosa... Dos arquetipos son especialmente importantes: podemos llamarla la Mercenaria y el Cazafortunas. El Cazafortunas es un personaje que se repite en la obra de Austen: es un joven apuesto, que esconde sus malas intenciones bajo un encanto irresistible. Su objetivo es contraer matrimonio con una joven heredera. Por el camino, mientras tanto, mantiene diversas aventuras amorosas, deshonrosas para la dama en cuestión. Su mala conducta es un hecho probado y siempre es una amenaza para alguna de las protagonistas. En relación con la figura del Cazafortunas entra en juego uno de los elementos fundamentales del universo de Jane Austen y, por tanto, del universo femenino del siglo XVIII: el honor. El honor que las mujeres pierden (no los hombres), cuando sucumben a una aventura amorosa fuera del matrimonio. Se trata de una de las principales amenazas a las que se enfrentan las mujeres, una de las principales formas que adopta la violencia económica de género (la otra, ya mencionada, es la herencia). Su importancia es capital, pues, si una joven pierde su honor, debe, en teoría, retirarse de la vida social, pierde casi todas las posibilidades de contraer matrimonio y, además, arrastra consigo a las demás mujeres de su familia, que sufren idéntica situación. Si se pierde una, se pierden todas, desde el punto de vista moral y económico. En contraposición al Cazafortunas nos encontramos a la Mercenaria. Es la mujer que, de la misma manera, busca un matrimonio ventajoso, sin preocuparse del amor. Es necesario hacer una aclaración: decíamos antes que las heroínas de Jane Austen tienen como objetivo casarse, y casarse bien, a ser posible. Pero la autora siempre defendió el amor en el matrimonio, y presentó las uniones basadas exclusivamente en el aspecto económico como moralmente deshonrosas, degradantes e infelices. Por ello, la mercenaria es un personaje negativo, pues el dinero, una buena cifra al año, es lo único que le importa.. David Monaghan describe esta situación como “la necesidad de establecer una relación apropiada entre las demandas de los sentimientos personales y la necesidad de seguridad financiera”. Por encima de todos ellos se encuentran el Héroe y, sobre todo, la Heroína, que se enfrentan al deshonor y salen victoriosos. Las heroínas de Austen, moralmente intachables sin perder por ello la independencia, siempre consiguen su premio: el 184
amor conyugal y el desahogo económico. Ambos son inseparables en este universo. Puesto que el matrimonio es el objetivo supremo, ya que con él se consiguen la estabilidad económica y la felicidad sentimental, Austen nunca nos dice qué sucede después. Las aventuras de sus heroínas acaban ahí. Nada queda que contar. ORGULLO Y PREJUICIO Orgullo y Prejuicio, la segunda novela de Jane Austen, publicada en 1813, es la más perfecta de sus obras, tanto desde un punto de vista literario como del de la crítica social y la construcción de personajes y su análisis nos proporciona una visión completa del tratamiento que Jane Austen hace de la violencia económica de género. Situación inicial Orgullo y Prejuicio se inicia con la que es probablemente la cita más conocida de Jane Austen, y en la que establece las bases de la tesis que sustenta toda la obra: Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una gran fortuna debe buscar una esposa. Esta verdad está tan firmemente grabada en las mentes de las familias vecinas que es considerado como la propiedad indiscutible de una u otra de sus hijas.
Así pues, nos encontramos con una familia, una gran familia, los Bennet, que reside en Longbourn, y cuya vida se ve alterada por la llegada a la vecindad de uno de esos hombres solteros en posesión de una gran fortuna, el señor Bingley, que alquila la vecina finca de Netherfield. Con su llegada, las posibilidades se disparan para las Bennet. Pues esta familia tiene una particularidad: no hay hijos varones, a pesar de haberlo intentado con insistencia. Son cinco hijas: Jane, Elizabeth, Mary, Kitty y Lydia. «— ¿Está casado o soltero? — ¡Oh!, soltero, querido, por supuesto. Un hombre soltero y de gran fortuna. Cuatro o cinco mil libras al año. ¡Qué buen partido para nuestras hijas! [...] Pero piensa en tus hijas. Date cuenta del partido que sería para una de ellas. Sir William y lady Lucas están decididos a ir, y sólo con ese propósito. Ya sabes que normalmente
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no visitan a los nuevos vecinos. De veras, debes ir, porque para nosotras será imposible visitarlo si tú no lo haces». (Cap. I)
La familia Bennet no es rica, y el hecho de tener cinco hijas y ningún heredero las coloca en una posición difícil: encontrar un marido es una verdadera necesidad, pues la herencia de la propiedad del señor Bennet es por línea masculina exclusivamente. «La propiedad del señor Bennet consistía casi enteramente en una hacienda de casi dos mil libras al año, la cual, desafortunadamente para sus hijas, estaba destinada, por falta de herederos varones, a un pariente lejano». (Cap. VII).
Esta medida a la hora de distribuir la herencia se ponía en marcha con relativa frecuencia para evitar que la propiedad pasase a otras familias. En ese caso, sólo los varones podían heredar dicha propiedad. Si se permitía heredar a las hijas, la propiedad pasaba a parientes de sus maridos o a familiares más lejanos que ellas mismas podían designar en caso de permanecer solteras. Pero si el propietario había establecido que los herederos fuesen varones y no tenía hijos, como en el caso del señor Bennet, las hijas resultaban perjudicadas, puesto que la propiedad pasaba a las manos del heredero varón más próximo, que en este caso resultaba ser un pariente lejano, el señor Collins. “- Es de mi primo, el señor Collins, el que, cuando yo me muera, puede echaros de esta casa en cuanto le apetezca. - ¡Oh, querido! – se lamentó su esposa –. No puedo soportar oír hablar del tema. No menciones a ese hombre tan odioso. Es lo peor que te puede pasar en el mundo, que tus bienes no los puedan heredar tus hijas. De haber sido tú, hace tiempo que yo hubiera hecho algo al respecto.” (Cap. XIII)
Al presentarnos a una familia con cinco hijas, Jane Austen puede mostrarnos a la perfección la vida de las mujeres de la gentry, y lo problemas derivados de los sistemas de herencia. De la misma manera, nos permite observar factores como, por ejemplo, las normas de precedencia.
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Héroe y heroína La heroína es Elizabeth Bennet, la segunda hermana, y a través de ella Austen nos muestra las tribulaciones que la violencia económica de género hace pasar a la mujer de la gentry. El héroe es el señor Darcy, un aristócrata de riqueza superior incluso a la de su amigo, Bingley, y que pasa a formar parte de la sociedad de Longbourn cuando éste se muda a Netherfield. Es un terrateniente moral y consciente de su misión, pero al mismo tiempo no está exento de algunos prejuicios de clase. Así, cuando se declara por primera vez a Elizabeth expone muy claramente que lo hace en contra de lo que le dicta su propio cerebro, en contra de la inferioridad de la familia de ella. Sin embargo, cuando conoce a los Gardiner, los tíos de Elizabeth, burgueses y comerciantes, es capaz de entablar amistad con ellos. Su primo, el coronel Fitzwilliam, explica la situación cuando afirma que, a causa de su tendencia a gastar demasiado, los aristócratas deben casarse pensando en el dinero, para poder mantener sus fortunas. Educación de las mujeres Las Bennet han recibido una educación similar a la de Jane Austen, basada en lecturas y la ocasional presencia de maestros. Jane Austen nos muestra además, con evidente sentido crítico, cuál es el modelo de educación que se estila en la época, a través de una conversación entre Bingley, su hermana Caroline y Darcy: «—Me asombra –dijo Bingley– que las jóvenes tengan tanta paciencia para aprender tanto, y lleguen a ser tan perfectas, como lo son todas. [...] Todas pintan, forran biombos y hacen bolsitas de malla. — [...] Una mujer debe tener un conocimiento profundo de música, canto, dibujo, baile y lenguas modernas. Y además de todo esto, debe poseer un algo especial en su aire y manera de andar, en el tono de su voz, en su trato y su modo de expresarse; pues de lo contrario, no merecería el calificativo más que a medias. — Debe poseer todo esto –agregó Darcy– , y a ello hay que añadir algo más sustancial en el desarrollo de su inteligencia por medio de abundantes lecturas». (Cap. VIII)
Jane Austen habla aquí por boca de Darcy, que muestra una opinión claramente atípica en su época. Los valores 187
educativos para las mujeres, defendidos incluso por ellas mismas, son ésos: dibujo, música, elegancia, costura... al fin y al cabo, todos aquellos destinados a hacer la vida más agradable para su marido, a ser útil para él. Son los valores del Ángel del hogar. El mercado del matrimonio Las Bennet se hayan inmersas casi desde su nacimiento en ese mercado marital, pero a pesar de ello Elizabeth defiende el amor en el matrimonio. Su amiga Charlotte Lucas tiene una opinión muy distinta, que refleja una actitud muy extendida, y la expresa refiriéndose a la relación de Jane y Bingley, que parecen sentir atracción mutua: «– Pero aunque Bingley y Jane están juntos a menudo, nunca es por mucho tiempo; y además como sólo se ven en fiestas con mucha gente, no pueden hablar a solas. Así que Jane debería aprovechar al máximo cada minuto en el que pueda llamar su atención. Y cuando lo tenga seguro, ya tendrá tiempo para enamorarse de él todo lo que quiera. – Tu plan es bueno –contestó Elizabeth – cuando la cuestión se trata sólo de casarse bien; y si yo estuviese decidida a conseguir un marido rico, o cualquier marido, casi puedo decir que lo llevaría a cabo. » (Cap. VI)
Pese a sus buenas intenciones, la situación de las Bennet también les perjudica a la hora de casarse, porque su dote es muy escasa. Así, la violencia económica es un círculo vicioso de difícil salida: necesitan casarse porque no tienen dinero, pero no pueden hacerlo... porque no tienen dinero. Bingley y Darcy hablan sobre esto: «112: - Aunque todo Cheapside estuviera lleno de tíos suyos –exclamó Bingley –, no por ello serían las Bennet menos agradables. - Pero les disminuirá las posibilidades de casarse con hombres que figuren algo en el mundo – respondió Darcy.»
