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Spanish Pages 202 [206] Year 2007
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Colección América (Títulos publicados):
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ELDA GONZÁLEZ MARTÍNEZ
in embargo, desde mediados del siglo XX, simultáneamente a este fenómeno comenzó a producirse otro de signo inverso: por diversas causas, los argentinos empezaron a emigrar. A partir de entonces el flujo no ha cesado de incrementarse hasta alcanzar niveles importantes al comienzo del nuevo milenio, coincidiendo con la crisis institucional y socioeconómica que envolvió al país.
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sta última etapa se caracterizó porque los que emigraron fueron en general jóvenes, provenientes de sectores de la clase media urbana que intentaban escapar, con suerte diversa, del desempleo, la inseguridad, el desánimo o la falta de ilusiones. Ellos han sido nuestro objeto de estudio, y a ellos cuya vida no se desarrolla en Argentina, sino en otra parte, en este caso en España, les hemos querido abrir un espacio para que cuenten sus “historias de acá”.
E
ASUNCIÓN MERINO HERNANDO
Elda González Martínez
ISBN: 978-84-00-08581-0
Trayectoria migratoria de los argentinos en España
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Patrones, clientes y amigos. El poder burocrático indiano en la España del siglo XVIII. Víctor Peralta Ruiz El terremoto de Manila de 1863. Medidas políticas y económicas. Susana María Ramírez Martín América desde otra frontera. La Guayana Holandesa (Surinam): 1680-1795. Ana Crespo Solana “A pesar del gobierno”. Españoles en el Perú. 1879-1939. Ascensión Martínez Riaza Relaciones de solidaridad y Estrategia de Reproducción Social en la Familia Popular de Chile Tradicional (1750-1860) Igor Goicovic Donoso Etnogénesis, Hibridación y consolidación de la identidad del pueblo Miskitu. Claudia García Mentalidades y Políticas Wingka: Pueblo Mapuche, entre golpe y golpe (de Ibáñez a Pinochet). Augusto Samaniego Mesías Carlos Ruiz Rodríguez Las Haciendas Públicas en el Caribe Hispano en el siglo XIX. Inés Roldán de Montaud
Historias de acá
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rgentina, a lo largo de su historia como país independiente, se ha caracterizado por ser receptor de poblaciones tanto de origen europeo, como oriundas de las repúblicas limítrofes.
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Historias de acá Trayectoria migratoria de los argentinos en España
Fotografía de cubierta
ELDA GONZÁLEZ MARTÍNEZ ASUNCIÓN MERINO HERNANDO
Vestíbulo del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Ministro Pistarini. Buenos Aires
CSIC
COLECCIÓN AMÉRICA
Dra. en Antropología Cultural (Universidad de Uppsala) y Dra. en Historia Contemporánea (Universidad Complutense) es investigadora del CSIC y coordinadora del Grupo de Estudios Americanos. Ha publicado Spirits from the margim. Uppsala, Uppsala Universitet, 1991 ( ha sido traducido al portugués y editado por la Universidad de Campinas y al español por la Editorial de la Universidad de Cádiz); Café e inmigración. Los españoles en Sao Paulo, 1880-1930. Madrid, Cedeal, 1992; Guía de fuentes documentales para la Historia de Brasil conservadas en España, Madrid, Ministerio de Cultura do Brasil/Fundación Mapfre Tavera, 2002; La inmigración esperada. La política migratoria brasileña de Joao VI hasta Getúlio Vargas. Madrid. CSIC, 2003; Hiszpania-Polska. Spotkania. Warsawa, Wydawnictwo Neriton/Instytut Historii PAN, 2003. (En colaboración con Margorzata Nalewajko). (Edición en español (corregida y aumentada). EspañaPolonia. Los encuentros. Madrid, CSIC, 2005). Y junto a Ma. Asunción Merino Hernando. Las migraciones internacionales. Madrid, Dastin ediciones, 2006. Además de un centenar de artículos relacionados con la temática migratoria, tanto la que comprende a los flujos “históricos” hacia América, como los actuales. María Asunción Merino Hernando María Asunción Merino es Profesora en el Dpto. de Antropología Social y Cultural de la UNED. Participa en el Programa de Doctorado “Migraciones Internacionales e Integración Social” del Instituto Universitario Ortega y Gasset. Ha sido becaria Predoctoral FPI en el Dpto. Historia de América del Instituto de Historia CSIC y becaria Fulbright Posdoctoral en el Dpto. de Historia de la Universidad de Yale e investigador contratado del CSIC. Su investigación se centra en los procesos migratorios contemporáneos, locales y globales, entre Europa y América, tanto históricos como contemporáneos. Actualmente participa en el proyecto “La inmigración española en el Río de la Plata: asociacionismo y modos de incorporación en la sociedad receptora (1900-1960)”, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ha participado en proyectos sobre el fenómeno migratorio en la Universidad Pontificia de Comillas, el CSIC y la Fundación Ortega y Gasset. Entre sus publicaciones destaca Historia de los inmigrantes peruanos en España. Dinámicas de exclusión e inclusión en una Europa Globalizada (Madrid, CSIC, 2002), “La emigración española a Brasil”, en De la España que emigra a la España que acoge (Fundación F. Largo Caballero, Madrid, 2006) y (con Elda González) Las migraciones internacionales (Dastin, Madrid, 2006). Ha publicado artículos en Identities (11(2) 2004), Revista de Indias (LXIII- 229, 2003) y Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (LIX(2) 2004).
HISTORIAS DE ACÁ TRAYECTORIA MIGRATORIA DE LOS ARGENTINOS EN ESPAÑA
COLECCIÓN AMÉRICA: 9
Director Alfredo Moreno Cebrián. Instituto de Historia. CSIC Secretaria Marta Irurozqui Victoriano. Instituto de Historia. CSIC Comité Editorial Salvador Bernabéu Albert, Escuela de Estudios Hispano-Americanos. CSIC Elda Evangelina González Martínez, Instituto de Historia. CSIC Ascensión Martínez Riaza, Universidad Complutense de Madrid Consuelo Naranjo Orovio, Instituto de Historia. CSIC Mónica Quijada Mauriño, Instituto de Historia. CSIC Rosario Sevilla Soler, Escuela de Estudios Hispano-Americanos. CSIC
Consejo Asesor Michael Baud, Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos (Holanda) Jesús Bustamante García, Instituto de Historia. CSIC Mª. Elena Capelloti, Universidad de São Paulo (Brasil) Manuel Chust Calero, Universitat Jaume I (Castellón) Mª. Teresa Cortés Zavala, Universidad Michoacana (México) Jesús Mª. García Añoveros, Instituto de Historia. CSIC Ricardo González Leandri, Escuela de Estudios Hispano-Americanos. CSIC Mª. Dolores González-Ripoll, Instituto de Historia. CSIC Tulio Halperin Donghi, University of California-Berkeley (EE.UU.) Sylvia L. Hilton, Universidad Complutense de Madrid Clara López Beltrán, Universidad Mayor de San Andrés (Bolivia) Víctor Peralta Ruiz, Instituto de Historia. CSIC Jaime O. Rodríguez, Irving University (EE.UU.) René Salinas, Universidad de Santiago de Chile (Chile) Margarita Suárez, Pontificia Universidad Católica del Perú (Perú)
ELDA GONZÁLEZ MARTÍNEZ ASUNCIÓN MERINO HERNANDO (Introducción: Rubén Berenblum)
HISTORIAS DE ACÁ TRAYECTORIA MIGRATORIA DE LOS ARGENTINOS EN ESPAÑA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 2007
Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, asertos y opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones.
Este libro fue realizado dentro del marco del proyecto de investigación «Trayectorias migratorias», de la Fundación Carolina
Catálogo general de publicaciones oficiales: http://www.060.es
© CSIC © Elda González Martínez y Asunción Merino Hernando NIPO: 653-07-057-X ISBN: 978-84-00-08581-0 Depósito Legal: S. 1.770-2007 Realización: Gráficas Varona, S. A. Impreso en España. Printed in Spain
…para buena parte de los argentinos, la vida siempre estará en otra parte (Héctor Tizón. La Nación. 11.01.2003)
ÍNDICE A MODO DE PRÓLOGO ................................................................
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INTRODUCCIÓN: EL CONTEXTO DE PARTIDA (Ruben Berenblum) ..........................................................................
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La integración y la fragmentación de la nación ..........................
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Una aproximación conceptual ....................................................
19
Hacia la crisis. El llamado Proceso de Reorganización Nacional ..
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Alfonsín y el Plan Austral............................................................
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La década de Menem ..................................................................
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Cavallo y la Convertilidad ....................................................
30
El nuevo sistema de la seguridad social ................................
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Las privatizaciones ................................................................
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La contracción de la industria y la crisis social....................
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El gobierno de la Alianza..................................................................
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CAPÍTULO I ARGENTINA DE PAÍS DE INMIGRACIÓN A PAÍS DE EMIGRACIÓN..............................................................
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Cuando los inmigrantes desembarcaban en el Río de la Plata ....
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Los antecedentes a la emigración del fin del milenio ................
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¿Cuántos marcharon? Las dificultades para realizar cálculos precisos ..........................................................................................
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Los distintos registros estadísticos españoles ........................
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Los padrones municipales: la inclusión de los irregulares..........
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Algunas características del colectivo argentino ..........................
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CAPÍTULO II ¡NOS VAMOS DE ACÁ! ................................................................
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Causas que empujan a marchar ..................................................
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La pérdida de confianza en el país y en sus instituciones ....
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El caos del 2001, o ver cómo se desmorona la economía de Argentina ..........................................................................
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El Estado que ya no cumple sus funciones: la inseguridad y el deterioro de los servicios sanitarios y educativos ....
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«Me sacó la esperanza el país…no tenía qué soñar…». Las causas subjetivas que impulsan la salida..........................
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Las influencias de la prensa, la experiencia migratoria previa y la imagen de España ..............................................................
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El particular contexto de los jóvenes ....................................
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CAPÍTULO III «ANÍMATE, SI NO TE GUSTA TE VOLVÉS… POR LO MENOS NO TE QUEDASTE CON LAS GANAS»......................................
87
Estados Unidos: el destino de algunos ........................................
87
España, país de destino de otros ..................................................
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Las afinidades culturales........................................................
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La existencia de redes sociales ..............................................
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Los que viajan con contrato de trabajo: una situación privilegiada ............................................................................
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CAPÍTULO IV COMIENZA EL VIAJE....................................................................
99
Desarmar la casa o cómo uno se desprende de sus cosas ..........
99
La salida es por Ezeiza. Se emprende el viaje ............................
102
Los controles en Barajas ........................................................
102
ÍNDICE
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Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca … el atractivo de cada una ..
104
El apoyo de las redes..............................................................
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El problema de la vivienda: se busca alojamiento, no importa el barrio ............................................................................
111
CAPÍTULO V CÓMO ARMAR UNA VIDA: EXPECTATIVAS Y TRAYECTORIAS LABORALES ..................
119
Factores que interactúan en el proceso de inserción laboral ......
119
La red migratoria, la formación académica y las expectativas ..
122
La regularización y el capital cultural ........................................
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La conquista de nichos ocupacionales y la red social ................
138
CAPÍTULO VI «UN PEQUEÑO ESPACIO DE PERTENENCIA» ........................
145
La red social, la red virtual y el asociacionismo ........................
147
La imagen que tienen de los españoles ......................................
158
CAPÍTULO VII CUANDO EMPIEZA A PENSARSE EN VOLVER ......................
169
El trabajo y los logros económicos: dos factores decisivos ........
171
Vivir lejos de los afectos: una experiencia difícil para los argentinos ..............................................................................
173
Las perspectivas de estancia se modifican: aquí han encontrado un hueco..................................................................................
182
CONCLUSIONES ............................................................................
185
BIBLIOGRAFÍA ..............................................................................
193
APÉNDICE DE ENTREVISTAS ....................................................
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A MODO DE PRÓLOGO En uno de los vuelos a Argentina desde Madrid, el overbooking de Aerolíneas Argentinas nos obligó a quedarnos en un hotel a más de ciento cincuenta pasajeros que compartimos comida, cena, desayuno y las horas muertas, de las múltiples colas que hicimos hasta conseguir embarcar al día siguiente. En ese grupo se desconocía nuestro proyecto de investigación sobre inmigración argentina, en parte no habíamos informado de ello para no incomodar a los compañeros de viaje porque se sintieran observados. Lo curioso es que eran casi todos argentinos emigrantes del último flujo hacia España, que residían desde hacía varios años en Palma de Mallorca, Santiago de Compostela, en Alicante, Valencia, Barcelona, o Madrid… o visitaban a sus familiares. Durante la cena comenzó una discusión interesante. En aquella mesa estábamos sentados, una mendocina residente en Palma con sus hijos desde hacía tres años. Una bonaerense, con su hija, que había ido a visitar a su marido que trabajaba por nueve meses en una universidad alemana, con una beca de postgrado. Así mismo había un matrimonio que venía de estar con su hija, emigrante que llevaba siete años asentada en Alicante. La mujer que provenía de Alemania se quejaba amargamente del poco afecto que sentían los argentinos por su propio país, a la vez que contaba orgullosa su historia en un entorno de compatriotas emigrantes. Ella se había quedado trabajando por el país… empleada en la administración argentina, como jefa de los servicios sociales de un área del Gran Buenos Aires, y su marido, como ingeniero agrónomo en la universidad. La hija de ambos, afirmaba, iba a un buen colegio público. El mensaje implícito era que resultaba posible permanecer en el país a pesar de la crisis y que, más allá, lo legítimo era quedarse. Los demás comensales apenas respondían, lo más que llegaron a contestarle fue que se habían ido porque no les llegaba el sueldo para vivir, «cuando a tus hijos no les puedes dar de comer, la emigración no es por placer». Cuando terminamos la cena, me junté con los emigrantes y sus familiares. Su discurso y experiencia no parecen ser fáciles de encajar en el imaginario colectivo argentino. Apenas tienen espacio para ser articuladas sus
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vivencias, angustias, dudas, luchas, las dificultades en su adaptación, las ausencias, las añoranzas, su propia historia migratoria. Lo único esperable en su entorno social, es una historia de éxito individual. Argentina es un país cuya construcción nacional se arma desde la imagen de un lugar que sigue recibiendo emigrantes porque es próspero, en el que los recién llegados podrán cumplir su sueño de movilidad social y progreso. En esta Argentina, para algunos sectores ideologizados –tanto de la izquierda como de la derecha–, la salida de los argentinos no tiene cabida en ese imaginario; la marcha se lee en clave de fracaso nacional y de egoísmo individual, falta de compromiso o de conciencia social. Por eso hemos querido abrir un espacio también para estos argentinos cuya vida está en otra parte, contando sus historias de acá. Nuestro trabajo de investigación lo hemos llevado a cabo en Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca. Estas tres ciudades, que fueron escogidas por los inmigrantes para vivir y trabajar, se caracterizan tanto por la visibilidad que en ellas tiene el colectivo argentino, como por tratarse de áreas urbanas multiculturales. Y en tanto que lo son –dado que la presencia de diferentes grupos de inmigrantes es notoria– es necesario analizar cómo se produce la integración de las diversas corrientes que han ido llegando en los últimos años. En ese sentido una primera cuestión que hay que tener presente es el discurso ideológico que la sociedad receptora elabora, en general sobre los que van arribando, y en particular acerca de cada grupo de nacionales. España no había sido hasta las últimas décadas del siglo pasado un país que recibiera inmigrantes, todo lo contrario, hasta entonces había tratado de descomprimir las tensiones sociales expulsando parte de su población. La salida de españoles hacia América, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del XX, buscando nuevas oportunidades, así como el ciclo que se inició durante la posguerra europea fueron hechos que caracterizaron la historia social durante más de cien años. No obstante, la etapa siguiente, en la que se convirtió en país de acogida, es absolutamente novedosa, para enfrentarla no existía ningún tipo de preparación previa. La heterogeneidad no había caracterizado hasta entonces a la sociedad española, sin embargo, es en ella en donde se va a insertar la corriente migratoria que estamos estudiando. Otra cuestión que no debemos dejar de lado está relacionada con la imagen que Argentina tiene para los españoles que, en general está estrechamente ligada al hecho de que, a lo largo de los años, fue recibiendo a millones de sus conciudadanos. Esta cuestión es importante, los argentinos no pertenecen a una población desconocida, muchos descienden de españoles, sus abuelos salieron de algún lugar de la geografía española y, si a ellos la añoranza de la tierra que habían abandonado siempre los acompañó, los que quedaron también los tuvieron presentes. Consecuentemente, y como es obvio, existe una proximidad cultural acentuada, quizás tanto es así que se constituye en una minoría caracterizada justamente por esta cercanía.
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Es en este marco donde se contextualiza nuestro trabajo de la trayectoria de los argentinos desde su génesis, identificando el complejo entramado de causas que los impulsaron a emigrar, cuáles fueron los condicionamientos para que España fuese el país escogido y quiénes vinieron. Nuestra preocupación también se centra en analizar cómo es el proceso de inserción laboral desde la interacción de los factores que inciden en él. Así mismo, abordamos la definición de su sentido de pertenencia en los ámbitos urbanos en donde se han ido instalando; en este sentido, es relevante la producción de significados que, desde el interior del grupo, han ido surgiendo, a partir de su imaginario colectivo y en relación a las categorías que les van siendo impuestas desde fuera. Aunque la bibliografía existente no es extensa ya que sobre todo se refiere a los argentinos que emigraron en etapas anteriores, tuvimos que efectuar una exhaustiva revisión de los textos publicados, así como localizar los fondos estadísticos. La consulta, que se realizó tanto en repositorios españoles como argentinos, constituyó la primera etapa de la investigación. En otro orden queríamos saber cuántos argentinos vivían en España, dado que, hasta el momento, mucho se ha elucubrado al respecto, aquí y en Argentina. Las lagunas estadísticas complejizan el abordaje, por ejemplo en el caso de las argentinas debemos señalar que son prácticamente inexistentes. En España, sin embargo, entre el registro de los que poseen permiso de residencia y el de los que cumplimentaron el empadronamiento, pudimos realizar una estimación del volumen de argentinos que viven en el país. Fue, en particular, muy útil obtener la cifra del lugar de nacimiento, y cruzarla con el de la de nacionalidad, de esta manera localizamos datos acerca de los italianos, franceses, portugueses, entre otros, que habían nacido en Argentina y que no se contabilizaban como tales. Así mismo nos ocupamos de hacer una revisión en las hemerotecas, focalizando nuestra atención en la localización de noticias acerca de la temática migratoria en la prensa argentina. La búsqueda se realizó en tres periódicos de ámbito nacional: La Nación, El Clarín y Página 12, y uno local, La Capital. El Diario de Mar del Plata, en el periodo 2001-2006. En ellos pudimos detectar que, sobre todo en los dos primeros años después de la crisis del 2000, los diarios se ocuparon en extenso de los que marchaban, subrayando el contexto de la situación caótica que percibían. El trabajo de campo se concretó en la observación participante y en entrevistas grabadas. Éstas, semidirigidas y en profundidad, se realizaron a inmigrantes argentinos asentados en Barcelona, Palma de Mallorca y Madrid. Elaboramos un cuestionario estructurado en torno a tres momentos que tienen que ver con la trayectoria migratoria: la salida –con todas las motivaciones implícitas y explícitas–, la llegada a España y su inserción sociolaboral, y el proyecto de residencia definitiva y/o de retorno. Por supuesto que la identidad de todos los participantes de nuestra muestra se ha ocultado bajo un seudónimo.
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Antes, durante y después de la elaboración y aplicación del cuestionario, conversamos largamente con argentinos asentados en Madrid, para cotejar las hipótesis de nuestro proyecto y, lo más importante, tratar de superar las visiones ya popularizadas del «inmigrante económico» y del «argentino» en la sociedad española. Nos interesaba encarnar la lógica de las prácticas; explorar el mundo de significados que aporta sentido a las acciones de estos sujetos migratorios. Estos encuentros con ellos fueron informales, distendidos, sin grabadora. Nuestra aproximación fue la de pedir consejo, y tuvimos la fortuna de encontrar a argentinos que se convirtieron en informantes claves, algunos por su asentamiento reciente, otros por su largo tiempo de residencia, de décadas anteriores, que no eran objeto de nuestro estudio. Los primeros nos aportaron una mirada sorprendida y sorprendente, los segundos, su capacidad para explicitar los silencios y evasivas que se producían en las entrevistas ante nuestras preguntas. También nos ayudaron a matizar las afirmaciones categóricas y a refrendar las respuestas más dubitativas. Dado el escaso conocimiento del fenómeno de la inmigración argentina en España, buscamos una muestra aleatoria, siguiendo la técnica de «bola de nieve». Según avanzábamos en la explotación estadística, y desde el interés por abarcar la mayor diversidad posible de contextos de partida, temas y trayectorias, fuimos seleccionando a los entrevistados, en la medida de lo posible. De este modo, pudimos conseguir una muestra más representativa en cuanto al género, las franjas de edad activa, el lugar geográfico del país y el estrato social. Para eso también buscamos varios puntos de partida que permitieran seguir diferentes redes migratorias. Recogimos los testimonios de los sujetos migrantes, por lo general en forma individual, aunque también se realizaron varias entrevistas colectivas. Así mismo, entramos en contacto con algunos de sus familiares en Argentina y con varias asociaciones que los aglutinan, tanto a unos como a los otros les fueron recogidas sus impresiones. De los 60 entrevistados, el 70% proviene de Buenos Aires, sobre todo de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires, los restantes, del interior del país (Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Neuquén y Tucumán). Que casi las tres cuartas partes sean originarios de algún punto del conglomerado urbano formado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los partidos que la rodean, se justifica por el hecho de que tal área concentra –según el censo de 2001– a 11.460.575 personas, siendo que la población total del país asciende a 37.282.970 habitantes. La fecha de llegada a España de todos estos inmigrantes comprende los años 1999 hasta el 2005. La elección del último año del siglo se relaciona con el hecho que, desde entonces, el flujo emigratorio entre ambos países sufrió un incremento considerable; los síntomas de la crisis que estalla en diciembre de 2001 ya estaban presentes. Así mismo, revisamos las distintas páginas que los argentinos crean y mantienen en España y en Argentina. Su contenido es relevante en la medida que nos brinda un panorama, no sólo de las problemáticas más comunes
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al colectivo en su conjunto, sino de situaciones específicas. Especialmente interesantes son los foros que la mayoría mantiene y en donde los argentinos se expresan libremente sobre lo que sienten en su condición de emigrantes: http//: www.elexiliodegardel.org/emigrante http://www.patriamadre.com/content/7.asp?Pg=6; http://hispanoargentinos.com http://www.arxentinosnoexterior.galiciaaberta.com/portal/site http://www.portalargentino.net/ http://www.despatriados.com/historias http://www.mateando.com http://weblogs.clarin.com/sudaquia/archives/2006/09/migracion_sudaca_los_que_se_van.html http://www.argenautas.com/?p=22 http://www.otrodestino.com.ar/Produccion.htm http://emigrados.com.ar/psyco/index.php?PHPSESSID=99f951ae3f30 459f5f0af6fe90e37fc8 http://www.argentinosenmallorca.com/ http://www.servicioslacapital.com.ar/marplatenses/marplatenses1.asp Por último, aunque tal como enunciamos queríamos reconstruir las trayectorias de los argentinos entendimos que era necesario partir del análisis del contexto de salida de estos emigrantes. Esta introducción, que fue realizada por el profesor Ruben Berenblum, se ocupa del estudio de la realidad del país haciendo hincapié en el proceso político.-.económico que desencadenó la crisis al comienzo del nuevo milenio. Antes de concluir este apartado debemos agradecer a todos los que se brindaron a contarnos su historia, sin ellas no hubiésemos podido elaborar este texto. Victoria di Paoli y Gabriela, Santiago González Reca, Agustina Saborido, Gustavo Prado y otros nos ayudaron mucho, en distintos momentos. Rocío realizó una parte de las entrevistas, Paula Salerno transcribió las cintas magnetofónicas, con todos ellos estamos en deuda. En Sol Ayarza tuvimos una interlocutora atenta e inteligente que nos descifró códigos y nos abrió caminos. Finalmente la investigación se llevó a cabo por la ayuda económica que recibimos de la Fundación Carolina, a sus autoridades también debemos darle las gracias.
INTRODUCCIÓN EL CONTEXTO DE PARTIDA La integración y la fragmentación de la nación Esta introducción tiene como objetivo explicitar e interpretar las causas políticas e institucionales y socioeconómicas que impulsaron a una parte importante de la sociedad argentina a emigrar, situando en las regiones de origen de sus padres o abuelos, las esperanzas de una vida mejor que, a su juicio, ya no era posible desarrollar en su propio país. Se ha dividido el contenido en dos secciones. En la primera nos proponemos formular una evaluación conceptual de la evolución de la Argentina durante el siglo XX, ofreciendo un análisis de los aspectos esenciales de la realidad histórica nacional, de sus conflictos y de sus fortalezas y debilidades, de manera de hacer comprensible las causas profundas de la declinación de la nación. En segundo lugar, se hace necesaria una revisión integrada de los procesos políticos y económicos que permita establecer los hechos y circunstancias que llevaron a la crisis de inicios del siglo XXI. Como se verá, esta crisis no fue inesperada, sino que se produjo al fin de un período sumamente convulsionado que se inicia a mediados de la década del setenta, pero que hunde sus raíces en un pasado secular. Una aproximación conceptual Si algo ha atraído la atención de los observadores internacionales, durante las últimas décadas, es el extraño fenómeno de la caída de la Argentina en una crisis, que, al iniciarse el siglo XXI, aparecía, sin final. Una crisis –y un final– que, sin embargo, se manifestaban claramente previsibles al menos desde los últimos tiempos de gobierno del doctor Carlos Menem y que se materializo a fines de 20011. La sociedad, harta de su clase dirigente, 1 Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001.
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se lanzó –al menos por un tiempo– a reclamar una renovación total de procedimientos y objetivos, pero también de líderes, consigna esta última que se materializara en el «que se vayan todos», escuchado una y otra vez durante las innumerables manifestaciones de los días de estallido popular2. Se hizo constante el justo reclamo de los hambrientos, de los desocupados, de los enfermos, de los defraudados. La suma de estas dramáticas carencias con las aspiraciones postergadas a lo largo de los últimos años de la centuria pasada, contrastó con los debilitados instrumentos que el estado argentino esgrimía –y esgrime– para satisfacerlas. Argentina se transformó en una fábrica de indigentes en la que la mitad de la población se situó, al comenzar el siglo XXI, por debajo de la línea de la pobreza3. Si la coyuntura se presentó hostil para las autoridades y para la sociedad en su conjunto, una mirada en la perspectiva histórica nos coloca una y otra vez frente al dilema de lo que los argentinos nos proponemos ser como nación, considerando que las nuevas circunstancias mundiales, determinadas por la llamada globalización, han apresurado el agotamiento del viejo modelo de la Argentina, sin que, hasta el momento, tengamos a la vista un nuevo proyecto racional e integrador, compartido, cuando menos, por la mayoría. Al iniciarse el siglo XX nuestro país era considerado con justicia una de las más importante promesas para la humanidad; meca de la inmigración europea, autorizados cronistas de la época no vacilaban en afirmar que tenía ante sí un futuro auspicioso. En los últimos años del siglo XIX se había constituido la clase dirigente, un conjunto abigarrado de propietarios rurales, rentistas, profesionales, comerciantes, funcionarios y militares. Los más esclarecidos miembros de este grupo fueron luego conocidos, en nuestra historiografía tradicional, como la generación del ochenta (1880)4. Fueron ellos quienes –no sin significativas disputas internas y trabajosos consensos– tallaron la Argentina moderna con un programa de formidable vigencia pero también de claros límites; que demarcaban cierta indiferencia, cuando no desprecio, ante las complejidades del desarrollo industrial. Un programa que se basó sobre la adecuación a los estímulos ofrecidos por la economía del mundo de entonces, es decir, precios fuertemente retributivos de las materias primas agropecuarias5. El éxito del modelo quedó plasmado para la celebración del centenario de la Revolución de Mayo (1910) y tuvo resto durante algunos decenios hasta que sucesivas crisis, provocadas por la primera guerra mundial y la 2
Diarios La Nación y Clarín. Números de diciembre de 2001. Barómetro de la Deuda Social Argentina; Informe 1. Las grandes desigualdades, Buenos Aires, Pontificia Universidad Católica Argentina, 2004. 4 Luis A. ROMERO, Breve Historia Contemporánea de la Argentina, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002. 5 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina, Buenos Aires, Macchi, 2000 y (segunda edición) Buenos Aires, Planeta, 2006. 3
EL CONTEXTO DE PARTIDA
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contracción de la economía de los treinta, fueron minando las bases y condiciones del intercambio. Durante todo ese período la clase dirigente diseñó y condujo a la práctica con notable eficiencia, un estado a la medida de su objetivo esencial: el disfrute de la renta de la tierra. Los medios adecuados: las inversiones extranjeras, sobre todo de origen británico, la construcción de un sistema de transportes y comunicaciones orientado a facilitar las exportaciones agropecuarias, la recepción de millones de inmigrantes a los cuales paulatinamente, se asimiló a la identidad argentina a través de la educación laica, gratuita y obligatoria y de las instituciones de la salud y la cultura6. Desde 1912, la sanción de la legislación electoral que regularizaba el instrumento del sufragio hizo posible la aparición de un sistema político tendiente a la inclusión de las mayorías populares. Se conformaba un proceso integrador de la sociedad que se apoyó sobre cuatro bases perdurables que se constituyeron en los ejes de la nación argentina a lo largo de la mayor parte del siglo XX. El primero de ellos estuvo constituido por una distribución crecientemente equitativa de la riqueza del país que coincidió con las sucesivas ampliaciones del sistema político argentino. Para 1950, el sector asalariado participaba en casi el cincuenta por ciento de la renta nacional7. En segundo lugar, la efectiva ocupación del territorio argentino realizada por el estado a fines del siglo XIX, haría posible el establecimiento de un sistema de economías regionales más allá de los límites de la pampa húmeda (petróleo, gas y lana en la Patagonia, frutas en el Alto Valle del Río Negro, vino en la región de Cuyo, azúcar en Tucumán, algodón en el Chaco, yerba mate, té y tabaco en el norte de la Mesopotamia, etc.). Estas actividades, no siempre rentables, contribuyeron a fijar la población y al cumplimiento del vital objetivo estratégico de consolidar la presencia del estado nacional8. En tercer término, siguiendo el modelo de la época de la sustitución de importaciones, la paulatina y nunca completada implantación de la industria, acelerada a partir de la década de los treinta, contribuyó, conjuntamente con la acción de las instituciones civiles, a otorgar a la sociedad algunas de las características integradoras que se encontraban en las naciones propias del capitalismo avanzado: alto grado de urbanización, pleno empleo, incluyendo la incorporación de la mujer al mercado laboral, fortalecimiento de la familia nuclear, disfrute de los derechos de la seguridad social, integración del aparato educativo, científico y tecnológico público con las necesidades de la empresa, etc.9. 6 Aldo FERRER, La Economía Argentina, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004 y Luis A. Romero, Breve Historia Contemporánea de la Argentina... cit. 7 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. 8 Alejandro ROFMAN, Las economías regionales a fines del siglo XX, Buenos Aires, Planeta, 1999. 9 Jorge SCHWARZER, La industria que supimos conseguir, Buenos Aires, Planeta, 1996.
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Estas innovaciones no hubieran sido posibles sin el aporte de un cuarto pilar integrador: nos referimos a la acción del estado (nacional, provincial, municipal) en sus múltiples manifestaciones. Los excesos, desviaciones y despilfarros de los últimos años no deben ocultar la acción del estado en relación con la construcción de una sociedad crecientemente equitativa que convirtió a la Argentina en un país diferente, en el cual hombres y mujeres encontraban en la salud y la educación pública, y en la seguridad social los medios idóneos para el ascenso socioeconómico, respaldado por un módico pero sostenido desarrollo industrial; un proceso democrático que muchas veces contradecía el funcionamiento de las instituciones políticas estragadas por el golpismo del período 1930-1983, durante el cual el sistema político fue incapaz de contener simultáneamente a todos los actores y el estado se transformó, por largos momentos de nuestra historia, en un peligro para los propios ciudadanos10. Esto fue también responsabilidad de la clase dirigente. Si algo caracteriza la crisis argentina es sin duda el colapso generalizado en que entraron los cuatro ejes descriptos. A las puertas del siglo XXI, la Argentina se encontraba ante un simultáneo proceso de concentración de la renta de cualquier tipo de capital, especialmente el financiero, de desplome de las economías regionales, de desguace de la industria nacional y de retroceso, cuando no de abandono deliberado, de las funciones propias del estado que fueran otrora objeto de sus acciones predominantes11. Fue el llamado «pensamiento único», fundamentalismo de mercado o neoliberalismo el que a partir de mediados de los setenta, pero con más fuerza y determinación en los noventa, contribuyó a disipar el concepto de nación y las bases materiales que la sustentaban. Importantes sectores del empresariado nacional del comercio, la industria y la banca y de los líderes de la sociedad civil, apoyaron el programa largamente aconsejado por los organismos internacionales de crédito. Triunfó entonces con holgura la convicción de que el drástico achicamiento del estado y, especialmente del gasto y la inversión públicos, la apertura incondicional y acrítica de la Argentina a productos y capitales extranjeros y la eliminación de la legislación protectiva del trabajo, por si solos, bastarían para multiplicar las inversiones, la producción y la renta nacional y, efecto derrame mediante, mejorar el nivel de vida de todos12.
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Luis A. ROMERO, Breve Historia Contemporánea de la Argentina... cit. Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001 y Rubén Beremblum. «Una societá in ricostruzione: il caso argentino», en Itinerari d’ impresa, anno I, numero 1, Roma, 2003. 12 Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit.; Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina, Buenos Aires, Norma, 2002. 11
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Se encaró la privatización de los servicios públicos sin regulación ni controles adecuados. Miles de kilómetros de vías y estaciones fueron levantadas y clausuradas, liquidando una de las redes ferroviarias más importantes del mundo. Sectores estratégicos como el transporte aerocomercial o la producción y comercialización de la energía en todas sus formas, fueron desnacionalizados. La industria, con la excepción de algunos sectores modernizados, fue clausurada, vendida o transferida al exterior13. Pero los efectos más perjudiciales se encuentran en la fragmentación a que se vio sometida la sociedad en su conjunto; en efecto, el entramado del tejido social que sostiene el desarrollo y otorga vida a las transformaciones, resultó destruido14. La Argentina había formalizado su sociedad industrial apoyándose en la iniciativa y la cultura del trabajo de los inmigrantes. Las características de este aporte permitió –en parte– ahorrar los siglos que le llevó a Europa construir la sociedad del desarrollo. Aspiraciones materiales y culturales, disciplina social, convergencia de la acción del estado, sobre todo en el campo de la educación, con el mundo de la empresa y la tecnología, una concepción racional de la institución familiar, salud pública, urbanización, seguridad social, son sólo algunas de las transformaciones que se verificaron aceleradamente al implantarse la industria y que se han deteriorado gravemente15. La desocupación se incrementó del siete al veintidós por ciento de la población económicamente activa en el período 1989/2001, congruentemente con la degradación de la vida social. Durante el mismo lapso la deuda externa registró un incremento de más de cien mil millones de euros mientras se intensificaba la fuga de capitales y las máximas autoridades del ministerio de economía declaraban repetidamente que el mejor plan económico consistía en no tener ninguno. Fuimos los mejores alumnos y sostenedores ortodoxos del recetario del Fondo Monetario Internacional, exhibidos como modelos durante las reuniones de las entidades financieras globales16. La llegada del nuevo siglo impuso nuevos desafíos. El desafío de la ubicación argentina en el nuevo mapa del conflicto estratégico mundial; el desafío de la búsqueda de un equilibrio ecológico capaz de frenar la destrucción de la naturaleza; el desafío que entrañaba la ausencia de horizontes y la pérdida de fe en un futuro conquistado por medio del estudio y el trabajo, de las que cotidianamente se encontraban inequívocas muestras en la juventud. El desafío de superar la corrupción y la inseguridad. Por último, el desafío de hallar las nuevas bases de la integración nacional imposibles de basar sobre la producción de materias primas indiferenciadas sino sobre la del valor 13 Ver: Daniel ASPIAZU, Las privatizaciones en la Argentina. Buenos Aires, MIÑO Y DÁVILA, 2003; Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina, Siglo XXI, Buenos Aires, 2006 y Mabel THWAITES REY, Alas Rotas. Buenos Aires, Temas, 2001. 14 Javier LINDENBOIM, El reparto de la torta, Buenos Aires, CI, 2005. 15 Rubén BEREMBLUM, «Una societá in ricostruzione: il caso argentino»... cit. 16 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit.
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agregado, propio de las sociedades del conocimiento; en este sentido y salvo honrosas excepciones, Argentina no producía nada de lo que le interesaba al mundo que pudiera pagarlo17. Siguiendo los consejos de la comunidad financiera internacional, con el FMI a la cabeza, se hizo adicta al préstamo, acumulando una deuda externa descomunal, utilizada, en gran parte, para financiar la fuga de capitales; extranjerizó, masiva, pero también capilarmente, los resortes de la toma de decisiones económicas y muchos empresarios argentinos se deshicieron de sus empresas18. Con el golpe de estado y la llegada del gobierno militar en 1976 comenzó la destrucción del estado que fue progresivamente despojado de los instrumentos de que se valen sus pares del resto del mundo para intervenir en los procesos económicos. Los gobiernos de Menem (1989/1999) y de De la Rúa (1999/2001) declararon su adhesión incondicional a las leyes del mercado a los efectos de la distribución de la riqueza y la asignación de los recursos, al tiempo que manifestaron su indiferencia –en el más benevolente de los análisis– frente al aumento de la desocupación y la pobreza. No obstante, ni el conocimiento ni la evaluación de las acciones u omisiones de estos gobernantes, ni de aquellas de los que los precedieron, son suficientes para tornar comprensible el vaciamiento de la voluntad nacional y la extinción del proyecto de nación. Se trató de la claudicación de la clase dirigente en su conjunto. Una claudicación que supo contar con el apoyo y el consenso de extendidos sectores de la sociedad argentina, los mismos que, por medio del silencio aquiescente o de la libre expresión de las urnas, convalidaron las acciones u omisiones cuyos efectos, posteriormente, salieron a vituperar en las calles. Hacia la crisis. El llamado Proceso de Reorganización Nacional Hubo un punto de inflexión en 1976; el golpe institucional que depuso al gobierno justicialista de Isabel Perón vino a traer una transformación sustancial en las políticas económicas y sociales, en las relaciones de la sociedad con el estado y en los vínculos del país con el mundo exterior. Un momento traumático en el que la población asistió a la caída del gobierno constitucional –cuando faltaban solo nueve meses para las elecciones presidenciales– casi con indiferencia. Una indiferencia que se transformaba en alivio en ciertos sectores que reclamaban la reinstauración del orden. Sin embargo, el orden reclamado estaba lejos de la neutralidad social19. 17
Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. 19 Hugo QUIROGA, «El tiempo del “Proceso”. La Reconstrucción de la democracia argentina». En Nueva Historia Argentina. Dictadura y Democracia. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2005. 18
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Al menos desde la caída del primer gobierno del general Perón en 1955, dos visiones diametralmente opuestas acerca del destino estratégico de la economía argentina se habían ido perfilando. Estas perspectivas divergentes estaban lejos de manifestarse solamente en el debate político o en los claustros de la academia; representaban intereses concretos del mundo de las finanzas, de las organizaciones de la producción y del comercio interior y exterior y de los trabajadores, al mismo tiempo que se encarnaban en el conflicto estratégico mundial atravesado por la guerra fría20. Por un lado, actuaban quienes sostenían que la economía debía abrirse a los flujos del comercio, los capitales y la tecnología mundiales, favorecer los intereses de las grandes empresas nacionales y extranjeras, desarmar la legislación laboral y reducir la actuación del estado a los mínimos compatibles con un módico esfuerzo fiscal para su sostenimiento. Militaban en este sector las mencionadas empresas, el universo más poderoso y concentrado de la producción agropecuaria y las finanzas y una extendida facción mediática y académica. De manera paulatina, las fuerzas armadas adscribieron a esta óptica que, simultáneamente, se alineaba con los intereses estratégicos liderados, en el enfrentamiento mundial, por los Estados Unidos, identificaba al peronismo con el comunismo y se arrogaba el derecho de intervenir en la vida institucional cada vez que, según su criterio, los gobiernos constitucionales se mostraban débiles o poco inclinados a desarrollar políticas afines a este conglomerado de intereses. Con el tiempo, este sector se identificó con el llamado neoliberalismo21. Una visión diferente se encuentra en el mundo de la producción y el trabajo y consumo populares. La industria sustitutiva de las importaciones, la redistribución de la renta y el consecuente aumento de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, la intervención del estado en la economía alineándose con la protección de la industria y la construcción de la sociedad por medio de la obra pública y de las instituciones de la salud y la educación, habían definido una estructura social nueva cuyos representantes se encontraban en el mundo de la política, con énfasis en los partidos populares, de las organizaciones profesionales y empresariales y en lo que dio en llamarse el pensamiento nacional. Estos sectores reclamaban una vinculación crítica y selectiva con el mundo exterior, del cual eran favorables a la transferencia tecnológica pero reluctantes a la aceptación lisa y llana de los postulados de los organismos financieros internacionales. Sostenían la necesidad de una ubicación más cautelosa y neutral en el enfrentamiento entre capitalismo y comunismo. 20 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001. 21 Ibídem.
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El desarrollismo, plasmado a partir de la presidencia de Arturo Frondizi (1958/1962), sería el punto de partida de la última etapa de la industrialización de la Argentina que se extendería hasta 1976; durante este período, signado por una creciente inestabilidad política e institucional –y la inédita utilización de la violencia como instrumento político–, se encuentran los últimos indicadores satisfactorios en cuanto a producción y distribución de la renta, aún cuando la inflación –devenida a finales del mismo lapso considerado, hiperinflación–, agregaba una considerable cuota de volatilidad al sistema22. Es cierto también que la economía argentina de entonces presentaba otros problemas estructurales, de los cuales de no menor importancia era la falta de competitividad de la industria ante la producción extranjera; con algunas excepciones, la industria nacional se dirigía solo a satisfacer el mercado local y dependía de divisas internacionales para abastecerse de insumos imprescindibles. Estas divisas debían ingresar a través de las exportaciones tradicionales. Los productores agropecuarios se oponían históricamente a mantener este aporte a la actividad industrial y el conflicto por la disponibilidad de los fondos originados en el comercio exterior y por los impuestos que lo gravaban, nunca había sido resuelto por medio de una transacción política satisfactoria para todos los sectores23.
El golpe del 24 de marzo vino a significar, al mismo tiempo que la irrupción de las fuerzas armadas con el declamado objetivo de la restauración del orden amenazado por la guerrilla, el comienzo de la imposición de un programa económico que, en aquel momento de la historia y a diferencia de lo que ocurriría durante los noventa, era imposible de implantar por medio de las urnas. No menos importante, el país quedaría alineado, en el marco del conflicto ecuménico, con el llamado mundo occidental y cristiano. Como en el resto del continente, los Estados Unidos bendecían el golpe de estado tanto por lo significaba desde el punto de vista estratégico, como por sus contenidos programáticos en lo referido a la organización de la economía y a las relaciones que se establecían con los centros del poder económico y financiero24. El dos de abril de 1976 el ministro de economía del flamante régimen militar, José Alfredo Martínez de Hoz, dirigió a la nación un discurso programático en el que se sentaban las bases de la política económica que se 22 Carlos LEYBA, Economía y política en el tercer gobierno de Perón, Biblos, Buenos Aires, 2003. Marcelo ROUGIER y Martín FISZBEIN, La frustración de un proyecto económico: el gobierno peronista de 1973-1976, Buenos Aires, Manantiales, 2006. 23 Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. y Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI, 2006. 24 Liliana CATTANEO y Lucas LUCHILO, «América Latina (1914-1990)», en El mundo contemporáneo: Historia y Problemas, Barcelona, Biblos-Crítica, Barcelona, 2001.
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proponía aplicar el nuevo gobierno (La Nación 1976) (Clarín 1976). Se inauguraba un nuevo período de la historia económica argentina que se caracterizaría por la supremacía –extendida a lo largo de tres décadas– del denominado neoliberalismo. El nuevo planteo, una versión profundizada del que venían sosteniendo los economistas de este sector desde la caída del peronismo en 1955, se basaba en el ya mencionado trípode de la apertura de la economía, la reducción de la intervención del estado y del gasto público y la flexibilización laboral. A esto se sumaría una liberación de los mercados financieros y la adecuación del sistema bancario a las nuevas condiciones de funcionamiento de los mercados internacionales globalizados. Las principales medidas estaban encaminadas a producir una duradera revalorización del sector financiero. Los inversores pudieron ingresar en la Argentina capitales especulativos que se beneficiaron con paridades cambiarias fijas y altas tasas de interés obtenidas en depósitos garantizados por el estado25. La industria nacional debió competir con los elevados costos del crédito, con el atraso cambiario y con una legislación aduanera que objetivamente protegían las importaciones. Superada cierta euforia inicial, centrada en los mercados financieros, las consecuencias sociales con sus secuelas de despidos y empobrecimiento, achicamiento y reprimarización de la economía, no tardaron hacerse sentir26. Víctima propiciatoria de las transferencias de ingresos a que las transformaciones daban lugar, el estado también habría de experimentar las consecuencias del modelo en las penurias de las finanzas públicas. La inflación y la fuga de capitales acosarían al régimen y se constituirían en la contrapartida de la constitución de la deuda externa. En 1981, esta se había triplicado desde la llegada del gobierno militar y superaba los veinticinco mil millones de dólares27. La aplicación de paradigma del gobierno militar demandó la acción represiva del estado hasta grados desconocidos en la historia argentina y culminó en la insensata guerra de las Malvinas. Estos sucesos abrieron una herida difícil de cicatrizar en el seno de la sociedad vulnerando la credibilidad pública y potenciando los efectos destructivos de la aplicación del modelo económico cuyas consecuencias, apenas morigeradas durante el período alfonsinista (1983/1989), se constituirían en la plataforma de lanzamiento del programa de los noventa28. 25 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina... cit. 26 Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. 27 Hugo QUIROGA, «El tiempo del “Proceso”; La Reconstrucción de la democracia argentina...» cit. 28 Ibídem y Luis A. ROMERO, Breve Historia Contemporánea de la Argentina... cit.
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Alfonsín y el Plan Austral El primer presidente de la democracia restaurada, el dirigente de la Unión Cívica Radical Raul Alfonsín, asumió su cargo el 10 de diciembre de 1983 con el objetivo prioritario de hacer posible primero y consolidar luego la vigencia de las instituciones constitucionales. Contaba con un caudal político de envergadura; en efecto, había derrotado al candidato del Justicialismo, Italo Luder, por más de la mitad de los sufragios –no fue necesaria la realización de la segunda vuelta electoral– y se encontraba en el cenit de su popularidad, se palpaba un apoyo de la población que habría de acompañarlo a lo largo de los primeros años de su gestión. Debía hacer frente a las heridas originadas en el cuerpo social por la represión ilegal del período anterior. Desde el punto de vista de la economía, la deuda externa y la perversa combinación de la inflación y la recesión reducían las actividades de la producción y el consumo y exigían enérgicas medidas por parte del gobierno que heredaba, además, una cuantiosa deuda externa que superaba los cuarenta y seis mil millones de dólares, alrededor del setenta por ciento del PBI29. Las primeras medidas del nuevo presidente se encaminaron al procesamiento de los miembros de la juntas de comandantes que habían gobernado el país durante el gobierno militar. Un antiguo militante del radicalismo, Bernardo Grispun, se hizo cargo del ministerio de economía, imponiendo un programa tradicional con fuertes trazos de nacionalismo económico que no tardó en ser cuestionado por una sociedad que comenzaba a sufrir los desafíos de la economía globalizada30. A principios de 1985, estaba claro que el gobierno se encontraba con dificultades en tres áreas de la vida nacional que habrían de aquejarlo a lo largo de todo el mandato de Alfonsín: la inflación, las relaciones con el sindicalismo y con el peronismo en general y la cuestión militar. En el proceso económico el gobierno tuvo su mejor momento en junio de 1985 al ponerse en marcha el Plan Austral, un programa económico heterodoxo impulsado por el sucesor de Grispun en el ministerio de economía, Juan Vital Sourrouille, que logró frenar la inflación sobre la base de medidas destinadas a fortalecer las finanzas públicas mediante el freno a los gastos del estado, el aumento de los impuestos a la actividad agropecuaria y la utilización de fondos de las empresas para financiar al estado (el llamado Ahorro Forzoso), el congelamiento de precios 29 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. Luis A. ROMERO, Breve Historia Contemporánea de la Argentina... cit. y Guillermo VITELLI, Los Dos Siglos de La Argentina, Buenos Aires, Prendergast, 1999. 30 Rubén BERENBLUM, La consolidación de la democracia, Buenos Aires, Eudeba, 1986 y MINSBURG, NAÚM y H. VALLE (compiladores), El impacto de la globalización, Buenos Aires, Letra Buena, 1994.
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privados, tarifas públicas y salarios y una devaluación parcialmente compensada encaminada a mejorar la posición de las exportaciones. Un complejo ajedrez fiscal y la utilización obligatoria de una tabla de desindexación de deudas –el «desagio»– fueron utilizados para frenar la tendencia inflacionaria. Estaba claro que pese a su éxito inicial, el Plan Austral no atacaba los problemas estructurales de la economía argentina.
Se requería para ello de la ampliación de la coalición sociopolítica que había llevado a Alfonsín al poder. Fue en este ámbito en el que gobierno se encontró con una férrea oposición de los sectores más tradicionales del sindicalismo de origen justicialista quienes llevaron a cabo trece huelgas generales entre septiembre de 1984 y la prematura retirada del gobierno en 1989. Por otra parte, el peronismo practicó una tenaz oposición en el congreso nacional, conformando un polo opositor con las organizaciones de la sociedad que iban alejándose del gobierno en la medida que este no cubría las expectativas de cada uno de los sectores; ni el gobierno ni el partido oficial acertaban a formular una estrategia realista capaz de enfrentar la situación de postración en se encontraba el país desde la década anterior31. Los juicios a las Juntas y sus consecuencias también habrían de significar un factor de desestabilización para el gobierno. En la medida de que los juicios avanzaron y que se hizo mas asiduo el espectáculo de los miembros de las fuerzas armadas presentarse ante requerimientos judiciales, creció la oposición militante en los cuarteles. Alfonsín y la joven democracia argentina debieron soportar diversos planteos militares en 1986 y 1987 cuya trabajosa resolución dejó en extendidos sectores de la población la sensación de que las autoridades constitucionales habían claudicado ante los sediciosos. La promulgación de las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), no concluyó con los problemas castrenses; el gobierno debió hacer frente a otros levantamientos que, originados en los mismos descontentos, habrían de continuar durante el período del Carlos Menem32. Alfonsín se vio imposibilitado de construir una nueva coalición política que, al mismo tiempo que reemplazara a la que lo había llevado al poder, le permitiera encarar las reformas de fondo pendientes desde la implantación del Plan Austral. Derrotado en las elecciones parlamentarias de 1987, se vio acosado por una creciente inflación que devino hiperinflacionaria hacia el fin de su mandato, prematuramente finalizado. El descontrol de las finanzas públicas propinaba un nuevo golpe a la credibilidad ciudadana. A mediados de 1989, el recién elegido presidente 31 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Luis A. ROMERO, Breve Historia Contemporánea de la Argentina... cit. 32 Hugo QUIROGA, El tiempo del «Proceso»; La Reconstrucción de la democracia argentina... cit. y Juan SURIANO, Una Argentina diferente; En Nueva Historia Argentina. Dictadura y Democracia. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2005.
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Menem, se hacía cargo del gobierno seis meses antes de la fijada fecha constitucional del 10 de diciembre33. La década de Menem El gobierno de Carlos Menem se abrió con la formalización de la nueva alianza política del flamante presidente con los sectores del establishement que habían temido su llegada al poder. Una alianza con el empresariado más poderoso, la gran propiedad rural y la compacta comunidad de intereses financieros. Nada menos que la tradicional empresa Bunge y Born, aportó uno de sus gerentes para ir a sentarse al conflictivo sillón del ministerio de economía34.
