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Spanish Pages [178] Year 2012
lourdeg ß a r a i Hecho en ca§fi
Conservas Mermeladas licores
Scccivu: I i iros utiles
L o u rd e s M arch : H e c h o e n ra s a : c o n s e r v a s , m e r m e la d a s , lic o r e s
Ilustraciones tic A monio Sagrario
El
Libro de Bolsillo Alianza Editorial Madrid
N o t a in ic ia l
Lourdes Mmch Pcrn. r A lia n r i E J i w m l S A , ' *• C'dllf M iliii. 3 «: T ele). ?C0 0 0 4 ?
lSBK :«4*206-al7.'-^ LVpôsi-.o leftA M.«33W-l9a« I^prl fabricada . rocowmpw'^ôft'j -j P«W.o 1*Jcñ», 17. 2KO Maáníl Impreso £-' ir .u r y a ' . S A -
F n m « l in SP»1"
C uando hace años err.pect- a prcp.tr.ir conservas en casa, tenia muchas dudas y pocos libros que as pudieran aelir:«. Durante mucho tiempo investigué en antiguos rece tarios, pregunté en los pueblos, donde se han mantenido estas tradiciones familiares de preparar conservis y lico res, y conseguí interesantes recetas entre mis amigos de dentro y d r fuera de nuestro país. Pero, sobre todo, fui expcrinc liando y anotando ri gu rosamente ci: m u cuadernos iodo cuan lo hacia, para poder rectificar y mejorar. Este bbro es la consecuencia de todos estos arios de t ra bajo y de las horas dedicadas a e.sia preciosa *?.lq turnia* de la cocina que son lo* licores y la conserva; y es u m bicr. el resultado de mis experiencias como profesora en una escuela J e cocina y como colaboradora en progra mas de radio y televisión. Del mismo modo que en mi tibrv de la P&tlhi y dtr !o\ arroces expliqué minuciosam ente, paso a paso, todas las recetas, he procurado en éste facilitar ¿1 máximo la eom-
L a c o n serv a
prensión de los distintió procedimientos de las conservas de tratas y verduras. Mi deseo es que cs;e libro le resulte útil, ¿clare sus du das y le ayudo a disfrutar en casa, J e lo que la naturaleza nos o f r n c a lo largo del año. Q uiero expresar mi agradecimiento, a todos los ami gos que me lian brindado generosamente sus^ preciadas re cctas lamiü ires y al personal femenino del Servicio de Ex tensión Agraria por la colaboración técnica cue me ha ofrrt'ido. Lo u r d fs M a rch
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L a co n serv a
U n poco de historia U n poco de historia. Pot que se estropean los alimentos. Formas tic conservarlos. Q ué es l.i esterilización p o r calor. Q n r ks el boiulismo. Causas de alteración de las conservas. C óm o almacenar sus conservas. Tiem po de duración de la cunseivi casera. Valor alimenticio de la conserva
Desde las épocas más remotas, el hom bre sintió :a ne cesidad de disponer de reserva* de alimentos para, podet sobrevivir durante los fríos inviernos o las prolongadas sequías, y, con métodos rudimentarios, fue aprendiendo .« conservar la caza y la pesca, utilizando prinicro el hielo y la sal; posteriormente ahumándolos — cuando descubrió fuego— y Lan'bien secándolos al aire y al sol. t as distintas civilizaciones cu e se fueron sucediendo a le largo de los siglos, practicaron y fueron mejorando muchai ele aquellas form as primitivas de conservar. Los Egipcios ejercían con maestría la técnica del sala zón y ¿el ahum ado. Los Fenicios consum ían estos productos en sus largos viajes por m ar y comerciaban también con ellos p o r codo el M editerráneo. Los Griegos y lo* Romanos sabían que las frutas y al guna« verduras se conservaban aislándolas del aire y las cubrían con cera o con resina. l3?.ra cohiitar la truia utili¿al>.ui la miel.