Collins y Elizabeth El señor Collins es el legítimo heredero de la propiedad de los Bennet. Clérigo en la vecindad de Rosings, propiedad de Lady Catherine de Bourg, que a su vez es la tía de Darcy, Collins es el prototipo de la clase media servil y ma188
terialista. Vive para servir a su patrona, y con la esperanza permanente de heredar al señor Bennet. Por eso, cuando Lady Catherine le indica que debe tomar una esposa, su primera intención es hacerlo entre las hijas de su tío lejano, para paliar la dolorosa situación: «No puedo sino estar preocupado por perjudicar a sus agradables hijas, y suplico que se me disculpe por ello, también quiero dar fe de mi bueno disposición para hacer todas las enmiendas posibles de ahora en adelante.» (Cap. XIII)
Sin embargo, el señor Collins no puede ocultar su ambición: «No sólo ellas fueron objeto de admiración del señor Collins: examinó y elogió el vestíbulo, el comedor y todo el mobiliario; y las ponderaciones que de todo hacía, habrían llegado al corazón de la señora Bennet, si no fuese porque se mortificaba pensando que Collins veía todo aquello como su futura propiedad. También elogió la cena y suplicó que se le dijera a cuál de sus hermosas primas correspondía el mérito de haberla preparado. Pero aquí la señora Bennet le atajó sin miramiento diciéndole que sus medios le permitían tener una buena cocinera y que sus hijas no tenían nada que hacer en la cocina.» (Cap. XIII)
En este fragmento se observa la ambigua posición social de la gentry: los Bennet están en una situación relativamente precaria, pero aún así conservan los privilegios de su clase, como la servidumbre, y consideran una afrenta que se dude de ello. El conflicto surge cuando Collins se declara a Elizabeth. Ésta, fiel a sus principios sobre el matrimonio, le rechaza. Entonces las palabras amorosas del señor Collins se transforman en amenazas acerca de la situación económica de las Bennet, llegando a ser bastante explícitas acerca de su posición: la mujer de la gentry, sin herencia, no tiene donde escoger. Su única posibilidad de estabilidad económica es el matrimonio, por despreciable que sea. Y, cuanto menos dinero, menos opciones: «Pero es el caso que siendo como soy el heredero de Longbourn a la muerte de su honorable padre, que ojalá viva muchos años, no estaría satisfecho si no eligiese esposa entre sus hijas [...]. En lo
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relativo a su dote, me es en absoluto indiferente, y no he de pedirle a su padre nada que yo sepa que no puede cumplir; de modo que no tendrá usted que aportar más que las mil libras al cuatro por ciento que le tocarán a la muerte de su madre. Pero no seré exigente y puede usted tener la certeza de que ningún reproche interesado saldrá de mis labios en cuanto estemos casados. [...]. Considere, además, que a pesar de sus muchos atractivo no es seguro que reciba otra proposición de matrimonio. Su fortuna es tan escasa que anulará, por desgracia, los efectos de su belleza y buenas cualidades.» (Cap. XIX)
De esta manera, Elizabeth es cosificada: no es un ser humano. Es una parte más de la herencia, de la que Collins puede disponer a su antojo El Cazafortunas Este personaje, fundamental en la obra de Austen, es encarnado en esta ocasión por Wickham, un joven perteneciente a un destacamento militar afincado cerca de Longbourn.8 En principio, inicia una incipiente relación con Elizabeth, que nunca llega a materializarse. Elizabeth no es realmente interesante para Wickham, su fortuna es demasiado escasa. Wickham tiene un historial; mediante una carta nos enteramos de su condición de cazafortunas profesional: anteriormente ha intentado seducir a la hermana pequeña de Darcy, heredera de 10.000 libras, que no llega a escaparse con él gracias a la intervención de su hermano. Dos posibles víctimas escapan, pero hay una que sucumbe de buen grado, pues, además de cazafortunas, Wickham es amoral: se trata de Lydia Bennet, la hermana menor de Elizabeth, que se fuga con él. La deshonra es absoluta para ella, pero también para el resto de su familia, como muestra una de las expresivas epístolas del señor Collins, que escribe al enterarse del suceso: «La muerte de una hija habría sido una bendición comparada con esto. (...) me inclino a pensar que debía ser de naturaleza perversa, pues de otra suerte no habría incurrido en tal atrocidad a una edad tan temprana. (...) Ese mal paso de su hija será perjudicial para las demás, porque (...) ¿quién querrá emparentar con semejante familia?». (Cap. XLVIII) 8 La presencia de la milicia en Orgullo y Prejuicio, movilizada para combatir a Napoleón, es un ejemplo de cómo los grandes hechos de la historia, en la obra de Jane Austen, están presentes sin estarlo
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La Mercenaria Esta figura también está presente en todas las obras de Austen, aunque es en ésta particularmente en la que por primera y única vez se nos la presenta bajo una mirada crítica, pero benévola. La mercenaria de Orgullo y Prejuicio no es otra que Charlotte Lucas, la amiga de Elizabeth, a la que Austen nos muestra como ejemplo de una actitud que es necesario evitar, pero que es posible comprender: Charlotte, que acepta un matrimonio sin amor con Collins, es una víctima de la violencia económica de género. «Charlotte estaba tranquila. Había ganado la partida y tenía tiempo para considerarlo. Sus reflexiones eran en general satisfactorias. A decir verdad, Collins no era ni inteligente ni simpático, su compañía era pesada y su cariño por ella debía de ser imaginario. Pero, al fin y al cabo, sería su marido. A pesar de que Charlotte no tenía una gran opinión de los hombres ni del matrimonio, siempre lo había ambicionado porque era la única colocación honrosa para una joven bien educada y de fortuna escasa, y, aunque no se pudiese asegurar que fuera una fuente de felicidad, siempre sería el más grato recurso contra la necesidad. Este recurso era lo que acababa de conseguir, ya que a los veintisiete años de edad, sin haber sido nunca bonita, era una verdadera suerte para ella». (Cap. XXII)
Charlotte ya ha sobrepasado la edad habitual a la que las mujeres se casan. Pero, a pesar de estar convencida de que hace lo correcto, tiene la necesidad de explicarse a sí misma y a los demás por qué acepta una situación como ésa, tan común en la época: «Sabes que no soy romántica. Nunca lo he sido. No busco más que un hogar confortable, y teniendo en cuenta el carácter de Collins, sus relaciones y su posición, estoy convencida de que tengo tantas probabilidades de ser feliz con él como de las que puede tener la mayoría de la gente que se casa». (Cap. XXII)
Aristocracia amoral Este papel está personificado por lady Catherine de Bourg, que utiliza su patronazgo imponer sus principios más que para mirar por el bien de sus convecinos. De esta manera, por ejemplo, prefiere tener a su lado a Collins, que
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siempre hará su santa voluntad, antes que a un clérigo competente. Se trata de una heredera afortunada, puesto que en su familia la línea femenina no se descarta (Lady Catherine se extraña de que la familia Bennet siga esa costumbre), y su hija goza del mismo estatus que ella. La violencia económica de género es algo que no pueden imaginar. Lady Catherine es, pues, amoral, porque mantener su estatus (y como tal su honor) le preocupa más que las circunstancias ajenas. Los prejuicios de clase que en Darcy apenas se insinúan forma parte de su razón de ser. Por ello, cuando llegan a sus oídos rumores de un posible matrimonio entre Darcy (al que ella considera “reservado”, “de la legítima propiedad” de su hija) y Elizabeth, reacciona violentamente, increpando a la protagonista: «Mi hija y mi sobrino han sido formados el uno para el otro. Por línea materna descienden de la misma ilustre rama, y por la paterna, de familias respetables, honorables y antiguas, aunque sin título. La fortuna de ambos lados es espléndida. Están destinados el uno para el otro por el voto de todos los miembros de sus casas respectivas; y, ¿qué puede separarlos? Las intempestivas pretensiones de una muchacha de humilde cuna y sin fortuna. ¿Cómo puede admitirse? ¡Pero no ocurrirá! Si velara por su propio bien, no querría salir de la esfera en que ha nacido. [...] Rehúsa usted obedecer al imperio del deber, del honor y de la gratitud. Está usted determinada a rebajar a mi sobrino delante de todos sus amigos y a convertirle en el hazmerreír de todo el mundo». (Cap. LVI)