La población atravesaría la traumática experiencia hiperinflacionaria del bienio 1989/90, incluyendo los últimos meses de Alfonsín y los dos primeros ministros de economía de Menem (Rapanelli y González) y sería sometida a un bombardeo ideológico, mediático y académico; exigía, con toda lógica, una solución al plano inclinado hacia la disolución social que conlleva cualquier proceso hiperinflacionario. Estaban dadas las condiciones para la aceptación incondicional del pensamiento único postulado por el consenso de Washington y la adaptación de la economía nacional a las exigencias de la globalización, al menos de lo que ésta significaba desde el punto de vista de los organismos financieros internacionales35. Cavallo y la Convertilidad A principios de 1991, en el marco de una severa crisis inflacionaria, el presidente Menem –quien durante su campaña electoral había prometido la revolución productiva y el salariazo– designó ministro de economía al Dr. Domingo Felipe Cavallo. Se materializaría de inmediato la implantación del régimen de convertibilidad que se extendería hasta el colapso del sistema económico de la Argentina, en diciembre de 2001. La convertibilidad cuyo objetivo esencial era, en principio, el combate final contra la inflación, descansaba en la capacidad del Banco Central de la República Argentina para respaldar con sus reservas de divisas (dólares estadounidenses) y títulos fuertes la totalidad de los pesos en poder de los agentes 33
Ibídem. Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina... cit. 35 Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001. 34
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económicos. Al garantizar la paridad un peso igual a un dólar se limitaba la capacidad del estado de emitir moneda para hacer frente a sus necesidades de financiación, más allá de los genuinos recursos que pudiera obtener mediante la recaudación de impuestos. Sería indistinta la posesión, por parte de los particulares, de pesos o dólares y los bancos podrían abrir cuentas en ambas monedas. También se autorizó, mediante la modificación del Código Civil, a formalizar contratos en moneda extranjera36. El modelo que, con la excepción del cambio fijo, estaba en un todo de acuerdo con las recetas del Fondo Monetario Internacional, se completaría con una amplia apertura del país a los bienes y capitales extranjeros de manera de oponer a los precios locales (hasta ese momento de indómita tendencia alcista) la competencia de los productos importados y favorecer la inserción de la Argentina en los mercados internacionales por medio del ingreso de inversiones que, se consideraba, estaban fuera del alcance de los empresarios locales. A pesar del éxito inicial del modelo, este requería, a los efectos de garantizar su permanencia en el tiempo, el cumplimiento de distintos presupuestos, el principal de los cuales era, sin duda, el de la disciplina fiscal. Si el estado necesitaba financiación debería confiar en el ingreso de capitales o colocar deuda externa ya que, en verdad, los pesos venían a representar simbólicamente a los dólares en poder del Banco Central y solo podrían emitirse en caso del ingreso de divisas extranjeras por valor equivalente. Durante los primeros años, la venta de activos representados por los bienes de las compañías privatizadas, produjo la entrada transitoria de los fondos. Pero la deuda externa nunca dejó de aumentar, acelerándose el ritmo de su incremento en la medida en que iban desapareciendo la «joyas de la abuela» (denominación popular de las empresas que conformaban el patrimonio del estado) y el déficit se elevaba por la suma de los intereses capitalizados por los acreedores, los saldos desfavorables de la balanza comercial y la repatriación de las utilidades de las empresas extranjeras; ya en la segunda mitad de los noventa, este cuadro negativo se agudizaría con el fin de las privatizaciones y la fuga de capitales37. La población, diestra en la adaptación a sucesivos cambios de políticas económicas y contramarchas imprevistas, adoptó rápidamente la lógica impuesta desde el estado y la banca. En efecto, las entidades financieras, la mayoría de las cuales se convirtieron en filiales de casas matrices extranjeras, favorecieron la difusión de la especulación y la renta financiera se transformó en la medida del éxito individual y social. La apertura indiscriminada y acrítica a los capitales internacionales, abrió el mercado local a la acción 36
Jorge SCHWARZER, Convertibilidad y deuda externa. Buenos Aires, Eudeba, 2002. Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit. 37
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de inversores a quienes se garantizaba en el mercado financiero argentino colocaciones de corto plazo, mínimo riesgo y máxima renta, los que pudieron entrar y salir con toda libertad de una economía que, por el contrario, requería imperiosamente, en la misma medida que cualquiera en incompleto desarrollo, de inversiones de riesgo de mediano y largo plazo en proyectos productivos de alto valor agregado38. El nuevo sistema de la seguridad social Con el proclamado propósito de favorecer la conformación de un nuevo mercado de capitales, el gobierno llevó a cabo una profunda reforma del régimen de jubilaciones y pensiones. La seguridad social en la Argentina había permanecido en manos del estado que, a lo largo de los años, desvió los aportes de los trabajadores hacia fines alejados de los beneficiarios del sistema jubilatorio; al mismo tiempo estos fondos resultaron corroídos por la inflación y los estipendios previsionales, conjuntamente con las vitales prestaciones de la salud para la tercera edad, se redujeron dramáticamente. Se imponía un saneamiento del sistema. La solución puesta en marcha involucró la progresiva privatización in totum del sistema, con la aparición de empresas –las llamadas AFJP, mayormente controladas por los más poderosos bancos– destinadas a la capitalización individual, alimentada por los aportes obligatorios de los, a partir de ese momento, clientes. Estos se jubilarían, décadas más tarde, tras dejar en las arcas de las AFJP cuantiosas comisiones. El estado se hizo cargo de los pagos de las jubilaciones de millones de ciudadanos argentinos que quedaron en el sobreviviente sistema público, al tiempo que renunciaba a los ingresos producidos por los aportantes jóvenes. Se ha calculado en alrededor de cuarenta mil millones de dólares la cifra que dejó de percibir el estado argentino entre 1994 y 2001, a los que deberían sumarse otros treinta mil millones originados en rebajas o supresiones que se introdujeron en los aportes patronales a la seguridad social con el declarado objetivo de reducir los denominados impuestos al trabajo y favorecer, de este modo, la contratación de personal nuevo por parte de las empresas39. Más allá del nulo impacto que las medidas demostraron en el combate contra la desocupación, conviene tener en cuenta que estos setenta mil millones de dólares que el estado dejó de percibir explican, por sí solos, el déficit y la deuda acumulados en aquellos años. Como estaba previsto en la misma ley que creaba el sistema, las AFJP le prestaron gran parte de los fondos 38
Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. Ismael BERMÚDEZ, «El mito del gasto público», Clarín, Buenos Aires, 26 de mayo de 2002 y «Falacias sobre el gasto público», Clarín, Buenos Aires, 5 de septiembre de 2002. 39
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capitalizados por los futuros jubilados al estado, el que tuvo que pagarles por los mismos, cuantiosos intereses40. Las privatizaciones Entre los deberes pendientes de la década del setenta el neoliberalismo reivindicaba la reducción del estado. Uno de los apotegmas incumplidos del gobierno militar, «achicar el estado es agrandar la nación», vino a aplicarse hasta el hueso con motivo de la política de privatizaciones del presidente Menem. Las empresas de servicios públicos pertenecientes al estado habían sido paulatinamente capturadas, a lo largo de su historia, por las burocracias gubernamentales, los gremios que representaban a sus trabajadores y sus proveedores. Exhibían importantes déficit en sus balances y ofrecían a la sociedad servicios deficientes; se imponía una reforma que adecuara las empresas a las necesidades y objetivos nacionales del siglo XXI. En lugar de esta política de saneamiento se procedió la masiva entrega de los servicios públicos a empresas extranjeras, en algunos casos con socios argentinos y, en todos los casos, por medio de contratos largamente criticados por amplios sectores de la opinión pública nacional41. Los ferrocarriles representaron un caso particularmente doloroso. Fueron durante toda la historia de la Argentina moderna, el medio de transporte y comunicación por excelencia. Los epígonos del privatismo –financiado por el estado– criticaron sus déficit, sus prestaciones deficientes, los subsidios que originaba su funcionamiento, la antigüedad provecta de las instalaciones y material rodante y el exceso de personal; críticas a menudo acertadas. Diez años después de su privatización, podía afirmarse que había desaparecido la red ferroviaria argentina. Los pocos servicios que han sobrevivido, limitados a algunos corredores nacionales de cargas y al transporte suburbano de pasajeros son, sin duda, peores que antes y continúan recibiendo del estado importantes subsidios42. Pero las aristas más oscuras que pueden encontrarse en la privatización y extranjerización de numerosas empresas refieren también a otros males que alcanzaron a la economía argentina. Un examen de los balances de cuenta corriente negativos originados en la importación masiva de su tecnología e insumos y la repatriación de sus importantes utilidades, permite afirmar que el sistema entre 1992 y 1999 no produjo las divisas que consumió y la diferencia en rojo debió ser cubierta con endeudamiento público43 (Sevares 2002). 40 41 42
Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit. Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. Daniel ASPIAZU, Las privatizaciones en la Argentina. Buenos Aires, Miño y Dávila,
2003. 43
Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit.
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Las privatizaciones contribuyeron a la dilución de toda idea de planeamiento estratégico por parte del estado. Las decisiones más importantes se tomaban en las casas matrices de acuerdo a las necesidades y prospectiva de las empresas y no del interés nacional (Aspiazu 2003) (Basualdo 2006). También contribuyeron –aunque fueron parcialmente responsables– al aumento de la desocupación. La producción y distribución de la electricidad, el gas y el agua siguen presentando graves problemas estructurales. Solo los servicios telefónicos fueron realmente modernizados, a un alto costo económico y social que incluyó la desaparición de la industria nacional del ramo. Casos como los de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (hoy Repsol) y Aerolíneas Argentinas han merecido severas críticas y continúa pendiente la evaluación final de los resultados desde el punto de vista del interés nacional44. La contracción de la industria y la crisis social La Argentina presentaba, hasta mediados de la década de los setenta, un desarrollo promisorio de la industria, con las limitaciones propias a que nos hemos referido más arriba, se requería la toma de decisiones destinadas a la renovación y determinación de los nuevos objetivos estratégicos y la adecuada transacción de los conflictos sociales derivados de las disputas por el ingreso procedentes del campo. En cualquier caso, eran así mismo necesarias nuevas inversiones, públicas y privadas, innovaciones tecnológicas, alianzas estratégica regionales –MERCOSUR– y una firme determinación política. El camino elegido en los noventa fue, en cambio, el de la reprimarización de la economía argentina, palpable en la composición del comercio exterior45. Responsables de este retroceso fueron la apertura indiscriminada de la economía a toda clase de productos pero también la renuncia por parte del estado, a asumir las obligaciones propias de las naciones desarrolladas. Existió una deliberada ausencia de proyectos, de políticas activas, de estímulos a la innovación y a la iniciativa empresarial industrial, de créditos enderezados a la producción y de protección a los emprendimientos que representaran un aporte valioso al ingreso del valor agregado por el conocimiento a la producción. En el mismo horizonte aparece también el abandono a su suerte de la educación, y del mismo tejido social que sustenta la estructura de las sociedades modernas. No obstante, los empresarios se manifestaron positivamente 44 Daniel ASPIAZU, Las privatizaciones en la Argentina... cit.; Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina... cit.; Mabel THWAITES REY, Alas Rotas... cit.; Mabel THWAITES REY, La (des)ilusión privatista, Buenos Aires, Eudeba, 2003 y Ricardo Sidicaro; La crisis del Estado, Buenos Aires, Eudeba, 2003 45 Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. y Orlando FERRERES (Director), Dos siglos de economía argentina (1810-2004), Buenos Aires, El Ateneo, 2005.
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frente a estas alternativas y sólo reaccionaron, bien que tardía y sectorialmente, cuando comenzaron a sufrir en carne propia los resultados de la política económica del gobierno del Doctor Menem46. Ramas enteras de tradicionales industrias argentinas –textiles, juguetes, electrónica, comunicaciones, calzado, autopartes, por no mencionar más que algunas– desaparecieron o se empequeñecieron a los efectos de su supervivencia47. Si estas transformaciones, que fueron adquiriendo características inéditas en la historia económica argentina, se hubieran verificado en el marco del cumplimiento de un programa estratégico destinado al establecimiento de un nuevo paradigma de desarrollo que garantizara una nueva inserción de la economía argentina en el mundo y en el que se hubiera previsto la creación de una red de protección que acompañara los efectos sociales indeseables del proceso, el sufrimiento de los sectores desplazados por los cambios habría tenido algún sentido48. Pero, cómo comprender la desocupación –producto tanto de la desindustrialización como del drástico achicamiento del estado– y el abandono de los desposeídos, el empobrecimiento de las otrora densas clases medias y la extensión a lo largo y ancho de la sociedad de una sensación de desaliento y frustración, al mismo tiempo que las autoridades exhibían un triunfalismo primermundista que constantemente colocaba la responsabilidad por las dificultades y efectos negativos en situaciones internacionales que escapaban a su control49. El gobierno de la Alianza Cuando a fines de 1999 el gobierno de la Alianza, encabezado por el presidente Fernando De la Rúa y el vicepresidente Carlos (Chacho) Álvarez, se hizo cargo del gobierno, tenía por delante una crisis inminente del sistema implantado por la convertibilidad, jaqueado por los déficit combinados de las finanzas públicas, el comercio internacional –fuertemente negativo– y la cuenta de capitales. La demanda se hallaba deprimida y se extendía la sensación de un agotamiento del modelo instaurado a principios de los noventa. Aconsejado por los habituales arúspices de la economía, dejó de lado un ambicioso programa de reformas plasmado en su promisoria plataforma electoral, y propuso a la sociedad la profundización de las medidas 46 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Aldo FERRER, La Economía Argentina... cit. 47 Bernardo KOSACOFF y Adrián RAMOS, Cambios contemporáneos en la estructura industrial argentina (1975-2000). Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2001. 48 Héctor PALOMINO, Pobreza y desempleo en la Argentina. Problemática de una nueva configuración social, Buenos Aires, Cespa, FCE-UBA, 2003. 49 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit.
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recesivas que la habían conducido al estado de insatisfacción generalizada en que se encontraba50. Sin cuestionar las cuestiones estructurales que habían conducido al país a la situación en que se encontraba, el gobierno señaló a la corrupción y al excesivo gasto público de su antecesor como causantes de los problemas. El nuevo ministro de economía y primero de la gestión De la Rúa, José Luis Machinea se embarcó en un programa bendecido por el Fondo Monetario Internacional que sería profundizado a lo largo de 2000; incluía la intangibilidad del régimen de cambios vigente desde la implantación de la convertibilidad, el aumento de la presión fiscal sobre los sectores medios, una férrea disciplina fiscal, severamente expresada en la rebaja de salarios de los empleados del estado y una reducción de los haberes de los jubilados y de sus servicios de salud y de los subsidios a la actividades económicas; se encaró una reforma de la legislación laboral, en sintonía con las que el gobierno de Menem había impulsado a los efectos de reducir el salario real en el sector privado, con el objetivo de incrementar la competitividad del sistema. Se suponía que todas estas medidas debían lograr –por deflación– una mejora real de la paridad peso dólar que no podía alcanzarse en términos nominales, ante la imposibilidad de modificar el tipo de cambio santificado por la convertibilidad. Los ajustes en los costos de relativos de las exportaciones apuntaban al incremento del comercio exterior y a la mejora consecuente de los saldos de la balanza comercial y del sector externo en general, acosado por los servicios de la creciente deuda externa51. El tratamiento legislativo de la flexibilización de la legislación del trabajo se vio envuelto en un escándalo en el que el gobierno fue acusado de comprar las voluntades de algunos de los senadores de la oposición por medio del pago de sobornos. Si bien los hechos nunca fueron corroborados en la justicia –el juicio continúa a mediados de 2006–, su resultado político derivó en la renuncia del vicepresidente Alvarez en octubre de 2000. Estos sucesos de gran importancia institucional, resquebrajaron la integridad de la coalición en el poder y comenzaron a socavar la confianza de la opinión pública en la figura presidencial; ambas circunstancias se profundizaron en los meses siguientes durante los cuales el gobierno se encontró con que, con toda lógica, las medidas tomadas incrementaban la profundidad del ciclo recesivo. La esperanza depositada en la Alianza para revertir la herencia del período menemista comenzaba a resquebrajarse no solo por los resultados negativos de la política económica, sino y principalmente, por la sensación 50 Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit.; Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001 y Plan Fénix, Enoikos N° 20, ibídem, 2003. 51 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Plan Fénix...2003. Cit.
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de frustración de la población que percibía que el gobierno, por convicción o ineptitud, no era capaz de conducir la nave del estado a buen puerto52. Para marzo de 2001 De la Rúa debió aceptar la renuncia de Machinea y designó ministro de economía al Dr. Ricardo López Murphy. Antiguo afiliado radical vinculado desde largo tiempo atrás a FIEL y a los sectores del neoliberalismo, la llegada del nuevo ministro no podía significar otra cosa que una profundización de los postulados más ortodoxos aconsejados por los organismos financieros internacionales. La exteriorización de su programa, que incluía, entre otros drásticos ajustes, un recorte de trescientos millones de pesos al ya escuálido presupuesto de las universidades nacionales, obligó a su rápido desplazamiento exigido por el propio partido gobernante. Sólo había durado en el ministerio un par de semanas53. La gravedad de la crisis que se cernía llevó al presidente a intentar una reestructuración política de su gobierno, acercando algunos sectores afines a la política del período menemista. El retorno de Domingo Felipe Cavallo al ministerio de economía en marzo de 2001 profundizaría la ruptura de la Alianza aun cuando otorgaría a De la Rúa un último crédito para salvar su gestión. Declarado campeón, al igual que Menem, del cumplimiento de las leyes del mercado, De la Rúa utilizó los instrumentos del estado para intensificar la redistribución de la renta nacional en favor de los sectores más pudientes54. El gobierno redujo los sueldos de los empleados públicos y los estipendios y prestaciones a los jubilados. Con el objeto de salvaguardar el modelo de la Convertibilidad, sus ministros de economía, José Luis Machinea primero y el mismo creador de la criatura Domingo Felipe Cavallo, después –Ricardo López Murphy solo había durado dos semanas en medio de ellos en marzo de 2001–, redujeron el gasto público y redoblaron la apuesta de la deuda externa, generosamente apoyados por los organismos internacionales de crédito. Ante la imposibilidad de emitir moneda genuina, se permitió al propio Banco Central y a las provincias utilizar seudo monedas de circulación local, las que, naturalmente, no eran convertibles. Asfixiado, el gobierno hecho mano a desesperados salvatajes; se formalizaron operaciones de ingeniería financiera (megacanje, junio de 2001) que mediante el significativo incremento de las tasas de interés –y, lógicamente, de la misma deuda– y del pago de importantes comisiones a los bancos intermediarios, prolongaron la agonía del modelo, otorgando, simultáneamente, el tiempo necesario para que los inversores mejor informados, protegidos por la condescendiente supervisión del Banco Central, pudieran retirar los depósitos bancarios y ponerlos a buen resguardo en el extranjero55. 52 Hugo QUIROGA, El tiempo del «Proceso»; La Reconstrucción de la democracia argentina... cit. 53 Diarios La Nación y Clarín. Números de diciembre de 2001. 54 Javier LINDENBOIM, El reparto de la torta... cit. 55 Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit.; Plan Fénix, Enoikos N° 19, Universidad de Buenos Aires (www.econ.uba.ar //Plan Fénix), 2001 y Plan Fénix, Enoikos N° 20, ibídem, 2003.
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Se ha calculado en aproximadamente treinta mil millones de dólares la fuga de capitales enviados al exterior por empresas y personas físicas, unas y otras, nacionales y extranjeras, los que lógicamente salieron en gran medida de los depositarios bancarios. Estos, a efectos de su salida del país eran convertidos en dólares lo que significaba, a su vez, una merma creciente en la posición de reservas internacionales del Banco Central. Para noviembre la situación del sistema financiero, amenazado por una corrida masiva del público a efectos de salvaguardar sus ahorros, era terminal. Pese a que el Congreso había sancionado una ley que declaraba la intangibilidad de los depósitos bancarios, el gobierno dispuso una severa limitación al retiro de fondos de los bancos en toda clase de cuentas y, en medio del caos en que se sumía la vida cotidiana, prescribió la bancarización forzosa de toda la población («corralito»)56. El colapso de diciembre de 2001 encontró a la sociedad argentina sumida en la crisis más profunda de su historia. El deterioro terminal de las prestaciones del estado en el campo de la salud y la educación, de la justicia y de la seguridad pública, la desocupación y sus secuelas de pobreza y exclusión vinieron a sumarse a la indignación de las clases medias por la incautación de los depósitos bancarios impuesta por el «corralito». La crisis se materializó en las manifestaciones públicas del 20 y 21 de diciembre con su trágico resultado de treinta víctimas fatales. Al grito de «que se vayan todos» se reclamó el alejamiento de los responsables, englobados, según la percepción popular, en una amplia clase gobernante y el país asistió, estupefacto, a la compleja sucesión presidencial que determinó el breve paso por la presidencia de Adolfo Rodríguez Saa –quién dispuso la suspensión del pago de la deuda externa– y, una semana después la llegada de Eduardo Duhalde al poder57. Si la destrucción de las bases materiales de vida había sido grave, peores aún resultaron las consecuencias de esta crisis en el ámbito de la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en las posibilidades de construcción de un futuro para si mismos y para sus familias. País de inmigrantes, muchos fueron quienes buscaron en los consulados de las naciones de las que habían provenido sus abuelos, la esperanza de una realidad más propicia. Como se ha sostenido en la primera parte de este trabajo, la disolución de todo proyecto nacional integrador y la consecuente caída de la Argentina no fue obra de uno o varios gobiernos, sino de la clase dirigente en su conjunto, una clase dirigente emergente del seno de la propia sociedad, pero con responsabilidades asimétricas. El futuro dirá si los argentinos hemos aprendido la lección de la historia.
56 Julio SEVARES, Por que cayó la Argentina... cit. y Eduardo M. BASUALDO, Estudios de Historia Económica Argentina... cit. 57 Mario RAPOPORT y otros, Historia Económica, Política y Social de la Argentina... cit. y Diarios La Nación y Clarín. Números de diciembre de 2001.
CAPÍTULO I ARGENTINA DE PAÍS DE INMIGRACIÓN A PAÍS DE EMIGRACIÓN
Cuando los inmigrantes desembarcaban en el Río de la Plata La constitución argentina de 1853, desde su preámbulo, consagraba el postulado de la inmigración al dirigirla a «todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino». El hecho se subrayaba explícitamente en el artículo 25 que estipulaba, «El gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar, ni gravar con impuesto alguno la entrada en territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias...». Desde entonces Argentina se constituyó en una de las repúblicas del cono sur de América que apostó de manera clara por atraer masivamente a la población europea. Durante el siglo XIX y XX millones de europeos desembarcaron en el Río de la Plata. En total, entre 1857 y 1930, lo hicieron 6.330.000 inmigrantes. A principios del siglo XX asombra la elevada proporción de extranjeros que se detecta en la población nacional58, tanto es así que el tercer censo nacional, realizado en 1914, los situaba en el 30%59. A partir de entonces el porcentaje disminuye, no debemos olvidar que la adopción para sus descendientes del derecho del jus soli vel territoriale sobre el de jus sanguinis, provoca un aumento de la población nativa.
58 Elda GONZÁLEZ MARTÍNEZ y M. Asunción MERINO, Las migraciones internacionales. Madrid, Dastin ediciones, 2006. 59 Censo Nacional de 1914.
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Tabla 1 Total de población y porcentaje de extranjeros (1970-2001)60 Censo
Población total
% de extranjeros
1970 1980 1991 2001
23.390.050 27.947.446 32.615.528 36.260.130
9.5 6.8 5.0 4.2
Cuando esa corriente se detiene continuó caracterizándose por ser una sociedad de arribo, sólo que, a partir de la década de los ´60, el cambio en los lugares de procedencia es radical, disminuyen drásticamente las entradas de europeos, mientras se iban intensificando las que se originaban en los países limítrofes. 467.260 personas procedían de las repúblicas vecinas en 1960; 533.850, en 1970; 753.428, en 1980; 841.697, en 1991 y 923.215 en 2001. En ese conjunto, por ejemplo en 1980, el mayor contingente estaba integrado por los paraguayos que representaban el 35% del total; los chilenos con el 29% y los bolivianos con un 16% estaban por detrás. Mientras que en el censo de 2001, los oriundos de Paraguay continuaban encabezando la lista de los más numerosos con el mismo porcentaje de 1980, 35%, después de ellos se encontraban los bolivianos con el 25%; los chilenos, con el 23% y los uruguayos, con el 13%61. Es decir que al arrancar la andadura del nuevo milenio, gracias a dicha inmigración limítrofe, todavía podía definírselo como un lugar de recepción. Sin embargo, en esos años la situación dio un vuelco, la población joven y la que ya no lo era tanto, abandonaba su territorio en estampida. Las caceroladas y el corralito aceleraron un proceso que ya se había iniciado un par de años antes. Desde entonces la cuestión emigratoria pasó a formar parte cotidianamente del imaginario colectivo de la población. El ansia de alejarse del país estaba presente en los medios, sobre todo en la prensa, pero también en las conversaciones domésticas. Fue una época caracterizada por mostrar cómo los hijos y nietos, de aquellos padres y abuelos que habían ido llegando a Argentina, inclusive hasta décadas posteriores a la Segunda Guerra, emigraban. 60
Censos Nacionales. Instituto Nacional de Estadística y Censos. Acerca de la inmigración proveniente de países limítrofes consultar: M. CERRUTTI y A. PARRADO, «Migración laboral de trabajadores paraguayos a la Argentina: entrada a los mercados de trabajo y trayectorias ocupacionales». Estudios Migratorios Latinoamericanos, 48, 2003, R. BENENCIA y G. KARASIK, Inmigración limítrofe: los bolivianos en Buenos Aires. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1995; A. GRIMSON, Relatos de la diferencia y la igualdad. Los bolivianos en Buenos Aires. Bueno Aires, Eudeba-Felafacs, 1999. S. BANDIERI (coord.), Cruzando la cordillera. La frontera argentino-chilena como espacio social. Neuquén, Educo, 2001. 61
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Treinta días después de los sucesos de diciembre de 2001, una encuesta, realizada tanto en la Capital Federal como en 25 ayuntamientos del Gran Buenos Aires y en 24 ciudades del interior del país, revelaba que el 43% de los jóvenes comprendidos entre los 18 y 24 años había manifestado que les gustaría vivir en el exterior. En el grupo etario de 25 a 34 años, el porcentaje llegaba al 29%; esta disminución se mantenía entre los que tenían entre 35 y 49 años (23%). A partir de los 50 años, y hasta los 64, aún el 22% declaraba ese deseo y en los mayores de 65 años el porcentaje rozaba al 13%62. El estudio también subrayaba que los que disponían de mayor poder adquisitivo se mostraban más propensos a dejar el país, así como los residentes en la Capital Federal. Entre éstos, eran tres de cada diez los que querían hacerlo. La debacle económica y política de los últimos meses del 2001 también afectó la atracción que ejercía Argentina sobre las poblaciones vecinas, de manera que todas las corrientes «inter latinoamericanas» disminuyeron su volumen. Aún más, algunos de esos inmigrantes, ante el desempleo que se generó y la devaluación del peso que les impedía enviar dinero a sus lugares de origen, optaron por el regreso. Con lo cual no sólo decrecieron los arribos de nuevos contingentes, sino que también se produjo un cierto incremento en los retornos63. Al mismo tiempo, no pocos miembros de colectivos como los integrados por coreanos y taiwaneses, emprendieron la marcha, algunos a sus países de origen, mientras que otros reemigraron a los Estados Unidos, Canadá y México64. Los antecedentes a la emigración del fin del milenio Ese fue el contexto en el que se inició el éxodo de los argentinos. Aunque los que escogieron ese camino no innovaban, sino que repetían un modelo que a lo largo del siglo XX había sido empleado en diferentes momentos de la historia del país. No eran los pioneros, otros los habían precedido. En efecto, desde 1955 –en forma de goteo– empezó la salida de la población nativa, especialmente intelectuales y artistas fueron los primeros 62 «Cuántos son los que se van: una encuesta de Gallup para La Nación». La Nación. Buenos Aires. Domingo 3 de febrero de 2002. 63 Al parecer no se puede establecer las dimensiones de este fenómeno, sólo un rastreo de noticias en la prensa señala que fue considerable. Ver Alejandro GRIMSON, «Nuevas xenofobias, nuevas políticas étnicas en la Argentina». En Alejandro GRIMSON y Elizabeth JELIN (compiladores), Migraciones Regionales hacia la Argentina. Diferencia, desigualdad y derechos. Buenos Aires, Editorial Prometeo, 2006. 64 Sobre la inmigración coreana consultar: C. MENA, La inmigración coreana en Buenos Aires. Multiculturalismo en el espacio urbano. Buenos Aires, Eudeba, 1998.
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en emigrar. Sin embargo, será a partir del golpe militar que derrocó a Arturo Illia, a cuyo frente estuvo el Teniente General Juan Carlos Onganía, cuando las partidas se intensificaron. La intervención a las universidades nacionales, que desde entonces pasaron a depender del Poder Ejecutivo, provocó la marcha de un grupo considerable de profesores y científicos, sobre todo los Estados Unidos fue uno de los destinos preferidos. Por ello, los estudios de la época se centran, entre otras cuestiones, en el análisis en el tipo de profesional que emigra, su número, el país de destino etc.65 Mientras tanto, en ese mismo periodo, España estaba recibiendo estudiantes argentinos que viajaban para realizar sus doctorados o ciertos cursos de especialización. Otra época a destacar es la que tuvo su epicentro en 197666. A raíz de la feroz represión llevada a cabo por la dictadura instaurada en el país por Videla, Massera y Agosti, millares de profesionales, técnicos y estudiantes marcharon al exilio. Aunque trabajadores de otros sectores también participaron de este flujo, la preponderancia de los anteriores fue indiscutible67. Una tercera oleada podemos ubicarla entre 1989 y 1991, en este caso las salidas fueron impulsadas por la desastrosa situación económica que sacudió al país, caracterizada por la hiperinflación y los saqueos a los comercios que la acompañaron. Se trata fundamentalmente de una emigración compuesta también por personas que formaban parte de las camadas medias de la población, que en esos años vieron cómo caían sus ingresos68. Un ejemplo claro lo constituirían los odontólogos llegados aproximadamente en esa fecha. 65 Por ejemplo los trabajos de B. HOUSSAY, La emigración de científicos, profesionales y técnicos de la Argentina. Buenos Aires, s/e, 1966; E. OTEIZA, La emigración de personal altamente calificado en la Argentina: un caso de brain drain latinoamericano. Buenos Aires, ITDT (Documento de Trabajo nº 41), 1969 y «Emigración de profesionales, técnicos y obreros calificados argentinos a los Estados Unidos: análisis de las fluctuaciones de la emigración bruta de julio de 1950 a junio de 1970». Desarrollo Económico. Buenos Aires, volumen 1011, nº 39-40, 1970. 66 En realidad aunque el golpe de estado se produjo el 11 de marzo de 1976, antes de entonces –sobre todo a partir de 1973– habían comenzado a ejercer su violencia grupos para policiales y para estatales. 67 Además de estudios sobre el exilio como el de Margarita DEL OLMO, La construcción cultural de la identidad: inmigrantes argentinos en España. Madrid: Universidad Complutense. 1990, se puede consultar: J. GURRIERI, Emigración de argentinos. Una estimación de su volumen. Buenos Aires, Dirección General de Migraciones, 1982 y A ORSATTI, Emigración de argentinos. Buenos Aires, CIDES, 1982. 68 Los maestros vieron su salario reducido –sólo en un año, entre 1989 y 1990, en un 28%; los empleados públicos, en un 32% y los pequeños comerciantes en un 36%. A. MINUJÍN, «Estrujados. La clase media en América Latina». En Ernesto VILLANUEVA (comp.), Empleo y globalización. La nueva cuestión social en la Argentina. Buenos Aires, Universidad de Quilmes, 1997.
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La siguiente es la que se desarrolla en los años en que finaliza un milenio y empieza otro. Esta, en la cual centramos nuestro estudio, destacó de aquellas otras, no sólo porque cada una procedía de momentos diversos en la vida del país y de situaciones personales en consecuencia distintas, sino porque el volumen y la velocidad con que se produjo fueron diferentes. Un observador podría afirmar que llegó a desencadenarse una especie de epidemia, parecía que las personas se contagiaban unas a otras con la idea de partir. Habría que subrayar que las imágenes brindadas por los medios de difusión contribuían a esto. El Clarín, La Nación y Página 12 publicaban artículos señalando la relación directa entre el malestar social y la crisis económica con la emigración, con titulares del tipo: «largas colas frente a los consulados muestran con claridad la desesperanza de muchos argentinos»69. Los medios interpretaban la realidad y transmitían a la población que una de las salidas más inmediata a la crisis era la emigración. El país era un barco que se hundía, y tonto era el que no trataba de abandonarlo rápidamente. Un ejemplo ilustrativo al respecto lo brinda una entrevista que el periódico La Nación publica en julio de 2002, realizada al ministro delegado de relaciones con los ciudadanos del gobierno de Québec. Explicaba las facilidades y condiciones que debían reunir los argentinos que quisieran emigrar a Canadá, especificando que se necesitaba, «Carniceros, carniceros de este país, que produce la mejor carne del mundo»70.Un mes y medio más tarde el mismo diario revelaba que más de 100 personas con esa profesión habían llamado solicitando información, porque pretendían emigrar. Junto a ellos lo hicieron soldadores, albañiles, enfermeros, etc. Desde entonces las solicitudes mensuales treparon a una cifra que rondaba las 500 demandas de formularios por mes. Se trataba de pre solicitudes, pero según Roch Paquette, miembro de la Oficina de Québec en Buenos Aires, los cálculos realizados estimaban que «por la calidad de los que se presentan, el 75% pasa a la siguiente etapa, que es la entrevista, si superan eso, y lo hará el 85% de ese 75%, ya están casi a las puertas de Québec»71. Otra cuestión que algunos especialistas también subrayan es que, desde el momento en que un país empieza a expulsar a su población en un periodo de tiempo extenso, «se genera una cultura de la emigración, donde la familia fomenta que los hijos estudien para poder irse en caso de que pase algo»72. 69
Clarín. Buenos Aires. 18 de febrero de 2001. «Entrevista a Andre Boulerice». La Nación. Buenos Aires. Martes 30 de julio de 2002. 71 «Los argentinos que se van: cada vez hay más demanda para Europa, Australia y Nueva Zelanda». La Nación. Buenos Aires. Martes 17 de septiembre de 2002. 72 «Cuando emigrar se hace costumbre». Declaraciones de Enrique OTEIZA, profesor titular de la Universidad de Buenos Aires y especialista en estos temas. Boletín Argentino. El portal del Boletín Argentino y de su Suplemento Cultural. http://www.hispanoargentinos. com/boletinnovedades 70
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Mientras que tradicionalmente la educación era el medio para obtener un ascenso social, en los días que corren se convierte en uno de los canales que permitirán al que emigra estar más preparado para afrontar los retos de un mercado laboral diferente, en otro país. Sin duda, este es el fenómeno que se ha producido en la Argentina del nuevo milenio. No obstante, hay otro aspecto que es necesario señalar. Como veremos a lo largo del desarrollo de este trabajo, los que emigran son sobre todo los jóvenes, los que están comprendidos en las franjas etarias económicamente activas, que además provienen de las camadas medias de la población del país, camadas que en su mayoría tienen un origen inmigrante. Dicho esto, tenerlo en cuenta nos parece sumamente importante dado que indica la presencia de una cultura migratoria previa. Citando a Aruj, se trataría de uno de los factores que operan internamente: es el «mandato generacional ligado a la comunidad de la cadena migratoria familiar»73. ¿Cuántos marcharon? Las dificultades para realizar cálculos precisos Una serie de limitaciones existen en Argentina para determinar el flujo emigratorio del país. El único dato que disponemos, el de los pasajeros argentinos que utilizan el aeropuerto de Ezeiza –que es el empleado para el tráfico aéreo internacional-, no nos permite conocer con precisión el volumen de los emigrantes. Sólo podemos hacer un cálculo estimativo relacionando el número de los argentinos que embarcaron allí, con los que regresaban. El saldo estaría compuesto por personas que habrían permanecido en los países de destino. En otras palabras, se trataría de emigrantes. En ningún caso nos enfrentamos a datos fiables, sólo nos marcan una tendencia. Además, tampoco diferencian el destino, ni continental, ni por países, se trata de cifras globales. Otra cuestión que no hay que olvidar es que las cifras que tenemos implican el movimiento de pasajeros por un solo aeropuerto, no obstante es algo conocido que, por ejemplo, los residentes de provincias como la de Mendoza o San Juan, marchan a Santiago de Chile, para embarcar desde allí hacia Europa o América. El aeropuerto Merino Benítez de Santiago se encuentra mucho más próximo para ellos que el de Buenos Aires, desplazarse hasta allí es bastante menos costoso que hacerlo al de Ezeiza, pudiéndose realizar por tierra a través de los pasos cordilleranos. 73 El texto de Aruj se centra en particular en la emigración de recursos humanos calificados. Roberto ARUJ, Por qué se van. Exclusión, frustración y migraciones. Buenos Aires, Prometeo, 2004. p. 65.
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Tabla 2. Volumen de entradas y salidas de argentinos, por el Aeropuerto Internacional de Ezeiza (1999-2004)74. Año
Entrada
Salida
Diferencia
1999 2000 2001 2002 2003 2004
1.539.077 1.670.485 1.481.717 859.640 976.782 1.066.398
1.540.390 1.745.295 1.547.591 946.852 997.368 1.096.219
-1.313 -74.810 -64.874 -87.212 -20.286 -29.821
De la lectura de este cuadro se desprende que el mayor volumen de pasajeros que salen del país es detectado en los años en que la paridad del peso con el dólar resultaba beneficiosa para efectuar los viajes. En consecuencia el precio del pasaje era muy asequible, tanto o más que trasladarse dentro de las fronteras nacionales. La devaluación fue realizada en enero de 2002, desde entonces la moneda norteamericana pasó a cotizarse a 3 pesos, con lo cual los argentinos que quisieran desplazarse tenían que pensar que, cualquier gasto realizado en el extranjero –inclusive el billete aéreo que era cotizado en dicha divisa–, debía multiplicarse por tres. En segundo lugar podemos observar cómo en 1999 prácticamente no había emigrantes. Los que salían de Argentina, regresaban. Se trataba de turistas que marchaban al exterior favorecidos por la paridad cambiaria ya señalada, pero que después de su viaje, retornaban. El 2000 marcó un cambio en la tendencia. Hasta entonces, insistimos, existía un equilibrio entre los argentinos que embarcaron y los que desembarcaron, sin embargo la crisis económica y política iniciada para entonces y que tiene su momento de eclosión en diciembre del 2001, comenzaba a tener consecuencias. A lo largo del 2001 casi 65.000 personas no regresaron. Sin embargo, es durante el 2002 cuando puede apreciarse que ha disminuido notablemente el número de viajeros, el dinero para el ocio se restringe. Viajan sólo los que pueden hacerlo, también los que han decidido marcharse del país, que son muchos. Por ello, el volumen de los que no regresan ha aumentado. En el 2003 y en el 2004 tienden a retrotraerse los saldos negativos, pero siguen saliendo individuos. No son pocos, todavía respecto al año 1999, en el 2003 hubo un incremento del 1.445%. Otra vía de acceso a las cifras consiste en recurrir a los registros de los consulados argentinos, pero tanto en uno como en otro caso, no están todos los que son porque, entre otras cuestiones que hay que tener en cuenta, está 74
Instituto Nacional de Estadística y Censos, 2004.
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el hecho de que, con el tiempo –en lo que respecta a España, sólo con dos años de residencia y permiso de trabajo– pueden acceder a nacionalizarse, y por otra parte –y no menos relevante– es que muchos salen de su lugar de origen habiendo obtenido antes del viaje un pasaporte europeo. La nacionalidad de los abuelos fue recuperada en ese tiempo por no pocos jóvenes. A comienzos del 2002 las autoridades consulares italianas manifestaban que, desde el 20 de diciembre del año anterior, atendían aproximadamente a 800 personas por día; a partir de entonces el número se triplicó. Claro está que de ellos, todos no llegaron a concluir la gestión y accedieron a la nacionalidad y, más aún, tampoco se puede determinar cuántos de los que la obtuvieron, decidieron marcharse efectivamente del país75. Las colas se multiplicaban a las puertas de los diversos consulados extranjeros en Argentina, sobre todo eran ostentosamente visibles en los casos del italiano y del español. También en la sección consular de embajadas como la griega, por ejemplo, la demanda de pasaportes había aumentado: «La mayoría de la gente no hace mucho que descubrió que tiene un ascendiente griego y ya se siente más griega que nosotros» señalaba su encargado76. Inclusive, en esa época, la inminente incorporación a la Unión Europea de la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Lituania, Letonia, Estonia y Eslovenia hizo que sus embajadas también recibieran un aluvión de preguntas y de solicitudes de ciudadanía. En la de Polonia, los cálculos realizados mencionaban que casi medio millón de personas podrían acogerse a recuperar la nacionalidad de ese país. Así mismo el cónsul de Lituania descubría que su colectividad era mayor que la estimada: «Somos más de 30.000…Desde hace un año, el ritmo de trabajo de la embajada cambió radicalmente. Por día recibimos entre cinco y diez pedidos de ciudadanía. Tuvimos que extender el horario de atención»77. Teniendo en cuenta lo que hemos señalado, es decir los millares de argentinos que portan una ciudadanía distinta a la de su país de nacimiento, las cifras de la cancillería argentina reflejan la existencia de 853.318 individuos en el año 2004 distribuidos por el mundo. Estos datos incluían a las personas que estaban matriculadas como residentes, pero no sólo ellas, también tenía en cuenta a aquellos que se estimaba vivían en la jurisdicción consular, pero por encontrarse en situación irregular en el país de destino, porque la representación estuviese localizada en algún lugar muy alejado a su residencia o simplemente por dejadez, no realizaban la inscripción pertinente. 75 «Cuando emigrar se convierte en una cuestión cultural». Página 12. Buenos Aires. Lunes 25 de febrero de 2002. 76 «Argentinos en busca de insólitas nacionalidades para emigrar. Tras los pasos del abuelo turco» Página 12. Buenos Aires. Sábado 26 de enero de 2002 77 «Más argentinos quieren ser ciudadanos de la nueva Europa». La Nación. Buenos Aires. Viernes 7 de mayo de 2004
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Por otra parte, los cálculos de la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina indican que, desde 1950, 883.685 personas se fueron asentando fuera del país78. Como observamos tal estimación difiere poco de la realizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores. De ellas, 132.258 lo habrían hecho sólo entre 2000 y 200379. Aunque esta cifra parece elevada, debemos señalar que entre 1975 y 1979, durante el último periodo de gobierno de Isabel Perón y los años más cruentos de la dictadura militar, los que abandonaron Argentina fueron 168.710, y entre 1980-1984, años finales de gobierno militar, 165.41680.Quizás cuantitativamente el volumen de personas involucradas pudiera parecer no demasiado relevante, sobre todo si lo comparamos con lo que sucede en otras repúblicas iberoamericanas. Pero, si recordamos una vez más que Argentina históricamente ha sido, y continua siéndolo en el presente, un país receptor de población, el hecho de expulsar parte de la suya, cualquiera sea la época en que ocurra, resulta sorprendente. Ahora bien, respecto al destino, una de las fuentes a las que se puede recurrir es la constituida por los registros consulares. Según tal información, el área en donde estaban localizados el mayor número de argentinos en el mundo era, en 2002, la de California81, con 111.115 individuos, que habían ido aumentando hasta alcanzar a los 143.570 en 2004. Mientras que otro grupo muy numeroso se concentraba en Miami, que pasó de tener 102.519 inscritos en 2002 a 130.239, en 200482. Con estos datos a la vista, el contingente más numeroso de argentinos residentes en el extranjero se encuentra en los Estados Unidos83. Detrás de ellos están localizados los que viven en las distintas demarcaciones consulares en España. Entre estas últimas, la que revela el mayor número de matriculados es la de Barcelona, en donde había 80.966 personas en 2003 y 81.878 en 2004; en Madrid las cifras alcanzaban a 30.498 y 38.619 respectivamente y el de Vigo con 28.355 y 30.495. Obviamente –y en el caso argentino es un fenómeno muy claro– los datos no incluyen ni a los que después de dos años adquieren la nacionalidad española, por lo que desaparecen de los registros, ni los que residen en España con algún pasaporte de la Unión Europea, el español, entre otros. A todos estos no se los puede cuantificar, sin embargo se detectan ciertas señales que nos permitan entrever qué es lo que está ocurriendo. 78 En el caso argentino, el único trabajo que se realizó de forma exhaustiva fue el de Enrique OTEIZA y Alfredo LATTES, Dinámica migratoria argentina (1955-1984): Democratización y retorno de expatriados. Tomos I y II. Buenos Aires, CEAL, 1987. 79 «La diáspora argentina». La Nación. Buenos Aires. Domingo 15 de febrero de 2004. 80 Ibídem. 81 Incluye once estados de la costa oeste americana. 82 «Vivir en otras tierras». La Nación. Buenos Aires. Domingo 29 de mayo de 2005. 83 Al parecer, la reinstalación del visado para los argentinos a partir del 21 de febrero de 2002 parecería que desalentó el flujo
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Empecemos por detenernos en el caso de los italianos. Recuperar dicha nacionalidad no parece algo muy complicado. Sólo basta con probar que los antepasados lo han sido. Si se tiene un abuelo o un bisabuelo, hay que recomponer la cadena sucesoria, disponer de documentación que lo pruebe, y por último, solicitarla. En la actualidad todavía existen 425.000 pedidos de ciudadanía en el consulado de Buenos Aires, pendientes de ser resueltos. Mientras que en el año 2002 fueron otorgadas aproximadamente 43.000 nuevas nacionalidades, 75.000 en el 2003 y 44.500 en 200484. No parecen muchas si recordamos que a la Argentina emigraron desde Italia alrededor de cuatro millones de personas. Pocos o muchos, somos concientes que no todos los que alcanzan la nacionalidad emigran. Algunos guardan el pasaporte en un cajón y se quedan. Lo hacen «por las dudas», porque «no saben qué pueden pasar», «por pasársela a sus hijos», «por seguridad», «para que los hijos dispongan de una pasaporte europeo», pero los restantes se marchan. Cuando observamos que el número de italianos que viven en España ha ido aumentando, no se trata en su totalidad de personas que nacieron en la Argentina pero, como veremos más adelante, la mayoría lo es. Demos algunos ejemplos. En primer término el crecimiento de los residentes italianos en España es notable en los últimos años. En general, en las décadas previas al fin del milenio, existía un núcleo de residentes compuesto por personal directivo de empresas multinacionales que trabajaban en la península. En ningún caso se incluía a jubilados, como ocurre con ciertos grupos de alemanes, noruegos, británicos y franceses que, cuando llegan a la edad de dejar de trabajar, se trasladan a España en busca del buen tiempo en las zonas marítimas del país, tanto en el arco mediterráneo como en las islas Canarias y Baleares85. Pero, desde 2001 las cifras han cambiado y van en aumento. En 2004 había 72.032, un año más tarde el incremento fue del 17.80%. Un detalle importante a resaltar. Estos individuos tienen el mismo comportamiento residencial que los argentinos, prevaleciendo los que, en orden decreciente según su volumen, se concentran en Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, las islas Baleares y las Canarias. En 2005 vivían en España 84.853 italianos. De ellos, sólo el 36.36% (30.855) había nacido en Italia. Respecto a los restantes: 2.178 tenían como 84
«Vivir en otras tierras». La Nación. Buenos Aires. Domingo 29 de mayo de 2005. La presencia de este colectivo es tal que en Alicante, por ejemplo, una serie de ayuntamientos superan el 40% de porcentaje de extranjeros. Una buena caracterización de los inmigrantes jubilados de distintas nacionalidades que se radican en las zonas marítimas españolas se encuentra en: Vicente RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, María A. CASADO DÍAZ y Andreas HUBER (eds.), La migración de europeos retirados en España. Madrid, CSIC, 2005. 85
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lugar de nacimiento un país europeo, pero 48.996 individuos, que representan el 57.74% del total, lo habían hecho en otro continente. Si bien es cierto que los datos no incluyen ni el nombre del continente, ni del país, es posible extrapolar que de Argentina podrían ser la mayoría. Por otra parte, y ésta es la única cifra que no es estimativa, en el padrón municipal86, que incluye información a nivel nacional, hay 31.125 personas nacidas en Argentina pero con nacionalidad italiana. Si a esta cantidad la cruzamos con la anterior, la referida al número de italianos residentes en el país, casi el 40% de aquellos habían nacido en Argentina87. También debemos señalar que en 2006 estos inmigrantes aumentaron alcanzando la cifra de 37.248 personas88. El cuadro siguiente da un panorama del conjunto de personas que, siendo argentinos, portan otra nacionalidad: Tabla 3. Volumen de población argentina de nacimiento con otra nacionalidad (Año 2005)89 Nacionalidad
Personas
Italiana Alemana Francesa Portuguesa Resto Europa Total
31.125 1.456 694 160 846 34.281
Entre nuestros entrevistados, casi el 35 % tiene nacionalidad italiana. Inclusive uno de ellos nos señalaba el hecho de que siempre que acudía al consulado de Italia en Madrid sólo se «encontraba con argentinos, y en un caso también con brasileños». 86 El Padrón es el registro administrativo donde constan los vecinos del municipio y cuya formación, mantenimiento, revisión y custodia corresponde a los respectivos ayuntamientos y de su actualización se obtiene la Revisión del Padrón municipal con referencia al 1 de enero de cada año. En nuestro caso analizaremos los correspondientes al 1º de enero de 2005, que es el último que está disponible ya que el del 1º de enero de 2006 ofrece sólo datos provisionales. 87 Instituto Nacional de Estadística. Demografía y Población. Revisión del Padrón Municipal 2005. Población extranjera por nacionalidad y país de nacimiento. 88 Instituto Nacional de Estadística. Demografía y Población. Notas de prensa acerca de los datos provisorios del Padrón Municipal. 2006. p. 4. 89 Instituto Nacional de Estadística. Demografía y Población. Revisión del Padrón Municipal 2005. Población extranjera por nacionalidad y país de nacimiento.
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Respecto a los que lograron obtener el pasaporte español tenemos datos más fidedignos del consulado General de España en Buenos Aires, que reúne al 74 % de los españoles residentes en Argentina, sin incluir los de las demarcaciones de Córdoba, Mendoza, Rosario y Bahía Blanca90. De los datos de la tabla 4 se desprende el fuerte impacto que tuvo la crisis sobre la necesidad de recuperar la nacionalidad de los antepasados. Tanto que del año en que se produjo su estallido, 2001, al 2002, el aumento ha sido del 20%; del 2002 al 2003, aún fue más, alcanzando el 92%. En este incremento en el número de nacionalidades concedidas tuvo que influir la reforma del artículo 20 del Código Civil, aprobada en octubre de 2002 y vigente desde el 9 de enero de 2003, que facilita la adquisición de la nacionalidad para hijos de españoles, sin límite de edad, con lo cual fue eliminado el tope de 18 años para ejercer ese derecho. Tabla 4. Número anual de nuevas nacionalizaciones (1997-2005) Año
Total
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 TOTAL
4.842 10.582 8.381 10.818 9.988 12.015 23.114 18.726 18.585 117.051
Así mismo, a partir de esta reforma se permite recuperar la nacionalidad española a los nietos de individuos nacidos en España, aunque en el caso de estos últimos necesitarían, además, acreditar un año de residencia en el país91. Sin duda, todo contribuyó para que aumentaran las solicitudes92. 90 Agradecemos al Cónsul General de España en Buenos Aires, Don Manuel Fairen Saenz, el habernos facilitado las estadísticas acerca de nuevas nacionalizaciones y bajas consulares por traslado a España. Sin esta ayuda, muestra de su sensibilidad e interés por la temática, no hubiésemos podido elaborar este apartado. Los datos de la tabla 4 proceden de fuentes consulares. 91 ABC y El País. Madrid. Jueves, 9 de Enero de 2003. 92 Este volumen de solicitudes de nacionalidad requirió la puesta en marcha de diversas medidas. El Ministerio de Asuntos Exteriores de España respondió aumentando el personal del consulado en Buenos Aires, así como adaptando el edificio adyacente, que antes pertenecía a la Agencia Efe.
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Al igual que referimos sobre los italianos, no sabemos cuántas de estas personas se trasladaron a España, porque podrían haber escogido los Estados Unidos, país que no exige visado de entrada a los españoles, o algún otro punto dentro de la Unión Europea, o sencillamente decidían permanecer en Argentina No obstante, el consulado de Buenos Aires recoge los españoles que se han dado de baja en los registros por haberse trasladado a España. Obviamente no necesariamente los que allí se dirigen son estos «nuevos españoles», no hay forma de diferenciar si se refieren a los españoles que llegaron a Argentina hasta la década de los años 60 de siglo pasado o son los que recién «estrenaron» nacionalidad. Teniendo presente cuál es la situación, de todas maneras las cifras nos indican la tendencia migratoria. Tabla 5. Número anual de españoles que se dieron de baja por traslado a España (Consulado de Bs. As.)93 Año
Nº de individuos
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Total
706 719 1.002 1.843 4.407 8.703 3.683 3.891 2.841 27.795
La curva ascendente de los retornados es clara a partir del año 2001, sólo basta mencionar que el incremento en el 2002 representa el 97%. Otra fuente de información en Argentina proviene del Ministerio del Interior. Dicho organismo realizó el Primer Censo de Regularización de Argentinos en España, vía Internet. Para estar incluido bastaba que los emigrantes se registraran y completasen una serie de preguntas. Por tanto tampoco en este caso nos enfrentamos a datos fiables dado que sólo algunos lo cumplimentaron. Sin embargo la información que contiene nos es útil a la 93 Disponemos de los datos del total de bajas consulares en Argentina sólo para los años 2001, 2002, 2003, 2004 y 2005, en ellos el número de personas ha sido: 6.539, 12.105, 5.387, 4.426 y 3.066 respectivamente. http://www.mtas.es/estadisticas/anuario2005/ EMI/index.htm
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hora de realizar el perfil del emigrante, por ello a lo largo de este texto iremos incorporando los datos de dicho Censo, que incluye referencias de 13.191 personas94. Los distintos registros estadísticos españoles Respecto a las cifras en España, ya mencionamos las que disponía la cancillería argentina a partir de los datos consulares, ahora nos ocuparemos de las estadísticas oficiales españolas. Antes de avanzar es necesario hacer una salvedad. Si en los balances cuantitativos anteriores no estaban todos los que eran, en el caso de las fuentes españolas ocurre otro tanto de lo mismo. Uno de los registros administrativos, dependiente del ministerio del Interior, contiene estadísticas sólo de los extranjeros con autorización de residencia. Mientras que el conjunto de los que carecen de ella, los «irregulares», no están incluidos. El colectivo latinoamericano más importante hasta 1999, centrándonos en los que disponen de un permiso de residencia y trabajo, estaba compuesto por los peruanos, que entonces rondaban los 27.000. A partir de esos años los ecuatorianos los superaron, mientras que los argentinos, tanto en 1999 como en 2000, tenían un número de residentes casi semejante: 16.296 y 16.610 individuos respectivamente95. En el caso de éstos nos enfrentamos con estadísticas que todavía no reflejan la llegada de los nuevos contingentes, pero también a que los que ya eran residentes, que contaban con más años de estancia en el país, se nacionalizaban desapareciendo de los recuentos. Un inciso en lo que concierne al tema de las nacionalizaciones. Habría que resaltar que la legislación los beneficia, como también a cualquier otro inmigrante de origen latinoamericano, de tal manera que mientras por ejemplo un marroquí, necesita haber vivido en el país durante 10 años –contando con autorización de residencia y de trabajo–, para los oriundos de Latinoamérica basta con 24 meses. La situación dará un vuelco notable en el 2001, no cesando desde entonces su aumento, hasta alcanzar, a finales de 2005, 82.412 personas96, con tarjeta o autorización de residencia. 94
No hemos podido acceder directamente a las estadísticas del Censo, la información que utilizamos la hemos recogido de la que ofrece la investigadora argentina Susana Novick. Evolución reciente de la política migratoria argentina. Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Gino Germani, s/d. 95 AEE 1996 y 1997. Madrid, Ministerio del Interior. Comisión Interministerial de Extranjería, 1997 y 1998 respectivamente, pp. 19-21. 96 A pesar de que el volumen haya aumentado considerablemente, otros colectivos de inmigrantes latinoamericanos superaban ampliamente a los argentinos. Los ecuatorianos que en 1992 eran sólo algo más de mil y en 1998 siete mil, alcanzaban, en 2005, los 357.065 individuos. El siguiente en importancia era el de los colombianos, que diciembre de 2002 eran 71.238 y 204.348 en 2005. AEE 2002.
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Al 31 de diciembre de 2005, los argentinos ocupaban el 9º lugar en importancia numérica según el Padrón municipal: Tabla 6. Población con permiso de residencia según las principales nacionalidades, en volumen decreciente, Año 200597. Nacionalidad
Nº de personas
Marruecos Ecuador Colombia Rumania Reino Unido China Italia Perú Argentina
493.114 357.065 204.348 192.134 149.071 85.745 84.853 82.533 82.412
Hay que subrayar que porcentualmente el aumento de los argentinos con autorización de residencia, entre diciembre de 2004 y diciembre de 2005 ha sido de 47%. Las autorizaciones de residencia pueden obtenerse a través del régimen general, que acoge a los oriundos de terceros países o de los comunitarios, que aunque se refiere a los ciudadanos de la Unión Europea, también incluye a todos aquellos que, no siendo originarios de este ámbito, por lazos familiares con un individuo con pasaporte comunitario –maridos/mujeres, hijosla solicitan. En 2005, el 61% de las residencias estaban concedidas bajo el régimen general y las restantes por el comunitario. También los datos de este registro refuerzan la idea del fuerte grupo de personas nacidas en Argentina, pero que se encuentra residiendo en España con un pasaporte de la UE. Se trata de un contingente cuya distribución por género es bastante equilibrada, aunque las mujeres son menos que los hombres, representando 49.17% del total. La media de edad del conjunto de ellos es de 36 años, un poco más elevada que la obtenida por el Primer Censo de Regularización de Argentinos en España, que señalaba 33 años, aunque de todas maneras se trata de una población joven. Si comparamos el caso argentino con el del resto de los latinoamericanos, vemos que supera en cuatro años a la media de edad del total de este colectivo. Siendo los argentinos, junto a cubanos, chilenos y uruguayos los 97 Observatorio Permanente de la Inmigración. Extranjeros con tarjeta o autorización de residencia en vigor a 31 de diciembre de 2005. Madrid, 2 de enero de 2006. p. 7.
