Genocidio americano. La guerra del Paraguay [1 ed.]

Guerra de la Triple Alianza, Paraguay, Hispanoamérica, Iberoamérica, Genocidio, Imperialismo, Inglaterra, Brasil, Argent

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Castellano Pages [230] Year 2008

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Table of contents :
Índice:

Prefacio, 9

I. El Supremo, la dictadura a favor del pueblo

1. Una nación sin caudillos, 17
2. El Supremo, 18
3. El pueblo y el ojo de Francia, 19
4. El aislamiento no fue elegido, 20
5. Está naciendo una nación libre, 22
6. El puehlo paraguayo, 25
7. Del absolutismo a Rousseau y Voltaire, 26
8. Dónde está ¡3 salida?, 27

II. El país más progresista de América del Sur

9. Carlos Antonio López asume el gobierno, 31
10. La infiltración inglesa, 32
11. Primero, resistido por el progreso, 34
12. Dónde está la clase dirigente, 39
13. Cuando era preciso interpretar el futuro, 41
14. Diplomacia: un aprendizaje inofensivo, 44

III. A los 36 años Francisco Solano López asume el gobierno

15. Se improvisa un general de dieciocho años, 53
16. En Europa. Al volver, un aviso a Andrés Lamas, 55
17. Una extraña visita: los “marines”, 58
18. Pacificando para mantener al equilibrio, 61
19. Piratería inglesa a la luz del día en el Plata, 63
20. Cuando todo se aprende en la prácticma, 65

IV. Imperio del Brasil y Argentina: dos gigantes anémicos

21. La gran crisis de los gigantes ánémicos, 67
22. La crisis argentina produre el “vago”, 71
23. La libertad que no permíte la concurrencia, 75

V. Intriga, calumnia: venenos que tiñen el Plata

24. Mentiras y calumnias sobre el Paraguay, 77
25. Diplomáticos codician la República Guaraní, 79
26. Los secretos y fuertes poderes de la masonería, 82

VI. El Imperialismo Inglés no quiere cambios en el mundo

27. El león británico quiere el mundo a sus pies, 87
28. La opresión en su etapa superior: el imperia1ismo, 90
29. Brasil: nada se hace sin los empréstitos ingleses, 92

VII. El Uruguay, Maná y las contradicciones del Imperio

30. Uruguay: un feudo de los riograndenses, 97
31. Mauá: el mayor capitalista “uruguayo”, 101
32. Los caudillos riograndeses contra el Barón de Mauá, 103

VIII. Misión Saraiva: la diplomacia por Mr. Thornton

31.Misión Saraiva: la diplomada sin salida, 107
34. La diplomacia hecha por la escuadra, 111
35. El caudillo y los ladrones de ganado, 113

IX. El Tratado de la Triple Alianza, una vergonzosa farsa

36. Un tratado o un “cuerpo del delito"?, 117

X. Los ejércitos en lucha: un pueblo en armas contra esclavos y mercenarios

37. Haciendo la guerra por motivos equívocos, 123
38. El paraguayo, el americano más bien nutrido, 125
39. En la tropa, hasta los ricos, descalzos por la tierra, 126
40. Las terribles picaduras del humor: El Cabichuf, 129
41. El ejército del Imperio es una suma de contradicciones, 132
42. Argentina: mercenarios y voluntarios esclavizados, 134
43. Urquiza: vendiendo caballos y hasta su alma, 138
44. Un ejército que queda en la retaguardia, 141
45. “Difícil sin la escuadra, imposible con ella”, 142
46. Las contradicciones de los aliados van a la guerra, 143

XI. El Imperio se ahonda en sus contradicciones

47. Cuando los pobres van a la guerra no falta oro, 145
48. "El pueblo paraguayo merece el completo exterminio que lo aguarda”, 148
49. La naturaleza de la crueldad en la guerra, 149

XII. Crímenes de guerra: el sadismo del Conde D'Eu

50. Los crímenes de guerra cometidos por los aliados, 155
51. Obligando a paraguayos a matar paraguayos, 156
52. Mitre y Caxias: contaminando agua con cadáveres coléricos, 157
53. Prisioneros paraguayos vendidos como esc1avos, 158
54. Un sádico entra en escena: El Conde D'Eu, 159

XIII. Las intrigas y sobornos de Charles Washburn

55. Una víbora ínstilando veneno en el Plata, 163
56. Negociante astuto y conspirador traicionero, 165

XIV. El genocidio está hecho: 75,75% del pueblo paraguayo están muertos

57. 99,50% de los hombres adultos fueron muertos en el Paraguay, 169

XV. Acosta Ñú: símbolo de una guerra: niños de seis años luchando y muriendo

58. Matando “hasta el feto del vientre de la mujer”, 173
59. Batallones de niños paraguayos: la última resistencia, 175
60. El día de la más heróica batalla americana: 20 mil soldados contra 3.500 niños paraguayos, 178

XVI. Muero con mi Patria! La muerte del Paraguay

61. Madame Lynch sepulta al héroe del Paraguay, 181

XVII. La destrucción y el reparto del Paraguay

62. La destrucción final de un país libre, 183

Apéndice 1, Tratado de la Triple Alianza, 187

Apéndice 2, Caxias: el más duro crítico de la Guerra del Paraguay, 203

Bibliografía Básica, 230 [Falta]
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Julio J 036 Chiuvcnato

EL CONDE DºEU DEGOLLANDO PARAGUAYOS EN LA BATTALLA DE ACOSTA NÚ

Carlos Schauman Editor

Julio je%é Chiavzmmm

Traducción: justo Pastor Benítez (h) ,

PRIMERA EDI¿T'ION EN CASTELLANO

Carlos S%chauman Editor

'Tapa': Iluétreáón _:icl Album de ¡3 Guy.“ .' de! Paragua); Tomb II - No. 2.7. - "Año 1984 — ' . Argentina

_ Queda hecho el depósito que _Impreso en 'Pamguzw= mayo de 2048

rca la ley

indiée * — &

Prefacio, 9

9º>¡.ºE-”:º“E—ºfºfº

L

El Supremo, !a dictadura :: (mr del pueblo Una namór sin caudillos, l'/f

El Supremo,; 18

El pueblo y gl ojo de Francia, 19 E.] aislamiento no fue elegido, 20 Está naciendp una nación ¡ibre, 722 El puehlo paraguayo, 25

Del absolutismo a Rousseau y_Voltaire, 26

Dónde está ¡3 salida?, 27

11. El país más programa di: Aniérica,"d&i Sur _ … 7 9. Carlos Antoí'nio L¿p¿z asume el gobierno, 31 10. 'La infiltración inglesa, 32 _ !l.

12. 13. 14.

anero, resfstido por el progreso, 34

Dónde está ¡a clase d5ngeme, 39 Cuanáo era *preciso interpretar el futurº, 41 Diplomad1:_—un aprendxzaie inofensivo, 44

m. A los 36 años Franáam Soinno López asume el sub… ]*:'—. $: ¡mprovis£: un genera¡ de… diecioch¿ 3505, 53 16.

En Europa. *;Al volver, un aviso a Andrés Lamas, 55

17… _Una extraña visita: los “makines”, 58 18. Paciñmndo para mantener al equilibrio, 61 H. Piratería inglesa 3 la luz del día en»cl Plata, 63 20. Cuando tod? se aprende en la práctma, 65

IV. “ !mp-u-kw 4435 Brasil Y Ai-xeana: dos gigantes ::an "¿l. 22.

23.

La gran cris?ís ¿¿ los gigantes áném¡cos, 67 La crisis argentina produre el “Mago”, '/1

La iibcrtad que no permítch concu1rencia, 75

V. Intriga, ca¡umnh: venenos que Hñen e! Plata

24. Mentiras y calumxiias sobre eí Paraguay,47-7 -ZS. Diplomáticas cod11:ían 1a Repúblic'a Guaraní, 79 26. Los secretos y fuertes poderes de la masonería, 82 VI. El Imperialismo Inglés no quiere cambloe en el mundo

27. El león británico quiere el mundo a sus pies, 87

28. La opresión en .su etapa superior: el imperia1ismo, 90 29. Brasil: nada se hace sin los empréstitos ingleses, 92

VII. El Uruguay, Maná y las cuntradicdune£ del hnperlo 10… 11. 11.

Uruguay: un feudo de los ñogmndenses, 97 Mnul: al mayor capitalista “uruguayo”, 101 Lun umhllm ringmndcnscs contra el Barón de Maná, 103

VIII. 14th lanhm In dlplom.nan vigilada por Mr. Thornton

31… Mb“… Snnivn lu diplomada sin nnlíc1a, 107 34. Lu d1p|omncln hechn par la. escuadra, 111 35. 131 caudillo y los 1nclrúncs de ganado, 113 ¡X. El Tratado de la Triple Alianza. una vergonzosa farm 36.

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37. 38. 39. 40. 41.

Un tratado () un “cuerpo ¿el de1ito"?¡ 117 1

Los ejército» en lucha: un pueblo en armas contra mu:1=voa ? mercgnaños

Haciendo 1a guerra por motivos equívocos, 123 El paraguayo, el americano más bien nutrido, 125 En la tropa, hasta los ricos, descalzos Por la tierra, 126 Las terñb1es picaduras de! humor: E1 Cabíchuf 1129 El ejército del Imperio es una suma de contradicciones, 132

42. Argentina: mercenarios y Voluntarios esclavizados, 134 43. Urquim: vendiendo caballos y hasta su alma, 138 44. Un ejército que queda en la retaguardia, 141

45. “Difícil sin la escuadra, imposible con e11a”, 142 46.

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Los crímenes de guerra co+etidos por 105 aliados, 155 Obligando a paraguayos & matar paraguayos, 156 Mitre y Caxias: contaminando agua con cadáveres c01érícos, 157 Prisioneros paraguayos verrlidos como esc1avos, 158 ( Un saduco entra en escena E1 Conde D'Eu, 159

Las intrigas Y sobornos de Charles Washburn Una víbora ínstilando vene Lo en gl Plata, 163

Negociante astuto y conspí rador traicionero, 165 El genocidio está hecho: 75,75% del pueblo paraguayo están muertos

99,50% de los hombres adrltos fueron muertos en el Paraguay, 169 Acosta ñú: símbolo de un? guerra: niños de seis años luchando y muriendo

Matandº “hasta ei fem de1íviemre de la mujer”, 173 Batallon_es de niños parag ayos; la última resistencin, 175 El día de Ia más heróica b talla americana: 20 mi! uolalndmu camu 3.500 niñ… ¿píaraguayos, 178

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Muero con m1íPatríal L% muerte del Paraguay

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Madame Lynch sepulta al héroe de) Paraguay, 181

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la destrucción y el replrto del Paraguay

La destrucción final de un ¡país libre, 183

í+péndice 1, Tratado de la Triple Alianza, 187 :? ,,

Ai)énd1ce 2, Caxias: el más duro crítico ria la Guer%a del Paraguay. 203

Bibliografía Básica, 230

PREFACIO

(Comm Ia mentira y el silencio)

Durante náás de cien años se soponó una oíºada de mentiras sobre la Guerra del Paraguay. junto a esa oleada de mentxras un silencio criminál, procurando ocultar de todas ¡as formasposíb1es ¡o que fue aquella guerra, ¡o que represéntó para 105 pueblos

implicados, y p1inczpalmente, como, por su causa, elBrasi1y la Argentina (IleVando ¿: Uruguay de contrapeso) quecrarcn dermi— tívamenre colonizados por el capital inglés A pesar de su trans— cendenta] impºrtancia hístóuca ———efla fue una de las causas fundamentales de del Paraguay fue el marca más importante de nuestra historia y que más repercusiones '…vo para el pueblo brasileño, fue silen— ciado. O se miente. O, en un comportamiento críticamenré inge— nuo, pero que ha conseguido sus resultados, se ensució Ia híston'a y la verdad, alimentando ¡a fánrasía nacionalista con episodios heroicos y mi!1rarfsras En fín, además de forjarse una historia de la Guerra del Paraguay, con distorsiones y mentiras, o dando

mayor impom¡ncia ¿¡ hechos aislados, se usa el conflicto mayor en e] que el Brási! se vio envuelto, como pretexto para sustentar un nacionalismo xenófobo preconceptuoso y que tiene alimen— tados extraños comportamientos, todavía hoy Por qué, ja pesar de .la importancia fundamental para la historia brasíléña de esa guerra, fue y es posible encubrir la verdad? —¡

Esta es una pregunta para ser largamente contestada. Existen muchas causasy la principal barrera para impedir las respuestas que nos Hcven _a la verdad es justamente la mfanipulacíón de la

onda de patriotismo que los historiadores ofcm¡es crearon des— cribiendo fenomenos dispemos de esa guerra, para denunciartoda posición ¿rítfca, como anu'patrióuca. Quien quiera abordar

la Guírra del Paraguay con una visión cr1tr'ca sin vicios seudona— cioná1istas, por:remel riesgo de: ser “excom u1gacz'o” por los rema—

nentes del xenabismo que el Imperio nos legó y que, todav1a hoy, detentan el poder de hecho para 1eprimir o denunciar como

antipam'órica toda la verdad que no les agrade o no!']6$Fsírvaí aunque esa carga de verdad sea 1rrespondibíe índesmenf1ble y“ fuenememe documentada, como es 10 que se proponehacer este

11bro.

'

'

Como se sabe, 13 hístor13 brasileña hasta eí primer cuarto

de este siglo, fue escrita por historiadora fomzados en el Imperio. Fueron eHos m:smos que después de la proclamación de la Re—. pública, abordaron nuestros prfnmpales Hechos h15tón'cos. La propia historia de la Repúbhca, nuestros orígenes, fue escrita

por historiadores de] Impemo Y ellos sedimentaron Conceptos y ºpiniones básicos de nuestra h;sroriograña. No sería de esperar

de esos hombres, monarquísrasvía mayoría de ellos beneficiados con favores especiales del moribundo Imperio, una visión crítica de ¡ns hechos. Agréguese & eso un 1nd1cio Fundamental para el :mm:.imrmm da la Guerra de] Paraguay: ]a mayona cie sus

:!nm…:rnfus, xi ¡… todos los documentos más importantes, está

¡unhr'iafdu pum :*! investigador que prefende ir más allá de fenó—

mrmm r;'£rc.*unst:rnc:ia¡es. De eso resuíró que los primeros' libros

rsc*t*ifux mbrc la Guerra def Paraguay en el Brasil (y fuerón ilimitados, muchos cír:—1dos en este libro), pasaron 3 ¿er fuente documental de nuestra historia. O sea,en los propios libros que desf?guraron y contáron u'na1113tq1:i3 acºmodada yxenófoba,

que onenra;on yhasta ahora orientan —-—romo documentos—“— a los que investigan "datos sobre 13.fuerra del Paraguay Los do— “camenros originales capturados o robados por las fuemas de] " Imperio, son negados para e] conoczhiienío del invest;gadorim—

parcial. Se substituye entonces, una historia crítica, profunda, por una crónica de detalles donde el patriotismo y la bravura de nuestros soldados encubren la Ví113nf5 de los motivos queílevaron

& Inglaterra a armar brasdeños y argentinos para la destrucción de ¡a más gloriosa República que se vio en América Latina. Una República, la de] Paraguay, quesí no fuese destruida, -asesinádá ¡¡junro con su pueblo, mod1fcama por completo la propia historia de los americanos que tenían, mucho proba.,blemenre todos 105 elementos para que se ]iberaran delyugo de manos rn¡st1fcadores

de civilizadores, comó M1tre, de caudillos como Venancio Flores,

10

ó ?de meros juguetes en ¡aL manos del capital internacional, como Pedro II. 13 Porque el acceso a los documentos sobre los hechos que 1395 llevaron a la Guerra d ! Paraguay ya la propia documentación ¿J"uranfe la guerra nos re elan el grado de esa villanía ellos son escamofeados al pueblo No se puede "dar a conocimiento del Ueb]o en la visión e5rr cha yxenófoba de los herederos de los Estruct0res de ¡a emerge te República de] Paraguay. 105 motivos ¿p porqué se hizc>1a guer a. Eso sería revelarlos métodos que usó T7nglarermen último aná isis, para imponer al 312511 la domina(:on de] capital extranje o: que perdura hasta hoy, cambiando apenas la dirección deis bancos…

II %!