Ni siquiera en la aristocracia el matrimonio es por amor. Lady Catherine salta en defensa de su familia, de su honor, de su clase entera, que no puede permitirse verse relacionada con gente como los Bennet, “de humilde cuna y sin fortuna”. Para ella, las clases son intocables y nunca deben mezclarse. Equipara deber y honor a riquezas. Resulta curioso comprobar que, al fin y al cabo, es una mujer una de las principales ejecutoras de la violencia económica de género sobre las mujeres de la gentry. Las hermanas Brontë El caso de las hermanas Brontë es significativo porque en sus novelas la economía no es tanto el motivo esencial,
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como sucedía con Jane Austen, como la base que es necesario conocer para comprender los acontecimientos que se suceden. Su historia personal ha sido tan estudiada como su obra, porque además, en el caso de Anne y Charlotte, la carga autobiográfica es inmensa en ella. La vida de las hermanas Charlotte, Emily y Anne en la fría rectoría de Haworth, rodeadas por los páramos y los brezales en los que ulula el viento, cuidando de su hermano Branwell, que era alcohólico y adicto al opio, y de su anciano padre; la estancia en el internado cuyas bajas condiciones de salubridad produjeron la muerte de otras dos Brontë, las mayores; el talento literario de las tres hermanas, que escribían para divertirse desde la infancia; las muertes sucesivas de Branwell, Emily y Anne, que dejaron a Charlotte, triste y sola, al cuidado de todo; y finalmente, su propia muerte, jovencísima y recién casada, cuando esperaba su primer hijo. Todo esto se ha convertido en una historia tan importante como la narrada en Jane Eyre y tan impactante como Cumbres Borrascosas. Durante su vida literaria, iniciada gracias a la herencia de su tía, las Brontë se vieron amenazadas por dos factores: en primer lugar, la necesidad constante de interrumpir su trabajo para dedicarse a las labores del hogar; en segundo lugar, la amenaza del desprestigio por parte de una sociedad que en el siglo XIX seguía considerando la escritura una profesión inadecuada para las mujeres con las consiguientes dificultades para publicar las novelas, y venderlas entre las adversas críticas. La situación las llevó a publicar bajo los pseudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell. Cabe destacar el hecho de que escogieran nombres particularmente ambiguos, sin llegar a crear una mascara completamente masculina (como las de George Elliot, George Sand, Fernán Caballero...). Charlotte expone los motivos: «Enemigas de la publicidad personal, ocultamos nuestros verdaderos nombres bajo los de Currer, Ellis y Acton Bell; esta ambigua elección vino dictada por una especie de escrúpulo de conciencia que nos impidió asumir nombres de pila claramente masculinos, al mismo tiempo que queríamos ocultar que éramos mujeres, ya que.... teníamos la vaga sensación de que existían prejuicios contra las escritoras; habíamos observado que, a veces, los críticos recurrían al ataque personal para corregirlas, y las alababan con una adulación que se hallaba muy lejos del auténtico elogio». 9 9 Citado por Mª José Coperías (Ed.) en la introducción de BRONTË, C., Jane
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Las hermanas Brontë culminan el proceso de profesionalización del género y realizan una defensa de la educación en las mujeres, y del trabajo femenino (un trabajo limitado al de profesora o institutriz, que ellas habían desempeñado en su vida y se consideraba el más adecuado para la mujer que clase media). Tanto Jane Eyre y Villete, de Charlotte Brontë, como Agnes Grey, de Anne, están protagonizadas por jóvenes que se ven obligadas a trabajar para sobrevivir. La necesidad de obtener un sueldo es, pues, la base de sus obras, el punto de partida inexorable. Además, en el caso de estas heroínas góticas tardías, la principal fuente de opresión económica procede de la familia: la familia que desaparece completamente para Lucy Snowe, la protagonista de Villete, que acepta un trabajo como profesora en un internado y finalmente llega a poseer su propia escuela, pero gracias a la ayuda económica de un hombre; y la familia abusiva de Jane Eyre, compuesta por su tía, que la priva de la herencia que le corresponde. Además, las Brontë condenan unánimemente el matrimonio mercenario, personificado por personajes como Blanche Ingram o el propio Edward Rochester (el héroe de Jane Eyre, que sufre las consecuencias de un matrimonio por dinero). CUMBRES BORRASCOSAS: HERENCIA, LEY Y PROPIEDAD. El caso de Cumbres borrascosas es diferente. No hay una defensa de la educación, ni una heroína que trabaja, pero la amenaza económica está igualmente presente: Catherine, la heroína, está aquejada de la doble personalidad gótica, dividida entre su propia naturaleza salvaje y su interés socioeconómico, entre su amor por Heathcliff y el infinitamente más conveniente Linton. Sin embargo, tal y como lo explica Long Hoeveler, Catherine nunca llega a tener elección: “Los factores sociales y económicos son tales que una joven inteligente no escoge casarse con un hombre sin apellido, pobre e ilegítimo, por muy grande que sea la atracción sexual. En las novelas Eyre, Cátedra Letras Universales, Madrid, 1996, de I. Ewbank, Their proper sphere: a study of the Brontë sisters as early victorian novelists.
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góticas escritas por hombres, el personaje femenino a menudo insiste en casarse con el hombre de su elección, a pesar de su estatus económico o social. [...] Pero las autoras no son tan indulgentes con sus personajes femeninos, porque comprenden demasiado bien las consecuencias del poder familiar. [...] En realidad nunca hay dudas sobre quién o qué será escogido al final del juego.” (LONG HOEVELER, D., Gothic feminism. The professionalization of gender, from Charlotte Smith to the Brontës, The Pennsylvania State University, 1998:199)
Curiosamente, Heathcliff, cuya naturaleza es igual de asocial que la de Catherine, es socialmente aceptable una vez que se enriquece. Catherine, en cambio, no lo es: para serlo debe, además, modificar su comportamiento, integrarse en la sociedad mediante un matrimonio ventajoso. Esta forma de violencia económica de género es fundamental en Cumbres borrascosas, puesto que es la que ocasiona el conflicto. Pero, además, existe otra: para C. P. Sanger, autor del ensayo La estructura de Cumbres borrascosas,10 la obra muestra cómo Heathcliff, un huérfano de origen incierto y sin riqueza alguna, acaba heredando las propiedades de dos familias: los Earnshaw de Cumbres borrascosas, y los Linton de la Granja de los tordos. En las Cumbres, el viudo Earnshaw adopta a Heathcliff cuando ya tiene dos hijos, Hindley y Catherine I. Los herederos de la Granja son Edgar e Isabella. Catherine I se casa con Edgar y tienen a Catherine II. Hindley tiene a Hareton con su esposa. Heathcliff se casa con Isabella y tienen a Linton. Primero, Catherine II se casa con Linton, y después con Hareton. Emily, que escribe en la década de 1840, demuestra un profundo conocimiento de la legislatura de la época en la que transcurre su obra, de 1771 a 1803. Las normas vigentes entonces son las siguientes: • Los hombres preceden a las mujeres en la herencia • Los hombres heredan en orden de descendencia • El orden vertical precede al horizontal (hijos antes que hermanos). • En caso de conflicto, la tercera norma tiene preferencia. 10 SANGER, C. P., “The structure of Wuthering Heights”, en GREGOR, I. (Ed.), The Brontës. A collection of critical essays, Prentice Hall, New Jersey, 1970.