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que presentan la más alta, mientras que la más baja la poseen los oriundos de la República Dominicana98. Los padrones municipales: la inclusión de los irregulares Dado que estos datos sólo reflejan a los que cuentan con autorizaciones para residir, entendemos que el análisis de las estadísticas que tienen como fuente los padrones municipales nos dará un perfil más exacto, acerca de los argentinos en España. Todo inmigrante si quiere acceder a la cobertura sanitaria y a la educación obligatoria de sus hijos, tiene que empadronarse en el municipio donde vive, este hecho va a impulsar a la mayoría para hacerlo. El padrón fue revisado en 2005 y nos ofrece información a nivel nacional, de comunidades autonómicas y provincias. Aunque también en este caso debemos hacer una salvedad, tampoco este registro es exacto. Los inmigrantes pueden empadronarse en más de una localidad o pueden irse del país sin darse de baja. No obstante es el único que nos da la estimación más aproximada. A 1º de enero de 2005, 44.108. 530 personas residían en España. Esa cifra incluye tanto a los que poseen la nacionalidad española, como a los extranjeros. Estos últimos ya superan los 3.700.000 individuos, que representan el 8.5% del total de empadronados. Predominando los originarios de Marruecos, con el 13.7% del total de extranjeros registrados; de Ecuador, 13.3%; Rumania, 8.5%; Colombia, 7.3%; Reino Unido, 6.1% y Argentina, 4.1%. Mientras que los datos a 1º de enero de 2006, que aún son provisionales, fijan en 44.395.000 el conjunto de habitantes, de los cuales alrededor de 3.880.000 son extranjeros que representan el 8.7% de la población del país99. Si recordamos los datos correspondientes a las autorizaciones de residencia de 2005, según ellos, los argentinos ocupaban el 9º lugar detrás de marroquíes, ecuatorianos, rumanos, ingleses, chinos, italianos y peruanos. En este caso, nos referimos al mismo año, se encuentran en el 6º lugar; un hecho –el avance en tres posiciones en la tabla– que nos lleva a pensar a que el peso de las personas que se encuentran en situación irregular, dentro del colectivo argentino, es grande. Según el registro, ese 4.1% de argentinos empadronados en España se caracteriza del modo siguiente: 98 Señalar que la media de edad en el grupo de los europeos comunitarios es de 44 años, siendo los del Reino Unido los que ostentan la media más alta (51 años). La de los italianos se acerca a la de los argentinos, 37 años. 99 Los datos provisionales del Padrón de Habitantes al 1º de enero del 2006 mencionan que, al igual que el año anterior, el grupo de extranjeros más numeroso es el marroquí, que congrega a 535.000 personas; «los ecuatorianos, aproximadamente son 400.000; los rumanos más de 380.000 y los originarios del Reino Unido están por encima de los 270.000». Instituto Nacional de Estadística. Notas de Prensa. P. 4.
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Tabla 7. Volumen de argentinos empadronados en España (1º enero 2005)100 Población según sexo
Número de empadronamientos
Varones Mujeres Total
77.587 75.388 152.975
O sea que mantienen la misma proporción de sexos de los que contaban con permiso de residencia. Otra conclusión que debemos sacar tiene que ver con la comparación de estos datos con los que brinda el Ministerio de Trabajo (82.412 personas), porque nos da pistas en cuanto a la extensión de la irregularidad entre el colectivo de argentinos. La diferencia entre un registro dependiente de la administración central, –el Ministerio de Interior es el que otorga los permisos de residencia–, y otro de las locales que de alguna manera «visa» que un individuo está viviendo en su demarcación, estaría conformada por los irregulares, que representan un 54% del total de empadronados. Sin olvidar, insistimos, que puede que haya inscripciones repetidas en el Padrón. Sumando esta cifra, 133.752 personas con nacionalidad argentina, obtenida del Padrón Continuo de Habitantes al 1º de enero de 2006101, a las de aquellos que, aunque habiendo nacido en dicho país, portan otra nacionalidad –que se según ya hemos visto eran: Italianos, 37.248; alemanes, 1.745; franceses, 814; portugueses, 211 y de diversos países del resto de Europa, 1719, en total de 41.737 individuos–, se alcanzaría los 175.419. Todavía faltaría agregar los que nacieron en Argentina y tienen nacionalidad española, que también según el Padrón Continuo de Habitantes de 2006 son 81.237102. Con ellos se arriba a la cifra de 256.726 individuos. Si la comparamos a la obtenida en el año anterior podemos observar que ha disminuido el total de personas nacidas en Argentina en un 2%. Pero, un análisis un poco más detenido nos brinda una información valiosa en otros aspectos. En principio podemos detectar que una parte de esos individuos podrían haber culminado sus trámites para adquirir la nacionalidad española o de 100 Los datos provisionales del Padrón de Habitantes al 1º de enero del 2006 reflejan a 91.129 hombres y 84.360 mujeres. Instituto Nacional de Estadística. Demografía y Población: Revisión del Padrón Municipal 2005. 101 Los datos de 2005 indican que para entonces estaban empadronados 152.975 personas con nacionalidad argentina, mientras que había un grupo considerable que portaban las siguientes nacionalidades: Italianos, 31.125; alemanes, 1.456; franceses, 694; portugueses, 160 y de diversos países del resto de Europa, 846, que sumados nos dan un total de 34.281 individuos. 102 Frente a este dato cabe hacer una aclaración. La cifra incluye los nacidos en Argentina pero que tienen nacionalidad española, y –como es obvio– en ella se reflejan aún los que se han nacionalizado hace 30 años.
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algún país europeo, cuestión que no tenemos forma de comprobar ya que también pudiera tratarse de personas que arribaron antes de esa fecha a España, pero portando una nacionalidad diferente a la de su país de nacimiento103. En todo caso existe una pérdida de población en aquellos que sólo disponen de su pasaporte argentino, que nos lleva a pensar que tal vez algunos empiezan a regresar a su país de origen. Recapitulando, estas personas representan a los que mantienen la nacionalidad argentina, a los nacidos en Argentina pero que residen en España portando otra nacionalidad, inclusive la española, como a los que disponen de autorización para residir en España y, por último, a los que han aún no han logrado alcanzarla, los irregulares. Tabla 8. Nº de personas nacidas en Argentina que viven en España (1º enero 2006). Según su condición legal y nacionalidad Argentinos empadronados (regulares e irregulares) Argentinos de nacimientos, c/nacionalidad europea Argentinos de nacimiento c/nacionalidad española Total
Nº personas 133.752 41.737 81.237 256.726
Puede que no estén todos, pero entendemos que es el cálculo más aproximado que se puede realizar: 256.726 personas nacidas en Argentina, que están empadronadas en España al 1º de enero de 2006 El resultado es obvio, no existe paralelismo entre los datos por país de nacimiento y de nacionalidad. Se trata de un caso atípico, dado que hay más de 100.000 personas viviendo en España que no están incluidas en las estadísticas como argentinos. Son individuos que aquí no utilizan su nacionalidad argentina, pero que han nacido en ese país. Algunas características del colectivo argentino El Padrón Continuo de Habitantes nos brinda información muy variada, entre otra nos permite tener acceso a los grupos de edad o cómo se distribuyen espacialmente, aunque para ello debemos recuperar la información referente 103 En 2006 los argentinos que mantienen su nacionalidad eran casi el 17% menos que el año anterior. Mientras que al contrario aumentaba el número de individuos que habiendo nacido en Argentina portaban una nacionalidad europea en un porcentaje similar.
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sólo a los que mantienen la nacionalidad argentina y a los que disponen de una europea, excluyendo a los que ya son españoles. De los 175.489104 empadronados que han nacido en Argentina, 91.129 son hombres y 84.360 mujeres, concentrándose –casi un tercio de todos ellos– en las franjas etarias que comprenden a los individuos entre los 25 y los 34 años. Siendo la más numerosa la que va de los 25 a los 29 años, que registra 28.953 individuos (15.149 varones y 13.804 mujeres). Por detrás se encuentra la que abarca de los 30 a los 34 años con 28.281 personas, 15.418 hombres y 15.418 mujeres. Alrededor del 20% del total son niños y adolescentes. 15.193 tienen edades comprendidas entre los 0 y los 9 años y 18.146 entre 10 a 19 años. Mientras que un 7% son mayores de 65 años. Ahora bien, respecto a los niveles de estudio de esa población hay que señalar la inexistencia de esta información tanto en el padrón, como en las diversas fuentes estadísticas españolas. Para obtener un perfil aproximado recurrimos a datos basados en registros de la Dirección Nacional de Migraciones, el INDEC, la Organización Internacional del Trabajo, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y la UNCTAD (Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo), referidos al conjunto de la emigración argentina que indican que el 40% de las personas que abandonan el país con destino tanto a los Estados Unidos como a Europa después del 2001, son mano de obra altamente calificada. Los universitarios representan sólo el 20% de ese total, los restantes son graduados terciarios y técnicos con educación superior no universitaria105. En cuanto a su distribución espacial: Cataluña acoge al 23.3%; Andalucía, 17%; Madrid, 13.9%; Comunidad Valenciana, 13.8%; Baleares, 7.7% y Canarias, 7.4 %106. Como se desprende, casi el 70% de los argentinos viven y trabajan en cuatro autonomías –Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana–. Con lo cual su visibilidad está muy acentuada en esas zonas, y lleva a pensar que su volumen, en algunas ciudades de dichas comunidades, sea mucho mayor del real. La concentración más elevada se produce en Cataluña con 35.657 personas; concretamente Barcelona es la provincia que registra el número mayor de argentinos, muy por detrás se sitúan Girona, Tarragona y Lleida. 104 En este caso incluimos tanto a los que mantienen la nacionalidad argentina como a los que disponen de una comunitaria, sólo se excluyen a los que han adoptado la española, ya que de ellos no tenemos datos desagregados. 105 «Fuga de talentos: relevamiento de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) . Por cada universitario que emigra se van cuatro técnicos». Clarín. Buenos Aires. Domingo, 19 de marzo de 2006. 106 Los datos de la distribución espacial corresponden a 2005 dado que en los provisionales del 2006 aún no se desagregan los empadronados por municipios.
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Tabla 9. Argentinos empadronados en Cataluña. Año 2005 Provincia
Nº individuos
Porcentaje
Barcelona Girona Lleida Tarragona Total
26.835 4.142 947 3.733 35.657
75 12 3 10 100
Ahora bien, en la provincia de Barcelona, a la vez, su capital es quien congrega a la mayoría, 11.952 argentinos (55.5%) están empadronados allí. La siguiente posición la ocupa Castelldefels, con el 6%; a continuación están L´ Hospitalet de Llobregat, 4 %; Terrasa, 3%; Sabadell, 3%; Sitges, 2.2%; Mataró, 2.2%; Badalona, 2%. Por detrás quedan, Sant Cugat del Vallés, con 1.4%; Sant Boi de Llobregat, 0.8%, los restantes poseen porcentajes más reducidos. En general podemos comprobar que las mayores concentraciones se producen en ciudades ubicadas dentro del área de influencia de Barcelona, muy bien comunicadas a través de tren y metro con la capital y algunas con un alto desarrollo industrial. Entre ellas las hay situadas en el litoral mediterráneo, como Castelldefels, con una gran demanda de mano de obra en el sector terciario debido al turismo. Respecto a las restantes provincias catalanas, observamos que sobre todo se asientan en las localizadas en el ámbito marítimo, Tarragona y Girona, mientras que en Lleida el porcentaje es mínimo, sólo el 3% vive en ella. Andalucía acoge a 26.010 argentinos, aunque más del 50% se encuentra en dos provincias con intensa actividad turística costera como son Málaga (57.5%) y Almería (16%). En el extremo opuesto se encuentra Jaén (0.9%) La comunidad de Madrid reúne a 21.367 personas. Se trata de una de las concentraciones más importantes dada las dimensiones de la autonomía y la fuerte presencia en la zona metropolitana, más del 50% está radicado en ella. El resto se asienta en los ayuntamientos que la circundan. En el corredor del Henares se concentra un 5% en los municipios Alcalá de Henares, (661 personas); Torrejón de Ardoz (273) y San Fernando de Henares (121). En el sur el 11%: Alcorcón, 561; Móstoles 677; Getafe, 389; Fuenlabrada, 355; Pinto 200; Parla, 136; en el oeste el 8%, Majadahonda, 560; Collado Villalba, 353; Las Rozas de Madrid, 409; Pozuelo de Alarcón, 324. Una cuestión a resaltar es que el padrón de Madrid refleja muy claramente los efectos de la crisis del 2001 en Argentina. Entre el 1º de julio de ese año y el 1º de julio de 2002 los argentinos han sido el grupo nacional de mayor crecimiento. Durante esos doce meses el número de empadronados se incrementó en un 86% respecto al año anterior.
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En la Comunidad Valenciana están empadronados 21.259 argentinos. Especialmente en Alicante vive más del 50%, distribuidos en las ciudades de Alicante, Benidorm y Calpe; en Valencia el 39.6%; Castellón en cambio sólo ha recibido 6.1%. Murcia concentra al 1.37% del total de argentinos que reside en España. Fuera de la península, 11. 915 argentinos se han dirigido a Baleares. En la capital de una de sus islas, en Palma de Mallorca, están radicados la mitad, el resto se encuentra muy diseminado en localidades como Inca, Alcudia, Lluc Major, entre otras Las cifras son inferiores en Ibiza capital, donde está localizado sólo el 6.2 y en Mahón, con 2% o Ciutadella de Menorca, con otro 2%. En las Canarias viven 11.446, distribuyéndose casi equilibradamente entre Las Palmas (48.5%) y Santa Cruz de Tenerife (51.5%). A pesar de que Galicia envió a la Argentina a millares de personas, Buenos Aires aún es considerada la «quinta provincia gallega», no han sido muchos los argentinos que se han encaminado a esa tierra. Alrededor del 5% lo han hecho (7.618 personas), concentrándose más que nada en dos provincias, Pontevedra (45%) y Coruña (39.3). Lo mismo sucede en el resto de comunidades del norte, la que tiene menos residentes argentinos es Cantabria, con 907 personas (0.6), le sigue el Principado de Asturias, con 1.903 empadronados (1.2%) y el País Vasco con 2.816 (1.8%) En las que configuran la España «interior», con excepción de Madrid, los argentinos son pocos. En ningún caso llegan a representar el 2% del total Tabla 10. Distribución residencial de los argentinos, según registros de empadronamiento Comunidad Autónoma
Nº de argentinos
% sobre el total
Castilla y León Castilla-La Mancha Aragón Navarra La Rioja Extremadura
2.796 2.341 2.260 1.068 781 708
1.8 1.5 1.4 0.7 0.5 0.4
Ceuta y Melilla sólo registran, 16 y 6 individuos respectivamente. En síntesis, la importante actividad económica desarrollada en Barcelona y Madrid, así como el carácter turístico de la zona costera mediterránea y la insular –Málaga, Alicante, Valencia, Baleares y Canarias, en ese orden–, propicia una gran demanda de mano de obra. Dicha oferta, la disponibilidad
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habitacional y la existencia de redes sociales –como veremos más adelante–, trae aparejada la fuerte concentración de argentinos en esos ámbitos. Fuera de estas zonas su radicación no es relevante, inclusive, reiteramos, en una comunidad como la de Galicia, con una población muy extensa actualmente residiendo en Argentina, el volumen de los nacionales de este país es sumamente inferior al de cualquiera de las ya citadas. Este caso nos permite otra reflexión, aun cuando el referente sea Galicia, no existió un reclutamiento deliberado de inmigrantes, ni tampoco políticas inmigratorias que beneficiaran a los argentinos de origen español. Su llegada a España siempre fue y continua siendo espontánea, mucho contribuye la existencia de redes sociales previas, pero a título individual. Hasta el momento no funcionan agencias gubernamentales españolas como si las hubo en el caso de Israel107, que favorecieran la salida y llegada de migrantes. Lo más semejante al caso israelí fue quizás la intervención del Centro de Galicia en la Argentina, oficina delegada de orientación laboral de la Cámara de Comercio de Santiago de Compostela y la Xunta de Galicia. Quienes, ante el aumento en la cantidad de descendientes de inmigrantes gallegos que pretendían marchar a la tierra de sus antepasados, pusieron en marcha una serie de mecanismos tendientes sobre todo a dar a conocer la situación real. Pretendían «superar la falta de información y la visión idílica de posibilidades con que, (a juicio de la encargada de esta oficina) llegan muchos»108. Además, se recibieron los curricula de los interesados, creando de esta manera una base de datos para las empresas gallegas. Hemos podido comprobar que más adelante, en octubre de 2006, la Consejería de Trabajo, el Servicio Público de Empleo Estatal y la Dirección General de Inmigración han informado que pondrán en marcha un programa de intermediación para hijos y nietos de españoles que funcionará dentro del contingente de trabajadores extranjeros de régimen no comunitario en España. En el caso de la Comunidad gallega, se aprobó un cupo de 200 visados 107 La preocupación por la comunidad judía residente en la Argentina se manifestó en la organización que se dedica a promover la inmigración a Israel –Agencia Judía Mundial– que decidió implementar beneficios para los inmigrantes oriundos de ese país. En los días más álgidos de la crisis, el 22 de diciembre de 2001, en Clarín, se publicaba una noticia acerca de que en Israel esperaban una ola de inmigrantes: «Ayer por la mañana se realizó una video conferencia con autoridades de la comunidad judía argentina, los representantes de la Agencia Judía Mundial en Buenos Aires, la dirección de esta organización en Jerusalén y Nueva York, con la intención de establecer una nueva estrategia para satisfacer la creciente demanda de argentinos judíos para emigrar a Israel». «Los israelíes esperan una ola de inmigrantes de Argentina». Clarín. Buenos Aires. Sábado 22 de diciembre de 2001. 108 «Galicia, un imán para cientos de argentinos». La Nación. Buenos Aires. Jueves 19 de julio de 2001.
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para incorporar al mercado laboral, a individuos de edades comprendidas entre los 18 y 30 años que acrediten residir en Argentina. El Instituto Gallego de Calificaciones elaboró un listado de las actividades económicas que se consideran prioritarias para insertar a los inmigrantes: construcción, hostelería y servicio doméstico en hogares particulares109. Un último apartado respecto a las medidas adoptadas por Argentina referidas a la población que se marcha. Debemos señalar que por primera vez la legislación110 tiene en cuenta al emigrante, al incluir un capítulo dedicado a los súbditos que se encuentran fuera del país, en la ley 25871, sancionada a comienzos de 2004. Del análisis de su contenido se desprende que en general son medidas prácticas que favorecen a los que regresan al país, mientras que con los que permanecen en el extranjero las acciones comprenden medidas de tutelaje, para que les sean respetados sus derechos Fundamentalmente las principales disposiciones adoptadas contemplan las siguientes cuestiones: En primer lugar se faculta al gobierno de la República Argentina para firmar convenios con aquellos Estados en donde estén radicados emigrantes argentinos. Sobre todo tiene que ver con darle garantías para que se asimilen a los derechos laborales y de la seguridad social del país receptor. Un inciso se ocupa de las facilidades otorgadas a dichos emigrantes para realizar remesas a los familiares que quedan en el lugar de origen. Otro está centrado en los que retornan definitivamente, que podrán introducir tanto los bienes que tuvieran que ver con su actividad laboral, como los efectos personales y del hogar y automóviles, libres de impuestos.
109 «Un plan formará para trabajar en Galicia a 200 hijos y nietos de emigrantes en Argentina». La Región Internacional. Ourense, miércoles 11 de octubre de 2006. 110 La legislación fundamental en esta materia ha sido, la ley Avellaneda; en 1981, durante la dictadura militar se sanciona la Ley General de Migraciones y Fomento de la Inmigración que sustituye a la anterior.
CAPÍTULO II ¡NOS VAMOS DE ACÁ! Causas que empujan a marchar La película «El abrazo partido»111 muestra la problemática de un joven argentino, de origen judío, en los años centrales de la crisis económica. El personaje, impulsado por necesidades afectivas, y desanimado por las escasas oportunidades laborales, quiere emigrar y pide a su abuela, judía polaca, que le entregue su partida de nacimiento. La escena en la que acude al consulado de Polonia para solicitar la nacionalidad es sumamente gráfica, intenta «demostrar» que es polaco, pero desconoce casi todo sobre el país. Su amigo busca, a través del noviazgo con una ciudadana ucraniana, su salida a Europa. Ninguno de los dos se marcha, pero la idea siempre les está rondando. Además no pretenden irse a Polonia o a Ucrania, seguramente como muchos otros escogerían un lugar con una mayor cercanía cultural con Argentina, el país en donde ellos han nacido y se han socializado. La pérdida de confianza en el país y en sus instituciones Cuando un sujeto opta por emigrar, esta decisión es el resultado de un proceso en el cual, y fundamentalmente, el imaginario cultural y social que a lo largo de los años se ha ido construyendo en el país, comienza a deteriorarse en su proyecto de futuro. La realidad enfrenta a los individuos a una situación en la cual no pueden alcanzar su realización personal, ni gozar de satisfactorias condiciones económicas, sanitarias, culturales o de seguridad112. 111
El abrazo partido. Año, 2004. Nacionalidad, Argentina. Director: Daniel Burman. Roberto Aruj explica que la emigración constituye «la posibilidad de mantenerse aparentemente entero, con la idea de que el nuevo país le permitirá encontrarse con aquellas cosas que le faltan en su país de origen. Pero el conflicto no desaparecerá, se marchará con él y no podrá evitar que en algún momento vuelva a surgir…». R. ARUJ, Por qué se van... cit., p. 64. 112
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La válvula de escape que encuentran es la emigración. En este apartado no pretendemos analizar cómo escogen el destino, sino señalar el entramado de causas que les impulsa a querer marcharse. En general se trata de un conjunto de motivos que tienen que ver tanto con factores subjetivos como externos al individuo. En primer término debemos señalar el contexto del momento. Sobre todo nos interesa subrayar el papel de los medios de comunicación que «cargaban las tintas» sobre la desesperación que embargaba a la población, señalándole implícitamente una posible salida. Los titulares que reflejaban la temática migratoria, que por lo general describían la situación apocalíptica por la que transitaba Argentina, se repetían con asiduidad en la prensa escrita. En la primera época, particularmente, abordaban la partida casi con exclusividad, no incluyéndose noticias acerca de qué ocurría al llegar a los diversos destinos. La población recibía el impacto del síndrome migratorio y ante esta realidad muchos tuvieron la sensación que el país los estaba obligando a marcharse. Aquí hay un ejemplo: «Estoy enojado con el sistema porque no me deja opción, tengo que dejar mis afectos y mi familia para ir a buscar un mango en otro lado»113. Entienden que están desamparados y sin protección de ningún tipo. Pero sobre todo sienten que se los ha empujado a una situación límite. En ella las posibilidades son sólo dos, o se quedan y aguantan «todo lo que les echen», o se marchan. [Pablo] Yo llegué en un estado muy triste, pero también con un cargo de conciencia muy grande en la cabeza, de alguna manera te pone Argentina entre la espada y la pared, siempre pone a prueba a su población. Uno da aporta lo mejor que puede y el país te está cagando por todos los costados, Siempre esa es la lectura final. Además te pone entre la espada y la pared esto es así, si no te gusta lentejas, las tomas o las dejas, como dicen los españoles. No puede ser, es la sensación de que nadie me defiende en esta historia. Y yo como el Quijote voy luchando contra los molinos de viento, porque ahí ni la policía, ni la ley, nadie te ampara
Ese es uno de los motivos. Argumentan que están siendo estafados. Argentina se había convertido para muchos en el lugar en donde constantemente podían ser engañados, de tal manera que los discursos al respecto cargan las tintas contra ella: [Horacio] Argentina era una gran fábrica de mentiras (…) Como una gran fábrica incombustible de engaños constantemente. Yo me he sentido engañado cada dos por tres, pero en todos los estratos sociales. 113 Mango quiere decir peso. «La emigración y los jóvenes». La Nación. Buenos Aires. Viernes 14 de junio de 2002.
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Por los políticos, por el verdulero de la esquina, por el del taller mecánico de enfrente, por el ayuntamiento de mi barrio, por todo el mundo. Te da la sensación de que todo el mundo te quiere robar…
Entre los que te quieren robar, como señala el anterior entrevistado, destacan los políticos. Los ciudadanos tienen la certeza que mientras esta clase política no cambie, tampoco Argentina protagonizará algún tipo de mejora. Los que ya están radicados en España, y esto se puede observar en ciertos foros, no dudan en subrayarlo, aconsejando al que permanece para que tome la decisión y la abandone:«…pensalo, lamentablemente nuestro país, mientras sigan estos ladrones, nada va a cambiar (…) suerte y animate!»114. Empero, e insistimos en ello, algunos lo exteriorizan muy claramente, es el país el que los está expulsando. Con la crisis, el esfuerzo de años se ha esfumado, tanto que han perdido la vivienda, y tienen que regresar, como cuando no eran aún independientes, a la casa de los padres. Han retrocedido en su forma de vida: Nos vamos porque nos están echando. Los dos trabajamos desde muy jóvenes y no tenemos nada. Tuvimos casa y departamento, pero ya no nos queda nada y hace dos años que vivimos en casa de mi suegra…115.
Para este otro, es como lanzarse a una piscina muy honda, en lugar de ello se marcha a Europa. Hay que, de cualquier manera, salir a flote. …Estoy partiendo la semana que viene hacia Europa, en un piletazo total: hace tres meses estaba resurgiendo económicamente gracias a un enorme esfuerzo (…) y hoy Torres Gemelas y la destrucción de la economía argentina mediante, nuevamente estoy en la calle y forzado a emigrar urgentemente116.
Pero también detectamos otro tipo de interpretación, la que presupone una huída. Argentina está mal, las situaciones de violencia se repiten cotidianamente y el sujeto intenta salvarse como puede. Para algunos son episodios que se viven con mucha culpa, dado que si el sistema no puede responder a sus necesidades, ellos mismos deberían estar dispuestos –para superar la crisis– a crear proyectos alternativos, sin moverse de su lugar de residencia. 114 Extraído de http://groups.msn.com/ARGENTINOS INMIGRANTES/miexperiencia. 15 de noviembre de 2005. 115 « Se estima en 587.005 el número de los argentinos que viven en el extranjero». La Nación. Buenos Aires. Lunes 13 de mayo de 2002. 116 Testimonio extraído de la página El Exilio de Gardel. Org. (Información de contactos de argentinos que te pueden ayudar) http//: www.elexiliodegardel.org/emigrantes . htm
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[Pedro] Me vine con un cargo de conciencia horrible. Encima de que te están cagando, te venís con una sensación de que estás escapando, de que estás cometiendo un error escapándote. Esa culpa de, bueno, me fui y no me quedé luchando. Pero luchar para quien. Y tampoco nací heroína…
Los sentimientos al respecto son confusos. Insisten en que es lícito marcharse porque no hay perspectivas, pero también en que abandonan un buque que hace agua, sin hacer ningún intento por quitarla: [Pablo] Yo por ejemplo estaba estudiando, pero sino tengo trabajo no puedo estudiar. Mi vida es esta: yo tengo 20 años, no puedo esperar 10 años hasta que todo esto se arregle, para volver a empezar a estudiar. Uno puede decir por que no te quedás ahí y peleás por tu país… Pero también hay una cuestión de que uno necesita resolver sus cosas en un momento determinado. Por un lado me parece una mierda que uno se vaya cuando las papas están ahí quemándose y por otro me parece muy bien que cada uno se la busque la vida como puede…
Para otros, la decisión de partir no puede ser cuestionada. Tanto que parece que la salida es el producto de la ruptura de una relación, de una pelea entre el sujeto y el país. Si el que se va lo hace enfadado, no hay cuestionamiento posible, hay que esperar que pase el tiempo, para con distancia, analizar lo que ha pasado, pero sin dudarlo, hay que seguir viviendo pero fuera de Argentina. [Alejandro] En ese año de crisis yo ya me había matriculado en España. Así que dije, ya no lo dudo más. Doy el portazo aquí, esto ya no da para más, no tiene solución, voy a hacer un camino en otro sitio porque esto no tiene futuro.
E inclusive, existe otro tipo de discursos articulados en torno a la idea de que la salida no necesariamente debe ser definitiva. Hay diferentes soluciones que no implican que el abandono del país adquiera esa característica. Una persona puede emigrar, juntar dinero y regresar rápido. Por ejemplo, un entrevistado nos relataba cómo su hermana y su cuñada española comparten profesión, ambas son contables, pero mientras la primera ha estado mucho tiempo en el paro, la otra trabaja y gana dinero. Con lo cual aconsejaba a su hermana que lo siguiese a España un tiempo determinado, para más tarde regresar. [Pablo] (Mientras que su cuñada triunfa en su profesión en España)…y la otra persona decide quedarse a luchar ahí (en Argentina). Yo lo veo como una lucha absurda, hubo un punto en el que insistí, (...) no
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porque yo me hubiese ido, sino porque ella no se merece no conseguir trabajo, estar deprimida. Hay otras posibilidades, ganar dinero dignamente por lo que estudiaste, juntarte guita117 y en un año te volvés, nadie te dice que te quedés a vivir acá.
En este caso, la hermana prefiere continuar en Argentina. Razones para emigrar las tuvo, pero no llegó a optar por ello. La decisión emigratoria se produce a causa de múltiples factores. La inseguridad social y la económica, el desempleo, el aumento del costo de vida, la falta de fe en las instituciones –recordemos que la frase, gritada contra el amurallado Congreso Nacional, que resume esta situación, fue «que se vayan todos»–, la desconfianza en el país, junto a la idea de que era posible encontrar un futuro mejor saliendo de Argentina, fueron algunos. No es fácil encontrar a un emigrante que simplemente enumere específicamente uno con claridad, por lo general las motivaciones son el producto de una compleja combinación de causas. [Horacio] …Había entrado en una depresión (…), yo no podía vivir en ese lugar, no podía. El despropósito, la estupidez era tan grande, la desesperación por ver que todo se iba a la mierda. Era clarísimo, no había la menor duda. Yo decía, yo no puedo vivir más acá, es que vivo amargado, grito, almuerzo con mis viejos y grito, por qué’. Porque no soporto más lo que está pasando. Qué fulanito se quedó sin trabajo, que menganito no se qué, que mi hermana no se cuanto…
El caos del 2001, o ver cómo se desmorona la economía de Argentina Cuando se refieren al factor económico subrayan el hecho de que el descalabro en ese orden del año del 2001 no fue el único, que el país en pocos años había sido sacudido por otros, que por tanto era difícil soportar lo mismo una vez más. Inclusive, quizás éste, si se quiere aún era más crítico que los anteriores. Es decir que la crisis no es vivida como un episodio aislado, todo lo contrario, se trata de situaciones repetidas, que casi no dan tiempo a recuperarse, produciéndose un fenómeno acumulativo. La sensación que se tiene es de estar aferrado a una rueda que no lleva a ninguna parte, por el contrario en cada vuelta podía hundirse un poco más, profundizando los desequilibrios y aumentando las amenazas de inseguridad en la vida cotidiana.
117 Guita, en lunfardo, significa dinero. Günther HAENSCH y Reinhold WERNER. Diccionario del Español de Argentina. Madrid. Gredos. 2001.
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[Eduardo] Lo que tuvo una influencia muy grande, era que se trataba de la enésima crisis de este pueblo argentino. Nos puso en un momento que… bueno, de mucha bronca con lo que siempre ocurría. La sensación era esa.
Además, el carácter nada excepcional de la debacle económica y el sentimiento de volver a revivir episodios ya conocidos, pero no por ello fáciles de encajar, indujo a la marcha: [Eduardo] Yo me acuerdo en el 91, que fue la época de las inundaciones, que la gente se escapaba, yo me hacía la misma pregunta: yo me iría?. Y la respuesta era: nunca me iría, sólo (lo podría hacer) hasta el obelisco118. En mi caso eso lo sentía muy fuerte. Bueno, después la historia de las repeticiones de cosas llevó a que deje de pensar así.
Pero, sobre todo, sienten que no hay posibilidad de recuperación, perciben que no existe salida para la situación que se está viviendo. [Eduardo] …Y decís bueno, ocurre esto, pero aunque sea lentamente vamos hacia algún lado, lo encarás de una manera. Si ves que es un círculo vicioso, que dando vuelta en espiral todo está más abajo, todos son aspectos de la crisis…
Tampoco había a quién reclamar, nadie se hacía responsable de lo que estaba ocurriendo. La sensación de impotencia que vivían los argentinos los llevaba a realizar los famosos cacerolazos, pero la impunidad continuaba: [Adela] ¿A quién te vas a quejar: al banco?. El del banco te va a decir: Y yo estoy en la misma que vos. No sé, esto es así. Te vas a quejar al gobernante que se fue en helicóptero de la Casa Rosada (Palacio de Gobierno). A quién le voy a pedir qué…
Para otros el empleo no faltaba, pero sí el dinero. El que trabajaba podía no recibir inmediatamente su salario, con lo cual el sujeto debía echar mano a los ahorros para seguir adelante. El proceso que se llamó popularmente «Bicicleta», implicaba vivir el presente con dinero del futuro. Los habitantes «pedaleaban su bicicleta» para seguir adelante. Una de nuestras entrevistadas, odontóloga, narra su situación personal, pero que puede ser extrapolable a otras profesiones: 118 Se está refiriendo al monumento que conmemora la fundación de Buenos Aires y que se encuentra emplazado en una de las zonas más céntricas de la ciudad, el cruce de las avenidas Nueve de Julio y Corrientes.
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[Sol] Yo seguía con trabajo en el consultorio. Lo que ocurre es que empezó el tema de la bicicleta, que cómo te puedo decir…, fue antes de los del corralito. Las prepagas (sociedades privadas de servicios médicos) que te pagaban a los tres meses lo que habías trabajado hoy. Pero yo para hacer ese trabajo necesito material, lo necesito. Tengo que comprarlo, lo tengo que comprar y pagar. (…) Entonces ahí estaba el inconveniente, que ibas empezando a comer los ahorros, los pocos que podías tener. Recibías (el dinero) a futuro, yo te hacía hoy el arreglo a ti en la boca y me lo pagaban dentro de tres meses. Pero yo para hacértelo, necesitaba el material y el material no me lo financiaban.
Se refieren a los esfuerzos en el trabajo, a la gran energía que empleaban sin obtener nada a cambio: [Andrés] Y en Argentina lo que nos pasaba era que nos deslomábamos, hacíamos cosas para que... y no salían las cosas o era todo para atrás. Cuanto más trabajo menos recompensa y no solo a nivel económico, en general, entonces nos la veíamos muy negra.
El impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo de los salarios aunque afectó a todos, lo sufrieron algunos más que otros. La aplicación de políticas neoliberales trajo aparejadas transformaciones en la clase media y en la baja. La población tuvo que restringir sus gastos para llegar a fin de mes. La caída de Fernando de la Rúa fue anunciada, después de su derrota electoral en octubre de 2001 ya fue imparable119. El día 30 de noviembre se produjo en el país una fuerte presión a los bancos por parte de sus clientes. El 1º de diciembre el gobierno anunció el corralito. Nadie podría extraer el dinero que tuviesen depositado en cuentas corrientes o de ahorro, sólo se les permitía una cantidad diaria. [Blanca] La gente saqueaba supermercados porque había hambre e iban a buscar comida, pero siempre que hay esas cosas, hay un político detrás, no es que la gente... Argentina había tenido unos picos inflacionarios, un clima de fin de mundo, íbamos al banco a coger dinero y no podías, la gente haciendo cola para entrar puteando al gerente, imaginate, calor, en diciembre hace calor, para mí fue muy significativo.
Un año más tarde los bancos comenzaban a devolver el dinero depositado, pero lo que hacían era entregar pesos, aunque en su momento la entidad hubiese recibido dólares. 119 Ver en el capítulo dedicado al «Contexto de partida» el apartado acerca del gobierno de la Alianza.
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Los primeros meses de 2002 fueron caóticos. Al finalizar ese año el acuerdo con el FMI todavía no se lograba concretar, y un «baño de pobreza (sumergió) a toda la sociedad, del cual llevará décadas en salir»120. En ese sentido los testimonios son muy elocuentes, lo que escaseaba era el dinero: [Julia] …Cuando fue ese caos económico que se quedaron con la plata, inclusive con la mía… Ahí me harté porque yo trabajaba mucho. Tengo un lema en la vida que es la honestidad absoluta… y es dificilísimo trabajar honestamente en Buenos Aires y que te vaya bien. Trabajo hay, lo que no ganas es un mango, entonces ya me harté…
El cierre de fuentes de trabajo afectó a no pocos. Las industrias o se trasladaban a otro país, o iban a la quiebra. Ya no había garantías que una buena formación bastaba para encontrar un empleo acorde y bien remunerado. Para una joven que cursa el último año de bachillerato en un instituto dependiente de la Universidad de Buenos Aires121 y con un gran prestigio en el medio académico, quedarse significaba estudiar una carrera con el riesgo de terminar siendo taxista122. Algunas compañías, como la situación descripta en el caso siguiente, eran vendidas y despedían a parte de sus empleados, que, aunque recibían una cantidad razonable de dinero por los años trabajados, con la devaluación y más tarde el corralito, ese monto se convirtió en insignificante. [Joaquín] Vendieron la empresa (donde trabajaba), entonces empezaron a reducir el personal y me indemnizaron, me dieron un dinero en dólares, cuando lo fui a cobrar me lo pagaron en pesos, por el famoso corralito y con la plata, me pagué los pasajes y me vine.
Para otros, el corralito significó quedarse sin dinero, que el banco se apropiase de los ahorros, muchos o pocos, que tuviesen. [Pedro] A mi si me cogió el corralito como a tantos miles, en el doble sentido, en el sentido argentino y en el español. Yo me vine aquí en marzo del 2002 y el corralito fue en diciembre de 2001. Los pocos ahorros que tenía me quedaron adentro.
120 «La Argentina, un año después de la hecatombe». (Artículo firmado por Eduardo van der Kooy). La Nación. Buenos Aires. Domingo, 22 de diciembre de 2002. 121 Colegio Nacional de Buenos Aires. 122 «Cada vez más argentinos buscan otra nacionalidad». La Nación. Buenos Aires. Viernes 14 de julio de 2000.
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Además no se trataba sólo de los efectos que la crisis económica pudo tener sobre los entrevistados, que podía o no afectarle. Por supuesto que la situación personal de cada uno tuvo mucho que ver, pero el contexto social, lo que en general ocurría, también influía: [Ignacio] Yo llego en el 99, un añito antes de la debacle, pero mi debacle ya había sucedido con los mismos síntomas, en mi profesión y en lo social también, porque yo veía que la situación general..., no era mi situación particular, era lo que le estaba pasando a mucha gente.
Muchos no podían cerrar los ojos a lo que sucedía a su alrededor, las situaciones cotidianas que una mirada rápida detectaba, ésas, acababan afectándolos. [Eduardo] La crisis no sólo se mide por el dinero que tenés en el bolsillo, sino que se mide porque la sociedad entera se va deteriorando, entonces bueno, el tema de la seguridad… El tema seguridad es una inquietud que tiene relación directa con la crisis. El hecho de que tomés un transporte público y que veas toda la gente en estado decadente, también influye en tu ánimo…
El Estado que ya no cumple sus funciones: la inseguridad y el deterioro de los servicios sanitarios y educativos La seguridad ciudadana es una preocupación generalizada que repetidamente sale a relucir en las entrevistas. Están desde aquellos que fueron asaltados y a partir de ese hecho decidieron marcharse123, hasta los que no han tenido que padecer ningún episodio de esas características, pero que nos hablan de los «secuestros express» o de los robos que se producen a distintas horas del día y en cualquier barrio. [Alba] Era una sensación horrible, vivíamos en un bajo, allá se llama PH, que daba como a un patiecito exterior, con un miedo… porque a cada rato nos enterábamos que habían entrado a robar en el barrio de Belgrano (…) había un clima horrible en Argentina.
En este aspecto valdría la pena remarcar cómo, aquella visión idílica de país en el que la homogenización social era una característica que lo diferenciaba claramente de los del resto del continente, había desaparecido. 123 Es el testimonio de una argentina, hija de gallegos que retorna a la región de sus padres. http://www.fundacioniniciativas21.net/todalasgalicias/article.php3?id_article=162
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Las repercusiones de este cambio se producen de tal manera que se puede apreciar un aumento de las desigualdades sociales y una nueva forma de segregación espacial. Los sujetos de la clase alta y de los sectores medios superiores se atrincheran en urbanizaciones privadas, cerradas, con controles de seguridad para entrar y salir de ellas. En la mayoría de estos barrios cerrados han ido instalándose escuelas –muchas bilingües– y con reconocido prestigio, que son sucursales de la que ya funcionaban hacía años y que tenían su sede en la Capital Federal124, para que los niños y jóvenes sean escolarizados dentro de las fronteras del barrio. El resto de los ciudadanos se ve muy afectado por el tema de inseguridad urbana. Sobre todo la cuestión afecta a los que tienen hijos. Estos subrayan la importancia de que se críen sin miedo alguno. La posibilidad de ir caminando al colegio sin el temor a que los secuestren en el camino, o que salgan a la calle solos y que no les quiten la bicicleta, o las deportivas, si son de alguna marca conocida, o que puedan realizar cualquier actividad sin angustia, es valorado como algo muy positivo. Tanto como para emprender una nueva vida en un país diferente. Otro testimonio describe una situación común a todos aquellos que debían desplazarse, en particular cuando lo hacían en horas nocturnas, desde algún punto del Gran Buenos Aires al centro de la capital del país. La inseguridad en ciertas líneas de los trenes suburbanos también es noticia habitual en la prensa argentina y por supuesto es vivida con angustia para quienes no les resta otra alternativa que utilizar ese medio de transporte. Lo fundamental para venirnos fue el tema de la violencia. Mi marido trabajaba en un restaurante del centro de Buenos Aires y viajaba hasta Merlo, donde teníamos nuestra casita. Llegaba después de las dos de la mañana y era peligroso el viaje en el tren y el largo trayecto de la estación a casa. Hubo varios asaltos y no quisimos aguantar más125.
Pero no sólo se corría riesgos viajando en los trenes a la madrugada, tampoco los que regresaban a su vivienda en coche, en especial si estaba localizada, como en la cita anterior126, en el Gran Buenos Aires, escapaban al temor de ser asaltados. Generalmente, antes de entrar al domicilio, recorrían algunos metros de más para poder observar si algún extraño merodeaba en la oscuridad. Este tipo de práctica era habitual, el momento más vulnerable se producía justamente al descender del coche para abrir el garaje o la puerta de la vivienda: 124 Un texto sumamente sugestivo sobre la temática es el de Maristella SVAMPA, Los que ganaron. La vida en los countries y barrios privados. Buenos Aires, editorial Biblos, 2001. 125 «La nueva vida de 25 familias argentinas que se radicaron en pueblos españoles». Clarín. Buenos Aires. Lunes 2 de julio de 2001. 126 Merlo es un ayuntamiento que está localizado aproximadamente a 30 kilómetros al oeste de la Capital Federal.
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[Horacio] Al llegar las ultimas épocas a mi barrio donde realmente tenías que darte una vuelta con el coche antes de llegar a tu casa, mi casa no era un chalet con piscina, era un barrio de obreros, pero igual tienes que darte la vuelta a tu casa para ver si el tema pasaba tranquilo y después aparcar el coche. Un coche que tenía 15 años, eso afectaba a todos, no a una clase acomodada, no es «los pobres roban a los ricos», no... el caos es total, entonces a partir de que me estaba empezando a quedar sin dinero.
Además de estos factores también la necesidad de tener cobertura médica o brindar una buena educación a los hijos es un tema recurrente. «Nos asusta mucho la inseguridad y la falta de acceso a una buena atención en la salud y en la educación…»127, manifiesta un matrimonio. Ante la última cuestión que señalan, la escuela pública, que otrora fuera modelo de sociabilización y ascenso social, debemos subrayar que estaba en proceso de franca decadencia desde hacía décadas, motivo por el cual los sectores medios enviaban a sus hijos a colegios privados. En esos años, si el colegio no estaba subvencionado por el estado, el costo económico afectaba al presupuesto familiar. Este tipo de discurso que incluye los temores de los padres no sólo por el tipo de formación, sino por el futuro de sus hijos se repite con asiduidad. Uno de ellos lo deja claro: «Mis viejos pensaban en nuestro futuro. Ese fue el principal fin de nuestro viaje…» Respecto al sistema sanitario, dado que éste no cubre las necesidades de todos los habitantes, por ello se recurre a la medicina privada, que en Argentina se denomina pre paga. Al carecer de ella, y cuando se padece alguna enfermedad crónica, la posibilidad de recibir atención especializada, gratuita, en otro país, es determinante para tomar la decisión de marchar. [Abel] …Mi padre se estaba quedando ya sin cobertura médica, era imposible pagar una medicina privada, él tenía problemas cardíacos. Ya tenían la idea (se refiere a la emigración), no sabían cuando se iba a hacer y fue ese el momento de hacerlo.
Aunque existe un abanico de entidades que brindan este tipo de servicios, con importes mensuales diferentes –las hay con cuotas muy elevadas y otras que no lo son tanto– pero, y en ningún caso representa un monto insignificante, el hecho es que para muchos resultaba prácticamente imposible sostenerla. 127 Carta de un matrimonio, de 30 años de edad, casados desde hace 7 años, con dos hijas, solicitando información para emigrar. Extraído de la página El Exilio de Gardel. Org. (Información de contactos de argentinos que te pueden ayudar): http//:www.elexiliodegardel.org/ emigrantes.htm
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[Sol] Teníamos una obra social, como si aquí dijera Sanitas, bueno una allá, así, y bueno fuimos bajando de nivel. Teníamos la más alta, cada vez bajamos, cada vez, hasta lo menos que se podía (pagar), pero aún así significaba mucho dinero pagarla.
«Me sacó la esperanza el país…no tenía qué soñar…». Las causas subjetivas que impulsan la salida A pesar de que la literatura tiende a señalar los motivos económicos como desencadenantes de los flujos migratorios, debemos destacar que tan importante como las causas económicas fueron las subjetivas, las emocionales, las que involucraban la desesperanza, las que llevan a que muchos argentinos emigren. «La emigración responde creo a cuestiones íntimas. Nadie te empujaba…», nos decía un entrevistado. Ya la decisión de marchar no estaba ligada, como en etapas anteriores, a factores políticos o exclusivamente económicos, los que ahora se ponían en juego implicaban una revisión del proyecto de vida de cada uno. Más aún tenía que ver con cuestiones más profundas relacionadas con los sueños de las personas. Sobre todo en los más jóvenes, la crisis económica acarrea consecuencias muy profundas sobre sus ilusiones. La frustración por la falta de posibilidades en llevarlas adelante se convierte en una carga muy pesada de sobrellevar. Una frase de una de las personas entrevistadas resume con claridad el sentimiento de la mayoría: «Me sacó la esperanza el país…no tenía qué soñar, y llegué acá con todos los sueños». Otro incide y reafirma la misma idea, en Argentina es imposible soñar, no hay lugar para que esto ocurra: «Estoy convencido que sin un sueño no tiene sentido la vida y en nuestro país han matado todos los sueños a sus sufridos habitantes»128. Un importante número de los argentinos que entrevistamos manifiestan sentimientos de fracaso, de los cuales responsabilizan al país. Más aún tienen la sensación que abandonan un lugar sin que pierdan nada por dar el paso. A pesar de esto no reniegan de él, pero sí del momento que les ha tocado vivir. [Santiago] …A mi el país no me da vergüenza ni nada. Pero es muy negativo todo. Tener 20 años y estar como rendido ya a los 20 años… a dónde vas a los 40 entonces?
128 Extraído de la página El Exilio de Gardel. Org. (Información de contactos de argentinos que te pueden ayudar): http//: www.elexiliodegardel.org/emigrantes . htm
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Aspiran a salir adelante en la vida por su esfuerzo personal, sin interferencias de factores externos, imposibles de controlar, que se los impidiera. [Javier] Todo mi entorno se empezó a quedar sin trabajo y yo también. Entonces sentí que quería empezar a desarrollar mi potencial en un sistema que no me traicionara. Y eso fue lo que me dije, que una de las cosas que me motivaba a venir era poder desarrollar algún proyecto. Sabía que alguno iba a ser pero no sabía cual en un sistema que yo no pedía que me ayudara. Quería solamente que no me traicionara, que me diera las condiciones elementales para que yo currara y saliera adelante, que dependiera de mi…Que el gobierno no se quedara con mi dinero, que el banco no se quedara con mis ahorros.
Otro testimonio muy similar señala la peculiaridad de esta oleada de argentinos llegados post 2000, que están cansados de ser traicionados por el sistema y que, de alguna manera, insisten en aspirar a que la responsabilidad de su éxito o su fracaso dependa exclusivamente de su esfuerzo: [Ignacio] De hecho en esa última tanda se ha ido mucha gente, en la que me incluyo, que ya no es por motivos políticos sino porque estamos hartos de gastarnos nuestros mejores años productivos en un sistema que te mete palos todo el tiempo. Entonces yo, en mi caso particular, quise ver cómo era desarrollar todo mi potencial en un sistema que no me traiciona que por lo menos las reglas sean claras, que si me va mal o bien que dependa de mi
¿Qué podemos planificar?. ¿Qué puede depararnos el futuro? Son preguntas que se hacen los jóvenes y los no tan jóvenes. La respuesta está estrechamente ligada a la emigración. Se busca un modelo de país diferente, un país que sea estable y que brinde seguridad a su población. El padre de dos jóvenes inmigrantes en Madrid nos explicaba que él comprendía la decisión que sus hijos habían adoptado: [Rodrigo] Lo entiendo, entiendo lo que han hecho. Porque de repente en Argentina no está muy claro para los pibes para dónde ir. La Argentina quebró, era un país igualitario, un país que era cabeza del continente… esta no es la Argentina que yo viví de joven.
Por ejemplo un matrimonio, en la madurez de su vida, señala esa necesidad de poder tener perspectivas sobre el día de mañana. Dicha necesidad es tan importante como para «animarse» a la aventura migratoria con más de cincuenta años de edad. [Eduardo] …Entre otras de las cosas que nos pasó en la Argentina está el hecho de no poder tener claro el futuro, de vivir en una permanente inestabilidad…
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Para los jóvenes la situación es más grave aún y les provoca un descontrol. En efecto, hay un momento que pareciera que la sociedad entera se sume en la locura. [Adela] Es para volver loco a cualquiera. Es para volver a una sociedad esquizofrénica, loca perdida. No me extraña que haya un porcentaje de suicidios altos. Entre la juventud argentina no hay sensación de buen futuro… No hay sensación de que vas a poder progresar y que vas a poder adquirir aunque sea el 70% de las cosas que adquirieron tus padres. Ni el 70, ni el 50, ni nada…
Lelio Mármora, especialista en el tema manifestaba, en un artículo de opinión publicado en Clarín, que los emigrantes del 2000 se iban impulsados por la desesperanza129. Mientras que los del ´80 huían por el descalabro de sus economías, los actuales creen que no habrá posibilidades de desarrollo en un país rico y con poca gente: [Beatriz] Me gusta mucho Mar del Plata, y se que es mi ciudad y voy a morir ahí, pero…el estudio no me rendía y trabajo tampoco había. … A ver… cómo me explico, todos, cero, teníamos trabajo, nuestras familias. Pero queríamos volar nosotros, valernos por nosotros mismos y en una ciudad chiquita como es Mar del Plata…
Más que nada no marchan fuera porque piensen que todo se les va a resolver, sino porque dentro no van a poder progresar130. [Gustavo] …En un país donde las cosas están bastante chungas como para arrancar y donde la posibilidad de fracaso está…no sólo en uno, sino que nunca existieron las posibilidades. (Eso) invita a pensar dónde hago esto?. Esto quiere decir que a mi lo que me pasaba en Argentina era que yo pensaba: si el día de mañana me va mal, que sea porque yo hice mal las cosas y no porque nunca hubo una oportunidad para mi.
Las influencias de la prensa, la experiencia migratoria previa y la imagen de España Tal como al comienzo de este apartado señalamos que la prensa analizaba la crisis y las posibles soluciones, entre las cuales se encontraba el camino de la emigración, insistimos en que es evidente que la repetición de 129 Lelio MÁRMORA, «Los adioses a la patria». Clarín. Buenos Aires. Domingo 13 de mayo de 2001. 130 «Los adioses a la patria». Clarín. Buenos Aires. Domingo 13 de mayo de 2001.
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las noticias tuvo que tener alguna influencia en los candidatos que deseaban marcharse del país. Pero hubo otras cuestiones también significativas en ese aspecto. Una de ellas nos parece bastante clave, se refiere al hecho de si se había producido alguna tentativa previa en el mismo sentido en la unidad familiar. Dicho en otras palabras, si en algún momento se había desencadenado un proceso emigratorio, sin importar si éste había podido o no concretarse. En tal sentido, en la mayoría de nuestra muestra, existía una cultura migratoria, y por ello entendemos o que la familia tuviese un componente europeo, en cuyo caso se trata de una migración transgeneracional, o simplemente que alguien del grupo hubiese emigrado, o inclusive del contexto más cercano, amigos, compañeros de estudios, etc., que aflora en el momento de decidirse a la marcha. Más aún si el vínculo es con alguien del entorno más directo. De ser cierto lo que algunos defienden, que los argentinos «descienden de los barcos», como habitualmente se dice, la cercanía cultural con lo europeo es algo indiscutible y ayuda a que el acto de «dejar algo», de «marchar», «partir», «abandonar», se convierta en «dirigirse hacia», «encaminarse a», «encontrarse con». Si tenemos en cuenta esto, resulta más fácil entender el por qué a los argentinos les cuesta definirse como inmigrantes. Como veremos más adelante, si se trata de alguna manera de una «vuelta de tuerca», no se trasladan a un ámbito ajeno, por el contrario lo sienten cercano y conocido. Finalmente de allí salieron sus antepasados. [Tomás] Con Carlos que es mi abuelo, teníamos una relación muy fuerte, teníamos una relación pasional, estábamos todo el día juntos. Me regaló la navaja y había una relación prácticamente como en un pueblo, o sea salíamos a caminar, nos tirábamos al césped, me hacía tortilla, la envolvía en papel de periódico…Mi abuelo me hablaba de su infancia aquí en España y siempre se miró hacia aquí.
En este caso, y en otros, la influencia de su padre, y el hecho de que hubiese residido por un tiempo en España, imprimió en el sujeto el deseo de «alguna vez» recorrer el mismo camino. [Gustavo] Mi viejo había vivido acá y yo quería mucho a Madrid … cuando vivía mi viejo. Venía dos veces por año en mi adolescencia. Entonces yo siempre, independiente de la historia de la Argentina y todo lo que pasó en el 2001 y la crisis y tal, independientemente de todo eso, yo siempre tuve la fantasía de en algún momento venirme a vivir a España.
Cuando la salida se produce en este contexto, parece menos dramática para los que se quedan y para el que marcha. El primer entrevistado, un joven, soltero, único hijo varón de la familia, explicaba la respuesta de los padres cuando manifestó su deseo de irse, indicando que no les llamó la atención porque España siempre había sido un referente para el grupo.
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Un hecho que ha contribuido en ese aspecto tiene que ver con el cambio en la imagen que en Argentina se tenía de España. En Buenos Aires la presencia de «lo español» ya no fue sólo patrimonio de los inmigrantes. El cine, desde hacía décadas, mostraba la «nueva» España, la de la transición primero, y la democracia asentada después. La literatura también hizo su aporte, en la Feria del Libro de Buenos Aires aparecían los más reputados autores españoles. Actores como Sacristán o Charo López llenan los teatros porteños. Si las películas de Saura tuvieron enorme éxito en la década de los 70, más tarde el cine español en conjunto colmaba de espectadores las salas de exhibición. En la actualidad no sólo se esperan con ansiedad los filmes de Almodóvar, considerado el Fassbinder español, sino que los argentinos, sobre todo los jóvenes, no se pierden a Torrente. Serrat fue un ídolo desde que comenzó en los sesenta y nunca dejó de serlo, pero en los últimos años apareció Sabina, que hasta cantó a las Madres de Plaza de Mayo y a su novia «la bostera»131. Los más jóvenes escuchaban a Mecano, después surgiría Ismael Serrano y para los sectores populares, Bisbal. Uno de los testimonios lo señala, además de incluir como factores que acercaron a ambos países, la problemática de la guerra civil y la repercusión que tuvo en el país la llegada de los exilados: [David] Nunca pensé vivir en otro sitio que no sea Madrid. Yo pensaba encontrar la idea que tenia de Madrid tenia mas que ver con lo que había visto en las películas de Almodovar y las canciones de Sabina y en Argentina conocimos mucho España por la agresión republicana, la gente que se fue en la época del franquismo.
En otro orden, su ingreso a la Unión Europea y la apertura hacia ese continente influyó y mucho. El desarrollo económico que experimentó, el aumento del consumo, el estado de bienestar, en general la modernización de España fueron elementos que intervinieron en la toma de decisión. [Ignacio] …Por toda esa cosa que uno ya venía conociendo de tantos años…de vivir en España, de vivir en Europa, que es el primer mundo, entonces era como que eso estaba en el inconsciente colectivo. Y cuando hubo la oportunidad, los que más o menos lo teníamos en mente, no lo pensamos…
La imagen que los argentinos tienen de España, a pesar de la fuerte crítica que reciben algunas empresas españolas instaladas en aquel país, continuaba siendo muy buena en el 2005. La consultora Opinión Pública, Mercados y 131
Así se denomina a los seguidores del equipo de fútbol Boca Juniors.