Lourdes Marvli
L¿ primer? receta de confitura que conocemos se en cuentra en la .¿Historia Natural» de Plinio, escrita a me diados de* siglo I de nuestra era y se refiere a membrillos confitad o* cor. miel. Las verduras se conservaban en vinagre y el famoso «G.i rum«, de origen griego, y que fue en K om i un condi mento indispensable en la cocina, era una conserva hechcon pescado puesto en salm uera y fermentado al sol. Hn la Fdad Media preparaban ya las aceitunas, ponién dolas en salmuera, y para conservar la fruta utilizaban la miel o el m osto concentrado de La «va. La evolución en la cocina y en la form a de preparar los alimentos va trecuentem ente umda a los aconteci m ientos históricos. J .a caña de azúcar, que crecía cr. I?. Ixdia. en estado sil vestre, la conocen los persas en la expedición que realiza D arío 1 al Valle del Indo, en el siglo V] a. de a', re gresar a su país la traen consigo adaptando su cultivo en las zonas cálidas del M editerráneo O riental. Los Arabes, que la descubren en el siglo V il de núes ira era, cuando invaden Persia, im plantan su cultivo en todas las áreas del M editerráneo que van conquistando: Siria, C hipre. F gipto, N o rte de Africa y Fspaña. La cultura árabe, que tantos conocimientos nos lega durante 5« dominación en la Península, nos transm ite, en tre otros muchos, el arte de relinar el azúcar de caña y de preparar las confituras y los dulces. h l descubrimiento «le América y la colonización «le aquellos territorios llevan hasta allí el cultivo de !a caria de azúcar, que logra, en poco tiem po, gran arraigo y expansión. Ln el siglo XVT, el prim er día de abril de 1552, Maose IVlichel de N o u e Dame, doctor en Medicina, más cono cido com o N DSTRA D AM U S, n rm in a de escribir su li bro sobre las confituras. La imagen de N osuadam us al quim ista nos Lace pensar que, electivamente, esta trans formación v conservación tan variada de las frutas, e in cluso ile las floro* por medio del fuego y la cocción cor.
nv.cl. con azúcar o con vino, confiere a su e.aboración un mágico »Lractivo. A lo largo de los siglos XVII y XV’IÍI se preparan con fituras con toda clase de frutas, incluso cor. la.s más exó ticas, venidas de América y de O liente. La técnica de la extracción del a/.úcar de la remolacha, que se descubre a mediados del siglo XVIII, contribuye ;i que .su precio .sr. reou/ea, ya que hasta entonces ftr.t un artículo *de luio». La Revolución Francesa cambia el sistema d e vida de la aristocracia y los grandes cocineros de estas casas, al quedar sin empleo, se establecen como propietarios de mesones o casas d i comidas, que luego se llamarán '»res taurantes», y allí dan a conocer los platos y postres antes reservados a una minoría, entre ellos Lis confituras y d r i ces de frutas. MI siglo XIX es sin duda la época dorada de las confi turas, porque la burguesía, en plena expansión, quiere co piar las formas de alimentación de la antigua aristocracia, y la abundancia de la fruta, el precio m is asequible del azúcar, gracias a la industrialización, y la mano de obra barata, favorecen sin duda la preparación de confituras familiares. Todas estas técnicas, que desde siglos atrás venían evo lucionando, se com pletan a principios del siglo X IX con el descubrimiento hecho er. Francia p o r Nicolás A ppert, quien, investigando de una forma empírica, comprueba que, hirviendo los alimentos d entro de envases de vidrio totalm ente cerrados, se mantienen sin alterar durante lar gos períodos de tiempo. F.11 1XKC, PasLeui explica cientílicameiiLe el f undaiiieri to del m étodo de conservación de Appert, dando a co nocer la existencia de los microorganismos causantes de la alteración de lo< alimentos, así corno el fenómeno de su muerte por acción del calor. Con estos avances tecnológicos, la industria de la con serva adquiere nn gran desarrollo e r el siglo XX y, en contrapartida, hay una regresión en la elaboración de la
conserva casera- debida a varios factores, entre otro-., las guerras, que provocan dificultades para encontrar alimen tos, y la incorporación J e la m ire r ¿1 trabaio eu fábrica«*., oficinas y comercios» que resta tiempo para los uabajos »!:•. la casa. A hora, a finales del siglo XX, todas aquellas tarcas artes anale* > familiares sv iu n convertido en un símbolo, y qui'/ás esa nostalgia ¿ í la «despensa de la abuela* hace revivir en nosotros el deseo de recuperar o recrear, por m edio de la conserva hecha en casa. los» sabores perdidos y añorados.