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Estas normas favorecen que, independientemente de la riqueza personal de la mujer, la propiedad siempre esté gestionada por manos masculinas. Así, Earnshaw divide su propiedad entre sus dos hijos a su muerte. La de Catherine I pasa a Edgar cuando se casan, y a su hija cuando ella muere. La de Hindley es comprada por Heathcliff, misteriosamente enriquecido. Heathcliff consigue además la titularidad sobre la de Isabella al casarse. Ésta pasa a Linton al nacer. Edgar muere y Catherine II hereda. Heathcliff obliga a Catherine II a casarse con Linton, que pasa a controlar su propiedad. Cuando Linton muere, el huérfano Heathcliff a pasado a convertirse en el dueño de todo por el simple hecho de ser hombre. No es hasta su muerte cuando Catherine II recupera parte de su propiedad, y lo hace a través del matrimonio con el que ahora es el legítimo heredero, Hareton Earnshaw. Por esta obra, en la que plasmaba la violencia económica de forma explícita, a través de una heroína que desafiaba todas las convenciones, y para la que ni siquiera el matrimonio era suficiente, Emily Brontë fue reprobada por todos, incluso por su hermana Charlotte, que atribuyó su furia a su juventud. Ni hombres ni mujeres podían asumir a los personajes de Emily, y prefirieron creer que el error era de ella. Virginia Woolf: una habitación propia y quinientas libras al año. Eso es todo lo que una mujer necesita para escribir. Es la conclusión a la que esta autora llegó tras reflexionar largamente sobre la cuestión de las escritoras, a lo largo de una decena de ensayos de distinta extensión, como Las mujeres y la literatura, Profesiones para mujeres, Tres guineas y Un cuarto propio. Virginia Woolf se trata, posiblemente, de la primera escritora de ficción, con la posible excepción de Mary Wollstonecraft, que reflexiona sobre la violencia económica de género en su profesión, a partir de las que para ella son las cuatro grandes novelistas de la historia: Jane Austen, Charlotte y Emily Brontë y George Elliot. Muchas autoras de la teoría crítica feminista angloamericana y francesa, como Ellen Moers, Elaine Showalter, Sandra Gilbert y Susan Gubar, Hélène Cixous o Julia Kristeva han tratado 196
estas cuestiones, pero Virginia Woolf es escritora. Conoce la situación de primera mano. Habla de su propio mundo. Aunque es una heredera de Anne Finch: en realidad, Virginia Woolf jamás fue víctima directa de la violencia económica de género. Gracias al dinero heredado de su padre, tanto ella como su hermana, la artista Vanesa Bell, pudieron convertir su talento en profesión. Posteriormente, Virginia, y Leonard Woolf se casaron, fundaron la Hogarth Press, y de esta manera se hicieron con una fuente de ingresos permanente. Virginia Woolf plantea de forma totalmente explícita la necesidad de independencia económica por parte de las mujeres que deseen dedicarse a la literatura, considerada aún a principios del siglo XX una profesión masculina. De hecho, en Un cuarto propio Virginia reacciona contra la afirmación de un tal Sir Egerton Brydges, que en 1928 sostiene que “las mujeres novelistas deben sólo aspirar a descollar por el valiente conocimiento de las limitaciones de su sexo”. Este ensayo en cinco partes se inicia con una metáfora bastante obvia: la autora es expulsada de la biblioteca de una universidad que simboliza todos los centros del saber (pues Virginia Woolf, la gran defensora de la educación femenina, jamás fue a la universidad). Esta obra defiende que la mujer no es, en realidad, el sexo débil: es solamente el sexo pobre. La situación social de la escritora, mantiene la autora, determina la obra que produce, y en una sociedad en la que el hombre controla la educación y en general las instituciones de poder, la mujer lleva las de perder. A las mujeres anteriores a ella les era imposible ganar dinero y, si lo ganaban, no tenían derecho legal a conservarlo. Así pues, educación e independencia económica (pues la educación sin expectativas también es una forma de violencia de género) son los objetivos básicos a perseguir, los cimientos sobre los que construir. Además, Virginia Woolf defiende la androginia mental a la hora de escribir, y la necesidad de matar, literalmente, al Ángel del Hogar, pues sólo así las escritoras pueden liberarse de las limitaciones mentales que el patriarcado les han impuesto. Para ella, sólo existe una autora que lo haya conseguido, y es Emily Brontë.
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CONCLUSIONES Venciste, mujer, con no dejarte vencer PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
En uno de los fragmentos más ilustradores de Un cuarto propio, Virginia Woolf imagina qué hubiera sucedido si William Shakespeare hubiera tenido una hermana que hubiera compartido su talento: una mujer, criada en el mismo contexto histórico, con las mismas posibilidades, con la misma dosis de talento natural. Virginia Woolf la llama Judith, e imagina su vida. No hubiera estudiado, al contrario que su hermano, puesto que las mujeres no recibían educación académica. Woolf la imaginar en el desván de la casa de los Shakespeare, escribiendo algunos párrafos y, acto seguido, quemándolos. A los dieciséis años, sigue Woolf, su padre, buscando lo mejor para su hija, organizaría su matrimonio, y Judith se escaparía de casa y marcharía a Londres a hacer fortuna, de forma similar a su hermano. Allí habría intentado actuar en el teatro, como él. La diferencia es que al joven William no lo habrían echado a la calle entre carcajadas e insinuaciones vulgares. Finalmente, a los pocos meses Judith Shakespeare se hubiera encontrado (y es ésta exactamente la expresión que Woolf utiliza: se hubiera encontrado, como de forma repentina e inesperada) embarazada de algún empresario teatral que la hubiera recogido, con todo lo que ello implica. Muerta muy joven, yacería hoy enterrada anónimamente en cualquier recoveco perdido de Londres. El talento es independiente del sexo, y también lo es del género, si entendemos este último como resultado de los condicionantes socioeconómicos. Pero el talento no se desarrolla por sí solo. La educación es imprescindible, y el dinero, o la falta de él, tiene consecuencias en su posible desarrollo, y sin ellos un talento como el de Shakespeare estaría condenado a la desaparición. En palabras de Virginia Woolf, “las flores bellas no se pueden cultivar en mala tierra, Y, hasta el presente la tierra ha sido muy agreste y muy pedregosa”.11 Las quinientas libras al año, la habitación propia, importan porque son las que permiten desarrollar las demás la capacidad de introspección y el pensamiento independiente. Jane Austen, las hermanas Brontë, Aphra Behn 11 WOOLF, V., Las mujeres y la literatura, Lumen, Barcelona, 1981.
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y Ann Radcliffe antes que ellas, la condesa de Winchilsea, todas han contribuido con su obra a aumentar esas capacidades. Muchas otras autoras han quedado fuera de este análisis por falta de espacio: Mary Shelley, George Elliot, o Emily Dickinson, por ejemplo, que retrató como nadie la cosificación de las mujeres en el matrimonio. Es necesario aclarar que este análisis queda incompleto sin el estudio de la violencia económica de género tal y cómo la han reflejado, sea consciente o inconscientemente, los escritores. Tristana y la desheredada de Galdós, Anna Karénina y Madame Bovary, las mujeres burladas por Don Juan, la heroínas de Shakespeare que se ven obligadas a travestirse para sobrevivir... Todas ellas son víctimas de la violencia económica de género en mayor o menor medida, y sufren, por tanto, la desigualdad económica y la dependencia que ésta conlleva. Este estudio sería necesario para completar la visión general sobre un problema que sigue muy presente en la sociedad en que vivimos; desenfocado y para muchos imperceptible, pero presente. Allá por 1929 Virginia Woolf plasmó en el papel su deseo de que, un siglo después, el sexo femenino no estuviera en las mismas condiciones que las obras de estas autoras mostraban. El plazo aún no ha tocado a su fin, y hoy la educación de las mujeres en nuestra sociedad es un hecho, las escritoras ya no sufren esa condena moral por el simple hecho de serlo, y las mujeres desempeñan casi todas las profesiones. Pero las cifras indican que aún hay mucho por hacer en la búsqueda de la igualdad económica. De nuevo, es Virginia Woolf quien nos da la respuesta: “Vendrá si trabajamos por ella, y vale la pena trabajar en la oscuridad y la pobreza”.