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Servicios realizó durante ese año una encuesta entre la población del país. Ante una pregunta tan delicada como la que involucraba el futuro de los hijos, el 25,1% de los entrevistados escogió España como el país al cual los enviarían para que estudiasen. Por detrás se ubicaba Japón, con el 11,9%; Suecia, 9,6%; Francia, 8,8% y Estados Unidos, con el 5,9%. Italia, a pesar de que un gran número de argentinos tiene antepasados nacidos allí, sólo era escogida por el 2%132. El particular contexto de los jóvenes [Tomás] ¿Por qué vine? Si me preguntas, no lo sé. Sólo sé que son un montón de cosas que uno puede ir contestando con el tiempo pero que no está claro. En principio, no tenía ningún motivo, ni económico, ni social, ni afectivo. Nada. Sólo fue más mi curiosidad, o sea aparentemente... y mi ansiedad de quererlo todo y de conocer cosas nuevas.
Los más jóvenes, solteros, sin hijos, explican su partida desde su deseo de aventura, de conocimiento, de autonomía, de crecimiento personal, como una prueba de lo que son capaces. Vienen a ver, a «pasear el ojo», sin una formulación explícita de sus motivaciones. [Tomás] …la decisión la tomé en dos semanas…Eso es más mi carácter impulsivo un poco, en las decisiones a veces soy muy poco analítico, a veces funciona y a veces no… [Rodrigo] No sé si había decisión de emigrar al principio... [mi hija] termina su carrera y dice: bueno... me voy a España. Y cuando estuvo ahí dijo: bueno, por ahí tengo suerte (...) y se quedó.
En cualquier caso, para ellos se trata más bien de una decisión temporal, de corto plazo, reversible. La salida migratoria no implica demasiados riesgos. Cuentan con el respaldo familiar, aunque no sea más que para regresar, si el viaje no resulta tal como esperan. Un padre, al referirse a su hija que vive en Madrid, lo expresaba con rotundidad: «Es un apoyo moral saber que en Argentina tiene a donde ir, no es expulsada, tiene una cobertura, eso es seguro». Además, la franja de edad en la que la mayoría está incluida les permite ir y desandar lo que anduvieron, restándoles todavía el tiempo suficiente como para empezar de nuevo en Argentina. 132 Encuesta realizada a una población de 800 personas en todo el país. 31 de octubre de 2005. http://pan.starmedia.com/noticias/hispanos/argentina_103960.html
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En algunos hay un afán de aventura, de descubrir otras tierras. No en vano Europa, en especial ciertos países como Francia e Inglaterra, habían estado presentes en el imaginario social de buena parte de la clase media argentina. Especialmente de aquella más intelectualizada. Una de las personas entrevistadas explicaba que la fantasía de venirse a Europa era recurrente en su vida, que en realidad, lo que ocurrió fue que las personas, cuando tuvieron la mínima posibilidad de hacerlo, emprendieron la marcha: [Ignacio] …Vivir en Europa, que es el primer mundo, entonces era como que estaba en el inconsciente colectivo. Y cuando hubo la oportunidad… los que más o menos lo teníamos en mente, no lo pensamos…
Los jóvenes y los no tan jóvenes querían satisfacer su anhelo de viajar. En vacaciones se marchaba al exterior, los hábitos al respecto incluían hacerlo a Uruguay, desde hace algunas décadas también Brasil, pero en esos casos sólo se buscaba playa y sol. Volar hacia Madrid, comprarse el eural pass y recorrer el viejo continente implicaba otras cuestiones. Anhelaban poder disfrutar, de primera mano, de la cultura encerrada en los museos. Ir a Europa, estar en París, conocer Londres o recorrer Berlín, formó parte de las aspiraciones de muchos jóvenes en el país133. Para eso había que disponer de dinero, una de las posibilidades que tenían para reunirlo era trabajando, pero haciéndolo en un lugar donde la retribución obtenida les permitiera cumplir los deseos. [Pablo] No había trabajo para nadie y nosotros queríamos viajar, queríamos conocer, teníamos mucha curiosidad de ver España, de ver Europa. No teníamos dinero para viajar así que la única opción que teníamos era venir a trabajar…porque si hubiera tenido dinero daba la vuelta al mundo y listo… Y bueno un poco por curiosidad y para conocer y porque viajar te abre la cabeza.
Parece como si no lo hubiesen planeado, como si dejaran que las cosas fueran fluyendo: [Guillermo] el mío (el plan) era venir a conocer y ver que tal. Si salían las cosas bien y si no... pero yo creía que no me iba a quedar. Yo 133 Aunque pueda mostrar cierta crítica nacionalista, la canción de Ignacio Copani, cantautor argentino muy popular en la década de los ochenta y noventa, Me voy a Europa, refleja el deseo de viajar por Europa, al menos en una parte de la clase media. Uno de los párrafos dice así: «Me voy a Europa, mama... estoy tan deprimido que me quiero escapar. Me voy a Europa, prepárame la ropa y las tarjetas de mi papá. Tal vez me alivie un poco observando el Jet Set, trepando en la cima de la Torre Eiffel y olvido a estos locos ignorantes “de mier” [mierda] que ni conocen el Louvre».
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venía para conocer y por un tiempo. .. No se. Conocer, pasarlo bien, pero luego si también conseguía algún trabajo interesante…
Algunos incluso manifiestan que, al comienzo, planearon unas vacaciones que, con el transcurso del tiempo, se convirtieron en una situación estable. [Enrique] «Me vine un mes de vacaciones y tal y muy bien y luego, sin darme cuenta, me fui quedando. Me fueron saliendo cosas que yo quería hacer de alguna manera…»
La idea de «venirse de vacaciones» es explicitada por varios entrevistados, que especialmente se refieren a la combinación de periodos de ocio y de trabajo. [Daniela] Cuando ella volvió (habla de una amiga que pasó unos meses en 1999 en Palma de Mallorca) empezó: ah…porque tenemos que ir… ah… porque tal, porque cual. Y yo, en principio nos íbamos a venir las dos y una chica que ella había conocido cuando estuvo acá. Yo venía de vacaciones, vacaciones… a trabajar, pero a ver qué onda, que movida había acá en la isla.
Aunque viajar era el objetivo de gran parte de los jóvenes, algunos tenían motivaciones más específicas, como este grupo de estudiantes de turismo que escogieron Palma de Mallorca: «salimos de Argentina porque él y dos chicos que eran amigos de él estudiaban turismo, veníamos hablando de viajes…por aventura nomás…» E inclusive otros habían viajado en varias oportunidades, y la que luego resultó la definitiva, tampoco se planteaba como tal; era otra más… [Nicolás] [el entrevistado había estado tres meses en España, tampoco en éste viaje permanece sino que recién en un tercer intento se instala] … a fin de año decido volverme, todo el dinero que ahorro… me vengo para acá tres meses, paralelamente hay otro amigo que quiere venir y lo traigo también…
La falta de expectativas en el país, real e imaginada, se convirtió en el telón de fondo de la partida de estos jóvenes. Gran parte de aquellos que han llegado a España son porteños y bonaerenses (del Gran Buenos Aires), hijos de familias «de clase media»134, que cursaron algunos años en la universidad. Allí, su realidad era «anómica», en el sentido que las condiciones mate134 La clasificación de este grupo como clase media responde a una auto adscripción de los entrevistados.
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riales les impedían construir un proyecto de vida acorde a los parámetros que ellos entienden como dignos, legítimos. [Mariano] ...En un momento estaba haciendo un largo de segundo de dirección y el segundo día de filmación se paró la película porque el productor decidió que no quería hacer la película y ahí decido, bueno, me deprimo. Me voy a un bar. Me encuentro con un amigo y yo siempre tenía ganas de viajar. Y me dice: bueno, pero es un buen momento para que te vayas a la mierda.
Por un lado sienten la presión subjetiva, el mandato familiar de estudiar una carrera; por el otro, el mercado de trabajo es inaccesible a pesar de la preparación; no se dan las condiciones materiales para poder capitalizar sus años de estudio, ni alcanzar los recursos necesarios que posibiliten el desarrollo de un proyecto de vida autónomo, ni siquiera mantener el nivel de vida que tuvieron sus padres. Las posibilidades se reducen: resulta bastante inviable cumplir sus expectativas de clase media. Esta vivencia se refuerza o se deja notar con más claridad a la luz de los acontecimientos económicos y políticos del año 2001; no son el motor sino «las gotas que colman el vaso». Es decir, probablemente, estos jóvenes se hubieran venido de igual modo. [Cristina] ...Las cosas se daban mal, iban mal y sentíamos que no teníamos posibilidades de estar mejor, sino que teníamos posibilidades de estar peor de lo que estábamos... [Tomás] También un momento bastante jodido, bastante...muy inestable... [Horacio] También en la época que nos fuimos fue un época muy fuerte, habíamos pasado todo el 2001, casi todo el 2002 también, que fue un año de debacle total y vivimos los momentos más duros... si eso no hubiese existido, hoy igualmente estaríamos acá, pero eso fue un factor más.. el 20 de diciembre del 2001 cuando estábamos en el cacerolazo... Pero bueno...
En el caso de los que llegan con sus padres, las distintas crisis que fueron sacudiendo al país «abonaron» el terreno para que los progenitores recurrieran a la posibilidad de emigrar: [Guillermo] Fue una decisión más familiar, ellos ( su madre y su padrastro) lo tenían decidido hace tiempo, ya que…vamos a España … [Abel] Fue una decisión familiar, fue una decisión en grupo con mis padres…mi padre había conseguido (el pasaporte italiano), para toda la familia, hacía diez años.
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En el imaginario de la nación argentina, existe la norma legítima de la educación como vía de movilidad social, y ante lo inviable que les resulta cumplir esta meta –aunque ya nos hemos referido a la preocupación de los padres al respecto– en el caso de los jóvenes, algunos se vienen a un país europeo con el propósito de poder poner en marcha este ideal. Como explicaba una exiliada argentina afincada en España desde la década de los setenta, en su época, cuando ella estudiaba en Buenos Aires, uno sabía que iba a encontrar trabajo seguro. En cambio, los jóvenes universitarios de ahora ven su futuro laboral con menos salidas y posibilidades. Así nos lo decía, en Buenos Aires, Rodrigo, el padre de uno de los entrevistados: Lo entiendo, entiendo lo que han hecho. Porque de repente en Argentina no es muy claro para los pibes ahora para donde ir, ¿no?. ... La Argentina que yo viví era una Argentina que tenía posibilidades de producir, una Argentina con mayor distribución de la riqueza. (...) Se entiende que la gente se quiera ir. Y si además se le suma que en el 2001 el país quiebra o lo quiebran... Para el caso es lo mismo.
Muchos buscan independizarse, «cortar el cordón umbilical», demostrarse lo que pueden ser capaces [Daniela]... pero hay que buscarse la vida… acá tenés que saber hacer de todo. [Beatriz]: por eso creo que todos nos hemos venido más que nada… a conocernos a nosotras mismas135. Eh... cortar el cordón umbilical... [Andrés]: ... vinimos solos. A buscarnos un poco la vida hemos venido acá. Allá tenés tu piso, tenés tus cosas.... [Cristina]: más seguridad, sabés que contás con tu mamá o con amigos.... entonces yo creo que estar acá nos ayudó a crecer, a independizarnos más.
Este deseo de autonomía apenas puede perseguirse en su lugar de origen. Conocen las escasas opciones que se muestran ante ellos, para poder cumplir el mandato familiar de ser unos profesionales de grado superior o medio que se realizarían a través de su trabajo. Como señalaba Cristina, no le compensaba trabajar de publicista, en una jornada de doce horas diarias, 135 La argentina que expone este pensamiento es una mujer. Creemos que su forma de pensar es extensiva también a los chicos jóvenes sobre todo de clase media, más protegidos por su entorno familiar. En cualquier caso sería interesante la exploración de la vivencia femenina de la inmigración; podría aportar matices al análisis de los procesos de inserción en éste y en cualquier movimiento migratorio.
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por un sueldo similar al que ganaría de administrativa o empleada en otro tipo de ocupación. De hecho, sólo le faltaba escribir la tesina para licenciarse y no lo hizo antes de venir a España. Según ella explica, no vale la pena el «sacrificio de trabajar» de ese modo: [Cristina] con lo mío... o sea en algo que tenga que ver con publicidad está muy mal pago, son muchas horas. Entonces a mí personalmente no me merece la pena el sacrificio de trabajar veinticinco horas por día. Entonces prefiero un trabajo como el que estoy, media jornada y cobrar casi lo mismo de lo que me pagarían por jornada completa.
En cierto sentido, el viaje y la residencia en España están vinculados con la imposibilidad de cumplir las expectativas de movilidad social puestas en su capital cultural y académico, atesorado por su origen social y sus años de estudio. Por ejemplo, en conversaciones con los que recién inician su carrera académica en los centros universitarios y de investigación en Buenos Aires, se percibe la insatisfacción y la frustración ante el escaso o nulo reconocimiento económico de su labor, así como la dificultad para acceder a puestos de trabajo en estas instituciones136. Por su parte, los padres de algunos de estos chicos, en Argentina, apoyan la decisión de sus hijos, casi desde su parte de responsabilidad en la decisión. La madre de uno que había emigrado a Barcelona, clase media porteña, reflexionaba que, en el fondo, no le sorprendía que el hijo se hubiera ido del país, ya que le había inculcado emigrar, marchar a otro lugar. Ella misma siempre había querido irse de Argentina. El padre de dos de los inmigrantes argentinos entrevistados, en una conversación en Buenos Aires, matizaba su posición ante la partida de sus hijos: [Rodrigo] no recuerdo el hecho concreto [de conversar el asunto del viaje con ellos] pero les diría que «si, vayan». O sea, yo siempre, que vayan para adelante. Acá las posibilidades no son muchas. Vayan y prueben. Igual al volver uno se potencia. Viene enriquecido, con más oportunidades y en el país nuestro, el que está afuera vale más.
En general no les resulta tan extraño que los jóvenes marchen –a probar suerte, por ejemplo–, menos aún cuando, como ya señalamos, sus bisabuelos o sus abuelos también emigraron en busca de algo mejor. 136 Existe el nombramiento «Ad honorem» para los universitarios que trabajan gratis en los centros públicos; aunque no aporta ingresos, al menos sí cierto reconocimiento. De hecho existe una diferencia interna auto-percibida entre los que tienen el «privilegio» de ser nombrados «ad honorem» y los que no reciben ningún tipo de nombramiento, que son los que trabajan «de onda». En ciertos ámbitos, incluso existe un proceso de selección para conseguir este tipo de puestos.
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[Daniela] digamos que el argentino, por esa misma relación de feedback que hubo en su momento: ellos fueron para allá, nosotros volvemos para acá. [Roberto] y uno viene con expectativas y no sé, y un poco, no sé, venir de Argentina y de Sudamérica y venir para acá era como abrir las puertas de Europa y no sé, vine muy ilusionado... [Horacio] ¿Para qué estuve cinco años estudiando cine, pagándome la carrera más cara de Latinoamérica con mi trabajo?, porque mis viejos son de clase media baja. Entonces esa inversión yo la tengo que capitalizar... ‘si yo me quiero dedicar a esto ¿qué hago? Me tengo que ir... porque la otra opción era dedicarme a otra cosa. Estaba clarísimo...Yo no soy capaz de eso y creo que tampoco haya que decirme nada por no hacerlo. Por eso me fui.
Los argentinos empezaron a pensar en los ancestros, en concreto, en qué documentos poseían del abuelo o abuela inmigrante. Dada la composición de la población argentina, no era difícil encontrarlos. Una de nuestras entrevistadas nos hablaba así de su familia: [Alejandro] Mis bisabuelos eran... los abuelos de mi mamá eran españoles, y por parte de mi papá... mi abuela nació en Argentina pero su familia eran italianos creo, y mi abuelo el padre era árabe, incluso una de las hermanas de mi abuelo había nacido en Siria creo... mi abuelo como era el mas chico nació en Argentina, pero sus hermanos si habían nacido en Siria.
Conseguida la nacionalidad, la puerta a Europa se abría, pareciendo que por ella podían escurrirse todas las dificultades. Además la mayoría había escuchado, desde la infancia, historias llenas de nostalgia sobre las aldeas y los pueblos que sus antepasados habían abandonado. Se trataba de regresar a un ámbito no del todo extraño y eso ayudaba en la elección. Pero para lograrlo había que involucrar a los padres. En general los abuelos habían sido los primeros en llegar al país, con lo cual sus descendientes debían recuperar la nacionalidad para trasmitirla a sus hijos. No fueron pocos los que recorrieron ese camino, en el caso de los italianos, algunos se dirigieron directamente a la comuna en Italia en donde había nacido el abuelo o la abuela, pero muchos realizaron el trámite en las representaciones consulares italianas en Argentina. Después, disponiendo del pasaporte, decidían su futuro.
CAPÍTULO III: «ANÍMATE, SI NO TE GUSTA TE VOLVÉS… POR LO MENOS NO TE QUEDASTE CON LAS GANAS» La frase, escrita en uno de los foros de internet, aconseja a un individuo que intenta en el 2005 emigrar a España. En este caso primero viajaría él y más tarde su familia. Nos gustaría subrayar que, en general, la emigración de los argentinos no fue realizada por etapas. Es decir, salvo en dos casos, todas las personas que entrevistamos y que formaban una unidad familiar, viajaron juntas. No existió una estrategia emigratoria en el sentido de que primero se trasladase el cabeza de familia –mujer u hombre– y después el resto de los miembros. En efecto, parecería que el viaje tenía que realizarse en conjunto, de lo contrario no pasaba de idealizaciones. Esto lo manifiestan con rotundidad los inmigrantes: [Guillermo] Fue una decisión más familiar: Ellos lo tenían decidido de hace tiempo, ya que… vamos a España y como mi padrastro tenia familia acá y como fue empeorando la situación de Argentina y tal. Fue sí, una decisión más familiar y lo de que nos animáramos a venir (...) porque si nos hubiese querido venir mi padrastro solo, yo creo que no se hubiera venido tampoco
Estados Unidos: el destino de algunos Respecto a la elección de país de destino, Estados Unidos parece haber sido, hasta el 21 febrero de 2002, fecha en que se implantó el visado para entrar en su territorio, el lugar escogido por la mayoría. Es evidente que las cada vez más complicadas exigencias para permitir el ingreso comenzaron a hacer mella en los emigrantes. Los que pretenden emigrar deben acreditar que son solventes y responsables y por ello se entiende, y tienen que demostrarlo con certificados, que tienen trabajo y
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dinero. En este caso con un extracto de sus movimientos bancarios y/o escrituras de propiedad de inmuebles. En síntesis que en el país poseen bienes que de alguna manera garantizan que van a regresar137. A la hora de analizar las consecuencias de esta medida, debemos tener en cuenta que no sólo impidió la marcha de muchos, sino que particularmente afectó a los familiares de los que ya estaban radicados en los Estados Unidos, que vieron como se truncaba su viaje e impedía el reencuentro138. Los datos son muy elocuentes. Si en enero de 2002 emigraron 23.118 argentinos a los Estados Unidos, en marzo sólo lo hicieron 5. 328139. Concomitantemente el éxodo hacia Europa continuaba. Para algunos los Estados Unidos no eran un referente y no querían vivir allí. Incluso entre los entrevistados, hubo quien probó suerte en aquellas tierras, sin conseguir adaptarse: [Maria] …Nos fuimos a Miami, pero no nos gustó, estuvimos tres meses y nos vinimos a Madrid. (…) A mi Miami no me gustaba … estaba toda la gente…incluso entre latinos, había un ambiente muy feo de competencia entre latinos…
España, país de destino de otros Las afinidades culturales Si bien es cierto que tener ancestros españoles tiene mucha influencia, escoger un país a donde emigrar parece no tener relación directa con la nacionalidad que hubiesen podido obtener. España es el destino predilecto de la mayoría de ellos, tengan o no ancestros de este origen. En general, se piensa que es un país de fácil acceso, otra cuestión es el tema de la obtención de los papeles para residir y trabajar. Las afinidades culturales y fundamentalmente el hablar un mismo idioma fueron condicionantes muy fuertes. Para un emigrante que el país escogido sea percibido como «familiar», como es el caso de España en donde la cercanía cultural es notoria, determina la elección: «…Porque acá se hablaba español, (mi hermana) me hablaba de que en España era mucho más parecido a Argentina…» 137 Ver nota: «Para ir a Estados Unidos desde hoy hace falta visa y “solvencia”». Página 12. Buenos Aires. Jueves 21 de febrero de 2002. 138 El endurecimiento de los controles con los que se encuentran irregulares en los Estados Unidos a partir del 11 de septiembre al parecer ha impulsado el regreso de muchos. Ya no es posible encontrar trabajos, por más precarios que sean, por más de unas pocas semanas. «El largo camino de regreso a casa». Página 12. Buenos Aires. Sábado 19 de abril de 2003. 139 «La visa frenó el flujo de emigrantes». Página 12. Buenos Aires. Martes 30 de abril de 2002.
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Las personas que entrevistamos repiten el argumento de las facilidades que conlleva el hecho de compartir el idioma, son varios los que inciden en este aspecto como fundamental: «Decidí venirme por el idioma» o «básicamente por la lengua…además yo quería estudiar algo, mi inglés es pésimo…». Más aún, algunos que se han asentado en ámbitos donde el español es el idioma que hablan todos los habitantes, manifiestan que esto claramente favoreció su estancia. Una joven que había visitado España unos años antes de inmigrar nos decía: «Y cuando tuve ganas de irme de Buenos Aires, decidí venirme a Madrid, por el idioma…». Mientras tanto, los que han escogido residir en Cataluña o en Mallorca, tampoco señalan que desconocer el mallorquín o el catalán sea un impedimento. Se fastidian porque en el trabajo alguien no se dirija a ellos en castellano, porque –según nos aclaran– saben que son argentinos, pero lo aceptan y acaban por entenderlo. Nada les impide desarrollar el tipo de actividades laborales en las que se inscriben habitualmente sin ser catalano parlantes. Más aún, de a poco, sobre todo a los niños, no se les presentan dificultades para dominar la nueva lengua. Hace 10 meses que estamos radicados en LLoret de Mar. La situación económica de nuestro país nos trajo hasta este bello lugar de la Costa Brava, tenemos tres hijos que se están adaptando al lenguaje140.
No obstante, el tema del idioma es importante aún para los que cuentan con ascendientes italianos y disponen de un pasaporte con esa nacionalidad. El no dominar el italiano los acerca a España, manifiesta un argentino que todavía permanece en su país: En principio quiero irme por 6 meses o un año a España, más que nada por el idioma, o Italia, ya que en realidad tengo la ciudadanía italiana141.
Un ejemplo concreto, el de un matrimonio con abuelos italianos por ambas partes, aunque en el caso del varón, también alguno español. Ellos manifiestan que en sus respectivas familias la influencia cultural italiana era bastante más fuerte que la española. Cuando les preguntamos en dónde intentaron radicarse –en la actualidad viven en Madrid–, respondieron: [Eduardo] Yo diría que en primera instancia estaban por igual, porque bueno, España tenía la facilidad del idioma. Con Italia uno pensaba que las costumbres eran un poco más parecidas, la sensación nuestra es
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http//: www.elexiliodegardel.org/emigrante http://www.patriamadre.com/
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que el argentino se parece más a los italianos. Hicimos ese mes de exploración en cada lugar y dijimos: no, evidentemente va a ser más sencillo y va a ser más fácil vivir en España que en Italia.
En otro, el viaje no fue de relevamiento del mercado de trabajo italiano, pero si para obtener la nacionalidad, y en ese momento se evaluaron las posibilidades. Como en el testimonio anterior se marcan las dificultades de no dominar el italiano. [Carina] Mi marido estuvo en Italia en el año 90, porque él hizo el trámite de ciudadanía en Italia y vio que posibilidades de trabajo no había, además del idioma, como que se sentía más cómodo en España.
El 35% de nuestra muestra tiene nacionalidad italiana, sin embargo, sólo en cuatro casos ha habido un intento de establecerse en Italia, aunque como podemos ver, todos frustrados. El siguiente incluye también el tema de la comodidad, España parece que atrae justamente porque uno se encuentra más a gusto. [Javier] (un entrevistado con nacionalidad italiana) yo estuve antes de venir acá en Italia, pero los italianos… yo no me sentí cómodo…
Aún cuando a Italia lleguen con un contrato de trabajo algunos manifiestan que el país no les gusta. Mientras que en España se produce una situación distinta. Entienden que existen más diferencias entre Argentina e Italia que entre Argentina y España. La idea de una España semejante a Argentina prevalece en todos, y éste es justamente el atractivo: [Willy] No le gustó … aparte extrañaba a la familia. El iba a ir con una sucursal de la empresa para la que trabajaba (...) y se volvió. Cuando se volvió no había vuelo directamente de Italia a Argentina, entonces se tomó un tren, pasó por Francia y entró a España. Cuando entró a España lo primero que vio se dio cuenta que era totalmente distinto, se dio cuenta que todo le resultaba conocido, entonces se quedó con esa imagen.
El discurso a veces tiene que ver con cuestiones muy prácticas y que pueden afectar a los jóvenes. Por ejemplo, para uno de ellos, si bien en Italia podría tener posibilidades de trabajo, y no veía dificultades con el idioma, por sentirlo muy próximo al español, pero el riesgo de ser convocado para la mili, lo hizo desistir. [Abel] Si no me equivoco, cuando vine yo tenía 27 años y me podrían haber obligado a hacer el servicio militar en Italia. Y eso era un condicionante. No quería perder un año ahí.
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Recapitulando, el pasaporte italiano no siempre conduce a sus portadores a escoger Italia como país de destino, simplemente se trata de una llave que permite la residencia en cualquier lugar de la Unión Europea. Recordemos que alrededor de 31.000 personas, a pesar de poseerlo, optaron por residir en España. Susana Novick aplicó a través de internet un cuestionario a 55 argentinos residentes en el extranjero. El resultado de ese estudio muestra que la nacionalidad y el país de residencia no tienen porque coincidir. Los que tienen un pasaporte español están radicados en España; los que cuentan con uno italiano pueden hacerlo en Italia, España, Francia, Inglaterra y Canadá; y aquellos con nacionalidad alemana, francesa e israelí viven en Alemania, España e Israel142. La existencia de redes sociales Según nuestra muestra, queda claro que los que tienen familiares o amigos en España, dispongan o no de un pasaporte europeo, cualquiera sea el país de su nacionalidad, vienen sin ninguna duda aquí. Tabla 11. Clasificación de los contactos de los entrevistados en España Relación parentesco/amistad
% de las entrevistas
Hermanos Primos Tíos Amigos Amigos de amigos
15 10 5 50 20
Tíos abuelos, primos lejanos son recuperados al ámbito familiar más cercano. Por lo general o ya era mantenido algún tipo de intercambio epistolar o bien es reiniciado a partir del momento en que se comienza a hablar de la partida. [Ignacio] …Yo soy nieto de españoles por todos lados (…) Mis abuelos emigraron y se conocieron allá y ahí nacieron mis padres, entonces claro, la cosa de la sangre. España para mi era mi familia, tengo un primo que vive aquí (…) y era un vínculo. Si bien con mi primo hacía muchos años que no nos veíamos, pero bueno era un vínculo familiar.
Alejandro Portes, que considera la migración como un fenómeno colectivo más que individual, nos introduce de lleno en el concepto de red social 142
Susana NOVICK, «Evolución reciente…». Cit., p.27.
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migratoria143. Las redes sociales, como veremos con detenimiento más adelante, cuando hagamos referencia a la instalación en el destino, son fundamentales a la hora de definir el país a donde emigrar. En ese sentido el flujo de información que llega de los que ya tienen experiencia es decisivo. Los amigos tienen mucha influencia, los que ya han superado la inseguridad de los primeros tiempos, los que tienen un trabajo y un domicilio fijo, esos son un referente. Pero además existen otras redes144 constituidas por los argentinos que habían llegado en las oleadas previas y que también actúan de soporte. [Alba]: Mirá nosotros nos vinimos en el año 2002, surgió la opción de venirse con un argentino que sus padres se habían exiliado aquí hace 30 años y ellos se vinieron con la dictadura militar que hubo en Argentina. El tiene una empresa de televisión, es camarógrafo y coincidieron en Los Angeles, que se habían ido a hacer un curso y le dijo: por qué no te venís a España?. Continuidad laboral vas a tener, que era lo que allá nos faltaba tanto a mi marido como a mi…
Mientras en el caso anterior, se trataba de alguien que residía en España desde los años 70, también están simplemente los que han llegado en años anteriores, no necesariamente mucho tiempo antes, pero el suficiente para controlar los códigos del nuevo país. [Enrique] …Dio la casualidad que XXX volvía a la Argentina, que hacía como tres años que no lo veía y me incentivó. Me dijo: por qué no te venís a Madrid…que lo conociera…
La simple presencia de amigos, de amigos queridos, bastaba. No necesitaban más respaldo que ese: «Una de las cosas por las que llegué a Madrid, porque tenía seis amigos del alma viviendo acá en Madrid». Cuando el apoyo se recibe de un familiar directo, en este ejemplo, un hermano o inclusive un primo, es más fácil definir qué se quiere hacer. [Sol] (su hermano, que ya vivía en Madrid) nos iba viendo cada vez peor, y al hablar por teléfono él nos decía «pero vénganse, algo se va a poder hacer, algo se va a poder hacer».
143 Alejandro PORTES, «Social Capital, Its Origins and Applications in Modern Society», Annual Review of Sociology, nº 24,1998. 144 Utilizamos el concepto de red social tal como es definido por Douglas Massey, es decir el conjunto de vínculos interpersonales que relacionan a los emigrantes con quienes los han precedido en el mismo camino y con los que no lo han hecho, a través de lazos de parentesco, amistad o paisanaje. Douglas MASSEY, «Why does the Immigration Occur?. A theoretical Synthesis», en HIRSCHMAN, KASINITZ y DE WIND (eds.), The Handbook of International Migration: The American Experience. Nueva York, Russel Sage Foundation, 1999.
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[Silvia] Me vine a Barcelona porque acá tenía a una prima y una esperanza…
Mientras que en estos casos el vínculo es muy directo, tampoco importa demasiado sino lo fuera, la relación puede ser con el amigo, de un amigo, de un compañero de trabajo, que vive en Barcelona. Ése es el contacto que disponen, que les brinda información y sobre todo que opina, que explica las oportunidades que pueden encontrarse, que interviene decisivamente ayudando a la toma de decisión. Los datos así obtenidos son valiosos, veamos un ejemplo sobre una cuestión específica: siempre se les aconseja que traigan los títulos homologados, de esta manera acortaran el tiempo de espera en España. Pero la red opera en otros sentidos. Para ilustrarlo están los jóvenes marplatenses que casi exclusivamente emigran a Mallorca. La isla, por sus características geográficas y económicas, se asemeja a Mar del Plata. Allí comenzaron a marchar y los testimonios son similares, las redes funcionan y una persona lleva a otra. Se ha construido «toda una infraestructura social entre las sociedades de origen y las de destino, que da permanencia al movimiento de personas y posibilita su transformación de un acontecimiento individual y esporádico a un proceso de masas»145. Se generó un boca a boca con resultados muy efectivos, tanto que al parecer el 70% de la emigración de esta ciudad turística argentina escogió esta isla de las Baleares y no otra146. [Beatriz] …En ese momento nuestro círculo de amistades (se refiere a 1999), tanto gente más grande como de mi edad, estaban viviendo en ese momento aquí. Entonces (fue) como para sentirnos más en familia.
Es un hecho que una vez establecido un flujo emigratorio desde un país a otro, se van afianzando mecanismos que lo retroalimentan. Las redes, insistimos, son fundamentales favoreciendo el incremento de las corrientes. Analicemos un caso concreto ilustrativo al respecto. Tomás arriba a Madrid en 1999, dispone de un pasaporte español porque su padre y sus abuelos paternos tienen ese origen. En Madrid contaba con un referente, una prima lejana de su padre, pero con la que mantiene lazos afectivos más intensos que la relación de parentesco que los une. En su casa permanece 6 meses. 145 Emilio PARRADO, «La etno-encuesta como alternativa metodológica para el estudio de las migraciones internacionales en América Latina». En Adela PELLEGRINO (comp.), Migración e integración. Nuevas formas de movilidad de la población. Montevideo, Ediciones Trilce, 1992. p. 71 146 Ver al respecto el artículo «Mallorca la isla de la fantasía». Página 12. Buenos Aires. Domingo, 25 de mayo de 2003. También: «Revolución sociológica en Baleares II. La colonia argentina». Que nos van a decir a nosotros si somos nietos de españoles». El Mundo. Suplemento de Baleares. Palma de Mallorca. Lunes, 21 de octubre de 2002.
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A los dos años, una de sus primas, María, sigue sus pasos, instalándose los primeros meses en su piso. Un año más tarde, Pedro, hermano de María también emigra a Madrid residiendo con ella. Después de un tiempo, Tomás influye en su amigo Antonio para que escoja España, y en concreto Madrid. Al llegar en 2002, Antonio, su mujer y su hijo permanecen aproximadamente 60 días en casa de Tomás. Más tarde, Antonio insiste a su hermana para que ella y su cuñado se trasladen a Madrid. También ellos convivirán con Antonio los primeros tres meses hasta conseguir su propia vivienda. El les facilita contactos para que encuentren sus primeros trabajos. Para entonces ya está asentado y sus actividades laborales le reportan dinero. Viaja a Argentina, –Antonio es oriundo de un pueblo de la provincia de Buenos Aires– allí se encuentra con un amigo al que convence para que emigre, Ernesto, que al llegar vive con Antonio y será él quien lo introduzca en la ciudad y en el mercado laboral. Un tiempo después, Luis, amigo de Tomás –habían sido compañeros en el Instituto– y conocido de Antonio, viaja de Buenos Aires. Desde el principio de su estancia, obtiene de Tomás un lugar donde dormir, y de Antonio un trabajo. O el siguiente ejemplo. Horacio llega a Vallecas en 1998, a casa de un amigo, después conoce a una española, Eva, y regresa a la Argentina. Al poco tiempo vuelve a España definitivamente. En el 2002 paga el pasaje a su hermana para que pudiera inmigrar. El primer mes y medio convive en su casa. Al mismo tiempo desembarcó también su padre, Horacio le ayuda a encontrar un empleo y el brinda alojamiento. En este panorama surge otra vía de apoyo, direcciones de internet. Los argentinos en el exterior, a través de páginas especializadas, aconsejan a los que pretenden emprender la marcha e inclusive informan sobre nuevas maneras de emigrar, la legislación inmigratoria española, cómo realizar los trámites más frecuentes, etc. Son varias las que se mantienen activas, quizás entre las más importantes, por el volumen de personas que entran diariamente, se encuentran: http://www.patriamadre.com/content/7.asp?Pg=6 http://hispanoargentinos.com http//: www.elexiliodegardel.org/emigrantes . htm http://www.casalargentino.org/ http://www.arxentinosnoexterior.galiciaaberta.com/portal/site http://www.despatriados.com/historias http://www.mateando.com http://weblogs.clarin.com/sudaquia/archives/2006/09/migracion_sudaca_los_que_se_van.html http://www.argenautas.com/?p=22 http://www.otrodestino.com.ar/Produccion.htm http://emigrados.com.ar/psyco/
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Evidentemente no podemos calibrar la incidencia que tiene este tipo de páginas en los futuros emigrantes, pero se trata de un nuevo modo de comunicación que sin duda está presente en gran parte de los hogares, por lo tanto no es desdeñable su intervención. Cuadro 1. Red social de Tomás147 ALICIA (tía de Tomás
MARÍA
BLANCA
JUAN (tío de Tomás CARLOS
............ . .ELENA . ... ... . . .. .. ... . . (prima) ...... .. . ..
LOLA (hija de Blanca)
GINO Y OTROS (amigos de Lola)
............ . .. . ... ... . . . . .TOMÁS .. ....... ..... ... .... .............. ......
............ . . . LUIS ... ... . . .. . . . . . . . (amigo ...... . . . de . . .Tomás) .. . ..... . .......
. . . . . . .. . . . . ..ANTONIO ... ... . . . . . . . . . . . . .. . ... .. ....... . . (amigos ........... .............. . . . Tomás) ........... ... . . . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . Su . . ..esposa . . . . ..e. . .... .. ...... . . . . hijo ........ ........
............ . . . ... ... . . .. . .SOL, . . . . . JUAN ....... . . . .PABLO . ... . .... .. .....
............ . MARÍA . . ... ... . . .. ...... . . (prima) ...... .. .....
............ . . . ... ... . . .. . . ERNESTO ..... ...... ... .. ... . .... . . .(amigo . . . . . .de .... ... ... ... ... . . . .Antonio) ........... ..
............ .. ... ... .. . . . .. .. .. . .PEDRO . ...... . . (hermano . ... ... .. . ... ... ... . de . . .María) .. ... . ...... ... . ..........
............ . . PEDRO . ... ... . . (amigo .. .. ..... . . . . . . . . . de .. . . . .Tomás) ...... .. . .....
147 Este modelo se inspira en los «action-set» de Adrian MAYER y en los trabajos de Tomás RODRÍGUEZ; MAYER, ADRIAN, «The Significance of Quasi-Groups in the Study of Complex Society», en Michael BANTON (ed.), The Social Antrophology of Complex Societies, ASA Monograph nº 4, N. Y., Praeger, 1996; Tomás RODRÍGUEZ VILLASANTE (coord.), Las ciudades hablan, Madrid, Ed. Nueva Sociedad, Caracas, 1994. La red es egocéntrica, representa las relaciones personales de Tomás en Madrid. La textura de fondo del recuadro indica la condición de inmigrante o de nativo: el punteado explica que se trata de argentinos que llegaron en la última oleada; el gris oscuro, los inmigrantes ya asentados, que llegaron en un momento anterior; el blanco, que son españoles. La flecha indica la dirección de la ayuda; como la red se ancla en Tomás, indica quién lo apoyó en su asentamiento y quién, a su vez, recibió su asistencia. El grosor de la flecha diferencia la naturaleza de la relación, según sea de amistad (menos gruesa) o de parentesco (más gruesa).
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Los que viajan con contrato de trabajo: una situación privilegiada Una situación muy especial y atípica es la de los que parten con trabajo y a un lugar preciso. Ellos de alguna manera no eligen, a ellos los eligen. Insistimos que no se trata de casos numerosos, todo lo contrario, pero existen. Un colectivo está formado por los socorristas. En el invierno austral de 2002 llegó a Mar del Plata un empresario español para reclutar a 30 de ellos. Ofrecía un contrato para cuatro meses de trabajo, un sueldo de 880 euros mensuales y el acceso a una vivienda, que debían abonar, durante el tiempo de estadía. La agrupación Horcas Libres, que nuclea a los socorristas públicos de esta ciudad, ejerció de intermediaria. Duele y jode dejar a tu familia, pero hoy es casi inmoral no aceptar el puesto. (…) Imaginate –propone– en España están corriendo a todo el mundo con el tema de los ilegales y las leyes de extranjería y a nosotros nos vienen a buscar, nos pagan y encima nos hacen un contrato en blanco148.
La experiencia se ha repetido varias temporadas aún. Un caso similar, ya que comparte la característica de tratarse de un trabajo estacional, es el de los instructores de sky que se trasladan durante la temporada invernal a los complejos instalados en el Pirineo. Otro ejemplo lo constituyen los conductores de autobús de Rosario que en el año 2002 y 2003 fueron contratados por una empresa en Tarragona, «Autocares Plana» que se comprometía a pagar el pasaje –aunque luego sería reembolsado por los trabajadores–, alquilarles una vivienda y un salario de 1.200 euros mensuales. Esta cifra bastó para que aceptaran las condiciones del traslado dado que un chofer en Rosario recibía el equivalente a aproximadamente 230 euros149. Otro caso es el de los argentinos que se incorporan al ejército español. Durante el 2001, una vez que acabó el reclutamiento obligatorio de soldados, las fuerzas armadas de España promovieron la incorporación a sus filas de latinoamericanos que fueran descendientes de españoles. Con ese objetivo fueron seleccionados 600 aspirantes, que finalmente quedaron reducidos a un número cercano a los 200, originarios tanto de Argentina como de Uruguay150. Por último, hay un grupo de familias argentinas a las que la posibilidad de emigrar a España les llegó a través de un operativo que desarrolló el 148 «Los guardavidas marplatenses que vinieron a contratar desde España». Página 12. Buenos Aires. Miércoles 29 de mayo de 2002. 149 Ver: «Colectiveros for export». Noticiero de Norte a Sur on line. Año 23, número 258. Febrero de 2003. 150 «Argentinos en el ejército español». Clarín. Buenos Aires. Sábado 16 de junio de 2001.
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Movimiento contra la Despoblación, emprendimiento de un empresario en conexión con alcaldes de las comunidades de Aragón y Valencia. Se trataba de unidades familiares; el primer grupo estuvo constituido por 128 emigrantes, con nacionalidad española, viajaron en septiembre del 2000 a diversos pueblos que se encontraban en peligro de quedarse sin habitantes. El contrato que firmaron antes de marchar les obliga a permanecer cinco años, a cambio de distintas contraprestaciones, créditos para los pasajes, trabajos y viviendas dignas y facilidades para la educación de sus hijos151. Este tipo de emprendimiento no fue exclusivo. El siguiente ejemplo es revelador tanto de la necesidad de población joven que tienen algunos pueblos en España, como de la intervención de un pariente facilitándoles la emigración. A la vez resume la típica situación de una familia durante la crisis, agravada por la existencia de siete hijos: Los Retzlaff no pasaban entonces por un buen momento. Gustavo de 48 años se había dedicado toda su vida a la venta de autos, pero ahora no tenía que vender. Ni a quién. En busca de mejoras laborales, la pareja –él porteño, ella misionera– se había ido trasladando de provincia (…) hasta que estalló la crisis (…) Gustavo se quedó sin trabajo ni posibilidades de conseguirlo: los argentinos, sencillamente no compraban autos (…) Fue entonces cuando llegó ese sorprendente email de la hermana de Gustavo en la que hablaba de un pueblo que necesitaba chicos. Era un pueblo rural, con calles de piedra y pocos habitantes (…) Al principio pensamos que no, que era una locura dejar todo para ir a un lugar que no conocíamos. Pero también veíamos que en la Argentina no podíamos hacer nada (…) Los problemas no habían dejado de sumarse. –Perdí el trabajo y el corralito me agarró unos ahorros –enumera Gustavo– además, habíamos sufrido cuatro asaltos: dos a punta de pistola. Por eso la tranquilidad que tenemos acá no tiene precio152.
En este caso les fueron abonados los nueve pasajes y entregado una casa en alquiler. Además de conseguirle un trabajo al jefe de familia y colegio para cada uno de los hijos.
151 «Cumple un año la operación que llevó a España a 25 familias argentinas». Clarín. Buenos Aires. Domingo 1º de julio de 2001. 152 «Los argentinos se fueron convocados por un pueblo español: Familia numerosa se necesita». Página 12. Buenos Aires. Domingo 20 de abril de 2003.
CAPÍTULO IV COMIENZA EL VIAJE Desarmar la casa o cómo uno se desprende de sus cosas Definido el país de destino, y ya con los pasajes en la mano, queda otra tarea pendiente, desarmar la casa. Hay que desprenderse de los objetos cotidianos porque en la maleta no cabe todo. Este es un proceso casi siempre doloroso y que implica una pérdida para la persona que marcha. Aquí comienza realmente la emigración, en este momento el sujeto toma conciencia real que se va. Los objetos que van a acompañarlos tienen que escogerse. Siempre habrá ropa, tanto de invierno como de verano, y si hay niños, también algunos juguetes que irán en el equipaje. Por lo general las elecciones nunca son las más acertadas y al llegar se encuentran con que el tamaño de las camas no son iguales, y por tanto, las mantas y sábanas no pueden ser utilizadas, o que el frío es más intenso y el vestuario no es el adecuado. Sin embargo insisto en que tal como señala un testimonio: armar el equipaje antes de partir es «más un ritual de viaje que un abastecimiento para lo que nos espera»153. Aún así hay que hacerlo, los individuos deben abandonar cosas que hasta entonces formaban parte de su entorno. [Alba] Fue complicado porque hubo que desarmar la casa donde vivíamos, dejar la casa para mudarse a otro país. Si es estresante una mudanza, imaginate lo que es desarmar, qué hago con mis cosas?... no las puedo tirar. Al pasar los años uno fue tirando bastante, pero con el transcurso de los años, porque uno en el momento no puede decir: bueno, todo esto vuela. Porque es durísimo y además uno no sabe si va a volver a los tres meses, a los seis meses…
153 Claudia YELIN, Emigrar en busca de un espacio de amparo. Buenos Aires, Granica, 2003, p. 13.
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Algo de su historia, obviamente que la más importante está compuesta por los afectos, debe quedar en el país. Aunque son solamente objetos, tienen un lugar en su mundo y aún así hay que dejarlos: [Marta] Vender tus cosas te paraliza un poco. Se que tengo que hacer un giro de 180 grados en mi cabeza y despojarme de todo.
Para Gustavo, el problema era su piano, quería llevárselo pero el costo del transporte en avión resultaba desmesurado, también trasladarlo por barco le era imposible. El piano debía dejarse en Argentina, con esta decisión llegaba el primer duelo desde que optó por marcharse154. En el año 2001 y 2002 se multiplicaron lo que en Argentina es conocido como «Ferias Americanas». El que se traslada de barrio, de provincia, de país, pone en venta, en su propia casa, todos sus objetos cotidianos. Generalmente las mudanzas son caras, mucho más si implican cruzar el Atlántico y las compañías aéreas sólo permiten transportar 20 kilos por persona a lo sumo, algunas, 32 kilos. Los que superen esta cantidad pagan por cada kilo de exceso. Además también es una manera de obtener algún dinero extra: «…Empezamos a vender muebles, porque traernos no podíamos traernos nada, lo único que no vendíamos era la casa…» Cuando la venta es organizada por el propio interesado funciona el boca a boca para difundirla, las cadenas a través del correo electrónico: «Mandé un mail a todos mis amigos con una foto de cada objeto»155, también los anuncios en los periódicos del tipo, «Familia vende todo por viaje». Otro procedimiento incluye la participación de una empresa especializada en «Ferias Americanas». La responsable de una de ellas resaltaba a Página 12 como «Antes trabajábamos con diplomáticos o empresarios extranjeros que volvían a su país… Pero desde el año pasado, más del 70% de las ventas son de gente que se va del país porque acá está muy mal, que como no puede vender su departamento revienta todo lo que tiene adentro y se va con lo que consigue en la feria»156. Cualquiera sea la manera de encararlas, las ventas se producen generalmente los sábados y los domingos. Ropa, plantas, muebles de la casa y del jardín, cortinas, electrodomésticos, ordenadores, libros, vajillas, adornos, juguetes, todo es puesto a la venta a bajo precio. Como explicaba uno de los entrevistados: «Vendí todo, el auto, la camioneta…los muebles». Mucho más importancia tienen los equipos que tengan que ver con la práctica profesional. Obviamente se obtiene más dinero, y en general siempre se encuentra algún interesado. 154 «Hay un corralito a la ilusión. Cuando emigrar se convierte en una cuestión cultural». Página 12. Buenos Aires. Lunes, 25 de febrero de 2002. 155 «Argentinos en liquidación». Página 12. Buenos Aires. Domingo 17 de febrero de 2002. 156 Ibídem.
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[Sol] yo vendo lo que es el mobiliario, claro, el sillón todo es lo de más valor (…) De un día para otro, la venta fue muy rápida, que no la pensamos, a un odontólogo de otra provincia…
El tema de los animales de compañía ha aparecido recurrentemente en los testimonios, de ellos es más difícil desprenderse. Sobre todo, cuando hay niños pequeños, los animales constituyen un referente afectivo importante, por ello se vuelve imprescindible que los acompañen en la emigración. Es tanta su importancia que, en las páginas de internet de los argentinos en España, hay una sección destinada a dar consejos acerca de los trámites que hay que hacer para viajar con uno de ellos. Así lo contaba Mónica: «Nos llevamos nada más que nuestra ropa, dos gatos y los juguetes de nuestra hija»157. Si no hay niños, el coste del transporte y la incertidumbre acerca de encontrar un lugar adecuado para que el animal pueda estar confortable, hace desestimar el traslado. Por ejemplo, una de las personas no sabía si en la casa en donde ella residiría por lo menos al llegar, podía tener al gato: «No podía traerme mi gato, tuve que dejárselo a mi padre…» E inclusive la familia que viajó por el incentivo de la campaña de repoblamiento de los pueblos, a la que hacíamos referencia en los párrafos anteriores, también viajó con su gato. Otra temática tiene que ver con las propiedades, en general los más jóvenes no disponían de una en Argentina, con lo cual no tuvieron que tomar ninguna decisión al respecto. Pero en la franja de los que ya no lo son tanto, nos encontramos con personas que tenían una casa o un departamento propio. Dentro de la muestra estos casos no llegan a una cuarta parte y ninguno se desprendió de ellos. Una mayoría prefirió dejarlo a algún amigo o a un familiar, y una pareja optó por mantenerlo vacío. De esta manera se aseguraban la retaguardia, si debían regresar, la casa los estaría esperando. Además, el cambio de pesos a euros no los favorecía, las ventas habían descendido y lo que pudiesen obtener si optaban por ella, nunca sería algo significativo. Para uno de ellos la posibilidad de alquilarla no fue contemplada. El dinero que pudiera recibir, al cambiarlo a euros, era irrisorio. Mucho mejor fue ofrecerle a una amiga que se instalara. De esta manera, cuando viaja a Argentina tiene su propio espacio: [Antonio] Paro en mi casa, que vive una de mis mejores amigas, Graciela, vive ahí en mi casa. No le cobro alquiler, ni nada, ella vive ahí. Y para que cobro un alquiler en Argentina ahora?. Para acá son 100 euros que me van a llegar… Para no poder entrar en mi casa cuando vaya. La utilizo como eso, no.
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La salida es por Ezeiza. Se emprende el viaje Los controles en Barajas Llegar a España, sobre todo en algún periodo en el que los controles sobre los que desembarcan en Barajas se ejerce con más celo, despierta inquietudes. En especial los más jóvenes, que viajan como turistas, temen que les impidan la entrada. Nos han relatado que una estrategia desarrollada por muchos consistía en comprar un pasaje abierto por un año, pero con fecha marcada de regreso a los tres meses. Cuando el plazo se iba a cumplir, lo ampliaban hasta que transcurriese el año. De esta manera tenían la posibilidad de usarlo para regresar a Argentina, o bien de forma definitiva o simplemente de paseo. A la vez, ante las autoridades de inmigración demostraban que su estancia sería sólo de 90 días, con lo cual el dinero que debían disponer era calculado para esos tres meses. Sin embargo, a pesar de los recaudos tomados, a algunos se los devolvía desde Barajas, siendo profusamente difundida esta circunstancia por la prensa argentina, con titulares del tipo: «Volver con la frente marchita» En octubre de 2002, once personas fueron retenidas en Barajas y obligadas a regresar a Buenos Aires, porque no reunían los requisitos que impone el gobierno español. Nos sacaron de la fila en la que estábamos y nos pidieron que tengamos 2000 dólares y reserva en hotel para entrar. El amigo que me esperaba me mandó una invitación hecha ante la policía, pero dijeron que lo necesario era una carta cerificada ante escribano158. Nunca pude ir más allá del aeropuerto de Madrid, porque allí me demoraron junto a otros latinoamericanos. Me exigían 2000 dólares para el ingreso y yo llevaba sólo 300, porque iba a parar a casa de mis parientes159.
En ambas situaciones se trataba de personas jóvenes, y en la última, sólo contaba con 300 euros para su estancia en el país. Es decir que reunía el perfil perfecto del inmigrante y como tal fue detectado por los funcionarios que controlan los pasaportes en el aeropuerto de Barajas. Al parecer, antes de entonces se habían producido episodios similares, pero en octubre de 2002, fueron especialmente efectivos. En total, desde 158 «El testimonio de los argentinos expulsados de España. Volver con la frente marchita». Página 12. Buenos Aires. Viernes 11 de octubre de 2002. 159 Ibídem.
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enero de ese año se habría rechazado a 76 argentinos, cifra que no parece relevante si se compara con los turistas que arribaron a España en esos meses160. Sin embargo, el hecho provocó denuncias de distintas asociaciones de residentes, que sostenían la arbitrariedad del procedimiento, ya que se escogía en forma aleatoria a los candidatos, aunque sobre todo se tenía en cuenta su juventud y el aspecto general. Los entrevistados, en cambio, manifiestan que, ante las autoridades migratorias, los argentinos tienen pocos problemas. España es un país de fácil acceso, otra cuestión diferente tiene que ver con la obtención de la documentación que les permitan ser «regulares». Para entrar en España sólo es necesario contar con un documento en regla: el pasaporte. Además su apariencia «europea» les facilita el pasaje por el sector de inmigraciones. En ese sentido el aspecto exterior similar, los rasgos físicos que no los diferencian, inclusive la vestimenta que responde a las mismas tendencias en la moda, los mimetiza con los españoles. Son rotundos al afirmarlo: «Yo vi que paraban gente que no se integraba en el paisaje como yo…». Aún más, algunos subrayan el hecho de que habría una discriminación positiva que los favorece claramente. [Alba] Yo creo que en migraciones son bastante racistas. Yo siempre entré como turista, jamás me preguntaron si traía dinero, ni nada. Creo que es suerte o que ellos se fijan a ver de dónde viene. Detienen a la gente de acuerdo a la pinta que traiga. Yo antes de bajar del avión me maquillo toda y si puedo colgarme la cámara de video, me la cuelgo…
Pasan desapercibidos en los controles y eso los hace tomar conciencia que, en la práctica, existe mayor tolerancia con ellos en su entrada al país, sobre todo frente a otros colectivos latinoamericanos. [Antonio] Yo creo que con los argentinos hacen diferencias, sobre todo si te ven blanquito. Que suena feo, pero es así. Te ven blanquito, te ven bien vestido, te ven que tenés buen nivel cultural, medianamente normal, y no te preguntan nada.
En esos meses el revuelo se trasladó de la prensa al gobierno argentino, que elevó ante la Cancillería española una carta de protesta. La respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores llegó a través de un comunicado de la embajada de España en Buenos Aires, en el que se especificaron los requisitos que se les exigirían a los turistas argentinos para ingresar a España. Así quien quisiera visitar el país «ya sea por turismo, negocios o para reencontrarse con
160 «España dice que sólo expulsa a unos pocos. Requisitos para argentinos». Página 12. Buenos Aires. Martes 8 de octubre de 2002.
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familiares o amigos, deberá contar con 30 euros diarios para su subsistencia, con un mínimo de 300 o su equivalente en otra divisa y un pasaje de retorno o con destino a un tercer país donde tenga asegurada su admisión, en un plazo que no supere los 90 días»161. También en este caso los argentinos, junto a los uruguayos, chilenos etc. tienen un status privilegiado, ya que a ellos no se les exige un visado de turistas al desembarcar en España, como sucede en cambio con peruanos, dominicanos, cubanos, colombianos, entre otros162. En el conjunto de los entrevistados, el 40% ingresó en España como turista, el resto tenía un pasaporte europeo. Los que no contaban con la ayuda para poder entrar con un documento de un país del espacio Schengen163 trataron de disfrazar sus intenciones, aunque al parecer, y en esto coinciden todos, nadie les hizo pregunta alguna. [Paula] En la agencia de viaje nos dieron como que nos íbamos de luna de miel, porque estábamos recién casados. Nos dieron un montón de folletos, hoteles y cosas como que nos veníamos de luna de miel. Cosa que no nos pregunten demasiado, ni nos hagan ningún problema. De todas maneras nunca nos preguntaron nada. Entramos sin problemas, no nos pidieron ni que dijésemos días, ni mostrar dinero, no nada…
Superado el control de migraciones, poner los pies en España marcó el principio de una experiencia absolutamente nueva. Aún para aquellas personas que ya habían visitado el país, su estancia como turistas –sólo uno de nuestros entrevistados había realizado un viaje previo para analizar sus posibilidades de trabajo– no implicaba una relación con el lugar tan estrecha, se estaba de paso. Desde el momento en que se arriba como inmigrante, la ciudad –cualquiera sea– es vista con otros ojos. Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca … el atractivo de cada una … Cuando analizamos los datos de distribución geográfica pudimos observar cómo, dentro de las comunidades autonómicas que fueron escogidas por 161 «España difundió requisitos para entrar al país. Con plata y pasaje alcanza». Página 12. Buenos Aires. Sábado 2 de noviembre de 2002. 162 A partir de abril de 2007 también a los bolivianos se les exigirá un visado para entrar en Europa. 163 De 1990 es el acuerdo Schengen suscrito por Francia, Alemania, países del Benelux, Italia, Grecia y Portugal, que establecía la coordinación de la política de fronteras, controles policiales, visados e intercambio de informaciones. En 1992 el tratado de Maastricht establece el reforzamiento de las fronteras exteriores. Los países que se fueron incorporando a posteriori se comprometieron a llevar a cabo la misma política inmigratoria.