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P o r q u e se estropean ios alim ento» Para explicarlo de un m odo sencillo —simplificando mucho— puede decirse que los alimentos se alteran p o r que-, al retar en contad*»con el aire o con e! agua, los micróoiganisrr.oi, que están siempre presentes en toda ¿¡ase ta .em peiatura, 115° C, los A lim en to s de baja acidez o alcalinos, como son las verduras, carnes, pesca dos, etc. l os alimencos que tienen un alto contenido c;i ácido, com o son los tomates y las huías, pueden esteriüzar&e a ICC- C. l'ara prevenir el peligro del botulism o CSaconsejable te ner presentes las siguientes normas: Esterilizar SIEMPRE las conservas de verduras, carnes, pescados y alimentos alcalinos en olla a presión a 11 E>° C. Ser MUY EXACTOS en los tiempos de esterilización. N o sustituir, BAJO NINGUN CONCEPTO, la esteriliza ción por los I!amados «polvos para la conserva- (ácido salicílico). NO PROBAR siquiera cualquier alimento en conserva que nos parezca dudoso, ni darlo a Jos animales d o mésticos. HERVIR com o m ínimo 15 minutos las verduras o ali mentos alcalinos al sacarlos del tarro de conserva, ANTES de consumirlos. NO TOMAR alimentos que, después de cocidos,, hayan estado durante algún tiempo a temperatura ambiente SIN HERVIRLOS 1)1. NIJKVO. EVITAR el consumo Je alimentos, crudos o precocidos, que, una vez congelados y descongelados, .se lian mante nido a temperaturr. ambiente.
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C ausas de alteración en las conservas T ¡uc alteraciones de la» conservas pueden ser debidas a causas muy diversas, y ai peligro que esto supone., se une el desencanto cuando la conserva se Iva hecho eu casa y vemos que se ha desperdiciado el tiem po y los alimentos empicados en ella. És más frectieiiie la alteración en las conservas al cali ñas (de baja acidez), por sus « p ed a les características, sí n o si: lian seguido estrictam ente las normas de esteriliza ción adecuadas paja cada receta. I.as alteraciones de tipo m icrobiano en las conservas son debidas fundamentalmente a una o vanas de ¡as si guientes causas: ^ F.steriLizaaór: iusul¡cíente ícn tiempo y en grados;. Enfriam iento inadecuado íp o i perm anecer los tarros dentro oel agua caliente después de ia esterilización). C ontam inación pui cierre defectuoso.
F.?rfrilÍ7Jt:i(¡n cr li¿ a picMii. Verjura», curiurs, pe-.uulMv.
FruiJ«, ¡U|;cs c.e fruíais, icr.ria:cí.
[. fterltzdaón tnsuficiente: Cada producto y cada receta necesitan un TILMPO Y TEMPERATURA de esreril i ración QUE bN NINGUN CASO DEBE SER ACORTADO O AUMENTADO. H ay que tener eu cuenta que la temperatura de esteri i/ación carda un tiem p o determ inado en «penetrar» en el interior de los tarros, y está en relación con la consistencia del alimento enva sado. Este tiem po está ya calculado en cada receta. U tra causa distinta que también puede intluir es que los tarros, las m anos, los utensilio*, el mismo producto, o ‘.o que ha csu d o en contacto con ellos, no esté debidamente lavado y limpio. tnfrU anw nio m ude atado: Algunos microorganismos tienen un desarrolLo óptim o a temperaturas comprendidas entre 403 C y 7C° C , apro ximadamente.
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E.n*ri’i?anrtr. íl hann-Maria «n rrarmti o baña abicr.o.