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SUBCULTURAS, MERCADO Y VIOLENCIA: LOS SKINHEADS. Por LUIS HERNÁNDEZ QUINTERO
Resumen
A
DIARIO vemos y tratamos con gente de diferentes subculturas, pero no solemos pararnos a pensar en cuestiones como: ¿Son buenas las subculturas?, ¿por qué y cómo surge una subculturas?, ¿cuándo y dónde surge?, ¿qué hacer con las subculturas?, ¿son las subculturas productos complementarios y capaces de reconciliarse con la cultura? ¿Se pertenece a una o a varias subculturas? ¿Integra o desintegra al individuo la subcultura? Es evidente que en nuestra sociedad, junto a la cultura, surgen una serie de subculturas que en mayor o menor medida coinciden con esa cultura predominante, pero, ¿qué debemos hacer con aquellas subculturas que amenazan seriamente la estabilidad social?, ¿como tratar a las minorías que defienden las llamadas “contraculturas”? Evidentemente no son todas igualmente peligrosas ni nocivas y precisamente por ello nos centraremos en el estudio de el movimiento Skinhead, de suerte que podamos profundizar en las causas de este movimiento y así tratar de comprender mejor sus prácticas violentas y su rechazo hacia la cultura y el sistema de mercado. El movimiento Skinhead es un movimiento que perdura hasta nuestros días (aunque hoy sea una sombra de lo que fue) y que plantea interesantes interrogantes acerca de la relación entre naturaleza y cultura en el ser humano, un debate abierto desde los orígenes de la filosofía. INTRODUCCIÓN Nos es familiar escuchar expresiones como “es una cuestión cultural”, “las barreras culturales”, “atención a la diversidad”, etc. Pero sabemos acaso qué es la cultura, ¿podemos diferenciar claramente lo que es un subcultura y lo que no?,
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y si así es cómo influyen en las diversas subculturas determinados fenómenos como las variaciones del mercado, la moda o la opinión pública. Esto es lo que trataremos de aclarar y analizar centrándonos de forma concreta en la subcultura skinhead, para ver como la violencia y el dinero han hundido sus garras en esta forma cultural minoritaria. CULTURA Y SUBCULTURAS ¿Qué es una subcultura?, la pregunta tiene difícil respuesta desde el momento en que esta depende de una la pregunta previa “¿qué es una cultura?” o “¿qué es la cultura?” que ya de por sí plantea muchas dificultades. Podríamos definir la cultura de manera general como un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Pero la cultura va más allá de esta simple definición. Existen diferentes definiciones de cultura según adoptemos un punto de vista u otro, de manera que la escuela Funcional-estructuralista definiría la cultura como el estilo de vida de una sociedad, concebida esta como las diferentes relaciones entre grupos. Desde la perspectiva etnosemántica la cultura sería el conjunto de reglas mentales de un grupo, que conforman una “gramática de la conducta” desde la que es posible la comprensión de una sociedad. Otra definición podría ser aportada por el enfoque sistémico, que establece que la cultura es un sistema de ámbitos interdependientes, por lo que cualquier cambio en un ámbito de la cultura influiría en todos los demás ámbitos. M. Harris define la cultura como el cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas. En este sentido llega a afirmar que algunos animales (primates) poseen rudimentos culturales, pero establece que solo el hombre posee esa cultura concebida como un estilo de vida total, que incluye modos pautados y recurrentes de “pensar, sentir y actuar”. Pero ese desarrollo cultural se debe a que el hombre carece de instintos, carece de ese repertorio de respuestas prefabricado que hace que los animales, ante un estímulo, emitan una respuesta adecuada. Los animales poseen desde el momento en el que nacen al momento en el que mueren una serie de 204
pautas de acción, una serie de respuestas predefinidas, que saltan ante determinadas situaciones, pero el hombre carece de eso, carece de esa primera naturaleza, por eso tiene que darse su propia naturaleza. El hombre necesita crearse ese repertorio de respuestas predefinidas, que no es otra cosa que la cultura. El hombre no puede pensar cada situación en su vida, no puede detener su existencia con cada decisión que debe tomar, por eso desde que nacemos aprendemos en una cultura una manera de pensar, una forma de interpretar lo que esta bien y lo que esta mal, aprendemos unos valores y se nos enseña una forma de comportarnos, esto es, en definitivas aprendemos a “pensar, sentir y actuar” como diría M. Harris. Con esto no se quiere decir que el hombre esté determinado, desde el momento en el que nace, por el medio social o la cultura en la que vive, sino más bien que está fuertemente condicionado por esta. Negar la importancia de la dimensión cultural en el ser humano es negar una parte muy importante de lo que somos, de la medida en la que somos y de como hemos llegado a ser. Tampoco estamos diciendo que la cultura sea una, unitaria y válida para todos los tiempos y lugares. La cultura, como la sociedad en general, es plural, poliédrica, tiene muchas caras y no se presta a la generalización. Bajo este punto de vista, no podemos admitir que una cultura determinada pueda dar respuestas satisfactorias para toda la sociedad, más bien, deberíamos admitir que ese repertorio de respuestas predefinidas sirve para un grupo social más o menos amplio en un momento determinado más o menos extenso. No se trata pues de hablar de “La cultura”, sino más bien de “las culturas”, porque en una misma sociedad, incluyendo las más reducidas, conviven, junto a la cultura predominante, una serie “subculturas” o “culturas menores”. La cultura (o quizás podamos ya hablar de la subcultura) que es más aceptada en una sociedad se convierte en la cultura predominante para una sociedad en un tiempo, es decir, se convierte en un eje vertebrador de los hombres de una época y un lugar. Hay que resaltar que esta cultura predominante es admitida y aceptada por un único parámetro, a saber, la eficacia operativa. Que una subcultura se imponga sobre las otras y se alce como “la cultura de una época” (o 205
un lugar), es causa únicamente de su mayor potencia para dar respuestas a los hombres o para resolver problemas, es decir, en última instancia de lo eficiente que sea esa subcultura. Sin embargo esta eficacia tiene que ser operativa, esto es, no basta con que una subcultura pueda resolver problemas, sino de que real y efectivamente los resuelva. Una subcultura puede ser muy eficaz y poco operativa, es decir, puede tener una gran potencia a la hora de dar respuestas a los problemas, pero una serie de respuestas que el hombre de un lugar y un momento concretos no puede llevar efectivamente a cabo. Es como intentar que para un niño de 12 años, un martillo de demolición sea operativo. Es evidente que el martillo de demolición es eficaz, pero en este caso concreto no es operativo. Lo mismo pasa con las subculturas. Sin embargo que una subcultura obtenga un predominio sobre las otras no implica necesariamente que las subculturas “perdedoras” se vean obligadas a la extinción, aunque puede ser así para un numero más o menos amplio de subculturas, es evidente que junto a la cultura de una sociedad concreta conviven un número extenso de subculturas que se mantienen activas. Cultura y animalidad: hombre o bestia Conviene ahora hacer un apunte importante. La cultura es la segunda naturaleza del hombre, es aquello que lo separa del instinto natural, aquello que lo distancia de la naturaleza, y esta cultura tiene por fuerza que desarrollarse en un ámbito muy especial, en un espacio que presente las mismas características, a saber, la ciudad, es decir en un espacio separado de la naturaleza. La ciudad es la construcción humana que delimita lo natural y lo artificial, que delimita el espacio seguro del inseguro. El hombre, en la ciudad, está en un medio donde puede sobrevivir fácilmente, donde no tiene que preocuparse de su subsistencia. La ciudad y la cultura son los ámbitos donde el hombre se encuentra cómodo, donde el ser humano se siente amparado y protegido. La ciudad y la cultura son espacios separados de la naturaleza, son espacios artificiales, artificiosos, donde el hom206
bre habita supuestamente feliz. Pero existe un problema subyacente, el hombre ha pretendido una separación total del medio natural que le dio la vida y ha olvidado en gran medida la dimensión animal que está incrustada en lo más profundo de su ser. La ciudad es el espacio de la libertad del hombre, donde este puede desarrollarse en mayor o menor medida como quiera, pero también es el espacio de la mayor represión, la represión de nuestro lado animal, la represión de nuestras pulsiones, la represión de nuestros más oscuros deseos, que hay que mantener al margen porque no son “cívicos”, es decir no pertenecen al ámbito de la “civis” al ámbito de la ciudad, sino que son propios del ámbito de la “natura”, pero lo que no tenemos en cuenta es que en latín (y por ende en castellano) “natura” significa tanto naturaleza en el sentido de ser un “principio universal de todas las operaciones naturales e independientes del artificio”, como la “esencia y propiedad característica de cada ser”. Lo que la “civis” trata de negar es la propia esencia característica del ser humano, pero pretender tal cosa es imposible, porque en tanto que se consiguiera el hombre dejaría de ser hombre. Es decir lo que intenta la ciudad, bajo el pretexto de la protección y la seguridad del ser humano, es su completa y definitiva aniquilación, la extinción del hombre llevada a cabo por la exterminación de su esencia. Lo que habitaría en las ciudades no serían ya seres humanos, sino otro tipo de ente que es difícil de imaginar. Esto quiere decir que no podemos desligarnos de la dimensión natural del ser humano. La ciudad, en su intento de represión de la animalidad del hombre, se ha convertido en el lugar más cívico, pero también en el lugar donde se producen las mayores aberraciones: atentados, violaciones, pederastia, parricidios, suicidios, etc. ¿Por qué es esto así?, tratemos de llevar a cabo un rápido análisis. A lo largo de la historia se ha tratado a la naturaleza de diversas formas y esto es algo que bien puede apreciarse en las recreaciones que el hombre hace de la naturaleza, es decir, en los jardines. En el siglo XVIII, el modelo de jardín, era el jardín francés geométricamente recortado, perfectamente medido, lo más alejado posible de esa naturaleza que para el hombre de la época era algo así como una madrastra que infundía miedo y recelo. Aún está fresca la lucha histórica 207