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la mayoría, dos ciudades concentraban los contingentes más numerosos de argentinos, Barcelona y Madrid. Caminar por las Ramblas de Barcelona y no encontrarse con ninguno parece algo imposible de que pueda suceder164. Otro tanto ocurre cuando se recorre, por ejemplo, el barrio de Las Letras en Madrid, o ciertas calles de Calamayor, o El Arenal, en Mallorca. La elección de la ciudad, y sobre todo, permanecer como residente, tiene que ver con la familiaridad que encuentran en ella. Es importante sentir que no se trata de un lugar tan ajeno, que son muchas las afinidades. En general los entrevistados afirman que, justamente en España, la sensación que se tiene es de encontrarse en un ámbito próximo, la distancia no es lejana, las localidades se asemejan en lo positivo: [Rosana] Cuando conocí Madrid fue como un enamoramiento, y además me enamoré de un chico, pero fue simultáneo. Digamos, fue la ciudad y fue la persona, pero sobre todo la ciudad. Era como estar en un sitio que yo ya había estado antes. Me sentía cómoda, me gustaba mucho como hablaba la gente, porque me recordaba a mis abuelos…
Inclusive piensan, y lo verbalizan, que el paisaje urbano no es tan distinto, que en las ciudades hay un aire que siempre les trae recuerdos de las americanas. Tanto es así que algunos piensan que Buenos Aires y Barcelona, arquitectónica y urbanísticamente, son semejantes, que la diferencia está en detalles anecdóticos, como la limpieza. [Javier] A mi me pasó la otra vez cuando llegué a Barcelona. Llegamos y dije: no salí, esto es Buenos Aires, es Buenos Aires limpio. Ahí te das cuenta quién levantó Buenos Aires. La arquitectura es prácticamente la misma. Las calles… todos es igual.
Otro entrevistado lo dice claramente, no le gusta Madrid, pero a Barcelona la describe así: «Buenos Aires es diferente. Barcelona tiene más onda a Buenos Aires». 164 Una de las actividades que desempeñan los argentinos en las Ramblas de Barcelona es la de «estatuas vivientes. El Che Guevara, una dama antigua, Julio César, entre otros, son alguno de los estereotipos que escogen. Un artículo en Página 12 menciona: «Haciendo un rápido y exhaustivo recorrido, constatamos que la mitad de las estatuas que se encuentran trabajando en el momento, son argentinas. Siete de catorce. Rubén, el mismísimo Che Guevara. Jorge y Karen, una pareja plateada que gusta mucho a los turistas japoneses. Seba, un rey mitad blanco y mitad negro que juega ajedrez contra él mismo. Fanny, un hada del bosque que dice secretos». «Los pibes argentinos en Barcelona, hoy. Nueva tierra prometida». Página 12. Buenos Aires. Domingo 10 de agosto de 2003.
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Insisten en la «movida cultural», como algo que la convierte en muy interesante. Además piensan que aunque se trata de una ciudad grande, tiene una escala que la hace humana, es manejable. No olvidemos que buena parte de los argentinos provienen de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires, conglomerado urbano que según el último censo nacional de 2001, contaba con 11.460.575 habitantes, es decir que se sienten a gusto cuando se encuentran en grandes urbes. En ese sentido los que se han decantado por Palma de Mallorca y provienen de Mar del Plata, creen que el paralelismo entre ambas localidades es casi total. [Javier] A mi me enganchó mucho esto. Yo creo que en ciertos aspectos esto se parece mucho a Mar del Plata. Tiene un verano muy fuerte de trabajo… Es como Mar del Plata… como dice mi viejo, Mar del Plata de otros años…
Al parecer las semejanzas que encuentran, o quieren encontrar, entre las ya citadas ciudades son tantas que, hasta es comparable el ritmo de vida que se lleva en cada una de ellas. Sin embargo, sin duda alguna, el nexo entre ambas es el mar: [Daniela] Palma en general, como el Arenal, son lo más parecido a Mar del Plata. La forma de vivir, el ritmo de la ciudad, todo. En invierno más tranquilo, en verano te volvés loco. Igual que en Mar del Plata en ese aspecto. Y yo creo que uno también sale y… quieras o no, buscás un poquito algo con lo que sentirte identificado. Poder salir a la calle, ver el mar, todas esas cosas pues te hacen sentir un poquito más en casa que si estuviera viviendo en Madrid, por ejemplo.
También están los que señalan los efectos del hecho migratorio, de la confluencia en las ciudades de múltiples culturas. Las ventajas de no tener que enfrentarse a sociedades monolíticas, cerradas, poco permeables, sino por el contrario los beneficios que implica el convivir con ciudadanos provenientes de lugares dispares del mundo son muchas. [Alejandro] Madrid me gusta, me parece una sociedad muy acogedora, me encanta esto de la multiculturalidad, de estar en un espacio con gente de tantos orígenes distintos, me parece muy enriquecedor, es un laboratorio social de alguna manera eso me hace sentir muy cómodo.
En general hablan de Barcelona, pero también de Madrid, Palma de Mallorca o Alicante elogiosamente. La impresión que tienen es que son ciudades «lindas», que son seguras. Esos son aspectos que pesan en la elección, son lugares en los que salir de noche no acarrea ningún peligro:
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[Nicolás]: La gente dice que no, pero en comparación a lo que es... un lujo, o sea la tranquilidad, la seguridad…
El tema de la seguridad está especialmente presente en el discurso de las personas entrevistadas. En Argentina, como lo describe una de ellas, hay que andar con cuatro ojos. Mientras que en España ocurre lo contrario: [Horacio]: Es otra cosa, no caminas todos los días en la calle mirando para atrás a ver quien te va a robar o quien no te va a robar.
Allá, sobre todo por la noche, se tiene que tener mucho cuidado y la sensación «es muy agobiante, es angustiosa», hasta para coger un taxi hay que protegerse. Los robos cometidos en ese medio de transporte se repetían con asiduidad, los argentinos rápidamente comenzaron a utilizar radio taxis, considerados seguros ya que se encontraban bajo el control de la central de las compañías a las que pertenecen. En España, si bien al llegar continúan con los mismos hábitos, al poco tiempo los abandonan. Recorren sus calles, no importa la hora, con absoluta tranquilidad: [Horacio] En Argentina para ir al cine tenés que moverte, para ir al teatro también. A determinada hora tenés que tomarte un taxi porque… tenés que tomarte un taxi que sea radio taxi porque tomándotelo en la calle no sabés si es muy seguro, tenés que tener un montón de cosas en cuenta que acá te olvidás. Y esa libertad que te genera, eso no tiene precio. Yo antes vivía en Puerta del Angel, me bajaba caminando en tal. Y es un bario medio obrero, de noche no anda nadie por la calle, medio oscuro, y al principio si, estaba mirando para todos lados… y al mes dije: no hace falta, no pasa nada.
La posibilidad de salir, andar por la calle a cualquier hora, llevar al parque a los hijos, usar la bicicleta, parecen cuestiones sin importancia, pero por el contrario, la tiene y mucha. Implican vivir en paz, sin miedo. Para uno de ellos, oriundo de la provincia de Santa Fe, incluso es posible circular en las zonas por él catalogadas como más conflictivas. Sólo hay que tomar ciertos recaudos, ir con cuidado. Aclara que no hay comparación posible entre Madrid y ciudades como Rosario o Buenos Aires, aunque en principio los españoles no se dan cuenta de lo que tienen: [Nicolás]: A mi me encanta Madrid. Siento que en comparación con Argentina, Buenos Aires o Rosario, está todo como súper organizado. La gente aquí dice que no, pero en comparación a lo que es eso allá, esto es un lujo. O sea la tranquilidad, la seguridad, aquí si te vas a la madrugada al centro de Lavapiés, donde están todos los africanos, si te pones ahí
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para que te roben, te van a robar. Pero si no, no pasa nada aquí. Si estás atento, a mí todavía no me han robado. Toco madera, pero allá tenía que estar... no podés bajar los brazos ni un momento, porque hay necesidad. La gente está pasando hambre, mucha gente, y entonces la gente roba.
Otro aspecto que es necesario subrayar, ya que tiene un peso significativo, es la oferta cultural de las ciudades. El dinamismo cultural de Barcelona es una cuestión que los argentinos allí asentados valoran especialmente. Su cosmopolitismo, el variado espectro de actividades de todo tipo, la convocatoria diaria a diversos eventos, los seduce y atrae, tanto que permite que se hagan afirmaciones del tipo: «No hay argentino al que no le guste Barcelona»165. O que manifiesten que: «…a los argentinos Barcelona les fascina…» También los que están en Madrid, se refieren a ello, aunque de diferente manera, en el capítulo que nos ocupamos de la identidad profundizaremos en esta cuestión. En principio, por ejemplo, los argentinos señalan que en Madrid hay museos, en efecto, se encuentra una de las pinacotecas más relevantes de Europa, por ello nos decía una entrevistada: [Miriam]: En mi caso un atractivo muy importante fue el poder tener un contacto cultural… Para mi eso también era importante. O sea un contacto con las cosas que yo había visto en los libros. El hecho de vivir aquí te facilita eso.
Sin embargo, a la capital española se la caracteriza más que por su oferta cultural por definírsela como ciudad abierta, que te recibe bien, que no te aisla por ser extranjero. Esta cuestión es unánimemente defendida por los inmigrantes que residen en Madrid. [Julia]: Decidí venirme a Madrid por el idioma y…por la onda de la gente. Te reciben bien, te dan una buena bienvenida. Los madrileños son abiertos de alguna manera. Abiertos, digo, como no son de Madrid la gente que vive en Madrid, estás como un poco más bien recibido.
El apoyo de las redes Sea cual fuere la ciudad, ella atrapa y es difícil marcharse. Al contrario, aún los que no tenían planes definitivos, deciden instalarse: [Pablo]: Cuando llegué a Barcelona me gustó, estuve viviendo con dinero que tenía y luego me tenía que volver y no quería volverme, empecé a buscar trabajo… 165
2005.
«Argentina late en Catalunya». La Vanguardia. Barcelona. Miércoles 2 de marzo de
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Para eso, para establecerse, fundamentalmente lo que cuenta son las redes de apoyo. La ayuda que ellas brindan marca la elección, como lo hizo cuando definían el país, esta decisión llevaba implícita la del lugar escogido. La totalidad de las personas que hemos entrevistado contaban con «alguien» que los podía recibir. Familiares, conocidos, amigos, amigos de amigos que viven en España, muchas veces el contacto es muy lábil, pero aún así, es efectivo: «Llego a la casa de una amiga española en Las Musas. Que es amiga de una amiga y compañera de trabajo en Argentina». La red auxilia de diferentes maneras, pero sobre todo el domicilio de los amigos o familiares funciona de residencia que los acoge al llegar. Salir al hall del aeropuerto y que alguien los esté esperando, implica un apoyo inestimable. A veces la generosidad de los anfitriones sorprende a los viajeros, como en el caso siguiente: [Julia]: Uno de ellos (se refiere a un amigo) me pasó a buscar por el aeropuerto, me ofreció su casa, me fui a su casa y fue gracioso, porque él me invitó a su casa y cuando llego a la casa era de una habitación, (donde vivía)con su novia (…) Y llegué y digo: bueno… con todo el amor del mundo, pero no entramos … ja ja. Y entramos porque yo puse un colchoncito ahí, al lado del baño… con otro amigo de él que también estaba viendo ahí… el griego, que es un amigo de Argentina también. Y bueno, cuando llegás es medio como que… como se dice allá «aguantas los trapos». Hay que aguantar, hay que aguantar.
No es lo mismo empezar a recorrer el camino de la inmigración, desde los primeros días, con apoyos que sin ellos. No sólo se tiene la contención afectiva tan necesaria en un momento en el que los individuos se sienten vulnerables, sino que no es preciso que comiencen a gastar los ahorros que traen en un hostal o una pensión. [Abel] Llegamos, nos fueron a buscar. Y esos conocidos son dos hermanas. Su madre es una mujer mayor, que hace muchos años que están aquí y eran muy conocidos de mi familia allá en Argentina. La mujer esta se fue a vivir con una de sus hijas y nos dejaron un apartamento. Así que tuvimos todo resuelto, no tener que llegar e ir a parar en una pensión.
Llegar a una ciudad ajena, de la que se desconocen códigos para manejarse en ella, dónde al principio se está perdido, sin saber qué hacer y encontrarse con «alguien» que lo ayude ofreciéndole la vivienda, no es poco: [Angel]: Yo me vine acá, yo me vine a la casa de una amiga de mi hermana, que ya había estado acá, que se llamaba Carmen. Mi hermana vino de vacaciones acá y conoció a esa chica. Se encontraron un sillón. Yo terminé durmiendo en la casa de esta chica, en el sillón que había
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encontrado mi hermana, una cosa así, medio del destino … y me quedo dos meses en la casa de ella.
Los entrevistados manifiestan cómo esa protección que reciben es de suma importancia. Junto a ella los huéspedes obtienen información muy valiosa, por ejemplo que deben empadronarse rápidamente para, de esta manera, tener una serie de ventajas. Esta cuestión es absolutamente desconocida para un argentino que nunca ha realizado este tipo de trámite, dado que en su país, inclusive para obtener el documento de identidad, basta sólo con informar verbalmente del domicilio: [Silvia]: Los trámites de empadronamiento fue de las primeras cosas que nos dijeron apenas llegamos. A empadronarse ya mismo, porque les va a servir para el día de mañana, y nos sirvió después para los papeles.
Más aún, reciben orientación acerca de dónde acudir para encontrar las ofertas de trabajo. O, algo básico, saber cómo moverse por la ciudad. Controlar el espacio urbano, conocer los transportes, la existencia de abonos que abaratan el costo de los pasajes, los horarios, etc., todo ello facilita y favorece el desarrollo de la vida cotidiana. [Sol] Eso de llegar y que te estén esperando en el aeropuerto es importantísimo. Tener a alguien que te diga mirá este plano, estas cosas son básicas, que te ayudan un montón. Porque cuando llegás estás muy perdido, no sabés para que lado agarrar, y que te digan: mirá en el Segunda Mano, podés buscar trabajo. Es importantísimo porque el que viene de afuera no tiene ni idea de esas cosas y sí, nos ayudó muchísimo.
En nuestra muestra no encontramos ningún caso de personas que hubiesen recurrido a asociaciones que orientan a los inmigrantes. En realidad el hecho de que todos ellos contara con algún referente en España contribuyó a que esa posibilidad no fuera utilizada. [Cristina] Nosotros en ningún momento acudimos a esos centros que hay para ayudar a los inmigrantes, ni nada. Porque claro, teníamos la familia que cumplía esa función, que te guiaba, que te decía por donde ir, qué tenías que hacer, qué trámites… Todos ellos nos apoyaron muchísimo, en eso.
Esos primeros días en compañía sirven para comenzar a buscar un lugar para instalarse definitivamente. [Andrés] Tenía una tía segunda, que vive en El Escorial y fue la que nos acogió los primeros días. Hasta encontrar un lugar para alquilar.
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Estuvimos 15 días más o menos, que si estábamos muy bien, nos dio todos los gustos. (…) Nos vino muy bien, esos 20 días nos sirvió para encontrar un piso y bueno tampoco molestarla tanto a ella…
Empezaban de la nada, pero contando con apoyos. Algunos rechazaban la ayuda material, pero siempre la contención afectiva estaba presente. Juan quería hacer su experiencia, no deseaba ser una carga para su prima, pero ella era un referente, estaba allí. Inclusive en otro momento de su discurso reconoció que era una relación que a él le daba fuerza vital. [Horacio] La podríamos haber pasado mejor, yo podría haberme quedado en la casa de mi prima pero yo quería hacer una experiencia individual mas independiente porque no quería... porque mi proyecto no tenía nada que ver con el de mi prima, era un referente un contacto (...) no iba por ahí, y no quería yo ser una carga para ella porque quería saber si me podía valer, si no me podía valer seguramente me hubiese vuelto.
Antes de viajar Andrés y Cristina, no sólo había emigrado la hermana de él, sino que también vivía en Madrid el hermano de ella, Gustavo. Cuanto más cercana sea la relación, más compromiso se tiene con el recién llegado y más ayuda se podrá recibir de éste. Pero, a su vez, si se aprecian, se cuida de no «quemar» la relación, sobre todo entre los amigos, cuando no pueda haber simetría, reciprocidad. También se busca pronto la autonomía. Cristina y Andrés se alojaron con una amiga del padre de Andrés, mientras Gustavo comenzó a vivir en la casa del hijo, de unos amigos de su padre. Como en el caso de Antonio, en cuanto tuvieron un sueldo y pudieron pagarse un alquiler, se trasladaron a otro piso. Al preguntarle a Antonio sobre los amigos argentinos en España al comienzo de su estancia aquí, él comparaba su situación con la de aquellos que habían llegado después, y reflexionaba al respecto lo siguiente: [Antonio]: creo que la gente viene menos preparada para venirse, con menos contactos, y sobre todo sin una onda, como decimos nosotros [sin alguien que eche una mano], qué sé yo. Como más a la deriva, viviendo en hoteles, qué sé yo. Yo tuve suerte, por eso te lo digo. O sea, más allá después la suerte uno la busca. Pero tenía, qué sé yo, una pequeña red, que me iba... de alguna forma, me contuvo mucho.
El problema de la vivienda: se busca alojamiento, no importa el barrio Una vez instalados, el siguiente paso es la búsqueda de alojamiento que, en general, no resulta una tarea fácil. La primera dificultad con que se encuentran
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tiene que ver con el precio de los alquileres. Es complicado encontrar un piso que reúna buenas condiciones y que esté ubicado en un barrio bien comunicado. En ese sentido, los que disponen de un cierto monto de dinero y pueden permitírselo, acceden a alquilarlo. La duración de la estancia está en relación con la rapidez en encontrar alguna fuente de ingresos [Horacio] Vine con este guionista, nos instalamos en esta casa que nos gustó tanto. El alquiler era un alquiler importante, pero bueno, con los ahorros podíamos estar unos meses, tampoco tanto más.
Pero aún así, muchas veces deben aceptar viviendas que no les gustan o en barrios que no son justamente los preferidos: [Blanca] …Eso fue un horror, en Barcelona alquilamos rápido porque son zonas que no vive nadie entonces, y bueno, aquí lo alquilamos el 19 de marzo, estuvimos un mes, en unos que se alquilan por mes o por semana, era muy chiquitos.
Este testimonio es sumamente ilustrativo en cuanto a las zonas que pueden escoger. En las dos grandes ciudades que aglutinan al mayor número de argentinos, Madrid y Barcelona, no existe una adscripción que ligue la nacionalidad y el barrio. Los que están tratando de encontrar un lugar para vivir, intentan que esté localizado en áreas bien comunicadas para no enfrentarse con el problema del transporte, si ya disponen de un trabajo, procuran que se ubique sino en las cercanías, por lo menos no muy alejado de él. Que exista una estación de metro en las proximidades resulta fundamental, el diálogo siguiente es un ejemplo de ello: Dos chicos argentinos anotan y conversan: –Uh, mirá éste en Poble Nou; está barato. – Queda en la loma del orto. – Igual, acá en metro estás en dos minutos en todos lados, ¿no? – Yo que vos no me hago ilusiones. ¿Hace poco llegaste? – Quince días, ¿por? – Preparate, esto es más difícil que encontrar un senador honesto166
No se ha detectado ninguna tendencia a agruparse para formar micro realidades argentinas, como si sucede con alguna otra nacionalidad. Un primer ejemplo es el de los dominicanos en Madrid que se han instalado en
166 «Los pibes argentinos en Barcelona, hoy. Nueva Tierra Prometida». Página 12. Buenos Aires. Domingo 10 de agosto de 2003.
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Tetuán formando un «Pequeño Caribe», además de otros múltiples casos en diferentes países, por citar sólo uno más, el de los barrios coreanos en Buenos Aires, en ciertas áreas de Flores, o en la avenida Avellaneda167. Por otra parte, no existe gran estabilidad, se van trasladando según su conveniencia, pudiendo hacerlo de punta a punta de la ciudad Como refleja el siguiente testimonio, en esos intentos la mudanza es desde Aluche, distrito de la Latina, en Madrid a Ciudad Lineal, en el este, separado por aproximadamente 50 minutos de metro y varios cambios de línea. [Alejandro] Puse carteles en la ciudad universitaria. Me llamó un chico para compartir entre dos hicimos un contrato estuve viviendo en Aluche, con este chico italiano que después se fue a Argentina y luego un amigo marroquí me ofreció alojamiento en un piso que le había salido por Ciudad Lineal, y bueno después por avisos di con este piso que estaba alquilando un chico argentino.
Fundamentalmente se distribuyen por todo el ámbito urbano, aunque en particular tienden a instalarse en aquellos espacios donde hay amplia oferta de viviendas, o en los que, las características específicas del lugar, los hacen un poco más baratos. Por ejemplo, en Mallorca, El Arenal es una zona situada aproximadamente a 15 km. de Palma –pertenece en gran parte a dicho ayuntamiento–, y unida a ella a través de dos líneas de autobuses. Además es un área de gran concentración hotelera, por lo tanto, con demanda de mano de obra en servicios durante prácticamente todo el año. No se trata de un ámbito exclusivo, sino lo contrario, allí llegan los tour operadores del norte de Europa a tropel. Urbanísticamente, El Arenal refleja el turismo que recibe, viviendas poco lujosas, de construcción popular, que se han extendido a lo largo de una de las playas más grandes de la isla. [Beatriz] …Acá el Arenal es medio pelo168. Y los departamentos tienen ya… éste por ejemplo tiene ya treinta años y la estructura quieras o no, metés el dedo el pared y es arena. Por ahí en ese momento eran buenos materiales pero ahora lamentablemente no.
Una situación bastante habitual al principio es que el hecho de ser inmigrante dificulta la posibilidad de conseguir alquilar un piso. Si el trato 167 Ver: Carolina MERA, La inmigración coreana en Buenos Aires. Multiculturalismo en el espacio urbano. Buenos Aires, Eudeba, 1998. 168 De esta manera se define a ciertos grupos de la clase media argentina que se caracterizan por querer aparentar algo que todavía no han alcanzado.
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se realiza por teléfono, tener acento extranjero, en algunas ocasiones, no es una buena carta de presentación. [Andrés] Al principio me pegó bastante que la gente era prejuiciosa para alquilarte un piso. Recuerdo haber llamado a distintos particulares y me decían que ya estaba alquilado, que me exigía un aval de 12 meses para que luego un hijo de mi tía llamara y le decían que estaba disponible... y esas cosas me chocaron bastante. A pesar de que entré como italiano, al ser comunitario tenia todo más fácil, pero solo el hecho del acento era un prejuicio importante…
Obtener una respuesta negativa es algo que a menudo comentan en las entrevistas, por lo cual si la localización se realiza a través del periódico, al día siguiente, vuelven a encontrar el mismo anuncio. En otros casos, por teléfono son informados que alquilaban sólo a quienes fueran europeos: [Cristina] Cuando buscábamos departamento para alquilar, vuelvo al tema de la discriminación, sí, nos escuchaban extranjeros y nos decían que no les interesaba, directamente no nos querían decir ni el precio, ni nada, era no, inmigrantes no, o preguntaban: es español?, no, es italiano, no, no, me interesa, no a sudamericanos no les alquilamos... y así bastante…
Entre los requisitos exigidos se encuentra la presentación de una nómina, de un aval o de varias mensualidades por adelantado. Por lo general, sea cual fuera la condición, siempre esto constituye el mayor obstáculo. Los inmigrantes al llegar no disponen de recursos, necesitando echar mano nuevamente de la red para que respalden su operación. [Blanca] Yo tengo una compañera de la facultad que la llamé. Nos ayudó bastante. Cuando estábamos buscando ella ofreció darnos su nómina, cosa que... un compañero de trabajo de Alberto le pedimos que nos acompañe a ver piso y se negó absolutamente porque... era horrible, porque no podías ni llegar a ver el piso, bueno, esa chica se ofreció nos dio una fotocopia de la nómina, no era una amiga mía, era compañera de la facultad, que hacia años que no la veía.
Muchos, sobre todo los más jóvenes, al enfrentarse con los precios de los apartamentos en alquiler, optan por compartir uno. O bien se reúnen varios para de esta manera juntar el dinero necesario para alquilar una vivienda, o bien, en solitario, alquilan un cuarto. Pero, en el primer caso, además de disponer de los recursos monetarios exigidos, hay que tener permiso de residencia y estar trabajando, porque deben presentar una o varias nóminas:
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[Daniela] Lo más fácil es que uno de la cara y entre todos juntar la plata, que por lo general el que da la cara es el que tiene los papeles… Sin papeles es muy difícil que te alquilen sin papeles. Porque lo de la nómina… te piden hasta dos nóminas
Se adoptan diferentes estrategias. Alguno coloca carteles en la universidad solicitando alojamiento, otros recurren al periódico Segunda Mano, o a páginas en internet especializadas en ofrecer habitaciones. También funciona el boca a boca, la información circula muy rápido. Un par de amigos marplatenses desembarcaron en Barcelona, allí se instalaron en casa de amigos. Después de una corta temporada decidieron seguir viaje a Mallorca, en donde tenían conocidos, aunque ninguno se encontrase en situación de brindarles alojamiento. Eso no les impidió continuar: [Beatriz] Nos tomamos el barco, llegamos al puerto… ¿y ahora a dónde vamos? Veníamos con esto de la Easy Card que es de los albergues de estudiantes y llamamos a ver donde había un albergue, nos dijeron en el Arenal, nos vinimos hasta acá al Arenal, caminamos un montón… por la playa con las valijas, claro para encontrar el lugar y ahí estuvimos un mes en el albergue hasta que pudimos alquilar, juntarnos entre 5 personas y alquilar un departamento.
Estos cinco individuos se conocieron en el Albergue y allí decidieron que uniéndose podrían alquilar. No se trataba de argentinos, sino de personas de diferentes nacionalidades. Por lo general no hay una búsqueda sistemática por encontrar compatriotas y convivir con ellos. A veces se topan con alguno, pero es accidental. Se trata de alojamientos que reúnen, insistimos, a personas de muy diversas nacionalidades. «Yo he vivido con una marplatense, un porteño, un español de Valladolid y una polaca». El nexo entre ellas tiene que ver con la condición de inmigrantes, el hecho de que no disponen de muchos recursos, y en particular, que la mayoría son jóvenes: [Marta] Siempre he tenido la suerte de estar rodeada de buena gente. Me han ayudado sobre todo extranjeros, porque claro son los que están en tu misma situación y te entienden de verdad. Entonces cuando yo vine estuve viviendo con mi novio, mi chico de ese momento, pero nos llevábamos tan mal que dije: bueno me voy a buscar otro sitio, porque yo no puedo seguir así. Entonces me busqué un piso compartido por el Segunda Mano. Entonces me aceptan en un piso compartido con cuatro chicas. Dos de ellas españolas, la tercera americana y majísimas, en el barrio de La Latina.
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Sobre todo existe una gran solidaridad entre ellos. La condición común de inmigrante crea lazos de protección mutua, unos se apoyan en otros, todos saben que dan y que también reciben. [Nicolás]: XXX me apoyó un montón, me dijo vente conmigo a Madrid, yo ya tengo alquilada habitación y te quedas conmigo, hasta que consigas algo te puedes quedar, (…) en esos 5 meses estuve con Susana durmiendo en un colchoncito, pagando lo que podía de la comida a medias, porque alquiler ni hablar (…) XXX me bancó y me prestó dinero.
Para otros el periplo es mucho más complicado, saltan de un alojamiento a otro, pero siempre ayudados por una mano amiga o conocida. En el siguiente testimonio se percibe claramente el apoyo desinteresado. El primer lugar para vivir se lo ofrece alguien que es amigo de un novio que tenía y que se lo brinda por dos meses, el tiempo que esa persona toma vacaciones. A partir de ese momento surgirán otras oportunidades, que van encadenándose. Además empiezan a operar nuevas redes: [Marta] (Después de los dos meses) me vuelvo a quedar sin piso. Me voy de ocupa a la casa de mi amiga, la del restaurante, que vivía en un piso propio, pero de 25 metros cuadrados. Me aguantó… pues como un mes. Luego otra amiga me dice: me voy 40 días, te dejo mi piso, vale. Me fui a su piso sin pagar alquiler, o sea que estuve de ocupa bastante tiempo o sea que me ahorré bastantes alquileres y después yo me tenía que volver a la Argentina, porque tenía que resolver le tema de los papeles y me fui, no mucho, unos 20 días. Cuando volví estaba otra vez como la primera, pero (una chica inglesa, amiga de amigos, que ya la había ayudado en una oportunidad) entonces esta chica…después de todo el periplo, esta chica se alquila esta casa y me dice: tengo que compartirla porque no la puedo pagar. Se la alquilo por la terraza, yo quería una casa con terraza.
Por lo general, cuando se presentan para alquilar el cuarto, deben pasar por una especie de entrevista, en la que ya sea el propietario, ya el resto de los inquilinos –cuando son éstos los que buscan otro compañero- opinan acerca de aceptar o no al candidato. Previamente en los anuncios ya están especificados ciertos requisitos, que sean o no fumadores, que no tengan animales de compañía y a veces hasta el género preferido. Alquilan una habitación, pero la cocina y la sala de estar se comparten, así como los gastos comunes, luz, gas, teléfono e internet. O sea que en el presupuesto mensual hay que tener en cuenta, una parte que es fija –el precio del cuarto– y la otra que varía, de acuerdo al consumo común. En algunas ocasiones, como nos cuenta una entrevistada, una de las habitaciones era alquilada por semanas, de esta manera juntaban dinero para esos extras:
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[Daniela] En la primera casa donde yo viví era: una marplatense, un porteño, un español, después vino una rusa, una polaca y ya, ah… un austriaco, y claro sobraba una habitación entonces la alquilaban por semana a los turistas que venían y teníamos una vez por semana a alguien distinto…
Las condiciones no siempre son las mejores. Sobre todo en las ciudades grandes, la oferta inmobiliaria más asequible se relaciona con edificios muy viejos, que en general no cuentan con una distribución interna racional, ni con habitaciones que tengan dimensiones adecuadas y suficiente luz natural. [Victoria] La primera casa en la que estuve era un sótano. Te decían que era íntima y era porque no tenía nada de luz. Nunca le entraba el sol. Ahora si que en el verano fue muy fresquita…
Por este tipo de espacio pueden cobrar 400 euros mensuales, aunque comparando con otras experiencias, tampoco se trató del peor de los alojamientos. Por ejemplo, en otras ocasiones hay que compartir el espacio, no sólo la habitación. Se dio algún caso de personas que tuvieron que repartirse una cama, e inclusive debía pagarse por utilizar el sofá de la sala para dormir. [Daniela] Con esta gente no quise vivir más, porque la verdad me estaban cobrando un montón de alquiler (eran 260 euros) y tenía que compartir una cama de plaza y media con otra chica. Entonces vino otra chica argentina, amiga de la marplatense y me dijeron: bueno, vos dormís en el sofá, pagando lo mismo, y esta chica duerme con su amiga.
La descripción de situaciones abusivas respecto al alojamiento se repite con asiduidad en los diversos testimonios. Es por eso que existe una altísima movilidad, particularmente en los primeros meses de estancia en España. Abel es el único que percibe a la situación de «ponerse a buscar y alquilar» como algo que los iguala a los españoles, que los precios que tienen los pisos en alquiler los vuelven inalcanzables para los inmigrantes, pero también para muchos nativos Nos costó porque nos parecían caros y horribles el problema que debe tener cualquier español para alquilar, no es un problema del inmigrante.
Empero, algunos pueden abandonar los alquileres y plantearse la compra de un piso. Esta decisión implica sacrificios pero la elección que han hecho está tomada sobre el supuesto que no quieren perder el dinero en alquileres:
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[Cristina] Hace un año que estamos viviendo acá en (XX a 35 km de Madrid) y que sacamos una hipoteca con el sudor de nuestra... porque nos endeudamos hasta aquí... tuvimos que pedir, además de la hipoteca, un préstamo personal y además de préstamo personal sacar de donde no teníamos, pero bueno. No queríamos compartir, entonces decíamos: para lo que se está pagando de alquiler, es casi lo mismo una hipoteca, después nos dimos cuenta que para entrar a la hipoteca no es lo mismo que con el alquiler, pero bueno.
CAPÍTULO V CÓMO ARMAR UNA VIDA: EXPECTATIVAS Y TRAYECTORIAS LABORALES Factores que interactúan en el proceso de inserción laboral «Yo sabía que venía a hacer lo que fuera», afirma Sol. Tardaría en poder homologar su título de odontóloga tres años y medio desde su llegada a España. Claro está, contaba con la ayuda de su hermano, Antonio, quien residía desde hacía un año y ya comenzaba a abrirse paso en Madrid. Sol viajó con los documentos necesarios para poder trabajar en su profesión; los que vienen por medio de la red, han sido avisados y los traen. Casi todos llegan de este modo169. Aunque ella tenía trabajo allá, como odontóloga, su marido, Juan Pablo, no conseguía empleo como informático; después del «corralito», las ofertas laborales no se concretaban. La pareja emigró con los dos hijos, a casa de Antonio, en Madrid, donde él vivía con su esposa y su hijo, con la intención, tal como afirma, de dar a los suyos «un futuro mejor». De este modo, asumieron desde el primer momento que venían a trabajar en lo que Antonio pudiera encontrarles: servicio doméstico, cuidado de niños, encuestadora, «chapuzas», lo que fuera. Este capítulo aborda las trayectorias laborales de los inmigrantes argentinos llegados a raíz de la crisis. En ese contexto migratorio, la red es un elemento clave a tener en cuenta a la hora de analizar las estrategias y los recorridos de cada uno de ellos, pero no es el único y definitivo. Ya señalamos su importancia como estímulo a la hora de tomar la decisión de marchar, 169 Al menos eso es lo que podemos concluir de nuestra investigación. El trabajo de Novik y Murias sugiere lo contrario. En su trabajo, realizado entre un grupo de argentinos asentados en Alicante, indican una elevada proporción de gente que llegaba desde Buenos Aires sin apoyos ni contactos en el lugar de destino, que llegaron a la desesperada entre el 2000 y el 2001. En nuestro caso, los entrevistados fueron contactados a través de las redes que fuimos localizando por diferentes vías. Los primeros que formaron esas redes, a su vez habían contactado con personas argentinas ya asentadas en otras décadas o meses antes, y con profesionales españoles.
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como criterio de selección del país y la ciudad, y como elemento de contención a la llegada. Se suele pensar y presentar la inserción laboral, desde la constatación de un estado en el que se observan las características y el estatus del nicho ocupacional en el momento del estudio. En este caso, la investigación cualitativa nos permite analizar cómo interaccionan diferentes elementos a lo largo de la trayectoria laboral de estos sujetos. Entendemos su inserción y posicionamiento en el mercado de trabajo como un proceso en el que numerosos factores entran en juego. La bibliografía sobre inmigración en España centra su análisis en una visión del recién llegado como un «inmigrante económico», en la que predomina la imagen de un trabajador que se «integra» en el mercado de trabajo secundario, consiguiendo empleos mal pagados, poco cualificados y escasamente valorados desde el punto de vista social, en los que parece quedarse siempre. Paralelamente se evalúan las causas que le llevan a ocuparse en puestos de ese tipo y las consecuencias sociales y culturales que generan esa forma de inserción, ya lo constató el colectivo IOE170. En parte, podríamos afirmar lo mismo respecto a los argentinos que arriban sin papeles, recién llegados como están y sin la homologación de su título universitario –en caso de tenerlo–, lo primero que van a encontrar son empleos caracterizados por su temporalidad y sus condiciones abusivas. Así que se podría analizar la realidad de este colectivo siguiendo el modo como se hace comúnmente en ese tipo de literatura sociológica del momento. Sin embargo, la inserción laboral de estos u otros latinoamericanos, es un proceso de cambios de ocupación donde las condiciones van mejorando, a medida que encuentran la manera de hacerlo, dentro de sus posibilidades. Así también acontece en el caso argentino. En este proceso de búsqueda de mejores oportunidades en un mercado de trabajo ajeno, cuyos mecanismos van descubriendo los inmigrantes hasta convertirse en expertos, existen numerosos elementos que entran en juego y que se relacionan unos con otros a la hora de comprender las estrategias que activan, las transformaciones del camino que recorren y los nichos ocupacionales en los que se insertan. En el estudio de las trayectorias laborales de estos migrantes, tratamos de entrever en última instancia las condiciones que influyen en la decisión de retornar o asentarse definitivamente en España. De este modo, y por seguir cierto orden en la exposición de este análisis, consideraremos en primer lugar los motivos migratorios, vinculados a los objetivos y expectativas del viaje: lo que buscan al venir y lo que encuentran. A su vez, esta cuestión se vincula directamente con la red migratoria, los círculos que generan se 170 Colectivo Ioé, «La inmigración extranjera en España 2000». En La inmigración en España. Los retos educativos; Colectivo Ioé, Inmigración y Trabajo: Trabajadores Inmigrantes en el sector de la construcción. Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1998.
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anclan en los contactos iniciales y se amplían con otros ocasionales, que terminan convirtiéndose en nuevas redes personales que activan según los fines171. Su inserción laboral va a depender en parte de la creación de nuevos contactos y de la experiencia previa de amigos y familiares en España. Los objetivos y expectativas forman parte de proyectos individuales, de pareja o familiares. En el caso de Horacio y Tomás, su meta es ocuparse en algo relacionado con sus estudios. En el de Cristina y Andrés, en el de Antonio y su esposa, o en el de Karina y Dante, el proyecto es conjunto, lo que supone la necesidad de conjugar los objetivos de ambos y la posibilidad de aunar la ayuda recibida de sus contactos. Para Sol y Juan Pablo, o la familia de Abel, la búsqueda de un trabajo acorde a la formación o la experiencia laboral, se combina con la estabilidad material para sus familiares, entre otras cuestiones. Abel y sus padres decidieron venir a España con la finalidad de que éste pudiera encontrar empleo como ingeniero y su padre pudiese acceder a la Seguridad Social, aprovechando su pasaporte comunitario. [Horacio]: cuando yo me fui de Argentina tenía clara una cosa que creo que funcionó... intentar por todos los medios no irme mal... [Karina]: un tema muy hablado porque hubo en el año noventa un intento de mi marido de venir, y bueno... a partir de ahí fue un tema recurrente... o sea que fue algo que nos acompañó durante todos estos años. Como proyecto frustrado, como proyecto reflotado y como proyecto concretado. [Abel]: paralelamente a las ambiciones que yo tenía pensadas, en algún momento... también fue una decisión familiar...
Como sucede en los países occidentales receptores de inmigración, la posesión de los documentos que legalizan la residencia y el empleo, también condiciona el proceso de inserción laboral. Así mismo, las condiciones del mercado de trabajo, el tipo de puestos y el perfil de empleado que demanda, influirán en las posibilidades de incorporación. A este respecto, interviene la imagen social, el estereotipo que se tiene del colectivo argentino, la que 171 Mayer analiza la red como el cuasi-grupo que moviliza un ego para la acción, para conseguir sus objetivos. Los primeros estudios que aplicaron los conceptos de red a las cuestiones migratorias aparecieron en la década de los sesenta. Philip Mayer y David Parkin aplicaron la red como variable independiente en el estudio de la inmigración de dos grupos a la ciudad; Philip. MAYER, Townsmen or Tribesmen: Conservatism and the Process of Urbanization in a South African City, Cape Town, Oxford University Press, 1961; David PARKIN, Neighbours and Nationals in an African City Ward, Berkeley, University of California Press, 1969. Los MacDonald destacaron la importancia de las relaciones primarias en la organización interna de la comunidad italiana en Estados Unidos (John S. MACDONALD y Leatrice D. MACDONALD «Chain Migration, Ethnic Neighborhood Formation and Social Networks», The Milbank Memorial Fund Quaterly, 42 (1): 82-96, 1964.
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maneja el empleador a la hora de considerar la posibilidad de contratar a uno de estos trabajadores extranjeros. Otro de los elementos que entran en juego en la definición de la trayectorias laborales de estos inmigrantes, es su capital académico y cultural172, la formación con la que cuentan, así como la experiencia que portan a la hora de trabajar en España. A su vez, el capital social se derivará de estas condiciones. Ellos proceden de un mercado que aplica el neoliberalismo y las formas de producción capitalista como en la mayoría de los países europeos. Incluso han vivido las dinámicas competitivas del capitalismo en su expresión más extrema. Esta experiencia resultará útil en su inserción en el mercado de trabajo español. [Julia]: [En] Barcelona (...) vi setecientos millones de argentinos. Que eso habla de que hay una gran competencia y la competencia es feroz allá porque son argentinos y yo conozco cómo son. Para ponerte un bar tenés que matar al de al lado, más o menos. [Mariano]: ... la Argentina es un lugar muy competitivo. Buenos Aires es una ciudad muy competitiva. Muy hija de puta. Esa cáscara que uno se arma te sirve para vivir donde quieras. El argentino sabe pararse muy bien donde esté. Sabe que la velocidad es su arma. No digo que sean lentos los de aquí, a mí me ha servido muchísimo. De hecho yo tengo ese reconocimiento, ese lugar que me dan de dirigir se consigue un poco por esa velocidad también.
A diferencia de lo que ocurre en otros colectivos latinoamericanos, la mayoría son estudiantes universitarios, con la carrera terminada o con algunos años de formación, así como profesionales cualificados. Se trata de una población urbana, originaria de las principales ciudades del país, como ya señalamos, en su mayor parte de clase media. Ello les abre la posibilidad de acceder a nichos ocupacionales, a partir de su conocimiento de los códigos que rigen otros entornos laborales. La red migratoria, la formación académica y las expectativas Si uno forma parte de una red migratoria, las cosas se facilitan en gran medida. La gente de una misma comunidad se halla inserta en un tejido de obligaciones recíprocas del cual los inmigrantes hacen uso para entrar y encontrar trabajo en la nueva sociedad173. El capital –cultural y académico– 172
Pierre BOURDIEU, Practical Reason, California, Standford University Press, 1998. Douglas MASSEY et al., «Theories of International Migration: A review and Appraisal», en Robin COHEN (ed.), Theories of Migration, Cheltenham, Edward Elgar Publishing Limited, 1996. 173
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de los recién llegados juega un papel relevante en el tipo de sociabilidad que desarrollen, en la medida en que recibirán ayuda de los amigos de sus padres, de sus compañeros de universidad, de los amigos del colegio o del barrio. Su mejor origen social les facilita el acceso a personas de mayor estatus profesional y, cuanto mejor posicionadas se hallen éstas, mayores posibilidades tendrán de encontrar un empleo acorde a su formación, su experiencia o sus expectativas. También es importante el hecho de que las personas con las que establecen (o renuevan) el vínculo al llegar, lleven ya tiempo en España, en la medida en que obtendrán un mayor conocimiento de los códigos de acceso a los nichos ocupacionales de su interés. Como hemos señalado en otros epígrafes, estos agentes de la red pueden ser amigos, familiares lejanos o amigos de amigos, aquellos que se fueron durante la dictadura argentina, a fines de los setenta, los que lo hicieron en los ochenta, o los que han arribado hace poco. Si el proyecto es de la pareja, las relaciones de cada uno de ellos revertirán en beneficio de los dos a la hora de encontrar trabajo. Para probar suerte en otro lugar, Sol y Juan Pablo se apoyaron en el hermano de Sol, Antonio, que llevaba un año en Madrid. En general, a la llegada, se necesita al menos una persona que pueda pasar contactos, que les presente a alguien o que sepa donde encontrar trabajo; que explique cómo son los códigos en los entornos laborales. El que ya está, conoce las estrategias a adoptar para conseguir una mínima estabilidad material. Uno de los entrevistados, Tomás, vino con el apoyo de Alicia, una «tía» suya afincada en Madrid desde los tiempos del exilio argentino174. Contaba, además, con otra tía suya lejana en Madrid, una prima de su padre. Alicia lo alojó en su casa seis meses y le presentó a sus amigos españoles y a los hijos de éstos. El objetivo de Tomás era estudiar en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid. Tras varias tentativas y agotar sus ahorros, comenzó a montar un pequeño negocio de páginas web, con la ayuda de los amigos de su tía Alicia y de los que había conocido a través de los jóvenes con los que Alicia le había contactado. Al comienzo, fueron ellos los que le informaron de posibles empleos. Cuando se fue de casa de su tía Alicia, se alojó en el apartamento de uno de ellos y compartió piso con españoles e italianos, a través de los hijos de los amigos de Alicia. Eran gente de su edad, urbana, universitaria, de clase media; arma su nueva red con ellos. A ésta se sumarán los que empiecen a llegar de Argentina con su ayuda: Antonio, sus primas María y Elena, sus amigos Esteban y Luis (a quien le presentará a su futura esposa).
174 En realidad, la relación con ella se remonta a la época de su abuelo Andrés, que era paisano, familiar lejano y luego amigo íntimo del padre de Alicia, allá en Buenos Aires. En realidad, Alicia sería prima segunda del abuelo de Tomás.
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A su vez, de contacto en contacto, una amiga de su tía le ofreció pequeños trabajos de edición y búsqueda de bibliografía que le permitían pagar el alquiler. Luego, un amigo de un amigo propuso a Tomás trabajar en un negocio de publicidad que trataba de poner en marcha, creando páginas web. Para encontrar empleo habló con su tío (el marido de la prima de su padre) porque había sido empleado de una gran empresa española de comunicaciones, pero por ese lado no tuvieron suerte. Sin embargo, unas relaciones le condujeron a otras, hasta llegar al puesto en el que está hoy. [Tomás]: [Le pedíamos a mi tío] un trabajo, porque él trabajó mucho años en XXX y quería ver si nos conseguía entrar, pero no. Hombre, XXX es una empresa muy importante y habíamos fantaseado también nosotros... A ver cómo nos podía conectar, pero no pasó nada. Bah, las agencias no se mueven así.... No, bueno, sirvió. Por eso terminé aquí en MXX [la empresa en la que ahora trabaja].
Aunque Tomás no traía un título universitario de Buenos Aires, sí llegaba con experiencia laboral por su empleo en el área de recursos humanos de una empresa multinacional de seguros. Sin embargo, según él afirma, fue su círculo de amistades, y no la posesión de un título universitario, lo que le sirvió para encontrar trabajo en Madrid. Su colaboración en la pequeña empresa de publicidad de su amigo, le dio la oportunidad de conocer otra gente que le propuso empezar a trabajar como asistente de ejecutivo de cuentas en una agencia publicitaria multinacional, con sede en la capital. [Entrevistadora]: ¿Tu currículum en Buenos Aires te sirvió para encontrar luego trabajo en España?) [Tomás]: No. Para nada. [Entrevistadora]: ¿Cómo conseguiste los empleos de aquí? [Tomás]: Por conocidos, por amigos.
Entre la población argentina contratada en España, con permiso de trabajo, el 43% tiene una edad comprendida entre los veinte y los veintinueve años. Si desagregamos este dato, encontramos que el mayor porcentaje corresponde al conjunto de los que poseen una edad entre veinticinco y veintinueve (26%), más de la cuarta parte. Estas cifras no incluyen los argentinos que no tienen un contrato ni los que vienen con pasaporte comunitario. En cualquier caso, en este grupo que refieren las fuentes oficiales, los de treinta suman el 47%, un 23% se halla en una edad entre los treinta y los treinta y cuatro años, y un 24%, entre treinta y cinco y treinta y nueve175.
175 Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Anuario Estadístico de Inmigración 2004. Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2004, p. 469.
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Es decir, que entre los argentinos –no comunitarios– contratados en España, el 90% está en la veintena y en la treintena; la mayor franja se concentra entre los veinticinco y los treinta y cuatro (49%)176. Su presencia mayoritaria es una pauta característica de muchos flujos migratorios; suelen ser los jóvenes los que se animan a emigrar más prontamente que los de más edad, los que tienen menos que perder, entre ellos el motivo de la aventura y la autonomía pesa a la hora de tomar la decisión, como explicamos en anteriores epígrafes. Ellos representan una parte del colectivo cuyo proyecto personal está por concretarse en España. Entre los inmigrantes argentinos, la tendencia mayoritaria y característica –frente a otros colectivos latinoamericanos– es su inserción laboral en el sector servicios. En el 2004, el 67% de los latinoamericanos se empleaba en este sector, mientras que entre los argentinos (sin pasaporte comunitario) el porcentaje alcanza al 82%177. Se ocupan en puestos de encuestador, camarero, vendedor, operador de tele marketing, recepcionista, administrativo, servicio doméstico. La temporalidad de los empleos es muy significativa: en el 2004, el 20% de contratos era por un mes y el 21%, de una duración entre uno y tres meses; sólo el 13% lo era por tiempo indefinido178. En el caso de los que están ocupados en el sector de la hostelería, sus trayectorias se inician con una sucesión de empleos temporales. Comienzan de «tarjeteros» (los que reparten tarjetas de invitación a la puerta de las discotecas o a las entradas de los hoteles para animar a los jóvenes que visitan la zona en verano). Al mismo tiempo se emplean como ayudantes de cocina, limpiando habitaciones de hotel, durante los momentos de mayor afluencia de turismo en el lugar. Son los primeros meses tras su arribo, sin papeles y sin apenas dinero. Ahí comienzan a hacer sus propios contactos, a través de los empleadores españoles, para conseguir otros trabajos, o que los contraten la temporada siguiente. A su llegada, Antonio consiguió su primer empleo por la amiga de su madre, Bibiana, ya asentada en España desde los ochenta y casada con un español que regenta varios negocios de hostelería. Fue repartidor de invitaciones a una discoteca por las noches y encuestador por el día. Trabajaba doce horas diarias para mantener a su familia, mientras su mujer también estaba empleada. Aquí aparece la cuestión del capital académico que antes mencionábamos, junto a la imagen de los argentinos en España y la cultura del trabajo que existe en Argentina. Para empezar, algunos de los nichos laborales que pueden ocupar, no están al alcance de otros latinoamericanos al poco de llegar. Encuestador, vendedor, teleoperador, profesor de baile, monitor de gimnasia, socorrista en 176 177 178
Ibídem, p. 467-469. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Anuario Estadístico.., p. 471. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Anuario Estadístico.., p. 477.
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piscinas privadas, «pincha discos», etc., son empleos que exigen una determinada educación y presencia física, por el contacto con el público179. Uno de los elementos que confluyen en este proceso de inserción laboral es la cultura del trabajo que existe en Argentina. Ellos mismos se enorgullecen, como Julia, de la dedicación en el desempeño de su tarea, algo que estaban acostumbrados a hacer allí en situaciones de mayor precariedad. Tomás, Sol y Julia estaban pluriempleados para poder llegar a fin de mes, mientras veían cómo iba reduciéndose su poder adquisitivo. [Julia]: (...) que el argentino tiene esa cosa de trabajar, aunque tu jefe te diga te tienes que quedar catorce horas más, porque no se qué y como que cuidás el trabajo. Cuidar el trabajo y a veces tragarse esto de defender sus derechos, eso es muy del argentino (...) Yo pongo la cabeza como una pelotuda, y no, es que toda la vida hemos cuidado el trabajo.
En una situación de crisis económica, se acostumbraron a trabajar en varios sitios a la vez y a afrontar largas jornadas sin apenas ganar dinero. En comparación con los españoles, se perciben a sí mismos como grandes trabajadores; en ocasiones se escucha la opinión, entre ellos, de que los españoles lo son menos. [Horacio] El entendimiento y la garra que puede haber en el trabajo de argentinos es diferente a la de los españoles. Yo me doy cuenta de que paran a comer el bocadillo a las once de la mañana, en un rodaje de 80 personas. ¡Y yo me vuelvo loco como asistente! ¡Cómo vamos a parar veinte minutos el motor de toda esta gente! Bueno, es así. Es así. Y de repente veo a los eléctricos tomando birra ¡Cómo se toma cerveza a las once de la mañana! No lo puedo entender.
Un ejemplo que refleja esta opinión es la queja de que los «almacenes» cierran a las nueve de la noche y los domingos, mientras que en Buenos Aires siempre habrá uno cerca de casa, abierto todos los días hasta tarde. También les sorprende el gran número de días festivos que hay a lo largo del año en España. Comentaba un argentino que no se había dado cuenta hasta que salió del país, del grado de explotación y auto-explotación a la que están sometidos; en Argentina se consideraban a sí mismos «vagos». Existe la creencia en Argentina de que la crisis los volvió más talentosos (que los españoles, que no la tuvieron que pasar) y que con menos recur179 Por poner un ejemplo, los dominicanos y los peruanos, cuando llegaron a fines de los ochenta a España, trabajan mayoritariamente en el servicio doméstico y la construcción, únicos nichos accesibles para ellos y, sólo al cabo de diez años, comenzaron a ocupar empleos de la hostelería (MERINO 2000).
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sos consiguen más resultados. Ellos perciben que son supervivientes, que son más flexibles. [Julia] No sé cómo sería nacer, vivir, crecer y morir acá, sería como todo chato. Le falta un poco de crisis, le falta talento a la gente, le falta un poco de eso.
Lo que aquí queremos plantear es que se mueven en los diferentes entornos laborales con la aparente seguridad de conquistar ese espacio. Esto se vincula con una expresión clave en la cultura popular argentina: «lo atamo’ con alambre» Esta idea forma parte de su imaginario hoy en día, relacionada con la confianza en salir delante de las situaciones difíciles, apelando a la improvisación. El dicho «lo atamo’ con alambre» fue recogido en una canción de Ignacio Copani, en la que refiere la peculiar habilidad de argentinos de solucionar las cuestiones saliendo del paso. Para arreglar una puerta, en lugar de colocar una bisagra, le atarán un alambre. Es una salida ingeniosa, brillante, creativa; tiene ver con una postura más flexible, menos estructurada, menos rígida y con una mayor capacidad de improvisación y de creatividad. Sin embargo, para otros, esta solución no arregla el problema, se agota en eso; suele quedar como definitiva por dejadez, falta de recursos o de responsabilidad, convirtiéndose entonces en una chapuza. El ejemplo que propuso Ignacio es clarificador respecto a la capacidad de adaptación implícita: «Lo atamo» con alambre. Es decir lo atamos con alambre y quedó pero no es firme. Lo tomamos con alambre para salir del paso, eso es muy del argentino. Buscarse la vida. Ir para adelante y si no le busco la vuelta y rompo esta regla. Esta regla me está jodiendo. Para llegar allá, la rompo, la transgredo un poco. El español medio no hace eso: «las reglas son las reglas, están para cumplirlas y si yo te digo que en la carta hay sándwich de jamón y queso, no me pidas de jamón, no hay». Pero le quitás el queso y le ponés el tomate que en el otro tienes de tomate y queso. Me puedes hacer uno de... «¡no!».
En este sentido, al menos en teoría, confían en su talento y en su habilidad para improvisar, para salir de situaciones difíciles, en su capacidad de adaptación para resolver nuevas coyunturas, en cierta acomodación de la norma a sus intereses. La práctica se define como «estirar la norma»: negociar hasta el límite. Refiere a su capacidad de negociación, como apuntan Rosana y Willy en la cita siguiente: ser capaz de sacar provecho de una situación, aunque no vaya a conseguir lo que se propone, puede negociar para conseguir algo, «de buscar algo bueno en lo que hay».