ZONA PELIGROSA I r:!: i-i'iücnlo
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i. i.sc¿l¿ d e tcvHpcraiUTíi para el v n frie m u 'n to d t iot tu -t
Si se dejan los carros en el recipiente donde Ne lian ^^*1 tenlizado, con el agua. caliente, estas temperaturas ■rp«¿JB g rvMi» se mantienen durante m ucho tiempo. Tara ev.tar estr», hay que enfriar los envase», co i las de - 1 bidas precauciones, lo m is rápidamente posible hasta al-1 can zar la Leinperatura ambiente. (Ver enfriamiento tic lo sj envases pág. 32). Por el mismo m otivo se deduce que las conservas de ben almacenarse en sidos frescos (de IC° C a 15 C ) se cos y oscuros. CunUinúnución per cieñe defectuoso: Durante el enfriamiento de los envases, si c*tár bien ce rradas, el vapor de agua contenido en el espacio que que-J tía entre el producto y la tapa del envase se condensa prí,“i ducicndo un vacio parcial. Si. ñor el contrario, la tapa tic* ; ne alean defecto o la boca del tarro d r vidrio tiene algu na ic iu ia , por pequeña que sea, no se produce el cierre’ hermético v, en consecuencia, aI entrar el agua del enfria miento o el aire despu ?s. recontaminan de nuevo el p ro ducto, como si no se h ibiera esterilizado. Fs IND1SPENSA1AI F, por tanto, la revisión de ios enca ses antes de preparar la conserva y la comVfüboexn de *or «erres o de las tapas 24 horas después de la esterilización, antes de almacenarlos. Si alguna tapa cede en la com pro bación y el tarro se abre, conviene consumirlo lo air.es posible, teniéndolo micntr&s tanto en el frigorífico.
C óm o alm acenar sus conservas Todos los tarros deben etiquetarse antes de guardar los, irulii Hi.li» contenido y Techa de envasado. Para un buen almacenamiento de su.s conservas hay elegir un sitio seco, fresco (entre 10®C y 15* C) y oscuro.
Secti, porque la humedad del ambiente puede ser causa de enmohecimicnto y fermentación. Fresco, puesto que con el calor puede ferm entar la conserva. Es conveniente» adeirás, que no haya mucha diferen cia Je temperatura d e una estación a o ir«. Oscuro, porque la luz perjudica a las conservas. C uando se preparan bastante» tarros de diferentes con servas, conviene tenerlas clasificadas y 01 gauizadas, se gún: su contenido la fecha de envasado y l.i frecuencia de utilización. Puede tenerse al «.lia un inventario de existencias si, en cada balda o e>tantr, se pone una cartulina, pegada 0 cla vada, en la que se indique el núm ero de tarros 'de cada variedad. Luego, a medida que se van sacando, se corrige el numero. Tiem po de duració n de la conserva casera l.a duiaiió n de la oonserva casera, bien hecha, puede calcularse alrededor de un ano; alargándose más este tiempo si se trata de chutr.eys, salsas agridulces o algunas conservas en viuaue. N o obstante, con el paso del tiem po va dism inuyendo el sabor, color y valor nutritivo de los alimentos; por i ari to, es m ejor consum ir la conserva en el plazo de un año ap: uAiuiadaiiiei'.le. Cuando se empieza un tarro de conserva vegetal con viene consumirlo en el mom ento. Si no se termir.a. hay q u r guardarlo cu el frigorífico y acabarlo en el pla¿o de 24 horas. Las mermeladas, una vez empezado el tarro, pueden consumirse durante IS o ?0 dias, guardándolo cu el frigorífico.