La Guerra del Par guay, fue causada en su esencia por

ruralmenre estaban las cuestiones de Ágorívos económicos. ºhmires entre lo; países 1ás reivindicaciones territoriales de ¡a

* onfederación Argentin y del Imperio del Brasil, para mutilar

¡a la joven República de Paraguay. Esas cuestiones, no obstante, fpor su falta de razón par causar una guéxra, como meros pretex— ' fos para crear cond1cio es de una invasión del Paraguay, son la cuesnón de 11m1tes más aceptable ;secundarias. Más allá desde el punto de vista 'stón'co, si bien se demuestra su falsedad fácilmente, había cuesti nes polmcas, estas o'n'undas aún de cau, Sas primordiales, a las económicas, Después estaban las que ;50drzan llamarse vulgar ente derazones ideológwas”, que ser“ ¿firán para la propagan & de la guerra, acusando al gobierno de López, de ser una riran a, una bakbarie que se debe exterminar para “¡1berar” al pueb] paraguayo. Cómo reaccionan 05 tradicionales historiadores brasileños Í , nte estos hechos?

Reaccionan exacta ente como ;ustifícadores de ¡a política Lie] Impen'.o fabrican !? chos, suman mentiras para justificar la

guerra.PSe pierden inte [les, para cubrir los in libros brasileños, y hab generalmente aceptado

cíonalmente _en un enmarañado de deta— cios económicos fundamentales. En 105 mos de ¡'esclásicos ” de esa guerra, los como los más precisos es raro encon— ll'

¡trarse con una leve alusión a las causas e nómicas o una participación del capital ing1'és.

Toda relación es presentada en una forma no crmca. La

mayorza absoluta de 105libros son una dos 'pc¡ón partículam'zada de eventos o batallas y —-—como e] Í1bro eJoaquim Nabuco——— una interpretación forma] de la diplomacia que actuó en 61 Plaza. 'H3bí&, además, que tener el cuidado de .no condenar esa cosecha de historiadores de fibras a!ienados que estimom'an la guerra en sí, escritos por hombres que participa on militarmente de la campaña. Como Taunax para citar un de los clásicos más populares. 0 como el Comne]]osé Berna dino Bormann, recor— dando un autor serio y generalmente des onocicfo de] público, hombres como el valiente Genera] Cunha Martos, —que brillantemente comentó el libro de- Max von Verse… . Faerea de los autores que dan un testimonio persoñal porque pa icipamn de los acon— tecimientos militares, cuyos libros son re! rivameu…ra verdaderos

'e importantes para que se conocieran Ias ondicíones en que se

hizo la campaña del Paraguay, pocos s n los que se saivan. Sobran las sabuesos del Imperio que desv rgonzadamen—fe usan del patriotismo de esos actores de Ia gue ra para encubrir una realidad que es indigna para la política ¡' peris]. En fín, ¡jodo libro que se propone relatar la Guerra d .' Paraguay dentro de

un parámetro más claramente económico, o que significa poner

al desnudo la Triple Alianza como restafe ro de] Capital inglés, es condenado por “crimen & Í_a naciona idad”. O que f1'euen menosprecio & los estudios que podrían ar una Visión exacta 'sobre la Guerra de! Paraguay, su ¡'mporrancx ysus consecuencias.

HI

$e…crearon los mitos“ En la imposibilidad de que 103 prim .ms historiadores de esa guerra trabajasen con hechos, manip1]aron hombres. Los héroes, Falsos y verdaderos, abundan en la h 'storiografía brasileña de esa guerra. Los hechos, especíafmenrel 5 económicos, cómo— damente, fueron o]v.idados

Hoy, cuando fnic¡amus el análisis de os hechos, es obliga— torio destruir o, por 10 menos, poner en j ¡cio algunos da“ esos

12

mito; nacígnales. Esc— planreamíenfc jm'ta aV_ÍOS, “dueños___d€l£í verdad” que inonopolízáron los conceptos sobre ¡& guerra. Por ejemplo, Caxias ———que a pesar de ser el Pacificador y_ soldado símbolo de] Brasil, es hombre, humano,'por tanto, pasible de error, no puede según esos histon'adores, ser analizado críti— camente.

?

'

'

Cómo esºcn'bir sobre la Guerra del Paraguáy, sin un plantea— miento crítica, no apoíogérico de Caxias? A cualquier individuo de buen sentido Ie parecería imposible. Pero ese preconcepro ha sido alimentado y aceptado por mucha gente. Como Homero de

Castro Jobim, traductor de 775€ W¿¡f I?? Fdfc(gl£cg¿ de George Thompson, due afirma: v '

— “Para juzgar a Caxias )! Tamandaré 110 es idónea ¡a nanacfón

de George Thompson, su erñcial ¿! im reciso …en este caso, ade—

más*de parciál. Como 50 dadas akzmdmas*y5mwkiarex de!

paeb/a ¿Ewizsy Tammdar¿f yajzermg¿¿zgadospor sw compam'o¡c$'i ' ' Igualmente, aceptarído errores de juzgamientos de T7zomp— son ———que participó de la guerra de lado paraguayo, además, en forma incompetente, wma verenaos—1 la narración de ]obim es característica en el Brasil: no se puede tener,una visión crítica

de nuestros héroes. (Además es interesante notar que ]obim dice que'Thompson no tiene? derecho de juzgar & Caxias () Tamandará,

pero sí tiene tcdo el derecho de dar testimonio sobre Solano López: “Perú el testimonio de Thompson sobre López y e] Ejér—

cito paraguayo, esto sí, es,una narración válida porque es elfmlo

de la vivencia de] autor en ¡& intimidad de] alto comando durante

los ¿años de Ia guena”. En condusíón, para 13 histoñograifa oficial, !a historia de Ia Gue1ra dei Paraguay ya está escrita. Esfá lista y acabada. Cúalquier V¿er5íón que contrariésus preconceptas está tác'ítan

mente prohibida. Para comprobar esa posición reaccionan'a y antihísróñca, se prohibe el acceso a ¡05 documentos que ell?rasi1

po'see sobreja guerrá: pníctic3mente toda la:documentzdºfl de Francisco Solano Lópe:'zy del gobierno paragúaj'º de 95": penado fue capturada por los brasileños en Cerro Corá () en el saqueo

de Asunciónk

13

En la imposibilidad de una relación crítica, los historiadores oñciales aceptan la táctica impuesta desde el Imperio —con algunas daras dfscordancias durante ¡& Re"púbhca, como obras de Téixeira Mendes, 1njustamen re o]vidadas—-— yhacen de su alineación un éjercicfo de caza de pulgas de los detalles hi5róricos. La mayoría de los libros desmenuzan batallas (Cuánrós soldados

implicados? Cuántos cañones? Quiénes son los comandantes?

Cuántos muertos? A qué hora empezó?) y se escriben crónicas románticas y se fozjan héroes. Y ni hablamos agua de obras Hamadag didácticas; citamos genéricamente los llamados “libros serios”En la escuela, los brasileños son agredidos por una vers1ón 1msr1fcadera que da la impresión que la historia está hecha para hacer cumplir un miendarío (“Qué día Fue la batalla de. .?) o porJa cuah'djad mrlimr de una nación. ( oncluycndo: este libro no es un “libro de historia”. El umm :… es un hísroriador. Esta es una relación crítica deja

( ¡'m—rm del Paraguay, teniendo en vista su causa Fundamental ——!m ¡nmreses de! capital inglés— perosin descuidar su lado político y mih'mr. Político, en aquello que representó para el Bmsi! y 105 bcalígerantes y, principalmente, para la América Latina en su totalidad. Y militar, por las características especiales que los ejércitos emplearon, especialmente el paraguayo, que tuvo que crear técnicas propias delucha, además de fabricar? totalmente sus armas. Se hace un rápido análisis de 13 historia de] Paraguay, pero que pretende abarcar desde los tiempos de El Supremo, el dictador Francia, pásando por Carlos Antonio López (padre de Solano), que puede ser cons;derado &] creador del Paraguay modemo, terminando con Francxsco Solano López —-—el más in— ¡ust1fcado de los grandeshéroes Iarínoamerfcanos— yla tragedia de la guerra que asesinó ala heroica y Horeciente República dd Paraguay. Sí los hechos son narrados co'n imparcialidad, ºa través de un paciente análisis, el autor llegó a una síntesis precisºa, pemonál: es un libro fávomble ¿] Paraguay de Francisco Solano Lópéz, con las reservas históricas necesadas. No es un libro contra el Brasil '—10 mismo adminéndo'se que el Brasil aq…tratado es el Bmsí1imperial—porcjue el autor 14

¡

i

—ane que salimos de esa

crm —-—como Argentina, el Uruguay-

y,especialmente, el Para ¡¡y—— destmidos, como víctimas de la o 1e51ón que ¡as grande potencias ejercen sobre los débiles.

… Li En fín es unlibro p'a ¿¡ serlefdo como s1é1fuese un reportaje, ¡¿- Cn'to conpasión, con n cierro pathos” hege1iano. ?1

_ CAPITULQI

“ Elº oupremo, la dictadura a favor del ¡pueblo

“El g?rci£o de ¡& Pdm'a será todo el pueblo ei; ropa_y dígnzdczd de ser el pueblo en armas. Sus g.º¡%cáva.s; los campesinos libres... " '

_ (_en Yo el Supremo, de;Augusfo Roa Bastos)

1. UNA NACION SIN CAUDILLOS ' A partir del 14 de Mayo de 1811, cuando el Paraguay se liberó de España, la característica común de los pueblos de Amé— ¡ica fue: el caudiliismo. A partir de la Independencia, el Paraguay es la única república de la América Latinaque no sufre la presencia de ios caudillos ni es perturbada por revoluciones y golpes. Es ud país cohesionado, con una autoridad centralizada y que puede darse el verdadero luujo, en el primer cuarto del siglo

XIX, de gozar de una auténiíca paz política. Francia, El Supremo, asume el poder y ejerce una dictadura peculiax: usa él absolutismo como método de gobierno en bene— ñciodel pueblo. Ataca los derechos de los españoles y españo— listas, persigue a los ricos, confisca propiedades yvuelve insopor— table la vida de los 011garcas que eran privilegiados por España. Cuañdo muere en 1840, asurnecl poder Carlos Antonio López, un abogado que para escapar a posibles persecucionees de El Supremo vivía retirado en el interior del país El crea, p1áctica— mente, sobre la estructura socío—económica dejada por Francia, elParaguay moderno. En su tiempo hubo un gran progreso, surgen fábricas, los astilleros fabrican muchos navíos, trae inge— nieros y técnicos cieÚ…uropanara modernizar el Paraguay y envía para el exteriúr (sobre todo, Inglatexra, Francia, Alemania y Es…

tados Unidos),j óvenes páraguayos para que se especíalicem A1

17

morír,'en 1862, asume el poder su hijo, Franciséo Solano López, que sedispone a continuar ¡a obra iniciada por Franciá, y perfec— cionada pofCarlos Antonio López, y que tendría sus principales frutos en el nuevo gobierno. Pero, la GUerra… de la Triple Alianza, incubada hacía muchos años, obliga al Paraguay ' a i una lucha desproporcionada que 10 destruíría completamente. a_

2.

EL SUPREMO

José Gaspar Ródrfguez de Fráncía es un hombre exóticp. Implacable en la persecución de sus enemigos, él práír:tícamenfte creó el Paraguay. Ejerció una dictadura rigurosa, pero su abso— lutismo n0'ha sido debidamente analizado: si no fuese por su increíble capacidad de represión de 105 enemigos políticos, es cierto que el Paraguay habría alcanzado la estructura que le dio

su Dictador Perpetuo, título que él mismo exigió del Congreso. Se presta mas atención a las extravagancías de Fráncia que ¡¡ sus medidas prácticas y notables que dieron unagyestruct'ur'a

peculiar al Paraguay. Su primer acto al asumir fue acábar con Ia influencia del poder económico que podría entorpecer ¿ su gobier—

no… Aún cuando es difícil 'acabar con esa influencia3del ,póder

económico, Francia no deja la menor…posibiíidád: extermina lite“— ralmente, al propio poder económico. Decreta, se podría decir,

la pobreza como norma de vida de 163 paraguayos. Qujeda prohibida, por la práctica que El Supr—enio determina a laíñación, la riqueza. Los e5p3ñoles y españo1istaá, herederos de los 'privi1egios de la corona, son perseguidos hasta el exterminio. En las cárceles

'no existen pobres: sólo los ricos, la. llamada “clase pri?ilegiadaº_º, que podrían enfrentarse contra Francia, son 105 que están presos.

Como naturalmenteé“sa cIase privilegiada tiene ramificaciones

en la cuenca delPlatá., la fama de Francia es terrible: él es tenido como un bárbaro asesino, contrario a toda norma de civilización. Pero, la verdad', no es exactamente eso 10 que ocurre. El

Supremo no ataca a los ricos sólo para garantizar la(seguridad de su gobierno, que 1será “perpetuo”. Su 'íra contra lbs ricos se explica por la interpretación de que no es p05íble establecer la

soberanía de una nación con la presencia de la oligarquía dejada

por la corona española. El quiere exterminar -——y lo consigue——7

18

. !

cuaiqmer prmlegm espe 13! en el Paraguay. El umco privilegio. ' ' bie es'e1 suyo: ei go 1ernw austero y simple, casi. patriarcal, Ps ¡favor del pueblo.

1+ 1

EL PÚEBLO Y EL $010 DE FRANCIA El pueblo, 31 princiB€io, reacciona tímidamente ante eí-go—

=… no de El Supremo. 1 terror de las prisiones y el confisca— iiaiento de los bienes a5us an y hacen callar cualquier discrepancia. Con el tiempo, los paraguayºs 'perciben perfectamente que el L1¡i)solutísmo de Francia es dirigido específicamente contra los Hc:o_s. Comprenclen claramente que 105 pobres nada-tienen que Íff:mer' del iracundo dictador. Ellos le ápoyan. ?º Los paraguayos acostumbrados, en su mayoría, con el rigor E: 165 jesuita's, abominahan los lujos y desmanes que 105 españoles y españolístas ostentaban, principalmente en Asunción. El Supremo termina con e e reinado de pompa en un país pobre.