del hombre contra la naturaleza y por su supervivencia. Naturaleza es en el siglo XVI, XVII y todavía en el XVIII: pestes, plagas, fríos y (tal y como define Hobbes el estado de naturaleza) guerras. La naturaleza tiene que ser vencida, reprimida, escondida, cuanto menos natural más humano será el hombre. Y la cultura no es sino la expulsión de la naturaleza del ámbito de la intimidad, en la forma, por ejemplo, de los geométricos y ficticios jardines versallescos, donde la tijera hace la geometría con lo que crece. Son, Rousseau y, tras él, los jóvenes alemanes del Sturm und Drang, los que intentarán recuperar una imagen de la naturaleza como madre original, como el seno primero en el que el hombre fue feliz, y del que se separó en ala hora, para degenerar en la falsedad de un mundo cultural. La sensibilidad cambia en pocos años y el jardín francés, que era una ampliación del salón al campo, da paso al jardín inglés, donde se acoge a la naturaleza salvaje en casa. La naturaleza a finales del siglo XVIII ya no es vista por los hombres como un enemigo, sino como un seno fecundo de donde él mismo procede. La separación de la naturaleza hace que en la ciudad se reprima lo animal, pero esta represión solo conduce a una mayor animalidad, mas aberrante, más agresiva y con un carácter mucho más violento. La animalidad reprimida resurge con mucha más fuerza, tarde o temprano y es ahí donde radica el problema fundamental. La represión de las pulsiones sexuales durante largos años hacen al violador, la represión del odio al terrorista, la ira, la rabia y los deseos en general reprimidos provocan las enormes manifestaciones de la animalidad que se dan en nuestra actual sociedad. La ciudad entonces no puede ser vista ya como el espacio separado de la naturaleza, sino como el lugar de la integración y la conciliación de esta con el hombre, si bien esta conciliación debes ser una conciliación controlada. ¿Qué quiere decir esto?, pues no es otra cosa que desarrollar espacios donde el hombre pueda dar rienda suelta a sus pulsiones de manera sana y no peligrosa. Desatar la violencia como juego es una manera, los niños juegan a “las peleas” y es ahí donde desarrollan un espacio en el que se arman con espadas y armaduras y se desfogan de manera controlada y donde el juego se acaba cuando uno se hace daño. Del mis208
mo modo los adultos necesitarían espacios donde desplegar su dimensión animal. Espacios como el teatro, al igual que el cine o los juegos de simulación, donde lo que ocurre sobre la escena no es real pero lo parece, son buenas maneras de llevar a cabo esa conciliación. El fútbol, y otros deportes, actúan también como catalizadores, aunque en el ejemplo concreto del fútbol hay que advertir un grave problema. El estadio es un sitio real, al igual que el partido, lo jugadores, los árbitros... no es un espacio de simulación, sino un espacio real, en el que se desarrollan acciones reales y no simuladas. La liberación que se lleva a cabo en el estadio es entonces peligrosa y raramente controlada, de ahí que sea frecuente ver en los medios de comunicación noticias acerca de destrozos provocados por los hooligans, peleas tras los partidos, gradas rotas, objetos de toda índole lanzados a los jugadores, etc. Este tipo de fenómeno provoca la emergencia de la dimensión animal del ser humano de manera poco segura y las consecuencias de este tipo de eventos no son deseables ni lícitas en el ámbito de la “civis”. La diferencia principal entre los juegos de simulación y esta otra manera de liberación de la dimensión animal radica en que en los primeros el juego se acaba cuando el otro se hace daño, mientras que en los segundos el verdadero desarrollo de la dimensión animal comienza con la agresión al otro. Buscar fórmulas de integración entre la ciudad y la naturaleza, entre el hombre y su dimensión animal, es una tarea social progresiva, escalonada, que debe enmarcarse en un ámbito de acción infinito. Es decir, esta integración no será posible de manera perfecta nunca, pero obviamente no por eso debemos dejar de lado este intento de reconciliación. La tarea infinita de unión de esas dos dimensiones no carece de sentido por la imposibilidad de su completud total, sino que lo adquiere en tanto que guía de acción perenne del civismo. Este camino que ante nosotros se abre es un camino de perfeccionamiento progresivo, que asegura que todas las ciudades serán cada vez más más cívicas cuanto más avancen es este camino infinito. Si buscamos en la filosofía podemos encontrar un referente claro de esto que decimos en los sistemas idealistas postkantianos, principalmente en Fichte y en Schelling. En 209
estos dos sistemas se parte de la fractura y aislamiento, planteado por Kant, del Sujeto (Yo Absoluto) con la Naturaleza (entendida como mundo) y de ambos con Dios. La síntesis de estos tres vértices no es posible en el ámbito finito de la razón según Kant, pero el Idealismo postkantiano trató de llevar a cabo una recuperación del triángulo formado por estos tres conceptos. Veamos brevemente el desarrollo teórico de Fichte a fin de entender un poco mejor y profundizar en la relación Hombre-Naturaleza. Fichte creía que frente al Yo Absoluto, frente al Sujeto, hay un mundo que se opone a ese Yo, algo que no domina el sujeto puro y que no termina de conocer. Lo que pasa en la naturaleza es algo que yo no quiero o por lo menos que no decido y esto es un signo claro de la finitud de ese Sujeto, que ahora se da cuenta de que su propia subjetividad, que se creía infinita, está determinada en un acontecer natural. Fichte establecerá que la tarea del Sujeto no consistirá en otra cosa que ser un Yo, pero un Yo que quiere ser lo que es o que es lo que quiere ser, esto es, el Sujeto debe ser en ultima instancia su propia querida autodeterminación. Pero es evidente que el Sujeto nunca logra que la naturaleza sea el reflejo de su libertad, sino que se trata de una tarea infinita. El Yo tiene la exigencia moral de realizar absolutamente su libertad y esto es lo que constituye al Yo, finito en su determinación fáctica pero infinito en su anhelo por liberarse de ella. El Sujeto no tiene ahora otra posibilidad de autodeterminación que la de transformar la naturaleza en libertad, es decir, que el mundo, la naturaleza, ha pasado de ser un límite para la libertad del sujeto y se ha convertido en un medio para su realización. Y la herramienta que utiliza el Sujeto para llevar a cabo este intento infinito de autodeterminación no es otro que el “trabajo”. El trabajo no es otra cosa que el progresivo proceso de transformación, en el que el hombre va dando a todas las cosas la forma de su libertad. Y, como no podía ser de otra manera, el resultado de este trabajo es el “progreso”, mediante el cual el hombre cada vez tiene menos límites para su determinación empírica. Cuando ese Sujeto llegue a ser lo que quiere ser en cada momento, entonces será infinito. Fichte termina así de reconciliar al Hombre con la Naturaleza y con lo Infinito. 210
El pensamiento Fichteano nos ayuda a comprender el papel fundamental de la naturaleza para el ser humano, aunque sea de manera negativa, como algo que se nos opone inicialmente, pero que nos permite nuestro propio autodesarrollo. Sin lugar a dudas los diferentes desarrollos culturales necesitan cierta vinculación con la naturaleza, por lo que no se trata ya hoy en día de abrir un debate en torno a si es necesaria la relación hombre-naturaleza, sino más bien a cómo ha de desarrollarse esa relación entre el hombre y su dimensión animal, y es aquí donde las deferentes subculturas pueden diferir, en los medios de relación y expresión de la naturaleza del hombre. Las subculturas críticas o “contraculturas” Ya hemos visto lo que es, a grandes rasgos, la cultura y las subculturas que ella implica. Hemos visto su importancia, su función y su funcionamiento y hemos analizado el papel de la naturaleza en el ámbito cultural de la ciudad. Conviene ahora reflexionar sobre algunas subculturas concretas que tuvieron una gran influencia sobre la sociedad y la cultura de un momento. Analizaremos tres subculturas que, por mostrar cierto inconformismo o una actitud crítica ante la realidad social de su tiempo, han sido llamadas “contraculturas” o subculturas críticas. Centrémonos primero sobre el movimiento Hippie, esta subcultura nació hacia los años sesenta y se caracteriza principalmente por su afán en superar las restricciones sociales, tratando de buscar por sí mismos un nuevo sentido a la vida. Entre sus propuestas más características encontramos: la crítica a los valores de la clase media y las instituciones, su oposición al uso de la guerra , la reivindicación de las relaciones interraciales, el apoyo a la liberación sexual (“amor libre”) y la proclamación de “la paz”, “el amor” y “la libertad”. Los hippies eran claramente identificables por un atuendo que pretendía marcar un claro contraste con la mayoría: pelos largos en hombres y mujeres, hombres con barbas más crecidas que lo habitual. La ropa, en la mayoría de las ocasiones hechas a mano, es realizada con colores vivos, uso de pantalones de campana, camisetas teñidas con di211
bujos, blusas y complementos orientales, africanos, indios, etc. Otra subcultura relevante y que habría que resaltar es el movimiento Punk, que se dio a conocer a mediado de los setenta en Gran Bretaña y Estado Unidos por su provocador aspecto y por su rivalidad con los hippies. Es una subcultura ligada por completo a la música y en concreto recibe influencia del “Rock Underground” (“The velvet underground”, “New York Dolls”, “MC5”, etc). Esta subcultura se caracterizó por oponerse a cualquier modo de restricción social, al conformismo y al sistema de mercado. Es una subcultura violenta y que trata de provocar la reacción de la sociedad ante la cultura imperante, que ellos consideran negativa, mediante eslóganes destructivos y apocalípticos (“no future”). Para mostrar su inconformismo modifican su aspecto mediante la ropa, el corte de pelo, el empleo de imperdibles, pendientes, etc., de modo que resalten y queden claramente diferenciados de los demás. Suelen usar también el color negro para dar una imagen más dura e independiente de las modas que establece el mercado: pantalones de tubo, botas tipo militar, camisetas con imágenes o textos provocadores, cazadoras roqueras, etc. Si la subcultura Hippie no planteaba muchos problemas (que no ninguno), la subcultura Punk, opuesta a la Hippie, si que plantea muchos ya que al ser un grupo violento provocan grandes altercados, que causan daños a la sociedad y que deben ser controlados. Las subculturas deben ser controladas, que no reprimidas, en la misma medida en la que perturben el bienestar social, de manera que el movimiento Hippie debía ser mucho menos controlado que su opuesto, ya que el consumo de drogas y las manifestaciones no dañan el bienestar social en la misma medida en que lo hace un grupo violento de “punkis”, que pueden desde destrozar establecimientos a apalizar a cualquiera. Cuando la subcultura Skinhead entra en contacto con la Punk queda en gran parte impregnada por su espíritu y los problemas que surgen del comportamiento Punk se traspasarán en gran medida al movimiento Skinhead.