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[Rosana]: el argentino busca siempre sacar un provecho a lo mejor no sea como ha querido empezar, pero trata de sacarle provecho, de ganar algo, de buscar algo bueno en lo que hay. [Willy]: un argentino crece más rápido en España que cualquier otro inmigrante.
La imagen que tienen los argentinos de sí mismos es la de una persona acostumbrada a resolver cuestiones laborales y en ello confían para venir a Europa y prosperar. Se sienten europeos, de hecho gran parte de ellos son descendientes directos, como ya referíamos anteriormente. La prueba es que pueden conseguir recuperar alguna nacionalidad europea. Esto marca la diferencia con otros colectivos de inmigrantes y con los propios españoles. En ocasiones el estereotipo de trabajadores listos y eficientes provoca una doble imagen de ellos que juega a favor y en contra. Por un lado, en los empleadores españoles puede darse una percepción del argentino como persona poco confiable a primera vista, aparentemente capaz de resolver situaciones imprevistas pero bajo riesgo de no cumplir las expectativas generadas por sí mismo en su presentación. Varios entrevistados nos explican las consecuencias de este modo de encarar las situaciones: [Ignacio]: entonces eso, que es un extremo, son cosas que se encuentran, que de alguna forma… la visión que se tenga del argentino, sea como más improvisada, como más irresponsable, menos seria. Y nosotros tenemos otra visión, tenemos la visión de que tú [español] eres muy estructurado y yo soy más flexible. Me adapto y las reglas son para adaptarlas, no para que te jodan la vida. [Beatriz]: Al argentino se lo identifica como el chanta. [Daniela]: somos un poco lo que para nosotros son los italianos. Esa misma manera… hablamos demasiado, siempre queremos envolver a la gente con nuestras palabras, queremos sacar siempre beneficios de las cosas.
En los ambientes laborales, los españoles pueden percibirlos como «sobrados», demasiado expertos en venderse a sí mismos, como si conocieran en exceso las técnicas de marketing americanas. Eso provoca cierta desconfianza, genera cierta barrera, en un primer momento, pero también puede ser un motivo para contratarlos. No siempre resulta negativa esta imagen: estar bajo observación es distinto a ser visto como un candidato poco idóneo para un puesto. En general les avala una buena formación, un currículo que puede competir con el de muchos universitarios españoles, cuando se trata de empleos cualificados, y por ello son contratados al margen o a pesar de estos estereotipos. Como explicaba Julia, a este respecto hay que pagar «derecho de piso», demostrar que se es confiable, a pesar de ser (o aparentar ser) listo, o de tener una buena calificación:
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[Julia]: ...en el fondo lo que están viendo es si lo que les estás diciendo es cierto. No te creen. Yo he tenido que pagar muchísimo derecho de piso con este hombre que me contrató, y me abrió las puertas de todo. Pero es absolutamente desconfiado. Hasta el ultimo tiempo que me daba hasta las llaves de su local, que lo abría y lo cerraba yo. Pero al principio no te conocen. No tienen referencias. En realidad si: tenía referencias porque ese trabajo me lo consiguió una amiga mía que vive acá. Y bueno, esa chica para él era una referencia enorme. Y bueno, por supuesto que con este hombre tengo la mejor relación, es un viejo loco.
Existe cierta seguridad entre los argentinos en que están mejor preparados que muchos españoles. El caso más extremo lo representan, quizás, los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires; para ellos su centro académico es de los mejores del mundo. Al mismo tiempo, para ellos, España no encaja en su idea de Europa como modelo de modernidad y progreso. Tienen presente que la sociedad española ha pasado una dictadura de casi cuarenta años lo que se asocia con un supuesto retraso cultural. En cambio ellos proceden de un país moderno que estaba a la cabeza del continente americano. Esta diferencia histórica justifica la percepción de cierta ventaja cultural. Lo explicita claramente el padre de uno de los jóvenes inmigrantes, entrevistado en Buenos Aires: [Rodrigo]: Si vos tenés que desarrollarte ... Y eso a los chicos les viene bien. No? es como tener una beca, pero están teniendo una experiencia en un lugar que, por más que sea la cola de la Unión Europea... Ahora no, ya está entre los vagones del medio, ¿no?.
Además, en el caso de los originarios de centros urbanos importantes, se asume cierta ventaja formativa. Por todo ello, perciben que, una vez que se pague el derecho de piso, sus posibilidades de una inserción laboral acorde a sus expectativas serán más elevadas que en su país. Su deseo de tener una «vida propia», en esa etapa de juventud, les lleva a trabajar en empleos de escasa calificación, que en su país no estarían dispuestos a realizar por la presión familiar, el peso de la mirada del otro y de la propia internalizada. Como ya mencionamos, emprenden el viaje aunque tuviesen trabajo y apoyo económico de sus padres. Aquí pueden ocuparse en un empleo que no corresponde a su nivel de instrucción, pero les permite pagar sus facturas a fin de mes y eso les resulta satisfactorio, hasta cierto punto. [Antonio]: creo que lo bueno de España, que es lo que me ha hecho quedar, también, es sentirme muy libre, y donde la mirada del otro aqui pierde bastante valor, o sea uno hace más la de uno. Se viste como quiere, trabaja en lo que quiere. En Argentina ya verás que todo el mundo te lo va a hacer saber de alguna forma. Yo es que ya estaba muy cansado de ese tema, allá también, esto es lo que quiero ahora.
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En su imaginario, tal vez resultara más frustrante llevar este modo de vida en su lugar de origen. En realidad, lo que valoran en este momento es la seguridad laboral y personal que aporta un contrato, los documentos en regla y un horario fijo, un sueldo medio que es seguro que cobrarán a fin de mes, sin temores de una congelación de salarios, una devaluación, una inflación o el «corralito». En España, Cristina, con estudios de publicidad, afirma que no le compensa trabajar en ese mundo ante las condiciones tan duras, por un sueldo similar al que cobraría un administrativo. Tomás, que trabaja en publicidad le resulta conveniente su puesto como ejecutivo de cuentas por la estabilidad que ofrece; lo valora como «un curro como otro cualquiera» sin mayor compromiso, tras haber intentado, en varias ocasiones, vivir de su vocación, la dirección de cine. [Tomás]: Yo no, a mi me gusta más esto [ejecutivo de cuentas] que de creativo, me gusta,… [Entrevistadora]: ¿Quién iba a decirlo no? porque cuando te conocí intentabas entrar en la escuela de cine. [Tomás]: Tengo un lado que es muy [creativo]... A ver ¿cómo te lo puedo decir? Pasión por el arte... pero es muy... Mucho trabajo y pasta poco. Yo creo que se puede mezclar el tema de creativo. Me gusta. Me divierto pero no me comprometo tampoco. Es un trabajo. Un curro.
En cierto modo, los padres de estos jóvenes justifican este tipo de inserción en el contexto migratorio: es difícil encontrar un empleo acorde a su formación al comienzo, sin contactos, sin conocer los códigos, como extranjeros de otro país. Tampoco queremos afirmar que esto sea válido para todos, como hemos señalado en otros casos, pero sí es una actitud latente en muchos de los que no completaron su formación universitaria. [Daniela]: la verdad que no me veía un futuro laboral. Me gusta mucho Mar del Plata y sé que es mi ciudad y voy a morir ahí, pero… el estudio de allá no me rendía y trabajo tampoco había. A ver… cómo me explico… Todos, creo.. teníamos trabajo con nuestras familias. Pero queríamos volar nosotros, valernos por nosotros mismos, conseguir nuestros trabajos por nosotros mismos.
La regularización y el capital cultural Para muchos, el empleo precario es sólo el primer paso. Sin estudios, sin contactos con aquellos que se hallan en otros niveles ocupacionales y sin papeles, éste sería el único escalón que podrían subir en la escala ocupacional en busca de mejores puestos y condiciones salariales. En su objetivo de
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armar una vida, sus circunstancias se hallan limitadas mientran no dispongan de un permiso de trabajo o no posean un pasaporte comunitario; estarán en situación de irregularidad. [Beatriz]: sin papeles te explotan. O sea no tienen ninguna consideración y se abusan un montón… te echan a la calle porque no tenés de donde agarrarte… A ver, que uno en ese momento lo necesita también y es lo único que tenés, porque no te toma cualquiera sin papeles. Entonces, como es lo único que tenés, tampoco podés ir a denunciar ni nada porque te quedás sin nada. [Daniela]: pero también el tema de que te enfermás y ya no sólo perdés el dinero por no poder trabajar sino que además querés ir a un hospital y, vale, lo muy básico y aún así he tenido que pagar para radiografías.
Todos ellos son conscientes de la importancia de los papeles, han experimentado la enorme dificultad que conlleva buscar trabajo sin los documentos en regla. A su vez, los que los tienen al poco de llegar, como Cristina, reconocen las ventajas: Lo que pasa es que sí, ayudó mucho el tema de venir ya casados para yo poder tener posibilidades de trabajar y pedir el permiso de trabajo.
La falta de papeles implica una situación de desprotección. Supone trabajar sin contrato, no tener acceso a la seguridad social ni al paro, así como llega a invalidar sus currículos. Lo más común, en el caso de los trabajos poco calificados o que exigen más experiencia que calificación, es que no cuestionen tanto la formación argentina como estar en posesión de los permisos de residencia y trabajo correspondientes. Como dice Daniela: «con el hecho de tener el contrato y los papeles... es como que existís de verdad». [Beatriz]: es lo primero que te preguntan: ¿tenés papeles? Cuando, ¿que tenés estudios argentinos? ¿Qué sos? ¿Argentina? … ¿Tenés papeles? –Y… no…–. [entonces te responden] no. [Daniela]: ...poder apuntarte al INEM, poder tener tu paro. Y contrato me hicieron, mi tía, que yo trabajaba en la feria en ese momento, me hizo el contrato enseguida. Y en el restaurante también me hicieron contrato. Yo sólo con el hecho de tener el contrato… felicidad absoluta, porque ya es como que existís de verdad. Tenés tu contrato, tenés tus papeles.
La esposa de Gustavo, Karim, socióloga formada en una de las mejores instituciones académicas de Buenos Aires, se encontró con esta realidad al poco de llegar. Envió solicitudes de trabajo para ver la respuesta de las empresas españolas, a través de la página web Infojobs que le recomendó
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otra amiga suya recién llegada. Fue muy positiva, salvo en que no estaban dispuestos a emplearla hasta que no tuviera sus documentos en regla. En este caso, como esposa de español (su marido consiguió la nacionalidad por su padre) los ha obtenido en cuatro meses. Quince días después de conseguirlos, le ofrecieron un empleo en una ONG como directora de proyectos, durante seis meses –siempre que trabajara durante el verano– con un sueldo de 1800€ brutos. Por su parte Horacio, cuando ya tenía la nacionalidad italiana, a los siete meses de llegar, nos cuenta: bueno, nada, conseguí trabajo y las cosas se empezaron a normalizar, en ese año yo me vine con un proyecto de ciudadano italiano, había conseguido los papeles de mis abuelos, pero cuando me vine la ciudadanía estaba terminada, tenía pasados los tres meses como turista, yo se lo que es la ilegalidad sabiendo que esos papeles iban a llegar, y bueno, así conseguí el trabajo.
No mejora la situación laboral, a pesar del esfuerzo, mientras no consigan los permisos de residencia; asimismo, la entrada al mercado de trabajo resulta más satisfactoria si llegan con alguna nacionalidad comunitaria. Pero incluso en ocasiones, a los empresarios no les interesan los papeles, prefieren no hacer contrato, sobre todo si hablamos de empleos temporales en hostelería, en las zonas costeras. Javier y su amigo, nos los aclaraban en Mallorca: [Javier]: yo vine ya con mujer y una nena, pero con papeles es bastante más fácil; aunque antes tenías la posibilidad de trabajar sin papeles, pero hoy ya no la tenés. Hoy lo único que podés hacer sin papeles es repartir volantes y con suerte… [Angel]: a mi me costó dos años conseguir papeles y el primer trabajo que fui a buscar, ya con el pasaporte italiano, ya listo para tener papeles… el chico me dijo: –disculpa, pero no te voy a hacer contrato-. Pero… tengo papeles–. No, pero no me interesa–.
En el caso de Cristina y Andrés, él llega con pasaporte italiano y ella consigue sus papeles a través de su condición de esposa de ciudadano comunitario. Desde el momento en el que ella se regulariza, las condiciones laborales a las que pudo acceder mejoraron notablemente. En el caso de Andrés, su residencia comunitaria le permitió esperar un tiempo hasta encontrar un empleo acorde a sus conocimientos de informática, adquiridos en la universidad y en el mundo laboral. Un trabajo cuyo salario supera los dos mil euros al mes e incluye el ahorro de gastos de desplazamiento y comunicación. llegué y al principio [tuve] alguna que otra entrevista poco favorable, como éstas... de ventas y cosas así, de puerta a puerta. Entonces decidí meter [el currículo] y esperar hasta ver donde enganchaba y enganché
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en una empresa de transporte en la cual sigo. Es mi primer trabajo por cuenta ajena en mi vida. Fue acá en España y sí, fue en este trabajo y bien. Bueno... dentro de todo...
En el caso de Cristina, tras meses de búsqueda y un cúmulo de negativas por su condición de irregular, comenzó a trabajar en una empresa de venta por catálogo, donde nunca le pagaron las horas trabajadas. Su hermano, jefe de cocina en un restaurante de Madrid, no podía pasarle muchos contactos en un ramo que no fuera de camarera. Cuando llegaron, Sol, Tomás y Juan Pablo, informados por sus familiares, sabían que tendrían que pagar «derecho de piso», como dicen los argentinos, aceptar empleos duros, negativas continuas y prejuicios, antes de conseguir la estabilidad económica. A pesar de los apoyos, los comienzos resultan duros, como Cristina explica: la actividad frenética en la búsqueda, las negativas, la precariedad del trabajo: después cuando empecé a buscar trabajo y le decía: tengo mis papeles en trámite, también en muchos sitios me trataban horriblemente, me decían que me vaya o que no vuelva, pero bueno... Cuando empecé realmente a ver un trabajo normal, en el «Segunda Mano», en general me daban la espalda y uno que no me dio la espalda, fue este que me hizo trabajar un montón de tiempo para después no pagarme nada, y yo no podía ir a reclamarle a nadie y estuve subiendo y bajando escaleras en distintos edificios en un barrio por las Musas y la verdad que era un trabajo duro...
A los tres días dejó este empleo y, al tiempo, encontró otro como vendedora en una tienda de ropa, sin conseguir aún el permiso; se trataba de una suplencia, tres días a la semana, durante el verano. Como muestra de lo difícil que es conseguir trabajo sin papeles, a pesar del enorme esfuerzo de la búsqueda en el Segunda Mano y de lo escasamente remunerado que está, Cristina se sentía contenta. [Cristina]: después sí, conseguí en una tienda en un local a la calle, una tienda de ropa, una suplencia por vacaciones que me vino muy bien. Yo estaba contentísima porque era alguien que me había dicho que si a un trabajo, aunque yo no tuviese los papeles, de dependienta en una tienda de ropa por el centro, así que estaba muy contenta, aunque no estaba muy bien pago.
Como la mayoría de los argentinos que vienen, ella se había informado previamente, a través de sus familiares, de la importancia de los permisos. Ellos saben que ahora es más difícil que en los noventa. En cualquier caso, tienen una experiencia «europea» de los códigos burocráticos y de sus derechos
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como ciudadanos, y los reclaman. No les intimidan los miles de papeleos que hay que tramitar, ni las ventanillas, ni los mecanismos para conseguir los documentos precisos. Son expertos en burocracia antes de llegar. Los argentinos perciben al español como obediente con las normas, alguien que no cuestiona la autoridad. En cambio, ellos sí lo hacen; en principio son más irrespetuosos con las reglas y tienden a negociarlas personalmente. No se subordinan automáticamente a la norma, tratan de «estirarla». Esta idea se vincula con la flexibilidad. [Entrevistadora]: Hasta el momento de la boda no tuviste papeles. [Daniela]: no, no. Y un año después tampoco. No, porque vos te casás, tenés que esperar un año [para] iniciar los trámites. Que me faltaba un papel y yo en ese momento no podía ir a Argentina porque no tenía un duro y sin ese papel no lo podía hacer y mi tío que tenía un amigo llamó a la Policía Federal, los consiguió, pagando una pasta y me los trajo.
En el caso de la burocracia española, el argentino encuentra, como primera respuesta en una ventanilla: «falta un documento, un sello, tiene que volver». Desde su perspectiva, el burócrata es inflexible, en cambio su experiencia es que el oficinista de la Administración argentina «busca una diagonal» «un camino oblicuo» para facilitar el trámite. Pablo proponía una conversación imaginaria con un funcionario español: [Funcionario:] Tenés que hacer esto, y te falta este trámite, tenés que volver y traer el papel [Pablo] «pero mirá, tengo que laburar, no puedo venir mañana, ¿no me podés ayudar?». El burócrata argentino en general va a responder de manera oblicua, es otro recorrido donde él queda como el que te hace un favor, te resuelve el trámite, eso a la manera lícita. Luego estaría la vía de la «coima», sobre todo en el caso de infracciones de tráfico.
Desde esta experiencia de la negociación, lo que les llama la atención es la actitud «inflexible» del burócrata español. Cuando se encuentran con el administrativo de turno, el argentino discute la racionalidad del trámite, si por ejemplo le piden la partida de nacimiento y acaba de acreditar su identidad, podría contestar «mirá, estoy acá, ¿qué me pedís?». En situaciones como ésta perciben la rigidez de los trámites en la idiosincrasia española. El punto de partida es un descreimiento de la eficacia de la burocracia estatal, el cual puede transformarse con el paso del tiempo, en una cierta legitimación del aparato administrativo, relacionada precisamente con un mejor funcionamiento del sector público español. [Entrevistadora]: … ¿Qué cosas rescatas de España que vos digas por esto yo quiero vivir aquí?
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[Miriam]: También con respecto a la política, se cumplen más los reglamentos que allá. [Eduardo]: También se ve, dentro de todo, un gran respeto a las instituciones. Yo diría que hay una cultura cívica también mayor.
Ésta es la experiencia de Cristina en la oficina de expedición del permiso de residencia en Madrid. A los cuatro meses de no conseguir respuesta, se presentó a reclamarla; motivos no le faltaban en su opinión, ella había cumplido todos los requisitos. Primero, había hecho la cola para informarse de los trámites necesarios, después había reunido todos los documentos, con sus respectivas esperas ante las diferentes ventanillas oficiales en Madrid (comisaría de policía, registro civil, etc.). Además, cuando consiguió el contrato de trabajo, tuvo que viajar a Buenos Aires para obtener el visado de trabajo en el consulado español. Tras su regreso y aguardar cuatro meses, aún no había obtenido contestación, ni positiva ni negativa. El día que fue a informarse de su proceso de regularización, le comunicaron que habían perdido el expediente. Ahí comenzó a protestar cada vez con más fuerza, en voz alta al comienzo, luego a «los gritos», hasta que llegó un policía a poner orden. La idea que subyace en su protesta pública y que ella explicita, es: «a mí no me van a cagar, no me van a humillar», desde una actitud de mayor confrontación con el burócrata. Su visión es «que nadie es más que nadie», un «igualitarismo instintivo», vinculado con el imaginario de lo que es ser argentino, con sus aspectos positivos y negativos. Al llegar aquí, los argentinos perciben más jerarquía, sobre todo en las ciudades de provincia, encuentran que «las cosas funcionan mejor». A pesar de ello suelen tener una expectativa negativa frente a los trámites; ellos se viven como que siempre están haciendo queja, el «me van a oír». [Cristina]: A mí me agarró un ataque de nervios, porque además de que me estaban tratando mal, me habían perdido el expediente y yo me había gastado toda la poca plata que tenía en viajar a Argentina para pedir el visado de residencia y me habían perdido todo y mi visado ya había vencido. Yo por suerte tenia ese papelito como resguardo que me daba derecho a reclamar y yo no podía esperar tres meses más porque ya había esperado cuatro.
En su opinión, esto tiene que ver con que el funcionario español sabe que ha ganado su puesto apoyado en la ley, mientras que el argentino es alguien más «desafecto» con el sistema. En su país, el burócrata no ha concursado para asegurar su puesto de trabajo, no tiene el sentido corporativo del español. Todo lo contrario: el argentino tiene la imagen de que, para ser funcionario, es casi suficiente tener un contacto que facilite la entrada en alguna dependencia del Estado. A ello ha contribuido los casos salidos a la
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luz acerca de familiares y amigos de políticos ocupando puestos en el Estado sin la preparación necesaria o suficiente180. Lo anterior se vincula, a su vez, con el hecho de que los argentinos, al llegar a España, visualicen al burócrata bajo el prisma del arquetipo del «gallego bruto», poco imaginativo, estructurado, inflexible. Entre ellos, se dicen, casi como una consigna: «acá no te hagas el sutil, que no te van a entender». Y eso acontece sin que idealicen su propio sistema burocrático, pero en cualquier caso condiciona su visión del modelo español. La idea es que la ley está, pero en determinado momento las cosas son las cosas, lo material es lo que sirve, la letra es papel mojado, y más aún después de crisis como la de la hiperinflación de 1989-1991 y el «corralito» de 2001-2002. [Miguel]: ... es tu plata. La puedes sacar cuando se te antoje, es de sentido común, pero llegado el momento... en la crisis del ochenta y nueve y del dos mil uno la gente quedó atrapada con sus depósitos bancarios. Todo bien, pero llegado el momento lo importante es la plata en mano.
Este visión de la administración española se enmarca en un contexto particular de recepción: su inserción en el nuevo destino pasa tanto por la tramitación de los permisos como por la generación de vínculos con la sociedad: si para lo primero encuentran obstáculos y complicaciones, para lo segundo no hallan tantas dificultades y sí numerosas herramientas a su alcance para desenvolverse. Saber buscar la vuelta a la norma, sacar más provecho que los demás o que lo permitido es señal de ser listo, prueba de ser «piola», «vivo»: una habilidad que también aplicarán a la hora de buscar trabajo, en relación a su percepción como personas «talentosas». Una de las entrevistadas ponía este ejemplo: si un porteño fumador se encontrase en una oficina de Buenos Aires y divisara el cartel de «prohibido fumar» y un cenicero próximo, se pondría a fumar. Cuando el policía se acercase para amonestarle indicándole la señal, le explicaría al guardia que vio el cenicero y asumió que estaba permitido de todos modos. En otros casos, para arreglar los papeles, mueven sus contactos hasta que encuentran alguien conocido en la administración, o se van a oficinas de otras provincias para agilizar los trámites. Saben que son vulnerables hasta 180 Los argentinos utilizan el término «ñoqui» para referirse a las personas en nómina de la administración que no cumplen las obligaciones de su cargo, que ingresan en alguna dependencia estatal a través de contactos políticos, sin tener –o sin que se constate que tenga– la preparación necesaria para ocupar el puesto. Significaría un falso empleado público que sólo aparece por la oficina el día 29 para cobrar. En Argentina existe la tradición de comer ñoquis los últimos días del mes y colocar dinero debajo del plato, para invocar la llegada de dinero.
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que no consigan sus documentos. Tal es el caso de Karim, que se desplazó a Seseña, un pueblo de Toledo, para agilizar la obtención de los papeles para su matrimonio. En ocasiones, la irregularidad es utilizada por empleadores españoles; éstos saben que la productividad será mayor ante el incentivo de la regularización. Al mismo tiempo prefieren a los inmigrantes de origen europeo y que, además, hablen castellano –la cuestión de la imagen reaparece aquí de nuevo–, para el trabajo de atención al público. Por otro lado, los recién llegados asumen que sin papeles no es fácil encontrar un empleo y que su esfuerzo dará frutos. Unos y otros conocen el juego y con esta claridad nos lo explicaba Andrea, una argentina de treinta años, con los estudios universitarios sin terminar, que desde hace cinco años ha trabajado como camarera en España: [Julia]: Yo lista soy... en el lugar donde yo trabajaba había cinco españoles. Llegué yo, al final había dos, me quedé haciendo el trabajo de tres personas. Porque venimos de un entrenamiento... En Buenos Aires tenés que hacer todo y tenés que estar capacitado para hacer todo bien. Tenés que limpiar, barrer, acá hay uno que limpia, uno que barre, uno que atiende, entonces claro, si falta el que limpia no pasa nada yo doy un mano, entonces ya Julia hace lo que hacían tres y yo creo que ellos aprovechan. No son ningunos boludos, se re aprovechan. Porque no te hacían contrato, te pagan lo que te tiene que pagar y sin embargo te utilizan, no son tontos pero bueno, fuera de eso creo que hay bastante apertura.
La historia de Julia refleja la doble disyuntiva de los argentinos en España, que optan a empleos que requieren poca o ninguna calificación y el hecho de solicitarlos a veces desde la irregularidad. Son contratados por su doble condición de inmigrantes y descendientes de europeos: a igualdad de condiciones con otros latinoamericanos que no están regularizados, van a cogerlos a ellos antes que a los demás: Hay diferencias, yo creo que si tienen que tomar un español o a mi, toman un español, pero si tienen que tomar otro tío extranjero o a mí me toman a mí.
La cuestión de la situación legal interacciona con la formación académica a la hora de configurar una u otra vía de inserción en el mercado de trabajo español, marcando diferentes trayectorias laborales. Antonio, Sol y Julia entraron en España como turistas. Algunos, como María, la prima de Tomás, conociendo los obstáculos que trae consigo la irregularidad, se planteó como primer objetivo su regularización, vía el empleo en el servicio doméstico. Con su carrera de Psicología terminada, entendió que el modo de llegar a trabajar como psicóloga en España sería consiguiendo primero sus documentos.
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En cambio, Tomás viajó con nacionalidad española; Horacio, Eduardo y Karina llegaron con pasaporte italiano. Cuando éstos envían su currículum a las empresas españolas, no tienen obstáculos en su contratación, dada su condición de ciudadanos comunitarios. Aquí hay que considerar la combinación de este elemento con la validación de su currículo y la adecuación a las demandas del mercado de trabajo, además de sus contactos. [Karina]: si, bueno, la legalidad es fundamental. Nadie se cuestionó tener que hacerle un contrato a un extranjero que tiene que volver a su país para sacar el visado, todo eso. Eso facilitó muchísimo las cosas.
Los contactos que mueven los profesionales de elevado estatus son los de colegas españoles o argentinos de su profesión. Con un buen currículo para un puesto especializado y una nacionalidad comunitaria apenas se necesita más que unos pocos conocidos profesionales para una inserción laboral de alto nivel. Así ocurrió con Karina y con Eduardo. Dos profesionales de larga experiencia laboral en su país que han emigrado con más de cincuenta años a España y han conseguido empleos estables acorde con su calificación. [Karina]: A principios de septiembre [a los pocos meses de llegar], me comuniqué con un español, a quien yo había conocido a través de mi trabajo anterior. Estaba vinculado con el área en la que me había estado moviendo. Entonces yo le hablaba un poco indirectamente a ver si me pintaba un poco el panorama aquí. Como él estaba en Barcelona me dijo que iba a tomar contacto con dos personas conocidas de Madrid, y que le mandara el cv a él. En tres cuatro días me dijo que tenía un cliente que necesitaba un técnico con esas características.
Por su parte Cristina, ante la situación de no encontrar trabajos interesantes, «que la llenasen», durante su tiempo como irregular, aprovechó su formación académica para buscar maneras de sustento. Sus estudios en Publicidad le permitieron diseñar, con imaginación, su propio empleo: crear páginas web y captar clientes a través de contacto telefónico. Esta labor la seguirá realizando como ingreso complementario al sueldo que reciba por trabajar por cuenta ajena. La conquista de nichos ocupacionales y la red social Cuando los miembros de una comunidad han conquistado un nicho ocupacional es más fácil para los demás acceder a él; se van a encontrar compatriotas que estén en puestos de selección de personal o directivos, que llegaron en momentos anteriores y les brindarán una oportunidad. El contacto con ellos no sólo es a través de la amistad sino que el encuentro en ocasiones es
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casual. Es difícil conseguir una primera oportunidad, aún más si no se tienen los papeles en regla. [Andrés]: La verdad, tuve suerte. Porque mi entrevista inicial fue con una argentina y el que tenía el puesto también era argentino, pasé a suplantar una persona que se iba que era argentina. [Entrevistadora]: ¿O sea que ser argentino te ayudó? [Andrés]: Sí. De alguna forma me apoyó. No sé si le gustó. Yo creo que fue un manera de ayudar. Y sabiendo que no se iba a quemar. Yo daba con lo que se pedía. La primera entrevista fue con una consultora y después te selecciona la verdadera empresa. Yo tuve suerte. Y justo también la persona que tenía que suplantar era argentina. Otra persona que me entrevistó era un español. O sea que no estaba todo servido, pero hubo una ayudita. [Angel]: Salgo, voy caminando, entro en un local para comprar cigarrillos, voy a cambiar a la barra, me tomo una caña, escucho el acento argentino y digo «Estoy buscando un trabajo, ¿no tenés?» Dice «Sí, pasá, hablá con el dueño», un argentino que había puesto un local, al otro día estaba trabajando allí. [Horacio]: Estaba este amigo que justo se puso una productora con el otro, que también le influyó que fuese argentino… en la cadena existen argentinos por todos lados y en otros no, en otros sí fueron ganados gracias a tocar puertas e hinchar las pelotas soberanamente, pero sí, hubo gente argentina que influyó, desde el amigo este que me llevó a Valencia que hacía eventos, saqué muy buena pasta en ese momento y me dió mucha tranquilidad.
En las entrevistas encontramos algunos casos que se han visto favorecidos por esta ayuda y otros en los que ellos la han brindado. Andrés y Pedro se beneficiaron de modo impersonal; también Horacio reconocía, en la cita anterior, la influencia de toparse con compatriotas a la hora de conseguir un empleo. A su vez, tanto éste como Antonio ayudaron a muchos argentinos a los que no conocían de nada. Se combina la solidaridad entre nacionales de un mismo país, pero también la de extranjeros en una tierra comúnmente extraña. [Antonio]: ... he tenido varios ilegales trabajando… o sea primero cuando te arriesgás a coger un chico ilegal, te estas, te estás arriesgando a tener una multa de 3000 a 6000 euros como mínimo si viene un inspector municipal, si no tienen papeles... y como te decía hoy, como a mi me han dado la oportunidad, yo no se la quito a nadie. [Horacio]: De la misma manera, he ayudado a un montón de gente, eso es recíproco, amigos, de hecho, la semana pasada le conseguí un trabajo a otro argentino más… En publicidad se busca mucho al argentino,
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entonces este amigo fue pasado a este amigo argentino porque querían un director argentino, pero también les paso trabajos a españoles, no me quedo apiñado. [Entrevistadora]: Yo entiendo eso, no estás buscando el argentino por una razón en especial, pero sí se da que hay simpatía… [Horacio]: Seguro.
En otras ocasiones, son los amigos o familiares los que les pasan la información de un empleo disponible porque ellos mismos lo dejen vacante o porque sepan de uno en su empresa o su entorno. Esto es muy común en los trabajos de escasa calificación del mercado secundario: los puestos de encuestador, camarero, tele-operador, pasan de unas manos a otras, los que llegaron antes han encontrado algo mejor. Sin que esto suceda, al estar en esos entornos laborales van haciendo contactos y la información sobre nuevas demandas laborales circula entre ellos. Durante el trabajo de campo, un día Gustavo llamó a su esposa, a Karim, para informarle que llegaría más tarde al salir del trabajo: iba a acompañar a un colega chileno a un restaurante para ver si tenían algo para él. Al final del día le había conseguido un buen empleo. Pero también esto acontece en los ambientes de mayor nivel formativo. Horacio venía con dos contactos claves para trabajar en el mundo del cine y la televisión. Uno era su prima, quien había emigrado a España en los ochenta y había montado una empresa dedicada al teatro. El otro era el hermano de un amigo suyo, compañero de estudios, que trabajaba como realizador en una de las grandes productoras españolas. Además llegó con un colega suyo de la carrera, quien tenía una beca de estudios cinematográficos de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional). No sólo contaron los colegas y familiares, sino también el currículo y sus ganas de encontrar un empleo cuando se le terminaron los ahorros; sin esto no habría accedido al cabo de siete meses a un empleo de realizador, a pesar de la ayuda. [Horacio]: Tardó siete meses, yo le di mi currículo y no pasó nada, seguí tocándolo [llamando al amigo] y no pasó nada. Hasta que funcionó, pero porque él se iba de la serie y un ayudante se iba también. No había lugar y él no me conocía. Es un hecho normal, también, porque uno no conoce a la persona. [¿Y seguiste viéndolo en esos meses?] Seguí viéndolo. Se formó un contacto. Yo me presenté a subvenciones de cortos (...) Rubén también. Profesionalmente fue ése el contacto... esa entrevista y tal. O sea, no entré con vaselina y tal, pero si no hubiese sido por mi amigo hubiese sido mucho más difícil...
El hermano de su amigo le facilitó el trabajo mientras su prima le presentaba gente que le pasaba nuevos contactos y le daba consejos para llegar a profesionales del medio cinematográfico: desde cámaras hasta funcionarios
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del Ministerio de Educación, para acceder a ayudas y conocer a los técnicos y así poner en marcha sus proyectos. A partir de los primeros miembros de la red, creó otros que fueron afianzando su lugar en el mundo laboral en el que se estaba insertando. [Horacio]: Yo creo que en cine ella [su prima] va tomando más protagonismo de a poco, un contacto de Argentina que tenia era uno de los realizadores de esa serie, hacia falta un ayudante, así que me presenté en la productora... por esas cosas que te conté y el Currículo, más lo que había hecho en Argentina, más los cortos, hicieron que entrara a esta serie. Y el camino de la tele me lo construí a partir de ahí. Ahí conocí un realizador con el que creamos una relación muy buena, el se fue a otra serie, yo me fui a realizar con él otra serie.
A partir de sus amistades en Madrid, Antonio ha creado un círculo de amigos, de diferente proximidad social, entre los amigos de Tomás, los conocidos del barrio y, en menor medida, los compañeros de su trabajo. Su red más próxima se compone de familiares y de amigos bonaerenses e italianos. A su vez, desde su llegada, comenzó a crear una cierta relación de «conocido» con los clientes habituales de algunos bares de su área de residencia, ellos le facilitaron trabajos para su hermana y el esposo cuando llegaron. También se hizo amigo de su jefe, el dueño de la primera agencia en la que entró como empleado, y quien le enseñó el oficio. Cuando Antonio montó su propia empresa, comenzó a emplear a numerosos compatriotas, al menos recuerda la historias de cinco o seis: algunos se fueron, otros se quedaron. Hoy en día trabajan en su negocio el esposo de su hermana y el hermano de su ahora ex-esposa. Ayudar a los amigos a instalarse resulta un gran esfuerzo, hay que «llevarle a todos los lados y presentarle gente» como explica Antonio en la siguiente cita, es «como un hijo» por la dedicación que exige. Antonio ya ha restringido su ayuda, otros serán ahora los que colaboren con los nuevos. Limitan su asistencia a las personas más cercanas, a los amigos íntimos. A ellos les informan de lo difícil que resulta llegar sin papeles. A los que se han apoyado en redes de amigos para venir, les resulta familiar la imagen de su casa ocupada constantemente con recién llegados que se alojan durante unas semanas. En algunos casos, éstos decepcionan por el desagradecimiento o el abuso que muestran. [Antonio]: «y a parte, los que vivimos aquí, al menos en mi círculo, decimos que no… Que si vienen, vengan con algo más seguro... por una cuestión de que sin papeles es muy difícil y la verdad es que con lo que tengo con mi vida. [Es como] Estar con otro hijo más. Bueno, en teoría son como otro hijo, y llevarlo a todos lados, y presentarle gente...» «entonces llega un momento que decís: basta. Porque a parte que ya te integraste acá también y que mucho no podés hacer, por más que quieras».
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Acontece algo muy común en la emigración de todos los tiempos: a medida que se van asentando los recién llegados y arman su círculo de amigos, se identifican menos con el que llega después, comparten menos situaciones con él. Incluso el que ya está asentado se coloca en una posición intermedia entre la sociedad nativa y los nuevos inmigrantes y surgen discursos de diferenciación con ellos, a veces de competitividad, en la medida en que los anteriores ya han pagado el «derecho de piso». [Horacio]: pasó mucho la etapa de la gente que se quería venir a vivir después del corralito y yo ya dije un momento: bueno basta. No soy la ONG de los argentinos que se quieren venir acá. Además creaba mi propia competencia. En un momento empecé a recibir diez emails por semana. Y bueno a tres o cuatro ayudaba. Y paré la moto porque tampoco podía resolver todo.
Como dice Antonio en una cita anterior, tener una red que te contenga es una suerte, pero después «la suerte uno se la busca», con esfuerzo y talento, se entiende. También hay casos donde uno puede buscarse la suerte sin tener una red que ayude a insertarse laboralmente. En este sentido, en muchas entrevistas encontramos que los amigos y los contactos intervienen pero no para encontrar trabajo. En estas ocasiones una buena búsqueda por internet o periódicos especializados de oferta de empleo, a los que los argentinos son asiduos, puede resultar una vía de inserción laboral. [Entrevistadora]: ¿cómo conseguiste vos el trabajo? [Abel]: por una página de Internet. [Entrevistadora]: nadie te ayudó ni nada... [Abel]: no. [Entrevistadora]: ... entonces conseguiste por tu cuenta y tiene relación con lo tuyo. [Abel]: si, en el sector también.
Como se observa en el caso de Abel, si este recurso de búsqueda de empleo se combina con un currículo adecuado a la demanda laboral y la posesión de una nacionalidad comunitaria, se incrementan las posibilidades de encontrar un puesto de trabajo acorde a las expectativas. Toda esta casuística de trayectorias laborales esbozadas, donde se combinan la reconstrucción de la red social, las formas de sociabilidad, las expectativas y objetivos individuales o de pareja, el proceso de regularización, el capital cultural y académico y los estereotipos, muestran diferentes relaciones significativas entre los elementos que entran en juego en el proceso de inserción laboral de los inmigrantes argentinos. Para Horacio y Diego, el objetivo era vivir de su profesión. Horacio ha conseguido el reconocimiento de su currículo en los ámbitos profesionales
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en los que se mueve: es realizador de televisión y director de cortometrajes. Para Antonio, se trataba de armar una vida; trabaja ahora en su propia agencia inmobiliaria. Sol quería dar un futuro mejor a los suyos pero también trabajar como odontóloga; ya ha conseguido el permiso para homologar el título, debe examinarse de ocho asignaturas de la carrera en España. Se ha quedado ahora en casa con sus hijos, tras haber trabajado varios años como asistenta por horas, encuestadora y cuidadora de niños. Su marido realizó al principio pequeños arreglos en casas particulares, lo que se llama «marido por horas», después se empleó como albañil hasta que se lesionó y ahora es agente inmobiliario en la empresa de Antonio. Tomás ha encontrado un empleo en una multinacional, con posibilidades de promoción interna. Para muchos, según un comentario muy generalizado entre ellos, es la vivencia de que, en España, los empleos de grado medio reciben más reconocimiento social que en Argentina. Tanto desde su propia mirada, como ante los ojos de sus familias en Argentina y también frente a los españoles, no resulta indigno trabajar de vendedores, recepcionistas, administrativos, porque tienen la justificación de que son recién llegados y son empleos temporales. De algún modo, si allá se emplearan en eso mismo, sería percibido en términos de un fracaso personal y profesional. Tal vez estemos ante un planteamiento alejado del ideal de estabilidad de la modernidad o tal vez ante su versión renovada, al menos en lo que se refiere a la búsqueda de seguridad material, aparentemente irrecuperable por el momento en Argentina. Muchos de estos jóvenes afirman que, al menos en España, les dieron la oportunidad de trabajar: [Guillermo]: España me parece un país increíble, me parece un lugar muy lindo para vivir... yo no tengo ninguna opinión contra España, al contrario me gusta y sé que es un lugar que me esta dando la oportunidad de trabajar.
Esto es realmente significativo en la visión que, muchos de estos jóvenes inmigrantes, tienen respecto a su trayectoria laboral. Al cabo de este periodo de residencia en España, entre dos y seis años, consideran abierto su proyecto profesional en la medida en que no se ha cubierto el objetivo de inserción laboral exitoso, acorde a su formación académica, salvo en el caso de los profesionales o de los licenciados. Recordemos que casi la mitad de los trabajadores argentinos sin pasaporte comunitario están en una edad comprendida entre veinte y veintinueve años. [Guillermo]: de aquí a dos años ya tendré un poco más claro el tema económico y laboral y a raíz de ahí... pero no tengo nada decidido salvo eso, currar mucho y tratar de juntar dinero...
CAPÍTULO VI «UN PEQUEÑO ESPACIO DE PERTENENCIA» No resulta fácil comenzar de cero en un nuevo país, echando de menos a la familia, a los amigos, a las calles y los negocios que se conocen, todo aquello que llena nuestro paisaje familiar, que da sentido a lo que llamamos la cotidianeidad. Más que nada, no sentirse «contenido», conocido por otros, considerado por los que te conocen. Para Julia, el sentirse «desubicada» y «desconocida» al llegar, fue una experiencia «horrible». [Alba]: era como... (...) a vos te puede pasar algo, la gente no sabe nada de ti, nadie te va a invitar a tomar un mate, es como la parte horrible [Entrevistadora]: ...y no hay forma de romper ese aislamiento. [Alba]: (...) lo más saludable hubiera sido volverme, pero creo que fue tanto el shock...
Más adelante en la entrevista, Alba refiere la vivencia en términos psicoanalíticos: sufría un shock que somatizaría en forma de enfermedad física. Ante esta vivencia angustiante, como madre, lo primero que hizo fue tratar de recrear, para su hijo, un «pequeño espacio de pertenencia» y facilitarle una «buena integración». A medida que su hijo empezó a insertarse en el nuevo ámbito, a dar los primeros pasos del proceso de reterritorización cultural, la angustia de su madre –su enfermedad– fue desapareciendo. [Alba]: [a su hijo] (...) lo apunté en el polideportivo y dije, bueno, que tenga un pequeño espacio de pertenencia. Una, como madre, intenta por todos lo medios que su niño se integre bien. Y a medida que las cosas se fueron acomodando, empezó el colegio, mi hepatitis fue mejorando, todos los síntomas se fueron mejorando y mágicamente empezaron a desaparecer hasta el día de hoy. [Rodrigo]: Yo creo que hay un salir del lugar de pertenencia.
Como señala Rodrigo, el padre de dos jóvenes que residen en España, cuando uno sale de su país, uno sale del lugar al que pertenece. ¿Cómo hacer
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para recrear ese sentido de pertenencia en un nuevo espacio? ¿Qué lógicas y mecanismos intervienen, qué criterios se siguen? Este capítulo pretende abordar tales cuestiones, a través de la exposición de los criterios y contenidos de la sociabilidad de los argentinos en España. En sus relaciones sociales, ellos pondrán en juego diferentes categorías de identificación y diferenciación, mientras protagonizan su proceso de reterritorialización cultural181 (Gupta 1997). El proceso de recreación de su identidad colectiva en el país de destino, refiere a la mirada de la sociedad española como «argentino», y a la del Estado, como «inmigrante». Al mismo tiempo se relaciona con la experiencia que confronta a este colectivo con un «otro» que contribuye a redefinir su propia autopercepción. La migración enriquece la experiencia de la alteridad así como vuelve más complejo el proceso referido. A la hora de analizar la construcción de un nuevo lugar por parte de los inmigrantes, intervienen no sólo las prácticas de categorización del Estado y la sociedad receptores sobre ellos, sino también la memoria de estos sujetos. En el caso de los argentinos, su memoria colectiva se nutre, entre otros elementos, de un imaginario que incorpora un pasado migratorio común; sus antepasados eran emigrantes que buscaban la movilidad social y que, desde su llegada, convivieron con gente de otras nacionalidades. La emigración se entiende como un instrumento legítimo de movilidad social –se vincula «naturalmente» con la movilidad espacial– y, a su vez, da cuenta de una experiencia previa de alteridad. En muchos casos incluye, además, la constatación de un origen europeo182. [Rodrigo]: «...por el lado de mi esposa, creo que todos son españoles, por mi lado italianos, argentinos (...) por eso la emigración está en la familia (...) Por eso, esa circunstancia de emigración está en la familia. Quizás sea eso. Hay un hecho genético, de que... alguien que tiene más capacidad de movilidad».
En el proceso dinámico de construcción de la identidad, los diferentes sentidos de pertenencia, nacional, local y universal, se actualizan y expresan de modo diverso, aconteciendo una gama amplia de situaciones, vivencias y momentos del proceso de reterritorialización cultural. Desde este punto de partida, el presente trabajo indaga en la reconstrucción del sentido de pertenencia de los inmigrantes argentinos en España: cómo se activan sus múltiples niveles, cómo se reconstruye un sitio en un nuevo espacio a partir de la memoria de otro lugar. 181
Akhil GUPTA y James FERGUSON, «Beyond Culture: Space, Identity and the Politics of Difference», en Akhil GUPTA y James FERGUSON (eds.), Culture, Power, Place: Explorations in Critical Anthropology: 33-51. Durham, Duke University Press, 1997. 182 Como ya hemos referido, en la sociedad argentina circula una frase conocida: «Si los mejicanos descienden de los aztecas y los peruanos de los incas, los argentinos descendemos de los barcos». Se entiende que la procedencia de esos barcos es europea.
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La red social, la red virtual y el asociacionismo El padre de dos chicos emigrados a España, comparte la preocupación por la «integración» de sus hijos. Para él, ésta tiene que ver con la relación que mantengan con españoles y se lee en clave de amistad. La cuestión no parece problemática hasta donde él sabe –sí tienen amigos españoles– pero tampoco resulta fácil explicitarla o concluir algo definitivo al respecto. [Rodrigo]: A Maria le cuesta integrarse con los españoles, tiene amigos españoles pero hay algo que todavía no engancha con el español. El español de origen o el que siempre ha vivido ahí. Quizás Julián más, igual Julián se comunica menos [se hablan menos en la distancia]. Bueno, Julián está compartiendo con una chica que es argentina. Pero sí. Tiene amigos que la mitad son españoles, así que no... Ella tuvo un amigo, un novio andaluz, pero hay un estilo que todavía no alcanza. Quizás vos hallas charlado más de otras cosas al respecto
Al final de esta cita, recurre a la opinión de la entrevistadora, quien conoce y ha conversado con sus hijos. La relación de amistad o incluso de noviazgo, como su hija le ha comentado, se entablaría en un primer momento. Sin embargo, como apunta, parece existir «un estilo que todavía no alcanza», «todavía no engancha con lo español». Al comienzo, se activan códigos distintos entre argentinos y españoles en los que unos y otros no terminan de encajar; tal vez sea cuestión de tiempo. En opinión de los argentinos, al principio surgen problemas de comunicación con los españoles, comparativamente a la mayor fluidez en la relación con sus compatriotas. Muchas veces, a partir de amigos que han emigrado o conocidos que éstos les presentan, forman su círculo de amistad. Uno de los obstáculos a salvar es el prejuicio que sienten de los españoles, como personas soberbias o que se consideran mejores. [Entrevistadora]: ¿cómo crees que los españoles ven los argentinos? [Gustavo]: «... a veces cuesta sacarles el prejuicio, que no todos tenemos esa faceta de soberbia excesiva o el porteño que se las sabe todas, de hecho cuesta a veces. Pero bueno, no por eso es menos verdad que hay muchos que sí son así (...) y entonces se encargan, lamentablemente, de hacernos esa fama.
El desencuentro inicial sucede también, por una forma diferente de hablar el castellano, como comenta Alba. Incluso en estos casos, poco a poco, sus compañeros españoles van incorporando sus expresiones. [Alba]: «yo creo que... o no me entiende nada. Yo a veces la agarro y le digo: «no me entendés nada». Le hablo en argentino totalmente relajado
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y a veces no me entiende o me entiende otra cosa (...) Me habla en tono español y a veces no me doy cuenta, o por ejemplo ayer me dijo «apurémonos, así agarramos este metro (...) como es «vos» y le digo «apurad para agarrar un metro».
Muchos mencionan que su grupo de amistades está compuesto igualmente de argentinos y españoles, sobre todo cuando han conseguido algún empleo afín a su formación o sus expectativas, como le sucede a Abel. Entre los «amigos» también hay gente de otras nacionalidades, como italianos, peruanos y colombianos. [Entrevistadora]: ... tus amigos ¿son españoles, son argentinos? [Abel]: Una mezcla [Entrevistadora]: Tu novia ¿qué es? [Abel]: Colombiana y la conocí a través de unos amigos argentinos [Alba]: tenemos amigos de España y Argentina. De los dos lados. Bueno, una muy amiga mía es peruana; está aquí hace como diecisiete años pero no, sí. Probablemente tengamos más conocidos argentinos que españoles. Pero, por ejemplo para los cumpleaños, mitad y mitad, vienen siete españoles y por ahí nueve argentinos.
Hay cierto recelo a juntarse sólo con compatriotas por el hecho de serlo, a reunirse sólo con ellos; pareciera como si esto fuera un localismo de mal gusto, como si provocara una nostalgia poco saludable. En su opinión, sería una forma de fomentar el gueto. [Alba]: y bueno esto ya es porque es una elección mía. Tampoco es que me gusta mucho ir ahí contando la experiencia y llorando penas por todos lados con todos los argentinos porque tampoco me gusta hacer como una especie de gueto. No me gusta (...) comer empanadas, me trae como nostalgia pero no me gusta. Yo tomo mi mate (...) son costumbres que yo las tengo y me gustan. Pero las reuniones me deprimen. Un poco le escapo a eso.
Para los más «cosmopolitas», sobre todo porteños, juntarse sólo con argentinos resultaría poco educado, una falta de formación, de «roce social» o de capacidad de adaptación. Eso no significa que uno no pueda relacionarse con sus connacionales, es inevitable; sin embargo, para ellos, estar en Europa es una oportunidad para conocer otras culturas, relacionarse con europeos. [Entrevistadora]: ... prácticas que sean muy argentinas... [Julia]: No. Para nada. Yo estoy en contra de eso.... no. Yo tengo bastantes amigos argentinos, que es inevitable. Si hay una fiesta de
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argentinos, vamos para el otro lado. Por ejemplo, hay un ciber de argentinos en [la Puerta del] Sol, que es bar. Yo ahí no voy... he... ah! Están todos los argentinos chateando, hablando, escuchan a Fito Paez. Bueno, Fito es un músico muy famoso... Y están ahí. Da asco. Te venden alfajores Jorgito, te dicen «que hacés» «dame un feca183» Burdo ya, demasiado. Hay fiestas de argentinos, yo no voy a ninguna. [Julia]: Hay gente que vive acá y que extraña el tango, la vieja, la parra y la abuela. Están ahí todos llorando, uno con el otro. Ja ja, Igual no me gusta nada esa onda de reunión porque es como una cosa ridícula. Si vienes a Madrid, ideal sería encontrarse con gente de otras partes del mundo.
La necesidad de evitar el gueto resulta más clara cuando la intención es quedarse en España, aunque sea a medio plazo. Mientras asumen que el eje de su sociabilidad se centra más en el «aquí y ahora», que en «allá y el ayer», comienzan a replantearse el sentido de su arraigo en el nuevo entorno. Esto acontece, por lo general, simultáneamente a la pérdida de intensidad de sus vínculos personales en Argentina. Este replanteamiento se manifiesta respecto de la entidad de sus nuevas relaciones y del mantenimiento de sus costumbres originarias. [Joaquín]: como me fueron pasando tantas cosas, como que fui creando mi vida aquí y dejando la otra. No al principio, cuando yo llegué estaba muy conectado con Argentina, me comunicaba todo el tiempo con mi familia, con mis amigos y tal, y estaba todo el tiempo pensando en Argentina, los primeros tres, cuatro meses. Luego me di cuenta que tenía que empezar a mirar más en Madrid si me quería realmente quedar. Entonces empecé a mirar Madrid y me empecé a olvidar un poco de Argentina. [Roberto]: Pero yo no lo quiero hacer acá, no sé, es que tampoco quiero cerrarme y seguir con costumbres argentinas viviendo en otro lugar. No sé. Estoy un poco renegado con eso. Lo mismo con los argentinos también (...) Porque si estoy acá, estoy acá. Si sigo con la cabeza allá...
Frecuentar el trato con argentinos se explica desde la necesidad de sentirse comprendido, pero no hasta el punto de formar un grupo excluyente. Esto es compatible con el hacer grandes amigos entre sus compatriotas; al final, «inevitablemente», como señalaba Julia, un argentino establece lazos de amistad con otro. 183 Significa café, este tipo de términos, que cambian el orden de las sílabas, forma parte del lunfardo o jerga porteña. Günther HAENSCH y Reinhold WERNER, Diccionario... cit.
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En un principio surge el deseo de compartir los códigos culturales, y los compatriotas que encuentran en su lugar de residencia se convierten en los amigos íntimos, o más bien, personas muy «familiares», cumplen las funciones de parentesco ante la lejanía de la familia. Alba, en la siguiente cita, marca esa diferencia entre sus amigas, una española y otra argentina: [Alba]: pero... sí. De todas formas con esa chica [española] uno siente la diferencia. No es una amiga intima argentina. Uno siente esa diferencia, porque también tengo otra amiga que es la dueña de la escuela que es argentina y ella ya más que amiga es como una hermana. Es la sensación que tengo. Será la misma relación que tendría con una hermana. Uno va como suplantando, (...) entonces todo se transforma en algo. Entonces con ella sí es totalmente distinto. Además tenemos toda la confianza porque pasamos mucho tiempo juntas [con la chica española] pero hay cosas que ella nunca entenderá, y que tampoco la aburro contándole porque... a veces me dice: ¿qué es esas cosas que te pasan a vos?. De todo el rollo que fue al principio...
A su parecer, uno no puede comunicar las vivencias «del principio», como las llama Alba, la propia experiencia migratoria con un español, en tanto éste no está viviendo la misma realidad de desarraigo. A este respecto, sobre la mayor proximidad de los argentinos, al menos en un primer momento, un inmigrante explicaba la cuestión, por ejemplo al referir su elección de un psicoanalista de su nacionalidad. [Ignacio]: ... está bien eso, porque hay cosas que no se las tengo que explicar. La cosa melancólica del Río de la Plata, que él ya la conoce, entonces no se la tengo que explicar. Y al mismo tiempo, al estar bien incierto en la sociedad española, sabe todo lo que pasa aquí; sabe los cortocircuitos que puede tener un inmigrante siendo argentino. Sí, tiene esa cosa del Río de la Plata. Que a veces me encuentro con alguna expresión y yo no se la tengo que explicar porque ya sabe de qué va, cosas de la jerga
Con los españoles que puedan conectar mejor serán aquellos que también hayan tenido que desplazarse de sus lugares de origen, que entiendan lo que significa empezar de nuevo. Es el caso de Julia, cuyas amistades españolas en Madrid son gente de otras provincias que también, como ella, vienen a la capital en busca de trabajo. [Julia]: ... conocí bastante gente trabajando... la camaradería, la solidaridad y me hice muy amiga de una vasca, que es divina, de un madrileño.... y después estaba bastante rodeada de mis amigos argentinos.
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El parecido que encuentran con los españoles es ambivalente; muchos argentinos los consideran diferentes y semejantes al mismo tiempo, como Julia, que indica ambos aspectos en una respuesta sobre sus amigos en Madrid. [Julia]: ... no sé, son diferentes los españoles de los argentinos, son distintos. Pero no hay diferencia cuando yo hago una reunión en mi casa y vienen los españoles y los argentinos. Son todos amigos. Es más, están uno con el otro... Se llevan bárbaro. Hay bastante camaradería. Somos bastante parecidos. Sí, es buena gente, es buena gente, en cualquier parte del mudo. El idioma nos entendemos. Se ríen a veces por las diferencias en la forma de hablar pero... no hay mucha diferencia. Lo que puede haber diferencia es de onda. Por ahí una persona más conservadora mas estructurada es más difícil que sea mi amiga.