¿Vive austeramernte, es ¡Íeservado y sencillo. Gana la confianza

5130pu3ar.

La aún remanente. élite económica de Asunción, cuando" [puede —-por carta a sus guales del Pláta, principalmente Buenos

!Aíres— se queja: dice q es Francia recibe con los brazos abiertos …“ su casa a cua1quier h mbre del pueblo pero le niega un simple

|$esto & los ricos. Es ¿ mm de ese ambiente de una ¿ictadura lpopular muy eSpecial —Ld0nde naturalmente no Faltó el terror a

¡1105 enemigos políticos—J— que El Supremo consiguió fortaleza

%para 'imponer las grandes reformas políticas y sociaies ¡11 Para— fguay. Francia crea un sistema de información que abarca todo!

Nadie realiza nada en ¡el Paraguay que él no esté al tanto… Es

imposible conspirar coníra su gobierno. Si ese terrorismo político le fue muy importante .1 cºmienzo de su administración, 'con el jjcorrer del tiempo hasta se tornó estéril: ya no había a quiér3 o 3 ¡el qué vigilar. El Paraguay prácticamente era uno sólo: cohesxo—

a

bado y ¿bediente en resencia de la jefatura de El Supremº-

las alx rís re% at: pir ins n ía dr po vo ti mo er uí a cu r po e, ' queílos qu ; de Francia, se retiraban cautelosamente para el mtenor & pam. r. 50 ce su su z, pe Lo o i n o m A os rl Ca de e % ¿Fue el caso inclusiv 1 ¡

19

. 4. EL AISLAMIENTO NO FUE ELEGkD0 La principal medida del gobierno de

rancia ——-en la ínter—

pretacíón de sus críticos——— fue el aislamient .impues.to al país. El cierra ias fronteras y elimina todo el com mio y relaciones con el exterior. Este hecho sería la causa, para uchos historiadores, de una estructura extremadamente ínmov1ista en el Paraguay. _ El país se tomaría hostil posteriormente, a toda manifestación , ' 7 … _ ' 'de civilización. , Además de no ser esa, rigurosamente la verdad, debe acen—

tuarse, que Francia fue forzado a aislar al ais. No fue su deseo “basar en el aislamiento una política auto—es ogida. El aislamiento dei Paraguay 16qu impuesto y Francia su o encontrar una po— “1ítíca económica que enfrentó con éxito.

El Paraguay es un país'mfditerráne que no tiene salida ' propia hacia el mar. Para export r su prod ación ———-el tabaco era ".el ' pgincipz_zl producto en tiempo de Fra cía——— él necesitaba de la libre navegación de los ríos, entre los cuales, el“ Plata.

Pensando en eso, el gobierno (entonces un

ongreso Revolucio—

nario) realizó un acuerdo con Buenos Aires En 1811, para facilitar , la salida'de sus productos. Buenos Aires, sin embargo, no"]o “cumplió: además de no permitir la nave ¿¡ ción de 105 barcos

paraguayos, también crea un impue sto adiional sobre sus pro— ductos, especialmente sobre el tabaco. También en 1815 y 1817 continúan ] as presiones de las provincias más al norte de Buenos Aires… EL.1 ganado paraguayo ya no puede pasar por las provincias ve c;ías. Esas presiones

contra el Paraguay, obligan a Francia a to ar contacto directo

con Inglaterra, buscando en alia su apoyo como una forma de conseguir la exportación de sus productos. El intenta obtener la navegación para sus barcos en 1814, y, prin ípalmente, en 1823, junto al representante inglés en Buenos Aires, Wood*bine Parish. Pero Buenos Aires. es implacable en el bl agueo. Las presiones

de Buenos Aires obedecen a motivos evide tes: se pretende 50— meter la prºpia soberanía del Paraguay ——no se perdona a Francia acabar con la clase privilegiada que servía & infiltración para el dom1mo de Buenos Aires al Paraguay. Y 11 se trata de simples

20

rep:esaliás, pero sí de la tentativa de recuperai- y ampliar el gran merk:ado paraguayo; tanto para vender sus productos —-y 205

expórtados por Inglaterra— como para usufructuar su expona_ ción. … “ ' " ' ConViene recordar que en ese tiempo la Argentina no era un país unífibado. Existían varias provincias que tenían libertad de acción. La? mayoría de ellás seguían el procedimiento de Buenos Aires contra el Paraguay de Francia. De tal forma se apretó el cerco al Paraguay, que no'había salida posible para Francia, si HQ ceder, a ios ¡ntereses de'Buenkos'Aires. Y qué es Buenos Aírés? '— '

En esa época13uenosAíre5 era la sede de los intereses comer—

ciales ingiesejs, comenzando un largo reinado en el Plata. Luchar

contra Buenos Aires y las, demás provincias, es también, enfrentar

. las normas admitidas por Inglaterra pa_ra el comercio internacio—

nal Fan esa área Y quién controla, a partir de Buenos Aires, el com'ercío intdrnaciona…l de] Plata? Ciertamente una incipiente bur—

guesía cuyas ramíñcacziones ván hasta la misma Asunción, el corazón del gobierno de Francia. Eso signiñca que en la lucha

contra Buenós Aires, Francia ni siquiera tendrá el apoyo de la burguesía rica de su país': ella está minacia por los intereses ecof;ómicos que'la 1igan a los argentinos én forma directa y, en fornºxa indirecta, al capímí inglés. '

Para organizar y haber progresar su país,_Francía necesita de dinero. No le es posible obtenerlo sin someterse a la explotación exportahdo 105 prodúctos paraguayos Dinero y medios, entonces, él *¿f'¿ & obtenefsacando de los ricos de su país.. Es esto lo que explica y determina las persecuciones de Francia: su dic— tadura ejerce 'un poder cruel y terrible justamente para defenderse de 133 exp]otáción dirigida por Buenos Aires y apoyada pºr la propia burguesía de Asunción. Para conseguir riqueza y dinero,

Francia es ir?1placab]eí elimina a los representantes de] poder económico paraguayo. Crea un estado policial, una dictadura perpetua peculiarísima, para sustentar un gobiernº popular.

1 Pero sóío no se gobierna un país. Francia se alía entonces

con 2105 que están desvinculados de los intereses de Buenos Aures,

21

para su suerte, exactamente aquellos que pasan a detentar los medios de producción: el pueblo. Y se rea1íza el aislamiento del Paraguay Las fronteras están cerradas: nada entra () sale

5.

ESTA NACIENDO UNA NACION LIBRE —

%

¡

Aislado el Paraguay, Francia está delante de dos problemas:

no se elimina la hostilidad de Buenos Aires y es preciso Crear una nueva estructura económica para que el país sobreviva. La superación de esos dos problemas es que podrá, inclusive, dar estabilidad al régimen político de Francia. Al mismotiempo que Francia va estructurando una nueva forma de gobierno, crea

nuevas relaciones económicas y paralelamente comienza la pre— sión contra lo que además representa una herencia del Paraguay …Inninl F.l multa desmesuradamente & 105 españoles y eSpaño— ' im.… y.1 en 1823 y promueve la primera gran reforma agraria ¡lr' ln América del Sur. Al contrario del ais1amiento del Paraguay, ¡…nº fue un:: circunstancia impuesta y no un deseo de Francia, e1 principal acta de su gobierno está justamentéen esa nueva política

económica. Y especialmente, una nueva estructura en el campo

permitiendo el acceso a la tierra por los humildes campesinos. A través de conñscaciones o de compras abajo precio, el gobierno adquiere y distribuye tierra a los campesinos paraguajzos —arren— dándoles a costo irrísorio—— además de suministrarlés, inclusive, implementos agrícolas, ganado y semillas. Esta fue la gran revolución de Francia —-—creó una estructura agraria que la América” del Sur aún no conocía. Además de eso, estipuló normas para el comercio, de tal forma que la nación no se empobreciera por la clausura de sus fronteras y consecuente falta de transacciones con el exterior

“:

¡

Francia creó las “Estancias de la Patria” donde¡ los trabája— dores del campo producían con la ayuda del Estado y podían disponer de la parte de su prodúcción como hombres libres Todos trabajan en comunidad —una experiencia que los paragua— yos ya tuvieron con los íesuíta5»—- y de las estancias salían prin— cipalmente carne para el Ejército y cuero para su exportación; que además se hac1a penosameme.

22

Mientras que aún ¡¡ abia medias para exp0rtar ——porque la

A1

.cííausura de las frentera 5 se hizo en Forma gradual y no una ¿determinación precisa de Francia como se piensa—— todo el,comer—

í

,!

“aquel tiempo la soñsticajión actual, ni una legislación internacio— nal específica que 1mpe 13 el uso del as técnicas conocidas en ovecho de cualquier país. La única barrera era, justamgnte, el , ! g£1a dominación económica; ¡& inhltración ¿e las potencias ricas“,

“ ¿Especialmente Inglaterra; en las clases dominantes de los países ; pobres para impedir la emancipación económica nacional Como ?n el Paraguay el capital inglés nunc_:a consiguió. pfédominar y * — n'p existía una (:1 aºae dominante al servicio del imperialismo extran' iázo. No hubo pxoblernas para el presidente- Carlos Antonio Ló—

1 9132, que crea una ínfrae1truciura básica de desarroíio industrial ¡ yicu1tural

,

'

; ¿

1 De esa forma el primer ferrocarril del país es planeada por ! ¿… ingeniero inglés, Padfíson, con capital netamente nacionaly ( du-igido por el Estado F una vía de ferrocarril de: setenta y dos. kilómetros que tiende especialmente, y tan sólo, a atender ínte— ¡(eses paraguayos. Así lle an ingenieros, profesores, arquitectos, 1 ¿ gíéólogos, médicos, ínst uctores milítarés y hasta periodistas.

Í 1 Hilos llegan para estable er las bases del desarrollo: construyen ' f brícas y hospitales; se crean diversas empresas. Todos" esos ( cuicos son contratados y pagados en moneda de oro. La mayoría ' de ellos vienen de Ing] erra; también había grandes hombres ¿ie otros países. Como lexandre Ravizza, arquitecto italiano, ?pn;fructor de teatros. C mo Alfredo Du Graty,__fé_n_1_oso natura— ¡sta belga]; hasta el mis 0 argentino Juan Pedro Escalada, fundhdor de(a instrucción úb1ica en el Paraguay y que consigue ralizaciones jamás igua adas en Amé1ica; entre esos hºmbres

'no faitan brasileñºs,conho Villagrán Cabrita, instructor militar (lie am" Haría balística ts¡' En ñ1,n 10 que Carlos Antonio López hace es crear condicio— nes básicas para el progreso y modernización del país, sin some-

* tema al imperialismo ecºnómico inglés. No sólo consigue eso

¿ cq>ntratando técnicos _extran;eros, como a mediano plazo hasta

ptescinde de ellos: envía para Europa (Inglaterra, Alemania y Francia) y para los Estadms Unidos, los;óvenes más promisorios, eílegídos entre los alumnos que más se destacan en las escuelas

paraguayas, para que se specialicen en varias áreas A su vuelta, qrán ellos los pr'opi05 re ponsables por la evolución tecnológica

3?! país creando más industrias y abriendo vías y perfeccionando

'!

…,

35

.a-

'los establecimíeñ'tos eXistentes, además ¿? lanzar 113553535 de la

1 enseñanza superior. v El Paraguayestá en una ebullició_n_de p?ogreso.La pro ducción

aumenta con Carlos Antonio López: tabacd>, yerba mate, algodón,

arroz, caña de azúcar y mandioca son abundantemente cosecha-

dºs. Veinte años de5pués de asumir Car 05 Antonio López, se

impuestas por Buenos.-Aires y su puer'1) controlado por una aduana al servicio del merca'ntilísmoin lés. Pero no es todo.

Toda esa riqueza, en manos del Estado, o tenida en régimen de

v producción comunitaria, en una especie de cooperativismo socia— , ” lizado, que ya por _sí estimula 121 codicia internza¡c:icmal3 además _ es un a5pecto dé la infraestructura económi a del Paraguay. López ¡

...…

. _ padre, sabe 'como perfeccionar el rudimen arío esbozo socioeco— ! nómico heredado de Frangia y, más que _es , sabe como implantar en la pequeña República un nacionalismo uténtico que la rescató ' | de las industrias de base con predominio de capita! inglés; además el construyó una industria de base, moduladora del progreso, con dominio total y ábsoluto del Estado? que en el Paraguay de la época equivalía a decir: al servicio el pueblo. ' Ya en 1845 —-—cinco años después que C-ar105 Antonio López ' ' llegara :_al gºbierno del país— funcionaba la Fundición de Ybycuí. Está fundición tenía la capacidad de fund r cada veinte y cuatro - _ horas una tonelada de hierro. Es bueno destacar para que se entienda el desafío paraguayo de ia mit£d del siglo XIX: en cuanto Brasil y Argentina importaban “bábidas espirituosas”, y ¿ desde álfííe_r y botón para ropas, hasta cucharas y utensilios … domésticos, en el Paraguay la Fundición de hierro de Ybycuí ¿ ¡ ñ1ndfa una tonelada de metal cada veinte y Cuatro horas. Ybycuí trabajaba las veinte y ¿naves horas con doscientos cíncuénta operarios.En Asunción funcionaba un arsgnal fabricando armas para el Ejército en formación y el armamento exa. hecho' con metal fundido en el propio país por una 3roduccíón rorá]meme ' _ nacional.