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SKINHEADS: ¿CULTURA DE LA VIOLENCIA? El movimiento Skinhead o “Cabezas Rapadas” surge a principios de los setenta en Inglaterra, pero las bases de este movimiento surgieron con antelación en la isla de Jamaica, donde nacen los Rude Boys, predecesor claro del Skinhead. Los Rude Boys eran jóvenes de barrios marginales de Jamaica que comienzan a imitar la violencia de las películas de “gansters” americanas, pero que fundamentalmente están ligados por su gusto musical. Tanto los Rude Boys como los Skinhead son subculturas que aparecen íntimamente unidas a una música y cuyo devenir es en parte el devenir de su estilo musical. Los Rude Boys adoptaron como propio el estilo de música Ska,una fusión de la música negra americana de la época con ritmos populares propiamente caribeños, como el calypso o el mento y fuertemente relacionada con la independencia de Jamaica en 1962. Cuando los Rude Boys emigran el Ska (junto a su evolución, el “rocksteady”) viaja a Inglaterra donde se mezcla con la música Punk, de donde resulta un sonido más rápido y contundente pero manteniendo el estilo alegre y bailable. Los Rude Boys entran en contacto con los Mods de Inglaterra, un grupo con unos gustos musicales y una ideología similar, pero originalmente no eran más que bandas urbanas de barrios obreros que recibían nombres del estilo: Lemonheads, Penauds, etc. Estos grupos (Rude Boys y Mods) fueron fusionándose hasta que finalmente surge la subcultura Skinhead. La estética skin es una de sus principales señas de identidad, junto con la música y la violencia, de este movimiento: la cabeza rapada (nunca afeitada), las camisas Ben Sherman, las prendas Fred Perry, las Crombies, Harringtons, botas Doc Martens y ropa vaquera. En cuanto a la violencia y el vandalismo solo decir que destrozaban establecimientos, coches, quemaban contenedores y apalizaban policías, estudiantes y a sus odiados hippies. De estos episodios violentos surgieron algunas acusaciones de racismo (principalmente por las peleas con paquistaníes), sin embargo, hay que tener en cuenta que las bandas de skins eran multirraciales, su único interés era la violencia como modo de expresión de su inconformismo. 213
Sin embargo el movimiento “Skinhead” ha sido ligado social y tradicionalmente ya, a agresiones fascistas y grupos neonazis, sin embargo la verdad acerca de esta subcultura es muy distinta. Los Skinheads han estado siempre al margen de estas actitudes racistas o xenófobas, pero entonces, ¿de donde surge esta falsa acusación?, ¿se ha satanizado el movimiento Skinhead por algún motivo en especial o hay algo de verdad esas afirmaciones?, para dar respuesta a estas cuestiones y poder comprender lo que realmente pasó debemos esperar a los años ochenta La actitud beligerante de el movimiento Skinhead terminó por echarles encima a la prensa, a la opinión publica y a la ley. Fue entonces cuando tuvieron que suavizar su comportamiento y su estética, dejándose crecer el pelo y vistiendo con más elegancia. Aquí nacieron los Suedeheads y los Smooties, de existencia más efímera. El movimiento continuó medio apagado hasta que apareció el Punk a mediados de los setenta, con su estética rebelde y provocativa, y de la fusión de la cultura Punk y skin es cuando surge el movimiento musical que hoy se conoce como Oi!, y que la subcultura Skinhead terminaría por asumir como suyo. El Oi! surge, hacia 1980, como una reacción al giro comercial que había tenido lugar en el Punk y que poco tenía que ver con el espíritu de protesta original del movimiento. Fue un intento de devolver al Punk su fuerza original dotándolo de temas que afectaban a la vida y al día a día de la clase trabajadora y donde se mezclaban estilos de las primeras bandas de Rock o Punk, como The Sex Pistols, The Clash o Los Ramones, junto con el estilo del primer rock británico (Rolling Stones, The Who, etc). Este estilo musical acogía principalmente a lo que era conocido como “street-punk” o “reality-punk”. Este nuevo estilo musical estaba dotado de letras impactantes y directas que ensalzaban a la clase obrera y trataban temas como el desempleo, los derechos laborales, los abusos policiales y la represión gubernamental. También se trataban temas menos políticos como la violencia callejera, el fútbol, el sexo y el alcohol. Unas letras que ayudaban a reforzar el sentimiento skin y que hacen comprensible que este estilo musical terminara por calar en el movimiento. 214
A mediados de los ochenta, varios grupos nacionalistas blancos de ultraderecha, como el National Front o el British Movement, consiguen afiliar a muchos skins a través de confusos mensajes nacionalsocialistas hacia los obreros, aprovechando así la estética Skinhead que por su exhibicionismo y su apariencia y carácter militar, encajaban a la perfección en el ideal estético que buscaba la ultraderecha. Surgen así los Boneheads, skin neonazis, que hacen que ante los medios de comunicación la subcultura Skinhead aparezca como racista y xenófoba. Los medios de comunicación dieron sin saberlo una publicidad gratuita a los Boneheads y crearon en la opinión pública la asociación Skin-Nazi. Fue entonces también cuando el Oi! fue tachado como música racista, pero nada más lejos de la realidad, ya que ninguna de las bandas originales de streetpunk fueron racistas o apoyaron políticas de extrema derecha. También es cierto que el movimiento skin neonazi hizo uso del Oi! para mandar sus mensajes subversivos y expresar sus ideas. La confusión se debía que el movimiento skin neonazi era mucho más escandaloso y nocivo para la sociedad de lo que lo había sido el propio movimiento Skin. A la cultura de la violencia y el inconformismo se unía ahora el racismo, la xenofobia y el odio. La prensa, poco informada sobre los movimientos y el devenir interno de la subcultura Skin, no apreció la diferencia entre unos y otros y calificó al movimiento en un solo sentido cuando lo debería haber hecho en dos, si no diferentes, si bastante distintos. Aquí podemos apreciar un grave problema trasversal a todas las subculturas, a saber, que rara vez llegan a ser bien conocidas y que cuando lo son, debido a la masificación que acontece en ellas, pierden su carácter en la mayor parte de los casos. La popularidad y la extensión social de una subcultura la va diluyendo hasta que poco a poco no queda nada de lo que era originalmente y queda indiferenciada de la cultura predominante. Hay que decir que muchos skins se opusieron al movimiento Skin-neonazi, y esta oposición les llevó a adoptar una política y una ideología totalmente contraria a la de los Boneheads. Será entonces cuando surjan los Redskins, que adoptaron los símbolos y la ideología comunista a fin de luchar contra lo que ellos consideraban el cáncer del movi215
miento Skinhead. Hacia finales de los años ochenta, y como reacción al movimiento Skin-neonazi, también surgirían los Sharp, skins contra el racismo que rechazaban la violencia gratuita y que trataron por todos los medios de limpiar la imagen del movimiento. Sin embargo las diversas y sucesivas fragmentaciones del movimiento no hicieron sino debilitarlo y condujeron prácticamente a su extinción. DINERO, MERCADO Y SUBCULTURAS. Antes de seguir hay que tener claras algunas cosas, el movimiento Skinhead a lo largo de su historia ha hecho un gran esfuerzo por rechazar posicionamientos racistas y la confusión actual, el boca a boca y la opinión pública no hacen justicia a este hecho. Se podrá decir que los Skinhead son violentos, que provocan un grave perjuicio a la sociedad o que su crítica a la sociedad actual está desfasada, pero nunca jamás se podrá decir que el movimiento Skinhead, la menos el movimiento original, fuera racista, nazi o que promoviera políticas de ultraderecha. Ante esto surge una nueva pregunta, ¿son realmente los Skinhead tan peligrosos como se ha dicho o es una creencia infundada?, las noticias sobre Skinheads que provocan destrozos no abundan realmente y según mi opinión lo que ocurre es que la prensa se hace mucho eco de estas noticias porque son escandalosas o destructivas y eso en cierta medida “vende” y aquí ya tocamos en un tema central y vertebrador de la sociedad de nuestro tiempo: el dinero. El dinero ha sido durante mucho tiempo uno de los factores claves de las sociedades humanas pero en nuestra sociedad capitalista actual es un elemento central. Toda la realidad social se interpreta hoy en día desde el prisma económico y todo lo que se hace o se investiga tiene sentido si con ello hay una ganancia. Los demás criterios han desaparecido y hoy solo tiene sentido lo que cabe dentro del marco económico, es decir, lo que es en última instancia económicamente funcional. El imperativo de nuestro tiempo es “hacer todo aquello que sea rentable”, con independencia de que eso sea bueno o malo, pues las consideraciones éticas no dan dinero y causan más problemas de los que solucio216