Veremos, en el apartado sobre la visión que tienen de los españoles, que una de las objeciones ante ellos es su cualidad de «estructurados»; ya referida en el capítulo anterior. Sin embargo, lo que queremos destacar aquí es que el argentino es uno de los colectivos de inmigrantes que más relaciones de amistad establece con ellos. Aunque, por los comentarios, no parecen haber hecho amigos íntimos en los pocos años que llevan en España, estos sí forman parte, en gran medida, de su círculo de amistades y conocidos. Probablemente, porque sea una cuestión de tiempo. En el ejemplo siguiente, los amigos de verdad son los que se quedaron en Argentina: [Pedro]: «amigos... yo a los amigos no los catalogo por nacionalidad, pero mis amigos, amigos, son argentinos de toda la vida. Hice muchas amistades acá, de gente no sólo española, he conocido alemanes... [Entrevistadora]: ¿Pero a quién llamas cuando estas de bajón o agobiado? [Pedro]: «cuando yo estoy más agobiado llamo Buenos Aires. A mis amigos de siempre, de toda la vida, de chiquitos. ... pero acá, la verdad que tengo amigos argentinos, tengo españoles, tengo italianos. Igual mi mejor amiga está en Argentina. Y los fines de semana los paso con los españoles».
El motivo también radica en un concepto diferente de amistad y de comunicación. Para un argentino, la charla con un amigo fluye y se prolonga en torno a la mesa de un café, de un restaurante o en casa. Como nos explican «(...) la argentinidad es innata e incambiable, esto de ir al psicólogo y tanto hablar...» y se manifiesta en un modo característico de participar en una conversación. Uno de ellos, afincado en España, exponía la dificultad para encontrar españoles que se comuniquen a la manera argentina, escuchando y dando consejos.
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Más allá de la menor distancia cultural que comentan sentir respecto de los españoles, no se identifican con ellos: «Yo no me siento como una ecuatoriana, pero tampoco me siento como una española». En España, al modo de ver de algunos argentinos, la socialización pasa por la barra del bar, de pie, y sin apenas pisar la casa. Un inmigrante radicado en Madrid hace ya diez años, opinaba que, un español considera «amigo» –tal vez en el modelo masculino– a aquel con el que ha compartido muchos momentos en el bar, incluso alguna que otra borrachera. Para que un español confíe en otra persona lo tiene que ver de pie. Como señala José Tono Martínez, a raíz de su experiencia en Buenos Aires como director del Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI) en Argentina, «en España... con mucha dificultad y no menos pudor hablamos de nuestra intimidad o nuestra trayectoria personal. Sólo se hace esto en ciertas ocasiones rituales (mejor acodados en la barra de un bar...) y se hace por lo general con amigos muy probados y seguros. (...) Respecto el argentino, dice: «Su facilidad para entrar en materia personal e íntima a los pocos compases compartidos con el recién conocido es más legendaria que la velocidad de Fangio, siempre sorprendente y desconcertante por su audacia»184. El desencuentro inicial, no sólo acontece en las formas de comunicación sino también en los espacios y entornos de sociabilidad, como comenta, en la siguiente cita, un inmigrante argentino asentado en Madrid. [Ignacio]: Al principio eso me chocó. Me acuerdo que una noche estábamos en casa de una amiga vasca y se empezó a llenar la casa de gente de una forma tan bonita (...) Y en un momento era un grupo que estábamos tomando algo y conversando en un salón muy agradable, escuchando música. En un momento, mi amiga... cuando yo en mi casa hubiera dicho: ¿tomamos unos mates...? Ella dijo: «bueno, nos vamos de bares». Era como que nos estaba sacando de la casa cuando mejor onda había en el lugar, estaban fluyendo cosas, había gente de distintos lugares. Bueno nos metimos en un bar. No me olvido más. Que no sólo no podíamos hablar, yo no podía respirar ahí, la tenía en frente y ella me gritaba y yo pensaba: hace media hora estábamos hablando y ahora me estás gritando en la oreja ¡con este humo que me arde los ojos!. Al final me fui y no lo entendí eso y me pasó otras veces de salir, recorrer bares. Yo que no bebo mucho ya al tercer bar me mareaba. Pero bueno, ahora ya me acostumbré, pero ahora ya no entro en esa movida. Pero sí, ahí hay una diferencia.
Tal vez por esa disimilitud inicial, en cuanto a las formas y ambientes de socialización y al hecho de no compartir la experiencia migratoria, en un 184 José TONO MARTÍNEZ, La Venganza del Gallego, Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2004, p. 41.
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primer momento, a los argentinos les resultará más fácil hacer amigos entre sus compatriotas y reunirse con ellos en sus ratos libres. A pesar de ello, en ese primer tiempo de residencia, sí se relacionan con gente española y de otras nacionalidades. En algunas cuestiones marcan diferencias de tipo cultural y educativo, no sólo respecto de los españoles sino también de los latinoamericanos. Tal como comenta María al relatarnos su experiencia en las reuniones de padres del colegio de su niño, se siente «diferente» de las madres ecuatorianas, que le parecen calladas y con quienes, por lo tanto, siente que le cuesta interactuar. También siente distancia respecto de las madres españolas, a las cuales considera mayores y «marujonas», al igual que Julia: «Lo que sí no tengo es amigas con hijos. Las españolas no tienen hijos, tienen uno y de grandes…» [Silvia]: Las mamás del colegio, la mayoría son de Ecuador, y tenemos costumbres tan distintas que no…Voy a las reuniones de padres y la única que habla en las reuniones soy yo y las maestras. Yo hago preguntas, pero las demás madres están todas como asustadas, tienen otro estilo, otra educación y otras inquietudes. Entonces no me identifico en nada. Y hay un par de mamás que son españolas, pero tienen como 50 años y nada que ver. Son señoras que las veo súper marujonas.
Las diferencias que los argentinos señalan entre ellos y los otros, no son barreras de contacto, sino una propuesta de comunicación desde la particularidad de cada uno. Un elemento que incide de forma característica en su sociabilidad, es su experiencia de la alteridad. Como país de larga tradición inmigratoria, desde su constitución, la presencia del otro es tan intrínseca a la cultura argentina, que hasta forma parte del humor: «tano», «moishe», «gallego», «ruso», «negro», «turco» no son motes usados de modo peyorativo, sino que, entre amigos, denotan confianza y camaradería. Hay que matizar que esta percepción del «otro» es relativa, en la medida que tiene una base común europea –menos en el caso del «turco»–. [Julia]: Mis amigos son vascos, andaluces, mexicanos, colombianos… argentinos, peruanos… Entonces es como un poco más de… yo creo que hay más interacción [Abel]: [Jugamos al fútbol]…En este caso somos la mayoría argentinos y unos cuantos bolivianos, que a través de un chico argentino, trabaja con chicos bolivianos y vienen bolivianos. [Tomás]: Yo me junto con argentinos, con españoles, con italianos… tengo un amigo indio. Y también bolivianos, peruanos, un chico de Montevideo… Lo que te enriquece es estar con gente de todos lados, ¿no? Eso te abre la cabeza…
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En esta disyuntiva en la que se coloca el argentino, entre compartir su experiencia migratoria y sus códigos de origen y, por otro lado evitar el gueto, se contextualiza la expresión asociativa de la sociabilidad argentina. En general, es poco significativa para la mayoría. Encontramos una larga lista de nombres de asociaciones, ubicadas en los lugares donde ellos se asientan: Madrid, Cataluña, País Vasco, las Islas Baleares, la costa valenciana, Galicia, Málaga o Salamanca185. Casa Argentina de Madrid Asociación Diezeuros.org (en Madrid). Centro de Integración Libre y Solidaria de Argentina (CILSA) (en Málaga) Asociación Argentina Costa del Sol (en Málaga) Casa Argentina de Guipúzcoa Casa de las Américas de Alicante Asociación Cultural Argentina Manresa Agrupación Argentina de Ibiza y Formentera Asociación Argentina Sur (en Fuengirola) Casa Argentina en Barcelona Argentinos de Norte a Sur (en Cádiz) Centro Latinoamericano de Reus Asociación de Argentinos Residentes en La Coruña Casa Argentinos en Salamanca Centro argentino Burgalés Centro argentino de Almería Centro argentino navarro Club Argentino Rosario Central de Cataluña Comunidad argentina en Andalucía. Málaga Espacio Argentino. La Palmas Federación casa argentina balear. Palma de Mallorca Federación Punto de Encuentro de Argentinos en Cataluña. Barcelona Gestora de Ayuda al Inmigrante Argentino. Toledo Peña Hispano Argentina de Collado Villalba Red Solidaria de Barcelona Casa Argentinos en Salamanca Casa argentina de Guipúzcoa Asociación Hispano Argentina de Galicia Asociación de Odontólogos Titulados en la Argentina (AOTA) Asociación de Argentinos «Casa de Mar del Plata en Baleares» Asociación cultural «Amigos de Argentina» de Murcia Asociación Comerciantes Argentinos (ACA) Mallorca
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REDES, julio 2005: 44-45
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Asociación argentinos sin fronteras. Porto Cristo. Mallorca Asociación argentinos en el Exterior-Murcia Asociación Argentino Castellana de Segovia Algunas de estas agrupaciones fueron fundadas por sujetos afincados en España en décadas anteriores, a las que ahora se suman otras, creadas por los recién llegados. Su finalidad es el mantenimiento de las costumbres gastronómicas, musicales, la celebración de los aniversarios nacionales importantes, con actos culturales y deportivos como festivales musicales, conferencias o campeonatos de fútbol. Algunas se convierten además, en lugares donde se canalizan las ofertas de trabajo y, según la necesidad, son redes algo más estructuradas que las que puede armar un inmigrante en un primer momento, a las que se puede acudir, ocasionalmente, en caso de necesidad. [Ignacio]: Entonces de repente se reunieron para hacer una fiesta folclórica y ves una foto donde hay cien personas, sacándose una foto con la bandera argentina, comiendo un asado. Y eso está bueno.
Respecto al asociacionismo, queremos incluir aquí las agrupaciones de familiares de emigrantes, que se han creado recientemente en Argentina, como la Asociación de Padres de Emigrantes y la Asociación «Muy Cerca a la Distancia», ambas en Buenos Aires, compuestas por personas que tienen hijos en el extranjero. Son pocas, pero muy activas en lo que se refiere a dar contención cuando sus miembros van a visitar a los hijos y nietos en sus lugares de destino o cuando éstos retornan temporalmente. También han demostrado ser redes de contacto eficaces en los atentados terroristas en Israel, Estados Unidos, Gran Bretaña y España. En cuanto los padres tuvieron alguna noticia, a través de sus hijos, sobre el paradero de otros, transmitieron la información entre los padres de la asociación, que tenían hijos en las ciudades afectadas por la tragedia. En un momento en el que el flujo migratorio ha cambiado de dirección, estos centros se convierten en uno de los pocos espacios, en Argentina, donde se piensa la doble condición migratoria de su población. Aunque sea de modo informal, sus miembros reflexionan sobre cómo sus abuelos o sus padres emigraron a la Argentina y, ahora, lo hacen sus hijos o sus nietos. Experiencias que la sociedad argentina debería vincular e interpretar, en opinión de uno de los entrevistados: [Ignacio]: La idea de esa inmigración al revés que se está dando. De nuestros abuelos allá y los nietos aquí, que ese vínculo se mantenga. Entonces la gente que tenga familiares aquí que pueda tener ese vínculo, y lo mismo con la gente que esta aquí. Muy loco, porque nuestros abuelos se fueron y nunca más volvieron. Eso pasaba a principio de siglo o fines del siglo diecinueve, cuando fueron mis abuelos. Pero claro, era ya
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irse para no volver, porque armaban las maletas de madera, los baúles, y ya sabían que no volvían más. Se debe vincular simbólicamente, vincular aquella inmigración con ésta...
Más que el asociacionismo, la forma de contacto más común entre los argentinos es a través de la red migratoria, pero también de las redes virtuales. Ya referimos el uso generalizado que hacen los argentinos del Internet, como fuente de información sobre los papeles en época de regularización, sobre las posibilidades de emigrar o las expectativas laborales en el lugar de destino. También se conectan para buscar gente con la que compartir sus momentos de ocio o para formar un equipo de fútbol. Aquí destacamos la experiencia de Abel. [Abel]: Sí, hispanoargentinos.com. Entonces hay gente de toda España, bueno en época de regularización hay muchas cosas: «pasame un dato, esto, lo otro, hay gente en Bilbao, «bueno, nos juntamos a tomar unos mates» o... [Entrevistadora]: hacen esas cosas [Abel]: si, pero bueno yo nunca fui a eso, pero yo empecé a poner avisos, así de que quería organizar para jugar al fútbol y aparecieron ahí cuatro o cinco, se organizó el primer partido y bueno, del grupo inicial quedan algunos, con los que he quedado muy amigo, uno de Córdoba
Junto a la activación de nuevas redes sociales, formales e informales, reales y virtuales, presenciamos la proliferación de pequeños comercios que venden productos populares en Argentina, que pueden ser elaborados aquí o importados: la yerba mate, las tapas de empanadas, los alfajores, el dulce de leche, o de las medias lunas, los sándwiches de miga, etc. Estos inmigrantes consideran, en general, no ser objeto de interés del mercado «latino» en cuanto a los alimentos. De este modo, explican la creación de un espacio propio: «Sí, de hecho, cuando se habla de cualquier acción que se haga, cuando se habla del mercado latino, no se habla de argentinos... los argentinos están fuera del mercado latino». En realidad, algunos han establecido esos negocios por la oportunidad que se les presenta ante el asentamiento de connacionales en España, pero se trata de la venta o elaboración de unos pocos productos, los más típicos son los restaurantes donde se cocina la carne vacuna a la parrilla. Su gusto culinario es amplio, acostumbrados como están, en sus entornos urbanos, a una oferta gastronómica muy diversa y cosmopolita, siempre receptivos a las nuevas modas. [Gustavo]: Pero si, dejé básicamente amigos, familia y algunos rinconcitos porteños. La comida, el dulce de leche, todas esas tonterías ¿no? Te lo digo, no por que sea poca cosa, sino porque por suerte las
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exportaciones existen y podemos contar con todo ese tipo de productos... y si quiero hacer alguna comida argentina puedo contar con [ello].
Son frecuentes las reuniones entorno a un mate, mientras escuchan música argentina, para hacer un asado, una pizza con fainá, unas empanadas, comer «queso y dulce», o ver un partido de fútbol, mientras conversan, en casa de los amigos o en un cibercafé. En este sentido, para muchos el mate o el asado se pueden convertir en marcas de argentinidad. Sin embargo, estas prácticas no son excluyentes; se comparten con gente de otras nacionalidades, incluida la española: [Horacio]: asado sí, en la productora he ido a comprar unas parrillas y hago asados en la productora, una productora que tiene mas de cuarenta personas todo el tiempo, y bueno, el año pasado me puse a hacer asados por todos lados; de hecho, con las agencias que trabajamos de publicidad hay muchos argentinos también.
Además, el mantenimiento de su costumbre gastronómica en España, es algo que consiguen fácilmente ya que, salvo algunas excepciones, son parecidas a las de aquí: pueden encontrar los alimentos que conformaban su dieta habitual en cualquier supermercado. En algunos casos les sorprende la variedad de verduras y pescados y, en mayor o menor medida, los incorporan. Como acontece hoy en día en las grandes urbes, y al igual que los españoles, se aventuran en los restaurantes exóticos de moda: japoneses, tailandeses, mexicanos, peruanos, cubanos, etc. [Entrevistadora]: ¿comes comida argentina o todo comida española? [Tomás]: española [Entrevistadora]: ¿algún plato argentino que te de añoranza? ¿comes carne? [Tomás]: sí, a veces, sí. Me gusta mucho la carne. Entonces, la verdad que aquí hay restaurantes argentinos por todos lados, [Entrevistadora]: ¿vas a ellos? [Tomás]: sí, a comer carne voy
En los comercios, a la hora de solicitar un producto, los malentendidos se suceden, y ellos los recuerdan de forma anecdótica, como el pedir un durazno cuando aquí se llama melocotón, o tener que explicar al carnicero el tipo de corte o la parte de la carne de vaca que quieren comprar. En este sentido, las diferencias culturales entre argentinos y españoles, al menos entre Buenos Aires y Madrid o Barcelona o Palma, parecen referir más a un orden local que nacional, una disimilitud que también se aprecia en las cuestiones de la gastronomía de cada zona, como comenta Cristina en la siguiente cita:
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El cambio cultural desde el punto de vista nuestro por ser inmigrantes tal vez fue: no jugarla de local. Eso fue una cosa... no ser del lugar implica un montón de cosas, desde ir a la verdulería a comprar un durazno y aquí era un melocotón (...). Desde eso hasta un montón de cosas culturales que son diferentes, palabras que son las mismas pero con significado distinto. Vergüenzas que pasás al principio a las que te adaptas. O alguien te dice algo y no sabés de que te está hablando o no compartís cosas, entonces la cosa de empezar a conocer otros códigos de otra gente, de otra cultura. También hay diversidad dentro de cada lugar, en Buenos Aires la había, lo que pasa que uno de toda la vida las conoce.
La imagen que tienen de los españoles [Julia]: ...lo que sí creo que de las sociedades se aprende. Y yo aprendí muchísimo acá. Por eso creo que estas reuniones de argentinos, me parece que no tiene ningún sentido, porque vos venís acá a estar acá... estaría buenísimo que te reúnas con españoles, con madrileños y estaría bueno adaptarse a eso, no a una reunión de argentinos (...). Entonces llega un momento que me da vergüenza ajena hablar de eso. Yo no creo que sean unos boludos, yo he aprendido, trabajando en forma mas metódica, me han enseñado sistemas de trabajo, cosas que funcionan...
Este tipo de discurso se repite en varias entrevistas. Se muestra una doble visión de los españoles, los consideran menos preparados en algunos aspectos, como señalamos en el capítulo anterior; a ello refiere Julia desde la negación de esa idea. Por otro lado, reconocen que en España las cosas funcionan mejor, no sólo respecto a la administración, como ya explicamos, sino también a la hora de trabajar. La imagen que crean de los españoles, en su relación con ellos, contiene cualidades positivas y negativas; a veces los critican y otras, los admiran. Cuanto más tiempo llevan aquí y, a medida que van armando su proyecto de vida, la imagen estereotipada que traían va siendo matizada. Una visión completamente negativa de la sociedad receptora, en ocasiones, se vincularía al deseo de querer retornar, al rechazo de abandonar su país. [Carina]: si, lo que pasa que también fue raro porque [su hermano] vino con el chip tan argentino puesto... y es mi hermano y lo amo eh... pero a veces decíamos «por favor basta» Porque era criticar todo: la comida, el olor de la gente en el metro, cómo hablan, cómo gritan, y aunque uno es argentino y lo habré notado alguna vez, cada lugar tiene sus cosas y me molestó que viniera a criticar, porque no se, con lo que me costó conseguir.. Porque yo estoy bien aquí, entonces no me gustó. Y claro, cuando no tienes ganas de estar en un lugar, intentas ver lo negativo y es lo que le pasó a él.
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En principio algunos sienten que la bienvenida es más bien «hostil» en tanto que, al poco de llegar y en los bares por ejemplo, perciben un trato «demasiado directo», sin un «por favor», con un tono imperativo y alto que, para algunos, puede leerse como «poco amable». Aquí presentamos una situación extrema, explicada de forma caricaturesca, desde el lado de camarero, por un chico que estuvo trabajando unos días; hay que aclarar que llevaba apenas unas semanas en España cuando esto le aconteció. [Enrique]: ... trabajé en el pueblo más bruto que hay en España, XXX es terrible, el bar XXX se llama, estuve trabajando dos fiestas seguidas ahí (...) me sentía un mierda ¿no? Porque era como que la gente llegaba ahí y te trataba como si no fuese nadie, como si no te vieran, «ponme una caña» tal, nadie decía ni «buenos días», ni «buenas tardes»... Luego me di cuenta que es su forma de comunicarse, ellos se comunican gritando (...) Entonces bueno, yo me di cuenta cómo me tenía que comunicar y bueno, todo bien, pero bueno, yo me tenía que adaptar a eso, que tampoco era una forma muy civilizada de comunicarse (jajaja). Eso fue una experiencia única...
En contraposición, ese trato tan directo arriba exagerado, otros lo interpretan como un tono de mayor franqueza; en cierto sentido, una manera de hablar que refleja una actitud más honesta. [Julia]: ... más honestidad. No es tan honesto el español pero es más honesto que el argentino. Es más claro el español, sabés cuando estás con un madrileño hijo de puta, es un hijo de puta. Cuando un tipo es bueno, es bueno. No cuando parece bueno es un hijo de puta.
También al principio, a otros en cambio les llamó la atención el trato amable de la gente que encontraban por la calle, sobre todo a los que procedían de la acelerada Buenos Aires: [Enrique]: Acá la gente se para, te dice la calle esa está ahí, pin, pun pan, ¿no?. En ese sentido me pareció mucho más solidaria la gente que en Buenos Aires, la gente en Buenos Aires va con la cabeza así (para abajo), ta, ta, ta, nunca levanta la cabeza... jamás, y bueno, el tema del curro... todo el mundo está tratando de sobrevivir, no sabés como hacer para llegar a fin de mes.
La comparación del ambiente social que se vivía en Argentina antes de que vinieran, con el que encuentran en las ciudades y barrios donde se asientan, es constante. Perciben así una sociedad más tranquila, que disfruta más su tiempo libre. [Alba]: Esto que te digo, que viven con una tranquilidad, yo no se si ustedes lo notaran, pero la gente acá para almorzar, paran dos horas
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y siempre hay un espacio para ir a tomar un aperitivo el domingo y se toma sus vacaciones.
Por otro lado, desde su recuerdo de la difícil situación laboral allí, surge la crítica hacia los españoles como personas que cuidan poco su trabajo, aunque, al mismo tiempo, valoran de ellos cómo defienden sus derechos. A este respecto, la mirada argentina es ambivalente: «y yo lo noto aquí constantemente, en la escuela, las otras profesoras son españolas, das clase un sábado y no te pagan, [las españolas dicen:] “entonces no voy”». En contraste con su visión de Buenos Aires, la gran urbe desarrollada, industrializada, moderna y, consecuentemente, la ciudad despersonalizada y caótica, Madrid o Palma de Mallorca son percibidas como lugares provincianos y, por tanto, más humanizados, menos agresivos, más amables, en los que uno se puede mover con menos miedo, con más libertad. [Enrique]: También la vida de aquí es muy de pueblo, igual exagero, depende en qué barrios ¿no?. Yo cuando viene a vivir, vivía en La Latina, me parecía muy barrio (...) más de ciudad, menos de capital, como una capital de provincia. Como que te podés mover andando para todo lados, también eso te da más ganas de hacer cosas ¿no? (...) Y esa libertad que te genera eso no tiene precio.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, la cuestión de la tranquilidad se vincula con la de la seguridad material, con la posibilidad de cubrir las necesidades básicas de salud y empleo. [Alba]: Vos estás con tu bolso caminado por ahí y no andás mirando si te van robar o si te van a violar. Aunque no tengas muchísimo dinero las necesidades principales se cubren (...) yo todas las veces que tuve que ir son mejores que los argentinos pagando la medicina prepaga, los hospitales (...) tenés una urgencia y en el segundo te hacen diez análisis, jamás me hicieron esperar en una urgencia, y digo bueno a lo mejor uno lo valora mucho porque lo tiene (...) cosas que te aportan calidad de vida.
Muchos insisten en la cuestión de la libertad, no sólo de movimiento, en un ambiente de mayor seguridad, también en el sentido personal, ante la ausencia de una mirada prejuiciosa que percibían en forma de presión social por la consecución del éxito y de crítica ante el fracaso. [Antonio]: ... me siento mucho más cómodo aquí, o sea la gente aquí es mucho más práctica, por mucho que yo critico y todo, como habrás visto, o sea, en las relaciones humanas, aquí la gente es menos complicada, es mucho más..., al menos me he sentido mucho más aceptado. Lo bueno de España, que es lo que me ha hecho quedar, también, es sentirme
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muy libre, y donde la mirada al otro aquí pierde bastante valor, o sea uno más hace la de uno, se viste como quiere, trabaja en lo que quiere. En Argentina todo el mundo te lo va a hacer saber de alguna forma... [Angel]: acá, debe haber un grado de tontería, pero no juzgan a la gente, acá la gente es mucho mas auténtica, trabajás y ya está. Si sos un tipo bueno, no importa lo que hagas. Eso me gusta y aparte yo por lo menos particularmente lo noto mucho... yo me acuerdo que al principio a mí me daba vergüenza que me vengan a ver trabajar al bar, pero porque yo venia de otra historia, yo era gerente de una empresa con trajecito en Argentina...
Esa mayor libertad refiere también a una percepción de España como un país más tolerante respecto a la utilización de drogas «blandas» y la homosexualidad, cierto respeto hacia las prácticas y consumos privados. Los argentinos, al menos los más jóvenes asumen que, en este sentido, la sociedad española es más avanzada, más «europea» que la argentina porque, como más adelante veremos respecto al cosmopolitismo, en conjunto, consideran a los españoles gente conservadora. [Julia]: Acá algo me gusta de los españoles, que son mucho menos prejuiciosos. Podés fumar, tomar (...) está todo bien, lo que creo que tienen es años de avanzada, Europa es un continente mucho más viejo. El argentino en muy prejuicioso, se fija mucho en lo que hace el otro, en el que dirán. También es una sociedad que el hash se consume, así que. Como que está todo más claro y no se meten con nadie, eso me gusta muchísimo y me parece bárbaro. Y lo mismo, la sexualidad esta lleno de maricones. Y me parece bien cada uno hace lo que quiere. (...) Y ellos están a años luz (...) A mi me parece bárbaro, me gusta. Libertad y respeto, son muy respetuosos y muy poco agresivos.
En la construcción de esta imagen de la sociedad española, el referente implícito y constante es su entorno de origen y, según su visión de Argentina, cada cual refiere diferentes cuestiones que le llama la atención. Para algunos, una de las cualidades más valorables positivamente es la actitud más relajada ante los problemas cotidianos: [Antonio]: ...el argentino tiene algo muy típico que es la queja, y aquí la gente se queja pero de otra forma, es mucho más, yo las miro y es más hedonista, aquí sí, se van a tomar su caña, «pero si a mi me chupa un huevo todo» se van a tomar su caña, están hipotecados treinta años con un piso...
Los españoles parecen ser vistos en general como gente muy «estructurada», con poca capacidad para adaptarse a nuevas propuestas, claro está
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frente a la imagen que los argentinos tienen de sí mismos como más flexibles, algo que ya referimos en el capítulo anterior. También señalábamos entonces la referencia típica en Argentina del «gallego bruto», como el personaje de Manolito de la tira cómica Mafalda. En las entrevistas abundan citas de este estilo: [Alba]: perdonáme ¿le puedo hacer una preguntita? Cosas de practicidad que me parece que Argentina es un poco como más evolucionada, tonterías, ¿no? pero a un camarero le decís «quiero este menú sin esto y sin esto» Aquí desarmás un poquito la estructura, o de un camarero o de alguien de la Seguridad Social ¿no?, «pero esto no lo tenemos». Mas estructurados, no estar acostumbrados a resolver situaciones.
Sin embargo, algo que resulta común en las respuestas de los argentinos es que, después de una crítica hacia lo español, llega otra, velada o explícita, hacia lo argentino: mucho criticar a los españoles y allá, al fin y al cabo, se podrán creer más listos pero «no funciona nada». [Julia]: En Argentina no funciona nada. No sé qué nos reímos, qué nos hacemos tanto los cancheros, si no funciona nada. Está todo mal. Los valores están trastocados, la gente en lo único que piensa es en la guita, que no la tiene; en ganar dinero porque no lo tienen.
Los comentarios argentinos, siempre en comparación con la imagen que tienen de sí mismos, se centran también en la cuestión del cosmopolitismo. Aunque asumen a los españoles como gente más localista, a veces eso se interpreta positivamente, como orgullosa de la cultura propia frente a las influencias externas. En relación a esto refieren como algo bueno la «sencillez» española, frente a la «complejidad» argentina; lo sencillo contiene un doble significado: menos desarrollado pero también menos ostentoso o aparente. [Julia]: Somos muy europeizados, somos muy americanizados. Acá es todo lo contrario. La palabra glamour no la conocen ja ja. (...) Acá es mucho más... Son más sencillos. A mi me gusta eso también eh. No son tan ostentosos, no llaman tanto la atención. Yo he conocido gente hiper pija acá... no te enterás, están tomando una copa con vos. De los españoles yo creo que es un pueblo bastante conservador (...) y son buena gente en general y son como bastante trasparentes, no tienen mucha pretensión ni doble cara. Yo también te lo digo como argentina quemada.
Cuando se les pregunta explícitamente sobre alguna experiencia de xenofobia o de trato discriminatorio, en su opinión consideran que los españoles pueden ser tan xenófobos como los propios argentinos.
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[Javier]: Tampoco lo veo raro, en Argentina creo que hay más discriminación que acá [España] con respecto a Latinoamérica, con los salteños, con los jujeños, santiagueños… [Javier]: Los negros, los negros del norte. [Javier]: El laburo pesado ¿quién lo hace? Los bolas [bolivianos], los peruanos. De cada diez obreros en Argentina… uno es argentino. [Rodrigo]: ... hay un poco más de xenofobia en España que la que hay aquí. Últimamente hay un poco de tema de xenofobia con los paraguayos y con los bolivianos acá en la Argentina. Allá ese tipo de rechazo por lo menos mis hijos no me lo hicieron sentir.
Explican que la desconfianza que perciben de los españoles es por su condición de recién llegados: como en cualquier otro lugar, los desconocidos tienen que pagar su «derecho de piso». La historia familiar de estos inmigrantes hace que les resulte familiar las fases del proceso de asentamiento. [Julia]: Los argentinos acá... yo noto que hacen más mérito [por ser más honestos, como los españoles]. Porque si acá te comportás mal, el mismo sistema te echa. Porque, ya de por sí, no estamos bien vistos, más allá de que «ah que lindo que hablas... ah cómo me gusta como hablas». Mentira. En el fondo lo que están viendo es si lo que les estás diciendo es cierto. No te creen.
En las entrevistas narran situaciones puntuales de discriminación a la hora de alquilar, en el trabajo, en un encuentro deportivo, etc., aunque no son referidas como pautas o ejemplos de un comportamiento generalizado hacia ellos como colectivo. [Entrevistadora]: ¿te sentiste discriminado alguna vez? [Abel]: No, bueno, ese caso particular del alquiler. Luego en alguna ocasión fuimos a ver un partido a un estadio, el Bernabeu, (...) justo un partido amistoso entre River y Real Madrid. Muchos se la agarraron con nosotros pero tampoco pasó a mayores. Después nada, en algunas ocasiones, escuchar el comentario de «sudacas», pero de gente que me dice que sudaca no es una palabra agresiva: «Argentina... ah! Sudaca» y otro decirle «no, eso no se dice».
Desde la imagen popularizada y mitificada de Argentina como un país que acogía a todos los inmigrantes, uno de los más desarrollados durante la posguerra europea, y que ayudó a España en sus momentos de mayor necesidad, lamentan no encontrar un trato preferencial. En la época en que llegaron, con el gobierno del Partido Popular, las posibilidades de regularización eran menores y las críticas a este respecto eran más duras.
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[Rodrigo]: Y a nivel gubernamental los argentinos no hemos sido recibidos como correspondería por (...) históricamente. Pero bueno. No hay vuelta de moneda no, pero bueno, la historia es así. (...) el argentino va con poca modestia y eso choca y con razon ¿no?. Es cierto que hay un poco de rechazo. Y después está el rechazo político. El PP está dispuesto en el Primer Mundo, y el Tercer Mundo le importa un cuerno, por más que en su momento [Argentina] le haya salvado las papas del fuego y le haya matado el hambre en su momento, ¿no? Esas cuestiones pasaron.
Por lo general, coinciden en señalar que la más clara discriminación se concreta entorno a los permisos de residencia y trabajo, en parte porque eso significa ser equiparados a cualquier inmigrante sudamericano o africano. [Entrevistador]: ¿Alguna vez te has sentido discriminado por ser argentino... inmigrante especialmente? [Ignacio]: Sí, bueno, con el tema de los papeles entrás en la misma bolsa… Tenés que hacerla [fila] con todos, vengan de donde vengan. Siempre estás en una situación ahí irregular.
En España, «inmigrante» significa «inmigrante económico» una persona con pocos recursos que procede del «Tercer Mundo», con la connotación de región subdesarrollada y políticamente inestable. Por otro lado, el estereotipo del «latinoamericano» coincide en ocasiones con esta categoría, al que además se le atribuye un origen indígena. Los argentinos son señalados como «inmigrantes» en la fila de Inmigración o la de Extranjería, en el ámbito laboral, cuando les exigen «los papeles». Pero también, en ocasiones, al alquilar o en su interacción con españoles, cuando les señalan que no pertenecen al nuevo lugar y, les marcan la distancia, por el hecho de no haber nacido aquí. [Julia]: Te vienen y te dicen: «¿Quiénes son esos? Que vuelvan a su país y que dejen de robarnos las mujeres y el trabajo» (...) Te utilizan… Me ha pasado que no me hayan dado mi plata, pero yo el trabajo lo había hecho.
A muchos les cuesta asumir que han emigrado de su país: esa condición no forma parte del imaginario colectivo. Es un motivo de orgullo ser descendiente de aquellos que buscaron la prosperidad para su familia y, aún más, ser el protagonista de la movilidad social que se esperaba conseguir. Ni ellos ni sus hijos «emigran», si eso significa salir huyendo del hambre y la ignorancia. Ellos lo explican de este modo: «…Tipo los ecuatorianos que vienen de la pobreza total.... [no] Ella [su hija, en cambio] sale para buscar una nueva alternativa, no corrida».
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Como dice Horacio: «Yo no soy inmigrante, inmigrante es otra cosa, el que tiene que inmigrar de verdad... yo no soy un peruano, ni un boliviano…». Su pertenencia a una sociedad, la argentina, que se autopercibe cosmopolita, desarrollada, moderna y europea, no encaja con las características que definen el lugar de origen del «inmigrante», un estereotipo que se adapta mejor a su visión del boliviano o el peruano. [Willy]: No es lo mismo un médico argentino que un médico ecuatoriano, la gente es distinta y te das cuenta de que de los países latinoamericanos el que más cultura tiene es Argentina.
Sobretodo en Buenos Aires, el inmigrante latinoamericano que se conoce masivamente es el boliviano, peruano o paraguayo, que realiza los trabajos peor pagados y menos reconocidos. Para algunos de estos argentinos, porteños de clase media, sus relaciones con personas del interior o de otros países sudamericanos –a excepción de Uruguay y Brasil– solía darse por medio de una relación de subordinación, como la que puede acontecer en el servicio doméstico o en la construcción, entre otros. [Daniela]: Yo conozco mallorquines que me hablan de los latinoamericanos muy mal… Es simplemente el tema físico, porque nosotros somos, casi completamente, raza europea, entonces te ven y no sos la imagen que tienen de un sudamericano que es un indio con plumas y arco y flecha.
En ese contexto, la percepción de sí mismos, como latinos de origen europeo que «retornan», entra en contradicción con ese trato diferencial negativo respecto a los españoles, con el término «inmigrante»: en esta definición en la que los incluyen, se sienten incómodos. [Ignacio]: Y bueno hay casos de argentinos que los han deportado en el mismo avión (..) A nosotros nos duele y eso te lo van a decir todos los argentinos. Nos duele en particular el tema de que la mayoría de nosotros tenemos abuelos españoles. Nuestros abuelos fueron e hicieron toda su vida en Argentina y ahora se está dando el camino inverso. Y cuando llegas aquí, te encuentras con que no eres nadie, no tienes ningún derecho ni eres tratado de la misma forma. Entonces eso es lo que nos duele (...) A mí me parece muy cruel el trato del inmigrante en general. Porque el inmigrante es una persona que puedo ser hoy yo, mañana tu y que está buscando otro horizonte otra forma de vida. Entonces el trato a un inmigrante por el simple hecho de no ser de ese país me parece..(...) y en el caso de los argentinos... por la historia que tenemos de nuestros abuelos...
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Sin embargo, por otra parte se ven favorecidos, más aceptados que otros latinoamericanos que han emigrado a España. [Rodrigo]: ... en comparación a un ecuatoriano, un argentino es más aceptado. Después claro, viene el otro hecho, es más aceptado pero porque es más cercano. Pero el hecho de que no es de España... [Javier]: Un mallorquín invita a la casa, ¿a un argentino, a un ecuatoriano o a un peruano? En orden de mérito: argentino, ecuatoriano, peruano.
Este mejor trato, como vimos en el capítulo anterior, refiere al interés de muchos empresarios por contratar a un argentino en los puestos de atención al cliente y de ventas, por su formación y su buena imagen. Por otro lado, también siguen presentes, en la memoria de los españoles, aquellos familiares y conocidos que emigraron a Argentina décadas atrás. [Angel]: ... no, a la gente le llama la atención [lo argentino] «Ah... tengo un primo que vive en Córdoba», «mi abuelo trabajó en Argentina» «mi primo, el hermano de mi papa está allá», «que lindo, yo estuve en Argentina» y mucha gente viaja y conoce Argentina (...) Es diferente, yo por lo menos me sentí diferente en algunos aspectos, al ir a buscar trabajo y hablar de esta manera, nosotros somos medio hincha pelotas, no sé que, «ah argentino.... sí, me sirve porque vende, porque tiene buena presencia, porque habla bien, entonces es bueno tener una argentino en la empresa». Y más en este medio, el argentino es una persona que se beneficia
No les sorprende esta posición relativamente más beneficiosa, ya que confirma su imagen del resto de los inmigrantes que está llegando a Argentina, de los países vecinos. También la asumen, por su proximidad cultural con España, y Europa en general, y por su apariencia física, menos marcada por rasgos «indígenas». [Willy]: El argentino no resalta, se adapta a la sociedad muy bien, porque tenemos muchas raíces europeas. El argentino no es latino [latinoamericano]… [Guillermo]: Yo creo que nos ven bastante más cerca de ellos que a otros latinoamericanos, tanto por cuestiones físicas y culturales... [Entrevistadora]: no te sentiste en el trabajo discriminado... [Favián]: No. Por ejemplo mi novia, su madre tiene rasgos sudamericanos y sí, tuvo muchos problemas, yo creo que es el aspecto...
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Su vivencia de ser emigrantes los coloca en situaciones nuevas, para las cuales es necesario reconfigurar ciertos marcos interpretativos en función de los cuales se estructura las nociones de «latinoamericano»186 y de inmigrante. [Andrés]: Los argentinos tienen un mejor posicionamiento. Pero somos inmigrantes… Porque, la verdad, por qué tengo que ser diferente que otro… Sólo vengo a vivir mejor.
El siguiente comentario de Gustavo sintetiza esa mezcla de imágenes actuales y lugares comunes en la relación entre españoles y argentinos. Éstos son equiparados a los inmigrantes latinoamericanos, pero no tanto al boliviano sino al chileno o al uruguayo, más reconocidos en el imaginario español, por su proximidad cultural, su formación o el grado de desarrollo de sus países. En cualquier caso, al margen de unas clasificaciones u otras, se hallan insertos, laboral y socialmente, más entre los españoles que entre los demás colectivos sudamericanos. [Gustavo]: (...) existe una realidad, que es... [los españoles] nos ven con... dentro de lo que es el inmigrante sudamericano, latinoamericano, nos ven con otro grado de inserción social y laboral, que al resto de los latinoamericanos. Un poco con los chilenos, uruguayos... pero muy diferentes que con las otras camadas de inmigrantes, que son de Ecuador o de... Nos ven con más inserción social y también es cierto que tenemos más en común con los españoles, que nosotros mismos con ellos, de hecho nos relacionamos más con los españoles que con los otros latinoamericanos.
Acontece una imagen del argentino en España que funciona, que vende; de hecho cada vez hay más personajes de esta nacionalidad en televisión, en los programas de entretenimiento y en las series. Cada vez más las películas argentinas están presentes en el mercado español; «El hijo de la novia», «Tiempo de valientes», «No sos vos, soy yo» o «El abrazo partido» tuvieron su resonancia en la cartelera. Series como «Hospital Central» o «Los Simuladores» incluyen personajes argentinos. Hace décadas que Federico Luppi, Héctor Alterio o Cecilia Roth protagonizan películas españolas. Programas como «Nos pierde la Fama» y «Chanel 4» incorporan de manera creciente a presentadores y comentaristas que llegan de Argentina. La televisión española importa series juveniles como «Florencia» o «Rebelde Way». Los anuncios adoptan el tono argentino en la voz de fondo, o 186 Noción en la cual, supuestamente para muchos, no entraría la Argentina. O, como comenta Pilar, acabaría de entrar gracias a la crisis de los últimos años: [Pilar]: «Yo creo que ya somos latinoamericanos».
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directamente son protagonizados por actores argentinos, como el último de «la Gula del Norte». O en el caso de la Comunidad de Madrid que adopta el modelo del abuelo argentino que por sorpresa llega a visitar a su hijo en la navidad del 2006, mostrando la solidaridad del taxista que hasta le ofrece su casa de no encontrarlo. La idea que está presente es que Madrid es de todos, pero sugestivamente se elige un inmigrante argentino para ejemplificarlo. En general, el argentino aparece caracterizado como alguien competente, a veces con el matiz de demasiado creído y conversador. Su presencia imprime, en los anuncios y los programas, un toque simpático, cercano y profesional, en los programas de televisión y en los anuncios.
CAPÍTULO VII CUANDO EMPIEZA A PENSARSE EN VOLVER A diferencia de los exiliados que pensaban en regresar al país en cuanto cayese la dictadura, muchos de los inmigrantes que llegaron al finalizar el milenio, que mantienen su enfado con el país que dejaron, nos transmiten que esta es su nueva casa y que aquí piensan quedarse. Entienden que nada ha cambiado, que la situación que ellos vivieron en el 2001 todavía puede repetirse. El testimonio de Alejandro, de Alicante, resume el argumento de este grupo: Espero me disculpen pero yo no vuelvo a que me roben otra vez, eso de hacer dinero unos años y volver, para que; lo meto en un banco y después no me la dan, o si no lo meto en un negocio me asaltan y entonces lo invierto aquí y aquí me quedo187.
Sin embargo, es necesario matizar ambos discursos. Ni en el primer caso, al asumir Alfonsín, retornaron todos, ni probablemente entre los argentinos de esta última oleada, permanezcan todos en España. No debemos olvidar que el fenómeno emigratorio siempre es un proceso dinámico, que implica movimientos de salida de un país hacia otro, pero también de entrada, de regreso, y en muchas ocasiones de re emigración. En lo que respecta a los inmigrantes argentinos actuales aún no ha transcurrido mucho tiempo desde que se inició el flujo. Parece prudente esperar a que pasen algunos años más para analizar hasta qué punto han comenzado a meditar seriamente acerca de sus expectativas de permanencia. Una aproximación orientativa a esta temática podemos encontrarla en los datos que ofrece el Censo de Regularización de los argentinos en España, que realizó el Ministerio del Interior argentino en el 2004. Según esta 187 «La experiencia de Alejandro». La Capital. El diario de Mar del Plata. Sección marplatenses por el mundo.16/08/2006. http://www.servicioslacapital.com.ar/marplatenses/marplatenses1.asp
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fuente, casi el 70% de los censados se había expresado contrario al retorno, inclusive dejaba de manifiesto que no volvería al país, ni aunque tuviera trabajo188. No sabemos si en la respuesta influyó el hecho de que la pregunta surgía de un organismo estatal, del país al que habían tenido que abandonar, en todo caso, los testimonios que nosotros obtuvimos no son tan rotundos. Por el contrario, la mayoría de los relatos dejan traslucir la idea de que su proyecto es temporal; la existencia de múltiples relaciones, de todo tipo, con su país, facilitaría este retorno. Al ser interrogados acerca de sus intenciones, se mueven en el terreno de la ambivalencia. Construyen un discurso que oscila entre expresar que desean volver, utilizando una serie de argumentos para justificar tal decisión, o que tienen la expectativa de permanecer por un periodo de tiempo prolongado, en cuyo caso hacen uso del mismo tipo de motivos a los que los otros recurren para regresar. Hay un momento, al poco tiempo del arribo, en que no quieren permanecer en España, algo que raramente se materializa porque –como ellos mismos explicitan– implica una cobardía, no ser capaces de luchar para salir adelante. En más de una ocasión nos manifestaron que, cuando recién estaban instalándose, surgían situaciones tanto de orden práctico como afectivo, que los llevaban a pensar en emprender la vuelta. Algunos se sienten decepcionados con España porque encuentran que ni es tan fácil conseguir trabajo, ni con los salarios que reciben pueden hacer mucho más que sobrevivir. Para otros la cuestión más importante es el desarraigo, éstos últimos manifiestan que al llegar tuvieron ganas de «salir corriendo…». María es un ejemplo, la grave enfermedad de una sobrina que vivía en Buenos Aires, desencadenada a escasos meses de estar ella en España, la hizo recapitular acerca de su estancia. Su primer impulso fue regresar, no se encontraba bien, «sentía que me estallaba la cabeza», nos cuenta. Además su marido la apoyaba si emprendían la vuelta. Finalmente no lo hicieron, así relata su experiencia: Pero bueno, también supongo que por esto de haberme quedado ahora me siento bien… Pero bueno, que lo puedo contar y que puedo seguir con todo adelante, también debe haber sido porque en su momento no lo fui y aguanté y estaba como mal, creo que con todo lo que cuesta irse, dar la vuelta a los cuatro meses hubiera sido como una pena, porque después de tanto esfuerzo, decir bueno, me voy a la primera, aunque era emocionalmente difícil porque era mi hermana... y yo somatizando por todos lados, hubiera sido de todas formas valioso y entendible y válido, sin embargo yo en su momento dije, le voy a dar más tiempo a este proceso porque era otra vez cambiar. 188
de 2006.
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En el caso de Pilar, una mujer joven, que se trasladó con su pareja y su hijo pequeño a Barcelona, no existieron en cambio causas en Argentina que la hicieran dudar. Lo que le sucede es que no logra acomodarse a las nuevas circunstancias que le toca vivir, porque su problema es que echa mucho de menos. Aunque al evaluar las posibilidades que pudiese brindarle España, permanece: «Ya no se que intentar para ver si me siento mejor, y juro que lo pienso: ¿y si me vuelvo?». Se trata de episodios puntuales que emergen muy al comienzo de la inmigración. En general, una vez superados, aunque «querer volver todos queremos volver», enumeran los pro y contra que una decisión de este tipo arrastra. La emigración supone abandonar el país donde se ha nacido y vivido, pero también en esta trayectoria siempre cabe la posibilidad de una vuelta. El deseo de retornar está presente en casi todos, la cuestión a definir es cuándo se debe desandar lo andado y cuáles son las posibilidades que se tiene para llevarlo a cabo. El trabajo y los logros económicos: dos factores decisivos El tema del empleo es clave. Son muchos los que reflexionan acerca de qué hacen trabajando en algo que no les gusta, cuando tienen una formación que les permitiría desempeñarse en otra cosa. Este tipo de situación genera desencanto, y es entonces que comienza a preguntarse qué es lo que vale la pena. ¿Es mejor estar bien en términos económicos y alejado de alguno de los afectos?, ¿o mal en el lugar donde se nació, pero junto a los suyos? Sin embargo, para otros aunque el trabajo no sea exactamente el deseado, todo es relativo, ya que consideran –y esto obviamente es muy subjetivo–, que han alcanzado cierta estabilidad, que han superado la precariedad. Además, en general e independiente del tipo de empleo que tengan, pueden disponer de un tiempo para el ocio. Si tienen familia cuentan con horas libres para disfrutar de ella, a la vez que pueden encontrarse con los amigos a matear, tomar cañas, o en el caso de los varones, jugar al fútbol189. Estas son razones nada banales para los que quieren quedarse en España. Hay un conjunto de personas cuya decisión está estrechamente vinculada a los logros económicos. Uno de los testimonios que recogimos es muy claro: «Cambiar para peor, a conciencia, hay que ser muy boludo». Es muy significativo que, aunque una de las metas que se proponen alcanzar tiene que ver con la posibilidad de ascenso social, la realidad de 189 Se reúnen, en general por la noche, en diversos polideportivos, en donde alquilan las instalaciones por hora. Algunos lo hacen con mucha profesionalidad, por ejemplo el Club Atlético Rosario Central de Catalunya disputa el campeonato de tercera categoría regional (Campionat de LLiga 2006-2007). www.centralcatalunya. com
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muchos se concreta en obtener unos ingresos mensuales que les permiten llegar a fin de mes. Para poder disfrutar de tal nivel en Argentina, saben que deberían disponer de salarios elevados y que esto no es fácil de conseguir. Un joven de treinta años, casado y con hijos, con 5 años de estancia en España nos decía: [Javier] Porque es imposible… sin que acá vivamos a lo magnate no, pero para llevar el ritmo de vida tranquilo que llevás acá… para llevarlo allá tendrías que cobrar… La seguridad, la tranquilidad, que vos cobras y sabés que llegás perfectamente a fin de mes y que tenés tus cosas. Pero, para llevar el ritmo de vida de acá para allá, tenés que cobrar 5.000, 6.000 pesos, porque ahora allá sale todo un huevo y medio, los sueldos subieron un poquito pero las cosas valen 8 veces más y si antes era jodido ahora es peor, entonces vos no estás dispuesto… uno cambia para mejor y si te va peor, no lo vas a hacer a conciencia.
Gozar de un cierto bienestar económico es importante. Algunos lo verbalizan más claramente que otros, como en el caso de Pedro, para quien los afectos ocupan un segundo lugar. Mientras que una lectora del periódico La Capital, de Mar del Plata –hay que aclarar que es una persona que retornó, pero acabó regresando nuevamente a España– sintetiza el sentimiento de muchos, se es de donde uno y su familia pueda vivir sin sobresaltos: [Roberto] Yo creo que siempre está, pero bueno... el fantasma, ahí, de volver. Lo que pasa es que lo mío es una experiencia que yo ya estuve, volví a ir y me sirvió un poco para comparar. Para ver donde me encontraba mejor y yo me parece que me encuentro mucho mejor acá que viviendo en mi país, mucho mejor. No sé, mis padres siempre estuvieron bien y no sé, es feo decirlo pero me fijo mucho en la parte económica y... es así. Es donde yo me sienta mejor y tenga mejor trabajo. Por ahí otras personas priorizan la parte afectiva o familiar... bien, yo no. Desde luego que la patria de uno es donde se puede vivir, comer y estar tranquilo. Estoy super orgullosa de que mis dos hijos Patricio de 4 años y Lucia de 2 meses hayan nacido aquí en Mallorca, España. Aunque me encanta Mar del Plata y extraño algunas cosas pero uno se acostumbra a lo bueno fácilmente190.
En este apartado también debemos reflejar la experiencia de los que piensan que su trabajo en España es respetado. Obviamente en este grupo 190 «Saludos y algo más». La Capital. El diario de Mar del Plata. Sección marplatenses por el mundo. 13/10/2006. http://www.servicioslacapital.com.ar/marplatenses/marplatenses1.asp
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encontramos a los que se han insertado en nichos laborales en donde reconocen su formación. Un varón, universitario, de mediana edad, que rápidamente consiguió un trabajo bien remunerado y que justamente esta situación hace que su proyecto de vida se encuentre ligado a España, así lo expresa: En España hay un tejido social que te sostiene y te permite vivir mejor. No es el paraíso, pero hay una cosa de «empuje entre todos» que me atrae mucho. En Argentina la cosa es muy individual. Yo sentí que el país me expulsó y no quiero volver. Me dio mucho, pero también me quitó. Allá (en España) me siento más valorado y siento que se respeta más al trabajador. Me hubiera gustado que Argentina me diera más estabilidad laboral, nada más191.
Vivir lejos de los afectos: una experiencia difícil para los argentinos Para otros lo que está en juego no es sólo el tema del dinero, sino la realización personal, y si esto ha podido conseguirse, la duda igual surge porque se ha dejado atrás parte de la historia: [Gustavo] Hay cosas que se te marcan a fuego que son las cosas que viviste, sobre todo de chico, que sé yo... olores, lugares y eso, que sé yo, es la parte nostálgica que viene con el paquete de la decisión de irte y bueno... extrañás. Toda decisión implica una renuncia a algo y bueno, en este caso, no es poca cosa, por eso en este caso fue una decisión, que quieras que no, y por más de que vas para adelante y todo, cada tanto te lo podés preguntar... Uh estaré haciendo bien?
Aún los que se sienten cómodos en su vida laboral añoran a la familia, a los amigos, a su ciudad. Los afectos tienen un peso muy significativo; los argentinos no disponen de una palabra específica que defina ese estado de ánimo, como si la poseen los brasileños –nos referimos a la «saudade»–, pero la «saudade» puede con ellos. Por lo tanto algunos tienen claro que a pesar de contar con un empleo, un buen salario, de haber alcanzado un status que les permite comprar una serie de productos «suntuarios», ellos van a regresar. Reconocen que no tienen quejas sobre el lugar donde viven, por el contrario asumen que, en este caso concreto se refieren a canarios de la isla de Tenerife, son hospitalarios pero aún así, la ausencia de las personas queridas inclina la balanza hacia el retorno. El relato siguiente lo hemos extraído de una página que mantiene un periódico de Mar del Plata para sus lectores en el exterior. La persona que regresa explica por qué lo hace, y es una 191
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buena síntesis que coincide con los relatos de los inmigrantes de nuestra muestra. Pero es interesante remarcar el hecho que decide hacerlo público, que todos se den por enterados, ellos vuelven: ¡Volvemos!!!!, Sí, en diciembre, casi 2 años fuera de mi mundo y ya no más!!!, Esto no es para nosotros. No tengo nada que reprochar ni de que quejarme, los canarios, si bien es una cultura muy diferente a la nuestra, tienen mucha tolerancia con los inmigrantes, a mi particularmente nunca me hicieron sentir mal, y reciben diariamente cientos de extranjeros de todo el mundo buscando un futuro mejor acá. No sé si en Argentina recibiéramos, tantos y de tantos lados, legales e ilegales, nos bancaríamos tanta competencia laboral (por así decirlo) pero en fin, gracias por su hospitalidad, su estándar de vida mejor, su seguridad y su clima, muy agradable, pero cuando cerrás el círculo, y te armás de todo lo que querías material), cuando ya retiraste de una concesionaria tu auto, cuando ya compraste un televisor para cada ambiente, tenés tu cámara digital, tu dvd, la play station, la compu y el mp3, te acordás de una publicidad y decís: «hay cosas que el dinero no puede comprar». La vieja, los hijos, las hermanas, mis sobrinos, tíos, primos, amigos, ahijados; mis abuelas van siendo cada vez mas viejitas y no las tengo, mi vieja querida, en este momento tan importante192.
En cambio, el que transcribimos a continuación forma parte de la entrevista que realizamos a una mujer de 28 años, en pareja y con una hija de tres años: [Maria]: Lo que yo veo, que yo no es que esté mal acá o que no pueda llegar a estar bien. Me gusta, no tengo nada en contra de la gente, ni del lugar. Yo creo que la cultura es muy parecida, que me puedo adaptar a esto, pero mi familia esta allá. Mi gente esta allá. Aparte con el que hablé, que hace años que está acá, gente mayor, en el fondo siempre extrañan. Yo creo que el desarraigo es algo que no se cura nunca, y yo no quiero tener sesenta años y seguir extrañando, nunca me fui pensando que era para siempre.