36

¿. … A..,__.__,.. …r-…»…… -:;-gm=ma;;am … '

Toda Esa riqueza se exporta, a pes r de las expoliacíones

…“… WJ-W=*-NWG?TE%…'£

'

kiIos de tabaco“; se obtienen diez míllone y medio de kí1os deyerba mate y'había un significativo rebaño de siev:e mil]ones de ' ' cabezas de ganado bovino.

rm… -

Bega a-cosechar una sorprendente sum de 5í'ete millones de

Dentro de ésa €SEructu¡a económico--industrial, no era menos,

importante su astillero: los produótos paraguayos surcaban los mares en navíos fabricados en el Paraguay, excluyéndose sus

motores a vapór, comprados y pagados la mayoría con el trueque

de mercaderías nacionales, pues, raramente Carlos Antonio pa— gahalas importaciones en oro. Esos navíos (una Hora inicial de

once bamos a vapor y cerca de cincuenta ve1e105, aumentados gradualmente con nu'evas unidades nacionales) partía de Asunción para Europa cargados de yerba mate, tabaco yalgunos otros productos, par¿a volver con aparatos científicos, armas más sofis— tícadás, máquinas de imprenta y pzoductos químicos que, en su mayoría, pasaban a ser fabricados en el propio Paraguay. Compará'ndose Ia explosión nacional de progreso del Paraguay de Carlds Antonio López con l'a dependencia total de la casi ínexis» tente industria brasileña y argentín_a, es evidente que el Paraguay, para lacívili¿ación inglesa”, era_ un peligro. 'La euforia del go— bierno paraguayo, ante las realizaciones en tan cºrto tiempo y las perspectivas que se ab1ían al país, se evidencia en el entu— siasmo después del lanzamiento del vapor nacional “Río Blanco” en las aguas, en 1856, cuando Carlos Antonio López proclamó a la nación: — “Nos es permítiáo comprender, si no al que experimenta, el júbilo y la satisfacción con que Ies dirige la palabra vuestro presidente

,

“Hace un año que visteis surcar en vuestras aguas el ( concretos Ei_¡entusiasmo de la proclamaciórí del PresiY ad. erd law a ñej :re na1 fon es no ez óp oL ni to An s rio f…1 te den

esa verdad provocará, por su impoztancia económica,: un resen—. timientv aordo contra- esa magnífica emancipación nacional vé—

ríñcado s:empre donde las clases dominantés fuerqn habítuaf

mente mf:103 sabuesos d'el impexialí$mo: portugués,español o

inglés, de;>endiendo de¡as circunstancias. En Fm, el progreso paraguay. - en la. mitad del sig1o XIX exporta madera produce

107za fina, construye ferrovías exporta sálítres yergue fábricas de pólvorz.._ papely azufre Se insala el telégrafo. Una nueva reformulacu3n en eluso de la tierxa exige más implementos agrí'— cn]ns:v ellos son fabricados en la fundición de Ybycuí dando nwjnrvs co…líciones de trabajo a los campesinos paraguayos qu_e .mnmnmn su productividad. ¡videntemente toda esa estructura política produce un tipo ¡ir p.…icipución popular auténtica. El pueblo pzuaguayo está mwumtn cn el proceso del desarrollo dei país y sabe,— por expe— ¡¡rmiu ptácticn, que participa de sus frutos. El mismociudádan_o qum ¡…sivamentc cumplía ias determinaciones dé El Supremo, ahora en forma activa enriquece el patrimonio moral de la nación. La evidencia es dada por testimonios de aqueí tiempo: Ildefonso ' Bermejo ahrma en “Repu'bhca_s Americanas”que en el Paraguay “no se conocían los 1ádr0nes” ., ni en las ciudades ni enlas regiones despobladas. Cualquier viajan_te podía camin'ax sólo pór la noche por el campo con grandes cantidades de dínexo para Ecompra de tabacoa los hacendados y campesinos, seguro de que no había de tener más que un respetuoso saludo de los caminantes que

encontrase” .. Ese comportamiento popular que meme de los tiempos de

Francia, se observa en todos los niveles y es una de las Causas del suceso de la administ1acíón de Caríos AntonioLópez. La seriedad del paraguayo dela época .c01'1 losnegocios Lúblicoses testimomada po; Félix de Azara: “El respeto a la cosa pública existe hasta en la ciase más ínfima de la“ población. No sabría

citar un ejemplo de Falta de probidad desde el Estado o hasta de pavte mismo del a gente más necesitada”.

38

…… ”"I—.L ¿Bf “'“TS

Esa cohesión mora entre gobierno y —pueéblo, sedimentada & or una estructura somo conómica que 'emancípó el país, estaba ¿Nando al Paraguay a s r, en pocos años, la república americana

ás progresista, y que 3 era pºtencialmente. Eso representaba v n insuito & ios padron s que 51 imperialismo inglés impuso a' 'la? América dei Sur, dond predominaba ia_hípocresía enriquecida 31 la corté imperial bra ileña y en los salones de la burgueáía Eorteña, para crear una canina de humo encubriendo el asalto

fe;onómíco practicado p r Gran Bretaña en el hemisferio Sur. El

fo_;t1:4 :.-,……—..—………=._.……. , ………A….... … A

': Raraguay, un país me¿í erráneo olvidado del mundo, comienza E; ser visto más allá de 10 salones diplomáticos de Buenos Aires 3?¿ Río. Su progreso comi nza & preocupar a la propia merrópolis ír¿1glesa. Ya no sen apen 5 los representantes del capital inglés, ¿Íspecfñcamente en. el P1 ta, que reaccionan ante la pérdida del Raraguay,que comenzó n 181 1 con Francia. Ahora, ya la propia ¿…etróp01is, con las me idas biien tomadas de Carlos Antonio ; ópéz, se ve amenazada or un ejemplo que= fructifícado, puede %1¿?terar su dominio. Los rígenes de la Guerra dei Paraguay. que ' germinaban desreñere ac_eptar ¡a íntimi ación paraguaya y de la armada a media 51Fgua marítima de las a nas de] Paraguay. Es con ese prudente !Y tímido comanc'iante bra ileño que Carlos Antonio López coteja 1silu capacidad diplomática Y es con un régimen monárquico que, Í¿1entro de _sus estrechos rincípios tiene todos los motivos —por ?¡Í1ás puerííes que ellos p adan parecer prácticamente— para de— ' —1arar la guerra cuando 5 expulsa a su embajador, que se realiza :lº_a gran experiencia de rato internacional de Carlos Antonio López. El— está, por tant , fuera de la inflexible y dará realidad, jQue manej'an por dentro los hechos económicos. Y sólo utiliza alias vías diplomáticas co 0 capa formal de sus acciones imperia—

_ ¡

%'

11¿ístas, qué orientan el

> 'por esos sucesos episódi %la amplitud de los prob ¿ la metrópolis inglesa, 1%iasma con reacciones t ¿ Qel Imperío_del Brasil. :'Sileña comandada por …¿_*.… TT …… ……

Manifiesto a la nación:

mportamiento de Inglaterra. Por eso,

os, que él no considera para comprender emas que el Paraguay estaba causando es que Carlos Antonio López se entun pueriles con respecto a la diplomacia me la aproximación de la escuadra bra— edro Ferreira, López lanza el siguiente '

“El presidente de 1 República descansaba tranquilo en su onciencizr y en las sin eras disposiciones y sentimientos» que

enía quej tratar pacíñc y amigablemente con el Gobierno del ¡ rasi] las cuastiones q e estaban pendientes; su s'egurídad y

' ¿tranquilidad aumentarox cuando! vio que Su Majestad el Empe—

!

1

í

:

!

!

47

rador, en ocasión solemne y grave, que es ia apertura de las

Cámaras, aseguraba que el incidente ocur ido con su engargado

de Negocios en el Paraguay (se refiere ! caso del Embajador Leal, expulsado) no alteraría la paz y las b enas relaciones entre ambos países”.— ' ' “Era tan sagrada y áugusta la palabr a'del Emperador, tal

la confianza que debía de inspirar, qué: el residente de la Repú— blica no quiso durante muf:ho tiempo cre r en 135 noticias que ¿ de todas partes"llegaban 'que 'el Brasil reparaba una expedición al Paraguay; sólo. cuando vi que onsiclerables fuerzas penetraban en“ 'el Paraná y“ cuando ya no ude dudar de que se reunía un ejército en San"Borjá, comencé & tómar algunas medidas de defensa del te:rito'río; el presidente quíría desviar hasta las

sospeéhas que“ 1e'anímaba' un espíritu ho til; quería mostrar a sus compatriotas que estaba dispuesto a acer toda coricesión — _compatible con" el decoro de la República y sus intereses para librar a los paraguayos de males causados or1a guerra; el pre— sidente no había recibido ningún comunica o del gabinete brasi— x leño; no se le había'hecho ninguna recla ación, no se había presentado queja alguna, y era increíble, un agresión injustifica— da. ' ' “Con todo, ya no es posible la duda; f erzas brasileñas han penetrado en nuestro río; no nos dirigieron una sola palabra de cortesía; somos invadidos y obligados a de nder nuestro suelo,

nuestra independencia, honra y existencia. Ayer 20, tal vez se “haya realizado un combate con nuestra atería en Humaitá. Aguard_emos por el momento la noticia de 1 suerte de nuestras armas”. “El presidente de la República cuenta con la Ciecisión fría y serena del pueblo paraguayo; no 16 espant la superioridad del enemigo; no le intimidan los males a que' & va a exponer; el sentimiento de nacionalidad, su profuñdo ntagonismo a toda dominación extranjera, son sentimientos mu fuertes: & inaltera—

blc.as en el pueblo paraguayo; a él apela al Pr sidente de la Repú— bhca, y, sea cual fuere la suerte de las arma , quedárán & salvo “la honra del país y sus intereses. Adelante, paraguayos! El Pre5idente de a República cuenta '

'43

con vosotr05Í a

7

3

Carlos Antonio López

Asunción, 21 de Febrero dé 1855

En el día¿ 21, Carlos Antonio López no Sabía aún que eí

Almirante Ped;o Ferreira, retrocedería ante la intimación para-

guaya. O tal vé; supo, de ahí su dramático y patriótico manifiesto.

De cualquier f©rma, también el mismo día, dirige otro maniñcsto, _ ' al ejército: “Soldados; y - … Cuando el jefe supremo de. la República qontaba con una paz segura, Fundada en las relaciones amigables con todos 105 Estados vecinoé, nos asalta e invade repentinamenté un enemigº

insídioso. Ei Bfasíí, cuyo Emperador terminaba de asegurarnczs una paz inalterableen su Mensaje a las Cámaras, atropella nues» tros ríos y nueptra tierra y pretende imponernoa su autoridad y sus órdenes. … Una escuadra brasileña entró en el río Paraguay, sin que ni su gobierno ni su jefe hayan pasado al gobierno de la Répúblíca un simple aviso: un acto que no tiene ejemplo sino entre los

pueblos salvajes, nos llama al combate.

Soléados: 313 Patria cuenta con sus hijos; con ese valor frío, con esa serenidad imperturbable que os ha hecho enfrentar lqs peligrós y la muerte cuantas veces se ha invoga_dg vuestro auxilio.

Soldados: sea cuai fue;e la suerte que la Providencia mas

depara, nuestra resistencia será una protesta eterna contra la

injusticia del Brasil y de: gloria inmarcesible, aunque seamxa:s ' derrotados. Soldados: Viva ¡a República! Independencia 0 Muerte: sea

vuestra_divisa.-Sustentagí esa divisa, soldados, y el Paraguay se

volverá memorable y admirable. ¿ !

'

Carlos António López Asunción, 21'c'1eífebrer'o de 1855

Esos dos Ímaniñestos wrm necesitanser tenidos en cuenta: El Almirante Pedro Ferreira nose dispuso. a cumplir la misión que

49

1

con toda verdad bélica el Imperio le Había confiado El propio tratado de amistad firmado por Pedro Ferreira cori el gobierno paraguayo el 27 de Abril de 1855, no fue reconpcído por el gobierno brasileño. Y este fracaso de la diplomaciabrasileña fue finalmente cor1egído, en parte en 1858,'p(1r el Vizconde deRío Branco, cuando no se resolvieron las cuestíones de los límites,

pero consigue] alibre navegación de los ríos paraguayos. Carlos Antonio López, de 6321 forma, aprénde & tratar con una diplomacia de gran fama en ¿1 P1lata pero que carece de una política deñnida. El tratado dei 12 de febrero de 1858, conseguido por Paranhos, estabiliza en cierto sentido las relaciones diplomáticas en &! Plata. ' Este tratado, además fue fhmado_por Francisco So. anoLó— pc? de pame de Paraguay.Como se verá también; Cários Ánto'nio l.ópuv. tendrá problemas con Estados Unidos y la prfopía Ingl¿term, má3 o menos del mismo orden formal,implicañdo intereses

¡1.uliullzlms de ciudadanos extranjeros en ei Paraguáy y de_ ésos

rnhvnramimtc>s diplomáticos consiguesalir bien %

1

l'.sos acontecimientos pa1ecen desviar al gobierno para— guayo de cuestiones internacionales más ¿ecisívas¿para el país.

Lo que se pretende. demostrar es que el Presidente Carlos Arito'nío López podía jugar la_ suerte de la República como demostrarbn los dos manifiestos del 21 de febrero de 1855, pdr cuestiones formales o líos diplomáticos, y nunca llegó a tratar »ni su sucesor Francisco Solano López——' los problemas fundamentales que destruirían al Paraguay: el choque fatal entre los intereses imperialistas ingleses y la soberanía económica y política de la República. > Tan1mportante como el progreso del Paraguay en elperí0do de Carlos Antonio López, con la ímpiantación de las industrias de base y activación de toda su económía, fue, por'tanto, 1a;n0 percepción por el presidente paraguayo de los choques fatales, aparentemente indirectos, que ocurrirían con Inglaferra. En 'yez de establecér una estrategia para esa situación, Caflos Antonio

López adoptó las vías de una diplomacia tradicional, restringiendo la defensa de 105 ihtereses nacionales paraguayos, tratando con

sus vecinos cuestiohes formales, por más que aparentemente esas

50

15

¡ 1 , 1:

._

. .

.

,

def]proble represe con el t1empo cúgst10n mas ,pudxe ntar es, ran nit2ívos y sustanci ales. básica, dejó a1Para* 3 Ese desvío de la cuca ¿ón interna cional de na estrateg para perñiar el peligro , ng51y sin posibili dad e o e e ia :; inglés que, ñnalmen tó n lTratad de la Tr*p1e Alianza x p te, o ¡ En conclusión: la em ncipacíón de la economía "paraguaya, !

que 1iberaba al país y lanz ba las bases de su desarrollo trajo en

smmatriz una contradicc_i n flagrante: oponerse ('el Paraguay) a sistema económico mu“ dial controladopor una g_ra'n potencia

(£?g¡aterra), que exportaba setenta por_. ciento de su producción

yque no podía admitir, po más particularizada que fuese, rép¡ica wi algunaa sus métodos. L incomprensión de esasituación por Cárlos Amonio Lópezm _apacitó al Paraguay de defenderse de láíagresíva polítíca del ¡ perialismo inglés, ejecutada por sus representantes en la Amé ica del Sur, catalizando todos" los pto— ? b1émas del a Argentina, rasil, Uruguay y el propio Paraguay, fo£mando una especie de “ecuación histórica” , que sólose resol1gv:aíría en la guerra.

| El no entendimient de esa problemática compleja no es c,“íÍpa personal de Carlos ntom'o López Sin una clase dirigente ——y Otra vez se ácentúa 5 gran deficiencia, reaparecíendo Fran e insulta al gobierno de Carlds Antonio 58

López. Y dentro de ese mbiente tenso, cl “Water Witch” intenta ! ínavegar por un brazo d 1 río Paraná que el gobierno prohíbe a los

¡ ¿extranjeros. Al recibir rden de parar, no espera y acabá siendo 1 ?¿metrallado por la Porta eza de Itapirú, sufriendo serías averías. ', En represalia, el g bierno norteamericano envía una escua— í Edra con un ejército de esembarco contra el Paraguay. A pesar ' ' Ide la gravedad de la cu stión los problemas son fácilmente solu— '* %cíonados con la interve ción de Urquiza, entonces presidente de



¡iia Confederación Arg ntína. En ese episodio es nuevamente ¿íFrancísco Solano Lóp ?. quien organiza la defensa nacional y 5 ¡moviííza al pueblo. Su xperiencia militar y de movilización del ¿pueblo se. va haciendo paralelamente ai gobíetno de su padre. 1 Ei hecho más important de ese incidente con los Estados Unidos, a Egen la formación polític de Solano López, es saber que muchos ¡ E ¿paraguayos se pueden nir con los extranjeros para derribar el E*gobierno de la Repúbl ca. Son los remanentes de la burguesía …espojada desde los ti mpos de Francia, permaneciendo fuera ¡ ;del saqueo nacional ne ado & las oligarquías iigadas a1 imperia—-r_r

'ismo inglés, por Carl s Antonio López. Cuando la escuadra Í

Manuel Pedro de a Peña, saluda a los “marines” con un

Fnaniñesto: “Bienvenid s seáis a estas playas sudamericanas, ilus— tres americano:; del N rte! Bienvenidos seáis, digo, porque sé que vosotros os dírigis al Paraguay!”. ' Naturalmente Peñ sabe, como toda burguesía alejada del poder) que una interve ción extranjera al Paraguay significa el ; retorno de una oligaqu a que se presta a satisfacerlas necesidades ¿Bel conquistador. Fran Asco Solano López, en ese período interi acíona], aprende que a calumnia es un arma podérosa contra ? =Ílos intereses de su pgís: “Podéis ir al Paraguay, y no encontraréis *íma nación, no Lendréi una Repúb1ica, pero sí, …una masa de hombres cuya educació hace imposible- su regenerac_íón por sí T

!

norteamericana llega a uenos Aires, esos paraguayo's disociados 5de su nación, se solida izan con las fuerzas invasºras.