Conservas vegetales Com o norma. R e n e r a i , Hay que examinar los tarros de I to a s t iva c a v r a ANTLS UK ^ONSUMIRI OS. I.is conservas v e n a le s o ce carnes o de p ^ c a c o í. a n TFS DE P&OLAIU AS hay que hervirlas Jurante 1? iiuim-1 tos. bstr- es el tiem po necesario para destruir ia toxina del botulism o, en el c a s o Je que hulñera habido un i alio en la esterilización. C uando se deseche el contenido de un tarro porque no está en buena* condiciones, üE DF.9E. TIR-^ü. a i a b a si lHA. de torma «jue nadie lo p u e d a consumir, n i siquiera los animales. V alor alim enticio de la conserva í as verduras y las frutas e n v iad as pierden pane d r su contenido en vitaminas y fibra vegetal, pero la cifra restantc sigue teniendo un valor apredablc. especialmente en J 1« épocas que llamamos *-lu«ra de temporada» cuando al- ; gunas frutas y verduras frescas no se encuentran en el j mercado. Una verdura, recién cosechada y bien envasada, co n ser-: va muchas de sus propiedades nutritivas. Las sales mine rales que contienen los verduras permnnreen en el m u del escaldado, que puede utilizarse para el liquido J e re lleno y consumirlo con las mismas verduras al sb n r l*I en yase. . Se puede decir que hny una equivalencia alimenticia cntre la consírva castra y las verduras frescas, teniendo «*n cuenta que ésta* van perdiendo valor nutritivo por el transporte, mayoristas, almacenamiento, n e . y por h ma nipulación posterior necesaria para su consumo.
C o n s e r v a s v e g e ta le s
Q u é es la acidez La preparación J e las verduras, pase a paso fcl llenarlo de los envases Fl pi ¿calentamiento I.a esterilización en 1.« olla .1 p.esión fcl enfriamiento de los enveses l.x revisión de los cierres El etiquetado y almacenado Los consejos prácticos í.iw» utensilios r.cccsarics Los u rro s Las recec.is
[ Ivstaseonservas se elaboran con verduras, enteras o tro ceadas v, una vez preparadas, se envasan en tarros, añadieudoíes ag.*a hervida con sal a la que l am am ot i.zlniueru n ¡s/fuidc de rcltcno (pero no es salmuera luene). I.a proporción suele ser: Pata 1 litro d i a^ua: 20 g de sal. 20 g de sal equivalen a una cucharada sopera rasa. A este líquido de relleno o salmuera, se le agredí una enmielad de ácido cítrico o zum o de limón que oscila de I g a 1 p, por litro (se indica t:\ cada receta;. La m ejor rá o c i p:ir;: hai'er la conserva es, lógicamente el mom ento en q u r la cosecha es más abundante y bay que elegir, al mism o tiempo, la verdura más LÍeina y me nos granada, porque tiene u n í acidez más acusada y ri menos fil»rosa.
2f,
Lourdes M.irch
Q u e es la acide?. l os alimentos, en refació» con l* conserva, se dividen según sus características en dos grupos: los ácidos. y los de baja acidez o alcalinos. Para medir el nivel de acidez o de alcalinidad de cada sustancia, .se utiliza un símbolo quím ico que se llama ]VH. C uanui más bajo es el pH , más ácido es el alimento Está dem ostrado que los microbios no pueden sebre vivir en un m edio m uy ácido y, en cambio, viven y se multiplican en ios alimentos poco ácidos o alcalinos. La acidez icíiuye notablemente en «-1 proceso de este rilización, p o r este motivo: los alimentos ácidos puede es terilizarse .1 130* C. Los pocos ácidos o alcalinos DKUliN l STERILIZARSF. a 115-125° C en olla a presión o en autoclave. Las frutas en almíbar, las mermeladas y los jugos de I-rutas, por lleva« incorporado el azúcar, se esterilizan a HíT C en marmita destapada, al baño M n ía (explicación] de esta técnica cr. la páyina 120). Para aum entar la acide/, de ac verduras y de algunas frutas y facilitar su esterilización y conservación, se íes añade ácido «r.rico o su equivalencia en zum o de limón.: JLii ácido cítrico se puede adquirir en íirm?.cias o c:i droguerías especializadas. Se vende er. forma de: polvo y se disuelve con agita o con el propio jugo de las verduras! o de la-? rrutas. I.os limones tienen, por término medio tai í> % de ac¡ do cítrico Pode:ruis calcular, por tanto, que 1 cucharada sopera de zum o de limón irquivale a 1 g de ácido cítrico.
/VLLMhNTOS P O C O A C ID O S O A i CAÍ.TNOS C O N pH A LTO Esterilizacióji a 11?»'' C - I 2 !>* C en olla a presiún o en autoclavo K iw i rie pH Cl A Pcseadm Carnes F..