Echan de menos también actividades que pueden realizarse en un ámbito como el que brinda la capital argentina, pero que podríamos trasladar a cualquier otro lugar del país, e inclusive nada impide que las ejerciten en España como tomar sol en las plazas, matear con los amigos, etc. Pero sobre 192 «Los que vuelven». La Capital. El diario de Mar del Plata. Mar del Plata. Sección marplatenses por el mundo.27/04/2006. http://www.servicioslacapital.com.ar/marplatenses/marplatenses1.asp
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todo sienten una fuerte nostalgia por su ciudad o por su barrio, tanta que inclusive los idealizan. Se olvidan de los baches y las aceras rotas, de los encuentros dolorosos que tienen en ella cuando ven al atardecer a los niños cartoneros revolviendo la basura…Existen unos lazos de unión con la ciudad, su cultura, sus habitantes, tan fuertes que los hace siempre estar relacionados con ella. Esta cuestión, como ya hemos señalado al comienzo, nos lleva a pensar en el tipo de proyecto de los argentinos, que quizás sea algo mucho más vinculado a una estancia temporaria que definitiva. Pero aunque el patrón normativo sea la ambivalencia en la que se sitúan, a la que hemos hecho referencia, y que los define como a ningún otro grupo latinoamericano, también están –aunque son los menos representativos– los que se dan cuenta que no pueden dejarse envolver por la nostalgia al terruño, incluso con cierta ironía señalan que el lugar de nacimiento les ha sido adjudicado, no ha habido libertad para escogerlo: Es una trampa la nostalgia, y pienso que cuando te agarra en serio, es mejor volverte. No hay nada peor que vivir «provisorio» mentalmente en un lugar donde se supone que elegiste de estar (en tu ciudad no elegiste, naciste)193.
El tema de los afectos, reiteramos, es clave para los argentinos. Tanto es así que «familieros» podría ser una de las palabras que mejor los defina. La familia, pero no sólo la nuclear, los primos, los tíos, también los amigos, es a ellos a quien se echa de menos. La referencia a la familia es continua, se trata de un hecho que podemos constatar en todos lo relatos que recogimos. Mantener esos afectos vivos les permite vivir acá, aunque para ello los inmigrantes tengan todo el tiempo que atravesar fronteras194. Han emigrado, pero a la vez que viven y trabajan en España, las relaciones con sus afectos en Argentina o con cuestiones de diversa índole que tengan que ver con su país –desde un partido de fútbol, un suceso político, un acontecimiento cultural– no se interrumpen, por el contrario continúan vigentes a pesar de los kilómetros que los separan. Los testimonios ponen en evidencia que los que se encuentran sin pareja tienden a añorar más, la soledad es difícil de sobrellevar. Separarse de la familia implica asumir que hay que elaborar un duelo, que algunos soportan mejor que otros. En efecto, un grupo grande de nuestros entrevistados manifiesta el dolor que produce estar solo, resistiéndose a pensar que los afectos 193
Ibídem. Un texto de Gláucia de Oliveira sobre inmigrantes brasileños en Estados Unidos muestra cómo las cartas, las llamadas por teléfono y los viajes, les permiten atravesar las fronteras y estar allá y acá. Gláucia DE OLIVEIRA ASSIS, Estar aquí, estar lá…uma cartografia da vida entre dois lugares. Florianópolis, Universidade Federal de Santa Catarina, 1995. (Tesis de Maestría). 194
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han quedado en otro lado, que en el cambio ha habido muchas pérdidas aunque se haya ganado en otros aspectos, incluso –aunque parezca contradictorio– en el afectivo, porque se han enriquecido con la llegada de nuevos amigos. Por eso mantienen múltiples relaciones, para ellos las llamadas por teléfono son casi diarias: «yo hablo por teléfono muy a menudo a Argentina. Todas las semanas. Con mi vieja hablo como si viviese allí», cuenta Juan. Utilizan Internet casi a diario, y además están informados, leen prensa argentina –nacional y local, los marplatenses por ejemplo además se comunican a través del Diario La Capital, que tiene una sección dedicada a los que están fuera–, siguen el campeonato de fútbol –durante el mundial de Alemania, en los foros de argentinos en Internet se citaban en tal o cual bar para asistir juntos a un encuentro–, escuchan a Baglieto, Fito Paez o Los Redonditos de Ricota…, toman mate con los compatriotas195 Mitigan la añoranza de esta soledad que les ha sido impuesta a través de recrear simbólicamente a Argentina, por ejemplo, con la música, el mate, o el fútbol. Pero sobre todo los vínculos están reforzados por los viajes que periódicamente realizan para visitar a sus familias. Los relatos señalan que aún cuando el dinero no abunda la inversión de los argentinos es en pasajes, desdeñan otro tipo gastos para canalizar sus ahorros en ellos. Más aún, los que carecen de «papeles», corren el riesgo de viajar siendo concientes que puede que, al regresar, les sea impedida su entrada al país. Aún así, la atracción del retorno, especialmente en navidades o en el verano europeo, es demasiado fuerte como para desdeñarla. Alba lo deja claro, a pesar de los miedos que le transmitían porque aún no tenía los papeles, el deseo de reencontrase con las personas que mas quiere le permitía superarlos: …En estos cuatro años, fui 5 veces ya a Argentina, porque mi marido es un poco mas correcto y es un poco mas miedoso que yo, me decía: no, no vayas porque no te van a dejar entrar (...) mejor una vez le pago yo un billete al papá y otra vez viajo yo con Gabriel para allá (se trata del hijo de su primer matrimonio que debe viajar a ver a su padre que vive en Argentina), y mi marido me decía no, no te van a dejar entrar, yo tengo que ir si o si, tengo que ir (..) y yo quiero ver a mi familia
Tener parte de los afectos a la distancia afecta al grupo integrado por hijos de padres separados, en el que cada uno de los progenitores vive en un hemisferio. Cuando esto ocurre, la emigración provoca situaciones problemáticas en las familias e impacta directamente sobre los hijos. El siguiente caso muestra cómo un niño que tiene a su padre viviendo en Argentina, y 195 Hay una convocatoria en Madrid, concretamente para encontrarse en el parque del Retiro, para tomar mate. Ver: http://www.mateando.com/foros.
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que está en España, junto a su madre y al segundo marido de ella, lo que quiere es regresar. Cuando en su cumpleaños le dijeron que pidiera un deseo, lo expresó con claridad: «“vivir en Argentina”, ese es mi deseo y sopló la vela (y yo me quería morir, dijo entonces la madre)». El niño echa de menos a su padre, los adultos en cambio, además de añorar a la familia que se tiene lejos, comienzan a sentir el temor de que con el paso del tiempo no se pueda «reconocer» a los que han quedado; a que los sobrinos vayan creciendo y olviden a sus tíos; a que los padres envejezcan y enfermen. A que los amigos de toda la vida, esos que se tienen desde la escuela primaria, los necesiten y no se pueda estar presente. En ese momento, empieza a reflexionarse si se ha hecho bien en emigrar y si es necesario emprender la vuelta. [Eduardo] La única sombra que hay en el horizonte de nuestro futuro, un poco lo que vemos es la situación de nuestros padres, se vuelven viejos y nosotros no estamos allí para apoyar a nuestros hermanos, que son los que se tiene que aguantar los peores... entonces no estar ahí con nuestros padres nos preocupa un poco, más a ella que a mí, yo estoy un poco más alejado de esa... soy menos familiero, pero aun así...
Además el propio entorno presiona y no poco. Los padres, a pesar de que pueden haber contribuido económicamente a la marcha, pasado el tiempo la nostalgia los supera y aunque no exijan, sugieren que esta posibilidad existe, de que se puede volver si se desea. Un testimonio es revelador, señala cómo cada vez que visitaba Argentina se le hacia la misma pregunta, ¿qué les gusta más, Madrid o Buenos Aires? La siguiente era mucho más directa: ¿desearían volver a Argentina? Otro motivo que un grupo esgrime como condicionante del regreso es el tema de los hijos. También en esta cuestión no hay unanimidad. Por ejemplo, María se pregunta acerca del mejor momento para emprender la vuelta, y en su caso el hecho de tener una hija le hace meditar sobre cuándo hacerlo. Tiene claro su deseo de regresar y que es necesario que este hecho se produzca antes que su hija crezca demasiado, que se reconozca como española, cuando eso ocurra ya será tarde. Sin embargo, María no asume que la misma situación puede darse con ella, si el tiempo va pasando quizás no sepa qué hacer, quizás haya encontrado su lugar en el mundo en España y la idea del regreso ya no forme parte de sus deseos: Sabemos que queremos volver a Argentina, y los dos sabemos que no podemos volver cuando Lucila ya sea grande y se sienta de acá o sea que no le queremos hacer sufrir a la niña el desarraigo. Entonces tenemos que volver antes de que ella se haga los amigos de toda la vida de la primaria, o sea como que no tenemos mucho tiempo. Ella, vos la escuchas hablar, y ya habla como española, ya es española, y claro va pasando el
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tiempo y es mas de acá, si ella se hace amigos acá y que se yo va a sufrir mucho más que si nos la llevamos de más chica. Entonces eso es lo que nosotros queremos, volver antes de que ella se sienta de acá, eso es lo que nos apura de volver. (…) Así que nos propusimos aguantar, tratar de ahorrar estos dos anos y medio mas…
Por el contrario, algunos padres insisten en que desean permanecer, porque las posibilidades que les brinda este país en relación a la educación de sus hijos, no van a encontrarlas en Argentina, en donde necesitarían disponer de mayores recursos para acceder a similares prestaciones. [Rosana]: Yo tengo mi familia allá, todos los días pienso en mi familia, y mi madre hoy en día está muy mal y quiere que vuelva. Pero yo cierro los ojos y pienso: está mi hija en el medio y no vuelvo por ella. A lo mejor la estaré pasando mal o no es lo que me guste del todo, porque no tengo todo lo que quiero. Pero tengo que pensar en un futuro para mi hija hoy.
María tiene otras motivaciones para regresar, ella tampoco cuestiona la educación de Lucila en España. A este respecto encontramos un grupo de jóvenes, aún sin descendientes, que sí consideran necesario que sus hijos se eduquen en Argentina. Es interesante señalar que su testimonio es valioso porque ellos llegaron a España cuando la mayoría apenas superaban los 20 años, y el referente inmediato del que disponen es su propia experiencia reciente dado que abandonaron Argentina al concluir su ciclo educativo. Ellos piensan que el retorno se va a producir cuando tengan que criar a sus hijos, porque prefieren hacerlo allá que en España. No comparten los códigos de aquí, los critican, en su lugar eligen los que han experimentado en su niñez y juventud. Sobre todo, lo que está implícito es su identificación con su lugar de origen, de allí son y allí quieren volver, cuando entre sus responsabilidades se encuentre la de ser padres y mantener una familia. [Javier] ¿Yo si volvería?, no, ahora no, eh…, de acá a un futuro, no se 7 años, 10 años, para educar a mis hijos en Argentina. No son los mismos códigos. A los 16, 17 años tus hijos no se criarían como se crían acá. Que a los 12 ya están… los vés. O sea, no tienen la educación que uno le puede dar allá, son diferentes códigos, eso es lo que yo veo…
Otro argumento asociado a los más jóvenes tiene que ver con el grado de autonomía personal que han alcanzado. Los que partieron de Argentina con un proyecto muy abierto, que deseaban viajar, cortar el cordón umbilical, demostrarse así mismos que podían vivir solos e independientes, que nunca manejaron la idea de que su estancia fuera definitiva, alcanzado el objetivo, la sombra del regreso planea sobre ellos.
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En general estas personas, cuyas causas emigratorias se relacionan con la idea de vivir experiencias nuevas, es el que de manera más manifiesta define su estancia como coyuntural y temporaria: [Beatriz] Ya soy yo y sé salir a buscar trabajo y golpear las puertas, todo eso creo que es encontrarse con uno mismo y bueno, lamentablemente tuvimos que hacer 15 mil kilómetros para poder hacerlo no. Pero en algún momento vamos a volver a… a Mar del Plata. No sé si en 7 o 10 años pero…
Estos jóvenes construyen discursos en donde expresan, de forma clara y sin ambigüedades, su decisión de no permanecer por un tiempo prolongado, que su residencia es momentánea. Sin embargo, no hay un plazo predeterminado, la idea que prevalece es que para regresar deben contar con medios para hacerlo. «Nos pusimos como meta ahorrar para irnos, no gastamos en nada de la casa para ahorrar para irnos». Esta es una cuestión en la que todos coinciden, volverán cuando hayan ahorrado lo suficiente, aunque para ello deban postergar sus intenciones. Para Beatriz y para otros entrevistados su condicionante tiene que ver con el dinero. Es necesario que afiancen su situación económica porque así podrán hacerse con un pequeño capital. Ella y el colectivo de los más jóvenes, pero también los que no lo son tanto, tienen claro que quieren «Comprar una casa, poner un negocio, no estoy hablando de cosas imposibles, estos años ahorramos dinero, entonces si dios quiere podemos ir a comprar nuestra casa, estamos cumpliendo el objetivo, fue duro, fue lento, pero lo teníamos muy claro desde el principio y creo que lo estamos consiguiendo». Contar con su propia vivienda en su lugar de origen, como ya hemos podido observar, también es un objetivo que a otros los retiene en España. Mientras no alcancen esta meta, continuarán en el país. Son muchos los que desean ser propietarios, no sólo para disponer de un espacio propio, sin tener que gastar dinero en alquileres, sino también como prueba, al regresar, que la emigración fue exitosa, tienen «algo» para mostrar. [Susana] Vivo con mi marido en Madrid hace casi un año y es increíble la nostalgia que me genera Baires, las calles, la gente, la comida… los olores... estando tan lejos de mi tierra me doy cuenta que Baires es mi lugar en el mundo, del que lamentablemente me tuve que ir por cuestiones económicas, pero al que pienso regresar a vivir en cuanto pueda comprarme mi casa.
Todos coinciden que no pueden regresar con las manos vacías. Hay un deseo de mantener lo que han alcanzado, de no retroceder, por eso muchas veces el regreso se va postergando:
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[Beatriz] Mi idea es hacerme una estabilidad económica lo mas rápido posible acá, pero para proyectar en algún otro lado, no es Mallorca mi lugar final. No sé cuando volveré a Mar del Plata. [Javier] Sabés que no se puede volver a laburar para otro. Sabes que si querés volver, tenés que volver a montarte algo. Hay mucha gente que está ahorrando hace años y vuelve y compra una casa y se va a vivir algún pariente y vuelve y la va remando y la va levantando y va comprando cosas. Va montando estando acá y cuando esta todo listo… pira196.
Cuando los argentinos se enfrentan a esta situación en el que el retorno forma parte de sus planes, la recuperación económica del país es un acicate muy fuerte que fortalece sus deseos. Si bien es cierto que tuvieron que abandonar Argentina porque no encontraban oportunidades para salir adelante, en el momento actual algunos verían cómo la esperanza de poder hallarlas va creciendo. Concomitante a los progresos de la economía, otros empiezan a tener confianza en los políticos. Entenderían que la situación del país ha cambiado, que ha entrado en una nueva etapa en donde es posible reencontrarse con las ilusiones que habían sido dadas por perdidas. Así mismo, en el curso de las entrevistas, un aspecto que comienza a cobrar importancia es la mejora en las condiciones de seguridad ciudadana. Si hubo un tiempo antes de la partida que el aumento de la violencia predispuso la tendencia a la emigración, justamente la recuperación de la seguridad en la calle, supondría el movimiento contrario. También hay que señalar a un grupo de argentinos para los cuales la perspectiva del regreso es cercana197. Es el caso de aquellas personas cuya situación concreta, de alguna manera, obstaculiza su proyecto de permanencia prolongada en España. Para algunos, las dificultades para alcanzar los permisos de residencia y trabajo han ido minando la energía puesta para su asentamiento. Los episodios que les ha tocado vivir por no poseer un pasaporte europeo, los ha cansado y desencantado: 196
Pirarse en lunfardo significa irse. Günther HAENSCH y Reinhold WERNER, Dicciona-
rio... cit. 197
Aunque no implique muchos casos, existe la circunstancia particular concretada en ayuda de la administración española para regresar. Se trata de un proyecto dirigido a quienes se encuentren en situación de exclusión social, que no pertenezcan a países de la Unión Europea. Fue puesto en marcha con el respaldo de la Organización Internacional para las Migraciones y sobre todo prioriza a menores y las víctimas del tráfico de personas «La ayuda contempla la entrega gratuita del pasaje en avión para retornar desde la región española donde resida el solicitante. Al mismo tiempo se le dará una ayuda económica, entregada por una oficina de la OIM en el país de destino, que consiste en un aporte de 550 dólares por adulto y 250 dólares por cada menor repatriado en el marco del programa». Al parecer, por ejemplo en el 2004, dos mujeres argentinas utilizaron esta vía. «Ya hay argentinos que vuelven de España ayudados por el gobierno». Página 12. Buenos Aires. Sábado 27 de marzo de 2004.
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[Enrique] Todo eso es una lucha, que va muy lentamente y que te va, un poco, como agotando no, porque es un poco estar ahí, tenés que hacer muchos trámites, juntar muchos papeleos, hay mucha desinformación un día te dicen una cosa, otro día te dicen otra, tenemos que andar de una lado para el otro y eso te desgasta mucho.
También están los que desembarcaron en la edad madura, a los cuales les es muy difícil pensar en que, cuando llegue la jubilación, puedan continuar aquí. La escasa retribución que reciban –por no cumplir con los 30 años que exige la Seguridad Social para que ésta sea íntegra–, no parece que les pueda permitir vivir en España. Son concientes que ellos no van a poder quedarse, algunos nos dicen incluso que no quieren pensar en ello, aunque la fecha del retiro esté bastante próxima. Uno de los testimonios sintetiza la situación de los inmigrantes que han llegado a España habiendo superado la cincuentena de años: [Eduardo] El proyecto definitivo debe ser más fácil pensarlo en la gente más joven. En el caso nuestro, la verdad que no es que pensemos, si no es que no nos animamos a pensar en proyecto definitivo, porque bueno agarrás papel y lápiz y aquí cuando te ponés a pensar en la jubilación, hasta donde llegás y cuanto vas a poder estar, entonces es difícil. Habría una imposibilidad, ahora si ahora uno dejara de lado la imposibilidad y dijera: de qué tengo ganas?, yo digo que la nostalgia te llevaría a estar allá, pero te gustaría vivir aquí.
Finalmente hay otro aspecto que subyace en el discurso de los que quieren en algún momento emprender la vuelta. Ellos habían imaginado España como el lugar en donde se les brindarían oportunidades para su realización personal, sin embargo eran concientes de las dificultades que encontrarían, y ello les despertaba una serie de angustias. Los mismos miedos emergen cuando piensan en el retorno, tendrán que volver a empezar y aunque en este caso sea en un ámbito muy conocido, han ido perdiendo las claves para insertarse, el temor vuelve a presentarse. Aquí es importante el papel de la familia, también en esa ocasión ayudará al establecimiento en el país Hace casi 5 años dejé Argentina con 22 años...Fueron muchos años de lucharla, de no tener papeles...de sentirme sola,.. pero de nunca bajar los brazos. Y hoy, con 27 años, me siento orgullosa de todo lo que crecí y todo lo que viajé. Por supuesto muchas veces pienso en volver y siento el mismo miedo que cuando decidí irme198. 198 http://weblogs.clarin.com/sudaquia/archives/2006/09/migracion_sudaca_los_que_ se_van.ht ml Publicado por María, 24 de septiembre de 2006.
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Desde otra perspectiva, una lectura de las estadísticas que nos ofrece el Padrón Continuo de Habitantes nos permite señalar que entre 2005 y 2006 se observa una disminución de un 2.5% en el total de personas nacidas en la Argentina. Específicamente tal reducción se produce entre los que mantienen la nacionalidad de su país de origen. Aunque puede que existan motivos que no podemos detectar que expliquen el descenso, por ejemplo que se nacionalicen españoles, podría tratarse de personas que se dan de baja en el Padrón por retornar a Argentina. Las perspectivas de estancia se modifican: aquí han encontrado un hueco Con el paso de los años la pertenencia al nuevo país, ya no tan nuevo para entonces, se consolida, las relaciones de amistad se profundizan y se hacen más estables, se han adoptado nuevos códigos para sobrevivir en este ámbito –paralelamente empiezan a desconocer los propios, los utilizados en Argentina–. Dada la media de edad del grupo, al poco de llegar algunos han constituido unidades familiares, los niños son españoles y se reconocen como tales, aunque estén encantados en viajar y estar con los abuelos y los primos. Es entonces que creen que han encontrado aquí su hueco. [Fabián] Nuestro futuro, de mi mujer, mío y de mis niños en los próximos años está aquí. No tengo ninguna preocupación con respecto a mi futuro profesional, sé que me va a ir bien, estoy muy confiado con nuestro futuro familiar también.
Para un grupo, mientras pensaban en regresar apenas juntasen algunos ahorros, su vida tenía como referente a Argentina, pero desde el momento en que vuelven a definir su proyecto emigratorio, esta decisión viene acompañada de ciertas acciones concretas, como comprar un piso. Adquirir un inmueble, embarcarse en una empresa de este tipo que conlleva hipotecarse por muchos años, señala que se está reforzando su compromiso de estancia, de arraigo en el país: [Cristina] Sacamos una hipoteca con el sudor de nuestra... porque nos endeudamos hasta aquí... tuvimos que pedir, además de la hipoteca, un préstamo personal y además de préstamo personal sacar de donde no teníamos, pero bueno. y sí, es mas tranquilo, te da para asentarte un poco mejor.
En general no es fácil asumir la idea de que han cambiado sus expectativas de permanencia en España. Como en la canción de Alejandro Sanz empieza a tenerse el corazón partido. A más de uno se le ha ocurrido que la
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situación ideal sería poder vivir en los dos sitios. Seis meses en cada hemisferio, esa sería una salida perfecta para Pedro, quien sin quererlo nos da un ejemplo perfecto de transnacionalismo199. El intentará explotar las oportunidades económicas y políticas que le brindará esta experiencia de vida dual: [David] …A mi me gusta mucho y permanentemente me planteo, digamos que mi objetivo de vida definitivo es vivir entre Madrid y Bs. As. Es más difícil que (residir) en un lugar u otro, pero yo me lo estoy fijando como objetivo. Entonces estoy tratando de buscar actividades que me permitan hacer eso.
Cuando el tiempo pasa, a veces sin quererlo, es que comienzan a sentir que forman parte del país que los acogió, aunque nunca se reniega de la condición de argentino, ni de los lazos que los vinculan con el país en donde nacieron, sin embargo, empiezan a percibir que su lugar está en España, que aquí han logrado armar su vida, por eso postergan su regreso: La verdad extraño todo, pero pasa que cuando voy me quiero volver otra vez acá, como que ya no soy el mismo... y cuando llego acá tampoco. Cuando uno se va se parte en dos, nunca vuelve a estar completo200 [Fabián] Se pueden echar raíces. No sé qué me ha arraigado, pero me arraigué. Ya antes sentí eso, lo del lugar en el mundo, es el sitio donde tengo ganas de vivir, no en otro, no en Buenos Aires, no en Barcelona y no en Paris.
Como manifestaba un inmigrante finalmente, «hay que pagar un derecho de piso y es como comenzar de nuevo, tu mente tiene que adaptarse al cambio de cosas a veces muy simples, te da un cierto stress hasta que digamos te estabilizas con el tiempo». Cuando alguien alcanza esa estabilidad es más complejo pensar en el regreso.
199 Los vínculos transnacionales de los inmigrantes están presentes sin duda alguna en la doble ciudadanía que como hemos visto porta la mayoría del grupo estudiado, en este caso nos enfrentaríamos a su manifestación económica. Ver: Alejandro PORTES, «Un diálogo transatlántico: el progreso de la investigación y la teoría en el estudio de la migración internacional». Working Paper. Princeton University, 2004. 200 h t t p : / / w e b l o g s . c l a r i n . c o m / s u d a q u i a / a r c h i v e s / 2 0 0 6 / 0 9 / m i g r a c i o n _ sudaca_los_que_se_van.html. Publicado por Batman, 20 de septiembre de 2006.
CONCLUSIONES Argentina, a lo largo de su historia como país independiente, se ha caracterizado por ser receptor de poblaciones tanto de origen europeo, como oriundas de las repúblicas limítrofes. Sin embargo, lo novedoso es que desde mediados del siglo XX, simultáneamente a este fenómeno comenzaba a producirse otro de signo inverso, por diversas causas, los argentinos empezaban a emigrar. Cuando el milenio concluía se inició una nueva oleada que afectaría a centenas de miles de personas. Argentina se convirtió entonces en un país de saldos cualitativamente y cuantitativamente negativos; en efecto, mientras miles de argentinos partían hacia lo que juzgaban una vida mejor, continuó el ingreso de inmigrantes esencialmente provenientes de las naciones vecinas; pero, en el caso de estos últimos, el país no había realizado el esfuerzo de su educación y capacitación, como si ocurrió con muchos de los que se iban, por lo que al agravamiento de la situación nacional, vino a sumarse la perdida del aporte de los mejor dotados. En su mayoría, escogieron algún lugar dentro del espacio de la UE, aunque también –especialmente hasta la imposición del visado de entrada en el año 2001– a los Estados Unidos. En el continente europeo, España fue uno de los destinos elegidos. Las fuentes estadísticas presentan dificultades a la hora de establecer cuántos llegaron, los cálculos que hemos realizado basándonos en los registros del Padrón, nos permiten afirmar que 133.752 personas se habían empadronado en 2006. Pero si a esa cifra de los argentinos que portan dicha ciudadanía, sumamos aquellos que disponen de un pasaporte de algún país comunitario –incluido el español–, pero que han nacido en la república sudamericana, el número se incrementa considerablemente, alcanzando la cifra de 256.726 individuos. Se trata de un colectivo compuesto por jóvenes, ya que casi una tercera parte de los inscritos en ese registro se encuentra en los tramos de edad comprendidos entre los 25 y los 34 años, con una proporción entre los sexos muy equilibrada. En general, son personas que pertenecen a las camadas medias de la sociedad argentina, con un alto perfil educativo, la mayoría tiene
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concluido el bachillerato y algunos complementaron su formación continuando sus estudios en la universidad, aunque no todos alcanzaron una titulación. Este último éxodo tuvo sus inicios durante el año 2000 –no olvidemos que para entonces ya se había aplicado una política neoliberal que afectó directamente la economía de las clases media y baja–, pero se intensificó a partir de los sucesos de diciembre de 2001. La aplicación del corralito fue la gota que colmaría el vaso, desde entonces los argentinos sólo pensaron en encontrar un camino que les permitiera eludir la crisis. La imposibilidad de disponer de sus ahorros, el deterioro de los salarios, la pérdida del empleo, todo contribuyó para que no pocos de ellos encontraran en la emigración la posibilidad de salvarse. Un especialista en el tema, Enrique Oteiza, señalaba que existía un fenómeno de contagio y cuando eso ocurre «la migración se incorpora a la cultura de la juventud: la salida del país se empieza a ver como algo común, como parte de lo cotidiano»201. En este sentido es necesario puntualizar que el papel de los medios de comunicación inclinó la balanza hacia la emigración. Durante meses, la crisis y lo que se presentaba como su salida natural –abandonar el país–, estuvo presente en las primeras páginas de los diarios de tirada nacional. Ahora bien, a pesar de que la motivación general que los impulsó a marchar tiene que ver con el caos en el que el país se sumergió, en realidad nos enfrentamos a un complejo entramado de causas. La frustración de los jóvenes frente a la falta de posibilidades, junto a la sensación de desesperanza y la carencia de motivaciones, fue para alguno de ellos determinante, mientras que para otros era la necesidad de reafirmarse y ser autónomos. Tanto en un caso, como en el otro, integran ese conjunto de motivaciones que forman parte del universo íntimo de cada persona. El deseo de una movilidad que les permitiera independizarse de la tutela familiar y concretar sus expectativas económicas es lo que los lleva a emigrar. Por otra parte, también interaccionan aspectos derivados del caos económico. Entre ellos, la pérdida de los ahorros, el desempleo, la inflación, todo contribuía para no conseguir llegar a fin de mes. El dinero no alcanzaba para pagar los alquileres, ni las hipotecas, los hijos debían abandonar las escuelas privadas e incorporarse a las públicas o a las que recibían subvenciones202 y la unidad familiar las prestaciones de la medicina también privada. Además de cuestiones ligadas al temor que embargaba a la población ante el resquebrajamiento de la seguridad urbana. El aumento de la violencia en amplias áreas del territorio del país modificó la vida cotidiana de las personas. Había que mirar para «atrás» antes de entrar en los domicilios o a los coches y llamar a una compañía de taxis para desplazarse. 201 «Cuando emigrar se convierte en una cuestión nacional». Página 12, Buenos Aires. 26 de febrero de 2002. 202 Equivalen a las escuelas concertadas españolas.
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Como es obvio, todas las cuestiones reseñadas afectan en general a la población argentina, sin embargo en los jóvenes impactaron con contundencia empujándolos a marchar. Además para ellos el proyecto emigratorio no implica una aventura tan riesgosa como para los que ya tienen una carga familiar. Inclusive, en su gran mayoría cuentan con el respaldo de los padres, aunque no sea más que para emprender la vuelta si el viaje no resulta tal como imaginaban. Por último, si regresan, dada que la edad que cuentan los ubica en las franjas de los aún muy jóvenes, pueden permitirse comenzar de nuevo, sin riesgos que los años cumplidos les impidan acceder a ciertos empleos. Desarman la casa, se desprenden de sus objetos guardando sólo algunos para que los acompañen en su viaje. Llegados a España los argentinos no se dispersan homogéneamente por el territorio, por el contrario escogen asentarse en algunas autonomías, en especial Madrid y Cataluña son las que concentran los mayores contingentes. Detrás se ubican las zonas insulares y las costeras del arco mediterráneo. La oferta cultural de Barcelona la asemeja a Buenos Aires, y hace que ella se convierta en un lugar atractivo para vivir. Además la industria turística requiere una gran cantidad de mano de obra en el sector servicios. Ambas cuestiones se convierten en un acicate muy fuerte para que gran parte de los argentinos residan en ella o en ciudades que se hallan bajo su órbita. En Madrid también encuentran un hueco buena parte de los que llegan, en este caso el atractivo, además de las posibilidades de empleo que brinda la capital de España, reside en que se trata –como ellos mismos la definen– de una ciudad abierta, multicultural. Palma de Mallorca se diferencia de las dos mencionadas con anterioridad por la fuerte presencia de argentinos provenientes de una localidad con características muy similares a la ciudad balear, Mar del Plata. Ambas son ciudades marítimas que poseen una intensa actividad estacional. Es por ello que casi el 70% de los marplatenses que emigran escogen Mallorca como destino203. En otro orden, no hay espacios de concentración étnica de los argentinos en España, tampoco barrios que los reúna –aunque existe un sello «argentino» en ciertos comercios como restaurantes, panaderías, quioscos–, por contrario se dispersan por la geografía de las ciudades, respondiendo su ubicación a la oferta de los pisos en alquiler. En ese sentido un ejemplo lo podríamos encontrar en Palma de Mallorca en la zona de El Arenal. La instalación en el país se vio facilitada en una amplia mayoría de casos por la existencia de un entramado de relaciones –familiares o de amis203
Según Ana Jofre, autora de un trabajo sobre argentinos en Mallorca, la cifra de originarios de Mar del Plata alcanzaría el 70%. Ana JOFRÉ, «Emigración de argentinos a Mallorca, 1990-2002», Fundació Cátedra Iberoamericana de la Universitat des les Illes Balears. Disponible en: http://www.uib.es/catedra_iberoamericana/pdf/investig_jofre.pdf
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tad o paisanaje–, esta red inicial de apoyo y de información se ve incrementada por otras que se adquieren a partir de la llegada al país de acogida. En ningún caso, cuando nos referimos a los argentinos, aparecen redes institucionales facilitando el desembarco. De la red se obtienen recursos que son indispensables a la hora de instalarse, en un primer momento brindan alojamiento, pero paralelamente en ellas encuentran las claves que les permitirán «moverse» con comodidad en un ámbito diferente. Así mismo actúan solidariamente en la búsqueda de un empleo. Los argentinos entrevistados fueron accediendo al mercado de trabajo a través de sus redes y según su capital social, cultural y económico, sus objetivos y expectativas, y en función del nivel de adecuación de su currículo a las demandas del mercado laboral y, por supuesto, de los mecanismos externos que influyen en su acceso a determinados nichos ocupacionales, como la situación legal y la imagen social de este colectivo en España. Su formación cualificada, sus contactos con compatriotas que llegaron antes que ellos –a través del parentesco, la amistad o de una relación laboral–, su capital social y cultural, su origen europeo, así como la posibilidad de acceder a un pasaporte comunitario, les facilita una inserción en el mercado de trabajo español que se aleja de la habitual imagen del «inmigrante económico», utilizada para caracterizar a los que llegan a España para trabajar durante las últimas décadas. La mayoría de este colectivo se inserta en diferentes nichos ocupacionales del sector servicios que abarcan desde los niveles inferiores de la escala salarial hasta los más altos. Podemos encontrar teleoperadores y otros puestos de atención al público, camareros, personal de servicio doméstico, encuestadores, vendedores de todas las ramas, administrativos con diferentes grados de responsabilidad, empleados en el sector de la publicidad, informáticos, etc. Los salarios, los horarios, el tipo de contrato y las posibilidades de promoción interna dentro de las empresas en las que se ubican sugieren una imagen heterogénea, en términos económicos, del conjunto de estos inmigrantes argentinos que han llegado a España en los últimos seis años. A la hora de concluir sobre la vivencia de sus trayectorias laborales, partimos de objetivos y expectativas diferentes. En común, se observa su procedencia de un mercado de trabajo cada vez más precarizado y saturado, a partir de cuya realidad se configura su modo de vivenciar su inserción laboral en España. Para algunos jóvenes, el objetivo es la consecución de su autonomía, para otros, encontrar un empleo acorde a su formación. Para aquellos que llegaron con hijos, su intención es aportar estabilidad material a su grupo familiar. Para muchos, se trata de poder llegar a fin de mes. Encontramos una población joven que, en muchos casos, aún no han definido un proyecto vital y, en este contexto, la ocupación en empleos temporales, de escasa calificación se percibe como parte de su aprendizaje, una forma de vida que no necesariamente se vive como la definitiva. Para otros,
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la estabilidad laboral y material, su mayor capacidad de consumo, un sistema público de protección social más estable, incluso la posibilidad de contar con tiempo libre para llevar a cabo proyectos personales de escasa o ninguna remuneración, les lleva a percibir que, hasta cierto punto, pueden llegar a lograr armar su vida. A través de la formación de su red social y del consumo gastronómico, los inmigrantes reconstruyen su sentido de pertenencia en el nuevo territorio donde se asientan. El lugar que recrean no es excluyente en cuanto a su naturaleza o a los miembros que lo componen. En ese proceso, los argentinos incorporan la experiencia de sus antepasados migrantes. Su visión y vivencia de Argentina como país donde convivieron y se mezclaron diferentes comunidades culturales y nacionales, les facilita herramientas para gestionar la alteridad en su nuevo destino: incorporan a su círculo de amistad a españoles, europeos y a otros emigrantes latinoamericanos, por supuesto de su nivel educativo. Por otro lado, los colectivos que llegaron hasta el Cono Sur, eran principalmente europeos, lo que refuerza el imaginario argentino de un origen común con España. Aquí, la mirada que se les devuelve no es la del europeo que retorna a casa sino la del sudamericano de ese origen que se ha convertido en inmigrante. Por su parte, ellos enfatizan sus ancestros europeos, su calificación, su naturaleza cosmopolita –si son porteños, claro–; y, en general, el hecho de venir de uno de los países de mayor progreso mundial hace cincuenta años, algo que se manifiesta en el estereotipo del «gallego bruto». Los argentinos experimentan de manera doble su situación en España. No se identifican con los españoles, pero tampoco con los latinoamericanos que, como ellos, han emigrado al país. Se sienten tratados como inmigrantes pero bastante más aceptados que otros colectivos, ante su menor distancia cultural con lo español y su mayor nivel de formación. Finalmente debemos puntualizar algunas cuestiones referidas a sus proyectos de asentamiento. Esta temática que comprende la migración de retorno es compleja y aunque en la actualidad los estudios migratorios incluyen su abordaje, no pocos indican como causas que lo facilitan, la inadaptación, que ya no trabajaban porque habían alcanzado la jubilación o que sus triunfos económicos les permitía el regreso y el establecimiento en su lugar de origen, con cierta holgura y seguridad. En nuestro caso entendemos que, dado el poco tiempo que ha transcurrido desde que se produce el comienzo del último flujo (2001), es muy difícil realizar un diagnóstico acerca de cuáles serán las intenciones del colectivo argentino. En general nos enfrentamos a un discurso construido sobre la ambivalencia. Los argumentos en contra del regreso se relacionan con el hecho de que, en muchos, todavía pervive su enfado con el país y con los políticos. Sin embargo, la mayoría de los testimonios explicitan que echan de menos los afectos: la familia, los amigos, los vecinos del barrio y la ciudad en donde vivían, tanto es así que sus contactos son muy habituales e incluyen las conversaciones telefónicas, el chat y sobre todo los viajes.
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Para muchos la clave para quedarse se encuentra en la situación laboral, en disponer de un trabajo en el cual reconozcan la formación, en donde valoren su capacidad, también señalan hasta qué punto vale la pena alcanzar cierto éxito económico si los afectos han quedado muy lejos. El cuestionamiento es más profundo si el empleo no responde a las expectativas, sino que simplemente con él se «sobrevive». Para otros una cuestión importante es la seguridad, que comprende la ciudadana, pero también la del ámbito privado, «vivir» sin sobresaltos. Este tema no es nada baladí, al contrario puede ser decisorio para asentarse, sobre todo por las consecuencias que acarrea y que beneficia especialmente a los hijos. La idea de educarlos en una sociedad que les va a brindar oportunidades es muy valorada por algunos. Sin embargo, como en otras cuestiones, frente a este posicionamiento existe otro que critica ciertos aspectos de la sociabilidad española, encontrándolos negativos para los niños y los jóvenes. Los que piensan así entienden que deben regresar mientras sus hijos sean aún pequeños. Dicho esto, también tenemos que señalar que el discurso de los más jóvenes transmite que su proyecto no contempla el establecimiento definitivo, su estancia tiene carácter coyuntural, momentáneo. Inclusive sus expectativas responden a esa idea de que todo se realiza en el corto plazo, no hay una planificación sobre el futuro. En general llegaron a España como parte de una experiencia vital, en plan de probar y probarse que serían capaces de sobrevivir, una vez alcanzada esta meta, comienzan a pensar en el regreso. No quieren hacerlo con las manos vacías, pretenden ahorrar para regresar con un cierto capital. Para algunos lo prioritario es convertirse en propietario, tener «su» casa, para otros disponer de un monto de dinero que les permita establecerse por su cuenta y riesgo, llegar a ser un trabajador autónomo. En el otro extremo encontramos a los que llegaron a España en su edad adulta, ellos entienden que les será muy difícil permanecer. Las condiciones económicas que tendrán una vez jubilados no les permitirán gozar de una vida desahogada, por el contrario podrán disponer de ella –si la situación cambiaria se mantiene– en Argentina ya que los años que han trabajado en España, aunque sean aportes insuficientes para el sistema de la seguridad social española, complementarán con creces lo que reciban allí. En uno o en otro caso pareciera que nos enfrentamos a un grupo numeroso de personas cuyas expectativas incluyen el regreso a Argentina, en un tiempo no demasiado prolongado. Cuestión ésta que no debe llamarnos la atención; en efecto, en la época de la emigración masiva hacia Iberoamérica los porcentajes de asentamiento de los europeos, en los diferentes países de esa área, eran bajos. Losada señala justamente la ignorancia que existe acerca de este hecho, a pesar de haber sido algo inherente a los flujos hacia dicho continente, dando el ejemplo del puerto de Vigo. Allí embarcaron hacia América alrededor de 700.000 personas entre 1900 y 1931, mientras
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que durante ese periodo fueron casi 600.000 los individuos que regresaron de los mismos destinos204. Ahora bien, frente a estos inmigrantes se encuentran los que de una u otra forma lograron encontrar su hueco y nuevos afectos que los retienen en España. Superado el momento de llegada al país en el que –no importa la contención que hayan recibido por parte de sus amigos o familiares– el inmigrante es vulnerable, algunos, aquellos que formaron pareja aquí, que su cónyuge no es argentino, sino español, sin haberlo pensado mucho se han arraigado. También los que tienen hijos y se van haciendo mayores, a ellos es difícil trasladarlos a otro país. Las raíces van creciendo y se van afianzando, continúan echando mucho de menos a los amigos, a la familia, el barrio y a la ciudad de donde salieron, pero de a poco el círculo de amistades en España se ha ido incrementando –no reemplazan a los que quedaron en Argentina, son otros–, a la vez que el ámbito geográfico empieza a dominarse, a disfrutarlo, a sentirlo un poco como propio. En esos momentos es cuando la apuesta por permanecer en el lugar se explicita. Como nos manifestó una de las personas entrevistadas: [Beatriz] Llegué a España con la ilusión de encontrar un futuro mejor e ilusiones que mi país no me daba. Me costó muchísimo adaptarme, lloré mucho, fue difícil. Nadie me regaló nada, pero poco a poco con muchísimo esfuerzo, fui logrando mis objetivos personales y también materiales. Nunca pensé en juntar dinero y marcharme, hubiese sido muy egoísta con este país que me daba oportunidades. Hoy después de 6 años sigo pensando igual.
204 Abel LOSADA ÁLVAREZ, «Una nueva forma de inmigración desde América Latina: la emigración de retorno a una antigua zona emigratoria, Galicia (España)». En Francisco RODRÍGUEZ (editor), Migraciones e Interculturalidad. Experiencias europeas y latinoamericanas. Varsovia, Centro de Estudios Latinoamericanos, 2005.
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APÉNDICE DE ENTREVISTAS NOMBRE Y CÓDIGO DEL ENTREVISTADO (ciudad de residencia, sexo (H varón, M mujer), estado civil (S de soltero, C de casado, V de viudo y D de divorciado, edad en el 2006)* (Año de llegada, formación académica y ocupación en Argentina, ocupación en España y situación migratoria en el momento de la entrevista) * En el caso de los familiares sólo se especifican estos datos. ABEL (Buenos Aires, H, S, 29) (2003, universitaria completa: Ingeniería mecánica, ingeniero/ ingeniero, nacionalidad italiana) ADELA (Buenos Aires, M, D, 34) (1989-1997, 2002, universitaria completa: Publicidad y técnico agrónomo /Auxiliar de producción en televisión, nacionalidad italiana) AITANA (Córdoba, M, C, 30) (2002, universitaria completa: Biología, contratada empresa multinacional, nacionalidad española) ALBA (Buenos Aires, M, D, 32) (2002, actriz /animadora infantil, permisos en trámite, en pareja con dos hijos) ALEJANDRO (Buenos Aires, H, S, 31) (2002, universitaria completa: Sociología, sociólogo en programas de política pública/ camarero, contratado temporal en una ONG española (estudios de master en Antropología), permiso de trabajo y residencia recientes) ANDRÉS (Buenos Aires, H, C, 31) (2002, universitaria completa: Informática, informático/ informático, nacionalidad italiana) ÁNGEL (Buenos Aires, H, C, 30) (grado medio en Derecho, organizador de eventos musicales/ camarero y disc-jockey, residencia comunitaria en trámite, casado con española) ANTONIO (Buenos Aires, H, C, 35) (2000, universitaria incompleta (Psicología), terapeuta/ empresa venta de pisos, permiso de residencia y trabajo) BEATRIZ (Mar del Plata, M, C, 27) (2002, universitaria incompleta (Terapia ocupacional) locutora de radio/ cocinera y administrativa, nacionalidad sueca)
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BLANCA (Buenos Aires, M, C, 45) (2000, universitaria completa: Psicología / psicóloga, título homologado, nacionalidad italiana) CARINA (Buenos Aires, M, C, 60) (2003, universitaria completa: Química, especialista en patentes/ especialista en patentes, nacionalidad italiana) CRISTINA (Buenos Aires, M, C, 30) (2002, universitaria incompleta (Publicidad)/ administrativa (y asistente de dirección artística ocasionalmente), residencia comunitaria) DANIELA (Mar del Plata, M, C, 26) (2000, secundaria, estudios de esteticien, masajista/ reparto de tarjetas, limpieza, pinche de cocina, residencia comunitaria, casada con español) DAVID (La Plata, H, S, 45) (1997, universitaria completa: Derecho, abogado/ abogado, permiso de residencia y trabajo, nacionalidad española en trámite) EDUARDO (Buenos Aires, H, C, 58) (2003, universitaria completa: Ingeniería/ ingeniero, nacionalidad italiana) EMMA (Buenos Aires, M, S, 28) (2001, universitaria completa: Psicología / cuidadora de niños, administrativa, permiso de residencia y trabajo, título homologado) ENRIQUE (San Antonio de Areco, H, C, 30) (2003, universitaria incompleta (Comunicación Social), restaurante de la familia/ locutor de radio, camarero, tramitando residencia comunitaria, casado con española) FAVIÁN (Buenos Aires, H, C, 39) (1992-2000, 2005, universitaria completa: Sociología y Doctorado en Ciencias Políticas, administración pública/ administración pública, nacionalidad italiana) FELIPE (Buenos Aires, H, S, 30) (2001, universitaria incompleta (Economía) / vendedor, permiso de residencia y trabajo, en pareja con una niña) GUILLERMO (Mar del Plata, H, S, 27) (2001, secundaria formación profesional, camarero / animador, administrativo, permiso de trabajo y residencia) GUSTAVO (Buenos Aires, H, C, 27) (2002, universitaria incompleta (Medicina, Psicología)/ cocinero, jefe de cocina, nacionalidad española) HERNÁN (Buenos Aires, H, C, 41) (2001, universitaria completa: Informática, negocio de informática/ informático, permiso de residencia y trabajo –reciente–, esposa en Buenos Aires) HORACIO (Buenos Aires, H, S, 36) (1999, universitaria completa: Dirección de cine/ ayudante realización, nacionalidad italiana, en pareja) HUGO (Rosario, H, S, 28) (1999, técnico de turismo /camarero, permiso de residencia y trabajo) IGNACIO (Buenos Aires, H, D, 38) (2002, universitaria completa: Periodismo, agente de publicidad/ agencia de publicidad, permiso de trabajo y residencia, músico ocasional)
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JAVIER (Mar del Plata, H, C, 30) (1999, grado medio: diseño industrial/ reponedor en supermercado, mantenimiento, nacionalidad italiana) JUAN MANUEL (Mar del Plata, H, S, 29) (2002, grado medio: escenógrafo/ co propietario de bar, nacionalidad italiana, en pareja) JULIA (Buenos Aires, M, S, 34) (2002, secundaria, teleoperadora y propietaria de un bar /camarera, encargada (componente de un grupo de música chill out, permiso de trabajo y residencia, en pareja con una niña) JULIÁN (Neuquén, H, S, 32) (2001, secundaria, grado medio: técnico de sonido/ empleado de comercio, permiso de trabajo y residencia) JULIANA (Buenos Aires, M, C, 26) (2005, universitaria completa: Sociología/ encuestadora, permiso de trabajo y residencia en trámite por casamiento con español) KARIM (Buenos Aires, M, C, 26) (2005, universitaria completa: Sociología, socióloga en investigación de mercado/ contratada por un año en una ONG, nacionalidad española) LAURA (Mendoza, M, C, 27) (2003, universitaria completa: Logopeda/logopeda, permiso de trabajo y residencia en trámite por casamiento con español) LUCÍA (Mar del Plata, M, S, 30) (2001, universitaria incompleta (Ciencias de la Comunicación), camarera, nacionalidad italiana, en pareja) MANUEL (Santa Fe, H, C, 31) (2003, secundaria, carnicero/carnicero, permiso de residencia y trabajo) MARCOS (Buenos Aires, H, S, 32) (2000, universitaria completa: dirección de teatro y montador de escenografía, nacionalidad italiana) MARÍA (Río Tercero, Córdoba, M, D, 28) (2002, secundaria, negocio propio de carteles / teleoperadora, camarera, permiso de residencia y trabajo –reciente–, en pareja con una niña) MARTA (La Pampa, M, S, 30) (2001, universitaria completa: Geografía/ vendedora, nacionalidad italiana) MIGUEL (Buenos Aires, H, D, 39) (1999, universitaria completa: Filosofía/ empleado en una librería, permiso de residencia y trabajo) MIRIAM (Buenos Aires, M, C, 57) (2003, universitaria completa: Historia, profesora/ sus labores, residencia comunitaria) MARIANO (Buenos Aires, H, S, 31) (2000, universitaria: dirección de cine, asistente de dirección/ asistente de producción en cine y ayudante de dirección en publicidad, nacionalidad italiana, en pareja con una española, tiene una hija) NICOLÁS (Rosario, H, S, 24) (2002, estudios incompletos en una academia de música/ teleoperador, camarero, miembro de coros en actuaciones, permiso de trabajo y residencia)
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PABLO (Buenos Aires, H, S, 25) (2001, universitaria incompleta (Antropología) y estudios de arte dramático, camarero/ actor y camarero, nacionalidad italiana) PAULA (Córdoba, M, C, 34) (2002, universitaria completa: psicóloga/ psicóloga, nacionalidad italiana) PEDRO (Mar del Plata, H, C, 30) (1998, grado medio: técnico de turismo/ repartidor tarjetas de discoteca, camarero, nacionalidad española) RAMIRO (Rosario, H, C, 32) (2000, formación profesional: mecánico/mecánico, permiso de residencia y de trabajo) ROBERTO (Buenos Aires, H, D, 35) (2002, universitaria completa: Odontología, dentista/ dentista, nacionalidad italiana, en pareja con un hijo) ROSANA (Rosario, M, C, 31) (2002, universitaria incompleta (Informática)/ empleada en un guardarropa, permiso de residencia en trámite, con una hija) SILVIA (Buenos Aires, M, C, 29) (2001, diplomada en una escuela de diseño/ profesora de diseño/ animadora infantil, permiso de trabajo y residencia recientes, tiene una hija) SILVINA (Buenos Aires, M, S, 33) (2000, licenciada en Bellas Artes/vendedora, nacionalidad italiana) SOL (Buenos Aires, M, C, 42) (2001, universitaria completa: Odontología, dentista / encuestadora, doméstica, permiso de residencia y trabajo, homologación del título a falta de cursar algunas asignaturas, con dos hijos) SUSANA (Tucumán, M, S, 44) (2002, universitaria completa: Contable, administrativa, nacionalidad italiana, en pareja) TOMÁS (Buenos Aires, H, S, 31) (1999, formación universitaria incompleta (Medicina) y estudios de cine, administrativo /ejecutivo de cuentas, nacionalidad española, en pareja) VALENTINA (La Plata, M, S, 26) (2005, universitaria completa: Dirección de Cine, colaboraciones esporádicas / ayudante de vestuario, camarera, nacionalidad sueca) VALERIA (La Plata, M, S, 31) (2001, formación universitaria incompleta (Historia) animadora de fiestas infantiles, nacionalidad italiana) WILLY (Rosario, H, C, 32) (2001, secundaria, instalador en una empresa familiar/ instalador contratado, permiso de trabajo y residencia) *RODRIGO (Buenos Aires, H, V, 59) *MÓNICA (Buenos Aires, M, D, 57) *FACUNDO (Buenos Aires, H, C, 61) *CECILIA (Buenos Aires, M, C, 57) *PEDRO (Buenos Aires, H, C, 70) *CARMEN (Buenos Aires, M, C, 65)
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
Colección América (Títulos publicados):
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in embargo, desde mediados del siglo XX, simultáneamente a este fenómeno comenzó a producirse otro de signo inverso: por diversas causas, los argentinos empezaron a emigrar. A partir de entonces el flujo no ha cesado de incrementarse hasta alcanzar niveles importantes al comienzo del nuevo milenio, coincidiendo con la crisis institucional y socioeconómica que envolvió al país.
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sta última etapa se caracterizó porque los que emigraron fueron en general jóvenes, provenientes de sectores de la clase media urbana que intentaban escapar, con suerte diversa, del desempleo, la inseguridad, el desánimo o la falta de ilusiones. Ellos han sido nuestro objeto de estudio, y a ellos cuya vida no se desarrolla en Argentina, sino en otra parte, en este caso en España, les hemos querido abrir un espacio para que cuenten sus “historias de acá”.
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ASUNCIÓN MERINO HERNANDO
Elda González Martínez
ISBN: 978-84-00-08581-0
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Patrones, clientes y amigos. El poder burocrático indiano en la España del siglo XVIII. Víctor Peralta Ruiz El terremoto de Manila de 1863. Medidas políticas y económicas. Susana María Ramírez Martín América desde otra frontera. La Guayana Holandesa (Surinam): 1680-1795. Ana Crespo Solana “A pesar del gobierno”. Españoles en el Perú. 1879-1939. Ascensión Martínez Riaza Relaciones de solidaridad y Estrategia de Reproducción Social en la Familia Popular de Chile Tradicional (1750-1860) Igor Goicovic Donoso Etnogénesis, Hibridación y consolidación de la identidad del pueblo Miskitu. Claudia García Mentalidades y Políticas Wingka: Pueblo Mapuche, entre golpe y golpe (de Ibáñez a Pinochet). Augusto Samaniego Mesías Carlos Ruiz Rodríguez Las Haciendas Públicas en el Caribe Hispano en el siglo XIX. Inés Roldán de Montaud
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rgentina, a lo largo de su historia como país independiente, se ha caracterizado por ser receptor de poblaciones tanto de origen europeo, como oriundas de las repúblicas limítrofes.
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Fotografía de cubierta
ELDA GONZÁLEZ MARTÍNEZ ASUNCIÓN MERINO HERNANDO
Vestíbulo del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Ministro Pistarini. Buenos Aires
CSIC
COLECCIÓN AMÉRICA
Dra. en Antropología Cultural (Universidad de Uppsala) y Dra. en Historia Contemporánea (Universidad Complutense) es investigadora del CSIC y coordinadora del Grupo de Estudios Americanos. Ha publicado Spirits from the margim. Uppsala, Uppsala Universitet, 1991 ( ha sido traducido al portugués y editado por la Universidad de Campinas y al español por la Editorial de la Universidad de Cádiz); Café e inmigración. Los españoles en Sao Paulo, 1880-1930. Madrid, Cedeal, 1992; Guía de fuentes documentales para la Historia de Brasil conservadas en España, Madrid, Ministerio de Cultura do Brasil/Fundación Mapfre Tavera, 2002; La inmigración esperada. La política migratoria brasileña de Joao VI hasta Getúlio Vargas. Madrid. CSIC, 2003; Hiszpania-Polska. Spotkania. Warsawa, Wydawnictwo Neriton/Instytut Historii PAN, 2003. (En colaboración con Margorzata Nalewajko). (Edición en español (corregida y aumentada). EspañaPolonia. Los encuentros. Madrid, CSIC, 2005). Y junto a Ma. Asunción Merino Hernando. Las migraciones internacionales. Madrid, Dastin ediciones, 2006. Además de un centenar de artículos relacionados con la temática migratoria, tanto la que comprende a los flujos “históricos” hacia América, como los actuales. María Asunción Merino Hernando María Asunción Merino es Profesora en el Dpto. de Antropología Social y Cultural de la UNED. Participa en el Programa de Doctorado “Migraciones Internacionales e Integración Social” del Instituto Universitario Ortega y Gasset. Ha sido becaria Predoctoral FPI en el Dpto. Historia de América del Instituto de Historia CSIC y becaria Fulbright Posdoctoral en el Dpto. de Historia de la Universidad de Yale e investigador contratado del CSIC. Su investigación se centra en los procesos migratorios contemporáneos, locales y globales, entre Europa y América, tanto históricos como contemporáneos. Actualmente participa en el proyecto “La inmigración española en el Río de la Plata: asociacionismo y modos de incorporación en la sociedad receptora (1900-1960)”, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ha participado en proyectos sobre el fenómeno migratorio en la Universidad Pontificia de Comillas, el CSIC y la Fundación Ortega y Gasset. Entre sus publicaciones destaca Historia de los inmigrantes peruanos en España. Dinámicas de exclusión e inclusión en una Europa Globalizada (Madrid, CSIC, 2002), “La emigración española a Brasil”, en De la España que emigra a la España que acoge (Fundación F. Largo Caballero, Madrid, 2006) y (con Elda González) Las migraciones internacionales (Dastin, Madrid, 2006). Ha publicado artículos en Identities (11(2) 2004), Revista de Indias (LXIII- 229, 2003) y Revista de Dialectología y Tradiciones Populares (LIX(2) 2004).