&nisma”. La disposición & Peña ya tiene antecedentes más serios.

…En 1851,“ un maniñest ñrmadc por los paraguayºs Fernando

Íturbuw y Carias Lo¡za & pedía a Rosas, entonces p_1:es¡dent€ de

ia Confederación Arge tina, la intervención en el pens. Esos dos

1 1 ¡

¡

59

de es .n ío ac us ac s le na ío i ad tr s la ar ñl traidores, después de hace.r dmátícas práctica'mente, yy continuafígfj__—ffºpefan' c]ola$1(ínclusivg el problema del Uruguay con Venanc1_o Flores

impuesto por el Imperio y Buenos Aires) Sí €5f35 cuestiones no fuesen el prete;cró fina? para la destrucción del Paraguay.

61

> 1

Con la Guerra del Paraguay, se puede demostrar exhat_xstí—

vamente que diplomacia alguna supera problemas cúyo or1_gen

está en las contradicciones económicas. Por.tanto, fen nada le

favorece a Francisco Solano López ser 1151 gran diplomátíc'ó,

10 que prueba en 1859, cuando consigue pacificar & Íosfargentinós

& impide la marcha de Urquiza sobre Buenos Aires. Después de la independencia, la Argentina se dividió en catorce provincias, muchos caudillos y una inestabilidad política permanente. En ' una de las muchas luchas, Buenos Aires se reveía contra la Con— federación y prácticamente sería dominada p01" Urquizh, viniendo del Paraná con un poderoso ejército, lo que traería” perjuicios inmensos y podría generar una guerra civil de proporciones trágicas. Para evitar ese enfrentamiento, mediadores de Inglaterra y de Francia ya habíanfracasado… Surgió entonces Francisco Solano López, con una paciencia y habilidad dipíomátié:a increíble

para un joven de treinta y tres años, consigue convencfer a Urqtíii-

rw, un hombre violento y astuto7 a contener su ejército. Solano

López tenía larga experiencia diplomática; por tanto, él conocía muy bien. la sicología de los políticos del Plata. Ese hecho, además,

tiene dos aspectos importantes para el futuro del Pafaguay ¡¡ és narrado aquí porque fue el propio Solano López uno de sus agentes principales. ;' 1“ Cuando Urquiza con veinte mil hombres, se disi>onía, par— tiendo de Rosario, a caer sobre Buenos Aires, la situación política, económica y militar de la Confederación Argentina era tan anárquíca que sería fácil al Paraguay dominar territorios .egstratégicos e imponerse en el Plata. Podría inclusive, por las inclinaciones de Urquiza, aliarse al caudiilo. Pero 'el Paraguay nunca tuvo pretensiones territoriales, nunca tuvo un gobierno eransíonista,

Ia diplomacia paraguaya ahora claramente comandadá por Fran— cisco Solano López e inspirada en el gobierno de Carlos Antonio, sólo le interesaba el equí]ihrio del Pirata. Este es un aspecto p_ráctico: cualquier pretensión paraguaya sobre territorios argentmos, aumentando su influencia en la cuenca de! Plata, provocaría ev1dentemente al Imperio; y como es una cuestión práctica esa pol¡_t1ca de1no irritaría los brasileños, son más reales lbs empleos pac1ñstas de la d1p10macia paraguaya. Por tanto, y justamente 62

; f 1 ; …

.

.

º

. ,

— f%>$fa ev1t31' el enfiaquecm41ento total de la Confederac1on Argentfiha y consecuente prfedominío absoluto del Brasil imperial, tentado a intervenir sobra los escombros argentinos, era también

L“gña medida práctica pacificar a los caudillos para que ellos no ¿¿ destruyesen, destruyendo el tan necesario equilibrio del Plata, ento de seguridad por el Paraguay. elem ado íder *» cáns ¡ López consigue Solano que obstante, n tiempo, .¿ !' Al. . mismo . . ' ) — , i'_af pacxf1cacxon ——que m d spues de la guerra los argentmos dejan ¿ie reconocer al Paragua *———, crea condiciones para que las divi— didas provincias argentín s se unan más fácilmenre. Ese indicio, aliado & Ii: intervención la a…sileña en el Uruguay en 1864, apoyada ¡5¡br Mitre> facilitará la cohesión de los argentinos y, consecuen-

' te;meme, el Tratado de la Triple Alianza. 0 sea: una irónica > ¿:élada histórica, Solano López promueve la pacificación de la Eonfederación Argentina que vendrá contra su país a corto plazo.

lb. 1

1



PIRATERIA INGLESA A LUZ DEL DIA EN EL PLATA

¡5 Paciñcada 1a Arge tina, Solano López deja Buenos Aires $: medio de las acostquradas festividades y muchos homenajes.

¿ ¡ el imperialisme inglés, que cuando no puede actuar Con cauteía, iñventa pretextos que pueden tener peligrosas consecuencias in1fcgmacíonalas, tiene una cie las más descaradas acciones agresivas

gh la América del Sur. ¡ Francisco Solano López volvía a Asunción en el “Tacuarí”, *¡ino de 105“. más moderno y veloces barcos de la cuenca de! Plata.

3uando salía de Bueno£ Aires, desgraóiadamente, fue atacado or dos cañoneras íngleslas. Al conocer de ias intenciones piratas

e los ingíeses ——querían raptar & Soiano López—— envió un bote Í¡pjara verificar las realeá disposiciones del ataque. Los barcos

¿ fifagleses dispararon af rv—v Íque el lacuarí se apart ej1 capitán y 105 maqui ígópez que no podían “] ¡

ote con tiros de cañón. López ordenó sc rápidamente, lo que no fue posible: istas eran ingleses y argumentaron & Char” contra la. bandera inglesa. Re_sul—

ft?do: López volvió al pu rto de Buenos Aires. Los acontecím1en—

3be fueron tan _próxim s que el puebío porteño los aYUdº Y

(' …C_Íespués de informar al a

¡$

obiemo argentino fue por txerra hasta

63

el Paraná, allá tomó otro barco )! retornó a Asunción. Ese episodio cio pre des su y lés ing mo is aí ri pe im de] nto mie evi atr el ra est —mu * …de hacia los sudamericanos. El origen está, justamente, en. Ia incapácídad del dípíomático inglés WD. Christie en conseguir un acuerdo comercial con Carlos Antonio López, en 1858. La represaalía llegaba en 1359, con 61 pretexto —y siempre ios ingleses encontraban un pre; texto— de desagraviar a un enigmático ciudadano, Santiago

' Constant, acusado de cónspíración contra 1 gobierno de Carlos

Antonio López… Constatt!1egó al Paraguay jon pasaporce urugua— yo, diciendo ser ciudadano del Uruguay. Cuando fue acusado de ' .conspirador y apresado, afirmó que era in lés y pidió ]a protec—

ción del cónsul de Ing1ataºrrraj Henderson, 5 cónsul actuó a favor de Constatt, pidiendo su libertad y además xígíendo una indem— ' nización del gobierno de Carlos Antonio Ló ez por tenerlo preso.

Fue rep'udiado y el gobierno de Carlos ntonío decidió solo tratar ei caso directamente Con el gobierno inglés o un represen— tante diplomático. Después de varios lances diplomáticos y notas vigorosas) Constan fue liberado. En ese mámento Solano López se preparaba para dejar Buenos Aires y hrístie, diplomático, negociante frustrado, ordenó al Almiranteá.ushigton qué abor— '…dase eí “Tacuari” y raptáse él hijo de arlos Aznt0nio, para mantenerlo cómo rehén y cambiarlo sí fuesd necesario poxyCc-ns—

tatt. Termina toda esa comedia, tres año¡s después, con otro ' diplomático inglés, Thornton, al reconocer que la razón estaba

con el Paraguay...

Pero ese incidente de opereta sirve para emostrxar al servicio

…de quién se colocaba un almirante de la es£1adra inglesa) como Lushigton, y con qué írresponsabilídad y audacia el imperialismo

inglés daba sus avisos de intolerancia al Paáraguay. El personaje

( central de esa aventura en el P1ata, fue el pro io Solano López. * Por qué, la presencia de Ínglaterráfaúl "cuando es atrevida y ostensiblemente agresiva dentro del me or despropósito €n-

“' , 1?5 relaciones internacionales, no fue compr ndida realmente por hancisco Solano López?

"64

'¿ ¿ 3

!

20 CUANDO TODO SE APRENDE EN LA PRACTICA Para respºnder es preciso entender que el Paraguay'se in— dependizó en 1811, cuando Francia se transforma en “dictador perpetuo”'y lán_za las bases de una sociedad prácticamente a

partir de la nada. Francia era un admirador de Rousseau y Vol—

taire, im personaje citado por Comte en el calendario positivista,

pero circunstancias ya analizadas demostraron que el Paraguay

“se cerró” en su época. El progreso del país se impulsa realmente a partir de Carlos Antonio López, rápidamente, y no hay tiempo para formar una clase dirigente y ni una intelectualidad con capacitlad crítica para aprender dialécticamente ¡3 realidad nacional frente a sus¿vecinos y de Inglaterra. Todo ocurría vertiginosamente en el *Paraguay; Solano López, como su generación, estaba£ aprendiéndo “en 1a;práctica”. La formación era general— mente empirical Solo se veíá lo “visible”. Dentro de ese 'ambíente nacional, se debe veriñcar la deficiencia de Francisco Solano

Lópezíal no eñtender la naturaíeza del rostro del imperialismo inglés en ei Paraguay; perono se puede culparlo de esa deficiencia, que es el resultado de un país joven incapaz…aún (y para síempne, porqu;e lo destruyeron), de formar sus íiderazgos de acuerdo con sus necesidades; estas, aú'n insospechables a la ma—

yoría per la diminuta clase dirigente paraguaya. Ehtre tant9 ocurre lo contrario en el Imperio del Brasil y de la Argentina. Su clase dirigente, tradicionalmente“ ligada a la economía inglesa, además de estar secularmente colonizada por portugueses y españoles, comprende todo ese proceso. Pero al contrario de lo que ocurre en el Paraguay, el interés nacional no choca con el irñperialismo inglés dentro del punto de vista de esa burguesía que se beneficia con la dominación económica extran¡era. ¡ Mientras tanto en el Paraguay, con Carlos Amonio— López y Francisco Solano López, las relaciones internacionales son valorizadas por su; naturaleza diplomática, argentinos y brasileños sin despreciar la eficiencia de esos canales consiguen $US m3d105 manipúlando el capital ingíés, con 10 cual, el imperíahsmo de Su Majestad, la pérf1da Albión, demina la América del Sur.

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1 1 -

1

Y dentro de ese cuadro sudamericano, un Paraguay autén— ticamente nacionalista y de economía emancipada, y el Imperio

del Brasily la Confederación Argentinainestables políticamente

y con una economía en las manos de los ingleses, muere en septiembre de 1862 Carlos Antonio López. Y fruto de ese am— biente, de lucha por la supervivencia nacional limitado por las propias presiones externas que se hacen al Paraguay, es cuandó un hombre de treinta y seis años asume la presidencia de la República del Paraguay. ' Comienza la mayor tragedia americana Nace el mayor líder de los pueblos de América: Francisc:o Solano López, Héroe de la resistencia popularante el avance del imperialismo colonizador.

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-

,

1

l

CAPITULO IV

. 1—11 Império

& lBrasil y Argentina:

& s gigantes anémicos

' 2 . ¿ 3

LA GRAN CRISIS DE LOS GIGANTES ANEMICOS Cuál es la situación del Imperio de! Brasil y de la Confede-

asu'me López Solano Francisco cuando 18623 en Argentina rla'ción … 5! ; , . . _ ' t::fl gob1mno de su pa.1s. ¿ Exactamente lo opu sto de 10 que se veríñca en el Paraguay. El Imperio y la Argentina estárí viviendo un período de crisis éá:onómica y política, con graves problemas sociales, e5pecial.fr¡áente el régimen esclav'sta brasileño. La crisis brasiíeña se de— $énvue1ve de tal forma q 'e va a llevar al país en '1864, al borde

dL la bancarrota. Momen áneamente, seráía Guerra de] Paraguay

' …: salvará al Imperio, por una serie de circunstancias en ue eptra, principaln*aente, !a ayuda de 105 empréstitos íngleses.qEn lá Confed'eración Argen ina, formalmente uniñcada & pesar de

1% libertad de las provín ias, la situación política, con… siempre, ?cºontinúa inestab1e. Los roblemas económicos mundiales, reper-

,3cfutíendo en Inglaterra, c mo la GuErra de Secesión en los Estados íÍ;línidos y ¡ma incipiente "alta de: materias primas, más aliá de_los

ícíonrrastesi internos del *eíconornfa argentina. El Imperio del Bra 1g 3$iñcarivamente en los & €;] 1850 cuando el flujo“

capitalismo inglés, ahogan también la ¡l, cuya fuerza de trabajo reposaba sigclavos, ya había_sufrído un rudo goipe & esclavos dejó'de venir del Africa. Efe

?1fiecho, :a1íádo al paro ac muado de ¡a producp1_ón del nºrte (CHM

jg|e azúcar, algodón y ta aco) transfirió deñmt1vamente el centro

3

.