nan. Este posicionamiento, que cada vez estamos más acostumbrados a ver, es el que hace que se publique aquello que vende, que no se siga una política de emisiones de gases responsable o que se perjudique a sectores sociales concretos construyendo un aeropuerto o una autopista. No podemos quejarnos de la violencia que ejercen subculturas como la Skinhead, cuando la propia cultura está llevando a cabo, por medio del dinero, una violencia que aunque es más sutil es mucho más dañina. Asumir este gran vicio de nuestra época y actuar contra él es más que un reto, es una exigencia moral, porque no podemos permitir que ese “imperativo económico” banalice algo tan importante como es la dignidad humana o el estado de bienestar. En este sentido algunas subculturas han intentado luchar contra esta “cultura de mercado”, pero conforme esas subculturas se hacían más populares, su espíritu se empobrecía, quedando totalmente emborronado, sin un objetivo claro, demasiado diluido como para llevar a cabo ningún tipo de lucha contra el sistema capitalista. La moda y la “mercantilización” de una estética subcultural ayuda a la subcultura a extenderse pero a costa de perder su radical fuerza crítica y por otro lado ayuda al desarrollo del propio sistema capitalista (contra el que curiosamente lucha esa subcultura) a desarrollarse, pues el “boom” de una determinada moda genera dinero, consumo, producción, etc. ¿Qué se puede hacer entonces?, ¿debemos darlo todo por inútil?, no tratamos de defender que no se haga nada contra esta violencia sutil del sistema capitalista, sino a que se haga de otra forma, que no es otra que la propuesta al inicio de la ponencia, a saber, mediante la unión y la vuelta a la naturaleza. La reconciliación hombre-naturaleza evitará los desarrollos negativos del que hemos venido a llamar “imperativo económico” a la vez que optimizará aquellos desarrollos que sean bueno, no ya solo para el hombre, sino para el binomio Hombre-Naturaleza. La defensa de posturas ecologistas y el apoyo a las políticas que plantean un desarrollo sostenible, no son una alternativa, sino el único camino para poder liberar esa gran violencia a la que se ve sometido el sistema capitalista actual. Se hace necesario ya respetar la estructura básica de la naturaleza y de lo que encierra y produce, pues de lo 217
contrario se agotaría la capacidad de la naturaleza como soporte material del entorno humano y es importante darse cuenta de que la preservación de la naturaleza se justifica plenamente porque es imprescindible para la vida humana y su bien-estar existencial. Ya no se puede mantener como paradigma el “criterio” de dominio y explotación del hombre sobre su entorno natural, lo cual no quiere decir que ahora sea el hombre el que deba ponerse al servicio de la naturaleza, sino que se trata de producir una integración de ambos polos. CONCLUSIÓN Y REFLEXIÓN FINAL Ya hemos visto como es posible solucionar el problema de la violencia provocada por el dinero en la sociedad de marcado actual, pero aún queda un tema pendiente, que aunque sea de menor envergadura, necesita que se le de una respuesta satisfactoria: ¿qué hacer con la subcultura Skinhead?, una pregunta que tiene difícil solución y aunque el tiempo que nos resta es reducido, trataremos de dar una visión de conjunto y de esbozar las lineas maestras de un plan de acción eficaz. Es evidente que el movimiento Skinhead es una muestra clara de la expresión pura de la animalidad en sociedad. Su gusto por las peleas y su afán rebelde son una clara muestra del animal que se revuelve en el interior del ser humano. Considerar nocivo a este movimiento social no es suficiente, porque la represión de la animalidad no conduciría a ningún desarrollo deseable, con lo cual lo mejor sería reconducir ese impulso de destrucción y rebeldía hacía algo menos perjudicial para la estabilidad social. Quemar contenedores, destruir establecimientos y pelearse en la calle son meras consecuencias de la ausencia de medios de expresión de la “naturaleza humana” por parte, como ya hemos visto, de la clase obrera. En parte, el Oi y el Ska, como movimientos musicales propios de esta subcultura, representan una forma controlada de expresión de esa naturaleza, y si observamos la forma de bailar Ska en seguida nos daremos cuenta de ello, pues el Ska no consiste en otra cosa que bailar a base de empujones y gritos al son de una música reivindicativa. 218
Ya hemos visto que realmente el movimiento está desapareciendo paulatinamente, esto se debe en parte a que el sistema capitalista está absorbiendo a esta subcultura reconvirtiéndola y modificándola con el fin de que no dañe el sistema. El capitalismo es un sistema inteligente y vivo que asume todo aquello que le es dañino y por tanto que poco a poco ha vaciado de sentido al movimiento Skinhead, que hoy día no es más que un arma política. Los resurgimientos del movimiento en los 80 y en posteriormente en los 90 no son sino intentos por dotar del sentido original a la subcultura, que había quedado reducida a una mera cuestión estética y en muchos casos ni siquiera a eso. Con esto no queremos defender la eliminación de determinadas formas culturales, sino solamente intentar adaptar esas formas culturales a la vida en sociedad o al menos tratar de suavizar los efectos nocivos que estas pudieran tener mediante la síntesis de hombre y naturaleza. Las diversas subculturas enriquecen la sociedad aportando puntos de vista diversos y preocupaciones sobre diferentes temas, ayudando a construir una racionalidad poliédrica compuesta de muchas caras, de muchas visiones. Pero también conlleva un riesgo, a saber, la desintegración del sujeto, ya que la proliferación de diversas subculturas puede llevar a la fragmentación social y al aislamiento si estás tratan de alzarse como soberanas. El diálogo entre subculturas es más que deseable, es necesario para que el “corpus” social se mantenga estable y la convivencia sea posible.
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ÍNDICE
ÍNDICE Saludo a los congresistas Normas generales Presentación Participantes en el proyecto Comité científico Programa
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CONFERENCIAS Comentario sobre la película Network. Un mundo implacable. Averiguaciones entorno a la verdad en la época Postmoderna JOSÉ CARLOS CARMONA 25 Ante la crisis económica: una nueva visión EMILIO CARRILLO
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Violencia desenfocada y dinero, la violencia discretaJESÚS GARCÍA CALDERÓN 53 La fuerza del dinero AGUSTÍN GARCÍA CALVO
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La especulación sobre el petróleo y el mundo financiero BALTASAR MONTAÑO
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La crisis como negocio mediático RAMÓN REIG
71
Economía razonable para todo el mundo, ¡una solución quiero! TACHO RUFINO
81
El timo diario RUBÉN SÁNCHEZ GARCÍA
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Dinero, poder, violencia: ¿hacia una dictadura de la economía? ¿Hay alternativas? JUAN TORRES LÓPEZ 155 ¿Qué le pasa al mundo? MARC VIDAL
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PONENCIAS Heroínas y mercenarias. La violencia económica de género a través de su reflejo en la literatura inglesa ANA Mª DE HARO FERNÁNDEZ 169 Subculturas, mercado y violencia: los skinheads LUIS HERNÁNDEZ QUINTERO
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¿Qué es el dinero? Existen conceptos universales, lugares comunes donde todos convergemos y de los que todos compartimos. La razón, la justicia, la divinidad, el universo, el tiempo, la vida o la muerte; y en esta teogonía de los universales más atemporales se ha ido a instalar uno que, lejos de ser nuevo, es el que más nos define en estos tiempos: El Dinero. Desde que tenemos uso de razón somos adiestrados en su manejo. Nos enseñan a valorarlo, a perseguirlo, a ambicionarlo y, aprendemos a hacer nuestra la obligatoriedad de su régimen. Lo engrana todo, los justifica todo, y es, sin duda, el motor de todos los cambios y estancamientos de las sociedades. Quizá sea el Dinero, lo único curiosamente, que realmente tienen en común todos los pueblos de la tierra. El dinero en esencia, no es más que un pacto al que hemos llegado, o nos han hecho creer que hemos llegado a tal, para valorar nuestro trabajo y el de los demás pero, ¿realmente sabemos qué es el dinero, de dónde procede, o cómo funciona?
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