67

El progreso del país para el sur, pero ma có negativamente de

forma acentuada la economía brasileña. El Imperio, además, P0f"

' … que tenía una mano de obra barata con 1 s esclavos, nunca se preocupó por su calidad: suplía sus necesida es con la abundancia

de brazos'africanos- Ai cerrarse la importa ión de negros africa— ' —n05> obv1amente, cayó la cantidad de tra ajadores y no existe también un ñujo-inmigratorio para substi uírlos. Justamente, &

partir de 1852, los empréstitos de Inglaterra _e agfandan, al punto de Signiñcar, siempre, a partir de esa fecha, 1 medio de equilibrar

temporariamente sus finanzas. En el mens je del trono de 1864, el Emperador Pedro II, aborda la crisis eco ómica en que estaba la nación, acentuando la diñcultad para sus 5 bditos con 121 quiebra '-de diversas casas bancarias. Esas falencia Hevarorr de vuelta muchos pequeños y medianos capitales y (: n la escasez de cap_í— tales y la, falta de crédito en ese período del Imperio, se creó una

“ ¡situación difícil internacionalmente, ya su riendo las presiones

exrernas. Además de esos atropellos, el Im erío tiene que sufrir la incompetencia del ¿iplomático inglés W. . Christie, que acen— túa los contrastes de las relaciones entre yl Brasil e Inglaterra, al transformar accidentes aislados, sin cons cuencias, .en la rup—

tura de relaciones entre 105_ dos países. 11 barco inglés fue saqueado en las costas de Río Grande deI ur y dos oñcíále5 de “ la escuadra británica, borrachos,, fuerºn apñesados por desacato a las autoridades brasileñas. Estos hechos, más la irascibilidad de Christie (es el mismo'que intentó rapmr & Solano López), ' —pr0vocaron _el rompimiento de relaciones hasta 1865 ———cuando se normalizaron de modo deprimente—— agravando la situación pºlítica del Imperio. y No obstante, ese extraño rompimiento de relaciones diplo— máticas causa dificultades po]íticas y crea áesconña.nza hacia el Imperio del Brasil, los empréstitos ingleses continúan llegando. ' Más importante que las re1acíones normailízacías de Estado a “Estado, Inglaterra con su liberalismo económico, contaba para

controlar las finanzas, con el Barón de Mamá, un banquero con estrechas ligázones con el capital inglés, specialmente con el ' Banco Rothschild, del cual era al inicio, encjbierto representante y descarado testaferro en los últi_mos años, con intereses exten—

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diéndose principalmente por el Umguay y Buehos Aires. —De—-tal forma; la infiltración del Barón de Mauá se hacía en (_:I Uruguay, 'en donde, además de principal y pionero banquero, era el mayor propiétario & inversionista, que estableció una contradicción,

'

cuando para sátisfacer al imperíaíismo inglés fue necesaria la

intervención brasileña en. la República Oriental: era una guerra » dec1arada contra los propios intereses brasileños, no obstante, aparentemente realizada para defender cuarenta mil súbditos del

Imperío'que estaban establecidos allf-con propiedades en la ciudad

y en el campo. —Es'a contradicción, además, pro*vocó posterior— … mente:la quieb17a de Mauá.—.

Esa“ monarquía decadente que no consiguió coordinar for— mas de desarrollo, entra. a partir de la mitad del siglo XIX, en un violento proceso de tranºsicíón: tiene que abandonar y no sabe como ¡resolver el problema, su fuerza de €mbajo esclava. Tendrá que sustituir la mano de obra barata pero s:ompletamente incapaz de acigg:uarse & un nuevo tipo de desarrollo del país, por un nuevo tipo df; trabajador, con el consecuente-cambio en las relaciones sociales y económica& La resistencia dei Imperio ante esé cambio

es pasiva, ineñqiente; no había tampoco ningún programa iu-:º—.1— can&u ¡que el Imperio se preparase para pasar de un réet…»¿:aen

esclavistá haciafun sistema de trabajo libre. Al lado de r35u, la nobleza sustentáyada por los brazos negros, repudíaba cu;5¿¿uier cambio que inte1rñríese en sus privilegios. Y justament»» —' -»a no— í…síeza detentaba Í_el poder po1ítíco,símbolizado en ei Emperador Pedro 11. Dentro de ese cuadro económico, destinado fata]m::nte &

perecer, el Imperio sufría otros graves problemas. Su pwítica estaba desvinculada de la realidad social y económica de la nación. Su clase dirigente, representada por la nobleza latifundiaria y las casas exportadoras, estaban íntimámente ligadas al imperialismo inglés, sin el cúal no conseguía colocar sus productos en el. mercado mundial. El gigantismo de la nación y su falta de comu— nicaciones, sus problemas peculiares de. cada región, hacían gue

las rebel'días' regibnales no seusíbilizaran ai pueblo; los movim1entos separatistas de Rio Grande o las revoluciones populares df31 norte a; pesar de la autenticidad de esms úhím215, no eran mas 69

que fenómenos Iccales; menos por la pecuiiaridad regional y más por lamexístencía de un pueblo consciente de su 51tuacíón. Esos movimientos por más auténticos que fuesen no conseguían trans— pasar ei límite de las rebeliones, ahogadós más por la extensión del país que provocaba por si solo el desconocimiénto de sus causas ———cuyos efectos solo eran sufridos regionslmeme—— ¿[ue propiamente de ¡a falta de condiciones sociales para una revolu— ción que derrumbase el Imperio.

¡

l

El Brasii es, en ese período un gigante anémicd. Su pueblo está constituido de la manera más deprimente. Ménos prarííñ

menira de que para el país vinícsen, “desterrados”marranos”

¿¡ negzos, y más por una evolución política y social que separaba & su pueb'o de la producción económica. Era un pueblo que apenas trabajaba,jamás participaba ni po¡ítica ni ecoñómicamen— re. La máquina burocrática del Imperio, formado por ¡fos parásitos paniaguados dt: la nobleza, era corrupta en todos los nívelesl En 1850, paraxma población cerca de los ocho miliones de habitantes teníamos cinco y medio millones de hombres libres y nada menos que dos y medio millones de esclavos 0 sea en

ocho mífmnes de habitantes, casi [& exclusividad de ;Ia Fuexza de

tmbajo era ñ:rmada por dos millones y':nedío de esclavos nsgrras

El Imperio here.ló todos los vicios de] periodo colonial “ no

supo crear una personaalidad política capaz de desarrollar al[Brasil.

Entretanto, sus 0cho millones de kilómetros cuadradd>s, ¡a caiidad

excepcional de sus tíerrasylas riquezas de las mismas continua-

ban atrayendo inversiones… De 'Fom1' anárquicav sin participa“

ción popular el desarrol 10 del Brasil11mpe¡ini sumaba una signi— ficativa producción. Pero traía en sí un esp€ctacular contraste además de no corresponder a nuestz& potenciaíidady no utiliza; ios recursos disponibles de la época, toda esa riqueza estaba a¡ servicio de un sistema mundial imperialista en manos de Ingla— terra; lo que nos sobraba era mal vendido para el sdstenimíento

de una nobleza mestiza, alimentando y autoaiimentándose del latifundio ímproductivo o de cargos burócrá'ricos distribuidos por

el Imperio En fin,… el Brasil era el p…totipo del servilismo eco— nómico y político—encubíerto por la soberbia imperíaI—-—í de que necesitaba ei imperialismo i.glés para mantener el status

&

70

?

1

1

¡quo de dominación int rnacionalEl Imperio del Brasil era eí ¿ aladín como represent me de la “civilización” de laepoca, tan . £elosameme divulgada or Inglate1ra. Dentro de ese cont nido económico, nada más lógico esperar *¡ %% razones formales e su conformación política y contrastes

¡

'internos que terminan por ser transformados en “razones de ¡“estado”, inclinen al Imp rio del Brasil a actitudes internacionales coherentes con las mece idades de dominación del imperíaiismo

inglés, del cual es una & pecíe de sub-menópoli5. No es extraño

gue sus contrastes so'cio económicos intenten diluirse en conflic— tos externos; la interve ción en el Uruguay, mem prczexto para ¡!a Guena¿ del Paraguay no es más que ¡& sublimación hísrórica Ide la incapacidad de res lver los problemas básicos de ¡a sobre— ¡Zivencia del Imperio, n acentuado régimen de degeneración ¿.conom1ca Ese cuadro se ace túa con el nacimiento de su adversario: 11 “a República del Parag ay, floreciente y autónoma económica— mente, desestabilizando un status que que sustenta una forma 4 £ erárquica de dominació mundial. ¡ … Será necesario__hacfr la guerra: se inventan cuestion::z—z de límites, se presentan so emmes “razones de estado” ,…... =—= ,1.,._,., : :'l'u an

gobiernos pac1facos com el del Uruguay, aún contra los mi mos

jiintereses de1 Imperio (! 1 Brasil. ;; En Fm, para respo dera las necesidades del imp::ralísmo

ipgl és, que satisfechas terminan el mantenimiento en el ¿Joder …_ file la nobleza b:as1íena, odo será hecho. |

2£2.

LA CRISIS ARG NTINA PRODUCE EL “VAGO”

Cuando Solano Ló ez toma posesión de la presidencia del Paraguay, la Argentina atraviesa también por una grave crisis. ILa umón de varias prov ncias es apenas ílusoria. Los problemas

… ¡ihte_rnos indican un futu o incierto. La Guerra del Paraguay, quel

' síe avecina, aumenta la tradición política Argentina: unidos 0

… j;d€sunidos los argentino colocarán siempre el gobierno encima

de la narión y del Est do. Solamente con la ºexplosión de la_

guerra, como se verá, es que la Argentina consigue superar —de 71

Forma relativa y contradictoria—— ese c_omp namiento czmdille5co ' -. de su política

Para conocer bx en el carácter del¡mp rialismo inglés en la

Argentina, es preciso volver al comienzo el 1 siglo XIX. En 1806 de la P¡ata con sus y 1807, Inglaterra intenta conquistar el dosx¡ívasiones frustradas… A partir del frac so de esas expedicio—

nes guerreras, el imperialismo inglés se ¡ filtra insidiosamente en Buenos Aires: sobomando :] ofreciendo nzereses a su burgue— sia y políticos, usufructuando de ¡amgenui ' ad intelectual de una pequeña élite deslumbrada con los artíñci s culturalesmggleses y, principalmente, ofreciendo medios de es ablecer lía permanen— ' * cia de una clase dominante al frente de la ación. Buenos Aires se convierte en punta ¿e lanza de Ia ind stría inglesa: recibe manufacturas que,“distríbuye en las restan es provincias y atrae ' 'para su puerto 105 productos de] campo materia prima para exportar hacia Inglaterra. Comienzan los empréstitos ingleses, & crean leyes para la importación y exportación que arruinan al 5 pequeños artesanos y acaban por beneficiar a la burguesía y s s patxones ingleses. Ni las constantes divergencias políticas p rjudican el dominio 1 del capital extranjero.

No se hace nada para que ei país pos a una base industrial:

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sería contraria; los planes _ingieses. Por t nto, la burguesía de

Buenos Aires, liderando el Plata, es merc ntílista y servil a 105 ” intereses metropolitanos de inglaterra.

La tierra penenece ¡¡ los grandes la ifundistas, sirviendo

especialmente para la cría de ganado. Nat ralmente, dentro de

esa estructura, el pueblo no usufructúa e la produc..ción Al comienzo y mitad del siglo XIX, la Argent na exporta principaimente cuero de buey, charque, lana y sab .

Esa producción viene, en la mitad d 1 siglo XIX de un

*respetable rebaño de tres millones de buvi os y casi veinte mi— llones de ovinos. Esa estructura latifundí ria degenera en una

sociedad completamente inestable, sin con iciones de mantener

'un mínimo de equilibrio político y econó ¡co. Así el censo de 1869, revela que existen, en una población (1 un millón novecien— t05 mil habitantes, un millón cien mil, vi iendo en el campo…

72

)

Pero, …y es un3c'lato revelador, un millón de esos campesinos' argentinos no tiene ocupación definida: viven de grabajos c%isper—-

905 o¿ en tal cash, de ia caza y de Ia pes'ca. O sea: 58% del pueblo

vive en el cam:%>o y de esos 58% (1.100.000) cerca del 90% no tienen ocupación fija.

:

Esa situación es tan extravagante que la prºvíncia de Buenw

Aires crea legalmente el “ciudadano vagabundo”. En .la imposiv bilidad de dar ¿rabajo normal & tada ésa gente, por una ley del gobierno de Bufenos Aires, se declara “vago” (errante, vagabun— do, sin ocupací'én) a todo aquei que ,no prueba tener un medio eñcaz de subsistencia… Loque vale decir: la estructura Iatifundíaria de Buenos Aírés obliga al campesino privado de tierra y de

trabajó, al nom?dismo; la ley de ¡a ciase dominante condena a

ser pe“rseguido por ociosídad... Agrava la situación social de Buenos Aires el hecho de 'que apenas el 2% de sus tierras se dedicaran al cultivo. El resto quedará para el ganado, bovino y ovino, que ocupa mucha tierra y poca gente. Los grandes propietarios de tierra encuentran una prolonga— ción del poder económico en la burguesía comercial decíicada a exportár ¡& producción de los campós. Y hasta, según acentúa León Homer, uná significativa mezcla de intereses e identificación

entre lbs latifundistas y la burguesía comercial.

“la gran burguesía comercial, del mismo modo que los

latifundistas pecuarios no es una Clase en estado puro: en ella se unen el ejercició simultáneo del comercio y La cría del ganado.

El beneficio qué produce el Campo se transfºrma én capital co— merciai* y el capital comercial transforma a su dueño en latifun— dista pecuario ..L”

Esa estructúra es un instrúmento de dominación interna por

el imperialismo Íexterno. EIIÓ porque evidentemente marginalíza al pueblo de la participación social y estimula condiciones para la alianza del poder económico nacional con el capital llegado

de afuera. Sin u¡3a estructura latifundista disociada del pueblo no

sería fácil la penetración del imperialismo inglés en la economía Argentina. De la misma manera, sin efapoyo de! capital extran— jero, de una estmctura mercantilista sustentada por el imperia— lismo inglés, la producción de ese latifundio, comercializada por

73

1 la burguesía de Buenos Aires, casi no fevertirí,a en lucro de la“ clase dominante (Es obvio: cuanto más concentrada es. la forma de la renta, más fácil es la dominación extranjera) Esa formación ecºnómica condéna & Buenos Aires y a sus

provincias hermanas, débil estructurá política para satisfacer inf

tereses de las clases dominantes. Sus gobiemps son meras pm; longaciones de ese poder económico: p0r eso son colocaáo$ encima de la nación. Por eso no se procura encontra? medida; básicas para modificar el grado de dependencia de Inglaterra', que provee todos los productos industrializados a los argentiríos. Antes, se procura mantener un status quo, que no modiñque las

condiciones que benefician los lucros de los latifundísgas y ¿le la

burguesía comercial. Naturalmente, esó aiim_enta una extrema

contradicción: porque las necesidades del país crecen y' se agrandan índependientemente del control férreo de los gobernantes, representando a la clase dominante aliada al imperialismo —íngié5. También crecen, esPecialmente, las necesidades de ¡a población: es preciso, para mantener un relativó equilibrio social, dar em— pleos y matar la miseria del puebio… Eso…signiñca caéi siémpré un preceao gradual de emancipación económica. Pero la oligar— quía de Buenos Aires y de sus provincias hermanas no admite perder terreno en el dominio que establece la nación. De eso se aprovechan los representantes ingleses para mantenenuna situa— ción que es excelente para la industria británica, tánto como proveedora de productos manufaczturadós como importadora de materia prima. Cuando ese status quo de dependencia y ausencia de progreso interno que pueda revertir en favor del pueblo agrava la situación política y económica, se apela a los empréstitos que,

exactamente como en el Brasil, superan dificultades momentáneás y ligan más a los argentinos al imperialismo inglés. '¿ : A la clase dominante en Buenos Aires, como a la noblezá

del Imperio del Brasil, poco le importaba que ese procefso conver— tía al país en víctima de la especulación inglesa. Lo importante ¿ no era la nación: lo importante eran los propios intereses de las

oligarquías que se sobreponían a todo. Así, poco significaba, por

ejemplo, que de un empréstíto de un millón de libras hecho en 1824, los argentinos pagasen casi cuatro millones ochocientos mil, en 1904 (llevándose en cuenta que de un millóp de libras

74



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áfaenas quí_níentas mil lle : é¿$candaloso que arrastr f¡r'ande al mismo tiempo *Herte a 13 cíase dirigente ' i;r1gleses.

EJ

arma a Buenos Aires).*Ese antecedente a Buenos Aires. (como es_taba arras— al Brasil) al imperialismo ingles.,” con— rgentína en mero agente de los mtereses

La dependencia eco ómica que se va creañdo tiene su prec10 1

mayor: no se trata de a astecer & ba]o costo al me¡cado 1ng;es

c©n materias primas", ni d consumir & altos precios sus productos

Ládusrrializados; cuando 5 necesario hay que pagar con la sangre 'acional, haciendo ]a gue ra, la “generosidad” de 105 empréstitos q¡he sustentan esa oligar uía parásita en el poder._

2% LA LEB ERTAD Q B NO PERMITE LA CONCURRENC?IA ¡ :

i ¡

¡1

Dentro de ese cua ro económico argentino está implícita

_ *na fabulosa contradicci 'n propuesta al mundo por Inglaterra: l©s ingleses inauguran partir de! siglo XIX, eí liberalismo chonómica, la famosa

(

civilización de] comercio libre”. Es al

Wismo tiempo en que ¡ plantan la libertad del comercio para pps productos y niegan ua1quier forma autónoma para el resto

lº… munáo. No está per itida ninguna competencia a su produc— 1cí:ión: para que esa com etencia no ocurra es necesario que no

'_ Ís!e dé ———ní “siquiera accide talmente——la emancipación económica 1de! nuevos países… Por e o, se mantienen oligarquías retrógradas ¿cºomo la brasileña. y la argentina. Paradojalmente, esos paíseu ,cíominados por e:] ímperi iis.mo económico inglés, desactualizados iº;iºl proceso de producci n, se embanderan de representantes de ¡La “civilización” para des ruír —como hicieron con el Paraguay»— ll*gs economías nacionali tas y autónomas, 10 que sólo lograrían ¿ Qentro de un sistema de protección al comercio nacional. Es que

?lja libertad comercial par el imperialismo inglés significa invadir . xl mercado ajeno mame iendo ias mismas relaciones tradicionales íein América del Sur: “nat vos” exportando materia prima & imporjtf¿nt0 manufactu ra. El li re cambio en las manos del_imperialísmo 1éconómico, sustentado or una potencia industrial, sofoca cual—

!€¡uier tentativa de ema cipación nacional. Por tanto, es preciso

75

mantener la dependencia argentina y brasiieñ para escurrir—con absurdos lucros y usurpaciones la producción i1 dustria] ingles?. Los episodios políticos ocurridos en la Argentina apenas representan esa estructura económica. Unitarios, federalistas, li— berales () cualquier nombre que se dé a las o ganizaciones polí—

ticas, nada significan. No signiñcan ninguna pr puesta económica de liberación nacional; no significan ningu & resistencia a la dominación agresiva del capital inglés. Mitre Urquiza dífíéren en el método ——para citar dos líderes, en tal ca 0, como se podría citar a Sarmiento 0 Derquí—— pero son igual 5 en aquello que

representan como clase dominante: la estructu a económica apo—

> yada en el latifundio y en' la burguesía corner ial, con el auxilio externo del imperialismo inglés.

Desconocer la conformación económica e la Argentina y 1 de su estructura social, es desconocer tambíé los mo¡:ivos fun— damentales que llevaron a la Guerra del Par guay. Los hechos políticos son meros residuos de esa guerra: 1 s argumentos de Mitre y la diplomacia de Elizalde tendrán otr s contornos anecdóticos si otros fuesen los políticos en el pod r, pero la guerra venía porque estaba determinada por un moti () interior econó—

mico. Perder tiempo cuando se trata de busc r las causas de la guerra, en las explicaciones y complejidades p líticas y diptomáticas de la Confederación Argentina, es incurri en lo meramente anecdótico. Argentina y Brasil tenían que hac r la guerra. Latí— . fundistas y burgueses beneficiarios de! imperi lísmo económico en el Plata; nobles y políticos aliados a los v cios imperiales y militarí5tas del Imperio, todos al servicio del tarus quo preten—

' dido por Inglaterra, hicieron la guerra por un s lo motivo: defen— der los intereses económicos de la metrópolis ¡ adre, de la matriz

que los sustentaba devolviéndoles migajas de lo que robaba de los pueblos que irían a sacriñcarse en el próx'mo genocidio.

CAPITULO v ¡

¡

Intriga, calumnia: vemenós

“ que tiñen _el Plata

|

24.

MENTIRAS Y CALUMNIAS SOBRE EL PARAGUAY

Imbecilídadíes y mentiras sin número ya fueron_ escritas para explicar las causelxs de la Guerra.del Paraguay. Desde el irrespºnsable áñnador de pianos George Thºmpson ——-—que escribió un montóf—1 de dispárates en un libro que se volvió clásico y hasta plagiado de vez íen cuando—— que ¡legó a añrmar que Francisco Solano López ($iempre pre$entado como un bárbaro) hiz'o la guerra por vengánza & los diarios de Buenos Aires que lo críti— caban () cuando el mismo áutor dice que la guerra fue hecha porque el presidente de la República Guaraní “tenía la idea de que solamente ppr medio de' una guerra el Paraguay pueda ser

conocí¿o”. A pesar de la cretinidad de tales afirmaciones, durante años ellas fueroh (y aún son) llevadas en serio dentro de la mistifídación con que sé escribió la historia.— No ves superfluo examinjar_ esas tonteras, porque tonteras de ese tipo arrastraan

a mucha gente a la- comprensión sobre la Guerra del Paraguay. Vgríos otros autores, considerados “serios”, añrmán dispa— rates dé ese tipozí no es raro tropezarse en los voluminosos libros que se escribieron sobre la guerra de la Triple Alianza, con una añrmacíon de qué Solano López quería coronarse Emperador de la América del Sur, en un remedo ridículo de Napoleón. Durante cien años, cosas!de ese tipo prevalecieron. Son raros 105 libros llamados “clásicós” de esa gueri-a que escapan a ta1es caricaturas históricas. Al lado ¿& ese tipo de anécdotas corría generalmente

la infamia contra Solano López. El prºpiº George Thompson

dice hasta el hartazgo, ¡¡ lo largo de su Ebro; que él es cobarde

77

o sátiro; tal mamquexsmo h15tor1co transformo la guerra en gna

; * pelea de “Cowboy v bandido”. _ 1 … Si esos procedimientos,que no son s'olo dee Thon*3pson, cit?do

aquí como ejemplo, no ayudasen & sedimemar una visión concep— tuaí sobre el Paraguay y Solano López, bastaba ¿implemente tirados a la lata de basura de la historia. Pero es preciso acentúar— ios biem porque tales procedimientos admirablemente ilógicfos

encontramos hasta" en Sarmiento, un hombre al que3no se puede

ni se debe despreciar intelectual y pºlíticamente.

1

'

Sarmiento, 11 quien no se pueitie acusar de falta de sagacidad

intelectual ni de falta de preparación política? varias veces refleja el de:565perado odio porteño ante la' situación del Paraguay.— En 1860, el escribía que “tenemos fe en qué ha de llegmf el mome'nto que los países vecinos y la desgraciada ¿población die? Paraguay,

ham dí? intervenir para mejorar las condiciones del gobierno tan

anómalo cama el de don Carlos Antonia López”. ESO demuefstra fácilmente, la expresión de ¡as opiniones de la clasfe dominante … la Confederación Argentina, que la “anomalía” de] gobierno naciºnalista y económicamente aurón0mo de! Paragúay, —inc0fno— daba, al punta de provocar diatribas de Sarmiento. En 1862, Sarmiento vuelve a demostrar ia índisposíción contra el Paraguay: “si queremos saívar nuestra libertad y nuestro futuro, tenemos el deber de ayudar al Paraguay, obligáncio a sus rñandatarios a entrar en la senda de la civilización”. La “civilización” signiñca someterse a los principios vigentes en el Cono Sur, libre comercio en favor de Inglaterra. Pero, la calumnia como arma de propa— ganda de guerra aún alcanza límites increíbles con Sarmiento…

“Es providencia! que un tirano haya hecho mata? a todo! ese

puebio guaraní. Era preciso purgar ia.£ierra de tolda esa excre— cencia humana”. Esa frase ¿es Sarmiento están en una carta es(:rita después de la guerra. Pero para él, el asesinato del púeblo guaraní también em imputado a Solano López, aún cuandº el reco$oce &] crimen en 1869. : Í Í “La Guerra del Paraguay concluye por ¡a simple razón de que matamos a todos los paraguayos mayores de diez años.” Los diarios —del Imperio del Brasi1 y más esí3ecíñcamente les de Buenos Airés, ofrecen centenas de diatribas d.º ese género.

Entre 105 autores de esos escritos rencorosos se encu¡entra también

78

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I%Bartolomié Mirré, presi ente de ¡a Confederapión Argentina en

T 11865, que en su diario,

¿¡ Nación Argentina, comprueba el odio

iivigeme: ¿



_% “LaRepúblicá Ar entina está en el imprescindible deber de %formar alianza con el mail a fin de derribar esa abominable

¿ %clictadura de López y a rir al comercio del mundo esa esplénciida y magnífica región que osea, tal yez, los más variados y preciosos

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%productos del trópico ríos navegabiés para ser explotados.” Dentro mismo de la diatríba usada como forma de propa— _ Iganda contra 431 Parag ay no se consigue esconder la codicia , 'intemacibnal: es preci o derribar 1a dictadura de "López ——dice Mitre——- para tener a ¿ sposición sus “variados y preciosos pro— ductos”. — v Como se ve, las ne esidad65 del imperialismo inglés encuen— ítran un ropaje hasta exage'radamente servil en la propaganda que %se hace contra el Paraguay en el Plata. Lo que es una preparación ; para la inminente agres ón a la República Guaraní. Esas diatribas, ino obstante, como formas de cubrir la codicia imperialista, son %apenas de insignificantes proporciones cuando la calumnia i'nvade Ela condu;cta diplomática ¡¡ soborna representantes de casi todos _ ilos países implicados. '

525. DIPLOMATICOS CODICIAN LA REPUBLICA GUA— = %RAN I z '

Al lado de las diaºtribas que surjan en 103 diarios del Brasil

%y en Buenos Aires, co ienzan a aparecer comentarios diplomá— ?tico s insi nuan do que J1nPa raguay “naturalmente", tiene que ¡n%… v % corporarse territorialmente a sus vecinos… Las tesis dipiomáticas 1 $ y políticjas sirven com una gratificación para los intereses eco» nómicos ingleses, fue un elias losque determinaron el surgi— 1 miento de tales argu emos. Así, el diplomático Pclhan Horton ) Box, añi*ma: “Si ei B asi! había de tener un centro no tropical que dominaría ¡a red & ríos que le sirvan de sistema nervioso,

% 3 ese centro sería Mont video, que permitiría al Imperio_ controlar

1 i el río Uruguay y dom narel Río de 'la Plata y la desembocadura de su otro m'.butario, ] Paraná”. 1 Sut11mentre la “pr sa” és el Paraguay-

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“Para dejar de ser un país colonial, ara poseer un capital que explore su imperio colonial, como ve dadera metrópoli, ,el Brasil tenía que buscar un centro político en el estuario del río de la Plata. El desarrollo del país con una 'nmigración europea, el Brasil carecía de ventaja ínenarrable de n centro focal como Buenos Aires. Y así, trataba de remedia ese défecto con un

esfuérzo constante_de expansión Lastá_el "mplio estuario, que fue por tanto tiem¡50 la rñéfa de todas sus esperanzas”. La traducción de esa tésis de _Pelhan Horton Box, dentro ' _de ¡a red de intrigas diplomáticas que's_e t amaban, erásimple— mente el cierre. del Plata y'e1 control de 16 mismos ríos citados hasta el Paraguay por los aliados. , Los ingleses, representados aquí en el pensamiento de Pel— han Horton Box, no se interesaban por 11 da por el futuro del

Brasil, pero su diplomacia era una red de inf rmaciones e influen— cias intentando formas de prevalecér econ micamente.

Hasta los mismos geógrafoé Censpira an contra la autono—

mía del Paraguay: E. Re-::í*us, en su Nouveh' Geógr3_phie Univer— selle, afírma'íngenuamsrnte ——E“] no tenía ingún 1'nrrmaba & su gobierno: “Estoy asombradofde que el Paraguay cuente ran pocos amigos más allá de

sus propios límites El es ¡ onsidf—:z:aclo como una especie de tierra incógnita donde alg…¡en puede 1venturarse a entrar solamente corriendo grandes rie5gos El principal deralle dci ír1lo¡me de Washburn: “Hasta donde pude :falvgir, era casi universal el sentimiento de que sería eL motivo má:

90

¿ ! í…1glaterra—mvo dos prob emas importantes: los gastos militares

% … pára la manutención del dominio colonial, en expediciones que ' algunas veces tuvieron ue repetirlse durante años y mantener fuerzas de ocupación de Ito cost0;1 a pérdida de algodón del sur día 105 Estados Unidos. . sos dos problemas causaron otros: el desempleoamerr. o comí s fábricas inglesas reduciendo" la produc— jqón y, consecuentement disminuyenáo las rentas de la nación '5 Era preciso encontr r otras fuentes de materia prima, espe— cíaIme-m& de algodón L falta de algodón no afectaba solamente las fábricas de tejidos: acia parar todo un comple;o industrial 1 & transportes zepresen ado especialmenie, por la vía de ferro— carriles ingleses la may ría de ellos creados para ilevar materia prima dellos puertos a las industrias. Era urgente, por tanto, efncontrar sustitutos a ¡o abastecedores de algodón. 5 En el viaje que Fr ncísco Solano López hizo a Europa en Í 3854, entre Ias muestra de productos paraguayos que llevó y _ ¡freció a la exportación, estaba justamente el algodón, que para ';á]gunos técnicos era su eríor al norteamericano y que el Para— ?guay podría producir en gran escala d55pués que se manífestase mayor interés _—»p1incx'p !mente——-— por los ingleses, pero las con— ¡ ;Uradíccí0nes de] ímpería1 smo inglés ofrecían una interesante paruiculaxidad: si el algod n podía ser comprado de los Estados Unidos en Ia ?5c>rí1r1atjtra icí0na1 dei proceso capitalista ———compra ¡y venta, sencillamen& — ¡a que de esta manera adquirido del ¡ 1Paraguay estimular1a .l quiebra del status quo en el Plata, del

; tual dependía la dominación del imperialismo económica inglés. En 811P111t3 ias relaciones comerciales habrían de ser establecidas Exactamente como se veriñcaban con la Confederación Argentina,

;a través de una burguesía mercantilista aliada ?. las Fuerzas expo1%Ííadoras extranjeras. El Paraguay, sin embargo, no sería un simple ¡ j %kxportador de materia rima y mero consumidor de productos : 1¡ nd1.1stríalizados. EI Par guay tenía un parque industrial-desarro-

í13d(); ya demostró enºel iempo de crisis de1algodón su capacidád ¡Íde producción industrial. A largo píazo, su amenaza era más ! “temida dentro de los principios alimentados por1as contracíiccío— ; Wrnes del imperialismo inglés de Eo que podría ocurrir a corto

? píazo con su fortalecim emo. Esto es, se temía a latgo plazo, la

;1 c0mpetencia en una zo a delimitada como simple consumidora

de la explotación inglesa, mucho más que ias consecuencias del

. ' rc 'Upimíento del status quó a corto tiempo;

sea, la manutención

Parai-cí.=r—- ¿me a eso, también había

n' hecho importante:

.1e* status que era necesario para que poste iormente no se rom— p;ee.e el propi… mecanismo de fuerza econ mica de Inglaterra.

el crecimientc- de la producción inglesa 3 artir de la máquina a 'vapor exige. 1atonquístá de nuevos marca 05, además es claro, _ del mantenir;aíento de los ya existentes. El Paráguay, por tanto, “tenia que ser conquistadd como un nuévo mercado tradicional. Cons*¿g*úr en él materia prima, en el caso el algodón? sería por . las condiciones de la joven República, estím lar el fortalecimiento 'de sus ¿xp ¿naciones posibilitando inversio es en un parque in— dustrid que haría perder al imperialismo in 1és, no_ sólo su mer— cado inter1.o como el nacimiento de una fu rte competencia jus-

.. tamente en el Pláta y en el Imperio del Bra il, no enterrando las

condiciones internaciºnales que transform ron esos dos países en ampliaciones de los intereses británicos. odo raciocinio lleva . siempre a unamíáma conclusión: necesidad inglesa de manuten— Ción del statu quo expoliadpr en la América del Sur; un descuido de Inglaterra en ese aspecto, fatalmente cre ría estados libres en .el área, que se traducirían, dentro de la cr'sis del imperialismo inglés, un golpe difícil de Ser'absorbido. [ abastecimiento demateria prima, por tanto, deja de ser un pr lema inmediato, de

solución urgente para restablecar el crecim canto de la industria

.inglgsa; ya pasa a ser un problema que tra a la superficie toda la contradicción del sistema imperialista.

Todos esos hechos ocurrían de 1840 … asta 1865, ———con la

.;risis de algodón agudizándose en 1861/186 —— cuando concluía la Guerra de Secesión y comenzaba la del araguay… La política internacional, la diplomacia y la red de irítrigas que searmó contra el Paraguay apenas disfrazan de “ctoíor local” los inte»

reseseconómicos. Los“ hechos. económicos son determinantes,

pero examinaremos más adelante la forma política que posibilitó la deñagración de la guerra.

NADA SE HACE SIN LOS EMPREST TOS IN GLESES 4—4.

29.

Para tener una idea de la manutención del Status quo er 92

América delqur por 105 íng1esés, basta veriñcar, que a partirde

1850,1ng1aterra, ya monopoliza a través'de sus firmas !a expór—

tación de café del Brasi1.Y, delas exportaciones brasileñas, treinta

y tres por ciento eran comprados por Ing1aterr_a; 1as1n'zporiaciones

del Imperio eran hechas en tomo de los cincuenta y cinco por ciento también de 1nglate=rra.$in contar los int_ereses en las

minas, prácticamente todo 93tá en las manos de 105 jngleses y .sus ásocíados, además de la sensib1e participación del c_apiml ing1és en el sisrema _fmanciero, ¡ecordándose también que la _mayoría de los servicios públicos eran proveídos por firmas bri— tánicas. No se“puede o1vídzir— que ¡os ingleses taxiían tanto interés en ei merca&o financiero del Impe'rio del Brasil y del Plata, que sus mayoreº casas bancarias, Barin'g y Rothschild, dividirán sus

“áreas deinf1uenaía los bancos Rothschild quedarán en el Imperio,

fasoc_iándose aquí a otros capita115tas o creando testaferros con ' el Barón de Mauá. Todaesa estructura económica de dominación imperialista no podría ser contradecida ni siquiera en detalle: demandaba Una suma de intereses que contrariados repercutían “ en sensibles áreas en Inglatezra. Solamente los empréstitos hechos por Inglaterra 31 Brasi,l de 1825 a1865, suman17.73752011br.as,1a mayorparte p_ro…veída por Rothschild Y para que se traduz'ca réa1mente ¡a nécesidad del imperialismo inglés en mantener el status ¿quo obligando a que se haga la Guerra del Paraguay, hasta resaltar el hecho de que, de esos emp'réstitos, setenta y cinco por ciento llegan en el año 18165,micio de las hostilidades (sin contar aún lo que em… hasta1870) Cuando termina la guerra, en 1870,1nglaterra ya tenía prestado al Brasil la escalofriante cantidad de treinta y un millones de libras. O sea, hasta 1865,1os empréstitos sumaban

11. 373 90711íb¡as en cuarenta años. Y apenas en cinco años, de

1865 a 1870, suman cerca de veinte mi11'ones de libras… Esa estu—

penda inversión ——que representa apenas los empréstitos,exce¡a.— tuándose otros negocios——— expresa la necesidad inglesa de armar el Imperio ¿el Brasil para destruir al Paraguay. Naturalmente, esos empréstitos se agranclan, ya que la Argentina también los

recibe en larga esca1a; hasta 1875, a través de la casa bancaria

de Baring, la Argentina recibe nada menos que veinte y siete millones de 1ibras ester15nas. Más de tres millones y medio de

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libras prestadas al Urugúay, dan un totai de 61.500&000 librás.

Pero, quérepresenta para Inglaterra el mercado interan de esbs países? Lo que representa abastece“rseya bajísim0 prec1o de sus materias primas? 010 que representa, apenas, tener en las manos el monopolio de la exportación del café del Imperíogdel Brasil?

Y más que todo eso, es vital para el próceso de su imperialismo,

ía mañutención deI status quo, que permite tan fascinante fuente

de lucros. _ ; … Dentro de ese cuadro económico internacional; dominado

y guiado por Ingfaterra, la Guerra del Paraguay ya e's;á en curso: comienza a tomar contornos nítidos Wen 1845, cuando Carlos Antonib López da al país una estructura económica y se libra 1cie cualquier forma de coloniaíísmo. Se va tomando una determi— nante histórica cuando la revolución producida por la máquina a vapor aumenta desmesuradamenze la capacidad ínídustriai gn— ¡.glcsn y, consecuentemente, exige más mercado. Se torna evideñte mundo a partir de 1850, los instrumentos ingleses de dominaéíón chm::m con el nacionaiísmo de varias c010nias. Es cláro cuando lua intereses de sus testaferros en el Imperio del Brásí] y ami ¡a (Íonfederacíón Argentina se identiñcan contra la autónomía del Paraguay. 1 ¡ Y se torna fatal e ínap]azable cuando !a Guerra de Sécesíón provoca el primer gran susto en el liberalismo capitalista inglés, ya dentro" de una suma de contradicciones cuando alcanza su Forma suprema: el imperialismo ec0nómico, puente para su de— cadencia que aún demorará unos cincuenta años... E…e proceso determinado, escapa al contr01 de gobiernos y hombres. Se toma más fácil ante la incomprensión_del propio Paraguay y su mecánica avasalladora. Se toma irresistibie cuando su lógica fundamental encuentra contactos supremamente atrac— tivos para ia burguesía sudamericana ———-en el Imperip de! Brasil 0 en el Plata. Y exp10ta, en una aparente paradoja, exactamente cuando la industria inglesa consigue superar ia falta de aígodón para sus máquinas ——es que el proceso en marcha es irreversible y las formas de la crisis no alteran el contenido ecoñómico' que determinó la destrucción del Paraguay. 13 . Al lado de todo eso, corre inevitablemente la farsa de una

d1plomac1a que va "revocando las necesidades económicas“ del

94

_“ímperíaíismo inglés y d

la codicia sudamericána con “razones

' ide Estado” y enfrentam entes políticos. Esa política diplomática ' l5í los propios enfrenta ientos nacionales en el hemisferio sur, ' en apenas causales de as necesidades económicas. Pero deben

Qer analizados ¿: interpret dos, principalmente para que se acentúé ' ! 1116 son determinados or el imperialismo inglés amenazado y ;- Emm0 de forma Iaíguna, co 0 episodios fundamemales que deciden Ela suerte ciel as naciona sudamericanas. |i ¡

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95

CAPITULO VII “

E1…Umguay,Maua y

las =contradñcciones

del Imperio

…¡ i 30.

.

URUGUAJY: UN PELUDO DE LOS RIO—GRANDENSES

Déntro del éuadro económico internacional, aflora una cues— tión de suprema importancia: el Uruguay es estratégicamente, factor decisivo para la supervivencia del Paraguay como Estado libre. Lz_i posición geográfica del Uruguay1mp0ne que él sea un Estado libre, fuera de la influencia de la Argentina y del Brasil, — para que el Paraguay pueda existir Cualquier desequilibrio en ese sector automáticamente está condenando a muerte al Para— guay. Esa dramática situación geográñca ya venía siendo sentida

por los paraguayos desde los tiempos de Francia. Por eso fue de importancia fundamental para &! Paraguay el tratado de 1850. Ese tratado era cie una claridad,meridiana: por él, el Paraguay y el Uruguay acordaron que lcualquier amenaza a la soberanía uruguayasería qonsíderaáa causa de guerra y determinaría la pronta intervención del05 paraguayos en defensa de los mienta— “les. La ocupación de cualquier parte del territorio uruguayo por un país extranjeró, automáticamente por el tratado de 1850 ———que era de cpnocimiento uníversal——- movilizaría al Paraguay militar— mente en defensa del Uruguay. La importancia del'cumplimíento de ese tratado Fue resaltado como ya vimos, en 1855, por Francisco Solano López, que volviendo de Europa, tuvo un encuentro con ei diplomático uruguayo Andrés Lamas, en Rio de Janeiro

Posteriormente, en varias ocasiones el Paraguay recordó tanto a la Argentina como al Imperio deL Brasil que el tratado de 1850 siempre sería cuxhplído en el caso de um invasión del Uruguay.

97

v … x ¡

Evidentemente argentinos y brasileños siempre tuvieron a mano Un pretexto sólido para provoca] 31Paraguay la gue1;ra, cuando ella se volviese necesaria: no respetar la soberanía del Uruguay,

como fue hecho descaradamente y obligar al ParagUay a venir en su socorro, c1eñagrando la guerra. *

Queda bien clara la importancia del Uruguay para la sobre—

vivencia de] Pazaguay como Estado libre, en el análisis de Juan Bautista Alberdi: “Montevideo es para el Paraguay, por su posi— ción geográñca lo qug el Paraguay es para el interior" del Brasil:

La]11 ave de su comunicación con el mundo exterior. fan sujeto's están los destinos del Paraguay a los de la Banda Oriental que &] día en que el Brasil Ileegue a amenazar a este país, el Paxaguay podrá ya considerarse colonia brasileña, aunque conservando suindependencia nominal.

“Ocupado Mºntevideo por el Brasil, la República del Para—

u.¡y, vendría a caer de hecho en medio de los dominios del

“npnrin. Esaquí porque el Paraguay se había visto amenazado rn uu pmpi;l independencia por ¡amvasíón del Brasil en la Banda Oriental. Hacer como suya la causa de la independencia oriental,

purquc ella es, en efecto, y su actitud de guerra contra el Brasil es esencialmente defensiva, no obstante las necesidades estra€é—

gicas le obligan a salir de sus propias fronteras”. ¡ ? El Imperio del Brasil, en combinación con la Argentinay apoyado por una complicidad internaciona1 (:omandada por Ingla— terra, va a invadir el Uruguay, derribar a su gobierno constitucio— nal pretextando varios motivos pero especialmente cerrar la cuenca del Plata al Paraguay? es una premisa de guerra Antes de examinar esa_ coyuntura, no faltan contradicciones económicas como los intereses=…%del Banco Mauá, es bueno observar que Tei»— xeira Mendez uno de los raros brasiíeños que supo entender las maniobras imperiales, escribió:



“El Gobierno paraguayo debía sospechar de las secretas intenciones de la m0narquía; no podía creer que el Emperadór, p01 mero amor a los republicanos orientales, se transformase

inopinadamente en su libertador, cuando en el propib territorio nacional mantenía en la más completa esclavitud & más de cuatro millones de africanos. Lo lógico era esperar que él Imperiº= 98

¿espués de resolver víple tamente sus cuestionés con el Uruguay,

”. guay Para el con o rms 10 r hace de Rºratase

y

En las palabras de eixeira Mendez está realmente todo lo jcqu ocurrió. Pero para ein endeír perfecta'rlnente la s1tuac1ón interna ide] Uruguay, que perm1tíó la mtervenc1on armada de la escuadra

Lirasileña comandada? po el Almirante Tamandaré y yla invasión

!de un ejército imperial p r Rio Grande del Sur, con apoyo logís— ¡,tico de Buenos Aires, eí preciso conocer los grandes intereses

, ,del Imperio del Brasil en aquel país. 31 Desde 1862 ya se Fablaba en el parlamento brasileño, de forma pública y categó ica, de la necesidad de una guerra al ÍRaraguay.… Ya a partir d 1858, el propio Barón de Río Branco ditaba »w—en artículosen cíiaríos brasileños— la cuestión de límites

601…) solo pasible de smlución por la intervención armada. La ¡ guerra al Paraguay, no obstante, tenía que forzosamente pasar gor una intervención al Uruguay, 10 que significaba derribar el

ºáobierno constituido y — olocar un caudillo dispuesto a servir los íhtereses de! Brasil yAr entina. Ese caudillo fue Venancio Flores, yí*a aliado de los argen ¡nos anteriormente, instigador de una ¿éermaneme agitación & el Uruguay, unido a las oligarquías brasileñas y argentinas 3 las cuales pagaría un precio elevado 'por su conducción al p,vderz colocar al Uruguay ¿11 servicio de 1,05 “aliados en una guer a contra el Paraguay.

,

En la frontera entre el Uruguay y Rio Grande del Sur, vivían

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